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Artículo Comentado ETIFOXINA: LA NUEVA ESPERANZA EN NEUROGENERACIÓN Autor: Artículo comentado por la Dra. Irina Dozo del original: Axonal Regeneration and Neuroinflammation: Roles for the Translocator Protein 18 kDa. Dra. Irina Dozo Una revisión publicada en Journal of Neuroendocrinology brinda información sobre los alentadores resultados obtenidos en la regeneración axonal y en el control de la respuesta neuroinflamatoria, tras la administración de Etifoxina. La Etifoxina es una molécula diseñada para el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Al unirse a un sitio específico del receptor ácido gamma aminobutírico (GABA A) el fármaco favorece la activación de la entrada de cloro postsináptica con la consecuente despolarización celular. La potenciación de la transmisión gabaérgica, produce una inhibición que se traduce clínicamente en una marcada disminución de las manifestaciones de ansiedad del paciente. Como efecto adicional, Etifoxina estimula la neuroesteroidogénesis, potenciando su efecto ansiolítico. Precisamente, los resultados de esta investigación sobre regeneración axonal, involucran a la síntesis de los derivados del colesterol, mediada por la ligadura de la molécula al receptor TSPO 18 kDa (translocador proteico). Los desarrollos en neurociencias han identificado que las lesiones y las enfermedades neurodegenerativas del sistema nervioso central y periférico se acompañan de un aumento de la expresión del TSPO (up regulation). Este fenómeno, forma parte de la respuesta inmune que se desencadena en los macrófagos y células de Schawnn ante la agresión neuronal que se revierte una vez que se completa el proceso regenerativo. En consecuencia, el receptor TSPO representa un blanco terapéutico emergente en el campo de la investigación molecular aplicada a la regeneración. Sin embargo, la búsqueda de un ligando que estimule la actividad mitocondrial para la biosíntesis de colesterol que además module la respuesta inflamatoria deletérea ante la injuria neuronal, constituía un desafío pendiente para la investigación. Esta experimentación consistió en la aplicación de Etifoxina en animales previamente lesionados a nivel del nervio ciático, en el transcurso de las 24 horas posteriores a la injuria. Sorprendentemente, el grupo tratado con Etifoxina (50mg/kg/día) presentó signos evidentes de regeneración axonal 10 días después de la criolesión, mientras que el control, persistió sin cambios. La evaluación de los resultados del tratamiento indicó que en este estadio, la etifoxina promueve modificaciones regenerativas a nivel de los axones de diámetro mediano (2.5 a 5 micrones). A 15 días de la lesión por congelamiento, estos axones presentaban una morfología regular y estaban rodeados de mielina, con una apariencia similar a los axones indemnes. Sin embargo, la expresión de los neurofilamentos no se replicó entre los axones de menor diámetro (<2.5 micrones). Al precisar la localización de los biomarcadores de neuroregeneración, los resultados de la imnunohistoquímica resultaron congruentes con el fenómeno observado. La stathmin like 2 protein (STMN), peripherin y NF 200 son los marcadores característicos de los axones en crecimiento. Mientras que la STMN se concentró a nivel de los conos de crecimiento, la peripherin conformó los filamentos intermedios del citoesqueleto en las fibras de menor diámetro y NF 200 se expresó en los axones regenerados de mayor tamaño. En coincidencia con el registro de la longitud axonal, la expresión de peripherin detectada por inmunomarcación después de la exposición a Etifoxina decayó conforme a la disminución de las fibras de menor diámetro, mientras que los dos marcadores restantes, continuaron aumentando. En conclusión, la aplicación de Etifoxina produjo un incremento en la velocidad de regeneración axonal dos veces superior respecto del grupo control, que se tradujo en importantes avances en las evaluaciones de la recuperación funcional del miembro afectado. Tres días después de iniciar el tratamiento con Etifoxina y en forma simultánea con el aumento en la expresión de STMN, los animales evaluados empezaron a manifestar signos de recuperación de la sensibilidad. En el transcurso de los 15 días posteriores, la sensibilidad se recuperó en forma casi completa. En cuanto a la motricidad gruesa evaluada por el test de rastreo de huellas, indicó que 21 días después de la lesión, la muestra tratada con Etifoxina presentaba una recuperación cercana al rendimiento prelesional. También se evaluó la motricidad fina mediante un test automatizado que registró la cantidad de errores del miembro afectado durante el desplazamiento del animal, a través de una escalera plana. Los avances en la coordinación motora fueron evidentes en el corto plazo y a tan sólo 11 días de la lesión, la performance del grupo tratado resultó prácticamente indistinguible de los animales indemnes. Por el contrario, los ratones que no recibieron tratamiento no presentaron cambios en su rendimiento motor ni en el test de sensibilidad, aun después de un mes del inicio de la experimentación. En estos casos, la denervación produjo atrofia muscular y retracciones tendinosas que determinaron limitaciones funcionales permanentes. Posteriormente, otro modelo de investigación que indujo una sección completa del nervio, permitió confirmar las observaciones realizadas. Las evaluaciones progresivas a los 7, 10 y 15 días posteriores a la injuria, ratificaron que el crecimiento axonal duplicó la longitud observada en el grupo control. La velocidad de regeneración axonal combinada con el incremento del rendimiento funcional constituyen los parámetros fundamentales que evidencian la posibilidad de una recuperación posterior a una lesión neurológica. Estos hallazgos indican que la estimulación de la neuroesteroidogénesis producida por Etifoxina en la unión al receptor TPSO, resulta ser una alternativa viable para el tratamiento de las lesiones. El translocador localizado en la membrana mitocondrial externa, consta de 5 dominios de transmembrana que conforman un canal para el transporte de colesterol y otras moléculas lipofílicas hacia el interior de la organela. Esta característica determina que el receptor se concentre en aquellos tejidos particularmente afectados a la esteroidogénesis como las glándulas adrenales, gónadas y cerebro. La unión no competitiva de etifoxina con el translocador, produce un incremento significativo en las concentraciones plasmáticas y cerebrales de pregnenolona, progesterona, 5 alfa dihidroprogesterona y alopregnenolona que promueven los efectos tróficos neuronales. Según los autores, la redistribución del colesterol a nivel mitocondrial juega un rol importante en la síntesis de nuevas membranas celulares. Además, la ligadura de Etifoxina al receptor TPSO modula la respuesta inmune periférica frente a la injuria, disminuyendo la expresión del factor de necrosis tumoral (TNF alfa) e interleukina 1 beta (ILK). En esta experimentación, la administración diaria de Etifoxina produjo una reducción importante de ambas citoquinas proinflamatorias que se evidenció tan sólo dos días después de la lesión e involucró a toda la extensión del nervio criolesionado. Este efecto antiinflamatorio podría estar asociado con la disminución del efecto deletéreo de los mediadores sobre la red neuronal subyacentes al mecanismo del dolor neuropático. Hasta el momento, los resultados de las investigaciones centradas en el receptor TSPO estuvieron limitadas por distintas condiciones de los ligandos utilizados como la escasa solubilidad y penetración de la barrera hematoencefálica o el perfil de seguridad que imposibilitaba la investigación en seres humanos. La Etifoxina, es una droga con reconocida efectividad demostrada a través de 30 años de presencia en el mercado farmacéutico, inaugura una promesa terapéutica para lesiones y enfermedades degenerativas del sistema nervioso. Estos hallazgos demuestran que en su rol de ligando del TPSO, la Etifoxina representa un buen candidato en la búsqueda de promotores de la neuroregeneración que alienta el desarrollo de futuras investigaciones. Referencias Girard. C, Liu S, Adams D, Lacroix C, Sineus M, Boucher C, Papadopoulus V, Rupprechts R, Schumacher M, Groyer G: Axonal regeneration and neuroinflammation: roles for the translocator protein 18 kDa. Journal of Neuroendocrinology 2011; 24:71-81.