Elementos para la historia de Radio Cultural de Buenos Aires, a

Transcripción

Elementos para la historia de Radio Cultural de Buenos Aires, a
Objeto 85
Elementos para la historia de
Radio Cultural de Buenos Aires,
a partir del libro
V. 1.0
12 de mayo del 2014.
¿Para qué sirve el objeto de aprendizaje número 85?
El Objeto 85 sirve para recordar y preservar en la memoria, el empeño y arduo trabajo aportado
del señor Gaupp y de varias otras personas cuyos esfuerzos hicieron posible la existencia de la
Radio Cultural de Buenos Aires, que es la tercera Emisora Cultural inaugurada de la Red de
Emisoras Culturales de Costa Rica.
Consideramos que el presente Objeto de Aprendizaje puede ser muy útil para las personas que
por primera vez se acercan a colaborar y quisieran conocer el origen y el propósito de la estación
de radio de Buenos Aires.
El Objeto 85 reproduce íntegramente las conversaciones que Verónica de Assas GauppBerghausen sostuvo con Fernando Gutiérrez, colaborador muy cercano de la emisora.
El relato que se ofrece en estas páginas forma parte del libro Georg von Gaupp-Berghausen y
las Pequeñas Emisoras Culturales, escrito por Verónica de Assas Gaupp-Berghausen, y
publicado por el ICER en el 2014. Para una visión mucho más completa de la historia de las
Emisoras Culturales en Costa Rica recomendamos la atenta lectura de dicho texto que
publicaremos completo, más adelante, en esta misma colección de Objetos de Aprendizaje.
Esperamos que el Objeto 85 sea de gran utilidad para los compañeros de la Radio Cultural de
Buenos Aires, así como para todos los demás compañeros y compañeras de la Red de Emisoras
Culturales de Costa Rica.
Rohanny Vallejo Cordero.
Mayo del 2014.
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Fernado Gutiérrez
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“Sacamos el proyecto adelante porque
vivimos apasionadamente por y para
la radio”.
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¿Cuándo comenzó usted a trabajar en Radio Cultural Buenos
Aires?
Antes de venir a Buenos Aires empecé a trabajar con Radio Cultural
Boruca, en mayo de 1983. Estaba recién llegado a la institución y se
me puso a prueba como ingeniero, en el mantenimiento correctivo
de una falla que presentaron los transmisores de estas dos
emisoras. Soy un convencido del proyecto de las “Pequeñas
Emisoras Culturales”. Hemos sacado este proyecto juntos, sudando
codo con codo, viviendo apasionadamente por y para la radio.
Somos muy conscientes del potencial que tienen las PEC. Además,
acá en Costa Rica no tenemos las dificultades que existen en otros
países hermanos de América Latina, en los que más bien se
boicotean este tipo de proyectos, se persigue a los directivos e
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incluso se asesina al personal de las radios populares. En Costa
Rica es distinto y en las emisoras del ICER se pueden hacer aún
cosas muy bonitas.
¿Cómo fueron esos primeros años de la radio?
Mis primeros años en la Radio Boruca, además del servicio técnico
prestado, consistió en el desarrollo de un proceso que me llevara a
conocer la cultura del pueblo (era la primera vez que tenía contacto
con una cultura indígena nacional), a desarrollar una forma
adecuada de comunicación, para romper el paradigma de hombre
blanco y me permitiera ganar la confianza que condujera a que se
entendiera, libre de prejuicios étnicos, cuál era la labor que quería
desarrollar en la comunidad, si esta lo aprobaba y estaba acorde
con su cosmología y cultura. En los primeros meses, los miembros
de la Junta Directiva y el grupo de colaboradores de la radio apenas
se comunicaban conmigo. En cierta medida, para algunos la radio
era vista, más que un regalo, como una imposición que venía a
perturbar la tranquilidad y la frágil estabilidad de un pueblo dividido
por aspiraciones de cacicazgo de dos familias, los González
y los Maroto. La Radio se vio inmersa en esta pugna de poder,
situación que se ha prolongado en el tiempo. Poco a poco me fui
dando a conocer en el pueblo, edificando una relación de respeto y
amistad, no impositiva lo cual me condujo a ser aceptado en la
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comunidad y por ambas familias en conflicto. Esto me permitió
conocer en profundidad la cultura brunca, sus ancianos, sus
leyendas y su cosmología. Y sobre todo el resentimiento que aún
perdura después de más de 600 años de invisibilidad.
¿Qué acogida tuvo la emisora en la comunidad?
Muy buena. Fue todo un acontecimiento, pero en mi humilde
opinión pienso que desde el principio nos pusimos el estigma de ser
chiquititos. Una legislación de 1954 define a una radio cultural y
señala que no puede transmitir anuncios, solo patrocinios. Desde
1999 para acá, en el ICER están haciendo un gran esfuerzo por
cambiar este aspecto. La Asamblea Legislativa de aquel tiempo
formuló la ley y desde esa fecha nunca se modificó. Entonces,
cuando surgió el proyecto y se le puso “cultural”, nos echamos la
soga al cuello. Hubiera sido mejor si nos hubiéramos llamado, no sé
comunitarias o populares, por poner un ejemplo. Con eso no
hubiera habido problema.
Tendríamos que contemplar un desarrollo en el que pudiéramos
contar con patrocinadores y anunciantes. Me consta que el ICER
está trabajando en este sentido.
No somos pequeñas, el esfuerzo que venimos haciendo para
sobrevivir es una gran hazaña. Por ejemplo, aquí, en la
Radioemisora Cultural Buenos Aires, a pesar de las instalaciones y
las restricciones que tenemos, hemos estado trabajado codo a codo
con emisoras comerciales de Pérez Zeledón y de la Zona Sur. Ellas
mismas nos han reconocido que no hay diferencia ni en la
transmisión, ni en el profesionalismo.
¿Legalmente en qué se diferencia un patrocinio de un anuncio?
En la práctica no hay ninguna diferencia. Cuando nosotros salíamos
a rogarle a los comercios alguna ayuda para la radio, ellos nos
preguntaban qué era un patrocinio.
Y cuando les decíamos que era solo nombrarles el negocio, se
echaban para atrás y se iban con las radios comerciales, que sí
podían anunciarles los productos, las promociones, etc. Esta
realidad ha devenido en una dificultad tremenda para
autofinanciarnos. Además, muchas emisoras terminaban saliéndose
de la figura del patrocinio y caían en la del anuncio. Como entonces,
la Oficina Nacional de Control de Radio, que es la encargada de
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vigilar el buen uso del espectro radioeléctrico y de velar por el
cumplimiento de la ley, no tenía recursos, ni siquiera un vehículo
para hacer visitas o mediciones de las emisoras, era casi imposible
que vinieran desde San José a constatar nuestra realidad. Así que
muchas emisoras se la empezaron a jugar.
Usted conoció a mi abuelo. ¿Qué recuerda de él y del padre
Tattenbach?
Tengo un bonito recuerdo de ellos. La labor que hicieron fue muy
importante para las radios culturales de este país. Tu abuelo fue
una persona con un don especial para comunicarse con la gente.
Siempre fue una persona llana que no miraba la posición social,
económica o cultural de los demás. Aquí nos lo demostraron. Tu
abuelo, igual hablaba con altos funcionarios del gobierno, con
ministros, como hablaba con los indígenas de Boruca, con los
sukias de Salitre de Ujarrás o del mismo Talamanca. Le puedo decir
que tenía la estampa de ser un anciano bonachón. Desde ese
primer momento uno se llevaba una grata impresión. Tenía una
sonrisa muy especial y unos ojos vivos, penetrantes y muy
expresivos. Siempre tenía el saludo a flor de labios y conversaba
quien le llegara a conversar. Le encantaba conversar. Era
muy cadencioso en sus cosas. Daba la impresión de ser un hombre
muy pesado, de lento movimiento, pero tenía una energía increíble.
Y lo demostró aquí, porque hacía unas giras que realmente eran de
admirar, que requerían de mucho esfuerzo físico.
También, nos contaba historias de cuando estuvo en la Segunda
Guerra Mundial.
La guerra lo marcó mucho. Vio muchísimo sufrimiento, siempre nos
dijo que aquello era inimaginable. Considerando que estuvo en el
frente ruso no es de extrañar.
Siempre decía que la guerra la contaban los vencedores y que las
barbaridades que ellos cometían nadie las documentaba y caían en
el olvido. Creo que en cierta oportunidad nos contó que fue herido y
que tenía una bala que nunca se la pudieron sacar.
También me contó de la división de tanques y todo el asunto. En
realidad se le notaba que no le gustaba hablar de ese tema, porque
se ponía muy triste. Me gustaba mucho conversar de ese tema,
también con el padre Tattenbach y los padres Bernardito y
Bernardo, en Talamanca. Yo creo que lo más peligroso para la
humanidad es olvidar.
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Si nosotros olvidamos el porqué del conflicto, qué lo originó, lo que
pasó ahí, estamos condenados a repetirlo. Tu abuelo se llevaba
muy bien con los políticos, a él nadie le negaba el ingreso. Tenía
una facilidad enorme para entrar en la Casa Presidencial y
en los ministerios. Conseguía las audiencias así. Todo el tiempo
andaba moviéndose en las altas esferas políticas del país, como
pato en su charco. Era increíble. Lo querían mucho y le tenían
mucho respeto. Lo invitaban a muchos actos y él iba. También
anduvo en el resto de Centro América.
Cuénteme de sus andaduras en Kuna-Yala y del proyecto que
quiso instalar ahí.
Él estuvo en Kuna-Yala, que es el territorio de los indios kunas. Ahí
se reunió con los líderes religiosos y espirituales de la comarca.
Tenía intenciones de ponerles una emisora. Y aunque era muy
difícil, porque ellos son muy sui géneris en su forma de ser y tienen
mucho resentimiento hacia el europeo, él los convenció. Yo fui para
darles más información técnica, acompañado de dos austriacos que
estaban haciendo una pasantía y me enfrenté a muchas
dificultades. Esa comarca está dividida en tres.
Cada parte tiene su cacique y costó mucho ponerlos de acuerdo a
los tres. Pero finalmente lo logramos gracias a la mediación de tu
abuelo. Inclusive, en la isla principal hicimos una reunión con todas
las tribus. Fue una experiencia increíble, preciosa.
Llegaron todas las autoridades políticas y religiosas y participamos
en una ceremonia en un palenque. Son tres islas, que conforman
tres comarcas. La comarca Yala es como una Polinesia, igual de
hermosa, islas por todos lados, unos paisajes y unas puestas de sol
increíbles. Es una maravilla. Ellos son muy celosos de su territorio.
De hecho han tenido muchos encontronazos con el gobierno
panameño, inclusive luchas, porque han querido adueñarse de sus
territorios.
Él me transmitió su pasión por la cultura indígena.
Tu abuelo podía hablar largas horas con los líderes y los médicos
indígenas, como viejos conocidos, hacía química inmediatamente. A
veces, ellos le tenían más confianza a tu abuelo que a nosotros. Él
se los ganaba, no creaba barreras, más bien trataba de derribar
murallas para lograr el entendimiento, para darles a entender que
él no venía en posición de imponer, ni a decir lo que se tenía que
hacer, sino que venía a dar ideas, a colaborar. Él admiraba y
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respetaba las culturas autóctonas, por eso no venía en actitud
imperialista, más bien trataba de aprender de los indígenas. Él
siempre decía que deberíamos copiar muchas cosas de ellos para
poder sobrevivir.
Incluso nos abría los ojos sobre cuestiones que a nosotros se nos
pasaban desapercibidas.
Él siempre ponía esas cuestiones en un plano cosmológico y las
comparaba con la cultura occidental. Era un hombre que tenía una
visión de futuro no cortoplacista.
Y cuando murió tu abuelo en 1985, murió el proyecto. Y fue una
lástima, porque la radio hubiese jugado un gran papel en aquella
zona, hubiera sido un proyecto increíble, en medio de todo un
archipiélago: La voz de los indios kuna.
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SUGERENCIAS DE ACTIVIDADES PARA TRABAJAR ESTE OBJETO
EN RADIO CULTURAL DE BUENOS AIRES
Hacer una reunión con las y los compañeros de la radio. Luego de leer el Objeto 85,
formar grupos y trabajar juntos las siguientes actividades.
1. ¿Quiénes son las personas de la comunidad que participaron en la fundación de
nuestra Emisora Cultural de Buenos Aires y que no se mencionan en el texto?
¿Viven aún? ¿Qué hicieron?
(Sugerencia: Si encuentran otras personas sería bueno entrevistarlas y hacer un programa con
ellas a modo de reconocimiento y de agradecimiento).
2. ¿Cómo fue la inauguración de Radio Cultural de Buenos Aires?
3. Juntos construyan una lista de los mejores programas que ha tenido o tiene
todavía la Emisora Cultural de Buenos Aires. ¿Por qué será que han tenido tanto
éxito?
4. ¿Cuál es el objetivo o el propósito de nuestra Emisora Cultural?
5. Comparemos nuestra Emisora Cultural con lo que se afirma de otras PEC
mencionadas en los Objetos de Aprendizaje 83 y 84 ¿En qué nos parecemos?
¿En qué nos diferenciamos?
6. En el espacio que queda abajo -o en una hoja aparte- cada grupo hará un dibujo
en el que se represente el aporte o la utilidad de la Radio Cultural en nuestra
comunidad. No hace falta que sea de muy buena calidad. Lo importante es el
significado, y no la elegancia de los trazos. Luego, cada grupo comentará con sus
compañeros el dibujo obtenido.
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SUGERENCIAS DE ACTIVIDADES PARA TRABAJAR ESTE OBJETO
DESDE CUALQUIER OTRA EMISORA CULTURAL.
Reunirse las y los compañeros de la radio. Luego de leer el Objeto 85, formar grupos y
trabajar juntos las siguientes actividades.
1. ¿Qué aprendemos al leer este Objeto relacionado con Radio Cultural de Buenos
Aires?
2. Supongan que nos encomiendan, por ejemplo, dar continuidad al proyecto no
terminado de fundar una Emisora Cultural en el territorio de los kuna.
- ¿Cómo imaginaríamos esa radio?
- ¿Qué haríamos para conseguir que tenga la identidad de una Emisora Cultural?
(Revisar el Objeto 81: Guia para la construcción de la Emisora Cultural del siglo 21).
3. ¿Agregar a continuación algunas otras preguntas o actividades sugeridas por
ustedes mismos?
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