Los huracanes - Revista Enlace

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Los huracanes - Revista Enlace
Los huracanes. La fuerza de los vientos.
Revista 69.
El huracán Mitch se llevó la vida y las esperanzas de muchas familias. Con la llegada de
este invierno, ha regresado el miedo a otro huracán. Algunas personas están desanimadas y
ni siquiera han sembrado, por temor a perder las cosechas.
Y se dice que este año vienen varios huracanes para Nicaragua. ¿Qué hay de cierto en eso?.
Marcio Baca, de la dirección de meteorología del INETER, institución encargada de
informar del estado del tiempo, nos explica lo siguiente: Todos los años se forman
huracanes. En este siglo Nicaragua ha sido afectada por 40 de ellos.
Muchos recuerdan en 1974 el paso del Fifí. En mayo de 1982 afectó El Alleta y en 1988 el
Joan, que hizo muchos destrozos a su paso.
Para este año, los científicos han pronosticado 14 tormentas, a las que les han puesto
nombres, nueve de ellas van a ser huracanes y se calcula que cuatro van a ser fuertes.
Nicaragua por estar frente al Caribe, es el país de Centro América con más posibilidades
de ser golpeado por un huracán. Por ahora no se puede predecir el paso de un huracán por
aquí, el paso de un huracán se calcula cuando ya está formado y por ahora, no se han
formado todavía.
La temporada de huracanes va de junio a octubre. Y los meses más peligrosos son
septiembre y octubre. Un huracán se forma en el mar en tiempos de mucho calor. Cuando el
agua se calienta entre 27 y 28 grados, provoca una mayor evaporación y se forman nubes
que se van muy, pero muy altas, a 18 kilómetros de altura.
Se dice que en ese lugar hay presión baja. Es decir el peso del aire es poco porque está muy
alto por el calor.
Cuando los vientos Alisios que vienen del norte chocan en esa zona de baja presión y nubes
altas con los Alisios que vienen del sur, se forma un remolino que da inicio a un huracán o
ciclón tropical, como le llaman los científicos.
Lo mejor es conocer sobre los huracanes para estar preparados y saber qué hacer. Cuando
las noticias dicen: Se ha formado un huracán, escala tres, se refieren a la fuerza que traen.
Hay una trayectoria de los huracanes, que es desastrosa para Nicaragua y es cuando pasan
por la costa norte de Honduras viniendo de este a oeste, porque halan agua del Pacífico.
Otra trayectoria peligrosa es cuando pasan a lo largo de la costa del pacífico. Los vientos de
los huracanes dan vuelta hacia la izquierda, y la fuerza del viento hala la humedad del
Pacífico la mete sobre la costa hasta que choca con las cordilleras de la parte central de
Nicaragua, produciendo lluvias intensas. Una parte de esa agua baja al Pacífico, otra se va
al lago y del lago al mar. La gente que vive en las orillas del lago como: San Francisco
Libre, Tipitapa, El Paso de Panaloya, les afecta.
Otra parte de las aguas se va al Atlántico, por eso las comunidades de Río Coco, y de Río
Grande de Matagalpa son dañadas por las inundaciones. Los huracanes son destructivos por
la fuerza del viento y la lluvia que traen, pero hay otras situaciones que se juntan y causan
más desgracia.
A las ciudades cada vez llega más gente y se acomoda donde puede. No es prudente vivir
cerca de cauces, en la orilla de un río, al pie de un cerro o en las orillas del lago. Cada día
hay menos árboles, que protegen el suelo y el agua corre sin ninguna dificultad. Los cerros
son ahora lugares de cultivos, con más posibilidad de deslizarse. Los huracanes no se
pueden evitar, pero hay que tomar precauciones y aprender a vivir con ellos.
Muchas muertes se dan después que ha pasado lo peor. Hay que ser prudentes y atender las
recomendaciones de la Defensa Civil, la Cruz Roja, los Bomberos, el Ejército, el INETER
y los comunicados del Gobierno.
A los que viven en el campo les van estas recomendaciones:
Si vive en las riberas de los ríos, no espere más, aléjese del río lo más que pueda y busque
un lugar más seguro. No trate de cruzar ríos o quebradas. Espere a que el agua baje y esté
mansa. Si vive en terrenos bajos, busque un lugar más seguro, según las instrucciones que
se den.
No cruce un puente, cuando las aguas llegan a nivel del puente. El puente puede ser
arrastrado en cualquier momento.
Si va a ayudar a una persona que se la lleva una corriente, tome precauciones. Asegúrese
usted primero y utilice un mecate o cuerda por su seguridad y para hacer el rescate. No
coma alimentos mojados por las corrientes, pueden estar contaminados, y causarle alguna
enfermedad. Y estas otras recomendaciones son para los que viven en el pueblo:
Si su vivienda se está inundando desconecte la palanca del medidor de luz y la válvula del
gas de la cocina. Y deje los aparatos eléctricos en un lugar protegido del agua.
Júntese con sus vecinos y busquen un sitio seguro para trasladarse en casos de que la casa
se inunde. Si le toca desalojar su casa, no se regrese a buscar cosas, pues su vida puede
correr peligro.
Evite que los niños salgan a la calle, pueden ser arrastrados por la corriente. Recoja agua
para tomar y manténgala tapada.
Si camina por la calle, no se acerque a los postes y cables eléctricos caídos. No trate de
cruzar calles llenas de agua, puede caer en un manjol sin tapa, o en un hueco hecho por la
lluvia. Si hay vientos fuertes, protéjase detrás de una casa.
Si va manejando, procure ir despacio y con las luces encendidas. No trate de adelantar a
otros vehículos. No trate de cruzar puentes y desvíos que estén tapados por las corrientes.Y
sobre todo, mantenga la calma, sea prudente y manténgase informado, mientras dure esta
situación.

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