ENTREVISTA: MARIA GULEGHINA - Soprano

Transcripción

ENTREVISTA: MARIA GULEGHINA - Soprano
Àmbit geogràfic: Espanya
Secció:
Periodicitat: Diari
05/03/2004
La Cultura / Espectáculos
Pàg: 48
ENTREVISTA: MARIA GULEGHINA - Soprano
"La ópera exige al cantante jugárselo todo en una función"
JAVIER PÉREZ SENZ - Barcelona EL PAÍS | Espectáculos - 05-03-2004
Hay voces que llegan a los teatros acompañadas por los clarines publicitarios de la industria del disco.
No es el caso de la soprano ucrania Maria Guleghina, que lleva casi dos décadas triunfando en los
mejores teatros del mundo con sus propias armas: una voz poderosa y un temperamento dramático.
Siente devoción por la ópera italiana y en especial por Verdi. Con Macbeth vivió una noche gloriosa en
el Liceo de Barcelona, en 2001, bajo la batuta de Riccardo Muti, y con esta misma ópera regresa al
coliseo barcelonés, en un montaje que se estrena el 18 de marzo. "La ópera tiene unos códigos, un
ritual, como los toros, que exige al cantante jugárselo todo en una función, y creo que es bueno
conservarlos", comenta.
Dos grandes barítonos españoles, Juan Pons y Carlos Álvarez, se alternarán en el papel de Macbeth en
el montaje que marca el bautismo escénico de Guleghina en el Liceo, una coproducción del Covent
Garden de Londres y la Ópera de París, dirigida musicalmente por Bruno Campanella y escénicamente
por Phyllida Lloyd. "Es un montaje simbólico que muestra los sentimientos de los personajes de forma
muy reveladora. No me importa que un montaje sea clásico o moderno si está hecho con inteligencia y
respeto. Lo que no acepto son las extravagancias y los caprichos de los directores de escena que
desvirtúan lo que debe expresar el personaje".
Guleghina vive entregada a la ópera italiana. Tiene nada menos que 18 personajes verdianos en su
repertorio, a los que añade dos títulos de Puccini por los que siente predilección, Tosca y Manon
Lescaut. "Cada cantante debe buscar su propio camino y tratar de no imitar a nadie. Yo escogí la ópera
italiana y llevo 18 años cantando los grandes papeles verdianos. No canto ópera alemana y apenas
ópera rusa, porque no quiero alternar repertorios tan distintos. Y creo que mi elección ha sido acertada".
Tiene una voz de las que arrasan y está acostumbrada a lidiar en escena con personajes dramáticos de
tesitura inclemente. "Es curioso, a veces algunos críticos dicen que mi voz es demasiado grande y casi
parece que sea algo malo. El problema es que cada vez hay más voces pequeñas, más uniformidad, un
nivel más previsible; por eso, el público actual es menos mitómano".
Guleghina reconoce que prescindir de los agudos no escritos por Verdi, pero esperados con fruición por
el público, no siempre es fácil. "Cuando actúo con directores que no son Muti, doy esos agudos, y no lo
saben", dice entre risas. "Lo importante es mostrar tu propia personalidad sin traicionar los deseos del
compositor", asegura, al tiempo que lamenta la escasez de batutas que conocen a fondo las voces.
"Hay directores que conciben la ópera con mentalidad sinfónica y con ellos la ópera pierde su esencia.
Cada vez hay menos maestros que aman y conocen en profundidad las voces".
Ha compartido escenario con los mejores tenores del mundo y, a la hora de escoger un tenor, no duda.
"Me encanta la voz de Luciano Pavarotti, pero, como artista completo, adoro a Plácido Domingo.
Cuando te dirige, sientes su ayuda, sabe arroparte porque conoce en carne propia los sufrimientos y las
necesidades del cantante".
MARCEL·LÍ SÀENZ / Maria Guleghina, ayer en el Liceo
 EL PAÍS Diputació de Barcelona. Institut del Teatre. Centre de Documentació i Museu de les Arts Escèniques

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