El ferrocarril en Mexicali - Eventos Anteriores

Transcripción

El ferrocarril en Mexicali - Eventos Anteriores
Revista de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
Año II, núm. 5, julio-octubre 2009
El primer
campo aéreo de
Mexicali
Memorias
de la Escuela
Netzahualcóyotl
El ferrocarril
en Mexicali
Recuerdos
de la Preparatoria
de Mexicali
Vivencias en el
valle de Mexicali
Los chinos.
Pioneros en el valle
de Mexicali
El Río
EDITORIAL
1
NÚMEROS DE LA HISTORIA
2
HISTORIAS DE LO COTIDIANO:
Mxl permiso para aterrizar
3
El primer campo aéreo de Mexicali 9
Vivencias en el valle de Mexicali
13
El Coloso Platead0
19
El ferrocarril de Mexicali
22
Hacienda de remonta
29
Los chinos. Pioneros en el valle
de Mexicali
32
Recuerdos de la Preparatoria
de Mexicali
34
Memorias de la Escuela
Netzahualcóyotl
38
ACONTECER DE LA HISTORIA
41
LIBROS, RESEÑAS, COMENTARIOS...
43
PÁGINAS DE HISTORIA
45
EPISODIOS
UNIVERSITARIOS
contraportada
Revista
i dde lla S
Sociedad
i d d dde Hi
Historia
i
Centenario de Mexicali, A.C.
Año 2, núm. 5, julio-octubre 2009
Mexicali, Baja California, México
Mesa directiva 2009-2011
Sergio Noriega Verdugo, PRESIDENTE
Yolanda Sánchez Ogás, VICEPRESIDENTA
Miguel Esteban Valenzuela Robles, SECRETARIO
Eduardo Andrade Cisneros, TESORERO
PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA
Yolanda Sánchez Ogás
Revista El Río
DIRECTOR Y DISEÑADOR: Rubén Castro Bojórquez
Elaborada en CESU-UABC
CAPTURA: Catalina Rojas Monzón y Ana Isabel León González
DIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO: Lydia Coronel Yáñez
REVISIÓN: Luz Mercedes López Barrera
APOYO LOGÍSTICO: María Teresa Ponce León
Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista
pertenecen a las colecciones de Archivo Histórico del Estado
de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de
Mexicali • Centro de Investigaciones Culturales (CIC) Museo
UABC • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC)
• Biblioteca Pública del Estado • Instituto Municipal de
Investigación Urbana de Mexicali • Particulares.
INVITACIÓN
La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali,
A.C” invita a todas las personas amantes de la historia,
aficionados o expertos, a asistir a las reuniones
de la sociedad y, de ser el caso, a formar parte de ella
como socios activos.
Las sesiones son todos los miércoles a las 18 horas en
la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre
la Universidad de la UABC, ubicado en la planta baja del
edificio de Investigación y Posgrado en blvr. Benito Juárez.
Se reciben colaboraciones de artículos de historia regional,
de preferencia con ilustraciones.
Dirigirlas a: [email protected]
Explorando el pasado para llegar al futuro
A
nte la rapidez de los acontecimientos del mundo globalizado que nos toca vivir, parecería que no
puede haber tiempo para ocuparnos del pasado histórico. La crisis hipotecaria de Estados Unidos
es un ejemplo. Después de un largo periodo de expansión en la construcción de vivienda, Estados
Unidos pasó del auge a la crisis. Primero se enfrentó al desplome de precios de vivienda y enseguida se dio
razón de créditos hipotecarios incobrables, mismos que con el “subprime”1 llevaron a algunas de las principales
instituciones financieras a la bancarrota y al desplome de la bolsa de valores y al desempleo. Desde entonces,
la crisis financiera del país vecino se ha transformado en una recesión económica de alcance mundial en la que
también nosotros estamos inmersos.
¿Podemos, pues, justificar nuestra atención a la historia? Resulta indiscutible que debemos ver hacia
adelante para no tropezarnos; sin embargo, ¿por dónde queda ese camino? Es muy probable que el futuro
que anhelamos no sea fácil de precisar, ni de llegar a un consenso. Esto trae a la memoria la máxima de los
antiguos griegos quienes recomendaron: conócete a ti mismo. Dado que nuestro pueblo sufre las consecuencias
de un precario pasado y aún de grandes desigualdades, no es fácil acertar con generalidades las aspiraciones
de nuestro pueblo. Por lo tanto, ¿podemos acaso decir que nos conocemos? ¿Quiénes somos los mexicanos que
habitamos Baja California? ¿Cuál es nuestro pasado?
No podemos fijar nuestro destino sin primero averiguar de dónde y cómo vinimos. Queda claro que somos un
pueblo de inmigrantes, con costumbres y expectativas derivadas de muchas partes del país, también resulta
claro que la condición de frontera con Estados Unidos ayuda a explicar nuestra forma de vida. Pero ¿cuáles
son las pretensiones de esta mezcla de mexicanos fronterizos? Cuando menos, parte de la respuesta debe estar
enterrada en nuestro pasado.
Ante las circunstancias, no se justifica abordar la historia regional sólo como pasatiempo que redunda
en la nostalgia del pasado, y tampoco desconocemos a la historia como fuente de esparcimiento. Partimos
de que el esfuerzo de estudiar la historia debe ser para encontrarnos a nosotros mismos. Por ello hay que
asomarse a la vida de nuestros próceres, padres y abuelos. Hay que buscar lo que otras generaciones hicieron
o dejaron de hacer. Debemos conocer los hechos, no sólo qué se hizo y cuándo se hizo, sino encontrar él
porqué de los acontecimientos. Debemos buscar consenso en los criterios de evaluación para aquilatar tanto
lo que consideramos bueno como lo que nos parece malo. Debemos de provocar un diálogo que pueda unir a
generaciones, un nuevo parlamento entre viejos y jóvenes para descubrir el pasado y forjar nuestro futuro.
Sergio Noriega Verdugo
1
Modalidad crediticia innovadora de Estados Unidos, de alto riesgo.
1
N Ú M E RO S D E L A H I S T O R I A
Sergio Noriega Verdugo
Población total por género en la ciudad y el municipio de Mexicali
y en Baja California, 1910, 1921 y 1930
CIUDAD
19101
19212
1930
MUNICIPIO
1910
1921
1930
BAJA CALIFORNIA
1910
1921
1930
TOTALES
HOMBRES
MUJERES
ÍNDICE DE
MASCULINIDAD
462
6782
14842
294
4164
8291
168
2618
6551
175.0
159.1
126.6
1612
14599
29985
1102
9639
17620
510
4960
12365
216.1
194.3
142.5
9760
23537
48327
5966
14507
27909
3794
9030
20418
157.2
160.0
136.7
Fuente: censos de población (índice de masculinidad calculado por el autor).
1
Citado en Celso Aguirre Bernal, Compendio Histórico-Biográfico de Mexicali 1539-1966, pp. 80-81.
2
Citado en Abelardo L. Rodríguez, Memoria Administrativa del Gobierno del Distrito Norte de la Baja California, p. 217.
Observaciones
1. Las dos décadas después de 1910 fueron de rápido aumento poblacional en la región (ciudad y
municipio de Mexicali y Distrito Norte de la Baja California).
2. Dicho crecimiento poblacional fue alentado por la migración mucho más que por la natalidad.
3. El índice de masculinidad (número de hombres por cada cien mujeres) fue muy alto debido a la
fuerte migración interna, procedente del interior del país. Esto quiere decir que en sus inicios la
región tuvo muchos más hombres que mujeres residentes.
4. Lo anterior es particularmente cierto para el área que comprendería el municipio de Mexicali en
1910. En ese entonces vivieron más del doble de hombres que mujeres.
5. Durante las dos décadas examinadas, el índice de masculinidad en la región disminuyó debido
al crecimiento urbano. Es decir, el desarrollo de las ciudades, sobre todo la de Mexicali, crearon
condiciones más propicias para alojar a las familias.
6. Dado que el índice de masculinidad para los tres años citados (1910, 1921, 1930) es más grande en
el municipio que en la ciudad de Mexicali, podemos inferir que las mujeres favorecieron la vida en
la ciudad en lugar de en el campo.
2
H I ST O R I A S D E LO C O TI D I A N O
Mxl permiso para aterrizar:
historia de los servicios aéreos hacia mexicali
Miguel Esteban Valenzuela Robles*
U
no de los hechos poco referenciados en los registros de
la historia de Mexicali lo han sido sus comunicaciones
aéreas. Quizás por lo cotidiano, estos sucesos
han mostrado una evolución que no ha llamado la atención
social, pero que por sus hechos, merece ser digna de relatos.
Si bien no existen registros de las primeras experiencias de
vuelo en Mexicali, acontecimientos de importancia nacional
en la materia han logrado su origen en esta capital. El vuelo
récord del general Roberto Fierro y la gran actividad de
experimentación que se suscitó en el periodo del gobernador
Abelardo L. Rodríguez, son sólo algunos de los ejemplos que,
al inicio de las actividades aeronáuticas, se protagonizaron
desde aquí.
Si retomamos los inicios de los años de 1930 podremos
observar cómo la actividad del transporte aéreo empezó a
ser influyente en el devenir de la ciudad. Sus condiciones de
geografía y la propia lejanía con el centro de la república
obligaban a la petición permanente por contar con un servicio
aéreo regular y accesible para la población o, por lo menos,
para un sector respetado de la población. Así, se cuenta
que los primeros servicios de itinerario fueron prestados
por la empresa Aerovías Centrales hacia el año de 1933; y
no era que la importancia política o económica de Mexicali
lo requirieran, sino que Mexicali tenía valor geográfico en
la naciente ruta hacia Los Ángeles, California. De hecho,
el primer servicio internacional desde este aeropuerto
californiano, fue precisamente hacia Mexicali.
Portada del itinerario de febrero de 1935 de la empresa Aerovías
Centrales, donde se aprecia la ruta hacia Mexicali.
(Fuente: http://www.timetableimages.com/).
* Miembro de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali, A. C. Correo electrónico: [email protected]
3
Aviones Lockheed Electra 10, similares a los utilizados en la
naciente ruta de México hacia Los Ángeles y que hacía escala en
Mexicali (1936). Foto: Wikipedia.
Avión DC-3. Desde finales de los años de 1930 y hasta inicios de la
década de 1950 era el que prestaba servicios hacia Mexicali. Foto:
Revista Caminos del Aire.
Avión modelo De Havilland Comet 4C, primer avión comercial
de propulsión a chorro que brindó servicios hacia Mexicali a
principios de los años de 1970. (Fuente: http://www.airliners.net).
El servicio de Aerovías Centrales no duró mucho tiempo
ya que la política de intervención gubernamental empezaba
a generar influencia en la conformación de las empresas de
transporte aéreo; etapa coyuntural que permite el desarrollo
de la Compañía Mexicana de Aviación (CMA), integrada, en esa
época, con capital de la Pan American Airways, la pionera de
la industria y, además, influyente protagonista de la política
del transporte aéreo en el continente.
De esta forma, hacia 1934, a diez años de inaugurada,
la CMA contaba, entre otras aeronaves, con dos modernos
modelos Lockheed Electra 10, con las que cubrían la ruta
México-Guadalajara-Mazatlán-Hermosillo-Mexicali-Los
Ángeles (sic).1
Sin embargo, ese dato parece no ser del todo cierto. Hacia
1935, Aerovías Centrales era la empresa que ya estaba dando el
servicio desde la Ciudad de México a Guadalajara, Mazatlán,
Culiacán, Los Mochis, Hermosillo y Mexicali. Ese mismo año
se acordó transferir dicha ruta hacia Mexicana de Aviación
porque esta empresa tenía el respaldo técnico y financiero
para extenderse hacia Los Ángeles; esto, en acuerdo con las
órdenes del general Francisco Mujica entonces secretario de
Comunicaciones y Obras Públicas en el periodo del presidente
Lázaro Cárdenas.2
Pero, no fue sino hasta el 3 de diciembre de 1936 cuando
esta ruta quedó establecida y rápidamente aportó un
itinerario rentable para la empresa, debido a la conexión
que se hacía hasta la ciudad californiana. De esa operación,
Mexicali se beneficiaba para el impulso del transporte aéreo,
toda vez que la obligada escala técnica serviría para proveer
de transporte de personas y mercancías hacia y desde la
Ciudad de México.
En enero de 1938 la CMA publicó el primer ejemplar de la
revista corporativa Caminos del Aire, en la que se describen
notas sobre movimientos de personal en la denominada
estación de Mexicali. En esa revista se daba cuenta de que
el jefe de Aeropuerto y representante de Tráfico en Mexicali, señor
Jorge Espinoza Molina fue transferido como jefe de operaciones
Avión modelo B-727 bautizado con el nombre de Mexicali.
(Fuente: Copyrigth de Torsten Maiyold, recuperada en http://www.
airliners.net).
al aeropuerto de Guadalajara y en su lugar se promovió al señor
Víctor M. Hogg; en cambios y promociones efectivas desde
noviembre de 1937.3
Caminos del Aire, revista corporativa de Mexicana de Aviación, edición del 70 aniversario, julio de 1991, pp. 16 y 115.
Salvador Novo, La historia de la aviación en México. Ediciones Especializadas, México 1994, pp. 109 y 115.
3
Vuelo, revista corporativa de Mexicana de Aviación, edición del 85 aniversario, julio de 2006, suplemento.
1
2
4
A su vez, en la misma publicación aparece el mensaje de
ese año nuevo de 1938 en el que el director general de la CMA
Wilbur L. Morrison hace notar que
… no obstante las pésimas condiciones financieras en que
se estuvo trabajando desde julio, la Compañía haciendo un
verdadero sacrificio fijó en septiembre (pasado) sobresueldos
regionales al personal de las estaciones de Minatitlán,
Villahermosa y Mexicali.4
Como podrá apreciarse, las cosas en 2009 siguen igual.
Con esta estructura de servicios aéreos, Mexicali fue
adquiriendo cierta relevancia para el fomento de sus
comunicaciones y para el desarrollo de la infraestructura
de servicios a la aeronavegación. Existen los registros de
que la CMA operaba desde el aeropuerto que se situaba al
costado Oriente del antiguo Palacio de Gobierno (terrenos
de la hoy Colonia Nueva). Sin embargo, debido al manejo de
sus operaciones y, dado que el aeropuerto estaba asignado
preferentemente a las actividades militares en Baja
California, la CMA acordó con las autoridades la construcción
y operación de un nuevo aeropuerto.
Esto no es de extrañar, ya que desde 1929 la CMA,
operada por Pan American, extendió sus rutas por el
Pacífico, estableciendo al mismo tiempo una extensa red de
aeropuertos propios, incluido el aeropuerto de Mexicali. Todos
construidos sobre una misma base técnica y arquitectónica
de un modelo de construcción ya consolidado en los Estados
Unidos. Esta red de aeropuertos propios la mantuvo hasta
las negociaciones que dieron origen al decreto del 10 de junio
de 1965,5 año en el que se crea el organismo paraestatal
Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). Con esta operación
se expropian todas las instalaciones de la red aeroportuaria
que las distintas líneas aéreas tenían en el país. Entre estas,
por supuesto, los aeropuertos, y el de Mexicali incluido.
Anteriormente, hacia el inicio de los años de 1940, Mexicali
desarrolló nuevas instalaciones aeroportuarias operadas por la
CMA, lo que le permitió la capacidad técnica de operar aviones
de mayor tamaño como el DC-3, con el que se impulsó la
generación de servicios más expeditos.
4
5
Publicidad del DC-3 en 1940. Foto: Revista Caminos del Aire.
Sección interior del itinerario de junio de 1955 de la Compañía
Mexicana de Aviación, anunciando el uso de los nuevos aviones
DC-6. (Fuente: http://www.timetableimages.com/).
Ibidem.
Rafael Esparza R., Historia de las Comunicaciones y los Transportes en México: la Aviación, Secretaria de Comunicaciones y Transportes, México, D.F., 1987. pp.
189.
5
un momento del vuelo, el capitán de la nave anunció que se
había declarado la rendición de Alemania. Ante este hecho,
el arzobispo, a bordo de la aeronave en calidad de pasajero,
envió por radiograma un mensaje de paz al pueblo de México.
El suceso lo ameritaba.
En el anecdotario de los servicios aéreos hacia Mexicali
vale la pena mencionar que un avión de famosa referencia
nacional tuvo un incidente en su vuelo hacia esta capital. El
avión, un viejo pero “confiable” B-24 (avión de cuatro motores
empleado en la segunda guerra mundial como bombardero),
matriculado con las insignias XA-TUK de la compañía
TAMSA, volaba con un grupo de braceros que trabajarían en
el Valle Imperial, pero accesaban por la garita de Mexicali.
Cortés (1992) lo narra así en su publicación:
el avión había tenido un accidente el 24 de diciembre de 1955
cuando transportaba a 80 braceros de Guadalajara a Mexicali,
y al fallar uno de los motores, el piloto se vio obligado a efectuar
un aterrizaje en el aeropuerto de El Centro, California...7
Publicidad de los servicios aéreos de Mexicali hacia la Ciudad de
México. (Foto: Periódico Nuevo Mundo, 1957).
En esa época, el vuelo salía de la Ciudad de México con
el número 588 a las 11:45 hrs., volaba hacia Guadalajara,
Mazatlán y Hermosillo, para llegar a Mexicali a las 20:53 hrs.
Con este tipo de avión ya no se volaba desde Mexicali hacia
Los Ángeles. De regreso, el vuelo se marcaba como el 587,
con horario de salida en punto de las 21:45 horas, en el mismo
recorrido que llegaba a la Ciudad de México a la 09:14 hrs.
del día siguiente. El servicio hacia California se suspendió
por algún tiempo para reanudarse en los años de la segunda
Guerra Mundial.
Un suceso digno de mencionar y que cubre a Mexicali
de honor y trascendencia histórica mundial, sucedió el 8 de
mayo de 1945 cuando el arzobispo de México monseñor Luis
María Martínez volaba de Mexicali hacia Los Ángeles.6 En
6
7
Ese avión lo tripuló por última vez Pedro Infante, en abril
de 1957.
Con el incremento en la demanda del pasaje en Mexicali,
la CMA también reforzó la calidad de sus servicios hacia la
nueva demanda de transporte, acrecentando el potencial de
sus aeronaves. Esta vez se inició un servicio directo hacia la
Ciudad de México con aviones modelo DC-6, cuatrimotores de
mayor capacidad; algo novedoso para la época.
También para 1955, la compañía Aeronaves de México,
todavía empresa del sector privado, anunciaba sus servicios
desde Mexicali hacia Tijuana y hacia Nogales. Este vuelo
cubría la ruta Tijuana–Chihuahua, haciendo el recorrido
desde las 09:15 horas y volaba a Mexicali, Nogales, Cananea,
Nuevo Casas Grandes y finalizaba itinerario en Chihuahua
a las 16:15 hrs. Era el vuelo 206, que se regresaba como el
vuelo 205, en punto de las 12:30 desde Chihuahua, llegando
a Tijuana a las 17:30 hrs. El vuelo entre Mexicali y Tijuana
duraba 45 minutos y el de Mexicali hacia Nogales era de 2:10
horas.
Hacia los años de 1970, y después de un reacomodo en
las funciones empresariales de la esfera gubernamental,
Caminos del Aire, revista corporativa de Mexicana de Aviación, edición del 70 aniversario, julio de 1991, p. 86.
Roberto Cortés Reséndiz, Pedro Infante: el hombre de las tempestades, Ed. La Prensa, México, D.F. 1992, p. 63.
6
Aeronaves de México se transformó en Aeroméxico, ya
como empresa paraestatal. En esa reestructura, los vuelos
hacia Mexicali se suspendieron, quedando sólo la CMA. Esta
cancelación de servicios ha limitado en parte el progreso de
Mexicali como polo de desarrollo, ya que la importancia
económica de las actividades aeroportuarias y de transporte
aéreo de carga y pasaje, son parte importante de la actividad
económica moderna.
Por su parte, la CMA ha mantenido su interés por el
desarrollo de lo que en su lenguaje se denomina “la estación
Mexicali”. Hacia los años de 1960 mejoró de nuevo el servicio
introduciendo el uso de los primeros aviones jet. Eran unos
aviones de manufactura británica denominados Comet 4C.
Los primeros jets de uso comercial ya servían a Mexicali.
Con esta innovación tecnológica, la CMA mejoró
enormemente pero las molestias por “ruidos de pánico” y la
presencia de la “velocidad cercana a las casas”, provocaba al
igual que asombro, temor, angustia y constantes roturas de
ventanas en las colonias aledañas al aeropuerto de Mexicali.
Los eventos empezaron a generar protestas; sin embargo,
el uso de este avión se sustituyó rápidamente por aviones
americanos Boeing 727; uno de éstos fue bautizado con el
nombre de Mexicali y matriculado como N553NA.
Este tipo de aeronave ya no operó desde el aeropuerto
de la hoy Ciudad Deportiva y casi de manera simultánea,
consolidó la era del jet en México y la apertura del nuevo
aeropuerto de Mexicali en la Mesa de Andrade.
A inicios de la década de 1980 la CMA desarrolló un ambicioso
programa de ampliación de flota aérea, adquiriendo aviones
con capacidad para 300 pasajeros. Estos aviones fueron los
DC-10 y uno de ellos se utilizó en la ruta directa de Mexicali
a la Ciudad de México, haciendo escala en Hermosillo. Este
avión causaba verdadero asombro; su tamaño y lo silencioso
de sus operaciones maravillaba a propios y extraños.
La crónica de la época detalla el hecho de la siguiente
manera:8
8
Avión modelo A320 de Mexicana. Los modelos más recientes de
servicio aéreo a Mexicali. Foto: Mar de Robles recuperada en http//
www.flickr.com/photos/marderobles.
Avión modelo DC-10 maniobrando en una operación de despegue
en la plataforma del aeropuerto de Mexicali. (Verano de 1991).
Fuente: Colección del autor.
Operaciones matutinas en la plataforma del aeropuerto de
Mexicali, donde se aprecia un avión de la empresa Aviacsa (enero
de 2007). (Fuente: Colección del autor).
Por fin, ayer a las 14:45 horas llegó a esta capital, de paso, el nuevo
con capacidad para 315 pasajeros, realizó un primer intento de
avión de Mexicana, DC-10, con el que a partir del sábado en el
aterrizaje pero debió elevarse nuevamente para tomar la pista
vuelo matutino se cubrirá la ruta directa a la Ciudad de México
desde su arranque… tres minutos después de estacionarse en
y viceversa, con horario de salida de esta capital en punto de las
las pistas de carreteo el aparato alzo nuevamente el vuelo con
10:40 horas… El avión, bautizado con el nombre de Tolteca y
destino a la capital… (Sección Aeropuerto de Mexicali).
Sección Aeropuerto de Mexicali, La Voz de la Frontera edición del día 4 de diciembre de 1981, p. 8.
7
El servicio de los DC-10 hacia Mexicali
se suspendió a partir de 1992 ya que la
CMA realizó una reestructura financiera
que le permitió deshacerse de aviones
grandes para modernizar el total de su
flota y cambiar los B-727 americanos, por
aviones europeos Airbus 320 de última
tecnología.
No obstante, el DC-10 marcó historia
en Mexicali y de nuevo colocó a la ciudad
en el almanaque de los hitos de la aviación
nacional.
Este hecho, que por primera vez
se establecía con origen y destino en
aeropuertos mexicanos, ocurrió el 15 de
mayo de 19939 y se narra de la siguiente
manera:
se efectúa un vuelo especial a China, con
un DC-10 de Mexicana, desde el aeropuerto
de Mexicali. Este sale rumbo a Europa
y regresaba a México, pero por la vía del
Sección interior del itinerario vigente del 17 julio de 1955 de la compañía Aeronaves de
México, en el que se muestra un mapa pintoresco de sus rutas y la promoción del avión
DC-4 (Fuente: http://www.timetableimages.com).
Pacífico, completando así una vuelta al
mundo…
Si bien no se encuentran más datos de este suceso, ha de
entenderse que el vuelo partió de Mexicali seguramente hacia
Lisboa, Madrid o Londres, ciudades que se ubican a 12 horas
de vuelo de Mexicali (en vuelo directo) y que, precisamente
en los años de 1990, el DC-10 de la CMA probaba su poder de
autonomía con rangos cercanos a los 11,000 kilómetros. Algo
poco usual para este tipo de avión.
Fue entre 1998 a 2008, cuando en Mexicali surgieron
nuevas opciones de servicio. Empresas como Azteca,
Aviacsa y anteriormente Taesa, intentaron con poco éxito
el desarrollo de mayores opciones de servicio. Antecedieron
9
a estas, Aerocalifornia, Aviación del Noroeste, Aerolíneas
del Pacífico y un convenio de transporte que se operaba con
el organismo de TAF (Transporte Aéreo Federal) con el que
fomentaba la operación regionalizada.
Al paso de los años, los servicios de transporte aéreo
tuvieron sus altibajos lo que originó que algunas de las
líneas aéreas que ofertaban servicios desde Mexicali se
retiraran; quedando, de nuevo, la CMA atendiendo a Mexicali,
nuevamente como principal línea de servicio y que junto con
Volaris y Connect de Aeroméxico, enlazan esta capital con
México y el mundo.
Sección Tiempo de Vuelo, Vuelo, revista corporativa de Mexicana de Aviación, edición mayo de 2006, suplemento, p. .8.
8
El primer campo aéreo de Mexicali
Yolanda Sánchez Ogás*
E
l aeropuerto de Mexicali se construyó en 1929
durante el gobierno de Abelardo L. Rodríguez
quien fuera mandatario del estado bajacaliforniano
de 1923 a 1929. El gobernador era un hombre interesado en
la aviación, y en Tijuana había montado una fábrica para
construir aviones. En ese tiempo también se generó en otras
personas el interés por la aviación comercial y por contar con
un aeropuerto.
En Mexicali se autorizó el uso de un terreno localizado en
la Sección Segunda, al este de la ciudad, a unos 150 metros
al oriente del palacio de gobierno y a 160 metros de la línea
internacional. Era una superficie irregular, de 48 hectáreas
y 67 áreas, y colindaba al norte, canal de por medio de 330
metros con la avenida Madero; al sur en 390 metros con la
calle Zaragoza; al noroeste y este en 960 metros con el ejido
Zacatecas; al suroeste en 480 metros con terrenos de la
Colorado River Land Company; al suroeste en 195 metros
con la calle Zaragoza, al oeste en 510 metros con terrenos de
la ciudad y al noroeste en 330 metros, canal de por medio con
las manzanas 87 y 88 de la ciudad.
El 27 de febrero de 1929 se iniciaron los trabajos para
la construcción del aeropuerto con una inversión inicial de
12 pesos diarios para pago de un fresno, tronco de mulas y
sueldo de arreador por 4 días. Del 4 al 16 de marzo se pagaron
$182.00 a jornaleros por limpiar el terreno, correspondientes
a 12 días de trabajo. En ese mes se excavó el pozo para
enterrar los tanques de gasolina y se colocó el alumbrado
de 3000 watts, por la W. H. Hamann Electric de Caléxico.
También en febrero de ese año Ventura Jáuregui construyó
el taller de reparación de aviones. Las primeras oficinas del
aeropuerto y Mexicana de Aviación estuvieron en el Hotel
Comercial.1
*
1
1950. Edificio del segundo aeropuerto de Mexicali, situado donde hoy
se encuentra la Ciudad Deportiva.
Una vez construido el aeropuerto por el gobierno del
Territorio fue inaugurado en 1929 y se le llamó Emilio
Carranza. Originalmente era un aeropuerto militar, su hangar
tenía cupo para 5 aviones militares. La Compañía Mexicana de
Aviación poseía la única concesión del aeropuerto, pero en 1932
le fue otorgado permiso también a la Compañía de Servicios
Centrales. Su ruta salía de México a Tijuana con varias escalas:
Hermosillo, Ciudad Obregón, Navojoa, Los Mochis, Culiacán,
Mazatlán, Durango y León, Mexicali y Tijuana. El viaje duraba
11 horas 25 minutos. Otra compañía que llegó a Mexicali fue
Líneas Aéreas Occidentales, a partir de 1934.
Durante diez años el aeropuerto fue administrado por el
gobierno y la compañía Mexicana de Aviación. En 1927 en
ese aeropuerto tuvieron lugar hechos notables para la época.
En Tijuana, el gobernador había establecido una fábrica
de aviones, se trataba de la Compañía de Construcciones y
Transportes S. A. Durante el primer año de operaciones se
construyeron tres aviones: el Baja California 1 y sucesivamente
Cronista de Mexicali y presidente honorífica y vitalicia de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali A. C.
Archivo Histórico del Estado. Fondo Distrito Norte, caja 2.
9
los Baja California 2 y 3. Los pilotos de pruebas eran Roberto
Fierro Villalobos y Luis Farrell Cubillas.
En esa fábrica de aviones trabajó el joven Antonio Magaña
Navarro. Él había llegado a Mexicali en 1927, y por dos años
laboró con José María Rodríguez y aprendió mecánica. Allí
conoció al gobernador Rodríguez, a quien le interesó por su
afición a los aviones. Lo envió a trabajar a casa de su madre
en San Diego y lo inscribió en el Instituto Mahony Air Cost
Corporation, donde se había erigido el Espíritu de San Luis,
de Charles Lindberg. Magaña terminó sus estudios en 1934
y regresó a Tijuana donde estuvo dos años en los cuales se
relacionó con Roberto Fierro.
Regresó a Mexicali en 1936 y poco después inició la
construcción de un avión con el apoyo de un comité que
encabezó el periodista Ángel Saldívar, con la participación
de los profesores Héctor Migoni y Vicente Gastélum, Rodolfo
Escamilla, doctor Joaquín Galván y otros, en la escuela
Industrial de Mexicali, donde hoy es el correo viejo, se terminó
el avión que fue bautizado como “Mexicali”. Se programó su
vuelo el 5 de marzo de 1937. El traslado del avión fue una fiesta
para los mexicalenses, quienes acudieron a verlo pasar por las
avenidas Madero y Reforma.
El avión despegó y se elevó a unos tres mil pies de altura,
y se internó en territorio americano. La aeronave sufrió
una falla y Magaña lo regresó a territorio de Mexicali, pero
consideró que no era conveniente aterrizar en el aeropuerto,
donde había unas 8 000 personas. El aterrizaje fue correcto,
pero los surcos del terreno y la velocidad con la que bajó
destruyeron al avión. Antonio Magaña sólo sufrió algunas
heridas.2
Entre otros hechos importantes, en febrero de 1937 llegaron
al aeropuerto de Mexicali los representantes de los agraristas
Leonardo Guillén y Filiberto Crespo, quienes habían acudido
a México a informar al presidente Lázaro Cárdenas sobre el
asalto a las tierras Colorado River Land Company ocurrido en
el valle de Mexicali, el 27 de enero. El presidente les entregó
boletos para que regresaran en avión. Dos semanas después,
el aeropuerto se llenó de campesinos que esperaban la llegada
de Gabino Vázquez, jefe del Departamento Agrario, quien
traía órdenes del presidente Cárdenas para realizar la reforma
agraria en Baja California.
2
José Luis Magaña Márquez, en Voz a Nova, 31 de mayo de 1887.
10
1952. Zona de embarque y desembarque de pasajeros y carga del
segundo aeropuerto de Mexicali.
El secretario de Comunicaciones y Transportes, Francisco J.
Mújica pidió permiso para proteger en el hangar del aeropuerto
el avión Stinson que vigilaba a la brigada de localización,
durante la construcción de la vía del ferrocarril que unió a
Baja California con el resto del país.
A finales de la década de de 1930 el aeropuerto quedaba
ya en una zona muy céntrica y poblada, lo cual generaba
diversos problemas: la gente que vivía alrededor del campo
aéreo protestaba porque los aviones pasaban muy cerca de
las casas. Por otra parte, la Compañía Mexicana de Aviación,
que tenía la concesión del campo de aviación, se quejaba
porque los árboles sembrados en los alrededor eran en extremo
peligrosos para los aviones.
El mismo gobierno del territorio, dueño de ese terreno que
había comprado a la Colorado River Land Company, tenía la
preocupación por el crecimiento de la población y necesitaba
los terrenos del aeropuerto, que ya contaban con sistema
de drenaje, para vender lotes y que se construyeran nuevas
casas en ellos.
En 1937 se consideraba que el aeropuerto estaba en malas
condiciones y la Secretaría de Guerra informó que “se pretende
retirarlo del servicio para fraccionar”. En agosto de ese año se
suspendieron los vuelos mientras se realizaban algunas obras
de reconstrucción. El gobierno tuvo que hacer una inversión
de 300 000 pesos en la restauración del aeropuerto para que
continuara funcionando.
1950. Entrada al edificio del segundo aeropuerto de Mexicali ubicado
en la hoy Ciudad Deportiva.
Por breve tiempo el servicio aéreo se suspendió; los
empresarios protestaron aduciendo que la falta de otros
medios de transporte y la lejanía de Baja California con el
centro del país hacían indispensable el transporte aéreo. Fue
necesario que el gobierno se avocara a buscar otro terreno
donde pudiera establecerse un nuevo campo de aviación. Los
representantes de las empresas mexicalenses gestionaron ante
el gobernador la reanudación del servicio aéreo. Estas empresas
fueron: la Cervecería de Mexicali, Chinese Ginning Company,
las algodoneras McFadden y de Mexicali, Rivas y Compañía,
Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, Banco Mercantil,
Compañía del Centro Mercantil de Baja California, Southern
Sierras Power de México, Gallego y Alliegro, Compañía del
Ferrocarril Intercalifornia, Expendio de Productos de Tocador
y Belleza, Compañía de Hielo de Mexicali, Colorado River
Land Company, Gallego Hermanos, Harinera de Mexicali,
Compañía de Luz y Fuerza de Mexicali, Cervecería de Anza y
Mexican Canal Company S. A.
Para evitar que se cerrara y permitir que continuara abierto al
servicio público, el 23 de noviembre de 1937 el presidente Lázaro
Cárdenas ordenó al gobernador Rodolfo Sánchez Taboada que
entregara el aeropuerto a la Secretaría de Comunicaciones y
Obras Públicas (SCOP), con todas las construcciones y accesorios
que se utilizaban en su funcionamiento. La entrega se hizo el 4
de diciembre de 1939.3
3
4
En ese tiempo, el aeropuerto de Mexicali perdió su categoría
de militar. Los 39 militares que prestaban sus servicios en
el aeropuerto fueron retirados. Durante la segunda Guerra
Mundial, el ex presidente Lázaro Cárdenas estableció la
Jefatura Militar en Ensenada y ordenó la construcción
del aeropuerto militar en El Ciprés. Sin embargo, ante
la inminencia de la guerra, el presidente Manuel Ávila
Camacho, a través del secretario de la Defensa Nacional
ordenó al gobernador Sánchez Taboada que los ejidatarios
dejaran libres los hangares que usaban como almacenes. Los
hangares se trasladaron a Ensenada por orden del general de
Brigada Juan Felipe Rico.
Desde principios de noviembre de 1939 empezaron las
pláticas entre los campesinos del ejido Coahuila y el gobierno
para acordar el traspaso de un terreno para el nuevo
aeropuerto. El 1 de abril de 1940, el jefe de Aeronáutica Civil
del país notificó al gobernador Rodolfo Sánchez Taboada, que
el inspector Gonzalo Carrasco llegaría para recibir el nuevo
campo de aterrizaje. Se hizo la entrega firmando el piloto
aviador Gonzalo Carrasco por la SCOP, Manuel Fernández
Guerra por parte del Departamento de Obras Públicas del
Territorio, Salvador López, jefe de Campo de Mexicana de
Aviación y Luis G. Herrera por la Compañía Líneas Aéreas
Norteñas.4
Aeronáutica Civil recibió un terreno para el nuevo campo
de aterrizaje localizado 700 metros al sureste de la ciudad,
en el ángulo noroeste del terreno del ejido Coahuila; era un
terreno de forma rectangular de mil metros por lado, cien
hectáreas en total. La SCOP recibió también las 7 lámparas
de 3000 watts para aterrizajes nocturnos que se usaban en el
antiguo aeropuerto.
El nuevo campo de aviación carecía de edificios y el
gobernador Sánchez Taboada informó a la Dirección de
Aeronáutica que su gobierno necesitaba los recursos para
realizar las obras que requería el nuevo campo de aviación.
En cambio ofreció el hangar del viejo campo de aviación,
que era metálico y desmontable, siempre y cuando la SCOP
construyera un edificio en su lugar, debido a que funcionaba
como almacén de la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola.
AHEBC, fondo Gobierno del Estado. Caja 474.
Ibid.
11
1954. Área de estacionamiento frente al
edificio del segundo aeropuerto de Mexicali.
Cuando los campesinos se enteraron del proyecto de
desmantelar el hangar, se dirigieron al gobernador y al
director general del Banco Ejidal para exigir que no se llevara
a cabo el desmantelamiento, porque el hangar se les había
cedido por órdenes del presidente Lázaro Cárdenas y ellos lo
utilizaban de almacén. Como respuesta a las acciones de los
ejidatarios, el gobernador se comunicó con Marte R. Gómez,
secretario de Agricultura y Fomento.
objeto… En los terrenos aledaños a los que ocupa el hangar de
Ampliando mi telegrama relativo, tengo el honor de informar
En el acto de recibir el nuevo campo, a la Compañía
Mexicana de Aviación se le dieron 45 días para acondicionar
el campo y realizar las obras necesarias para atender al
pasaje, sin embargo, la Compañía solicitó se ampliara el
tiempo hasta 90 días. Así se inició la construcción de lo que
sería otro nuevo aeropuerto para Mexicali.
a usted, que el hangar del campo de aviación de esta ciudad, el
gobierno del territorio a mi cargo, desde el año de 1937, lo puso
a disposición de los elementos ejidatarios de este territorio, para
que establecieran la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola del
valle de Mexicali. Se ha estado ocupando el hangar con dicho
5
referencia se puso un cerco de alambre que limita un patio donde
actualmente están las trilladoras de la Central de Maquinaria
y establecieron una pequeña fábrica de sodas con un sencillo
jacalón de adobe y lámina. Al retirar el hangar para el nuevo
campo de aviación, el terreno sigue a disposición de la sociedad
tantas veces mencionada, donde puede construir un local con
bajo costo que satisfaga sus necesidades...5
Archivo Histórico del Estado. Fondo Gob. del Estado, Caja 474. Exp. 852/671.44/ 712. Oficio enviado por el gobernador Rodolfo Sánchez Taboada al secretario de
Agricultura y Fomento.
12
Vivencias en el valle de Mexicali
Eduardo Andrade Cisneros*
Q
ué tiempos vivimos todos los seres humanos, primero
la niñez luego la juventud. Para un joven nacido
y criado en el campo, con sus limitaciones, sus
complejos, pero con una vida rica en vivencias que da el convivir
con la naturaleza, hace que la existencia de adolescente tome
otra perspectiva: se valora la vida cada día más.
Llegó el día que tenía que prestar mi servicio militar, y
se abrió el registro de la clase de 1943. Cuando sucedió este
evento, mi padre me prestó el pick up, y mi hermano Julio
me acompañó a Mexicali para registrarme a la junta de
reclutamiento, ésta se ubicaba en el Mercado Municipal en
la planta alta. Tuve que retratarme, creo que fue la primera
foto que tengo en Baja California. Fue un día muy cansado.
Me tomó casi todo el día para el registro, y ya muy tarde el
regreso al rancho.
De ese año recuerdo el día de las madres porque se realizó
un festival en la escuela antigua de la colonia Vicario. El
director era el profesor Antonio Andrade, un maestro que duró
muchos años en su labor, se distinguía por la organización de
eventos artísticos en la colonia Vicario y en toda la región.
Ese año fue el primer festival.
Por esos días también empezaron las pláticas con los
colonos y con los padres de familia que tenían hijos en la
escuela, con el objeto de conseguir recursos para construir
una escuela más amplia y más funcional. Después de varias
reuniones se tomaron los siguientes acuerdos: todos los
colonos aportarían mil pesos o una tonelada de trigo, don
Severiano Morales y don Erasmo Aguilera donarían media
hectárea de tierra cada uno.
*
Se empezó la cosecha y todos a dar las aportaciones. Yo
le llevaba a don Erasmo Aguilera los reportes, así como las
participaciones en efectivo o en especie. Hay que dejar en
claro que los padres de familia, que eran trabajadores, hacían
sus contribuciones a través de trabajo directo. Cuando se
construyeron las aulas y se cumplió con todo lo prometido,
el profesor Antonio les prestó por muchos años el servicio de
enseñarles educación primaria a los niños y niñas.
Cumplí con el trato de la tienda que tenía con don Erasmo
de seis meses atrás, misma que le devolví, y todos contentos
nos regresamos a mi casa en la colonia Camacho. En ese
tiempo empezó la inquietud de comprar unos guantes de box
y empezamos a platicar con un trabajador de nombre Goyo
que era del Distrito Federal. Goyo nos platicaba que cuando
él era joven, en México era boxeador. Nos dijo que él nos
podía entrenar, pero que tendríamos que comprar un saco,
una pera loca, pera fija, guanteletas, y los guantes de box,
y todos los que entrenaríamos necesitaríamos vendas para
las manos. Varios muchachos empezamos a cooperar, por
ejemplo: Nacho Garate, la Zorra, Carlos Garate, Luis Razo,
Guileo Rangel, Abelardo Andrade, Julio Andrade, Ángel
Bravo, varios más y su servidor.
Julio y yo fuimos a Mexicali con Goyo a comprar todo; así
todas las tardes en la tienda de mi tía Juvencia empezamos a
entrenar y a recibir los secretos del deporte del box.
El entrenamiento consistía en brincar la cuerda, hacer
sombra, pegarle al saco y a las peras. Goyo nos enseñó cómo
debe uno pararse, cómo tirar los golpes y después a ponernos
los guantes con un compañero de nuestro peso. Recuerdo que
Miembro de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali, A. C. Correo electrónico: [email protected]
13
1958. Chorro de agua de un pozo profundo electrificado en la zona
sureste del valle de Mexicali.
salíamos con la boca reventada, pero después nos tomábamos
unas sodas y raspados, y todos contentos nos retirábamos a
nuestras casas para otro día trabajar en las labores cotidianas,
y volver otro día por la tarde al entrenamiento.
Por esos días las parcelas ubicadas al norte de las de mi madre
estaban abandonadas, decían que las había embargado La
Jabonera, que era una compañía refaccionaria. Un día llegó un
señor que se llamaba Pompeyo Perpuly con tractor caterpillar,
un pick up nuevo, y empezó con mucho movimiento; decían
que tenía su rancho en La Grulla y que venía a enseñar a los
agricultores cómo sembrar, y pronto se dio cuenta de que en
la zona en donde estaba su rancho las condiciones eran otras,
ya que las tierras de la zona de la Camacho tenían salitre y se
batallaba para regar a tiempo. Lo intentó como tres años, no
pudo y se fue.
14
También por ese año de 1961 compré mi primera bicicleta y
fue la única en mi vida. Llegó a la colonia Camacho un señor del
que no recuerdo su nombre, pero decía que vivía en Mexicali,
venía en una bici bonita muy arreglada y pronto dijo que la
quería vender porque era muy duro trabajar en el campo, que
hacía mucho calor y que había muchos moscos. Le pregunté
que cuánto quería por ella, y me dijo que 250 pesos y se la
compré en 225 pesos. ¡Qué bien me sentía con mi bicicleta!, me
paseaba en ella por toda la colonia, por los caminos de tierra
con mucha arena, el reto era no bajarme, estuviera el camino
como estuviera. Después, varios muchachos se compraron las
propias, la mayoría, de segunda mano.
Después se comentaba que al parecer el señor al que le
compre la bici, robaba en Mexicali y que la bici era robada.
Fueron versiones que no comprobamos, pero no se supo de
él jamás.
Empezaron las piscas. Lupe Almanza nos invitó a piscar,
por lo que debíamos trasladarnos todos los días a la colonia
Leona Vicario, él nos daría dinero para la gasolina; por el
camino les dábamos aventón a varias personas.
El primer día de pisca, en la primera pesada, Lupe Almanza
y mi papá tuvieron que salir no recuerdo para dónde, y Lupe
me dijo que si me quería quedar de pesador. Mi trabajo era
pesar y llevar una lista de todos los piscadores. Se asignaba un
número a cada quien y se anotaba el producto en unas hojas
regaladas por La Estrella Azul, que era la tienda que vendía los
sacos para piscar; los sacos de piscar eran como de dos metros
de largo y de ancho como setenta centímetros, cerrado por
atrás y abierto por enfrente y un poco más grande por donde
no se arrastraba, con dos tirantes que se amarraban en la
cintura; le podían caber hasta cuarenta kilos de algodón. Pero
José Ambriz, que era muy buen piscador, en el ejido Veracruz,
me decía que sólo deberíamos de ponerle 20 o 22 kilos para
no perder el tiempo en apretarlo mucho y no andar jalando
porque se cansa más la gente. En los últimos 20 años todo se
pisca con máquinas.
En esos días ya se acercaban las fiestas patrias, la fiesta
era en el 57, o Estación Coahuila; me platicaron que por
la calle principal, en frente de la delegación, se colocarían
puestos para vender comida y cerveza; la renta por puesto
costaba 500 pesos. Fui y compré un local para vender cerveza,
empezó la fiesta y abrí mi negocio el día 15 en la noche. Nos
amanecimos. El tener que dormir un rato y volver a seguir
con las ventas era mucho trabajo; me la pasaba desvelado,
y con pocas ganancias; además había que soportar muchos
borrachos impertinentes, así que no me quedaron ganas de
repetir esa experiencia en mi vida.
Pronto se vinieron las fiestas de fin de año, Navidad y Año
Nuevo y el segundo domingo del año a prestar el servicio militar.
De la misma colonia fuimos Luis Razo, Luis García, Pancho
González, los demás del ejido Plan de Ayala, de la colonia
Zacatecas, del Indiviso. Del poblado llegaron un capitán del
ejército y Roberto Carrasco, él vivía en el poblado y trabajaba
en el Banco de Comercio, y sería el instructor. Era muy cansado
tener que levantarse temprano, caminar más de dos kilómetros y
esperar un aventón para llegar hasta el Kilómetro 57, y muchas
veces 6 kilómetros hasta el canal Lerma; además muchos de
estos domingos sin un peso en la bolsa.
Cuando estuve en la tienda de don Erasmo, un día le vendí
un sombrero a Pedro Rocha; ya lo conocía porque compraba
marranos y chivas y él vendía birria en el 57, y con comida
me pagó 35 pesos que me debía; el plato costaba $3.50, y un
día me dijo “cuando no tengas dinero ven y come y cuando
puedas me pagas”. Yo ya no me preocupaba por la comida,
el problema era que cuando no pagaba 5 pesos al soldado que
llegaba a pasar lista, no te dejaba salir hasta el medio día.
Cumplida la mayoría de edad, ya podíamos ir al billar para
jugar, cobraban barato, 40 centavos. Cuando todos teníamos
dinero, el que perdía pagaba, y cuando alguno no tenía dinero,
el que seguía con menos puntuación, pagaba.
Un día nos preguntaron quiénes no sabían leer, cuántos
habían terminado la primaria, cuántos la secundaria; para
entonces ya estaba funcionando la secundaria por cooperación
“El Nigromante”, por cierto muy combatida por la iglesia, por
el padre que estaba en turno, de apellido Anguiano. En los
sermones en misa el padre Anguiano hablaba mal de la escuela
y decía a las muchachas que ir a la escuela significaba ir a
la perdición, que los padres no debían permitir que sus hijas
fueran a esa casa de perdición.
Fueron unos días de intolerancia por parte de la iglesia
católica hasta que un grupo de padres le pusieron un alto y le
dijeron que si no se callaba lo demandarían penalmente por
difamación.
Varios compañeros del servicio militar ya estaban en la
secundaria y le solicitaron al que quisiera alfabetizar dieran
un paso al frente, recuerdo a algunos: Cruz Jiménez, que un
día fue presidente de Canaco, Roque Campuzano, quien fue
líder de los maestros y diputado local, Rogelio Pérez, que se
fue a vivir a Maneadero todos fueron profesores destacados
y rápido se fue el tiempo y cumplí con mi país prestando mi
servicio militar.
La rutina en el rancho era levantarse muy temprano a
ordeñar las vacas; para entonces ya eran varias porque mi
padre cambiaba cuando crecían a todos los machos que iban
naciendo, por becerritas a los compradores de ganado que
visitaban los ranchos del valle de Mexicali buscando puercos
o ganado, o lo que fuera.
Para estas fechas, estamos hablando de 1962, recuerdo
que acordamos sembrar dos hectáreas de alfalfa, le pedimos
a don Julián González que fuera con su tío Dolito y le pidiera
que nos estacara el terreno; con el tractor, con una escrepa de
6 pies, durante varios días, mi hermano Julio las emparejó y
acondicionó para sembrar la alfalfa.
Mi padre fue con Julio a Mexicali y compraron la semilla
y una máquina; uno se la terciaba en la espalda y en los
hombros y se la recargaba en la panza (que entonces no tenía
nada). Así aprendimos a sembrar alfalfa y nos iniciamos
1952. Pizca de algodón a mano. realizado por niños.
15
1954. Algodón a bordo de un camión de
redilas listo para ser transportado a la
despepitadora.
como alfalferos hasta que en 1997 yo me retiré del campo.
Como dije, para estas fechas ya teníamos como 20 cabezas de
ganado, mi hermano Abelardo era el que las cuidaba. Todos
los días salía por las mañanas a pastorearlas por los predios
que no se sembraban y por las orillas de los canales que con
la humedad tenían mucha grama. Se juntaba con su amigo
Balvino, que cuidaba unas vacas de Jesús Salgado. Después,
Abelardo y Balvino se casarían con dos hermanas.
La alfalfa empezó a dar sus resultados; comenzamos a cortarla
cada mes y a juntarla. Por aquel tiempo la colonia Camacho
empezó a ser alfalfera, y llegaron los compradores que eran
los ganaderos lecheros de Tijuana; nosotros ya para entonces
teníamos más de 200 pacas y vendimos medio trailer, que
representaba aproximadamente 175 pacas, pesaban poco
más de 10 toneladas. Cada tonelada se vendía en 380 pesos,
y mirábamos que la alfalfa era negocio. Después vendimos
igual, Esteban Ames nos la compraba; por dos hectáreas nos
daban en dinero más de 7 000 mil pesos, más las pacas que
guardábamos para las vacas que estaban produciendo leche.
Parte del negocio era vender la leche de las vacas, el
lechero que la compraba se llamaba Alfredo Guzmán de la
colonia Zacatecas; todas las mañanas le entregábamos un
bote de 40 litros, la pagaba a 70 centavos por litro. A la par,
seguíamos sembrando pedacitos de algodón y de trigo en la
colonia Vicario, pero se empezó a llenar de plagas, de malas
yerbas como avena silvestre y trébol.
16
Esa cosecha fue mala, pero afortunadamente se pagó
todo y sobraron como 3 000 pesos que se debían de partes
que se habían sacado con Cuco para reparar el pick up, así
como algunas refacciones para el tractor. ¡Ni modo!, así es
la agricultura, de puras esperanzas y mucho trabajo de toda
la familia. En esas fechas, ya vendíamos un poco de leche y
mi madre también hacía quesos pequeños; los que sobraban
porque no nos los comíamos, los vecinos los compraban, los
vendía en 2.50 pesos cada uno.
Continuamos sembrando algodón en la colonia Camacho
todos los años 5 hectáreas, y se llegó la pisca y nos fue bien, y
con las primeras pacas mi padre compró un pick up Chevrolet
1954 y le hicimos unas redilas y en él llevábamos de a mil kilos
a Mexicali y yo creo que tenía buen precio, porque mi padre
y mi hermano Julio por la noche que llegaban de Mexicali
traían dinero de la venta del algodón.
Para entonces ya teníamos preparada y barbechada la
parcela de la Vicario para que se asoleara la tierra. Llegó
enero y empezamos con el pequeño tractor a preparar para
sembrar algodón en la Vicario, para entonces el señor Jesús
Salgado que tenía un rancho en la colonia Camacho y que
se lo había comprado a mi tío Victorio Álvarez Cisneros, le
propuso a mi padre que le rentara el rancho, que para esa
fecha estaba lleno de monte de pinos salados, y que otro
señor que se llamaba Ceferino López y el señor Inés Alameda
sembrarían a medias la otra parte, pero él quería rentarlo
todo. Platicaron y acordaron que él le rentaría lo que sobrara,
ya para entonces el señor Sergio Ortiz le prestaría para
desmontar cierta cantidad, le daría la semilla para desahijar
y para el fertilizante y lo pagaríamos en la cosecha.
Mi hermano Julio se dedicaría a preparar y yo me iría
con algunos peones a desmontar para pronto tener limpia la
tierra. Un muchacho que se llamaba Olegario nos ayudaba,
con la condición de que le pagáramos la mitad y la otra mitad
a la cosecha. En tres semanas desmontamos y quemamos,
mientras nosotros trabajábamos con nuestro flamante tractor,
una máquina de don Mauricio Aguirre nos preparó el terreno,
lo demás que era bordo para sembrar en camas meloneras y
regar con pipas para que fuera riego por humedad.
Conseguimos con Conrado Fuentes, que era el mayordomo
de Villarreal, una sembradora de fierro que aplanaba el bordo
de manera que la semilla quedaba por los lados, al centro del
bordo más alto para que la sal subiera, y en donde estaba la
semilla no hubiera salitre. Julio y yo regamos durante 8 días
con poca agua y pronto nació el algodón muy bonito, era más
o menos el 25 de marzo cuando terminamos de regar. Pero en
la colonia Vicario no fue lo mismo, se vino parejito de avena,
trigo y trébol, que nos traía muy desconsolados pero se cortó
surco y se cultivó dos veces y sólo quedó la hierba en donde
estaba el algodón. Empezamos a desahijar, llevábamos peones
de la Camacho y en tres semanas todo quedó limpio. En la
Camacho creció limpio de mala hierba. Después comprendí
porqué del cambio de cultivo o como dicen los técnicos: que
en la tierra no debe haber monocultivo.
El señor Ortiz le prestó dinero a mi padre para el fertilizante
y para pagar el agua y el cultivo se fue para arriba y rápido se
fueron los meses. Yo me dediqué a todos los riegos; no quiero
presumir, pero fui muy buen regador mientras me dediqué a
la agricultura.
Por esos días se llegó el cambio en la liga de comunidades
agrarias CNC; recuerdo que todo el tiempo que viajábamos a
Mexicali llegábamos a la CNC y uno de los candidatos era el tío
Ramón Álvarez Cisneros, primo de mi madre, por lo tanto el
día de la elección nos fuimos para Mexicali, José y Domingo
Cisneros que eran mis tíos, mi padre, Julio mi hermano
y yo, hasta que pasó la elección; se llevó a cabo en un cine,
con tambora del Indiviso de don Juan Cárdenas Mota; él a la
cabeza, y ganó Ramón Álvarez Cisneros. Fue una experiencia
muy interesante en mi vida.
Nuevamente se vino la pisca, para antes del 15 de septiembre
ya habíamos piscado las dos parcelas y teníamos más de 70
pacas. Mi padre nos dijo que lo que sobrara sería para nosotros,
esto respecto a la parcela de la Camacho.
Julio, Abelardo y yo teníamos nuestro dinero para las
fiestas patrias, porque mi padre fue a Mexicali, no vendió
pero el señor Ortiz le prestó, le dijo “mira Nicolás, pasando
septiembre es cuando habrá ventas, cuando pase vienes y te
compro el algodón”. Pasando las fiestas patrias se empezó con
la segunda pisca con muy buenos resultados, pronto se terminó
la cosecha; estábamos en el mes de octubre.
1954. Pacas de algodón irregulares en
un patio de una empresa algodonera de
Mexicali.
17
En cierta ocasión mi padre comentó que teníamos que
construir una nueva casa que fuera más funcional. En ese
tiempo vivía un señor que se llamaba Jesús Flores, que cuando
sucedió lo de la segunda Guerra Mundial se había venido de
Estados Unidos y trabajaba con Manuel Núñez y con mi tío
José Cisneros de carpintero, tractorista y bombero, cuando
se bombeaba el agua del Río Colorado. Un día le dijo a mi
padre: “Yo te construyo la casa tipo americano, de madera y
las paredes con adobes parados, los detendremos con tablas
y con alambre de pollo y después le pondremos cemento”, y
se fueron en el camión de carga de mi tío Domingo Cisneros a
Mexicali y compraron toda la madera de segunda.
Primero se hizo un cuadro para dos cuartos y un cuadro
grande de porche, luego los barrotes parados y otro cuadro
arriba; después los tijerales y tablas arriba, cartón arenado
y los adobes deteniéndolos con tablas que se llaman fajillas
por todas las paredes, en el porche nomás la altura de dos
adobes y en seguida alambre de mosquitero, se tapizó de lodo
y quedó parejo, luego se colocó alambre de pollo y se tapizó
con cemento; se le pusieron pisos de cemento y quedó una
casa bastante confortable, también se construyó una cocina
de la misma manera.
Un día por la mañana el señor Flores y yo andábamos
clavando el techo (porque yo era su ayudante), teníamos un
radio de pilas, de los nuevos, de transistores, y don Jesús estaba
cambiando de estación; de repente dejó una estación en inglés
y ya no lo cambió, me dijo algo de un atentado al presidente
de Estados Unidos, me empezó a traducir al español y después
dieron la noticia de que Kennedy había muerto, así supe de la
muerte del presidente de Estados Unidos.
Por estos días mi padre y Julio fueron a Mexicali y
compraron un camión de carga, era un chevrolet semi chato,
en muy buenas condiciones, costó 16 000 pesos, y cuando le
18
sacaron los papeles lo registró a mi nombre, dijo que era con
el dinero de la siembra de nosotros, con las ganancias, por lo
tanto el camión era de nosotros, los muchachos.
Para entonces mis hermanos, de Mayola para abajo, ya
estaban en la escuela, menos Fina, que estaba mala de una
pierna, ella le ayudaba a mi madre en los trabajos de la casa,
que eran muchos. En el rancho, además de las vacas, teníamos,
gallinas y guajolotes, por lo tanto en la casa nunca faltaban
los huevos, el queso, la leche y la carne de pollo; cuando no
había pollos, decía mi madre “la gallina fulana o el gallo
fulano al matadero, o el guajolote”. Si no teníamos dinero y
llegaba el paletero le cambiábamos huevos por paletas.
En esos días llegaron de Michoacán mi abuelita Fina, mis
tías Rosario y Simona, hermanas de mi padre, con ellas venían
mis primas Raquel, María y Alicia, ya para entonces mi tía
Paz tenía varios años que vivía en Mexicali con su esposo José
Andrade y sus hijas Yolanda, Ana María, Josefina, Amalia,
Estela y Norma. Todos fueron al rancho, recuerdo que Julio
las trasladó en el “troque”. Para el recibimiento se mató un
marrano y se prepararon carnitas, tamales y pozole. Como
en la mayoría de las familias mexicanas, cuando se reúnen las
familias es fiesta y más que era fin de año.
Se terminó el año agrícola con muy buenos resultados, se
cosecharon con las dos parcelas casi 200 pacas, cada una valía
1 500 pesos y 1 100 pesos, así que hubo muy buenos ingresos
para la familia. Un día que fuimos a Mexicali al Banco
Agrícola, nos dieron crédito para sembrar trigo. Un señor que
se llamaba Andrés, que era el que llevaba mensajes en el banco,
le dijo a mi padre que vendía un carro Ford del año 1954, muy
barato en 3 250 pesos, lo miramos y mi papá lo compró. Ese
carro se usaba para llevar a mi madre y mis hermanos chicos al
Seguro Social, veníamos hasta Mexicali a la clínica de Pueblo
Nuevo.
El Coloso Plateado
Rubén Castro Bojórquez*
Gimnasio de Mexicali.
Construido en 1957 para la celebración del XXV Campeonato
Nacional de Básquetbol Varonil de Primera Fuerza.
E
l Gimnasio de Mexicali, también llamado Coloso
Plateado y hoy Coach Ernesto Aguilar, se construyó
en el año de 1957 en la esquina noroeste de la gran
manzana del deporte (avenida Reforma y calle K). En ese
año, el basquetbol mexicano celebraría el 25 aniversario de
los campeonatos nacionales y para ello se había designado
a la ciudad de Mexicali como sede para este acontecimiento.
Mexicali, hasta ese año, llevaba a cabo los torneos de
básquetbol en canchas de piso de concreto y al aire libre,
destacando la ubicada en la Escuela Cuauhtémoc. La
asociación estatal de ese deporte se había comprometido a
construir un gimnasio cubierto para celebrar dicho evento.
Para tal fin formó un patronato que presidió el químico
Juan de Dios Muñiz Duarte junto con otros distinguidos
mexicalenses que para inicios del año de 1957 no habían
encontrado la forma de cumplir con el compromiso. A punto
de renunciar a la sede, reciben una propuesta del constructor
Salvador Sal Mena y este ofreció edificar el gimnasio en un
plazo de tres meses. Al final de cuentas se cumplió con el
*
compromiso y ante un gimnasio totalmente abarrotado de
aficionados, se inauguró el XXV Campeonato Nacional de
Basquetbol Varonil de Primera Fuerza, en el mes de mayo
de 1957. Dicho gimnasio se construyó en un terreno en que
anteriormente se practicaba sóftbol en un “campo llanero”.
Algo de historia
Los primeros cincuenta años de la ciudad de Mexicali se
caracterizaron por el aislamiento con el centro del país y la
supeditación e influencia de la vida estadunidense: el diseño de
la traza urbana, las construcciones, el consumo de productos
de importación, y muchos aspectos más entre los que, en
forma relevante, destacan los deportes. El basquetbol fue uno
de ellos; se había inventado en el norte de Estados Unidos en
1891, por James Naismith, para que se jugara en los gimnasios
cubiertos de los centros cristianos para jóvenes (YMCA
“Guay”, mismos que todavía existen) que las diferentes iglesias
protestantes patrocinaban debido a que las intensas nevadas
no permitían jugar al aire libre. Pronto se popularizó, llegó a
Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali, A.C.” Correo electrónico: [email protected]
19
Campeonato Nacional de Basquetbol de Primera Fuerza. Equipo de Baja California. De izquierda a derecha, de pie, Romo Porchas, Astolfo
Matus, Manotas Chacón, madrina del equipo, Güilo Bernal, Pollo Gómez, no identificado, y Mario Cota. En cuclillas, manejador Ernesto Aguilar,
Pepe López, Emilio Márquez, Polo Torres y persona no identificada (Mexicali, 1957).
XXV
California y de ahí pasó a las ciudades fronterizas de Mexicali
y Tijuana, posiblemente en la década de 1920. En Mexicali
inició jugándose en la cancha de las escuelas Cuauhtémoc,
Benito Juárez, Leona Vicario, Teniente Andrés Arreola,
Netzahuatlcóyotl, así como también en la cancha de la Iglesia
Metodista, de Juárez 79, construida en 1920 en La Chinesca,
misma que era usada por los chinos a quienes ahí les enseñaban
español. Don Raymundo Vivo, pionero de Mexicali (llegó en
1926 a los cuatro años de edad), jugó con el equipo Wah-Mex,
en 1939, en la mencionada cancha.
Puede decirse que las décadas de 1940 y 1950 fueron la
época dorada del basquetbol en Mexicali. La población
estaba atenta a los encuentros que se desarrollaban, primero,
en la Escuela Cuauhtémoc y, luego, en el Coloso Plateado,
que al ser inaugurado en 1957, con la celebración del XXV
Campeonato Nacional de Basquetbol Varonil de Primera
Fuerza, culminaba así una destacada actuación de los
equipos de Baja California que por más de diez años pelearon
los primeros lugares en nivel nacional, tanto en primera como
en segunda fuerzas; destacan los jugadores:
20
Manuel Manotas Chacón, Ignacio Romo Porchas, José Joe
Cabrera, Astolfo Matus, Polo Torres, Mario Cota, Librado
Reyes, Octavio Gómez, Alfonso Tapo Esquer, Emilio
Márquez, Chato Cretín, Pepe López, Canas Rentería, Gancho
Lynn, Lencho Robinson, Pablo Victoria, Enrique Salgado,
Fernando Bernal, Francisco Montijo, Mayul López, Topo
Soberanes, Héctor Aispuro, Jesús Limón Rubio y, desde
luego, muchos más.
Muchos de los anteriores basquetbolistas jugarían hasta
casi el final de la década de 1960 en el Gimnasio de Mexicali
llamado Coloso Plateado por su cubierta pintada de color
plata. Aunque la calidad del juego se mantuvo, poco a poco
decayó la afición, y con frecuencia Tijuana desplazaba a los
mexicalenses al formar ellos las selecciones estatales.
Jugadores de las décadas de 1960 y 1970 son:
Ramón Extralargo Sánchez, Alberto González Benson,
Samuel Ramos, Pedro Barajas, Cowboy Aguilar, Chino Cota,
Siono Catalán, Negro Alcántar, Lery Núñez, Chelín González,
Toño Molina, Gandul Lizárraga, Carlos Mina, Jorge Tapón
Molina, Salvador Peyró, Manuel Ramírez, Jorge Rosas,
1967. Selección de Baja California al Nacional de Básquetbol Femenil Primera Fuerza, celebrado en el Coloso Plateado de Mexicali, B. C. Atrás,
el entrenador, profesor Rubén Godoy. De izquierda a derecha, de pie: Ana María Cuevas, Aída Paredes, Elizabeth Gómez, Altagracia Cardoso,
Mirna Escandón, Leticia Paredes y Concepción Paredes Félix. En cuclillas: Lucía Miranda Camacho, María Teresa Valenzuela, Gloria Amavizca,
Lupita Orduña y Concepción Bernal.
Miguel Ángel Leyva, César Torres, Gilberto Valenzuela, Pedro
Arellano, Carlos Delgado, Boby Romo, Flaco Peraza, Reina,
Chón León, Chepe Robles, Hugo Patiño, Carlos Patiño, Boby
Vildósola, Tony Estrada y miles.
También el basquetbol femenil se jugó en el Coloso Plateado.
Equipos como La Molinera del Valle y Gacelas fueron la base
para que en 1969 se celebrara en el Gimnasio de Mexicali el
Campeonato Nacional Femenil de Primera Fuerza.
Después de 1957 fueron apareciendo otros gimnasios
cubiertos: el del Crea en 1962, el galerón de la UABC en 1972,
en 1980 el Auditorio del Estado, y el Gimnasio Universitario,
inaugurado en 1983.
A finales de la década de 1970, Apolonio Polito Torres,
uno de los mejores basquetbolistas que ha dado Mexicali,
de nuevo encabezó el despegue. Los agarres con Tijuana,
los equipos semiprofesionales Soles de Mexicali, primero, y
Cimarrones de la UABC, después, participaban en el Circuito
del Noroeste fortaleciendo el básquetbol. Junto con Polo
Torres II, destacaban Antonio Esquivel, Rubén Aguirre,
Jorge Canitas Rentería, Jorge Valadés, Cochi Aispuro, Alan
Dennis, Adrián Carrascosa, Tomás Terrazas, estos y muchos
más dominaron el panorama basquetbolero hasta inicios de
la década de 1990.
Para esos años el Coloso Plateado sufría los estragos de
los años y se habló de demolerlo, pero con gran visión el
Ayuntamiento de Mexicali lo regeneró en los años de 2000 a
2002 y hasta la fecha sigue siendo un magnífico espacio para
ejercitar el deporte mexicalense. Hoy es la sede oficial de la
Liga Municipal de Basquetbol.
21
El ferrocarril en Mexicali
Rubén Castro Bojórquez*
E
l 4 de abril de 19041 ingresó a Mexicali proveniente de
Caléxico el ferrocarril Intercalifornia, sorprendiendo
a los escasos habitantes (397)2 del naciente poblado.
La máquina de vapor negra, impresionante por su tamaño y
estridente ruido que creaba el fluido al mover las poderosas
ruedas de fierro, cruzó con todo el convoy (furgones y cabuz)
las cuatro calles del villorrio. Los estadounidenses construían
su proyecto de conectar las ciudades de San Diego y Yuma
por ferrocarril, el transporte más desarrollado hasta esos
años. El aeroplano todavía no aparecía y el automóvil no se
popularizaba. Por todo el territorio de Estados Unidos nacían
nuevas rutas férreas que permitían transportar personas y
productos.
La vía férrea ingresaba a México en dos tramos: de San
Diego a Tijuana y recorría territorio mexicano hasta Tecate
donde regresaba a territorio estadunidense e ingresaba de
nuevo a México por Mexicali hasta Yuma. Lo anterior se
debía a los obstáculos para la construcción de la vía en la
Sierra de Alamar y más adelante por las dunas de Yuma. El
proyecto quedó concluido en noviembre de 1914.
La ruta a partir de Mexicali cubría varias estaciones:
Packard, Ampac, Palaco, Pascualitos, Sesbania, Casey,
Cucapá, Hechicera, Volcano, Batáquez, Tecolotes, Paredones,
Cuervos, Dieguinos, Empalme y Algodones,3 y luego cruzaba
la frontera para llegar a Yuma.
Por casi 20 años los mexicalenses utilizaron este tren para
viajar de la ciudad al norte del valle y viceversa.
De igual manera, muchos inmigrantes del resto de México
arribaban a nuestro poblado utilizando la ruta del ferrocarril
del Pacífico hasta Nogales y de ahí hasta Mexicali.
Años después el gobernador José Inocente Lugo (19221923) se dio a la tarea de construir un ferrocarril totalmente
mexicano que cubriera la ruta Mexicali-San Felipe.4 Su
proyecto se vio interrumpido por haber sido transferido a la
Ciudad de México. Pero, afortunadamente, otros gobernantes
que le sucedieron continuaron con la construcción. La obra
sólo cubrió la ruta hasta la Estación Fuentes Brotantes
(Medanos) pasando por las estaciones: Lobo, Alamitos, Cerro
Prieto, Laguna, Delta, Pescaderos, Guadalupe Victoria, Río
Colorado, Mezquital, Coahuila, Riíto, El doctor y Fuentes
Brotantes.
El valle de Mexicali que año con año ampliaba sus áreas
de cultivo se vio favorecido para el transporte de productos y
gente hacia el cada vez más poblado Mexicali.
Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. Correo electrónico: [email protected]
Daniel Valdez Huerta. Historia del Ferrocarril en Baja California, Costa-Amic Editores, S.A., México, D.F., 1979, pág. 62.
2
Primer censo de población. 1904.
3
Años después los gobiernos municipales le cambiaron de nombre a los diferentes poblados: Palaco por González Ortega,
Tecolotes por Benito Juárez, Cuervos por Ciudad Morelos, etcétera.
4
Años después el proyecto cambio de destino a Puerto Libertad.
*
1
22
22
1950. Estación Mexicali del
ferrocarril Intercalifornia,
ubicado en lo que hoy
corresponde al bulevar López
Mateos y calle Altamirano.
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Viaje en tren al valle de Mexicali
Un día de noviembre del año de 1950
acompañé a Luis Castro López, mi padre,
a la inauguración de la presa Morelos;
a él le habían encargado la instalación
del sonido para el desarrollo del evento.
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CALLE ALTAMIRANO
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A V.
Pero, al final de cuentas, Mexicali y
Baja California en general se encontraban
totalmente aisladas del resto de México.
Característica que advirtió el general Lázaro Cárdenas en su campaña a la presidencia
de la república (1934), lo que motivó
que contemplara en su plan de gobierno
construir el ferrocarril que conectara a
Mexicali con la ruta del ferrocarril del
Pacífico y, consecuentemente, con todo
México.
Ya siendo presidente, dio instrucciones
para su realización: del 20 de marzo de
1937 al 5 de mayo de 1940 se desarrolló el
tramo Fuentes Brotantes-Puerto Peñasco
y la ruta de este puerto a ferrocarril del
Pacífico (Benjamín Hill) se inauguró el 8
de abril de 1948 por el presidente de México
licenciado Miguel Alemán Valdez. Este
último trecho comprendía las siguientes
estaciones: Fuentes Brotantes, Sánchez
Islas, Torres Burciaga, Gustavo Sotelo,
Puerto Peñasco, Irigoyen, Almejas, Sahuaro, Enchiyadas, El Coyote, Los Sapos,
Caborca, Pitiquito, La Verbena, La Pera,
Trincheras, Ruiz Díaz y Benjamín Hill.
La conexión de la aislada Baja California
por ferrocarril con el resto de los estados
mexicanos ocasionó no sólo el incremento
del tránsito de los mexicalenses sino,
además, el crecimiento poblacional de
nuestro territorio con muchos connacionales que emigraron a estas tierras. Por
ese incremento de habitantes el entonces
territorio es convertido en el estado 29
libre y soberano de Baja California, el 16
de enero de 1952.
AV. AZUETA
1950. En el centro la calle del ferrocarril, hoy bulevar Adolfo López Mateos.
1910. Funcionarios del Ferrocarril Intercalifornia frente a la Estación Mexicali.
23
1920. Plano que señala los bordos de
contención en caso de inundaciones del
Río Colorado y las vías del ferrocarril
operativas y propuestas que sirvieron de
apoyo.
VÍA DEL FERROCARRIL
INTERCALIFORNIA
1940. Máquina de vapor del ferrocarril
Intercalifornia.
1960. Máquina de diesel del ferrocarril SonoraBaja California. En la foto aparecen Juan
Gastélum, Macario Lugo, Eduardo Lugo,
Guadalupe Amador y Tránsito de la Rosa.
24
1955. Puente del ferrocarril sobre el Dren 134. Avenida Zuazua.
1965. Ingeniero Raúl Sánchez Díaz, gobernador del estado de Baja
California y antes titular del ferrocarril Sonora-Baja California de
1942 a 1965.
Radiotécnico desde muy joven, creador de la primera
radiodifusora en el noroeste de México la XEAO, ese año de
1950, Luis tenía montado un pequeño taller de reparación de
radios y equipos de sonido y también era el técnico oficial de
las radiodifusoras XEAA, XECL y la XEAO (esta última ya
no era de su propiedad, se la había vendido a Juan Chávez
en 1939).
Muy temprano tomamos el tren en la estación de Mexicali,
que estaba ubicada en calle Altamirano y avenida Reforma.
El edificio de madera construido posteriormente a la
inundación de 1906, consistía en una sala de espera grande y
una caseta para la venta de boletos, también tenía anexa una
plataforma elevada un metro del piso natural que servía para
facilitar la carga de los vagones del ferrocarril.
El espectáculo de viajar en tren es inolvidable, imponía
la dimensión y fortaleza de la máquina de vapor y los carros
de pasajeros. No recuerdo si viajamos en primera o segunda
clase, pero no me tocó conocer el carro comedor.
25
VÍA DEL FERROCARRIL SONORA- BAJA CALIFORNIA
1950. Mapa que muestra el trayecto del ferrocarril Sonora-Baja California desde Benjamin Hill en Sonora hasta Mexicali, B.C.
El lento arranque del tren y la serenidad con que se movía
sobre la vía era impresionante; poco a poco aumentaba de
velocidad mantenía un mismo ritmo por un largo tramo para
luego desacelerar cada vez que tenía que detenerse en cada
estación. Recuerdo las estaciones de Pascualitos, grande y
llena de carros de ferrocarril, Hechicera con su arco metálico
y, más adelante, poblados que empezaban a llenarse de casas:
Tecolotes, Paredones y Cuervos, hasta llegar a Algodones.
La memoria de un adolescente de 11 años de hechos vividos
hace 57 años se vuelve difusa, pero la primera ocasión que se
viaja en tren no se olvida.
Tiempo después, de 1950 a 1954 mi hermano mayor, Luis,
y mis primos hermanos, también mayores que yo, Raúl y
Pioquinto Espinoza Bojórquez viajaríamos en tren en varias
ocasiones de Mexicali al Kilómetro 57 (hoy estación Coahuila),
mi abuelo materno don Eulalio Bojórquez administró por
muchos años los ranchos del ingeniero Eugenio Elorduy; el
primero ubicado en la colonia Nuevo León, a no más de 5
kilómetros al norte de la estación del ferrocarril del Kilómetro
57; posteriormente mi abuelo regenteó otro rancho ubicado
en el campo número uno de la colonia Zacatecas, este sí más
26
retirado del 57, aproximadamente a 20 kilómetros al sur de
la estación.
Igual que en el primer viaje que realicé en tren, salimos
de la estación de Altamirano y Reforma en el centro de la
ciudad. Una vez en el tren se recorría la misma ruta hasta
Pascualitos y de ahí se continuaba hacia el sur del valle,
pasando otros poblados: Delta, Pescaderos, Guadalupe
Victoria, el Kilómetro 49, donde se cruzaba el Río Colorado
(en esos años con un gran caudal), ya con puente, después
de casi ocho años que se tenía que bajar el pasaje, cruzar
el río en panga y continuar el viaje en otro tren con otros
carros y otra máquina; por cierto las máquinas ya no eran
de vapor, ya eran modernas, de diesel. Después de cruzar el
río y antes de llegar al 57, siempre me causó extrañeza que
el tren se detuviera en la estación llamada Mezquital, nunca
nadie subía ni bajaba y el poblado consistía en una sola casa
con corrales, gallinero y huerta; claro, los moradores de ese
rancho siempre nos saludaban.
La odisea para llegar de la estación del Kilómetro 57 a los
ranchos, caminando o pidiendo “raites” es otra historia que
en otra ocasión relataré.
antes, en junio de 1955, nos habíamos graduado de la
secundaria Federal número 18. En septiembre de ese
mismo año ingresamos a la recién creada Preparatoria
del Estado,6 donde nuestros maestros eran todos
profesionistas: médicos, ingenieros, arquitectos,
químicos, abogados, etcétera. Ellos nos entusiasmaron
para que estudiáramos una carrera profesional, y eso
sólo se lograba en la UNAM, Politécnico, Chapingo,
Universidad de Guadalajara, UAG y otras universidades
foráneas, ya que en Mexicali no se veía que en un corto
plazo se creara la Universidad Estatal.
Los meses de septiembre a diciembre de 1955 se
nos hicieron larguísimos para convencer a nuestros
padres que requeríamos únicamente el dinero para el
1955. Los andenes de la estación Mexicali del ferrocarril Sonora-Baja California.
pasaje a México en tren, ya que una vez ingresando
a cualesquier universidad seríamos becados 100 por
ciento.
Viaje en tren a la Ciudad de México
El 3 de enero de 1956 a las 19:00 horas nos dimos cita en la
Anterior al 8 de abril de 1948, fecha en que se inauguró la
nueva estación de ferrocarril, ubicada al final sur de la Calle F
vía Mexicali-Benjamín Hill que completaba la ruta a las
de la colonia Industrial e inaugurada dos años antes, en 1954;
ciudades de Guadalajara, Jalisco y México, Distrito Federal;
después de ser despedidos por nuestros padres, abordamos
los jóvenes egresados de la Secundaria Federal Número 18
el tren que arrancaba puntual rumbo a Benjamín Hill. La
que deseaban y podían estudiar una carrera profesional5
emoción de partir hacia lo desconocido y la euforia de nosotros
en esas ciudades, se veían impedidos de hacerlo por lo
cinco y otros jóvenes más que de igual forma hacían el viaje
complicado que era viajar al centro del país. Considerando
rumbo a la Ciudad de México, nos impidió dormir durante el
que el transporte aéreo era prohibitivo por el alto costo del
trayecto a la estación de Puerto Peñasco a la cual llegamos
pasaje, la única opción posible era viajar en tren por Estados
a la una de la mañana, en ese lugar se hizo una escala de una
Unidos, de Caléxico, California a Nogales, Arizona, cruzar a
hora. En el trayecto de Peñasco hacia Benjamín Hill sí nos
Nogales, Sonora, México y en ese lugar tomar el ferrocarril
pudimos dormir, sólo nos despertó el aviso del garrotero7 que
del Pacífico que los llevara a las ciudades de Guadalajara,
habíamos llegado a nuestro destino. Eran las 9:30 horas de
Jalisco o México, DF.
la mañana.
La puesta en servicio del ferrocarril Sonora, Baja
En ese poblado teníamos dos opciones: continuar en el
California, que controlaba la ruta Mexicali-Benjamín Hill,
tren o transbordar a un autobús que viniendo de Nogales
facilitó el tránsito de jóvenes para ir a estudiar a las ciudades
hacía escala en ese lugar.
mencionadas.
Por motivos que no recuerdo, no nos decidimos por ninguna
El 3 de enero de 1956, cinco jóvenes adolescentes de 16 años,
de esas dos opciones, sino que elegimos por una tercera: un
entre los cuales se encontraba el que esto escribe, iniciamos
taxista nos llevó a los cinco amigos a la ciudad de Guadalajara
la aventura más importante de nuestras vidas: viajar a la
y de ahí en autobús nos dirigimos a la Ciudad de México, a la
Ciudad de México a cursar una carrera profesional. Seis meses
cual arribamos el día 6 de enero de 1956 a las 10:00 horas.
En Baja California hubo universidad hasta 1957 y carreras profesionales, hasta 1960.
La escuela Preparatoria del Estado se creó en septiembre de 1954 y pasó a formar parte de la UABC en mayo de 1958.
7
Oficial del ferrocarril que recorría los vagones anunciado la próxima parada.
5
6
27
2009. Remanentes de lo que fue el
ferrocarril en Mexicali.
La Ciudad de México nos albergó por siete años hasta
convertirnos en profesionistas. Todavía los años de 1956, 1957
y 1958 durante las vacaciones de invierno nos trasladamos
en el mismo tramo de Benjamín Hill-Mexicali y viceversa
en el ferrocarril Sonora-Baja California. En el año de 1959
la carretera de San Luis Río Colorado, Sonora a Santa Ana
(poblado sobre la carretera México-Nogales) quedó concluida
y se incrementaron las líneas de autotransportes que cubrían
la ruta México-Mexicali y Mexicali-México: Tres Estrellas de
Oro, Transportes Norte de Sonora y Transportes del Pacífico,
lo que hizo más cómodo y rápido realizar el viaje en autobús.
Por muchos años el ferrocarril de pasajeros fue presencia
cotidiana en la ciudad de Mexicali, hasta que poco a poco lo
retiraron los diferentes gobiernos de la república.
En 1964 se canceló totalmente el ferrocarril Intercalifornia
y a los pocos años se levantó la vía de la ruta PascualitosAlgodones. Años después se suprimió la ruta de pasajeros
Mexicali-Benjamín Hill y en la última década del siglo pasado
28
(XX) se cerró la estación de pasajeros del ferrocarril de Calle
“F” y plaza ferrocarril.
Hoy, año 2009, se puede decir que desaparecieron de México
los trenes de pasajeros; únicamente subsiste el ferrocarril
Chihuahua-Pacífico. A muchos jóvenes mexicalenses de los
años 1940 y 1950 sólo nos quedan recuerdos de “chaca chaca”
del tren y desde luego los momentos de compañerismo que
vivimos en esos trayectos.
El gobierno mexicano consideró incosteable el transporte
de pasajeros en tren y optó por abandonarlo o venderlo a la
iniciativa privada.
De los años del imperio del ferrocarril en Mexicali, nada
más queda el edificio de la estación abandonada, vías en mal
estado, carros raídos y destrozados y, de vez en cuando, las
voces de protesta de aquellos hombres que siendo maquinistas,
boleteros, mecánicos, inspectores, garroteros, oficinistas del
ferrocarril Sonora-Baja California, no acaban de comprender
cómo se terminó una empresa tan exitosa.
2
Ibdjfoeb!ef!sfnpoub
Yolanda Sánchez Ogás2
1914. Cuartel Militar del batallón del coronel Esteban Cantú, de
donde partían a caballo rumbo a Tijuana y Ensenada.
D
urante el gobierno de Esteban Cantú, el Distrito
Norte contó con una fuerza militar permanente,
en Mexicali estaba el 25º Batallón de Infantería y
algunos de estos soldados sirvieron en actividades diversas,
por ejemplo hacerse cargo de un rancho ubicado en la Colonia
Sonora, cerca del cerro El Centinela. Allí se estableció la
hacienda de remonta, cuyo objetivo era sembrar algunos
productos que sirvieran para alimentar a los animales, tanto
los del ejército como los que se ocupaban en la conservación
de la carretera Mexicali-Zaragoza (Tijuana).
En 1918 se inauguró la carretera conocida como cuesta
de Alducín, que como era de tierra, el paso de caballos,
algunos carros y las lluvias descomponían el camino,
por lo que con cierta frecuencia se tenía que emparejar.
Los encargados de hacer esta labor era gente de los
campamentos de El Centinela y del cañón de Llanos, que
habían trabajado durante la construcción de la carretera y
permanecían haciéndolo en el mantenimiento del camino.
En esos campamentos había caballos y mulas, se usaban los
carros que diario hacían el recorrido hasta el canal donde
llenaban los tanques que siempre debían tener agua para
dar a los viajeros que la requerían. Mientras un tanque
1
2
se llevaba al canal para llenarlo, otro siempre debía estar
lleno de agua en el campamento.
Para facilitar el mantenimiento de los caballos y mulas de
los campamentos y del ejército, se realizó el proyecto de las
haciendas de remonta en Mexicali, Ensenada y Tecate. En
Mexicali estaba encargado Federico Alcázar, en Ensenada, el
teniente coronel Eleuterio Hernández y, en Tecate, el mayor
Lerdo González.
La hacienda de Mexicali se llamaba El Centinela por su
cercanía al cerro, estaba ubicada en la colonia Sonora, a 25
kilómetros de Mexicali. Inició sus actividades el 11 de octubre
de 1916, con un personal de 7 hombres a las órdenes del
Sargento Segundo José López. Todos pertenecían al cuerpo
de caballería. Los trabajos en la hacienda iniciaron con el
desmonte, nivelación, barbecho y canalización del terreno.
Para ello se les dotó de las herramientas necesarias.
A partir del 11 de diciembre del mismo año a cada uno
de los individuos de tropa se asignó un salario de cincuenta
centavos oro nacional diarios, además de su salario como
soldados. Se comisionó al teniente Porfirio Lucero como
encargado de implementos y materiales agrícolas. Cuando se
requería se aumentaba el personal.
Remonta: Establecimiento destinado a la compra, cría y cuidado de los caballos y mulas, mismos que se preveían como de repuesto a la tropa del ejército.
Cronista de Mexicali y presidente honorífica y vitalicia de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
29
1918. La cuesta de Cantú, también llamada de Alducín y de
La Rumorosa.
Cañón de llanos. Ahí se iniciaba el ascenso en automóvil y el
ejercito a caballo.
Cuesta de La Rumorosa.
Vista desde la cúspide (Rumorosa) del Camino Nacional
construido por Cantú e inaugurado en 1918. Comunicaba a
Mexicali con Tecate, Tijuana y Ensenada.
30
1916. El coronel Esteban Cantú, gobernador
del territorio norte de la Baja California
(1915-1920) con funcionarios de su gobierno.
El terreno preparado de la hacienda fue de 120 acres, que
en marzo de 1917 se sembró con maíz de pollo. Se invirtieron
$96.00 en semilla, pero se perdieron 10 hectáreas por una
inundación que se originó porque los canales eran nuevos y
llevaban más agua de la que podían conducir. Para evitar
nuevas inundaciones se construyó una compuerta y cuatro
puentes sobre el canal para que pasaran los vehículos. Entre
otras obras, se construyeron ramadas, una para la tropa y
otra para 60 animales.
La hacienda contaba con tres canales, uno tenía 1 300
metros de longitud y los dos secundarios 589 y 412 metros,
respectivamente. La hacienda tenía una casa habitación con
teléfono; una báscula para el pesaje de granos y pastura; se
contaba con un lote importante de herramientas para realizar
todas las actividades. Había un gallinero, mulas, caballos y
yeguas.
Un ejemplo de la buena producción fue que entre el 2 y
el 11 de febrero de 1919 se entregaron al campamento La
Salada, en el camino Nacional a Ensenada, la cantidad de
6 237 kilogramos de pastura y 1 474 kilogramos de maíz
de pollo. Durante los tres años que funcionó, la hacienda
produjo maíz de pollo, zacate, algodón, alfalfa, maíz blanco
3
y frijol. Sin embargo, a pesar de que se entregaba forraje para
las caballerías de Mexicali, Tecate, Jacumba y Tijuana, que
el gobierno le pagaba, no fue autosuficiente y dependía de un
presupuesto que el gobernador autorizaba.
Esteban Cantú tuvo especial interés en la hacienda de
remonta El Centinela y se hacían frecuentes revisiones a
su funcionamiento, pero no bastó para su independencia
económica. Una de las causas probables es que contaba con
una superficie pequeña, en una zona casi árida; el agua estaba
muy lejos, y en el manejo de dinero participaban personas
ajenas a la hacienda. Entre otros percances, la hacienda
sufrió un incendio en 1919.
En mayo de 1919 el gobernador Cantú ordenó que no
se entregara más pastura al ejército y en consecuencia la
hacienda de remonta perdió su objetivo. Para enero de 1920
la hacienda era insostenible porque el gobernador Cantú
mandó suprimir el presupuesto destinado a su sostenimiento.
La herramienta, semovientes, maquinaria, semillas, gallinas
y guarniciones se vendieron a Indalecio Solís en 3 571 pesos
oro nacional que pagaría en dos exhibiciones. Los terrenos
se reintegraron a la colonia Sonora. Ese año terminó el
gobierno de Esteban Cantú.3
Archivo Histórico del Estado. Fondo Distrito Norte. Caja IV.
31
Los chinos
PIONEROS EN EL VALLE DE
MEXICALI
Eduardo Andrade*
Al pueblo chino con respeto
y admiración por su tenacidad.
C
uando se habla de los chinos cómo no admirarlos, si
en el pasado se organizaron para construir la Gran
Muralla China, con más de 5 000 kilómetros y en la
actualidad se cree que fueron más de 7 000 kilómetros. ¿Cómo
se organizaron para esta gran obra? Cuando en los años de
1869 llegaron al puerto de San Francisco como migrantes a
tierras desconocidas, por su pequeña estatura no los querían
contratar para la construcción de las vías del ferrocarril. Una
de las rutas a construir partiría de Sacramento a un punto
del estado de Utah donde se encontraría con otra ruta que se
construiría partiendo de los estados del norte. Los primeros
que llegaron a Utah fueron los trabajadores que partieron de
Sacramento y la mayoría eran de origen chino.
¿Cómo pensar que el valle de Mexicali se pudiera abrir al
cultivo, hacer caminos, canales, puentes, desmontar la tierra
y emparejarla para poder sembrarla con la gran cantidad de
hectáreas de algodón, si tanto para la plantación como para
la cosecha se ocupaba mucha mano de obra?
Ya está bastante documentado que la Colorado River Land
Company, la gran dueña del valle de Mexicali, no permitía
que los mexicanos se arraigaran en esta tierra porque le
formarían poblados que le podrían solicitar la tierra cuando
hubiere pasado el movimiento revolucionario, cosa que sí
sucedió, y se decretó la Ley Agraria por Venustiano Carranza.
Pero la Colorado River Land Company no lo toleró y con
guardias blancas sacaban y les quemaban las chozas a los que
se asentaban en un pedazo de tierra.
*
Los chinos empezaron a llegar a tierras de Baja California
a principios del siglo XX, a Ensenada y después a San Felipe;
por tren, de San Francisco, o en barcos que los enganchadores
contrataban y cuando llegaban al puerto los transportaban a
su destino en trenes especiales cerrados de los que no podían
salir porque en Estados Unidos la inmigración china estaba
prohibida. Salían del tren hasta que llegaban a Mexicali en
calidad de braceros, pagando al gobierno de Esteban Cantú
300 y 400 dólares por cada uno.
Don Mariano Ma, en una entrevista comenta que llegó al
puerto de Ensenada en el año de 1894, siendo todavía muy
joven, y en ese entonces ya había entre 100 o 150 paisanos
suyos en el puerto y sus alrededores. Su trabajo en el Mineral
del Álamo consistía en transportar maquinaria y víveres
para los mineros, pero su destino no estaba en el Mineral
del Álamo, sino en el desierto del Colorado, en lo que fue el
antiguo valle de los Algodones, conocido hoy como el valle de
Mexicali. En aquel tiempo era una región virgen, no existía
más que el Rancho Lee Little que se cultivaba desde 1903, y
el Rancho Verde que comenzó en 1906.
Don Mariano dice en esta entrevista que llegó de Ensenada
con otros cinco paisanos a Mexicali; platica que como
contratista o como mayordomo alcanzó a tener más de dos
mil hombres bajo sus órdenes, de diferentes nacionalidades:
mexicanos, japoneses, americanos y la gran mayoría chinos
y, en muy baja escala, los primeros.
Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C. Correo electrónico: [email protected]
32
1917. La Chinesca por la avenida Reforma, entre las calles Azueta y Altamirano.
Desmontó en la región de Dieguinos 1 214 hectáreas
(ha); en Paredones, 3 642 ha; en Hechicera 6 070.280 ha; en
Batáquez 1 618.742 ha; Cerro Prieto 8 093 ha; en Farm Ranch
Compuertas Grandes 1 214 ha; en Coronitas 2023 ha, que nos
dan un gran total de 23 067 hectáreas. Don Mariano explicó
que los trabajadores ganaban 4.50 dólares por día y que en
1920 cuando el río se desbordó, una vez más, y amenazaba
con ser una inundación igual a la de 1906, él, con 600 hombres
lo taparon y les pagó 6 dólares por día a cada uno.
Cuántos hombres como Mariano Ma trabajaron en
este valle y después cuando se repartió, algunas personas
reclamaban que ellas habían abierto el valle de Mexicali,
cuando los que lo abrieron fueron trabajadores chinos, en
su mayoría, y muchas compañías de financieros chinos eran
los que le rentaban las tierras a la Colorado, porque a los
mexicanos no les rentaba por los años de 1920.
Los chinos sembraban más de 30 000 hectáreas de algodón
en el valle de Mexicali. Otro dato, la compañía del Álamo
Mocho le rentaba a la Colorado 40 000 hectáreas y la mayoría
las trabajaba con chinos; por lo tanto, creo que al pueblo
chino le debemos mucho. Tenemos que investigar más y
cuando menos reconocerles lo que aportaron para que este
valle se abriera al cultivo.
También hay que hurgar en la historia ya que cuando se
dio la depresión en Estados Unidos los precios del algodón no
daban ni para sacar los gastos de producción por eso antes de
que se viniera el reparto agrario se tuvieron años de muchos
problemas económicos; años en los que la siembra del algodón
cayó a más de la mitad.
Antes del reparto agrario se llegaron a sembrar más de 6 000
hectáreas de algodón, en su mayoría gracias al pueblo chino,
que abrieron al cultivo estas tierras. Es cierto que los ricos
financieros de origen chino aportaron su dinero y traficaron
con el trabajo de sus paisanos, que si bien les dieron trabajo,
pero las grandes fortunas que amasaron en los años en que
valía el algodón y cuando la depresión en Estados Unidos se
fueron, aunque muchos de ellos se establecieron con tiendas,
lavanderías, restaurantes y varios negocios más; también en
la agricultura.
Bibliografía
Anguiano, Maria Eugenia, Agricultura y Migración en el valle de
Mexicali. 1995. Primera edición, Colegio de la Frontera Norte
(Colef).
Herrera Carrillo, Pablo, Reconquista y Colonización del valle de
Mexicali y otros escritos paralelos. Colección Baja California:
Nuestra Historia, volumen núm. 18, Universidad Autónoma de
Baja California. México, 2002.
Kerig, Dorothy, El valle de Mexicali y la Colorado River Land Company
1902-1946. Colección Baja California: Nuestra Historia, volumen
núm.17, Universidad Autónoma de Baja California. México, 2001.
33
Recuerdos
de la Preparatoria de Mexicali
Antonio Tello Álvarez*
L
os años escolares de 1963-1965
en la Escuela Preparatoria
de Mexicali, fueron para mí
algo muy especial. Con veintiún años
cumplidos, realizaba al fin mi sueño
de acceder a la educación superior,
cursando la escuela preparatoria, que
ahora sí tenía instalaciones propias,
ya no andaríamos de aquí para allá en
lugares prestados o rentados; ese año se
estrenaba el nuevo edificio, ubicado por
la avenida Zaragoza, muy cerca de la 1961. Edificio de la Escuela Cuauhtémoc donde se alojó la Preparatoria Mexicali de la UABC.
calzada Justo Sierra.1 La Preparatoria
La dirección de la escuela, a cargo del licenciado Carlos
de Mexicali pertenecía a la naciente Universidad Autónoma
Juvera Calderón, nos ubicó a los de más edad en el grupo
de Baja California (UABC), y junto con las otras preparatorias
primero “G” vespertino, ya que la mayoría trabajábamos
del resto del estado, formaban el núcleo estudiantil, del cual
por la mañana. El horario de clases era de las 15:00 a las
después de haber cursado los dos años de bachillerato único,
21:00 horas con excepción de los miércoles que era de las
alimentarían a las diferentes carreras universitarias con que
2
14:00 horas a las 22:00 horas. El panorama de primer año
se había iniciado la UABC.
cubría catorce materias y otras tantas en segundo,3 los
Ese año de 1963 se inscribió a todos aquellos jóvenes que
que lográramos aprobar, tendríamos acceso a las diversas
contando con un certificado de secundaria desearan continuar
carreras, en la propia UABC u otras universidades del país,
sus estudios; no hubo examen de admisión, tampoco se limitó
no en todas, porque en aquel tiempo se tenían dificultades
la edad del estudiante para su ingreso, por lo que accedimos
para ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de
a cursos muchos jóvenes veintiañeros como yo, y otros de
México (UNAM).
menor y mayor edad.
Antonio Tello Álvarez es miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.
La Escuela Preparatoria de Mexicali fue creada por el gobierno estatal en el año de 1954 y transferida a la UABC en el año de 1958. Hasta el año de 1963, que ocupó
sus actuales instalaciones, funcionó primero en la escuela primaria Cuauhtémoc (hoy Casa de la Cultura), después un almacén (Sunland) por la avenida Madero entre
calles México y Bravo y luego se regresó de nuevo a la Escuela Cuauhtémoc.
2
Ese año de 1963 de nivel superior sólo funcionaba en Mexicali la Escuela de Pedagogía, creada en el año de 1960.
3
El plan de estudios era anual, único y de dos años.
*
1
34
1963. Edificio del gobierno del distrito norte
de Baja California en los años de 1920. Hoy
es Museo de la Rumorosa.
Los sábados nos presentábamos a clase de educación física,
en la que el profesor Samuel Godínez nos ponía a realizar
ejercicios e integraba equipos para practicar baloncesto, ya
fuera en las canchas de Recursos Hidráulicos auxiliado por el
profesor Roque Leos, o en el Gimnasio de Mexicali. También
organizaba torneos entre los diferentes grupos de la escuela.
Cabe destacar que el primer mes éramos 67 alumnos, pero
como nos dijo el profesor químico Enrique Ante “no hubo
examen de admisión muchachitos, pero el cedazo va a estar
muy estrecho, así que póngase a estudiar”. Y así fue, después
del examen del mes de septiembre, en el que hubo calificaciones
de seis, siete y algunos ochos, la mayoría fueron calificaciones
reprobatorias, y hubo quien sacó el cero absoluto; al siguiente
mes la matrícula se redujo en más de 30%. Entre los que
sobrevivimos al “corte”, recuerdo a tres chaparritos, los
tres muy inteligentes, Pablo Vázquez, Marco Antonio Curiel
Ponce y Joaquín Servando Curiel Flores, este último era el
“estrella” en todo sacaba diez, por lo que se ganó a pulso
el apodo de Ciro Peraloca, personaje de los cuentos de Walt
Disney. Otros fueron Mario Zavala, José Antonio Argumedo
Rueda, Saúl Quintero Harris, Mario Muñoz Haro, Jorge Slim
Aún, los hermanos Campos Pineda, el Murray, el Lobo y el
Cargueit, este último se ganó el apodo porque se parecía o
tenía su familia una maderería de nombre Bonanza. De las
compañeras, Guadalupe Monreal, Guadalupe Topete, Silvia
Leticia Figueroa, Socorro Galindo Betancourt, una hija de
Fernando Medina; así como también Fernando Medina Jr., y
otros que lamentablemente no recuerdo.
Transcurrieron los meses de ese año de 1963, cuando una
tarde del 22 de noviembre impactó a maestros y alumnos
la noticia de que habían asesinado en Dallas, Texas, al
presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy.
En aquel Mexicali tranquilo de principios de los sesentas,
proliferaban en la ciudad los conjuntos de rock, los juegos de
futbol en la cancha Necaxa, los eventos de softbol, lucha y box
en el Zurdo Flores, el basquetbol en el gimnasio de Mexicali;
los paseos a Compuertas, Wisteria, El Río Hardy o San Felipe.
Quién de los jóvenes de aquel tiempo no recuerda los centros
de diversión, la alberca Agua Azul, la Ronda, el Waikiki y la
Enramada, donde se podía llevar a la novia o amigas a bailar,
y por lo regular no sucedía nada desagradable. Mexicali, sus
pobladores de la zona urbana vivían de lo que producía su
valle y sus esforzados agricultores.
Al año siguiente, 1964, ya todos los compañeros nos
conocíamos bien, y como se aproximaban las vacaciones de
primavera o semana santa, hubo quien propuso un paseo
estudiantil a Picachos, lugar de recreación adelante del
poblado de la Rumorosa, adentrándose por el rumbo de la
sierra de Juárez. El grupo de excursionistas lo componíamos
compañeros del salón y de otros grupos con los que habíamos
hecho amistad, como Jesús María Alaniz Villanueva y dos
amigos de fuera como el Mike compañero de trabajo de Alaniz
en la secretaría de Recursos Hidráulicos y un compañero
de donde yo trabajaba de nombre Sergio Peña Medina, los
demás eran: Saúl Quintero Harris, Mario Muñoz Haro, Jorge
Slim Aún y el que esto narra.
35
había arreciado y estaba a punto de congelarse, éste se negó
Organizado el grupo, acordamos día y hora de salida; los
y Jorge no tuvo más remedio que regresar al frío pick up.
vehículos en que nos transportamos fueron: un pick up Ford
Realmente había sido una imprudencia viajar en un
cincuenta y tantos, sin vidrio delantero y el automóvil Fair
vehículo sin vidrio delantero; al poco tiempo empezó a
Line Ford 55 de un servidor. El primer problema lo constituyó
nevar y la cosa hubiera pasado a mayores de no ser porque
el compañero Jorge Slim ya que todavía era menor de edad
afortunadamente nos encontramos a la vera del camino una
por lo que tuvimos que ir a su casa en el fraccionamiento
cabaña recién construida, aún sin puertas, pero con una
Los Pinos para solicitarle el permiso a su señora madre, a
estupenda chimenea y provista a su lado de una gran pila de
fin de que nos pudiera acompañar en el paseo. La señora dio
troncos debidamente cortados y listos para encender un rico
el permiso, no sin antes advertirle a su hijo… “no te vayas
fuego, que nos hizo pasar la noche placenteramente en el piso
a llevar ningún arma ¡porque ya te conozco!” él le contestó
de madera y envueltos en nuestras mantas de viaje.
“No mamá, cómo crees”. Me acuerdo que al acercarme a mi
La estrella de la excursión, aunque en su aspecto negativo,
automóvil lo observé renguear un poco, mas no le di mayor
iba a seguir siendo Jorge Slim, ya que a la mañana siguiente,
importancia, pues estaba al volante y la impaciencia de todos
bien descansados, salimos de la cabaña y observamos con
por partir era mucha.
alegría un hermoso panorama todo nevado rodeado de
Salíamos de Mexicali, y allá por el rumbo de la laguna
grandes rocas y gigantescos árboles, la nieve derritiéndose por
Salada, cuando Jorge incómodo y como pudo se sacó de
la acción del sol primaveral; nos organizamos, para preparar
entre el pantalón una tremenda escopeta calibre 12, todos
el desayuno, cuando alguien preguntó “¿y, el Slim?”, más
se alarmaron, pero ya íbamos en camino, le recriminamos su
se tardaron en expresar esa frase, cuando lo vimos con la
proceder y le advertimos que no la usara, ya que un acuerdo
escopeta al hombro, tratando de dispararle a una aterrada
de todos había sido que no llevaríamos armas ni licor.
liebre, que para liberarse, zigzagueaba, luego huyó rumbo
Después de pasar el poblado de la Rumorosa, nos
a donde nosotros nos encontrábamos; previendo que el
internamos al pardear ya la tarde por el camino de brecha,
imprudente Jorge ni siquiera nos había visto, gritamos y al
que nos llevaría al punto denominado Picachos, el cual
unísono nos lanzamos pecho tierra cuando sonó el disparo
muchos de nosotros ya conocíamos, porque era de los paseos
clásicos a los que nos llevaban desde la primaria y
secundaria. Cayó la noche y el pick up manejado por
Saúl Quintero Harris servía de guía y sus luces más
altas permitían ver mejor el camino.
Mas por aquellos rumbos el clima de fines de marzo
y principios de abril es muy frío, en muchas ocasiones
nevaba. La falta de vidrio delantero empezó a hacer
estragos en los pasajeros del pick up. De pronto, el auto
se detuvo y salió corriendo un compañero y dirigiéndose
al automóvil dijo: “Que bárbaro, que cantidad de
conejos y liebres se nos están atravesando”; ni tardo
ni perezoso, Jorge Slim, le dijo ingenuamente, “dame
chance de irme en el pick up, ¿sí?”, nuestro compañero
le dijo, “órale pues” y allá va Jorge con su escopeta, él
nos había convencido de que sabía manejarla y que la
iba a usar con prudencia.
Reanudamos la marcha y no pasó ni media hora
cuando el pick up se volvió a detener, ahora el que bajó
corriendo era Jorge, quien se dirigió al que le cambió 1982. El licenciado Jesús María Alaniz, director de la Escuela de Ciencias
Políticas y Sociales de la UABC y el doctor Jorge Gómez de Silva, director de
el lugar, pidiéndole que se lo devolviera, ya que el frío Relaciones Públicas del gobierno del estado de Baja California
36
1963. Edifico de la Escuela Preparatoria
Mexicali de la UABC inaugurado en 1963 por el
presidente de México, licenciado Adolfo López
Mateos. Hoy es el Plantel Mexicali del Colegio
de Bachilleres de Baja California.
y gran cantidad de perdigones zumbaban sobre nuestras
cabezas. Ya no hubo compasión con él; sin contemplaciones
y sin averiguar mucho se le expropió el arma, encerrándola
con llave en la cajuela del auto.
Después de ese episodio, todo fue miel sobre hojuelas,
seguimos nuestro camino, admirando todas esas bellezas
naturales; cruzamos el observatorio de San Pedro Mártir,
salimos por el rumbo del valle de la Trinidad, nos abastecimos
de gasolina, revisamos los vehículos, y regresamos por la
noche a Mexicali.
Cabe destacar que en el grupo dos compañeros nos
deleitaban con sus melodías, ya que eran virtuosos de la
trompeta, y al cabo del tiempo explotaron esas habilidades
profesionalmente. Uno de ellos hasta su muerte, Saúl
4
Quintero, el otro, Mario Muñoz Haro con el grupo tijuanense
los “Moon Lights”. Otro integrante de aquel grupo y que
también ya se nos adelantó fue el estimado por muchos,
Jesús María Alaniz Villanueva, quien terminó sus estudios
de licenciado en administración pública y ciencias políticas,
siendo posteriormente maestro de muchas generaciones,
llegando a ocupar la Secretaría Administrativa de la
UABC,4 durante el mandato del rector, ingeniero Luis López
Moctezuma.
Así es como concluyo este pedacito de historia de nuestra
preparatoria, hoy convertida en Plantel Mexicali del sistema
Cobach, recordando a algunos miembros estudiantiles,
lugares y hechos que sucedieron en este nuestro Mexicali,
hace un poco más de cuarenta y cinco años.
El licenciado Jesús María Alaniz Villanueva ha sido el único secretario administrativo que ha tenido la UABC de 1972-1974. El puesto se creó con el propósito de
liberar a la Secretaría General de todos los aspectos administrativos y que sólo atendiera lo académico. No funcionó. El licenciado Alaniz posteriormente fungió
como director de la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas (1981-1985) de la cual era egresado.
37
Memorias de la Escuela Netzahualcóyotl
Malbina Robles Robles
Amo el canto del cenzontle pájaro de cuatrocientas voces
Amo el color del jade y el enervante perfume de las flores,
Pero amo más, a mi hermano: EL HOMBRE
Netzahualcóyotl
E
l barrio de Pueblo Nuevo es parte de la historia de
Mexicali así como lo es una de las escuelas pioneras
de esta ciudad: la Escuela Netzahualcóyotl. En mi
primera visita a Mexicali, en 1954, tuve la oportunidad de
asistir una semana a esta escuela, fue cuando acompañé a
mi tía la profesora Loreto Marmolejo, maestra de sexto
grado; yo también era alumna de sexto grado en Cananea,
Sonora. Años después yo trabajaría en la Netzahualcóyotl,
aunque esta escuela ya contaría con la estructura de las
escuelas construidas por el CAPFCE (Comité Administrador
del Programa Federal de Construcción de Escuelas).
En el año 1987 tuve el primer grupo a mi cargo en esta
escuela, fue un grupo de cuarto grado con el que estuve en los
últimos cuatro meses de ese ciclo escolar, mismo grupo que
atendí en quinto y
sexto grados. Fueron los alumnos
más
entusiastas
que tuve en mis
cuarenta y cinco
años de servicio en
la docencia. Motivada por ellos y por
el deseo de lograr
un sano aprendizaje, descubrí que
1987. Alumnos realizando juegos
38
sólo se necesita imaginación para escribir con palabras sencillas lo que fluye de nuestro interior.
En actividades extraclase estos niños escribieron
importantes historias que llenaron de esperanza mi espíritu.
Intencionalmente les puse temas en los que desarrollaran su
escritura, lo mismo para dibujos, y me di cuenta de las cosas
que como docente había potencializado en ellos, la creatividad
y entusiasmo que cada uno traía y el que con ello me estaban
enseñando a redescubrir el mundo.
Estos textos estuvieron guardados por toda una vida. Después, al releerlos me di cuenta de cuánto tiempo había transcurrido y cuántas cosas aprendí de aquellos alumnos y de sus
escritos… De pronto, sentí la necesidad de sacarlos a la luz.
El destino me llevó a conocer al profesor Rodolfo García García, coordinador del
Proyecto Editorial
del Comité Municipal de Educación
del XIII Ayuntamiento de Mexicali
durante la Presidencia Municipal de
Milton Castellanos
Gout (1989-1992);
en esta época se produjeron tres libros
en la Escuela Netzahualcóyotl.
con las creaciones de los niños de la escuela Netzahualcóyotl.
Aunque los trabajos editados fueron modestos en su forma,
aportaron información, reflexión y marco de referencia sobre
la experiencia de la vida diaria de los alumnos del barrio de
Pueblo Nuevo.
Todavía me pregunto si aquellos niños habrán sido
inspirados por el Rey Poeta. Se me ocurrió poner un nombre
al proyecto que hiciese que los niños trabajaran con ilusión
y motivación.
Botones literarios es el nombre de la primera antología (19881989). Incluyó a Euclides Rivera con el texto: Los luceros
brillaban alegres anoche, hoy brillan tristes ¿Por qué esa tristeza?
Les pregunté y me respondieron por el spray, por el smog.
Participó también Gustavo Calles Díaz con la composición:
Cuando mires el sudor del que trabaja, mira que no es como el
tuyo cuando andas jugando. El sudor del que trabaja es más
doloroso y hermoso. El tuyo es de un niño. Asimismo se incluyó
la reflexión de Carlos Carpio: La luz de la luna es del sol, a mí
me gusta el conejo de la luna. La luna es el satélite natural de
la Tierra. Miguel, el del salón, sabe muchas cosas sobre esto,
a todos nos enseña. Guillermo Miranda también fue parte de
esta primera antología con el siguiente texto: El reloj nos
cuenta la vida, pero algún día tendrá que reventar. Y Nohemí
Vargas Valencia con las palabras: Al amanecer, al despertarse
mi mamá, le brillan los ojos y se mira muy bella; me pregunta
que si ya quiero desayunar y las horas que son. Se preocupa por
mí. Eso es todas las mañanas.
En el ciclo 1991-1992 dejé el grupo para trabajar como
comisionada en el Programa de Computación Básica en el
Aula, lo que me permitió interactuar con todos los niños de la
escuela. Teníamos una computadora Tandy 286 y manejábamos discos floppy 3.5 con material enviado por la SEP para los
seis grados escolares con excelentes programas realizados por
el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa
(ILCE). Cada grupo entraba una hora por semana, lo que fue
toda una experiencia: los niños entraban al salón con mucha
disciplina porque les entusiasmaban los programas. Ahí les
seguí encargando la tarea de escribir.
Con ese material aparecieron otras dos antologías: la
segunda se tituló Letras infantiles. Algunos párrafos de esa
publicación dicen:
Había una vez… unos niños que asistían a la Escuela
Netzahualcóyotl de la vieja y querida colonia de Pueblo Nuevo,
ubicada a unos cuantos pasos del centro de la ciudad y de la línea
internacional con EUA, situación que influía en su forma de vida de
los niños, pues en su gran mayoría eran hijos de jornaleros agrícolas
del Valle Imperial, otros eran vendedores ambulantes, empleados
de maquiladoras, subempleados, otros empleados de gobierno y
pocos profesionistas. Su escuela estaba muy bonita y aseada, lo
que hablaba muy bien de ellos, que por supuesto eran limpios,
estudiosos, juguetones, alegres, cariñosos y muy agradecidos con
la Sociedad de Padres de Familia que siempre estaba pendiente en
mantener la escuela en las mejores condiciones.
Los maestros trabajadores y creativos se sentían satisfechos
de tener esos alumnos. A una maestra se le ocurrió que las cosas
que hacían los niños podrían servir de ejemplo a las generaciones
venideras, pero, ¿qué era lo que tanto admiraba la maestra
en los niños? Pues que no le tenían miedo a la hoja en blanco
y que podían escribir lo que pensaban, lo que sentían, que
podían inventar palabras, etc. Escribir por placer sin esperar
calificación.
Así también, se publicaron los trabajos “En primavera los
árboles enfrutecen de felicidad”, de Jesús Érika; “El momento
más gracioso en la escuela fue cuando la profesora no me
dejaba entrar al salón porque decía que yo no era de ahí”, de
Ana María Soledad; asimismo se publicaron los versos “Las
estrellas: Joyas de la luna”; “Gota de agua: Una lágrima al
caer”, de Irasema Torres. Y, “La manos de mamá: Son hechas
con un material muy delicado: primero un terrón de azúcar,
luego, mucho algodón y un poco de mantequilla y listo. ¡Ah,
no!, me hace falta una cosa, se forran con seda color piel”, de
Karla Araceli.
La tercera antología publicada fue Pequeños escritores de
Pueblo Nuevo. A esta obra pertenecen los trabajos que editó
el XIV Ayuntamiento con la profesora Angélica Obeso de
Puente, primera presidenta municipal de Mexicali.
Otras actividades relevantes de la
Escuela Netzahualcóyotl:
Con el entusiasmo de alumnos, padres de familia y maestros,
realizamos tres festivales de Flor y Canto en honor del Rey
Poeta Netzahualcóyotl.
Aroma del árbol florido es el título del folleto del Segundo
Festival de Flor y Canto celebrado el 28 de abril de 1999 en la
Escuela Netzahualcóyotl, y en él se publicaron los siguientes
textos:
39
1988. Alumnos de la Escuela Netzahualcoyotl.
Lo he comprendido al fin: Oigo un canto, veo una flor; ¡Oh! ¡Que
jamás se marchiten, Netzahualcóyotl!
Para Netzahualcóyotl, el Rey poeta, lo más importante era la
felicidad de todos. Netzahualcóyotl, amador del campo y de las
flores, fue un luchador por su pueblo. Tristeza le dio perder a su
padre, lo obedeció y se escondió en un árbol y desde ahí vio cómo
sus enemigos lo mataban.
Netzahualcóyotl, flor bella, me alegro que mi escuela lleve tu
nombre porque siento que me inspiras para estudiar.
Martha Liliana Melgoza Núnez, de 11 años de edad (1999).
Para conmemorar el Día Nacional del Libro en
1992 se realizó en la escuela la Primera Feria del Libro
Netzahualcóyotl. Además de los niños y maestros, hubo
una gran participación y entusiasmo de la profesora Norma
Bustamante y de la profesora Olivia García Piña con una
cancelación postal especial para la feria. También en ese
ciclo escolar, se realizó un mural dirigido por el maestro
Carlos Coronado, quien supo obtener de los niños pintores
la imaginación y habilidades necesarias para lograrlo. Dicho
mural fue develado por el director de Educación Primaria
en Mexicali, profesor Juan Manuel Fragoso García, Julio
Osuna, presidente de la Asociación de Padres de Familia
40
de la escuela y la que escribe (que en ese tiempo, logramos
hacer un gran equipo con el director de la escuela, profesor
Guillermo Anaya y la planta de maestros, distinguidos por
su aseo y puntualidad, por el trabajo en grupo y por la gran
colaboración en todas las actividades).
Así, los niños con su inteligencia y entusiasmo y, sobre
todo, la colaboración y amor a la escuela por parte de los
padres de familia (ya que muchos de ellos eran ex alumnos
de la querida Netza), lograron desarrollar algunas de las
muchas habilidades artísticas, deportivas, intelectuales y de
tener a la escuela en muy buenas condiciones.
En 1992 se reunieron algunos de los ex alumnos para
celebrar el 50 aniversario de haber egresado. Recuerdo al señor
Fortino Tenorio representando al grupo y la presencia de los
profesores Hermenegildo Pérez y Jesús Cataño. Ahora que ya
conozco, aunque muy poco, y a través de conversaciones de los
padres de familia, de los maestros que trabajaron en la escuela,
no es de sorprendernos el amor, la calidad de la escuela y sus
alumnos. Maestros como el profesor Germán Lara, pionero de
la Secundaria núm. 6, al profesor Pánfilo Orozco, diputado
federal, al profesor Gutiérrez, profesor Martínez y muchos,
muchos más.
AC O N T E C E R D E L A H I S T O R I A 1
R.C.B.
JULIO
JULIO. AGOSTO. SEPTIEMBRE. OCTUBRE
14 de julio de 1977.
La Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja
California se cambia a nuevo edificio cedido por el gobierno del licenciado
Milton Castellanos. Siendo rector el licenciado Rigoberto Cárdenas
Valdez, se instala en el edificio que ocupó el Palacio de Gobierno del
Estado, construido en 1919 por el gobernador Esteban Cantú y concluido
e inaugurado en 1922 por el gobernador José Inocente Lugo. En esta forma
la Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California proyectó
mejor sus funciones educativas.
23 de julio de 1923. Este día se inauguró la Cervecería de Mexicali, la
primera industria cervecera de Baja California, con un mercado que
se extendió a varios países extranjeros, obra del activo industrial don
Miguel González. Fue un importante centro de trabajo que permaneció
hasta 1973, año en que fue absorbida por uno de los grandes consorcios
cerveceros de México.
AGOSTO
4 de agosto de 1942. Primer contrato de braceros. Inmediatamente después
de estallar la segunda Guerra Mundial entre los aliados de Estados Unidos
y las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) se dejó sentir en la
Unión Americana la necesidad impostergable de brazos para levantar sus
cosechas agrícolas y mantener o elevar su producción industrial; fue así
como en un cambio de notas entre el ministro de Relaciones de México,
y el embajador de Estados Unidos en la Ciudad de México formalizó el
primer convenio de braceros para la importación temporal de trabajadores
mexicanos.
11 de agosto de 1926. Fue inaugurada la Escuela Primaria Urbana Benito
Juárez. Algunos maestros que dirigieron esta benemérita institución
han sido: Adolfo Velasco, Enrique Carrillo, Andrés Silva Vite, Antonio
Barbosa Heldt, Luzsiglo Figueroa, María de Jesús Gil Morales, Héctor
Siqueiros Mazón, Aurelia López Mazón, Maximino Virgen Flores, María
Luisa Armenta Vivanco, Rafael Chávez Carrillo, Francisco García
Armenta, Ricardo Galaviz Ruiz, Salvador Vargas Tapia, Tito Betanzos
Díaz y otros.
1
Celso Aguirre Bernal, Calendario Cívico Escolar, Editorial de Baja California, Mexicali, B.C., 30 de junio de 1994, 156 pp.
41
SEPTIEMBRE
5 de septiembre de 1925. Nace la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico.
Esta compañía se constituyó como sociedad cooperativa limitada,
siendo su fundador el señor Juan F. Brittingham y altos funcionarios
de la Colorado River Land Company. Fue la industria más importante
durante muchos años y ahí se instalaron también las oficinas principales
de la Anderson and Clayton, principales refaccionadores de la siembra de
algodón. Suspendió sus actividades en 1973.
20 de septiembre de 1961. Nace el Cetys Universidad. Este año se reunió
un grupo de personas de la iniciativa privada para constituir el Instituto
Educativo del Noroeste, cuyo fin principal sería auspiciar el Centro de
Enseñanza Técnica y Superior, Cetys; casa de estudios que al cabo de
cuarenta y ocho años ha venido superándose hasta convertirse en una de
los más prestigiadas del noroeste de México.
OCTUBRE
1 de octubre de 1932. Este día salió al “aire” la primera radiodifusora de
Mexicali y del noroeste de México: la XEAO, fundada y construida por
don Luis Castro López, pionero de la radiodifusión en Mexicali.
25 de octubre de 1953. Primeras elecciones constitucionales. Instituido el
Estado 29, el Congreso Constituyente convoca a elecciones para gobernador
del estado, las primeras que se verificaban en la etapa constitucional de Baja
California. Resulta electo como primer gobernador, el licenciado Braulio
Maldonado Sández. La Primera Legislatura del Estado quedó integrada
de la siguiente manera: César Ruiz Moreno por el primer distrito; Samuel
Ramos Díaz por el segundo; Armando Fierro Encinas por el tercero (que
correspondían al municipio de Mexicali); Felipe Verdugo Amador por
el cuarto distrito, que comprendía una parte del valle de Mexicali y el
municipio de Tecate; Felipe Carrillo Sánchez y Genaro Castro E. por el
quinto y sexto distritos de Tijuana, y doctor Pedro Loyola Luque por el
séptimo distrito, correspondiente a Ensenada.
42
Libros, reseñas, comentarios...
Sergio Noriega Verdugo
E
n diciembre de 2008 fue
publicado un libro esperado
por un selecto número de
mexicalenses de la tercera edad.
Desafortunadamente, no me fue posible
asistir a su presentación en la Casa de la
Cultura, a pesar de cumplir plenamente
con la edad. Entiendo que el evento fue
muy concurrido, el público entusiasta,
y las ventas del tomo apreciables,
no obstante que la edición es de gran
tamaño, peso y valor.
Se trata del libro Aquellos Años
del Algodón: La Jabonera y el valle
de Mexicali. El título del volumen
conlleva un tono romántico y de
nostalgia, pues comunica la idea de
algo importante pero impreciso, algo
que ocurrió hace tiempo, pero que vale
la pena recordar y comentar ahora.
Dicho título se justifica porque no
se trata de una historia documental,
donde la información procede de
viejos documentos o manuscritos,
donde fluyen las voces de expertos
en la materia. Este libro es un relato
personal, de James Griffin, con base
en 18 años de experiencia directa, y de
toda una vida profesional destinada
al algodón. En cierta medida, se trata
de información de primera mano, de
alguien que escribe con sumisa pasión
y honestidad y da cuenta de sus
recuerdos. No obstante, incluye una
descripción técnica de la evolución de
la industria despepitadora de algodón
y del aprovechamiento de la semilla
para la producción de borra, cascarilla,
harinolina, aceite y manteca vegetal.
Para las nuevas generaciones
puede resultar difícil apreciar la
importancia del algodón de Mexicali;
no así para cualquier viejo residente
de nuestra capital fronteriza. Todos
los viejos inquilinos y aficionados de la
historia regional sabemos que ningún
producto se encuentra más ligado a la
historia de Mexicali que el algodón.
Considerada en un tiempo como el
rancho algodonero más grande de
México y tal vez del mundo, Mexicali
era sinónimo del algodón.
A este respecto puedo recordar
cuando comenzaba mi carrera profesional, durante la segunda mitad de los
años sesenta, recibí una contundente
lección durante una entrevista a un
empresario industrial local, él me dijo
en tono de reclamo “aquí todo mundo
es algodonero, hasta el gerente de tu
banco”. Lo que me quiso decir es que
toda la economía de Mexicali, aunque se
tratara de la industria de transformación
o de la banca, todo gravitaba alrededor
del algodón. Era cierto, pero tal vez
fue todavía más lejos al inferir que no
alzábamos la cabeza para asomarnos
a ver otras alternativas económicas de
desarrollo que ya se vislumbraban en el
horizonte.
El libro del que nos ocupamos
versa sobre la historia del algodón y la
industria que benefició dicho cultivo
en Mexicali. De manera más especifica
se trata de la Compañía Industrial
Jabonera del Pacífico, S.C.L., que
más tarde fuera incorporada a la
Anderson, Clayton & Company, uno de
los consorcios algodoneros más grandes
del mundo. La parte sobresaliente de
la historia de este libro corresponde a
la gente que trabajó en ella por largo
tiempo, que en su mayoría son viejos
residentes de Mexicali, su valle y San
Luis, Río Colorado. La historia cubre
un periodo de casi cincuenta años, desde
sus intrépidos inicios en 1925 hasta su
lamentable deceso en 1973.
Si bien el texto cubre todo este
periodo, no lo hace en forma detallada
ni en orden cronológico. Se ocupa de su
fundador, pero sin ahondar en su persona
o en su trayectoria empresarial. Nos dice
que Juan Francis Clemens Brittingham
nació en St. Louis, Missouri, el 21 de
noviembre de 1859, y se radicó en México
a partir de 1894, aparentemente en la
Ciudad de Chihuahua. Que, asociado
con otros, fundó la Compañía Industrial
Jabonera de la Laguna, S. C. L., en 1892
en Gómez Palacio, Durango. Después a
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la edad de 65 años, el Sr. Brittingham
se asoció con la Colorado River Land
Company y, particularmente, con dos de
sus principales accionistas, los señores
Harry Chandler y Moses H. Sherman
para fundar la Compañía Industrial
Jabonera del Pacífico, S.C.L. en Mexicali,
en septiembre de 1925. Para ello contó
con el apoyo de tres de sus hijos varones:
Juan, Eduardo y Nelson y por lo menos
veinte trabajadores más de Gómez
Palacios. Pero el libro no arroja luz sobre
las negociaciones con la Colorado y sus
accionistas, ni del manejo de los cinco
fructíferos años de la empresa ni de su
decisión de abandonarla en 1930.
Como es natural el autor del texto
nos proporciona un poco más de
información de quien fuera su jefe:
James William Stone. Él nace en
Phoenix, Arizona, el 12 de marzo de
1901 y muere en la Ciudad de México
el 25 de enero de 1979. Ingeniero civil
de profesión llegado a Mexicali en 1925
para trabajar “en el mantenimiento y
prolongación de la vía del tren hasta
Los Medanos, unos kilómetros más al
sureste del Riito, Sonora”. En julio de
1931 la empresa Anderson-Clayton,
accionista principal de la Jabonera,
nombró a James W. Stone, de 30 años de
edad, vicepresidente y gerente general.
Se infiere que debe haber sido difícil
manejar la empresa durante la Gran
Depresión, pues se limita a decir que
“Únicamente la tenacidad, dedicación
e inteligencia extraordinaria de Stone
la hizo sobrevivir”. Menciona además
que Stone ayudó al Banco Nacional de
Crédito Ejidal a proporcionar créditos
para el cultivo de algodón, trigo y alfalfa,
a pesar del reparto agrario iniciado en
1937. Y que también prestó dinero al
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Distrito de Riego del Río Colorado
para hacer “los trabajos indispensables
de mantenimiento y construcción de
los canales del valle...”.
Un dato revelador del estilo administrativo de James W. Stone, es que la
puerta de su oficina “casi siempre estaba abierta y un río de gente entraba
y salía de ella todo el día”. “Stone
necesitaba quien lo ayudara. Contaba
con gente muy competente y fiel que
trabajaba, pero era insuficiente para
una empresa que estaba creciendo tan
rápidamente”. Y a pesar de tener el
apoyo de técnicos estadounidenses de
la corporación en Estados Unidos, era
particularmente exigente con ellos,
resistiendo las presiones de las oficinas
de Los Ángeles y de Houston de aceptar
que le mandaran gente de fuera.
Aunque la Jabonera era un complejo
algodonero, Aquellos Años del Algodón
no se ocupa del cultivo algodonero ni de
los agricultores que proporcionaron la
materia prima. No obstante, de manera
breve, señala dos actividades realizadas
por la empresa que están directamente
relacionadas con los productores. Una
de ellas es el crédito proporcionado a
aquellos agricultores comprometidos
a vender su cosecha a la Jabonera.
La otra actividad tiene que ver con la
experimentación agrícola portadora de
nuevas semillas de algodón.
En forma por demás lacónica dice el
libro: “En 1945, Stone se casó con Elena
Rojo. Tuvieron dos hijas, Laura Elena
y Gloria Alicia”. Vivieron muchos
años en una de las tres residencias que
fueron construidas en los terrenos de
La Jabonera, en los tiempos de Juan
Brittingham. Unos renglones más
adelante el texto dice: “El 16 de julio
de 1959 Stone logró su ciudadanía
mexicana por naturalización”, poco
más adelante continúa diciendo que:
“Stone participaba en muchas otras
actividades en Mexicali, aparte de La
Jabonera. Era presidente del consejo
de administración del Banco de
Comercio de Baja California [...]”, el
más grande del estado. Todo lo anterior
es claramente importante, pero el
sólo listado de eventos sin explicación
alguna deja más cosas pendientes de
aclarar.
El libro es un tributo a una
extraordinaria empresa; se destaca a
la gente que trabajó en ella. En él se
encuentran comentarios y fotografías
desde quienes llegaron procedentes de
Gómez Palacio, Durango, en 1925 hasta
los últimos en salir de ella a principios
de los setenta. Las fotografías y las
cápsulas de opinión ayudan a explicar
la evolución de empleados y obreros, y
de quienes pasaron por la escuela que
La Jabonera construyó en sus terrenos.
Las fotografías también ilustran el
envejecimiento de varias generaciones
de personas que aportaron su talento al
desarrollo de un emporio industrial.
La preparación de este tomo contó
con la coordinación y entrevistas de
Aidé Grijalva y el texto de James
Griffin. El libro da muestra de una
colaboración exitosa. El documento
consta de 236 páginas organizadas
en una presentación, prólogo y diez
capítulos. La obra es producto del
Instituto de Investigaciones Sociales
de la Universidad Autónoma de Baja
California. La lujosa impresión contó
con el patrocinio de destacados hombres
y mujeres empresarios, la UABC y el XIX
Ayuntamiento de Mexicali.
P Á G I NA S D E H I S T O R I A
R.C.B.
R
CB
Catálogo de bienes inmuebles de valor cultural de Mexicali y su Valle. Editado por
Conaculta-INAH. Agosto de 2006. Mexicali, B. C., 434 páginas. Formato 28 x 32
cm. Edición de lujo.
Describe las generalidades y características de los principales bienes inmuebles
de valor histórico y cultural del municipio de Mexicali. De venta en las oficinas
del INAH. Delegación Baja California. Calle K núm. 300, Colonia Nueva.
Mexicali... Una historia que contar. Yolanda Sánchez Ogás. Editado por el XIX
Ayuntamiento de Mexicali. Marzo de 2009. 147 páginas. Formato 18 x 21 cm. Edición
rústica.
Contiene una serie de lecturas mínimas sobre los principales acontecimientos de la
historia de Mexicali. Dedicada a los niños y jóvenes, principalmente. De venta en el
Archivo Histórico Municipal de Mexicali, ubicado en la Casa de la Cultura, Madero y
Altamirano, Zona Centro.
Historia de la educación en Mexicali. Hermenegildo Pérez Cervantes. Editado por el
Instituto de Cultura de Baja California. Octubre de 2008. 397 páginas. Formato 22 x
28 cm. Edición rústica.
Reseña los sucesos históricos de la educación en Baja California y Mexicali, de la
época colonial hasta nuestros días. Especifica lo realizado en cada periodo del gobierno
estatal, reseña el origen de las escuelas más importantes y describre la biografía de
los principales maestros y educadores. De venta en el Archivo Histórico del Estado,
ubicado en Avenida Pedro F. Pérez y Ramírez núm. 202, Zona Centro.
Historia de la Asociación de Charros de Mexicali, A.C. Edición Conmemorativa
50 Aniversario. 1959-2009. Armando Rodríguez Rosales. Editado por la
Asociación de Charros de Mexicali, A.C. Enero de 2009. 145 páginas. Formato
35 x 29 cm. Edición de lujo.
Profusamente ilustrado con fotos a color y blanco y negro, reseña los hechos
históricos más sobresalientes de la charrería en Mexicali. De venta en la empresa
Zahori, ubicada en Calzada Héctor Terán Terán, Kilómetro 2.5, teléfono (686)
559-10-00.
Episodios universitarios
R.C.B.
E
n abril de 1977, el rector Rigoberto Cárdenas Valdez recibió en comodato del gobierno del estado el antiguo edificio del
Palacio de Gobierno Estatal (construido por Esteban Cantú a partir de junio de 1919) para instalar en él la Rectoría de la
Universidad Autónoma de Baja California.
El gobernador Milton Castellanos Everardo tomó la decisión de entregar el edificio a la Universidad, una vez que el gobierno estatal
pasó a ocupar las nuevas instalaciones del centro de gobierno construido por su administración. El evento fue todo un acontecimiento
al cual concurrió un número considerable de universitarios.
En fecha posterior, el 10 de agosto de 1983 el gobernador Roberto de la Madrid entregó en propiedad a la Universidad el mencionado
edificio, como también todo el terreno donde se ubica, jardines, teatro al aire libre y edificio anexo.
De esa manera fue como la Rectoría de la Universidad obtuvo una sede permanente, después de que por más de 20 años anduvo
trashumante por varios recintos: primero: un salón de la Escuela Cuauhtémoc, Zona Centro (1957-1959); segundo, Centro Detector
de Cáncer del Hospital General y consultorio del doctor Santos Silva Cota, rector (1959-1964) en calle F núm. 140, sección segunda;
tercero, local rentado en calle B núm. 359, Sección Segunda (1964-1966); cuarto, local rentado en avenida Obregón núm. 861 entre
calles A y B, Sección Segunda (1966-1970); quinto, edificio rentado en Paseo del Valle número 15, Fraccionamiento Jardines del Valle
(1970-1977).
Y a partir de abril de 1977 a la fecha, junio de 2009 (32 años) la Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California ocupa lo
que fue el Palacio de Gobierno del distrito (1922-1932), territorio (1932-1952) y estado de Baja California (1952-1977).
De izquierda a derecha, primera fila Eduardo Jáuregui Félix, Luis López Moctezuma, Pedro Mercado Sánchez, Rigoberto Cárdenas Valdez,
Milton Castellanos Everardo, Santos Silva Cota, Rafael Soto Gil, Héctor Guerra Echegaray.
Segunda y tercera filas: Adalberto Walther Meade, David Piñera Ramírez, Francisco Gutiérrez Espinoza, Jesús Romo, José Luis Márquez,
Luis Nápoles, Mario Gutiérrez, Socorro Aguilar, Margarita Ortega Villa y Daniel Olivas Beltrán, entre otros.

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