Prevención primaria de la obesidad infantil

Transcripción

Prevención primaria de la obesidad infantil
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Marzo de 2005
Guía de buenas prácticas en enfermería
Cómo enfocar el futuro de la enfermería
Prevención primaria de la
obesidad infantil
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Saludos de Doris Grinspun
Directora ejecutiva
Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario
La Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (en lo sucesivo RNAO, por sus siglas
en inglés) se complace en ofrecer esta Guía de buenas prácticas en enfermería. Las
prácticas basadas en la evidencia respaldan la excelencia en la provisión de servicios que
las enfermeras ofrecen en su labor cotidiana.
Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a todas las instituciones y
particulares que hacen posible la iniciativa de la RNAO de desarrollar, evaluar y divulgar
estas Guías de buenas prácticas en enfermería basadas en la evidencia (NBPG, por sus siglas en inglés). El
Gobierno de Ontario ha reconocido la capacidad de la RNAO para liderar el desarrollo de este programa, y
ofrece para ello su financiación plurianual. La directora del programa NBPG, Tazim Virani, con su esfuerzo y
determinación, está consolidando el programa y proyectándolo más lejos de lo que cabía pensar en un
principio. La comunidad de enfermeras, con su compromiso y dedicación a la excelencia en el trabajo, aporta
sus conocimientos e incontables horas de esfuerzo para la creación y evaluación de cada una de las Guías. Los
responsables de recursos humanos han respondido con entusiasmo a la solicitud de implantación de las
Guías y están realizando pruebas piloto en sus organizaciones.
Ahora es el momento de la prueba definitiva: ¿Utilizarán las enfermeras las Guías en su práctica diaria?
El uso eficaz de estas Guías requiere el esfuerzo conjunto de cuatro grupos profesionales: las propias
enfermeras, otros profesionales de la salud, los responsables de formación en el ámbito académico o laboral
y los responsables de la contratación. Tras haber asimilado estas Guías, las enfermeras y estudiantes de
enfermería precisan un entorno laboral de apoyo para poder aplicarlas a la práctica diaria.
Es nuestro deseo que estas y otras Guías se compartan con los miembros del equipo multidisciplinar.
Tenemos mucho que aprender los unos de los otros. Juntos, podemos asegurarnos de que los ciudadanos de
Ontario reciban la mejor atención posible siempre que traten con nosotros. Hagamos que ellos sean los
verdaderos beneficiarios de nuestro esfuerzo.
La RNAO continuará trabajando con ahínco en el desarrollo y la evaluación de futuras Guías. ¡Deseamos que
la implantación sea todo un éxito!
Doris Grinspun, RN, MSN, PhD (cand), OOnt
Directora ejecutiva
Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Saludo de Teresa Moreno-Casbas, Responsable de la Unidad
de coordinación y desarrollo de la Investigación en
Enfermería, Investén-isciii. Instituto Carlos III de España
La Unidad de coordinación y desarrollo de la Investigación en Enfermería (Investénisciii) se complace en presentar las Guías de buenas prácticas en enfermería,
realizadas por la Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (RNAO), en su
versión traducida al español, para que puedan ser utilizadas por todos los
profesionales de la salud hispanohablantes.
Desde Investén-isciii nos sumamos a la iniciativa de transformar la enfermería a través del conocimiento, ya
que entendemos que los cuidados seguros y de calidad deben apoyarse en los resultados de la investigación
multidisciplinar en este ámbito y en el intercambio de conocimientos entre profesionales de dentro y fuera
de nuestras fronteras. Por ello iniciamos este proyecto, con el que pretendemos que las Guías de buenas
prácticas puedan ser incorporadas a la actividad de los diferentes profesionales de la salud
hispanohablantes.
Quiero aprovechar esta ocasión para solicitar vuestra ayuda en la difusión, implantación y utilización de
estas Guías. La profesión enfermera, y especialmente aquellos que reciben nuestros cuidados, resultarán
directamente beneficiados.
Investén-isciii y la Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario os agradecen de antemano vuestra
colaboración, al tiempo que os animan a continuar contribuyendo al desarrollo de la Práctica clínica Basada
en la Evidencia.
"La traducción de estos documentos ha sido posible gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad,
Política Social e Igualdad, a través del Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud, coordinada por el
Centro Colaborador Español del Instituto Joanna Briggs para los cuidados de salud basados en la evidencia
perteneciente a la Unidad de coordinación y desarrollo de la Investigación en Enfermería (Investénisciii)".
Directora de la Unidad de coordinación y desarrollo de la Investigación en Enfermería (Investén-isciii)
Instituto Carlos III de España.
Madrid Enero 2011
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Prefacio
Felicitación de la Dra. Sheela Basrur, Chief Medical Officer of Health and
Assistant Deputy Minister a la RNAO
Ministry of Health and Long-Term Care
Me complace felicitar a la Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (RNAO) por su
excelente trabajo en la elaboración de esta Guía de buenas prácticas sobre la prevención de
la obesidad infantil. Los pesos no saludables constituyen una cuestión de salud pública
importante en Ontario, como identifiqué en el informe sobre salud de 2004: “Un peso
saludable, una vida sana”. La RNAO ha reconocido que nuestros ciudadanos más
vulnerables, los niños, son los más afectados por esta epidemia y en consecuencia
debemos dirigir todos nuestros esfuerzos hacia ellos.
La Guía para la prevención de la obesidad infantil respaldará la práctica basada en la evidencia y la excelencia
en el servicio que las enfermeras ofrecen. Las enfermeras desempeñarán un papel importante a la hora de
tratar las cuestiones relacionadas con un peso saludable en sus lugares de trabajo, así como en sus
comunidades. Asimismo, necesitamos desarrollar una colaboración interdisciplinar, tanto dentro como fuera
del sector sanitario, para tener un impacto significativo en este asunto tan relevante para la salud pública.
Del mismo modo, quiero felicitar a la RNAO por emprender este proyecto tan oportuno, y agradecer a los
miembros del equipo de desarrollo su entrega en el desarrollo de esta Guía. Juntos nos enfrentamos al desafío
y compartimos el compromiso para hacer un Ontario saludable para todos.
Dr. Sheela V. Basrur
Chief Medical Officer of Health and Assistant Deputy Minister
Ministry of Health and Long-Term Care
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Cómo utilizar este documento
Esta Guía de buenas prácticas en enfermería es un documento exhaustivo que ofrece los recursos
necesarios para la práctica de la enfermería basada en la evidencia. Debe ser revisada y puesta en práctica en
función de las necesidades específicas de la institución, del lugar de trabajo o del entorno, así como de las
necesidades y preferencias del paciente. Las Guías no deben emplearse de forma literal, sino como una
herramienta útil para la toma de decisiones sobre la atención personalizada del paciente, así como para
garantizar la disposición de las estructuras y respaldos adecuados para prestar el mejor servicio posible.
Las enfermeras y demás profesionales de la salud, y los gestores que se encargan de dirigir y aplicar los cambios
en la práctica, hallarán útil este documento de cara al desarrollo de políticas, procedimientos, protocolos,
programas educativos y herramientas de documentación y evaluación. Se recomienda utilizar las Guías como
una herramienta de recursos. Las enfermeras que proporcionan atención directa al paciente podrán revisar las
recomendaciones, las evidencias en las que se fundamentan dichas recomendaciones y el proceso utilizado
para el desarrollo de las Guías. No obstante, se recomienda encarecidamente que los entornos o lugares de
práctica clínica adapten el formato de estas Guías, de manera que su uso cotidiano resulte cómodo para el
usuario. Esta Guía propone varios formatos para adaptarla y personalizarla en función de las necesidades de
cada lugar.
Las instituciones que deseen utilizar esta Guía podrán:
n Evaluar las actuales prácticas de enfermería y cuidados en salud mediante las recomendaciones de esta
Guía.
n Identificar las recomendaciones que abordan las carencias o necesidades del servicio.
n Desarrollar de manera sistemática un plan para la implantación de las recomendaciones mediante el
uso de las herramientas asociadas y los recursos.
La RNAO está interesada en saber cómo se ha implantado la Guía. Póngase en contacto con
nosotros y cuéntenos su experiencia. Los recursos para la implantación estarán disponibles en la
página web de la RNAO: www.rnao.org/bestpractices para ayudar a particulares e instituciones en la
implantación de las Guías de buenas prácticas.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Prevención primaria de la
obesidad infantil
Equipo del proyecto:
Tazim Virani, RN, MScN, PhD(candidate)
Program Director
Stephanie Lappan-Gracon, RN, MN
Program Coordinator – Champions Network
Heather McConnell, RN, BScN, MA(Ed)
Program Manager
Josephine Santos, RN, MN
Program Coordinator
Jane M. Schouten, RN, BScN, MBA
Program Coordinator
Bonnie Russell, BJ
Program Assistant
Carrie Scott
Administrative Assistant
Julie Burris
Administrative Assistant
Keith Powell, BA, AIT
Web Editor
Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario
Programa de Guías de buenas prácticas en enfermería
111 Richmond Street West, Suite 1100
Toronto, Ontario M5H 2G4
Página Web: www.rnao.org/bestpractices
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Miembros del equipo de desarrollo
Paula Robeson, RN, MScN
Karen Hourtovenko, RN, BScN, CCNP, PHCNP, RN(EC)
Team Leader
Knowledge Broker
Evaluating the Evidence on Knowledge Brokers
Study
McMaster University
Hamilton, Ontario
Nurse Practitioner
Riverside Cardiac Clinic
Sudbury, Ontario
Stephanie Lappan-Gracon, RN, MN
Former position with and support from:
Ottawa Public Health, Ottawa, Ontario
Program Staff, Facilitator
Nursing Best Practice Guidelines Program
Registered Nurses’ Association of Ontario
Toronto, Ontario
Mary Lou Albanese, RN, BScN, MSA
Colette Larocque, RN, BScN
Program Manager
Chronic Disease Prevention
Middlesex-London Health Unit
London, Ontario
Public Health Nurse
School Health Team
Kingston & Frontenac Health Unit
Kingston, Ontario
Donna Ciliska, RN, PhD
Mary-Jo Makarchuk, MSc, MHSc, RD
Professor
School of Nursing
McMaster University and
Consultant Public Health Research,
Education and Development Program
Hamilton, Ontario
Public Health Nutritionist
Toronto Public Health
Toronto, Ontario
Katherine Morrison, MD, FRCPC
Department of Pediatrics & Population Health
Research Institute
McMaster University
Hamilton, Ontario
Veronica Fodor, RN
Staff Nurse
Family Health Centre
University Health Network
Toronto, Ontario
Sylvia Ralphs-Thibodeau, RN, BA
(community health), MSc(C)
Marcia Frank, RN, MHSc, CDE
University of Ottawa
Ottawa, Ontario
Clincial Nurse Specialist
Diabetes Program
The Hospital for Sick Children
Toronto, Ontario
Lorraine Watson, RN, PhD
Professor
School of Nursing
University of Calgary
Calgary, Alberta
Wendy Goodine, RN, BScN, PHCNP, RN(EC)
Nurse Practitioner
LAMP Community Health Centre
Toronto, Ontario
Los miembros del equipo de desarrollo de la Guía realizaron
Liz Helden, RN, BSN, MEd
Nurse Coordinator
Pediatric Lipid Clinic, Chedoke McMaster Hospital
Hamilton, Ontario
declaraciones de conflicto de intereses y confidencialidad. La
RNAO dispone de información más detallada al respecto.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Miembros del equipo de traducción de las Guías
Coordinación
Traducción
María Teresa Moreno Casbas,
RN, MSc, PhD
Marta López González
Coordinadora de traducción
Licenciada en Traducción e
Interpretación
Universidad Complutense de Madrid,
CES Felipe II
Coordinadora científica
Responsable de la Unidad de
coordinación y desarrollo de la
Investigación en Enfermería,
Investén-isciii. Instituto Carlos III, España
María Nebreda Represa
Esther González María, RN, MSc,
PhD candidate
Coordinadora de traducción
Licenciada en Traducción e
Interpretación
Universidad de Valladolid
Coordinadora científica
Centro colaborador del Instituto Joanna
Briggs, Australia
Paula García Manchón
Cintia Escandell García, DUE,
PhD candidate
Traductora responsable de proyectos
Licenciada en Traducción e
Interpretación.
Universidad Complutense de Madrid,
CES Felipe II
Coordinadora técnica
Unidad de coordinación y desarrollo de la
Investigación en Enfermería,
Investén-isciii. Instituto Carlos III, España
Juan Diego López García
Traductor responsable de proyectos
Ldo. en Traducción e Interpretación.
Université Jean Moulin Lyon III (Francia)
y Universidad de Granada
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Colaboración externa de traducción
Elena Morán López
Aimón Sánchez
Lda. en Traducción e Interpretación
Universidad Pontificia Comillas de
Madrid
Enfermera Especialista en Obstetricia y
Ginecología (Matrona)
Hospital Universitario de Canarias
Clara Isabel Ruiz Ábalo
Tamara Suquet, DUE
Lda. en Traducción e Interpretación
Universidad Pontificia Comillas de
Madrid
Gerens Hill International
Inés Castilla
Jaime Bonet
Enfermera Especialista en Obstetricia y
Ginecología (Matrona)
Ldo. en Traducción e Interpretación
Universidad Complutense de Madrid
Pilar Mesa, DUE
Carmen Martínez Pérez-Herrera
Facultad de Enfermería,
Universidad de Córdoba
Lda. en Traducción e Interpretación
Universidad Complutense de Madrid)
Juan Carlos Fernández
Francisco Paredes Maldonado
Fisioterapeuta
Universitat de les Illes Ballears
Ldo. en Lenguas extranjeras aplicadas y
traducción
Universidad de Orléans (Francia)
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Grupo de revisión
Cintia Escandell García, DUE,
PhD candidate
Montserrat Gea Sánchez,
DUE, PhD candidate
Unidad de coordinación y desarrollo de la
Investigación en Enfermería, Investénisciii. Instituto Carlos III, España
Hospital de Santa Maria. Gestió de
Serveis Sanitaris. Lleida
Ana Craviotto Vallejo, DUE
Pablo Uriel Latorre, DUE
Hospital Universitario Doce de Octubre,
Madrid, España
Enfermero de Investigación Clínica
Complexo Hospitalario Universitario A
Coruña, A Coruña, España
Raquel Sánchez, DUE
Hospital Universitario de Getafe, Madrid,
España
Iosune Salinas
Fisioterapeuta
Universitat de les Illes Balears, España
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Agradecimientos
La RNAO quiere manifestar su agradecimiento por su contribución en la revisión de esta Guía de buenas prácticas a
los siguientes colaboradores:
Sherri Adams, RN, MScN, CPNP
Clinical Nurse Specialist/Nurse Practitioner Pediatric Medicine, The Hospital for
Sick Children, Toronto, Ontario
Andy Anderson, PhD
Associate Professor, Ontario Institute for Studies in Education, University of
Toronto, Toronto, Ontario
Karen Balko, BAA, RD
Paediatric Dietitian, North York General Hospital, North York, Ontario
Carole Beauvais, RN, BScN, MSc
Director, Pediatric Diabetes Services – Ontario, Northern Diabetes Health
Network, Burlington, Ontario
Karen Beckerman, RN, MSc(A)
Physical Activity Promotion Coordinator, Toronto Public Health, Toronto, Ontario
Joanne Beyers, MA, RD
Community Health & Nutrition Specialist, Sudbury District Health Unit –
Public Health Research Education Development Program, Sudbury, Ontario
Catherine Birken, MD, FRCPC
Academic General Paediatrician, The Hospital For Sick Children, Toronto, Ontario
Marilyn Booth, RN, BA, MHSc
Executive Director, Ontario Children’s Health Network, Toronto, Ontario
Elizabeth Bowman, RN, BScN
Staff Nurse, Resource Nurse, St. Joseph’s Healthcare – Charlton Site, Hamilton, Ontario
Arlette Brobyn, RN, BScN
Manager, Chronic Disease and Injury Prevention, Region of Peel – Public Health,
Brampton, Ontario
Marg Creen, RN, BScN, COHN(C), COHN-S, CDMP Disability Management Consultant, Manulife Financial, Toronto, Ontario
Kimberly L. Deroo, RN, BScN, MN
Discharge Planning/SCAN Program, The Hospital for Sick Children, Toronto, Ontario
Erica DiRuggiero, MHSc, RD
Assistant Director, Canadian Institutes of Health Research – Institute of
Population & Public Health, Toronto, Ontario;
Senior Volunteer, Canadian Cancer Society – Ontario Division
Susan Evers, PhD, RD
Professor, University of Guelph, Guelph, Ontario
Jill Hamilton, MD, FRCPC
Paediatric Endocrinologist, The Hospital for Sick Children, Toronto, Ontario
Colleen Hanna, RN, BScN
Staff Educator, St. Joseph’s Healthcare, Hamilton, Ontario
Mary Hastings, RN, BScN
Educator/Acting Manager, St. Joseph’s Healthcare, Hamilton, Ontario
Cynthia Hitsman, RN, BScN
Director, Business Development, Victorian Order of Nurses, Ottawa, Ontario
Peter Katzmarzyk, PhD
Associate Professor, Queen’s University, Kingston, Ontario
Shiriki Kumanyika, PhD, RD, MPH
Professor of Epidemiology, Associate Dean for Health Promotion and Disease
Prevention, University of Pennsylvania School of Medicine, Philadelphia,
Pennsylvania, USA
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Claire Leblanc, MD, FRCP(C)
Dip Sport Medicine
Head, Rheumatology Service, Children's Hospital of Eastern Ontario,
Ottawa, Ontario
Marian Landry, RN, BScN, MEd
Health Promoter, Regional Niagara Public Health Department, St. Catharines, Ontario
Colleen Logue, MHSC, RD
Manager, Nutrition Resource Centre, Ontario Public Health Association, Toronto, Ontario
Jane MacDonald, RN, BScN, MHSc
Primary Health Care Consultant, Canadian Nurses’ Association, Ottawa, Ontario
Gail McVey, PhD, Reg. Psychologist
Health Systems Research Scientist, The Hospital for Sick Children, Toronto, Ontario
Rena Mendelson, MS, DSc, RD
Professor of Nutrition, Ryerson University, Toronto, Ontario
Constance O’Connor, RN, BScN, MN/ACNP(C) CNS-ACNP Intern, Liver Program, The Hospital for Sick Children, Toronto, Ontario
Michelle Ponti BSc, MD, FRCPC
Paediatrician, London – Middlesex Children’s Aid Society, London, Ontario
Cindy Pritchard, BScN, RN (EC)
Nurse Practitioner, The Youth Centre, Ajax, Ontario
Heather Quance, RN, BScN
Public Health Nurse, KFL&A Health Unit, Kingston, Ontario
Andrea Riekstins, RN, MN, ACNP
Clinical Nurse Specialist/Nurse Practitioner, The Hospital for Sick Children,
Toronto, Ontario
Mary Jean Short, RN, BScN
Public Health Nurse, KFL&A Health Unit, Kingston, Ontario
Melissa Skinner, RN, BScN, MN(Can)
Acting CHS Director, The Hospital for Sick Children, Toronto, Ontario
Marlene Slepkov, RN, DPHN, BScN, CPMHN(C)
Nurse Manager, Victorian Order of Nurses, Thorold, Ontario;
President, Community Health Nurses Initiatives Group, RNAO
Jane Anne Sullivan, BASc, RD
Paediatric Dietitian, Royal Victoria Hospital, Barrie, Ontario
Donna Tucker, RN, MScN
Project Director, Healthy Work Environments Best Practice Guidelines Project,
RNAO, Toronto, Ontario
Robin Williams, MD, DPH, FRCP(C)
Medical Officer of Health, Regional Niagara Public Health, St. Catharines, Ontario
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Prevención primaria de la obesidad infantil
Aviso de responsabilidad
Estas Guías de buenas prácticas se ocupan únicamente de la práctica de la enfermería y no de su
dimensión económica. El uso de las Guías no es obligatorio para las enfermeras, y debe ser flexible para
poder amoldarse a las preferencias del paciente y la familia, así como a las circunstancias particulares. Las
Guías no suponen compromiso alguno, pero tampoco eximen de responsabilidades a quienes hacen uso
de ellas. Aunque en el momento de la publicación se puso especial énfasis en la precisión de los
contenidos, ni los autores ni la Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (en lo sucesivo RNAO, por
sus siglas en inglés) garantizan la exactitud de la información recogida en las guías, y tampoco asumirán
responsabilidad alguna respecto a las pérdidas, daños, lesiones o gastos derivados de errores u omisiones
en su contenido. Cualquier referencia a productos farmaceúticos específicos que se realice en estos
documentos no implica promoción alguna de los mismos.
Copyright
A excepción de aquellas partes del presente documento cuya copia o reproducción esté prohibida o
restrinjida expresamente, el resto podrá editarse, reproducirse y publicarse en su totalidad y en cualquier
formato (incluido el soporte electrónico), si es para fines educativos y no comerciales. De este modo no
habrá necesidad de autorización o consentimiento previo de la RNAO. Asimismo, en la Guía reproducida
deberá aparecer la siguiente acreditación:
Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (Registered Nurses’ Association of Ontario, 2005). Prevención
primaria de la obesidad infantil, Toronto, Canadá: Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario.
Acerca de la traducción
Para realizar la versión española de las Guías de la RNAO se ha contado con la coordinación técnica de un
equipo de traductores especializados, licenciados en Traducción e Interpretación, con años de experiencia
en el campo de la salud, con los conocimientos culturales y lingüísticos necesarios y todos ellos con el
español como lengua materna. A su vez, la revisión ha corrido a cargo de profesionales del cuidado
experimentados y conocedores de ambas culturas, y dicha revisión ha sido evaluada de forma
independiente. Durante el proceso se han utilizado las más modernas herramientas informáticas de
asistencia a la traducción a fin de garantizar la coherencia conceptual y terminológica. Asimismo, se ha
realizado la adaptación cultural de los contenidos pertinentes para reflejar la realidad de los países
hispanohablantes. Así podemos garantizar una traducción precisa y fluida que cumple los objetivos
fijados en la cultura de destino.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Índice de contenidos
Resumen de recomendaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Interpretación de la evidencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Responsabilidad en el desarrollo de las Guías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Objetivos y ámbito de aplicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Proceso de desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Recomendaciones para la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Recomendaciones para la formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Recomendaciones para la organización y directrices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Evaluación y seguimiento de la Guía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Estrategias de implantación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Proceso de actualización y revisión de la Guía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo A: Glosario de términos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Anexo B: Estrategia de búsqueda de la evidencia existente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Anexo C: Proyecto de práctica efectiva en salud pública (herramienta para la valoración de la calidad)
............ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Anexo D: Valoración crítica de las revisiones sistemáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Anexo E: Recursos en Internet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Anexo F: Puntos de debate - Herramienta de recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Anexo G: Centro para el control y la prevención de enfermedades. Ejemplo de gráfico de crecimiento
según el IMC (chicas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Anexo H: Centro para el control y la prevención de enfermedades. Ejemplo de gráfico de crecimiento
según el peso y la edad (chicas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Anexo I: Centro para el control y la prevención de enfermedades. Ejemplo de gráfico de crecimiento
según el IMC (chicos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Anexo J: Centro para el control y la prevención de enfermedades. Ejemplo de gráfico de crecimiento
según el peso y la edad (chicos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Anexo K: Guía de referencia rápida sobre la vida sana y activa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Anexo L: Descripción de la Herramienta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Resumen de recomendaciones
Las siguientes recomendaciones están organizadas según el marco ecológico descrito en la página
20, y no siguen un orden de prioridad. Más bien, a las recomendaciones generales les siguen aquellas
dirigidas a la comunidad, el colegio, la familia y los individuos, en ese orden. A las recomendaciones para la
práctica les siguen unas recomendaciones relacionadas con la formación enfermera y el desarrollo
organizativo y político.
Existe una evidencia limitada sobre la eficacia de las intervenciones para la prevención de la obesidad en
niños. A pesar de la falta de evidencia sobre la prevención de la obesidad, el equipo de desarrollo revisó
aquella de alta calidad en materia de modificación de la conducta en relación a una alimentación sana y a la
actividad física como punto de partida para la prevención de la obesidad infantil. Por consenso, el equipo de
desarrollo tomó la decisión de identificar las recomendaciones específicas con un componente de cambio de
comportamiento incorporado como alto nivel de evidencia (p. ej. Ia-IIb). Allí donde se pone de manifiesto un
nivel alto de evidencia en la tabla que vemos a continuación (p. ej. Ia-IIb) indica que existe un nivel elevado
para el cambio en el comportamiento, sin embargo, la extrapolación de esto a la prevención de la obesidad
infantil está basada en el consenso (p. ej. Nivel IV ).
RECOMENDACIÓN
Recomendaciones para
para la práctica
*NIVEL DE EVIDENCIA
1.0
Las enfermeras promueven un hábito alimentario saludable y ejercicio
durante todo el ciclo vital, desde los primeros años de vida.
2.0
Las enfermeras abogan por una política sana sobre salud pública que incluye:
n Monitorización y vigilancia de los datos a nivel poblacional teniendo en
cuenta (Nivel IV):
l Nutrición;
l Actividad física; y
l Medidas de adiposidad incluido el estatus de obesidad y sobrepeso.
n Diseño comunitario saludable. (Nivel IV)
n Políticas para la promoción de la salud en los colegios. (Nivel IIb)
n Legislación que limite la cantidad de publicidad dirigida a niños. (Nivel IIb)
n Campañas comunitarias. (Nivel Ia)
Ia – IV
3.0
Las enfermeras promocionan unos hábitos alimentarios saludables y la actividad
física en la población, la comunidad, la familia y de forma individual mediante
la planificación, implantación y evaluación de las intervenciones que están:
n Adaptadas a las fortalezas y necesidades del paciente y son (Nivel IV):
l Apropiadas para el desarrollo;
l Cultural y lingüísticamente relevantes; y
l Específicas según el sexo.
n Asequibles y accesibles. (Nivel IV)
n Enfocadas al cambio de comportamiento. (Nivel IIb)
IIb – IV
4.0
Las enfermeras potencian al máximo la efectividad de las intervenciones en el
estilo de vida mediante interacciones que son de una duración e intensidad
suficientes para lograr un cambio en el comportamiento.
Ia
5.0
Las enfermeras apoyan la lactancia materna en exclusiva hasta los seis meses
de edad.
III
*En la página 16 puede obtener más información sobre la "interpretación de la evidencia”.
13
IV
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Guía de buenas prácticas en enfermería
RECOMENDACIÓN
*NIVEL DE EVIDENCIA
6.0
Las enfermeras canadienses promocionan unos hábitos alimentarios saludables
con la guía Canada’s Food Guide to Healthy Eating y se centran en:
n Que el tamaño de las porciones sea acorde con la edad;
n Hacer hincapié en la ingesta de fruta y verdura;
n Limitar el consumo de bebidas azucaradas (p. ej. refrescos y zumos de frutas);
n Limitar el consumo de aperitivos con alto contenido en grasa y azúcar
(p. ej. patatas fritas de bolsa, patatas fritas y caramelos); y
n No saltarse el desayuno.
IV
7.0
Las enfermeras promueven unos modelos de comida sana mediante la
intervención de uno o varios de los siguientes componentes:
n Actividades en pequeños grupos;
n Establecimiento de objetivos;
n Apoyo social;
n Actividades interactivas relacionadas con la comida (p. ej. cocinar, catas); y
n Participación de la familia.
Ia
8.0
Las enfermeras canadienses fomentan el aumento de la actividad física basándose
en la guía Canada’s Physical Activity Guides for Children and Youth mediante la
intervención de uno o varios de los siguientes factores:
n Modificación del comportamiento. (Nivel Ib)
n Actividad de ocio de baja intensidad e ir aumentándola de forma gradual
hasta llegar a los niveles recomendados. (Nivel IV)
n Intervenciones continuas y repetidas. (Nivel IV)
Ib-IV
9.0
Las enfermeras promueven el descenso de las actividades sedentarias, poniendo
especial énfasis en la reducción del tiempo que los pacientes pasan viendo la
televisión, jugando a videojuegos y utilizando el ordenador con fines lúdicos.
Ib
10.0 Las enfermeras trabajan con la comunidad escolar para implantar estrategias
basadas en el colegio para la prevención de la obesidad mediante un modelo
con múltiples elementos que comprende:
n La integración en la programación de mensajes sobre un estilo de vida
saludable;
n Abogar y respaldar la implantación de la educación física diaria de calidad
impartida por profesores especializados;
n Defender y apoyar la implantación de actividades físicas diarias (incluidas
aquellas de intensidad alta);
n Utilizar métodos orientados a los jóvenes con carácter informativo y de apoyo;
n Ofrecer alternativas sanas en las cafeterías y máquinas de autoventa;
n Aumentar las oportunidades para poder realizar actividades físicas durante el
recreo y el almuerzo; y
n Constituir asociaciones y coaliciones comunitarias.
Ia
11.0 Las enfermeras apoyan un enfoque centrado en la familia para promover unos hábitos
alimentarios saludables y la actividad física.
III
12.0 Las enfermeras valoran el crecimiento físico y el desarrollo de los niños y
adolescentes mediante:
n La discusión y registro de los patrones dietéticos básicos;
n la discusión y registro de las pautas de actividad física, incluidas las
actividades sedentarias (p. ej. tiempo frente al ordenador y la televisión);
n la identificación de factores de riesgo a nivel individual y familiar en relación
con la obesidad infantil;
n la medición precisa y registro de la altura y el peso;
n el cálculo del índice de masa corporal (IMC) a partir de los dos años de edad;
n la determinación del IMC por edad según el gráfico de crecimiento infantil
del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
(U.S. Centre for Disease Control), como recomienda Health Canada; y
n la monitorización de los cambios en el IMC, los hábitos alimentarios y la
actividad física a lo largo del tiempo y anotar aquellas variaciones que
resulten importantes.
IV
.
14
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Prevención primaria de la obesidad infantil
RECOMENDACIÓN
*NIVEL DE EVIDENCIA
13.0 Las enfermeras asisten a los pacientes para que puedan acceder a los servicios
comunitarios y a las oportunidades de participación y compromiso hacia una
alimentación sana y una vida activa mediante:
n La derivación directa de los pacientes a los recursos comunitarios;
n La difusión de la información sobre los recursos comunitarios disponibles; y
n La promoción de actividades físicas de bajo coste o gratuitas (p. ej.
senderismo, andar, desplazamiento al lugar de trabajo de una forma activa y
programas subvencionados).
IIa
14.0 Las enfermeras son conscientes, derivan en, y colaboran con el profesional de
la salud que sea apropiado basándose en los hallazgos de la valoración de
enfermería.
IV
Recomendaciones para
la formación
15.0 Los programas para la formación continuada y académica en enfermería
incluyen en el plan de estudios lo siguiente:
n La obesidad infantil, los riesgos relacionados con la salud, los factores de
riesgo y los de protección (incluido el contenido de la Guía de buenas
prácticas de la RNAO sobre Prevención primaria de la obesidad infantil).
n La promoción de la salud y los principios de prevención e intervenciones
dirigidas a:
l Los comportamientos para la promoción de la salud como son la
actividad física y la comida sana;
l La prevención de la obesidad;
l La prevención de enfermedades crónicas; y
l Los determinantes de la salud (en especial, aquellos que tienen un
impacto en el riesgo de padecer obesidad y enfermedades crónicas).
n Las políticas de salud pública y el papel de las enfermeras en su desarrollo.
n Las habilidades para la investigación, incluidas:
l Búsquedas bibliográficas y revisiones;
l Valoración crítica y análisis;
l Evaluación del programa; y
l Difusión de las conclusiones de la investigación a un público variado.
n Las intervenciones centradas en el paciente y la familia (incluido el apoyo y
la orientación psicopedagógica)
IV
Recomendaciones para
la organización y
directrices
16.0 Las enfermeras abogan por y participan en una investigación de alta calidad
haciendo frente a aquellas lagunas identificadas en el conocimiento sobre la
prevención de la obesidad infantil.
IV
17.0 Las enfermeras recomiendan a las instituciones que desarrollen un plan para la
implantación basada en la evidencia e incluye:
n La evaluación de la preparación institucional y de los obstáculos para la
formación;
n El compromiso de todas aquellas personas interesadas (ya desempeñen una
función de apoyo directa o indirecta) que vayan a contribuir en el proceso
de implantación;
n La dedicación de un individuo cualificado para proporcionar el respaldo
necesario a los procesos de formación e implantación;
n Continuas oportunidades de debate y formación para reforzar la
importancia de las buenas prácticas;
n La oportunidad de reflexionar acerca de la experiencia tanto a nivel
personal como institucional en la implantación de las Guías; y
n Una cultura organizativa que apoye la práctica basada en la evidencia.
n Evaluación de la efectividad.
IV
Para este propósito, la RNAO (gracias a un equipo de enfermeras, investigadores y
gestores) ha desarrollado la Herramienta de Implantación de las Guías de práctica
clínica basadas en la evidencia disponible, perspectivas teóricas y consenso. Se
recomienda utilizar la Herramienta diseñada para guiar la implantación de la Guía
de la RNAO sobre Prevención primaria de la obesidad infantil.
15
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Interpretación de la evidencia
Niveles de evidencia
Ia Evidencia obtenida a través de metaanálisis o la revisión sistemática de ensayos aleatorizados y
controlados.
Ib Evidencia obtenida de al menos un ensayo bien diseñado, aleatorizado y controlado.
IIa Evidencia obtenida de al menos un ensayo bien diseñado sin aleatorización.
IIb Evidencia obtenida de al menos otro tipo de estudio cuasiexperimental bien diseñado, sin
aleatorización.
III Evidencia obtenida de estudios descriptivos bien diseñados, no experimentales, como son los
estudios comparativos, estudios de correlación y estudios de casos.
IV Requiere la evidencia obtenida de la opinión o los informes elaborados por un comité de expertos
y/o las experiencias clínicas de autoridades.
Responsabilidad en el desarrollo de las
Guías
La Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (RNAO), con la financiación del
Gobierno de Ontario, se ha embarcado en un proyecto plurianual de desarrollo, implantación piloto,
evaluación y difusión de Guías de buenas prácticas en enfermería. Esta guía sobre la prevención de la
obesidad infantil fue desarrollada en la quinta fase del programa de Guías de buenas prácticas por un equipo
interdisciplinar reunido por la RNAO. El equipo llevó a cabo su trabajo de forma independiente de cualquier
sesgo o influencia del Gobierno de Ontario.
16
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Objetivos y ámbito de aplicación
Las guías de buenas prácticas son documentos desarrollados de manera sistemática que ayudan a
los profesionales sanitarios y pacientes a tomar las decisiones oportunas en lo relativo a la atención sanitaria
(Field & Lohr, 1990).
Esta Guía de buenas prácticas en enfermería se centra en la Prevención primaria* de la obesidad infantil en
niños hasta los 18 años de edad. El tratamiento de la obesidad no es el objeto de interés de esta Guía. El lector
podrá observar que muchas de las recomendaciones facilitadas en esta Guía son aplicables en el tratamiento
de la obesidad infantil. Sin embargo, el nivel de evidencia que respalda cada recomendación se aplica a los
esfuerzos para la prevención en niños no obesos ni con sobrepeso, a menos que se indique lo contrario.
El propósito de esta Guía es orientar a las enfermeras que trabajan con niños y familias en diferentes ámbitos
y niveles (poblacional, familiar*, y/o personal). Las recomendaciones para la práctica* relacionadas con la
población y la familia concentran sus estrategias en el niño o adolescente para prevenir la obesidad,
procurarle unos hábitos alimentarios saludables y aumentar la actividad física. Se han identificado algunas
recomendaciones para la formación* para estimular la competencia enfermera en la prevención primaria y
en la promoción de la salud. Se han desarrollado unas Recomendaciones para la organización y directrices*
con la finalidad de tratar la importancia de un ambiente de apoyo como factor que hace posible una atención
sanitaria de alta calidad basada en la evidencia y que incluye una evaluación continua de la implantación de
la Guía.
Se insta a las enfermeras que utilicen esta Guía a:
n Participar en las actividades de enfermería para las que poseen los conocimientos adecuados,
competencia y experiencia, y para las que han recibido la formación necesaria y
n Realizar las consultas pertinentes cuando las necesidades de cuidado del usuario* sobrepasen sus
capacidades individuales o profesionales para actuar de forma independiente.
Una planificación efectiva, entrega y evaluación de los servicios sanitarios depende de un enfoque
interdisciplinario coordinado* en el que exista una comunicación efectiva entre los profesionales de la salud
y los pacientes, y donde se tengan en cuenta tanto las preferencias personales como las necesidades
especiales de cada individuo. La prevención de la obesidad infantil requiere de la acción de las enfermeras (y
de otros profesionales de la salud), en los diferentes centros y sectores sanitarios, a diferentes niveles
(población, familia, individuo) y utilizando diversas intervenciones. Una vez reconocida la complejidad del
tema, la variedad de pacientes y la amplia gama de intervenciones potenciales, esta Guía basa sus
recomendaciones en un marco ecológico*. Véase la Figura 1 de la página 23.
* Los términos marcados en cursiva y con un asterisco se encuentran en el glosario del Anexo A.
17
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Proceso de desarrollo
En enero de 2004, un equipo interdisciplinar de expertos en infancia y en la práctica clínica familiar y
comunitaria, promoción de la salud*, salud poblacional, formación, e investigación en centros
institucionales, comunitarios y académicos fue reunido bajo los auspicios de la RNAO. De entrada, el equipo
estableció el ámbito de la Guía mediante un proceso de discusión y consenso. En concreto, este equipo
decidió centrarse en la prevención primaria de la obesidad infantil desde la perspectiva de la población, la
comunidad y el niño o la familia.
Para ayudar en la fase de desarrollo del proyecto, se llevó a cabo una búsqueda inicial de la literatura científica
utilizando términos amplios. Asimismo se realizó una búsqueda de guías prácticas ya existentes, relacionadas
con la prevención de la obesidad infantil. Los detalles de esta búsqueda estructurada están descritos en el
Anexo B. Las guías existentes fueron seleccionadas rigurosamente de acuerdo con los criterios siguientes:
n actual: cuya fecha no sea anterior a 1997;
n relevante: específicamente relativa a la prevención primaria de la obesidad infantil y el campo establecido
por el equipo para esta Guía de buenas prácticas;
n basada en la evidencia: desarrollada con rigor utilizando métodos sistemáticos para evaluar la
metodología;
n disponible y accesible para su recuperación; y
n publicada en inglés.
Las cinco guías que se mencionan a continuación fueron identificadas y evaluadas de forma crítica utilizando
la Herramienta para investigación y evaluación de guías (Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation
Instrument, AGREE por sus siglas en inglés). (Agree Collaboration, 2001):
1. Centres for Disease Control and Prevention (1997). Guidelines for school and community programs
to promote lifelong physical activity among young people. [Electronic version] Disponible en:
http://www.cdc.gov/mmr/preview/mmwrhtml/oo46823.htm
2. National Health & Medical Research Council (2003). Clinical practice guidelines for the management
of overweight and obesity in children and adolescents. [Electronic version] Disponible en:
http://www.obesityguidelines.gov.au
3. Nutrition and Physical Activity Work Group (2002). Guidelines for comprehensive programs to promote
healthy eating and physical activity. [Electronic version] Disponible en:
http://www.astphnd.org/programs/guidelines.htm
4. Scottish Intercollegiate Guidelines Network (2003). Management of obesity in children and young
people. [Electronic version] Disponible en: http://www.sign.ac.uk/pdf/sign69.pdf
5. Weight Realities Division of the Society for Nutrition Education (2003). Guidelines for childhood
obesity prevention programs: Promoting healthy weight in children. [Electronic version] Disponible
en: http://www.sne.org/Chi_Obesity.pdf
18
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Los resultados de la búsqueda bibliográfica y la revisión se utilizaron para informar de los antecedentes de
este documento y la metodología para el desarrollo de esta Guía. Tras una meticulosa revisión, el equipo
observó que las guías publicadas que centraban su atención en la prevención primaria de la obesidad infantil
eran limitadas. Decidieron examinar las revisiones sistemáticas existentes en la literatura sobre estrategias de
intervención en la prevención primaria de la obesidad infantil. El equipo buscó revisiones sistemáticas* de
alta calidad sobre la prevención de la obesidad infantil y la promoción de comida saludable y el ejercicio
físico. El equipo evaluó las revisiones utilizando la herramienta de evaluación de la calidad del proyecto para
la práctica efectiva en la salud pública (Effective Public Health Practice Project, EPHPP por sus siglas en
inglés) para revisiones sistemáticas (Anexo C) con indicaciones de uno de los miembros del equipo que tiene
una gran experiencia en la realización de revisiones sistemáticas. Las revisiones calificadas como de calidad
alta o media se utilizaron en el desarrollo de las recomendaciones iniciales y para respaldar la discusión de la
evidencia. En el Anexo D se puede encontrar la lista de las revisiones sistemáticas iniciales que fueron
analizadas de forma crítica. Los miembros del equipo desarrollaron una serie de recomendaciones basadas
en la evidencia disponible y realizaron el borrador de la guía con el consenso* alcanzado.
Este borrador inicial fue evaluado críticamente por dos revisores independientes antes de su publicación
utilizando el instrumento AGREE (AGREE Collaboration, 2001). No se realizó ninguna modificación tras esta
revisión. El borrador inicial se compartió con un grupo de colaboradores externos. Los agradecimientos a este
grupo de revisores se expresan al principio del documento. Se plantearon unas preguntas específicas a los
colaboradores externos sobre las que aportar sus comentarios, así como la oportunidad de ofrecer su
asesoramiento e impresiones generales. El equipo de desarrollo recogió y revisó los resultados. La discusión
y el consenso tuvieron como resultado la revisión del borrador antes de su publicación.
Antecedentes
Varios informes destacados han identificado la obesidad
como un problema de salud
pública en aumento (Government of Ontario, 2004; Institute of Medicine [IOM], 2004). La obesidad* ha
alcanzado unas dimensiones epidémicas tanto a nivel local como mundial (Government of Ontario, 2004;
IOM, 2004; World Health Organization [WHO], 2003). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que
a nivel mundial más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso*, de las cuales al menos 300
millones son clínicamente obesas. En Ontario, casi el 50% de la población adulta tiene sobrepeso o es obesa
(Canadian Population Health Initiative [CPHI], 2004). Además, entre el 15-20% de los jóvenes de Ontario (de
entre 12 y 15 años) tienen sobrepeso o son obesos, según una encuesta de la Comunidad de salud de Canadá
(Canadian Community Health Survey, 2000). Desde el año 1985 hasta el 2000, más de 57.000 muertes en
Canadá se atribuyeron al sobrepeso y la obesidad (Katzmarzyk & Ardern, 2004).
Hay una evidencia sólida de que el número de niños canadienses con sobrepeso u obesos está aumentando
a un ritmo vertiginoso (Tremblay & Willms, 2000; Willms, Tremblay, & Katzmarzyk, 2003). Entre 1981-1996, el
número de niños canadienses obesos (entre 7-13 años) se triplicó (Tremblay & Willms, 2000). Aún así, y dado
que los datos son limitados y están basados en autoinformes de altura y peso o en informes de los padres, es
difícil estimar la extensión del problema entre los niños de Ontario.
19
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Dichas tasas en incremento evidencian en particular cuales son las consecuencias inmediatas y a largo plazo
asociadas a la obesidad infantil (Buschbacker & Barlow, 2002; Health Canada, 2003; IOM, 2004; Jonides,
Lobstein, Baur, & Uauy, 2004), y están resumidas en la Tabla 1.
Tabla 1: Consecuencias físicas, sociales y emocionales de la obesidad en la
salud de niños y adolescentes
Físicas
Metabólicas
Intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina
Diabetes tipo II
Dislipemia
Síndrome de ovario poliquístico
Menstruación irregular
Cardiovasculares
Hipertensión
Hipertrofia ventricular izquierda
Aterosclerosis precoz
Pulmonares
Apnea obstructiva del sueño
Asma
Gastroenterológicas
Esteatohepatitis no alcohólica (EHNA)
Colelitiasis
Musculoesqueléticas
Pérdida de equilibrio
Dolor articular
Dolor de espalda
Desplazamiento de la epífisis femoral
Enfermedad de Blount
Emocionales
Bajo autoestima
Depresión
Sociales
Aumento del estigma social
Burlas y otras formas de acoso
Marginación social. Discriminación
Conductas de riesgo (p. ej. consumo de tabaco, alcohol y
otras drogas)
En una muestra realizada entre la población de niños obesos (5-10 años) (Freedman, Dietz, Srinivasan, &
Berenson, 1999), aproximadamente el 60% de los sujetos de estudio tenían al menos un factor de riesgo de
padecer una enfermedad cardiovascular. Los factores de riesgo incluían tasas elevadas de colesterol total,
triglicéridos, insulina y tensión arterial. Además, el 25% tenía dos o más de los factores de riesgo
mencionados. La obesidad está asociada con el síndrome metabólico, la osteoartritis, algunos tipos de
cáncer, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares (IOM, 2004). Una de las principales preocupaciones
es el número cada vez mayor de adolescentes que padecen diabetes tipo II, una enfermedad que
anteriormente solo se asociaba a personas adultas. La obesidad y el sobrepeso en la adolescencia se asocian
con un aumento del riesgo de todas las causas de mortalidad, mortalidad cardiovascular y otro tipo de
impactos más generales sobre la salud 55 años más tarde (Must, Jacques, Dallal, Bajema, & Dietz, 1992; Must
& Strauss, 1999). Los niños con sobrepeso y obesidad tienen mayor riesgo de llegar a ser adultos con
sobrepeso, especialmente cuando la obesidad está presente en la adolescencia (Dietz & Gortmaker, 2001;
Freedman, Khan, Dietz, Srinivasan, & Berenson, 2001; Story, 1999).
20
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Prevención primaria de la obesidad infantil
La obesidad en la infancia y en la adolescencia también pueden tener efectos adversos en los resultados
sociales, académicos y económicos en la infancia y la edad adulta (Gortmaker, Must, Perrin, Sobol, & Dietz,
1993; IOM, 2004; Must et al., 1992). Los niños y los jóvenes obesos y con sobrepeso están en riesgo de
desarrollar serias consecuencias de salud sociales y emocionales relacionadas con su peso. La sociedad actual
estigmatiza a las personas con obesidad. Estos estigmas, a su vez, pueden derivar en vergüenza, sentimiento
de culpa y una baja autoestima que puede afectar de forma negativa al ámbito académico y social tanto en la
actualidad como en la edad adulta (IOM, 2004, Lobstein et al., 2004).
Además, los costes asociados con el tratamiento de la obesidad y con la enfermedad se convierten en una
carga creciente para nuestro sistema sanitario. Katzmarzyk y Janssen (2004) realizaron un metaanálisis
basado en estudios de prevalencia para estimar los costes económicos de la inactividad física y la obesidad en
Canadá. Estos autores hallaron que la carga económica de la obesidad en 2001 en Canadá fue de 3,22 mil
millones de euros, de los cuales 1,2 mil millones se atribuyeron a costes directos y 2,02 mil millones a costes
indirectos. Las consecuencias de la inactividad física en sí representan 1,95 mil millones o el 2,6% del total de
los costes sanitarios en Canadá en 2001.
Factores de riesgo
El aumento de la tasa de obesidad durante la infancia está influenciado por varios elementos de lo que se ha
descrito como ambiente obesogénico* (aquel que promueve un estilo de vida sedentario o menos activo y un
exceso en el consumo de comida en general y, en particular, un mayor consumo de comida con alto
contenido en grasa y calorías). Entre estos elementos podemos incluir (Lobstein et al., 2004; Kumanyika, Jeffery,
Morabia, Ritenbaugh, & Antipatis, 2002; Young & Nestle, 2002):
n
n
n
n
n
n
n
n
n
Más marketing y anuncios sobre comida;
Raciones de comida más abundantes (p. ej., "tamaño súper");
Aumento del consumo de comidas en restaurantes y comida rápida (asociado con un mayor contenido
calórico y más grasas, un menor valor en nutrientes, porciones más grandes y una información nutricional
escasa) debido a la reducción del tiempo disponible que experimentan las familias de hoy en día.
Un mayor consumo de comida muy energética con contenido elevado en azúcares y grasas, como las
patatas de bolsa, las patatas fritas y los caramelos;
Incremento del tiempo que pasan los niños haciendo una vida sedentaria (p. ej. viendo la televisión, con
el ordenador o con los videojuegos);
El diseño de las comunidades que incita al uso del coche en lugar de ir andando o en bicicleta;
Disminución de las formas activas para ir y volver del colegio (y a otros lugares de la comunidad);
Reducción de las oportunidades para participar en las clases de educación física del colegio (como
resultado de la disminución del apoyo económico para la educación pública y las prioridades académicas
competentes); y
Recorte del tiempo de recreo y las comidas y, por tanto, disminución del tiempo disponible para las
actividades físicas y las comidas sanas.
Numerosos estudios confirman que cuando los padres son obesos, el riesgo de que sus hijos padezcan una
obesidad persistente se triplica (Fuentes, Notkola, Shemeikka, Tuomilehto & Nissinen, 2002; Mo-suwan,
Tongkumchum & Puetpaiboon, 2000; Whitaker, Wright, Pepe, Seidal & Dietz, 1997). Las causas monogénicas
(un solo gen) de la obesidad se están describiendo con una frecuencia cada vez mayor; sin embargo, esta
conexión con la obesidad familiar, sigue representando solo una minoría de los niños obesos (O’Rahilly,
Farooqi, Yeo, & Challis, 2003). Desde la perspectiva de la prevención, es más importante percibir que los
patrones de estilos de vida relacionados con la nutrición y el ejercicio físico se desarrollan en el contexto de
21
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Guía de buenas prácticas en enfermería
la familia. Los perfiles de ingesta alimentaria y grasas así como los (Oliveria, Ellison, Moore, Gillman, Garrahie
& Singer, 1992) de actividad física (Moore et al., 1991; Perusse, Tremblay & Leblanc, 1988) en los niños reflejan
muy bien los de sus padres. La actividad física en preescolar puede relacionarse con el IMC de los
padres(Finn, Johannsen, & Specker, 2002). La actividad física reducida y una conducta cada vez más
sedentaria en la niñez están asociadas con altos niveles de sobrepeso y obesidad (Tremblay & Willms, 2003).
Las tasas de sobrepeso y obesidad también varían según los ingresos de la familia. En 1998-1999, los niños de
entre 2 y 11 años procedentes de familias con unos bajos ingresos eran 1,5 veces más propensos a ser obesos
en comparación con los niños de su edad más acomodados (FPT Advisory Committee on Population Health
Statistical Report on the Health of Canadians, 1999; Statistics Canada, 2002a). Sigue estando clara la
importancia de una serie de factores de riesgo adicionales en el desarrollo de sobrepeso durante la infancia
entre los que se incluye la diabetes gestacional (Pettitt, Aleck, Baird, Carraher, Bennett, & Knowler, 1998;
Pettitt, Bennett, Saad, Charles, Nelson, & Knowler, 1991; von Kries, Kimmerle, Schmidt, Hachmeister, Bohm,
& Wolf, 1997), y que la madre fume durante el embarazo, (von Kries, Toschke, Koletzko, & Slikker, 2002;
Wideroe, Vik, Jacobsen, & Bakketeig, 2003) un menor crecimiento del feto (Ravelli, Der Meulen, Osmond,
Barker, & Bleker, 1999), y el uso de lactancia artificial (Gillman, Rifas-Shiman, Camargo, Berkey, Frazier,
Rockett, et al., 2001; Kramer, 1981; Parsons, Power, & Manor, 2003; von Kries, Koletzko, Sauerwald, von
Mutius, Barnert, Grunert, et al., 1999) en el desarrollo de sobrepeso durante la infancia.
Conocer los factores de riesgo para el desarrollo de la obesidad durante la infancia y la adolescencia puede
ayudar a la detección precoz y a centrar los esfuerzos de prevención. Estos factores de riesgo pueden estar
presentes en diferentes niveles: poblacional, comunitario, familiar o individual.
Marco ecológico
Para decirlo de una forma sencilla, la obesidad es el resultado de un desequilibrio energético*. La obesidad y
el sobrepeso tienen lugar cuanto la ingesta de energía (calorías consumidas con la comida y la bebida) excede
al gasto energético (calorías quemadas con la actividad física). Mientras que parece que la solución para la
prevención de la obesidad es el restablecimiento del equilibrio en la ecuación energética a nivel individual,
existe una interacción mucho más compleja entre las personas y sus entornos que debe ser examinada a nivel
poblacional.
La mayor parte de la investigación realizada hasta la fecha que analiza los determinantes de la obesidad en la
infancia se centra en el individuo. Sin embargo la complejidad de los factores que influyen en el desarrollo del
sobrepeso y la obesidad en la infancia a nivel individual, familiar y poblacional sugiere que los esfuerzos para
una prevención efectiva deben ir dirigidos a intervenciones que afecten a la ingesta nutritiva y a la actividad
física en cada uno de estos niveles. Por lo tanto, las estrategias para la prevención recomendadas en esta Guía
se basan en un marco ecológico*, que contempla al niño y a la familia como el centro de una espiral que se
extiende para incluir al colegio, a la comunidad e influencias más generales a nivel corporativo y
gubernamental (véase la Figura 1). Se eligió una espiral para mostrar las influencias interactivas y
multidireccionales en cada nivel, las cuales, en última instancia, influyen a la familia y al niño que se sitúan
en el centro de la misma. De acuerdo con este marco, el término usuario* se utilizará para referirse tanto al
individuo, como a la familia, comunidad o población con los que la enfermera, o el grupo de enfermeras,
trabajará en la campaña para la prevención.
22
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Figura 1. Marco ecológico para la prevención de la obesidad infantil
Desarrollado por el equipo de la RNAO.
Referencias bibliográficas: Kumanyika et al. 2002; Lobstein et al., 2004.
Limitaciones de la evidencia
La obesidad infantil es un tema emergente cuyo conocimiento en materia de prevención se encuentra todavía
en desarrollo. La revisión de las guías de práctica existentes y las publicaciones relacionadas con la
prevención de la obesidad en la infancia revelaron un número limitado de evidencia de alta calidad para
conducir el desarrollo de recomendaciones para las buenas prácticas. A continuación se citan varios ejemplos
específicos sobre las limitaciones de la evidencia.
Esta Guía trata la prevención primaria de la obesidad durante la infancia; es decir, centra sus esfuerzos en
evitar que los niños que no tienen sobrepeso lleguen a ser obesos. No obstante, la mayoría de las
publicaciones describen intervenciones llevadas a cabo en los colegios y que estaban dirigidas tanto a niños
con sobrepeso como a aquellos que gozaban de buena salud. La definición de "sobrepeso" y "obeso" varían
entre los EE. UU. y Canadá así como en diferentes estudios de investigación, lo que complica el análisis de los
datos. Además, las revisiones sistemáticas publicadas hasta la fecha han observado varias limitaciones
metodológicas que tienen un impacto sobre la calidad de la evidencia (Campbell, Waters, O’Meara, Kelly &
Summerbell, 2002). Estas limitaciones incluyen:
n Datos limitados a nivel poblacional;
n Tamaño muestral pequeño;
n Falta de resultados a largo plazo;
n Escasez de estudios relacionados con las influencias socioeconómicas, de género y culturales;
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Guía de buenas prácticas en enfermería
n
n
n
n
n
n
n
Variabilidad en la medición de los resultados relacionados con el impacto de las intervenciones en la obesidad,
la actividad física y la comida saludable;
Limitación de la evidencia relacionada con el cambio de conducta más que con el conocimiento o el desarrollo
de una actitud;
Escasez de datos relacionados con la efectividad de los cambios ambientales, incluida la política y la
legislación;
Insuficiencia de datos sobre la evaluación del programa;
Falta de una base teórica explícita;
Falta de evidencia directamente relacionada con la práctica enfermera; y
Base de la evidencia poco sólida sobre el impacto de las desigualdades sanitarias sobre la obesidad.
A pesar de estas limitaciones y la variación en los resultados del estudio, esta Guía proporciona la mejor
evidencia disponible hasta la fecha para orientar la práctica enfermera. De acuerdo con el proceso de revisión
y actualización de las guías de la RNAO, esta Guía se actualizará cada tres años. El proceso de revisión y
actualización viene explicado más adelante (véase la página 48 de la Guía). Esta Guía y las recomendaciones
que la acompañan ofrecen a las enfermeras un marco con el que dirigir la prevención de la obesidad infantil.
Esta Guía de buenas prácticas será reforzada cuando la nueva evidencia esté disponible.
Implicaciones para enfermería
La obesidad infantil está asociada con consecuencias desmesuradas para la salud y costes para la sociedad.
Se requiere de una acción inmediata para reducir o invertir esta tendencia tan alarmante. Los programas
dirigidos al tratamiento de niños y adultos con sobrepeso u obesidad no han tenido mucho éxito (Zhang &
Wang, 2004). Para conseguir un mayor impacto en los costes económicos y sanitarios asociados con la
obesidad, hay que prestar más atención a las estrategias de prevención.
Las enfermeras trabajan en diferentes ámbitos de la salud y centros comunitarios que ofrecen numerosas
oportunidades para la promoción de la salud y la prevención de la obesidad. Desempeñan un papel muy
importante en la colaboración con otros profesionales de la salud, comunidades y gobiernos para hacer
frente a este serio problema de salud pública. Las recomendaciones para la intervención de las enfermeras, y
de acuerdo con el marco ecológico, se facilitan para guiar a las enfermeras en las prácticas tanto a nivel
poblacional como escolar, familiar e individual.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Recomendaciones para la práctica
Las siguientes recomendaciones para la práctica están organizadas de acuerdo con el marco ecológico
descrito previamente. Por lo tanto, a las recomendaciones generales les siguen aquellas dirigidas a la
comunidad, al colegio, a la familia y a los individuos, en este orden. A las recomendaciones para la práctica
les siguen unas recomendaciones relacionadas con la formación enfermera y el desarrollo organizativo o
normativo.
Esta Guía presenta recomendaciones con sus correspondientes niveles de evidencia. Como se indica en el
documento, en algunas de las recomendaciones, estos niveles de evidencia se relacionan directamente con la
prevención de la obesidad. En otros casos, sin embargo, estos niveles están relacionados con la evidencia de
las intervenciones dirigidas al cambio de conducta en lo que respecta a la actividad física y los hábitos
alimentarios saludables. Creemos que estos cambios de conducta tendrán como resultado la reducción de la
obesidad, sin embargo, la evidencia sostiene que esta creencia no existe todavía. Cuando el cambio de
conductas en relación a la actividad física y/o a los hábitos alimentarios saludables posee un nivel de
evidencia elevado (Niveles I o II), el equipo ha establecido que le corresponda un Nivel IV de evidencia para
la prevención de la obesidad.
En muy pocos casos, la evidencia está directamente relacionada con la efectividad de las intervenciones
llevadas a cabo por las enfermeras. No obstante, es razonable suponer que las enfermeras cualificadas
pueden realizar estas intervenciones. Por lo tanto, las implicaciones para la práctica enfermera todavía se
pueden extraer de la evidencia.
Recomendación 1.0
Las enfermeras fomentan el hábito alimentario saludable y el ejercicio físico durante todo el ciclo vital,
desde los primeros años de vida.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
La prevención primaria de la obesidad y el sobrepeso debe comenzar desde los primeros años de la infancia
(The Center for Weight and Health, 2001). De hecho, en una revisión dirigida por Dobbins, Lockett, Michel,
Beyers, Feldman, Vohra y Micucci (2001) se halló evidencia de que los niños son más susceptibles a obtener
resultados que promueven un cambio en la conducta que los adolescentes. Una revisión de la literatura
científica relacionada con el sobrepeso en pediatría (The Center for Weight and Health, 2001) propone que
las intervenciones para mejorar la nutrición y la actividad física en los niños debe proporcionar beneficios
inmediatos tales como:
n Mejoras en la salud adulta;
n Modificar los riesgos de enfermedad crónica en la infancia, de ese modo disminuyen las tasas y riesgos
en los adultos; y
n Modificar las conductas de salud de los niños, lo que llevará a una mejora y sostenibilidad de esas
conductas en la edad adulta y a su vez reducirá los riesgos de padecer toda una serie de enfermedades
crónicas.
Se anima a las enfermeras a que fomenten, en los diferentes centros de práctica clínica, un estilo de vida
saludable para reducir los riesgos y el impacto que tienen el sobrepeso y la obesidad en la salud (International
Council of Nurses, 2000). Más que poner énfasis en el peso corporal, las enfermeras pueden ayudar a los
pacientes a establecer unos objetivos de salud relacionados con la actividad física y unos hábitos alimentarios
saludables. La promoción de una alimentación sana y una vida activa entre todos los niños,
independientemente de su talla o forma, tiene la capacidad de optimizar una buena salud y reducir al mínimo
los prejuicios contra las personas de gran tamaño (McVey, 2004, personal communication).
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Guía de buenas prácticas en enfermería
En una revisión sistemática sobre intervenciones para el fomento de la actividad física y la prevención de la
obesidad en niños y jóvenes, los autores Thomas, Ciliska, Wilson-Abra, Miccuci, Dobbins y Dwyer (2004)
descubrieron alguna evidencia, aunque limitada, en lo que se refiere al impacto de las intervenciones para la
prevención de la obesidad, la promoción de la nutrición y el fomento de la actividad física en resultados
relacionados con trastornos alimentarios. Por ejemplo, una mayor atención en la imagen corporal conduce a
las personas con sobrepeso a una mayor insatisfacción con su cuerpo. Por lo tanto, las intervenciones se
deben planear con sumo cuidado para que los esfuerzos por fomentar una comida sana, el ejercicio físico y
un peso saludable no tengan un impacto perjudicial sobre la imagen de uno mismo y el desarrollo de
conductas o actitudes relacionadas con trastornos alimentarios y/o la creación de estigmas (Thomas et al.,
2004). Además, las intervenciones deben ser evaluadas y las medidas de resultados deben incluir indicadores
de la imagen de uno mismo y formas de proceder para controlar el peso. En el Anexo E hay una lista de
recursos para promover la comida sana y el ejercicio físico entre los pacientes a nivel poblacional, escolar,
familiar e individual.
Recomendación 2.0
Las enfermeras abogan por unas políticas sobre salud pública que incluyan:
n monitorización y vigilancia de los datos a nivel poblacional teniendo en cuenta: Nivel IV
l
La nutrición;
l
La actividad física; y
l
Las medidas de adiposidad incluyendo el estatus de obesidad y sobrepeso.
n Diseño comunitario saludable. Nivel IV
n Políticas escolares para la promoción de la salud. Nivel IIb
n Legislación que limite la cantidad de publicidad dirigida a los niños. Nivel IIb
n Campañas en comunidades. Nivel Ia
Discusión de la evidencia
Se requieren cambios en la política pública para crear ambientes que promuevan unos hábitos alimentarios
saludables y la actividad física. Los cambios de directrices pueden potenciar un entorno en el que las
opciones saludables sean simples, accesibles y asequibles. El informe estadounidense de la Dirección General
de Salud Pública sobre obesidad y sobrepeso (2001) (The U.S. Surgeon General’s Report on overweight and
obesity) indica que las modificaciones ambientales brindan la mejor oportunidad para la prevención de la
obesidad. Los modelos ecológicos, como el propuesto en esta Guía, orientan a las enfermeras cuando tienen
que tomar parte en la promoción de conductas saludables en múltiples niveles y con un máximo impacto
(Raine, 2004). Dichas directrices necesitan financiación gubernamental en todos los niveles. Para respaldar a
las enfermeras en estas actividades de promoción de la salud, la RNAO ha desarrollado una Herramienta de
acción política e información (1999). Para más información sobre este recurso, véase el Anexo E. Las
enfermeras pueden ayudar en la creación de un entorno "no-obesogénico" mediante la defensa y la
participación en el desarrollo de directrices en las áreas siguientes:
n Datos en cuanto a la vigilancia epidemiológica;
n Diseño de la comunidad;
n Políticas escolares para la promoción de la salud;
n Legislación que limite la cantidad de publicidad dirigida a los niños; y
n Campañas a nivel comunitario.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Datos de vigilancia epidemiológica
Hay muy poca documentación en Canadá sobre la alimentación de los niños y los niveles de actividad física.
Además, en Canadá, el seguimiento del peso corporal y la altura se limita al autoinforme. Dadas estas
limitaciones sobre el conocimiento de la obesidad y los factores asociados en niños y jóvenes, Raine (2004)
reclama un sistema de vigilancia integral y coordinado en Canadá para monitorizar:
n Las tasas de obesidad basadas en medidas exactas, costes asociados a la obesidad e impacto de las
intervenciones;
n La ingesta de comida y el estado nutricional de la población canadiense; y
n Los niveles de actividad física de los canadienses.
Este sistema necesitaría incluir en estas áreas medidas validadas y fiables para niños y jóvenes.
Diseño de la comunidad
En Canadá, tanto el diseño de la comunidad como el transporte han sido identificadas como dos piezas clave
para la prevención de la obesidad (Canadian Population Health Initiative [CPHI] of the Canadian Institute for
Health Information [CIHI] and the Institute of Nutrition, Metabolism and Diabetes [INMD] of the Canadian
Institutes of Health Research [CIHR], 2003). Del mismo modo, la Asociación americana de salud pública
(APHA por sus siglas en inglés) y el Instituto americano de medicina (IOM por sus siglas en inglés) señalaron
estas áreas como clave para una aproximación de la población a la prevención de la obesidad.
La expansión urbana descontrolada crea comunidades que incitan al uso del coche y no fomentan el uso de
la bicicleta o caminar (Raine, 2004). Un estudio ecológico transversal americano mostró que a medida que la
expansión urbana descontrolada aumenta, la obesidad es mayor y las probabilidades de hacer ejercicio físico
disminuyen (Ewing, Schmid, Killingsworth, Zlot, & Raudenbush, 2003).
Basándose en las conclusiones de la investigación y las recomendaciones de los informes de Canadá y EE.
UU. (CPHI, 2004; IOM, 2004), los cambios en las políticas pueden hacerse para ayudar a crear un ambiente de
apoyo para la prevención de la obesidad. ¿Qué pueden hacer las enfermeras? Pueden abogar por unas
políticas y otras iniciativas que exijan:
n Una revisión de las ordenanzas municipales para determinar si fomentan o no la actividad física en el
vecindario y en la comunidad en general;
n Unos cambios en las leyes de zonificación y requisitos para el uso del terreno que incluyan: uso mixto de
la tierra, accesos peatonales seguros a los colegios, centros comunitarios y tiendas; construcciones
adecuadas de carril bici y aceras; y la reserva de algunas zonas peatonales en el centro y libres de coches;
n La ampliación de las oportunidades para las actividades físicas, incluidas zonas recreativas, parques,
columpios, aceras, carril bici, rutas para andar o ir en bicicleta al colegio, y calles y vecindarios seguros,
especialmente en poblaciones de alto riesgo;
n La priorización de las inversiones de capital en proyectos de mejora dependiendo de cómo influyan en la
creación de más oportunidades para participar en actividades físicas;
n La creación de calles que faciliten su uso a peatones y ciclistas y la instauración de medidas para
tranquilizar el tráfico;
n La mejora de la seguridad de las calles, aceras y cruces ya existentes en la ruta hacia el colegio; y
n La construcción de colegios en un radio de distancia accesible a pie o en bicicleta desde vecindario al que
pertenezcan.
Es importante remarcar que el diseño de la comunidad centrado en la prevención de la obesidad debe
aplicarse tanto a comunidades rurales, como urbanas o suburbanas. Las enfermeras pueden sensibilizar a
políticos, promotores inmobiliarios y consumidores para que tengan en cuenta la importancia de la relación
entre el diseño urbano y la obesidad.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Políticas escolares para la promoción de la salud
El grupo de trabajo del Centro de control de enfermedades en los servicios comunitarios de prevención
(Center for Disease Control (CDC) Task Force on Community Preventative Services) (2001), basado en una
revisión sistemática de las intervenciones comunitarias para aumentar la actividad física, recomienda
encarecidamente unos programas de educación física basada en los colegios como una medida efectiva para
incrementar la actividad física, el gasto energético y la capacidad aeróbica. En una revisión sistemática de la
efectividad de los programas para el aumento de la actividad física y la prevención de la obesidad en niños y
adolescentes, Thomas y otros colegas (2004) determinaron que la cantidad de ejercicio físico que los
estudiantes hacían durante la clase estaba asociada con las calificaciones de los profesores. Aquellos
estudiantes que tenían como profesor a un especialista en educación física participaban en más actividades
físicas que aquellos cuyos profesores eran los mismos que les daban otras clases o con una formación
adicional. Tres estudios citados en esta revisión detectaron que las clases adicionales de actividad física
venían asociadas a una mejora en los resultados. Los resultados de la misma revisión indicaban que,
basándose en las conclusiones de estudios observacionales, pocos niños iban andando al colegio, perdiendo
con ello una oportunidad muy valiosa para incluir la actividad física en su día a día. Asimismo, la revisión de
Thomas apuntó que la ingesta de nutrientes de los estudiantes se podría modificar mediante la alteración de
la fuente alimentaria (p. ej. cafeterías, máquinas expendedoras).
Por consiguiente, para prevenir la obesidad en niños y adolescentes, las enfermeras pueden abogar por, y
participar en el desarrollo de políticas del colegio y del consejo escolar que:
n Protejan y promocionen las clases de educación física para todos los estudiantes desde el jardín de infancia
hasta 2º de bachillerato;
n Exijan la implicación de especialistas en educación física para dar las clases;
n Promocionen la venta y el consumo de comida sana en los colegios (p. ej. cafeterías, máquinas
expendedoras y programas de almuerzos); y
n Fomenten un transporte activo hacia y desde el colegio.
Las enfermeras podrían intervenir también para que estas directrices se extiendan más allá de los colegios
para incluir otros lugares de la comunidad como los centros de día, asociaciones comunitarias y otras
instalaciones para el ocio.
Legislación que limite la cantidad de publicidad dirigida a los niños
Hay evidencia que sugiere una relación entre los anuncios de comida dirigidos a niños y una mayor ingesta
de esta. De hecho, varios países europeos han introducido una legislación que prohíbe los anuncios cuyo
objetivo son los niños (Dietz, Bland, Gortmaker, Molloy, & Schmid, 2002; Henry J. Kaiser Family Foundation, 2004; Lewis &
Hill, 1998; Tschannen-Moran, Lewis, & Farrell, 2004).
Un estudio en Nueva Zelanda (Wilson, Quigley, & Mansoor, 1999) analizó 269 anuncios durante 42 horas de
programas de televisión grabados para niños. Los resultados indicaron que las elecciones de comida que se
promocionaban eran aquellas asociadas con un aumento del riesgo de obesidad en niños. Un estudio
estadounidense monitorizó 91 horas de retransmisión en cuatro canales de televisión diferentes y se
comprobó que los anuncios de aperitivos dirigidos a los niños representaban el 60% del total de anuncios
(Lewis & Hill, 1998). Otro estudio sobre el impacto que tienen los anuncios de televisión en los niños utilizó
medidas de reconocimiento de anuncios e ingesta de comida en 42 niños de entre 9 y 11 años y concluyó que
el estar expuesto a los anuncios de comida fomentaba el consumo de esta (Halford, Gillispie, Brown, Pontin,
& Dovey, 2003). Se ha indicado que tomar un tentempié delante de la televisión puede llevar a comer de más
porque uno no se da cuenta de la cantidad de comida consumida (French, Story, & Jeffery, 2001).
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Campañas comunitarias
Existe una sólida evidencia que sugiere que la implantación de campañas comunitarias de salud pública es
una estrategia efectiva para promover unos hábitos alimentarios saludables y la actividad física (CDC, 2001;
Raine, 2004).
Se necesita investigar futuras directrices y las ya existentes para determinar su efectividad y añadirlas al
cuerpo de conocimientos relacionados con la prevención de la obesidad (Raine, 2004).
Recomendación 3.0
Las enfermeras fomentan unos hábitos alimentarios saludables y la actividad física entre la
población, la comunidad, la familia y a nivel individual mediante la planificación, implantación y
evaluación de las intervenciones que están:
n Adaptadas a los puntos fuertes y necesidades del paciente y son: Nivel IV
l
Apropiadas para el desarrollo;
l
Cultural y lingüísticamente relevantes; y
l
Específicas según el sexo.
n Asequibles y accesibles. Nivel IV
n Enfocadas al cambio de comportamiento. Nivel IIb
Discusión de la evidencia
Los trabajos de investigación publicados hasta la fecha no han encontrado un grupo específico de
intervenciones que sean efectivas en la prevención de la obesidad infantil (CIHI, 2003; Thomas et al., 2004).
Sin embargo, hay algunas tendencias en la literatura que ofrecen alguna evidencia de intervenciones que han
tenido éxito.
La eficacia de la participación de los padres en las intervenciones destinadas a mejorar la actividad física y la
prevención de la obesidad se halló combinada en una revisión sistemática (Thomas et al., 2004). No obstante,
las familias proporcionaron el entorno principal para un estilo de vida saludable (Baranowski, Cullen, Nicklas
& Thompson, 2002). De este modo, mostraron la base para un estilo de vida saludable que incluye conductas
relacionadas con una comida sana y actividad física. Los padres son ejemplos para sus hijos y como tal, deben
involucrarse en las estrategias de prevención (Baranowski et al., 2002).
Los modelos basados en la intervención en los colegios tienen posibilidad de éxito porque: i) posibilitan el
contacto a un gran número de niños durante varios años; ii) pueden influir en la nutrición ya que
generalmente los niños y niñas hacen al menos una comida en el colegio; y iii) ofrece oportunidades para el
desarrollo de actividades físicas (Baranowski et al., 2002; Micucci, Thomas, & Vohra, 2002).
Varias revisiones concluyeron que es necesario desarrollar y evaluar intervenciones específicas según el sexo
y culturalmente apropiadas (Ammerman, Lindquist, Lohr & Hersey, 2002). Thomas y otros colegas (2004)
averiguaron que algunos estudios informaban de que las intervenciones habían sido efectivas en algunos
grupos de la población y en otros no (p. ej. para chicas sí y para chicos no). Por consiguiente, se requieren
intervenciones con un objetivo específico, aunque se deben realizar evaluaciones y otros estudios para
determinar la eficacia de dichas intervenciones específicas.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Una revisión sistemática (Yancey et al., 2004) sobre intervenciones dirigidas a comunidades cuya población
pertenece a una etnia específica informó de que estos estudios ponían especial énfasis en involucrar a las
comunidades y formar coaliciones desde el comienzo del estudio. Menos de la mitad de los 23 estudios
recuperados para la revisión incluían resultados de la evaluación. Los efectos estadísticamente significativos
fueron pocos y modestos y los autores de este estudio identificaron una necesidad crítica de métodos
mejorados de evaluación, una mayor vigilancia, y la financiación de estudios sobre intervenciones más
rigurosos en centros con diferentes grupos étnicos y en centros específicos de una sola etnia.
El instituto canadiense para la investigación del bienestar y los estilos de vida (Canadian Fitness and Lifestyle
Research Institute, 1999) informó de que la pobreza venía asociada a unos niveles menores de actividad física
entre los niños y adolescentes canadienses. De acuerdo con la Encuesta nacional longitudinal de niños y
adolescentes (2002), a medida que los ingresos aumentan, la proporción de niños con sobrepeso disminuye.
El CIHR (2003) recomendó las siguientes actividades para hacer frente a las desigualdades sociales
identificadas como determinantes de la obesidad mediante participantes clave en la mesa redonda nacional
Obesidad en Canadá: La mesa redonda se centró en la identificación de políticas prioritarias como son:
n Explorar la inseguridad en la comida en relación con la obesidad; e
n Investigar las diferencias en la obesidad de acuerdo con factores como el estado socioeconómico, la región
y el nivel de urbanización.
La evidencia sugiere que los programas educativos en general mejoran únicamente los resultados del
conocimiento; por lo tanto, para ser efectivas, las intervenciones necesitan centrarse en la conducta
(Baranowski, 2002; Micucci et al., 2002). Thomas y otros colegas (2004) se dieron cuenta de que la educación
en el colegio dirigida al cambio de conducta y, en particular, a cambios específicos de conducta, fue más
efectiva a la hora de modificar las conductas alimentarias que aquellas que se centraban solo en desarrollar
el conocimiento.
Recomendación 4.0
Las enfermeras maximizan la efectividad de sus intervenciones para lograr un estilo de vida
saludable mediante interacciones que son de una duración e intensidad suficientes para lograr un
cambio en la forma de proceder.
Nivel Ia
Discusión de la evidencia
Las intervenciones de una sola sesión no producen cambios significativos en la conducta relacionados con la
actividad física y unos hábitos alimentarios saludables (Thomas et al., 2004). Así, para aumentar la
efectividad, se recomienda realizar varias sesiones. Varias revisiones han intentado identificar los beneficios
de la intensidad específica de las intervenciones. Sin embargo, hasta la fecha, no existe ninguna conclusión
coherente respecto al número de sesiones necesarias para cambiar la conducta relacionada con la actividad
física o la nutrición (Ammerman et al., 2002; Thomas et al., 2004). Dishman y Buckworth (1996) fueron más
allá sugiriendo que las intervenciones se deben basar en los principios de modificación de la conducta,
impartidas a grupos utilizando modelos de mediación. Cuando no se supervisa la actividad física, se debe
poner especial énfasis en el ejercicio de baja intensidad realizado en el tiempo libre, sin importar la duración
o frecuencia de participación.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Recomendación 5.0
Las enfermeras apoyan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad.
Nivel III
Discusión de la evidencia
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003), la lactancia materna transmite un efecto
protector contra el desarrollo posterior de la obesidad en niños. Este era el caso de al menos 20 estudios en
los que se incluyeron a cerca de 40.000 personas, de los cuales todos menos dos estudios mostraron un efecto
protector. Mientras que la OMS reconoce el problema del desconcierto potencial entre los estudios,
concluyeron que el fomento de la lactancia materna tiene muchos beneficios y la prevención de la obesidad
es probablemente uno de ellos. En una revisión sistemática reciente y un metaanálisis dirigido por los autores
Arenz, Ruckerl, Koletzko y von Kries (2004), la revisión de nueve estudios, en los que participaron más de
69.000 personas, indicó que la lactancia materna está asociada a un efecto pequeño pero protector contra los
riesgos de la obesidad en los últimos años de la infancia.
Health Canada recientemente dio a conocer varias recomendaciones para la nutrición infantil (Health
Canada, 2004). Las nuevas recomendaciones establecen que:
“Se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida para que el
lactante esté en unas condiciones saludables, ya que la leche materna es la mejor alimentación para un
crecimiento óptimo. Además de la leche materna, a partir de los seis meses se deben introducir
alimentos sólidos y ricos en nutrientes con especial atención al hierro hasta los dos años o más" pág. 1
De acuerdo con la Guía de buenas prácticas en enfermería sobre Lactancia materna de la RNAO (2003), se
recomiendan seis meses de lactancia materna exclusiva con introducción de alimentos complementarios a
partir de los seis meses y hasta los dos años o más para un crecimiento y un desarrollo saludables del niño.
Las enfermeras pueden trabajar con los individuos y las familias para promover la lactancia materna y
emprender iniciativas que la favorezcan así como entornos de apoyo. Las enfermeras deben asegurarse de
que sus pacientes tienen el conocimiento y la competencia adecuados para hacer sus propias elecciones y, al
mismo tiempo, aceptar y cumplir con la elección de la madre respecto a la lactancia.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Recomendación 6.0
Las enfermeras canadienses promocionan hábitos alimentarios saludables con la Guía Canada’s
Food Guide to Healthy Eating y se centran en:
n Que el tamaño de las porciones sea adecuado para la edad;
n Hacer hincapié en la ingesta de fruta y verdura;
n Limitar el consumo de bebidas azucaradas (p. ej. refrescos y zumos de frutas);
n Limitar aperitivos muy calóricos y con un alto contenido en azúcares y grasas (p.ej. patatas de
bolsa, patatas fritas, caramelos); y
n No saltarse el desayuno.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
El propósito de la Guía canadiense sobre hábitos alimentarios saludables (Guía de alimentación) (1992) es
promocionar la comida saludable y una salud mejor entre los canadienses. El objetivo subyacente se
corresponde con el concepto de que los hábitos alimentarios saludables son la suma total de todas las
elecciones de comida a lo largo del tiempo, por ello son las pautas generales de comida consumida y no de
una sola ingesta o incluso de un día en concreto lo que determina si un modelo alimentario es saludable. El
modelo multicolor de la Guía de alimentación representa la proporción de cada grupo alimentario que se
recomienda en una dieta (p. ej. cereales, frutas y verduras, productos lácteos, y carne y otras alternativas). Las
instrucciones direccionales encontradas en la Guía de alimentación (p. ej. elija alimentos bajos en grasas más
a menudo) proporcionan una orientación en la elección de la comida. La Guía de alimentación recomienda
un número de porciones para cada grupo alimentario, pero reconoce que cada persona necesita unas
cantidades diferentes de comida según la edad, el sexo y el nivel de actividad. Health Canada también hizo
públicos dos documentos adjuntos (véase Anexo E) uno para preescolar y otro para niños en edad escolar con
adaptaciones de la Guía de alimentación.
Health Canada se ha embarcado en un proceso de revisión del conocimiento científico en el que se apoyan
las recomendaciones sobre nutrición, en colaboración con el Consejo de alimentación y nutrición, Instituto
de Medicina de las Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. Como resultado, se han divulgado un número
de informes científicos (como “El consumo de referencia alimentario”). Dicha revisión de la ciencia
subyacente ha dado lugar a una revisión de la Guía canadiense de alimentación sana (1992). Para más
información sobre la revisión, consulte la página web de la Oficina de política nutricional y promoción de la
salud de Canadá: http://www.hc-sc.gc.ca/hpfb-dgpsa/onpp-bppn/index_e.html.
No se dispone de mucha documentación sobre el consumo y las prácticas en general en cuanto a
alimentación en Canadá y no existe apenas información sobre la alimentación infantil. Además, el tipo de
estudio que se necesitaría para obtener una evidencia sólida sobre la efectividad de ciertos modelos de dietas
no se ha llevado a cabo, probablemente por la naturaleza de las intervenciones y el riesgo potencial asociado
con estudios nutricionales dirigidos en niños en edad de crecimiento.
Utilizar raciones de comida adecuadas a la edad
Hay evidencia de que el tamaño de las porciones de comida ha aumentado tanto dentro como fuera de casa.
La información recogida en Estados Unidos indica que la comida disponible actualmente en los mercados
excede, en casi todas partes, el tamaño de las porciones ofrecidas en el pasado, y son considerablemente más
grandes que los tamaños nacionales habituales (Young & Nestle, 2002). Esta tendencia se ha atribuido a varios
factores como: el comer fuera de casa con más frecuencia, mayor concentración de publicidad, mayor
disponibilidad de productos nuevos, competencia de precios y aumento de los beneficios con productos de
mayor tamaño (Young & Nestle, 2002). Es necesario realizar más estudios sobre la asociación entre el tamaño
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Prevención primaria de la obesidad infantil
de la ración y la ingesta de energía en niños de diferentes edades y los factores contextuales que podrían
influir. Es evidente que el tamaño de la ración disponible en muchos aperitivos y bebidas puede suministrar
una cantidad desproporcionada de calorías (o energía) a la dieta total de un niño (Lobstein et al., 2004).
Hacer hincapié en la ingesta de fruta y verdura
La fruta y la verdura son ricas en agua y fibra y si se incorporan a la dieta, pueden saciar y disminuir la ingesta
total de energía. Algunos estudios de intervenciones en adultos para aumentar el consumo de fruta y verdura
y disminuir el de grasas han tenido como resultado la pérdida de peso de los participantes en la investigación;
sin embargo, la evidencia que lo respalda es poco convincente. La confusión de la evidencia se debe a la
descripción de los alimentos considerados como fruta o verdura (p. ej. frutos secos, zumos, patatas fritas) no
están presentes en muchos estudios (Rolls, Ello-Martin & Tohill, 2004). No obstante, al hacer hincapié en las
frutas y verduras, los profesionales de la salud pueden enviar un mensaje positivo relacionado a un peso
saludable más que a uno restrictivo, así como remarcar otros beneficios del consumo de fruta y verdura
relacionados con la prevención de enfermedades crónicas (Ammerman et al., 2002; WHO, 2003).
Limitar el consumo de bebidas azucaradas
La información sobre alimentación en Canadá indica que el consumo anual de refrescos per cápita ha
aumentado significativamente. En 1976, el consumo medio per cápita de refrescos fue de 56 litros, mientras
que en 2002 la media había aumentado a 100 litros por año (CIHI, 2004). Puesto que estos datos son solo un
indicador ordinario, no está claro si en realidad el consumo ha aumentado entre los niños. Aunque no hay
una asociación clara y consistente entre el aumento de la ingesta de azúcares añadidos y el IMC, un estudio
que examinó el consumo de bebidas endulzadas con azúcar y la obesidad infantil concluyó que por cada
bebida azucarada adicional consumida, la probabilidad de convertirse en obeso aumentaba en un 60% (IOM,
2004). Es más, existe evidencia basada en un ensayo controlado y aleatorizado donde las intervenciones
escolares dirigidas producían una modesta reducción del número de refrescos consumidos por niños de
entre 7 y 11 años. Este hecho se asoció con una reducción del número de niños con sobrepeso y obesos en 12
meses (James, Thomas, Cavan & Kerr, 2004).
Limitar el consumo de aperitivos muy calóricos y con alto contenido en azúcares y grasas
Hay muy poca información disponible sobre el consumo alimentario de los niños de Ontario. Un informe
sobre las tendencias en salud de la juventud canadiense indicó que en 1998, alrededor del 22% de los chicos
y el 15% de las chicas de 6º de primaria consumían bolsas de patatas fritas a diario. El mismo estudio informó
de que en 1998, el porcentaje de jóvenes canadienses en 6º de primaria, 2º y 4º de la ESO que consumieran
caramelos o chocolatinas diariamente oscilaba entre el 21-28% (King, Boyce, & King, 1999). Otro estudio en
niños de Perth County, Ontario, determinó que el porcentaje de niños de 4º de primaria hasta 2º de la ESO
que consumían diariamente patatas fritas era de un 12,5%, patatas de bolsa un 34,9%, y tartas, galletas,
pasteles y Donuts® un 34,6% (Evers, Taylor, Manske & Midgett, 2001). Aunque no hay evidencia de una
relación casual entre el consumo de aperitivos con alto contenido en azúcares y grasas (como patatas fritas o
de bolsa y caramelos) y la obesidad, está claro que el tamaño de la ración disponible para muchos aperitivos
(y refrescos) puede aportar una cantidad desproporcionada de calorías (o energía) a la dieta total de un niño
(Lobstein et al., 2004).
No saltarse el desayuno
El análisis de la documentación de un estudio nacional estadounidense sugiere que desayunar y comer cierto
tipo de comidas en el desayuno, está relacionado con el IMC en adultos. Se detectó que saltarse el desayuno
o comer alimentos con alto contenido en grasa y bajos en fibra para desayunar, como carne y huevos, estaba
33
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Guía de buenas prácticas en enfermería
asociado con un mayor IMC. Ingerir cereales o pan precocinados está asociado a un IMC significativamente
más bajo. Esta conclusión es coherente con la literatura que muestra que saltarse el desayuno puede llevar a
comer en exceso en un momento posterior del día (Cho, Dietrich, Brown, Clark, & Block, 2003). En los
resultados de grandes encuestas nacionales en EE. UU. sobre nutrición se indica que el desayuno ha
descendido en los últimos 25 años entre los niños y adolescentes, con una mayor disminución entre estos
últimos (Siega-Riz, Popkin, & Carson, 1998).
Un estudio en niños canadienses reveló que alrededor de un cuarto de los niños de 4º de primaria a 2º de la
ESO no desayunaban todos los días, con un fuerte incremento entre las niñas de 1º de la ESO. Es más, los
niños que se saltan el desayuno tenían un modelo de dieta en su conjunto menos saludable, con un consumo
considerablemente mayor de refrescos y patatas fritas. Otro estudio canadiense determinó que sobre el 5%
de los niños de 4 años procedentes de comunidades con unos ingresos bajos se saltaban el desayuno, y entre
aquellos que sí desayunaban, el 33% consumía menos del 15% de su ingesta diaria de energía durante el
mismo. A pesar de que no hay establecido un consumo mínimo de energía necesario en el desayuno, un
estudio de EE. UU. reveló que el porcentaje medio de energía consumida durante el mismo era del 26%. Los
autores concluyeron que los padres necesitan formación no solo sobre la importancia del desayuno sino
también sobre lo que constituye un buen desayuno (Hooper & Evers, 2003). En general, se recomienda que
los niños coman una pieza de fruta o verdura, un producto lácteo y una porción de cereales baja en grasas o
carne u otra alternativa (véase la Guía canadiense de alimentación sana) para el desayuno.
Recomendación 7.0
Las enfermeras promueven unos patrones de comida sana mediante la intervención de uno o
varios de los siguientes componentes:
n Actividades en pequeños grupos;
n Establecimiento de objetivos;
n Apoyo social;
n Actividades interactivas relacionadas con la comida (p. ej. cocinar, catas); y
n La participación de la familia.
Nivel Ia
Discusión de la evidencia
Ammerman y otros autores (2002) dirigieron una revisión sistemática, rigurosa y exhaustiva de la literatura
(92 estudios) de intervenciones conductuales centradas en los resultados dietéticos relacionados con la
reducción de los riesgos del cáncer. Aunque esta revisión informó de la falta de similitudes entre los tipos de
resultados de los estudios, el diseño del estudio, las estrategias de análisis y las técnicas de intervención que
dificultan la extracción de una conclusión general de las intervenciones sobre la conducta alimentaria más
eficaces, proporciona evidencia de ensayos controlados aleatorizados y no aleatorizados que apoyan a los
componentes específicos de intervención que prometen modificar la conducta alimentaria.
34
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Basándose en las conclusiones de esta revisión, las enfermeras, independientemente o en colaboración con
otros profesionales de la salud, deben incorporar uno o más de los siguientes componentes en las
intervenciones dirigidas a modificar la conducta respecto a la dieta:
n
Actividades en pequeños grupos
La utilización de pequeños grupos es efectiva a la hora de reducir la ingesta de grasa alimentaria (Ammerman
et al., 2002).
n
Establecimiento de objetivos
Aquellos estudios que emplearon el establecimiento de objetivos, informaron del consumo
estadísticamente significativo de fruta y verdura y la reducción del consumo de grasas alimetarias
(Ammerman et al., 2002). Además, Thomas y otros colaboradores (2004), en sus revisiones de ensayos
controlados aleatorizados y estudios de cohortes, informaron de que el único estudio que media el
impacto del objetivo en la actividad física y la nutrición determinó que este mejoró los resultados.
n
Apoyo social
El empleo de componentes de apoyo social venía asociado a un consumo más beneficioso de fruta y
verduras (Ammerman et al., 2002).
n
Actividades interactivas relacionadas con la comida
Los estudios que incorporaban actividades interactivas relacionadas con la comida eran más propensos a
informar de un aumento estadísticamente significativo del consumo de fruta y verdura y aparentemente
más prometedores en cuanto a la reducción de la ingesta de grasas (Ammerman et al., 2002). Dichas
actividades interactivas incluían cocinar o catas para promover el consumo de fruta y verdura.
n
Participación de la familia
Las intervenciones con participación de la familia venían asociadas con un descenso importante de la
ingesta de grasas (Ammerman et al., 2002). Sin embargo, Thomas y otros (2004) informaron de resultados
inconsistentes en lo que se refiere a las intervenciones que implican a los padres.
Asimismo, la revisión Ammerman (2002) concluyó que las intervenciones dirigidas a niños para aumentar el
consumo de frutas y verduras tenían más éxito con la fruta que con la verdura, y aquellas intervenciones
realizadas para disminuir la ingesta de grasas tenían más éxito con la reducción de la ingesta total de grasas
en niños que con la reducción de las grasas saturadas entre los adultos.
Pocos estudios estaban diseñados adecuadamente o presentados de tal forma que permitiesen la
interpretación de la evidencia sobre la eficacia de las intervenciones por grupos poblacionales, y en particular
de aquellos con unos ingresos bajos o grupos étnicos (Ammerman et al., 2002). Por lo tanto, se recomienda
investigar en profundidad en estas áreas.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Recomendación 8.0
Las enfermeras canadienses promueven un aumento de la actividad física basado en la Guía
Canada’s Physical Activity Guides for Children and Youth mediante la intervención de uno o varios
de los siguientes factores:
n Modificación del comportamiento. Nivel Ib
n Actividad de ocio de baja intensidad e ir aumentándola de forma gradual hasta llegar a los
niveles recomendados. Nivel IV
n Intervenciones prolongadas y repetidas. Nivel IV
Discusión de la evidencia
Health Canada y la Sociedad Canadiense de Fisiología del Ejercicio (CSEP por sus siglas en inglés) lanzaron
las Guías Canada’s Physical Activity Guides for Children and Youth en 2002. Estas Guías iban dirigidas a niños
inactivos, jóvenes y sus profesores, familias, médicos y líderes comunitarios. El objetivo es concienciar y dar
a entender la importancia de la actividad física para un crecimiento y desarrollo saludables y facilitar el
aumento del nivel del ejercicio físico.
Las Guías recomiendan que, con el fin de acumular al menos 90 minutos de actividad física al día, los niños y
jóvenes menos activos comiencen por aumentar por lo menos 30 minutos al día el tiempo que actualmente
están activos y disminuir en 30 minutos el tiempo que pasan realizando actividades sedentarias (como ver TV,
jugar a los videojuegos y navegar por internet). Las Guías sugieren que el aumento en la actividad física debe
incluir una combinación de actividades moderadas (como caminar a paso ligero, patinar e ir en bici) con
ejercicios enérgicos (como correr y jugar al fútbol).
Dishman y Buckworth (1996) llevaron a cabo una revisión sistemática y la revisión de un metaanálisis de 127
estudios desde 1965 hasta 1995 que incluían tanto a niños y adolescentes desde infantil hasta 2º de
bachillerato, como a adultos. Este metaanálisis analizó la eficacia de las intervenciones para el aumento de la
actividad física en 131.000 sujetos en la comunidad, el lugar de trabajo, el colegio, el hogar y los centros de
atención sanitaria. Estos autores detectaron que el éxito de incrementar la actividad física en la comunidad y
en los centros sanitarios fue de un 70-88% con intervenciones, frente al 50% de los casos sin intervención. Más
adelante sugirieron basar las intervenciones en los principios de modificación del comportamiento
proporcionados a grupos con métodos de mediación, o cuando se supervisa la actividad física, poner énfasis
en las actividades físicas de ocio de baja intensidad, sin importar la duración o la frecuencia de participación.
Los efectos de las intervenciones fueron mayores en los estudios que utilizaron métodos de mediación que
en aquellos con una entrega directa. Las intervenciones realizadas en centros comunitarios y las
desarrolladas en grupos presentaban mayores efectos en contraste con aquellas llevadas a cabo en los
colegios y otros centros. Sin embargo, el mantenimiento de actividades físicas satisfactorias tras la conclusión
de una intervención ha sido menos alentador y por lo tanto, los investigadores resaltan la importancia de la
implantación de intervenciones prolongadas o repetidas.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Sallis (2000) hizo una revisión exhaustiva de correlación de la actividad física para niños de entre 3 y 12 años
y en adolescentes de 13-18 años. De 108 publicaciones, se revisaron 54 estudios de niños y 54 estudios de
adolescentes. En esta revisión se confirmó que nueve variables estaban asociadas de forma coherente con la
actividad física de niños y adolescentes: competencia física percibida, intención de ser físicamente activo,
obstáculos reconocidos, apoyo de los padres, ayuda directa de los padres, respaldo de otras personas
significativas, acceso al programa o al centro, oportunidad para ser activo y tiempo al aire libre.
Recomendación 9.0
Las enfermeras fomentan un descenso de las actividades sedentarias, poniendo especial énfasis en
la reducción del tiempo que las personas pasan viendo la televisión, con los videojuegos y
utilizando el ordenador con fines lúdicos.
Nivel Ib
Discusión de la evidencia
Una actividad física reducida y el aumento de una conducta sedentaria en la infancia vienen asociados al
sobrepeso y la obesidad en niños canadienses de entre 7 y 11 años (Tremblay & Willms, 2003). Los niños que
pasan largas horas viendo la televisión, con los videojuegos o utilizando el ordenador con fines lucrativos
están pasando el tiempo de forma inactiva. En Canadá, se determinó que el ver 3-5 horas de televisión al día
incrementa la probabilidad de que el niño sea obeso (7-11 años) frente al 50% que veía entre 0 y 2 horas al día
(Tremblay & Willms, 2003). Los niños canadienses de entre 2 y 11 años veían una media de 14,6 horas de
televisión a la semana en 2002 (Statistics Canada, 2002b). De igual modo, los jóvenes de entre 12 y 17 años
veían 13,7 horas.
Estas actividades sedentarias pueden acarrear impactos adicionales en el desarrollo sano de niños y jóvenes.
Se ha descubierto una relación estadísticamente significativa entre el uso de los medios de comunicación y
las tasas de obesidad infantil (Crespo, Smit, Troiano, Bartlett, Macera, & Anderson, 2001; Dietz & Gortmaker,
1985; 1993; Gortmaker, Must, Sobol, Peterson, Colditz, & Dietz, 1996; Lowry, Wechsler, Galuska, Fulton, &
Kann, 2002; Proctor, Moore, Gao, Cupples, Bradlee, Hood, & Ellison, 2003). Los adolescentes que ven más TV
o vídeos tienden a consumir más alimentos con alto contenido en grasa, más refrescos, fritos y cantidad de
aperitivos al día (Utter, Neumark-Sztainer, Jeffery, & Story, 2003). Asimismo, los niños y jóvenes están
expuestos a la repetición de anuncios de comidas con una alta concentración de grasas y calorías. Además,
mientras que están con los ordenadores, videojuegos o viendo la televisión, los niños tienden a no interactuar
o socializar con la familia y los amigos y a menudo están solos.
Las enfermeras pueden abogar por, promover, desarrollar e implantar intervenciones para reducir la
inactividad física entre niños y jóvenes, basadas en la evidencia obtenida de la investigación de calidad. Por
ejemplo, una revisión reciente de la literatura canadiense detectó seis estudios enfocados al colegio de entre
1999 y 2003 para reducir el tiempo frente al televisor o viendo vídeos e incrementar el tiempo de juego activo
(Thomas et al., 2004). Si bien la calidad de estos seis estudios era variable, un ensayo aleatorizado de buena
calidad informó de un descenso del tiempo frente al televisor o viendo vídeos junto con el IMC, el grosor del
pliegue cutáneo del tríceps y el índice cintura-cadera (Robinson, 1999). Este estudio americano incluía un
programa de 18 lecciones en siete meses, con estrategias que limitaban el acceso a la televisión y el vídeo,
administrando el tiempo para ver TV y vídeos, y aumentando el tiempo de juego activo. Para terminar de
comprender las intervenciones efectivas para reducir el sedentarismo entre los niños y los jóvenes, merece la
pena repetir el estudio de Robinson (1999) en las escuelas canadienses (Thomas et al., 2004). Asimismo, a
pesar de que estos estudios fueron realizados en un centro escolar, los entornos familiares y comunitarios
también pueden beneficiarse de este tipo de intervenciones con lo que se garantizaría una investigación más
profunda.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Se han probado dos ensayos aleatorizados utilizando mecanismos para bloquear la televisión en ensayos
aleatorizados con niños obesos (Faith et al., 2001; Ford, McDonald, Owens, & Robinson, 2002). Ford y otros
(2002) detectaron un descenso del tiempo pasado frente a la pantalla y un aumento de la actividad física
organizada, pero no midieron el peso, ni el IMC, ni la grasa. Faith et al. (2001) emplearon un dispositivo que
emparejaba el acceso a la pantalla y la intensificación de un cierto nivel del pedaleo de una bicicleta estática.
El grupo experimental percibió una reducción importante de la grasa total del cuerpo y un porcentaje de la
de las piernas. Estos aparatos tienen el potencial de reducir el tiempo frente a una pantalla e incrementar la
actividad física. Se garantiza la investigación para determinar su efectividad en la prevención primaria de la
obesidad en niños y jóvenes.
Las Guías sobre la actividad física para niños y jóvenes de Health Canada (2002) recomiendan reducir el
tiempo que los niños pasan con actividades sedentarias como ver la TV o películas, con videojuegos y
chateando en Internet. Estas guías aconsejan realizar estos cambios de conducta a lo largo del tiempo,
empezando con 30 minutos menos al día. La Asociación Canadiense de Enfermeras y el Colegio de Médicos
de Familia de Canadá (CFPC por sus siglas en inglés) (2002) respaldan las recomendaciones de estas guías.
Además, la Sociedad Canadiense de Pediatría (CPS, por sus siglas en ingles, 2002) aprueba las guías y
recomienda a las familias que se animen a:
n Reducir el tiempo frente a la pantalla y limitar el tiempo de ver televisión a una hora diaria o menos para
preescolares y a dos horas o menos para niños que están en sus primeros años de escolarización (2003) .
n Evitar que los niños tengan una TV, ordenador o videoconsola en su habitación (2003).
Recomendación 10.0
Las enfermeras trabajan con las comunidades escolares para implantar estrategias enfocadas al
colegio para la prevención de la obesidad mediante un método con múltiples elementos que
comprenda:
n Integrar mensajes sobre comida saludable y actividad física en el plan de estudios.
n Abogar y respaldar la implantación de la educación física diaria de calidad impartida por
profesores especializados.
n Defender y respaldar la implantación de actividades físicas diarias de calidad (incluyendo
aquellas de intensidad alta).
n Utilizar métodos orientados a los jóvenes con carácter informativo y de apoyo.
n Ofrecer alternativas saludables en las cafeterías y máquinas de autoventa.
n Aumentar las oportunidades para poder realizar actividades físicas durante el recreo y el
almuerzo .
n Constituir asociaciones y coaliciones comunitarias.
Nivel Ia
Discusión de la evidencia
Los colegios son un entorno ideal para los programas de prevención primaria de la obesidad infantil (CDC,
1997) puesto que ofrecen un emplazamiento formal para que niños y jóvenes adquieran conocimientos sobre
la salud y otras competencias relacionadas y desarrollen actitudes y creencias saludables, y proporcionan un
ámbito físico y social que respalda la salud y el bienestar de los estudiantes y el personal (Micucci et al., 2002).
Los resultados de cuatro revisiones sistemáticas sugieren que hay una buena evidencia de que las
intervenciones en colegios son efectivas a la hora de aumentar la actividad física durante las horas lectivas y
que existe una evidencia satisfactoria de que la actividad física fuera del horario lectivo se ha incrementado
(CIHR, 2003). En una revisión sistemática de 12 estudios primarios abordados desde la perspectiva de la
promoción de la salud en los colegios y 32 revisiones sobre la efectividad del fomento de la salud en los
colegios, Lister-Sharp y colaboradores (1999) averiguaron que, aunque la evidencia es limitada, los métodos
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Prevención primaria de la obesidad infantil
para la promoción de la salud en los colegios pueden tener un impacto positivo en el ámbito escolar físico y
social en zonas de comedor y en programas de actividad física. McArthur (1998), en un metaanálisis de 12
estudios relacionados con la efectividad de programas escolares de salud cardiovascular y nutrición para
cambiar las conductas alimentarias, concluyó que tales programas tienen un efecto importante en las
conductas alimentarias de los niños.
Las Guías del Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud
recomiendan que los programas escolares ayuden a niños y jóvenes a adquirir la capacidad para ayudar a los
jóvenes a establecer un modelo de actividades físicas saludables durante toda la vida mediante programas
amenos y en un ambiente físico y social que permita la actividad física (CDC, 1997). A pesar de que las
investigaciones publicadas hasta la fecha no han determinado los efectos a largo plazo de las estrategias
escolares (The Center for Weight and Health, 2001), existen unas tendencias manifiestas en la literatura que
identifican áreas de éxito.
Los resultados de las tres revisiones determinaron que existe una buena evidencia aunque limitada de que los
niños de la escuela primaria que estaban expuestos a programas de educación física centrados en el colegio
llevaban vidas más activas de adultos (Dobbins et al., 2001; Khan, et al., 2002; Stone, McKenzie, Welk & Booth,
1998). Dos revisiones analizaron los efectos de los cambios realizados en la programación de las actividades
físicas del colegio en resultados de la actividad física (Kahn et al. 2002; Stone et al, 2001). Las intervenciones
más efectivas incluían la programación del currículo que promueve un aumento de la actividad física durante
todo el día (recreo, comida, horas de clase y clases de educación física) y el material impreso (Dobbins et al.,
2001).
Las enfermeras deben trabajar con las comunidades escolares (p. ej. consejo de orientación escolar,
directores, profesores, estudiantes y consejo escolar) para fomentar la integración de la actividad física en el
aula, una comida y un recreo activos, y apoyar cambios en el entorno mediante el suministro de elecciones
saludables de comida tanto en la cafetería como en las máquinas expendedoras (Micucci, Thomas, & Vohra,
2002). Las enfermeras también pueden trabajar junto con el colegio y el consejo escolar en el desarrollo y la
implantación de políticas que integren la actividad física diaria y una variedad de comidas saludables en las
cafeterías y las máquinas expendedoras. Se recomiendan las intervenciones multifacéticas que incluyen la
instrucción en la clase, la participación de los padres y las familias, y los cambios en el entorno escolar para
lograr el máximo efecto (Lister-Sharp, Chapman, Stewart-Brown, & Sowden, 1999; Micucci et al., 2002; Thomas et al., 2004).
Lo ideal es que, para incrementar los niveles de actividad física y las elecciones de comida saludable, se
produzca un cambio en la conducta, y la mejor manera de lograrlo es utilizar un método de salud poblacional
mediante un enfoque multifacético (CIHR, 2003). Las enfermeras trabajan para que haya una mayor
conciencia, tanto a nivel gubernamental como de la población en general, a través de colaboradores
comunitarios y coaliciones construidas dentro del marco de la salud de la población. Muchos estudios
indican que asociarse con consejos escolares, personal del colegio, padres y agencias comunitarias es una
buena forma para lograr un cambio de conducta eficaz (Micucci et al., 2002). Las enfermeras deben centrarse
en modificar la conducta respecto a la actividad física mediante la construcción, el fortalecimiento y el
mantenimiento de redes sociales que proporcionen respaldo para dicho cambio (CDC, 2001). Las
intervenciones escolares deben ser multifacéticas, combinando programas en el aula con cambios en el
entorno del colegio, en casa o en la comunidad: cafeterías, educación física y actividad, comida, recreo y
después del colegio (Micucci et al., 2002; Thomas et al., 2004).
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Recomendación 11.0
Las enfermeras apoyan un enfoque centrado en la familia para promover unos hábitos
alimentarios saludables y la actividad física.
Nivel III
Discusión de la evidencia
El entorno familiar es la mayor fuente de influencia para el niño a la hora de modelar conductas de salud y,
por lo tanto, es un objetivo adecuado para las intervenciones de las enfermeras. Está comprobado que los
padres con sobrepeso tienden a tener hijos con sobrepeso. Además de los parecidos genéticos, los miembros
de la familia suelen preferir tipos de alimentos y actividades físicas similares (Davison, & Birch, 2002). Las
conductas alimentarias de los niños y los adolescentes vienen determinadas por la forma de alimentarse de
los padres. Un estudio averiguó que el mejor vaticinador de la capacidad de los niños de 3-5 años para regular
la ingesta de energía era el control de los padres con la alimentación; los hijos e hijas de aquellas madres que
controlaban más la alimentación mostraban una capacidad menor para autorregularse la ingesta de energía
(Johnson & Birch, 1994). Además, la preocupación de los padres por el peso de sus hijos y la restricción del
acceso a la comida vienen asociados a autoevaluaciones negativas entre las niñas de 5 años (Davison & Birch,
2001). En una revisión sistemática dirigida por Sallis (2000), el apoyo de los padres, la actividad física de los
hermanos, la ayuda directa de los padres y las oportunidades para hacer ejercicio estaban asociadas con un
aumento de la actividad física de los niños.
Una revisión sistemática sobre la efectividad de las intervenciones para la promoción de la comida saludable
en niños de preescolar detectó que, una vez enfocadas las necesidades, el consejo a nivel individual era
satisfactorio a la hora de mejorar la calidad de las dietas y las competencias en relación a la organización de
las dietas por parte de las madres (Tedstone, Aviles, Shetty, & Daniels, 1998). Los autores llegaron a la
conclusión de que la implicación de los padres puede mejorar la eficacia de las intervenciones, pero se
necesita investigar más esta área.
Las enfermeras pueden asistir a las familias para hacerles comprender la interacción entre los factores
genéticos, familiares y ambientales en la obesidad infantil y ofrecer consejos preventivos sobre el desarrollo
de aptitudes por parte de los padres centrados en la salud en lugar de en el peso, y en la conducta sobre una
comida saludable y actividad física (Golan & Crow, 2004; Haire-Joshu & Nanney, 2002). Sin embargo, es
necesario realizar más investigaciones para reforzar el entendimiento del papel de los padres en la
prevención de la obesidad infantil (Golan & Crow, 2004).
40
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Recomendación 12.0
Las enfermeras valoran el crecimiento físico y el desarrollo de los niños y adolescentes mediante:
n La discusión y registro de los hábitos de dieta alimentaria.
n La discusión y registro de las pautas de actividad física, incluidas las actividades sedentarias
(p. ej. el tiempo frente al ordenador y la televisión).
n La identificación de factores de riesgo a nivel individual y familiar en relación con la obesidad
infantil.
n La medición precisa y registro de la altura y el peso.
n El cálculo del índice de masa corporal (IMC) a partir de los dos años de edad.
n La determinación del IMC por edad según el gráfico de crecimiento infantil del U.S. Centre for
Disease Control, como recomienda también Health Canada .
n La monitorización de los cambios en el IMC, los hábitos alimentarios y la actividad física a lo
largo del tiempo y registrar aquellas variaciones que resulten importantes.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
Hay que incluir varios componentes críticos en la valoración de la enfermera sobre el crecimiento físico y el
desarrollo de niños y adolescentes. En esta evaluación se debe incluir el historial sobre los estilos de vida. La
enfermera debe realizar preguntas para obtener información relacionada con los hábitos alimentarios del
niño y su familia. Esto debe incluir tanto los tipos de alimentos consumidos como la frecuencia y la cantidad
de los mismos. También es importante hacer preguntas sobre el tipo de actividades que realiza el niño. La
enfermera debe recabar suficiente información sobre el niño para ser capaz de formular una interpretación
clara de un "día normal" en la vida del niño respecto a sus hábitos alimentarios y el ejercicio (Katzmarzyk,
Janssen, & Ardern, 2003; Lobstein et al., 2004). En el Anexo F hay un ejemplo de herramienta de recurso. La
Guía canadiense de alimentación y las Guías sobre actividad física para niños y jóvenes (2002) (Canada’s Food
Guide y Canada’s Physical Activity Guides for Children and Youth, por sus respectivos nombres en inglés) son
recursos excelentes y fácilmente disponibles para tratar con el niño o la familia en la práctica clínica.
La monitorización del crecimiento de los niños incluye valoraciones continuas de la altura y el peso. Lo
profesionales de la salud están obligados a utilizar medidas exactas y fidedignas. Por lo tanto, para el control
de la altura y el peso del niño se utiliza un equipo de calidad, calibrado y con un buen mantenimiento, y
técnicas de medida estandarizadas. Nota: La medición de la altura y el peso debe realizarse en un entorno
clínico. Los niños mayores de dos años se miden de pie con una báscula y un metro. Se registra la altura y el
peso de los niños mediante los gráficos de crecimiento según la edad y el sexo de los Centros para el control
y la prevención de enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). En los Anexos G, H, I y J hay ejemplos de
gráficos de peso y altura de los CDC y gráficos del IMC para chicos y chicas, y en el Anexo E se encuentran los
enlaces de las páginas web para descargar dichos gráficos.
El gráfico CDC incluye el índice de masa corporal (IMC), que es una medida de asociación entre el peso y la
estatura de un individuo y se calcula mediante la siguiente ecuación: IMC = peso (kg) / estatura (m2). A pesar
de que el IMC NO es una medida directa de la grasa corporal, sí se asocia con la grasa del niño, y las medidas
de la grasa corporal no son prácticas para la atención clínica ordinaria. El IMC en adultos está relacionado con
la comorbilidad asociada al sobrepeso y predice los riesgos futuros de obesidad en niños y adolescentes.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Las recomendaciones actuales de la Sociedad Pediátrica de Canadá, el Colegio de Médicos de Familia de
Canadá, los dietistas de Canadá y la Asociación de enfermeras familiares y comunitarias de Canadá (2004)
aconsejan el uso de:
n El IMC por edad para diagnosticar a los niños que desde los dos años en adelante puedan correr el riesgo
de padecer afecciones o enfermedades relacionadas con el exceso de grasa corporal.
n Gráficos del IMC por edad de los CDC para niños canadienses en entornos clínicos y comunitarios.
n Una valoración rutinaria del crecimiento y el desarrollo como parte de la visita para el mantenimiento de
la salud del niño en un centro sanitario de atención primaria, dado el número cada vez mayor de los riesgos
de salud, a corto y largo plazo, asociados con la obesidad infantil.
n La evaluación y el posible tratamiento en los niños con sospecha de sobrepeso, que tengan un IMC por
edad igual o superior al percentil 95 con o sin complicaciones relacionadas con la obesidad .
n Un modelo centrado en la familia para aconsejar la promoción de unos hábitos alimentarios saludables y
la actividad física, así como la reducción de las actividades o conductas sedentarias.
En un futuro, se desarrollarán gráficos de crecimiento internacionales que podrán ser utilizados en Canadá.
Además, la valoración de las enfermeras debe incluir preguntas y observaciones relacionadas con los factores
de riesgo de obesidad del individuo y su familia. Los estudios han detectado que los niños que tienen una
propensión genética a ganar peso presentan una mayor tendencia a ser obesos si crecen en un entorno que
promueva la inactividad y la sobrealimentación (Lobstein et al., 2004) (Recomendación 11.0).
Recomendación 13.0
Las enfermeras asisten a los pacientes para que puedan acceder a los recursos y las oportunidades
que ofrece la comunidad para adquirir el compromiso de llevar una alimentación sana y una vida
activa mediante:
n La derivación directa de los pacientes a los recursos comunitarios.
n La difusión de información sobre los recursos comunitarios disponibles. y
n La promoción de actividades físicas de bajo coste o gratuitas (p. ej. excursiones, senderismo,
desplazamiento al lugar de trabajo de una forma activa, programas subvencionados). Nivel IIa
Discusión de la evidencia
Las enfermeras pueden jugar un papel importante en el aumento de la actividad física de los niños y sus
familias, ayudándoles a localizar los recursos de la comunidad y a participar en actividades de ocio.
En una revisión sistemática de 10 estudios, Kahn y colaboradores (2002) encontraron suficiente evidencia
para recomendar la creación de nuevas instalaciones y ampliar el acceso a los servicios ya existentes para la
actividad física combinado con la distribución de la información sobre los recursos. Los niños que participan
en actividades recreativas como el arte, el baile o el deporte son menos propensos a tener sobrepeso o ser
obesos (CPHI, 2003; Tremblay & Willms, 2003).
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Prevención primaria de la obesidad infantil
El inventario de los recursos disponibles para los niños y las familias es importante para facilitar el acceso a
los programas y servicios de la comunidad. Los recursos deben estar disponibles a través de los municipios,
los lugares de trabajo, los colegios u organizaciones privadas. Los obstáculos a los que se enfrenta el paciente
a la hora de acceder a estos recursos, como el coste o la necesidad de transporte, deben ser tratados por las
enfermeras mediante la sensibilización de programas especiales subvencionados o mediante la creación de
redes sociales y el establecimiento de sistemas de "compañerismo".
Las enfermeras pueden ayudar a promover los recursos disponibles utilizando el marketing social, lo que
implica estrategias comerciales de marketing para la difusión de mensajes para la promoción de la salud
(Rogers, 2003). Rogers identifica cinco elementos esenciales en una campaña de marketing social: 1)
Identificar al público, 2) pruebas preliminares de ideas, 3) colocar el mensaje (por ejemplo, elegir un nombre
memorable y significativo para la campaña), 4) mantener un bajo coste (Rogers afirma que la sabiduría
convencional es tener precios bajos más que dar las cosas gratis), 5) incluir el humor y utilizar canales de
comunicación (p. ej. publicidad contratada) en lugar de anuncios en el servicio público que podrían darse a
una hora inoportuna. Las enfermeras pueden plantearse formar asociaciones con otras organizaciones para
desarrollar planes de publicidad, comunicación y relaciones públicas para la promoción de la actividad física.
Tales actividades pueden formar parte de una amplia campaña comunitaria con múltiples estrategias.
Recomendación 14.0
Las enfermeras son conscientes, derivan en, y colaboran con el profesional de la salud
correspondiente, basándose en los hallazgos de la valoración de enfermería.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
Dada la complejidad y los múltiples factores de la obesidad infantil, una apreciación de varios enfoques y la
intervención para la prevención resultarán beneficiosas. Las enfermeras determinan el profesional de la salud
más apropiado y derivan a este cuando es necesario (College of Nurses of Ontario, 2004). Cuando se trabaja
como parte de un equipo es importante coordinar la asistencia para asegurar que todos los servicios
necesarios son proporcionados por el miembro del equipo más cualificado. Las enfermeras colaboran con
otros profesionales de la salud, incluidos dietistas, profesionales de atención primaria y otros profesionales
comunitarios, y derivan cuando es necesario.
43
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Recomendaciones para la formación
Recomendación 15.0
Los programas para la formación continua y académica en enfermería incluyen en el plan de estudios
lo siguiente:
n La obesidad infantil, los riesgos relacionados con la salud, los factores de riesgo y de protección
(incluido el contenido de la Guía de buenas prácticas en enfermería de la RNAO sobre
Prevención primaria de la obesidad infantil).
n La promoción de la salud y principios de prevención e intervenciones dirigidas a:
l
Los comportamientos para la promoción de la salud como la actividad física y la comida
saludable;
l
La prevención de la obesidad;
l
La prevención de enfermedades crónicas; y
l
Los determinantes para la salud (en especial según su impacto en el riesgo de padecer
obesidad y enfermedades crónicas).
n Las políticas de salud pública y el papel de las enfermeras en su desarrollo.
n La capacidad para la investigación, incluyendo:
l
Búsquedas bibliográficas y revisiones;
l
Valoración crítica y análisis;
l
Evaluación del programa; y
l
Difusión de las conclusiones de la investigación a un público variado; y
n Las intervenciones centradas en el individuo y la familia (incluido el apoyo y la orientación) cuyo
objetivo es la promoción de conductas saludables y un cambio de actitud.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
La obesidad es una condición médica crónica y el problema de salud más extendido al que se enfrentan los niños
hoy en día (OMS, 2002). El conocimiento y las aptitudes deben estar incluidos en el currículo de la enfermera para
asegurar que los profesionales de la salud entienden la complejidad de la obesidad y sean capaces de desarrollar e
implantar intervenciones efectivas.
Los programas formativos para los profesionales de la salud han proporcionado, en el pasado, una formación
limitada sobre nutrición y actividad física o unas oportunidades de desarrollo del conocimiento y las destrezas en
lo que respecta a la orientación de pacientes en estos temas de salud (IOM, 2004). Para asegurar que las enfermeras
y otros profesionales de la salud están suficientemente preparados para tratar con los pacientes, las estrategias de
prevención y los riesgos de la obesidad, se deben proporcionar programas académicos de formación continua para
que su plan de estudios incorpore el conocimiento relacionado con la ciencia básica y la psicología tras la que se
halla la nutrición y la actividad física junto con oportunidades para el desarrollo de aptitudes. Además, este
contenido debe incluirse en las evaluaciones de tales planes de estudio y en los exámenes de los participantes.
Entre dichos conocimientos se encuentra el cálculo exacto y la interpretación del IMC para niños, y los consejos
que se ofrecen al individuo y a la familia sobre la actividad física y la nutrición.
44
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Un estudio sobre las actitudes y las aptitudes de los profesionales de la salud (pediatras, enfermeras
especialistas en pediatría y expertos en dietética) en el manejo de la obesidad infantil reveló que la aptitud en
el área de cambio de conducta era una de las menos utilizadas (Story et al., 2002), sin embargo los tres grupos
de profesionales expresaron el deseo de adquirir formación adicional en las áreas de cambio de conducta así
como en estrategias educativas eficaces para la promoción de un estilo de vida saludable.
El conocimiento actual sobre la influencia del ambiente obesogénico sugiere que, para ser efectivo en la
prevención de la obesidad infantil, las enfermeras y los programas formativos para las mismas necesitan
centrarse en los factores de riesgo, obstáculos, mediadores e intervenciones a nivel individual y comunitario
y no solo en aquellos relacionados con los individuos y las familias (CIHR, 2003; IOM, 2004; Raine, 2004).
Además, en un esfuerzo por mejorar el conocimiento y las aptitudes de sus miembros, las organizaciones de
profesionales de la salud, como es el caso de la RNAO, deben también crear y difundir guías de práctica clínica
basadas en la evidencia y otros materiales formativos sobre la prevención de la obesidad infantil como
recursos para respaldar la práctica.
Tratar de abordar el problema de la obesidad infantil en Canadá requerirá un método integral y
multidisciplinario que deberá ser respaldado por unos recursos suficientes, apoyo institucional, formación y
actitudes. Por consiguiente, las enfermeras deben defender que, además de en los planes de enfermería, los
contenidos sean incluidos en los programas académicos de formación continua y en currículos de otras
disciplinas afines de la salud. Asimismo, las enfermeras necesitan ser informadas sobre, y especializarse en,
la práctica y colaboración intersectorial e interdisciplinar, construyendo y manteniendo coaliciones
comunitarias, así como una investigación interdisciplinar y participativa.
45
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Recomendaciones para la organización
y directrices
Recomendación 16.0
Las enfermeras abogan por, y participan en, investigaciones de alta calidad tratando aquellas
lagunas identificadas en el conocimiento sobre la prevención de la obesidad infantil.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
Dadas las lagunas identificadas en el conocimiento actual relacionado con la prevención primaria de la
obesidad en niños y jóvenes se necesita realizar más investigaciones de calidad en esta área. Las enfermeras
pueden contribuir a un mayor entendimiento y a financiar estrategias aplicadas, preventivas y de calidad. Las
enfermeras pueden liderar y guiar la investigación enfermera e interdisciplinar relacionada con la prevención
de la obesidad. En concreto, se garantiza una mayor investigación en las siguientes áreas (Lobstein et al., 2004;
Thomas et al., 2004):
n Estrategias efectivas en prevención primaria.
n Efectividad a largo plazo de los programas y directrices para la prevención de la obesidad.
n Barreras y facilitadores para la mejora de la nutrición y la actividad física en poblaciones, comunidades,
familias e individuos.
n Factores culturales, socioeconómicos o de género asociados con la obesidad. y
n Normas del IMC para niños de acuerdo con la edad, el sexo y el origen étnico.
Con el fin de incorporar al cuerpo de contenidos intervenciones efectivas para la prevención de la obesidad,
hay que realizar evaluaciones del programa y las directrices, incorporarlas en las primeras fases de desarrollo
de las mismas, continuar durante todo el proyecto y hacer un seguimiento tras la intervención. Tales
evaluaciones deben incluir indicadores del proceso y de los resultados a corto y largo plazo. Además, estas
evaluaciones deben comprender tipos de resultados que incluyan medidas válidas de la actividad física, el
consumo alimentario, la adiposidad, la obesidad y el sobrepeso.
Se anima a las enfermeras, en colaboración con otros profesionales de la salud, a liderar las actividades de
investigación indicadas en la discusión anterior y a utilizar explícitamente marcos teóricos para guiar el
desarrollo de programas de prevención (Thomas et al., 2004).
Además de las lagunas reconocidas en la investigación, el equipo también notó la falta de herramientas de
evaluación para investigar y para su uso en la práctica diaria. Dichas herramientas son muy necesarias para
apoyar a los profesionales de la salud en la práctica clínica y deben estar basadas en la evidencia y evaluadas
para asegurar su validez y fiabilidad. Asimismo, es necesaria información sobre el seguimiento para ayudar a
determinar intervenciones efectivas a nivel poblacional (CIHR, 2003; Raine, 2004).
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Recomendación 17.0
Las enfermeras recomiendan a las instituciones que desarrollen un plan para la implantación basada en la
evidencia que incluye:
n La evaluación de la preparación institucional y de los obstáculos para la formación.
n El compromiso de todas aquellas personas interesadas (ya desempeñen una función de apoyo
directa o indirecta) que vayan a contribuir en el proceso de implantación.
n La dedicación de un individuo cualificado para proporcionar el respaldo necesario a los procesos
de formación e implantación.
n Continuas oportunidades de debate y formación para reforzar la importancia de las buenas
prácticas.
n La oportunidad de reflexionar acerca de la experiencia tanto a nivel personal como institucional
en la implantación de las Guías.
n Una cultura organizativa que apoye la práctica basada en la evidencia .
n Evaluación de la eficacia.
Para este propósito, la RNAO (gracias a un equipo de enfermeras, investigadores y gestores) ha
desarrollado la Herramienta de implantación de las Guías de práctica clínica basada en la
evidencia disponible, perspectivas teóricas y consenso. Se recomienda esta Herramienta para guiar
la implantación de la Guía de la RNAO sobre la Prevención primaria de la obesidad infantil.
Nivel IV
Discusión de la evidencia
Una revisión de 18 estudios (ECA, estudios antes-después controlados y análisis de series de tiempo
interrumpido) de guías clínicas por profesiones afines a la medicina (enfermeras, matronas y otras) versus el
cuidado médico estándar determinó que, a pesar de la investigación limitada, hay alguna evidencia de que
las guías son efectivas a la hora de mejorar el cuidado al paciente basándose en las medidas de proceso y de
resultado (Thomas, Cullum, McColl, Rousseau, Soutter, & Steen, 2004). Sin embargo, las Guías de buenas
prácticas en enfermería únicamente podrán implantarse con éxito si existen los recursos, la planificación y el
respaldo administrativo e institucional adecuado, así como los medios precisos. Con ese fin, la RNAO (gracias
a un equipo de enfermeras, investigadores y gestores) ha desarrollado la Herramienta de implantación de las
Guías de práctica clínica (2002) basadas en la evidencia disponible, las perspectivas teóricas y el consenso.
La RNAO recomienda encarecidamente el uso de esta Herramienta para dirigir la implantación de esta guía
de buenas prácticas. En el Anexo L encontrará una descripción detallada de la Herramienta.
Con el fin de incrementar el cuerpo de conocimientos relacionados con intervenciones efectivas para la
prevención de la obesidad infantil, la implantación de este plan debe ser evaluada. Esta evaluación debe
incluir medidas de resultado así como medidas de proceso relacionadas con las estrategias de desarrollo
institucional y prevención de la obesidad.
47
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Evaluación y seguimiento de la Guía
Se aconseja a las instituciones que están implantando esta Guía de buenas prácticas en enfermería que se
planteen cómo se va a realizar el seguimiento y la evaluación de la implantación y su impacto. La siguiente
tabla se basa en el marco explicado de forma resumida en la Herramienta de implantación de las Guías de
práctica clínica (2002) da ejemplos de algunos indicadores propuestos para la monitorización y la evaluación:
Estructura
Procedimiento
Resultado
Objetivos
n
Evaluar el apoyo disponible
en la institución que permita
a las enfermeras diseñar e
implantar intervenciones
para lograr unos hábitos
alimentarios saludables y
aumentar la actividad física
en los niños.
n
Evaluar los cambios en la
práctica que lleven
a unos hábitos alimentarios
saludables e incrementar la
actividad física en los
niños.
n
Valorar el impacto de la
implantación
de las recomendaciones.
Institución/
Unidad
n
Revisión, por parte de los
comités institucionales
responsables de las políticas
o los procedimientos, de las
recomendaciones de buenas
prácticas.
n
Directrices de la institución
revisadas y modificadas.
n
Nuevas directrices in situ y
divulgadas por toda la institución
o unidad.
n
Recursos para la educación
del paciente desarrollados,
adquiridos y modificados
para reflejar las
recomendaciones de la
Guía.
n
Incorporación de estrategias para
la mejora de los hábitos
alimentarios y la actividad física
del niño, en forma de material
educativo para el paciente.
n
Enfermera
Disponibilidad de recursos
para la educación sanitaria
del paciente compatibles
con las recomendaciones de
la Guía.
n
Declaración de la misión de
la institución que incluya la
asistencia para lograr unos
hábitos alimentarios
saludables para el niño y la
actividad física.
n
Porcentaje de enfermeras y
otros profesionales de la
salud que han recibido
formación sobre las
estrategias de evaluación y
asesoramiento para
fomentar entre los niños
unos hábitos alimentarios
saludables y la actividad
física.
n
Modificación de la misión
para reflejar el apoyo hacia
unos hábitos alimentarios
saludables y el incremento
de la actividad física en los
niños.
n
La misión de la institución o
unidad refleja un compromiso
para ayudar a que los niños
adquieran unos buenos hábitos
alimentarios y aumenten la
actividad física.
n
Porcentaje de enfermeras
que realizan un informe
sobre:
l Valoración apropiada de
los hábitos alimetarios y
de la actividad física;
l Utilización de la Guía
canadiense de
alimentación en la
práctica;
l Utilización de la Guía
sobre actividad física en
la práctica; y
l El conocimiento
apropiado de los
recursos de
n
Porcentaje de niños que
participan en intervenciones para
lograr un estilo de vida saludable.
n
Porcentaje de enfermeras u otros
profesionales de la salud afines
que derivan a los niños y las
familias a otros profesionales por
problemas de nutrición, actividad
física o salud relacionados con el
peso.
n
Porcentaje de niños admitidos en
centros con registro de sus hábitos
alimentarios y de la actividad
física.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Estructura
Paciente
n
Porcentaje de niños que son
activos durante más de 90
minutos al día (30 minutos a
un ritmo elevado y 60
minutos a un ritmo
moderado).
Porcentaje de niños que
Structure
consume al menos 5
porciones de fruta y verdura
al día.
n
Costes
financieros
n
Provisión de los recursos
financieros convenientes
para la dotación de personal
para implantar
intervenciones educativas y
de apoyo y así lograr unos
hábitos alimentarios
saludables y un aumento de
la actividad física.
Procedimiento
n
Porcentaje de niños que
reciben consejos sobre
unos buenos hábitos
alimentarios y de actividad
física mediante una
intervención bien sea
clínica, o bien en el colegio.
Process
n Porcentaje de niños y sus
familias que acceden a los
recursos comunitarios.
n
Confianza que tienen el
niño y la familia para lograr
unos hábitos alimentarios
saludables y aumentar la
actividad física.
n
Costes para la formación,
las intervenciones y los
recursos de soporte.
n
Costes relacionados con la
implantación de las Guías:
l educación;
l sistema de
documentación;
l sistemas de soporte.
49
Resultado
n
Porcentaje de niños que
aumentan la actividad física en 30
minutos o que disminuyen su
conducta sedentaria en 30
minutos.
Porcentaje de niños que
aumentan el consumo de fruta y
Outcome
verduras y reducen las comidas
con alto contenido en grasa y
azúcares y los refrescos.
n
n
Utilización general de recursos.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Estrategias de implantación
La Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario y el equipo de desarrollo de la Guía han hecho una lista
de estrategias de implantación que sirva de ayuda a las instituciones sanitarias o a las disciplinas afines que
estén interesadas en la implantación de esta Guía. A continuación se presenta un resumen de las estrategias
mencionadas:
n
Tener a una persona dedicada a esta labor, como puede ser una enfermera de práctica clínica avanzada o
una enfermera clínica que proporcione apoyo, experiencia clínica y liderazgo. Dicha persona también
debe tener una buena capacidad de comunicación interpersonal y de gestión de proyectos.
n
Establecer un comité directivo integrado por miembros clave y miembros del comité que lideren la
iniciativa. Mantener un plan de trabajo para hacer un seguimiento de las actividades, las
responsabilidades y los plazos.
n
Ofrecer sesiones de formación y apoyo continuado para la implantación. Las sesiones formativas pueden
consistir en presentaciones, guía del facilitador, documentación y estudios de caso. Se puede utilizar
carpetas, pósters y tarjetas de bolsillo como recordatorios durante la formación. El plan de las sesiones
formativas que son interactivas, incluye resolución de problemas, trato de los problemas más inmediatos
y el ofrecimiento de oportunidades para practicar los conocimientos nuevos (Davies & Edwards, 2004).
n
Dar apoyo dentro de la institución, es el contar con las estructuras necesarias para facilitar la implantación.
Por ejemplo, la contratación de personal de sustitución para que los participantes no se distraigan con
preocupaciones sobre el trabajo y tener una filosofía dentro de la institución que refleje el valor de las
buenas prácticas a través de directrices y procedimientos. Desarrollar nuevas herramientas para la
valoración y la documentación (Davies & Edwards, 2004).
n
Identificar y respaldar a los defensores designados en cada unidad o centro para promover y apoyar la
implantación. Celebrar los hitos y los logros, y reconocer el trabajo bien hecho (Davies & Edwards, 2004).
n
Las instituciones que implanten esta Guía deben adoptar una serie de estrategias de autoaprendizaje,
aprendizaje en grupo, tutoría y refuerzo que, con el tiempo, proporcionarán a las enfermeras el
conocimiento y la confianza necesarios para implantar esta Guía.
n
El trabajo en equipo, la evaluación y planificación del tratamiento en colaboración con el paciente y la
familia y a través del trabajo interdisciplinar son elementos útiles para implantar estas guías con éxito. Se
debe proceder a la derivación a servicios o recursos de la comunidad cuando sea necesario.
n
El proyecto de becas de investigación sobre práctica clínica o avanzada de la RNAO (Advanced/Clinical
Practice Fellowships o ACPF por sus siglas en inglés) es otra manera que tienen las enfermeras
universitarias de Ontario de acceder a una beca de investigación y tener la oportunidad de trabajar con un
tutor experto en investigación, evaluación de programas, promoción de la salud y prevención de
enfermedades.
Aparte de los consejos mencionados anteriormente, la RNAO ha publicado unos recursos que están
disponibles en su página web. Si se utiliza adecuadamente, la Herramienta para la implantación de las guías
puede resultar de gran utilidad. En el Anexo L se puede ver una breve descripción acerca de esta Herramienta.
También puede consultar una versión completa del documento en formato pdf a través de la página web de
la RNAO, www.rnao.org/bestpractices.
50
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Proceso de actualización y revisión de la
Guía
La Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario
propone actualizar esta Guía de la
siguiente forma:
1. Un equipo de especialistas (el equipo de revisión) revisará la Guía cada tres años a partir de la fecha
de la última serie de revisiones.
2. Durante el periodo de tres años transcurrido entre el desarrollo y la revisión, el personal de RNAO
encargado del programa de guías buscará periódicamente nueva evidencia en la materia.
3. El personal del programa, basándose en los resultados del seguimiento, puede recomendar que se
adelante la revisión. Para ello es necesario consultar tanto a los miembros del equipo de desarrollo
original como a otros especialistas en la materia, así se facilita la decisión sobre la necesidad de
adelantar la revisión.
4. Tres meses antes de que se vaya a llevar a cabo la revisión de los tres años, el personal del programa
empezará a planificar el proceso de revisión de la siguiente manera:
a) Invitar a especialistas en la materia a que participen en el equipo de revisión. El equipo de revisión
se compondrá de miembros del equipo de desarrollo y de otros especialistas recomendados.
b) Recopilar las opiniones recibidas, las dudas planteadas durante la fase de divulgación, así como
otros comentarios y experiencias de los centros donde se ha implantado.
c) Recopilar nuevas guías de práctica clínica de la misma materia, revisiones sistemáticas,
metaanálisis, revisiones técnicas, investigación con ensayos clínicos controlados y aleatorizados,
y otra literatura relevante.
d) Elaborar un plan de trabajo detallado con plazos y resultados esperados.
5. La publicación de la Guía revisada se llevará a cabo de acuerdo con las estructuras y procedimientos
establecidos.
51
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Guía de buenas prácticas en enfermería
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Prevención primaria de la obesidad infantil
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Anexo A: Glosario de términos
Actividad física diaria de calidad (QDPA por sus siglas en inglés)
Programa de actividades que aspira a facilitar a niños y adolescentes un periodo prolongado de tiempo cada
día para participar en actividades físicas moderadas o intensas. Se ha hecho referencia a este concepto bajo
otros nombres como Actividad física diaria intensa o Educación física diaria de calidad. Estos términos se
utilizan a menudo para referirse a la actividad en el ámbito escolar. Sin embargo, la actividad física no se
limita al colegio ni al plan de estudios de salud y educación física.
Ambiente obesogénico
Un ambiente social, físico o económico que promueva un estilo de vida sedentario o menos activo y
un exceso de consumo de comida y, en particular, un mayor consumo de comida con alto contenido
en grasa y calorías.
Consenso
Un proceso para la toma de decisiones, y no un método para crear nuevos contenidos. En el mejor de los
casos, el consenso solo hace el uso de la mejor información de que se dispone, ya se trate de datos científicos
o del conocimiento de los participantes (Black et al, 1999).
Ensayo controlado aleatorizado
Estudio en el que los sujetos se asignan a distintas condiciones al azar y en el que al menos una de esas
condiciones es un control o una comparación.
Equilibrio energético
Estado en el que el consumo total de energía es igual a la energía total gastada.
Familia
Quienquiera que el paciente considere como miembro de su familia. Entre los miembros de la familia se
puede incluir a: padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos y personas importantes de la comunidad.
Guías de práctica clínica o Guías de buenas prácticas
Instrucciones desarrolladas de manera sistemática para ayudar a profesionales de la salud y pacientes en la
toma de decisiones acerca de los cuidados de salud más adecuados en circunstancias (prácticas) clínicas
específicas (Field & Lohr, 1990, pág).
Índice de masa corporal (IMC)
Medida de asociación entre el peso (kg) y la estatura (m2) de un individuo, calculado en kg/m2 que clasifica a
2
los adultos en peso más bajo de lo normal (IMC <18,5 kg/ m ) peso normal (IMC =18,5 – 24,9 kg/ m2),
sobrepeso (IMC >25,0 – 29,9 kg/ m2), u obeso (IMC >30 kg/ m2). El IMC guarda correlación con la grasa
corporal pero no es una medida directa de la misma. Se han desarrollado medidas de corte estándar para
niños a partir de las curvas de percentil basadas en las medidas corporales seleccionadas para los niños
estadounidenses www.cdc/gov/growthcharts.
63
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Interdisciplinar
Profesionales de la salud que representan la pericia de varias disciplinas sanitarias y otros sectores que
participan en el proceso de respaldar a pacientes y a sus familias durante los cuidados.
Marco ecológico
Modelo teórico que identifica múltiples niveles (o factores) de influencia de cara al diseño, implantación y
evaluación de programas de promoción de la salud (McLeroy, Bibeau, Steckler, & Glanz, 1988).
Metaanálisis
Uso de métodos estadísticos para resumir los resultados de estudios independientes, proporcionando así una
estimación más precisa de los efectos de la asistencia sanitaria que la derivada de los estudios individuales
incluidos en una revisión (Alderson, Green & Higgins, 2004).
Obesidad
Condición de exceso de grasa corporal. No existe una medida directa de la grasa corporal de un niño que sea
de aplicación inmediata en el ámbito sanitario. La recomendación actual se basa en el uso del IMC por edad
y sexo, mayor del percentil 95 según las curvas de crecimiento del CDC para determinar aquellos con un
mayor riesgo debido al sobrepeso. Se recomienda un nuevo corte internacional para el IMC de adultos que se
corresponde con los niveles de 25 y 30 para sobrepeso y obesidad respectivamente en estudios poblacionales
(Cole, Bellizzi, Flegal, & Dietz, 2000).
Paciente
Un individuo, familiar u otra persona significativa, grupo, comunidad y/o población que sea objeto de las
actividades de enfermería.
Prevención familiar
Prevención de enfermedades en individuos o poblaciones mediante la promoción de la salud, y separada de
la prevención de las complicaciones de enfermedades ya existentes.
Promoción de salud
En 1986, la Organización Mundial de la Salud tomó la iniciativa de informar sobre el alcance de la promoción
de la salud mediante la creación de una definición funcional y un marco de acción. La promoción de la salud
se define como “...el proceso de capacitación de las personas para aumentar el control sobre, y mejorar, su
salud. Para alcanzar un estado de completo bienestar físico, mental y social, un individuo o grupo debe ser
capaz de identificar y llevar a cabo sus aspiraciones, satisfacer las necesidades y cambiar o adaptarse al
entorno".
64
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Recomendaciones para la formación
Informe de las necesidades de formación y de los planteamientos o estrategias educativas para la
introducción, implantación y sostenibilidad de las guías de buenas prácticas.
Recomendaciones para la organización y directrices
Propuestas de los requisitos para garantizar que los centros sanitarios permitan una implantación con éxito
de la Guía de buenas prácticas. En gran medida, las condiciones para el éxito de las guías dependen de la
institución. No obstante, también están implicadas las políticas gubernamentales o sociales.
Recomendaciones para la práctica
Proposiciones de buenas prácticas basadas en la evidencia o consideradas buenas prácticas por un equipo de
expertos, dirigidas a los profesionales de la salud.
Revisión sistemática
Aplicación de un método científico riguroso en la preparación de un artículo de revisión (National Health and
Medical Research Centre, 1998). Las revisiones sistemáticas indican si los efectos de la atención sanitaria son
coherentes y si los resultados de la investigación pueden aplicarse a diferentes grupos de población, entornos
y diferencias en el tratamiento (p.ej. la dosis); y si los efectos pueden variar de forma significativa. El uso de
una metodología explícita y sistemática en las revisiones limita el margen de error (errores sistemáticos) y
reduce los efectos fruto del azar, lo que proporciona unos resultados más fiables sobre los que sacar
conclusiones y tomar decisiones (Alderson. Green & Higgins, 2004).
Sobrepeso
La clasificación de sobrepeso en niños se asocia actualmente a un percentil del IMC (por edad y sexo) >85
y <95. Los estudios de investigación a menudo utilizan los cortes recomendados a nivel internacional y que
se corresponden al IMC de 25 - 29,9 en adultos.
65
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo B: Estrategia de búsqueda de la
evidencia existente
PASO 1 – Búsqueda en bases de datos
La búsqueda en bases de datos de guías existentes sobre la obesidad fue realizada por la biblioteca de una
universidad de ciencias de la salud. Asimismo se realizó una búsqueda inicial en las bases de datos de
MEDLINE, Embase y CINAHL de guías y artículos publicados desde el 1 de enero de 1995 hasta septiembre
de 2003, utilizando para ello los siguientes términos: "obesidad", "niños", "adolescentes", "adultos",
"sobrepeso", "índice de masa corporal", "complicaciones/riesgos de salud", "prevención de la obesidad",
"enfermedades crónicas", "prevención primaria", "intervenciones", "ensayos aleatorizados controlados",
"revisiones sistemáticas", "guía(s) de práctica", "guía(s) de práctica clínica", "normas", "declaraciones por
consenso", "consenso", "guías basadas en la evidencia" y "guías de buenas prácticas" (la búsqueda se realizó
utilizando los correspondientes términos en inglés).
PASO 2 – Búsqueda estructurada de páginas web
Un individuo buscó una lista oficial de páginas web con contenido relacionado con el tema que nos atañe.
Esta lista, revisada y actualizada en diciembre de 2003, fue recopilada según los conocimientos del momento
sobre páginas web basadas en la evidencia, promotores de guías conocidos y recomendaciones de la
literatura médica. Se anotó la presencia o ausencia de guías en cada página web, así como la fecha de la
búsqueda. En aquel momento, las páginas no contenían ninguna guía pero dirigían a otra página web o
fuente para la recuperación de guías. Las guías fueron o bien descargadas si la versión completa estaba
disponible o bien encargadas por teléfono o correo electrónico.
n
Agency for Healthcare Research and Quality: http://www.ahcpr.gov
n
Alberta Heritage Foundation for Medical Research – Health Technology Assessment: http://www.ahfmr.ab.ca//hta
n
Alberta Medical Association – Clinical Practice Guidelines: http://www.albertadoctors.org
n
American College of Chest Physicians: http://www.chestnet.org/guidelines
n
American Medical Association: http://www.ama-assn.org
n
British Medical Journal - Clinical Evidence: http://www.clinicalevidence.com/ceweb/conditions/index.jsp
n
Canadian Coordinating Office for Health Technology Assessment: http://www.ccohta.ca
n
Canadian Task Force on Preventive Health Care: http://www.ctfphc.or
n
Centers for Disease Control and Prevention: http://www.cdc.gov
n
Centre for Evidence-Based Mental Health: http://cebmh.com
n
Centre for Evidence-Based Pharmacotherapy: http://www.aston.ac.uk/lhs/teaching/pharmacy/cebp
n
Centre for Health Evidence: http://www.cche.net/che/home.asp
n
Centre for Health Services and Policy Research: http://www.chspr.ubc.ca
n
Clinical Resource Efficiency Support Team (CREST): http://www.crestni.org.uk
n
CMA Infobase: Clinical Practice Guidelines: http://mdm.ca/cpgsnew/cpgs/index.asp
n
Cochrane Database of Systematic Reviews: http://www.update-software.com/cochrane
n
Database of Abstracts of Reviews of Effectiveness: http://www.york.ac.uk/inst/crd/dare.hp.htm
n
Evidence-based On-Call: http://www.eboncall.org
n
Government of British Columbia – Ministry of Health Services: http://www.hlth.gov.bc.ca/msp/protoguides/index.html
n
Institute for Clinical Systems Improvement: http://www.icsi.org/index.asp
n
Institute of Child Health: http://www.ich.ucl.ac.uk/ich
n
Joanna Briggs Institute: http://www.joannabriggs.edu.au/about/home.php
n
Medic8.com: http://www.medic8.com/ClinicalGuidelines.htm
66
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Prevención primaria de la obesidad infantil
n
Medscape Women’s Health: http://www.medscape.com/womenshealthhome
n
Monash University Centre for Clinical Effectiveness: http://www.med.monash.edu.au/healthservices/cce/evidence
n
National Guideline Clearinghouse: http://www.guidelines.gov
n
National Institute for Clinical Excellence: http://www.nice.org.uk
n
National Library of Medicine Health Services/Technology Assessment:
http://hstat.nlm.nih.gov/hq/Hquest/screen/HquestHome/s/64139
n
Netting the Evidence: A ScHARR Introduction to Evidence-Based Practice on the Internet:
http://www.shef.ac.uk/scharr/ir/netting
n
New Zealand Guidelines Group: http://www.nzgg.org.nz
n
NHS Centre for Reviews and Dissemination: http://www.york.ac.uk/inst/crd
n
NHS Nursing & Midwifery Practice Development Unit: http://www.nmpdu.org
n
NHS R & D Health Technology Assessment Programme: http://www.hta.nhsweb.nhs.uk/htapubs.htm
n
PEDro: The Physiotherapy Evidence Database: http://www.pedro.fhs.usyd.edu.au/index.html
n
Queen’s University at Kingston: http://post.queensu.ca/~bhc/gim/cpgs.html
n
Royal College of General Practitioners: http://www.rcgp.org.uk
n
Royal College of Nursing: http://www.rcn.org.uk/index.php
n
Royal College of Physicians: http://www.rcplondon.ac.uk
n
Sarah Cole Hirsh Institute: http://fpb.cwru.edu/HirshInstitute
n
Scottish Intercollegiate Guidelines Network: http://www.sign.ac.uk
n
Society of Obstetricians and Gynecologists of Canada Clinical Practice Guidelines:
http://www.sogc.medical.org/sogcnet/index_e.shtml
n
The Canadian Cochrane Network and Centre: http://cochrane.mcmaster.ca
n
The Qualitative Report: http://www.nova.edu/ssss/QR
n
Trent Research Information Access Gateway: http://www.shef.ac.uk/scharr/triage/TRIAGEindex.htm
n
TRIP Database: http://www.tripdatabase.com
n
U.S. Preventive Service Task Force: http://www.ahrq.gov/clinic/uspstfix.htm
n
University of California, San Francisco: http://medicine.ucsf.edu/resources/guidelines/index.html
n
University of Laval – Directory of Clinical Information Websites: http://132.203.128.28/medecine
n
University of York – Centre for Evidence-Based Nursing: http://www.york.ac.uk/healthsciences/centres/evidence/cebn.htm
PASO 3 – Exploración mediante motores de búsqueda
Se llevó a cabo una búsqueda suplementaria de guías existentes sobre obesidad infantil en páginas web a
través del motor de búsqueda "Google", empleando los mismos términos de búsqueda anteriormente
mencionados. Una persona llevó a cabo ese trabajo, anotando los resultados de los términos de búsqueda, las
páginas revisadas, la fecha y un resumen de las conclusiones. Los resultados fueron criticados más adelante
por una segunda persona que identificó las guías y la literatura que no se recuperaron en un primer
momento.
PASO 4 – Búsqueda manual / contribuciones del equipo
Además, los miembros del equipo ya disponían de algunas de las guías identificadas así como de las
revisiones sistemáticas. En alguna ocasión, el equipo identificó una guía o revisiones sistemáticas pero no
pudieron encontrarlas mediante las estrategias de búsqueda previamente mencionadas.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
PASO 5 – Criterios principales de selección
El método de búsqueda previamente mencionado reveló cinco guías, varias revisiones sistemáticas y
numerosos artículos relacionados con la obesidad y los niños.
El último paso para determinar si la guía de práctica clínica sería evaluada de forma crítica era tener a dos
personas cribando las guías en base a los criterios que aquí se exponen. Dichos criterios fueron determinados
por consenso del equipo:
n La guía tiene que estar en inglés;
n Con fecha no anterior a 1997;
n Centrada estrictamente en el área temática;
n Basada en la evidencia, por ejemplo, contiene referencias, descripción de la evidencia, fuentes; y
n Disponible y accesible para su recuperación.
RESULTADOS DE LA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
A continuación, se ofrece una lista de los resultados de la estrategia de búsqueda y la decisión de las guías
identificadas mediante una evaluación crítica. Cinco guías reunieron los requisitos y fueron evaluadas de
forma crítica mediante la herramienta: Evaluación de guías para la investigación y la valoración (Appraisal of
Guidelines for Research and Evaluation, AGREE Collaboration, 2001) .
TÍTULO DE LA GUÍA SELECCIONADA Y SOMETIDA A REVISIÓN CRÍTICA
Centers for Disease Control and Prevention. (1997). Guidelines for comprehensive programs to promote
healthy eating and physical activity among young people.
[Versión electrónica]. Disponible en: http://www.cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtm
National Health & Medical Research Council. (2003). Clinical practice guidelines for the management of
overweight and obesity in children and adolescents.
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Nutrition and Physical Activity Workgroup. (2002). Guidelines for comprehensive programs to promote
healthy eating and physical activity. [Versión electrónica]. Disponible en:
http://www.astphand.org/programs/guidelines.htm
Scottish Intercollegiate Guidelines Network. (2003). Management of obesity in children and young
people [Versión electrónica]. Disponible en: http://www.sign.ac.uk/pdf/sign69.pdf
Weight Realities Division of the Society for Nutrition Education. (2003). Guidelines for childhood
obesity prevention programs: Promoting healthy weights in children. [Versión electrónica]. Disponible
en: http://sne.org/Chi_Obesity.pdf
68
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Anexo C: Proyecto de práctica efectiva en
salud pública (herramienta para la
valoración de la calidad)
1. ¿Se planteó una estrategia de búsqueda para los estudios primarios?
Sí
No
NS/NC
2. ¿La búsqueda ha sido global?
Sí
No
NS/NC
(marque Sí en caso de que se buscara en dos bases de datos diferentes, por ejemplo: ciencias sociales y
médica)
Bases de datos electrónicas: enfermería, medicina, ciencias sociales (solo inglés u otros idiomas)
Otras fuentes: informadores esenciales, listas bibliográficas
3. ¿Se describieron los criterios relevantes para los estudios primarios?
Sí
No
NS/NC
4. ¿Se valoró la calidad (puntos fuertes y débiles) de los estudios primarios?
Sí
No
NS/NC
5. La valoración de la calidad incluía:
Sí
No
NS/NC
6. ¿La revisión incluye las conclusiones más allá de las descritas o enumeradas en Sí
No
NS/NC
No
NS/NC
Los criterios incluyen: participantes, intervenciones, resultados, diseño
(Mínimo requerido: 3/6 de los criterios siguientes)
diseño del estudio
muestra de estudio
resultados factor de confusión
intervención
medidas de
seguimiento
los resultados del estudio primario?
7. ¿Los datos presentados de todos los estudios son suficientes para respaldar las
Sí
conclusiones de la revisión?
PUNTUACIÓN TOTAL ________________
TIPO DE CALIDAD
(rodee una con un círculo)
SÍ
(entre 6 y 7)
(entre 4 y 5)
(3 o inferior)
FUERTE
MODERADO
DÉBIL
NO
NS/NC – No sabe no contesta
Reimpresión autorizada.
Fuente: Public Health Research, Education & Development Program
Hamilton, Ontario.
69
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo D: Valoración crítica de
las revisiones sistemáticas
Las siguientes revisiones fueron sometidas a una valoración crítica para ayudar en el desarrollo de las
primeras recomendaciones.
Ammerman, A., Lindquist, C. H., Lohr, K. N., & Hersey, J. (2002). The efficacy of behavioral interventions to
modify dietary fat and fruit and vegetable intake: A review of the evidence. Preventive Medicine, 35, 25-41.
Austin, S.B. (2000). Prevention research in eating disorders: Theory and new directions. Psychological
Medicine, 30, 1249-1262.
Dobbins, M., Lockett, D., Michel, I., Feldman, L., Vohra, F., & Miccuci, S., (2001). The effectiveness of school
based interventions in promoting physical activity and fitness among children and youth: A systematic
review. Effective Public Health Practice Project. Hamilton: City of Hamilton, Social & Public Health Services.
Hoelscher, D.M., Evans, A., Parcel, G., Kelder, S.H. (2002). Designing effective nutrition interventions for
adolescents. Journal of the American Dietetic Association, 102(3), S1, S52-S63.
Khan E. B, Ramsey, L. T., Brownson, R. C., Heath, G. W., Howze, E. H., Powell, K. E., Stone, E. J., Rajab, M. W.,
Corso, P., & The Task Force on Community Prevention (2002). The effectiveness of interventions to increase
physical activity: A systematic review. American Journal of Preventive Medicine, 22, 73-107.
Pratt, B. M., & Woolfenden, S. R. (2002). Interventions for preventing eating disorders in children and
adolescents. (Cochrane Review). The Cochrane Library. Oxford: John Wiley & Sons, Ltd.
Miccuci, S., Thomas, H., & Vohra, J. (2002). The effectiveness of school-based strategies for the primary
prevention of obesity and for promoting physical activity and/or nutrition, the major modifiable risk factors
for Type 2 Diabetes: A review of reviews. Effective Public Health Practice Project. Hamilton: City of Hamilton,
Social & Public Health Services.
Stone, E.J., McKenzie, T.L., Weld, G.J., & Booth M. L., (1998). Effects of physical activity in youth: Review and
synthesis. American Journal of Preventive Medicine, 15, 298-315.
70
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Anexo E: Recursos en Internet
El equipo de desarrollo, con las aportaciones de los revisores externos y otros colaboradores importantes, ha
recopilado una lista de instituciones, páginas web y otros recursos que pueden ser útiles para promover unos
hábitos alimentarios saludables y la actividad física entre los niños, familias, colegios, comunidades o
poblaciones.
Se facilitan, a título informativo, los enlaces a las páginas web ajenas a la RNAO. La RNAO no se responsabiliza
de la calidad, precisión, fiabilidad o actualidad de la información proporcionada en dichas fuentes. Además,
la RNAO no ha determinado hasta qué punto se han evaluado estos recursos. Para cuestiones relacionadas
con estas páginas deben dirigirse directamente a las mismas.
Active 2010: www.active2010.ca
n
n
Estrategia nueva e integral para aumentar la participación en el deporte y la actividad física en todo Ontario
Pause to Play: www.pausetoplay.ca
l
Página web para niños que quieran ser activos.
Active Healthy Kids Canada: www.activehealthykids.ca
n
n
Organización benéfica nacional que trabaja en asociación con otras para asegurar un futuro en el que
todos los niños y jóvenes valoren, participen en, y tengan los conocimientos necesarios para
comprometerse a llevar una vida activa y saludable.
Los programas incluyen:
l
Activ8
l
Programación en 8 cursos o niveles con retos mediante actividades de ejercicio físico.
l
Activ8 está disponible en francés y en inglés. Disponible en cuatro módulos de diferente gradación:
Jardín de infancia, Grados 1-3, Grados 4-6 y Grados 7-8.
l
Ready Set Go: Página web de deportes para las familias: www.readysetgo.org
l
Esta página proporciona información, herramientas y medios de la comunidad para ayudar a que los
padres animen a sus hijos a participar en algún deporte.
Active Minds, Active Bodies: www.lin.ca/resource/html/ac1020.pdf
n
Halton Active Living Network www.choices4health.org ha presentado una lista de libros para niños para
niveles de infantil hasta 2º de la ESO con mensajes positivos sobre la actividad física para ayudarles a
mejorar sus habilidades para la lectura y animarles a incluir el ejercicio físico en su vida diaria.
Aero-Pop Movin’ Groovin’ Program: www.aero-pop.com
n
Una novedosa e innovadora unidad curricular de fitness/baile para ayudar a los profesores de Canadá en
la enseñanza del plan de estudios de educación física y salud.
71
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Alberta Sport, Recreation, Parks and Wildlife Foundation
n
n
n
Ever Active Schools: www.everactive.org
l
Este programa basado en la evidencia está dirigido a animar, identificar y reconocer a colegios que
valoren y promuevan conductas y prácticas positivas y saludables, así como oportunidades de ejercicio,
a través de iniciativas que afecten a toda la comunidad escolar.
l
Reconoce y recompensa a aquellos colegios que se centran en procurar bienestar y actividades físicas a
su comunidad escolar y proporciona recursos para reflejar y medir de forma crítica las prácticas
actuales, las directrices y el entorno.
l
Guía recurso de la escuela activa de verano (2004): www.everactive.org/files/Ever%20Active%20booklet.pdf
Live Outside the Box: www.liveoutsidethebox.ca
l
Campaña de tres años cuyo objetivo es incrementar los niveles de actividad física en niños de entre 10
y 14 años en Alberta.
l
Una página web, patrocinada por Alberta Sport, Recreation, Parks and Wildlife Foundation (ASRPWF),
fundada por Alberta Community Development, que sirve como portal de información para una vida
activa, y el primero de una serie de carteles dirigidos a jóvenes de entre 10 y 14 años.
Schools Come Alive: www.schoolscomealive.org
l
Proporciona liderazgo mediante seminarios, desarrollo de recursos y socios colaboradores cuya
atención se centra en la ampliación de las oportunidades para realizar actividades físicas y en la
promoción de un estilo de vida activo y saludable en las comunidades escolares de Alberta (Canadá).
l
Produce el boletín informativo trienal “ACTIVE”, facilitando una copia a cada colegio y consejo escolar
de Alberta, ofrece talleres para cubrir diversas necesidades de la comunidad escolar, y proporciona
educación física y para la salud de calidad en Alberta.
American Public Health Association: www.apha.org
n
Herramienta para la intervención en niños y adolescentes con sobrepeso:
www.apha.org/ppp/obesity_toolkit
BAM! Body and Mind: www.bam.gov
n
n
n
Un destino online para niños creado por los Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC
por sus siglas en inglés).
Diseñado para niños de entre 9 y 13 años, ¡BAM! Body and Mind les proporciona la información necesaria
para hacer elecciones para un estilo de vida saludable. La página se centra en temas que los niños
consideran importantes, como el estrés y una buena forma física, utilizando una jerga infantil, juegos,
concursos y otras actividades interactivas.
¡BAM! Body and Mind también ayuda a los profesores, facilitándoles actividades interactivas, educativas y
divertidas que están relacionadas con los principios educativos nacionales para la ciencia y la salud.
72
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Calgary Health Region: www.calgaryhealthregion.ca
n
n
Iniciativa comunitaria para la prevención de la obesidad infantil:
www.calgaryhealthregion.ca/childobesity
l
Este programa realizado en Calgary (Canadá) proporciona liderazgo y apoyo para la prevención de la
obesidad infantil en la comunidad mediante el asociacionismo y la promoción.
l
Los recursos disponibles en esta página incluyen:
l Prevención comunitaria de la obesidad en Canadá: el documento técnico
l Prevención comunitaria de la obesidad: un marco para la acción comunitaria
l Varias herramientas de planificación
Snactivity Box: www.calgaryhealthregion.ca/hecomm/nal/child/DaycareToolkit.pdf
l
Pensado para los profesionales que trabajan en centros de día o en guarderías con niños pequeños, la
Snactivity Box contiene 22 actividades interactivas para promover unos buenos hábitos alimentarios y
un estilo de vida activo en niños de entre dos y seis años.
l
La Snactivity Box contiene instrucciones y la mayoría del material necesario para desarrollar las
actividades (empaquetado cuidadosamente en un archivador con carpetas en una caja de plástico fácil
de transportar). El kit incluye 12 actividades sobre alimentación sana y 10 actividades para una vida
activa.
l
Se han planificado evaluaciones para 2005 y se incluirán pruebas piloto en unos 25 centros de día y
guarderías en Calgary y alrededores.
Canadian Association for Health, Physical Education, Recreation and Dance (CAHPERD): www.cahperd.ca
n
n
n
Asociación benéfica nacional del sector del voluntariado cuyo mandato es influir en el desarrollo saludable
de niños y jóvenes abogando por una educación física y para la salud de calidad en los colegios.
Esta página contiene herramientas para ayudar a las comunidades a abogar por una educación física diaria
de calidad (incluyendo un kit de presentación).
Ofrece consejos e historias satisfactorias para guiar e inspirar a las comunidades hacia el cambio.
Canadian Association for the Advancement of Women and Sport and Physical Activity (CAAWS):
www.caaws.ca
n
n
CAAWS es una organización nacional sin ánimo de lucro, fundada en 1981 que trabaja junto con Sport
Canada y con las comunidades deportivas y con comunidades de vida activa de Canadá para lograr la
igualdad de sexos en la comunidad del deporte.
Mothers in Motion: http://caaws.ca/mothersinmotion/home_e.html
l
Una página web para aquellas mujeres que quieren llevar un estilo de vida saludable y que sus hijos
sigan su ejemplo.
Canadian Fitness and Lifestyle Research Institute: www.cflri.ca
n
Una agencia de investigación nacional preocupada por aconsejar, educar e informar a los canadienses
sobre la importancia de llevar un estilo de vida activo y saludable.
73
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Canadian Paediatric Society (CPS) – Caring for Kids: www.cps.ca
n
n
n
Esta página está dedicada a la salud de los niños y proporciona recursos para que lleven un estilo de vida activo
y saludable.
En 2001, el CPS lanzó una estrategia nacional sobre un estilo de vida saludable y activo para jóvenes y
niños, y proporciona información y recursos a sus miembros (herramientas prácticas y medios para la
educación del paciente) y enlaces a páginas web que pueden utilizar los profesionales de la salud para
trabajar con pacientes, familiares y en comunidades locales. (Haga click en Programs and Advocacy y luego
en Healthy Active Living). Entre los recursos se encuentra:
l
Prescripción para niños activos y sanos: www.cps.ca/english/proadv/HAL/prescription.htm
l
Este bloc de notas es una herramienta fácil de utilizar que ayuda a controlar el progreso del niño
hacia un estilo de vida más sano.
l
Healthy Active Living Quick Reference Sheet
http://www.cps.ca/english/proadv/HAL/Reference_Sheet.pdf
l
Esta guía rápida ha sido diseñada para aconsejar paso a paso a jóvenes y a niños sobre cómo llevar
una vida sana y activa.
Caring for Kids: www.caringforkids.cps.ca
l
Una web diseñada para facilitar a los padres información sobre la salud y el bienestar de sus hijos.
Enlaces a Health Eating (incluida la promoción de hábitos alimentarios saludables) y a una vida activa
y sana para jóvenes y niños.
Canadian Intramural Recreation Association of Ontario: www.cira.mohawkc.on.ca/resource.html
n
n
Organización sin ánimo de lucro para profesionales de la educación, el ocio y la salud cuyo objetivo es
animar, promocionar y desarrollar un estilo de vida activo y saludable y el crecimiento personal a través de
programas internos y recreativos dentro de la comunidad educativa.
Hay numerosos recursos disponibles en la página para colegios y familias que se pueden descargar y/o
comprar. Estos incluyen:
l
Recess Revival: http://cira.mohawkc.on.ca/FinalRecessRevival.pdf – una guía de implantación para la
promoción de la actividad física y juegos de cooperación para niños de primaria. Guía suplementaria a
CIRA Ontario’s Active Playground Resources para asistir a profesores, supervisores del patio y líderes
semejantes en la promoción de juegos divertidos y de cooperación en el patio.
l
You’re It! (“¡Tú la llevas!”) Tag, Tag and More Tag (Libro recopilatorio de juegos tradicionales, juegos
en grupo, juegos de pelota, etc.)
l
Dances Even I Would Do (“Bailes que incluso yo haría”)
l
Great Gator Games (juegos con pelota para incrementar la motricidad)
l
Not Just Another Games Book (libro de recopilación de juegos variados)
l
Another Games Book (libro de recopilación de juegos)
l
Mass Appeal
l
Schlockey (juego de exterior: http://www.ciraontario.com/content/schlockey2.pdf)
l
50 Games with 50 Tennis Balls (recopilación de juegos con pelotas de tenis)
l
Active Playgrounds (recopilación de más de 100 juegos para jugar en el patio)
l
Why Paper and Scissors Rocks (libro de recopilación de juegos que implican el juego de “piedra,
papel o tijera”)
l
Bang For Your Buck (libro que incluye 100 juegos de naturaleza variada)
l
Oodles of Noodles (50 juegos para realizar con cilindros de espuma fuera de la piscina)
74
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC por sus siglas en inglés): www.cdc.gov
n
n
n
Capacitación del gráfico de crecimiento de CDC
l
Proporciona gráficos de crecimiento y una presentación en PowerPoint sobre los gráficos de CDC
www.cdc.gov/growthcharts/training/powerpoint/index.htm
Guías con programas de salud para escuelas y comunidades que promocionan unos hábitos saludables
durante toda la vida.
Guía para los servicios preventivos de la comunidad: www.thecommunityguide.org
Dietistas de Canadá: www.dietitians.ca
n
n
n
Comienzo de la vida con salud: www.dietitians.ca/healthystart
l
Iniciativa nacional de colaboración para la promoción de la salud, diseñada para fomentar el desarrollo
de una alimentación sana y modelos de actividad durante la etapa preescolar (de 2 a 5 años). Su objetivo
es asistir a los preescolares para adquirir una conducta y unas actitudes saludables que se conviertan en
hábitos para toda la vida.
l
Estrategias y recursos prácticos para ayudar a padres y cuidadores a que sus hijos coman bien y se
mantengan activos.
l
Enlaces a recursos para profesionales de la salud.
l
Recursos que pueden descargarse, basados en resultados de la Valoración de necesidades y de la
Exploración del entorno (ambas pueden descargarse de la página web). El informe de evaluación de este
programa (que también se puede descargar) no ha sido aún analizado de forma crítica.
l
Recursos relacionados con una comida sana y el ejercicio físico.
Comer + Rastreador de actividades (EATracker): www.dietitians.ca/eatracker
l
Una herramienta web que permite a los visitantes hacer un seguimiento de sus elecciones diarias de
alimentos y actividades, facilitando después un informe personalizado sobre el consumo total de
energía (calorías) y nutrientes esenciales basado en las recomendaciones según la edad, el sexo y el nivel
de actividad. El índice de masa corporal (IMC) también se calcula para determinar si el peso está dentro
de los límites saludables.
l
Hace un seguimiento de las elecciones actuales de alimentos y actividades, y revisa el progreso a lo largo
del tiempo.
Red de evidencia basada en la práctica: www.dieteticsatwork.com/pen
l
Herramientas para la práctica basadas en la evidencia de cara a optimizar los servicios de nutrición de
los profesionales de la salud y que les servirá de ayuda a la hora de contestar a las preguntas que surjan
en la práctica diaria.
75
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Proyecto práctico y efectivo sobre salud pública (EPHPP por sus siglas en inglés):
www.hamilton.ca/phcs/EPHPP/EPHPPResearch.asp
n
n
Iniciativa clave del programa de investigación, formación y desarrollo de la salud pública (PHRED por sus
siglas en inglés) (www.phred-redsp.on.ca) realizado de forma conjunta por el Ministerio de Sanidad y
Atención a Crónicos de Ontario y los Servicios comunitarios y de salud pública de Hamilton (Ontario,
Canadá).
Ofrece revisiones sistemáticas y un resumen de recomendaciones para médicos y responsables de las políticas
en salud pública.
En forma, saludable y listo para aprender: Una guía de política sanitaria escolar:
www.nasbe.org/HealthySchools/fithealthy.mgi
n
n
Ofrece indicaciones para el establecimiento de un marco político general para los programas de salud
escolares y directrices específicas sobre tópicos variados.
La guía de directrices está organizada en torno a ejemplos de normas que reflejan las buenas prácticas, que
pueden ser adaptadas para adecuarse a las circunstancias locales. Asimismo se incluyen explicaciones de
los puntos tratados en estos ejemplos, pasajes de políticas estatales y locales actuales, citas remarcables y
otra valiosa información que los seguidores pueden utilizar para justificar las políticas de salud en los
colegios.
Go For Green: www.goforgreen.ca
n
n
Organización nacional de beneficencia sin ánimo de lucro que anima a los canadienses a realizar
actividades físicas saludables al aire libre siendo al mismo tiempo buenos ciudadanos con el entorno.
Programa de rutas escolares activas y seguras: www.goforgreen.ca/asrts/home_e.html
Gobierno de Ontario: www.gov.on.ca
n
n
Peso saludable, vida sana: Informe médico ejecutivo sobre la salud 2004 (Chief Medical Officer of Health
Report).
www.health.gov.on.ca/english/public/pub/ministry_reports/cmoh04_report/healthy_weights_112404.pdf
Unidades de salud pública de Ontario
www.health.gov.on.ca/english/public/contact/phu/phuloc_mn.html
l
Facilita una lista de unidades de salud pública de Ontario.
Health-evidence.ca: www.health-evidence.ca
n
n
Ofrece un registro de búsquedas en línea de evidencias de calidad y eficacia probada para la toma de
decisiones en salud pública y promoción de la salud.
Orientado en la actualidad a profesionales de la salud y responsables de las políticas de salud.
76
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Health Canada: www.hc-sc.gc.ca
n
n
Agencia de salud pública
l
Unidad de actividad física
l
Tiene la responsabilidad dentro de la Agencia de salud pública de Canadá de dirigir el rol del
gobierno federal en cuanto a actividad física se refiere. El trabajo de esta Unidad gira en torno al
asociacionismo desde una perspectiva multisectorial, de varios niveles y multidisciplinar.
l
Guías de actividad física para jóvenes y niños:
www.phac-aspc.gc.ca/pau-uap/paguide/child_youth/index.html
l
Esta página ofrece una variedad de recursos de actividades físicas para niños, profesores y familias e
incluye:
l
Guía familiar para la actividad física
l
Para niños:
www.phac-aspc.gc.ca/pau-uap/paguide/child_youth/pdf/KidsFamguideEnFINAL.pdf
l
Para jóvenes:
www.phac-aspc.gc.ca/pau-uap/paguide/child_youth/pdf/YthFamilyGuideEnFinal.pdf
l
Guía del profesor para la actividad física:
l
Para niños:
www.phac-aspc.gc.ca/pau-uap/paguide/child_youth/pdf/KidsTeachguideEnFINAL.pdf
l
Para jóvenes:
www.phac-aspc.gc.ca/pau-uap/paguide/child_youth/pdf/YthTeachersGuideEnFinal.pdf
l
Salud de la población: www.phac-aspc.gc.ca/ph-sp/phdd
l
Salud escolar (en la infancia y la adolescencia)
Oficina de política y promoción de la nutrición: www.hc-sc.gc.ca/hpfb-dgpsa/onpp-bppn/index_e.html
Acceso a la información sobre la Guía canadiense de alimentación sana, Consumo de referencia
alimentario y Peso saludable (Canada’s Food Guide to Healthy Eating, Dietary Reference Intakes, and
Healthy Weights) .
Fundación del corazón y el accidente cerebrovascular de Canadá: www.heartandstroke.ca
n
n
Organización nacional voluntaria sin ánimo de lucro cuya misión consiste en mejorar la salud de los
canadienses mediante la prevención y reducción de las discapacidades y muertes provocadas por
cardiopatías e ictus, mediante la investigación y la promoción de la salud.
Sección sobre vida sana (healthy living) en la web con información importante sobre:
l
Cómo ser activo
l
Alimentación sana
l
Salud familiar: para padres con propuestas para mantenerse activos y comer bien como familia,
incluyendo el póster de las "11 maneras de ayudar a sus hijos a ser más activos físicamente".
l
Cuestionarios de vida activa y de alimentación sana
l
Recursos para profesores
77
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Aumentar la actividad física mediante el diseño de la comunidad: Una guía para profesionales de la salud
pública:
www.bikewalk.org/technical_assistance/resources_information/publications/ipa_guide/IPA_full/index.htm
Instituto de Medicina (IOM): www.iom.edu
n
Prevención de la obesidad infantil: Salud en equilibrio: www.iom.edu/report.asp?id=22596
l
Informe que detalla las conclusiones y recomendaciones del Comité del Instituto americano de
Medicina para la prevención de la obesidad en jóvenes y niños (IOM’s Committee on Prevention of
Obesity in Children and Youth) desarrollado como parte de una estrategia global nacional que aconseja
acciones específicas para familias, colegios, la industria, comunidades y el gobierno.
l
Proporciona un examen general de la naturaleza, extensión y consecuencias de la obesidad en niños y
jóvenes de EE.UU., incluidos los factores sociales, ambientales y alimentarios responsables de su mayor
predominio.
l
El plan de acción expone los objetivos y recomendaciones para la prevención de la obesidad y la
promoción de un peso saludable en jóvenes y niños de varios sectores de la sociedad. Explora las
acciones necesarias para iniciar, respaldar y mantener los cambios sociales y en el estilo de vida que
pueden invertir la tendencia entre nuestros jóvenes y niños.
Red de información sobre el estilo de vida: www.lin.ca
n
Brinda servicios para la gestión del conocimiento a la comunidad de individuos, instituciones y agencias
que tienen interés en el desarrollo de comunidades e individuos sanos. El "kit de consejos para un invierno
activo" para la seguridad en el invierno da ideas sobre actividades y proporciona información divertida y
que motiva para mantenerse físicamente activo durante el invierno (de uso especialmente para los
colegios).
Programa de larga vida para los niños mediante una vida sana y activa: www.cca-kids.ca/llk.html
n
n
Lanzado en octubre de 2004, Long Live Kids es una iniciativa nacional que anima a los niños a comer con
juicio, a moverse más y a ser cautos con los medios de comunicación. Desarrollado por anunciantes
preocupados por los niños (Concerned Children’s Advertisers) www.cca-kids.ca en colaboración con el
gobierno, socios comunitarios y partidarios de la industria. Entre los participantes en el programa se
incluyen Active Healthy Kids Canada, Boys and Girls Clubs of Canada, Canadian Association for Health,
Physical Education, Recreation and Dance (CAHPERD), Canadian Diabetes Association, Canadian Home
and School Federation, Canadian Teachers’ Federation, Coalition for Active Living, Dietitians of Canada,
Health Canada, Kids Help Phone, YMCA, YWCA, y Dra. Rena Mendelson de Ryerson University, School of
Nutrition.
Long Live Kids es una campaña de marketing social que dura tres años, diseñada para educar a niños,
padres y educadores sobre la obesidad infantil mediante la promoción de la actividad física, una
alimentación sana y conocimiento de los medios de comunicación. Promueve la sensibilización a través
de un anuncio en la televisión pública sobre la actividad física y la alimentación sana, centrándose en el
equilibrio energético. Además, está respaldado por un programa educativo impartido en colegios y
comunidades de Canadá para ayudar a padres e hijos a tratar el problema de la obesidad.
Misión nutrición: www.missionnutrition.ca
n
Programa educativo diseñado para fomentar un crecimiento y desarrollo sano en niños, elaborado por
dietistas de Canadá y el equipo de Registered Dietitians de Kellogg Canada Inc.
78
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Muskoka-Parry Sound Health Unit
n
Los niños y "sentirse enjaulado": www.mpshu.on.ca/PhysicalActivity/cabin.htm
l
Sugerencias de actividades de interior como alternativa a jugar a la intemperie cuando haga mal
tiempo.
Instituto nacional de nutrición: www.nin.ca
n
n
Informes sobre nutrición y alimentación sana para niños.
Instituto independiente de nutrición, consumidores, gobierno e industria que promueve las asociaciones
entre estos sectores.
Asociación para la educación física y de la salud de Ontario (OPHEA por sus siglas en inglés):
www.ophea.net
n
n
Comunidad en línea de individuos y organizaciones comprometidos con la mejora de la salud física y el
bienestar de jóvenes y niños.
Recursos excelentes para profesores y profesionales de la salud pública.
Salud pública de Otawa: www.city.ottawa.on.ca
n
n
n
Tarjeta informativa sobre la alimentación escolar:
www.city.ottawa.on.ca/city_services/yourhealth/youth/nutrition/report_card_en.shtml
l
Herramienta que ayuda a valorar lo bien que su colegio fomenta la comida sana.
Empezando: Primeros pasos para la mejora de la alimentación en su colegio:
www.city.ottawa.on.ca/city_services/yourhealth/youth/nutrition/school_en.shtml
Mantenerse en forma durante el tiempo en familia:
www.city.ottawa.on.ca/city_services/yourhealth/youth/physical_activity/family_en.shtml
l
Este recurso ofrece consejos a las familias para reducir el sedentarismo y ser una familia activa.
Actividad física y vida familiar: www.edu.pe.ca/activeliving/family.htm
n
De la Alianza para una vida activa de la Isla del Príncipe Eduardo (PEI’s Active Living Alliance):
www.edu.pe.ca/activeliving/home.htm
Actividades para ampliar el tiempo en familia y mantenerla activa.
Public Health Grand Rounds: www.publichealthgrandrounds.unc.edu/
n
Una serie de retransmisiones vía satélite y vía Internet en las que se presentan estudios de casos de la vida
real sobre temas de salud, abarcando desde la obesidad hasta el bioterrorismo, desde el síndrome
respiratorio agudo severo (SARS por sus siglas en inglés) hasta la seguridad alimentaria. Véase "La
obesidad, ¿una elección personal o una consecuencia del entorno?".
Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario (RNAO): www.rnao.org
n
n
Departamento de salud y política de enfermería:
Ayuda a continuar con la política de salud pública y a promover la plena participación de las enfermeras
universitarias en la elaboración y ofrecimiento de servicios de salud ahora y en el futuro. Los recursos
disponibles incluyen pasar a la acción: Acción política y kit de información para las enfermeras
universitarias, así como herramientas para la acción política y declaraciones de posicionamiento.
Programa de Guías de buenas prácticas en enfermería: www.rnao.org/bestpractices
Ofrece una visión general del programa de guías de buenas prácticas de la RNAO, de las guías disponibles
y los recursos de implantación.
79
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Salud pública de Toronto: www.city.toronto.ca
n
n
Recopilación de programas de nutrición.
l
Folletos informativos sobre nutrición.
Descubra la comida sana: www.city.toronto.on.ca/health/dhe_index.htm
l
Este recurso de apoyo curricular (se puede descargar una versión completa) ofrece una selección de
actividades educativas acordes con el plan de estudios de educación física y salud de Ontario.
l
Incluye antecedentes, un glosario y un listado con recursos adicionales.
TV – Cadena apagada: www.tvturnoff.org
n
Organización nacional sin ánimo de lucro que anima a niños y a adultos a ver mucha menos televisión
para promover una vida y comunidades más sanas.
VERB: www.cdc.gov/youthcampaign/
n
n
Campaña de marketing nacional, social y multicultural coordinada por el Departamento de Salud y
Servicios Humanos de los Centros para el control y la prevención de enfermedades de EE.UU (CDC, por
sus siglas en inglés).
Recursos e información para hacer que la actividad física asidua sea "guay" para los adolescentes y resulte
divertida. Asimismo, los materiales de VERB sirven para aquellas instituciones que no ofrecen
directamente programas para los adolescentes pero que pueden promover entre los jóvenes la
importancia de la actividad física regular a través de comunicaciones, debates, cambio de política y
formación de los que imparten los programas.
Orden victoriana de enfermeras (VON por sus siglas en inglés): www.von.ca
n
Recursos e información sobre un programa de salud y bienestar comunitario.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Anexo F: Puntos de debate - Herramienta de
recursos
Fuente: American Dietetic Association Foundation, Chicago, Illinois. Reimpresión autorizada.
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo G: Centro para el control y la
prevención de enfermedades. Ejemplo de
gráfico de crecimiento según el IMC (chicas)
Reproducción del: National Center for Health Statistics en colaboración con el National Center for Chronic Disease Prevention and
Health Promotion (2000). Disponible en: www.cdc.gov.growthcharts
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Anexo H: Centro para el control y la prevención
de enfermedades. Ejemplo de gráfico de
crecimiento según el peso y la edad (chicas)
Reproducción del: National Center for Health Statistics en colaboración con el National Center for Chronic Disease Prevention and
Health Promotion (2000). Disponible en: www.cdc.gov.growthcharts
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo I: Centro para el control y la
prevención de enfermedades. Ejemplo de
gráfico de crecimiento según el IMC (chicos)
Reproducción del: National Center for Health Statistics en colaboración con el National Center for Chronic Disease Prevention and
Health Promotion (2000). Disponible en: www.cdc.gov.growthcharts
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Anexo J: Centro para el control y la prevención
de enfermedades. Ejemplo de gráfico de
crecimiento según el peso y la edad (chicos)
Reproducción del: National Center for Health Statistics en colaboración con el National Center for Chronic Disease Prevention and
Health Promotion (2000). Disponible en: www.cdc.gov.growthcharts
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo K: Guía de referencia rápida sobre la
vida sana y activa
Fuente: Canadian Paediatric Society, Ottawa, Ontario. Disponible en: www.cps.ca. Reproducido con autorización.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
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Guía de buenas prácticas en enfermería
Anexo L: Descripción de la Herramienta
Las Guías de buenas prácticas sólo pueden implantarse de manera satisfactoria cuando se dan las
condiciones siguientes: recursos, planificación y respaldo administrativo e institucional adecuados, así como los
medios precisos. Para este propósito, la RNAO, a través de un equipo de enfermeras, investigadores y gestores, ha
desarrollado la Herramienta de implantación de las Guías de práctica clínica basada en la evidencia existente,
perspectivas teóricas y consenso. Se recomienda el uso de esta Herramienta para la implantación de cualquier
Guía de buenas prácticas clínicas en toda institución de atención sanitaria.
La "Herramienta" orienta paso a paso a los grupos e individuos que trabajan para planificar, coordinar y
facilitar la implantación de la Guía. En concreto, la "Herramienta" sigue los pasos siguientes para la
implantación de la Guía:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Identificar una Guía de práctica clínica basada en la evidencia y bien desarrollada.
Identificación, valoración y compromiso de los colaboradores.
Valorar si el entorno es adecuado para la implantación de la Guía.
Identificar y planificar estrategias de implantación basadas en la evidencia.
Evaluar la planificación y la implantación.
Identificar y garantizar los recursos necesarios para la implantación.
Obtener resultados positivos al implantar las Guías en la práctica, y conseguir cambiar la práctica clínica,
resulta una tarea extremadamente compleja. La "Herramienta" supone un recurso fundamental para
gestionar este proceso.
La Herramienta está disponible en la Asociación Profesional de Enfermeras de
Ontario. El documento está disponible en formato impreso por una tarifa
reducida y también gratuito en la página web de la RNAO. Para obtener más
información, solicite una hoja de pedido o descargar la Herramienta, por favor,
no deje de visitar la página web de la RNAO www.rnao.org/bestpractices.
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Prevención primaria de la obesidad infantil
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Guía de buenas prácticas en enfermería
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Prevención primaria de la obesidad infantil
Notas:
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Marzo de 2005
Guía de buenas prácticas en
enfermería
Prevención primaria de la obesidad infantil
El programa está financiado
por Government of Ontario

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