Entrega de Libros de la Familia Sierra a la Facultad de Derecho
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Entrega de Libros de la Familia Sierra a la Facultad de Derecho
Entrega de Libros de la Familia Sierra a la Facultad de Derecho Por: Juan Pablo Morales Llamas El martes 9 de febrero del 2010, en el Aula Magna Jacinto Pallares, Margarita Sierra Guerrero, Dolores Sierra Guerrero y el Doctor Manuel Peimbert Sierra hicieron entregaron a la Facultad de Derecho los libros que pertenecían a la biblioteca de Justo Sierra Méndez. En dicha ceremonia estuvieron presentes el Director de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, Dr. Ruperto Patiño Manffer, el Dr. Elías Huerta Psihas, el Lic. Jesús Courtizar Murphy, el Lic. Luis Raúl González Pérez, el Lic. José Elías Romero Apis y el Dr. Octavio Lamadrid Bautista. En su intervención el Lic. Elías Romero Apis habló de lo importante que fue Justo Sierra Méndez, tanto en nuestra Universidad como para nuestro país y para América Latina, ya que impulsó de la educación, e incentivó la creación de la Universidad Nacional de México. Al término de su intervención agradeció a la familia Sierra Guerrero la oportunidad de participar en este evento. El Lic. Jesús Courtizar Murphy inició su participación en esta ceremonia destacando algunos de los hechos más importantes en la vida de Justo Sierra: fue discípulo de Gabino Barrera, fue diputado, realizó la oración fúnebre a su Maestro Gabino Barrera en la Escuela Nacional Preparatoria, participó en el Aguinaldo de los Niños Pobres, pronunció la oración fúnebre de Manuel Altamirano, intervino en la Cámara de Diputados con la inolvidable Inamovilidad Judicial, el 26 de abril de 1910 presentó la iniciativa para la fundación de la Universidad Nacional de México, hoy la Universidad Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios de México, de Latinoamérica y de Iberoamérica; entre otras muchas cosas más que el Maestro Justo Sierra Méndez hizo por nuestro País. Posteriormente, el Lic. Courtizar agradeció al Dr. Ruperto Patiño Manffer por haber hecho posible este homenaje al Maestro Justo Sierra, y concluyó diciendo: “Este acto tiene la intención de que los jóvenes se incorporen cada día más a las actividades civiles, de que formemos una gran comunidad teniendo como requisito fundamental la educación y la cultura; es una evocación a corregir el llamado de la paz y la tranquilidad. Imaginemos a Justo Sierra, digamos lo que cuenta en la vida de un hombre: su calidad no su duración.” La Señora Margarita Sierra Guerrero agradeció a la Facultad de Derecho por el homenaje, comentó que en este año del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, hay que recordar con más ahínco figuras como la de Don Justo Sierra Méndez, quien fue el único que permaneció en el gabinete de Don Francisco I. Madero, por sus trascendentes ideas sobre la educación; y exhortó a los presentes a que no desestimaran sus palabras, pues asegura que la educación será la solución de nuestra nación. Por último, dijo que Don Justo Sierra Méndez murió en España, como embajador mandado por Francisco I. Madero y que, si estuviera vivo, seguiría peleando por sus ideas. El Dr. Elías Huerta Psihas resaltó la importantísima actividad de Justo Sierra Méndez en el terreno de la educación, ya que gracias a él se creó la Secretaria de Instrucción Pública y Bellas Artes, la educación primaria fue declarada obligatoria, nacional, integral, gratuita y laica; y se creó la Universidad Nacional de México, que más tarde tomo el Nombre de Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad pública más importante, no solo del país sino de América Latina y de Iberoamérica. Así mismo, el Dr. Huerta sostiene que Justo Sierra también debe ser recordado como Abogado, Ministro y Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; razón por la cual es muy importante para los Abogados y los Profesores de la Facultad de Derecho que se recuerde con más frecuencia la vida y obra del Maestro Justo Sierra. El Dr. Huerta continuó haciendo una remembranza del maestro Sierra: en 1948 fue nombrado Maestro de las Américas, época en la que se trasladaron su restos a la rotonda de los Hombres Ilustres; y desde 1999, por decreto Presidencial, su nombre está grabado con letras de oro en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión del Palacio de San Lázaro. Para concluir su participación, luego de agradecer a la Señora Margarita Sierra Guerrero y al Lic. Jesús Coutizar Murphy, el Dr. Huerta citó al Maestro Justo Sierra: “Es la educación la que genera mejores condiciones de justicia; educar evita la necesidad de castigar concluyendo dando las gracias a la señora Margarita Justo Guerrero y al Licenciado Jesús Courtizar Murphy. El Dr. Ruperto Patiño Manffer agradeció al Lic. Jesús Courtizar Murphy por su empeño y dedicación en la realización de la ceremonia, y manifestó que únicamente a él le correspondía entregar a las Señoras Margarita y Dolores Sierra Guerrero el reconocimiento que la Facultad de Derecho les reservó por enriquecer el acervo de su biblioteca. Por último, el Director de la Facultad de Derecho compartió con el auditorio una breve reflexión y repitió las palabras que Justo Sierra dijo cuando, en 1910, se inauguró la Universidad Nacional de México: “Me la imagino así: un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena actitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia de su misión, y recurriendo a toda fuente de cultura, brote con tal de que la ninfa sea pura y diáfana, se propusiera adquirir los medios para Nacionalizar la ciencia, de mexicanizar esa ley, realizando esta obra de inmensa cultura y de atracción de todas las energías de la República, aptas para la labor científica, es como nuestra institución universitaria merecerá el epíteto de Nacional que le Legislador le ha dado.” Para finalizar la ceremonia, el Doctor Ruperto Patiño Manffer hizo entrega de un reconocimiento a las Señoras Margarita y Dolores Sierra Guerrero por la donación de los libros de Justo Sierra Méndez, y al Doctor Manuel Peimbert Sierra por ser el promotor de la ceremonia de donación de los libros del Maestro Justo Sierra.