Gatos a oscuras La habitación está a oscuras y sin

Transcripción

Gatos a oscuras La habitación está a oscuras y sin
Autor
Gabriella Tami.
Gatos a oscuras
La habitación está a oscuras y sin embargo el gato se mueve con
seguridad y elegancia sin chocar contra los obstáculos. ¿Cómo lo
hace? ¿Utiliza su desarrollado sentido de la visión o se guía con
otros sentidos?
Los hábitos crepusculares y nocturnos de los antepasados salvajes de los gatos domésticos son
la razón por la que tu mascota tiene ojos tan diferentes a los nuestros y puede ver cuando casi
no hay luz. La visión adaptada a la vida nocturna ha sobrevivido a siglos de evolución aunque
hoy en día muchos gatos hayan adoptado los horarios de sus compañeros humanos y ya no la
necesiten.
¿En qué consiste esta visión tan especial?
En primer lugar, la pupila del gato puede pasar de ser sutil como un alfiler a ser redonda y ocupar toda el iris. Esta característica permite al gato captar hasta el mínimo rayo de luz presente
en el ambiente: cuanta menos luz, más dilatada la pupila.
Los ojos de los gatos también poseen una película altamente reflectante situada debajo de la
retina (parte del ojo que capta la luz) que, como si fuera un espejo, refleja y “multiplica” la luz
que entra en el ojo y provoca una mayor estimulación de la retina. El resultado es que para el
gato hay más luz de la que realmente está presente. Además esta película causa un fenómeno
del que seguramente te acordarás si has intentado sacar una foto disparando el flash cuando
tu gato estaba en penumbra: el inesperado brillo verdoso en sus ojos no es nada más que la
luz que se refleja en esta película.
Esta estructura reflectante carece en las personas y es responsable de la gran diferencia que
existe entre la visión de un gato y de una persona en condiciones de poca iluminación. De
hecho los gatos necesitan una sexta parte de la cantidad de luz que necesitamos nosotros para
ver algo: lo que es oscuridad para los seres humanos, no lo es para los gatos. Sin embargo,
la oscuridad puede ser tan intensa que hasta un gato no ve nada: las adaptaciones de su ojo
sirven para aprovechar mejor la poca luz presente pero no son útiles en caso de ausencia total
de luz. Y entonces ¿por qué hasta en esta situación el gato sigue sin chocar contra los obstáculos? Se trata de una cuestión de... tacto.
El gato posee una serie de pelos especiales, llamados vibrisas, que son largos, rígidos, y muy
sensibles. Las vibrisas del gato están al lado de la nariz (los bigotes!!!), en las mejillas, encima de los ojos y en la muñeca. La extrema sensibilidad de estos pelos hace que el gato pueda
utilizarlos para desplazarse en la oscuridad. Cuando se mueve, el gato produce turbulencias en
el aire que chocan contra los objetos móviles e inmóviles y vuelven hacia el gato desplazando
de manera infinitesimal las vibrisas. Esta vibración mínima es suficiente para que el gato per-
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ciba la ubicación de los obstáculos hasta crear un “mapa” del espacio a su alrededor basado
unicamente en la información táctil. Así que sin necesidad de un contacto físico directo con
los objetos y sin verlos, el gato puede caminar seguro en la oscuridad dando la sensación a las
personas de ser un animal con poderes especiales.
AUTOR
Gabriella Tami.
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