Dibújame un cuento, cuéntame un cuadro
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Dibújame un cuento, cuéntame un cuadro
Dibújame un cuento, cuéntame un cuadro … IX CERTAMEN ARTÍSTICO - LITERARIO Organiza: AMPA Colegio Público Gesta I AÑO 2007 2 AGRADECIMIENTOS A los profesores: Berta y Eugenio A los padres: Francisco José, Rosana, Carmen A, Carmen, Enrique, Mercedes, Paloma, Rosa, Silvia y José Manuel. Y al resto de profesores y equipo directivo del Colegio Público Gesta I, sin cuya colaboración no hubiese sido posible llevar acabo este Certamen. 3 PREMIOS DE DIBUJO Ciclo Infantil 1er Premio Eduardo García Rodríguez(nº 8) 1º B EI 1er Premio Estrella Martínez García (nº 7) 2º E.I. 1er Premio María Pérez Zamanillo (nº 9) 3º E.I. 2º Premio Malena Domínguez Sirgo (nº 10) 2º A E.I. 3er Premio Victoria Pérez Alperi (nº 11) 1º B EI er 1 Ciclo de Primaria 1er Premio Patricia García Regueras (nº 6) 2º B 2º Premio Paula de V.D. (nº 4) 3er Premio Carolina Hernández A-Quiñones (nº 5) 1º B 2º Ciclo de Primaria 1er Premio Daniel Basante Viñuela (nº 1) 3º A 2º Premio Jaime Mon Bianco (nº 2) 4º B 3er Premio Sara Fernández Villaverde (nº 3) 4º A 3er Ciclo de Primaria 1er Premio Alex M. Verbitsky Atencio (nº 12) 5º A 2º Premio Paco Fernández Villoria (nº 13) 6º A 3er Premio Carlota Alonso López (nº 14) 6º A Accesit Pablo Hernando Rodríguez (nº 15) 5º A 4 El viaje en el tiempo (nº 1) El bosque del terror y el montañero (nº 2) 5 Buscando a Nemo (nº 3) El arca de Noe (nº 4) 6 101 dálmatas (nº 5) Don Quijote de la Mancha (nº 6) 7 Campo de amapolas (nº 7) El pequeño conejo blanco (nº 8) 8 Blancanieves (nº 9) Campo de amapolas (nº 10) 9 El pequeño conejo blanco (nº 11) La batalla de los árboles (nº 12) 10 Don Quijote de la Mancha (nº 13) 11 La bella y la bestia (nº 14) Mis amigos los Monstruos (nº 15) 12 “La habitación encantada” (Van Gogh) Bañistas en la playa (J. Sorolla) Toda la clase Juan Antonio Abol-Braso González La muchacha en la ventana (Salvador Dalí) Clara Valdés Álvarez Perdidos (J.Sorolla) María Iglesias Alonso Mi pato “Patoso” (bodegón de sus abuelos) Silvia Fernández Flórez La gallina ciega María Martínez Embíl Campo de amapolas Claudia Alonso López Aventura en el Museo El Carnaval Alejandro Galán Bermúdez El cuadro mágico de Las Meninas. Pablo Hernando Rodríguez El indiano y su mujer. Álvaro Sampedro Díaz. El Museo. Marcos. La Monna Lisa y D’vinci se pelean. Daniel Corrales La Monna Lisa marchosa. Carla Fernández González. La Monna Lisa. Javier Menéndez Crespo. Los Borrachos de Velázquez. Ana Fernández-Peña. Los Borrachos. Ana de la Fuente. Los Portales. Miguel Arduengo. Pedro en el museo de Bellas Artes de Asturias. Alfredo Sampedro Díaz. El quitasol. Marina Valdés Álvarez La historia del cuadro de las Meninas. Laura Díaz Merayo Gala. Ana de Arquer González La Monna Lisa. Alejandro Rego Hevia El escondite de Monna Lisa. Pablo Álvarez Fueyo La Monna Lisa. Lucía Fernández González Los días de Gala. Lucía Brazuelo Cabeza El dolor pintado en un cuadro. Adrián Pereira Vicente La Gioconda La Monna Aburrida. Margarita Álvarez-Cienfuegos González La Caída del Tiempo. Carlota Alonso López La liebre. Paco Fernández La muerte de Ofelia. Teresa Suárez Antuña 14 CUENTOS PREMIADOS Educación Infantil 3º B Mención especial: La habitación de Van Gogh Autores: Toda la clase Educación Primaria 1er Ciclo 1º premio: Bañistas en la playa (Joaquín Sorolla) Autora: Juan Antonio Abol-Braso González. Curso 2º B. Educación Primaria 2º Ciclo 1º premio: 2º premio: 3º Premio: Perdidos (basado en “Corriendo por la playa” J.Sorolla) Autora: María Iglesias Alonso. Curso 3º A. Campo de amapolas Autora: Claudia Alonso López Curso 4º A. Mi pato “Patoso” Autora: Silvia Fernández Flórez. Curso 3º B. Educación Primaria 3er Ciclo 1º premio: 2º premio: 3º Premio: El escondite de Monna Lisa Autor: Pablo Álvarez Fueyo Curso 6º A. La liebre Autor: Paco Fernández Curso 6º A. Aventura en el Museo Autor: Sara González Morales. Curso 5º A. 15 16 TÍTULO: “La habitación encantada” AUTOR: toda la clase de Infantil 5B CURSO: 5 años B ‘La habitación de Van Gogh’ Mirando el cuadro…noté que la puerta se abría. Entró un niño asustado porque oyó un ruido extraño. Se metió debajo de la cama. El niño vio una sombra en la ventana, creyó que era un gigante. El niño gritó ¡Socorro! ¡Auxilio!. Llegó Van Gogh con un ramo de girasoles, se tranquilizó el niño y se durmió. FIN 17 TÍTULO: “Bañistas en la playa (Joaquin Sorolla)” AUTOR: Juan Antonio Abol-Braso González CURSO: 2ºB Érase una vez dos vecinos que en un día de verano se conocieron y se hicieron amigos. Los dos vecinos tenían hijos que se llamaban Carlos, Raúl y Cristina. Decidieron quedar en la playa al día siguiente. Por la mañana estaban muy contentos porque iban a la playa. Llevaban gafas de bucear y redes para pescar cangrejos. Lo metieron en el coche y emprendieron el viaje. Se encontraron en la playa y construyeron un castillo de arena después bucearon y al final pescaron cangrejos y vieron peces. Sus padres estaban tomando el sol. Al anochecer se fueron a sus casas. Fue un día de verano fantástico para ellos.. FIN 18 TÍTULO: La muchacha en la ventana (Salvador Dalí) AUTOR: Clara Valdés Álvarez CURSO: 3ºA Hace 1 año que esto me ocurrió. Yo estaba en la cama, y me dormí muy pronto. Por la noche muy noche muy tarde vamos, me desperté y fui a ver mi cuadro favorito. “LA MUCHACHA EN LA VENTANA” de Dalí. Cuando llegué a la sala… ¡El cuadro no estaba! ¡HO NO! Lo busqué por todos sitios ¿Y sabéis dónde estaba? ¡En la lavadora! De verdad no sé como se me ocurrió mirar en la lavadora… ¡Bueno que estaba allí y es que estaba allí! ¿Vale? Pero… ¡era diferente! La muchacha tenía el brazo alzado y la cabeza estaba girada hacia mí. Lo llevé al cuarto y allí lo miré fijamente y me dormí, me volví a despertar, y entonces dije… -Debo estar soñando. Claro que yo nunca sufría uno de estos sueños. En realidad tenía miedo al sueño. ¡El sueño era una pesadilla una gran pesadilla! Empecé a llorar y llorar hasta que sentí un cambio en el cuadro ¡Un enorme cambio! las lágrimas habían hecho que el cuadro se clarease y no se viera bien. Una hora después el cuadro volvió a ser tal como Dalí lo hizo. Sentí gritos, golpes, frases y enfado entonces vi a Dalí, estaba hablando con una persona muy arreglada que decía que el cuadro de Dalí era espantoso. Yo me enfadé muchísimo y Dalí me agarró la mano y dijo que estaba conmigo. Entonces… ¡Me desperté! ¡Todo había sido un sueño. FIN TÍTULO: Perdidos (basado en el cuadro “Corriendo por la playa” J.Sorolla) AUTOR: María Iglesias Alonso CURSO: 3ºA Un día mientras visitaba con mis padres y mi hermano el museo de Bellas Artes de Oviedo, vi en una sala un cuadro precioso, era de un niño y dos niñas que corrían por la playa, lo pintó Joaquín Sorolla en 1.908 y entonces me vino a la cabeza una historia que les paso a unos amigos míos cuando estaban de vacaciones en Valencia y que os voy a contar: Es la historia de un niño llamado Raúl que cumplía 7 años y dos niñas gemelas de 10 años. Eran las 8 de la mañana cuando Raúl el más madrugador fue a la cocina y… ¡Sorpresa!¡Feliz cumpleaños! – Dijeron todos, dejando a Raúl asustado. Él dijo: Que susto ¿Cómo os habéis levantado tan temprano? No te lo vamos a decir. – Dijeron María y Marina. 19 ¿Y por qué no? – Dijo Raúl a punto de echarse a llorar. Porque es un secreto. – Dijo mamá - ¿Qué quieres para tu cumpleaños? Una balsa hinchable – Dijeron María, Marina y Raúl a la vez ¡Vale! – Contestaron papá y mamá también a la vez - ¿Queréis ir a la playa? Claro, pero queremos la barca ahora miso – Y así entre risas, empujones, bromas, etc. llegaron a la playa y se compraron la barca. ¡Nos vamos! – Exclamaron las gemelas felices, no se lo podían creer, por fin tenían una barca para ellas y su hermano. Pero no os alejéis mucho. ¿Vale? – Dijo papá.- Nosotros descansaremos, venid que os echo crema. No me apetece ir al mar, el agua estará helada. – Pero ellos ya se habían ido cansados de escucharle. Ay ¡Está helada! – Dijo Raúl nada más meter un dedo en el agua ¡Aparta enano! – Gritaron María y Marina – Que vamos – Y se tiraron Vamos, el agua está estupenda.- Y así se montaron en el bote, remaron, remaron, remaron, remaron y remaron, pero se fueron del limite de seguridad. Se hizo por la tarde y divisaron una roca y decidieron ir a ver si podian quedarse, pero cuando estaban cerca, la barca y se estrelló, con tal mala fortuna que se dió con un pincho fuerte y grande y se pinchó. ¡Fue espantoso! Y tan violento que Raúl cayó y se hizo mucho daño. ¡Bua, bua, bua! Me duele la rodilla y encima no sabemos donde estamos. ¡Bua, bua, bua! No me gusta este sitio. Mira una isla, podemos nadar hacia ella – Dijeron las gemelas excitadas – Vamos a probar, tú Raúl apóyate. Vale. – Dijo él sonriendo y vendándose la herida con hojas. Ya voy, ¡esperarme! – Y las gemelas le ayudaron. Cuando llegaron, vieron piedras picudas y afiladas, también había palmeas con cocos y dátiles y árboles de plátanos. Pero a pesar de eso no había vida en la isla. Llego la noche e hicieron una cama calentita con ramas donde se acostaron los tres, cansados y medio dormidos. Se durmieron sin decirse buenas noches las dos niñas, pero Raúl no podía dormirse, pues oia ruidos raros y se imagina monstruos que salían de las sombras para devorarle y él decía: No-No-No me-me-me co-co-co-ma-ma-is. No me comáis – Repetía una y otra vez asustado hasta que se durmió. Por la mañana se despertó con unas espantosas ojeras, después de bañarse despertó a las gemelas, ellas se enfadaron tanto que un empujón tan fuerte que Raúl fue a parar al agua otra vez. ¡Ja, ja, ja, ja! Te lo tienes merecido por no dejarnos dormir – Dijeron las gemelas sin parar de reír No da gracia, ya me ha mojado mi ropa – Protesto Raúl saliendo del agua. – Ahora se ha mojado mi ropa – Dijo mientras la secaba ¿Qué hay de comer me muero de hambre. Cocos y plátanos – Contestaron las gemelas mirando a los árboles 20 Y yo se como vamos a abrir los cocos – Dijo María que había ido con su gemela al museo de la prehistoria en Teverga, con el colegio – Como prehistóricos. Que pena que papá y mamá no estén para vernos – Suspiró. Raúl consiguió 15 cocos y 15 plátanos y a cada uno les tocó: 5 cocos y 5 plátanos. Devoraron 2 plátanos y 2 cocos y se bebieron el agua de los cocos, luego se relamieron y jugaron al escondite, quedaba Raúl, María y Marina se escondieron. Cuando estaban escondidas aparecieron unos hombres y las secuestraron, también a Raúl. Los tres estaban muy asustados y no dijeron ni mu. Los metieron en una barca con motor y los llevaron a Denia, a una casa con barrotes de hierro. Uno de los tres hombres dijo: Niños os conocemos, tú eres Raúl y vosotras sois María y Marina, las gemelas. – Y se rió. Y tú eres Eric, él Miguel y el otro Juan – Contestaron las gemelas dejando a los tres blancos – Lo sabemos porque Eric y ustedes amenazaron a mi padre para que les diera su invento – Y Juan dijo: ¿Cómo lo sabéis? – Y las gemelas le contestaron: Porque pusimos cámaras de vigilancia y micrófonos cuando os vimos. – Y se rieron. Se enfadaron tanto los tres hombres que les encerraron. Tengo una idea – dijo María.- Mirad aquellas palomas son de nuestro amigo Pedro, por qué no le enviamos un mensaje de socorro. Vale – Dijo Raúl. Y le mandaron el mensaje atado a la para de una paloma. – Lleva esta carta a tu dueño paloma. – Le enviaron la carta a su amigo Pedro de 15 años que vivía en Denia, la carta estaba escrita en clave que Pedro y ellos conocían: Su amigo leyó la carta y se dijo: Los salvare aunque me cueste la vida. – Y se puso en camino. Al llegar, la puerta del jardín estaba cerrada y tuvo una idea fabulosa, consistía en coger una pelota y tirarla dentro llamaría y le dejarían entrar, y así lo hizo, hubo suerte y le dejo pasar Eric. Luego, él se coló en la casa y como no había nadie los buscó por la casa y los encontró, pero os voy a contar como: Estaba en el piso de arriba y oyó gritos de socorro en la última puerta. Vio en la puerta la llave, y la giró, se abrió la puerta y salieron Raúl y las gemelas. Fueron a avisar a la policía que capturó a los tres hombres y llevo a los niños con sus padres, ellos les dijeron que tenian que hacerles caso para otra vez, y los tres niños no desobedecieron jamás. 21 Vamos María, date prisa que papá y mamá se van – dijo mi hermano Manuel – No se por qué te has quedado embobada mirando ese cuadro tan feo ¡No es feo! – Grite yo enfadada. – Ya voy. – Me tranquilice cuando salimos afuera – Por fin aire libre – suspire – te echo una carrera enano Vale ¿Hasta donde? – Dijo mi hermano Hasta el mercadillo del Fontan 1, 2… y 3 – Y salimos corriendo mientras corríamos pensé que la historia era verdad pero no estaba muy segura, de lo que si estoy segura es que el cuadro es precioso. En la carrera gane yo por supuesto y mi hermano no protestó. COLORIN COLORADO ESTA HISTORIA SE HA ACABADO MORALEJA: El desobedecer a nuestros padres puede traer consecuencias peligrosas. FIN TÍTULO: Mi pato “Patoso” (Basado en un bodegón de la casa de sus abuelos) AUTOR: Silvia Fernández Flórez CURSO: 3ºB Hace 15 días estuve en Navia visitando a mis abuelos paternos. No había estado allí desde Semana Santa y todo seguía igual. Bueno, no todo porque la abuela había colgado en el pasillo un cuadro de un bodegón. No recuerdo exactamente la imagen. Había frutas, verduras, algunos objetos de barro y unas aves muertas: faisanes, codornices o… ¡Patos! Entonces mi cabeza empezó a recordar una historia que me ocurrió cuando era pequeña: Tenía cerca de 2 años, era verano y estaba en Fuso de la Reina, en casa de mis bisabuelos. Ya podía correr con mis piernecitas gordezuelas pero mi mamá decía que tenía que dejar de ser un “ratón pañalero”. Cuando por fin dejé el pañal mis papás me prepararon una bonita sorpresa “por ser una niña grande”. Un día llegaron a Fuso de hacer las compras en el Fontán. Traían comida pero también una cajita de zapatos con unos agujeritos en la tapa. Mamá puso la caja en mis manitas y yo me asusté mucho porque de ella salían unos ruidos extraños. ¡Todos se reían muchísimo al ver mi cara!... Entonces pusieron la caja en el suelo y al abrirla salió un patito muy muy pequeño, de color amarillo, peludito y suave como una bolita de algodón. Nos miramos sorprendidos y desde ese mismo omento empezó a seguirme por todos los sitios. 22 ¡Debía creer que era su mamá para porque yo también tenía una pelusa rubia en la cabeza y andaba todavía como un pato!... Cuando se acabó el verano, mis padres y yo viajamos a Madrid donde vivíamos en esa época. Volvíamos a visitar a la familia (y a nuestro “patito Patoso”) todas las vacaciones: En las Navidades cuando volví a Fuso, Patoso era ya muy grande. Patoso ya tenía plumas en lugar de pelusa y era de color blanco. En Semana Santa mis bisabuelos me dijeron que Patoso era una pata porque ponía huevos. ¡Al verano siguiente mi “Patosa” había desaparecido porque el perro del vecino le había dado un mordisco y la mató! Yo sigo acordándome de ella… En la comunión que celebraré este 12 de Mayo… ¡No vamos a comer “Magret de pato con risotto al caramelo de naranjas y azafrán como querían mis padres! ¡Siempre respetaré la memoria de mi “Patosa”! FIN 23 TÍTULO: La gallina ciega AUTOR: María Martínez Embíl CURSO: 4ºA En agosto fui a Madrid. Tuvimos que ir al aburrido museo del Prado, que remedio si no me castigaban. Me separé de mis padres y de mi hermano yendo a otra sala. Anunciaron por el altavoz que el museo cerraba en media hora. Fui corriendo a buscar a mis padres y a mi hermano. Antes de encontrarles vi un cuadro que me llamó mucho la atención, un cuadro llamado La gallina ciega y pintado por Goya. Había nueve personas, estaban en un corro, todos menos uno que estaba en el medio. Me quedé muy entretenida con ese cuadro. En ese momento no había nadie en la sala, todo estaba en silencio pero alguien lo rompió con un susurro que decía que si quería entrar en el cuadro que lo tocase y que jugara con ellos. Miré para el cuadro y asustada vi que el chico del medio era el que hablaba, ya no llevaba la venda que tenía que tener para jugar. Yo toqué el cuadro y ¡pataplás! Caí de culo en ele suelo del cuadro. Todos me saludaron amablemente y me preguntaron si quería jugar. Yo acepté. Me dijeron que quedara yo, no me gustaba mucho quedar pero bueno que más da. Me metí dentro del círculo y me puse la venda. Oí que se decían algo entre ellos pero no les entendí. Al lado de nosotros había un lago. Las personas que más cerca estaban del lago cuando vieron que me acercaba hacia ellos se soltaron. Todos se estaban riendo y yo no sabía por qué así que yo seguí y me caí al lago. ¡Ahora ya sabía por que se reían! Me ayudaron a subirme.¡Estaba toda empapada! Una chica llevaba en su bolso un vestido preciosísimo de época. Me lo puse y …. ¡Que guapa estaba! Vi que era tarde y me despedí. Cuando salí del cuadro dijeron por megafonía ¡Dentro de 5 minutos cerramos, diríjanse a la salida, por favor! De nuevo fui a buscar a mi familia, intentando no entretenerme. Siempre que pasaba por delante de alguien me miraban extrañados, y solían decir comentarios absurdos como ¿Esa niña habrá robado el traje? Cuando encontré a mis padres y a mi hermano me preguntaron lo mismo que le hubiese gustado decir a todos los que me vieron ¿De dónde sacaste ese vestido? Yo contesté es una larguísima historia. FIN TÍTULO: Campo de amapolas AUTOR: Claudia Alonso López CURSO: 4ºA Era el cumpleaños de mi abuela y como regalo especial me llevó al museo. Cuando llegamos me dijo que mirase las flores de un cuadro, pero yo 24 solo veía manchas, me alejé un poco y vi las flores. Pensé que a la abuela le gustarían una flores como esas. Cerré los ojos y respiré, estaba segura de que podía oler las flores, abrí los ojos y me encontré en un precioso jardín. Me encontré con un niño que se llamaba Jean que era el hijo de Monet, el famosos pintor. Le edí permiso para coger unas flores. Cuando tenía un precioso ramo me despedí de él hasta otro día. Salí del cuadro y vi que las flores se estaban marchitando, decidí coger otras flores. Seguí mirando los cuadros y vi uno titulado “Campo de amapolas” en él estaba Jean el hijo de Monet paseando por el campo de amapolas con su madre. Pensé que a la abuela le gustaría un ramo de amapolas, así que me metí en el cuadro. Jean se puso muy contento al verme, me ayudó a recoger las amapolas para la abuela. Más tarde nos pusimos a merendar bajo la sombra de un árbol. De repente una nube de abejas volaba hacia nosotros, iban detrás de mis amapolas. Salí corriendo, salté del cuadro, pero las abejas me seguían persiguiendo por toda la sala. Abrí la ventana y tiré las amapolas, las abejas salieron a la calle. Pensé que lo mejor sería comprar las flores de la abuela en un puesto de flores. Y así lo hice y a la abuela le gustaron mucho. FIN 25 TÍTULO: Aventura en el Museo. AUTOR: Anónimo CURSO: 5ºA Un día, fuimos de excursión la clase de 5º A al Museo de Bellas Artes. Cuando llegamos, un guardia nos abrió la puerta y nos hizo ir a una sala de cuadros famosos. Nos enseñaron, primeramente, una copia de la Monna Lisa. Era una mujer de piel blanca como la nieve y unos ojos marrones. Tenía el pelo largo y llevaba un vestido antiguo de color verde y negro. Su sonrisa era misteriosa. De repente, cuando la miré, ella me guiñó un ojo. Yo pensé que habían sido imaginaciones mías, pero no, ¡Ahora me había guiñado el otro ojo! Me quedé absorta mirándola para ver qué hacía ahora y, cuando miré para atrás para ir con mis compañeros, vi que… ¡No estaban! No había nadie, ni el profesor, ni el guardia. NADIE. Encima no sabía el camino hacia la salida…¡Estaba muy nerviosa! No sabía qué hacer…Oí una carcajada que salía del cuadro de la Monna Lisa. Miré hacia allí y vi que ella se estaba moviendo en el cuadro como si quisiera salir. Le pregunté: -¿Qué pretendes hacer? Me miró con cara rara y me respondió: -Sara acércate aquí. Quiero preguntarte una cosa, ¿Qué te pasa? ¿por qué estás tan confusa? ¡Yo estaba alucinando! Me estaba hablando un cuadro! No tuve más remedio que contestarle. Y le dije: -Es que cuando me guiñaste un ojo me quedé impresionada mirándote y los de mi clase se han ido y ahora no sé el camino hacia la salida…¿Sabes el camino hasta allí? La Monna Lisa se quedó pensando y después de un rato me dijo: -La verdad es que no lo sé. Ya sé que llevo muchos años aquí, pero… Bueno, le puedes preguntar a Los Borrachos de al lado. Le hice caso y fui al cuadro de al lado. Allí había nueve borrachos mal vestidos que tenían todos una boina en la cabeza y, en la mano, un vaso de cerveza. Me puse delante del cuadro y le dije al señor que estaba en medio: -Oiga, buenas tardes.¿Sabría decirme dónde está la salida? Me miró confuso y me dijo: Quién te manda aquí. Antes de decirle nada, pensaba que era, al menos, uno poco educado, pero, ¡Era más grosero…! Le contesté:´ -Me dijo la Monna Lisa que os viniera a preguntar dónde está la salida de este museo porque ella no lo sabía. ¿Me vais a contestar? De repente, el que estaba a su izquierda me dijo: 26 -Anda, por ser tú, te contestaremos: -Vas todo recto y, después giras a la derecha, vuelves a ir todo recto y ahí te encontrarás con una puerta. Ábrela, pasa por ahí y ya ate encontrarás con la salida. Yo le respondí, con cara muy alegre: -¡Muchas gracias!¡hasta luego! Me dirigí al cuadro de la Monna Lisa y le dije: -Ya me han dicho la dirección, supongo que ahora me tendré que ir, así que ¡Encantada de haberte conocido! Ah, por cierto nunca había hablado con un cuadro ¡Me has sorprendido mucho! Bueno espero volver a verte, ¡Hasta Pronto! -¡Adiós! – gritó ella desde el cuadro. Seguí el camino que me habían dicho Los Borrachos y así llegué a la salida. Allí me encontré con mis compañeros de clase. Menos mal que el profesor no se había dado cuenta de que había llegado ahora. Fue una aventura muy divertida…¡Qué cosas me pasan! ¡Los museos están llenos de misterio y encanto! FIN TÍTULO: El Carnaval. AUTOR: Alejandro Galán Bermúdez CURSO: 5ºA Yo fui de excursión con mis compañeros de clase al museo de Bellas Artes. Estuvimos viendo unos cuadros y me quedé embobado delante de uno de los cuadros. Se llamaba ‘ El Carnaval’ estaba hecho por Evaristo Valle. De repente escuché un ruido, me asusté, di unos cuantos pasos para atrás, choqué contra la pared, di media vuelta y vi que los cuadros no tenían los personajes que había pintadas. Alguien me puso la mano en el hombro, vi. a La Monalisa y sorprendido le dije: -¡Ho…ho…hola! -Hola, ah por cierto ¿Has visto mis colores? es que estoy en blanco y negro. – dijo. Se encienden las luces, veo que la Monalisa está en blanco y negro y veo a todos los chicos y chicas de los cuadros fuera, incluso los chicos del Carnaval. Todos me pidieron por favor que les ayudase a encontrar sus colores. Nos fuimos. Yo les dije por el camino que sí que les ayudaría a encontrar sus colores. Entramos en el cuadro de la Monalisa. Caminamos y caminamos pero no encontrábamos nada. Sin saberlo vimos una montaña llena de colores, de todos los colores. Subimos y en la cima había un frasco enorme de colores. Les tiré al contenido del frasco para que recuperasen sus colores y así fue. Recuperaron los colores. Y aquéllos cuadros siguieron gustando mucho. FIN 27 TÍTULO: El cuadro mágico de Las Meninas. AUTOR: Pablo Hernando Rodríguez CURSO: 5ºA Érase una vez un grupo de niños de un colegio que fueron de excursión al museo del Prado de Madrid. Uno de los niños se quedó mirando un cuadro que le gustó mucho. Se quedó tan impresionado que no se dio cuenta de que sus compañeros se habían marchado y el museo estaba cerrando. De pronto se encontró dentro del cuadro. Allí conoció a un pintor que estaba trabajando frente a un gran cuadro. Le dijo al niño que se llamaba Diego, que había nacido en Sevilla y que desde pequeño le gustaba mucho pintar. Ahora vivía en Madrid y trabajaba para el rey Felipe IV. El niño se dio un paseo por dentro del cuadro. Había un salón con el techo muy alto. El ambiente era algo oscuro con cuadros en las paredes. En el centro había una niña rubia que le dijo que era la infanta y que tenía sed. Inmediatamente vinieron sus damas de compañía a traerle agua. Le dijo al niño que si quería jugar con ella porque no le dejaban salir a la calle, pero en ese momento llegaron dos enanos algo enfadados diciendo que eran ellos los que se encargaban de divertir a la infanta. Además, detrás de los enanos, aparecieron un hombre y una mujer con aspecto de monja, para proteger a la niña. De pronto, el niño miró hacia el fondo de la sala y vio un espejo en el que se reflejaban dos personajes. El pinto le dijo que eran los reyes. Entonces el niño se asustó e intentó huir por unas escaleras, pero se lo impidió un señor vestido con una capa negra que se encargaba de vigilar las puertas. El niño se fue en dirección opuesta y tropezó con un perro mastín que estaba durmiendo. Cayó hacia atrás y cuando se levantó se dio cuenta de que estaba fuera del cuadro. Vino un señor con una linterna y lo sacó del museo. Fuera estaban sus compañeros muy preocupados y él les contó su mágica experiencia con el cuadro de ‘Las Meninas’ de Velázquez. FIN TÍTULO: El indiano y su mujer. AUTOR: Álvaro Sampedro Díaz. CURSO: 5ºA Un día, los niños de nuestra clase, fuimos a ver el museo Bellas Artes de Asturias en Oviedo. Allí nos enseñaron muchos cuadros, entre ellos, El indiano y su mujer. Aparecían una mujer sana y un indiano rico, pero feo y delgado. Cuando nos íbamos del museo, me pareció ver gente moviéndose, miré para atrás y el indiano y su mujer desaparecieron del cuadro. Pasados dos días alguien picó en la puerta, era el indiano que me dijo: -Álvaro, eres el elegido. Yo no tuve más remedio que seguirle. Él me llevaba al templo. Pasamos por la calle Uría y, de repente todo cambió. Llegamos a un campo de fútbol, él tocó 28 un botón y una base secreta empezó a resurgir del suelo. Yo, al principio, tuve miedo pero él me dijo que no era peligroso. Dentro de la base secreta me asignó el número 007 y tenía que espiar a un ladrón de cuadros. Buscando y buscando lo encontré. Entonces me inventé un plan y le tendí una trampa. Cuando estaba atrapado, llamé a la policía y lo arrestaron. Yo llevé al indiano a su cuadro pero su mujer no estaba allí. Así que le dije al indiano que se metiera en el cuadro y que yo le llevaría a su mujer. En poco tiempo encontré a la mujer perdida en el museo, la metí dentro del cuadro y me despedí. Después me fui a mi casa. FIN TÍTULO: El Museo. AUTOR: Marcos. CURSO: 5ºA Una noche de verano, en el museo, todo cobraba vida ¡cómo por arte de magia! Un día, Joan, un niño de 11 años, quedó atrapado en el museo por la noche. Estaba solo en ese oscuro museo. Su voz resonaba por las paredes haciendo un ambiente tétrico y desolador. Al cabo de media hora Joan tiritaba debajo de la mesa de recepción. De repente se oían voces de la sala de exposiciones, temblando y con paso lento se dirigió a la sala y, de pronto vio que todo cobraba vida. Joan asombrado habló con los personajes de ‘Adoración de los Magos’: -¿Qué pasa aquí? Un señor respondió: -Desde que cayó la maldición hace 50 años en el museo todos recobramos vida. -¿A qué se debe la maldición? – dijo Joan. -¡Se debe a una lápida de oro! – dijeron todos gritando. Joan encontró la lápida y la tocó y…de pronto se encontró en la cama. ¿Habrá sido un sueño? Nadie lo sabe. FIN TÍTULO: La Monna Lisa y D’vinci se pelean. AUTOR: Daniel Corrales CURSO: 5ºA Había una vez un niño llamado Daniel. Un día Daniel fue a Francia, a un museo de cuadros, al Louvre en París. Cuando estaba viendo la Monna Lisa anunciaron que era hora de cerrar. Daniel salió corriendo, pero cuando estaba en la puerta la cerraron delante de sus narices. Daniel se volvió a ver la Monna Lisa. De repente la Monna Lisa salió del cuadro y por arte de magia apareció D’vinci y empezaron a discutir. D’vinci la acusaba de hortera y la Monna Lisa 29 le respondía llamándole anticuado; los dos creían que eran los más importantes de la historia. Daniel puso paz entre ellos haciéndoles ver que eran igual de importantes. FIN TÍTULO: La Monna Lisa marchosa. AUTOR: Carla Fernández González. CURSO: 5ºA Era un verano muy caluroso. Hacía tanto calor, que los guardias del museo dejaban de vigilar para ir a tomar un refresco a un bar. Se iban cada cinco minutos y tardaban un cuarto de hora en volver. Durante ese cuarto de hora, los personajes de los cuadros del museo cobraban vida y hacían fiestas. La Monna Lisa acudía a todas las fiestas y bailaba hasta que los guardias volvían. No era mucho tiempo, pero a Monna le daba igual. Monna era alta. Tenía el pelo largo y negro. Poseía también unos ojos negros como el azabache y una piel bastante blanquecina. Todos los cuadros admiraban su gran belleza y ella siempre decía que no era tan guapa. Cuando Monna llegaba a su cuadro, se sentaba en su sillón y esperaba a que los guardias se marcharan otra vez. Un día, Monna no salió de su cuadro. Estaba enferma. Todos los cuadros que la rodeaban fueron a ayudarla. Los cuadros le dieron a Monna muchos medicamentos, pinceles, que la ayudaron. Al día siguiente, Monna ya se encontraba bastante mejor y ya pudo salir de fiesta con sus amigos y amigas. FIN TÍTULO: La Monna Lisa. AUTOR: Javier Menéndez Crespo. CURSO: 5ºA La Monna Lisa se sentía mal, porque un señor le había quitado la sonrisa y todo lo demás: Antes tenía un negro y su pelo era marrón oscuro y los ojos verdes. Lo que más destacaba era su sonrisa. Un día se le ocurrió salir del cuadro e ir a buscar a Leonardo da Vinci, su autor. Después de un largo tiempo caminando se sentó en una pradera. En ella habitaba un caracol que no era igual que los demás porque sabía hablar. La Monna Lisa le preguntó dónde vivía Leonardo da Vinci. EL caracol le dijo que en una ciudad llamada Venecia. La Monna Lisa fue en su búsqueda, tuvo que coger un barco. En el viaje nadie la reconoció porque había perdido su sonrisa. Cuando llegó a Venecia encontró a Leonardo pintando un cuadro. Ella le dijo que un señor le había la sonrisa que ella tenía. Leonardo da Vinci encontró la solución, volver a pintarle su sonrisa. 30 Al cabo de unos días Leonardo da Vinci le volvió a pintar la sonrisa. La Monna Lisa mucho más feliz que antes hizo el mismo viaje, pero de retorno para regresar al museo. Cuando llegó les dijo a los guardias que le pusieran un cristal ante todo para que no le pasase eso otra vez. Después el señor que le quitó la sonrisa lo volvió a intentar, pero no lo consiguió y la policía le detuvo. Pasaron los días y la gente fue sólo a ver el cuadro de la Monna Lisa y ella fue el cuadro más feliz del mundo. FIN TÍTULO: Los Borrachos de Velázquez. AUTOR: Ana Fernández-Peña. CURSO: 5ºA De noche. El museo está cerrado y dentro de él todos los personajes de los cuadros cobran vida. Pero a nosotros nos interesan unos en concreto…Los Borrachos de Velázquez. -¿Ya se han ido todos, hip..? – dijo el más joven. -Eh…¡Hip! Eso espero, porque no aguanto más sin beber. ¡Hip..! -Pues yo ¡hip!, cuando no mira ¡hip! Nadie, pego ¡hip! un buen traguito. -Ya,,,, pero los viejos como usted ya no disfrutan tanto de la cerveza como yo…¡hip! que soy joven…¡hip! De todos los cuadros salían los personajes, pero nuestros amigos ahí se quedaban bebiendo y hablando de cosas sin sentido. Teníais que verlos ahí sentados, a los ocho, bueno, cuatro, porque los otros cuatros estaban dormidos. El más joven se llama Luís, el mediano Pepe, el más mayor se llama Pedro y al mudo lo llaman Juan porque no saben su nombre. -¡¡Pedro, Luís!! ¡Ayuda, ayuda! -¿Qué pasa? Como chilles un poco más quedamos sordos. -Es por Juan, está…¡paralizado! -¡Claro, hombre! Lo que pasa es que alguien ha debido tocarle en las horas de visita y cuando nos tocan,,,¡Pues eso, nos quedamos paralizados! -Una cosa chicos, si os dais cuenta ya no estamos borrachos. -Pero…- dijo Luís- Si no estamos borrachos ¿El cuadro cómo se llama? -Voy a salir del cuadro para ver el nombre. Pedro salió, pero tuvo que empujarlo Luís. Cuando vio el nombre se quedó asustado, se llamaba: Los Machos. No podía ser verdad. No. Pedro se sintió impotente, pero luego reaccionó y entró rápidamente al cuadro y les dijo: -Chicos, tenemos que ponernos a beber. Y así fue, se pusieron a beber. Cuando se abrió el museo el cuadro no se llamaba: Los Machos sino que se llamaba: Los Borrachos. 31 FIN TÍTULO: Los Borrachos. AUTOR: Ana de la Fuente. CURSO: 5ºA Había una vez una niña llamada Enma, que era rizosa, alta y delgada. Un día su padre y su madre le dijeron que iban a ir al museo. En el museo había unos cuadros muy raros, pero hubo uno que le llamó la atención: Los Borrachos, de Velázquez. Por la noche, Enma se quedó encerrada en el museo. Oyó unas risas y unos murmullos que provenían de una sala muy grande. Se dirigió hacia esa sala y vio algo alucinante: -¡Los Borrachos de Velázquez! - gritó. Eran siete horribles hombres y sostenían cada uno una botella. Ellos se dieron la vuelta y dijeron: -¡Una niña! ¡Una horrible niña! Enma se dio la vuelta y echo a correr, pero ellos la alcanzaron. -¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? – gritaron. -Me…me…me llamo Enma – murmuró. -¿Enma? ¡Qué nombre más feo! – dijo uno de ellos, que era gordo y con la nariz roja. -¿Cómo os llamáis vosotros? – preguntó -Baron, Bloo, Lubin, Arthur, Sory y Lalo.- respondieron uno a uno. -¡Esos nombres sí que son feos! – dijo. -Bueno, ¿nos acompañas? – dijeron al unísono. -¿A dónde? – pregunto con cara perpleja. -Nada, nada. Tenemos una fiesta organizada en el museo – le contestaron. Encendieron la radio y ella y todos se pusieron a bailar toda la noche. Al día siguiente llegó el director del museo y ellos intentaron meterse en el cuadro, pero no pudieron. -¡Oh, no! ¡La puerta se ha cerrado! – dijo uno. ¿Qué puerta? – preguntó la niña. -La puerta que hay entre la realidad y la fantasía – dijo otro. El director del museo gritó: -¿Quién hay ahí?Todos se escondieron en el cuarto de la limpieza e intentaron no hacer ruido. -No hay nadie – dijo el director - ¡Bruuuum! El director se fue con un portazo. Ellos intentaron abrir la puerta del cuadro y encontraron una llave y una nota. -¿Qué pone? – preguntó la niña. -Lo voy a leer – dijo uno – Esta llave conduce hacia dentro del cuadro. Abrieron con la llave y entraron en el cuadro. -Adiós Enma – dijeron todos. 32 Después llegaron los padres de Enma y se fueron a casa. Todas las noches, Enma visita el museo y ve a Los Borrachos. FIN TÍTULO: Los Portales. AUTOR: Miguel Arduengo. CURSO: 5ºA Había una vez tres agricultores pobres, delgados, amables y altos. Un día se fueron a cultivar las patatas, que ya se acercaba la hora. Pero…, mientras ellos, felices plantaban las patatas, en su pueblo, Guernica, pasaba algo horrible…¡Los demonios bombardeaban su pueblo desde aviones! Ya, tarde, decidieron volver a su casa. Cuando regresaron, su sorpresa fue impresionante. Sus ojos no daban crédito a semejante destrucción. Entonces corrieron a su casa. Por suerte su perro estaba vivo y al verlo lo abrazaron. Al poco rato uno de ellos dijo: -No debemos quedarnos aquí mucho tiempo, corremos peligro. Entonces recogieron lo que quedaba entero y se fueron a…unos portales llamados cuadros. Los cuadros son 4 los que hay: Guernica, Los Borrachos, La Fragua de Vulcano y La Rendición de Breda. Su misión era salvar a Pablo Piccaso de las garras de Velázquez, rey de los demonios. Su primer portal era Los Borrachos. Al entrar se encontraron en un bar y allí un señor les ofreció una copita de cerveza. Pero…¡De repente se transformaron en cuatro mutantes! que eran: EL Guerrero Mutante. El Dragón Mutante. El Dios Mutante. Y. ¡El Perro Mutante! Los agricultores no cabían en su asombro y le preguntaron al señor por qué había hecho eso y él les contestó: -Os he dado este brebaje para que podáis vencer a los demonios deseclipsando el Sol de cada portal, pulsando el interruptor. -¿Qué es el interruptor preguntó el dragón mutante? – preguntó el dragón mutante. -El interruptor es un botón que, si se pulsa se deseclipsa el Sol.- respondió el señor. -Gracias por todo – le agradeció el Dios Mutante. Y así los cuatro mutantes se dirigieron al interruptor. Después de varias horas de búsqueda, no encontraron nada. -¿Por qué no vamos a preguntarle al señor dónde está? – preguntó el Guerrero Mutante. Entonces se dirigieron hacia el señor a lomos del Dragón Mutante. Cuando llegaron le preguntaron al señor que dónde estaba el interruptor y él les contestó: -Está en el Gran Árbol. Pero para cortarlo hace falta cortar un cuerno de demonio y con el cuerno cortáis el árbol. -¿Y?¿Dónde está ese árbol? – preguntó el Dragón Mutante. 33 Y él le volvió a contestar: -Está a cinco kilómetros de aquí dirección Este.Se dirigieron hacia allí y tendieron una trampa a un demonio. El demonio cayó directamente en ella. Entonces cogieron el cuerno de demonio y se dirigieron al árbol. Al cabo de un rato consiguieron por fin cortar el árbol y activar el interruptor. Nada más activar el interruptor se abrió el portal de ‘La Fragua de Vulcano’. Se metieron en el portal y… vieron a Vulcano, el Dios herrero forjando espadas para los demonios. Y a un señor que pasaba por ahí. Le preguntaron que por qué Vulcano, el gran Dios estaba forjando espadas para los demonios y les contestó: -‘Un espíritu maligno le poseyó y desde entonces está a merced de Velázquez’. Creyeron que el interruptor estaba en la fragua, y se dirigieron a ella. Una vez allí se pusieron manos a la obra. Pensaron que si miraban detenidamente la habitación de Vulcano encontrarían el interruptor, pero antes debían de atravesar el gran laberinto. Lo atravesaron de una manera muy fácil: EL Dios Mutante se transformó en fantasma, se cogieron de las manos y así llegaron a la habitación de Vulcano. Lo vieron apoyar su codo en un taburete, pero de repente el Dios Mutante se estrelló contra el taburete y Vulcano le dio un codazo al interruptor. Como en ‘Los Borrachos’ se abrió un portal. Pero éste les conducía a …’ La Rendición de Breda’. Aparecieron en el Ayuntamiento de Breda y oyeron decir al alcalde que deberían entregar las llaves del interruptor a los demonios si no querían que su ciudad desapareciese. Entonces los cuatro mutantes se enteraron del plan e hicieron una copia de las llaves. Y después se la dieron de oler al Perro Mutante. Pero antes tenían pasar por el volcán del demonio. Lo cruzaron volando a lomos del Dragón Mutante. Llegaron a la puerta. Justo en el momento que le iba a entregar las llaves a uno de los más poderosos demonios. Pulsaron el interruptor. Por fin tuvieron acceso al templo de Velázquez. El museo de Bellas Artes de Asturias. Está a punto de comenzar la batalla final. Velázquez contra los cuatro mutantes. ¡Comienza el enfrentamiento! Velázquez les lanza una pincelada y el Dios Mutante se lo refleja con el espejo de Venus y… ¡Vencieron! Consiguieron liberar a Piccaso y resucitar a las personas muertas. FIN TÍTULO: Pedro en el museo de Bellas Artes de Asturias. AUTOR: Alfredo Sampedro Díaz. CURSO: 5ºA Un día, un niño llamado Pedro, estaba jugando en el parque como un día de verano normal, pero, de repente, su familia salió del portal y dijeron a la vez: -¡Nos vamos al parque de atracciones! -¡Qué bien!- dijo Pedro. 34 - Era broma tonto- Repitió la madre. -¡Pero vamos al Museo de Bellas Artes de Asturias! – Exclamó Carmen, su madre. Entonces, el padre, la madre, el abuelo, el hermano y Pedro se dirigían al museo alegres y contentos. Pagaron la entrada y, a continuación, se dirigieron a la sala de Evaristo Valle, un gran pintor, a la sala de Pablo Piccaso, y así continuaron toda, toda la visita al museo. Tardaron una hora y media en hacer la visita y cuando salieron de allí, Pedro comentó a su familia: -¡Ha sido el mejor día de toda mi vida! Y yo pensaba que no me gustaba el arte. Y entonces, Pedro susurró a la madre al oído: -Mamá, sabes, igual me hago pintor. Y esta es la historia de Pedro, en el Museo de Bellas Artes de Asturias. FIN TÍTULO: El quitasol AUTOR: Marina Valdés Álvarez CURSO: 5ºB Había en una roca una señorita andaluza sentada. Al lado tenía un criado con una sombrilla. El criado sostenía el quitasol para tapar a la chica. Vámonos. – Dijo la señorita. Se levantó y echó a andar hasta una carroza que la señalaba hija del Duque de Peña Alta. El criado le abrió la puerta y le dió la sombrilla. Ese día hacía mucho viento y al dársela, voló. ¡ Cuánto lo siento, señorita!. ¡Estúpido! Le pediré a mi padre que te despida, y habrás de comprarme otro. Bien, señorita. La altiva señorita se metió en el coche y esperó. El coche se puso en marcha y fue hacia el pueblo y el palacete de lo lejos. Mientras, loa sombrilla había volado y volado… de momento, estaba en el suelo. Sin importancia. La señorita (Begoña) estaba llegando al pueblo. Una vez llegado al palacete, Begoña atravesó salas, salones y pasillos, hasta que llegó a una sala donde su padre le preguntó: ¡Hija mía! ¿Qué te ha pasado? El quitasol llegó a una campesina, María, que fue a devolvérselo a Begoña, que estaba en el jardín. ¿Qué quieres? ¿Es vuestro? – Begoña afirmó – Pues adiós. Pasa a verme. Adiós. 35 María volvería. Seguro. Cuando llegó a su casa, todo estaba revuelto, pero no faltaba nada. Menos el colgante. Corrió a palacio y le dijo a Begoña: ¡Mira! Es de noble ¿eh?. Sí. Enséñaselo a mi padre. El Duque dijo que era una casa noble, y que María debía partir. Begoña y María hicieron los preparativos y en un día estaban listas. En la otra Casa, decidieron que María era una noble y se quedaría. Begoña y María lucharon y consiguieron lo que querían. FIN TÍTULO: La historia del cuadro de las Meninas.. AUTOR: Laura Díaz Merayo CURSO: 5ºB Todo se remonta al siglo XVII si, allí empezó mi historia. Todo parecía normal pero en medio de la nada se oyó un ruido al que nadie hubiera prestado atención, pero ahí estaba yo sin perder de vista mi objetivo: “Proteger a las meninas”, decidí no prestar atención al ruido (Mala decisión), ese tal ruido era un contrabandista, me puse delante planté cara y dije “por encima de mi cadáver” a lo que él respondió “eso está hecho”; por suerte, mis padres me habían apuntado a clases de defensa personal. No tuvimos ningún otro percance hasta llegar a nuestro destino. Perdonad mis malos modales ya que no me he presentado: SOY LA HERMANA MAYOR DE LAS MENINAS, LA INFANTA MARGARITA. Mi padre es el rey de España, y yo la primera heredera al trono. Mis hermanas y yo fuimos a montar a caballo, nos lo pasamos dichosamente, cruzamos el río, el bosque, el lago y cuando llegamos vuelta a la realidad: otra vez volvimos a Venezuela, por el camino nos encontramos con un pintor que nos rogó que lo llevamos con nosotras. Le dimos una condición: que nos pintara un cuadro a todas con él. Aceptó. Se llamaba Velásquez, ahora se ha hecho muy Famoso con su cuadro. Si de algo estoy segura es que mis hermanas y yo nunca lo olvidaremos y espero que él a nosotras tampoco. FIRMADO: LA INFANTA MARGARITA. FIN 36 TÍTULO: Gala AUTOR: Ana de Arquer González CURSO: 6ºA Salvador Dalí hizo un dibujo de una muchacha llamada Gala mirando por la ventana.¿Qué miraba? Nunca se supo. Una noche mientras Dalí continuaba el cuadro oyó unas voces en su mente que le decían que le pusiera un vestido de color azul y bastante largo. Lo hizo, pero no porque le dieran miedo las voces, que no eran normales, si no porque él quería hacerlo así. Cuando acabó el cuadro lo dejó en su habitación hasta el día en el que alguien picó a su puerta de casa, cuando abrió la puerta vio que era Gala, la misma mujer que había pintado .Desde ese día cada vez que miraba ese cuadro, se sentía mal. Era como si alguien le obligara a deshacerse de él. FIN TÍTULO: La Monna Lisa AUTOR: Alejandro Rego Hevia CURSO: 6ºA Ella estaba sentada en un banco en su ciudad natal cuando un gran pintor y pensador, Leonardo Da Vinci le pregunta si ella estaría interesada en que su cara quedara plasmada en un papel. Ella accedió, la pinto en la plaza de Venecia, San Marcos. Tardó bastante en hacer ese hermoso retrato. Algunos dicen que sonreía porque a ella le gustaba Leonardo, pero yo creo que ella era consciente de que iba a durar eternamente y además pintada por un gran pintor. Aunque Leonardo tuvo que copiar un paisaje con un río detrás de ella. FIN TÍTULO: El escondite de Monna Lisa AUTOR: Pablo Álvarez Fueyo CURSO: 6ºA Capítulo I: Un hombre extraño Juan es un hombre muy extraño. Cuando era pequeño lo tomaban por un empollón porque se pasaba todo el tiempo en los museos. Ha conseguido un puesto de limpiador en el museo del Prado. En todo Madrid se habla del limpiador que hablaba consigo mismo. Lo que no saben es que Juan tiene la extraña capacidad de hablar con los cuadros. Físicamente tiene un aspecto muy extraño: el pelo revuelto y ojeras...Esto se debe a que se pasa todas las noches leyendo libros de arte, pero no puede hablar con los cuadros a través de los libros. Capítulo II: Visita al Louvre 37 No sin esfuerzo, Juan consigue ahorrar dinero para lograr su sueño: viajar a Paris y visitar el Louvre. Aunque para él resulta muy caro, no duda ni un momento al pagar los billetes de avión. Lleva mucho tiempo consultando libros y preparando multitud de preguntas que anota en una libreta. Una vez allí evita las salas en las que se encuentran escenas de guerra y muertes, y opta por buscar retratos y cuadros costumbristas. Tiene muchas preguntas para Monna Lisa, como ¿por qué sonríes? ¿Estas embarazada? Pero no le contesta ninguna de ellas. Inmediatamente se da cuenta : Monna Lisa no está allí. Sólo un pegote de pintura con su forma. Sin magia, sin alegría. Cualquier otra persona no se habría percatado. Empieza a buscarla por todo el museo, preguntando a numerosos cuadros, pero no la encuentra. Capítulo III: Vuelta a Madrid Juan vuelve a Madrid, decepcionado y entristecido por la desaparición de Monna Lisa, y como todos los días, se dirige al museo del Prado. Estaba como siempre: blanco, grande y precioso. Se consuela contando lo ocurrido a los cuadros, que también son sus amigos y todos se quedaron atónitos con la noticia, hasta que llega a las Meninas.¡Qué sorpresa! Cuando llega a las Meninas, allí está Monna Lisa. No se puede ver, pero sí se puede sentir. Le pregunta qué hace allí, pero no parece entenderle. Claro, habla italiano. Ve que Velázquez habla con ella. La pobre Monna Lisa se sentía sola y aburrida en su sala del Louvre y cuando escuchó a unos turistas hablar de las Meninas, tan animadas, con niñas, perros y tanta gente, había decidido tomarse unas vacaciones. ¡Al fin y al cabo se lo merecía después de cinco siglos de fingir una sonrisa! Comprendió que sus vacaciones debían finalizar y volvió a su olvidada sala del Louvre ilusionada con la promesa de Juan de volver cuando pudiera con noticias de las Meninas. ¡Por fin tenía un motivo para sonreír! FIN TÍTULO: La Monna Lisa AUTOR: Lucía Fernández González CURSO: 6ºA Érase una vez un señor llamado Leonardo Da Vinci que había pintado un cuadro de un paisaje con una chica. Un día vio que había desaparecido la chica, llamada la Mona Lisa. Se puso nervioso, miró por todas partes y de repente escuchó un ruido en su jardín. Fue a mirar, la Monna Lisa estaba allí bebiendo agua de un riachuelo. Se saludaron, hablaron, contaron lo sucedido, el caso es que se hicieron muy amigos, pintaron cuadros y cuadros juntos. Al tiempo la Monna Lisa iba desapareciendo, pero ellos no se daban cuenta y seguían con su vida normal. Pasaron días, semanas, meses, años, y al final se querían casar. Pasaron meses hasta que eligieron el vestido, adornaron el jardín, hicieron comidas especiales. 38 Al poco tiempo se iban a casar, la Monna Lisa antes de casarse le dijo que la vida era como un cuadro que estaba en movimiento constantemente y que por mucho que lo miraras siempre encontrarías el camino. - Ahora cierra los ojos - dijo Monna Lisa. Cuando los abrió ya no estaba, volvía a estar en su cuadro. FIN TÍTULO: Los días de Gala AUTOR: Lucía Brazuelo Cabeza CURSO: 6ºA Cuando Gala tenía tres años, sus padres la llevaron a una escuela de magia a que estudiara. Estuvo allí siete años, que era el número de años máximo que se podía estar en la escuela, y se puso en camino hacia la ciudad Magic. Era una ciudad de magia. Todo lo que había allí no lo había en otros lugares. A Gala le encantó ese lugar e hizo muchos amigos, pero también seguía estudiando magia. Un día le llegó una carta de su casa que decía que su madre estaba gravemente enferma. Entonces Gala volvió a su ciudad natal a ver a su madre y, si podía, curarla. Pero la enfermedad era desconocida hasta el momento y no había cura. A los dos meses la madre de Gala murió. Sus cenizas las echaron al mar. Desde ese día y hasta hoy Gala ha estado mirando al mar por la ventana d esu habitación. FIN TÍTULO: El dolor pintado en un cuadro AUTOR: Adrián Pereira Vicente CURSO: 6ºA Empezaré este cuento diciendo mi nombre: me llamo Juan Picasso. Mi padre se llama Alberto Picasso, mi madre Laura García y mi tío Pablo Picasso. Mi tío y yo somos como uña y carne, nunca nos separamos, excepto cuando tenía que trabajar, vivíamos en un pueblo llamado Guernica. Allí éramos felices. Yo llevaba toda mi vida viviendo allí, y ahora tengo 8 años. Un día mi tío se tuvo que ir a Madrid capital para, para, algo que según ellos, era mucho para que yo lo entendiera. Me prometió que para cuando volviese, me haría un cuadro. Siempre me hacía cuadros. Por eso nos llevábamos tan bien. Esa noche mientras todo el pueblo dormía, de repente se empezó a oír como si fuesen aviones, y se empezaron a oír unos ¡Boom!... a partir de ahí todo fue muy rápido. Mi madre entró en la habitación corriendo …………… me cogió y me sacó fuera de la casa, y entonces entendí. El cielo estaba cubierto de aviones, y de ellos salían bombas sin parar. A mí alrededor llamas, destrucción……. Inexplicable, mirase donde mirase, muertos, heridos, sangre. Palidecí y de 39 repente ¡Boom! , sonó tan cerca que mi madre y yo salimos despedidos. Caímos al suelo y…….. nos cayeron piedras encima pero mi madre me tapó y ……. me desmayé. Cuando me desperté estaba en un hospital. No vi lo que pasó después pero mi tío me lo contó. El llegó al pueblo un par de horas más tarde, y cuando vio todo arrasado buscó a mi familia y a mí. Sólo nos encontró a mi madre y a mí. Mi madre muerta por las piedras y yo debajo inconsciente, pálido, … pero vivo. Tuve mucha suerte, ya que fui el único superviviente de todo el pueblo. Mi tío inmediatamente llamó a una ambulancia y luego fui al hospital. Lloré, lloré amargamente por mi familia, por mi pueblo… Cuando estaré en disposición de levantarme e irme del hospital, me fui a casa de mi tío. Cunado estuvimos ahí le pedí que pintase un cuadro sobre mi pueblo. Lo pintó y le quedó espectacular y lo llamó “Guernica”. Me trae muchos recuerdos ese cuadro. Yo, como aniversario de la familia, voy al lugar donde estaba mi pueblo, me arrodillo, y lloro Basado en el cuadro Guernica de Pablo Picasso FIN TÍTULO: La Gioconda AUTOR: Anónimo CURSO: 6ºA Leonardo iba por la calle cuando oyó: - ¡Socorro! ¡Auxilio! – Leonardo buscó esa voz hasta que encontró a una chica que estaba siendo torturada. - ¿Qué haceis? Dijo Leonardo - Pegar a esta campesina por no querer seguir ni servir a nuestro señor – dijeron esos verdugos. Leonardo pensó que si era una sirvienta podía comprarla y llevarselaOs la compro – dijo Leonardo. No, debe ser castigada – dijeron Leonardo, no podía ver a la chica sufriendo y lo que hizo fue distraer a los verdugos y llevarse a la chica. Los verdugos eran tontos, pero cuando vieron que no estaba la chica, mandaron que se cerraran las puertas de la ciudad para que no pudieran salir. Llamaron a su señor y le contaron lo sucedido. El señor que estaba enfurecido los puso en busca y captura y dio 1.000.000 a la persona que le pudiera dar confirmación del paradero de los dos rebeldes. Cada día Leonardo le pedía a la muchacha que le contara su vida pero ella se negaba. Un día la muchacha le conto que le debía la vida, le conto que se llamaba Lissa pero todos le llamaban Mona Lissa. 40 Cada día Leonardo y Lissa se enamoraban más y más. Iban recorriendo el mundo pero no sabian que el señor les pisaba los talones. Lissa y Leonardo se casaron y se mudaron a una pequeña casita en un valle donde tuvieron tres hijos: Maximino, Leonardo y donatello y una pequeña niña: Lissa. Había pasado mucho tiempo y eran muy felices pues iban a tener otra niña. Un día Leonardo estaba pintando cuando oyo ¡Pum! ¡Pum! Y: ¡Ahh!!! Leonardo bajo por las escaleras de dos en dos y fue a ver a Lissa ¿Qué habría pasado? Cuando llego al saloon………….. ¡No podia ser! ¡Lissa se estaba muriendo! ¿Qué te ha pasado? – preguntó Alguien me ha disparado, pero te pido un único deseo píntame en un cuadro con el fondo de este valle donde he vivido los mejores años de mi vida. Y así fue Leonardo pintó a Lissa cuando estaba embarazada con el fondo de ese valle, aunque juró venganza nunca encontró a quien mató a su Lissa. Basado en el cuadro la Gioconda de Leonardo Da Vinci FIN TÍTULO: La Monna Aburrida AUTOR: Margarita Álvarez-Cienfuegos González CURSO: 6ºA En una de las charlas que transcurren entre los cuadros del Louvre (Paris) la Monna Lissa intervino diciendo: - Pues yo, aquí estoy completamente aburrida, un dÍa de estos lo dejo todo y me voy. Pero la escultura de la Venus de Milo le contestó: - No digas eso mujer; a donde vas a ir si llevas sin salir del museo desde hace muchísimos años. Seguro que Paris ha cambiado mucho desde entonces. - En eso tienes razón pero a mí me gusta la aventura. - Y además con lo famosa que tu eres no tardarán en encontrarte- concluyó la Victoria de Samotracia. - De eso ya me encargaré yo…………… respondió la Gioconda Todos los cuadros y las esculturas pensaban que su compañera no sería capaz de hacerlo y que se trataba de una simple bravuconada. Pero un día sucedió lo siguiente cuando ya nadie se acordaba de la conversación que habían mantenido con la Monna Lissa. Como todos los días al abrir el museo, las luces se encendieron y …….. ¡¡¡ La Monna Lissa no estaba en su cuadro ¡!! Todo el mundo se preguntaba que podía haber ocurrido y el museo se vió invadido por una nube de periodistas que retrataban sin parar el marco vació. 41 Los cuadros y las esculturas se encontraban perplejas puesto que no podían comprender cómo la Gioconda se hubiera atrevido a emprender tal locura. Lo cierto es que en todos los lugares del mundo empezaron a buscarla y no tardaron demasiado en encontrarla porque…. la pobrecilla no había llegado ni a la vuelta de la esquina, porque una multitud de gente se había abalanzado sobre ella intentando atraparla. ¡Le habían frustado su único sueño! Por eso ahora la pobrecilla tiene esa cara tan triste… Basado en el Cuadro la Monna Lissa de Leonardo Da Vinci FIN TÍTULO: La Caída del Tiempo AUTOR: Carlota Alonso López CURSO: 6ºA Hace mucho tiempo que esto ocurrió. En el Olimpo, hogar de los dioses, hubo un incendio provocado por uno de los rayos de Zeus. Los dioses, alterrados, corrían por todas partes en busca de relojes de todo tipo, no importaba cuales, pues cuenta la leyenda que si se paran todos los relojes que existen en la Tierra, el tiempo se detiene y a su vez se detendría el fuego. Aunque ninguno de los dioses se daba por vencido, sabían que era prácticamente imposible. Al poco tiempo reunieron varios relojes en una sala lo suficientemente alejada del fuego para que no se quemaran. No había llovido en toda la noche, por lo que al día siguiente el fuego se avivó y derritió los relojes, los cuales cayeron en una cala junto al mar. Nadie sabía donde estaba esa cala, (aunque en el Olimpo se rumoreaba que podía estar en el Mediterráneo.) Sólo hubo una persona que supo donde habían caído los relojes, un pintor que lo retrató. No se sabe si los dioses consiguieron apagar el fuego, seguramente sí, pues son dioses. Basado en el cuadro La persistencia del tiempo de Salvador Dalí FIN TÍTULO: La liebre AUTOR: Paco Fernández CURSO: 6ºA Escribo este documento para que se haga honor a mi abuelo, el patriarca de la familia de liebre Díaz. Y esta es la verdad sobre el cuadro de una liebre que se atribuye a un tal Durero. 42 Mi abuelo era un artista de gran prestigio. Había estudiado Bellas Artes y después pintado en una de las mejoras escuelas de arte. Se había llegado a interesar mucho por el arte. Pero antes de todo esto, se casó con mi abuela, Doña Elena. Tras mucho deambular por distintas Universidades (incluida la de Oviedo) y probar varios oficios, mi abuela le asentó la cabeza y le ayudó a escoger como oficio pintor. Y unos años más tarde ya tenían cuatro hijos: Juan, Pepe, Isabel y Miguel (mi padre). Mi padre era el más pequeño, cuando sucedió todo esto tenía 2 años. Fue así: ─ ¡Estos cuadros son una basura! ─ protestaba mi abuelo. ─ ¡Ni el comprador más tonto se merece que le estafen con esto! La verdad es que mi abuelo era muy exigente consigo mismo y que aquel cuadro estaba bastante bien. Era un gran árbol que le había impresionado y lo había decidido pintar, pero un detalle que la había encantado, el de un pájaro entre las ramas no había quedado a su gusto. Así que con el fin de evitarse malhumor, Juan y mi padre se fueron al interior del bosque, donde empezaron a jugar con sus tiragomas. Mi padre estaba a punto de tirar con la goma ya tensada cuando de pronto mi tío Juan, un bromista empedernido, le dijo: ─ Mira Miguel, un zorro. Del susto a mi padre se le soltó la goma y la piedra salió dando tumbos hacia donde Juan había dicho. Y al instante sonó un “Aayyy” muy prolongado, y justo después un disparo. ─ Son cazadores ─ dijo Juan a mi confundido padre. ─ ¡Huye!. Echaron a correr con todas sus fuerzas aunque mi padre no tuviera total seguridad del porqué y de pronto se encontraron con el abuelo. ─ Corre ─ dijeron Juan y Miguel ─ Unos cazadores van detrás ─. Al abuelo le dio un vuelco al corazón y les preguntó preocupado: ─ ¿Os han hecho daño? Los dos respondieron a coro: ─ No ─ Pero acabarán por hacérnoslo si no nos damos prisa ─ Apostilló Juan. Al llegar a casa, la abuela, mis tías y Pepe, que en principio no parecían tranquilos, se contagiaron de aquella inquietud, y más al enterarse del motivo de esta. Pero el abuelo recordó el viejo túnel que tenía instalado para aquellas situaciones. No duró mucho su tranquilidad, pues se dio cuenta de que había dejado fuera su mejor cuadro y empezó a clamar “Mi cuadro, mi cuadro, mi mejor cuadro” o cosas así. A mi abuela y a mi abuela y a los demás les costo mucho persuadirle de salir a por él. De pronto se oyeron las esperadas voces y todos callaron. Eran los cazadores y nadie lo dudaba. Entonces, desde un pequeño rincón, vieron como un hombre metía su mano en la madriguera y para desespero del abuelo sacaba un cuadro precioso que solo mis abuelos conocían, y los demás se preguntaban cuando habría pintado aquello el abuelo. El, tenía muchas cosas en su estudio, pero la 43 que más le gustaba contemplar, y nunca se cansaba de hacerlo era aquel retrato de mi abuela, pero los demás no lo sabían. Le dio mucho coraje pero ahogó sus gritos por miedo a que les descubrieran. Antes de que se marcharan los hombres, pudieron oír mencionado al ladrón como Durero. En aquel momento mi abuelo enfureció. La familia entera estaba en ascuas por saber que se les escapaba, y entonces mi abuelo dijo: ─ Pues bien, si no lo sabíais, ese maldito Alberto Durero iba a clase conmigo en la escuela de Bellas Artes. Nos llevábamos muy mal, y siempre que uno de nosotros terminaba un cuadro, lo comparábamos con el del otro. No es por chulería pero yo siempre ganaba, además, el se creía superior a mí por ser de más alta cuna, pues como ya sabes nuestra familia era pobrísima por aquel entonces. Aunque tenía talento, se ha dedicado a robar cuadros y firmarlos, o traficar con estos. ¡Y ahora tiene mi mejor retrato! ─ terminó el abuelo con la moral por los suelos. Pero mi abuela, siempre tan decidida, le animo diciendo: ─ Vamos cariño, si el nos lo robo a nosotros, nosotros se lo robaremos a él. Y desde entonces, hemos estado de museo en museo, intento tras intento y fracaso tras fracaso. El último donde lo intentamos fue en El Prado de Madrid. Pero a medida que avanza el tiempo, cualquier intento de robo es cada vez más difícil. Ya no solo por los avanzados sistemas de seguridad, sino porque antes era normal ver hablando a un animal, y no digamos verle caminar como a un señor bien vestido por la calle. Sin embargo ahora, sería de locos cualquiera de las dos cosas. Y esto dificulta aún más nuestros intentos de robo. Pero eso da igual. Supongo que creeréis que tanto intento de robo es una tontería pudiendo hablarlo con las autoridades, que se distinguiría por la firma. Pero ahí os equivocáis, pues mi abuelo se llamaba Antonio Díaz, y en aquel cuadro solo había puesto sus iniciales una sobre la otra, así: Firma de mi abuelo Arreglo de Durero Firma de mi abuelo Arreglo de Durero Cuento basado en el cuadro La Liebre de Durero 44 FIN TÍTULO: La muerte de Ofelia AUTOR: Teresa Suárez Antuña CURSO: 6ºA No sé por que pero este cuadro me encantó al verlo. Mi madre ya lo había visto en la Tate Gallery de Londres y me contó su historia. Ofelia es una heroína Shakespeare enamorada de Hamlet que por un error mata a Polonio padre de Ofelia. Loca de pena porque el gran amor de su vida acababa de matar a su padre, vaga junto al lago recogiendo flores y allí fallece en sus aguas. Freerett Millay fue considerado como el sucesor de Turner El cuadro de Ofelia era una pintura romántica y realista. En el cuadro posa una hermosa doncella del siglo XIX su nombre no era Ofelia si no Elizabeeth Sidadl, ella trabajaba en una sombrerería y acabó siendo la modelo preferida por los artistas. FIN 45