MONASTERIO DE LAS BERNARDAS Su construcción arranca en el
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MONASTERIO DE LAS BERNARDAS Su construcción arranca en el
MONASTERIO DE LAS BERNARDAS Su construcción arranca en el siglo XVI, cuando las monjas del monasterio de Nuestra Señora la Real, cercano al pueblecito de Renuncio, a muy pocos kilómetros de Burgos (a la izquierda del alto de Villabilla), se establecieron en Burgos, cuando un incendio arruinó su monasterio y aprovechando una disposición de Felipe II, que establecía que los monasterios femeninos situados lejos de las ciudades o en zonas despobladas fueron trasladados a las proximidades o al interior de las urbes. Habitaron primero en Las Huelgas y, luego, por indicación de Felipe II, en el denominado Hospital del Emperador, en el barrio de San Pedro de la Fuente. Adquirieron edificaciones de Francisco Orense Manrique e Isabel de Bernuy y en ellas, en 1585, se inició la transformación de dichas construcciones en un edificio religioso, con la intervención de los maestros Bartolomé de Chaves y Martín de la Haya. Durante el siglo XVII el monasterio estuvo bajo el patronato de los Riaño-Gamboa. Durante la Guerra de la Independencia las tropas francesas expulsaron a las monjas, las cuales no regresaron hasta 1818. Pocos años después, y debido a la Desamortización de Mendizábal, las religiosas se vieron obligadas a abandonarlo de nuevo, y lo mismo sucedió durante la revolución de 1868. Las monjas bernardas continuaron habitando el monasterio, desde esa fecha hasta 1977, año en el que fue vendido. Dada la decrepitud en la que se encontraba el edificio, el Ayuntamiento de Burgos acordó su adquisición y rehabilitación en 1982, para convertirlo en sede del Conservatorio Municipal, función que se mantiene en la actualidad, siendo reinaugurado por los Reyes de España el 28 de mayo de 1983. Aún se conservan algunos interesantes elementos del antiguo edificio. La bella portada renacentista parece responder a la de la antigua mansión de los Orense, y debe fecharse a mediados del siglo XVI. Las armas que luce la portada son las de los Riaño-Gamboa, familias que ostentaron el patronato del convento en el siglo XVII. En buenas condiciones nos ha llegado la iglesia, construida en el siglo XVII. En la actualidad sirve como auditorio del Conservatorio, un espacio privilegiado para la celebración de actos culturales, especialmente conciertos de música. Como auditorio tiene un aforo de 277 butacas, aunque hay algunos incovenientes, especialmente en las zonas más alejadas de la cabecera. Quedan restos del patio de tres crujías levantadas sobre arcadas que se abrían a una huerta y que, a partir de la conversión del edificio en monasterio, debió pasar a convertirse en claustro. Aunque concebido para fines religiosos, responde a las características de la arquitectura civil del Renacimiento burgalés: piedra en el cuerpo inferior, ladrillo en el superior y una imposta corrida entre ambos. La expansión de la ciudad, cuyo ensanche se centró en este área, determinó que las Madres Bernardas abandonaran se viejo monasterio y que se instalaran en una moderna construcción en el paseo de los Pisones, donde mantienen la regla cisterciense.