Jefe de Gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard Casaubon

Transcripción

Jefe de Gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard Casaubon
Jefe de Gobierno del Distrito Federal
Marcelo Ebrard Casaubon
Secretaria de Cultura
Elena Cepeda De León
Coordinadora de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural
Guadalupe Lozada León
Archivo Histórico del Distrito Federal
Carlos E. Ruiz Abreu
Fomento Editorial y Literatura
Eduardo Clavé Almeida
Colección Iconografía y Documentos
Serie Archivo Histórico
Primera edición, 2008
D.R. Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal
Hecho en México
Memorias del primer Encuentro de Archivos
del Distrito Federal
Organizar para conservar
Colección
Iconografía y Documentos
Serie
Archivo Histórico
Memorias del primer Encuentro de Archivos
del Distrito Federal
Organizar para conservar
MESA 1
Las leyes de transparencia y acceso a la información pública del país
Archivos y acceso a la información en el Distrito Federal
Maestro Oscar Guerra Ford, Comisionado ciudadano presidente del info df
El resguardo y conservación de los archivos en el marco de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal
Licenciada Areli Cano Guadiana, Comisionada ciudadana del info df
El acceso a la información pública en el Distrito Federal
Mauro Miguel Lara Maldonado, Consejería Jurídica y de Servicios legales
del df
Consideraciones acerca de las obligaciones de los archivos de los entes públicos
del Distrito Federal
Licenciado Carlos Ortiz Paniagua, info df
El sistema de archivos del DF, su viabilidad y su relación con el sistema nacional
existente en el agn
Licenciado Jaime Orozco Barbosa, Cronista de Tlalpan
Archivos y acceso a la información en el Distrito Federal
Maestro Óscar Mauricio Guerra Ford
Comisionado Ciudadano Presidente del Instituto de Acceso
a la Información Pública del Distrito Federal
Síntesis
Sin una adecuada organización de los documentos generados por el gobierno,
difícilmente se podrá garantizar un efectivo acceso a la informacion pública.
Por ello, en la presentación se hará un análisis del acceso a la información
en el país y de la regulación existente en materia de archivos públicos; posteriormente, se expondrá el caso del Distrito Federal, en el que se examinarán
los retos y oportunidades que encara el Instituto de Acceso a la información pública del Distrito Federal para garantizar el acceso a la Información
Pública, cuando se carece de una Ley de Archivos.
Introducción
El proceso de democratización del Estado mexicano, en sus tres ámbitos de
gobierno, ha avanzado de manera considerable en la última década. En este
proceso, la instauración de la transparencia en el sistema jurídico, nacional y
local, ha sido considerada como un cambio trascendental, un parteaguas en
el proceso de construcción de la democracia.
Al permitir que cualquiera pueda acceder a la información que está en
posesión de los órganos de gobierno, se rompe con un status quo, basado en la
discrecionalidad, el uso del poder, la secrecía y la impunidad, actitudes, que
sin lugar a dudas, son contrarias a las sociedades y estados democráticos.
En este contexto, la ley de transparencia para el Distrito Federal, vigente
desde el 2003, se enmarca en la exigencia democrática de transparentar lo
público, optimizar el nivel de participación comunitaria en la toma de deci-
10
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
siones, favorecer la rendición de cuentas, de manera que se pueda valorar
el desempeño de los sujetos obligados y contribuir a la plena vigencia del
estado de derecho.
Sin embargo, la transparencia requiere ciertas condiciones mínimas para
afianzarse en el entramado social: un marco jurídico que garantice el acceso
a la información gubernamental; la obligación de brindar información por
parte de las autoridades e instituciones públicas, un órgano garante en la
materia con autonomía de decisión, mecanismos para sancionar a los funcionarios que oculten información y no rindan cuentas, un sistema que permita
a los ciudadanos acceder a la información gubernamental mediante mecanismos sencillos y de fácil uso, mecanismos que garanticen la tutela de los
datos personales en posesión de los entes públicos, así como el derecho de los
particulares para acceder, rectificar y cancelar sus datos personales; al igual
que una adecuada infraestructura, procesos de organización y preservación
de los archivos.
A pesar de su importancia, los servicios documentales y archivísticos
enfrentan diversos problemas que dificultan su óptimo funcionamiento. Aún
con la reciente reforma al artículo sexto constitucional, éstos son el eslabón
más débil en la cadena de las acciones emprendidas para fomentar la cultura de la transparencia. Esta situación, hasta cierto punto, es “natural”, en la
medida en que nuestro país apenas inicia un complejo proceso de democratización, transparencia y rendición de cuentas, proceso con el que los archivos,
concebidos como bodegas de papeles viejos, aparentemente no tenían relación alguna.
En la actualidad, los servicios documentales deben concebirse como los
cimientos sobre los que contruyen las arquitecturas de la información en
los tiempos modernos. Debemos estar conscientes que sin estos servicios, el
acceso efectivo a la información es, simplemente, impensable.
Es preciso entender que los servicios documentales y archivísticos son elementos esenciales en los proyectos de transparencia y acceso a la información
pública gubernamental, ya que poseen tres características fundamentales de
las que carecen otros servicios de información dentro de la administración
pública. Primero, son un instrumento de gestión, con valor probatorio, de
los sucesos y procesos que vinculan a sociedad y gobierno; segundo, son elementos fundamentales en la construcción de la memoria de las instituciones
públicas y, tercero, son clave en las acciones de transparencia gubernamental
y su correcta operación contribuirá decididamente al fomento de una nueva
cultura de la información y de la propia administración, a escala institucional, social y cultural.
organizar para conservar
11
El acceso a la información y la regulación archivística en México
Difícilmente puede garantizarse el derecho a la información sin la existencia
de un adecuado sistema archivístico y documental. Al respecto, segun la
experiencia internacional, primero se ha reglamentado la cuestión archivística y después el derecho de acceso a la información. Como ejemplo, véase
los casos de Estados Unidos, Polonia, Australia, Canadá, Chile, España y el
Reino Unido.
Sin embargo, ésta no ha sido la experiencia de nuestro país. Primero se
estableció una legislación en materia de acceso a la información, y se dejó
prácticamente de lado el establecimiento de una ley que regule de manera
integral la administración de los sistemas archivísticos.
Como es del conocimiento general, actualmente las 32 entidades federativas y el gobierno federal, cuentan con una regulación específica en materia
de acceso a la información pública. De las 32 entidades: 10 cuentan con una
Ley del Sistema Estatal de Archivos, 8 entidades cuentan con una Ley de
Archivos, 5 con Leyes de Administración de Documentos, 2 con legislaciones
de protección y conservación de documentos, mientras que 7 no cuentan con
una ley específica en la materia, por lo que la regulación se encuentra dispersa en distintos cuerpos normativos.
Aún cuando la regulación existente, tanto en materia de acceso como en
la archivística, tiene elementos dispares dependiendo de la entidad federativa, se verá atemperada con la reciente modificación al artículo sexto constitucional en el que se introducen elementos mínimos con los que debe contar
la legislación en sus tres ámbitos de gobierno.
En esta reforma constitucional, llama la atención la decisión del legislador de establecer claramente en la fracción V del segundo párrafo del artículo sexto que todos los sujetos obligados de las leyes de transparencia,
deberán “preservar sus documentos en archivos administrativos actualizados
y publicarán a través de los medios electrónicos disponibles, la información
completa y actualizada sobre sus indicadores de gestión y el ejercicio de los
recursos públicos”. Esta fracción, agregada al sexto constitucional, evidencía
la relevancia política, jurídica y social que revisten los archivos públicos en
un sistema general de rendición de cuentas.
Esperemos que la fracción V del segundo párrafo del artículo sexto
constitucional se constituya en la simiente para la creación de una ley
nacional y las respectivas locales, en las que se generen las condiciones
necesarias para la preservación de la memoria institucional de las autoridades gubernamentales.
12
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
El acceso a la información pública en el Distrito Federal
Desde la entrada en vigor de la Ley de Transparencia el 15 de junio de 2007,
en el Distrito Federal se han recibido 19,836 solicitudes de acceso, es decir,
120 solicitudes por cada 100 000 habitantes. El número de solicitudes se ha
incrementado año con año, en 2004, se recibieron 2 665 solicitudes, en 2005
4 359, mientras que en 2006 se recibieron 6,621 requerimientos, cifra que
prácticamente se igualó al 15 de junio de 2007, fecha en la que ya se habían
recibido 6,191 solicitudes.
El incremento en el número de solicitudes puede atribuirse a diversos
factores entre los que destacan: la eliminación del requisito de identificación,
en el 2005; la implementación del sistema electrónico infomex, que facilita
la presentación de solicitudes ante todos los entes públicos mediante mecanismos electrónicos y el efecto positivo de la campaña publicitaria del último
trimestre del 2006.
Tan sólo en el 2006, de las 6 089 solicitudes que fueron atendidas por los
entes públicos, 235 fueron negadas porque la información era inexistente, es
decir, fue negado el 3.9 % de las solicitudes por que el ente público no localizó
la información solicitada.
Por otra parte, el número de recursos que se ha presentado ante el Instituto, se ha incrementado año con año. En 2004 se recibieron 21 recursos, en
2005 se interpusieron 68, en 2006 se presentaron 152, mientras que para el 20
de junio de 2007, ya se habían recurrido 269 respuestas.
El aumento en el número de recursos no es sólo numérico, sino también
en relación con el número de solicitudes tramitadas y atendidas, pues mientras en el 2004 se recurrió el 0.8% de las solicitudes, en el 2005, el 1.6 y en
2006, el 2.5%.
Es posible atribuir este incremento en el número de recursos de revisión
a la confianza que los ciudadanos tienen en que el Instituto garantizará, de
manera eficaz, su derecho de acceso. En el 2006, el 64.9% de los solicitantes
que presentó un recurso de revisión, recibió la información que deseaba. Ya
sea porque el Instituto determinó ordenar la entrega de la información sin
costo alguno para el recurrente, cuando hubo omisión de respuesta (6.9%),
porque ordenó la entrega de información faltante cuando la respuesta fue
incompleta (13%), revocó la respuesta del ente, al considerar que la clasificación de la información era errónea (30.5 %); o bien, el ente público decidió
reconsiderar su respuesta y entregar la información durante la sustanciación
del recurso de revisión (14.5%).
De los recursos de revisión que se han interpuesto ante el Instituto, en
contra de las respuestas en las que se señaló que la información era inexis-
organizar para conservar
13
tente, éste encontró que en todos los casos el ente público era competente
para contar con la información, debido a que en algún momento, en cumplimiento de sus atribuciones legales, debió generar, adquirir o administrar la
información solicitada.
La virtual inexistencia de la información es sólo parte del problema. Se
emplea el término virtual cuando no existe la certeza jurídica para determinar si la información ya no existe en los archivos del ente público, o si aún
se encuentra guardada en los almacenes de documentos y no puede localizarse debido a la carencia de instrumentos archivísticos adecuados.
Además de los problemas que genera para los solicitantes la perdida de la
información, los entes públicos enfrentan día a día dificultades para localizar
rápidamente la documentación requerida por los solicitantes; deben invertir
una mayor cantidad de recursos humanos para encontrar la información
dentro de los 10 días hábiles que marca la ley.
Uno de los retos futuros más importantes en materia de acceso es la
oportuna localización de los documentos de interés particular o colectivo de
los solicitantes.
Para el Instituto de Acceso a la Información Pública, la generación de instrumentos archivísticos que den cuenta de la evolución de las instituciones,
de los procesos de toma de decisiones relevantes, así como de los impactos
de las políticas públicas implementados por los gobiernos, es un tema de alta
prioridad.
Conscientes de la importancia que revisten los servicios archivísticos
para el acceso a la información pública en el Distrito Federal, el info df
ha emprendido diversas acciones en materia archivística, entre las que se
encuentran:
−
La elaboración de un diagnóstico general para conocer el estado
actual que guardan los sistemas archivísticos en los entes públicos del Distrito Federal.
−
La emisión de los lineamientos generales en materia de archivos del
Distrito Federal, los cuales son de observancia general para todos los entes
públicos, y cuyas características serán analizadas por la comisionada Areli
Cano.
−
La capacitación de 511 servidores públicos en materia archivística, lo
que permitirá que aquellos encargados de administrar los archivos públicos,
tomen un mayor conocimiento y conciencia de la importancia de la función
que desempeñan en el sistema general de rendición de cuentas.
14
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
−
A partir de septiembre, se pondrá a disposición de los servidores
públicos y del público en general, el manual de autoformación en materia de
archivos.
−
También, a partir de septiembre, los servidores públicos interesados
en estudiar y acreditar el curso en línea sobre los lineamientos generales en
materia de archivos, podrán ingresar al aula virtual del info df.
Los archivos y sus células, los documentos, constituyen, sin lugar a
dudas, el eje central de la transparencia en el Distrito Federal. Cómo pensar
en el acceso a la información, cuando no existe un sistema de organización
adecuado para facilitar la localización, almacenamiento y preservación de los
documentos que contienen las razones de las decisiones públicas, el impacto
de las políticas, los costos del actuar gubernamental. Cómo pensar en una
evaluación del desempeño o en una reconstrucción histórica de los hechos
cuando no hay certeza jurídica del uso y destino de una parte tan importante
del patrimonio del Distrito Federal: los documentos. Más aún, cómo tener
la certeza de que no se están dando de baja documentos con un alto valor
social, cuando no hay constancia fehaciente de los procesos de valoración
documental y de los asuntos decisorios que llevaron a determinar que un
documento o serie documental determinado debe darse de baja y, por ende,
destruido.
Por este motivo, por el legítimo interés de salvaguardar el efectivo
acceso a la información pública y de contribuir a la consolidación de un
Estado democrático, el Instituto de Acceso a la Información Pública trabajará incesantemente para promover una mejor organización de los archivos
del Distrito Federal.
El resguardo y conservación de los archivos
en el marco de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública del Distrito Federal
Areli Cano Guadiano
Comisionada ciudadana del Instituto de Acceso
a la Información Pública del Distrito Federal.
Es innegable que durante los últimos años, la consolidación de la vida democrática en nuestro país y en la Ciudad de México, se ha extendido al plano de
la transparencia y la rendición de cuentas como mecanismos que permiten a
los gobernados involucrarse en las decisiones que afectan a la colectividad.
La nueva institucionalidad democrática además de garantizar la transmisión pacífica del poder, exige la construcción de un andamiaje normativo e
institucional que posibilite el ejercicio del derecho de acceso a la información
pública como palanca de la sociedad para encausar la evaluación permanente
del desempeño de la función pública; es decir, en la actualidad no resulta
suficiente saber que existen reglas claras para acceder al poder, sino también
es necesario conocer la calidad con la que se ejerce la acción gubernamental.
Así, todos los esfuerzos por avanzar en la cultura de la transparencia y
la rendición de cuentas, deben ser producto de un compromiso indeclinable
por construir relaciones políticas más sanas y más justas, en las que el respeto
de las libertades ciudadanas y el cumplimiento de las obligaciones del Estado,
se encuentran asociados al reconocimiento de derechos fundamentales como
el acceso pronto y expedito a la información en posesión de los entes obligados, pero también, al desarrollo del binomio gestión documental y administración de archivos, entendido como un proceso que garantiza el control
y conservación de la información como parte del testimonio y evolución de
las instituciones.
En esta ponencia, realizamos una breve reflexión respecto a la importancia institucional y social que adquiere el resguardo y conservación de los
archivos de los órganos de gobierno y autónomos del Distrito Federal en el
16
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
marco de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Local.
Posteriormente abordamos los principales aspectos que integran los Lineamientos Generales en Materia de Archivos, que en el ejercicio de sus atribuciones fueron emitidos por el Instituto de Acceso a la Información Pública
del Distrito Federal.
Consideraciones generales respecto de la importancia de los archivos
Durante años se han llevado a cabo diversos esfuerzos por mejorar la dinámica de organización y conservación de los documentos que integran los
archivos de todas las dependencias y entidades de la administración pública;
sin embargo, las condiciones han sido adversas, no sólo por el desinterés que
muestran quienes se encuentran al frente de las instituciones, sino porque
adicionalmente persiste la falta de conocimiento técnico-especializado respecto del manejo y tratamiento de los documentos y expedientes como un
bien de dominio público.
Asimismo, la falta de recursos económicos, materiales y de infraestructura, junto con la ausencia de políticas y procedimientos que regulen los
mecanismos para el uso, conservación y preservación de los documentos,
han propiciado el desarrollo de esquemas de organización y conformación de
los archivos que dificultan la toma de decisiones sobre una base documental
confiable y oportuna que, por lo mismo, impiden el acceso expedito de la
ciudadanía a los registros e información en los entes públicos.
Además de sensibilizar las instituciones respecto de la importancia que
tienen los archivos como entidades dinámicas y activas, es necesario poner
en práctica toda nuestra creatividad para desarrollar procedimientos y técnicas dentro de las organizaciones, a fin de manejar los documentos con
arreglo a su utilidad administrativa, a sus características legales o fiscales y a
su manejo como referencia o testimonio.1
Si bien, el Estado democrático debe caracterizarse por la transparencia
de sus actos y por el adecuado uso de los recursos públicos, en un Estado de
derecho el acceso a la información pública no puede ser visto como una abstracción ajena a los principios y métodos que caracterizan la técnica archivística. Por el contrario, la transparencia y la promoción de la cultura archivística responden a una misma intención: “la accesibilidad a la información”,
ya sea como parte de nuestra memoria colectiva, o bien, como elemento distintivo de la práctica democrática.
José Antonio Ramírez Deleón, Administración de documentos: elementos centrales para su
discusión metodológica, JARD Corporativo S. C.
1
organizar para conservar
17
De ahí que la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública
del Distrito Federal (ltaipdf), se considere una de las legislaciones más
avanzadas en la materia, pues debe subrayarse el significado de su espíritu y
aplicación: contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y mejorar
el nivel de participación comunitaria en la toma de decisiones a través de
un acceso libre a la información pública, pero también, coadyuvar desde
un punto de vista normativo y cultural en la organización, clasificación y
manejo de los documentos en posesión de los órganos de gobierno y autónomos del Distrito Federal.
De acuerdo con la ltaipdf, los entes públicos están obligados a crear un
sistema de archivos para localizar con prontitud y seguridad los datos que
generen, procesen o reciban con motivo del desempeño de su función.2
Sin embargo, la Ley de Transparencia contiene algunas bondades que
pueden ser consideradas como un acierto de los legisladores, pues al otorgarle al Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, la
facultad de emitir reglas generales para la generación de datos y archivos, así
como para la conservación de los mismos, puntualizó que las disposiciones
reglamentarias deberían favorecer la clasificación, identificación, restauración y preservación de la información de acuerdo con su naturaleza; obedecer a estándares mínimos en materia de archivonomía facilitar la consulta
de los particulares y permitir la capacitación permanente de los funcionarios
designados por los entes públicos en técnicas archivísticas.3
Este último aspecto es de suma relevancia, pues como lo ha expresado
Georgina Flores Padilla,4 a pesar de los esfuerzos realizados, sigue siendo incipiente el desarrollo de programas de capacitación y profesionalización para
quienes, de forma improvisada, se ven ante la inminente tarea de organizar,
seleccionar, depurar y resguardar los documentos de los entes públicos.
Un ejemplo claro de ello es el número de egresados en archivonomía de la
Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (enba), la única institución educativa en nuestro país que ofrece estudios de licenciatura en dicha
materia: su nivel de formación y titulación presenta un enorme rezago. En
1977, 32 años después de su fundación, el enba contaba apenas con los priArtículo 51, Capítulo II del sistema de archivos del Distrito Federal, Ley de Transparencia
y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, godf, publicada el 28 de octubre de
2005.
3
Artículo 53, op. cit.
4
Georgina Flores Padilla (cesu-Archivo Histórico de la unam), “Perspectivas de los archivos del gobierno mexicano con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental”, en Razón y Palabra, primera revista en América Latina especializada en
comunicación, núm. 44, abril-mayo de 2005, www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n44/
gflores.html
2
18
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
meros dos egresados con título profesional y, para el año 2004, de un total de
751 alumnos egresados, sólo 57 estaban titulados.5 Son cifras desalentadoras
que ilustran tan sólo un aspecto de la realidad que enfrentan los archivos en
la Ciudad de México y en nuestro país.
La Ley de Transparencia es una ventana de oportunidad para conjuntar
esfuerzos para la organización normalizada y homogénea de los archivos de
las instituciones de la administración pública local, con miras a asegurar el
uso correcto, conservación, integridad y preservación de los documentos que
generan, administran o detentan como parte de su quehacer cotidiano.
Principales aspectos de la regulación de los archivos en el marco de la Ley
de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal
En este contexto, el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito
Federal, como órgano autónomo encargado de dirigir y vigilar el cumplimiento de la ley de la materia y de emitir la normatividad que resulte aplicable para el adecuado cumplimiento de sus fines, impulsó la elaboración de
los Lineamientos Generales en Materia de Archivos, los cuales fueron aprobados por el pleno el pasado mes de abril y publicados en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal el 9 de mayo del 2007. Por su especialidad técnica, resultó
fundamental la interacción con profesionales en la materia,6 al igual que con
los representantes de los órganos de gobierno7 encargados de la administraPrograma Integral de Fortalecimiento Institucional 2001-2006 (PIFI versión 3.3.), ENBA, julio 2006,http://www.enba.sep.gob.mx/PIFI/proyectos/PYTO.%20TITULA.VFinternet%20
sr.pdf
6
Para la elaboración de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos, el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, contó con la colaboración del maestro José
Antonio Ramírez Deleón, en su calidad de consultor externo y con la opinión de destacados
especialistas: profesor Nahúm Pérez Paz, director de la Escuela Nacional de Biblioteconomía
y Archivonomía; doctora Patricia Galeana, coordinadora del área de Archivos Públicos de
Libertad de Información México, AC; archivista María Teresa Dorantes Cacique, presidenta
de Archiveros Sin Fronteras, Capítulo México; doctora Mercedes de Vega, directora general
del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores; licenciado Juan
Manuel Herrera Huerta, director de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada.
7
Por parte de los entes públicos participantes, se encuentran el Tribunal Superior de Justicia
y Consejo de la Judicatura Federal, el Tribunal Electoral del Distrito Federal, el Tribunal de
lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, el Instituto Electoral del Distrito Federal, la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal, el Instituto de Acceso a la Información Pública, la Oficialía
Mayor del Distrito Federal, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal
y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
5
organizar para conservar
19
ción y manejo cotidiano de los respectivos archivos, quienes con su experiencia y conocimiento, coadyuvaron en la definición e integración de dichos
lineamientos.
En su aspecto formal y en su estructura, los Lineamientos Generales en
Materia de Archivos emitidos por el info df, constituyen un piso mínimo
exigible que permitirá continuar generando las condiciones para que las
dependencias atiendan las peticiones ciudadanas de información, con apego
a los principios de certeza, veracidad, celeridad, transparencia y publicidad y,
al mismo tiempo, contribuir en el mejoramiento de la gestión documental y
la organización de sus archivos institucionales; sin embargo, la consumación
de tales objetivos en buena medida dependerá de la disposición y voluntad
política que muestren todos los órganos de gobierno para llevar a cabo sus
programas de desarrollo archivístico.
Ocho capítulos integran dichos lineamientos, que para fines descriptivos,
agruparemos en dos bloques: el primero de ellos corresponde a aspectos
metodológicos para el desarrollo de mecanismos que regulen el ciclo vital de
los documentos de cualquier institución de la administración pública local;
es decir, establece la regulación de los Sistemas Institucionales de Archivos,
los procesos e instrumentos esenciales de control archivístico y la gestión de
documentos. El segundo, establece los criterios para que su instrumentación
sea viable, por lo que sistematiza lo relativo a los recursos operativos de los
archivos, el Programa Institucional de Desarrollo Archivístico y los mecanismos de coordinación archivística.
En general, se trata de instituir disposiciones que rebasen la visión tradicional donde “archivar” es sólo la tarea de “almacenamiento de documentos”,
y reconozcan su origen institucional con arreglo a las funciones de las que
deriva su creación y al uso que se les da a lo largo de su vida institucional.8
En relación con los aspectos metodológicos que buscan orientar la organización, funcionamiento, acceso y preservación de los documentos, expedientes y archivos, los Lineamientos dan lugar a la formación de Sistemas
Institucionales de Archivos, entendidos como estructuras orgánico-funcionales que optimizan la administración y servicio documental. Con dichos
sistemas se busca el control material e intelectual de la información producida y usada por los organismos, desde que se genera y hasta que se deposita
en una unidad de Archivo Histórico.9
Dos tipos de componentes integran el Sistema Institucional de Archivos
de los entes públicos: 1) normativos, destinados a coordinar y regular la
operación del sistema y 2) operativos, los cuales se forman a partir de las
8
9
José Antonio Ramírez Deleón, op. cit.
Idem.
20
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
diversas unidades documentales y archivísticas de acuerdo con el ciclo vital
de la información.10
Atendiendo los principios de austeridad, respeto y eficiencia en el manejo
de los recursos públicos, la integración de los componentes que forman el
Sistema Institucional de Archivos, no implica la creación de nuevas estructuras ocupacionales o de plazas adicionales, sino el despliegue de funciones
que deberán ser asumidas por el personal que actualmente se encarga del
manejo de los archivos de las dependencias y órganos de gobierno del Distrito Federal.
En el caso de los componentes normativos, se dispone la creación de un
órgano colegiado denominado Comité Técnico Institucional de Administración de Documentos (coteciad), encargado de la atención de consultas
técnicas relacionadas con la valoración de los documentos que están resguardados en los archivos de los organismos, y de orientar la instrumentación de
la normatividad aplicable en materia de archivos. Otra entidad normativa es
la Unidad Coordinadora, instancia responsable de regular el Sistema Institucional de Archivos, en este caso, los lineamientos preven que el servidor
público designado como encargado de dicha función, deberá contar con
experiencia y conocimientos en archivística y tener aptitudes para la integración, coordinación y evaluación de planes y programas de trabajo en la
materia.11
Por lo que hace a los componentes operativos, éstos son los responsables
del manejo de la información de acuerdo con el ciclo vital de los documentos;
están integrados por la Unidad Central de Correspondencia, conocida también como Oficialía de Partes, la cual se encarga de brindar servicios centralizados de recepción y despacho de la correspondencia de los órganos de
gobierno, las Unidades de Documentación o Archivo de Trámite, responsables de la administración de la información en gestión que corresponde
al cumplimiento de las funciones de cada área administrativa, es decir, el
manejo de los documentos en su fase “activa”. Por otra parte, está la Unidad
General de Archivo de Concentración, que maneja la documentación en fase
“semiactiva”, de manera precaucional, ésta deberá conservarse como referencia para la toma de decisiones, o bien como documentación que posee
algún valor legal o fiscal sobre el cumplimiento de obligaciones y derechos de
la institución o de sus usuarios y, finalmente, la Unidad General de Archivo
Histórico, encargada del manejo de la información en la última fase del ciclo
Artículo 10, Lineamientos Generales en Materia de Archivos emitidos por el infodf, godf
del 9 de mayo de 2007.
11
Ver artículos 13 y 14 de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos emitidos por el
infodf, godf del 9 de mayo de 2007.
10
organizar para conservar
21
vital, conocida como “inactiva”, la cual debe confiarse a un área especializada
encargada de la organización, conservación, preservación y divulgación de la
memoria y testimonio de la institución que ha generado la información.
Entre las funciones más importantes del sistema, se encuentran: elaborar
planes, programas y proyectos de desarrollo archivístico, además de políticas y
medidas técnicas que coadyuven a la regulación de los procesos archivísticos.
Respecto a los instrumentos básicos del Sistema Institucional de Archivos
que preven los lineamientos para el control técnico y administrativo de los
procesos de trabajo relacionados con el ciclo vital de los documentos, se
encuentran la elaboración de:
I. manuales de organización y procedimientos,
II. cuadro general de clasificación archivística,
III. tabla de determinantes de oficina,
IV. catálogo de series documentales,
V. carátulas estandarizadas de expedientes,
VI. catálogo de disposición documental,
VII. calendario de caducidades,
VIII. inventarios de descripción archivística,
IX. formatos estandarizados para transferencias y
X. la guía general de fondos.
Asociados a los instrumentos básicos de trabajo los procesos archivísticos permiten la integración de los documentos, por decirlo de alguna forma,
como ejemplares individuales en expedientes básicos constituidos por uno o
varios documentos de archivo, que a su vez permiten la formación de series
documentales ordenadas lógica y cronológicamente hasta lograr colecciones
de información de acuerdo con el tema o asunto del que se trate.
Así, otros procesos archivísticos básicos que se encuentran establecidos
en la normatividad emitida por el Instituto y que resultan esenciales en la
tarea de organizar la información institucional, corresponden a la clasifica-
22
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
ción, descripción, valoración, disposición, baja o depuración documental, así
como las transferencias primarias y secundarias, mismas que tienen como
propósito general, permitir la localización y acceso inmediato a la información de cualquier archivo.
Éstos son algunos de los instrumentos que deberán ser diseñados y utilizados para regular los circuitos documentales de la institución, desde que se
producen o ingresan por vía de correspondencia hasta que son depositados
en el archivo histórico.
Finalmente, dadas las condiciones de obsolescencia, escasez de recursos
e informalidad en los servicios archivísticos y documentales característicos
de la actual administración de la información en México y en el Distrito
Federal, es necesario que especialistas y organismos públicos generemos
sinergias para garantizar la adecuada instrumentación de los programas
institucionales de desarrollo archivístico que habrán de instaurarse a partir
del año venidero.
Propiciar la colaboración de autoridades y especialistas para el manejo
técnico de la función documental se justifica no sólo una debilidad histórica
en la ejecución de los servicios archivísticos, sino también porque al impulsar
el adecuado cumplimiento de los Lineamientos Generales en Materia de
Archivo, los ciudadanos ejercerán su derecho de acceso a la información pública de manera eficiente y eficaz, posibilitando así, el conocimiento
y análisis de la documentación que generan las dependencias y órganos de
gobierno en el desempeño de sus funciones, esto redundará en la promoción
de una cultura de la transparencia y la rendición de cuentas.
La estructura y funcionamiento de la sociedad está determinada por
los derechos de los ciudadanos y, en un Estado democrático, la construcción de estructuras jurídicas e institucionales que permitan a los individuos
ejercer su derecho a la información, no puede reducirse sólo a la disposición
de un marco normativo. Por el contrario, el derecho a la información debe
comprender normas jurídicas y administrativas, función social de las instituciones y responsabilidades de las mismas para construir un modelo de
sociedad más y mejor informada.
El acceso a la información pública en el Distrito Federal
Mauro Miguel Lara Maldonado
Consejería jurídica y de servicios legales del DF
En primer lugar, agradezco la invitación a participar en este Primer Encuentro
de Archivos del Distrito Federal, para exponer de manera general, mi experiencia en cuanto a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información del
Distrito Federal.
Dedicado al problema de la transparencia y el acceso a la información en
el Distrito Federal, este ensayo plantea, entre otras cuestiones, que las leyes
de transparencia no bastan para garantizar a los ciudadanos un acceso expedito y efectivo a la información, y más allá de procurar una protección de los
Datos Personales, ha incidido en un debilitamiento de derechos individuales
y de los derechos de terceros.
Por principio de cuentas, la totalidad de los estados de la República
cuentan, en este momento, con una ley de transparencia.
Aun cuando pudiera pensarse que la primera ley en decretarse sería
la Ley Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental, la primera en salir a la luz pública fue la Ley de Acceso a la Información Pública
del estado de Sinaloa, publicada el 23 de abril de 2002. Le seguirían la Ley
Federal, la de Michoacán, Querétaro, Nuevo León, Durango, Colima, San
Luis Potosí, el Estado de México y en noveno lugar se publicaría la del Distrito Federal, el 8 de mayo de 2003, siendo las más recientes las de los estados
de Chiapas, Tlaxcala, Hidalgo, Tabasco y Veracruz, esta última publicada el
27 de febrero de 2007.
Aunque las leyes estatales presentan algunas variantes en su articulado
no carecen de una legislación coherente para el acceso a la información. Por
citar algunos ejemplos: la del estado de Querétaro contiene sólo 40 artículos,
Baja California 46, Nuevo León 50 y Colima 52. Las que presentan un corpus
más amplio son las de Quintana Roo con 100, Jalisco 111, Hidalgo 118 y
Morelos con 139. Todas contemplan un rubro para la información reservada
o confidencial; 23 de las leyes estatales contemplan un capítulo para la pro-
24
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
tección de los datos personales o habeas data; tres refieren un sistema de
archivos, excepto la del estado de Nuevo León que en su articulado no refiere
un apartado para la información reservada o confidencial, para la protección
de los datos personales, ni un sistema de archivos.
Ahora bien, no basta que se decreten leyes para un mejor ejercicio de la
transparencia, un ejemplo de ello son las propias páginas web de los estados,
donde la búsqueda de información se vuelve infructuosa ya que no está activada o se encuentra oculta. La localización del directorio, números telefónicos, correo electrónico, presupuestos, etcétera, es una tarea imposible. Un
ejemplo de las páginas web que presentan este tipo de candados son las de los
estados de Hidalgo, Jalisco, Quintana Roo y Tabasco.
Según un estudio realizado por Axitia, un empresa de consultoría, los
estados con leyes más transparentes, son Morelos, Querétaro y Coahuila, y
las más oscuras Veracruz, Jalisco y Nuevo León.12
En cuanto a la ley de Transparencia y Acceso a la Información del Distrito
Federal, publicada hasta mayo del 2003, dio como primer fruto, la creación,
en un primero momento, del consi, transformándose posteriormente en el
Instituto de Transparencia y Acceso a la Información del Distrito Federal.
El info encargado de dirigir y vigilar el cumplimiento de la ley, quedó
conformado por cinco representantes de la sociedad civil, los comisionados
ciudadanos, designados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal con
las siguientes atribuciones contempladas en el Artículo 63:
I. Emitir opiniones y recomendaciones sobre temas relacionados con la presente
Ley, así como respecto a la información que están obligados a publicar y mantener actualizada en los términos de la presente ley;
II. Investigar, conocer y resolver los recursos de revisión que se interpongan
contra los actos y resoluciones dictados por los entes públicos con relación a las
solicitudes de acceso a la información;
III. Establecer políticas y lineamientos en materia de acceso a la información,
así como opinar sobre la catalogación, resguardo y almacenamiento de todo
tipo de datos, registros y archivos de los entes públicos;
IV. Proponer los medios para la creación de un acervo documental en materia
de acceso a la información;
12
Disponible en http://axitia.com/html/estudio_comparativo_de_leyes_d.html.
organizar para conservar
25
V. Organizar seminarios, cursos, talleres y demás actividades que promuevan el
conocimiento de la presente ley;
VI. Elaborar y publicar estudios e investigaciones para su difusión;
VII. Emitir su reglamento interno, manuales y demás normas que faciliten su
organización y funcionamiento;
VIII. Diseñar y aplicar indicadores para evaluar el desempeño de los entes
públicos;
IX. Establecer un sistema interno de rendición de cuentas claras, transparentes
y oportunas, así como garantizar el acceso a la información pública dentro del
Instituto en los términos de la ley;
X. Establecer los lineamientos generales para la creación y operación de los
archivos que contengan información pública de consulta directa;
XII. Solicitar y evaluar informes a los entes públicos respecto del Ejercicio del
Derecho de Acceso a la Información Pública;
XIII. Recibir para su evaluación los informes anuales de los entes públicos respecto del Ejercicio del Derecho de Acceso a la Información Pública;
XVI. Diseñar y aprobar los formatos de solicitudes de acceso a la información
pública, así como los relativos al acceso y corrección de datos personales;
XVII. Elaborar un compendio sobre los procedimientos de acceso a la información;
XIX. Establecer y revisar los criterios de custodia de la información reservada y
confidencial; entre otras.
Sin embargo, aun cuando en su artículo 25 prevee que la información
confidencial que sea parte de procesos jurisdiccionales o de procedimientos
seguidos en forma de juicios se mantenga reservada y sólo sea de acceso para
las partes involucradas, quejosos o terceros llamados a juicio, el Instituto
exige a las autoridades que se proporcione la información.
Pongamos por caso que a cualquiera de nosotros se nos expropia un
inmueble. Realizamos los trámites para el pago correspondiente de indemni-
26
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
zación. Sin embargo, alguien, por medio de la Ley de Transparencia, solicita
a las autoridades correspondientes un informe sobre los datos de la expropiación; es decir, nombre de la persona, dirección, número del juicio y hasta el
monto que se pagó por la indemnización.
La institución, en apego a la normatividad, responde que no es posible
proporcionar dicha información por las siguientes circunstancias. Primero,
porque dicha información es parte de un juicio, pues en su caso debe de acreditar el interés jurídico; segundo, porque contiene información reservada, y
como tal, existe la posibilidad de protegerla, ya que la misma ley contempla la
reserva de 5 años con la posibilidad de 7 años más por encontrarse en la primera edad del ciclo vital del documento. Sin embargo, el Instituto manifiesta
que la institución se encuentra obligada a proporcionar dicha información.
¿Estarían de acuerdo en que se proporcione la información? ¿Que se
proporcione su nombre, dirección y el monto de las cantidades a quien así
lo solicite? Se exponen a que dicha información violente sus derechos constitucionales de privacidad y a una extorsión al difundirse las cantidades
proporcionadas.
Este es otro ejemplo de acceso a la información. La solicitud de una copia
certificada del acta de nacimiento y antecedentes de algún predio, al Registro
Público de la Propiedad, es un trámite administrativo regulado por el Código
Financiero del Distrito Federal: hay que pagar los derechos para la expedición
de las copias. Sin embargo, a quien solicita, por medio de la oficina de información pública, la expedición de cualquiera de estos trámites se le canaliza
a la oficina donde debe tramitarla con el pago correspondiente, en ocasiones
se inconforma diciendo que se le negó la información y el Instituto exige a la
Oficina de Información que se realice el trámite correspondiente sin importarle los procedimientos administrativos y el pago de esos derechos.
¿Quiénes promueven las solicitudes de información ante las distintas oficinas de información pública? En parte, personas mal intencionadas, pero
la gran mayoría son periodistas que se quieren evitar la fatiga de realizar
la investigación. Su solicitud, vía correo electrónico, concierne datos específicos. Por ejemplo, estadísticas de infracciones especificando que se desglose
por bimestre y por demarcación territorial. Al siguiente bimestre entra una
nueva solicitud y así consecutivamente.
La mínima parte son ciudadanos que solicitan información para acreditar ciertos derechos. Éstos son especiales. A diferencia de las personas mal
intencionadas y de los periodistas que recurren a un seudónimo y a internet,
éstas, suelen estar escritas a mano y refieren, además de sus datos personales,
su peregrinar por los archivos.
organizar para conservar
27
Soy fulanito de tal, vivo en tal dirección. Necesito que me apoyen para
localizar un ejemplar del Diario Oficial de la Federación publicado en tal
fecha, ya que con esa fecha me cedieron los derechos de mi vivienda y la necesito para poder heredarla a mis familiares por ser el único patrimonio que
tengo. Ya he visitado en varias ocasiones el Archivo General de la Nación, he
recorrido tales y cuales archivos y no me ha sido proporcionada dicha información. Con estos ejemplos, ¿existe un acceso efectivo a la información?
Regresando al tema de la vulnerabilidad de la privacidad, y en particular
de los datos personales, el Instituto está tratando de legislar al respecto. Me
pregunto, ¿un instituto ciudadano puede legislar? o ¿es un ámbito que le
compete en todo caso a la Asamblea Legislativa?
Como decíamos, el Instituto está operando la aprobación de los Lineamientos generales para la protección de los datos personales. Pero, ¿se protegerán los datos personales con los lineamientos que proponen?
Veamos, en el capítulo segundo “De las modalidades de los datos personales”. En su artículo 6° se pretende que los ficheros de datos personales
contengan:
I) datos de identificación: nombre, dirección, pasaporte, Clave Única
de Registro Poblacional (CURP), nombre de familiares dependientes y
beneficiarios, firma electrónica. Me pregunto ¿para que querrán conocer
nuestra firma electrónica?
II) datos laborales: filiación sindical, incapacidades médicas, etc. Si de
por sí no hay fuentes de trabajo (y eso que estamos en el sexenio del
empleo), ¿quién nos daría empleo si conocen nuestra filiación sindical o
incapacidades médicas?
III) datos patrimoniales: los bienes muebles e inmuebles, historial crediticio, afore, etc. ¿Para qué necesitarán saber de nuestro patrimonio o si
estamos boletinados, si ni los propios políticos transparentan sus bienes
y luego les andan encontrando casas en París o en Estados Unidos?
IV) datos sobre procedimientos administrativos seguidos en forma de
juicio y/o jurisdiccionales: es decir, si estamos sujetos o somos parte
de un juicio en materia laboral, civil, penal, fiscal, etc. ¿Creen que sea
correcto quese sepa nuestra situación jurídica?
V) datos académicos: trayectoria educativa, títulos, diplomas, cédula
profesional. Aquí no hay mayor problema. Así muchos políticos o secre-
28
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
tarios de estado se evitarían la pena de que se ventilara que no han terminado sus estudios.
VI) datos de tránsito y movimientos migratorios: esto es relativo al tránsito de las personas dentro y fuera del país. Seguramente es importantísimo que conozcan cuántas veces al año viajo a las Canarias o a esquiar
a Aspen, Colorado.
VII) datos sobre la salud de las personas: el expediente clínico, enfermedades, vacunas, consumo de sustancias tóxicas, etc. ¿Están de acuerdo
que cualquiera tenga acceso a esta información y descubra si hemos
consumido drogas o padecemos de alguna enfermedad? Pero eso no es
todo.
En el inciso VIII) datos ideológicos: creencia religiosa, ideología, afiliación política o sindical. ¿Cuántos de aquí somos católicos, mormones, protestantes? ¿quién de aquí es perredista, priísta, panista o elbista? Son cuestiones
personales, y si queremos que la gente se entere, pues será decisión nuestra y
no de un instituto ciudadano.
Ahora bien, ¿qué se propiciaría con esta información? Primero, una discriminación en todos los sentidos. Te negarán empleo por padecer cierta
enfermedad o pertenecer a determinada religión o partido político. Segundo,
se puede dar la tentadora posibilidad de rasuramiento del padrón electoral,
y tercero, que nuestros datos personales sean vendidos a otros países, como
ya ha sucedido.
Si el Instituto de Transparencia del Distrito Federal plantea la aprobación
de estos lineamientos violentará, en primer lugar, los artículos 14 y 16 de
la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos,13 tratados internacionales
como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por
México, que en su artículo 17 refiere que nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, familia, domicilio o correspondencia, ni
de ataques ilegales a su honra y reputación.14
Ahora bien, ¿qué acaso la privacidad no es un derecho irrenunciable?
o ¿alguien puede renunciar a lo irrenunciable? Consideración final a este
respecto, y sin ser abogado, la protección de los datos personales es una
materia federal.
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y
motive la causa legal del procedimiento.
14
Disponible en http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/a_ccpr_sp.htm.
13
organizar para conservar
29
El Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal debería ceñirse a las atribuciones propias que le marca la ley.
Supervisar que las solicitudes de información sean contestadas a tiempo y en
forma, ateniéndose a lo que marca la propia ley en cuanto el acceso restringido a la información reservada.
En resumen, la consideración de fondo de este trabajo, es plantear cómo
el Instituto de Acceso a la Información en el Distrito Federal, en su afán de
transparentar y gestionar el acceso de los ciudadanos a la información, ha
transgredido las atribuciones en él depositadas y pretendido el acceso generalizado a los datos personales.
Programas de trabajo del infodf
con los archivos del Gobierno del Distrito Federal
Licenciado Carlos Ortiz Paniagua
Por todos es conocido que el Instituto de Acceso a la Información Pública
del Distrito Federal cuenta entre sus atribuciones, procurar el acceso a la
información producida por los entes de gobierno del Distrito Federal, basado
en los principios de legalidad, certeza jurídica, información, celeridad, veracidad, transparencia y publicidad de sus actos.
Para dar cumplimiento, a esta obligación el infodf da seguimiento permanente a los avances que en esta materia llevan a cabo las diferentes instancias, revisando, evaluando, recomendando, pero también apoyando con
asesorías, capacitación y procurando el desarrollo permanente del personal,
al igual que componentes normativos y operativos en materia de archivos.
En los archivos institucionales se deposita, resguarda, controla y administra la información producto de la actividad cotidiana y es en los documentos en donde se soportan estos datos, así los archivos son una pieza
clave para ofrecer un pleno acceso al sentido que toman las decisiones de
gobierno.
En este marco, el Instituto ha implementado diversas acciones para
mejorar, optimizar y dignificar la labor archivística, basado siempre en los
derechos y obligaciones que la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal y sus Lineamientos nos imponen.
Así, para el caso de la capacitación y desarrollo profesional, el artículo 60
de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos instruye que el ente
público, conforme a su disponibilidad presupuestal y normatividad aplicable,
en el marco del sistema, establecerá medidas para la profesionalización, el
crecimiento institucional y la capacitación permanente del personal dedicado a la función de archivos.
En este sentido, el artículo 67 señala que el Instituto, con la participación
de los entes públicos, propiciará la capacitación del personal archivístico, la
organización de eventos académicos que vinculen a la comunidad archivística del Distrito Federal y la cooperación con organismos tanto nacionales
32
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
como internacionales, para el fomento de una nueva cultura institucional y
social de los archivos, buscando en todo momento mejorar la organización,
conservación, transparencia y acceso a la información.
Conscientes de que la problemática archivística se extiende en distintas
vertientes, el artículo 62 indica que los entes públicos con la participación de
las instancias competentes en la materia y dentro del sistema, propiciarán, en
un marco de racionalidad y austeridad presupuestal, el establecimiento de
proyectos ordenados para la adquisición de los recursos, locales, mobiliario,
equipo técnico y de seguridad para la conservación preventiva y, en su caso,
correctiva, así como la preservación de los documentos y archivos.
La sola capacitación del personal no basta para optimizar los recursos
archivísticos, también es necesario reformar, modificar, implantar o adquirir
los insumos que incorporen los archivos al cuerpo de la administración
pública, por ello la normatividad determina la necesidad de enriquecer estas
áreas, de prestar atención a la memoria institucional.
Una de las quejas frecuentes de la comunidad archivística, es la falta de
atención a la problemática y las decisiones arbitrarias de las autoridades acerca
de los procedimientos y destino de los documentos. Para ello, es obligación
del infodf normar criterios, políticas y procedimientos que fortalezcan el
accionar sin miedo, dudas ni preocupaciones sobre las tomas de decisión del
presente y futuro de los documentos.
Los Lineamientos en materia archivística, que están a su disposición en
la página del Instituto, fijan, dan certeza jurídica y fortalecen el quehacer
cotidiano de los archivos; eliminan las dudas, temores y falsas decisiones
sobre qué hacer con los documentos.
Programa Institucional de Desarrollo Archivístico
Para poder llevar a cabo la transformación de las unidades de archivo, es
menester atender al artículo 63, en el que los entes públicos del Distrito Federal
deberán integrar anualmente un Programa Institucional de Desarrollo Archivístico que contemple los objetivos, estrategias, proyectos y actividades para dar
cumplimiento a lo previsto por los artículos 60 y 62, de los presentes Lineamientos.
Dicho programa deberá incluir los siguientes aspectos.
I. Proyectos y acciones de desarrollo e instrumentación de normatividad
técnica.
organizar para conservar
33
II. Proyectos de capacitación y desarrollo profesional del personal archivístico.
III.Proyectos para la adquisición, con base en las condiciones presupuestales de cada ente público, de los recursos materiales de mayor urgencia
que requieran los archivos de la institución.
IV. Estudios e investigaciones para la incorporación ordenada de tecnologías de información en el campo de los archivos.
V. Acciones de difusión y divulgación archivística y para el fomento de
una nueva cultura institucional en la materia.
VI. Proyectos para la conservación y preservación de la información archivística.
VII. Proyectos y planes preventivos que permitan enfrentar situaciones
de emergencia, riesgo o catástrofes.
VIII. Proyectos de difusión de los archivos de trámite, concentración e histórico.
Y de manera específica, de acuerdo con el tercero transitorio, también se tendrá que elaborar lo siguiente:
a. Programa anual de capacitación archivística del ente público.
b. Desarrollo del manual para la organización y funcionamiento del Sistema Institucional de Archivos del ente público.
c. Instalación de su comité institucional de administración de documentos y la formulación de su reglamento de operación y programa de trabajo específico.
d. Desarrollo del cuadro de clasificación archivística del ente público.
e. Desarrollo del catálogo de disposición documental de la institución.
f. Inventarios de archivo de trámite y concentración del ente público.
34
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
g. Directorio de responsables de los archivos del ente público.
h. Cronograma de las actividades asociadas a los proyectos de trabajo.
Este programa, correspondiente a 2008, y los subsecuentes deberán
publicarse junto con un informe anual sobre su cumplimiento en los portales
de internet de cada ente público.
La fecha límite para que los entes públicos presenten sus programas de
desarrollo archivístico a partir de 2008, será el último día hábil del mes de
enero de cada año. Asimismo, se deberán remitir al Instituto en la misma
fecha, para su validación y registro. De igual manera, el calendario e informes
de avance anual deberán remitirse al Instituto, a más tardar, el 31 de enero de
cada año en formato impreso y electrónico para su registro.
Como podemos notar, el trabajo para crear las herramientas tanto técnicas como normativas y operativas es arduo y los tiempos reducidos. Desde
el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, se ofrecerán los criterios necesarios para la conformación de las distintas obligaciones a cumplir, así como la asesoría para su perfeccionamiento.
Quienes nos dedicamos a los archivos, expresamos una permanente queja
sobre la falta de atención, de normatividad, de presupuestos y de cultura
archivística para solventar la problemática del manejo, control, servicio y disposición final de los documentos. Ésta es la oportunidad de poner manos a la
obra y cimentar instituciones de archivo coherentes, funcionales, respetadas y
sobre todo, de otorgar el lugar que merece por su importancia a esta función
dentro de la estructura administrativa del Gobierno del Distrito Federal.
El sistema de archivos del Distrito Federal.
Su viabilidad y su relación con el sistema nacional existente
en el Archivo General de la Nación
Licenciado Jaime Orozco Barbosa
Cronista de Tlalpan
He estado en contacto con los archivos gubernamentales desde hace muchos
años, para ponerle fecha precisa, desde 1977.
Había ingresado en 1976 a la secretaría de la presidencia y al iniciarse el
sexenio de López Portillo (1977-1982), la unidad administrativa en que trabajaba, llamada Dirección General de Estudios Administrativos, se transformó en la Coordinación General de Estudios Administrativos (cgea) de la
Presidencia de la República, destinada a ser el brazo operador del programa
presidencial de la reforma administrativa.
Este proyecto, con un largo alcance en toda la administración pública
federal, partió de la reestructuración de la misma mediante la Ley Orgánica,
que con múltiples reformas sigue siendo vigente a partir de diciembre de 1976.
El programa de reforma administrativa había partido de varias premisas:
la creación de unidades de organización y métodos, así como de unidades
de programación en cada una de las secretarías y departamentos de Estado
—incluido el Departamento del Distrito Federal, que aún era una dependencia
federal con un funcionario de designación no electo como actualmente, así
como en las más importantes entidades paraestatales que para entonces eran
prácticamente novecientas.
Otro de los ejes del programa desde los sexenios de Díaz Ordaz y sobre
todo de Luis Echeverría, era el establecimiento de los llamados Comités Técnicos Consultivos, que reunían periódicamente a los distintos encargados de
las diversas funciones operativas en cada dependencia o entidad. Entre ellos
se constituyó el Comité Técnico Consultivo de Unidades de Correspondencia
y Archivo, coordinado conjuntamente por la Presidencia de la República y
por el Archivo General de la Nación, órgano desconcentrado de la Secretaría
de Gobernación.
36
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Diré que mi contacto con los archivos fue fortuito, porque me designaron enlace de la cgea, donde laboraba, con el cotecuca, que así se llamaba un poco jocosamente, el Comité Técnico mencionado.
Al asistir constantemente a las reuniones, me involucré más con los
archivos y, a solicitud de la directora general del agn, doctora Alejandra
Moreno Toscano, [un servidor] y [la licenciada Blanca Holguín Quiñones], en
pocas semanas habíamos elaborado, con las opiniones de la doctora Moreno,
el documento que se denomina conforme al título que le dio el propio Archivo
al publicarlo, Organización y funcionamiento de los archivos administrativos
e históricos de la nación y que nosotros designamos con un nombre más corto
y descriptivo: El Sistema Nacional de Archivos.
Cabe destacar, para llevar una línea de congruencia con otros estudios y
proyectos, que para hacer el diagnóstico de los archivos nos servimos de un
documento que la Administración Federal de los Archivos de Canadá había
preparado y entregado al gobierno mexicano.
Asimismo, y para tener una fuente jurídica que pudiera servir a la
eventual publicación de una ley apropiada, me encomendaron la tarea de traducir y revisar el proyecto tipo de Ley Nacional de Archivos, preparado años
antes por la unesco.
Fue valioso el documento canadiense, pero un tanto menos el de la
unesco porque al tratarse de un proyecto tipo, no era fácil hacerlo compatible con el sistema federal mexicano, que debe respetar la soberanía de cada
entidad federativa, al producir su legislación interna.
Quizá algunos de los presentes conozcan el documento del Sistema
Nacional de Archivos, por lo que no lo describiré exhaustivamente; sólo quisiera acentuar algunas de sus líneas básicas.
Imaginemos una caja negra, que así se le llama al procesador de un sistema
complejo, veamos que al sistema se le ingresan insumos externos e internos,
que se traducen básicamente en demandas de información desde distintos
ámbitos; en el interior de la caja negra se realizan diversos procesos que ponen
en funcionamiento a las estructuras, al subsistema de normalización, a los
archivos administrativos e históricos, y a determinados procedimientos y
recursos humanos. El resultado, es decir, los productos, puede ser:
•Conservación y restauración de documentos,
•Registros
•Servicios de préstamo y consulta
•Reproducción de documentos
•Certificación de algunos documentos oficiales
•Información sobre localización de documentos
organizar para conservar
37
•Publicación y difusión de acervos
•Capacitación e investigación en materia de archivonomía
El sistema tiene también un proceso continuo de retroalimentación, es
decir, que retorna a las demandas o insumos, el procesamiento y la salida de
los productos.
Debe decirse que las líneas de funcionamiento del sistema exigían desde
luego un órgano regulador y normativo, por lo que se consideró que debía
existir una centralización normativa y una descentralización operativa.
Al considerar como integrantes del sistema a los archivos gubernamentales, tanto federales, como estatales y en éstos a los municipales, la dificultad
que entrañaba era el respeto al sistema federal, porque pronto caímos en la
cuenta de que no se podía legislar a nivel federal con una Ley Nacional de
Archivos, porque se atentaría contra la soberanía legislativa de cada una de
las 32 entidades federativas.
Una de las vías para lograr los consensos y acuerdos respectivos, fue la
organización de las reuniones nacionales de directores de archivos administrativos e históricos, estatales y municipales, por la Presidencia y el Archivo
General de la Nación.
En lo personal, y por mi cercanía con la Dirección General del Archivo,
todo el sexenio apoyé a la doctora Moreno en la organización y realización
de las primeras seis reuniones nacionales, a saber: Puebla, 1977; Ixtapan de
la Sal, México, 1978; San Miguel Regla, Hidalgo, 1979; Guanajuato, 1980; La
Paz, Baja California Sur, 1981 y La Trinidad, Tlaxcala, 1982.
Consecuencias positivas en los archivos de estados y municipios
Deseo enumerar algunos cambios positivos logrados en esos años, a través
del sistema nacional:
Se otorgaron edificios adecuados a la instalación de algunos archivos
generales de los Estados, incluido el archivo histórico; entre los que recuerdo,
los de Nuevo León, Puebla y Querétaro. Por cierto, el licenciado Luis Manuel
Orezza Vázquez, director de este último, llevó la reunión nacional a su estado
y falleció poco después.
A través del esposo de la doctora Stella González Cícero, Jorge Garibay,
quien es además experto en archivos eclesiásticos, se reorganizaron “peinando” todos los municipios de varios estados, capacitándose en fumigación
y donándose la estantería y catálogos, para lograr archivos históricos muni-
38
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
cipales. Tiempo después, Stella sería directora varios años de la Biblioteca
Nacional de Antropología y hace poco tiempo fue a su vez directora del agn.
En varios estados también se produjeron leyes estatales de archivos, como
en el Estado de México, Tabasco y otros.
Aciertos y desaciertos para la coordinación del Sistema en la administración pública federal
Los logros anteriores y otros que desconozco, no fueron del mismo orden en
la administración federal, por diversas razones.
El primer acierto fue que después de que se reuniera la Presidencia,
el Archivo General de la Nación y la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobernación para elaborar un proyecto de ley que
normara los archivos desde el ámbito federal, se consiguió al menos que se
aceptara la propuesta de expedir un acuerdo administrativo, presidencial,
que convirtiera al Archivo General de la Nación en la entidad normativa
en la materia para todas las dependencias y entidades de la administración
pública federal.
En cambio, la coordinación que se requería para ubicar la documentación en archivos de concentración y la consecuente constitución de archivos
históricos, sufrió altibajos; tampoco fue fácil organizar comités de valuación
para decidir el destino de la documentación y definir, con base en el criterio de
diversos especialistas, la vida útil o el destino de determinados documentos
y archivos historicos, y asumir con objetividad la destrucción de copias y
documentos sin valor útil, que se amontonan en multitud de archivos de los
tres poderes federales, “por si acaso se llegan a necesitar”.
No olvidemos tampoco aquella máxima que me dio el archivista Vicente
Rocha, quien decía en tono jocoso, “los archivos son la base de la administración, por eso siempre están en el sótano”. Sabemos demasiado bien cuántos
archivos se han perdido de esta manera en inundaciones, derrumbes, tomas
de edificios como en Oaxaca recientemente, o por la acción de agentes químicos, roedores o incendios.
El Registro Nacional de Población y los archivos
En aquel entonces, también me encargué de coordinar las reuniones nacionales de directores del Registro Civil, que fueron cuatro en el sexenio de
López Portillo; a saber: Aguascalientes 1978, Ensenada, Baja California,
organizar para conservar
39
1979; Valle de Bravo, 1980, Tlaxcala, 1981. También asistí como invitado, a la
de Monterrey, en 1983. Diré algunas palabras al respecto.
En 1978, la ex directora del Registro Civil de Arcos de Belén, en la ciudad
de México, se acercó para que le ayudara a diagnosticar la situación de ese
servicio que todos los gobiernos llevan a cabo.
Es paradójico, pero el registro civil se manejaba igual que en la época de
Juárez: actas elaboradas a mano en libros, de los que se llevaban siete; múltiples errores en la transcripción de las copias certificadas, con el consecuente
gasto para los usuarios de juicios para cambiar nombre o corregir errores
ortográficos graves y otros.
Al mismo tiempo, se tenía que dar cumplimiento a la Ley General de
Población, para establecer un registro único de todos los mexicanos.
Sin entrar en más detalles, señalaré que el cambio fue revolucionario.
En 1980, se creó la dependencia específica, la Dirección General del Registro
Nacional de Población e Identificación Personal dependiente de la Secretaría
de Gobernación, cabeza de la modernización institucional requerida.
Como en el caso de los archivos, los Códigos Civiles, uno para cada
entidad, incluido el Distrito Federal, contenían disposiciones, en ocasiones
contrarias o divergentes. Fue necesario homologar la legislación, ya que no
era posible expedir un código único.
Se diseñó y conformó un registro, al que se denomina por sus siglas,
curp, para ello fue necesario reorganizar los registros civiles, con objeto de
asignar la CURP. En lo operativo se suprimieron los libros para inscribir los
actos en hojas sueltas, inicialmente con formatos más o menos uniformes
y a máquina de escribir, en la actualidad se digitalizan las actas, con apoyo
económico del gobierno federal.
En lo personal, me tocó colaborar desde el exterior en la modernización del registro civil, y llegué a ser el representante de la Presidencia en el
comité permanente del Registro Civil, que aún subsiste. En 1993, ingresé por
primera vez al renapo y permanecí dos años. Recientemente, en 2001, fui
director de coordinación con los Registros Civiles en el mismo renapo, por
siete meses.
Deseo relatar no sólo la colaboración personal, sino algunos de los problemas que vislumbré en materia de archivos, para que se vea lo sui generis
que puede resultar el manejo de los documentos. Para muestra dos botones:
1) Después de los terremotos del 85, se contrataron bodegas de andsa
para resguardar algunos documentos de diversas dependencias. En el caso
del renapo, la primera etapa de modernización concibió un acta con siete
copias, para diversos efectos legales y de estadística. Se pagaban alrededor
de 300,000 pesos mensuales por la renta de la bodega para las copias de las
40
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
actas, que eran inútiles, pues no tenían valor legal. El director general me
autorizó requerir la opinión del Archivo General de la Nación; a través de
su directora general, Leonor Ortiz Monasterio, se dictaminó que los documentos no tenían valor histórico y se pudieron destruir. Al mismo tiempo, la
dependencia dejó de gastar en la renta de la bodega referida.
2) En 2001, cuando visitaba a los directores estatales para efectos de
nuestro programa conjunto, comprobé que en el Estado de México, en Toluca,
existían los microfilmes de las actas del registro civil, proceso muy costoso y
para el momento inútil, porque ya se estaba financiando la etapa de digitalización de las actas. Sugerí entonces a la directora, vislumbrar la posibilidad
de digitalizar los microfilmes, para evitar la destrucción de los mismos y así
evitar un gasto inútil y elevado.
Deben saber que actualmente renapo apoya la digitalización de las
actas del registro civil en todos los estados y en el Distrito Federal, desde
las correspondientes al periodo de 1930 hasta la fecha. Sólo en el pequeño
estado de Colima asumieron el reto de digitalizar las actas desde 1900, y ya
concluyeron la labor.
La moda de la transparencia; su efecto en los archivos.
Dos aspectos administrativos apoyó la administración de Vicente Fox en su
sexenio:
1) La profesionalización del servidor público o establecimiento
del servicio civil de carrera; y
2) La aplicación de una ley que creó el Instituto Federal de
Acceso a la Información Pública, ifai, y la generalización de unidades para realizar las actividades con base en la “transparencia”
gubernamental, es decir, poner a la disposición de quien lo solicite la
información sobre las acciones de gobierno, excepto aquellas que por
su naturaleza deban mantenerse en confidencialidad.
Para referirme a la segunda, en algún momento me dí a la tarea de leer
la ley del ifai, porque habiendo concluido mis funciones como director de
operación en la Dirección General de Bibliotecas de conaculta, pretendí
ingresar a esa institución.
Archivos, Registro Civil y Bibliotecas, enfrentan el reto de no violentar
los principios del federalismo vigente. Así también, el ifai debe operar los
postulados de la ley de transparencia que le da origen, pero debe buscar
organizar para conservar
41
que los estados y el Distrito Federal marchen en concordancia en materia
de transparencia; por lo que se sabe, numerosas entidades y el Gobierno
del Distrito Federal, han expedido leyes semejantes y establecido institutos
locales o unidades administrativas encargadas de otorgar la información, lo
que algunos municipios han emprendido por su cuenta.
No me queda claro sin embargo, si el derecho a la información se cumplimenta efectivamente, ya que la premisa fundamental es que las instituciones estén bien organizadas para que sus archivos también lo estén. Para
proporcionar la información oportunamente, es necesario que los archivos
funcionen de manera correcta. Si los archivos no reflejan una sana actividad
administrativa, serán el cuello de botella y tampoco estarán debidamente
provistos de la información.
Hace un par de años me decidí a retribuirle a mi Facultad, Contaduría
y Administración en la unam, lo que la institución me otorgó en mi formación profesional, por lo que acepté dar materias relacionadas con la administración pública. Cuando solicité a mis alumnos que analizaran las leyes de
transparencia para conocer sus postulados, se limitaron a bajar de internet
las leyes, pero pocos fueron los que interpretaron debidamente lo que persiguen esas disposiciones.
Existen, publicados en el Diario Oficial de la Federación, el 20 de febrero
de 2004, los Lineamientos Generales para la Organización y Conservación
de los archivos de las dependencias y entidades de la administración pública
y federal. Tengo la impresión de que este documento, sin restarle el valor
propositivo que tiene de orientar hacia la buena marcha de los archivos, al
definir los distintos tipos que debiera haber, su funcionamiento y su adecuada coordinación, debe promover una difusión, explicación y capacitación
a todos los niveles, para que verdaderamente las dependencias y entidades de
la administración pública federal tomen a la letra y pongan en práctica los
citados lineamientos.
Sólo se me ocurre una pequeña observación. ¿Hasta qué punto las representaciones o delegaciones de dependencias o entidades, que funcionan en
los distintos estados de la República, marchan al unísono como para respetar
los criterios centrales, en particular éstos, que se refieren a la administración
como tal, llámese contabilidad, administración del personal, archivos, informática y tantas otras áreas? Si en este terreno se pueden tener deficiencias, el
nombre mismo de lineamientos no le da suficiente peso legal, a mi entender,
a ciertas normas que están definidas para respetarse. Esperemos que estos
aspectos se puedan tomar en cuenta, en una nueva administración federal,
como la vigente.
42
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Retos y perspectivas para un Sistema de Archivos administrativos e históricos, en el Gobierno del Distrito Federal
El Gobierno del Distrito Federal ha sufrido, desde hace algunos años, una
transformación sustancial en su constitución y desempeño. Inicialmente se
realizaron reformas para darle un gobierno encabezado no sólo por un funcionario de designación, sino electo por la población de la capital del país.
En los años recientes, se transformó la Asamblea de Representantes, la
tibia institución creada por Miguel de la Madrid, con algunas facultades
reglamentarias, para elevarla a la categoría de un Poder Legislativo bien
constituido, al que se denomina Asamblea Legislativa, y a sus legisladores,
Diputados Locales. El Poder Judicial que ya existía en sus Tribunales, lo es
plenamente, incluido su Consejo de la Judicatura.
Los ejecutores de las políticas centrales, en el ámbito de las 16 demarcaciones políticas, primero definidos en la “pasarela” de la Asamblea, ya son
electos y se denominan Jefes Delegacionales.
Se debate aún que el Estatuto de Gobierno se transforme en una Constitución para que la entidad, como los estados de la Unión, sea regulada por su
constitución local.
Toda esta reciente evolución hacia la soberanía de la mayor entidad en
población y el centro neurálgico de la economía, educación, política y comunicaciones en el país, debiera traducirse, en el terreno de la administración
pública, en un modelo a seguir.
Creo sin embargo, por algunos ejemplos que he vivido, que la coordinación entre los ámbitos local y central de gobierno, dista mucho de ser la
óptima, sobre todo tomando en cuenta que prácticamente todas las Delegaciones, la Jefatura de Gobierno y la mayoría en el Congreso Local, han
surgido del mismo partido político. El ejemplo más reciente que conozco de
esta poco eficiente coordinación, es el de las bibliotecas públicas, que viví en
carne propia en 2002 y 2003.
Como director de operación de bibliotecas, era la cabeza de la Red Nacional
de Bibliotecas, así como de la que debiera existir en el Distrito Federal.En cada
estado existe una biblioteca central estatal y redes municipales en los gobiernos
locales. En el Distrito Federal no había una comunicación y relación con la
biblioteca central delegacional y su red, porque no existía una coordinación
desde el gobierno central. Desconozco si a la fecha la hay.
Pienso que de manera semejante, la existencia de un sistema de archivos
en el gobierno de la ciudad, requeriría de una voluntad política muy definida,
así como de mecanismos de coordinación muy bien delimitados y funcionales, para que los archivos delegacionales, así como un archivo histórico
organizar para conservar
43
de la ciudad, puedan formarse. Para concluir esta participación, deseo dar
lectura a una propuesta que no llegó a debatirse en el Primer EncuentroDebate sobre Centros Documentales y Archivos Históricos Delegacionales
que organizaron por las delegaciones Coyoacán y Tlalpan, en marzo del año
anterior y del que entiendo, seguramente hablará en detalle mi compañera
cronista Ana María Castro, en este mismo foro.
Como dije, el documento que leeré a continuación es una aportación personal que no ha sido discutida con otros compañeros cronistas o archivistas
interesados, por lo que pido su comprensión.
Los asistentes al Primer Encuentro Debate sobre Archivos y Centros de
Documentación, efectuado en Coyoacán del 8 al 10 de marzo 2006, manifestamos:
Ser cronistas, investigadores e interesados en la existencia y desarrollo
de centros de documentación y archivos históricos, como fuente de estudio y
preservación de la memoria de la historia local en la ciudad de México.
Denunciamos el abandono y deterioro en que se encuentra la documentación, archivos y otros repositorios de la historia.
Pedimos a las autoridades presten la atención que conviene y doten de los
recursos necesarios a los archivos existentes o provean a los que se puedan
crear a partir del presente.
Acaten lo que disponen la ley de acceso a la información, emitida por el
gobierno federal, así como la correspondiente al Distrito Federal, en materia
de organización, rescate y preservación de los archivos administrativos producto de su gestión.
Se sugiera y promueva ante la Asamblea Legislativa del Gobierno del
Distrito Federal, la pronta expedición de una ley normativa en materia de
archivos, tanto administrativos como históricos, para el ámbito del gobierno
de la ciudad, sus poderes y las 16 delegaciones políticas.
En lo correspondiente a los archivos históricos, que se contemple la formación de comités de depuración para determinar el posible valor histórico
de ciertos documentos.
Que la legislación respectiva contemple las necesidades de capacitación y
profesionalización de los archivistas.
Asimismo, que se incluya un apartado que defina los lineamientos para
la consulta por los investigadores y en su caso normas para el fotocopiado,
fotografía o digitalización de determinados documentos con valor histórico.
Que esa legislación contemple la normatividad para la celebración de
convenios de coordinación para la subvención, adquisición o donación de
archivos particulares, organizaciones de los sectores social y privado o de la
sociedad civil, así como a través de la dependencia federal correspondiente,
44
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
con las asociaciones religiosas normadas por el artículo 130 constitucional y
la ley respectiva.
Una palabra final:
A lo largo de este texto he hablado como ex funcionario público federal;
considero ahora expresar un sentir como cronista de la mayor delegación del
Distrito Federal, la que hace dos años cumplió 150 de haberse integrado al
Distrito Federal, la antigua San Agustín de las Cuevas, hoy Tlalpan.
Cuando se iba a realizar la Reunión Nacional de Archivos en 1981, en la
ciudad de La Paz, Baja California Sur, mi amiga y ex jefa, Alejandra Moreno
Toscano, tuvo la idea de invitar a diversos historiadores destacados, entre
ellos, su esposo Enrique Florescano, al dilecto teórico de la crónica, que llamó
microhistoria, el ya desaparecido don Luis González y González, así como al
franco-mexicano Jean Meyer, para que elaborara cada uno un texto sobre la
estrecha relación entre los archivos y la historia regional. Considero que los
puntos de vista vertidos en la publicación que se hizo de los textos, son tan
válidos para los historiadores como para nosotros los cronistas. Anexo a esta
ponencia, copia de la publicación, que guardo como oro molido desde hace
más de veinticinco años.
MESA 2
Retos en la organización y valoración de los archivos
La gestión y la organización de los archivos.
Licenciado Daniel Martínez Bonilla, Escuela Nacional de Biblioteconomía y
Archivonomía
Los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal:
una experiencia en la organización científica y la solidaridad archivística.
Archivista María Teresa Dorantes, Consejería Jurídica y de Servicios Legales
del DF
Consideraciones sobre el Archivo de Catastro de la Secretaría de Finanzas de
la Ciudad de México.
Licenciada María del Carmen Suárez Rivera, Unidad Departamental de
Archivos y Oficialía de Partes
Actualización del marco jurídico: Lineamientos generales de administración
documental y transferencia de archivos administrativos al Archivo General
Municipal de la ciudad de Puebla.
Maestro Hugo Cortés Santiago, Licenciada Leticia López Gonzaga, Archivo
General Municipal de Puebla
La gestión y la organización de los archivos
Profesor Daniel Martínez Bonilla
El 20 de febrero de 1854, fue expedida la orden del Ministerio de Hacienda
“sobre arreglo de archivos”. En ésta, se hacía énfasis en los problemas que
aquejaban a las oficinas con sus acervos, del desorden que existía, además de
la pérdida de los documentos.
Como solución a los anteriores, se estableció un término de seis meses
para que tuvieran el más perfecto arreglo, también la elaboración de un
inventario minucioso de sus archivos.
Serían sancionados y destituidos de su empleo aquellos Jefes de Oficina
que no cumplieran o que extraviaran expedientes. Para saber si hacían caso a
las indicaciones, se encomendó a los visitadores que revisaran los archivos.
Han pasado 153 años de la orden y nuestros archivos públicos, en lugar de
mejorar y erradicar los problemas comunes, son cada vez más difíciles de controlar y cada vez mayores los problemas que afectan a la Administración Pública
en la aplicación directa o indirecta de recursos y resultados más pobres.
En nuestros archivos, sean de trámite, concentración o históricos, encontramos que en todos existen conflictos, a los cuales se les dan solo pequeñas soluciones inmediatas sin llegar a la raíz; los dos grandes problemas que considero
prioritarios son: 1. La gestión de archivos y 2. El personal profesional y técnico.
La gestión de archivos
La congruencia entre decir y hacer está ausente en la preservación de los
archivos, no se puede decir a la ligera que se quiere tener un patrimonio histórico documental y que éste sea representativo de una entidad o de nuestro
país, cuando no se asignan recursos necesarios y los archivos administrativos, que son la fuente de alimentación, presentan serias deficiencias.
48
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
La gestión debe entenderse como la administración de los archivos, conforman un sistema, donde están vinculados los archivos de trámite con los
de concentración y con el histórico, con el fin de dar soluciones compartidas
y aunque debe funcionar como un todo integrado, sabemos no es así.
Un problema frecuente en los archivos administrativos, deriva de la
creación innecesaria de documentos de todo tipo, su duplicidad, la falta de
control y la poca o nula aplicación de procesos archivísticos.
Hoy en día, las instituciones públicas del Distrito Federal cuentan con
los lineamientos generales en materia de archivos; son un buen inicio para la
construcción de los archivos y su organización confiable y permanente, para
dar solución a muchos problemas rezagados y desde luego, para cumplir con
una transparencia del ejercicio público.
Los archivos de la administración pública deben estar organizados para
su acceso, sin embargo, en muchos casos, no hay una organización estructurada, sino una acumulación asistemática cada año, con un nombre o clasificación que identifica el conjunto de documentos con características similares, pero que no refiere al mismo asunto como en el lenguaje técnico se le
conoce a la serie documental, ya que estos se encuentran disgregados.
De acuerdo con lo anterior, no sólo se reduce a la indefinición o a la nula
existencia de las series documentales, sino que ésto va más allá; instituciones
cambian de nombre y persisten sus funciones y, por lo tanto, la acumulación
o integración en los archivos de concentración y en los históricos, por lo que
resulta tardío dar una respuesta concreta al nuevo fondo, o bien, cerrar el
fondo que concluyó la generación documental.
La aplicación de procesos técnicos que apoyan el funcionamiento archivístico-administrativo tiende a ser cada vez más complicado. Como ejemplo
tenemos lo que se planteó en la administración norteamericana ante el exceso
de documentación y que dio pie a la valoración documental; aunque conocemos la respuesta y los caminos para hacerlo, tendemos a no eliminar porque
puede ser importante, solicitarse para consulta, o simplemente se desconoce
qué hacer y cómo tratar este problema. De esta misma forma, encontramos
varios problemas en la clasificación y en la descripción.
El personal profesional y técnico
Siguiendo el punto anterior, falta una adecuada planeación y personal profesional con conocimientos en la materia que pueda apoyar y hacer frente a
los problemas.
organizar para conservar
49
La Ley de Transparencia del Distrito Federal, en el artículo 53, fracción
III menciona:
III. Que se permita la capacitación a funcionarios previamente designados por
el ente público en técnicas de archivonomía.
En los Lineamientos Generales en Materia de Archivos del Distrito
Federal, que propiamente son para integrar a los mismos:
El artículo 9 dice que “los entes públicos del Distrito Federal deberán
integrar y organizar un Sistema Institucional de Archivos que les permita la
correcta administración.”
El artículo 13 determina que “el responsable de la Unidad Coordinadora
de Archivos deberá contar con experiencia y conocimientos en archivística
y tener aptitudes para la integración, coordinación, control y evaluación de
planes, programas y proyectos en la materia.”
El artículo 45 determina la elaboración de instrumentos básicos de
control archivístico, entre estos: manuales, cuadros, catálogos, inventarios,
entre otros.
En cuanto a capacitación, el artículo 57 señala que “los entes públicos
deben mantener al personal archivístico capacitado y actualizado permanentemente para la habilitación técnica y la adquisición de competencias laborales, relacionadas con la administración y conservación de los documentos
de archivos electrónicos.”
Para finalizar este bloque de artículos, el 60 dice: “El ente público, conforme a su disponibilidad presupuestal y normatividad aplicable, en el marco
del sistema establecerá medidas para la profesionalización, el crecimiento
institucional y la capacitación permanente del personal dedicado a la función
de los archivos.”
No son congruentes los artículos, ya que si no se tienen los archivos
físicos organizados, ni el personal con los conocimientos fundamentales para
hacer la organización, desarrollo y aplicación de los instrumentos básicos de
control archivístico, no es posible que funcionen sistemáticamente.
Por ello es necesario contar con profesionistas en archivonomía y dar
prioridad y permanencia a la capacitación en la materia; de esta manera se
solucionarán los verdaderos problemas; esto debe hacerse en paralelo con los
archivos electrónicos, de no ser así, sólo se seguirán haciendo trabajos que
permitan justificar año con año, el poco presupuesto otorgado.
Los lineamientos o en los programas que de estas disposiciones jurídicas
se deriven deben contemplar la capacitación personal que lleva el trabajo más
operativo. Así, el personal que hace el trabajo de planeación debe contar con
50
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
los conocimientos propios. Lo ideal sería incluir profesionistas de la archivonomía, lo cual, si no se contempló de momento, debería retomarse en una
Ley de Archivos para el Distrito Federal.
Por citar un ejemplo, la iniciativa de Ley Federal de Archivos, presentada
por el grupo parlamentario del pri, ha contemplado la posibilidad de poner
los archivos en el nivel que les corresponde de manera objetiva y el personal
con conocimiento de causa.
Los mecanismos para rescatar nuestros archivos no están sólo en la aplicación de la teoría; tener personal con conocimientos al mando o ejercer programas de capacitación, parte de este titánico trabajo, se puede llevar a cabo
con la simple respuesta de los empleados que ahí trabajan, ¿cómo hacerlo?
Obligando a que el personal haga su trabajo. Me refiero a aquellas personas
que están en un archivo determinado y que no quieren trabajar; por ellas,
quienes si trabajan, no pueden hacerlo todo. Es justo que si perciben un
salario, realicen un trabajo determinado.
Quienes manejan los archivos de oficina, son las secretarias o auxiliares
administrativos, a quienes se les imparten cursos que no les interesan y por
lo tanto, el fruto es estéril. Es cierto que mucha de la capacitación no funciona, ya que carece de material teórico y de una aplicación práctica que sea
realmente útil para la institución sin hablar de la falta de continuidad; un
ejemplo es la impartición de cursos con material de archivos históricos, para
archivos administrativos.
Otro problema que afecta a nuestras instituciones públicas, es el proteccionismo sindical, uno de los factores más deteriorantes para los archivos y
en general, para la Administración Pública.
Los trabajadores de los archivos gozan de muchos privilegios a cambio de
resultados poco satisfactorios; otras personas hacen el trabajo que les corresponde y además se les paga con nuestros impuestos; se generan pérdidas,
horas/hombres tal vez incuantificables.
También se desencadena la contratación indispensable de personal por
honorarios, en ocasiones con el perfil adecuado pero con baja percepción
económica, con contratos por tiempo definido, sujetos a un presupuesto
raquítico y con una enorme carga administrativa y operativa, porque como
ya mencioné una parte importante del personal de base o adscrito, no cumple
con su trabajo, argumentando la falta de preparación, los bajos salarios, una
excesiva carga de trabajo, o no poder cargar expedientes.
Muchas personas no comparten este pensamiento y actitud, son comprometidas, eficientes e incluso contribuyen a mejorar su entorno laboral sin
esperar nada a cambio, pero un sistema contaminado en una de sus partes
sustanciales, no puede sanearse en poco tiempo.
organizar para conservar
51
En este siglo xxi, en la era del conocimiento y de la información, las
economías nacionales y locales no pueden estar desligadas; aún cuando es un
trabajo operativo, el archivo se basa en un trabajo intelectual previo, siempre
y cuando se quiera construir una buena administración, con una adecuada
aplicación de recursos y un archivo histórico como parte fundamental del
patrimonio documental.
Para llegar a una situación favorable y tener resultados paulatinos y permanentes, planteo algunas premisas que con voluntad las administraciones,
pueden aplicar:
1. La aplicación estricta y contundente de la legislación vigente en
todos sus sentidos. Sí a los beneficios que da la administración pública, pero
también, sí a la responsabilidad y a hacer lo que corresponde a cada uno de
nosotros.
2. Que sean incluidos profesionistas de la archivonomía, no en un
futuro lejano, sino este mismo año y de manera constante y permanente,
para una adecuada administración del sistema y con un ingreso económico
favorable.
3. Que se forme un cuerpo representativo de los poderes de gobierno
con conocimientos en la materia, para que audite y revise permanentemente los archivos y el trabajo que se está realizando, así como lo que se
hará en determinado tiempo según lo establecido en los programas de trabajo que refiere el artículo 23 de los citados Lineamientos, lo cual significará mejoras constantes y permanentes.
4. Que se dé a conocer por distintos medios, como parte de la transparencia y como un derecho del ejercicio de los recursos, los resultados del
grupo representativo, lo que se hace en los archivos, cómo se subsanan los
problemas y cómo se sanciona a los que incumplen.
5. Que los programas y cursos de capacitación sean aplicables de
forma inmediata y no se limiten a la teoría, que en muchas ocasiones poco
entienden quienes carecen de bases.
6. Que los mandos superiores de los entes públicos se comprometan a
solucionar los problemas a través de decisiones firmes, concretas y desde
luego, con presupuestos favorables que apoyen esta labor tan necesaria para
todas las instituciones.
52
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
7. Asimismo, que dentro de los programas establecidos, se consideren los tiempos de entrega bien definidos, ya que de lo contrario,
se vuelven sólo buenas intenciones.
Para concluir, Peter Drucker, señala:
“La administración es la función central de la sociedad moderna. Todas las instituciones tienen responsabilidad por la calidad de vida del ser humano. Existen
técnicas de administración, pero administrar es también un sistema de valores y
creencias, una cultura. La administración no responde al desarrollo social y económico. Lo crea. No hay países subdesarrollados. Solo hay países subadministrados”.
Los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales
del Distrito Federal: una experienciaen la organización científica
y la solidaridad archivística
Archivista María Teresa Dorantes
Asesora en Materia de Archivos de la Consejería Jurídica
y de Servicios Legales del Distrito Federal
El trabajo que se presenta es una semblanza del desarrollo archivístico realizado en la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal
a través de seis años de ejercicio archivístico, basado en cinco ejes estratégicos que permitieron la planificación óptima de los recursos materiales y
humanos, logrando las metas proyectadas en la ruta crítica correspondiente.
Todo esto, enriquecido con la solidaridad que dieron los archivistas y las instituciones nacionales e internacionales, sobre todo, las asociaciones profesionales de archiveros, entre otros anaid, sedca, inda e ica y todos los que han
participado en él.
La historia de este proyecto inició cuando se detonaron las situaciones
políticas por las que el Distrito Federal pasó de 2001 a 2005. Iniciamos el proyecto de organización científica con la urgente necesidad de aplicar normas
internacionales, lo que permitió hacer dinámicos los procesos archivísticos,
garantizando el rigor científico y la localización de los documentos de Iztapalapa y el Encino, además de reconstruir, se han inventariado entre otras,
las series Expropiaciones, Trámites funerarios, Marcas y Patentes, Registro de
minas, Nacimientos, Matrimonios, Defunciones, cuyos fondos documentales
están articulados con la historia de la institución jurídica del Distrito Federal,
la historia archivística, consustancial con la juridicidad del documento y su
matricidad registral. Todo esto, lo compartiremos con ustedes a través de la
experiencia vivida en la organización de los archivos de la Consejería.
La presencia de los archivos y de los archiveros como vemos, se remonta
a la cuna de pretéritos tiempos.
Con la memoria llegó la civilización y con ella el archivo y el archivero.
Como testimonio de esto, recordaremos a uno de los primeros archiveros en
54
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
la historia de la humanidad que vivió hace aproximadamente 4,200 años,
me refiero al famoso Han Kay, archivero de Egipto, cuyos restos fueron
localizados el pasado febrero de 2007 en el templo de Tetis, este hallazgo
representa el testimonio de la importancia de los archivos y de los archiveros para la civilización.
Asimismo, la 3ª dinastía de los pueblos de Siria aportó también las
estructuras documentarias del registro, constatado en uno de los hallazgos
más importantes del siglo xx, me refiero específicamente a los archivos de
Ebla,15 bajo el poder de Ibbit-Lim, rey de los Eblaitas, quien mandó construir ex profeso los repositorios donde resguardó sus archivos, en los que los
documentos eran debidamente organizados (nótese organizados) por series
documentales como: provisiones, tributos, seguros de mercancías, comercio,
planos de rutas comerciales, asuntos diplomáticos y legales, además, una
serie documental específica de apéndices que daban certidumbre a los actos
realizados en esta ciudad-estado.16 Por sus archivos, podemos saber a qué se
dedicaba este grupo humano, qué tipo de gobierno tenía, qué clase de textiles
usaba, incluso, con qué regalos su rey había sido obsequiado por los faraones
Khafra y Pepi I; se localizaron también entre otros, el registro de quiénes
eran sus ebanistas, sus textos escolares, sus inventarios, etcétera.
Como podemos observar, seguir el rastro de los archivos y los archiveros,
puede llevarnos a los lugares más recónditos del planeta y al origen de la
propia memoria. En la Grecia Clásica, Aristóteles de Estagira decía que la
memoria es el alma de la cosas vivas, así, que hablar de archivos institucionales es hablar de memoria pública, pues los documentos desde la primer
edad de su ciclo vital de acuerdo con la teoría de Schelemberg,17 representan
la vida de las instituciones donde son generados o recibidos.
Sin embargo, en el caso de la archivística mexicana, es fundamental que
partamos de un análisis crítico del Estado y de su modelo jurídico, por que estos
elementos determinarán las características de los archivos y serán una herramienta invaluable a la hora de determinar el rumbo de nuestros trabajos.
Por lo tanto, hemos analizado los intereses que movieron la vida política del siglo xx, y que evidencian un proyecto claro para la cancelación
de la memoria. En estas condiciones, los archivos fueron confinados a los
lugares más sórdidos, por lo tanto, no era necesario regular su funcionamiento; en este escenario, se renunció a la promulgación de una Ley Federal
de Archivos, lo que ha repercutido en entidades como el Distrito Federal, que
anteriormente estuvo tutelado por el Ejecutivo de este país. Con una lectura
15
Dahodd, M., “ Ebla Ugarit and the Bible”, en The Archives of Ebla, Nueva York, 1981.
Cruz Mundet José Ramón, Manual de Archivística, 2a ed., Ruizperez, Madrid, 1997.
17
Schelemberg, Teodoro R., Archivos Modernos, Secretaría de Gobernación, 1987.
16
organizar para conservar
55
política de esta índole, también surgieron y medraron grupúsculos que han
tratado de desvirtuar o aniquilar la memoria, tratando de detener el paso al
desarrollo y buenas prácticas de la archivística científica. Pero las cosas han
cambiado, las nuevas generaciones de archiveros tienen una nueva mentalidad, pero también es evidente que ha sido elemento toral, el apoyo recibido
durantes dos décadas, que nos han aportado los teóricos de diferentes países,
como Antonia Heredia, José Ramón Cruz Mundet, Vicenta Cortés, Carol
Couture, Martha Ferriol, Ramón Alberch i Fugueras, entre otros, también
el apoyo del Consejo Internacional de Archivos y de las asociaciones profesionales, han cambiado el rumbo de la historia archivística de México, pues
de esta manera, se está consolidando la metodología de la ciencia archivística y la aplicación de normas internacionales que venimos trabajando desde
febrero de 1994.18
Organizar un archivo, independientemente de su clase, tipo o tamaño de
sus fondos, es una tarea de gran envergadura; el conocer los documentos no
es verlos, sino, saber de dónde vienen y a dónde van, conocer perfectamente
su naturaleza, para no desvirtuarla con “procesos documentarios” subjetivos,
como se hizo o se hace en muchos archivos hasta el día de hoy.
Reiteramos, el pasado de los archivos representa el pasado y el presente
de las instituciones y las funciones que han ido realizando a través de su historia administrativa y sustantiva, estos elementos servirán para la correcta
conducción de sus fondos documentales, serán determinantes para el conocimiento de las instituciones que dieron vida a las competencias y el ejercicio
de ellas, con estos elementos cognoscitivos, conduciremos las series documentales correctamente, sin inventar nombres que desarticulan y vulneran
el Principio de Procedencia19 que en el Distrito Federal, está contemplado en
el artículo 52 fracción II de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal.
El presente de los archivos se determina por el grado de conocimiento del
ejercicio de la Administración Pública, es decir, de los funcionarios en turno,
que deben tener una conciencia ética.20
18
Dorantes Cacique, María Teresa, Inventario Cardinal. Fondo Fomento: Rescate de una Institución Olvidada, acahem, Toluca, 1824-1965.
19
Artículo 52, fracción II de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Públical del
Distrito Federal. que determine el Instituto,
“…la información contenida en el artículo 13 de la ley; de conformidad con la legislación en
la materia; organizándolos de acuerdo con los principios archivísticos de procedencia y orden
original, que establezca el Instituto;..”
20
Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Distrito Federal.
56
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Desde el punto de vista filosófico,21 todas las corrientes, desde los presocráticos hasta los posmodernistas, coinciden en la importancia de los archivos
en relación con el “alma” de las instituciones, la esencia de su razón de ser, la
naturaleza del todo; para la Administración Pública, sus archivos son la constancia plena del ejercicio de sus atribuciones y en esta acción se resguardan los
documentos que registran y constatan los derechos ciudadanos.
Mirar la parte ulterior de la Administración Pública, es ver el ejercicio de las
funciones, esto determina la clase de archivos que se generan; si sus funciones
están correctamente definidas, sus series documentales serán homogéneas.
En esta ocasión, sólo hablaremos de los archivos de la Consejería Jurídica
y de Servicios Legales del Gobierno del Distrito Federal. La institución tiene
sus raigambres en el siglo xix, como oficina jurídica cuyo nombre perduró
hasta después de 1929, cuando desaparece el municipio en el Distrito Federal,
posteriormente para la década de los 50, se le da el nombre de Dirección
General Jurídica y de Gobierno, y pasa despúes a ser la Coordinación Jurídica. En la última parte de este siglo es instituida como Subsecretaría de
Asuntos Jurídicos. A la Llegada del siglo xxi se le da el nombre de Consejería
Jurídica y de Servicios Legales.
Este organismo está conformado por cuatro direcciones generales, dos
direcciones ejecutivas y la propia Consejería Jurídica,22 entre sus competencias fundamentales se encuentran, la emisión, cuidado, protección y tutela
de los actos del estado civil de las personas, la publicitación del bien raíz
y del comercio, el ejercicio de la voluntad ante la fe pública, la atención a
los ciudadanos que no cuentan con recursos para los gastos de su defensa
legal en materias penal, civil, familiar y de arrendamiento inmobiliario; la
defensa jurídica del Jefe de Gobierno, el Secretario de Gobierno y la Consejera Jurídica. También, atiende la asesoría en materia jurídica para las
delegaciones y demás instituciones del Gobierno del Distrito Federal, tiene
encomendado el favorecer la convivencia armónica entre los habitantes y
la población flotante del Distrito Federal; el pago de indemnizaciones por
expropiación, trámites funerarios, reversiones, publicaciones de la Gaceta
Oficial; la emisión de la Apostilla, que es una obligación consustancial a
nuestro derecho positivo, debido, a que el Estado mexicano, manifestó y
21
SOCRATES.- Libro Editorial Planeta. 1976.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; La convención de la Haya de 1961,
el Pacto de Derechos Civiles y Sociales 1966, la Ley del Servicio Exterior Mexicano, la ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, el código Civil, la ley
del Notariado, el Código de Procedimietos Civiles, el Código Penal, el Código Financiero, el
Reglamento del Registro Civil.
22
organizar para conservar
57
perfeccionó su consentimiento en obligarse a lo dispuesto por La Convención de la Haya de 1961, donde se suprime el requerimiento de legalización
de los documentos públicos extranjeros y desde ese momento se emitió la
Apostilla en el Distrito Federal, encomendando esta función, a la Dirección
General Jurídica y de Estudios Legislativos.
Estos fondos se encuentran instalados en diferentes repositorios ubicados en diferentes espacios geográficos del Distrito Federal, por ejemplo, el
Archivo Histórico de Notarías está ubicado en el ex convento de Corpus Cristi
ubicado en avenida Juárez, en el centro de la ciudad de México; el Archivo
Histórico del Registro Público de la Propiedad, aún se localiza en los acervos
de segunda edad de este archivo registral, cuyas series documentes están
publicitadas en la página web de la Consejería Jurídica, en cumplimiento
con el artículo 12 y 13 de la ley de Transparencia del Distrito Federal.
Los archivos del Registro Civil están ubicados en cada uno de los juzgados, el Archivo General se localiza en Arcos de Belen, en este repositorio se
encuentran instaladas las series documentales de 1861 a 2006.
Los fondos documentales de esta institución están debidamente articulados con el ciclo vital del documento, como el Fondo notarial, el Registro
Público de la Propiedad, el Registro Civil, los Servicios Legales con su
Defensoría de Oficio y su área Contenciosa Administrativa y el Fondo de
Justicia Cívica.
Los fondos documentales de índole administrativo más los fondos de
índole sustantivo, representan un universo aproximado de 170 mil metros
lineales, los cuales iré describiendo.
Las características de cada Fondo son sui generis, debido a la complejidad de sus funciones y ejercicio del derecho.
Los fondos documentales de Consejería fueron localizados en condiciones deplorables, entre el polvo, la humedad y el olvido.
Iniciamos los trabajos con un diagnóstico por cada una de las instituciones que conforman la Consejería Jurídica y de Servicios Legales. Después
de haber entregado y evaluado los diagnósticos, se nos instruyó para la realización del proyecto general de desarrollo archivístico y este se inició el día
14 de febrero de 2001. Para evaluar los 100 primeros días de la Administración del licenciado Andrés López Obrador, se concluyó el inventario de la
serie Asuntos Laborales de la subserie Juicios de fechas extremas del 24 de
noviembre de 1952 al 14 de febrero de 2001.
Para la realización de los inventarios se aplicó la Norma isad (g)23 con el
fin de administrar la información y las estructuras del Habeas Data, todo esto,
23
Norma isad (g), Consejo Intenacional de Archivos. Disponible en : www.ica.org.
58
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
para dar cuplimiento a los ordenamientos nacionales e internacionales, pues
éstos corresponden al artículo 17 del Pacto de Derechos Civiles y Sociales de
1966 ratificado por México; debido a sus niveles de orden constitucional, han
sido protegidos por ser información confidencial.
Como la historia archivística es larga, referiremos que los fondos fueron
procesados científicamente respetando sus principios fundamentales de procedencia y de orden original, y éstos ahora presentan las constantes documentales en los estadios que se refieren a continuación.
La Consejería está conformada por 8 fondos documentales administrativos y 6 sustantivos.
2322 series, fechas extremas 1525 a 2007.
8 Archivos de Gestión.
1 Archivo de Concentración.
3 Archivos Históricos.
Con un total de 12 archivos.
Sin embargo, por la complejidad de la institución, los archivos se localizan en 360 repositorios, cada uno cuenta con su Cuadro de Clasificación;
estos avances los podrán consultar en la página web de la Consejería Jurídica
y de Servicios Legales del Distrito Federal.
Para lograr el desarrollo archivístico, la calidad de la información y su
administración, tanto en sus valores de información como los documentales,
fue necesario aplicar normas internacionales contempladas en los ordenamientos institucionales.
Los logros en la organización científica han posibilitado que los servicios de información se realicen en décimas de segundo, lo que quiere decir
que los trámites se han agilizado, permitiendo la emisión de los documentos
del Estado Civil de las personas, en minutos, las consultas que solicitan los
tribunales se realizan en el término de ley correspondiente y las solicitudes
de información se llevan a cabo también en el término de ley y entre otros,
las solicitudes de información para la defensa de los intereses del pueblo y
Gobierno del Distrito Federal, se realizan en minutos.
Todo esto ha permitido que los Archivos de la Consejería Jurídica y de
Servicios Legales participen en asuntos de la relevancia de Paraje San Juan o
el Encino que como todos sabemos, provocaron el desafuero del licenciado
Andrés López Obrador como Jefe de Gobierno. Sin embargo, todos los documentos que acreditaron los asuntos atendidos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fueron entregados a tiempo y forma, a los tribunales relacionados con los asuntos. Cabe referir que recibimos apoyo de los archivos
organizar para conservar
59
españoles, quienes nos enviaron las fuentes primarias relativas a la propiedad
de la tierra en la épcoa virreinal, por lo tanto, estos documentos datan del
siglo xvi, xvii y xviii y se encuentran debidamente certificados.
Los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales han caminado por nuevos derroteros que nos han permitido transitar hacia las políticas públicas que están marcando un nuevo orden de cosas, ahora el ciudadano está más enterado de los asuntos del Gobierno, ahora el ciudadano
transita también hacia el conocimiento de las instituciones y esto le posibilitará el acceso a la información, lo cual representa, fundamentalmente,
ir hacia una nueva cultura, emanada de los entresijos de la Administración
Pública y cuya fuerza se la dará el ejercicio de la Ley de Transparencia y
Acceso. Pero también, la consolidación del ejercicio de la archivística, fortaleciendo el rigor científico con el que se organicen los archivos, pues el ciudadano sabrá qué series documentales han existido a través del tiempo, por
ejemplo, si un empleado que labora en la Secretaría de Cultura, pero que
ingresó en la década de los 70, solicita los documentos para reclamar sus
derechos laborales, en este caso, tendríamos que buscarlos en la oficina que
los generó, como la Dirección General de Acción Cívica, Cultural y Turística
del Departamento del Distrito Federal, que dio origen a la Secretarías de Cultura, Turismo y Desarrollo Social, etcétera.
A estas series documentales se les conoce como series asociadas, pues
están articuladas con las funciones del organismo productor, pero en caso
de extinguirse, sus documentos pasan al organismo que lo sustituya como
fue el caso de la Dirección General que estamos refiriendo. En el caso de
no existir sucesor, será menester enviarlos al Archivo de Concentración y
fijarsu retención, y cuando éste cumpla, se enviarán al Archivo de Tercera
Edad o Histórico.
Un caso específico de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales es
la Dirección General de Servicios Legales que atendía todos los asuntos de
migración para los extranjeros que eran contratados por el Departamento
del Distrito Federal, en las áreas de deporte, arte y ciencias.
Estas series fueron entregadas el pasado noviembre, a la Consejería por
el Archivo Histórico y el Archivo de Concentración del Gobierno del Distrito
Federal y se encuentran en proceso de organización científica, entre las series
rescatadas se localizaron 56 volúmenes de la serie Amparos y la subserie
Expropiaciones de fechas extremas de 1944 a 1990.
En el ámbito de las relaciones interinstitucionales, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales y la Oficialía Mayor, firmaron los covenios con
la unam, especfificamente con el Dr. Axel Didricksson, el Consejo Internacional de Archivos, el Archivo Nacional de Cuba, el Archivo de Ginebra y
60
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
las Asociaciones Profesionales del Mundo y las Asociaciones Mexicanas que
pertenecen al ica.
Conclusiones
Estos trabajos se están realizando con la aplicación de normas internacionales, desde los archivos de gestión hasta el histórico, con el fin de completar
con pulcritud el ciclo vital como garante de los derechos ciudadanos del
Distrito Federal o residentes en esta entidad y desde luego, la preservación
de la memoria documental de una de las capitales más pobladas del planeta,
el Distrito Federal.
Colegas, la lucha está iniciando, defendamos la memoria de México, por
lo pronto quiero cerrar este trabajo remembrando a Benedetti cuando dice
que “no olvidemos que el olvido está lleno de memoria”.
Consideraciones en torno al Archivo de Catastro
de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal
María del Carmen Suárez Rivera
Unidad Departamental de Archivo y Oficialía de Partes
Dirección de Recursos Materiales-Dirección General de Administración
Síntesis
La propuesta comprende una breve retrospectiva acerca de la historia del
catastro en México y de su creación como una necesidad básica del establecimiento de registros de la tierra; tanto por la necesidad de que el comprador
obtenga información de la compra, así como por la necesidad del Estado de
saber cuáles son las unidades territoriales posibles de tributar.
El Archivo de Catastro es uno de los organismos responsables de manejar,
mantener, asegurar y proteger información y documentación correspondiente a la propiedad y al registro predial dentro de la circunscripción del
Distrito Federal. Derivado de su importancia, se exponen datos acerca de la
evolución histórica, estado actual y pertinencia del archivo catastral, en el
contexto de su adscripción, la Secretaría de Finanzas.
En este trabajo subyace el interés de identificar el valor de los archivos
como herramienta vital para la gestión institucional cotidiana y para el proceso de acceso a la información pública.
Introducción
¿Qué es o cómo se define el catastro? La definición tradicional indica que se
trata de un inventario público de datos, metódicamente recopilados, relativos
a las propiedades de un país o de un distrito, basado en la medición de sus
contornos. Pero el término “catastro” ha sido empleado indistintamente con
la significación de inventario, censo o registro.
62
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Históricamente, los primeros catastros fueron establecidos con fines
exclusivamente fiscales, pero a partir de ciertas concepciones alemanas sobre
movilización de valor de los inmuebles y su aprovechamiento como factor del
crédito territorial, el concepto y los fines del catastro aumentaron. Entonces,
a la noción original del catastro, como padrón de fincas sujetas a tributación,
se agregó la demanda de la individualización física de los predios y de la
titularidad de los derechos sobre los mismos (se incorporaron los elementos
planigráficos y jurídicos).
Antes de continuar, recordemos que la tierra es y ha sido uno de los
recursos fundamentales de cualquier ciudad, por ello, desde la antigüedad se
ha tratado de estudiar y de realizar las actividades conducentes a su clasificación, registro y establecimiento de impuestos ligados a la propiedad.
Derivado de lo anterior, los catastros se crearon como una necesidad
básica del establecimiento de registros escritos de la tierra; tanto por la necesidad de que el comprador obtenga información de la compra, como por el
requerimiento del Estado de saber cuáles son las unidades territoriales posibles de tributar.
No hay que dejar de mencionar que una vez confeccionado, el catastro
no es inamovible, puesto que es reflejo de la propiedad y ésta varía de propietarios y de dimensiones, por lo que se hace necesario conservarlo y revisarlo
para mantenerlo actualizado.
Contexto histórico del catastro en México
El marco geográfico y económico en el que se desarrollaron las civilizaciones
prehispánicas que habitaban las regiones de Mesoamérica, influyó en las
formas de propiedad y usos del suelo, lo que motivó que las primeras disposiciones sobre distribución de la tierra, estuviera relacionadas con su organización política y cultural; por ejemplo, entre los aztecas, las tierras pertenecían
a la comunidad y se dividían en calpullis o barrios. El jefe de cada barrio se
encargaba del registro de las tierras y del reparto entre los jefes de familia,
las obligaciones de los miembros del calpulli eran trabajar la tierra y pagar
tributos, teniendo la posibilidad de disponer de ella y heredarla a sus descendientes, pero no venderla.
Para este período, la información referente al catastro se identifica en
los códices pictográficos, que especifican los procedimientos legales relacionados con la administración y uso de la tierra.
organizar para conservar
63
Un ejemplo de documento catastral prehispánico es el códice Santa
María Asunción, representativo del sistema catastral y estadístico sobre la
población y las tierras de 12 localidades de Texcoco, en el valle de México.24
Ya en la época colonial, el origen de la propiedad territorial novohispana
estuvo determinado por el soberano español, quien otorgaba la donación de
derechos sobre la tierra entre los particulares a través de un título llamado
merced, el cual constituía un premio a la gestión ejemplar de un vasallo destacado o como pago de un compromiso.
De esa manera, las mercedes de tierra eran el medio de obtención de la
propiedad rural.
En el aspecto legal, los tipos de propiedad que se destacaron durante el
período colonial fueron dos:
a) La propiedad privada, conformada por enormes extensiones de tierra
denominadas haciendas, cuya posesión pertenecía a particulares y al clero.
b) La propiedad comunal, perteneciente a la población indígena, comprendida por cortas extensiones de tierra en zonas agrestes, donde se refugiaron los grupos de indígenas que no fueron sometidos por los españoles.
Siglo xix: antecedentes legales del catastro
Durante el siglo xix e iniciado el período independiente en 1821, se registran
los antecedentes legales del catastro en México, al dictarse la protección de
los grandes latifundios civiles y eclesiásticos, así como la promulgación de
una Ley de Colonización que favorecía la política colonizadora y el expansionismo norteamericano.
Casi a fines del xix, en 1883, con el fin de conocer la estructura económica y política, el gobierno de la República decretó la creación de la Dirección General de Estadística. Cuya tarea sería compilar, clasificar y publicar
periódicamente las cifras comparativas del ramo económico, realizando
levantamientos censales tanto en el ámbito poblacional como en el ámbito
de catastro de la propiedad urbana, rústica y minera, para conocer la riqueza
24
El códice Santa María Asunción del siglo xvi, se fragmenta en tres partes: la primera es un
censo por hogar que asocia a cada jefe de familia con sus descendientes; la segunda está formada por un listado de parcelas, relacionada con cada jefe de familia; la tercera incorpora de nueva cuenta, a cada jefe de familia con una relación de predios. Pablo Noriega. “Un ejemplo del
sistema catastral de origen prehispánico en el valle de México: el Códice de Sta. María Asunción”.
Ibid. “Reflexiones Pragmáticas en torno al desciframiento del Códice de Santa María Asunción”.
En Internet (junio, 2007)
64
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
del país. De tal manera, las bases legales de la medición catastral están comprendidas en la Ley Especial de Catastro y su reglamento, que abarcaban el
territorio nacional desde la propia medición hasta los planos municipales y
la propiedad particular.
A través de la evolución de Legislaciones en materia de catastro, se
desarrollaron aspectos como la forma de integración, facultades y funcionamiento de las juntas catastrales, así como las definiciones técnicas y los
recursos administrativos de las instituciones y organismos catastrales. De
tal forma, el siglo xix culminó con las primeras instituciones catastrales,
con la promulgación de la Ley Federal sobre Ocupación y Enajenación de
Terrenos Baldíos de los Estados Unidos Mexicanos, en 1894. En ese año,
también se estableció el gran Registro Público de la Propiedad, que garantizó los derechos de propiedad.
Ahora bien, el catastro en el Distrito Federal tiene su origen en el decreto
promulgado por el entonces presidente de la República, Porfirio Díaz, el 22
de diciembre de 1896. Mediante este decreto quedó constituida la Ley de
Catastro. Los objetivos de este catastro eran, primero, describir la propiedad
del inmueble y hacer constar sus cambios, y segundo, repartir equitativamente el impuesto sobre la propiedad. De hecho, la primera generación de
catastros mexicanos tiene su origen en el Distrito Federal, se trataba de un
catastro de tipo fiscal, inspirado en modelos españoles (Málaga, Cádiz, Córdoba, Granada). Este primer catastro de la Ciudad de México, fue el que sirvió
de prototipo general a los estados. Más adelante, este modelo porfiriano fue
experimentando modificaciones que permitieron perfeccionarlo y adaptarlo
a las exigencias de cada época.
Es en 1953, cuando se crea formalmente el Catastro del Distrito Federal,
con doble finalidad: fiscal y estadística. (Título II de la Ley de Hacienda,
correspondiente al impuesto predial).
A medida que el catastro de la Ciudad de México fue aumentando en
tamaño y complejidad, institucionalmente sus funciones fueron elevadas al
nivel de Dirección, la de Catastro e Impuesto Predial, dentro de la Tesorería
del Distrito Federal. Posteriormente, a partir de 1977, dicha Dirección inició
un proyecto de modernización y actualización del catastro, el cual planteaba
concentrar la información en un banco de datos gráficos y digitales para
ponerlo al servicio de la administración pública y de los organismos privados
que lo solicitaran.
De tal manera, se planeaba que los archivos “muertos”, el de trámite, el
topográfico y el cartográfico, se beneficiarían con las técnicas que se iban a
implementar, también se pensaba en compactarlos en un solo espacio, ya que
en aquellos años los archivos ocupaban el equivalente a dos pisos del edificio
organizar para conservar
65
de la Tesorería. Al paso del tiempo, esos proyectos enfocados en el perfeccionamiento de los archivos, no se concretaron satisfactoriamente.
Hasta aquí las referencias acerca de los antecedentes catastrales en
México, sin embargo, queda mucha información que investigar, sistematizar
y aportar. El siguiente apartado se enfoca en referencias acerca de uno de los
archivos que resguarda documentos catastrales, y que mantiene un vínculo
natural con el Archivo Histórico Cartográfico, adscrito a la Subdirección de
Operación Cartográfica, de la Unidad Departamental de Control y Registro
Cartográfico de la Secretaría de Finanzas.
Antecedentes históricos del Archivo de Catastro
La Unidad Departamental de Archivo y Oficialía de Partes (adscrita a la
Dirección General de Administración de la mencionada Secretaría) tiene a
su cargo el Archivo de Catastro, entre otros recintos. El archivo catastral,
contiene y conserva documentos con datos personales importantes de orden
confidencial, registrados en la citada Secretaría, a través de la Subtesorería de
Administración Tributaria. De hecho, el origen de procedencia de la documentación parte de las distintas administraciones tributarias.
En ese sentido, el Archivo de Catastro es uno de los organismos responsables de manejar, mantener, asegurar y proteger información y documentación correspondiente a la propiedad y al registro predial dentro del Distrito
Federal, información que como ya se mencionó, es de orden confidencial
porque contiene datos personales sensibles.
Este archivo ha transitado por varias fases en cuanto a la ubicación de sus
acervos. Antes del terremoto de 1985, se encontraba en el tercer piso de una
torre de ocho pisos, que formaba parte de un conjunto de edificios inaugurados por etapas, desde octubre de 1963 a febrero de 1970. Dicha torre resultó
severamente dañada en el siniestro. Posteriormente, el acervo fue trasladado
al sitio donde actualmente se encuentra, un espacio que funcionó como estacionamiento exclusivo del personal directivo de la Secretaría de Finanzas.
El sitio en cuestión fue adaptado para utilizarse como área de trabajo de
los procesos técnicos. La adecuación física se fue realizando gradualmente
con la instalación de paredes de tablaroca para separar el área de archiveros
de la zona de actividades de procesos técnicos, de igual manera, se obtuvo la
instalación de piso de loseta sobre la base de concreto del estacionamiento.
En la actualidad, el Archivo de Catastro se encuentra ubicado en el espacio
descrito (Doctor Lavista núm. 144, acceso 1, sótano, colonia Doctores, delegación Cuauhtémoc, México, D. F.), y lo mismo que otros recintos que son
66
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
utilizados como Archivos, no reúne las condiciones necesarias para albergar
la documentación, ya que por ejemplo, el área de estantería es susceptible
de inundarse en temporada de lluvias. Considerando que es depositario de
una valiosa fuente de información documental, resulta urgente modificar el
estado físico y material del inmueble.
Organización del acervo documental
El acervo de catastro comprende la documentación generada en 21 administraciones tributarias. Dicho material se encuentra organizado físicamente en
271 regiones prediales.
Es importante señalar que las fechas extremas se identifican a partir del
año 1921 hasta el 2005 (cabe indicar que la documentación es abundante a
partir de 1980). En general, el acervo de catastro guarda aproximadamente
10 millones de expedientes almacenados en gavetas, cada una puede contener
desde seis hasta 500 expedientes, porque existen documentos voluminosos,
como aquellos conformados por una o dos fojas, esto derivado del rezago de
trabajo en cuanto a la integración de documentación “nueva” en su respectiva guarda. En adición a esto, es importante decir que un serio problema que
afecta al Archivo es el de la saturación del espacio, ya que resulta insuficiente
ante la considerable cantidad de documentación que se genera en las administraciones tributarias.
A continuación, se relaciona la tipología documental que obra en los
expedientes catastrales:
Tipología documental
Cabe señalar que un tipo documental es la expresión que sirve para condensar las características esenciales, tanto formales como informativas de
una unidad documental.
De acuerdo a la definición que ofrece la Norma Internacional General de
Descripción Archivística (isad-g), un tipo documental es la clase de documento incluido en una unidad de descripción, que se distingue por la semejanza de sus características, por ejemplo: testamentos, sentencias, cartas, diarios, actas, etc.
a) Movimiento al archivo catastral - Empadronamientos y actualización de registros para impuesto predial y derechos por servicio de agua
Anexo fotográfico archivo de catastro
exterior
interior
68
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
(mac):
Documento que comprende los datos del contribuyente y el tipo de gestión o servicio que presta la Tesorería del Distrito Federal. Se trata de un
formato que tiene por objeto facilitar a los contribuyentes la identificación
servicio que requiere.
b) Declaración para el pago del impuesto sobre adquisición de inmuebles
(isai).
Consigna los datos relativos a la cuenta catastral, los del adquirente del
inmueble o predio y los datos del enajenante. Señala la ubicación del inmueble
y los datos de la escritura pública: naturaleza del acto o concepto de la adquisición, compraventa, sucesión, adjudicación de bienes hereditarios, disolución de copropiedad, transmisión de propiedad en ejecución de fideicomiso,
adjudicación por remate judicial, etc. La declaración (isai) se acompaña de la
copia del contrato de compraventa entre vendedor y comprador.
c) Avalúo:
Consigna datos sobre la ubicación del inmueble, características urbanas,
del terreno, datos de la construcción, claves de uso, rango y clase. Asienta el
valor unitario, el valor resultante, valor físico y de capitalización, de mercado
y el valor comercial. Informa sobre el método de valuación, la investigación
de mercado inmobiliario, mercado de rentas.
f) Volante de aclaraciones:
Indica la Administración Tributaria donde se gestiona el asunto, fecha y
datos personales del contribuyente, precisando causa o motivo de la solicitud
que se está tramitando.
g) Contrato de comodato:
El Contrato de Comodato contiene tanto las declaraciones como las
cláusulas del comodante y el comodatario. Consigna el número de clave
catastral, el número de cuenta por los derechos de suministro de agua y el
RFC del comodante.
h) Manifestación de construcción:
Documento original que consigna datos relativos al número de cuenta
del impuesto predial, del propietario del inmueble, la descripción de construcción del inmueble y firma del poseedor del mismo, dando fe de que todos
los datos son verídicos.
organizar para conservar
69
i) Croquis de localización: Señala linderos del predio, medidas de frente
a frente y fondo, nombre de calles circundantes.
j) Contratos de arrendamiento: Documento que testimonia la celebración de un contrato en el que las dos partes se obligan recíprocamente, la una
a conceder el goce de una cosa, a ejecutar una obra o prestar un servicio,
y la otra a pagar por este goce, obra o servicio un precio determinado. Este
es el documento más constante en los expedientes catastrales. También es
de los más solicitados por los particulares y autoridades administrativas y
judiciales.
k) Manifestación de traslado de dominio: Es el documento que legitima
el cambio de propietario.
Los servicios que presta el Archivo de Catastro
1.-El Archivo brinda servicios de asesoría y orientación al público, vía telefónica, en ventanilla y por correo electrónico, con el fin de facilitar el acceso
ágil a los documentos, así como para la utilización del mismo.
Los usuarios son fundamentalmente particulares, administradores tributarios e instancias judiciales (Procuraduría Fiscal, Ministerios Públicos de
la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y Juzgados).
2.- El archivo brinda el servicio de búsqueda de expedientes. Los particulares que lo soliciten tienen posibilidad de consultar su expediente catastral, previa acreditación de propiedad. Actualmente se cuenta con una área
de consulta dentro de la Unidad Departamental de Oficialía de Partes, la
cual incluye el mobiliario básico para la revisión de los expedientes y documentos que interesan a los usuarios, siempre bajo la vigilancia de personal
designado para resguardar la seguridad física del documento. Se prestan 100
expedientes al mes, aproximadamente,
Cabe mencionar que después del ingreso de una solicitud particular, y al
término de 15 días hábiles, el acceso a los expedientes está condicionado a la
previa acreditación de la propiedad, así como al pago de derechos por búsqueda en el archivo, y en caso necesario, por expedición de copias.
3.-Relacionado con lo anterior, otro servicio que se presta es el de expedición de fotocopias simples y /o certificadas, que consiste en el derecho del
particular de solicitar la reproducción de material documental catastral. A
estos se agrega el contar con un buzón para reportar cualquier anomalía,
sugerencias y peticiones de parte de la ciudadanía.
70
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Conclusión
Actualmente ya no es suficiente con recibir, conservar, localizar y otorgar
con rapidez la documentación solicitada. El incremento del volumen de la
producción documental y la necesidad de garantizar, tanto la transparencia
administrativa como el ejercicio del derecho público a la información, convierten al archivo en un órgano central, importante para la agilización y
mejora del funcionamiento de la administración y el control de la documentación. En ese sentido, el Archivo de Catastro de la Secretaría de Finanzas,
pese a la problemática por falta de espacio y la explotación documental que
enfrenta, asociada a las condiciones poco aptas en las que funciona, es un
archivo de concentración que destaca por la importancia de su acervo documental y por los servicios que presta a los contribuyentes y autoridades que
solicitan documentos.
Bibliografia
Luna Ochoa, Fernando, (1974) El catastro predial en la República Mexicana,
desde la Megalópolis hasta las pequeñas ciudades, su finalidad, integración y
funciones como respuesta a las necesidades federales, estatales y municipales.
Tesis profesional, Escuela de Ingeniería Municipal-SEP. México, D. F.
Juárez V., Luis Antonio, José Luis Manrique Mora, Enrique Martínez
Rodríguez, y María del Carmen Suárez Rivera, (2007). Diagnóstico global de
los Archivos adscritos a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Distrito
Federal. Documento de trabajo. Inédito. Unidad Departamental de Archivo y
Oficialía de Partes, Dirección de Recursos Materiales, Secretaría de Finanzas.
México, D. F.
Martínez Jaramillo, Mario; Dora E. del Ángel J., et al. (2002) “Retrospectiva sobre la evolución de los aspectos jurídicos del catastro” en Notas.
Revista de Información y análisis (Cultura estadística y geográfica) México,
inegi, núm. 17.
Información en red
Erba, Diego Alfonso, (2005). Historia del Catastro Territorial en Latinoamérica: los países del Conosur. Catastro. Abril. En internet. (Junio, 2007)
Fernández Escorial, Manuela. (2005). Documentación catastral conservada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga: las transferencias del
Catastro a los Archivos Históricos Provinciales. Catastro. Julio. En internet.
organizar para conservar
71
(Junio, 2007)
Noriega, Pablo. Reflexiones Pragmáticas en torno al desciframiento del
Códice de Santa María Asunción. En internet. (Junio, 2007)
Noriega, P. Un ejemplo del sistema catastral de origen prehispánico en el
Valle de México: el Códice de Santa María Asunción. En internernet. (Junio,
2007)
Marco Jurídico: Lineamientos generales
para la administración documental y transferencia de
archivos administrativos al Archivo General Municipal
Maestro Hugo Cortés Santiago
Licenciada Leticia López Gonzaga
Archivo General Municipal de Puebla
El Archivo General Municipal de la ciudad de Puebla, es uno de los repositorios documentales más importantes del país debido al buen estado de
conservación y secuencia cronológica de sus series documentales. Conserva
testimonios de su historia, desde 1532, como La Puebla de los Ángeles, hasta
nuestros días como Heroica Puebla de Zaragoza.
Tiene como funciones prioritarias: impulsar el resguardo, preservación, control, manejo, depuración y aprovechamiento institucional y social
del patrimonio documental municipal, comprendido por los libros, documentos y registros de información en los archivos administrativos, semiactivos e históricos.
A partir de 1996, el Archivo General se convirtió en el mayor receptor
documental al iniciarse las transferencias de archivos administrativos y en
algunos casos semiactivos de las diferentes dependencias municipales, formando así el archivo de concentración. Lo que trajo como consecuencia que
en tan pocos años se incrementara de manera considerable el volumen de
documentos transferidos al Archivo, a pesar de contar con una normatividad
que aparentemente regulaba su traslado, pero se carecía de normas que controlaran la organización bajo criterios homogéneos, en cada dependencia del
Gobierno Municipal.
Con la entrada en vigor de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del estado de Puebla, en agosto de 2004, se obliga a transparentar la gestión pública mediante la difusión de la información que generen
los ayuntamientos. Esto trae como consecuencia que, para tener acceso a la
información, es indispensable que los documentos estén organizados y con-
74
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
servados bajo criterios uniformes, de tal manera que permitan su localización
expedita, disponibilidad e integridad. Es por ello que la función archivística
cobra especial relevancia, pues ahora más que nunca deberá administrarse de
manera profesional y consciente, la documentación que generen, reciban o
conserven en el ejercicio de sus funciones, competencia o en el desarrollo de
sus actividades, los servidores públicos del Gobierno Municipal.
Actualmente la ciudad de Puebla vive un momento histórico, cuya dinámica gubernamental exige pluralidad de expresiones ideológicas de género
multicultural; pero, al mismo tiempo, ser incluyente y transparente con el
acceso a la información pública municipal nos permitirá acelerar nuestro
tránsito hacia un modelo de país desarrollado.
Es por ello que el Archivo General Municipal de la ciudad de Puebla,
para estar a la vanguardia en materia archivística, tuvo que actualizar su
marco jurídico a través de su reglamento interno y emitir los Lineamientos
Generales para la Administración Documental y Transferencia de Archivos
Administrativos al Archivo General.
En lo que respecta a su reglamento, fue necesario reformar el capítulo
25, relativo al Archivo General Municipal del Código Reglamentario para
el Municipio de Puebla, reformas que fueron aprobadas por el Honorable
Cabildo, el 14 de diciembre de 2005 y publicadas en el Periódico Oficial del
Estado, el 15 de febrero de 2006. En él se establecen las bases de organización y funcionamiento a través de una Dirección y dos Jefaturas: Jefatura de
Departamento de Archivo de Concentración y Jefatura de Departamento del
Archivo Histórico.
La Jefatura de departamento de Archivo de Concentración está conformada por los documentos cuyo trámite administrativo ya concluyó y fueron
transferidos por las Dependencias y Organismos descentralizados. Actualmente se resguarda la documentación semiactiva de cuatro administraciones
generada en los últimos 12 años.
La Jefatura de Archivo Histórico tiene a su cargo el resguardo del acervo
histórico, el cual está organizado en 9 secciones y 61 series documentales,
siendo las más representativas: actas de cabildo, expedientes, reales cédulas,
consolidación, tesorería, legislación, publicaciones periódicas oficiales (
Diario Oficial de la Federación y Periódico Oficial del Estado), informes
municipales, material gráfico y juntas auxiliares, entre otros.
Ambas jefaturas tienen como funciones sustantivas, preservar el patrimonio documental a través de normas específicas que eviten la manipulación desmedida de los documentos, por ejemplo, el respaldo en medios electrónicos, así como la elaboración de instrumentos de descripción (catálogos,
guías e inventarios).
organizar para conservar
75
Asimismo, se enumeran las condiciones físicas apropiadas para la preservación del acervo, por ejemplo, la iluminación deberá ser con luz incandescente fría, la temperatura de 18 a 22 grados y una humedad relativa, al
igual que un determinado tipo de estantería, por mencionar algunos.
En lo que refiere al servicio de consulta que ofrece el archivo, éste se da
a usuarios internos y externos. Para ello se especifican los requisitos de consulta de la documentación semiactiva o histórica.
Entre otros, hay un apartado relativo a la seguridad y emergencia, misma
que está a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad Municipal,
institución responsable de la seguridad en el interior y exterior del Archivo
General Municipal, a través de un programa de seguridad y prevención del
delito para el acervo documental. También se señala que la Dirección de Protección Civil, mantendrá actualizado un plan para atender las contingencias
que se presenten a través de un comité de protección civil que se nombró
conjuntamente con la Dirección del Archivo General.
Finalmente hay un apartado que refiere “la propiedad intelectual” y “prohibiciones y sanciones”.
En materia de transparencia, se elaboró el artículo 1689 bis del Código
Reglamentario para el municipio de Puebla, el cual establece “el Archivo General
Municipal dictará los Lineamientos de Administración Documental, mismos
que tendrán aplicación obligatoria en todas las dependencias y Organismos Descentralizados, así como de sus Juntas Auxiliares del Honorable Ayuntamiento;
los cuales serán formalmente expresados a través de los Lineamientos Generales
para la Administración Documental y Transferencia de Archivos Administrativos al Archivo General Municipal de Puebla, mismos que fueron aprobados
por el Honorable Cabildo el 14 de siembre de 2005 y publicados en el Periódico
Oficial del Estado el 17 de Febrero de 2006.Para su elaboración fue necesario
contar con la asesoría del Archivo General de la Nación y de esta manera homologar los criterios en materia de administración de documentos.
La correcta organización archivística a través de los lineamientos, contribuirá a sentar las bases para la modernización y eficiencia de las actividades de la administración municipal, a través de la adecuada organización
y conservación de los documentos generados o resguardados por el Gobierno
Municipal en su quehacer cotidiano.
Los lineamientos establecen los parámetros para homologar los criterios de organización de los archivos de trámite, así como para una adecuada
transferencia de la documentación al archivo de concentración del Archivo
General Municipal.
A través de los lineamientos se establecen las herramientas técnicas referentes a la administración documental, desde el control de su gestión en cada
76
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
una de las oficinas como archivos de trámite, pasando por la selección, valoración y clasificación, antes de que sea transferido al archivo de concentración, tomando como parámetros obligatorios para su clasificación, el Cuadro
General de Clasificación Archivística. Para ello, cada dependencia tuvo que
identificar y delimitar perfectamente sus funciones sustantivas, a través del
conocimiento y aplicación de su marco normativo como unidad orgánica,
aunado al conocimiento de sus manuales de procedimientos, razón por la
cual expresamos la necesidad de que la organización de nuestros documentos
sea en estricto apego a nuestras funciones normativas y por ende, la organización archivística sea bajo el principio de procedencia y orden original, quedando estructurados de la siguiente forma:
De la administración documental: establece que los sujetos obligados
(presidente municipal, síndico, regidores, secretarios, directores, jefes de
departamento, puestos análogos y presidentes de las Juntas Auxiliares), no
son propietarios de los documentos que generen en el desempeño de sus funciones, pues forman parte de patrimonio del Honorable Ayuntamiento de la
ciudad de Puebla, asimismo son responsables de la custodia y buen estado
de los documentos que se encuentren bajo su resguardo, evitando actos que
propicien su daño o destrucción. (Capítulo primero).
Del control de la gestión documental: establece los criterios bajo los
cuales se debe hacer la recepción, seguimiento y control en cada unidad
orgánica, siendo base fundamental, la conformación de expedientes según
lo establecen las normas archivísticas, es decir, solicitud, seguimiento y respuesta; asunto o materia, actividad sustantiva o tipo de documento. Para una
correcta conformación de un expediente en las diferentes oficinas que conforman el gobierno municipal, físicamente deben estar todos los documentos
que lo integran, evitando la duplicidad o faltantes. En relación a la duplicidad,
no sólo se presenta el caso de que físicamente estén dos o más documentos
iguales, sino que dos unidades orgánicas conforman el mismo expediente,
en original y copia en el mejor de los casos, pero también sucede que en ocasiones, ambas partes no cuentan con la totalidad de los documentos que lo
deben conformar y caen en el error de dejarlo así.
Por otra parte, cada expediente debe contener una carátula de identificación, que permite clasificar en términos homogéneos e identificar todos los
elementos componentes de la descripción del mismo: nombre de la unidad
orgánica generadora, descripción del contenido, valor documental, código
de clasificación y tiempo de vigencia en el archivo de trámite o de concentración. Este código de clasificación se conforma de la siguiente manera:
—Año que inicia el trámite.
organizar para conservar
77
—Siglas de la unidad orgánica generadora, respetando su nivel jerárquico
dentro de la estructura del Ayuntamiento ( Secretaría, Dirección y Jefatura).
—Número de la sección; número y nombre de la serie a que corresponde, atendiendo al Cuadro General de Clasificación Archivística.
—La carátula deberá ser colocada en la parte inferior de la portada del expediente de manera horizontal.
Se deben foliar todos los documentos que integran el expediente. En el
caso de los documentos generados directamente en soporte electromagnético
(cintas de audio, fotografía, imágenes digitalizadas), la unidad generadora
deberá contar con infraestructura para su conservación. (Capítulo segundo).
De los archivos de trámite: en cada unidad orgánica habrá un archivo
de trámite, el responsable será nombrado por el titular de cada unidad, que
se encargará de coordinar la correcta integración de los expedientes, valorar
y seleccionar los documentos que deban ser transferidos al archivo de concentración, siempre y cuando sean expedientes cuyo trámite administrativo
haya concluido y su consulta no sea frecuente. (Capítulo cuarto).
Del Archivo de Concentración: será el encargado de recibir la documentación semiactiva que envíen las dependencias, organismos descentralizados
y juntas auxiliares del Gobierno Municipal, así como de ordenarla y clasificarla de acuerdo a la estructura orgánica para su ubicación topográfica y
elaboración de herramientas de consulta (inventario documental, base de
datos), con la finalidad de facilitar su localización, recuperación y servicio de
consulta de manera oportuna y eficaz. (Capítulo quinto).
De los instrumentos técnicos de consulta y control archivístico: este
apartado señala que la clasificación de los expedientes debe ser en apego al
Cuadro General de Clasificación Archivística que se elaboró de manera funcional de acuerdo a las actividades específicas de cada unidad orgánica del
Honorable Ayuntamiento.
La estructura del Cuadro se hizo de manera jerárquica, atendiendo a los
niveles de fondo, sección y serie, quedando conformado en 15 secciones y 315
series documentales.
Aunado a ello, se elaboró un catálogo de siglas, el cual nos permite identificar la unidad generadora y su nivel jerárquico dentro de la estructura orgánica de cada dependencia. Con información de ambos se podrá establecer un
código de clasificación, el cual formará parte de la información que llevará la
carátula del expediente. (Capítulo séptimo).
De la clasificación de la información: ésta quedará a cargo de los responsables de las unidades orgánicas en los términos que establecen la Ley de
Transparencia del Estado y los Lineamientos de Clasificación y Desclasificación a nivel municipal. (Capítulo octavo).
78
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
De la transferencia de archivos administrativos: establece que debe
hacerse en dos periodos por cada trienio que dura la gestión municipal, la
primera a mitad del mismo y la segunda al finalizar, de acuerdo a un calendario establecido para tal efecto. (Transferencia ordinaria). Fuera del calendario se denominará transferencia extraordinaria, únicamente puede realizarse por supresión administrativa o desastres naturales, que pongan en
riesgo la integridad física de los documentos. (Capítulo noveno).
Del procedimiento para la ordenación de archivos administrativos que
van a ser transferidos: se especifican diversos criterios, entre otros, ser expedientes conformados y concluidos. (Capítulo décimo).
De procedimiento para la elaboración de los inventarios de archivos
administrativos: de manera detallada se especifica la forma de ordenación y
tipificación que debe darse en los expedientes a transferir:
Anotar en la pestaña del fólder el código de identificación y nombre de la
serie a la que pertenece.
Foliación de cada uno de los documentos que integran el expediente.
Asignación de un número consecutivo de cada uno de los expedientes
única e irrepetible por casa unidad de instalación (caja)
Colación de la documentación en cajas AM70 (Capítulo décimo segundo).
Del procedimiento para realizar la transferencia de archivos administrativos: ésta es por dependencia a quien se le especifica las fechas asignadas
de acuerdo al calendario, por lo tanto, todas las unidades orgánicas que la
conforman deben de apegarse; para ello es necesario llenar un formato de
inventario, en el cual de manera especifica detallan el contenido de cada uno
de los expedientes a transferir (folios, fechas, código de clasificación, asunto
y observaciones).
Asimismo, llenan el formato denominado “identificación de series
documentales”, en él cada unidad orgánica deberá señalar cuántos expedientes y a qué serie documental corresponde la documentación que está
enviando. Una vez que el personal del archivo revisa y coteja el contenido de las cajas e inventarios, el coordinador administrativo o puesto
análogo de cada dependencia, concentra todos los formatos con su respectivo soporte electrónico y se procede a elaborar una acta administrativa
de transferencia. Estando presentes el titular de la Dependencia, conjun-
organizar para conservar
79
tamente con el Director del Archivo General en presencia de un representante de la contraloría municipal nombrado para tal efecto y dos testigos de
asistencia, uno por parte de la dependencia y uno por el Archivo General.
Posteriormente se procede a su traslado físico. (Capítulo décimo tercero).
Finalmente, el monitoreo para la correcta aplicación de dichos Lineamientos se realiza a través de un trabajo conjunto entre el Archivo General
Municipal y un Comité Técnico de Archivos Administrativos y Semiactivos
(Art. 1703 del Código Reglamentario para el Municipio de Puebla). A través
de sesiones de trabajo realizadas mensualmente, cada uno de sus miembros
expone la situación de los archivos de sus dependencias, organismos descentralizados y Juntas Auxiliares, con la finalidad de emitir medidas de solución,
si es que existieran, a fin de que se cumpla en tiempo y forma lo establecido
en los presentes lineamientos.
De igual forma, el Archivo General inició una constante capacitación a
las secretarias y responsables de archivos administrativos a través de cursos
y asesorías en las áreas de trabajo.
La actualización del marco normativo del Archivo General de la ciudad
de Puebla y generación de instrumentos técnicos, lo hicieron merecedor al
reconocimiento en el área de Marco Legal en el programa de Reconocimiento
al Fortalecimiento Institucional Municipal (icmarefim).
MESA 3
Los centros de documentación y los archivos delegacionales
Los archivos de concentración de las 16 delegaciones del Distrito Federal
Maestra Hortensia Constanza Tercero Vega, Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía
Centros documentales y archivos históricos delegacionales. Encuentro-debate
Licenciada Ana María Castro, Cronista de Coyoacán, Asociación de Cronistas del Distrito Federal y Zonas Conurbanas, A. C.
Centro de Estudios Históricos de Tlalpan. Una experiencia de un espacio a
punto de desaparecer.
Baltazar Gómez Pérez, Delegación Coyoacán
Los archivos de concentración de las dieciséis delegaciones
del Distrito Federal
Maestra Hortensia Constanza Tercero Vega
Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía
Esta ponencia es el resultado de una inquietud personal por conocer la situación que viven los Archivos de Concentración en las 16 delegaciones del
Distrito Federal, y descubrir si se aplican las técnicas archivísticas para la
guardia y custodia de los documentos.
También tiene como propósito orientar y ofrecer algunos elementos de
juicio para facilitar el buen funcionamiento de la administración documental
en los Archivos de Concentración en el Distrito Federal.
Me enfocaré en los Archivos de Concentración de las 16 delegaciones que
conforman el Distrito Federal, y trataré de ubicar las carencias que hay en dichas
instalaciones, así como el deterioro que están sufriendo los acervos documentales, para que, a partir de este análisis, se puedan hacer algunas recomendaciones que permitan mejorar las condiciones actuales de dichos archivos.
Entre los aspectos a considerar, no hay que perder de vista que entre los
responsables de dichos archivos de concentración, están diferentes profesionales, algunos de ellos con licenciatura en derecho u otras, y otros apenas con
estudios de secundaria. Pero lo más significativo es conocer si han recibido o
no algún tipo de capacitación archivística, para saber si tienen idea de cómo
desarrollar correctamente sus funciones.
Archivo de Concentración
Es el que está formado por expedientes, cuya consulta es esporádica y que
han sido transferidos para su conservación, y administración mientras
vence su periodo de vida semiactiva y se decide su eliminación o su transferencia al Archivo Histórico. Permite desahogar los Archivos de Trámite de
84
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
las diferentes oficinas. Tiene como función recibir, revisar, custodiar, dar
servicio de consulta al usuario y depurar la documentación que le envíen
para su guarda.
A continuación, enumeraré las condiciones ideales para la guardia y
custodia de los acervos documentales de los archivos de concentración de
las 16 delegaciones.
Construcción de edificios y locales
Los edificios y locales de los Archivos de Concentración, deben tener las
dimensiones adecuadas. La estructura debe ser resistente, lo que garantiza la
óptima conservación de la documentación que se tenga o se vaya a recibir en
el archivo de concentración. Las condiciones que se deben considerar deben
ser básicas para la instalación del archivo de concentración: seguridad, facilidad en la recuperación de la documentación, ahorro de espacio, economía
de instalación y servicio
Condiciones del local
Es conveniente que un archivo de concentración deba estar cerca de las delegaciones del Distrito Federal, para que puedan hacer uso de él, nunca desplazarlos del área delegacional.
En cuanto al espacio, lo ideal para su instalación sería: un local independiente y exclusivo, un local con personal que enlace a otras delegaciones
y contar con muebles adecuados para la guardia y custodia del acervo documental, colocados a lo largo del pasillo.
Iluminación
La luz natural es fundamental para el trabajo en el archivo, la luz artificial
requiere de una serie de consideraciones, las más usuales son que sea directa,
y supone la instalación de lámparas en el área; semi-indirecta, es la menos
adecuada para los archivos; indirecta, es conveniente utilizar para el archivo,
lámparas de 25 a 30 watts a razón de una por metro.
organizar para conservar
85
Ventilación
El lugar para un archivo de concentración nunca debe ser cerrado, debido a
que la documentación almacenada propicia la acumulación de polvo.
La temperatura ambiente debe ser entre los 18o a 20o con una humedad
de un 40 por 100, ya que un local mal ventilado y acondicionado, repercute
negativamente en el rendimiento del personal y en acervo documental.
Aseo y limpieza
Es importante realizar el aseo y limpieza diariamente en los archivos de concentración, debido a la acumulación de polvo que ahí se concentra, se debe
aspirar en el interior de cada legajo, caja o documentación suelta, con el
objeto de evitar el deterioro de la información que ahí se encuentra.
Tipo de suelo
Para el Archivo de Concentración, es recomendable el tipo de suelo llamado
duro, la resistencia de un acervo documental se calcula en metros lineales y
su equivalencia en toneladas por cada metro cuadrado de superficie, como
regla un metro lineal, el cual debe soportar 100 kilogramos y un metro cúbico
puede soportar de 8 a 16 metros lineales de estantería.
Estantería
La estantería abierta es más económica pero no ofrece la debida protección
al acervo documental; el polvo o los insectos penetran con mayor facilidad.
La estantería debe ser fuerte, inalterable, de cómodo manejo y de aprovechamiento para su máxima capacidad.
Fumigación
Los insectos, roedores, arañas, cucarachas, alacranes, etc.; los insectos bibliófagos, se alimentan, según su especie, de la celulosa del papel, unos se desarrollan en sitios húmedos y otros en secos, es necesario vigilar los conductos de
ventilación de toda clase de calefacción, agua o aire. Es conveniente fumigar
86
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
o contratar a especialistas para la exterminación de toda clase de animales
dentro del archivo.
Empecemos pues el análisis con la descripción de las condiciones en las
que se encuentra cada uno de los archivos de concentración de las 16 delegaciones que conforman el Distrito Federal.
Delegación Álvaro Obregón
La delegación cuenta en su estructura organizacional, con un Archivo de
Concentración, el cual está ubicado a un costado del propio inmueble. Entre
sus principales características encontramos: el archivo fue creado en el año
2000; el piso es de loseta; la ventilación no es la adecuada; el aseo se realiza
constantemente; se realizan dos fumigaciones por año; las medidas con las
que cuenta el archivo son de 100 m; el tipo de estantería es metálica; la documentación se encuentra protegida en cajas; el personal que labora en este
archivo ha padecido enfermedades respiratorias y sinusitis.
Delegación Azcapotzalco
La delegación cuenta en su estructura organizacional, con un Archivo de
Concentración que se localiza a unas cuadras, dentro de un almacén, propiedad de la delegación. Entre sus principales características encontramos: el
archivo fue creado en el año de 1982; las medidas con que cuenta el archivo
son de 50 m; el piso es de loseta; sólo existe una ventana, por lo tanto la ventilación no es la más adecuada; la iluminación es insuficiente; la documentación se encuentra estrictamente resguardada, debido a que constantemente
sufría de robos de diversa índole; la documentación se encuentra amarrada
y en legajos, a simple vista parece un depósito de papelería; el personal del
archivo ha sufrido problemas de infecciones respiratorias y dermatitis porque
la documentación está contaminada de hongos e insectos.
Delegación Benito Juárez
Dentro de su estructura organizacional existe un Archivo de Concentración,
el cual está ubicado en el estacionamiento del propio inmueble. Entre sus
principales características encontramos: su fundación data del año 1990; el
piso es de concreto y está sucio, se nota la falta de aseo; el local se encuentra
organizar para conservar
87
en general demasiado descuidado; no se han realizado fumigaciones desde
hace dos años;los anaqueles son grandes pero no están distribuidos en forma
correcta, motivo por el cual las cajas archivadoras se encuentran amontonadas
y llenas de polvo;el personal que labora dentro de este archivo no cuenta con el
equipo adecuado para sus labores, como son batas, cubre bocas, guantes, este
factor propicia la falta de interés para la realización de su trabajo; han padecido enfermedades respiratorias, a consecuencia de que el local es muy frio;
el archivo cuenta con una superficie de 120 m lineales aproximadamente; la
documentación que integra el archivo está en cajas amontonadas.
Delegación Coyoacán
La Delegación Coyoacán, cuenta dentro de su estructura organizacional con
un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el Deportivo Francisco J. Mújica, debajo de las gradas . Entre sus características encontramos:
fue creado en el año de 1975; el piso es de loseta vinílica; cuenta con una
ventila pequeña que colinda con el desagüe, por consiguiente es el paso de
roedores, los cuales se meten al archivo; fumigan cada cuatro meses; no se
proporciona al personal los insumonecesarios para realizar sus actividades,
los tienen que adquirir los mismos empleados; el personal realiza cursos de
actualización en materia de archivística, en el Archivo Histórico del Distrito Federal; el archivo cuenta con una superficie de 150 metros cuadrados
aproximadamente, y se observa que el espacio es reducido para el acervo
documental; los anaqueles son cinco y una parte de cajas; el local está acondicionado en una área que fue utilizado como vestidores, y se colocaron
algunos entrepaños para colocar la documentación.
Delegación Cuajimalpa de Morelos
La Delegación Cuajimalpa de Morelos, cuenta en su estructura organizacional con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en la explanada
de dicho inmueble a un costado del Juzgado. Entre sus características encontramos: la fundación de este archivo fue en 1982; el lugar de este Archivo
fue creado específicamente para el acervo documental; el piso es de loseta
de granito; la ventilación es inadecuada; el personal ha tenido algunas enfermedades, por ejemplo, infección en los ojos y vías respiratorias a consecuencia
del polvo acumulado en el acervo documental; la fumigación se realiza cada
dos a seis meses al año; por lo que respecta a la capacitación el personal, ha
88
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
asistido a cursos en la Unidad Central de Documentación del Distrito Federal;
existen alacranes y hongos en la documentación; el archivo cuenta con 60
metros cuadrados aproximadamente.
Delegación Cuauhtémoc
Dentro de la estructura organizacional de la Delegación, existe el Archivo de
Concentración, el cual tiene su ubicación en el sótano del propio inmueble.
Sus principales características son: su fundación fue en el año de 1980; la ventilación es inadecuada; el piso es de concreto; el personal no utiliza el equipo
adecuado para realizar sus labores; la fumigación se realiza cada seis meses;
en lo que respecta a la capacitación el personal, ha tomado cursos en la Unidad
Central de Documentación del Distrito Federal en materia Archivística; el
personal ha sufrido diferentes enfermedades respiratorias; el local,cuenta con
una superficie de 10 m. cuadrados que resultan insuficientes.
Delegación Gustavo A. Madero
La Delegación Gustavo A. Madero, en su estructura organizacional cuenta
con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el sótano del propio
inmueble. Sus principales características son: su fundación es del año 2000;
el piso del Archivo es de concreto; la ventilación del mismo es inadecuada
porque tiene cuatro ventanas que se encuentran selladas; la fumigación se
realiza una vez por mes; el personal se capacita en los cursos que realiza la
Unidad Central de Documentación del Distrito Federal en materia Archivística; la superficie del archivo es de 40 m. cuadrados aproximadamente; se
considera pequeño el espacio.
Delegación Iztacalco
Dentro de la estructura organizacional de la Delegación Iztacalco existe
el Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el sótano del propio
inmueble. Sus principales características son: el Archivo de Concentración
fue creado en el año de 1990; en él existe demasiada humedad debido a que
la tubería pasa a un costado del Archivo, y constantemente se registran fugas
de agua; el piso es de concreto; la ventilación no es la adecuada; sólo hay
una ventanilla en donde se atiende a los ciudadanos que realizan un trámite;
organizar para conservar
89
las fumigaciones se realizan cada seis meses; el personal asiste a cursos; el
archivo es de 40 m. cuadrados.
Delegación Iztapalapa
Dentro de la estructura organizacional de la Delegación Iztapalapa existe el
Archivo de Concentración, el cual está ubicado a unas cuadras de un almacén
propiedad de la Delegación. Entre sus principales características encontramos:
la fundación de este archivo fue en el año de 1987; la ventilación no es la adecuada; el piso es metálico e inseguro; el tipo de iluminación no es la apropiada; se realizan dos fumigaciones mensualmente; dentro de este archivo se
localizan llantas, lubricantes de toda clase de vehículos, maquinaria pesada,
despensas, equipo de seguridad personal, etc; la estantería es de acero y cuenta
con un segundo piso, lo que la hace insegura, por el constante movimiento que
se realiza al localizar la documentación; los empleados son capacitados.
Delegación Magdalena Contreras
La Delegación Magdalena Contreras, dentro de su estructura organizacional
cuenta con un Archivo de Concentración, el cual se localiza dentro de un
almacén propiedad de la Delegación. Entre sus principales características
encontramos: el archivo fue creado en el año 2001; la ventilación es la adecuada; se realizan aspirados mensualmente; el piso es de estructura metálica, el cual no es seguro; se fumiga dos veces al año; se ha capacitado al
personal en materia archivística; se cuenta con equipo de protección adecuada; el manejo constante de las cajas a causado en el personal dermatitis y
cortaduras, porque el papel es filoso; el archivo tiene aproximadamente 180
m. cuadrados por lo que se cuenta con el espacio suficiente para trabajar y
almacenar el acervo documental sin ningún problema; lo importante de este
archivo es el gran empeño de todo el personal para dar un servicio de calidad
a los usuarios que lo solicitan.
Delegación Miguel Hidalgo
La Delegación Miguel Hidalgo cuenta en su estructura organizacional con
un Archivo de Concentración, que está ubicado dentro del interior del Panteón Civil Dolores del Distrito Federal. Entre sus principales características
encontramos: fue fundado en el año 2000; la ventilación es inadecuada
90
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
porque las ventanas se encuentran selladas; el piso es de loseta vinílica en
mal estado y sucio, ya que no se realiza el aseo; la fumigación se realiza una
vez al mes; los empleados realizan su trabajo sin protección; considero que
el archivo está ubicado en una zona de alto riesgo, ya que existen diferentes
hongos, animales y roedores, los cuales afectan tanto al personal que labora
en el mismo, como al acervo documental; la mala distribución de los anaqueles y el exceso de la documentación contenida en ellos, ha propiciado que
se caigan; el archivo tiene una superficie de 274 metros cuadrados; la documentación se encuentra en legajos y éstos están amontonados, lo que ocasiona que los anaqueles estén vencidos por el sobrepeso.
Delegación Milpa Alta
En la estructura organizacional de la Delegación Milpa Alta, existe un
Archivo de Concentración, que se encuentra ubicado en el sótano del propio
inmueble. Entre sus principales características encontramos: fue fundado
en el año de 1995; la ventilación del inmueble no es la adecuada; el piso es de
concreto; la limpieza se realiza periódicamente, pero no se aspira la documentación; se realiza una vez por año la fumigación; la capacitación solo es
para el encargado; el archivo tiene una superficie de 125 m. cuadrados.
Delegación Tláhuac
Dentro de la estructura organizacional de la Delegación Tláhuac se localiza el
Archivo de Concentración, y está ubicado en el Campamento núm. 1, el cual
es propiedad de la Delegación. Entre sus principales características encontramos: este archivo fue creado en año de 1985; el lugar donde se localiza fue
improvisado para la concentración de la documentación; el piso es de concreto; el lugar está completamente cerrado; la ventilación no es la adecuada;
cada año se lleva a cabo la fumigación; para realizar las labores; el personal
utiliza el equipo adecuado como batas, guantes, cubre bocas; la superficie del
archivo es de 30 m. cuadrados aproximadamente; la estantería que utilizan
es de 30 anaqueles metálicos y una parte de viguetas.
Delegación Tlalpan
Dentro del organigrama de la Delegación Tlalpan se localiza el Archivo de
Concentración, que se encuentra ubicado en el Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores, en la planta baja del edificio.
organizar para conservar
91
Entre sus características más sobresalientes están: fue fundado en el año
de 1980; el tipo de iluminación es fluorescente; el piso es de loseta; se realizan
fumigaciones cada año; el personal con que cuenta el archivo está capacitado
en materia archivística; la superficie del archivo es aproximadamente de 120
metros cuadrados; los expedientes están guardados en cajas.
Delegación Venustiano Carranza
La Delegación Venustiano Carranza cuenta en su estructura organizacional
con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el sótano del propio
inmueble. Entre sus principales características están: el archivo de concentración fue creado en el año de 1980; el tipo de iluminación es fluorescente;
el piso es de concreto; la ventilación es inadecuada; no se realizan fumigaciones, debido a que el local es pequeño; la superficie aproximada del archivo
es de 65 m. cuadrados.
Delegación Xochimilco
En la estructura organizacional de la Delegación Xochimilco, existe el
Archivo de Concentración, el cual está ubicado a tres cuadras, en un almacén
propiedad de la propia Delegación. Entre sus principales características están:
el archivo fue creado en el año de 1985; el piso es de concreto; la ventilación
no es la adecuada; se realizan dos veces por año las fumigaciones; el personal
se capacita en materia Archivística; la superficie del archivo es de 25 m. cuadrados aproximadamente.
Conclusiones
Como se pudieron dar cuenta después de este recorrido por los archivos de
las 16 delegaciones, es una tristeza que a la memoria del Distrito Federal no
se le ponga el cuidado que sus acervos documentales merecen; no es posible
que en la Delegación Miguel Hidalgo, la documentación se localice en el
panteón, en la Delegación Iztapalapa se encuentra el acervo documental
con equipaje y este montado en una plataforma metálica. Por otro lado,
en todas las delegaciones el Archivo de Concentración dentro del organigrama, se localiza en el departamento de Servicios Generales. Es importante que los Archivos de Concentración tengan una mayor importancia
para la Administración Pública Local. La situación en la que se encuentran
92
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
los Archivos de Concentración de las Delegaciones no es la más adecuada.
En nuestro país, no se tiene la cultura archivística, la cual nos lleva a comprender el valor de los documentos y la importancia de tener el acervo documental organizado para la toma de decisiones.Las delegaciones del Distrito
Federal son consideradas como enlace entre el Gobierno y la sociedad hacen,
es por eso que se debe contar con una organización documental, para hacer
más expedito el flujo de la información. Es importante buscar la profesionalización de las personas que trabajan en los archivos, ya que los encargados
de los Archivos de Concentración de las 16 delegaciones no son licenciados
en archivonomía. Ellos son los que custodian los acervos documentales de la
Administración Pública local.
Para un buen desempeño de las labores, es importante contar con medidas
de seguridad, ya que estos archivos carecen de dichas medidas de seguridad
para el personal, así como para el acervo documental. Los archivos de concentración, en la actualidad son destinados a almacenes y están en áreas
improvisadas para ello, considero que esto debe cambiar, para la conservación de los acervos documentales. Los jefes de las 16 delegaciones no le dan la
importancia que requieren estos archivos de concentración para la toma de
decisiones y para preservar la memoria del Distrito Federal.
Centros documentales y archivos históricos delegacionales
Encuentro-Debate
Ana María Castro
Cronista de Coyoacán
Pocas son las autoridades capitalinas que se han percatado de la enorme trascendencia que conlleva la creación — o consolidación, en su caso — de espacios que se encarguen de recopilar, sistematizar y difundir el quehacer histórico, cultural, patrimonial y tradicional de cada una de las 16 jurisdicciones
que conforman el Distrito Federal. Es decir, de contribuir a fortalecer la
identidad de nuestros pueblos, conocer nuestro pasado, reconstruir nuestro
presente, planear y construir el futuro para, en conjunto, reconocernos en
nuestras similitudes y respetarnos en nuestras diferencias.
Se trata de centros documentales y archivos históricos cuya mística de
trabajo se basa en el reconocimiento incuestionable de que un territorio que
desconoce sus raíces tradicionales y el proceso histórico, social, político y
cultural que lo llevó a convertirse en protagonista insoslayable, pierde fortaleza, sentido de pertenencia y cohesión social: no podemos valorar lo que no
conocemos y, por tanto, tampoco podremos preservarlo, difundirlo y cerrar
filas en torno a él.
La problemática radica en que no todas las delegaciones cuentan con un
espacio que incluye determinadas características, y los pocos que existen,
enfrentan otro tipo de problemas no menos graves como el de existir “virtualmente”, es decir, no están incluidos en el organigrama oficial y, por ende,
no se les asigna presupuesto, lo cual los mantiene en riesgo permanente de
desaparecer tras cada cambio de administración. No cuentan con espacios
físicos idóneos, ni con personal capacitado, mucho menos con un jefe o coordinador que cumpla con el perfil profesional mínimo requerido; no se tiene
acceso a la información y a los archivos delegacionales y tampoco se realiza
difusión alguna dentro fuera de la propia demarcación.
Los puntos anteriores resumen las conclusiones a las que diferentes instancias y dependencias llegaron después de tres días de participación en el
94
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Primer Encuentro-Debate de Centros Documentales y Archivos Históricos
Delegacionales, que tuvo lugar en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles,
ubicada en el Barrio de Santa Catarina, Coyoacán.
Celebrado en los primeros días de marzo del año pasado, el evento arrojó
importantes temas de discusión y análisis, los cuales —de llevarse a cabo
un seguimiento adecuado — podrían constituirse en la punta de lanza que
impulse la institucionalización de este tipo de espacios, llamados a convertirse en la memoria histórica de cada delegación y ¿por qué no? la creación
de un cuerpo jurídico que se encargue de normar su reconocimiento gubernamental y social.
El que se haya llevado a cabo esta reunión por vez primera y en estos
tiempos no es fortuito, responde al riesgo de desaparecer que han enfrentado
en los últimos años, dos de los espacios delegacionales de este tipo, considerados los mejor “consolidados” del Distrito Federal: el Centro de Estudios
Históricos de Tlalpan y el Centro de Investigación y Documentación Histórica y Cultural de Coyoacán, los cuales, además de los conflictos antes citados
también han atravesado por situaciones como el cambio constante de sedes y
la desaparición de parte de su acervo.
Durante el desarrollo del encuentro-debate convocado por ambos
centros documentales y en el que participaron funcionarios de las delegaciones Álvaro Obregón, Tlalpan, Xochimilco y Coyoacán, especialistas del
Archivo Histórico del Distrito Federal y del Archivo de Personal del Instituto
Nacional de Antropología e Historia y cronistas de las delegaciones Benito
Juárez, Miguel Hidalgo, Iztapalapa, Milpa Alta, Azcapotzalco, Tláhuac,
Coyoacán, Magdalena Contreras, Gustavo A. Madero y Tlalpan, pudieron
observar que esa problemática no era exclusiva de los espacios citados. Coicidieron en lo imperativo de unir esfuerzos y establecer vínculos para lograr
el reconocimiento y el apoyo gubernamental y social que se requiere para
su institucionalización y preservación, es decir, su sobrevivencia, no importando incluso, qué partido político se encuentre gobernando.
Otro de los puntos medulares que se discutió, fue el desconocimiento total
por parte de las autoridades de las funciones reales de estos sitios y la confusión que existe acerca de las que corresponden a un archivo administrativo, a
un archivo “muerto” y a un archivo histórico; de la incapacidad de separar el
funcionamiento de una biblioteca y el de un centro de documentación específica y de lo que es un trabajo de investigación y una labor de recopilación.
Sobre todo, “tiene que ver con la falta de conciencia por parte de las autoridades, al ser incapaces de entender que en los archivos y centros documentales
se guarda la memoria de los pueblos; que no son bodegas de libros y documentos muertos, sino espacios vivos que realizan una importantísima labor
organizar para conservar
95
de organización, preservación, restauración y reproducción de documentos
históricos y testimonios orales, lo cual constituye la memoria histórica de una
jurisdicción”, tal y como lo asentó Silvia Zugarazo, cronista de Iztapalapa.
En efecto, este tipo de áreas de trabajo se encargan, o se deberían encargar
en caso de existir, de investigar, recopilar, enriquecer y difundir los materiales bibliográficos, fotográficos, videográficos, hemerográficos y de testimonio oral que tienen que ver con la historia, la cultura, el patrimonio arquitectónico, las costumbres y las tradiciones; generar libros, folletos, artículos,
reportajes, charlas, tertulias, exposiciones en donde los vecinos, incluso, sean
protagonistas de su propia historia. También deben apoyar y retroalimentar
la investigación, el conocimiento y la difusión sobre estos temas, a través
de un servicio eficiente de consulta, asesoría e intercambio de información
y materiales, dirigidos sobre todo a investigadores, estudiantes, historiadores, cronistas populares y público en general.
“El principal contratiempo que ha existido, y sobre lo cual se ha estado
trabajando para que el Archivo de Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia pueda ser considerado como tal, es el respetar tanto las
funciones del edificio que lo albergan, así como las necesidades y funciones
del archivo”, ejemplificó el investigador Octavio Martínez, quien se encuentra
al frente de la organización del archivo en cuestión.
Ello implicaría la visión a mediano plazo de que, en un espacio físico de
este tipo, las autoridades deben contemplar la propiedad de expansión que le
es inherente y que abarcaría la creación de una fototeca, mapoteca, audioteca,
un banco de datos, un área para impartir talleres, conferencias, seminarios,
en fin, todo lo relacionado con el abanico temático que en él se trabaja y, por
supuesto, “contar con un presupuesto propio que ayude a cubrir todos sus
gastos, a través del Programa Operativo Anual”, tal y como lo expresó la cronista de la jurisdicción de Magdalena Contreras, Beatriz de La Torre.
Reflexiones y propuestas
Entre las reflexiones que surgieron, destaca la del cronista de Tláhuac,
Carlos Mancilla, para quien “la irremediable globalización económica a la
que nuestro país no es ajeno, conlleva a la anulación no sólo de la memoria
histórica nacional sino también de la micro historia, por lo que es prioritario generar una resistencia social que defienda los valores de convivencia
humana que le son propios a cada grupo o comunidad porque en ello se juega
la cohesión y la identidad, solamente así podremos evitar ser devorados por
la deshumanizante vorágine tecnológica”.
96
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
En efecto, en nuestro país los regímenes contemporáneos han planteado
modificaciones al plan de estudio en instituciones educativas de nivel medio
superior en los que la historia, al parecer, resulta inútil en este proceso de
inserción a un mundo globalizado que pondera la formación técnica por
sobre las carreras humanísticas.
María de Jesús Real, cronista de la delegación Benito Juárez, por ejemplo,
la “gran laguna que existe en cuanto a la historia registrada de manera formal
durante el siglo xx. Para preservar el patrimonio documental histórico, es
importante contar con un archivo, podemos fomentar el interés de investigadores, profesionistas, intelectuales y de la comunidad en general, con
documentación inédita y de primera mano que contribuya a tener un mayor
conocimiento de la historia contemporánea”.
Al respecto y como solución viable, María Bustamante, cronista de la
misma delegación, subrayó la importancia que reviste contar con “un centro
con la micro historia de un sitio en especial, integrado con documentos de la
comunidad, que le de valor a lo cotidiano, ya que estos documentos muchas
veces han sido de gran ayuda en la narración y en la crónica histórica: los
archivos personales, las fotografías de familia, las imágenes de la cotidianeidad, las tomas casuales del río frente a nuestra casa, el cual jamás imaginamos se convertiría en una avenida. Documentos que refuerzan las historias, las crónicas y los decires y que le brindan una realidad y veracidad a los
relatos que en otras circunstancias se transformarían en mitos urbanos”.
Se puede concluir que la información histórica no tiene por qué ser
exclusiva ni elitista, debe compartirse de tal manera que el cúmulo de conocimientos permita dar mayor cohesión a los grupos que interactúan en un
país, estado, delegación, región o comunidad.
Entre los resultados alentadores obtenidos de la celebración de este primer
encuentro-debate, destaca el interés manifestado por demarcaciones como
Álvaro Obregón, Benito Juárez y Tláhuac por conformar sus propios centros
documentales; el compromiso de consolidar los ya existentes; la organización
de otros eventos de este tipo en diversas delegacionales para promover su
creación como figura institucional y la iniciativa para la elaboración de un
cuerpo jurídico que norme, preserve y difunda su existencia.
En lo que respecta al caso específico del Centro de Investigación y Documentación Histórica y Cultural de Coyoacán, éste fue creado en el año de
1998. Su inicio fue tan vertiginoso que arrojó como primeros resultados, una
incipiente relación con los vecinos interesados en el histórico devenir coyoacanense, la cobertura de un cantidad considerable de fiestas patronales, el
acopio de diversos materiales gráficos y documentales y la publicación de
siete textos, entre los que destacan, la última edición —en el año 2000 — de
organizar para conservar
97
la monografía delegacional, un libro sobre fiestas patronales y otro de recopilación de testimonios orales.
Después siguió un período de dos años en el que más o menos se logró
mantener un cierto interés, poco activo, por parte de la administración en
turno; este ciclo desembocó en una temporada muy crítica que duró tres años
y en la que el Centro de Investigación de Coyoacán estuvo varias veces en
peligro de desaparecer por la incertidumbre de cuál sería su nueva sede y,
vergonzosamente, la apatía, la arbitrariedad y la ignorancia total por parte de
la gente que fue asignada para su coordinación.
Pero como, afortunadamente, no hay gestión delegacional que dure
cien años ni nadie que esté en posibilidades de apuntarla, hoy en día soplan
nuevos vientos para esta área que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en
punta de lanza.
Desde el inicio de esta administración, el coordinador asignado, apoyado
incondicionalmente en el personal de base que en él labora, y que además
no suma más de cinco integrantes, ha empeñado su afán en lograr la consolidación y proyección tanto dentro de la propia jurisdicción como fuera.
Humanista tenía que ser.
Pero… tampoco hay bien que dure cien años y, por cuestiones ajenas a
su eficiente accionar, o mejor dicho por esos vaivenes de la administración
pública, la persona en cuestión se vio obligada a renunciar, interrumpiendo
así una exitosa gestión que, hasta el momento, no sabemos si habrá de ser
retomada por el funcionario que sea asignado; esperemos que sea de esta
manera, porque de lo contrario, el avance sustancial alcanzado en los últimos
meses, será nuevamente interrumpido y condenado a dormir “el sueño de los
justos”. Gracias.
Centro de Estudios Históricos de Tlalpan.
La experiencia de un espacio a punto de desaparecer
Sociólogo Baltazar Gómez Pérez.
Delegación Coyoacán
Para entender la problemática por la que pasa el Centro de Estudios Históricos de Tlalpan, es necesario ubicarlo histórica y geográficamente a la Delegación Tlalpan, una de las demarcaciones más grandes de esta ciudad, con
una población heterogénea y rica en historia. Debemos recordar que fue en
esta zona donde se asentaría una de las culturas más antiguas de la ciudad,
nos referimos a la cultura cuicuilca.
En tierra firme, aún existen pueblos originarios ligados a sus actividades
agrícolas, que han sobrevivido manteniendo su propia identidad cultural
como pueblos prehispánicos, aún existen sus viejos barrios coloniales y
obreros, sus casonas, sus leyendas, sus hechos heroicos, todo lo que conforma
el orgullo de estar en tierra firme.
La integración sistemática a la vida urbana, nos ha llevado a minimizar
estos hechos y asumir otros valores más globalizados. Por ello, el 22 de
enero de 1982, se creó el Centro de Investigaciones Históricas de Tlalpan, el
cual contaba en un principio, con salones de investigación, mapoteca, fototeca, biblioteca, auditorio y archivo, hoy día, a 24 años de su creación, es
una humilde biblioteca de 4 por 3, que está ubicada en la calle de Congreso
número 50, siendo sus principales impulsores el profesor Fernando Rodríguez y el señor Roberto Patiño.
Este centro, desde su origen, ha mantenido como línea principal, rescatar
y difundir todos aquellos materiales bibliográficos y de otra índole, referentes
a la historia de la delegación Tlalpan.
Actualmente, el ceniht cuenta con algunos expedientes interesantes y
de valor histórico, leyendas y monografías, entre otros, que es necesario rescatar y clasificar adecuadamente, también son necesarias algunas acciones
inmediatas para repuntar los objetivos generales de este centro, tales como:
100
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
a) Reubicar el ceniht a un lugar más amplio y céntrico, tomando en
cuenta que no es una simple biblioteca, sino un espacio de investigación
y recopilación de material histórico, al que acuden estudiantes o investigadores, buscando información específica sobre Tlalpan y no existen las
condiciones propicias para este servicio.
Ante esto, es necesario mencionar que en un primer momento se pensó
reubicarlo en el hoy llamado Museo de Historia de Tlalpan, cosa que no
sucedió por diferentes razones; hoy día, se propone trasladarlo a la nueva
biblioteca central que está en el parque Juana de Asbaje.
b) Recuperar el material perdido o buscar la forma de obtener otros con
el mismo contenido: libros, mapas, fotos, periódicos, revistas, etcétera,
tanto de particulares, como de instituciones públicas.
Hoy, este espacio está prácticamente olvidado, se ha convertido en la más
pequeña y humilde bibliotequita de Tlalpan, donde se manda todo lo que
no sirve en las áreas administrativas de esta delegación, por lo cual, no es
de extrañar que algún día ésta desaparezca, con el poco o mucho material
histórico que aún conserva.
Por eso deben realizarse este tipo de actividades, reactivar aquellos espacios olvidados o desaparecidos, hacer ver a las autoridades delegacionales su
importancia y valor.
Por ello siempre ha sido una de las principales metas convertir al ceniht
en un verdadero centro de estudios e investigación sobre la historia y cultura de
tierra firme, teniendo como objetivo general que recopile, concentre, investigue y
difunda toda la información gráfica y escrita sobre la historia de esta delegación.
Asimismo, se reafirma que éste es un patrimonio de los tlalpenses y que
independientemente de los funcionarios, el espacio debe existir y ser retomado por la sociedad civil, pero administrado por la delegación, debe tener
un presupuesto propio y reconocimiento estructural.
Por lo cual se propone que el resultado de este encuentro, sea una
memoria del acontecimiento, se entregue a las autoridades correspondientes,
Asamblea Legislativa, Cámara de Diputados, Gobierno del Distrito Federal y
jefes delegacionales, entre otros.
De igual forma, propongo que sea el Archivo Histórico del Gobierno del Distrito Federal, el centro coordinador de los centros de documentación y archivos
históricos delegacionales y que marque los lineamientos de los mismos.
Esperando que este encuentro sea el inicio de un trabajo a seguir y que dé
resultados por el bien de nuestra ciudad. Gracias.
MESA 4
Experiencias de organización documental
El archivo del ingeniero Antonio García Rojas
Maestra en ciencias Gabriela María Luisa Riquelme Alcantar, maestro en
ciencias Antonio Guillermo A. Aullet Bribiesca, Ricardo Mendoza Palomino,
Archivo Histórico de la esime
Rescate y ordenamiento del Archivo del Ing. Miguel Bernard Perales
Licenciada Gabriela Uribe Aragón, licenciada Gabriela G. Escobedo Guerrero, Archivo Histórico de la esime
Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos. Recuperación del acervo documental 1998-2007
Maestra Mireya González Peñaloza, Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos
Ordenación Histórica en el Archivo de Salud
Licenciado Rogelio Vargas Olvera, Archivo Histórico de la Secretaría de
Salud
Algunos criterios para la organización del archivo hemerográfico de la Coordinación Nacional de Literatura del inba
Licenciada María Angélica Piñón Rizo, Archivo hemerográfico de la Coordinación Nacional de Literatura del inba
El archivo del ingeniero Antonio García Rojas25
Gabriela María Luisa Riquelme Alcantar26
Antonio Guillermo A. Aullet Bribiesca27
Ricardo Mendoza Palomino28
Archivo Histórico de la esime
Síntesis
“Hijo distinguido de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica
esime”, el ingeniero Antonio García Rojas, se incorpora al egresar de esta
escuela a la industria petrolera.
Fue García Rojas, uno de los ingenieros, que al producirse la histórica expropiación petrolera, se integró al equipo de técnicos mexicanos que logró consolidar
e impulsar esta industria para el país, a la cual estuvo vinculado toda su vida.
Al fallecer el ingeniero Antonio García Rojas, su viuda, la señora Alicia
González, acordó en 1989 con quién fungía a la sazón como director del ipn,
contador Óscar Joffre V., que el archivo del ingeniero se entregara para su ordenamiento y custodia al Archivo Histórico de la esime ubicado en Allende 38.
El archivo del ingeniero Antonio García Rojas
Antonio García Rojas nació el 19 de noviembre de 1910 en la ciudad de San
Luis Potosí, México. Sus estudios elementales y bachillerato los realizó en su
ciudad natal. Cuando tuvo la oportunidad de estudiar una carrera se trasResultado del proyecto de investigación sip-ipn 20070250
Estudiante de doctorado en el die-cinvestavProfesora-investigadora con licencia del ciecas-ipn; Becaria cofaa
27
Profesor-investigador del ciecas-ipn.
28
Estudiante de la carrera de economía de la ese-ipn. Becario pifi del proyecto de investigación.
25
26
104
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
ladó a la ciudad de México donde ingresó a la Escuela Superior de Ingeniería
Mecánica y Eléctrica (esime), para cursar la carrera de ingeniero mecánico
y electricista; realizó sus estudios en los años de 1926 a 1935. Se graduó
con honores como ingeniero, sustentando su examen profesional el 7 de
noviembre de 1935.
Al mismo tiempo que el ingeniero García Rojas se dedicaba al estudio,
también se preocupaba por otras cuestiones de importancia para la época
en que vivía. Desde temprana edad, sumó a sus intereses, de manera autodidáctica, nuevas y complejas especialidades; en él, la práctica y el estudio eran
vitales en su quehacer diario como estudiante y profesionista. La reflexión
permanente, aplicación creativa y sus propias elaboraciones metodológicas,
fueron rasgos propios que lo acompañaron a lo largo de su vida educativa y
laboral. Los niveles de información tecno-científica que manejaba eran de
excelencia, propios del tecnólogo de primera línea que fue. Su capacidad organizativa como estudiante y después como profesional dedicado a la industria petrolera, asombró no sólo a sus compañeros de trabajo; su nombre se
proyectó internacionalmente al lado de especialistas del más alto nivel en la
cuestión petrolera. Su primer contacto con trabajos de exploración fue en el
año de 1934, cuando comenzó a trabajar como geofísico en el Departamento
Geológico de la compañía petrolera El Águila en México y tiempo después,
con su filial, la compañía Shell de Venezuela.
En 1939, el ingeniero García Rojas regresa a México para trabajar en
la empresa petrolera más importante de nuestro país: Petróleos Mexicanos
(pemex) con el cargo de jefe de Departamento Geofísico. Sus funciones principales consistían en la organización del citado departamento, así como la
puesta en marcha de la Gerencia de Exploración. En 1953, fue nombrado subgerente y dos años después se le designó Gerente de Exploración en pemex,
puesto que ocupó durante doce años.
De 1954 a 1956, simultáneamente con sus ocupaciones de gerente, fue presidente del Comité Organizador de la xx Sesión del Congreso Geológico Internacional. Poco tiempo después, se le designó presidente del citado congreso.
Sus contribuciones científicas al campo de la exploración petrolera se pueden
resumir de la siguiente manera: participación activa en el desarrollo de la producción de petróleo en la parte occidental y central de Tabasco, encontrando
también producción de calizas jurásicas y producción en la Faja de Oro Marina.
Cabe mencionar que otro de los intereses de García Rojas, era el estudio
del aspecto energético de México, tema sobre el cual dictó múltiples conferencias nacionales a lo largo de su vida.
En el desempeño de su trabajo profesional, escribió 26 artículos científicos escritos la temática es diversa, abarcando: estudios geofísicos, explo-
organizar para conservar
105
ración petrolera, campos petroleros, problemas de la industria mecánica,
aprovechamiento de recursos no renovables en México, Argelia y sus posibilidades petrolíferas, el barón Alejandro Von Humboldt y su influencia en el
desarrollo científico y económico de México, entre otros. Muere a los setenta
y nueve años en la ciudad de México.
La organización del Archivo de García Rojas
En 1989, el doctor Monteón trabajó en la organización del archivo particular
del ingeniero García Rojas; se pudo constatar la importancia que para él tenía
la información. Su archivo era el laboratorio de un trabajador de la ciencia,
inquieto y siempre capaz de encontrarle aplicaciones prácticas a los más complejos planteamientos de orden teórico.
En su archivo quedó la constancia de multitud de realizaciones que
forman parte ya de la historia de México, pero también quedaron proyectos
truncos, sueños que no alcanzó a realizar. Había además, documentos que
consultó sobre una gran variedad de temas y sobre problemas en los que pensaba trabajar cuando lo sorprendió la muerte.
Un porcentaje muy alto de su obra no fue publicado; no tenía esa finalidad. Básicamente estamos ante la obra de un científico práctico vinculado a
la industria y no ante un académico, aunque esta última fase tampoco le fue
ajena y su nombre figura ya entre los impulsores de las ingenierías geológica
y geofísica en México.
Aplicaciones del Archivo García Rojas
Para los estudiosos de la historia de la ciencia y la tecnología en México, el
presente archivo tienen un gran interés; igualmente, para los interesados en
los problemas de la metodología general, pues está llena de enseñanzas la
manera como García Rojas hacía acopio, agrupaba, sistematizaba y trabajaba
con sus fuentes.
Su archivo privado ilumina aspecto clave para el desarrollo de la industria
petrolera en México y otros países. Hasta 1989, el archivo contenía materiales de
gran valía sobre las ciencias de la Tierra, geología y geofísica, particularmente.
Con abundante documentación de primera mano, García Rojas concentró información referente a la cuestión energética, minera, informática,
ingeniería, junto a la problemática referente a la industrialización del país
eran, entre otros, de los grandes temas representados en este archivo antes de
106
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
su desalojo de las áreas a que había sido destinado cuando llegó a Allende 38
en calidad de custodia.
Estado físico y ubicación del acervo cultural a su llegada a Allende 38,
según inventario elaborado por el doctor Humberto Monteón.
En términos generales, cuando el archivo llegó a Allende 38 para su custodia, el
estado de la documentación era bueno. Tiempo atrás se había localizado en tres
lugares de su domicilio particular: la cochera, la biblioteca y su estudio.
La documentación localizada en la cochera presentaba algunos problemas
menores, ya que había estado expuesta al polvo y en un ambiente cuyos niveles
de humedad superaban los recomendados para conservatorios documentales.
Se encontró material roído; sin embargo, se descartó la presencia de roedores. Se pudo comprobar que algunas cajas estuvieron al alcance de unas
perritas que fueron las que destruyeron la documentación.
- El acumular papeles en las cantidades que suelen hacerlo los intelectuales, obliga a observar una serie de reglas y medidas para su preservación; con lo cual se logra, por otra parte, el saneamiento del ambiente de
la casa-habitación.29
En el levantamiento del inventario se respetó el principio archivístico del
ordenamiento original que el ingeniero le dio a sus papeles; éstos se agruparon
sólo cuando fue evidente que se trataba de papeles sueltos o en desorden. Estas
situaciones se resolvieron generalmente, vía agrupamiento temático.
Algunos de los papeles generados por el propio García Rojas se registraron como trabajos sueltos; otros se agruparon y se les consignó en fichas
de autor, anexándose las respectivas relaciones de los materiales. Cuando se
encontraron relacionados temáticamente con otros documentos, se les dejó
físicamente en ese orden y su recuperación es posible mediante la consulta en
el índice onomástico.
En los casos de observaciones y anotaciones de García Rojas, en documentos de distinta índole pertenecientes a otros autores, se procedió a consignar
el hecho en los renglones de “observaciones” de las fichas respectivas; el índice
onomástico permite también, en este caso, recuperar toda esta información.
Para facilitar el manejo de la información se elaboraron dos índices,
uno onomástico y otro de materias. En el índice onomástico, aparte de
En el Archivo General de la Nación (agn) se pueden obtener folletos y manuales relacionados con este tema.
29
organizar para conservar
107
nombres de personas, se incluyen también de organismos e instituciones,
cuando éstos fungieron como autores de la documentación. El índice de
materias comprende, en parte, datos propios de un índice toponímico, para
evitar que información relevante, sobre todo relacionada con una serie de
países, pasara inadvertida.
Por razones de tiempo no se eliminaron los soportes metálicos como
grapas, clips o broches. En muchos casos, la capa de óxido que se forma
alrededor de estos metales se encontraba muy avanzada y habia empezado
a atacar al papel, por lo que, en ese momento, se recomendó su eliminación
y/o sustitución por hilo de algodón. También se sugirió tomar medidas en los
casos de la documentación deteriorada por el uso de cintas adhesivas.
Aunque en el archivo se separaron documentos de carácter hemerográfico, se observa que ésta no fue una fuente que el ingeniero García Rojas
siguiera de manera particular; el seguimiento a determinado tipo de noticias
y problemas abordados en artículos de fondo por la prensa, fue más bien
esporádico. Los temas estaban relacionados con su actividad: pemex, polémicas sobre la rectoría del Estado en asuntos económicos, hechos y personajes
históricos. En su mayor parte, estos materiales se encontraron dispersos, por
tanto, en este primer inventario se agruparon por género documental. En esta
ocasión se sugirió un tratamiento especial, pues la mayoría de los periódicos
mostraba un grado avanzado de deterioro. Al final del primer inventario se
contabilizaron cien cajas.
Estado actual del Archivo de García Rojas
En el año 2006, a petición de los actuales directores de las Unidades Profesionales de la esime, se formó un equipo de rescate encabezado por el doctor
Humberto Monteón González, maestro decano del ciecas-ipn y conformado
por profesores-investigadores también del ciecas como Gabriela Riquelme
Alcantar y Guillermo Aullet Bribiesca; de la esime Allende participaron las
licenciadas: Gabriela Uribe Aragón y Gabriela Escobedo Guerrero.
El 31 de enero de 2007 se inició el rescate del archivo personal del ingeniero Antonio García Rojas, mismo que había sido retirado de su estantería
original y ahora se encontraba entremezclado con cajas de documentos de
distinta procedencia, en un local sombrío, con altos niveles de humedad y
paredes con escurrimientos de agua.
La documentación de García Rojas se rescató y trasladó a un local que
previamente, el equipo de rescate preparó, iniciándose días después el trabajo de evaluación y cotejo con los borradores del inventario general de este
108
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
archivo; esto para saber, con toda precisión, de qué magnitud ha sido el daño
ocasionado a este acervo que la familia García Rojas otorgó en custodia al
Instituto Politécnico Nacional.
Sin embargo, se puede adelantar que, las condiciones deplorables en que
se encontraba el archivo, generaron la destrucción de multitud de documentos
debido a las pésimas condiciones ambientales en las cuales proliferaron todo
tipo de plagas, hongos, polillas, roedores, pescaditos de plata,30 entre otros.
Gran cantidad de documentos se encontró inutilizada e invadida por
hongos. Como es sabido, en la naturaleza la descomposición de la celulosa,31 se
lleva a cabo principalmente por medio de hongos, que producen una enzima
que degrada a la celulosa,32 también producida por bacterias yprotozoario.33
Entre los principales hongos encontrados en el Archivo García Rojas se
pueden citar los del género aspergillus, moho de color verdoso obscuro, un
tanto grisáceo, muy común también en los alimentos enlamados.
Otros hongos descubiertos, favorecidos por las excretas de ratas o ratón,
fueron los histoplasma capsulatum, los cuales producen enfermedades en
pulmones, sistema nervioso y/o piel en el ser humano.
Un tercer tipo de hongos reconocidos en el Archivo García Rojas, son los
penicillium, fusarium y neurospora, hongos de color amarillento naranja muy
vivo que producen enfermedades en el hombre como alergias manifestadas
por rinitis, lagrimeo, conjuntivitis y asma.
A la documentación dañada y que, como hemos visto, puede significar
un peligro para el ser humano, se le trató con sumo cuidado. Con apoyo
de equipo especial como batas, cubre bocas y guantes, el grupo de rescate
intentó salvaguardar la información contenida en los documentos dañados,
pues ésa era la prioridad para el equipo. Ésta se clasificó en dos paquetes; el
primero, contenía aquellos papeles que por su naturaleza, podían copiarse; la
segunda, aquellos totalmente inservibles. Los documentos del primer paquete
se fotografiaron mediante cámara digital y después se regresaron a su lugar
original. Al final, ambos paquetes se guardaron por separado en bolsas de
polipropileno para aislarlos del resto del archivo. En total, se rescató el 40 por
ciento del Archivo Antonio García Rojas.
30
También llamadas lepisina (Lepisma saceharina) o Thermobia doméstica, “piojos de libros”.
El papel está fundamentalmente constituido por celulosa, el principal constituyente de
los tejidos y las fibras vegetales y sobre todo en los órganos leñosos que se conocen como
madera. La mayor parte de la producción de papel se obtiene de la madera que, además de la
celulosa, contiene hemicelulosa y lignina.
31
32
Sustancia polisacárida insoluble en agua
Estos organismos, generalmente microbianos digieren, si se les presenta la oportunidad,
todo documento escrito.
33
Rescate y ordenamiento del Archivo
del ingeniero Miguel Bernard Perales
Licenciada Gabriela Uribe Aragón34
Licenciada Gabriela G. Escobedo Guerrero35
Fabiola Tiempo Escobedo36
Archivo Histórico de la ESIME
Síntesis
Ingeniero militar, revolucionario constitucionalista, el general Miguel Bernard Perales fue un destacado impulsor de la enseñanza técnica; ocupó
puestos de alta responsabilidad en la sep, entre otros, fue jefe del Departamento de Enseñanza Técnica y la muerte le sorprendió siendo director del
Instituto Politécnico Nacional, en 1939.
En el Archivo Histórico de la esime (Allende 38, Centro Histórico), se
encuentra en calidad de archivo incorporado, el archivo personal del ingeniero Miguel Bernard, el cual está integrado por un número importante de
documentos con inestimable valor para la historia de la enseñanza técnica
en México.
La presente ponencia da cuenta de los contenidos y estrategias hasta hoy
seguidas para su rescate y ordenamiento.
Rescate y ordenamiento del archivo del ingeniero Miguel Bernard Perales
En el caso del archivo del ingeniero Miguel Bernard Perales, nos encontramos
ante un archivo en desorden, pero que al parecer, en algún momento de su
34
Responsable del Área de Administración del Archivo Histórico Allende 38.
Responsable del Área de Administración del Archivo Histórico Allende 38.
36
Prestadora de Servicio Social.
35
110
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
existencia tuvo un orden. Sin embargo, no tiene instrumentos que permitan
la consulta o descripción de la documentación contenida.
La organización de un archivo particular está ligada completamente con
su propietario, con las actividades que desempeñaba, con las instituciones
públicas o privadas donde colaboró, con otras actividades que realizó, o con
las agrupaciones sociales a las que pertenecía, entre muchas otras cosas. La
razón de ser de una colección particular e histórica como la del archivo del
ingeniero Miguel Bernard Perales, radica en mantener, preservar y conservar
información relativa al acontecer de una institución e, incluso, de toda una
época en particular; el contexto histórico y característico de la misma, permite encontrar respuestas a preguntas sobre el acontecer nacional de ese
momento en particular.
Antecedentes y definiciones de los archivos particulares e institucionales
Todas las organizaciones o instituciones de cualquier lugar del mundo
generan y acumulan gran cantidad de documentos que formarán parte de
un archivo institucional. Por otro lado, los archivos particulares representan
de manera muy puntual las actividades de una persona y su labor durante
una época, indisociable de sus intereses y de su entorno.
Por un lado, los archivos guardan documentación relativa a una etapa
en especial de su propia historia nacional, que puede ser generada por la
misma institución o por otras instituciones con las que interactuó; pero por
otro lado, “…otro grupo importante de documentos comprende papeles privados de personalidades destacadas, fondos que han sido adquiridos por los
archivos o donados por particulares…” (Schellenberg, 1987:30)
“…Los manuscritos pueden agruparse en colecciones con relación a las
personas, familias, instituciones, organizaciones, etcétera. Mientras que a
dichas relaciones se les considere similares en su carácter a los grupos de
archivos, les faltará la cohesión que derivan los archivos de sus relación con la
actividad o propósito…” (Schellenberg, 1987:51); por esto es necesario conocer
a fondo su estructura orgánica y la función de cada uno de sus órganos, es
decir, emplear la concepción estructural-funcional.
Los archivos institucionales pertenecen a una organización cuyos documentos provienen y emanan del ejercicio de una función de la propia administración de la institución (Gallego, 1993:13), mientras que los archivos particulares, surgen y provienen de personas o individuos que a lo largo de su
vida tuvieron un valor que, en la mayoría de los casos, sólo el interesado
comprendería.
organizar para conservar
111
Olga Gallego considera que los archivos particulares pueden ser llamados
también, archivos familiares; y asegura que “…los archivos familiares entran
en todas partes dentro de la categoría de privados, salvo en lo referente a
los archivos de los hombres de Estado. Algunos países, incluso, reservan la
denominación de privados, exclusivamente para los familiares (Inglaterra)…”
(Gallego, 1993:16). Independientemente de la denominación que se le otorgue
al archivo de un particular, los documentos allí depositados tienen valores
históricos cuando la persona que los generó o los gestionó es importante en
cualquier ámbito de la vida de una institución e inclusive, de un país.
Método de organización y descripción
Hasta el momento no se ha definido un criterio común para organizar y clasificar archivos personales, ya que existen una diversidad de métodos como
de archivos, pero es de particular importancia respetar la memoria de la
persona que fue o es dueña de ese acervo, en consecuencia, los papeles de
dicho archivo “…sólo se entienden en su orgánica trabazón, establecida por
el ámbito…de los titulares, y sus fines de la persona…que los ha creado…”
(Sastre, 1999:33).
Es entonces, cuando el proceso de organizar un acervo representa un
gran reto para quien debe hacerlo, incluso se puede decir que, en lugar de
organizar, tal vez se debe reorganizar la documentación. En este momento,
se puede encontrar con archivos que estuvieron organizados alguna vez, y
que pudieran reorganizarse, o bien, “…archivos desorganizados, fragmentados o incoherentes, no susceptibles de rehacer su primitiva organización, y
archivos que nunca poseyeron una organización….” (Gallego, 1993:49).
Para los archivos que alguna vez tuvieron una organización y que pueden
tener algún instrumento de consulta o descripción antiguos, serán reorganizados sólo siguiendo el principio fundamental de procedencia.
El origen natural de la organización de un acervo tiene un enlace inquebrantable con el propietario del mismo; por lo que habrá que considerarse:
quién lo envía, el asunto y si tiene nexo con las actividades en vida del individuo. “…Respecto de su carácter orgánico, el documento tiene siempre una
relación con otros documentos procedentes de la misma persona física o
moral; por lo tanto debe registrarse en relación con otras piezas de igual
procedencia, no debe de separase de aquellas…con las que guarda una identidad de origen y contenido…” (Torre Villar, 2003:140), para conformar esto,
es necesario tener instrumentos de descripción que se apoyen en lo que una
persona ajena al acervo entienda, sin necesidad de obtenerlo físicamente.
112
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Miguel Bernard Perales
Al hablar del ingeniero Miguel Bernard Perales, es menester hablar de la educación técnica en México, sus diversos inicios y su problemática en una nación
que se reinventaba abriéndose camino bajo un criterio nacionalista y radical.
Miguel Bernard Perales representa a la clase de hombres que se lanzan
al ataque con aplomo y garbo; con rebeldía ante las injusticias y aplicando
estrategias militares, las cuales le permitían llevar a un destino más cierto
todas las empresas que se proponía.
Nació un 16 de septiembre como proclamando la Independencia de
México, que años después y durante toda su vida, defendió; una independencia propuesta en ofrecer, a los ciudadanos de nuestro país, herramientas
de orden educativo enfocados a impulsar una enseñanza técnica acorde,
tanto con el momento histórico de la época, como con el proyecto de nación
que se buscaba.
El ingeniero Miguel Bernard Perales fue un excelente profesor pero también fue revolucionario e inspirador de cambios, buscando siempre el beneficio
de México; la aplicación de su experiencia militar en cualquier centro educativo fructificaba en la disciplina y conocimientos de sus discípulos. Se rodeó
siempre de personajes muy importantes en todos los niveles, trabajó a la par de
Juan de Dios Bátiz, Carlos Vallejo Márques, Wilfrido Massieu Helguera, Luis
Enrique Erro, entre muchas otras destacadas personalidades, además de estar
completamente ligado a la esime y por supuesto a la creación del ipn.
Antecedentes y generalidades del archivo
En el Archivo Histórico del esime, ubicado en la calle de Allende núm. 38
en el centro histórico de la ciudad de México, se encuentran resguardados
acervos documentales de las diferentes épocas de la institución, tales como
la Escuela Nacional de Artes y Oficios para Hombres (enaoh), Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos Electricistas (epime), Escuela de Ingenieros
Mecánicos Electricistas (eime) y la esime; en ese mismo recinto se han
depositado dos archivos incorporados; uno es del ingeniero Antonio García
Rojas37 entregado en custodia al Instituto Politécnico Nacional (ipn) por la
viuda de García Rojas37, y el segundo es el caso que nos ocupa, el del ingeniero Miguel Bernard Perales.
37
El ingeniero Antonio García Rojas quedó ligado a la industria petrolera del país, de la cual es
uno de los precursores más sobresalientes (Monteón, 1989).
organizar para conservar
113
Se puede considerar al Archivo Particular del ingeniero Bernard como
un archivo muerto, ya que en el momento de encontrar el acervo, no se tenía
orden alguno en cuanto a los documentos, ni siquiera se sabía a ciencia cierta
quién lo había recibido, de quién era y bajo qué condiciones se recibió. Inclusive, no existe registro de entrada del mismo.
La procedencia del archivo particular de Miguel Bernard Perales, es
desconocida, aunque se cuenta con diversos testimonios de trabajadores del
Archivo Histórico de la esime, quienes han dicho que esas cajas abandonadas, fueron enviadas por distintos funcionarios del ipn.
Las cajas en las que se encontró la documentación estaban en calidad de
abandono total, humedecidas y cubiertas con un plástico, sobre tres sillas
oxidadas y en condiciones totalmente deplorables; cuando fueron halladas
no se tenía conocimiento de a quién pertenecieron esos documentos, fue
hasta que se limpió un poco el polvo, cuando se constató que pertenecieron
al general ingeniero Miguel Bernard Perales.
Archivo particular del ingeniero Miguel Bernard Perales
El archivo particular del ingeniero Miguel Bernard Perales contiene documentación en torno a la educación técnica de nuestro país; cuenta con más
de 2000 documentos, entre ellos, algunas fotografías que nos hablan de la
trayectoria de este personaje de importancia particular para el Instituto Politécnico Nacional.
Se ha trabajado la documentación encontrada, que contiene información
acerca de la vida y obra de Bernard; se elaboró un cuadro clasificador, el cual
nos ha permitido ordenar este acervo; conforme se va adentrando más en la
información de los documentos que componen el archivo, sorprende la infinidad de facetas poco conocidas del personaje, de tal suerte que dicho acervo
permitirá exponerlas y aportar cuestiones nuevas a los estudiosos de asuntos
relacionados con esto.
La información que arrojan los documentos del archivo particular del
personaje en cuestión es de un alto valor para los estudiosos de la historia
de la educación Técnica en México; pero también nos habla de su calidad
humana, sus altibajos y su espíritu altruista y bondadoso con quienes tuvieron
el honor de conocerlo.
114
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Hallazgos históricos principales
El archivo particular de Miguel Bernard contiene documentos tan emocionantes como una parte del epistolario personal, apuntes de las asignaturas
que impartió, discursos emotivos y agradecimientos varios; correspondencia
e infinidad de folletos, generalmente relacionados con asuntos educativos,
pero también podemos encontrar información relevante acerca de la organización administrativa de instituciones en las que fue funcionario.
Así podemos decir que nos encontramos ante documentos tan importantes como:
• Discursos y conferencias emotivas relacionadas con la educación técnica en México.
• Documentos que evidencian reformas en distintas escuelas
como es el caso de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y
Eléctrica, Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, del ipn, la
Facultad de Química y Farmacia de la Universidad, el Centro Industrial Rafael Dondé, entre otras.
• Epistolario personal y oficial, que contiene información
relativa a sus actividades dentro de instituciones como: la Secretaría
de Educación Pública, concretamente del Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial, en donde se reestructuraron
los planes de estudio de acuerdo al proyecto de nación que requería
México, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre muchas
otras, y sobre todo, nos demuestran su espíritu emprendedor y que
era un amigo incondicional.
• Documentación relacionada con la creación del Instituto
Politécnico Nacional.
• Y documentos familiares, que en su momento serán entregados a los familiares del ingeniero.
En el mencionado acervo quedó constancia de que Miguel Bernard
Perales era uno de aquellos personajes que forjaron una patria de los mexicanos para los mexicanos, su instrucción militar dio como resultado que
fuese una persona de exacerbada disciplina, ocupó una importante can-
organizar para conservar
115
tidad de puestos públicos y su principal función siempre fue encaminada a
la educación técnica del pueblo de México; patriota incansable y mexicano
de corazón, escribiría máximas, discursos y críticas durante toda su vida,
acerca de todo lo que consideraba injusto; indiscutible precursor del Instituto
Politécnico Nacional y otras escuelas, su gran cultura le permitió allegarse de
personajes importantes con quienes correspondió.
Los archivistas encargados de una colección se enfocan en la concepción estructural-funcional, donde es obligado establecer datos e identificar
momentos importantes, etapas relacionadas con el quehacer de la persona,
con base en los papeles, testimonios, parientes, discípulos en general, todo lo
que pueda decir algo acerca de la persona, de tal suerte que el acervo cuente
con los instrumentos de consulta necesarios para que pueda ser útil en el
desarrollo de investigaciones y otros trabajos.
Para llevar a cabo el proceso de organización y ordenación de un archivo
muerto, hay que considerar que “…Las colecciones particulares de documentos plantean retos de orden metodológico y conceptual diferentes a los
archivos institucionales, sin embargo, se les puede abordar desde una concepción estructural (orgánico-funcional)…”.38 Así, la manera en que se ha
trabajado este acervo es la siguiente:
• Estudiar la vida y obra del personaje valiéndose de autobiografías, biografías, semblanzas, discursos y demás documentos personales.
• Establecer una tipología documental para ordenar las
fuentes.
• Entrevistar a informantes clave, como pueden ser familiares
y expertos en los temas que pudieran entrelazarse con el personaje, lo
que servirá como previsor de documentos que debiera contener este
archivo.
• Conceptuar los términos de la archivística enfocados a crear
instrumentos de consulta en un archivo particular.
• Mostrar cómo es la organización y ordenación de los archivos
particulares.
38
Dr. Humberto Monteón González, Proyecto de Investigación 20031361.
116
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
• Describir el proceso metodológico del rescate, organización y catalogación del archivo particular del Ing. Miguel Bernard
Perales.
• Proponer un método para ordenar y organizar archivos particulares.
Este último punto con apego a la trayectoria del personaje, lo que permitirá convertir los llamados archivos muertos39 en acervos documentales, para
que sean útiles para los temas que contienen; siempre y cuando se cuente con
los instrumentos de descripción indispensables para ello.
Bibliografía
Gallego Domínguez, Olga; 1993, Manual de archivos familiares (colección Manuales), Madrid, anabad, 109 pp.
Sastre Santos, Eutimio; 1999, Manual de archivos El sistema archivístico
diocesano: Archivos de la Curia y Archivos parroquiales, Madrid, anabad,
200 pp.
Shellenberg, T. R.; 1987, Archivos modernos, principios y técnicas, México,
agn, 434 pp.
Torre Villar, Ernesto de la; 2003, La investigación bibliográfica, archivística y documental. Su método, México, unam, 342 pp.
39
Dr. Humberto Monteón González los ha descrito como bultos de papeles sin poder tener
acceso alguno a ellos y que no sirven para nada.
Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos.
Recuperación del acervo documental 1998-2007
Mireya González Peñaloza
Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos
La palabra recuperar, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española, proviene del latín recuperare, que significa volver a encontrar lo perdido, ponerlo en servicio, rescatar del olvido. Y es precisamente
esta última acepción la que identifica de manera más clara, el trabajo archivístico. Rescatar del olvido los testimonios de la actividad del hombre, en
otras palabras, hacer el pretérito presente. La manera o maneras para llevar
a cabo esto son tan diversas como las soluciones que los involucrados en
los archivos desarrollan para clasificar, organizar, sistematizar sus acervos,
para que puedan ser consultados. Por lo tanto, el objetivo de esta ponencia es
compartir en este espacio, propiciado por el Gobierno del Distrito Federal, la
forma en que se recuperó y organizó el acervo de una de las industrias más
importantes del país, Petróleos Mexicanos y un poco de la historia del desarrollo de esta industria.
Un sótano y un archivo, historia común
Dicen que todos tenemos algo de poetas y locos y agregaríamos que los que
trabajamos en los archivos, también algo de mediums por nuestro constante
preguntar y organizar los testimonios de los muertos, una compañera dice
“mis mejores amigos son los muertos porque conozco todo sobre ellos”.
Haremos un recuento de la aventura que significó recuperar este acervo; y
de antemano una disculpa por todos aquellos que por la falta de tiempo, no
mencionemos y que contribuyeron a su formación.
El proyecto de formación integral del Archivo Histórico de Petróleos
Mexicanos, en adelante ahp, nació en 1998 por la preocupación e interés del
118
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
doctor Adrián Lajous entonces director general de Pemex, por organizar el
valioso patrimonio documental que se localizaba en el sótano del edificio
B-2 del Centro Administrativo Pemex. Para ello, se buscó asesoría académica
y fueron los doctores Carlos Marichal y Luis Aboites, investigadores de El
Colegio de México, quiénes la proporcionaron con excelentes resultados. Se
llevaron a cabo las reuniones en que se propuso como modelo para recuperar
el acervo de Pemex, el entonces, Proyecto de Rescate del Archivo Histórico
del Agua (aha), que era auspiciado por la Comisión Nacional del Agua (cna)
y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
(ciesas), bajo la dirección del doctor Luis Aboites. La propuesta fue aceptada
y parte del equipo del Archivo Histórico del Agua, a cargo de la licenciada
Rocío Gamiño Ochoa, autora de la metodología del aha, fue contratado
para iniciar la aventura del rescate del acervo el 18 de noviembre de 1998.
Conformaron el equipo historiadores, especialistas en cómputo y conservación de documentos para realizar tan difícil tarea. El equipo se dividió en las
siguientes áreas: conservación, catalogación de los documentos y cómputo.
Difícil tarea por las condiciones en que se iniciaron las actividades en
este acervo. El espacio destinado para llevarlas a cabo era bastante reducido,
compartido y poco ventilado, un sótano en forma, donde se empezó a acumular el material catalogado.
Ante estas circunstancias fue necesario, como siempre pasa con los
archivos, de buscar un lugar adecuado para el ahp, por lo que se remodeló y se
acondicionó especialmente para este fin una parte de las instalaciones de la ex
refinería 18 de marzo en Azcapotzalco. La inauguración de las nuevas instalaciones tuvo lugar el 19 de junio del 2000, con lo que se marcó un hito importante en el rescate de archivos de empresas. Las subsecuentes administraciones
continuaron y continúan el proyecto en la medida de sus posibilidades
El objetivo principal del proyecto, en palabras de la licenciada Rocío
Gamiño, fue implementar una metodología ágil basada en los cánones archivísticos del “principio de procedencia y orden original de los documentos”,
así como en la Norma Internacional General de Descripción Archivística
isad-g, avalada por el agn, para en el menor tiempo posible, preservar y
describir el contenido de la riqueza temática, documental y gráfica de sus
documentos, generar un banco de datos y ponerlo a disposición del investigador para su consulta.40
En este sentido, el ordenamiento de los documentos se realiza de forma
minuciosa, lo que permite detallarlos desde las instancias que los generaron,
40
Gamiño Ochoa, Rocío, “Presentación del Proyecto”, en LEX PEMEX , Petróleos Mexicanos
Dirección Corporativa de Administración, Gerencia Jurídica, Gerencia de Corporativa de Comunicación Social, 2000, p.13.
organizar para conservar
119
los lugares que aparecen, la cronología que abarcan, las obras realizadas,
la temática, los personajes que intervienen, una síntesis del contenido, los
soportes y grafías y el estado de conservación, entre otros datos. Hasta ahora
contamos con un único fondo denominado Expropiación, que cuenta con
más de 110,000 expedientes. Al 15 de julio de 2007, se tenían catalogados y en
banco de datos para su consulta, aproximadamente 88 000 expedientes.
La documentación concentrada en este acervo fue generada principalmente por las compañías petroleras que pertenecieron al grupo Doheny o al
grupo Pearson, así como por las empresas paraestatales que fueron creadas
por los gobiernos posrevolucionarios, como el Control de la Administración
del Petróleo Nacional, Petróleos de México S.A. y la Administración General
del Petróleo Nacional. Dicha información abarca de 1850 a 1960 aproximadamente.
Los estados de la República con mayor información son Veracruz,
Tamaulipas, San Luis Potosí (que conformaban la llamada “faja de oro”) la
zona petrolera más importante del país durante las dos primeras décadas del
siglo xx. Asimismo, otros estados como Tabasco, el mismo Distrito Federal y
Campeche, concentran gran cantidad de información.
La riqueza temática del acervo es variada y se pueden observar tres rubros
de trabajo, la exploración, la explotación y comercialización del petróleo. En
las actividades de exploración se encuentran testimonios desde las concesiones
federales otorgadas a las primeras compañías petroleras para la exploración y
explotación del subsuelo, los contratos de arrendamiento o compra-venta de
terrenos celebrados con particulares, las primeras obras construidas para la
explotación de terrenos petrolíferos, perforación de pozos, construcción de
caminos de acceso, oleoductos submarinos y terrestres, muelles, edificación
de las primeras refinerías, es decir, la infraestructura petrolera necesaria para
la explotación del crudo, además de los informes de producción, así como el
tendido de vías férreas para transportar el petróleo desde las refinerías hacia
el interior del país o hacia los barcos de las compañías navieras constituidas
para la comercialización de los productos con los diferentes puertos del Golfo
de México, o para su exportación.
Además, se cuenta con información sobre las disposiciones gubernamentales concretadas en leyes para la regulación de la actividad de las empresas
petroleras, los impuestos, los sueldos, auditorías y otras más.
Por otra parte, están los testimonios de diversas huelgas y movimientos
laborales que se dieron durante los años veinte, los procesos para terminarlas, la formación de organizaciones obreras fuera de la influencia de la
crom, las huelgas de marinos y obreros, los enfrentamientos, la presencia
de bolcheviques agitadores de masas en los campamentos y zonas petro-
120
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
leras, así como las demandas y amparos promovidos ante la Junta de Conciliación y Arbitraje locales y federales.
La vida social y cotidiana tiene una importante fuente documental en los
informes sobre la creación de colonias de trabajadores extranjeros y nacionales, la construcción de escuelas para los hijos de los trabajadores, la vida en
los campamentos petroleros, las cantinas, las tiendas, los robos y asesinatos
dentro de los mismos, las crónicas de desastres como explosión de pozos, de
tanques de almacenamiento, accidentes ocurridos como choque de buquestanques, enfermedades, epidemias y política sanitaria.
El desarrollo de la infraestructura petrolera se puede reconstruir a través
de proyectos de construcción de tramos de ferrocarril y de caminos de acceso;
memorias descriptivas y planos de obras que se realizaron para almacenar y
transportar el petróleo y sus derivados (tanques, refinerías, muelles, oleoductos submarinos y terrestres, estaciones de bombas); planos de localización de los pozos de los mismos y la instalación de campos petroleros.
Otro grupo documental interesante lo constituyen las actas de las
sesiones del Consejo de Administración de la compañía El Águila, así como
los informes que se tenían que entregar a las secretarías del ramo y la correspondencia entre funcionarios de las compañías y del gobierno. Hay también
estados financieros que dan testimonio del desarrollo de las empresas en
cuanto a la producción y sus mercados.
Además de esos grupos documentales, el acervo cuenta con anexos gráficos como planos, croquis, fotografías, dibujos, diversos impresos, folletos,
boletines, revistas, catálogos, periódicos y recortes hemerográficos.
Es a través del Boletín del Archivo Histórico de Pemex que se realiza la
difusión de los materiales del Histórico de Pemex, este se publica cuatrimestralmente. Actualmente está en prensa el núm. 11.
Con el Colegio de México se han mantenido convenios de investigación
que dieron como resultado la publicación de dos libros escritos por uno de sus
investigadores, Joel Álvarez de la Borda, titulados Los orígenes de la industria
petrolera en México, publicado en 2005 y Crónica del petróleo en México que
salió a la luz en 2006.
En el año 2000, el ahp recibió del Archivo General de la Nación, la Mención al Mérito Archivístico en reconocimiento al trabajo realizado.
El acervo se puede consultar en las instalaciones del ahp en la exrefinería
18 de marzo, ubicada en la avenida 5 de Mayo, puertas 4 y 5, colonia Ángel
Zimbrón, delegación Azcapotzalco. El horario de atención al público es de
9:00 a.m.a 14:00 p.m.
organizar para conservar
121
La importancia del material documental
La historia del petróleo en nuestro país data desde la época precortesiana, cuando los antiguos mexicanos daban distintos usos al chapopotli en
ungüentos curativos, dentífricos, aromatizantes y pegamentos. A la llegada
de los españoles, la utilización del petróleo no varió mucho; destaca su uso en
el recubrimiento de barcos y aceites para alumbrar.
Las Reformas Borbónicas promovidas por el rey español Carlos III, a
mediados del siglo xviii, en la cuestión minera
Se apoyaron en los Comentarios a las Ordenanzas de Mina hechas por
el jurisperito Francisco Xavier de Gamboa en 1761, en las Leyes de Indias
y en los notables virreyes de México para expedir, el año de 1793 una legislación especial para las minas de la Nueva España que se conoce con el
nombre de Ordenanzas de Minería de la Nueva España. Su título tiene por
encabezado del dominio radical de las Minas: de su concesión a los particulares y del derecho que por éste deben pagar a la Corona española.41
De esta manera, la propiedad del subsuelo pasó a la Corona española,
sentando las bases jurídicas para posteriores gobiernos.
El presidente Benito Juárez y Maximiliano de Habsburgo continuaron
este proyecto al estimular la explotación del subsuelo a través de la reglamentación de la propiedad nacional, al establecer que los yacimientos de carbón y
petróleo podían explotarse mediante concesión del gobierno.
Sin duda, el mérito del desarrollo de la industria petrolera tiene lugar
durante el porfiriato, cuando el presidente Díaz otorgó toda clase de facilidades legales a los inversionistas extranjeros para llevar a cabo la extracción, refinación y comercialización del petróleo en gran escala, aunque hubo
algunos intentos en el país para llevar a cabo la explotación de petróleo como
la del gobernador de Tabasco, Simón Sarlat Nova en 1883.
Las primeras compañías petroleras extanjeras que se establecieron
en el país fueron la Huasteca Petroleum Company, subsidiaria de la estadounidense Mexican Petroleum Company, a cargo del empresario petrolero Edward L. Doheny, y la S. Pearson and Son, compañía inglesa a cargo
del empresario favorito de Porfirio Díaz, Sir Weetman Dickinson Pearson,
que en 1908 transfirió sus derechos a la Compañía Mexicana de Petróleo El
Águila, que se convertiría en líder de las empresas petroleras en México.
Durante el periodo revolucionario y posrevolucionario, los gobiernos
crearon diversos organismos, destacando el Control de Administración del
41
Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos, Expropiación, caja 2857, exp. 74388, 40 fjs.
122
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Petróleo Nacional, Petróleos de México (Petromex) y la Administración
General del Petróleo Nacional, con los cuales la compañía El Águila tuvo
enfrentamientos por el control del comercio del petróleo. Estos organismos
nacionales, al igual que las empresas extranjeras, generaron todo tipo de
documentos necesarios para llevar a cabo la explotación del recurso. Esta
información pasó a Petróleos Mexicanos en el momento en que Lázaro Cárdenas decretó la expropiación de la industria petrolera en 1938.
Mediante este decreto se expropió, por causa de utilidad pública y a favor
de la nación: maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carros tanques, estaciones
de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes e inmuebles, incluyendo los archivos propiedad de las 17 compañías extranjeras y subsidiarias
involucradas en la explotación del petróleo en México.
Para el investigador norteamericano, Jonathan Brown, es indudable que
los archivos de las compañías expropiadas forman colecciones únicas en el
sentido de que no existe en ningún otro país, una colección de documentación local de las subsidiarias de las grandes compañías petroleras, debido a
que por lo general, cuando las subsidiarias salían de las zonas de operaciones,
se llevaban mucha documentación y destruían la que no podían sacar.
Sin embargo, la nacionalización petrolera tomó por sorpresa a los gerentes
que, la mayoría de las veces, sólo pudieron llevarse consigo objetos personales.
El gobierno actuó con toda rapidez y se apoderó de documentación sobre las
operaciones de exploración y explotación, los convenios realizados con políticos locales, la venta de tierras, los contratos de perforación de pozos, las relaciones laborales tanto con el personal nacional como con el extranjero.
Documentos que hoy se pueden consultar en el Archivo Histórico de
Pemex para reconstruir y comprender el impacto de la industria petrolera en
la economía, la sociedad, en la tecnología y la política de nuestro país.
Ordenación histórica en el Archivo de la Secretaría de Salud
Licenciado Rogelio Vargas Olvera
Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
A manera de Introducción
Como consecuencia de la fusión de la Secretaría de la Asistencia Pública con
el Departamento de Salubridad, fue creada en octubre de 1943 la Secretaría
de Salubridad y Asistencia, cuyos precedentes se remontan a 1841 con la fundación del Consejo Superior de Salubridad por un lado, y por otro a 1861,
año en que el presidente Juárez dio origen a la Dirección General de la Beneficencia Pública, entidad encargada de administrar los entonces recién nacionalizados bienes eclesiásticos, y sobre todo, los productos de rentas e hipotecas que solventaban el sostenimiento de hospitales y hospicios. Pudimos
reconstruir la vida administrativa de estas instituciones apoyándonos en
libros y otras publicaciones, tanto oficiales como de autor, que fueron de gran
ayuda para establecer la ordenación cronológica, la separación por secciones
y series documentales, cada una de ellas originada por oficinas internas y
establecimientos periféricos de ambas instituciones mencionadas.
Fondos Coloniales
Refiriéndome al origen de los documentos coloniales conservados en el
ahssa, llegaron a la Beneficencia Pública cuando esta se encargó de administrar los bienes económicos desamortizados que pertenecieron a las instituciones eclesiásticas. La gran mayoría tienen carácter contable y provenían
de agrupaciones gremiales (congregaciones y cofradías) ligadas a la Archicofradía de la Santísima Trinidad, cuya sede fue la iglesia del mismo nombre y
que hasta la actualidad, preside la plaza llamada igual, ubicada al fondo de la
calle de Moneda, hacia el oriente. El templo se distingue por su torre campa-
124
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
nario coronada por una mitra papal. Por cierto, para su construcción aportó
dinero mayoritariamente, la elitista Congregación de San Pedro, fundadora
también de un Colegio Sacerdotal, y de un Hospital, con el nombre del mismo
santo, para atender a sus componentes, inicialmente sólo sacerdotes, después
también cofrades civiles, incluso mujeres, por supuesto peninsulares o criollos adinerados, quienes aportaban mensualmente una cantidad monetaria
que en el futuro les permitiría gozar de auxilios espirituales oportunos, y de
apoyo económico, en caso de caer en desgracia o en enfermedad. Por otra
parte, estaban obligados a rendir culto al santo patrono, participar en fiestas y
procesiones, asistir a sus hermanos enfermos y enterrar a los muertos. De esa
manera funcionaban las agrupaciones de este tipo, y de ellas las que dejaron
testimonio documental en el ahssa son las Congregaciones de San Pedro, del
Santísimo Cristo de Burgos (de nacidos en Galicia) y la de San Andrés Avelino (para los que buscaban no tener una muerte repentina), la Archicofradía
de la Santísima Trinidad, y la Cofradía de San Homobono (la anterior y ésta
eran agrupaciones de sastres).
Cada uno de estos grupos documentales compuestos por libros y
documentos sueltos, una vez identificados, fueron ordenados cronológicamente y por división natural; libros y documentos sueltos se convirtieron en
secciones. En los casos de documentos sueltos, fueron agrupados en legajos
de 5 cm aproximadamente, y posteriormente fueron descritos uno por uno
(igualmente los libros) para formar guías descriptivas por cada grupo documental. Ese fue el mismo caso del fondo Casa de Niños Expósitos y de dos
pequeñas secciones: Hospitales y Hospicios, donde fueron agrupados documentos en series de los hospitales coloniales del Amor de Dios, San Lázaro,
San Andrés, San Hipólito, Divino Salvador y Terceros de San Francisco y del
Hospicio de Pobres. Otro grupo documental muy rico es el convento de Jesús
María y fue ordenado de la misma forma.
Fondo Beneficencia Pública
Este grupo documental fue integrado por documentos y libros generados
por esa institución desde su fundación en 1861. Es uno de los acervos más
abundantes del ahssa, y por lo tanto, uno de los que presentó mayores retos.
Sus documentos, junto con los del fondo Salubridad Pública, formaban
un presunto Ramo Civil (a diferencia del Ramo Eclesiástico, formado por
la mayoría de documentos coloniales), según una clasificación concebida a
finales de 1970, y no la inicial desde el siglo xix. Según esa ordenación, sólo se
respetó el orden cronológico en cada ramo, en los que hubo también división
organizar para conservar
125
en secciones, que podría decirse, eran misceláneas. En este caso fue necesario
identificar, clasificar y ordenar los diferentes grupos a través de varias etapas.
Primero efectuamos la separación de los materiales pertenecientes a Beneficencia Pública de los del Consejo de Salubridad. En esos momentos nos
fueron muy útiles las obras de Juan de Dios Peza, La Beneficencia en México
y el Informe sobre los Establecimientos de Beneficencia y Corrección, 1864,
redactado por Joaquín García Icazbalceta para Maximiliano. Con eso nos
percatamos que los hospitales fueron controlados por la beneficencia y eran
varios, pero también había numerosas escuelas y hospicios. Para entonces
mientras elaboramos un inventario de cada sección y de cada serie, separando en paquetes cada una de estas últimas, anotando en las portadas los
tipos documentales y la cantidad de expedientes que contenían, identificábamos otros documentos, ahora pertenecientes a las oficinas de la beneficencia y así se prefiguró nuestro cuadro de clasificación:
Fondo Beneficencia Pública
Sección Establecimientos Hospitalarios
Sección Establecimientos Asistenciales
Sección Establecimientos Educativos
Sección Establecimientos Dependientes
Sección Tesorería
Sección Bienes y Capitales, etcétera.
Cada sección se dividió en multiplicidad de series, y hasta en subseries. Sin embargo, la beneficencia operó como tal hasta 1937, por lo que
fue aumentando la cantidad de secciones y series, incluso con recortes de
periódico, planos y fotografías, incluidos en los expedientes, entre otros tipos
documentales más. Ese mismo año se estableció —el 30 de junio de 1937— el
Departamento de Asistencia Social Infantil, el cual sirvió como base para
que, meses más tarde, se fundara la Secretaría de la Asistencia Pública, que
a su vez, en 1943, se fusionó con el Departamento de Salubridad Pública y
juntos dieron origen a la Secretaría de Salubridad y Asistencia. La documentación del Departamento y de la Secretaría de Asistencia, quedó repartida
entre otras secciones, pero también se abrió la sección Asistencia en el fondo
Beneficencia, puesto que se consideró inapropiado establecer un fondo independiente con sólo seis años de documentos.
126
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Fondo Salubridad Pública
Este grupo documental, al separarse del de Beneficencia Pública, esperó unos
años para que se hiciera un proceso semejante al del fondo precedente, pero
llegado el momento comenzamos la identificación de grupos documentales.
Simultáneamente consultamos la obra Historia de la Salubridad y de la Asistencia en México, escrita por los médicos Miguel E. Bustamante, Francisco
Fernández del Castillo y Antonio López Picazos, también por José Álvarez
Amézquita, cuyo texto hace referencia a la fundación del Consejo Superior de
Salubridad en 1841, y menciona que tuvo como antecedentes, al Real Tribunal
del Protomedicato (durante el Virreinato), el cual perdió su título de real al
consumarse la Independencia de México en 1821, y a la Facultad Médica del
Distrito Federal, establecida en 1831.
En el título mencionado se citan las funciones de vigilancia y aplicación
de medidas sanitarias públicas en mercados, panteones y lugares públicos
en tiempos normales, sobre todo durante las epidemias, en la inspección y
aplicación permanente de la vacuna contra la viruela, así como la vigilancia
del ejercicio de la medicina, la vigilancia en manufacturas de alimentos y
bebidas, la inspección en boticas y en rastros, entre otras muchas actividades,
y las fuimos corroborando en los documentos, entre los que resaltaban por su
volumen, las Actas de Sesión. Supimos después que, en el primer número del
Boletín del Consejo Superior de Salubridad (1880), quedaron establecidas las
“secciones” que componían ese organismo, y que se ocupaban de cada una
de las actividades mencionadas con anterioridad. Sin embargo, la documentación llegaba hasta 1943, por lo que recurrimos otra vez a la obra citada y
nos enteramos que, por mandato de la Constitución de 1917, fue extinguido
el Consejo Superior de Salubridad, en su lugar se establecía el Departamento
de Salubridad Pública, como órgano ejecutor de las disposiciones del Consejo
de Salubridad General, encabezado por el presidente de la República. Con esa
información determinamos que el nombre del Fondo Documental, debería
abarcar ambas instituciones, razón por la que se llama Salubridad Pública.
Agrupamos los documentos en las “secciones” sugeridas por los textos oficiales y aplicamos la ordenación cronológica interna en cada una de ellas.
Algunas quedaron necesariamente divididas en series:
Fondo Salubridad Pública
Sección Presidencia
Serie Secretaría
Serie Actas de Sesión
Serie Acuerdos Presidenciales
organizar para conservar
Sección Oficialía Mayor
Sección Impresos
Sección Diversos
Sección Epidemiología
Sección Congresos y Convenciones
Sección Servicio Jurídico
Sección Ejercicio de la Medicina
Sección Inspección de Farmacias
Sección Inspección de la Vacuna
Sección Inspección Antivenérea
Sección Medicina Legal
Sección Patentes
Sección Medicamentos
Sección Higiene Pública
Serie Inspección de Panteones
Serie Establecimientos Públicos
Serie Alimentos y Bebidas
Serie Higiene Veterinaria
Serie Higiene Industrial
Sección Salubridad en Territorios, Puertos y Fronteras
Sección Salubridad en el Distrito Federal
Sección Higiene Infantil
Sección Higiene Escolar
Sección Ingeniería Sanitaria
Sección Laboratorio
Sección Establecimientos Dependientes
Serie Hospital General
Serie Instituto de Higiene
Serie Dispensarios
Serie Escuela de Enfermería del Hospital General
Serie Escuela de Farmacéutica del Hospital General
Serie Escuela de Salubridad
Sección Servicio de Desinfección
Serie Registros de Tarjetas de Salud
Serie Copias de Correspondencia
Serie-Registro de Desinfecciones
Sección Tesorería
Sección Administración
Sección Expedientes de Personal
127
128
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Es importante señalar que estos documentos están conservados en cajas
AG-10, y que en el proceso de ordenación, en muchos casos, se les agregaron
nuevas carpetas, sin desechar las antiguas, ya que éstas contienen información importante.
Conclusión
En la conformación de todos los fondos a los que me referí en esta presentación, tratamos de respetar el principio de orden original y el de procedencia
para organizar los expedientes en sus respectivas secciones y series. Siempre
aplicamos un orden cronológico, porque la continuidad de secciones y series
y el tipo de documentación así lo permitió, ya que ninguno de los grupos es
de colecciones formadas al azar. Los instrumentos de descripción y control
interno que elaboramos, son guías que describen cada grupo documental
expediente por expediente, con números progresivos, fechas inicial y terminal, descripción del asunto y número de fojas que lo componen.
Por su parte, cada expediente tiene su cápsula de identificación que
corresponde al cuadro de clasificación del fondo al que pertenece, lo que lo
hace inconfundible por ejemplo:
F-BP
S-EH
Se-HG
Lg-10
Exp-5
Por último, menciono que el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
(ahssa) tiene otros fondos documentales y sigue creciendo; en la actualidad,
el sistema red de archivos de la ssa sigue funcionando y anualmente, el personal del ahssa, hace una valoración histórica de nueva documentación en
nuestro Archivo de Concentración.
Algunos criterios para la organización del Archivo
Hemerográfico de la Coordinación Nacional de Literatura del inba
Licenciada María Angélica Piñón Rizo
Archivo Hemerográfico de la Coordinación Nacional
de Literatura del inba
La Coordinación Nacional de Literatura (cnl) del inba, cuyas oficinas se
encuentran ubicadas en la calle de Brasil núm. 37, col. Centro, además de
realizar diversas actividades para promover y difundir la literatura mexicana, ha integrado un centro de documentación con los siguientes acervos:
biblioteca, fonoteca, fototeca, videoteca y archivo hemerográfico, todos
ellos especializados en la literatura contemporánea de nuestro país. Dichos
fondos son indispensables para reconstruir la memoria literaria de México,
pues contienen voces, imágenes, notas periodísticas y libros de (y sobre) los
escritores, así como la relación de las actividades literarias emprendidas por
esta coordinación en las últimas tres décadas. En este trabajo se describirá la
problemática del Archivo Hemerográfico y algunas medidas aplicadas para
lograr una mejor organización del mismo.
Este Archivo fue fundado en 1977 por Josefina Lara Valdez, quien inició
la conformación de expedientes con fichas biográficas, notas periodísticas
(críticas, reseñas, entrevistas, ensayos), y algunos otros documentos de
autores nacionales y extranjeros. También se ocupó del resguardo de noticias
sobre premios, instituciones, encuentros y otras actividades relacionadas con
el mundo literario.
En 1979, la editorial Larousse de París solicitó a la Dirección de Literatura información acerca de los escritores mexicanos más reconocidos; dicha
solicitud fue cubierta por la señora Josefina Lara, quien mediante la consulta
de los expedientes del acervo, realizó un fichero de autores muy completo; su
investigación culminó con la elaboración del Diccionario bio-bibliográfico de
escritores de México 1920-1970, el cual fue editado en 1986. Posteriormente,
se realizó una edición corregida y aumentada en colaboración con el investigador norteamericano Russell Cluff y la Brigham Young University. Aunque
130
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
hubo algunos intentos por actualizar y publicar este diccionario, fue a partir
de 2004, cuando el Diccionario bio-bibliográfico de escritores de México se
convirtió en un proyecto institucional, que se actualiza día a día y que puede
consultarse en la página de la coordinación: www.literaturainba.com.
Como ya se mencionó, el Archivo Hemerográfico de la cnl está constituido por expedientes que contienen información sobre escritores mexicanos
contemporáneos, aunque también incluye algunos autores de otras épocas y
países. Dichos expedientes resguardan artículos de periódicos, suplementos
y de algunas revistas, que son previamente seleccionados, clasificados, recortados y rotulados.
También integra, en menor cantidad, otro tipo de documentos: oficios, cartas, manuscritos, invitaciones, carteles, semblanzas, etc., en los que
pueden encontrarse las firmas de destacados autores como: Salvador Elizondo, Andrés Henestrosa, Jorge Ibargüengoitia, Agustín Yáñez, Luis Cardoza y Aragón, Miguel Ángel Asturias, y otros. Dichos documentos se integran en una lista de documentos reservados.
Por las características y diversidad de materiales que integran este acervo,
se ha tomado el criterio de organizarlo por temas, es decir, los expedientes se
registran por nombre del autor, premio, actividad o materia.
En 1996, inició una nueva etapa para el ordenamiento de este archivo.
La primera tarea en este proceso fue la realización de un diagnóstico que
permitiera determinar las condiciones del acervo. Dichas condiciones fueron
las siguientes:
• Había una relación de escritores, con una nómina de
aproximadamente 2 300 expedientes. Los documentos enlistados
estaban organizados alfabética y cronológicamente, resguardados
en archiveros.
• Había aproximadamente 500 carpetas con información
sobre autores mexicanos y extranjeros, premios y diversas actividades
realizadas por el área, tales como ciclos, encuentros, instituciones,
etc. Cada carpeta incluía alrededor de 200 hojas. Se trataba de una
gran cantidad de información hemerográfica dispersa, sin ningún
orden temático, cronológico ni alfabético; tampoco había registro de
los autores, premios o actividades contenidos en dichas carpetas.
El mayor problema que enfrentó el equipo de trabajo al organizar los
documentos, fue la diversidad de temas que se manejaron desde la fundación del acervo, ya que no hubo restricción respecto a los temas que debían
organizar para conservar
131
incluirse en un fondo que se suponía especializado en literatura mexicana,
de tal manera que el archivo creció desmesuradamente.
La siguiente tarea fue organizar por temas los documentos que no tenían
ninguna clasificación. Una vez conformados los expedientes, se ordenaron
alfabética y cronológicamente, y se obtuvieron los siguientes listados:
•
Escritores mexicanos con expediente.
•
Escritores extranjeros con expediente.
• Miscelánea de escritores mexicanos: donde se integran autores
que tienen un solo libro publicado, cuya obra no ha sido suficientemente reconocida por la crítica, o con información muy atrasada que
no se ha actualizado.
• Miscelánea de escritores extranjeros: con características
similares al anterior pero para autores de otros países.
• Premios: conformado por expedientes sobre los Premios
Bellas Artes de Literatura y otros galardones nacionales y extranjeros.
• Actividades, instituciones y temas: listado que agrupa expedientes relacionados con las distintas acciones y ciclos realizados por
la Coordinación, así como encuentros, ferias e instituciones encargadas del quehacer literario o cultural de nuestro país.
La ordenación de documentos contribuyó a integrar o localizar expedientes que estaban prácticamente perdidos en el acervo, pues no existía relación alguna de ellos. Tal es el caso del expediente del Primer Certamen Continental de Novela, que considero importante mencionar aquí, pues se trata
del primer premio internacional convocado por la Institución en 1957, por el
entonces llamado Departamento de Literatura. El premio consistía en 50 000,
pesos y convocaba a participar a todos los escritores latinoamericanos con
una novela, cuya extensión mínima debía ser de 200 páginas y máxima de
500. Se recibieron más de 100 trabajos.
El jurado estuvo integrado por destacados escritores latinoamericanos:
Ciro Alegría, Jorge Amado, Miguel Ángel Asturias, Martín Luis Guzmán,
entre otros. Sin embargo, el concurso tuvo varios tropiezos desde el inicio,
pues algunos de los textos participantes se extraviaron, ya que eran enviados
132
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
por correo al jurado. Por su parte, este último no logró un acuerdo respecto
a la obra triunfadora, de tal manera que el certamen, que en su momento
fue anunciado con gran ostentación y para el que se destinaron importantes
recursos económicos, fue declarado desierto, lo cual provocó gran disgusto
entre los participantes.
Además de encontrar valiosa información, como la referida anteriormente, y de elaborar los diferentes listados, se hizo una depuración que liberó
al Archivo de documentos que no correspondían al área (expedientes de políticos, filósofos, antropólogos, médicos y artistas plásticos; así como fotografías,
periódicos, suplementos culturales, revistas, catálogos de publicaciones, etc.).
Después de la organización y la depuración preliminares, fue indispensable aplicar otras medidas para tener un mayor control de los expedientes y
evitar el crecimiento desmedido del Archivo, por lo que se considero pertinente establecer los siguientes criterios:
1) Apertura de expedientes:
a) Abrir expediente sólo a aquellos autores mexicanos con dos
libros publicados de creación literaria, o con un libro publicado y que
hayan obtenido un premio literario nacional o internacional.
b) Que el autor haya merecido la atención de la prensa a través
de reseñas, notas, entrevistas, críticas y ensayos en periódicos, suplementos, revistas o libros, y que se reúnan al menos 10 notas hemerográficas sobre su obra.
c) Abrir expediente a un autor extranjero, sólo si se reunen más
de 20 artículos sobre su obra, cuenta con una bibliografía importante
y reconocimientos internacionales.
d) Los dramaturgos sólo serán incluidos cuando se señale la
publicación de su obra.
e) Abrir expediente sobre algún premio, actividad o tema literario, sólo cuando se considere relevante para el estudio de la literatura de nuestro país o para la institución y que existan más de 20
notas al respecto.
2) Selección de material hemerográfico.
organizar para conservar
133
a) Seleccionar reseñas, entrevistas, artículos de opinión,
columnas, ensayos que traten sobre el autor y su obra.
b) Rechazar fragmentos o adelantos de obra, al igual que
columnas o artículos del autor que no contengan temas literarios.
c) Evitar reseñas muy breves.
d) Elegir sólo 2 notas informativas, cuando éstas provengan de
agencias y aparezcan repetidas en la mayoría de los diarios.
e) Incluir toda la información sobre Premios Bellas Artes de
Literatura. Con respecto a otros premios nacionales, otorgados por
instituciones, editoriales o estados de la República, se evaluará la conveniencia de abrirles expediente o incluirlos en una miscelánea de premios organizada alfabéticamente según la institución que lo otorgue.
f) Integrar notas sobre actividades, corrientes, generaciones y
temas literarios de un país en particular, mismas que se archivarán
en el apartado de cada país denominado Anexo, y que posteriormente podrán agregarse a la sección de temas.
Estos lineamientos sencillos han permitido que exista un control en la
apertura de expedientes y en la selección de los documentos que se integran
al acervo. Al mismo tiempo, dichos criterios dieron la pauta para elaborar un
manual de procedimientos de nuestro archivo, lo que ha facilitado su ordenamiento, resguardo y conservación.
Inventario
Por otra parte, aunque existía una relación de expedientes, y más tarde se
elaboraron los diferentes listados, no había un registro puntual de todos las
expedientes del Archivo Hemerográfico, en el que se describieran datos esenciales como: número de expedientes, número de volúmenes de cada autor,
fechas extremas, ubicación, y total de expedientes.
En febrero de 2005, se inició la elaboración del inventario de expedientes
de escritores mexicanos, mismo que al concluirse arrojó una nómina de 635
autores con 990 volúmenes. Actualmente se encuentra en proceso el inventario de escritores extranjeros con expediente
134
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
El paso siguiente será la preparación de los inventarios correspondientes
a Misceláneas, Premios, y por último, Actividades y Temas. Dicho orden
obedece a las necesidades propias de la Coordinación, pero también a la
demanda de material solicitado.
Nuestros usuarios son, principalmente, los propios trabajadores de la
Coordinación, que ocupan la información para realizar semblanzas y actualizar fichas del diccionario antes mencionado. Los usuarios externos son, en
su mayoría, estudiantes de licenciatura y posgrado de diferentes universidades de nuestro país y del extranjero, que se han apoyado en este acervo
como fuente documental para la preparación de tesis y otros estudios sobre
escritores mexicanos.
Catálogo de notas hemerográficas
Otro proyecto de esta gestión, ha sido la realización de un catálogo que describa cada una de las notas periodísticas que se encuentran en el Archivo.
Al principio, la propuesta fue la creación de una ficha única, que funcionara
para toda el área de acervos (fototeca, fonoteca, videoteca y archivo hemerográfico). Sin embargo, finalmente se decidió que se elaborara una ficha de
acuerdo a las necesidades de cada acervo. Esas fichas contemplan diversos
campos establecidos en una base de datos (CDS/ISIS o WIN/ISIS)42 en la que
se ingresa la información recopilada en nuestro archivo.
En julio de 2006, iniciamos el registro de fichas en la base de datos,
lo que permitirá conocer todos y cada unos de los documentos de nuestro
acervo. El objetivo es que las fichas hemerográficas, y demás documentos,
contenidos en los expedientes, anteriores a la fecha señalada, también se
integren a este sistema. Aunque en el transcurso del proyecto se han realizado algunos ajustes en la ficha, hasta el momento se han registrado aproximadamente 6 400 entradas.
42
“El software, desarrollado por la unesco, también conocido como MicroISIS, es un sistema
de almacenamiento y recuperación de información diseñado especialmente para el manejo
computarizado de bases de datos constituidas principalmente por texto.” Información obtenida de la página www.cnea.gov.ar, 07/09/2006.
organizar para conservar
135
Conclusión
La utilidad de nuestro acervo radica en que los usuarios obtienen, en un sólo
expediente, toda la información hemerográfica publicada sobre un autor o
un tema de la literatura mexicana, sin tener que recurrir a distintos centros
de documentación o hemerotecas.
Sin embargo, el objetivo del área es facilitar aún más la consulta de la
documentación, por lo que se espera concretar, en un futuro muy próximo, la
propuesta de subir a la página de la Coordinación, los inventarios de nuestros
acervos, el catálogo de fichas hemerográficas, así como algunos documentos
digitalizados
Desde 2004 a la fecha, las aportaciones más destacadas del Archivo Hemerográfico han sido: la concreción de un Manual; la realización del Inventario
de Escritores Mexicanos, y la base de datos en la que se ingresan las fichas
hemerográficas, para lograr la conformación de un catálogo que contenga
toda la información que puede consultarse en el archivo.
A través de diversas exposiciones fotográficas y documentales realizadas
en las propias instalaciones de la cnl, se ha implementado un programa de
difusión, el cual permite dar a conocer al público la imagen de los autores, a
la vez que se promueve el trabajo de organización, resguardo e investigación
del área de archivos.
El propósito de la cnl del inba es conformar un Centro de Documentación especializado que, a través de las nuevas tecnologías, proporcione
información completa y organizada sobre los escritores, las actividades y los
distintos movimientos literarios de nuestro país. El compromiso de quienes
trabajamos en los acervos, será solicitar mayor capacitación del personal,
exigir más apoyo presupuestal y buscar alternativas para dar continuidad
a la organización y resguardo de nuestros acervos, pues se trata de fuentes
documentales no sólo para la historia de la institución, sino también para la
historia de la literatura mexicana.
MESA 5
Problemáticas y soluciones de la conservación preventiva de los
acervos documentales
Conservación preventiva de los acervos documentales
Licenciada Yolanda Jardón Hernández, Archivo de Patentes y de Concentración del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (impi)
Estabilización de documentos históricos de la ciudad de Puebla
Licenciada Felicitas Ocampo López, licenciada María Aurelia Hernández
Yahuitl, Archivo General Municipal de Puebla
La conservación de un acervo en desuso: La colección Antonio Alzate
Laura Inés Milán Barros ,Acervo Histórico del Palacio de Minería
Conservación preventiva de los acervos documentales
Licenciada Yolanda Jardón Hernández
Archivo de Patentes y de Concentración del Instituto
Mexicano de la Propiedad Industrial (impi)
Introducción
La importancia del papel memorial de los archivos surge de la triple función
social que ejercen. Primero, los archivos poseen un valor probatorio. Segundo,
continen un valor de información general y, en este sentido, constituyen una
fuente inagotable de datos sobre infinidad de temas. Tercero, poseen un valor
testimonial, documentan las actitudes humanas, reflejan la intensidad y la
complejidad de los debates y cuestionamientos por su carácter orgánico. Por
su contenido describen la evolución de las organizaciones y el progreso de los
individuos y traducen sus valores fundamentales. Por lo tanto, los archivos
actúan como reveladores de una cultura, que da un sentido de identidad a los
grupos humanos.
Definición de conservación
Es el conjunto de técnicas, tratamientos, procedimetos y actuaciones de cualquier
naturaleza que tengan por objeto la durabilidad y permanencia de los soportes
documentales, como la salvaguarda de la información en ellos contenida.
Objetivo de la conservación
Los archivistas deben conservar la documentación desde el momento en que
nace hasta que termina su ciclo vital.
Se puede conservar en las mejores condiciciones posibles, sin llegar a la
restauración, dada la actitud de los integrantes de los acervos documentales.
140
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Marco legal
Los archivos de todo país conservan la huella de su pasado y de su progreso,
aclaran al tiempo que comandan el presente. Quienes ejercen una responsabilidad, saben que orientarse no es cultivar la ignorancia del pasado.
Para respaldar la conservación en los archivos, la normatividad toma en
cuenta los documentos y los diferentes soportes de la información.
La ley general de bienes nacionales (dof 20/05/2004). Nos dice en su artículo 6°:
Artículo 6. Están sujetos al régimen de dominio público de la federación:
XVIII. Los muebles de la federación que por su naturaleza no sean normalmente sustituibles, como los documentos y expedientes de las oficinas, los manuscritos, incunalbes, ediciones, libros, documentos, publicaciones periódicas, mapas planos, folletos y grabados importantes o raros,
así como las colecciones de estos bienes; las piezas etnológicas y paleontológicas; los especímenes tipo de la flora y de la fauna; las colecciones
científicas o técnicas, de armas, numismáticas y filatelicas; los archivos,
las fonograbaciones, películas, archivos fotograficos, magneticos o informáticos, cintas magnetofónicas y cualquier otro objeto que contenga
imágenes y sonido, y las piezas artísticas o históricas de los museos.
Artículo 36. Por determinación de esta ley son monumentos históricos:
Ii. Los documentos y expedientes que pertenezcan o hayan pertenecido
a las oficinas y archivos de la federación, de los estados o de los municipios y
de las casas curiales.
Iii. Los documentos originales, manuscritos relacionados con la historia
de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el extranjero,
durante los siglos xvi al xix, que por su rareza e importancia para la historia
mexicana, merezcan ser conservados en el país.
La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental (dof 11/06/2002), dice en el artículo 3 fracción iii y v.
Artículo 3. Para los efectos de esta ley se entenderá por:
Iii. Documentos: los expedientes, reportes, estudios, actas, resoluciones,
oficios, correspondencia, acuerdos, directivas, directrices, circulares, contratos, convenios, instructivos, notas, memorandos, estadísticas o bien, cualquier otro registro que documente el ejercicio de las facultades o la actividad
de los sujetos obligados a sus servidores públicos, sin importar su fuente o
fecha de elaboración. Los documentos podrán estar en cualquier medio, sea
escrito, impreso, sonoro, visual electrónico, informático u holográfico.
organizar para conservar
141
V. Información: la contenida en los documentos que los sujetos obligados
generen, obtengan, adquieran, transformen o conserven por cualquier título.
Y la Ley de fiscalización superior de la federación (dof 29/12/2000)
Artículo 12. La Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, en el ámbito de sus respectivas competencias,
considerando las propuestas que formulen los poderes de la Unión y de los
entes públicos federales, expedirán las bases y normas para la baja de documentos justificatorios y comprobatorios para efecto de destrucción, guarda y
custodia de los que deban conservarse, microfilmarse o procesarse electrónicamente, sujetándose a las disposiciones legales establecidas en la materia.
En la Ley sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas (dof 06/05/81972)
La conservación no es una tarea fácil, sin embargo le compete dentro de
las actividades y responsabilidades al archivista. ¡Es verdad!
Saber cómo debe proteger los documentos que están bajo su custodia,
para lograr que éstos lleguen intactos a las generaciones futuras, es verdaderamente un compromiso de ética profesional y moral.
¿Hacer conciencia? ¿Cómo?
Creo que no hay nada más noble en esta vida que dedicarse a custodiar la
historia de un país, sé que ustedes colegas archivistas deben estar muy orgullosos de su profesión, de lo que hacen, guardan y saben.
Es imprescindible que todos dignifiquemos esta profesión, se habla de
que la nueva tecnología hará desaparecer el mundo de los archivos.
Sé que eso no es cierto, que dentro de muchos siglos seguirá habiendo
archivistas, y continuaremos sintiendo la emoción del viejo expediente que se
abre, que es nuestro y que encierra una parte de la historia de cada nación.
Como conservadores, es nuestra misión proteger y preservar las colecciones a nuestro cargo, y lograr un equilibrio para satisfacer ciertas exigencias, como la necesidad de permitir el acceso a los acervos públicos.
Debemos retrasar la tasa de deterioro al máximo, ya que no podemos
detener el paso inexorable del tiempo. Todo se destruirá al final de la historia,
pero hoy día sabemos cómo ocurren los procesos de deterioro, cuáles son los
elementos o factores que ponen en riesgo las colecciones, cuáles son nocivos
y cuales no, así como las condiciones óptimas para retrasar ese deterioro en
la forma mas efectiva posible.
Un programa que norme de las actividades de los archivos que llamamos
de conservación preventiva beneficiará a un gran número de documentos,
evitando el irreparable daño por el uso inadecuado, por un medio ambiente
contaminado, por exceso de luz al ser exhibidas; no se debe permitir a los
142
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
usuarios que toquen los documentos en una exhibición, ni el acceso a personas con problemas de vías respiratorias, actos vandálicos, instalaciones
inadecuadas de los archivos e infraestructura no propia; esto provocaría
desastres naturales y humanos para los documentos.
Se debe implementar el uso de guantes de algodón, dedales de hule para
los trabajadores y usuarios, al término de la jornada, utilizar antisépticos con
alcacime para desinfectarlos, el personal que integra la estrategia preventiva
debe dar aviso de gestación o infestación de plagas, deterioro de los documentos, sensibilizar a funcionarios de la administración, en los diferentes
niveles, sobre la importancia y necesidad de aplicar estrategias de conservación, y otras emergencias para las cuales no estamos preparados.
La conservación preventiva incluye no sólo el control ambiental, sino
también los sistemas óptimos de exhibición y custodia de los documentos
que constituyen una colección; la concientización sobre el tema de conservación, educación y formación de todo el personal de una institución, en
el desarrollo de directrices, guías y procedimientos para proteger las colecciones en depósito o durante su uso; el desarrollo de proyectos cooperativos;
las actividades de conservación preventivas deben llevarse a cabo en forma
concentrada con las demás actividades de la insitución y con la participación
de todo el personal.
Se debe desarrollar un plan global de conservación basado en los objetivos reales de la institución, y cuando se valoren las necesidades del pasado,
el presente y futuro se verán reflejados en la actitud de conservar el patrimonio documental de su entorno.
Conclusiones
Se observa que no existen estrategias para llevar a cabo un programa continuo, la falta de capacitación, a través de cursos y talleres, para resolver los
problemas que enfrentan los archivos lleva a formular y concertar políticas y
planes de prevención.
El equipo de trabajo debe involucrarse en las actividades, al igual que los
visitantes y usuarios. Sabemos que es un esfuerzo titánico y que la eficacia del
trabajo se reflejará en el objetivo de la conservación, la que comúnmente se
ha denominado “restauración.” Este término no es el que se debe usar hoy
día, ya que la conservación de un documento es mucho más que compensar
un faltante. Es hacer un análisis detallado, entender el proceso por el cual
se produjo el deterioro, sopesar cuidadosamente las diferentes alternativas
de tratamiento, que puede incluir únicamente, la estabilización y no necesa-
organizar para conservar
143
riamente compensar la pérdida. Es documentar exhaustivamente cada paso,
utilizar métodos que son totalmente reversibles; situar el documento tratado
en un lugar apropiado donde no se vuelva a deteriorar por condiciones de
déposito o exhibición inadecuada, o bien, la utilización que hace el público
en general.
El éxito de la conservación es que todo el equipo sea capacitado fuera
de las instalaciones, y visiten acervos documentales para que puedan comparar y reunir nuevas ideas que ayuden a mejorar la conservación, y así
cambie la actitud de la rutina de trabajo.
“Ustedes favorecen la continuidad de la memoria de los pueblos. Sin
una memoria viviente y bien informada, los pueblos perderían mucho de
su cultura”.
Juan Pablo II
Bibliografía
Romero Fernández Pacheco, Juan Ramón, Conservación y reproducción,
Madrid, Ministerio de Cultura y Deporte, Dirección general del libro, archivos y bibliotecas, Subdirección General de los Archivos Estatales, 1999, 9 p.
Revista de la Asociacion Latinoamericana de Archivos, Colombia, enerojunio de 1998, número 21, 16.
Celso Rodríguez, Memoria xii Jornada para el desarrollo archivístico,
la conservación documental y los diferentes soportes, San José, Costa Rica,
2001.
Estabilización de documentos históricos de la ciudad de Puebla
Licenciada María Aurelia Hernández Yahuitl
Licenciada Felicitas Ocampo López,
Archivo General Municipal de Puebla
El Archivo General Municipal de Puebla es considerado uno de los acervos
municipales más completos del país, como custodio de la memoria de la
ciudad, elabora políticas de administración documental que conllevan
a su preservación. Dentro de este contexto, el lunes 4 de abril de 2005, se
efectuó la entrega-recepción de la Real Cédula de marzo de 1532, expedida
en Medina del Campo por la reina Isabel de Portugal, por la cual se concedió
a la naciente Puebla el título de Ciudad de Los Ángeles, y la Real Provisión
de Carlos I de España y V de Alemania, que le otorgó su Escudo de Armas,
fechada el 20 de julio de 1538 en la villa de Valladolid.
Contexto histórico de los documentos estabilizados
La Puebla de los Ángeles fundada un 16 de abril de 1531, domingo de pascua de
resurrección, en la zona del Alto de San Francisco, se estableció entre los señoríos indígenas de Cholula, Tlaxcala, Cuauhtinchan, Totimehuacan y Tepeaca,
circundada por los ríos Almoloya (San Francisco), Atoyac y el Alseseca.
La fundación respondió a un proyecto colonizador de la Corona española. Fue un experimento para una puebla (población) donde se asentaran
españoles que no tenían tierras y vagabundeaban por el nuevo territorio.
La nueva Puebla alcanzó tal empuje y relevancia, que ya para finales del
siglo XVI, estaba considerada como la segunda ciudad del virreinato de la
Nueva España. La población y sus autoridades, pronto empezaron a buscar
la obtención de títulos y privilegios. Es así que la reina Isabel de Portugal
expidió una Real Cédula en Medina del Campo, por la cual concedió el título
de ciudad de Los Ángeles, obteniendo así el privilegio de pasar de ser una
puebla (pueblo) a ciudad.
146
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Real Cédula de 1532
Este documento no está fechado, pero diversos autores apuntan que se
emitió el 20 de marzo de 1532, el mismo día en que la reina dio respuesta a
un informe de los oidores de la Real Audiencia, para aprobar lo hecho por
la nueva población. Al parecer, en el Archivo de Indias existe una copia que
probablemente sí cuenta con fecha.
El oidor Juan de Salmerón, presentó solemnemente el 25 de febrero de
1533, la Real Cédula al cabildo de la naciente Puebla de los Ángeles.
Transcribimos fragmentos del documento:
La Reyna
organizar para conservar
147
Por quanto los nuestros oidores... han poblado de cristianos españoles un pueblo que se dize la puebla de los angeles que es entre cholula y tlaxcala. Por
ende por la voluntad del emperador mi señor y yo tenemos quel dicho pueblo
se ennoblezca y ugmente... es nuestra merced y voluntad que de aquia delante
se llame e yntitule cibdad de los angeles y mandamos que los vecinos y personas que al presente biven en la dicha cibdad... no paguen alcavala ni pecho por
termino de treynta años primeros siguientes...
yo la Reyna
Por mandado de su majestad Jhoan de Samanos
Este documento se guardó durante mucho tiempo en el llamado cofre
de tres llaves. Se desconoce cuándo, pero el documento pasó a formar parte
del volumen número tres de reales cédulas, ahí permaneció hasta la primera
mitad del siglo xx cuando se desprendió del encuadernado, colocándose en
un marco que se instaló en el salón de cabildo, en la parte inferior del escudo
de armas de la ciudad.
Descripción
Documento de 1532, consta de una sola foja en formato vertical, escrito con
tintas ferrogálicas y en castellano antiguo, haciendo uso de la letra manuscrita ligada, llamada procesal. El escrito consta de un párrafo de nueve líneas,
mismo que está encabezado y firmado por la inscripción La Reyna. En el
reverso de la cédula se encuentran cuatro firmas. Tiene 19 verjurados en 20
mm. y corondeles de 35 mm., evidencia de la técnica de la manufactura.
La real provisión de 1538
La expedición de este documento fue gestionada por Gonzalo Díaz de
Vargas, vecino y alguacil mayor de la ciudad de los Ángeles. Se almacenó
doblada en la arca de las tres llaves. Desconocemos cuánto tiempo estuvo
entre los papeles sueltos de la ciudad; fue en 1911, a raíz de la propuesta de
don Eduardo Gómez Haro, secretario general del Ayuntamiento, cuando se
colocó en un marco de madera que se instaló en el salón de cabildo.
148
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Real Provisión de 1538
Descripción
La real provisión de 1538, es un documento manuscrito e iluminado en una
sola hoja de pergamino en formato vertical, mediante el cual la reina otorgó
a la ciudad de los Ángeles de la Nueva España, su escudo de armas. El texto
está escrito en castellano antiguo con letra gótica, en tinta ferrogálica negra
con matices sepia sobre renglones finos marcados con esta misma tinta.
El texto está enmarcado por una cenefa con motivos fitomorfos,
zoomorfos y antropoformos; la paleta cromática empleada consta de ama-
organizar para conservar
149
Sello de Placa con el escudo de la casa real.
rillo, azul, verde, rojo, dorado, rosa, violeta, blanco y negro. El manuscrito
tiene como letra capitular una D lombarda o uncial, misma que tiene un
águila bicéfala de color negro que a su vez porta un escudo en colores rojo y
blanco. Algunas palabras del manuscrito tienen letras doradas. En la parte
central se encuentra el escudo de armas de la ciudad, en el cual se representa
un castillo dorado flanqueado por un par de ángeles y bordeado por agua en
la parte frontal. Cuenta con orla en latín y en letras doradas.
Está firmado en la parte inferior por la Reyna y posteriormente la validación de Joan de Sámano, el escribano, sobre la cual, del lado derecho del
documento, está el sello de placa, con el escudo de la casa real. El sello se une
al pergamino por medio de un cordón delgado de color blanco. En la parte
inferior se encuentra el brevete y en la zona superior del reverso de la obra se
observan siete firmas en tinta ferrogálica negra.
El soporte es pergamino.
Los documentos descritos cambiaron de lugar de instalación en junio de
1999, cuando la ciudad de Puebla fue sacudida por un sismo de 6.9 grados en
la escala Richter, que provocó severos daños al Palacio Municipal, especial-
150
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Reproducciones de la Real Cédula y Real Provisión en el salón de cabildo.
Los originales cambiaron de albergue en junio de 1999.
mente en el salón de Cabildo. Ante esta situación, las autoridades municipales
decidieron extraer los documentos de los marcos y dejar reproducciones; los
originales se depositaron en una caja fuerte de la tesorería municipal, la cual
no reunía condiciones de temperatura y humedad recomendables para la
preservación.
Apoyo institucional en pro de la preservación del patrimonio histórico
En un marco de espíritu de apoyo institucional en materia de asesoría especializada, el Centro inah-Puebla efectuó el 7 de abril de 2005, un diagnóstico
organizar para conservar
151
del estado de conservación de la Real Cédula de 1532 y la Real Provisión de
1538, a cargo de la licenciada Lucía Torner Morales, restauradora comisionada de la citada institución, contándose también con la colaboración de
técnicos restauradores del Archivo General del Estado de Puebla (agep).
Dictaminaron que la Real Cédula de 1532, presentaba un grado moderado de deterioro al igual que la Real Provisión de 1538. La recomendación
fue llevar a cabo una intervención de restauración y retirar los documentos
de la caja fuerte de la tesorería municipal. La licenciada Torner presentó una
propuesta de restauración, que fue revisada y aprobada por la Coordinación
Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del inah.
El Centro inah, Puebla, recomendó para este trabajo el área de taller de
restauración del Archivo General del Estado de Puebla, contándose con todo
el apoyo de la Dra. Pilar Paleta Zamudio, directora de la referida institución;
fue así que se concertó que la intervención fuera en el agep.
13 de septiembre. Estudio de espectroscopía por fluorescencia de rayos x,
Instituto de Física de la unam
Previo a la intervención se hizo un estudio a los documentos con la técnica
de espectroscopía por fluorescencia de rayos X, por el doctor José Luis Ruvalcaba Sil, investigador titular del Instituto de Física de la unam.
Traslado de los documentos de la Tesorería Municipal al agep
El 10 de octubre se trasladaron para su restauración la Real Cédula de 1532 y
la Real Provisión de 1538 del edificio de la Tesorería Municipal a las instalaciones del Archivo General del Estado de Puebla; movimiento hecho con un
riguroso operativo de seguridad y con los documentos asegurados.
La intervención
Del 10 al 20 de octubre se efectuó la intervención de los documentos a cargo
de la lic. Lucía Torner Morales, en el taller de restauración del agep, auxiliada
por los restauradores del citado archivo.
Los procesos empleados fueron:
Registro fotográfico antes de la intervención
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
registro fotográfico antes de la intervención
pruebas de solubilidad
limpieza superficial en seco
eliminación de cintas adhesivas
limpieza química
vaporización
fijado de la capa pictórica
devolución del plano
reintegración formal
registro fotográfico después de la intervención
Eliminación de cinta adhesiva
Limpieza superficial en seco
Reintegración formal
organizar para conservar
155
Restos de lacre y manchas de cola en el sello seco
El 21 de octubre, los documentos retornaron en una patrulla de Seguridad Municipal custodiada por elementos de Seguridad Pública Estatal y
Municipal; de acuerdo a las recomendaciones hechas por los restauradores,
fueron depositados en su lugar de origen: el archivo histórico municipal, ubicado en el Palacio Municipal.
Fue así que este importante trabajo de preservación fue posible con el
apoyo brindado por el Centro inah-Puebla, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, el Archivo General del Estado de Puebla y el Instituto de
Física de la unam; instituciones a las cuales el gobierno municipal reconoce
su labor en la salvaguarda del patrimonio documental de Puebla.
Continuando con esta política, actualmente el H. Ayuntamiento de
Puebla y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, firmaron el 26 de
septiembre de 2006 un convenio de colaboración para restaurar dos importantes volúmenes del acervo municipal; son los siguientes:
156
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
1) Suplemento del libro número primero, de la fundación y establecimiento
de la muy noble y muy leal Ciudad de los Ángeles, 1532-1682
Encuadernado en pergamino, con manuscritos elaborados en papel de
algodón que datan del siglo xvi al xvii. Los documentos que lo conforman
se acumularon durante más de doscientos años dentro del arca de las tres
llaves. Es en el siglo xviii cuando los llamados papeles de la ciudad, fueron
compilados, ordenados y encuadernados por don Pedro López de Villaseñor,
con este volumen se pretendió suplir al libro de cabildo número 1, extraviado desde el siglo xvi. Contiene asuntos diversos concernientes a la administración municipal, como son: lista de los primeros vecinos de la ciudad,
elecciones de alcaldes y regidores, reparto de tierras, servicios de indios, gestiones hechas en España por don Gonzalo Díaz de Vargas, jura al rey Felipe
II, reales cédulas, mandamientos, etc.
Este volumen actualmente presenta daños estructurales que requieren su
pronta intervención.
El segundo volumen a restaurar es:
2) Suplemento del libro número dos del mismo establecimiento y dilatación de la Ciudad, 1532-1686
Encuadernado también en pergamino, con manuscritos del siglo xvi al
xvii. Contiene información histórica relativa a repartimientos de tierras, el
convento de San Francisco, hospital de San Pedro, el conflicto entre el obispo
Juan de Palafox, Mendoza y los jesuitas, prácticas de médicos, cirujanos,
boticarios, etc.
Este volumen también fue compilado por don Pedro López de Villaseñor,
quien pretendió suplir al libro de cabildo número 2.
Obra en mal estado de conservación, presenta daño estructural.
Estos libros se trasladaron el 23 de enero del año en curso al Centro de
Conservación y Restauración de Material Gráfico de la buap, en donde se
hace la intervención, que está a cargo del químico Samuel Lozada Rodríguez, jefe del mencionado centro.
Lo mostrado son ejemplos de cómo se pueden llevar a cabo trabajos de
conservación a través de convenios de colaboración entre diversas instituciones, que de manera conjunta, emprenden acciones que conllevan a la salvaguarda de nuestros documentos históricos.
La conservación de un acervo en desuso:
la colección Antonio Alzate
Restauradora Laura Inés Milán Barros
Acervo Histórico del Palacio de Minería
Antecedentes 43
En el año de 1884 se funda la Sociedad Científica Antonio Alzate en honor
al científico mexiquense José Antonio Alzate y Ramírez (1783-1799), a
manos de don Guillermo Beltrán y Puga y don Rafael Aguilar y Santillán,
este último, hijo del militar Bruno Aguilar, quien estudió en escuelas de
minería de Francia y Alemania con la finalidad de ocuparse de los negocios
mineros de la familia.
Rafael Aguilar y Guillermo Beltrán fundan la sociedad con la finalidad
de reunir sabios de las ciencias naturales y sociales, y difundir la ciencia en
medios escritos; es así como en 1888 comienza el tiraje de la publicación de
las Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate. Con dicha revista
emprenden un intercambio con instituciones nacionales y extranjeras en
todos los continentes; por citar un ejemplo, El Imparcial, en su edición del 11
de mayo de 1899, refiere el intercambio con el Instituto Bibliográfico Mexicano. Gracias al canje de revistas y publicaciones, se comenzó a conformar el
acervo de la biblioteca de la Sociedad Científica.44
Con la misma finalidad se reúnen académicos, instituciones e investigadores afines a la causa científica, quienes incrementan la colección en forma
de intercambio o donativos; en el mismo sentido, Aguilar y Beltrán nombran “Miembros Honorarios” a científicos extranjeros, tal es el caso de Ángel
Gallardo, promotor de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales de la República Argentina.
43
Información proporcionada por la historiadora Rebeca Jiménez y el físico Omar Escamilla.
44
Castro, Miguel Ángel. Del Boletín de la Biblioteca Nacional de México al Boletín del Instituto
de Investigaciones Bibliográficas, El Colegio de México, México, 2001. pág. 656.
158
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Los miembros de la Sociedad acuden a reuniones en el extranjero y
reciben a científicos del exterior, con lo que se crean vínculos con distintas
universidades e instituciones, llegando a formar una biblioteca estimada en
300,000 volúmenes, ubicada en la Plaza del Volador de la Ciudad de México.
En el año de 1930, cambian su nombre Sociedad por el de Academia
Nacional de Ciencias Antonio Alzate. En 1940 muere don Rafael Aguilar
y Santillán y su lugar al frente de la Academia es tomado por el secretario
perpetuo: don Antonio Pompa y Pompa. Aunado a la muerte del fundador,
comienzan los problemas económicos, los cuales se complican cuando en la
ciudad se llevan a cabo modificaciones urbanas que resultan en la pérdida
del inmueble en la Plaza del Volador; la Academia se reubicó en la calle de
Justo Sierra 19 donde comparte el espacio con la Sociedad de Geografía y
Estadística. Durante esta etapa, la Academia apenas se puede sustentar económicamente.
Para 1959, se intenta desaparecer ambas instituciones: la Sociedad de
Geografía y Estadística se mantiene, a diferencia de la Academia Nacional
de Ciencias Antonio Alzate de la que sólo queda un registro nominal. En
su lugar se funda la Academia Mexicana de Ciencias45 que la sustituye en
las funciones de divulgación científica; sin embargo, Pompa y Pompa sigue
publicando las Memorias Científicas hasta 1964.
La Colección de la Sociedad Científica Antonio Alzate
Depués de la desaparición de la Sociedad Científica Antonio Alzate, surgieron
varias especulaciones sobre dónde se encontraría su colección bibliográfica,
algunos mencionaban que se habría resguardado en la Escuela Nacional de
Jurisprudencia (hoy Facultad de Derecho), o bien que se encontraba en el
edificio de Mascarones o quizás en San Agustín. Después de la “desaparición” temporal, la colección fue llevada a Ciudad Universitaria y depositada
en el Instituto de Investigaciones Históricas (iih-unam)46 donde se llevó a
cabo una selección del material en mejor estado y el resto (cerca de 210,000
volúmenes) fue enviado al Acervo Histórico del Palacio de Minería.
Fue así que en el año de 1992, la maestra Refugio González recibió de
manos del maestro Roberto Moreno de los Arcos, la colección bibliográfica
perteneciente a la Sociedad Científica “Antonio Alzate”. Las condiciones de
45
Tomado de Historia de la Física en México, www.fisica2005.unam.mx
Fernández de Zamora, Rosa María, Conservación del Patrimonio Bibliográfico Nacional, toma
de conciencia, Noticiero ambac, México, 69, 1986, pág.1.
46
organizar para conservar
159
entrega fueron precarias, el material se encontraba en muy mal estado, atado
en paquetes, cajas de cartón o en bolsas de plástico, por lo que se procedió
a fumigarlo, posteriormente se solicitó la compra de estantería y se habilitó
el espacio donde se resguardaría la colección, el cual cabe señalar, fue insuficiente, por ello los volúmenes fueron colocados de manera horizontal, llegando la pila de piso a techo.
‘El material deteriorado (90,000 volúmenes aproximadamente) fue
enviado al edificio de Guatemala 90 (sede del Real Seminario de Minería)
donde se acumuló precariamente dentro de una habitación, apilándolo directamente sobre el suelo, lo cual empeoró su deterioro. Desgraciadamente,
este almacenamiento temporal se convirtió en abandono permanente por
algunos años. En 1994, los volúmenes sobrevivientes fueron limpiados y resguardados en 400 cajas de cartón al mismo tiempo que se realizó una lista del
material contenido. En el mismo sentido, los volúmenes con ataque fúngico
fueron separados para evitar una propagación de microorganismos.
El material en mejor estado de conservación se mantuvo en el Palacio de
Minería, la falta de espacio era inminente por lo que la Imprenta del Palacio
donó parte de su espacio al Acervo Histórico para instalar el Fondo Alzate,
sin embargo no fue suficiente. Tiempo después, la Facultad de Ingeniería
envió su archivo muerto; para darle cabida fue necesario guardar en cajas de
cartón parte de la colección Alzate. Estas cajas fueron colocadas en los pasillos con la estantería dispuesta en el espacio cedido por la imprenta. En estas
condiciones se encuentra hasta el día de hoy. Cabe señalar que se desconoce
el material existente, ya que no se cuenta con un inventario de los bienes resguardados de la colección Alzate en el Palacio de Minería.
Problemas de conservación de la colección Alzate
El principal problema al que nos enfrentamos en la conservación de la Colección Antonio Alzate es el tiempo transcurrido sin que ésta reciba tratamiento
preventivo; estamos hablando de aproximadamente 50 años47 de abandono y
peregrinaje que tuvieron que sufrir los volúmenes antes de llegar al Palacio;
estos hechos se reflejan en sus tapas cubiertas de polvo, los cuerpos están
deformados por la humedad, incluso hay volúmenes pegados entre sí, otros
están atacados por hongos, las telas de las encuadernaciones se encuentran
descoloridas, las pieles resecas, al no existir un acomodo real (por no decir
ideal) los lomos, estructuras y costuras, han cedido al peso de los libros api47
Años calculados tomando en cuenta que la colección bibliográfica dejó de ser consultada en
los años 50 del siglo pasado, fecha en la cual la Academia Antonio Alzate cesó sus funciones.
160
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
lados, dando como resultado faltantes y roturas por mencionar los daños
menores, y, en los casos más severos, al colapso total. En resumen, el panorama es desolador para los que profesamos amor al libro, es un mundo de
“pacientes” haciendo fila en una sala de espera sin que tengan un turno asignado para recibir atención, la colección se encuentra en un abandono parcial,
nos hemos acostumbrado a ver cotidianamente.48
Sumado al abandono, es necesario mencionar las condiciones del depósito donde se encuentran los volúmenes: lo primero que salta a la vista es la
falta de espacio; en segundo lugar, las condiciones ambientales no son las
adecuadas: no debemos olvidar la íntima relación entre la humedad relativa
y la temperatura que dañan potencialmente las colecciones bibliográficas;
en este caso, no hay un control micro climático, la circulación de aire está
inducida por dos ventiladores colocados en la entrada del acervo, los cuales
son insuficientes pues su fuerza no llega hasta el fondo del repositorio, lugar
donde el aire se encuentra viciado y con una fuerte presencia de humedad
en el ambiente; si bien la estructura de piedra con la que fue construido el
Palacio de Minería brinda una temperatura estable,49 una sección del depósito cuenta con una ventana que recibe radiación solar, lo que aumenta la
humedad relativa y la temperatura en la zona.
Por otra parte, la falta de limpieza en el depósito es evidente. El espacio,
además de albergar libros, ha funcionado como bodega donde se ha acumulado material inservible al paso de los años, por lo que es latente el riesgo
de ataque de insectos como cucarachas, pececillos de plata, piojos del libro,
incluso de roedores.
Acciones de conservación
Es prioritario tomar acciones de conservación preventiva para cumplir con
la misión de proteger la Colección Alzate. La primera de ellas es la estabilización del acervo.
El término estabilización hace referencia a todas las acciones que
podemos emplear para detener el deterioro de una colección; si bien es cierto
que algunos de los daños son inherentes al material mismo, forman parte de
48
Romero, Martha, El Abandono: causa del deterioro en acervos bibliográficos, pág. 34.
Cabe señalar que el Acervo Histórico del Palacio de Minería se encuentra en la planta baja
del mismo, por lo que la temperatura del depósito donde se resguarda la colección Alzate es
baja.
49
organizar para conservar
161
la degradación natural del libro50 y difícilmente son reversibles, las causas
externas como el mal almacenamiento, las condiciones ambientales deficientes, la falta de limpieza o el manejo inadecuado51 pueden ser solucionadas
con la finalidad de salvaguardar el material el mayor tiempo posible y cumplir así con la función básica de resguardo de una biblioteca.
La primera medida de estabilización que se llevó a cabo en la Colección Alzate es la eliminación de material ajeno a la colección; durante estas
acciones se retiraron cajas de cartón y de madera, fragmentos de estantería
en desuso, material de desecho como papeles, maderas, cubetas, pintura y
diversos objetos acumulados durante el tiempo que la colección tuvo que
compartir el espacio con una bodega.
La segunda medida a aplicar será la limpieza de los libros y colocación
de los mismos en posición horizontal en la estantería. En este punto comenzaremos a enfrentarnos con la falta de espacio y mobiliario suficiente, pero
confiamos en solucionarlo con apoyo de las autoridades de la Facultad de
Ingeniería. La limpieza será superficial en primera instancia (utilizando aspiradoras) y en segunda instancia se propone la realización de la limpieza profunda de los volúmenes (hoja por hoja); en forma paralela se podrá desarrollar
el inventario y el catalogó de la colección. De no contar con la estantería será
necesario resguardar los volúmenes estabilizados en cajas de polipropileno
que los aísle del polvo ambiental. En el mismo sentido, durante la limpieza,
se podrá determinar el estado de conservación de los libros, separando los
que presenten ataque de microorganismos o bien requieran una intervención
de restauración. Estas medidas deberán llevarse a cabo igualmente en los
volúmenes resguardados en el edificio de Guatemala 90.
En cuanto al espacio será necesario adecuarlo, instalando un control
micro climático, aislando las ventanas y cambiando las luminarias, buscando
con ello lograr las mejores condiciones posibles para conservar la colección.
Conclusiones
Actualmente contamos con una colección dividida en dos espacios con condiciones totalmente adversas en ambos casos, sin la posibilidad de habilitar
un depósito idóneo para reunir la colección. Por lo anterior, sólo podemos
llevar a cabo medidas de conservación preventiva aunque la realidad es que
50
No debemos olvidar que las colecciones bibliográficas están compuestas principalmente por
materiales orgánicos (piel, papel, telas, adhesivos naturales, etc.), cuyos ciclos de degradación
se rigen por leyes naturales de deterioro inherentes a cada material.
51
Romero, op. cit., pág. 37.
162
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
la colección está abandonada. La problemática planteada por la Colección
Científica Antonio Alzate nos lleva a cuestionar nuestra función como conservadores-restauradores del patrimonio bibliográfico dentro de un espacio
donde no contamos con los recursos materiales y humanos que puedan salvaguardar el material.
Es cierto que la tarea es titánica, mas no imposible. Para llevar a cabo las
acciones de estabilización podrían crearse programas de servicio social con la
Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (enba), con alumnos
de los Colegios de Ciencias y Humanidades (cch) e incluir a alumnos mismos
de la Facultad de Ingeniería ya que después de todo custodiamos el Acervo
Histórico de dicha Facultad. Con lo anterior estaríamos fomentando la interdisciplinariedad en las labores de rescate de la colección, lo cual aumentaría
las posibilidades de recuperar su funcionalidad como fuente de información.
Además, al involucrar a la misma comunidad en el rescate del patrimonio
universitario, estaremos cumpliendo con la importante misión de mantener
viva la colección.
MESA 6
Los acervos documentales en los archivos históricos ubicados en el
Distrito Federal
Los archivos privados de la Ciudad de México: El del Colegio de las Vizcaínas.
Doctora Ana Rita Valero de García Lascuráin, Archivo Histórico José María
Basagoiti Noriega del Colegio de San Ignacio de Loyola-Vizcaínas
El Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México: balance
y perspectivas
Licenciado Gustavo Villanueva Bazán, Coordinador general del Archivo
Histórico de la unam
Los archivos privados de la Ciudad de México:
El del Colegio de las Vizcaínas
Doctora Ana Rita Valero de García Lascuráin
Archivo Histórico José María Basagoiti Noriega
del Colegio de San Ignacio de Loyola-Vizcaínas
Antecedentes
Hay un verso de Juan de Dios Peza escrito probablemente a finales del siglo
xix, en el que narra cómo una tarde de la primera mitad del siglo xviii, justo
en el año de 1732, tres vascos residentes en la ciudad de México, paseaban
por uno de los barrios del sur de la capital, el “de la Cruz Vidriada” y que a lo
largo de ese paseo, encontraron un grupo de niñas de pésimo aspecto en un
estado de pobreza extrema.
La escena fue lo suficientemente fuerte como para impresionarlos, al
grado de que allí mismo tomaron la decisión de hacer algo para remediar
la situación, no sólo de aquellas niñas, sino de los grupos depauperados de
la ciudad, entre los que se contaban numerosas mujeres que, por diferentes
razones, necesitaban amparo.
Es decir, existía un problema de fondo al que era necesario dar solución;
urgía dar cobijo a estos grupos, rescatarlos del abandono en el que estaban
y más aún si se trataba de niñas; en este caso era imprescindible recogerlas,
educarlas y hacerlas mujeres de bien.
Urgía pensar en un proyecto de acción social, bien organizado que se
encaminara a paliar el sufrimiento de ese sector tan desvalido, el de la niñas
huérfanas y también el de las mujeres solas, como las viudas pobres, que no
tenían salida en la sociedad virreinal.
La respuesta de estos señores, actuando desde la plataforma del sector
privado, como ahora se le dice, fue construir y sostener una institución altamente especializada en atender los distintos matices del sufrimiento de la
mujer, enfocándose a los dos momentos más frágiles de su vida, el de la niñez
y el de la vejez.
166
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
A esta institución se le llamó el Colegio de San Ignacio de Loyola, mejor
conocido como Colegio de las Vizcaínas, una organización que tiene hoy la
particularidad o mejor dicho la honra de ser la única institución educativa
que a pesar de las vicisitudes a las que se ha tenido que enfrentar, ha logrado
sobrevivir desde que se fundó en la primera mitad del siglo xviii hasta el
momento actual.
Dentro de este marco, además de su sentido filantrópico, los fundadores,
se preocuparon también por conservar sus documentos, con una visión muy
pionera que hoy podríamos llamar “prospectiva”.
Tan es así que desde el día de la inauguración de Vizcaínas en 1767, se
giraron instrucciones para “abrir los libros del colegio”. Los responsables del
proyecto querian tener un férreo control de la institución, de manera que los
libros se abrieron para que allí quedaran minuciosamente asentados absolutamente todos los gastos que se hicieran y todos los pasos que se dieran y las
decisiones que se tomaran.
Estos libros no solo se han cuidado celosamente a lo largo de 250 años,
sino que también se han multiplicado ya que el colegio ha seguido vivo y produciendo documentos. Huelga decir lo que esto significa para la historia.
Gracias a esa decisión de “abrir los libros del colegio”, hoy podemos tener
una visión más amplia, más íntima y más precisa del pasado de México.Gracias
a esa decisión, hoy conocemos algo más acerca de la sociedad civil novohispana y de los mexicanos de la época de la Independencia y de los que vivieron
a lo largo del siglo xix e incluso los del siglo pasado, el intenso siglo xx que
acaba de terminar; gracias a los libros del colegio hoy podemos vislumbrar su
pensamiento, sus intereses y sus preocupaciones, lo que ya essuficientemente
interesante, pero aún hay más. A través de los libros del colegio nos podemos
hoy asomar a un pasado del que no se sabía mucho, me refiero concretamente
a la problemática de la mujer a lo largo de la historia de México.
Cabe recordar que en añadidura a los fondos propios del colegio se resguardan en el archivo otros ajenos al colegio, que llegaron en el siglo xix, a
resultas de la Reforma, cuando se recibieron en Vizcaínas los documentos de
otras seis instituciones que habían sido suprimidas por el gobierno liberal.
Es entonces cuando ingresan los fondos de la poderosísima Cofradía
de Aránzazu y los de la no menos importante Archicofradía del Santísimo
Sacramento, La Ilustrísima, como le decían en aquel entonces y los de la
Congregación jesuítica del Divino Salvador del Mundo y Buena Muerte.
Es a raíz de la Reforma cuando llegan también los archivos del Colegio
de niñas de la Caridad, uno de los primeros en el continente y los del Recogimiento de San Miguel de Belén, ambos suprimidos por el presidente
Juárez.
organizar para conservar
167
Estas colecciones junto con las del propio Colegio de Vizcaínas forman una
tetralogía única en la historia de la pedagogía y de la filantropía en México.
Pero además, por la naturaleza de las instituciones que produjeron estos
documentos, por su presencia tan fuerte en la vida de la sociedad novohispana, resulta que estas colecciones aportan un caudal de información en el
campo de la historia de la economía, de las devociones, del arte, de las mentalidades, de la fiesta, así como también en el de la enfermedad, en el de la
farmacopea o incluso en el de la muerte, por sólo mencionar algunas líneas
de investigación.
Dicha información tiene la particularidad añadida de que estos temas se
abordan desde la plataforma de la sociedad civil, desde el sector privado.
Por otro lado, es evidente que la llegada de los otros fondos ajenos al
colegio, redimensionó al archivo, disparó su potencialidad, tanto que a partir
de entonces adquirió un carácter polifacético que no había tenido antes.
De no haber sido por la hospitalidad desplegada por Vizcaínas en aquel
momento de crisis nacional, hoy tal vez esas colecciones se habrían vendido a
los grandes coleccionistas o simplemente se habrían perdido.
Sobresale la vocación de servicio que ha tenido Vizcaínas, no sólo en el
campo de la filantropía, que es su razón de ser, sino también en la defensa del
patrimonio documental de México, primero con la creación de sus fondos,
luego con la conservación de los mismos, más adelante con la hospitalidad
dada a otras colecciones ajenas y finalmente con la actualización de todo el
acervo desde el punto de vista de la archivística contemporánea.
Esta labor se ha hecho siempre con recursos propios, lo que no ha sido
fácil, tomando en consideración que el colegio es una institución de beneficencia, con ingresos escasos.
Los fondos
La masa del Archivo Histórico del Colegio está organizada en torno a 8
grandes fondos con un total de 2 463 volúmenes; como ustedes pueden ver,
no es un archivo muy grande en términos de cantidad, pero sí lo es cualitativamente hablando.
Fondo Real Colegio de San Ignacio de Loyola
Sobresale el Fondo del Real Colegio de San Ignacio de Loyola, el más numeroso y el de mayor importancia, con un total de 5 076 registros que incluyen
168
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
una variedad importante de temas de la vida diaria de la institución por lo
que, en este fondo, se pueden encontrar desde listas de calificaciones de las
alumnas hasta papeles oficiales del Gobierno Federal, recetas de botica, testamentos, recibos de albañiles y proyectos arquitectónicos que reflejan la
concepción, la construcción, el desarrollo y la vida cotidiana de uno de los
grandes colegios de niñas de México.
Fondo Colegio de Niñas de Nuestra Señora de la Caridad
El segundo corresponde al que fue el Archivo del Colegio de Donzellas de
Nuestra Señora de la Caridad, mejor conocido como el Colegio de Niñas; es
el que está en la calle de Bolívar, convertido hoy en el Club de Banqueros.
Este Colegio se funda muy temprano, entre 1530 y 1535, cuando aún
estaban vivas las heridas de la caída de Tenochtitlan y se funda para amparar
a las niñas mestizas que nacían, producto de los amores de los conquistadores con las indias; aunque debo señalar que con los años el espíritu original
de apoyo a las mestizas se va a ir modificando hasta que se decide recibir
solamente niñas criollas.
De este colegio tenemos 405 registros, algunos de los cuales provienen
del siglo xvi; tratan básicamente de la vida colegial que se desarrolló
siempre bajo estricta clausura, tanto que cuando una colegiala entraba,
sabía que posiblemente no podía volver a salir si no era para casarse o para
entrar en un convento. Hubo colegialas que murieron sin haber vuelto a
poner los pies en la calle.
El Colegio de la Caridad, continuó invariable desde el siglo xvi cuando
se funda hasta que el presidente Juárez lo suprimió en el siglo xix con lo que
las niñas se refugiaron en el Colegio de las Vizcaínas.
Fondo Recogimiento de San Miguel de Belén
El tercer fondo es el del Recogimiento de Belén; éste fue el otro colegio
importante de la época; estaba precisamente en lo que hoy es Arcos de Belén
y se funda aproximadamente 100 años después del Colegio de Niñas con otro
perfil un tanto cuanto diferente y otra trayectoria también distinta.
A diferencia del de Vizcaínas o Colegio de Niñas, este Colegio de Belén
empieza en unos cuartuchos de piso de tierra para albergar a las mujeres de
la calle y mujeres delincuentes;52 hay informes fidedignos que indican que gra52
Idem., p. 101.
organizar para conservar
169
cias al recogimiento, se logró abatir en algo la prostitución en la ciudad, lo que
indica que Belén respondió a la problemática de su entorno, de su tiempo.
Desgraciadamente, en la segunda mitad del siglo xix, con el movimiento
reformista, el gobierno del presidente Juárez lo suprime y las niñas son trasladadas al colegio de las Vizcaínas. Lo interesante para nosotros es que Vizcaínas no sólo recibió a las niñas sino también a sus archivos, que allí tenemos
el honor de resguardar; son 124 registros de la vida colegial de Belén.
Fondo Cofradía de Aránzazu
El cuarto fondo contiene los papeles de la poderosísima Cofradía de Nuestra
Señora de Aránzazu, que agrupaba a los vascos novohispanos quienes para
esa época habían adquirido una gran relevancia en el reino.
Tenemos 734 registros de la vida diaria de uno de los cuerpos morales
más poderosos de la Colonia.
Fondo Archicofradía del Santísimo Sacramento
El quinto fondo es el de la Archicofradía del Santísimo Sacramento. Esta
Cofradía fue una de las más antiguas y prestigiadas de la capital; los caudales que manejó así como la nómina de cofrades que agrupó la hicieron tal
vez la de mayor rango en el virreinato.53
Este fondo de 1850 registros nos enorgullece especialmente, ya que contiene documentos que van desde el siglo xvi hasta el xix, es decir, el fondo
contempla un espectro de tres siglos de vida en México y tiene documentos
especialmente relevantes, como el descubrimiento de Bartolomé de Medina
para el beneficio de patio, con relación de lo que le pagaba a cada minero de
derechos; está escrito de su puño y letra y fechado en 1555.
Fondo Congregación del Divino Salvador del Mundo Buena Muerte
El sexto fondo corresponde a la Congregación del Divino Salvador del Mundo
y Buena Muerte, que aparte de ayudar a los agonizantes de la ciudad, también
construyó el Hospital para Mujeres Dementes, una obra que sostuvieron y
administraron los Jesuitas hasta su expulsión en el siglo xviii.
53
Título que le fue ratificado por una bula de Paulo III en 1544.
170
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Luego, con la salida de los Jesuitas del país, la Congregación y algunos
otros bienes de los Jesuitas pasaron al Colegio de Niñas de la Caridad y cuando
éste se suprimió por la Reforma, todo pasó al Colegio de las Vizcaínas, por
eso está allí; contamos con 115 registros en este fondo.
Fondo Escuelas Rico
El séptimo fondo corresponde a las Escuelas Rico, fundadas por el gran bienhechor mexicano don José María Rico en 1837 para educar niños y niñas
pobres; cuando muere don José María, las Escuelas quedan en manos de sus
albaceas y tras varios cambios de autoridades, el gobierno federal le pide a
Vizcaínas que se haga cargo de su administración. Por eso tenemos allí este
otro fondo que nos permite ver una interesante faceta de la educación asistencial en el México de los primeros años de la Independencia.
Fondo Real Sociedad Bascongada de Amigos del País
El octavo fondo es el de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, una
entidad corporativa que se funda en el País Vasco hacia la última parte del
siglo xviii, en plena Ilustración para promover la agricultura, la industria, el
comercio, las ciencias y las bellas artes.
Sección Música
Y finalmente tenemos también la sección de música que está formada por
partituras y métodos de enseñanza que se usaron en los tres colegios que he
mencionado; tanto en Vizcaínas como en el de Niñas de la Caridad y especialmente en el de Belén.
Biblioteca del antiguo Convento de San José de Gracia
Resguardamos asimismo varios fondos bibliográficos de los que sobresale
por su riqueza y antigüedad, la Biblioteca del Antiguo Convento de San José
de Gracia, fundado en 1610, a solo 90 años de la conquista y exclaustrado en
1861, a raíz de la Reforma. La virtud de esta colección es que se logró salvar
a pesar de la crisis del siglo xix; hace alrededor de 15 años, las religiosas
organizar para conservar
171
tomaron la decisión de vender sus libros. Es entonces cuando Vizcaínas
adquiere la biblioteca que está completa a resguardo del archivo histórico.
Conclusiones
Desde luego el tema principal del acervo gira en torno al amparo de la mujer,
contemplado a través de los tres grandes colegios del virreinato, el Colegio de
Niñas de la Caridad en el siglo xvi, el Colegio de San Miguel de Belén en el
xvii, el de las Vizcaínas en el xviii y las Escuelas Rico en el siglo xix.
De manera que en este archivo podemos tener una visión universal del
espíritu pedagógico de México: primero el que privó durante la Colonia,
fuertemente centrado en la espiritualidad, después el del siglo xix, influido
ya por las ideas del liberalismo reformista y finalmente el de la primera mitad
del siglo xx.
El otro gran tema gira en torno a esas entidades corporativas que controlaron buena parte de la economía del Reino: las cofradías; diacrónicamente,
arranca la del Santísimo Sacramento fundada por los franciscanos en el siglo
xvi, luego la Congregación del Divino Salvador del Mundo y Buena Muerte
que se inaugura en el xvii a instancia de los jesuitas y finalmente la Cofradía
de Aranzazu, fundada por seglares vascos asentados en la ciudad de México
en el siglo xviii.
Para concluir, en el Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas
se puede ver cómo se educó en el México del virreinato, cómo se combatió
la prostitución o la delincuencia en el siglo xvii, cómo generaban y cómo
invertían sus capitales los ricos de la Ilustración.
En suma, este archivo que tiene la particularidad de ser privado, nos proporciona hoy la posibilidad de romper con la privacía de nuestros antepasados y de esta manera tratar de entender el pasado de México con mayor
claridad.
El Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma
de México: Balance y perspectivas
Licenciado Gustavo Villanueva Bazán
Coordinador general del Archivo Histórico de la unam
Definición
El Archivo Histórico de la unam (ahunam), creado en 1964, forma parte
del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (iisue) y
es un elemento central en la identidad universitaria, al tener bajo su responsabilidad la conservación, organización y difusión de los documentos que
testimonian el devenir histórico de la Universidad en la realización de sus
funciones de docencia, investigación y extensión de la cultura.
Los documentos que hoy resguarda son aquellos generados en las entidades y dependencias universitarias que, después de haber cumplido su
periodo de vigencia administrativa, valorados y seleccionados para su conservación permanente, fueron transferidos al espacio físico que actualmente
ocupa el Archivo, en el edificio de la Unidad Bibliográfica. Conceptualmente,
sin embargo, el ahunam comprende el total de los grupos documentales de
carácter histórico producidos por todas y cada una de las entidades y dependencias que son y han sido parte, de las sucesivas estructuras organizativas
que la Universidad se ha procurado para realizar sus funciones.
Además, y cumpliendo con una de sus responsabilidades como institución de educación y cultura de carácter nacional, la unam ha depositado en
el iisue y por tanto en el ahunam, el compromiso de conservar, organizar,
describir y difundir acervos documentales de particulares, de procedencia y
temática distintas a las universitarias pero de interés para el conocimiento de
nuestra sociedad a lo largo del tiempo.
Si bien el ahunam se puede definir en el marco estricto de las funciones
y atribuciones que tradicionalmente se le reconocen, resulta indispensable
hoy, hacer referencia a la natural proyección que, en el desarrollo de esas funciones y atribuciones, ha venido cobrando, particularmente en su carácter de
174
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
depositario de la memoria histórica de la Universidad Nacional Autónoma
de México. Por la naturaleza de sus funciones y derivada de la necesidad
de la reflexión disciplinaria que implica la ejecución de cada una de ellas, el
Archivo Histórico de la unam ha incursionado gradualmente en la generación de un conocimiento archivístico que está comprometido a profundizar
y, al mismo tiempo, a socializar los frutos de esa reflexión.
Objetivos
El objetivo general del Archivo Histórico de la unam es conservar, organizar
y difundir la memoria documental de la Universidad Nacional Autónoma
de México, para contar con información precisa que apoye la investigación
y facilite la toma de decisiones por parte de la administración universitaria.
De este gran objetivo y del marco jurídico que proporciona el Acuerdo para
la protección, uso y conservación del patrimonio histórico documental de la
Universidad (1989), se pueden derivar los siguientes objetivos específicos:
1. Realizar los procesos de incremento, conservación, organización,
descripción, reproducción y difusión de sus acervos con apego a los principios y metodología que proporciona la disciplina archivística.
2. Difundir los acervos custodiados y las teorías y prácticas archivísticas para cumplir con el objetivo de proporcionar información para la
investigación en general, y ayudar a la consolidación de una cultura archivística en nuestro país.
3. Determinar y actualizar las políticas y procedimientos archivísticos y aplicar las normas legales existentes para la custodia y difusión de
los grupos documentales.
4. Promover en la unam los lineamientos y métodos archivísticos
a fin de lograr la integración de sus archivos y la creación de un Sistema
Archivístico en la institución.
La meta común que deberá guiar el cumplimiento de estos objetivos será,
necesariamente, alcanzar en el Archivo los niveles de excelencia que toda
comunidad académica universitaria debe plantearse, por lo que será oportuno diseñar mecanismos efectivos de verificación, sustentados en criterios
tanto cualitativos como cuantitativos, para cada uno de los procesos que
organizar para conservar
175
implican las distintas actividades. Todo esto permitirá además, impulsar la
profesionalización de su personal académico y fortalecer la proyección del
ahunam a nivel nacional e internacional.
El Acervo documental
El ahunam se compone de un total de 125 grupos documentales divididos
en fondos universitarios, colecciones universitarias, fondos incorporados
y colecciones incorporadas. Entendemos la diferencia entre fondo y colección a partir de la forma natural de agrupamiento de los documentos en el
caso de las primeras y la artificial reunión de los mismos en las segundas. El
término incorporados se refiere a aquellos grupos documentales (fondos o
colecciones) que sin haber surgido de la administración universitaria, se han
agregado a los acervos de nuestro Archivo por diversas formas de ingreso,
debido a la importancia de la información que resguardan, ya sea para la
Universidad o para la sociedad en general. De esta manera tenemos:
Los fondos universitarios, en total 38, son la razón de ser del Archivo Histórico de la unam pues contienen documentación de las diversas dependencias e
instancias de la Universidad y de algunas instituciones y escuelas nacionales que
la antecedieron. Son los testimonios documentales que surgen de nuestra institución como parte de la actividad administrativa, desarrollada en aras de sus
funciones de docencia, investigación y extensión de la cultura en nuestro país.
De los fondos universitarios destacan el de la propia Universidad, con
documentación emanada de la administración central (Rectoría, Secretaría
General, Patronato Universitario, etc.), los de algunos colegios y escuelas
nacionales que fueron el antecedente de la preparatoria y de las facultades y
escuelas universitarias (Colegio de San Ildefonso, Escuela Nacional Preparatoria, Escuela Nacional de Medicina, Escuela Nacional de Jurisprudencia,
Escuela Nacional de Altos Estudios, por mencionar solo algunos).
28 Colecciones Universitarias que se han creado teniendo como interés
la temática universitaria, con documentación reunida en diversos momentos
a fin de atestiguar sucesos y procesos en los que la Universidad se ha visto
involucrada (movimientos estudiantiles, principalmente el de 1968 y sindicalismo universitario).
Una de esas colecciones es la que denominamos Memoria Universitaria
con las publicaciones periódicas de las diversas dependencias y entidades,
que dan noticia del acontecer universitario en sus diversos aspectos. Contiene
además esos documentos de apoyo emanados de la cotidiana administración
universitaria y que se nos remite para su resguardo en el Archivo Histórico.
176
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
33 Fondos Incorporados. Se trata de fondos provenientes de otras fuentes,
distintas de las universitarias, que se han incorporados en razón de la confianza que la sociedad ha depositado en nuestra Universidad. Estos testimonios, sin ser de temática propiamente universitaria, resultan de interés para
el conocimiento de alguna fracción de nuestra historia. Los fondos referidos
ingresan por donación, (o compra en algunos casos) después de un dictamen
sobre los valores suficientes que atestiguan acontecimientos y procesos de
nuestra vida institucional y aún más, de la historia nacional; tal es el caso de
los fondos con documentos de personajes que actuaron de manera relevante
en la Revolución Mexicana (Gildardo Magaña, Blas Corral, Jacinto B. Treviño,
etc.) en el Movimiento Cristero (Miguel Palomar y Vizcarra, Aurelio Acevedo), fondos particulares de profesores distinguidos (Ezequiel A. Chávez,
Nabor Carrillo, Alfonso Cornejo Canalizo), de personajes que actuaron en
movimientos sindicales (Pablo Sandoval, José Enrique Pérez Cruz), de personajes relevantes para la cultura en nuestro país (Andrés Iduarte, Jaime
Torres Bodet, Martín Luis Guzmán). Por supuesto que solamente mencionamos algunos para dar un pequeño botón de muestra sobre lo relevantes y
trascendentales que resultan estos fondos incorporados para el conocimiento
histórico de nuestra sociedad.
26 Colecciones Incorporadas. Entendiendo, como hemos comentado, la
diferencia entre fondos y colecciones documentales y otorgándole a los documentos sueltos un valor informativo per se, hemos conservado las colecciones
que a través del desarrollo histórico de nuestro archivo se han formado para
ampliar el conocimiento de la sociedad y ofrecer una visión más amplia del
quehacer universitario. Son recopilaciones de documentos de fuentes diversas
que permiten conocer diversos aspectos de la historia nacional, mencionaré
solamente algunas: Rafael Carrasco y Puente (con documentos sobre la Revolución Mexicana, el sindicalismo en México), Manuel Díaz de la Vega (documentos del II Imperio en Tabasco y Oaxaca), Félix F. Palaviccini (guiones y
mensajes radiofónicos transmitidos por él), etc.
Estos 125 grupos documentales suman en conjunto, unos 3700.56 metros
lineales de documentos que se resguardan en 22 776 unidades de instalación
de diversas dimensiones y características. Como parte de nuestro acervo,
hay que considerar además la cantidad de 6 126 libros que forman parte de
nuestros fondos y colecciones particulares y de manera especial, las 552 187
imágenes que conforman un importante y significativo acervo gráfico sobre
nuestra Institución y sobre algunos temas de interés histórico general. Cabe
destacar las imágenes emanadas de la Gaceta de la UNAM, órgano oficial
de nuestra Casa de Estudios y que, como es de suponerse, constituyen un
completo testimonio gráfico de la vida institucional. Además muchos de los
organizar para conservar
177
fondos cuentan con documentación gráfica (la correspondiente al Movimiento Cristero es abundante en número y en información).
Los procesos archivísticos. Balance y perspectivas
Los procesos que se realizan en el Archivo Histórico de la unam, como en la
mayor parte de los archivos históricos, son los siguientes:
Incremento e identificación
Conservación y restauración
Organización
Descripción
Automatización
Reproducción
Difusión
Para homogeneizar estos procesos, desde el año 2000 contamos con un
manual que por supuesto pretendemos actualizar en un ejercicio de participación colectiva de quienes laboramos en el Archivo.
En lo que se refiere al procesamiento archivístico, el ahunam pretende
“consolidar e impulsar, bajo criterios de alta exigencia académica, las labores
de organización, descripción y conservación de los acervos que actualmente
custodia”.54 Para llevar esto a buen término, el ahunam cuenta actualmente
con una Coordinación y dos departamentos, uno de Procesos Archivísticos
con las áreas de Organización y descripción, de Conservación y restauración
y de Reprografía, el otro es el Departamento de Servicios.
Diagnóstico
Una parte fundamental de la planeación a cualquier nivel y en todas las actividades humanas es el conocimiento real de la situación en la que nos encontramos y de las cuestiones a las que nos habremos de enfrentar, así el de las
posibilidades reales en que nos encontramos frente a la administración. De
esa manera, en el ahunam hemos realizado un diagnóstico que nos permite obtener información amplia sobre cada uno de los grupos documentales
que conforman nuestro Archivo, datos tales como el volumen, las fechas y
54
Centro de Estudios sobre la Universidad, Plan de Desarrollo Institucional 1998-2005, unam,
1998, México, pp. 60 y 61.
178
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
la tradición documental, la forma de ingreso, la historia institucional y la
historia archivística, contenido informativo, tipos y clases de documentos,
datos sobre la clasificación, la ordenación y la descripción, reproducción y
estado de conservación, etc. Información suficiente para tener una visión del
estado que guarda nuestro archivo a partir de la suma de la documentación
existente en cada uno de los fondos y colecciones documentales, y para poner
énfasis en los procesos de organización y descripción. Este diagnóstico se
inició en el mes de noviembre del año pasado.
Con el diagnóstico habremos de reprogramar las actividades individuales
que cada uno de los 18 técnicos académicos asignados a la sección de Clasificación y Descripción viene realizando, esto a partir de las prioridades que
se planteen, así como de los rezagos que se tienen en algunos de los fondos,
la consulta de los documentos, las condiciones establecidas en los contratos
de donación, su estado de conservación en fin, criterios diversos que en su
conjunto nos darán las pautas para establecer las prioridades dentro de un
programa de organización y descripción documental.
Una primera prioridad, valga la expresión, es la de atender de manera
inmediata las cuestiones internas del archivo es decir, la disposición de los
documentos en las nueve salas de resguardo con que contamos, la consulta a
partir de la elaboración y automatización de los instrumentos descriptivos y
por supuesto, la organización de nuestros fondos con criterios archivísticos,
es decir, a partir de una concepción como conjuntos orgánicos en donde cada
una de sus partes ocupe el lugar que le corresponde de acuerdo con el contexto
estructural tanto orgánico como funcional de la institución o de la persona
que le da sentido a la agrupación de documentos. Nuestro objetivo, archivísticamente, es el de restablecer las relaciones que se dan entre los documentos
a fin de integrar verdaderos conjuntos documentales entendidos, a la manera
de Lodolini, no sólo como el conjunto orgánico de documentos, sino como el
conjunto orgánico de las relaciones que se dan entre los mismos.
Sin embargo, aun y cuando la prioridad sean los procesos internos que nos
permitan tener en orden los conjuntos documentales que se resguardan para preservar la memoria institucional, no por eso vamos a abandonar la proyección del
ahunam a fin de buscar su consolidación como uno de los centros de referencia
archivística en el ámbito nacional y en algunas partes de Iberoamérica.
Pretendemos actualizar la Guía General del Archivo Histórico de la unam
con base en los datos que arroje el diagnóstico. La actual guía data de 1998 y
esperamos para el 2008, hacer una nueva edición.
Pensamos asimismo, reactivar los espacios de reflexión archivística y
de difusión de las tareas que se vienen realizando en otros archivos y en el
nuestro, a través de la publicación de Teoría y práctica archivística que se inte-
organizar para conservar
179
rrumpió en el número cinco así como el Seminario Permanente de Archivística y el Seminario Archivo-Historia a fin de publicar fuentes documentales
relacionadas con la historia de la educación y documentos conservados en
nuestro archivo.
Perspectivas
En cuanto a los procesos que se realizan en el ahunam, las perspectivas de trabajo a corto y mediano plazo, se refieren de manera general a lo siguiente:
Procesamiento archivístico de los fondos:
a) Dar atención inmediata a los grupos documentales en cuanto
a su resguardo y organización en salas, para preservar la organicidad
de los fondos y con ello brindar un servicio más eficiente al público.
b) Actualizar y automatizar el Registro Central de Grupos
Documentales del ahunam para mejorar el control y resguardo de
la documentación, así como el servicio de consulta.
c) Poner al día el Manual de procedimientos técnicos del ahunam
y, en general, la normativa que se aplica a fondos y colecciones.
d) Instaurar el Seminario Interno sobre el procesamiento de los
grupos documentales del ahunam.
e) Captar el apoyo de estudiantes en las disciplinas involucradas
con las tareas del Archivo, a través de un programa continuo de servicio social, estancias profesionales y titulación.
f) Plantear proyectos integrales para su financiamiento por instancias adecuadas y hacer un seguimiento a la presentación de propuestas en tiempo y forma.
En materia de incremento y ante la evidente necesidad de preservar los
acervos con valor histórico de la unam, de regular las transferencias sistemáticas y de incorporar grupos documentales por donación o compra que
resulten importantes para la memoria histórica de nuestra institución o del
país, se habrá de:
180
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
a) Precisar y actualizar las políticas de incremento, estableciendo calendarios de transferencias y los instrumentos adecuados para la donación y compra de archivos en general, así
como para dictaminar la pertinencia de su admisión e ingreso.
b) Atender y requisitar debidamente el ingreso de grupos
documentales universitarios, cuya valoración, selección y en su
caso, depuración previas, deberán realizarse conjuntamente con
las dependencias involucradas y/o con el Archivo General de la
unam.
Sobre la automatización
Al momento de suspenderse el proyecto de automatización, se contaba con
un aproximado de 30 000 fichas que ponían en consulta automatizada a 25
grupos documentales.55
En el desarrollo del Sistema Integral de Consulta Automatizada arhisto-unam se lograron los objetivos que le dieron origen: el inicio de la consulta remota a través de la red, para lo cual se diseñó una base de datos y una
interfase de consulta, la implementación de una ficha única para la captura
y descripción de los instrumentos de consulta, la introducción de tareas de
normalización, la definición de parámetros para la digitalización, pero sobre
todo la definición de un sistema para la automatización, lo que significó un
salto cualitativo en la automatización de la consulta de los acervos que custodia el ahunam.
El proyecto, iniciado por el Archivo en 1997, tiene hoy una vigencia
indiscutible y posibilidades de desarrollo acordes con las necesidades institucionales. Por otro lado, es también necesario aprovechar las posibilidades que
brinda la digitalización pues con la infraestructura que se ha adquirido en
la materia es posible, con una inversión mínima, implementarla para todos
las clases y formatos documentales, texto, audio, video, etc. Habría que decir
que es indispensable continuar con el desarrollo tecnológico del Archivo y
se hace necesaria una evaluación y redefinición a fin de retomar el tema y el
proyecto, con parámetros más eficaces.
En materia de conservación y restauración:
55
Díaz Barriga, Ángel, Informe de la dirección 2003, 2003.
organizar para conservar
181
a) Adecuar la instalación física de los acervos, previendo áreas
suficientes para su crecimiento, y procurar condiciones ambientales en las salas de resguardo, que garanticen la preservación de
los documentos, de acuerdo a los recursos con que se cuente.
b) Mantener actualizada la tecnología de monitoreo de condiciones ambientales de las salas de resguardo.
c) Dar seguimiento a los diagnósticos de conservación de los
grupos documentales y en su caso, corregir las anomalías que se
detecten.
d) Continuar con la sustitución de guardas de distintos
niveles para los documentos que conforman el acervo.
e) Continuar con el programa sistemático de restauración de
los fondos y colecciones documentales del Archivo.
En cuanto a la reprografía será necesario :
a) Retomar el programa de microfilmación y digitalización
sistemática de grupos documentales.
b) Iniciar la digitalización de documentos textuales a partir
de los microfilmes.
Difusión y servicios
Las actividades de difusión y servicios en el Archivo Histórico deben abarcar:
el mantenimiento y control de los acervos, la atención de los interesados en
la consulta directa de documentos, el diseño de estrategias que coadyuven
a la difusión de los acervos. Así mismo, se deben impulsar publicaciones de
carácter general y especializado, en ediciones universitarias.
En cuanto a difusión y servicio al público, las acciones serán:
a) Revisar y actualizar el Reglamento para el Servicio al
Público del ahunam.
b) Difundir la Guía General del ahunam en archivos, biblio-
182
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
tecas, instituciones de investigación y universidades nacionales y
extranjeras, para promover el conocimiento de nuestros acervos.
c) Reanimar los espacios editoriales con que cuenta el
Archivo: Teoría y Práctica Archivística (del cual, a la fecha se han
publicado cinco números) y Fuentes para la Historia (con cuatro
números editados).
d) Promover la difusión del ahunam, tanto por lo que hace a
su contenido como a su desarrollo archivístico, mediante eventos
de intercambio y de extensión académica, seminarios, exposiciones, videos, visitas guiadas, etcétera, que permitan establecer
pautas y normas para dependencias universitarias e instituciones
afines.
e) Ampliar las vías alternas al servicio de consulta mediante
sistemas y herramientas disponibles en la sociedad contemporánea (bases de datos, ediciones de instrumentos en DVD o en
CD, Internet, etcétera).
f) Reanudar y fortalecer los programas de formación, extensión académica y asesoría profesional.
g) Analizar la posibilidad de abrir nuevas líneas editoriales.
El Sistema Integral de Archivos de la unam (siaunam)
Este proyecto deberá retomarse a partir del conocimiento pleno del impacto
de los sistemas archivísticos y su posibilidad de operación. Por lo que respecta a la integración sistemática de los archivos de la Universidad, debemos
dar sentido al concepto de “Archivo Histórico de la unam” como la totalidad
de los documentos con valor cultural producidos por nuestra institución, a
través de las siguientes acciones:
a) Analizar la situación de los archivos universitarios y reactivar el proyecto para la implantación del Sistema Integral de
Archivos de la unam.
b)Avanzar en la definición de criterios para regular las trans-
organizar para conservar
183
ferencias y el incremento, restablecer un cuadro único de clasificación archivística para la unam, así como para elaborar calendarios de vigencia, catálogos de disposición documental y demás
instrumentos que contribuyan con la operatividad del Sistema y
al cumplimiento del Acuerdo para la Transparencia y Acceso a la
Información en la unam, de 2003.
c) Promover la III Reunión de Archivos de la unam, con el
objetivo expreso de iniciar los trabajos del Sistema Integral y conseguir la aprobación de un documento de normas mínimas aplicables a todos los archivos.
d) Restablecer los servicios de capacitación para el personal
responsable de archivos y de asesoría a las diferentes dependencias y entidades de la institución.
e) Llevar a cabo eventos convocados por las diversas instancias que cuentan con archivo histórico en nuestra institución.
Vinculación a nivel nacional e internacional
Podría decirse que si bien desde su origen el Archivo Histórico de la unam ha
gozado del prestigio que le otorga ser la memoria histórica de la mayor institución educativa a nivel superior en la historia de nuestro país, es a partir de
los años ochenta cuando se plantea la necesidad de establecer relaciones con
otros archivos y con ciertas personalidades reconocidas en el ámbito archivístico a nivel nacional e internacional.
En febrero de 1999, en el marco del I Encuentro Iberoamericano de Archivos
Universitarios. Tradición, presente y futuro, celebrado en la ciudad de México
bajo el auspicio de la unam, representada por su Archivo Histórico, y con la
convocatoria de otras instancias internacionales, representantes de nuestro
Archivo, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo, propusieron la creación de una organización de archivos universitarios y de instituciones de educación superior.
Para el 2000, en la Universidad Nacional Autónoma de México, representantes de 12 instituciones de educación superior de la ciudad de México y de
algunos estados de la República se reunieron para formar la Red Nacional de
Archivos de Instituciones de Educación Superior (renaies) con la finalidad
de compartir experiencias y realizar acciones comunes en beneficio de las
184
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
tareas archivísticas institucionales.56 A partir de ese año, se han realizado las
Jornadas Archivísticas de la renaies.57 Se creó además, conjuntamente con
la buap, la serie editorial Formación Archivística que a la fecha ha publicado
seis números. Se creó e impartió el Diplomado “Los Archivos de las Instituciones Públicas y la Transparencia”. Se organizó en el 2006 con la buap,
la anuies, el cesu y otras instituciones, el III Congreso/Encuentro Iberoamericano de Archivos Universitarios, y se propuso la creación de una Red
Iberoamericana de Archivos Universitarios, con el ahunam encabezando
una comisión para elaborar el proyecto y darle sentido a esa organización.
La Comisión está formada por miembros de 10 instituciones de educación
superior en Iberoamérica.
Por lo anterior, se puede concluir que el ahunam es un referente a nivel
nacional en materia de archivística. Lidera en ese aspecto a las instituciones
de educación superior en México y ha participado activamente en las organizaciones a nivel iberoamericano y en otros países, por lo que cuenta ya con
un prestigio y reconocimiento a nivel internacional. Consideramos que hoy
se tienen los elementos para establecer las relaciones suficientes con otras
instancias archivísticas; habrá que desarrollarlas de manera sistemática y de
acuerdo con un programa en el cual se contemplen las acciones pertinentes.
Conclusiones
Ante las nuevas perspectivas que la legislación archivística ofrece en nuestro
país y el impacto de la misma en las instituciones y en la sociedad en general,
es necesario adecuar nuestras actividades y la propia visión sobre la importancia, el conocimiento y el uso de los archivos sin descuidar por supuesto,
56
Las instituciones que acordaron formar la renaies fueron: La Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, Instituto Politécnico Nacional, Universidad Autónoma del Estado de
México, Universidad Autónoma de Querétaro, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad de Aguascalientes, Universidad de Guanajuato, Universidad de Sonora, Universidad
Iberoamericana, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universidad Nacional
Autónoma de México y la Universidad Panamericana.
57
Las instituciones que han sido sede de las Jornadas son las siguientes: Instituto Politécnico
Nacional (2000), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (2002), Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (2003), Universidad de Sonora (2004), Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación Superior (2005), Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro de Saltillo (2006) y la Universidad de Colima (2007).
organizar para conservar
185
los principios y los conceptos que hacen de la archivística una ciencia en
expansión como la denomina Ramón Cruz Mundet. Es urgente que las instituciones retomen esos conceptos para que finalmente la actividad de los
archivos no se diluya entre múltiples conocimientos y técnicas que en muchos
casos se relacionan con otras disciplinas pero que tienen en común la necesaria relación con el aspecto informativo, tema ineludible en las sociedades
contemporáneas.
MESA 7
Desafíos de la administración de los archivos históricos
Especificidades del Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro
Maestro José Francisco Coello Ugalde, Archivo Histórico de Luz y Fuerza del
Centro
Corpus Christi. Un proyecto de modernización para el acervo histórico de
notarías del Distrito Federal
Licenciada María Guadalupe Flores Carapia, Archivo Histórico del Archivo
General de Notarías
El Archivo Gregorio y Marta Selser en la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México
Maestra Bettina Teresa Gómez Oliver, maestra Ana María Sacristán
Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Fundación, recuperación y perspectiva del Archivo Histórico de Xochimilco
Etnóloga Anáhuac González González, Directora del Archivo Histórico y
Hemeroteca de la Delegación Xochimilco
Especificidades del Archivo Histórico
de Luz y Fuerza del Centro
Maestro José Francisco Coello Ugalde58
Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro
El Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro (en adelante, ah-lyfc) surgió
hace poco más de dos años como acuerdo59 entre Luz y Fuerza del Centro (en
adelante lyfc) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (en adelante sme). El
sustento no puede ser más claro:
Con objeto de difundir y fomentar los conocimientos de los trabajadores de Luz
y Fuerza del Centro y público en general, en cuanto a la historia de la Institución
y para dar cumplimiento a lo establecido en la Cláusula Única del Acuerdo Paralelo del 15 de marzo de 2002, que a la letra dice: “Las partes se comprometen,
dentro de los 90 días siguientes a la terminación de la Revisión del Contrato
Colectivo de Trabajo 2002-2004, a determinar lo necesario para constituir de
acuerdo con sus posibilidades y de conformidad con la normatividad de la materia, un archivo histórico sobre la electricidad en la región [central] del país”,
por lo que se hace necesario asignar algunos recursos humanos para la creación
de dicho Archivo (…)”
Sin embargo, su labor ha contado con diversos elementos que han ido
fortaleciendo los criterios más adecuados para involucrarse de lleno en los
ideales de lo que es y significa un archivo histórico en cuanto tal.
58
Trabajador de Luz y Fuerza del Centro desde 1987, ingeniero mecánico electricista en la
misma empresa que aplicó sus conocimientos en trabajos de campo de 1989 a 2005. Tiene
una maestría en historia de México y es doctorante en Historia por la unam. Actualmente,
combina sus dos formaciones profesionales en el Archivo Histórico.
59
Acuerdo núm. 1411 que celebran Luz y Fuerza del Centro y el Sindicato Mexicano de Electricistas el 3 de enero de 2005.
190
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Esta sección depende del departamento de Archivo y Correspondencia,
muchos de cuyos procesos de funcionamiento se sustentan en la archivonomía, la archivística así como por todos aquellos lineamientos marcados
tanto por el Archivo General de la Nación (en adelante agn) como por el
Instituto Federal de Acceso a la Información (en adelante, ifai).
A los ocho integrantes del ah-lyfc, los cuales provienen de Archivo
y Correspondencia, se une un elemento más cuya formación profesional
combina la ingeniería (licenciatura) y la historia (maestría y como doctorante), lo que ha permitido identificar parte de la documentación, con lo
que se cumple una más de las especificidades de una empresa (que debe
considerarse como industria de suministro eléctrico) cuyo perfil comienza
a mostrar las múltiples características bajo las cuales se ha formado esta
paraestatal, de la que se han identificado algunas de sus características principales, a saber:
Cinco son las edades que ha acumulado nuestra empresa, desde 1903 a
la fecha:
1903 – 1960
The Mexican Light & Power Company, concepto puesto en marcha desde
1898 por la empresa trasnacional, que el 10 de septiembre de 1902 se constituye de acuerdo a las leyes canadienses. Se le concesiona el 24 de marzo de
1903 la explotación de las caídas de los ríos Tenango, Necaxa y Xaltepuxtla
en el estado de Puebla, iniciando sus operaciones el 6 de diciembre de 1905.
Según el diagrama MIS-Z-93, de mayo de 1927, que aparece más adelante,
se puede observar la integración de The Mexican Light and Power Company
Limited and Subsidiary Companies en un bloque articulado de 16 compañías,
lo que permite entender cuáles eran los alcances de una industria eléctrica
cada vez más involucrada con el crecimiento demográfico y la expansión
empresarial. Sin embargo, el radio de influencia de The Mexican Light and
Power Company no quedaba reducido a ese horizonte. Laboraba conjuntamente con The Mexican Trainway Company cuyos servicios llegaban a una
población cautiva, acostumbrada a una eficiencia inigualable del servicio de
transporte en el que intervenían ambas empresas.
1960 – 1963
Nacionalización de la industria eléctrica, el 27 de septiembre de 1960. De
The Mexican Light & Power Company pasa a Compañía Mexicana de Luz y
Fuerza Motriz, S.A.
organizar para conservar
191
1963 – 1974
Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A.
1974 – 1994
Se autoriza a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. los actos necesarios
y procedentes para su disolución y liquidación. Por tanto, adquiere desde ese
momento la figura de Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. (En liquidación) con asociados tales como: Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca,
S.A., Compañía de Fuerza del Sureste Mexicano, S.A., Compañía Mexicana
Meridicional de Fuerza, S.A. y Compañía de Luz y Fuerza de Toluca, S.A.
1994 – a la fecha
A partir del 9 de febrero de 1994, se crea el organismo descentralizado Luz y
Fuerza del Centro, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Por efectos y criterios del Archivo Histórico, éste es el más apropiado.
Desde sus inicios, y en coordinación con la jefatura del departamento,60
que ha tenido una experiencia laboral y profesional en otras instituciones
como Ferrocarriles Nacionales de México, donde realizó un levantamiento
que se tradujo en el inventario de dicho patrimonio, ha entablado un diálogo
permanente que se debe al lenguaje más apropiado para su aplicación en bien
de las ideas y criterios que han permitido establecer varias líneas de trabajo.
Del mismo modo, sus integrantes han realizado visitas permanentes a otras
instituciones, han acudido a congresos, seminarios, cursos y también han
conseguido integrarse a la capacitación cuyos avisos son conocidos a través,
entre otros, del enlace que se tiene por medio de su correo electrónico con
portales como “H-México”.
Al interior del ah-lyfc se han llevado a cabo sesiones de trabajo donde ha
sido posible conocer elementos de historia de México en lo general, particularizándose en lo relacionado con períodos como el Porfiriato, la Revolución y
tras todos los gobiernos postrevolucionarios, en uno de los cuales, el sexenio
de Adolfo López Mateos se llevó a cabo la nacionalización de la industria
eléctrica (esto, el 27 de septiembre de 1960), considerando elementos de la
etapa conocida como “el milagro mexicano”.
60
Me refiero a la arquitecta Emma Luz López Juárez, quien se desempeñó en el Centro
Regional del Estado de México y directamente en la Dirección de Monumentos Históricos del
inah entre 1992 y 1993. Del mismo modo, trabajó para Ferrocarriles Nacionales de México
(en adelante fnm) en la elaboración del censo general de estaciones, así como en el pronare
(Proyecto Nacional de Rescate) de bienes históricos (muebles e inmuebles) de fnm.
192
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Ha puesto en marcha diversas actividades que se corresponden con el
principio de recuperación del patrimonio documental de la empresa. Se ha
realizado un amplio trabajo de escaneo de imágenes que van de 1903 a la
fecha, destacando entre otros, el material dedicado a los procesos constructivos de varias de sus instalaciones más emblemáticas. Existe un álbum que
consideramos como la joya del ah-lyfc, presenta un panorama general sobre
el daño a la infraestructura de la Mexican Light & Power Company en febrero
de 1913, durante el dramático episodio de la Decena Trágica. Y como este
compendio de información, existen otras colecciones de imagen que nos permiten identificar usos y costumbres, empleo de maquinaria, condiciones de
trabajo en otras épocas y otros tantos discursos siempre presentes en la interpretación y valoración de la fotografía.
Del mismo modo se han realizado labores de rescate no sólo de carácter
documental. También fotográfico, de filmoteca, planos y algunas piezas de
organizar para conservar
193
bulto61 que, en conjunto, forman parte del soporte fundamental en organizaciones; más tarde, en la elaboración de la base de datos, etapa en la que nos
encontramos trabajando intensamente. Hoy día se ha logrado integrar una
parte considerable del patrimonio documental para conocer qué es y qué ha
sido lyfc a su paso por esos poco más de cien años de existencia.
De hecho, al convertirse en un archivo público, han acudido varios usuarios a solicitar información relacionada con el acervo; se les presta el apoyo
pertinente en función de lo que hasta ahora se tiene catalogado y está en
condiciones de ponerse a disposición de investigadores e interesados sobre
los asuntos de esta empresa peculiar.
En su constante acercamiento con el agn, institución de la que hemos
recibido una importante asesoría, obtuvo su alta en el Registro Nacional de
Archivos con el código MX09016AHLFC, con fecha del 23 de febrero de 2007.
En febrero de 2006 el ah-lyfc solicitó a la Filmoteca de la unam la custodia de una importante colección de materiales fílmicos en diversos formatos (8, 16 y 35 mm); una pulgada así como en Beta y VHS para su revisión,
diagnóstico62 y almacenaje, dentro de las condiciones óptimas requeridas por
material en su mayoría de acetato de celulosa. El material cinematográfico
propiedad del ah-lyfc cuenta con las imágenes más antiguas, filmadas en
1928, y hasta nuestros días.
Como resultado de su apertura a la consulta, el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (en adelante, inah) se acercó al ah-lyfc. Al revisar
su fototeca, quedaron sumamente sorprendidos y propusieron al propio
Archivo Histórico la publicación de la revista de divulgación académica
Libro de campo, cuyo número 80, editado en mayo de 2006, sirvió además
para celebrar el octavo año de sus ediciones ininterrumpidas. Incluye dos artículos de fondo: “La industria eléctrica en México”, de Saúl Escobar Toledo,
61
Mismas que estamos rescatando para integrarlas al proyecto del Museo institucional.
Dicho material fue sometido a varias pruebas, entre otras: medición del grado de acidez,
de acuerdo con los parámetros establecidos por el IPI (Image Permanence Institute, de
Rochester, N.Y.), en el que se gradúan del cero al tres los estadios en los que se encuentran
los materiales de acetato de celulosa. Algunos materiales han sufrido un gran encogimiento
longitudinal que impide su transferencia a un nuevo soporte de video, por lo que también
se recomienda obtener un nuevo material cinematográfico que garantice su permanencia en
virtud de que el encogimiento será progresivo. Todas las cintas que no tienen encogimiento,
son susceptibles de ser trasladadas a un nuevo soporte videomagnético para la inspección
de imágenes en movimiento y sonido, cuando lo hay, para evaluar la importancia histórica y
posiblemente estética para la compañía de Luz y Fuerza del Centro y su traslado a un nuevo
material cinematográfico de seguridad.
62
194
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
investigador de la Dirección de Estudios Históricos del inah, y “Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro”, de José Francisco Coello Ugalde, asesor
adjunto del ah-lyfc.
Respuesta favorable ante la aparición de la mencionada revista, el Instituto Mexicano de la Radio invitó a los dos investigadores arriba mencionados
al programa “Problemas de hoy y siempre”, imer, frecuencia 660 a.m., transmitido en junio de 2006.
El Consejo de la Crónica del Distrito Federal tuvo a bien acercarse al
ah-lyfc indicando su interés por publicar en la revista A pie. Crónicas de la
Ciudad de México, en el ejemplar dedicado a “Fabricantes de sueños: cultura
popular en la ciudad de México”, del año 4, núm. 11 (enero / marzo, 2006)
material fotográfico de relevante interés. La mayoría de las imágenes con que
hoy cuenta el ah-lyfc son inéditas.
En agosto de 2006, el ah-lyfc organizó un homenaje al señor Agustín Artigas
Aguilar, quien prestó sus servicios de 1959 a 1984. El aula que se encuentra en
el departamento de Archivo y Correspondencia hoy lleva su nombre pues se le
considera punta de lanza ejemplar en la organización y separación de las distintas áreas respecto de lo que es este departamento para el ámbito de lyfc.
El ah-lyfc participó en diciembre de 2006 en el Seminario de digitalización del Patrimonio con la conferencia “El proyecto del Archivo Histórico
de Luz y Fuerza del Centro” en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Otras áreas de lyfc han solicitado el apoyo del ah-lyfc para identificar
con precisión las fechas de origen de ciertos departamentos o secciones. Tal
es el caso de Cobranzas, Almacenes, Talleres. Incluso el propio departamento
de Archivo y Correspondencia ha podido reconocer su origen, por lo que este
año de 2007 celebrará su cincuentenario.
El ah-lyfc ha manifestado diversas inquietudes por integrarse a las
redes de archivos y bibliotecas del centro histórico y del Distrito Federal en
lo particular, así como del país en lo general. De ahí que un acontecimiento
como el presente adquiera un significado que afirma tal situación.
Respecto al significado que tiene el patrimonio de lyfc en tanto documentos, piezas y otros elementos de valor histórico, el ah-lyfc trabaja intensamente en crear una conciencia clara que radica en establecer la dimensión
y el significado de todos esos elementos de alto contenido testimonial. Por
tanto, es preciso decir que era necesaria la creación de un Archivo Histórico
para “provocar” un ambiente benéfico y positivo capaz de tocar fibras sensibles y con ello generar el sentido de pertenencia así como ideas más claras
sobre lo que significa un documento separándolo del concepto que se tiene
del simple y llano papel.
organizar para conservar
195
Por otro lado, cuenta con un proyecto integral cuyo propósito es lograr la
expansión de la cultura en la entidad. Dicho proyecto abarca una biblioteca
especializada, el Museo Institucional y, desde luego, el Archivo Histórico.
II
El siglo XXI, con su infinita variedad de situaciones, ofrece al ser humano
retos y necesidades de todo tipo. Esto significa, como ya lo dijo Carlos
Fuentes,63 el triunfo de la siguiente etapa de la revolución que tiene que ver
con el progreso de la humanidad.
Servidos de ese instrumento, contamos entonces con la capacidad de discernir, digerir y asimilar de forma acelerada todo acontecer humano, mismo
que implica convivir con infinidad de valores, uno de los cuales, el conocimiento se convierte en herramienta eficaz.
Hace poco más de un siglo, un corrido popular era reflejaba el escandalizado e inquieto comportamiento social, justo cuando comenzaron a circular
por diversas arterias de la ciudad de México los tranvías eléctricos. Dice así
una de sus cuartetas:
Ya vesté, la luz eléctrica,
el telégrafo, el fonógrafo
otras mil cosas también,
que asustan a casi todos.64
El 24 de marzo pasado lyfc cumplió 104 años de edad. Tras haber acumulado tal cantidad de tiempo y seguir siendo si no la primera, sí la pionera
63
Carlos Fuentes, “Juan Ramón de la Fuente en la Cátedra Julio Cortázar”, en Revista de la
Universidad de México, nueva época, núm. 26, abril de 2006, p. 82. Dice el autor de Terra
nostra: “(…) Me refiero a la transformación técnico-informativa que impulsa y refleja lo que
podemos considerar una tercera revolución de la modernidad. La primera fue la revolución
de la tierra (Magallanes) y de los cielos (Copérnico). La segunda, la revolución industrial de
los siglos XIX y XX. Y la tercera, la creciente globalización de la información, la ciencia y la
tecnología como motores del desarrollo.
“Sujetos de la primera revolución (descubrimiento, conquista y colonización), objetos de
la segunda (reserva de materias primas y mano de obra barata), debemos ahora prepararnos
para ser actores, partícipes plenos y no ya ancilares, de esta nueva y tercera revolución”.
64
Electra. El magazine de luz y fuerza y tranvías. Año VII. Enero y febrero de 1933, Nº 75, p.
11. “El corrido de “los eléctricos”.
196
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Sr. Agustín Artigas Aguilar.
activa de la industria eléctrica en México, merece un espacio idóneo para
concentrar la memoria histórica de su paso por varias épocas en las que se
consolidó no sin antes enfrentar difíciles batallas. Hoy día, cuenta con una
Biblioteca y con un Archivo Histórico surgido hace dos años. A lo anterior,
sólo falta agregar la creación de un Museo Institucional. Sin embargo, es preciso integrar este proyecto tridimensional en un solo espacio que permita dar
a conocer la acumulación del conocimiento sobre la electricidad y el uso que
el hombre y las distintas sociedades han dado a este invento maravilloso.
La biblioteca del organismo requiere una actualización a fondo, adecuándose a recursos tan indispensables como la computación y la Internet.
Por lo tanto, es preciso mejorar las condiciones en el acervo, poner al día sus
instalaciones y prestar un servicio inmejorable con salas de consulta confortables en donde se encuentren conectadas a la red varias computadoras, entre
otros servicios de calidad.
Por lo que respecta al Museo Institucional, esta idea se ha planteado
directamente a partir de la puesta en marcha del Museo de sitio en la planta
Necaxa, inaugurado en marzo de 2003, celebrando así el centenario de Luz y
Fuerza del Centro. Con el tiempo, otras tantas piezas han venido integrando
lo que será el capítulo del Museo Institucional.
Por lo tanto, ¿debe o no Luz y Fuerza del Centro contar con un espacio
para divulgar tanto conocimiento como el que es resultado de sus 104 años
de vida?
La respuesta no puede ser más contundente: ¡¡Sí!!
Requiere para su consolidación la suma de voluntades, tanto de la
organizar para conservar
197
empresa Luz y Fuerza del Centro y sus funcionarios como del Sindicato
Mexicano de Electricistas y sus trabajadores, de un cúmulo de sensibilidades
extraordinarias que lleven a buen puerto este proyecto que pueda estar a la
altura del esfuerzo conseguido por otras instituciones que no han tenido
más espíritu que fijar su atención en la necesidad de divulgar la cultura y el
conocimiento, sin más.
Esas tres esferas y luces del saber deben contar con un espacio específico
en el que coincidan de manera orgullosa lo que es, ha sido y deberá seguir
siendo Luz y Fuerza del Centro, sobre todo en el corazón de nuestro país, área
geográfica y neurálgica también en donde tiene auténtica presencia.
Los espacios pueden ser muchos, pero también muy estudiados, para preservar debidamente ese patrimonio que requiere de instalaciones, lo mismo
en un edificio emblemático que en un conjunto de construcción moderna,
con áreas proyectadas ex profeso, ofreciendo el debido confort, y los mejores
recursos como cualquier museo, biblioteca o archivo histórico que se precien para dar servicio a sus usuarios o visitantes. Quienes hoy integramos
el Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro nos sentimos obligados a
lanzar un proyecto rico en particularidades que merece toda la atención,
dirigido a los más altos funcionarios de Luz y Fuerza del Centro, así como
a los dirigentes fundamentales del Sindicato Mexicano de Electricistas con
objeto de sensibilizarlos. Ignorarlo sería un auténtico riesgo, si no se plantea
el sentido de conservación de un patrimonio, por ahora intangible pero
que necesita más que nunca la unidad, sin que se perjudique su esencia original, dejando a un lado posibles diferencias. El Archivo Histórico de Luz y
Fuerza del Centro ha logrado recientemente integrarse al Registro Nacional
de Archivos que coordina el Archivo General de la Nación, instancia que
depende directamente de la Secretaría de Gobernación. Ha entendido también que al sumarse al cumplimiento irrestricto de un marco jurídico, busca
conservar celosamente un patrimonio histórico que merece ser divulgado
entre sus propios trabajadores –activos y jubilados-, así como entre la comunidad de estudiosos y público en general. Si a tal proyecto se suma la Biblioteca y el Museo Institucional, habremos logrado materializar uno de los proyectos más acariciados, que serán auténtica manifestación de orgullo no sólo
entre quienes integran la comunidad de Luz y Fuerza del Centro, sino del
país en su conjunto.
Si nuestra labor implica convencer, los motivos expuestos en el presente
proyecto son claros y evidentes, por lo que estamos seguros de que contaremos con el apoyo incondicional de todas las partes a quienes va dirigida
la propuesta.
Después de todo esto, ¿qué sigue?
198
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
El título que da nombre a la presente ponencia habla de una característica especial de lyfc: sus especificidades. En tanto industria dedicada a
la generación, transmisión, distribución y comercialización de la energía
eléctrica es posible enfrentarnos a una serie de situaciones muy particulares
repartidas entre las diversas edades por la que ha transitado de 1903 a la
fecha. Por otro lado, una herramienta que nos ha ayudado positivamente a
conseguir los enlaces y vínculos pertinentes es el Cuadro General de Clasificación (puesto en vigor en 2003 a partir de la aplicación de la Ley Federal de
Transparencia que instituyó el ifai) del que emanan fondos, series, subseries
y secciones. Estamos valorando considerar algunos fondos como reservados
en virtud de los documentos que lo integran. Un ejemplo claro es el departamento Jurídico, en el que se encuentran archivados expedientes con asuntos
como pensiones alimenticias,65 derechos de vía66 y juicios de toda índole. Del
mismo modo, otra área como la Platoneca cumple ese mismo propósito en
función de que contiene documentos cuya información es estratégica y por
ende de manejo restringido.
Consideramos de la mayor relevancia el hecho de que con la proximidad
del año 2010, en que se celebrará a nivel nacional el bicentenario de la Independencia (1810-2010) y el primer centenario de la Revolución Mexicana
(1910-2010), podamos presentar avances muy significativos de nuestro trabajo, traducido principalmente en los siguientes elementos:
-Exposición fotográfica dividida en las cinco edades o etapas por las que
se ha constituido esta empresa: 1903-1960; 1960-1963, 1963-1974, 1974-1994
y de 1994 a nuestros días;
-Publicación de un libro conmemorativo que se ocupe de la historia de
lyfc, de 1903 a la fecha, así como otras tantas ediciones en su modalidad de
“Boletín” o revista;
-Participación en ciclos de conferencias;
-Puesta en marcha de un museo de sitio y un museo itinerante;
-Exhibición de diversos materiales de la filmoteca del ah-lyfc, y
-Generación de spots publicitarios, campañas, concursos, entre otros.
65
Son órdenes del Tribunal Superior de Justicia del D.F. y otros estados de la república para
que aplique el descuento de pensión alimenticia en caso de demanda de divorcio cuando
existe uno o más hijos menores de edad.
66
Son las fracciones de terreno por donde pasan líneas y torres de transmisión, ya sea por
compra, expropiación del gobierno o “servidumbre legal de paso” (esto último referido al
permiso que se otorga al espacio de terreno donde pasa la línea). Por lo tanto, debajo de las
líneas de transmisión está prohibida toda construcción, salvo aquellos permisos para jardinar,
para espacios deportivos y vialidades. En zonas rurales, se permite cosechar.
organizar para conservar
199
Por lo tanto, nuestro acercamiento a diversas instituciones, que a continuación se citan, ha tenido como objeto involucrarnos en un movimiento
cultural sin precedentes, sin descuidar que dentro de los muchos propósitos
que se buscan para el mejor conocimiento y difusión de nuestro Archivo
Histórico necesitamos disponer de instalaciones y contar con la base de datos
más actualizada posible con objeto de atraer a los interesados para su conocimiento e investigación.
Respecto a los desafíos de la administración en tanto Archivo Histórico, estamos convencidos de que enfrentamos retos muy difíciles. Los
tiempos que corren muestran una dura realidad que se refleja desde las condiciones económicas, políticas y sociales de una nación como la nuestra.
Cómo no evocar el amargo capítulo de la asignación presupuestaria y su
reducido apoyo a la cultura.67 El presupuesto de la federación se ha ocupado
en el terreno de la cultura apenas en lo mínimo indispensable, lo que deja
ver las limitadas posibilidades que se tienen para un crecimiento concreto ya
no sólo en la educación, también en la academia y por consecuencia en las
instituciones que deben reducir su radio de influencia sólo a los menesteres
prioritarios más elementales.
Recordemos cómo en su momento, el rector de la Universidad Nacional,
mencionaba el hecho de que con el presupuesto asignado a tan estimada institución, el 80% quedaba automáticamente asignado a la nómina, en tanto que
el 20% restante se ocuparía en proyectos y otros aspectos que también significan atender asuntos de vital relevancia. Del mismo modo, Luz y Fuerza del
67
El Universal, Domingo 24 de diciembre de 2006. Aunque hasta el final de la sesión de ayer
la cultura se mantuvo en la discusión, el sector resultó uno de los menos beneficiados con el
Presupuesto 2007. La Cámara de Diputados aprobó para el próximo año un presupuesto de 7
mil 725 millones 400 mil pesos para este sector.
El presupuesto para cultura en 2006 fue de 7 mil 669 millones de pesos (el ejercido), por lo
que los recursos para ejercer el próximo año apenas serán 56 millones 400 mil pesos superiores a los del último año del ex presidente Vicente Fox.
La propuesta del presidente Felipe Calderón fue de 5 mil 600 millones 400 mil pesos; sin
embargo, la comisión de Cultura que preside el perredista Emilio Ulloa buscó una reasignación de más de 4 mil millones, pero sólo logró una reasignación de recursos por 2 mil 125
millones de pesos adicionales (aunque aquí se incluyeron el Instituto Mexicano de la Juventud
y el Fórum de Monterrey, que no son de este sector).
Con estas modificaciones, el gran total fue repartido en una bolsa general de 7 mil 725 millones de pesos.
Integrantes de la Comisión de Cultura pugnaron las horas previas a la aprobación del dictamen la bolsa de reasignaciones de 4 mil millones de pesos adicionales, pero no les alcanzó.
200
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Centro enfrenta una realidad así de significativa. No puede dejar de atender
el entorno principal que se basa en la filosofía fundamental de su espíritu:
la continuidad del servicio, y lo hace enfrentando el crecimiento desmedido
de las necesidades tanto en consumidores domésticos como industriales.
Pero también en el permanente mantenimiento de sus instalaciones, por lo
que atender un rubro como el de la cultura, queda al margen de las prioridades, pero no por ello es un rubro que se arriesga a ser desatendido y menos
ahora que se ha incorporado a sus esquemas un proyecto de la naturaleza del
Archivo Histórico.
En nuestra constante necesidad y urgencia de compartir, de establecer el
contacto con otras instituciones que han venido apoyándonos con su experiencia y con las cuales ya hemos establecido un enlace permanente, cito aquí
a todas aquellas cuya presencia reafirma nuestra experiencia:
Archivo General de la Nación (AGN).
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas
(INEHRM).
Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El actual Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.
Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Adabi, A.C.
Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM.
Facultad de Filosofía y Letras, Colegio de Bibliotecología.
Escuela Nacional de Bibliotecología y Archivonomía (ENBA).
Filmoteca de la UNAM.
Archivo Histórico del Distrito Federal (AHDF).
Biblioteca “Miguel Lerdo de Tejada”, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Archivo Histórico de PEMEX.
Archivo Histórico del Banco de México.
Archivo Histórico BANAMEX.
Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO).
Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del
INAH.
Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble (INBA).
Museo del Templo Mayor – coordinación de Arqueología Urbana y Rescate (INAH).
Archivo Histórico del Agua.
organizar para conservar
201
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y el Museo Nacional de Arte (MUNAL).
La puesta en marcha de un proyecto de tales dimensiones nos ha obligado a ponernos en el camino correcto. Pretendemos alcanzar la altura e
importancia de aquellos archivos y acervos que ya conocemos y que han
servido de modelo, para ofrecer un servicio de calidad al usuario que se
acerque con nosotros.
Queremos decirles que nos encontramos ubicados en el edificio central de Luz y Fuerza del Centro, sito en avenida Melchor Ocampo núm. 181,
colonia Tlaxpana, quinto piso, oficina núm. 525, teléfono: 5128-7484. Del
mismo modo, quien quiera tener un acercamiento vía correo electrónico,
proporcionamos nuestra dirección: [email protected]
Atendiendo el llamado que ha hecho el Archivo Histórico del Distrito
Federal para integrarnos en un frente común en este Primer Encuentro de
Archivos del Distrito Federal: Organizar para Conservar, cuya principal
preocupación se deriva de la carencia de información para la organización,
valoración y difusión de la memoria de nuestra ciudad, lo cual genera la
necesidad de discutir la teoría y la práctica aplicadas en la clasificación y conservación de los archivos de concentración e históricos, estamos acudiendo
a dicho llamado, participando en esta mesa: “Los archivos históricos en la
Ciudad de México: Desafíos de la Administración de Archivos Históricos”
en espera de que nuestras preocupaciones y tribulaciones, que son comunes a
las de muchos otros archivos, tengan un mejor destino, partiendo del reparto
presupuestal asignado por el gobierno federal para la conservación más apropiada, que traiga consigo una catalogación expedita y coherente con el patrimonio del que nos consideramos sus vigilantes más celosos, pero también
congruentes con la realidad misma.
Corpus Christi. Un proyecto de modernización para el acervo
histórico de notarías del Distrito Federal
Licenciada María Guadalupe Flores Carapia
Archivo Histórico del Archivo General de Notarías
Introducción
El término modernización en materia de archivos se ha usado en diferentes
épocas para referirse a la adopción de las nuevas técnicas y metodologías que,
con base en la normatividad vigente, han sido introducidas en las unidades
archivísticas, tanto públicas como privadas, propiciando con ello una nueva
y adecuada organización, tanto a través de la correcta ordenación y clasificación de sus fondos, como del oportuno diseño de sus tareas y actividades que
al ser correctamente programadas, han podido coadyuvar a un mejor conocimiento del propio archivo, contribuyendo a la difusión de la información
que resguarda.
El Acervo Histórico del Archivo General de Notarías del Distrito Federal
inició una nueva etapa en la que le fueron proporcionados diversos recursos
tanto económicos como técnicos, con la finalidad de contribuir a su actualización y por ende a su modernización, como se advierte en las páginas
siguientes.
Antecedentes
a) La documentación notarial y su resguardo.
El hombre busca ávidamente la verdad y la necesita como elemento sustancial e imprescindible para la convivencia humana; sin ella no podría vivir.
Por eso, para dar testimonio público y fehaciente de esta verdad, es preciso
que haya una clase de hombres que sean depositarios y custodios suyos, a
quienes la sociedad, por mano del gobernante, encomiende su guarda y ejer-
204
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
cicio y sirva de defensa y mantenimiento del Orden Jurídico Privado. Este
fundamento filosófico del Notariado explica la antigüedad de su función y su
carácter de universalidad en todos los tiempos y en casi todos los pueblos.68
De acuerdo con este principio, la documentación notarial en América
tiene su origen en dos grandes acontecimientos, el Descubrimiento y la
Conquista. En sus expediciones siempre existió la figura del escribano quien
se encargó de llevar un registro diario de los hechos sobresalientes tomando
posesión en nombre del Rey y celebrando otros actos.
Durante la Colonia, los escribanos desempeñaron un papel preponderante en la historia de México, porque fueron ellos quienes dejaron constancia escrita en los protocolos, de fundación de ciudades, creación de instituciones, así como de la evolución y desarrollo de la vida económica, política,
social y artística de la época.
Los escribanos, reglamentados por las leyes de Indias, para poder ejercer
tenían que ser autorizados por el Rey mediante la Provisión Real, que se
enviaba desde España; en ella se incluían el tipo de escribano y el signo de
autorización que debería ponerse al pie de la escritura y antes de su firma. Ese
oficio era vendible y renunciable por lo que los escribanos conservaban los
protocolos como de su propiedad. Se reconocían tres tipos de escribanos: el
real, el de número y el público. 69
En la Nueva España, se crearon las instituciones que también reglamentaron a los escribanos como, en 1577, la Organización de Escribanos
de la Nueva España con sede en el Convento de San Agustín y en 1796, por
cédula real de Carlos III, se instituye el Real Colegio de Escribanos a semejanza del de Madrid.
Al triunfo de la Independencia no hubo cambios en la reglamentación,
fue con la Constitución de 1824, cuando se dispuso que tendrían que obtener
el título de escribano ante su colegio. Más tarde, con la Constitución de 1834,
los escribanos tuvieron que aprobar un examen teórico-práctico, los honorarios serían mediante el arancel que se aprobara y sólo tendrían la denominación de escribanos nacionales y públicos.
Durante 1841 por primera vez se dictan medidas sobre la conservación y
seguridad de los protocolos y es en 1846, cuando se decreta que se sancionará
con la privación del oficio a los escribanos que no tuvieran ordenado sus proAmezua y Mayo, Agustín G., De la vida privada española en el protocolo notarial, II Congreso Internacional del Notariado Latino, Estudio Preliminar, Colegio Notarial de Madrid,
1950.
69
Arias González Francisco S, Las fuentes de la historia del Derecho Notarial Mexicano, XVII
Congreso Internacional del Notariado Latino, Asociación Nacional del Notariado Mexicano,
A.C. 1984, p. 133.
68
organizar para conservar
205
tocolos en forma legal y a los que no estuvieran matriculados en el Colegio
de Escribanos.
Durante el Imperio de Maximiliano se promulgó la Ley Orgánica del
Notariado y del Oficio del Escribano, que suprime el signo por el sello con la
inscripción de Notario Público del Imperio Mexicano; las notarías dejaron
de ser vendibles y se determinó que el cierre de los protocolos debería ser
cada semestre y sólo se podía ejercer el oficio en la Ciudad de México.
En 1867, Benito Juárez expide la Ley Orgánica de Notarios y Actuarios y
en su artículo 21 dispone que los notarios usarán sellos uniformes y de tinta
y al centro llevarán República Mexicana. En 1875, por primera vez Lerdo de
Tejada mencina la creación de un Archivo General a donde se lleven todos los
protocolos, al fallecimiento del notario.70
Finalmente, en 1901 se estructura y organiza en forma definitiva la actividad notarial con la Ley del Notariado para la Ciudad de México.
b) Fundación del archivo general de notarías
Aunque la función notarial está presente en México desde la Conquista, sólo
el 19 de diciembre de 1901, siendo presidente Porfirio Díaz, se promulga la
Ley del Notariado para el Distrito y Territorios Federales; con base en esta
Ley, se funda el Archivo General de Notarías cuya función principal es la
guarda y custodia de los protocolos con más de seis años. Con la Ley de 1932
y hasta la fecha se reduce a cinco años.
En sus inicios el Archivo dependió administrativamente de la Secretaría de Justicia; a su extinción en 1917 pasó al Gobierno del Distrito Federal
y en 1928, al Departamento del Distrito Federal y en 1997, nuevamente al
Gobierno del Distrito Federal.
A partir de 1902, el Archivo inicia la formación de su acervo; se comunica a los notarios que tienen un plazo de 20 días para entregar los protocolos
que conservaban tanto de los escribanos como de los notarios, así mismo se
recopilan los que se encontraban en el Ayuntamiento y en el Archivo General
de la Nación.
Por sus atribuciones y obligaciones, el Archivo tiene que expedir testimonios de las escrituras registradas en los protocolos, comunicar a las autoridades de su dependencia cualquier irregularidad de los protocolos y anexos,
llevar un registro de los notarios, de las fechas de nombramiento y de cuando
dejan el cargo, así como de los sellos y firmas.
Pérez Fernández del Castillo, Bernardo, El arte Notarial en México, XXIV Congreso Internacional del Notariado Latino, Asociación Nacional del Notariado Mexicano, 2004, p. 87
70
206
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Se determinó que es obligación del titular del Archivo llevar el control
de las llaves del acervo, asignar el estante que tendrá cada Notaría en orden
cronológico, además de registrar los diversos notarios que estuvieron a su
cargo.71
La ley de 1946 establece por primera vez el examen de oposición para
ser notario. La ley de 1980 contempla modificaciones importantes para el
Archivo, entre las principales está la del Articulo 148 que establece que el
Archivo General de Notarías es público respecto a todos los documentos
que lo integran con más de 70 años de antigüedad y de ellos se expedirán
copias certificadas a las personas que lo soliciten, y con los documento que
no tengan esa antigüedad, solo podrán mostrarse y expedir copia certificada
a las personas que acrediten tener interés jurídico, a los notarios o a la autoridad judicial.72
c) El archivo histórico de notarias
Con base en la Ley del Notariado de 1980, se crea el Archivo Histórico, mismo
que se conforma y está integrado con toda la documentación de carácter
público, es decir, la que tenga más de 70 años como lo establece el Artículo
148 de la citada Ley.
Partiendo de esta disposición, el Archivo está organizado en dos fondos,
además de otros cuatro más pequeños que no constituyen protocolos notariales sino documentación cuyo principio de procedencia es diverso y que
debió llegar al Archivo con fines probatorios o quizá confundidas con la
documentación notarial suelta.
Para la interpretación del Acervo Notarial, en 1983 se integraron al
Archivo un equipo de historiadores, con el objeto principal de identificar
y ordenar archivísticamente los fondos documentales, con sus secciones y
series, así como de implementar medidas de conservación y poner al servicio
de los investigadores estas fuentes documentales para que sean utilizadas y
difundidas a través de sus investigaciones y publicaciones.
Partiendo de la ordenación que se les dio a los protocolos cuando llegaron al Archivo, se procedió a clasificarlos en fondos y secciones:
Ley del Notariado para el Distrito Federal, México, Gaceta Oficial del Distrito Federal, Título III, Art. 96 Frac. VI y Art. 98, 20 de diciembre de 1901, p.11.
72
Ley del Notariado para el Distrito Federal, Capítulo VIII Art. 148, Porrúa, México, 1983,
p. 68.
71
organizar para conservar
207
1. Fondo Antiguo: abarca los años de 1525 a 1901, con documentación generada hasta antes de la Ley del Notariado de 1901, en él se
encuentran 752 Notarías con una ordenación alfabética-cronológica,
de acuerdo al apellido del escribano o notario y de acuerdo a los años
que contiene la Notaría, así mismo tiene un numero progresivo del
volumen. Esta ordenación se expedita y sirve de control e inventario
en el Acervo. Incluidas en este fondo se hayan tres pequeñas secciones: de Hacienda, Ayuntamiento y Juzgados de Primera Instancia
(Coyoacán, San Ángel, Tlalpan, Tacubaya, Xochimilco, Ixtapalapa y
Tacuba).
2. Fondo Contemporáneo: comprende los años de 1878-1935,
con documentación generada después de la Ley del Notariado de
1901, hasta ahora está integrado por 15 Notarías y conserva la ordenación natural del número de Notaría y del volumen, señalando si es
libro o apéndice.
Cabe resaltar que además de la organización archivística que se realizó
en el Acervo, el personal de investigación del Archivo, desarrolló otras actividades de vital importancia para el correcto cumplimiento de las funciones
del mismo, como son:73
• Organización: se elaboraron inventarios del material gráfico, se incorporó el fondo Contemporáneo al servicio de consulta,
se formó el Acervo Bibliográfico con base en donaciones, se revisó,
se estructuró y se puso al servicio de los investigadores la guía de los
fondos y secciones del Acervo.
• Conservación: se llevó un registro diario de la humedad y
temperatura del Acervo, se implementaron actividades de conservación de los protocolos, se creó un taller de restauración en 1993 y se
restauraron documentos importantes, se dictaminó el estado de conservación por libro de 100 Notarías; se inició el resguardo de fotografías solicitadas por investigadores con el fin de formar una fototeca.
• Investigación: se creó un Reglamento Interno del Archivo
para los investigadores externos, se realizaron investigaciones temáticas de documentación de diferentes siglos, así como bibliográficas
para las exposiciones, se elaboraron catálogos del material gráfico.
73
Informes anuales y Proyectos de Trabajo, Archivos Histórico de Notarías, 1983- 2005.
208
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
• Servicios: se llevó un registro por año, desde 1983 a 2005, de
las cartas de presentación; se proporcionaron visitas guiadas de los
Acervos y exposiciones, se llevaron las actividades de calificación y
certificación.
• Difusión: se publicaron catálogos de las exposiciones, se
publicó una muestra iconográfica, montaje de exposiciones, participación en congresos, simposios y conferencias.
Para el año del 2005, el Archivo contó con los siguientes instrumentos
de consulta: Guía general de los fondos y secciones del Archivo Histórico
de Notarias del Distrito Federal, Catálogos de las Notarías 1 al 41 del fondo
Contemporáneo y los Índices de los Fondos Antiguo y Contemporáneo.
El proyecto de modernización
a) La adaptación del ex templo de CorpusChristi para la instalación del acervo
histórico de notarías.
Como parte del Programa de Rehabilitación del Centro Histórico, el 30 de
enero de 2003 se suscribió el Convenio de Colaboración para la Consolidación, Restauración, Aprovechamiento y Uso del Ex Templo de Corpus Christi
entre el Gobierno del Distrito Federal y otras instituciones como el Colegio
de Notarios, la Asociación Nacional del Notariado Mexicano y el Instituto
Nacional de Antropología e Historia.
El proceso de construcción y fundación del Templo y Convento de Corpus
Christi para indias cacicas tuvo lugar de 1720 a 1724, bajo el patronato del
Virrey Don Baltasar de Zúñiga y Guzmán Sotomayor y Mendoza, Marqués de
Valero, permaneciendo como tal hasta 1867 en que fue desocupado el convento
a causa de la exclaustración religiosa. Posteriormente el edificio tuvo diversos
usos y se modificó su estructura original;74 en la década de los 50 del siglo
pasado, el arquitecto José Villagrán García llevó a cabo la construcción de un
edificio anexo al oriente y sur, demoliendo lo que quedaba del convento75.
Finalmente, a causa de los sismos de septiembre de 1985 fue desocupado y
cerrado, hasta que se propuso y fue aprobado el proyecto que ahora nos ocupa.
Martínez Ortigoza, Carlos, “El Convento y Templo de Corpus Christi, su restauración y
salvaguarda en el siglo XXI”, Corpus Christi, Sede del Acervo Histórico del Archivo General
de Notarías, México, Gobierno del Distrito Federal, Fideicomiso del Centro Histórico, 2006,
pp. 229-249.
75
Ibidem, p. 239.
74
organizar para conservar
209
En general, el proyecto contemplaba además del rescate, la reestructuración y el acondicionamiento del inmueble, la restauración del mismo, la disposición de las instalaciones hidrosanitarias, eléctricas, los sistemas contra
incendios y aire acondicionado, así como la reestructuración y acabados del
edificio Villagrán, adosado a la construcción antigua del templo.76 El rescate
del ex templo se inició con la estabilización del mismo y la nivelación de los
hundimientos, así como con la consolidación, mediante la inyección de agua
al subsuelo y la colocación de micropilotes de acero y concreto, mientras que
la cimentación se llevó a cabo colocando contratrabes de concreto armado.77
Todas estas acciones fueron muy importantes no sólo para dar estabilidad
a este monumento histórico, sino para su nuevo uso como repositorio de
libros y documentos.
Por ello, el proyecto arquitectónico de adecuación de espacios a los
nuevos usos que en adelante tendría el Acervo Histórico en el Ex Templo de
Corpus Christi quedó dispuesto de la siguiente manera:
En la planta baja se instalaría una sala polivalente en la parte correspondiente a la nave principal, para llevar a cabo diversos eventos, afines a las
funciones de difusión del Acervo Histórico. En la crujía ubicada al poniente,
fueron dispuestas dos salas continuas para exposiciones, un área para el sistema computarizado y otra para la cabina de transmisión. El archivo móvil se
instaló en el edificio Villagrán, así como un control y cuarto de máquinas. En
el primer nivel se instalaron los servicios administrativos, los cubículos de la
jefatura, una sala de referencias para la consulta de guías, catálogos y otros
libros y una escalera nueva que comunica con el coro, donde se encuentra un
mural de la autoría de Miguel Covarrubias. En el edificio Villagrán fueron
ubicados dos cubículos para el área de investigación encargada a las historiadoras, así como otra para el taller de restauración. En esa misma área, fue
dispuesto el espacio donde se instalaría el equipo de catalogación, coordinado por el inah.
En el segundo nivel, en la parte oriente del edificio Villagrán, se instaló
el área de consulta de protocolos para investigadores externos. En ese mismo
Perea Garza Sergio, “Un corazón que se regenera”, Corpus Christi, Sede del Acervo Histórico del Archivo General de Notarías, México, Gobierno del Distrito Federal, Fideicomiso del
Centro Histórico, 2006, pp. 111-114.
77
Pérez de Salazar, Francisco, “Proyecto de Restauración y adecuación del antiguo templo
de Corpus Christi”, Corpus Christi, Sede del Acervo Histórico del Archivo General de Notarías, México, Gobierno del Distrito Federal, Fideicomiso del Centro Histórico, 2006, p.p.
117-131.
76
210
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
nivel, se cuenta con una zona de archivo con estantes fijos, así como un área
de resguardo para documentos especiales o en custodia.78
b) La organización archivista del acervo histórico
Según el principio archivístico de procedencia, la organización de la documentación notarial que resguarda este acervo se retomó de la que ya existía
en el momento en que fue elaborado el nuevo proyecto, ya que para entonces,
como quedó señalado, se había actualizado la organización archivística con
la identificación de los fondos, secciones y series, todo ello en estricto apego
no sólo a la norma archivística ya señalada, sino también a la legislación
notarial que se promulgo en 1901.
De acuerdo con lo anterior, la documentación notarial que resguarda
del Acervo Histórico de Notarías está organizada, como ya se dijo, en dos
grandes fondos: el antiguo y el contemporáneo. Básicamente, influyó en esta
organización la Ley del Notariado, promulgada en 1901, ya que determinó
cambios fundamentales tanto en el notariado como en la estructura interna
y externa del protocolo, por ello, se advierten características diferentes en la
documentación generada antes y despues de la Ley; se aplicó pues un carácter
predominantemente legal.
La organización del archivo no está cerrada aún, ya que anualmente
ingresan a este acervo los protocolos que van cumpliendo los 70 años de antiguedad que marca la citada Ley del Notariado.79
Ordenación y clasificación. El Acervo Histórico de Notarías tiene en
resguardo aproximadamente 25 668 libros y apéndices que se encuentran
ordenados en el archivo móvil, ubicado en la planta baja del inmueble, lugar
en el que fueron instalados anaqueles móviles para disponer de un mayor
espacio y para que quedaran cubiertos los libros.
Los protocolos que integran el fondo Antiguo tienen un orden alfabético cronológico, de acuerdo a los apellidos de los escribanos o notarios y en segundo
término a los años que comprende su notaría. A cada escribano o notario se le
dio un número, con el fin de ordenar los protocolos; así mismo, a cada uno de
los volúmenes se les dio un número progresivo, con fines de inventario y con-
Ibidem, p.129.
Ley del Notariado para el Distrito Federal, México, Gaceta Oficial del Distrito Federal, 28
de Marzo del 2000, 10a época, núm. 52, Tít. 4°., Capit. 1°., Art. 238, Frac. 4ª., p.38.
78
79
organizar para conservar
211
trol, quedando registrados ambos grupos numéricos en el lomo del libro, así
como los años que contiene, el nombre del escribano o notario y su cargo.
En tanto, el fondo Contemporáneo conserva su ordenación natural, identificándose
por los elementos que aparecen registrados en el lomo del libro y que son los siguientes:
número de notario, número de volumen, nombre del notario y la denominación de
protocolo o apéndice, lo que constituye también su clasificación.80
c) Medidas de conservación
La conservación de los documentos es una de las grandes responsabilidades
de cualquier archivo histórico; se encuentra plasmada en la Ley del Notariado
vigente, acerca de las facultades del titular del Archivo General de Notarías,
como: “Estudiar y proponer métodos de conservación y respaldo de la documentación e información que tenga relación con la función notarial...”,81 para
llevar a cabo una conservación adecuada, era necesario establecer, en primer
lugar, las medidas de seguridad recomendadas por los especialistas para el resguardo de la documentación, por ello fueron instaladas en las áreas de acervo
y en la de consulta, las siguientes: sistema contra incendios, sistema de aire
acondicionado, extinguidores, circuito cerrado de TV y vigilancia policíaca.
Posteriormente fueron instalados en la bóveda, aparatos deshumidificadores
al advertirse un aumento en los niveles de humedad. Así mismo, para llevar a
cabo las tareas de conservación, se le dio continuidad al taller de restauración
que ya existía, con nuevas instalaciones y contratación de personal calificado,
el cual al iniciarse las actividades en la nueva sede, se dedicó a vigilar el manejo
adecuado de los protocolos que se colocan en los nuevos anaqueles, así como
los niveles de temperatura y humedad, a elaborar fichas clínicas y diagnósticos
del estado de conservación de los libros y a aplicar técnicas de restauración.
d) La catalogación documental
Una de las partes más ambiciosas del proyecto fue la catalogación documental
de los protocolos notariales, para lo cual se integró una Comisión asesora, encabezada por el doctor César Moheno, director de la Biblioteca del inah, e integrada por especialistas en investigación histórica, bibliotecarios y notarios, entre
Cortés Hernández, Alejandra y Ma. Guadalupe Flores Carapia, El Archivo General de Notarías del Distrito Federal, apuntes para su divulgación didáctica, México, Archivo General
de Notarías, 1999, 13 p., ils., pp. 4 y 5.
81
Aguilar Molina Víctor Rafael, Ley del Notariado para el Distrito Federal, correlacionada, 2ª
ed., 2003, 176 p., p. 150.
80
212
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
otros, que determinó el proyecto a seguir, así como los recursos en computación
y la convocatoria y selección de un grupo de estudiantes universitarios a quienes
se capacitó como paleógrafos y catalogadores con el fin de que los usuarios interesados conocieran la información obtenida y procesada. El Instituto Nacional
de Antropología e Historia ha tenido a su cargo la labor de coordinación de la
actividad antes señalada, que ha recaído en el personal de la biblioteca de esa
institución. Inicialmente, el proyecto contemplaba la catalogación de los protocolos del fondo Antiguo correspondientes a los siglos xvii a xix; sin embargo
se acordó concentrar las tareas en el siglo xviii. Para ello, se tomó la opinión de
especialistas de instituciones como la unam, El Colegio de México, la Universidad Iberoamericana y del Archivo General de la Nación, quienes aportaron
ideas para la elaboración de la ficha catalográfica. Se elaboró además un manual
tipológico y una plantilla de captura, sobre el modelo de la Biblioteca de Antropología e Historia para crear la base de datos del Acervo Histórico.
Avances del Proyecto
a) La catalogación
El proyecto de catalogación del Acervo Histórico, coordinado por el inah,
en torno a los protocolos del siglo xviii, tuvo algunos avances importantes
en cuanto a la elaboración, captura y revisión de las fichas documentales, a
partir de septiembre de 2004, logrando hasta junio de 2007 la catalogación
de 81 escribanías, cuya información fue puesta a la consulta de los investigadores en la base de datos instalada en la sala de referencias. Sin embargo,
por problemas presupuestales, desde enero del presente año, fue reducida la
nómina de catalogación, con la consiguiente disminución en el trabajo. Es
importante señalar que además del trabajo ya citado, ha sido adaptado al sistema de cómputo con el que se trabaja el catálogo que realizó el Seminario de
Documentación e Historia Novohispana, de la Facultad de Filosofía y Letras
de la unam, con documentos del siglo xvi.82
b) Los servicios
Una de las funciones del Acervo Histórico de Notarías es proporcionar a los
siguientes servicios:
Mijares Ramírez, Ivonne (ed.), Catálogo, resumen e índices de protocolos del Archivo General de Notarías de la Ciudad de México. 1554-1581 (Gaspar Calderón y Antonio Alonso), 2 t.,
México, UNAM- Instituto de Investigaciones Históricas, 1997.
82
organizar para conservar
213
Préstamo de protocolos para la consulta. Se presta este servicio a todos los
investigadores debidamente acreditados con una solicitud dirigida al titular
del Archivo General de Notarías del Distrito Federal, o bien, a la Jefatura del
Acervo Histórico. Debe respaldar dicha solicitud una institución cultural o
académica a la que pertenezca el investigador. Las características de la consulta quedan sujetas a los lineamientos derivados de lo que establece la Ley
del Notariado vigente.
Consulta de Instrumentos notariales. Se proporciona a notarios, autoridades judiciales y administrativas, así como a particulares. Este servicio se
rige por lo establecido en el Artículo 240 de la Ley del Notariado para el Distrito Federal, con base en el carácter público que adquieren los libros notariales al cumplir 70 años.
Servicio de reproducción documental. Se refiere a la reproducción documentos por medio de fotografías o videos, siempre y cuando se cumplan los
requisitos indicados en los Lineamientos ya referidos; cuando los documentos
tienen más de 150 años, el solicitante debe contar con la autorización de la
Consejería Jurídica y de Servicios Legales, o de la Dirección General Jurídica
y de Estudios Legislativos.
Consulta electrónica. El Acervo Histórico cuenta con un catálogo correspondiente a los siglos xvi y xviii cuya base de datos da acceso a diversas vías
de recuperación de la información.
Consulta de libros, guías y catálogos. Existe una pequeña biblioteca para
la consulta de los investigadores externos y para el personal de este Acervo.
Cuenta con libros de tema notarial, archivístico, artístico y otros, relacionados
con la documentación notarial, así como las guías y catálogos de los propios
fondos de este Acervo. En la etapa de instalación en la sede de Corpus Christi
se estableció un sistema de clasificación con la finalidad de organizar los libros
y localizarlos con mayor rapidez, elaborando un inventario de los mismos.
Visitas guiadas. Se proporcionan a los particulares, a autoridades o instituciones que lo soliciten y consiste en una descripción arquitectónica e
histórica del inmueble, del mural de Miguel Covarrubias y de las áreas que
conforman al Acervo Histórico.
c) La investigación
Además de la guarda, custodia, conservación, catalogación y difusión, es la
investigación de sus fondos documentales, para conocer el origen, recopilación, estructura, legislación y de todo lo relacionado con ella, a fin de establecer correctamente su organización. y así proporcionar a los fondos, secciones y series ya identificadas, una ordenación y clasificación adecuadas.
214
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
A esa tarea se han dedicado quienes forman parte del área de investigación, en esta etapa, continuando la labor iniciada en años anteriores, respecto
a la preparación de investigaciones documentales con apoyo bibliográfico,
como la que se hizo para conmemorar el Bicentenario del natalicio de don
Benito Juárez, en 2006; o las que se preparan para la celebración del Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia;
además de la que está por concluirse relativa a un estudio histórico documental de lo que fue el Templo y Convento de Corpus Christi. Se cumple así
con el análisis y estudio de piezas documentales sobresalientes, encontradas
como fruto de la investigación, en los propios fondos de este acervo.
d) La difusión
Es una grata obligación dar a conocer los resultados de las tareas que se llevan
a cabo en un archivo histórico para cumplir con el objetivo de proporcionar a
los usuarios la información adecuada a sus intereses.
En esta etapa se planeó dar una amplia difusión al Acervo Histórico a través
de la presentación de exposiciones documentales, publicaciones, participación
en encuentros, congresos, etc., y el contacto con otras instituciones académicas
y culturales, afines a los objetivos que distinguen a este acervo.
Evidentemente, la difusión se incrementó cuando el Acervo Histórico se
instaló en su nueva sede, y contó con el apoyo del Fideicomiso del Centro Histórico, el Colegio de Notarios, el Consejo de la Crónica y otros organismos de
la sociedad civil, lo que obliga a reflexionar acerca del respaldo que requieren
las entidades archivísticas para que puedan cumplir con sus fines.
Conclusiones
La modernización de los archivos es parte de un proceso continuo: que deben
separarse los logros obtenidos en otras etapas de las actuales, ya que la actividad archivística, es parte de un proceso más amplio en donde se conjuntan
esfuerzos para obtener resultados satisfactorios.
Para que los archivos se modernicen, se requieren los recursos necesarios
para adaptarse a las nuevas tecnologías; sin embargo, no debe desplazarse
el propósito original. Es decir, la relevancia de establecer bases de datos,
catálogos electrónicos, digitalización, etc, no debe suplantar la conservación
ni de la restauración de los documentos, ya que son la memoria histórica, en
este caso de la ciudad de México y es una obligación de los archivos resguardarlos en las mejores condiciones.
El Archivo Gregorio y Marta Selser en la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México (uacm)
Maestra Bettina Teresa Gómez Oliver, maestra Ana María Sacristán
Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Selser se transformó en uno de los escritores más prolíficos de su tiempo, sin equivalentes en América. Durante décadas dedicó —con la ayuda de su esposa Marta Ventura—
casi dieciséis horas diarias a la recolección de la más variada información histórico-política
y a la redacción de artículos que publicaba en diarios, revistas y agencias de noticias,
además de la preparación de numerosos libros, clases universitarias y conferencias en
México, América Central, los Estados Unidos y Europa.
Roberto Bardini
Gregorio Selser fue un periodista argentino que, desde 1976, vivió y trabajó
exiliado en México. La relevancia internacional de su trabajo es tal que recientemente la Biblioteca Nacional de Argentina inauguró una sala de archivo
histórico con su nombre.83 Es ilustrativo del impacto de la labor informativa
de Selser la publicación de Sandino, general de hombres libres en 1955. Este
libro no sólo fue de singular importancia para su propio trabajo (constituyó
su picaporte de entrada a Latinoamérica), sino que es un gran ejemplo del
efecto que la información puede tener en la realidad social y política. Al desenterrar la figura de Sandino, el texto de Selser catalizó la generación de una
conciencia histórica y social que finalmente derivó, entre otras cosas, en la
consolidación de un movimiento político y un gobierno en Nicaragua (el
Frente Sandinista de Liberación Nacional). Es decir, que además de narrarlos,
Selser en cierta medida —no lo suficientemente reconocida— contribuyó a
los cambios sociales de América Latina.
83
El archivo histórico Gregorio Selser de la Biblioteca Nacional de Argentina concentra los
fondos documentales del ex presidente Arturo Frondizi, del crítico literario Luis Emilio Soto
y del poeta César Tiempo.
218
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
El trabajo de Gregorio Selser puede ser caracterizado a partir de tres elementos: a) su formación y esencia humanista, b) la temática de sus trabajos
y c) la metodología particular con que desarrolló su periodismo de investigación. Todas estas características moldean de una u otra forma lo que hoy
constituye el Archivo Gregorio y Marta Selser en la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México; es por ello que, antes de entrar de lleno en el acervo
documental que aquí nos compete, queremos ahondar más en el propio trabajo, en el legado, documental y humano de Gregorio Selser.
Él siempre hablaba de la influencia que en su vida habían tenido las obras
de los humanistas alemanes y Los miserables de Víctor Hugo. De formación
autodidacta, Selser durante mucho tiempo vivió (literalmente) bajo la tutela
de Alfredo Palacios, personaje clave en la consolidación del pensamiento
latinoamericano argentino y primer diputado socialista de América Latina.
Más que remitirnos aquí a una filiación partidista, queremos llamar la atención hacia el compromiso que Selser tenía con la búsqueda de la verdad y
la necesidad de divulgar la información no como un fin en sí mismo, sino
como la herramienta para la construcción de mundos posibles. Él consideraba que uno de los mayores males de la juventud latinoamericana era la
ignorancia de su historia. Además, creía que el deber de un periodista profesional, especialmente uno de militancia socialista, era estar ampliamente
informado y documentado, de allí que se abocara cuasi-compulsivamente
a recolectar enormes cantidades de información histórico-política de muy
variados cortes ideológicos.
Este carácter humanista se observa también en la gran diversidad de sus
intereses; aunque pocos lo saben, también escribía poesía y llegó a hacer crítica literaria y de cine. Su vasta biblioteca personal de casi 20 000 volúmenes
actualmente se encuentra divida entre la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (flacso), sede México, y la Secretaría de Relaciones Exteriores
de nuestro país. Pero el foco central de atención del trabajo de Selser, lo que
más claramente lo caracteriza, es la historia latinoamericana del siglo xx. Se
preocupó particularmente por lo que fueron las políticas intervencionistas de
los Estados Unidos en los países de Latinoamérica. Tanto sus libros como sus
artículos periodísticos y el material documental que conservaba para posteriormente argumentar y sustentar sus trabajos tratan temas como: intervencionismo imperialista, militarismo y dictaduras militares, historia general,
movimientos sociales, armamentismo, corrupción, conflictos sociales, organismos internacionales, manejo de la información en agencias y periódicos,
narcotráfico, cia, Iglesia, derechos humanos… El acervo se organiza asimismo por países, incluyendo todos los de Latinoamérica y el Caribe (es de
particular importancia el acervo en torno a Centroamérica).
organizar para conservar
219
Desde una perspectiva histórico-crítica, debe reconocerse que el periodo
y espacio que a Selser le tocó vivir y relatar constituye un capítulo tan amplio
como complejo en la historia, no sólo latinoamericana sino universal,
pues coincide justo con la Guerra Fría (una de sus temáticas recurrentes),
el ascenso y derrocamiento de regímenes dictatoriales y democráticos, las
guerrillas en Centroamérica, la efervescencia de los ideales políticos y movimientos sociales, el tema de la violación de los derechos humanos, la carrera
armamentista y otros temas que tal vez hoy no se perfilan de una manera tan
absoluta, aunque definitivamente siguen siendo relevantes.
En cuanto a la metodología, es de destacarse que aunque inicialmente
definimos a Selser como un periodista, también puede caracterizársele como
un historiador, un científico social y/o un académico. El rigor con la que trataba la información y las fuentes documentales no sólo sirvió para darle credibilidad y consistencia a sus trabajos periodísticos, sino que lo hizo entrar
en un terreno liminal, sui géneris: en el cruce entre periodismo e historia.
El seguimiento de los acontecimientos de actualidad le exigió mirar al
pasado con el objeto de sustentarlos y explicarlos de una manera profunda y
cabal. El trabajo en el filo de la historia reciente implicó, a su vez, recolectar
la información de manera personal. Sus fuentes eran los periódicos. Diariamente llegaban hasta la puerta de su casa cuando menos cinco diarios (de
México recibía Excélsior, La Jornada, Unomásuno, El financiero y a veces el
Universal; de Argentina, El Clarín, La Prensa y la Nación, y durante el Sandinismo recibía también dos diarios nicaragüenses: Nuevo Diario y La Prensa),
además de las publicaciones semanales y/o quincenales (Proceso, New York
Times, Time, Newsweek). Estos insumos los recibía ya fuera por suscripción
o porque le pedía a algún amigo que le enviara información desde países
lejanos; incluso conseguía materiales a través de las diversas embajadas, y en
cada viaje Gregorio volvía cargado de revistas y periódicos locales. Además,
dos veces por semana acudía directamente a las agencias noticiosas para
recoger cables que ofrecieran los recuentos de forma más directa.
Acto seguido, comenzaba la labor escrutadora, seleccionadora: la mirada
y tijera de Selser seleccionaban la información de su interés y el recorte era
integrado al acervo cada día más voluminoso que cohabitaba con los Selser
en su departamento. Lo que durante tantos años fue un quehacer diario, cotidiano, un medio para llegar a un fin (la fundamentación de los escritos), hoy
en día constituye un acervo no sólo histórico, sino que es historia en sí.
Una característica peculiar del archivo histórico de Gregorio Selser es
que no se construye con fuentes y documentos de primera mano, sino que
se constituye principalmente a partir de notas y/o artículos periodísticos, es
decir la mirada ya específica y subjetiva que el periodista o redactor tuvo del
220
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
acontecimiento histórico. A esto hay que sumarle un segundo filtro intencional: la tijera selectiva de Selser que recortaba y archivaba sólo lo que era de
su interés particular. Ahora bien, esa mirada no era cualquier mirada, era la de
un estudioso profundamente informado, que poseía una intuición y criterio
privilegiados para hacer la reconstrucción y recuento histórico de América
Latina en el siglo xx. De allí que más que un prejuicio o un índice de error, los
recortes o filtros presentes en el archivo Selser constituyan una posibilidad de
discernimiento, tanto de la lógica de Gregorio como de la historia del periodismo en Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo pasado.
Cabe señalar que en toda esta faena Gregorio no estuvo solo. A su lado
siempre estuvo Marta Ventura, su compañera en la vida y el trabajo. Era
Marta quien lo ayudaba a recortar y organizar los miles de documentos y
artículos periodísticos que literalmente inundaban su hogar. Fue ella quien
a la muerte de su marido se abocó a la monumental tarea de continuar y
completar la organización del acervo; quien organizó la Fundación Latinoamericana Gregorio Selser (flags); quien guió, a veces de la mano, a múltiples
investigadores que trabajaron con y en el archivo, y fue ella quien finalmente
tomó la decisión de encontrarle un nuevo hogar a ese acervo tan especial.
En marzo de 2005, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México
adquirió la primera parte del legado documental de Gregorio Selser. Esta primera compra incluía todo lo que se consideraba el “archivo documental”, es
decir, el material a partir del cual Selser hacía sus investigaciones y fundamentaba sus escritos —recortes de periódicos (hemeroteca), revistas, libros,
trabajos de investigación y tesis. Más tarde, ya en 2007, se hizo la adquisición del llamado “archivo personal” de Selser que comprende, entre otros
documentos, los originales de todos sus artículos periodísticos así como de
muchos de sus libros (entre ellos Sandino, general de hombres libres), materiales inéditos, toda su correspondencia, cintas de audio con entrevistas y
conferencias. Con esto se logró concentrar prácticamente todo el legado
documental de Gregorio Selser en una sola institución, y a su vez se constituyó el primer archivo histórico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México: el Archivo Gregorio y Marta Selser.
El paso de un archivo personal a un archivo institucional ha representado diversos retos. En primer lugar, hubo que reconsiderar los fondos del
propio Archivo, pues una vez que se hizo una valoración más detallada de los
materiales del acervo pudo apreciarse que no eran dos fondos (documental y
personal) como originalmente se había planteado—y según lo cual se había
organizado la adquisición—, sino que en realidad el Archivo contiene cuatro
fondos que son: a) Colección documental, b) Archivo personal (consistente
de los manuscritos originales, correspondencia, entrevistas, cintas de audio,
organizar para conservar
221
ponencias…), c) Colección hemerográfica (que incluye series completas de
revistas especializadas, periódicos enteros de diferentes naciones, boletines
de diversas características) y d) Colección Bibliográfica (libros diversos, tanto
escritos por el propio Gregorio Selser como otros que formaban parte de su
biblioteca personal, además de múltiples tesis relacionadas con las temáticas
del Archivo). Por otra parte, se está trabajando en la reclasificación del orden
original que contemplaba dos ejes —países y temas—, se ha establecido un
cuadro que hasta ahora incluye 19 secciones84 y 30 series.85
Además del trabajo natural de reordenamiento de un archivo, el caso del
Archivo Selser ha implicado consideraciones particulares. Si bien partimos
de la idea internacionalmente aceptada de respetar el orden original —pues
estamos más que concientes del valor histórico que éste posee, en tanto ventana
a la lógica de los Selser—, existen muchos ejemplos en los cuales este “orden”
obedecía a cuestiones pragmáticas y circunstanciales, más que lógicas. En
esos momentos, frente a ese documento que aunque trata de Armamentismo
se encuentra dentro de un expediente acerca de Derechos Humanos, y donde
ni siquiera Marta Ventura de Selser puede darnos un argumento de orden
más allá del de “Gregorio me decía que ahí lo pusiera”, el sistema y deseo de
preservación se ponen a prueba.
Existe asimismo la intención y deseo de continuar con el esfuerzo de
registrar la historia política de América Latina, actualizando y enriqueciendo el acervo para que la información no se detenga en 1991 (fecha en que
murió Selser). Sin embargo, esto nuevamente constituye un reto y una responsabilidad particular, pues ya sin las tijeras de los Selser, sin esa mirada tan
minuciosa y selectiva, ¿cómo y hasta dónde continuamos su labor para que la
identidad del archivo no se pierda, disolviéndose en una colección arbitraria?
La selección de las líneas temáticas que serán continuadas y de los documentos específicos que se sumarán al acervo no sólo representa un problema
de espacio físico –ése puede resolverse gracias a herramientas como la digitalización–, implica reconstruir y mantener una “mirada selseriana”; encarnar
84
Armamentismo, Derechos humanos, Economía, Elecciones y Partidos Políticos, Estados
Unidos, Histórica-cronológica, Iglesia, Militarismo, Movimientos sociales, Narcotráfico, Organismos internacionales, Partidos políticos y elecciones, Periodismo, Problemas sociales, Procesos de paz y transición a la democracia, Recursos naturales, Régimen político, Relaciones
internacionales, Servicios de Inteligencia.
85
Amazonia, América Latina, Antártica, Argentina, Bolivia, Caribe, Centroamérica y el Caribe, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Haití,
Honduras, Malvinas, Macarthysmo, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Reagan,
República Dominicana, Social Democracia, Transnacionales, Uruguay, Venezuela.
222
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
la idiosincrasia de una persona en una institución: la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México.
El lema de la uacm es “Nada humano me es ajeno”; en este sentido, la
Universidad comparte con Gregorio Selser ese carácter humanista que mencionamos al principio, de allí que sea una institución natural para asumir su
legado. Además de las coincidencias filosófico-políticas, debe considerarse
que la uacm es una institución universitaria que asume de lleno el compromiso de educar: no sólo de difundir, sino de construir conocimiento.
El Archivo Gregorio y Marta Selser forma parte del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales, y se constituye como todo un proyecto académico que contempla la memoria desde tres vertientes: resguardo, difusión
y producción. Bajo el concepto de Memoria abierta; Archivo vivo…, se ha
construido un plan de trabajo que implica llevar a cabo, de manera paralela y
cuasi-simultánea, las labores de reordenamiento, descripción, conservación
y difusión. En este sentido, el equipo del Archivo trabaja a la par en el cuadro
de clasificación, la foliación, la producción de programas de radio,86 la organización de seminarios,87 el desarrollo de bases de datos88 y la proyección de
un programa editorial.89
86
El archivo ganó un concurso convocado por el Instituto Mexicano de la Radio (imer) para
la producción de una serie de programas de quince minutos de duración. El proyecto, que ya
está en curso, plantea la estructura de miniserie para ir abordando diversos temas relacionados con el Archivo. Los títulos y temáticas abordados son: ¿Qué es el Archivo Selser? ¿Quién
es Gregorio Selser? Sandino, Centroamérica (éstas cuatro ya se han transmitido), Periodismo
de investigación y antiperiodismo, Los otros militares; Militares democráticos en América
Latina y México en el contexto latinoamericano. Se están fraguando convenios internacionales para la retransmisión de los programas a través de Radio Nederland de Holanda y Radio
Primerísisma de Nicaragua.
87
Se está programando llevar a cabo, en el mes de noviembre, las Primeras Jornadas Gregorio
Selser, que centrarán su atención en los cruces entre periodismo e historia.
88
Se está elaborando una antología interactiva con los artículos periodísticos que Selser
publicó entre 1975 y 1991.
89
La Universidad estableció un acuerdo sobre los derechos de autor de los textos de Gregorio
Selser y contempla un plan editorial integral que considere tanto re-ediciones de los libros
previamente publicados, edición de los originales inéditos y también la publicación de textos
que, aunque no fueron escritos por Selser, por su temática y/o metodología están relacionados con el Archivo.
organizar para conservar
223
El Archivo Gregorio y Marta Selser representa el legado documental de
los Selser; es la herencia del trabajo de un hombre cuya firme convicción de
que la información histórica no sólo era útil, sino necesaria, lo llevó a generar
un acervo singular y único. Para la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México este acervo constituye no un punto de llegada, sino uno de partida.
Lo que fue el fruto ahora se vuelve la semilla desde donde se gestará y continuará el trabajo. Ya no es Selser quien selecciona y escribe, pero el Archivo,
cual ente vivo, continúa produciendo.
Fundación, recuperación y perspectiva
del Archivo Histórico de Xochimilco
Etnóloga Anáhuac González González
Directora del archivo histórico y hemeroteca
de la Delegación Xochimilco
Antecedentes
Xochimilco es una delegación de gran riqueza cultural e histórica que guarda
innumerables tesoros de la época prehispánica y colonial. Sobresale el uso
del sistema agrícola chinampero que es una muestra del ingenio humano por
sobrevivir en condiciones adversas, ganando tierra al agua, pues recordemos
que los primeros asentamientos xochimilcas se desarrollaron en el antiguo
lago de México hacia el siglo x.
Con la llegada de los españoles se construye la ciudad sobre la traza de
canales y calzadas indígenas. Conformando una fisonomía propia, en la que
hoy se observan importantes monumentos que datan del siglo xvi, xvii,
xviii y xix, riqueza que le valió ser considerado por la unesco Patrimonio
Cultural de la Humanidad en 1987.
De ahí la necesidad de conservar y difundir el patrimonio documental
de Xochimilco. En el interior del Ex Convento de San Bernardino de Siena
se encuentra un importante archivo parroquial con un acervo que data del
siglo xvi. En cuanto a los Archivos administrativos de Xochimilco, éstos se
encontraban en el antiguo palacio municipal de 1871 y fueron destruidos
en la época de la Revolución. Existe un vacio documental en las siguientes
décadas, pues los archivos referentes a Xochimilco y otras delegaciones se
echaron a perder en la bodega de Pantaco en 1985. ( Hernández; 2004)
Afortunadamente en el Archivo Histórico del Distrito Federal se conservan importantes documentos de las distintas delegaciones. El Archivo de
concentración local este se encuentra actualmente en avenida México núm.
2080, colonia Huichapan en una bodega conocida como “el rastro”, mismo
que cuenta con un acervo desde 1987.
226
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
En 1983, surge el Archivo Histórico dependiente de la Delegación, como
una biblioteca especializada sobre la región, debido a la existencia de abundantes trabajos de investigación realizados por ambientalistas, urbanistas,
antropólogos e historiadores. A esto se suman diversos documentos generados por la administración, tanto informes delegacionales, como materiales
del área de Comunicación Social. El acervo se integra con fuentes bibliográficas, hemerográficas, audiográficas, videográficas y fotográficas. Debido a
la participación de los habitantes en la conformación del acervo, el Archivo
tiene características comunitarias, como se observará durante las distintas
etapas por las que ha transitado.
Su formación tiene sus antecedentes en el interés del profesor José Farías
Galindo (1921-2004) por difundir la historia de la región. Siendo originario de
Zumpango (Estado de México), llega a vivir a Xochimilco en 1937. Con deseos
de progresar, estudia la carrera de maestro, además de periodismo, música,
teatro y cine. Muy joven comienza a destacar como periodista, al colaborar en
diversos diarios de circulación nacional y en periódicos locales, escribe poemas,
canciones y cuentos. También realiza estudios de arqueología motivado por el
cariño a la tierra que lo cobijo, y dedica buena parte de su tiempo al estudio de
las tradiciones e historia de Xochimilco. Conjunta un amplio conocimiento
sobre la región: por lo que en 1983 es nombrado cronista oficial de Xochimilco,
su labor fue ampliamente reconocida por la Asociación Nacional de Cronistas
de Ciudades Mexicanas A.C., de la cual fue presidente en su sección regional
D.F., en 1989. Autor de varias obras entre las que destaca la Monografía de
Xochimilco (1984) editada por el Departamento del Distrito Federal y miembro
de numerosas agrupaciones y patronatos culturales.
Siendo el profesor Farías un personaje distinguido e influyente de la
comunidad, propone al delegado licenciado Nicolás Reynes Berezaluce (cuya
administración fue de 1982-1985) la formación de un Archivo Histórico específico, en conjunto con el escritor Horacio Labastida quien era funcionario en
la Delegación, se convierte entonces en un proyecto oficial: por lo que se inician varias reuniones de trabajo en los meses de mayo, junio y julio de 1983.
El Archivo ocupó el edificio ubicado en Pino número 36, actualmente la
Dirección de Turismo, que en aquel tiempo era utilizado como oficina de la
Junta de Vecinos, que se reubicó en el Barrio San Cristóbal. Ya instalado el
naciente Archivo se le provee de escritorios, libreros, máquinas de escribir y
se le asigna personal de base. De manera provisional inicia con libros, mapas,
folletos y fotografías propiedad del profesor Farías, quien, en calidad de préstamo, lo facilita para su consulta.
Su inauguración fue el 11 de agosto de 1983 por el delegado Nicolás
Reynés Berezaluce y el regente Ramón Aguirre Velázquez, en compañía de su
organizar para conservar
227
Primer edificio que albergó al Archivo Histórico de Xochimilco
ubicado en la calle de Pino número 36.
esposa durante una gira de trabajo en Xochimilco, ese día también se inauguraron las oficinas de la Subdirección de turismo en el edificio contiguo y una
exposición de artesanías de Puebla y Oaxaca. Aunque fue el 1 de septiembre
que se ofreció el servicio de consulta de periódicos, debido a que el delegado
dispuso que dentro del archivo funcionara una hemeroteca.
Toma el cargo de director el profesor Farías y como subdirector el doctor
Sergio Cordero Espinoza; con el objetivo de conformar el acervo documental
convocan a la comunidad a la donación de libros, fotografías, mapas y periódicos. Comenta el profesor Farías: “Muchos materiales que tiene el Archivo
pertenecen a mi colección particular, pero estamos buscando acrecentar el
acervo con donaciones, con una búsqueda permanente en el Archivo General
de la Nación y en instituciones como la unam y la Fototeca Nacional de
Pachuca”.( Metrópoli, 25 de septiembre de 1984). Con buenos resultados pues
durante los primeros meses, se presentan tres exposiciones de manuscritos.
228
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Huetzalin
A un año del nacimiento del Archivo Histórico, se edita un boletín informativo mensual con el nombre de Huetzalin (guía físico y espiritual de los
xochimilcas desde Aquilazco, sitio relacionado con la peregrinación xochimilca desde Nayarit) el primer ejemplar sale en el mes de marzo de 1984,
y concluye en el mes de marzo de 1988 con el número 50, también bajo la
dirección del profesor Farías y el doctor Sergio Cordero.
La naturaleza de este boletín, que tiene primero 16 páginas y luego 20,
se divide en varias secciones: adquisiciones, donaciones, biográfica con hombres ilustres, acontecimientos importantes, conferencias, historia del lugar,
canales, leyendas, tradiciones, comentarios, efemérides, entre otras actividades culturales y acontecimientos importantes de la jurisdicción.
Traslado
Durante los años siguientes, el área se fortalece con las donaciones constantes
de los habitantes, la adquisición de periódicos y libros e importantes actividades culturales como exposiciones y conferencias. Para entonces el espacio
se vuelve insuficiente, por lo que en mayo de 1990, se traslada a la Casa del
Arte, antiguo edificio colonial construido en el siglo xvi, lugar que ocupa a la
fecha, donde cuenta con dos salas de lectura y la hemeroteca.
En ese mismo año, precisamente en la Casa del Arte, es donde se va a
conformar el Centro de Información y Documentación de Xochimilco, bajo
la dirección de la licenciada Rocío Baca Millán, dependiente de la Subdirección de Cultura. Alrededor de este centro se congregaban el Archivo Histórico y Hemeroteca, el Museo Arqueológico y el Archivo de la Memoria Oral
de Xochimilco (amox). Este último es resultado de convenios realizados con
la Escuela Nacional de Antropología e Historia que tenía por objetivo recuperar a través de entrevistas a ancianos testimonios de la vida de los antiguos
habitantes: el proyecto estuvo a cargo del antropólogo Francisco Andía Pérez:
lamentablemente en 1994 con el cambio de administración, se interrumpió.
Penosas consecuencias
En los siguientes años el Archivo Histórico pasa por una etapa difícil, debido
al desinterés de las autoridades delegacionales y pugnas políticas, como
manifestaron diversos medios periodísticos:
organizar para conservar
229
“… como asiduo visitante del sencillo pero impresionante
Archivo Histórico, he observado con dolor y tristeza el abandono en
que lo tienen las autoridades locales, que insensibles a la importancia
real de dicho archivo, no mueven un solo dedo para ofrecerle apoyo.”
( El Ahuejote, 17 de diciembre, 5 de enero 1997.)
Ante las circunstancias adversas el profesor Farías, decide retirar el
acervo de su propiedad.90 Y en las condiciones en que se encontraba el área,
poco a poco se “pierden” importantes documentos, libros y fotografías. Pues
hasta ese momento el Archivo:
“…subsiste gracias al apoyo del profesor José Farías Galindo,
pero mucho material desapareció y otro está por perderse, ¿dónde
quedó este material? (El Ahuejote, 28 de junio, 1997.)
Se suma a esta situación de penosas consecuencias, la jubilación del profesor Farías en abril de 1998, 91 por lo que el área queda a la deriva ante la
falta de un director. A cargo de un responsable y sin los apoyos necesarios,
se colocan en bodega distintos materiales para resguardarlos, las condiciones
de almacenaje son inadecuadas debido a la humedad del lugar. También el
mobiliario y las instalaciones comienzan a deteriorarse con el paso de los
años por falta de mantenimiento.
Cómo se encontraba en 2001
Cuando para el año 2001, la que suscribe fue nombrada directora del Archivo
Histórico, encontró la hemeroteca dentro de lo que cabe con un buen servicio
al usuario, contrariamente al Archivo que sólo se abría cuando llegaba algún
usuario, pues éste era atendido por una sola persona que desempeñaba funciones tanto de secretaria como de intendencia.
El abundante acervo de la hemeroteca se observaba en mal estado debido
a la humedad de las paredes. En el archivo, hallé los libreros prácticamente
vacíos —como evidencia del saqueo del que fue objeto—; de los pocos libros
existentes sólo algunos valían la pena.
Conformaban el archivo básicamente carpetas informativas que consistían en notas periodística alusivas a Xochimilco, guardadas celosamente en
El profesor Farías retira los materiales de su propiedad en distintas fechas, encontramos el
oficio número 105/88 en el que informa de estos libros.
91
El profesor se jubila como docente en 1979 y como personal de base del GDF en 1998.
90
230
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Condiciones en que se encontraba el acervo documental
dos archiveros: hechas con folders, papel reciclado y broches metálicos, por
lo que el deterioro del material era evidente. También el acervo fotográfico se
encontraba en álbumes maltratados y los mapas de igual manera rotos.
Debido a las condiciones de abandono en que se encontraba el acervo, no
existían catálogos, ni ficheros actualizados y ante la falta de un presupuesto
asignado al área (POA) el panorama era difícil.
Fue una sorpresa encontrar guardados en bodega, cajas de síntesis informativas, un sin fin de fotografías y otros materiales: se encontró información
muy valiosa de las décadas de los 60, 70, 80 y 90. El acervo presentaba manchas por filtraciones de agua, oxidación, mutilaciones por roedores e insectos
y contaminación por hongos, afectando el estado de conservación de varias
cajas, para colmo, dicho material fue arrojado a las inclemencias del tiempo,
pues se consideró un “montón de basura”:
Acontecimientos que nos hacen recordar a Zumárraga cuando
en el siglo xvi quemó los códices por no comprender la cultura de los
indígenas. Hoy parece que retrocedimos en el tiempo... (El Ahuejote,
16 al 31 de Julio del 2002.) Afortunadamente se lograron rescatar
dichas cajas.
organizar para conservar
231
Trabajo de recuperación del acervo: limpieza, depuración, restauración y catalogación
Inicia la labor
Mediante acciones concretas se inicia la recuperación del Archivo Histórico. Como primera medida de resguardo, los documentos se limpian del
polvo acumulado y excremento de roedores, también se separa el material
contaminado por hongos, se quitan grapas, broches y clips para evitar la
oxidación, para después restaurar “hoja por hoja”: trabajo muy meticuloso
y delicado realizado por el personal que labora en el archivo. Para continuar con la depuración de la infomación y finalmente integrar memorias
hemerográficas.
Se organizan volúmenes de diarios locales, como El azotador (2005-2006),
El ahuejote ( 1993-2006), El informador (1972-1992), Al sur de la ciudad (19952000), Noti Xochimilco ( 1992-2003) Índice ( 1974-1990): y revistas como Rescate ( 1983-1996), Xochimilco (1964-1966), Anales y Letras (1973), Nosotros (
2002-2006 ) y Xochimilco ayer y hoy ( 2003-2006) entre otras.
También se conforman mecanismos para incrementar el acervo a través de
búsqueda de tesis y libros alusivos a Xochimilco en otras bibliotecas y archivos
(unam, enah, uam, etc.) para integrarlos al acervo, además de incorporar
publicaciones delegacionales (informes, libros de divulgación, folletos).
232
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Señor Francisco Rodríguez Silva, principal donante de la Hemeroteca
Y con el objetivo de proteger los materiales recuperados se gestiona la
asignación de recursos para empastar, de esta manera a la fecha el Archivo
cuenta con mil títulos aproximadamente. Además se inicia la catalogación de
los mismos por orden alfabético y temático.
Se establece un contacto permanente con la licenciada Donají Olivera,
responsable del área de comunicación social, que aporta síntesis informativas
y demás materiales del acontecer en la región. Y nuevamente dan muestra de
su generosidad los miembros de la comunidad al donar libros y revistas, tal es
el caso de Esteban Gómez Belmont, Erwin Stephan Otto Parrodi (Patronato
del Parque Ecológico de Xochimilco), Enrique Urrutia Méndez ( Consejo
de Fomento Cultural de Xochimilco), Ana María Sánchez Lujano (Revista
Xochimilco ayer y hoy), entre otros.
Fundamental ha sido el apoyo desinteresado del Señor Francisco Rodríguez Silva, expendedor de periódicos de la calle Madero y 16 de Septiembre,
quien durante varios años ha sido el donador más importante de la hemeroteca pues aporta tres diarios de circulación nacional, sin haber fallado un
solo día; no se cuenta con presupuesto asignado para el pago de suscripciones
de diarios y revistas.
organizar para conservar
233
Recuperación del archivo fotográfico (Niñas del pueblo de Santa cruz Acalpixca, década de los 40)
Otro importante rescate fue la creación de alrededor de 70 carpetas fotográficas, pues en bodega se hallaban varias cajas con materiales muy interesantes en blanco y negro y a color: muchas de ellas invadidas por hongos, otras
mutiladas y sin referencias, por lo que se procedió en un primer momento
a separar el material contaminado: las fotografías que se encontraban en
mejores condiciones se limpiaron “una por una”, para después clasificarlas
por tema. Algunas sólo se limpiaron debido a que no fue posible darle otra
presentación.
Del mismo modo se integraron 52 carpetas de mapas y croquis, algunos en
fotocopias y otros originales: a las que se suman cerca de 500 videos que aportó
comunicación social, en los que se muestran entrevistas a funcionarios, documentales, notas periodísticas, eventos políticos y culturales de la delegación.
También localizamos una caja que contenía 44 cassettes de tradición oral,
mismos que se digitalizaron para evitar su deterioro, gracias al trabajo desinteresado del actor y director de teatro Víctor Rodríguez Reynoso. A esto se
suman las aportaciones de vecinos que donaron cedes de cuentos y leyendas,
así como cantos tradicionales en lengua náhuatl.
234
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Otro aspecto importante fueron las obras de mantenimiento del edificio,
que consistieron en cambio de pisos, aplanados, electricidad, colocación de
plafón, pintura general, impermeabilización, entre otros. Con ello se revitalizó la imagen del área y se lograron mejores condiciones para el servicio al
usuario.
Con el objetivo de contar con materiales de exposición se enmarcaron carteles y fotografías históricas, y se montó una exposición permanente sobre la
“flor más bella del ejido”, que se exhibe en la sala de lectura. Para difundir los
servicios que presta el archivo se han instalado stands en diversas ferias regionales y se ha convocado a concursos de fotografía histórica y tradición oral.
La recuperación del acervo, no ha terminado pues se ha continuado de
manera permanente con la limpieza, restauración, depuración y empastados
de los documentos, fotografías y mapas, debido a la cantidad de material que
se encuentra en bodega. El acervo crece —afortunadamente— todos los días,
con nuevos aportes de vecinos y autoridades.
Aunque se iniciaron estos trabajos con recursos mínimos, poco a poco
ha ido mejorando la situación, a pesar de carencias importantes: que esperamos se puedan resolver .
Queda mucho por hacer, como proseguir con las tareas de equipamiento
y mobiliario, así también generar publicaciones e investigaciones y sobre todo
digitalizar el acervo fotográfico, mapas, videos, etc.
Materiales de exposición ( cartel Gran kermes de la amapola, 1957.)
organizar para conservar
235
El historiador Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva señala con tristeza
que “es muy probable que la historia documental de la Delegación Xochimilco en el siglo xx, y de gran parte de las otras del Distrito Federal, esté
perdida de manera inexorable por la falta de interés de las autoridades para
la preservación de la información histórica..”, y agrega, “en el año 2003 se
propuso la creación de un centro de Documentación Histórica sobre Xochimilco, ya que la preservación de la memoria histórica, (…) es igual de importante que el rescate de sus canales. El ordenamiento de informes hemerográficos que se lleva a cabo en el Archivo Histórico de Xochimilco puede
ser un buen comienzo de una labor que debe realizarse. (…) Ahora, con la
tecnología digital, ya no hay el pretexto del espacio para la preservación de la
información. Tan solo se necesita un poco de atención e inversión sobre este
rubro.” ( 2004: 52)
Contenido del archivo y la hemeroteca
El acervo consta de alrededor de mil títulos, en los que se aborda tanto la
historia prehispánica y colonial, como tradiciones, leyendas, monumentos,
ecología, chinampas, ejidos, arqueología, además de un archivo de historia
oral, mapas delegacionales y periódicos locales, así como videos de eventos
culturales, económicos y sociales. Materiales que se pueden consultar en
Casa del Arte, edifico del Siglo XVI, que alberga al Archivo Histórico y hemeroteca
de Xochimilco
236
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
la sala de lectura. La hemeroteca cuenta con tres diarios de circulación
nacional.
Hoy día el Archivo Histórico de Xochimilco representa una fuente de
información indispensable para la investigación histórica y antropológica de
la región: debido a su labor de resguardo del acervo documental.
Servicios al público
Exposición permanente de fotografía histórica sobre la fiesta de la “Flor más
bella del ejido”
Préstamo en sala Archivo Histórico: 8:00 a 15:30 hrs.
Hemeroteca: 8:00 a 16:00 hrs.
Requisitos: presentar credencial actualizada.
Dirección: Morelos núm. 7 Barrio el Rosario, Centro Histórico de Xochimilco
Telefono: 5676 48 69
Fuentes documentales
“Archivo Histórico de Xochimilco, servicio primordial para estudiantes de
todos grados” en Metrópoli, 25 de Septiembre 1984.
Cordero, Rodolfo, “Golpe a memoria Histórica de Xochimilco”, El ahuejote, 16 al 31 de Julio del 2002.
“En la basura la memoria histórica de Xochimilco”, El ahuejote, 16 al 31
de Julio del 2002.
Chavez, B. Roberto Gabriel, “Archivo Histórico de Xochimilco”, El Ahuejote, 17 de diciembre al 5 de enero del 1997.
Hernández Silva, Héctor Cuauhtémoc, “ Historia política de la Delegación Xochimilco 1929-2004” en A la orilla del agua, Instituto Mora /Delegación Xochimilco 2004.
Soto Canchola Melchor, Xochimilco ¿Quién sabe tu historia?, El Ahuejote, 28 de Junio de 1997.
MESA 8
Las fuentes documentales para la historia de la
Ciudad de México.
El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina: contribuciones a la historia
de la Ciudad de México
Maestra Xóchitl Martínez Barbosa, Jorge Zacarías Prieto, Archivo Histórico
de la Facultad de Medicina, unam
El hospicio de niños de la Ciudad de México, una muestra del acervo histórico
de la Secretaría de Salud
José Luis Nájera Juárez, Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
Fuentes documentales del Archivo Histórico del Arzobispado de México: espacios sociales y prácticas religiosas en la parroquia de Iztacalco
Maestro Marco Antonio Pérez Iturbe, maestra Berenise Bravo Rubio
Archivo Histórico del Arzobispado de México
La ciudad y sus imágenes: la investigación social y las experiencias de acceso a
la información pública
Alejandra Padilla Pola, becaria del Instituto de Investigaciones doctor José
María Luis Mora.
Propuesta metodológica para el estudio de las fuentes documentales primarias
con características estadísticas.
Felipe de Jesús Calderón Flores, Estudios Latinoamericanos, Facultad de
Filosofía y Letras, unam
El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina: contribuciones
a la historia de la ciudad de México
Xochitl Martínez Barbosa
Jorge Zacarías Prieto
Archivo Histórico de la Facultad de Medicina, unam
Introducción
El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina (ahfm) de la Universidad
Nacional Autónoma de México salvaguarda documentación relacionada con
el desarrollo de la ciencia médica, desde el punto de vista de la enseñanza y de
la práctica médica, temas que se ven reflejados a través de la administración
institucional del Establecimiento de Ciencias Médicas, conocido después
como Escuela, Colegio y Facultad de Medicina.
Los archivos históricos son repositorios donde se organizan y conservan
los documentos por medio de la metodología archivística con el fin de servir
como fuentes para la historia institucional, regional o del país entero. Dadas
las características del acervo documental que salvaguarda el ahfm, éste
constituye una fuente útil para el estudio de la ciencia médica en la ciudad de
México y en el ámbito nacional.
En lo que respecta al contenido del citado Archivo, el período que abarcan
los documentos se extiende desde fines del siglo xviii hasta el último tercio
del siglo xx, razón por la cual ofrece una rica posibilidad para la investigación de la historia de la medicina, de las políticas sanitarias, de la profesionalización de la medicina y de la cirugía, así como de la farmacia y la odontología; de la modernización de la medicina, y de los diferentes personajes que
han forjado la ciencia médica y han pasado por nuestra Universidad desde
la creación del Establecimiento de Ciencias Médicas en 1833 hasta los años
ochenta del siglo xx, entre otras muchas posibilidades de estudio.
Considerando lo anterior, a lo largo de este trabajo se realiza primero una
breve reseña del ahfm, y se describe su acervo, con el fin de dar a conocer
las características del mismo. Posteriormente, con la intención de exponer lo
240
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
que puede aportar para el estudio de la historia de la medicina en la ciudad
de México, se analiza su contenido tomando en cuenta el papel relevante que
tuvo la capital del país en la formación de profesionales de diversos ramos,
entre ellos el de las ciencias médicas, que es el que hoy nos ocupa.
El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina
La documentación resguardada en este archivo fue integrada en los años
cincuenta del siglo pasado por el doctor Francisco Fernández del Castillo,
médico historiador que se ocupó de la conformación y dirección del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de
la Universidad Nacional Autónoma de México.
El doctor Fernández del Castillo tuvo la idea de conformar el citado
Departamento de Historia de la Medicina desde el año de 1933 cuando el
doctor Ignacio Chávez —director en ese momento de la Escuela— le encarga
una investigación sobre las biografías de los médicos fundadores del Establecimiento de Ciencias Médicas, con motivo de la celebración del primer
Centenario de la Escuela Nacional de Medicina.
Sin embargo, se pudo realizar 20 años después el proyecto para formar un
área con estas características dentro de la Facultad de Medicina, gracias a la
proyección del que fuera entonces su director, el doctor Raoul Fournier, médico
reconocido por siempre como un hombre culto, interesado en el arte, la cultura
y la historia; en suma, como un médico humanista. Dicho Departamento se
constituyó con el propósito de iniciar la enseñanza, la investigación y la difusión de la historia médica, entre los futuros médicos y los ya consolidados.
Para hacer realidad las intenciones expresadas, el doctor Francisco Fernández del Castillo proyectó integrar un acervo documental con el material que rescata de la vieja escuela y así logra constituir el Archivo Histórico.
Fuentes que fueron consultadas esporádicamente por personajes como Francisco de Asís Flores y Troncoso (1888), el doctor Víctor Lucio (1896), el doctor
Enrique Herrera Moreno (1925). De igual manera, el doctor Fernández del
Castillo forma y organiza una biblioteca y un museo dedicado a la medicina
mexicana, que subsisten hasta la fecha.
El Archivo está ubicado en lo que fuera el edificio de la Inquisición que
después sería ocupado por la escuela médica a partir de la segunda mitad del
siglo xix, y durante cien años hasta su traslado al nuevo campus en Ciudad
Universitaria en el año de 1956. Sede del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, dicho edificio, conocido como Palacio de la Antigua
Escuela de Medicina, es el que alberga el Archivo Histórico.
organizar para conservar
241
Un recorrido por el acervo
Analicemos sucintamente su contenido. Por tal motivo, a continuación nos
referiremos a éste de manera sucinta y las características de la documentación que resguarda. No hay que perder de vista que se trata de un archivo
administrativo y académico, cuya mayor riqueza documental reside en la
información proveniente, precisamente de la administración escolar.
Como todos los archivos, el ahfm está en permanente crecimiento gracias a donaciones de particulares, a incorporación de archivos o a transferencias documentales de la Facultad de Medicina, desafortunadamente, la parte
más descuidada por ahora. Sin embargo, desde su origen, el ahfm quedó
integrado por los siguientes grupos documentales:
Protomedicato. El acervo contiene documentos del Real Tribunal del Protomedicato, organismo que se crea en el siglo xvii y se suprime en 1831 en
México, con el fin de vigilar el ejercicio profesional de médicos, cirujanos
y boticarios, así como de la práctica sanitaria en general incluyendo barberos, flebotomianos y parteras, la venta de medicamentos y la disposición
de medidas en caso de calamidades y epidemias. El grupo documental que
conservamos se extiende de 1744 a 1831. (17 volúmenes, 368 expedientes)
Facultad Médica del Distrito Federal. Esta institución se constituye en el
México independiente para suplir al viejo y caduco Tribunal, que se conoció
como Facultad Médica del Distrito Federal (Junta Superior de Salubridad en
los estados), y funcionó poco menos de 10 años. De ella contamos con documentación, que se extiende de 1831 a 1841. (5 volúmenes, 198 expedientes.)
Consejo Superior de Salubridad. Este organismo se forma posteriormente a la
Facultad Médica. Constituido en 1841, se convirtió en la máxima autoridad
sanitaria, funcionando durante todo el siglo, en la última década promulga
el primer Código Sanitario. En 1917, la reforma constitucional lo transforma
en un Consejo Consultivo que sigue activo hasta la fecha. Sin embargo, la
información contenida en el ahfm abarca únicamente una primera etapa, de
1841 a 1868. (20 volúmenes, 555 expedientes.)
Escuela de Medicina y Alumnos. Este grupo documental recibe su nombre de
origen; contiene los expedientes de los primeros alumnos de la institución,
conservados de manera muy completa. Corresponde fundamentalmente a la
documentación generada por el Establecimiento de Ciencias Médicas, institución de enseñanza de la medicina que funda el gobierno liberal en 1833, al
242
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
suprimirse la vieja universidad colonial. Establecimiento, Colegio, Escuela o
Facultad se le denominará a esta institución a lo largo del siglo, hasta que en
1910 se suma a la conformación de la Universidad Nacional.
La escuela moderna de enseñanza de la medicina fundada en 1833 adopta
el modelo anatomoclínico de acuerdo con el ejemplo de la Escuela francesa; a
fines del siglo se perfila una influencia de la Escuela alemana, pero al mismo
tiempo se empieza a ver la necesidad de construir una institución médica
propiamente mexicana. Este proceso, escuetamente señalado, se puede apreciar a través de la documentación del Fondo Escuela de Medicina y Alumnos
(femya) que representa la mayor riqueza y extensión de nuestro acervo.
(1833- 1946; 645 volúmenes.)
Finalmente, el fondo de origen de nuestro Archivo contiene una importante colección:
Colección de Bandos e Impresos. Está integrada por documentos emitidos por
diferentes instituciones tales como Ayuntamientos, Virreinato de la Nueva
España, Juntas municipales de Sanidad, Universidad Real y Pontificia, etc.
Son documentos de gran formato que están salvaguardados en dos carpetas
especiales para su conservación y abarcan el período de 1787 a 1913.
Otros grupos documentales
De acuerdo con lo que hemos apuntado líneas arriba, los archivos históricos
no deben considerarse como repositorios muertos, en virtud de que se van
enriqueciendo por diferentes vías. En el caso del ahfm, éste se ha incrementado mediante las transferencias de la misma institución, o bien a través de
la donación de particulares. Considerando lo anterior, vale la pena apuntar
los siguientes grupos documentales que se incorporaron posteriormente al
acervo de referencia:
Facultad de Medicina. Personal Académico. Esta serie documental está integrada por expedientes de profesores que fueron enviados a nuestro archivo
en fechas muy posteriores a su integración como Archivo Histórico y representan una rica y útil información para quienes se interesen en los protagonistas de nuestra historia médica contemporánea.
Colecciones. Las donaciones de particulares constituyen otra ruta para el
incremento del acervo. Por lo general provienen de familiares de médicos que
desean preservar su documentación, con el fin de que sea aprovechada para
la investigación. Respecto a este grupo documental, vale la pena destacar:
organizar para conservar
243
Colección doctor José Joaquín Izquierdo. Contiene documentación del doctor
Izquierdo (1893-1974) reunida a lo largo de su vida familiar, social y profesional. El doctor Izquierdo fue un distinguido fisiólogo e historiador de la
medicina que se dedicó a la investigación y enseñanza de la fisiología, razones
por las cuales es considerado pionero en esta materia.
Colección Enrique Santoyo Rodríguez. Está formada por documentos del
primer gastroenterólogo endoscopista del Instituto Mexicano del Seguro
Social (imss) que ejerció de los años 40 a los 70 del siglo pasado. (1935-1987;
6 cajas, 74 expedientes.)
Colección Salvador González Herrejón. Documentos del dermatólogo
michoacano.
Escribe sobre el “mal del pinto”; fundó la Oficina Técnica de la Campaña
contra el Paludismo de la Secretaría de Salubridad y, entre otros cargos, a
mas de ser director de la Facultad de Medicina de la unam, fue rector de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. (1931-1965; 2 cajas, 8
expedientes.)
Colección doctor Ramón Pérez Cirera. Médico español de origen granadino,
con estudios de Farmacología en Berlín que llega a México como refugiado
en los años 30 del siglo xx. Fue fundador del Departamento de Farmacología
de la unam y profesor de la materia, así como autor de muchas publicaciones
respecto a la misma y pionero en lo que toca a los laboratorios farmacéuticos
en México. (1937-1979; 7 cajas, 139 expedientes.)
Contribuciones a la historia de la ciudad de México
Como es de todos conocido, la centralización administrativa en la ciudad de
México desde tiempos novohispanos incidió en las características que tuvo
dicha ciudad durante el siglo xix. A lo largo de esta centuria, no solo se erigió
como capital de la nueva nación independiente, sino que concentró una serie
de actividades, entre las que se cuenta la de la enseñanza superior y por ende
la formación de profesionales de diferentes disciplinas (Escuela de Medicina),
así como la concerniente a la regulación de la práctica médica y sanitaria
(Protomedicato, Facultad Médica, Consejo).
Durante la primera mitad del siglo xix, el funcionamiento de las instituciones educativas fue muy atropellado a causa de la inestabilidad sociopolítica y económica.
244
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Es en el mes de octubre de 1833, cuando el vicepresidente Valentín
Gómez Farías, en funciones de presidente, suprime la Nacional y Pontificia
Universidad de México, creando a su vez la Dirección General de Instrucción
Pública, encargada de dirigir seis establecimientos de estudios superiores
que fueron: el Establecimiento de Ciencias Jurídicas, de Ciencias Exactas,
de Artes y Oficios, de Estudios Preparatorios, de Ciencias Eclesiásticas y el
Establecimiento de Ciencias Médicas, el cual comenzó sus lecciones en los
primeros días de diciembre del mismo año. Sin embargo, y dada la inestabilidad política a la que nos referimos, ocho meses después, el presidente
de la República, Antonio López de Santa Anna, deroga la Ley que creó la
Dirección General y con ello cinco de sus establecimientos, exceptuando el
de Ciencias Médicas, gracias a que un grupo de catedráticos del claustro de la
reinstaurada Universidad dan su visto bueno y ensalzan la labor que se venía
desarrollando en dicha institución educativa.
Instalado en un principio en el edificio del ex convento de Betlemitas
(hoy museo de Economía), el Establecimiento de Ciencias Médicas peregrina
durante 20 años a partir de 1834, hasta que se establece definitivamente en
una parte del edificio que ocupó la Inquisición (1854), que los profesores
compran al Seminario Conciliar con sus sueldos devengados de la ya para
entonces Escuela de Medicina.
Cabe mencionar que desde su creación, el Establecimiento de Ciencias
Médicas, se convierte en una institución hegemónica para la enseñanza de la
medicina y de la cirugía, gracias a las innovaciones de su plan de estudios,
enriquecido con las ideas modernas de la Escuela francesa.
Lo anterior no descarta la importancia que tuvieron las entidades del
interior del país en este aspecto, particularmente las del centro de la república. Ciudades como Morelia, Puebla y Guadalajara pronto implantaron en
sus instituciones educativas las reformas a los planes de estudio de la educación superior, que respondían a las innovaciones de la época. Sin embargo,
cabe decir que aunque estas instituciones destacaron, estuvieron supeditadas
a la Escuela Nacional de Medicina de la ciudad de México. Hasta la década
de los sesenta se tiene conocimiento de que los jóvenes médicos foráneos
debían examinarse en esta última para poder ejercer en cualquier entidad del
país (por ejemplo, un médico michoacano no podía ejercer en Zacatecas o en
Veracruz si no estaba certificado por la Escuela Nacional).
Sin embargo, cabe señalar que, independientemente de que estos médicos
tuvieran que acudir a la ciudad de México a certificarse, hubo gran cantidad
de estudiantes del interior de la República que venía ex profeso a estudiar toda
la carrera, destacando los alumnos provenientes de los estados del centro del
país como Puebla, Guanajuato, y Michoacán, o de los lejanos Nuevo León,
organizar para conservar
245
Yucatán, Campeche, y Chihuahua, entre otros, quienes, según el Fondo de
Escuela de Medicina y Alumnos (femya), debían cubrir una serie de requisitos para ser admitidos en el Establecimientos de Ciencias Médicas (Escuela
de Medicina). Dichos requisitos consistían en tener aprobadas sus materias
preparatorias como filosofía, aritmética, botánica, ética o moral, latinidad,
francés; a más de ser personas de conducta intachable.
En algunos casos, dichos estudiantes solamente venían a la capital del
país a completar sus estudios profesionales, dado que por circunstancias
políticas sus escuelas fueron cerradas por disposiciones de gobierno. Tal
fue el caso de la Escuela de Medicina de Puebla (1855, 1864) o como la de
Michoacán, clausurada en 1863.
La ciudad de México jugó un papel relevante en la formación de profesionales de diferentes áreas, la Escuela Nacional de Medicina es, por excelencia,
ejemplo de ello: fue una institución formadora de médicos de todo el país.
Otro de los aspectos a desarrollar como contribuciones del acervo para
la historia de la ciudad de México, es el relativo a las regulaciones y certificaciones de la práctica médica y regulación sanitaria, observadas por las
instituciones existentes durante el siglo xix. De nuestro acervo histórico, los
fondos documentales del Protomedicato, Facultad Médica y Consejo Superior de Salubridad, así como la Colección de Bandos y Edictos, son fundamentales para el estudio de este tema.
Durante los primeros treinta años del siglo xix, se viene arrastrando una
tradición colonial con respecto a la regulación sanitaria que perdura durante
el periodo de la guerra de independencia, y hasta 10 años después de la consumación de dicha Independencia.
El Protomedicato fue suprimido el 29 de noviembre de 1831, dando paso
a la creación de la efímera Facultad Médica del Distrito Federal, la cual se
conformó con miembros del extinto Protomedicato y de la Facultad de Medicina de la Nacional y Pontificia Universidad. La Facultad Médica fue efímera:
duró 10 años, sin embargo en este lapso se analizan y se sientan las bases
para la creación de una institución de corte nacionalista e independiente que
vendría a normar lo relativo a la salud pública. Retoma las funciones del Protomedicato pero con ideas modernas, dando lugar al Consejo Superior de
Salubridad: la Facultad Médica es un eslabón entre estas dos grandes instituciones: el Protomedicato y el Consejo Superior.
El Consejo Superior de Salubridad se crea en el año de 1841 y lo conforman en su mayoría los médicos profesores de la Escuela de Medicina de
México, entre los que destacan el doctor Leopoldo Río de la Loza, Manuel
Carpio y Miguel F. Jiménez entre otros.
246
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Las funciones que destacan dentro de las actividades del Consejo son
normar, regular, vigilar y sancionar todo lo relativo a la salud pública en el
país, visitar las boticas, además de reglamentar la preparación y venta de los
medicamentos; verificar el buen funcionamiento de los expendios de carnes
como los rastros, las tocinerías y las carnicerías; reglamentar el establecimiento de cementerios en la ciudad de México, y finalmente, certificar a los
médicos cirujanos, parteras, flebotomianos y dentistas. Estos últimos representan una innovación dado que antes los barberos desempeñaron sus actividades, los cuales ni eran dentistas ni eran flebotomianos, sino simplemente
empíricos, adiestrados en el arte de cortar el pelo, sacar o arrancar las muelas
además de hacer sangrías.
El Consejo Superior de Salubridad funcionó durante todo el siglo xix, y a
partir de la Constitución de 1917 se transformó en el Consejo de Salubridad
General, institución que persiste hasta la fecha, como un órgano consultivo
del gobierno federal.
Para finalizar, la Colección de Bandos e Impresos de nuestro Acervo Histórico cuenta con una serie de decretos emitidos por las autoridades locales,
en particular por los diversos gobernadores del Distrito Federal, destacando
entre ellos los bandos relativos a la salubridad y la higiene de la población en
tiempos de epidemias. como las de cólera de 1833 y 1850, de viruela en los
años treinta o de fiebre amarilla en 1883. De igual forma, esta Colección nos ilustra acerca de disposiciones de
orden particular sobre la práctica médica. Ejemplo de ello, es la cédula real
del virrey José de Azanza de fines del siglo xviii expedida en contra de un
charlatán de nombre Narciso Alemán, por considerarse “curandero intruso”,
o bien la disposición relativa a las penas establecidas contra los médicos de la
capital que se negaban a asistir a los enfermos en horas extraordinarias; dicha
disposición fue emitida por el virrey Félix María Calleja en 1815.
A través de este recorrido hemos querido destacar la importancia del
acervo documental del ahfm como una muestra de la riqueza con la que cuenta
nuestra ciudad para el estudio de su historia, pasada y reciente, y en el caso que
nos ha ocupado, desde la óptica de la administración y la práctica médica.
Bibliografía
Fernández del Castillo, Francisco y Hermilo Castañeda, Del Palacio de la
Inquisición al Palacio de Medicina, México, unam, 1986.
Flores y Troncoso, Francisco de Asís, Historia de la Medicina en México, desde
la época de los indios hasta el presente, prólogo de Porfirio Parra, México, ed.
organizar para conservar
247
facsimilar, imss, 1982. 3 Tomos.
Ocaranza, Fernando, Historia de la medicina en México, México, Laboratorios Midy, 1934.
Acervos del AHFM-UNAM, Consultados:
Fondo Protomedicato.
Fondo Consejo Superior de Salubridad.
Fondo Escuela de Medicina y Alumnos.
Colección Bandos e Impresos.
El Hospicio de Niños de la Ciudad de México.
Una muestra del acervo histórico de la Secretaría de Salud
José Luis Nájera Juárez
Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
Introducción
Mediante la investigación en fondos documentales podemos estudiar los
cambios de una sociedad, las formas en que sus gobiernos establecen instituciones para solventar las necesidades de la población. Esas instancias, en
el desempeño de sus facultades, generan registros que son testimonio de su
función institucional; a los especialistas en archivos, nos corresponde interpretar los datos contenidos en la documentación para estudiar la historia de
las instituciones y aplicar criterios adecuados de organización documental.
Este texto contiene una interpretación de documentos generados por el
Hospicio de Pobres, fundado en la Nueva España en el siglo xviii y mantenido hasta el siglo xx como Hospicio de Niños.
La serie documental que produjo el Hospicio está incluida en la sección que
corresponde a Establecimientos Asistenciales del fondo Beneficencia Pública,
conservado en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud. Comprende
1238 expedientes organizados en 54 legajos que ocupan aproximadamente
tres metros lineales. La documentación abarca de 1859 a 1943. El mayor
volumen de información corresponde al periodo 1910 a 1935; el instrumento
para consultar ese fondo es la Guía Documental de Establecimientos Asistenciales del Fondo Beneficencia Pública en el Distrito Federal.
Antecedentes del Hospicio de Niños
Época Colonial
El Hospicio de Pobres fue promovido y dirigido por clérigos, quienes lo sustentaron en el precepto de ayuda al prójimo, como solución parcial al pro-
250
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
blema de la pobreza, y para contribuir a la preservación de la seguridad y la
tranquilidad públicas; así se conformó como institución de castigo y represión en contra de la ociosidad. El encierro fue el recurso que adoptó y puede
decirse que también constituyó la condición para proporcionar asistencia o
para corregir al individuo apartado de las normas sociales. Inicialmente el
Hospicio fue establecido como albergue para pobres.92 En interpretación de
la maestra Xochitl Martínez Barbosa, el concepto de pobre que predominaba
en esa época era, “...quien carece de casa, vestido, alimento y trabajo; que
padece minusvalías físicas: ceguera, cojera, etcétera, o minusvalías psicosociales: carencia del padre, de la madre o del marido, de la libertad, o ser un
desterrado”. 93
En su primera etapa ayudó a mitigar la creciente indigencia y los problemas consecuentes. Al parecer fue el único establecimiento en la capital
con esa finalidad, por eso obtuvo el apoyo de los reyes españoles y de varios
sectores de la sociedad novohispana.94 En él, se adaptaron conceptos más
racionalistas, como enseñar oficios a los asilados, para que su trabajo sirviera
a los demás y a ellos los beneficiara.
La Reforma Liberal
El concepto de beneficencia pública fue desplazando el término tradicional
de caridad y en el año 1861, ya establecida la soberanía política del Estado
mexicano con las Leyes de Reforma, cuando se nacionalizan los bienes de la
Iglesia y consecuentemente las instituciones derivadas de ella, éstas quedaron
a cargo del gobierno quien sustituyó al personal religioso por personal civil
—en algunos casos— y reglamentó la beneficencia, suprimiendo características de la administración religiosa.95
Hubo un cambio gradual en la visión tradicional de la pobreza. No todo
el que mendigaba, se advirtió, era un impedido, anciano, enfermo o huérfano; consecuentemente, a quienes no padecían esas limitaciones, se les dio
el calificativo de vagos. Surgió así la propuesta de que los mendigos capaces
de buscar nuevas alternativas de vida trabajaran.96 En el Hospicio de Pobres
92
Martínez Barbosa, Xóchitl, “El Hospicio de Pobres en la Ciudad de México, origen y desarrollo, (1774-1806)”, Universidad Iberoamericana, México, 1994, pp. 131-134.
93
Ibid., p.134.
94
Ibid., p.135.
95
López Figueroa, Felipe, “Pobreza, caridad y beneficencia, un ejemplo: El Hospicio de
Pobres de la Ciudad de México, 1857-1876”, Escuela Nacional de Antropología e Historia,
México, 1993, p.113.
96
Ibid., p.114.
organizar para conservar
251
se aplicaron las medidas consecuentes, y se pensó que mejoraría en parte
la sociedad porque en lugar de los vagos entrarían niños abandonados por
sus padres. Los menores depositados quedaban obligados a permanecer en
la institución hasta que las autoridades consideraran que eran aptos para
valerse por sí mismos, y por ello incluían los medios educativos para incorporarlos a la sociedad; éstos consistían en proporcionarles estudios básicos y
entrenamiento en talleres que les permitieran desarrollarse en un oficio para
poder mantenerse.97
El Porfiriato
Durante el gobierno del general Porfirio Díaz se empezó a considerar la conveniencia y la necesidad de construir un asilo especial para niños, a fin de
separarlos de los asilados adultos y proporcionarles la educación y atención
correspondientes a los ideales de beneficencia de principios del siglo xx;
fue así como el Hospicio de Pobres fue convertido en Hospicio de Niños en
1905.
La documentación conservada en el Archivo Histórico de la Secretaría
de Salud revela las características de esa institución.
Reseña histórica del Hospicio de Niños según análisis de la documentación contenida en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
En los terrenos adjuntos al antiguo camino de la Ciudad de México a Xochimilco se erigió el Hospicio de Niños conforme al estilo francés de arquitectura (común a los edificios públicos construidos en el régimen porfiriano); fue
pensado para cumplir varias funciones, por ello comprendía edificios específicos para las diferentes actividades: administrativas, médicas y de servicios
generales; y otros, donde residían los asilados; en departamentos para niños y
para niñas, sus dormitorios, los comedores, las escuelas y los talleres,98 el conjunto ocupó 43 378 m2. El proyecto y la construcción del inmueble estuvieron
a cargo de los ingenieros Roberto Gayol y Mateo Plowes.
El establecimiento recibía niños mayores de seis años provenientes de
la Casa de Cuna y otros hospicios, enviados por la Direcciòn General de la
97
López Figueroa… op. cit., p.115,
Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, fondo Beneficencia Pública, sección Establecimientos Asistenciales, serie Hospicio de Pobres, Legajo 31, Expediente29, 1906. (en adelante
AHSSA, F-BP, S-EA, Se-HP, Lg., Exp., año).
98
252
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Beneficiencia Pública o remitidos por las Demarcaciones de Policía, cuando
se trataba de niños extraviados o abandonados.
Objetivos primordiales del establecimiento eran “la educación y sostenimiento de la niñez desvalida”. Su reglamento indicaba los deberes y obligaciones del personal que ahí laboraba, así como los correspondientes a los
asilados; éstos podían profesar cualquier religión; no obstante, la educación
que recibían era laica, y se impartió, principalmente, en el nivel primario,
aunque originalmente fue concebido para albergar mil asilados, los datos
estadísticos muestran que en el año 1922 se encontraban inscritos 719 niños
y 612 niñas.99
En cuanto a la salud, encontramos que los hospicianos que sufrían alguna
afección menor eran atendidos en las enfermerías del mismo establecimiento
y los enfermos que requerían tratamiento especializado eran trasladados al
Hospital General; algunas de las enfermedades más frecuentes fueron las de
índole cutáneo como la sarna y la tiña.
En los establecimientos asistenciales de la Beneficencia Pública, también
fue un objetivo instruir en actividades laborales a los asilados que estuvieran en
condiciones de trabajar, con el fin de formar individuos capaces de integrarse
a la sociedad. Así, al llegar a los trece o catorce años, tanto los varones como
las mujeres debían continuar su instrucción fuera del Hospicio; los jóvenes
eran externados y enviados a la Escuela Industrial de Huérfanos, mientras que
las jóvenes, aunque podían seguir viviendo en la institución, tenían permitido asistir diariamente a los distintos planteles para mujeres en la Ciudad de
México, como escuelas de agricultura, industriales y comerciales; sin embargo
algunos profesores recomendaban la construcción de una escuela industrial
adjunta al hospicio destinada exclusivamente para mujeres.
Los alumnos con destacado desempeño escolar quedaban bajo la tutela
del Hospicio hasta concluir sus estudios superiores. Algunas veces, los funcionarios llegaron a solicitar alumnas con conocimientos en taquigrafía y
mecanografía para emplearlas en las oficinas de la Dirección General de la
Beneficencia Pública y se llegaron a dar casos de que algunos asilados trabajaran en el mismo Hospicio, como vigilantes o profesores de los talleres.
El Hospicio de Niños, como los demás establecimientos de la Beneficencia Pública, dependía de la Dirección General, que a su vez estaba supeditada al Ministerio de Gobernación y de éste recibía los recursos necesarios;
además algunos sectores de la población hacían donativos. En fechas especiales regalaban juguetes y también organizaban funciones cinematográficas
que servían como entretenimiento a los infantes.
99
Para más información ver AHSSA, F-BP, S-EA, Se-HP, Lg.43, Exp. 10; Lg. 45, Exp. 4.
organizar para conservar
253
Cuando un asilado mostraba mala conducta se le castigaba privándole de
la salida el día domingo, de la visita de familiares, de asistir a paseos, fiestas y
espectáculos y, según la gravedad de la falta, era remitido a la Escuela Correccional o se le expulsaba. Existían denuncias de maltrato hacia los menores,
presentadas por familiares de los internos. El maltrato físico se aplicaba con el
consentimiento de las autoridades del Hospicio, quienes se justificaban declarando que sólo cumplían lo señalado en el “oficio de azotes”, él cual indicaba
el número de golpes que correspondía a cada travesura. En este aspecto se
encontró que en 1931 un profesor golpeó a un alumno, lo que motivó que la
Junta Directiva de la Beneficencia Pública lo suspendiera y además emitiera
una circular a los directores de establecimientos educativos, donde quedaban
prohibidos “todos los castigos en penas corporales, en quitar o disminuir a
los niños su alimentaciòn, en prohibirles o disminuirles el [tiempo de] recreo
y el descanso a que tienen derecho, en impedirles que salgan a la calle y a los
patios, en encerrarlos en cualquier lugar, en suprimirles las diversiones, tales
como el cine y en general todos los castigos similares a estos”. Las sanciones
permitidas consistian en: “procurar [y] obtener la obediencia y la subordinación de los alumnos por medio del convencimiento moral, de represiones
verbales, de consejos o de aquellos castigos que no rebajen ni ofendan el espíritu del educando”.100
Quien se mostrara interesado en adoptar a un menor debía solicitarlo
por escrito al Gobierno del Distrito Federal, éste ordenaba a la demarcación
de policía correspondiente que se investigaran las solvencias económica y
moral del solicitante para determinar si autorizaba la adopción.
Por el análisis de la documentación, se encontró que era mayor el número
de niños asilados que el de niñas; que prevalecía la misma tendencia en los
ingresos; que las bajas obedecían a la petición de los familiares, a las adopciones,
y a que los asilados llegaban a los catorce años. En otros casos hubo bajas por
fugas, porque el interno solicitó licencia y excedió el tiempo que le concedieron
para regresar, y el menor número de bajas fue debido a fallecimientos; aun así
los ingresos de niños al Hospicio eran superiores a las bajas.101
Como hemos podido apreciar, el Hospicio de Niños tuvo como tarea desempeñar los objetivos para los cuales fue instituido. La breve enumeración
que se ha hecho de las actividades del establecimiento sirve para tener idea
de su organización y saber cuáles áreas generaron los documentos que ahora
forman parte de este acervo, todo ello permite comprender la evolución
del Hospicio y da indicios para entender cómo funcionan los organismos
100
F-BP, S-Impreos, Se-Hemeroteca, Lb. 1, 1931.
Para mas información ver AHSSA, F-BP, S-EA, Se-HP, Lg. 35, exp. 6, Lg. 36, exp. 8, Lg. 39,
exp. 16, Lg. 43, exp. 6, Lg. 46, exp. 11, Lg. 47, exp. 1.
101
254
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
actuales encargados de atender niños, como la Casa de Cuna y la Casa Hogar,
que se ocupan de los huérfanos, dependen del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (dif) y cuya acción complementan las labores
de centros especializados en atención médica, como el Instituto Nacional de
Pediatría y el Hospital Infantil.
Organización de la serie documental Hospicio de Pobres del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
Terminada la semblanza, me refiero a la documentación del Hospicio de
Niños, que se encuentra organizada en la sección de Establecimientos Asistenciales, en la cual, aparte del hospicio, encontramos las series documentales
pertenecientes a los siguientes establecimientos: Casa de Niños Expósitos,
Asilo de Mendigos, Casa Hogar, Dormitorios Públicos, Comedores Públicos,
Baños y Lavaderos Públicos entre otros que corresponden a establecimientos
dedicados a la asistencia de la sociedad a los necesitados.
La descripción de contenido brinda información abundante sobre documentos referentes a los servicios de asistencia médica, social y educativa
que se impartió en el Hospicio. Entre los expedientes relevantes cabe mencionar: el acta de inauguración, álbum fotográfico del edificio, reglamentos,
programas de trabajo, planos, recortes periodísticos, informes de visitas de
inspección al establecimiento, partes diarios y mensuales del movimiento de
asilados y empleados, estadísticas médicas y escolares, solicitudes de adopción y becas, registros de defunciones, cuadros de alimentación, quejas de
asilados, ayudas y donativos.
La serie documental Hospicio de Pobres se relaciona con otros acervos
conservados en el mismo archivo como Casa de Niños Expósitos y Hospitales y Hospicios, con otros archivos como el Ramo Beneficencia, el Ramo
Hospicio de Pobres y el Ramo Hospitales del Archivo Histórico del Distrito
Federal y los Ramos de Beneficencia Pública, Gobernación y Secretaría de
Salubridad y Asistencia del Archivo General de la Nación.
Conclusiones
Por medio del análisis y la interpretación de los datos contenidos en los
documentos podemos inferir la organización de un establecimiento, lo cual
permite la aplicación de los métodos apropiados para la clasificación del
patrimonio documental. La aproximación al Hospicio de Niños fue posible
organizar para conservar
255
gracias a la adecuada clasificación que se dio a esta serie documental y en
consecuencia pudimos conocer parte del acervo histórico de la la Secretaría
de Salud.
Bibliografía
López Figueroa, Felipe Valentin, Pobreza, caridad y beneficencia, un ejemplo:
El Hospicio de Pobres de la Ciudad de México. 1857-1876, tesis, Escuela
Nacional de Antropología e Historia, México, 1993.
Martínez Barbosa, María Xóchitl, El Hospicio de Pobres de la Ciudad de
México, origen y desarrollo. (1774-1806), tesis, Universidad Iberoamericana,
México, 1994.
Guía de los Establecimientos Asistenciales del Fondo Beneficencia Pública en
el Distrito Federal, Secretaría de Salud, México, 1988.
Fuentes Primarias
Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
Fondo: Beneficencia Pública
Sección: Establecimientos Asistenciales
Serie: Hospicio de Pobres
Leg. 31, exp. 29; leg. 36, exp. 8; leg. 39, exp. 16; leg. 43, exp. 10; leg. 45, exp. 4;
leg. 46, exp. 11; leg. 47. exp. 1
Sección: Impresos
Serie: Hemeroteca
Libro 1
Sección: Dirección
Serie: Dirección General
Leg. 47, exp. 22
Fuentes documentales del Archivo Histórico del Arzobispado
de México: espacios sociales y prácticas religiosas
en la parroquia de Ixtacalco.
Maestro Marco Antonio Pérez Iturbe, maestra Berenise Bravo Rubio
Archivo Histórico del Arzobispado de México
La historia social y religiosa de las poblaciones de la cuenca de México cuenta
con la información de los archivos eclesiásticos como fuente complementaria a aquella que se resguarda en los acervos civiles de las antiguas municipalidades, que después fueron sustituidas por las delegaciones políticas y
el gobierno central del Departamento del Distrito Federal. De esta manera
funcionan el Archivo Histórico de la Basílica de Guadalupe, el Archivo del
Cabildo Metropolitano de México y el del Arzobispado de México. Es importante señalar que las fuentes parroquiales tan interesantes para la historia
demográfica se pueden localizar dentro de los ricos repositorios del Archivo
General de la Nación en forma de microfilmes.
Entre las fuentes podemos destacar los libros de visitas pastorales que
los arzobispos realizaron desde la época colonial por las diferentes parroquias de la ciudad (14 para el periodo novohispano y 36 hacia 1921), ubicadas
en el casco de lo que ahora conocemos como centro histórico.102 En estos
102
Dos visitas, una para el periodo novohispano y otra para el siglo xx, son: Testimonio que de todo lo
actuado en la Santa visita de esta ciudad de México, hecha en el año de 1808 por el señor licenciado don
Isidro Saénz de Alfaro y Beaumont, del consejo de su majestad caballero de la real y distinguida orden
española de Carlos III, inquisidor de México prebendado de esta santa Iglesia metropolitana, gobernador
y visitador general de este arzobispado, por el ilustrísimo señor doctor don Francisco Xavier de Lizana y
Beaumont, arzobispo de esta diócesis del consejo de su majestad, mandó formar el señor don Pedro Ocon
y Abad, secretario de la santa visita y prosecretario de cámara y gobierno de dicho arzobispo CL 32; Libro
de visita del arzobispo Pascual Díaz Barreto a las parroquias del Sagrario, San Miguel Arcángel, Santa
Veracruz, San José, Santa Cruz y Soledad, San Sebastián, San Pablo Apóstol, Regina Coeli, Santa María
la Redonda, Santa Cruz Acatlán, Santa Ana, Santo Tomás “la palma”, San Cosme, Inmaculado corazón
de María (en Martínez de la Torre), San Antonio de las Huertas, Concepción Tequipehuca, San Antonio
Tomatlán, San Francisco Tepito, Nuestra Señora de los Dolores, Campo Florido, Sagrado Corazón de Jesús,
Espíritu Santo, Verbo Encarnado y Sagrada Familia, Purismo Corazón de María en la Colonia del Valle,
Coronación de Santa María de Guadalupe, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de Lourdes, Colegio de Niñas (como parroquia para la colonia francesa) en los años de 1933 y 1934, CL.
258
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
libros poseemos un testimonio escrito de la fábrica material de aquellos espacios sagrados como capillas, iglesias, cementerios y santuarios, espacios que
como menciona el historiador Cesare Marchi, nacieron como el fruto de dos
milagros, el religioso y el económico,103 en tanto que fueron construidos y
sostenidos por piadosos y diligentes contribuyentes.
Esta fuente también comprende la denominada “visita de los hombres”,
la cual registra conductas sociales y prácticas religiosas. Se relata por ejemplo
el número de feligreses sujeto a cada parroquia, la lengua que hablaban, el
número de individuos que participaban en cofradías y asociaciones pías.
En tanto que la visita es un medio para mantener la disciplina de eclesiásticos y feligreses, podemos obtener noticias de aquellos males que aquejaban
a ciertas feligresías como la embriaguez, el analfabetismo, las condiciones
materiales de vida, las enfermedades, etc.
Otro tipo de documentos son aquellos informes que los párrocos
enviaban al arzobispo y que son útiles para reconstruir aquellas prácticas
religiosas que hoy conforman y son parte esencial de las comunidades de esta
ciudad. Por ejemplo, en 1901 el cura de Ixtapalapa manifestó al arzobispo su
preocupación porque los feligreses le habían solicitado sacar y representar
con insignias vivas “los grandes misterios de la Semana Santa”.104 Aunque en
aquella ocasión el prelado ordenó a su cura que no permitiera estas representaciones, pero bien conocemos el desenlace, ni las mismas prohibiciones de
la Iglesia pudieron limitar esta “incontrolable” costumbre y sólo quedó un
camino el acuerdo. Como en años anteriores se autorizó que las personas que
representaran a un personaje fueran “ancianos confesados”, que fue el caso
de Churubusco.105
Además de libros de visita e informes de curas, existen diarios o directorios de costumbres. Uno de ellos fue escrito por Manuel Espinosa de los Monteros, cura de Ixtacalco en 1831, del cual compartiremos las siguientes representaciones. El manuscrito se titula Miscelánea Tomo I de varias doctrinas
morales, costumbres, observaciones y otras noticias pertenecientes al curato de
Ixtacalco.106 Este texto nos permite dar algunas perspectivas acerca de las relaciones entre curas, feligresías y autoridades civiles que muestran la compleja
vida en el México republicano a tan solo 10 años de su independencia.
Grandes pecadores, grandes catedrales, Barcelona, Seix Barral, 1988, p. 38.
Varios vecinos de Ixtapalapa con relación a la semana santa, 1901, Secretaría arzobispal,
aham, C101, exp. 40.
105
Churubusco, el párroco sobre los abusos que cometen algunos vecinos en la Semana Mayor,
1884, aham, Secretaría arzobispal, C159, exp. 11.
106
aham, Secretaría arzobispal, Libro 1 y Libro 2, CL 51.
103
104
organizar para conservar
259
Del autor sabemos que tomo posesión del curato el 30 de noviembre de
1830 y dos años después recibió una prebenda de idioma mexicano en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Ixtacalco fue fundada por los regulares franciscanos y gobernada como anexo al curato de San José de México.
En 1770, se secularizó y fue agregada a la Parroquia de Santa Cruz Acatlán.
En 1790, esboza Espinoza de los Monteros, la feligresía estaba conformada
por un total de 1853 almas, de las cuales 1702 eran indios y 151 mestizos y
españoles “que respecto de los indios son como 1 respecto 11”.
Como datos reveladores, hemos seleccionado las fuertes impresiones
que nos deja el cura Espinoza de los Monteros sobre la embriaguez entre
sus feligreses. Para el párroco, la embriaguez provocaba tres daños, uno al
crecimiento de la población, otro explicaba la miseria en el comer y vestir y
finalmente el tercero era estupidez.
Acerca del daño a la población escuchemos esta dura descripción:
Frecuentan demasiado estos vecinos el aguardiente de caña que produce desgano o inapetencia de comer, y de ahí viene la debilidad incompatible con la
fecundidad. Estando ebrias las mujeres preñadas, perdiendo el tino se caen y
golpean, esto y los golpes que ellas entre sí cuando riñen, y los que les dan sus
maridos ebrios como ellas, deben producir abortos. Después de paridas acostándose con sus hijos y estando ebrias echándose dormidas sobre ellos. Es muy
antiguo entre los indios decir que las brujas entran de noche a chupar la sangre
de las criaturas para encubrir los homicidios que las madres cometen por su
embriaguez. Cargando sus criaturas, y descompuestas las cabezas, al caer es
preciso que los niños queden lastimados, y mueren de tierna edad. Las criaturas
de más de dos años están ya capaces de conocer el disgusto y la ira de sus madres cuando se pelean con sus maridos u otras personas, y se afligen y lloran al
oír gritos descompasados; que si son entre marido y mujer, y duran sus pleitos
todo el día, o toda una noche, y si estos disgustos son frecuentes, estando los
niños en este continuo estado de aflicción, deben morir prontamente. Sin internarme por el pueblo, desde mis ventanas oigo el llanto de los niños de pecho
y aun de otros mayorcitos cuando sus madres pelean. Durante la embriaguez
no cuidan de alimentarse los ebrios, por lo que la leche será poca, y también de
mala calidad como formada en un estado de cólera.
Las reflexiones de Espinoza de los Monteros no eran sólo opiniones sino
que la realidad que expresaba se sustentaba en datos de los libros parroquiales, método muy conforme a formas de pensar de raíz ilustrada, es decir,
sosteniendo afirmaciones en registros:
260
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
En el año de 1830 nacieron 117 y murieron 129: con que en lugar de aumentarse
la población en un año bueno cual fue el dicho, quedó disminuido en 22 personas, siendo el de párvulos el mayor número de los muertos.
Otra de las observaciones del párroco fue que había poca gente septuagenaria. Manifestaba además la responsabilidad que tocaba tanto al gobierno
del Distrito como al municipal, al cual criticaba con dureza:
Es menester en lo sucesivo mucha puntualidad en apuntar partidas para poder
hacer cálculos y observaciones en un quinquenio y comunicarlas al gobierno
por ver si acaso se dicta una severa providencia que refrene este vicio detestable.
Esta no debe esperarse de ningún ayuntamiento en esta feligresía. Los que componen el actual han nacido y se han criado mirando diariamente este exceso,
o en sus padres mismos, o en sus vecinos, y nada les choca. A las puertas del
alcalde don Cristóbal se pelean, se gritan y se golpean los ebrios y jamás le he
visto tomar una providencia severa. Esta apatía y la de otros que pudieran remediar tal desorden nace de que están acostumbrados a verlo a nativitate y creen
que seto no es cosa que merezca reparo y que debe despreciarse como bagatela.
Entran diariamente a la cárcel pocos o muchos (cuando los domingos, lunes y
martes debía entrar la mitad del pueblo); pero esto se hace cuando ha habido
sangre de por medio o cuando el alboroto de los ebrios a atronado la vecindad
con descompasados gritos.
Acerca del daño de la miseria en el comer y vestir el cura de Ixtacalco
apuntó que:
en la embriaguez se disipan los jornales de las semanas o los productos de la
verdura y no alcanza mas que para maíz, frijoles y legumbres. No son más que
andrajos las vestiduras del mayor número de vecinos. No estoy todavía bien
impuesto, pero me parece que los monopolistas de la tierra o de chinampas las
han adquirido empeñándoselas o vendiéndoselas los que gustan de una vida
holgazana y de embriagarse con frecuencia. En otros pueblos los individuos
que llaman de razón así se han hecho dueños de tierras de indios. Es menester
observar bien esto en Ixtacalco. En esta feligresía un pulquero, tendero o aguardientero puede dentro de pocos años hacerse de chinampas; porque los viciosos
y holgazanas por no tener que gastar y beber son capaces de empeñar y vender
(y mal vender) cuanto tienen. Piden fiado y sobre sus tierras, ahora un peso, mañana dos, que gastan breve y a pocos meses se queda sin tierras cediendo las que
poseía al pulquero en satisfacción de la deuda. Así el pulquero saca la ventaja de
vender su efecto y la de hacerse lentamente de una casa o de una tierra.
organizar para conservar
261
Las deudas por el consumo de alcohol en este temprano año de 1830
manifiestan la problemática novohispana, que durante el Porfiriato sería
muy pronunciada debido al fenómeno de peonaje por deudas y el acaparamiento de tierras en detrimento, primero de los indígenas, antes protegidos
por el sistema misional aprobado por la Corona del común de tierras, y luego
de los mestizos pobres. Sobre la acumulación de tierras se apunta el número
de chinampas que tenía cada vecino de Santa Anita el año de 1824:
Felipe Flores tenía ciento, y este ciertamente no es indio. Me dicen que en Ixtacalco hay quien tiene 500 y alguno hasta mil, y hay quien no tiene nada. Estos
monopolios son ilegales. Los indios han poseído sus tierras sin poder de ninguna manera enajenarlas, y para hacerlo ha sido precisa licencia del superior
gobierno, precediendo información de utilidad. Sin este freno, no tuvieran ya
los indios donde sembrar un grano. Han poseído la tierra en calidad de comunes, de que solo el común ha tenido el dominio y ese restringido como dije desde
arriba. Por consiguiente ninguno ha podido disponer de ellas por testamento,
porque no se puede testar de aquello que es común a todo el pueblo. Indios eran
los antiguos poseedores de estas tierras, y teniendo tales trabas, no sé cómo
hayan podido acumularse en algunos individuos un tan considerable número
de chinampas. Los indios sus antecesores no han podido transmitirles a los presentes un derecho que ellos no tenían. Si no se pone remedio a ese ilegal modo
de poseer, dentro de pocos años las tierras de Ixtacalco se convertirán en dos
haciendas, la una se llamará de los Vázquez y la otra de los Rosas, quedando el
resto de los vecinos para sus terrazgueros, o sus jornaleros y peones porque sus
padres se quedaron sin chinampas cambiándolas por pulque o aguardiente.
El alcoholismo provocaba indirectamente otro prejuicio al endeble y
novedoso sistema democrático mexicano, según este cura:
Ojo pulque para los electores. Treinta o cuarenta de estos fácilmente se congregan alrededor de una tina de pulque, o de un frasco de aguardiente, y se combinan para formar un partido dominante, o una demagogia que se apodere de
las empleos municipales para dirigir a su provecho los asuntos del común. Con
tres o cuatro votos que se asegure cada uno adquieren la mayoría y la manejan
como les parece mejor. El resto de los vecinos no asiste a las elecciones, o porque
ve pujante el partido opuesto, o porque nada se le da de que sean electos Pedro,
Sancho o Martín. No han sido solo los yorkinos los que han sabido intrigar para
dirigir las elecciones que fueron favorables a su partido como lo vieron cuantos
tuvieron ojos. En los pueblos cortos son frecuentísimas y son más fáciles de hacer como lo he observado varias veces. Al que no se le obliga con el miedo, con
262
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
el interés o con un cajete de pulque, se le aturde con la verbosidad y petulancia.
Pan y toros quería en cierto tiempo el pueblo de Madrid. Maíz y pulque piden
los populachos de América, y respecto de las cosas públicas se portan como
máquinas dejándose mover al antojo y provecho del más osado que se apodere
de ellos.
Finalmente Espinoza de los Monteros expresó que las bebidas causaban
estupidez:
El suelo fangoso en que estos vecinos nacen, viven y mueren, y la embriaguez
les da una complexión tosca, de que resultan personas estúpidas, gentes descaradas, impúdicas, sin el menor sentimiento de pudor y vergüenza, que ya en su
juicio, ya ebrias hacen en público acciones indecentísimas, y dicen desenvueltamente palabras abominables, que he oído repetir a niños de cinco años. Nada
de esto remedian los mandarines ni querrán remediar porque acostumbrados
desde que nacen a ver y oír diariamente lo que he dicho tanto en sus casas como
fuera de ellas, no tienen ideas delicadas de vergüenza, de recato y de fina educación. El más pintado de ellos se sentará a hacer sus necesidades en cualquier
calle de éstas con tanto descanso como si estuviera en el desierto. Exceptuanse
algunos y algunas que no son capaces de esto.
Sobre este daño es necesario hacer la siguiente acotación: el aguardiente
que se bebía “se mixtura con alumbre para darle fortaleza”. El alumbre era
una sal que resultaba de la combinación de ácido sulfúrico con la alúmina u
óxido de aluminio, por lo que podemos imaginar los altos grados tóxicos de
estas bebidas. Lo que podría calificarse como un juicio moral de un eclesiástico era en verdad la descripción cruda de una práctica social muy extendida
como el alcoholismo.
Como se puede ver en este manuscrito la representación religiosa católica
no queda sólo en los rituales y ceremonias, sino que trasciende el orden moral
y por tanto afecta espacios públicos. Es por eso que en estas líneas quisimos
destacar la concepción del cura de Ixtacalco por proteger a su feligresía, súbditos antes y ciudadanos del recién independizado México, al establecer responsabilidades a los nuevos actores políticos frente a situaciones inéditas.
Conocemos bien el lamentable colapso del sistema republicano democrático
en el siglo xix, este diario, como otras fuentes del archivo, nos proporciona
datos a nivel microhistórico de las tensiones sociales, políticas y religiosas de
aquellos años. Ahora sólo necesitamos a nuevos historiadores con investigaciones que dejen los marcos de la historia de bronce.
La ciudad y sus imágenes. La investigación social
y las experiencias de acceso a la información pública
Alejandra Padilla Pola*
Becaria del Instituto de Investigaciones doctor José María Luis Mora
Síntesis
Este trabajo es una reflexión teórico-metodológica acerca de las relaciones
que se establecen entre las prácticas archivísticas para poner en acceso imágenes fotográficas y su incidencia en la investigación social, especialmente
la investigación histórica sobre la ciudad de México; así como en torno a la
incidencia de estas prácticas tanto en la construcción de conocimiento nuevo
como en la preservación y difusión del patrimonio cultural. Asimismo, busca
generar un espacio de reflexión que atienda los diversos problemas y necesidades de trabajo con las imágenes cuando éstas se construyen como fuentes
de investigación para las ciencias sociales históricas. Líneas de investigación:
La fotografía como fuente para la historia de la ciudad de México, patrimonio
fotográfico y preservación; acceso a los bienes patrimoniales y su uso en la
investigación social.
Hoy día resulta imposible negar que nuestra vida social se despliega en el
marco de una cultura mediatizada y masivamente visual. El cuadro general
de nuestra vida actual se presenta como un mundo donde el volumen total
de la producción, circulación y reproducción de una gran diversidad de imágenes está en aumento, donde nuestra exposición a éstas es incesante y donde
el protagonismo del lenguaje visual y audiovisual (en sus diversas formas)
es innegable;107 incluso, muchos críticos e intelectuales han afirmado que la
experiencia humana está más visualizada que nunca y que el mundo como
107
En las grandes urbes, más de 94% de la información se percibe por el oído y la vista; y
de ese porcentaje, más del 80% específicamente por la vista. Dato tomado de Lourdes Roca,
“Historias de vida e imagen: reflexiones a partir de dos experiencias” en Garay, Graciela de
(coord.), Cuéntame tu vida: historia oral, historia de vida, México, Instituto Mora-CONACYT, 1997 (Col. Perfiles).
264
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
texto ha sido sustituido por el mundo como imagen.108 Los drásticos cambios
suscitados en los últimos años (tanto sociales como en el terreno del desarrollo
tecnológico) nos han demostrado que lo visual ha llegado a desempeñar un
papel primordial en la vida moderna no sólo por la fuerza de la publicidad y la
mercadotecnia de la peculiar sociedad de consumo, simulación y espectáculo
en la que estamos inmersos, sino también por su importancia como medios
de adquisición de conocimientos en el marco de una sociedad que cada vez lee
menos y, en cambio, está más habituada a los medios audiovisuales y las nuevas
tecnologías (ordenadores, medios digitales, cibernética, Internet, etc.).
Ante estos cambios, el ámbito de la investigación social ha tenido que
revisar y replantear viejos problemas, reconsiderando su papel en torno a la
propia labor de investigación, la docencia y la divulgación a la luz de nuevas
reflexiones y planteamientos teórico-metodológicos.109 Sin embargo, a pesar
del protagonismo de las imágenes en nuestra vida cotidiana y de la cada vez
menor resistencia en la esfera académica, la investigación social no las ha
tomado demasiado en serio (aunque cabe mencionar que se han realizado
trabajos en los que se demuestra la versatilidad de los usos y la variedad de
metodologías con las que puede abordarse el estudio de las mismas).110 Si bien
existen diversos problemas de corte teórico-metodológico en torno al análisis de las imágenes como un medio para conocer e interpretar la sociedad, tal
Figuras como Nadine Gordimer, José Saramago, Carlos Fuentes o Gabriel García Márquez
(por mencionar algunos nombres) han elevado sus voces para advertirnos sobre los peligros
derivados del uso arbitrario y hegemónico de las imágenes que acechan a la palabra escrita y
la práctica de la lectura, especialmente en lo concerniente al estímulo de la imaginación. No
obstante, sus proclamas resultan parciales y limitadas pues consideran que son las imágenes
herramientas de las palabras y no al revés. Estas declaraciones han dejando entrever una opinión generalizada (por cierto bastante discriminadora y elitista) entre los académicos e intelectuales sobre la lectura como un proceso intelectual complejo y lo visual como un “simple”
problema de física óptica y de percepción. Véase La Jornada, 25 de noviembre de 2006, p. 4a,
o su edición electrónica:
www.jornada.unam.mx/2006/11/25/index.php?section=cultura&article=a04n1cul.
109
Fernando Aguayo y Lourdes Roca, “Estudio introductorio” en Aguayo Fernando y Lourdes
Roca (coords.), Imágenes e investigación social, México: Instituto Mora, 2005 (Colección Historia social y cultural), pp. 9-28. 1
10
Una muestra de estos trabajos, que más que estudiar las imágenes per se son un estudio de
lo social a través de las imágenes, resultó de un esfuerzo interdisciplinario alrededor del Primer Congreso Internacional sobre Imágenes e Investigación Social, organizado por el Instituto
Mora a través del Laboratorio Audiovisual de Investigación Social (proyecto CONACYT), celebrado en la ciudad de México los días 28 al 31 de octubre de 2002 en el mismo Instituto. Una
selección de estos trabajos puede encontrarse en Aguayo, Fernado y Lourdes Roca, Imágenes e
investigación social, México, Instituto Mora, 2005 (col. Historia social y cultural).
108
organizar para conservar
265
vez la mayor dificultad resida en la recuperación de estos objetos como potenciales fuentes de conocimiento. Lamentablemente, en este sentido es necesario
reconocer que dicha recuperación, y su posterior incorporación a las investigaciones, generalmente se llevan a cabo de forma inadecuada. Desde esta perspectiva, la problemática se vuelve mucho más compleja, pues ya no se trata sólo
de resolver cuestiones relativas a la metodología o a las fuentes; sino que incluye
una reflexión sobre cómo accedemos al conocimiento, cómo hallamos estos
objetos. Esta problemática nos conduce al núcleo del presente trabajo: las relaciones establecidas entre las prácticas archivísticas y las prácticas de investigación en torno a la recuperación de las imágenes fotográficas como objetos con
un innegable valor epistémico, como fuentes para la historia de la ciudad de
México y, en consecuencia, como objetos patrimoniales que deben ser conservados y difundidos. Cabría comenzar, entonces, con una breve discusión sobre
la incorporación de estos objetos como fuentes para la investigación histórica.
La fotografía como fuente para la historia.
Actualmente, nadie (o casi nadie) se atrevería a negar la utilidad de la fotografía
como una herramienta en la investigación histórica, sobre todo en la investigación
sobre la ciudad de México. No obstante, el uso que se le ha dado ha sido meramente ilustrativo, llegando incluso a un grado tautológico en el que la imagen
describe lo mismo que describen las palabras. Esta situación me empuja a afirmar
que si bien no se le ha objetado un valor documental a la fotografía, tampoco se
le ha apreciado en su justa dimensión. Es decir, pareciera que los historiadores se
niegan a ver más allá de lo que la imagen constata y olvidan que las fotografías,
como objetos materiales resultantes de un complejo proceso social y de creación
cultural, no son ventanas o espejos que reflejen el mundo social visible “tal cual
es”, aunque manifiesten modos de ver la sociedad y modos en los que ésta desea
ser vista; son una representación, una interpretación sobre ese mundo, y por tanto,
son una construcción social sobre lo social. Además, las fotografías son objetos
complejos y densos, y la imagen es tan sólo uno de sus componentes.111
111
En lo concerniente a la fotografía como un objeto complejo, Fernando Aguayo ha puesto las
cartas sobre la mesa respecto al poco (o nulo, la mayor parte de las veces) interés que los investigadores de lo social, y los historiadores en particular, han mostrado a propósito de la materialidad de la fotografía y de su problemática (autoría, datación, composición, técnica, formatos, estructura, comercialización, etc.), disociando el objeto en dos entidades independientes:
imagen y “datos técnicos”. Esta separación ha tenido consecuencias graves al momento de la
recuperación documental de las fotografías y de su organización en los acervos, pero también
continúa fomentado una visión desde la que se entiende el objeto fotográfico como si la imagen
y los procesos fotográficos fueran dos campos aislados, súper especializados y disociados entre
sí. Véase Aguayo, Fernando, Imagen, fotografía y productores, próximo a publicarse.
266
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Actualmente la fotografía se ve de diversas maneras: es un género artístico, una técnica, un sistema de representación, un medio híbrido, un documento social, una evidencia, etc. La fotografía es un artefacto social resultante de una aplicación tecnológica mediada por el sujeto que registra desde
una cultura, desde una praxis social y desde una época, y es también una
manifestación de la actividad intelectual y de los procesos sociales donde
ha sido engendrada. Por ello, además de comunicar y expresar emociones
al igual que otros medios que no son visuales, la fotografía nos aporta un
sin fin de informaciones de distinta índole. Y es efectivamente su calidad
de medio denso portador de múltiples contenidos (social, político, cultural,
estético, ideológico, etc.) lo que hace de ella un documento social y cultural de
invaluables posibilidades epistémicas, y lo que la transforma en una valiosa
fuente potencial para la reconstrucción histórica y el análisis social. Ahora
bien, para usar estos objetos como fuente en la investigación histórica resulta
necesario abordar un paso esencial en la misma: la construcción de fuentes.
Tradicionalmente, el término “ fuentes de la historia” ha designado a
aquellos objetos que han sido fabricados por el hombre, de antigüedad y procedencia diversas y que son testimonio del paso de la humanidad y de su
actividad. Sin embargo, es patente la existencia de una confusión entre el término, muy utilizado en la investigación para referirse al material mediante
el cual el historiador adquiere conocimiento sobre ciertos problemas o procesos sociales del pasado, y los vestigios, término que designa la existencia de
dichos objetos. La historiografía tradicionalista utiliza el término “ fuente”
para referirse únicamente a los documentos escritos; pero en estricto sentido, las fuentes, entendidas como el origen o la procedencia de información y conocimiento, incluyen todo lo que pueda informarnos sobre los
seres humanos y su actividad en el mundo. No obstante, de estos vestigios o
huellas112 no emana información alguna; en realidad, son testigos mudos del
devenir humano, por lo que hay que hacerlos “hablar”. Es decir, de ellos se
obtendrá algún conocimiento en la medida en que se establezca una relación
entre el objeto-testimonio y el saber del historiador, y en la medida en que sus
contenidos sean elaborados como tales por el historiador para después hacer
112
El concepto de huellas podría parecer muy vago, como su propia ontología lo demuestra,
pero para aclararlo me remito a una cita de Marc Bloch: “El conocimiento de todos los hechos
humanos en el pasado y de la mayoría de ellos en el presente, tiene que ser un conocimiento
por huellas, […] ¿qué entendemos, en efecto por documentos sino una ‘huella’, es decir la
marca de un fenómeno que nuestros sentidos pueden percibir, pero imposible de captar en sí
mismo?” Ver Bloch, Marc, Apología para la historia o el oficio de historiador, México, INAHFCE, 1996 (Historia), p.164.
organizar para conservar
267
uso de los mismos en un continuo diálogo temporal. En este sentido, si bien
las fotografías son portadoras de un valor epistémico intrínseco, ¿cómo accedemos al conocimiento del pasado a través de ellas? Marc Bloch señala que el
conocimiento del pasado es forzosamente indirecto, pues es una observación
que parte de una recolección de cosas vistas por otros.113 Desde esta perspectiva, la fotografía puede funcionar como testimonio de algo porque lo “da a
ver”; y si bien es cierto que los acontecimientos del pasado son más accesibles
a través de su mediación, esto no significa que sea imparcial u objetiva, pues
la fotografía está sujeta a muchas formas de manipulación y puede falsear lo
que da a ver. Para recuperar en su totalidad la multiplicidad de testimonios
contenidos en ella, es necesario captarla en todos sus aspectos (y no sólo en
aquellos que nos interesan), y reconocerla como un vestigio que tuvo usos y
propósitos específicos en el marco de su producción.
Pero aún no hemos dado respuesta en cuanto a las formas en que podemos
hacer “hablar” las fotografías sobre los mundos sociales, presentes y pasados,
en sus pronunciamientos y en sus silencios, cuando son irremediablemente
“mudas”. Como todo vestigio humano, debemos construirlas primero como
fuentes, y en la investigación con imágenes se considera como primer paso la
documentación. La documentación atañe a problemas relativos a la localización y acceso de las imágenes, así como a una decodificación y análisis más
precisos para construir conocimiento con ellas; comenzaremos por describir
la función de la documentación en el segundo rubro.
Las fotografías son objetos polisémicos, pues sus significados son directamente proporcionales a cuantos lectores haya, por ello, la primera consideración para recuperar sus contenidos es reconstruyendo el contexto específico de las mismas, por lo que cualquier análisis, sin importar la metodología
que se escoja para ello, tendrá que estudiar y establecer las relaciones entre
el documento y su contexto documental. El análisis también debe considerar
tres momentos del documento: el de su creación (en el que intervienen condicionantes técnicos, individuales, sociales, de “reproducción” y de carácter
editorial); el de su tratamiento documental (el análisis connotativo y denotativo de la imagen); y el de su reutilización (reproducción, recuperación o
reapropiación).114 El análisis documental atiende la imagen como una totalidad, fijando su atención en los diversos componentes o atributos (técnicos,
biográficos, temáticos y relacionales) característicos de la imagen y del objeto
113
Marc Bloch, op. cit., p. 159.
Félix del Valle Gastaminza, “La fotografía como objeto desde la perspectiva del análisis
documental” en Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords.), Imágenes e investigación social,
México, Instituto Mora, 2005 (Historia social y cultural), pp. 219-242.
114
268
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
mediante el análisis morfológico (características técnicas, formales y de
composición: soporte, formato, óptica, tiempo de pose, luz, calidad técnica,
enfoque del tema y estructura formal) y el análisis de contenido (quién aparece en la imagen; qué situación o qué objetos están representados por la
imagen; dónde se ha hecho la imagen, qué lugar representa; cuándo se ha
hecho y cómo se ha hecho).115 Entonces, la investigación con imágenes debe
considerar tanto factores formales como de contenido y de contexto. El reto
es aprender qué puede ser comprendido a partir de la propia foto y qué debe
ser obtenido a partir de materiales documentales relacionados.
Es cierto que la imagen puede ilustrar o corroborar nuestras conclusiones, puede apoyar y fortalecer nuestras hipótesis, pero también puede
plantear nuevas interrogantes. Se trata de que el historiador utilice las fotografías y las aproveche, pero que no recurra a ellas sólo para ilustrar sus
eruditas investigaciones, sino que incluso se valga de ellas como punto de
partida para las mismas, para conocer y explicar la historia de la ciudad de
México en su complejidad y totalidad. Como hemos mencionado ya, los testimonios visuales han sido ignorados e incluso negados por la historia y las
diversas ciencias sociales, reduciendo su uso al de mera ilustración, y en gran
parte se debe a que resulta difícil traducir el testimonio de las imágenes a
palabras (una muestra de esto es lo que sucede con la normalización de los
lenguajes documentales en los archivos visuales). Sin embargo, otra causa de
esta marginación se debe a problemas de localización y acceso (dispersión
del material, pérdida de piezas, problemas de catalogación, etc.), y frecuentemente a la carencia de una adecuada documentación en los archivos, lo que
nos conduce al punto central de este trabajo.
Las prácticas archivísticas y la investigación social: documentación, acceso
y patrimonio.
Con mucha frecuencia se escuchan proclamas que justifican la empresa de
la investigación social como una extensión de la conservación, el estudio y la
difusión del patrimonio cultural. Sin embargo, con la misma frecuencia, los
investigadores de lo social no se inmiscuyen en el ámbito que atañe directamente el resguardo de los bienes considerados patrimoniales: los archivos.
Los investigadores constantemente se quejan del suplicio que implica la búsqueda de materiales en los diversos archivos y de la deficiente documentación de los acervos. Es cierto, no existe una visión integral sobre los archivos
visuales y audiovisuales que contemple no sólo la conservación, restauración
y divulgación de sus acervos, sino también la documentación, clave funda115
Idem.
organizar para conservar
269
mental para el funcionamiento de lo demás que a menudo no se consideraprioritaria.116 Pero este problema no le atañe únicamente a los archivos. La
mayoría de las veces, los investigadores tampoco contribuyen a corregir esta
situación. Usuarios y beneficiarios de tales materiales, tendrían que retribuir
a estos archivos con su investigación y participar en las labores de catalogación y clasificación (lo cual no sucede con frecuencia), y en cambio, muchas
veces, el investigador de lo social que recurre a las imágenes omite el valioso y
necesario paso de la documentación, fomentando con ello visiones erróneas
sobre los materiales. En realidad, el problema que afecta a los archivos y sus
acervos, es un problema mucho más extenso que el concerniente a la organización, documentación e investigación, es un problema social, relacionado
con estas prácticas, con las políticas públicas y con las prácticas para designar
lo patrimonial.117
Con el fin de preservar el patrimonio e incidir en la transformación de
las prácticas de investigación, las labores realizadas en el Laboratorio Audiovisual de Investigación Social (lais)118 del Instituto Mora se han enfocado en
la construcción de un Sistema de Información para Archivos de Imágenes
(siari) que incluye propuestas sobre la creación de archivos que atiendan los
diversos problemas y necesidades de trabajo con las imágenes desde la investigación social para facilitar la localización de los documentos fotográficos,
mejorar el manejo de las colecciones y con ello, mejorar la preservación y
difusión de las mismas. Este sistema también incluye la construcción de una
116
Fernando Aguayo y Lourdes Roca, op. cit., p. 11.
Lourdes Roca y Fernando Aguayo han analizado acertadamente esta situación y han convenido que no se trata de un problema que sólo ataña a los archivos, sino de un problema social:
“La retroalimentación permanente entre academia y sociedad es cada vez más necesaria, y ésta
no se dará si no transformamos la propia concepción de la investigación social como práctica
de eruditos, y mientras no desarrollemos mecanismos de interacción mucho más activos y permanentes entre investigación, archivos y sociedad” (2005:20). A pesar de que algunos colegas
–los que se han sentido aludidos- califiquen de exagerada y radical esta observación, es necesario concebir la investigación no como práctica erudita sino como práctica social y colectiva
de gran impacto en todos los niveles y dinámicas de la sociedad. Véase Fernando Aguayo y
Lourdes Roca, op. cit., p. 20.
118
El lais, creado en 2002, es un espacio dedicado a la historia gráfica, la formación de recursos humanos, la vinculación interdisciplinaria, la producción audiovisual, documental y
multimedia de investigación, y la asesoría y consulta especializadas en el área de la divulgación
audiovisual de la investigación social.
117
270
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
herramienta informática para la creación y difusión de fondos digitales en
línea (denominada Pescador),119 y la generación de conocimiento a través de
la investigación que permita una mejor comprensión sobre las colecciones y,
simultáneamente, asegure su preservación y difusión mediante el reconocimiento explícito de su valor patrimonial. Este sistema (aun en construcción)
es uno de los resultados del proyecto “Preservación patrimonial de imágenes
y sistemas de información, acceso e investigación”, que es un proyecto de
investigación unificado entre diversas disciplinas (como la archivología, la
informática y las ciencias sociales) que busca fomentar la transparencia y la
horizontalidad en las prácticas archivísticas y de investigación, garantizar la
preservación de las colecciones fotográficas mediante su rescate, su conservación física y la implementación de la documentación en distintos niveles
para lograr una correcta catalogación, así como a través de la creación de
fondos y del diseño de guías e instrumentos de consulta que hagan eficiente
la recuperación de los materiales y garanticen el acceso permanente y libre a
los bienes patrimoniales.
En efecto, la razón de fondo que subyace en este proyecto es la transformación de las prácticas de investigación y la generación de conocimiento
como medios para la transformación social y como medios para acceder al
patrimonio. En consecuencia, resulta necesario realizar una evaluación rigurosa sobre el concepto de patrimonio y sobre las formas mediante las cuales
se decide qué es patrimonio y qué no lo es. Desde esta perspectiva, las fotografías son vestigios sociales resultado de procesos sociales complejos en el
término de un espacio, un tiempo y una duración determinados. Habiendo
cumplido la función específica para la cual fueron creadas en su momento,
¿qué sigue? ¿Desecharlas, conservarlas, venderlas? ¿Qué utilidad darles? Por
supuesto que no se sugiere desecharlas como si de basura se tratase, pero
tampoco se sugiere dar por hecho los valores históricos, estéticos, culturales,
etc., que puedan tener para denominarlas patrimoniales y conservarlas;
entonces ¿qué criterios utilizar? En la definición que la unesco realiza sobre
119
Una muestra de este trabajo de colaboración interdisiciplinaria, “Fototeca digital fotógrafos
y editores franceses en México. Siglo XIX”, acaba de ser presentada el 5 de julio de 2007 en el
Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el que se puso en línea la colección Julio
Michaud del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del mismo instituto. Este fondo puede
ser consultado en el sitio: http://132.248.234.160:3000/web/ui. Sobre el funcionamiento del
software Pescador puede consultarse Green, Andrew R., “Metadatos transformados. Archivos
digitales, la web semántica y el nuevo paradigma de la catalogación” en Quintas Jornadas Imagen, Cultura y Tecnología, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, 2007, pp. 11-22.
organizar para conservar
271
el patrimonio cultural no es explícito el lugar que ocupa este tipo de materiales.120 Ciertamente, forman parte de aquello que se ha denominado “memoria
del mundo”, y aunque existen recomendaciones para su designación y gestión,
está regulado por las normas nacionales; es decir, cada nación define qué de
entre estos materiales se designará como patrimonio cultural y cómo gestionarlo. En este sentido, más que encontrar definiciones claras y precisas sobre el
patrimonio, nos hallamos ante enfoques o criterios que se han utilizado para
darles un lugar a estos materiales y una justificación para su conservación.
De entre estos criterios, lamentablemente, predominan el “utilitarista” o
instrumental y el “monumental”. El primero designa lo patrimonial con relación a las ganancias que el objeto pueda generar (¿Frida Kahlo, Chichén Itzá?),
mientras que el segundo lo otorga a aquellos objetos investidos de un carácter
único e insuperable. Ambos criterios han promovido la noción de lo patrimonial como lo bello, lo único, lo irrepetible y lo inalcanzable, y repercutido
tanto en las prácticas archivísticas y de investigación (a través de la selección,
conservación, estudio y difusión acrítica del patrimonio, fomentando con ello
visiones oficialistas) como en el restringido acceso a estos bienes. A estos criterios se opone, y propone, un enfoque epistémico y de apropiación social
que plantea la designación de lo patrimonial con relación a la construcción
de conocimiento y la valoración de los objetos en función de la información
que contienen. Desde esta perspectiva, los criterios de conservación estarían
dados en términos del potencial de los vestigios para generar conocimiento
sobre la sociedad que los produjo; y los criterios de definición estarían dados
en términos del uso y de la apropiación social de los vestigios reconocidos
como bienes colectivos y de la actualización de sus significados.121 Es decir,
desde este enfoque es la sociedad incluyente la que tiene un papel protagónico, proponiendo las formas de acceso, estudio e interacción con su patrimonio y superando la esfera de las autoridades que generalmente toman tales
decisiones (gobiernos, académicos y directivos de los archivos). Este enfoque
nos recuerda —de ahí su importancia— que los vestigios contienen muchas y
variadas vivencias que nos muestran la diversidad y complejidad del devenir
humano y que, entonces, la importancia de la designación patrimonial radicaría en el rescate de esas irrepetibles y singulares existencias de seres humanos
concretos. Este punto nos conduce a otro frente que se debate en los archivos y
en la investigación social, y que está en estrecha relación con nuestras concepciones sobre el patrimonio: la catalogación y la documentación.
120
Cf. UNESCO, Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural
1972, http://portal.unesco.org
121
Andrew R. Green, “Rescate de la memoria” en Ciencia y desarrollo, septiembre de 2006.
272
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Una de las dificultades que con frecuencia enfrentan tanto los archivos
que resguardan acervos fotográficos como los investigadores es la carencia
de una catalogación adecuada que facilite el uso de los materiales y recupere
en su totalidad y complejidad cada uno de los documentos que conforman
los acervos. La catalogación, como una serie de operaciones de identificación,
análisis y documentación para elaborar sistemas de ordenación, clasificación,
sistematización y acceso a la información o catálogos, no escapa de un cuestionamiento ontológico, valorativo y epistemológico. Es decir, para construir
estos sistemas de información, recuperación y acceso es necesario definir una
política de catalogación que precise de manera explícita qué vamos a catalogar, cómo lo vamos a hacer, qué criterios vamos a utilizar, para qué vamos a
hacer accesible esta información y a quiénes va dirigida, completamente asociada a nuestra concepción sobre el patrimonio y sobre su acceso o apropiación. Entonces, el diseño del sistema de catalogación tendrá que estar acorde
con la política de catalogación y con el tipo de acervo documental. En este
caso, la catalogación de imágenes fotográficas se presenta como una serie de
operaciones de identificación, análisis y documentación que conducen a la
representación de forma única y singular de los objetos fotográficos, de las
imágenes que contienen y de los datos relacionados con ambos por medio
de un documento secundario (texto) o descripción que sirve como un instrumento para personificar las piezas, para organizarlas y recuperarlas en el
marco de un conjunto documental mucho más vasto. Además, cabe añadir
que, especialmente en este tipo de documentos susceptibles de deteriorarse
con facilidad, es necesario crear catálogos precisos que representen apropiadamente todos sus atributos tanto en su contenido como en su contexto y proceso de producción, que puedan ser consultados fácilmente, que nos ayuden
a preservar los documentos patrimoniales originales (mas no a sustituirlos) y
que estén abiertos y regulados mediante la normalización de criterios y controles de revisión, corrección y/o actualización. En este sentido, es necesario
generar espacios de reflexión permanente que al tiempo que se discuta sobre el
libre acceso a la información, al conocimiento y al patrimonio, se desarrollen
propuestas de investigación que le den sentido a los bienes patrimoniales y que
busquen interlocutores más allá del ámbito académico. Para ello, es necesario
conocer y describir de manera adecuada los contenidos de los documentos,
lo cual sólo es posible mediante procesos cotidianos de investigación y documentación. Es decir, vista desde este enfoque, la catalogación no es una labor
puramente técnica que se concentre en llenar fichas y campos; la catalogación
es, ante todo, una labor de investigación y generación de conocimiento sobre
los documentos, fundamentada en una reflexión crítica y metodológica sobre
la epistemología en general y sobre la generación de archivos.
organizar para conservar
273
La documentación es un aspecto al que se le ha puesto mayor atención
en los proyectos del lais, pues se parte de la idea de que al conocer los atributos tanto morfológicos como de contenido de los objetos fotográficos y de
las imágenes en ellos representadas, podemos generar no sólo una catalogación más eficiente sino también investigaciones que los utilicen como fuentes
documentales para conocer y explicar determinados aspectos de la realidad
social. Ahora bien, sobre las formas en que podemos lograr representaciones
adecuadas y efectivas de los documentos, debemos tener en cuenta dos
aspectos: primero, nunca un texto va a representar con suficiencia lo que la
imagen traslada,122, y segundo, el proceso de investigación de y con las imágenes, tiene que ser un proceso exhaustivo e intensivo que recupere, represente y normalice cada uno de los atributos y contenidos de los objetos y de las
imágenes123 en el marco de una permanente reflexión teórico-metodológica
entre investigadores, estudiantes y archivos. Para llevar a cabo la documentación hemos recurrido a la sistematización y descripción de conjuntos de
imágenes en fondos, colecciones o series con criterios adoptados de la Norma
General de Descripción Archivística, isad (g), que si bien no es un instrumento específico para realizar descripciones de documentos visuales, resulta
una herramienta muy útil para la normalización del contenido de este tipo de
documentos. La ventaja que ofrece isad (g) es su propuesta metodológica de
trabajar con grupos extensos de documentos y describirlos en niveles jerárquicos que van de lo general a lo particular, respetando el principio de procedencia. En el caso de las fotografía, realizar descripciones generales y jerarquizadas facilita en gran medida la descripción de las unidades documentales
simples (o foto por foto), además de que permite establecer relaciones entre
las unidades documentales. Asimismo, el principio de procedencia resulta
una clave muy importante en la documentación, pues funciona como indicio
para conocer tanto el contenido de los fondos o colecciones como para acercarnos a los contextos de producción de las imágenes; cabe añadir que el acatamiento de este principio, por demás, arremete contra la práctica frecuente
de desmembrar colecciones. También, se han agregado campos adecuados al
tipo de documento (tipo de material, formato, tono, inscripciones y marcas,
estructura formal, estado de conservación, etc.) y otros están en discusión
(como ubicación de originales y existencia de copias, pues aunque son objetos
122
Félix del Valle Gastaminza, op. cit., p. 228.
Sobre este proceso ya se expusieron algunas ideas en el apartado anterior, “La fotografía
como fuente para la historia”.
123
274
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
patrimoniales únicos, con frecuencia éstos guardan relaciones diversas con
fotografías e imágenes preservadas en otros acervos).124
Ahora bien, en lo relacionado con la preservación de diversas colecciones
fotográficas a través de la generación de investigaciones desde las ciencias
sociales sobre dichas colecciones (repercutiendo en la ordenación y sistematización de las mismas), el lais ha llevado a cabo una continuada labor y la ha
extendido hacia la construcción de conocimiento en un campo más general:
los proyectos sobre la ciudad utilizando las imágenes como fuente para acercarse a la diversidad de problemáticas sociales y culturales que aluden a tan
vasto tema. Si bien, en un principio, la investigación de y con imágenes en el
Instituto Mora inició sin considerar las peculiaridades de las colecciones y de
las instituciones que las albergaban, tiempo después tuvo que hacer frente a
estas situaciones “propias” de los archivistas. Uno de estos casos fue el de la
ordenación y descripción de las colecciones sobre dos espacios urbanos de la
ciudad de México: Mixcoac y San Pedro de los Pinos. Las imágenes que sobre
estos espacios resguarda el Instituto fueron resultado de dos investigaciones
sobre “historia oral de la gente común”, proyectos que recopilaron imágenes
tanto de archivos públicos como de colecciones privadas para objetivos muy
específicos. En el caso de Mixcoac, las imágenes se recopilaron con el fin de
montar una exposición que mostrara a los habitantes de Mixcoac los resultados de las pesquisas, y después una selección fue utilizada para ilustrarlos
en una publicación.125 En el caso de San Pedro de los Pinos, la recopilación de
imágenes fue resultado de un cambio en las formas de hacer historia e inauguró una serie de reflexiones sobre la construcción de fuentes, la utilización de
recursos metodológicos distintos a los tradicionales y el uso de imágenes para
la investigación. No obstante, a pesar de este gran salto en cuanto a la reflexión
teórico-metodológica y a la diversificación de fuentes, los resultados del uso de
las imágenes en la investigación no pasaron de ser una mera ilustración.126
124
Un ejemplo de este trabajo también puede consultarse la descripción y catalogación de la
colección Julio Michaud del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas de la unam, y sistematizada en la Fototeca Digital “Fotógrafos y editores
franceses en México. Siglo XIX”: http://132.248.234.160:3000/web/ui
125
Pensado Leglise, Patricia y Leonor Correa Etchegaray, Mixcoac: un barrio en la memoria,
México, Instituto Mora, 1996.
126
Pensado Leglise, Patricia y María de Jesús Real García Figueroa (coords.), Historia oral de
San Pedro de los Pinos: conformación y transformación del espacio urbano en el siglo XX, México, Instituto Mora /Delegación Benito Juárez / Consejo de la Crónica de la Ciudad de México,
2003.
organizar para conservar
275
Al crearse el lais, en el año de 2002, comenzaron las labores de catalogación de éstas y otras colecciones generadas por los proyectos del Área de Historia Oral. Entre 2002 y 2003 se catalogaron y describieron las colecciones de
San Pedro y de Mixcoac, pero los criterios para hacerlo (sobre todo en la descripción) fueron diversos. Para el año de 2006, en que se retomó esta labor, se
encontró un acervo bastante desordenado, descrito arbitrariamente y sin una
clara relación entre las fotografías, que, sin embargo, compartían temáticas
similares (imágenes sobre la arquitectura urbana, los espacios laborales, la
vida cotidiana, el transporte, retratos, fotografías aéreas, planos y mapas),
estaban relacionadas con otros fondos y colecciones del Instituto, y tenían
la clara intención de describir el cambio urbano en tales espacios. Mediante
el proceso de documentación, el análisis formal y de contenido nos ayudó a
identificar objetos representados en las imágenes, logrando trazar posibles
líneas de investigación que partían de las propias imágenes, al tiempo que la
catalogación y la descripción conducidas por la aplicación de la norma isad
(g), ayudaron a construirlas como colecciones unitarias y unificadas. De esta
manera, la importancia que adquieren las imágenes rebasa su uso como una
simple ilustración de la transformación urbana de la ciudad de México. Al ser
registros históricos sobre esta transformación, y más específicamente, sobre
la proyección urbana realizada por planificadores y entidades gubernamentales (y sobre lo que éstos pensaban debía ser el espacio urbano y la ciudad,
y sobre la manera en que éste debía ser visto y vivido); y al ser, asimismo,
registros de la memoria familiar y colectiva en lo cotidiano y en los acontecimientos representativos y extraordinarios, y registros sobre las formas en que
el espacio es percibido y vivido por sus habitantes, a través de ellos se pueden
explorar cuestiones relativas a la conformación del espacio social y del proceso de urbanización de la ciudad de México en periodos muy específicos.
Como resultado de este trabajo surgió una investigación que usó las imágenes como fuente, las que nos proporcionaron visiones sobre la concepción
del espacio así como proyectos y experiencias sociales en torno a sus usos, a
menudo contradictorios. En esta tónica, el análisis visual de la transformación arquitectónica y urbana del espacio nos proporcionó pistas de su construcción y su apropiación, de la heterogeneidad de la dinámica urbana en la
ciudad de México y el Distrito Federal, y de la pérdida de espacios laborales y
de producción, sustituidos por el avasallador advenimiento de espacios habitacionales y administrativos, lo que sin duda repercutió en la transformación
no sólo de la ciudad como un espacio completamente urbano, habitacional y
administrativo, sino también en la transformación paulatina de las relaciones
sociales. De esta forma, se contribuyó al enriquecimiento del conocimiento
histórico sobre el proceso de urbanización de la ciudad de México desde una
276
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
escala de observación distinta y con fuentes diferentes, demostrando el valor
epistémico y patrimonial de las imágenes, y demostrando también cómo
éstas pueden ayudarnos tanto a formular interrogaciones sobre lo social
como a resolver nuestros planteamientos de investigación.127
Conclusiones
Como hemos observado, las relaciones entre las prácticas archivísticas y de
investigación son muy variadas, y los trabajos que el Instituto Mora, a través
del lais, está llevando a cabo al respecto, aun son propuestas parciales e inacabadas. Resaltemos que en el trabajo de rescate, conservación y acceso de los
bienes patrimoniales, estas prácticas no están divorciadas como comúnmente
se cree, y que el investigador social tiene aún mucho que aportar al archivista
y viceversa. Por otra parte, es necesario generar y mantener un espacio amplio
y permanente de reflexión teórica, metodológica y archivística en torno al
libre acceso al patrimonio, y en consecuencia, es urgente reflexionar sobre
sus definiciones y sobre las políticas patrimoniales. Como parte del aspecto
concerniente al acceso, resulta indispensable reflexionar sobre las diversas
formas de socialización del patrimonio y buscar mecanismos de difusión que
superen los tradicionales medios: libros, exposiciones y reprografías. En este
sentido, si bien es cierto que cualquier implementación tecnológica implica
costos, competencias de acceso y alcances limitados, la informática puede
ser una herramienta útil y eficiente al servicio de la investigación y de la preservación patrimonial. La introducción de tecnologías digitales en las prácticas de archivísticas y de investigación no busca ser solo un relampagueante
adorno de modernidad que refleje el grado de actualización y acoplamiento
a los tiempos modernos; la introducción de estas tecnologías es un medio
eficiente para el acceso a la información y para la conservación y custodia
de los objetos originales. Ciertamente, la introducción de estas herramientas
genera costos que los archivos y las instituciones públicas no pueden (o no
quieren) cubrir, pues de todos es conocido que lo que aflige despiadadamente
a estas instituciones es precisamente la carencia de recursos. No obstante,
habrá que buscar alternativas tanto en la digitalización de los acervos como
en su divulgación. En este proceso de construcción de contenidos digitales
127
Padilla Pola, Alejandra, A través de la mirada. La fotografía como fuente para la investigación
social: Mixcoac y San Pedro de los Pinos, 1920-1994, México, 2007. (Tesis para obtener el grado
de licenciado en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM).
organizar para conservar
277
que favorezcan la transmisión de los valores patrimoniales de los objetos
fotográficos, el lais ha propuesto la construcción de una Fototeca Digital
en línea a través de la cual se tendrá acceso a las imágenes y se vincularan
las aportaciones en el campo de los sistemas de intercambio de información,
reconociendo a las instituciones que participen en la digitalización de los
acervos y otorgándoles un beneficio directo para que puedan continuar con
la administración y preservación de sus colecciones. Asimismo, la Fototeca
Digital fomentará un mejor apoyo a la docencia y la investigación, y promoverá un mejoramiento en las prácticas de catalogación, documentación
y difusión a partir de una visión integral sobre el trabajo con imágenes. Por
otra parte, es necesario comenzar a plantear las bases para el desarrollo de
una formación profesional integral en el campo tanto en las ciencias sociales
como en la informática y archivonomía.
Finalmente, el proyecto aún no está terminado ni cerrado a nuevas
aportaciones, sobre todo en el campo de la descripción y normalización de
contenidos, pues sigue siendo el más problemático. Asimismo, aun nos falta
resolver las cuestiones relativas a las formas en que podemos integrar las propuestas sobre divulgación y disfrute social del patrimonio en una sociedad
que aún sufre de graves problemas de desigualdad y exclusión social. No obstante, y aunque tales afirmaciones puedan parecer pesimistas, aún nos queda
un largo trecho por recorrer y por explorar en busca de soluciones creativas
desde los diversos derroteros sociales.
Bibliografía
Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords.), Imágenes e investigación social,
México, Instituto Mora, 2005 (col. Historia social y cultural).
-----------------------------------------------------, Imagen, fotografía y productores, en prensa.
Benjamin, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica,
México, Itaca, 2003.
Bloch, Marc, Apología para la historia o el oficio de historiador, México, inah/
fce, 1996 (Historia).
Burke, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico,
Barcelona, Crítica, 2001 (Letras de Humanidad).
Camarena Ocampo, Mario y Lourdes Villafuerte García (coords.), Los andamios del historiador. Construcción y tratamiento de fuentes, México, agn/
inah/ conaculta, 2001.
Dubois, Philippe, El acto fotográfico. De la representación a la recepción, Barcelona, Paidós, 1986 (Paidós Comunicación, núm. 20).
Emmison, Michael and Philip Smith, Researching the visual. Images, objects,
278
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
contexts and cultural inquiry, Londres, Thousand Oaks & Nueva Delhi, Sage
Publications, 2000 (Introducing Qualitative Methods).
Freixa, Mireia, “La historia del arte como historia. Las técnicas de investigación y el problema de las fuentes”, en Freixa, Mireia, et. al., Introducción a la
historia del arte, Barcelona, Barxa, 1990, pp. 61-87.
Fuentes de Cía, Ángel, “Preservación del patrimonio fotográfico: problemas
y necesidades”, en II Jornadas sobre Imagen, Cultura y Tecnología, Madrid,
Universidad Carlos III de Madrid/Instituto de Cultura y Tecnología Miguel
de Unamuno/Instituto Agustín Millares de Documentación y Gestión de la
Información, 2004, pp. 15-21.
Green, Andrew R., “Metadatos transformados. Archivos digitales, la web
semántica y el nuevo paradigma de la catalogación”, en V Jornadas sobre
Imagen, Cultura y Tecnología, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid,
2007, pp. 11-22.
-----------------------, “Rescate de la memoria” en Ciencia y desarrollo, septiembre de
2006.
Mraz, John, “La fotografía histórica: particularidad y nostalgia” en Nexos, 91,
julio de 1985, pp. 37-49.
Roca y Ortíz, María Lourdes, “La imagen como fuente: una construcción de
la investigación social” en Razón y palabra, (publicación electrónica), no. 37,
febrero-marzo de 2004:
www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n37/lroca.html
Valle Gastaminza, Félix del, “La fotografía como objeto desde la perspectiva
del análisis documental”, en Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords.),
Imágenes e investigación social, México, Instituto Mora, 2005 (Historia social
y cultural), pp.219-242.
Propuesta metodológica para el estudio de las fuentes
documentales primarias con características estadísticas
Felipe de Jesús Calderón Flores
Estudios Latinoamericanos, Facultad de Filosofía y Letras, unam
Introducción
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la investigación (histórica,
antropológica, social, cultural, geográfica, estadística, etc.) apoyada en datos
de fuentes documentales primarias con características geo-estadísticas, es la
relativa abundancia de datos cualitativos y cuantitativos cuyo manejo no es
del todo tan fácil. El investigador en su afán de conocer todos los datos para
su posterior manejo, crea bases de datos tomándose un largo tiempo para la
captura, y su posterior análisis, teniendo como resultado el 20% de estudio
o de análisis de dicha fuente. Existe un proyecto llamado Proyecto de los
Censos de Guadalajara, un esfuerzo cooperativo internacional para ampliar
el acceso público a una colección especial de recursos históricos. El proyecto
pretende facilitar al público el acceso bilingüe a los recursos estadísticos que
existen sobre Guadalajara de los años 1821 y 1822. Pero al fin y al cabo, este
proyecto suma meramente bases de datos. Es por ello que es importante que,
para conseguir resultados con un acercamiento más interdisciplinario del
momento en que se crea la fuente en la que se apoya nuestra investigación,
estas bases de datos se incorporen a un programa de sistematización que una
la base de datos estadística con datos geo referenciales a una base gráfica y
de superficie terrestre y para así ubicar los datos cualitativos y cuantitativos
en la cartografía de nuestra investigación. Cabe recordar que los mapas son
una herramienta indispensable en la investigación. Los elementos contenidos
en los mapas permiten elaborar un registro de localización e identificación
de los rasgos del fenómeno estudiado, hacer una comparación visual de
patrones y su subsecuente comparación analítica, también nos permite ver la
distribución espacial de los elementos que componen el registro del padrón,
que es de vital importancia para la descripción, estudio y explicación de sis-
280
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
temas culturales del pasado. De acuerdo al nivel en que estemos trabajando
podremos derivar distintos tipos de información. Así, en el nivel de área de
actividad, obtendremos pistas sobre patrones de conducta. En el ámbito de
sitio, podremos derivar patrones sociales. En el ámbito regional, podremos
establecer modelos geográficos y económicos. El componente espacial es de
importancia central, ya que involucra a todos los niveles de la investigación;
así mismo la recolección, análisis, interpretación y la presentación deben
tomar en cuenta este componente espacial. La adopción de la Tecnología de
Información Geográfica (git) es de vital importancia, ya que nos permite: el
almacenamiento de la información colectada, su manipulación matemática,
la creación de nueva información a partir de los datos proporcionados, el
despliegue gráfico y su impresión en forma de mapa o reportes.
¿Qué son los sistemas de información geográfica (sig)?
Los sig son un conjunto de conocimientos que se utilizan para recolectar,
almacenar, operar, analizar y representar información que nos da referencias
geográficas, en este caso de la fuente documental, Padrones.
Su aplicación se basa particularmente en la informática que permite su
uso rápido, eficiente y ágil de grandes cantidades de datos, así como una
sofisticación de los métodos cuantitativos de análisis espacial.
Los sig surgen desde los años 60 en Canadá y los Estados Unidos, porque
muchos de los usuarios de datos estadísticos encontraban difícil interpretar
las tabulaciones censales a su completa satisfacción y también por el tiempo y
esfuerzo requeridos para identificar y analizar tendencias demográficas relacionadas con acontecimientos sociales importantes entre el gran volumen
de datos presentados en las publicaciones censales. Es así que, la oficina del
Censo de los Estados Unidos buscó la manera de comprimir sus estadísticas
referentes a grandes áreas, por lo que para satisfacer esta necesidad se desarrolló una técnica mediante computadoras, usada para la elaboración de
informes analíticos individuales referente a áreas pequeñas, especialmente
de la ciudad de Nueva Haven, Connecticut; ya en 1970 se enviaron resultados
impresos, producidos por computadora, a los medios informativos de todos
los condados de los Estados Unidos, resumiendo hechos importantes acerca
de las características de población y vivienda del censo de 1970 para cada
uno de los 3 130 condados. Ese mismo año, llega a México esta técnica, pero
es hasta A mediados de los 90 que tiene su mayor impulso. Instituciones que
hicieron uso inmediatamente de ella fueron el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (inegi), el Instituto Federal Electoral (ife), el
organizar para conservar
281
Departamento del Distrito Federal (ddf), el Consejo Nacional de Población
(conapo), y Petróleos Mexicanos (pemex). En 1990, se creó la Asociación
Mexicana en Sistemas de Información Geográfica y Estadística (amesige)
con la finalidad de aglutinar a los usuarios, desarrolladores y proveedores
vinculados con este tipo de herramientas, instituciones que han tenido una
mayor consolidación en esta técnica.
Actualmente, trabajo en un proyecto de sistematización del padrón de la
municipalidad de México en 1842, en el que propongo hacer uso de las bases
de datos y de los sig para el estudio de las transformaciones de la estructura
urbana de la ciudad de México.
El ArcView contiene: vistas, que son la parte gráfica de los mapas; tablas,
datos asociados a los mapas; gráficas, se realizan a partir de los datos; layouts,
el embellecimiento del mapa con todas sus propiedades (escala, rosa de los
vientos, gráficos, etc.); scripts, programas hechos para automatizar tareas.
El padrón ¿Candidato al sig?
Aún hoy día, en las investigaciones sobre población para los siglos xviii y
xix, las fuentes documentales como, en este caso, los padrones de población,
resultan muy difíciles de manejar por la gran cantidad de información cuantitativa que se obtiene de su captura para tener resultados que puedan ser
graficados para su interpretación.
Actualmente la tecnología en informática permite la sistematización de
este mar de datos lo que, en cierta forma, ahorra tiempo y admite la combinación de variables que enriquecen el trabajo de la investigación.
En este sentido, para una mayor optimización del trabajo de investigación
es necesario incorporar como herramienta de trabajo el uso de programas de
cómputo acorde a las necesidades del usuario. En este trabajo expondré la
aplicación de algunos programas que fueron usados para la sistematización
de padrones, un ejemplo es el de la Municipalidad de México en 1842.
Los objetivos planteados en este proyecto fueron:
1) creación de una base de datos con el orden de las variables que presenta la fuente original usando un programa de excel.
2) la digitalización de mapas a partir de los datos geográficos arrojados
por los padrones.
3) vincular la base de datos y el mapa digitalizado en un programa de ArcView con el fin de optimizar los datos estadísticos con los gráficos en el mapa.
282
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Estos tres incisos permitirán tener un panorama más cercano a la realidad urbana, tanto social como espacial, de la ciudad de México. Actualmente este trabajo sigue en proceso de análisis.
En los padrones se encuentran variables como son: división de la ciudad
en cuarteles mayores, menores y manzanas, nombres de las calles, tipo de
construcción habitacional, nombre y apellidos del empadronado, sexo, edad,
estado social, origen y ocupación.
El trabajo de sistematización se llevó a cabo en un programa de Excell
tratando de respetar las variables originales para su posterior exportación
al programa de Arc View en el que podemos manipular las variables para su
manejo.
Por ejemplo, si cruzamos la variable cuartel mayor con la variable sexo, el
resultado será el número de habitantes discriminado en hombres y mujeres.
Si requerimos de información más detalla, podemos agregar la variable
origen y ocupación, como resultado tendremos el número total de habitantes por cuartel discriminado en hombres y mujeres por origen y oficio.
Y así sucesivamente es posible combinar las diferentes variables con el fin
de conocer características cualitativas y cuantitativas de la población y de la
propia ciudad.
Lo anterior nos demuestra que las características de los padrones son
viables para su vinculación con planos o mapas a partir de variables que lo
permiten, como fue la geo referenciación de la variable “manzana”.
Es posible que otras fuentes documentales con aspectos semejantes
puedan ser geo referenciados en un plano digital, la propuesta esta abierta a
discusión y su utilidad a prueba.
Conclusiones
Para concluir diré que los SIG, en este caso ArcView, cumple ampliamente
con las expectativas del usuario, además de ser un programa de fácil uso y
que permite la importación de datos generados en programas como Excel,
que genera el archivo de base de datos en formato dbf, y en AutoCad, que
genera mapas digitalizados en formato dxf y que la inclusión de Sistemas
de Información Geográfica en la investigación histórica permite tener una
visión gráfica del tema en cuestión.
Bibliografía
Amador, P. Informática y enseñanza de la historia, en II Master de Informática Educativa, UNED, Madrid, 1998, pp. 38-39
organizar para conservar
283
Brown, George M., Conferencia sobre el papel de las computadoras en la
investigación económica y social en América latina, Análisis de Datos censales
en Áreas Pequeñas Mediante Computadoras, una nueva y prometedora Técnica en los Setentas, Estados Unidos, Departament of Comerce Bureau of the
Census, 1970.
De Pablos, J., Tecnología y Educación, CEDES, Barcelona 1996.
Usandivaras, J. C., R. Rodríguez y C. Brunini, GPS: un nuevo enfoque para los
levantamientos, Observatorio Astronómico de la Plata, 1993.
---------------------------, Georreferenciación con GPS para el catastro del siglo XXI,
Observatorio Astronómico de la Plata.
Trimble Navegation Limited, Mapping System, General Reference, marzo de
1994.
Trimble Navegation Limited, GeoExplorer, Operation Manual, Abril de
1994.
Trimble Navegation Limited, Geo-PC, Software User Guide, Febrero de
1994.
MESA 9
Los temas de ayer, hoy y mañana en la investigación histórica de la ciudad de México
Identidad, historia y sociedad de los barrios a través de sus memorias
Omar Agustín Flores Rodríguez
La dinámica comercial del entorno urbano de la ciudad de México en el siglo
XIX a través de las fuentes fiscales: la villa de Tacubaya
Maestro J. Jesús López Martínez, Instituto Mora
La investigación en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
Licenciada Patricia Olguín Alvarado, Archivo Histórico de la Secretaría de
Salud
Identidad, historia y sociedad de los barrios
a través de sus memorias
Omar Agustín Flores Rodríguez
Identidad: igualdad- equivalencia
Historia: ciencia- crónica- epopeya- memoria- suceso- arte.
Sociedad: colectividad- comunidad- grupo.
Barrio: sector- zona
Memoria: recuerdo- expresión- evocación.
La importancia de un gobierno con sus ciudadanos es impulsar la participación
ciudadana, por medio de programas y actividades que permitan una correlación
entre gobierno y sociedad. De ahí surge la necesidad de crear proyectos de evocación de las memorias sociales de los barrios.
Para que los ciudadanos puedan entrar a una dinámica participativa y
tengan un poder de decisión en algunas acciones, es necesario que se identifiquen con el gobierno promotor de estas actividades.
La identidad de un barrio resulta de un sentido de pertenencia; éste se
adquiere al familiarizarnos con una zona; y ese sector transmite a la colectividad sueños, recuerdos, reacciones psicológicas, sentimentales y emotivas,
que vividas en grupo se vuelven un fenómeno de equivalencia social.
Para poder lograr este fenómeno se necesitan programas, procesos y
acciones para fomentar las raíces históricas. La historia como ciencia, en
un estudio del ¿Qué? ¿Por qué? y ¿Para qué? Una historia como crónica
vecinal, en un conocimiento propio del barrio, la historia como una epopeya, una batalla que se irá dando día tras día en la defensa de nuestras tradiciones y en la búsqueda de nuestros orígenes. La historia como memoria,
una nostalgia personal, tener presente que el instante que vivimos pasará a
la remembranza social. La historia como suceso y el pleno conocimiento de
las fuentes documentales como consecuencias de sus acciones. La historia
como arte, teniendo en cuenta que los individuos somos artistas solitarios
288
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
en pensamientos y sentimientos, pero solidarios en la expresión y representación de éstos.
El trabajo territorial en las comunidades para fomentar los programas
de memoria histórica necesita la completa colaboración de los vecinos, que
no sean vistos, ni utilizados para que presten fotografías o cuenten sucesos
relacionados con el barrio; Ellos son la parte principal del proyecto, son los
actores y fuentes documentales primordiales de la Historia; Es fundamental
que en los planes de trabajo haya dinámicas vecinales y que los proyectos
de memoria histórica sean ejes modulares de talento ciudadano y de convivencia vecinal, así como generadores de participación ciudadana.
El trabajo colectivo de los programas de memoria histórica definirá y
organizará a los vecinos de un sector o localidad por grupos de ideas, manifestaciones, costumbres, y aportará en la zona una experiencia generacional y
una riqueza de conocimiento colectivo. En este punto se logra una identidad
con el espacio territorial, una defensa por ese lugar, una búsqueda de origen
y una igualdad en el trabajo colectivo.
Los factores que influyen en la memoria histórica de los barrios, en el
desarrollo histórico y en el conocimiento de este, son las fuentes documentales y los asuntos de trascendencia del momento histórico.
Las fuentes históricas
Las fuentes documentales son la herramienta de la sociedad para conocer
el largo andar de su comunidad a través del tiempo, esto si tomamos en
cuenta que la historia es la ciencia que estudia las acciones realizadas por el
hombre a través de los años y sus testimonios son las huellas marcadas en
cada momento histórico.
La Ciudad de México es un largo canal histórico, compuesto de varias
calzadas de testimonios y una larga vía de paso social. Es en este punto donde
los historiadores introducen y analizan las fuentes históricas como objeto de
estudio; ejemplo de estas clasificaciones son las siguientes.
Las fuentes directas: son aquellos testimonios que son elaborados con
la intención de dar una información a la posteridad acerca de determinados
hechos (las crónicas, las memorias, las inscripciones conmemorativas en
documentos y datos similares).
Las fuentes indirectas: no provienen de una intención de dar información y son producto de la actividad humana (osamentas, utensilios, armas,
vestimentas, habitaciones y sepulcros, documentos impresos hechos a mano,
registros de propiedad, leyes, actas, informes, mapas, ideas religiosas y conceptos filosóficos) (Juan Brom).
organizar para conservar
289
Otra forma de estudiar las fuentes histórica son: escritos de toda clase;
relatos transmitidos en forma oral; figuras como mapas, dibujos, pinturas, estatuas, monumentos; restos humanos; objetos muebles diversos.
(Carlos Alvear Acevedo).
La clasificación de las fuentes históricas: los documentos escritos (inscripciones sobre piedra, madera, ladrillo, telas y manuscritos de carácter público
y privado; las tradiciones orales (relatos, cuentos, mitos, leyendas, cantos,
fábulas); las tradiciones figuradas (pinturas, mapas, itinerarios de carácter
narrativo); restos humanos; restos de monumentos (villas, tumbas, palacios,
casas, objetos múltiples, vasijas, indumentarias, muebles; instrumentos de
labranza y científicos. (Ida Appendini y Silvio Zavala).
Para la recuperación de las memorias sociales de la Ciudad de México
encontramos una clasificación de las diferentes fuentes testimoniales que
ayudarán a documentar a los ciudadanos, si tomamos en cuenta que la función de documentar es la de probar, justificar, evidenciar e informar mediante
documentos o registros el paso del hombre y sus actividades, en este caso, en
la capital mexicana.
Las fuentes documentales para la historia de la Ciudad de México, se
pueden clasificar en artísticas, sociales, culturales, geográficas y deportivas.
Estos testimonios han sido guardados y acumulados a través del tiempo y
espacio; sus consecuencias son un gran movimiento social e incandescente
que termina por explotar y originar un universo en expansión; a ese fenómeno podemos llamarle “el big-bang social”.
La historia de un lugar se mide y se describe a través de su arte; México
es un enorme jarrón cuyos adornos son variadas piedras preciosas y su contenido es una flora de 31 flores artísticas, y la Ciudad de México es la raíz que
alimentan y que a la vez nutre a todas.
Fuentes documentales artísticas:
Arquitectónicas: la creación de la composición del espacio y del aspecto
exterior de los centros sociales y de culto. El edificio de la Biblioteca Central
en Ciudad Universitaria, la Torre de Humanidades, la Torre de Rectoría, la
Torre latinoamericana, la pirámide de Cuicuilco, el Templo Mayor, la zona
arqueológica de Tlatelolco, el Estadio Azteca, el estadio olímpico, la casa
de Cortés, la Catedral, la Villa, el Teatro de la Ciudad, el palacio de Bellas
Artes, el Auditorio Nacional, el Monumento de la Revolución, el edificio de
gobierno capitalino, el Castillo de Chapultepec, el Palacio Nacional y otros
monumentos encontrados en cada rincón de la ciudad de México.
290
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Pintura: El carácter de la ciudad en sus matices y tonos es representado
por medio de los murales y mosaicos al aire libre de los grandes maestros de
la plástica moderna y prehispánica; los códices y relieves dejados por las siete
tribus nahuatlecas, los murales de Siqueiros, Orozco, Tamayo, Diego Rivera.
Escultura: El movimiento y el equilibrio citadino de la capital son representados en el móvil perfecto e imperfecto de los cuerpos en un espacio
determinado; la artesanía prehispánica y sus relieves y grabados, la cartonería mexicana y sus “judas” y piñatas con personajes cotidianos, el barroco
impreso en las iglesias capitalinas, el monumento a la Madre, el Ángel de la
Independencia, símbolo de victoria de un pueblo.
Danza: La elocuencia de la coreografía urbana y doméstica se muestra
con las danzas prehispánicas y los bailes populares como el danzón.
Literatura: Surtidora de imágenes y de comunicación; se manifiesta en la
ciudad como un enamorado y ve en la capital a su principal musa inspiradora;
surge la literatura de onda, no olvidar el relato urbano (José Emilio Pacheco
y Las batallas en el desierto), obras de teatro, poesías, novelas, ensayos, documentos escritos, reportajes de gran elocuencia.
Fotografía: Los retratos del tiempo, la ciudad detenida en instantes, el
juego del tiempo aparece en las colonias, sociedades, personalidades, arte, y
geografía en su paso por la historia.
Cine: Imagen y movimiento de las clases sociales, de las calles, de los
lugares, de las tradiciones, de la historia e incluso de la personalidad del capitalino (Luis Buñuel, Los olvidados); son puestOs en evidencia a través de una
lente que finge ser el ojo social.
Teatro: La realidad de una sociedad se ve reflejada en su teatro (Héctor
Azar), el teatro como un espejo de la autenticidad comunitaria; por eso hace
presencia en la capital con las carpas, el teatro comunitario, el teatro ritual, el
teatro de barrio, el teatro de la identidad cuyo principal exponente es Hugo
Argüelles.
Música: El ambiente de la ciudad lo encontramos en sus ritmos, tonos,
melodías y su atmósfera se percibe en su música de rito prehispánico, la
trova urbana, el rock urbano, la música eclesiástica, el coro juvenil de las
iglesias, el danzón.
organizar para conservar
291
Dibujo: “El trazo de la ciudad, los ejes, sus avenidas, sus lugares, su
gente, su arte, sus tradiciones, marcan forman lineales, espirales, círculos,
que hacen de la ciudad misma el dibujo perfecto”.
Estos testimonios valuados y aplicados de una forma correcta, nos permitirán observar que han sido generados por una necesidad social, por una
necesidad de identidad, por una necesidad de educación, por una necesidad
de búsqueda. Surge la necesidad de movilización, ya que en el lugar donde
se realizó la obra se tendrá que cuidar, conservar, conocerla, informarse y
educarse; surge también la búsqueda de encontrarse y relacionarse con otras
personas de un mismo entorno.
Fuentes Sociales:
Los testimonios generados por el entorno local, comunitario, ideológico, económico, artístico, político y folklórico. La ciudad de México es un reactor
generador de estos elementos por su importancia pública en la vida de
México.
Tradiciones: las fiestas patronales y la organización de éstas, los rituales
que indirectamente adoptamos los capitalinos e influyen en la vida personal
y social de la ciudad: “los tráficos mañaneros”, “fin de semana futbolero”, “fin
de semana pachanguero”, “los domingos de paseo”.
Economía: la situación económica del país es un testimonio invaluable,
por medio de ésta existen explosiones culturales. La tradición de las diferentes clases sociales y de las diversas formas de ganarse la vida influyen en la
dinámica de la capital. Las costumbres y formas de vestir interviene en esta
diversidad social y la división territorial que existe en la capital, en donde en
unas zonas “se van los niños rubiecitos y con otros rubiecitos se van juntos al
colegio Hall” (Las casitas del barrio alto, Víctor Jara), la reforma que hubo en
la capital del oriente para los ricos y al poniente van los pobres, las colonias
famosas, la Condesa, las Lomas, la Roma, para los ricos, y Santo Domingo,
Tepito, la Bondojito para los barrios populares; la nostalgia de la antigua
posición social donde los habitantes eran los consentidos del gobierno como
la Alianza Popular Revolucionaria; 30 años después la situación ha cambiado
y el desgaste de la zona habitacional es evidente.
Política: esta fuente histórica permite visualizar la organización política
de la ciudad; las tribus nahuatlecas, pasan a ser barrios, pueblos, el reino, el
292
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
imperio azteca, la jefatura, el gobernante, el virrey, el ayuntamiento, la monarquía, la república, el regente, la Asamblea de Representantes, el delegado, el
jefe de gobierno del Distrito Federal, el jefe de enmarcación, la Asamblea
Legislativa, el jefe de manzana, el presidente de colonia, el comité vecinal, y
ahora el comité ciudadano, el comisario ejidal, asociación de vecinos, la organización condominal.
Estas fuentes históricas captan la necesidad de organización y de relación
social comunitaria para construir y avanzar hacia el desarrollo humano. El
ejemplo lo vemos en Santo Domingo, en la delegación Coyoacán; ellos mismos
construyeron su colonia, en un esfuerzo colectivo, edificando sus iglesias y su
organización interna, para establecer viviendas, gestionar medios de transporte y escuelas. En estos momentos Santo Domingo es una colonia con una
dinámica participativa y con tradiciones culturales establecidas.
Fuentes culturales:
La Ciudad de México es un sol magno en un universo de estrellas. Estos testimonios reflejan la historia popular y la importancia individual del capitalino
en su relación con la colectividad ciudadana.
Personajes: el sereno, el catrín, el pachuco, el naco, el padrote, la prostituta, el microbusero, el taxista, el Juan penas, el pitufo, el tamarindo, el burócrata, el merolico, el mimo, el raterillo, el paisanito, la verdulera.
Personalidades: la ciudad de México ha tenido una gama de individuos
que han sobresalido dentro de una zona del Distrito Federal; parte de su fama
entre la gente ha sido su carisma, su obra, su lenguaje, tienen cierta identidad con algunos grupos sociales, sobre todo por la huella impresa. Artistas,
deportistas, políticos, y del medio del espectáculo televisivo.
Lugares: bares, cantinas, iglesias, circo, cines, estadios de fútbol, plaza
de toros, Chapultepec, plazas, kioscos, tianguis, mercados, Ciudad Universitaria.
Crónicas y leyendas: el mito, la leyenda y la narración oral simples
estarán marcados por las creencias populares, por el manejo del lenguaje, las
frases populares, el albur; las leyendas populares de la Llorona, las mulas del
virrey, la calle de Donceles, el mito del Popocatepetl e Iztaccihuatl, el mito del
águila parada sobre un nopal; las crónicas de sucesos, la narración oral de los
pueblos y barrios, las notas informativas, la entrevista popular.
organizar para conservar
293
Utensilios: objetos y herramientas prehispánicas y de los oficios actuales,
medios de transporte; las trajineras, el tranvía, las chinampas, el metro, el tren
ligero, el ruta 100, el microbús; tecnológicos; entretenimiento; comunicación.
Estas fuentes históricas son documentos vivos. Sus aplicaciones populares se introducen en un ámbito personal y de relación barrial.
Fuentes geográficas:
Estas fuentes influyen en el entorno social, cultural, artístico y económico
de la Ciudad. Se mantienen como huella cuando son aprovechados por el
hombre.
Zonas montañosas: Ajusco.
Zonas rurales: Xochimilco, Tlalpan, Milpa Alta.
Zonas ambientales: bosques, parques, lagos, ríos.
Canales: canal de la Viga, canal Nacional, canal de xochimilco.
Fuentes deportivas:
Estas fuentes históricas profundizan en la personalidad del capitalino, se
interna en sus gustos, se introduce en la pasión humana.
La lucha libre: si bien no es un deporte completo, cumple con algunos
principios atléticos y gimnásticos. La pasión que se desborda en la arena
cuando ven sujetos que se avientan, que dan maromas, que se golpean, que
hay los rudos y los técnicos, como si los rudos fueran los malos y los técnicos
los buenos; y la adquisición del pueblo, las máscaras, los muñecos, el cuadrilátero de madera, los comics, las películas.
El boxeo: las noches en la ciudad de México, la gente acude a ver la técnica del golpeo y defensa. Un pueblo que demuestra su bravura cuando acude
a ver a su boxeador favorito, ya sea porque es de su barrio, o porque es de su
calle, o porque es su gallo, va a echarle porras y a abuchearlo cuando recibe
la cuenta del número 10.
El toreo: los domingos a las cuatro de la tarde, los capitalinos tienen una
cita en la Plaza de Toros, para ver cómo el hombre puede manejar a la bestia.
El fútbol: el fútbol es el ritual del capitalino, acude a su templo o aguarda
en su casa como si fuera una capilla. Ve en sus equipos de fútbol parte de su
294
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
personalidad y sentido de vida. Desde el mítico Atlante, el equipo del pueblo,
los rayos del Necaxa, el América, el equipo de la burguesía y que tiene su
templo en una zona proletaria como el Azteca, pero intenta dar a conocer que
su poderío llega a todo sector económico; su rival el Cruz Azul, representa a
los trabajadores, su poderío consiste en la fuerza grupal cooperativa; cuando
se enfrentan, están en conflicto la idea de monopolio contra cooperativa:
surge el antagónico los Pumas de la unam; el equipo con la mística, la filosofía de formación y capacitación de los jugadores, el equipo de los jóvenes,
el equipo de las ideas, el equipo de la fuerza y de la garra. Cuando se enfrenta
Pumas contra América, están en choque espíritu contra dinero, cuando se
enfrenta Pumas contra Cruz Azul se enfrentan idea contra negocio.
La aplicación de las fuentes históricas en los temas ayer, hoy y mañana:
Las fuentes documentales, han dejado la marca del paso del hombre en el
tiempo, espacio y lugar. Los temas de ayer radican en busca el origen social de
los pueblos y de la búsqueda en nuestras raíces individuales. El tema principal
del ayer es la ciudad como recepción de los procesos históricos de México. El
México prehispánico, la llegada de las siete tribus nahuatlecas, la llegada de
la tribu de Aztlán, fundación de Tenochtitlan, el imperio azteca, la llegada
de los españoles a la Ciudad de México, la Conquista de México, la conquista
espiritual, el Virreinato, la búsqueda de intendencia, la guerra de Independencia, el México independiente, La guerra de Reforma, la monarquía, la
república, el Porfiriato, la Revolución mexicana, el México pos- revolucionario y el México moderno. Relacionar las fuentes históricas y los sucesos
pasados.
Los temas de hoy; los movimientos políticos en la capital, las crisis económicas, la participación ciudadana, el urbanismo.
El tema de mañana, es la influencia del urbanismo en los barrios. La
migración, la falta de espacios, la falta de empleo, el comercio informal.
Debemos tomar en cuenta como ejemplo que entre 1980 y 1990 Coyoacán
terminó con el 90% de sus reservas ecológicas; esto se debió al crecimiento
urbano, y a la necesidad de crear nuevas viviendas y nuevos caminos de
comunicación. En la parte de Culhuacanes circulaba el Canal Nacional y
existían ejidos cuya importancia económica era agrícola; cuando se expropian esos terrenos y se deseca el Canal Nacional, la actividad económica de
los habitantes cambió radicalmente. De agricultor tiene que pasar a buscar
un oficio que le permita vivir. Del campo a la ciudad en un corto lapso. Los
jóvenes actualmente no tienen memoria de la función del Canal Nacional,
organizar para conservar
295
han crecido en un ambiente diferente que el de sus abuelos; la Ciudad de
México seguirá creciendo, la mancha urbana avanzará, continuarán los problemas de empleo, de ecología e influirán en la vida social de los habitantes y
en sus costumbres.
Debemos estar preparados para esos momentos; el gobierno y la sociedad
deben trabajar juntos en la solución de estos problemas, y lo harán partiendo
de las necesidades sociales de los capitalinos. Debemos tomar en cuenta
las fuentes históricas y trabajar con ellas, para la promoción de la memoria
social de la ciudad; porque si no lo hacemos podemos perder tradiciones,
costumbres, identidad, relaciones humanas, creaciones artísticas; y el paso
del tiempo irá borrando lo que no hace mucho tiempo existió un lugar compuesto de grandes calzadas, vías y canales que comunicaban al centro de la
gran capital mexicana.
La dinámica comercial del entorno urbano de la ciudad
de México en el siglo XIX a través de las fuentes fiscales:
la villa de Tacubaya
Maestro J. Jesús López Martínez
Instituto Mora
La villa de Tacubaya
Por decreto del 18 de noviembre de 1824, se designó a la ciudad de México
como sede de los supremos poderes de la federación y su Distrito comprendería un radio de dos leguas128 teniendo como centro la plaza mayor. Este círculo abarcaba una superficie de 12.5 leguas cuadradas y comprendía terrenos
del Estado de México que se interrumpía por los cerros de Guadalupe al norte
y al suroeste por las lomas de Tacubaya.129
Por la ley del 18 de abril de 1826, el Distrito Federal quedó integrado
por doce municipalidades: 1) México, 2) Guadalupe, 3) Tacubaya, 4) Azcapotzalco, 5) Tacuba, 6) Ixtacalco, 7) Mixcoac, 8) Iztapalapa, 9) Popotla, 10)
Ladrillera, 11) Nativitas y 12) Mexicalcingo. Al interior se compuso de dos
ciudades (México y Guadalupe Hidalgo), dos villas (Tacubaya y Tacuba), 29
pueblos, 89 barrios, 16 haciendas, 22 ranchos, ocho huertas, dos molinos (de
la pólvora y el Conde) y el fuerte de Chapultepec.130
La municipalidad de Tacubaya se integró por la villa del mismo nombre,
los pueblos de Nonoalco, San Lorenzo y La Piedad; los barrios de la Santísima,
San Juan, San Pedro, Santo Domingo, Santiago y San Miguel; las haciendas
128
Una legua equivale en el antiguo sistema español a 5 572.7 m, por lo que el radio del
Distrito Federal era de 11 145.4 m, es decir poco más de 11 km. 129 Diccionario Universal de
Historia y Geografía, tipografía de Rafael y librería de Andrade, México, 1853, t. III, p. 84, en
Gortari y Hernández, op. cit., p. 122.
130
Ibíd., p. 123.
298
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
de La Condesa, Becerra, El Olivar del Conde y Narvarte; y los ranchos de
Nápoles y Sola o Xola.131
Según los itinerarios y derroteros de la primera mitad del siglo XIX,132
la villa de Tacubaya distó de la ciudad de México por dos leguas (8 km. 380
metros) y estuvo comunicada por caminos de arriería y carreteros y hacia
finales de siglo por ferrocarril.
El espacio fiscal.
Para fines fiscales, el territorio se dividió en suelos alcabalatorios como parte
del sistema que prevaleció durante el régimen colonial por lo que se mantuvo la
demarcación establecida el 25 de septiembre de 1792 y ratificada el 16 de enero
de 1818, confirmándose de nueva cuenta en 1830. Así la República Federal se
dividió en 275 suelos alcabalatorios repartidos como sigue: ocho integraron la
aduana de México, cinco la aduana de Veracruz y 262 el resto del territorio.133
Cuando se instauró el régimen centralista en 1836, se pensó en fortalecer
el sistema alcabalatorio para un mejor control de la recaudación y administración impositiva. Para llevar a cabo lo dicho, por decreto del 17 de abril de
1837, el territorio se dividió en: 1) administraciones principales, 2) receptorías y 3) sub–receptorías.134
Bajo este ordenamiento se trazó la siguiente división territorial: 239 administraciones, 597 receptorías y 291 sub-receptorías, que sumaron un total de
1 127 oficinas fiscales localizadas en los 25 departamentos que integraban el
país durante el primer periodo de régimen centralista (1836-1846).135
Almonte, Juan Nepomuceno, Guía de forasteros y repertorio de conocimientos útiles, Imprenta de Ignacio Cumplido, México, 1852, pp. 306 y 307.
132
Hermosa, Jesús, Manual de Geografía y Estadística de la República Mejicana, Librería de
Rosa Bouret y Cía., París, 1857, facsímil, Instituto de Investigaciones Dr. José Ma. Luis Mora,
México, 1991, p. 195.
133
Archivo General de la Nacion (en adelante AGN), Dirección General de Rentas (en adelante DGR), c. 11, exp. 440, Reglas que se observaban en la recaudación del derecho de alcabala
antes del establecimiento del sistema federal, 1830.
134
AGN, DGR, c. 35, exp. 870, Decreto del supremo gobierno sobre la organización de la
Hacienda Pública, 1837.
135
Arrillaga, José Basilio, Recopilación de leyes y decretos... vol. del año de 1838, imprenta de
José M. Lara, México, 1842.
131
organizar para conservar
299
Las administraciones principales se establecieron en las capitales de
los estados y estuvieron sujetas en lo directivo y económico a la Dirección
General de Rentas. Su territorio se subdividió en receptorías y sub–receptorías, su número y demarcación se sujetó a la decisión del administrador principal con la anuencia de la Dirección General. La creación y permanencia de
cada una de estos espacios fiscales dependió de la importancia económica del
territorio y para su mejor aprovechamiento se reglamentó su funcionamiento
el cual quedó establecido por decreto del 17 de abril de 1837. 136
La raíz del reglamento fue el recuento y reorganización que se hizo de los
espacios fiscales existentes al año de instaurarse el régimen centralista con el
fin de conocer y estimar los recursos económicos posibles para cubrir los gastos
del gobierno. En este documento se señalan las obligaciones administrativas
que deberían seguirse en las oficinas fiscales, según su categoría, para agilizar
el trabajo burocrático de la recaudación y administración de la alcabala.
Por ejemplo, respecto de las administraciones principales, se estipula en
el artículo 18 lo siguiente:
Primera. Recaudar las rentas, contribuciones y productos de bienes nacionales de
su demarcación particular, y llevar con el día la cuenta de sus ingresos y egresos, en los
libros que a este fin se les pasen anualmente por el jefe superior de hacienda, con total
arreglo a los reglamentos y disposiciones vigentes y a las que en lo sucesivo se dieren.
Segunda. Cuidar de que las administraciones y demás oficinas subalternas de
sus demarcaciones hagan la recaudación que les corresponda, y de que lleven sus
cuentas bajo las mismas reglas, en los libros que los administradores principales les
remitan con el propio objeto.
Decimocuarta. Proponer a la mayor brevedad al mismo jefe para que este lo haga
al Gobierno por conducto de la dirección general de rentas, el número de administraciones subalternas, receptorías y sub-receptorías que deben subsistir, establecerse
o suprimirse en el Departamento, señalar sus demarcaciones, empleados que deben
servirlas y sueldo u honorario con que deban dotarse, exponiendo siempre los fundamentos que tengan para todo, en especial respecto de cualquiera alteración que
propongan del estado en que actualmente se hallen, y cuidando de que la división
que se haga sea conforme en lo posible con la política que previene el art. 3º de la
sexta ley constitucional; y proporcionar al erario la posible economía en los gastos,
sin que por esto queden indotados los destinos, o se perjudique el servicio por falta
de los que sean necesarios.
136
Ibíd., vol. del año de 1837, pp. 308 y 311.
300
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Mientras que el gobierno federal confirmó el sistema alcabalatorio del
régimen colonial para proveerse de recursos en forma inmediata, hasta no
ser factible su abolición y ser sustituido por un sistema de impuestos directos;
durante el gobierno centralista se actualizó, fortaleció y reformó con el fin de
acrecentar los ingresos por este rubro. Para este objetivo se redefinieron los
espacios fiscales y se renovó la planta de empleados y funcionarios; se reformaron los reglamentos sobre el funcionamiento de las administraciones,
receptorías y sub-receptorías y la forma de contabilizar la alcabala.
La receptoría de rentas de Tacubaya
Conforme a la estructura fiscal establecida en 1837, Tacubaya figuró como
receptoría y como sub–receptorías, la villa de Tacuba y el pueblo de Azcapotzalco, además dependió de la administración principal de rentas de la
ciudad de México. Sus límites territoriales fueron definidos por la resolución
del 17 de julio de 1826, y comprendió “desde la calzada de Vallejo, tomando
la vuelta por el poniente hasta Tacubaya, con todos los pueblos, haciendas,
ranchos y molinos contenidos en su territorio, y la calzada de Chapultepec
hasta la garita de México”.137
Por otro lado, el área territorial de las sub-receptorías del pueblo de Azcapotzalco y la villa de Tacuba, estuvieron demarcados por haciendas, ranchos
y pueblos, además de su zona urbana, como sigue:138
Azcapotzalco: por las haciendas de Los Ahuehuetes, Careaga, Azpeitia y
San Antonio; los ranchos de Acalotengo, Camarones, San Marcos, el Rosario,
San Rafael, Pantaco, San Isidro, San Lucas y Amelco.
Tacuba: por los pueblos de San Joaquín o Santorum y Popotla; las
haciendas de Legaria, La Ascensión, Clavería, Los Morales y La Teja; los ranchos de San Juan Nepomuceno (á) la Cabeza y Tenanteteche.139
137
agn, dgr, c. 361, exp. 99, Instrucciones que debe seguir el receptor de Tacubaya, 1842.
agn, dgr, c. 359, exp. 5, Cuaderno de igualas de tiendas, 1829-1830.
139
Los barrios de Azcapotzalco fueron: la Concepción, San Simón, San Martín, Santo Domingo, Los Reyes, Santa Catarina, Santa Bárbara, San Andrés, San Marcos, San Juan Mexicanos,
San Juan Thilhuaca, Xocoyahualco, Santa Cruz del Monte, San Mateo, San Pedro, San Bartolomé, San Francisco, Santa Apolonia, Santa Lucía, Santiago, San Miguel Ahuixotla, Santa
Cruz Acayuca, Nextengo, San Lucas, San Bernabé, Santa María, San Sebastián, Santo Tomás y
San Antonio. Los barrios de Tacuba fueron: San Francisco Tellencote, Santa Cruz Atenco, San
Pedro Xala, San Diego Coyoacac, San Miguel Acosac, Santa María Atlalmeo, Santiago Huimahuac, Santa Ana Zapotla, Santa Cruz Acalco, San Gabriel Molonco, San Juan Amantla, Santa
María Magdalena Tolman, en Gortari y Hernández , op. cit., p. 123.
138
organizar para conservar
301
Administración de la receptoría
Estuvieron a cargo de la receptoría un receptor, un guarda y un escribiente.
Se le asignó al receptor un sueldo fijo anual por el ramo de alcabalas de 99
pesos, tres reales, seis granos; más un premio del 10% sobre el total de lo
recaudado por el ramo de pulques, de donde también se pagó el sueldo del
guarda o guardas necesarios para la recaudación. Se destinaron 240 pesos
para pagar el sueldo de un guarda; 100 pesos para el sueldo de un escribiente;
12 pesos para gastos de escritorio. Al igual que otras oficinas fiscales, la
receptoría de Tacubaya estuvo instalada en una casa que se rentó para dicha
función, asignándose para el pago de la renta, 144 pesos anuales.140
Las principales atribuciones del receptor fueron: 1) la recaudación de
los derechos por alcabalas y pulques en toda su demarcación; 2) concertar
igualas anualmente por las introducciones y ventas de mercancías y pulques
realizados en comercios, haciendas y ranchos localizados en su territorio;
3) expedir la documentación necesaria (guías, pases y constancias de envío)
para la conducción de efectos a un punto distinto y las tornaguías por los
derechos cobrados a los artículos introducidos con guía de otra plaza diferente, aún cuando estuvieran exentos de derechos.141
Además de lo anterior, tuvo la obligación de vigilar los caminos y calzadas
y estar al pendiente de la conducta de los guardas recaudadores. Al parecer, la
poca cortesía de los funcionarios y empleados fiscales, encargados del cobro
de la alcabala, provocaba el disgusto de los comerciantes y su renuencia al
pago del impuesto, por lo que en un cuaderno de tarifas del viento de 1845, se
hacen las siguientes observaciones:
7a. Por último, los Administradores y demás empleados, deben conforme lo
tienen prevenido diversas disposiciones, tratar a los causantes con atención, dulzura
y suavidad, gobernándoles antes que un indiscreto celo, una moderada templanza,
evitando de este modo en lo posible, hacer odiosas las alcabalas, enseñándoles a los
contribuyentes que lo exijan, las disposiciones en que se funda el adeudo, y procurando convencerles de que sin contribuciones no puede existir nación alguna.142
Todas las prevenciones dictadas tuvieron como finalidad el aumento de
las rentas de la Hacienda Pública, para lo cual el receptor debía ejecutar las
140
agn, dgr, c. 361, exp. 99, Instrucciones que debe seguir el receptor de Tacubaya, 1842.
agn, dgr, c. 361, exp. 99, Instrucciones que debe seguir el receptor de Tacubaya, 1842.
142
agn, dgr, c. 61, exp. 1480, tarifa o arancel para la exacción del derecho de alcabala de los
artículos del ramo del viento, 1845.
141
302
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
leyes, decretos, circulares y órdenes de la Administración de Rentas referentes
al cobro y administración de los impuestos en forma precisa y clara.
El despacho de los asuntos de la receptoría de rentas de Tacubaya se llevó
a cabo con base en una serie de instrucciones de carácter operativo, que en
parte fue semejante en su forma a las seguidas por otras oficinas fiscales, sin
embargo, en la práctica pudieron diferir. Las instrucciones establecidas para
el mejor funcionamiento de la oficina receptora de Tacubaya tuvieron como
finalidad un mayor control y vigilancia del territorio para incrementar los
ingresos por alcabala y disminuir su evasión. Para ello se acentuó la concertación de igualas y una mayor vigilancia en los caminos y parajes.
Mecanismos de recaudación
El sistema alcabalatorio se valió de una serie de instrumentos legislativos
y documentales para el registro del cobro y adeudo de la alcabala, a través
de los cuales obligó al administrador o receptor del ramo a llevar en forma
pormenorizada todas las entradas y salidas de mercancías que circulaban
por su territorio. Para llevar a cabo este trabajo, se valieron de guardias que
patrullaban los parajes y caminos de arriería y ganado, por donde, a lomo
de mula o de hombros, se introducían o sacaban mercancías de todo tipo
para su consumo o venta en la misma plaza o en otra distinta. Además de
las rondas, en algunos lugares existieron garitas o puestos de vigilancia fiscal
que custodiaban las diferentes entradas a una ciudad, pueblo o villa con el fin
de evitar el contrabando y la evasión del pago de la alcabala. A falta de garita
en Tacubaya, fue obligatorio para los guardias y el receptor, hacer rondas
continuas por su territorio.
La oficina receptora de rentas ubicada en la villa fue el lugar donde llegaban los arrieros, viandantes, tratantes, traficantes y todo aquel comerciante
formal o informal a registrar sus cargas y pagar el impuesto correspondiente
o exigir la guía que amparaba a las mismas para su conducción a otro lugar.
Hubo dos formas de pagar la alcabala por el causante: al momento de
manifestar las mercaderías ante el receptor, que fue una de las prácticas más
comunes; por el método de igualas, que era el monto del impuesto a pagar
durante un año, a partir del promedio calculado sobre las mercancías colocadas para su venta o consumo en las tiendas, ranchos o haciendas localizados en Tacubaya. El concierto de igualas por alcabalas y pulques se hacía
anualmente. Se abría un cuaderno auxiliar donde se anotaba el nombre del
igualado, el comercio o giro que tenía establecido o si era por finca rústica, la
cantidad a pagar y su periodicidad, semanal, mensual o trimestral, los ramos
organizar para conservar
303
que pagaba o si sólo era por las introducciones que hacía, por las ventas o por
ambas. Al final del asiento firmaban el receptor y el causante.143
Por la falta de garitas en el territorio fiscal que comprendía Tacubaya, era
fácil la introducción clandestina de ganados para su consumo en este suelo,
escapando al pago de la alcabala. Para evitar este fraude, se obligó al receptor
a hacer visitas semanales a los tajones para conocer con certeza el número
de reses, carneros y cerdos que se mataban diariamente, exigiendo el documento con el cual se hizo la introducción. Fue obligación del receptor y los
guardias exigir la guía que amparaba el ganado introducido o que transitara
por su demarcación. Para la expedición de la tornaguía fue necesaria la presentación de la guía. Con estas medidas, el rigor en la aplicación de las leyes
fiscales fue patente.
Otras tareas que concernieron a este funcionario fueron la expedición
y registro de guías y tornaguías libradas, observando las reglas ya previstas;
acudir cada 15 días a las vistas de la Administración principal para que le
facilitaran las noticias necesarias sobre los aforos y su aplicación para el cobro
del impuesto correspondiente; en lo administrativo, llevó diferentes tipos
de libros para el registro de las operaciones mercantiles, a saber: cuaderno
de efectos de escala, en el se anotaba el número de la guía o pase con que
se conducía las mercaderías, su clase, la aduana de su procedencia, nombre
del consignatario, fecha de su introducción y de salida a su destino final; a
partir de 1842 se manejaron el libro común de ramos, donde se asentó el pago
de derechos por alcabala del viento, efectos aforados, derecho de consumo,
alcabala eventual por fincas e igualas; y el libro manual donde se registraron
en forma resumida y en orden lo recaudado por cada uno de los diferentes
ramos asentados en el común de ramos. A partir de esta información se facilitó la elaboración de la cuenta general del año.
La guía figuró entre los principales instrumentos de control a la circulación de mercaderías y ganados, su falta o extravío ocasionó que se decomisara
las mercancías o ganados en conducción, calificándolos de ilegales. Su expedición y presentación sirvió al causante para evidenciar el valor, calidad, origen
y destino de los efectos manifestados físicamente en presencia del recaudador
y asentado también, en ocasiones en la factura que amparaba las mercancías.
En la guía se registraba el nombre del remitente, del conductor y del consignatario; el destino final o de escala y los derechos pagados por el tipo de
mercaderías (nacionales o extranjeras). Su expedición quedó registrada en el
cuaderno correspondiente.
143
Garavaglia, Juan Carlos y Juan Carlos Grosso, Las alcabalas novohispanas (1776-1821),
Archivo General de la Nación/Banca Cremi, 1987, pp. 36 y 37.
304
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Toda esta diversidad documental que formó parte de la maquinaria fiscal
puesta en marcha a partir del establecimiento de la alcabala en Nueva España
en 1574 y que siguió funcionando hasta finales del siglo xix, que se centró en
el control de la circulación mercantil, que fue parte de la fuente de ingresos
del gobierno durante el virreinato y el siglo xix, nos aporta valiosa información sobre la dinámica comercial y social del México decimonónico a nivel
regional y local como el caso que aquí se aborda, Tacubaya.
El quehacer del comercio
Como ejemplo de la importancia que nos proporciona las fuentes fiscales para
acercarnos a la vida económica y social del entorno de la ciudad de México
en la primera mitad del siglo xix usaremos como información base los datos
registrados en el libro de patentes del año de 1837 de la receptoría de Tacubaya
que era el instrumento de control de los comercios asentados en su territorio,
lo que servía a su vez de censo comercial, pues se registraba el nombre del
propietario, el giro y su ubicación lo que a su vez servía como complemento
al libro de igualas para un mejor control del impuesto que debían pagar los
comerciantes establecidos.
Comercios y comerciantes
A partir del Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio del año
de 1837 se analizará la dinámica comercial de Tacubaya. De acuerdo con los
registros de ese año se contabilizaron 54 comercios que estuvieron distribuidos
en la villa y las haciendas del lugar, 15 tuvieron el giro de tendajón, 25 fueron
casillas de pulque, cuatro operaron como casillas de carnes, uno como casilla
de panadería, otro se declaró tienda mestiza, dos trabajaron como molinos de
trigo, otros dos como molinos de aceite, dos más funcionaron como mesones,
hubo una fonda y una mesa de billar. (Véase cuadros del núm. 1 al 7)
Como se puede advertir, la mayor parte de los negocios se concentraron a
lo largo de la calle principal de la villa. Sin embargo, existió una distribución
de los diversos giros comerciales por diferentes rumbos de Tacubaya que en
su conjunto, nos da una idea de su vida cotidiana.
Todos estos comercios, identificados en doce diferentes actividades,
pueden agruparse bajo tres categorías: 1) expendios de alimentos y bebidas,
2) lugares de diversión y descanso y 3) de transformación y elaboración de
productos alimenticios.
organizar para conservar
305
En el primero estarían los tendajones, la tienda mestiza, las casillas de
carne, pan y pulque. En el segundo, el mesón, la fonda, la mesa de billar y
también la casilla de pulque. Y en el tercero, los molinos de aceite y de trigo.
En cada uno de estos espacios las relaciones sociales, comerciales y de
trabajo se desenvolvieron, entre otros factores, bajo la dinámica del comercio.
Pues en este “juego de los intercambios” unos cumplieron su papel de productores (agrícolas, artículos semielaborados o terminados) y otros su papel
de intermediarios entre el productor y el consumidor final.
En la vida cotidiana, las casillas de pulque, las mesas de billar, las fondas
y los mesones fueron los lugares propios para la reunión de los vecinos y visitantes, y sobre todo de los viandantes y arrieros que llegaban con sus recuas
cargadas de mercaderías. La presencia de este tipo de lugares nos dibuja a Tacubaya no como una villa netamente para el descanso y el recreo, por el contrario,
sino como un lugar con mucha actividad comercial. Sobre todo, fue lugar de
paso obligado para el comercio proveniente del occidente del territorio nacional
que entraba por el camino de Santa Fe. Por ello, las fondas y los mesones fueron
concurridos principalmente por arrieros y viandantes que llegaban a esta villa
como destino final o de escala antes de continuar su camino. Mientras tanto,
estuvieron obligados a registrar sus mercaderías en la oficina receptora de
rentas y pagar los derechos correspondientes cuando era el caso.
En los doce diferentes giros comerciales identificados estuvieron involucrados 44 individuos, de los cuales 37 tuvieron participación en un sólo tipo
de negocio y los siete restantes diversificaron sus actividades comerciales; sus
establecimientos se localizaron en el mismo lugar o en otro diferente lo que nos
indica quiénes fueron los principales comerciantes del lugar y posiblemente los
que vincularon comercialmente a Tacubaya con diferentes centros productivos.
De los 37 sujetos, 19 tuvieron una casilla de pulque, diez un tendejón y
los otros siete estuvieron repartidos en los siguientes comercios: molino de
trigo, molino de aceite, casilla de carne, casilla de panadería, mesón, fonda y
mesa de billar, respectivamente.
La participación de las mujeres en la actividad comercial, de acuerdo
con nuestros registros, fue mínima, aunque destacan por su categoría de
propietarias. El principal giro de sus comercios fue la venta de pulque, según
se observa en el cuadro sobre casillas de pulque. Sólo una de estas cinco
mujeres, llamada doña Guadalupe Flores tuvo un tendejón en el Barrio de
la Santísima y una casilla de pulque en el Barrio de Santiago. Las casillas
de pulque de las otras cuatro, se encontraron en la Loma del Rey, de doña
Gertrudis Escobar; Barrio de San Lorenzo, de doña María de los Santos;
Callejón anterior a la plaza de Tacubaya, de doña Guadalupe Olid; y Tacubaya, de doña María de la Paz.
306
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Estas cinco mujeres representan el 11.36% de los 44 propietarios anotados en el libro de patentes, esto, no obstante, no quiere decir que fueran
las únicas dedicadas al comercio, pero sí las que aparecen bajo la categoría
de propietarias. Su relación con la venta de pulque, administración de una
tienda o tendejón, fue caracterizada como “propias” a su condición femenina. Como observa y señala Silvia Arrom, en las guías de forasteros, no se
anotan el total de los comercios de la ciudad de México, pues quedan fuera
los que se consideraron demasiado pobres. Y de los registrados, un mínimo
pertenecieron a mujeres, que en el conjunto “parecen ser menos prósperos
que los de los hombres”.144
Cinco años atrás, en 1832 aparecen registradas cuatro mujeres en el libro
de igualas, y que pagaron este derecho por las ventas ejecutadas en sus comercios: doña Gertrudis González por una tienda y un tendejón en Chapultepec;
doña Feliciana Lozano por dos tiendas; doña Dolores Mendoza por un tendejón en el barrio de San Lorenzo; y doña Ana Gómez por un tendejoncito y
una tienda.145 Ninguna de estas mujeres aparece de nueva cuenta en el libro
de patentes, como fue el caso de algunos hombres como Mariano Bocanegra,
Manuel Estañol, Joaquín Martínez, Florencio Sánchez, Antonio Zaragoza y
José Ma. Zaragoza.
Ahora bien, si nos preguntamos ¿donde vivieron estos comerciantes? responder no es fácil, sin embargo podemos tener una idea sobre el particular al
identificar algunos de estos personajes y relacionarlos con el valor de su finca
urbana, lo que nos revela parte del escenario en que vivieron.
Al relacionar nuestros datos sobre comercios y los resúmenes sobre fincas
urbanas, los resultados fueron los siguientes:
Rafael Gómez, dueño de una casilla de carne, tuvo dos fincas, una en la
calle Nacional y la plazuela de Cartagena con valor de 1 200 pesos, y otra en
el barrio de la Santísima con un valor más bajo, 120 pesos.
Guadalupe Flores quien manejó dos establecimientos, un tendejón en el
barrio de la Santísima y una casilla de pulque en el Barrio de Santiago, tuvo
su finca en el Callejón de Flores con un valor de 1 659 pesos 5 reales.
En la misma dirección la finca de Juan Ambris, tuvo un valor de 520
pesos, inferior al de la señora Flores, a pesar de sus dos comercios, una casilla
de pulque y un molino de aceite localizados en la calle Nacional.
En el barrio de la Santísima se afincaron Lucas Velázquez, dueño de una
casilla de pulque en la Calle Nacional, y cuya propiedad tuvo un valor de
144
Arrom, Silvia Marina, Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857, Siglo XXI, México,
1988, pp. 206-209.
145
agn, dgr, c.359, exp. 14, cuaderno de igualas, Tacubaya, 1832.
organizar para conservar
307
310 pesos; y Joaquín Martínez, negociante de dos tendejones, una casilla de
pulque y otra de carne, y sin embargo su finca se valuó en 300 pesos. Posiblemente dentro de la misma propiedad estuvieron el tendejón y la casilla de
pulque, pues los otros dos estuvieron en la calle Nacional. Ambos tuvieron
otra propiedad, el señor Velázquez en la calle de la Ermita, con valor de 140
pesos y el señor Martínez en el barrio de San Juan con un valor de 200 pesos.
Los comerciantes José Gándara, José Ma. Santacruz, José Ma. Calderón
y Ángel Villarroel, tuvieron cada uno una finca, el primero en el camino de
Santa Fe con valor de 160 pesos y dueño de una casilla de pulque en el barrio
de San Juan. El segundo en la calle y plaza del curato con valor de 500 pesos
y su tendejón por la misma dirección. La propiedad del tercero fue la única
registrada para el barrio de San Lorenzo y tuvo un valor de 300 pesos, en el
mismo sitio se encontraba su tendejón. La finca del señor Villarroel se localizó en el barrio de San Miguel y Santiago con un valor de 2 000 pesos, allí
mismo se ubicó su tendejón.
En la calle de Ermita fue donde se registraron seis de nuestros personajes. El valor de la casa de José Lozano, dueño de una casilla de pulque en
la calle Nacional, no se registró por estar en obra. Mientras que el del señor
Mariano Bocanegra fue de 250 pesos y fue dueño de un tendejón, una casilla
de pulque y otra de carne, los tres establecidos en la calle Nacional. La finca
de José Ma. Zaragoza se valuó en 500 pesos y fue dueño de una casilla de
pulque en la calle Nacional. Mientras que el valor de la propiedad de Antonio
Zaragoza fue de 800 pesos siendo poseedor de una casilla de pulque en la
calle Nacional. Por su parte, Manuel Sánchez con un tendejón en la calle
Nacional, tuvo una casa con un valor de 2 500 pesos, la de mayor valía en el
vecindario.
Finalmente Nicolás Sandoval, propietario de una casilla de pulque en
Tacubaya, poseía una finca valuada en 263 pesos siete reales seis granos.
Posiblemente algunos de estos sujetos, tuvieron su negocio en su propia
casa y otros en un lugar diferente. Aunque no hay una relación entre el valor
de la finca con el número de comercios del que fueron dueños, se advierte
que sólo unos cuantos tuvieron algún inmueble con un valor superior a los 1
000 pesos. Lo que nos muestra, de alguna forma, los posibles beneficios que
adquirieron en mayor o menor grado, estos individuos del comercio.
A través de los informes sobre reconocimiento y avalúo de propiedades,
rústicas y urbanas, es posible conocer la arquitectura, distribución y función
de los espacios existentes en una construcción, trátese de la destinada para
vivienda, para el comercio o la actividad fabril.
En Tacubaya, como en otros sitios, la venta, traspaso y arrendamiento de
inmuebles formó parte de la dinámica comercial. Estas transacciones estaban
308
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
sujetas al pago de la alcabala. Algunas de estas operaciones quedaron protocolizadas ante notario público.130 Los contratos por arrendamiento fueron los
mas recurrentes, seguidos por los de venta y finalmente los de traspaso. Son
notorios los de arrendamiento de los molinos de trigo de las lomas de Tacubaya, cuya duración oscilaba entre los tres y los siete años.131 También destaca
el uso de estos inmuebles como garantía sobre préstamos hipotecarios.132
La movilidad de bienes inmuebles a través de contratos de compra-venta,
arrendamiento o traspaso, fue otro tipo de transacciones que formaron parte
de la vida de la villa de Tacubaya. Estas transacciones mercantiles requieren
de otro análisis y no es la intención de este trabajo tratarlo, por lo que solamente se ha señalado como otro elemento que entró en el escenario de los
intercambios mercantiles.
Bibliografía
Almonte, Juan Nepomuceno, Guía de forasteros y repertorio de conocimientos
útiles, imprenta de Ignacio Cumplido, México, 1852.
Arrillaga, José Basilio, Recopilación de leyes y decretos... vol. del año de 1838,
imprenta de José M. Lara, México, 1842.
Arrom, Silvia Marina, Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857, S. XXI,
México, 1988.
Hermosa, Jesús, Manual de Geografía y Estadística de la República Mejicana,
Librería de Rosa Bouret y Cía., París, 1857, facsímil, Instituto de Investigaciones Dr. José Ma. Luis Mora, México, 1991, p. 195.
Garavaglia, Juan Carlos y Juan Carlos Grosso, Las alcabalas novohispanas
(1776-1821), Archivo General de la Nación/Banca Cremi, 1987, pp. 36 y 37.
Gortari Rabiela, Hira de y Regina Hernández Franyuti, Memoria y encuentros: La ciudad de México y el Distrito Federal (1824-1928), t. I, Departamento
del Distrito Federal/Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora,
México, 1988.
organizar para conservar
309
Cuadro 1
tendejones, 1837
Ubicación
Propietario
Calle Nacional
Vicente de Con
Joaquín Martínez
José Ma. Zaragoza
Miguel Aguilar
Mariano Bocanegra
Manuel Sánchez
Calle anterior a la Plaza
José Ma Santacruz
Barrio de San Lorenzo
José Ma. Calderón
Vicente Negrete
José Ma. Calderón
Barrio de La Santisima
Joaquín Martínez
Bernardo Crespo
Guadalupe Flores
Barrio de Santiago
Angel Villarroel
Hacienda de La Condesa
José Rodríguez
Tacubaya
Luis Cortés
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
310
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Cuadro 2
Casillas de pulque, 1837
Ubicación
Calle Nacional
Propietario
Juan Esteban Velázquez
Antonio Zaragoza
José Lozano
Lucas Velázquez
Mariano Bocanegra
Juan Ambris
Florencio Sánchez
Salvador Batres
Felipe Díaz
Barrio de La Santísima
Juan Bonilla
Pablo González
Nicolás Iturrieta
José Ma. Elguea
Juan Pablo Elguea
Joaquín Martínez
Barrio de Santiago
Joaquín Guerra
Guadalupe Flores
Barrio de San Juan
José Gándara
Pablo Salazar
Barrio de San Lorenzo
María de los Santos
Callejón anterior a la Plaza
Loma del rey
Guadalupe Olid
Gertrudis Escobar
Tacubaya
Ma. de la Paz
Nicolás Sandoval
Camilo Avelar
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
organizar para conservar
Ubicación
311
cuadro 3
casillas de carne, 1837
Propietario
Calle Nacional
Rafael Gómez
Joaquín Martíne
Mariano Bocanegra
Florencio Sánchez
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
especialidad
cuadro 4
molinos, 1837
ubicación
propietario
Molino de Trigo
Tacubaya
Licenciado Ignacio González
Nicolás Becerra
Molino de Aceite
Calle Nacional
Arzobispado
Juan Ambris
Atanasio Vargas
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
312
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
cuadro 5
tienda, pan, mesones y billar, 1937
ubicación
giro
propietario
Esquina de la Plazuela de Tienda mestiza
Cartagena
Bernardo Crespo
Calle Nacional
Casilla de panadería
Mesón
José Herrera
Manuel Estaño
Barrio de Santiago
Mesón
Juan Esteban
Plazuela de Cartagena
Fonda
Mesa de billar
Agustín Maison
José Bustamante
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
cuadro 6
localizacion de los diferentes comercios de tacubaya, 1837.
ubicacion
giro
núm.
Calle Nacional
Tendejón
6
Casilla de pulque
9
Casilla de carne 4
1
Casilla de pan
1
M o l i n o 1
de aceite
Mesón
Barrio de La Santísima
Tendejón
Casilla de pulque
3
6
organizar para conservar
Barrio de Santiago
Tendejón
Casilla de pulque
Mesón
1
2
1
Barrio de San Lorenzo
Tendejón
Casilla de pulque
2
1
Barrio de San Juan
Casilla de pulque
2
Calle anterior a la Plaza de Casilla de pulque
Tacubaya
Tendajón
1
1
Plazuela de Cartagena
1
1
Fonda
Mesa de billar
Esquina de la Plazuela de Tienda mestiza
Cartagena
Loma del rey
Casilla de pulque
1
Hacienda de la Condesa
Tendejón
1
Arzobispado
Molino de aceite
1
Tacubaya
Tendejón
Casilla de pulque
Molinos de trigo
1
3
2
313
1
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
314
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
cuadro 7
comerciantes y comercios localizados en tacubaya, 1837
PROPIETARIO
GIRO
UBICACION
Juan Ambris
Casilla de pulque
Molino de aceite
Calle Nacional
Mariano Bocanegra
Tendejón
Calle Nacional
Casilla de pulque
Casilla de carnes
Bernardo Crespo
Tendejón
Tienda mestiza
Joaquín Martínez
Tendejón
Casilla de pulque
Tendejón
Barrio de la
Santísima
Esquina de la
plazuela de
Cartagena
Barrio de la
Santísima
Barrio de la
Casilla de carnes
Santísima
Calle Nacional
Calle Nacional
Florencio Sánchez
Casilla de pulque
Casilla de carnes
Calle Nacional
Juan Esteban Velázquez
Casilla de pulque
Mesón
Calle Nacional
Barrio de Santiago
Guadalupe Flores
Tendejón
Casilla de pulque
Barrio de la
Santísima
Barrio de Santiago
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de
comercio, Tacubaya, 1837.
organizar para conservar
315
cuadro no. 8
ubicación
fincas urbanas, 1839-1840
n ú m . d e valor
propiedades en pesos
Calle Nacional y Plazuela 14
de Cartagena
Entre 500 y 12, 000
Callejón de Flores
2
“
520 y 1,659
Callejón de Torres Torija
2
“
2,000 y 6,000
Calle del Convento y 5
Plazuela del Convento
Barrio de la Santísima
13
Callejón de las Hormigas
1
“
1,500 y 9,000
“
68 y
Barrio de San Juan
8
“
90 y 1,000
Camino de Santa Fe
7
“
1,500 y 9,000
Calle y Plaza del Curato
9
“
500 y 3,500
Callejón de las Ánimas
3
“
550 y 1,100
Calle del Calvario
5
“
68 y 8,000
Barrio de San Lorenzo
1
Calle de la Ermita
11
“
140 y 2,500
Barrio de San Miguel y 15
Santiago
“
62 y 2,000
660
70
300
FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 60. Relación de las fincas rústicas y urbanas
pertenecientes a la municipalidad de Tacubaya, 1839-1840.
La investigación en el Archivo Histórico
de la Secretaría de Salud
Licenciada Patricia Olguín Alvarado
Archivo Histórico de la Secretaría de Salud
La función primordial de un archivo histórico es el aprovechamiento social,
científico y académico de la memoria documental que contiene, lo cual sólo
se puede llevar a cabo a través de la investigación, actividad primordial para
la difusión de los acervos históricos.
En este sentido el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud no ha sido
la excepción, puesto que aunque fue instituido por acuerdo presidencial el 13
de octubre de 1945, los trabajos de investigación se venían realizando desde
dos décadas atrás, utilizando para ello lo que entonces era llamado Archivo
General de la Beneficencia Pública, que resguardaba “viejos legajos sin clasificar, dispersos y mutilados” y pese a que se hallaba totalmente desorganizado, su consulta sirvió para dar a conocer aspectos relevantes de las instituciones encargadas de asistir a los necesitados.
Precisamente los trabajos iniciales de investigación fueron realizados por
el periodista y escritor Rómulo Velasco Ceballos, quien posteriormente fue
nombrado primer director del entonces Archivo Histórico de la Secretaría de
Salubridad y Asistencia. Afortunadamente dichos trabajos contaron con el
apoyo de las autoridades de la Beneficencia Pública, quienes conscientes de
su importancia, destinaron fondos monetarios suficientes para su edición y
difusión.
Esas primeras investigaciones, cristalizadas en libros, ahora forman parte
del acervo del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud y son las siguientes:
Rafael Dondé, 1933; El Hospital Juárez. Antes Hospital de San Pablo, 1934;
Las Loterías. Historia de estas instituciones, desde la Real, fundada en 1771,
hasta la Nacional para la Beneficencia Pública, 1934; El niño mexicano ante la
caridad y el Estado, 1935; La Asistencia Pública. Un año bajo la administración
del presidente Cárdenas, 1938; La Asistencia Social en México. Sexenio 19341940, 1940; y Fichas Bibliográficas sobre asistencia social en México, 1943.
318
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
La estancia de Rómulo Velasco Ceballos al frente del Archivo Histórico de
Salud fue muy corta, apenas de tres años, sin embargo continuó con la labor
de reunir, coordinar e interpretar los elementos históricos de la dependencia,
sobre todo se abocó a interpretar por que para él lo fundamental era “juzgar
al pasado con criterio sereno y justo; conocer sus aciertos y sus errores, sus
triunfos y sus caídas, sus bellezas y sus lacras; esto es, sentirlo íntimamente,
vivirlo con plenitud”.
En esos tres años salieron a la luz pública otras tantas publicaciones que
reflejaban las labores realizadas sobre asistencia pública cuyos títulos son:
Visita y reforma de los hospitales de San Juan de Dios de la Nueva España en
1772-1774, 2 t., 1945; La cirugía mexicana en el siglo XVIII, 1946; Hospital de
Crónicos en Tepexpan, 1946; y El Hospital Juárez antes Hospital Municipal de
San Pablo, segunda edición, 1947.
A la muerte de Rómulo Velasco Ceballos, en 1948, el Archivo fue cerrado
y la investigación sólo se permitió a un número limitado de personas hasta su
reapertura en 1982, fecha en que comenzó formalmente su organización.
De 1982 a 1993, las actividades del Archivo Histórico se centraron en la
organización del patrimonio histórico documental de la Secretaría, con el fin
de volverlo útil y provechoso.
No obstante los trabajos de investigación siguieron realizándose como
parte de las actividades del Archivo, ya sea para conferencias o colaboraciones en revistas como Salud Pública de México; incluso se tenía una participación y presencia constante en el Boletín oficial de la Secretaría de Salubridad y Asistencia con una hoja informativa de los fondos documentales
del acervo.
Mención aparte merece la publicación La atención materno infantil,
apuntes para su historia, elaborada como parte de las acciones conmemorativas del cincuenta aniversario de la Secretaría de Salud, que presenta una
panorámica acerca de cómo fueron proporcionados cuidados y atención al
niño y a la madre en épocas y por organismos diversos, que atendieron a
unos y a otras, bajo diferentes doctrinas como: la caridad, la filantropía, la
beneficencia y la asistencia.
En 1993, con las tareas de organización y descripción del acervo ya avanzadas, 27 guías editadas (hasta esos momentos) y un eficiente servicio a usuarios, se hizo necesario que se diseñara un programa de investigación sobre
temas específicos de historia de la salud en México, sustentado principalmente en la documentación del propio Archivo, que permitiera conocer y
comunicar los orígenes, así como el desarrollo de las políticas y las acciones
que en materia de salubridad y asistencia han realizado las instituciones
gubernamentales desde el periodo virreinal hasta nuestros días.
organizar para conservar
319
Lo anterior dio como resultado la aparición de Cuadernos para la historia de la salud, primer órgano de difusión propio del Archivo Histórico de
la Secretaría de Salud, cuyo objetivo es publicar trabajos breves de investigación, artículos, ensayos y documentos importantes que amplíen y complementen el conocimiento de dos fenómenos sociales tan significativos en la
historia de nuestro país como son la salud y la asistencia.
El Archivo Histórico de la Secretaría de Salud constituye una de las
fuentes de información más importantes en lo relativo a los servicios para
la salud en México, por lo que dar a conocer los testimonios conservados en
él, mediante la producción de Cuadernos, ha contribuido a incrementar el
interés de los investigadores en el estudio de los servicios sanitarios, médicos
y asistenciales proporcionados por las instituciones públicas, así como en los
acontecimientos sociales, culturales y científicos que han coadyuvado a la
salud de los habitantes de nuestro país.
Cuadernos es una publicación bianual y aunque por el momento se
encuentra suspendida, no sólo ha servido de apoyo y estímulo a los trabajos
de investigación llevados a cabo por el personal del Archivo de Salud, sino
que ha resultado ser un excelente medio de difusión de los acervos resguardados en él, pues gracias a ella varios investigadores han retomado los temas
ahí desarrollados completado sus escritos o han profundizado en su estudio
para abordarlos con enfoques diferentes.
Los autores que han colaborado en la realización de los textos de esta
publicación han alternado labores de selección, ordenación, clasificación y
descripción de documentos con la investigación. Los trabajos tienen, como
base principal, documentos y libros resguardados en el propio Archivo Histórico y la variedad de temas evidencia los intereses e inquietudes de cada uno
de los colaboradores, así como parte de la amplia gama de materias acerca de
las cuales resulta ilustrativo y útil escudriñar en éste y otros archivos históricos de México.
Es importante mencionar que en el tercer número, editado en 1997,
se abrieron las puertas de Cuadernos a otros investigadores interesados en
publicar sus trabajos, con el propósito de que, además de ser medio de divulgación de los historiadores del Archivo de Salud, se pudiera convertir en foro
de la historia de la salud en México.
Los autores de los 25 artículos elaborados son Javier Morales Meneses,
Margarito Crispín Castellanos, Teresa Hernández Elizalde y Hugo Eduardo
López Aceves, personal que laboró en el Archivo; Rogelio Vargas Olvera,
Patricia Olguín Alvarado, Irma Betanzos Cervantes, José Luis Nájera Juárez,
Patricia Guadalupe Alfaro Guerra y Rosalba Tena Villena, quienes hasta
la fecha siguen trabajando en la Secretaría de Salud, además de las colabo-
320
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
radoras invitadas: Elsa Malvido y Ana María Carrillo Farga, del Instituto
Nacional de Antropología e Historia y la Escuela de Medicina de la unam,
respectivamente.
Debido a la diversidad de tópicos analizados en los artículos, me permití
agruparlos en cinco rubros:
Condiciones sanitarias y enfermedades:
·
Cloacas y letrinas en la Ciudad de México. El problema de las excretas
humanas (1769-1900), Margarito Crispín Castellanos.
El autor refiere que a mediados del siglo xviii y a pesar de los bellos
edificios y los bosques que circundaban la Ciudad de México, ésta se había
convertido en una enorme cloaca, debido a que no se habían cumplido las
normas sanitarias necesarias.
Nos relata la causa de que el lago de Texcoco se desecara y lo que hizo
que se convirtiera en un inmenso pantano y foco de muerte. El problema
principal era cómo deshacerse de los excrementos humanos, ya que en ese
tiempo se acostumbraba sacar las excretas revueltas con estiércol en sacos de
petate (porque además, las personas tenían animales que también generaban
inmundicias), los enterraban en el patio o simplemente abrían el portón de
sus casas y echaban a la calle los desechos.
Debido a todos esos problemas sanitarios y a lo que acarreaban consigo,
las autoridades y la población misma pusieron más atención en la limpieza.
No obstante, la atmósfera de la Ciudad de México se encontraba viciada por
las emanaciones de más de 200 000 habitantes y de un número considerable de animales domésticos, zahúrdas, casas de matanza y, sobre todo, de
inmundicias en putrefacción que se encontraban represadas en las atarjeas.
Variadas fueron las propuestas para solucionar este problema como la expedición de bandos, sin embargo ninguna fructificó.
· Panorama de las epidemias en la Ciudad de México durante el siglo XIX.
Rogelio Vargas Olvera.
Ofrece un panorama general de las epidemias ocurridas a lo largo del
siglo xix en la Ciudad de México. El autor señala que una vez establecido
el régimen colonial novohispano, ocurrieron varios fenómenos epidémicos
que mermaron considerablemente a la población de varias regiones, sobre
todo en zonas urbanas, cuyas grandes colectividades crearon un ambiente
propicio para el contagio de la peste, la viruela, el tifo, el sarampión y para la
extensión de otras enfermedades que se fomentaban con la promiscuidad en
organizar para conservar
321
las viviendas, el clima mismo y la insalubridad generalizada, sobre todo en la
Ciudad de México, por sus características lacustres.
Nos habla de las epidemias de fiebres pestilentes o manchadas (que según
los especialistas pudo tratarse de fiebre amarilla o tifo, principalmente) de
1813, de viruela (recurrente a lo largo del siglo xix), de cólera en 1833, 18491850 y 1854, todas ellas célebres por su alto índice de mortandad y causadas
por la insalubridad general de la ciudad.
Gracias a la imposición de cuarentenas severas a las embarcaciones y las
fumigaciones respectivas, y —ya en1911— a la vacuna, se evitó la extensión
de otra epidemia en México, no obstante lo breve de la inmunidad y lo relativo de su efectividad
· La fiebre amarilla durante el Porfiriato. Capitalismo, sociedad y enfermedad en la Costa del Golfo de México, Margarito Crispín Castellanos.
Analiza algunas manifestaciones sociales ocurridas durante las epidemias de fiebre amarilla (mejor conocida como vómito prieto o negro, peste
occidental y enfermedad del Siam), a finales del siglo xix, principalmente las
de 1883 y 1889 en esa zona. Explica que mediante el ferrocarril y las embarcaciones marítimas, que movilizaban a un gran número de personas y diversos
productos comerciales, se propagó esta enfermedad y pudo afectar a ciudades
alejadas del Golfo, además de ser factor determinante las condiciones insalubres en que se encontraban las personas que se trasladaban para ir a trabajar
a las grandes haciendas.
La fiebre amarilla afectó la producción agrícola (café, azúcar, algodón
y henequén) de diversas maneras: reduciendo la oferta de mano de obra y
también el comercio, de manera que los hacendados vieron reducidos sus
ingresos, por lo que las medidas tomadas por el gobierno porfiriano estuvieron encaminadas a hacer a un lado lo que entorpecía la modernización del
país (aprovechamiento de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo).
· El consumo del pulque en la Ciudad de México durante el Porfiriato
(1880-1910), Margarito Crispín Castellanos.
Ofrece su punto de vista y análisis de los factores que inciden en el incremento del alcoholismo por el consumo de pulque en la Ciudad de México.
Cuestiones asistenciales:
· Mortalidad infantil y abandono en años de crisis, en la casa del desamor,
1767-1790, Elsa Malvido.
322
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Analiza la relación entre los niños abandonados a la caridad cristiana en
la Casa de Niños Expósitos y las epidemias de la Nueva España.
· Beneficencia y Salubridad durante el imperio de Maximiliano, Irma
Betanzos Cervantes.
Hace un recuento de las instituciones, que durante el periodo del llamado segundo imperio, proporcionaban servicios asistenciales a las clases
económicamente débiles, así como las medidas tomadas en cuestión de salud
pública. Nos habla de las leyes y decretos expedidos en esa materia y sobre
varios proyectos elaborados por la administración republicana que fueron
punto de partida para las acciones del imperio. En concordancia algunas instituciones del imperio fueron conservadas por la administración republicana
como el caso del Hospital de San Carlos que siguió funcionando durante la
República Restaurada bajo el nombre de Casa de Maternidad e Infancia.
· Los consultorios de la Beneficencia Pública. Una respuesta a la demanda
colectiva de atención médica, 1881-1940. Patricia Olguín Alvarado.
En 1880, debido a los cambios económicos sufridos en el país, al deterioro
de las condiciones de salud pública causado por la guerra de liberación y las
guerras civiles, además del aumento de la población, resultaban insuficientes
los recursos y los establecimientos dedicados a impartir atención médica, por
lo que se puso a consideración de la Junta Directiva de la Beneficencia Pública
(que era la encargada de atender a los enfermos; sostener a los ciegos, ancianos
e impedidos; ayudar a los huérfanos y capacitarlos para el trabajo; y auxiliar a
los mutilados durante las guerras civiles) el proyecto de lo que más tarde sería
el primer servicio de consultas diarias y gratuitas para los pobres.
Los objetivos de los Consultorios fueron beneficiar a la clase menesterosa brindándoles atención a enfermos que no ameritaran hospitalización,
además de otorgarles las medicinas y colaborar con la Universidad Nacional,
permitiendo a los alumnos la práctica de la terapéutica. Aunque desde que
iniciaron sus servicios carecieron de instalaciones adecuadas, se encontraban
desaseados y faltaban medicamentos y personal, a partir de 1925 el personal
técnico desarrollaba trabajos de investigación, sobre tuberculosis, reumatismo, asma y sífilis.
Resulta relevante que esos consultorios fueron impulsados por médicos
destacados de ese tiempo, como Eduardo Liceaga y Manuel Carmona y Valle.
Su institución, multiplicación y transformación son manifestaciones de cómo
el Estado procuró auxilio a la población más necesitada para devolverle la
posibilidad de reintegrarse a la vida productiva. En total fueron instalados
seis Consultorios gratuitos.
organizar para conservar
323
· Beneficencia Pública y Asistencia dental gratuita (1882-1905), Patricia
Guadalupe Alfaro Guerra y Rogelio Vargas Olvera.
Orientan su estudio a la Beneficencia Pública en lo que a asistencia dental
se refiere. Ellos destacan la importancia del consultorio dental que se instaló
en el Hospital de Maternidad e Infancia para atender a personas de escasos
recursos.
Ejercicio de la medicina y reglamentación:
· Médicos y Boticarios de la Congregación de San Pedro, Javier Morales
Meneses.
La Congregación de San Pedro tuvo como finalidad principal ayudar a
los sacerdotes necesitados mediante un hospital, una hospedería y un colegio,
por lo que resultaban indispensables los médicos y boticarios para proporcionar atención médica a los demás miembros de la Congregación.
Desde que se fundó la Congregación, comenzó a impartirse asistencia
médica a sus miembros, y ya, en 1689, con la fundación del hospital, aunque
fue instituido con el fin de que los congregantes clérigos pobres pudieran
recibir atención médica, la Congregación, al encontrarse afectada por problemas económicos se vio en la necesidad de aceptar seglares, pues tenían
posibilidades económicas suficientes para poder pagar lo que se les pedía.
Describe de qué manera eran elegidos, cuántos eran y qué actividades
desarrollaron desde la fundación de la Congregación hasta que fue cerrada con
la aplicación de la Ley de desamortización de los bienes eclesiásticos, incluye
una lista de los médicos y los boticarios que se desempeñaron como tales.
· Las boticas y la vigilancia del Consejo Superior de Salubridad, Teresa
Hernández Elizalde.
Nos habla de las diferentes instancias que se encargaron de autorizar y
regular el establecimiento de las boticas en México, desde el siglo xvi hasta el
establecimiento del Consejo Superior de Salubridad en 1841.
Hace referencia desde el arte boticario y empírico de principios del siglo
xix hasta la actividad farmacéutica de finales del mismo, que tiene ya características acentuadamente racionalistas, experimentales, científicas e industriales.
· Antecedentes e inicio del servicio de higiene industrial en México, 18671934, Patricia Olguín Alvarado y José Luis Nájera Juárez.
324
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Realizan un estudio sobre los antecedentes y desarrollo de lo que ahora
se llama medicina del trabajo, circunscriben su estudio al periodo 1867-1934
y hacen una revisión de la reglamentación de la higiene en el trabajo.
· El control de las drogas en la Ciudad de México (1890-1931), Patricia
Olguín Alvarado.
Revisa la legislación y normatividad que las instituciones públicas establecieron para prevenir y controlar el uso y abuso de las drogas, de finales del
siglo xix hasta 1930.
· La homeopatía mexicana durante el Porfiriato. Antecedentes y contexto
(1893-1916), Hugo Eduardo López Aceves.
Presenta los sucesos que dieron lugar a la institucionalización de la medicina homeopática en México a finales del siglo xix y principios del XX.
· La radioterapia anticancerosa en México (1904-1940), Irma Betanzos
Cervantes.
Lleva a cabo una revisión de las circunstancias que dieron origen al uso y
suspensión del radio como factor de terapia anticancerosa en los albores del
siglo xx.
· La reglamentación sanitaria de la muerte, Ana María Carrillo Farga.
Nos ofrece un recuento de las disposiciones sanitarias acerca del transporte de cadáveres y la construcción de cementerios, también nos habla sobre
el concepto de muerte y del surgimiento e importancia de las estadísticas de
mortalidad durante el Porfiriato.
Psiquiatría y Manicomio General:
Apuntes para la historia de la Psiquiatría en la Ciudad de México. Siglo
XIX y principios del XX, Teresa Hernández Elizalde.
Relata la transformación de los tratamientos aplicados a los enfermos
mentales, de cómo se fue eliminando la utilización de cadenas, chalecos,
camisas de fuerza, el látigo, la fustigación, los bofetones, las duchas y los
cubos de agua fría.
El concepto de psiquiatría no estaba definido, pero la locura se consideraba propia del hombre, a quien despojaba de sus características distintivas:
la inteligencia y la razón, por lo que se consideraba un reto que el mismo
organizar para conservar
325
hombre debía vencer. Refiere la sustitución de los conceptos: manía aguda,
excitación maniaca, locura intermitente, maníacos, epilépticos, dementes o
imbéciles.
La visión generada por los hospitales para dementes en la mayoría de la
población de principios del siglo xix era de temor, leyendas y misterios, muy
alejada de las explicaciones científicas. Señala que en los últimos treinta años
del mismo siglo comenzó la formación de especialistas en esa área, por lo que
los hospitales se convirtieron en centros de observación clínica de la conducta y el interés en ella tomó forma como disciplina científica moderna.
· Los niños en el Manicomio General de México, 1910-1935, Patricia
Olguín Alvarado y Rosalba Tena Villena.
Explica las condiciones en que vivían los niños internos en la Castañeda.
Citan las causas de ingreso, los cuidados, educación y alimentación que éstos
recibieron. Refieren la necesidad de que dispusieran de espacios apropiados
para el desenvolvimiento de sus habilidades, lo que derivó en establecer un
Pabellón Infantil, donde se les proporcionó educación integral, tomando en
cuenta los puntos de vista médico y pedagógico.
· Terapias ocupacionales a los alienados internos en el Manicomio General
de México, 1910-1940, Patricia Guadalupe Alfaro Guerra y José Luis Nájera
Juárez.
Señalan que se aplicaban diversas terapias con el propósito de reintegrar
al enfermo a la sociedad, a través del aprendizaje y la práctica de ocupaciones
agrícolas, artesanales e industriales.
· El tratamiento médico a los alienados con sífilis en el Manicomio General,
1910-1958, Patricia Guadalupe Alfaro Guerra.
Indica cómo los enfermos de sífilis fueron atendidos de manera especial;
describe diversas situaciones médicas y materiales en que vivieron, así como
errores y aciertos de los tratamientos aplicados.
· Escuela para niños anormales, anexa al pabellón de psiquiatría infantil
del Manicomio General, 1930-1940, Patricia Olguín Alvarado.
Expone que debido al frecuente ingreso de infantes con afecciones neurológicas a esa institución, fue necesario integrar al pabellón de psiquiatría
infantil, la escuela para anormales, la cual mediante educación de los sentidos
y el lenguaje, complementada con gimnasia, trabajos manuales y, sobre todo,
con vigilancia médica especializada, buscaba que los pequeños se bastaran a
sí mismos, mediante el desarrollo de sus aptitudes y aprendizaje de oficios.
326
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
· Alimentación en el Manicomio General, 1930-1940, Rogelio Vargas
Olvera.
Refiere irregularidades en la elaboración, reparto y consumo de alimentos
entre enfermos y empleados, así como la falta de higiene imperante que contribuía a su contaminación y propiciaba enfermedades gastrointestinales.
Historia institucional:
· Los “hospitales de sangre” de la Ciudad de México y la invasión Norteamericana de 1847, Rogelio Vargas Olvera.
Lugares donde eran atendidos los heridos civiles durante enfrentamientos
armados entre nacionales partidarios de diversos grupos económico-políticos
o por invasores extranjeros, que se caracterizaron por la escasez de recursos, y
a pesar de ello, trataron de proporcionar una buena atención a los heridos.
· Apuntes acerca de la construcción del edificio para el Departamento de
Salubridad Pública (hoy Secretaría de Salud), Irma Betanzos Cervantes.
Nos habla de los acuerdos que dieron origen a la construcción del edificio de la Secretaría de Salud que anteriormente era denominado Departamento de Salubridad Pública, describe su distribución arquitectónica, la
cual se logró gracias al arquitecto Carlos Obregón Santacilia, que comparte
las líneas rectas, la angularidad, los cortes ochavados y la verticalidad propia
del Art Decó, que además es una integración plástica, pues incluye elementos
artísticos como esculturas, bustos y vitrales. Describe los murales realizados
por Diego Rivera. Los vitrales que iluminan las escaleras fueron elaborados
por Enrique Villaseñor con diseños también de Diego Rivera. Las esculturas
llevadas a cabo por Hans Pilling y Manuel Centurión y los bustos de médicos
destacados son creación del escultor Antonio Castellanos Basich.
· Aproximación a la historia del Hospital de Toxicómanos, Patricia Olguín
Alvarado.
Hace un recuento de cómo las autoridades combatieron los efectos causados por el consumo de las drogas, mediante tratamiento terapéutico y educación higiénica, hasta el establecimiento de un lugar especial para la atención de toxicómanos, cuya finalidad era, además de “curarlos”, lograr que
fuesen útiles a la sociedad y a los suyos, (1920-1950).
· Historia del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, o la historia de
la salud pública en México, Elsa Malvido.
organizar para conservar
327
Habla del tratamiento proporcionado a los documentos en un Archivo
Histórico y nos invita a mantener nuestro compromiso por el rescate y custodia de los acervos históricos de la Secretaría de Salud.
Después del breve recorrido a través del ámbito de la salubridad y la asistencia en México, por distintas épocas, lugares y circunstancias, nos podemos
dar cuenta de la gama de opciones que atesora el acervo del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, el cual se encuentra a disposición de aquellos
interesados en su análisis y profundización.
Los artículos aquí reseñados son el resultado de un esfuerzo conjunto
de quienes laboramos en este Archivo y sólo una muestra de lo que se puede
lograr mediante el trabajo comprometido para aprovechar y difundir su contenido, haciendo uso de la investigación como herramienta.
Así como la Secretaría de Salud se encarga de proteger, conservar y restaurar la salud de los individuos, el personal del Archivo Histórico revisa el
pasado para extraer de él las enseñanzas que pueda proporcionarle el análisis
de sus antecedentes, evolución, sucesos, doctrinas y costumbres que influyen
en la salud de la población mexicana.
Cabe señalar que las abundantes referencias bibliográficas que hacen
mención al Archivo Histórico de la Secretaría de Salud en otras publicaciones, nos confirman que el interés por consultar nuestros acervos es cada
vez mayor.
Y aunque para algunas de nuestras autoridades, la investigación como
parte de las actividades del Archivo no es relevante, para nosotros como
historiadores-archivistas o archivistas-historiadores resulta de suma importancia seguir ejerciéndola, para de esta manera contribuir a la construcción
de nuestra historia.
MESA 10
Relación de los archivos históricos con la historia nacional
Los archivos de Allende 38
Doctor Humberto Monteón González, Alma Belem Martínez Lara, José
Gerardo Perdomo Quintero, Archivo Histórico de la esime
El decano como figura relevante en la integración de la memoria institucional
Licenciada Norma Patricia Rodríguez Gasca, Archivo Histórico del ipn
Los archivos de Allende 38146
Doctor Humberto Monteón González
Alma Belem Martínez lara
José Gerardo perdomo Quintero
Archivo Histórico de la ESIME
síntesis
En el ex convento de San Lorenzo (esquina I. Allende y B. Domínguez, Centro
Histórico), inmueble del Instituto Politécnico Nacional a través de una de las
escuelas que, en 1936, lo fundaron: la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, se albergan los fondos documentales de esta Escuela y los de
las escuelas que le antecedieron en línea directa; así como algunos archivos
incorporados.
La documentación que aquí se conserva (1868-1959), y actualmente se
organiza, es clave para la historia de la enseñanza técnica del país, y particularmente de las cuatro unidades profesionales de la esime: Azcapotzalco,
Culhuacán, Ticomán y Zacatenco, que tienen un origen en común: una
modesta Escuela de Artes y Oficios creada en 1867 en Allende 38.
Los Archivos de Allende 38
La Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime) del Instituto
Politécnico Nacional (ipn), cuenta hoy con cuatro unidades profesionales,
las cuales se localizan en Azcapotzalco, Culhuacán, Ticomán y Zacatenco;
la población estudiantil que alberga en su conjunto seguramente supera los
trece mil estudiantes.
En cada una de estas unidades, según lo establece la Ley Orgánica y reglamentos internos de la institución, existen o se están organizando archivos históricos bajo la responsabilidad de los maestros decanos de estas unidades.
146
Resultado del Proyecto de Investigación SIP 20070250
332
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Estas cuatro unidades tienen un pasado común, su origen se remonta a la
Escuela Nacional de Artes y Oficios para Hombres que crea la Ley de Instrucción Pública para el Distrito Federal y Territorios, emitida por el presidente
Benito Juárez el 2 de diciembre de 1867.
El plan de estudios que se aprueba quedó estructurado en cuatro años e
incluía clases en los siguientes talleres: artes cerámicas, alfarería en barros
comunes, porcelana, vidrio, esmaltes y dorados, carpintería aplicada a la
construcción de instrumentos de música y ebanistería, cerrajería en todos
sus ramos, tornería en sólidos, huesos, cuernos, etc. botonería en metales
para adornos, estatuas y toda clase de vaciados, tenería en todos lo ramos,
tintorería para pieles, textiles y plumas y los talleres de objetos de goma elástica en todas sus aplicaciones.
La Ley del 2 de diciembre le destinó a la flamante Escuela de Artes y Oficios el exconvento de San Lorenzo: Allende 38 esquina con Belisario Domínguez (Centro Histórico).
Durante los primeros años, por falta de mobiliario y de talleres, los cursos
y la asistencia fueron muy irregulares; en ello influyó de manera determinante que los alumnos que ingresaban no sabían leer y escribir. Para subsanar
estas anomalías se reformó el reglamento, se exigió que los alumnos tuvieran
catorce años como mínimo para los externos y quince para los pensionados,
que supieran leer y escribir, que conocieran las cuatro primeras reglas matemáticas y tuvieran nociones de gramática española.
En 1872, se inauguró el primer taller de la escuela: el de herrería, le siguió
el de carpintería en 1875, y luego vendrían los de tornería, cerrajería, ebanistería, cantería, galvanoplastia, tipografía, litografía, fotolitografía, fotografía,
alfarería, fundición, ajuste, pintura, escultura decorativa y electricidad, entre
otros. Conforme se fueron creando talleres, los horarios se adecuaron a sus
prácticas y a la disposición de los alumnos para el estudio.
Como puede verse, esta escuela se fundó como respuesta a una vieja
demanda de los gremios que agrupaban a artesanos y trabajadores de muy
variados y diversos oficios. Era una escuela con el propósito de capacitar para
el trabajo. En enero de 1877, asume el cargo de director el ingeniero Manuel
Francisco Álvarez Valiente, quien estará al frente de la escuela durante 28
años; Álvarez se propuso que en materia de formación de cuadros la Escuela
transitara de un sistema artesanal a uno industrial y fue su convicción y
práctica la difusión de conocimientos científicos, artísticos e industriales
para que el país fuera progresando.
Esta modesta escuela fue evolucionando y adecuándose a las necesidades
del país; varias reformas curriculares propiciaron el tránsito de una Escuela
formadora de artesanos en sus orígenes a otra que prepara obreros, mecá-
organizar para conservar
333
nicos, electricistas y jefes de talleres, tal como lo demanda el México de los
últimos lustros del siglo xix con la irrupción de la industria eléctrica y el
gran impulso que el régimen porfirista le confiere a las comunicaciones.
Esta escuela, bajo la denominación de Artes y Oficios tuvo una duración
de 48 años; en 1915, Félix Palaviccini, al frente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes impulsa un cambio trascendental en la vida del
plantel; una reforma curricular que impacta no sólo los perfiles, los planes
y programas de estudio, sino que modifica el nombre mismo del plantel; a
partir de marzo de 1915 la denominación será Escuela Práctica de Ingenieros
Mecánicos, Electricistas y Mecánicos-Electricistas (epime). Básicamente se
mantienen los mismos jefes de talleres y se fortalecen las plantas docente y
administrativa.
Así, la Esuela comienza a formar ingenieros aunque mantiene los cursos
nocturnos para obreros. En 1921, con la creación la Secretaria de Educación
Pública, tiene lugar una nueva reforma que afecta a la denominación del
plantel; a partir de este año será conocida como Escuela de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (eime).
Con esta denominación existirá hasta el año de 1932 cuando tiene lugar
una gran reforma en el Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y
Comercial, la eime adquiere la denominación que hasta nuestros días ostenta:
Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime).
La esime será una de las escuelas fundamentales en la creación del Instituto Politécnico Nacional en 1937. Cabe destacar que esta escuela, que en sus
orígenes era formadora de artesanos y después de obreros especializados, para
ser después una de las influencias de la Revolución en el ámbito educativo y
luego formadora de ingenieros, en el cruce de las décadas de los treinta y cuarenta contaba ya con una planta docente de primer nivel que impulsaba estudios y experimentos pioneros, como sería el caso de lo realizado en el campo
de la física nuclear, que le fue reconocido a la esime a nivel internacional.
La Escuela se mantuvo en Allende 38 hasta 1959. Hacia estas fechas
los espacios y en general la infraestructura del plantel eran insuficientes y
obsoletos. La Escuela había crecido, su población estudiantil y profesorado
requerían de nuevos y mejores espacios. En respuesta a esta problemática que
presentaba la esime y otros planteles del Instituto Politécnico se construyen
nuevas instalaciones en Zacatenco hacia donde se traslada la esime y otras
escuelas, y además se instalan los órganos de gobierno del Instituto.
De esta manera quedaron en Allende 38 (exconvento de San Lorenzo) 92
años de vida estudiantil; los archivos de esta Escuela con sus distintas denominaciones originalmente fueron enviados a Zacatenco, sin embargo como
hemos podido esclarecer, el 21 de junio de 1979 este acervo documental
334
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
regresó de esime Zacatenco a Allende 38, debe señalarse que el traslado se
efectuó sin inventario alguno y sin relaciones que pusieran en detalle la documentación que “causaba baja”, ésta se depositó en una bodega de cuatro por
cinco metros contigua al centro de mantenimiento del inmueble por la parte
que linda a la calle de Belisario Domínguez.
Evidentemente, prevaleció un criterio pragmático y nada previsor en esta
decisión; no se reparó ni valoró en sus justos términos la riqueza espiritual e
histórica desechada; es evidente que la concepción dominante en materia de
archivos era la que concibe a los archivos como arsenales de la administración.
La documentación se depositó en cajas, la mayor parte se encontró atada
en archiveros de madera y cartón.
Este acervo literalmente arrumbado en la mencionada bodega compartió
espacio con latas de pintura, toda clase de desechos y enseres inservibles.
No se tomaron las más elementales medidas de protección ni se tuvieron los
mínimos cuidados cuando menos de limpieza superficial, permaneció así,
caóticamente amontonado, durante varios años.
A esto sumemos que la documentación fue severamente maltratada al
efectuarse el traslado de Zacatenco a Allende 38, pues en lugar de depositarse
en cajas de cartón aseguradas con fleje, los volúmenes encuadernados, archiveros y documentación suelta se ataron directamente, con lo cual se maltrataron ocasionando la perdida irreparable de algunos de ellos.
Los archiveros de madera (de importación) en su mayor parte quedaron
desvencijados por la presión de los atados y en algunos casos totalmente
destruidos.
Por sus características, el lugar asignado fue completamente inadecuado,
sombrío, con instalaciones electricas en pésimo estado. Diariamente durante
años las filtraciones de polvo fueron alarmantes, al grado de conformar una
capa de espesor considerable sobre la documentación.
Rescate inicial
El 27 de noviembre de 1986 atendimos por primera ocasión la solicitud de
los directivos de la esime de resolver la problemática de los archivos de esta
escuela. El primer paso fue liberar el área e iniciar la limpieza integral del
local y de la documentación. Se instaló estantería metálica que se obtuvo de
la unidad Xocongo de la esime colapsada durante el terremoto de 1985. Cabe
mencionar que Allende 38, también a consecuencia de estos terremotos,
sufrió grandes daños. Cuando nos incorporamos había áreas por donde era
prácticamente imposible transitar.
organizar para conservar
335
Debo reconocer que mi encuentro con este archivo me marcó; siendo
historiador de formación y acostumbrado a trabajar con fuentes primarias en
todo tipo de archivos, carecía de la experiencia para enfrentar un reto como
el que representaba el archivo del la esime. Busqué entonces asesoría con
colegas, historiadores, bibliotecarios, archivistas, recibiendo como es fácil
imaginar todo tipo de información y recomendaciones de lo más diversas
y contradictorias. Acudí al Archivo General de la Nación y ahí planteé el
problema de cómo rescatar y organizar un archivo muerto. No recuerdo el
nombre de la persona que me atendió, pero sí sé que se trataba de un experto
en materia de archivos. Al escucharme decir “archivo muerto” me respondió
displicente: “Los archivos muertos, amigo, no existen”, a lo cual respondí
con una nueva pregunta y mostrándole fotografías del caótico hallazgo: “¿Y
a esto, cómo se le puede llamar?” La respuesta fue admirable y contundente:
“Pues… bodega o depósito de papeles desordenados”.
En lo que hace a recursos de orden teórico, metodológicos y técnicas para
resolver este enigma, regresé con las manos vacías, así que puse manos a la
obra siendo este “depósito de papeles desordenados” mi primer maestro en
materia de archivos.
Como es recomendable en estos casos, se tomaron algunas medidas: se
adquirieron mascarillas contra polvo, brochas finas, guantes de algodón y látex.
Los trabajos de limpieza concluyeron durante el mes de febrero de 1987.
En la medida en que íbamos avanzando en el ordenamiento del archivo,
fuimos descubriendo que la esime había tenido antes de 1916, fecha que erróneamente la historiografía de la escuela considera como fecha fundacional
oficial, las otras denominaciones a las cuales ya hemos aludido, pero que en
el momento de ir ordenando los papeles nos crearon una gran confusión pues
pensamos inicialmente que se trataba de planteles diferentes sin conexión
alguna. Fue después que la lectura atenta y el estudio de los papeles nos develaron el enigma, la esime en línea directa proviene de la modesta Escuela de
Artes y Oficios que por órdenes de Juárez se instaló en el exconvento de San
Lorenzo e inició labores allá por junio de 1868 con unas cuantas docenas de
educandos y en condiciones caóticas difíciles de imaginar.
Por otra parte hubo que trabajar a marchas forzadas en el ordenamiento
del archivo pues los directivos del ipn decidieron que el inmueble debería ser
rescatado y restaurado hasta donde fuera posible, para ello el archivo proporcionó oportunamente a los encargados de estos trabajos y de las negociaciones
con el inah la documentación (planos, fotografías, informes, documentación diversa) acerca del inmueble, empezando por los planos que levantó el
ingeniero Manuel Álvarez en 1877 al no encontrar y declarar inexistentes los
planos originales del ex convento.
336
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Así el archivo jugó un papel de gran importancia pues le permitió al
ipn, y a la esime en particular, recuperar un espacio que históricamente le
pertenece.
Este es un archivo que contiene documentación de gran valor histórico.
Se puede asegurar que la historia de la esime y de las escuelas que en línea
directa le antecedieron: enao, epime y eime no podrá reconstruirse sin el
concurso de los fondos que contiene este archivo.
Sin embargo debo decir con toda claridad lo siguiente, en 1996 me retiré
de mi responsabilidad como encargado de este archivo para dedicarme a
otro tipo de labores docentes y de investigación dentro del propio ipn. En
noviembre del 2006, los cuatro directores de las unidades profesionales de la
esime nos solicitaron que nuevamente nos encargamos de este archivo.
Con mis colaboradoras las licenciadas Gabriela Uribe y Gabriela Escobedo, con los profesores participantes en este proyecto M. en C. Gabriela
Riquelme y M. en C. Guillermo Aullet , así como con el viejo personal del
archivo, con estudiantes de servicio social y estudiantes pifi estamos iniciando una nueva edición de esta aventura que representan los archivos.
Debo destacar que en la primera etapa el trabajo fundamental de ordenamiento y explotación del archivo se llevó a cabo con el trabajo de estudiantes
de licenciatura y sobre todo de maestría, se elaboraron alrededor de 10 tesis
de licenciatura y posgrado con base en la documentación de este archivo. Se
escribieron libros, folletos y se organizaron exposiciones documentales tanto
generales como temáticas.
Allende 38 fue el punto de partida para iniciar un largo viaje por el
camino del rescate de “depósitos de papeles desordenados” y su conversión
en archivos históricos, de archivos institucionales, municipales, de colecciones particulares.
Hoy regresamos a este archivo encontrándolo más desordenado, más
deteriorado y más olvidado, a pesar de los grandes servicios que le ha dado al
Politécnico y a la esime; tengo confianza que la sensibilidad sea de las autoridades, sea auténtica y podamos culminar un trabajo que iniciamos allá por
el lejano diciembre de 1986.
El decano como figura relevante en la integración
de la memoria institucional
Licenciada Norma Patricia Rodríguez Gasca
Archivo Histórico del ipn
Introducción
El objetivo de esta presentación es dar a conocer la misión del Decano en
el Instituto Politécnico Nacional (ipn), misión que cumple por medio de
diversas acciones, una de ellas es la de ser el cronista de la institución.
El decano es quien representa el conocimiento y la experiencia unidos
para lograr el respeto y la confianza de su comunidad, imprime en sus
acciones los principios éticos, en la búsqueda de la consolidación de los
valores y la identidad politécnica, además conserva el equilibrio y la continuidad.
El Diccionario de la Real Academia Española define decano como “el
miembro más antiguo de una comunidad. Persona que, con título de tal, es
nombrado para presidir una corporación o una facultad”.
En la mayoría de las instituciones de educación superior de México, el
decano es nombrado simplemente por ser el maestro de mayor antigüedad.
En el Politécnico no es así, ya que el decano tiene características únicas. En el
Glosario de Términos del Archivo Histórico del IPN, se define como uno de los
maestros de mayor antigüedad en su plantel, pero es “electo por su respectivo
consejo técnico consultivo escolar o el colegio de profesores, en su caso, por
cada una de las escuelas, centros y unidades de enseñanza y de investigación”, tomando en cuenta sus características relevantes, tanto académicas,
éticas y profesionales. Representa la autoridad moral de su escuela, centro o
unidad (ecu) y conserva el equilibrio y continuidad en la misma.
Otro rasgo distintivo del Decano politécnico es que su misión es rescatar el patrimonio histórico y cultural de la institución, y participar como
factor de apoyo, estabilidad y continuidad en las ecu del Instituto Politécnico
Nacional, para consolidar los valores y la identidad politécnica.
338
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Las especialidades del conocimiento que manejan los decanos del ipn
son diversas al igual que la experiencia adquirida por cada uno de ellos; esto
es una de sus mayores riquezas y fortalezas.
Labor del decano
El decano rescata, organiza, valora y conserva el acervo documental, acervo
que cuenta con información del origen, desarrollo y evolución del Instituto
Politécnico Nacional y de la enseñanza técnica en México; la documentación
es resguardada en el Archivo Histórico del Politécnico Nacional. Además,
asume el compromiso de historiar la institución, actividad que actualmente
realiza con bases normativas y con fundamento en la Ley Orgánica y los reglamentos interno, orgánico, del Decanato y el del Archivo Histórico del ipn.
Vale la pena aclarar que no deja de realizar actividades de docencia,
investigación, labores administrativas ya sea como funcionario o como responsable de alguna actividad, asesor, orientador.
El total de decanos encargados de cumplir tan ambiciosas metas está distribuido como se muestra en el siguiente cuadro:
ECU
Centros de enseñanza media superior
16
Escuelas, centros y unidades de enseñanza superior 24
Centro y unidades de investigación
17
TOTAL
Número. de
decanos
57
Integración y estructura del decanato
Están integrados en un cuerpo colegiado llamado decanato, del cual se elige
de entre ellos a un Presidente quien tendrá la responsabilidad de dirigirlos y
coordinarlos para cumplir con las responsabilidades que por Ley Orgánica
le son conferidas.
• Fracción I: presidir las reuniones de los decanos, quienes lo
auxiliarán en el ejercicio de sus funciones previstas en esta ley y otros
ordenamientos aplicables.
organizar para conservar
339
• Fracción II: promover y realizar estudios históricos que contribuyan a difundir el pensamiento, la filosofía y objetivos del Instituto.
• Fracción III: formar y conservar el archivo histórico del Instituto.
Por tanto, el decanato tiene como función principal aprovechar en beneficio del ipn, la experiencia académica, de investigación y profesional acopiadas por los decanos en su calidad de docentes e investigadores, la cual,
para junio del 2007, ascendía a más de 1900 años de conocimiento y habilidades acumulados de todas las áreas del conocimiento en las ecu del IPN en
las que laboran. Además, busca fortalecer con principios éticos la educación
técnica en la formación de recursos humanos para proyectar la mejor imagen
del Instituto Politécnico Nacional.
La estructura básica del Decanato:
Presidencia
del
Decanato
Secretaria de Acuerdos
Coordinación de Decanos
Archi vo Histórico
Investigación Histórica
Recinto Histórico
Ser vicios
Administrati vos
Coordinación de Decanos.
Archivo Histórico.
Investigación Histórica.
Recinto Histórico.
Servicios Administrativos
El ámbito de competencia del decano
Para ubicarnos en el contexto de la institución y contar con un marco de
referencia que permita ilustrar el término relevante, usado en el título de esta
presentación, veremos algunos datos estadísticos del Instituto Politécnico
Nacional, para ello, nos apoyaremos en las siguientes láminas:
340
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
Actualmente, el Politécnico cuenta con: 16 escuelas de nivel medio superior que imparten 52 carreras técnicas; 24 de nivel superior que imparten
61 licenciaturas; 103 programas de posgrado (maestrías y doctorados), y 17
centros de investigación distribuidos en la república mexicana que, además
de hacer investigación aplicada a la región donde se ubican, ofrecen programas de maestría y doctorado; también 10 centros de educación continua
y a distancia, y 2 centros de lenguas extranjeras, lo que da por resultado una
población estudiantil de 230 mil alumnos, este dato no incluye el Centro de
Investigación y Estudios Avanzados —Cinvestav—ipn.
En 1936, el ipn inició labores con siete escuelas de nivel superior, cuatro
de medio superior (vocacionales), 17 de nivel prevocacional (equivalente a
nivel secundaria), seis de ellas en el Distrito Federal; además de 11 escuelas
prevocacionales e industriales en diversas entidades, con una población estudiantil de 13 mil alumnos.
El Instituto Politécnico Nacional, en sus 70 años de labor, considera que
una de sus fortalezas es su identidad. El trabajo para que la comunidad politécnica se sienta comprometida, con el rescate y consolidación de sus principios y valores, es arduo. Los valores que han sido motor de su desarrollo y
evolución están basados en los principios que lo crearon, lo que en los hechos
lo coloca como la institución rectora de la educación tecnológica en México.
Como se puede observar estos números reflejan el crecimiento que
ha tenido la institución en 70 años, y como resultado de ese desarrollo, la
riqueza de su historia. Sin embargo, es importante recordar que algunas de
las escuelas que fueron consideradas para integrarse a este modelo educativo
cuentan con antecedentes desde el siglo xix (1845), por lo que hablar del Instituto Politécnico Nacional, es hacer referencia al desarrollo de la educación
técnica en nuestro país; y por ende a la historia de México. Al profundizar
en sus orígenes, se rescata la fuerza y perspectiva de su historia y con ello, la
capacidad de prever y planificar su presente y futuro con mayor claridad.
Surgimiento del decanato
El decanato se creó en enero de 1980, con la finalidad de contar con un
órgano que se encargara del estudio de la evolución histórica del Instituto; de
rescatar su patrimonio histórico-cultural y participar como factor de apoyo,
estabilidad y continuidad en las escuelas, centros y unidades de enseñanza y
de investigación del ipn.
Bajo la responsabilidad del decanato se organiza, rescata y conserva un
importante acervo acerca de la memoria histórica del ipn, que sirve de tes-
organizar para conservar
341
timonio, evidencia e información institucional. Es el lugar donde acuden
los investigadores interesados en temas relativos al desarrollo histórico y al
conocimiento de las raíces de esta gran institución.
Parte de esa memoria institucional es resguardada en el Archivo Histórico del Instituto Politécnico Nacional, el cual fue inaugurado el 17 de octubre
del año 2000. Sus principales actividades son establecer sistemas y procedimientos que permitan seleccionar y clasificar los diferentes materiales documentales para su consulta y conservación, así como recopilar, sistematizar,
analizar y difundir información de valor histórico relevante para el IPN.
Cuenta con un grupo de especialistas que participan mediante la Comisión Especial del Consejo General Consultivo del Archivo Histórico para
asesorar, dictaminar y dar respaldo a los diferentes trabajos que se realizan
en materia de archivos históricos, de los que sobresalen los instrumentos de
apoyo para realización de actividades en esta materia, tales como: glosario,
directrices, catálogo de conservación documental, cuadro clasificador, catálogo de unidades responsables, y el reglamento.
Como parte de las responsabilidades del decano, y de todo archivo histórico, difunde los hechos de mayor relevancia en la Gaceta Politécnica, la página
web, Hechos históricos (publicación mensual), y en El cronista politécnico.
Constotuyen el Archivo Histórico del Instituto Politécnico Nacional, el
Archivo Histórico Central, que se encuentra bajo resguardo de la Presidencia
del Decanato, más los archivos de las ecu, así como los que se integran en los
organismos auxiliares del propio instituto.
Estos elementos permiten a cada uno de los decanos realizar sus funciones y dar cumplimiento a sus responsabilidades con las herramientas
indispensables y la base y el respaldo teórico y normativo para que pueda
enfrentar los retos que se presenten en el proceso de investigación.
Conclusiones
El Politécnico Nacional durante sus 70 años de vida ha sido parte del quehacer cotidiano de México, es la máxima casa de estudios tecnológicos de
México. Es una institución que ha transformado a la sociedad, ha crecido con
ella, es un organismo vivo como las personas que la integran, que ha estado
presente en los momentos cruciales del país, fundamental para la formación
de recursos humanos y el desarrollo tecnológico y científico de la nación.
1. La misión encomendada al Decano es relevante para integrar un acervo documental que respalde las vivencias y el testimonio
342
memoria del primer encuentro de archivos del d. f.
del acontecer de cada paso, de cada tropiezo, de cada logro, que promueva la investigación histórica y que coadyuve a un mejor conocimiento del desarrollo de la institución, que permita contar con
la información necesaria para el logro de una administración más
eficaz.
2. El Decanato es, en el Politécnico Nacional, el historiador
colectivo, ya que al historiar rescata, documenta, organiza y difunde
el origen y desarrollo de la institución.
3. Además, al integrar el acervo en un espacio digno, denominado Archivo Histórico, responde a las exigencias de la comunidad
politécnica, así como de investigadores nacionales e internacionales,
y de las necesidades del país.
Por lo que a más 25 años de haberse reconocido oficialmente en
la Ley Orgánica, la figura del decano, éstas son las razones primordiales por las que consideramos al decanato como un joven de vasta
experiencia y con un cúmulo de conocimientos, tanto académicos
como históricos, que dan fuerza y estatura a este pequeño gigante
que es el Instituto Politécnico Nacional, y que permiten con esto
cumplir con el lema de la institución “La técnica al servicio de la
Patria”.
Memorias del Primer Encuentro de Archivos del Distrito Federal
Organizar para conservar
—con un tiraje de 250 ejemplares en CD—
se terminó de imprimir en el mes de julio de 2008
en Corporación Mexicana de Impresión, S. A. de C.V.
Formación: Miguel Ángel Leal Nodal.
Cuidado de la edición: Lucía Segovia

Documentos relacionados