historia de la psicología y ciencias afines
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historia de la psicología y ciencias afines
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES Juan A. Mora Mérida Miguel L. Martín Jorge José A. Gallardo Cruz (Coordinadores) MÁLAGA, 2011 2 XXV SYMPOSIUM DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA MÁLAGA, 2011 Tras 15 años la ciudad de Málaga acoge de nuevo la celebración del Symposium anual de la Sociedad Española de Historia de la Psicología. Como en aquella ocasión, hemos organizado este evento con el deseo de contribuir al intercambio de experiencias y conocimientos, impulsando el debate intelectual en nuestra disciplina. Si algo caracteriza a nuestra ciudad es la diversidad de sus gentes y su naturaleza cosmopolita. Lugar de paso de diferentes culturas a lo largo de la historia, Málaga es hoy en día una ciudad que destaca por su carácter abierto y hospitalario. Nuestra intención ha sido que el XXIV Symposium de la SEHP recogiera este espíritu integrador, convirtiéndose en punto de encuentro entre historiadores de la Psicología y de otros campos del saber próximos o relacionados con ella (Filosofía, Medicina, Educación, Enfermería, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Derecho, Economía, Historia Moderna y Contemporánea, Historia del Arte, Teología, etc.), cuyas aportaciones pudieran contribuir a la comprensión de la evolución y el desarrollo histórico de la Psicología. El Symposium tiene lugar entre los días 12 y 14 de mayo de 2011. El lugar elegido para la celebración ha sido el Cine Albéniz, situado en la calle Alcazabilla, nº 4. Este cine abría sus puertas por primera vez el nueve de septiembre de 1945. Tras varias remodelaciones, en 2008 pasaba a ser propiedad municipal y se convertía en sede oficial del Festival de Cine de Málaga. El edificio se encuentra emplazado en el casco histórico de la ciudad, junto al monte Gibralfaro, entre el Teatro Romano y la Alcazaba (fortificación musulmana del siglo XI). En los alrededores se sitúan diversas construcciones de gran interés histórico y cultural: el Palacio de la Aduana, el Museo Picasso, el Teatro Cervantes, el Ayuntamiento de Málaga, etc. La Sociedad Española de Historia de la Psicología, la Universidad de Málaga, la Facultad de Psicología, el Departamento de Psicología Básica y las personas que nos hemos encargado de organizar este evento, queremos dar la más cordial bienvenida a todos sus participantes y desearles una grata estancia en la ciudad de Málaga. 3 COMITÉ ORGANIZADOR Presidente: Juan Antonio Mora Mérida Secretario y responsable de la página web: Miguel Luis Martín Jorge Coordinador: José Antonio Gallardo Cruz Secretaría: Ana Belén Rodríguez Ruiz Colaboradores: Pilar Grande Martín, Beatriz Porras Florido, José Tomás Boyano Moreno, Marina Calleja Reina y José Luis Zacagnini Sancho. Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga COMITÉ CIENTÍFICO Juan Antonio Mora Mérida (Univ. de Málaga) Mar Bernal Rivas (Univ. de Santiago de Compostela) Milagros Sáiz Roca (Univ. Autónoma de Barcelona) Juan Antonio Vera Ferrándiz (Univ. de Murcia) Javier Bandrés Ponce (Univ. Complutense de Madrid). COLABORACIÓN EXTERNA Miguel Briones Artacho (Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga) Mariano Vera Martínez (Presidente del Colegio de Psicólogos) Juan J. Sánchez Luque (Presidente del Colegio de Médicos) Carmen Sanchidrián Blanco (Hª de la Educación) Jesús Castellanos Guerrero (Hª de la Medicina) Pascual Martínez Freire (Lógica y Filosofía) Serafina Castro Zamudio (Personalidad y Evaluación) Jesús Miranda Páez (Metodología y Psicobiología) Juan Jesús Bravo Caro (Hª Moderna y Contemporánea). 4 ÍNDICE PRESENTACIÓN − Juan A. Mora Mérida: Presentación del XXIV Symposium de la SEHP. 15 INTRODUCCIÓN − Helio Carpintero: Presencia malagueña en la psicología española del siglo XX. 23 ALFRED BINET (1857-1911): CENTENARIO DE SU MUERTE − − − Jacqueline Carroy: La réception des travaux d’Alfred Binet en France au début du 20e siècle. José María Gondra: Los experimentos de Binet con sujetos hipnóticos y su influencia en la medida de la inteligencia. Lucia Monacis: The Binetian developmental explanation of optical illusions. 45 48 50 IN MEMORIAM MIQUEL SIGUÁN (1918-2010): HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DEL LENGUAJE − − − Iván Sánchez Moreno: El placer cineinómano. Un análisis de la contemplación estética en la obra de Miquel Siguan. Fernando Gabucio Cerezo: Miquel Siguán y el murmullo de la conciencia en Joyce y Vygotsky. Mònica Balltondre Pla: El tema del amor en un psicólogo de posguerra: los primeros intereses intelectuales de Miguel Siguán i Soler (1918-2010). 55 58 60 HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA EN ESPAÑA − Francisco Pérez Fernández, Joanne Mampaso Desbrow y Nereida Bueno Guerra: El psicólogo de prisiones (19792009). Treinta años de trabajo desde el anonimato. 5 65 − − − − − − − − − − − − − Consuelo Martínez Priego: Aportaciones del pensamiento de Rof Carballo a la psicología española: de la medicina psicosomática al concepto de urdimbre afectiva. Belén Jiménez Alonso: Una aproximación a los orígenes del pragmatismo jurídico en España: la postura de Quintiliano Saldaña a propósito del problema de la responsabilidad. Virgilio Ibarz Serrat: El caso Jacint Verdaguer (18451902). Natividad Sánchez: La correspondencia entre Adolf Meyer (1866-1950) y Emilio Mira y López (1896-1964). Rosa Sos Peña y Constanza Calatayud Miñana: La psicología aplicada española en tiempos de posguerra (1939-1945). Milagros Sáiz Roca y Dolors Sáiz Roca: La influencia europea en la psicopedagogía terapéutica catalana de principios del siglo XX: Análisis de los diarios de viaje de Lluís Folch i Torres (1878-1946). Beatriz Porras Florido: La Teoría general de la Conciencia en una obra Clásica de Psicología en España: José P. Bulnes (1929). “Psicología”. Valeria de Palo: Emilio Mira y Lopez: la psicología al servicio de la ley. José L. Zaccagnini: La psicología de Abuchafar Abentofáil: Una reivindicación necesaria. Manuel Mateos, Mercedes García, Cristina Barbadillo, Natividad Sánchez y Gabriel Ruiz Ortiz: Una ventana a la libertad: La Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias de Sevilla (1869-1874). Juan Manuel Gutiérrez Trigo, Belén Villalba Segovia y Gabriel Ruiz Ortiz: Orígenes de la plasticidad cerebral: Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) y la gimnasia cerebral Clara Méndez Hernández, José Quintana Fernández y Florentino Blanco Trejo: El “Psicóscopo”: una nueva metáfora de la mente Pablo Alonso Sobrino, Alejandro Barranco Fernández e Iñigo Barranco Fernández: Elementos para una historia oral sobre el desarrollo del paradigma cognitivista en España 6 68 71 73 76 79 82 85 88 91 93 95 97 99 − Mª Luz M. Fernández, Francisco Martos y Florentino Blanco: Teoría y práctica de la hipnosis en Julio Camino Galicia. Una aproximación. 101 TEORÍAS Y ESCUELAS PSICOLÓGICAS − − − − − − − − − − Elena Minkova: Developmental Psychology as the newly emerged science in Russia (at the turn of the 20th century). Marina Arinina: Scientific heritage of Graham Wallas (1858-1932) in the light of modern social psychology. Laura García-Vega Redondo y Luis García-Vega: Evolución histórica de los intereses científicos de Martin E. P. Seligman. Arthur Arruda Leal Ferreira: The measure as proof of a full world: The role of psychophysics and panpsychism in Gustav Fechner’s daylight vision. Oriol Alonso Cano: La evolución de la intencionalidad de la conciencia: De la conciencia intencional descarnada de Brentano a la “Intencionalidad operante” de Merleau-Pont. Mª Luisa Luque Liñán, Marina Calleja Reina y José Miguel Rodríguez Santos: La influencia de la escuela conductista en la técnica de la enseñanza ambiental (“Milieu Teaching Procedures”) en la intervención logopédica. Cristina Barbadillo, Mercedes García, Manuel Mateos, Gabriel Ruiz y Natividad Sánchez: Adolf Meyer (18661950) y su red de relaciones en la psicología de la época. Pablo Berenguer Mira y Florentino Blanco Trejo: La obra de David Katz (1884-1953) Der aufbau der tastwelt (1925) como pionera de la noción contemporánea del tacto como sistema dinámico-activo. Andrés Rodríguez Ayuso y Florentino Blanco Trejo: Una revisión histórica de la obra de Boesch y de su recepción en el marco de la psicología cultural contemporánea. Alberto Hontoria Maceín y Florentino Blanco Trejo: La relevancia histórica de la metáfora de los espíritus animales en la constitución de las pasiones del alma como tecnología musical barroca. 7 105 108 111 115 118 121 123 125 127 129 − Luis García-Vega y Laura García-Vega: Cuando el pensamiento es conducta. Un repaso histórico. 131 DOCENCIA EN EL GRADO DE PSICOLOGÍA − − − María José Sampedro Vizcaya y Dolores Ponte Fernández: Estatus de la asignatura “Historia de la Psicología” en el nuevo Grado en Psicología. María del Mar Bernal Rivas: Sesiones interactivas de Historia de la Psicología en el marco de Bolonia. Paula Samper García, Mª Vicenta Mestre Escrivá, Ana Mª Tur Porcar y Elizabeth Malonda Vidal: Título de Grado de Psicología: ¿Cuál es la situación de la Historia de la Psicología? 137 139 142 HISTORIA DE LA METODOLOGÍA E INSTRUMENTOS DE MEDIDA − − − Juan Antonio Mora Mérida: Teorías psicométricas de la inteligencia: la Escuela de Londres frente a los modelos multifactoriales norteamericanos. Nicola Curci: Marbe’s Rotator. Luigi Traetta: Instruments for the re-employment of the maimed: The inventions of Jules Amar. 147 150 152 HISTORIA DE TRATAMIENTOS Y MÉTODOS EN PSICOTERAPIA − − − − Miguel L. Martín Jorge: Influencia de Freud sobre la concepción del psiquismo en la terapia cognitiva de Aaron T. Beck. Elena Quiñones Vidal y María Peñaranda-Ortega: Desarrollo histórico del concepto de personalidad límite: Las aportaciones de Otto Kernberg (1928-1967). Florentino Blanco Trejo y José Carlos Loredo Narciandi: La confesión como tecnología psicológica. Una aproximación genealógica. Héctor García de Frutos: La dialéctica entre ciencia y psicoanálisis: el cientificismo contemporáneo interrogado por las elaboraciones de Jacques Lacan y el “Cercle d’épistémologie” (1964-1969). 8 157 160 163 166 − Juan José Fernández Teijeiro: La psicología positiva del Dr. Tomás Maestre Pérez (1857-1936). 169 HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES − − − − − − − − − − − Gabriel Ruiz: El problema de la psique animal en los estudios de Pavlov acerca de la digestión. Noemí Pizarroso López: Espiritualismo, intuicionismo e inconsciente en la obra de Henri Delacroix. Un análisis de sus trabajos de transición de la historia de la filosofía a la psicología. Edgar Cabanas Díaz y José Carlos Sánchez González: Individualismo positivo: individuo y felicidad en la Norteamérica del siglo XIX como claves del “pensamiento positivo” y de la actual psicología positiva. María del Carmen Sellán Soto y Antonio Vázquez Sellán: El desarrollo institucional de la enfermería psiquiátrica en España (1932-1977). Un ángulo ciego en el complejo psi. José Quintana Fernández: Ensayos de institucionalización de la Psicología en la Universidad española. La cara oculta de la Historia. Beatriz Bonete López y Esther Sitges Maciá: Pasado y presente de la Psicogerontología a través de las publicaciones en PsycINFO (2000-2009). Maria Sinatra: Because we see the world in this way. Canestrari’s “phenomenological” interest in optical illusions. María Ángeles Cohen García-Juez: La genealogía de las categorías psicológicas a la luz de la obra de Erwin Rohde. Paolo Contini: La historia de la “ciencia de la historia” de Lazarus (1824-1903) y Steinthal (1823-1899). Fernando Gil González: Datos psicoanalíticos de la personalidad de Alejandro Magno. Carmela Ferrandes: Meteorology and psychology: the measurement of weel-being. 9 175 178 180 183 186 189 191 194 196 199 202 − − − − − − − Hernán Camilo Pulido Martínez y Luz Mery Carvajal Marin: Psicología y trabajo durante las transformación del régimen administrativo en sector de la salud en Bogota, 1980-2009. José Tomás Boyano Moreno: Revisión histórica de las teorías sobre la memoria autobiográfica. Omar Estrada Contreras y Luis Gustavo González Carballido: La Historia de la Psicología del Deporte desde la perspectiva de los países del Este. Eugenio Pérez Córdoba: Una historia de la psicología del deporte. Paulo Jesus y Maria Formosinho: Intelligence as a life function: revisiting W. James’ and H. Bergson’s psychological teleology. Sergio Mota Verdura y José Manuel Igoa González: Recursividad, lógica, matemáticas y música: la figura de Jean-Philippe Rameau (1683-1764). Floor van Alphen: Creative kindness: Looping effects or myriad ways of a psychological category. 204 207 210 213 216 218 220 TEMAS LIBRES − − − − − − − Darya Zharova: I.A. Sikorsky’s (1842-1919) scientific heritage. Manuel Sánchez de Miguel y Luis María Iturbide Luquín: Hacia una teoría general de la acción: Samuel Stouffer (1900-1960) y la ingeniería de las actitudes. Susana Segura: Revisión histórica del estudio del razonamiento contrafáctico. Jorge Castro Tejerina y Enrique Lafuente: La memoria del trabajo: la construcción del pasado oficial de la psicología del trabajo. Bárbara Arias Gómez: La construcción de la identidad nacional en la escuela del franquismo: un hecho cognitivo y emocional. Mauricio Chisvert Perales y María José Monteagudo Soto: Movimiento “Open Acces” y difusión de la investigación ¿Una alternativa válida para la Revista de Historia de la Psicología? María del Mar Villanueva Martín: Aspectos psicológicos en la obra de José Ortega y Gasset. 10 225 228 231 234 238 242 245 − − − − − María Felipa Hernando Martínez, María Carmen Sellán Soto y Mª Luisa Díaz Martínez: Identidad y representación social en el ejercicio del cuidado. Mauricio Chisvert Perales, María José Monteagudo Soto y Elena López de Cozar: La Psicología aplicada a la seguridad vial en la primera década del siglo XXI (20002010): Investigación y transferencia de conocimiento psicológico. Yolanda García-Hierro Rodríguez, Clara Badolato, Ramón Sánchez Viedma y Florentino Blanco Trejo: De Nosferatu a Drácula, de Bram Stoker, o la evolución del miedo en el cine: una aproximación historiogenética. Ana León Mejía y Carmen Patino Alonso: Gilligan a Examen. Enrique G. Fernández-Abascal: Raíces históricas de la psicología positiva. 249 251 253 255 258 AUTORES − 267 Índice de autores 11 12 PRESENTACIÓN 13 14 Presentación del XXIV Symposium de la SEHP La Universidad de Málaga, y su Departamento de Psicología Básica, ya tuvieron anteriormente el encargo de la Sociedad Española de Historia de la Psicología (Marbella, 1996) de organizar el IX Symposium de la SEHP que, como nos evidencian los diferentes trabajos de Mª Vicenta Mestre y colaboradores (Madrid, 2006), podemos considerar el Symposium de mayor número de aportaciones científicas y asistentes de los organizados por esta Sociedad Científica. De nuevo esta idea, de que volviera a Málaga el Symposium anual de la SEHP, nos fue sugerida en la Asamblea General de la Sociedad en Cadaqués (2007). Durante estos quince años muchas cosas han cambiado en la estructuración de los estudios de Psicología (inmediata reforma de los Planes de Estudio; anterior estructuración en créditos, con amplia optatividad para los Alumnos; nueva concepción de los Grados, Plan Bolonia, Espacio Europeo de Educación Superior, etc.) que han ido conformando y modificando nuestras tareas docentes e investigadoras. Sin embargo, hay algo que ha ido permaneciendo como un continuum, y es justamente el carácter de sentido crítico e institucional que tienen los contenidos de la Historia de la Psicología, en la propia reestructuración de la disciplina psicológica (Dilthey, 1883/1956; Boring, 1950/1978; Leahey, 1996). Ante el avance de los diferentes campos de aplicación de la Psicología, es justamente a su Historia a la que nos compete mantener su carácter unitario e integrador (Kimble, 1989, 1995). Y como puede apreciarse en los trabajos presentados a la Mesa 5, una vez más tenemos que reinventar la materia, con nuevas técnicas didácticas para su adecuado afrontamiento por nuestros Alumnos, como nos ha sucedido a nosotros mismo en nuestra docencia en la Universidad de Málaga (Mora y Martín, 2010). Llegado de nuevo este momento de la apertura del XXIV Symposium de la SEHP, estamos ante un culmen de agradecimientos. En primer lugar a la propia SEHP, por volver a confiar en nosotros para esta organización. La idea fue acogida inmediatamente por nuestro Departamento de Psicología Básica, especialmente en la persona de su Director, Dr. José Miguel Rodríguez Santos, del que nunca nos han faltado apoyo y aliento, especialmente en los dificultosos momentos iniciales. La propia Universidad de Málaga, tanto a través de su Rectora Dña. Adelaida de la Calle Martín, como especialmente de su Vicerrector de Investigación, Don José Angel Narváez Bueno, nos brindaron igualmente apoyo financiero para su 15 definitiva puesta en marcha. Y puestos al habla con el Ayuntamiento de Málaga, la acogida por parte de su Alcalde, D. Francisco de la Torre Prados, y su Responsable del Área de Cultura, D. Miguel Briones Artacho, han sido totales. Ubicar el XXIV Symposium en el Cine Albéniz, recién remozado, actual sede del Festival de Cine de Málaga, ha sido a sugerencias del propio Ayuntamiento. Este edifico de corte neoclásico, rodeado de los más importantes vestigios de la historia de la ciudad (teatro romano, Alcazaba, Catedral, Aduana, Plaza de la Merced), frente a los mejores museos (Picasso, Revello de Toro, Tyssen) constituye un marco ideal para un Congreso de Historia. Estamos rodeados e inmersos en la propia historia, y ésta, como el flujo de la vida, nos sirve de marco referencial de nuestras aportaciones científicas. La estructura de este Symposium responde a 9 Líneas temáticas, que han tenido, sin embargo, muy desigual acogida entre los científicos asistentes al mismo. Mesa 1: Binet, 2 Comunicaciones. Mesa 2: M. Siguán, 3 Comunicaciones. Mesa 3: Psicología en España, 16 Comunicaciones. Mesa 4: Teorías y Escuelas, 11 Comunicaciones. Mesa 5: Docencia en Grado, 5 Comunicaciones Mesa 6: Metodología e Instrumentos, 2 Comunicaciones. Mesa 7: Tratamientos y Métodos, 3 Comunicaciones. Mesa 8: Psicología y Ciencias Afines, 22 Comunicaciones. Mesa 9: Temas Libres, 10 Comunicaciones Conferenciantes Invitados: 3 TOTAL Aportaciones Científicas: 77 A pesar de tratarse de un Symposium de una sociedad científica española, sus aportaciones científicas proceden de: España: 62 Italia: 7 Rusia: 3 Brasil: 1 Argentina: 1 Francia: 1 Portugal: 1 Colombia: 1 16 Figura 1: Estructura global del XXIV Symposium SEHP. Figura 2: Procedencia, por países en el XXIV Symposium SEHP. En cuanto a su Universidad de procedencia, la participación de este XXIV Symposium ha sido: Autónoma de Madrid: 15 trabajos. Sevilla: 9 trabajos Málaga: 9 trabajos Italia (Bari): 7 trabajos. UNED: 4 trabajos Rusia (S.P.): 3 trabajos. Valencia: 3 trabajos 17 Pais Vasco: 3 trabajos Santiag: 2 trabajos Y un amplio número de Universidades al menos con un trabajo, tanto españolas como extranjeras., hasta completar las 77 actividades científicas. Figura 3: Universidades con mayor participación. Como algunos grupos de extranjeros los podemos considerar ya como reincidentes, esto nos posibilita la afirmación de que un buen número de colegas, especialmente europeos, vienen considerando a los Symposia de la SEHP como los suyos propios, cosa de la que nos congratulamos y enorgullece. Quisiera dejar constancia de un agradecimiento especial a Miguel Luis Martin Jorge, José Antonio Gallardo Cruz, Ana Belén Rodríguez Ruiz, y a los restantes compañeros presentes en el Comité Organizador, sin cuya meritoria labor no podría haberse celebrado este XXIV Symposium. Son muchos los detalles organizativos que hay que coordinar, antes de que se suba el telón. Igualmente, a todas las instituciones presentes en la Colaboración Externa de nuestro tríptico, cuya difusión y ayuda la podemos considerar como realmente interna. Ellas han sido también cruciales en la difusión y acogida de este Symposium. Constructiva al máximo ha sido la labor de todos los cargos directivos de la SEHP y de todos los Miembros del Comité Científico, que han velado por el nivel y categoría de las aportaciones científicas a este Symposium. 18 Esperamos haber respondido a la confianza depositada en nosotros, y esta ciudad milenaria y moderna, clásica y renovada, siempre abierta y acogedora, flujo y crisol de culturas, os brinda un marco acogedor para vuestra fecundación intelectual mutua, para vuestro intercambio libre de ideas, al mismo tiempo que os abre los brazos para haceros grata vuestra estancia en ella. Gracias por vuestra presencia aquí. Tened la total seguridad de que Málaga, tanto en sentido vital como intelectual, no va a defraudar vuestro esfuerzo por acudir en ella al XXIV Symposium de la SEHP. Juan Antonio Mora Mérida Presidente del Comité Organizador Referencias bibliográficas Boring, E. (1950/1978). Historia de la Psicología Experimental. México: Trillas. Dilthey, W. (1883/1956). Introducción a las Ciencias del Espíritu. Madrid: Revista de Occidente. Kimble, G.A. (1989). Psychology from standpoint of a Generalist. American Psychologist, 44(3), 491-499. Kimble, G.A. (1995). Psychology stumbling down the Road to Hell. The General Psychology, 31 (3), 66-71. Mestre, M.V et alii (2006). Análisis de los Symposia de la SEHP. Comunicación presentada en lel Symposium anual de la SEHP. Miraflores de la Sierra. Madrid. (Publicada posteriormente en Revista de Historia de la Psicología, 2007, (3-4), 100-110. Mora, J.A. y Martín, M.L. (2010). Introducción e Historia de la Psicología. Madrid: Pirámide. 19 20 INTRODUCCIÓN 21 22 Presencia malagueña en la psicología española del siglo XX Helio Carpintero Universidad a Distancia de Madrid [email protected] Aunque la ciencia es universal, especialmente cuando se trata de su plano de relaciones formales y abstractas, su realización en líneas concretas de estudio suele venir hasta cierto punto marcada por estilos y sesgos que reflejan las condiciones locales en que los conceptos han ido siendo concebidos y expresados. Hay, en suma, tradiciones nacionales, y, hasta cierto punto, corrientes o movimientos dotados de sabor local. La psicología ha sido siempre un saber muy fuertemente impregnado de color local. Un curioso esfuerzo lo realizó William Sahakian, hace ya años, al construir una visión histórica de aquella tomando como puntos de referencia las universidades donde fueron floreciendo los trabajos pioneros, y se fueron anudando tradiciones de discipulado entre sus figuras representativas (Sahakian, 1975). No es este el caso. La posible tradición malagueña en psicología es, sin duda, una construcción un tanto forzada, que intenta agrupar nombres por su vinculación con esta bella ciudad mediterránea del sur peninsular. Pero, una vez reconocido ello, no deja de ser notable que algunos nombres capitales en nuestro pasado histórico, tanto de la disciplina como del correlativo campo profesional, tengan con esta ciudad una relación estrecha, nada desdeñable. Y ello nos permite intentar esta revisión apresurada de ese círculo singular. Recuérdese que la ciudad fue cuna del hombre que promovió la recuperación de la psicología como ciencia y como tecnología después de la guerra civil, el doctor Jose Germain, nacido aquí en 1897, y precisamente en la calle Marqués de Larios, en el centro mismo de la ciudad moderna. Pero también era malagueño, aunque de Ronda, don Francisco Giner de los Rios, la gran figura de la renovación intelectual española del siglo XIX, nacido allí en 1838. Y era malagueña, esta vez de Velez-Málaga, y de 1904, María Zambrano, una filósofa y un espíritu poético que anduvo siempre enamorada del alma, sus sentimientos y ensoñaciones. Y esos tres nombres hallan un punto medio de intersección, cual si del baricentro del triángulo se tratase, en la figura de Jose Ortega y Gasset, que, aunque madrileño, vivió en el Colegio de los Jesuítas del Palo, aquí en 23 Málaga una infancia de honda huella en su personalidad que en diversas ocasiones afloró en sus páginas más personales. De esta suerte, Giner, Ortega, Zambrano y Germain son los nombres de los que me ocuparé someramente, aunque con ellos la lista no se agota, como al final diré. Don Francisco Giner Cuando Salvador de Madariaga trazó un cuadro comprensivo de la realidad española para que los extranjeros pudieran orientarse en el laberinto que la constituye, en su conocido estudio sobre España, afirmó tajantamente que a Giner se debía la renovación del alma moderna de nuestro país. Giner procedía de una familia andaluza. La madre, Bernarda, era rondeña, de la familia del político don Antonio de los Rios Rosas; el padre, Francisco, procedía de familia levantina asentada en VelezMalaga. Tuvo una infancia andaluza, en Cadiz; el bachillerato, en Alicante, y estudió filosofía en Barcelona, así que fue creciendo con los ojos puestos en el horizonte marino. Y vino a recibir un impacto decisivo de las enseñanzas de un pensador nacido en las alturas de Soria, Julián Sanz del Rio, quien logró infundir en una pequeña minoría las enseñanzas éticas y metafísicas del pensamiento krausista, que actuó como regenerador de la mentalidad y la moralidad de la sociedad de fines del siglo XIX. Giner, que había estudiado ‘filosofía del sentido común’ con Llorens y Barba, en Barcelona, se vió luego atraído hacia la filosofía del derecho, y a la enseñanza universitaria. Ganó pronto la cátedra de esa especialidad en la Universidad de Madrid. Su defensa de la libertad de cátedra, frente al intento de control católico de la educación que promovieron los grupos conservadores respaldados por un concordato que aliaba el altar con el trono de Isabel II, le obligó a abandonar la cátedra en dos ocasiones. Lo hizo, primero en 1867, acompañando en su renuncia a su maestro Sanz del Río, y luego en 1875, ahora ya con un grupo más amplio de profesores, renuentes a aceptar en su docencia una inspección religiosa ortodoxa que aprobara y tolerara sus enseñanzas, pasándolas por un tamiz eclesiástico que se ingería en la vida académica. Por segunda vez el ministro Marqués de Orovio trató de imponer la censura gubernamental en la enseñanza. En ese grupo de espíritus fuertes se contaban Castelar, Figuerola, Montero Rios, Moret, Varela de la Iglesia, su hermano Hermenegildo Giner, y unas cuantas figuras más. 24 Doctrinalmente estaba convencido de que la persona se apoya en un ser supremo que le sustenta , y que con su razón puede y debe obrar con libertad, buscando una justificación moral racional para una vida que ha de obrar en favor de sí mismo y de la sociedad a la que está ligado por solidaridad humana. La moral hallaba su raíz en el fundamento metafísico; su conocimiento, y su obrar, lo tenían en el uso de la razón, capaz de construir una visión racional del mundo. Esa visión impulsaba a realizar un esfuerzo de difusión y de renovación educativa entre sus contemporáneos. Frente a los movimientos reformistas violentos, aquí crecía un impulso renovador humanista que hacía de la escuela y la educación el instrumento de cambio social primario. (Lafuente, 1996). Ese proyecto de reforma espiritual encontró en la nueva psicología que iba creciendo en Europa un aliado firme y oportuno. Es conocido que Giner, con la ayuda de Eduardo Soler y Alfredo Calderón, dio a la imprenta un breve volumen de tema psicológico y antropológico, que presentaba una idea del hombre fundada a un tiempo en la filosofía krausista y la nueva psicología empírica de la época. Junto a los nombres de Krause, Sanz del Rio, Ahrens y Tiberghien - los filósofos del cielo krausista -, iba a tener en cuenta los de Wundt, Fechner, Lotze, Helmholtz, Spencer y otros más. Ciencia positiva y metafísica krausista, se daban la mano en esa enseñanza. Asi lo reconocen las primeras páginas de sus Lecciones sumarias de psicología, de 1877, un pequeño manual que pretende esclarecer las interacciones continuas que median entre el cuerpo y el espíritu, entre la razón y el instinto y el sentimiento (Giner, 1877). Para Giner había dos temas capitales: el niño, cuyo proceso educativo le preocupaba como pieza clave en el proceso deseado de regeneración nacional, y la persona, como sujeto del derecho, y base de toda la construcción jurídica que busca promover el imperio de la ley entre seres personales y racionales. En ambos casos descubría la existencia de un cierto conflicto o complejidad, entre dos elementos, la razón que debe imperar, y los sentimientos e instintos que se rebelan y se afirman frente a la primera; cada una de esas fuerzas debe hacerse con la voluntad, para promover la acción. Este era un problema que se venía a situar en el centro mismo de la preocupación del educador y del jurista. Pero era también el núcleo conceptual mismo de la nueva picología. De ahí su interés por el tema. Entendía que la singularidad de la persona deriva de su racionalidad. Mientras el animal viviría en el mundo de lo ‘individual’, el hombre lo hace en uno que conjuga lo ‘individual’ y lo ‘universal’ - en un mundo posibilitado por la razón, “que hace de un 25 ser una persona” (Giner, 1899,15). Esa racionalidad, dirá, “es el poder de darnos cuenta, por lo que toca al conocimiento, de lo universal de las cosas…; en cuanto al sentimiento, la potestad de elevarnos sobre la afección inmediata y del instante… al amor objetivo del ideal…; (y, finalmente) la voluntad racional… se propone fines superiores a toda mira subjetiva…” (Id., 19). A través de ese conjunto de facultades psíquicas, se desarrolla y consolida una personalidad que singulariza a cada persona, al tiempo que comparte con las demás el orden regulador de la razón. Giner ejerció un enorme influjo sobre el mundo intelectual y, especialmente en el campo de la educación, su huella se dejó sentir en todos los niveles. A través de figuras como Manuel B. Cossío, Domingo Barnés, Lorenzo Luzuriaga, y tantos más, elevó el nivel de la pedagogía española del siglo XX. Pero además, ejerció un influjo genérico de otro orden, muy enérgicamente destacado por Ortega: su capacidad para transmitir interés y entusiasmo hizo que su magisterio alcanzara regiones a las que su saber y su información tal vez no alcanzaban, pero a las que la fuerza irradiante de su personalidad consiguió movilizar. Al morir, en efecto, lo recuerda como “el único manantial de entusiasmo que hemos hallado en nuestro camino” (Ortega, OC, VII, 403). Para el proyecto de europeización de los hombres de la generación de Ortega, ese entusiasmo resultó esencial, e hizo posible la absorción de una cultura que les enriqueciera de ideas e ideales. Hay una anécdota que expresa bien la relación que ligó a estos dos grandes espíritus. Escribiendo Ortega sobre El Escorial, y sobre lo que era un paisaje, recordó una conversación con Giner, en pleno Guadarrama, donde éste le trasladó la idea que del paisaje tenía doña Concepción Arenal. Así como en las posadas del Siglo de Oro, a la pregunta sobre qué había para comer, se respondía que ‘lo que el viajero trajese’, al hablar del paisaje ella decía: paisaje es “lo que cada cual traiga”. Y el filósofo añade: tal opinión se ha vuelto en nuestro tiempo “estricto principio científico” (Id., VII, 408). Esa vinculación del paisaje al punto de vista de quien lo mira, iba a convertirse, efectivamente, en el núcleo mismo del pensamiento de Ortega, ahí fuertemente influído también por el biólogo Jakob von Uexküll. Para éste, autor de una biología que ha sido frecuentemente calificada de kantiana, cada organismo, efectivo a priori de su medio vital, posee una estructura biológica que define el rango y tipo de estímulos y respuestas posibles. Lo que Ortega vierte ya en términos propios: “El individuo y su medio nacen el uno para el otro -más aún, el individuo no es sino la mitad de sí mismo; su otra mitad es su 26 medio propio, con él forma la verdadera unidad superior que llamamos organismo… La vida es precisamente este esencial diálogo entre el cuerpo y su contorno” (Id., VII, 409). Puesto a filosofar, a Ortega el mundo se le volvió un ‘paisaje’, y ese paisaje resultaba inseparable del sujeto que lo contemplaba, y de lo que consigo traía. En términos más conocidos, lo había dicho ya el año antes, 1914, en las Meditaciones del Quijote: “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. La versión de El Escorial es de una conferencia del año siguiente, en el Ateneo de Madrid, en el mes de abril de 1915. Y nos sirve de enlace con el conjunto de pensamientos que Ortega dedicó precisamente a la psicología en el otoño de aquel mismo año, cuando, también en aquella institución, desarrolló un “Sistema de la Psicologia”, que sólo hace unos cuantos años se ha llegado a conocer, póstumamente. Pero vengamos a hablar ya, aunque esquemáticamente, sobre esta ‘segunda figura malagueña’ de nuestra lección. José Ortega y Gasset Ortega es sin duda la máxima figura filosófica española del mundo contemporáneo. Creador de una escuela de pensamiento, la llamada “Escuela de Madrid”, y autor de una obra extraordinariamente honda y varia, en sus escritos la psicología viene a ocupar un lugar destacado. Pero, por lo pronto, recordemos su vinculación con la Málaga que conoció y vivió. Había nacido en 1883, en una familia de periodistas, y su padre, Jose Ortega Munilla, autor de algunas novelas, y director de Los Lunes de El Imparcial, mantenía estrechas relaciones con el grupo intelectual más activo y distinguido de la época. Educó a su hijo en Málaga, en el Colegio de El Palo que mantenían los jesuitas con gran prestigio. Y de resultas de aquella experiencia, escribió: “Fui emperador en el colegio que los jesuítas mantienen en Miraflores del Palo, junto a Málaga… Hay un lugar que el Mediterráneo halaga, donde la tierra pierde su valor elemental, donde el agua marina desciende al menester de esclava y… refleja lo único que allí es real: la Luz… He sido durante seis años emperador dentro de una gota de luz” (Ortega, 2007, II, 112) Luego estudió filosofía y letras en Madrid, se doctoró pronto, amplió estudios con el grupo neokantiano de Marburgo, en Alemania, y en 1910 obtuvo la cátedra de metafísica, de la Universidad de Madrid, sucediendo así en ella a Nicolás Salmerón, la notable figura 27 krauso-positivista que fue por unos meses presidente de la Primera República. Desarrolló una filosofía de la vida que, sobre todo en sus inicios, estaba muy próxima a la psicología. En 1915 pronunció una serie de lecciones sobre un ‘Sistema de psicología’, en el Ateneo (hoy incluídas en Investigaciones psicológicas), y luego, en numerosos lugares de sus obras, hallamos análisis y reflexiones psicológicas personales. Habló en alguna ocasión de ‘nosotros, los psicólogos’, y tuvo alguna parte en el proceso de institucionalización de la psicología en nuestro país. Así, en 1920 fundó con sus amigos los psiquiatras G. Rodriguez Lafora y JM. Sacristán los Archivos de Neurobiología, primera revista especializada en España que incluyó la psicología entre sus campos temáticos. También es muy conocido el hecho de que, en 1922, recomendó y prologó la edición de obras completas de Freud en la editorial de su amigo Jose Ruiz Castillo, ‘Biblioteca Nueva’. Además, incorporó artículos sobre psicología en su Revista de Occidente, y editó traducciones de obras psicológicas importantes en la editorial del mismo nombre. En fin, como luego veremos, mantuvo una estrecha amistad con Jose Germain, y a su través su influencia se extendió al mundo de la inicial psicología española. No cabe olvidar que, a la muerte de Cajal, él fue elegido como presidente de honor para el congreso internacional de psicología que se estuvo preparando para celebrarse en Madrid en 1936, y que la guerra desbarató (Carpintero y Lafuente, 2008). Filosóficamente, su primera preocupación lo constituyó el idealismo, y, desde el análisis de la fenomenología de Husserl, vino a parar en rechazar la conciencia como entidad absoluta ‘no referida a nada’ y primaria; en cambio, desde la idea de la complementariedad de organismo y mundo, encontrada en von Uexküll, ler apareció la vida, esto es, la conducta, no como un fenómeno derivado y subsecuente al ser orgánico, sino como algo bien distinto: como una realidad nueva y diferente al resto de las realidades halladas al vivir, esto es, como la ‘realidad radical’: todo, tanto el mundo como el propio yo, se han de dar en la vida para ser realidad. La vida es una realidad dinámica, una suma de interacciones, ‘lo que hacemos y lo que nos pasa’, y sólo vista desde dentro, desde su perspectiva original, rinde su faz auténtica; desde fuera, es ya un dinamismo espacializado y objetivado, que ha perdido la fuerza para ser sólo movimiento; no es ya dinámica, sino cinemática (Marias, 1960). Esa vida no está dada hecha, y ha de irse haciendo. El organismo no tiene prefijada su vida, y no hay en él una ‘naturaleza’ determinante de sus manifestaciones ulteriores. “La fisiología del 28 antropoide es sólo un pretexto para que exista el hombre, como la rama nudosa del árbol es sólo un pretexto para que aposado en ella dé el pájaro su canto” (II, 93). Como él mismo explica, “desde 1914… es la intuición del fenómeno ‘vida humana’ base de todo mi pensamiento… Entonces lo formulaba yo… corrigiendo de modo principal la descripción del fenómeno ‘conciencia de’… La descripción enunciará que…hallamos la coexistencia del yo y de la cosa…” (VIII, 275). Esa coexistencia es precisamente ‘mi vida’, que aparece como el escenario donde toda otra realidad aparece y del que puedo tener evidencia en tanto que lo veo y se me hace patente. Cualquier otra realidad ha de presentarse en ella, y por esto aquella ha de ser considerada como ‘realidad radical’, mientras que el resto serán ‘realidades radicadas’. Aquella tendrá entonces la condición de arkhé, o principio metafísico. Por eso, para Ortega, la metafísica va a ser la exploración de mi vida como realidad radical. Ahora bien, esa estructura dinámica vital guarda proximidades grandes con el orbe de las realidades psíquicas. Veamos. El sujeto –yo- está ‘abierto’ y tiene ante sí ‘el objeto’, los objetos, la circunstancia o mundo. Semejante apertura guarda una relación fortísima con la idea fenomenológica de ‘intencionalidad’, ya antes formulada por Brentano (al que Ortega considerará iniciador de la novísima filosofía dentro de la que él mismo se sitúa, y cuya obra básica hará traducir). La idea de la vida, como ámbito, donde todo se manifiesta, posee notas que la aproximan a la idea de campo, y más aún a la del ‘Lebensraum’ o espacio vital lewiniano. (Nótese que Lewin, junto con Ortega, han sido espíritus influídos por las ideas de von Uexküll, lo que explica bastante bien su cercanía [Carpintero, 1993). La idea de vida como dinamismo, donde todo se va manifestando, no puede dejar de ser relacionada con la dinámica de la ‘conciencia’ en el pensamiento de Herbart (al que Ortega dedicó un estudio magistral en 1916), y, desde luego, al pensamiento de Freud, y Dilthey. En diversos lugares admitirá que lo real aparece al sujeto como aquello que es otro y que ‘resiste’ (realidad como resistencia), idea de Maine de Biran que ya en su momento recogió e hizo suya Dilthey. Y si lo real resiste, es porque el yo presiona; en suma, porque es fuerza que opera sobre el entorno, pero cuyas raíces están fuera del círculo de lo conocido, en un ámbito de lo inconsciente. Para entender esa pluralidad de niveles en la vida, echó mano de la teoría de los estratos vitales – Hoffmann, y antes Klages, [Hoffmann, 1946] y desde luego Freud -, y la reformuló, en la bien conocida triada de 29 ‘vitalidad, alma , espíritu’ ,presente en El Espectador, donde iba a exponer que la base de ese dinamismo vital hinca sus raíces en la estructura orgánica –vitalidad-, se comienza manifestando a través del mundo de los afectos y sentimientos, -alma-, y alcanza, a través de los mecanismos de abstracción y pensamiento conceptualizador los niveles propios de las realidades universales que ocupan la actividad del ‘espiritu’. Delineó además una visión psicológica en que la realidad profunda del yo tiende a expresarse a través de emociones, expresiones del dinamismo profundo, y de los mecanismos atencionales – dime a lo que atiendes y te diré quien eres, dirá en alguna ocasión. Y mantendrá, además, que la esencial distancia entre el hombre y el animal consiste en que aquel tiene un mundo interior de imágenes, una imaginación y una memoria, que le distancian del entorno, y en cierto modo le desconectan de él, privándole de un ajuste mediante reflejo o instinto, y forzándole a elaborar un plan de acción que requiere ‘interpretar’ el entorno y ajustar a esa interpretación su acción. Para Ortega, un hecho radical en ‘mi vida’ es el de la ‘convivencia’ con los otros. Vivir es convivir. Como ya dijera Baldwin, me descubro como ‘yo’ después de haberme encontrado a un ‘tú’. Ello implica que en la constitución de las interpretaciones, y la configuración del mundo en que vivimos, entra de modo decisivo la sociedad. Esta deposita interpretaciones no solo en forma de ‘ideas’, sino antes y muy principalmente en forma de acciones interpretativas, hábitos operativos, o ‘draomas’, que establecen una base de ‘creencias’, desde la que se levanta una vida como tradición. La ruptura de esa tradición o credencialidad conducirá, en opinión de Ortega, a la búsqueda de una nueva creencia, o una nueva fe, ahora ya no recibida sino creada, elaborada por el sujeto, y ese proceso es la filosofía. Ahí, justamente, aparece la vida ‘dando razón’ de la acción. Esquemáticamente, digamos que se hacen unas cosas porque se han vivido otras. Inicialmente, se da el drama vital; luego surge la esquematización o conceptuación del mismo. “El martillo es la abstracción cada uno de los martillazos” (OC, I, 756) -. La comprensión de toda realidad remite, siempre, al ámbito donde ella aparece, esto es, a la realidad de mi vida. En ella es donde cobra ‘sentido’: la vida da razón de ella, es el ámbito del ‘sentido’, y opera como ‘razón vital’. Ortega, con su idea de razón vital, renovó la escena filosófica española. Y con ello, abrió un nuevo nivel al pensamiento. 30 Punto y aparte para nosotros merecen sus Investigaciones psicológicas, publicadas por vez primera en 1982. Lafuente ha hecho un fino análisis de las mismas (Lafuente, 1983). Pero de todos modos, conviene que aquí hagamos presente su línea argumental, porque ahí se ve con claridad la estrecha conexión entre la filosofía y la psicología de nuestro autor. Quiere hacer en esas lecciones un ‘sistema psicológico’ (VII, 435), y comienza por examinar el tema de la definición de psicología, viniendo a parar a la peculiaridad del fenómeno psíquico. Subraya que, en cuanto fenómenos, el psíquico y el físico, son prima facie distintos –aunque luego como ‘realidades’ lo sean o no. Su análisis, muy en línea con la reflexión de Brentano, reconoce que en cada fenómeno físico, hay algo presente “que nada tiene de mí”; en el psíquico –percibir, querer, etc.- hay “algo mío y solo mío” (Id. 451). El primero me pone ante algo ‘extenso’, el otro ante un ‘sentir mío’. De este modo, aquel me abre a una realidad extensa, mientras este es una realidad intencional, “cuyo ser consiste en sentir” (Id., 453), y por lo tanto la suya será una naturaleza ‘sintiente’. Su conclusión es tajante: a las cosas con apariencia distinta, hay que “tratarlas por separado” (Id- 455). De ahí que para el estudio de estos temas proponga la creación de tres laboratorios: uno fisiológico, otro psicológico, y un tercero dedicado a la relación cuerpo-psique. Se trata de una teoría que asume a un tiempo la diferencia y la complementariedad del ámbito fenoménico. (Y no asume la idea de una psicología fisiológica al estilo de la de Wundt, porque eso es ya una tesis metafísica). El núcleo de ese trabajo gira en torno a la descripción del hecho de conciencia. Este aparece como “la cosa más rara que hay en el universo; pues… parece consistir en la conjunción, complexión o perfecta unión de dos cosas totalmente distintas: mi acto de referirme a – y aquello a que me refiero. “De un lado, están los actos de “referirse siempre a algo más allá de ellos…”; de otro, está “lo contrapuesto, lo que está enfrente de mí y de mi acto” (alianza, 66-67). Los modos de referencia – o de intencionalidad brentaniana - abren vía hacia “el ser” - o mejor, los diversos seres: ser físico, ser fantástico, ser irreal, valor -, a formas de ser complexo – juicios, resultado del pensar, y a complexos que son los ‘problemas’, en respuesta a los cuales surge la ‘verdad’, que es el magno problema de la filosofía. Pero el examen del conocimiento consciente muestra que el objeto del conocimiento presenta formas esencialmente distintas y aun contrapuestas. Mientras en la conciencia hay representación de algo, o ‘imagen’, hay algo que sustituye al par que refiere al objeto 31 representado, pero no este mismo en cuanto tal. En cambio, en el hecho radical de estar viviendo, hallamos los objetos, la circunstancia frente a mí como aquello que es realidad y no ‘representacion’, y que presenta todos los atributos de lo ‘objetivo’ y no de lo ‘subjetivo’. Como dice en La idea de principio en Leibniz, “en un fenómeno de conciencia… hallamos la coexistencia del yo y de la cosa”, donde “ésta no es idealidad, intencionalidad, sino la realidad misma” (1958, 333n.). Y aquí, precisamente, añade que lo que Ortega estaba haciendo desde 1914 – o sea, en las Investigaciones psicológicas - era precisamente tratar de afirmar el hecho de la vida, al tiempo que corregía la idea de Husserl sobre la conciencia, y saliendo así del idealismo al cielo abierto de la realidad (1958, 332n.). En otras palabras, en aquellas Investigaciones…, desde una psicología que reformaba la fenomenología, llegaba a su teoría misma de la vida humana como realidad radical. A esto es a lo que me refería antes, al decir que su filosofía había hundido sus raíces en el campo de los análisis psicológicos, a los que, por otra parte, nunca renunció del todo. El aprovechamiento de Ortega desde la psicología ha sido desigual. Habría que hablar de la obra de psiquiatras como Román Alberca - estudiado por Elena Quiñones hace ya algún tiempo -, y, sobre todo, Luis Valenciano, que aprovechó la teoría orteguiana de la creencia y la ruptura de las mismas para acercarse a una interpretación de la psicosis. Algunos otros hemos sugerido algunas líneas de desarrollo, (Carpintero, Ovejero, de la Corte…) pero en general creo que hay en este terreno aún mucho por hacer. Pero hay una cuestión más puntual, y es la relación de Ortega mantuvo con el doctor Germain, en los umbrales de nuestro presente psicológico, y la influencia que en éste ejerció a través de aquel. Veámoslo brevemente. Jose Germain Es conocida la figura de Germain, porque su papel en la recuperación de la psicología científica en España tras la guerra civil resultó decisivo, y a él se le deben multiples iniciativas para institucionalizar aquella, como ciencia y como profesión. Nos dejó, además, una muy valiosa autobiografía, con la que inauguramos la Revista de Historia de la Psicología, en 1980. Había nacido en Málaga, en 1897. Su padre era ingeniero francés, establecido en aquella ciudad para prestar sus servicios a las empresas agrícolas y vitivinícolas de la familia Larios. Estudió su bachillerato en Bélgica, y la carrera de medicina en Madrid, 32 estrechando luego su relación con su maestro Gonzalo R. Lafora. Con él trabajó en su Instituto Médico-Pedagógico de Carabanchel, y allí, con Mercedes Rodrigo, revisaron y baremaron el test de TermanBinet, que ambos publicarían en 1930. Trabajó también en el Instituto de Reeducación de Invalidos del Trabajo, con Cesar de Madariaga y Antonio Oller, y todas estas actividades fueron estimulando en él un interés creciente por la psicología, que acertó a combinar con su dedicación a la clínica psiquiátrica. (Germain, 1980; Tortosa y Martí, 1996). Le cupo un papel principal en el desarrollo de la psicotecnia en nuestro país. El y Mira diseñaron una red psicotécnica que apoyara el estatuto de la formación profesional, desde 1928, y poco después, se hizo cargo del Instituto de Selección y Orientación Profesional de Madrid. La realización de un curso de preparación técnica , realizada por Theodor Ziehen, maestro de Lafora en Alemania, y primer formador de psicólogos en nuestro país, le confirmó en su nueva dedicación, y trabajó activamente para apoyar la nueva psicotecnia (Germain, 1980). Jose Germain vino a mantener un fecundo trato con Ortega por mediación de Lafora, que le introdujo en el círculo de la Revista de Occidente, y también le llevó consigo para reforzar la empresa de los Archivos de Neurobiología, de los que le hicieron secretario de redacción (Martinez Pardo, 1978). Conocedor del interés de Ortega por la psicología, le invitó a conferencias (de Piéron, Gemelli, Rüpp, Piaget), le atendió en alguna visita hecha al Instituto, y sobre todo, colaboró en la preparación del XI Congreso Internacional de Psicologia, que hubiera debido celebrarse en Madrid en 1936, y que, por causa de la guerra civil, terminó reuniéndose en Paris en 1937. Hace algún tiempo publicamos una interesante correspondencia de Germain con Mira y Claparède, a propósito de dicho congreso (Carpintero y Lafuente, 2008). Ya en mayo de 1936, la organización del mismo, que presidía Mira y tenía a Ortega como presidente de honor, y a Germain como secretario, se encontraba sin presupuesto aprobado por el gobierno, lo que les movía a proponer un aplazamiento de la reunión. Mira trató de maniobrar para reunir el congreso en Barcelona, donde creía que podría tener apoyos tanto del presidente de la Generalitat, Luis Companys, como del de la República, Manuel Azaña (presidente desde el 11 de mayo de 1936). Ortega, Germain, y otras voces moderadas, se declararon en pro de retrasarlo al año siguiente. Y así se hizo (solo que el congreso se reuniría en Paris, ya no en Madrid). Poco después, Ortega, Germain y 33 otros muchos se exiliaban, para salvar sus vidas amenazadas por el conflicto belico iniciado en julio de 1936 con la sublevación del ejército de Africa al mando del general Franco. La guerra terminó con la victoria de los sublevados nacionalistas. El nuevo régimen llevó a cabo una durísima política de depuración y persecución de los partidarios de la república. Germain perdió la dirección del Instituto Nacional de Psicotecnia, que pasó a manos de Ricardo Ibarrola, y hubo de aceptar la marginación, en un tiempo en que sus maestros Ortega y Lafora estaban exiliados, y la familia de su esposa – los Sanchez Román – fuertemente republicanos, estaban igualmente mal considerados. En 1946, Ibarrola encargó a Germain la transformación de la revista del Instituto Psicotecnia, en una más acorde con las necesidades y los usos de la comunidad científica. En la nueva tarea, que asumió con gusto, contó con el asesoramiento de Ortega. Una carta de Germain a Ortega, de 14 de marzo de 1946, nos da pistas suficientes: “He sido solicitado por mi sucesor en el Instituto para que, en vista del mal rumbo que lleva el centro y el fracaso de la revista que han editado, le proporcione un proyecto de reforma y me encargue de la publicación de la revista… Con miras todo ello a poner en marcha el piso que quedó vacío en el Instituto al morir el padre Barbado y donde se proyectaba un Instituto de Psicología… Yo me he dejado llevar de los consejos y de mi ‘debilidad afectiva’ por mi Instituto, y he planeado un proyecto de revista que le incluyo para obtener su aprobación…” (Carpintero et al., 2000, 79). Para la revista proyectada proponía uno de estos títulos: “Revista Española de Psicología aplicada a la Medicina, Pedagogía e Industria”, o bien “Revista española de Psicología General y Psicología Aplicada” (Id. 81). Es sabido que este segundo es el que, con mínimos retoques, prosperó y se ha mantenido vivo hasta nuestros días. Ortega no figuró en ninguna de las secciones de la nueva publicación, pero desde el comienzo colaboraron personas de su círculo inmediato, como Julián Marías, JM. Sacristan, y Juan Zaragüeta. Envió a Ortega el número 1 de la revista en marzo de 1947, y antes lo presentó en el Instituto, a sus antiguos colaboradores, con éxito. Además, le dice a Ortega, por entonces en Lisboa, que a éstos últimos “les ha satisfecho mucho la idea de la creación de una Sociedad de Psicología” (Id., 86), cosa que sin embargo no llegaría a ocurrir sino cinco años más tarde. 34 Crecientemente fue cobrando de nuevo peso su figura. Al año siguiente, en 1948, echó a andar el Departamento de Psicología Experimental en el CSIC, con el importante apoyo del P. A. Gemelli, OFM, gran figura de la psicología en Italia, quien influyó para que las nuevas autoridades del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, aceptaran el nombre de Germain, poco recomendable dada su vinculación a dos exiliados como Lafora y Ortega. En el nuevo horizonte psicológico Germain estuvo fuertemente orientado hacia el mundo de la psicología aplicada. Consiguió que se le encargaran algunas tareas de consideración, como la selección de los pilotos de Iberia, o la creación de tests que permitieran una buena discriminación de buenos y malos conductores (Tortosa et al, 1989). Animó a sus colaboradores a realizar la adaptación a población española de tests de utilidad profesional, y así Yela trabajó con esmero la colección de tests de habilidades de Thurstone, Pinillos incorporó una prueba de personalidad de Eysenck, el EPI, y Secadas incorporó el PMA de Thurstone, adaptado como AMPE, en español. La psicología dio desde ese momento pasos decisivos: creación de la Sociedad Española de Psicología, en 1952, y creación de la Escuela de Psicología en la Universidad de Madrid, en 1953. Se abría así la vía para una efectiva profesionalización del campo. Germain puso muchos de los jalones que iban a permitir la incorporación de la psicología a la universidad, pero él mismo se quedó fuera del proceso. Sus discípulos y colaboradores – Yela, Pinillos, Siguán, Secadas, Ubeda, Pertejo,- cumplirían esa tarea por él. Supo compaginar la clínica psiquiátrica privada con los trabajos del Instituto y su particular dedicación a la orientación profesional y vocacional. Defendió en este campo la intervención amplia, detallada, consistente en un proceso que atiende no sólo a las habilidades y capacidades, sino sobre todo a las variables de personalidad. No obstante, en las páginas de su autobiografía, escritas en sus últimos años, es perceptible una añoranza por una mayor dedicación a la investigación pura, a la que no pudo dedicarse, y que sacrificó para realizar una gran obra de institucionalización de la psicología entre nosotros. Lo que sigue es bien conocido, y no requiere ahora más precisiones. Es la llegada de la psicología a la universidad, y la creación de la licenciatura especializada. 35 Maria Zambrano En este repaso por la psicología malagueña, sólo de modo muy forzado podemos tratar de incluir este nombre en nuestro campo de trabajo. Maria Zambrano, nacida en 1904 en Velez Málaga, y al cabo convertida en filósofa y discípula más o menos heterodoxa de Ortega, ha cultivado el ensayo, la poesía, y la filosofía; ha escrito páginas notables sobre la cultura española, el arte, el misterio del hombre, el sentido de la trascendencia; pero sólo ha hecho referencias a los temas psicológicos yendo de camino hacia otros problemas, y otras inquietudes. Desde su juventud, influída posiblemente por el ejemplo de su padre, mantuvo una decidida posición progresista y afín al Partido Socialista. Precisamente desde ese ángulo surgieron sus primeras críticas hacia su maestro Ortega, con ocasión del final de la dictadura de Primo de Rivera y en unas cartas que han sido publicadas hace algunos años (Zambrano, 1991), le instó a una enérgica posición de repulsa frente a la monarquía de Alfonso XIII, que tal vez animaron al maestro a dar el famoso paso representado por su artículo “El error Berenguer”, de 1930, que incluye en su final su frase famosa de “Delenda est monarchia”. La guerra civil llevó a la joven filósofa al exilio, primero a Latinoamerica, donde permaneció hasta 1953, momento en que se trasladó a Europa, y sólo en 1983 regresaría a España, donde murió en 1991, habiendo dejado tras sí una amplia estela de discípulos y lectores. Tal vez es ocasión de recordar aquí algunas palabras suyas relativas a su entorno natal que cobran en este momento toda su fuerza: “De Velez Malaga me marché a los cuatro años llevando indelebles recuerdos… En el patio de mi casa, calle del Mendrugo n. 8, yo aprendi a ‘viajar’ desde el suelo hasta el hombro de mi padre… Y aquel pozo al que me caí y aquel agua profunda, clara y misteriosa, creo que han inspirado a lo largo de mi ya larga vida muchos de mis escritos y aun de mis ideales” (De una carta a alumnos de 6º del Colegio Publ. Andalucia, Fund. M. Zambrano). Hay, en su obra, un conjunto de ideas antropológicas que poseen amplias resonancias psicológicas; de eso, no cabe ninguna duda. Formada en la proximidad del pensamiento de la razón histórica de Ortega, hay en ella un marcado interés por situar al hombre en el contexto de una evolución cultural, en la que la etapa racional es el término de un devenir que ha empezado en unos niveles menos conscientes, y más imbricados en la fuerza de lo numinoso, en el 36 mundo de los dioses. Cabría incluso establecer un lejano paralelismo entre la ley de los tres estadios de Comte (estados teológico, metafísico y positivo) y otra triada de estadios mencionados por nuestra filósofa, que incluiría una etapa de vida en el mundo de los dioses – el mundo de los primitivos -, un estado filosófico, de emergencia de la razón, la libertad y el individualismo, y un último estadio, en que a la razón teorica vendría a suceder la “razón poética”, que recupera el mundo de lo estable, lo onírico, y la trascendencia de la temporalidad. Para ella, la aparición de la conciencia será resultado y a la vez ocasión de un desdoblamiento, de un desgarramiento, que introduce la dualidad en la existencia, un “desgajamiento del alma” (Zambrano, 1955, 35: VVAA, 1983, 86). Ante la realidad, por la vía de la admiración, el hombre se extraña de lo que le rodea; unos parten desde las apariencias en búsqueda del ser oculto – los filosofos; otros, “que se admiraron de las cosas y no quisieron desprenderse de ellas para ir a la caza del ser oculto fueron poetas” (Zambrano, 2009,221), dedicados a “ahondar sin renunciar a nada” (Ibid.): va a “encontrar el número, peso y medida de lo que todavía no lo tiene… es padecimiento,… es creación” (Id., 245). Busca conciliar concreción y universalidad. Ahí trabaja la atención: “La atención fija, alza una barrera provista… de conceptos, juicios, y bajo y sobre ellos de un espacio-tiempo establecido, permanentemente válido” (VVAA, 1983, 89). Cuando el sujeto consciente se entrega al trabajo de la razón, busca lograr la estabilidad y la permanencia que representa y ejemplifica la idea del ‘ser’. El modelo de esa cuasi eternidad es el sueño. “Al ser mirados los sueños desde su forma… se descubre la atemporalidad como su a priori, que los separa del estado de vigilia” (Zambrano, 2009, 446). Y desde esa atemporalidad, dirá, late un movimiento íntimo del sujeto, que vive en una “tensión hacia una finalidad” (Id., 442), que puede tanto conducir a ‘descubrirse’ o ‘enmascararse’, a través de la palabra, que conduce a la autenticidad en unos casos, y en los otros, a la falsificación. En ciertos sueños, como en las pesadillas, finamente analizadas, supone que lo que allí pesa es el propio corazón, la propia subjetividad, “nuestro propio yo y que en sueños aparece revestido, enmascarado, cargado de reproches hasta causar pesar” (Id., 411). Bastan estas pinceladas para ver la fuerte presencia de todo el pensamiento dinamico freudiano, e incluso del pensamiento psicopatológico en una obra que hunde sus raíces en el pensamiento de Ortega y en el de Unamuno. Su ‘razón poética’ a esta luz, aparece 37 como un esfuerzo de integración entre la razón orteguiana y el sentimiento poético agónico unamuniano. Su exploración sobre el ‘idiota’, (“no transita… el idiota, aunque vaya y venga, no retrocede ni avanza, no va a ninguna parte,… Está en todas partes de la misma manera, sin intención; se mueve sin causa y sin finalidad. Y nada le turba ni altera” (Zambrano, 2002, 221) revela, por contraposición, los principales caracteres de la vida humana - emocional, propositiva, convivencial, proyectiva… -. En toda esa penetración por la intimidad humana los conceptos psicológicos conservan su presencia, si bien desprovistos de última pretensión científica. El talante poético que domina esta obra envuelve todos sus pensamientos, y absorbe cualquier otra forma de conocimiento logrado por los hombres. Una adenda de justicia Un repaso como el aquí realizado no aspira a ser exhaustivo. Pero tampoco puede cerrarse sin dedicar un recuerdo a algunos otros nombres que, vinculados a Malaga, estuvieron también vinculados a los temas de la psicología en los mismos tiempos que los ya mencionados. Me refiero a las figuras del psiquiatra Miguel Prados Such, y del catedrático de filosofía Antonio Alvarez de Linera. Prados Such (Malaga, 1894-Madrid 1969), hermano del muy conocido poeta Emilio Prados, fue psiquiatra, y trabajó en en neurología en el Instituto Cajal, aunque también estuvo interesado por el psicoanálisis. Exiliado tras la guerra civil a Canadá, fue profesor allí en la universidad e McGill, y promovió la creación de un círculo psicoanalítico, que vino al cabo a ser el núcleo originario de la Sociedad Canadiense de Psicoanalisis (1952). Regresó a España en 1960. Publicó numerosos trabajos; entre otros, recordemos su pequeño libro sobre El dolor de cabeza (1932), minucioso análisis de sus variedades y posibles causas. Por su parte, Alvarez de Linera, (Malaga, 1888 – Madrid 1961) fue profesor de filosofía de enseñanza media en numerosos institutos, desde 1913 en adelante, y terminó como catedrático en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid. Tuvo una notable dedicación a los temas de la psicología, y publicó en diversas revistas, incluída la RPGA. De sus primeros años es un estudio o memoria sobre la conversión de los procesos psíquicos en inconscientes, que presentó a un concurso de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y que, junto con otros más, ésta publicó en 1920. Allí mantiene la tesis de que los procesos que tienen como efecto la transformación en 38 inconscientes de los procesos conscientes son la continuidad del fenómeno y el hábito. En sus páginas, no llega a vislumbrarse las recientes ideas del inconsciente dinámico de la psicopatología, que Freud o Janet ya habían difundido por el mundo europeo. También participó activamente en la Sociedad Española de Filosofia, durante los años 1940s, y publicó algún notable trabajo sobre la figura del famoso intelectual católico inglés, el Cardenal Newman. También le atrajeron los procesos paranormales, y sin duda todo ello alejó su figura de la línea principal de la psicología científica. * En suma, una serie de azares han venido a presentarnos reunidos unos cuantos nombres, todos ligados de una manera u otra al mundo malagueño, aunque, como hemos visto, luego la vida ha ido estableciendo una fina malla de relaciones que ha intensificado en algunos casos su proximidad y conexión. En cierto modo, los magisterios de Giner y de Ortega vinieron a crear un espacio cultural común, en que los otros nombres han podido hallar acomodo. No sólo parecen contar las relaciones o contactos ocasionales. Por encima o por debajo de tales nexos, se extiende un elemento básico que los agrupa y relaciona. Me refiero al reconocimiento, que en todos ellos aparece, de la persona como valor supremo, así como la integración que en ella se da de una universalidad racional junto a una individualidad que introduce los perfiles diferenciales propios de cada cual. Todos, además, han vivido con mayor o menor intensidad el drama de un país que, en el siglo pasado, hubo de experimentar primero el enorme cambio transformador de la modernización y la europeización, para verse luego abocado al drama critico de la convivencia fracturada, y la tragedia de la guerra civil, señal manifiesta del fracaso de la regeneración precedente. Y todos los supervivientes a este último suceso se vieron luego forzados a reintentar, a una nueva altitud de la historia, el proceso de reconstrucción de una sociedad, proceso en que alguna parte ha cabido, explícita o implícitamente, a la psicología. La variedad de inspiraciones, la pluralidad de los puntos de vista, no empaña el común espíritu de interés por los problemas humanos, y la conciencia de que en las técnicas y los conceptos psicológicos se hallan medios de vario calado pero en general de utilidad para el abordaje de los problemas sociales. Creo que en este caso, de nuevo la historia de nuestro pasado cumple una función de recuperación de nuestra memoria colectiva, y 39 de aclaración de nuestra trayectoria como comunidad científica y profesional. Referencias bibliográficas Alvarez de Linera, A. (1930). Transformación de los procesos psíquicos conscientes en procesos inconscientes. Consecuencias que de este hecho se derivan. Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Carpintero, H. (2004). Historia de la psicología en España. Madrid: Pirámide. Czrpintero, H. (1993). La originalidad teórica de Lewin, en Ferrandiz, A. et al. (Eds) Kurt Lewin (1890-1947). Una evaluación actual de su significación para la psicología. Madrid: UNED, 115-134. Carpintero, H., Miranda, E. y Herrero, F. (2000). Ortega y Germain. Una relación significativa en la influencia de Ortega en la reconstrucción de la psicología española de posguerra, Estudios Orteguianos, 1: 67-94. Carpintero, H. y Lafuente, E. (2008). The Congress that never was. The Madrid International Congress of Psychology (1936), History of psychology, 11(4): 220-238. Cerezo, P. (2005). Filosofia y literatura en Maria Zambrano. Barcelona: Fund. JM.Lara Germain, J. (1980). Autobiografía, Revista de Historia de la Psicologia, I, 1: 7-32; 2: 139-170. Giner, F. (1899). La persona social. Estudios y fragmentos. Madrid: Victoriano Suarez. Giner, F. et al. (1877). Lecciones sumarias de psicología, 2 ed., Madrid: Imp. A. Alario. Hoffmann, H.F. (1946). Teoría de los estratos psíquicos. Madrid: Morata. Lafuente, E. (1983). El ‘Sistema de psicología’ de Ortega y Gasset, en Anales del Seminario de Metafísica, (Madrid), xviii, 51-74. Lafuente, E. (1996). El pensamiento psicológico de Francisco Giner de los Rios, en D. Saiz yM. Saiz, eds., Personajes para una Historia de la psicología en España. Madrid: Pirámide, 167184. Navarro, M. (1945). Vida y obra de don Francisco Giner de los Rios. México: Orion. Ortega y Gasset, J. (2004). Obras completas, I-X. Madrid: Taurus. Prados M. (1934). El dolor de cabeza. Madrid: Cenit. 40 Sahakian, W. (1975). History and systems of psychology. New York: Wiley. Zambrano, M. (1991). Tres cartas de juventud a Ortega y Gasset, Rev.de Occidente, 120: 7-26. Zambrano, M. (2002). España, sueño y verdad. Barcelona: Edhasa. Zambrano, M. (2011). Hacia un saber sobre el alma. Barcelona: Planeta. Zambrano, M. (2009). Esencia y hermosura. Antologia, ed. JM.Ullán, Madrid: Círculo de Lectores. VV.AA. (1983). El pensamiento de Maria Zambrano. Madrid: Zero. 41 42 ALFRED BINET (1857-1911): CENTENARIO DE SU MUERTE 43 44 La réception des travaux d’Alfred Binet en France au début du 20e siècle Jacqueline Carroy Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Centre Alexandre Koyré d’histoire des sciences et des techniques (Paris). En France, au cours du 19e siècle, l’idée qu’il existe une psychologie scientifique autonome par rapport à la philosophie, mais aussi par rapport à la médecine, s’est accréditée. Elle a été institutionnalisée par la création en 1887 d’une chaire de « psychologie expérimentale et comparée » au Collège de France, une institution académique prestigieuse occupée par Théodule Ribot en 1888, puis par Pierre Janet en 1902, qui y est élu contre Binet. Le psychologue français légitime est alors ancien élève de l’Ecole normale supérieure, une institution de formation française elle aussi prestigieuse, et philosophe, comme Ribot. Ou, mieux encore, ce psychologue légitime est de plus médecin, comme Janet, qui cumule les trois titres. Corrélativement, la psychologie pathologique et la méthode des cas prédominent et le psychologue français « par excellence » est alors Pierre Janet. Jusqu’en 1947, date à laquelle est créé à Paris un premier cursus spécialisé en psychologie, cette situation perdure. Il y a cependant en France aussi des personnages qui se revendiquent et qui sont reconnus comme psychologues, tout en étant pourvus de formations académiques différentes. Ainsi le magistrat Gabriel Tarde s’illustre comme spécialiste de « l’interpsychologie » et finit par obtenir une chaire au Collège de France en 1900. Les psychologues de ce type, parfois très connus, apparaissent cependant comme des outsiders ou des amateurs par rapport à la voie royale française associant une formation de philosophe et de médecin. C’est dans ce contexte que l’on peut comprendre la situation paradoxale d’Alfred Binet en France. Binet a au départ une formation en droit, il n’est pas médecin et il obtient une thèse de physiologie sur le tard. Il se fait connaître en multipliant les publications sur des thèmes divers et dans des lieux d’édition qui ne sont pas toujours académiques. Ses recherches portent sur l’hypnose et l’hystérie au départ, puis le fétichisme et les perversions sexuelles, les doubles personnalités, les joueurs d’échecs, les calculateurs prodiges et les prestidigitateurs, les acteurs et les dramaturges, les enfants et les écoliers, la métaphysique, les peintres, les aliénés. Il devient enfin auteur de théâtre à la fin de sa vie. 45 Il dispose d’un début de reconnaissance institutionnelle en devenant le représentant de la psychologie expérimentale française en 1894, car il prend la direction du laboratoire de psychologie physiologique de la Sorbonne et il fonde avec Henry Beaunis la revue L’année psychologique, destinée à publier les travaux du laboratoire. Mais comme il ne peut, à l’exemple de Wundt à Leipzig, y délivrer des diplômes, son laboratoire n’est que visité sporadiquement par des étudiants étrangers, lesquels préfèrent ensuite aller faire du tourisme à Paris, ainsi qu’il le dit lui-même dans une de ses lettres. Binet doit se tourner vers la recherche d’autres sujets disponibles que des étudiants pour des enquêtes et des expériences. Binet obtient en 1905 la fondation d’un laboratoire dans une école parisienne au sein duquel il peut faire des recherches sur des écoliers. Son investissement dans la psychologie de l’enfant se fonde certainement sur un intérêt personnel réel, mais il est aussi dicté par une quête de reconnaissance et d’utilité sociale. L’élaboration du test qui le rendra rétrospectivement célèbre et éclipsera le reste de son œuvre participe de cette quête. Mais on ne doit pas oublier qu’au même moment Binet consacre avec Théodore Simon de très longs articles à la psychologie des malades mentaux, qui occupent plus de 500 pages dans L’année psychologique ! Sans doute aurait-il été luimême étonné de voir que c’est son test, passé inaperçu en 1905, qui l’a rendu célèbre. C’est la reconnaissance internationale venue des Etats-Unis qui assurera à ce test une renom posthume. Binet n'est pas, comme Tarde, un homme de réseaux et de sociabilités scientifiques qui pourrait compenser son statut d’outsider éclectique et polygraphe en séduisant ses contemporains. Il n’enseigne pas, a horreur de parler en public et ne participe pas aux colloques et aux congrès. Il est donc une cible assez facile pour différentes attaques contradictoires. Binet est par exemple caricaturé dans une pièce de théâtre à succès de François de Curel comme un hypnotiseur et un « rat de laboratoire » aux vues limitées. Il est très critiqué et moqué dans une correspondance inédite de Ribot Henri Piéron datant du début du 20e siècle que Régine Plas et moi avons rééditée. Ribot lui reproche en effet son amateurisme et la dispersion de ses recherches. Il désapprouve la ligne éditoriale, non scientifique à ses yeux, donnée par Binet à L’année psychologique. Celui-ci y donne la vedette par exemple à des travaux de psychologie de l’art, au détriment de recherches plus austères de psychologie expérimentale ou de psychologie physiologique, sans doute pour assurer un plus large public à sa revue, qu’il doit parfois financer pour partie personnellement. Dans une perspective opposée, un philosophe 46 influent de l’époque, Frédéric Rauh, lorsqu’il critique la psychologie scientifique française, prend Binet pour bouc émissaire. Il fait rire des prétentions scientifiques de la psychologie de l’art de Binet. Les sarcasmes de Frédéric Rauh embarrasseront ensuite son élève, le psychologue de l’enfant Henri Wallon, qui cherchera à en minimiser la portée, car il voudra donner à Binet un statut de « père fondateur ». Dans cette communication, je mettrai l’accent sur ces textes français peu connus des spécialistes de Binet, qui me semblent capitaux pour comprendre la réception contrastée de ses travaux. L’héritage scientifique de Binet ne s’est pas perpétué au sein des institutions qu’il dirigeait. C’est en effet le psychologue et physiologiste Henri Piéron, soutenu officieusement par Ribot, qui lui succède à la tête du laboratoire de la Sorbonne et de L’année psychologique et qui leur donne une orientation scientifique très différente, voire opposée. En conclusion il est incontestable que Binet, à son époque, est un personnage connu, peut-être plus hors de France qu’en France. Mais son statut institutionnel fragile et la « dispersion » de son œuvre en font, dans son pays, un personnage contesté. On pourrait lui appliquer, entre 1900 et 1911, le proverbe français, dont je suppose qu’il y a un équivalent en Espagnol : nul n’est prophète en son pays. Ce tableau un peu pessimiste de la réception de l’œuvre de Binet en France peut cependant se retourner. On peut voir actuellement dans la « dispersion » de son œuvre une richesse à redécouvrir ou à découvrir. C’est ce que s’emploie à montrer l’historiographie contemporaine qui a diversifié et renouvelé, ces dernières années, l’image que nous pouvions avoir de ce psychologue et qui l’a, finalement, rendue plus intéressante et, par certains côtés, plus moderne. 47 Los experimentos de Binet con sujetos hipnóticos y su influencia en la medida de la inteligencia José María Gondra Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea [email protected] Palabras clave: Alucinación, Hipnosis, Sugestión, Transferencia La prueba número 13 de la primera versión de la Escala de Binet y Simon intenta medir la sugestionabilidad. Los autores la incluyen en la escala de la inteligencia porque la sugestión produce efectos parecidos a las manifestaciones naturales de la debilidad mental, a pesar de no medir directamente la inteligencia. Este curioso y temprano interés por la sugestión guarda una relación directa con las investigaciones de Binet en el Hospital de la Salpêtrière de París, donde trabajó durante el período 1882- 1890 y tuvo un conocimiento de primera mano de las investigaciones de Charcot sobre la histeria y la hipnosis. Allí tuvo la oportunidad de observar cómo los fenómenos de disociación de la personalidad y la amnesia post-hipnótica quedaban al margen de las cadenas asociativas y remitían a los procesos motivacionales del inconsciente. Además defendió con entusiasmo la teoría de Charcot sobre los efectos neuromusculares de la hipnosis en su afán de buscar índices objetivos del proceso, lo que le llevó a un agrio enfrentamiento con Bernheim y la Escuela de Nancy. En la presente comunicación analizamos los trabajos que realizó con Charles Féré sobre las alucinaciones en sujetos hipnotizados y sobre la transferencia de los síntomas por efecto de los imanes, realizados con una muestra reducida de pacientes que presentaban los síntomas de la “Gran Histeria” de Charcot. Las investigaciones sobre las alucinaciones demostraron la existencia de una relación directa entre la excitación de los centros sensoriales y la alucinación. Uno de los sujetos alucina una imagen, supongamos un retrato, cuando le presentan un papel blanco. Mira el papel con una lupa y el retrato se agranda. Se inclina la lupa y el retrato se deforma, etc. Los cambios operados en los estímulos se transmiten automáticamente a las imágenes alucinadas. Los experimentos sobre los efectos de los imanes en los sujetos en estado letárgico o cataléptico estaban relacionados con la metaloterapia, una técnica terapéutica de la época. El traslado del imán de una parte del cuerpo a otra parte producía la transferencia del 48 síntoma. Si la paciente es insensible a la mitad derecha del cuerpo, la anestesia se transfiere a la mitad izquierda. Lo mismo ocurría con las parálisis, sensaciones visuales, auditivas y táctiles y las emociones. Una cruz roja sobre un papel blanco se transforma en verde, la tristeza en alegría, el miedo en amor, etc. Binet y Féré atribuyeron el fenómeno al magnetismo de los imanes y creyeron haber encontrado un método para identificar las emociones complementarias. Delboeuf no pudo replicar los experimentos con un control más estricto de las variables y atribuyó el transfer a la sugestión de los investigadores que comentaban lo que debían hacer las pacientes creyendo que éstos no les oían. Puesto en evidencia ante la comunidad científica, Binet reconoció el fallo de no haber tenido en cuenta la influencia ejercida por el hipnotizador con sus palabras, gestos, actitudes o incluso silencios, y a partir de ese momento convirtió a la sugestión en uno de los temas de investigación preferidos. Pero la experiencia clínica de la Salpêtrière sirvió para familiarizarle con el método clínico basado en la observación del caso individual y le llevó a reconocer la complejidad de la personalidad y su influencia en la inteligencia, que no podía reducirse a un simple número. La escala de la inteligencia no era tanto un instrumento de precisión cuanto un método para clasificar a los niños de acuerdo con el juicio que mostraban en sus ejecuciones. Referencias bibliográficas Binet, A. (1884). L’Hallucination. II. Recherches Expérimentales. Revue Philosophique, 17, 473-502. Binet, A. (1886) . Psychologie du Raisonnement, Recherches sur L’hypnotisme. Paris : Alcan. Binet, A. y Féré Ch. (1885a). L’hypnotisme chez les hystériques. Revue Philosophique, 19, 1-25 Binet, A. y Féré, Ch. (1885b). La polarisation psychique. Revue Philosophique, 19, 369-402. Binet, A. y Féré, Ch. (1887). Le Magnétisme Animal, Paris: Alcan. Gauld, A. (1992). A History of Hypnotism. Cambridge, UK: University of Cambridge Press. 49 The Binetian developmental explanation of optical illusions Lucia Monacis Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia) [email protected] Key words: Optical illusions, Müller-Lyer illusion, Nativist/empiric controversy. In 1894, in the first issue of “L’Année Psychologique”, Alfred Binet reviewed an essay published in the same year on the quantitative determination of the Müller-Lyer illusion. The author, H. W. Knox, who worked at the Laboratory of Psychology at Cornell University, had tried to measure the visual error in comparing the length of two stylized arrows with the method of choice. The data obtained allowed him to divide the judgements expressed by the experimental subjects into five different types: 1. evaluation of the distance between the ‘tail’ ends of the two lines and their mid-point corresponding to the point which separated the white line from the dotted one; 2. mental overlapping of the lines; 3. comparison between the lines done with eye movements; 4. mental division of the whole line into two equal parts; 5. comparison of a line done with the memory of the image of the second line. Binet described Knox’s work as “very curious”, on account of its use of a “general method of measure”. In fact, though, Binet himself had carried out investigations into optical illusions using Knox’s method. The current paper proposes an analysis of this particular interest of Binet’s, which has not been studied in any great depth in the historiographical context, even though it is key to understanding his whole epistemological background. The starting point of Binet’s observations was the research he conducted in 1890 on children’s perception of length and numbers. During a suggestibility test he happened to note that the children aged 5 answered differently from adults when they were asked to compare two lines. Later, in 1894, dealing with the mechanism underlying the onset of the Müller-Lyer illusion, he carried out experiments with subjects who were submitted one at a time to the vision of the figure for ten minutes. The emerging data showed that: 1. the degree of the illusion was due to the absolute depth of the lines; 2. the younger children were more sensitive to illusion. The apparent difference between the lines was attributed to the eye movements, which in 50 following the lines were made easier when the shorter line segments (the “fins”) opened outwards: acquiring a drive, the movements continued to go over the ends of the line. In the case of the other line with the segments addressed inwards, the eye movements had no drive: being hampered, they suddenly changed direction. Binet’s explanation had a long history and the controversy surrounding it not only involved the scientists of the 19th and of the 20th centuries but continues to this day. The controversy concerned precisely the nativist or empiric formulations of the theories on optical illusions. In order to defend his intellective-developmental perspective, Binet came up with a double solution: these particular phenomena had to be divided into inborn illusions, i.e. those illusions which had an extremely primitive effect and decreased in parallel with age thanks to the corrective action of experience, and acquired illusions, which arose from the contrast between the anticipating actions of the subject and the immediate sensory data. Reviewing this division, Piaget would speak of primary and secondary illusions. References Binet, A. (1890). La perception des longueurs et des nombres chez quelques petits enfants. Revue philosophique, 30, 68-81. Binet, A. (1894). H. W. Knox. Détermination quantitative d’une illusion d’optique. L’Année psychologique, 1, 327-328. Binet, A. (1894). L’illusion d’optique de Müller-Lyer. L’Année psychologique, 1, 328-331. Binet, A. (1895). La mesure des illusions visuelles chez les enfants. Revue philosophique, 40, 11-25. Knox, H. W. (1894). On the quantitative determination of an optical illusion. American Journal of Psychology, 6, 413421. Müller-Lyer, F. C. (1889). Optische Urtheilstäuschungen. Archiv für Physiologie, Supplbd., 263-270. Sinatra, M. (1996). La belle époque delle illusioni ottiche (pp. 181-185). Bari: Laterza. 51 52 IN MEMORIAM MIQUEL SIGUÁN (1918-2010): HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DEL LENGUAJE 53 54 El placer cineinómano. Un análisis de la contemplación estética en la obra de Miquel Siguan Iván Sánchez Moreno Universitat Oberta de Catalunya [email protected] Palabras clave: Psicología del arte, cine, mediación cultural, contemplación estética Por más que la censura cortara los besos, no bastaba para impedir el deseo. Éste reaparece continuamente adoptando nuevas formas, como demuestra el campo estético a lo largo de su historia. En el acto contemplativo, donde la proyección del deseo se hace manifiesto, el espectador experimenta un cambio cognitivo y un cierto grado de afectación emocional, básicos ambos para la construcción de un placer subjetivo –que se complementa con la perspectiva sociológica del cine como producto de entretenimiento–. El cine, que durante la postguerra española se convirtió en una de las principales formas de evasión cultural, había recibido muy poca atención por parte de la psicología del arte –exceptuando los estudios de cariz experimental de Münsterberg y el acercamiento fenomenológico de Bergson, entre otras escasas referencias–. Sin embargo, Miquel Siguan insistió en el interés del cine para el ámbito de la psicología, como prueban varios textos publicados tras su exilio londinense. Los citados escritos de Siguan (1948, 1956) abren un debate sobre el rol pasivo o activo del sujeto en la contemplación estética, así como analizan el poder de influencia psicológica que el cine puede ejercer sobre su público, tanto a nivel individual como colectivo. En su análisis de la tipología del “cine psicológico” –género hoy conocido como thriller–, Siguan reconduce su discurso hacia una crítica contra las interpretaciones morales que tanto la prensa como la censura españolas practicaban sobre dicho arte. Estas películas, en opinión de Siguan, contribuyeron a la familiarización del público con las problemáticas de la psicología clínica y sus métodos psicoterapéuticos –como también argumenta Gómez García (2006)–. En una época en la que las ciencias sociales tendían a menospreciar los gustos y la Weltanschauung de la pequeña burguesía amparándose en un cientificismo con poso ideológico, Siguan cuestiona el concepto de evasión como acto pasivo, que responde a un prejuicio contra el consumo de los mass-media. En sus textos sobre 55 cine, y coincidiendo con varios estudios contemporáneos (citados por Burgelin, 1974), Siguan remarca las tres funciones fundamentales de la evasión de la experiencia contemplativa: una relajación de las tensiones cotidianas, la estimulación de la imaginación, y una alternativa de interacción sustitutiva. Esta última ofrece al espectador no tanto una suplencia a la falta de contacto humano, sino el deseo de un contacto sobre una base distinta de la rutinaria (verbigracia, una realidad distinta mediante la ficción cinematográfica, la escucha musical, la lectura poética, etc.). Al respecto, la mirada de Siguan sobre el proceso de identificación del aficionado al cine –o cineinómano– sugiere una teoría del espectador y del placer contemplativo, entendiéndose el primero como constructo artificial, producido y activado por el propio aparato cinemático (Stam et al., 1999). Las “películas psicológicas” analizadas por Siguan (1948) sirven al autor como ejemplos mediadores de intersubjetividad. La experiencia contemplativa en el cine desarrolla así un modelo que busca corresponder con el posicionamiento del sujeto en una relación dinámica en que éste es situado por el texto fílmico mientras se le convida a asumir una participación identificatoria. Paradójicamente, “lo que mueve una película, en definitiva, es el espectador, inmóvil enfrente de la pantalla” (Stam et al., 1999: 181). Nuestro trabajo pretende exponer las ideas de Siguan (1948, 1956) sobre la contemplación cinematográfica a través del análisis de diversas películas a las que recurre en su estudio crítico, contrastándolas con otras visiones contemporáneas procedentes de áreas ajenas a la psicología académica y preocupadas sobre todo por los mismos mecanismos de identificación, aunque desde un plano negativo, tanto moral como patológico –el “código Hays”, la Legión de la Decencia, etc. (Black, 1998, 1999)– Referencias bibliográficas Black, G. D. (1998). Hollywood censurado. Madrid: Cambridge University Press. Black, G. D. (1999). La cruzada contra el cine (1940-1975). Madrid: Cambridge University Press. Burgein, O. (1974). La comunicación de masas. Barcelona: ATE. Gómez García, J. A. (2006). Una aproximación general al tratamiento de la psicología en el cine. En García García, A. (ed.), Psicología y cine: vidas cruzadas, pp. 319-345. Madrid: UNED. 56 Siguan, M. (1948). Las películas “psicológicas”. Arbor, Revista General de Investigación y Cultura, 25, Tomo IX, pp. 63-70. Madrid: CSIC. Siguan, M. (1956). El cine y el espectador. En El cine, el amor y otros ensayos, pp. 9-54. Madrid: Editora Nacional. Stam, R.; Burgoyne, R.; Flitterman-Lewis, S. (1999). Nuevos conceptos de la teoría del cine. Estructuralismo, semiótica, narratología, psicoanálisis, intertextualidad. Barcelona: Paidós. 57 Miquel Siguán y el murmullo de la conciencia en Joyce y Vygotsky Fernando Gabucio Cerezo Universidad de Barcelona [email protected] Palabras clave: Miquel Siguán, lenguaje interior, literatura. En 1922, y tras considerables peripecias, James Joyce publicó la novela Ulises. En 1934, poco después de la muerte de Lev Vygotsky, se publicó su obra Pensamiento y lenguaje. En 1979 apareció la primera traducción al español del Ulises de Joyce, y un poco antes, en 1977, se tradujo también por vez primera al español Pensamiento y lenguaje (1934/1977). En 1985 Miquel Siguán publicó un artículo titulado La expresión literaria del lenguaje interior. El objetivo del mismo era claro: “No resulta difícil explicar las características de la “palabra interior” tal como aparece en el Ulises desde las ideas de Vygotsky sobre la interiorización del lenguaje…” (1985, pp. 126). La tesis que ahí se defendía estaba formulada con una notable prudencia. Siguán partía de la idea de que ambos trabajos, el del escritor y el del psicólogo, muy probablemente se desconocían entre sí. Desde luego, Joyce no podía haber tenido acceso a las ideas de Vygotsky, que son posteriores. Pero seguramente Vygotsky tampoco conocía la obra del escritor irlandés. El punto de partida de Siguán era que “por los años en los que Vygotsky reflexionaba sobre el lenguaje, en la producción literaria se iniciaba y pronto se generalizaba el esfuerzo por traducir el lenguaje interior a lenguaje externo y convertirlo en materia literaria” (op. cit. pp. 119). Y eso ocurría antes de que el psicólogo ruso diera, en sentido contrario, por establecida una de sus principales ideas teóricas, la del origen del pensamiento verbal en el lenguaje público. Así que, concluía Siguán, “poner en relación ambos hechos puede tener algún interés” (op. cit. pp. 119), pero “la comparación entre sus ideas –por las de Vygotskyy la prácticas literaria de ciertos autores deberemos hacerla por nuestra cuenta” (pp. 120). Y a eso se dedicaba su trabajo. En la presente comunicación nos proponemos varias cosas. En primer lugar, y como forma de homenaje, recordar la propuesta interpretativa de Siguán para recordarle a él. De algún modo, el tema y la tesis de aquel artículo retratan en una luz muy adecuada el perfil amplio y versátil de sus intereses teóricos. Aquel trabajo, se puede defender, estaba escrito desde un cómodo posicionamiento en el 58 puente que une las “dos culturas”, la humanístico-literaria y la científica. Pero el foco de la comunicación no estará en intentar definir un estilo intelectual a través de un solo trabajo Queremos también repensar y reelaborar la tesis principal que elaboró, discutirla y, en lo posible, afinarla, y relacionarla también con otras contribuciones cuya temática tiene que ver precisamente con los “modos narrativos de presentar la consciencia en la ficción” (para utilizar la expresión de Dorrit Cohn, 1978). Aunque es posible que la “sugerencia” de Siguán haya tenido un muy escaso o casi inexistente eco en el lado psicológico de ese puente entre las dos culturas, parece que el interés que la animaba y el fondo teórico desde el que surgía están teniendo un vigoroso despertar en el marco de algunas recientes aproximaciones cognitivas a la narrativa. Eso significaría que su curiosidad y su interés se adelantaron a su tiempo, y que ese intento de hablar a la vez de un producto cultural como es una novela y de un fenómeno nítidamente psicológico como es el lenguaje interior preludiaba nuevas temáticas de investigación aún por descubrir. Referencias bibliográficas Cohn, D. (1978). Transparent Minds. Narrative Modes for Presenting Consciousness in Fiction. New Jersey: Princeton University Press. Joyce, J. (1922/1979). Ulises. Barcelona: Bruguera. Siguán, M. (1985). La expresión literaria del lenguaje interior. Anuario de Psicología, núm. 33(2), 118-128 (reproducido también en Siguán, M. (1986). La expresión literaria del lenguaje interior. En M. Siguán (coord.), Estudios de psicolingüística, Madrid, Pirámide). Vygotsky, L. S. (1934/1977). Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La Pléyade. 59 El tema del amor en un psicólogo de posguerra: los primeros intereses intelectuales de Miguel Siguán i Soler (1918-2010) Mònica Balltondre Pla Universidad Autónoma de Barcelona [email protected] Palabras clave: Miguel Siguán, psicología del amor, psicología en España. Miguel Siguán i Soler (1918-2010), reputado como lingüista y figura a quien debemos, en muy buena medida, la institucionalización de la psicología en Barcelona, fue también un apasionado por la historia medieval, según confesión propia (Royo, 1989). Su tesis doctoral también así lo prueba, pues se doctoró con un estudio histórico sobre el amor en la mística medieval. En concreto, sobre las teorías del amor de los cistercienses y en la propuesta mística de Bernardo de Claraval (1090-1153); tesis que la Abadía de Poblet le publicó en forma de libro muchos años más tarde (Siguán, 1992). En esta comunicación queremos presentar tanto su tesis como los artículos que a raíz de ella fue publicando sobre el amor y el matrimonio a mediados de los años cincuenta, antes de que su trayectoria intelectual tomara el giro de la especialización psicológica. La inquietud principal que guió estos trabajos suyos de juventud parece ser la pregunta de por qué en Occidente el tema del amor, sobre todo del amor en las relaciones interpersonales, fue más importante y estructurador que en cualquier otra cultura. Para Siguán, las raíces que lo podían explicar estaban en el cristianismo. En especial, en la exaltada construcción que el medievo occidental hizo del amor en la mística y en el amor cortés. Según él, fue el cristianismo medieval, apoyado sobre la tradición griega, el que puso el amor en el centro de la vida del ser humano y enseñó a esperar de este sentimiento, el acceso a la suprema realidad (Siguán, 1956). Siguán sabía que tales sistematizaciones del amor comportaban también ciertas consideraciones teóricas sobre la naturaleza humana (Siguán, 1949). Buscó estas raíces dentro del cristianismo medieval, pero también se acercó a ellas y en consecuencia, a la comprensión del ser, con un posicionamiento comprometido con cierto espiritualismo cristiano. Para Siguán, el ser humano sólo se podía realizar plenamente en el amor. Dando amor, de hecho. 60 Ciertamente, defendió estas tesis como historiador, pero en su sentir de psicólogo sospechó que había una constante que sólo podía explicarse desde la investigación de las estructuras íntimas del ser humano (Siguán, 1945). A lo que, a su entender, justificaba a la antropología y a la psicología como ciencias con derecho propio; y defendía esta última como ciencia de la conciencia (Siguán, 1984). Además, Siguán usó parte del equipaje que adquirió en su tesis para hablar del matrimonio, criticando algunos de los manuales de psicología moderna de su actualidad por apelar demasiado al matrimonio como deber moral conyugal, y olvidar el sentido teocéntrico que, según él, debía tener ese compromiso. De la apologética amorosa centrada en lo interpersonal, propia de Occidente, señaló, no sólo lo que le parecía éticamente admirable en la construcción de nuestra subjetividad amorosa, sino también las consecuencias negativas que ello comportaba; por ejemplo, en la frustración continua del individuo por pedir a otra criatura lo que sólo una realidad absoluta podía dar. Sobre sus teorías del amor y sobre esta concepción cristiana del ser basada en el amor queremos centrar la comunicación, y asimismo, indagar qué condiciones personales y contextuales hicieron que sus intereses académicos mudaran del campo de la historia de la filosofía hacia la psicología aplicada al mundo del trabajo, y después a la educación y a la lingüística. Aportando con ello, colateralmente, cuales fueron las condiciones universitarias de los inicios de la psicología académica en España. Referencias bibliográficas Royo, J. (1989). Entrevista amb el Dr. Miquel Siguán, per J. Royo, psicòleg. Barcelona: Col.legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya. Hay trad. cast. en: Miguel Siguán Entrevista, Papeles del Psicólogo, 50, 1991. Disponible en: http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=503#ini cio [recuperado el 7/2/2011]. Siguán, M. (1945). Amor y occidente, Revista de filosofía, 4 (12), 191-195. Siguán, M. (1949). El tema del amor y algunos libros recientes, Revista de filosofía, 7 (29), 279-314. Siguán, M. (1956). El cine, el amor y otros ensayos. Madrid: Editora Nacional. Siguan, M. (1984). De mi vida como psicólogo, Revista de Historia de la Psicología, 5 (3), 5-36. 61 Siguán, M. (1992). La Psicología del amor en los cistercienses del siglo XII. Abadia de Poblet: Publicacions de l'Abadia de Poblet. 62 HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA EN ESPAÑA 63 64 El psicólogo de prisiones (1979-2009). Treinta años de trabajo desde el anonimato. Francisco Pérez Fernández, Joanne Mampaso Desbrow y Nereida Bueno Guerra. Universidad Camilo José Cela [email protected] Palabras clave: Psicología penitenciaria, legislación, evolución histórica, prisión; Rehabilitación. Como ya se ha establecido en otros trabajos precedentes (De Nicolás, 1995; Sos, 1999, Pérez, 2006), el reconocimiento profesional de la figura del psicólogo jurídico en España vino, en un primer momento, de la mano de la Ley Orgánica General Penitenciaria de 1979, sustanciada posteriormente en el Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, que definía su inclusión y su papel en las juntas y equipos para la evaluación y rehabilitación de los penados (Urra y Romero, 2006). Largo ha sido, desde entonces, el debate en torno a la eficiencia y función de las cárceles como organismos “rehabilitadores e integradores” (Yela, 1999), pero tras él subyace, en buena medida, cuando se trata de determinar la relevancia del psicólogo en las mismas, una falta de información pública e incluso científica y académica. Idea apoyada, además, desde otras publicaciones que analizan el devenir de este fenómeno en las décadas de 1980 y 1990 e identifican qué factores se han considerado en la formación del psicólogo jurídico en los planes de estudios conducentes a la titulación de Psicología (Alfaro, Real, Tortosa y Jölluskin, 2004). El psicólogo penitenciario, pese a ser en su día la punta de lanza del avance social e institucional de la ciencia psicológica en España, se encuentra sumido en el anonimato y, tal vez, en un relativo olvido incluso dentro del colectivo de los propios psicólogos. Quizá, aventuramos, la politización excesiva aunque tal vez inevitable del ámbito penitenciario, así como la perpetua falta de recursos que estos profesionales sufren a diario, sean elementos que hayan contribuido, principalmente, a la generación de polémicas a menudo estériles, aunque de largo alcance social (Miranda, 2002). Controversias que no solo exceden el campo de actuación del psicólogo penitenciario –u otros profesionales afines- sino que, además, han terminado por ser instrumentalizadas desde diferentes sectores para cuestionar interesadamente tanto trabajo del psicólogo y sus aportaciones, como 65 la propia finalidad jurídica y la eficacia práctica del propio sistema penitenciario y su filosofía de partida. Un problema, este del anonimato del técnico penitenciario, al que también han contribuido de forma decisiva otros elementos como, por una parte, los propios de su ocupación profesional –que impiden la difusión de contenidos sensibles y obligan muy a menudo al silencioy, por otra, la indefinición en la que se han movido los diferentes ámbitos de la psicología forense en general, cuyos límites se muestran a menudo imprecisos e indiscernibles, ya sea para el público lego, ya para los medios de comunicación (Esbec, 2000). Interesados por contribuir, de un lado, a la dignificación y al reconocimiento del psicólogo penitenciario y, por otro, a la difusión de sus capacidades, actuaciones y límites, procederemos a un análisis por hitos históricos y políticos de las diferentes legislaciones y circulares, así como de las modificaciones en el reglamento, que han afectado, modulado y modificado la participación del psicólogo en cárceles y otros centros de cumplimiento a partir de la aprobación de la Ley Orgánica General Penitenciaria 1/1979. De este modo, ofreceremos una panorámica histórica de su actividad, sus funciones, su papel en el ámbito de la psicología jurídico-penitenciaria y el valor de su aportación social a lo largo de los últimos treinta años. Parece evidente afirmar que, bajo esta perspectiva de estudio, el psicólogo jurídico se encuentra condicionado desde los puntos de vista epistemológico, teórico y metodológico, a conocer, profundizar y desarrollar el binomio conformado por las dos grandes disciplinas que se cruzan en su ámbito de trabajo: La psicología y el derecho. Sea como fuere, nuestra investigación establece que, sin haberse producido grandes cambios legislativos en lo que a la figura y funciones del psicólogo penitenciario se refiere a lo largo de los últimos treinta años, sí se han generado nuevos puntos de vista y diferencias a la hora de abordar un sinfín de elementos centrales de la rehabilitación de los penados a considerar por parte de los legisladores de cara a planteamientos. Referencias bibliográficas Alfaro, E., Real, S., Tortosa F. y Jölluskin, G. (2004). El desarrollo académico de la psicología jurídica. Anuario de Psicología Jurídica: 14, 99-114 Esbec R. E. (2000). Introducción a la Psicología Forense. Manual Docente Máster de Psicología Clínica Legal y Forense (vol. I). Madrid: U. Complutense de Madrid, España. 66 Miranda, Mª J. (2002). Cárceles, ¿para qué? Política y Sociedad, 39, 2, 377-397. Pérez, F. (2006). Reconstrucción y cárcel: El desarrollo histórico reciente de la psicología jurídica española. Revista de Historia de la Psicología, 27 (2-3), 205-213. Urra, J. y Romero, J. (2006). La psicología jurídica en España. Infocop, 26, 4-11. Yela, M. (1998). Psicología penitenciaria: Más allá de vigilar y castigar. Papeles del Psicólogo, 70. 67 Aportaciones del pensamiento de Rof Carballo a la psicología española: de la medicina psicosomática al concepto de urdimbre afectiva Consuelo Martínez Priego Universidad Complutense de Madrid [email protected] Palabras clave: Rof Carballo, psicología, urdimbre afectiva, medicina psicosomática, psicoanálisis. Es bien sabido que la psicología española en el siglo XX se desarrolla, en gran medida, gracias al trabajo de importantes médicos. Entre ellos cabe destacar la figura de Juan Rof Carballo, médico psicosomático, formado en la medicina interna y la anatomopatología; si bien, descubre el psicoanálisis y los estudios de neuropsicología, así como el pensamiento filosófico de Zubiri. Todo ello conformará el sustrato en el que podrán forjarse los elementos nucleares de su psicología, dentro de la cual ha de destacarse el concepto de «urdimbre afectiva». Conviene recordar su esmerada formación. Recibe el magisterio de figuras como Juan Vicente Viqueira, Pi y Suñer, Mira y López, Cuatrecasas Rumí, Novoa Santos, Jiménez Díaz, Pittaluga, además de algunos de los mejores médicos de Europa Central. Entra en contacto Ángel Garma, Matte Blanco, Xavier Zubiri, Pedro Laín Entralgo y Gregorio Marañón. La influencia de su extensa obra –628 títulos–, no tuvo un eco proporcional debido a que nunca consiguió una cátedra universitaria. Su magisterio se vio limitado a cursos y conferencias dentro y fuera de España. Sin embargo, alguna de sus obras –como Patología Psicosomática- conoció tres ediciones en sólo seis años y ha sido durante largo tiempo una obra de referencia. Según Ortega es una “obra catedralicia”. La obra rofiana aborda temáticas pertenecientes a diversos ámbitos epistemológicos –medicina interna, psicosomática, antropología médica, pensamiento y otros-. Aquellos que tratan de medicina psicosomática, antropología médica y pensamiento (256 obras), constituyen el 40,7% de su obra; y entre las categorías a las que pertenecen dichos escritos –estudio bibliométrico «psicosomático» y «psicología», constituyen el 13,65% del total. Estos son algunos de los datos que permiten afirmar que existe una obra psicológica en Rof Carballo. 68 La característica fundamental del pensamiento rofiano, nacido del descubrimiento de la perspectiva psicosomática, es la pluralidad de planos epistemológicos armónicamente relacionados, conducentes todos ellos a la delimitación de conceptos ligados a la comprensión de la formación de la personalidad y sus patologías así como a la explicitación de la naturaleza las relaciones interpersonales. Todo ello tiene como núcleo el concepto de «urdimbre afectiva». Los planos epistemológicos a los que hacemos referencia son cuatro: (1) el descubrimiento de la perspectiva psicosomática –cuya fundamentación tomará del pensamiento zubiriano–. (2) El plano neuropsicológico –aportaciones relativas al cerebro interno de MacLean o Papez– (3) el pensamiento psicoanalítico –Freud, Newman, Ericson–. (4) los modernos descubrimientos de la biología – el concepto de epigénesis o la prematureidad biológica del hombre- y la etología –el troquelado-, entre otros. Teniendo en cuenta que el mundo afectivo representa la formalización superior, el del nivel del cerebro interno, del tono vital; en cierto modo una jerarquización superior del sistema neurovegetativo, en la articulación del mundo de los recuerdos, la esfera de los sentidos, con la representación del esquema corporal, con abrirse ante el individuo el mundo de las relaciones con sus semejantes; y que el psicoanálisis ha permitido articular la relevancia de los primeros años de la vida y la biografía personal; el concepto de «urdimbre afectiva» puede describirse como: un trenzado de influencias transaccionales que sirven para el constituido del hombre, en la fase más temprana de su existencia; especial nexo entre la invalidez y el amor diatrófico transaccionalmente enlazados, condición del crecimiento armónico de la personalidad, estructura radical de al existencia humana –dialógica–. Por medio de ella el hombre modela su biología y adquiere una herencia que puede denominarse «socio-genética», recapituladora de una dimensión de la filogénesis, configurando también el mundo perceptivo. Es simultáneamente nexo y condición para la liberación o existencia autónoma del hombre. En virtud de la urdimbre, se desarrollan en el hombre una suerte de «modificaciones persistentes» que vinculan personalidad y cultura, personalidad y tradición. La urdimbre posee unas funciones especiales –amparadora, liberadora, ordenadora– en orden a la configuración de la personalidad. Rof señala la existencia de tres urdimbres –constitutiva, de orden, de identidad– que se van consolidando con el paso del tiempo. Constituyen la propuesta evolutiva de Rof-. 69 La importancia de esta síntesis es clara, aunque puede verse también si se pone en relación con conceptos como el de «apego», próximo al de urdimbre afectiva, puesto que puede verse enriquecido, a nuestro juicio, situándolo en un ámbito de mayor amplitud psicológica. Referencias bibliográficas Carpintero, H. (2004). Historia de la Psicología en España. Madrid: Pirámide. Herrero, F. (1995). El «mundo emocional» en Juan Rof Carballo. Revista de historia de la psicología. 16 (3-4): 71-78. Martínez López, F. (2008). Juan Rof Carballo y la medicina psicosomática. Entre la teoría: J. Rof Carballo, y la praxis: A. Fernández-Cruz. Madrid: Díaz de Santos. Rof Carballo, J. (1949). Patología Psicosomática. Madrid: Paz Montalvo. Rof Carballo, J. (1952). Cerebro Interno y Mundo Emocional. Barcelona: Labor. Rof Carballo, J. (1961). Urdimbre afectiva y enfermedad. Introducción a una Medicina Dialógica. Barcelona: Labor. Rof Carballo, J. (1967). Violencia y Ternura. Madrid: Prensa Española. Espasa-Calpe. Rof Carballo, J. (1993). Autobiografía de mis ideas. Anthropos, suplemento (38): 5-14. Zubiri, X. (1963). El hombre, realidad personal. Revista de Occidente (1): 5-29. 70 Una aproximación a los orígenes del pragmatismo jurídico en España: la postura de Quintiliano Saldaña a propósito del problema de la responsabilidad Belén Jiménez Alonso Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Pragmatismo jurídico, responsabilidad, ética, derecho, Saldaña. El objetivo de este trabajo es rastrear algunas de las posibles respuestas que algunos intelectuales de finales del siglo XIX y principios del XX ofrecieron a la dificultad práctica de la atribución de responsabilidad a un sujeto que, si bien debía ser entendido como el origen de la acción moral, pertenecía al ámbito de la Naturaleza, es decir, no era supuestamente “libre” (para una aproximación a esta cuestión, ver Jiménez, 2010). Concretamente, se quiere explorar la respuesta ligada al llamado “pragmatismo jurídico”, esto es, la postura de diversos juristas positivistas que, inspirándose en el pragmatismo de autores como el psicólogo norteamericano William James (18421910), afirmaría que debían superarse las estériles controversias sobre el sujeto de derecho y la persona moral: bajo el pragmatismo, la realidad jurídica debía entenderse como un conjunto de conceptos que son verdaderos porque con su ayuda se puede llegar a proteger socialmente situaciones que es legítimo proteger. Además, desde esta perspectiva pragmática, se les podía exigir a los sujetos responsabilidad porque estos debían –estaban obligados socialmente a– comportarse como si fueran responsables de su acción; una postura que necesariamente presuponía, entre otras cosas, una determinada idea de “ciudadano” y/o sujeto responsable (Peset, 1968). Así las cosas, lo que nos interesa en este trabajo es seguir la pista de esta posición que en el contexto español fue abiertamente planteada por el positivista Quintiliano Saldaña (1878-1938), considerado uno de los autores más relevantes de la Historia del Derecho y de la Criminología en España (Carpintero Capel, 1994; García-Pablos, 1988; Serrano, 2007). En el mismo exploraremos la posición de Saldaña (1923 y 1926) y rastrearemos el intercambio intelectual entre éste y el francés León Duguit (1859-1928), uno de los principales juristas adscritos al pragmatismo jurídico en Europa (Leroux, 1922; Gilbert, 2008; Fernández, 2010). De hecho, este último sería invitado por Saldaña a impartir un ciclo de conferencias en la 71 Universidad Central de Madrid en 1923 donde expresaría la idea de que la postura pragmática o realista podría ser considerada la superación del individualismo y el subjetivismo en la esfera del Derecho (Duguit, 1924). Referencias bibliográficas Carpintero, H. (2006). Breve historia de la Psicología jurídica. En E. Garrido, J. Masip y C. Herrero (eds.), Psicología jurídica. Madrid: Pearson, pp. 43-75. Duguit, L. (1924). El pragmatismo jurídico; conferencias recogidas y traducidas por Agustín de Lázaro Álvarez, Santiago Magariños Torres, Tomás Díaz García y Miguel López Roberto y de Chavarri; con un estudio preliminar de Quintiliano Saldaña. Madrid: [Vda. de A.G. Izquierdo]. Duguit, L. (1909/1920?). La transformación del Estado. Traducción, seguida de un estudio sobre La nueva orientación del derecho político por Adolfo Posada. 2ª ed. española, corr. y aum. con un prefacio del autor. Madrid: Francisco Beltrán. Fernández, T. R. (2010). León Duguit en España y en español. Revista de Administración Pública, 183, Septiembre/Diciembre. García-Pablos, A. (1988). Manual de Criminología. Introducción y teorías de la criminalidad. Madrid: Espasa-Calpe. Gilbert, S. (2008). Introducción al trabajo de L. Duguit. En Le pragmatisme juridique. Conférences prononcées à Madrid, Lisbonne & Coïmbre. Paris: Éditions La Mémoire du Droit. Jiménez, B. (2010). La construcción psico-sociológica de la “subjetividad marginal” en la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Tesis doctoral inédita. Leroux, E. (1922). Le pragmatisme américain et anglais.Etude historique et critique. Thèse pour le Doctorat ès Lettres... a l'Université de Paris. Paris : Felix Alcau. Peset, M. (1968). NOTAS para una interpretación de León Duguit (1859-1928). Dimensión psicológica y sociológica de su obra jurídica. Madrid: Instituto de Estudios Políticos. Saldaña, Q. (1923). Teoría pragmática del Derecho penal: conferencia pronunciada en la Universidad de Madrid por D. Quintiliano Saldaña. Madrid: (Imp. Colonial). Saldaña, Q. (1926). ¿Qué significa el pragmatismo jurídico? Boletín del Colegio de abogados de Madrid, X, pp. 1-3. Serrano, A. (2007). Historia de la Criminología en España. Madrid: Dykinson. 72 El caso Jacint Verdaguer (1845-1902) Virgilio Ibarz Serrat Universidad Ramón Llull (Barcelona) [email protected] Palabras clave: Encantamientos, exorcismos, revelaciones, visiones. Jacint Verdaguer y Santaló nació el 17 de mayo de 1845 en Folgueroles (Girona). A los diez años inicia sus estudios en el Seminario de Vic como alumno externo. En 1865 se presenta a los Juegos Florales de Barcelona y consigue dos premios. Conoce a Zorrilla, Núñez de Arce y al poeta provenzal Frédéric Mistral. En 1870 es ordenado sacerdote. Verdaguer sufre a lo largo de su vida depresiones intensas. Siente desfallecimiento físico y tiene fuertes neuralgias. Ingresa como capellán en la compañía trasatlántica del marqués de Comillas. En mayo de 1876 conceden un premio extraordinario a L'Atlàntida de Verdaguer. Posteriormente se convierte en el capellán doméstico de los marqueses de Comillas. En la primavera de 1886 Verdaguer viaja a Tierra Santa. Al regresar de Palestina muestra un desasosiego espiritual que es el preludio de un cambio en su personalidad. Se dedica a la oración, al ayuno y a la penitencia. En 1890 entra en contacto con un grupo de exorcistas y videntes. Verdaguer asiste a las sesiones de exorcismos y anota lo que allí sucede. No duda de la eficacia de los exorcismos y cree en las visiones de los asistentes. El obispo le prohíbe la práctica de exorcismos. En julio de 1895 recibe la suspensión A divinis y le son retiradas las licencias eclesiásticas. Verdaguer escribe una carta a la prensa pidiendo ayuda "a la gente honrada de Barcelona". Publica sus artículos En defensa pròpia que hacen estallar el escándalo en toda su virulencia. El 6 de septiembre de 1895 aparece publicada en El Noticiero Universal el informe del médico Pere Manaut y Taberner sobre el deteriorado estado de salud mental de Verdaguer. Para Manaut, Verdaguer sufre una "theomania", con delirio de persecución. Es una opinión especulativa, ya que el médico no ha examinado al poeta. Manaut se basa en el Tratado teórico-práctico de Freno-Patología de Giné y Partagás. Para Giné, "la monomanía es una enfermedad mental, en que el entendimiento está perturbado en un determinado orden de ideas y de sentimientos, y permanece sano en otros". Dependiendo de la manifestación de la perturbación en las facultades 73 intelectuales, afectivas, sensoriales o en los instintos, las monomanías se dividen en intelectuales, afectivas o pasionales, sensoriales o alucinatorias e instintivas o impulsivas. Las monomanías afectivas o pasionales comprenden dos variedades: la monomanía religiosa o theomania y la monomanía orgullosa. Publicado el artículo de Manaut, El Noticiero Universal da por finalizada la polémica, ya que considera que ha hablado un científico. Como era de esperar la polémica no se cierra y El Diario del Comercio responde atacando la credibilidad profesional de Manuat. Verdaguer inicia el camino legal en defensa de su honor y buen nombre con una demanda de conciliación para que se produzca la oportuna rectificación. Pero no lo consigue y se inicia el proceso judicial. En 1902 finalizará el proceso con la condena al poeta a pagar las costas judiciales. Sin embargo, ante el informe Manaut, los amigos progresistas del poeta no permanecen en silencio. El 31 de octubre de 1895 aparece en La Independencia Médica, dirigida por Giné y Partagás, un nuevo estudio sobre "la situación morbosa de Verdaguer", que será conocido posteriormente como el Dictamen Pericial o Dictamen Razonado, y publicado inmediatamente, el 1 de noviembre, por La Publicidad. Firman el dictamen once médicos, que tienen los títulos profesionales más relevantes del momento desde el punto de vista frenopático. Justifican el comportamiento de Verdaguer en función de las circunstancias. Todo tiene una explicación razonable e incluso llegan a justificar la práctica de exorcismos. A pesar de este dictamen, la polémica continuó en la prensa de Barcelona. Miembros de la jerarquía eclesiástica y los conservadores piensan que Verdaguer tiene una monomanía; los liberales y muchos ciudadanos, entre ellos Ramón Turró, creen que el poeta es víctima de una persecución implacable. En nuestra opinión, Verdaguer adopta una actitud franciscana: quiere llegar a Dios a través de las imágenes sensibles. Referencias bibliográficas Abella, D. (1958). Mossèn Cinto vist pel psiquiatre. Barcelona: Barcino. Bada, J. (2004). Manuscrits verdaguerians de revelacions, exorcismes i visions. Barcelona: Barcino. Cónsul, I. (1986). Jacint Verdaguer. Antologia. Barcelona: Edicions de la Magrana. 74 Garolera, N. (2002). Homenatge a Verdaguer. Esbòs biogràfic i antologia. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Giné y Partagás, J. (1876). Tratado teórico-práctico de FrenoPatología. Madrid: Editorial Moya y Plaza. Turró, R. (1903). Verdaguer vindicado por un catalán. Barcelona: Librería Española. Verdaguer, J. (1974). Obres Completes. Barcelona: Editorial Selecta. Verdaguer, J. (1977). Epistolari. Barcelona: Barcino. 75 La correspondencia entre Adolf Meyer (1866-1950) y Emilio Mira y López (1896-1964) Natividad Sánchez Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: A. Meyer, E. Mira, psicología, psiquiatría, correspondencia. El 29 de Julio de 1923, Adolf Meyer escribía en uno de sus diarios “Tuve la buena fortuna de frecuentar al Dr. E. Mira de España”. El encuentro entre ambos científicos tuvo lugar durante la celebración del VII Congreso Internacional de Psicología celebrado en Oxford, Reino Unido, del 26 de julio al 2 de agosto bajo la presidencia de Charles S. Myers. En el momento de su encuentro Meyer, a sus 57 años, era ya una figura de prestigio internacional desde su puesto en el Departamento de Psiquiatría y director de la prestigiosa Clínica Phipps de la Universidad Johns Hopkins. Por su parte, un joven Mira de 27 años, ejercía ya un importante papel desde el Instituto de Orientación y Selección Profesional de Barcelona. A lo largo de sus respectivas carreras ambos hombres tuvieron varias ocasiones de coincidir e intercambiar sus puntos de vista y sus publicaciones. No hay que olvidar que los principios psicobiológicos de Meyer y la idea de la unidad psicosomática del hombre central en el pensamiento de Mira tenían en común puntos esenciales. La particular combinación de los intereses de ambos hombres por la psicología, la psiquiatría, la higiene mental y la estrecha vinculación que en sus respectivas trayectorias profesionales ambos hicieron de la docencia, la investigación y la práctica clínica no hicieron sino acercar aun más sus respectivas posiciones. En la reunión de la SEHP celebrada el año pasado presentamos un trabajo general sobre parte de la correspondencia de Adolf Meyer con varios hombres de ciencia españoles. Intentamos en ese trabajo evaluar el reconocimiento que los científicos españoles tuvieron para el que es considerado como uno de los psiquiatras más relevantes de la primera mitad del siglo XX, con una especial sensibilidad para todo lo relacionado con la psicología (Grob, 1983; Leys, 1991; Scull y Schullin, 2009). Sin embargo, en aquella ocasión sólo pudimos mencionar una carta enviada por Mira a Meyer en Noviembre de 1939, agradeciéndole su asistencia a una cenadiscusión celebrada en honor de Mira en Nueva York. Recientemente, 76 hemos tenido oportunidad de llevar a cabo un análisis más detallado y exhaustivo de los documentos del psiquiatra suizo depositados en los Alan Mason Chesney Medical Archives de la Universidad Johns Hopkins. Gracias a ello, hemos localizado un conjunto de cartas y algunas notas manuscritas que Meyer redactó sobre Emilio Mira. La correspondencia allí depositada comienza en 1927 y la última carta de la que hay constancia está fechada en Montevideo en Julio de 1944. Como no podía ser de otro modo, parte de los contenidos están relacionados con las cuestiones profesionales que en cada momento les concernían. Sin embargo, como queda constancia en las anotaciones de su diario, desde el momento en que ambos hombres se encontraron quedó patente el enorme interés de Meyer por conocer las circunstancias políticas de la España de la época. Meyer siguió con interés los acontecimientos en torno a la Guerra Civil Española y como muchos intelectuales americanos de la época se alineó con las fuerzas leales a la República. De hecho como hemos mencionado en otro trabajo (Sanchez 2011, en prensa) gran parte de la correspondencia de Meyer relacionada con nuestro país giran en torno a la Guerra Civil y con la situación de los exiliados españoles. Parte de los documentos que presentaremos en este trabajo están directamente relacionados con las amargas circunstancias que rodearon el exilio de Emilio Mira y su posterior desarrollo profesional. Por último analizaremos a través de algunos textos extraídos de los cuadernos de notas de Meyer, las reflexiones y anotaciones que hizo con ocasión de la propuesta y la consideración del español para impartir las prestigiosas Salmon Memorial Lectures en 1942; de las que Meyer había sido el primer conferenciante. Referencias bibliográficas La correspondencia de Meyer usada está catalogadas en la Serie I: Correspondence with individuals and related material; en la Serie II Correspondence with societies and other organizations y en la Serie VI. Biographical material and memorabilia: Diaries and Diary Fragments, todas ellas depositadas en los papeles de Adolf Meyer que se encuentran en The Alan Mason Chesney Medical Archives of the Johns Hopkins Medical Institutions. Fuentes, J.B., García, E., y Carpintero, H. (1993). Emilio Mira i López y la psicología Latinoamericana. Revista de Historia de la Psicología, 14, 31-56. 77 Grob, G. N. (1983). Mental Illness and American Society 1875-1940. New Jersey: Princeton University Press. Iruela, L. (1993). Psiquiatría, psicología, y armonía social: La vida y obra de Emilio Mira y López. Barcelona: Universitat de Barcelona. Leys, R. (1991). Types of One: Adolf Meyer’s Life Chart and the Representation of Individuality. Representations, 34, 1-28. Sáiz, M., Sáiz, D. (1992). Emilio Mira I López, pionero de la psicología aplicada en España e Iberoamérica. Revista de Historia de la Psicología, 13, 93-100. Sáiz, M., Sáiz, D., Díaz, M. Martínez-Simón, S. y Pastrana, G. (2003). La psicología en la Guerra Civil española: un análisis global para su comprensión. Revista de Historia de la Psicología, 25, 491-516. Sánchez, N. (en prensa). Adolf Meyer y España: una nota histórica a través de su correspondencia. Psychologia latina. Scull, A., y Schulkin, J. (2009). Psychobiology, Psychiatry, and Psychoanalysis: The Intersecting Careers of Adolf Meyer, Phyllis Greenacre, and Curt Richter. Medical History, 53, 536. 78 La psicología aplicada española en tiempos de posguerra (19391945) Rosa Sos Peña y Constanza Calatayud Miñana Universidad Jaume I (Castellón) [email protected] Palabras clave: Psicotecnia, Psicología aplicada española, Historia de la Psicología, posguerra española, régimen franquista. En este trabajo hemos analizado la revista Psicotecnia, única vía de publicación de los psicotécnicos españoles en aquella época, que se editó como continuación de la Revista de Organización Científica, desde su fundación, en el año 1939, hasta que terminó de publicarse en 1945; creada por el Instituto Nacional de Psicotecnia y dirigida por Ricardo Ibarrola.Y valiéndonos de una metodología bibliométrica, además de otros métodos cualitativos, hemos estudiado los siguientes indicadores: Los autores españoles más productivos y su visibilidad, también un análisis de las profesiones del total de autores, el contenido temático y un examen de las referencias. Con el objetivo de conocer la evolución histórica de la psicología aplicada española de la posguerra en el periodo estudiado y con la finalidad de aproximarnos a algunos de sus desarrollos relevantes. En la década de los años 20, la psicología en España no había conseguido el prestigio social que había alcanzado en Europa, entonces fue cuando se produjo la introducción de la psicología aplicada, la psicotecnia y otros instrumentos psicológicos. En esa época, los institutos psicotécnicos ya existían, los psicológos aplicados trabajaban principalmente con deficientes mentales, enfermos psíquicos y militares. En Madrid, se disponía del Instituto de Reeducación de Inválidos, de Carabanchel. En el año 1922, se creó el Servicio de Orientación Profesional, que se ocupaba de la selección de inválidos para la reeducación profesional. Estaba dirigido por Cesar de Madariaga, allí trabajaban el médico Antonio Melián, Mercedes Rodrigo como psicóloga y José Mallart de psicotécnico. Poco tiempo después, se incorporó a la consulta de neurología José Germain. En Barcelona funcionaba el Instituto de Orientación Profesional, Emilio Mira i López aplicaba la psicometría. Su funcionamiento alcanzó una trascendencia internacional. En los años 1922 y en 1930 se celebraron en Barcelona la II y IV Conferencia Internacional de Psicotecnia que tuvieron como presidente a Claparède y como asistentes a conocidos psicólogos europeos. En 1930, Germain fue nombrado director del Instituto 79 Psicotécnico, de Madrid. Con el inicio de la Guerra Civil, en 1936, los institutos tuvieron que clausurarse hasta su finalización. En ese tiempo en Europa se combatía en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En España, después de la contienda, existía una situación económica muy difícil. Miles de profesores de instituto y universidad fueron expulsados, muchos psicólogos de universidad se tuvieron que exiliar, otros murieron y algunos de los que se quedaron fueron sancionados o apartados de su trabajo. En psicología se reanudaron los servicios psicológicos anteriores a la Guerra. El padre Barbado fue el encargado de dirigir el campo de la psicología, que la orientó hacia la escolástica y el tomismo. Así, en El Instituto Nacional de Psicotecnia, se prosiguió con las actividades que ya se efectuaban antes de la Guerra. Entre ellas estaban la orientación profesional y la aplicación de pruebas de aptitud. A su regreso, Germain reorganizó la psicología y tuvo como discípulos a J. L. Pinillos, M. Siguán, F. Secadas, Mariano Yela y Jesusa Pertejo, entre otros. En la década de 1940 a 1950, las condiciones de la población eran muy adversas, con persecuciones políticas, desempleo y escasez de alimentos de primera necesidad. En las Naciones Unidas, en el año 1946, se aprobó un boicot económico y político al régimen de Franco. Entonces, España se encontró a nivel internacional con un aislamiento político que se prolongó hasta 1950, el cual tuvo repercusiones durante muchos años en psicología y en otras ciencias. Todavía no existía una psicología institucionalizada. La psicología aplicada española intentó con la psicotecnia ajustarse a las necesidades sociales de la época. Referencias bibliográficas Blanco, F. (1997). Historia de la psicología española desde una perspectiva socio-institucional. Madrid: Biblioteca Nueva. Bustelo, F. (2006). La historia de España y el franquismo. Madrid: Síntesis. Calatayud Miñana, C., Tortosa Gil, F., & Montoro González L. (1984). Psicología aplicada en la posguerra española. Actas del I Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos, I, 142-148. Calatayud Miñana, C. (1984). Estudio de la revista Psicotecnia (19391945). Tesis de licenciatura. Universitat de València. Carpintero, H. (1984). The impact of the Spanish Civil War on Spanish scientific. Revista de Historia de la Psicología, 5, 9197. 80 Germain, J. (1954). Para la pequeña historia de la psicología en España. Revista de Psicología General y Aplicada, 9(32), 635-642. Huertas, J. A., Padilla, J. M., & Montes, A. (1997). La supervivencia de la psicología en diversas instituciones madrileñas después de la guerra (1939-1953). En F. Blanco (Ed.), Historia de la psicología española desde una perspectiva socio-institucional. Madrid: Biblioteca Nueva. Sos Peña, R., & Roig Ballester, A. (2007).Una imagen histórica de la psicología foránea en los primeros años de la dictadura franquista. Revista de Historia de la Psicología, 28 (2-3), 243250. Sos Peña, R., & Roig Ballester, A. (2009). La presencia de la psicología foránea en la psicología de la posguerra (19461955). Revista de Historia de la Psicología, 30 (2-3), 373383. Tortosa, F., & Civera, C. (2006). Nacimientos y primeros desarrollos de psicología en España. En Tortosa, F. & Civera, C. (Eds.), Historia de la psicología. Madrid: Mc Graw Hill. 81 La influencia europea en la psicopedagogía terapéutica catalana de principios del siglo XX: Análisis de los diarios de viaje de Lluís Folch i Torres (1878-1946) Milagros Sáiz Roca y Dolors Sáiz Roca Universidad Autónoma de Barcelona [email protected] Palabras clave: Historia de la Psicología, Psicología Española, Psicología Catalana, Folch i Torres, psicopedagogía terapéutica. Lluis Folch i Torres fue uno de los hombres que trabajó más intensamente en el movimiento de protección a la infancia huérfana y abandonada que se produjo como fruto de las migraciones del medio rural al urbano en Cataluña (Sáiz y Sáiz, 2009). En ese marco, a mediados de 1914, creó un Laboratorio de Experimentación Psicológica en el seno del Grupo Benéfico, institución dependiente de la Junta de Protección a la Infancia de Barcelona, donde estudió psicológicamente a los niños delincuentes y abandonados y los orientó psicopedagógicamente, derivándoles, después de su observación y evaluación, hacia las instituciones de tutela que en aquella época existían en la capital catalana, ciudad que, como hemos señalado en otras ocasiones, vivió con gran preocupación el tema de la delincuencia infantil y juvenil. Uno de los intereses fundamentales de Folch fue la educación, reeducación psicopedagógica y la inserción social de estos niños golfillos o “trinxeraires”, que ya habían despertado su interés en su etapa periodística de Madrid. Ubicado, desde 1911, en la Junta de Protección a la Infancia de Barcelona, trabajó en este sentido en su Albergue Provisional, pasando a dirigir el Grupo Benéfico en 1913, fecha de su inauguración, donde continuará su labor protectora. En el “Grupo” iniciará, además, los primeros peritajes psicológicos para el Tribunal Tutelar de Menores de Barcelona fundado en 1921 (Sáiz et al, 2006). Durante el período de su trabajo en esta institución fue adquiriendo un bagaje de conocimientos sobre la psicología del niño y los modernos instrumentos, técnicas y metodologías que aportaban los nuevos descubrimientos de la psicología científica, lo que le permitió gestar la idea y, después, fundar en 1928, el Instituto Torremar para el tratamiento de niños psicopáticos, atrasados mentales, deficientes, inestables, etc. (Sáiz y Saíz, 2008, Torremar, 1928). Es, justamente, un incidente político y laboral, acaecido en el Grupo Benéfico dos años antes de la inauguración del Instituto 82 Torremar, lo que provocó, a nuestro juicio, el inicio de una serie de viajes formativos e informativos por Europa. Sus diarios de viaje nos informan de la visita a distintas instituciones de Alemania, Austria, Checoslovaquia, Francia, Hungría, Países Bajos y Suiza entre los años 1926 y 1928 (Folch, 1926, 1928). En estos viajes, realizados en verano, visita centros que pueden servir de modelo para su futuro instituto o que le inspiran hacia cambios que pueden mejorar su trabajo en el “Grupo”: toma notas en su diario, describe, observa horarios, sistemas de evaluación, pruebas y tests, sistemas pedagógicos, etc. Una nutrida información sobre cómo eran tratados los niños delincuentes y anormales en la Europa continental. No cabe duda, de que estos viajes, junto con la experiencia adquirida a través del trabajo desempeñado en su etapa del Grupo Benéfico –que abandona en 1931-, le permitieron acceder a una serie de conocimientos sobre la psicología y la pedagogía de su tiempo que hicieron de él un hombre con grandes capacidades en el marco de la psicopedagogía. Por otro lado, estas visitas pusieron a su alcance los sistemas de la pedagogía terapéutica que se aplicaba principalmente en Bélgica que influyeron en sus planteamientos terapéuticos, así como, en el resto de autores de su entorno. En otros trabajos, nos hemos acercado ya a este personaje en algunas de sus distintas dimensiones, en el presente analizamos los diarios inéditos de los viajes de estudio de Folch que han llegado a nuestras manos fruto de la donación de su familia a “l’Arxiu i Seminari d’Història de la Psicologia” de la Universidad Autónoma de Barcelona y que son la evidencia de la influencia psicopedagógica europea que penetró en Cataluña en las primeras décadas del siglo XX. Referencias bibliográficas Folch i Torres, Ll. (1926). Diario de viaje. Donación Folch i Torres. Arxiu i Seminari d’Història de la Psicología. UAB. Folch i Torres, Ll. (1928). Diario de viaje. Donación Folch i Torres. Arxiu i Seminari d’Història de la Psicología. UAB. Sáiz, M. (2002). Los inicios de la psicología científica y aplicada en Cataluña (1900-1939). Barcelona: Avesta. Sáiz, M. y Sáiz, D. (2008). Lluís Folch i Torres y el Instituto Torremar. Revista de Historia de la Psicología, 29(3-4), 203210. Sáiz, M. y Sáiz, D. (2009). El trabajo precursor de Lluís Folch i Torres en la evaluación psicológica pericial del menor. Revista de Historia de la Psicología, 30(2-3), 335-343. 83 Sáiz, M., Sáiz, D., Soria, M.A, Pina R., Pérez-Beltrán, M., Alzamora, M. y Llorens, R. (2006). La actividad psicológica desarrollada en torno a la delincuencia juvenil: El Tribunal Tutelar de Menores de Barcelona en el período de 1921 a 1939. XIX Symposium de la Sociedad Española de Historia de la Psicología. Torremar (1928). Folletos de información y publicidad sobre el Instituto Torremar. Donación Folch i Torres. Arxiu i Seminari d’Història de la Psicología. UAB. 84 La Teoría general de la Conciencia en una obra Clásica de Psicología en España: José P. Bulnes (1929). “Psicología”. Beatriz Porras Florido Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Conciencia, B. Baars, J. P. Bulnes. En el presente trabajo analizamos una de las publicaciones del autor cántabro J. P. Bulnes (1929), profesor de Psicología experimental de la Universidad de Comillas, que fue, desde su primera edición, texto de referencia en diferentes instituciones educativas durante más de tres décadas. Por otro lado, aunque se trata de un autor poco productivo pues sólo cuenta con otra publicación más La filosofía del deber (1947), nada cabría dudar sobre la calidad e importancia de sus trabajos; ya que como afirmara Lopez Piñero (1972, p.54): “Conviene, no obstante, advertir contra la confusión entre productividad y calidad e importancia... no se ha podido comprobar si quiera su correlación con la visibilidad o impacto que la obra de un autor tiene en el mundo científico”. Así pues, la elección de dicha obra, se debe, no sólo a la cuidada recopilación de temas relativos al ámbito de la propia psicología básica, sino al riguroso uso de las citas y de las correspondientes fuentes bibliográficas que lo convirtieron en un texto idóneo para la actividad docente de aquel momento. Es decir, nos encontramos con una publicación de gran calidad científica donde el autor no sólo consigue sintetizar y hacer más asequibles los contenidos de los grandes temas de la disciplina psicológica, sino que logra el suficiente reconocimiento científico para convertirse en un texto ampliamente difundido, sobre todo, en las enseñanzas medias de aquel momento. Concretamente, en su prólogo de 1956 se recoge lo siguiente: “Por lo demás, que realmente esta Psicología está acomodada a las inteligencias juveniles, lo comprueba el hecho de que desde 1929, en que se publicó la primera edición, está de texto en algunos Institutos Nacionales, en bastantes Escuelas Normales de Maestros y Maestras, en no pocos Colegios particulares y en muchos Seminarios de uno y otro Clero”. (J. P. Bulnes, 1956, p.1) Del conjunto de la publicación, nuestro trabajo se ha centrado en destacar precisamente una de sus lecciones titulada como Teoría general de la conciencia. Límites y grados de la misma, Bulnes (1956, pp. 21-29). En ella, el autor no sólo realiza una síntesis completa sobre 85 el tema de la conciencia, a modo de conclusión; sino que se identifícan nítidamente ciertas analogías con una de las teorías más actuales sobre la conciencia. Concretamente, con la propuesta que B. Baars desarrolla a través de su obra A Cognitive Theory of Consciousness (1988) y que ampliamente queda detallada en anteriores trabajos (Mora y Porras, 2005). Así pues, nuestro interés se centra en traer a la actualidad la citada publicación; no sólo para subrayar la calidad de dicho trabajo, su relevancia científica y pedagógica; o bien para analizar las posibles analogías con trabajos más actuales; sino también para no caer en el error del olvido, o como diría M. Michelle (2000, p.9) “en el desprecio por la historia”. Y es que en el reconocimiento de la figura de este profesor de Psicología experimental, cabría afirmar que la labor docente de Bulnes (1929) ayudaría a consolidar el crecimiento y desarrollo del estudio de la Psicología en España. Puestos a buscarle correlatos con otros Colegios Actuales, dedicados al estudio de la Conciencia (Mora y Porras, 2005a) el antecedente más evidente sería el propio W. James, entre los clásicos, y B.J. Baars, entre los contemporáneos, enlazando con otros trabajos previos nuestros sobre este proceso psicológico (Mora y Porras, 2005b). Referencias bibliográficas Baars, B. (1988). A Cognitive Theory of Consciousness. Cambridge, MA: Cambridge University Press. Bulnes, J.P. (1929, 1ª; 1956, 11ª). Psicología. Madrid: Razón y Fe. Bulnes, J.P. (1947). La filosofía del deber. Madrid: Razón y Fe. López Piñero, J. M. (1972).El análisis estadístico y sociométrico de la literatura científica. Valencia: Facultad de Medicina, Centro de Documentación e Información Médica. Mora, J,A. y Porras, B. (2004). Colegios invisibles más importantes en el estudio de la Conciencia. Revista de Historia de la Psicología, 25(4), 155-168. Mora, J.A. y Porras, B. (2005a). La recuperación de la Conciencia como representación teatral: Análisis comparativo de las concepciones de la Conciencia en W. James y B.J. Baars. Revista de Historia de la Psicología, 26 (2-3), 122-131. Mora, J.A. y Porras, B. (2005b). Desde la Neurona a la “memoria de trabajo”. Análisis histórico de las concepciones neurocientíficas sobre la Conciencia. Revista de Historia de la Psicología, 27(2-3), 323-333. 86 Richelle, M. (2000). El renacimiento de la Conciencia: Olvidos y omisiones de la historia. Boletín Informativo de la Sociedad Española de Historia de la Psicología, 25, 2-9. 87 Emilio Mira y y Lopez (1896-1964): la psicología al servicio de la ley Valeria de Palo Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia) [email protected] Palabras clave: Psicología jurídica, formación profesional. Durante el Congreso de Psicología Aplicada que tuvo lugar en Roma en 1958 Emilio Mira y Lopez, el psiquiatra y psicólogo más famoso del mundo de habla española del siglo XX, presentó un informe titulado La psychologie dans la formation du magistrat. Era la primera vez que se enfrentaba a semejante cuestión, si bien tenía una larga historia; se inspiró en el libro Manual of Juridical Psychology publicado en 1932 que constituye uno de los pocos libros de ese tema que aparecieron en Europa. Resultado tanto de su trabajo en el Institute Professional Guidance, del que fue director, como de las lecciones de medicina legal que dictó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Barcelona, el libro trata sobre la prevención de la delincuencia y la rehabilitación social de los criminales y se basa en estrechas y acertadas conexiones entre psiquiatría y Psicología Jurídica. No es casual que él se dirigiera a los jueces para dotarlos de aquellos elementos de la psicología que son estratégicos y útiles para la eficacia de sus intervenciones. Pero el póster del 1958 era mucho más. De hecho, el tema al que se refiere es el mismo al que Mira había dedicado una atención especial: la formación profesional. En el mismo periodo del congreso romano, aún siendo director del "Instituto de Seleção e Orientação Profesional" de Rió de Janeiro, Secretario General del Psychotechnique Brazilian Association y vicepresidente del Atlantic Region of the Inter-American Society of Psychology, él siguió la misma línea de su investigación empezada en España y que consideraba la orientación profesional como una actuación científica destinada a formar las habilidades de cada persona de manera que logre obtener, con menor esfuerzo, el máximo provecho y satisfacción para sí y para la sociedad, según el ajuste científico del quehacer al ser. Era precisamente con este espíritu con el que Mira se enfrentaba al problema de la formación del juez, en dónde – según su denuncia – faltaban disciplinas como la sociología, la antropología cultural, la psicología normal y patológica, la salud mental y la ecología. Sólo muy pocas universidades aseguraban algunos cursos de psicología, con el resultado de que los jueces no conocían los conflictos, las 88 pasiones, las pulsiones y las presiones socio-económicas. Esencialmente, para dictar condenas justas, ya que todos los hombres y todas las situaciones no son iguales, era necesario no sólo conocer el ordenamiento jurídico vigente, sino también conocer: los hechos que juzgar, la personalidad y las motivaciones de las personas acusadas, los antecedentes de las acciones criminales, las consecuencias sociales de dichas acciones. El debate planteado por este artículo fue muy animado, tal vez el más animado de todo el Congreso. Fue empezado por el italiano Cesare Musatti, que recordaba cómo el Código de Procedimiento Penal Italiano permitía hacer, si fuera necesario, una peritación psicológica, que de todas maneras no preveía ni el conocimiento de los procesos psíquicos que habían dado lugar al acto criminal ni el análisis de la personalidad del reo. Estas limitaciones se justificaban por el hecho de que la evaluación quedaba a discreción del juez de manera que, concluyó Musatti, “el verdadero experto en psicología era el mismo juez” (Musatti, 1958, p.591). Musatti expresó serias dudas sobre la cuestión: ¿cómo podía ser un juez igualmente experto en derecho y en psicología? ¿cómo podía separar su opinión jurídica, que tenía que ser necesariamente imparcial, de su juicio humano, que podría ser influido por la implicación emocional de las condiciones psico-sociales del reo? En consecuencia, el castigo, considerado por Mira en términos reparativos, era juzgado por Musatti muy optimista: el castigo, en vez, tenía que ser “una verdadera aflicción hecha a aquel que había violado la ley: [...] gracias a ella se podía restablecer el equilibrio que se había quebrado por la misma violación de la ley” (Musatti, 1958, p.592). A las otras intervenciones de los italianos P. Veltri y D. Ruosi y del francés A. Goldenberg, que merecen una atención especial por ser significativas en el contexto europeo general en el que la cuestión se estaba moviendo en aquellos años, Mira respondía que, más allá de cada punto de vista, había pruebas de que el número de los delincuentes aumentaban de tal manera que las cárceles estaban superpobladas. Por lo tanto se tenía que hacer algo. Se destacó, así, el hombre de acción! Referencias bibliográficas García, E., Arbulu, E., & Carpintero, H. (1992). Las acusaciones contra Emilio Mira y López. Un episodio lamentable en la Historia de la Psicología. Revista de Historia de la Psicología, 13, 2-3, pp. 459-470. 89 Lafuente, E. & Mira, M. (1998). Psicologia y Medicina (últimas conferencias de Emilio Mira y Lopez). Madrid: UNED & University of Barcelona. Mira y Lopez, E. (1966). Manuale di psicologia giuridica (Ital. Trans.). Firenze: Giunti Barbèra. (Original work published 1932. Mira y Lopez, E. (1998). La psychologie dans la formation du magistrat. In E. Gundlach, Applied Psychology. Volume 13: The Thirteenth Congress Rome 1958 (pp. 585-590; 597-600). London-New York: Routledge. (Original work published 1958). Munné, F. (1997). Emilio Mira y López, primer psicólogo jurídico de España. Revista de Psicología General y Aplicada, 50, 2, pp. 245-249. Musatti, C. L., Veltri, P., Ruosi, D., & Goldenberg, A. (1998). Discussion sur le rapport du Prof. E. Mira y Lopez. In E. Gundlach, Applied Psychology. Volume 13: The Thirteenth Congress Rome 1958 (pp. 590-597). London-New York: Routledge. (Original work published 1958). 90 La psicología de Abuchafar Abentofáil: Una reivindicación necesaria José L. Zaccagnini Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Abuchafar Abentofáil, Historia de La Psicología en España, Historia de la Psicología. En esta comunicación se pretende reivindicar las importantes y pioneras aportaciones psicológicas de Abuchafar Abentofáil médico y filósofo andalusí, nacido en Guadix (Granada) antes de 1110, y fallecido en Marrakech (Marruecos) en 1185. Maestro de Averroes, su pensamiento recibe notables influencias de Avicena y del sufismo de Algacel. Su obra más importante, es “El Filosofo Autodidacto” que ejerció notable influencia en Europa tras su primera traducción latina de 1671 y posteriores reediciones y nuevas traducciones a los largo de los siglos siguientes. En esa obra el autor describe la evolución intelectual de un niño que queda solo en una isla desierta (lo que luego sería inspiración para el Robinson Crusoe). El niño, alimentado por una gacela, se desarrolla y reflexiona sobre la realidad en que vive, hasta llegar al descubrimiento de la necesaria existencia de “Alá”, es decir, de un Dios creador y regulador del mundo. Para ello describe una parábola de pensamiento deductivo plagada de referencias psicológicas. Tras esta elaboración personal el protagonista, ya adulto, se encuentra con la civilización y se produce un choque intelectual, que le hacer criticar algunos de los extremos de la civilización y, finalmente le, lleva a volverse a su soledad. Desde la perspectiva psicológica el texto presenta importantes aportaciones originales y pioneras respecto de la naturaleza y función de los procesos evolutivos y cognitivos, así como sobre lo que hoy día llamamos Psicología Positiva. Estas aportaciones, no solo resultan realmente asombrosas para la época en que se escribieron, sino que incluso aportan sugerencias que siguen siendo de utilidad. Y, en cualquier caso, el pensamiento de Abuchafar Abentofáil supone una perspectiva fresca y novedosa de abordar algunas de las cuestiones psicológicas clave, lo que nos permite discutirlas de una forma provechosa. Sin embargo la figura de Abuchafar Abentofáil apenas si ha sido reconocida, y su pensamiento no ha recibido la suficiente 91 atención por parte de la comunicad psicológica española. De manera que esta comunicación quiere reivindicar su figura y fomentar el estudio de su pensamiento. Referencias bibliográficas Cruz Hernández M. (1999) El pensamiento en AlAndalus (Siglos IX.XIV) Madrid: Alianza Editorial http://es.wikipedia.org/wiki/Ibn_Tufail Ibn Tufayl, Abu Bakr, (S.XII) El filósofo autodidacto [Risala Hayy ibn Yaqzan], Editorial Trotta: Madrid, 1995 (3ª edición 2003). Urvoy, D. "The Rationality of Everyday Life: The Andalusian Tradition?(996) (Aropos of Hayy's First Experiences)", in Lawrence I. Conrad (1996), The World of Ibn Tufayl: Interdisciplinary Perspectives on Ḥayy Ibn Yaqẓān, pp. 38–46 Vernet, J. (2001) Lo que Europa debe al Islam de España. Madrid: Ed. El Acantilado. 92 Una ventana a la libertad: La Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias de Sevilla (1869-1874) Manuel Mateos, Mercedes García, Cristina Barbadillo, Natividad Sánchez y Gabriel Ruiz Ortiz. Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: Antonio Machado y Núñez, Federico de Castro, Revista Mensual, Sexenio Democrático, darwinismo, krausismo, positivismo. Tras la Revolución de 1868 se iniciaron una serie de cambios en la sociedad española que sirvieron de caldo de cultivo para la expansión de las corrientes de pensamiento vanguardistas de la época, entre las que destacaron particularmente el krausismo y el darwinismo. Andalucía no fue ajena a estas transformaciones y Sevilla, particularmente, las vivió con una especial intensidad. La ciudad y su Universidad vivieron un resurgir científico y cultural, animado por la labor de un grupo de intelectuales liderados por Antonio Machado y Núñez (1815-1916) y Federico de Castro Fernández (1834-1903), catedráticos de Mineralogía y Zoología y Metafísica de la Universidad Hispalense, respectivamente. Machado y Núñez y de Castro tuvieron un papel muy relevante en la fundación de diversas instituciones científicas y culturales, como la Sociedad Antropológica de Sevilla (1871) y el Ateneo Hispalense (1879). Asimismo, participaron activamente en la fundación de periódicos, como El Hispalense, periódico de intereses generales, ciencias, artes y literatura (1870-1871), y revistas, en especial la Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias (18691874), que se convirtieron en foros de divulgación de sus trabajos e intereses científicos y filosóficos. En este trabajo centraremos nuestra atención en la Revista Mensual, una publicación de carácter generalista, comprometida con el ideario de la Revolución de 1868. En sus páginas aparecieron publicados extractos de las obras de Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832), algunos de ellos traducidos por Francisco Giner de los Ríos (1839-1815), trabajos de diferentes krausistas, como Joaquín Sama (1840-1895) y el propio Federico de Castro, o los artículos que Machado y Núñez dedicó al análisis del pensamiento de distintos autores evolucionistas, como Charles Darwin (1809-1882), Herbert Spencer (1820-1903) y Ernst Haeckel (1834-1919). Nuestro objetivo 93 es realizar un análisis cuantitativo de la Revista Mensual, para entender el papel que esta publicación jugó en la difusión de estas nuevas corrientes de pensamiento. Referencias bibliográficas Aguilar, E. (1990). Cultura popular y folklore en Andalucía. Los orígenes de la Antropología. Sevilla: Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla. Asiento de la trayectoria académica y de los servicios prestados por el catedrático Antonio Machado y Núñez. Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Legajo 1005-1. Baltanás, E. (2006). Los Machado: una familia, dos siglos de cultura en España. Sevilla: Fundación José Manuel Lara. Cano, J. M. (1993). La ciencia en Sevilla (siglos XVI-XX). Sevilla: Publicaciones de la Universidad de Sevilla. Glick, Th. F. (1982). Darwin en España. Barcelona: Ediciones Península. Núñez, D. (1977). El darwinismo en España. Madrid: Castalia. Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias de Sevilla. Tomo I, II, III, IV, V y VI. Sevilla: Imprenta de Gironés y Orduña, 1869-1874. 94 Orígenes de la plasticidad cerebral: Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) y la gimnasia cerebral Juan Manuel Gutiérrez Trigo, Belén Villalba Segovia y Gabriel Ruiz Ortiz. Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: Plasticidad cerebral, Santiago Ramón y Cajal, gimnasia cerebral, neurona. El presente trabajo pretende aportar luz sobre el verdadero origen del fenómeno de la plasticidad cerebral. Mucha de la literatura especializada consultada al respecto remonta sus orígenes a autores como Donald O. Hebb en los años cuarenta y cincuenta, a los seguidores de sus estudios, Mark R. Rosenzweig y Arnold L. Leymnan, en los años sesenta o incluso a autores como Torsten Wiesel y David H. Hubel en los recientes años ochenta del pasado siglo. Sin embargo, los estudios de carácter histórico nos permiten remontarnos al siglo XIX. Aunque se han encontrado las primeras referencias a la plasticidad a partir de 1890, fue Santiago Ramón y Cajal quien en el año 1888 demostró la independencia de la neurona y quien en 1890 describió la evolución del cono de crecimiento axonal, mecanismo inexcusable en las habilidades plásticas del sistema nervioso central. Nuestro trabajo reivindica la importancia de la obra de Cajal en el origen del fenómeno de la plasticidad cerebral ya que solo fue posible entender la significación fisiológica de dicho fenómeno una vez que Cajal realizó sus descubrimientos histológicos. De hecho así lo describió en sus artículos “El nuevo concepto de la histología de los centros nerviosos” (1892) y “Consideraciones generales sobre la morfología de la célula nerviosa” (1894). Además, aunque algunos textos parecen indicar que el Nobel español pudo convertirse en un detractor de la plasticidad cerebral, el presente trabajo mostrará, sin embargo, que Cajal durante toda su trayectoria científica fue, de forma continuada, un apasionado defensor de este concepto. Referencias bibliográficas De Felipe J. (2006). Brain Plasticity and mental process: Cajal Again. Nature Review Neuroscience, 7, 811-817. 95 Finger S. (2001). Origins of Neuroscience. Oxford: Oxford University Press. Ramón y Cajal S. (1892). El nuevo concepto de la histología de los centros nerviosos. Revista de Ciencias Médicas de Barcelona, 16, 20, 22 y 28, 361-376, 457-476, 505-520, 529-541. Ramón y Cajal S. (1894) Consideraciones Generales sobre la morfología de la célula nerviosa. La Veterinaria Española. Revista Profesional y Científica, 1320, 1321 y 1322, 257-259, 273-275, 289-291. Ramón y Cajal S. (1899-1905). Textura del Sistema Nervioso del Hombre y los Vertebrados. Madrid: Imprenta y Librería de Nicolás Moya. 96 El Psicóscopo: una nueva metáfora de la mente Clara Méndez Hernández, José Quintana Fernández y Florentino Blanco Trejo. Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Didáctica de la psicología, metáfora, historia de la psicología, España. Entre los años 1870 y 1876, D. Mariano Pérez de Olmedo desarrolla sus labores como catedrático numerario de Psicología, Lógica y Ética en el Instituto de Segunda Enseñanza de Palencia (Pérez de Olmedo, s/f). Con el fin de facilitar a sus alumnos la comprensión de la actividad mental humana, diseña un artefacto que denomina psicóscopo, y que, como su nombre indica, permite “observar” las estructuras y los procesos mentales. El psicóscopo fue premiado en la Exposición Universal de Filadelfia, en 1876, y fue también presentado en la Exposición Universal de París, en 1878 (Anónimo, 1877, Santos, 1880). En 1876 se traslada al Instituto de Málaga, y todo parece indicar que a partir de entonces sus intereses se amplían, para incluir tareas relacionadas con la catalogación del patrimonio histórico de la provincia. El psicóscopo pretende complementar las explicaciones sobre el funcionamiento de la mente humana contenidas en el manual de Psicología que Pérez de Olmedo había editado alrededor de 1871, nada más acceder a la cátedra de Palencia (Pérez de Olmedo, 1871). En este trabajo intentaremos reconstruir la lógica del funcionamiento del psicóscopo, siguiendo para ello las instrucciones que Pérez de Olmedo incluye en el texto que acompaña al aparato para su presentación en la Exposición Universal de Filadelfia. El psicóscopo, por lo demás, permite materializar la inevitable naturaleza metafórica del conocimiento psicológico, que ha dado lugar a una línea de fundamentación epistemológica de la disciplina extremadamente fructífera y a la que este trabajo pretende contribuir (Quintana, 1990; Leary, 1990; Soyland, 1994; Blanco, 2002). Referencias bibliográficas Anónimo (1877) Lista de aparatos premiados en la Exposición de Filadelfia. El Magisterio Español, 604 (XI). 30 de Abril de 1877. 97 Blanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente. Madrid: Machado Leary, D. (1990) Metaphors in the History of Psychology. New York: Cambridge University Press. Pérez de Olmedo, M. (1871) Elementos de Psicología, Lógica y Filosofía Moral (3ª Edición ampliada). Málaga: El Cronista. Pérez de Olmedo, M. (s/f) Expediente personal. Archivo General de la Administración. Quintana, J. (1990) Modelos científicos de la Psicología. Una perspectiva histórica. Conferencia Inédita. Ateneo de Madrid. Santos, J.E. (1880) España en la Exposición Universal celebrada en París en 1878 (Tomos I y II). Madrid: Imprenta y Fundición de Manuel Tello. Soyland, J. (1994) Psychology as Metaphor. London: Sage. 98 Elementos para una historia oral sobre el desarrollo del paradigma cognitivista en España Pablo Alonso Sobrino, Alejandro Barranco Fernández y Iñigo Barranco Fernández. Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Historia de la Psicología Española, psicología cognitiva, historia oral. Nuestro trabajo tiene como objetivo analizar diferentes relatos sobre el desarrollo del paradigma cognitivista en España a fin de elaborar una historia oral sobre el mismo. Como punto de partida, y teniendo presente el carácter parcial y constructivo (Brescó de Luna, 2010) de los relatos de los protagonistas de esta historia, hemos querido tomar como referencia un artículo de Juan Antonio Vera: "Los orígenes de la psicología cognitiva en España. Una historia provisional" (Vera, 2003), que pretendemos, nos sirva como guía para realizar este trabajo. También hemos consultado algunos textos del momento histórico a tratar (ver, por ejemplo, Delclaux y Seoane, 1982) para comprender mejor la manera en la que se articula la retórica fundacional del paradigma. Con este fin, hemos comenzado una ronda de entrevistas a personajes que, creemos, tuvieron un papel relevante en el desarrollo de este paradigma a nivel nacional. A lo largo de estas entrevistas, se pidió a los entrevistados que recordaran de la manera más libre y espontánea posible cuáles fueron los acontecimientos, personajes e instituciones más destacados en esta historia (Blanco, Huertas y Rosa, 1996), con el fin de que elaboraran su personal visión de aquellos acontecimientos teniendo en cuenta el carácter reconstructivo de sus recuerdos (Bartlett, 1967). Con este trabajo pretendemos matizar la historia ya conocida del desarrollo del cognitivismo en España, dotándola de una dimensión subjetivada de la que hasta ahora carecía, con el fin de hacerla más comprensible y más rica en cuanto a matices sobre los propios hechos que la constituyen y que nadie puede narrar como los protagonistas de la misma. 99 Referencias bibliográficas Bartlett, F.C. (1967) Remembering. A study in experimental and social psychology. University Press. Blanco, F., Huertas, J.A., Rosa, A. (1996) Metodología para la Historia de la Psicología. Madrid: Alianza editorial. Brescó de Luna, I. (2010) Dando forma al pasado: una investigación sobre el posicionamiento identitario de los sujetos en la interpretación y (re)construcción narrativa de eventos históricos. Tesis doctoral. Director: Rosa, A. Delclaux, I. y Seoane, J. (1982) Psicología cognitiva y procesamiento de la información. Madrid. Ediciones Pirámide. Vera, J.A. (2003) Los orígenes de la psicología cognitiva en España. Una historia provisional. Revista de Historia de la Psicología. Vol. 24, 2. págs. 317-353. 100 Teoría y práctica de la hipnosis en Julio Camino Galicia. Una aproximación. Mª Luz M. Fernández, Francisco Martos y Florentino Blanco. Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: historia de la psicología española, hipnosis, psiquiatría militar, sugestión. Julio Camino (1882-1956) fue un célebre médico psiquiatra militar zamorano, cuyas posibles aportaciones a la historia de la cultura psicológica española ya han sido valoradas por Bandrés y Llavona (1998). Entre otros cargos, Camino fue nombrado Jefe Técnico de la Clínica Psiquiátrica Militar de Ciempozuelos y profesor de Psiquiatría en la Academia de Sanidad Militar. Una de sus aportaciones más relevantes al ámbito de la psicología militar fue su propuesta de modificación del proceso de selección del personal, intentando ponderar adecuadamente la importancia de los aspectos psicológicos. Camino se dio cuenta de que un soldado moral o psicológicamente sano era un soldado más fuerte. Pero, tal vez, el motivo por el que Camino merece más atención tiene que ver con sus aportaciones a la teoría y a la práctica clínica de la hipnosis. Este poster se propone trazar el perfil general de sus aportaciones en este ámbito, aportaciones que se proyectaron al menos en dos volúmenes (Camino, 1919; 1928), en un buen puñado de artículos en revistas especializadas (por ejemplo, Camino, 1912; 1914; 1915, 1916) y en una nutrida actividad pública. Muy influido por la escuela francesa (fue miembro de la Societè de Psychologie, d’Hypnologie et de Psychoterapie de París) entiende la hipnosis como un estado de sugestión profunda que hace que el sujeto lleve a cabo inconsciente y automáticamente cualquier acción que le sea encomendada. Referencias bibliográficas Bartlett, F.C. (1967) Remembering. A study in experimental and social psychology. University Press. Blanco, F., Huertas, J.A., Rosa, A. (1996) Metodología para la Historia de la Psicología. Madrid: Alianza editorial. Brescó de Luna, I. (2010) Dando forma al pasado: una investigación sobre el posicionamiento identitario de los sujetos en la 101 interpretación y (re)construcción narrativa de eventos históricos. Tesis doctoral. Director: Rosa, A. Delclaux, I. y Seoane, J. (1982) Psicología cognitiva y procesamiento de la información. Madrid. Ediciones Pirámide. Vera, J.A. (2003) Los orígenes de la psicología cognitiva en España. Una historia provisional. Revista de Historia de la Psicología. Vol. 24, 2. págs. 317-353. 102 TEORÍAS Y ESCUELAS PSICOLÓGICAS 103 104 Developmental Psychology as the newly emerged science in Russia (at the turn of the 20th century) Elena Minkova Volzhsky State Engineering and Pedagogical University (Rusia) [email protected] Key words: History of developmental psychology, Russia, pedology, ideology, methodology. In Russia the formation of developmental psychology as an independent branch of psychological knowledge coincided with the birth of experimental psychology as a science.The main objective prerequisite for its foundation was the idea of development that had come from biology. The other equally important condition contributing to the establishment of developmental psychology that emerged in Russian society at that time was the urgent need to take psychological knowledge into account in the educational process. It can be noted that psychologists and teachers in Russia took part in intensive theoretical, methodological and scientific-organizational activities. The development of methodological research in child development took a new step, when in 1901 the first laboratory of experimental educational psychology under the leadership of Nechaev opened in St. Petersburg. Nechaev’s laboratory helped scientists study the characteristics of the following phenomena: attention, mental abilities of pupils, and basics of the psychological process of reading. One of Nechaev's associates was Lazursky, who developed the method of natural experiment. The essence of this method lies in a combination of the advantages of observation and laboratory experiments. Lazursky believed that during the process of natural activities, for example, during a game, the researcher can set certain conditions which will result in a child behaving in such a way that will allow researchers to observe characteristic features of that particular child. In 1904 the first pedagogical courses were opened at the University in St. Petersburg. The main subject of those courses was education and the person as an object of that education (following Ushinsky's ideas). Those courses covered a wide range of questions of child education, such as: pedagogy, anatomy, general physiology, nervous and mental pathology, the study of defective children, child hygiene, criminal anthropology, the psychophysiology of sensory 105 organs, experimental psychology, child psychology and comparative psychology. There was also a range of lessons devoted to studying different methods of psychological experiments: basic statistical methods and experimental method (the correction of defective speech). In 1907 Bechterev became an initiator of the foundation of two Institutes – the Pedological and the Psychoneurological. The Pedological Institute set the following targets: to study children's behaviour with the help of objective methods of research and in close connection with the main tasks of education. The Psychoneurological Institute ensured that future teachers, doctors and lawyers received psychological training. In 1908 a Froebel Institute was set up in Kiev; it prepared specialists in child education. There were also two laboratories in the Institute. In 1910 in St. Petersburg Nechaev founded the Experimental Pedagogical Association. This association studied child psychology using the methods of natural science and also tried to understand the natural laws of children's intellectual development. During that period several Psychological Congresses took place (five in total), the first in 1906, the last in 1916. The main directions in developmental psychology of that period were: • The psychophysical development of a child. Scientists of that period were following Sechenov’s idea of the importance of the environment that could have either positive or negative effects on a person’s development. Games played a major role in the development of a child and Sicorsky, Lesgaft and Kapterev highlighted that fact in their works. They suggested that games were not just fun for children, but had an important task in helping a young person to learn how to think. A toy had the first place in the process of playing and had to meet hygienic requirements. • The influence of a family on development and the role of a family during the first year of a child. Lesgaft formulated the following principles of education within a family: 1) Parents had to provide their children with good living conditions (from the hygienic point of view). 2) Parents always had to remember that a child is a small person who has the same rights as an adult. • The role of literature in a child's life. From Kapterev’s point of view literature could influence children’s development in the same way as parents’ upbringing. Children tend to imitate 106 book characters – so it was essential that parents made a good choice of books. References Kapterev, P.F. (1883). Pedagogicheskaja psihologija [Educational Psychology]. St. Petersburg: Gub.tip. Lazursky, A.F. (1918). Estestvennii eksperiment i ego shkol’noje primenenije. [A natural experiment and its school application.] Petrograd: Tipographija Rikkera. Nechaev, A.P. (1901). Sovremennaja psihologija v ee otnoshenii k voprosam shkolnogo obushenija. [Modern experimental psychology in its relation to issues of schooling.] St. Petersburg: Tipographija Skorohodova. Nechaev, A. P. (1902). Nabludenija nad razvitijem interesov i pamati rebenka v vozraste ot 7 do 16 let. [The observation of children’s interests and the work of their memory from the age of 7 to 16.] St. Petersburg: Tipographija Bogdanova. Nechaev, A.P. (1925). Rukovodstvo k eksperimrntal’nomu issledovaniju detei doshkol’nogo i shkol’nogo vozrasta. [Guide to experimental psychological investigation of children of preschool and school age.] Moscow. Nechaev, A.P. (1990). Zapiski psihologa. V kn. Istorija stanovlenija i razvitija eksperimental’no-psihologicheskih issledovanii v Rossii. Sb. nauchnih trudov. [Notes of a Psychologist. In: History of establishment and development of experimental psychological research in Russia.]. Moscow: Sat scientific publications. Sikorsky, I.A. (1909). Psihologicheskije osnovi obuchenija i vospitanija [Psychological foundations of education and training]. Kiev: Lito-tip.Kushnerev. Ushinsky, K.D. (1867). Chelovek kak predmet vospitanija. Opit pedagogicheskoj antropologii. [Man as a matter of education. Experience in teaching anthropology.] St. Petersburg: Tipographija Kotomona. 107 Scientific heritage of Graham Wallas (1858-1932) in the light of modern social psychology Marina Arinina Volzhsky State Engineering and Pedagogical University (Rusia) [email protected] Key words: G.Wallas, history of social psychology. Graham Wallas (1858-1932) was a British social psychologist, political scientist and educationalist. A British historian of psychology L.Hearnshaw called G.Wallas, along with W.McDougall, the pioneer of social psychology in the United Kingdom. The central scientific problems in G.Wallas’ socio-psychological theory were the the relationship of man and social environment, the correlation of biological and social factors in human nature, group psychology and the study of human dispositions. G.Wallas concidered the problem of the relationships of a person and social environment in terms close to what is called in modern psychology “mechanism of identification-isolation”. G.Wallas himself did not use these particular terms and strictly speeking, identification cannot be understood simply as the desire to communicate, and isolation is not just the urge to solitude. However he pointed at the correlation of these two opposite human inclinations that influence human social behaviour and the quality of a person’s interaction with other people. V.Mukhina writes, “Identification and isolation – are the two equally important and at the same time dialectically contradictory elements of the single mechanism, developing personality and making the person psychologically free” (Mukhina, 2007). The adequate correlation of the two elements provides successful socialisation of a person in a social group and society as a whole. And this is what G.Wallas was trying to propone. But he understood this mechanism from the point of view of person’s adaptation to social environment, and in terms of stimulus-reaction, that is the behaviouristic approach. G.Wallas was also interested in the study of the quantitative aspect of person-evironment interaction. G.Allport considered that in their comprehensive study of human nature social psychologists should eventually come to the connection of the biological and social in people. And this, as M.J.Wiener points out, makes the ideas of G. Wallas “though outdated, far from irrelevant” (M.J.Wiener, 1971, p.114). The question, how exactly the biological and social factors interact in a 108 person, and in what proportion, was one of the key issues in Wallas’ conception of social psychology. The scientist was sure that both factors were equally important. Modern Russian social psychologist L.G.Pochebout thinks, that in the beginning of the 21st century the scientific interest to the problem of interrelation of social, biological and psychological factos in social behaviour has risen again. In his his study of group psychology G.Wallas one of the first attempted to classify social groups and suggested the quantitative criterion for it. This approach is quite justified and is still used in modern social psychology (B.Grushin, B.Parygin, B.Porshnev) as socio-psychological phenomena often differ depending on the number of people in a group. G.Wallas was one of the first to focus on the characteristics and mechanisms of interaction between people in large communities. G.Wallas also raised the question of the characteristics of group decision making in small groups. He saw it in the context of joint thinking and suggested ways of improving co-thinking in the group. In modern social psychology this phenomenon is considered within the study of group dynamics. Expressed in terms of modern social psychology, G.Wallas was a supporter of a consensus procedure in group decision making, which is considered the most appropriate one in modern psychology (Meizhis, Pochebout, 2009, p.211). The concept of disposition is used today both in social psychology and other branches of psychology. G.Wallas was one of the first to develop this idea. N.Hayes and P.Stratton give the following definition of disposition: “A tendency to behave in a particular way. When used by developmental or clinical psychologists the term emplies an inherited tendency and is used interchangebly with predisposition. When used in the context of motivation and personality it is a general term for any relatively subtle behavioural tendency and no genetic basis is emplied” (Hayes, Stratton, p.80). As we can see, the understanding of the term “disposition” in modern psychology varies, but is used in the context of person’s interection with environment, like Wallas emplied it. G.Wallas thought that human dispositions can be innate. In this he was close to modern clinical psychology point of view. G.Wallas proponed many fruitful ideas but unfortunately his sociopsychological heritage was largely forgotten. Today the works of G.Wallas still need a closer analysis. 109 References Hearnshaw, L.S. (1964). A Short History of British Psychology 18401940. New York: Barnes & Noble Inc. Meizhis, I.А., Pochebout, L.G. (2007). Social psychology of social development, (in 2 volumes). Vol. 2. Кiev: Millennium. Mukhina, V.S. (2007). Developmental psychology. Мoscow: Academiia. Pochebout, L.G. (2005). Social communities: psychology of crowd, society, ethnos. St. Petersburg: St. Petersburg State University Press. Stratton, P and Hayes, N. (1999). A Student’s dictionary of psychology. NY: Oxford University Press. Wallas, G. (1910). Human nature in politics. London: A. Constable and Co. Wallas, G. (1921). Our social heritage. London: G. Allen & Unwin. Wallas, G. (1967). The Great Society. A Psychological Analysis. Lincoln University of Nebraska Press. (original edition 1914). Wiener, M.J. (1971). Between two worlds: the political thought of Graham Wallas. Oxford: Clarendon Press. 110 Evolución histórica de los intereses científicos de Martin E. P. Seligman Laura García-Vega Redondo y Luis García-Vega Universidad Complutense de Madrid [email protected] Palabras clave: resiliencia. Indefensión aprendida, optimismo, felicidad, Sin duda, Seligman puede ser considerado como uno de los autores que más temas ha estudiado en la psicología. En cierto modo, se parece a los pioneros de la psicología científica, cuyos intereses abarcaban prácticamente todo lo que era la psicología. Pero mientras los esfuerzos de estos se centraron mas en sistematizar los contenidos de la psicología, quedándose generalmente en los umbrales del conocimiento de cada uno de ellos, Seligman investiga a fondo una cuestión detrás de otra, aunque dejando algunas de ellas en el escenario de la polémica, porque él mismo confiesa que después de interesarse plenamente sobre lo que esta trabajando, lo deja incompleto. Sin duda, Seligman es un aventurero de la psicología. Seligman ha estado muy interesado por la mente del ser humano después de leer en la adolescencia un trabajo de Freud, Conferencias de Introducción al Psicoanálisis. La enfermedad de su padre le va a llevar a un tema de importancia trascendental, la indefensión aprendida. Con esta inquietud de fondo comienza a trabajar en el laboratorio de Solomon en la Universidad de Pensilvania, junto con Overmier y después de un intenso trabajo deja algunas cuestiones sin resolver acerca de este tema, pues su interés se va a desviar hacia otras patologías humanas. En la década de los 80 del siglo pasado, Seligman padece una profunda depresión a consecuencia de un divorcio doloroso de su primera esposa. Pero, aunque Seligman no es optimista, el mismo confiesa ser pesimista por naturaleza, en 1982 se le ocurre la idea de trabajar sobre el optimismo, como antídoto contra la depresión. Posteriomente aplica esta idea a diferentes áreas: ventas, aulas militares, deporte, política, niños. El optimismo será la semilla de la psicología positiva, término que va a utilizar Seligman en 1998, en su discurso presidencial ante la APA. El paso siguiente es construir cuestionarios con máxima objetividad para encontrar las fortalezas y debilidades de cada individuo, relacionadas con la idea de la felicidad 111 En todos sus libros propone una gran cantidad de anécdotas de su propia familia o de sus amigos, en especial en No puedo ser más alto pero puedo ser mejor (1993). Parece como si las grandes respuestas al porqué de las enfermedades las encontrase en pequeña escala, a una escala que no causa trastornos graves, en cualquier tipo de personas (Garber & Seligman (Eds.) 1980). En 1977 publicará Modelos Experimentales en Psicopatología (1977), que ampliará y corregirá en 1984, en su obra Abnormal Psychology (1984); también (1993) publicará sobre el mismo tema, en el que analiza el peso de la genética y lo modificable y no modificable en determinadas patologías, y un gran libro en el que reúne a los expertos de las enfermedades más importantes que aparecen en la adolescencia, Treating and Preventing Adolescent Mental Ealth Disorders. What We Know and What We don´t Know (2005), donde hace un análisis descriptivo de diversas patologías y también de las diferentes técnicas terapéuticas y farmacológicas que se están empleando en la actualidad, así como su funcionalidad. Otro interés de Seligman es el estudio de las guerras etnopolíticas, relacionado con la historia del pueblo de Israel, publicando en 2001, junto con Daniel Chirot, Ethnopolitical Warfare. Causes, Consecuences, and Possible Solutions, donde plantea la necesidad de la creación de una nueva profesión de la psicología denominada “guerras de carácter etnopolítico”. Ante la creciente amenaza terrorista, a la que es difícil combatir con procedimientos habituales hasta entonces, Seligman cree que la psicología tenía que dar respuesta a dos problemas ínter conexos: a) debilitar la resistencia del enemigo, y b) fortalecer el ánimo de las fuerzas propias, interesándose, en este sentido, en el concepto de resiliencia. Actualmente Seligman colabora con un amplio programa de formación militar en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos Referencias bibliográficas Abramson, L.Y., Garber, J., and Seligman, M.E.P. (1980). Learned helplessness in humans: An attributional analysis. In J. Garber and M.E.P. Seligman (Eds.), Human Helplessness. New York: Academic Press, 3-35. Buchanan, G., & Seligman, M. (Eds.). (1995). Explanatory style. Hillsdale, N.J.: Erlbaum. 112 Chirot, D., & Seligman, M. (Eds.) (2001). Ethnopolitical warfare: Causes, consequences, and possible solutions. Washington, D.C.: APA Press. Duckworth, A. L., Steen, T. A., & Seligman, M. E. P. (2005). Positive psychology in clinical practice. Annual Review of Clinical Psychology, 1(1), 629-651. Evans, D. L., Foa, E., Gur, R., Hendrin, H., O'Brien, C., Seligman, M. & Walsh, B.T. (Eds.). (2005). Treating and preventing adolescent mental health disorders: What we know and what we don't know. New York: Oxford University Press, The Annenberg Foundation Trust at Sunnylands, and The Annenberg Public Policy Center of the University of Pennsylvania. Garber, J., & Seligman, M. (Eds.). (1980). Human helplessness: theory and applications. New York: Academic Press. Gillham, J.E. (Ed). (2000). The science of optimism and hope: research essays in honor of Martin E. P. Seligman. Radnor, PA: Templeton Foundation Press. Lyubomirsky, S., Sheldon, K. M., & Schkade, D. (2005). Pursuing happiness: The architecture of sustainable change. Review of General Psychology, 9, 111-131 Maser, J., & Seligman, M. (Eds.). (1977) Psychopathology: Experimental models. San Francisco: W. H. Freeman. Peterson, C. (2006). A primer in Positive Psychology. New York: Oxford University Press. Peterson, C., & Seligman, M. (2004). Character strengths and virtues: A handbook and classification. Washington, D.C.: APA Press and Oxford University Press. Peterson, C., Maier, S., and Seligman, M.E.P. (1993). Learned Helplessness: A Theory for the Age of Personal Control. New York: Oxford. Peterson, C., Park, N., & Seligman, M.E.P. (2005). Orientations to happiness and life satisfaction: the full life versus the empty life, Journal of Happiness Studies, 6(1), 25-41. Rosenhan, D.L., & Seligman, M. (1984). Abnormal psychology. New York: W. W. Norton. Seligman, M. E. P. (1975). Helplessness: On Depression, Development, and Death. San Francisco: W.H. Freeman. Seligman, M.E.P. (1990). Learned Optimism. New York: Knopf. Seligman, M.E.P. (2002). Authentic Happiness: Using the New Positive Psychology to Realize Your Potential for Lasting 113 Fulfillment. New York: Free Press/Simon and Schuster. En español (2003). La auténtica felicidad. Barcelona: Vergara. Seligman, M.E.P., & Rosenhan, D.L. (1998). Abnormality. New York: W.W. Norton. Study Guide de Lisa D. Butler with Robert W. Garlan Seligman, M.E.P., Walker, E., & Rosenhan, D.L. (2001). Abnormal psychology. -(4th ed.) New York: W.W. Norton. Seligman, Martin E.P. (1995). No puedo ser más alto, pero puedo ser mejor. Qué puede cambiar de usted mismo con técnicas de autoayuda. Barcelona: Grijalbo. Teasdale, G. /1975). Acute impairment of brain function-1. Assessing ‘conscious level’? Nurs Times, 71 (24): 914-7. 114 The measure as proof of a full world: The role of psychophysics and panpsychism in Gustav Fechner’s daylight vision Arthur Arruda Leal Ferreira Universidade Federal do Rio de Janeiro (Brasil) [email protected] Key words: Panpsychism. Psicophysics, Daylight vision, Fechner Law, In a great part of History of Psychology texts, Gustav Fechner is celebrated as the author who made the difficult and long passage from the pre-scientific to the scientific stage of Psychology. This would have happened thanks to his psychophysical work, in which not only a psychological measure of sensations was proposed, but also included in a high complex general law, related to physical stimulus. Thanks to his contribution, exposed in his Elements of Psychophysics, Fechner (1966/1860) was considered as a kind of science superman whose life was devoted to “hard research” (BRINGMANN, BRINGMANN, MEDWAY, 1987). Nevertheless, if we take his writings as a whole, we notice that his work Elements of Psychophysics is an island amidst metaphysical, religious, and aesthetic problems. Without trying to see in the author an unsuspected unity, it is necessary to ask about the relations between Elements of Psychophysics and his metaphysical works (LOWRIE, 1946). Would there be in Fechner works a similar division as the assumed by the epistemologist Gaston Bachelard between a day work (epistemology) and a night work (aesthetic)? In this sense, would there be a “The Daylight View Opposed to the Night View” in fechnerian terms? Here Fechner gave a singular meaning to this opposition, very different from the bachelardian division. Because his daylight view represents a spiritual view in opposition to the sterile materialism of the night view. More than a division between science, religion, methaphysic and aesthetic, Fechner tried to constitute a single Cosmovision. However, this division in Fechner’s work will be established by a great number of authors in the History of Psychology, giving special attention to Boring (1950) classical work. More than separated, the non-scientific interests are omitted in the name of the current status of Psychology as a rigorous science. In Fechner’s case, his lifelong interest in psychical research, parapsychology and in supernatural phenomena is openly disparaged. Consulting the principal textbooks in the History of Psychology, such as Boring (1950), Klemm (1933), 115 Murphy (1960) and Brett (1963) ones, only the two latter authors do not place Fechner’s non-scientific interests together with biographical curiosity. In some cases, an inversion would take place, as the one performed by William James (1952/1890, 1977/1906), clearly against Fechner’s psychophysics, and at the same time respecting his religious work. For Latour (1994), this operation of scission, derogation, and omission in the history of one science reveals an asymmetrical principle between winners and losers. This principle becomes very complicated in the evaluation of an author’s works taken as a whole, as it tends to delete his obscure and non-triumphant conceptions. Without forcing some doctrinaire unity, one must take Fechner’s work as a whole, in order to preserve its tensions and questions. Inasmuch as one cannot separate the physicist Newton from the alchemist, since his Universal Gravitation Theory was based in the Attraction Theory of the Alchemy, one cannot separate Fechner’s psychophysik from his Daylight View. How can these two dimensions be articulated? The aim of this work is to restore the psychophysics in Fechner, breaking apart from the prevailing conception that views it a mere tool serving psychology’s scientific rigor. Bearing this in mind, this work attempts to place psychophysics as an empiric function of Fechner’s metaphysical and religious thought, the so-called “Daylight View”. For that, such philosophy will be analyzed in its components present in his metaphysical books, as the panpsychism hypothesis, the animist nature conception, the hierarchy of the souls, and the pantheist conception of God. A special case of this works is his “Spiritist Diary, that describes his observations in a series of séances with the American medium Henry Slade. This kind of psychical studies, common in the official psychology of the end of 19th & begin of 20th century, was justified by Fechner comparing the relation of these phenomena to the pathological ones. If the pathological phenomena is important for the understanding of our physiological and psychological life, psychical phenomena is crucial to comprehend our panpsychical existence. Finally, I will discuss the reasons that led to the exclusion of all these aspects in the historiography of psychology. References Boring, E. G. (1950) History of Experimental Psicology. New York: Appleton – Century – Crofts. Brett, G. S. (1963) Historia de la psicologia. Buenos Aires: Paidós. Brigmann, G., Brigmann, N. J., Medway, N. L. (1987) Fechner and the psychical research. In: Brozek, J., Gundlach, H. (ORG.) 116 Passauer Schriften zur Psychologiegeschichte nº- 6– G. T. Fechner and Psychology Passau: Passavia Universitätlsverlag. Fechner, G. (1966⁄1860) Elements of psychophysics. Holt, Rinehart, Winston, Inc., New York,. James, W. (1952/1890) Principles of Psychology. Chicago: Enciclopaedia Britannica. James, W. (1977/1906) Concerning Fechner (A Pluralistic Universe). In: McDermott, J. J. (Org.) The writings of William James. Chicago: Chicago University Press. Klemm, O. (1933) Historia de la Psicologia. México: Edicciones Pavlov. Latour, B. (1994). Jamais fomos modernos. São Paulo: Editora 34. Lowrie, W. (1946) Religion of a Scientist. New York: Pantheon Books. Murphy, G. (1960) Introducción histórica de la Psicologia contemporánea. Buenos Aires: Paidós. 117 La evolución de la intencionalidad de la conciencia: De la conciencia intencional descarnada de Brentano a la Intencionalidad operante de Merleau-Ponty Oriol Alonso Cano Universidad de Barcelona [email protected] Palabras clave: Intencionalidad; solipsismo; ser-en-el-mundo; cuerpo; intencionalidad operante. Este lacónico estudio tiene la finalidad de ofrecer la evolución de uno de los conceptos más relevantes de la historia del pensamiento filosófico y psicológico, a saber, la cuestión de la conciencia en tanto que realidad intencional, así como de las aporías y problemáticas que acarrea, ya desde sus inicios, con la propuesta de Franz Brentano. Según la propuesta brentaniana, si la psicología pretende tener el riguroso estatuto de cientificidad, debe circunscribir sus pretensiones temáticas a un único ámbito: la conciencia. Por consiguiente, la psicología debe retornar a sus raíces, debe volver su mirada al sujeto para ser una ciencia de la conciencia. Por ello, Brentano analizará y determinará la naturaleza y los constituyentes de la conciencia, que se podrán resumir en una característica primordial: la conciencia es siempre conciencia de algo, o, expresado en otros términos, la conciencia es intencional. Sin embargo, el estatuto de validez de ese algo mentado, así como la naturaleza puramente cognoscitiva del acto de conciencia, se convertirán en los puntos de batalla más determinantes para los seguidores del planteamiento brentaniano. Entre ellos, se hallará Edmund Husserl, discípulo de Brentano, que matizará ciertos aspectos de la naturaleza intencional de la conciencia, así como le otorgará una validez que radicalizará ciertas cuestiones de la propuesta brentaniana. Gracias a estas aportaciones la psicología podrá fundarse verdaderamente en el yo y, por consiguiente, podrá ser una auténtica psicología fenomenológica. Más adelante, se observará como la conciencia intelectualista de Brentano y Husserl, empezará a enraizarse en la realidad del mundo gracias a la ontología del ser-en-el-mundo de Martin Heidegger, y perderá este carácter epistemológico preponderante, para adueñarse de una vertiente práctica primordial. Se observarán las diferentes estructuras que constituyen este sujeto vinculado a su contexto (geworfenheit, befindlichkeit, Angst, sein-zum-Tode…). Toda 118 esta concepción mundanal de la subjetividad heideggeriana, influenciará a todos lo autores que, ulteriormente, generarán la psicología humanista. Esta relevancia de la praxis, que esbozaba el discurso heideggeriano, será defendida por Merleau-Ponty, con su propuesta de la intencionalidad operante (o también denominada “latente” o “no constitutiva”) haciendo referencia al vínculo antepredicativo, corporal, que el sujeto mantiene con el mundo. Es decir, el individuo se encuentra enraizado al mundo de una forma previa a toda posible teorización, por el hecho que posee un cuerpo. Por ese motivo, la corporalidad se convertirá en el nexo básico, en el vínculo esencial de la relación del sujeto con el mundo y consigo mismo. La relación corporal que el sujeto mantiene con el mundo se escapa de las redes conceptuales del discurso científico, en tanto y cuanto implica siempre un horizonte, un invisible, es decir, algo que no ha sido constituido e instituido por la conciencia del sujeto. Para efectuar esta tesis, Merleau-Ponty se guiará de la psicología de la Gestalt y su concepción de la experiencia. De modo que se observará cómo la intencionalidad evolucionará desde un carácter marcadamente teoricista, epistemológico, desencarnada y centrada en los actos cognoscitivos, a una intencionalidad que afirma una relación básica con el mundo de orden práctico y corporal. Referencias bibliográficas Derrida, J. (1998). Aporías: Morir –esperarse (en) “los límites de la verdad”. Barcelona: Paidós. Heidegger, M. (2003). Ser y Tiempo. Madrid: Trotta. Heidegger, M. (2005). Nietzsche. Madrid: Destino. Husserl, E. (1993) Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Madrid: Fondo de cultura económica. Husserl, E. (1999). La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología transcendental. Barcelona: UB. Levinas, E. (2005). Descubriendo la existencia con Husserl y Heidegger. Madrid: Síntesis. Merleau-Ponty, M. (1999) Phénomenologie de la perception. Barcelona: Altaza . Merleau-Ponty, M. (1953). Le structure du comportament. Buenos Aires: Librería Hachette . 119 Merleau-Ponty, M. (1970). Le visible et l‘ invisible. Barcelona: Seix Barral. 120 La influencia de la escuela conductista en la técnica de la enseñanza ambiental (Milieu Teaching Procedures) en la intervención logopédica Mª Luisa Luque Liñán, Marina Calleja Reina y José Miguel Rodríguez Santos. Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Enseñanza ambiental, milieu teaching, conductismo, comunicación e intervención en lenguaje. La intervención tradicional en materia de comunicación y del lenguaje se realizaba en salas aisladas utilizando técnicas de enseñar y practicar respuestas concretas a determinadas preguntas (v.g. Modelo de Enseñanza Analógico de Koegel et al., 1987 o el Método de Ensayos Discretos de Carr, 1985). En la década los 80 y 90 surgieron diversos procedimientos de entrenamiento que se englobaron bajo el epígrafe común de "Modelo de Enseñanza Natural del Lenguaje". Dichos procedimientos encajaban dentro de un modelo más general que enfatizaba la importancia de la enseñanza de habilidades comunicativas ("Modelo de Tratamiento de la Comunicación" ver Schopler y Mesibov (1985). Estos procedimientos de enseñanza natural incorporaban aspectos de la adquisición normal del lenguaje, enmarcando la enseñanza en los contextos cotidianos, naturales frente a los métodos tradicionales de enseñanza que plantean la enseñanza en contextos aislados. En la actualidad, está ampliamente aceptado que el niño aprenda cuestiones relativas a la comunicación en situaciones y con actividades de la vida cotidiana. Haciendo uso de esta recomendación, los jóvenes con problemas no son separados de sus compañeros para que aprendan de forma aislada, sino que se encuentran integrados en las clases normales. Algunos estudios han evidenciado que el aprendizaje en entornos naturales contribuye a aumentar la tasa de motivación de los sujetos con problemas de comunicación cuando se enseñan dichas habilidades en contextos y situaciones reales, 121 resultando la actividad útil y significativa. Al implicar a los compañeros en la actividad, los niños con problemas de comunicación no sólo aprenden nuevo vocabulario, sino que se implican en las rutinas sociales que subyacen al intercambio comunicativo (Westling & Fox, 1995). Se puede afirmar, pues, que el campo de intervención en patología del lenguaje ha sufrido numerosos cambios, que incluyen el uso de estrategias de intervención más específicas y el entrenamiento insertado en el entorno social de los niños. Como señalan Vilaseca y Río (1997): “Un número importante de estudios sobre el desarrollo del lenguaje infantil se centra en los procesos educativos implícitos en la interacción entre el niño y el adulto, enfatizando el papel del entorno social y lingüístico en la adquisición del lenguaje” (1997, pág. 4). Una fuente de la que se nutre la enseñanza ambiental la constituyen los presupuestos teóricos conductuales, que han ayudado al desarrollo de técnicas de intervención basadas en la Modificación de Conducta orientada a la facilitación del desarrollo de la habilidad comunicativa. Referencias bibliográficas Fey, M. (1986): Language intervention with young children. San Diego, CA: College-Hill Press. Mirenda, P. (2003). Toward Functional Augmentative and Alternative Communication for Students With Autism. Manual Signs, Graphic Symbols, and Voice Output Communication Aids. Language, Speech, and Hearing Services in Schools, 34, 203216 Vilaseca, R. M. y Del Río, M. J. (1997). La intervención en el área del lenguaje: Un modelo interactivo y naturalista. Infancia y Aprendizaje, 77, 3-17. Warren, S. F. (1994): Facilitación del desarrollo temprano de la comunicación y del lenguaje mediante estrategias de enseñanza ambiental. En J.M. Rodríguez Santos (Comp): Logopedia: Prevención, Evaluación, Intervención. Málaga , Warren, S. F. y Gazdag, G. (1990): Facilitating early language development with Milieu Intervention procedures. Journal of early Intervention, 14(1), 62-86. S. F. Warren, S. F. y Reichle, J. (Eds.) (1992): Causes and effects in communication and language intervention. Baltimore: Brookes. 122 Adolf Meyer (1866-1950) y su red de relaciones en la psicología de la época Cristina Barbadillo, Mercedes García, Manuel Mateos, Gabriel Ruiz y Natividad Sánchez. Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: A. Meyer, psicología, psiquiatría, correspondencia. Las primeras décadas del siglo XX fueron esenciales no solo para la definición y demarcación del terreno de lo psicológico, sino también en el establecimiento de la psiquiatría como especialidad médica reconocida. La psiquiatría y la psicología coincidieron históricamente en el empeño por encontrar su lugar como cuerpos de conocimiento acreditados y como prácticas útiles y socialmente valoradas. En algunos escenarios ambas disciplinas se aliaron para alcanzar el reconocimiento del resto de la comunidad científica bastante escéptica, en ocasiones, a los intentos de estas recién llegadas. El terreno de la práctica clínica fue ciertamente uno de los primeros campos de interacción, pero el concepto mucho más extenso de higiene mental permitió ampliar el ámbito de intercambios más allá de lo meramente clínico. Una figura particularmente relevante en el intento de establecer puentes entre la psiquiatría, la neurología y la psicología de su época fue el psiquiatra Adolf Meyer (1866-1950). Meyer a lo largo de todo su desarrollo profesional, pero particularmente desde su puesto como profesor de psiquiatría y director de la prestigiosa clínica psiquiátrica Henry Phipps, promovió, impulsó y participó activamente en estas interacciones. En este poster presentaremos un análisis descriptivo de la correspondencia que el psiquiatra mantuvo con los principales representantes de la psicología de su época, depositada en los Alan Mason Chesney Medical Archives de las Johns Hopkins Medical Institutions. Creemos que éste podría ser un primer acercamiento que nos permita valorar el papel de Adolf Meyer en la definición y delimitación de la psicología norteamericana del momento. Referencias bibliográficas La correspondencia de Meyer usada se encuentra en la Serie I: Correspondence with individuals and related material. The Alan 123 Mason Chesney Medical Archives of the Johns Hopkins Medical Institutions. Leys, R., y Evans, R. B. (1990). Defining American Psychology. The Correspondence Between Adolf Meyer and Edward Bradford Titchener. Baltimore (MA): Johns Hopkins University Press. Lief, A. (1948). The Commonsense Psychiatry of Dr. Adolf Meyer. New York (NY): McGraw-Hill. Ruiz, G. Sánchez, N. (2006). Creo que probablemente voy a conseguir mucho más de este contacto que usted: correspondencia Meyer-Watson (1909-1934). Revista de Historia de la Psicología, 27, 299-312. Sokal, M. M. (1992). Origins and Early Years of the American Psychological Association: 1890 to 1906. En R. B. Evans, V. Staudt Sexton, y T. C. Cadwallader (Eds.). The American Psychological Association: A Historical Perspective (pp. 4371). Washington, DC: APA. Winters, E. E. (1966). Adolf Meyer’s two and a half years at Kankakee. Bulletin of the History of Medicine, 43, 414-443. 124 La obra de David Katz (1884-1953) Der aufbau der tastwelt (1925) como pionera de la noción contemporánea del tacto como sistema dinámico-activo Pablo Berenguer Mira y Florentino Blanco Trejo Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Katz, Der aufbau der tastwelt, psicología de la percepción, tacto dinámico-activo, Gestalt. La obra de David Katz Der aufbau der tastwelt, publicada en el año 1925, en ocasiones ha pasado desapercibida para los investigadores de la percepción háptica. Por este motivo, el presente análisis historiográfico se propone poner de manifiesto la relevancia de este trabajo clásico de Katz, dada la vigencia de su propuesta teórica en los estudios contemporáneos del tacto. Al igual que el autor que aquí nos ocupa, estos desarrollos ulteriores -representados por la figura de autores como Gibson (1962; 1966) o Turvey (1996) entre otros- destacan el carácter dinámico-activo del sistema perceptivo táctil. Además, trataremos de indagar cómo encaja este texto en la biografía de un autor formado en la Escuela de la Gestalt, cuyas inquietudes teóricas y experimentales, sin embargo, no sólo giran en torno al estudio de la visión -como sucedió con la mayoría de investigadores gestálticos de la percepción-, sino que se extienden al estudio de las operaciones perceptivas del tacto. Así, en esta revisión histórica nos proponemos tres objetivos fundamentales respecto a la citada obra de Katz Der aufbau der tastwelt (1925) -traducida al castellano como El Mundo de las Sensaciones Táctiles (1930): (1) ponerla en relación con los trabajos anteriores y coetáneos que la posibilitaron, (2) conocer sus contenidos y la estructura o lógica interna que los organiza, y (3) realizar un análisis bibliométrico que nos permita explorar el alcance y la repercusión posteriores de esta obra. Referencias bibliográficas Katz, D. (1930). El mundo de las sensaciones táctiles (Manuel G. Morente, Trad.). Madrid: Revista de Occidente. (Obra original publicada en 1925). 125 Katz, D. (1967). Psicología de la forma (3ª Ed.). (José M. Sacristán, Trad.). Madrid: Espasa-Calpe. (Obra original publicada en 1944). Lillo, J. (1993). Psicología de la percepción. Madrid: Debate. Luria, A. R. (1981). Sensación y percepción. (2ª Ed.). (Pedro Mateo Merino, Trad.). Barcelona: Fontanella. (Obra original publicada en 1975). Travieso, D. y Blanco, F. (2000). Las teorías ecológica y soviética de la percepción: un estudio crítico sobre la relación entre sus teorías del tacto. Revista de Historia de la Psicología, 21(2-3), 401-412. Travieso, D. (2000). Alteraciones funcionales del tacto en la conjunción entre ceguera y Diabetes Mellitus. (Tesis Doctoral inédita). Universidad Autónoma de Madrid, Madrid. 126 Una revisión histórica de la obra de Boesch y de su recepción en el marco de la psicología cultural contemporánea Andrés Rodríguez Ayuso y Florentino Blanco Trejo Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Boesch, psicología cultural, Teoría de Acción Simbólica, investigación cultural comparada. E.E. Boesch es un autor cuya obra se ha situado habitualmente en el heterogéneo marco llamado de modo general como psicología cultural. Se formó en la conocida Universidad de Ginebra, donde fue alumno de figuras como Jean Piaget o André Rey, y desde donde se daría forma a una sensibilidad teórica fundamentada en el constructivismo piagetiano, así como en una orientación hacia la práctica clínica centrada en la interacción entre los individuos y su entorno, tanto físico como social (Lonner y Hayes, 2007). Desde esta sensibilidad, Boesch se acercará al ámbito de la investigación cultural comparada a raíz de los trabajos realizados en Tailandia como parte de un proyecto de la UNESCO (relacionado con la validación de aparatos de medida de desarrollo 'libres' de cultura) que Boesch coordinó (Lonner y Hayes, 2007). Cabe destacar de la misma forma una importante presencia de conceptos tomados del psicoanálisis que el autor adopta en relación especialmente con el abordaje de la problemática semiótica de la actuación desde una sensibilidad cultural. Así se dibujaría un conjunto de soportes teóricos que proponen un espacio, desde nuestro punto de vista, ciertamente poroso y sensible a múltiples niveles de análisis, además de una constante generación de estructuras explicativas y comprensivas cada vez más complejas y comprometidas, y potencialmente infinitas. De esta manera, cobraría sentido el contenido habitual del conjunto de fenómenos a los que Boesch ha dedicado su trabajo. Sus intereses se extienden a temáticas tan diversas como el arte, las prácticas culturales, la relación sujeto-objeto, la relación entre individuo y cultura, la semiótica de la acción, etc. Por todo ello, consideramos que valdría la pena cotejar en qué medida una propuesta de este tipo ha sido acogida y entendida desde la academia, en concreto en España, bajo el supuesto de que esta compleja composición teórica nos debe obligar a afinar y cuestionar la 127 categorización habitual desde la que se ha mirado en concreto la obra de Boesch. De modo que el objetivo de nuestra propuesta es contribuir a establecer, en alguna medida, cierto marco desde el cuál poder hacer visibles los conceptos generales de la teoría simbólica de la acción de Boesch en relación con el contexto académico contemporáneo en Psicología. Teniendo además presente el escaso material traducido al castellano a este respecto, parece necesario al menos señalar algunas de las líneas maestras que dibujan la apuesta teórica de este autor. Referencias bibliográficas Boesch, E.E. (1991). Symbolic action theory and cultural psychology. Berlin: Springer-Verlag. Cornejo, C. (2007) Review Essay: The Locus of Subjectivity in Culture. Culture & Psychology, 13, 243-256. Lonner, W., J., Hayes, S., A. (2007) Discovering cultural psychology: A profile and selected readings of Ernest E Boesch. U.S.A.: Information Age Publishing Michael Cole, Yrjö Engeström, Olga A. Vasquez (1997/2002) Mente, cultura y actividad. Escritos fundamentales sobre cognición humana comparada. México: Oxford University Press. Simão, L.M. (2001) Boesch’s symbolic action theory in interaction. Culture & Psychology, 7, 485-493. 128 La relevancia histórica de la metáfora de los espíritus animales en la constitución de las pasiones del alma como tecnología musical barroca Alberto Hontoria Maceín y Florentino Blanco Trejo Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Descartes, pasiones del alma, espíritus animales, música, Barroco. La presente investigación se alinea con un conjunto de inquietudes teóricas relativas a las tecnologías mediacionales y, particularizando más, con un interés especial en el análisis del alcance psicológico de las mediaciones musicales y retóricas. En esta línea de trabajo, la propuesta que hemos venido perfilando parte de un estudio de las pasiones de Descartes a través de su metáfora de los “espíritus animales”. A partir de ahí, uno de nuestros intereses principales es dar cuenta del proceso histórico por el que la doctrina de Las Pasiones del Alma (1649) pasa a formar parte de los recursos teóricos que acaban por fundamentar la retórica musical barroca. Abordando las posibilidades de este horizonte de intercambio, se trataría de ver, en concreto, cómo La Armonía Universal de Marin Mersenne –gran amigo y defensor de Descartes- incorpora el cartesiano campo de las pasiones a la retórica musical del XVII (López-Cano, 2000; Blanco, 2010). Explicado esto, el objetivo general del proyecto es estudiar las posibles relaciones entre estas dos zonas de contacto, es decir, la esfera de las pasiones del alma de Descartes y la teoría musical del tratadista Mersenne. O, dicho de otra manera, determinar de qué forma se produce el trasvase de la filosofía cartesiana a la teoría de los afectos y a las gramáticas musicales del siglo XVII. Este objetivo exigirá, a su vez, indagar la correspondencia entre Marin Mersenne y René Descartes y, por otro lado, constatar las condiciones sociohistóricas que permiten la incorporación de la doctrina de las pasiones de Descartes a los códigos retóricos de la forma musical barroca. Además de este objetivo general, otros objetivos específicos son –como hemos dicho: conocer y sistematizar mínimamente los estudios clásicos de psicología acerca de la metáfora, acotar el concepto de “espíritus animales” desde una perspectiva metafórica, y vincular los principios de la fisiología dualista de Descartes (a través, 129 principalmente, del tropo de los espíritus animales) con el tratamiento que el autor efectúa de las pasiones. Referencias bibliográficas Black, M. (1966) Modelos y Metáforas. Madrid: Tecnos. Blanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente. Madrid: Machado. Descartes, R. (1649/2005) Las Pasiones del Alma. Madrid: EDAF. Lakoff, George y Mark Johnson. 1980. Metaphors We Live By. Chicago: Chicago University Press; trad. cast. 1986. Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra. Lizcano, E. (2006) Metáforas que nos piensan. Edición BajoCero/ Traficantes de Sueños. López-Cano, R. (2000) Música y Retórica en el Barroco. México: Publicaciones de la UNAM. Mersenne, M. (1636) Harmonie universelle. Paris. 130 Cuando el pensamiento es conducta. Un repaso histórico. Luis García-Vega y Laura García-Vega Universidad Complutense de Madrid [email protected] Palabras clave: Pensamiento, conducta, emoción, acción ideomotora, marcador somático. Para la psicología tradicional la conducta podía ser voluntaria o involuntaria (espontánea). Siempre su preocupación estaba en la capacidad de control de la misma, que era la característica propia de comportamiento humano, diferente al comportamiento animal. Mientras la conducta voluntaria estaba basada en el pensamiento racional, la conducta involuntaria era producto de los caprichos de las pasiones, el componente emocional, al margen del control del pensamiento racional. Desde el comienzo de la psicología científica el planteamiento de la relación del pensamiento y la conducta adopta otras modalidades. Watson defiende la teoría de que el pensamiento es un epifenómeno de la conducta, es decir, algo que no merece la atención del psicólogo pues el pensamiento no es otra cosa que un reflejo en el cerebro de los movimientos guturales, laríngeos y de los músculos pulmonares que producen los sonidos que, por condicionamiento, se convierten en palabras (estímulos condicionados). Debido a este carácter estrictamente reflejo el pensamiento no es otra cosa que una consecuencia de cierta conducta. Es epifenómeno y no causa y por ello no interesa como variable independiente de la conducta. Con este planteamiento Watson ignora la importancia que William James confiere al pensamiento respecto a la conducta. James había invertido los términos: en ciertos casos es la conducta el reflejo o la réplica del pensamiento. Así lo explica él en su conocida e importante teoría de “la acción ideomotora”. Según esta teoría hay casos en los que, debido a una cierta tensión emocional, el pensamiento se traduce automáticamente, y paso a paso, en conducta aunque con carácter subliminal. Esta teoría inicialmente no tuvo excesivo interés, pero, pasado un siglo desde su formulación a comienzo de la década de 1890, el avance de las técnicas neurobiológicas de observación de la actividad cerebral va a permitir su comprobación. Conocido de todos es el neurobiólogo Antonio Damasio que dedica gran parte de su in teresante libro El error de descartes (1994) a lo que el llama la “hipótesis del marcador 131 somático”, que en mi opinión, como voy a explicar, no es otra cosa que la explicación neurobiológica de la “teoría de la acción ideomotora” de James y a la que curiosamente Damasio no hace mención. En las filas del conductismo, E. Ch. Tolman introduce en su modelo algunas variables intervinientes de índole cognitiva, cuya característica es intervenir en la conducta. Pero donde más se nota la influencia del pensamiento sobre la conducta es en los psicólogos cognitivos y más concretamente los psicoterapeutas cognitivos. Este es el caso de G. Kelly, que hace depender la conducta de las hipótesis o “constructos personales” acerca de sus futuros resultados. En esta misma línea, León Féstinger destaca el papel de la “disonancia cognitiva”. Interesante en la intervención psicológica es la teoría que puso en práctica con éxito durante varias décadas Allbert Ellis, con su modelo ABC, siendo “A” las circunstancias adversas, “B” la variable cognitiva creencias y “C” las consecuencias o conducta demostrando con ello la validez del modelo de James. Siguen la línea de Ellis de la terapia cognitiva toda una multitud de psicólogos al frente de los cuales hay que destacar el grupo de la Universidad de Pensilvania, liderados por Aarón Beck, quien aún actualmente, a pesar de su edad sigue trabajando con el modelo de Ellis al que, además de otras cosas, completó sus “deberías” con un cuadro completo de las denominadas “distorsiones cognitivas” o del pensamiento en colaboración con D. Burns. En el presente trabajo mostramos la historia de un siglo de las relaciones del pensamiento y la conducta. Referencias bibliográficas Damsio, A. R. (1996). El error de Descartes. La emoción, la razón y el cerebro humano. Barcelona, Grijalbo. (Original 1994) Descartes, R. (1981). Las pasiones del alma. Madrid: Aguilar (original, 1649). Descartes, R. (1984). Discurso del método. Madrid: Espasa Calpe (original, 1637). Descartes, R. (1990). Tratado del hombre. Madrid: Alianza Editorial (original, 1662). Galperin, P.Y. (1979). Introducción a la psicología. Madrid: Pablo del Río-editor (original, 1976). James, W. (1963). Compendio de psicología. Buenos Aires, Emecé Editores (original 1892) 132 Nelly, G. A. Teoría de la personalidad. Buenos Aires, Ediciones Troquel (original 1955) La Mettrie, J.O. (1987). El hombre máquina. Madrid: Alhambra (original, 1747). Lenin, V.I. (1983). Materialismo y empiriocriticismo. Moscú: Editorial Progreso (original, 1909). Luria, A.R. (1980). Los procesos cognitivos. Barcelona: Fontanella. Pávlov, I.P. (1973). Actividad nerviosa superior. Barcelona, Fontanella. Séchenov, Ivan M. (1972). Los reflejos cerebrales. Barcelona: Fontanella (original, 1863). Thorndike, E.L. (1898). Animal intelligence: An Experimental Study of the Associative Processes in Animals. Psychological Review. Suplemento monográfico nº 8. Skinner, B.F. (1956). A case History in Scientific Method. American Psychologist, 11, 221-233. Skinner, B.F. (1971). Beyond Freedom and Dignity. N. York: Alfred A. Knopf. Skinner, B.F. (1974). Ciencia y conducta humana. Barcelona: Edit. Fontanella (original, 1953). Vygotsky, L.S. (1989). Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores. En El proceso de formación de la psicología marxista. Moscú: Editorial Progreso. Vygotsky, L.S. (1989). El problema de la enseñanza y del desarrollo mental en la edad escolar”. En El proceso de formación de la psicología marxista. Moscú: Edit. Progreso. Vygotsky, L.S. (1991). Obras escogidas I. Madrid: Visor. Watson, J.B. (1913). Psychology as the Behaviorist views it. Psychological Review. 20, 158-177. Watson, J.B. (1916). The Place of the Conditionated Reflex in Psychology. Psychological Review, 23, 89-117. Watson, J.B. y R. Rayner (1920). Conditioned Emotional Reactions. Journal of Experimental Psychology. 3, 1-14. Watson, J.B. (1961). El conductismo. Buenos Aires: Paidós (original en 1925). 133 134 DOCENCIA EN EL GRADO DE PSICOLOGÍA 135 136 Estatus de la asignatura Historia de la Psicología en el nuevo Grado en Psicología María José Sampedro Vizcaya y Dolores Ponte Fernández Universidad de Santiago [email protected] Palabras clave: EEES, Titulación de Grado en Psicología, materia de Historia de la Psicología. Los estudios universitarios en España, en la actualidad, atraviesan momentos de transición y adaptación a las nuevas exigencias del Marco Europeo de Educación Superior. Ello conlleva importantes cambios tanto a nivel general, la estructura de las titulaciones, como particular, el distinto peso de las materias, la organización de los contenidos teóricos y prácticos, la secuenciación de los mismos, etc., Todo ello exige una reorganización conceptual profunda y meticulosa del sistema educativo universitario en su conjunto, así como una reflexión acerca de los diferentes niveles de implicación derivados de la nueva ordenación académica. En esencia, se podría decir que la mayoría de estos cambios se derivan de la nueva dimensión que ha adquirido el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que gracias a la utilización de diferentes metodologías y sistemas de evaluación, desplaza el foco de interés que tradicionalmente se centraba en el docente o en los contenidos al discente. En el caso particular de los estudios de Psicología, estos cambios han sido previstos y regulados, y están recogidos en su mayor parte, en el Libro Blanco de Estudios de Grado en Psicología editado por la ANECA. Aún así, persisten las diferencias en la interpretación que cada Universidad ha hecho de dichos estudios, las cuales se hacen patentes en la configuración final del título de Grado en Psicología que cada universidad ha diseñado y oferta. En concreto, dichos estudios están presentes en treinta y tres universidades españolas, entre públicas y privadas, y si bien existe una heterogeneidad en la configuración final de la titulación, en lo que se refiere a la materia de Historia de la Psicología, apenas se aprecia dicha dispersión, dado que está presente prácticamente en todas ellas y con un peso bastante uniforme, seis créditos es el valor que más se repite. Además, en todos los casos tiene un carácter básico u obligatorio. Esta uniformidad no debe sorprendernos, dado que en la propuesta del Libro Blanco se contempla un primer bloque de contenidos formativos que reza: “Psicología: historia, ciencia y 137 profesión”, con un peso de 7 créditos (2,9% del total) y detalla los contenidos mínimos que debe incluir dicha materia. Esta aparente uniformidad se rompe al analizar aspectos no regulados a un nivel más profundo y que son de extraordinaria importancia a la hora de diseñar e impartir una materia tan compleja como es la Historia de la Psicología y adaptarla al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior, con todo lo que esto comporta de innovación educativa y búsqueda de materiales alternativos que consigan centrar el proceso de aprendizaje en el estudiante. En este trabajo pretendemos ahondar en esos aspectos no regulados de la nueva asignatura de Historia, algunos formales, como el área de la que depende, el momento curricular en el que se imparte, el número de créditos, su carácter obligatorio o no; y otros menos formales como la orientación, la bibliografía utilizada y recomendada, los materiales y recursos en los que se apoya, la distribución entre clases expositivas e interactivas, los diferentes criterios de evaluación, etc. Para ello hemos llevado a cabo un estudio descriptivo a partir de los programas de dicha materia publicados por las universidades donde se oferta esta titulación, con el propósito de perfilar el status quo de la materia de Psicología: historia, ciencia y profesión en la titulación de Grado de Psicología en España. Referencias bibliográficas Mestre, V. (2007). La Historia de la Psicología en el futuro de la enseñanza universitaria. Revista de Historia de la Psicología, 28 (2/3), 77-83. Mestre, V.; Nácher, M.J.; Soler, V.; Tur, A.M.; Samper, P.; Cortés, M.T. y Dolz, L. (2006). La psicología e España a través de los symposia auales de la Sociedad Española de Historia de la Psicología. Revista de Historia de la Psicología, 27 (2/3), 215-223. Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE n.º 206, pp. 18770. Samper, P.; Mestre, V.; Tur, A.M.; Otero, A. y Falgás, M. (2008). La situación de la Historia de la Psicología en el currículo de psicólogo. Revista de Historia de la Psicología, 29 (3/4), 211221. 138 Sesiones interactivas de Historia de la Psicología en el marco de Bolonia María del Mar Bernal Rivas Universidad de Santiago [email protected] Palabras clave: Plan Bolonia, Historia de la Psicología, clases interactivas, motivación hacia el aprendizaje, competencias transversales. Desde 2010 estamos inmersos en un cambio que, a pesar de haber sido debatido y explicado a través de múltiples análisis, sigue en muchos casos produciéndonos desconcierto. En este trabajo, aportamos nuestra experiencia en la adaptación al Plan Bolonia de la materia de Historia de la Psicología. Los ejes que han guiado nuestro proyecto son, por un lado, el nuevo modelo de Universidad Documento Marco (2003) que se intuye en las actuales etiquetas que rigen nuestros programas y que supone un cambio profundo en el rumbo de la enseñanza; el profesor antes, transmitía sus conocimientos sobre la materia mediante clases magistrales y el alumno, hábilmente tomaba apuntes y repetía los contenidos en el examen. Hoy, la ingente cantidad de información que se maneja a través de las múltiples fuentes a nuestra disposición, excede la fantasía de cualquier maestro de antaño. Modelos virtuales, interactivos y compartidos, están a disposición de cualquier curioso y ello modula, inevitablemente, los roles del profesor y del alumno. El reto al que nos enfrentamos es ilusionante, la función del profesor hoy, es la de dirigir al alumno en su proceso de aprendizaje, en su crecimiento intelectual y personal y en su capacitación social y laboral. Para ello disponemos de tres herramientas fundamentales: clases expositivas, interactivas y tutorías. Por otro lado, consideramos que las características específicas de la materia de Historia de la Psicología, la hacen especialmente adecuada para seguir las pautas del nuevo modelo. No es casual que mucha de la literatura vertida sobre el plan Bolonia se haya producido desde éste área. Mestre, (2007). El carácter transversal de la asignatura, posibilita el papel aglutinador de los contenidos de otras materias; el “estudio de la historia” debe proporcionar un esquema de conocimiento (marco teórico-metodológico-práctico), que integre de manera constructiva los contenidos de las demás disciplinas de grado, aspiración a la que ni podemos ni debemos renunciar. Solo a través 139 del conocimiento de la historia, nuestros estudiantes alcanzarán esa visión global, necesaria, para obtener un cuerpo epistemológico estructurado y unitario; visión de la que, sin duda, adolecen cuando se les enseñan parcialmente los distintos procesos y contenidos específicos de cada área. Además, el hecho de impartir docencia en el primer cuatrimestre, nos invita a establecer la impronta actitudinal y cognitiva que ha de guiar al alumno durante el resto de su formación. Es el momento de motivarlo al cambio de hábitos, de promover el gusto por el estudio programado, el interés por la obtención de conocimientos y comprometerlo a la implicación personal en su proceso de aprendizaje. Partiendo de estos supuestos, presentamos un proyecto innovador que hemos implantado en nuestra actividad docente. Diseñamos como parte integrante del programa y broche del proceso de aprendizaje, la realización de un Congreso de Estudiantes de Historia de la Psicología, en el que los alumnos participan con trabajos (comunicaciones o posters) realizados en grupo bajo nuestra supervisión periódica y constante. Los trabajos versan sobre un eje común y cada grupo elige un tema que ha de ser original y excluyente. A través de esta actividad comprometida, conseguimos motivar al alumno hacia el aprendizaje a la par que, trabajamos una serie de destrezas y competencias transversales y ampliamos la temática del programa, profundizando en los conocimientos en colaboración con otras materias. El Congreso les proporciona, además, un amplio y profundo repaso del temario. Proyectamos esta experiencia con el propósito de que aprendieran a cuestionar, distinguir, relacionar y enfrentar contenidos. Pretendemos que adquieran y desarrollen una serie de destrezas: manejo de datos, búsqueda y síntesis de información, expresión y conocimiento estructurado, exposición de contenidos con lenguaje técnicamente correcto, utilización de normas estandarizadas para presentar informes científicos y, todo ello, a través del trabajo en equipo, donde desarrollan la corresponsabilidad, la implicación personal, el liderazgo, la competitividad intelectual y se entrenan en el debate científico, practicando también la capacidad de evaluar y autoevaluarse. Destacamos de esta experiencia, el alto grado de satisfacción alcanzado, el ambiente intelectual generado en torno al congreso y la calidad de los trabajos realizados, según los resultados analizados. 140 Referencias bibliográficas Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2003). La integración del sistema universitario español en el espacio europeo de enseñanza superior. Documento-Marco. Mestre, V. (2007). La historia de la psicología en el futuro de la enseñanza universitaria. Revista de Psicología 28 (2-3), 77-83. Rubio, A. y Alvarez, A. (2010). Formación de formadores después de Bolonia. Madrid: Díaz de Santos. Zabalza, M.A. (2003). Competencias docentes del profesorado universitario calidad y desarrollo profesional. Madrid: Narcea. 141 Título de Grado de Psicología: ¿Cuál es la situación de la Historia de la Psicología? Paula Samper García, Mª Vicenta Mestre Escrivá, Ana Mª Tur Porcar y Elizabeth Malonda Vidal. Universitat de València [email protected] Palabras clave: Historia de la Psicología, Planes de estudio, Espacio Europeo de Educación Superior. La Universidad española está ahora mismo inmersa en un proceso de transformación con la implantación de los nuevos Grados, proceso que requerirá un seguimiento y una evaluación. El objetivo general del título de grado en Psicología es formar profesionales con los conocimientos científicos necesarios para comprender, interpretar, analizar y explicar el comportamiento humano y con las destrezas y habilidades básicas para evaluar e intervenir en el ámbito individual y social a lo largo del ciclo vital, con el fin de promover y mejorar la salud y la calidad de vida. Ello incluye conocimiento sobre los procesos psicológicos, las etapas del desarrollo evolutivo, los fundamentos biológicos de la conducta humana y las funciones psicológicas, así como sus principios psicosociales. También deberá comprender los métodos de investigación y de análisis de datos, así como los principales métodos de evaluación, diagnóstico e intervención psicológica en los diferentes ámbitos. Además de estos conocimientos y habilidades, la formación de grado en Psicología supone la adquisición de una serie de competencias transversales cuyo desarrollo se entiende desde un planteamiento de carácter global del título de Grado, y no tanto dependiente de los bloques formativos particulares de la licenciatura. En los planes de estudio anteriores de licenciatura, la Historia de la Psicología era la única materia que ofrecía a los estudiantes un marco global de la psicología, una visión integrada de esta disciplina, en los nuevos planes de estudio de Grado que se han ido diseñando según las directrices de la Convergencia Europea en los que la dispersión de las materias puede ser mayor (60 créditos comunes a las titulaciones de un Área y 120 más específicos) la Historia puede desempeñar un papel fundamental en la integración de los conocimientos propios de la disciplina. El análisis de la asignatura Historia de la Psicología dentro del conjunto de disciplinas que conforman el Grado de Psicología nos puede permitir conocer cuál es la situación actual de la asignatura en el conjunto de planes de 142 estudio de las universidades españolas. En realidad, nos puede permitir comprobar si hablamos realmente de un proceso de convergencia o si, por el contrario, el momento coyuntural ha provocado una distancia entre las universidades españolas a la hora de contemplar la disciplina en sus planes de estudio a partir del Real Decreto para la regulación de las Enseñanzas Universitarias en el Espacio Europeo de Educación Superior. Después de revisar diversos programas de la asignatura de Historia de la Psicología a partir de las páginas Web de 73 universidades españolas y de las que ofrecen los departamentos y profesores de diversas Facultades de Psicología españolas, presentamos un análisis de la asignatura en los planes de estudio actuales de Grado de psicología. Se han analizado los siguientes datos: el departamento de origen, el curso, el número de créditos, el tipo de asignatura, periodo de impartición, los temas que contiene. El análisis realizado nos permite conocer la presencia y la aportación de la asignatura de Historia de la Psicología en la formación de los futuros psicólogos y psicólogas. Referencias bibliográficas Mestre, V. (2007). La Historia de la Psicología en el futuro de la enseñanza universitaria. Revista de Historia de la Psicología, 28(2/3), 77-83. Navarro, J. J. y Valero, M. (2009). Adaptación de asignaturas al Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Cuaderno Taller. Universitat Politécnica de Catalunya. Centre Formación Universitat Valencia. Real Decreto 1125/2003, de 5 de septiembre, por el que se establece el sistema europeo de créditos y el sistema de calificaciones en las titulaciones universitarias de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional. BOE nº 224, pp. 34355-34356. Real Decreto 1393/2007, de 29 de Octubre por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE nº 206, pp. 18770. Villa, A. (2006) El proceso de convergencia europeo y el papel del profesorado. Foro de Educación, 7-8, 103-117. 143 144 HISTORIA DE LA METODOLOGÍA E INSTRUMENTOS DE MEDIDA EN PSICOLOGÍA 145 146 Teorías psicométricas de la inteligencia: la Escuela de Londres frente a los modelos multifactoriales norteamericanos. Juan Antonio Mora Mérida Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Psicometría, inteligencia, análisis factorial. En el estudio psicológico de la inteligencia se distinguen dos grandes paradigmas: el psicométrico y el cognitivo. Las teorías psicométricas se apoyan en procedimientos estadístico-matemáticos, mientras que las cognitivas lo hacen en la metodología experimental. Los modelos psicométricos tratan de describir la estructura de las capacidades intelectuales, los cognitivos intentan comprender su funcionamiento en términos de procesos. Esta comunicación se ocupa específicamente de las teorías psicométricas de la inteligencia y, más en concreto, de cómo la elección de determinados procedimientos matemáticos puede dar lugar a distintas concepciones teóricas. De acuerdo con Sternberg y Berg (1992), el estudio psicométrico de la inteligencia se fundamenta en tres presupuestos: 1) la naturaleza de la inteligencia se puede analizar mediante el estudio de las diferencias individuales ante determinadas tareas cognitivas; 2) las técnicas matemáticas, como la correlación o el análisis factorial, aportan información acerca de la estructura de las capacidades intelectuales; y 3) los instrumentos de medida del rendimiento intelectual son determinantes en el estudio de la inteligencia, por lo que deben estar adecuadamente construidos y validados. Las teorías psicométricas de la inteligencia se han elaborado fundamentalmente a partir del análisis factorial. Esta técnica permite reducir las múltiples correlaciones que existen entre un determinado número de variables a un pequeño número de factores. Estos factores explican las variables de las que se extraen con un cierto grado de generalidad. En este sentido, es posible hablar de: a) un factor general, presente en todas las variables de un determinado dominio; b) factores de grupo, representativos sólo de una parte de las variables; y c) factores específicos, presentes en una única variable. A partir del tratamiento estadístico de las variables que presumiblemente subyacen a las aptitudes humanas, es posible delimitar su estructura organizativa. Sin embargo, las soluciones factoriales no son unívocas. Por lo general, están guiadas por hipótesis acerca de la naturaleza de 147 los factores que se esperan obtener. En el estudio psicométrico de la inteligencia se distingue entre soluciones factoriales ortogonales y oblicuas. Las primeras presuponen la independencia de los factores, las segundas permiten establecer relaciones de dependencia entre ellos. Los procedimientos factoriales fueron introducidos en el estudio de la inteligencia por Charles E. Spearman (1863-1945) a principios del siglo XX. Spearman (1923, 1927) elaboró un modelo de la inteligencia constituido por factores dispuestos en orden jerárquico. Esta concepción de las capacidades mentales tendría continuidad en los trabajos de Cyril L. Burt (1941, 1949) y Philip E. Vernon (1950). Estos tres autores son considerados representantes de la denominada Escuela de Londres, más por su origen común y la concepción que comparten de la inteligencia y de su análisis que por formar parte de un grupo de colaboración estable. Paralelamente, en los Estados Unidos, Louis L. Thurstone (1887-1955) abordaba el estudio de las capacidades mentales a partir del análisis factorial múltiple. Mediante la rotación ortogonal de los factores, Thurstone (1924, 1938) desarrolló una noción de la inteligencia entendida como un conjunto de capacidades independientes. Este planteamiento sería posteriormente retomado por autores como Joy P. Guilford (1967). En cierto sentido, los modelos multifactoriales norteamericanos venían a ser una respuesta a la concepción de la inteligencia de la Escuela de Londres. A través de una sucinta exposición de estos desarrollos teóricos, nuestra intención es poner de manifiesto cómo el empleo de procedimientos matemáticos en ámbitos aplicados de la Psicología no da lugar necesariamente a puntos de vista convergentes. Referencias bibliográficas Burt, C. (1941). The factors of the mind. Nueva York: McMillan. Burt, C. (1949). The structure of the mind: A review of the results of factor analysis. British Journal of Educational Psychology, 19, 100-114, 176-199. Guilford, J. P. (1967). The Nature of Human Intelligence. Nueva York: McGraw Hill. Spearman, C. (1923). The nature of intelligence and the principles o cognition. Londres: McMillan. Spearman, C. (1927). The abilities of man: Their nature and measurement. Londres: McMillan. 148 Sternberg, R. J. y Berg, C. (1992). Intellectual development. Nueva York: Cambridge University Press. Thurstone, L. L. (1924). The Nature of Intelligence. Londres: Kegan, Paul & Trench, CO. Thurstone, L. L. (1938). Primary Mental Abilities. Psychometric Monographs, nº 1. Vernon, P. E. (1950). The Structure of Human Abilities. Nueva York: John Wiley. 149 Marbe’s Rotator Nicola Curci Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia) [email protected] Key words: rotating disk theory of colour In the 1895 Zimmermann’s Catalogues, the No. 14 and No. 15, were dedicated to a device invented the previous year by the German psychologist Karl Marbe. It was a disk mixture apparatus which made possible for the first time the change of the sizes of two sectors during rotation, with the relative size of the sectors readable during operation. The current paper focused on the aim and the use of this instrument, whose importance laid in the fact that it was extremely significant not only for Marbe’s direction of research, but also in the complex of the investigations into colour theories. Disk colour mixture, i.e. an additive colour mixture where the stimuli do not represent direct lights from light sources but light reflected from objects, has a very long history that dates back to the 2nd century AD with Ptolemy’s observation that a fusion of colour occurs when a spinning multi-coloured potter’s wheel reaches a certain speed. A similar idea was expressed eight hundred years later by the Persian natural scientist Alhazen. Further hypotheses about the cause of the mixture were formulated in the late 17th and early 18th centuries. More precisely, in 1763 the Austrian physician and natural scientist Antonio Scopoli, used disk mixture in classifying insect colours. Two years later, the physicist Chevalier D’Arcy measured the persistence of a rotating visual image using a glowing piece of coal. In the 19th century disk-mixture studies, which showed “accidental colours”, afterimages and complementary colours, paid attention to quantitative information by focusing on empirically based colour systems. An example of these attempts was the 1810 “colour-sphere” proposed by the painter construction of the proportion of all mixtures of the colours with each other, and their complete affinity Otto Runge in the same year in which Goethe’s Theory of Colours was published. As the title of Runge’s work suggested, it concerned the “construction of the proportion of all mixtures of the colours with each other, and their complete affinity”. Several years later, in 1855, James C. Maxwell used the disk-mixture device of his own design to advance colour theory. By 1860 he switched from a spinning disk to a visual 150 colorimeter to match spectral colours with spectral primaries. A few years later the American Nicholas Odgen Rood proposed a new model of Maxwell’s diagram on the basis of many experiments using rotating discs: Following his interests in the fluctuations in visual sensations, on which Marbe had written an article during his studies in Bonn under the guidance of Götz Martius, in whose private institute he also wrote his doctor’s thesis on the visual sensations emerging from subsequent stimuli, he explained in 1930 in an autobiographical note that he had invented this “apparatus for shifting sectors (Sektorenverschiebungsapparat) […]” when he was a young physician during his stay in the Leipzig Institute of Wilhelm Wundt. As he had heard that the Berlin Physikalisch-technische Reichsanstalt was working on the possible solution to the change of the sectors of a rotating disc during the rotation, he dealt with the question, completed his apparatus and published it “considerably sooner than the Reichsanstalt finished its efforts”. It was this rotational device which remained in the following Zimmermann’s catalogues. References Marbe, K. (1894). Vorrichtung zur successiven Variirung der Sectoren rotirender Scheiben und zur Ablesung der Sectorenverhältnisse während der Rotation. Centralblatt für Physiologie, 7, 811-813. Marbe, K. (1895). Bemerkungen zu meinem Rotationsapparat. Centralblatt für Physiologie, 8, 833-834. Marbe, K. (1930). Autobiography. In C. Murchison (Ed.), History of Psychology in Autobiography (Vol. 1, pp. 181-213). Worcester, MA: Clark University Press. Mülberger Rögele, A. (1994). La aportación de Karl Marbe a la Psicología: un enfoque crítico. Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra. Paulitsch, C. (1995). Rekonstruktion eines Farbvariators und seine Entwicklung. Goethes Jahrbuch, 112, 403-406. Paulitsch, C. (2005). Psychologische Apparate (pp. 64-65). Passau: Universitätsverlag Passau. Zimmermann, E. (1903). XVIII. Preis-Liste über psychologische und physiologische Apparate (pp. 3-4). Leipzig. 151 Instruments for the re-employment of the maimed: the inventions of Jules Amar Luigi Traetta University of Foggia (Italia) [email protected] Key words: Psychotechnics, Amar, Re-eployment, Re-education, Prosthetics, Human machine. In 1917, speaking about the devices used at the London Red Cross Clinic for the Physical Treatment of Officers, Robert Fortescue Fox, a British pioneer in physical medicine, recalled that “Professor Amar has created a school of measurement in France in connection with disablement. He is a very able worker in the physiology of work. […] In all the great centres of physical treatment in France, and in connection with the re-education of disabled soldiers for occupations, one meets with the instruments of […] Professor Amar”. The aim of the current paper is to provide a historical reconstruction of the pioneering work of the French physiologist Jules Amar (1879-1935), who firmly believed in the importance of applying the thermodynamic model borrowed from the biological physics of the 19th century to the analysis of scientific work. Although very wellknown in the first decades of the 19th century – in 1913 he became director of the Laboratoire de recherche sur le travail muscolaire professionnelle founded at the Parisienne Conservatoire des Arts et Métiers – his name has been forgotten in the world of historiographical research. As Fortescue Fox pointed out, Amar applied psychophysiological procedures not only to the field of work but also to the performances of wounded soldiers and disabled veterans who needed to be redeployed and re-educated, and it was his work in this field that led him to devise the instruments mentioned by Fortescue Fox; these included the arthrodynamometer, the cycle ergométrique, the gyrographe. The first of them, the arthrodynamometer was made in 1915 in order to measure the values of the angular shifts of the limbs and the absolute efforts of a given muscular group. It was of fundamental importance in Amar’s research, which dealt with the analysis of energetic waste during work and the subsequent restorative action of the body. 152 The cycle ergométrique was an adaptation of the stationary bicycle, i.e. an ergometer made by Wilbur Olin Atwater and Francis Gano Benedict in 1903 in order to measure body metabolism. Amar’s model consisted of a cycle connected to a kymograph and a Maelzel’s metronome. The aim of the invention of the third instrument, the gyrographe, was the re-education of the arm. However, physical re-education could not be separated from mental re-education. Distancing himself from the “rational gymnastics” which had saddled the French physical education system to a militaristic style up to the the end of World War 1, Amar adopted the line that resistance to mental fatigue needed to be strengthened. The human machine and the inanimate machine – he argued in 1914 – were two very different things! The first “does not feed entirely on a single combustible, whatever it may be. Its fuel must realize the fundamental condition of being capable of maintaining a reserve”. He was in favour of “the weekly day of rest, which […] the Divine will has laid down as a sovereign physiological law, gives the needed opportunity for rest and recuperation, and is a check to the avarice of the employer”. Both de La Mettrie’s concept of the human machine and Marey’s similar concept of the animal machine seemed to have been surpassed! Physical physiology had become social physiology. References Amar, J. (1915). Sur la rééducation fonctionnelle. Un arthrodynamomètre. Comptes rendus hebdomadaires des séances de l’Académie des sciences, 160, 559-562. Amar, J. (1916). La prothèse et le travail des mutilés. Paris: Dunot et Pinat. Amar, J. (1917). La rééducation professionnelle des mutilés de guerre. Bulletin de la Société d’encouragement pour l’industrie nationale, 116, 94-124. Amar, J. (1920). The Human Motor or The Scientific Foundations of Labour and Industry. (E. P. Butterworth and G. E. Wright, Trans.) London-New York: Routledge-Dutton (Original work published 1914). Panchasi, R. (1995). Reconstructions: Prosthetics and the Rehabilitation of the Male Body in World War I France. Differences: A Journal of Feminist Cultural Studies, 7, 109-140. 153 154 HISTORIA DE TRATAMIENTOS Y MÉTODOS EN PSICOTERAPIA 155 156 Influencia de Freud sobre la concepción del psiquismo en la terapia cognitiva de Aaron T. Beck Miguel L. Martín Jorge Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Terapia cognitiva, psicología cognitiva, psicoanálisis. La psicología cognitiva y la terapia cognitiva surgen aproximadamente en el mismo momento y en el mismo lugar: años 50-60 del siglo XX en Norteamérica. A pesar de ello, en un principio ambas corrientes se desarrollan de forma independiente. Uno de los primeros referentes de la terapia cognitiva es Aaron T. Beck (1921-), médico formado en la tradición psicoanalítica que ejerce inicialmente como docente e investigador en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania. Su insatisfacción con la teoría y la práctica psicoanalítica le llevan a desarrollar una forma de tratamiento psicológico alternativo. Pese a que la terapia cognitiva aparece como un método terapéutico distinto y, en cierto modo, contrapuesto al psicoanálisis, es posible reconocer la influencia de Freud en algunos de sus conceptos básicos. Esta influencia resulta particularmente evidente en la concepción del psiquismo que encontramos en los primeros trabajos de Beck (1967, 1970). Apreciamos una primera coincidencia entre Freud (1895) y Beck (1967) en la forma de desarrollar el núcleo teórico que sustenta sus respectivas terapias. Ambos elaboran una teoría especulativa a partir de la práctica clínica. Sus estrategias terapéuticas se fundamentan en explicaciones formuladas ad hoc para justificar los fenómenos que observan en la consulta. En Beck (1967) el concepto de esquema, central en su enfoque, se plantea como una entidad (hipotética) que el paciente no experimenta como tal, pero cuya existencia es necesaria presuponer para: 1) dar cuenta de la regularidad y predictibilidad de la conducta y 2) garantizar una exposición teórica formal. En esta exposición teórica, Beck (1967) plantea una distinción entre estructuras y procesos, sugiriendo que la mente se encuentra organizada en dos niveles fundamentales. En el primero, más superficial, se localizan los procesos mentales de los que el sujeto se sirve ordinariamente, teniendo una conciencia más o menos clara de ellos. El segundo nivel, más profundo y menos consciente, da cabida a las estructuras que condicionan el funcionamiento del primer nivel: 157 los esquemas. La subordinación funcional de los procesos a los esquemas viene a reproducir, en cierto modo, la preeminencia que Freud (1915, 1920) concede al inconsciente en el funcionamiento de la mente. En el plano evolutivo, Beck (1967) sostiene que la estructura profunda de la mente se consolida durante las etapas tempranas del desarrollo. En este período de la existencia, el individuo genera una amplia variedad de conceptos sobre sí mismo y el mundo que, en el futuro, determinan su grado de ajuste psicológico. El trastorno está vinculado a esquemas desadaptativos que se desarrollan ante experiencias tempranas de carácter traumático. La presencia de estos esquemas es condición necesaria, aunque no suficiente, para la aparición del trastorno mental. Al igual que Freud (1895), Beck (1967) justificó la dominancia del núcleo profundo de la mente sobre sus estratos más superficiales en términos materialistas. La hegemonía que los esquemas desadaptativos ejercen sobre la mente del enfermo es consecuencia de que éstos fueron energizados como resultado de un trauma psicológico. Esto hace que la activación actual de la estructura correspondiente genere un estallido de energía, que es experimentado como una emoción dolorosa. El modo en que Beck (1967) expone este planteamiento nos retrotrae a las explicaciones fisicalistas de Proyecto (Freud, 1895). El pleno dominio que los esquemas desadaptativos ejercen sobre el pensamiento del enfermo (depresivo) le imprime determinadas características: irracionalidad, pérdida de objetividad, automaticidad y carácter primitivo e infantil (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979). En esta caracterización se aprecia la huella de la concepción freudiana del inconsciente, entendido como un sistema primitivo, integrado por contenidos concretos, donde no rigen los principios de la lógica, atemporal, subjetivo y totalmente desvinculado de la realidad (Freud, 1915). Por último, en lo que a la práctica clínica se refiere, Freud (1915, 1917) y Beck (1967, Beck et al, 1979) coinciden tanto en el diagnóstico del problema como en la finalidad del tratamiento, aunque difieren significativamente en la manera de llevar a cabo este último. El origen del trastorno mental reside en estructuras mentales situadas por debajo de la conciencia, entidades psíquicas conformadas durante etapas tempranas del desarrollo y malogradas por vivencias traumáticas. Los síntomas del trastorno, en cambio, se manifiestan en la superficie. Ante la imposibilidad de manipular directamente el núcleo profundo del psiquismo, verdadero origen del problema, el 158 terapeuta se sirve de procedimientos indirectos, modificando los contenidos y procesos conscientes de la mente con el propósito, en última instancia, de incidir sobre sus estructuras subyacentes. El modo en que uno y otro autor tratan de llevar esto a la práctica es completamente diferente. A pesar de ello, puede apreciarse cómo la concepción de la mente humana que, parcialmente, ambos autores comparten tiene un correlato en el propósito de sus respectivas terapias. Referencias bibliográficas Beck, A. T. (1967). Depression: Clinical, experimental, and theoretical aspects. New York: Harper and Row. Beck, A. T. (1970). Depression: Causes and treatment. Philadelphia: University of Pennsylvania Press. Beck, A. T.; Rush, A. J.; Shaw, B. F. y Emery, G. (1979). Cognitive therapy of depression. New York: Guilford Press. Freud, S. (1895/1950). Entwurf einer psychologie. Frankfurt: Fisher. Freud, S. (1900). Die traumdeutung. Leipzig: Franz Deuticke. Freud, S. (1915). Das Unbewusste. Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse, 3(4), 189-203 y (5), 257-269. Freud, S. (1917). Vorlesungen zur einführung in die psychoanalyse. Viena: Heller. 159 Desarrollo histórico del concepto de personalidad límite: Las aportaciones de Otto Kernberg (1928-1967) Elena Quiñones Vidal y María Peñaranda-Ortega Universidad de Murcia [email protected] Palabras clave: Otto Kernberg, psicoanálisis, personalidad límite o borderline, psicoterapia. Desde la primera mitad del siglo XIX, en la literatura especializada, ya se describían casos de pacientes afectados por la llamada patología moral, en la que no había una historia de enajenación mental con delirios y alucinaciones, pero tampoco se observaba un funcionamiento normal y un adecuado comportamiento de los sujetos a las normas sociales existentes. M. H. Stone (1986) se recogen algunos los artículos más significativos publicados a lo largo de los últimos cien años. Allí se puede apreciar cómo hacia 1880, los términos bordeline, límite, van tomando forma, en función de las características de los hospitales psiquiátricos de la época. En el presente trabajo, las autoras analizan el recorrido histórico del concepto límite desde el escrito de Pinel sobre el emportement maniaque sans délire en su Tratité MédicoPhilosophique sur l´aliénation mentale (1809) hasta las aportaciones de los psiquiatras y psicólogos huidos del nazismo. Es a finales del XIX, cuando se diseñan los dos grandes campos diagnósticos basados en dos conceptos no muy precisos como eran la psicosis y la neurosis, siendo este último un cajón de sastre donde cabían todas las enfermedades nerviosas menos graves. Y allí se ubicó esa forma de carácter, en la que el paciente conserva su juicio de la realidad, pero es disfuncional en la vida tal como señala Irving C. Rosse (1880) quien alude a un tipo de población enferma, pero no en el sentido psiquiátrico estricto del momento Posteriormente, el psicoanálisis proporciona una de las pocas herramientas terapéuticas en el magro arsenal de la psiquiatría de la época. Al mismo tiempo la escuela inglesa, se animaba a extender los límites de la tratabilidad a los psicóticos con un optimismo incipiente que sólo dejaba fuera de la accesibilidad a esquizofrénicos deteriorados. Hay una falta de medicamentos adecuados, y se adolece de un tratamiento específico, 160 Por lo que cuadros que hoy etiquetaríamos como condiciones psicóticas engrosaban la extensa franja límite que existía entre las neurosis y las psicosis. James Cowles Prichard, (1935), Kasanin (1933) y Kleist (1933) tratan a estos pacientes, en su mayoría jóvenes con síntomas psicóticos agudos muy parecidos o indistinguibles de los esquizofrénicos, pero con excelente resultado, y con muy buen pronóstico. Greenacre (1941) diferencia entre la angustia de los borderline de la generada en otros trastornos. Hay vínculos obvios entre esa angustia y la famosa pulsión de muerte de Melanie Klein o con la posterior agresión constitucional de Otto Kernberg. Otra aportación de Greenacre es lo que ella llama predisposición a la ansiedad, que luego con Kernberg se va a convertir en baja tolerancia a la ansiedad, ítem que va a recoger el DSM en su momento. En la década de los cuarenta, Helen Deutsch, alude a un grupo de pacientes caracterizado por tener una relación emocional pobre, tanto con el mundo exterior como consigo mismo, si bien es verdad que no lo denomina con el término borderline. Al mismo tiempo, Melitta Schmideberg (1947) describe a estos pacientes como difíciles planteando que estos pacientes necesitaban un tratamiento psicoterapéutico distinto al que se hacía entonces. Robert Knight, en su artículo de 1953 “Borderline States in Psychoanalytic Psychiatry and Psychology” presenta una precisa mirada hacia cuáles eran las condiciones clínicas asociadas al estado borderline. En 1964, Edith Jacobson nos muestra las diferencias entre las representaciones de self realistas y las representaciones anheladas o deseadas del self. Kernberg bebe de aquí y de Erikson en su decisivo constructo: “difusión de identidad” Otto Kernberg en su artículo Borderline Personality Organitation”, publicado en el Journal of the American Psichoanalytic Association (Vol. 15, pp. 641-685, 1967) describe cuáles son los aspectos sintomáticos, estructurales y genético-dinámicos de los desórdenes de la personalidad fronteriza Considera – y esta es su gran contribución- que los pacientes que ocupan un área limítrofe entre las neurosis y las psicosis, deben ser denominados con el término organización fronteriza de la personalidad, ya que las etiquetas que venían utilizándose hasta ahora, como estados fronterizos, hacen alusión más a una estado transitorio, pasajero, que a una organización patológica de la personalidad duradera, específica y estable. 161 Referencias bibliográficas Kernberg, O. F. (1967) Borderline personality organization. Journal of the American Psychoanalytical Association, 15, 641-685. Kernberg, O. F. (1975). Borderline Conditions and Pathological Narcissism. New York: Jason Aronson. Pinel, P. (1809). Traité médico-philosophique sur l'aliénation mentale. J. A. Brosson: Paris. Rosse, I. C. (1880) Clinical evidence of borderline insanity. Journal of Nervous and Mental Disease, 17, 669-683. En M. Stone (Ed.) (1986) Essential Papers on Borderline Disorders. One hundred Years at the Border. (pp. 32-44) New York and London: New York University Press. Stone, M.H. (1986) The Borderline Syndromes: Constitution, Personality and Adaptation. New York: McGraw-Hill 162 La confesión como tecnología psicológica. Una aproximación genealógica. Florentino Blanco Trejo y José Carlos Loredo Narciandi Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Confesión auricular, historia de la psicoterapia, genealogía de la subjetividad, tecnologías del yo, auto-objetivación. La estabilización como práctica de la confesión auricular cristiana en el siglo XIII es la culminación de un largo y complejo proceso a través del cual diversas técnicas de subjetivación previas se articulan internamente para ponerse al servicio de una forma de poder al tiempo religioso y político. En efecto, el Concilio de Letrán (1215) acaba con las prácticas de autoinculpación y penitencia públicas (exomologesis) y consagra la confesión auricular privada y la penitencia personalizada (exagoreusis) (Foucault, 1990) como forma de control pastoral y político. A través de la confesión el poder religioso, que es a estas alturas también poder político, se convierte en una forma de regulación o control de la conciencia individual, y no sólo del comportamiento público. Esta idea de un control de la conciencia, de la vida interior, de los creyentes/súbditos se expresa con claridad en la obsesión, propia ya del Concilio de Letrán, por diferenciar el verdadero arrepentimiento (contricción) y arrepentimiento aparente por temor a la penitencia o al castigo divino (atricción) (Delemeau, 1992). Aunque el proceso histórico que lleva a la confesión auricular es muy complejo, defenderemos que las figuras culturales sobre las que cobra sentido en términos genealógicos son: (1) las prácticas de examen de conciencia y autorrevelación, basadas en la honestidad y la sinceridad (parresía) y que son garantizadas a partir del Concilio de Letrán por el secreto de confesión; (2) las prácticas de autocontrol y autodisciplina (askesis), que constituyen una suerte de disciplina o dominio del yo, sin el cual no es posible conocer la verdad necesaria para guiar nuestras vidas y hacerlas virtuosas; (3) las prácticas legales de tasación de la culpa procedentes del derecho germano, en las que inspiran los monjes irlandeses para la redacción de penitenciales en los que se establecen, entre otros extremos, la penitencia que le 163 corresponde a cada pecado concreto. Los penitenciales consiguen que el temor metafísico al castigo divino o a la condenación eterna se conviertan en formas de penitencia objetivas y fáciles de anticipar. La sofisticada tecnología de la culpabilidad que sanciona la dinámica de la confesión y la penitencia en el ámbito de la intimidad del confesionario y de las conciencias individuales se sostiene gracias a una estructura gubernamental (i.e., de gobierno de las mentes) que, especialmente en el mundo contrarreformista, no distingue entre el poder civil y el religioso. Es en este contexto de obsesión contrarreformista por el control moral y político de las conciencias individuales en el que proliferan los manuales de confesión que cobrarán pleno sentido en el proceso de evangelización y control político de los indígenas en las colonias (González, 2002; González, 2010) y cuyas similitudes con los manuales de terapia cognitivoconductual actuales hemos puesto de manifiesto en otro lugar (Loredo, 2005). Aunque resultaría absurdo defender que la confesión auricular constituye una suerte de antecedente histórico de la psicoterapia moderna, sí cabe decir que resulta imposible entender el sentido histórico de esta última sin el fondo cultural que proporciona la primera (Loredo, 2005). No se trata, por tanto, de dar por supuesta la psicoterapia, sino de problematizarla. Avalada por una psicología académica científicamente garantizada y protegida por los colegios profesionales, la psicoterapia es hoy el principal vehículo para la regulación socio-técnica de la experiencia privada (Blanco, 2002). Así como la estructura de la experiencia del pecador se amoldaba a un esquema recurrente formalizado en las prácticas de confesión, así también la estructura de la experiencia del individuo actual se amolda al esquema general de la psicoterapia. Las formas de autorrevelación estoicas y cristianas se fueron sofisticando como consecuencia de la alfabetización y la lectura, así como de las diferentes materializaciones del consejo psicológico, que se han extendido entre la dirección espiritual, las medicinas morales (como el mesmerismo o la sugestión), los grupos de ayuda, las sectas, etc., y que en la época contemporánea tienen a la psicoterapia formal como el referente institucional por antonomasia, para bien o para mal. Referencias bibliográficas Blanco, F. (2002). El cultivo de la mente. Un ensayo histórico-crítico sobre la cultura psicológica. Madrid: Antonio Machado. 164 Delumeau, J. (1992). La confesión y el perdón. Las dificultades de la confesión, siglos XIII a XVIII. Madrid: Alianza. (Orig. 1990.) Foucault, M. (1990). Tecnologías del yo y otros textos afines. Barcelona: Paidós. (Orig. 1988.) González, A. (2010). Análisis y repertorio de los tratados y manuales para la confesión en el mundo hispánico (ss. XV-XVIII). Huelva: Universidad de Huelva. González, J.R. (2002). Sexo y Confesión. México: Plaza y Janés. Loredo, J.C. (2005). La confesión en la prehistoria de la psicología. Anuario de Psicología, 36 (1), 99-116. 165 La dialéctica entre ciencia y psicoanálisis: el cientificismo contemporáneo interrogado por las elaboraciones de Jacques Lacan y el “Cercle d’épistémologie” (1964-1969) Héctor García de Frutos Universidad de Barcelona [email protected] Palabras clave: Psicoanálisis, ciencia, Jacques Lacan, Cercle d’épistémologie. La posibilidad de una relación exitosa entre el psicoanálisis y la ciencia fue, durante muchos años, la ilusión de Freud. Hoy, algunos psicoanalistas (y algunos científicos) siguen ilusionados. El dictamen de un neurocientífico como Kandel (2005), por ejemplo, ilustra claramente una línea de fuerza bajo la cual esta relación sería posible: la vigilancia. El psicoanálisis, teoría de la mente rica y elaborada, verá su potencial incrementado y su existencia asegurada si la praxis es controlada por observadores científicos externos, y si su teoría se fundamenta en los nuevos avances de la neurociencia cognitiva. Esta orientación es tomada por algunos psicoanalistas, abanderados por los trabajos de Mark Solms (2003), padre y fundador de una nueva disciplina, muy de moda en el mundo anglosajón: el neuropsicoanálisis. Creemos que hay una lógica que explica el nacimiento y la pasión contemporánea por este nuevo campo: se trata de anudar el efecto de verdad de la disciplina fundada por Freud a un objeto no demodé, sino sublimado en este siglo XXI: el cerebro y sus imágenes. La verdad, pues, capturada por la mirada, coloreada o controladora, según el talante. La mirada de la ciencia salvará así al psicoanálisis de su erradicación inevitable, pues se sabe que es una disciplina arcaica y superada. Ante eso no puede no emerger, por su ausencia en la ecuación, el saber, bajo la forma de episteme: es por esto justamente por lo que hay que preguntar a esta nueva disciplina. Defenderemos que la reflexión más compleja sobre la ciencia y el psicoanálisis elaborada hasta hoy puede encontrarse en la obra del psicoanalista Jacques Lacan. Es en su escrito ‘La ciencia y la verdad’ (1966), así como en su décimo primer seminario ‘Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis’ (1964/1973) dónde se interroga por el tema con más dedicación, auxiliado por el concepto de sujeto, ubicado entre el saber y la verdad. Estamos en París, son los 166 años previos a mayo del 68: una época en que la intelligentsia francesa vivía un esplendor fuera de lo común… Por aquel entonces, algunos alumnos de la École Normale Supérieure ya habían empezado a asistir a los seminarios de Lacan quién, excluido de su lugar de analista didacta por su Société Française de Psychanalyse (fue la condición que impuso la IPA para aceptar a la sociedad en su seno), encontró cobijo gracias a la intervención de Althusser y Lévi-Strauss en la ENS. Varios de estos alumnos fundaron poco después el Cercle d’épistémologie, así como los Cahiers pour l’anayse, auténticos campos de debate dónde se discutió y se publicó a grandes maestros del pensamiento del siglo XX: desde Gödel, hasta Foucault, pasando por Cantor, Russell o Derrida. Los fundadores de este movimiento, también politizado, contaban poco más de veinte años, como es el caso de Jacques Alain Miller, Yves Duroux o Jean Claude Milner. Pero su formación epistemológica era ya sólida y se apoyaba en la lingüística, la lógica, la filosofía y el psicoanálisis. El primer artículo del primer volumen, escrito el primer día del 1966, es una advertencia, podemos decir incluso que una declaración de principios: allí, un joven Miller de 22 años define en nombre del grupo a la epistemología como historia y teoría del discurso de la ciencia. Ciencia que incluiría al psicoanálisis, a la lógica y a la lingüística, en tanto se las nombra ahí como ciencias de análisis. Nuestro propósito a lo largo de la comunicación será tratar de esbozar la dialéctica que puede hallarse entre una línea logicista que concibe al psicoanálisis como una ciencia formal del discurso, y la posición más cauta de Lacan en esos años, que desemboca en la pregunta: ¿qué ciencia podría incluir al psicoanálisis? Por supuesto, en este contexto, toda la problemática consiste en constituir el que sería propiamente el objeto del psicoanálisis, ese objeto a tan lejano del que cautiva a la ciencia hoy: el cerebro, sus cortes y su fragmentación funcional neo-frenológica. Referencias bibliográficas Duroux, Y. (1966). Psychologie et logique. En Cahiers pour l’analyse, 1, pp. 31-36. Kandel, E. (2005). Psychoanalysis and the new biology of mind. Washington DC: American Psychiatric Publishing, Inc. Lacan, J. (1964/1973). Les Quatre Concepts fondamentaux de la psychanalyse. Paris: Seuil. 167 Lacan, J. (1966). La science et la vérité. En Cahiers pour l’analyse, 1, pp. 6-28. Buenos Aires: Siglo XXI. Lacan, J. (2005). Mon enseignement. Paris: Seuil. Miller, J.-A. (1966). Avertissement. En Cahiers pour l’analyse, 1, p. 4. Miller, J.-A. (1966). La suture. En Cahiers pour l’analyse, 1, pp. 3749. Roudinesco, E. (1986). Histoire de la psychanalyse en France.2. 1925-1985. Paris: Seuil. Solms, M., & Turnbull, O. (2003). El cerebro y el mundo interior. México: Fondo de Cultura Económica. 168 La psicología positiva* del Dr. Tomás Maestre Pérez (1857 -1936) Juan José Fernández Teijeiro UNED – Centro Asociado de Santander [email protected] Palabras clave: neuropsicología. Psicología, positiva, neurohistología, Cajal, El Dr. Maestre Pérez ha sido una de las figuras destacadas de la medicina española en ese período anterior a la Guerra Civil, conocido como la Edad de Plata de nuestra cultura. Su especialidad, en la que fue maestro indiscutible, ha sido la Medicina Legal, pero a su labor en la medicina forense se une además una profunda vocación humanística, y un interés especial por la Psicología, la nueva ciencia que trataba de situarse con rigor científico dentro de las ciencias naturales. Para el Dr. Maestre, admirador de Cajal y compañero de claustro en la Universidad Central, en la época de esplendor en España de la neurohistología, la psicología es neuropsicología y debería quedar definida como psicología positiva*. *El término de “positiva” es utilizado por el Dr. Pérez Maestre significando “positivismo radical”, al establecer la psicología dentro de las ciencias naturales, en el marco de la neurohistología. Perfil biográfico Tomás Maestre nació en Monóvar, Alicante, el 18 de mayo de 1857. A los siete años se traslada con su familia a Murcia. Estudiará Medicina en Madrid entre los años 1873-1877, y allí, en 1911, defenderá su tesis doctoral: “Deformidades del cuerpo humano desde el punto de vista de la Medicina Legal”, calificada con sobresaliente. Ejerce la medicina en Murcia, pero el paso definitivo en su vida lo dará al presentarse a las primeras oposiciones que se convocan al cuerpo de médicos forenses, logrando su plaza en Madrid el 26 de marzo de 1894. La cátedra de medicina legal Logrará en 1903 la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Madrid. Es el tercer catedrático que la ocupa desde su creación. Desempeñará con prestigio su labor docente e investigadora hasta 1929. 169 Otro paso importante fue la creación por su iniciativa del Instituto de Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría, que pasará a ser en 1929 la Escuela de Medicina Legal, base para el futuro desarrollo de la especialidad en nuestro país. En este Instituto de Medicina Legal se desarrollaron por iniciativa del Dr. Maestre muchos trabajos de investigación referentes a huellas dactilares, recogida de muestras de sangre, poroscopias. El propio Dr. Maestre colaboraba económicamente en su sostenimiento. También trabajo en investigaciones sobre los procesos cancerígenos y sobre los glóbulos rojos. Ingresó en la Real Academia Nacional de Medicina el 27 de febrero de 1902. Fallece el 4 de noviembre de 1936. Juan Negrín presidiría el duelo. Psicologia positiva* En 1904 publica “Intoducción al estudio de la Psicología positiva”. El conocimiento y valoración de esta obra del Dr. Maestre supone una interesante aportación a la Psicología como ciencia, en ese esfuerzo realizado por muchos profesionales de la medicina, dentro y fuera de nuestro país. El trabajo queda enmarcado dentro de un positivismo radical. El propio autor, ya en las primeras páginas de introducción, define su planteamiento: “La Psicología forma hoy ya, por legítimo derecho, parte de la Historia natural, es una rama de la Biología, y se precisa, para entrar a su estudio y conocimiento, tener presente un buen número de datos anatómicos y fisiológicos indispensables: esos datos, reducidos a esquemas de fórmulas bien sencillas, son los que constituyen el motivo de mi trabajo”. Sobre ese diseño se desarrolla la obra. El momento de su aparición coincide con el floreciente desarrollo en nuestro país de la neurohistología. Cajal recibirá el premio Nobel dos años después, y es precisamente Cajal el que prologa el libro. Destacaremos de la obra en este resumen algunos puntos: 1. La propia publicación, editada por Bailly- Bailliere, bien cuidada y presentada en sus 275 páginas. Excelentes esquemas histológicos y buena redacción del texto, de fácil lectura. 2. La revisión y puesta al día de todas las teorías e hipótesis neuroanatómicas como base de la neuropsicología. 170 3. El número de citas bibliográficas; 97 en total, de las cuales 19 (20%) son referentes a las obras de Santiago Ramón y Cajal. Las fuentes corresponden en su mayoría a neuroanatomistas e histólogos europeos. Contrasta la ausencia de referencias alguna a otras corrientes de la psicología (fenomenología, empirismo, funcionalismo, psicodinámica). Su positivismo es radical. 4. El prólogo de Santiago Ramón y Cajal es una interesante pieza. Siendo Cajal el neurohistólogo por excelencia, y aun reconociendo el meritorio esfuerzo del Dr. Maestre en su trabajo, realiza una apertura de ese radicalismo elementalista: “Aunque nos duela enfriar el caluroso entusiasmo del Dr. Maestre […} los procesos más importantes, a saber: la memoria, la asociación, la conciencia, las operaciones lógicas, la imaginación, la tonalidad sentimental, todo. En fin, lo más íntimo y trascendental de la vida psíquica, permanecería en la sombra”. Referencias bibliográficas Barajas, J., Leal, T., Muñoz, F. (1910). Conferencias sobre el tejido nervioso expuestas en cátedra por Don Santiago Ramón y Cajal, durante el curso 1908-09. Madrid: Establec. Tip. de Gaceta Administrativa. Carpintero, Heliodoro (2004). Historia de la Psicología en España. Madrid: Ed. Pirámide. Lorenzo Solano, José A. (1992). Biografía del Doctor Tomás Maestre Pérez (1857-1936). Murcia: CAM. Maestre Pérez, Tomás (1904). Introducción a la Psicología positiva. Madrid: Bailly-Bailliere. Ramón y Cajal, Santiago (1888). Estructura de los centros nerviosos de las aves. Rev. Trim. Histol. Norm. Patol., 1(1), 1-10. Ramón y Cajal, Santiago (1905). Histología normal y su técnica micrográfica para uso de estudiantes. Madrid: Nicolás Moya. VV.AA: (1997). Cajal y su Legado. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud. 171 172 HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES 173 174 El problema de la psique animal en los estudios de Pavlov acerca de la digestión Gabriel Ruiz Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: Pavlov, fisiología de la digestión, psique animal, experimento crónico. Cuando I. P. Pavlov (1849-1936) abandonó el Seminario Teológico de Ryazan en 1869, convertido en un creyente en el poder de la ciencia para cambiar el mundo y mejorar la humanidad, difícilmente podía imaginar que sus aspiraciones llegarían a realizarse hasta el punto de que él mismo se acabaría transformando en un icono de ese poder. El destino de su viaje era San Petersburgo, la capital política e intelectual de Rusia y el centro de su todavía incipiente comunidad científica. En las aulas de su Universidad enseñaban científicos de la importancia de Dmitry Mendeleyev (1834-1907) e Ivan Sechenov (1829-1905) y muchos años después Pavlov todavía recordaría aquellos años con asombro: “En 1870 entraba en la Universidad de San Petersburgo… Era un momento brillante de la Facultad. Teníamos profesores que gozaban de una gran autoridad científica y que poseían excelentes cualidades de oradores”. Uno de esos profesores, Ilya Fadeevich Tsion (1842-1910), antiguo discípulo del fisiólogo francés Claude Bernard (1813-1878), fue el que tuvo una mayor influencia en Pavlov. Durante los dos años que trabajó en el laboratorio de Tsion, aprendió las técnicas experimentales y quirúrgicas para el estudio del corazón y la digestión y adquirió también una visión “bernardiana” de la fisiología, en la que se concebía al animal como un mecanismo biológico infinitamente complejo, gobernado por un conjunto innumerable de factores ocultos bajo el velo de su aparente espontaneidad. Para descubrir cuáles eran estos factores y cómo regulaban cada una de las funciones vitales el fisiólogo debía concentrar su estudio en los órganos, las estructuras responsables de llevar a cabo dichas funciones. Tras pasar dos años en el laboratorio de Tsion y finalizar sus estudios de medicina en la Academia Médico-Militar de San Petersburgo, Pavlov trabajó en el laboratorio de Sergei Botkin (18321889), médico privado de la familia del Zar. Este periodo (1878-1890) fue de una gran importancia para su obra posterior, porque durante el 175 mismo acabaría dando un giro radical en su forma de experimentación fisiológica. Desencantado con el limitado conocimiento de las funciones vitales que se obtenía utilizando las técnicas de vivisección tan corrientes en aquella época, Pavlov decidió utilizar el experimento “crónico”. En este tipo de experimentos se anestesiaba al animal y se le intervenía en condiciones totalmente asépticas, con lo que tras su recuperación éste podía llevar una vida totalmente normal; solo entonces daban comienzo los experimentos. Sin embargo, el laboratorio de Botkin, pequeño y mal equipado, no estaba preparado para esta clase de experimentación, y como las contingencias mundanas también juegan su papel en la ciencia, un inesperado golpe de suerte llevaría a Pavlov a un laboratorio que reunía las condiciones materiales que sus experimentos necesitaban. En 1891 y probablemente gracias a las influencias de Botkin, Pavlov fue nombrado director de la división de fisiología del Instituto Imperial de Medicina Experimental, la primera institución rusa dedicada a la investigación médica. Entre 1891 y 1900, dispuso de unos medios técnicos excelentes y contó, además, con la colaboración de un centenar de médicos jóvenes, recién titulados y deseosos de completar un proyecto de investigación para realizar una tesis doctoral. Ahora, su ideal científico parecía alcanzable: comprender cómo interactúan los distintos órganos para llevar a cabo sus funciones mientras que el animal realiza su vida normal. Para hacer ello posible, sus colaboradores, sus “manos expertas” en palabras de Pavlov, llevarían a cabo miles de experimentos en centenares de perros, ofreciéndole una ingente cantidad de datos acerca del funcionamiento de las distintas glándulas digestivas. Estos datos le ayudaron a conformar una nueva interpretación del sistema digestivo: una “fábrica química compleja” controlada por el sistema nervioso, en la que cada glándula secretaba de forma refleja la cantidad y la cualidad de jugo apropiado para el tipo de alimento que pasaba por el canal digestivo –una interpretación que le valió el Premio Nobel en 1904-. Sin embargo, el funcionamiento automático de esta fábrica se veía continuamente alterado por la acción de la psique del animal, es decir, por su apetito, personalidad, disposiciones de ánimo y preferencias alimenticias. En este trabajo se explorarán las ideas de Pavlov acerca de la psique animal en el periodo comprendido entre 1890 y 1897, es decir, durante sus estudios acerca de la digestión, con un especial énfasis en comprender la forma en la que hizo frente a este elemento impredecible y capaz de alterar la actividad de la máquina digestiva, “un mecanismo artístico imbuido… de sutileza e intencionalidad…” 176 Referencias bibliográficas Andreyev, L. A. (1937). The Great Teacher and Master of Science. In memory of Professor Ivan Petrovich Pavlov. The Scientific Monthly, 45, 158-171. Asratyan, E. A. (1953). I. P. Pavlov. His life and Work. Moscow. Moscow: Foreign Languages Publishing House. Babkin, B. P. (1949). Pavlov: A Biography. Chicago: Chicago University Press. Davenport, H. (1992). A History of Gastric Secretion and Digestion: Experimental Studies to 1975. New York: Oxford University Press. Pavlov, I. P. (1902). The Work of the Digestive Glands. London: Charles Griffin & Company, Limited. Pavlov, I. P. (1955). Selected Works. Moscow: Foreign Languages Publishing House. Todes, D. P. (2002). Pavlov's Physiology Factory: Experiment, Interpretation, Laboratory Enterprise. Baltimore: Johns Hopkins University Press. 177 Espiritualismo, intuicionismo e inconsciente en la obra de Henri Delacroix. Un análisis de sus trabajos de transición de la historia de la filosofía a la psicología. Noemí Pizarroso López UNED [email protected] Palabras clave: Delacroix, espiritualismo, intuicionismo, inconsciente. Henri Delacroix (Paris, 1873-1937), si bien gozó de un gran prestigio en vida, ha sido y es sistemáticamente ignorado por la historia de la psicología (Pizarroso y Fruteau, 2005). Se trata de un olvido lamentable, como tantos otros, cuando descubrimos en su lectura la sutileza y erudición de sus análisis. Recién salido de la Sorbona, después de haber contado con Bergson entre sus profesores de bachillerato, y número uno de su promoción en el examen de agregación, pasó dos años en Alemania, donde gestó su tesis sobre el misticismo especulativo en la Alemania del siglo XIV (1900). Es ahí, en la tradición místico-especulativa, donde Delacroix encuentra las primeras formas del idealismo alemán, entendiendo el misticismo como instrumento doctrinal de liberación de la filosofía moderna con respecto a la religión. Nueve años más tarde volvería sobre el tema del misticismo en su segundo libro, Estudios de historia y de psicología del misticismo (1909). En él, ya ha dado un claro viraje hacia la psicología, título bajo el que obtendría su cátedra en la Sorbona años más tarde y bajo el que realizaría el resto de su obra. En ese paso parece haber jugado un papel clave la lectura de William James; su psicología del misticismo se desarrolla prácticamente como una corrección a la obra del maestro americano, como hemos mostrado en otro trabajo (Pizarroso, Balltondre, Castro, 2010). Si bien Pradines ha hablado de una especie de “conversión”, afirmando que nada en su primera obra dejaba intuir esta deriva hacia la psicología, para el propio Delacroix, sin embargo, este orden no hace sino responder a su propia teoría: antes de estudiar el misticismo de la experiencia (análisis de los estados místicos: éxtasis, visiones, etc.), había que analizar la doctrina. Dicho análisis, que requiere de una documentación histórica, de un análisis institucional, desvela precisamente las condiciones de posibilidad y de inteligibilidad de la experiencia mística, de su vivencia y de su formalización. Delacroix apunta así precisamente a desmitificar su supuesta naturaleza espontánea, original – divina, en último término. Entre su tesis y esta 178 segunda obra, en los muy primeros años del siglo XX, Delacroix llevará a cabo numerosas reseñas y análisis críticos, sobre la crítica de Kant a Swedenborg, la conciencia religiosa de Kirkegaard o el yo subliminal de Myers, además de análisis explícitos de la obra de James y de la escuela de psicología religiosa americana en general. Lo que aquí nos proponemos es un análisis pormenorizado de estos trabajos, donde Delacroix se muestra mucho más explícito con respecto a su crítica del espiritualismo y del conocimiento intuitivo así como sobre la noción de inconsciente – aspectos que terminarán predominando en buena parte de la psicología francesa, especialmente en la obra de Bergson- que nos permitirá entender mucho mejor las bases sobre las que se desarrolla lo que será la psicología de Delacroix – una psicología que se extenderá del análisis de la religión al lenguaje y el arte. Referencias bibliográficos Delacroix, H. (1899). Essai sur le mysticisme spéculatif en Allemagne au XIVe siècle. Thèse pour le Doctorat ès lettres. Bibliothèque historique des grands philosophes, Paris: Alcan, 1900. Delacroix, H. (1900) Sören Kirkegaard. Le Christianisme absolu à travers la paradoxe et le désespoir. Revue de Métaphysique et de Morale, 8, 459-485. Delacroix, H. (1904) Kant et Swedenborg. Revue de Métaphysique et de Morale, 12, 559-580. Delacroix, H. (1905) Myers : La théorie du subliminal. Revue de Métaphysique et de Morale, 13, 257-282. Delacroix, H. (1909). Etudes d’histoire et de psychologie du mysticisme. Les grands mystiques chrétiens, Paris : Alcan. Pizarroso, N., Balltondre, M. y Castro, J (2010). From James’s Pragmatism to Delacroix’s Idealism: mystic experience as psychological object. Comunicación presentada en « William James and Pragmatism » Coimbra Conference, Portugal, 1213 noviembre 2010. Pradines, M. (1939). L’œuvre de Henri Delacroix. Revue de Métaphysique et de Morale, 46, 109-145. 179 Individualismo positivo: individuo y felicidad en la Norteamérica del siglo XIX como claves del “pensamiento positivo” y de la actual psicología positiva. Edgar Cabanas Díaz y José Carlos Sánchez González Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Historia crítica, psicología positiva, individualidad, bienestar, nuevo pensamiento. La transformación histórica de la subjetividad moderna va ligada a una especial densificación del sentido y valor de la individualidad. Son muchos los factores que conducen a esa imparable densificación, pero también muy diversos los modelos de individualidad ejercidos. La psicología académica es un actor decisivo en la elaboración, discusión y propagación “experta” de estos diferentes modelos, pero no es, en absoluto, ni la fábrica única, ni la primaria. Uno de esos modelos de individualidad, que en este trabajo denominaremos “individualismo positivo”, se gestó y desarrolló en la Norteamérica del s.XIX como una especie de filosofía individualista folk sobre el “yo”, una revolucionaria concepción que suponía tanto una nueva y liberadora filosofía de vida, más adaptada a las condiciones políticas, sociales y económicas de la época, como una creíble metafísica capaz de aglutinar determinadas preocupaciones sanitarias, espiritualistas, ocultistas, religiosas y científicas de enorme preocupación e interés en la época. La reapropiación académica actual de esta tradición o modelo de individualidad recibe el nombre de “psicología positiva”. Los psicólogos positivos defienden que su línea de investigación tiene “una larga tradición pero una corta historia” (Rose, 1996, 1998). Una larga tradición en tanto que hundiría sus raíces en un conjunto de ideas y especulaciones filosóficas sobre la felicidad, muchas de ellas ya formuladas o derivadas de la cultura clásica griega. De corta historia, en tanto que su hito fundacional es una obra del año 2000 de Seligman y Csikszentimihalyi, en la que se proclama un “nuevo” y “científico” campo de estudio desde el cual poder comprobar o refutar todos aquellos supuestos filosóficos y populares de los que nuestro tiempo parece ser heredero. Esta forma de presentar la historia, que podríamos denominar, en términos de G.Canguilhem, “historia recurrente”, parte de una epistemología de corte positivista y reduccionista que tiende a naturalizar el concepto de felicidad y a 180 defender su ubicuidad: la felicidad es y ha sido siempre algo objetivable, así que el método científico ayudará a dar con las esencia atemporal de la misma, triunfando allí donde históricamente hubo “especulación”. Críticos con este enfoque, un creciente número de autores (Meyer, 1961; Ehrenreich, 2010; Chambers y Hickimbottom, 2008, Becker y Macerek, 2008; Illouz 2010) han adoptado una sensibilidad teórica muy distinta para trazar el recorrido histórico, cultural e ideológico de este peculiar modelo de individualidad sobre el que la psicología positiva se instala. Siguiendo esta corriente crítica, exploraremos algunos hitos de la génesis histórica de este peculiar “individualismo positivo”. Para ello, partiremos del efervescente contexto religioso, político e intelectual de la Norteamérica de mediados del s. XIX (Menand, 2001), donde comienza a fraguarse el mencionado modelo de individualidad como reacción de oposición y alivio respecto a ciertos aspectos opresores de la doctrina calvinista. Son decisivos en esta historia los movimientos como el Unitarismo de W. E. Channing, el Trascendentalismo de R. W. Emerson, el movimiento de “cura mental” o “ciencia mental”, el “Nuevo Pensamiento”, así como la insistencia en conocerse, dominarse y controlarse a sí mismo, característica de la cultura Protestante. Igualmente, estudiaremos las características más peculiares de este modelo de individualidad, de entre los que destaca su insistencia en concebir los problemas vitales de los individuos como problemas subjetivos derivados de un inadecuado “enfoque mental” por su parte: lo mismo genera en el individuo una autoconfianza ilimitada en su poder para crear su propia vida, como insiste violentamente en la responsabilización del mismo individuo por la producción de estos problemas (producción que se conceptualiza como causada, principalmente, por los pensamientos negativos del individuo, y como debida, primordialmente, a un control negligente de los mismos). A este respecto, señalaremos algunas de sus consecuencias e implicaciones. Por último, y en relación con lo comentado anteriormente, contrastaremos este “modelo de individualidad” con otros modelos de individualidad que también han sido reelaborados por la psicología académica (otras vías de la psicología académica), los cuales nos permiten analizar de modo crítico (no sólo histórica, sociológica o ideológicamente, sino también psicológicamente, esto es, desde una psicología teórica distinta, y no menos “científica”) a la psicología positiva. 181 Referencias bibliográficas Becker, D. y Macerek, J. (2008). Positive Psychology: History in the Remaking? Theory and Psychology. Vol.18, No.5, pp.591604. Chambers, J. y Hickimbottom, S. (2008). Positive Psychology, Ethnocentrism, and the Disguised Ideology of Individualism. Theory and Psychology. Vol.18, No.5, pp.563-589. Dresser, H. (2001). A History of New Thought Movement. First published by Thomas Y. Crowell Co., New York, 1919. Electronic Edition Published by Cornerstone Publishing, July 2001. www.cornerstoneBooks.net Ehrenreich, B. (2009). Smile or Die: How positive thinking fooled America and the world. Great Britain: Granta Books. Held, B. (2004). The Negative Side of Positive Psychology. Journal of Humanistic Psychology. Vol.44, No.1, pp.9-46. Illouz, E. (2010). La Salvación del Alma Moderna. Terapia, Emociones y la Cultura de la Autoayuda. Buenos Aires: Katz Ediciones. Rose, N. (1998). Inventing our selves: Psychology, power and personhood. Cambridge university press. Sánchez, J. C. (2005). Estética y constructivismo: filogenia, historia y vida humana. Estudios de Psicología. Vol, 26, nº 2, pp. 173193. Seligman, M. (2005). La Auténtica Felicidad. Barcelona: Ediciones B. Seligman, M. y Csikszentmihalyi, M. (2001). Positive Psychology: an Introduction: Reply. American Psychologist. Vol.56, pp.8990. 182 El desarrollo institucional de la enfermería psiquiátrica en España (1932-1977). Un ángulo ciego en el complejo psi. María del Carmen Sellán Soto y Antonio Vázquez Sellán Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Psicología, enfermería psiquiátrica, krausismo. En trabajos anteriores (Sellán y Blanco 2005, Sellán 2006, Vázquez 2008) hemos señalado algunas relaciones históricas entre enfermería y psicología. El propósito de esta comunicación es seguir mostrando las relaciones entre enfermería y psicología a partir de la influencia krausista. A lo largo del último tercio del siglo XIX en España, se "importaron", principalmente de Francia y Alemania, aunque no sólo, ideas filosóficas, psicológicas, médicas y sociales. El desarrollo institucional de la psicología y de la enfermería españolas está, en muy buena medida, vinculado directa e indisolublemente a la trayectoria de un grupo de intelectuales, algunos de ellos médicos, que desarrollaron colectivamente una obra con muchas vertientes. Al menos una parte sustancial de estos médicos se encontraba relacionada con la Institución Libre de Enseñanza, que funda Giner de los Ríos en 1876, y con la Junta para Ampliación de Estudios (Blanco, 1993), que también surge, aunque bastantes años después, del mismo impulso ideológico. En esta comunicación revisaremos concretamente el desarrollo de un espacio disciplinar y profesional dentro de la cultura enfermera española en el que se hace especialmente visible la intersección entre ambas disciplinas: la enfermería psiquiátrica, un espacio en el que se hace aún más evidente la influencia de la Junta para Ampliación de Estudios en el desarrollo de la cultura enfermera española, y en cuya gestión histórica tuvo un papel muy destacado Gonzalo Rodríguez Lafora. Los nuevos paradigmas que llegan de Europa, en cuanto a los avances en el conocimiento de las enfermedades mentales, hacen necesario cambiar la lógica de la asistencia en este ámbito. Así, la concepción tradicional, que entendía la locura como incurable y que defendía el supuesto de internamiento perpetuo para las personas que la padecían, comienza a ser cuestionada. Por estas razones, aparece la Liga de Higiene Mental en 1927, que comienza a llevar a cabo propuestas y asesoría para los responsables de las instituciones psiquiátricas. 183 En 1932, durante la Segunda República, se crea el título de enfermero psiquiátrico (Sellán, 2007) como consecuencia, en gran medida, de la influencia de Gonzalo Rodríguez Lafora, como presidente del Consejo Superior Psiquiátrico. Este Consejo fue creado por el Decreto de 10 noviembre de 1931. Entre las competencias de este Consejo estaba la de determinar las necesidades formativas del personal responsable de la asistencia. Aunque estos desarrollos garantizan el mínimo de formación necesaria para el cuidado de enfermos mentales, el desarrollo cabal de la especialidad no se va a contemplar hasta bien entrados los años 60. Para ello fue necesaria la unificación de los títulos de enfermera, practicante y matrona en una denominación única, la de Ayudante Técnico Sanitario (A.T.S.). Con el paso del tiempo la enfermería especializada en salud mental se irá convirtiendo en el territorio propicio para una fértil colaboración con la psicología, muy especialmente, y en virtud de algunas razones que ya hemos explicado en otros trabajos, con las psicologías de corte humanista. Propondremos, para cerrar esta comunicación, una idea del cuidado que abre paso a una colaboración seguramente más fiable con la psicología y las ciencias sociales. Referencias bibliográficas Bernabéu, J. y Gascón, E. (1999). Historia de la Enfermería de Salud Pública en España (1860-1977). Murcia: Universidad de Alicante Blanco, F. (1993). J. V. Viqueira y la Psicología española de principios de siglo. Tesis doctoral inédita. Facultad de Psicología de la U.A.M. Blanco, F. y Sellán, M.C. (2005). Hacia un modelo historiográfico sobre las relaciones entre enfermería y psicología. Revista de Historia de la Psicología, 26 (2-3), 213-219 Carpintero,H. (1995). Psicopedagogía en España (1900-1936). Becarios españoles en centros europeos. Revista de Historia de la Psicología, 16 (1-2), 181-200 Carpintero, H. y Herrero, F. (2007) La Junta para la Ampliación de Estudios y e desarrollo de la psicología española. Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia, LIX (2), 181-212 Espino, J.A. (1987) La reforma psiquiátrica en la II República española. En Huertas, R, Romero, A.I. y Alvarez, R. (Coords), Perpectivas psiquiátricas, pp. 223-230. 184 Sellán, M.C. (2006) La Psicologización del Cuidado: Krausismo, Psicología y Enfermería. Revista de Historia de la Psicología, 27 (2-3), 127-134. Sellán, M.C. (2007) Identidad y conflicto en el ejercicio del cuidado. Una aproximación histórica a la dinámica de la identidad enfermera en España, Tesis doctoral inédita. Facultad de Psicología. UAM. Sellán, M.C. (2009) La profesión va por dentro. Elementos para una historia de la enfermería española contemporánea. FUDEN. Madrid. Vázquez, A. (2008) Maslow más allá de la psicología: influencias sobre las formas de pensar el cuidado. Revista de Historia de la Psicología, 29 (3-4), 269-274. 185 Ensayos de institucionalización de la Psicología en la Universidad española. La cara oculta de la historia. José Quintana Fernández Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Psicología, institucionalización cátedras, Universidad española. La pregunta por el “lugar” de la Psicología en las Instituciones superiores no tiene una respuesta unívoca para los diversos países, como tampoco la tiene para cada uno de ellos o para cada etapa de sus respectivas historias (Viqueira, 1915; Germain, 1942). Sin embargo, la respuesta acertada a la misma constituye una clave altamente fructífera para interpretar el devenir histórico de la Psicología de cada uno de ellos. De entre las muchas dimensiones del problema, dos tienen para nosotros un especial interés: una, la de la nomenclatura psicológica; otra, la de la causalidad histórica. El valor histórico de la posible respuesta a la primera depende de que el historiador tenga a su disposición un pequeño grupo de categorías básicas, bien perfiladas, sobre la “re psychologica. Tales son, p.e., las de Psicología como “ciencia”, psicología como “tecnología”, psicología como “profesión” y, paralelamente, las de “psicólogo”, “tecnopsicólogo” (psicotécnico) y psicólogo “profesional”; de modo similar, las de “enseñanza de la psicología” y “formación del psicólogo” (Binghan, 1953). Por lo que se refiere a los “caminos” que ha seguido o de los “lugares” institucionales en que ha sido instalada, las categorías “Cátedras de Psicología” (pertenecientes a Facultades universitarias de una determinada “especialidad” diferente a ella), “Escuelas de Psicología”, “Facultades de Psicología” e, incluso, otras como “Institutos”, “Departamentos” o simples “Laboratorios” de Psicología, habrán de estar bien precisadas antes de ser aplicadas al devenir de la misma (Quintana, 2004). La ausencia o la simple debilidad de tales herramientas dejarán al historiador expuesto a interpretaciones de dicho devenir incomprensibles e incluso contradictorias. Pues bien, globalmente considerada, la anterior problemática se halla incrustada en la Historiografía de la Psicología española (Quintana, 2008). Su origen reside en la forma en que la historia aparece reflejada en sus fuentes primarias: tanto en los documentos oficiales como en los relatos escritos de quienes fueron, en buena medida, agentes directos de la misma (p.e., Simarro, Rodrigo 186 Lavín, Mira, Madariaga, Mallart, Barbado Viejo, Font Puig, Zaragüeta, Yela, Pinillos, Siguán, Secadas, Monasterio, FernándezAlonso, Polaino-Lorente, etc., etc.). Con demasiada frecuencia, la lectura de las fuentes oculta o enmascara el tipo real de la “psicología” a la que se refieren o del “lugar” institucional en que la ubican (Yela, 1953). Uno de los objetivos de la Historiografía de la psicología española –en el cual incide el presente trabajo- deberá ser el esclarecimiento de la forma específica en que, en cada momento histórico, la psicología tomó cuerpo real tanto en las Instituciones del Estado como en la mente y en la pluma de los referidos agentes humanos. Ello nos obligará a una relectura crítica de las fuentes primarias. Por lo que se refiere a la segunda dimensión, y en relación con nuestra propia historia de la psicología, la investigación reciente ha comenzado a poner al descubierto el hecho de que, incluso resuelta la anterior problemática, queda aún un segundo nivel de análisis, en el que, más allá de la visión ceremonial y triunfante de la historia, el historiador logra sumergirse en la intrahistoria de los eventos, poniendo a la consideración pública su cara oscura, el mundo de las negaciones de proyectos de progreso, los ámbitos de desencuentro entre los agentes históricos, y, en todo caso, los factores retardatorios que determinaron la dirección negativa de su devenir real. Hay, sin duda, en esta actitud historiográfica un sesgo de iconoclastia, sesgo que aquí asumo, como lo hice en ocasión reciente (Quintana, 2011), porque su adopción permite ensayar hipótesis explicativas más verosímiles y más profundas de nuestra historia. Esta historia arranca del momento en que la “re psychologica” aparece por primera vez con la denominación específica “Psicología” en un Plan de estudios de Facultad universitaria con los caracteres de disciplina y “cátedra”, y llega hasta el momento en que la Psicología se instala en la Universidad con el carácter de “especialidad”. Asumido este criterio, el proceso histórico duró, grosso modo, un siglo: 1866-1967. El objeto específico de este trabajo es investigar la parte que de dicho proceso corresponde al último tercio del siglo XIX y al primero del siglo XX. Deberá ser seguido por otro que haga lo propio con el tramo 1942-1953, y, finalmente, por un tercero que cubra la etapa 1953-1966. En todos los casos, el método empleado será el del análisis cualitativo de las fuentes primarias escritas. Las utilizadas son: textos legislativos del Ministerio de Instrucción Pública, Documentos de Archivo (Archivo General de la Universidad Complutense de Madrid y Archivo General de la Administración) y textos escritos de los Psicólogos. 187 Referencias bibliográficas Besteiro, J. (1899). Prólogo a A. Binet., Introducción a la Psicología experimental. Madrid, Librería de Fernando Fé y Librería de Victoriano Suárez. Binghan, W.V. (1953). La psicología como ciencia, como tecnología y como profesión. Revista de Psicología General y Aplicada, 8(27), 361-369. Blanco, F., Ed. (1997). Historia de la psicología española. Desde una perspectiva socio-institucional. Madrid, Biblioteca Nueva. Germain, J. (1942). La formación del personal técnico para los servicios y Laboratorios de Psicología y Psicotecnia. Psicotecnia, 3(12), 527-551. Germain, J. (1954). Para la pequeña historia de la Psicología en España. Revista de Psicología General y Aplicada, 9(32), 633-642. Quintana Fernández, J. (2004). La institucionalización de la Psicología en la Universidad española. Avatares de sus Cátedras en la primera mitad del siglo XX. Revista de Historia de la Psicología, 25(2-3), 1-622. Quintana Fernández, J. (2008). El Lugar de la Psicología en la Universidad Española del Siglo XX. Madrid, UAM Ediciones. Quintana Fernández, J. (2011). José Germain y el proceso histórico de fundación de la ‘Escuela de Psicología y Psicotecnia’ de la Universidad de Madrid. Revista de Historia de la psicología, 31(2-3), 23-40. Viqueira, J. V. (1915). La enseñanza de la psicología en las Universidades Alemanas. Madrid, Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Anales, tomo XVI, Memoria 1ª. Yela Granizo, M. (1953). La enseñanza de la Psicología en España. Revista de Educación, 40(10), p. 155-159. 188 Pasado y presente de la Psicogerontología a través de la publicaciones en PsycINFO (2000-2009) Beatriz Bonete López y Esther Sitges Maciá Universidad Miguel Hernández de Elche [email protected] Palabras clave: psicogerontología, psycinfo, publicaciones. Aspectos sociológicos actuales como la inversión de la pirámide poblacional y el propio cambio en la conceptualización de la vejez, han hecho que en las últimas décadas el interés científico en el estudio del proceso de envejecer haya experimentado un crecimiento exponencial, al que no es ajena la Psicología. Así, en la actualidad la Psicogerontología emerge como un campo aplicado de gran relevancia para poder contribuir, desde el conocimiento psicológico, al bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos más longevos de nuestra sociedad (Sanduvete, 2004). Sin embargo, tal y como afirma Pinillos (1980), estamos de acuerdo que, para conocer la esencia e identidad en profundidad de cualquier disciplina, es necesario conocer su ontogenia, así como sus máximos exponentes y líneas actuales de investigación, y es por ello por lo que planteamos el presente estudio, cuyo objetivo ha sido el analizar las publicaciones científicas que se han producido en la última década en el ámbito de la Psicología indexadas en la base de datos PsycINFO. En la línea de los excelentes trabajos anteriormente realizados por Sáiz, Baqués y Sáiz (1998) y Latorre, Montañés y Serrano (1999), hemos examinado la evolución que año tras año ha tenido el término “aging” en la base de datos de la American Psychological Association: PSYCINFO, que es, como ya sabemos, una de las bases de datos más utilizada en Psicología. Como resultado más destacado, podemos constatar el considerable incremento de publicaciones científicas que se ha producido en esta temática: desde que el término “aging” se introdujese por primera vez como palabra clave en el tesaurus de la base de datos en el año 1991, el aumento de publicaciones en el tema de vejez ha sido notable, pasando de 566 entradas en el año 2000, hasta quintuplicar esta cifra 10 años después, llegando a 2901 trabajos en el año 2009. Cabe destacar, y en relación a los autores, que los que más artículos han publicado en el rango temporal anteriormente indicado (desde el año 2000 al 2009) han sido: Fischl, B.; Fjell, A.M. y Reinvang, I. con más de 70 artículos publicados por cada uno de ellos. Asimismo, se ha realizado un análisis de la procedencia académica de los autores, así 189 como de los grupos de trabajo que se han ido desarrollando y que más publicaciones han plasmado en la base de datos. Podemos destacar a su vez, que las revistas que más artículos han publicado sobre vejez han sido: “Journal of the American Geriatrics Society”, “The Journal of Neuroscience” y “The Journal of Gerontology: Series A, Biological Sciences and Medican Sciences”. Por último, y en referencia a las temáticas de los artículos estudiados, se observa el cambio que éstas han sufrido siendo, hace sólo unas décadas, las áreas más prioritarias de investigación estaban relacionadas con las enfermedades neurodegenerativas y la depresión y en la actualidad el mayor volumen de artículos versa sobre la función cognitiva, la salud o las diferencias entre edades. Con la realización de este trabajo pretendemos continuar y actualizar, en la línea de los otros dos que hemos citado anteriormente, para tener una guía útil y práctica en la investigación psicogerontológica actual, que refleje una visión panorámica de los autores más relevantes productivamente hablando y las publicaciones periódicas más fructíferas en la materia. Referencias bibliográficas Fernández-Ballesteros, R. (2006). GeroPsychology. An Applied Field for the 21st Century. European Psychologist, 11, 312-323. Giménez, E., Sevillano, A., Pérez-Díaz, J., Sancho. M.T. y Abellán, A. (2009). Análisis bibliométrico de la Gerontología y la Geriatría en España en el período 1981-2005. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 88. [Fecha de publicación: 23/02/2009]. Latorre, J.M., Motañés, J. y Serrano, J.P. (1999). Evolución de las publicaciones sobre vejez y envejecimiento a lo largo del siglo XX. Revista de Historia de la Psicología, 20, 367-376. Pinillos, J.L. (1980). Principios de Psicología. Alianza Universidad: Madrid. Sáiz, D., Baqués, J. y Sáiz, M. (1998). Una panorámica sobre la investigación en Psicología de la vejez a través del análisis de sus publicaciones (1991-1995). Anales de Psicología, 14 (1), 3-12. Sanduvete-Chaves, S. (2004). Calidad de vida en las personas mayores. Apuntes de psicología, 22(2), 277-288. 190 Because we see the world in this way. Canestrari’s (1924 – ) phenomenological interest in optical illusions. Maria Sinatra University of Bari “Aldo Moro” (Italia) [email protected] Key words: Visual perception, transactionalism, Ames’ distorted room, Ames’ trapezoidal window. In 1993, speaking about his previous research, the Italian psychologist Renzo Canestrari made a specific reference to his 1953 application of Zazzo’s attention test des deux barrages to normal and schizophrenic subjects. The importance of this essay lies in the fact that during the experimental work he became aware that the phenomenological model allowed for a more accurate interpretation of the data than the mechanical-analytical approach. The current paper aims at reconstructing this shift which in the 1950s led Canestrari to formulate alternative interpretations of certain illusory phenomena – a topic to which he dedicated attention right from the first years of his university career – namely the distorted room and the trapezoidal window, i.e. the illusory figures invented by the transactionalist ophthalmologist Adelbert Ames in the 1930s probably under the influence of Helmholtz’s principle of unconscious inference. Ames’ idea that the illusion was a demonstration of the effect of the perceiver’s assumptions about the visual world upon his perceptual experience was re-considered by Allport, Pettigrew, Pastore, Ittelson, Kilpatrick, etc. Consequently, after a brief review of the main key-points of these various perspectives in order to better specify the epistemological background of transactionalism, this paper focuses upon Canestrari’s demonstrations, which were – it should be emphasised – the outcomes of accurate and detailed examinations of those perspectives. Carried out in the same period as the research of another Italian psychologist, Angiola Massucco Costa, whose Piagetian education led her to more ‘developmental’ explanations of the phenomena and thus into dispute with Canestrari, the investigations of the latter – conducted alone (1956) or together with Minguzzi (1957) – involved the re-examination of the effects of the rotating trapezium and the monocular distorted room: according to Canestrari, these effects were due to the general tendency for perceptual regularity and 191 homogeneity, of a complex origin and partly traceable to the tendency for “good form”, rather than deriving from mere experience or from some sort of unconscious experience. Specifically, as far as the first figure was concerned, the oscillatory movement seemed to be caused by the tendency for maximum homogeneity emerging among the partial elements of a unitary structure. As regards the second figure, Canestrari and Minguzzi argued that the “perceptual straightening” was a phenomenon concerning all irregular cubic shapes: the breaking of the perceptual constancy of the properties of human beings and objects was due to the fact that the distorted room became the main reference system of the visual field. Thus, the phenomenic size of the faces had to correspond to the size of the related retinal image. Consequently, these data had nothing to do with Ames’ empirical top down explanation that based ambiguity upon experience and knowledge of the external world. However, Canestrari and Minguzzi’s belief was confirmed the following year by Allport and Pettigrew: the data they had collected among Zulus (i.e. an African native population which was supposed to live in a rural environment different from that characterised by Western buildings and would not be susceptible to forming assumptions about rectangular distal objects) revealed their lack of past experience of geometric forms. References Ames, A. (1951). Visual perception and the rotating trapezoidal window. Psychological Monoghraphs, 65, 7, whole no. 324. Canestrari, R., & Bosinelli, M. (1953). Deformazioni percettive al test des deux barrages in normali e schizofrenici. Archivio di Psicologia Neurologia Psichiatria, 14, 1-2, 188-190. Canestrari, R. (1955). Il funzionalismo nella percezione. Rivista di Psicologia, 49, 63-95. Canestrari, R. (1956). Osservazioni sul fenomeno del trapezio ruotante. Rivista di Psicologia, 50, 1, 3-22. Canestrari, R., & Minguzzi G. F. (1957). Contributions expérimentales à l'interprétation de quelques-unes des démonstrations de Ames dans la perception. In Proceedings of the Fifteenth International Congress of Psychology (pp. 271-212). Amsterdam: North Holland Publishing Company. Massucco Costa, A. (1956). Fenomenologia della percezione visiva tridimensionale in rapporto con la “Transactional Theory”. 192 Archivio di Psicologia Neurologia Psichiatria, 27, 5, 905931; 6, 1023-1060. Monacis, L. (2010). Angiola Massucco Costa. In H. Gundlach, R. Roe, M. Sinatra, & G. Tanucci (Eds.), European Pioneer Women in Psychology (pp. 125-140). Milano: FrancoAngeli. 193 Un diálogo entre F. Nietzsche, Max Weber y E. Rohde para una noción de actividad desde una interpretación genealógica de la Historia. María Ángeles Cohen García-Juez Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Rohde, genealogía, historiografía, creencia, actividad. El objetivo de este trabajo es situar a Erwin Rohde (1845-1898), filólogo clásico de formación, dentro de una Historia de la Psicología de corte genealógico así como dentro de la llamada Psicología Cultural. Rohde ejerce su actitud historiográfica consciente del hecho de que cualquier mecanismo epistemológico con el que se construya la historia está en relación dialéctica con el prejuicio sobre el relato histórico que se va a contar, sobre el proyecto general de indagación. Así, utiliza una estrategia de análisis que podríamos considerar genealógica para sacar adelante una particular noción de actividad de enorme relevancia para una psicología histórica. Rohde afirma que podemos entender la regulación social y psicológica de la Antigua Grecia atendiendo al papel regulador de la actividad y de las categorías psicológicas que cumplía la esfera de la religión, la cual pavimentaba por completo el resto de esferas que después se irían distinguiendo. Para comprender las implicaciones de la noción de creencia de Rohde y de su propuesta historiográfica, lo pondremos a dialogar con perspectivas acerca del sentido y función de la historia de autores tan distintos como F. Nietzsche y L.S. Vygotsky, así como con interpretaciones acerca del papel de la creencia para la organización de la actividad, en un sentido general, como las de M. Weber e I. Meyerson. Del mismo modo, distinguiremos esta aproximación genealógica de otros enfoques genealógicos en historia de la psicología, en los que destacan autores como Nikolas Rose o Kurt Danziger. Referencias bibliográficas Danziger, K. (1997). Naming the mind: How Psychology found its language. London: Sage. Meyerson, Ignace. (1948). Les fonctions psychologiques et les oeuvres. Paris: Vrin 194 Nietzsche, F. (2006). La genealogía de la moral. Madrid: Alianza Editorial. Original publicado en 1887. Rohde, E. (1994). Psique, la idea del alma y la inmortalidad entre los griegos. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Original publicado en 1894 Rosa, A., Huertas J.A., Blanco F. (1996) Metodología para la Historia de la Psicología. Madrid: Alianza Editorial. Rose, N. (1998). Inventing our selves: psychology, power, and personhood. Cambridge university press. Vigotsky L.S. (1993). El significado histórico de la crisis en psicología. Una investigación metodológic”. Obras Escogidas, T. I. Madrid. Viso Weber, M. (2002). La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Alianza Snell, B. (2007). El descubrimiento del espíritu. Barcelona: Acantilado 195 La historia de la “ciencia de la historia” de Lazarus (1824-1903) y Steinthal (1823-1899) Paolo Contini Università degli Studi “Aldo Moro” (Italia) [email protected] Palabras clave: Psicologìa de los pueblos, ciencia de la historia, psicología social. Un capìtulo importante para la historia de la psicología, aunque no ha sido todavía discutido dentro de la historiografía psicológica, es representado por la revista “Zeitschrift für Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft”, fundada en el 1859 por Moritz Lazarus y Heymann Steinthal con el objetivo de desarrollar y divulgar una nueva ciencia del espíritu, la Völkerpsychologie que se presentaba como una prosecución de la filosofía herbartiana. Esta disciplina, definida como ciencia del Volksgeist, ósea doctrina de los elementos y de las leyes de la vida espiritual de los pueblos, y entonces, como ciencia que tenia el objetivo de explicar con leyes matemáticas el mecanismo que desde las representaciones simples llevaba a series de representaciones, a conceptos, a ideas, hubiera tenido que contribuir a dar a la psicología una base científica. Pero la Völkerpsychologie suscitó, desde sus primeras formulaciones, reacciones críticas y discusiones, y algunas de ellas duraron, en fases distintas, a lo largo de treinta años de la revista. Con respecto a esto hay que recordar la polémica con Wundt y el lingüista Paul, por la que Steinthal introdujo en los años ochenta algunos cambios a la impostación inicial, sobre todo en el ámbito descriptivo de la Völkerpsychologie. Retomada con bases y objetivos distintos de los de Wundt, esta ha tenido en el XIX un importante desarrollo como disciplina empírica, sobre todo en Estados Unidos. A a finales del XIX, se manifestó un renovado interés por sus fundadores, como consecuencia del descubrimiento de su influencia en la formación de Wilhelm Dilthey, amigo de Lazarus en los años sesenta del XVIII.En Italia, Antonio Labriola siguió con atención la Völkerpsychologie encontrando en ella y en su impostación herbertiana inspiraciones e ideas por su interpretación del materialismo histórico. A partir de las reflexiones de Herbart sobre la sociedad y la política cuyo hilo conductor estaba construido por una cierta analogía entre psique individual y estado, esta comunicación tiene como 196 objetivo la reconstrucción de la concepción de la historia de Lazarus y Steinthal, analizada en si misma y en las relaciones con esta nueva ciencia. En este contexto, son objeto de especial atención: 1. La sucesiva tematización de Steinthal de una psicología general que estaba a la base de la psicología individual y de la psicología de los pueblos, con la parcial reducción de esta última a ciencia derivada. 2. La concepción de la historia como disciplina descriptiva y empírica de los Volksgeister constitutivos de la humanidad y , en consecuencia, 3. La “ciencia de la historia”, a la que se atribuye la tarea, coincidente con la del völkergeschichtliche Psychologie, de individuar las leyes psicológicas sobre la base de la que se realizarían los eventos históricos. En cuanto disciplina racional – que se basaba sobre la perspectiva antiespeculativa de Humboldt - tenía que poner las bases sobre las que se podían fundar la historiografía que representaba el correspondiente entre las ciencias descriptivas. 4. Un análisis puntual de la Geschichtwissenschaft como punto de unión y convergencia entre ciencias que se ocupaban de las distintas actividades y relaciones entre los hombres (geografía, fisiología, economía, antropología, etnología y psicología). Era gracias a esta colocación privilegiada que era capaz de fundar de manera verdaderamente científica la historia, librándola del estado de minoría en el que se encontraba. La distinción entre cientificidad ‘objetiva’ de la historia y el análisis de los procesos psicológicos a la base de la actividad del historiador, donde valían las leyes de la psicología individual y en particular, los tres mecanismos fundamentales: de la apercepción, de la condensación (Verdichtung) y de la sustitución (Vertretung). Referencias bibliográficas Belke, I. (1982). Die Begründung der Völkerpsychologie in Deutschland. Rivista di filosofia, 73, 192-233. Bumann, W. (1965). Die Sprachtheorie Heymann Steinthal. Meisenheim a. Glan: Anton Hain. Lazarus, M., & Steinthal, H. (1860-1890). Zeitschrift für Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft. Paul, H. (1880). Principien der Sprachgeschichte. Tübingen: Niemeyer. 197 Poggi, S. (1977). I sistemi dell’esperienza. Psicologia e teoria della scienza da Kant a Wundt (pp. 546-560). Bologna: Il Mulino. 198 Datos psicoanalíticos de la personalidad de Alejandro Magno Fernando Gil González* Universidad Complutense de Madrid [email protected] Palabras clave: Sigmund Freud, Alejandro Magno, Interpretación de los Sueños, Psicología de los personajes históricos, auto-divinización en Siwah. En el presente artículo se pretende estudiar la personalidad de una de las figuras más destacadas de la Antigüedad: Μέγας Αλέξανδρος. Nuestro protagonista sufre una serie de cambios en su personalidad provocados por la situación familiar. La postura de Filipo es paradigmática, ya que su personalidad es oscura y ambigua (Hammond, 1992). Esto se puede contemplar al ser un individuo pasional, inteligente y polígamo, siendo sentimientos esenciales en las Monarquías griegas (Carpintero, 2009; Blázquez, 1989). Todo lo que le ocurre al padre de Alejandro está potenciado por el consumo de drogas (oinopotai), y ello potencia en su personalidad un “delirium tremis” (Escohotado, 1989). Incluso se plantean problemas en su mente que son estudiados tras el proceso de la transferencia psicológica (Leaheay, 1997). Esto ya se escribió en los textos de Plutarco, “Los problemas familiares motivados por los amores y las bodas de Filipo causaron disturbios que se extendían como por prestigio en cierta manera desde el gineceo al reino, hasta provocar graves diferencias y frecuentes desavenencias” (Plutarco, 2007). La madre de nuestro protagonista, llamada Olimpíade, es una persona psicológicamente complicada. Esta hipótesis se genera por sus ataques de histeria fomentados por su marido. Dicha táctica la realiza Olimpíade con el pretexto de ser protagonista de la política macedónica (Freud, 1984). La madre de Alejandro ha sido estudiada en el presente artículo mediante la comparación de los textos históricos y los postulados freudianos (Caso de Anna O), en donde se contempla la represión libidinal a través del Psicoanálisis estructural (Leaheay, 1997). Tras esto, el entorno familiar se crea de una forma arquetípica en la sociedad antigua, debido a la existencia de un clima hostil y desfavorable. También se pueden apreciar rasgos cercanos a la misoginia, que se identifican con nuestro protagonista. Es importante * Agradecimientos a la Dra. Pilar Sánchez Balmaseda y al Dr. Enrique Lafuente Niño (Dpto. Psicología Básica I, UNED), por su atención y corrección del mismo. 199 resaltar la relación con la madre, que en ausencia del padre y el consumo de alcohol y drogas, provocará la destrucción de Alejandro. La figura de Alejandro es también muy enrevesada debido a que presenta distintas enfermedades mentales, desde su niñez hasta su muerte (Fernández, 1999), que pueden ser estudiadas mediante el estudio freudiano (Yo, Ello y Superyó) (Freud, 1984) y la profundización en los estratos oníricos; (Leaheay, 1997; Freud, 1984; Gómez, 1997). La libido de Alejandro es un tema destacado a tratar ya que el apartado sexual fomenta cambios en la personalidad de los individuos. Normalmente la sexualidad en la Antigüedad está ligada al amor y al odio. Tras esto el autor del artículo intentará ayudar al protagonista del mismo, ante la feroz postura de su padre (Freud, 1984). Este aspecto será estudiado mediante el empleo del ya conocido “Caso Juanito” (Freud, 1984) y con los encuentros amorosos con su “φιλος” Hefestión en Babilonia, donde Alejandro demostrará su interés por los hombres (Fernández, 1994, p. 17-18), con ello provocará un “Triángulo Edípico”, no resuelto por no estar identificado con el padre (Freud, 2004). La educación de Alejandro, estuvo centrada en el argumento homérico (Marrah, 2004) y fue impartida por diversos mentores, fomentó un cambio drástico en su personalidad, orientada hacia la homosexualidad como un elemento esencial en la Antigüedad (Kriegsa merad shaft) (Antiseri y Reale, 2010; Fromm, 1990; Marcuse, 1969). Dicha educación se ha comparado con los estudios de W. Reich en el Laboratorio de Infancia de Moscú. A través de las enseñanzas recibidas, la personalidad de nuestro protagonista cambiará, a través de la labilidad emocional, la locura, el ansia destructiva motivada por diversos acontecimientos históricos. Se tratará mediante el estudio de determinados elementos psicológicoinconscientes (impulsos, represiones, afectos, fantasías y vivencias de Alejandro (Reich, 1984). Es importante resaltar la interpretación de los símbolos mediante el estudio de los sueños durante su infancia por medio del “Ello” y de la Filosofía, que llevarán a nuestro protagonista a creerse la Auto-divinización en el santuario de Siwah (Freud, 2004; Reich, 1984). Referencias bibliográficas Antiseri, D. y Reale, G. (2010) Historia del Pensamiento filosófico y científico I. Antigüedad y Edad Media. Barcelona: Ed. Herder. 200 Aristóteles (2008) Metafísica. Madrid: Alianza. Aristóteles (2010) Acerca del Alma. Madrid: Gredos. Blázquez, J. Mª (1989) Historia de Grecia Antigua. Madrid: Cátedra. Carpintero; H. (2009) Historia de las Ideas Psicológicas. Madrid: Psicología Pirámide. Escohotado, A. (1989) Historia de las Drogas I. Madrid: Alianza. Fernández Villamarzo, P. (1999) Origen infantil de la sexualidad adulta. Enfoque psicodinámico. Salamanca: Amaru Ediciones. Freud, A. (1984) El Yo y los mecanismos de defensa. Barcelona: Planeta de Agostini. Freud, S. (1994) La Interpretación de los Sueños I y II Obras Completas Vol. 5. Buenos Aires: Ed. Amorrortu. Freud, S. (2004) Obras Completas Tomo IV Ensayos XXVI al XLV. Madrid: Biblioteca Nueva. Freud, S. (1988) Escritos sobre la histeria. Madrid: Alianza. Fromm; E. (1990) Lo Inconsciente Social. Barcelona: Paidós. Fromm, E. (2008) El miedo a la libertad. Buenos Aires: Paidós. Gómez Espelosín, F. J. (1997) Alejandro Magno: de la Historia al Mito. Madrid: Alianza. Hammond, N. G. L. (1992) Rey, General y Estadista. Madrid: Alianza Universitaria. Heuss, A. (1988) Grecia: El mundo helenístico II; Historia Universal. Madrid: Espasa Calpe. Justino “El Mártir” (1973) Segunda Apología, IX, 7. Madrid: Biblioteca Autores Cristianos. Lesky, A. (1989) Historia de la Literatura griega. Madrid: Gredos. Leaheay, T. (1997) Historia de la Psicología. Madrid: Ed. Debate. Marcuse, H. (1969) El hombre unidimensional. Barcelona: Ed. Seix Barral. Murrah, H-E. (2004) Historia de la Educación en la Antigüedad. Madrid: Akal. Plutarco (2007) Vida de Alejandro, Volumen VI: Alejandro y César; Agesilao y Pompeyo; Sertorio & Eumenes. Madrid: Gredos. Reich, W. (1984) Psicoanálisis y Educación. Barcelona: Ed. Orbis. Séneca (2006) De la Cólera. Madrid: Alianza Editorial 201 Meteorology and psychology: the measurement of weel-being Carmela Ferrandes Università di Bari “Aldo Moro” (Italia) [email protected] Key words: Meteorology, psychology, well-being. Maine de Biran (1766-1824) was one of the most important intellectuals in the decades between the French Revolution and the Restoration. Biran, who belonged to a family of notables and public officials, continued this family tradition and survived four regimes with various appointments. He had selftaught a philosophical and scientific education and was initially a follower of the thought of the Idéologues, particularly of Cabanis and of Destutt de Tracy, who had a great influence on elaborating his theories of development and decomposition of thought and conditioning habit. Biran published very little during his lifetime and when he died, apart from the unpublished works of a theoretical nature, four notebooks were found which included a diary written by him continually from 1814 to 1824. This itinerary first took Biran from having been closely connected to the group of the Idéologues and made him recognised as one of the masters of the antimaterialistic thought of the early Nineteenth century. Then, for the same reason, with the advent of positivism, it made him one of the representatives of spiritualistic restoration in the French area. The years from 1814 to 1824 witnessed the peak of Biran’s political career: viceprefect of Bergerac and then member of the Corps Législatif under Napoleon, with the Restoration he became the deputy of the Dordogne at the Chamber of Representatives, an office for which he was always re-elected except for the 1816 elections. Biran gets the link between atmospheric conditions and his psycho-physical experience from the theories of idéologie and from the climate/behaviour causal system so dear to the philosophes. This was a matter he also dealt with in his role as guardian of public health: as vice-prefect of Bergerac, Biran promoted, amongst other things, the foundation of a Medical Society, whose job also included drawing up a Plan of medical topography (1810), the first step towards general Statistics in France to improve the living conditions of its inhabitants. It considered the nature of the soil, its products, the healthiness of the air and of the water, eating habits, temperament and the character of 202 individuals, as well as endemic, epidemic and sporadic illnesses of men and animals. Meteorological observations represented a privileged means of investigation in the eyes of the members of Society: they were assigned to a Commission consisting of four members who were positioned in the cardinal points of the “arrondissement". They were responsible for controlling the daily changes of atmospheric phenomenon and then including them in a monthly bulletin. The man of science and government, by cataloguing the external conditioning of the organism, modified the research of happiness, a typically seventeenth century problem, in the sense of psycho-physical well-being and brought it into a medical field, planning the behaviour models. However, as regards the subterranean modifications brought by external agents, the psychologist concluded, with a forward looking viewpoint which puts the terms of research and nature of happiness into an existential sense, that it is neither obtaining nor defining happiness that counts, but only the awareness of existing conditioned by our physical state. References Azouvi, F. (1996). Maine de Biran. La Science de l’homme. Paris: Vrin. La Valette Monbrun, A.de. (1914). Maine de Biran. Essai de biographie historique et psychologique. Paris: Fontemoing. Maine de Biran (1982). Oeuvres complètes. Ed. Tisserand. Genève: Slatkine. Ferrandes, C. (1995). Maine de Biran et Rousseau: les charmes de l’écriture et de la réflexion. In Autobiographie et fiction romanesque (pp. 215-228). Nice: C.R.P.L. Sledziewski, E. Guibert. (1989). Révolutions du sujet. Paris: Méridiens Klincksieck. 203 Psicología y trabajo durante las transformación del régimen administrativo en sector de la salud en Bogota, 1980-2009. Hernán Camilo Pulido Martínez y Luz Mery Carvajal Marin Pontificia Universidad Javeriana (Colombia) [email protected] Palabras clave: Historia de la psicología, psicologización, prácticas psicológicas, apropiación. En esta comunicación se explora, en una perspectiva histórica, la relación que el conocimiento psicológico y sus prácticas derivadas han establecido con el mundo del trabajo en el periodo comprendido entre los años 1980 al 2009. Específicamente, se examinan las prácticas administrativas de personal en relación con el puesto y operaciones de la psicología que han tenido lugar en organizaciones del sector de la salud en Bogota. En Colombia, la expansión de las prácticas psicológicas en el sector de la salud es relativamente reciente. Con la privatización de la salud, la empresarialización de las organizaciones que prestan el servicio y los requerimientos de la certificación ISO, se ha despertado un marcado interés en la aplicación de las técnicas vinculadas con el manejo de los recursos humanos. Muchas organizaciones que ofrecen el servicio de salud se han visto obligadas a adoptar nuevas prácticas de personal que llevan implícito su sello psicológico (PulidoMartinez y Carvajal Marin, en prensa). Esta interacción entre las prácticas “pre-psicológicas” relacionadas con el personal y el conocimiento psicológico que traen consigo los actores que agencian este saber se ha mantenido sin una mayor consideración por parte de los investigadores (Cruz- Kronfly, F. 2007). En esta comunicación, entonces se exploran las particulares formas de apropiación del conocimiento psicológico que ocurren en el sector, a través de dar respuesta a dos preguntas centrales: ¿cuáles han sido las prácticas de personal que se han adelantado en las organizaciones del sector de la salud? y ¿cómo se han transformado estas prácticas en relación con la introducción-apropiación del conocimiento psicológico académico? La indagación se adelantó en dos hospitales universitarios de alta tecnología. El periodo indagado se estableció en relación con los cambios vinculados con el proceso de liberalización del trabajo y la salud que a nivel internacional se anunciaron a finales de la década de los ochenta, los cuales tuvieron su concreción en Colombia en la 204 década de los noventa. Las transformaciones radicales se sintetizaron en formulaciones consignadas, por ejemplo, en la ley 50 de 1990 para la reforma laboral, y en la ley 100 de 1993 para la reestructuración del sector de la salud. En términos generales se busca contribuir a la reconstrucción histórica del lugar y operaciones de la psicología dentro del mundo del trabajo en un país que más que productor es un receptor activo de este conocimiento. De acuerdo con los estudios que se concentran en el lugar que tiene la psicología en las sociedades contemporáneas (Castel, Castel, y Lovell, 1982; Herman, 1996; Pfister y Schnog, 1992) y en aquellos que examinan el proceso e implicaciones de la expansión del conocimiento psicológico a diferentes regiones del planeta (Dgafal, 2004; Molinari, 2004; Castro y La Fuente, 2007; Van Elteren, 1992; Louw, 2007), más que preguntarse por la constitución de la disciplina, o por las contribuciones colombianas a la empresa universal de la psicología, esta comunicación se focaliza fundamentalmente en qué hace el conocimiento psicológico y sus prácticas derivadas, que ejercicios de administración del mundo del trabajo cuando se apropia, adapta, replica e hibridarse dentro del sector específico de la salud. Referencias bibliográficas Castel, R. Castel, F & Lovell, A. (1982). The Psychiatric Society. New York. Columbia University Press. Castro, J. & La Fuente, E. (2007). Westernalization in the mirror: On the cultural reception of western psychology. Integrative psychological Behavior, 41, 106-113. Cruz-Kronfly, F. (2007). Del Humanismo Administrativo en crisis: Rupturas Paradigmáticas. Cali. Artes Graficas del Valle. Dagfal, A. (2004). Para una estética de la recepción de las ideas psicológicas. Frenia, 4, 2, 7-17. Hollway, W. (1991). Work Psychology and Organizational Behaviour. Managing the Individual at Work. Londres. Sage. Herman, E. (1996). The Romance of American Psychology. University of California Press. Louw, J. (2007). Using history to understand psychology in non western countries. Disponible en journals.zpid.de/index.php/PuG/article/view/311/347. Molinari, J.M. (2004). Hacia una nueva geopolítica de la psicología: prospectiva, conceptos y tendencias. Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina, 50, 1, 25-33. 205 Pfister, J. & Schnog, N. (1992). Inventing the Psychological. Toward a Cultural History of Emotional Life in America. New Haven. Yale University Press. Pulido-Martinez, H.C. & Carvajal-Marin, L.M. (en prensa). Construyendo un sentido en común dentro del área de recursos humanos de un hospital universitario en Bogotá. Universitas Psychologica. van Elteren, M. (1992). Psychology and sociology of work in the Netherlands within the Anglo-American orbit. In H. Loeber. (ed). Dutch-American Relation 1945-1961 A Partnership Illusions and Facts, 153-178. Assen. Van Gorcum. 206 Revisión histórica de las teorías sobre la memoria autobiográfica José Tomás Boyano Moreno Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: memoria autobiográfica, emoción, esquemas. El modelo de memoria autobiográfica de Conway y PleydellPearce (2000), Self-Memory System (SMS), enfatiza el papel del yo y las metas activas del individuo en la configuración de la memoria personal. En esta comunicación se rastrean sus antecedentes, que cristalizarían en los trabajos pioneros de Bartlett. En la segunda mitad del XIX, Ribot (1878) impulsa la investigación psicopatológica de la memoria, mediante la identificación de trastornos específicos. Según Ribot, necesitamos resumir la experiencia para poder recordar. Desde la sociología francesa, heredera de Durkheim, Blondel (1919) propuso que el entorno social proporciona un marco conceptual, que guía la percepción de la realidad. Halbwachs (1925), en su teoría sobre los Marcos Sociales de la Memoria, analizaba la influencia de costumbres o hábitos sobre la memoria individual. Bartlett, influido por Rivers (1894), recogió estas ideas para explicar los procesos de convencionalización, la transformación de los elementos culturales al ser asimilados por otras culturas. Con la crítica a Ebbinghaus, se inicia el análisis de la función de la memoria en la vida diaria. Bartlett (1932) comprobó experimentalmente que la memoria no funciona como copia literal de la experiencia. Para explicar sus datos, utilizó el concepto de esquema, que Henry Head (1926) había aplicado a la información postural, implicada en la coordinación motora. El uso de esquemas explicaría los errores y distorsiones típicos de la memoria humana, pero también su flexibilidad para enfrentarse a situaciones nuevas. Los esquemas serían patrones activos, que organizan la experiencia y se actualizan de forma dinámica. Por tanto, Bartlett ha influido en la consideración actual de la memoria como un proceso reconstructivo, que involucra las experiencias previas y los significados atribuidos a los eventos. Pierre Janet (1928), en Francia, llegaría a una consideración análoga de la memoria, como un proceso narrativo que se construye en el momento de recordar. Frente a Ebbinghaus, Bartlett analiza el fenómeno de la memoria desde un punto de vista holístico, incluyendo factores 207 emocionales. James (1890) ya argumentaba que la memoria implica, además de imágenes sensoriales, la conciencia del estado mental vigente cuando ocurrió el evento y, por tanto, distintas imágenes del yo en el pasado. La memoria personal, para James, integra un componente afectivo. Si los recuerdos son identificados como partes de mi pasado, es debido a su cualidad íntima y cálida. La sensación de familiaridad, explorada por Höffding (1891) en fenómenos de reconocimiento inmediato, permite distinguir el recuerdo de la fantasía, enfatizando las características fenomenológicas de la memoria autobiográfica, definida por la sensación de revivir el evento. Bartlett otorga un importante rol en la memoria a los objetivos, deseos e intereses del sujeto. La concepción de Brentano del acto mental, como acto intencional dirigido a objetos externos, permitirá analizar el papel del yo e introducir conceptos propositivos. Desde la escuela de Würzburg, dirigida por Külpe, psicólogos como Marbe, Mayer y Orth, Ach, Watt, Messer y Bühler llevaron a cabo, entre 1900 y 1907, un programa de investigación, mediante el método de introspección experimental sistemática. En este contexto, Betz había investigado el concepto de actitud –Einstellung-, la predisposición o tendencia que acompañaría a otros contenidos de conciencia -Vorstellung-, como las imágenes propuestas por Wundt. A partir de la reacción crítica de Wundt, Külpe no volverá a incluir en sus libros ningún capítulo dedicado al pensamiento. Sin embargo, esta visión global de los procesos perceptivos y cognitivos, en los que el organismo juega un papel activo, sería asumida tanto por Bartlett como por la Gestalt. Bartlett postuló que el individuo, al recordar, parte de una actitud, que incluye componentes afectivos y evaluativos. Después, se completa la información con datos procedentes del esquema, de forma que el resultado final supone la justificación de la actitud inicial. Los elementos que Bartlett integra para explicar los procesos de memoria – flexibilidad, papel activo del individuo e influencia del afecto- han sido articulados, con mayor operatividad, por Conway y Pleydell-Pearce, para formular el modelo SMS, en el que los recuerdos autobiográficos son construcciones mentales transitorias, guiadas por un yo operativo. Partiendo de las metas activas, el working self modula el acceso al conocimiento autobiográfico conceptual y a la memoria episódica, que constituyen la base de conocimientos autobiográficos, constructo desarrollado a partir la noción bartlettiana de esquema. 208 Referencias bibliográficas Bartlett, F. C. (1932). Remembering. Cambridge, UK: Cambridge University Press. Blondel, C. (1919). La Conscience morbide. Essai de psychopathologie générale. Paris: Alcan. Conway, M. A. y Pleydell-Pearce, C. W. (2000). The construction of autobiographical memories in the self-memory system. Psychological Review, 107, 261-288. Halbwachs, M. (1925). Les Cadres Sociaux de la Mémoire. Paris: Alcan. Head, H. (1926). Aphasia and kindred disorders of speech. Cambridge, England: Cambridge University Press. Höffding, H. (1891). Outlines of Psychology. London: Macmillan. James, W. (1890). The Principles of Psychology. New York: Henry Holt. Janet, P. (1928). L´Evolution de la Mémoire et de la Notion du Temps. Paris: A. Chahine. Ribot, T. (1878). Les Maladies de la mémoire. Paris: Baillière. Rivers, W. H. (1894). Review of O. Külpe´s “Grundiss der Psychologie au experimenteller Grundlage dargestellt”. Mind, NS. III, 413-417. 209 La Historia de la Psicología del Deporte desde la perspectiva de los países del Este Omar Estrada Contreras y Luis Gustavo González Carballido Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: Historia, Psicología, Educación Física, Deporte, psicología Soviética. La psicología del deporte es un área relativamente joven, cuyo objeto de estudio “lo constituyen las particularidades psicológicas de la actividad deportiva y del deportista” (García, S. 2000) Aunque el primer laboratorio de psicología del deporte del mundo fue establecido por Carl Diem en el año 1920. Del mismo se derivan un conjunto de tareas tales como el estudio de los fundamentos psicológicos, de la preparación física, técnica y táctica; las particularidades psicológicas de la personalidad del deportista, los fundamentos psicológicos del entrenamiento, la competencia y los diferentes deportes y la preparación psicológica del deportista para la competencia. Fue sin duda en la antigua Unión Soviética y gracias al trabajo de psicólogos tales como Rudick, Puni y Hanin, donde el área llegó a consolidarse, emergiendo como disciplina de estudio y campo aplicado entre los años 1947 – 1957. En la Unión Soviética fue donde se acuño y se introduce el término “preparación psicológica”, gracias a los trabajos de los anteriores psicólogos. Sus trabajos de centraron en las necesidades y demandas de cada deporte y deportista. En los inicios de los años 60, la preparación psicológica para las competencias, en función de la observación sistemática de las demandas psicológicas y las necesidades especificas de cada deportista. En los países de Europa del Este, los principales fueron RDA y Checoslovaquia. En la RDA se reorganizaron centros con tradición más espáticos y se centraton en tres ares: aprendizaje motor, relación activación fisiiologga y la preparación competitiva y las técnicas de observación. En cambio en Checoslovaquia se creó la Sociedad Nacional de Psicólogos del Deporte, en 1954, con Miroslav Vanek como referente. En Cuba se creó en 1966 el Instituto de Medicina del Deporte y seis años después su departamento de Psicología. Sus primeros especialistas, Licenciados de las Facultades de Psicología sin cursar la especialidad deportiva, se formaron en la práctica profesional bajo la tutela del psicólogo soviético Vadim Fedchenko. En Cuba se hizo 210 gran hincapié en el trabajo a pie de campo, y desde allí inicio la investigación sobre técnicas de evaluación, control y entrenamiento, así como sobre programación y periodización del entrenamiento psicológico En Cuba hallamos dos periodos: un primer periodo:: pasos iniciales del arreglo didáctico psicología de la educación física y el deporte (1961 - 1975) después de creado el Instituto Nacional de Deporte la Educación Física y Recreación, INDER, que se inicia de forma escalonada un proceso gradual de transformaciones en la formación de los recursos humanos, que influirían de forma decisiva en el desarrollo ulterior de los participantes en la Educación Física, el Deporte y la Recreación. La apertura de los primeros centros educacionales, pertenecientes al organismo central de estado, INDER, asumen en su currículo, el arreglo didáctico psicología de la educación física y el deporte, como formación básica en los recursos humanos, encomendándose su introducción y desarrollo, al Dr. Osmel Martínez Rangel, al completar su formación como profesor universitario en la antigua Unión de Repúblicas Socialista Soviética, URSS, inicio su peregrinación por las distintas escuelas deportivas de todo el país, actualizando a los profesores que impartían el arreglo didáctico psicología de la educación física y el deporte. El segundo período: del arreglo didáctico psicología de la educación física y el deporte desde la universidad (1976 - 1986). En 1976, aparece oficialmente la primera Universidad del Deporte, , dirigida por el Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación, INDER. En este periodo, adquirían una importante experiencia en la psicología de la educación física y el deporte, certificando los primeros programas y planes de estudios para las monografías de estas en el mapa curricular de la carrera de Cultura Física. Los primeros profesores universitarios, asumen la visión de las escuelas europeas, en la que se destaca el catedrático Puny (1962), los valiosos aportes de Pavlov (1966) a la neurofisiología contemporánea, y concretamente, a la teoría reflexológica soviética, Vanek (1970), Rudick (1973, 1974), Kunath (1976), Rokusfalvy (1984), Gorbunov (1988), los estudios del profesor Lesgaft en Rusia, que forman parte del banco bibliográfico sobre los que los primeros especialistas cubanos, abren sus puertas al conocimiento de la psicología de la educación física y el deporte. Referencias bibliográficas Dosil, D. J. (2008) Psicología de la actividad física y el deporte. (2ª ed.) Madrid: McGraw Hill. 211 Mora, M. J. A. (2003) Historia y panorama actual de la psicología del deporte en Andalucía. Revista de Psicología General y Aplicada, 56 (4), 413-420. Olmedilla, Z. A., Garcés de los Fayos, R. E. J. y Nieto, G. G. (2002). Manual de Psicología del Deporte. (1ª ed.) Murcia, España: DM. Librero. Pérez-Córdoba, E. y Caracuel, J. C. (1996) Psicología del Deporte. Investigación y Aplicación. Malaga: Instituto Andaluz del Deporte. Riera, J. (1985) Una introducción a la psicología del deporte. Barcelona, Martínez Roca. Valdés, H. (1998): Personalidad y deporte: avances imprescindibles para el educador físico. Barcelona: INDE. Weinberg, R. S. y Gould, D. (2010) Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio Físico. (4ª ed.), Madrid, Editorial Medica Panamericana. Williams, J. M. (Ed.) (1991/1992). Psicología aplicada al deporte. Madrid: Biblioteca Nueva. 212 Una historia de la psicología del deporte Eugenio Pérez Córdoba Universidad de Sevilla [email protected] Palabras clave: Historia, Psicología, Deporte. Para hablar de la historia de la psicología del deporte, es necesario trasladarnos a los orígenes de la psicología, es decir una base común, pero que en ciertos momentos históricos y metodológicos ha tomado su propio rumbo, pero nunca se ha desligado de la misma. En este resumen abordaremos una versión de la historia de la psicología del deporte basado en cuatro periodos que consideramos fundamentales. 1. Los comienzos (1879-1919) En este periodo inicial de la psicología hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, consideramos la base de los trabajos de Wundt, Watson, Thorndike y Becterev. Pero en psicología del Deporte solo se presentan algunas investigaciones sueltas, sin embargo no hay formación ni aplicación sistemática, solo hay libros aislados que hablan del tema. 2. Periodo entre guerras (1920-1945) En este periodo encontramos dos países que generan la mayor cantidad de aportación en psicología del deporte, la URSS y USA. En el apartado investigación vemos que USA en 1920 se enfoca en estudios del deporte universitario y en 1938 del deporte profesional, las líneas de investigación que se abordan son el Tiempo de Reacción, Personalidad, Habilidad Motriz y el Aprendizaje Motor. Por su parte la URSS en 1920 crean dos Institutos de Cultura Física y en 1930 se crea un Consejo Superior del Deporte. En el apartado de Docencia vemos que en la URSS hay creación de Revistas y Cursos dirigidos para los entrenadores, inclusive en USA hay también manuales y cursos para los entrenadores, no para psicólogos. En el apartado de Intervención, la URSS plantea un trabajo indirecto con los deportistas a través de la figura del entrenador. Hubo tres líneas de intervención, motivación, poder mental y tensión 213 precompetitiva. En USA hubo tres líneas de trabajo, aprendizaje motor, personalidad y liderazgo. Sin embargo Griffith en 1925 tuvo intervención directa con la Universidad de Illinois y en 1938 trabajo con los Chicago Cubs, un equipo de Beisbol. 3. Después de la segunda guerra y antes del primer congreso mundial (1946-1964) En el apartado de Investigación vemos que la URSS crea laboratorios para evaluar la personalidad, el aprendizaje motor, empleando pruebas específicas y registros fisiológicos. Por su parte en USA investigan acerca de las habilidades motrices, temas perceptivos empleando experimentos de laboratorio primero para la selección de pilotos para la guerra y después para el deporte universitario. Pero Europa Occidental se adentra más en esta área, ya que en la Republica Federal Alemana se estudia el papel de las instrucciones, Italia estudia la personalidad, Francia estudia la Motivación y Gran Bretaña el efecto de la práctica sobre la Inteligencia. En el apartado de Docencia, vemos que en general hay una dispersión muy grande entre la teoría y la metodología, no hay una formación reglamentada, básicamente la formación va dirigida a los entrenadores. En la Intervención, vemos que en la URSS hay aplicaciones aisladas, se trabaja el ideamiento motor y entrenamiento autógeno, además Vanek en la Olimpiada de Tokio 64, utilizo técnicas de moldeamiento. Por su parte USA sigue empleando en su mayoría el método indirecto, trabajando la personalidad y el aprendizaje motor. En Europa Occidental el abordaje es más teórico, haciendo énfasis en el evaluación y el diagnostico 4. Consolidación (1965-1985) Hay una consolidación a nivel mundial de la psicología del deporte, en 1965 se da el primer congreso mundial en Roma, en 1973 el tercer congreso mundial en Madrid. Se crean las asociaciones, en 1967 la Estadounidense, en 1968 la Europea y en 1986 en la APA la línea 47 Exercise and Sport Psychology. Se desarrollan una gran cantidad de revistas y manuales relevantes. La URSS aborda la intervención directa con los deportistas y establece objetivos a corto y largo plazo a partir de la Olimpiada de México 68. Por su parte USA a partir de la Olimpiada de Los Angeles 84 hace una preparación psicológica importante. 214 En España, los pioneros de la psicología del Deporte fueron J. M. cagigal, J. Roig Ibañez y J. Ferrer Hombravella, se establecen en 1987 la FEADP y la APDA, impartición de esta asignatura como tal, pero la aplicación más grande se tuvo en las Olimpiadas de Barcelona 92. En general ha habido un aumento considerable de formación, investigación e intervención. Referencias bibliográficas Dosil, D. J. (2008) Psicología de la actividad física y el deporte. (2ª ed.) Madrid: McGraw Hill. Mora, M. J. A. (2003) Historia y panorama actual de la psicología del deporte en Andalucía. Revista de Psicología General y Aplicada, 56 (4), 413-420. Olmedilla, Z. A., Garcés de los Fayos, R. E. J. y Nieto, G. G. (2002). Manual de Psicología del Deporte. (1ª ed.) Murcia, España: DM. Librero. Pérez-Córdoba, E. y Caracuel, J. C. (1996) Psicología del Deporte. Investigación y Aplicación. Malaga: Instituto Andaluz del Deporte. Riera, J. (1985) Una introducción a la psicología del deporte. Barcelona, Martínez Roca. Weinberg, R. S. y Gould, D. (2010) Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio Físico. (4ª ed.), Madrid, Editorial Medica Panamericana. 215 Intelligence as a life function: revisiting W. James’ and H. Bergson’s psychological teleology Paulo Jesus y Maria Formosinho Oporto Lusophone University (Portugal) [email protected] Key words: Intelligence, consciousness, William James. W. James and H. Bergson seem to hold a strong continuity between life and intelligence, the latter being conceived as an evolutionary stage of the former. Hence, the ultimate logic of intelligent action would be fully bio-logical, that is to say that it encompasses a teleological mode of functioning, the power of positing and attaining ends (more recent versions of the same stance can be found in Jonas, 1966; and Piaget, 1967). Oddly enough, however, intelligence does not deserve a specific place in W. James’ psychological thought. In fact, there is no single chapter devoted to intelligence in both long and briefer work on The Principles of Psychology. Now, one must wonder what this apparent neglect means: Is it a way of relegating intelligence to a secondary functional position within the system of human psychological functions? Does it testify to a non-specific conception of intelligence? Or is it rather a sign of the epistemological immaturity of the psychology of intelligence at the time? Upon identifying and examining the main passages where W. James makes reference to “intelligence” in the abovementioned texts, one must acknowledge a very broad definition of intelligence that points to the semantic identity between “intelligence” and “mentality”. The first occurrence deals with the very definition of an ontological realm of mental phenomena in order to establish the epistemological legitimacy of Psychology as a positive and empirical science. In so doing, W. James attempts to demarcate the territory of “mind” by distinguishing two contrastive notions of ends of activities, one that correlates with a vis a fronte (“an ideal purpose presiding over the activity from its outset” and exerting a kind of attractive force upon it) and another one that relies simply on a vis a tergo (converting the end into “a mere passive result”) (James, 1890/1959: 7-8). He then reaches the following conclusion that supplies a general principle for differentiating “inorganic materials” and “intelligent agents”: “The pursuance of future ends and the choice of means for their attainment are thus the mark and criterion of presence of mentality in a 216 phenomenon. We all use this test to discriminate between an intelligent and a mechanical performance.” (James, 1890/1950: 8.) As W. James describe it, mentality or intellectuality are synonyms and allow of evolutionary degrees whose opposite extreme poles are the automatism of reflexes, at the bottom, and the power of will and effort (accompanied by a proportional complication of consciousness), at the top. That is why he closes the chapter on the functions of the brain by defending that, in sharp contrast with the peripheral nervous systems, “All nervous centres have then in the first instance one essential function, that of ‘intelligent’ action. They feel, prefer one thing to another, and have ‘ends’.” (James, 1890/1950: 79.) It follows that the dynamic flow of consciousness constitutes the main manifestation of intelligence for it can flexibly adapt the organism to the finest variations of the environment. More specifically, the flow of consciousness prefers or chooses some of the incalculable sensations available, and, thanks to its recollective power or memory, can set the ends of desire and select the appropriate motor discharges that become desired as means to those ends. Thus, in the last analysis, intelligence is a mode of action and a life strategy. According to our general hypothesis, such conception invites one to place W. James’ views on intelligence in the context of the teleological vitalism of the late 19th century whose most gifted representative would be, to James’ mind, the philosopher of the durée, H. Bergson (see also Kallen, 2007). In effect, on analyzing the distinctive and yet overlapping characteristics of matter and memory, Bergson (1896/2007) elaborates a theory of mind and life that resonates profoundly with the Jamesian account. References Bergson, H. (1896/2007). Matter and Memory (Engl. transl.). New York: Cosimo. James, W. (1890/1950). The Principles of Psychology (2 vols.). New York: Dover. Jonas, H. (1966). The Phenomenon of Life: Toward a Philosophical Biology. New York: Harper. Kallen, H. (2007). William James and Henri Bergson: A Study in Contrasting Theories of Life. Whitefish, MT: Kessinger. Piaget, J. (1971/1967). Biology and knowledge: An essay on the relations between organic regulations and cognitive processes (Engl. transl.). Chicago: University of Chicago Press. 217 Recursividad, lógica, matemáticas y música: la figura de JeanPhilippe Rameau (1683-1764) Sergio Mota Verdura y José Manuel Igoa González Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Recursividad, lógica, matemáticas, música, Rameau. El concepto de recursividad surge en el contexto de las ciencias formales, en concreto dentro de la lógica y las matemáticas (Lobina y García-Albea, 2009). El significado matemático primario de recursividad es el de definición por inducción (Kleene, 1952; Soare, 1996). Un buen ejemplo de aplicación de la definición por inducción se identifica con el desarrollo de las funciones recursivas primitivas (Kleene, 1952). Además, la noción de recursividad se relaciona con la definición inductiva (Kleene, 1952). De hecho, la aplicación de ésta última sustenta o posibilita la aplicación de aquella (Kleene, 1952). Un ejemplo de esto último se puede encontrar en la obra de Wittgenstein Remarks on the foundations of mathematics (1956), en relación con la definición de los números naturales. El concepto de recursividad así establecido, es adoptado por la ciencia cognitiva del lenguaje (Chomsky, 1955/1975, 1965, 1995), y de la música (cf. Lerdahl y Jackendoff, 1983; Katz y Pesetsky, 2009), sufriendo adaptaciones tanto en su definición como en su aplicación. En lo que respecta al dominio de la música, la aplicación del concepto de recursividad se ha realizado sobre, lo que se podría denominar, la dimensión «horizontal» de la música, esto es, la dimensión melódica y los rasgos temporales –por ejemplo, la duración y el acento– (cf. Lerdahl y Jackendoff, 1983). Sin embargo, JeanPhilippe Rameau (1683-1764), en su Traité de l´harmonie reduite à les principes naturels (1722), aplica el concepto, tal y como se definirá en lógica matemática, sobre la dimensión «vertical» de la música, esto es, sobre la relación armónica de las notas que configuran un acorde. Mediante la aplicación recursiva deriva, partiendo del acorde fundamental, el acorde de sexta y, desde éste, el acorde de seiscuatro (Neubauer, 1986). Referencias bibliográficas Chomsky, N. (1955/1975). The logical structure of linguistic theory. New York: Plenum. 218 Chomsky, N. (1965). Aspects of the theory of syntax. Cambridge, MA: MIT Press. Chomsky, N. (1995). The minimalism program. Cambridge, MA: MIT Press. Katz, J. & Pesetsky, D. (2009). The identity thesis for language and music. [http://ling.auf.net/lingBuzz/000959]. Kleene, S. (1952). Introduction to metamathematics. Amsterdam: North-Holland Publishing Company. Lerdahl, F. & Jackendoff, R. (1983). A generative theory of tonal music. Cambridge, MA: MIT press. Lobina, D. J. & García-Albea, J. E. (2009). Recursion and cognitive science: Data structures and mechanisms. In N.A. Taatgen & H. Van Rijn (Eds.), Proceedings of the 31st Annual Conference of Cognitive Science Society (pp. 1347-1352). Austin, TX: Cognitive Science Society. Neubauer, J. (1986). The emancipation of music from language. Departure from mimesis in eighteenth-century aesthetics. New Haven: Yale University Press. Rameau, J.P. (1722). Traité de l´harmonie reduite à les principes naturels. Standford: Standford University Library. Soare, R (1996). Computability and recursion. The Bulletin of Symbolic Logic, 2, 284-321. 219 Creative kindness: Looping effects or myriad ways of a psychological category* Floor van Alphen Universiteit van Ámsterdam (Holanda) [email protected] Palabras clave: Clases humanas, Prácticas psicológicas, Historia, Categorización científica. According to Ian Hacking human kinds, or the kinds found in the human and social sciences, perform looping effects. Human beings are not indifferent to their scientific classification, and with their subsequent reaction the classification changes. Psychology too is supposed to be subject to these effects that make scientific knowledge appear capricious. However, a closer examination of a prototypical psychological category but atypical human kind, creativity, suggests that looping effects might not occur throughout psychology. The scientific classification of creativity has not been very successful, due to its heavy historical and cultural burden. Yet, for being overloaded with value, it can hardly be denied that creativity is a human kind. Kurt Danziger’s approach of psychological categories suggests that they are value laden human kinds not only for looping but also for their derivation from the cultural and historical context. This approach seems more appropriate than Hacking’s in the case of creativity. Also because it acknowledges the difference between applied and fundamental psychology. As illustrated by creativity, looping effects occur for applied psychological categories, however not for their fundamental counterparts. This has some interesting philosophical and psychological implications. References Bowker, G. C. & Star, S. L. (2002). Sorting things out: Classification and its consequences. Cambridge, MA: The MIT Press. Danziger, K. (1997). Naming the Mind: How psychology found its language. London: Sage. Danziger, K. (1999). Natural kinds, human kinds and historicity. In W. Maiers, B. Bayer, B. Duarte Esgalhado, R. Jorna, and E. * Parte del trabajo fue publicado como: Efectos bucle en las categorías psicológicas: una exploración. Psiencia, Revista Latinoamericana de ciencia psicológica, 2010, 2(2): 114-121. 220 Schraube (Eds.), Challenges to theoretical psychology. Ontario: Captus Press Inc, pp. 78-83. Gibson, H. (2005). What creativity isn’t: The presumptions of instrumental and individual justifications for creativity in education, British Journal of Educational Studies, 53, 148167. Hacking, I. (1995). The looping effects of human kinds. In: D. Sperber, D. Premack and A. Premack (Eds.), Causal Cognition: An Interdisciplinary Approach, Oxford: Oxford University Press, pp. 351-383. Hacking, I. (1999). The Social Construction of What? Cambridge, MA: Harvard University Press. Martínez, M. L. (2009). Ian Hacking’s proposal for the distinction between natural and social sciences, Philosophy of the Social Sciences, 39, 212-234. Simonton, D. K. (2005). Creativity in the arts and sciences. In M. C. Horowitz (Ed.), New Dictionary of the History of Ideas. Detroit: Charles Scribner’s Sons, pp. 493-497. Sternberg, R. J. (2005). Creativity or creativities? International Journal of Human-Computer Studies, 63, 370-382. 221 222 TEMAS LIBRES 223 224 I.A. Sikorsky’s (1842-1919) scientific heritage Darya Zharova Nizhniy Novgorod (Rusia) [email protected] Key words: Children’s psychology, Mental development, Pedagogical psychology, Education,Training. Ivan Alekseevich Sikorsky (1842-1919) was a Russian psychiatrist, psychologist and teacher, Doctor of Medicine. Moreover, he was the father of outstanding Russian and American aircraft designer, Igor Ivanovich Sikorsky. Professor I.A. Sikorsky was an honorary member of the Society of Russian doctors, the Kiev Ecclesiastical Academy, French and Belgian medical societies; the chairman of the Kiev psychiatric society. He was chosen a member of the International Society of Experimental Pedagogy for priority research in the field of the experimental pedagogical psychology. I.A. Sikorsky established his own journal, “The questions of psychological medicine”, being its editor since 1896. In 1904 he founded the Medical Teacher Training Institute for mentally retarded children in Kiev. On I.A. Sikorsky’s initiative the Female Teacher Training Institute was founded in Kiev in 1908. I.A. Sikorsky also instituted the first Frebelevsky Institute in the world (the Institute of child psychology) in Kiev in 1912 [1;47]. The first in Russia experimental research in the field of pedagogical psychology, under the title “About the phenomena of intellectual exhaustion of children of school age” (1878-79), belongs to I.A. Sikorsky. Thus he was the first in the pedagogical field to raise the question of organizing teaching process according to objective laws of mental activity of children [3;132]. I.A. Sikorsky’s work “About the phenomena of intellectual exhaustion of school age children” was published in France and Belgium; in Great Britain in 1880. The similar research was organized by L. Burgershtein in Austria, by E. Kraepelin in Germany, etc. In 1882 I.A. Sikorsky addressed to the International Congress on Hygiene with the report “About problem children in relation to education” in Geneva. I.A. Sikorsky’s monograph «Soul of the child» had special popularity in Germany where it was used as the teaching aid for preparation of pedagogical personnel. I.A. Sikorsky was one of the first Russian scientists who paid steadfast attention to the key importance of the early childhood for 225 education. His systematis research dealt with the development of children in the first years of life (“Education at the age of the first childhood”, 1884). This research was the first one in the Russian science. I.A. Sikorsky generalized results of supervision over his own children, and also children in the Petersburg Educational House in his work. The scientist accurately defined the importance of research on problems of child development for various areas of scientific knowledge and for practical work in the field of education and training [7; 84]. Thus, at the beginning of the 20th century I.A. Sikorsky’s statement about the problem of intellectual education of early and preschool age children put in the forefront a number of actual educational-psychological problems. One of the most important issue was the creation of a new type of education based on profound knowledge of child psychology. According to I.A. Sikorsky, the accumulation of objective data about child’s psychic, about intellectual development will allow to create such pedagogic expedient conditions which will provide high-grade intellectual development [2;175]. I.A. Sikorsky took the most active part in public life. A number of his works touched upon the social issues of alcoholism, drug addiction, prostitution, suicide and other. And as the researcher E.I. Kolchinsky pointed out, the First Moscow Congress of the Russian Psychiatrists (in January in 1887) showed a particular concern about the questions of moral degeneration of the nation and increase in number of mental diseases and suicides. I.A. Sikorsky’s monograph “About stutter” (was translated into German) has special importance for modern scientific knowledge. At present I.A. Sikorsky’s book draws the attention of speech pathologists, psychologists, pediatricians, neurologists, psychiatrists and all clinical experts dealing with the problems of stutter. About hundred scientific works were published by I.A. Sikorsky. Thanks to originality of thought and deep pithiness, their urgency, the theoretical and practical importance aren’t lost nowadays [1;95]. References A.A. Nikolsky «Age and pedagogical psychology in pre-revolutionary Russia» (1995) E.V. Omelchanko «The comparative analysis of development of children's psychology in countries of Western Europe 226 (England, Germany, France) and Russia of the end XIX – the beginnings of XX centuries» (Moscow, 2007) I.A. Sikorsky «About the exhaustion phenomena in mental work of school age children» (Health. 1879 № 104); I.A. Sikorsky «Education at the age of the first childhood» (1884) I.A. Sikorsky «The psychological bases of education and training» (Kiev, 1909) 6. L.N. Obolensky New science "pedology" (1900) M. Basov «The general bases of a pedology» (1931) 227 Hacia una teoría general de la acción: Samuel Stouffer (19001960) y la ingeniería de las actitudes Manuel Sánchez de Miguel y Luis María Iturbide Luquin Universidad del País Vasco [email protected] Palabras clave: Guerra Psicológica, Historia de la Psicología Social, Actitudes. El presente trabajo trata sobre los primeros estudios psicosociales norteamericanos realizados en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y utilizados por el aparato de Inteligencia y Servicios de Investigación Psicológica dependientes de la Secretaría de la Guerra (Secretary of War, USA). Para ello se ha tomado como ámbito cronológico el periodo comprendido entre los años 1930 y 1950, y cómo ámbito geográfico los EE.UU. y los territorios en los que intervino militarmente. En concreto, el Research Branch, institución dependiente de la Secretaría de la Guerra, inicia su andadura en el año 1941 con el público propósito de realizar un estudio sobre las actitudes de los hombres alistados en la armada durante la Segunda Guerra Mundial. Samuel Stouffer (1900-1960) coordinó dicho trabajo de corte sociológico y psicosocial, que en buena medida quedó plasmado en el popular compendio de 4 obras The American Soldier, publicado a finales de la década de los 50. Stouffer supo rodearse de un equipo de jóvenes investigadores, profesores y consultores procedentes de las universidades norteamericanas, y concretamente, del ámbito de la psicología social y de la sociología. Trabajaron sobre las primeras escalas de actitudes que fueron medidas en cerca de 500.000 soldados, generando más de 200 cuestionarios diferentes y cerca de 300 informes. Toda esta información sirvió para que se diera un amplio despegue de la estadística y psicometría en los EE.UU, además de proporcionar importantes datos para los diferentes departamentos que dependían de la Secretary of War, entre otros, la OSS (Office of Strategic Services) dirigida por William Donovan y la Psychological Warfare Division bajo el mando del General Robert McClure. No tardaron en darse los primeros desencuentros entre los universitarios (personal civil de la OSS) y los militares, habida cuenta que Donovan se sirvió de la producción científica del equipo de Stouffer -conocida como “psicología blanca”- para su aplicación en la 228 guerra psicológica -psicología negra- contra las fuerzas del eje, en respuesta a los trabajos que el régimen nazi había desarrollado desde la psicología alemana. En esta delicada situación entraron en conflicto los valores democráticos que hasta entonces habían guiado la sociedad norteamericana y los intereses bélicos nacionales de los EE.UU. que trataban de forjar una nueva ingeniería psicosocial, una ingeniería dotada de nuevas y revolucionarias técnicas capaces de influir en las actitudes de las personas y en la manipulación de los mass media, tal cual fue el caso de la conocida serie filmográfica Why we fight? dirigida por Frank Capra,. La serie fue aplicada masivamente a la tropa americana en los centros de adiestramiento y reconducida posteriormente a la población civil de los EE.UU Cobra especial relevancia la lectura y análisis del documento secreto interno enviado en enero del 1942 por J. Tryon desde la Psychological Division al Branch Research en el que se justifica la investigación psicosocial y su aplicación directa en Francia, Turquía, Alemania y Japón. Igualmente, la OSS buscaba promover un contexto de pacificación dulce para el régimen nazi, para lo cual planteó una serie de acciones orientadas al mantenimiento de la resistencia alemana contra el régimen de Hitler, cuya “rumorología” tendría un amplio eco en la prensa americana, y contaría con la ayuda de los agentes de la OSS en Suiza, Turquía, España y el norte de África, tal cual queda reflejado en el documento interno secreto de R. Knapp (1943). Por otra parte, en junio de 1943, William Langer, catedrático de Harvard y director del Branch Research, recibió un informe interno del profesor Hartshorne referente al tipo de vida y la moral de todos los universitarios que trabajaban en el seno de la OSS, manifestando su preocupación por la desinformación y desconocimiento que en general existía sobre el destino y la finalidad de las investigaciones que se realizaban en la OSS. Para terminar, se analizan de manera sintética la aportaciones de los “hombres de Stouffer” a la psicología social norteamericana post-bélica y el devenir de los servicios de inteligencia norteamericanos. Referencias bibliográficas Clausen, J.A. (1984). The American soldier and social psychology: Introduction. Social Psychology Quarterly, 47: 184-185. 229 Hartshorne, R. (1943). Branch Morale. Internal memorandum. Documento interno desclasificado CIA. EE.UU. Autorización nr. NND 750140 del 8-02-2004. Hermann, E. (1995). The Romance of American Psychology: Political Culture in the Age of Experts. Berkeley, University of California Press. Knapp, R.H. (1943). Proposal of psychological warfare. Documento interno desclasificado CIA, EE.UU. Autorización nr. NND857139 del 17-1-2004. Simpson, C. (1994). The Science of Coercion. Communication Research and Psychological Warfare (1945-1960). New York USA, Oxford University Press. Stouffer, S.A., Suchman, E.D., DeVinney, L.C. Star, S.A., and Williams, R.M. (1949). The American Soldier. Princeton, USA., Princeton University Press. Tryon, J. (1942). Summary of the activities of the Psychology Division. Interoffice memorandum. Documento interno desclasificado CIA. EE.UU. Autorización nr. 770111 del 3112-2003. Williams, R.M. (1989). The American Soldier: an assessment, several wars later. Public Opinion Quarterly, 53: 155-174. 230 Revisión histórica del estudio del razonamiento contrafáctico Susana Segura Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Razonamiento contrafáctico, psicología social, psicología cognitiva. Los condicionales contrafácticos son afirmaciones que se producen sobre situaciones imaginadas de las que no se puede declarar que sean verdaderas, por lo que el interés de los filósofos ha estado centrado en estudiar si es posible aplicar las tablas de verdad de los condicionales ordinarios a estos condicionales (Lewis, 1973). Sin embargo, para los psicólogos el razonamiento contrafáctico consiste en imaginar alternativas y compararlas con la situación actual (Kahneman y Miller, 1986; Kahneman y Tversky, 1982). Los psicólogos también lo han denominado razonamiento sobre lo que podría haber sido porque suele realizarse sobre situaciones ocurridas en el pasado, y se han centrado en investigar los distintos aspectos que tienen que ver con la producción de escenarios alternativos a la realidad. Estos aspectos incluyen tanto las características, determinantes y funciones de estos razonamientos, como su relación con otros procesos cognitivos y con las emociones, así como su aplicación a distintos contextos. En una primera etapa (del 1982 al 1990), los estudios estuvieron encaminados a investigar en la facilidad con que las personas traen a la mente escenarios alternativos y en los determinantes del razonamiento contrafáctico, en concreto, en las características de los antecedentes y de los consecuentes de la situación actual que hacen que se lleven a cabo estos pensamientos. Estos estudios descubrieron que se construyen escenarios plausibles que se producen sobre todo ante resultados negativos que han sido precedidos por acontecimientos excepcionales, controlables, que implicación acción, que se ven afectados por el orden temporal y que conllevan consecuencias emocionales negativas (Miller, Turnbull, y McFarland, 1990). En una segunda etapa (del 1990 al 1999), se desarrolló un enfoque teórico desde la psicología social centrado en las funciones de estos razonamientos: la función de aprendizaje, que aparece sobre todo cuando imaginamos cómo podría haber sido mejor; y la función emocional de consuelo, que aparece sobre todo cuando imaginamos 231 cómo podría haber sido peor. Los estudios demostraron algunos aspectos relacionados con estas funciones tales como sus efectos beneficiosos y perjudiciales, sus consecuencias a nivel individual como colectivo o la interrelación que sostienen con las emociones, los juicios sociales y la toma de decisiones (Roese y Olson, 1995, Roese, 1997). En una tercera etapa (del 1999 al 2010), este enfoque continúa sus investigaciones centrado en los aspectos funcionales y emocionales, en especial, en su relación con el arrepentimiento (Roese, 2005), aunque simultáneamente se ha desarrollado otro enfoque desde la psicología cognitiva. Este otro enfoque ha estudiado las propiedades que comparte con el pensamiento lógico y ha estado centrado en las características del razonamiento contrafáctico a través del estudio de la producción parsimoniosa de modelos mentales del mundo que suponen estos escenarios, en su relación con el razonamiento causal y en su relación tanto con los juicios de probabilidad como con la creatividad (Byrne, 2002, 2005). Para concluir, es necesario señalar que a estas dos perspectivas diversificadas que coexisten, se complementan y evolucionan de manera paralela, se les ha añadido un grupo de investigaciones, que en la actualidad es cada vez más numeroso, centrado en el análisis de este razonamiento hipotético en distintos contextos como la historia, la política y el crimen (Mandel, Hilton y Catellani, 2005). De este modo, el estudio del razonamiento contrafáctico ha pasado de ser un prometedora área de interés a convertirse en una parte consolidada del objeto de estudio de la psicología, poniendo de relieve el alcance de investigar cómo las personas evalúan la realidad por lo que es pero también por lo que no es, aunque podría haber sido, y contribuyendo a la consideración de que la imaginación es una característica vital para el ser humano. Referencias bibliográficas Byrne, R. M. J. (2002). Mental models and counterfactual thoughts about what might have been. Trends in Cognitive Sciences, 6, (10), 426-431. Byrne, R. M. J. (2005). The rational imagination. How people create alternatives to reality. Cambridge, M. A.: MIT Press. Kahneman, D. y Tversky, A. (1982). The simulation heuristic. En D. Kahneman, P. Slovic y A. Tversky (Eds.) Judgement under uncertainty: Heuristics and biases (pp. 201-208). New York: Cambridge University Press. 232 Kahneman, D. y Miller, D. T. (1986). Norm Theory: Comparing reality to its alternatives. Psychological Review, 93(2), 136153. Lewis, D. (1973). Counterfactuals. Oxford: Blackwell. Miller, D. T., Turnbull, W. y McFarland, C. (1990). Counterfactual thinking and social perception: Thinking about what might have been. En M. P. Zanna (Ed.), Advances in experimental social psychology (Vol. 23, pp. 305-331). New York: Academic Press. Mandel, D. R., Hilton D. J. y Catellani P. (2005). The psychology of counterfactual thinking. New York: Routledge. Roese, N. y Olson, J. (1995). What might have been. The social psychology of counterfactual thinking. Mahwah, New Jersey: Lawrence Erlbaum Associates, Publishers. Roese, N. J. (1997). Counterfactual thinking. Psychological Bulletin, 121, 133-148. Roese, N. J. (2005). If only: How to turn regret into opportunity. New York: Broadway Books. 233 La memoria del trabajo: la construcción del pasado oficial de la psicología del trabajo Jorge Castro Tejerina y Enrique Lafuente Universidad Nacional de Educación a Distancia [email protected] Palabras clave: Psicología del Trabajo, Historia de la Psicología, Manuales. En los últimos tiempos, ante las demandas eminentemente prácticas, competitivas, capacitadoras y profesionalizantes del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior, viene reclamándose activamente una reflexión y replanteamiento de las funciones didácticas, identitarias y críticas de la historiografía de la psicología (Blanco y Castro, 2007; Loredo, Sánchez y Fernández, 2007; Fuentes, 2007; Rosa, 2008; Vera, 2008). Al margen de posicionamientos programáticos más o menos ambiciosos, creemos que existen varios estudios empíricos previos valiosos para informar de aspectos claves de esa problematización; si bien el foco analítico de los mismos estaba más centrado en la condición teórica y generalista de la disciplina. No en vano son trabajos que se han ocupado, antes que nada, del ámbito docente de la historia (Rosa, Blanco y Huertas, 1998; Blanco y Castro, 1999; Sáiz y Sáiz, 2008) y de las introducciones a la misma (Castro, Jiménez, Morgade y Blanco, 2001). A la vista de las exigencias ya señaladas del Plan Bolonia, creemos que actualmente adquiere especial relevancia una atención similar a las áreas tradicionalmente aplicadas de la disciplina – educativa, clínica y laboral-. Nuestra inquietud se justifica todavía más si consideramos la escasa atención que estos aspectos habitualmente han merecido en los programas y textos de historia general al uso y, al mismo tiempo, el tipo de actitud y orientación intelectual a la que podrían conminar narraciones del pasado restringidas a áreas muy específicas entre estudiantes y profesionales. En el actual contexto global, particularmente controvertidas podrían resultar, por ejemplo, recuperaciones del “pasado aplicado” comprometidas, antes que nada, con aspectos puramente legitimistas y mercadotécnicos de las áreas; perspectivas que promoverían la condición tecno-asistencialista del psicólogo profesional en detrimento de competencias y destrezas útiles para sopesar desde un punto de vista teórico-crítico las consecuencias socio-históricas, 234 culturales y éticas de la psicología, en general, y de su labor personal, en concreto. En relación con ese marco, en esta presentación ofrecemos un primer análisis de las formas narrativas en que la psicología del trabajo viene recuperando su memoria oficial. Para ello hemos identificado los manuales más usados en la impartición de la asignatura en las principales universidades españolas –como bibliografía primaria y secundaria- y seleccionado los epígrafes principales en los que aparecen narraciones amplias del pasado. El análisis que aquí ofrecemos de tal selección ha seguido una estrategia básicamente estructuralista consistente, en todos los casos, en identificar: 1) los eventos históricos relevantes para la psicología del trabajo y sus transiciones hasta el momento actual. 2) la valoración positiva, negativa, neutra o ambigua de tales episodios en relación al desarrollo o progreso para el área. 3) el carácter de tales eventos según una versión adaptada de los niveles de construcción historiográfica propuestos por Rosa, Huertas y Blanco (1996): socio-cultural, socio-institucional, biográfico, biográfico-teórico, biográfico-institucional y teóricodiscursivo. Desde el punto de vista de la que podría ser la “gran narrativa histórica” de la psicología del trabajo, nuestra estrategia metodológica permite establecer comparaciones formales, estimar convergencias y discrepancias entre las diversas reconstrucciones realizadas, atendiendo a los tipos de autores y episodios que más se mencionan (su carácter preferencial, la consideración de su relevancia o pertinencia, etc.). Sin embargo, lo que más nos interesa de la aproximación metahistoriográfica propuesta es que ofrece la posibilidad de detectar los perfiles narrativos concretos que están operando para constituir y ofertar 1) el camino que ha conducido a la psicología del trabajo hasta el momento actual y, con él, 2) el futuro esperable y deseable para los estudiantes y profesionales de la psicología del trabajo. Más en concreto, gracias a la estructura de tales perfiles podemos detectar y explorar los géneros narrativos (sagas, romances, etc.) (Hyden White, 1973), los mitos del origen (Samelson, 1974) y las “moralejas de futuro” empleados en los procesos de construcción y persuasión identitaria. La presentación que realizamos ofrecerá nuestros resultados y conclusiones al respecto. 235 Referencias bibliográficas Blanco, F., Castro, J. (1999). La descripción de la actividad epistémica de los psicólogos en los manuales de Historia de la Psicología: índices del “malestar” en la construcción de la identidad profesional del psicólogo. Revista de Historia de la Psicología, 22 (3-4), 59-720. Blanco, F. y Castro, J. (2007). El rapto de [la psicología en] Europa: mítica y nostalgia en tiempos de convergencia. Revista de Historia de la Psicología, 28 (1), 7-18. Castro, J.; Jiménez, B.; Morgade, M.; Blanco, F. (2001). La función de los mitos fundacionales en la promoción de una identidad disciplinar para la psicología. Revista de Historia de la Psicología, 22 (3-4), 297-309. Fuentes, J.B. (2007). Para una crítica de la idea de “flexibilidad profesional”. Las relaciones entre la historia de la psicología de las ciencias humanas y los saberes humanísticos. Revista de Historia de la Psicología, 28 (1), 19-44. Loredo, J.C.; Sánchez, J.C. y Fernández, T. (2007). “Versiones que capturo del olvido”. Reflexiones sobre el sentido de la historia de la psicología. Revista de Historia de la Psicología, 28 (1), 45-66. Rosa, A. (2008). El inútil combate entre la Psicología y su Historia. Revista de Historia de la Psicología, 29 (1), 31-66. Rosa, A. Blanco, F. Huertas, J.A. (1998). Uses of Historical Knowledge an exploration of the construction of professional identity in students of psychology. En M. Carretero y J. Voss (comp.) Vol. 2. Learning and Reasoning in History. Woburn Press. Rosa, A; Huertas, J.A.; Blanco, F. (1996). Metodología para la historia de la psicología. Madrid: Alianza. Sáiz, D. y Sáiz, M. (2008). La historia de la psicología como herramienta de uso para la reconstrucción de un campo de investigación. Un ejemplo en psicología de la memoria. Revista de Historia de la Psicología, 29 (1), 127-147. Samelson, F. (1974). History, Origin Myth and Ideology: ‘Discovery’ of Social Psychology. Journal for the Theory of Social Behaviour, 4 (2), 217-231. Vera, J.A. (2008). Puente de plata para un provechoso encuentro entre la nueva historia y la psicología contemporánea. Pretextos para un diálogo necesario. Revista de Historia de la Psicología, 29 (1), 7-30. 236 White, H. (1973). Metahistory. Baltimore: The Johns Hopkins University Press. 237 La construcción de la identidad nacional en la escuela del franquismo: un hecho cognitivo y emocional Bárbara Arias Gómez Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Identidad nacional española, cuadernos escolares, educación en el franquismo, psicología, Historia de la Educación. Esta investigación permite una aproximación al proceso de construcción de la identidad nacional en la escuela del nacionalcatolicismo. La identidad nacional se puede definir como componente de la identidad social, refiriéndose a la parte del autoconcepto personal que se deriva de la pertenencia a una nación (Torres, 1994). La nación no es una realidad natural sino una representación simbólica de carácter ideológico y con aceptación social, la cual requiere del nacionalismo como proyecto cultural y político, compacto y homogéneo, que interviene en la legitimación del Estado. Se explica como un hecho cognitivo y emocional creado a partir de la interacción del individuo en un complejo contexto en el que se desenvuelven los futuros ciudadanos que el Régimen franquista debía ser capaz de moldear en las escuelas. Se estudian los elementos que influyen en el proceso de construcción nacional de un alumno, reflejado en una colección de cuadernos escolares que elaboró cuando estudiaba en una escuela rural de la provincia de Málaga en el último tercio de los años cincuenta. Se utilizan los cuadernos como un dispositivo en el que se reflejan todos los elementos de integración que permitieron producir el concepto de identidad nacional, a través del autoconcepto positivo, la autoestima individual y colectiva y los sentimientos y emociones que la educación en el franquismo pudo despertar en los jóvenes a través de las escuelas. Constituyen los cuadernos una importante fuente para la investigación en Historia de la Educación, pues son capaces de explicar los procesos cognitivos y aquellos que contribuyeron a la formación del espíritu nacional. Son una evidencia de la labor docente del maestro y de las dimensiones procedimentales y actitudinales del proceso de enseñanza-aprendizaje (Mahamud, 2010). Los instrumentos pedagógicos utilizados durante estos años, tratan de transmitir un sistema de valores basado en el tradicionalismo, autoridad, obediencia, orden y religión. Se idealiza un modelo de familia y de escuela (Mayordomo, 1997). 238 En este contexto, el individuo se encuentra inmerso en un mundo social lleno de significados que debe hacer suyos, de tal manera que su comportamiento se corresponda con el medio en que se encuentra. Con ello, se pone de manifiesto el proceso de adoctrinamiento e instrucción al que se sometieron los niños que formaron parte de la escuela en estos años. Ejercen su acción, por un lado, las influencias ambientales y por otro, la actividad que el individuo debe desarrollar. Por ello, se estudiarán las representaciones sociales, símbolos e iconos presentes en los materiales que se utilizaron en la escuela, con el fin de mostrar el proceso de apropiación del conocimiento social exigido al niño en su trabajo personal. De esta manera, tanto el alumno como el maestro desempeñaron un papel activo al servicio del Régimen, con la contribución de la Psicología en la elaboración del conocimiento social. En el contexto en que se enmarca la investigación, la identidad nacional explica la forma en que el individuo se ve como miembro de una nación, donde pasar de la identidad personal a la nacional requiere de un conjunto de interacciones múltiples que tiene como resultado un proceso de despersonalización, provocando que la conducta del individuo sea conforme a la expectativa grupal propia de una dictadura, por lo que tendrá un carácter estable y presente en todos los ámbitos de su vida. De esta manera, la Nación, es el grupo de pertenencia en el que el individuo busca su identidad y sobre el cual construye su identidad nacional (De Rosa y Mormino, 2000). Los grupos sociales y las personas pueden elaborar su identidad gracias al sentido que otorgan a sus representaciones sociales (Echebarría, 1991). Con ello, la escuela será capaz de desarrollar en el niño un compromiso de fuerte cohesión y pertenencia a España. Este sistema educativo consigue desarrollar las identidades individuales y sociales en el niño, a través de la consolidación de una autoestima positiva que se asocia a una percepción de auto-eficacia en el concepto de España. La consolidación de la adecuada identidad nacional se reforzaría a través de unas líneas claras de actuación: - La transmisión de unos valores que no contemplan la posibilidad de diversidad regional, sino que promueve la idea de nación única, grande y libre. - La sensación de seguridad y ausencia de incertidumbre en los individuos, basada en una fuerte identidad como colectivo. 239 - Un entorno económico, cultural y social en el que se mueve el individuo que se ofrece como única alternativa. Es importante el papel que el niño ocupa en el proceso de construcción de su conocimiento, pero esta actividad no se puede tomar de forma aislada, sino que es necesario tener en cuenta las posibilidades que se generan dentro del medio en que se desenvuelve. Por ello, hay que tener en cuenta las distintas condiciones sociales, que constituyen el contexto social en el que el niño adquiere normas y valores y obtiene las informaciones, que deberá organizar para elaborar sus propias explicaciones sobre la realidad. En este sentido, la identidad nacional española, como componente de la identidad personal, no es una elección individual, ni voluntaria; por el contrario, la escuela le ofrece un hecho colectivo que lo vincula como individuo a España a través de la utilización de los símbolos y significados que se irán asociando en el proceso de su construcción individual a la idea de nación. Referencias bibliográficas De Rosa, S. y Mormino, C. (2000). Memoria social, identidad nacional y representaciones sociales: ¿Son constructos convergentes? Un estudio sobre la Unión Europea y sus Estados miembros con una mirada hacia el pasado. En Alberto Rosa Rivero, Guglielmo Bellelli y David Bakhurst (eds.), Memoria colectiva e identidad nacional (pp.451-475). Madrid: Biblioteca Nueva. Echebarría Echabe, A. (1994). Psicología social cognitiva. Bilbao: Desclée de Brouwer. Mayordomo, A. (1997). Nacional-catolicismo, tecnocracia y educación en la España del franquismo (1935-1975). En A. Escolano y R. Fernández (Eds.), Los caminos hacia la modernidad educativa en España y Portugal (1800-1975) (pp.147-174). Zamora: Fundación Rei Afonso Henriques. Mahamud Angulo, K. (2010). Labor docente y trabajo escolar bajo el nacionalcatolicismo franquista (145-1959). En Juri Meda, Davide Montino y Roberto Sani (de.), School Exercise Books. A Complex Source for a History of the Approach to Schooling and Education in the 19th and 20th Centuries (pp.747-767). Florence: Edizioni Polistampa. Torres, E. (1994). La construcción psicológica de la nación: el desarrollo de las ideas y sentimientos nacionales. En M.J. 240 Rodrigo, (Ed.), Contexto y desarrollo social, (305-344). Madrid: Editorial Síntesis. 241 Movimiento Open Acces y difusión de la investigación ¿Una alternativa válida para la Revista de Historia de la Psicología? Mauricio Chisvert Perales y María José Monteagudo Soto Universitat de València [email protected] Palabras clave: Open Acces, revistas científicas, impacto, Historia de la Psicología. Desde su aparición a finales del S. XVII las revistas científicas han venido desempeñado un rol fundamental en la historia de la ciencia, constituyendo la vía principal para (1) difundir las aportaciones al conocimiento, (2) proporcionar reconocimiento y registro de las contribuciones personales e institucionales al progreso científico y (3) posibilitar la preservación o pervivencia histórica del patrimonio de la ciencia (Osca, 2005; Melero y Barrueco, 2007). En el caso de la psicología, el nacimiento de las primeras revistas viene de la mano de su institucionalización como disciplina científica, con Philosophical Studies, fundada por Wundt en 1883 y American Journal of Psychology, iniciada por Hall en 1889. A lo largo del S. XX, pero especialmente a partir de la segunda guerra mundial, grandes grupos editoriales han asumido los procesos de edición, publicación y distribución de la mayoría de las principales revistas de psicología, imponiendo en mayor o menor medida sus políticas editoriales –contenidos- y de distribución –en referencia fundamentalmente al acceso-. Este fenómeno se evidencia en la mayoría de áreas de conocimiento. En el último cuarto del siglo XX se produce un crecimiento sostenido en el costo de acceso a las revistas, lo cual suscita críticas tanto desde el ámbito científico como desde los centros de documentación y que se comience a cuestionar el modelo de difusión científica existente (Keefer, 2005) Este cuestionamiento y las posibilidades que la edición electrónica e Internet brindan constituyen el terreno abonado para que, en la primera década del presente siglo, el ámbito de las publicaciones científicas comience a verse inmerso en un importante proceso de cambio, de la mano del movimiento Open Acces (OA). El OA constituye un amplio movimiento a nivel internacional, participado por investigadores, gobiernos y organizaciones públicas y privadas, cuyo objetivo es (1) que los resultados de la investigación estén accesibles de forma libre, sin barreras económicas ni técnicas y (2) posibilitar la preservación de las publicaciones científicas de forma 242 indefinida. Se está realizando un gran esfuerzo colectivo para proporcionar el soporte y los servicios necesarios para hacer viable este objetivo con el menor costo posible, todo ello con un decidido apoyo institucional. En lo que respecta a la visibilidad e impacto, en general se observa una relación positiva entre el acceso abierto y el impacto (Jingfeng, Lynette y Kay, 2010). La difusión viene soportada por el uso de metadatos en los artículos, que garantizan su inclusión rápida y automática en los grandes repositorios y agregadores OA en el ámbito internacional. La preservación se garantiza mediante la participación de algunos de los centros documentales más importantes a nivel mundial, que ofrecen su respaldo en esta tarea (Alonso, Subirats y Martínez, 2008). El apoyo al OA es cada vez más generalizado en todos los ámbitos académicos. No obstante, los cambios planteados no están exentos de dificultades, como las reticencias de las editoriales (Melero y Abad, 2008). Por otra parte, existen notables diferencias por disciplinas, estando el OA mucho más generalizado en el ámbito de las ciencias experimentales y de la salud. Las revistas psicológicas en el ámbito de España e Iberoamerica no han estado generalmente vinculadas a grupos editoriales, sino que han sido mayoritariamente soportadas por el esfuerzo voluntarista de investigadores y departamentos u organismos de investigación. Durante décadas, su impacto y alcance se ha visto limitado por la escasez de recursos para su edición y difusión, compitiendo en inferioridad de condiciones con relación a las grandes revistas ligadas a grupos editoriales. Por ello, la aparición del OA se vislumbra como una oportunidad histórica para incrementar la difusión, visibilidad e impacto de muchas revistas de psicología en nuestro ámbito cultural y lingüístico, posibilitando al tiempo la conservación y preservación a largo plazo de los documentos. Con estos antecedentes y con el objetivo primario de potenciar la difusión e impacto de los trabajos sobre Historia de la Psicología publicados en nuestro ámbito cultural, en este momento parece oportuno plantear una estrategia de publicación en OA para la RHP con el objetivo de relanzar la revista y multiplicar su visibilidad, así como de garantizar la preservación de todo lo publicado. Se sugieren dos posibles alternativas, no excluyentes, para la creación de la versión OA de la RHP: (1) hacer uso de plataformas OA donde ubicar y hacer accesibles todos los volúmenes ya publicados –digitalizándolos si es necesario- desde 1980 y (2) la utilización en el futuro de un gestor OJS para la edición de la revista – 243 servicio ofrecido por varias universidades-. Se sugiere, como hoja de ruta, una primera fase en la que se hace uso de las distintas plataformas OA para digitalizar y alojar los contenidos ya publicados y, posteriormente, la implementación del sistema OJS para la edición y difusión de los futuros volúmenes, compatible con el mantenimiento de la revista en las plataformas OA en las que se ha ubicado en la primera fase. Nos encontramos en un casi imperceptible punto de inflexión histórico en la ciencia, cuyas aportaciones, por primera vez en la historia, parecen estar irrevocablemente destinadas a convertirse en un bien libre y universalmente accesible. La SEHP no debería ser ajena a este Zeitgeist. Referencias bibliográficas Alonso, J.; Subirats, I y Martínez, M.L. (2008). Informe APEI sobre acceso abierto. APEI-Ministerio de Cultura. Madrid. Keefer, A. (2005). Aproximació al moviment “open acces”. BiD: textos universitarios de biblioteconomía y documentación, 15. Recuperado el 21 de noviembre de 2009 de http://www2.ub.edu/bid/consulta_articulos.php?fichero=15kee fer.htm Melero, R. y Abad, M. F. (2008). Revistes d'accés obert: característiques, models econòmics i tendències. BiD: textos universitaris de biblioteconomia i documentació, 20. Recuperado el 16 de Noviembre de 2009 de http://www2.ub.edu/bid/consulta_articulos.php?fichero=20me ler2.htm Melero, R. y Barrueco, J.M. (2007) Acceso abierto y repositorios de documentos. Recuperado del sitio web de la Asociación Española de Documentación e Información (SEDIC) el 15 de Noviembre de 2009: http://www.sedic.es/autoformacion/acceso_abierto/programa. html Jingfeng X.; Lynette, R. and Kay, S. (2010). Multiple open access availability and citation impact. Journal of Information Science. Publicado en línea. 10 December 2010. DOI: 10.1177/0165551510389358 244 Aspectos psicológicos en la obra de José Ortega y Gasset María del Mar Villanueva Martín Universidad de Málaga [email protected] Palabras clave: Psicología social, Historia de la Psicología, raciovitalismo, teoría social, teoría psicológica. La comunicación que se presenta pretende ser un esbozo de las directrices psicológicas que más afloran en los textos de Ortega y Gasset, partiendo de un análisis minucioso de los mismos, así como de los antecedentes bibliográficos al respecto. El trabajo se orienta en el sentido de abrir una línea temática poco explorada hasta ahora sobre ese autor en dicho campo de conocimiento, como adecuadamente apunta Anastasio Ovejero, al insinuar que, indagando en lo postmoderno del escritor en cuestión, encontró en él referencias que tienen que ver directamente con la psicología, aunque no ejerzan influencia en la psicología española porque no son leídas, al menos con esa finalidad (1). De ello se infiere que, un estudio bien hecho de tal asunto, puede aportar importantes revelaciones para esclarecer la contribución de España al aprendizaje de la psicología y, de una manera más concreta, a la Historia de la Psicología Española. Dicha Historia, siguiendo a Helio Carpintero y a Enrique Lafuente (2), se divide en cinco generaciones, que son la de 1856 o positivista, la de 1871 o “Generación del 98”, la de 1886 o del europeismo y antipositivismo, la de 1901 o “Generación del 27”, y la de 1916 o generación de la Guerra Civil, perteneciendo José Ortega y Gasset a la del europeismo y reacción anti-positivista o generación de 1886. Tales generaciones psicológicas españolas quedaron marcadas por eventos históricos determinantes y precisan más estudios en torno a ellas, que diseñen el cuadro de datos de la vida individual y colectiva que las configuraron. No es vano, pues, aventurar que en los textos de Ortega y Gasset se encuentra disperso un buen arsenal de referencias y datos psicológicos, que analizados y ordenados, permitirían conocer importantes circunstancias del paisaje psico-social de su época, a escala de grandes grupos humanos, así como el estado evolutivo que alcanzaba por entonces la ciencia psicológica. A propósito de ello, hay que notar que la psicología de su tiempo sufría falta de unidad y estaba escindida en múltiples tendencias, entre las que destacaban la idealista moderna de Wundt y la realista, que iba a la “altura de los 245 tiempos”, de Brentano (3) y a la que también se adhirió Ortega y Gasset, como observa Enrique Lafuente (4). Avanzando en la dirección sugerida, se columbrarían las aportaciones orteguianas a la psicología social, que es un tema de gran actualidad, ya que se le utiliza para explicar los movimientos políticos, culturales e ideológicos, al considerarlos como un efecto de inducción psicológica ejercida sobre una masa social, a partir de un detonante o cerebro inductor, que ejerce el papel de manipulador de las turbas. El examen en cuestión supone partir de lo general en Ortega hasta llegar a lo particular sobre el caso que se pueda inferir en cada una de sus obras, siendo válida cualquier referencia, dado que, aparte de las directas, pueden darse otras muchas informaciones en forma tácita que sean de sumo interés. No es exagerado decir que, desde los escritos juveniles de Ortega y Gasset, como es el caso de Los terrores del año mil, donde se adentra en un hecho histórico de psicosis colectiva (5), hasta su obra póstuma, titulada El hombre y la gente, y que fue un verdadero tratado de filosofía sociológica (6), pasando, claro está, por La rebelión de las masas, que con su carácter ensayístico de psicología sobre el comportamiento grupal, ha sido su obra más difundida (7), hay profusión de referentes psicológicos en casi todos los textos orteguianos. Eso implica la necesidad de releer a este autor con una visión nueva que suponga la urgencia de captar los mensajes e itinerarios marcados por él en pos de sus informaciones vinculadas a la psicología social. Es frecuente, al respecto, que no se centre el autor específicamente en ese tema sino que lo ofrezca disperso en diversos contextos, no obstante pueden darse ejemplos en que lo toma como asunto central de algunas de sus obras, caso de “Investigaciones psicológicas” que fue un curso que impartió en 1915, en el que se enfrenta directamente con lo psicológico, mostrando su interés por las nuevas corrientes, como la fenomenología y el psicoanálisis, y denotando su rechazo al relativismo y su vocación por el perspectivismo (8). También es la psicología el eje central de su obra Vitalidad, alma y espíritu, ensayo extenso sobre los estratos psíquicos, que son el de la “vitalidad” o sensaciones, el de los sentimientos o “alma”, y el del “espíritu” o pensamiento racional y volitivo, según deja en él anotado (9). Hay que reconocer, asimismo, que, aunque incida el autor en la colectividad, suele darle preeminencia al individuo en particular o “yo”, que se va forjando a partir de su contacto y comparación con el “otro” y los “demás”, hasta quedar esa igualación entre los vivientes, dentro de la diferencia de cada uno con el mundo que lo rodea, de cuya apreciación surge el interés por el 246 conocimiento del alma y espíritu humanos, que le impele al escritor a sus indagaciones y exploraciones por el campo de la Psicología (10). En esto, como en otros aspectos, se descubre esa conexión y relación constante que hay entre las argumentaciones de dicho escritor, pese a la diversidad temática que integra el “corpus orteguiano”. Del interés de la presente propuesta no se puede dudar, ya que supone estudiar a un autor siempre atractivo y con evidente vigencia; se centra en un aspecto del mismo no demasiado analizado hasta ahora, como es el psicológico; contribuye a esclarecer el conocimiento de la Historia de la Psicología Española y su aportación al panorama psicológico universal; compagina bastante bien con el interés actual por la psicología social y sus inherencias en los comportamientos de grupos y masas humanas, a través de esa divergencia conocida por “psicología de la colectividad”, y; favorece el trazado de los rasgos de las generaciones psicológicas españolas y de sus entornos históricosociales. Referencias bibliográficas (1) Ovejero, Anastasio: Principales aportaciones de Ortega y Gasset a la Psicología social construccionista y positivista, Universidad de Oviedo, Seminario, 2001, aparecido en Revista-publicación “Atenea Digital”, nº 2, otoño 2002, pp. 3 y 4. (2) Carpintero, Helio y Lafuente, Enrique: El método histórico de las generaciones: el caso de la psicología española, Revista de Historia de la Psicología española, Revista de Historia de la Psicología, vol. 28, nº 1, Valencia, 2007, pp. 74 – 83. (3) Brentano, Francisco: Psicología. Revista de Occidente (2ª ed.). Madrid, 1926. (4) Lafuente Niño, Enrique: La psicología de Brentano. Una aproximación desde Ortega. Revista de Historia de la Psicología, Publicaciones de la Universidad de Valencia, UNED, 2009, vol. 30, nº 2 - 3 (junio-septiembre), páginas 182 y 183. (5) Ortega y Gasset, José: Los terrores del año mil, Ediciones Taurus, 2ª edición. 2005, Fundación José Ortega y Gasset (Centro de Estudios Orteguianos), Madrid, t. I, pp. 261 – 314. (6) Ortega y Gasset, José: El hombre y la gente, 3ª ed., Revista de Occidente, Alianza, Madrid, 1988. 247 (7) Ortega y Gasset, José: La rebelión de las masas. Ediciones Taurus, 2ª edición. 2005, Fundación José Ortega y Gasset (Centro de Estudios Orteguianos), Madrid, t. IV, pp. 349 – 528. (8) Carpintero, Helio: Historia de la Psicología en España, Ediciones Eudema Universidad: Textos de apoyo, Salamanca, 1994, cap. XIII, aptdo. 3 (“Las Investigaciones psicológicas”), pp. 240 y 241. (9) Id., aptdo. 9 (“Vitalidad, alma y espíritu”), p. 245. (10) Lafuente Niño, Enrique, Loredo Narciandi, José Carlos; Herrero González, Fania; Castro Tejerina, Jorge: De Vives a Yela: Antología de textos de Historia de la psicología en España, Ediciones UNED, cap. 40 (“José Ortega y Gasset: La formación social del yo, 1949 – 1950), pp. 226 y 227. 248 Identidad y representación social en el ejercicio del cuidado María Felipa Hernando Martínez, María Carmen Sellán Soto y Mª Luisa Díaz Martínez. Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Identidad, Ejercicio profesional. Representación social, Enfermería, Un paso clave de la actividad cuidadora, en su andadura primero como oficio y después como profesión (Collière, 1993; Hernández, 1995; Sellán, 2009), fue el salto que dio desde un espacio privado a otro público, de ámbitos informales a formales del cuidado, cuando el ejercicio del cuidado se convirtió en una práctica laboral (Díaz y Sellán 2010). En esos espacios institucionales la enfermera fue asumiendo su profesión como propia, es decir, fue aprendiendo las reglas básicas de pertenencia a ese cuerpo de profesionales y construyendo una identidad, que supuso desarrollar un proceso que algunos autores han llamado socialización en las instituciones. Es decir, aprender los requisitos necesarios para desempeñar la función correspondiente en un determinado lugar social (Hernando, Díaz y Blanco 2011). En la construcción de la identidad se utilizan elementos de la propia historia personal y social, de las instituciones productivas y reproductoras. Las personas, los grupos sociales y las sociedades procesan esos materiales, los reordenan en su sentido, de acuerdo con determinaciones sociales y con proyectos culturales implantados en su estructura social y marco espacio/temporal. (Goffman, 1981; Sellán ,2007) El origen de las representaciones sociales es colectivo, reflejan el modo en que un grupo elabora cognitivamente un fenómeno, y de ninguna manera constituyen un conocimiento abstracto. Tienen un fin práctico, referido al uso social del fenómeno que iluminan, tanto en relación al modo de entenderlo como de interactuar con él (Moscovici, 1984). El propósito de este trabajo es realizar un acercamiento al ejercicio profesional de las enfermeras en las unidades de hospitalización, con el objetivo de reconocer el papel que las representaciones ejercen en la actividad laboral, en la conformación de las relaciones sociales y en su posición dentro de la organización. 249 Referencias bibliográficas Balbi, J. (2004). La mente narrativa. Hacia una concepción posracionalista de la identidad personal. Buenos Aires. Editorial Paidós SAICF. Blanco, F. (2002). El cultivo de la mente: un ensayo histórico-crítico sobre la cultura psicológica. Madrid. Machado Libros. Castells, M. (1998). El poder de la identidad. Madrid. Alianza Editorial. Collière, M.F. (1993). Promover la vida. Madrid: McGrawHill/Interamericana. Díaz, M.L. y Sellán M.C. (2010). ¿Hasta dónde hemos llegado? Contexto de experiencia de la práctica enfermera. XI Congreso Nacional, VI Internacional de Historia de la Enfermería. Barcelona, 25-27 noviembre. Giddens, A. (1995). Modernidad tardía e identidad del yo. Barcelona: Península. Goffman, E. (1981). La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu. Hernando, M.F. Díaz, M.L. y Blanco, F. (2011). Aproximaciones a la construcción de la identidad y representación social de la enfermera a través de dibujos. I Encuentro de la Sección Ibérica de la ISCAR. Madrid, 3-5 febrero. Moscovici, S.(1984).”The penomenon of social representations”. En Farr, R. M. y Moscovici, S., comps. Social representations. Cambridge: University Press. Sellán, M.C. (2007). Identidad y conflicto en el ejercicio del cuidado. Una aproximación histórica a la dinámica de la identidad enfermera en España. Tesis doctoral sin publicar. Madrid: Universidad Autónoma. 250 La Psicología aplicada a la seguridad vial en la primera década del siglo XXI (2000-2010): Investigación y transferencia de conocimiento psicológico. Mauricio Chisvert Perales, María José Monteagudo Soto y Elena López de Cozar. Universitat de València [email protected] Palabras clave: Seguridad vial, productividad, investigación, transferencia de conocimiento. grupos de Este trabajo pretende caracterizar, desde una perspectiva multidimensional, la investigación reciente en Psicología aplicada a la Seguridad Vial en España en la última década. En primer lugar, y desde un acercamiento tradicional a este tipo de estudios, se hace uso de distintas técnicas documentales para identificar los principales grupos de investigación, autores, colaboraciones, productividad, y temáticas más relevantes. En segundo lugar, desde una perspectiva más novedosa, se profundiza en aspectos que no son habitualmente abordados en este tipo de trabajos. Así, se analiza la importante transferencia de conocimiento a la sociedad (administraciones públicas, tejido productivo y empresarial privado, opinión pública) que se está llevando a cabo desde la Psicología de la seguridad vial en años recientes. De igual modo, se discute e ilustra el impacto real que dicha transferencia está teniendo en distintos ámbitos relacionados con la seguridad en el transporte en las ciudades y carreteras. Para esta parte se hace uso de técnicas de índole más cualitativa, fundamentalmente las entrevistas a expertos y técnicas de focos group. Los resultados se discuten e interpretan en el contexto histórico previo de la trayectoria de la Psicología de la Seguridad Vial en España en el siglo pasado desde sus orígenes. Referencias bibliográficas Monteagudo, M.J. (1999). Orígen y primeros desarrollos de la psicotecnia aplicada a la prevención de accidentes de tráfico en España. Valencia: Línea Editorial INTRAS. Montoro, L y Tortosa, F.M. (2002). La psicología aplicada a la selección de conductores. Cien años salvando vidas. Psicothema, 14(4), 714-725. 251 Ozcoidi, M. (2004). Evolución histórica de la valoración de los criterios de aptitud psicofísicos para conducir en España. Tesis Doctoral [en línea]. Universitat de Valencia. INTRAS. http://www.tdx.cat/TDX-0704105-104540 Pastor, J. C.; Civera, C., y Tortosa, F.M (2001). Una historia para un perfil profesional, el psicólogo experto en seguridad vial. Revista de historia de la psicología, 22( 3-4), 543-559. Roca, J.; Montoro, L, Tortosa, F.M. (2009). Valoración de los conductores españoles sobre el permiso por puntos. Psicothema, 21(2), 294-299. 252 De Nosferatu a Drácula, de Bram Stoker, o la evolución del miedo en el cine: una aproximación historiogenética. Yolanda García-Hierro Rodríguez, Clara Badolato, Ramón Sánchez Viedma y Florentino Blanco Trejo. Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Palabras clave: Vygotski, historiogénesis, afectos, cine, terror. Tal y como Vygotski mostró, el desarrollo de las funciones psíquicas superiores debe entenderse siempre desde el punto de vista genético: filogenético, ontogenético, y, muy importante dentro de su pensamiento, historiogenético. La emergencia, evolución y desarrollo del lenguaje, la memoria o los afectos, por ejemplo, deberían ser estudiados desde estas tres perspectivas. El papel que desempeña el uso de herramientas, tanto simbólicas como materiales, en el desarrollo de dichas funciones es también crucial en el pensamiento vygotskiano. De este modo, la historia de la psicología pasa a formar parte de la agenda epistemológica de la propia psicología. La psicología es, en tal medida, historia de la psicología, como hemos defendido en otros lugares. Unos años antes, en su tesis doctoral, Vygotski había dicho que el arte es la técnica social del sentimiento, convirtiéndose, el arte, en un mecanismo imprescindible de transformación social. Estamos interesados en estudiar cómo el cine, el arte que seguramente mejor define el siglo XX, resulta imprescindible para entender la historiogénesis de los afectos. Actualmente, el modo en el que, por ejemplo, hablamos del miedo está atravesado, sin duda, por el modo en el que el cine ha elaborado esa categoría y otras cercanas (terror, pánico, etc.). Nosferatu, inspirada en la novela Drácula de Bram Stoker, es una de las primeras películas calificadas como “de terror” dentro de la historia del cine. Drácula, de Bram Stoker es, hasta la fecha, la última adaptación de la famosa novela. En concreto, nuestro interés se centra en el estudio de los factores que se han mostrado relevantes para construir el miedo en el cine. Veremos cómo ha evolucionado en los 70 años que median entre el estreno de ambas películas la técnica cinematográfica, por ejemplo, en lo que se refiere al uso de la iluminación. Por otra parte, analizaremos la influencia del Expresionismo alemán en ambas obras, y, por último, consideraremos el papel de la crítica y la recepción cinematográficas en esta historiogénesis cinematográfica del miedo. 253 Referencias bibliográficas Berriatúa, L. (2009). Nosferatu: un film erótico-ocultista-espiritistametafísico. Madrid: Divisa. Blanco, F. (2002). El Cultivo de la Mente. Madrid: Antonio Machado Libros. Stoker, A. (1897/2000). Drácula. Madrid: Cátedra. Vygotski, L. S. (1925/1975) Psicología del Arte. Barcelona: Barral. Vygotski, L. S. (1931/1995) Historia del Desarrollo de las Funciones Psíquicas Superiores. Madrid: Visor. Referencias cinematográficas Nosferatu (Nosferatu, 1922), dirigida por F. Murnau. Drácula, de Bram Stoker (Bram Stoker’s Dracula, 1992), dirigida por F. F. Coppola. 254 Gilligan a Examen Ana León Mejía y Carmen Patino Alonso Universidad Autónoma de Barcelona [email protected] Palabras clave: Diferencias de sexo, Ética de la justicia, Ética del cuidado, Empatía, Método experimental. Carol Gilligan es muy conocida por su obra seminal, In a different voice, en la que defiende que hombres y mujeres hablan en distintas voces morales. Desde su publicación a principios de los ochenta, este aclamado ensayo ha tenido un enorme impacto dentro de las humanidades y las ciencias sociales, en especial, en psicología y en teoría feminista. Gilligan fue la primera en criticar la presencia de sesgos masculinos en el trabajo de afamados psicólogos como Kohlberg, Freud, Piaget y Erikson. Según ella todos pecaron de negar e ignorar los intereses y las experiencias de las mujeres a la hora de tratar con el concepto de desarrollo psicológico. También fue quien acuñó el término “ética del cuidado” en contraposición a una “ética de la justicia”, dando lugar a un enfoque normativo que ha inspirado un enorme caudal de trabajos críticos dentro de la política, la filosofía o el derecho. Por ejemplo, en la teoría de las capacidades de Nussbaum, el cuidado es un factor esencial para el logro de justicia social. Otros autores también han señalado la prometedora aplicabilidad de este concepto a la hora de abordar problemas de carácter global y político, ya que la ética del cuidado es moralmente superior a otras perspectivas tradicionales cuando se trata de decidir qué acciones son moralmente permisibles o interfieren con la libertad del otro. Sin embargo, las contundentes afirmaciones de Gilligan acerca de la existencia de voces masculinas y femeninas son muy susceptibles de crítica, ya que la evidencia empírica acerca de la existencia diferencias de sexo en razonamiento moral no es nada clara. Algunos estudios han encontrado diferencias significativas en orientación moral que corroboran, por tanto, los descubrimientos de Gilligan. y un enorme caudal de investigaciones no han encontrado evidencia alguna que soporte las tesis de Gilligan. El debate se ha vuelto a retomar introduciendo la empatía como un elemento clave de la ética del cuidado que, según Gilligan, es la aproximación moral típicamente femenina. Se ha sugerido que la empatía pude jugar un rol determinante en aspectos concernientes a la sensibilidad moral, razonamiento y comportamiento moral. Por otra 255 parte, existe una abundante evidencia que muestra como las mujeres son más hábiles a la hora de empatizar que los hombres. Por tanto, no resultaría extraño que diferencias de sexo en empatía pudieran explicar algunas de las diferencias de sexo relacionadas con el fenómeno relatado por Carol Gilligan. De hecho, Gilligan basándose en el trabajo psicoanalítico de Nancy Chodorow, se refiere a la empatía como el factor elemental a la hora de comprender la dimensión relacional y de interconexión de la psicología femenina. “Ayudar”, “Ser amable” y “no herir” son elementos característicos de una ética del cuidado pero también son comportamientos empáticos relacionados con la capacidad humana de ponernos en el lugar del otro. En este artículo introducimos un sencillo experimento realizado para arrojar luz sobre este tema investigando diferencias de sexo en preferencias morales en relación a la empatía. Para ello, ofrecimos a un total de 527 niños y adolescentes de ambos sexos seis posibles soluciones al dilema moral de Heinz, que usaron tanto Gilligan como Kohlberg en sus investigaciones originarias. Este dilema también se manipuló con el fin de estudiar el efecto del sexo del protagonista en las respuestas elegidas por los participantes. Finalmente, para determinar hasta qué punto la empatía se relaciona con preferencias morales todos los participantes rellenaron el test del coeficiente de empatía (EQT) diseñado recientemente por el equipo de Baron-Cohen. Los resultados apuntan a que la edad es una variable significativa relacionada con las preferencias morales. El análisis realizado también muestra que el sexo del protagonista del dilema también influye en cierta medida en las preferencias de las participantes. Finalmente, las participantes obtuvieron puntuaciones más altas en el test de empatía. Sin embargo, el coeficiente de empatía por sí mismo no es un buen predictor de la solución del dilema de Heinz, y la notabilidad o salience de las diferencias de sexo dentro de contextos experimentales, cuyo debate abriera recientemente Jane Sell, también se discute en la reflexión final. Referencias bibliográficas Gilligan, C. (1982). In a Different Voice: Psychological theory and women’s development. Harvard University Press. Gilligan, C. and J. Attanucci (1988). Two moral orientations: Gender differences and similarities. Merril-Palmer Quaterly 34(3), 223–237. 256 Hyde, J. S. (2005). The gender similarities hypothesis. American Psychologist 60(6), 581–592. Walker, L. J., B. de Vries, and S. D. Treverthan (1987). Moral stages and moral orientations in real-life and hypothetical dilemmas. Child Development 58, 842–858. Tronto, J. C. (1993). Moral boundaries: A political argument for an ethic of care. Routledge. Hoffman, M. L. (2000). Empathy and moral development: Implications for caring and justice. Baron-Cohen, S. and S. Wheelwright (2004). The empathy quotient: An investigation of adults with asperger syndrome or high functioning autism, and normal sex differences. 34(2), 163– 175. McGillicuddy-De Lisi, A. V., B. Sullivan, and M. Hughes (2003). The effects of interpersonal relationship and character gender on adolescents’ resolutions of moral dilemmas. Journal of Applied Developmental Psychology 23 (6), 655–659. Aldrich, D. P. and R. Kage (2003). Mars and venus at twilight: A critical investigation of moralism, age effects, and sex differences. Political Psychology 24(1), 23–40. Sell, J. and K. J. Kuipers (2009). A structural social psychological view of gender differences in cooperation. Sex Roles 61, 317– 324. 257 Raíces históricas de la psiclogía positiva Enrique García Fernández-Abascal Universidad Nacional de Educación a Distancia [email protected] Dice muy acertadamente el profesor Carpintero que “la Psicología Positiva tiene mucho pasado pero poca historia”. La búsqueda de esas raíces próximas y más distantes, más que hacer una historia de la Psicología Positiva (PsP) es el objeto de este trabajo. La PsP ha sido definida como el estudio científico de las experiencias positivas, de los rasgos individuales positivos, de las instituciones que facilitan su desarrollo y de los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos, mientras previene o reduce la incidencia de la psicopatología (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000). Como movimiento organizado la PsP se inscribe dentro de la psicología académica por expreso deseo de sus fundadores. Es decir, sus conocimientos se elaboran y discuten dentro de universidades, instituciones de investigación y eventos asociados. Con ello se ha pretendido garantizar al máximo la fiabilidad de los contenidos que se agrupan bajo la etiqueta de PsP. Martin Seligman sitúa el nacimiento formal de la PsP durante la primera semana de enero de 1998. Los artífices fueron el propio Seligman, Mihaly Csikszentmihlalyi y Ray Fowler (reunidos en Akumal), que concibieron durante esa semana “el contenido, el método y la infraestructura de la Psicología Positiva” (Seligaman, 2002, pág. 349-350). La presentación pública de la PsP se produce en el discurso presidencial que pronuncia Seligman en la American Psychological Association de ese mismo año. Los 4 pilares fundacionales de la PsP a los que ellos se refieren son el estudio de las emociones positivas (cuya dirección fue encargada a Ed Diener), la personalidad positiva (cuya dirección fue encargada a Chris Peterson y George Vaillant), las instituciones positivas (encargada a Kathleen Hall Jamieson) y la fundamentación filosófica (encargada a Robert Nozick). Los principales desarrollos teóricos hasta el momento son sin duda “La auténtica felicidad” (Seligman, 2002) y “Fortalezas y virtudes del carácter” (Peterson y Seligman, 2004). El propio Seligman fundamenta la necesidad de este movimiento haciendo una comparación entre la desigual producción científica sobre “depresión” y sobre “felicidad”. Tal vez, viendo la 258 evolución en el tiempo de ese índice del porcentaje de producciones sobre felicidad en el total de depresión y felicidad (PsycINFO), podamos hacernos una idea de la influencia que este movimiento ha conseguido implantar (ver Figura 1). Los resultados no son demasiados optimistas ya que este índice pasa de un 4% en 1998 a poco más de un 6% en 2010, 12 años después del inicio de este movimiento. Sin embargo la trascendencia social parece superar con mucho esta pobre ratio. Si ponemos en el buscador Google “Happiness” nos da 156.000.000 (17/04/2011) y si ponemos “depression” nos da 144.000.000 entradas, así pues la ratio pasa a ser del 52%, lo que indica que el impacto social que tenido el movimiento de la PsP ha superado en 2 puntos en interés frente al principal representante del afecto negativo. Pero sin duda, esta gran difusión es parcial ya que si buscamos “Positive Psychology” nos da solo 9.690.000 entradas y de nuevo la ratio siegue siendo poco más de un 6,3%. 7 Porcentaje Happiness sobre total 6 5 4 3 2 1 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 0 Año Estos datos nos ponen de manifiesto que una parte importante de la investigación sobre los tópicos que interesan a la PsP ya existían previamente y que parte de la aportación de la PsP ha sido crear un revulsivo para incrementar su interés. A nuestro entender los 4 pilares en los que se asienta las raíces de la PsP son las previas y actuales aportaciones que se han generado en el estudio de las emociones positivas, la motivación de autodeterminación, el bienestar psicológico y las organizaciones saludables. 1. Las emociones positivas La formulación actual en la que se fundamenta el estudio de las emociones positivas es la propuesta de Barbara Fredrickson (1998, 2001), que se ha denominado ampliación de las tendencias de 259 pensamiento y acción, dentro de su teoría de la ampliación y construcción de las emociones positivas. Pero la pionera en la investigación de los recursos que proporcionan las emociones positivas es Alice Isen, que fue quien comenzó a prestar una atención sistemática a las emociones positivas de la década de 1980 en adelante, y ahora hay un creciente cuerpo de evidencia para apoyar su ocurrencia y las consecuencias. Las emociones positivas están presentes en el estudio de la emoción desde el pionero trabajo de Darwin, pero la portación en la que se asienta la PsP y el concepto de felicidad es el conjunto de recursos que moviliza esas emociones y no las emociones en sí mismas. 2. La motivación de autodeterminación Una parte importante de las fortalezas y virtudes hacen referencia a componentes motivacionales no primarios. Dentro de estas aportaciones la que mayor aporte actual tiene es la teoría de la autodeterminación de Ryan y Deci (2000, 2002), quienes parten del supuesto de que las personas difieren en cuanto a su estilo de regulación de su comportamiento, en base a la identificación de tres necesidades psicológicas básicas, universales e innatas: la de ser competente, la de autonomía y la de las relaciones interpersonales. La gratificación de estas necesidades es una clave predictiva del disfrute y el desarrollo social. Así, las personas con motivación intrínseca tienen una orientación hacia la autonomía y tiene un alto grado de elección respecto a la iniciación y regulación del propio comportamiento; interpretan las situaciones como promotoras de autonomía y organizan sus acciones en base a sus metas e intereses personales, y sus acciones van acompañadas de sentimientos de competencia y autodeterminación. Formulaciones previas como las de Abraham Maslow (1954), Clayton Alderfer (1972), Richard DeCharms (1968) o el propio Csikszentmihlalyi, ya se habían interesado y estudiado este tipo de motivación, pero la fusión del doble mecanismo cognitivo y afectivo da lugar a una conceptualización holística del comportamiento y de desarrollo de la persona y su entorno. 3. El bienestar psicológico Entre las teorías dimensionales del bienestar psicológico quizás la más elaborada y que mayor trascendencia a tenido dentro del campo de la PsP es el modelo multidimensional de Ryff (1989a, 260 1989b), que propone una estructura compuesta de seis factores: la autoaceptación o sentirse bien consigo mismo, el crecimiento personal, los propósitos de vida, las relaciones positivas con otros, el dominio medio ambiental y la autonomía. De nuevo no es ni la primera de las teorías de bienestar, ni tan siquiera la que mayor número de estudios ha generado, existe muchos conceptos para referirse a constructos muy próximos entre sí, como: calidad de vida, bienestar subjetivo, satisfacción vital o bienestar social, que son todos parte de una terminología que se relaciona con una dimensión subjetiva del bienestar. Frente a estos el bienestar psicológico implica tanto un juicio positivo sobre la vida o satisfacción vital, como un balance favorable del afecto positivo frente al negativo y una vivencia de la felicidad, así como una serie de atributos psicológicos asociados al buen desarrollo y al ajuste de la persona al medio. Se ha establecido una diferenciación terminológica ente el constructo de bienestar subjetivo, como representante de la tradición hedónica, y el constructo de bienestar psicológico, como representante de la tradición eudaimónica. Mientras la tradición del bienestar subjetivo ha mostrado especial interés en el estudio de los afectos y la satisfacción con la vida (ver como ejemplo los trabajos de Ed Diener, 2000), el bienestar psicológico ha centrado fundamentalmente su atención en el desarrollo de las capacidades y en el crecimiento personal, concibiendo ambas como los principales indicadores del funcionamiento positivo. Sus primeras concepciones se articularon en torno a conceptos clásicos como el funcionamiento pleno (Rogers, 1972) o la madurez (Allport, 1961). 4. las organizaciones saludables El último de los pilares en los que se apoya la PsP son las investigaciones sobre las organizaciones saludables. Estas raíces se asientan sobre la convergencia de los estudios realizados desde diferentes disciplinas que han posibilitado la optimización del capital humano, social y psicológico, al tiempo que periten la maximización de la estrategia de negocio. Estas líneas de estudio comprenden el estrés ocupacional, los estudios sobre la seguridad y salud ocupacional, los estudios sobre promoción de la salud y por último los modelos para identificar las características de las empresas u organizaciones saludables explorando las características de los sistemas de trabajo denominados de alto rendimiento (Delery y Shaw, 2001). En conclusión, la PsP ha sabido unificar bajo una visión común muy diferentes aportaciones, dispersas y segmentadas que parecen haber tomado especial sentido bajo este movimiento. La PsP 261 no ha pretendido en ningún momento ser una alternativa a las orientaciones psicologías existentes, sino simplemente ser un punto de inflexión en los objetivos de la psicología que desde diferentes campos de aplicación habían marginado lo positivo o primado lo negativo como objeto central de su desarrollo. Referencias bibliográficas Alderfer, C.P. (1972). Existence, Relatedness, and Growth; Human Needs in Organizational Settings. New York: Free Press. Allport, G.W. (1961). Psicología de la personalidad. Buenos Aires: Paidós. Deci, E.L. y Ryan, R.M. (2000). The what and why of goal pursuits: Human needs and the self-determination of behavior. Psychological Inquiry, 11, 227-268. Deci, E.L. y Ryan, R.M. (2002). Self-determination research: Reflections and future directions. En E.L. Deci y R.M. Ryan (Eds.), Handbook of self-determination research (pp. 431441). New York: University of Rochester Press. Delery, J.E. y Shaw, J.D. (2001). The strategic management of people in work organizations: Review, synthesis, and extension. En G.R. Ferris (Ed.), Research in personnel and human resources management. Greenwich, CT: Elsevier. Diener, E. (2000). Subjective well-being: The science of happiness, and a proposal for a national index. American Psychologist, 55(1), 34-43. Fredrickson, B.L. (1998). What good are positive emotions? Review of General Psychology, 2, 300-319. Fredrickson, B.L. (2001). The role of positive emotions in positive psychology: The broaden-and-build theory of positive emotions. American Psychologist, 56, 218-226. Maslow, A. (1954). Motivación y personalidad. Barcelona: Sagitario. Peterson, C. y Seligman, M.E.P. (2004). Character Strengths and Virtues. A handbook and classification. New York: APA & Oxford University Press. Rogers, C. (1972). Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires: Paidós. Ryff, C. (1989a). Beyond Ponce de Leon and life satisfaction: New directions in quest of successful aging. International Journal of Behavioral Development, 12, 35-55. 262 Ryff, C. (1989b). Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of psychological well-being. Journal of Personality and Social Psychology, 57, 1069-1081. Seligman, M.E.P. y Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive Psychology: An Introduction. American Psychologist, 55(1), 5-14. Seligman, M.E.P. (2002). Authentic Happiness. New York: Free Press. 263 264 ÍNDICE DE AUTORES 265 266 Alonso, Oriol 118 Alonso, Pablo 99 Arias, Bárbara 238 Arinina, Marina 108 Badolato, Clara 253 Balltondre, Mònica 60 Barbadillo, Cristina 93, 123 Barranco, Alejandro 99 Barranco, Iñigo 99 Berenguer, Pablo 125 Bernal, Mª del Mar 139 Blanco, Florentino 97, 101, 125, 127, 129, 163, 253 Bonete, Beatriz 189 Boyano, José T. 207 Bueno, Nereida 65 Cabanas, Edgar 180 Calatayud, Constanza 79 Calleja, Marina 121 Carpintero, Helio 23 Carroy, Jacqueline 45 Carvajal, Luz M. 204 Castro, Jorge 234 Chisvert, Mauricio 242, 251 Cohen, Mª Ángeles 194 Contini, Paolo 196 Curci, Nicola 150 De Palo, Valeria 88 Díaz, Mª Luisa 249 Estrada, Omar 210 Fernández, Juan J. 169 Fernández, Mª Luz 101 Fernández-Abascal, Enrique G. 258 Ferrandes, Carmela 202 Formosinho, María 216 Gabucio, Fernando 58 García, Mercedes 93, 123 García de Frutos, Héctor 166 García-Hierro, Yolanda 253 García-Vega, Laura 111, 131 García-Vega, Luis 111, 131 Gil, Fernando 199 Gondra, José M. 48 267 González, Luis G. Gutiérrez, Juan M. Hernando, María F. Hontoria, Alberto Ibarz, Virgilio Igoa, José M. Iturbide, Luis M. Jesus, Paulo Jiménez, Belén Lafuente, Enrique Leal, Arthur A. León, Ana López de Cozar, Elena Loredo, José C. Luque, Mª Luisa Malonda, Elizabeth Mampaso, Joanne Martín, Miguel L. Martínez, Consuelo Martos, Francisco Mateos, Manuel Méndez, Clara Mestre, Mª Vicente Minkova, Elena Monacis, Lucía Monteagudo, Mª José Mora, Juan A. Mota, Sergio Patino, Carmen Peñaranda, María Pérez, Eugenio Pérez, Francisco Pizarroso, Noemí Ponte, Dolores Porcar, Mª Tur Porras, Beatriz Pulido, Hernán C. Quintana, José Quiñones, Elena Rodríguez, Andrés Rodríguez, José M. Ruiz, Gabriel 210 95 249 129 73 218 228 216 71 234 115 255 251 163 121 142 65 157 68 101 93, 123 97 142 105 50 242, 251 15, 147 218 255 160 213 65 178 137 142 85 204 97, 186 160 127 121 93, 95, 123, 175 268 Sáiz, Dolors Sáiz, Milagros Sampedro, María J. Samper, Paula Sánchez, Iván Sánchez, José C. Sánchez, Natividad Sánchez, Ramón Sánchez de Miguel, Manuel Segura, Susana Sellán, Mª del Carmen Sinatra, María Sitges, Esther Sos, Rosa Traetta, Luigi Van Alphen, Floor Vázquez, Antonio Villalba, Belén Villanueva, Mª del Mar Zaccagnini, José L. Zharova, Darya 82 82 137 142 55 180 76, 93, 123 253 228 231 183, 249 191 189 79 152 220 183 95 245 91 225 269 270