Sira Hernández Corchete - I Congreso Internacional de Estudios

Transcripción

Sira Hernández Corchete - I Congreso Internacional de Estudios
EVOLUCIÓN
DE
LA
PUBLICIDAD
INSTITUCIONAL
GRÁFICA
DE
LAS
FUERZAS ARMADAS. DE LA CULTURA DEL
RECLUTAMIENTO A LA CULTURA DE
DEFENSA
Sira Hernández Corchete
Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza
[email protected]
Resumen:
Hace treintaaños, las Fuerzas Armadas españolas comenzaron
un proceso de profunda transformación a partir de los principios de
modernización,
profesionalización
e
internacionalización.
Lareducción y profesionalización de los efectivos, unida a la
reorganización y racionalización de las infraestructuras y a la
renovación tecnológica y funcional trajeron consigo una cierta
redefinición de su identidad corporativa, que la publicidadinstitucional
se encargó de reflejar para configurar una imagen pública del Ejército
que se correspondiese con su nueva realidad.
En la presente comunicación se estudiarán los modos, medios
y mensajes que dicha publicidad ha empleado a lo largo de esta etapa
de transición, que va desde aquelloslejanos inicios marcados por la
necesidad del reclutamiento hasta la actualidad, en la que el Ministerio
de Defensa persigue estratégicamente el fomento de unacultura de
Defensa en la sociedad española.
Nota biográfica de la autora:
Sira Hernández Corchete es Licenciada en Periodismo y
Doctora en Comunicación por la Universidad de Navarra. En la
actualidad, es profesora de Comunicación Corporativa en el Centro
Universitario de la Defensa de Zaragoza. Es autora de La historia
contada en televisión. El documental televisivo de divulgación
histórica en España (Gedisa, 2008) y editora de la obra colectiva La
Guerra Civil televisada. La representación de la contienda en la
ficción y el documental españoles (Comunicación Social, 2012).
Palabras clave:
Publicidad institucional/ Fuerzas Armadas españolas/ identidad
e imagen corporativa/ reclutamiento/ cultura de Defensa
1. INTRODUCCIÓN
Desde su creación en 1977, la comunicación
institucional del Ministerio de Defensa español ha estado
indisolublemente ligada al proceso de profesionalización y
modernización de las Fuerzas Armadas llevado a cabo desde entonces
por los sucesivos gobiernos democráticos para procurar el desempeño
eficaz de la misión que les otorga la Constitución Española en su
artículo 8.1: “garantizar la soberanía e independencia de España,
defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Enla década delos ochenta, la modernización
estructural del Ejército puso de manifiesto, como apuntan Chicharro y
Gómez García (2014: 224), “la necesidad de redefinir su papel social,
así como de presentarse a los ojos de la ciudadanía como una
organización eficaz, necesaria y funcional en el contexto de la
contemporaneidad”. Para lograr este objetivo y recuperar también la
confianza de los españoles perdida tras la intentona golpista del 23-F,
el Ministerio de Defensacomenzó a incluir entre sus medios de
comunicación “con una sociedad civil que exigía una democratización
de la vida pública” (García López, 2001: 210)la publicidad
institucional.
Como de todos es sabido, este tipo de publicidad, a
diferencia de la estrictamente comercial, no persigue la promoción de
bienes y servicios con fines lucrativos, sino que, a través de la
transmisión de ideas y valores, se orienta a la creación, el
mantenimiento o la modificación entre los llamados stakeholders o
públicos de interés de una empresa, organización o institución de una
determinada imagen corporativa que le permita cumplir con la misión
que la ha inspirado1. De este modo, en las entidades comerciales, la
publicidad institucional sirve de refuerzo a la publicidad convencional
o de producto para apuntalar las ventas, mientras que en las
instituciones públicas, como la que nos ocupa en esta comunicación, y
en las privadas sin ánimo de lucro se integra en el mix de la
comunicación para contribuir a difundir los principios que configuran
la propia identidad corporativa y que, de ese modo, tales instituciones
adquieran la legitimidad y la notoriedad social necesarias para el
desarrollo de su actividady el cumplimiento de sus fines (Vilches
Vivancos, 2010: 192).
1
En contraposición a este concepto inclusivo de publicidad institucional, que en el
mundo anglosajón está representado por la voz corporateadvertising
(Schuman,Hathcote& West, 1991), en España, autores como García López (2001) o
Cortés González (2011) coinciden en reservar dicho marbete para referirse
únicamente a la publicidad que lleva a cabo en los distintos soportes la
Administración Pública. No obstante, este modo más estricto de entender la
publicidad institucional en nuestro país, que pareció quedar refrendado por la Ley
29/2005, de 29 de diciembre, de Publicidad y Comunicación Institucional, al ser
promulgada con esa denominación para regular exclusivamente las campañas
institucionales de publicidad y de comunicación de la Administración General del
Estado, no colisiona con el sentido amplio del término apuntado arriba, sino que,
participando de todas sus características, reduce su ámbito de aplicación a la
publicidad emitida por el Estado.
En consecuencia, como se mostrará en las siguientes
páginas, las campañas publicitarias del Ministerio de Defensa sobre
las Fuerzas Armadas españolas han participado a lo largo de la actual
etapa democrática de la doble naturaleza que, según Martínez Pastor
(2012: 53), posee la publicidad institucional: “funcional, porque
esinformativa, y simbólica, por la imagen de marca que proyecta el
anunciante”.
En efecto, en primera instancia, dichascampañas
resultaron funcionales porquese hicieron ecode los trascendentales
cambios que se iban produciendo durante elcitado proceso de
modernización, tales como la incorporación de la mujer a las Fuerzas
Armadas o la plena profesionalización del Ejército tras la supresión
del Servicio Militar Obligatorio (SMO). No obstante, estas no se
limitaron a proporcionar información, sino queincluyeron un
evidentecomponente persuasivo,debido, sobre todo, a que lacompleta
profesionalización de las Fuerzas Armadas constituyó, según Vicario
Martín (2010: 5), “un hecho histórico de primera magnitud” que
exigió desde el principio “trasladar [de forma eficaz] a la sociedad
española la realidad del nuevo „producto‟ que constituía el soldado
profesional” para conseguirreclutar a hombres y mujeres jóvenes que
quisieran incorporarse al nuevo modelo de Ejército en construcción.
Aunque por la reducción de efectivos y la supresión del
SMO, necesariamente, las primeras campañas estuvieron dirigidas a
mostrar la oferta de empleo público que constituían las Fuerzas
Armadas, poco a pocoel Ministerio de Defensa también aprovechó la
publicidad institucional en su dimensión simbólica “para posicionar su
imagen de marca a través de valores como la confianza o la
credibilidad”(Martínez Pastor, 2012: 53).
En este sentido, a una serie de campañas dedicadas a
ofrecer la imagen de un Ejército“más flexible, moderno y altamente
tecnificado y, por ello, capaz de adaptarse con rapidez a las
necesidades cambiantes de los nuevos tiempos” (Vicario Martín,
2010: 5), le siguieron otras diseñadas parapromover la cultura de
seguridad y defensa entre los ciudadanos. Estas trataron de favorecerla
identificación de la sociedad con sus Fuerzas Armadas, dando a
conocer, sobre todo, de forma visual, sus tradicionales valores
ysusnuevas misiones tras la integración en estructuras multinacionales
para hacer frente de un modo operativo a los nuevos retos en defensa
y seguridad en un escenario internacional cada vez más globalizado.
Si bien las primeras acciones publicitarias consistieron
únicamente en planas gráficas de prensa para informar de las
convocatorias de plazas para voluntarios especiales, el Ministerio de
Defensa enseguida incluyó en su estrategia de medios spots
televisivos, cuñas radiofónicas y publicidad exterior, que
contribuyeron a hacer más atractiva la oferta a los futuros aspirantes a
soldados profesionales.Posteriormente, las citadas acciones above-theline realizadas en los medios de comunicación de masas se
complementaron también con novedosas acciones below-the-line,que
incluyeron
el
determinante
lanzamiento
de
la
web
soldados.com/marineros.com a finales de 2002, el marketing directo,
el patrociniodeportivo y la organización de eventos.
A pesar de la variedad de soportes empleados en la
publicidad institucional de las Fuerzas Armadas españolas,aquí se
abordará únicamente el estudio de uno de ellos: las gráficas de prensa.
Esta decisión se explica por dos motivos: en primer lugar, porquela
limitación del espacio impide acometer en profundidad el análisis
formal y de contenido de laspiezas publicitarias difundidas a través de
todos los medios; y, en segundo término, porque las gráficas, al
constituir el único soporteutilizado desde el principio por el Ministerio
de Defensa, permiten trazar de forma completa y precisa la evolución
que, respecto a los mensajes y a la estrategias creativas, ha sufrido este
tipo de publicidad.
2. LA PUBLICIDAD INSTITUCIONAL DE
FUERZAS
ARMADAS
ESPAÑOLASPARA
RECLUTAMIENTO (1989-2007)
LAS
EL
En sus inicios, la actividad publicitaria del Ministerio
de Defensa estuvo totalmente marcada por las necesidades de
reclutamientosurgidas tras la puesta en marcha del proceso de
modernización del ejército español para adaptarlo al nuevo marco
democrático nacional y al cambiante contexto geoestratégico
internacional.
Entre otras prioridades, dicha modernización supuso
abordar, en primera instancia, el problema de “unas Fuerzas Armadas
sobredimensionadas” (Serra, 2014: 3), mediante una significativa
reducción de efectivos que se inició ya durante el gobierno ucedeísta
de Calvo Sotelo; y continuó, de manera progresiva,durante los
gobiernos socialistas de Felipe González.
Esta sustancial merma de recursos humanos en el ejército
español, justificada en buena medida por la culminación, tras el
referéndum de 1986, del ingreso de Españaen la OTAN, se tornó, sin
embargo, en un contratiempo antes incluso de que terminara la década
de los ochenta, dado que, a pesar de la reducción dela duración del
Servicio Militar Obligatorioprimero de quince a doce meses, y
después, de doce a nueve, recogidas, respectivamente, en la Ley 19/84
delServicio Militar, de 8 de junio; y en laLey orgánica 13/1991, de 20
de diciembre, del Servicio Militar, el número de jóvenesdispuestos a
hacer “la mili”entonces iba decreciendo al mismo ritmo que
aumentabaen España laobjeción de conciencia y la demanda socialde
la profesionalización de las Fuerzas Armadas (Bernete, 2003:85)2.
2
El progresivo aumento de los objetores de conciencia y los insumisos desde finales
de los ochenta y el imparable proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas
españolasiniciado con la promulgación de la ley 17/1989, de 19 de julio, reguladora
del Régimen del Personal Militar Profesional, acabaron con la supresión del Servicio
Militar Obligatorio en 2001.Aunque la disposición adicional decimotercera de la
Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas
estableció la suspensión de la prestación del SMO, regulada en la Ley orgánica
13/1991, del Servicio Militar, a partir del 31 de diciembre de 2002, el Real Decreto
247/2001, de 9 de marzo,adelantó en un año dicha suspensión, arguyendo que el
2.1. Las primeras campañas de reclutamiento (1989-1998).
Del voluntario especial al militar de empleo
Paracomenzar a dar respuesta a este clamor popular
ylograrel grado de legitimidad social necesario para la consecución
delnuevo modelo de Fuerzas Armadas;y, sobre todo, para no dejar de
dotar al ejército de unos efectivos que pudieran garantizar, llegado el
caso, la defensa nacional,el Ministerio de Defensadiseñópara losaños
noventa un sistema de reclutamiento “mixto”que, dirigido a la
captación tanto de voluntarios especiales como de soldados
profesionales, se apoyó en la publicidad institucional.
Las campañas publicitarias de reclutamientotuvieron,
por lo tanto, durante el inevitable periodo de transición del “modelo
mixto” al “modelo profesional” un doble objetivo: primero,
promoverla incorporación de soldados a las Fuerzas Armadas
mostrando a los jóvenes españoles la oferta de empleo que estas
constituían; y, segundo, trasladar a la opinión pública la idea de su
gradual profesionalización para adecuarlas a las necesidades
sociopolíticas del presente. Además, a medida que se concretaron los
avances en esta dirección, la “propuesta de venta”también evolucionó,
y de la representación del Ejército como “un trabajo más” en las
gráficas de las convocatorias de voluntarios especiales de 1989 y 1990
se pasó a la de“una profesión con futuro” a partir de la primera
campaña de reclutamiento de militares de empleo en 1992.
a) Un trabajo más: “Empieza a trabajar” y “No te quedes
parado”
Las primeras gráficas de prensa del Ministerio de
Defensa estuvieron dirigidas al reclutamiento de voluntarios
especiales, una figura contemplada en la ya citadaLey 19/84 del
Servicio Militar3, que sería desarrollada posteriormente por el
reglamento 611/1986. En el artículo 18 de la sección tercera, la ley
exponía que este voluntariado tenía“por finalidad cubrir, en cada
Ejército, determinados puestos de especialidades o la totalidad de las
plantillas de las unidades especiales” que se determinaran en cada
caso, a los queno podían acceder los soldados de reemplazo al
considerarse insuficiente el tiempo de instrucción cualificada que
recibían durante la prestación del servicio militar en los doce meses
que aquella estipulaba. En definitiva, se trataba de una figura de
transición, que, no obstante, permitía ir cubriendo la necesidad
creciente de efectivos al tiempo que materializaba “la
nivel de profesionalización de las FAS alcanzado entonces y las previsiones que
existían sobre este hacían “oportuno” proceder a ella en ese momento.
3
No obstante, como recuerda José Miguel Quesada (2013: 6), el voluntariado
especial no surge con esta ley, sino que ya “había sido creado mediante la ley de
1968, pero su utilización quedó prácticamente limitada a unos cientos de expertos al
año con destino en el Ejército del Aire, así como algunos efectivos que reforzaron
las plantillas de la Guardia Real y de la Guardia Civil”.
profesionalización parcial de las Fuerzas Armadas de la que tanto se
había venido hablando hasta entonces” (Quesada, 2013: 6)4.
Como se puede ver en los ejemplos 1 y 2,
correspondientes a gráficas de 1989 y 1990, respectivamente, el
claimobeneficio que, en ambos titulares, se utiliza como reclamo
publicitario para la captación de voluntarios especiales es la “mera”
posibilidad de trabajar. De ese modo, el trabajo militar comparece en
estas primeras gráficas como “un trabajo más”, y las Fuerzas Armadas
como “una empresa cualquiera”que ofrece estabilidad y seguridad
asociados a un contrato y un sueldo.
A pesar del tono apelativo de sus titulares, que
coinciden en utilizar el modo imperativo en la segunda persona del
singular, “Empieza a trabajar” y “No te quedes parado. Empieza a
trabajar”, para connotar de valores positivos la oferta que se detalla en
el cuerpo (Robles Ávila, 2004: 53), ambas gráficas son,
eminentemente, informativas y, sorprendentemente,dado el target o
público objetivo al que se dirigen, los jóvenes, poco o nadavisuales.En
efecto,el peso de la información, que, por otra parte, se ciñe a la
convocatoria deplazas, sin hacer mención alguna a los principios que
identifican al anunciante o promotor, recae sobre el código lingüístico.
No es de extrañar que así sea en la gráfica 1, ya que
utiliza como contenedor de los datos esenciales el formato del género
publicitario más primitivo y menos visual de todos: el anuncio por
palabras. Eso sí, a pesar de ser menos atractivo,el recurso del
“recortable sacado de la sección de empleo de un periódico” favorece
que el mensaje llegue al destinatario de manera clara y directa. En el
segundo caso, gana protagonismo la imagen sobria de un teléfono
descolgado junto al prominente número que hay que marcar para
solicitar la plaza, ya que rompe la contigüidad textual entre el titular y
el cuerpo del anuncio; sin embargo, informativamente,noaporta nada,
ya que solosirve de refuerzo a la incitación a la acción formuladade
modoverbal en el titular.
Por tratarse de publicidad institucional, llama la
atención en estos primeros anuncios de prensala ausencia de
referencias a laidentidad corporativa de las Fuerzas Armadas; no
obstante,en un nivel más estratégico, tal
omisiónqueda justificada por el momento
histórico de transformación y redefinición
en el que se encontraba entonces el
Ejército en nuestro país. Si bien sus
valores
corporativos
o
institucionales(Berrio, 1997: 127-170)
permanecíaninmutables,
los
cambios
4
La Ley 17/1989, de 19 de julio, reguladora del Régimen del Personal Militar
Profesional, establece la conversión a militares de empleo de la categoría de tropa y
marinería profesionales a “los voluntarios especiales que lo soliciten durante el
tercer año de su servicio”; mientras que la Ley orgánica 13/1991, de 20 de
diciembre, del Servicio Militar, regula, en su disposición adicional sexta, la
adaptación automática de los voluntarios especiales a “militares de empleo de la
categoría de tropa y marinería profesionales, manteniendo sus compromisos y los
derechos que tuvieran adquiridos, así como su régimen retributivo”.
estructurales, tecnológicos y funcionales que se estaban tramitando y,
sobre todo, el modelo mixto aúnvigente en aquellos años quizá no
aconsejaban, como sí lo harán las campañas dirigidas a soldados
profesionales, la proyección de una imagen más precisa y definida de
las Fuerzas Armadas españolas.
Gráfica 1 (1989)
Gráfica 2 (1990)
b) Una profesión
con futuro: “Serás lo que
tú quieras” y “Para
nuestra mejor defensa”
Tras
la
aprobación, por elReal
Decreto 984/1992, de 31
de julio, del Reglamento
de Tropa y Marinería
Profesionales
en
las
Fuerzas
Armadas,el
Ministerio de Defensa
lanzóen
octubre
su
primera
campaña
multimedia
para
publicitar,
bajo
el
ambicioso eslogan “Serás
lo que tú quieras”,
laprimera convocatoria de militares de empleo de la categoría de tropa
y marinería profesionales.Dicha campaña que, como las que le
seguirían a lo largo de la década, consistió en un spoty varias piezas
gráficas, se propuso superar a las precarias ypoco exitosas incursiones
publicitarias realizadas hasta ese momento para la captación de
voluntarios especiales; ymostró como primer elemento visual
novedoso, por cuanto suponía comenzar a construir la identidad visual
corporativa del nuevo modelo de Fuerzas Armadas, un
logotipo5diseñado ad hoc por las tres agencias encargadasde
suejecución: DMBB, Walter Thompson y Tactics.
Aparte de incorporar el logotipo, en el plano visual, los
anuncios de prensa de dicha campaña también comenzaron a
introducir otros elementos que iban a resultar imprescindibles para
proyectar en el imaginario colectivo la imagen del ejército moderno en
el que se estaba trabajando el Ministerio. Dichos elementos no podían
ser otros que los rostrosde los hombres y las mujeres –quienes, a partir
5
Este logotipo preside desde entonces todas las acciones publicitarias de las Fuerzas
Armadas, si bien ha sido sometido a algunas actualizaciones simbólicas y, sobre
todo, nominales para adaptarlo a la realidad histórica del conjunto de cuerpos
encargados oficialmente de la defensa nacional. A lo largo de su proceso de
profesionalización, esta organización del Estado recibió en dicho logo tres
denominaciones distintas: “Fuerzas profesionales” (1992-1996), “Fuerzas Armadas
profesionales” (1997-2001) y el actual nombre de “Fuerzas Armadas”, incluido en
2002 al completarse la profesionalización de los Ejércitos de Tierra y del Aire, de la
Armada y de la Guardia Civil.
de ese año 92 pueden incorporarse a las FAS como soldado y
marinero6–que representaban la figura emergente del soldado
profesional.
En consecuencia, a partir de entonces, la imagen
adquiereun protagonismo del que carecíahasta entonces. Este
protagonismo se advierte no solo en el mayor espacio que va a ocupar
en el conjunto del anuncio, como demuestran las gráficas 3 y 4,
correspondientesa sendas campañas de 1997 y1998, sino sobre todo,
en la función informativaque empieza a desempeñar, no tanto en el
plano referencial, puesto que el código lingüístico sigue siendo el
canal prioritario para acceder a la información sobre la convocatoria,
como en el simbólico o evocador, ya que, por ejemplo, en la gráfica 4,
dicha imagen nos “habla” implícitamente de un ejército renovado, en
el que por fintiene cabida la mujer.
Además de incorporar el componente seductor de la
imagen, las gráficas de 1992 añadenun“argumento de venta”más
sugerente para la consecución del reclutamiento que, en última
instancia, no es sinoel reflejodel paso adelante en la profesionalización
de las Fuerzas Armadas dado en ese año. Así, pues, a partir de esa
campaña, el Ejército deja de proyectarse como un simple“trabajo”, es
decir, como la vía para la adquisición de unos ingresos económicos–
que, como ya se ha mencionado, había sido el reclamo publicitario
central en las campañas del voluntariado especial–, para pasar a
mostrarse como una “profesióncon futuro”, esto es, como un empleo
de largo recorrido que exige al solicitante unos conocimientos o
saberes especializados para resolverproblemas concretos y que, por
ello, goza de un mayor reconocimiento social.
Este nuevo concepto profesional del Ejército se
sintetiza en el citado eslogan “Serás lo que tú quieras”, promesa que
se argumenta con las “más de 100 salidas profesionales” que existen
dentro de las Fuerzas Armadas, y que cierra cada gráfica tras incitar al
público objetivo a incorporarse a ellas. Si bien en el lenguaje
ordinario, el futuro imperfectoexpresa siempreque existe una dosis de
incertidumbre y que nunca se puede estar seguro de la realización de
la acción descrita, en la publicidad este tiempo verbal se usa para
expresar hechos venideros que se muestran como de seguro
cumplimiento, sobre todo, porque suelen aparecer precedidos, como
en el caso que nos ocupa (“Serás”), de enunciados en los que anteshay
6
Si bien las mujeres tenían permitido el acceso a determinados Cuerpos y Escalas
militares desde la promulgación del Real Decreto-ley 1/1988, de 22 de febrero, por
el que se regulaba la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas, y desde 1989
también habían dejado de ser excluidas de las convocatorias de voluntarios
especiales, su incorporación efectiva como soldados profesionales de tropa y
marinería se hace realidad con el Real Decreto 984/1992, de 31 de julio, por el que
se aprueba el Reglamento de Tropa y Marinería Profesionales en las Fuerzas
Armadas.No obstante, como recuerda Caballud Hernando (2014: 2), este reglamento
todavía pone límites a los destinos del empleo militar de la mujer, que queda
excluida de aquellos de tipo “táctico u operativo en determinadas unidades (como la
Legión, operaciones especiales, paracaidistas y cazadores paracaidistas por razones
propias de sus condiciones físicas y biológicas)”.
un imperativo (“Incorpórate”). De este modo, como señala Robles
Ávila (2004: 41), “el futuro muestra la consecuencia que sigue a la
realización de la orden”.
Este hiperbólico eslogan, que se mantuvo en varias
campañas publicitarias más, pareció surtir el efecto deseado: para la
convocatoria de 3.028 plazas de 1992, el Ministerio de Defensa
recibió 12.228 solicitudes, lo que supuso una media de más de cuatro
aspirantes por plaza, suficiente, por lo tanto, para poder llevar a cabo
una selección adecuada.No obstante, estas alentadoras cifras, que
llegaron incluso a ser mejores entre 1993 y 1998, años en los que la
media desolicitudes por plaza se sitúo en 6,64 (Navajas Zubeldía,
2004: 185), convivieron con el escepticismo instalado en la sociedad
española respecto a la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas
profesionales y plenamente operativas tras producirse la caída del
Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría.
Por eso, hacia el final de la década, las gráficaspara el
reclutamiento de soldados de tropa y marinería profesionales,si bien
mantuvieron el reclamopublicitario esgrimido en 1992 respecto de la
posibilidad de escoger el futuro profesional dentro del Ejército, como
bien demuestra el titular “Elige tu destino” dela gráfica 3,también
comenzaron aintroducirmensajes corporativos que lograran trasladar a
la opinión públicala razón de ser de las nuevas Fuerzas Armadas
españolas en el contexto nacional e internacional en los albores del
siglo XXI.
El mejor botón de muestra del viraje al que se acaba de
aludir es el eslogan empleado en la citada gráfica de 1997, y que
también se repitió en las campañas de reclutamiento de 1998: “Para
nuestra mejor defensa”. Este, lejos de hacer recaer, como el de 1992,
el beneficio de la incorporación al Ejércitoúnicamente en el propio
solicitante (“Serás lo que túquieras”), extrapola la ganancia a la
sociedad en su conjunto, como se infiere del uso del pronombre
posesivo “nuestra” en la primera persona del plural. Es decir, en
1997, la publicidad institucional gráfica ya no muestra solo a las
Fuerzas Armadas como garantes del futuro de los propios reclutados,
sino como garantes del futuro y la seguridad de todos.
En este sentido, además de reseñar, como hace el
cuerpo del anuncio de la cuarta gráfica, la prioritaria función de las
Fuerzas Armadas en la protección de “la vida y la paz de todos los
españoles”, en el ocaso de la década, la publicidad institucional
gráfica tratará de legitimar la existencia del Ejército poniendo de
relieve el importante papel pacificador y humanitario llevado a cabo
en las “nuevas misiones” realizadas fuera de las propias fronteras en el
marco de las Naciones Unidas.
Al constituirse la proyección internacional en una de las
principales señas de identidad del nuevo modelo de Fuerzas Armadas
dibujado por el Ministerio de Defensa,y, sobre todo, al gozarde una
gran acogida por parte de la población española la labor humanitaria
realizada en las misiones de paz, y más concretamente en la que en
aquellos momentos realizabanlos cascos azules españoles en BosniaHerzegovina (Pérez Moreno&AspizuaTurrión, 1997: 194), dicha
proyección exterior se utilizarátambién a partir de entonces para poner
en valor a un Ejército necesitado del respaldo social para cumplir de
forma eficazcon su cometido defensivo.
Gráfica 4 (1998)
Gráfica 3 (1997)
2.2. Las campañas de reclutamiento de soldados
profesionales (1999-2007). La puesta en valor de las Fuerzas
Armadas
El año 1999 supone un punto de inflexión en la
publicidad institucional de reclutamiento delas Fuerzas Armadas
españolas, ya que fue entonces cuando, según Vicario Martín
(2010:5), se “comenzó a trabajar en grandes campañas publicitarias
que supusieron una importante presencia en medios y la realización de
una gran diversidad de acciones”. En el plano creativo, el cambio
también fue decisivo. A partir de ese año las campañas de captación
de soldados profesionales se convierten, de facto, en campañas de
imagen para poner en valor a las Fuerzas Armadas como institución
moderna eindispensable, y conseguir, de ese modo, que la percepción
que de ellas tenía la sociedad española se correspondiera con la nueva
realidad que constituíanen medio de dicha sociedad. Aunque son
muchos los valores que tales campañasdestacan, a continuación se
analizan tres de los más importantes que la publicidad asocia a su
modernización: su carácter democrático,profesionaly humanitario.
a) Un ejército con igualdad de oportunidades
A pesar de que, comohemos señalado, la imagen de la
mujer ya se había utilizado como signo de modernidad en la
publicidad orientada al reclutamiento desde que en 1992 se produjo su
incorporación a las FAS como soldado profesional de tropa y
marinería,dicha publicidad no pudo “vender” hasta 1999 la igualdad y
la no discriminación por razón de sexo como uno de los principios
identitarios del renovado Ejército español.
Tras la promulgación de la Ley 17/1999, de 18 de
mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, que suprime
definitivamente las limitaciones de la mujer para incorporarse a
cualquiera de los destinos profesionales existentes en las Fuerzas
Armadas que subyacían en el Reglamento de Tropa y Marinería
Profesionales en las Fuerzas Armadas aprobado en 1992 (Caballud
Hernando, 2014: 2), la igualdad de oportunidades entre las mujeres y
los hombres para trabajar en el Ejército se convierte en una realidad y,
por lo tanto, pasa a explotarse publicitariamente para transmitir la idea
de su completa democratización.
La gráfica 5, correspondiente a la campaña “Mujer en
el Ejército” de ese mismo año 1999, concede todo el protagonismo a
la mujer soldado, tanto en el plano visual como en el verbal. En el
primero, su completa integración en las Fuerzas Armadas se pone de
manifiesto simbólicamente mostrando a la protagonista del anuncio en
formación, como una más, junto a sus compañeros de filas varones.
Sin embargo, al mismo tiempo que se pretende ofrecer una imagen de
la “normalizada” presencia femenina en cualquier destino profesional
del Ejército –objetivo que se logra al elegir una fotografía de “una
casco azul”–, la gráfica también quiere subrayar la renovada
inserciónde la mujer en las Fuerzas Armadas. Esta segunda finalidad
se logra haciendo que su rostro sobresalga de entre los demás y sea el
único perceptible con nitidez. Esta circunstancia permite poder
atribuirle, sin necesidad de entrecomillarlo, el testimonio que contiene
el titular, recurso discursivo que se barajó, según Vicario Martin
(2010: 33), como “la mejor manera de mostrar claramente y en
primera persona que las Fuerzas Armadas estaban cambiando”.
Posteriormente, el Ministerio de Defensa impulsó otras
campañas para mostrar la situación de igualdad en la que se
encontraban las mujeres con respecto a los hombres en las Fuerzas
Armadas. Por ejemplo,en marzo de 2006, lanzó una con motivo de la
celebración del Día de la Mujer Trabajadora para comunicar la red de
guarderías y centros infantiles abierta por las FAS en muchos
cuarteles para favorecer la conciliación familiar y fomentar la
inserción femenina en el Ejército; yen 2008, también promovió otra
para conmemorar los 20 años de la incorporación de la mujer a las
Fuerzas Armadas. Sin embargo, ninguna de ellas tuvo el impacto y la
repercusión social deaquella primera de 1999, quizá porque el mensaje
que portaba resultaba en aquel entonces trascendentalmente novedoso
y, porque, además, el eslogan bajo el que se presentó, “Todo lo que te
propongas”, a pesar de resultar muy comprometido por comenzar con
el cuantificador “todo” característico de las aserciones absolutas
(Ferraz Martínez, 1995: 43), hacía en este caso más justicia que nunca
a la realidad.
Por otra parte, la imagen de la naturaleza abierta e
inclusiva del nuevo modelo de Fuerzas Armadas se proyectó también
con la publicidad institucional dirigida a la captación de soldados
extranjeros para completar los cupos estipulados. La primera
convocatoria de plazas, que siguió a la aprobación del Real Decreto
1244/2002, de 29 de noviembre, por el que se aprobaba el Reglamento
de acceso de extranjeros a la condición de militar de tropa y marinería,
tuvo lugar en 2004 bajo el lema “Un mundo de oportunidades… ahora
también para ti”. Esta campaña trató de reflejar, como en el caso de la
comentada “Mujer en el Ejército” de 1999, la igualdad de
oportunidades existente y la no discriminación, en este caso, por razón
de nacionalidad, de ninguna persona dentro del Ejército español.
b) Un ejército profesional y cualificado
El 1 de enero de 2002 se profesionalizan
completamente las Fuerzas Armadas por la supresión del Servicio
Militar Obligatorio7. Este hito se aprovecha para poner de nuevo en
valor al Ejército como una profesión de y con futuro,mensaje en el
que, por lo demás, se venía incidiendo desde el comienzo del proceso
de profesionalización. A la hora de lanzar la campaña, se hace
especial hincapié en la formación –a la que alude metafóricamente la
gráfica 6 al denominar aula magna al portaaviones Príncipe de
Asturias que muestra la imagen–; y la especialización que se ofrecía
en las Fuerzas Armadas a los aspirantes, debido, entre otras razones, a
la creciente tecnificación y modernización de los medios utilizados
por sus profesionales para desarrollar su labor. El valor que se pone en
juego aquí es, por lo tanto, la propia profesionalización de las FAS,
que se plasma en el más que explícito eslogan “El valor de un
profesional”.
Por otra parte, la idea fuerza de que la
profesionalización y la cualificación de todos sus miembros se está
convirtiendo en seña de identidad de las nuevas Fuerzas
Armadasespañolas también se transmite a la sociedad a través de las
campañas de reclutamiento dirigidas específicamente a los titulados
universitarios, que, bajo el lema “Dale valor a tu título en las Fuerzas
Armadas”, promueven la incorporación de los licenciados al Ejército
como oficiales de carrera u oficiales de complemento.
7
En el ámbito legislativo, el proceso de profesionalización iniciado, como se ha
mencionado, con la Ley 17/99 de Régimen Personal de las Fuerzas Armadas, que
estableció la suspensión del Servicio Militar Obligatorio, se completócon la Ley
8/2006 de Tropa y Marinería y la Ley 39/2007 de la Carrera Militar.
Gráfica 5 (1999)Gráfica 6 (2002)
c) Un ejército pacificador y humanitario
Además de su democratización y profesionalización,
otro de los argumentos que, con más frecuencia, han empleado las
campañas de reclutamiento para propiciar la estima y consideración
delas Fuerzas Armadasha sido, comoya hemos apuntado,la progresiva
proyección internacional de los soldados españoles.
A medida que se intensificaba la participación de los
ejércitos nacionales en las misiones de paz, el Ministerio de Defensa
se vio en la obligación de llevar a cabo una política de comunicación
más activa que consiguieratrasladar a la opiniónpública la idea de que
“quien amenaza nuestra seguridad no está al otro lado de una línea o
frontera, no está en ningún sitio determinado, puede surgir
prácticamente en cualquier lugar” (Feliu Ortega, 2006: 21-22), y de
que, en consecuencia,es necesario mudar el tradicional concepto de
defensa nacional por el de “seguridad humana”. Este nuevo concepto,
que pone el foco en las personas y no en la defensa militar del
territorio, es, precisamente, el que, según el citado autor,justifica la
intervención de las Fuerzas Armadas en distintos estados “para
proteger los derechos fundamentales de los individuos que son
víctimas de abusos y agresiones cualquiera que sea su nacionalidad y
sin necesidad del consentimiento expreso de sus gobiernos”.
Es evidente que, dentro de la política de comunicación
ministerial, la publicidad destinada al reclutamiento no va a serel
contenedor de grandes discursos sobre el nuevo concepto de
seguridad, sino que su misiónva a ser mostrar la cara más humana y
solidaria de las Fuerzas Armadas. Precisamente, en la “rompedora”
campaña de 2006, lanzada bajo el eslogan “El cambio que tú quieres”,
los valores de la solidaridad y la utilidad social van a servir como
reclamo publicitariotanto para el público objetivo, los jóvenes, a los
que se les propone labrarse un futuro en una institución que asume su
fuerza motriz, su espíritu inconformista y su capacidad de impulsar
grandes cambios sociales; y al conjunto de la sociedad, de la que se
busca “el reconocimientoa la labor y el compromiso internacional de
nuestros ejércitos” (Vicario Martín, 2010: 133).
Desde el punto de vista visual, las gráficas 6 y 7
proponen una simbiosis entre las Fuerzas Armadas y los citados
valores al emplear como fondo “códigos militares, como el camuflaje,
para presentar misiones o acciones humanitarias” protagonizadas por
soldados españoles (Vicario Martín, 2010: 136). Dicha asociación de
ideas se estimula no solo a través de loscategóricos titulares“Cambia
tu forma de ver la Armada” y “Cambia tu forma de ver el Ejército del
Aire”, que invitan a un lector genérico, mediante el recurrente uso del
imperativo, a que renueve su percepción de las FAS;sino también del
cuerpo de los anuncios, que interpela específicamente al joven
aspirante a prepararse para convertirse “en uno de los profesionales
más útiles del mundo”.
Sin duda alguna, esta campaña supuso un nuevo giro en
la manera de representar corporativamente a las Fuerzas Armadas, ya
que, si en las anteriores campañas de reclutamiento del siglo XXI,
como “Aquí tienes lo que buscas” (2001), “Demuestra lo que vales”
(2003) o “Hay otros trabajos, pero no se viven como este” (2004), se
había explotado la vía emocional proponiendo a los jóvenes su
incorporación al Ejército como alternativa para superarse a sí mismos
o vivir nuevas experiencias, en esta y en otras posteriores, como la de
2007, lanzada con el eslogan “Por tu futuro. Por el de todos”, el
incentivo no es solo personal, sino también social, lo que, como se ya
ha comentado, contribuye a revalorizar a la propia institución militar8.
8
La puesta en valor de las Fuerzas Armadas por parte de la publicidad institucional
parece haber dado sus frutos en la última década,
ya que, según
concluyeMoréuMunáiz (2014: 3-5), a partir del análisis de las cinco últimas
encuestas "La Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas” (desde 2002 hasta 2011)
llevadas a cabo por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), si bien las
profesiones militares, tanto la de militar de carrera como la de soldado o marinero
profesional continúan siendo menos valoradas por los españoles que otras como
abogado, médico, empresario o profesor, la valoración de ambas es la que ha tenido
una tendencia creciente más acusada entre los años estudiados. Por otro lado, en esa
misma década, según el cruce de datos de esas mismas encuestas, el porcentaje de
los padres que animarían a sus hijos a hacerse soldados o marineros profesionales
también ha aumentado, hasta alcanzar en 2011 el 47% de los entrevistados.
Gráfica 6 (2006)Gráfica 7 (2006)
3. LAS CAMPAÑAS DE PROXIMIDAD DE LAS FAS
(2008-2014). HACIA LA CONSECUCIÓN DE UNA CULTURA
DE DEFENSA
El año 2008 supuso un nuevo cambio en la concepción
de las campañas publicitariasdel Ministerio de Defensa. A partir de
este año, y como consecuencia dela Directiva Nacional 1/2008,cuya
directriz “d” se refiere a la necesidad de “fomentar y promover la
cultura de seguridad y defensa en la sociedad, propiciar un mayor
conocimiento del papel que nuestra Constitución otorga a las Fuerzas
Armadas y promover el más amplio apoyo de los ciudadanos a sus
Ejércitos”, dichas campañasdejaron de ser, en sentido estricto, de
reclutamiento, para pasar a ser denominadas “Campañas de
proximidad de las Fuerzas Armadas, reconocimiento y apoyo al
reclutamiento”.
En consecuencia, a tales campañasse les asignó de
forma explícita, según el Pliego de Prescripciones Técnicas(PPT)
elaboradopara contratarlas,unobjetivo que,de un modo u otro, como se
ha señalado con anterioridad, ya venían asumiendo en los últimos
años de forma tácitalas hasta entonces llamadascampañas de
reclutamiento: “propiciar el reconocimiento y la cercanía de las
Fuerzas Armadas hacia la sociedad a la que sirven, aumentando el
conocimiento que la misma tiene de los cometidos y las misiones que
realizan”. La consecución de dicho objetivo, que, en definitiva,
consistía enelevar el nivel de cultura de seguridad y defensa en la
sociedad, para poder alcanzar su completa identificación con las FAS,
es lo que, consecuentemente,permitiría, según el mismo PPT,
“incrementar el número de solicitudes y la cualificación de los
aspirantes para las plazas de militares de carrera, militar de
complemento, militar de tropa y marinería y reservista voluntario”.
Este cambio de foco de la consecución de efectivos a la
promoción de una cultura de Defensa exigió una nueva planificación
estratégica de las campañas, en términos creativos y
tambiéntemporales. En esteúltimo sentido, por sus connotaciones
simbólicas, dos fueron las fechaselegidas para el lanzamiento de las
principales campañas de proximidad: el Día de la Fiesta Nacional y el
Día de las Fuerzas Armadas.
a) Día de la Fiesta Nacional: “El valor de servir”
En 1987, la Ley 18/1987, de 7 de octubre, declaró el 12
de octubrecomo “Día de la Fiesta Nacional”, porque esa fecha
simbolizaba“la efemérides histórica en la que España, a punto de
concluir un proceso de construcción del Estado a partir de su
pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España
en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística
y cultural más allá de los límites europeos”.
Diez años más tarde, el Real Decreto 862/1997, de 6 de
junio, por el que se regulaban los actos conmemorativos del Día de la
Fiesta Nacional de España, estableció trasladar al 12 de octubre los
actos más significativos que se venían desarrollandoanualmente el Día
de las Fuerzas Armadas, concretamente, el homenaje a la Bandera y a
los que dieron su vida por España, y la parada militar. La motivación
era, por un lado, conseguir “la plena integración de todos los
elementos históricos y culturales que conforman la nación española”,
entre los que el Ejército, por su historia y su identidad corporativa,
ocupaba un lugar privilegiado; y, por el otro, “resaltar la identificación
de las Fuerzas Armadas con la sociedad a la que sirven, uniendo el
más brillante acto anual de las mismas a los demás de celebración de
este día”.
El
simbólico
protagonismo
adquirido
desde
entoncespor las Fuerzas Armadas en el Día de la Fiesta Nacionalhizo
que el 12 de octubre fuera una de las fechas escogidas por el
Ministerio de Defensa para lanzar una de sus dos principales
campañas de proximidad anuales.Aunqueantes de 2008, dicho
Ministerio ya había aprovechado ese díapara llevar a cabo algunas
acciones publicitarias destinadas al reconocimiento social de la labor
desempeñada por las FAS en defensa de la paz, a partir de ese año
estas campañas ganan en intensidad y, sobre todo, en credibilidad y
autenticidad.
La solución creativa que proponen, por ejemplo, las
campañas de 2008 y 2009 para acercar al Ejército a la sociedad es dar
“voz a los militares y a sus entornos a través de testimonios reales”
(Vicario Martín, 2010: 169). La introducción de testimonios de
militares en los titulares de las gráficas había sido un recurso
utilizadotempranamente en la publicidad institucional de
reclutamiento, como hemos visto en la campaña “Mujer en el
Ejército” de 1999,sin embargo, la novedad de estas nuevas campañas
radica en que incorporan también, como demuestranlas gráficas 8 y
9,los testimonios de los familiares de los miembros de las Fuerzas
Armadas y de varias personalidades públicas, respectivamente9.
Gráfica 8 (2008)
Gráfica 9 (2009)
Los testimonios de los padres, hijos o amigos de los
soldados españoles, además de cumplir con una función informativa,
ya que describen la tarea que aquellos realizan diariamente en cada
uno de sus diferentes destinos –que se muestran en las imágenes–,
desempeñan otra persuasiva. En primer lugar, de ellos se deduce
implícitamente que el militar no está cerca de la sociedad, sino que es
parte integrante de ella: “es mi marido, mi padre, mi hija o mi mejor
amigo”. De ese modo, se fomenta que la sociedad civil se identifique
con la militar. Por otra parte, sus descripcionesno son de ningún modo
asépticas, de hecho, reflejan –de manera más abierta y evidente en el
spot televisivo de la campaña–un sentimiento de orgullo hacia el ser
querido y contienen una valoración positiva de su labor.
Esa valoración positiva se justifica, precisamente, por
la repercusión social de la labor que realizan los militares, reflejada en
el eslogan común a las campañas de ambos años:“El valor de servir”.
Este, como explica Vicario Martín (2010: 170),encierra, además,“un
juego de palabras con un doble sentido, por un lado, el valor y la
valentía, y por otro, la utilidad y el servicio público a la sociedad
como marcas de identidad de la labor de las Fuerzas Armadas”.
El reconocimiento de ese servicio y el respaldo social a
quienes, con valentía, lo ejercen dentro y fuera de nuestras fronteras
9
La campaña publicitaria realizada en 2009 para conmemorar los 20 años de la
participación española en misiones internacionales introdujo, además, los
testimonios de ciudadanos de varios de los países beneficiados en esas dos décadas
por la acción humanitaria de las tropas españolas.
están también en la base de la campaña de 2009 protagonizada por el
entrenador de la Selección Española de fútbol Vicente del Bosque, la
actriz Concha Velasco o el cocinero Ferrán Adriá, quienesactúan en
este homenaje a las FAS como representantes y portavoces del
conjunto de la sociedad. La premisa implícita en esta campaña,
encabezada por el titular “Conoce tus fuerzas" es que la valoración
positiva o negativa de una institución solo es posible si existe un
conocimiento previo (Díez Nicolás, 1999: 163).Por eso, la imagen de
la gráfica 9 muestra a del Bosque sobre el terreno, participando con
interés de lo que parecen ser las maniobras de un grupo de soldados de
la Brigada Acorazada Guadarrama XII. Este acercamiento al Ejército
es lo que, supuestamente, le permite afirmar con conocimiento de
causaque “ellos entrenan cada mañana no para ganar partidos, sino
para estar al servicio de los demás”.
b) Día de las Fuerzas Armadas: “Nuestras fuerzas”
En 1978, el Real Decreto 996/1978, de 12 de mayo,
estableció, con carácter anual y coincidiendo con la festividad de San
Fernando, el Día de las Fuerzas Armadas, para que la sociedad
pudiera conocer y homenajear a sus Ejércitos y para que estos, a su
vez, pudieran integrarse cada vez más en ella. En ese primer
momento, se decidió que cada año los actos programados,
principalmente, un desfile y un acto en honor a la Bandera,tuvieran
lugar en cada una de las nueve ciudades que entonces eran sedes de
las Capitanías Generales del Ejército de Tierra.
Sin embargo, en 1987, por Real Decreto 530/1987, de
10 de abril, dicha celebración se extendió a todo el territorio nacional,
con lo que el Día de las Fuerzas Armadas quedó configurado como
una jornada de encuentro y comunicación entre los ciudadanos civiles
y militares,en la que, junto a los actos castrenses, comenzaron a
programarse también otras actividades sociales, culturales y
deportivas que contaron con una mayor participación de la población.
Este mismo esfuerzo por acercar las Fuerzas Armadas a
la sociedad ha presidido las distintas campañas publicitarias ideadas
con motivo de “su” día, aunque, estas también han perseguido, como
la propia fiesta, servir de homenaje ala institución militar y, por
supuesto, incrementar la cultura de defensa nacional. Para alcanzar
tales objetivos, la estrategia que han seguido muchas de ellas ha sido
hacer visible el muchas veces callado y desconocido trabajo que los
soldados realizan a diario, valiéndose para ello, como demuestran las
gráficas 10 y 11, pertenecientes a la campañas de 2009 y
2012,respectivamente, de la fuerza de las imágenes, cuyo significado
polisémico se encarga de fijarel texto (Romero, 2005: 84).
En sintonía con la estrategia creativa basada en
testimoniosde las campañas de proximidad de las Fuerzas Armadas,
reconocimiento y apoyo al reclutamiento diseñadas para el 12 de
octubre en 2008 y 2009, la gráfica 10utiliza cuatro testimonios de
soldados pertenecientes a cada uno de los tres Ejércitos y a la Unidad
Militar de Emergencias. Combatir la piratería, rescatar a los pasajeros
de un barco sorprendido por una tormenta, patrullar las calles de Qala
i Naw, en Afganistán, para proteger a población civil de posibles
ataques y ayudar a extinguir un incendio son, según los protagonistas,
sus cometidos en “un día de trabajo cualquiera”, que se reconstruye
gracias a la distribución temporal de sus declaraciones. Además, ese
día, según reza el titular elaboradoa partir de un oxímoron o paradoja
aparente, “dura 365”, ya que, como refrenda el de la gráfica 11, “lo
que hacen nuestras Fuerzas Armadas no se hace en un día”.
Todas las acciones representadas tienen en común que
constituyen un servicio público y diario a la sociedad civil: los
soldados españoles salvan vidas o las protegen de amenazas humanas
o naturales, sin importar cuándo ni dónde surjan.Para este nuevo
concepto de seguridad humanaque el Ministerio quiere difundir y que
llevan a cabo, aun con riesgo de sus propias vidas, los miembros de
“nuestras fuerzas”, como las denomina el eslogan de la gráfica 11 en
un claro intento de identificar a la sociedad con ellas, es para el que
dichos anuncios de prensa piden el reconocimiento y la gratitud en el
Día de las Fuerzas Armadas.
4. A MODO DE CONCLUSIÓN
Como se desprende de lo expuesto en estas páginas, la
publicidad institucional ha reflejado la profunda transformación que,
como institución, hanexperimentado las Fuerzas Armadas españolasen
los últimos treinta años. Las campañasestudiadas han puesto de
manifiesto su reconversión democrática, su plena profesionalización y
su paulatina internacionalización, contribuyendo de ese modo a
modificar la percepciónque la sociedad española teníadel Ejército
español en los inicios de la democracia por su estrecha vinculación al
régimen franquista, actualizada, además, en el imaginario colectivo
tras la perpetración del golpe de Estado del 23-F.
La publicidad institucional de nuestras Fuerzas
Armadas ha ido evolucionando, no solo en los mensajes, sino también
en los soportes y en las estrategias creativas, al ritmo al que lo hacía la
propia institución. La necesidad de captar efectivos suficientespara
completar las filas de los tres Ejércitos durante su proceso de
profesionalización constituyó el principal objetivo de las campañas de
reclutamiento, en las que el soporte aquí analizado, las gráficas de
prensa, fueron haciéndose cada vez más visuales al tiempo que
insertaban como reclamos para la incorporación de los jóvenes a las
FAS no solo el sueldo y el trabajo seguro, sino también la formación y
especialización que se podía adquirir y, por supuesto, los valores
corporativos como la paz, la estabilidad o la solidaridad.
Una vez completada la profesionalización del Ejército,
la atención de las llamadas “Campañas de proximidad de las Fuerzas
Armadas, reconocimiento y apoyo al reclutamiento” se ha dirigido
hacia el fomento de unacultura de Defensa en la sociedad española,
que consiga incrementar el conocimiento por parte de los ciudadanos
de sus Fuerzas Armadas y concite la completa identificación con ellas
y el respaldo y la legitimidad de las nuevas misiones que les han sido
asignadas en el también renovado escenario geoestratégico
internacional.
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