historia de la psicología y ciencias afines

Transcripción

historia de la psicología y ciencias afines
HISTORIA DE LA
PSICOLOGÍA Y CIENCIAS
AFINES
Juan A. Mora Mérida
Miguel L. Martín Jorge
José A. Gallardo Cruz
(Coordinadores)
MÁLAGA, 2011
2
XXV SYMPOSIUM DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA
MÁLAGA, 2011
Tras 15 años la ciudad de Málaga acoge de nuevo la
celebración del Symposium anual de la Sociedad Española de Historia
de la Psicología. Como en aquella ocasión, hemos organizado este
evento con el deseo de contribuir al intercambio de experiencias y
conocimientos, impulsando el debate intelectual en nuestra disciplina.
Si algo caracteriza a nuestra ciudad es la diversidad de sus
gentes y su naturaleza cosmopolita. Lugar de paso de diferentes
culturas a lo largo de la historia, Málaga es hoy en día una ciudad que
destaca por su carácter abierto y hospitalario. Nuestra intención ha
sido que el XXIV Symposium de la SEHP recogiera este espíritu
integrador, convirtiéndose en punto de encuentro entre historiadores
de la Psicología y de otros campos del saber próximos o relacionados
con ella (Filosofía, Medicina, Educación, Enfermería, Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte, Derecho, Economía, Historia Moderna
y Contemporánea, Historia del Arte, Teología, etc.), cuyas
aportaciones pudieran contribuir a la comprensión de la evolución y el
desarrollo histórico de la Psicología.
El Symposium tiene lugar entre los días 12 y 14 de mayo de
2011. El lugar elegido para la celebración ha sido el Cine Albéniz,
situado en la calle Alcazabilla, nº 4. Este cine abría sus puertas por
primera vez el nueve de septiembre de 1945. Tras varias
remodelaciones, en 2008 pasaba a ser propiedad municipal y se
convertía en sede oficial del Festival de Cine de Málaga. El edificio se
encuentra emplazado en el casco histórico de la ciudad, junto al monte
Gibralfaro, entre el Teatro Romano y la Alcazaba (fortificación
musulmana del siglo XI). En los alrededores se sitúan diversas
construcciones de gran interés histórico y cultural: el Palacio de la
Aduana, el Museo Picasso, el Teatro Cervantes, el Ayuntamiento de
Málaga, etc.
La Sociedad Española de Historia de la Psicología, la
Universidad de Málaga, la Facultad de Psicología, el Departamento de
Psicología Básica y las personas que nos hemos encargado de
organizar este evento, queremos dar la más cordial bienvenida a todos
sus participantes y desearles una grata estancia en la ciudad de
Málaga.
3
COMITÉ ORGANIZADOR
Presidente: Juan Antonio Mora
Mérida
Secretario y responsable de la
página web: Miguel Luis
Martín Jorge
Coordinador: José Antonio
Gallardo Cruz
Secretaría:
Ana
Belén
Rodríguez Ruiz
Colaboradores: Pilar Grande
Martín, Beatriz Porras Florido,
José Tomás Boyano Moreno,
Marina Calleja Reina y José
Luis Zacagnini Sancho.
Facultad de Psicología de la
Universidad de Málaga
COMITÉ CIENTÍFICO
Juan Antonio Mora Mérida (Univ. de Málaga)
Mar Bernal Rivas (Univ. de Santiago de Compostela)
Milagros Sáiz Roca (Univ. Autónoma de Barcelona)
Juan Antonio Vera Ferrándiz (Univ. de Murcia)
Javier Bandrés Ponce (Univ. Complutense de Madrid).
COLABORACIÓN EXTERNA
Miguel Briones Artacho (Concejal de Cultura del Ayuntamiento de
Málaga)
Mariano Vera Martínez (Presidente del Colegio de Psicólogos)
Juan J. Sánchez Luque (Presidente del Colegio de Médicos)
Carmen Sanchidrián Blanco (Hª de la Educación)
Jesús Castellanos Guerrero (Hª de la Medicina)
Pascual Martínez Freire (Lógica y Filosofía)
Serafina Castro Zamudio (Personalidad y Evaluación)
Jesús Miranda Páez (Metodología y Psicobiología)
Juan Jesús Bravo Caro (Hª Moderna y Contemporánea).
4
ÍNDICE
PRESENTACIÓN
−
Juan A. Mora Mérida: Presentación del XXIV Symposium
de la SEHP.
15
INTRODUCCIÓN
−
Helio Carpintero: Presencia malagueña en la psicología
española del siglo XX.
23
ALFRED BINET (1857-1911): CENTENARIO DE SU MUERTE
−
−
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Jacqueline Carroy: La réception des travaux d’Alfred
Binet en France au début du 20e siècle.
José María Gondra: Los experimentos de Binet con
sujetos hipnóticos y su influencia en la medida de la
inteligencia.
Lucia Monacis: The Binetian developmental explanation
of optical illusions.
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IN MEMORIAM MIQUEL SIGUÁN (1918-2010): HISTORIA DE
LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DEL LENGUAJE
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Iván Sánchez Moreno: El placer cineinómano. Un
análisis de la contemplación estética en la obra de
Miquel Siguan.
Fernando Gabucio Cerezo: Miquel Siguán y el murmullo
de la conciencia en Joyce y Vygotsky.
Mònica Balltondre Pla: El tema del amor en un psicólogo
de posguerra: los primeros intereses intelectuales de
Miguel Siguán i Soler (1918-2010).
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HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA EN ESPAÑA
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Francisco Pérez Fernández, Joanne Mampaso Desbrow y
Nereida Bueno Guerra: El psicólogo de prisiones (19792009). Treinta años de trabajo desde el anonimato.
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Consuelo
Martínez
Priego:
Aportaciones
del
pensamiento de Rof Carballo a la psicología española:
de la medicina psicosomática al concepto de urdimbre
afectiva.
Belén Jiménez Alonso: Una aproximación a los orígenes
del pragmatismo jurídico en España: la postura de
Quintiliano Saldaña a propósito del problema de la
responsabilidad.
Virgilio Ibarz Serrat: El caso Jacint Verdaguer (18451902).
Natividad Sánchez: La correspondencia entre Adolf
Meyer (1866-1950) y Emilio Mira y López (1896-1964).
Rosa Sos Peña y Constanza Calatayud Miñana: La
psicología aplicada española en tiempos de posguerra
(1939-1945).
Milagros Sáiz Roca y Dolors Sáiz Roca: La influencia
europea en la psicopedagogía terapéutica catalana de
principios del siglo XX: Análisis de los diarios de viaje
de Lluís Folch i Torres (1878-1946).
Beatriz Porras Florido: La Teoría general de la
Conciencia en una obra Clásica de Psicología en
España: José P. Bulnes (1929). “Psicología”.
Valeria de Palo: Emilio Mira y Lopez: la psicología al
servicio de la ley.
José L. Zaccagnini: La psicología de Abuchafar
Abentofáil: Una reivindicación necesaria.
Manuel Mateos, Mercedes García, Cristina Barbadillo,
Natividad Sánchez y Gabriel Ruiz Ortiz: Una ventana a
la libertad: La Revista Mensual de Filosofía, Literatura y
Ciencias de Sevilla (1869-1874).
Juan Manuel Gutiérrez Trigo, Belén Villalba Segovia y
Gabriel Ruiz Ortiz: Orígenes de la plasticidad cerebral:
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) y la gimnasia
cerebral
Clara Méndez Hernández, José Quintana Fernández y
Florentino Blanco Trejo: El “Psicóscopo”: una nueva
metáfora de la mente
Pablo Alonso Sobrino, Alejandro Barranco Fernández e
Iñigo Barranco Fernández: Elementos para una historia
oral sobre el desarrollo del paradigma cognitivista en
España
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−
Mª Luz M. Fernández, Francisco Martos y Florentino
Blanco: Teoría y práctica de la hipnosis en Julio Camino
Galicia. Una aproximación.
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TEORÍAS Y ESCUELAS PSICOLÓGICAS
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−
Elena Minkova: Developmental Psychology as the newly
emerged science in Russia (at the turn of the 20th
century).
Marina Arinina: Scientific heritage of Graham Wallas
(1858-1932) in the light of modern social psychology.
Laura García-Vega Redondo y Luis García-Vega:
Evolución histórica de los intereses científicos de Martin
E. P. Seligman.
Arthur Arruda Leal Ferreira: The measure as proof of a
full world: The role of psychophysics and panpsychism in
Gustav Fechner’s daylight vision.
Oriol Alonso Cano: La evolución de la intencionalidad
de la conciencia: De la conciencia intencional
descarnada de Brentano a la “Intencionalidad operante”
de Merleau-Pont.
Mª Luisa Luque Liñán, Marina Calleja Reina y José
Miguel Rodríguez Santos: La influencia de la escuela
conductista en la técnica de la enseñanza ambiental
(“Milieu Teaching Procedures”) en la intervención
logopédica.
Cristina Barbadillo, Mercedes García, Manuel Mateos,
Gabriel Ruiz y Natividad Sánchez: Adolf Meyer (18661950) y su red de relaciones en la psicología de la
época.
Pablo Berenguer Mira y Florentino Blanco Trejo: La
obra de David Katz (1884-1953) Der aufbau der tastwelt
(1925) como pionera de la noción contemporánea del
tacto como sistema dinámico-activo.
Andrés Rodríguez Ayuso y Florentino Blanco Trejo: Una
revisión histórica de la obra de Boesch y de su recepción
en el marco de la psicología cultural contemporánea.
Alberto Hontoria Maceín y Florentino Blanco Trejo: La
relevancia histórica de la metáfora de los espíritus
animales en la constitución de las pasiones del alma
como tecnología musical barroca.
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Luis García-Vega y Laura García-Vega: Cuando el
pensamiento es conducta. Un repaso histórico.
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DOCENCIA EN EL GRADO DE PSICOLOGÍA
−
−
−
María José Sampedro Vizcaya y Dolores Ponte
Fernández: Estatus de la asignatura “Historia de la
Psicología” en el nuevo Grado en Psicología.
María del Mar Bernal Rivas: Sesiones interactivas de
Historia de la Psicología en el marco de Bolonia.
Paula Samper García, Mª Vicenta Mestre Escrivá, Ana
Mª Tur Porcar y Elizabeth Malonda Vidal: Título de
Grado de Psicología: ¿Cuál es la situación de la
Historia de la Psicología?
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HISTORIA DE LA METODOLOGÍA E INSTRUMENTOS DE
MEDIDA
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−
Juan Antonio Mora Mérida: Teorías psicométricas de la
inteligencia: la Escuela de Londres frente a los modelos
multifactoriales norteamericanos.
Nicola Curci: Marbe’s Rotator.
Luigi Traetta: Instruments for the re-employment of the
maimed: The inventions of Jules Amar.
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HISTORIA DE TRATAMIENTOS Y MÉTODOS EN
PSICOTERAPIA
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Miguel L. Martín Jorge: Influencia de Freud sobre la
concepción del psiquismo en la terapia cognitiva de
Aaron T. Beck.
Elena Quiñones Vidal y María Peñaranda-Ortega:
Desarrollo histórico del concepto de personalidad límite:
Las aportaciones de Otto Kernberg (1928-1967).
Florentino Blanco Trejo y José Carlos Loredo Narciandi:
La confesión como tecnología psicológica. Una
aproximación genealógica.
Héctor García de Frutos: La dialéctica entre ciencia y
psicoanálisis:
el
cientificismo
contemporáneo
interrogado por las elaboraciones de Jacques Lacan y el
“Cercle d’épistémologie” (1964-1969).
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Juan José Fernández Teijeiro: La psicología positiva del
Dr. Tomás Maestre Pérez (1857-1936).
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HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES
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Gabriel Ruiz: El problema de la psique animal en los
estudios de Pavlov acerca de la digestión.
Noemí Pizarroso López: Espiritualismo, intuicionismo e
inconsciente en la obra de Henri Delacroix. Un análisis
de sus trabajos de transición de la historia de la filosofía
a la psicología.
Edgar Cabanas Díaz y José Carlos Sánchez González:
Individualismo positivo: individuo y felicidad en la
Norteamérica del siglo XIX como claves del
“pensamiento positivo” y de la actual psicología
positiva.
María del Carmen Sellán Soto y Antonio Vázquez
Sellán: El desarrollo institucional de la enfermería
psiquiátrica en España (1932-1977). Un ángulo ciego en
el complejo psi.
José
Quintana
Fernández:
Ensayos
de
institucionalización de la Psicología en la Universidad
española. La cara oculta de la Historia.
Beatriz Bonete López y Esther Sitges Maciá: Pasado y
presente de la Psicogerontología a través de las
publicaciones en PsycINFO (2000-2009).
Maria Sinatra: Because we see the world in this way.
Canestrari’s “phenomenological” interest in optical
illusions.
María Ángeles Cohen García-Juez: La genealogía de las
categorías psicológicas a la luz de la obra de Erwin
Rohde.
Paolo Contini: La historia de la “ciencia de la historia”
de Lazarus (1824-1903) y Steinthal (1823-1899).
Fernando Gil González: Datos psicoanalíticos de la
personalidad de Alejandro Magno.
Carmela Ferrandes: Meteorology and psychology: the
measurement of weel-being.
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Hernán Camilo Pulido Martínez y Luz Mery Carvajal
Marin: Psicología y trabajo durante las transformación
del régimen administrativo en sector de la salud en
Bogota, 1980-2009.
José Tomás Boyano Moreno: Revisión histórica de las
teorías sobre la memoria autobiográfica.
Omar Estrada Contreras y Luis Gustavo González
Carballido: La Historia de la Psicología del Deporte
desde la perspectiva de los países del Este.
Eugenio Pérez Córdoba: Una historia de la psicología
del deporte.
Paulo Jesus y Maria Formosinho: Intelligence as a life
function: revisiting W. James’ and H. Bergson’s
psychological teleology.
Sergio Mota Verdura y José Manuel Igoa González:
Recursividad, lógica, matemáticas y música: la figura de
Jean-Philippe Rameau (1683-1764).
Floor van Alphen: Creative kindness: Looping effects or
myriad ways of a psychological category.
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TEMAS LIBRES
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Darya Zharova: I.A. Sikorsky’s (1842-1919) scientific
heritage.
Manuel Sánchez de Miguel y Luis María Iturbide
Luquín: Hacia una teoría general de la acción: Samuel
Stouffer (1900-1960) y la ingeniería de las actitudes.
Susana Segura: Revisión histórica del estudio del
razonamiento contrafáctico.
Jorge Castro Tejerina y Enrique Lafuente: La memoria
del trabajo: la construcción del pasado oficial de la
psicología del trabajo.
Bárbara Arias Gómez: La construcción de la identidad
nacional en la escuela del franquismo: un hecho
cognitivo y emocional.
Mauricio Chisvert Perales y María José Monteagudo
Soto: Movimiento “Open Acces” y difusión de la
investigación ¿Una alternativa válida para la Revista de
Historia de la Psicología?
María del Mar Villanueva Martín: Aspectos psicológicos
en la obra de José Ortega y Gasset.
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María Felipa Hernando Martínez, María Carmen Sellán
Soto y Mª Luisa Díaz Martínez: Identidad y
representación social en el ejercicio del cuidado.
Mauricio Chisvert Perales, María José Monteagudo Soto
y Elena López de Cozar: La Psicología aplicada a la
seguridad vial en la primera década del siglo XXI (20002010): Investigación y transferencia de conocimiento
psicológico.
Yolanda García-Hierro Rodríguez, Clara Badolato,
Ramón Sánchez Viedma y Florentino Blanco Trejo: De
Nosferatu a Drácula, de Bram Stoker, o la evolución del
miedo en el cine: una aproximación historiogenética.
Ana León Mejía y Carmen Patino Alonso: Gilligan a
Examen.
Enrique G. Fernández-Abascal: Raíces históricas de la
psicología positiva.
249
251
253
255
258
AUTORES
−
267
Índice de autores
11
12
PRESENTACIÓN
13
14
Presentación del XXIV Symposium de la SEHP
La Universidad de Málaga, y su Departamento de Psicología
Básica, ya tuvieron anteriormente el encargo de la Sociedad Española
de Historia de la Psicología (Marbella, 1996) de organizar el IX
Symposium de la SEHP que, como nos evidencian los diferentes
trabajos de Mª Vicenta Mestre y colaboradores (Madrid, 2006),
podemos considerar el Symposium de mayor número de aportaciones
científicas y asistentes de los organizados por esta Sociedad
Científica. De nuevo esta idea, de que volviera a Málaga el
Symposium anual de la SEHP, nos fue sugerida en la Asamblea
General de la Sociedad en Cadaqués (2007).
Durante estos quince años muchas cosas han cambiado en la
estructuración de los estudios de Psicología (inmediata reforma de los
Planes de Estudio; anterior estructuración en créditos, con amplia
optatividad para los Alumnos; nueva concepción de los Grados, Plan
Bolonia, Espacio Europeo de Educación Superior, etc.) que han ido
conformando
y modificando nuestras tareas docentes e
investigadoras. Sin embargo, hay algo que ha ido permaneciendo
como un continuum, y es justamente el carácter de sentido crítico e
institucional que tienen los contenidos de la Historia de la Psicología,
en la propia reestructuración de la disciplina psicológica (Dilthey,
1883/1956; Boring, 1950/1978; Leahey, 1996). Ante el avance de
los diferentes campos de aplicación de la Psicología, es justamente a
su Historia a la que nos compete mantener su carácter unitario e
integrador (Kimble, 1989, 1995). Y como puede apreciarse en los
trabajos presentados a la Mesa 5, una vez más tenemos que reinventar
la materia, con nuevas técnicas didácticas para su adecuado
afrontamiento por nuestros Alumnos, como nos ha sucedido a
nosotros mismo en nuestra docencia en la Universidad de Málaga
(Mora y Martín, 2010).
Llegado de nuevo este momento de la apertura del XXIV
Symposium de la SEHP, estamos ante un culmen de agradecimientos.
En primer lugar a la propia SEHP, por volver a confiar en nosotros
para esta organización. La idea fue acogida inmediatamente por
nuestro Departamento de Psicología Básica, especialmente en la
persona de su Director, Dr. José Miguel Rodríguez Santos, del que
nunca nos han faltado apoyo y aliento, especialmente en los
dificultosos momentos iniciales. La propia Universidad de Málaga,
tanto a través de su Rectora Dña. Adelaida de la Calle Martín, como
especialmente de su Vicerrector de Investigación, Don José Angel
Narváez Bueno, nos brindaron igualmente apoyo financiero para su
15
definitiva puesta en marcha. Y puestos al habla con el Ayuntamiento
de Málaga, la acogida por parte de su Alcalde, D. Francisco de la
Torre Prados, y su Responsable del Área de Cultura, D. Miguel
Briones Artacho, han sido totales.
Ubicar el XXIV Symposium en el Cine Albéniz, recién
remozado, actual sede del Festival de Cine de Málaga, ha sido a
sugerencias del propio Ayuntamiento. Este edifico de corte
neoclásico, rodeado de los más importantes vestigios de la historia de
la ciudad (teatro romano, Alcazaba, Catedral, Aduana, Plaza de la
Merced), frente a los mejores museos (Picasso, Revello de Toro,
Tyssen) constituye un marco ideal para un Congreso de Historia.
Estamos rodeados e inmersos en la propia historia, y ésta, como el
flujo de la vida, nos sirve de marco referencial de nuestras
aportaciones científicas.
La estructura de este Symposium responde a 9 Líneas
temáticas, que han tenido, sin embargo, muy desigual acogida entre
los científicos asistentes al mismo.
Mesa 1: Binet, 2 Comunicaciones.
Mesa 2: M. Siguán, 3 Comunicaciones.
Mesa 3: Psicología en España, 16 Comunicaciones.
Mesa 4: Teorías y Escuelas, 11 Comunicaciones.
Mesa 5: Docencia en Grado, 5 Comunicaciones
Mesa 6: Metodología e Instrumentos, 2 Comunicaciones.
Mesa 7: Tratamientos y Métodos, 3 Comunicaciones.
Mesa 8: Psicología y Ciencias Afines, 22 Comunicaciones.
Mesa 9: Temas Libres, 10 Comunicaciones
Conferenciantes Invitados: 3
TOTAL Aportaciones Científicas: 77
A pesar de tratarse de un Symposium de una sociedad
científica española, sus aportaciones científicas proceden de:
España: 62
Italia: 7
Rusia: 3
Brasil: 1
Argentina: 1
Francia: 1
Portugal: 1
Colombia: 1
16
Figura 1: Estructura global del XXIV Symposium SEHP.
Figura 2: Procedencia, por países en el XXIV Symposium SEHP.
En cuanto a su Universidad de procedencia, la participación
de este XXIV Symposium ha sido:
Autónoma de Madrid: 15 trabajos.
Sevilla: 9 trabajos
Málaga: 9 trabajos
Italia (Bari): 7 trabajos.
UNED: 4 trabajos
Rusia (S.P.): 3 trabajos.
Valencia: 3 trabajos
17
Pais Vasco: 3 trabajos
Santiag: 2 trabajos
Y un amplio número de Universidades al menos con un
trabajo, tanto españolas como extranjeras., hasta completar las 77
actividades científicas.
Figura 3: Universidades con mayor participación.
Como algunos grupos de extranjeros los podemos considerar
ya como reincidentes, esto nos posibilita la afirmación de que un buen
número de colegas, especialmente europeos, vienen considerando a
los Symposia de la SEHP como los suyos propios, cosa de la que nos
congratulamos y enorgullece.
Quisiera dejar constancia de un agradecimiento especial a
Miguel Luis Martin Jorge, José Antonio Gallardo Cruz, Ana Belén
Rodríguez Ruiz, y a los restantes compañeros presentes en el Comité
Organizador, sin cuya meritoria labor no podría haberse celebrado este
XXIV Symposium. Son muchos los detalles organizativos que hay
que coordinar, antes de que se suba el telón.
Igualmente, a todas las instituciones presentes en la
Colaboración Externa de nuestro tríptico, cuya difusión y ayuda la
podemos considerar como realmente interna. Ellas han sido también
cruciales en la difusión y acogida de este Symposium.
Constructiva al máximo ha sido la labor de todos los cargos
directivos de la SEHP y de todos los Miembros del Comité Científico,
que han velado por el nivel y categoría de las aportaciones científicas
a este Symposium.
18
Esperamos haber respondido a la confianza depositada en
nosotros, y esta ciudad milenaria y moderna, clásica y renovada,
siempre abierta y acogedora, flujo y crisol de culturas, os brinda un
marco acogedor para vuestra fecundación intelectual mutua, para
vuestro intercambio libre de ideas, al mismo tiempo que os abre los
brazos para haceros grata vuestra estancia en ella.
Gracias por vuestra presencia aquí. Tened la total seguridad de
que Málaga, tanto en sentido vital como intelectual, no va a
defraudar vuestro esfuerzo por acudir en ella al XXIV Symposium de
la SEHP.
Juan Antonio Mora Mérida
Presidente del Comité Organizador
Referencias bibliográficas
Boring, E. (1950/1978). Historia de la Psicología Experimental.
México: Trillas.
Dilthey, W. (1883/1956). Introducción a las Ciencias del Espíritu.
Madrid: Revista de Occidente.
Kimble, G.A. (1989). Psychology from standpoint of a Generalist.
American Psychologist, 44(3), 491-499.
Kimble, G.A. (1995). Psychology stumbling down the Road to Hell.
The General Psychology, 31 (3), 66-71.
Mestre, M.V et alii (2006). Análisis de los Symposia de la SEHP.
Comunicación presentada en lel Symposium anual de la
SEHP. Miraflores de la Sierra. Madrid. (Publicada
posteriormente en Revista de Historia de la Psicología, 2007,
(3-4), 100-110.
Mora, J.A. y Martín, M.L. (2010). Introducción e Historia de la
Psicología. Madrid: Pirámide.
19
20
INTRODUCCIÓN
21
22
Presencia malagueña en la psicología española del siglo XX
Helio Carpintero
Universidad a Distancia de Madrid
[email protected]
Aunque la ciencia es universal, especialmente cuando se trata
de su plano de relaciones formales y abstractas, su realización en
líneas concretas de estudio suele venir hasta cierto punto marcada por
estilos y sesgos que reflejan las condiciones locales en que los
conceptos han ido siendo concebidos y expresados. Hay, en suma,
tradiciones nacionales, y, hasta cierto punto, corrientes o movimientos
dotados de sabor local.
La psicología ha sido siempre un saber muy fuertemente
impregnado de color local. Un curioso esfuerzo lo realizó William
Sahakian, hace ya años, al construir una visión histórica de aquella
tomando como puntos de referencia las universidades donde fueron
floreciendo los trabajos pioneros, y se fueron anudando tradiciones de
discipulado entre sus figuras representativas (Sahakian, 1975).
No es este el caso. La posible tradición malagueña en
psicología es, sin duda, una construcción un tanto forzada, que intenta
agrupar nombres por su vinculación con esta bella ciudad
mediterránea del sur peninsular. Pero, una vez reconocido ello, no
deja de ser notable que algunos nombres capitales en nuestro pasado
histórico, tanto de la disciplina como del correlativo campo
profesional, tengan con esta ciudad una relación estrecha, nada
desdeñable. Y ello nos permite intentar esta revisión apresurada de ese
círculo singular.
Recuérdese que la ciudad fue cuna del hombre que promovió
la recuperación de la psicología como ciencia y como tecnología
después de la guerra civil, el doctor Jose Germain, nacido aquí en
1897, y precisamente en la calle Marqués de Larios, en el centro
mismo de la ciudad moderna. Pero también era malagueño, aunque de
Ronda, don Francisco Giner de los Rios, la gran figura de la
renovación intelectual española del siglo XIX, nacido allí en 1838. Y
era malagueña, esta vez de Velez-Málaga, y de 1904, María
Zambrano, una filósofa y un espíritu poético que anduvo siempre
enamorada del alma, sus sentimientos y ensoñaciones. Y esos tres
nombres hallan un punto medio de intersección, cual si del baricentro
del triángulo se tratase, en la figura de Jose Ortega y Gasset, que,
aunque madrileño, vivió en el Colegio de los Jesuítas del Palo, aquí en
23
Málaga una infancia de honda huella en su personalidad que en
diversas ocasiones afloró en sus páginas más personales.
De esta suerte, Giner, Ortega, Zambrano y Germain son los
nombres de los que me ocuparé someramente, aunque con ellos la lista
no se agota, como al final diré.
Don Francisco Giner
Cuando Salvador de Madariaga trazó un cuadro comprensivo
de la realidad española para que los extranjeros pudieran orientarse en
el laberinto que la constituye, en su conocido estudio sobre España,
afirmó tajantamente que a Giner se debía la renovación del alma
moderna de nuestro país.
Giner procedía de una familia andaluza. La madre, Bernarda,
era rondeña, de la familia del político don Antonio de los Rios Rosas;
el padre, Francisco, procedía de familia levantina asentada en VelezMalaga. Tuvo una infancia andaluza, en Cadiz; el bachillerato, en
Alicante, y estudió filosofía en Barcelona, así que fue creciendo con
los ojos puestos en el horizonte marino. Y vino a recibir un impacto
decisivo de las enseñanzas de un pensador nacido en las alturas de
Soria, Julián Sanz del Rio, quien logró infundir en una pequeña
minoría las enseñanzas éticas y metafísicas del pensamiento krausista,
que actuó como regenerador de la mentalidad y la moralidad de la
sociedad de fines del siglo XIX.
Giner, que había estudiado ‘filosofía del sentido común’ con
Llorens y Barba, en Barcelona, se vió luego atraído hacia la filosofía
del derecho, y a la enseñanza universitaria. Ganó pronto la cátedra de
esa especialidad en la Universidad de Madrid. Su defensa de la
libertad de cátedra, frente al intento de control católico de la
educación que promovieron los grupos conservadores respaldados por
un concordato que aliaba el altar con el trono de Isabel II, le obligó a
abandonar la cátedra en dos ocasiones. Lo hizo, primero en 1867,
acompañando en su renuncia a su maestro Sanz del Río, y luego en
1875, ahora ya con un grupo más amplio de profesores, renuentes a
aceptar en su docencia una inspección religiosa ortodoxa que aprobara
y tolerara sus enseñanzas, pasándolas por un tamiz eclesiástico que se
ingería en la vida académica. Por segunda vez el ministro Marqués de
Orovio trató de imponer la censura gubernamental en la enseñanza. En
ese grupo de espíritus fuertes se contaban Castelar, Figuerola,
Montero Rios, Moret, Varela de la Iglesia, su hermano Hermenegildo
Giner, y unas cuantas figuras más.
24
Doctrinalmente estaba convencido de que la persona se apoya
en un ser supremo que le sustenta , y que con su razón puede y debe
obrar con libertad, buscando una justificación moral racional para una
vida que ha de obrar en favor de sí mismo y de la sociedad a la que
está ligado por solidaridad humana. La moral hallaba su raíz en el
fundamento metafísico; su conocimiento, y su obrar, lo tenían en el
uso de la razón, capaz de construir una visión racional del mundo. Esa
visión impulsaba a realizar un esfuerzo de difusión y de renovación
educativa entre sus contemporáneos. Frente a los movimientos
reformistas violentos, aquí crecía un impulso renovador humanista
que hacía de la escuela y la educación el instrumento de cambio social
primario. (Lafuente, 1996).
Ese proyecto de reforma espiritual encontró en la nueva
psicología que iba creciendo en Europa un aliado firme y oportuno. Es
conocido que Giner, con la ayuda de Eduardo Soler y Alfredo
Calderón, dio a la imprenta un breve volumen de tema psicológico y
antropológico, que presentaba una idea del hombre fundada a un
tiempo en la filosofía krausista y la nueva psicología empírica de la
época. Junto a los nombres de Krause, Sanz del Rio, Ahrens y
Tiberghien - los filósofos del cielo krausista -, iba a tener en cuenta los
de Wundt, Fechner, Lotze, Helmholtz, Spencer y otros más. Ciencia
positiva y metafísica krausista, se daban la mano en esa enseñanza.
Asi lo reconocen las primeras páginas de sus Lecciones sumarias de
psicología, de 1877, un pequeño manual que pretende esclarecer las
interacciones continuas que median entre el cuerpo y el espíritu, entre
la razón y el instinto y el sentimiento (Giner, 1877).
Para Giner había dos temas capitales: el niño, cuyo proceso
educativo le preocupaba como pieza clave en el proceso deseado de
regeneración nacional, y la persona, como sujeto del derecho, y base
de toda la construcción jurídica que busca promover el imperio de la
ley entre seres personales y racionales. En ambos casos descubría la
existencia de un cierto conflicto o complejidad, entre dos elementos,
la razón que debe imperar, y los sentimientos e instintos que se
rebelan y se afirman frente a la primera; cada una de esas fuerzas debe
hacerse con la voluntad, para promover la acción. Este era un
problema que se venía a situar en el centro mismo de la preocupación
del educador y del jurista. Pero era también el núcleo conceptual
mismo de la nueva picología. De ahí su interés por el tema.
Entendía que la singularidad de la persona deriva de su
racionalidad. Mientras el animal viviría en el mundo de lo
‘individual’, el hombre lo hace en uno que conjuga lo ‘individual’ y lo
‘universal’ - en un mundo posibilitado por la razón, “que hace de un
25
ser una persona” (Giner, 1899,15). Esa racionalidad, dirá, “es el poder
de darnos cuenta, por lo que toca al conocimiento, de lo universal de
las cosas…; en cuanto al sentimiento, la potestad de elevarnos sobre la
afección inmediata y del instante… al amor objetivo del ideal…; (y,
finalmente) la voluntad racional… se propone fines superiores a toda
mira subjetiva…” (Id., 19). A través de ese conjunto de facultades
psíquicas, se desarrolla y consolida una personalidad que singulariza a
cada persona, al tiempo que comparte con las demás el orden
regulador de la razón.
Giner ejerció un enorme influjo sobre el mundo intelectual y,
especialmente en el campo de la educación, su huella se dejó sentir en
todos los niveles. A través de figuras como Manuel B. Cossío,
Domingo Barnés, Lorenzo Luzuriaga, y tantos más, elevó el nivel de
la pedagogía española del siglo XX. Pero además, ejerció un influjo
genérico de otro orden, muy enérgicamente destacado por Ortega: su
capacidad para transmitir interés y entusiasmo hizo que su magisterio
alcanzara regiones a las que su saber y su información tal vez no
alcanzaban, pero a las que la fuerza irradiante de su personalidad
consiguió movilizar. Al morir, en efecto, lo recuerda como “el único
manantial de entusiasmo que hemos hallado en nuestro camino”
(Ortega, OC, VII, 403). Para el proyecto de europeización de los
hombres de la generación de Ortega, ese entusiasmo resultó esencial, e
hizo posible la absorción de una cultura que les enriqueciera de ideas e
ideales.
Hay una anécdota que expresa bien la relación que ligó a estos
dos grandes espíritus. Escribiendo Ortega sobre El Escorial, y sobre lo
que era un paisaje, recordó una conversación con Giner, en pleno
Guadarrama, donde éste le trasladó la idea que del paisaje tenía doña
Concepción Arenal. Así como en las posadas del Siglo de Oro, a la
pregunta sobre qué había para comer, se respondía que ‘lo que el
viajero trajese’, al hablar del paisaje ella decía: paisaje es “lo que cada
cual traiga”. Y el filósofo añade: tal opinión se ha vuelto en nuestro
tiempo “estricto principio científico” (Id., VII, 408).
Esa vinculación del paisaje al punto de vista de quien lo mira,
iba a convertirse, efectivamente, en el núcleo mismo del pensamiento
de Ortega, ahí fuertemente influído también por el biólogo Jakob von
Uexküll. Para éste, autor de una biología que ha sido frecuentemente
calificada de kantiana, cada organismo, efectivo a priori de su medio
vital, posee una estructura biológica que define el rango y tipo de
estímulos y respuestas posibles. Lo que Ortega vierte ya en términos
propios: “El individuo y su medio nacen el uno para el otro -más aún,
el individuo no es sino la mitad de sí mismo; su otra mitad es su
26
medio propio, con él forma la verdadera unidad superior que
llamamos organismo… La vida es precisamente este esencial diálogo
entre el cuerpo y su contorno” (Id., VII, 409).
Puesto a filosofar, a Ortega el mundo se le volvió un ‘paisaje’,
y ese paisaje resultaba inseparable del sujeto que lo contemplaba, y de
lo que consigo traía. En términos más conocidos, lo había dicho ya el
año antes, 1914, en las Meditaciones del Quijote: “yo soy yo y mi
circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. La versión de El
Escorial es de una conferencia del año siguiente, en el Ateneo de
Madrid, en el mes de abril de 1915. Y nos sirve de enlace con el
conjunto de pensamientos que Ortega dedicó precisamente a la
psicología en el otoño de aquel mismo año, cuando, también en
aquella institución, desarrolló un “Sistema de la Psicologia”, que sólo
hace unos cuantos años se ha llegado a conocer, póstumamente.
Pero vengamos a hablar ya, aunque esquemáticamente, sobre
esta ‘segunda figura malagueña’ de nuestra lección.
José Ortega y Gasset
Ortega es sin duda la máxima figura filosófica española del
mundo contemporáneo. Creador de una escuela de pensamiento, la
llamada “Escuela de Madrid”, y autor de una obra extraordinariamente
honda y varia, en sus escritos la psicología viene a ocupar un lugar
destacado.
Pero, por lo pronto, recordemos su vinculación con la Málaga
que conoció y vivió.
Había nacido en 1883, en una familia de periodistas, y su
padre, Jose Ortega Munilla, autor de algunas novelas, y director de
Los Lunes de El Imparcial, mantenía estrechas relaciones con el
grupo intelectual más activo y distinguido de la época. Educó a su hijo
en Málaga, en el Colegio de El Palo que mantenían los jesuitas con
gran prestigio. Y de resultas de aquella experiencia, escribió:
“Fui emperador en el colegio que los jesuítas mantienen en
Miraflores del Palo, junto a Málaga… Hay un lugar que el
Mediterráneo halaga, donde la tierra pierde su valor elemental, donde
el agua marina desciende al menester de esclava y… refleja lo único
que allí es real: la Luz… He sido durante seis años emperador dentro
de una gota de luz” (Ortega, 2007, II, 112)
Luego estudió filosofía y letras en Madrid, se doctoró pronto,
amplió estudios con el grupo neokantiano de Marburgo, en Alemania,
y en 1910 obtuvo la cátedra de metafísica, de la Universidad de
Madrid, sucediendo así en ella a Nicolás Salmerón, la notable figura
27
krauso-positivista que fue por unos meses presidente de la Primera
República.
Desarrolló una filosofía de la vida que, sobre todo en sus
inicios, estaba muy próxima a la psicología. En 1915 pronunció una
serie de lecciones sobre un ‘Sistema de psicología’, en el Ateneo (hoy
incluídas en Investigaciones psicológicas), y luego, en numerosos
lugares de sus obras, hallamos análisis y reflexiones psicológicas
personales. Habló en alguna ocasión de ‘nosotros, los psicólogos’, y
tuvo alguna parte en el proceso de institucionalización de la psicología
en nuestro país. Así, en 1920 fundó con sus amigos los psiquiatras G.
Rodriguez Lafora y JM. Sacristán los Archivos de Neurobiología,
primera revista especializada en España que incluyó la psicología
entre sus campos temáticos. También es muy conocido el hecho de
que, en 1922, recomendó y prologó la edición de obras completas de
Freud en la editorial de su amigo Jose Ruiz Castillo, ‘Biblioteca
Nueva’. Además, incorporó artículos sobre psicología en su Revista de
Occidente, y editó traducciones de obras psicológicas importantes en
la editorial del mismo nombre. En fin, como luego veremos, mantuvo
una estrecha amistad con Jose Germain, y a su través su influencia se
extendió al mundo de la inicial psicología española. No cabe olvidar
que, a la muerte de Cajal, él fue elegido como presidente de honor
para el congreso internacional de psicología que se estuvo preparando
para celebrarse en Madrid en 1936, y que la guerra desbarató
(Carpintero y Lafuente, 2008).
Filosóficamente, su primera preocupación lo constituyó el
idealismo, y, desde el análisis de la fenomenología de Husserl, vino a
parar en rechazar la conciencia como entidad absoluta ‘no referida a
nada’ y primaria; en cambio, desde la idea de la complementariedad
de organismo y mundo, encontrada en von Uexküll, ler apareció la
vida, esto es, la conducta, no como un fenómeno derivado y
subsecuente al ser orgánico, sino como algo bien distinto: como una
realidad nueva y diferente al resto de las realidades halladas al vivir,
esto es, como la ‘realidad radical’: todo, tanto el mundo como el
propio yo, se han de dar en la vida para ser realidad. La vida es una
realidad dinámica, una suma de interacciones, ‘lo que hacemos y lo
que nos pasa’, y sólo vista desde dentro, desde su perspectiva original,
rinde su faz auténtica; desde fuera, es ya un dinamismo espacializado
y objetivado, que ha perdido la fuerza para ser sólo movimiento; no es
ya dinámica, sino cinemática (Marias, 1960).
Esa vida no está dada hecha, y ha de irse haciendo. El
organismo no tiene prefijada su vida, y no hay en él una ‘naturaleza’
determinante de sus manifestaciones ulteriores. “La fisiología del
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antropoide es sólo un pretexto para que exista el hombre, como la
rama nudosa del árbol es sólo un pretexto para que aposado en ella dé
el pájaro su canto” (II, 93).
Como él mismo explica, “desde 1914… es la intuición del
fenómeno ‘vida humana’ base de todo mi pensamiento… Entonces lo
formulaba yo… corrigiendo de modo principal la descripción del
fenómeno ‘conciencia de’… La descripción enunciará que…hallamos
la coexistencia del yo y de la cosa…” (VIII, 275). Esa coexistencia es
precisamente ‘mi vida’, que aparece como el escenario donde toda
otra realidad aparece y del que puedo tener evidencia en tanto que lo
veo y se me hace patente. Cualquier otra realidad ha de presentarse en
ella, y por esto aquella ha de ser considerada como ‘realidad radical’,
mientras que el resto serán ‘realidades radicadas’. Aquella tendrá
entonces la condición de arkhé, o principio metafísico. Por eso, para
Ortega, la metafísica va a ser la exploración de mi vida como realidad
radical.
Ahora bien, esa estructura dinámica vital guarda proximidades
grandes con el orbe de las realidades psíquicas. Veamos.
El sujeto –yo- está ‘abierto’ y tiene ante sí ‘el objeto’, los
objetos, la circunstancia o mundo. Semejante apertura guarda una
relación fortísima con la idea fenomenológica de ‘intencionalidad’, ya
antes formulada por Brentano (al que Ortega considerará iniciador de
la novísima filosofía dentro de la que él mismo se sitúa, y cuya obra
básica hará traducir).
La idea de la vida, como ámbito, donde todo se manifiesta,
posee notas que la aproximan a la idea de campo, y más aún a la del
‘Lebensraum’ o espacio vital lewiniano. (Nótese que Lewin, junto con
Ortega, han sido espíritus influídos por las ideas de von Uexküll, lo
que explica bastante bien su cercanía [Carpintero, 1993).
La idea de vida como dinamismo, donde todo se va
manifestando, no puede dejar de ser relacionada con la dinámica de la
‘conciencia’ en el pensamiento de Herbart (al que Ortega dedicó un
estudio magistral en 1916), y, desde luego, al pensamiento de Freud, y
Dilthey. En diversos lugares admitirá que lo real aparece al sujeto
como aquello que es otro y que ‘resiste’ (realidad como resistencia),
idea de Maine de Biran que ya en su momento recogió e hizo suya
Dilthey. Y si lo real resiste, es porque el yo presiona; en suma, porque
es fuerza que opera sobre el entorno, pero cuyas raíces están fuera del
círculo de lo conocido, en un ámbito de lo inconsciente. Para entender
esa pluralidad de niveles en la vida, echó mano de la teoría de los
estratos vitales – Hoffmann, y antes Klages, [Hoffmann, 1946] y
desde luego Freud -, y la reformuló, en la bien conocida triada de
29
‘vitalidad, alma , espíritu’ ,presente en El Espectador, donde iba a
exponer que la base de ese dinamismo vital hinca sus raíces en la
estructura orgánica –vitalidad-, se comienza manifestando a través del
mundo de los afectos y sentimientos, -alma-, y alcanza, a través de los
mecanismos de abstracción y pensamiento conceptualizador los
niveles propios de las realidades universales que ocupan la actividad
del ‘espiritu’.
Delineó además una visión psicológica en que la realidad
profunda del yo tiende a expresarse a través de emociones,
expresiones del dinamismo profundo, y de los mecanismos
atencionales – dime a lo que atiendes y te diré quien eres, dirá en
alguna ocasión. Y mantendrá, además, que la esencial distancia entre
el hombre y el animal consiste en que aquel tiene un mundo interior
de imágenes, una imaginación y una memoria, que le distancian del
entorno, y en cierto modo le desconectan de él, privándole de un
ajuste mediante reflejo o instinto, y forzándole a elaborar un plan de
acción que requiere ‘interpretar’ el entorno y ajustar
a esa
interpretación su acción.
Para Ortega, un hecho radical en ‘mi vida’ es el de la
‘convivencia’ con los otros. Vivir es convivir. Como ya dijera
Baldwin, me descubro como ‘yo’ después de haberme encontrado a un
‘tú’. Ello implica que en la constitución de las interpretaciones, y la
configuración del mundo en que vivimos, entra de modo decisivo la
sociedad. Esta deposita interpretaciones no solo en forma de ‘ideas’,
sino antes y muy principalmente en forma de acciones interpretativas,
hábitos operativos, o ‘draomas’, que establecen una base de
‘creencias’, desde la que se levanta una vida como tradición. La
ruptura de esa tradición o credencialidad conducirá, en opinión de
Ortega, a la búsqueda de una nueva creencia, o una nueva fe, ahora ya
no recibida sino creada, elaborada por el sujeto, y ese proceso es la
filosofía.
Ahí, justamente, aparece la vida ‘dando razón’ de la acción.
Esquemáticamente, digamos que se hacen unas cosas porque se han
vivido otras. Inicialmente, se da el drama vital; luego surge la
esquematización o conceptuación del mismo. “El martillo es la
abstracción cada uno de los martillazos” (OC, I, 756) -. La
comprensión de toda realidad remite, siempre, al ámbito donde ella
aparece, esto es, a la realidad de mi vida. En ella es donde cobra
‘sentido’: la vida da razón de ella, es el ámbito del ‘sentido’, y opera
como ‘razón vital’.
Ortega, con su idea de razón vital, renovó la escena filosófica
española. Y con ello, abrió un nuevo nivel al pensamiento.
30
Punto y aparte para nosotros merecen sus Investigaciones
psicológicas, publicadas por vez primera en 1982. Lafuente ha hecho
un fino análisis de las mismas (Lafuente, 1983). Pero de todos modos,
conviene que aquí hagamos presente su línea argumental, porque ahí
se ve con claridad la estrecha conexión entre la filosofía y la
psicología de nuestro autor.
Quiere hacer en esas lecciones un ‘sistema psicológico’ (VII,
435), y comienza por examinar el tema de la definición de psicología,
viniendo a parar a la peculiaridad del fenómeno psíquico. Subraya
que, en cuanto fenómenos, el psíquico y el físico, son prima facie
distintos –aunque luego como ‘realidades’ lo sean o no. Su análisis,
muy en línea con la reflexión de Brentano, reconoce que en cada
fenómeno físico, hay algo presente “que nada tiene de mí”; en el
psíquico –percibir, querer, etc.- hay “algo mío y solo mío” (Id. 451).
El primero me pone ante algo ‘extenso’, el otro ante un ‘sentir mío’.
De este modo, aquel me abre a una realidad extensa, mientras este es
una realidad intencional, “cuyo ser consiste en sentir” (Id., 453), y por
lo tanto la suya será una naturaleza ‘sintiente’. Su conclusión es
tajante: a las cosas con apariencia distinta, hay que “tratarlas por
separado” (Id- 455). De ahí que para el estudio de estos temas
proponga la creación de tres laboratorios: uno fisiológico, otro
psicológico, y un tercero dedicado a la relación cuerpo-psique. Se trata
de una teoría que asume a un tiempo la diferencia y la
complementariedad del ámbito fenoménico. (Y no asume la idea de
una psicología fisiológica al estilo de la de Wundt, porque eso es ya
una tesis metafísica).
El núcleo de ese trabajo gira en torno a la descripción del
hecho de conciencia. Este aparece como “la cosa más rara que hay en
el universo; pues… parece consistir en la conjunción, complexión o
perfecta unión de dos cosas totalmente distintas: mi acto de referirme
a – y aquello a que me refiero. “De un lado, están los actos de
“referirse siempre a algo más allá de ellos…”; de otro, está “lo
contrapuesto, lo que está enfrente de mí y de mi acto” (alianza, 66-67).
Los modos de referencia – o de intencionalidad brentaniana - abren
vía hacia “el ser” - o mejor, los diversos seres: ser físico, ser
fantástico, ser irreal, valor -, a formas de ser complexo – juicios,
resultado del pensar, y a complexos que son los ‘problemas’, en
respuesta a los cuales surge la ‘verdad’, que es el magno problema de
la filosofía. Pero el examen del conocimiento consciente muestra que
el objeto del conocimiento presenta formas esencialmente distintas y
aun contrapuestas. Mientras en la conciencia hay representación de
algo, o ‘imagen’, hay algo que sustituye al par que refiere al objeto
31
representado, pero no este mismo en cuanto tal. En cambio, en el
hecho radical de estar viviendo, hallamos los objetos, la circunstancia
frente a mí como aquello que es realidad y no ‘representacion’, y que
presenta todos los atributos de lo ‘objetivo’ y no de lo ‘subjetivo’.
Como dice en La idea de principio en Leibniz, “en un fenómeno de
conciencia… hallamos la coexistencia del yo y de la cosa”, donde
“ésta no es idealidad, intencionalidad, sino la realidad misma” (1958,
333n.). Y aquí, precisamente, añade que lo que Ortega estaba
haciendo desde 1914 – o sea, en las Investigaciones psicológicas - era
precisamente tratar de afirmar el hecho de la vida, al tiempo que
corregía la idea de Husserl sobre la conciencia, y saliendo así del
idealismo al cielo abierto de la realidad (1958, 332n.).
En otras palabras, en aquellas Investigaciones…, desde una
psicología que reformaba la fenomenología, llegaba a su teoría misma
de la vida humana como realidad radical. A esto es a lo que me refería
antes, al decir que su filosofía había hundido sus raíces en el campo de
los análisis psicológicos, a los que, por otra parte, nunca renunció del
todo.
El aprovechamiento de Ortega desde la psicología ha sido
desigual. Habría que hablar de la obra de psiquiatras como Román
Alberca - estudiado por Elena Quiñones hace ya algún tiempo -, y,
sobre todo, Luis Valenciano, que aprovechó la teoría orteguiana de la
creencia y la ruptura de las mismas para acercarse a una interpretación
de la psicosis. Algunos otros hemos sugerido algunas líneas de
desarrollo, (Carpintero, Ovejero, de la Corte…) pero en general creo
que hay en este terreno aún mucho por hacer. Pero hay una cuestión
más puntual, y es la relación de Ortega mantuvo con el doctor
Germain, en los umbrales de nuestro presente psicológico, y la
influencia que en éste ejerció a través de aquel. Veámoslo brevemente.
Jose Germain
Es conocida la figura de Germain, porque su papel en la
recuperación de la psicología científica en España tras la guerra civil
resultó decisivo, y a él se le deben multiples iniciativas para
institucionalizar aquella, como ciencia y como profesión. Nos dejó,
además, una muy valiosa autobiografía, con la que inauguramos la
Revista de Historia de la Psicología, en 1980.
Había nacido en Málaga, en 1897. Su padre era ingeniero
francés, establecido en aquella ciudad para prestar sus servicios a las
empresas agrícolas y vitivinícolas de la familia Larios. Estudió su
bachillerato en Bélgica, y la carrera de medicina en Madrid,
32
estrechando luego su relación con su maestro Gonzalo R. Lafora. Con
él trabajó en su Instituto Médico-Pedagógico de Carabanchel, y allí,
con Mercedes Rodrigo, revisaron y baremaron el test de TermanBinet, que ambos publicarían en 1930. Trabajó también en el Instituto
de Reeducación de Invalidos del Trabajo, con Cesar de Madariaga y
Antonio Oller, y todas estas actividades fueron estimulando en él un
interés creciente por la psicología, que acertó a combinar con su
dedicación a la clínica psiquiátrica. (Germain, 1980; Tortosa y Martí,
1996).
Le cupo un papel principal en el desarrollo de la psicotecnia
en nuestro país. El y Mira diseñaron una red psicotécnica que apoyara
el estatuto de la formación profesional, desde 1928, y poco después, se
hizo cargo del Instituto de Selección y Orientación Profesional de
Madrid. La realización de un curso de preparación técnica , realizada
por Theodor Ziehen, maestro de Lafora en Alemania, y primer
formador de psicólogos en nuestro país, le confirmó en su nueva
dedicación, y trabajó activamente para apoyar la nueva psicotecnia
(Germain, 1980).
Jose Germain vino a mantener un fecundo trato con Ortega
por mediación de Lafora, que le introdujo en el círculo de la Revista
de Occidente, y también le llevó consigo para reforzar la empresa de
los Archivos de Neurobiología, de los que le hicieron secretario de
redacción (Martinez Pardo, 1978).
Conocedor del interés de Ortega por la psicología, le invitó a
conferencias (de Piéron, Gemelli, Rüpp, Piaget), le atendió en alguna
visita hecha al Instituto, y sobre todo, colaboró en la preparación del
XI Congreso Internacional de Psicologia, que hubiera debido
celebrarse en Madrid en 1936, y que, por causa de la guerra civil,
terminó reuniéndose en Paris en 1937.
Hace
algún
tiempo
publicamos
una
interesante
correspondencia de Germain con Mira y Claparède, a propósito de
dicho congreso (Carpintero y Lafuente, 2008). Ya en mayo de 1936, la
organización del mismo, que presidía Mira y tenía a Ortega como
presidente de honor, y a Germain como secretario, se encontraba sin
presupuesto aprobado por el gobierno, lo que les movía a proponer un
aplazamiento de la reunión. Mira trató de maniobrar para reunir el
congreso en Barcelona, donde creía que podría tener apoyos tanto del
presidente de la Generalitat, Luis Companys, como del de la
República, Manuel Azaña (presidente desde el 11 de mayo de 1936).
Ortega, Germain, y otras voces moderadas, se declararon en pro de
retrasarlo al año siguiente. Y así se hizo (solo que el congreso se
reuniría en Paris, ya no en Madrid). Poco después, Ortega, Germain y
33
otros muchos se exiliaban, para salvar sus vidas amenazadas por el
conflicto belico iniciado en julio de 1936 con la sublevación del
ejército de Africa al mando del general Franco.
La guerra terminó con la victoria de los sublevados
nacionalistas. El nuevo régimen llevó a cabo una durísima política de
depuración y persecución de los partidarios de la república.
Germain perdió la dirección del Instituto Nacional de
Psicotecnia, que pasó a manos de Ricardo Ibarrola, y hubo de aceptar
la marginación, en un tiempo en que sus maestros Ortega y Lafora
estaban exiliados, y la familia de su esposa – los Sanchez Román –
fuertemente republicanos, estaban igualmente mal considerados.
En 1946, Ibarrola encargó a Germain la transformación de la
revista del Instituto Psicotecnia, en una más acorde con las
necesidades y los usos de la comunidad científica. En la nueva tarea,
que asumió con gusto, contó con el asesoramiento de Ortega. Una
carta de Germain a Ortega, de 14 de marzo de 1946, nos da pistas
suficientes:
“He sido solicitado por mi sucesor en el Instituto para que, en
vista del mal rumbo que lleva el centro y el fracaso de la revista que
han editado, le proporcione un proyecto de reforma y me encargue de
la publicación de la revista… Con miras todo ello a poner en marcha
el piso que quedó vacío en el Instituto al morir el padre Barbado y
donde se proyectaba un Instituto de Psicología… Yo me he dejado
llevar de los consejos y de mi ‘debilidad afectiva’ por mi Instituto, y
he planeado un proyecto de revista que le incluyo para obtener su
aprobación…” (Carpintero et al., 2000, 79).
Para la revista proyectada proponía uno de estos títulos:
“Revista Española de Psicología aplicada a la Medicina, Pedagogía e
Industria”, o bien “Revista española de Psicología General y
Psicología Aplicada” (Id. 81). Es sabido que este segundo es el que,
con mínimos retoques, prosperó y se ha mantenido vivo hasta nuestros
días.
Ortega no figuró en ninguna de las secciones de la nueva
publicación, pero desde el comienzo colaboraron personas de su
círculo inmediato, como Julián Marías, JM. Sacristan, y Juan
Zaragüeta. Envió a Ortega el número 1 de la revista en marzo de 1947,
y antes lo presentó en el Instituto, a sus antiguos colaboradores, con
éxito. Además, le dice a Ortega, por entonces en Lisboa, que a éstos
últimos “les ha satisfecho mucho la idea de la creación de una
Sociedad de Psicología” (Id., 86), cosa que sin embargo no llegaría a
ocurrir sino cinco años más tarde.
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Crecientemente fue cobrando de nuevo peso su figura. Al año
siguiente, en 1948, echó a andar el Departamento de Psicología
Experimental en el CSIC, con el importante apoyo del P. A. Gemelli,
OFM, gran figura de la psicología en Italia, quien influyó para que las
nuevas autoridades del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, aceptaran el nombre de Germain, poco recomendable dada
su vinculación a dos exiliados como Lafora y Ortega.
En el nuevo horizonte psicológico Germain estuvo
fuertemente orientado hacia el mundo de la psicología aplicada.
Consiguió que se le encargaran algunas tareas de consideración, como
la selección de los pilotos de Iberia, o la creación de tests que
permitieran una buena discriminación de buenos y malos conductores
(Tortosa et al, 1989). Animó a sus colaboradores a realizar la
adaptación a población española de tests de utilidad profesional, y así
Yela trabajó con esmero la colección de tests de habilidades de
Thurstone, Pinillos incorporó una prueba de personalidad de Eysenck,
el EPI, y Secadas incorporó el PMA de Thurstone, adaptado como
AMPE, en español.
La psicología dio desde ese momento pasos decisivos:
creación de la Sociedad Española de Psicología, en 1952, y creación
de la Escuela de Psicología en la Universidad de Madrid, en 1953. Se
abría así la vía para una efectiva profesionalización del campo.
Germain puso muchos de los jalones que iban a permitir la
incorporación de la psicología a la universidad, pero él mismo se
quedó fuera del proceso. Sus discípulos y colaboradores – Yela,
Pinillos, Siguán, Secadas, Ubeda, Pertejo,- cumplirían esa tarea por él.
Supo compaginar la clínica psiquiátrica privada con los
trabajos del Instituto y su particular dedicación a la orientación
profesional y vocacional. Defendió en este campo la intervención
amplia, detallada, consistente en un proceso que atiende no sólo a las
habilidades y capacidades, sino sobre todo a las variables de
personalidad. No obstante, en las páginas de su autobiografía, escritas
en sus últimos años, es perceptible una añoranza por una mayor
dedicación a la investigación pura, a la que no pudo dedicarse, y que
sacrificó para realizar una gran obra de institucionalización de la
psicología entre nosotros.
Lo que sigue es bien conocido, y no requiere ahora más
precisiones. Es la llegada de la psicología a la universidad, y la
creación de la licenciatura especializada.
35
Maria Zambrano
En este repaso por la psicología malagueña, sólo de modo
muy forzado podemos tratar de incluir este nombre en nuestro campo
de trabajo. Maria Zambrano, nacida en 1904 en Velez Málaga, y al
cabo convertida en filósofa y discípula más o menos heterodoxa de
Ortega, ha cultivado el ensayo, la poesía, y la filosofía; ha escrito
páginas notables sobre la cultura española, el arte, el misterio del
hombre, el sentido de la trascendencia; pero sólo ha hecho referencias
a los temas psicológicos yendo de camino hacia otros problemas, y
otras inquietudes.
Desde su juventud, influída posiblemente por el ejemplo de su
padre, mantuvo una decidida posición progresista y afín al Partido
Socialista. Precisamente desde ese ángulo surgieron sus primeras
críticas hacia su maestro Ortega, con ocasión del final de la dictadura
de Primo de Rivera y en unas cartas que han sido publicadas hace
algunos años (Zambrano, 1991), le instó a una enérgica posición de
repulsa frente a la monarquía de Alfonso XIII, que tal vez animaron al
maestro a dar el famoso paso representado por su artículo “El error
Berenguer”, de 1930, que incluye en su final su frase famosa de
“Delenda est monarchia”.
La guerra civil llevó a la joven filósofa al exilio, primero a
Latinoamerica, donde permaneció hasta 1953, momento en que se
trasladó a Europa, y sólo en 1983 regresaría a España, donde murió en
1991, habiendo dejado tras sí una amplia estela de discípulos y
lectores.
Tal vez es ocasión de recordar aquí algunas palabras suyas
relativas a su entorno natal que cobran en este momento toda su
fuerza: “De Velez Malaga me marché a los cuatro años llevando
indelebles recuerdos… En el patio de mi casa, calle del Mendrugo n.
8, yo aprendi a ‘viajar’ desde el suelo hasta el hombro de mi padre…
Y aquel pozo al que me caí y aquel agua profunda, clara y misteriosa,
creo que han inspirado a lo largo de mi ya larga vida muchos de mis
escritos y aun de mis ideales” (De una carta a alumnos de 6º del
Colegio Publ. Andalucia, Fund. M. Zambrano).
Hay, en su obra, un conjunto de ideas antropológicas que
poseen amplias resonancias psicológicas; de eso, no cabe ninguna
duda. Formada en la proximidad del pensamiento de la razón histórica
de Ortega, hay en ella un marcado interés por situar al hombre en el
contexto de una evolución cultural, en la que la etapa racional es el
término de un devenir que ha empezado en unos niveles menos
conscientes, y más imbricados en la fuerza de lo numinoso, en el
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mundo de los dioses. Cabría incluso establecer un lejano paralelismo
entre la ley de los tres estadios de Comte (estados teológico,
metafísico y positivo) y otra triada de estadios mencionados por
nuestra filósofa, que incluiría una etapa de vida en el mundo de los
dioses – el mundo de los primitivos -, un estado filosófico, de
emergencia de la razón, la libertad y el individualismo, y un último
estadio, en que a la razón teorica vendría a suceder la “razón poética”,
que recupera el mundo de lo estable, lo onírico, y la trascendencia de
la temporalidad.
Para ella, la aparición de la conciencia será resultado y a la
vez ocasión de un desdoblamiento, de un desgarramiento, que
introduce la dualidad en la existencia, un “desgajamiento del alma”
(Zambrano, 1955, 35: VVAA, 1983, 86).
Ante la realidad, por la vía de la admiración, el hombre se
extraña de lo que le rodea; unos parten desde las apariencias en
búsqueda del ser oculto – los filosofos; otros, “que se admiraron de las
cosas y no quisieron desprenderse de ellas para ir a la caza del ser
oculto fueron poetas” (Zambrano, 2009,221), dedicados a “ahondar
sin renunciar a nada” (Ibid.): va a “encontrar el número, peso y
medida de lo que todavía no lo tiene… es padecimiento,… es
creación” (Id., 245). Busca conciliar concreción y universalidad. Ahí
trabaja la atención: “La atención fija, alza una barrera provista… de
conceptos, juicios, y bajo y sobre ellos de un espacio-tiempo
establecido, permanentemente válido” (VVAA, 1983, 89).
Cuando el sujeto consciente se entrega al trabajo de la razón,
busca lograr la estabilidad y la permanencia que representa y
ejemplifica la idea del ‘ser’. El modelo de esa cuasi eternidad es el
sueño. “Al ser mirados los sueños desde su forma… se descubre la
atemporalidad como su a priori, que los separa del estado de vigilia”
(Zambrano, 2009, 446). Y desde esa atemporalidad, dirá, late un
movimiento íntimo del sujeto, que vive en una “tensión hacia una
finalidad” (Id., 442), que puede tanto conducir a ‘descubrirse’ o
‘enmascararse’, a través de la palabra, que conduce a la autenticidad
en unos casos, y en los otros, a la falsificación. En ciertos sueños,
como en las pesadillas, finamente analizadas, supone que lo que allí
pesa es el propio corazón, la propia subjetividad, “nuestro propio yo y
que en sueños aparece revestido, enmascarado, cargado de reproches
hasta causar pesar” (Id., 411).
Bastan estas pinceladas para ver la fuerte presencia de todo el
pensamiento dinamico freudiano, e incluso del pensamiento
psicopatológico en una obra que hunde sus raíces en el pensamiento
de Ortega y en el de Unamuno. Su ‘razón poética’ a esta luz, aparece
37
como un esfuerzo de integración entre la razón orteguiana y el
sentimiento poético agónico unamuniano. Su exploración sobre el
‘idiota’, (“no transita… el idiota, aunque vaya y venga, no retrocede ni
avanza, no va a ninguna parte,… Está en todas partes de la misma
manera, sin intención; se mueve sin causa y sin finalidad. Y nada le
turba ni altera” (Zambrano, 2002, 221) revela, por contraposición, los
principales caracteres de la vida humana - emocional, propositiva,
convivencial, proyectiva… -. En toda esa penetración por la intimidad
humana los conceptos psicológicos conservan su presencia, si bien
desprovistos de última pretensión científica. El talante poético que
domina esta obra envuelve todos sus pensamientos, y absorbe
cualquier otra forma de conocimiento logrado por los hombres.
Una adenda de justicia
Un repaso como el aquí realizado no aspira a ser exhaustivo.
Pero tampoco puede cerrarse sin dedicar un recuerdo a algunos otros
nombres que, vinculados a Malaga, estuvieron también vinculados a
los temas de la psicología en los mismos tiempos que los ya
mencionados.
Me refiero a las figuras del psiquiatra Miguel Prados Such, y
del catedrático de filosofía Antonio Alvarez de Linera.
Prados Such (Malaga, 1894-Madrid 1969), hermano del muy
conocido poeta Emilio Prados, fue psiquiatra, y trabajó en en
neurología en el Instituto Cajal, aunque también estuvo interesado por
el psicoanálisis. Exiliado tras la guerra civil a Canadá, fue profesor allí
en la universidad e McGill, y promovió la creación de un círculo
psicoanalítico, que vino al cabo a ser el núcleo originario de la
Sociedad Canadiense de Psicoanalisis (1952). Regresó a España en
1960. Publicó numerosos trabajos; entre otros, recordemos su pequeño
libro sobre El dolor de cabeza (1932), minucioso análisis de sus
variedades y posibles causas.
Por su parte, Alvarez de Linera, (Malaga, 1888 – Madrid
1961) fue profesor de filosofía de enseñanza media en numerosos
institutos, desde 1913 en adelante, y terminó como catedrático en el
Instituto Cardenal Cisneros de Madrid. Tuvo una notable dedicación a
los temas de la psicología, y publicó en diversas revistas, incluída la
RPGA. De sus primeros años es un estudio o memoria sobre la
conversión de los procesos psíquicos en inconscientes, que presentó a
un concurso de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y
que, junto con otros más, ésta publicó en 1920. Allí mantiene la tesis
de que los procesos que tienen como efecto la transformación en
38
inconscientes de los procesos conscientes son la continuidad del
fenómeno y el hábito. En sus páginas, no llega a vislumbrarse las
recientes ideas del inconsciente dinámico de la psicopatología, que
Freud o Janet ya habían difundido por el mundo europeo. También
participó activamente en la Sociedad Española de Filosofia, durante
los años 1940s, y publicó algún notable trabajo sobre la figura del
famoso intelectual católico inglés, el Cardenal Newman. También le
atrajeron los procesos paranormales, y sin duda todo ello alejó su
figura de la línea principal de la psicología científica.
*
En suma, una serie de azares han venido a presentarnos
reunidos unos cuantos nombres, todos ligados de una manera u otra al
mundo malagueño, aunque, como hemos visto, luego la vida ha ido
estableciendo una fina malla de relaciones que ha intensificado en
algunos casos su proximidad y conexión. En cierto modo, los
magisterios de Giner y de Ortega vinieron a crear un espacio cultural
común, en que los otros nombres han podido hallar acomodo.
No sólo parecen contar las relaciones o contactos ocasionales.
Por encima o por debajo de tales nexos, se extiende un elemento
básico que los agrupa y relaciona. Me refiero al reconocimiento, que
en todos ellos aparece, de la persona como valor supremo, así como la
integración que en ella se da de una universalidad racional junto a una
individualidad que introduce los perfiles diferenciales propios de cada
cual.
Todos, además, han vivido con mayor o menor intensidad el
drama de un país que, en el siglo pasado, hubo de experimentar
primero el enorme cambio transformador de la modernización y la
europeización, para verse luego abocado al drama critico de la
convivencia fracturada, y la tragedia de la guerra civil, señal
manifiesta del fracaso de la regeneración precedente. Y todos los
supervivientes a este último suceso se vieron luego forzados a
reintentar, a una nueva altitud de la historia, el proceso de
reconstrucción de una sociedad, proceso en que alguna parte ha
cabido, explícita o implícitamente, a la psicología.
La variedad de inspiraciones, la pluralidad de los puntos de
vista, no empaña el común espíritu de interés por los problemas
humanos, y la conciencia de que en las técnicas y los conceptos
psicológicos se hallan medios de vario calado pero en general de
utilidad para el abordaje de los problemas sociales.
Creo que en este caso, de nuevo la historia de nuestro pasado
cumple una función de recuperación de nuestra memoria colectiva, y
39
de aclaración de nuestra trayectoria como comunidad científica y
profesional.
Referencias bibliográficas
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psíquicos
conscientes
en
procesos
inconscientes.
Consecuencias que de este hecho se derivan. Madrid: Real
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41
42
ALFRED BINET (1857-1911): CENTENARIO DE SU MUERTE
43
44
La réception des travaux d’Alfred Binet en France au début du
20e siècle
Jacqueline Carroy
Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Centre Alexandre
Koyré d’histoire des sciences et des techniques (Paris).
En France, au cours du 19e siècle, l’idée qu’il existe une
psychologie scientifique autonome par rapport à la philosophie, mais
aussi par rapport à la médecine, s’est accréditée. Elle a été
institutionnalisée par la création en 1887 d’une chaire de
« psychologie expérimentale et comparée » au Collège de France, une
institution académique prestigieuse occupée par Théodule Ribot en
1888, puis par Pierre Janet en 1902, qui y est élu contre Binet. Le
psychologue français légitime est alors ancien élève de l’Ecole
normale supérieure, une institution de formation française elle aussi
prestigieuse, et philosophe, comme Ribot. Ou, mieux encore, ce
psychologue légitime est de plus médecin, comme Janet, qui cumule
les trois titres. Corrélativement, la psychologie pathologique et la
méthode des cas prédominent et le psychologue français « par
excellence » est alors Pierre Janet. Jusqu’en 1947, date à laquelle est
créé à Paris un premier cursus spécialisé en psychologie, cette
situation perdure.
Il y a cependant en France aussi des personnages qui se
revendiquent et qui sont reconnus comme psychologues, tout en étant
pourvus de formations académiques différentes. Ainsi le magistrat
Gabriel Tarde s’illustre comme spécialiste de « l’interpsychologie » et
finit par obtenir une chaire au Collège de France en 1900. Les
psychologues de ce type, parfois très connus, apparaissent cependant
comme des outsiders ou des amateurs par rapport à la voie royale
française associant une formation de philosophe et de médecin. C’est
dans ce contexte que l’on peut comprendre la situation paradoxale
d’Alfred Binet en France.
Binet a au départ une formation en droit, il n’est pas médecin et
il obtient une thèse de physiologie sur le tard. Il se fait connaître en
multipliant les publications sur des thèmes divers et dans des lieux
d’édition qui ne sont pas toujours académiques. Ses recherches portent
sur l’hypnose et l’hystérie au départ, puis le fétichisme et les
perversions sexuelles, les doubles personnalités, les joueurs d’échecs,
les calculateurs prodiges et les prestidigitateurs, les acteurs et les
dramaturges, les enfants et les écoliers, la métaphysique, les peintres,
les aliénés. Il devient enfin auteur de théâtre à la fin de sa vie.
45
Il dispose d’un début de reconnaissance institutionnelle en
devenant le représentant de la psychologie expérimentale française en
1894, car il prend la direction du laboratoire de psychologie
physiologique de la Sorbonne et il fonde avec Henry Beaunis la revue
L’année psychologique, destinée à publier les travaux du laboratoire.
Mais comme il ne peut, à l’exemple de Wundt à Leipzig, y délivrer
des diplômes, son laboratoire n’est que visité sporadiquement par des
étudiants étrangers, lesquels préfèrent ensuite aller faire du tourisme à
Paris, ainsi qu’il le dit lui-même dans une de ses lettres. Binet doit se
tourner vers la recherche d’autres sujets disponibles que des étudiants
pour des enquêtes et des expériences.
Binet obtient en 1905 la fondation d’un laboratoire dans une
école parisienne au sein duquel il peut faire des recherches sur des
écoliers. Son investissement dans la psychologie de l’enfant se fonde
certainement sur un intérêt personnel réel, mais il est aussi dicté par
une quête de reconnaissance et d’utilité sociale. L’élaboration du test
qui le rendra rétrospectivement célèbre et éclipsera le reste de son
œuvre participe de cette quête. Mais on ne doit pas oublier qu’au
même moment Binet consacre avec Théodore Simon de très longs
articles à la psychologie des malades mentaux, qui occupent plus de
500 pages dans L’année psychologique ! Sans doute aurait-il été luimême étonné de voir que c’est son test, passé inaperçu en 1905, qui
l’a rendu célèbre. C’est la reconnaissance internationale venue des
Etats-Unis qui assurera à ce test une renom posthume.
Binet n'est pas, comme Tarde, un homme de réseaux et de
sociabilités scientifiques qui pourrait compenser son statut d’outsider
éclectique et polygraphe en séduisant ses contemporains. Il n’enseigne
pas, a horreur de parler en public et ne participe pas aux colloques et
aux congrès. Il est donc une cible assez facile pour différentes attaques
contradictoires. Binet est par exemple caricaturé dans une pièce de
théâtre à succès de François de Curel comme un hypnotiseur et un
« rat de laboratoire » aux vues limitées. Il est très critiqué et moqué
dans une correspondance inédite de Ribot Henri Piéron datant du
début du 20e siècle que Régine Plas et moi avons rééditée. Ribot lui
reproche en effet son amateurisme et la dispersion de ses recherches.
Il désapprouve la ligne éditoriale, non scientifique à ses yeux, donnée
par Binet à L’année psychologique. Celui-ci y donne la vedette par
exemple à des travaux de psychologie de l’art, au détriment de
recherches plus austères de psychologie expérimentale ou de
psychologie physiologique, sans doute pour assurer un plus large
public à sa revue, qu’il doit parfois financer pour partie
personnellement. Dans une perspective opposée, un philosophe
46
influent de l’époque, Frédéric Rauh, lorsqu’il critique la psychologie
scientifique française, prend Binet pour bouc émissaire. Il fait rire des
prétentions scientifiques de la psychologie de l’art de Binet. Les
sarcasmes de Frédéric Rauh embarrasseront ensuite son élève, le
psychologue de l’enfant Henri Wallon, qui cherchera à en minimiser
la portée, car il voudra donner à Binet un statut de « père fondateur ».
Dans cette communication, je mettrai l’accent sur ces textes français
peu connus des spécialistes de Binet, qui me semblent capitaux pour
comprendre la réception contrastée de ses travaux.
L’héritage scientifique de Binet ne s’est pas perpétué au sein
des institutions qu’il dirigeait. C’est en effet le psychologue et
physiologiste Henri Piéron, soutenu officieusement par Ribot, qui lui
succède à la tête du laboratoire de la Sorbonne et de L’année
psychologique et qui leur donne une orientation scientifique très
différente, voire opposée.
En conclusion il est incontestable que Binet, à son époque, est
un personnage connu, peut-être plus hors de France qu’en France.
Mais son statut institutionnel fragile et la « dispersion » de son œuvre
en font, dans son pays, un personnage contesté. On pourrait lui
appliquer, entre 1900 et 1911, le proverbe français, dont je suppose
qu’il y a un équivalent en Espagnol : nul n’est prophète en son pays.
Ce tableau un peu pessimiste de la réception de l’œuvre de Binet en
France peut cependant se retourner. On peut voir actuellement dans la
« dispersion » de son œuvre une richesse à redécouvrir ou à découvrir.
C’est ce que s’emploie à montrer l’historiographie contemporaine qui
a diversifié et renouvelé, ces dernières années, l’image que nous
pouvions avoir de ce psychologue et qui l’a, finalement, rendue plus
intéressante et, par certains côtés, plus moderne.
47
Los experimentos de Binet con sujetos hipnóticos y su influencia
en la medida de la inteligencia
José María Gondra
Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea
[email protected]
Palabras clave: Alucinación, Hipnosis, Sugestión, Transferencia
La prueba número 13 de la primera versión de la Escala de
Binet y Simon intenta medir la sugestionabilidad. Los autores la
incluyen en la escala de la inteligencia porque la sugestión produce
efectos parecidos a las manifestaciones naturales de la debilidad
mental, a pesar de no medir directamente la inteligencia. Este curioso
y temprano interés por la sugestión guarda una relación directa con las
investigaciones de Binet en el Hospital de la Salpêtrière de París,
donde trabajó durante el período 1882- 1890 y tuvo un conocimiento
de primera mano de las investigaciones de Charcot sobre la histeria y
la hipnosis.
Allí tuvo la oportunidad de observar cómo los fenómenos de
disociación de la personalidad y la amnesia post-hipnótica quedaban
al margen de las cadenas asociativas y remitían a los procesos
motivacionales del inconsciente. Además defendió con entusiasmo la
teoría de Charcot sobre los efectos neuromusculares de la hipnosis en
su afán de buscar índices objetivos del proceso, lo que le llevó a un
agrio enfrentamiento con Bernheim y la Escuela de Nancy.
En la presente comunicación analizamos los trabajos que
realizó con
Charles Féré sobre las alucinaciones en sujetos
hipnotizados y sobre la transferencia de los síntomas por efecto de los
imanes, realizados con una muestra reducida de pacientes que
presentaban los síntomas de la “Gran Histeria” de Charcot.
Las investigaciones sobre las alucinaciones demostraron la
existencia de una relación directa entre la excitación de los centros
sensoriales y la alucinación. Uno de los sujetos alucina una imagen,
supongamos un retrato, cuando le presentan un papel blanco. Mira el
papel con una lupa y el retrato se agranda. Se inclina la lupa y el
retrato se deforma, etc. Los cambios operados en los estímulos se
transmiten automáticamente a las imágenes alucinadas.
Los experimentos sobre los efectos de los imanes en los
sujetos en estado letárgico o cataléptico estaban relacionados con la
metaloterapia, una técnica terapéutica de la época. El traslado del
imán de una parte del cuerpo a otra parte producía la transferencia del
48
síntoma. Si la paciente es insensible a la mitad derecha del cuerpo, la
anestesia se transfiere a la mitad izquierda. Lo mismo ocurría con las
parálisis, sensaciones visuales, auditivas y táctiles y las emociones.
Una cruz roja sobre un papel blanco se transforma en verde, la
tristeza en alegría, el miedo en amor, etc.
Binet y Féré atribuyeron el fenómeno al magnetismo de los
imanes y creyeron haber encontrado un método para identificar las
emociones complementarias.
Delboeuf no pudo replicar los experimentos con un control
más estricto de las variables y atribuyó el transfer a la sugestión de
los investigadores que comentaban lo que debían hacer las pacientes
creyendo que éstos no les oían. Puesto en evidencia ante la comunidad
científica, Binet reconoció el fallo de no haber tenido en cuenta la
influencia ejercida por el hipnotizador con sus palabras, gestos,
actitudes o incluso silencios, y a partir de ese momento convirtió a la
sugestión en uno de los temas de investigación preferidos.
Pero la experiencia clínica de la Salpêtrière sirvió para
familiarizarle con el método clínico basado en la observación del caso
individual y le llevó a reconocer la complejidad de la personalidad y
su influencia en la inteligencia, que no podía reducirse a un simple
número. La escala de la inteligencia no era tanto un instrumento de
precisión cuanto un método para clasificar a los niños de acuerdo con
el juicio que mostraban en sus ejecuciones.
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University of Cambridge Press.
49
The Binetian developmental explanation of optical illusions
Lucia Monacis
Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia)
[email protected]
Key words: Optical illusions, Müller-Lyer illusion, Nativist/empiric
controversy.
In 1894, in the first issue of “L’Année Psychologique”, Alfred
Binet reviewed an essay published in the same year on the quantitative
determination of the Müller-Lyer illusion. The author, H. W. Knox,
who worked at the Laboratory of Psychology at Cornell University,
had tried to measure the visual error in comparing the length of two
stylized arrows with the method of choice. The data obtained allowed
him to divide the judgements expressed by the experimental subjects
into five different types: 1. evaluation of the distance between the
‘tail’ ends of the two lines and their mid-point corresponding to the
point which separated the white line from the dotted one; 2. mental
overlapping of the lines; 3. comparison between the lines done with
eye movements; 4. mental division of the whole line into two equal
parts; 5. comparison of a line done with the memory of the image of
the second line.
Binet described Knox’s work as “very curious”, on account of
its use of a “general method of measure”. In fact, though, Binet
himself had carried out investigations into optical illusions using
Knox’s method.
The current paper proposes an analysis of this particular
interest of Binet’s, which has not been studied in any great depth in
the historiographical context, even though it is key to understanding
his whole epistemological background.
The starting point of Binet’s observations was the research he
conducted in 1890 on children’s perception of length and numbers.
During a suggestibility test he happened to note that the children aged
5 answered differently from adults when they were asked to compare
two lines. Later, in 1894, dealing with the mechanism underlying the
onset of the Müller-Lyer illusion, he carried out experiments with
subjects who were submitted one at a time to the vision of the figure
for ten minutes. The emerging data showed that: 1. the degree of the
illusion was due to the absolute depth of the lines; 2. the younger
children were more sensitive to illusion. The apparent difference
between the lines was attributed to the eye movements, which in
50
following the lines were made easier when the shorter line segments
(the “fins”) opened outwards: acquiring a drive, the movements
continued to go over the ends of the line. In the case of the other line
with the segments addressed inwards, the eye movements had no
drive: being hampered, they suddenly changed direction.
Binet’s explanation had a long history and the controversy
surrounding it not only involved the scientists of the 19th and of the
20th centuries but continues to this day. The controversy concerned
precisely the nativist or empiric formulations of the theories on optical
illusions. In order to defend his intellective-developmental
perspective, Binet came up with a double solution: these particular
phenomena had to be divided into inborn illusions, i.e. those illusions
which had an extremely primitive effect and decreased in parallel with
age thanks to the corrective action of experience, and acquired
illusions, which arose from the contrast between the anticipating
actions of the subject and the immediate sensory data. Reviewing this
division, Piaget would speak of primary and secondary illusions.
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chez quelques petits enfants. Revue philosophique, 30,
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Binet, A. (1894). H. W. Knox. Détermination quantitative d’une
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Binet, A. (1894). L’illusion d’optique de Müller-Lyer. L’Année
psychologique, 1, 328-331.
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Sinatra, M. (1996). La belle époque delle illusioni ottiche (pp.
181-185). Bari: Laterza.
51
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IN MEMORIAM MIQUEL SIGUÁN (1918-2010): HISTORIA
DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DEL LENGUAJE
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El placer cineinómano. Un análisis de la contemplación estética en
la obra de Miquel Siguan
Iván Sánchez Moreno
Universitat Oberta de Catalunya
[email protected]
Palabras clave: Psicología del arte, cine, mediación cultural,
contemplación estética
Por más que la censura cortara los besos, no bastaba para
impedir el deseo. Éste reaparece continuamente adoptando nuevas
formas, como demuestra el campo estético a lo largo de su historia. En
el acto contemplativo, donde la proyección del deseo se hace
manifiesto, el espectador experimenta un cambio cognitivo y un cierto
grado de afectación emocional, básicos ambos para la construcción de
un placer subjetivo –que se complementa con la perspectiva
sociológica del cine como producto de entretenimiento–.
El cine, que durante la postguerra española se convirtió en una
de las principales formas de evasión cultural, había recibido muy poca
atención por parte de la psicología del arte –exceptuando los estudios
de cariz experimental de Münsterberg y el acercamiento
fenomenológico de Bergson, entre otras escasas referencias–. Sin
embargo, Miquel Siguan insistió en el interés del cine para el ámbito
de la psicología, como prueban varios textos publicados tras su exilio
londinense.
Los citados escritos de Siguan (1948, 1956) abren un debate
sobre el rol pasivo o activo del sujeto en la contemplación estética, así
como analizan el poder de influencia psicológica que el cine puede
ejercer sobre su público, tanto a nivel individual como colectivo. En
su análisis de la tipología del “cine psicológico” –género hoy
conocido como thriller–, Siguan reconduce su discurso hacia una
crítica contra las interpretaciones morales que tanto la prensa como la
censura españolas practicaban sobre dicho arte. Estas películas, en
opinión de Siguan, contribuyeron a la familiarización del público con
las problemáticas de la psicología clínica y sus métodos
psicoterapéuticos –como también argumenta Gómez García (2006)–.
En una época en la que las ciencias sociales tendían a
menospreciar los gustos y la Weltanschauung de la pequeña burguesía
amparándose en un cientificismo con poso ideológico, Siguan
cuestiona el concepto de evasión como acto pasivo, que responde a un
prejuicio contra el consumo de los mass-media. En sus textos sobre
55
cine, y coincidiendo con varios estudios contemporáneos (citados por
Burgelin, 1974), Siguan remarca las tres funciones fundamentales de
la evasión de la experiencia contemplativa: una relajación de las
tensiones cotidianas, la estimulación de la imaginación, y una
alternativa de interacción sustitutiva. Esta última ofrece al espectador
no tanto una suplencia a la falta de contacto humano, sino el deseo de
un contacto sobre una base distinta de la rutinaria (verbigracia, una
realidad distinta mediante la ficción cinematográfica, la escucha
musical, la lectura poética, etc.).
Al respecto, la mirada de Siguan sobre el proceso de
identificación del aficionado al cine –o cineinómano– sugiere una
teoría del espectador y del placer contemplativo, entendiéndose el
primero como constructo artificial, producido y activado por el propio
aparato cinemático (Stam et al., 1999). Las “películas psicológicas”
analizadas por Siguan (1948) sirven al autor como ejemplos
mediadores de intersubjetividad. La experiencia contemplativa en el
cine desarrolla así un modelo que busca corresponder con el
posicionamiento del sujeto en una relación dinámica en que éste es
situado por el texto fílmico mientras se le convida a asumir una
participación identificatoria. Paradójicamente, “lo que mueve una
película, en definitiva, es el espectador, inmóvil enfrente de la
pantalla” (Stam et al., 1999: 181).
Nuestro trabajo pretende exponer las ideas de Siguan (1948,
1956) sobre la contemplación cinematográfica a través del análisis de
diversas películas a las que recurre en su estudio crítico,
contrastándolas con otras visiones contemporáneas procedentes de
áreas ajenas a la psicología académica y preocupadas sobre todo por
los mismos mecanismos de identificación, aunque desde un plano
negativo, tanto moral como patológico –el “código Hays”, la Legión
de la Decencia, etc. (Black, 1998, 1999)–
Referencias bibliográficas
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University Press.
Black, G. D. (1999). La cruzada contra el cine (1940-1975). Madrid:
Cambridge University Press.
Burgein, O. (1974). La comunicación de masas. Barcelona: ATE.
Gómez García, J. A. (2006). Una aproximación general al tratamiento
de la psicología en el cine. En García García, A. (ed.),
Psicología y cine: vidas cruzadas, pp. 319-345. Madrid:
UNED.
56
Siguan, M. (1948). Las películas “psicológicas”. Arbor, Revista
General de Investigación y Cultura, 25, Tomo IX, pp. 63-70.
Madrid: CSIC.
Siguan, M. (1956). El cine y el espectador. En El cine, el amor y otros
ensayos, pp. 9-54. Madrid: Editora Nacional.
Stam, R.; Burgoyne, R.; Flitterman-Lewis, S. (1999). Nuevos
conceptos de la teoría del cine. Estructuralismo, semiótica,
narratología, psicoanálisis, intertextualidad. Barcelona:
Paidós.
57
Miquel Siguán y el murmullo de la conciencia en Joyce y
Vygotsky
Fernando Gabucio Cerezo
Universidad de Barcelona
[email protected]
Palabras clave: Miquel Siguán, lenguaje interior, literatura.
En 1922, y tras considerables peripecias, James Joyce publicó
la novela Ulises. En 1934, poco después de la muerte de Lev
Vygotsky, se publicó su obra Pensamiento y lenguaje. En 1979
apareció la primera traducción al español del Ulises de Joyce, y un
poco antes, en 1977, se tradujo también por vez primera al español
Pensamiento y lenguaje (1934/1977). En 1985 Miquel Siguán publicó
un artículo titulado La expresión literaria del lenguaje interior. El
objetivo del mismo era claro: “No resulta difícil explicar las
características de la “palabra interior” tal como aparece en el Ulises
desde las ideas de Vygotsky sobre la interiorización del lenguaje…”
(1985, pp. 126). La tesis que ahí se defendía estaba formulada con una
notable prudencia. Siguán partía de la idea de que ambos trabajos, el
del escritor y el del psicólogo, muy probablemente se desconocían
entre sí. Desde luego, Joyce no podía haber tenido acceso a las ideas
de Vygotsky, que son posteriores. Pero seguramente Vygotsky
tampoco conocía la obra del escritor irlandés. El punto de partida de
Siguán era que “por los años en los que Vygotsky reflexionaba sobre
el lenguaje, en la producción literaria se iniciaba y pronto se
generalizaba el esfuerzo por traducir el lenguaje interior a lenguaje
externo y convertirlo en materia literaria” (op. cit. pp. 119). Y eso
ocurría antes de que el psicólogo ruso diera, en sentido contrario, por
establecida una de sus principales ideas teóricas, la del origen del
pensamiento verbal en el lenguaje público. Así que, concluía Siguán,
“poner en relación ambos hechos puede tener algún interés” (op. cit.
pp. 119), pero “la comparación entre sus ideas –por las de Vygotskyy la prácticas literaria de ciertos autores deberemos hacerla por nuestra
cuenta” (pp. 120). Y a eso se dedicaba su trabajo.
En la presente comunicación nos proponemos varias cosas. En
primer lugar, y como forma de homenaje, recordar la propuesta
interpretativa de Siguán para recordarle a él. De algún modo, el tema y
la tesis de aquel artículo retratan en una luz muy adecuada el perfil
amplio y versátil de sus intereses teóricos. Aquel trabajo, se puede
defender, estaba escrito desde un cómodo posicionamiento en el
58
puente que une las “dos culturas”, la humanístico-literaria y la
científica. Pero el foco de la comunicación no estará en intentar definir
un estilo intelectual a través de un solo trabajo Queremos también
repensar y reelaborar la tesis principal que elaboró, discutirla y, en lo
posible, afinarla, y relacionarla también con otras contribuciones cuya
temática tiene que ver precisamente con los “modos narrativos de
presentar la consciencia en la ficción” (para utilizar la expresión de
Dorrit Cohn, 1978). Aunque es posible que la “sugerencia” de Siguán
haya tenido un muy escaso o casi inexistente eco en el lado
psicológico de ese puente entre las dos culturas, parece que el interés
que la animaba y el fondo teórico desde el que surgía están teniendo
un vigoroso despertar en el marco de algunas recientes
aproximaciones cognitivas a la narrativa. Eso significaría que su
curiosidad y su interés se adelantaron a su tiempo, y que ese intento de
hablar a la vez de un producto cultural como es una novela y de un
fenómeno nítidamente psicológico como es el lenguaje interior
preludiaba nuevas temáticas de investigación aún por descubrir.
Referencias bibliográficas
Cohn, D. (1978). Transparent Minds. Narrative Modes for Presenting
Consciousness in Fiction. New Jersey: Princeton University
Press.
Joyce, J. (1922/1979). Ulises. Barcelona: Bruguera.
Siguán, M. (1985). La expresión literaria del lenguaje interior.
Anuario de Psicología, núm. 33(2), 118-128 (reproducido
también en Siguán, M. (1986). La expresión literaria del
lenguaje interior. En M. Siguán (coord.), Estudios de
psicolingüística, Madrid, Pirámide).
Vygotsky, L. S. (1934/1977). Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires:
La Pléyade.
59
El tema del amor en un psicólogo de posguerra: los primeros
intereses intelectuales de Miguel Siguán i Soler (1918-2010)
Mònica Balltondre Pla
Universidad Autónoma de Barcelona
[email protected]
Palabras clave: Miguel Siguán, psicología del amor, psicología en
España.
Miguel Siguán i Soler (1918-2010), reputado como lingüista y
figura a quien debemos, en muy buena medida, la institucionalización
de la psicología en Barcelona, fue también un apasionado por la
historia medieval, según confesión propia (Royo, 1989). Su tesis
doctoral también así lo prueba, pues se doctoró con un estudio
histórico sobre el amor en la mística medieval. En concreto, sobre las
teorías del amor de los cistercienses y en la propuesta mística de
Bernardo de Claraval (1090-1153); tesis que la Abadía de Poblet le
publicó en forma de libro muchos años más tarde (Siguán, 1992).
En esta comunicación queremos presentar tanto su tesis como
los artículos que a raíz de ella fue publicando sobre el amor y el
matrimonio a mediados de los años cincuenta, antes de que su
trayectoria intelectual tomara el giro de la especialización psicológica.
La inquietud principal que guió estos trabajos suyos de
juventud parece ser la pregunta de por qué en Occidente el tema del
amor, sobre todo del amor en las relaciones interpersonales, fue más
importante y estructurador que en cualquier otra cultura. Para Siguán,
las raíces que lo podían explicar estaban en el cristianismo. En
especial, en la exaltada construcción que el medievo occidental hizo
del amor en la mística y en el amor cortés. Según él, fue el
cristianismo medieval, apoyado sobre la tradición griega, el que puso
el amor en el centro de la vida del ser humano y enseñó a esperar de
este sentimiento, el acceso a la suprema realidad (Siguán, 1956).
Siguán sabía que tales sistematizaciones del amor
comportaban también ciertas consideraciones teóricas sobre la
naturaleza humana (Siguán, 1949). Buscó estas raíces dentro del
cristianismo medieval, pero también se acercó a ellas y en
consecuencia, a la comprensión del ser, con un posicionamiento
comprometido con cierto espiritualismo cristiano. Para Siguán, el ser
humano sólo se podía realizar plenamente en el amor. Dando amor, de
hecho.
60
Ciertamente, defendió estas tesis como historiador, pero en su
sentir de psicólogo sospechó que había una constante que sólo podía
explicarse desde la investigación de las estructuras íntimas del ser
humano (Siguán, 1945). A lo que, a su entender, justificaba a la
antropología y a la psicología como ciencias con derecho propio; y
defendía esta última como ciencia de la conciencia (Siguán, 1984).
Además, Siguán usó parte del equipaje que adquirió en su
tesis para hablar del matrimonio, criticando algunos de los manuales
de psicología moderna de su actualidad por apelar demasiado al
matrimonio como deber moral conyugal, y olvidar el sentido
teocéntrico que, según él, debía tener ese compromiso.
De la apologética amorosa centrada en lo interpersonal, propia
de Occidente, señaló, no sólo lo que le parecía éticamente admirable
en la construcción de nuestra subjetividad amorosa, sino también las
consecuencias negativas que ello comportaba; por ejemplo, en la
frustración continua del individuo por pedir a otra criatura lo que sólo
una realidad absoluta podía dar.
Sobre sus teorías del amor y sobre esta concepción cristiana
del ser basada en el amor queremos centrar la comunicación, y
asimismo, indagar qué condiciones personales y contextuales hicieron
que sus intereses académicos mudaran del campo de la historia de la
filosofía hacia la psicología aplicada al mundo del trabajo, y después a
la educación y a la lingüística. Aportando con ello, colateralmente,
cuales fueron las condiciones universitarias de los inicios de la
psicología académica en España.
Referencias bibliográficas
Royo, J. (1989). Entrevista amb el Dr. Miquel Siguán, per J. Royo,
psicòleg. Barcelona: Col.legi Oficial de Psicòlegs de
Catalunya. Hay trad. cast. en: Miguel Siguán Entrevista,
Papeles del Psicólogo, 50, 1991. Disponible en:
http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=503#ini
cio [recuperado el 7/2/2011].
Siguán, M. (1945). Amor y occidente, Revista de filosofía, 4 (12),
191-195.
Siguán, M. (1949). El tema del amor y algunos libros recientes,
Revista de filosofía, 7 (29), 279-314.
Siguán, M. (1956). El cine, el amor y otros ensayos. Madrid: Editora
Nacional.
Siguan, M. (1984). De mi vida como psicólogo, Revista de Historia de
la Psicología, 5 (3), 5-36.
61
Siguán, M. (1992). La Psicología del amor en los cistercienses del
siglo XII. Abadia de Poblet: Publicacions de l'Abadia de
Poblet.
62
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA EN ESPAÑA
63
64
El psicólogo de prisiones (1979-2009). Treinta años de trabajo
desde el anonimato.
Francisco Pérez Fernández, Joanne Mampaso Desbrow y Nereida
Bueno Guerra.
Universidad Camilo José Cela
[email protected]
Palabras clave: Psicología penitenciaria, legislación, evolución
histórica, prisión; Rehabilitación.
Como ya se ha establecido en otros trabajos precedentes (De
Nicolás, 1995; Sos, 1999, Pérez, 2006), el reconocimiento profesional
de la figura del psicólogo jurídico en España vino, en un primer
momento, de la mano de la Ley Orgánica General Penitenciaria de
1979, sustanciada posteriormente en el Real Decreto 1201/1981, de 8
de mayo, que definía su inclusión y su papel en las juntas y equipos
para la evaluación y rehabilitación de los penados (Urra y Romero,
2006).
Largo ha sido, desde entonces, el debate en torno a la
eficiencia y función de las cárceles como organismos “rehabilitadores
e integradores” (Yela, 1999), pero tras él subyace, en buena medida,
cuando se trata de determinar la relevancia del psicólogo en las
mismas, una falta de información pública e incluso científica y
académica. Idea apoyada, además, desde otras publicaciones que
analizan el devenir de este fenómeno en las décadas de 1980 y 1990 e
identifican qué factores se han considerado en la formación del
psicólogo jurídico en los planes de estudios conducentes a la titulación
de Psicología (Alfaro, Real, Tortosa y Jölluskin, 2004).
El psicólogo penitenciario, pese a ser en su día la punta de
lanza del avance social e institucional de la ciencia psicológica en
España, se encuentra sumido en el anonimato y, tal vez, en un relativo
olvido incluso dentro del colectivo de los propios psicólogos. Quizá,
aventuramos, la politización excesiva aunque tal vez inevitable del
ámbito penitenciario, así como la perpetua falta de recursos que estos
profesionales sufren a diario, sean elementos que hayan contribuido,
principalmente, a la generación de polémicas a menudo estériles,
aunque de largo alcance social (Miranda, 2002). Controversias que no
solo exceden el campo de actuación del psicólogo penitenciario –u
otros profesionales afines- sino que, además, han terminado por ser
instrumentalizadas desde diferentes sectores para cuestionar
interesadamente tanto trabajo del psicólogo y sus aportaciones, como
65
la propia finalidad jurídica y la eficacia práctica del propio sistema
penitenciario y su filosofía de partida.
Un problema, este del anonimato del técnico penitenciario, al
que también han contribuido de forma decisiva otros elementos como,
por una parte, los propios de su ocupación profesional –que impiden la
difusión de contenidos sensibles y obligan muy a menudo al silencioy, por otra, la indefinición en la que se han movido los diferentes
ámbitos de la psicología forense en general, cuyos límites se muestran
a menudo imprecisos e indiscernibles, ya sea para el público lego, ya
para los medios de comunicación (Esbec, 2000).
Interesados por contribuir, de un lado, a la dignificación y al
reconocimiento del psicólogo penitenciario y, por otro, a la difusión
de sus capacidades, actuaciones y límites, procederemos a un análisis
por hitos históricos y políticos de las diferentes legislaciones y
circulares, así como de las modificaciones en el reglamento, que han
afectado, modulado y modificado la participación del psicólogo en
cárceles y otros centros de cumplimiento a partir de la aprobación de
la Ley Orgánica General Penitenciaria 1/1979. De este modo,
ofreceremos una panorámica histórica de su actividad, sus funciones,
su papel en el ámbito de la psicología jurídico-penitenciaria y el valor
de su aportación social a lo largo de los últimos treinta años. Parece
evidente afirmar que, bajo esta perspectiva de estudio, el psicólogo
jurídico se encuentra condicionado desde los puntos de vista
epistemológico, teórico y metodológico, a conocer, profundizar y
desarrollar el binomio conformado por las dos grandes disciplinas que
se cruzan en su ámbito de trabajo: La psicología y el derecho.
Sea como fuere, nuestra investigación establece que, sin
haberse producido grandes cambios legislativos en lo que a la figura y
funciones del psicólogo penitenciario se refiere a lo largo de los
últimos treinta años, sí se han generado nuevos puntos de vista y
diferencias a la hora de abordar un sinfín de elementos centrales de la
rehabilitación de los penados a considerar por parte de los legisladores
de cara a planteamientos.
Referencias bibliográficas
Alfaro, E., Real, S., Tortosa F. y Jölluskin, G. (2004). El desarrollo
académico de la psicología jurídica. Anuario de Psicología
Jurídica: 14, 99-114
Esbec R. E. (2000). Introducción a la Psicología Forense. Manual
Docente Máster de Psicología Clínica Legal y Forense (vol.
I). Madrid: U. Complutense de Madrid, España.
66
Miranda, Mª J. (2002). Cárceles, ¿para qué? Política y Sociedad, 39,
2, 377-397.
Pérez, F. (2006). Reconstrucción y cárcel: El desarrollo histórico
reciente de la psicología jurídica española. Revista de Historia
de la Psicología, 27 (2-3), 205-213.
Urra, J. y Romero, J. (2006). La psicología jurídica en España.
Infocop, 26, 4-11.
Yela, M. (1998). Psicología penitenciaria: Más allá de vigilar y
castigar. Papeles del Psicólogo, 70.
67
Aportaciones del pensamiento de Rof Carballo a la psicología
española: de la medicina psicosomática al concepto de urdimbre
afectiva
Consuelo Martínez Priego
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Rof Carballo, psicología, urdimbre afectiva, medicina
psicosomática, psicoanálisis.
Es bien sabido que la psicología española en el siglo XX se
desarrolla, en gran medida, gracias al trabajo de importantes médicos.
Entre ellos cabe destacar la figura de Juan Rof Carballo, médico
psicosomático, formado en la medicina interna y la anatomopatología;
si bien, descubre el psicoanálisis y los estudios de neuropsicología, así
como el pensamiento filosófico de Zubiri. Todo ello conformará el
sustrato en el que podrán forjarse los elementos nucleares de su
psicología, dentro de la cual ha de destacarse el concepto de
«urdimbre afectiva».
Conviene recordar su esmerada formación. Recibe el
magisterio de figuras como Juan Vicente Viqueira, Pi y Suñer, Mira y
López, Cuatrecasas Rumí, Novoa Santos, Jiménez Díaz, Pittaluga,
además de algunos de los mejores médicos de Europa Central. Entra
en contacto Ángel Garma, Matte Blanco, Xavier Zubiri, Pedro Laín
Entralgo y Gregorio Marañón.
La influencia de su extensa obra –628 títulos–, no tuvo un eco
proporcional debido a que nunca consiguió una cátedra universitaria.
Su magisterio se vio limitado a cursos y conferencias dentro y fuera de
España. Sin embargo, alguna de sus obras –como Patología
Psicosomática- conoció tres ediciones en sólo seis años y ha sido
durante largo tiempo una obra de referencia. Según Ortega es una
“obra catedralicia”.
La obra rofiana aborda temáticas pertenecientes a diversos
ámbitos epistemológicos –medicina interna, psicosomática,
antropología médica, pensamiento y otros-. Aquellos que tratan de
medicina psicosomática, antropología médica y pensamiento (256
obras), constituyen el 40,7% de su obra; y entre las categorías a las
que pertenecen dichos escritos –estudio bibliométrico «psicosomático» y «psicología», constituyen el 13,65% del total.
Estos son algunos de los datos que permiten afirmar que existe una
obra psicológica en Rof Carballo.
68
La característica fundamental del pensamiento rofiano, nacido
del descubrimiento de la perspectiva psicosomática, es la pluralidad de
planos epistemológicos armónicamente relacionados, conducentes
todos ellos a la delimitación de conceptos ligados a la comprensión de
la formación de la personalidad y sus patologías así como a la
explicitación de la naturaleza las relaciones interpersonales. Todo ello
tiene como núcleo el concepto de «urdimbre afectiva».
Los planos epistemológicos a los que hacemos referencia son
cuatro: (1) el descubrimiento de la perspectiva psicosomática –cuya
fundamentación tomará del pensamiento zubiriano–. (2) El plano
neuropsicológico –aportaciones relativas al cerebro interno de
MacLean o Papez– (3) el pensamiento psicoanalítico –Freud,
Newman, Ericson–. (4) los modernos descubrimientos de la biología –
el concepto de epigénesis o la prematureidad biológica del hombre- y
la etología –el troquelado-, entre otros.
Teniendo en cuenta que el mundo afectivo representa la
formalización superior, el del nivel del cerebro interno, del tono vital;
en cierto modo una jerarquización superior del sistema
neurovegetativo, en la articulación del mundo de los recuerdos, la
esfera de los sentidos, con la representación del esquema corporal, con
abrirse ante el individuo el mundo de las relaciones con sus
semejantes; y que el psicoanálisis ha permitido articular la relevancia
de los primeros años de la vida y la biografía personal; el concepto de
«urdimbre afectiva» puede describirse como: un trenzado de
influencias transaccionales que sirven para el constituido del hombre,
en la fase más temprana de su existencia; especial nexo entre la
invalidez y el amor diatrófico transaccionalmente enlazados,
condición del crecimiento armónico de la personalidad, estructura
radical de al existencia humana –dialógica–. Por medio de ella el
hombre modela su biología y adquiere una herencia que puede
denominarse «socio-genética», recapituladora de una dimensión de la
filogénesis, configurando también el mundo perceptivo. Es
simultáneamente nexo y condición para la liberación o existencia
autónoma del hombre. En virtud de la urdimbre, se desarrollan en el
hombre una suerte de «modificaciones persistentes» que vinculan
personalidad y cultura, personalidad y tradición.
La urdimbre posee unas funciones especiales –amparadora,
liberadora, ordenadora– en orden a la configuración de la
personalidad. Rof señala la existencia de tres urdimbres –constitutiva,
de orden, de identidad– que se van consolidando con el paso del
tiempo. Constituyen la propuesta evolutiva de Rof-.
69
La importancia de esta síntesis es clara, aunque puede verse
también si se pone en relación con conceptos como el de «apego»,
próximo al de urdimbre afectiva, puesto que puede verse enriquecido,
a nuestro juicio, situándolo en un ámbito de mayor amplitud
psicológica.
Referencias bibliográficas
Carpintero, H. (2004). Historia de la Psicología en España. Madrid:
Pirámide.
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Martínez López, F. (2008). Juan Rof Carballo y la medicina
psicosomática. Entre la teoría: J. Rof Carballo, y la praxis: A.
Fernández-Cruz. Madrid: Díaz de Santos.
Rof Carballo, J. (1949). Patología Psicosomática. Madrid: Paz
Montalvo.
Rof Carballo, J. (1952). Cerebro Interno y Mundo Emocional.
Barcelona: Labor.
Rof Carballo, J. (1961). Urdimbre afectiva y enfermedad.
Introducción a una Medicina Dialógica. Barcelona: Labor.
Rof Carballo, J. (1967). Violencia y Ternura. Madrid: Prensa
Española. Espasa-Calpe.
Rof Carballo, J. (1993). Autobiografía de mis ideas. Anthropos,
suplemento (38): 5-14.
Zubiri, X. (1963). El hombre, realidad personal. Revista de Occidente
(1): 5-29.
70
Una aproximación a los orígenes del pragmatismo jurídico en
España: la postura de Quintiliano Saldaña a propósito del
problema de la responsabilidad
Belén Jiménez Alonso
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Pragmatismo jurídico, responsabilidad, ética, derecho,
Saldaña.
El objetivo de este trabajo es rastrear algunas de las posibles
respuestas que algunos intelectuales de finales del siglo XIX y
principios del XX ofrecieron a la dificultad práctica de la atribución de
responsabilidad a un sujeto que, si bien debía ser entendido como el
origen de la acción moral, pertenecía al ámbito de la Naturaleza, es
decir, no era supuestamente “libre” (para una aproximación a esta
cuestión, ver Jiménez, 2010). Concretamente, se quiere explorar la
respuesta ligada al llamado “pragmatismo jurídico”, esto es, la postura
de diversos juristas positivistas que, inspirándose en el pragmatismo
de autores como el psicólogo norteamericano William James (18421910), afirmaría que debían superarse las estériles controversias sobre
el sujeto de derecho y la persona moral: bajo el pragmatismo, la
realidad jurídica debía entenderse como un conjunto de conceptos que
son verdaderos porque con su ayuda se puede llegar a proteger
socialmente situaciones que es legítimo proteger. Además, desde esta
perspectiva pragmática, se les podía exigir a los sujetos
responsabilidad porque estos debían –estaban obligados socialmente
a– comportarse como si fueran responsables de su acción; una postura
que necesariamente presuponía, entre otras cosas, una determinada
idea de “ciudadano” y/o sujeto responsable (Peset, 1968).
Así las cosas, lo que nos interesa en este trabajo es seguir la
pista de esta posición que en el contexto español fue abiertamente
planteada por el positivista Quintiliano Saldaña (1878-1938),
considerado uno de los autores más relevantes de la Historia del
Derecho y de la Criminología en España (Carpintero Capel, 1994;
García-Pablos, 1988; Serrano, 2007). En el mismo exploraremos la
posición de Saldaña (1923 y 1926) y rastrearemos el intercambio
intelectual entre éste y el francés León Duguit (1859-1928), uno de los
principales juristas adscritos al pragmatismo jurídico en Europa
(Leroux, 1922; Gilbert, 2008; Fernández, 2010). De hecho, este último
sería invitado por Saldaña a impartir un ciclo de conferencias en la
71
Universidad Central de Madrid en 1923 donde expresaría la idea de
que la postura pragmática o realista podría ser considerada la
superación del individualismo y el subjetivismo en la esfera del
Derecho (Duguit, 1924).
Referencias bibliográficas
Carpintero, H. (2006). Breve historia de la Psicología jurídica. En E.
Garrido, J. Masip y C. Herrero (eds.), Psicología jurídica.
Madrid: Pearson, pp. 43-75.
Duguit, L. (1924). El pragmatismo jurídico; conferencias recogidas y
traducidas por Agustín de Lázaro Álvarez, Santiago
Magariños Torres, Tomás Díaz García y Miguel López
Roberto y de Chavarri; con un estudio preliminar de
Quintiliano Saldaña. Madrid: [Vda. de A.G. Izquierdo].
Duguit, L. (1909/1920?). La transformación del Estado. Traducción,
seguida de un estudio sobre La nueva orientación del derecho
político por Adolfo Posada. 2ª ed. española, corr. y aum. con
un prefacio del autor. Madrid: Francisco Beltrán.
Fernández, T. R. (2010). León Duguit en España y en español. Revista
de Administración Pública, 183, Septiembre/Diciembre.
García-Pablos, A. (1988). Manual de Criminología. Introducción y
teorías de la criminalidad. Madrid: Espasa-Calpe.
Gilbert, S. (2008). Introducción al trabajo de L. Duguit. En Le
pragmatisme juridique. Conférences prononcées à Madrid,
Lisbonne & Coïmbre. Paris: Éditions La Mémoire du Droit.
Jiménez, B. (2010). La construcción psico-sociológica de la
“subjetividad marginal” en la España de finales del siglo XIX
y principios del XX. Tesis doctoral inédita.
Leroux, E. (1922). Le pragmatisme américain et anglais.Etude
historique et critique. Thèse pour le Doctorat ès Lettres... a
l'Université de Paris. Paris : Felix Alcau.
Peset, M. (1968). NOTAS para una interpretación de León Duguit
(1859-1928). Dimensión psicológica y sociológica de su obra
jurídica. Madrid: Instituto de Estudios Políticos.
Saldaña, Q. (1923). Teoría pragmática del Derecho penal: conferencia
pronunciada en la Universidad de Madrid por D. Quintiliano
Saldaña. Madrid: (Imp. Colonial).
Saldaña, Q. (1926). ¿Qué significa el pragmatismo jurídico? Boletín
del Colegio de abogados de Madrid, X, pp. 1-3.
Serrano, A. (2007). Historia de la Criminología en España. Madrid:
Dykinson.
72
El caso Jacint Verdaguer (1845-1902)
Virgilio Ibarz Serrat
Universidad Ramón Llull (Barcelona)
[email protected]
Palabras clave: Encantamientos, exorcismos, revelaciones, visiones.
Jacint Verdaguer y Santaló nació el 17 de mayo de 1845 en
Folgueroles (Girona). A los diez años inicia sus estudios en el
Seminario de Vic como alumno externo. En 1865 se presenta a los
Juegos Florales de Barcelona y consigue dos premios. Conoce a
Zorrilla, Núñez de Arce y al poeta provenzal Frédéric Mistral. En
1870 es ordenado sacerdote.
Verdaguer sufre a lo largo de su vida depresiones intensas.
Siente desfallecimiento físico y tiene fuertes neuralgias. Ingresa como
capellán en la compañía trasatlántica del marqués de Comillas. En
mayo de 1876 conceden un premio extraordinario a L'Atlàntida de
Verdaguer. Posteriormente se convierte en el capellán doméstico de
los marqueses de Comillas.
En la primavera de 1886 Verdaguer viaja a Tierra Santa. Al
regresar de Palestina muestra un desasosiego espiritual que es el
preludio de un cambio en su personalidad. Se dedica a la oración, al
ayuno y a la penitencia. En 1890 entra en contacto con un grupo de
exorcistas y videntes. Verdaguer asiste a las sesiones de exorcismos y
anota lo que allí sucede. No duda de la eficacia de los exorcismos y
cree en las visiones de los asistentes. El obispo le prohíbe la práctica
de exorcismos. En julio de 1895 recibe la suspensión A divinis y le son
retiradas las licencias eclesiásticas. Verdaguer escribe una carta a la
prensa pidiendo ayuda "a la gente honrada de Barcelona". Publica sus
artículos En defensa pròpia que hacen estallar el escándalo en toda su
virulencia.
El 6 de septiembre de 1895 aparece publicada en El Noticiero
Universal el informe del médico Pere Manaut y Taberner sobre el
deteriorado estado de salud mental de Verdaguer. Para Manaut,
Verdaguer sufre una "theomania", con delirio de persecución. Es una
opinión especulativa, ya que el médico no ha examinado al poeta.
Manaut se basa en el Tratado teórico-práctico de Freno-Patología de
Giné y Partagás. Para Giné, "la monomanía es una enfermedad
mental, en que el entendimiento está perturbado en un determinado
orden de ideas y de sentimientos, y permanece sano en otros".
Dependiendo de la manifestación de la perturbación en las facultades
73
intelectuales, afectivas, sensoriales o en los instintos, las monomanías
se dividen en intelectuales, afectivas o pasionales, sensoriales o
alucinatorias e instintivas o impulsivas. Las monomanías afectivas o
pasionales comprenden dos variedades: la monomanía religiosa o
theomania y la monomanía orgullosa. Publicado el artículo de
Manaut, El Noticiero Universal da por finalizada la polémica, ya que
considera que ha hablado un científico.
Como era de esperar la polémica no se cierra y El Diario del
Comercio responde atacando la credibilidad profesional de Manuat.
Verdaguer inicia el camino legal en defensa de su honor y buen
nombre con una demanda de conciliación para que se produzca la
oportuna rectificación. Pero no lo consigue y se inicia el proceso
judicial. En 1902 finalizará el proceso con la condena al poeta a pagar
las costas judiciales.
Sin embargo, ante el informe Manaut, los amigos progresistas
del poeta no permanecen en silencio. El 31 de octubre de 1895 aparece
en La Independencia Médica, dirigida por Giné y Partagás, un nuevo
estudio sobre "la situación morbosa de Verdaguer", que será conocido
posteriormente como el Dictamen Pericial o Dictamen Razonado, y
publicado inmediatamente, el 1 de noviembre, por La Publicidad.
Firman el dictamen once médicos, que tienen los títulos profesionales
más relevantes del momento desde el punto de vista frenopático.
Justifican el comportamiento de Verdaguer en función de las
circunstancias. Todo tiene una explicación razonable e incluso llegan
a justificar la práctica de exorcismos.
A pesar de este dictamen, la polémica continuó en la prensa de
Barcelona. Miembros de la jerarquía eclesiástica y los conservadores
piensan que Verdaguer tiene una monomanía; los liberales y muchos
ciudadanos, entre ellos Ramón Turró, creen que el poeta es víctima de
una persecución implacable. En nuestra opinión, Verdaguer adopta
una actitud franciscana: quiere llegar a Dios a través de las imágenes
sensibles.
Referencias bibliográficas
Abella, D. (1958). Mossèn Cinto vist pel psiquiatre. Barcelona:
Barcino.
Bada, J. (2004). Manuscrits verdaguerians de revelacions,
exorcismes i visions. Barcelona: Barcino.
Cónsul, I. (1986). Jacint Verdaguer. Antologia. Barcelona: Edicions
de la Magrana.
74
Garolera, N. (2002). Homenatge a Verdaguer. Esbòs biogràfic i
antologia. Barcelona: Generalitat de Catalunya.
Giné y Partagás, J. (1876). Tratado teórico-práctico de FrenoPatología. Madrid: Editorial Moya y Plaza.
Turró, R. (1903). Verdaguer vindicado por un catalán. Barcelona:
Librería Española.
Verdaguer, J. (1974). Obres Completes. Barcelona: Editorial Selecta.
Verdaguer, J. (1977). Epistolari. Barcelona: Barcino.
75
La correspondencia entre Adolf Meyer (1866-1950) y Emilio Mira
y López (1896-1964)
Natividad Sánchez
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: A. Meyer, E. Mira, psicología, psiquiatría,
correspondencia.
El 29 de Julio de 1923, Adolf Meyer escribía en uno de sus
diarios “Tuve la buena fortuna de frecuentar al Dr. E. Mira de
España”. El encuentro entre ambos científicos tuvo lugar durante la
celebración del VII Congreso Internacional de Psicología celebrado en
Oxford, Reino Unido, del 26 de julio al 2 de agosto bajo la presidencia
de Charles S. Myers. En el momento de su encuentro Meyer, a sus 57
años, era ya una figura de prestigio internacional desde su puesto en el
Departamento de Psiquiatría y director de la prestigiosa Clínica
Phipps de la Universidad Johns Hopkins. Por su parte, un joven Mira
de 27 años, ejercía ya un importante papel desde el Instituto de
Orientación y Selección Profesional de Barcelona.
A lo largo de sus respectivas carreras ambos hombres tuvieron
varias ocasiones de coincidir e intercambiar sus puntos de vista y sus
publicaciones. No hay que olvidar que los principios psicobiológicos
de Meyer y la idea de la unidad psicosomática del hombre central en
el pensamiento de Mira tenían en común puntos esenciales. La
particular combinación de los intereses de ambos hombres por la
psicología, la psiquiatría, la higiene mental y la estrecha vinculación
que en sus respectivas trayectorias profesionales ambos hicieron de la
docencia, la investigación y la práctica clínica no hicieron sino acercar
aun más sus respectivas posiciones.
En la reunión de la SEHP celebrada el año pasado
presentamos un trabajo general sobre parte de la correspondencia de
Adolf Meyer con varios hombres de ciencia españoles. Intentamos en
ese trabajo evaluar el reconocimiento que los científicos españoles
tuvieron para el que es considerado como uno de los psiquiatras más
relevantes de la primera mitad del siglo XX, con una especial
sensibilidad para todo lo relacionado con la psicología (Grob, 1983;
Leys, 1991; Scull y Schullin, 2009). Sin embargo, en aquella ocasión
sólo pudimos mencionar una carta enviada por Mira a Meyer en
Noviembre de 1939, agradeciéndole su asistencia a una cenadiscusión celebrada en honor de Mira en Nueva York. Recientemente,
76
hemos tenido oportunidad de llevar a cabo un análisis más detallado y
exhaustivo de los documentos del psiquiatra suizo depositados en los
Alan Mason Chesney Medical Archives de la Universidad Johns
Hopkins.
Gracias a ello, hemos localizado un conjunto de cartas y
algunas notas manuscritas que Meyer redactó sobre Emilio Mira. La
correspondencia allí depositada comienza en 1927 y la última carta de
la que hay constancia está fechada en Montevideo en Julio de 1944.
Como no podía ser de otro modo, parte de los contenidos están
relacionados con las cuestiones profesionales que en cada momento
les concernían. Sin embargo, como queda constancia en las
anotaciones de su diario, desde el momento en que ambos hombres se
encontraron quedó patente el enorme interés de Meyer por conocer las
circunstancias políticas de la España de la época. Meyer siguió con
interés los acontecimientos en torno a la Guerra Civil Española y
como muchos intelectuales americanos de la época se alineó con las
fuerzas leales a la República. De hecho como hemos mencionado en
otro trabajo (Sanchez 2011, en prensa) gran parte de la
correspondencia de Meyer relacionada con nuestro país giran en torno
a la Guerra Civil y con la situación de los exiliados españoles. Parte de
los documentos que presentaremos en este trabajo están directamente
relacionados con las amargas circunstancias que rodearon el exilio de
Emilio Mira y su posterior desarrollo profesional. Por último
analizaremos a través de algunos textos extraídos de los cuadernos de
notas de Meyer, las reflexiones y anotaciones que hizo con ocasión de
la propuesta y la consideración del español para impartir las
prestigiosas Salmon Memorial Lectures en 1942; de las que Meyer
había sido el primer conferenciante.
Referencias bibliográficas
La correspondencia de Meyer usada está catalogadas en la
Serie I: Correspondence with individuals and related material; en la
Serie II Correspondence with societies and other organizations y en la
Serie VI. Biographical material and memorabilia: Diaries and Diary
Fragments, todas ellas depositadas en los papeles de Adolf Meyer que
se encuentran en The Alan Mason Chesney Medical Archives of the
Johns Hopkins Medical Institutions.
Fuentes, J.B., García, E., y Carpintero, H. (1993). Emilio Mira i López
y la psicología Latinoamericana. Revista de Historia de la
Psicología, 14, 31-56.
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Grob, G. N. (1983). Mental Illness and American Society 1875-1940.
New Jersey: Princeton University Press.
Iruela, L. (1993). Psiquiatría, psicología, y armonía social: La vida y
obra de Emilio Mira y López. Barcelona: Universitat de
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Sáiz, M., Sáiz, D. (1992). Emilio Mira I López, pionero de la
psicología aplicada en España e Iberoamérica. Revista de
Historia de la Psicología, 13, 93-100.
Sáiz, M., Sáiz, D., Díaz, M. Martínez-Simón, S. y Pastrana, G. (2003).
La psicología en la Guerra Civil española: un análisis global
para su comprensión. Revista de Historia de la Psicología, 25,
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Sánchez, N. (en prensa). Adolf Meyer y España: una nota histórica a
través de su correspondencia. Psychologia latina.
Scull, A., y Schulkin, J. (2009). Psychobiology, Psychiatry, and
Psychoanalysis: The Intersecting Careers of Adolf Meyer,
Phyllis Greenacre, and Curt Richter. Medical History, 53, 536.
78
La psicología aplicada española en tiempos de posguerra (19391945)
Rosa Sos Peña y Constanza Calatayud Miñana
Universidad Jaume I (Castellón)
[email protected]
Palabras clave: Psicotecnia, Psicología aplicada española, Historia de
la Psicología, posguerra española, régimen franquista.
En este trabajo hemos analizado la revista Psicotecnia, única
vía de publicación de los psicotécnicos españoles en aquella época,
que se editó como continuación de la Revista de Organización
Científica, desde su fundación, en el año 1939, hasta que terminó de
publicarse en 1945; creada por el Instituto Nacional de Psicotecnia y
dirigida por Ricardo Ibarrola.Y valiéndonos de una metodología
bibliométrica, además de otros métodos cualitativos, hemos estudiado
los siguientes indicadores: Los autores españoles más productivos y su
visibilidad, también un análisis de las profesiones del total de autores,
el contenido temático y un examen de las referencias. Con el objetivo
de conocer la evolución histórica de la psicología aplicada española de
la posguerra en el periodo estudiado y con la finalidad de
aproximarnos a algunos de sus desarrollos relevantes. En la década de
los años 20, la psicología en España no había conseguido el prestigio
social que había alcanzado en Europa, entonces fue cuando se produjo
la introducción de la psicología aplicada, la psicotecnia y otros
instrumentos psicológicos. En esa época, los institutos psicotécnicos
ya existían, los psicológos aplicados trabajaban principalmente con
deficientes mentales, enfermos psíquicos y militares. En Madrid, se
disponía del Instituto de Reeducación de Inválidos, de Carabanchel.
En el año 1922, se creó el Servicio de Orientación Profesional, que se
ocupaba de la selección de inválidos para la reeducación profesional.
Estaba dirigido por Cesar de Madariaga, allí trabajaban el médico
Antonio Melián, Mercedes Rodrigo como psicóloga y José Mallart de
psicotécnico. Poco tiempo después, se incorporó a la consulta de
neurología José Germain. En Barcelona funcionaba el Instituto de
Orientación Profesional, Emilio Mira i López aplicaba la psicometría.
Su funcionamiento alcanzó una trascendencia internacional. En los
años 1922 y en 1930 se celebraron en Barcelona la II y IV
Conferencia Internacional de Psicotecnia que tuvieron como
presidente a Claparède y como asistentes a conocidos psicólogos
europeos. En 1930, Germain fue nombrado director del Instituto
79
Psicotécnico, de Madrid. Con el inicio de la Guerra Civil, en 1936, los
institutos tuvieron que clausurarse hasta su finalización. En ese tiempo
en Europa se combatía en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En España, después de la contienda, existía una situación económica
muy difícil. Miles de profesores de instituto y universidad fueron
expulsados, muchos psicólogos de universidad se tuvieron que exiliar,
otros murieron y algunos de los que se quedaron fueron sancionados o
apartados de su trabajo. En psicología se reanudaron los servicios
psicológicos anteriores a la Guerra. El padre Barbado fue el
encargado de dirigir el campo de la psicología, que la orientó hacia la
escolástica y el tomismo. Así, en El Instituto Nacional de Psicotecnia,
se prosiguió con las actividades que ya se efectuaban antes de la
Guerra. Entre ellas estaban la orientación profesional y la aplicación
de pruebas de aptitud. A su regreso, Germain reorganizó la psicología
y tuvo como discípulos a J. L. Pinillos, M. Siguán, F. Secadas,
Mariano Yela y Jesusa Pertejo, entre otros. En la década de 1940 a
1950, las condiciones de la población eran muy adversas, con
persecuciones políticas, desempleo y escasez de alimentos de primera
necesidad. En las Naciones Unidas, en el año 1946, se aprobó un
boicot económico y político al régimen de Franco. Entonces, España
se encontró a nivel internacional con un aislamiento político que se
prolongó hasta 1950, el cual tuvo repercusiones durante muchos años
en psicología y en otras ciencias. Todavía no existía una psicología
institucionalizada. La psicología aplicada española intentó con la
psicotecnia ajustarse a las necesidades sociales de la época.
Referencias bibliográficas
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perspectiva socio-institucional. Madrid: Biblioteca Nueva.
Bustelo, F. (2006). La historia de España y el franquismo. Madrid:
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Carpintero, H. (1984). The impact of the Spanish Civil War on
Spanish scientific. Revista de Historia de la Psicología, 5, 9197.
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España. Revista de Psicología General y Aplicada, 9(32),
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Huertas, J. A., Padilla, J. M., & Montes, A. (1997). La supervivencia
de la psicología en diversas instituciones madrileñas después
de la guerra (1939-1953). En F. Blanco (Ed.), Historia de la
psicología española desde una perspectiva socio-institucional.
Madrid: Biblioteca Nueva.
Sos Peña, R., & Roig Ballester, A. (2007).Una imagen histórica de la
psicología foránea en los primeros años de la dictadura
franquista. Revista de Historia de la Psicología, 28 (2-3), 243250.
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psicología foránea en la psicología de la posguerra (19461955). Revista de Historia de la Psicología, 30 (2-3), 373383.
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de psicología en España. En Tortosa, F. & Civera, C. (Eds.),
Historia de la psicología. Madrid: Mc Graw Hill.
81
La influencia europea en la psicopedagogía terapéutica catalana
de principios del siglo XX: Análisis de los diarios de viaje de Lluís
Folch i Torres (1878-1946)
Milagros Sáiz Roca y Dolors Sáiz Roca
Universidad Autónoma de Barcelona
[email protected]
Palabras clave: Historia de la Psicología, Psicología Española,
Psicología Catalana, Folch i Torres, psicopedagogía terapéutica.
Lluis Folch i Torres fue uno de los hombres que trabajó más
intensamente en el movimiento de protección a la infancia huérfana y
abandonada que se produjo como fruto de las migraciones del medio
rural al urbano en Cataluña (Sáiz y Sáiz, 2009). En ese marco, a
mediados de 1914, creó un Laboratorio de Experimentación
Psicológica en el seno del Grupo Benéfico, institución dependiente de
la Junta de Protección a la Infancia de Barcelona, donde estudió
psicológicamente a los niños delincuentes y abandonados y los orientó
psicopedagógicamente, derivándoles, después de su observación y
evaluación, hacia las instituciones de tutela que en aquella época
existían en la capital catalana, ciudad que, como hemos señalado en
otras ocasiones, vivió con gran preocupación el tema de la
delincuencia infantil y juvenil.
Uno de los intereses fundamentales de Folch fue la educación,
reeducación psicopedagógica y la inserción social de estos niños
golfillos o “trinxeraires”, que ya habían despertado su interés en su
etapa periodística de Madrid. Ubicado, desde 1911, en la Junta de
Protección a la Infancia de Barcelona, trabajó en este sentido en su
Albergue Provisional, pasando a dirigir el Grupo Benéfico en 1913,
fecha de su inauguración, donde continuará su labor protectora. En el
“Grupo” iniciará, además, los primeros peritajes psicológicos para el
Tribunal Tutelar de Menores de Barcelona fundado en 1921 (Sáiz et
al, 2006). Durante el período de su trabajo en esta institución fue
adquiriendo un bagaje de conocimientos sobre la psicología del niño y
los modernos instrumentos, técnicas y metodologías que aportaban los
nuevos descubrimientos de la psicología científica, lo que le permitió
gestar la idea y, después, fundar en 1928, el Instituto Torremar para el
tratamiento de niños psicopáticos, atrasados mentales, deficientes,
inestables, etc. (Sáiz y Saíz, 2008, Torremar, 1928).
Es, justamente, un incidente político y laboral, acaecido en el
Grupo Benéfico dos años antes de la inauguración del Instituto
82
Torremar, lo que provocó, a nuestro juicio, el inicio de una serie de
viajes formativos e informativos por Europa. Sus diarios de viaje nos
informan de la visita a distintas instituciones de Alemania, Austria,
Checoslovaquia, Francia, Hungría, Países Bajos y Suiza entre los años
1926 y 1928 (Folch, 1926, 1928). En estos viajes, realizados en
verano, visita centros que pueden servir de modelo para su futuro
instituto o que le inspiran hacia cambios que pueden mejorar su
trabajo en el “Grupo”: toma notas en su diario, describe, observa
horarios, sistemas de evaluación, pruebas y tests, sistemas
pedagógicos, etc. Una nutrida información sobre cómo eran tratados
los niños delincuentes y anormales en la Europa continental. No cabe
duda, de que estos viajes, junto con la experiencia adquirida a través
del trabajo desempeñado en su etapa del Grupo Benéfico –que
abandona en 1931-, le permitieron acceder a una serie de
conocimientos sobre la psicología y la pedagogía de su tiempo que
hicieron de él un hombre con grandes capacidades en el marco de la
psicopedagogía. Por otro lado, estas visitas pusieron a su alcance los
sistemas de la pedagogía terapéutica que se aplicaba principalmente en
Bélgica que influyeron en sus planteamientos terapéuticos, así como,
en el resto de autores de su entorno. En otros trabajos, nos hemos
acercado ya a este personaje en algunas de sus distintas dimensiones,
en el presente analizamos los diarios inéditos de los viajes de estudio
de Folch que han llegado a nuestras manos fruto de la donación de su
familia a “l’Arxiu i Seminari d’Història de la Psicologia” de la
Universidad Autónoma de Barcelona y que son la evidencia de la
influencia psicopedagógica europea que penetró en Cataluña en las
primeras décadas del siglo XX.
Referencias bibliográficas
Folch i Torres, Ll. (1926). Diario de viaje. Donación Folch i Torres.
Arxiu i Seminari d’Història de la Psicología. UAB.
Folch i Torres, Ll. (1928). Diario de viaje. Donación Folch i Torres.
Arxiu i Seminari d’Història de la Psicología. UAB.
Sáiz, M. (2002). Los inicios de la psicología científica y aplicada en
Cataluña (1900-1939). Barcelona: Avesta.
Sáiz, M. y Sáiz, D. (2008). Lluís Folch i Torres y el Instituto
Torremar. Revista de Historia de la Psicología, 29(3-4), 203210.
Sáiz, M. y Sáiz, D. (2009). El trabajo precursor de Lluís Folch i Torres
en la evaluación psicológica pericial del menor. Revista de
Historia de la Psicología, 30(2-3), 335-343.
83
Sáiz, M., Sáiz, D., Soria, M.A, Pina R., Pérez-Beltrán, M., Alzamora,
M. y Llorens, R. (2006). La actividad psicológica
desarrollada en torno a la delincuencia juvenil: El Tribunal
Tutelar de Menores de Barcelona en el período de 1921 a
1939. XIX Symposium de la Sociedad Española de Historia
de la Psicología.
Torremar (1928). Folletos de información y publicidad sobre el
Instituto Torremar. Donación Folch i Torres. Arxiu i Seminari
d’Història de la Psicología. UAB.
84
La Teoría general de la Conciencia en una obra Clásica de
Psicología en España: José P. Bulnes (1929). “Psicología”.
Beatriz Porras Florido
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Conciencia, B. Baars, J. P. Bulnes.
En el presente trabajo analizamos una de las publicaciones del
autor cántabro J. P. Bulnes (1929), profesor de Psicología
experimental de la Universidad de Comillas, que fue, desde su primera
edición, texto de referencia en diferentes instituciones educativas
durante más de tres décadas. Por otro lado, aunque se trata de un autor
poco productivo pues sólo cuenta con otra publicación más La
filosofía del deber (1947), nada cabría dudar sobre la calidad e
importancia de sus trabajos; ya que como afirmara Lopez Piñero
(1972, p.54): “Conviene, no obstante, advertir contra la confusión
entre productividad y calidad e importancia... no se ha podido
comprobar si quiera su correlación con la visibilidad o impacto que
la obra de un autor tiene en el mundo científico”.
Así pues, la elección de dicha obra, se debe, no sólo a la
cuidada recopilación de temas relativos al ámbito de la propia
psicología básica, sino al riguroso uso de las citas y de las
correspondientes fuentes bibliográficas que lo convirtieron en un texto
idóneo para la actividad docente de aquel momento. Es decir, nos
encontramos con una publicación de gran calidad científica donde el
autor no sólo consigue sintetizar y hacer más asequibles los
contenidos de los grandes temas de la disciplina psicológica, sino que
logra el suficiente reconocimiento científico para convertirse en un
texto ampliamente difundido, sobre todo, en las enseñanzas medias de
aquel momento. Concretamente, en su prólogo de 1956 se recoge lo
siguiente: “Por lo demás, que realmente esta Psicología está
acomodada a las inteligencias juveniles, lo comprueba el hecho de
que desde 1929, en que se publicó la primera edición, está de texto en
algunos Institutos Nacionales, en bastantes Escuelas Normales de
Maestros y Maestras, en no pocos Colegios particulares y en muchos
Seminarios de uno y otro Clero”. (J. P. Bulnes, 1956, p.1)
Del conjunto de la publicación, nuestro trabajo se ha centrado
en destacar precisamente una de sus lecciones titulada como Teoría
general de la conciencia. Límites y grados de la misma, Bulnes (1956,
pp. 21-29). En ella, el autor no sólo realiza una síntesis completa sobre
85
el tema de la conciencia, a modo de conclusión; sino que se
identifícan nítidamente ciertas analogías con una de las teorías más
actuales sobre la conciencia. Concretamente, con la propuesta que B.
Baars desarrolla a través de su obra A Cognitive Theory of
Consciousness (1988) y que ampliamente queda detallada en
anteriores trabajos (Mora y Porras, 2005).
Así pues, nuestro interés se centra en traer a la actualidad la
citada publicación; no sólo para subrayar la calidad de dicho trabajo,
su relevancia científica y pedagógica; o bien para analizar las posibles
analogías con trabajos más actuales; sino también para no caer en el
error del olvido, o como diría M. Michelle (2000, p.9) “en el
desprecio por la historia”. Y es que en el reconocimiento de la figura
de este profesor de Psicología experimental, cabría afirmar que la
labor docente de Bulnes (1929) ayudaría a consolidar el crecimiento y
desarrollo del estudio de la Psicología en España.
Puestos a buscarle correlatos con otros Colegios Actuales,
dedicados al estudio de la Conciencia (Mora y Porras, 2005a) el
antecedente más evidente sería el propio W. James, entre los clásicos,
y B.J. Baars, entre los contemporáneos, enlazando con otros trabajos
previos nuestros sobre este proceso psicológico (Mora y Porras,
2005b).
Referencias bibliográficas
Baars, B. (1988). A Cognitive Theory of Consciousness. Cambridge,
MA: Cambridge University Press.
Bulnes, J.P. (1929, 1ª; 1956, 11ª). Psicología. Madrid: Razón y Fe.
Bulnes, J.P. (1947). La filosofía del deber. Madrid: Razón y Fe.
López Piñero, J. M. (1972).El análisis estadístico y sociométrico de
la literatura científica. Valencia: Facultad de Medicina,
Centro de Documentación e Información Médica.
Mora, J,A. y Porras, B. (2004). Colegios invisibles más importantes
en el estudio de la Conciencia. Revista de Historia de la
Psicología, 25(4), 155-168.
Mora, J.A. y Porras, B. (2005a). La recuperación de la Conciencia
como representación teatral: Análisis comparativo de las
concepciones de la Conciencia en W. James y B.J. Baars.
Revista de Historia de la Psicología, 26 (2-3), 122-131.
Mora, J.A. y Porras, B. (2005b). Desde la Neurona a la “memoria de
trabajo”. Análisis histórico de las concepciones
neurocientíficas sobre la Conciencia. Revista de Historia de la
Psicología, 27(2-3), 323-333.
86
Richelle, M. (2000). El renacimiento de la Conciencia: Olvidos y
omisiones de la historia. Boletín Informativo de la Sociedad
Española de Historia de la Psicología, 25, 2-9.
87
Emilio Mira y y Lopez (1896-1964): la psicología al servicio de la
ley
Valeria de Palo
Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia)
[email protected]
Palabras clave: Psicología jurídica, formación profesional.
Durante el Congreso de Psicología Aplicada que tuvo lugar en
Roma en 1958 Emilio Mira y Lopez, el psiquiatra y psicólogo más
famoso del mundo de habla española del siglo XX, presentó un
informe titulado La psychologie dans la formation du magistrat. Era
la primera vez que se enfrentaba a semejante cuestión, si bien tenía
una larga historia; se inspiró en el libro Manual of Juridical
Psychology publicado en 1932 que constituye uno de los pocos libros
de ese tema que aparecieron en Europa. Resultado tanto de su trabajo
en el Institute Professional Guidance, del que fue director, como de
las lecciones de medicina legal que dictó en la Escuela de Derecho de
la Universidad de Barcelona, el libro trata sobre la prevención de la
delincuencia y la rehabilitación social de los criminales y se basa en
estrechas y acertadas conexiones entre psiquiatría y Psicología
Jurídica. No es casual que él se dirigiera a los jueces para dotarlos de
aquellos elementos de la psicología que son estratégicos y útiles para
la eficacia de sus intervenciones. Pero el póster del 1958 era mucho
más. De hecho, el tema al que se refiere es el mismo al que Mira había
dedicado una atención especial: la formación profesional. En el mismo
periodo del congreso romano, aún siendo director del "Instituto de
Seleção e Orientação Profesional" de Rió de Janeiro, Secretario
General del Psychotechnique Brazilian Association y vicepresidente
del Atlantic Region of the Inter-American Society of Psychology, él
siguió la misma línea de su investigación empezada en España y que
consideraba la orientación profesional como una actuación científica
destinada a formar las habilidades de cada persona de manera que
logre obtener, con menor esfuerzo, el máximo provecho y satisfacción
para sí y para la sociedad, según el ajuste científico del quehacer al
ser. Era precisamente con este espíritu con el que Mira se enfrentaba
al problema de la formación del juez, en dónde – según su denuncia –
faltaban disciplinas como la sociología, la antropología cultural, la
psicología normal y patológica, la salud mental y la ecología. Sólo
muy pocas universidades aseguraban algunos cursos de psicología,
con el resultado de que los jueces no conocían los conflictos, las
88
pasiones, las pulsiones y las presiones socio-económicas.
Esencialmente, para dictar condenas justas, ya que todos los hombres
y todas las situaciones no son iguales, era necesario no sólo conocer el
ordenamiento jurídico vigente, sino también conocer: los hechos que
juzgar, la personalidad y las motivaciones de las personas acusadas,
los antecedentes de las acciones criminales, las consecuencias sociales
de dichas acciones. El debate planteado por este artículo fue muy
animado, tal vez el más animado de todo el Congreso. Fue empezado
por el italiano Cesare Musatti, que recordaba cómo el Código de
Procedimiento Penal Italiano permitía hacer, si fuera necesario, una
peritación psicológica, que de todas maneras no preveía ni el
conocimiento de los procesos psíquicos que habían dado lugar al acto
criminal ni el análisis de la personalidad del reo. Estas limitaciones se
justificaban por el hecho de que la evaluación quedaba a discreción
del juez de manera que, concluyó Musatti, “el verdadero experto en
psicología era el mismo juez” (Musatti, 1958, p.591). Musatti expresó
serias dudas sobre la cuestión: ¿cómo podía ser un juez igualmente
experto en derecho y en psicología? ¿cómo podía separar su opinión
jurídica, que tenía que ser necesariamente imparcial, de su juicio
humano, que podría ser influido por la implicación emocional de las
condiciones psico-sociales del reo? En consecuencia, el castigo,
considerado por Mira en términos reparativos, era juzgado por Musatti
muy optimista: el castigo, en vez, tenía que ser “una verdadera
aflicción hecha a aquel que había violado la ley: [...] gracias a ella se
podía restablecer el equilibrio que se había quebrado por la misma
violación de la ley” (Musatti, 1958, p.592). A las otras intervenciones
de los italianos P. Veltri y D. Ruosi y del francés A. Goldenberg, que
merecen una atención especial por ser significativas en el contexto
europeo general en el que la cuestión se estaba moviendo en aquellos
años, Mira respondía que, más allá de cada punto de vista, había
pruebas de que el número de los delincuentes aumentaban de tal
manera que las cárceles estaban superpobladas. Por lo tanto se tenía
que hacer algo. Se destacó, así, el hombre de acción!
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Routledge. (Original work published 1958).
90
La psicología de Abuchafar Abentofáil: Una reivindicación
necesaria
José L. Zaccagnini
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Abuchafar Abentofáil, Historia de La Psicología en
España, Historia de la Psicología.
En esta comunicación se pretende reivindicar las importantes
y pioneras aportaciones psicológicas de Abuchafar Abentofáil médico
y filósofo andalusí, nacido en Guadix (Granada) antes de 1110, y
fallecido en Marrakech (Marruecos) en 1185. Maestro de Averroes, su
pensamiento recibe notables influencias de Avicena y del sufismo de
Algacel. Su obra más importante, es “El Filosofo Autodidacto” que
ejerció notable influencia en Europa tras su primera traducción latina
de 1671 y posteriores reediciones y nuevas traducciones a los largo de
los siglos siguientes.
En esa obra el autor describe la evolución intelectual de un
niño que queda solo en una isla desierta (lo que luego sería inspiración
para el Robinson Crusoe). El niño, alimentado por una gacela, se
desarrolla y reflexiona sobre la realidad en que vive, hasta llegar al
descubrimiento de la necesaria existencia de “Alá”, es decir, de un
Dios creador y regulador del mundo. Para ello describe una parábola
de pensamiento deductivo plagada de referencias psicológicas. Tras
esta elaboración personal el protagonista, ya adulto, se encuentra con
la civilización y se produce un choque intelectual, que le hacer criticar
algunos de los extremos de la civilización y, finalmente le, lleva a
volverse a su soledad.
Desde la perspectiva psicológica el texto presenta importantes
aportaciones originales y pioneras respecto de la naturaleza y función
de los procesos evolutivos y cognitivos, así como sobre lo que hoy día
llamamos Psicología Positiva. Estas aportaciones, no solo resultan
realmente asombrosas para la época en que se escribieron, sino que
incluso aportan sugerencias que siguen siendo de utilidad. Y, en
cualquier caso, el pensamiento de Abuchafar Abentofáil supone una
perspectiva fresca y novedosa de abordar algunas de las cuestiones
psicológicas clave, lo que nos permite discutirlas de una forma
provechosa.
Sin embargo la figura de Abuchafar Abentofáil apenas si ha
sido reconocida, y su pensamiento no ha recibido la suficiente
91
atención por parte de la comunicad psicológica española. De manera
que esta comunicación quiere reivindicar su figura y fomentar el
estudio de su pensamiento.
Referencias bibliográficas
Cruz Hernández M. (1999) El pensamiento en AlAndalus (Siglos
IX.XIV) Madrid: Alianza Editorial
http://es.wikipedia.org/wiki/Ibn_Tufail
Ibn Tufayl, Abu Bakr, (S.XII) El filósofo autodidacto [Risala Hayy
ibn Yaqzan], Editorial Trotta: Madrid, 1995 (3ª edición 2003).
Urvoy, D. "The Rationality of Everyday Life: The Andalusian
Tradition?(996) (Aropos of Hayy's First Experiences)", in
Lawrence I. Conrad (1996), The World of Ibn Tufayl:
Interdisciplinary Perspectives on Ḥayy Ibn Yaqẓān, pp. 38–46
Vernet, J. (2001) Lo que Europa debe al Islam de España. Madrid:
Ed. El Acantilado.
92
Una ventana a la libertad: La Revista Mensual de Filosofía,
Literatura y Ciencias de Sevilla (1869-1874)
Manuel Mateos, Mercedes García, Cristina Barbadillo, Natividad
Sánchez y Gabriel Ruiz Ortiz.
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: Antonio Machado y Núñez, Federico de Castro,
Revista Mensual, Sexenio Democrático, darwinismo, krausismo,
positivismo.
Tras la Revolución de 1868 se iniciaron una serie de cambios
en la sociedad española que sirvieron de caldo de cultivo para la
expansión de las corrientes de pensamiento vanguardistas de la época,
entre las que destacaron particularmente el krausismo y el
darwinismo. Andalucía no fue ajena a estas transformaciones y
Sevilla, particularmente, las vivió con una especial intensidad. La
ciudad y su Universidad vivieron un resurgir científico y cultural,
animado por la labor de un grupo de intelectuales liderados por
Antonio Machado y Núñez (1815-1916) y Federico de Castro
Fernández (1834-1903), catedráticos de Mineralogía y Zoología y
Metafísica de la Universidad Hispalense, respectivamente.
Machado y Núñez y de Castro tuvieron un papel muy
relevante en la fundación de diversas instituciones científicas y
culturales, como la Sociedad Antropológica de Sevilla (1871) y el
Ateneo Hispalense (1879). Asimismo, participaron activamente en la
fundación de periódicos, como El Hispalense, periódico de intereses
generales, ciencias, artes y literatura (1870-1871), y revistas, en
especial la Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias (18691874), que se convirtieron en foros de divulgación de sus trabajos e
intereses científicos y filosóficos.
En este trabajo centraremos nuestra atención en la Revista
Mensual, una publicación de carácter generalista, comprometida con
el ideario de la Revolución de 1868. En sus páginas aparecieron
publicados extractos de las obras de Karl Christian Friedrich Krause
(1781-1832), algunos de ellos traducidos por Francisco Giner de los
Ríos (1839-1815), trabajos de diferentes krausistas, como Joaquín
Sama (1840-1895) y el propio Federico de Castro, o los artículos que
Machado y Núñez dedicó al análisis del pensamiento de distintos
autores evolucionistas, como Charles Darwin (1809-1882), Herbert
Spencer (1820-1903) y Ernst Haeckel (1834-1919). Nuestro objetivo
93
es realizar un análisis cuantitativo de la Revista Mensual, para
entender el papel que esta publicación jugó en la difusión de estas
nuevas corrientes de pensamiento.
Referencias bibliográficas
Aguilar, E. (1990). Cultura popular y folklore en Andalucía. Los
orígenes de la Antropología. Sevilla: Publicaciones de la
Excma. Diputación Provincial de Sevilla.
Asiento de la trayectoria académica y de los servicios prestados por
el catedrático Antonio Machado y Núñez. Archivo Histórico
de la Universidad de Sevilla. Legajo 1005-1.
Baltanás, E. (2006). Los Machado: una familia, dos siglos de cultura
en España. Sevilla: Fundación José Manuel Lara.
Cano, J. M. (1993). La ciencia en Sevilla (siglos XVI-XX). Sevilla:
Publicaciones de la Universidad de Sevilla.
Glick, Th. F. (1982). Darwin en España. Barcelona: Ediciones
Península.
Núñez, D. (1977). El darwinismo en España. Madrid: Castalia.
Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias de Sevilla. Tomo
I, II, III, IV, V y VI. Sevilla: Imprenta de Gironés y Orduña,
1869-1874.
94
Orígenes de la plasticidad cerebral: Santiago Ramón y Cajal
(1852-1934) y la gimnasia cerebral
Juan Manuel Gutiérrez Trigo, Belén Villalba Segovia y Gabriel Ruiz
Ortiz.
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: Plasticidad cerebral, Santiago Ramón y Cajal,
gimnasia cerebral, neurona.
El presente trabajo pretende aportar luz sobre el verdadero
origen del fenómeno de la plasticidad cerebral. Mucha de la literatura
especializada consultada al respecto remonta sus orígenes a autores
como Donald O. Hebb en los años cuarenta y cincuenta, a los
seguidores de sus estudios, Mark R. Rosenzweig y Arnold L.
Leymnan, en los años sesenta o incluso a autores como Torsten
Wiesel y David H. Hubel en los recientes años ochenta del pasado
siglo.
Sin embargo, los estudios de carácter histórico nos permiten
remontarnos al siglo XIX. Aunque se han encontrado las primeras
referencias a la plasticidad a partir de 1890, fue Santiago Ramón y
Cajal quien en el año 1888 demostró la independencia de la neurona y
quien en 1890 describió la evolución del cono de crecimiento axonal,
mecanismo inexcusable en las habilidades plásticas del sistema
nervioso central.
Nuestro trabajo reivindica la importancia de la obra de Cajal
en el origen del fenómeno de la plasticidad cerebral ya que solo fue
posible entender la significación fisiológica de dicho fenómeno una
vez que Cajal realizó sus descubrimientos histológicos. De hecho así
lo describió en sus artículos “El nuevo concepto de la histología de
los centros nerviosos” (1892) y “Consideraciones generales sobre la
morfología de la célula nerviosa” (1894). Además, aunque algunos
textos parecen indicar que el Nobel español pudo convertirse en un
detractor de la plasticidad cerebral, el presente trabajo mostrará, sin
embargo, que Cajal durante toda su trayectoria científica fue, de forma
continuada, un apasionado defensor de este concepto.
Referencias bibliográficas
De Felipe J. (2006). Brain Plasticity and mental process: Cajal Again.
Nature Review Neuroscience, 7, 811-817.
95
Finger S. (2001). Origins of Neuroscience. Oxford: Oxford University
Press.
Ramón y Cajal S. (1892). El nuevo concepto de la histología de los
centros nerviosos. Revista de Ciencias Médicas de Barcelona,
16, 20, 22 y 28, 361-376, 457-476, 505-520, 529-541.
Ramón y Cajal S. (1894) Consideraciones Generales sobre la
morfología de la célula nerviosa. La Veterinaria Española.
Revista Profesional y Científica, 1320, 1321 y 1322, 257-259,
273-275, 289-291.
Ramón y Cajal S. (1899-1905). Textura del Sistema Nervioso del
Hombre y los Vertebrados. Madrid: Imprenta y Librería de
Nicolás Moya.
96
El Psicóscopo: una nueva metáfora de la mente
Clara Méndez Hernández, José Quintana Fernández y Florentino
Blanco Trejo.
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Didáctica de la psicología, metáfora, historia de la
psicología, España.
Entre los años 1870 y 1876, D. Mariano Pérez de Olmedo
desarrolla sus labores como catedrático numerario de Psicología,
Lógica y Ética en el Instituto de Segunda Enseñanza de Palencia
(Pérez de Olmedo, s/f). Con el fin de facilitar a sus alumnos la
comprensión de la actividad mental humana, diseña un artefacto que
denomina psicóscopo, y que, como su nombre indica, permite
“observar” las estructuras y los procesos mentales. El psicóscopo fue
premiado en la Exposición Universal de Filadelfia, en 1876, y fue
también presentado en la Exposición Universal de París, en 1878
(Anónimo, 1877, Santos, 1880). En 1876 se traslada al Instituto de
Málaga, y todo parece indicar que a partir de entonces sus intereses se
amplían, para incluir tareas relacionadas con la catalogación del
patrimonio histórico de la provincia.
El psicóscopo pretende complementar las explicaciones sobre
el funcionamiento de la mente humana contenidas en el manual de
Psicología que Pérez de Olmedo había editado alrededor de 1871,
nada más acceder a la cátedra de Palencia (Pérez de Olmedo, 1871).
En este trabajo intentaremos reconstruir la lógica del funcionamiento
del psicóscopo, siguiendo para ello las instrucciones que Pérez de
Olmedo incluye en el texto que acompaña al aparato para su
presentación en la Exposición Universal de Filadelfia.
El psicóscopo, por lo demás, permite materializar la inevitable
naturaleza metafórica del conocimiento psicológico, que ha dado lugar
a una línea de fundamentación epistemológica de la disciplina
extremadamente fructífera y a la que este trabajo pretende contribuir
(Quintana, 1990; Leary, 1990; Soyland, 1994; Blanco, 2002).
Referencias bibliográficas
Anónimo (1877) Lista de aparatos premiados en la Exposición de
Filadelfia. El Magisterio Español, 604 (XI). 30 de Abril de
1877.
97
Blanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente. Madrid: Machado
Leary, D. (1990) Metaphors in the History of Psychology. New York:
Cambridge University Press.
Pérez de Olmedo, M. (1871) Elementos de Psicología, Lógica y
Filosofía Moral (3ª Edición ampliada). Málaga: El Cronista.
Pérez de Olmedo, M. (s/f) Expediente personal. Archivo General de la
Administración.
Quintana, J. (1990) Modelos científicos de la Psicología. Una
perspectiva histórica. Conferencia Inédita. Ateneo de Madrid.
Santos, J.E. (1880) España en la Exposición Universal celebrada en
París en 1878 (Tomos I y II). Madrid: Imprenta y Fundición
de Manuel Tello.
Soyland, J. (1994) Psychology as Metaphor. London: Sage.
98
Elementos para una historia oral sobre el desarrollo del
paradigma cognitivista en España
Pablo Alonso Sobrino, Alejandro Barranco Fernández y Iñigo
Barranco Fernández.
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Historia de la Psicología Española, psicología
cognitiva, historia oral.
Nuestro trabajo tiene como objetivo analizar diferentes
relatos sobre el desarrollo del paradigma cognitivista en España a fin
de elaborar una historia oral sobre el mismo.
Como punto de partida, y teniendo presente el carácter parcial
y constructivo (Brescó de Luna, 2010) de los relatos de los
protagonistas de esta historia, hemos querido tomar como referencia
un artículo de Juan Antonio Vera: "Los orígenes de la psicología
cognitiva en España. Una historia provisional" (Vera, 2003), que
pretendemos, nos sirva como guía para realizar este trabajo. También
hemos consultado algunos textos del momento histórico a tratar (ver,
por ejemplo, Delclaux y Seoane, 1982) para comprender mejor la
manera en la que se articula la retórica fundacional del paradigma.
Con este fin, hemos comenzado una ronda de entrevistas a
personajes que, creemos, tuvieron un papel relevante en el desarrollo
de este paradigma a nivel nacional. A lo largo de estas entrevistas, se
pidió a los entrevistados que recordaran de la manera más libre y
espontánea posible cuáles fueron los acontecimientos, personajes e
instituciones más destacados en esta historia (Blanco, Huertas y Rosa,
1996), con el fin de que elaboraran su personal visión de aquellos
acontecimientos teniendo en cuenta el carácter reconstructivo de sus
recuerdos (Bartlett, 1967).
Con este trabajo pretendemos matizar la historia ya conocida
del desarrollo del cognitivismo en España, dotándola de una
dimensión subjetivada de la que hasta ahora carecía, con el fin de
hacerla más comprensible y más rica en cuanto a matices sobre los
propios hechos que la constituyen y que nadie puede narrar como los
protagonistas de la misma.
99
Referencias bibliográficas
Bartlett, F.C. (1967) Remembering. A study in experimental and social
psychology. University Press.
Blanco, F., Huertas, J.A., Rosa, A. (1996) Metodología para la
Historia de la Psicología. Madrid: Alianza editorial.
Brescó de Luna, I. (2010) Dando forma al pasado: una investigación
sobre el posicionamiento identitario de los sujetos en la
interpretación y (re)construcción narrativa de eventos
históricos. Tesis doctoral. Director: Rosa, A.
Delclaux, I. y Seoane, J. (1982) Psicología cognitiva y procesamiento
de la información. Madrid. Ediciones Pirámide.
Vera, J.A. (2003) Los orígenes de la psicología cognitiva en España.
Una historia provisional. Revista de Historia de la Psicología.
Vol. 24, 2. págs. 317-353.
100
Teoría y práctica de la hipnosis en Julio Camino Galicia. Una
aproximación.
Mª Luz M. Fernández, Francisco Martos y Florentino Blanco.
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: historia de la psicología española, hipnosis, psiquiatría
militar, sugestión.
Julio Camino (1882-1956) fue un célebre médico psiquiatra
militar zamorano, cuyas posibles aportaciones a la historia de la
cultura psicológica española ya han sido valoradas por Bandrés y
Llavona (1998). Entre otros cargos, Camino fue nombrado Jefe
Técnico de la Clínica Psiquiátrica Militar de Ciempozuelos y profesor
de Psiquiatría en la Academia de Sanidad Militar. Una de sus
aportaciones más relevantes al ámbito de la psicología militar fue su
propuesta de modificación del proceso de selección del personal,
intentando ponderar adecuadamente la importancia de los aspectos
psicológicos. Camino se dio cuenta de que un soldado moral o
psicológicamente sano era un soldado más fuerte.
Pero, tal vez, el motivo por el que Camino merece más
atención tiene que ver con sus aportaciones a la teoría y a la práctica
clínica de la hipnosis. Este poster se propone trazar el perfil general de
sus aportaciones en este ámbito, aportaciones que se proyectaron al
menos en dos volúmenes (Camino, 1919; 1928), en un buen puñado
de artículos en revistas especializadas (por ejemplo, Camino, 1912;
1914; 1915, 1916) y en una nutrida actividad pública. Muy influido
por la escuela francesa (fue miembro de la Societè de Psychologie,
d’Hypnologie et de Psychoterapie de París) entiende la hipnosis como
un estado de sugestión profunda que hace que el sujeto lleve a cabo
inconsciente y automáticamente cualquier acción que le sea
encomendada.
Referencias bibliográficas
Bartlett, F.C. (1967) Remembering. A study in experimental and social
psychology. University Press.
Blanco, F., Huertas, J.A., Rosa, A. (1996) Metodología para la
Historia de la Psicología. Madrid: Alianza editorial.
Brescó de Luna, I. (2010) Dando forma al pasado: una investigación
sobre el posicionamiento identitario de los sujetos en la
101
interpretación y (re)construcción narrativa de eventos
históricos. Tesis doctoral. Director: Rosa, A.
Delclaux, I. y Seoane, J. (1982) Psicología cognitiva y procesamiento
de la información. Madrid. Ediciones Pirámide.
Vera, J.A. (2003) Los orígenes de la psicología cognitiva en España.
Una historia provisional. Revista de Historia de la Psicología.
Vol. 24, 2. págs. 317-353.
102
TEORÍAS Y ESCUELAS PSICOLÓGICAS
103
104
Developmental Psychology as the newly emerged science in Russia
(at the turn of the 20th century)
Elena Minkova
Volzhsky State Engineering and Pedagogical University (Rusia)
[email protected]
Key words: History of developmental psychology, Russia, pedology,
ideology, methodology.
In Russia the formation of developmental psychology as an
independent branch of psychological knowledge coincided with the
birth of experimental psychology as a science.The main objective
prerequisite for its foundation was the idea of development that had
come from biology.
The other equally important condition contributing to the
establishment of developmental psychology that emerged in Russian
society at that time was the urgent need to take psychological
knowledge into account in the educational process. It can be noted that
psychologists and teachers in Russia took part in intensive theoretical,
methodological and scientific-organizational activities. The
development of methodological research in child development took a
new step, when in 1901 the first laboratory of experimental
educational psychology under the leadership of Nechaev opened in St.
Petersburg. Nechaev’s laboratory helped scientists study the
characteristics of the following phenomena: attention, mental abilities
of pupils, and basics of the psychological process of reading.
One of Nechaev's associates was Lazursky, who developed the
method of natural experiment. The essence of this method lies in a
combination of the advantages of observation and laboratory
experiments. Lazursky believed that during the process of natural
activities, for example, during a game, the researcher can set certain
conditions which will result in a child behaving in such a way that will
allow researchers to observe characteristic features of that particular
child.
In 1904 the first pedagogical courses were opened at the
University in St. Petersburg. The main subject of those courses was
education and the person as an object of that education (following
Ushinsky's ideas). Those courses covered a wide range of questions of
child education, such as: pedagogy, anatomy, general physiology,
nervous and mental pathology, the study of defective children, child
hygiene, criminal anthropology, the psychophysiology of sensory
105
organs, experimental psychology, child psychology and comparative
psychology. There was also a range of lessons devoted to studying
different methods of psychological experiments: basic statistical
methods and experimental method (the correction of defective
speech).
In 1907 Bechterev became an initiator of the foundation of two
Institutes – the Pedological and the Psychoneurological. The
Pedological Institute set the following targets: to study children's
behaviour with the help of objective methods of research and in close
connection with the main tasks of education. The Psychoneurological
Institute ensured that future teachers, doctors and lawyers received
psychological training.
In 1908 a Froebel Institute was set up in Kiev; it prepared
specialists in child education. There were also two laboratories in the
Institute. In 1910 in St. Petersburg Nechaev founded the Experimental
Pedagogical Association. This association studied child psychology
using the methods of natural science and also tried to understand the
natural laws of children's intellectual development. During that period
several Psychological Congresses took place (five in total), the first in
1906, the last in 1916.
The main directions in developmental psychology of that period
were:
• The psychophysical development of a child. Scientists of that
period were following Sechenov’s idea of the importance of
the environment that could have either positive or negative
effects on a person’s development. Games played a major role
in the development of a child and Sicorsky, Lesgaft and
Kapterev highlighted that fact in their works. They suggested
that games were not just fun for children, but had an important
task in helping a young person to learn how to think. A toy
had the first place in the process of playing and had to meet
hygienic requirements.
• The influence of a family on development and the role of a
family during the first year of a child. Lesgaft formulated the
following principles of education within a family: 1) Parents
had to provide their children with good living conditions
(from the hygienic point of view). 2) Parents always had to
remember that a child is a small person who has the same
rights as an adult.
• The role of literature in a child's life. From Kapterev’s point
of view literature could influence children’s development in
the same way as parents’ upbringing. Children tend to imitate
106
book characters – so it was essential that parents made a good
choice of books.
References
Kapterev, P.F. (1883). Pedagogicheskaja psihologija [Educational
Psychology]. St. Petersburg: Gub.tip.
Lazursky, A.F. (1918). Estestvennii eksperiment i ego shkol’noje
primenenije. [A natural experiment and its school
application.] Petrograd: Tipographija Rikkera.
Nechaev, A.P. (1901). Sovremennaja psihologija v ee otnoshenii k
voprosam shkolnogo obushenija. [Modern experimental
psychology in its relation to issues of schooling.] St.
Petersburg: Tipographija Skorohodova.
Nechaev, A. P. (1902). Nabludenija nad razvitijem interesov i pamati
rebenka v vozraste ot 7 do 16 let. [The observation of
children’s interests and the work of their memory from the age
of 7 to 16.] St. Petersburg: Tipographija Bogdanova.
Nechaev, A.P. (1925). Rukovodstvo k eksperimrntal’nomu
issledovaniju detei doshkol’nogo i shkol’nogo vozrasta.
[Guide to experimental psychological investigation of children
of preschool and school age.] Moscow.
Nechaev, A.P. (1990). Zapiski psihologa. V kn. Istorija stanovlenija i
razvitija eksperimental’no-psihologicheskih issledovanii v
Rossii. Sb. nauchnih trudov. [Notes of a Psychologist. In:
History of establishment and development of experimental
psychological research in Russia.]. Moscow: Sat scientific
publications.
Sikorsky, I.A. (1909). Psihologicheskije osnovi obuchenija i
vospitanija [Psychological foundations of education and
training]. Kiev: Lito-tip.Kushnerev.
Ushinsky, K.D. (1867). Chelovek kak predmet vospitanija. Opit
pedagogicheskoj antropologii. [Man as a matter of education.
Experience in teaching anthropology.] St. Petersburg:
Tipographija Kotomona.
107
Scientific heritage of Graham Wallas (1858-1932) in the light of
modern social psychology
Marina Arinina
Volzhsky State Engineering and Pedagogical University (Rusia)
[email protected]
Key words: G.Wallas, history of social psychology.
Graham Wallas (1858-1932) was a British social psychologist,
political scientist and educationalist. A British historian of psychology
L.Hearnshaw called G.Wallas, along with W.McDougall, the pioneer
of social psychology in the United Kingdom. The central scientific
problems in G.Wallas’ socio-psychological theory were the the
relationship of man and social environment, the correlation of
biological and social factors in human nature, group psychology and
the study of human dispositions.
G.Wallas concidered the problem of the relationships of a
person and social environment in terms close to what is called in
modern psychology “mechanism of identification-isolation”. G.Wallas
himself did not use these particular terms and strictly speeking,
identification cannot be understood simply as the desire to
communicate, and isolation is not just the urge to solitude. However
he pointed at the correlation of these two opposite human inclinations
that influence human social behaviour and the quality of a person’s
interaction with other people. V.Mukhina writes, “Identification and
isolation – are the two equally important and at the same time
dialectically contradictory elements of the single mechanism,
developing personality and making the person psychologically free”
(Mukhina, 2007). The adequate correlation of the two elements
provides successful socialisation of a person in a social group and
society as a whole. And this is what G.Wallas was trying to propone.
But he understood this mechanism from the point of view of person’s
adaptation to social environment, and in terms of stimulus-reaction,
that is the behaviouristic approach. G.Wallas was also interested in the
study of the quantitative aspect of person-evironment interaction.
G.Allport considered that in their comprehensive study of
human nature social psychologists should eventually come to the
connection of the biological and social in people. And this, as
M.J.Wiener points out, makes the ideas of G. Wallas “though
outdated, far from irrelevant” (M.J.Wiener, 1971, p.114). The
question, how exactly the biological and social factors interact in a
108
person, and in what proportion, was one of the key issues in Wallas’
conception of social psychology. The scientist was sure that both
factors were equally important. Modern Russian social psychologist
L.G.Pochebout thinks, that in the beginning of the 21st century the
scientific interest to the problem of interrelation of social, biological
and psychological factos in social behaviour has risen again.
In his his study of group psychology G.Wallas one of the first
attempted to classify social groups and suggested the quantitative
criterion for it. This approach is quite justified and is still used in
modern social psychology (B.Grushin, B.Parygin, B.Porshnev) as
socio-psychological phenomena often differ depending on the number
of people in a group. G.Wallas was one of the first to focus on the
characteristics and mechanisms of interaction between people in large
communities. G.Wallas also raised the question of the characteristics
of group decision making in small groups. He saw it in the context of
joint thinking and suggested ways of improving co-thinking in the
group. In modern social psychology this phenomenon is considered
within the study of group dynamics. Expressed in terms of modern
social psychology, G.Wallas was a supporter of a consensus procedure
in group decision making, which is considered the most appropriate
one in modern psychology (Meizhis, Pochebout, 2009, p.211).
The concept of disposition is used today both in social
psychology and other branches of psychology. G.Wallas was one of
the first to develop this idea. N.Hayes and P.Stratton give the
following definition of disposition: “A tendency to behave in a
particular way. When used by developmental or clinical psychologists
the term emplies an inherited tendency and is used interchangebly
with predisposition. When used in the context of motivation and
personality it is a general term for any relatively subtle behavioural
tendency and no genetic basis is emplied” (Hayes, Stratton, p.80). As
we can see, the understanding of the term “disposition” in modern
psychology varies, but is used in the context of person’s interection
with environment, like Wallas emplied it. G.Wallas thought that
human dispositions can be innate. In this he was close to modern
clinical psychology point of view.
G.Wallas proponed many fruitful ideas but unfortunately his sociopsychological heritage was largely forgotten. Today the works of
G.Wallas still need a closer analysis.
109
References
Hearnshaw, L.S. (1964). A Short History of British Psychology 18401940. New York: Barnes & Noble Inc.
Meizhis, I.А., Pochebout, L.G. (2007). Social psychology of social
development, (in 2 volumes). Vol. 2. Кiev: Millennium.
Mukhina, V.S. (2007). Developmental psychology. Мoscow:
Academiia.
Pochebout, L.G. (2005). Social communities: psychology of crowd,
society, ethnos. St. Petersburg: St. Petersburg State University
Press.
Stratton, P and Hayes, N. (1999). A Student’s dictionary of
psychology. NY: Oxford University Press.
Wallas, G. (1910). Human nature in politics. London: A. Constable
and Co.
Wallas, G. (1921). Our social heritage. London: G. Allen & Unwin.
Wallas, G. (1967). The Great Society. A Psychological Analysis.
Lincoln University of Nebraska Press. (original edition 1914).
Wiener, M.J. (1971). Between two worlds: the political thought of
Graham Wallas. Oxford: Clarendon Press.
110
Evolución histórica de los intereses científicos de Martin E. P.
Seligman
Laura García-Vega Redondo y Luis García-Vega
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
Palabras clave:
resiliencia.
Indefensión
aprendida,
optimismo,
felicidad,
Sin duda, Seligman puede ser considerado como uno de los
autores que más temas ha estudiado en la psicología. En cierto modo,
se parece a los pioneros de la psicología científica, cuyos intereses
abarcaban prácticamente todo lo que era la psicología. Pero mientras
los esfuerzos de estos se centraron mas en sistematizar los contenidos
de la psicología, quedándose generalmente en los umbrales del
conocimiento de cada uno de ellos, Seligman investiga a fondo una
cuestión detrás de otra, aunque dejando algunas de ellas en el
escenario de la polémica, porque él mismo confiesa que después de
interesarse plenamente sobre lo que esta trabajando, lo deja
incompleto. Sin duda, Seligman es un aventurero de la psicología.
Seligman ha estado muy interesado por la mente del ser
humano después de leer en la adolescencia un trabajo de Freud,
Conferencias de Introducción al Psicoanálisis.
La enfermedad de su padre le va a llevar a un tema de
importancia trascendental, la indefensión aprendida.
Con esta
inquietud de fondo comienza a trabajar en el laboratorio de Solomon
en la Universidad de Pensilvania, junto con Overmier y después de un
intenso trabajo deja algunas cuestiones sin resolver acerca de este
tema, pues su interés se va a desviar hacia otras patologías humanas.
En la década de los 80 del siglo pasado, Seligman padece una
profunda depresión a consecuencia de un divorcio doloroso de su
primera esposa. Pero, aunque Seligman no es optimista, el mismo
confiesa ser pesimista por naturaleza, en 1982 se le ocurre la idea de
trabajar sobre el optimismo, como antídoto contra la depresión.
Posteriomente aplica esta idea a diferentes áreas: ventas, aulas
militares, deporte, política, niños. El optimismo será la semilla de la
psicología positiva, término que va a utilizar Seligman en 1998, en su
discurso presidencial ante la APA. El paso siguiente es construir
cuestionarios con máxima objetividad para encontrar las fortalezas y
debilidades de cada individuo, relacionadas con la idea de la felicidad
111
En todos sus libros propone una gran cantidad de anécdotas
de su propia familia o de sus amigos, en especial en No puedo ser más
alto pero puedo ser mejor (1993). Parece como si las grandes
respuestas al porqué de las enfermedades las encontrase en pequeña
escala, a una escala que no causa trastornos graves, en cualquier tipo
de personas (Garber & Seligman (Eds.) 1980). En 1977 publicará
Modelos Experimentales en Psicopatología (1977), que ampliará y
corregirá en 1984, en su obra Abnormal Psychology (1984); también
(1993) publicará sobre el mismo tema, en el que analiza el peso de la
genética y lo modificable y no modificable en determinadas
patologías, y un gran libro en el que reúne a los expertos de las
enfermedades más importantes que aparecen en la adolescencia,
Treating and Preventing Adolescent Mental Ealth Disorders. What
We Know and What We don´t Know (2005), donde hace un análisis
descriptivo de diversas patologías y también de las diferentes técnicas
terapéuticas y farmacológicas que se están empleando en la
actualidad, así como su funcionalidad.
Otro interés de Seligman es el estudio de las guerras
etnopolíticas, relacionado con la historia del pueblo de Israel,
publicando en 2001, junto con Daniel Chirot, Ethnopolitical Warfare.
Causes, Consecuences, and Possible Solutions, donde plantea la
necesidad de la creación de una nueva profesión de la psicología
denominada “guerras de carácter etnopolítico”.
Ante la creciente amenaza terrorista, a la que es difícil
combatir con procedimientos habituales hasta entonces, Seligman cree
que la psicología tenía que dar respuesta a dos problemas ínter
conexos: a) debilitar la resistencia del enemigo, y b) fortalecer el
ánimo de las fuerzas propias, interesándose, en este sentido, en el
concepto de resiliencia. Actualmente Seligman colabora con un
amplio programa de formación militar en las Fuerzas Armadas de los
Estados Unidos
Referencias bibliográficas
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helplessness in humans: An attributional analysis. In J. Garber
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‘conscious level’? Nurs Times, 71 (24): 914-7.
114
The measure as proof of a full world: The role of psychophysics
and panpsychism in Gustav Fechner’s daylight vision
Arthur Arruda Leal Ferreira
Universidade Federal do Rio de Janeiro (Brasil)
[email protected]
Key words:
Panpsychism.
Psicophysics,
Daylight
vision,
Fechner
Law,
In a great part of History of Psychology texts, Gustav Fechner
is celebrated as the author who made the difficult and long passage
from the pre-scientific to the scientific stage of Psychology. This
would have happened thanks to his psychophysical work, in which not
only a psychological measure of sensations was proposed, but also
included in a high complex general law, related to physical stimulus.
Thanks to his contribution, exposed in his Elements of Psychophysics,
Fechner (1966/1860) was considered as a kind of science superman
whose life was devoted to “hard research” (BRINGMANN,
BRINGMANN, MEDWAY, 1987). Nevertheless, if we take his
writings as a whole, we notice that his work Elements of
Psychophysics is an island amidst metaphysical, religious, and
aesthetic problems. Without trying to see in the author an unsuspected
unity, it is necessary to ask about the relations between Elements of
Psychophysics and his metaphysical works (LOWRIE, 1946). Would
there be in Fechner works a similar division as the assumed by the
epistemologist Gaston Bachelard between a day work (epistemology)
and a night work (aesthetic)? In this sense, would there be a “The
Daylight View Opposed to the Night View” in fechnerian terms? Here
Fechner gave a singular meaning to this opposition, very different
from the bachelardian division. Because his daylight view represents a
spiritual view in opposition to the sterile materialism of the night
view. More than a division between science, religion, methaphysic
and aesthetic, Fechner tried to constitute a single Cosmovision.
However, this division in Fechner’s work will be established by a
great number of authors in the History of Psychology, giving special
attention to Boring (1950) classical work. More than separated, the
non-scientific interests are omitted in the name of the current status of
Psychology as a rigorous science. In Fechner’s case, his lifelong
interest in psychical research, parapsychology and in supernatural
phenomena is openly disparaged. Consulting the principal textbooks
in the History of Psychology, such as Boring (1950), Klemm (1933),
115
Murphy (1960) and Brett (1963) ones, only the two latter authors do
not place Fechner’s non-scientific interests together with biographical
curiosity. In some cases, an inversion would take place, as the one
performed by William James (1952/1890, 1977/1906), clearly against
Fechner’s psychophysics, and at the same time respecting his religious
work. For Latour (1994), this operation of scission, derogation, and
omission in the history of one science reveals an asymmetrical
principle between winners and losers. This principle becomes very
complicated in the evaluation of an author’s works taken as a whole,
as it tends to delete his obscure and non-triumphant conceptions.
Without forcing some doctrinaire unity, one must take Fechner’s work
as a whole, in order to preserve its tensions and questions. Inasmuch
as one cannot separate the physicist Newton from the alchemist, since
his Universal Gravitation Theory was based in the Attraction Theory
of the Alchemy, one cannot separate Fechner’s psychophysik from his
Daylight View. How can these two dimensions be articulated? The
aim of this work is to restore the psychophysics in Fechner, breaking
apart from the prevailing conception that views it a mere tool serving
psychology’s scientific rigor. Bearing this in mind, this work attempts
to place psychophysics as an empiric function of Fechner’s
metaphysical and religious thought, the so-called “Daylight View”.
For that, such philosophy will be analyzed in its components present
in his metaphysical books, as the panpsychism hypothesis, the animist
nature conception, the hierarchy of the souls, and the pantheist
conception of God. A special case of this works is his “Spiritist Diary,
that describes his observations in a series of séances with the
American medium Henry Slade. This kind of psychical studies,
common in the official psychology of the end of 19th & begin of 20th
century, was justified by Fechner comparing the relation of these
phenomena to the pathological ones. If the pathological phenomena is
important for the understanding of our physiological and
psychological life, psychical phenomena is crucial to comprehend our
panpsychical existence. Finally, I will discuss the reasons that led to
the exclusion of all these aspects in the historiography of psychology.
References
Boring, E. G. (1950) History of Experimental Psicology. New York:
Appleton – Century – Crofts.
Brett, G. S. (1963) Historia de la psicologia. Buenos Aires: Paidós.
Brigmann, G., Brigmann, N. J., Medway, N. L. (1987) Fechner and
the psychical research. In: Brozek, J., Gundlach, H. (ORG.)
116
Passauer Schriften zur Psychologiegeschichte nº- 6– G. T.
Fechner and Psychology Passau: Passavia Universitätlsverlag.
Fechner, G. (1966⁄1860) Elements of psychophysics. Holt, Rinehart,
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Lowrie, W. (1946) Religion of a Scientist. New York: Pantheon
Books.
Murphy, G. (1960) Introducción histórica de la Psicologia
contemporánea. Buenos Aires: Paidós.
117
La evolución de la intencionalidad de la conciencia: De la
conciencia intencional descarnada de Brentano a la
Intencionalidad operante de Merleau-Ponty
Oriol Alonso Cano
Universidad de Barcelona
[email protected]
Palabras clave: Intencionalidad; solipsismo; ser-en-el-mundo; cuerpo;
intencionalidad operante.
Este lacónico estudio tiene la finalidad de ofrecer la evolución
de uno de los conceptos más relevantes de la historia del pensamiento
filosófico y psicológico, a saber, la cuestión de la conciencia en tanto
que realidad intencional, así como de las aporías y problemáticas que
acarrea, ya desde sus inicios, con la propuesta de Franz Brentano.
Según la propuesta brentaniana, si la psicología pretende tener el
riguroso estatuto de cientificidad, debe circunscribir sus pretensiones
temáticas a un único ámbito: la conciencia. Por consiguiente, la
psicología debe retornar a sus raíces, debe volver su mirada al sujeto
para ser una ciencia de la conciencia.
Por ello, Brentano analizará y determinará la naturaleza y los
constituyentes de la conciencia, que se podrán resumir en una
característica primordial: la conciencia es siempre conciencia de algo,
o, expresado en otros términos, la conciencia es intencional. Sin
embargo, el estatuto de validez de ese algo mentado, así como la
naturaleza puramente cognoscitiva del acto de conciencia, se
convertirán en los puntos de batalla más determinantes para los
seguidores del planteamiento brentaniano. Entre ellos, se hallará
Edmund Husserl, discípulo de Brentano, que matizará ciertos aspectos
de la naturaleza intencional de la conciencia, así como le otorgará una
validez que radicalizará ciertas cuestiones de la propuesta brentaniana.
Gracias a estas aportaciones la psicología podrá fundarse
verdaderamente en el yo y, por consiguiente, podrá ser una auténtica
psicología fenomenológica.
Más adelante, se observará como la conciencia intelectualista
de Brentano y Husserl, empezará a enraizarse en la realidad del
mundo gracias a la ontología del ser-en-el-mundo de Martin
Heidegger, y perderá este carácter epistemológico preponderante, para
adueñarse de una vertiente práctica primordial. Se observarán las
diferentes estructuras que constituyen este sujeto vinculado a su
contexto (geworfenheit, befindlichkeit, Angst, sein-zum-Tode…). Toda
118
esta concepción mundanal de la subjetividad heideggeriana,
influenciará a todos lo autores que, ulteriormente, generarán la
psicología humanista.
Esta relevancia de la praxis, que esbozaba el discurso
heideggeriano, será defendida por Merleau-Ponty, con su propuesta de
la intencionalidad operante (o también denominada “latente” o “no
constitutiva”) haciendo referencia al vínculo antepredicativo,
corporal, que el sujeto mantiene con el mundo. Es decir, el individuo
se encuentra enraizado al mundo de una forma previa a toda posible
teorización, por el hecho que posee un cuerpo. Por ese motivo, la
corporalidad se convertirá en el nexo básico, en el vínculo esencial de
la relación del sujeto con el mundo y consigo mismo. La relación
corporal que el sujeto mantiene con el mundo se escapa de las redes
conceptuales del discurso científico, en tanto y cuanto implica siempre
un horizonte, un invisible, es decir, algo que no ha sido constituido e
instituido por la conciencia del sujeto. Para efectuar esta tesis,
Merleau-Ponty se guiará de la psicología de la Gestalt y su
concepción de la experiencia.
De modo que se observará cómo la intencionalidad evolucionará
desde un carácter marcadamente teoricista, epistemológico,
desencarnada y centrada en los actos cognoscitivos, a una
intencionalidad que afirma una relación básica con el mundo de orden
práctico y corporal.
Referencias bibliográficas
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verdad”. Barcelona: Paidós.
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Barcelona: Altaza .
Merleau-Ponty, M. (1953). Le structure du comportament. Buenos
Aires: Librería Hachette .
119
Merleau-Ponty, M. (1970). Le visible et l‘ invisible. Barcelona: Seix
Barral.
120
La influencia de la escuela conductista en la técnica de la
enseñanza ambiental (Milieu Teaching Procedures) en la
intervención logopédica
Mª Luisa Luque Liñán, Marina Calleja Reina y José Miguel
Rodríguez Santos.
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Enseñanza ambiental, milieu teaching, conductismo,
comunicación e intervención en lenguaje.
La intervención tradicional en materia de comunicación y del
lenguaje se realizaba en salas aisladas utilizando técnicas de enseñar y
practicar respuestas concretas a determinadas preguntas (v.g. Modelo
de Enseñanza Analógico de Koegel et al., 1987 o el Método de
Ensayos Discretos de Carr, 1985).
En la década los 80 y 90 surgieron diversos procedimientos de
entrenamiento que se englobaron bajo el epígrafe común de "Modelo
de Enseñanza Natural del Lenguaje". Dichos procedimientos
encajaban dentro de un modelo más general que enfatizaba la
importancia de la enseñanza de habilidades comunicativas ("Modelo
de Tratamiento de la Comunicación" ver Schopler y Mesibov (1985).
Estos procedimientos de enseñanza natural incorporaban
aspectos de la adquisición normal del lenguaje, enmarcando la
enseñanza en los contextos cotidianos, naturales frente a los métodos
tradicionales de enseñanza que plantean la enseñanza en contextos
aislados.
En la actualidad, está ampliamente aceptado que el niño
aprenda cuestiones relativas a la comunicación en situaciones y con
actividades de la vida cotidiana. Haciendo uso de esta recomendación,
los jóvenes con problemas no son separados de sus compañeros para
que aprendan de forma aislada, sino que se encuentran integrados en
las clases normales. Algunos estudios han evidenciado que el
aprendizaje en entornos naturales contribuye a aumentar la tasa de
motivación de los sujetos con problemas de comunicación cuando se
enseñan dichas habilidades en contextos y situaciones reales,
121
resultando la actividad útil y significativa. Al implicar a los
compañeros en la actividad, los niños con problemas de comunicación
no sólo aprenden nuevo vocabulario, sino que se implican en las
rutinas sociales que subyacen al intercambio comunicativo (Westling
& Fox, 1995).
Se puede afirmar, pues, que el campo de intervención en
patología del lenguaje ha sufrido numerosos cambios, que incluyen el
uso de estrategias de intervención más específicas y el entrenamiento
insertado en el entorno social de los niños. Como señalan Vilaseca y
Río (1997): “Un número importante de estudios sobre el desarrollo del
lenguaje infantil se centra en los procesos educativos implícitos en la
interacción entre el niño y el adulto, enfatizando el papel del entorno
social y lingüístico en la adquisición del lenguaje” (1997, pág. 4).
Una fuente de la que se nutre la enseñanza ambiental la constituyen
los presupuestos teóricos conductuales, que han ayudado al desarrollo
de técnicas de intervención basadas en la Modificación de Conducta
orientada a la facilitación del desarrollo de la habilidad comunicativa.
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Brookes.
122
Adolf Meyer (1866-1950) y su red de relaciones en la psicología de
la época
Cristina Barbadillo, Mercedes García, Manuel Mateos, Gabriel Ruiz y
Natividad Sánchez.
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: A. Meyer, psicología, psiquiatría, correspondencia.
Las primeras décadas del siglo XX fueron esenciales no solo
para la definición y demarcación del terreno de lo psicológico, sino
también en el establecimiento de la psiquiatría como especialidad
médica reconocida. La psiquiatría y la psicología coincidieron
históricamente en el empeño por encontrar su lugar como cuerpos de
conocimiento acreditados y como prácticas útiles y socialmente
valoradas. En algunos escenarios ambas disciplinas se aliaron para
alcanzar el reconocimiento del resto de la comunidad científica
bastante escéptica, en ocasiones, a los intentos de estas recién
llegadas. El terreno de la práctica clínica fue ciertamente uno de los
primeros campos de interacción, pero el concepto mucho más extenso
de higiene mental permitió ampliar el ámbito de intercambios más allá
de lo meramente clínico. Una figura particularmente relevante en el
intento de establecer puentes entre la psiquiatría, la neurología y la
psicología de su época fue el psiquiatra Adolf Meyer (1866-1950).
Meyer a lo largo de todo su desarrollo profesional, pero
particularmente desde su puesto como profesor de psiquiatría y
director de la prestigiosa clínica psiquiátrica Henry Phipps, promovió,
impulsó y participó activamente en estas interacciones. En este poster
presentaremos un análisis descriptivo de la correspondencia que el
psiquiatra mantuvo con los principales representantes de la psicología
de su época, depositada en los Alan Mason Chesney Medical Archives
de las Johns Hopkins Medical Institutions. Creemos que éste podría
ser un primer acercamiento que nos permita valorar el papel de Adolf
Meyer en la definición y delimitación de la psicología norteamericana
del momento.
Referencias bibliográficas
La correspondencia de Meyer usada se encuentra en la Serie I:
Correspondence with individuals and related material. The Alan
123
Mason Chesney Medical Archives of the Johns Hopkins Medical
Institutions.
Leys, R., y Evans, R. B. (1990). Defining American Psychology. The
Correspondence Between Adolf Meyer and Edward Bradford
Titchener. Baltimore (MA): Johns Hopkins University Press.
Lief, A. (1948). The Commonsense Psychiatry of Dr. Adolf Meyer.
New York (NY): McGraw-Hill.
Ruiz, G. Sánchez, N. (2006). Creo que probablemente voy a conseguir
mucho más de este contacto que usted: correspondencia
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Psicología, 27, 299-312.
Sokal, M. M. (1992). Origins and Early Years of the American
Psychological Association: 1890 to 1906. En R. B. Evans, V.
Staudt Sexton, y T. C. Cadwallader (Eds.). The American
Psychological Association: A Historical Perspective (pp. 4371). Washington, DC: APA.
Winters, E. E. (1966). Adolf Meyer’s two and a half years at
Kankakee. Bulletin of the History of Medicine, 43, 414-443.
124
La obra de David Katz (1884-1953) Der aufbau der tastwelt (1925)
como pionera de la noción contemporánea del tacto como sistema
dinámico-activo
Pablo Berenguer Mira y Florentino Blanco Trejo
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Katz, Der aufbau der tastwelt, psicología de la
percepción, tacto dinámico-activo, Gestalt.
La obra de David Katz Der aufbau der tastwelt, publicada en
el año 1925, en ocasiones ha pasado desapercibida para los
investigadores de la percepción háptica. Por este motivo, el presente
análisis historiográfico se propone poner de manifiesto la relevancia
de este trabajo clásico de Katz, dada la vigencia de su propuesta
teórica en los estudios contemporáneos del tacto. Al igual que el autor
que aquí nos ocupa, estos desarrollos ulteriores -representados por la
figura de autores como Gibson (1962; 1966) o Turvey (1996) entre
otros- destacan el carácter dinámico-activo del sistema perceptivo
táctil. Además, trataremos de indagar cómo encaja este texto en la
biografía de un autor formado en la Escuela de la Gestalt, cuyas
inquietudes teóricas y experimentales, sin embargo, no sólo giran en
torno al estudio de la visión -como sucedió con la mayoría de
investigadores gestálticos de la percepción-, sino que se extienden al
estudio de las operaciones perceptivas del tacto.
Así, en esta revisión histórica nos proponemos tres objetivos
fundamentales respecto a la citada obra de Katz Der aufbau der
tastwelt (1925) -traducida al castellano como El Mundo de las
Sensaciones Táctiles (1930): (1) ponerla en relación con los trabajos
anteriores y coetáneos que la posibilitaron, (2) conocer sus contenidos
y la estructura o lógica interna que los organiza, y (3) realizar un
análisis bibliométrico que nos permita explorar el alcance y la
repercusión posteriores de esta obra.
Referencias bibliográficas
Katz, D. (1930). El mundo de las sensaciones táctiles (Manuel G.
Morente, Trad.). Madrid: Revista de Occidente. (Obra original
publicada en 1925).
125
Katz, D. (1967). Psicología de la forma (3ª Ed.). (José M. Sacristán,
Trad.). Madrid: Espasa-Calpe. (Obra original publicada en
1944).
Lillo, J. (1993). Psicología de la percepción. Madrid: Debate.
Luria, A. R. (1981). Sensación y percepción. (2ª Ed.). (Pedro Mateo
Merino, Trad.). Barcelona: Fontanella. (Obra original
publicada en 1975).
Travieso, D. y Blanco, F. (2000). Las teorías ecológica y soviética de
la percepción: un estudio crítico sobre la relación entre sus
teorías del tacto. Revista de Historia de la Psicología, 21(2-3),
401-412.
Travieso, D. (2000). Alteraciones funcionales del tacto en la
conjunción entre ceguera y Diabetes Mellitus. (Tesis Doctoral
inédita). Universidad Autónoma de Madrid, Madrid.
126
Una revisión histórica de la obra de Boesch y de su recepción en el
marco de la psicología cultural contemporánea
Andrés Rodríguez Ayuso y Florentino Blanco Trejo
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Boesch, psicología cultural, Teoría de Acción
Simbólica, investigación cultural comparada.
E.E. Boesch es un autor cuya obra se ha situado habitualmente
en el heterogéneo marco llamado de modo general como psicología
cultural.
Se formó en la conocida Universidad de Ginebra, donde fue
alumno de figuras como Jean Piaget o André Rey, y desde donde se
daría forma a una sensibilidad teórica fundamentada en el
constructivismo piagetiano, así como en una orientación hacia la
práctica clínica centrada en la interacción entre los individuos y su
entorno, tanto físico como social (Lonner y Hayes, 2007).
Desde esta sensibilidad, Boesch se acercará al ámbito de la
investigación cultural comparada a raíz de los trabajos realizados en
Tailandia como parte de un proyecto de la UNESCO (relacionado con
la validación de aparatos de medida de desarrollo 'libres' de cultura)
que Boesch coordinó (Lonner y Hayes, 2007).
Cabe destacar de la misma forma una importante presencia de
conceptos tomados del psicoanálisis que el autor adopta en relación
especialmente con el abordaje de la problemática semiótica de la
actuación desde una sensibilidad cultural.
Así se dibujaría un conjunto de soportes teóricos que
proponen un espacio, desde nuestro punto de vista, ciertamente poroso
y sensible a múltiples niveles de análisis, además de una constante
generación de estructuras explicativas y comprensivas cada vez más
complejas y comprometidas, y potencialmente infinitas.
De esta manera, cobraría sentido el contenido habitual del
conjunto de fenómenos a los que Boesch ha dedicado su trabajo. Sus
intereses se extienden a temáticas tan diversas como el arte, las
prácticas culturales, la relación sujeto-objeto, la relación entre
individuo y cultura, la semiótica de la acción, etc.
Por todo ello, consideramos que valdría la pena cotejar en qué
medida una propuesta de este tipo ha sido acogida y entendida desde
la academia, en concreto en España, bajo el supuesto de que esta
compleja composición teórica nos debe obligar a afinar y cuestionar la
127
categorización habitual desde la que se ha mirado en concreto la obra
de Boesch.
De modo que el objetivo de nuestra propuesta es contribuir a
establecer, en alguna medida, cierto marco desde el cuál poder hacer
visibles los conceptos generales de la teoría simbólica de la acción de
Boesch en relación con el contexto académico contemporáneo en
Psicología. Teniendo además presente el escaso material traducido al
castellano a este respecto, parece necesario al menos señalar algunas
de las líneas maestras que dibujan la apuesta teórica de este autor.
Referencias bibliográficas
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A profile and selected readings of Ernest E Boesch. U.S.A.:
Information Age Publishing
Michael Cole, Yrjö Engeström, Olga A. Vasquez (1997/2002) Mente,
cultura y actividad. Escritos fundamentales sobre cognición
humana comparada. México: Oxford University Press.
Simão, L.M. (2001) Boesch’s symbolic action theory in interaction.
Culture & Psychology, 7, 485-493.
128
La relevancia histórica de la metáfora de los espíritus animales en
la constitución de las pasiones del alma como tecnología musical
barroca
Alberto Hontoria Maceín y Florentino Blanco Trejo
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Descartes, pasiones del alma, espíritus animales,
música, Barroco.
La presente investigación se alinea con un conjunto de
inquietudes teóricas relativas a las tecnologías mediacionales y,
particularizando más, con un interés especial en el análisis del alcance
psicológico de las mediaciones musicales y retóricas. En esta línea de
trabajo, la propuesta que hemos venido perfilando parte de un estudio
de las pasiones de Descartes a través de su metáfora de los “espíritus
animales”. A partir de ahí, uno de nuestros intereses principales es dar
cuenta del proceso histórico por el que la doctrina de Las Pasiones
del Alma (1649) pasa a formar parte de los recursos teóricos que
acaban por fundamentar la retórica musical barroca. Abordando las
posibilidades de este horizonte de intercambio, se trataría de ver, en
concreto, cómo La Armonía Universal de Marin Mersenne –gran
amigo y defensor de Descartes- incorpora el cartesiano campo de las
pasiones a la retórica musical del XVII (López-Cano, 2000; Blanco,
2010).
Explicado esto, el objetivo general del proyecto es estudiar
las posibles relaciones entre estas dos zonas de contacto, es decir, la
esfera de las pasiones del alma de Descartes y la teoría musical del
tratadista Mersenne. O, dicho de otra manera, determinar de qué
forma se produce el trasvase de la filosofía cartesiana a la teoría de
los afectos y a las gramáticas musicales del siglo XVII. Este objetivo
exigirá, a su vez, indagar la correspondencia entre Marin Mersenne y
René Descartes y, por otro lado, constatar las condiciones sociohistóricas que permiten la incorporación de la doctrina de las pasiones
de Descartes a los códigos retóricos de la forma musical barroca.
Además de este objetivo general, otros objetivos específicos
son –como hemos dicho: conocer y sistematizar mínimamente los
estudios clásicos de psicología acerca de la metáfora, acotar el
concepto de “espíritus animales” desde una perspectiva metafórica, y
vincular los principios de la fisiología dualista de Descartes (a través,
129
principalmente, del tropo de los espíritus animales) con el tratamiento
que el autor efectúa de las pasiones.
Referencias bibliográficas
Black, M. (1966) Modelos y Metáforas. Madrid: Tecnos.
Blanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente. Madrid: Machado.
Descartes, R. (1649/2005) Las Pasiones del Alma. Madrid: EDAF.
Lakoff, George y Mark Johnson. 1980. Metaphors We Live By.
Chicago: Chicago University Press; trad. cast. 1986.
Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra.
Lizcano, E. (2006) Metáforas que nos piensan. Edición BajoCero/
Traficantes de Sueños.
López-Cano, R. (2000) Música y Retórica en el Barroco. México:
Publicaciones de la UNAM.
Mersenne, M. (1636) Harmonie universelle. Paris.
130
Cuando el pensamiento es conducta. Un repaso histórico.
Luis García-Vega y Laura García-Vega
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Pensamiento, conducta, emoción, acción ideomotora,
marcador somático.
Para la psicología tradicional la conducta podía ser voluntaria
o involuntaria (espontánea). Siempre su preocupación estaba en la
capacidad de control de la misma, que era la característica propia de
comportamiento humano, diferente al comportamiento animal.
Mientras la conducta voluntaria estaba basada en el pensamiento
racional, la conducta involuntaria era producto de los caprichos de las
pasiones, el componente emocional, al margen del control del
pensamiento racional.
Desde el comienzo de la psicología científica el planteamiento
de la relación del pensamiento y la conducta adopta otras
modalidades. Watson defiende la teoría de que el pensamiento es un
epifenómeno de la conducta, es decir, algo que no merece la atención
del psicólogo pues el pensamiento no es otra cosa que un reflejo en el
cerebro de los movimientos guturales, laríngeos y de los músculos
pulmonares que producen los sonidos que, por condicionamiento, se
convierten en palabras (estímulos condicionados). Debido a este
carácter estrictamente reflejo el pensamiento no es otra cosa que una
consecuencia de cierta conducta. Es epifenómeno y no causa y por
ello no interesa como variable independiente de la conducta.
Con este planteamiento Watson ignora la importancia que
William James confiere al pensamiento respecto a la conducta. James
había invertido los términos: en ciertos casos es la conducta el reflejo
o la réplica del pensamiento. Así lo explica él en su conocida e
importante teoría de “la acción ideomotora”. Según esta teoría hay
casos en los que, debido a una cierta tensión emocional, el
pensamiento se traduce automáticamente, y paso a paso, en conducta
aunque con carácter subliminal. Esta teoría inicialmente no tuvo
excesivo interés, pero, pasado un siglo desde su formulación a
comienzo de la década de 1890, el avance de las técnicas
neurobiológicas de observación de la actividad cerebral va a permitir
su comprobación. Conocido de todos es el neurobiólogo Antonio
Damasio que dedica gran parte de su in teresante libro El error de
descartes (1994) a lo que el llama la “hipótesis del marcador
131
somático”, que en mi opinión, como voy a explicar, no es otra cosa
que la explicación neurobiológica de la “teoría de la acción
ideomotora” de James y a la que curiosamente Damasio no hace
mención.
En las filas del conductismo, E. Ch. Tolman introduce en su
modelo algunas variables intervinientes de índole cognitiva, cuya
característica es intervenir en la conducta. Pero donde más se nota la
influencia del pensamiento sobre la conducta es en los psicólogos
cognitivos y más concretamente los psicoterapeutas cognitivos. Este
es el caso de G. Kelly, que hace depender la conducta de las hipótesis
o “constructos personales” acerca de sus futuros resultados. En esta
misma línea, León Féstinger destaca el papel de la “disonancia
cognitiva”. Interesante en la intervención psicológica es la teoría que
puso en práctica con éxito durante varias décadas Allbert Ellis, con su
modelo ABC, siendo “A” las circunstancias adversas, “B” la variable
cognitiva creencias y “C” las consecuencias o conducta demostrando
con ello la validez del modelo de James. Siguen la línea de Ellis de la
terapia cognitiva toda una multitud de psicólogos al frente de los
cuales hay que destacar el grupo de la Universidad de Pensilvania,
liderados por Aarón Beck, quien aún actualmente, a pesar de su edad
sigue trabajando con el modelo de Ellis al que, además de otras cosas,
completó sus “deberías” con un cuadro completo de las denominadas
“distorsiones cognitivas” o del pensamiento en colaboración con D.
Burns.
En el presente trabajo mostramos la historia de un siglo de
las relaciones del pensamiento y la conducta.
Referencias bibliográficas
Damsio, A. R. (1996). El error de Descartes. La emoción, la razón y
el cerebro humano. Barcelona, Grijalbo. (Original 1994)
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Río-editor (original, 1976).
James, W. (1963). Compendio de psicología. Buenos Aires, Emecé
Editores (original 1892)
132
Nelly, G. A. Teoría de la personalidad. Buenos Aires, Ediciones
Troquel (original 1955)
La Mettrie, J.O. (1987). El hombre máquina. Madrid: Alhambra
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Luria, A.R. (1980). Los procesos cognitivos. Barcelona: Fontanella.
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Séchenov, Ivan M. (1972). Los reflejos cerebrales. Barcelona:
Fontanella (original, 1863).
Thorndike, E.L. (1898). Animal intelligence: An Experimental Study
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psíquicas superiores. En El proceso de formación de la
psicología marxista. Moscú: Editorial Progreso.
Vygotsky, L.S. (1989). El problema de la enseñanza y del desarrollo
mental en la edad escolar”. En El proceso de formación de la
psicología marxista. Moscú: Edit. Progreso.
Vygotsky, L.S. (1991). Obras escogidas I. Madrid: Visor.
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Watson, J.B. (1961). El conductismo. Buenos Aires: Paidós (original
en 1925).
133
134
DOCENCIA EN EL GRADO DE PSICOLOGÍA
135
136
Estatus de la asignatura Historia de la Psicología en el nuevo
Grado en Psicología
María José Sampedro Vizcaya y Dolores Ponte Fernández
Universidad de Santiago
[email protected]
Palabras clave: EEES, Titulación de Grado en Psicología, materia de
Historia de la Psicología.
Los estudios universitarios en España, en la actualidad,
atraviesan momentos de transición y adaptación a las nuevas
exigencias del Marco Europeo de Educación Superior. Ello conlleva
importantes cambios tanto a nivel general, la estructura de las
titulaciones, como particular, el distinto peso de las materias, la
organización de los contenidos teóricos y prácticos, la secuenciación
de los mismos, etc., Todo ello exige una reorganización conceptual
profunda y meticulosa del sistema educativo universitario en su
conjunto, así como una reflexión acerca de los diferentes niveles de
implicación derivados de la nueva ordenación académica. En esencia,
se podría decir que la mayoría de estos cambios se derivan de la nueva
dimensión que ha adquirido el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya
que gracias a la utilización de diferentes metodologías y sistemas de
evaluación, desplaza el foco de interés que tradicionalmente se
centraba en el docente o en los contenidos al discente.
En el caso particular de los estudios de Psicología, estos
cambios han sido previstos y regulados, y están recogidos en su mayor
parte, en el Libro Blanco de Estudios de Grado en Psicología editado
por la ANECA. Aún así, persisten las diferencias en la interpretación
que cada Universidad ha hecho de dichos estudios, las cuales se hacen
patentes en la configuración final del título de Grado en Psicología
que cada universidad ha diseñado y oferta.
En concreto, dichos estudios están presentes en treinta y tres
universidades españolas, entre públicas y privadas, y si bien existe una
heterogeneidad en la configuración final de la titulación, en lo que se
refiere a la materia de Historia de la Psicología, apenas se aprecia
dicha dispersión, dado que está presente prácticamente en todas ellas y
con un peso bastante uniforme, seis créditos es el valor que más se
repite. Además, en todos los casos tiene un carácter básico u
obligatorio. Esta uniformidad no debe sorprendernos, dado que en la
propuesta del Libro Blanco se contempla un primer bloque de
contenidos formativos que reza: “Psicología: historia, ciencia y
137
profesión”, con un peso de 7 créditos (2,9% del total) y detalla los
contenidos mínimos que debe incluir dicha materia.
Esta aparente uniformidad se rompe al analizar aspectos no
regulados a un nivel más profundo y que son de extraordinaria
importancia a la hora de diseñar e impartir una materia tan compleja
como es la Historia de la Psicología y adaptarla al nuevo Espacio
Europeo de Educación Superior, con todo lo que esto comporta de
innovación educativa y búsqueda de materiales alternativos que
consigan centrar el proceso de aprendizaje en el estudiante. En este
trabajo pretendemos ahondar en esos aspectos no regulados de la
nueva asignatura de Historia, algunos formales, como el área de la que
depende, el momento curricular en el que se imparte, el número de
créditos, su carácter obligatorio o no; y otros menos formales como la
orientación, la bibliografía utilizada y recomendada, los materiales y
recursos en los que se apoya, la distribución entre clases expositivas e
interactivas, los diferentes criterios de evaluación, etc. Para ello hemos
llevado a cabo un estudio descriptivo a partir de los programas de
dicha materia publicados por las universidades donde se oferta esta
titulación, con el propósito de perfilar el status quo de la materia de
Psicología: historia, ciencia y profesión en la titulación de Grado de
Psicología en España.
Referencias bibliográficas
Mestre, V. (2007). La Historia de la Psicología en el futuro de la
enseñanza universitaria. Revista de Historia de la Psicología,
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Mestre, V.; Nácher, M.J.; Soler, V.; Tur, A.M.; Samper, P.; Cortés,
M.T. y Dolz, L. (2006). La psicología e España a través de los
symposia auales de la Sociedad Española de Historia de la
Psicología. Revista de Historia de la Psicología, 27 (2/3),
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Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre por el que se establece la
ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE n.º
206, pp. 18770.
Samper, P.; Mestre, V.; Tur, A.M.; Otero, A. y Falgás, M. (2008). La
situación de la Historia de la Psicología en el currículo de
psicólogo. Revista de Historia de la Psicología, 29 (3/4), 211221.
138
Sesiones interactivas de Historia de la Psicología en el marco de
Bolonia
María del Mar Bernal Rivas
Universidad de Santiago
[email protected]
Palabras clave: Plan Bolonia, Historia de la Psicología, clases
interactivas, motivación hacia el aprendizaje, competencias
transversales.
Desde 2010 estamos inmersos en un cambio que, a pesar de
haber sido debatido y explicado a través de múltiples análisis, sigue en
muchos casos produciéndonos desconcierto. En este trabajo,
aportamos nuestra experiencia en la adaptación al Plan Bolonia de la
materia de Historia de la Psicología.
Los ejes que han guiado nuestro proyecto son, por un lado, el
nuevo modelo de Universidad Documento Marco (2003) que se intuye
en las actuales etiquetas que rigen nuestros programas y que supone
un cambio profundo en el rumbo de la enseñanza; el profesor antes,
transmitía sus conocimientos sobre la materia mediante clases
magistrales y el alumno, hábilmente tomaba apuntes y repetía los
contenidos en el examen. Hoy, la ingente cantidad de información que
se maneja a través de las múltiples fuentes a nuestra disposición,
excede la fantasía de cualquier maestro de antaño. Modelos virtuales,
interactivos y compartidos, están a disposición de cualquier curioso y
ello modula, inevitablemente, los roles del profesor y del alumno. El
reto al que nos enfrentamos es ilusionante, la función del profesor
hoy, es la de dirigir al alumno en su proceso de aprendizaje, en su
crecimiento intelectual y personal y en su capacitación social y
laboral. Para ello disponemos de tres herramientas fundamentales:
clases expositivas, interactivas y tutorías.
Por otro lado, consideramos que las características específicas
de la materia de Historia de la Psicología, la hacen especialmente
adecuada para seguir las pautas del nuevo modelo. No es casual que
mucha de la literatura vertida sobre el plan Bolonia se haya producido
desde éste área. Mestre, (2007). El carácter transversal de la
asignatura, posibilita el papel aglutinador de los contenidos de otras
materias; el “estudio de la historia” debe proporcionar un esquema de
conocimiento (marco teórico-metodológico-práctico), que integre de
manera constructiva los contenidos de las demás disciplinas de grado,
aspiración a la que ni podemos ni debemos renunciar. Solo a través
139
del conocimiento de la historia, nuestros estudiantes alcanzarán esa
visión global, necesaria, para obtener un cuerpo epistemológico
estructurado y unitario; visión de la que, sin duda, adolecen cuando se
les enseñan parcialmente los distintos procesos y contenidos
específicos de cada área. Además, el hecho de impartir docencia en el
primer cuatrimestre, nos invita a establecer la impronta actitudinal y
cognitiva que ha de guiar al alumno durante el resto de su formación.
Es el momento de motivarlo al cambio de hábitos, de promover el
gusto por el estudio programado, el interés por la obtención de
conocimientos y comprometerlo a la implicación personal en su
proceso de aprendizaje.
Partiendo de estos supuestos, presentamos un proyecto
innovador que hemos implantado en nuestra actividad docente.
Diseñamos como parte integrante del programa y broche del proceso
de aprendizaje, la realización de un Congreso de Estudiantes de
Historia de la Psicología, en el que los alumnos participan con
trabajos (comunicaciones o posters) realizados en grupo bajo nuestra
supervisión periódica y constante. Los trabajos versan sobre un eje
común y cada grupo elige un tema que ha de ser original y excluyente.
A través de esta actividad comprometida, conseguimos
motivar al alumno hacia el aprendizaje a la par que, trabajamos una
serie de destrezas y competencias transversales y ampliamos la
temática del programa, profundizando en los conocimientos en
colaboración con otras materias. El Congreso les proporciona,
además, un amplio y profundo repaso del temario. Proyectamos esta
experiencia con el propósito de que aprendieran a cuestionar,
distinguir, relacionar y enfrentar contenidos. Pretendemos que
adquieran y desarrollen una serie de destrezas: manejo de datos,
búsqueda y síntesis de información, expresión y conocimiento
estructurado, exposición de contenidos con lenguaje técnicamente
correcto, utilización de normas estandarizadas para presentar informes
científicos y, todo ello, a través del trabajo en equipo, donde
desarrollan la corresponsabilidad, la implicación personal, el
liderazgo, la competitividad intelectual y se entrenan en el debate
científico, practicando también la capacidad de evaluar y
autoevaluarse.
Destacamos de esta experiencia, el alto grado de satisfacción
alcanzado, el ambiente intelectual generado en torno al congreso y la
calidad de los trabajos realizados, según los resultados analizados.
140
Referencias bibliográficas
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2003). La integración
del sistema universitario español en el espacio europeo de
enseñanza superior. Documento-Marco.
Mestre, V. (2007). La historia de la psicología en el futuro de la
enseñanza universitaria. Revista de Psicología 28 (2-3), 77-83.
Rubio, A. y Alvarez, A. (2010). Formación de formadores después de
Bolonia. Madrid: Díaz de Santos.
Zabalza, M.A. (2003). Competencias docentes del profesorado
universitario calidad y desarrollo profesional. Madrid:
Narcea.
141
Título de Grado de Psicología: ¿Cuál es la situación de la Historia
de la Psicología?
Paula Samper García, Mª Vicenta Mestre Escrivá, Ana Mª Tur Porcar
y Elizabeth Malonda Vidal.
Universitat de València
[email protected]
Palabras clave: Historia de la Psicología, Planes de estudio, Espacio
Europeo de Educación Superior.
La Universidad española está ahora mismo inmersa en un
proceso de transformación con la implantación de los nuevos Grados,
proceso que requerirá un seguimiento y una evaluación. El objetivo
general del título de grado en Psicología es formar profesionales con
los conocimientos científicos necesarios para comprender, interpretar,
analizar y explicar el comportamiento humano y con las destrezas y
habilidades básicas para evaluar e intervenir en el ámbito individual y
social a lo largo del ciclo vital, con el fin de promover y mejorar la
salud y la calidad de vida. Ello incluye conocimiento sobre los
procesos psicológicos, las etapas del desarrollo evolutivo, los
fundamentos biológicos de la conducta humana y las funciones
psicológicas, así como sus principios psicosociales. También deberá
comprender los métodos de investigación y de análisis de datos, así
como los principales métodos de evaluación, diagnóstico e
intervención psicológica en los diferentes ámbitos. Además de estos
conocimientos y habilidades, la formación de grado en Psicología
supone la adquisición de una serie de competencias transversales cuyo
desarrollo se entiende desde un planteamiento de carácter global del
título de Grado, y no tanto dependiente de los bloques formativos
particulares de la licenciatura. En los planes de estudio anteriores de
licenciatura, la Historia de la Psicología era la única materia que
ofrecía a los estudiantes un marco global de la psicología, una visión
integrada de esta disciplina, en los nuevos planes de estudio de Grado
que se han ido diseñando según las directrices de la Convergencia
Europea en los que la dispersión de las materias puede ser mayor (60
créditos comunes a las titulaciones de un Área y 120 más específicos)
la Historia puede desempeñar un papel fundamental en la integración
de los conocimientos propios de la disciplina. El análisis de la
asignatura Historia de la Psicología dentro del conjunto de disciplinas
que conforman el Grado de Psicología nos puede permitir conocer
cuál es la situación actual de la asignatura en el conjunto de planes de
142
estudio de las universidades españolas. En realidad, nos puede
permitir comprobar si hablamos realmente de un proceso de
convergencia o si, por el contrario, el momento coyuntural ha
provocado una distancia entre las universidades españolas a la hora de
contemplar la disciplina en sus planes de estudio a partir del Real
Decreto para la regulación de las Enseñanzas Universitarias en el
Espacio Europeo de Educación Superior. Después de revisar diversos
programas de la asignatura de Historia de la Psicología a partir de las
páginas Web de 73 universidades españolas y de las que ofrecen los
departamentos y profesores de diversas Facultades de Psicología
españolas, presentamos un análisis de la asignatura en los planes de
estudio actuales de Grado de psicología. Se han analizado los
siguientes datos: el departamento de origen, el curso, el número de
créditos, el tipo de asignatura, periodo de impartición, los temas que
contiene. El análisis realizado nos permite conocer la presencia y la
aportación de la asignatura de Historia de la Psicología en la
formación de los futuros psicólogos y psicólogas.
Referencias bibliográficas
Mestre, V. (2007). La Historia de la Psicología en el futuro de la
enseñanza universitaria. Revista de Historia de la Psicología,
28(2/3), 77-83.
Navarro, J. J. y Valero, M. (2009). Adaptación de asignaturas al
Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Cuaderno Taller.
Universitat Politécnica de Catalunya. Centre Formación
Universitat Valencia.
Real Decreto 1125/2003, de 5 de septiembre, por el que se establece el
sistema europeo de créditos y el sistema de calificaciones en
las titulaciones universitarias de carácter oficial y validez en
todo el territorio nacional. BOE nº 224, pp. 34355-34356.
Real Decreto 1393/2007, de 29 de Octubre por el que se establece la
ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE nº
206, pp. 18770.
Villa, A. (2006) El proceso de convergencia europeo y el papel del
profesorado. Foro de Educación, 7-8, 103-117.
143
144
HISTORIA DE LA METODOLOGÍA E INSTRUMENTOS DE
MEDIDA EN PSICOLOGÍA
145
146
Teorías psicométricas de la inteligencia: la Escuela de Londres
frente a los modelos multifactoriales norteamericanos.
Juan Antonio Mora Mérida
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Psicometría, inteligencia, análisis factorial.
En el estudio psicológico de la inteligencia se distinguen dos
grandes paradigmas: el psicométrico y el cognitivo. Las teorías
psicométricas se apoyan en procedimientos estadístico-matemáticos,
mientras que las cognitivas lo hacen en la metodología experimental.
Los modelos psicométricos tratan de describir la estructura de las
capacidades intelectuales, los cognitivos intentan comprender su
funcionamiento en términos de procesos.
Esta comunicación se ocupa específicamente de las teorías
psicométricas de la inteligencia y, más en concreto, de cómo la
elección de determinados procedimientos matemáticos puede dar
lugar a distintas concepciones teóricas.
De acuerdo con Sternberg y Berg (1992), el estudio
psicométrico de la inteligencia se fundamenta en tres presupuestos: 1)
la naturaleza de la inteligencia se puede analizar mediante el estudio
de las diferencias individuales ante determinadas tareas cognitivas; 2)
las técnicas matemáticas, como la correlación o el análisis factorial,
aportan información acerca de la estructura de las capacidades
intelectuales; y 3) los instrumentos de medida del rendimiento
intelectual son determinantes en el estudio de la inteligencia, por lo
que deben estar adecuadamente construidos y validados.
Las teorías psicométricas de la inteligencia se han elaborado
fundamentalmente a partir del análisis factorial. Esta técnica permite
reducir las múltiples correlaciones que existen entre un determinado
número de variables a un pequeño número de factores. Estos factores
explican las variables de las que se extraen con un cierto grado de
generalidad. En este sentido, es posible hablar de: a) un factor
general, presente en todas las variables de un determinado dominio; b)
factores de grupo, representativos sólo de una parte de las variables; y
c) factores específicos, presentes en una única variable. A partir del
tratamiento estadístico de las variables que presumiblemente subyacen
a las aptitudes humanas, es posible delimitar su estructura
organizativa. Sin embargo, las soluciones factoriales no son unívocas.
Por lo general, están guiadas por hipótesis acerca de la naturaleza de
147
los factores que se esperan obtener. En el estudio psicométrico de la
inteligencia se distingue entre soluciones factoriales ortogonales y
oblicuas. Las primeras presuponen la independencia de los factores,
las segundas permiten establecer relaciones de dependencia entre
ellos.
Los procedimientos factoriales fueron introducidos en el
estudio de la inteligencia por Charles E. Spearman (1863-1945) a
principios del siglo XX. Spearman (1923, 1927) elaboró un modelo de
la inteligencia constituido por factores dispuestos en orden jerárquico.
Esta concepción de las capacidades mentales tendría continuidad en
los trabajos de Cyril L. Burt (1941, 1949) y Philip E. Vernon (1950).
Estos tres autores son considerados representantes de la denominada
Escuela de Londres, más por su origen común y la concepción que
comparten de la inteligencia y de su análisis que por formar parte de
un grupo de colaboración estable.
Paralelamente, en los Estados Unidos, Louis L. Thurstone
(1887-1955) abordaba el estudio de las capacidades mentales a partir
del análisis factorial múltiple. Mediante la rotación ortogonal de los
factores, Thurstone (1924, 1938) desarrolló una noción de la
inteligencia entendida como un conjunto de capacidades
independientes. Este planteamiento sería posteriormente retomado por
autores como Joy P. Guilford (1967). En cierto sentido, los modelos
multifactoriales norteamericanos venían a ser una respuesta a la
concepción de la inteligencia de la Escuela de Londres.
A través de una sucinta exposición de estos desarrollos
teóricos, nuestra intención es poner de manifiesto cómo el empleo de
procedimientos matemáticos en ámbitos aplicados de la Psicología no
da lugar necesariamente a puntos de vista convergentes.
Referencias bibliográficas
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148
Sternberg, R. J. y Berg, C. (1992). Intellectual development. Nueva
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Thurstone, L. L. (1924). The Nature of Intelligence. Londres: Kegan,
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Thurstone, L. L. (1938). Primary Mental Abilities. Psychometric
Monographs, nº 1.
Vernon, P. E. (1950). The Structure of Human Abilities. Nueva York:
John Wiley.
149
Marbe’s Rotator
Nicola Curci
Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia)
[email protected]
Key words: rotating disk theory of colour
In the 1895 Zimmermann’s Catalogues, the No. 14 and No.
15, were dedicated to a device invented the previous year by the
German psychologist Karl Marbe. It was a disk mixture apparatus
which made possible for the first time the change of the sizes of two
sectors during rotation, with the relative size of the sectors readable
during operation.
The current paper focused on the aim and the use of this
instrument, whose importance laid in the fact that it was extremely
significant not only for Marbe’s direction of research, but also in the
complex of the investigations into colour theories.
Disk colour mixture, i.e. an additive colour mixture where the
stimuli do not represent direct lights from light sources but light
reflected from objects, has a very long history that dates back to the
2nd century AD with Ptolemy’s observation that a fusion of colour
occurs when a spinning multi-coloured potter’s wheel reaches a
certain speed. A similar idea was expressed eight hundred years later
by the Persian natural scientist Alhazen. Further hypotheses about the
cause of the mixture were formulated in the late 17th and early 18th
centuries. More precisely, in 1763 the Austrian physician and natural
scientist Antonio Scopoli, used disk mixture in classifying insect
colours. Two years later, the physicist Chevalier D’Arcy measured the
persistence of a rotating visual image using a glowing piece of coal. In
the 19th century disk-mixture studies, which showed “accidental
colours”, afterimages and complementary colours, paid attention to
quantitative information by focusing on empirically based colour
systems. An example of these attempts was the 1810 “colour-sphere”
proposed by the painter construction of the proportion of all mixtures
of the colours with each other, and their complete affinity Otto Runge
in the same year in which Goethe’s Theory of Colours was published.
As the title of Runge’s work suggested, it concerned the “construction
of the proportion of all mixtures of the colours with each other, and
their complete affinity”. Several years later, in 1855, James C.
Maxwell used the disk-mixture device of his own design to advance
colour theory. By 1860 he switched from a spinning disk to a visual
150
colorimeter to match spectral colours with spectral primaries. A few
years later the American Nicholas Odgen Rood proposed a new model
of Maxwell’s diagram on the basis of many experiments using rotating
discs:
Following his interests in the fluctuations in visual sensations,
on which Marbe had written an article during his studies in Bonn
under the guidance of Götz Martius, in whose private institute he also
wrote his doctor’s thesis on the visual sensations emerging from
subsequent stimuli, he explained in 1930 in an autobiographical note
that he had invented this “apparatus for shifting sectors
(Sektorenverschiebungsapparat) […]” when he was a young
physician during his stay in the Leipzig Institute of Wilhelm Wundt.
As he had heard that the Berlin Physikalisch-technische Reichsanstalt
was working on the possible solution to the change of the sectors of a
rotating disc during the rotation, he dealt with the question, completed
his apparatus and published it “considerably sooner than the
Reichsanstalt finished its efforts”.
It was this rotational device which remained in the following
Zimmermann’s catalogues.
References
Marbe, K. (1894). Vorrichtung zur successiven Variirung der
Sectoren rotirender Scheiben und zur Ablesung der
Sectorenverhältnisse während der Rotation. Centralblatt
für Physiologie, 7, 811-813.
Marbe, K. (1895). Bemerkungen zu meinem Rotationsapparat.
Centralblatt für Physiologie, 8, 833-834.
Marbe, K. (1930). Autobiography. In C. Murchison (Ed.), History
of Psychology in Autobiography (Vol. 1, pp. 181-213).
Worcester, MA: Clark University Press.
Mülberger Rögele, A. (1994). La aportación de Karl Marbe a la
Psicología: un enfoque crítico. Publicacions de la
Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra.
Paulitsch, C. (1995). Rekonstruktion eines Farbvariators und seine
Entwicklung. Goethes Jahrbuch, 112, 403-406.
Paulitsch, C. (2005). Psychologische Apparate (pp. 64-65). Passau:
Universitätsverlag Passau.
Zimmermann, E. (1903). XVIII. Preis-Liste über psychologische
und physiologische Apparate (pp. 3-4). Leipzig.
151
Instruments for the re-employment of the maimed: the inventions
of Jules Amar
Luigi Traetta
University of Foggia (Italia)
[email protected]
Key words: Psychotechnics, Amar, Re-eployment, Re-education,
Prosthetics, Human machine.
In 1917, speaking about the devices used at the London Red
Cross Clinic for the Physical Treatment of Officers, Robert Fortescue
Fox, a British pioneer in physical medicine, recalled that “Professor
Amar has created a school of measurement in France in connection
with disablement. He is a very able worker in the physiology of work.
[…] In all the great centres of physical treatment in France, and in
connection with the re-education of disabled soldiers for occupations,
one meets with the instruments of […] Professor Amar”.
The aim of the current paper is to provide a historical
reconstruction of the pioneering work of the French physiologist Jules
Amar (1879-1935), who firmly believed in the importance of applying
the thermodynamic model borrowed from the biological physics of the
19th century to the analysis of scientific work. Although very wellknown in the first decades of the 19th century – in 1913 he became
director of the Laboratoire de recherche sur le travail muscolaire
professionnelle founded at the Parisienne Conservatoire des Arts et
Métiers – his name has been forgotten in the world of
historiographical research.
As Fortescue Fox pointed out, Amar applied psychophysiological procedures not only to the field of work but also to the
performances of wounded soldiers and disabled veterans who needed
to be redeployed and re-educated, and it was his work in this field that
led him to devise the instruments mentioned by Fortescue Fox; these
included the arthrodynamometer, the cycle ergométrique, the
gyrographe.
The first of them, the arthrodynamometer was made in 1915
in order to measure the values of the angular shifts of the limbs and
the absolute efforts of a given muscular group. It was of fundamental
importance in Amar’s research, which dealt with the analysis of
energetic waste during work and the subsequent restorative action of
the body.
152
The cycle ergométrique was an adaptation of the stationary
bicycle, i.e. an ergometer made by Wilbur Olin Atwater and Francis
Gano Benedict in 1903 in order to measure body metabolism. Amar’s
model consisted of a cycle connected to a kymograph and a Maelzel’s
metronome.
The aim of the invention of the third instrument, the
gyrographe, was the re-education of the arm.
However, physical re-education could not be separated from
mental re-education. Distancing himself from the “rational
gymnastics” which had saddled the French physical education system
to a militaristic style up to the the end of World War 1, Amar adopted
the line that resistance to mental fatigue needed to be strengthened.
The human machine and the inanimate machine – he argued in 1914 –
were two very different things! The first “does not feed entirely on a
single combustible, whatever it may be. Its fuel must realize the
fundamental condition of being capable of maintaining a reserve”. He
was in favour of “the weekly day of rest, which […] the Divine will
has laid down as a sovereign physiological law, gives the needed
opportunity for rest and recuperation, and is a check to the avarice of
the employer”.
Both de La Mettrie’s concept of the human machine and
Marey’s similar concept of the animal machine seemed to have been
surpassed! Physical physiology had become social physiology.
References
Amar,
J. (1915). Sur la rééducation fonctionnelle. Un
arthrodynamomètre. Comptes rendus hebdomadaires des
séances de l’Académie des sciences, 160, 559-562.
Amar, J. (1916). La prothèse et le travail des mutilés. Paris: Dunot
et Pinat.
Amar, J. (1917). La rééducation professionnelle des mutilés de
guerre. Bulletin de la Société d’encouragement pour
l’industrie nationale, 116, 94-124.
Amar, J. (1920). The Human Motor or The Scientific Foundations
of Labour and Industry. (E. P. Butterworth and G. E.
Wright, Trans.) London-New York: Routledge-Dutton
(Original work published 1914).
Panchasi, R. (1995). Reconstructions: Prosthetics and the
Rehabilitation of the Male Body in World War I France.
Differences: A Journal of Feminist Cultural Studies, 7,
109-140.
153
154
HISTORIA DE TRATAMIENTOS Y MÉTODOS EN
PSICOTERAPIA
155
156
Influencia de Freud sobre la concepción del psiquismo en la
terapia cognitiva de Aaron T. Beck
Miguel L. Martín Jorge
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Terapia cognitiva, psicología cognitiva, psicoanálisis.
La psicología cognitiva y la terapia cognitiva surgen
aproximadamente en el mismo momento y en el mismo lugar: años
50-60 del siglo XX en Norteamérica. A pesar de ello, en un principio
ambas corrientes se desarrollan de forma independiente. Uno de los
primeros referentes de la terapia cognitiva es Aaron T. Beck (1921-),
médico formado en la tradición psicoanalítica que ejerce inicialmente
como docente e investigador en el Departamento de Psiquiatría de la
Universidad de Pennsylvania. Su insatisfacción con la teoría y la
práctica psicoanalítica le llevan a desarrollar una forma de tratamiento
psicológico alternativo. Pese a que la terapia cognitiva aparece como
un método terapéutico distinto y, en cierto modo, contrapuesto al
psicoanálisis, es posible reconocer la influencia de Freud en algunos
de sus conceptos básicos. Esta influencia resulta particularmente
evidente en la concepción del psiquismo que encontramos en los
primeros trabajos de Beck (1967, 1970).
Apreciamos una primera coincidencia entre Freud (1895) y
Beck (1967) en la forma de desarrollar el núcleo teórico que sustenta
sus respectivas terapias. Ambos elaboran una teoría especulativa a
partir de la práctica clínica. Sus estrategias terapéuticas se
fundamentan en explicaciones formuladas ad hoc para justificar los
fenómenos que observan en la consulta. En Beck (1967) el concepto
de esquema, central en su enfoque, se plantea como una entidad
(hipotética) que el paciente no experimenta como tal, pero cuya
existencia es necesaria presuponer para: 1) dar cuenta de la
regularidad y predictibilidad de la conducta y 2) garantizar una
exposición teórica formal.
En esta exposición teórica, Beck (1967) plantea una distinción
entre estructuras y procesos, sugiriendo que la mente se encuentra
organizada en dos niveles fundamentales. En el primero, más
superficial, se localizan los procesos mentales de los que el sujeto se
sirve ordinariamente, teniendo una conciencia más o menos clara de
ellos. El segundo nivel, más profundo y menos consciente, da cabida a
las estructuras que condicionan el funcionamiento del primer nivel:
157
los esquemas. La subordinación funcional de los procesos a los
esquemas viene a reproducir, en cierto modo, la preeminencia que
Freud (1915, 1920) concede al inconsciente en el funcionamiento de
la mente.
En el plano evolutivo, Beck (1967) sostiene que la estructura
profunda de la mente se consolida durante las etapas tempranas del
desarrollo. En este período de la existencia, el individuo genera una
amplia variedad de conceptos sobre sí mismo y el mundo que, en el
futuro, determinan su grado de ajuste psicológico. El trastorno está
vinculado a esquemas desadaptativos que se desarrollan ante
experiencias tempranas de carácter traumático. La presencia de estos
esquemas es condición necesaria, aunque no suficiente, para la
aparición del trastorno mental.
Al igual que Freud (1895), Beck (1967) justificó la
dominancia del núcleo profundo de la mente sobre sus estratos más
superficiales en términos materialistas. La hegemonía que los
esquemas desadaptativos ejercen sobre la mente del enfermo es
consecuencia de que éstos fueron energizados como resultado de un
trauma psicológico. Esto hace que la activación actual de la estructura
correspondiente genere un estallido de energía, que es experimentado
como una emoción dolorosa. El modo en que Beck (1967) expone este
planteamiento nos retrotrae a las explicaciones fisicalistas de Proyecto
(Freud, 1895).
El pleno dominio que los esquemas desadaptativos ejercen
sobre el pensamiento del enfermo (depresivo) le imprime
determinadas características: irracionalidad, pérdida de objetividad,
automaticidad y carácter primitivo e infantil (Beck, Rush, Shaw y
Emery, 1979). En esta caracterización se aprecia la huella de la
concepción freudiana del inconsciente, entendido como un sistema
primitivo, integrado por contenidos concretos, donde no rigen los
principios de la lógica, atemporal, subjetivo y totalmente desvinculado
de la realidad (Freud, 1915).
Por último, en lo que a la práctica clínica se refiere, Freud
(1915, 1917) y Beck (1967, Beck et al, 1979) coinciden tanto en el
diagnóstico del problema como en la finalidad del tratamiento, aunque
difieren significativamente en la manera de llevar a cabo este último.
El origen del trastorno mental reside en estructuras mentales situadas
por debajo de la conciencia, entidades psíquicas conformadas durante
etapas tempranas del desarrollo y malogradas por vivencias
traumáticas. Los síntomas del trastorno, en cambio, se manifiestan en
la superficie. Ante la imposibilidad de manipular directamente el
núcleo profundo del psiquismo, verdadero origen del problema, el
158
terapeuta se sirve de procedimientos indirectos, modificando los
contenidos y procesos conscientes de la mente con el propósito, en
última instancia, de incidir sobre sus estructuras subyacentes. El modo
en que uno y otro autor tratan de llevar esto a la práctica es
completamente diferente. A pesar de ello, puede apreciarse cómo la
concepción de la mente humana que, parcialmente, ambos autores
comparten tiene un correlato en el propósito de sus respectivas
terapias.
Referencias bibliográficas
Beck, A. T. (1967). Depression: Clinical, experimental, and
theoretical aspects. New York: Harper and Row.
Beck, A. T. (1970). Depression: Causes and treatment. Philadelphia:
University of Pennsylvania Press.
Beck, A. T.; Rush, A. J.; Shaw, B. F. y Emery, G. (1979). Cognitive
therapy of depression. New York: Guilford Press.
Freud, S. (1895/1950). Entwurf einer psychologie. Frankfurt: Fisher.
Freud, S. (1900). Die traumdeutung. Leipzig: Franz Deuticke.
Freud, S. (1915). Das Unbewusste. Internationale Zeitschrift für
Psychoanalyse, 3(4), 189-203 y (5), 257-269.
Freud, S. (1917). Vorlesungen zur einführung in die psychoanalyse.
Viena: Heller.
159
Desarrollo histórico del concepto de personalidad límite: Las
aportaciones de Otto Kernberg (1928-1967)
Elena Quiñones Vidal y María Peñaranda-Ortega
Universidad de Murcia
[email protected]
Palabras clave: Otto Kernberg, psicoanálisis, personalidad límite o
borderline, psicoterapia.
Desde la primera mitad del siglo XIX, en la literatura
especializada, ya se describían casos de pacientes afectados por la
llamada patología moral, en la que no había una historia de
enajenación mental con delirios y alucinaciones, pero tampoco se
observaba un funcionamiento normal y un adecuado comportamiento
de los sujetos a las normas sociales existentes.
M. H. Stone (1986) se recogen algunos los artículos más
significativos publicados a lo largo de los últimos cien años. Allí se
puede apreciar cómo hacia 1880, los términos bordeline, límite, van
tomando forma, en función de las características de los hospitales
psiquiátricos de la época.
En el presente trabajo, las autoras analizan el recorrido
histórico del concepto límite desde el escrito de Pinel sobre el
emportement maniaque sans délire en su Tratité MédicoPhilosophique sur l´aliénation mentale (1809) hasta las aportaciones
de los psiquiatras y psicólogos huidos del nazismo.
Es a finales del XIX, cuando se diseñan los dos grandes
campos diagnósticos basados en dos conceptos no muy precisos como
eran la psicosis y la neurosis, siendo este último un cajón de sastre
donde cabían todas las enfermedades nerviosas menos graves. Y allí
se ubicó esa forma de carácter, en la que el paciente conserva su juicio
de la realidad, pero es disfuncional en la vida tal como señala Irving
C. Rosse (1880) quien alude a un tipo de población enferma, pero no
en el sentido psiquiátrico estricto del momento
Posteriormente, el psicoanálisis proporciona una de las pocas
herramientas terapéuticas en el magro arsenal de la psiquiatría de la
época. Al mismo tiempo la escuela inglesa, se animaba a extender los
límites de la tratabilidad a los psicóticos con un optimismo incipiente
que sólo dejaba fuera de la accesibilidad a esquizofrénicos
deteriorados.
Hay una falta de medicamentos adecuados, y se adolece de un
tratamiento específico,
160
Por lo que cuadros que hoy etiquetaríamos como condiciones
psicóticas engrosaban la extensa franja límite que existía entre las
neurosis y las psicosis.
James Cowles Prichard, (1935), Kasanin (1933) y Kleist
(1933) tratan a estos pacientes, en su mayoría jóvenes con síntomas
psicóticos agudos muy parecidos o indistinguibles de los
esquizofrénicos, pero con excelente resultado, y con muy buen
pronóstico.
Greenacre (1941)
diferencia entre la angustia de los
borderline de la generada en otros trastornos. Hay vínculos obvios
entre esa angustia y la famosa pulsión de muerte de Melanie Klein o
con la posterior agresión constitucional de Otto Kernberg. Otra
aportación de Greenacre es lo que ella llama predisposición a la
ansiedad, que luego con Kernberg se va a convertir en baja tolerancia
a la ansiedad, ítem que va a recoger el DSM en su momento.
En la década de los cuarenta, Helen Deutsch, alude a un
grupo de pacientes caracterizado por tener una relación emocional
pobre, tanto con el mundo exterior como consigo mismo, si bien es
verdad que no lo denomina con el término borderline.
Al mismo tiempo, Melitta Schmideberg (1947) describe a
estos pacientes como difíciles planteando que estos pacientes
necesitaban un tratamiento psicoterapéutico distinto al que se hacía
entonces. Robert Knight, en su artículo de 1953 “Borderline States in
Psychoanalytic Psychiatry and Psychology” presenta una precisa
mirada hacia cuáles eran las condiciones clínicas asociadas al estado
borderline.
En 1964, Edith Jacobson nos muestra las diferencias entre las
representaciones de self realistas y las representaciones anheladas o
deseadas del self. Kernberg bebe de aquí y de Erikson en su decisivo
constructo: “difusión de identidad” Otto Kernberg en su artículo
Borderline Personality Organitation”, publicado en el Journal of the
American Psichoanalytic Association (Vol. 15, pp. 641-685, 1967)
describe cuáles son los aspectos sintomáticos, estructurales y
genético-dinámicos de los desórdenes de la personalidad fronteriza
Considera – y esta es su gran contribución- que los pacientes
que ocupan un área limítrofe entre las neurosis y las psicosis, deben
ser denominados con el término organización fronteriza de la
personalidad, ya que las etiquetas que venían utilizándose hasta ahora,
como estados fronterizos, hacen alusión más a una estado transitorio,
pasajero, que a una organización patológica de la personalidad
duradera, específica y estable.
161
Referencias bibliográficas
Kernberg, O. F. (1967) Borderline personality organization. Journal
of the American Psychoanalytical Association, 15, 641-685.
Kernberg, O. F. (1975). Borderline Conditions and Pathological
Narcissism. New York: Jason Aronson.
Pinel, P. (1809). Traité médico-philosophique sur l'aliénation
mentale. J. A. Brosson: Paris.
Rosse, I. C. (1880) Clinical evidence of borderline insanity. Journal of
Nervous and Mental Disease, 17, 669-683. En M. Stone (Ed.)
(1986) Essential Papers on Borderline Disorders. One
hundred Years at the Border. (pp. 32-44) New York and
London: New York University Press.
Stone, M.H. (1986) The Borderline Syndromes: Constitution,
Personality and Adaptation. New York: McGraw-Hill
162
La confesión como tecnología psicológica. Una aproximación
genealógica.
Florentino Blanco Trejo y José Carlos Loredo Narciandi
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Confesión auricular, historia de la psicoterapia,
genealogía de la subjetividad, tecnologías del yo, auto-objetivación.
La estabilización como práctica de la confesión auricular
cristiana en el siglo XIII es la culminación de un largo y complejo
proceso a través del cual diversas técnicas de subjetivación previas se
articulan internamente para ponerse al servicio de una forma de poder
al tiempo religioso y político. En efecto, el Concilio de Letrán (1215)
acaba con las prácticas de autoinculpación y penitencia públicas
(exomologesis) y consagra la confesión auricular privada y la
penitencia personalizada (exagoreusis) (Foucault, 1990) como forma
de control pastoral y político. A través de la confesión el poder
religioso, que es a estas alturas también poder político, se convierte en
una forma de regulación o control de la conciencia individual, y no
sólo del comportamiento público. Esta idea de un control de la
conciencia, de la vida interior, de los creyentes/súbditos se expresa
con claridad en la obsesión, propia ya del Concilio de Letrán, por
diferenciar el verdadero arrepentimiento (contricción) y
arrepentimiento aparente por temor a la penitencia o al castigo divino
(atricción) (Delemeau, 1992).
Aunque el proceso histórico que lleva a la confesión auricular
es muy complejo, defenderemos que las figuras culturales sobre las
que cobra sentido en términos genealógicos son:
(1) las prácticas de examen de conciencia y autorrevelación,
basadas en la honestidad y la sinceridad (parresía) y que son
garantizadas a partir del Concilio de Letrán por el secreto de
confesión;
(2) las prácticas de autocontrol y autodisciplina (askesis), que
constituyen una suerte de disciplina o dominio del yo, sin el
cual no es posible conocer la verdad necesaria para guiar
nuestras vidas y hacerlas virtuosas;
(3) las prácticas legales de tasación de la culpa procedentes
del derecho germano, en las que inspiran los monjes
irlandeses para la redacción de penitenciales en los que se
establecen, entre otros extremos, la penitencia que le
163
corresponde a cada pecado concreto. Los penitenciales
consiguen que el temor metafísico al castigo divino o a la
condenación eterna se conviertan en formas de penitencia
objetivas y fáciles de anticipar.
La sofisticada tecnología de la culpabilidad que sanciona la
dinámica de la confesión y la penitencia en el ámbito de la intimidad
del confesionario y de las conciencias individuales se sostiene gracias
a una estructura gubernamental (i.e., de gobierno de las mentes) que,
especialmente en el mundo contrarreformista, no distingue entre el
poder civil y el religioso. Es en este contexto de obsesión
contrarreformista por el control moral y político de las conciencias
individuales en el que proliferan los manuales de confesión que
cobrarán pleno sentido en el proceso de evangelización y control
político de los indígenas en las colonias (González, 2002; González,
2010) y cuyas similitudes con los manuales de terapia cognitivoconductual actuales hemos puesto de manifiesto en otro lugar (Loredo,
2005).
Aunque resultaría absurdo defender que la confesión auricular
constituye una suerte de antecedente histórico de la psicoterapia
moderna, sí cabe decir que resulta imposible entender el sentido
histórico de esta última sin el fondo cultural que proporciona la
primera (Loredo, 2005). No se trata, por tanto, de dar por supuesta la
psicoterapia, sino de problematizarla. Avalada por una psicología
académica científicamente garantizada y protegida por los colegios
profesionales, la psicoterapia es hoy el principal vehículo para la
regulación socio-técnica de la experiencia privada (Blanco, 2002). Así
como la estructura de la experiencia del pecador se amoldaba a un
esquema recurrente formalizado en las prácticas de confesión, así
también la estructura de la experiencia del individuo actual se amolda
al esquema general de la psicoterapia. Las formas de autorrevelación
estoicas y cristianas se fueron sofisticando como consecuencia de la
alfabetización y la lectura, así como de las diferentes
materializaciones del consejo psicológico, que se han extendido entre
la dirección espiritual, las medicinas morales (como el mesmerismo o
la sugestión), los grupos de ayuda, las sectas, etc., y que en la época
contemporánea tienen a la psicoterapia formal como el referente
institucional por antonomasia, para bien o para mal.
Referencias bibliográficas
Blanco, F. (2002). El cultivo de la mente. Un ensayo histórico-crítico
sobre la cultura psicológica. Madrid: Antonio Machado.
164
Delumeau, J. (1992). La confesión y el perdón. Las dificultades de la
confesión, siglos XIII a XVIII. Madrid: Alianza. (Orig. 1990.)
Foucault, M. (1990). Tecnologías del yo y otros textos afines.
Barcelona: Paidós. (Orig. 1988.)
González, A. (2010). Análisis y repertorio de los tratados y manuales
para la confesión en el mundo hispánico (ss. XV-XVIII).
Huelva: Universidad de Huelva.
González, J.R. (2002). Sexo y Confesión. México: Plaza y Janés.
Loredo, J.C. (2005). La confesión en la prehistoria de la psicología.
Anuario de Psicología, 36 (1), 99-116.
165
La dialéctica entre ciencia y psicoanálisis: el cientificismo
contemporáneo interrogado por las elaboraciones de Jacques
Lacan y el “Cercle d’épistémologie” (1964-1969)
Héctor García de Frutos
Universidad de Barcelona
[email protected]
Palabras clave: Psicoanálisis, ciencia, Jacques Lacan, Cercle
d’épistémologie.
La posibilidad de una relación exitosa entre el psicoanálisis y
la ciencia fue, durante muchos años, la ilusión de Freud. Hoy, algunos
psicoanalistas (y algunos científicos) siguen ilusionados. El dictamen
de un neurocientífico como Kandel (2005), por ejemplo, ilustra
claramente una línea de fuerza bajo la cual esta relación sería posible:
la vigilancia. El psicoanálisis, teoría de la mente rica y elaborada, verá
su potencial incrementado y su existencia asegurada si la praxis es
controlada por observadores científicos externos, y si su teoría se
fundamenta en los nuevos avances de la neurociencia cognitiva.
Esta orientación es tomada por algunos psicoanalistas,
abanderados por los trabajos de Mark Solms (2003), padre y fundador
de una nueva disciplina, muy de moda en el mundo anglosajón: el
neuropsicoanálisis.
Creemos que hay una lógica que explica el nacimiento y la
pasión contemporánea por este nuevo campo: se trata de anudar el
efecto de verdad de la disciplina fundada por Freud a un objeto no
demodé, sino sublimado en este siglo XXI: el cerebro y sus imágenes.
La verdad, pues, capturada por la mirada, coloreada o controladora,
según el talante. La mirada de la ciencia salvará así al psicoanálisis de
su erradicación inevitable, pues se sabe que es una disciplina arcaica y
superada.
Ante eso no puede no emerger, por su ausencia en la ecuación,
el saber, bajo la forma de episteme: es por esto justamente por lo que
hay que preguntar a esta nueva disciplina.
Defenderemos que la reflexión más compleja sobre la ciencia
y el psicoanálisis elaborada hasta hoy puede encontrarse en la obra del
psicoanalista Jacques Lacan. Es en su escrito ‘La ciencia y la verdad’
(1966), así como en su décimo primer seminario ‘Los cuatro
conceptos fundamentales del psicoanálisis’ (1964/1973) dónde se
interroga por el tema con más dedicación, auxiliado por el concepto de
sujeto, ubicado entre el saber y la verdad. Estamos en París, son los
166
años previos a mayo del 68: una época en que la intelligentsia francesa
vivía un esplendor fuera de lo común…
Por aquel entonces, algunos alumnos de la École Normale
Supérieure ya habían empezado a asistir a los seminarios de Lacan
quién, excluido de su lugar de analista didacta por su Société
Française de Psychanalyse (fue la condición que impuso la IPA para
aceptar a la sociedad en su seno), encontró cobijo gracias a la
intervención de Althusser y Lévi-Strauss en la ENS.
Varios de estos alumnos fundaron poco después el Cercle
d’épistémologie, así como los Cahiers pour l’anayse, auténticos
campos de debate dónde se discutió y se publicó a grandes maestros
del pensamiento del siglo XX: desde Gödel, hasta Foucault, pasando
por Cantor, Russell o Derrida. Los fundadores de este movimiento,
también politizado, contaban poco más de veinte años, como es el
caso de Jacques Alain Miller, Yves Duroux o Jean Claude Milner.
Pero su formación epistemológica era ya sólida y se apoyaba en la
lingüística, la lógica, la filosofía y el psicoanálisis.
El primer artículo del primer volumen, escrito el primer día
del 1966, es una advertencia, podemos decir incluso que una
declaración de principios: allí, un joven Miller de 22 años define en
nombre del grupo a la epistemología como historia y teoría del
discurso de la ciencia. Ciencia que incluiría al psicoanálisis, a la
lógica y a la lingüística, en tanto se las nombra ahí como ciencias de
análisis.
Nuestro propósito a lo largo de la comunicación será tratar de
esbozar la dialéctica que puede hallarse entre una línea logicista que
concibe al psicoanálisis como una ciencia formal del discurso, y la
posición más cauta de Lacan en esos años, que desemboca en la
pregunta: ¿qué ciencia podría incluir al psicoanálisis?
Por supuesto, en este contexto, toda la problemática consiste
en constituir el que sería propiamente el objeto del psicoanálisis, ese
objeto a tan lejano del que cautiva a la ciencia hoy: el cerebro, sus
cortes y su fragmentación funcional neo-frenológica.
Referencias bibliográficas
Duroux, Y. (1966). Psychologie et logique. En Cahiers pour
l’analyse, 1, pp. 31-36.
Kandel, E. (2005). Psychoanalysis and the new biology of mind.
Washington DC: American Psychiatric Publishing, Inc.
Lacan, J. (1964/1973). Les Quatre Concepts fondamentaux de la
psychanalyse. Paris: Seuil.
167
Lacan, J. (1966). La science et la vérité. En Cahiers pour l’analyse, 1,
pp. 6-28. Buenos Aires: Siglo XXI.
Lacan, J. (2005). Mon enseignement. Paris: Seuil.
Miller, J.-A. (1966). Avertissement. En Cahiers pour l’analyse, 1, p.
4.
Miller, J.-A. (1966). La suture. En Cahiers pour l’analyse, 1, pp. 3749.
Roudinesco, E. (1986). Histoire de la psychanalyse en France.2.
1925-1985. Paris: Seuil.
Solms, M., & Turnbull, O. (2003). El cerebro y el mundo interior.
México: Fondo de Cultura Económica.
168
La psicología positiva* del Dr. Tomás Maestre Pérez (1857 -1936)
Juan José Fernández Teijeiro
UNED – Centro Asociado de Santander
[email protected]
Palabras clave:
neuropsicología.
Psicología,
positiva,
neurohistología,
Cajal,
El Dr. Maestre Pérez ha sido una de las figuras destacadas de
la medicina española en ese período anterior a la Guerra Civil,
conocido como la Edad de Plata de nuestra cultura. Su especialidad,
en la que fue maestro indiscutible, ha sido la Medicina Legal, pero a
su labor en la medicina forense se une además una profunda vocación
humanística, y un interés especial por la Psicología, la nueva ciencia
que trataba de situarse con rigor científico dentro de las ciencias
naturales. Para el Dr. Maestre, admirador de Cajal y compañero de
claustro en la Universidad Central, en la época de esplendor en España
de la neurohistología, la psicología es neuropsicología y debería
quedar definida como psicología positiva*.
*El término de “positiva” es utilizado por el Dr. Pérez
Maestre significando “positivismo radical”, al establecer la psicología
dentro de las ciencias naturales, en el marco de la neurohistología.
Perfil biográfico
Tomás Maestre nació en Monóvar, Alicante, el 18 de mayo de
1857. A los siete años se traslada con su familia a Murcia. Estudiará
Medicina en Madrid entre los años 1873-1877, y allí, en 1911,
defenderá su tesis doctoral: “Deformidades del cuerpo humano desde
el punto de vista de la Medicina Legal”, calificada con sobresaliente.
Ejerce la medicina en Murcia, pero el paso definitivo en su
vida lo dará al presentarse a las primeras oposiciones que se convocan
al cuerpo de médicos forenses, logrando su plaza en Madrid el 26 de
marzo de 1894.
La cátedra de medicina legal
Logrará en 1903 la cátedra de Medicina Legal de la
Universidad de Madrid. Es el tercer catedrático que la ocupa desde su
creación. Desempeñará con prestigio su labor docente e investigadora
hasta 1929.
169
Otro paso importante fue la creación por su iniciativa del
Instituto de Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría, que pasará a
ser en 1929 la Escuela de Medicina Legal, base para el futuro
desarrollo de la especialidad en nuestro país.
En este Instituto de Medicina Legal se desarrollaron por
iniciativa del Dr. Maestre muchos trabajos de investigación referentes
a huellas dactilares, recogida de muestras de sangre, poroscopias. El
propio Dr. Maestre colaboraba económicamente en su sostenimiento.
También trabajo en investigaciones sobre los procesos cancerígenos y
sobre los glóbulos rojos.
Ingresó en la Real Academia Nacional de Medicina el 27 de
febrero de 1902.
Fallece el 4 de noviembre de 1936. Juan Negrín presidiría el
duelo.
Psicologia positiva*
En 1904 publica “Intoducción al estudio de la Psicología
positiva”. El conocimiento y valoración de esta obra del Dr. Maestre
supone una interesante aportación a la Psicología como ciencia, en ese
esfuerzo realizado por muchos profesionales de la medicina, dentro y
fuera de nuestro país. El trabajo queda enmarcado dentro de un
positivismo radical. El propio autor, ya en las primeras páginas de
introducción, define su planteamiento:
“La Psicología forma hoy ya, por legítimo derecho, parte de
la Historia natural, es una rama de la Biología, y se precisa,
para entrar a su estudio y conocimiento, tener presente un
buen número de datos anatómicos y fisiológicos
indispensables: esos datos, reducidos a esquemas de fórmulas
bien sencillas, son los que constituyen el motivo de mi
trabajo”.
Sobre ese diseño se desarrolla la obra. El momento de su
aparición coincide con el floreciente desarrollo en nuestro país de la
neurohistología. Cajal recibirá el premio Nobel dos años después, y es
precisamente Cajal el que prologa el libro.
Destacaremos de la obra en este resumen algunos puntos:
1. La propia publicación, editada por Bailly- Bailliere, bien cuidada y
presentada en sus 275 páginas. Excelentes esquemas histológicos y
buena redacción del texto, de fácil lectura.
2. La revisión y puesta al día de todas las teorías e hipótesis
neuroanatómicas como base de la neuropsicología.
170
3. El número de citas bibliográficas; 97 en total, de las cuales 19 (20%)
son referentes a las obras de Santiago Ramón y Cajal. Las fuentes
corresponden en su mayoría a neuroanatomistas e histólogos
europeos. Contrasta la ausencia de referencias alguna a otras
corrientes de la psicología (fenomenología, empirismo, funcionalismo,
psicodinámica). Su positivismo es radical.
4. El prólogo de Santiago Ramón y Cajal es una interesante pieza.
Siendo Cajal el neurohistólogo por excelencia, y aun reconociendo el
meritorio esfuerzo del Dr. Maestre en su trabajo, realiza una apertura
de ese radicalismo elementalista: “Aunque nos duela enfriar el
caluroso entusiasmo del Dr. Maestre […} los procesos más
importantes, a saber: la memoria, la asociación, la conciencia, las
operaciones lógicas, la imaginación, la tonalidad sentimental, todo.
En fin, lo más íntimo y trascendental de la vida psíquica,
permanecería en la sombra”.
Referencias bibliográficas
Barajas, J., Leal, T., Muñoz, F. (1910). Conferencias sobre el tejido
nervioso expuestas en cátedra por Don Santiago Ramón y
Cajal, durante el curso 1908-09. Madrid: Establec. Tip. de
Gaceta Administrativa.
Carpintero, Heliodoro (2004). Historia de la Psicología en España.
Madrid: Ed. Pirámide.
Lorenzo Solano, José A. (1992). Biografía del Doctor Tomás Maestre
Pérez (1857-1936). Murcia: CAM.
Maestre Pérez, Tomás (1904). Introducción a la Psicología positiva.
Madrid: Bailly-Bailliere.
Ramón y Cajal, Santiago (1888). Estructura de los centros nerviosos
de las aves. Rev. Trim. Histol. Norm. Patol., 1(1), 1-10.
Ramón y Cajal, Santiago (1905). Histología normal y su técnica
micrográfica para uso de estudiantes. Madrid: Nicolás Moya.
VV.AA: (1997). Cajal y su Legado. Madrid: Fundación de Ciencias
de la Salud.
171
172
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES
173
174
El problema de la psique animal en los estudios de Pavlov acerca
de la digestión
Gabriel Ruiz
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: Pavlov, fisiología de la digestión, psique animal,
experimento crónico.
Cuando I. P. Pavlov (1849-1936) abandonó el Seminario
Teológico de Ryazan en 1869, convertido en un creyente en el poder
de la ciencia para cambiar el mundo y mejorar la humanidad,
difícilmente podía imaginar que sus aspiraciones llegarían a realizarse
hasta el punto de que él mismo se acabaría transformando en un icono
de ese poder. El destino de su viaje era San Petersburgo, la capital
política e intelectual de Rusia y el centro de su todavía incipiente
comunidad científica. En las aulas de su Universidad enseñaban
científicos de la importancia de Dmitry Mendeleyev (1834-1907) e
Ivan Sechenov (1829-1905) y muchos años después Pavlov todavía
recordaría aquellos años con asombro: “En 1870 entraba en la
Universidad de San Petersburgo… Era un momento brillante de la
Facultad. Teníamos profesores que gozaban de una gran autoridad
científica y que poseían excelentes cualidades de oradores”.
Uno de esos profesores, Ilya Fadeevich Tsion (1842-1910),
antiguo discípulo del fisiólogo francés Claude Bernard (1813-1878),
fue el que tuvo una mayor influencia en Pavlov. Durante los dos años
que trabajó en el laboratorio de Tsion, aprendió las técnicas
experimentales y quirúrgicas para el estudio del corazón y la digestión
y adquirió también una visión “bernardiana” de la fisiología, en la
que se concebía al animal como un mecanismo biológico
infinitamente complejo, gobernado por un conjunto innumerable de
factores ocultos bajo el velo de su aparente espontaneidad. Para
descubrir cuáles eran estos factores y cómo regulaban cada una de las
funciones vitales el fisiólogo debía concentrar su estudio en los
órganos, las estructuras responsables de llevar a cabo dichas
funciones.
Tras pasar dos años en el laboratorio de Tsion y finalizar sus
estudios de medicina en la Academia Médico-Militar de San
Petersburgo, Pavlov trabajó en el laboratorio de Sergei Botkin (18321889), médico privado de la familia del Zar. Este periodo (1878-1890)
fue de una gran importancia para su obra posterior, porque durante el
175
mismo acabaría dando un giro radical en su forma de experimentación
fisiológica. Desencantado con el limitado conocimiento de las
funciones vitales que se obtenía utilizando las técnicas de vivisección
tan corrientes en aquella época, Pavlov decidió utilizar el experimento
“crónico”. En este tipo de experimentos se anestesiaba al animal y se
le intervenía en condiciones totalmente asépticas, con lo que tras su
recuperación éste podía llevar una vida totalmente normal; solo
entonces daban comienzo los experimentos. Sin embargo, el
laboratorio de Botkin, pequeño y mal equipado, no estaba preparado
para esta clase de experimentación, y como las contingencias
mundanas también juegan su papel en la ciencia, un inesperado golpe
de suerte llevaría a Pavlov a un laboratorio que reunía las condiciones
materiales que sus experimentos necesitaban.
En 1891 y probablemente gracias a las influencias de Botkin,
Pavlov fue nombrado director de la división de fisiología del Instituto
Imperial de Medicina Experimental, la primera institución rusa
dedicada a la investigación médica. Entre 1891 y 1900, dispuso de
unos medios técnicos excelentes y contó, además, con la colaboración
de un centenar de médicos jóvenes, recién titulados y deseosos de
completar un proyecto de investigación para realizar una tesis
doctoral. Ahora, su ideal científico parecía alcanzable: comprender
cómo interactúan los distintos órganos para llevar a cabo sus
funciones mientras que el animal realiza su vida normal. Para hacer
ello posible, sus colaboradores, sus “manos expertas” en palabras de
Pavlov, llevarían a cabo miles de experimentos en centenares de
perros, ofreciéndole una ingente cantidad de datos acerca del
funcionamiento de las distintas glándulas digestivas. Estos datos le
ayudaron a conformar una nueva interpretación del sistema digestivo:
una “fábrica química compleja” controlada por el sistema nervioso, en
la que cada glándula secretaba de forma refleja la cantidad y la
cualidad de jugo apropiado para el tipo de alimento que pasaba por el
canal digestivo –una interpretación que le valió el Premio Nobel en
1904-. Sin embargo, el funcionamiento automático de esta fábrica se
veía continuamente alterado por la acción de la psique del animal, es
decir, por su apetito, personalidad, disposiciones de ánimo y
preferencias alimenticias.
En este trabajo se explorarán las ideas de Pavlov acerca de la
psique animal en el periodo comprendido entre 1890 y 1897, es decir,
durante sus estudios acerca de la digestión, con un especial énfasis en
comprender la forma en la que hizo frente a este elemento
impredecible y capaz de alterar la actividad de la máquina digestiva,
“un mecanismo artístico imbuido… de sutileza e intencionalidad…”
176
Referencias bibliográficas
Andreyev, L. A. (1937). The Great Teacher and Master of Science. In
memory of Professor Ivan Petrovich Pavlov. The Scientific
Monthly, 45, 158-171.
Asratyan, E. A. (1953). I. P. Pavlov. His life and Work. Moscow.
Moscow: Foreign Languages Publishing House.
Babkin, B. P. (1949). Pavlov: A Biography. Chicago: Chicago
University Press.
Davenport, H. (1992). A History of Gastric Secretion and Digestion:
Experimental Studies to 1975. New York: Oxford University
Press.
Pavlov, I. P. (1902). The Work of the Digestive Glands. London:
Charles Griffin & Company, Limited.
Pavlov, I. P. (1955). Selected Works. Moscow: Foreign Languages
Publishing House.
Todes, D. P. (2002). Pavlov's Physiology Factory: Experiment,
Interpretation, Laboratory Enterprise. Baltimore: Johns
Hopkins University Press.
177
Espiritualismo, intuicionismo e inconsciente en la obra de Henri
Delacroix. Un análisis de sus trabajos de transición de la historia
de la filosofía a la psicología.
Noemí Pizarroso López
UNED
[email protected]
Palabras clave: Delacroix, espiritualismo, intuicionismo, inconsciente.
Henri Delacroix (Paris, 1873-1937), si bien gozó de un gran
prestigio en vida, ha sido y es sistemáticamente ignorado por la
historia de la psicología (Pizarroso y Fruteau, 2005). Se trata de un
olvido lamentable, como tantos otros, cuando descubrimos en su
lectura la sutileza y erudición de sus análisis. Recién salido de la
Sorbona, después de haber contado con Bergson entre sus profesores
de bachillerato, y número uno de su promoción en el examen de
agregación, pasó dos años en Alemania, donde gestó su tesis sobre el
misticismo especulativo en la Alemania del siglo XIV (1900). Es ahí,
en la tradición místico-especulativa, donde Delacroix encuentra las
primeras formas del idealismo alemán, entendiendo el misticismo
como instrumento doctrinal de liberación de la filosofía moderna con
respecto a la religión. Nueve años más tarde volvería sobre el tema del
misticismo en su segundo libro, Estudios de historia y de psicología
del misticismo (1909). En él, ya ha dado un claro viraje hacia la
psicología, título bajo el que obtendría su cátedra en la Sorbona años
más tarde y bajo el que realizaría el resto de su obra. En ese paso
parece haber jugado un papel clave la lectura de William James; su
psicología del misticismo se desarrolla prácticamente como una
corrección a la obra del maestro americano, como hemos mostrado en
otro trabajo (Pizarroso, Balltondre, Castro, 2010). Si bien Pradines ha
hablado de una especie de “conversión”, afirmando que nada en su
primera obra dejaba intuir esta deriva hacia la psicología, para el
propio Delacroix, sin embargo, este orden no hace sino responder a su
propia teoría: antes de estudiar el misticismo de la experiencia
(análisis de los estados místicos: éxtasis, visiones, etc.), había que
analizar la doctrina. Dicho análisis, que requiere de una
documentación histórica, de un análisis institucional, desvela
precisamente las condiciones de posibilidad y de inteligibilidad de la
experiencia mística, de su vivencia y de su formalización. Delacroix
apunta así precisamente a desmitificar su supuesta naturaleza
espontánea, original – divina, en último término. Entre su tesis y esta
178
segunda obra, en los muy primeros años del siglo XX, Delacroix
llevará a cabo numerosas reseñas y análisis críticos, sobre la crítica de
Kant a Swedenborg, la conciencia religiosa de Kirkegaard o el yo
subliminal de Myers, además de análisis explícitos de la obra de
James y de la escuela de psicología religiosa americana en general. Lo
que aquí nos proponemos es un análisis pormenorizado de estos
trabajos, donde Delacroix se muestra mucho más explícito con
respecto a su crítica del espiritualismo y del conocimiento intuitivo así
como sobre la noción de inconsciente – aspectos que terminarán
predominando en buena parte de la psicología francesa, especialmente
en la obra de Bergson- que nos permitirá entender mucho mejor las
bases sobre las que se desarrolla lo que será la psicología de Delacroix
– una psicología que se extenderá del análisis de la religión al lenguaje
y el arte.
Referencias bibliográficos
Delacroix, H. (1899). Essai sur le mysticisme spéculatif en Allemagne
au XIVe siècle. Thèse pour le Doctorat ès lettres. Bibliothèque
historique des grands philosophes, Paris: Alcan, 1900.
Delacroix, H. (1900) Sören Kirkegaard. Le Christianisme absolu à
travers la paradoxe et le désespoir. Revue de Métaphysique et
de Morale, 8, 459-485.
Delacroix, H. (1904) Kant et Swedenborg. Revue de Métaphysique et
de Morale, 12, 559-580.
Delacroix, H. (1905) Myers : La théorie du subliminal. Revue de
Métaphysique et de Morale, 13, 257-282.
Delacroix, H. (1909). Etudes d’histoire et de psychologie du
mysticisme. Les grands mystiques chrétiens, Paris : Alcan.
Pizarroso, N., Balltondre, M. y Castro, J (2010). From James’s
Pragmatism to Delacroix’s Idealism: mystic experience as
psychological object. Comunicación presentada en « William
James and Pragmatism » Coimbra Conference, Portugal, 1213 noviembre 2010.
Pradines, M. (1939). L’œuvre de Henri Delacroix. Revue de
Métaphysique et de Morale, 46, 109-145.
179
Individualismo positivo: individuo y felicidad en la Norteamérica
del siglo XIX como claves del “pensamiento positivo” y de la
actual psicología positiva.
Edgar Cabanas Díaz y José Carlos Sánchez González
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Historia crítica, psicología positiva, individualidad,
bienestar, nuevo pensamiento.
La transformación histórica de la subjetividad moderna va
ligada a una especial densificación del sentido y valor de la
individualidad. Son muchos los factores que conducen a esa imparable
densificación, pero también muy diversos los modelos de
individualidad ejercidos. La psicología académica es un actor decisivo
en la elaboración, discusión y propagación “experta” de estos
diferentes modelos, pero no es, en absoluto, ni la fábrica única, ni la
primaria. Uno de esos modelos de individualidad, que en este trabajo
denominaremos “individualismo positivo”, se gestó y desarrolló en la
Norteamérica del s.XIX como una especie de filosofía individualista
folk sobre el “yo”, una revolucionaria concepción que suponía tanto
una nueva y liberadora filosofía de vida, más adaptada a las
condiciones políticas, sociales y económicas de la época, como una
creíble metafísica capaz de aglutinar determinadas preocupaciones
sanitarias, espiritualistas, ocultistas, religiosas y científicas de enorme
preocupación e interés en la época. La reapropiación académica actual
de esta tradición o modelo de individualidad recibe el nombre de
“psicología positiva”.
Los psicólogos positivos defienden que su línea de
investigación tiene “una larga tradición pero una corta historia” (Rose,
1996, 1998). Una larga tradición en tanto que hundiría sus raíces en un
conjunto de ideas y especulaciones filosóficas sobre la felicidad,
muchas de ellas ya formuladas o derivadas de la cultura clásica griega.
De corta historia, en tanto que su hito fundacional es una obra del año
2000 de Seligman y Csikszentimihalyi, en la que se proclama un
“nuevo” y “científico” campo de estudio desde el cual poder
comprobar o refutar todos aquellos supuestos filosóficos y populares
de los que nuestro tiempo parece ser heredero. Esta forma de presentar
la historia, que podríamos denominar, en términos de G.Canguilhem,
“historia recurrente”, parte de una epistemología de corte positivista y
reduccionista que tiende a naturalizar el concepto de felicidad y a
180
defender su ubicuidad: la felicidad es y ha sido siempre algo
objetivable, así que el método científico ayudará a dar con las esencia
atemporal de la misma, triunfando allí donde históricamente hubo
“especulación”.
Críticos con este enfoque, un creciente número de autores
(Meyer, 1961; Ehrenreich, 2010; Chambers y Hickimbottom, 2008,
Becker y Macerek, 2008; Illouz 2010) han adoptado una sensibilidad
teórica muy distinta para trazar el recorrido histórico, cultural e
ideológico de este peculiar modelo de individualidad sobre el que la
psicología positiva se instala. Siguiendo esta corriente crítica,
exploraremos algunos hitos de la génesis histórica de este peculiar
“individualismo positivo”. Para ello, partiremos del efervescente
contexto religioso, político e intelectual de la Norteamérica de
mediados del s. XIX (Menand, 2001), donde comienza a fraguarse el
mencionado modelo de individualidad como reacción de oposición y
alivio respecto a ciertos aspectos opresores de la doctrina calvinista.
Son decisivos en esta historia los movimientos como el Unitarismo de
W. E. Channing, el Trascendentalismo de R. W. Emerson, el
movimiento de “cura mental” o “ciencia mental”, el “Nuevo
Pensamiento”, así como la insistencia en conocerse, dominarse y
controlarse a sí mismo, característica de la cultura Protestante.
Igualmente, estudiaremos las características más peculiares de
este modelo de individualidad, de entre los que destaca su insistencia
en concebir los problemas vitales de los individuos como problemas
subjetivos derivados de un inadecuado “enfoque mental” por su parte:
lo mismo genera en el individuo una autoconfianza ilimitada en su
poder para crear su propia vida, como insiste violentamente en la
responsabilización del mismo individuo por la producción de estos
problemas (producción que se conceptualiza como causada,
principalmente, por los pensamientos negativos del individuo, y como
debida, primordialmente, a un control negligente de los mismos). A
este respecto, señalaremos algunas de sus consecuencias e
implicaciones. Por último, y en relación con lo comentado
anteriormente, contrastaremos este “modelo de individualidad” con
otros modelos de individualidad que también han sido reelaborados
por la psicología académica (otras vías de la psicología académica),
los cuales nos permiten analizar de modo crítico (no sólo histórica,
sociológica o ideológicamente, sino también psicológicamente, esto
es, desde una psicología teórica distinta, y no menos “científica”) a la
psicología positiva.
181
Referencias bibliográficas
Becker, D. y Macerek, J. (2008). Positive Psychology: History in the
Remaking? Theory and Psychology. Vol.18, No.5, pp.591604.
Chambers, J. y Hickimbottom, S. (2008). Positive Psychology,
Ethnocentrism, and the Disguised Ideology of Individualism.
Theory and Psychology. Vol.18, No.5, pp.563-589.
Dresser, H. (2001). A History of New Thought Movement. First
published by Thomas Y. Crowell Co., New York, 1919.
Electronic Edition Published by Cornerstone Publishing, July
2001. www.cornerstoneBooks.net
Ehrenreich, B. (2009). Smile or Die: How positive thinking fooled
America and the world. Great Britain: Granta Books.
Held, B. (2004). The Negative Side of Positive Psychology. Journal of
Humanistic Psychology. Vol.44, No.1, pp.9-46.
Illouz, E. (2010). La Salvación del Alma Moderna. Terapia,
Emociones y la Cultura de la Autoayuda. Buenos Aires: Katz
Ediciones.
Rose, N. (1998). Inventing our selves: Psychology, power and
personhood. Cambridge university press.
Sánchez, J. C. (2005). Estética y constructivismo: filogenia, historia y
vida humana. Estudios de Psicología. Vol, 26, nº 2, pp. 173193.
Seligman, M. (2005). La Auténtica Felicidad. Barcelona: Ediciones B.
Seligman, M. y Csikszentmihalyi, M. (2001). Positive Psychology: an
Introduction: Reply. American Psychologist. Vol.56, pp.8990.
182
El desarrollo institucional de la enfermería psiquiátrica en España
(1932-1977). Un ángulo ciego en el complejo psi.
María del Carmen Sellán Soto y Antonio Vázquez Sellán
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Psicología, enfermería psiquiátrica, krausismo.
En trabajos anteriores (Sellán y Blanco 2005, Sellán 2006,
Vázquez 2008) hemos señalado algunas relaciones históricas entre
enfermería y psicología. El propósito de esta comunicación es seguir
mostrando las relaciones entre enfermería y psicología a partir de la
influencia krausista. A lo largo del último tercio del siglo XIX en
España, se "importaron", principalmente de Francia y Alemania,
aunque no sólo, ideas filosóficas, psicológicas, médicas y sociales. El
desarrollo institucional de la psicología y de la enfermería españolas
está, en muy buena medida, vinculado directa e indisolublemente a la
trayectoria de un grupo de intelectuales, algunos de ellos médicos,
que desarrollaron colectivamente una obra con muchas vertientes. Al
menos una parte sustancial de estos médicos se encontraba
relacionada con la Institución Libre de Enseñanza, que funda Giner de
los Ríos en 1876, y con la Junta para Ampliación de Estudios (Blanco,
1993), que también surge, aunque bastantes años después, del mismo
impulso ideológico. En esta comunicación revisaremos concretamente
el desarrollo de un espacio disciplinar y profesional dentro de la
cultura enfermera española en el que se hace especialmente visible la
intersección entre ambas disciplinas: la enfermería psiquiátrica, un
espacio en el que se hace aún más evidente la influencia de la Junta
para Ampliación de Estudios en el desarrollo de la cultura enfermera
española, y en cuya gestión histórica tuvo un papel muy destacado
Gonzalo Rodríguez Lafora.
Los nuevos paradigmas que llegan de Europa, en cuanto a
los avances en el conocimiento de las enfermedades mentales, hacen
necesario cambiar la lógica de la asistencia en este ámbito. Así, la
concepción tradicional, que entendía la locura como incurable y que
defendía el supuesto de internamiento perpetuo para las personas que
la padecían, comienza a ser cuestionada. Por estas razones, aparece la
Liga de Higiene Mental en 1927, que comienza a llevar a cabo
propuestas y asesoría para los responsables de las instituciones
psiquiátricas.
183
En 1932, durante la Segunda República, se crea el título de
enfermero psiquiátrico (Sellán, 2007) como consecuencia, en gran
medida, de la influencia de Gonzalo Rodríguez Lafora, como
presidente del Consejo Superior Psiquiátrico. Este Consejo fue creado
por el Decreto de 10 noviembre de 1931. Entre las competencias de
este Consejo estaba la de determinar las necesidades formativas del
personal responsable de la asistencia.
Aunque estos desarrollos garantizan el mínimo de formación
necesaria para el cuidado de enfermos mentales, el desarrollo cabal de
la especialidad no se va a contemplar hasta bien entrados los años 60.
Para ello fue necesaria la unificación de los títulos de enfermera,
practicante y matrona en una denominación única, la de Ayudante
Técnico Sanitario (A.T.S.).
Con el paso del tiempo la enfermería especializada en salud
mental se irá convirtiendo en el territorio propicio para una fértil
colaboración con la psicología, muy especialmente, y en virtud de
algunas razones que ya hemos explicado en otros trabajos, con las
psicologías de corte humanista. Propondremos, para cerrar esta
comunicación, una idea del cuidado que abre paso a una colaboración
seguramente más fiable con la psicología y las ciencias sociales.
Referencias bibliográficas
Bernabéu, J. y Gascón, E. (1999). Historia de la Enfermería de Salud
Pública en España (1860-1977). Murcia: Universidad de
Alicante
Blanco, F. (1993). J. V. Viqueira y la Psicología española de
principios de siglo. Tesis doctoral inédita. Facultad de
Psicología de la U.A.M.
Blanco, F. y Sellán, M.C. (2005). Hacia un modelo historiográfico
sobre las relaciones entre enfermería y psicología. Revista de
Historia de la Psicología, 26 (2-3), 213-219
Carpintero,H. (1995). Psicopedagogía en España (1900-1936).
Becarios españoles en centros europeos. Revista de Historia
de la Psicología, 16 (1-2), 181-200
Carpintero, H. y Herrero, F. (2007) La Junta para la Ampliación de
Estudios y e desarrollo de la psicología española. Asclepio.
Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia, LIX (2),
181-212
Espino, J.A. (1987) La reforma psiquiátrica en la II República
española. En Huertas, R, Romero, A.I. y Alvarez, R. (Coords),
Perpectivas psiquiátricas, pp. 223-230.
184
Sellán, M.C. (2006) La Psicologización del Cuidado: Krausismo,
Psicología y Enfermería. Revista de Historia de la Psicología,
27 (2-3), 127-134.
Sellán, M.C. (2007) Identidad y conflicto en el ejercicio del cuidado.
Una aproximación histórica a la dinámica de la identidad
enfermera en España, Tesis doctoral inédita. Facultad de
Psicología. UAM.
Sellán, M.C. (2009) La profesión va por dentro. Elementos para una
historia de la enfermería española contemporánea. FUDEN.
Madrid.
Vázquez, A. (2008) Maslow más allá de la psicología: influencias
sobre las formas de pensar el cuidado. Revista de Historia de
la Psicología, 29 (3-4), 269-274.
185
Ensayos de institucionalización de la Psicología en la Universidad
española. La cara oculta de la historia.
José Quintana Fernández
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Psicología, institucionalización cátedras, Universidad
española.
La pregunta por el “lugar” de la Psicología en las Instituciones
superiores no tiene una respuesta unívoca para los diversos países,
como tampoco la tiene para cada uno de ellos o para cada etapa de sus
respectivas historias (Viqueira, 1915; Germain, 1942). Sin embargo, la
respuesta acertada a la misma constituye una clave altamente
fructífera para interpretar el devenir histórico de la Psicología de cada
uno de ellos. De entre las muchas dimensiones del problema, dos
tienen para nosotros un especial interés: una, la de la nomenclatura
psicológica; otra, la de la causalidad histórica.
El valor histórico de la posible respuesta a la primera depende
de que el historiador tenga a su disposición un pequeño grupo de
categorías básicas, bien perfiladas, sobre la “re psychologica. Tales
son, p.e., las de Psicología como “ciencia”, psicología como
“tecnología”, psicología como “profesión” y, paralelamente, las de
“psicólogo”,
“tecnopsicólogo”
(psicotécnico)
y
psicólogo
“profesional”; de modo similar, las de “enseñanza de la psicología” y
“formación del psicólogo” (Binghan, 1953). Por lo que se refiere a los
“caminos” que ha seguido o de los “lugares” institucionales en que ha
sido instalada, las categorías “Cátedras de Psicología” (pertenecientes
a Facultades universitarias de una determinada “especialidad”
diferente a ella), “Escuelas de Psicología”, “Facultades de Psicología”
e, incluso, otras como “Institutos”, “Departamentos” o simples
“Laboratorios” de Psicología, habrán de estar bien precisadas antes de
ser aplicadas al devenir de la misma (Quintana, 2004). La ausencia o
la simple debilidad de tales herramientas dejarán al historiador
expuesto a interpretaciones de dicho devenir incomprensibles e
incluso contradictorias. Pues bien, globalmente considerada, la
anterior problemática se halla incrustada en la Historiografía de la
Psicología española (Quintana, 2008). Su origen reside en la forma en
que la historia aparece reflejada en sus fuentes primarias: tanto en los
documentos oficiales como en los relatos escritos de quienes fueron,
en buena medida, agentes directos de la misma (p.e., Simarro, Rodrigo
186
Lavín, Mira, Madariaga, Mallart, Barbado Viejo, Font Puig,
Zaragüeta, Yela, Pinillos, Siguán, Secadas, Monasterio, FernándezAlonso, Polaino-Lorente, etc., etc.). Con demasiada frecuencia, la
lectura de las fuentes oculta o enmascara el tipo real de la “psicología”
a la que se refieren o del “lugar” institucional en que la ubican (Yela,
1953). Uno de los objetivos de la Historiografía de la psicología
española –en el cual incide el presente trabajo- deberá ser el
esclarecimiento de la forma específica en que, en cada momento
histórico, la psicología tomó cuerpo real tanto en las Instituciones del
Estado como en la mente y en la pluma de los referidos agentes
humanos. Ello nos obligará a una relectura crítica de las fuentes
primarias.
Por lo que se refiere a la segunda dimensión, y en relación con
nuestra propia historia de la psicología, la investigación reciente ha
comenzado a poner al descubierto el hecho de que, incluso resuelta la
anterior problemática, queda aún un segundo nivel de análisis, en el
que, más allá de la visión ceremonial y triunfante de la historia, el
historiador logra sumergirse en la intrahistoria de los eventos,
poniendo a la consideración pública su cara oscura, el mundo de las
negaciones de proyectos de progreso, los ámbitos de desencuentro
entre los agentes históricos, y, en todo caso, los factores retardatorios
que determinaron la dirección negativa de su devenir real. Hay, sin
duda, en esta actitud historiográfica un sesgo de iconoclastia, sesgo
que aquí asumo, como lo hice en ocasión reciente (Quintana, 2011),
porque su adopción permite ensayar hipótesis explicativas más
verosímiles y más profundas de nuestra historia.
Esta historia arranca del momento en que la “re psychologica”
aparece por primera vez con la denominación específica “Psicología”
en un Plan de estudios de Facultad universitaria con los caracteres de
disciplina y “cátedra”, y llega hasta el momento en que la Psicología
se instala en la Universidad con el carácter de “especialidad”.
Asumido este criterio, el proceso histórico duró, grosso modo, un
siglo: 1866-1967. El objeto específico de este trabajo es investigar la
parte que de dicho proceso corresponde al último tercio del siglo XIX
y al primero del siglo XX. Deberá ser seguido por otro que haga lo
propio con el tramo 1942-1953, y, finalmente, por un tercero que
cubra la etapa 1953-1966. En todos los casos, el método empleado
será el del análisis cualitativo de las fuentes primarias escritas. Las
utilizadas son: textos legislativos del Ministerio de Instrucción
Pública, Documentos de Archivo (Archivo General de la Universidad
Complutense de Madrid y Archivo General de la Administración) y
textos escritos de los Psicólogos.
187
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188
Pasado y presente de la Psicogerontología a través de la
publicaciones en PsycINFO (2000-2009)
Beatriz Bonete López y Esther Sitges Maciá
Universidad Miguel Hernández de Elche
[email protected]
Palabras clave: psicogerontología, psycinfo, publicaciones.
Aspectos sociológicos actuales como la inversión de la
pirámide poblacional y el propio cambio en la conceptualización de la
vejez, han hecho que en las últimas décadas el interés científico en el
estudio del proceso de envejecer haya experimentado un crecimiento
exponencial, al que no es ajena la Psicología. Así, en la actualidad la
Psicogerontología emerge como un
campo aplicado de gran
relevancia para poder contribuir, desde el conocimiento psicológico, al
bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos más longevos de
nuestra sociedad (Sanduvete, 2004). Sin embargo, tal y como afirma
Pinillos (1980), estamos de acuerdo que, para conocer la esencia e
identidad en profundidad de cualquier disciplina, es necesario conocer
su ontogenia, así como sus máximos exponentes y líneas actuales de
investigación, y es por ello por lo que planteamos el presente estudio,
cuyo objetivo ha sido el analizar las publicaciones científicas que se
han producido en la última década en el ámbito de la Psicología
indexadas en la base de datos PsycINFO. En la línea de los excelentes
trabajos anteriormente realizados por Sáiz, Baqués y Sáiz (1998) y
Latorre, Montañés y Serrano (1999), hemos examinado la evolución
que año tras año ha tenido el término “aging” en la base de datos de la
American Psychological Association: PSYCINFO, que es, como ya
sabemos, una de las bases de datos más utilizada en Psicología. Como
resultado más destacado, podemos constatar el considerable
incremento de publicaciones científicas que se ha producido en esta
temática: desde que el término “aging” se introdujese por primera vez
como palabra clave en el tesaurus de la base de datos en el año 1991,
el aumento de publicaciones en el tema de vejez ha sido notable,
pasando de 566 entradas en el año 2000, hasta quintuplicar esta cifra
10 años después, llegando a 2901 trabajos en el año 2009. Cabe
destacar, y en relación a los autores, que los que más artículos han
publicado en el rango temporal anteriormente indicado (desde el año
2000 al 2009) han sido: Fischl, B.; Fjell, A.M. y Reinvang, I. con más
de 70 artículos publicados por cada uno de ellos. Asimismo, se ha
realizado un análisis de la procedencia académica de los autores, así
189
como de los grupos de trabajo que se han ido desarrollando y que más
publicaciones han plasmado en la base de datos. Podemos destacar a
su vez, que las revistas que más artículos han publicado sobre vejez
han sido: “Journal of the American Geriatrics Society”, “The Journal
of Neuroscience” y “The Journal of Gerontology: Series A, Biological
Sciences and Medican Sciences”. Por último, y en referencia a las
temáticas de los artículos estudiados, se observa el cambio que éstas
han sufrido siendo, hace sólo unas décadas, las áreas más prioritarias
de investigación estaban relacionadas con las enfermedades
neurodegenerativas y la depresión y en la actualidad el mayor
volumen de artículos versa sobre la función cognitiva, la salud o las
diferencias entre edades. Con la realización de este trabajo
pretendemos continuar y actualizar, en la línea de los otros dos que
hemos citado anteriormente, para tener una guía útil y práctica en la
investigación psicogerontológica actual, que refleje una visión
panorámica de los autores más relevantes productivamente hablando y
las publicaciones periódicas más fructíferas en la materia.
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190
Because we see the world in this way.
Canestrari’s (1924 – ) phenomenological interest in optical
illusions.
Maria Sinatra
University of Bari “Aldo Moro” (Italia)
[email protected]
Key words: Visual perception, transactionalism, Ames’ distorted
room, Ames’ trapezoidal window.
In 1993, speaking about his previous research, the Italian
psychologist Renzo Canestrari made a specific reference to his 1953
application of Zazzo’s attention test des deux barrages to normal and
schizophrenic subjects. The importance of this essay lies in the fact
that during the experimental work he became aware that the
phenomenological model allowed for a more accurate interpretation of
the data than the mechanical-analytical approach.
The current paper aims at reconstructing this shift which in
the 1950s led Canestrari to formulate alternative interpretations of
certain illusory phenomena – a topic to which he dedicated attention
right from the first years of his university career – namely the
distorted room and the trapezoidal window, i.e. the illusory figures
invented by the transactionalist ophthalmologist Adelbert Ames in the
1930s probably under the influence of Helmholtz’s principle of
unconscious inference. Ames’ idea that the illusion was a
demonstration of the effect of the perceiver’s assumptions about the
visual world upon his perceptual experience was re-considered by
Allport, Pettigrew, Pastore, Ittelson, Kilpatrick, etc. Consequently,
after a brief review of the main key-points of these various
perspectives in order to better specify the epistemological background
of transactionalism, this paper focuses upon Canestrari’s
demonstrations, which were – it should be emphasised – the outcomes
of accurate and detailed examinations of those perspectives.
Carried out in the same period as the research of another
Italian psychologist, Angiola Massucco Costa, whose Piagetian
education led her to more ‘developmental’ explanations of the
phenomena and thus into dispute with Canestrari, the investigations of
the latter – conducted alone (1956) or together with Minguzzi (1957)
– involved the re-examination of the effects of the rotating trapezium
and the monocular distorted room: according to Canestrari, these
effects were due to the general tendency for perceptual regularity and
191
homogeneity, of a complex origin and partly traceable to the tendency
for “good form”, rather than deriving from mere experience or from
some sort of unconscious experience. Specifically, as far as the first
figure was concerned, the oscillatory movement seemed to be caused
by the tendency for maximum homogeneity emerging among the
partial elements of a unitary structure. As regards the second figure,
Canestrari and Minguzzi argued that the “perceptual straightening”
was a phenomenon concerning all irregular cubic shapes: the breaking
of the perceptual constancy of the properties of human beings and
objects was due to the fact that the distorted room became the main
reference system of the visual field. Thus, the phenomenic size of the
faces had to correspond to the size of the related retinal image.
Consequently, these data had nothing to do with Ames’
empirical top down explanation that based ambiguity upon experience
and knowledge of the external world. However, Canestrari and
Minguzzi’s belief was confirmed the following year by Allport and
Pettigrew: the data they had collected among Zulus (i.e. an African
native population which was supposed to live in a rural environment
different from that characterised by Western buildings and would not
be susceptible to forming assumptions about rectangular distal
objects) revealed their lack of past experience of geometric forms.
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193
Un diálogo entre F. Nietzsche, Max Weber y E. Rohde para una
noción de actividad desde una interpretación genealógica de la
Historia.
María Ángeles Cohen García-Juez
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Rohde, genealogía, historiografía, creencia, actividad.
El objetivo de este trabajo es situar a Erwin Rohde (1845-1898),
filólogo clásico de formación, dentro de una Historia de la Psicología
de corte genealógico así como dentro de la llamada Psicología
Cultural. Rohde ejerce su actitud historiográfica consciente del hecho
de que cualquier mecanismo epistemológico con el que se construya la
historia está en relación dialéctica con el prejuicio sobre el relato
histórico que se va a contar, sobre el proyecto general de indagación.
Así, utiliza una estrategia de análisis que podríamos considerar
genealógica para sacar adelante una particular noción de actividad de
enorme relevancia para una psicología histórica. Rohde afirma que
podemos entender la regulación social y psicológica de la Antigua
Grecia atendiendo al papel regulador de la actividad y de las
categorías psicológicas que cumplía la esfera de la religión, la cual
pavimentaba por completo el resto de esferas que después se irían
distinguiendo. Para comprender las implicaciones de la noción de
creencia de Rohde y de su propuesta historiográfica, lo pondremos a
dialogar con perspectivas acerca del sentido y función de la historia de
autores tan distintos como F. Nietzsche y L.S. Vygotsky, así como con
interpretaciones acerca del papel de la creencia para la organización
de la actividad, en un sentido general, como las de M. Weber e I.
Meyerson. Del mismo modo, distinguiremos esta aproximación
genealógica de otros enfoques genealógicos en historia de la
psicología, en los que destacan autores como Nikolas Rose o Kurt
Danziger.
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La historia de la “ciencia de la historia” de Lazarus (1824-1903) y
Steinthal (1823-1899)
Paolo Contini
Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia)
[email protected]
Palabras clave: Psicologìa de los pueblos, ciencia de la historia,
psicología social.
Un capìtulo importante para la historia de la psicología,
aunque no ha sido todavía discutido dentro de la historiografía
psicológica, es representado por la revista “Zeitschrift für
Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft”, fundada en el 1859 por
Moritz Lazarus y Heymann Steinthal con el objetivo de desarrollar y
divulgar una nueva ciencia del espíritu, la Völkerpsychologie que se
presentaba como una prosecución de la filosofía herbartiana. Esta
disciplina, definida como ciencia del Volksgeist, ósea doctrina de los
elementos y de las leyes de la vida espiritual de los pueblos, y
entonces, como ciencia que tenia el objetivo de explicar con leyes
matemáticas el mecanismo que desde las representaciones simples
llevaba a series de representaciones, a conceptos, a ideas, hubiera
tenido que contribuir a dar a la psicología una base científica. Pero la
Völkerpsychologie suscitó, desde sus primeras formulaciones,
reacciones críticas y discusiones, y algunas de ellas duraron, en fases
distintas, a lo largo de treinta años de la revista.
Con respecto a esto hay que recordar la polémica con Wundt y
el lingüista Paul, por la que Steinthal introdujo en los años ochenta
algunos cambios a la impostación inicial, sobre todo en el ámbito
descriptivo de la Völkerpsychologie.
Retomada con bases y objetivos distintos de los de Wundt,
esta ha tenido en el XIX un importante desarrollo como disciplina
empírica, sobre todo en Estados Unidos. A a finales del XIX, se
manifestó un renovado interés por sus fundadores, como consecuencia
del descubrimiento de su influencia en la formación de Wilhelm
Dilthey, amigo de Lazarus en los años sesenta del XVIII.En Italia,
Antonio Labriola siguió con atención la Völkerpsychologie
encontrando en ella y en su impostación herbertiana inspiraciones e
ideas por su interpretación del materialismo histórico.
A partir de las reflexiones de Herbart sobre la sociedad y la
política cuyo hilo conductor estaba construido por una cierta analogía
entre psique individual y estado, esta comunicación tiene como
196
objetivo la reconstrucción de la concepción de la historia de Lazarus y
Steinthal, analizada en si misma y en las relaciones con esta nueva
ciencia. En este contexto, son objeto de especial atención:
1. La sucesiva tematización de Steinthal de una psicología
general que estaba a la base de la psicología individual y de la
psicología de los pueblos, con la parcial reducción de esta
última a ciencia derivada.
2. La concepción de la historia como disciplina descriptiva y
empírica de los Volksgeister constitutivos de la humanidad y ,
en consecuencia,
3. La “ciencia de la historia”, a la que se atribuye la tarea,
coincidente con la del völkergeschichtliche Psychologie, de
individuar las leyes psicológicas sobre la base de la que se
realizarían los eventos históricos. En cuanto disciplina
racional – que se basaba sobre la perspectiva antiespeculativa
de Humboldt - tenía que poner las bases sobre las que se
podían fundar la historiografía que representaba el
correspondiente entre las ciencias descriptivas.
4. Un análisis puntual de la Geschichtwissenschaft como punto
de unión y convergencia entre ciencias que se ocupaban de las
distintas actividades y relaciones entre los hombres
(geografía, fisiología, economía, antropología, etnología y
psicología). Era gracias a esta colocación privilegiada que era
capaz de fundar de manera verdaderamente científica la
historia, librándola del estado de minoría en el que se
encontraba.
La distinción entre cientificidad ‘objetiva’ de la historia y el
análisis de los procesos psicológicos a la base de la actividad del
historiador, donde valían las leyes de la psicología individual y en
particular, los tres mecanismos fundamentales: de la apercepción, de
la condensación (Verdichtung) y de la sustitución (Vertretung).
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198
Datos psicoanalíticos de la personalidad de Alejandro Magno
Fernando Gil González*
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Sigmund Freud, Alejandro Magno, Interpretación de
los Sueños, Psicología de los personajes históricos, auto-divinización
en Siwah.
En el presente artículo se pretende estudiar la personalidad de
una de las figuras más destacadas de la Antigüedad: Μέγας
Αλέξανδρος. Nuestro protagonista sufre una serie de cambios en su
personalidad provocados por la situación familiar. La postura de
Filipo es paradigmática, ya que su personalidad es oscura y ambigua
(Hammond, 1992). Esto se puede contemplar al ser un individuo
pasional, inteligente y polígamo, siendo sentimientos esenciales en las
Monarquías griegas (Carpintero, 2009; Blázquez, 1989). Todo lo que
le ocurre al padre de Alejandro está potenciado por el consumo de
drogas (oinopotai), y ello potencia en su personalidad un “delirium
tremis” (Escohotado, 1989). Incluso se plantean problemas en su
mente que son estudiados tras el proceso de la transferencia
psicológica (Leaheay, 1997). Esto ya se escribió en los textos de
Plutarco, “Los problemas familiares motivados por los amores y las
bodas de Filipo causaron disturbios que se extendían como por
prestigio en cierta manera desde el gineceo al reino, hasta provocar
graves diferencias y frecuentes desavenencias” (Plutarco, 2007).
La madre de nuestro protagonista, llamada Olimpíade, es una
persona psicológicamente complicada. Esta hipótesis se genera por
sus ataques de histeria fomentados por su marido. Dicha táctica la
realiza Olimpíade con el pretexto de ser protagonista de la política
macedónica (Freud, 1984). La madre de Alejandro ha sido estudiada
en el presente artículo mediante la comparación de los textos
históricos y los postulados freudianos (Caso de Anna O), en donde se
contempla la represión libidinal a través del Psicoanálisis estructural
(Leaheay, 1997).
Tras esto, el entorno familiar se crea de una forma arquetípica
en la sociedad antigua, debido a la existencia de un clima hostil y
desfavorable. También se pueden apreciar rasgos cercanos a la
misoginia, que se identifican con nuestro protagonista. Es importante
*
Agradecimientos a la Dra. Pilar Sánchez Balmaseda y al Dr. Enrique Lafuente Niño
(Dpto. Psicología Básica I, UNED), por su atención y corrección del mismo.
199
resaltar la relación con la madre, que en ausencia del padre y el
consumo de alcohol y drogas, provocará la destrucción de Alejandro.
La figura de Alejandro es también muy enrevesada debido a
que presenta distintas enfermedades mentales, desde su niñez hasta su
muerte (Fernández, 1999), que pueden ser estudiadas mediante el
estudio freudiano (Yo, Ello y Superyó) (Freud, 1984) y la
profundización en los estratos oníricos; (Leaheay, 1997; Freud, 1984;
Gómez, 1997).
La libido de Alejandro es un tema destacado a tratar ya que el
apartado sexual fomenta cambios en la personalidad de los individuos.
Normalmente la sexualidad en la Antigüedad está ligada al amor y al
odio. Tras esto el autor del artículo intentará ayudar al protagonista del
mismo, ante la feroz postura de su padre (Freud, 1984). Este aspecto
será estudiado mediante el empleo del ya conocido “Caso Juanito”
(Freud, 1984) y con los encuentros amorosos con su “φιλος”
Hefestión en Babilonia, donde Alejandro demostrará su interés por los
hombres (Fernández, 1994, p. 17-18), con ello provocará un
“Triángulo Edípico”, no resuelto por no estar identificado con el padre
(Freud, 2004).
La educación de Alejandro, estuvo centrada en el argumento
homérico (Marrah, 2004) y fue impartida por diversos mentores,
fomentó un cambio drástico en su personalidad, orientada hacia la
homosexualidad como un elemento esencial en la Antigüedad
(Kriegsa merad shaft) (Antiseri y Reale, 2010; Fromm, 1990;
Marcuse, 1969). Dicha educación se ha comparado con los estudios de
W. Reich en el Laboratorio de Infancia de Moscú. A través de las
enseñanzas recibidas, la personalidad de nuestro protagonista
cambiará, a través de la labilidad emocional, la locura, el ansia
destructiva motivada por diversos acontecimientos históricos. Se
tratará mediante el estudio de determinados elementos psicológicoinconscientes (impulsos, represiones, afectos, fantasías y vivencias de
Alejandro (Reich, 1984).
Es importante resaltar la interpretación de los símbolos
mediante el estudio de los sueños durante su infancia por medio del
“Ello” y de la Filosofía, que llevarán a nuestro protagonista a creerse
la Auto-divinización en el santuario de Siwah (Freud, 2004; Reich,
1984).
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Meteorology and psychology: the measurement of weel-being
Carmela Ferrandes
Università di Bari “Aldo Moro” (Italia)
[email protected]
Key words: Meteorology, psychology, well-being.
Maine de Biran (1766-1824) was one of the most important
intellectuals in the decades between the French Revolution and the
Restoration.
Biran, who belonged to a family of notables and public
officials, continued this family tradition and survived four regimes
with various appointments. He had selftaught a philosophical and
scientific education and was initially a follower of the thought of the
Idéologues, particularly of Cabanis and of Destutt de Tracy, who had
a great influence on elaborating his theories of development and
decomposition of thought and conditioning habit. Biran published
very little during his lifetime and when he died, apart from the
unpublished works of a theoretical nature, four notebooks were found
which included a diary written by him continually from 1814 to 1824.
This itinerary first took Biran from having been closely
connected to the group of the Idéologues and made him recognised as
one of the masters of the antimaterialistic thought of the early
Nineteenth century. Then, for the same reason, with the advent of
positivism, it made him one of the representatives of spiritualistic
restoration in the French area.
The years from 1814 to 1824 witnessed the peak of Biran’s
political career: viceprefect of Bergerac and then member of the Corps
Législatif under Napoleon, with the Restoration he became the deputy
of the Dordogne at the Chamber of Representatives, an office for
which he was always re-elected except for the 1816 elections.
Biran gets the link between atmospheric conditions and his
psycho-physical experience from the theories of idéologie and from
the climate/behaviour causal system so dear to the philosophes. This
was a matter he also dealt with in his role as guardian of public health:
as vice-prefect of Bergerac, Biran promoted, amongst other things, the
foundation of a Medical Society, whose job also included drawing up
a Plan of medical topography (1810), the first step towards general
Statistics in France to improve the living conditions of its inhabitants.
It considered the nature of the soil, its products, the healthiness of the
air and of the water, eating habits, temperament and the character of
202
individuals, as well as endemic, epidemic and sporadic illnesses of
men and animals.
Meteorological observations represented a privileged means
of investigation in the eyes of the members of Society: they were
assigned to a Commission consisting of four members who were
positioned in the cardinal points of the “arrondissement". They were
responsible for controlling the daily changes of atmospheric
phenomenon and then including them in a monthly bulletin.
The man of science and government, by cataloguing the
external conditioning of the organism, modified the research of
happiness, a typically seventeenth century problem, in the sense of
psycho-physical well-being and brought it into a medical field,
planning the behaviour models. However, as regards the subterranean
modifications brought by external agents, the psychologist concluded,
with a forward looking viewpoint which puts the terms of research
and nature of happiness into an existential sense, that it is neither
obtaining nor defining happiness that counts, but only the awareness
of existing conditioned by our physical state.
References
Azouvi, F. (1996). Maine de Biran. La Science de l’homme. Paris:
Vrin.
La Valette Monbrun, A.de. (1914). Maine de Biran. Essai de
biographie historique et psychologique. Paris: Fontemoing.
Maine de Biran (1982). Oeuvres complètes. Ed. Tisserand. Genève:
Slatkine.
Ferrandes, C. (1995). Maine de Biran et Rousseau: les charmes de
l’écriture et de la réflexion. In Autobiographie et fiction
romanesque (pp. 215-228). Nice: C.R.P.L.
Sledziewski, E. Guibert. (1989). Révolutions du sujet. Paris:
Méridiens Klincksieck.
203
Psicología y trabajo durante las transformación del régimen
administrativo en sector de la salud en Bogota, 1980-2009.
Hernán Camilo Pulido Martínez y Luz Mery Carvajal Marin
Pontificia Universidad Javeriana (Colombia)
[email protected]
Palabras clave: Historia de la psicología, psicologización, prácticas
psicológicas, apropiación.
En esta comunicación se explora, en una perspectiva histórica,
la relación que el conocimiento psicológico y sus prácticas derivadas
han establecido con el mundo del trabajo en el periodo comprendido
entre los años 1980 al 2009. Específicamente, se examinan las
prácticas administrativas de personal en relación con el puesto y
operaciones de la psicología que han tenido lugar en organizaciones
del sector de la salud en Bogota.
En Colombia, la expansión de las prácticas psicológicas en el
sector de la salud es relativamente reciente. Con la privatización de la
salud, la empresarialización de las organizaciones que prestan el
servicio y los requerimientos de la certificación ISO, se ha despertado
un marcado interés en la aplicación de las técnicas vinculadas con el
manejo de los recursos humanos.
Muchas organizaciones que
ofrecen el servicio de salud se han visto obligadas a adoptar nuevas
prácticas de personal que llevan implícito su sello psicológico (PulidoMartinez y Carvajal Marin, en prensa).
Esta interacción entre las prácticas “pre-psicológicas”
relacionadas con el personal y el conocimiento psicológico que traen
consigo los actores que agencian este saber se ha mantenido sin una
mayor consideración por parte de los investigadores (Cruz- Kronfly,
F. 2007). En esta comunicación, entonces se exploran las particulares
formas de apropiación del conocimiento psicológico que ocurren en el
sector, a través de dar respuesta a dos preguntas centrales: ¿cuáles han
sido las prácticas de personal que se han adelantado en las
organizaciones del sector de la salud? y ¿cómo se han transformado
estas prácticas en relación con la introducción-apropiación del
conocimiento psicológico académico?
La indagación se adelantó en dos hospitales universitarios de
alta tecnología. El periodo indagado se estableció en relación con los
cambios vinculados con el proceso de liberalización del trabajo y la
salud que a nivel internacional se anunciaron a finales de la década de
los ochenta, los cuales tuvieron su concreción en Colombia en la
204
década de los noventa. Las transformaciones radicales se sintetizaron
en formulaciones consignadas, por ejemplo, en la ley 50 de 1990 para
la reforma laboral, y en la ley 100 de 1993 para la reestructuración del
sector de la salud.
En términos generales se busca contribuir a la reconstrucción
histórica del lugar y operaciones de la psicología dentro del mundo del
trabajo en un país que más que productor es un receptor activo de este
conocimiento. De acuerdo con los estudios que se concentran en el
lugar que tiene la psicología en las sociedades contemporáneas
(Castel, Castel, y Lovell, 1982; Herman, 1996; Pfister y Schnog,
1992) y en aquellos que examinan el proceso e implicaciones de la
expansión del conocimiento psicológico a diferentes regiones del
planeta (Dgafal, 2004; Molinari, 2004; Castro y La Fuente, 2007; Van
Elteren, 1992; Louw, 2007), más que preguntarse por la constitución
de la disciplina, o por las contribuciones colombianas a la empresa
universal de la psicología, esta comunicación se focaliza
fundamentalmente en qué hace el conocimiento psicológico y sus
prácticas derivadas, que ejercicios de administración del mundo del
trabajo cuando se apropia, adapta, replica e hibridarse dentro del
sector específico de la salud.
Referencias bibliográficas
Castel, R. Castel, F & Lovell, A. (1982). The Psychiatric Society. New
York. Columbia University Press.
Castro, J. & La Fuente, E. (2007). Westernalization in the mirror: On
the cultural reception of western psychology. Integrative
psychological Behavior, 41, 106-113.
Cruz-Kronfly, F. (2007). Del Humanismo Administrativo en crisis:
Rupturas Paradigmáticas. Cali. Artes Graficas del Valle.
Dagfal, A. (2004). Para una estética de la recepción de las ideas
psicológicas. Frenia, 4, 2, 7-17.
Hollway, W. (1991). Work Psychology and Organizational
Behaviour. Managing the Individual at Work. Londres. Sage.
Herman, E. (1996). The Romance of American Psychology. University
of California Press.
Louw, J. (2007). Using history to understand psychology in non
western
countries.
Disponible
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journals.zpid.de/index.php/PuG/article/view/311/347.
Molinari, J.M. (2004). Hacia una nueva geopolítica de la psicología:
prospectiva, conceptos y tendencias. Acta Psiquiátrica y
Psicológica de América Latina, 50, 1, 25-33.
205
Pfister, J. & Schnog, N. (1992). Inventing the Psychological. Toward
a Cultural History of Emotional Life in America. New Haven.
Yale University Press.
Pulido-Martinez, H.C. & Carvajal-Marin, L.M. (en prensa).
Construyendo un sentido en común dentro del área de
recursos humanos de un hospital universitario en Bogotá.
Universitas Psychologica.
van Elteren, M. (1992). Psychology and sociology of work in the
Netherlands within the Anglo-American orbit. In H. Loeber.
(ed). Dutch-American Relation 1945-1961 A Partnership Illusions and Facts, 153-178. Assen. Van Gorcum.
206
Revisión histórica de las teorías sobre la memoria autobiográfica
José Tomás Boyano Moreno
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: memoria autobiográfica, emoción, esquemas.
El modelo de memoria autobiográfica de Conway y PleydellPearce (2000), Self-Memory System (SMS), enfatiza el papel del yo y
las metas activas del individuo en la configuración de la memoria
personal. En esta comunicación se rastrean sus antecedentes, que
cristalizarían en los trabajos pioneros de Bartlett.
En la segunda mitad del XIX, Ribot (1878) impulsa la
investigación psicopatológica de la memoria, mediante la
identificación de trastornos específicos. Según Ribot, necesitamos
resumir la experiencia para poder recordar. Desde la sociología
francesa, heredera de Durkheim, Blondel (1919) propuso que el
entorno social proporciona un marco conceptual, que guía la
percepción de la realidad. Halbwachs (1925), en su teoría sobre los
Marcos Sociales de la Memoria, analizaba la influencia de
costumbres o hábitos sobre la memoria individual. Bartlett, influido
por Rivers (1894), recogió estas ideas para explicar los procesos de
convencionalización, la transformación de los elementos culturales al
ser asimilados por otras culturas.
Con la crítica a Ebbinghaus, se inicia el análisis de la función
de la
memoria en la vida diaria. Bartlett (1932) comprobó
experimentalmente que la memoria no funciona como copia literal de
la experiencia. Para explicar sus datos, utilizó el concepto de esquema,
que Henry Head (1926) había aplicado a la información postural,
implicada en la coordinación motora. El uso de esquemas explicaría
los errores y distorsiones típicos de la memoria humana, pero también
su flexibilidad para enfrentarse a situaciones nuevas. Los esquemas
serían patrones activos, que organizan la experiencia y se actualizan
de forma dinámica. Por tanto, Bartlett ha influido en la consideración
actual de la memoria como un proceso reconstructivo, que involucra
las experiencias previas y los significados atribuidos a los eventos.
Pierre Janet (1928), en Francia, llegaría a una consideración análoga
de la memoria, como un proceso narrativo que se construye en el
momento de recordar.
Frente a Ebbinghaus, Bartlett analiza el fenómeno de la
memoria desde un punto de vista holístico, incluyendo factores
207
emocionales. James (1890) ya argumentaba que la memoria implica,
además de imágenes sensoriales, la conciencia del estado mental
vigente cuando ocurrió el evento y, por tanto, distintas imágenes del
yo en el pasado. La memoria personal, para James, integra un
componente afectivo. Si los recuerdos son identificados como partes
de mi pasado, es debido a su cualidad íntima y cálida. La sensación de
familiaridad, explorada por Höffding (1891) en fenómenos de
reconocimiento inmediato, permite distinguir el recuerdo de la
fantasía, enfatizando las características fenomenológicas de la
memoria autobiográfica, definida por la sensación de revivir el
evento.
Bartlett otorga un importante rol en la memoria a los
objetivos, deseos e intereses del sujeto. La concepción de Brentano del
acto mental, como acto intencional dirigido a objetos externos,
permitirá analizar el papel del yo e introducir conceptos propositivos.
Desde la escuela de Würzburg, dirigida por Külpe, psicólogos como
Marbe, Mayer y Orth, Ach, Watt, Messer y Bühler llevaron a cabo,
entre 1900 y 1907, un programa de investigación, mediante el método
de introspección experimental sistemática. En este contexto, Betz
había investigado el concepto de actitud –Einstellung-, la
predisposición o tendencia que acompañaría a otros contenidos de
conciencia -Vorstellung-, como las imágenes propuestas por Wundt. A
partir de la reacción crítica de Wundt, Külpe no volverá a incluir en
sus libros ningún capítulo dedicado al pensamiento. Sin embargo, esta
visión global de los procesos perceptivos y cognitivos, en los que el
organismo juega un papel activo, sería asumida tanto por Bartlett
como por la Gestalt. Bartlett postuló que el individuo, al recordar,
parte de una actitud, que incluye componentes afectivos y evaluativos.
Después, se completa la información con datos procedentes del
esquema, de forma que el resultado final supone la justificación de la
actitud inicial.
Los elementos que Bartlett integra para explicar los procesos
de memoria – flexibilidad, papel activo del individuo e influencia del
afecto- han sido articulados, con mayor operatividad, por Conway y
Pleydell-Pearce, para formular el modelo SMS, en el que los
recuerdos autobiográficos son construcciones mentales transitorias,
guiadas por un yo operativo. Partiendo de las metas activas, el
working self modula el acceso al conocimiento autobiográfico
conceptual y a la memoria episódica, que constituyen la base de
conocimientos autobiográficos, constructo desarrollado a partir la
noción bartlettiana de esquema.
208
Referencias bibliográficas
Bartlett, F. C. (1932). Remembering. Cambridge, UK: Cambridge
University Press.
Blondel,
C.
(1919). La
Conscience
morbide. Essai de
psychopathologie générale. Paris: Alcan.
Conway, M. A. y Pleydell-Pearce, C. W. (2000). The construction of
autobiographical memories in the self-memory system.
Psychological Review, 107, 261-288.
Halbwachs, M. (1925). Les Cadres Sociaux de la Mémoire. Paris:
Alcan.
Head, H. (1926). Aphasia and kindred disorders of speech.
Cambridge, England: Cambridge University Press.
Höffding, H. (1891). Outlines of Psychology. London: Macmillan.
James, W. (1890). The Principles of Psychology. New York: Henry
Holt.
Janet, P. (1928). L´Evolution de la Mémoire et de la Notion du Temps.
Paris: A. Chahine.
Ribot, T. (1878). Les Maladies de la mémoire. Paris: Baillière.
Rivers, W. H. (1894). Review of O. Külpe´s “Grundiss der
Psychologie au experimenteller Grundlage dargestellt”. Mind,
NS. III, 413-417.
209
La Historia de la Psicología del Deporte desde la perspectiva de
los países del Este
Omar Estrada Contreras y Luis Gustavo González Carballido
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: Historia, Psicología, Educación Física, Deporte,
psicología Soviética.
La psicología del deporte es un área relativamente joven, cuyo
objeto de estudio “lo constituyen las particularidades psicológicas de
la actividad deportiva y del deportista” (García, S. 2000) Aunque el
primer laboratorio de psicología del deporte del mundo fue
establecido por Carl Diem en el año 1920. Del mismo se derivan un
conjunto de tareas tales como el estudio de los fundamentos
psicológicos, de la preparación física, técnica y táctica; las
particularidades psicológicas de la personalidad del deportista, los
fundamentos psicológicos del entrenamiento, la competencia y los
diferentes deportes y la preparación psicológica del deportista para la
competencia. Fue sin duda en la antigua Unión Soviética y gracias al
trabajo de psicólogos tales como Rudick, Puni y Hanin, donde el área
llegó a consolidarse, emergiendo como disciplina de estudio y campo
aplicado entre los años 1947 – 1957. En la Unión Soviética fue donde
se acuño y se introduce el término “preparación psicológica”, gracias
a los trabajos de los anteriores psicólogos. Sus trabajos de centraron
en las necesidades y demandas de cada deporte y deportista.
En los inicios de los años 60, la preparación psicológica para
las competencias, en función de la observación sistemática de las
demandas psicológicas y las necesidades especificas de cada
deportista. En los países de Europa del Este, los principales fueron
RDA y Checoslovaquia. En la RDA se reorganizaron centros con
tradición más espáticos y se centraton en tres ares: aprendizaje motor,
relación activación fisiiologga y la preparación competitiva y las
técnicas de observación. En cambio en Checoslovaquia se creó la
Sociedad Nacional de Psicólogos del Deporte, en 1954, con Miroslav
Vanek como referente.
En Cuba se creó en 1966 el Instituto de Medicina del Deporte
y seis años después su departamento de Psicología. Sus primeros
especialistas, Licenciados de las Facultades de Psicología sin cursar
la especialidad deportiva, se formaron en la práctica profesional bajo
la tutela del psicólogo soviético Vadim Fedchenko. En Cuba se hizo
210
gran hincapié en el trabajo a pie de campo, y desde allí inicio la
investigación sobre técnicas de evaluación, control y entrenamiento,
así como sobre programación y periodización del entrenamiento
psicológico En Cuba hallamos dos periodos: un primer periodo:: pasos
iniciales del arreglo didáctico psicología de la educación física y el
deporte (1961 - 1975) después de creado el Instituto Nacional de
Deporte la Educación Física y Recreación, INDER, que se inicia de
forma escalonada un proceso gradual de transformaciones en la
formación de los recursos humanos, que influirían de forma decisiva
en el desarrollo ulterior de los participantes en la Educación Física, el
Deporte y la Recreación. La apertura de los primeros centros
educacionales, pertenecientes al organismo central de estado, INDER,
asumen en su currículo, el arreglo didáctico psicología de la educación
física y el deporte, como formación básica en los recursos humanos,
encomendándose su introducción y desarrollo, al Dr. Osmel Martínez
Rangel, al completar su formación como profesor universitario en la
antigua Unión de Repúblicas Socialista Soviética, URSS, inicio su
peregrinación por las distintas escuelas deportivas de todo el país,
actualizando a los profesores que impartían el arreglo didáctico
psicología de la educación física y el deporte. El segundo período: del
arreglo didáctico psicología de la educación física y el deporte desde
la universidad (1976 - 1986). En 1976, aparece oficialmente la
primera Universidad del Deporte, , dirigida por el Instituto Nacional
de Deporte Educación Física y Recreación, INDER. En este periodo,
adquirían una importante experiencia en la psicología de la educación
física y el deporte, certificando los primeros programas y planes de
estudios para las monografías de estas en el mapa curricular de la
carrera de Cultura Física. Los primeros profesores universitarios,
asumen la visión de las escuelas europeas, en la que se destaca el
catedrático Puny (1962), los valiosos aportes de Pavlov (1966) a la
neurofisiología contemporánea, y concretamente, a la teoría
reflexológica soviética, Vanek (1970), Rudick (1973, 1974), Kunath
(1976), Rokusfalvy (1984), Gorbunov (1988), los estudios del
profesor Lesgaft en Rusia, que forman parte del banco bibliográfico
sobre los que los primeros especialistas cubanos, abren sus puertas al
conocimiento de la psicología de la educación física y el deporte.
Referencias bibliográficas
Dosil, D. J. (2008) Psicología de la actividad física y el deporte. (2ª
ed.) Madrid: McGraw Hill.
211
Mora, M. J. A. (2003) Historia y panorama actual de la psicología del
deporte en Andalucía. Revista de Psicología General y
Aplicada, 56 (4), 413-420.
Olmedilla, Z. A., Garcés de los Fayos, R. E. J. y Nieto, G. G. (2002).
Manual de Psicología del Deporte. (1ª ed.) Murcia, España:
DM. Librero.
Pérez-Córdoba, E. y Caracuel, J. C. (1996) Psicología del Deporte.
Investigación y Aplicación. Malaga: Instituto Andaluz del
Deporte.
Riera, J. (1985) Una introducción a la psicología del deporte.
Barcelona, Martínez Roca.
Valdés, H. (1998): Personalidad y deporte: avances imprescindibles
para el educador físico. Barcelona: INDE.
Weinberg, R. S. y Gould, D. (2010) Fundamentos de Psicología del
Deporte y del Ejercicio Físico. (4ª ed.), Madrid, Editorial
Medica Panamericana.
Williams, J. M. (Ed.) (1991/1992). Psicología aplicada al deporte.
Madrid: Biblioteca
Nueva.
212
Una historia de la psicología del deporte
Eugenio Pérez Córdoba
Universidad de Sevilla
[email protected]
Palabras clave: Historia, Psicología, Deporte.
Para hablar de la historia de la psicología del deporte, es
necesario trasladarnos a los orígenes de la psicología, es decir una
base común, pero que en ciertos momentos históricos y metodológicos
ha tomado su propio rumbo, pero nunca se ha desligado de la misma.
En este resumen abordaremos una versión de la historia de la
psicología del deporte basado en cuatro periodos que consideramos
fundamentales.
1. Los comienzos (1879-1919)
En este periodo inicial de la psicología hasta el fin de la
Primera Guerra Mundial, consideramos la base de los trabajos de
Wundt, Watson, Thorndike y Becterev. Pero en psicología del Deporte
solo se presentan algunas investigaciones sueltas, sin embargo no hay
formación ni aplicación sistemática, solo hay libros aislados que
hablan del tema.
2. Periodo entre guerras (1920-1945)
En este periodo encontramos dos países que generan la mayor
cantidad de aportación en psicología del deporte, la URSS y USA. En
el apartado investigación vemos que USA en 1920 se enfoca en
estudios del deporte universitario y en 1938 del deporte profesional,
las líneas de investigación que se abordan son el Tiempo de Reacción,
Personalidad, Habilidad Motriz y el Aprendizaje Motor. Por su parte
la URSS en 1920 crean dos Institutos de Cultura Física y en 1930 se
crea un Consejo Superior del Deporte.
En el apartado de Docencia vemos que en la URSS hay
creación de Revistas y Cursos dirigidos para los entrenadores,
inclusive en USA hay también manuales y cursos para los
entrenadores, no para psicólogos.
En el apartado de Intervención, la URSS plantea un trabajo
indirecto con los deportistas a través de la figura del entrenador. Hubo
tres líneas de intervención, motivación, poder mental y tensión
213
precompetitiva. En USA hubo tres líneas de trabajo, aprendizaje
motor, personalidad y liderazgo. Sin embargo Griffith en 1925 tuvo
intervención directa con la Universidad de Illinois y en 1938 trabajo
con los Chicago Cubs, un equipo de Beisbol.
3. Después de la segunda guerra y antes del primer congreso
mundial (1946-1964)
En el apartado de Investigación vemos que la URSS crea
laboratorios para evaluar la personalidad, el aprendizaje motor,
empleando pruebas específicas y registros fisiológicos. Por su parte en
USA investigan acerca de las habilidades motrices, temas perceptivos
empleando experimentos de laboratorio primero para la selección de
pilotos para la guerra y después para el deporte universitario. Pero
Europa Occidental se adentra más en esta área, ya que en la Republica
Federal Alemana se estudia el papel de las instrucciones, Italia estudia
la personalidad, Francia estudia la Motivación y Gran Bretaña el
efecto de la práctica sobre la Inteligencia.
En el apartado de Docencia, vemos que en general hay una
dispersión muy grande entre la teoría y la metodología, no hay una
formación reglamentada, básicamente la formación va dirigida a los
entrenadores.
En la Intervención, vemos que en la URSS hay aplicaciones
aisladas, se trabaja el ideamiento motor y entrenamiento autógeno,
además Vanek en la Olimpiada de Tokio 64, utilizo técnicas de
moldeamiento. Por su parte USA sigue empleando en su mayoría el
método indirecto, trabajando la personalidad y el aprendizaje motor.
En Europa Occidental el abordaje es más teórico, haciendo énfasis en
el evaluación y el diagnostico
4. Consolidación (1965-1985)
Hay una consolidación a nivel mundial de la psicología del
deporte, en 1965 se da el primer congreso mundial en Roma, en 1973
el tercer congreso mundial en Madrid. Se crean las asociaciones, en
1967 la Estadounidense, en 1968 la Europea y en 1986 en la APA la
línea 47 Exercise and Sport Psychology. Se desarrollan una gran
cantidad de revistas y manuales relevantes. La URSS aborda la
intervención directa con los deportistas y establece objetivos a corto y
largo plazo a partir de la Olimpiada de México 68. Por su parte USA a
partir de la Olimpiada de Los Angeles 84 hace una preparación
psicológica importante.
214
En España, los pioneros de la psicología del Deporte fueron J.
M. cagigal, J. Roig Ibañez y J. Ferrer Hombravella, se establecen en
1987 la FEADP y la APDA, impartición de esta asignatura como tal,
pero la aplicación más grande se tuvo en las Olimpiadas de Barcelona
92. En general ha habido un aumento considerable de formación,
investigación e intervención.
Referencias bibliográficas
Dosil, D. J. (2008) Psicología de la actividad física y el deporte. (2ª
ed.) Madrid: McGraw Hill.
Mora, M. J. A. (2003) Historia y panorama actual de la psicología del
deporte en Andalucía. Revista de Psicología General y
Aplicada, 56 (4), 413-420.
Olmedilla, Z. A., Garcés de los Fayos, R. E. J. y Nieto, G. G. (2002).
Manual de Psicología del Deporte. (1ª ed.) Murcia, España:
DM. Librero.
Pérez-Córdoba, E. y Caracuel, J. C. (1996) Psicología del Deporte.
Investigación y Aplicación. Malaga: Instituto Andaluz del
Deporte.
Riera, J. (1985) Una introducción a la psicología del deporte.
Barcelona, Martínez Roca.
Weinberg, R. S. y Gould, D. (2010) Fundamentos de Psicología del
Deporte y del Ejercicio Físico. (4ª ed.), Madrid, Editorial
Medica Panamericana.
215
Intelligence as a life function: revisiting W. James’ and H.
Bergson’s psychological teleology
Paulo Jesus y Maria Formosinho
Oporto Lusophone University (Portugal)
[email protected]
Key words: Intelligence, consciousness, William James.
W. James and H. Bergson seem to hold a strong continuity
between life and intelligence, the latter being conceived as an
evolutionary stage of the former. Hence, the ultimate logic of
intelligent action would be fully bio-logical, that is to say that it
encompasses a teleological mode of functioning, the power of positing
and attaining ends (more recent versions of the same stance can be
found in Jonas, 1966; and Piaget, 1967). Oddly enough, however,
intelligence does not deserve a specific place in W. James’
psychological thought. In fact, there is no single chapter devoted to
intelligence in both long and briefer work on The Principles of
Psychology. Now, one must wonder what this apparent neglect means:
Is it a way of relegating intelligence to a secondary functional position
within the system of human psychological functions? Does it testify to
a non-specific conception of intelligence? Or is it rather a sign of the
epistemological immaturity of the psychology of intelligence at the
time?
Upon identifying and examining the main passages where W.
James makes reference to “intelligence” in the abovementioned texts,
one must acknowledge a very broad definition of intelligence that
points to the semantic identity between “intelligence” and “mentality”.
The first occurrence deals with the very definition of an ontological
realm of mental phenomena in order to establish the epistemological
legitimacy of Psychology as a positive and empirical science. In so
doing, W. James attempts to demarcate the territory of “mind” by
distinguishing two contrastive notions of ends of activities, one that
correlates with a vis a fronte (“an ideal purpose presiding over the
activity from its outset” and exerting a kind of attractive force upon it)
and another one that relies simply on a vis a tergo (converting the end
into “a mere passive result”) (James, 1890/1959: 7-8). He then reaches
the following conclusion that supplies a general principle for
differentiating “inorganic materials” and “intelligent agents”: “The
pursuance of future ends and the choice of means for their attainment
are thus the mark and criterion of presence of mentality in a
216
phenomenon. We all use this test to discriminate between an
intelligent and a mechanical performance.” (James, 1890/1950: 8.) As
W. James describe it, mentality or intellectuality are synonyms and
allow of evolutionary degrees whose opposite extreme poles are the
automatism of reflexes, at the bottom, and the power of will and effort
(accompanied by a proportional complication of consciousness), at the
top. That is why he closes the chapter on the functions of the brain by
defending that, in sharp contrast with the peripheral nervous systems,
“All nervous centres have then in the first instance one essential
function, that of ‘intelligent’ action. They feel, prefer one thing to
another, and have ‘ends’.” (James, 1890/1950: 79.) It follows that the
dynamic flow of consciousness constitutes the main manifestation of
intelligence for it can flexibly adapt the organism to the finest
variations of the environment. More specifically, the flow of
consciousness prefers or chooses some of the incalculable sensations
available, and, thanks to its recollective power or memory, can set the
ends of desire and select the appropriate motor discharges that become
desired as means to those ends. Thus, in the last analysis, intelligence
is a mode of action and a life strategy.
According to our general hypothesis, such conception invites
one to place W. James’ views on intelligence in the context of the
teleological vitalism of the late 19th century whose most gifted
representative would be, to James’ mind, the philosopher of the durée,
H. Bergson (see also Kallen, 2007). In effect, on analyzing the
distinctive and yet overlapping characteristics of matter and memory,
Bergson (1896/2007) elaborates a theory of mind and life that
resonates profoundly with the Jamesian account.
References
Bergson, H. (1896/2007). Matter and Memory (Engl. transl.). New
York: Cosimo.
James, W. (1890/1950). The Principles of Psychology (2 vols.). New
York: Dover.
Jonas, H. (1966). The Phenomenon of Life: Toward a Philosophical
Biology. New York: Harper.
Kallen, H. (2007). William James and Henri Bergson: A Study in
Contrasting Theories of Life. Whitefish, MT: Kessinger.
Piaget, J. (1971/1967). Biology and knowledge: An essay on the
relations between organic regulations and cognitive processes
(Engl. transl.). Chicago: University of Chicago Press.
217
Recursividad, lógica, matemáticas y música: la figura de JeanPhilippe Rameau (1683-1764)
Sergio Mota Verdura y José Manuel Igoa González
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Recursividad, lógica, matemáticas, música, Rameau.
El concepto de recursividad surge en el contexto de las
ciencias formales, en concreto dentro de la lógica y las matemáticas
(Lobina y García-Albea, 2009). El significado matemático primario de
recursividad es el de definición por inducción (Kleene, 1952; Soare,
1996). Un buen ejemplo de aplicación de la definición por inducción
se identifica con el desarrollo de las funciones recursivas primitivas
(Kleene, 1952). Además, la noción de recursividad se relaciona con la
definición inductiva (Kleene, 1952). De hecho, la aplicación de ésta
última sustenta o posibilita la aplicación de aquella (Kleene, 1952).
Un ejemplo de esto último se puede encontrar en la obra de
Wittgenstein Remarks on the foundations of mathematics (1956), en
relación con la definición de los números naturales.
El concepto de recursividad así establecido, es adoptado por la
ciencia cognitiva del lenguaje (Chomsky, 1955/1975, 1965, 1995), y
de la música (cf. Lerdahl y Jackendoff, 1983; Katz y Pesetsky, 2009),
sufriendo adaptaciones tanto en su definición como en su aplicación.
En lo que respecta al dominio de la música, la aplicación del
concepto de recursividad se ha realizado sobre, lo que se podría
denominar, la dimensión «horizontal» de la música, esto es, la
dimensión melódica y los rasgos temporales –por ejemplo, la duración
y el acento– (cf. Lerdahl y Jackendoff, 1983). Sin embargo, JeanPhilippe Rameau (1683-1764), en su Traité de l´harmonie reduite à
les principes naturels (1722), aplica el concepto, tal y como se
definirá en lógica matemática, sobre la dimensión «vertical» de la
música, esto es, sobre la relación armónica de las notas que configuran
un acorde. Mediante la aplicación recursiva deriva, partiendo del
acorde fundamental, el acorde de sexta y, desde éste, el acorde de seiscuatro (Neubauer, 1986).
Referencias bibliográficas
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New York: Plenum.
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219
Creative kindness: Looping effects or myriad ways of a
psychological category*
Floor van Alphen
Universiteit van Ámsterdam (Holanda)
[email protected]
Palabras clave: Clases humanas, Prácticas psicológicas, Historia,
Categorización científica.
According to Ian Hacking human kinds, or the kinds found in
the human and social sciences, perform looping effects. Human beings
are not indifferent to their scientific classification, and with their
subsequent reaction the classification changes. Psychology too is
supposed to be subject to these effects that make scientific knowledge
appear capricious. However, a closer examination of a prototypical
psychological category but atypical human kind, creativity, suggests
that looping effects might not occur throughout psychology. The
scientific classification of creativity has not been very successful, due
to its heavy historical and cultural burden. Yet, for being overloaded
with value, it can hardly be denied that creativity is a human kind.
Kurt Danziger’s approach of psychological categories suggests that
they are value laden human kinds not only for looping but also for
their derivation from the cultural and historical context. This approach
seems more appropriate than Hacking’s in the case of creativity. Also
because it acknowledges the difference between applied and
fundamental psychology. As illustrated by creativity, looping effects
occur for applied psychological categories, however not for their
fundamental counterparts. This has some interesting philosophical and
psychological implications.
References
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*
Parte del trabajo fue publicado como: Efectos bucle en las categorías psicológicas:
una exploración. Psiencia, Revista Latinoamericana de ciencia psicológica, 2010,
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220
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Journal of Human-Computer Studies, 63, 370-382.
221
222
TEMAS LIBRES
223
224
I.A. Sikorsky’s (1842-1919) scientific heritage
Darya Zharova
Nizhniy Novgorod (Rusia)
[email protected]
Key words: Children’s psychology, Mental development, Pedagogical
psychology, Education,Training.
Ivan Alekseevich Sikorsky (1842-1919) was a Russian
psychiatrist, psychologist and teacher, Doctor of Medicine. Moreover,
he was the father of outstanding Russian and American aircraft
designer, Igor Ivanovich Sikorsky.
Professor I.A. Sikorsky was an honorary member of the
Society of Russian doctors, the Kiev Ecclesiastical Academy, French
and Belgian medical societies; the chairman of the Kiev psychiatric
society. He was chosen a member of the International Society of
Experimental Pedagogy for priority research in the field of the
experimental pedagogical psychology. I.A. Sikorsky established his
own journal, “The questions of psychological medicine”, being its
editor since 1896. In 1904 he founded the Medical Teacher Training
Institute for mentally retarded children in Kiev. On I.A. Sikorsky’s
initiative the Female Teacher Training Institute was founded in Kiev
in 1908. I.A. Sikorsky also instituted the first Frebelevsky Institute in
the world (the Institute of child psychology) in Kiev in 1912 [1;47].
The first in Russia experimental research in the field of
pedagogical psychology, under the title “About the phenomena of
intellectual exhaustion of children of school age” (1878-79), belongs
to I.A. Sikorsky. Thus he was the first in the pedagogical field to raise
the question of organizing teaching process according to objective
laws of mental activity of children [3;132]. I.A. Sikorsky’s work
“About the phenomena of intellectual exhaustion of school age
children” was published in France and Belgium; in Great Britain in
1880. The similar research was organized by L. Burgershtein in
Austria, by E. Kraepelin in Germany, etc. In 1882 I.A. Sikorsky
addressed to the International Congress on Hygiene with the report
“About problem children in relation to education” in Geneva.
I.A. Sikorsky’s monograph «Soul of the child» had special
popularity in Germany where it was used as the teaching aid for
preparation of pedagogical personnel.
I.A. Sikorsky was one of the first Russian scientists who paid
steadfast attention to the key importance of the early childhood for
225
education. His systematis research dealt with the development of
children in the first years of life (“Education at the age of the first
childhood”, 1884). This research was the first one in the Russian
science. I.A. Sikorsky generalized results of supervision over his own
children, and also children in the Petersburg Educational House in his
work. The scientist accurately defined the importance of research on
problems of child development for various areas of scientific
knowledge and for practical work in the field of education and
training [7; 84].
Thus, at the beginning of the 20th century I.A. Sikorsky’s
statement about the problem of intellectual education of early and
preschool age children put in the forefront a number of actual
educational-psychological problems. One of the most important issue
was the creation of a new type of education based on profound
knowledge of child psychology. According to I.A. Sikorsky, the
accumulation of objective data about child’s psychic, about
intellectual development will allow to create such pedagogic
expedient conditions which will provide high-grade intellectual
development [2;175].
I.A. Sikorsky took the most active part in public life. A
number of his works touched upon the social issues of alcoholism,
drug addiction, prostitution, suicide and other. And as the researcher
E.I. Kolchinsky pointed out, the First Moscow Congress of the
Russian Psychiatrists (in January in 1887) showed a particular concern
about the questions of moral degeneration of the nation and increase
in number of mental diseases and suicides.
I.A. Sikorsky’s monograph “About stutter” (was translated
into German) has special importance for modern scientific knowledge.
At present I.A. Sikorsky’s book draws the attention of speech
pathologists, psychologists, pediatricians, neurologists, psychiatrists
and all clinical experts dealing with the problems of stutter.
About hundred scientific works were published by I.A.
Sikorsky. Thanks to originality of thought and deep pithiness, their
urgency, the theoretical and practical importance aren’t lost nowadays
[1;95].
References
A.A. Nikolsky «Age and pedagogical psychology in pre-revolutionary
Russia» (1995)
E.V. Omelchanko «The comparative analysis of development of
children's psychology in countries of Western Europe
226
(England, Germany, France) and Russia of the end XIX – the
beginnings of XX centuries» (Moscow, 2007)
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school age children» (Health. 1879 № 104);
I.A. Sikorsky «Education at the age of the first childhood» (1884)
I.A. Sikorsky «The psychological bases of education and training»
(Kiev, 1909) 6. L.N. Obolensky New science "pedology"
(1900)
M. Basov «The general bases of a pedology» (1931)
227
Hacia una teoría general de la acción: Samuel Stouffer (19001960) y la ingeniería de las actitudes
Manuel Sánchez de Miguel y Luis María Iturbide Luquin
Universidad del País Vasco
[email protected]
Palabras clave: Guerra Psicológica, Historia de la Psicología Social,
Actitudes.
El presente trabajo trata sobre los primeros estudios
psicosociales norteamericanos realizados en el contexto de la Segunda
Guerra Mundial y utilizados por el aparato de Inteligencia y Servicios
de Investigación Psicológica dependientes de la Secretaría de la
Guerra (Secretary of War, USA). Para ello se ha tomado como ámbito
cronológico el periodo comprendido entre los años 1930 y 1950, y
cómo ámbito geográfico los EE.UU. y los territorios en los que
intervino militarmente.
En concreto, el Research Branch, institución dependiente de
la Secretaría de la Guerra, inicia su andadura en el año 1941 con el
público propósito de realizar un estudio sobre las actitudes de los
hombres alistados en la armada durante la Segunda Guerra Mundial.
Samuel Stouffer (1900-1960) coordinó dicho trabajo de corte
sociológico y psicosocial, que en buena medida quedó plasmado en el
popular compendio de 4 obras The American Soldier, publicado a
finales de la década de los 50.
Stouffer supo rodearse de un equipo de jóvenes
investigadores, profesores y consultores
procedentes de las
universidades norteamericanas, y concretamente, del ámbito de la
psicología social y de la sociología. Trabajaron sobre las primeras
escalas de actitudes que fueron medidas en cerca de 500.000 soldados,
generando más de 200 cuestionarios diferentes y cerca de 300
informes. Toda esta información sirvió para que se diera un amplio
despegue de la estadística y psicometría en los EE.UU, además de
proporcionar importantes datos para los diferentes departamentos que
dependían de la Secretary of War, entre otros, la OSS (Office of
Strategic Services) dirigida por William Donovan y la Psychological
Warfare Division bajo el mando del General Robert McClure.
No tardaron en darse los primeros desencuentros entre los
universitarios (personal civil de la OSS) y los militares, habida cuenta
que Donovan se sirvió de la producción científica del equipo de
Stouffer -conocida como “psicología blanca”- para su aplicación en la
228
guerra psicológica -psicología negra- contra las fuerzas del eje, en
respuesta a los trabajos que el régimen nazi había desarrollado desde
la psicología alemana.
En esta delicada situación entraron en conflicto los valores
democráticos que hasta entonces habían guiado la sociedad
norteamericana y los intereses bélicos nacionales de los EE.UU. que
trataban de forjar una nueva ingeniería psicosocial, una ingeniería
dotada de nuevas y revolucionarias técnicas capaces de influir en las
actitudes de las personas y en la manipulación de los mass media, tal
cual fue el caso de la conocida serie filmográfica Why we fight?
dirigida por Frank Capra,. La serie fue aplicada masivamente a la
tropa americana en los centros de adiestramiento y reconducida
posteriormente a la población civil de los EE.UU
Cobra especial relevancia la lectura y análisis del documento
secreto interno enviado en enero del 1942 por J. Tryon desde la
Psychological Division al Branch Research en el que se justifica la
investigación psicosocial y su aplicación directa en Francia, Turquía,
Alemania y Japón. Igualmente, la OSS buscaba promover un contexto
de pacificación dulce para el régimen nazi, para lo cual planteó una
serie de acciones orientadas al mantenimiento de la resistencia
alemana contra el régimen de Hitler, cuya “rumorología” tendría un
amplio eco en la prensa americana, y contaría con la ayuda de los
agentes de la OSS en Suiza, Turquía, España y el norte de África, tal
cual queda reflejado en el documento interno secreto de R. Knapp
(1943).
Por otra parte, en junio de 1943, William Langer, catedrático
de Harvard y director del Branch Research, recibió un informe
interno del profesor Hartshorne referente al tipo de vida y la moral de
todos los universitarios que trabajaban en el seno de la OSS,
manifestando su preocupación por la desinformación y
desconocimiento que en general existía sobre el destino y la finalidad
de las investigaciones que se realizaban en la OSS.
Para terminar, se analizan de manera sintética la aportaciones
de los “hombres de Stouffer” a la psicología social norteamericana
post-bélica y el devenir de los servicios de inteligencia
norteamericanos.
Referencias bibliográficas
Clausen, J.A. (1984). The American soldier and social psychology:
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230
Revisión histórica del estudio del razonamiento contrafáctico
Susana Segura
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Razonamiento contrafáctico, psicología social,
psicología cognitiva.
Los condicionales contrafácticos son afirmaciones que se
producen sobre situaciones imaginadas de las que no se puede declarar
que sean verdaderas, por lo que el interés de los filósofos ha estado
centrado en estudiar si es posible aplicar las tablas de verdad de los
condicionales ordinarios a estos condicionales (Lewis, 1973). Sin
embargo, para los psicólogos el razonamiento contrafáctico consiste
en imaginar alternativas y compararlas con la situación actual
(Kahneman y Miller, 1986; Kahneman y Tversky, 1982). Los
psicólogos también lo han denominado razonamiento sobre lo que
podría haber sido porque suele realizarse sobre situaciones ocurridas
en el pasado, y se han centrado en investigar los distintos aspectos que
tienen que ver con la producción de escenarios alternativos a la
realidad. Estos aspectos incluyen tanto las características,
determinantes y funciones de estos razonamientos, como su relación
con otros procesos cognitivos y con las emociones, así como su
aplicación a distintos contextos.
En una primera etapa (del 1982 al 1990), los estudios
estuvieron encaminados a investigar en la facilidad con que las
personas traen a la mente escenarios alternativos y en los
determinantes del razonamiento contrafáctico, en concreto, en las
características de los antecedentes y de los consecuentes de la
situación actual que hacen que se lleven a cabo estos pensamientos.
Estos estudios descubrieron que se construyen escenarios plausibles
que se producen sobre todo ante resultados negativos que han sido
precedidos por acontecimientos excepcionales, controlables, que
implicación acción, que se ven afectados por el orden temporal y que
conllevan consecuencias emocionales negativas (Miller, Turnbull, y
McFarland, 1990).
En una segunda etapa (del 1990 al 1999), se desarrolló un
enfoque teórico desde la psicología social centrado en las funciones de
estos razonamientos: la función de aprendizaje, que aparece sobre
todo cuando imaginamos cómo podría haber sido mejor; y la función
emocional de consuelo, que aparece sobre todo cuando imaginamos
231
cómo podría haber sido peor. Los estudios demostraron algunos
aspectos relacionados con estas funciones tales como sus efectos
beneficiosos y perjudiciales, sus consecuencias a nivel individual
como colectivo o la interrelación que sostienen con las emociones, los
juicios sociales y la toma de decisiones (Roese y Olson, 1995, Roese,
1997).
En una tercera etapa (del 1999 al 2010), este enfoque
continúa sus investigaciones centrado en los aspectos funcionales y
emocionales, en especial, en su relación con el arrepentimiento
(Roese, 2005), aunque simultáneamente se ha desarrollado otro
enfoque desde la psicología cognitiva. Este otro enfoque ha estudiado
las propiedades que comparte con el pensamiento lógico y ha estado
centrado en las características del razonamiento contrafáctico a través
del estudio de la producción parsimoniosa de modelos mentales del
mundo que suponen estos escenarios, en su relación con el
razonamiento causal y en su relación tanto con los juicios de
probabilidad como con la creatividad (Byrne, 2002, 2005).
Para concluir, es necesario señalar que a estas dos
perspectivas diversificadas que coexisten, se complementan y
evolucionan de manera paralela, se les ha añadido un grupo de
investigaciones, que en la actualidad es cada vez más numeroso,
centrado en el análisis de este razonamiento hipotético en distintos
contextos como la historia, la política y el crimen (Mandel, Hilton y
Catellani, 2005). De este modo, el estudio del razonamiento
contrafáctico ha pasado de ser un prometedora área de interés a
convertirse en una parte consolidada del objeto de estudio de la
psicología, poniendo de relieve el alcance de investigar cómo las
personas evalúan la realidad por lo que es pero también por lo que no
es, aunque podría haber sido, y contribuyendo a la consideración de
que la imaginación es una característica vital para el ser humano.
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counterfactual thinking. New York: Routledge.
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Roese, N. J. (2005). If only: How to turn regret into opportunity. New
York: Broadway Books.
233
La memoria del trabajo: la construcción del pasado oficial de la
psicología del trabajo
Jorge Castro Tejerina y Enrique Lafuente
Universidad Nacional de Educación a Distancia
[email protected]
Palabras clave: Psicología del Trabajo, Historia de la Psicología,
Manuales.
En los últimos tiempos, ante las demandas eminentemente
prácticas, competitivas, capacitadoras y profesionalizantes del nuevo
Espacio Europeo de Educación Superior, viene reclamándose
activamente una reflexión y replanteamiento de las funciones
didácticas, identitarias y críticas de la historiografía de la psicología
(Blanco y Castro, 2007; Loredo, Sánchez y Fernández, 2007; Fuentes,
2007; Rosa, 2008; Vera, 2008). Al margen de posicionamientos
programáticos más o menos ambiciosos, creemos que existen varios
estudios empíricos previos valiosos para informar de aspectos claves
de esa problematización; si bien el foco analítico de los mismos estaba
más centrado en la condición teórica y generalista de la disciplina. No
en vano son trabajos que se han ocupado, antes que nada, del ámbito
docente de la historia (Rosa, Blanco y Huertas, 1998; Blanco y Castro,
1999; Sáiz y Sáiz, 2008) y de las introducciones a la misma (Castro,
Jiménez, Morgade y Blanco, 2001).
A la vista de las exigencias ya señaladas del Plan Bolonia,
creemos que actualmente adquiere especial relevancia una atención
similar a las áreas tradicionalmente aplicadas de la disciplina –
educativa, clínica y laboral-. Nuestra inquietud se justifica todavía
más si consideramos la escasa atención que estos aspectos
habitualmente han merecido en los programas y textos de historia
general al uso y, al mismo tiempo, el tipo de actitud y orientación
intelectual a la que podrían conminar narraciones del pasado
restringidas a áreas muy específicas entre estudiantes y profesionales.
En el actual contexto global, particularmente controvertidas podrían
resultar, por ejemplo, recuperaciones del “pasado aplicado”
comprometidas, antes que nada, con aspectos puramente legitimistas y
mercadotécnicos de las áreas; perspectivas que promoverían la
condición tecno-asistencialista del psicólogo profesional en
detrimento de competencias y destrezas útiles para sopesar desde un
punto de vista teórico-crítico las consecuencias socio-históricas,
234
culturales y éticas de la psicología, en general, y de su labor personal,
en concreto.
En relación con ese marco, en esta presentación ofrecemos un
primer análisis de las formas narrativas en que la psicología del
trabajo viene recuperando su memoria oficial. Para ello hemos
identificado los manuales más usados en la impartición de la
asignatura en las principales universidades españolas –como
bibliografía primaria y secundaria- y seleccionado los epígrafes
principales en los que aparecen narraciones amplias del pasado. El
análisis que aquí ofrecemos de tal selección ha seguido una estrategia
básicamente estructuralista consistente, en todos los casos, en
identificar:
1) los eventos históricos relevantes para la psicología del
trabajo y sus transiciones hasta el momento actual.
2) la valoración positiva, negativa, neutra o ambigua de tales
episodios en relación al desarrollo o progreso para el área.
3) el carácter de tales eventos según una versión adaptada de
los niveles de construcción historiográfica propuestos por Rosa,
Huertas y Blanco (1996): socio-cultural, socio-institucional,
biográfico, biográfico-teórico, biográfico-institucional y teóricodiscursivo.
Desde el punto de vista de la que podría ser la “gran narrativa
histórica” de la psicología del trabajo, nuestra estrategia metodológica
permite establecer comparaciones formales, estimar convergencias y
discrepancias entre las diversas reconstrucciones realizadas,
atendiendo a los tipos de autores y episodios que más se mencionan
(su carácter preferencial, la consideración de su relevancia o
pertinencia, etc.). Sin embargo, lo que más nos interesa de la
aproximación metahistoriográfica propuesta es que ofrece la
posibilidad de detectar los perfiles narrativos concretos que están
operando para constituir y ofertar 1) el camino que ha conducido a la
psicología del trabajo hasta el momento actual y, con él, 2) el futuro
esperable y deseable para los estudiantes y profesionales de la
psicología del trabajo. Más en concreto, gracias a la estructura de tales
perfiles podemos detectar y explorar los géneros narrativos (sagas,
romances, etc.) (Hyden White, 1973), los mitos del origen (Samelson,
1974) y las “moralejas de futuro” empleados en los procesos de
construcción y persuasión identitaria. La presentación que realizamos
ofrecerá nuestros resultados y conclusiones al respecto.
235
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de los psicólogos en los manuales de Historia de la Psicología:
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profesional”. Las relaciones entre la historia de la psicología
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University Press.
237
La construcción de la identidad nacional en la escuela del
franquismo: un hecho cognitivo y emocional
Bárbara Arias Gómez
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Identidad nacional española, cuadernos escolares,
educación en el franquismo, psicología, Historia de la Educación.
Esta investigación permite una aproximación al proceso de
construcción de la identidad nacional en la escuela del nacionalcatolicismo. La identidad nacional se puede definir como componente
de la identidad social, refiriéndose a la parte del autoconcepto personal
que se deriva de la pertenencia a una nación (Torres, 1994).
La nación no es una realidad natural sino una representación
simbólica de carácter ideológico y con aceptación social, la cual
requiere del nacionalismo como proyecto cultural y político, compacto
y homogéneo, que interviene en la legitimación del Estado.
Se explica como un hecho cognitivo y emocional creado a
partir de la interacción del individuo en un complejo contexto en el
que se desenvuelven los futuros ciudadanos que el Régimen franquista
debía ser capaz de moldear en las escuelas.
Se estudian los elementos que influyen en el proceso de
construcción nacional de un alumno, reflejado en una colección de
cuadernos escolares que elaboró cuando estudiaba en una escuela rural
de la provincia de Málaga en el último tercio de los años cincuenta. Se
utilizan los cuadernos como un dispositivo en el que se reflejan todos
los elementos de integración que permitieron producir el concepto de
identidad nacional, a través del autoconcepto positivo, la autoestima
individual y colectiva y los sentimientos y emociones que la
educación en el franquismo pudo despertar en los jóvenes a través de
las escuelas. Constituyen los cuadernos una importante fuente para la
investigación en Historia de la Educación, pues son capaces de
explicar los procesos cognitivos y aquellos que contribuyeron a la
formación del espíritu nacional. Son una evidencia de la labor docente
del maestro y de las dimensiones procedimentales y actitudinales del
proceso de enseñanza-aprendizaje (Mahamud, 2010).
Los instrumentos pedagógicos utilizados durante estos años,
tratan de transmitir un sistema de valores basado en el
tradicionalismo, autoridad, obediencia, orden y religión. Se idealiza un
modelo de familia y de escuela (Mayordomo, 1997).
238
En este contexto, el individuo se encuentra inmerso en un
mundo social lleno de significados que debe hacer suyos, de tal
manera que su comportamiento se corresponda con el medio en que se
encuentra. Con ello, se pone de manifiesto el proceso de
adoctrinamiento e instrucción al que se sometieron los niños que
formaron parte de la escuela en estos años. Ejercen su acción, por un
lado, las influencias ambientales y por otro, la actividad que el
individuo debe desarrollar. Por ello, se estudiarán las representaciones
sociales, símbolos e iconos presentes en los materiales que se
utilizaron en la escuela, con el fin de mostrar el proceso de
apropiación del conocimiento social exigido al niño en su trabajo
personal. De esta manera, tanto el alumno como el maestro
desempeñaron un papel activo al servicio del Régimen, con la
contribución de la Psicología en la elaboración del conocimiento
social.
En el contexto en que se enmarca la investigación, la
identidad nacional explica la forma en que el individuo se ve como
miembro de una nación, donde pasar de la identidad personal a la
nacional requiere de un conjunto de interacciones múltiples que tiene
como resultado un proceso de despersonalización, provocando que la
conducta del individuo sea conforme a la expectativa grupal propia de
una dictadura, por lo que tendrá un carácter estable y presente en todos
los ámbitos de su vida. De esta manera, la Nación, es el grupo de
pertenencia en el que el individuo busca su identidad y sobre el cual
construye su identidad nacional (De Rosa y Mormino, 2000).
Los grupos sociales y las personas pueden elaborar su
identidad gracias al sentido que otorgan a sus representaciones
sociales (Echebarría, 1991). Con ello, la escuela será capaz de
desarrollar en el niño un compromiso de fuerte cohesión y pertenencia
a España. Este sistema educativo consigue desarrollar las identidades
individuales y sociales en el niño, a través de la consolidación de una
autoestima positiva que se asocia a una percepción de auto-eficacia en
el concepto de España.
La consolidación de la adecuada identidad nacional se
reforzaría a través de unas líneas claras de actuación:
- La transmisión de unos valores que no contemplan la
posibilidad de diversidad regional, sino que promueve la
idea de nación única, grande y libre.
- La sensación de seguridad y ausencia de incertidumbre en
los individuos, basada en una fuerte identidad como
colectivo.
239
- Un entorno económico, cultural y social en el que se mueve
el individuo que se ofrece como única alternativa.
Es importante el papel que el niño ocupa en el proceso de
construcción de su conocimiento, pero esta actividad no se puede
tomar de forma aislada, sino que es necesario tener en cuenta las
posibilidades que se generan dentro del medio en que se desenvuelve.
Por ello, hay que tener en cuenta las distintas condiciones sociales,
que constituyen el contexto social en el que el niño adquiere normas y
valores y obtiene las informaciones, que deberá organizar para
elaborar sus propias explicaciones sobre la realidad.
En este sentido, la identidad nacional española, como
componente de la identidad personal, no es una elección individual, ni
voluntaria; por el contrario, la escuela le ofrece un hecho colectivo
que lo vincula como individuo a España a través de la utilización de
los símbolos y significados que se irán asociando en el proceso de su
construcción individual a la idea de nación.
Referencias bibliográficas
De Rosa, S. y Mormino, C. (2000). Memoria social, identidad
nacional y representaciones sociales: ¿Son constructos
convergentes? Un estudio sobre la Unión Europea y sus
Estados miembros con una mirada hacia el pasado. En
Alberto Rosa Rivero, Guglielmo Bellelli y David Bakhurst
(eds.), Memoria colectiva e identidad nacional (pp.451-475).
Madrid: Biblioteca Nueva.
Echebarría Echabe, A. (1994). Psicología social cognitiva. Bilbao:
Desclée de Brouwer.
Mayordomo, A. (1997). Nacional-catolicismo, tecnocracia y
educación en la España del franquismo (1935-1975). En A.
Escolano y R. Fernández (Eds.), Los caminos hacia la
modernidad educativa en España y Portugal (1800-1975)
(pp.147-174). Zamora: Fundación Rei Afonso Henriques.
Mahamud Angulo, K. (2010). Labor docente y trabajo escolar bajo el
nacionalcatolicismo franquista (145-1959). En Juri Meda,
Davide Montino y Roberto Sani (de.), School Exercise Books.
A Complex Source for a History of the Approach to Schooling
and Education in the 19th and 20th Centuries (pp.747-767).
Florence: Edizioni Polistampa.
Torres, E. (1994). La construcción psicológica de la nación: el
desarrollo de las ideas y sentimientos nacionales. En M.J.
240
Rodrigo, (Ed.), Contexto y desarrollo social, (305-344).
Madrid: Editorial Síntesis.
241
Movimiento Open Acces y difusión de la investigación ¿Una
alternativa válida para la Revista de Historia de la Psicología?
Mauricio Chisvert Perales y María José Monteagudo Soto
Universitat de València
[email protected]
Palabras clave: Open Acces, revistas científicas, impacto, Historia de
la Psicología.
Desde su aparición a finales del S. XVII las revistas
científicas han venido desempeñado un rol fundamental en la historia
de la ciencia, constituyendo la vía principal para (1) difundir las
aportaciones al conocimiento, (2) proporcionar reconocimiento y
registro de las contribuciones personales e institucionales al progreso
científico y (3) posibilitar la preservación o pervivencia histórica del
patrimonio de la ciencia (Osca, 2005; Melero y Barrueco, 2007). En
el caso de la psicología, el nacimiento de las primeras revistas viene
de la mano de su institucionalización como disciplina científica, con
Philosophical Studies, fundada por Wundt en 1883 y American
Journal of Psychology, iniciada por Hall en 1889.
A lo largo del S. XX, pero especialmente a partir de la
segunda guerra mundial, grandes grupos editoriales han asumido los
procesos de edición, publicación y distribución de la mayoría de las
principales revistas de psicología, imponiendo en mayor o menor
medida sus políticas editoriales –contenidos- y de distribución –en
referencia fundamentalmente al acceso-. Este fenómeno se evidencia
en la mayoría de áreas de conocimiento. En el último cuarto del siglo
XX se produce un crecimiento sostenido en el costo de acceso a las
revistas, lo cual suscita críticas tanto desde el ámbito científico como
desde los centros de documentación y que se comience a cuestionar el
modelo de difusión científica existente (Keefer, 2005)
Este cuestionamiento y las posibilidades que la edición
electrónica e Internet brindan constituyen el terreno abonado para que,
en la primera década del presente siglo, el ámbito de las publicaciones
científicas comience a verse inmerso en un importante proceso de
cambio, de la mano del movimiento Open Acces (OA). El OA
constituye un amplio movimiento a nivel internacional, participado
por investigadores, gobiernos y organizaciones públicas y privadas,
cuyo objetivo es (1) que los resultados de la investigación estén
accesibles de forma libre, sin barreras económicas ni técnicas y (2)
posibilitar la preservación de las publicaciones científicas de forma
242
indefinida. Se está realizando un gran esfuerzo colectivo para
proporcionar el soporte y los servicios necesarios para hacer viable
este objetivo con el menor costo posible, todo ello con un decidido
apoyo institucional.
En lo que respecta a la visibilidad e impacto, en general se
observa una relación positiva entre el acceso abierto y el impacto
(Jingfeng, Lynette y Kay, 2010). La difusión viene soportada por el
uso de metadatos en los artículos, que garantizan su inclusión rápida y
automática en los grandes repositorios y agregadores OA en el ámbito
internacional. La preservación se garantiza mediante la participación
de algunos de los centros documentales más importantes a nivel
mundial, que ofrecen su respaldo en esta tarea (Alonso, Subirats y
Martínez, 2008).
El apoyo al OA es cada vez más generalizado en todos los
ámbitos académicos. No obstante, los cambios planteados no están
exentos de dificultades, como las reticencias de las editoriales (Melero
y Abad, 2008). Por otra parte, existen notables diferencias por
disciplinas, estando el OA mucho más generalizado en el ámbito de
las ciencias experimentales y de la salud.
Las revistas psicológicas en el ámbito de España e
Iberoamerica no han estado generalmente vinculadas a grupos
editoriales, sino que han sido mayoritariamente soportadas por el
esfuerzo voluntarista de investigadores y departamentos u organismos
de investigación. Durante décadas, su impacto y alcance se ha visto
limitado por la escasez de recursos para su edición y difusión,
compitiendo en inferioridad de condiciones con relación a las grandes
revistas ligadas a grupos editoriales. Por ello, la aparición del OA se
vislumbra como una oportunidad histórica para incrementar la
difusión, visibilidad e impacto de muchas revistas de psicología en
nuestro ámbito cultural y lingüístico, posibilitando al tiempo la
conservación y preservación a largo plazo de los documentos.
Con estos antecedentes y con el objetivo primario de potenciar
la difusión e impacto de los trabajos sobre Historia de la Psicología
publicados en nuestro ámbito cultural, en este momento parece
oportuno plantear una estrategia de publicación en OA para la RHP
con el objetivo de relanzar la revista y multiplicar su visibilidad, así
como de garantizar la preservación de todo lo publicado.
Se sugieren dos posibles alternativas, no excluyentes, para la
creación de la versión OA de la RHP: (1) hacer uso de plataformas
OA donde ubicar y hacer accesibles todos los volúmenes ya
publicados –digitalizándolos si es necesario- desde 1980 y (2) la
utilización en el futuro de un gestor OJS para la edición de la revista –
243
servicio ofrecido por varias universidades-. Se sugiere, como hoja de
ruta, una primera fase en la que se hace uso de las distintas
plataformas OA para digitalizar y alojar los contenidos ya publicados
y, posteriormente, la implementación del sistema OJS para la edición
y difusión de los futuros volúmenes, compatible con el mantenimiento
de la revista en las plataformas OA en las que se ha ubicado en la
primera fase.
Nos encontramos en un casi imperceptible punto de inflexión
histórico en la ciencia, cuyas aportaciones, por primera vez en la
historia, parecen estar irrevocablemente destinadas a convertirse en un
bien libre y universalmente accesible. La SEHP no debería ser ajena a
este Zeitgeist.
Referencias bibliográficas
Alonso, J.; Subirats, I y Martínez, M.L. (2008). Informe APEI sobre
acceso abierto. APEI-Ministerio de Cultura. Madrid.
Keefer, A. (2005). Aproximació al moviment “open acces”. BiD:
textos universitarios de biblioteconomía y documentación, 15.
Recuperado el 21 de noviembre de 2009 de
http://www2.ub.edu/bid/consulta_articulos.php?fichero=15kee
fer.htm
Melero, R. y Abad, M. F. (2008). Revistes d'accés obert:
característiques, models econòmics i tendències. BiD: textos
universitaris de biblioteconomia i documentació, 20.
Recuperado el 16 de Noviembre de 2009 de
http://www2.ub.edu/bid/consulta_articulos.php?fichero=20me
ler2.htm
Melero, R. y Barrueco, J.M. (2007) Acceso abierto y repositorios de
documentos. Recuperado del sitio web de la Asociación
Española de Documentación e Información (SEDIC) el 15 de
Noviembre
de
2009:
http://www.sedic.es/autoformacion/acceso_abierto/programa.
html
Jingfeng X.; Lynette, R. and Kay, S. (2010). Multiple open access
availability and citation impact. Journal of Information
Science. Publicado en línea. 10 December 2010. DOI:
10.1177/0165551510389358
244
Aspectos psicológicos en la obra de José Ortega y Gasset
María del Mar Villanueva Martín
Universidad de Málaga
[email protected]
Palabras clave: Psicología social, Historia de la Psicología,
raciovitalismo, teoría social, teoría psicológica.
La comunicación que se presenta pretende ser un esbozo de
las directrices psicológicas que más afloran en los textos de Ortega y
Gasset, partiendo de un análisis minucioso de los mismos, así como de
los antecedentes bibliográficos al respecto. El trabajo se orienta en el
sentido de abrir una línea temática poco explorada hasta ahora sobre
ese autor en dicho campo de conocimiento, como adecuadamente
apunta Anastasio Ovejero, al insinuar que, indagando en lo
postmoderno del escritor en cuestión, encontró en él referencias que
tienen que ver directamente con la psicología, aunque no ejerzan
influencia en la psicología española porque no son leídas, al menos
con esa finalidad (1). De ello se infiere que, un estudio bien hecho de
tal asunto, puede aportar importantes revelaciones para esclarecer la
contribución de España al aprendizaje de la psicología y, de una
manera más concreta, a la Historia de la Psicología Española. Dicha
Historia, siguiendo a Helio Carpintero y a Enrique Lafuente (2), se
divide en cinco generaciones, que son la de 1856 o positivista, la de
1871 o “Generación del 98”, la de 1886 o del europeismo y
antipositivismo, la de 1901 o “Generación del 27”, y la de 1916 o
generación de la Guerra Civil, perteneciendo José Ortega y Gasset a la
del europeismo y reacción anti-positivista o generación de 1886. Tales
generaciones psicológicas españolas quedaron marcadas por eventos
históricos determinantes y precisan más estudios en torno a ellas, que
diseñen el cuadro de datos de la vida individual y colectiva que las
configuraron.
No es vano, pues, aventurar que en los textos de Ortega y
Gasset se encuentra disperso un buen arsenal de referencias y datos
psicológicos, que analizados y ordenados, permitirían conocer
importantes circunstancias del paisaje psico-social de su época, a
escala de grandes grupos humanos, así como el estado evolutivo que
alcanzaba por entonces la ciencia psicológica. A propósito de ello, hay
que notar que la psicología de su tiempo sufría falta de unidad y
estaba escindida en múltiples tendencias, entre las que destacaban la
idealista moderna de Wundt y la realista, que iba a la “altura de los
245
tiempos”, de Brentano (3) y a la que también se adhirió Ortega y
Gasset, como observa Enrique Lafuente (4).
Avanzando en la dirección sugerida, se columbrarían las
aportaciones orteguianas a la psicología social, que es un tema de gran
actualidad, ya que se le utiliza para explicar los movimientos políticos,
culturales e ideológicos, al considerarlos como un efecto de inducción
psicológica ejercida sobre una masa social, a partir de un detonante o
cerebro inductor, que ejerce el papel de manipulador de las turbas. El
examen en cuestión supone partir de lo general en Ortega hasta llegar
a lo particular sobre el caso que se pueda inferir en cada una de sus
obras, siendo válida cualquier referencia, dado que, aparte de las
directas, pueden darse otras muchas informaciones en forma tácita que
sean de sumo interés. No es exagerado decir que, desde los escritos
juveniles de Ortega y Gasset, como es el caso de Los terrores del año
mil, donde se adentra en un hecho histórico de psicosis colectiva (5),
hasta su obra póstuma, titulada El hombre y la gente, y que fue un
verdadero tratado de filosofía sociológica (6), pasando, claro está, por
La rebelión de las masas, que con su carácter ensayístico de
psicología sobre el comportamiento grupal, ha sido su obra más
difundida (7), hay profusión de referentes psicológicos en casi todos
los textos orteguianos. Eso implica la necesidad de releer a este autor
con una visión nueva que suponga la urgencia de captar los mensajes e
itinerarios marcados por él en pos de sus informaciones vinculadas a
la psicología social.
Es frecuente, al respecto, que no se centre el autor
específicamente en ese tema sino que lo ofrezca disperso en diversos
contextos, no obstante pueden darse ejemplos en que lo toma como
asunto central de algunas de sus obras, caso de “Investigaciones
psicológicas” que fue un curso que impartió en 1915, en el que se
enfrenta directamente con lo psicológico, mostrando su interés por las
nuevas corrientes, como la fenomenología y el psicoanálisis, y
denotando su rechazo al relativismo y su vocación por el
perspectivismo (8). También es la psicología el eje central de su obra
Vitalidad, alma y espíritu, ensayo extenso sobre los estratos psíquicos,
que son el de la “vitalidad” o sensaciones, el de los sentimientos o
“alma”, y el del “espíritu” o pensamiento racional y volitivo, según
deja en él anotado (9). Hay que reconocer, asimismo, que, aunque
incida el autor en la colectividad, suele darle preeminencia al
individuo en particular o “yo”, que se va forjando a partir de su
contacto y comparación con el “otro” y los “demás”, hasta quedar esa
igualación entre los vivientes, dentro de la diferencia de cada uno con
el mundo que lo rodea, de cuya apreciación surge el interés por el
246
conocimiento del alma y espíritu humanos, que le impele al escritor a
sus indagaciones y exploraciones por el campo de la Psicología (10).
En esto, como en otros aspectos, se descubre esa conexión y relación
constante que hay entre las argumentaciones de dicho escritor, pese a
la diversidad temática que integra el “corpus orteguiano”.
Del interés de la presente propuesta no se puede dudar, ya que
supone estudiar a un autor siempre atractivo y con evidente vigencia;
se centra en un aspecto del mismo no demasiado analizado hasta
ahora, como es el psicológico; contribuye a esclarecer el conocimiento
de la Historia de la Psicología Española y su aportación al panorama
psicológico universal; compagina bastante bien con el interés actual
por la psicología social y sus inherencias en los comportamientos de
grupos y masas humanas, a través de esa divergencia conocida por
“psicología de la colectividad”, y; favorece el trazado de los rasgos de
las generaciones psicológicas españolas y de sus entornos históricosociales.
Referencias bibliográficas
(1) Ovejero, Anastasio: Principales aportaciones de Ortega y Gasset
a la Psicología social
construccionista y positivista,
Universidad de Oviedo, Seminario, 2001, aparecido en
Revista-publicación “Atenea Digital”, nº 2, otoño 2002, pp. 3
y 4.
(2) Carpintero, Helio y Lafuente, Enrique: El método histórico de las
generaciones: el caso de la psicología española, Revista de
Historia de la Psicología española, Revista de Historia de la
Psicología, vol. 28, nº 1, Valencia, 2007, pp. 74 – 83.
(3) Brentano, Francisco: Psicología. Revista de Occidente (2ª ed.).
Madrid, 1926.
(4) Lafuente Niño, Enrique: La psicología de Brentano. Una
aproximación desde Ortega. Revista de Historia de la
Psicología, Publicaciones de la Universidad de Valencia,
UNED, 2009, vol. 30, nº 2 - 3 (junio-septiembre), páginas 182
y 183.
(5) Ortega y Gasset, José: Los terrores del año mil, Ediciones Taurus,
2ª edición. 2005, Fundación José Ortega y Gasset (Centro de
Estudios Orteguianos), Madrid, t. I, pp. 261 – 314.
(6) Ortega y Gasset, José: El hombre y la gente, 3ª ed., Revista de
Occidente, Alianza, Madrid, 1988.
247
(7) Ortega y Gasset, José: La rebelión de las masas. Ediciones Taurus,
2ª edición. 2005, Fundación José Ortega y Gasset (Centro de
Estudios Orteguianos), Madrid, t. IV, pp. 349 – 528.
(8) Carpintero, Helio: Historia de la Psicología en España, Ediciones
Eudema Universidad: Textos de apoyo, Salamanca, 1994, cap.
XIII, aptdo. 3 (“Las Investigaciones psicológicas”), pp. 240 y
241.
(9) Id., aptdo. 9 (“Vitalidad, alma y espíritu”), p. 245.
(10) Lafuente Niño, Enrique, Loredo Narciandi, José Carlos; Herrero
González, Fania; Castro Tejerina, Jorge: De Vives a Yela:
Antología de textos de Historia de la psicología en España,
Ediciones UNED, cap. 40 (“José Ortega y Gasset: La
formación social del yo, 1949 – 1950), pp. 226 y 227.
248
Identidad y representación social en el ejercicio del cuidado
María Felipa Hernando Martínez, María Carmen Sellán Soto y Mª
Luisa Díaz Martínez.
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Identidad,
Ejercicio profesional.
Representación
social,
Enfermería,
Un paso clave de la actividad cuidadora, en su andadura
primero como oficio y después como profesión (Collière, 1993;
Hernández, 1995; Sellán, 2009), fue el salto que dio desde un espacio
privado a otro público, de ámbitos informales a formales del cuidado,
cuando el ejercicio del cuidado se convirtió en una práctica laboral
(Díaz y Sellán 2010).
En esos espacios institucionales la enfermera fue asumiendo
su profesión como propia, es decir, fue aprendiendo las reglas básicas
de pertenencia a ese cuerpo de profesionales y construyendo una
identidad, que supuso desarrollar un proceso que algunos autores han
llamado socialización en las instituciones. Es decir, aprender los
requisitos necesarios para desempeñar la función correspondiente en
un determinado lugar social (Hernando, Díaz y Blanco 2011).
En la construcción de la identidad se utilizan elementos de la
propia historia personal y social, de las instituciones productivas y
reproductoras. Las personas, los grupos sociales y las sociedades
procesan esos materiales, los reordenan en su sentido, de acuerdo con
determinaciones sociales y con proyectos culturales implantados en su
estructura social y marco espacio/temporal. (Goffman, 1981; Sellán
,2007)
El origen de las representaciones sociales es colectivo,
reflejan el modo en que un grupo elabora cognitivamente un
fenómeno, y de ninguna manera constituyen un conocimiento
abstracto. Tienen un fin práctico, referido al uso social del fenómeno
que iluminan, tanto en relación al modo de entenderlo como de
interactuar con él (Moscovici, 1984).
El propósito de este trabajo es realizar un acercamiento al
ejercicio profesional de las enfermeras
en las unidades de
hospitalización, con el objetivo de reconocer el papel que las
representaciones ejercen en la actividad laboral, en la conformación
de las relaciones sociales y en su posición dentro de la organización.
249
Referencias bibliográficas
Balbi, J. (2004). La mente narrativa. Hacia una concepción
posracionalista de la identidad personal.
Buenos Aires.
Editorial Paidós SAICF.
Blanco, F. (2002). El cultivo de la mente: un ensayo histórico-crítico
sobre la cultura psicológica. Madrid. Machado Libros.
Castells, M. (1998). El poder de la identidad. Madrid. Alianza
Editorial.
Collière, M.F. (1993).
Promover la vida. Madrid: McGrawHill/Interamericana.
Díaz, M.L. y Sellán M.C. (2010). ¿Hasta dónde hemos llegado?
Contexto de experiencia de la práctica enfermera. XI
Congreso Nacional, VI Internacional de Historia de la
Enfermería. Barcelona, 25-27 noviembre.
Giddens, A. (1995). Modernidad tardía e identidad del yo. Barcelona:
Península.
Goffman, E. (1981). La presentación de la persona en la vida
cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu.
Hernando, M.F. Díaz, M.L. y Blanco, F. (2011). Aproximaciones a la
construcción de la identidad y representación social de la
enfermera a través de dibujos. I Encuentro de la Sección
Ibérica de la ISCAR. Madrid, 3-5 febrero.
Moscovici, S.(1984).”The penomenon of social representations”. En
Farr, R. M. y Moscovici, S., comps. Social representations.
Cambridge: University Press.
Sellán, M.C. (2007). Identidad y conflicto en el ejercicio del cuidado.
Una aproximación histórica a la dinámica de la identidad
enfermera en España. Tesis doctoral sin publicar. Madrid:
Universidad Autónoma.
250
La Psicología aplicada a la seguridad vial en la primera década
del siglo XXI (2000-2010): Investigación y transferencia de
conocimiento psicológico.
Mauricio Chisvert Perales, María José Monteagudo Soto y Elena
López de Cozar.
Universitat de València
[email protected]
Palabras clave: Seguridad vial, productividad,
investigación, transferencia de conocimiento.
grupos
de
Este trabajo pretende caracterizar, desde una perspectiva
multidimensional, la investigación reciente en Psicología aplicada a la
Seguridad Vial en España en la última década.
En primer lugar, y desde un acercamiento tradicional a este
tipo de estudios, se hace uso de distintas técnicas documentales para
identificar los principales grupos de investigación, autores,
colaboraciones, productividad, y temáticas más relevantes.
En segundo lugar, desde una perspectiva más novedosa, se
profundiza en aspectos que no son habitualmente abordados en este
tipo de trabajos. Así, se analiza la importante transferencia de
conocimiento a la sociedad (administraciones públicas, tejido
productivo y empresarial privado, opinión pública) que se está
llevando a cabo desde la Psicología de la seguridad vial en años
recientes. De igual modo, se discute e ilustra el impacto real que dicha
transferencia está teniendo en distintos ámbitos relacionados con la
seguridad en el transporte en las ciudades y carreteras. Para esta parte
se hace uso de técnicas de índole más cualitativa, fundamentalmente
las entrevistas a expertos y técnicas de focos group.
Los resultados se discuten e interpretan en el contexto
histórico previo de la trayectoria de la Psicología de la Seguridad Vial
en España en el siglo pasado desde sus orígenes.
Referencias bibliográficas
Monteagudo, M.J. (1999). Orígen y primeros desarrollos de la
psicotecnia aplicada a la prevención de accidentes de tráfico
en España. Valencia: Línea Editorial INTRAS.
Montoro, L y Tortosa, F.M. (2002). La psicología aplicada a la
selección de conductores. Cien años salvando vidas.
Psicothema, 14(4), 714-725.
251
Ozcoidi, M. (2004). Evolución histórica de la valoración de los
criterios de aptitud psicofísicos para conducir en España.
Tesis Doctoral [en línea]. Universitat de Valencia. INTRAS.
http://www.tdx.cat/TDX-0704105-104540
Pastor, J. C.; Civera, C., y Tortosa, F.M (2001). Una historia para un
perfil profesional, el psicólogo experto en seguridad vial.
Revista de historia de la psicología, 22( 3-4), 543-559.
Roca, J.; Montoro, L, Tortosa, F.M. (2009). Valoración de los
conductores españoles sobre el permiso por puntos.
Psicothema, 21(2), 294-299.
252
De Nosferatu a Drácula, de Bram Stoker, o la evolución del miedo
en el cine: una aproximación historiogenética.
Yolanda García-Hierro Rodríguez, Clara Badolato, Ramón Sánchez
Viedma y Florentino Blanco Trejo.
Universidad Autónoma de Madrid
[email protected]
Palabras clave: Vygotski, historiogénesis, afectos, cine, terror.
Tal y como Vygotski mostró, el desarrollo de las funciones psíquicas
superiores debe entenderse siempre desde el punto de vista genético:
filogenético, ontogenético, y, muy importante dentro de su
pensamiento, historiogenético. La emergencia, evolución y desarrollo
del lenguaje, la memoria o los afectos, por ejemplo, deberían ser
estudiados desde estas tres perspectivas. El papel que desempeña el
uso de herramientas, tanto simbólicas como materiales, en el
desarrollo de dichas funciones es también crucial en el pensamiento
vygotskiano. De este modo, la historia de la psicología pasa a formar
parte de la agenda epistemológica de la propia psicología. La
psicología es, en tal medida, historia de la psicología, como hemos
defendido en otros lugares.
Unos años antes, en su tesis doctoral, Vygotski había dicho
que el arte es la técnica social del sentimiento, convirtiéndose, el arte,
en un mecanismo imprescindible de transformación social.
Estamos interesados en estudiar cómo el cine, el arte que
seguramente mejor define el siglo XX, resulta imprescindible para
entender la historiogénesis de los afectos. Actualmente, el modo en el
que, por ejemplo, hablamos del miedo está atravesado, sin duda, por el
modo en el que el cine ha elaborado esa categoría y otras cercanas
(terror, pánico, etc.). Nosferatu, inspirada en la novela Drácula de
Bram Stoker, es una de las primeras películas calificadas como “de
terror” dentro de la historia del cine. Drácula, de Bram Stoker es,
hasta la fecha, la última adaptación de la famosa novela.
En concreto, nuestro interés se centra en el estudio de los
factores que se han mostrado relevantes para construir el miedo en el
cine. Veremos cómo ha evolucionado en los 70 años que median entre
el estreno de ambas películas la técnica cinematográfica, por ejemplo,
en lo que se refiere al uso de la iluminación. Por otra parte,
analizaremos la influencia del Expresionismo alemán en ambas obras,
y, por último, consideraremos el papel de la crítica y la recepción
cinematográficas en esta historiogénesis cinematográfica del miedo.
253
Referencias bibliográficas
Berriatúa, L. (2009). Nosferatu: un film erótico-ocultista-espiritistametafísico. Madrid: Divisa.
Blanco, F. (2002). El Cultivo de la Mente. Madrid: Antonio Machado
Libros.
Stoker, A. (1897/2000). Drácula. Madrid: Cátedra.
Vygotski, L. S. (1925/1975) Psicología del Arte. Barcelona: Barral.
Vygotski, L. S. (1931/1995) Historia del Desarrollo de las Funciones
Psíquicas Superiores. Madrid: Visor.
Referencias cinematográficas
Nosferatu (Nosferatu, 1922), dirigida por F. Murnau.
Drácula, de Bram Stoker (Bram Stoker’s Dracula, 1992), dirigida por
F. F. Coppola.
254
Gilligan a Examen
Ana León Mejía y Carmen Patino Alonso
Universidad Autónoma de Barcelona
[email protected]
Palabras clave: Diferencias de sexo, Ética de la justicia, Ética del
cuidado, Empatía, Método experimental.
Carol Gilligan es muy conocida por su obra seminal, In a
different voice, en la que defiende que hombres y mujeres hablan en
distintas voces morales. Desde su publicación a principios de los
ochenta, este aclamado ensayo ha tenido un enorme impacto dentro de
las humanidades y las ciencias sociales, en especial, en psicología y en
teoría feminista. Gilligan fue la primera en criticar la presencia de
sesgos masculinos en el trabajo de afamados psicólogos como
Kohlberg, Freud, Piaget y Erikson. Según ella todos pecaron de negar
e ignorar los intereses y las experiencias de las mujeres a la hora de
tratar con el concepto de desarrollo psicológico. También fue quien
acuñó el término “ética del cuidado” en contraposición a una “ética de
la justicia”, dando lugar a un enfoque normativo que ha inspirado un
enorme caudal de trabajos críticos dentro de la política, la filosofía o
el derecho. Por ejemplo, en la teoría de las capacidades de Nussbaum,
el cuidado es un factor esencial para el logro de justicia social. Otros
autores también han señalado la prometedora aplicabilidad de este
concepto a la hora de abordar problemas de carácter global y político,
ya que la ética del cuidado es moralmente superior a otras perspectivas
tradicionales cuando se trata de decidir qué acciones son moralmente
permisibles o interfieren con la libertad del otro.
Sin embargo, las contundentes afirmaciones de Gilligan
acerca de la existencia de voces masculinas y femeninas son muy
susceptibles de crítica, ya que la evidencia empírica acerca de la
existencia diferencias de sexo en razonamiento moral no es nada clara.
Algunos estudios han encontrado diferencias significativas en
orientación moral que corroboran, por tanto, los descubrimientos de
Gilligan. y un enorme caudal de investigaciones no han encontrado
evidencia alguna que soporte las tesis de Gilligan.
El debate se ha vuelto a retomar introduciendo la empatía
como un elemento clave de la ética del cuidado que, según Gilligan, es
la aproximación moral típicamente femenina. Se ha sugerido que la
empatía pude jugar un rol determinante en aspectos concernientes a la
sensibilidad moral, razonamiento y comportamiento moral. Por otra
255
parte, existe una abundante evidencia que muestra como las mujeres
son más hábiles a la hora de empatizar que los hombres. Por tanto, no
resultaría extraño que diferencias de sexo en empatía pudieran
explicar algunas de las diferencias de sexo relacionadas con el
fenómeno relatado por Carol Gilligan. De hecho, Gilligan basándose
en el trabajo psicoanalítico de Nancy Chodorow, se refiere a la
empatía como el factor elemental a la hora de comprender la
dimensión relacional y de interconexión de la psicología femenina.
“Ayudar”, “Ser amable” y “no herir” son elementos característicos de
una ética del cuidado pero también son comportamientos empáticos
relacionados con la capacidad humana de ponernos en el lugar del
otro.
En este artículo introducimos un sencillo experimento
realizado para arrojar luz sobre este tema investigando diferencias de
sexo en preferencias morales en relación a la empatía. Para ello,
ofrecimos a un total de 527 niños y adolescentes de ambos sexos seis
posibles soluciones al dilema moral de Heinz, que usaron tanto
Gilligan como Kohlberg en sus investigaciones originarias. Este
dilema también se manipuló con el fin de estudiar el efecto del sexo
del protagonista en las respuestas elegidas por los participantes.
Finalmente, para determinar hasta qué punto la empatía se relaciona
con preferencias morales todos los participantes rellenaron el test del
coeficiente de empatía (EQT) diseñado recientemente por el equipo de
Baron-Cohen.
Los resultados apuntan a que la edad es una variable
significativa relacionada con las preferencias morales. El análisis
realizado también muestra que el sexo del protagonista del dilema
también influye en cierta medida en las preferencias de las
participantes. Finalmente, las participantes obtuvieron puntuaciones
más altas en el test de empatía. Sin embargo, el coeficiente de empatía
por sí mismo no es un buen predictor de la solución del dilema de
Heinz, y la notabilidad o salience de las diferencias de sexo dentro de
contextos experimentales, cuyo debate abriera recientemente Jane
Sell, también se discute en la reflexión final.
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view of gender differences in cooperation. Sex Roles 61, 317–
324.
257
Raíces históricas de la psiclogía positiva
Enrique García Fernández-Abascal
Universidad Nacional de Educación a Distancia
[email protected]
Dice muy acertadamente el profesor Carpintero que “la
Psicología Positiva tiene mucho pasado pero poca historia”. La
búsqueda de esas raíces próximas y más distantes, más que hacer una
historia de la Psicología Positiva (PsP) es el objeto de este trabajo.
La PsP ha sido definida como el estudio científico de las
experiencias positivas, de los rasgos individuales positivos, de las
instituciones que facilitan su desarrollo y de los programas que ayudan
a mejorar la calidad de vida de los individuos, mientras previene o
reduce la incidencia de la psicopatología (Seligman y
Csikszentmihalyi, 2000).
Como movimiento organizado la PsP se inscribe dentro de la
psicología académica por expreso deseo de sus fundadores. Es decir,
sus conocimientos se elaboran y discuten dentro de universidades,
instituciones de investigación y eventos asociados. Con ello se ha
pretendido garantizar al máximo la fiabilidad de los contenidos que se
agrupan bajo la etiqueta de PsP.
Martin Seligman sitúa el nacimiento formal de la PsP durante
la primera semana de enero de 1998. Los artífices fueron el propio
Seligman, Mihaly Csikszentmihlalyi y Ray Fowler (reunidos en
Akumal), que concibieron durante esa semana “el contenido, el
método y la infraestructura de la Psicología Positiva” (Seligaman,
2002, pág. 349-350). La presentación pública de la PsP se produce en
el discurso presidencial que pronuncia Seligman en la American
Psychological Association de ese mismo año.
Los 4 pilares fundacionales de la PsP a los que ellos se
refieren son el estudio de las emociones positivas (cuya dirección fue
encargada a Ed Diener), la personalidad positiva (cuya dirección fue
encargada a Chris Peterson y George Vaillant), las instituciones
positivas (encargada a Kathleen Hall Jamieson) y la fundamentación
filosófica (encargada a Robert Nozick).
Los principales desarrollos teóricos hasta el momento son sin
duda “La auténtica felicidad” (Seligman, 2002) y “Fortalezas y
virtudes del carácter” (Peterson y Seligman, 2004).
El propio Seligman fundamenta la necesidad de este
movimiento haciendo una comparación entre la desigual producción
científica sobre “depresión” y sobre “felicidad”. Tal vez, viendo la
258
evolución en el tiempo de ese índice del porcentaje de producciones
sobre felicidad en el total de depresión y felicidad (PsycINFO),
podamos hacernos una idea de la influencia que este movimiento ha
conseguido implantar (ver Figura 1). Los resultados no son
demasiados optimistas ya que este índice pasa de un 4% en 1998 a
poco más de un 6% en 2010, 12 años después del inicio de este
movimiento. Sin embargo la trascendencia social parece superar con
mucho esta pobre ratio. Si ponemos en el buscador Google
“Happiness” nos da 156.000.000 (17/04/2011) y si ponemos
“depression” nos da 144.000.000 entradas, así pues la ratio pasa a ser
del 52%, lo que indica que el impacto social que tenido el movimiento
de la PsP ha superado en 2 puntos en interés frente al principal
representante del afecto negativo. Pero sin duda, esta gran difusión es
parcial ya que si buscamos “Positive Psychology” nos da solo
9.690.000 entradas y de nuevo la ratio siegue siendo poco más de un
6,3%.
7
Porcentaje Happiness sobre total
6
5
4
3
2
1
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
0
Año
Estos datos nos ponen de manifiesto que una parte importante
de la investigación sobre los tópicos que interesan a la PsP ya existían
previamente y que parte de la aportación de la PsP ha sido crear un
revulsivo para incrementar su interés. A nuestro entender los 4 pilares
en los que se asienta las raíces de la PsP son las previas y actuales
aportaciones que se han generado en el estudio de las emociones
positivas, la motivación de autodeterminación, el bienestar
psicológico y las organizaciones saludables.
1. Las emociones positivas
La formulación actual en la que se fundamenta el estudio de
las emociones positivas es la propuesta de Barbara Fredrickson (1998,
2001), que se ha denominado ampliación de las tendencias de
259
pensamiento y acción, dentro de su teoría de la ampliación y
construcción de las emociones positivas. Pero la pionera en la
investigación de los recursos que proporcionan las emociones
positivas es Alice Isen, que fue quien comenzó a prestar una atención
sistemática a las emociones positivas de la década de 1980 en
adelante, y ahora hay un creciente cuerpo de evidencia para apoyar su
ocurrencia y las consecuencias. Las emociones positivas están
presentes en el estudio de la emoción desde el pionero trabajo de
Darwin, pero la portación en la que se asienta la PsP y el concepto de
felicidad es el conjunto de recursos que moviliza esas emociones y no
las emociones en sí mismas.
2. La motivación de autodeterminación
Una parte importante de las fortalezas y virtudes hacen
referencia a componentes motivacionales no primarios. Dentro de
estas aportaciones la que mayor aporte actual tiene es la teoría de la
autodeterminación de Ryan y Deci (2000, 2002), quienes parten del
supuesto de que las personas difieren en cuanto a su estilo de
regulación de su comportamiento, en base a la identificación de tres
necesidades psicológicas básicas, universales e innatas: la de ser
competente, la de autonomía y la de las relaciones interpersonales. La
gratificación de estas necesidades es una clave predictiva del disfrute
y el desarrollo social. Así, las personas con motivación intrínseca
tienen una orientación hacia la autonomía y tiene un alto grado de
elección respecto a la iniciación y regulación del propio
comportamiento; interpretan las situaciones como promotoras de
autonomía y organizan sus acciones en base a sus metas e intereses
personales, y sus acciones van acompañadas de sentimientos de
competencia y autodeterminación. Formulaciones previas como las de
Abraham Maslow (1954),
Clayton Alderfer (1972), Richard
DeCharms (1968) o el propio Csikszentmihlalyi, ya se habían
interesado y estudiado este tipo de motivación, pero la fusión del
doble mecanismo cognitivo y afectivo da lugar a una
conceptualización holística del comportamiento y de desarrollo de la
persona y su entorno.
3. El bienestar psicológico
Entre las teorías dimensionales del bienestar psicológico
quizás la más elaborada y que mayor trascendencia a tenido dentro del
campo de la PsP es el modelo multidimensional de Ryff (1989a,
260
1989b), que propone una estructura compuesta de seis factores: la
autoaceptación o sentirse bien consigo mismo, el crecimiento
personal, los propósitos de vida, las relaciones positivas con otros, el
dominio medio ambiental y la autonomía. De nuevo no es ni la
primera de las teorías de bienestar, ni tan siquiera la que mayor
número de estudios ha generado, existe muchos conceptos para
referirse a constructos muy próximos entre sí, como: calidad de vida,
bienestar subjetivo, satisfacción vital o bienestar social, que son todos
parte de una terminología que se relaciona con una dimensión
subjetiva del bienestar. Frente a estos el bienestar psicológico implica
tanto un juicio positivo sobre la vida o satisfacción vital, como un
balance favorable del afecto positivo frente al negativo y una vivencia
de la felicidad, así como una serie de atributos psicológicos asociados
al buen desarrollo y al ajuste de la persona al medio. Se ha establecido
una diferenciación terminológica ente el constructo de bienestar
subjetivo, como representante de la tradición hedónica, y el constructo
de bienestar psicológico, como representante de la tradición
eudaimónica. Mientras la tradición del bienestar subjetivo ha
mostrado especial interés en el estudio de los afectos y la satisfacción
con la vida (ver como ejemplo los trabajos de Ed Diener, 2000), el
bienestar psicológico ha centrado fundamentalmente su atención en el
desarrollo de las capacidades y en el crecimiento personal,
concibiendo ambas como los principales indicadores del
funcionamiento positivo. Sus primeras concepciones se articularon en
torno a conceptos clásicos como el funcionamiento pleno (Rogers,
1972) o la madurez (Allport, 1961).
4. las organizaciones saludables
El último de los pilares en los que se apoya la PsP son las
investigaciones sobre las organizaciones saludables. Estas raíces se
asientan sobre la convergencia de los estudios realizados desde
diferentes disciplinas que han posibilitado la optimización del capital
humano, social y psicológico, al tiempo que periten la maximización
de la estrategia de negocio. Estas líneas de estudio comprenden el
estrés ocupacional, los estudios sobre la seguridad y salud
ocupacional, los estudios sobre promoción de la salud y por último los
modelos para identificar las características de las empresas u
organizaciones saludables explorando las características de los
sistemas de trabajo denominados de alto rendimiento (Delery y Shaw,
2001).
En conclusión, la PsP ha sabido unificar bajo una visión
común muy diferentes aportaciones, dispersas y segmentadas que
parecen haber tomado especial sentido bajo este movimiento. La PsP
261
no ha pretendido en ningún momento ser una alternativa a las
orientaciones psicologías existentes, sino simplemente ser un punto de
inflexión en los objetivos de la psicología que desde diferentes
campos de aplicación habían marginado lo positivo o primado lo
negativo como objeto central de su desarrollo.
Referencias bibliográficas
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Psychology: An Introduction. American Psychologist, 55(1),
5-14.
Seligman, M.E.P. (2002). Authentic Happiness. New York: Free
Press.
263
264
ÍNDICE DE AUTORES
265
266
Alonso, Oriol
118
Alonso, Pablo
99
Arias, Bárbara
238
Arinina, Marina
108
Badolato, Clara
253
Balltondre, Mònica
60
Barbadillo, Cristina
93, 123
Barranco, Alejandro
99
Barranco, Iñigo
99
Berenguer, Pablo
125
Bernal, Mª del Mar
139
Blanco, Florentino
97, 101, 125, 127, 129, 163, 253
Bonete, Beatriz
189
Boyano, José T.
207
Bueno, Nereida
65
Cabanas, Edgar
180
Calatayud, Constanza
79
Calleja, Marina
121
Carpintero, Helio
23
Carroy, Jacqueline
45
Carvajal, Luz M.
204
Castro, Jorge
234
Chisvert, Mauricio
242, 251
Cohen, Mª Ángeles
194
Contini, Paolo
196
Curci, Nicola
150
De Palo, Valeria
88
Díaz, Mª Luisa
249
Estrada, Omar
210
Fernández, Juan J.
169
Fernández, Mª Luz
101
Fernández-Abascal, Enrique G. 258
Ferrandes, Carmela
202
Formosinho, María
216
Gabucio, Fernando
58
García, Mercedes
93, 123
García de Frutos, Héctor
166
García-Hierro, Yolanda
253
García-Vega, Laura
111, 131
García-Vega, Luis
111, 131
Gil, Fernando
199
Gondra, José M.
48
267
González, Luis G.
Gutiérrez, Juan M.
Hernando, María F.
Hontoria, Alberto
Ibarz, Virgilio
Igoa, José M.
Iturbide, Luis M.
Jesus, Paulo
Jiménez, Belén
Lafuente, Enrique
Leal, Arthur A.
León, Ana
López de Cozar, Elena
Loredo, José C.
Luque, Mª Luisa
Malonda, Elizabeth
Mampaso, Joanne
Martín, Miguel L.
Martínez, Consuelo
Martos, Francisco
Mateos, Manuel
Méndez, Clara
Mestre, Mª Vicente
Minkova, Elena
Monacis, Lucía
Monteagudo, Mª José
Mora, Juan A.
Mota, Sergio
Patino, Carmen
Peñaranda, María
Pérez, Eugenio
Pérez, Francisco
Pizarroso, Noemí
Ponte, Dolores
Porcar, Mª Tur
Porras, Beatriz
Pulido, Hernán C.
Quintana, José
Quiñones, Elena
Rodríguez, Andrés
Rodríguez, José M.
Ruiz, Gabriel
210
95
249
129
73
218
228
216
71
234
115
255
251
163
121
142
65
157
68
101
93, 123
97
142
105
50
242, 251
15, 147
218
255
160
213
65
178
137
142
85
204
97, 186
160
127
121
93, 95, 123, 175
268
Sáiz, Dolors
Sáiz, Milagros
Sampedro, María J.
Samper, Paula
Sánchez, Iván
Sánchez, José C.
Sánchez, Natividad
Sánchez, Ramón
Sánchez de Miguel, Manuel
Segura, Susana
Sellán, Mª del Carmen
Sinatra, María
Sitges, Esther
Sos, Rosa
Traetta, Luigi
Van Alphen, Floor
Vázquez, Antonio
Villalba, Belén
Villanueva, Mª del Mar
Zaccagnini, José L.
Zharova, Darya
82
82
137
142
55
180
76, 93, 123
253
228
231
183, 249
191
189
79
152
220
183
95
245
91
225
269
270

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