Acercándonos a Benito Menni

Transcripción

Acercándonos a Benito Menni
Acercándonos a Benito Menni
FUNDACIÓN TRAS FUNDACIÓN
Tras la fundación del Hospital de Ciempozuelos, se suceden las fundaciones
caritativas, como olas impulsadas por el viento, gracias al empuje dinámico de su celo,
ayudado por una intuición administrativa poco común.
Después de Ciempozuelos
llega el turno a Granada, donde las cosas avanzan, decididamente, viento en popa.
Con un acto público, el 22 de agosto de 1878, se hace entrega histórica, a la
Orden Hospitalaria, de la iglesia de San Juan de Dios, en la cual se veneran las
reliquias del Santo. El convenio es firmado, con carácter público, por el mismo P.
Menni. El 8 de septiembre, el Prior General, P. Alfieri, llegado expresamente de Roma,
recibe de modo oficial, de manos del Arzobispo Granada, las llaves de la iglesia y
toma posesión de ella en nombre de la Orden.
Esta entrega viene a ser el preludio de una floración primaveral de casas por otras muchas partes. El 5
de noviembre de 1878 se abre en Madrid el asilo de San Rafael, para muchachos tullidos y huérfanos. El 1 de
mayo de 1880 se acepta en Sevilla la gestión del antiguo Hospital Nuestra Señora de la Paz, que ya antes había
pertenecido a la Orden. El 10 de abril de 1881 abre sus puertas, en la periferia de Barcelona, el asilo-hospital de
Las Corts. A estas seguirán otras muchas: Osuna, Málaga, Granada, Valencia, Zaragoza, Toledo, Palencia,
Gibraltar, Sestao, Lisboa, …
Bajo el mandato del P. Menni, que duró treinta y seis años, en el triángulo España-Portugal-Méjico se
hicieron realidad 15 hospitales y asilos-hospitales en pleno funcionamiento.
Además de las obras de los Religiosos Hospitalarios, el P. Menni establece nueve fundaciones,
encomendadas a las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, por él fundadas.
Desde hacía tiempo, el P. Menni pensaba en fundar un Instituto de mujeres consagradas que
voluntariamente se dedicasen a la asistencia de enfermas mentales. Las peticiones de hospitalidad por parte de
las instituciones eran cada vez más numerosas. Era preciso hacer frente, y pronto, a estas peticiones, ya que la
sociedad no estaba en condiciones de satisfacer aquellas necesidades dado el escaso o nulo interés que había
por la psiquiatría femenina.
El P. Menni, acaricia en su interior un proyecto secreto de fundación de un Instituto femenino que, por
vocación y profesión, se dedicase al cuidado de las enfermas.
En el seno oscuro de una noche sin estrellas estaba para nacer una familia, no por voluntad de humana,
sino “brotada del Corazón de Jesús, por virtud de su divino Espíritu”. Así se expresará el padre fundador en
una circular dirigida a todo el Instituto (22-6-1903). La gestación será sangrienta. Lo confiesa él mismo en una
carta a la M. General, Sor Verónica: “¡Cuánto me cuesta terminar de daros a luz!, como decía San Pablo a los
fieles. Pero me siento feliz por unirme a mi Jesús, y por vuestra santificación y salvación” (24-10-1904).
Fue por el mismo definida una “loca resolución” la de fundar un Instituto. Lo recordará, escribiendo
también a Sor Verónica, con motivo del 23 aniversario de la fundación: “Se cumple el 23 aniversario del día que
tomé la loca resolución de fundar vuestro Instituto.”
Una idea loca, si no hubiera sido la necedad de Dios quien la inspiró… Pero lo que es locura según la
óptica humana, es “sabiduría” desde la visual de las perspectivas divinas.
Una obra es tanto más luminosa cuanto más encierra de misterio. Esta es la lógica de Dios. Tanto más
garantizada está por el sello de la transcendencia cuanto más barnizada de contradicciones humanas: “No
llevaría la señal de la obra de Dios si lo que con la gracia del Señor realicé no fuese contradicho, y no tuviese
yo que sufrir por ello”. Lo subrayará convencido el “restaurador de Dios”, escribiendo a una Superiora el 16 de
enero de 1905.
(Extractado de la obra “Santidad a prueba de fuego” de Mario Soroldoni)
Nº 10. Diciembre 2014

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