Tercera CATEQUESIS - El Perpetuo Socorro

Transcripción

Tercera CATEQUESIS - El Perpetuo Socorro
ADVIENTO 2011
3ª semana: ¿A QUÉ ESPERAS…
PARA ARRIESGARTE?
““ H
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((JJnn 11,, 66--88..1199--2288))
ALEGRARSE
Ya se acerca el día… Parece mentira, pero así es. Ya está casi aquí la Navidad, ya se acaba
el año… ¿se acaba el año? Quizás sea que tenemos ganas de quitarnos de encima otro año
más, otros 365 días en los que no hemos podido, no hemos querido, en los que nos dió
miedo…
Que “casualidad” que, cuando empiezan ya a escucharse voces de cansancio o de agobio
porque “ya está aquí el final del año”, la Palabra de Dios nos anuncia el inicio del “año de
Gracia del Señor”( Isaías 61,2) Una vez más, la aparente contradicción del Salvador: cuando
todo parece oscurecerse, la ESPERANZA del Mesías brilla nueva y pura ante nuestros ojos.
Al tercer Domingo de Adviento, tradicionalmente se le llama “ de gaudete” (que quiere
decir “de la Alegría”). Este nombre le viene dado por la segunda lectura del Domingo. En su
carta a los cristianos de Tesalónica, Pablo invita a todos a estar alegres, a orar dando
gracias, a mantener encendida la alegría del Espíritu.
No es una alegría cualquiera, no es la alegría del cotillón de fin de año, ni la alegría con
que las dependientas del Corte Inglés te envuelven los regalos… ni siquiera es la alegría con
la que, de manera rutinaria, a veces, felicitamos la Navidad tan sólo por compromiso.
La Alegría del Adviento es la del Bautista, la del Espíritu Santo que llama y envía a cantar
la “amnistía a los cautivos”. Es la alegría profunda del que ha vivido la experiencia de Cristo
y ha sido enviado a clamar, aunque sea en el desierto, que el Mesías sigue viniendo, aunque
no queramos creerlo, aunque nos guste más deprimirnos recordando tiempos pasados,
aunque nuestra opción no sea la de “estar alegres”.
Es la Alegría que nace del consuelo y la libertad, que nace de CONFIAR EN DIOS, porque
creemos, porque estamos convencidos que “El que viene” es la Justicia y la Liberación de los
oprimidos por cualquier clase de “demonio”.
La alegría de Juan el Bautista le lleva a no poder estar en silencio, le urge a DAR
TESTIMONIO, a no ser miedoso sino a marchar con la frente alta y el corazón “ungido” de
valor comunicando a todos que el Mesías que viene es el Señor del Amor, que sigue
mereciendo la pena apostar por Él, porque sigue cumpliendo su promesa.
La semana pasada se nos invitaba a querer convertirnos, pero… ¿cómo vamos a poder
esperar, convertirnos, arriesgar… si tenemos miedo?
La grandeza del Dios de los Cristianos reside, precisamente, en que no es el Dios del
miedo, vengador y castigador, sino el Dios de la ALEGRÍA Y EL VALOR, del profundo Amor al
hombre y la mujer (sean cuales sean sus miedos) a los que colma del gozo de la Salvación.
Este Adviento, a la escucha de la Palabra, dejemos resonar en nuestro interior las
palabras de Juan Pablo II: “…no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo…” y hagamos
posible eso de “arriesgarnos a esperar”.
ARRIERGARSE
Una de las cosas de las que nos damos cuenta en el Adviento es que Dios se juega el tipo por
nosotros. Él, Dios Creador, todopoderoso, motor de la historia, se hace hombre, se hace niño
y se despoja de todo poder para acompañarnos, para vivir con nosotros nuestra historia de
salvación.
DIOS NO TIENE MIEDO, no teme perderlo todo, simplemente arriesga todo por amor a la
humanidad, a cada uno de nosotros.
En los tiempos que corren, esta actitud contrasta con la actitud de los que vivimos midiendo
las palabras y los gestos para no salirnos de tono, para no llamar la atención…
Una de las grandes dificultades de nuestra Iglesia, de nuestra comunidad, de cada uno de
nosotros es el miedo: miedo al ridículo, a la opinión de los demás, miedo a ser molestos,
miedo a la soledad, miedo al fracaso… miedo, miedo, miedo…
¿Cuántas veces habremos pensado “y si…”? ¿Cuántas veces nos hemos quedado parados,
callados por miedo a lo que pudiera pasar o por pereza?
Dios nos ha demostrado que apuesta por nosotros, que él está de parte de los que se
arriesgan a mejorar, a cambiar, a gritar en medio del desierto. Dios ha demostrado con creces
que acompaña a toda persona que se atreve a proclamar de palabra y de obra el “año de
gracia del Señor”. Si él está con nosotros “¿quién estará contra nosotros?”.
Si somos capaces de superar el miedo y arriesgar seremos capaces de vivir como Cristo (por
eso lo de “cristianos”) y entonces se abrirá ante nosotros un horizonte nuevo en el que el
hermano se convierte en una meta y un origen de un encuentro con Dios que nos llena de
alegría y que inicia de nuevo el ciclo “alegría- riesgo- testimonio”, un “canto” en medio del
mundo silencioso que hace presente a Dios y que le revela presente a través de nuestra vida.
Nuestra vida ha sido el mayor regalo que hemos recibido y quizás estemos siendo muy
“seguros” empleándola pero poco “cristianos” gastándola.
Vivir siguiendo a Cristo es un riesgo al que somos llamados, un riesgo que merece la pena
porque está “asegurado” por Dios, por su encarnación, su entrega y su resurrección.
Hoy la pregunta es ¿A QUÉ ESPERAS PARA ARRIESGARTE? Esta vez, ¿qué excusa pondrás…?
TEXTOS BÍBLICOS DE LA SEMANA:
DOMINGO 11: Isaías 61, 1-2a.10-11; Salmo: Lucas 1, 46-55; I Tesalonicenses 5, 16-24;
Juan 1, 6-8.19-28
LUNES 12: Números 24, 2-7.15-17a; Salmo 24; Mateo 21, 23-27
MARTES 13: Sofonías 3, 1-2.9-13; Salmo 33; Mateo 21, 28-32
MIERCOLES 14: Isaías 45, 6b-8.18.21b-26; Salmo 84; Lucas 7, 19-23
JUEVES 15: Isaías 54, 1-10; Salmo 29; Lucas 7, 24-30
VIERNES 16: Isaías 56, 1-3.6-8; Salmo 66; Juan 5, 33-36
SABADO 17: Génesis 49, 2.8-10; Salmo 71 ; Mateo 1, 1-17
UNA CANCIÓN...
Si te arrancan al niño, que llevamos por dentro,
Si te quitan la teta y te cambian de cuento
No te tragues la pena, porque no estamos muertos
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo.
Si te anclaran las alas, en el muelle del viento
Yo te espero un segundo en la orilla del tiempo
Llegarás cuando vayas más allá del intento
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo
Si te abrazan las paredes desabrocha el corazón
No permitas que te anuden la respiración
No te quedes aguardando a que pinte la ocasión
Que la vida son dos trazos y un borrón
Tengo miedo que se rompa la esperanza
Que la libertad se quede sin alas
Tengo miedo que haya un día sin mañana
Tengo miedo de que el miedo, te eche un pulso y pueda más
No te rindas no te sientes a esperar
Si robaran el mapa del país de los sueños
Siempre queda el camino que te late por dentro
Si te caes te levantas, si te arrimas te espero
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo
Mejor lento que parado, desabrocha el corazón
No permitas que te anuden la imaginación
No te quedes aguardando a que pinte la ocasión
Que la vida son dos trazos y un borrón
Tengo miedo que se rompa la esperanza
Que la libertad se quede sin alas
Tengo miedo que haya un día sin mañana
Tengo miedo de que el miedo te eche un pulso y pueda más
No te rindas no te sientes a esperar
Sólo pueden contigo, si te acabas rindiendo
Si disparan por fuera y te matan por dentro
Llegarás cuando vayas, más allá del intento
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo
LLEGAREMOS A TIEMPO (ROSANA)
... Y UN GESTO:
Como cada semana, te proponemos un gesto que te ayude y que ayude a otros a
preparar el nacimiento del Señor.
Esta semana te proponemos que seas valiente y te atrevas a tener un gesto de
misericordia, de perdón o de caridad que normalmente no haces. Puede ser una
llamada de teléfono a una persona con la que hace años que no te hablas, un gesto de
solidaridad con otra persona o un detalle bonito con alguien de tu entorno.
Se trata de que extiendas un poco tu alegría y de que enciendas una luz más en tu
vida y en la de los demás. Todavía estás a tiempo de cambiar un poquito el mundo.

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