Santa Coloma de Gramenet Badalona
Transcripción
Santa Coloma de Gramenet Badalona
1. Santa Coloma de Gramenet Pas vala n u c r la ci e d eo ción Badalona En la parte sureste, en el municipio de Badalona (1), el tejido se inició durante los años 20 del siglo pasado, con pequeños procesos de parcelación suburbana, en calles estrechas y parcelas alargadas de gran profundidad que actualmente siguen presentes en algunas partes del paisaje. A todas estas áreas, se accedía desde la carretera NII, paralela a la costa que, procedente de Barcelona, cruza Badalona. En la parte noreste de la sierra, se extiende el municipio de Santa Coloma de Gramenet que desagua en el río Besòs.(1). En este caso, el acceso a nuevos asentamientos se produjo por antiguos caminos, desde la carretera paralela al río. En todo caso, en una primera fase eran urbanizaciones de casas unifamiliares, destinadas a clases medias-bajas, como alternativa a la vivienda urbana, mucho más cara. A principios de siglo, la parcelación rural de la zona de la Serra d'En Mena, correspondiente al municipio de Santa Coloma de Gramenet, se definía por fincas de extensión considerable, de propiedad familiar, escaso rendimiento agrícola. (1) 1. Serra D´En Mena SANTA COLOMA DE GRAMENET 1. Cronología En este municipio y entre el 1920-1930 la CNT (sindicato obrero anarco sindicalista) adquirió terrenos en la ciudad (hasta 51,60 ha), en los barrios del Fondo, Santa Rosa y el Raval. Posteriormente inició la venta de parcelas, gracias a la favorable coyuntura económica después de la no intervención en la 1ª Guerra Mundial, a la industrialización y a la Expo del 29 que se celebró en Barcelona, y que trajo consigo, la construcción de importantes infraestructuras. Todo ello supuso la posibilidad de acceder a la propiedad privada para muchos. Las consecuencias fueron la especial parcelación de la zona, la falta de ordenación municipal y la inexistencia tanto de medios técnicos como de planificación urbanística. Como ejemplo diremos que una parcela tipo era de 7m de ancho por entre 60 y 100 metros de profundidad, es decir, de entre 500 y 700 m2 de parcela. Esta parcela se destinó, a menudo, a la venta o arriendo parcial. Tras la Guerra civil, el desarrollo industrial de Barcelona, favoreció la densificación de las zonas periféricas como Santa Coloma, tal y como se ha explicado anteriormente. Sólo en las dos últimas décadas del franquismo, se densificaron hasta aumentar la población casi en un 1000 por ciento. 1. Santa Coloma de Gramenet Badalona A lo largo de la década de los 40, las grandes oleadas de inmigración que se produjeron después de la Guerra Civil, no tuvieron una presencia notable en la zona. Las ciudades de Santa Coloma y Badalona no experimentaron grandes cambios: fuera de los respectivos núcleos urbanos, las barracas y las viviendas marginales se extendieron por territorios más centrales del municipio de Barcelona, ocupando suelo urbano intersticial. Pero a partir de los 50, la población de ambas ciudades comenzó a crecer a un ritmo más rápido del que sus tramas podían absorber, con lo que se agravaron los problemas de vivienda. Se sucedieron entonces, procesos de parcelación y venta de terrenos con escasa formalidad legal y menos previsión en cuanto a infraestructuras urbanísticas. El modelo de producción de ciudad en esta etapa se basó en la venta a plazos de parcelas, definidas sobre un plano y con estacas en el terreno. Se firmaba un documento privado que constituía un “compromiso de venta”, en que el comprador se veía obligado a hacerse cargo de los servicios de agua, electricidad, y todos los que pudieran ser exigibles. Pagada la entrada, el terreno se podía ocupar y comenzar la edificación que en la mayor parte de los casos era de autoconstrucción. En este modelo especulativo, propio de estos años 50, el promotor era el propietario de los terrenos rústicos, el cual, sin ningún tipo de inversión multiplicaba las rentas agrícolas que podía haber obtenido. El constructor era el mismo comprador y su familia. La tipología edificatoria era la de casas entre mediante, de planta baja y primer piso. La administración municipal no aparece, en este caso, como un actor, sino más bien al contrario, por su ausencia clamorosa (los ediles acostumbraban a ser los propietarios de fincas rústicas). Hasta entonces el único instrumento urbanístico era la alineación de vial y su derivación en la decimonónica ley de ensanches. Durante esta década es cuando aparecieron nuevos instrumentos de planeamiento que orientaron el crecimiento urbano hacia nuevas formas de crecimiento como son los polígonos de vivienda. Nos referimos concretamente al Plan Comarcal del 53 y la Ley del Suelo de 1956, que introducen nuevos sistemas de actuación y mecanismos mucho más potentes de generación de plusvalías y acumulación de capital. En las dos décadas siguientes, el “desarrollismo” (1953-1974), genera un crecimiento espectacular de las ciudades a partir de piezas mucho mayores, definidas en planes parciales primero públicos y después mayoritariamente de promoción privada. En general, si en un principio las administraciones (estado o município y sus derivados (sindicatos verticales, obispados), fueron los únicos promotores, paulatinamente fue entrando el capital privado. En la mayoría de los barrios de la Serra d'En Mena, los planes parciales sirvieron para mantener vigentes los modelos de autoconstrucción anteriores, se propusieron con el pretexto de conectar vacíos urbanos entre territorios inicialmente consolidados en los años 20 y los rellenaron generalmente con bloques aislados entre espacios abiertos, como ocurre en el barrio de Llefià. La construcción de polígonos (Gran Sol, La Gallina Blanca, o Sant Joan de Llefià, Ibusa, en Badalona o el de Santa Rosa, en Santa Coloma), requería la intervención de grandes empresas promotorasconstructoras. Aparece así el gran negocio inmobiliario, con un mercado caracterizado por una demanda cautiva, por las ayudad públicas y por la falta de control administrativo, en el que se fueron creando empresas con medios auxiliares propios, métodos y materiales industrializados y recursos financieros suficientes, a partir de pequeñas, medianas y grandes empresas que disfrutarían rápidamente de fuertes acumulaciones de capital. Desde finales de los 60, las intervenciones que hubo en los 7 barrios de la Serra d'en Mena, se podrían enmarcar en el denominado “urbanismo de urgencia” y de “erradicación del barroquismo” que debía hacer frente a problemas graves de urbanización, equipamientos y déficit de zonas verdes, vialidad así como a la desorganización generalizada por lo que a las actuaciones particulares se refiere. Es en esta fase, donde la Administración, tanto de escala estatal como local, aparece como actor importante, pero no exclusivo, que se destacará por la promoción de vivienda pública. En Badalona, por ejemplo, el Patronato Local de la Viviendas de Renta limitada, produjo 1400 viviendas en el barrio de la Salut (año 1969, Grupo Verge de la Salut, El Hoyo, 584 viv.) y de Sant Antoni de Llefià (1969, Grupo Verge Assumpta, 212; 1969, Sant Antoni, 604). En los setenta, las reformas urbanas no podían provenir de la iniciativa privada, afectada por la crisis económica y la sobreproducción previa. Las únicas posibilidades fueron las promovidas por el sector público, concentrado en temas de equipamiento y urbanización. Además, hasta la aprobación del PGM en el 1976, el Plan Comarcal del 53 no preveía cargas urbanísticas, con lo que las mejoras con suelo público se veían dificultadas. Ya con los ayuntamientos democráticos asentados, a finales de los 80 se refuerza una línea de actuaciones, inicialmente muy puntuales, con intervenciones de mayor calado. Con actuaciones como la adecuación del sector de la Plaza del Reloj, en el barrio del Fondo o de las manzanas de casas en el Pasaje de Sant Jordi, en el Raval; la construcción del Parque del Motocross, en Santa Rosa o el Puente del Molinet sobre el Besòs, rediseñan la ciudad, no tanto a través de planes cerrados, finalistas y, a menudo inacabables, sino a partir de proyectos que permiten dinámicas de mejora más abiertas al posibilitar futuras intervenciones urbanas. La falta de buenas comunicaciones, su cercanía al centro de Barcelona y su accidentada topografía, justificaron convertir Santa Coloma en una reserva de suelo exclusivamente residencial, en el Plan Comarcal del 53. Esto, sumado al incumplimiento de las previsiones urbanísticas concretas como la dotación de espacio público, dan como resultado que entre 1960-1970 se agotara casi la totalidad del terreno disponible por el municipio. (3) En el 1976, el PGM, rescata superficies todavía libres y las califica como equipamientos o espacios libres y rebaja el potencial de edificación que permitían los planes anteriores. En Santa Coloma y como desarrollo del propio Plan, se redactan los PERI del Raval y Safareigs, y Plan Especial de reequipamiento escolar urgente y de equipamiento sanitario en la Rambla del Fondo. En este último, el suelo modificado incluía el 31.35 % de la vivienda privada, el 23.26 % de la red viaria y el 0.48 % de la vivienda pública. Fue necesario, tramitar el Plan Especial como una modificación del PGM, debido a sus afectaciones. Para su ejecución, se propuso la delimitación de unidades de actuación gestionadas por el sistema de compensación (sólo los propietarios) o cooperación (compensación gestionada por la administración) y polígonos de actuación por el sistema de expropiación. Tal como se explica en el apartado Ribera Baixa de Ell Prat de Llobregat las unidades de compensación, tienen como finalidad la cesión gratuita de suelo calificado como sistemas, la urbanización de los mismos y la distribución proporcional de cargas y beneficios entre los propietarios, a cargo de la Junta de compensación que ellos mismos forman. Cuando los beneficios superan a las cargas o se prevé un proceso excesivamente complejo (por ser demasiados o demasiado heterogéneos los propietarios, por ejemplo), se usa el sistema de cooperación o, en último caso el de expropiación. Cuando por expropiación de los suelos, los propietarios renuncian a cualquier derecho de reversión, las viviendas podrán ser adjudicadas, a precios protegidos, en propiedad a sus destinatarios o en régimen de alquiler si el Ayuntamiento, mantiene la titularidad. Lo cierto es que, si bien estos proyectos han mejorado mucho los barrios, lo han hecho de manera heterogénea y con resultados muy diversos, en función de las dinámicas de población y de la centralidad y accesibilidad de cada uno. En muchos de ellos no han conseguido romper la dinámica de degradación, por falta de una “masa crítica” de la intervención pública y por falta de coordinación de las políticas sociales con las urbanísticas. Después del éxito de los Juegos Olímpicos en lo que se refiere a divulgar la imagen de la ciudad de Barcelona y de un periodo de bonanza económica y de ayudas europeas, se cayó en la cuenta de que el problema de la vivienda y de la marginalización de barrios, agravados por el nuevo auge de la inmigración, estaba empeorando. De aquí las nuevas iniciativas del nuevo gobierno catalán. En cuanto al tema de vivienda pública, ya se había realizado un plan para la elaboración de un programa de actuación en el 1993, para paliar la falta de vivienda y la necesidad de rehabilitación de la ya existente. Dicho plan, afectó a 360 viviendas (200 Distrito V y 160 en el Fondo) y previó 230 viviendas pública ( 50 en el Distrito V y 180 al Fondo). Actualmente, con la ley de barrios, estos números se incrementarán substancialmente. Con todo, estas cantidades se demostraron insuficientes para encarar la escala del problema. La urbanización y mejora de estos trozos de ciudad no se pueden concebir desde una lógica local. En primer lugar, hay casos como el de Santa Coloma, en que el municipio por, si solo no puede subvenir a los gastos, ya que tiene un problema crónico de falta de ingresos al haberse convertido en una ciudad dormitorio, con poca actividad económica. En general, porque en municipios céntricos de una conurbación tan interrelacionada la cuestión de la vivienda solo puede entenderse a nivel metropolitano, así que la financiación de los Planes Especiales de Reforma Interior redactados inicialmente en los años 80 y derivados del PGM del 1976, se hace actualmente a través de fondos de la Comunidad Europea, el Estado (incluyendo a la Generaltat), o los propios ayuntamientos, para conseguir llevar a cabo pequeñas unidades de actuación que mejoren poco a poco el entorno de los mismos. Citaremos como ejemplo, el Programa URBAN (2) que fue creado a instancias de la ciudad de Barcelona y se ha generalizado en la Comunidad Europea en el que “... se facilita ayuda comunitaria en forma de préstamos, subvenciones y asistencia técnica a las medidas y zona incluidas en los programas operativos presentados por los Estados miembros aprobados por la comisión de la Comunidad Europea…” 2. Entre el 1997-1999 los objetivos se centraron en la regeneración de espacios urbanos, y la mejora del medio ambiente, consiguiendo sacar adelante proyectos como los Espacios Cívicos del Raval, del Fondo i de Safareisgs, el polideportivo del Motocross y su entorno, aparcamiento del mercado del Fondo, programas de acción social e intervenciones puntuales de alcantarillado público. Actualmente, la Serra d'en Mena se acoge a un programa de ayudas promovidas por la Generalitat de Catalunya, con la “Ley de mejora de barrios, áreas urbanas y pueblos que requieren una atención especial”, comúnmente conocida como la Ley de Barrios. Se trata de un marco de actuación que puede aglutinar ámbitos pertenecientes a distintos municipios (lo cual ralentiza cualquier proceso de mejora que incluya la actuación conjunta de ambas administraciones), y cuyas características morfológicas, sociales o urbanísticas, ponen en evidencia la necesidad de actuaciones globales. El beneficio consiste en una inyección de medios extraordinarios para el desarrollo de las actuaciones, sean estas las ya planificadas o de nueva planificación “ad hoc”, pero siempre con la elaboración de un programa detallado y valorado. (3) 3. La prioridad en la aplicación de la ley se hace por selección de las candidaturas presentadas por los municipios y la Serra d'En Mena se seleccionó para la primera edición, en atención a ser una zona especialmente delicada. Hoy por hoy se están llevando a cabo las expropiaciones necesarias para ejecutar la primera gran operación, consistente en el “Paseo de la Circunvalación”, vial situado en la coronación de la sierra en cuestión y que actúa como límite administrativo (que no funcional) de los municipios de Badalona y Santa Coloma. Todas las operaciones financiadas por este plan, se realizan mediante un consejo integrado por los ayuntamientos de ambos municipios, representantes de asociaciones vecinales de cada barrio, y el Consell (consejo) comarcal del Barcelonés, que podemos decir que actúa como mediador. Un ejemplo del tipo de actuaciones que actualmente se estan ejecutando es el Plan especial del Fondo. Plan especial del Fondo. Situación. 1953. 1965. 1976. Plan comarcal de 1953. Estado actual. Plan general metropolitano 1976 Planeamiento vigente Antigüedad de la edificación Alturas de edificación Usos en planta baja Patrimonio público y ordenación vial Propuesta de ordenación Alzados actuales Propuesta de ordenación Propuesta de ordenación de tráfico Urbanización Marginal Sant Vicenç dels Horts Urbanización SANT JOSEP SANT JOSEP Cronología 1979 convocatoria del concurso para la redacción del Plan Especial de Reforma Interior PERI- del barrio de Sant Josep 1980 Aprobación Inicial del PERI del Barrio de Sant Josep que, en 1982, recibe el Premio Nacional de Urbanismo 1983 modificació del Plan General Metropolitano PGM- en el sector de Sant Joseph y Aprobación definitiva del PERI 1998 modificación del PERI de Sant Josep. 2000 modificación del PERI de Sant Josep ámbito discontinuo. 1. Descripción Sant Vicenç dels Horts es un municipio situado al sur del área metropolitana de Barcelona, en la llamada primera corona del Área Metropolitana de Barcelona, a unos 15 Km. del municipio central. (1) Ocupa la ribera derechas del río Llobregat, de importante riqueza agrícola, y por el sur limita con las faldas de gran pendiente del sistema montañoso de Puig Castelar que condiciona su crecimiento. Se trata de un núcleo de origen rural, accesible desde antiguo por la carretera general y por un ferrocarril que, desde 1914, lo conecta a Barcelona. Entre el 1930 y el 1950, el municipio de Sant Vicenç inició un desarrollo ligado a la creación de algunas industrias. En los años cincuenta a setenta, soportó una llegada masiva de inmigración que provocó la proliferación de urbanizaciones clandestinas de autoconstrucción. El barrio de Sant Josep es (2) “... uno de los barrios de urbanización marginal del término municipal (…), iniciado a mediados de los años 50, con una superfície de suelo de 30 Ha aproximadamente (... En el momento del estudio, el barrio alberga una población superior a los 4200 habitantes, lo que corresponde a unas 850 unidades familiares.” 2. 3. 1950-1980 En los 50, se establecieron en la zona, las primeras oleadas de inmigración, atraídos por la proximidad de Barcelona y la conexión con el ferrocarril con la estación en el mismo municipio, la riqueza de los terrenos agrícolas, o la incipiente actividad industrial del Baix Llobregat, pero sobretodo, atraídos por los precios de los terrenos, que se mantenían dentro de las posibilidades de los obreros asalariados. El suelo donde se localizaron los primeros asentamientos correspondía a 7 fincas rústicas de gran extensión, limitadas por rieras y caminos, que se fueron subdividiendo a partir de la complicada orografía y cultivo existentes (3) Se trataba de terrenos de escasa rentabilidad que sus propietarios aprovecharon para fragmentar obteniendo con ello importantes beneficios. El suelo donde se localizaron los primeros asentamientos correspondía a 7 fincas rústicas de gran extensión, limitadas por rieras y caminos, que se fueron subdividiendo a partir de la complicada orografía y cultivo existentes, se trataba de terrenos de escasa rentabilidad que sus propietarios aprovecharon para fragmentar obteniendo con ello importantes beneficios. Los nuevos habitantes de la zona que provenían de las zonas rurales del interior de Catalunya, o bien de otros lugares de la península, multiplicaron la población del municipio, entre 1950 y 1970 por 4, pasando de 3711 a 15408. Muy pronto se constituyeron Asociaciones en algunos de los nuevos barrios, con el objetivo exclusivo de mejorar urbanística e infraestructuralmente la zona (agua, iluminación, etc) la de Sant Josep se creó en 1961 y la de la Guàrdia en 1968. Los inmigrantes se convirtieron así en propietarios de terrenos, por un precio muy bajo, ubicados en lugares de complicada topografía y nulo valor urbanístico, con pagos a plazos y condiciones de contrato donde asumían toda responsabilidad de lo que allí ocurriese. En los 70 se produjo la principal subdivisión de terreno sin ninguna previsión previa de estructura urbana. Lo cual provocó una importante fragmentación parcelaria y generó una gran diversificación de tipos de parcela y edificación en el barrio. (4) El plan comarcal redactado en el 53, mantuvo la ilegalidad/marginalidad de la zona al no reconocerla como zona urbana, pero el PGM del 1976, respondiendo a la gravedad de la situación, definió el barrio de Sant Josep con la calificación genérica de “Renovación urbana”, condición que exige la elaboración de un Plan Especial de desarrollo del planeamiento vigente. En 1979, el Ayuntamiento convocó el concurso para la redacción del PERI de San José. La zona, según el PGM abarcaba una superficie de 35 ha, de las que 28 ha se definían dentro del ámbito de planeamiento y el resto se consideraba de áreas verdes o de repoblación forestal. El proyecto ganador del concurso planteó la necesidad de incluir otras 33 ha en el ámbito de planeamiento por considerarlas parte del barrio, a efecto de repartir costes y beneficios, aunque manteniendo la calificación definida por el PGM. El proyecto en cuestión, aportaba un estudio exhaustivo de la situación real del barrio, a través de unas encuestas realizadas directamente a los vecinos. Por otra parte, definía un proceso de ejecución de 5 años, elaborado por fases, con el objetivo de obtener una mejora progresiva y continuada del barrio. Se pretendía un cambio gradual asimilable tanto por los mismos residentes como por el resto del municipio.
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