el asensor
Transcripción
el asensor
Elevador automático 3 Unidad didáctica. Desde la Antigüedad hasta la Edad Media, las únicas fuerzas utilizadas para trabajos de elevación eran la fuerza humana y la animal. Ya en 1850 aparecieron los primeros ascensores a vapor e hidráulicos, pero no fue hasta 1852 cuando asistimos a un hecho decisivo para la historia de los ascensores: la invención del primer ascensor del mundo, seguro para personas, ideado por Elisha Graves Otis. El primer ascensor de pasajeros fue instalado por Otis en Nueva York en 1857. En 1873 ya había más de 2.000 ascensores Otis presentes en edificios de oficinas, hoteles y centros comerciales de Estados Unidos, y cinco años más tarde se instaló el primer ascensor hidráulico Otis para pasajeros. Poco después llegó la Era de los Rascacielos... y en 1889 Otis desarrolló las primeras máquinas de ascensores eléctricos con engranaje que funcionaban satisfactoriamente. En 1903, Otis introdujo lo que se convertiría en la columna vertebral de la industria del ascensor: el ascensor eléctrico a tracción sin engranajes, cuya realización demostró sobrevivir al propio edificio. Esto impulsó la era de la edificación de gran altura, con edificios tan representativos como el Empire State Building. Han pasado casi 150 años desde que Elisha Graves Otis inventara el primer ascensor, siendo uno de las máquinas más importantes y utilizadas de nuestros días. Actualmente, de los 20 edificios más altos del mundo, 12 están equipados con ascensores OTIS, incluyendo las Torres Petronas de Kuala Lumpur, que con sus 462 metros se erigen en techo de la arquitectura mundial. Para estos tipos de rascacielos, OTIS ha desarrollado un sistema de ascensores con una velocidad de hasta 15 m/s y una capacidad de transporte de 60 pasajeros, ha establecido nuevos estándares de ejecución. Además este sistema ofrece la posibilidad de incorporar la doble cabina (Double Deck), una idea original desarrollada por OTIS y destinada a edificios con tráfico completo y de gran altura. En los años 80 fue OTIS quien desarrolló por primera vez un nuevo concepto de ascensor sin cuarto de máquinas, con notable difusión en el mercado japonés. Si hoy en día el ascensor está equipado con Sistema REM “ de seguridad a distancia” detecta las posibles averías, antes de que se produzcan, y permite la comunicación bidireccional desde la cabina con una central de servicio, que lo controla las 24 horas del día, a través de la línea telefónica. 3.1 Elisha Graves Otis y el desarrollo del ascensor moderno Elisha Graves Otis nació el 3 de agosto de 1811 en Halifax, Vermont (EE.UU.), en el seno de una familia de granjeros. A los 19 años abandonó su ciudad natal y viajó a Troy, en el Estado de Nueva York, para unirse a los negocios de su hermano. Durante los siguientes 22 años, Otis trasladaría a su familia a lo largo de todo el Estado, hasta que finalmente, en 1852, se estableció en Yonkers, donde lanzaría su negocio de ascensores. La idea del “ascensor de seguridad” fue concebida por Elisha Graves Otis cuando le pidieron que instalara un elevador de carga en una nueva factoría de la compañía de colchones en la que por entonces trabajaba, la Bedstead Manufacturing Company. Otis ya había diseñado un mecanismo de freno para trenes, pero que no había interesado lo suficiente. En lugar de desmoralizarse por este relativo fracaso, reutilizó su invento como base para nuevas aplicaciones. 8 Elevador automático De hecho, cuando la fábrica de colchones en la que trabajaba Otis se vino abajo en 1853 ---al año siguiente de haber inventado el ascensor de seguridad--, el inventor barajaba la posibilidad de trasladarse al Oeste, en plena fiebre del oro. Finalmente, decidió quedarse en la costa Este y dar una nueva oportunidad a los ascensores, después de que dos fabricantes le pidieran construir sendos equipos elevadores. Sin una idea clara del negocio, Otis estableció un punto de venta, con unos resultados en principio desalentadores. Las ventas del primer año sumaron sólo 900 dólares, y Otis se encontró lleno de deudas. De todos modos, Otis continuaba pensando que existía un mercado para los ascensores de seguridad. Por aquel entonces, las compañías daban paga extra por peligrosidad a los trabajadores que se atrevían a montar en los viejos aparatos elevadores. La pregunta que Otis se hacía era, ¿qué debo hacer para alcanzar este mercado? Otis empezaba a ser consciente de que necesitaba llevar a cabo una acción decidida para prevenir el fracaso de sus empresas y atraer la atención de la gente. Vio así la gran oportunidad que suponía la Exposición Mundial que se celebraría en el Palacio de Cristal de Nueva York en el año 1854. Con miles de visitantes internacionales, era el lugar y el momento ideal para promocionar su invento --un elevador con un dispositivo denominado paracaídas, que evitaba el desprendimiento de la cabina, incluso con la ruptura de los cables de suspensión-- y crear la deseada expectación. En el transcurso de esta demostración, Otis se montó en el elevador instalado en el Palacio de Cristal, repleto de cajas pesadas y barriles. Cuando llegó a una altura equivalente a cuatro pisos, Otis pidió a su asistente que cortara la cuerda de suspensión. El elevador cayó violentamente, pero en lugar de chocar contra el suelo, como hubiera ocurrido con otros aparatos de la época, el mecanismo de seguridad por él inventado se puso en marcha, deteniendo el aparato. “Todos Seguros, caballeros” anunció mientras saludaba al asombrado público, quitándose el sombrero. Elisha Graves Otis utilizó para su exitoso elevador materiales sencillos, montando barras de hierro dentadas en los raíles-guía, y añadiendo hierros dentados acoplables en la 9 Elevador automático cabina. Si el cable se rompía, un resorte adjunto al cable empujaría los dientes, que se agarrarían a las barras de hierro y detendrían el aparato en su caída. Sus planes eran llevar a cabo esta actuación varias veces al día durante la Exposición, intentando conseguir el máximo número de espectadores. El “boca a boca”, tal y como el propio Otis había vaticinado, funcionó a la perfección y Otis empezó a recibir pedidos de ascensores de diversos puntos del mundo. Las ventas se doblaron durante los dos años siguientes. Este “calderero e inventor”, como él mismo gustaba denominarse, transformado en hombre de negocios, había iniciado su carrera como maestro mecánico en una fábrica de colchones de Nueva Jersey. Plano de la patente de Otis El invento funcionaba. Aunque, al igual que había ocurrido con su freno para raíles, Otis no tenía una idea clara de cómo comercializar su innovación. Su hijo Charles afirmaría años después: “No creo que mi padre tuviera la más mínima idea de las repercusiones que en el futuro iba a tener su invento”. Otro espaldarazo a esta actividad comercial tuvo lugar en 1857 cuando el comerciante neoyorquino E.V. Haughwout pidió a Otis que instalara un ascensor en la fachada acristalada de sus grandes almacenes, dedicados a la venta de porcelanas y cristalería francesa, de cinco pisos de altura. Este hecho supuso la instalación del primer ascensor del mundo seguro para personas. Otis supo, una vez más, aprovechar la ocasión, visto el efecto que habían tenido sus anteriores demostraciones de cara al público. Una vez instalado el ascensor, la gente acudía a la fachada de la tienda de Haughwout sólo para ver cómo funcionaba, proporcionando al inventor la deseada publicidad, y el consabido aumento también en las ventas de los almacenes. Almacenes Haughwout Rápidamente, los ascensores se convirtieron en objeto de atracción de hoteles y almacenes de las grandes ciudades. Y lo que es más: revolucionaron el mundo inmobiliario, ya que favorecieron de forma decisiva la aparición de los rascacielos. Los ascensores iban a transformar el urbanismo ya que, gracias a ellos, era posible la creación de las “ciudades verticales”. En el plazo de diez años, los ascensores de Otis estaban vendiéndose, no sólo ya en Estados Unidos, sino en todo el planeta. Sus modelos fueron los primeros instalados en la Casa Blanca, en el monumento a Washington y en la Torre Eiffel. El único incidente relacionado con un modelo Otis que se recuerda ocurrió en 1945, cuando los cables y los sistemas de seguridad de un ascensor del Empire State Building sufrieron un colapso. ¿La causa? Un bombardero AB-25 se había incrustado entre los pisos 78 y 79. Por este hecho, la compañía Otis Bros. & Co. decidió difundir un comunicado avisando de 10 Elevador automático que sus elevadores “no están, ni pretenden estar, fabricados a prueba de colisiones de aviones”. 3.2 Historia del ascensor Desde las primeras civilizaciones, la humanidad recurrió a poleas y aparejos, la mayoría poco eficaces, o por lo menos inseguros, para transportar cargas pesadas a lugares elevados. Parece razonable deducir que tanto egipcios como sumerios, babilonios, asirios, hititas y persas tuvieron que disponer de máquinas simples de elevación para la construcción de sus grandes monumentos. Sin embargo, las primeras referencias tecnológicas claras son posteriores, remontándose al mundo griego. En el año 236 a.C. Arquímedes desarrolló un dispositivo elevador que funcionaba con cuerdas y poleas, movidas por el hombre y en el que los cabos de izar se enrollaban en torno a un tambor con molinete y brazos de palanca. Ejemplo de éstos fue el molino de escalones o rueda de pisar, perfeccionado alrededor del año 200 a.C. y que consistía en una rueda escalonada que giraba cuando varios hombres caminaban por su interior. Más tarde, en tiempos del emperador Tito, se utilizaron en el Coliseo grandes montacargas para situar a los gladiadores y a las fieras en la pista. La finalidad de estos aparatos era subir a los combatientes desde los fosos, haciéndoles aparecer en la arena de forma simultánea. Todavía hoy se pueden ver en muchos anfiteatros y circos romanos los pozos por los que circulaban estos elevadores, probablemente los primeros diseñados para transportar personas, como por ejemplo el de Roma, que tenía doce ascensores de este tipo. En el Medioevo se produjo un desarrollo importante de los aparatos ya utilizados por los romanos. Documentos antiguos demuestran que se emplearon montacargas para subir hombres y suministros a lugares aislados, como castillos y monasterios, además de su uso en la construcción de fortalezas y catedrales. Un ejemplo es la famosa abadía francesa de Saint Michel, donde se instaló en 1203 un dispositivo que utilizaba la tradicional rueda escalonada. La máquina se usó hasta hace relativamente poco tiempo, constituyendo probablemente uno de los aparatos de elevación más antiguos que se conservan. A partir del Renacimiento, los conocimientos sobre mecánica, hidráulica y metalurgia permitieron construir máquinas mucho más eficaces que en el Medioevo. Además, la energía hidráulica y la eólica comenzaron a ser utilizadas de forma cada vez más intensa. No es de extrañar, pues, que los aparatos de elevación progresaran de manera espectacular pasando a ser movidos por ruedas de agua o, incluso, por molinos de viento. Tal es el caso del proyecto, destinado a asaltar fortalezas y que probablemente nunca funcionó, de Konrad Keyser en 1400. Parte nada despreciable del desarrollo de los elevadores se produjo en Alemania, donde la minería tuvo un gran auge. En su libro ”De Re Metallica”, Georg Bauer, el famoso precursor de la Geología, describe numerosos aparatos que se usaban en Sajonia a mediados del siglo XVI, y que se difundieron extensamente por Europa y el Nuevo Mundo. En ellos ya aparece el sistema de corona y piñón para cambiar el sentido del movimiento. 11 Elevador automático Hacia finales del XVII y mediados del XVIII ya existían elevadores --- llamados sillas voladoras --- en los palacios. Al parecer, el cardenal Mazarino fue uno de los primeros en instalar uno de estos artilugios en su palacio parisino, pero pronto fueron frecuentes en las residencias reales, constituyendo el antecesor de algunos ascensores actuales, ya que consistían en una cabina y un contrapeso, pendientes de una polea. El movimiento de subida o bajada se conseguía desequilibrando el conjunto, mediante el peso de un sirviente que subía por una escalera y montaba cuando era necesario. La Revolución industrial supuso, ante todo, la introducción de la conversión del calor en energía mecánica, a través de la máquina de vapor. Comenzó entonces a pensarse en el uso del vapor para mover aparatos de elevación. En 1835 ya se empelaba en una fábrica inglesa un montacargas de vapor y en 1845 William Thompson diseñaba el primer elevador hidráulico. En Estados Unidos se usaron por primera vez en 1850 montacargas comerciales que consistían en plataformas movidas por la fuerza del vapor. Sin embargo, después de ensayar estos métodos, los industriales y el público en general seguían sin encontrar un diseño de aplicación universal válido para el transporte de personas por carencia de suficiente seguridad. El invento definitivo La solución apareció en 1852, como consecuencia del encargo que el dueño de una fábrica de camas, la Bedstead Manufacturing Company, hizo a uno de los empleados, de construir un montacargas seguro para utilizarlo en la factoría. Este empleado se llamaba Elisha Graves Otis. Otis era mecánico experto, y tuvo la atinada idea de buscar una solución simple y eficaz para un problema que había limitado el uso de elevadores desde hacía siglos: el que la rotura del cable implicara la irremisible caída del aparato --- y su carga --- con consecuencias desastrosas. Así, diseñó un freno de emergencia aprovechando una ballesta de carreta encima de la cabina del elevador y una barra de trinquete con una cremallera sobre dos rieles de guía a ambos lados del hueco del ascensor. El cable de suspensión se unía a la cabina por la ballesta de tal manera que el peso de la plataforma del montacargas colgaba de ella, provocando una fuerza suficiente para flexionarla y evitar que tocara las barras del trinquete. En caso de rotura del cable, instantáneamente desaparecía la tensión que mantenía curva la ballesta, ésta se estiraba, y sus extremos se enganchaban de inmediato en la cremallera, con lo cual la cabina quedaba sujeta y no caía. La primera fábrica de elevadores Elisha G. Otis inauguró su propio taller el 20 de septiembre de 1853 en una parte de la fábrica de camas de Yonkers, para construir dos ascensores. Al hacerlo, fundó la industria del ascensor, creando el primer ascensor seguro, que posibilitaba, sobre todo, el que la arquitectura adquiriese una nueva dimensión: la construcción masiva en altura. Otis, para dar publicidad a su producto decidió aprovechar la exposición que se celebró en el Palacio de Cristal de Nueva York en 1854, instalando uno de sus ascensores en el salón principal de la muestra. Ante una gran afluencia de público, Otis se montó en una plataforma, en la cual también se había cargado una serie de cajas y barricas. Cuando hubo alcanzado una considerable altura dio la orden de que se cortara el cable. Hecho esto, el sistema de seguridad funcionó a la perfección, ante la estupefacción y los aplausos de los presentes. La prensa se deshizo en elogios y muchos industriales, que hasta entonces habían dudado en usar aparatos elevadores, se decidieron a hacerlo. Otis tuvo un importante éxito inicial, fabricando gran cantidad de sus montacargas seguros, pero el 23 de marzo de 1857 su negocio tomó un nuevo e importante giro. En esa 12 Elevador automático fecha instaló, en la tienda de E.V. Haughwout & Company de Nueva York, el primer ascensor del mundo para pasajeros. El edificio tenía cinco pisos y el movimiento se transmitía, desde una máquina de vapor central, mediante un sistema de ejes y correas. El sistema podía levantar 450 kgs. a razón de 0,20 metros por segundo. Los dispositivos de seguridad diseñados por Otis eran tan convincentes que arquitectos y constructores comenzaron a vislumbrar la posibilidad real de construir edificios altos. La altura de las construcciones aumentaba, pero no superaba ciertos límites por la carga que las paredes portantes de ladrillos podía soportar. A medida que aumentaba la altura, era preciso engrosar más las paredes en la base, y esto reducía la superficie interior útil en la planta baja. Los edificios que se construían en el centro de Chicago, San Francisco, Boston, Nueva York, etc. eran de seis o más pisos, y todos tenían ascensores. Súbitamente los pisos más altos de los hoteles empezaron a tener una gran demanda. De la misma manera, las grandes tiendas descubrieron que los ascensores aumentaban su volumen de ventas. La electricidad entra en juego En 1878, Otis presentó dos nuevos productos. Uno consistía en un ascensor hidráulico, capaz de funcionar a velocidades de 3 a 4 metros por segundo, cuya instalación y funcionamiento eran mucho más económicos que los modelos con máquina de vapor. El otro era un dispositivo automático de seguridad que, en caso de emergencia, podía detener gradualmente una cabina de alta velocidad. En abril de 1878 se instaló en Broadway, Nueva York, el primer ascensor hidráulico para pasajeros, que llegaba a una altura de 34 metros. Durante un tiempo los ascensores hidráulicos compitieron con los de vapor y, posteriormente, con los eléctricos. En diciembre de 1889 se instalaron los primeros ascensores eléctricos en el edificio Demarest, en Nueva York. Estos elevadores, fabricados por Otis, empleaban motores eléctricos y un sistema de rueda dentada con tornillo sin fin. Se utilizaban esencialmente como montacargas, aunque también para transportar pasajeros a baja velocidad. A medida que sus mecanismos se fueron perfeccionando, los ascensores eléctricos comenzaron a usarse en edificios de media altura. Sin embargo, el progreso de los ascensores electromecánicos fue tan rápido que, en pocos años, su velocidad alcanzó el máximo valor entonces esperado: dos metros por segundo. Además, los ascensores eléctricos permitieron un sistema de control que conseguía el funcionamiento uniforme del aparato, como ocurre en los equipos modernos. Este sistema, llamado Ward-Leonard, controlaba la salida de un generador eléctrico que, a su vez, alimentaba el motor de la máquina del ascensor. Dicho mecanismo revolucionó la industria, ya que, a partir de entonces, la velocidad de los elevadores dejó de depender de la presión de una máquina a vapor, o de una bomba de aceite o agua, y muchas problemas comenzaron a solucionarse al utilizar esta fuente de energía, limpia y de fácil instalación. Prescindiendo de los engranajes Una de las aportaciones tecnológicas más importantes tuvo lugar en 1903. Otis concibió un sistema que permitía la tracción sin engranajes. De esta forma se consiguió un 13 Elevador automático importante aumento de la velocidad, que permitió que los ascensores eléctricos empezaran a arrebatarle terreno a los hidráulicos en los edificios altos. El sistema de funcionamiento se basa en la tracción por simple adherencia, el mismo principio que utilizan los ferrocarriles, en que el roce entre las ruedas de la locomotora y la superficie del carril es suficiente para asegurar la transmisión del movimiento. En el caso de los ascensores, la tracción se logra por el uso de cierto número de cables que se disponen en forma paralela. Estos cables de acero tienen un extremo anclado a la parte superior de la cabina, pasan por encima de una polea motriz situada en el punto más alto de la instalación, que dispone de una ranura especial para cada cable, y el otro extremo está fijado a un contrapeso que desplaza por el hueco del ascensor sobre unos rieles, al igual que la cabina. El resultado de esta combinación es que el peso de la cabina del ascensor, que cuelga de un extremo de los cables, y la masa del contrapeso, que pende del otro, aprietan los cables en las ranuras de la polea motriz. Cuando el motor hace girar la polea, ésta mueve los cables sin que se produzca deslizamiento. El peso de la cabina y, aproximadamente la mitad del de los pasajeros, está equilibrado por el contrapeso, el cual se desliza hacia abajo a medida que la cabina sube y viceversa. El principio del contrapeso se aplicó desde el diseño de los primeros ascensores como un sistema de ahorro de energía y de asegurar la tracción. Los primeros ascensores de tracción sin engranajes se instalaron en 1903 en Nueva York, en el edificio Beaver, de 55 metros de altura. Tenían una capacidad de 1.140 kilos y su velocidad era de 2,5 metros por segundo. Un año más tarde se instalaban dos aparatos semejantes en el edificio Majestic de Chicago. Tecnología para una mayor altura A partir de 1906 se empezaron a construir edificios realmente altos en Nueva York. Con ellos nació un nuevo concepto de urbanismo, de utilización del suelo y de economía y vida urbana. Todo ello resultaría inimaginable sin la presencia cotidiana del ascensor. Una carrera hacia lo alto había comenzado en los albores del siglo. Para bien o para mal se puso de moda construir edificios en torre. Hacia 1915 la compañía Otis desarrolló el “micro-drive”, un mecanismo de nivelación automática para ascensores. Los primeros en utilizar este sistema fueron los instalados en barcos de la Marina de los EE.UU. y su finalidad era que la plataforma del ascensor se situara siempre al mismo nivel que la cubierta, independientemente de la carga que transportase el ascensor. Terminada la guerra, el sistema se aplicó en los ascensores de pasajeros para reducir el peligro de que éstos tropezaran cuando salían o entraban de aquél. Aunque el dispositivo se instaló principalmente como un elemento de seguridad, los pasajeros empezaron a apreciar otro factor que aportaba: un considerable ahorro de tiempo, ya que la nivelación ocurría a medida que las puertas del ascensor se abrían. Cada vez resultaba más simple el construir edificios de gran altura, a la vez que la técnica de los ascensores había ido mejorando simultáneamente. Los primeros ascensores se controlaban mediante una cuerda que pasaba verticalmente por el interior de la cabina por sendos agujeros, aunque pronto las cuerdas se sustituyeron por interruptores eléctricos instalados dentro de la cabina. Sin embargo, la mayor dificultad seguía consistiendo en atender a todas las llamadas hechas desde los distintos pisos en el menor tiempo posible. Inicialmente cada ascensor iba “conducido” por un ascensorista que observaba a la gente que esperaba en casa planta mientras hacía su recorrido y detenía el ascensor a tiempo para recoger a los pasajeros. Pero a medida que crecía la velocidad, tamaño y exigencias de seguridad en los elevadores, este sistema se volvió ineficaz. Por otra parte, comenzó a surgir una normativa sobre ascensores. En 1922 ya existían unas prescripciones de seguridad en EE.UU., exigiendo una sistema de control de puertas que impidiese que el ascensor funcionara si una puerta no estaba totalmente cerrada. 14 Elevador automático Cuando la velocidad superaba los 3,5 metros por segundo, las dificultades aumentaban, por lo que fue preciso automatizar el sistema de detección, comenzando así gradualmente la automatización de los aparatos elevadores. En 1937 un nuevo sistema, denominado “control de horas punta”, programaba automáticamente el movimiento de los aparatos para atender la demanda especial de tráfico en cada edificio. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, surgieron muchas aplicaciones industriales de la electrónica. En el campo de los ascensores pronto se empezaron a usar dispositivos electrónicos para contar con la cantidad de llamadas, sumar el tiempo en que se hacían y, automáticamente, combinar estos datos con otros para programar y hacer funcionar los grupos de ascensores en un edificio. Este sistema, concebido por Otis, fue llamado “Autotronic” y su instalación se inició hacia 1948. Mediante él se podían seleccionar varios programas de funcionamiento del sistema, teniendo en cuenta las horas punta de tráfico, tales como las horas de entrada por la mañana, la hora del almuerzo y la de salida por la tarde. Los años 50: la desaparición del ascensorista Sin embargo, poner en marcha el ascensor y controlar que las puertas no atraparan a un pasajero, tenía que seguir haciéndose mediante un ascensorista. Un dispositivo electrónico selló la desaparición del oficio nacido hace casi 100 años. Un sistema de sensores detectaba el momento en que un pasajero cruzaba la puerta impidiendo que ésta se cerrase mientras estuviese en el vano. Los primeros ascensores sin ascensorista se remontan a mediados de la décadas de los veinte, cuando apareció la llamada “maniobra colectiva” que permitía registrar todas las llamadas enviando automáticamente el ascensor a atender primero las correspondientes a una dirección. Luego, el ascensor invertía su marcha, para atender las correspondientes al sentido opuesto. Este sistema sólo se podía instalar en edificios de poca altura debido a su limitada capacidad. Hasta 1950 no se consiguió un sistema perfeccionado para grandes edificios. El primero se instaló en la sede de la Atlantic Refining Company, en Dallas, Texas. Ya en 1956 en prácticamente todos los edificios comerciales importantes se instalaron equipos Autotronic sin ascensorista. A mediados de la década de los 50 hizo aparición el sistema de verificación automática para el control de peso, otro elemento importante que cumple varias funciones. Ante todo, determina si el ascensor está correctamente cargado; en caso afirmativo lo pone en marcha y, además, si el ascensor va a plena carga, mientras el sistema no detecte una disminución en el número de pasajeros, evitará que se detenga en otros pisos atendiendo más llamadas. Al mismo tiempo, anula las llamadas a todos los pisos en el caso de que en la cabina sólo haya un solo pasajero, haciendo que el ascensor vuelva a su funcionamiento normal, ya que “comprende” que es imposible que una sola persona llame a varios pisos a la vez. A comienzos de los año 80, y gracias a la aplicación de los avances electrónicos, de la informática y de otros sistemas sofisticados, Otis desarrolló un nuevo equipo de control integral, llamado Sistema Elevonic que puede agrupar entre dos y ocho ascensores, adaptándolos eficientemente a condiciones de tráfico muy complejas. El ascensor normalizado La producción en serie ha permitido abaratar considerablemente el precio de los ascensores, lo cual explica la proliferación de aparatos elevadores hoy extendida a la casi totalidad de los edificios, incluso de escasa altura. Las ventajas de la normalización no sólo afectan al precio del ascensor, sino que también reducen el costo de la construcción. Pudiera parecer que las posibilidades de los ascensores han llegado ya a un límite difícil de superar, de momento las líneas de trabajo apuntan más a la integración del ascensor dentro del conjunto arquitectónico del edificio al cual sirve. Así, se fabrican ascensores panorámicos, cuyas posibilidades estéticas los hacen especialmente recomendables para edificios singulares y públicos con grandes espacios colectivos, ascensores de bajo consumo y silenciosos para edificios unifamiliares, y ascensores de doble cabina para grandes edificios, 15 Elevador automático donde el ahorro de espacio no es en ningún modo despreciable. De hecho, la idea que cada vez está ganado más aceptación es la que intenta reducir el espacio que ocupan los huecos de los ascensores en los edificios. En este sentido, últimamente se oye hablar mucho del “ascensor sin cuarto de máquinas”, pero algo que parece tan novedoso ya fue desarrollado por Otis hace una década. En aquellos años, Otis volvió a demostrar su capacidad innovadora y revolucionaria diseñando por primera vez un nuevo concepto de ascensor, sin cuarto de máquinas, basado en la tecnología del motor lineal asociado al contrapeso y concebido para ahorrar espacio. En España Zardoya Otis quiso retomar la idea del “sin cuarto de máquinas” para proponer el desarrollo de un ascensor que respondiera a las latentes necesidades de los clientes. Así, en 1999 se inició el desarrollo de un modelo de ascensor sin cuarto de máquinas: Otis 2000 VF-MRL (Machine Room Less), con motor de frecuencia variable (VF). 3.3 Las escaleras mecánicas Hoy en día las escaleras mecánicas constituyen un medio de transporte imprescindible para el diseño y construcción de modernos emplazamientos como aeropuertos, estaciones, centros comerciales, hipermercados, grandes almacenes, redes de transporte suburbano, edificios de oficinas, auditorios, etc. donde se hace necesario el desplazamiento ágil y continuado del público entre distintos niveles. De hecho, Otis calcula que una escalera mecánica instalada en un centro comercial puede transportar hasta 9.000 personas por hora. Aunque su uso masivo es muy posterior al de los ascensores, se trata de un invento ya antiguo que nació con el siglo. En 1899, Charles D Seeberger se incorporó a Otis Elevator Company, trayendo consigo el nombre "escalator". La unión entre Seeberger y Otis produjo el primer tipo de escalera mecánica dirigida al sector público, que fue instalada por Otis en la Exposición Universal de París en 1900. Charles Seeberger vendió los derechos de su patente en 1910. Desde entonces, Otis continúa mirando hacia el futuro y desarrollando escaleras cada vez más seguras y confortables. Desde aquella primera instalación en 1900, Otis ha ubicado equipos de escaleras mecánicas y andenes móviles, que utilizan su misma tecnología, en emplazamientos tan emblemáticos como el metro de Boston o las Torres Gemelas de Nueva York. Asimismo, en España podemos encontrarlos en los últimos centros comerciales Carrefour, en el edificio de la FNAC en Madrid, en el centro comercial La Maquinista de Barcelona, uno de los más innovadores de la ciudad, y en el Parque Temático de Valencia. 3.4 Hitos La innovación es la clave que Otis ha mantenido desde que el fundador de la compañía, Elisha Graves Otis, inventó el ascensor con elementos de seguridad. El compromiso asumido desde entonces, en las áreas de investigación y desarrollo, abrieron el camino a un sinfín de innovaciones tecnológicas que son ahora reconocidas como verdaderas aportaciones de Otis a la historia del ascensor. Entre ellas hay que destacar: 16 Elevador automático 1853 Otis inventa el primer ascensor dotado de elementos de seguridad, y por tanto, válido para personas y constituye su propia empresa para comercializarlo. Se funda así la industria del ascensor. 1854 Presentación del ascensor diseñado por Elisha Graves Otis en la Exposición Mundial de Nueva York. 1863 Introducción del concepto de mantenimiento programado en la industria del 1868 Desarrollo del primer ascensor hidráulico. 1889 Primer ascensor eléctrico. 1900 Presentación de la primera escalera móvil en la Exposición Universal de París. 1903 Primer ascensor sin reductor (gran velocidad y altura). sector. 1925 Primer sistema de control con “memoria” para grupos de ascensores, lo que permitió su automatización y prescindir de los clásicos ascensoristas. 1950 1979 ascensores. Primer protector de pasajeros y puertas, equipados electrónicamente. Primer sistema de control con microprocesador integrado para grupos de 1983 Sistema Otis Live®, servicio informatizado que de forma centralizada recoge los avisos de avería y los envía a los correspondientes técnicos de mantenimiento. 1987 Primer sistema de control de frecuencia variable y tensión variable, que añade a su excelente confort y fiabilidad un importante ahorro de energía. 1988 Tecnología de “motor lineal”, sin cuarto de máquinas. 1989 Lanzamiento de la nueva gama de ascensores Otis 2000 con sistema de control modular (MCS) y accionamiento de frecuencia variable, generación digital, desde 1m/s (LSVF) hasta 2,5 m/s (MSVF). 1997 Desarrollo de un nuevo motor denominado High Performance Linear Induction Motor (HPLIM), destinado a optimizar el sistema que acciona las puertas de los ascensores. Además de otras ventajas, con este sistema se mejora la seguridad, ya que minimiza la posibilidad de que las puertas, al cerrarse, toquen o empujen a los pasajeros, gracias a la incorporación de un sistema protector especial. 1997 Skyway: tecnología revolucionaria capaz de alcanzar una velocidad de 15 m/s y la mayor capacidad de carga con doble cabina jamás conseguida. 1998 Otis lanza su nueva estrategia de negocio e-business con tres nuevos productos on line: e-Display (pantalla plana instalada dentro del ascensor que proporciona información a través de Internet); e-Direct (posibilidad de especificar y pedir productos on line) y e-Service (servicio a los clientes a través de la nueva Web Otis.com). 1999 Otis presenta su nuevo ascensor Gen2, el primer ascensor en usar cintas planas en lugar de los cables de acero tradicionales. Gen2 no necesita cuarto de máquinas. 2000 Zardoya Otis desarrolla el ascensor Otis 2000 VF MRL, sin cuarto de máquinas y con tecnología de Frecuencia Variable que garantiza el máximo confort y la mínima generación de ruido. 17 Elevador automático 2002 Zardoya Otis perfecciona el ascensor Otis 2000 VF MRL, con mejoras medioambientales: bajo consumo y nivel de ruidos y fabricado e instalado con materiales no contaminantes. 2003 Otis lanza la escalera mecánica más segura del mundo, la NextStep, con un sistema de escalón protegido que elimina el riesgo de atrapamiento entre el escalón y el rodapié. 3.5 Definición y componentes de un ascensor Un ascensor es una plataforma o recinto que se eleva en sentido vertical transportando personas o una carga. El término ascensor puede también puede aplicarse a todo el equipamiento elevador, motor, cables y accesorios. La cabina cerrada para pasajeros de un ascensor moderno descansa sobre un marco interior de acero. La cabina y su marco suben y bajan por unos raíles también de acero por un árbol elevador o vía elevadora. Las zapatas guía o rodillos del marco mantienen la cabina sobre los raíles. En su mayoría, los ascensores cuentan también con una notable carga denominada contrapeso, unida al otro extremo de los cables elevadores de acero que pasan sobre la polea de la máquina de dirección. El contrapeso compensa gran parte del peso de la cabina y los pasajeros, reduciendo de este modo la necesidad de potencia. El sistema de control de un ascensor típico se compone de un mecanismo de percepción de la velocidad conocido como regulador, un mecanismo fijador (seguridad) montado bajo cada extremo del marco de la cabina que sujeta el raíl guía en caso de caída, un haz de tensión (polea) en el foso y un cable de acero. También se instalan mecanismos de control dentro de la puerta y su circuito de control Cuando las puertas se abre, los circuitos de control impiden que la cabina se mueva del lugar donde se ha detenido, pero permiten renivelarla en caso de que se mueva al entrar o salir los pasajeros que salen del ascensor (cambios de carga). En los controlan: • • • • • • • • ascensores modernos, sistemas informáticos basados en microprocesadores la posición del ascensor la dirección de la marcha la velocidad el funcionamiento de la puerta el tiempo de espera del pasajero el tiempo de vuelo el consumo de energía los diagnósticos del sistema También incluyen botones en Braille y sistemas de información con voz sobre las plantas que se recorren con el fin de ayudar a las personas invidentes. 3.6 Propuesta para el alumno Siguiendo el método de proyectos tecnológicos, se trata de diseñar y construir un elevador automático que nos permita subir y bajar de una planta baja a una primera planta. El proyecto se realizará en grupos de 4-5 personas. Para ello se deberá distribuir el trabajo y responsabilidades entre los miembros del equipo. Para ello deberás tener en cuenta las siguientes condiciones: 18 Elevador automático - Las dimensiones máximas del elevador serán 30 cm de largo, 20 cm de ancho y 30 cm de alto. Los acabados y la presentación deberán de ser óptimos. El elevador dispondrá de un sistema eléctrico que le permita subir y bajar automáticamente. La documentación que hay que presentar es una memoria del grupo, en ella se reflejarán los siguientes aparatados: 1. Portada. Con el nombre y curso de los componentes. 2. Análisis del problema. Se plantearán las distintas soluciones que aporta cada miembro del equipo valorando las ventajas e inconvenientes. 3. Búsqueda de información. Se recopilaran datos sobre el tema buscando información en internet, enciclopedias, empresas que se dediquen al mantenimiento e instalación de elevadores,...Haciendo un pequeño resumen. 4. Diseño. Se presentará un croquis individual que permita una compresión total de la solución propuesta, una perspectiva del elevador, lista de materiales utilizados y el esquema del circuito eléctrico. 5. Planificación. Se realizará un esquema en el que quede reflejado los pasos que se van a seguir en la construcción del proyecto. 6. Evaluación. Se reflexionará sobre el trabajo que se ha realizado y se analizarán las modificaciones que se hayan realizado con respecto al diseño inicial. Se elaborará un presupuesto del elevador. Se valorará la originalidad, acabado, funcionamiento, cumplimiento de las condiciones, documentación y presentación al grupo. Todo el proyecto se presentará convenientemente encuadernado, en formato A4. 3.7 Planos Los planos que se adjuntan son: 1. Perspectiva. 2. Despiece. 3. Estructura 4. Circuito eléctrico básico. 5. Circuito eléctrico mejorado. 19 Elevador automático 20 Elevador automático 21 Elevador automático 22 Elevador automático 23 Elevador automático 24 Elevador automático 3.8 Documentación para la ejecución del proyecto. A continuación se adjunta la documentación que se le puede entregar al alumno para que presente la memoria, esta es: 1. Distribución del trabajo y responsabilidades 2. Análisis del problema 3. Lista de materiales 4. Hoja de planificación 5. Evaluación y modificaciones 6. Presupuesto 7. Plantilla plano A4 25 Elevador automático 26 Elevador automático 27 Elevador automático 28 Elevador automático 29 Elevador automático 30 Elevador automático 31 Elevador automático 32 Elevador automático 4 Contenidos. 4.1 Conceptos. • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Problema técnico, identificación y análisis del problema planteado. Búsqueda y selección de información Diseño del prototipo Realización de la solución elegida de acuerdo con el diseño y la planificación previos Representación y exploración gráfica de ideas y objetos a mano alzada en perspectiva y croquis Conocimiento de transmisión y transformación de esfuerzos y movimientos, como la rueda, el eje, la polea, los engranajes o el reductor de velocidad. Conocimiento de la acumulación y la transformación de la energía, pilas y acumuladores eléctricos, motores, generadores,. Motores. Motores eléctricos. Conocimiento de estructuras resistentes. Operadores de soportes básicos, como viga, pilar, tirantes o escuadra. Disposiciones estructurales fundamentales y esfuerzos a que están sometidos Herramientas manuales básicas, útiles y maquinaria necesarios para el trabajo con materiales. Normas de uso, seguridad e higiene en el manejo y mantenimiento de herramientas, útiles y materiales técnicos. Materiales: Clasificación. Técnicas de conformación. Propiedades características. Aplicaciones. El circuito eléctrico: voltaje, intensidad y resistencia. Potencia y energía eléctrica. Resolución de circuitos sencillos (serie, paralelo y mixto). Uso del polímetro: medidas de tensión, intensidad y resistencia. Componentes electrónicos básicos: resistencia, relé, diodo y transistor. El transistor. Símbolo. Funcionamiento. El transistor como interruptor Circuito integrado: concepto, partes, fabricación, estudio de un ejemplo. Formas de diseño y montaje de circuitos Mecanismos, automatismos y robots 4.2 Procedimientos. • • • • • • • • • • Diseño, construcción y conexión de mecanismos sencillos (poleas), elaborados con distintos materiales ( cartulina, cartón, madera, plásticos, hojalata, alambre, etc ) Utilización correcta de las herramientas y técnicas básicas de trabajo para la construcción de objetos y mecanismos. Utilización de elementos desmontables en la construcción de objetos y mecanismos Montaje y desmontaje de algunos mecanismos atendiendo a las normas de seguridad y sin producirles daños. Descripción, utilizando distintas técnicas, del funcionamiento de distintos sistemas mecánicos Interpretación y confección de los documentos administrativos más habituales en relación con la actividades generadas alrededor del proyecto técnico que se realiza Clasificación de materiales. Identificación de los materiales en objetos de uso habitual. Análisis y evaluación de las propiedades que deben reunir los materiales. Selección y reutilización de los materiales en la fabricación de objetos sencillos en el aula-taller seleccionando los más idóneos para construir el elevador. 33 Elevador automático 4.3 Actitudes. • • • • • Disposición favorable al trabajo en equipo y valoración de él como procedimiento habitual para la realización de proyectos. Cuidado y esmero en el análisis, diseño y construcción de objetos y mecanismos. Interés por conocer los principios científicos y técnicos en lo s que se fundamentan los distintos mecanismos y sistemas técnicos, y que explican sus características y funciones. Respeto de las normas y criterios establecidos para la gestión de los recursos en el aula-taller. Valoración y respeto por las normas de seguridad e higiene en el aula-taller. 4.4 Otros contenidos transversales. En la transversales: • presente unidad didáctica trataremos principalmente dos contenidos La educación para la igualdad entre los sexos Es éste un contenido transversal idóneo para su aplicación en el aula de tecnología, así como en otras áreas (Plástica, laboratorios de Física y Química, etc.), ya que existe una convivencia entre alumnos y alumnas y una necesidad de trabajar conjuntamente para realizar la unidad didáctica. Se trata de evitar las actitudes sexistas y los tópicos relativos a las actitudes y aptitudes de las alumnas ante las máquinas. • La educación ambiental Por otra parte, considerando los operadores a utilizar, se reutilizarán en la medida de lo posible, componentes eléctricos y mecánicos, así como materiales diversos. Entre éstos destacamos: bombillas, leds, interruptores, pilas, motores, madera, DM, varilla roscada, tuercas, arandelas, abrazaderas, etc., fomentando de esta manera el uso de materiales reciclados, tanto dentro como fuera del taller de Tecnología. 34 Elevador automático 5 Secuencias concretas. Para desarrollar la presente unidad didáctica en la metodología seguiremos esta secuencia: Investigación histórica. Análisis Diseño, proyecto automático: y construcción del elevador Análisis del problema. Búsqueda de información. Diseño. Planificación. Construcción. Evaluación. Memorias y difusión del trabajo realizado. 35 Elevador automático 6 Actividades. Las actividades previstas en la presente unidad didáctica son entre otras: - Breve cuestionario sobre conceptos de electricidad. Realizar ejercicios individuales de cálculo de magnitudes eléctricas. Diseño de esquemas eléctricos utilizando la metodología adecuada. Simulación del circuito por el ordenador utilizando el programa CROCODILE. Planificación del proyecto Construcción del elevador. Evaluación de los resultados Actividades de refuerzo Actividades de ampliación: como podría ser incluir efectos luminosos y sonoros Debate sobre el desarrollo de los elevadores en la sociedad actual. Proyección de diapositivas sobre elevadores Elaboración de una memoria 36 Elevador automático 7 Evaluación. La evaluación que se realizará al proceso de enseñanza aprendizaje será utilizando los siguientes instrumentos de evaluación: - Observación sistemática: utilizando lista de control y registro de hechos significativos acontecidos durante el desarrollo de la unidad didáctica. Prueba oral: debates, exposición del proyecto. Prueba escrita: composición, pruebas objetivas como respuestas cortas, verdadero o falso, elegir respuestas cortas,... 37 Elevador automático 8 Bibliografía y recursos. Libros: Garratt, James (1994) Diseño y tecnología. Segundo ciclo ESO: Akal. Moreno Márquez, Jesús y otros (2002). Tecnología. 3º y 4º de ESO: Oxford University Press. Páginas Web: http://www. otis. com Legislación: - LEY ORGÁNICA 1/1990, de 3 de octubre de ordenación general del sistema educativo - DECRETO 39/2002, de 5 de marzo del Gobierno Valenciano, por el que se modifica el Decreto 47/1992 de 30 marzo, del Gobierno Valenciano, por el que se establece el currículo de la Enseñanza Secundaria Obligatoria en la Comunidad Valenciana. (D.O.G.V de 8 de marzo de 2002). - DECRETO 47/1992, de 30 de marzo, del Govern Valencià, por el que se establece el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Valenciana. 38 Elevador automático 9 Adaptación del material. Las adaptaciones de material que se han hecho son: - Fomentar la participación en debates de los alumnos más retraídos. Actividades de ampliación: Realizar mejoras del proyecto para alumnos con facilidades de aprendizaje, como puede ser incluir efectos acústicos y luminosos en el elevador. Actividades de refuerzo: para aquellos alumnos con dificultades de aprendizaje el profesor ayudará en la búsqueda de información o la reducción del proyecto haciéndolo más sencillo (por ejemplo: utilizar inversor de giro fabricado por el propio alumno representado en el plano nº 4 “circuito eléctrico básico”). 39