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AÑO 8 NÚMERO 86 JULIO 2016
EL
LIBRERO
DE...
ROSA BELTRÁN
03
“La literatura es el mayor consuelo que yo encuentro en los momentos difíciles. Me ha ayudado a sobrevivir y superar muchas
etapas”, dice la escritora mexicana Rosa Beltrán (Ciudad de México, 1960) cuando nos habla de su biblioteca. Autora de libros
como La corte de los ilusos (1995), El paraíso que fuimos (2002), Alta infidelidad (2006), Efectos secundarios (2011) y El
cuerpo expuesto (2013), considera que no tiene muchos libros. +
Valeria Moheno©
¿Cuántos libros tienes?
No tengo muchos, serán aproximadamente unos seis mil volúmenes. Es
muy difícil para mí deshacerme de algunos a pesar de que sé que es un
problema verse envuelto entre ellos, verse ya no arropado sino verdaderamente invadido.
¿Cuál es el más nuevo?
El más nuevo me lo acaban de regalar, me lo dio mi amiga Ana García Bergua,
su más reciente libro de cuentos La tormenta hindú y otras historias.
¿Cuál es el libro más viejo?
Tampoco tengo libros incunables, ésos prefiero consultarlos en las bibliotecas, pero tengo alguna versión antigua de la Odisea y otras del Quijote. Tengo
una que no es antigua pero que a mí me gusta mucho, la primera edición de
Cien años de soledad, y le tengo mucho, mucho cariño.
¿Cuál es tu favorito?
Depende del día y de lo que esté haciendo. Por supuesto que tengo muchos a
los que vuelvo continuamente, soy una lectora muy apasionada de la novela
del siglo xix, pero me gusta mucho también la literatura de Europa oriental, la
novela en particular, y desde luego la literatura latinoamericana. Acudo continuamente a Flaubert, a la novela rusa y a Las aventuras del soldado Schweik.
Quizá mi literatura favorita sea la inglesa y sus autoras contemporáneas,
como Lionel Shriver, Alice Munro, Margaret Atwood o Janet Winterson.
¿Qué libro no has leído aún?
Son muchos, no sólo los libros que encuentro en las librerías o en los suplementos, no sólo los que no tengo, sino muchos de los libros que están en esta
casa. Uno siempre tiene el sueño de que va a llegar a una edad en la que te vas
a dar el tiempo de leer, sólo de leer, que todo esto que reuniste lo leerás alguna vez, y un día cumples cierta cantidad de años y te das cuenta de que no
te va a dar la vida para leer todo lo que quieres. Espero seguir leyendo hasta
el último día de mi vida.
¿Cuál es la joya de la corona del librero?
Cien años de soledad, porque lo leí en una etapa muy importante de mi vida, a los
catorce años, cuando mis padres me dijeron que se iban a divorciar. No lo leí por eso
sino que coincidió. A los catorce años no se cuánto entendí pero me marcó, recuerdo
las imágenes, ese mundo extraordinario construido con palabras. También Pedro Páramo, del que tengo muchas versiones, me sigue pareciendo la mejor novela escrita
en México.
¿Qué libro has regalado?
He regalado muchas veces la Antología de la crónica latinoamericana actual,
compilada por Darío Jaramillo; también he regalado Crímenes, de Ferdinand
von Schirach, autor alemán que es juez y escritor. Este libro está basado en
algunos casos atípicos que se le presentaron.
¿Qué libro te falta?
Me faltan muchos libros que no se pueden conseguir porque no se reeditan.
Ahora que soy editora en la Dirección de Literatura de la unam tengo la oportunidad de saber que los libros no se reeditan sobre todo por cuestiones de
derechos de autor. Por ejemplo, de Salvador Novo hay libros que sólo se pueden consultar en bibliotecas.
¿Cuál libro no has regresado? (es decir, que no es tuyo).
Tuve muchos años un libro que no regresaba porque lo seguía consultando, un
préstamo de la biblioteca de la unam, un libro que resellaba y resellaba. Terminé devolviéndolo. Tampoco pido muchos libros prestados, anoto los títulos
y los compro.
¿Qué autor se repite más veces en el librero?
Se repiten de dos maneras: algunas veces tengo varias ediciones de un mismo título, novelistas del xix y de la primera mitad del xx, las tengo en inglés y en español,
porque algunas son mejores ediciones que otras. Algunos libros están repetidos
pensando en que voy a regalarlos. Cuando un libro me gusta mucho no lo presto,
no lo hago porque sé que no me lo van a devolver, y porque es muy difícil conseguirlo. Compro varios ejemplares y los voy regalando. +
If you think you are too old to rock and roll then you probably are.
Lemmy Kilmister
EDITORIAL
CONTENIDO
El rock 'n' roll es como un personaje de novela: nadie sabe
de dónde vino ni cuándo llegó. Como esos forasteros que un
buen día atraviesan la frontera del pueblo, se instalan en cualquier sitio y luego van mostrando los conocimientos que esconden debajo del sombrero, maravillando a los testigos que
de pronto los rodean, su aparición cimbró como pocos movimientos sociales y culturales la vida de los jóvenes estadounidenses que después de la Segunda Guerra Mundial no querían
seguir bailando al son de las big bands, como sus padres.
EL LIBRERO DE…
Rosa Beltrán
03
SUEÑOS, RUIDO Y ROCK & ROLL
Niños a ¡leer!/ Karen Chacek
08
PABLO CARBONELL
Entrevista
10
ROGELIO FLORES
Entrevista
12
ROCK 'N' ROLL
Una de las características del rock es que se trata de un
no-género porque en realidad es una actitud. “El rock es el
fundamento para comprender la historia reciente y los eventos actuales, donde la evolución de los jóvenes como sujetos
sociales está unida al deseo de libertad, la intolerancia hacia
la autoridad y un renovado interés hacia las culturas populares o esotéricas como “alternativas” al statu quo. El rock es la
recuperación de la vida cotidiana vista a través de los ojos de
diversas y asombrosas formas de expresión poco comunes”,
dice Ernesto Assante en su libro Leyendas del rock.
El debate sobre cuál fue la primera canción rock ‘n’ roll es muy
añejo y no ha arrojado resultados convincentes. En el libro
What Was the First Rock ‘N’ Roll Record?, de Jim Dawson y
Steve Propers, cincuenta canciones compiten por el privilegio, en un periodo que va de 1944 a 1956. “Good Rockin’
Tonight”, de Roy Brown, interpretada por él mismo en 1947
pudiera ser la primera, pero hay quienes afirman que la célebre “Rock Around the Clock”, interpretada por Bill Halley y sus
Cometas en 1954 —la canción alcanzó el número uno en las
listas de popularidad tanto de Estados Unidos como en Gran
Bretaña— catapultó al género hacia la fama convirtiéndose en
un “antídoto contra el aburrimiento” como dice Bob Stanley
en su libro Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno.
Canciones de Fats Domino, Chuck Berry y Little Richard también compiten por llevarse el oro.
El rock se parece mucho a la literatura: hay libros que apenas
se leen una vez, se disfrutan toda la vida, como las buenas canciones que pueblan nuestros soundtracks íntimos; hay escritores que como rockstars se escabullen de las muchedumbres
que desean acercárseles para una selfie y un autógrafo.
Cada uno de nosotros podría enumerar una lista de diez canciones y diez libros que nos llevaríamos a una isla desierta. Al
igual que los libros, el rock es parte de nuestra vida.
Por todo lo anterior Let´s rock y ¡que viva el rocanrol!
Ilustración original de
Alejandro Magallanes
loquehacealejandromagallanes.
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Directora general
Yara “Bowie” Vidal
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DEJE EN PAZ AL CHAMACO
Fábulas del Tío Hoffs/ Antonio Malpica
14
EL RINCÓN GOURMET
16
OTRA FORMA DE ROCKEAR
Jóvenes/ Raquel Castro
18
CUATRO LECTURAS EXTRAORDINARIAS
SOBRE GENTE COMÚN
Paulina del Collado
22
ÁRBOL GENEALÓGICO DEL ROCK
24
YO NO TENGO RELIGIÓN, VIEJITO,
TENGO EL ROCANROL
Nerd Plus/ Bernardo Fernández-Bef
26
WE'RE NOT GONNA TAKE IT!
DeMente/ Yara Sánchez de la Barquera Vidal
28
LA NARRATIVA (Y LA LITERATURA)
DENTRO DEL ROCK PROGRESIVO
Ricardo Otero
LOS CLÁSICOS
Mono-grafías/ F. G. Haghenbeck
34
SOLEDAD
Cuento/ Gabriel Rodríguez Liceaga
EL PERFIL
Sam Phillips
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LOS+VENDIDOS
06
NO FICCIÓN
FICCIÓN
YO ANTES DE TI
Jojo Moyes
SUMA DE LETRAS
Lou Clark sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la parada del
autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café Buttered Bun y sabe
que quizá no quiera a su novio Patrick. Lo que Lou no sabe es que está a punto
de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que la mantienen en
su sano juicio. Will Traynor sabe que un accidente de moto se llevó sus ganas
de vivir.
LA CHICA DEL TREN
Paula Hawkins
PLANETA
Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas y la misma
parada en la señal roja. Son sólo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que
los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es
perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero
es suficiente.
EL AMASIATO
Álvaro Delgado
EDICIONES PROCESO
En 2006, poco antes de la celebración de los comicios presidenciales,
tuvo lugar una minicumbre en cierto hotel de la Ciudad de México; ahí, el
entonces gobernador Enrique Peña Nieto le garantizó una considerable
cantidad de votos al candidato presidencial panista, Felipe Calderón, el
mismo porcentaje con el que él fue declarado gobernador.
CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS
Dale Carnegie
DEBOLSILLO
El único propósito de este libro es ayudar al lector a que descubra, desarrolle
y aproveche esos poderes latentes que no emplea. Algunos puntos importantes del contenido son: Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo. Si
quiere recoger miel, no dé puntapiés a la colmena. El gran secreto para tratar
con la gente.
GRATITUD
Oliver Sacks
ANAGRAMA
EL DIARIO DE TITA
Laura Esquivel
SUMA DE LETRAS
Veinticinco años después de la publicación de Como agua para chocolate y
luego de haber conquistado a más de siete millones de lectores, Laura Esquivel
vuelve con la segunda parte de esta maravillosa historia aderezada con las
pasiones, la magia de la gastronomía y la búsqueda del amor. En estas páginas
nos adentramos en el universo íntimo de Tita de la Garza a través de su diario.
CINCO ESQUINAS
Mario Vargas Llosa
ALFAGUARA
La idea de esta novela comenzó con una imagen de dos amigas que de pronto
una noche, de una manera impensada para ambas, viven una situación erótica. Luego se fue convirtiendo en una historia policial, casi en un thriller, y el
thriller se fue transformando en una especie de mural de la sociedad peruana
en los últimos meses o semanas de la dictadura de Fujimori y Montesinos.
En febrero de 2015, Oliver Sacks recibió la noticia de que el melanoma que le habían diagnosticado en el ojo diez años antes había hecho
metástasis y ahora le afectaba al hígado. A los pocos días escribió el
ensayo “De mi propia vida”, en el que expresaba su inmenso sentimiento
de gratitud por haber tenido una existencia plena tanto en el plano vital
como en el intelectual.
EL CAZADOR DE HISTORIAS
Eduardo Galeano
SIGLO XXI
En esta obra, que terminó un año antes de morir, Eduardo Galeano sale
a cazar en esa jungla para mostrarnos con crudeza, con humor, con ternura el mundo en que vivimos, desnudando ciertas realidades que, pese
a estar al alcance de la mano, no todos llegan a ver.
HISTORIA DE UN CANALLA
Julia Navarro
PLAZA & JANÉS
EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO
Viktor Emil Frankl
HERDER
Thomas Spencer sabe cómo conseguir todo lo que desea. Una salud delicada
es el precio que ha pagado por su estilo de vida. Desde su último episodio
cardiaco, una sensación se ha apoderado de él. En la soledad de su lujoso apartamento de Brooklyn no puede evitar preguntarse cómo habría sido la vida
que conscientemente eligió no vivir.
Estremecedor relato en el que Viktor Frankl narra su experiencia en los
campos de concentración. Él, que todo lo había perdido, que padeció
hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y
que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles.
JÓVENES
UNO SIEMPRE CAMBIA AL
AMOR DE SU VIDA
Amalia Andrade
PLANETA
ELEANOR & PARK
Rainbow Rowell
ALFAGUARA
FESTIVAL DE LA BLASFEMIA
Dross
TEMAS DE HOY
LA SELECCIÓN
Kiera Cass
ROCA EDITORIAL
CARTAS DE AMOR A LOS
MUERTOS
Ava Dellaira
VERGARA Y RIBA EDITORAS
07
ELECTRÓNICOS
ARTE
YO ANTES DE TI
Jojo Moyes
SUMA DE LETRAS
Lou Clark sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la parada del
autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café Buttered Bun y sabe
que quizá no quiera a su novio Patrick. Lo que Lou no sabe es que está a punto
de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que la mantienen en
su sano juicio.
Véndele a la mente, no a la gente
Jürgen Klaric
Yopublico
La neurociencia está invadiendo de manera positiva muchos sectores del
mercado, trasformando con descubrimientos y tecnología clínica la forma
de entender, mejorar, rentabilizar e innovar cómo operamos y hacemos
nuestro trabajo.
DESPUÉS DE TI
Jojo Moyes
SUMA DE LETRAS
La esperada segunda parte de Yo antes de ti. Lou Clark tiene muchas preguntas. Lo único que Lou sabe con certeza es que algo ha de cambiar. Y
una noche sucede. Pero ¿y si la desconocida que llama a su puerta tiene
incluso más preguntas y ninguna de las respuestas que ella busca? Si cierra la puerta, la vida continúa, sencilla, organizada, segura. Si la abre, lo
arriesga todo de nuevo.
LA MAGIA DEL ORDEN
Marie Kondo
AGUILAR
KAHLO
Gerry Souter
NUMEN
Detrás de los retratos de Frida Kahlo se ocultan tanto la historia de su vida
como la de su obra. Es precisamente esta combinación la que atrae al espectador. La obra de Frida es un testimonio de su vida. Pocas veces se puede
aprender tanto acerca de un artista con sólo contemplar lo que él inscribe
dentro del marco de sus cuadros.
EL JARDÍN SECRETO
Johanna Basford
MTM
Por fin tenemos aquí la esperadísima reimpresión de El jardín secreto, un éxito
de ventas internacional que entusiasma a grandes y pequeños con sus fantásticas y minuciosas ilustraciones. Un imprescindible para los amantes de la
naturaleza y la creatividad.
COLOREAR PARA RELAJARSE
PARRAGON
Colorea tu senda hacia la serenidad y la paz interior con este fantástico libro
de dibujos relajantes. Pintar motiva la conciencia plena y reduce el estrés; es
una actividad que relaja y, al mismo tiempo, estimula la creatividad. Olvida
las preocupaciones del día a día y alcanza un estado mental zen simplemente pintado.
DISEÑOS MARAVILLOSOS
ANIMAE
Marie Kondo te ayudará a acomodar tus espacios de una vez por todas con
su sencillo método KonMari. La clave para mantener el orden exitosamente
está en acomodar los objetos de tu casa, habitación, apartamento, estudio u
oficina en forma correcta, manteniendo sólo lo que realmente amas y limpiándolo todo a la vez.
¡Coloree su camino a la serenidad! Este libro para colorear, lleno de hermosos y detallados patrones y diseños interactivos que rebosan creatividad, le
proporcionará horas y horas de relajación y alivio del estrés. Saque sus colores, apague el celular, encuentre su página favorita ¡y dé rienda suelta a su
imaginación!
FUERA DE SERIE. POR QUÉ UNAS PERSONAS TIENEN ÉXITO Y OTRAS NO
Malcolm Gladwell
TAURUS
EL BOSQUE ENCANTADO
Johanna Basford
MTM
¿Qué diferencia a quienes hacen algo especial en la vida de quienes no lo hacen? Fuera de serie explora las curiosas historias de los grandes jugadores de
futbol; bucea en la peculiar infancia de Bill Gates; busca qué convirtió a Los
Beatles en el mejor grupo de rock; y se pregunta qué distingue a los pilotos
que estrellan aviones de los que no.
Johanna Basford vuelve a maravillarnos con su nuevo libro para colorear, un
fabuloso bosque encantado que esconde en su espesura animales y objetos
mágicos, y especiales símbolos que nos deparan fantásticas sorpresas. Una
nueva explosión de belleza de la mano de la autora del best-seller internacional El jardín secreto.
NIÑOS
EL DÍA QUE LOS CRAYONES
RENUNCIARON
Drew Daywalt/ Oliver Jeffers
FCE
EL PRINCIPITO
Antoine de Saint-Exupéry
EMECÉ
EL DÍA QUE LOS CRAYONES
REGRESARON A CASA
Drew Daywalt/ Oliver Jeffers
FCE
DESTROZA ESTE DIARIO
Keri Smith
PAIDÓS
EL LIBRO SALVAJE
Juan Villoro
FCE
08
Portada del libro Gus y yo, de Keith Richards (Malpaso Ediciones)
Let’s rock, everybody, let’s rock!
Elvis Presley
¿Se nace con un talento
singular por designio divino? ¿Es que la lotería
de la vida nos otorga un
encanto único al combinarse
el material genético de nuestros padres? ¿Será que eso
llamado vocación es resultado de las circunstancias en
las que transcurrieron nuestros primeros años de vida?
Puede que todas las posibilidades citadas sean correctas o quizá ninguna lo sea. Pienso en Bruno Rayado, por
ejemplo, a quien sus padres vieron muchas tardes bailar
al ritmo de su música favorita, sin darle mayor importancia al asunto. En cambio la tía Gloria no dudó en ver
un talento especial en su sobrino y un buen día, sin que
fuese su cumpleaños ni nada, le mandó de regalo un instrumento musical de viento, de ésos con botones para
producir diferentes sonidos y crear melodías —o eso
pensaba Bruno que hacía al soplar con todas sus fuerzas—, porque sus padres y los padres de sus amigos opinaban otra cosa: ¡Por piedad, paren ese ruido! ¡Un niño
con una trompeta es peor que diez niños ruidosos! A la
pregunta de si la tía Gloria tuvo o no razón con respecto
al talento de su sobrino, Un regalo para Bruno, de Katja
von Mensing (fce), responde —y no— el interrogante.
Lo que sí es seguro es que este libro lo que tiene de rayado lo tiene de divertido.
Cuando medito sobre eso que llamamos talento y después observo a mis amigos que considero talentosos o
leo las biografías de personajes reconocidos, confirmo
una y otra vez la presencia de un elemento clave en la
historia personal de la mayoría: haber contado con el
voto de confianza de alguien; un ser querido, un tutor,
un experto, quizá un extraño, pero alguien que creyó
sin titubeos en su potencial para crear algo significativo, aun en circunstancias adversas. Días de rock de garaje, de Jairo Buitrago (SM), nos habla de este asunto
en primera persona y con la voz fresca y aguerrida de
Juliana, quien a sus once años tiene claro cuáles son
sus afectos y los defiende a todo volumen aunque
no sean afectos comunes entre las demás chicas de su
edad. Las cosas en su casa tampoco son muy sencillas:
su padre se marchó para no volver, su madre trabaja el
día entero, pero el dinero no les alcanza y su hermano…
él la ve tal cual es. Ahí está la magia. Este libro construye
a lo largo del relato una de las mejores definiciones de
la palabra hermano que he leído. Así pues, bien acompañada en las buenas y en las muchas malas, Juliana descubre que alguien puede hacer una canción con su propio
nombre, que ella misma puede producir música y, mejor
aún, que hay otros en el mundo que se parecen a ella y
aprecian el ímpetu que pone al rasgar las cuerdas de su
guitarra vieja para hacerla sonar como un bajo. La historia te atrapa como esas buenas canciones que dan ganas
de volver a escuchar. Además responde muchos interrogantes sobre los orígenes del rock 'n' roll y su deuda
innegable con el blues y el jazz. Una chulada.
Bien, ahora la pregunta del millón: ¿bastará con tener talento
y contar con apoyo moral para
poder hacer vida de tu vocación?
En algunos casos puede que sí. Pero acorde a lo que ha
puesto en palabras uno de los mejores guitarristas de
la Historia, al talento hay que sumarle paciencia y dedicación. Gus y yo, de Keith Richards (Malpaso Ediciones), publicado por primera vez en 2014 y escrito por
el mismísimo Keith Richards, guitarrista de los Rolling
Stones y abuelo de cinco nietos, es un tributo que Richards hace a su abuelo Gus. En el libro relata la sucesión
de eventos afortunados de su infancia y adolescencia que
lo llevaron a convertirse en el músico excepcional que es.
Si bien todos en la familia de Richards llevaban una vida
musical —su abuelo tocaba el violín, el saxo y la guitarra; su abuela tocaba el piano; su madre siempre tenía
la radio puesta; su tía cantaba canciones de los Everly
Brothers—, lo que Gus le enseñó a Richards fue primero
a concebir un sueño, después a ser paciente hasta que
llegara el momento propicio para echar a andar su consumación. Muchos adultos se contentan con repetirle a
sus hijos o nietos la frase “Cuando seas más grande podrás hacerlo”, en cambio Gus tuvo una manera muy original de convencer a Richards de esperar. Así también
reconoció el momento propicio para enunciar frente a
su nieto las palabras mágicas que habrían de encaminarlo a convertirse en el personaje que hoy conocemos. (El
libro incluye un CD.) +
Entrevista con Pablo Carbonell
Menudo reunió a más de cien mil personas en el estadio
Azteca; hacia 1987, Emmanuel se presentó en la Plaza
México y en el Zócalo.
La oportunidad para el rock en español llegó de la mano
del ibérico Miguel Ríos, al presentarse el 29 de abril de
1989 en la Plaza de Toros México.
La presencia de este rockero español le abrió la puerta
a otras bandas que habían crecido en el contexto de
la “movida madrileña”, movimiento cultural surgido
después de la muerte de Franco y durante la transición
a la democracia. Entre ellos, Los Toreros Muertos,
grupo de nombre polémico, que conjuntaba
cierto grado de performance y una
música que pretendía parodiar el
rock, y cuyas composiciones hoy
se siguen escuchando.
D
espués del Festival de Rock y Ruedas de
Avándaro, celebrado en septiembre 1971, el
rock nacional dejó la escena por la puerta de
atrás. El gobierno no vio con buenos ojos que
miles y miles de jóvenes se reunieran de improviso sólo
para escuchar música. Y es que aún resonaban los ecos
del conflicto estudiantil de 1968 y tres meses antes del
Woodstock mexicano, el 10 de junio, había sucedido “el
Halconazo”. Mediante una prohibición no escrita, el rock
se convirtió en un movimiento clandestino, practicado
en hoyos fonqui, siempre bajo el temor de que la policía
irrumpiera y arrestara a todos los asistentes.
El rock nacional sobrevivió como pudo, flotando
como una sombra en las periferias, a la espera de
mejores condiciones.
Hasta la década de los ochenta las cosas comenzaron
a cambiar. The Police, por ejemplo, se presentó en
noviembre de 1980 en un salón del nunca terminado
Hotel de México. Un año después, en octubre de 1981,
el grupo inglés Queen tocó en las ciudades de Monterrey
y Puebla, aunque en la angelópolis las cosas se salieron
de control durante el primer concierto, al grado de que
alguien lanzó al escenario una bolsa con tierra que se
estrelló contra la guitarra de Brian May. Por su parte,
Freddie Mercury esquivó un botellazo.
El pop, sin querer, fue abriendo la posibilidad de conciertos
masivos en la ciudad. En 1983 el grupo puertorriqueño
Mediante correo electrónico tuvimos la
oportunidad de conversar con uno de sus
fundadores: Pablo Carbonell, su vocalista, quien
acaba de publicar un libro autobiográfico llamado El
mundo de la tarántula, en el que narra buena parte de su
vida, desde el niño que acudía a la escuela, hasta el padre
de familia. Nacido en Cádiz en 1962, como buena estrella
de rock, su energía aún no se apaga y continua haciendo
no sólo música, también cine y televisión.
¿Cómo surge la idea de escribir tus de memorias?
Yo había leído un libro titulado Cosas que los nietos deben
saber, de Mark Oliver Everett, cantante de Eels, mi grupo
favorito. El caso es que me gustó y mandé a través de
Twitter un mensaje de felicitación a la editorial Blackie
Books. Jan, su editor, se puso en contacto conmigo y me
dijo que yo también tenía un libro que escribir.
Conforme leemos el libro, nos vamos enterando de todas
las actividades que realizaste, los trabajos que tuviste
y que desembocarán en convertirte en cantante de un
grupo de rock. ¿Todos esos años de formación previa son
como las patas de una mesa: de haber faltado una, no
habrías llegado a Los Toreros Muertos?
Bueno, Los Toreros Muertos no son mi meta, o sólo lo son
en lo que abarca mi interés por satirizar con los estilos
musicales y mis ganas de divertirme convirtiéndome en
una estrella del rock. Por otro lado disfruto mucho con
la interpretación, las películas, reportajes, teatro o, como
ahora, con la literatura. Estoy en deuda con una serie
de cosas, mis padres, mis amigos, mi cuna, la gente que
me ha enseñado el camino, los acontecimientos que me
han formado como persona o como artista. Empiezas a
juntar y a juntar y te salen trescientas setenta páginas,
que no son más porque la editorial, con acierto, me quitó
el libro de las manos. La parte biográfica podría estar
escribiéndola toda la vida, como es evidente. Por cierto,
Jan me quitó el libro porque quería que fuera presentada
en el día de los libros en Cataluña, el día de Sant Jordi, lo
que no sabía es que ese día yo estaría con Los Toreros
Muertos en México.
Parece mentira que algunas canciones compuestas
hace más de treinta años hoy serían condenadas por
las buenas conciencias debido a su incorrección política,
pero se supone que ahora somos más libres y civilizados.
¿Qué ha pasado?
Que nos hemos ido quitando libertades nosotros mismos.
Nos hemos olvidado de que todas las palabras deben ser
pronunciadas y que la exposición de distintas actitudes
no tiene por qué ser una incitación a las mismas. Muchas
veces este juego de espejos que una canción proyecta
nos muestra una imagen que nos provoca una reflexión.
Reflexionar nunca ha sido malo y, salvo el insulto
deliberado, o la falsedad, todo debe ser dicho. Es sano. La
libertad de expresión es como la espita de las ollas exprés:
si no se libera el vapor, la imaginación, la opinión, la olla
explota, la sociedad se enferma.
Una de las características del rock español, al menos el
de las décadas de los ochenta y los noventa, es el sentido
del humor de sus letras. Ahora todos, o casi todos los
grupos, quieren “tirar netas”, como decimos en México,
pontificar y hablar de todos los temas. ¿A qué atribuyes
este rasgo humorístico en el rock ibérico?
Yo creo que es una burla a todo lo anterior. Cuando
España entró en democracia, hubo una explosión de
júbilo y lo normal es que la temática de las canciones fuera
divertida. Había que celebrar el regreso de las libertades
y eso creó canciones lúdicas sobre hombres en la nevera,
zombies, viajes imaginarios, esoterismo, romanticismo y
demencia.
¿Cuáles fueron las influencias que inspiraron la música
de Los Toreros Muertos?
Nosotros somos un grupo muy ecléctico. A Many le
gustaba Leonard Cohen, a mí Frank Zappa; Guillermo
era más de B-52’s. Todos confluimos en Talking Heads.
Yo arrastro fervor por Los Beatles pero a Guille y a mí
nos trastornó La gran estafa del rocanrol, de los Sex
Pistols. En mis últimas letras me dejo llevar por el rigor de
la rima consonante para demostrar que nuestro idioma
castellano tiene una fuerza que debemos aprovechar y
We will we will rock you, we will we will rock you.
Queen
así, pasito a pasito, vamos formando una personalidad
que se parece a un juguete ecléctico donde todo tiene
sentido gracias a la sátira.
Los ochenta fueron la última década en que se podía hacer
el ridículo (entendido esto como rareza, extravagancia)
en todos los aspectos de la vida, sin sufrir demasiadas
burlas. Después las cosas se pusieron serias y la música
popular perdió frescura y esa dosis de desfachatez. ¿En
tu opinión qué fue lo que pasó? ¿El “sistema” terminó
absorbiendo esa fuerza?
¿El sistema decimal? Creo que, al igual que Tiburón,
de Steven Spielberg, cambió el panorama del cine;
se acabaron los motores tranquilos y los desvaríos
psicodélicos: había que hacer pasta. Las grandes
multinacionales han creado una especie de señuelos
con los grupos a los que apoyan. Grupos políticamente
correctos, meláncolicos, o insustanciales, donde la forma
es más importante que el fondo. Más que nada porque
no hay fondo en lo que hacen. Estos grupos aglutinan las
preferencias del gran público y las cifras que manejan se
convierten en la zanahoria atada al palo que persigue el
burro toda la vida. Tener personalidad parece que espanta.
Desde hace ya mucho tiempo, de manera periódica, se
decreta la muerte de muchas cosas: de la novela, del
arte, etc. ¿Qué pasa con el rock? ¿También murió hace
mucho y no nos hemos dado cuenta?
Hay cierta desidia en los escritores que ven que la
aparición de sus novelas no alteran a la sociedad. Es
muy difícil cambiar un mundo que sabemos que podría
ser mejor con literatura, o incluso con canciones.
Estamos todos perdidos en nosotros mismos y asistimos
embobados al discurrir de una pelota sobre un campo,
o miramos televisión mientras nos roban identidad y la
cartera si nos descuidamos.
En El mundo de la tarántula cuentas de la primera
visita de Los Toreros Muertos a la Ciudad de México.
¿Cómo fue la experiencia de esa primera visita a
México y la más reciente cuando tocaron en el Vive
Latino de este año?
Muy emocionante. Tuvimos que pasar mas de veinticinco
años sin volver para demostrar que lo que hacíamos no
provocaba algaradas ni creaba psicópatas, drogadictos
o enfermos mentales. México ha cambiado mucho.
Posiblemente estén ustedes viviendo la explosión de
optimismo y creatividad, de fuerza, que tuvimos nosotros
en los ochenta. Cuídense. No den un paso atrás.
Canciones como “Yo no me llamo Javier” o “Mi agüita
amarilla” siguen cantándose en fiestas, coreadas por
jóvenes que nacieron mucho tiempo después que Los
Toreros Muertos. ¿A qué atribuyes que tu música haya
atravesado con éxito varias generaciones?
No encuentro otra explicación como no sea que el sentido
del humor es un conservante similar a la sal o al frío.
Nosotros hemos echado algo de barriga, perdido pelo,
pero las canciones siguen siendo jóvenes, y vigentes. Yo
soy el primer sorprendido.
A la distancia, ¿cómo ves el movimiento llamado
“movida madrileña?
Se llama así, pero a mí me parece que fue algo global.
Hay cosas que me gustan mucho, la libertad sexual, sin ir
más lejos, pero había otras cosas que no entendía. Había
mucha superficialidad, se dio excesivo culto a la estética
y en ese sentido Los Toreros Muertos, que enviamos
una imagen desastrosa y anacrónica, desprejuiciada y
multiforme, hicimos un buen trabajo de demolición.
En la actualidad no llega mucha música española a
México, al menos rock, como si ya no se estuvieran
haciendo nuevas cosas, o como si el pop, entendido como
mujeres solistas que cantan tonaditas con samplers o
grupos de chicos guapos y bobos, se hubiera tragado
todo. ¿Consideras que el rock en español atraviesa por
una crisis?
Si es así, yo digo, a río revuelto ganancia de pescadores.
Una crisis creativa es una mala noticia, pero no para
mí. Mis parámetros siguen intactos. Mi forma de hacer
también, he sobrevivido en todas las épocas que me ha
tocado vivir y si tienes claro qué es lo que quieres se
puede derrumbar todo a tu alrededor y tú sigues de pie.
¿Qué músicas escuchas actualmente?
El silencio es mi música favorita.
¿Qué libros has leído últimamente?
Cosas que los nietos deberían saber, que ya cité antes,
que es como el padre de El mundo de la tarántula, e
Instrumental, de James Rhodes, el hermano de mi libro.
Me gusta leer biografías artísticas. Debo haberme vuelto
medio vampiro, me gusta vivir la vida que me cuentan
los demás. +
Por Jorge Vázquez Ángeles
EL MUNDO DE LA TARÁNTULA
Pablo Carbonell
BLACKIE BOOKS
Entrevista con Rogelio Flores
Cuando uno es adolescente
H
no pasa nada
ace veinticinco años comenzaba la década
de los noventa. En términos históricos es
un periodo breve, ya no digamos desde
el punto de vista geológico: apenas un
parpadeo. Sin embargo, hace veinticinco años la vida
era distinta, veamos si no: el internet existía pero
su uso no se había popularizado; las computadoras
trabajaban con lentos procesadores que necesitaban
de disquetes de arranque de 5 ¼ o de 3 ½; los vinilos
perdían terreno frente al CD, nueva y cara tecnología,
y quien no poseía un walkman estaba fuera de
moda. Los casetes eran muy populares a pesar de
su poca calidad y eran el equivalente a las apps que
hoy permiten que miles de usuarios puedan buscar
y disfrutar de prácticamente cualquier canción, en
cualquier lugar del mundo. Aunque no fue exclusivo
de esa década, grabar un casete con canciones
escuchadas en la radio era una costumbre muy
popular, eran las listas de reproducción actuales. Las
transmisiones en la televisión comenzaban a las doce
del día y terminaban a las doce de la noche, y se podía
fumar en todos lados.
Testigo presencial, el escritor mexicano Rogelio Flores
escribió una novela que retrata los años noventa
en la Ciudad de México. El libro se titula Un millón
de gusanos, editado por Resistencia, que tuvo la
buena fortuna de llevarse el Premio Literario Lipp La
Brasserie 2015.
Antes de hablar sobre sus motivaciones para escribir
la novela, lo sometimos a una serie de preguntas
sacadas al azar de un mazo de cartas. Cree que la
inspiración sí existe, aunque uno debe trabajar las
ideas. Entre su recuerdos más felices está el momento
en que su madre le leía Las aventuras de Tom Sawyer,
mientras él era un niño, acostado en su cama. Le habría
gustado escribir El gran Gatsby por su brevedad, por
la historia detrás de ese libro —se dice que Fitzgerald
lo escribió en veinticinco días—, por su profundidad e
intensidad. Le da miedo la muerte: más que la suya, la
de sus seres queridos. Le gusta una frase de Raymond
Chandler, de su novela Payback: “Si no fuera duro
no podría estar vivo, si no fuera tierno no merecería
estarlo”. Un libro, un disco y una canción importantes
en su vida: “Cuando era adolescente una de mis
canciones favoritas era “Lobo hombre en París”. En la
vieja Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo encontré
un libro llamado El lobo-hombre, de Boris Vian, ahí
entendí que La Unión se había inspirado en ese libro
para componer la canción. Recuerdo que cuando leí
“El amor es ciego”, otro cuento de ese libro, pensé en
que quería dedicarme a escribir”.
Como muchos proyectos en la vida, comenzar una
novela es una aventura incierta, que puede llegar a nada
a pesar de los esfuerzos. Así recuerda Rogelio Flores
los inicios de lo que con el tiempo se convertiría en Un
millón de gusanos: “La novela tiene dos momentos:
cuando empecé a escribir ficción a los veinte años,
escribí un cuento en el que un personaje estaba en
una fiesta y se robaba los calzones de la anfitriona. El
cuento no era bueno pero el personaje me cayó bien,
un chavo común y corriente, con ciertos delirios de
elocuencia, hablaba con mucha verborrea y se llamaba
Román. Ahí conocí al protagonista. Más adelante
empecé a esbozar una historia, ideas sueltas, y una
vez en un viaje a Guadalajara, en el camión pasaron
Las reglas de la casa de la sidra, película basada en una
novela de John Irving. En esta novela los personajes
son médicos: uno joven que está en contra del aborto,
y otro más viejo, a favor; es un conflicto moral. Se me
hizo interesante que un personaje fuera médico, que
tuviera ese conocimiento sobre el cuerpo humano
y sobre la vida y la muerte. En esas épocas estaba
muy entusiasmado con un poema de Pablo Neruda
llamado “No tan alto”. Se fueron juntando estos cabos
y empezó a cobrar cuerpo la idea y ya después el
aterrizaje fue muy fácil al recrear anécdotas mías y
de mis amigos. El personaje resultó un chico gótico
I wanna rock!
Twisted Sister
que estudia medicina y se me hizo divertido que fuera
así, que en el día estuviera vestido con ropa blanca
y una bata, y en la noche de ropa negra y abrigo, un
positivo-negativo, jugar con la dualidad. Por eso decidí
que tendría un hermano gemelo que todo el tiempo le
está hablando, un gemelo ya muerto, un alter ego, una
conciencia que lo acompaña todo el tiempo”.
Rubén, el hermano muerto, es una esencia nutrida
en las vivencias del autor: “Para bien o para mal me
familiaricé con la muerte desde muy chico, mi padre
murió cuando yo tenía seis años. Después supe que
mi mamá perdió un bebé antes de que yo naciera. De
haber nacido, ese hermano habría sido más cercano a
mí por edad que mis dos hermanos mayores. Siempre
pensé con cariño en este hermano que no tuve,
tiempo después conocí a un amigo, Hugo, por quien
empecé a ir al tianguis del Chopo, a escuchar música
de The Cure y a familiarizarme con ciertas cosas del
mundo underground. Su madre y la mía eran amigas,
por lo que desde que yo nací estuvo muy presente
en mi vida. Lo quería mucho. Se fue a vivir a Europa
y un día mi madre me dijo que había muerto. Ésa fue
la primera vez que se moría alguien de mi edad. El
personaje de Rubén tiene partes de ese hermano que
no tuve y partes de mi amigo que sí tuve y que murió.
En la narrativa es muy difícil no hablar de la muerte,
siempre está presente y la novela habla de cómo
superar un duelo y cómo la muerte te marca”.
Un millón de gusanos es una novela sobre la juventud,
aunque en la mente de Rogelio Flores la idea de que
había escrito, en cierto sentido, una novela juvenil
tardó en aflorar: “Cuando comencé a escribir la novela,
una vez que me di cuenta de que ya era algo real y
que la iba a terminar, no tenía en mente a un lector
en particular. Luego de las lecturas de la editorial, de
amigos, de personas cercanas me dijeron que era una
gran novela juvenil. Ahora que lo pienso creo que la
novela puede conectar con dos tipos de lectores: con
Ulysses Avath©
los que son jóvenes ahora, alrededor de veinte años,
y con quienes fueron jóvenes en la época en la que
ubico la novela. Cambian los códigos culturales, los
símbolos, pero los jóvenes siempre son los mismos,
buscan lo mismo, se conmueven con las mismas cosas
y lo que no tienen de experiencia lo compensan con
hambre y con ánimos de conocer el mundo y de vivir
intensamente”.
Esas ganas de vivir con intensidad, característica
de los adolescentes, puede apreciarse muy bien
en Berenice, la novia de Román, su “Glampiresa de
la Anzures”: “Me gustan los adolescentes que son
egoístas y que al serlo lastiman a la gente que está a
su alrededor. Si no fueran así no harían las cosas, no se
experimentarían a sí mismos. Berenice es una mezcla
de las primeras novias que tuve, de mis amigas, de los
amores de mi vida. Me interesa mucho explorar la
naturaleza o la mente femenina, tratar de saber por
qué actúan de la manera en que actúan. Ella me cae
muy bien, en algún momento lastima a Román, pero
él lo pide a gritos, por todas las chaquetas mentales
con las que vive. Ella vive intensamente, me gustan
esos personajes, y si lastiman a los otros personajes ni
modo, la vida es así”.
La novela no pude desligarse de la melomanía de
Rogelio Flores, quien siempre tiene una referencia
musical debajo de la manga, y que siendo adolescente,
grabó infinidad de casetes con música para toda
ocasión, como Román, quien atesora uno titulado
Momentos que te rompen la madre, volumen 2: “Como
cualquier persona a esa edad, yo también grababa
casetes. Cuando querías quedar bien con una chica le
regalabas uno que habías grabado con las canciones
que te hacían recordarla, o eso le decías. Si no
conocías a los Pixies, alguien que quería ser tu amigo
y los conocía te regalaba un casete de ellos. Antes los
CD eran caros y pocos, y la música se popularizaba
a través de cintas, por lo general, mal grabadas. La
cinta como objeto análogo es algo nostálgico, si no
tenías un walkman estabas en la orfandad porque
todo mundo tenía uno, era como una muleta, una
prótesis emocional”.
“De los años que van de mi adolescencia a que cumplí
veinte años, todo el tiempo escuchaba música. En
esta reconstrucción que quise hacer sobre esta
época la música era fundamental, era la música que
yo escuchaba y era la música que escuchan estos
personajes. Mis personajes, que son góticos y punks,
no pueden escapar de escuchar alguna vez a José
José o a Camilo Sesto, como sigue siendo, pues no
vivimos en una burbuja, la cultura popular siempre
está presente”.
ese sector es el rock, de ahí su arraigo y permanencia.
Ha mutado en muchas cosas pero sigue siendo lo que
escucha la gente o la gente que fue joven y se quedó
con sus gustos. El rock sigue siendo una música que
escucha la gente, admite de todo porque esa es su
vocación, más que pureza musical lo que busca es
el reventón. Me gusta pensar que el rock no tuvo
reivindicaciones políticas en su nacimiento porque se
trataba de bailar, de que los jóvenes se divirtieran, que
en el fondo fue algo subversivo porque los emancipó
de los códigos de conducta de las generaciones
anteriores. Que ahora sepamos por documentales
que la gente se horrorizaba por Elvis Presley nos
parece ridículo, pero así fue”. +
Por Jorge Vázquez Ángeles
El escenario donde se desarrolla la novela, la Ciudad
de México, también era otra. Parte de la trama
se desarrolla en sitios de la Roma, colonia que en
los noventa, como dice el entrevistado, apenas se
recuperaba de la cruda del terremoto de 1985:
“Durante las cosas que pasaron entre el 1985 y el
1990, el terremoto, las elecciones de 1988, el fraude
electoral, la Roma estaban llena de casas que se
habían caído, sus parques públicos estaban llenos de
basura, no había hipsterismo”.
Rockero de corazón, antes de terminar la entrevista,
le preguntamos a Rogelio Flores sobre su teoría acerca
del origen del rock 'n' roll: “La idea hoy en día que
se tiene sobre la juventud está muy arraigada en la
cultura oficial y underground, pero hubo un momento
que no era así. La gente terminaba de estudiar y se
casaba, o quienes no seguían estudiando empezaban
a trabajar a los dieciséis y ya eran señores. El término
juventud no existía como tal, o los jóvenes como
grupo social. Después de la Segunda Guerra Mundial,
y ya que empieza a haber jóvenes que trabajan pero
no se casan y que cuentan con recursos propios, ese
sector se empodera y el primer género hecho para
UN MILLÓN DE GUSANOS
Rogelio Flores
RESISTENCIA
Cinco canciones importantes en
Un millón de gusanos:
“Dios bendiga a los gusanos”, de Fobia
“Querida”, de Juan Gabriel
“Stop”, de Jane’s Addiction
“Fui demasiado fácil”, de Dulce
“Cuatro cirios”, de Javier Solís
Tortuga:Deje al chamaco en paz. Cambie el disco. Viva
con ello.
Aquiles: No puedo. No mientras no haya justicia en
este mundo.
Tortuga:Teclea como un verdadero frenético. Y le
apuesto a que el escuincle ni lee los comentarios de su
canal. Menos cuando hay... ¿389? ¿En verdad? ¿Y apenas
publicó el video en la mañana?
Aquiles: No hay justicia en este mundo.
Tortuga: ¡Cuatro mil “megusta”! Y sólo tres “nomegusta”. Wow.
Aquiles: Y los tres míos. Desde mi compu, mi celular y el
suyo. Lo tomé prestado.
Tortuga: Y doce mil reproducciones. Wow. Pues... de
hecho, si lo piensa tantito... no es tan erróneo que el
chamaco se compare a sí mismo con Elvis.
Aquiles: No diga tonterías. Justo eso es lo que me tiene
tan molesto. ¿A qué nos va a llevar esto? Si hoy reseñan
libros vestidos como el rey del rock, mañana lo harán
como el mismísimo Papa. No hay moral. Alguien tiene
que pararlos.
Tortuga: Oiga... no es mala idea. ¿Se imagina un video
en donde Su Santidad, solideo y todo, reseñe la serie del
Capitán Calzoncillos? Sería un bombazo.
Aquiles: Ya deje de distraerme. Le estoy cantando unas
cuantas a este hereje del rock.
Tortuga:Súper Wow. Ya son cuatrocientos veinte
comentarios. Su diatriba se va a perder en ese maremágnum de elogios. ¿Ya vio lo que le propone sexy_brittany09? Me pregunto si será legal. No creo que tengan
edad ni para comprar cigarros.
Aquiles: No se preocupe. Pienso trollear al “rey” en todas
las redes. Ya hasta estoy aleccionando algunos bots.
Tortuga: También habría que revisar su concepto de
justicia, oiga. El chamaco firmó mil quinientos libros en
la feria. Usted cuatro. ¿Cuál es el problema?
Aquiles: Eran libros de otros autores.
Tortuga: Ajá. ¿Cuál es el problema?
Aquiles: A él le toma quince minutos reseñar un libro
que a otra persona le tomó escribir dos años.
Aquiles: Ajá y doble ajá. ¿Cuál es el problema?
Tortuga: Okey. ¿Además del celo enfermizo y la envidia
natural y las ganas de matar que produce esta falta de
balance y mesura en el mundo editorial? Nada. Me cae
gordo, pues.
Aquiles: A mí no. Me hace reír.
Tortuga: ¿O sea que es su seguidor? ¡Acabáramos!
Aquiles: Y usted también, como buen hater.
Tortuga: Antes para ser rockstar había que tocar o cantar. Acá el amigo no hace sonar ni un peine.
Aquiles: No es para tanto. Cuando al final de sus videos
dice: “Let’s rock and roll” y hace como si golpeara una
guitarra, le echa entonación.
Tortuga: Deje de fangirlear. No le va.
Aquiles: Piense en ese momento en el que Elvis, Scotty
& Billy se atrevieron a tocar “That’s alright (Mama)”
dándole ese toquecito diferente. Corría 1954 y la palabra rocanrol aún no estaba en la cabeza de nadie. Piense
en aquel DJ de Memphis, Dewey Phillips, quien tuvo que
tocar el single catorce veces seguidas en el transcurso
de su programa al aire. ¡Catorce veces! ¿No le suena un
poco como esos cuatro mil “megusta”? Espere. Ya son
seis mil.
Tortuga:No. Seis mil doscientos. Ay, mi úlcera...
Aquiles: Aún faltaban dos años para “Blue Suede Shoes”.
El rey tenía diecinueve y ya estaba sacudiendo la radio con
su voz, con su ritmo. El que lo tiene, lo tiene.
Tortuga: Maldita sea. Es cierto. Todo esto es inútil.
Incluso había acariciado la posibilidad de que su fama
lo llevara a un camino de decadencia autodestructiva,
como suele ocurrir. Pero está muy lejos todavía de los
veintisiete años. El mayor rockstar del país todavía está
en la prepa y no sabe quién fue Chuck Berry. O Little Richard. O Bill Haley. ¿Sabe que se lo pregunté por Twitter
y me respondió: “hable con mi agente”?
Aquiles: Ánimo. Cuatro libros no está tan mal. Hay quien
no firma ninguno.
Tortuga: Tiene razón. Hay muchas formas de rocanrolear. “Escribir, por ejemplo...”.
Aquiles: ¡Ése es el espíritu! Ahora que... si lo que quiere
es fama...
Tortuga:¿…?
Aquiles: ¿Nunca le he dicho que le da usted un aire al
jefe de Estado del mismísimo Vaticano? +
She’s my rock’n’roll Ruby.
Johnny Cash
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THE RISE OF DAVID
BOWIE
Mick Rock
TASCHEN
Retrospectiva
única de Mick Rock, el
fotógrafo oficial y
socio creativo de David Bowie, uno de los
pasajeros clave del
viaje glam rumbo a
la estratosfera. Rock
estableció vínculos
artísticos y personales muy estrechos
con Bowie; pasó a
formar parte del círculo íntimo del cantante y trabajó, en
1972 y 1973, como
su fotógrafo oficial.
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Chuck Berry, uno de los pioneros
del rock, grabado en 1958. El
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verdadero himno del rock and
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y “Rock and Roll Music”.
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El verano del amor estaba en su máximo nivel cuando el fin de semana del
16 al 18 de junio de 1967 se celebró
el Monterey International Pop Festival,
precursor de Woodstock. Doscientas
mil personas disfrutaron de las actuaciones de Jimi Hendrix, Janis Joplin, y
Otis Redding, así como Simon and
Garfunkel, the Mamas and The Papas,
The Who, The Byrds, Hugh Masekelay
Ravi Shankar. El director D. A. Pennebaker
capturó momentos icónicos como Pete
Townshend destruyendo su guitarra o Jimi
Hendrix prendiéndole fuego.
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PARA VER Y OÍR
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ANOMALISA
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EL HIJO DE SAUL
László Nemes
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En el año 1944, durante el horror del
campo de concentración de Auschwitz,
un prisionero judío húngaro llamado Saul
encuentra cierta supervivencia moral
tratando de salvar de los hornos crematorios el cuerpo de un niño que toma
como su hijo.
BOB DYLAN
Fallen Angels
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DULCES SUEÑOS, MAMÁ
Severin Fiala
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La película tiene por protagonista a un
motivador profesional que, cuanto más
ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece
y le suena igual. Hasta que la voz de una
chica le suena diferente y está dispuesto abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella.
Dos hermanos gemelos esperan a que
su madre regrese a casa tras una operación de cirugía plástica. Cuando llega
con la cara completamente vendada
se muestra fría, distante y obsesiva. El
cambio en su personalidad hará que los
niños se pregunten si la mujer es realmente su madre o una impostora.
JUAN JOSÉ ZEBALLOS
Solo Piazzolla. Solo piano
TEMPUS
Leyenda viviente en la historia del rock,
Robert Zimmerman, mejor conocido
en el mundo como Bob Dylan, edita un
nuevo disco como legado de un artista
que es piedra angular desde el siglo xx
hasta nuestros días.
El pianista uruguayo nos deleita con
material de uno de los más grandes
exponentes del tango, Astor Piazzolla, así como del fallecido compositor
y compatriota suyo Diego Legrand,
en una muestra de talento y virtuosismo puro.
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El grupo indie
en el AuditemplaSex Bob-
del momento se presenta
torio de la ciudad. Desde la
das tierras de Canadá
Omb por única vez en
México para interpretar
los éxitos que los han
hecho
famosos,
como “We are Sex
Bob-Omb”,
“Death to all
Hipsters”
y
“Summertime”.
Boletos
en
taquilla.
LOVE: AMOR EN 3D
Gaspar Noé
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Un 1 de enero por la mañana, el teléfono suena. Murphy se despierta junto
a su esposa y su hijo de dos años. Escucha el mensaje: la madre de Electra,
muy inquieta, le pregunta si tiene noticias de su hija que está desaparecida.
Teme que le haya sucedido algo grave.
RADIOHEAD
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Una de las bandas más respetadas,
con una trayectoria avalada por años
y con discos que se han convertido en
clásicos, reaparece en el mundo musical con un sonido que ha progresado a
través de su carrera, siempre vanguardistas e innovadores.
MÚSICA
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The Dream Concert
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El músico y compositor griego no deja
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presentaciones en vivo, llenas de luz,
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CAROL
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Therese Belivet, una joven dependienta de una tienda sueña con
una vida mejor conoce un día a
Carol Aird, mujer elegante y sofisticada, atrapada en un matrimonio infeliz. Entre ellas surge una
atracción inmediata que cambiará
sus vidas para siempre.
KLAZZ BROTHERS
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Reedición de aquel par de volúmenes
(el otro es Mozart Meets Cuba) donde
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CASTRO
Portada del libro Un millón de gusanos, de Rogelio Flores
(Editorial Resistencia)
RAQUEL
Mi hermano era baterista de una banda
gótica. Yo, como buena hermana mayor, lo
acompañaba a sus tocadas con frecuencia
y disfrutaba de los privilegios de estar en
la lista de invitados: no pagar cover, no hacer fila… y ya, creo. Tampoco eran tantos
privilegios. En cambio, tenía que quedarme hasta el final finalísimo de cada tocada,
porque cuando ya se había ido toda la gente
era que los músicos podían recoger su tinglado. Esa parte era bastante aburrida: ya había
cerrado su changarro el DJ; ya no había con
quién divertirse; los músicos estaban concentrados en no olvidar ni un cable ni una baqueta, y mi
celular de entonces ni siquiera tenía el humilde juego
de la viborita. Así que me dedicaba a mirar nomás.
Y ahora que ya no tengo quién me ponga en las listas
de invitados, a veces extraño esos días de rock tras
bambalinas. Por suerte, los puedo visitar en la literatura: hay libros superbuenos sobre el tema. Uno de
mis favoritos es ¿Todavía no me quieres?, de Jonathan
Lethem (Mondadori). En esta novela hay una banda
indie que lleva años tocando en la escena californiana
y no parece que vaya a lograr nada. El protagonista
tiene un secreto que involucra a un canguro del zoológico y Lucinda, la bajista, comienza a trabajar en
un falso call center (en realidad, es una instalación en
una galería, y la gente puede llamar para quejarse de
lo que sea), donde traba amistad con un tipo de los
que llaman. El hombre siempre dice frases ingeniosas
y pegadoras y Lucinda comienza a usarlas para letras
de sus canciones. ¿Es inspiración, es plagio? ¿Lograrán
el estrellato con estas nuevas letras? De verdad es un
libro divertido y lleno de referencias al rock y a la vida
de los músicos.
Otra opción: Un millón de gusanos, de Rogelio Flores
(Resistencia). Esta novela, que ganó el año pasado
el Premio Lipp, tiene como escenario la escena contracultural de la Ciudad de México en los noventa del
siglo pasado. Pero no es una novela para viejitos nostálgicos, que conste: el lenguaje, el ritmo de la acción,
la trama y los personajes se combinan para darnos una
historia que ningún rockero de corazón, de la edad
que sea, se puede perder. Porque cambian las tribus
urbanas, pero el sentimiento permanece, ¿no creen?
Y es que la música, cuando bien hecha, es poderosísima. Por algo hay gente que le dedica la vida entera.
Como Alejandro Marcovich, quien recientemente sacó
su libro Vida y música de Alejandro Marcovich (Ediciones B). Habrá quien busque en esta autobiografía de-
talles “jugosos” sobre
las relaciones de amistad y odio que se dan en una banda,
y más en una tan importante como
fue en nuestro país Caifanes —de
la que Marcovich fue guitarrista
en tres de sus mejores álbumes—,
pero si nos animamos a ir más allá
del morbo encontraremos indicios
de por qué el rock puede despertar
tantas pasiones en quienes lo hacen, tanto en el escenario, como
abajo de éste y hasta en una recámara a oscuras con los audífonos bien puestos y el iPod a todo
volumen, sin importar edad,
como decía hace un rato, pero
tampoco sexo. Porque por ahí
hay quienes creen que el rock
es un asunto masculino y que
las mujeres prefieren el pop. Habrá algunas que sí, claro, pero no todas.
Y nada mejor para combatir ese mito que Sirenas al
ataque, de Tere Estrada (Océano). Este libro hace un
recuento detallado de las pioneras del rock mexicano
desde los tiempos de Julissa y Baby Batiz hasta la actualidad. Y no sólo incluye cantantes: también habla
de compositoras, arreglistas, productoras, comparsas,
fans, periodistas, académicas, ingenieras, locutoras y
mánagers. Como dice la propia autora, son “heroínas
de una historia de lucha y pasión por la música que
comienza a emerger”.
Podríamos no terminar nunca. Nos falta hablar de
novelas y libros de cuentos escritos por rockeros: me
vienen a la mente Jessy Bulbo (Dark Doll, Ediciones
B), Armando Vega Gil (entre muchos otros, Diario íntimo de un guacarróquer, Ediciones B) y Joselo Rangel
(One hit wonder, Almadía); Bob Dylan y Morrissey; y
también hay grandes ejemplos de libros de poesía escritos por músicos como Nick Cave, Leonard Cohen,
Patti Smith o, en nuestro país, Jaime López o José Manuel Aguilera. Lo cierto es que la literatura y el rock
están muy emparentados.
Tanto, que ahora que termino de escribir siento menos nostalgia de no estar en esas listas de invitados
especiales de las bandas. Pero eso sí: se me ocurre
que me habría aburrido menos mientras mi hermano
guardaba la bataca si hubiera llevado un libro. Total, si
alguien me hubiera visto raro, le habría podido decir
que, a veces, la literatura es otra forma de rockear. +
Do you remember rock’n’roll radio?
RAMONES
El periodismo musical consiste en gente que no
sabe escribir entrevistando a gente que no
sabe hablar para gente que no sabe leer.
Frank Zappa
de la piezas clave del festival Avandaro, quien nos brindó
una sección que se llamó “Cacería de grupos”. Colaboré con
México Canta y La Edad del Rock, bajo la dirección de Armando Blanco, y en Rock Poster, de José Luis Pluma, quien
fundó la revista Conecte.
T
enemos la necesidad de crear lenguajes con los
sonidos y las palabras para poder imaginar un
movimiento y una intensidad creativos. Después
del silencio lo que más se acerca a una expresión
inefable es la música. Es el equivalente a algunas de las más
decisivas pasiones del hombre. Tanto así que su capacidad
se ha hecho extensiva a todas las demás artes para evocar
experiencias.
Walter Schmidt, quien ha mantenido un compromiso
personal profundamente marcado por la acción artística
y un discurso natural, sabe mantenerse vigente desde
1970. Músico, pionero del periodismo musical, bioexplorador y cómplice de los reptiles, director y editor de
la mítica revista de música Sonido, inició escribiendo
la sección “Cacería de grupos”, donde hacía reseñas de
intérpretes de rock en oposición, krautrock o las vertientes de la música electrónica, mencionaba a músicos como
Karlheinz Stockhausen o John Cage, algo poco común en
México en ese tiempo. Por Radio Educación trasmitió por
más de doce años ininterrumpidos el programa Música
Marginal, entre los años ochenta y noventa.
El inicio de su metamorfosis se dio con la creación y exploración musical de la banda Decibel. Inició la escena punk
y techno pop con Size y Casino Shangai, grupos de
culto en la escena del rock nacional.
Considerado héroe de la llamada “otra música”, Walter tiene
la satisfacción de ser considerado por científicos
de la unam, Conabio y la
Semarnat como uno de los
principales expertos del
género Abronia dentro
de la conservación de
lagartos, reptiles y anfibios de México. Esta
afición lo ha llevado a
leer durante más de
treinta años todo sobre herpetología, colaborando en revistas
científicas nacionales y
extranjeras. Entre letras
y música su camino no
conoce interrupciones.
Platicamos en su estudio, donde se percibe su sensibilidad y
un aroma a reptil.
¿Cómo inicias tu gusto por el periodismo
musical?
Siempre traté de oír
cosas que nadie oía en
México, iba a las tocadas de Los Dugs Dugs y
La Tinta Blanca en frontones en la del Valle, Narvarte
o en la pista de hielo de Insurgentes. Compraba discos en Hip 70, donde conocí a Vivianne
Klein, esposa del Carlos Hauptvogel, baterista de Three Souls in My Mind, y ella era periodista de rock. En ese tiempo yo era muy
amigo de Humberto Álvarez (MCC, Casino
Shangai, Sangre Azteca) y nos sugirió que
fuéramos a ver a Armando Molina, una
Ulysses Avath©
¿A quiénes entrevistaste durante los años de Sonido?
Tuve la oportunidad de estar un par de veces en Inglaterra
y conocí a Peter Gabriel, él mismo me fue a ver al hotel
para que lo entrevistara. También a Queen, Scorpions, Kiss,
Def Leppard, muchos otros, pero recuerdo más a los artistas que me gustan. Fue maravilloso conocer a uno de mis
héroes, Robert Wyatt, baterista de Soft Machine; él mismo me abrió la puerta de su casa y me estuvo sirviendo
el té. Estuve con el compositor David Bedford, quien hizo
la versión “The Orchestral Tubular Bells”, de Mike Oldfield;
visité a David Vorhaus, pionero de la música electrónica
en Inglaterra. Para mí era maravilloso estar en contacto
con mis héroes y que ellos me platicaran cómo pensaban
su música. Nunca he dejado de escribir y este año cumplo
cuarenta y cinco años escribiendo.
Háblanos de tus experiencias en la prensa.
Algunas veces me invitan a Estados Unidos y fui a la presentación del disco de oro Parallel Lines, de Blondie, y
platiqué con el grupo. Después les hicieron un coctel en
una boutique muy famosa de Los Ángeles, a donde llegó
el grupo en un tanque de guerra que rentaron para el acto.
Saludé personalmente a Ray Manzarek de The Doors; Stiv
Bators, de The Dead Boys y a Joan Jett & The Runaways.
¿A quién admirabas cuando estabas en Sonido?
Indudablemente a John Peel, fue mi ejemplo; a mi nivel
hacía lo mismo, porque él tenía su programa de radio, famoso por las “Peel Sessions”, y yo también tenía mi programa de radio. No fue por imitar. Pero en ese tiempo me
ofreció hacer programa mi amigo Eduardo Ruiz Saviñón,
director de teatro que era el director de programación en
Radio unam.
¿Qué te gusta leer?
Fui fan de la ciencia ficción, me devoraba los libros de Ray
Bradbury, Isaac Asimov y Philip K. Dick; para finales de
los sesenta era fan del terror de H. P. Lovecraft, aunque
ahora lo leo y siento que tiene cierta ingenuidad, cierto romanticismo que se me hace divertido. En los setenta me
influyeron mucho las lecturas de mi amigo Carlos Robledo,
él tenía un afán por los escritores malditos como Rimbaud
y Baudelaire y los escritores del surrealismo como André
Breton, o el Manifiesto Dadá. Posteriormente me influyó
mucho El nuevo mundo amoroso, de Charles Fourier, y la
Teoría de los cuatro movimientos, te hablaba de todo un
abanico de la sexualidad. También Nuestra Señora de las
Flores, por Jean Genet; tuve la dicha de ver la obra en teatro
con Lindsay Kemp Company, que es uno de los maestros
del teatro del siglo xx.
¿Por qué medios te enterabas de lo que pasaba en la música?
Había más publicaciones extranjeras, como las revistas inglesas New Musical Express o Melody Maker. Aunque llegaran
dos meses atrasadas, traían toda la información musical.
¿Qué es lo que más recuerdas de ese tiempo?
Estaba inmerso en la industria musical y me di a la tarea de
escribirles directamente a las disqueras de Europa y Estados Unidos, ellos me mandaban la información, los discos
y las fotos, era un proceso lento porque les mandaba las
preguntas escritas y los músicos me contestaban personalmente por escrito. Era sensacional que recibieras una carta
de The Residents o de Univers Zero. Aún tengo muchas
cartas, como la correspondencia de Chris Cutler, fundador
del sello británico Recommended Records. +
Por Ulysses Avath
Rock this town
Stray Cats
TEATRÉALEE & ROCKÉALEE
SONÁMBULOS
Una familia tiene que aprender a reencontrarse
después de que un hecho traumático cambió sus
vidas. Pero ¿qué sucede cuando uno de ellos decide publicar un libro sobre lo sucedido?
Ahora más que nunca tendrán que celebrar la
vida, ver el mundo como un museo, elegir la
puerta correcta y asimilar que en el peor día de
su vida, del otro lado del mundo, es el mejor día
de alguien más.
Sonámbulos es un encuentro de cinco personajes
buscando ser felices, tratando de dar vuelta a la
página en un mundo que ya lo ha hecho y donde ahora hay que escribir un nuevo capítulo, pero
para poder hacerlo primero hay que despertar.
Dónde: La Teatrería (Tabasco #152, Col. Roma,
Del. Cuauhtémoc.)
Tel: 5207 3234
Días y horarios: Lunes, 20:30 hrs Martes, 20:30 hrs
EN CASA EN EL ZOO
Compuesta por una única escena, El cuento del
zoológico narra el encuentro de dos personajes
(Peter y Jerry) y su larga discusión sentados en
una banca del Central Park. La pieza, que explora
el aislamiento, la desigualdad social y la deshumanización dentro del mundo contemporáneo, fue
el inicio del estadounidense como dramaturgo,
quien luego se haría famoso en 1963 con la obra
¿Quién teme a Virginia Woolf?, transformándose
en uno de los principales dramaturgos de la segunda mitad del siglo xx.
El primer acto de la obra indaga en la vida íntima
de Peter (Odiseo Bichir) con Anna (Itari Marta),
su esposa. Ella, junto a Jerry (Bruno Bichir), serán
los encargados de gatillar en Peter los cuestionamientos sobre la perfección de su vida. ¿Está acaso Peter encerrado en una jaula?
Del 1 de julio al 21 de agosto en el foro principal
del Foro Shakespeare. Viernes 20:30 hrs. sábados
20:00 hrs. y domingos 18:00 hrs.
Nadie, desde Stanislavski, había investigado el fenómeno de la actuación y su significado, la ciencia y naturaleza de sus
procesos mentales, físicos y emocionales tan profunda y completamente como el polaco Jerzy Grotowski (1933-1999). Su
teatro, al que llama laboratorio, no es un teatro en el sentido corriente de la palabra, sino más bien un instituto consagrado a
la investigación del dominio del arte teatral y del arte del actor en particular.
La educación del actor en el teatro de Grotowski no estriba en “enseñarle” algo; se trata de eliminar la resistencia del organismo a este proceso psíquico, el de actuar.
Propone que el actor se libere y sus impulsos y reacciones exteriores se vuelvan uno: el cuerpo desaparece. Las producciones
de Grotowski se convierten en una investigación detallada de la relación del actor con el espectador y Hacia un teatro pobre
es un libro insuistituible para los protagonistas y amantes de esa disciplina.
HACIA UN TEATRO POBRE
Jerzy Grotowski
EDICIONES GANDHI
22
It’s been a long time since I
rocked and rolled
Led Zeppelin
R
ecordemos la canción de Pulp,
“Common People”, en la que un
chico proveniente de la osada clase
media conoce a una niña rica que se
pregunta cómo sería vivir como los demás. Él
la lleva, como si se tratara de una visita al museo, a dar un paseo por el supermercado. Lo
que empieza como una inocente situación de ligue termina con la
voz de Jarvis Cocker cargada
de escepticismo: ¿Estás segura de que quieres vivir como la
gente común?
Tendemos a pensar que el
rockstar es perfecto porque
es inalcanzable. No obstante,
aquí les traemos cuatro lecturas que comprueban exactamente lo contario: las estrellas
tienen mucho que decir sobre malos ratos.
Si lo que quieren es tener un punto de partida sólido
antes de enfrentarse cuerpo a cuerpo con las celebridades, es muy probable que Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno, de Bob Stanley, les venga como
anillo al dedo. Este libro es una revisión, fluida y a la
vez exhaustiva, de la historia de la música popular moderna desde los cincuenta hasta el día de hoy. Lo valioso del libro es la red de relaciones que el autor traza
entre géneros como el rhythm and blues y el country,
o entre artistas como Beyonce y Mötorhead: “Si está
impreso en una taza y se han vendido calendarios con
sus logos, entonces tu banda favorita de trash metal
también es resultado de la cultura pop”. La visión de
Stanley es panorámica, persigue causalidades y nos
revela que el universo del pop es tan cambiante como
sus fanáticos.
A veces no es suficiente con saber sobre bandas de
rock, a veces no se pueden contener las ganas de formar una. ¿Qué harían si pudieran echarse un café con
Janis Joplin para que les dijera cómo lograrlo? ¿Qué tal
sería platicar con Paul McCartney desde la comodidad
de su sillón favorito? Entonces Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock, de Ian Svenonius,
no es, para nada, el libro que han estado buscando. En
efecto, el vocalista de la extinta banda de punk rock
Nation of Ulysses propone un diálogo nunca antes visYEAH! YEAH! YEAH! LA HISTORIA
DEL POP MODERNO
Bob Stanley
TURNER
cirse mucho de una persona o situación en
un minuto. Pero sólo si se elige el minuto
correcto”. De esta manera vemos desfilar
por sus páginas a figuras como Lady Gaga,
Nikki Sixx de Mötley Crue, Marilyn Manson, Jimmy Page, Ringo Starr, Julian Casablancas, los hermanos Gallagher, PJ Harvey,
entre muchos otros. Este libro es, sin duda,
uno de los acercamientos más íntimos y
humanos a las celebridades que cualquier periodista ha logrado hacer
en mucho tiempo.
to con los muertos más ilustres del rock —los rockeros
vivos son demasiado envidiosos como para compartir
la clave de su éxito, nos cuenta Svenonious— en un
intento por desmentir y revelar el lado oscuro de la
industria musical. Esta entrega de Blackie Books está
plagada de versiones alternativas a la historia oficial
del rock que llevamos replicando hasta la náusea los
fanáticos del género. La verdad sobre este libro es que
nunca sabrán si su autor, gran conocedor y parodista
de la historia del rock, está hablando en serio o si sólo
les está viendo la cara. Lo mejor es que no importa; su
sentido del humor, la luz irónica que arroja sobre las
cosas y la visón política que le añade a la cultura son
suficientes para reír a carcajadas y preguntarse por las
motivaciones detrás de la liberación y la rebeldía en el
rock 'n' roll.
Y si de motivaciones ocultas hablamos, tendremos
entonces que hablar de Neil Strauss, el joven crítico
que ha logrado convertirse en una leyenda del periodismo musical: Todos te quieren cuando estás muerto
es una selección realizada con precisión quirúrgica por
el mismo Strauss, que nos muestra una cara auténtica
de las celebridades que aparecen en las más de tres
mil entrevistas hechas a lo largo de décadas de trabajo
en medios como la Rolling Stone, Spin y The New York
Times. Lo interesante de este libro es su agilidad, ya
que sólo tenemos acceso a un instante de estos encuentros, en palabras del mismo Strauss: “Puede de-
ESTRATEGIAS SOBRENATURALES
PARA MONTAR UN GRUPO DE ROCK
Ian Svenonius
BLACKIE BOOKS
Si tienen problemas para darle crédito a un crítico musical
sobre la vida personal de un
rockstar, lo mejor será que
lean algo de primera mano
y, si es posible, algo que haya
escrito un neoyorquino desequilibrado que lleva cuarenta y cinco años reventándonos
los oídos con los zarpazos de su voz. Sí, Steven Tyler
tiene una autobiografía. Lo mejor de ¿Acaso molesta
el ruido que retumba en mi sesera? —memorias que el
vocalista de Aerosmith escribió con el apoyo del mismísimo fundador de la Rolling Stone, David Dalton—
es la desfachatez que impregna cada página: tengan
claro que no estarán leyendo la vida de un santo.
Después de una carrera plagada de excesos: veinte
millones de dólares invertidos en drogas, un capítulo
entero dedicado a aventuras sexuales y muchos comentarios empapados de sarcasmo sobre la corrupción de la industria, Steven Tyler se muestra honesto
y orgulloso de sus errores, logra llevarnos vertiginosamente por su vida, desde su infancia en Nueva York
y su fascinación por Janis Joplin y Los Beatles hasta la
gestación de Aerosmith y los escándalos que llevaron a Brad Whitford y a John Perry a dejar la banda.
No encontrarán a un Steven Tyler lúcido ni profundo,
pero sí a uno juguetón y cínico que podrá ofrecerles
cientos de historias sobre alguien que siempre ha vivido al límite.
Afinen sus lámparas y separadores, este espectáculo
está por comenzar. +
Por Paulina del Collado
TODOS TE QUIEREN CUANDO
ESTÁS MUERTO
Neil Strauss
CONTRA
¿ACASO MOLESTA EL RUIDO QUE RETUMBA EN MI SESERA?
Steven Tyler
MALPASO
FACTORY
RECORDS
FENDER
GIBSON
GRETSCH
Woody Guthrie
Pete Seeger
Bob Dylan
Hank Williams
Vernon Dalhart
Jimmie Rodgers
Johnny Cash
Neil Young
The Mamas & the Papas
Simon & Garfunkel
Grateful Dead
Bruce Springsteen
Billy Joel
Invasion
Heart
RCA
Reggae
Bob Marley and
the Wailers
Prince Buster
Rock 'n' Roll
SUN
STUDIOS
Sam Phillips
Gospel
y esclavismo
norteamericano
como parte de la
receta.
Blues
Rosetta Tharpe
Mahalia Jackson
Pat Boone
Blues
Brit.
Cream
Eric Clapton
Fleetwood Mac
The Yardbirds
Elvis Presley
Chuck Berry
Jerry Lee Lewis
Bill Haley
R&B
Ray Charles
Bo Diddley
Fats Domino
Etta James
MOWTOWN
Rockabilly
Miles Davis
Dizzy Gillespie
Charlie Parker
Los Black Jeans
Los Teen Tops
Los Locos del Ritmo
Javier Bátiz
Carlos Santana
ABBEY ROAD
STUDIOS
Pop/ Soft
Brit.
Rock
The Beach Boys
Air Supply
Journey
Hall & Oates
WOODSTOCK
ELECTRIC
LADY
STUDIOS
P. ROTHCHILD
C. DAVIS
The Penguins
The Platters
The Temptations
Enigma
Toncho Pilatos
Guillermo Briseño y el Séptimo Aire
Nuevo México
Decibel
Black
Motör
Judas
Ronnie
Iron M
Death Metal
Possessed
Death
Metal Alternativo
Godsmack NIN M
Jane's Addiction
Led Zeppelin MC5 Boston
AC/DC
Aerosmith Twisted Sister
Blue Oyster C Deep Purple Van Halen
AV
Alice Cooper Scorpions Def Leppard
Grand Funk Railroad
Rock
Guns n’ Roses
psicodelico
The Jimi Hendrix Experience
Hawkwind, 13th Floor
Elevators
The Doors
Janis Joplin Rock
Doo Wop
Funk
Hea
Hard Rock
Aretha Franklin
James Brown
Al Green
The Jackson 5
Gene Vincent
Eddie Cochran
Stray Cats
The Cramps
Marvin Gaye Chaka Khan
Stevie Wonder George Clinton
Funkadelic
Three Souls in my Mind
El Ritual
Bandido
Peace and Love
Los Dug Dugs
ISLAND
RECORDS
Soul
COLUMBIA
CBS
RECORDS
New Wave
The Psychedelic Furs Talking Heads
Ultravox
OMD
Gary Numan The Smiths
The Police Erasure
U2
Blondie
Eurythmics
Sureno
Quincy Jones
Ma Rainey
Muddy Waters
B. B. King
Son House
Robert Johnson
P. SPECTOR
G. MARTIN
The Beatles
The Animals
The Rolling Stones
The Who
The Kinks
STUDIOS
Musica
africana
GLASTONBURY FEST
Folk Rock
Lynyrd Skynyrd
The Allman Brothers
ZZ Top
Afrobeat
Fela Kuti
Roy Ayers
Randy Weston
progresivo
Yes
Pink Floyd
The Moody Blues Genesis
Magma
King Crimson
Rush
Glitter/Glam Emerson Lake & Pa
Rock/ Metal
T- Rex The Runaways
The New York Dolls Inclasifi
Roxy Music
Frank Zappa Da
KISS
Brian Eno
Lo
Elton John
Queen
Bjö
Mötley Crüe
Prince
H.
Ska
Prince Buster
The Skatalites
Madness
Gloria Gaynor Barry White
The Bee Gees ABBA
Donna Summer Earth, Wind & Fire
Dangerous Rhythm
Size
Hospital X
Chac Mool
The High Fidelity Orchestra
Rock
Oxomaxoma
Syntoma
Casino Shanghái
Artefacto
Sangre Asteka
Rap
Pete DJ Jones
Tupac Shakur
Chuck D
Caifanes
Bon y los Enemigos del Silencio
Rockdrigo González
Tex Tex
La Maldita Vecindad
HANSA
STUDIOS
DJ Koo
Public E
Beastie
Arturo Meza
Máquina Negra
Real de Cator
Charly Montta
MCC
Stoner
Kyuss
Sleep
Fu manchú
Queens of the Stone Age
Spandau Ballet
Visage
Queensrÿche
Sabbath
Pantera
rhead
Thin Lizzy
s Priest
e James Dio Thrash
Maiden
Metal
JACK
ENDINO
Metallica Slayer
Megadeth Anthrax
Venom Sepultura
o
Metal Progresivo
Dream Theater
Duran Duran
Depeche Mode
SUB POP
Grunge
Post
Punk
R.E.M
Sonic Youth
Pixies
Radiohead
The White Stripes
Marilyn Manson
RECORDS
Pearl Jam Mudhoney
Alice in Chains Nirvana
Soundgarden
STP
L7
Punk
VANDARO
Dead Kennedys
Bad Religion
The Clash The Ramones
Generation X Sex Pistols
Buzzcocks
Patti Smith
Iggy Pop
Television
icables
avid Bowie
ou Reed
örk
. Rollins
Industrial
Throbbing Gristle
Cabaret Voltaire
Einstürzende Neubauten
Ministry
Gothic
Rock
Punk Hardcore
Kraftwerk
Tangerine Dream
Jean-Michel Jarre
Krautrock
Can
Neu!
Faust
ol Herc
Enemy
Boys
Luzbel
Splash
Los Rastrillos
Botellita de Jeréz
Cecilia Toussaint
Triphop
Nathabisk
Santa Sabina
Fobia
La Lupita
Guillotina
Oasis
Blur
Travis
James
Cocteau Twins
My Bloody Valentine
Slowdive
Kenny y los Eléctricos
Hocico
Transmetal
La Castañeda
La Cuca
HELLFEST
Stone Roses
Suede
Pulp
SIMBOLOGIA
= Inventores, estudios y
productores
= Festivales
Shoegaze
Portishead
Massive Attack
PJ Harvey
Sangre Azteca
Luis Pérez
Al Universo
Silueta Pálida
Iconoclasta
Liars
Motorama
Savages
Editors
Brit. Pop
Happy
Punk
The Strokes
The Killers
Bloc Party
The Arcade Fire
Franz Ferdinand
Renacimiento
Post Punk
COACHELLA
Green day
The Offspring
Blink 182
Bauhaus
Sisters of Mercy
Christian Death
Electronica
Fugazi
RHCP
Smashing Pumpkins
Weezer
Rage Against the Machine
Foo Fighters
LOLLAPALOOZA
Siouxsie and the banshees
Public Image Ltd.
Killing Joke
The Cure
Crass
DRI
Joy Division
Black Flag
Hüsker Dü
The Misfits
Garage
Bad Brains
Ratos de Porao
The Kingsmen
The Sonics
Los Saicos
almer
a
rce
ana
Rock
Alternativo
New Romantics
avy Metal
Indie
Rock
Este árbol genealógico es una muestra representativa de todo lo derivado del Rock ’n’ Roll. Nos
tomaría una vida completar la lista. Saca tu lápiz y
complétalo a tu gusto.
La Banda Elástica
La Barranca
Ritmo Peligroso
Resorte
Café Tacvba
Ford Proco
La Función de Repulsa
El Personal
Haragán y Cia
Víctimas del Dr. Cerébro
Tijuana No!
Zurdok
Titán
Jumbo
Ultrasónicas
Control Machete
Plastilina Mosh
Nortec Collective
26
FERNÁNDEZ
Yo no tengo religión,
viejito, tengo
el rocanrol
—Do you have rock and roll? —pregunta en una
tienda de partituras el mánager de Los Vaqueros de
Leningrado en la cinta The Leningrad Cowboys Go
America, de Aki Kaurismäki (1989).
Me gustaría llegar a Gandhi y hacer la misma pregunta, a ver qué me ofrecen.
En este mismo espacio he hablado ya de las biografías de Frank Zappa, Johnny Ramone y John Lydon
de los Sex Pistols, publicadas todas por Malpaso en
cuidadas ediciones. A ellos habría que añadir la autobiografía Pete Townshend, de The Who.
No obstante la relación del rock y la literatura o
los libros no es lo tersa que uno supondría. Alguna
vez un editor me dijo que los libros sobre música
no funcionaban porque el público rockero no era
muy lector.
Algo de razón tendrá: me parece notable que ninguna de las biografías de músicos enunciadas arriba
fue escrita sólo por sus autores, invariablemente
cuentan con la ayuda de un periodista.
Lo anterior debe ser producto de la alta especialización que requiere la mente musical. Imagino que
la habilidad musical (de la que lamentablemente
carezco) ocupa tanto espacio cerebral que queda
poco lugar para desarrollar otras competencias con
tanto refinamiento.
Por ello celebro la existencia de músicos que escriben, subespecie humana propia del Renacimiento,
merecedora de mi más encendida envidia. Desde el
ensayo (Cómo funciona la música, de David Byrne),
la crónica testimonial (La canción de la bolsa para
el mareo, de Nick Cave) hasta la literatura infantil
(en la vasta obra narrativa de Armando Vega Gil,
que trasciende lo escrito para niños y abarca varios
géneros), los rockstars que blanden la pluma y aporrean el teclado son pocos pero contundentes. Sin
duda tienen lo mejor de los dos mundos.
Es el caso de Bruce Dickinson. El líder de Iron Maiden ha escrito un par de novelas, The Adventures
of Lord Iffy Boatrace y
The Missionary Position, al
parecer ambas inéditas en
español. Lo mismo ha hecho
Leonard Cohen y si bien el
bardo de Montreal se ha distinguido como poeta, tiene una novela experimental, Beautiful Losers, que hasta donde pude averiguar tampoco se ha traducido a nuestro idioma.
Mi amigo Joselo Rangel, guitarrista de Café Tacvba, publicó recientemente un volumen de cuentos, One Hit
Wonder. En él se compilan una selección de algunos
de los cuentos que publicó cada semana en su sitio
textosmutantes.com. El libro sorprende por el oficio narrativo del autor, quien ya había publicado un
libro recopilatorio de su columna hebdomadaria del
periódico Excélsior, “Crócknicas marcianas”, que leo
religiosamente todos los viernes. Joselo, por cierto
es más frikinerd que rockstar. (Hubo, por cierto, una
crítica al libro en la que el reseñista descalificaba la
compilación entre otras cosas ¡porque Café Tacvba
ya no toca como antes! Riesgos del oficio, supongo.)
Siempre vinculado a la contracultura, el rocanrol fue también uno de los motores de la llamada literatura de la onda. No me detendré hoy en
Gustavo Sáinz, José Agustín y Parménides García
Saldaña. Hoy me interesa hablar de Gonzalo Martré, escritor de culto dentro de los autores alternativos de este país.
De temperamento bronco, Martré jamás se detuvo a
hacer relaciones públicas. Ello quizá le costó la fama
que bien merecía. Nacido el mismo año que Carlos
Fuentes y Jorge Ibargüengoitia, sobrevive a estos dos,
siempre manteniendo una intachable actitud punk.
Portada del cómic The Umbrella Academy, de Gerard Way y Gabriel Bá.
BERNARDO
Personaje controversial, fue pionero de una narrativa desenfadada. Evidencia de ello es su legendaria
novela Safari en la zona rosa, en la que el autor
da cuenta del ambiente subterráneo de finales de
los años sesenta, con fuertes dosis de música, sexo,
drogas y reventón.
En su día, Safari… fue descalificada como pornografía. Hoy Nitro Press ha rescatado el texto en una
edición que añade material extra que incluye un
testimonio del propio autor sobre la escritura de
la novela. Pionero también de la ciencia ficción, la
narconovela y el cómic de autor (fue guionista de
Fantomas), Gonzalo Martré merece ser rescatado
del olvido y éste es un magnífico primer paso.
¿Ya recomendé El traje del muerto, de Joe Hill? ¿Y
Las jiras, de Federico Arana? ¿Éramos unos niños,
de Patti Smith y Girl in a band, de Kim Gordon?
Todos, magníficos libros sobre rocanrol.
El cómic del mes: The Umbrella Academy, de
Gerard Way y Gabriel Bá. Soberbia serie de superhéroes escrita por el frontman de My Chemical Romance. Chulada. +
DE
MENTE
Los festivales musicales alrededor del mundo se han convertido en un viaje más para comercializar destinos con
paquetes para turistas musicales de todas las edades,
géneros y bolsillos. Es lamentable que productores, promotores y en general varios circuitos del mundo musical
busquen quitarle identidad y sentido a los festivales y a la
manera en que consumimos la música.
Ahora se organizan grandes conciertos donde no importa el gusto del público, sino la oferta de las marcas, disqueras o promotores para sacar provecho de un montón
de músicos cuyas propuestas, muchas veces, no merecen
estar en un escenario, ni ser usados como productos. Este
problema también surge porque la música parece que no
tiene valor comercial, las canciones valen centavos; los
músicos necesitan vivir del merch y de conciertos, y acaban siendo esclavos de una industria manipulada por los
gustos de bookers, promotores y marcas.
Hay festivales que
han perdido su intención inicial como el
Vive Latino, creado
porque parecía existir
una escena mayor de
rock en español y se
quería brindar un festival auténticamente
latino. Muchas cuestiones lo desnudaron
de su esencia, pero
fue el mismo sistema
de música creado por
ocesa quien lo mató
por fines económicos, y año tras año,
con infraestructura
deplorable, ha ido
creando un festival
sin raíces, con una
curaduría de payola,
sin seguimiento de
las bandas, muchas
que no repiten porque
no merecían llegar
tan pronto a un festival así, y otras que lo
merecían simplemente no le dieron gusto
a algún productor. El
problema crece cuando los promotores que trabajan con
ocesa no invierten en otros grupos nacionales y se les
cierran las puertas porque creen que no están de moda,
minando el camino para la expresión no sólo del rock,
sino de cualquier cosa que les suene raro a los promotores o estaciones de radio, que piensan sólo en el pop.
Que no haya un campo abierto a la música original es una
manera de vetar la expresión musical de una nación. No
entiendo por qué la gran mayor parte de la música que
suena, aunque sea en estaciones de radio, contiene letras
que no expresan la situación que vive nuestro país. Un
amigo argentino me decía que seguramente en México
las cosas estaban muy bien, ya que la música que había
escuchado en los dos mil no reflejaba más que “chavas y
chavos buena onda”.
Un tiempo fui mánager de un par de bandas de rock, una
de ellas sólo quería hacer covers y la otra, con una larga
trayectoria, con música original y una infraestructura de
primera, con disco y videos. ¿Para quién creen que existía
continuamente trabajo? Para la banda de covers. Cuando me di cuenta de eso, me quería desmayar. En nuestra
educación musical toleramos que buenas bandas hagan
covers, de preferencia de música en la línea de The Beatles y Led Zeppelin.
Vayamos más atrás. El rock en nuestro país fue vetado;
siempre se le ha visto como una amenaza al orden público. Después del Festival Rock y Ruedas de Avándaro,
en 1971, se satanizó en todos los medios culturales y sociales, advirtiendo a la sociedad que la juventud era una
amenaza. Allí donde el individuo había estado alineado y
oprimido en su trabajo y su vida, el rock fue liberación espiritual y emocional. Los hoyos fonquis tuvieron una importancia absoluta en el desarrollo de la nueva apertura
del rock mexicano tras la censura de los conciertos en la
ciudad: fueron lugares clandestinos o semiclandestinos,
generalmente bodegas, salones, sótanos o casas abando-
nadas, donde los grupos de rock generaban momentos
intensos en una escena musical poco habitual y reconocida por la sociedad.
El rock siempre será contestatario pero también abierto
al diferente, una invitación constante a romper lo establecido y a abrirnos a nuevos espacios de convivencia.
En un reciente estudio de The University of Queensland,
en Australia, comprobaron que los individuos que consumen música de diversos géneros derivados del rock son
seres más tranquilos. Sus niveles de hostilidad, de estrés
y de alienación disminuían notablemente. Lo anterior
lo comprobé con un festival de rock, a mi parecer es el
mejor del mundo porque es apolítico y su meta no persigue fines lucrativos ni comerciales. Ninguna marca es
su patrón. Nació hace once años en una población de la
campiña francesa, en un pueblo de la región de Nantes,
llamado Clisson. Hellfest es un ejemplo perfecto de un
festival bien curado por fans, para fans, donde la música
es lo más importante. No hay imágenes violentas contra
ningún género o ideología, no hay mensajes negativos,
Let there be rock.
AC/DC
no usan a la mujer como símbolo sexual, hay comida vegana y orgánica a precios asequibles, los boletos de tres
días (ciencuenta mil fans por jornada) son de los más
accesibles, se promueve una convivencia en total armonía y respeto por el otro. El mismo festival ha obtenido
ganancias por más de cinco millones de euros en los últimos años, invertidos en negocios locales de la Francia
rural; generando más de quinientos trabajos anualmente.
Es una Disneylandia del rock, donde familias completas
asisten, acampan con tranquilidad, seguridad y limpieza,
y experimentan el gozo de estar vivos.
Ben Barbaud, el fundador, recientemente decidió regresar el apoyo dado por el gobierno local porque decían
que era un festival ocultista que promovía la violencia. El
director respondió con una carta invitando a la responsable de tales ataques (Madame Garnier), que sin haber
asistido al festival, lo juzgó buscando crear una división
entre la sociedad con
fines políticos.
He vivido el festival en
dos ocasiones y puedo
decir que a mí me enseñó un nuevo espacio
creativo, el triunfo de
la convivencia por medio de las artes; pude
compartir con fans de
todos los géneros posibles —hard punk, stoner, hard core, gore,
trash metal y otros
ultra ultra pesados—;
cuando vi a estos fans
que conservaban su
espacio, que convivían
en paz y armonía, tiré
mis prejuicios. Eso es
el rock: aceptar al otro,
respetar al diferente, convivir, dialogar,
coexistir. Allí viví mi
momento más libre
hasta ahora: en una
tarde calurosa, viendo
a ZZ Top, decidí quitarme la playera y en
top, valga el juego de
palabras, observé el
concierto, sin que nadie me molestara, sin miradas lascivas, incómodas, aceptada por mi entorno. Mi mamá estaba medio abrumada por la foto que lo constataba, y le
contó a mi abuela de setenta y ocho años lo que su nieta
de treinta y cinco había hecho. Lo único que escuché de
mi abuela fue “Wow, qué orgullo que alguien de nosotras
haya podido experimentar tanta libertad”.
La música hermana con el otro, busca darle color a lo gris
que puede tornarse la vida, nos transforma, nos enseña
a vivir y a romper límites. No vayan a un superconcierto
donde el nombre más grande en el cartel es una marca.
Busquen un festival que se haya ganado ese nombre y su
lugar (Gathering of the Vibes, Grassroots Music and Arts
Festival), con una identidad positiva, con buena vibra, de
ciudadanos del mundo, con mucho civismo.
Rotundamente lo digo: ¡Queremos rock! +
Por Yara Sánchez de la Barquera Vidal
Si tuviste el cuidado de guardar tus viniles cuando todo el
mundo te dijo que eran obsoletos y se escuchaban mal,
en esta guía puedes verificar el precio de cada uno de
ellos, siempre que hayan sido grabados en Estados Unidos. El listado se compone de cien mil discos, desde Abba
hasta ZZ Top. Por ejemplo, si de casualidad tienes el disco
With playing card on front cover, de Johnny Ace, podrías
venderlo en cuatro mil dólares.
GOLDMINE RECORD ALBUM. PRICE GUIDE 8TH
EDITION
THOMPSON
De la amplia familia de los instrumentos musicales, la guitarra es el más popular, y cuando se le agrega una pastilla
y un amplificador los resultados pueden ser devastadores. Este libro es un catálogo de guitarras, con árboles
geneálogicos de las marcas más famosas, como Gibson,
Fender, Gretsch o Rickenbacker.
LA GUITARRA
Terry Burrows
BLUME
“Si hay algo que hace al rock distinto de otros géneros
musicales, es el hecho de que no es un género en sí
mismo”. Así comienza este libro que traza una historia
sobre el rock 'n' roll, desde los años cincuenta con la llegada de Elvis Presley al estudio de Sun Records, hasta la
banda británica Muse. Ya sea para conocer los orígenes
de esta música que se niega a desaparecer desde mediados de los años cincuenta, o para construir un listado de
canciones, la consulta de un libro como éste es obligada
para los melómanos.
LEYENDAS DEL ROCK
Ernesto Assante
NUMEN
Hay libros en esta vida —seguramente más de tres— que
nos han dejado una marca indeleble. Es quizá la importancia que haya tenido ese libro en nuestra vida, la que
nos impulse a enlistarlo cuando se nos plantea el ejercicio
de elegir los libros que nos llevaríamos a una isla. Imaginarnos en solitarios es una prueba difícil a la hora de
pensarnos a nosotros mismos con la insoportable presencia de, ¡adivinaron!... uno mismo. Al respecto, Luigi
Amara lleva a cabo un ejercicio que, en una vida tan llena
de prótesis tecnológicas, no deja de resultar interesante; y es que en vez de naufragar en una isla desierta, el
autor de La escuela del aburrimiento declara “que fue
una mañana de domingo cuando decidí mirar de frente al
monstruo del aburrimiento y encerrarme en mi cuarto”.
Más adelante: “Ya que por propia voluntad estaba naufragando en la isla desierta de mi cuarto, se me presentaba
la ocasión de decidir, esta vez no como un simple juego
literario, sino como una necesidad espiritual para conjurar el horror de las horas muertas, los diez libros que me
acompañarían durante mi hibernación metafísica”.
Emprender un viaje ya sea en busca de algo, de alguien
o por simple gusto; ya sea para descansar o para tener la
oportunidad de explorar nuestra propia mente, es siempre una buena oportunidad de elegir los libros que nos
acompañarían. Dejemos de lado la idea de naufragar en
una isla —por lo menos los que decidan viajar a alguna—,
también la del encierro en un cuarto y démosle paso a la
pregunta: ¿qué libros son los que ustedes, lectores, llevarían a un viaje? Hay varios puntos que tomar en cuenta:
primero es que en muchos transportes tenemos límite
de equipaje: dos maletas, si bien nos va, que no excedan
cierto peso y una de mano. Así que, entre ropa y accesorios hay que elegir adecuadamente.
De entre los libros elegidos por Luigi Amara en su experimento en solitario menciona Las aventuras de Robinson
Crusoe, de Daniel Defoe, al que cataloga dentro de “los
libros que precisamente por haber surgido de mirar de
frente al monstruo del aburrimiento, serían de utilidad
para salir a flote del descenso interior; una suerte de salvavidas para mis veinte mil leguas de viaje introspectivo”. Por otro lado, si seguimos en la línea del naufragio y
la isla, podríamos enlistar Regreso a la isla del tesoro, de
Andrew Motion el escritor inglés que decide aventurarse
en realizar la continuación de La isla del tesoro.
Ahora que si queremos algún consejo de lectores atentos, ¿por qué no escuchar las opiniones de los escritores?
En el libro By the Book: writers on literature and the literary life from the New York Times Book Review, editado por Pamela Paul, se hacen una serie de entrevistas a
escritores y famosos sobre los libros que han escrito, los
personajes, sus géneros literarios preferidos y sus propias
lecturas. El escritor dominicano, Junot Díaz, en su caso, respondió a la pregunta ¿cuál fue el último libro que te hizo enojar? The Femicide Machine, de Sergio González Rodríguez.
La escritora estadounidense ganadora del Premio Pulitzer 2000, Katherine Boo responde a ¿qué libro tienes en
el buró? Estoy leyendo Formas de volver a casa, del novelista y poeta chileno Alejandro Zambra. Si es la mitad
de bueno que su novela Bonsai, será una buena forma de
pasar un fin de semana.
La escritora Jhumpa Lahiri responde a la pregunta ¿cuál
es el mejor libro que has leído durante este año? Lovers,
una novela del escritor francés Daniel Arsand. Es una desgarradora historia de amor.
El reconocido actor Bryan Cranston, protagonista en
Malcolm el de en medio y Breaking Bad respondió a la misma pregunta: ¿cuál es el mejor libro que has leído durante
este año? Lyndon Johnson and the American Dream, de la
escritora estadounidense Doris Kearns Goodwin.
Otra conocida escritora tanto por su obra como por las
adaptaciones cinematográficas, J. K. Rowling, responde a
¿cuál es el mejor libro que leyó durante el verano? “Amé
The Song of Achilles, la novela con la que debutó Madeline
Miller, que le llevó un proceso de escritura de diez años”.
Tomar un libro, dedicarle tiempo de lectura es igual que
emprender un viaje: arrojarse a los caminos, a lo desconocido, uno no sabe a lo que se enfrentará, a menos que se
haya leído una reseña con demasiados spoilers. Si ninguno
de estos libros los convence, déjense llevar por su gusto
propio, su intuición o su crítico de cabecera para elegir el
libro que lo acompañaría en su travesía y que, además, le
proporcionaría una segunda experiencia de viaje. +
Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza
La narrativa (y la literatura)
dentro del
N
o existe género o subgénero musical tan poco
popular y tan poco comprendido como el rock
progresivo. Salvo por su breve popularidad en
la década de los setenta —para el 78 ya era un
género casi muerto a nivel mediático—, el progresivo ha
pasado casi inadvertido desde entonces, al grado que la reciente muerte de Keith Emerson (uno de los tecladistas más
virtuosos de toda la historia y principal exponente del subgénero) pasó prácticamente desapercibida por los medios.
Pero ¿qué es exactamente el rock progresivo? Difícil de
definir, incluso para los fans, pero la intención de las bandas que originaron este movimiento fue muy clara: hacer
del rock un arte y elevarlo a un nivel de credibilidad artística alejándose del formato verso-coro-verso, del compás 4/4, compás en el que está compuesta casi toda la
música comercial, haciendo uso de sonidos y técnicas de
composición encontradas en el jazz y la música clásica.
La increíble proliferación de bandas, especialmente en
Europa, dio lugar a muchos subgéneros (más de quince),
que abarcan desde el rock sinfónico —composiciones
complejas, dividas en movimientos como sinfonías— hasta el progresivo electrónico —que surgió en Alemania y
fueron los primeros grupos en incorporar el beat como
hoy se le conoce (las bandas más representativos siendo
Kraftwerk, que estudiaron con Karlheinz Stockhausen, y
Tangerine Dream, quienes dieron un concierto privado para Salvador Dalí cuando la banda se llamaba The
One, en 1967).
A pesar de su variedad y riqueza musical, en la actualidad es un subgénero enterrado con el paso de
los años en lo más out de la escena musical underground. Pero su importancia en la historia de la música es innegable al influenciar a miles de grupos,
entre ellos Nirvana y The Sex Pistols.
La pregunta es casi obligada: ¿qué es de lo
que menos se habla cuando se habla del subgénero menos comentado en el mundo? La
respuesta es sencilla: las letras y la temática
de los álbumes. Sin duda, dos facetas
ignoradas incluso por lo fans y uno
de los puntos clave para entender
y definir el progresivo.
Filosofía, espiritualidad, misticismo, ciencia ficción, surrealismo, incluso humor,
fuero n
algunos de los temas acerca de los que grupos como
Yes, Genesis, Rush y Emerson, Lake & Palmer cantaron.
Al final, su virtuosismo como músicos (cabe mencionar que los músicos del progresivo son en su mayoría
virtuosos del instrumento que tocan) no era suficiente
para transmitir el mensaje que se buscaba. Tenía que haber letras, y así como la música, éstas tenían que ir más
allá de la cultura popular.
Uno de los mejores ejemplos de ciencia ficción en el progresivo corrió a cargo de Emerson, Lake & Palmer. En su
obra más ambiciosa, el LP Brain Salad Surgery (1974),
cuya portada fue diseñada por H. R. Giger —mismo artista que diseñó las criaturas de la película Alien— habla
del nacimiento de las computadoras a manos del hombre
y el dominio de las mismas sobre éste. En la principal y
extensa pieza del disco, titulada “Karn Evil 9”, durante el
último movimiento, casi al final del segmento, una voz
computarizada canta “Stranger! Load your program. I am
yourself”. El hombre termina gobernado por aquello que
inventó y que ahora dicta su identidad, (¿redes sociales?,
¿alguien?). También musicalizaron en ese mismo disco
el poema/himno “Jerusalem”, del poeta y místico inglés
William Blake.
Cuando Peter Gabriel era el vocalista y letrista mayoritario en Genesis, su oscura y particular forma de escribir
moldeó la identidad de la banda al hablar sobre temas tan
diversos como Narciso, dos amantes reuniéndose durante el Apocalipsis, las hermafroditas y un punk en Nueva
York llamado Rael. Gabriel incluso llegó a incorporar personajes de otras obras clásicas como en la canción “The
Cinema Show”, donde Romeo y Julieta van al cine y en
algún punto se encuentran con Tiresias, el ciego que aparece en el monumental poema de T. S. Eliot, The Waste
Land (La tierra baldía). El disco donde viene esa canción
curiosamente se llama “Selling England by the Pound”
(1973); Ezra Pound fue quien editó el poema mencionado, el cual le abrió camino a Eliot para ganar el Premio
Nobel en 1948.
Hablando de espiritualidad, Yes, impulsado por su ex
vocalista y uno de los fundadores de la banda, Jon
Anderson, exploró muchos temas de carácter
religioso y espiritual a lo largo de su discografía. Anderson, durante una gira, leía
La autobiografía de un
Yogi, de Paramahansa Yoganada, y en
una nota de pie
de pagina, encontró una mención
de cuatro sagradas
escrituras hindús, llamadas Shastras. Estos
textos sagrados lo inspiraron a convencer a la
banda de hacer un disco conceptual
—el disco conceptual, aunque no exclusivo del rock progresivo, fue una de
las características más representativas
del mismo— basado en ellas. El LP doble
titulado Tales from Topographic Oceans
(1973), está constituido por cuatro
canciones de más de dieciocho minutos
cada una, donde la banda reinterpreta
musicalmente las Shastras.
El trío canadiense Rush ha destacado
por sus letras, que corren a cargo de su
baterista Neil Peart (por cierto, uno de los
mejores bateristas de la historia). Neil ha escrito letras muy variadas, desde canciones inspiradas en el objetivismo de Ayn Rand, como en el
caso de la canción “2112” donde un individuo se enfrenta a un estado totalitario, hasta canciones que hablan sobre la fama de una manera muy honesta, siendo
el caso de “Limelight”, que dice “I have no heart to lie,
I can’t pretend the stranger is a long-awaited friend”.
Neil, después de perder a su esposa e hija, recorrió en
motocicleta partes de Estados Unidos, Alaska, Canadá,
México y Belice, para finalmente escribir un libro acerca
de esta experiencia titulado Ghost Rider: Travels on the
Healing Road.
Hablando de humor, fue el prodigioso Frank Zappa
quien vocalizó sus elaboradas composiciones con letras llenas de sátira, humor, crítica y obscenidades. La
pregunta que él mismo planteó, Does humor belong in
music?, título de un disco en vivo de 1986, fue respondida una y otra vez por su propia obra al cantar sobre
mexicanos, sexo oral, comida, nalgadas y groupies, entre otras cosas, de manera exitosa. Zappa terminó por
testificar ante el Senado de Estados Unidos al defender
el derecho de la libertad de expresión no sólo en la música sino en cualquiera de las artes.
Camel, el menos conocido de los grandes grupos del
progresivo, grabó un disco completamente instrumental basado en una novela de Ayn Rand. El álbum
comúnmente llamado The Snow Goose, pero por
razones legales en realidad titulado Music Inspired
in the Snow Goose, está basado en la novela de
Paul Gallico del mismo nombre. Debido a que no
pudieron usar el texto como letras a causa de que
el autor se rehusó, optaron por un disco completamente instrumental que capta de manera bellísima
las situaciones, paisajes y escenarios de la novela.
Quizá el mejor ejemplo de cómo la temática de
las letras y la narrativa de éstas son clave para la
identidad de una banda es el caso de la banda
francesa Magma. Los vocalistas de Magma, un
coro de más de cinco personas, cantan en el
idioma Kobaïano, inventado por el baterista,
líder y fundador Christian Vander para narrar la historia conceptual, contada a través
de la mayoría de su discografía,
sobre la fundación del planeta
Kobaïa a manos de refugiados
que escaparon de la Tierra. El
Kobaïan es una lengua fonética basada al parecer en el
eslavo e idiomas germanos
—hay quienes dicen que
también en el scat-yodeling del cantante de jazz
Leon Thomas— con el
fin de hacerla un instrumento más dentro del
complejo ensamble de
la banda y, de paso, la
fuente narrativa para
la saga espacial de los
fundadores de
Kobaïa.
Jethro Tull —otro de los gigantes del progresivo— tiene letras muy interesantes escritas por su carismático y
enigmático frontman, Ian Anderson. De toda su obra, sobresalen en términos de narrativa dos discos en particular —curiosamente son también los más representativos
y alabados de la banda–. El primero es “Aqualung”, cuyas
letras son una dura crítica a la iglesia de Inglaterra y la
hipocresía religiosa, ejemplificado en pasajes como “If Jesus saves —well, He’d better save himself from the glory
seekers who use His name in death”. El otro ejemplo es su
disco conceptual y para muchos su obra maestra, “Thick
As Brick”, donde el grupo musicalizó un largo poema escrito por un niño prodigio llamado Gerald Bostock y publicado en un periódico inglés local. Pero Gerald Bostock
no existió, todo fue un invento de la banda. El LP original
venía con una reproducción impresa del periódico ficticio.
En los ochenta, Marillion, que toma su nombre del Silmarillion, de J .R. R. Tolkien, en sus primeros cuatro discos,
(cuando su ex vocalista, Fish escribía las letras) canta sobre el hombre moderno y sus batallas contra demonios
como el abuso de drogas y el alcohol, el desamor y el divorcio, el desempleo y la opresión política, de una forma
honesta y desgarradora, alzando al hombre común y corriente al nivel del héroe clásico.
Tool, la icónica banda americana de metal progresivo, es
sumamente cuidadosa de sus letras y de cómo éstas se
relacionan con su música. Desde componerlas reproduciendo los números de Fibonacci en las sílabas de cada
línea (escuchen la rola “Lateralus”) hasta hablar de la
evolución, el abuso infantil, extraterrestres y la psicología
jungniana. El diseño de sus últimos dos discos, en manos
del artista Alex Grey, contienen varios elementos, entre
ellos la geometría sagrada como símbolos enochianos, y
se pueden definir como arte moderno espiritual.
La lista sigue: The Alan Parsons Project basó todo su primer disco en los textos de Edgar Allan Poe; Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, inspiró el último disco puramente progresivo de Genesis cuando Phil Collins ya era el
vocalista. Los padres del rock progresivo, King Crimson,
escribieron sobre distintas cosas, entre ellas la disciplina, la existencia de Dios y el hombre neurótico a lo largo
de sus diferentes etapas musicales. La talentosa banda
mexicana, Ekos, habla con metáforas y alegorías sobre la
condición humana en su primer LP Luz Interna (2013). Y
muchas de las bandas italianas crearon su música a partir
de obras clásicas como El Infierno de Dante por parte del
grupo Metamorfosi; Zarathustra, de Museo Rosenbach,
y La pasión según san Mateo, musicalizada por el finísimo
trío Latte E Miele, entre muchas otras obras.
El propósito de este texto no es realizar un compendio
enciclopédico, sino hacer mención de una faceta del
progresivo muy olvidada, pero muy rica tanto en las
referencias a la gran literatura como en sus propuestas
originales, que en su mayoría tienen una gran calidad
literaria y a diferencia de las novelas, poemas y cuentos,
éstas vienen musicalizadas. +
Por Ricardo Otero
F. G . H A G H E N B E C K
En esta nueva entrega, F. G. Haghenbeck nos cuenta del día que descubrió el rock 'n' roll y cómo todos esos héroes y dioses
cambiaron su destino. Además, comparte uno de esos recuerdos que dificílmente podrían olvidarse.
H
ubo un buen hombre que sobrevivió en una isla desierta, él solo, poco
más de un año.
En ello no hay cuento alguno. El bestiario humano les llama “náufragos”.
Tampoco viene al caso mencionar la cantidad de obstáculos que tuvo que eludir
para mantenerse con vida. El lector puede fácilmente imaginarlos evocando las
cientos de historias afines que han sido escritas y filmadas.
En esta sección aparecerán relatos de autores contemporáneos.
Cada mes una ficción para arrebatarle un espacio a la vida cotidiana.
CUENTOS
INÉDITOS
De hecho, hasta redactó un mensaje de auxilio y lo arrojó adentro de una botella
hacia el ancho mar.
Lucía como un pellejo de hombre cuando lo encontraron. Barbado y balbuceando en un asoleado idioma, era incapaz de distinguir entre monólogo y diálogo.
Afortunadamente nuestro héroe había trazado semanalmente sobre la arena, y
en una parte de la playa a la que las olas no accedían, todos los teléfonos que se
sabía de memoria. Aquello era su ancla al mundo. Fue sencillísimo contactar a su
gente en tierra.
SOLEDAD
Gabriel Rodríguez Liceaga
Su familia era adinerada.
Esa circunstancia ayudó a propagar la trama. Y a su posterior olvido inmediato.
El hombre asistió a terapias y vacaciones lejos de ola alguna. A regañadientes extrajo de su corazón aquel desdichado año de carencias y peleas contra el azar, el apetito y los ciclos. Heredó los negocios intercontinentales del padre, buscó el amor y
quizá lo encontró. Por lo menos forjó una familia fotogénica. Sumó sus días en meses y estos en años. Rondando los sesenta fue víctima de una singular melancolía:
Quería tener en las manos el mensaje que desesperadamente había entregado
al mar.
¿Era una botella de color? ¿Transportaba antes agua? ¿Era una botella de vino?
¿Vino de qué gentilicio? ¿Un recipiente de plástico, acaso?
Deseaba volver a leer aquella nota, anhelaba reconocerse aterrado en esas líneas
que su mente recordaba torcidas e infantiles. Pero sobre todo quería conocer con
certeza qué decían.
¿Qué?
Toda la fase del naufragio era, precisamente, una isla extraviada en la memoria
del millonario. Simplemente la eliminó de su registro, esa candorosa suma entre
mentira y memoria que es la vida de todo ser humano. Se le ocurrió emplear su
poder económico para recuperar el mensaje. Publicó una convocatoria, incitando a
la gente que encontró botellas en el mar en los últimos treinta y tantos años a que
se las llevaran.
La expresión de la aguja en el pajar se puso celosa.
El proyecto se antojaba más bien absurdo. Aun así llegaron pescadores de todo el
mundo. Cientos de botellas y sus respectivas misivas hechas delgado taco. Huelga
decir que la recompensa era, naturalmente, una cifra tan fantástica como el planteamiento en sí.
Recibió indefinidamente a todos los marineros que tocaban a su puerta. Les preguntaba dónde habían encontrado tal frasco, como si tuviera una mínima noción
del rumbo de las mareas y sus designios. Las aguas del globo desfilaron frente a
sus ojos. Las manos le olían a arena, a pez. La mayoría de las cartas se pulverizaban
antes de ser leídas. Ninguna era la suya. ¡Ninguna!
Lloró al olvido. A lo irrecuperable. A la humana manía de no apreciar el instante. Se
dio por vencido y, poeta involuntario, declaró al concurso desierto.
Los frascos y tarros que recaudó terminaron apilados en una habitación en los sótanos de su palacete, formando montaña.
Una tarde, encerrado en esa pieza, se secó el agua de los ojos. Cada una de esas
botellas representaba, idealmente, a un abandonado en las islas. Un hombre. Fue
como avistarlos a todos. Los recuerdos le regresaron de golpe: la sal, la sangre,
el sudor.
Es mentira: los recuerdos no regresaron.
Lo que sí pasó es que repentinamente dejó de sentirse tan solo. Tan abandonado.
Gabriel Rodríguez Liceaga, Ciudad de México, 1980. Ha publicado las novelas Balas en los ojos, El siglo de las mujeres y Hipsterboy, además de los libros de cuentos
Niños tristes (Premio Nacional de Narrativa Maria Luisa Puga 2010), Perros sin
nombre (Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2012) y ¡Canta, herida!
(Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez 2015).
DE
VUELTA
A LOS
CLÁSICOS
Clásico es aquel libro que se ha convertido en muestra representativa de la época en que fue escrito y que marcó el
camino para las siguientes generaciones de escritores y de lectores. Estos clásicos son como puertos a donde todo
lector puede llegar para quedarse largo tiempo, cuando se ha fatigado en el mar de las novedades editoriales.
Mark Twain inaugura esta nueva sección con un cuento de 1870 titulado “Mi reloj. Una historia ilustrativa”. Samuel Langhorne Clemens, su verdadero
nombre, nació el 30 de noviembre de 1835 en Florida, pueblo de Missouri. Desempeñó diversos trabajos, como impresor y luego aprendiz de piloto. La
leyenda dice que el joven Samuel se puso “Mark Twain” porque ésta es una expresión que se refiere al calado mínimo para que pueda navegar sin problemas el típico barco de vapor del Mississippi. Ernest Hemingway se expresó de él en estos términos: “La literatura estadounidense nace con Twain. No
había nada antes. No ha habido nada igual de bueno desde entonces”.
CLÁSICOS
Mi hermoso reloj nuevo había funcionado durante dieciocho meses sin atrasarse ni adelantarse, sin que se rompiese ninguna pieza de su
mecanismo o sin que se parase. Había llegado a
creer infalible su dictamen sobre la hora del día y
a considerar imperecederas su constitución y su
anatomía. Pero, al fin, una noche se me olvidó
darle cuerda. Lo lamenté como si se tratara de un seguro presagio de calamidades.
Sin embargo, poco a poco me obligué a
darme ánimos, ajusté el reloj a ojo y ahuyenté mis reparos y supersticiones. Al día
siguiente, entré en casa del principal relojero para ponerlo en la hora exacta, y
el dueño del establecimiento me quitó el
reloj de las manos y procedió a efectuar
la operación.
—Está atrasado cuatro minutos, hay
que afinar un poco el regulador
—dijo.
Intenté detenerlo, intenté hacerle
comprender que el reloj marchaba a
la perfección. Pero no, aquella berza
humana solo era capaz de distinguir
que el reloj estaba cuatro minutos
atrasado y que el regulador tenía que
ser afinado un poco. Así, mientras
yo, preso de enorme angustia, daba
vueltas a su alrededor implorándole
que dejara quieto el reloj, él, serena y
cruelmente, llevó a cabo la vergonzosa
hazaña. El reloj empe­zó a adelantarse. Se
adelantaba más y más, día tras día. Al cabo
de una semana, había sucumbido a una fiebre rabiosa, su ritmo ascendió a ciento cincuenta pulsaciones a la sombra. Al cabo de
dos meses, había dejado muy atrás a los demás
relojes de la ciudad, e iba trece días por delante.
Mientras disfrutaba de las nieves de noviembre,
caían todavía las hojas de octubre. A toda prisa
pagué el alquiler, las facturas pendientes y otras
cosas por el estilo, de modo tan ruinoso que no lo
pude sostener. Llevé el reloj a que lo regularan. El
relojero me preguntó si lo había reparado alguna
vez. Dije que no, que nunca lo había necesitado.
Lo contempló con una mirada de turbia felicidad
y, ansiosamente, procedió a abrirlo; luego se colocó una caja en forma de dado en un ojo y examinó el interior de la maquinaria. Dijo que
requería una limpieza y lubricación, además
de regulado.
—Vuelva en una semana.
Después de haber sido limpiado, lubricado y regulado, mi
reloj se atrasó hasta tal extremo que su tictac parecía una
campana tocando a difuntos.
Empecé a perder los trenes,
llegaba tarde a todas las citas,
me quedaba muchas veces sin
cenar; cada cuatro días, el reloj
perdía tres, y yo sin protestar.
Gradualmente fue retrocediendo
hasta al día anterior, luego al otro,
luego a la semana anterior, y, poco a
poco, descendió sobre mí el discernimiento de la soledad y el abandono en que me iba consumiendo
semana tras semana, mientras el
mundo se perdía de mi vista. Me
pareció descubrir en mí mismo un
furtivo sentimiento de hermandad
con la momia del museo y un deseo de intercambiar impresiones
con ella. Fui de nuevo al relojero.
Desmontó todo el reloj, pieza por
pieza, y después dijo que el tambor
se había “hinchado”. Dijo que en
tres días podría reducirlo al tamaño normal.
Después de esto, el reloj daba un promedio, pero
nada más. Durante la mitad del día, funcionaba
como el mismo diablo, y lanzaba tales ladridos y
jadeos y convulsiones y estornudos y resoplidos
que no podía atender a mis propios pensamientos
por causa de tanto alboroto. Mientras le duraba
la cuerda, no había ningún reloj del país que fuera más rápido que él. Pero el resto del día, se iba
retrasando paulatinamente y remoloneaba hasta que todos los demás relojes que había dejado
atrás le alcanzaban de nuevo. Así, por último, al
cabo de las veinticuatro horas,
se ponía a trotar otra vez, y pasaba por delante de la tribuna de
los jueces con toda puntualidad.
Daba siempre un promedio con
todas las de la ley, y nadie podía decir que cumplía ni más ni
menos que su deber. Pero un
promedio correcto solo es una
inofensiva virtud en un reloj, y
por ello llevé el instrumento a
otro relojero.
Despachaban veinticuatro horas en seis o siete
minutos, y luego se detenían con un estallido.
Con gran pesar acudí a otro relojero, y permanecí
alerta mientras lo desarmaba hasta la última pieza. Entonces me preparé a someterlo a un rígido
interrogatorio, porque la cosa ya empezaba a ponerse seria. Originalmente, el reloj había costado
doscientos dólares, y ya, según me parecía, había
desembolsado dos mil o tres mil
en arreglos. Mientras esperaba y vigilaba, reconocí en aquel
relojero a un antiguo conocido
mío, un maquinista de barco de
vapor en otros tiempos, y no
muy bueno, por cierto. Examinó
con cuidado todas las piezas, tal
como habían hecho los demás
relojeros, y luego dictó su veredicto con el mismo aplomo.
El hombre más
viejo del mundo
no hubiese podido
sacar nada en claro sobre la hora
del día con semejante reloj, y, por
consiguiente, fui a
que lo repararan
de nuevo.
Este dijo que el perno real estaba roto. Le respondí que me
alegraba de que no se tratase
de algo más grave. Para decir la
estricta verdad, no tenía la menor idea de lo que era el perno
real, pero no me pareció conveniente aparentar
tal ignorancia frente a un desconocido. Lo reparó, pero lo que el reloj ganó por un lado, lo perdió por otro. Ocurría que corría durante un rato,
se paraba otro, y luego empezaba a marchar, y
así sucesivamente, siguiendo su propio criterio
en cuanto a los intervalos.
Y al arrancar, pegaba un respingo igual que un
mosquetón. Me calmé durante unos cuantos
días, pero finalmente llevé el reloj a otro relojero.
Más libros
clásicos
CUENTOS
COMPLETOS
Edgar Allan Poe
PENGUIN
CLÁSICOS
—Despide demasiado vapor,
hay que colgar la llave inglesa de
la válvula de seguridad —dijo.
Le abrí la cabeza allí mismo, y
me hice cargo personal­mente
de los gastos del entierro.
Mi tío Guillermo (hace poco fallecido, ¡ay!) solía decir que un buen caballo es un buen caballo
hasta que se escapa una vez, y que un buen reloj es un buen reloj hasta que los relojeros tienen
ocasión de meterle mano. Y solía preguntarse en
qué habían parado tantos latoneros y armeros y
zapateros y maquinistas y herreros fracasados,
pero nadie supo nunca qué contestarle.
1870
DRÁCULA
Bram Stoker
PENGUIN
CLÁSICOS
HAMLET
William Shakespeare
PENGUIN CLÁSICOS
Lo desmontó y examinó una y otra vez aquellas
piezas ruinosas bajo su cristal de aumento. Dijo
que parecía haber algo raro en la espiral. La arregló y le volvió a dar cuerda. Ahora funcionaba
bien, exceptuando que, al marcar las diez menos
diez, las dos agujas se cerraban como un par de
tijeras, y a partir de entonces corrían juntas.
LA CELESTINA
Fernando de Rojas
PENGUIN
CLÁSICOS
El hombre más viejo del mundo no hubiese podido sacar nada en claro sobre la hora del día con
semejante reloj, y, por consiguiente, fui a que lo
repararan de nuevo. El hombre me dijo que el
cristal se había encorvado y que el muelle real
no estaba bien tirante. También notó que parte
de la maquinaria necesitaba medias suelas. Lo
tocó todo a placer, y luego mi cronómetro cumplió irreprochablemente, excepto que de cuando
en cuando, después de trabajar en silencio unas
ocho horas, las piezas interiores se ponían todas a agitarse de pronto y empezaban a zumbar
como una abeja.
Las manecillas, entonces, giraban y giraban tan
alocadamente que su individualidad se perdía por
completo, y parecían solo una delicada telaraña
extendida por encima de la esfera del reloj.
CUENTOS COMPLETOS
Mark Twain
PENGUIN CLÁSICOS
LA EDUCACIÓN
SENTIMENTAL
Gustave Flaubert
PENGUIN
CLÁSICOS
NOVEDADES LEE+
NARRATIVA COMPLETA
Juan José Arreola
DEBOLSILLO
Juan José Arreola fue un escritor de largo aliento, aunque su literatura sea medida y lacónica. Su desbordada imaginación lo llevó a representar eficazmente el
mundo de los sueños, a escribir alegorías universales y a llevar al papel el silencio
y el bullicio de las calles de su pueblo. Con ese mismo lenguaje “arreolado” con
el que hablaba, Arreola construyó una obra profunda y lúdica, de textos breves
y fantásticos, en la que su universo dialoga con el de Borges, aunque algo más
infantil y festivo.
CÓMO ENTREVISTAR A UNA ESTRELLA DE ROCK
Y NO MORIR EN EL INTENTO
Fernando García
JUS
Cómo entrevistar a una estrella de rock y no morir en el intento ofrece un
acoso múltiple a algunas de las principales figuras del siglo xx. El autor sube
a un automóvil para perseguir el convoy de Paul McCartney por las calles de
Buenos Aires hasta entablar una “conversación” a señas de coche a coche;
aborda un avión donde se acerca a Jon Bon Jovi y logra un extraño momento
de sinceridad (el astro se quita sus lentes oscuros).
AQUÍ VIVEN LEONES
Fernando Savater & Sara Torres
DEBATE
En Aquí viven leones, Fernando Savater vuelve a una de sus facetas favoritas,
la de divulgador de la literatura y el pensamiento. A través de ocho viajes
inolvidables, ilustrados magníficamente por Anapurna, nos presenta la obra
y la vida de Shakespeare, Valle Inclán, Poe, Leopardi, Agatha Christie, Reyes,
Flaubert y Zweig. Son ocho extraordinarias introducciones a sendos autores
clave de la literatura universal de muy distintos registros.
EL LIBRO DE BALTIMORE
Joël Dicker
ALFAGUARA
Hasta que tuvo lugar el Drama existían dos ramas de la familia Goldman:
los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair. Los Montclair, de los
que forma parte Marcus Goldman, autor de La verdad sobre el caso Harry
Quebert, es una familia de clase media que vive en una pequeña casa en el
estado de Nueva Jersey. Ocho años después del Drama, Marcus Goldman
pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad sobre el ocaso de la familia.
LO HICE POR AMOR
Mildred Pérez de la Torre
NOVELISTIK
Eugenia y Martha son dos mujeres que tienen muy pocas cosas en común:
una es joven y la otra es mayor; una es directora del colegio donde estudia
la otra; la menor es más atrevida en sus relaciones, a diferencia de la mayor, que es algo inexperta. Sin embargo, también las unen algunos puntos
como la figura ausente de la madre, y sobre todo una relación apasionada
e intensa que construyen a partir de que Eugenia comienza a tomar terapia con Martha a raíz de una crisis familiar.
BARTLEBY, EL ESCRIBIENTE
Herman Melville
EDICIONES GANDHI
Un abogado de nombre desconocido tiene en sus oficinas en Wall Street,
Nueva York, a tres empelados bajo su cargo. Rebasado por la carga de
trabajo decide contratar a un escribiente. Bartleby, hombre de aspecto
pulcro, respetable y solitario, se instala sin inconveniente en un lugar junto
a la ventana. Imagen del ser humano consciente de su ridícula pequeñez y
del sinsentido de sus rebeliones, el protagonista de esta historia es uno de
los más célebres personajes de la literatura universal.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA
SEGURIDAD INFORMÁTICA?
Las tecnologías de la información están cada día más extendidas y favorecen el crecimiento económico, creando
grandes oportunidades de negocio para las compañías.
La conectividad trae consigo enormes riesgos de seguridad que los delincuentes han sabido aprovechar.
Según datos de ESET, los ciberataques tienen un costo
para la economía mundial de 450 mil millones de dólares. Tan sólo en México, los costos anuales generados por
ciberdelitos en 2014 ascendieron a tres mil millones de
dólares, según el informe “Tendencias de Seguridad en
América Latina y el Caribe” de la oea. Hablamos de delitos que impactan a la economía mundial y que podrían
haberse prevenido. Un ataque de seguridad podría no
sólo causar daños económicos en una empresa, sino llevarla incluso a la desaparición.
Hay que eliminar la creencia de que los ataques informáticos sólo están enfocados en grandes empresas o
compañías internacionales. Ester Chicano menciona en
Gestión de incidentes de seguridad informática, manual
que te llevará de la mano por diversos procesos de ciberseguridad, que existen diversas motivaciones por las que
un atacante puede actuar contra una organización; éstas
van desde razones económicas, disconformidad con sus
directrices o valores, autorrealización personal, hasta
mera diversión.
Es esencial que las organizaciones definan políticas de
seguridad que protejan sus sistemas de información, evitando así el acceso sin autorización y el uso malintencionado de sus datos. Acorde a información de la División
Cibernética de la Policía Federal de México, desde 2012
se han duplicado los incidentes informáticos. Entre los
datos encontramos que el acceso no autorizado aumentó
260%, las infecciones de programas maliciosos o malware
crecieron 323% y la suplantación de identidad o phishing
subió 400%.
A pesar de que las cifras en materia de ciberataques se
elevan año con año, las empresas prestan poca atención
al tema y postergan las acciones en seguridad cibernética
hasta que ya han experimentado un incidente con impacto en el negocio. Para conocer más sobre este tema
y descubrir cómo blindar tu empresa contra ataques cibernéticos, te recomendamos también Introducción a la
seguridad informática, de Gabriel Baca Urbina, una guía
para conocer cómo controlar y mejorar la ciberseguridad
de tu empresa. Presenta no sólo los principales riesgos a
los que están expuestos los sistemas informáticos empresariales, sino cómo se puede disminuir la probabilidad de
ocurrencia de los mismos. +
Por Malinali Vázquez
LIBROS ELECTRÓNICOS
INTRODUCCIÓN A LA SEGURIDAD INFORMÁTICA
Gabriel Baca Urbina
GRUPO EDITORIAL PATRIA
LA DICTADURA DEL VIDEOCLIP
Jon E. Illescas
EL VIEJO TOPO
¿Cómo acabó Katy Perry trabajando para el Pentágono o Shakira para el
presidente de los Estados Unidos? ¿Cómo se ponen “de moda” las canciones que todos cantamos y conocemos? ¿Qué relación hay entre videoclips
y falta de conciencia crítica de gran parte de la juventud? Tomando como
análisis los quinientos videos más vistos en YouTube, Jon E. Illescas expone
las constantes y las ausencias más notables de este nuevo contenido audiovisual que condiciona la vida de millones de jóvenes en todo el mundo.
GESTIÓN DE INCIDENTES
DE SEGURIDAD INFORMÁTICA
Ester Chicano Tejada
IC EDITORIAL
L
os escritores están en problemas: el internet les
ha dado un espacio inmejorable para publicar
y, al mismo tiempo, las probabilidades de llegar
al papel se vuelven cada día más estrechas. La
razón es sencilla: somos más, estamos más educados
y hay más escritores —para su suerte, también más
lectores— que nunca en la historia. Las editoriales no
tienen capacidad —porque sería incosteable— de leer
los miles de manuscritos que reciben cada día.
¿Qué autores están en las librerías? En su gran mayoría
escritores posicionados, estrellas de la televisión que
han publicado más libros de los que han leído y poseedores de apellidos ilustres. La pregunta es cómo lograr
que el nuevo talento tome atajos para insertarse en la
industria de su elección: la cultural o la del entretenimiento.
Ambos espacios tienen incentivos económicos distintos. Los escritores que desean colocarse en un nicho
pequeño y sofisticado también necesitan lectores. No
cabe duda de que un autor tiene mayores probabilidades de aplicar a una beca —o ser publicado por una
editorial de nicho— si su obra ya ha sido publicada y
reseñada por su público meta.
Si la aspiración de un autor está la industria del entretenimiento —ciencia ficción, romance, erotismo, autoayuda y un larguísimo etcétera— es aún más urgente que salga al mundo, que se promueva, que cree una
comunidad de lectores que, en sí misma, los vuelve
atractivos para cualquier editorial. Nunca es una buena idea proteger el contenido por miedo al plagio: los
autores necesitan estar afuera, en el mundo, generando lecturas, haciendo ruido y cortando la inmensidad
del contenido en internet.
Novelistik es una plataforma digital, un ecosistema
social para crear, consumir y socializar la literatura.
Los autores publican su material, lo comparten con su
comunidad —amigos, familiares, seguidores en redes
sociales, amigos con influencia— y con los lectores
que frecuentan nuestra red social. Hoy son más de sesenta mil usuarios.
Lo que distingue a Novelistik de otros ecosistemas de
autopublicación es que los autores y lectores se co-
munican a través de las reseñas y comparten con la
comunidad lo que más les interesa mediante subrayados. Además, los lectores tienen la mejor experiencia
de lectura: un libro electrónico con transición lateral,
ajuste de pantalla y completa sobriedad de diseño
para facilitar lecturas largas.
En Novelistik también se escribe por capítulos. Esto
significa que los autores pueden trabajar como Tolstoi o Julio Verne que entregaron la mayoría de sus
obras en folletines en los que publicaban un capítulo
a la semana. En cada entrega, la plataforma le avisa a
los usuarios que su autor favorito entregó un nuevo
fascículo de su emocionante historia.
Los lectores obtienen la mejor parte: el acceso a todo
tipo de contenido con la mejor experiencia de lectura.
Pueden encontrar amigos por medio de sus libros y libros a través de sus amigos. Le ofrecemos un catálogo
curado con lo mejor y lo más popular de Novelistik.
Nuestra red social funciona como el perfecto punto de
encuentro entre lectores y escritores.
Novelistik es además un sello editorial que ha publicado dos libros: Lo hice por amor, de Mildred Pérez de
la Torre, y Al punto G, de Valeria Martell. Otros ocho
autores han encontrado editorial gracias a su éxito en
Novelistik. El tercero viene el puerta. Se trata de una
bellísima compilación de cuentos de un autor que llegará por primera vez a todas las librerías Gandhi del
país: José Jardinero. Como no tuvo miedo de publicar
su obra, ahora sus lectores exigen un libro bello y coleccionable. Estamos creando este apasionante producto editorial para ellos.
Si eres escritor, te invitamos a subirte a nuestro barco y a que publiques ese manuscrito que tienes en el
cajón. Nosotros te ayudamos a hacer tu camino más
fácil. Entra a www.novelistik.com y empieza el camino del héroe literario moderno: el escritor que toma el
control de su carrrera y el escritor que lee, antes que
nadie, el siguiente fenómeno editorial. +
Por Alberto Lujambio
Cofundador de Novelistik, lector, escritor y amante del internet.
E
n enero de 1950, Sam Phillips, nacido un pueblo llamado Lovelace
Comunity, en Alabama, abrió un negocio sui géneris: un estudio en
el que, por apenas unos cuantos dólares, cualquiera podía grabar un
disco. El negocio se llamaba Memphis Recording Service. El eslogan era
llamativo: “We Record Anything —Anywhere— Anytime”. La ubicación del estudio, con el tiempo, se volvería significativa en la historia
del rock and roll: en la avenida Union, en Memphis, Tennessee.
En 1952 , Phillips le dio un giro al negocio: como algunos de sus descubrimientos eran explotados por discográficas con los que había
establecido relaciones comerciales, tomó la decisión de crear su
propio sello, Sun Records, para así gozar de las probables regalías
por ventas de discos.
El destino quiso que en el verano de 1953, un joven de dieciocho años, camionero, nacido en Tupelo, Mississippi en 1935,
entrara al estudio para grabar un acetato por cuatro dólares.
Él chico quería sorprender a su madre con un regalo de dos
caras: “My Hapiness” y “Thats When Your Heartaches Begin”, canciones muy populares en esa época. Se llamaba Elvis
Aaron Presley.
Sam Phillips poseía un olfato privilegiado y una visión
empresarial que le hicieron comprender que en la atmósfera de su estudio flotaba un nuevo sonido que
desde el punto de vista comercial podría dejarle
buenos dividendos. En julio de 1954, Phillips llamó
a Elvis para grabar un sencillo malogrado que le
permitió al joven conocer a quienes serían sus
músicos: Scotty Morre y Bill Black, guitarrista
y contrabajista, respectivamente. Semanas
después, cuenta la leyenda, el trío ensayaba
“That´s All Right (Mama)”. Phillips, en la
cabina, presionó el botón de grabar sin avisarles nada y así se inventó el rock 'n' roll.
Sun Records se volvería una verdadera
fábrica de ídolos y canciones gracias
al oído de su fundador, quien le abrió
las puertas a figura como B. B. King,
Howlin’ Wolf, Ike Turner, Carl Perkins, Johnny Cash, Jerry Lee Lewis
y Roy Orbison, pilares del blues y
del rock and roll.
Otros estudios y compañías
discográficas más grandes
poco a poco fueron quedándose con los contratos de los hombres
descubiertos por Sam
Phillips, quien hacia
1960 desapareció de
la escena musical.
El 30 de junio
de 2003, Sam
Phillips, el inventor
del
rock 'n' roll,
murió a los
ochenta
años de
edad.

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