Convergencia N°2 - Salvador Allende
Transcripción
Convergencia N°2 - Salvador Allende
Editorial Realidad mundial y socialismo Comité Editor rrand, a más de sus repercusiones posibles en otros países de Europa y su sentido como factor de moderación de los conflictos mundiales, se anuncia con especial vigor en las relaciones con los países del Tercer Mundo y en particular los de América Latina y el Caribe, en cuanto una nueva política de cooperación y solidaridad con los gobiernos y causas progresistas y de repudio a las dictaduras reaccionarias. Ya sea en el terreno de su contraposición a las tendencias mundiales más retardatarias, el de la innovación incesante en la organización de formas de vida social abiertas al perfeccionamiento de la democracia y el socialismo, o en el de las relaciones concretas con nuestros países, la victoria de Mitterrand es, en sí misma, un aliento y un factor de respaldo para las fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias. Pero más aún. La nueva situación que se ha gestado en Francia se produce cuando en Polonia se replantea un poderoso movimiento de renovación del socialismo llamado real. Ambas circunstancias son expresivas de la creciente variedad de formas y direcciones que asume el desarrollo de la realidad política contemporánea, distante de toda pretendida reducción a esquemas de bipolaridad. Coetáneamente, cuando en este mes de julio se conmemoraron ya 28 años del asalto al Cuartel Moncada, en América Latina la revolución cubana se sobrepone a la hostilidad del imperialismo estadunidense y a sus propias dificultades fortaleciendo el poder popular. Y dos años después del triunfo de la insurrección sandinista contra Somoza, cumplidos también en julio, la revolución nicaragüense ahonda su sólido arraigo social y auna al heroísmo de sus combatientes una lúcida conducción política, manteniendo —pese a las constantes provocaciones y amenazas— su pluralidad y su equilibrio internacional. La creciente complejidad en la relación mundial de fuerzas y su diversidad de formas políticas, que el triunfo de Mitterrand refuerza singularmente, constituye así, de modo particular, un factor de estímulo y reafirmación para las fuerzas partidarias de una concepción autónoma del socialismo con las que se identifica CONVERGENCIA. Los acontecimientos políticos contemporáneos que se proyectan en la realidad mundial e inciden en las distintas situaciones nacionales, adquieren una diversidad cada vez más compleja. La victoria de Mitterrand en Francia, y su ratificación luego con la amplia mayoría obtenida por el Partido Socialista francés en las elecciones de nueva Asamblea Nacional, constituyen a este respecto un hecho de la mayor importancia y de considerable trascendencia para América Latina. Francois Mitterrand es el primer socialista que asume la Presidencia de Francia electo por sufragio universal directo. Su triunfo se contrapone al curso reaccionario que ha tendido a imponerse durante los últimos años en los principales países capitalistas, representado en particular por la elección de Reagan, el gobierno de Margaret Thatcher y el del propio Giscard d'Estaing. Es una derrota de la política económica al servicio exclusivo del gran capital financiero trasnacional, ocurrida en el centro mismo de Europa. Es una derrota, todavía más, de toda una concepción de la vida y la sociedad, de la cultura y la política nacional e internacional, represiva, de acentuación de las diferencias y postergación de las mayorías; a la extensión de cuya influencia en los centros imperialistas se debe que el régimen de Pinochet haya podido proclamar que ya no estaba tan sólo en el mundo. Es un triunfo frente a la tendencia restrictiva de la democracia, de centralización institucional, de arbitrariedad del poder, que se expresa en las mismas potencias capitalistas y arrecia en las dictaduras de América Latina. El programa de transformaciones planteado por Mitterrand no entraña en sí mismo, ciertamente, la instauración de un régimen socialista, sino un cauce de desarrollo político, profundamente alentado por la historia y la decisión del pueblo francés, que a su vez excede el carácter tradicional de los partidos socialdemócratas en Europa. Es un programa de cambios, resuelto reflexiva, colectiva y vívidamente por la mayoría absoluta de los franceses frente a los designios de la gran burguesía, cuya principal importancia reside justamente en su alcance general y la amplitud de su respaldo. El significado internacional del gobierno de Mitte1 Sumario Editorial Costa Gavras: "En Francia triunfó la unidad". Belarmino Elgueta Alain Joxe: Francia, "una cierta civilización de izquierda" Marcelo Schilling 1 3 8 13 19 Realidad mundial y socialismo Entrevista por Ximena Ortúzar En el camino de Jaurés y Moulin Entrevista por Jorge Bernetti y Pío García La Comuna de Polonia CHILE Homero Julio Oscar Castro: "Aleph. . . número después del infinito". 28 34 Por el reencuentro socialista Entrevista por Ivonne Szasz y Ricardo Chelén Taller de análisis político 38 Informe de coyuntura política Edgardo Condeza 43 Economía: La picaresca de los Chicago boys Pablo Vega 45 Sindicatos: un paso adelante Jaime Suárez 51 Recuerdo de Laura Allende AMERICA LATINA Antonio Cavalla 55 La estrategia militar de Estados Unidos 64 Problemas de la lucha por el socialismo Ramón Rocha 70 Bolivia: El socialismo único (polémica) Informaciones 75 partidarias Oscar Waiss Costa Gavras : "En Francia triunfó la unidad" Entrevista por Ximena Ortúzar Griego de origen, frances "por la praxis de 27 años de vivir en París , amigo de Mitterrand; cineasta, realizador de "Z" y "Estado de Sitio", entre otras películas, vino a México para filmar Missing, la historia de un padre que busca a su hijo desaparecido "en algún país de América Latina" deliberadamente no identificado. . . pero con rostros y acentos chilenos. Regresa a Francia "para hacer cine", para aprovechar su posibilidad directa de opinar acerca de qué debe hacerse en el plano cultural. ' Del triunfo socialista en Francia, de la visión política del cineasta y de otros temas conversamos con él. Esta fue la conversación. —Grecia es mi patria del corazón, mi lugar de nacimiento. Francia es mi patria del intelecto. Allí pude ser. Por eso, el triunfo socialista en Francia me toca muy de cerca. ¿Qué significa que Mitterrand llegue al gobierno? Yo diría que es la prueba profunda de la necesidad de cambio del pueblo francés. Es un hito, como lo fue en su momento Charles De Gaulle, personaje importante de la historia francesa yo diría que principalmente por la descolonización. Pero, como sucede a menudo, a estos grandes hombres les siguen sublíderes que dan por resultado períodos históricos flojos y vulgares. Estos sublíderes que nacen en la ruta de los grandes pueden tener una duración que depende de muchos factores internos y externos. Y los sucesores de De Gaulle, Pompidou y Giscard, duraron demasiado y así propiciaron las condiciones para que hoy el pueblo francés los haya casi tirado fuera del juego político. Pero lo interesante en este análisis son dos cosas: primero, hay quienes dicen que De Gaulle legó una Constitución negativa que hacía de Francia un país ingobernable. Y esto es totalmente falso. De Gaulle legó una Constitución que en su tiempo él mismo aplicó asesorado por personalidades políticas muy fuertes, con un programa de cambios profundos muy marcados y casi revolucionarios que llevó a cabo. Luego, personajes flojos como Giscard no fueron capaces de desarrollar una política acorde a esa Constitución. Y por eso se tuvieron que ir. La segunda lección es que los franceses tienen mucha más confianza en un Partido Socialista fuerte que en una coalición de izquierda donde el fuerte es el Partido Comunista. Los franceses tienen miedo de un Partido Comunista fuerte y es por eso que en 1968 la Unidad Popular francesa no obtuvo la mayoría: porque en ese momento los comunistas llevaban adelante una política basada en su preminencia que yo calificaría como una política agresiva. Todo esto demuestra —a mi juicio— que el pueblo francés quiere cambios no radicales, no del tipo de los países socialistas, sino más bien cambios de tipo biológico. —¿Cómo definiría esos cambios "biológicos"? — Sin violencia. ¿Para qué? Los socialistas franceses tienen mayoría absoluta. Eso les permitirá continuar con su coherencia política, sin dejarse desbordar por la extrema izquierda. No habrá campo para expropiaciones ilegales pero tampoco lo habrá para pretensiones de congelar el proceso de cambios que el pueblo francés votó. Y ese proceso lo veo posible, muy posible. Además, tenemos tiempo. —Se ha comentado que usted podría ser llamado a ocupar un cargo en el aparato de cultura del gobierno francés. ¿Qué sabe de eso? — Absolutamente nada. — ¿Y si lo llaman? — ¡ NO! Yo quiero hacer películas. Nada más. Hasta ahora me han pedido algunas veces mi opinión y la he dado, como la dimos durante el gobierno de Giscard los miembros de la Sociedad Francesa de Realizadores de Cine, aún cuando no nos hicieran mucho caso. Y la dimos con toda la fuerza de nuestras convicciones, diciendo qué es, a nuestro entender, lo que debe hacerse. Ahora haré lo mismo, pero no quiero cargos, quiero hacer cine. — ¿Qué incidencias tendrá en la política cultural francesa el triunfo socialista? — Varias. Primero quiero destacar que en tiempos de De Gaulle, siendo André Malraux Ministro de Asuntos Culturales (1959-69), el presupuesto para la cultura alcanzó el 1% del presupuesto total del Estado para toda Francia. Con Giscard cayó hasta un 0.28% porque para ellos la cultura era nada, no existía. Ahora, todos vamos a exigir con mucha fuerza que ese presupuesto cultural llegue otra vez al 1 % por lo menos. Todos los que estamos en la llamada "clase cultural" —definición que por cierto no me gusta nada— y que tenemos la posibilidad de pedir cosas directamente, les diremos a los socialistas que sentimos la necesidad de que así sea. Estoy seguro de que ellos van a cumplir, tal vez no inmediatamente porque hay prioridades que atender, pero lo harán en un plazo breve. —¿En qué se traducirá ese 1% de presupuesto para lo cultural? —En casas culturales, con teatros y talleres como los hubo en tiempos de Malraux. Las hubo en cada ciudad y dejaron de existir por falta de apoyo financiero. Habrá otra vez museos y cines. . . A mi juicio, lo más importante es el teatro. Pero también se va a liberalizar la televisión que durante los últimos siete años, con Giscard, se convirtió en la televisión propia de un país totalitario, porque en cada canal había una o dos personas del régimen que decidían las noticias, las películas, las series, todo. Los socialistas, seguramente, crearán comités competentes que decidan al respecto. Y sobre todo, de composición pluralista. Así lo han prometido y no tienen alternativa, por algo son un gobierno socialista. Y por último, si no lo hacen, iremos todos a hablar con ellos o a tomarlos por la corbata para exigir que cumplan lo que votamos. ¿Qué retardó el triunfo de la izquierda en Francia? El quiebre de la unidad. Había una voluntad enorme' de unidad que yo conocí y viví en la base en los últimos diez años. La había. Sin embargo, por circunstancias que no es del caso explicar ahora, llegó un momento en que el Partido Comunista —o al menos yo lo creo así— rompió esa unidad. Tal vez me equivoco, pero lo digo porque estoy convencido de que así fue. Pero la voluntad persistía en la base y la prueba es que ahora, de tres comunistas franceses, uno votó por Mitterrand, es decir, por los socialistas. Porque entendieron que la unidad es la base del triunfo. Y esa unidad habrá que mantenerla para consolidar el triunfo. El cine por vocación Su cine es político. Así lo recibe el público y así es. ¿Qué fue primero, el cineasta o el individuo con una posición definida? No creo que haya una separación entre ambas cosas. Se puede ser ingeniero y ser político. No creo.. . — ¿Entonces no fue una opción, una forma de decir cosas, de expresarse políticamente? No. Siendo joven jamás creí que pudiera llegar a hacer cine en Grecia ni en Francia, donde éste era hecho por la clase alta burguesa, por gente con dinero. No pensé que pudiera hacerlo. Pero sí estaba interesado en el aspecto político de las cosas. ¿Cómo 4 —Pero usted les da una base o un punto de partida. ¿No es así? no? Desde que los nazis entraron en Grecia y dejaron la secuela que todos conocemos, que por cierto no excluyó a mi familia, yo tenía que ser un individuo político, como todo el mundo. Lo que pasa es que sin ser un fanático de la política, todos participamos en ella, porque todo es político, incluyendo las actitudes. Sí, creo que esa es la definición correcta: un punto de partida. Porque yo no creo que tenga la verdad de las cosas o la solución final acerca de qué hacer o qué pensar. Trato de hacer el cine lo mejor que puedo, pero lo hago con muchas dudas, no estoy completamente seguro, porque formo parte de esa generación que se expresó muy fuertemente en el año 68, con muchas esperanzas, y con el tiempo se vio que eran muchos los que tenían la verdad "definitiva" y el resultado no fue tan claro ni tan simple. Esas son mis dudas: ¿puedo plantear verdades definitivas? ¿Las hay? ¿Fue "vocacional"? Sí, sí. Fue vocacional. Aunque estudié otras cosas, finalmente hice cine porque eso era en el fondo lo que siempre quise hacer. Lo hice cuando pude hacerlo, esa es la diferencia. Creo que habría hecho cine de todas maneras. Pero no "otro" cine.. . Sin embargo, cada "verdad" que usted entrega en sus películas, ¿es en ese momento `su" verdad? No. Tendría que haber sido "otra" persona. ¿Podría caracterizar su cine? No. No puedo. Ustedes, los periodistas, deben hacerlo, y los que van a ver mis películas. ¿Cómo se llaman? — ¡ Ah, sí, claro! Todo lo que digo en una película es algo de lo que estoy profundamente convencido. —¿Adónde apunta con esa verdad? Espectadores. A la cabeza de la gente, principalmente. Concretamente en el caso de "Missing", ¿quiere llegar a la cabeza del público? Usted la ha definido como "una historia de alegría, de desesperación, de esperanza y, por sobre todo, una historia de amor". Sí, espectadores. Ellos, ustedes, deben hacerlo. Porque además no hago un solo cine. Hay distintas características en mis películas por posiciones que se desplazan o se ajustan. . . Yo no quiero para nada ser mi propio analista o crítico. Definitivamente, con "Missing" quiero llegar al corazón de la gente. Por ejemplo, en Estados Unidos abunda un público al cual no le funciona siempre la cabeza porque el sistema mismo se encarga de que así sea. Y ya que esta es una historia a partir de un libro que los americanos me enviaron, trataré de llegarles al corazón, que no es un mal punto de partida. Además, la historia así lo exige. Dadas las condiciones de "mercado", podríamos decir que el cine de Costa Gavras se hace conocido desde "Z" y "Estado de Sitio", y a partir de eso el público identifica sus películas con un contenido definido, con una continuidad en el terreno temático, a pesar de los desplazamientos o ajustes a que usted alude. ¿Qué espera usted del público cuando hace una película? —Solamente que vaya a verla. Lo que resulte de ello depende del espectador mismo. Hay una expresión francesa que dice que el cine es como un albergue español en el que cada quien come lo que lleva. . . Si alguien no lleva nada, no come nada. La verdad, siempre útil ¿Cree que su cine es políticamente útil? —No estoy seguro. Yo me siento parte del Tercer Mundo. Haber nacido donde nací, haber despegado a partir de todos los problemas y todas las dificultades que mi realidad me impuso, me permite, ahora que tengo las condiciones para hacerlo, expresar a mi clase, a mis raíces, a la gente que conozco bien. Porque los chilenos que conocí en Santiago o en Concepción filmando "Estado de Sitio", o en el exilio, me parecieron muy similares a los griegos de esa Grecia que yo viví y además tenemos problemas comunes. Cuando los consejeros de Estados Unidos llegaron a Chile yo conocía la experiencia. Y ya que Pero usted pone algo en lo que "dice" con sus filmes. . . Sí, pero eso no tiene necesariamente una relación directa con lo que la gente recibe. Ven lo que quieren ver. El cine es eso. Una palabra que puede no recibir respuesta. —¿Cuál sería para usted la respuesta ideal? La de la cabeza. La gente debe elegir por sí misma, no debe uno elegir por ellos. Una película debería ser como una elección política, a partir de ciertas bases.. . EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE Pinochet: "Cada país tiene libertad para elegir a sus gobernantes y darse el gobierno que quiere, porque cada país escoge un destino y lo mejor que le conviene." Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981. 5 Lo i mportante es que se produzca una reacción. tengo la suerte de hablar, lo hago en esa dirección. Si pudiera haber una explicación de mi cine- creo que sería básicamente esa. Además, creo que decir la verdad siempre será útil. —¿No le preocupa que su cine pueda ser tragado por el comunismo como una mercancía más? ¿No se convierte un poco en la camiseta con la imagen del Che Guevara que venden las tiendas de Estados Unidos? —¿Ha podido comprobar los efectos de su trabajo en el público? —¿Cómo recibieron "Z" en Grecia? —Hay una contradicción fundamental en todo esto. Todo se convierte en mercancía. Lo ideal sería que el cine fuera gratis, que no hubiera que pagar la entrada para ver una película. Porque el cine, por ser una expresión cultural, debería ser popular. Pero no lo es. Se trata de hacer cosas que atraigan al público a través de mecanismos conocidos: darles placer, hacerlos identificarse con imágenes que les gustan. Lo que no responde a ese esquema, no es "comercial". Yo mismo jamás pensé que "Z" pudiera ser comercial y de hecho así lo pensaron todos. La prueba está en que pasé dos años tratando de reunir el dinero para hacerla. Pero la película resultó si no comercial, al menos económicamente exitosa, además del éxito de crítica y de público. De lo que se trata es de no caer en la trampa del consumismo, no supeditar el contenido al éxito comercial. Hay que verlo dialécticamente. Porque, queramos o no, todo cuanto se produce en el sistema comercial se mide por el parámetro de la rentabilidad. El mejor libro será siempre en la sociedad capitalista el que más se vende, aunque debiera ser al revés. Y eso es así porque hay un pequeño grupo que decide por sí mismo qué es "lo bueno" para el público. No hay realmente un juicio de contenido. —Puedo responderle según mi experiencia personal. La vi en Santiago y en un cine de un barrio, digamos, de clase alta.. . —Tienes razón. Hay juicio de contenido, aplicado a la inversa, porque todo el cine que nos imponen es político. Y eso nos afecta en varias direcciones. Nos imponen una imagen política del mundo, pero falseada. —No. Requeriría de un estudio enorme. Claro que hablando contigo, por ejemplo, o leyendo los periódicos, o en las universidades, me entero un poco del efecto que mis filmes producen. Creo que el saldo es más positivo que negativo. —O lo hay, sólo que lo aplican a la inversa. —No lo sé, desgraciadamente. ¿Cómo la recibieron en Chile? —Insisto en mi pregunta ¿no es el cine comprometido un poco como la sección "Cartas del público" de un periódico? ¿No se convierte en la voz aislada que fortalece al sistema al permitirle la farsa del "pluralismo"? En un barrio "momio". Esa palabra ha significado todo un aporte de los chilenos al léxico político. Yo la uso mucho. . . Continúa. —Bueno, en un cine de un barrio "momio". Al terminar la película la emoción podía palparse. Primero fue el silencio, luego alguien gritó ¡Viva la Revolución! Y finalmente la gente aplaudió. —En cierta medida, sí. Pero sería aún peor no hacerlo. Lo importante es estar consciente de ello. Porque finalmente, los que hacemos este tipo de cine lo hacemos tomando nuestros propios riesgos y eso lo convierte de todas maneras en la expresión de las fuerzas de oposición, entonces ya no es aislada. El sistema tiene que permitir este cine porque si no su juego se desarma. Claro que están también los regímenes totalitarios que no lo permiten del todo. Eso prueba que de algún modo el cine "rebelde" es efectivo. Pero hay que tomar en cuenta que en las pseudo democracias a las que me refería, la existencia del cine comprometido o rebelde sirve de algún modo a su subsistencia pero sirve además para que la oposición se exprese y crezca en número y quizás en calidad y finalmente este tipo de proceso es el que per- —Entonces hubo respuesta. Eso prueba que en cada conglomerado hay algo de bueno y de malo. No hay masas homogéneas. Ese es el gran problema y por eso hay que tocar a cada grupo de una manera especial. Yo tengo otra experiencia ilustrativa al respecto. El alcalde de Nueva York me relató que preparó una proyección privada de "Z" para los altos mandos de la policía neoyorquina. Me ha dicho que al final de la proyección había un silencio total y que muchos de los invitados prefirieron irse sin siquiera decir hasta luego. Y esa es otra respuesta, distinta. La respuesta depende del público y del momento. Yo he escuchado gente salir diciendo " ¡Comunistas, hijos de puta, cómo pueden hacer este tipo de películas!" 6 mite un cambio como el de Chile antes y de Francia hoy. Gracias al trabajo de miles de personas que utilizaron estas pequeñas libertades (escritores, periodistas, cineastas) esos cambios fueron posibles. Entonces, no hay una contradicción nuestra en el hecho de que hagamos algo dentro del juego burgués; es más bien una contradicción del sistema, es su propia debilidad la que lo obliga a aceptarnos. útil. ¿Cree que el cine latinoamericano, en las pocas expresiones que ha tenido, ha logrado expresar el mensaje adecuado? —Cada vez que el cine latinoamericano ha tenido la posibilidad de expresarse lo ha hecho bien, hasta el punto de llegar a convertirse en uno de los más importantes del Tercer Mundo. El chileno, el brasileño, un poco el boliviano e incluso el mexicano de hace algunos años, han sido importantes. Claro que es difícil porque el cine, como la literatura, como toda creación, necesita de una tradición para evolucionar. Pero sucede que en América Latina en cuanto el cine empieza, debe parar, como sucedió en muchos casos. Y esto es lógico: el cine de contenido comienza como la expresión de un movimiento social en ciernes o en pleno avance, pero presente. Y sobrevienen las dictaduras para detener, precisamente, ese proceso de evolución social. En el caso de Chile, el cine ha tenido una continuidad gracias a la labor de Littin en el exilio, lo cual no hace más que comprobar lo anterior. El peligro del monólogo - Y no existe el peligro de que, en este marco de referencia, dadas las condiciones de consumismo y de propaganda ideológica, el cine de izquierda se convierta finalmente en un diálogo entre convencidos y por lo mismo en un monólogo? —¡Ah! ¡Qué bueno que lo preguntes! Ese sí es un real peligro. Porque un cine monologante se transforma en un cine elitista. Por eso yo insisto fervientemente en que el cine político, comprometido o como quieras llamarle, debe ser lo más popular posible, para que los no convencidos sientan que hay otro camino y piensen. Pero nosotros también lo necesitamos, a nivel de diálogo enriquecedor. Lo importante es que no se estanque, que no se detenga. —¿Cómo puede hacerse popular? —No hay fórmulas para eso, ni recetas. —Pero puede intentarse? ¿Y el cine cubano? —Ese es uno de los logros más palpables de la Revolución. Es un ejemplo casi único en América Latina porque allí el Estado decidió —y con razón— que el cine es un medio cultural indispensable que se debe impulsar, y lo ha hecho. Cuando existe una voluntad de Estado, puede hacerse una cultura nueva, Cuba es la prueba y los resultados han sido magníficos. —¿Cómo? Conviene estudiar lo que ve el gran público y por qué lo ve. Aún cuando el cine comercial es impuesto, el público elige una u otra película y unas tienen más éxito que otras. Hay que averiguar por qué. Conviene saber qué tiene de atractivo ese espectáculo y tomar su forma, a grandes rasgos, pero con otro contenido porque, como dije antes, los cambios deben ser biológicos. Un cambio violento en el cine sería también, a la larga, un diálogo elitista, excluyente de las masas, yo diría, incluso, clasista, propio de una clase cultural cada vez más fuerte, más alejada y más cerrada hasta llegar al colmo de convertirse en una aristocracia cultural. ¡Eso sería nefasto! -¿No le sucede eso a la izquierda, en la práctica po- — ¿Sucederá lo mismo en Francia? Estoy convencido de que sí . Hay voluntad en el Estado y hay voluntad en el pueblo. Voluntad de cambio, de cosas distintas. Pero, por sobre todo, hay unidad y eso es lo fundamental. Porque siempre que el enemigo sea uno, debemos ser uno para enfrentarlo. Si nos dividimos, nos aflojamos y se fortalecen ellos, a costa nuestra. Todo esfuerzo que se haga por deponer, por olvidar o por modificar nuestras diferencias ideológicas, es positivo y absolutamente indispensable. Porque hay prioridades y la número uno es la de sacudirse la presencia prepotente de los Estados Unidos como tutor, como pater familia y también de la burguesía que colabora con ellos, nutriéndose de nuestras propias debilidades. Esa es la prioridad principal. Después veremos otras urgencias. Pero las soluciones de todos los problemas sociales pasan por la unidad. Yo sigo creyendo que el pueblo unido jamás será vencido. Esa frase es, más que una consigna, una de las grandes enseñanzas de la filosofía popular que siempre encuentra las definiciones simplificadas, esenciales. En Francia lo supimos y por eso triunfó Mitterrand, triunfó el socialismo, triunfó la unidad. El pueblo no quiere ya las sutilezas dialécticas de las ideologías, sino el cambio. El pueblo francés quiere la esperanza. lítica misma? —Le sucede, siempre. No se le puede decir a la gente que todo está absolutamente mal, porque es romperle de golpe sus valores, es decirle que es ella la que está mal. Por otra parte, un nacionalismo permanente y en todo orden de cosas sería negativo. Si les quieres cambiar la vida de golpe, les quiebras la vida y nadie soporta esa prueba. No ahora. Hay que crear una sociedad de transición que prepare el cambio. Este vendrá en diez o en cien años, no lo sé, pero tendrá que venir porque este tipo de sistema social no da para mucho, pero hay que preparar a la sociedad moral y éticamente para el cambio. Así se logrará que lo haga como resultado en lugar de que lo haga por decreto. Y en ese terreno el cine también será Ahora la tiene. 7 El triunfo de Mitterrand: En el camino de Jaures y Moulin Belarmino Elgueta La visita de Francois Mitterrand al Panteón de París, el día en que asumió la Presidencia de la República, para honrar la memoria de Jean Jaurés (18591914), uno de los fundadores del Partido Socialista, y de Jean Moulin (1899-1943) uno de los dirigentes de la resistencia contra la ocupación alemana, sugiere ciertas reflexiones en torno al desarrollo político de Francia. Convenientes, sin duda, para entender cabalmente el sentido del gesto. Mártires ambos de la lucha incesante del pueblo galo por recuperar a la nación del utilitarismo burgués y fundirla en el crisol de la revolución, constituyen símbolos transparentes de la Francia contemporánea. Cien años de lucha Tales reflexiones son tanto más perti- nentes si se considera que Mitterrand conquista su victoria al cabo de cien años de gestación de su partido en el combate sin tregua del movimiento popular. Este tiempo —siempre relativo en la historia— no es poco si tenemos en cuenta las generaciones que entregaron su esfuerzo y aún su vida en dicha empresa colectiva. Pero tampoco es mucho si recordarnos que los grandes procesos revolucionarios se miden por épocas enteras, en las cuales es posible distinguir ciertos momentos cruciales. En esta lógica histórica se inspira la invocación del nuevo presidente francés. Quizás no haya otro país con una trayectoria tan prolongada en la formación de la conciencia socialista. Esta realidad pesó, en su tiempo, en el desarrollo del propio Marx, toda vez que constituye un lugar común repe- tir que las fuentes de su pensamiento fueron la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Por lo mismo, el célebre y siempre actual Manifiesto comunista de 1848 recoge como motivo de reflexión tanto las vivas luchas sociales como las variadas corrientes de ese socialismo francés. Marx abandona la Alemania absolutista para trasladarse a París, donde permanecerá de 1843 a 1845, encontrándose con el asombroso espectáculo colectivo de un pueblo sacudido por la agitación política en torno a múltiples y diferentes proyectos socialistas. Derrumbada la restauración monárquica por la revolución de 1830, París se convierte en forja de una concepción revolucionaria a través de la fusión de las ideas materialistas de La Metrie, Helvecio y D'Holbach con los maravi- EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE Jorge Ovalle, abogado : ". . .tres lecciones. A saber: a) La expedición de una Constitución con el objetivo de dotar de amplios poderes a una persona, ya determinada en el momento de elaborarla, es un acto seriamente peligroso. En efecto, la Constitución francesa fue preparada para De Gaulle. Retirado éste, sirvió para Pompidou y Giscard. La banca, el comercio y 1as grandes compañías estaban satisfechas con esta Constitución y con sus mandatarios. Nosotros, aquí en Chile, también lo estábamos. Pero ahora ha triunfado Mitterrand y caemos en cuenta que la Constitución le otorga demasiados poderes al Presidente de la República (. . .) b) El plazo de siete años es demasiado largo. En este tiempo, indudablemente, quien ejerce el poder tiende a perpetuarse en él, y a sentirse, un poco, el amo de su nación(...) c)Mitterrand tiene en su programa una lista de nacionalizaciones que los chilenos, en general, no aprobamos. Ahora, los contrarios de Mitterrand confían en la acciónn parlamentaria (. . .) Siempre ocurre así. Los partidarios de la dictadura o simplemente autoritarios en exceso, destruyen o tratan de destruir las instituciones democ ráticas, para ejercer el poder sin contrapesos ni limitaciones. Y rechazan, por lo mismo, de un modo enfático a los partidos políticos y al parlamento. Pero en momentos de crisis recuerdan que este último, es un factor esencial de la democracia y un elemento de moderación política". Qué pasa núm. 528, Santiago de Chile, 20 al 27 de mayo de 1981. liosos sueños de Buchez, Cabet, Fourier y Proudhon. Pero también, más allá de estos sueños, Blanqui conspira para destruir el Estado y Flora Tristán convoca a constituir la Unión Obrera Internacional. Como alguien ha dicho, no ser socialista en ese ambiente de efervescencia ideológica significaba no tener corazón. Siempre preocupado del socialismo francés, Marx le retornó lo que había recibido de él, pero con una mayor elaboración científica. Poco antes de su muerte, se reúne en Londres en 1880 con Paul Lafargue, su yerno, y Jules Guesde para redactar el programa del partido francés, el que fue aprobado en el congreso de L'Havre. Más tarde, curiosamente, un nieto de Marx —Jean Longuet— tendrá una destacada participación en las luchas del partido y el desarrollo del socialismo francés, en medio de desgarradoras crisis. Este intento de organización dura poco, en efecto, como quiera que en 1882 se escinde en el congreso de Saint-Etienne, como resultado de una apasionada controversia entre colectivistas y oportunistas. No obstante, el proceso de configuración de un partido socialista continúa, pasando por el nuevo proyecto de 1898 de los llamados socialistas independientes, para culminar con la fundación por Jaurés, en 1905, del Partido Socialista Unitario, el que pasó a denominarse en seguida Section Française de l'Internationale Auvriére (SFIO ). Se inaugura así una de las etapas más relevantes del socialismo francés. A la medida del hombre Desde entonces, la presencia de Jaurés en el partido es decisiva hasta su muerte prematura en 1914, imprimiéndole el sello de sus ideas. La primera orientación central de pensamiento de Jaurés es el humanismo socialista. En el marco de la continuidad de la cultura, concebía la revolución socialista como un proceso que habría de completar a la revolución francesa de 1789. La prueba de su devoción por esta línea de desarrollo se encuentra en su proyecto monumental de L 'historie socialiste de la Republique Française , del cual él mismo escribió la parte relativa a la gran revolución. En esta hermosa obra, que constituye un avance significativo en la renovación historiográfica, reivindica el papel del proletariado en ese proceso. Intérprete cabal de la cultura y la tradición revolucionaria del pueblo francés, concedía una significación positiva a las reformas socioeconómicas, sin subordinar el movimiento obrero a ellas. En este sentido, reconocía ser un moderado en política, pero no aceptaba quedar detrás de las aspiraciones y los avances de los trabajadores, sino más bien marchar al unísono con la maduración de la conciencia social de las masas. De acuerdo a esa concepción de la continuidad cultural de los franceses, armonizó el carácter nacional del socialismo y el sentimiento de patria con el internacionalismo obrero. Maestro por antonomasia, hizo de la acción política un apostolado educativo, con la colaboración de una pléyade de otros pensadores y literatos, desde las páginas de L'Humanité, diario que él mismo fundara y tanto influyera en la formación de la conciencia socialista del pueblo francés y que en 1920 pasó a manos de los comunistas a raíz de la división en el congreso de Tours. Defensa nacional e internacionalismo Derivada de su pensamiento humanista, Jaurés planteó antes de la. primera Guerra Mundial una novedosa concepción sobre la defensa nacional, en su obra L'armée nouvelle publicada en 1910, tendiente a sustituir el ejército permanente por el pueblo en armas. Este nuevo ejército de ciudadanos permitiría entrenar en el uso de las armas a todo el pueblo por períodos que no lo desvincularan de sus actividades productoras y de su medio social. Tal concepción se orientaba, por una parte, a impedir que el ejército nacional fuera utilizado para reprimir a los trabajadores y, de la otra, a asegur su empleo sólo en defensa de la nación en caso de agresión externa y nunca en guerras agresivas o coloniales. Ella tuvo profundas proyecciones internacionales; toda vez que para tener eficacia se requería su aceptación, no sólo en Francia, sino también en otras naciones, particularmente en Alemania. En el fondo de esta propuesta subyacía una gran discusión, el antiimperialismo, que a su vez llevaba a otra: la lucha contra el militarismo y la guerra. El Partido Socialista promovió esta política en el movimiento obrero, creando una conciencia pacifista, con9 El lugar de Hortensia Bussi de Allende ". . . el jueves 21 de mayo, a la una de la tarde, la mayoría de los invitados latinoamericanos estábamos en el comedor del Palacio del Eliseo, respirando el aire enrarecido de los gobelinos grandilocuentes, pero con un menú inspirado en la inventiva sobria y original de la nueva cocina francesa, como si fuera una señal de un estilo distinto de gobierno. Había unos doscientos comensales, pero los treinta invitados extranjeros del Presidente de la República ocupábamos las dos mesas centrales. Una presidida por el propio Presidente, y la otra presidida por su esposa, Danielle. A la derecha del Presidente, no por disposición del protocolo, sino por voluntad del nuevo dueño de casa, se sentó doña Hortensia Bussi de Allende. No se necesita demasiada perspicacia para darse cuenta de que aquella deferencia tan especial tenía una significación política muy importante para los invitados latinoamericanos. Poco después, cuando tomábamos el café en los jardines nublados, el Presidente se acercó a los distintos grupos para despedirse. Le dije: 'Los latinoamericanos tenemos por primera vez la impresión de tener en Francia un Presidente nuestro.' Mitterrand sonrió. Sí, —dijo— ¿pero cuáles latinoamericanos?" Gabriel García Márquez, Proceso núm. 238, México DF, 25 de mayo de 1981. traria a la conflagración que se vislumbraba en 1912, cuando el gobierno de Francia propuso la ampliación del período de servicio militar de dos a tres años, la que fue aprobada por ley. El congreso socialista de Brest, celebrado en 1913, replanteó su demanda de un ejército o milicia nacional y el entendimiento con Alemania para evitar la guerra. En este espíritu, se intercambiaron visitas de delegaciones entre los partidos hermanos de Francia y Alemania que participaron en grandes actos de masas por la paz en ambos países. Era ésta también la posición de la Internacional, según la resolución adoptada en el Congreso de Stuttgart. Su principal preocupación fue, en esos años decisivos, no tanto la lucha por el socialismo como la lucha por impedir la guerra. No obstante, en una situación tan compleja como esa, las diferencias en su seno eran considerables. Por lo mismo, la resolución general adoptada en el congreso mencionado no proporcionó directivas concretas y eficaces para enfrentar la conflagración cuando llegó la hora. Crimen contra la paz Las expectativas habrían sido distintas si en 1914 hubiera existido una preparación real para la lucha revolucionaria . En ninguna parte, excepto en Rusia, los partidos de la Internacional se habían preparado para una resolución histórica como esa. Los gobiernos burgueses confiaban más bien en que no encontrarían dificultades serias a la movilización bélica. Jaurés es asesinado, en estas circunstancias, en agosto le 1914, por un fanático de derecha —Raoul Vilain—, cuyo brazo fue armalo por L'Action Française y, por ello, absuelto en 1919. Sin embargo, por una ironía del destino, los republicanos españoles lo ejecutaron en 1936 en la ;ciudad de Ibiza, donde residía. El asesinato de Jaurés precede así a a primera Guerra Mundial y ésta determina la extinción de la Segunda Internacional . Pero el pensamiento de Jaurés no muere. La lucha contra la guerra renacerá en la conferencia de 10 Zimmerwald, celebrada en septiembre de 1915, en la cual estuvo presente una delegación del Partido Socialista Francés. Esta conferencia desplegó, en efecto, la bandera antibelicista, responsabilizando por igual a los gobiernos beligerantes y exigiendo una paz "sin anexiones ni indemnizaciones" y el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos. No obstante, fue en la conferencia de Kienthal, realizada el año siguiente, donde se vinculó la lucha contra la guerra con la lucha por la revolución. En ambas se lizo sentir la presencia de Lenin. En la posguerra, el pensamiento de Jaurés se proyectó con caracteres vigorosos en una Francia extenuada por a guerra, tras una victoria obtenida al necio de la más grande desilusión deivada de la hecatombe humana. Cono todo lo que emana de la tradición evolucionaria francesa, aquellas dos .constantes de la ideología del gran hunanista son asimiladas por otros pueblos en su lucha actual por el socialisno: la defensa del hombre por sobre todas las cosas y la transformación de los ejércitos al servicio de las clases dominantes en ejércitos al servicio de todo el pueblo. Héroe de la resistencia Si Jaurés representó el repudio a la primera Guerra Mundial, el destino le reservó a Moulin el papel de héroe de la resistencia en la segunda Guerra Mundial. Durante el gobierno del Frente Popular adquirió una valiosa experiencia política, así como pudo percibir el peligro mortal del conflicto armado que se cernía sobre Europa y la debilidad de Francia. Esta misma conciencia lo llevaría a asumir más tarde una crucial decisión en el momento más crítico para el destino de su país. La guerra lo sorprende siendo Prefecto del Departamento d'Eure et Loir, en cuyas tareas destacaron sus excepcionales condiciones de organizador en el momento mismo de la caída de Francia. Esta fue una vivencia dramática que él relató en su libro Premier combat, en cuyas anotaciones registradas el 15 de julio de 1940 se refiere al éxodo de más de un millón de seres humanos hacia el sur ante el avance arrollador del ejército alemán, con los horrores del hambre y de los bombardeos. Destituido de su cargo el 2 de noviembre de 1940, por el gobierno títere de Vichy, toma contacto de inmediato con los primeros movimientos de resistencia. Poco después preparó un informe sobre las actividades, los planes y necesidades de la lucha por la liberación dirigido al general Charles De Gaulle. Reclamaba apoyo logístico del exterior. En octubre de 1941 viaja clandestinamente a Londres, donde se reúne varias veces con De Gaulle, quien lo designó representante en la zona sur de Francia. La noche del 1° de enero de 1942 es lanzado en paracaídas en territorio de su patria. Cuando regresó, la resistencia era todavía sólo un derroche de valor. Una prensa clandestina, una fuente de informaciones, una conspiración en marcha y unas tropas que pugnaban por constituirse. En suma: la resistencia daba sus primeros pasos. La tarea de organizar Moulin se entregó, pues, a la tarea de organizar esta resistencia. Para eso, se valió de la orden del general De Gaulle llevada en un microfilm: "Moulin tiene por misión realizar, en la zona no directamente ocupada de la metrópoli, la unidad de acción de todos los elementos que resisten al enemigo y a sus colaboradores." Esta orden respondía al principio de la unidad de la nación por encima de los partidismos cuando ella estaba en peligro de muerte, proclamaba el deseo de supervivencia de Francia. Así lo entendió Moulin cuando se convirtió en jefe del Comité Directivo de los Movimientos Unidos de Resistencia en enero de 1943. En febrero de ese mismo año parte de nuevo a Londres, acompañado del general Delestraint, jefe del ejército secreto y Jacques Delsace, donde recibió como misión crear un Consejo Nacional de la Resistencia, que asegurara la representación de los grupos armados, de las formaciones políticas y de los sindicatos en pie de lucha. Esta es una necesidad ante una resistencia que crecía, incrementada cada día por los franceses que eludían el trabajo obligatorio para alimentar a la industria alemana incorporándose a los maquis. El general De Gaulle expresará su admiración por el héroe de la resistencia en sus memorias. André Malraux recordó esos días decisivos en el discurso pronunciado durante el traslado de los restos de Moulin al Panteón de París: "Es el tiempo —dice— en que en la oscuridad de la noche interrogamos los excrementos de los perros en el campo; el tiempo en que los paracaídas multicolores cargados de armas y cigarrillos caen desde el cielo en los claros iluminados de los bosques; el tiempo de las mazmorras y de los gritos desesperados que lanzan los torturados con voces infantiles. . . La gran lucha de las tinieblas ha comenzado." Francia ya sabe por qué luchar. América en el Eliseo "- ¿Qué sintió al participar en los festejos de los triunfadores? —Apenas llegué me metí en las calles de inmediato a mezclarme con la gente. Había una euforia popular tan impresionante. Fue un encuentro inolvidable. Caía la lluvia y no importaba nada. En todas partes había jóvenes y viejos gritando y riendo. Hay que destacar que no hubo ningún disturbio. Me incorporé absolutamente a esa alegría y ese entusiasmo de la gente. —Luego hubo un almuerzo con Mitterrand. .. —Lo que más me impresionó fue ver entonces a Chile representado en una forma tan relevante. A la derecha de Mitterrand estaba Tencha de Allende. Me sentí muy honrada, porque de América fuimos sólo cinco personas más: Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Miguel Otero Silva, Julio Cortázar y yo. Al invitarme a mí, invitaban a Pablo. Fue muy emocionante porque siempre había estado en París con Pablo. Todos eran caras conocidas." Matilde Urrutia, viuda de Pablo Neruda, a su regreso a Chile, tras viajar a París invitada por el gobierno francés para asistir a la asunción de la Presidencia por Francois Mitterrand. Hoy núm. 203, Santigo de Chile, 10 al 16 de junio de 1981. Sentido de grandeza En la reunión constitutiva del Consejo Nacional de Resistencia celebrada el 27 de mayo de 1943, Moulin recuerda los objetivos de la Francia Libre: "Ha cer la guerra, devolver la palabra al pueblo, francés, restablecer las liberta des republicanas en un Estado en que la justicia social estará presente y que tendrá el sentido de la grandeza, trabajar con los aliados en el estableci- 11 miento de la cooperación internacional verdadera en el plano económico y social en un mundo en el que Francia recuperará su prestigio." A esta tarea se dedicará sin descanso, consciente que la resistencia por sí sola no liberará a su patria, pero que será de insospechada importancia en la hora del desembarco aliado. Poco antes de su muerte, Moulin señaló en lo que fue su último informe las contradicciones y exaltaciones en los grupos resistentes. Muchas de las iniciativas, no obstante su devoción patriótica y revolucionaria, estaban alejadas del realismo que exigían las circunstancias. Los maquis y los gérmenes de bastiones armados en las fábricas pugnaban por anticipar acciones al margen del plan conjunto de operaciones. Pero ahí estaba Moulin para imponer la razón. Arrestado en la casa del doctor Dugoujon en Calluire por la Gestapo, fue trasladado en automóvil hasta París, desde donde se le envió por ferrocarril a Berlín, muriendo en la estación principal de Metz el 8 de julio de 1943 como resultado de las torturas brutales a que fue sometido. El último testigo francés que lo vió con vida expresó, al regreso de su deportación, que "sólo sus ojos vivían aún". Su hermana Laura resume el trágico y heroico destino de Moulin: "Cumplido su papel, comienza su calvario. Vejado, salvajemente golpeado, la cabeza ensangrentada, los órganos reventados, alcanza los límites del sufrimiento humano, sin traicionar un solo secreto, él que lo sabía todo." Apertura socialista Mitterrand recoge así el legado de ambos héroes franceses en una especie de carrera de postas que se prolonga durante un siglo. De Jaurés, toma la bandera de un socialismo a la medida del hombre, que él refunda en Epinay en 1971, y de Moulin la bandera de la voluntad nacional de sobrevivir. ¡Qué inmensa responsabilidad! La victoria de Mitterrand ha sido, pues, condicionada socialmente y preparada políticamente por las luchas de muchas décadas del pueblo francés. Es necesario recordar a los escépticos que todos los procesos revolucionarios han sido precedidos de la germinación de las ideas, así como de la experiencia de muchos partidos que fueron creando el clima político para su triunfo. En estos cien años de actividad revolucionaria, destacan los momentos álgidos mencionados. No son los únicos, pero revisten una excepcional significación por corresponder a períodos de profunda crisis de Francia. Consciente de este proceso de continuidad, Mitterrand pudo decir, por eso, el 21 de mayo de 1981, en su primer discurso como Presidente de la República: "En este día en que tomo posesión del más alto cargo, pienso en esos millones y millones de mujeres y de hombres que en la paz y en la guerra, por el trabajo y por la sangre, han modelado la historia de Francia, accediendo solamente a causa de breves y gloriosas fracturas de nuestra sociedad." Después de señalar, como hitos de esa historia, los primeros pasos del socialismo francés en este siglo, el Frente Popular y la liberación de la ocupación alemana, formuló el gran desafío de hoy: "una nueva alianza del socialismo y la libertad". Reto y esperanza Mitterrand proyectó además esta política al mundo actual, enfrentado a una crisis mortal. "Mañana —afirmó— si miramos por encima de nuestras fronteras, cómo no calibrar el peso de las rivalidades de intereses y los riesgos que amenazan a la paz esos múltiples enfrentamientos", para concluir afirmando: "No habrá una verdadera comunidad internacional mientras las dos terceras partes del mundo sigan cambiando hombres y bienes contra el hambre y el desprecio. Una Francia justa y solidaria aspira a vivir en paz con todos, para iluminar la marcha de la humanidad." Eso es, precisamente, lo que los socialistas esperamos de Francia. Contrariando a Hegel, en cuanto afirmara que "la historia mundial se desplaza de Oriente a Occidente", la revolución socialista —como detonante de la apertura de una nueva época— invierte esta orientación a partir de la revolución rusa de 1917. No obstante, no hay razones para pensar que ahora la nueva corriente de transformaciones sociales que pasa por Francia no atraviese también a otras naciones de Europa, de acuerdo a la maduración de su conciencia social y a sus propias tradiciones de lucha, en un devenir incesante que oscila, en realidad, de uno a otro de los puntos cardinales. Es un reto de la historia cuyo principio de respuesta se da con Mitterrand como una esperanza. EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE Gastón Acuña, vocero de los "duros": "el desarrollo y la prosperidad no son por sí mismos suficientes para garantizar una supuesta 'inmunidad' contra el socialismo". Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981. EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE Federico Willoughby, ex secretario de prensa de la Junta: "En cuanto el efecto con respecto a Chile, me parece ilustrativa la falta de un movimiento político que diera en Francia continuidad a la obra del presidente De Gaulle y también el efecto que produjo en la opinión pública la tardanza en sancionar oportuna y ejemplarmente los abusos económicos o las especulaciones que se hicieron a la sombra del prestigio de un régimen político." Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981. 12 Alain Joxe: Francia, "una cierta civilización de izquierda" Entrevista por Jorge Bernetti* y Pío García Alain Joxe, francés historiador de formación. Hizo su especialidad en historia antigua estudiando la sublevación de campesinos en Galia entre los siglos III a v. Se incorporó después al Instituto de Estudios de Política Extranjera, que prepara expertos en diplomacia y política exterior. Trabajó en su Centro de Estudios Estratégicos, dirigido por el general Beauffre, el mismo que fue comandante de la ocupación francesa de Suez en 1956. Se formó entonces como experto en la problemática nuclear francesa. Escribió luego Socialismo y crisis nuclear, sobre la crisis de los cohetes en Cuba. En 1966 contribuyó a la creación del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile, en Santiago, en el que trabajó hasta 1970; eran los tiempos de la política de De Gaulle, de "molestar un poco a los Estados Unidos". Realizó durante este lapso su investigación Las FF AA en el sistema político chileno (Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1970). Se reincorporó después a la Escuela Práctica de Altos Estudios en París. Desde entonces ha publicado, entre otras obras: Le Chili sous Allende (Gallimard, 1974); Le rempart social, essai sur l'imperial-militarisme (Galilée, 1979); La violencia et ses causes (UNESCO, 1980). Imparte seminarios en la Escuela Práctica y la Universidad de París sobre teoría militar, orígenes de los Estados contemporáneos y realidad política francesa, en los que participan regularmente militares en servicio activo. Es considerado en la actualidad uno de los principales especialistas en problemas militares y militarismo, concepciones estratégicas y geopolítica. Militante del Partido Socialista Unificado, aliado del Partido Socialista, integra su comisión ejército-defensa. *Argentino, periodista. 13 La convergencia socialista : Un proceso controvertido — ¿Cómo concibe la convergencia entre el MAPU, MAPU 0C e IC en relación a la UP: la fortalece o la debilita? ¿ Y en relación a la convergencia socialista impulsada por los seminarios organizados en Ariccia ( Italia)? En este contexto de convergencia, ¿qué vigencia tiene la Unidad Popular? —El proceso de acercamiento y convergencia entre el MAPU, la Ic y nuestro partido es un factor que contribuye a fortalecer, dinamizar y renovar la Unidad Popular, incluso en los términos en que ese proceso está planteado hoy día. En otra respuesta he desarrollado la ar g umentación sobre este particular. En relación a la llamada convergencia socialista, nosotros no compartimos la tesis de que la izquierda y el movimiento popular chileno pueda ser reducida a dos polos o áreas políticas: la comunista y la socialista, según la cual dado que el "área comunista" tiene un perfil y una política ya definida, la superación de los problemas de dirección de la izquierda y el movimiento revolucionario pasa por la articulación del "área socialista" en un solo y gran partido (que incluiría a todas las fuerzas del socialismo histórico, la el MAPU, el MAPU OC y eventualmente el PR o algún sector de él). El tema da para largo y no se puede agotar aquí. En todo caso es relevante y nos interesa participar en su discusión. Pero, en síntesis, me parece que esa visión reduce arbitrariamente tanto la realidad histórica de la izquierda chilena como su problemática actual. Ya desde mediados de los 60, la ampliación de la lucha social y política se manifestó en el terreno de los partidos en la estrechez del FRAP —alianza histórica básica del PC y del PS— para dar expresión suficiente al movimiento popular. El nacimiento de la UP respondió a esta realidad. Hoy día la amplitud potencial del antifascismo y de las masas que en la lucha por la democracia vayan asumiendo una opción socialista, me parece difícil que pueda ser expresada, en el terreno político, a través de una formulación que se parece mucho al FRAP de los finales de los años 50. De otra parte, en la problemática actual de la izquierda, lo que primariamente está en crisis es la existencia de un poderoso movimiento obrero y popular sin un proyecto histórico nítido y suficiente y aún la capacidad de articular un movimiento social capaz de enfrentar y destruir un régimen como el de Pinochet, más que la dispersión —que también es un hecho real— de sus expresiones políticas. Sobre toda esta cuestión de la convergencia socialista, habría que añadir que nuestros tres partidos, en mayor o menor medida, tienen apreciaciones diferentes, como lo constatamos explícitamente en la reunión de la Habana. En este cuadio, la UP mantiene a mi juicio plena vigencia, en tanto expresión de la unidad política fundamental de la clase obrera y de las fuerzas socialistas del país. Dicha unidad es fundamental. En Chile es además posible. La cuestión es que seamos capaces de superar su crisis actual, lo que supone su profunda renovación programática, estratégica y política. Pienso que en la actual crisis, existen también los elementos que permiten su superación, sin perjuicio de que éste será un proceso complejo, tanto por la magnitud de los desafíos, como por nuestros atrasos en enfrentarlos. (Jaime Gazmuri, secretario general del MAPU OC, entrevista en Chile-América núms. 64-65, Roma, junio-septiembre, 1980). 32 - ¿Cuál es a tu, juicio el significado principal de la reciente elección presidencial en Francia? -La elección francesa es una derrota del personal político de derecha y de su ideología. En cuanto derrota ideológica, tiene repercusión sobre la legitimidad global de la sociedad. De repente, volvemos a una legitimidad humanista, la legitimidad de las luces del siglo XVIII, de la justicia, del progreso. Este es el nuevo lenguaje de Francia; en tanto que antes, con la derecha, había un lenguaje cínico, frío, de cifras, y desesperante, porque todo lo que ocurría era presentado como consecuencia de un fenómeno fatal, ineluctable: la crisis. Esto se da a través de un sistema electoral y por un desplazamiento de votos. Es parte de la historia que acontecimientos pequeños promuevan acontecimientos de mayor importancia. Ahora está todo el mundo diciendo "algo pasó" -– -ES ante este clima de cambio que la derecha augura caos, incompetencia, ineficiencia. . El problema de la continuidad, en Francia, es siempre de carácter administrativo. Hay un cuerpo de gente muy bien formado para asumir o administrar los asuntos públicos. Los socialistas tienen, de antemano, la mitad del cuerpo administrativo. La cuestión de la competencia, entonces, no es de temer. El aparato administrativo del Estado funciona de acuerdo con las líneas que le marca el poder político. Esto es muy específico de Francia. El problema es qué política económica se planteará. Es decir, cómo puede producirse una nueva distribución del ingreso sin provocar una inflación exagerada, si habrá fuga de capitales, cómo reaccionarán el mercado y el sistema internacionales. Pero no será problema el control del aparato estatal. La idea de que la política de Giscard implicaba un grado de desesperación planificada, es una idea que tiene valor absoluto. Lo que estaba planificado para un año más eran tres millones de desocupados en vez de dos millones: era parte del VIII Plan de Desarrollo, estaba previsto. Era una muestra de la forma en que los gobiernos de derecha enfrentan la crisis mundial del capitalismo. Vamos a intentar otro tipo de salida de la crisis. Esta otra manera, la que propone el PS, es la que descartaba la derecha; la salida capitalista de la crisis en Francia llevaba a una situación de tipo fascista: es lo que parece haberse evitado. – Te acabas de referir a una nueva forma de solución de la crisis capitalista. ¿Qué diferencias hay al respecto entre el gobierno de Mitterrand y los gobiernos socialdemócratas existentes en Europa? – El movimiento electoral que acaba de triunfar en Francia no se puede llamar socialdemócrata. El PS francés no es un partido socialdemócrata, en el sentido que no es, entre otras cosas, un partido obrero. Es un movimiento político que no tiene la fuerza ni las debilidades correlativas de las viejas socialdemocracias, que son partidos de las reivindicaciones de la clase obrera frente al capital. El PS no es tal, excepto en el norte de Francia. En comparación con una típica situación socialdemócrata, existe otra diferencia: la presencia importante, desde siempre, de un partido comunista, que no existe ni en Alemania Federal ni en los países nórdicos. Y el hecho que el PS francés logró atraer una parte significativa del electorado comunista. Esto quiere decir que el PS tiene que expresar un cierto tipo de civilización de izquierda, que es el comunismo latente, y esto no reproduce la situación típica de la socialdemocracia. Todo el marco político francés, como el italiano, tiene características que no tienen nada que ver con el de la socialdemocracia nórdica. Si leemos la plataforma del PS francés, vemos que está redactada en términos marxistas, es en el fondo anticapitalista, es antimperialista, es aún antiatlantista. Se marca así un ambiente un tanto específico, singularizado además por el hecho que Francia está fuera de la OTAN; esto como parte de la herencia del gollismo, y está asumido por el PS. – Y con la experiencia de Inglaterra y el Partido Laborista, ¿qué paralelo se puede hacer? – Yo creo que el paralelismo viene de la gestión de la derecha, pues Mrs. Tatcher es hermana de .Giscard, en el sentido que aplica una política económica destructiva, cuya lógica está dada por el capital financiero internacional, que es impugnada localmente en el marco de una tradición socialista 'que en Inglaterra es muy distinta a Francia, pero que se refiere siempre a la justicia social, la redistribución del ingreso, el derecho a cierta seguridad, el pleno empleo, que la angustia no sea parte de la productividad. Esa política de derecha se puede resumir así: reinstaurar la angustia individual de todos los trabajadores como un elemento de la disciplina social y la productividad. El proyecto socialista es que la tranquilidad del trabajador sea parte de la productividad nacional. Es algo profundo, porque abarca la vida cotidiana. En Inglaterra, con una trayectoria distinta, pero con una raíz común. La idea socialista nació en Francia y en Inglaterra en el siglo XIX. En Inglaterra con una forma muy empírica de clase, y en Francia muy política, pero se complementaban entre sí; y con Marx, y su formación alemana, va a adquirir nivel filosófico estatal. Cuando llega una crisis económica grave, ¿qué van a pensar los pueblos? ¿Qué recursos tienen? La idea socialista es una idea vieja, tradicional probablemente lo que es para Irán el chiísmo. pues muy fácil que exista un regreso a la raíz de h moral de los trabajadores, que es la idea del socialis mo. Todo eso los estadunidenses no lo pueden enten- der, pero es algo histórico muy profundo. Por ello, ante la crisis, resurge el laborismo, un regreso a las fuentes. —A propósito de los orígenes del socialismo, está aquella afirmación de que "Francia es el país en que la lucha de clases se ha llevado siempre a cabo hasta sus términos decisivos". ¿Qué papel puede atribuirse al movimiento de masas en las perspectivas que abre el gobierno de Mitterrand? — Eso lo vamos a ver, porque todavía no empezó. El movimiento de masas tiene por ahora una forma electoral. Después que termine todo el proceso electoral, vamos a ver. — ¿Hay desde ya elementos de discusión sobre el problema? — Hay en la gente un deseo de participar que va más allá de la participación electoral. Hay dos cosas que van a producir otra dimensión política. La primera es que, por primera vez en 25 años, la izquierda está en el poder y que, por ello, la gente tiende a pensar que tiene derecho a participar en la gestión socio-económica. La segunda es que si hay mayoría de votos de izquierda es para que haya más democracia de base. Eso está previsto en el programa de gobierno de Mitterrand y el PS, que es producto de las luchas de los últimos años, en las que no necesariamente el PS tuvo el papel motor, porque también la ultra izquierda post 68 tuvo un papel muy importante para la definición de otro tipo de vida política, que ahora está totalmente asumido por el PS. Vamos a tener una descentralización importante a nivel de planificación regional, mayores facultades en todos los puestos de elección local, desde la municipalidad al consejo general de departamento. Todas esas elecciones locales directas de órganos pequeños, en Francia, constituyen una revolución institucionalmente hablando. — ¿No existe la posibilidad de conflictos entre la acción sindical y la política de gobierno? — Creo que no. Hay que tener en cuenta que antes de estas elecciones había una especie de rechazo hacia los partidos. La división existente entre socialistas y comunistas hizo que muchos trabajadores prefirieran ser simplemente militantes sindicales, y no comprometerse en la lucha política partidaria porque había consecuencias negativas a nivel de empresas. Muchos problemas entre las centrales orientadas por el PS y el PC eran inducidos por rivalidades poli- ticas. Entonces, hay un rechazo a este tipo de enfrentamientos. Por otra parte, el pueblo francés está muy al tanto que no se pueden hacer las cosas muy rápidamente. No existe ambiente para un aventurerismo entusiasta. La gente es bastante prudente, y la CFDT lo ha sido también al señalar que no se puede exigir ahora todo, de repente, en lo relativo a demandas salariales. Está también presente la experiencia chilena. Creo que a gente tiene claridad suficiente como para mantener durante el desarrollo del proceso una actitud fría ante los problemas. — ¿Cómo se puede describir la vinculación actual entre proyecto socialista y acción partidaria? — La vida partidaria no tiene una gran dimensión demográfica. Los partidos no son, a priori, la forma más concluyente de participación social. Es decir, existe un gran deseo de participar en la resolución de problemas concretos, en la acción directa. En este sentido, la gente concurre a reuniones partidarias abiertas, pero no solicita su afiliación. Históricamente, este hecho tiene sus raíces en 1968. Desde entonces, existe la convicción de que hay otra dimensión de la política, y que tiene que ver con la participación directa. -- ¿Se trataría entonces de una situación en que se configuran en la base rasgos revolucionarios relativamente inéditos? - Yo diría más bien de una situación donde se dan reformas por vías un poco novedosas, pero con visión Mítica; no es algo totalmente empírico. Todo este salto hacia la izquierda significa que el pueblo de Francia no quería saber más de gente como Giscard. Muchas personas que le habían dado su voto, piensan hoy que es como un amigo que desapareció, alguien que no podía ocupar tanto espacio como ocurrió. Que era imposible seguir así, con jóvenes desesperados porque no encuentran empleo, que necesitan incorporarse a la producción para poder sentirse integrados a la sociedad. - Y en esta nueva situación, ¿qué ocurre con las FF AA? — Hay un problema de tipo estratégico que parece resumirse en el debate sobre la fuerza nuclear. Esta opción surge de una convicción derechista: que el pueblo francés no quiere defenderse, y que entonces hay que tener un arma que pueda encarnar la voluntad de defensa. Pero esta idea de que hay que sostener la defensa nacional en un arma muy automática, EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE El empresario Eugenio Heiremans, pronosticando una fuga de capitales de Francia: "uno de los países que precisamente están en condiciones de acogerlos es Chile". Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981. muy oligárquica, tenía consecuencias: había que proteger las centrales nucleares. Y la defensa era, en el fondo, la defensa de la defensa nuclear. Había que defender todo el sistema nuclear contra el enemigo interior. Todo este sistema tenía una lógica interna, pero apuntaba hacia el hecho que el ejército tenía más y más tareas de control y represión interna. La lógica parece estar vinculada a lo nuclear, pero en realidad está vinculada al año 68. Porque en ese año, los militares entendieron que no podían controlar el movimiento de masas, y se dijeron que nunca más debería volver a producirse una situación como la del 68. Si no hubiera estado De Gaulle, con su capacidad carismática, ¿qué hubiera pasado? Toda esta defensa de las instalaciones nucleares está dirigida a una defensa más atenta del Estado. Eso no tiene legitimidad. Un hombre como el almirante Sanguinetti denunció que todas la maniobras que se organizaban últimamente eran del tipo de control de la población, pero siempre bajo el pretexto de infiltración del enemigo o ataques contra los puntos claves del sistema de disuación nuclear. Al respecto se puede decir que evidentemente en todos los ejércitos hay fascistas; pero en el ejército francés la tarea de represión interna no era necesariamente considerada legítima. El proyecto socialista es terminar con tal orientación. Y dar más énfasis a un proyecto de movilización popular, en el que el ejército esté implicado en el tejido social. Hay su peligro también en esto, pero hay la apreciación de que existen convicciones democráticas latentes. En la situación actual, no hay ningún motivo para pensar en algún golpe. — Pero en Francia hubo un intento de golpe en 1962.. . — Sí, pero estaba estrechamente ligado a la cuestión colonial, con la guerra de Argelia, con el ejército en una situación operacional en que estimaba que era traicionado por la retaguardia civil. La situación actual no tiene nada que ver con eso. Existe un núcleo pequeño de oficiales que pueden ser encuadrados en la mentalidad pequeño empresarial fascista, pero carecen de legitimidad. El consenso actual en Francia es muy sólido como para plantearse aventuras. Los estudios de opinión señalan que la mitad del cuerpo de oficiales votaba por la izquierda. No hay polarización específica del ejército hacia la derecha o la izquierda. — Tú mencionaste el caso de Chile, sobre el que por lo demás hiciste un estudio de las FF AA. El gobierno de Mitterrand, ¿no supone entonces cambios en el ámbito militar? — En mi criterio, un ejército que no piensa en términos de defensa popular, piensa en términos de defensa antipopular. Bajo Giscard, esta última era la orientación que dominaba. Si hay un cambio, el ejército francés debe orientarse hacia tareas dispuestas y orientadas por el poder político, que vayan en el sentido de la defensa popular, lo que no es un orden necesariamente desagradable para los militares. Porque lo que es desagradable para un militar es no estar seguro de que todo el mundo lo quiere en su propio país. El problema del ejército francés cuando Argelia fue ése; cuando en tu propio país no te apoyan, no puedes vencer. La política de Giscard no era de sentido popular. Virar hacia tareas que no tienden a controlar militarmente, sino que se apoyan en el pueblo, en la voluntad de la clase obrera, representa un cambio dramático, pero profesionalmente es aceptable y éticamente es exigible. Se ha de formular una orientación distinta a la de 25 años de formación militar. Es factible, pero hay que tener cierta claridad en esta orientación política. Si algo no pasa en la redefinición del papel del ejército bajo la presidencia de Mitterrand, creo que sería un error. Y creo también que los socialistas van a tratar de hacer algo. Porque ejercer el poder quiere decir dejar una huella en el Estado. Y, por cierto, si no ocurre nada en el aparato militar, no es lícito hablar de una reforma en la sociedad y en ese Estado. Se va a medir la intensidad de las transformaciones en que un cierto tipo de maniobras del ejército no van a reproducirse. Y las maniobras son importantes, porque son el imaginario de la guerra, y cuando no hay guerra, son el único contacto que se tiene con el enemigo oficial. — Y cuál puede ser la proyección del gobierno de Mitterrand en las grandes confrontaciones de fuerzas en el terreno mundial? — Hay un programa distinto de articulación con el Tercer Mundo. Francia tendrá que hacer proposiciones de tipo nuevo, de tipo diplomático, proyectos de cooperación de un tipo nuevo. Puede ser que un prototipo de convenios y de proposiciones distintas surja de Francia, y que esto tenga una repercusión de nuevo tipo. Si Francia es el primer país desarrollada en practicar algo nuevo, puede ser importante, por que en Inglaterra y Alemania existen fuerzas políti. cas capaces de orientarse en un rumbo nuevo. S: Reagan queda aislado, la cuestión internacional cam. bia. Todo depende de las soluciones que se propon gan y de cómo sean aceptadas en cuanto solucione! útiles, realistas y concretas. Puede ser que esto fraca se, que exista una gran presión de los EEUU , que se; muy fuerte. Por otra parte, hay en el programa del PS y de Mi tterrand orientaciones que apuntan al desarme, parar la carrera armamentista, que teóricamente deben tener una influencia sobre la situación estraté gica global. Mitterrand ha tomado planteamiento muy originales sobre la posición estratégica en Euro pa. Ahora se conformó sin embargo una definició: cercana en algunos puntos a la de EEUU , no sé porque exista una situación muy dura en el plano internacional. No entiendo si es a largo plazo o por la razón anterior. — Se especuló con que la ción de Giscard.. . URSS preferiría la reelec- —La URSS es un poder muy conservador. Apoyaba a Giscard porque era un gobierno establecido y tenía una política bastante tradicional de discutir con la URSS : no hizo un drama por la situación de Afganistán. Los soviéticos, cuando tienen ante sí un gobierno que no los enfrenta abiertamente, aunque no formación planificada de los niños en idiotas, que incluía la liquidación de la historia en la escuela primaria. Todos los niños en Francia sabían que había un pasado, que hubo revolución y que era la causa de que viviéramos en una sociedad más justa. Yo y mi generación aprendimos en la primaria que se le había cortado la cabeza al rey. El proyecto de la derecha en Francia es un proyecto muy bien construido. Si cercenas la historia de un pueblo, si suprimes la seguridad en el trabajo de una población que siempre la ha tenido, creas un mundo de jóvenes que son como zombis. Se genera así el desprecio por los estudios que no permiten conseguir trabajo, se acelera una situación de desesperación. Esta era la estrategia de la derecha en Francia. Es parte de un plan mundial. — Tu descripción corresponde muy bien a la situación creada por las dictaduras militares en buena parte de América Latina. comparta su línea, prefieren que se mantenga. Sin duda, están tan sorprendidos como los estadunidenses por la elección de Mitterrand. — Globalmente, ¿cuál te parece que puede ser el significado del triunfo de Mitterrand para las fuerzas de izquierda en los países dependientes? — Cuando la burguesía financiera, tecnocrática y abstracta, como Giscard, llega al poder, tiene un plan de reconversión de la sociedad, económico y social, que no es original, que es global. Es el plan de crear una sociedad de dos niveles, bastante represiva, porque entre los dos niveles hay que instalar una especie de pared de seguridad. En los países subdesarrollados, esa pared puede ser una ametralladora; y en Francia puede ser un proyecto educativo. Es decir, que la gente de abajo no tiene porqué subir. Un abajo que se define social, económica, culturalmente, por el consumo, por pautas de consumo. Ese proyecto significa en algunos países una represión feroz, porque hay que liquidar una capa intermedia. En Francia, tenía aspectos muy retrógrados en el plano cultural y político. ¿Cómo mantener la gente abajo? Cortando la cultura. Suponía una trans- —En Chile, el militarismo se dirigió a quebrar la clase media: creó un sector consumidor de alto nivel y empujó otro a niveles de subsistencia. Una sociedad de dos niveles, que se creó a sangre y fuego, dirigida a destruir el Chile populista, el Chile de.tres niveles. En otros países de América Latina este proyecto es más difícil de lograr que en un país tan centralizado, con una oligarquía que controla también el aparato del Estado, y en un espacio que es posible controlar muy bien. Probablemente es más difícil ejecutar ese mismo proyecto en la Argentina, donde la clase media . está mucho más extendida, o en Uruguay. Pero en Perú, casi no había clase media, y la que surgió en el período de Velazco es fácilmente neutralizable. Cuando no es así, por lo menos en las sociedades subdesarrolladas, la militarización es imprescindible para conseguir las metas indicadas. — Tú eres autor de un artículo sobre el militarismo en latinoamérica que se publicó en América Latina, revista de la Academia de Ciencias de la URSS. —Sí, pero me cortaron el pasaje donde decía que la no tenía por qué ayudar a Perú, cuando ya se acabó su régimen progresista, ni a la Argentina, pese a las ventas de cereales. Yo anotaba en ese texto, que fue publicado completo por Chile-América, que la diferencia esencial entre los militares latinoamericanos y los europeos es que en América Latina falta la existencia de una clase campesina autónoma, en general. Sin la clase autónoma, no hay burguesía mediana autónoma, ni tampoco sentido patriótico realmente policlasista en el ejército. Esto, pese a que hubo movimientos militares progresistas en América Latina; pero estos movimientos nunca pudieron tener una real articulación con la problemática del campo, aún en los tenentes brasileños, que trataron por ideología de ir al campo, pero que no tenían ningún contacto real con los campesinos. La idea dominante en el, artículo es que no hay URSS cesarismo progresista en América Latina. Lo que hago es dar un resumen muy apretado; en experiencias particulares, la cosa cambia. En Bolivia, Perú y México hay matices, por la existencia de un campesinado, pero de ejidos, de formas de producción colectiva. Hay allí formas de transición hacia un campesinado propietario de la tierra, aunque sea propiedad privada. Originariamente, tenían más que ver con el sistema de tenencia de la tierra de los imperios orientales. Esto influye, por ejemplo, en la experiencia cesarista progresista del MNR en Bolivia. — En cuanto a las relaciones a que hacías referencia entre la URSS y Argentina ¿qué explicación les das? ¿Pueden tener implicaciones estratégicas en relación al conflicto Argentina-Chile? —Hay una política de Estado de la URSS. Eso es real polítik. Se interesan en el trigo argentino y aprovechan a ver si pueden tener alguna influencia, como tratan de tener en todos los países del mundo. Pero el conflicto entre Chile y Argentina, yo lo veo como una especie de artefacto permanente, que sale de nuevo en cada ocasión que es necesario, aún pese a la intervención de la Reina de Inglaterra y el Papa. Es tan funcional para los dos ejércitos, que nunca habrá resolución ni tampoco conflicto abierto. Es posible que estos comportamientos sean motivados por potenciales reservas de recursos naturales previstas por las centrales imperialistas. Cuando hablo así, ningún chileno o argentino está de acuerdo, pero esa es mi opinión. La intervención soviética en el cono sur me parece fuera de posibilidades por problemas logísticos insuperables. — En relación a tu libro sobre las FF AA en Chile; cuando lo preparaste, pudiste conocer a buen número de militares chilenos.. . —Los militares chilenos eran como todos los militares, ni más fascistas ni menos fascistas. Una tragedia como la que ocurrió en Chile no se puede explicar por el ejército. El ejército actúa en un campo de posibilidades, con su propia ideología, sus rasgos organizativos y su manera de reaccionar ante la sociedad global, lo que es muy específico. Pero es el conjunto el que determina todo. Se puede decir que no hubo demasiada atención a la problemática militar de parte del gobierno de la Unidad Popular, por falta de entendimiento de lo que es el ejército. No trató de influir en la articulación del ejército con el resto de la población. Quizás era difícil, pero no hubo un intento. Por ejemplo, crear una cadena militar de información, una radio, un cierto medio de persuación. Había muchos medios posibles de utilizar, sin chocar con los militares, para invitarlos a abrirse a lo que pasaba en el país. De hacerlo de un modo que, en ningún caso, los militares pudieran decir que se estaba quebrando al ejército. Hubo, de parte de la UP, divisiones y falta de política coherente. Se confió en cierto tipo de oficiales y se pensó que eso era una política militar. Pero es cierto que, en el ejército chileno, había bastantes militares progresistas, o grises, tibios, y que el "desorden", el rechazo de la clase media a las dificultades de consumo y abastecimiento los empujaron a la crisis. Pero era posible controlar el grupo fascista que existe en todo ejército. Que nunca es mayoritario, porque los activistas son siempre minoritarios. Y no hubo hegemonía del conjunto del ejército sobre el grupo de oficiales fascistas. Más bien ocurrió lo contrario. Adentro del ejército la relación de fuerzas no es una relación militar, es una relación de fuerzas morales. Hay que entender lo que es la dinámica dentro de un ejército. Yo estoy bastante de acuerdo con la gente que piensa que en Chile, en la semana posterior al "tancazo", era posible aplastar a la facción fascista. Si hubiera habido decisión de mando en ese momento, hubiera sido posible echar a los fascistas. en ese momento, no una semana después. Y Pinochet, que era el más UP de los UP, hubiera seguido UP. Pinochet era alguien que se las daba de "compañero", un poco exageradamente, para cubrirse por cierto, pero estaba listo para quedarse. — ¿Qué cambios pueden preveerse de la política francesa frente a las dictaduras y América Latina, en general? -No hay nada particularmente misterioso. Se va a seguir apoyando a Nicaragua, se tratará de cortar las ventas de armas a países con dictaduras. Sobre puntos simbólicos muy claros, mencionados en la campaña electoral, no habrá ninguna vacilación. Si hay atraso en la aplicación es porque se está en el momento de asumir el Gobierno. Pero hubo dos casos en que se señaló ya claramente que se mantendrán los planteamientos de la campaña. Uno es interno, se refiere al campo de entrenamiento de Larzac de terrenos que, en tiempos de Giscard, los militantes trataron de comprar a campesinos que no quieren venderlos. El otro es la venta de armas a Chile. Más allá de Chile, que representa el punto de acuerdo simbólico de toda la izquierda, todo lo demás (Nicaragua y El Salvador incluidos) es parte de la política de gobierno. Es posible pensar que habrá un nuevo tipo de relación más estrecha con México, pero habrá que verlo en circunstancias concretas. Cuando se está en la oposición y se critica el sistema de dominación imperial, se trata de palabras; pero cuando se está en el gobierno, hay que conseguir acuerdos entre Estados, acuerdos a largo plazo. Creo que esto se corresponde con la posición de Alemania Federal y la Internacional Socialista de tener presencia en América Central; de manera que se va a abrir a los países latinoamericanos un campo diplomático más diverso. ma de dominación, ejercida por la burocracia político-tecnocrática a través del partido y del Estado. De ahí que subsistan los "políticos" y los "no políticos", y la "política" como negocio exclusivo de los primeros en los países del "socialismo realmente existente" (Jrushov, por ejemplo, enterado del compromiso del filósofo marxista Georg Lukács con los insurrectos de Budapest, Hungría, en 1956, suspiraba no sin indignación: "¿Qué necesidad tenía él de ocuparse de política?"). La cuestión de la coexistencia prolongada entre los regímenes de transición al socialismo y el capitalismo, condujo a la incorporación, por los primeros, de criterios de macropolítica o geopolítica en sus diseños de estrategia interna y exterior. El privilegio de estos criterios ha redundado en la imposibilidad de conciliar el carácter obligatoriamente nacional de cada revolución, con el sentido universal del socialismo y de la lucha contra el imperialismo, de tal modo que nacionalismo e internacionalismo se correlacionen armónicamente. Esto es, que la integración internacionalista de los países en transición al socialismo se lleve a cabo en términos de respeto, equidad e igualdad. Nacionalismo polaco y geopolítica soviética En el trasfondo del conflicto actual ¡y con qué fuerza!, está el asunto del nacionalismo polaco, sentimiento exacerbado por las vicisitudes históricas que atravesó el pueblo polaco desde 1697 en adelante. Al respecto baste recordar que entre 1697 y 1917, Francia, Austria, Prusia, Alemania y Rusia invadieron, dividieron y se repartieron en varias ocasiones a Polonia. La URSS, ya como tal, no fue ajena al martirio de la nación polaca. En 1920 los polacos detienen al Ejército Rojo frente a Varsovia; el pacto Molotov-Von Ribentrop, de 1939, prevé en sus cláusulas secretas la partición de Polonia, y en ese mismo año Hitler se anexa las provincias occidentales de aquélla y la URSS de Stalin sus provincias orientales. Junto con esto, Stalin decreta la disolución de todos los partidos políticos polacos, incluido el comunista. Miles de socialistas, socialdemócratas y agraristas son arrestados, y deportados a la URSS. Parte importante desaparecen o son ejecutados (como Erlich y Alter, líderes del Partido Obrero Judío-BUND, que concurriera a la fundación del POSDR) por "actividades antisoviéticas". Los mismos comunistas polacos —como Gomulka, por ejemplo— no fueron inmunes a acciones positivas de los soviéticos, en la medida que interpretaban las reivindicaciones nacionalistas de su pueblo. Los sucesos del bosque Katyn, donde fueron encontrados 4 mil cadáveres de oficiales y suboficiales polacos, supuestamente asesinados por orden de Stalin o Beria, y de la insurrección antinazi de Varsovia el 1° de agosto de 1944, sangrientamente sofocada por el invasor nazi ante la inmovilidad del Ejército Rojo que ocupaba el barrio Praga de la ciudad, sellarán el antisovietismo del pueblo polaco. La decisión soviética de sacrificar la insurrección de Varsovia en agosto de 1944 obedeció al hecho que ésta fue lanzada por el "gobierno de Londres", que se proponía restaurar el capitalismo y la democracia burguesa en Polonia, así como enfrentar el "peligro soviético"; mientras que a la URSS le interesaba fortalecer al "gobierno de Lublin", hegemonizado por el Partido Obrero Polaco (POP), el Movimiento de los Socialistas de Izquierda y el Ejército del Pueblo; y partidario de la implantación del socialismo en Polo- nia. En perspectiva histórica, esa decisión geopolítica costaría caro a la URSS y a los propios comunistas polacos, desde que éstos comenzaron a ser vistos por sus compatriotas como agentes soviéticos en el país. Algo similar ocurriría con la disposición de Stalin de proscribir incluso los partidos socialistas y comunistas. Esta determinación se fundó en que dichos partidos, contrariando lo acordado entre Molotov y Von Ribentrop, no se resignaban a cruzarse de brazos frente a la anexión de Polonia occidental por los alemanes. La resistencia en el terreno cuyo dominio fue concedido a Hitler era un atentado contra el pacto germano soviético y, en última instancia, era resistirse a la defensa de la "patria del socialismo". El decreto de Stalin conduce a la reorganización de los comunistas como POP, bajo la conducción de Gomulka y hasta en contra de la diplomacia soviética, lo cual explica en mucho la solidaridad de Gomulka para con la Yugoeslavia de Tito y el fervor nacionalista del POP en general. Tradición autónoma El socialismo en Polonia cuenta con una larga tradición de lucha, existencia y elaboración teórica autónoma. Buen testimonio de ello es la figura de Rosa Luxemburgo, sus análisis sobre la revolución y la cuestión nacional polaca, y sus polémicas con Lenin; cuestión, esta última, inadmisible para la URSS de Stalin por cuanto la teoría de Lenin ya había sido codificada como "leninismo" y erigida en alfa y omega de la revolución. La herencia luxemburguiana del primero PC, luego POP y finalmente POUP, siempre sería motivo para la desconfianza del PCUS respecto de los comunistas polacos. Mucho mito existe en relación a cómo consiguieron los comunistas de las democracias populares hacerse del po- EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE "— ¿Podrá el proceso político chileno tener un desenlace como el francés? Llegar a una elección como la de ellos .. . — ¡Tiene que ser así! ¡Tiene que ser! Si la historia no se detiene. No se ha detenido nunca, ¿por qué se va a detener aquí? Sería terrible ... El triunfo de Mitterrand me dio esperanzas, porque, de repente, las cosas cambian." Matilde Urrutia, viuda de Pablo Neruda, en Hoy núm. 203, Santiago de Chile, 10 al 16 de junio de 1981. 20 Nacionalismo sometido der. Simplonamente se suele atribuir el hecho al papel protagónico de la URSS y el Ejército Rojo. Si bien es cierto que el apoyo soviético fue determinante para resolver la cuestión del poder La imagen de los obreros orando multitudinariamente en los patios de los astilleros de Gdansk, en agosto de polacos en la reunión convocada en París para explicar el exacto alcance de las propuestas del Plan Marshall, la radio de Moscú informa, sin consulta a los afectados, que polacos y checos favorablemente a los comunistas, no es menos verídico que éstos, las más de las veces, hubieron de emprender su camino contradiciendo las consideraciones de macropolítica de la URSS. Especialmente en el caso polaco, los comunistas pudieron triunfar no sólo gracias a su coherencia programática y orgánica, sino también —y fundamentalmente— debido al arraigado y extendido "sentimiento socialista" de las masas populares polacas, que las llevaba a respaldar el programa de socialización de los medios de producción, reforma agraria, depuración del Estado y participación democrática, postulado por los comunistas. Estos aparecían como el partido de la renovación y de la unidad nacional, del no compromiso ni con los antiguos privilegiados, ni con el ocupante nazi (esto pese al pacto Molotov-Von Ribentrop, por cuanto el POP fue un eficaz y duro resistente antifascista cuya labor de sabotaje en la retaguardia alemana contribuyó decisivamente a la desarticulación de la logística de las tropas nazis del "frente oriental"). Sin embargo, los comunistas no hubieran resultado victoriosos sin asumir la tradición nacionalista del pueblo polaco y sin ponerse al frente de ella, impulsándola. 1980, ha recordado a la opinión pública mundial que en Polonia existen comunistas católicos. Pero, esa visión no recordó que también hay, y muchos, comunistas polacos. . . ¡nacionalistas! Uno de ellos, y por hablar ya sólo de "comunistas en el poder", es Gomulka. El POP, con Gomulka como primer secretario, y sus partidos aliados, impulsaron eficazmente la reconstrucción de Polonia. Inicialmente, la nacionalización de la industria no fue motivo de conflictos mayores debido a que gran parte de los empresarios expropiados eran alemanes. La reforma agraria, con la expansión de las fronteras polacas hacia el este como producto de los acuerdos de Yalta, realizó un rápido y masivo reparto de tierras entre los campesinos. El nivel de vida de los polacos mejoró sensiblemente. Sin embargo, el POP no lanzó la colectivización forzosa del agro y las aristas nacionalistas de la política exterior de la Polonia socialista se mantuvieron. La Yugoslavia de Tito, que intentaba ser aislada por Stalin, se benefició de la amistad del POP y de Gomulka. Además, Polonia se interesa en el Plan Marshall. La presión soviética intenta doblegar estas actitudes y ante la inminencia de la participación de los "no quieren" participar en dicho Plan pues éste es una trampa tendiente a aislar a la URSS. Los polacos, finalmente, se subordinan a Moscú. La URSS, para contrarrestar los "cantos de la sirena" del Plan Marshall, organiza la reunión secreta de Wroclaw, entre el 22 y 27 de septiembre de 1947. Concurren los partidos comunistas en el poder y algunos partidos comunistas de países capitalistas, como el francés e italiano. Ahí se gesta la Kominform, base del frente único entre las democracias populares y la URSS, y principal instrumento de la "bolchevización" de los partidos comunistas y de la generalización del modelo soviético de planificación, y organización estatal en las repúblicas populares. En 1948, Gomulka, ya como secretario del POUP —partido único— será criticado duramente, acusado de oponerse a la colectivización de la agricultura, de "desviacionismo", "derechismo", "nacionalismo" y, finalmente, de "titismo", pecado éste que pasará a ser sancionado con la excomunión. Gomulka y sus partidarios son expulsados del POUP, a lo cual sigue una purga que afectará a cerca del 30% de los militantes comunistas entre junio de 1948 y octubre de 1951. Es la época 21 de los grandes procesos de Stalin. En Budapest, el 22 de septiembre de 1949, Rjak es procesado e inculpado. Entre el 7 y el 14 de diciembre del mismo año, en Sofía, se abre el proceso a Kostov quien se resiste al ritual de la autoinculpación. En Polonia, no hay proceso a Gomulka, pero en noviembre de 1949 el mariscal Rokossowski —soviético de origen polaco— es designado ministro de defensa y comandante en jefe del ejército, lo cual ilustra los alcances en la memoria popular de la liquidación del PC en 1938, del bosque Katyn, del pacto Molotov-Von Ribentrop, de Varsovia abandonada en agosto de 1944, de la invasión soviética consiguiente y de la exclusión de Gomulka del ejército y el POUP. En 1951 Gomulka es arrestado, pero no procesado, aunque en el proceso a Slansky, en Praga, se le sindica como uno de los grandes traidores puestos en evidencia por la contrainteligencia socialista. En cambio, un grupo de excolaboradores de Gomulka es procesado a partir del 30 de julio de 1951, fecha exacta del arresto de este último. agropecuaria y las ofensas al sentimiento nacional de los polacos, conjugados, fueron caldo de cultivo propicio al descontento que hace explosión en 1956 y que arrojaría un balance de 58 muertos entre los insurrectos. Muerte de Stalin El 6 de marzo de 1953, el comité central del PCUS informa de la muerte de Stalin. En el PCUS se forman tres rco rientes que aspiran al poder: la de Molotov, partidaria de sostener el modelo estalinista sin reformas; la de Malenkov, favorable a las reformas económicas de fondo y a cierta liberalización; y la de Jrushov, que postula la desestalinización dirigida por el Estado bajo la conducción del partido. Estas tendencias se reeditarán, casi calcadas, pero con otros nombres, en los partidos en el poder de las democracias populares. La pugna por el poder en el PCUS se resuelve en favor de Jrushov y éste, en febrero de 1956, durante el XX Congreso del partido, denuncia el "culto a la personalidad" de Stalin dando comienzo al proceso dirigido de "desestalinización" del socialismo. Será a través de la brecha de la lucha de tendencias abierta en el POUP por la "desestalinización" que irrumpirá, en octubre de 1956, el movimiento obrero y popular polaco exigiendo la "democracia socialista" para lo cual crea de facto los consejos de autogestión obrera. El crecimiento desmedido de la burocracia, la política económica Gomulka, aún encarcelado al inicio de estos sucesos, era por completo ajeno a la lucha de tendencias dentro del POUP. Sin embargo, contaba con su origen campesino, su imagen nacionalista, su calidad de fundador del POUP, y sus rasgos de líder populista para irrumpir en la contienda. Liberado, no es reincorporado al POUP. Pese a esto lanza su programa, en muchos aspectos inaceptable para los soviéticos, toda vez que proponía la "nacionalización" del ejército (esto es, la expulsión de los oficiales soviéticos), un plan de "descolectivización" del agro, libertad religiosa y democratización del socialismo. El programa gomulkista terminará por imponerse, así como Gomulka, en compañía de Gierck, Moczar y otros, regresará al poder en gloria y majestad. El pronunciamiento de Chou En-lai e en favor de los modelos nacionales de socialismo, el frente militar soviético abierto con la invasión de Hungría el mismo año 1956 y la adhesión de la ' base social a su programa, serán los factores decisivos de la victoria de Gomulka, quien es aceptado por el PCUS y por los "duros" del POUP como el "mal menor", puesto que aparecía como el único capaz de contener y en- 22 cauzar la efervescencia social en aumento. La "soberanía limitada" El intransigente programa original de Gomulka no será llevado a término. Haciendo pié en los consejos de autogestión obrera, economistas como Oscar Lange impulsan desde el gobierno un nuevo modelo de planificación democrática, tras cuyo fracaso se restablece la planificación centralizada. En el POUP las tendencias estalinistas y "liberal estalinista" (partidaria de la "reforma controlada") consiguen llegar a compromisos con Gomulka, lo cual le enajena a éste el apoyo de las fuerzas políticas que lucharon por su regreso. Así, en relación al movimiento obrero, la política gomulkista se tiñe de ambiguedad, particularmente en lo referido a las demandas democráticas de éstos. Mientras los consejos de autogestión obrera languidecen o son cooptados por el poder, el surgimiento y desarrollo de los "kulaks" polacos, y de ciertas actividades económicas privadas en el comercio y la producción manufacturera artesanal hacen de contrapunto a la situación obrera. Internacionalmente, Gomulka busca contrarrestar la influencia de la URSS. Intenta mediar en el conflicto chino-soviético, lanza iniciativas hacia países capitalistas (que sólo De Gaulle acogerá) y no polemiza con los chinos ni los albaneses cuando estos denuncian su política de privatización del agro, y los privilegios otorgados a la Iglesia. No encontrará eco en sus esfuerzos y, peor todavía, la era de los Gomulka fenecía. Jrushov es desplazado del PCUS y con él la política de "desestalinización". Dubceck, en Checoeslovaquia, en el último y más radical flujo de la ola de "desestalinización" por arriba, ya extemporánea, daba espacio a través del propio PC checo a la democratización del socialismo en el país. En 1968 la experiencia checa es aplastada por la URSS, inaugurándose la doctrina de la "soberanía limitada" de los Estados nacionales socialistas. Gomulka, fracasado en su apertura a Occidente y en su afán de diversificar las relaciones exteriores de Polonia, respalda la invasión de Checoeslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia, disdiciéndose de su acentuado nacionalismo. Con ello podía conquistar simpatías entre los soviéticos, pero sólo antipatía en su pueblo. En 1970, los obreros —que no así los campesinos, satisfechos con la gestión de Gomulka— reaccionan con levantamientos en las ciudades industriales del Báltico, al anuncio de un alza de precios en los alimentos. Es la gota que desborda el vaso. En Gdansk se produce un enfrentamiento entre los obreros del astillero Comuna de París —que pretendían reincorporarse a su trabajo— y el ejército, a resueltas de lo cual mueren 27 obreros. Aún hoy no se sabe a ciencia cierta si el hecho obedeció a una provocación o a irresponsabilidad. En Zopot y Szczecin los obreros se sublevan, queman el correo mayor, la casa del secretario local del POUP, atacan la milicia (policía) con cocteles Molotov, saquean tiendas y ocupan las calles. El movimiento se expande a Katowice, Pozman y Varsovia. El grupo de Gierek, el de los "partisanos" de Moczar, los jefes del ejército y de la policía deciden remover a Gomulka. Este se niega tenazmente a reunir al politburó. Finalmente, "hospitalizado", dimite. A rey muerto, reyes puestos La lucha de clases en Polonia, a falta de otro vehículo que la exprese, se desarrolla al interior del POUP. De hecho Gierek —de oriegen obrero, conocido como el "rey de Silesia" por su implantación entre los miembros de la zona, ingeniero de minas, buen técnico y gran administrador— aparentemente representaba el triunfo de la clase obrera en 1970. Más allá de las imágenes, Gierek encarnaba el ascenso de las mismas capas técnicas y burocráticas (militares profesionales, economistas, aparatchicks y tecnócratas pragmáticos) que en la URSS se habían impuesto con Brejnev. La alianza Gierek-Moczar que permitió desplazar a Gomulka del poder, pronto sería desahuciada. El grupo de los "partisanos" —xenófobo, antisemita, antiintelectual y apologista del verticalismo y la jerarquía militar— resultaba disfuncional respecto del proyecto modernizante de Gierek, del estilo de diálogo directo con las masas con que este último pretendía sustituir la democracia exigida por los obreros y de las buenas relaciones con la URSS. Kania, actual Primer Secretario del POUP, como hombre de confianza de Gierek, sería el encargado de "limpiar" el ejército y la policía de los hombres de Moczar, tarea cumplida eficientemente. La modernización de Polonia tuvo un alto costo, especialmente en el plano de la deuda externa polaca, y en el crecimiento y diferenciación de la burocracia respecto del resto del cuerpo social, como clase privilegiada. Actualmente Polonia debe al exterior 20 mil millones de dólares, el doble que la URSS y lo mismo que la suma de las deudas de Hungría, Bulgaria, Rumania y Checoeslovaquia. Este adeudamiento con el exterior, canalizado fundamentalmente a la industria pesada, consiguió parcialmente la finalidad de modernizar la base industrial polaca, pero a costa de graves desequilibrios, especialmente en relación con la agricultura y la industria de bienes de consumo. Por otra parte, la estructura directiva de la gestión económica —jerarquizada de arriba a abajo, rígidamente vertical, prescindente de la participación obrera y eminentemente tecnocrática— acarreó la baja global de la productividad y el trabajo lento y a desgano, ya que los trabajadores identifican en el Estado y sus agentes económicos a un "nuevo patrón". A todo esto se agregó que la modernización y la apertura al exterior de la de la economía "dispararon" las diferencias entre "ricos" y "pobres", al acelerar la gestación y desarrollo de una capa tecno-burocrática dirigente, inmune a todo control social, proclive a la corrupción y con una capacidad de consumo ostentoso simplemente insultante. Al respecto, es significativo el resultado de una encuesta a niños hecha por el semanario del POUP Polityka. Consultados sobre sus aspiraciones para "Sí, sí, sí. ¡Claro! Cada persona, cada grupo social debe tener el derecho a expresarse. Pero, ¿por qué imitar a los partidos y usar la palabra "partido"? Uno puede decir "asociación", "club". El club de los que crían canarios, por ejemplo. O el club de los que rezan el rosario. Y como el trigo no crece sobre piedras quiero decir que como en Polonia no podemos tener partidos políticos, aparte del que existe ahora como los hombres deben adaptarse, deja que los criadores de canarios formen asociaciones. Déjalos que tengan estatutos en que se estipule el fomento de la creación de otras asociaciones — el club de los criadores de conejos o de faisanes o de patos y deja que todos nos convirtamos en criadores de canarios, conejos, faisanes, patos, pollos.. . Lo importante es que estos grupos puedan existir libremente, para que puedan servir a la sociedad y el amo no los arreste. ¿Estoy, acaso, diciendo sandeces?" Lech Walesa 23 cuando adultos, una niña dijo: ". ..yo querría trabajar en la policía y tener un Rolls Royce" y un muchacho respondió que ". . . querría ser militar de comando, comprarme una villa y un Mercedes". La intención de la revista era ridiculizar la influencia de la IV Occidental de los niños, pero estaba metiendo el dedo en la llaga al revelar por boca infantil los privilegios de la policía y los militares, únicos estamentos —junto a los funcionarios del aparato partidario y estatal— en condiciones de acceder a ese consumo de Mercedes, villas y demás. La cambiante oposición La historia del poder en Polonia, tiene su contraparte: una larga tradición de oposición obrera intelectual. Por cierto, esta última conoce de continuidades y rupturas. En 1956, 1970, 1976 y 1980, ni los nombres son los mismos. ni tampoco la calidad de las reivindicaciones del movimiento social. En 1956, la idea dominante en la oposición política al régimen era la de caracterizar el sistema polaco como "socialista con una desviación burocrática" y en consecuencia la tarea era corregir tal desviación. De ahí la proposición y gestaciónde los"consejos obreros" como remedio de la enfermedad burocrática. Andrzej Stawar, marxista polaco, de la tradición de Lenin, crítico de las realidades a que dio lugar la revolución de octubre y por lo mismo perseguido, vio popularizarse sus ensayos con ocasión de los acontecimientos de 1956 entre amplios sectores obreros, intelectuales y militantes de Polonia. En 1964 Jacek Kuron y Karol Modzelewski, dirigentes de la juventud comunista y, el segundo, hijo del ministro de Relaciones Exteriores, dirigirán una "Carta del partido obrero polaco" en que centran las demandas de la oposición intelectual en la restauración de los derechos civiles e individuales en Polonia. Es la transición a la confusión que terminará de manifestarse plenamente en 1970. En efecto, el movimiento social opositor desatado este año se caracteriza por la ambiguedad de sus planteamientos. No se exige la autogestión, como en 1956, y tampoco se pide sindicatos libres. La fortaleza de la idea de la propiedad colectiva de los medios de producción y del carácter de "poder obrero" del régimen, aún condicionan y morigeran fuertemente las demandas de la base social. Es por ello que al fin de las huelgas de Szczecin, Baluka, antiguo dirigente trotskista polaco, afirmará: "Sabemos ya hacer la huelga. aún no sabemos ganarla"; lo cual es sugerente en cuanto a la incapacidad del movimiento, en esas fechas, para definir y organizar las condiciones de su éxito. En 1976, antes de los acontecimientos de las ciudades Ursus y Radom, que arrojaron un saldo de 17 obreros muertos por la represión, se expresó por última vez la confianza en la posibilidad de la "reforma del partido". En efecto, Modezelewski al iniciarse las huelgas, Modzelewski envió una carta a Gierek sosteniendo: ".. . es de vuestro interés permitir a la clase obrera organizarse, pues de otro modo usted no tendrá a nadie para negociar. Usted tiene una multitud hostil y eso es todo. Esto es un peligro real para el país". Ursus y Radom 76, con su secuela de muertos y represión, es el hito de ruptura definitiva con las visiones anteriores, sobre todo en relación a la creencia en la "reforma" del POUP. Ya no habrá nuevos consejos como "amigo" del régimen. Kuron y otros crean el Comité de Autodefensa (KOR) cuyo era asumir la defensa de los inicial obreros perseguidos, para posteriormente ampliar su acción a toda la sociedad, instante en que el KOR pasa a denominarse Comité de Autodefensa Social (KsS). Fin de la ilusión La "guerra de clases" se había declarado. Walesa, técnico electricista, uno de los dirigentes en la huelga de Gdansk en 1970, será encarcelado 18 veces entre 1970 y 1980, y acosado al punto que se verá compelido a trasladar su familia al campo para poder alimentarla. Se convertirá en activista no remunerado de la oposición obrera. Con Kuron sucede otro tanto, lo cual lo lleva a vivir en condiciones materiales miserables. Muchos más seguirán suertes simi-. así los "jefes" de lares. Se templaban 1980. En la van oposición —que comprende diversos grupos católicos como el KIK 'nak, el Wiez y el Pax; de intelecto rogresistas como los grupos Joven Polonia (cercano a Walesa) y Experiencia y Porvenir; de defensa de los derechos humanos como el ROPCIO; los trotskistas de El Abejorro, 24 con los cuales sigue Baluka; y hasta nacionalistas anticomunistas como la Confederación de Polonia Independiente —el KOR destaca marcando el ritmo y el sentido del movimiento. Además, casi todos estos grupos cuentan con militantes del POUP, criticos de su partido, siendo la "doble militancia" un fenómeno extendido. Por ello Adam Michnik —historiador varias veces encarcelado, militante del KOR— sostenía ya en 1977: "El cuadro oponiendo a un aparato monolítico del poder un campo unificado de partidarios de la autogestión sería erróneo. Muy por el contrario, un poder heterogéneo e interiormente dividido coexiste con un movimiento de resistencia social profundamente diferenciado." Sin embargo, la ilusión de la reforma del partido corno primer paso de la reforma social, muy arraigada hasta 1976, cede terreno a la idea de supedicha estructura partidaria, al menos en el movimiento opositor de los intelectuales. El estallido obrero de Gdansk, en agosto de 1980, hace posible lo utópico, destroza cábalas e impone la realidad, galvaniza la unidad de la oposición prácticamente en torno al proyecto del KOR, corrige a los intelectuales en su apreciación sobre las posibilidades de reforma del POUP y estallan las contradicciones al interior de éste al extremo que algunas regiones —como Cracovia— testimoniarán la reforma de facto del partido en el poder. La conciencia del peligro que se cierne sobre la "seguridad nacional" limita el proyecto del movimiento opositor. En palabras de Kuron, ese proyecto se plantea así: "En el proceso de democratización, la sociedad prepara su porvenir sin sobrepasar los límites impuestos por la seguridad nacional. Pero ellos no permanecen rígidos, retroceden con el deterioro de la situación internacional de la URSS, con el desarrollo de fuerzas que pueden explotar en este país, así como en la zona de su influencia, con la dependencia económica del bloque soviético frente a Occidente, etcétera. La democracia parlamentaria y la independencia constituyente la realización de las aspiraciones de los polacos. No podemos fijarnos esta tarea hoy, sin embargo ella permanece como la meta hacia la cual tienden todas nuestras acciones." En consecuencia, el programa actual se reduce a exigir el control social sobre el Estado o, más precisamente, a reconstruir el tejido de la sociedad civil polaca. Opción moral Para comprender la influencia de la Iglesia Católica en Polonia hay que estar enterados que entre 1975 y 1919, cuando los polacos fueron "borrados del mapa" como Estado y como nación, aquella institución mantuvo no sólo la "fe romana" —frente al protestantismo prusiano y la ordotoxia rusa— sino también su lengua y su sentimiento nacional. Es preciso, además, saber que, mientras en Croacia monseñor Stepinac y en Hungría el cardenal Mindszenty conducían a la Iglesia al compromiso con el ocupante nazi, en Polonia aquélla resistía al costo de sus dos mil curas exterminados por el nazifascismo. También se debe conocer la trayectoria de Karol Wojtyla o Juan Pablo II, y que la Iglesia en Polonia ha prestado amparo a las luchas obreras y servido de contrapeso al poder del partido y del Estado desde 1944 en adelante. Pero tal vez más importante que todo lo anterior sea tener presente el hecho que el catolicismo, a través de su código moral, presta una concepción espiritual del hombre superadora de la crisis de valores de la sociedad polaca contemporánea. Como vimos, la lucha de masas no fue ajena a la instauración del Estado de transición en Polonia al fin de la segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esta lucha no llegó a convertirse en una revolución propiamente tal, en términos que comprendiera una real renovación moral del poder y de la sociedad en el país. Al contrario, lo tradicional en la lucha por el poder en Polonia es que ésta se concentra en torno a los aparatos represivos, casi limitándose a ellos; cuestión visible incluso en las luchas por el poder en el POUP ya como partido de gobierno. En tales circunstancias, los cambios en la cúpula son sólo eso y, peor todavía, combatido el poder represivo con los mismos métodos que le son propios, éstos terminan por permear al "renovador" que los hace suyos para ejercer el poder. El apego del pueblo polaco al código de la moralidad cristiana y en consecuencia a la Iglesia, refleja la fuerza del rechazo social a los métodos predominantes, amorales y prescindentes de las masas en la lucha y el ejercicio del poder. El marxismo, pese a su esencia humanista, para los polacos no constituye opción moral, toda vez que se les presenta como la ideología oficial del poder por ellos cuestionado. Incluso quienes en Polonia se definen marxistas asumen el marxismo problematizándolo a tal grado que sus reflexiones resultan exóticas —por avanzadas— a quienes aún realizan una lectura del mismo sesgada por interpretaciones dogmáticas o ideologizantes. Crisis y seguridad a crisis económica —que parece haber dejado de ser un "fenómeno intrínseco y exclusivo del capitalismo"— en Polonia se expresa en datos tales como la baja tasa de crecimiento econó- 25 mico —que en 1978 alcanzó apenas el 2.3% mientras el conjunto del área socialista creció ese año en un promedio de 4.6%—, el aumento drástido del precio de la carne y de otros bienes de consumo básico debido al retiro de la subvención gubernamental a los precios, la que equivalía al 40% del gasto estatal. Esta política que el ex Primer Ministro Babiuch llamó de "verdad en los precios", tendiente a restringir el ingreso y el consumo popular, contrasta con hechos como el aumento, en 1979, del aporte polaco a los gastos militares del Pacto de Varsovia (el 5% de su PNB es dedicado por Polonia al armamentismo) y con el nivel de vida superior de los miembros de la "nomenklatura". En el origen de las huelgas parciales de julio del año pasado está este tipo de consideraciones. Como telón de fondo figura la pertenencia de Polonia al Pacto de Varsovia, su calidad de parte del "área socialista", la hegemonía soviética o, como eufemísticamente lo denomina la oposición, la cuestión de la "seguridad nacional" del país. Situación ésta que, de una parte, conduce al movimiento social a autolimitar sus aspiraciones y, de otra, a asectores del POUP y de la Iglesia a apoyarse en ella para exigir moderación a Solidaridad, para fortalecerse al interior del partido en el poder o para conservar el espacio ganado al Estado, respectivamente. Así, el difunto cardenal Wyszynski, durante la huelga de Gdansk, dijo en privado que "se consigue más por medio de la oración que por la huelga" y en público, en agosto de 1980, llamó a los creyentes "a colaborar con todas sus fuerzas en la cosecha", mientras Juan Pablo II en Roma hacía invitaciones similares. Los curas jóvenes, por el contrario, se comprometían decididamente con las luchas de los obreros. Babiuch, en tanto, advertía: "Polonia tiene amigos fiables, que se preocupan por nuestra situación. Ellos creen que podremos superar las dificultades solos y lo desean de todo corazón." Gierek, aún en funciones, o sea antes de enfermarse, sentenció al respecto: "Nuestro régimen social tiene una gran influencia internacional. Es un elemento fundamental del orden instaurado en Europa después de la segunda Guerra Mundial. Hay límites que no se pueden pasar: es la razón de Estado polaca." Las diversas fuerzas encuentro con los "hijos pródigos" del POUP —Kuron, Modzelewski, y otros, Este trasfondo explica la calidad y sentido de las maniobras de las diversas fuerzas en liza. La actual alta jerarquía del POUP —o sea, Kania, Kazimierz, Barcikowski y Jaruzelski (general de ejército, opuesto al uso de la fuerza para aplacar las huelgas en agosto de 1980)—, hoy erigida en el centro político partidario, se acercará a la Iglesia para que ésta mediatice el movimiento. A su vez la Igleisa, en defensa de lo ya conquistado discriminará entre opositores "buenos y malos" —Kuron, Michnik y en general la "disidencia marxista", serán encasillados en la última categoría— y se esforzará por rodear a Walesa, católico fervoroso, de consejeros intelectuales, fieles a la fe romana. En el POUP, opositores a la "renovación". jugarán a montar una provocación y a entorpecer las reformas con el fin de apurar planteamientos de descontento de la URSS. cansar a la población. generar una imagen de caos que atraiga hacia sus posiciones a la jerarquía militar y, eventualmente. detonar un golpe de Estado con apoyo soviético. La oposición restringirá sus demandas, especialmente en lo relativo a la cuestión del poder y de la "seguridad nacional", pero agudizando al extremo de la intransigencia sus reivindicaciones de carácter interno —es decir, los 21 puntos de Gdansk: libertades de discusión, organización, expresión, prensa; derecho a huelga; participación en las decisiones sobre distribución de inversiones para acumulación y consumo; término de los privilegios de los aparatchiks, la milicia (policía) y el ejército; etcétera— en la perspectiva de agudizar las contradicciones al interior del POUP y del ejército. En igual sentido, la oposición privilegia interlocutores del ala reformista (por lo de partidaria de las reformas democráticas del sistema) del POUP, en la cual especialmente destacan personas como Tadeusz Fiszbach —secretario del POUP en Gdansk, que se opuso a la represión policial del movimiento—, Rakowski, actual vice-primer ministro y desde hace mucho director de la revista Polityka, y otros. Esta "ala reformista" también hace su propio juego y se apoya en el movimient o social para aislar a los "duros" del partido e mpulsar la "renovación", y en ese sentido propicia el cuya raíz marxista los hace más aceptables para la militancia comunista. Apolíticos políticos Si bien el contenido ético del movimiento social polaco es un ingrediente del que ningún intento interpretativo puede prescindir, no se puede encarar el problema y su solución sólo con tal criterio. En este tipo de error han incurrido "observadores" de izquierda, militantes revolucionarios y hasta partidos en su conjunto que se limitan a resaltar el carácter espontáneo de la protesta obrera, su sentido autogestionario extremo, que se trata de la primera ocasión en que se realiza el aserto marxista de que la revolución o es obra de las mismas masas o no es tal revolución. en fin. El idealismo derivado de los deseos apremiantes o nacido de las frustraciones revolucionarias intenta así suplantar la realidad de que toda revolución comprende un problema de fuerza y de su organización. Con ello, se olvida por ejemplo que para hacer posible la revolución como obra del pueblo mismo, y para hacer posible la discusión de igual a igual entre los obreros polacos y Jagielski, en agosto de 1980 en Gdansk, medió la acción de gobierno del POUP permisiva del acceso generalizado del pueblo polaco a la cultura. Así también, se omite el reconocimiento a la actitud mayoritaria del POUP en favor de declinar el uso de la sola fuerza para contener el movimiento, la cual por cierto no "cayó del cielo". Por último, tales idealizaciones desconocen la función de organizaciones —como el KOR, fundamentalmente— que aún cuando no se definen como partido en sentido estricto, jugaron ese papel al definir el proyecto político del movimiento social, alimentar la llamita (chispa, la llamaba Lenin) del fuego revolucionario cuando el horizonte era un páramo y, sobre todo, al permitir —por medio de su periódico Robotnik y de su organización— la articulación nacional del movimiento social y la generalización de las experiencias de lucha parciales del mismo. La polvorienta tradición Para Marx y Lenin, el socialismo es el 26 período histórico de transición a la sociedad sin clases. Sin embargo, Polonia y en general los países del llamado "socialismo realmente existente" parecen obligar a una reflexión al respecto. En ese sentido es oportuno recordar una opinión de Rosa Luxemburgo sobre las "verdades reveladas": "Toda ideología se distingue por su conservadurismo, y la ideología del movimiento obrero está sometida a esas mismas leyes a pesar del carácter revolucionario de su concepción del mundo [. . .] Ciertos puntos de vista contituyen un saber [. . .] conservado intacto en el bául de la socialdemocracia, aunque las condiciones sociales correspondientes hayan desaparecido hace mucho tiempo de la escena. Y es precisamente en el momento en que nuevas necesidades vitales del movimiento, nacidas del desarrollo, entran en contradicción flagrante, en conflicto, con las polvorientas tradiciones, cuando la opinión pública las saca a relucir nuevamente y las somete a una crítica fundamental." Polonia hoy ha sacado a relucir la polvorienta tradición consistente en la idea que las sociedades resultantes de revoluciones anticapitalistas son "el socialismo", desde la conquista del poder político por la clase obrera hasta la extinción de las clases y del Estado. Pero, las revoluciones triunfantes se han dado en aquellos países que no consumaron las tareas de la revolución democrático burguesa. Consiguientemente, la "revolución proletaria" se ve forzada a llevar a término dichas tareas inconclusas —de hecho bajo la conducción de la tencoburocracia estatal y partidaria—, entre las cuales se cuentan: el facilitar el acceso general a la cultura, crear la necesaria discplina laboral, industrializar, democratizar, dignificar el trabajo y al trabajador como fuente de toda riqueza, y pregonar, en consecuencia, el necesario respeto e inmunidad del mismo. Simultáneamente con las tareas anteriores, la revolución proletaria se aboca al desarrollo de las tareas propiamente socialistas: la socialización de los medios de producción y del poder. Más sin embargo, aunque las revoluciones anticapitalistas victoriosas han abordado y, en parte, realizado ambos tipos de tareas, la socialización de los medios de producción se limitó a la estatización y la del poder a su ejercicio por el partido. Así, actualmente, en los países del "socialismo realmente existente" la dinámica que conduce al socialismo se haya detenida en la culminación de las tareas democrático burguesas. En la medida que por la necesidad de legitimar el poder revolucionario se presenta esta forma de sociedad como "el socialismo" —en una ideologización de éste—, se cancela el carácter único e ininterrumpido del proceso conducente al socialismo, y la realización de este último se ve forzada a realizarse por medio de convulsiones y sobresaltos (verdadera revolución en la revolución), como en Polonia.Asímismo en estas sociedades la estructura de la economía, de la planificación, del Estado y del partido, y la organización de la sociedad —aparentemente bajo una forma de la democracia directa— al obstaculizar de facto el control y la participación social en el ejercicio del poder, propicia la sepración y autonomía de la tecnoburocracia como clase dirigente, alienta su tendencia a reproducir su dominio y a perpetuar sus privilegios, así como impulsa la necesidad de su "derrocamiento" por la fuerza. Transitoriedad dudosa: como ayudar Polonia hoy, representa la primera posibilidad seria —desde que las masas son partícipes y protagonistas de ella, y desde que se proponen restablecer el control social sobre el poder y los medios de producción— de superar este tipo de sociedades, cuya transitoriedad, así como su supuesta tendencia intrinseca a la autoeliminación, es cada vez más dudosa. De ahí que no sea aventurado afirmar que Polonia 1980-1981 es a estos regimenes posrevolucionarios, lo que la Comuna de Paris al capitalismo. Ciertamente es de desear que sus suertes no sean idénticas, pero para que la actual revolución del pueblo polaco triunfe es preciso convertir las buenas intenciones y las consideraciones ético políticas conducentes a simpatizar con ella en fuerza de apoyo real, en solidaridad internacionalista efectiva. Polemizando sobre la cuestión nacional polaca entre 1893 y 1918 —con Kautski, Adler y otros—, Rosa Luxemburgo, militante del Partido Social Demócrata del Reino de Polonia, sostenía que el programa nacionalista del Partido Socialista Polaco iba a contrapelo del sentido general del desarrollo social, pues en su país aquél pasaba por la revolución en el imperio ruso y no por la restauración de Polonia como Estado independiente, aunque agregaba: "en cada país la cuestión de las nacionalidades varía con el tiempo, y ello debe obligar a una consecuente modificación en la valoración de estos fenómenos". Ahora, sin duda, el sentido del desarrollo social exige la existencia y defensa del Estado, y la nación polaca, de su soberanía y autonomía. En su tiempo, Lenin y los bolcheviques fueron acusados —por el poder establecido, y por sus adversarios— de agentes alemanes; los revolucionarios salvadoreños hoy son tildados de "marionetas de Moscú" y otras lindezas alucivas a Cuba y a Nicaragua. Bibliografía principal: Autogestions núm. 5 (revista trimestral del Estas adjetivaciones son propias de los defensores de mezquinos de privilegios, que con ellas pretenden desacreditar las fuerzas políticas y sociales que luchan por el progreso. Algunos, en Polonia quieren ver sólo la "mano negra" de la CIA, el dinero de la AFL-CIO, jesuíticas maniobras eclesiásticas y la conspiración imperialista. La agencia Tass, por ejemplo, en cable fechado el 27 de agosto de 1980 afirma que "La crisis polaca es resultado de la ación de alementos antisocialistas sostenidos desde el exterior por enemigos de Polonia." Es atribuirle al oscurantismo una capacidad de convocatoria que por su propia naturaleza no tiene, ni poseerá. Simplemente se trata de un pueblo que ha resuelto ponerse en acción y en movimiento atrae y combate la presencia de esos factores, los sopesa y esquiva, asumiéndolos como lo que son: un obstáculo más a superar. Así, la "Comuna" de Polonia procede a desempolvar —paciente, cuidadosa y rigurosamente— el pesado baúl de añejas ideas que hoy por hoy llevan a cuestas quienes intentan transformar al mundo en sentido socialista. Se puede ayudar. . . a condición de hacer de la emoción, ilusiones y esperanzas que despierta Polonia 1980, fuerza política. agosto de 1980 al 6 de junio de 1981. Centro Internacional de Investigaciones sobre la Autogestión, CICRA), París, primavera 1981. Georges Haupt: "Rosa Luxemburgo y la cuestión nacional"; en Cuadernos Políticos núm. 21, México DF, julio-septiembre de 1979. Bohdan Cywinsky: "La sangre de Polonia y el polaco de Roma", en Nexos, núm. 40, México DF, abril de 1981. Antonio Moscato: "Polonia: las redes de la fe"; en Nexos, núm. 42, México DF, junio le 1981. Le nouvel Observateur núms. 818 al 864, París del 12 de julio de 1980 al 1° de junio de 1981. Palos de la crítica núm. 2-3, México DF, oc- Le Point núms. 413 al 455, París, del 18 de tubre 1980-marzo 1981. Andrzej Stawar: Libres ensayos marxistas; ERA, México DF, 1977. EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE "Una declaración del Frente Socialista de Chile indicó que `consideramos un error retirar la representación diplomática francesa en Santiago'. A juicio de esa entidad, lo apropiado es mantener una relación distinta a la anterior entre esa representación y los sectores democráticos chilenos. Un personero socialista —Eduardo Long Alessandri— envió un cable al nuevo presidente de Francia, festejando su triunfo como `victoria de todos los socialistas del mundo'." Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981. 27 Chile: Por el reencuentro socialista Homero Julio Para cualquier observador desapasionado de la política nacional, salta a la vista la profunda crisis del socialismo chileno. El Partido más grande de la izquierda, que tuvo el papel protagónico en el período más revolucionario y más intenso de toda la historia del país. los mil días del gobierno de Salvador Allende, aparece hoy profusamente dividido, con el agravante de que las fuerzas centrífugas que parecen existir en su seno continúan primando sobre los restos de su cohesión interna. A lo menos seis grupos, independientemente de su mayor o menor significación se atribuyen en este momento la legitimidad partidaria y utilizan el nombre del Partido Socialista. Para quienes se han extraviado a través de esta larga odisea, los señalarnos en orden alfabético por el nombre de los dirigentes o las denominaciones que les dieron origen: Clodomiro Almeyda, Carlos Altamirano, Coordinadora Nacional de Regionales, Frente Socialista, MAS-USOPO y Aniceto Rodríguez (donde confluyen la Corriente Humanista y la Comisión para el Consenso). Por qué las divisiones Se ha tratado de buscar una explicación a este fenómeno dispersivo en las diferencias internas que existían en el PS ya antes del golpe militar de 1973 y que esa derrota habría exacerbado hasta el extremo de provocar la división. Sin desconocer cuanto de verdadero hay en esa afirmación, parece excesivo atribuir también a ella divisiones posteriores, incluso al interior de cada grupo, sin razonar con un voluntarismo ilusorio. Se puede afirmar, contradiciendo esa aseveración, que en el seno del Partido Socialista existieron siem- pre y desde su fundación diferencias entre diversos sectores, sin que ello afectase el desarrollo unitario de su dialéctica interna ni provocase rupturas traumáticas en mayor medida que las fracturas que han sufrido las demás fuerzas políticas que existen en nuestro país. que no siempre mostraban a la luz sus divergencias. Por otra parte. si bien es el Partido Socialista la organización que ha sufrido más violenta y públicamente este proceso. no puede desconocerse que él abarca ámbitos más amplios. llegando a afectar a todos los partidos de la izquierda chilena y a sus organizaciones unitarias. lo que no se condice con una explicación que busque sus orígenes en el interior del Partido Socialista. Por todo ello, parece ingenuo pensar que este problema tenga su causa principal en la enconada lucha posicional en el interior del Partido. Parece más bien que esa lucha es parte sintomática del mal que nos afecta, el que debe situarse fundamentalmente en la relación debilitada del Partido con las grandes masas nacionales y en la ausencia de una alternativa realista y revolucionaria del Partido y del movimiento popular. Si no tratamos de engañamos a nosotros mismos, con lo que haríamos un flaco servicio al socialismo y a las clases trabajadoras, debemos reconocer que la violencia del golpe de Estado y la represión consiguiente han abierto una amplia brecha entre el Partido y las demás fuerzas de izquierda y las masas trabajadoras de nuestro país. No existe casi un contacto político con las masas y nuestras vinculaciones orgánicas con ellas son extraordinariamente débiles. No cumple por ello objetivamente el PS un papel de dirección de la 28 clase trabajadora, ni esta última en su conjunto el papel de vanguardia en la recuperación de las libertades democráticas y mucho menos en una aspiración socialista. Ausencia de un proyecto realista Este debilitamiento objetivo en la relación Partido-masas está en íntima correspondencia con la ausencia de una alternativa del Partido y de la izquierda a la propuesta que impositivamente plantea la dictadura. Durante siete años el Partido Socialista y la izquierda chilena han sido incapaces de presentar al país un proyecto realista para derribar la actual dictadura y generar un gobierno de transición, que agrupe tras de sí a las grandes mayorías nacionales. Esto ha dejado al movimiento popular a la deriva y a los partidos de la izquierda a la espera de que hechos políticos externos, ajenos a su voluntad expresada en acción, puedan modificar la situación existente para hacerlos aparecer como sujetos del cambio institucional y social. Pareciera que se ha hecho la elección de tener un PS (o varios PS), como testigo presencial de su tiempo, del cual podrá dar testimonio a nuevas generaciones. La Democracia Cristiana, en cambio, se ha presentado ante el país con una alternativa propia, ganando considerables espacios en el movimiento obrero, en las capas medias, en la intelectualidad y en otros sectores importantes de la sociedad chilena, obligando en la mayoría de los casos al movimiento popular a ponerse detrás de una alternativa que no es suya. En este sentido, el punto más avanzado a que han llegado los partidos de la izquierda ha sido la búsqueda, no siempre por las vías más conducentes al efecto, de un acuerdo con la Democracia Cristiana, el que ésta ha rechazado permanentemente, por estimar que la izquierda no tiene otro camino que no sea alinearse tras el proyecto que ella propone si quiere realmente cambiar el gobierno. Esta incapacidad direccional del PS y la izquierda para generar su propio proyecto frente a la presente coyuntura, trae a la memoria la imposibilidad de un acuerdo político posible en los últimos meses del gobierno de Unidad Popular, y no se puede menos que lamentar la escasa renovación de cuadros en las direcciones máximas de los partidos, pues la mayoría de los actuales dirigentes se visualiza asociada a esta ausencia de dirección política, de trágicas consecuencias para Chile y para su pueblo. Toda esta situación, evidentemente negativa y de un retroceso no terminado del movimiento popular, plantea la urgencia de resolver el problema de qué hacer para reencontrar un Partido Socialista unido, que en tal condición ha sido siempre un factor de unidad en el conjunto de la izquierda, y para dotarlo de un programa que contemple una alternativa revolucionaria y realista frente a la dictadura, que sea visualizada por las grandes mayorías nacionales corno una solución válida a la que se adscriban no sólo teóricamente sino también en la acción. Se trata, por consiguiente, de revertir el sentido general del proceso social chileno en favor de las clases trabajadoras. Factores de reencuentro Para cumplir esta finalidad no se parte de cero, sino con una larga serie de factores comunes que, considerada su significación, constituye una buena base para facilitar el reencuentro. Entre ellos, es de particular importancia un sentimiento generalizado sobre la necesidad de la unidad, que tiene su raíz en la conciencia de que sólo un Partido Socialista fuerte y cohesionado es garantía del nacimiento de una alternativa popular. Existen indudablemente en el terreno individual o de pequeños grupos algunos que, a la inversa, creen positivo lo que consideran que ha sido una depuración en las filas del Partido para eliminar las tendencias conservadoras u otros que piensan que han logrado liberarse de los sectores extremistas, pero tanto los unos como los otros son cuantitati‘vamente irrelevantes frente a la gran mayoría de los socialistas que aspiran a reencontrarse con el viejo Partido que conocieron. Otro factor común a casi todos los socialistas es su defensa intransigente de los principios que constituyen el acervo histórico del Partido, que se ha acentuado particularmente en el último período como u na reacción de 29 protección frente a las fuerzas centrífugas que se observan. También en este caso existen algunos focos que reivindican la historia del Partido a partir solamente del Congreso de Chillán u otros que quisieran cancelarlo de su historia, creando voluntarista y antojadizamente un pasado diverso al verdadero. La respuesta socialista es la reiteración orgullosa de sus principios ori- ginales, asumiendo como propios las virtudes y los defectos que hicieron grande al socialismo chileno. Es también un elemento inserto en el universo socialista, que debe pesar positivamente en un proceso de reencuentro, la indiscutible decisión revolucionaria que anima al conjunto de la militancia, con independencia de las interpretaciones sectarias o los juicios diferentes sobre las vías para alcanzar el cambio revolucionario. Esta vocación de combate ha tenido sus momentos relevantes en la revolución socialista de 1922, en la lucha contra el nazismo durante la segunda Guerra Mundial, en el gobierno popular de Salvador Allende y en la resistencia contra la dictadura militar y no existe ningún socialista que no reivindique como propias esas batallas y que no aspire a continuar en la trinchera popular hasta la concreción de un Chile socialista. Otro elemento aglutinador, destinado a tener un extraordinario realce en el futuro, es la determinación de todos y cada uno de los socialistas de transitar por la senda trazada por Salvador Allende, portaestandarte de las esperanzas de nuestro pueblo de una sociedad más justa e igualitaria. La herencia de Salvador Allende pesará permanentemente en forma positiva frente a cualquier proceso reunificador. Sin imposición de sectores No obstante la importancia de éstos y otros factores cohesionantes, es evidente que en las condiciones presentes no es posible en la práctica hacerlos va- ler en ninguna instancia como referentes suficientes para la reconstitución socialista. En este momento, además parece difícil que alguno de los actuales grupos que hemos mencionado anteriormente o de los que pudieran crearse en un futuro próximo esté en condiciones de hegemonizar al conjunto de la militancia del viejo tronco socialista. Más allá de la discusión ideológica, que necesariamente se produce entre ellos, existen desconfianzas, suspicacias, abiertas enemistades que alcanzan el carácter de odiosidad e, incluso, la defensa de posiciones personales (para decir lo menos, discutibles, sea por su significación o por su legitimidad). En estas condiciones, no aparece objetivamente probable que ninguno de estos sectores renuncie en favor de otro al que juzgan su derecho de ser la continuación histórica y orgánica del Partido de Salvador Allende. Esto mueve a pensar que esta lucha por la hegemonía eternice la división socialista, haciendo con ello un aporte a la continuación del régimen militar. Si se considera, entonces, como irreal la posibilidad de una reunificación socialista hegemonizada o dirigida por alguno de los sectores existentes y al mismo tiempo se afirma que existen factores comunes entre todos ellos que operan positivamente para la reunificación, el problema que se plantea es cómo crear un punto de encuentro permanente, no limitativo ni excluyente, donde cada grupo mantenga inicialmente su organicidad, que sirve de avío a una operación integradora. La búsqueda iniciada En este sentido, se han hecho importantes y significativos esfuerzos, tanto dentro como fuera del país, sin que hasta ahora se arribe a la ecuación buscada. En Chile, el 19 de abril de 1979, nace la Convergencia Socialista, reconociendo en su seno a lo menos tres de los sectores ya mencionados. Lamentablemente esta iniciativa ha limitado sus perspectivas, al entrar la Convergencia al mismo juego hegemonizador de los grupos por separado. Con posterioridad, a comienzos de 1980, se crea el Frente Socialista, organismo que surge como referente unitario e inicialmente con participación efectiva en el limitado trabajo político que existe en el país. Sin embargo, a poco andar, se ha ido colocando en una posición aislacionista del universo socialista, con la pretensión de transformarse en referente único y excluyente, lo que dificulta que pueda llegar a constituirse en un factor positivo del proceso reunificador. Finalmente, como un hecho puntual pero de singular importancia, debemos mencionar la celebración unitaria (con la sola exclusión de los sectores Almeyda y Frente Socialista) del cuadragésimo octavo aniversario del Partido, lo que implica en su intencionalidad un empeño por revertir la situación existente. En el exterior, en los últimos meses de 1978, el compañero Raúl Ampuero, con el significativo aporte de la Liga por los Derechos y la Liberación de los Pueblos, invitó a todos los partidos y A LA PLATA, PLATA Sí. Hicimos un estudio y decidimos que era muy conveniente recibirnos de todas las escuelas de la comuna. Nos significa mayores recursos del orden de los trecientos millones de pesos al año. ¿Cuántas escuelas hay en su comuna? -- Hay cincuenta y cuatro escuelas de enseñanza básica fiscal, y tres liceos. — ¿Y cuántos profesores para todas? - Mil seiscientos funcionarios entre docentes, profesores y administrativos. ¿Es positivo el traspaso de la educación para una comuna pobre? Es muy positivo. Sólo con el aumento de los ingresos al doble significa treinta y un millones mensuales más de administración directa en los problemas de las escuelas." Felipe Montero Jaramillo, alcalde de Pudahuel, quien según la entrevista ". . . parece cazador antes que alcalde. En verdad prefiere pescar , truchas salmonadas, y baja los ríos del sur en kayak. Es un alcalde nuevo, con apenas siete meses en el cargo". Qué pasa núm. 532, Santiago de Chile, 18 al 24 de junio de 1981. "— 30 militantes que se identifican como integrantes de una gran vertiente socialista en el interior del movimiento popular al así llamado Encuentro de Ariccia, de donde surgió un Comité de Enlace, que continúa trabajando en la perspectiva de ser un punto de encuentro y, finalmente, cauce común para todos los componentes de esta área socialista. Llevar a buen fin una iniciativa de esta magnitud, más amplia y ambiciosa que la sola reunificación socialista, presupone sin embargo la existencia en su seno de un Partido Socialista fuerte y unitario. De allí que parte del esfuerzo actual del Comité de Enlace se oriente en esta dirección, habiendo logrado la firma conjunta de un documento de los mismos cuatro sectores que en el interior celebraron en conjunto el aniversario del Partido y su incorporación en forma permanente al Comité de Enlace, el que ha pasado a convertirse así en el primer punto de encuentro estable de esas cuatro corrientes hecho que tiene una significación indudable, más allá de su presencia formal en el mencionado Comité. Siempre en esta misma búsqueda, tuvo especial valor el llamado Encuentro de Roma, en los meses de julio y agosto de 1979, al que concurrieron de una y otra forma cinco de los seis grupos ya citados. En esta oportunidad se avanzó notoriamente, al suscribirse documentos comunes por representantes del interior y el exterior, siendo en definitiva la falta de madurez y la intención hegemonizadora de algunos lo que malogró la iniciativa. Condiciones de avance Es evidente que un punto de encuentro no es sino el inicio de un posible proceso reunificador. Para llevarlo adelante nos parece que deben concurrir copulativamente a lo menos tres condiciones. Primero, aceptar que lo que define la adscripción de una persona a un partido político es el programa que éste sustenta y no una ideología determinada. Las religiones y las escuelas filosóficas proceden a la inversa y para participar en ellas se debe ser creyente del conjunto de principios ideológicos que la informan. Pero a nadie, en su sano juicio, se le puede ocurrir rechazar de un partido político a un postulante que persiguiendo las mismas finalidades programáticas diverja de su ideolo- gía personal o de grupo. Quien escribe estas líneas es un marxista convencido y, sin embargo, no comprende por qué superior razón no pueda estar en una misma organización con un cristiano que también quiere luchar por el socialismo. Cobra este asunto particular importancia en América Latina y especialmente en Chile, donde las masas cristianas constituyen una parte considerable de la clase trabajadora y un sector de ellas aspira a una solución socialista para resolver los problemas del país. Segundo, los sectores que confluyen hacia la reunificación no pueden tener la pretensión de imponer al conjunto la totalidad de sus programas, lo que haría imposible todo acontecimiento. El programa que asumirá cocomo propio el Partido que surja debe ser el producto de la discusión común bles, señalamos a continuación los siguientes, que nos parecen forman parte del acervo histórico del PS. a) La tarea principal que se propone el PS es la construcción del socialismo en nuestro país. Ella delimita inmediatamente el contingente de militantes de aquellas personas que luchan por mejorar la sociedad actual, pero cuya aspiración última es crear una sociedad democrático burguesa, con el más amplio contenido social posible. Para los socialistas el período democrático burgués es importante porque representa un estadio avanzado del desarrollo social, pero fundamentalmente porque les otorga espacios que facilitan su lucha por el socialismo. b) El PS es revolucionario, porque se propone modificar sustancialmente la sociedad actual, entregando a las clases trabajadoras la propiedad de los le sus contenidos y, seguramente, en ina primera fase se limitará a los planeamientos esenciales, para que sea la lialéctica interna de su discusión como iartido unido lo que de respuestas más :omprehensivas. Tercero, el Partido que renazca de)e a su vez ser construido sobre bases ;omunes. Es por ello que cada grupo lebe individualizar previamente las n'oposiciones mínimas que considera rrenunciables. Esto permitirá definir Eesde el comienzo cuales sectores pue[en arribar a un acuerdo definitivo y uales no continuarán en la discusión ¡ara proseguir entonces un camino iropio. medios de producción y cambiando en forma radical las actuales relaciones productivas. Son estas medidas y sus consecuencias las que le otorgan su carácter revolucionario y no las vías que se utilicen al efecto. c) El PS es democrático. La vida interna del partido debe ser una especie de anticipación de la sociedad que pretende construir, en forma tal que sea en sí mismo un estímulo y un ejemplo para las clases trabajadoras. Un partido monolítico, "de nuevo tipo", en donde siempre la democracia interna está supeditada al centralismo y donde es el vértice partidario el que decide por el conjunto de la militancia, incluso en la renovación de sus cuadros, no podrá jamás construir un sistema social democrático y pluralista sin negarse a sí mismo. La historia es una confirmación de este acerto. Contenidos irrenunciables manera de proposición, y sin el afán de agotar estos contenidos irrenuncia- 31 ¿Revolución en la revolución ? La Comuna de Polonia Marcelo Schilling Los grandes estallidos sociales aparentan tener su origen en incidentes inmediatos y de "poca monta". Polonia 1980 no escapó a esta especie de norma. El primer grito que se escuchó en los astilleros Lenin y Comuna de París en Gdansk, cuya huelga terminaría por investir de rasgos políticos y de carácter nacional al movimiento económico reivindicacionista y focalizado que se desarrollaba desde julio de 1980 en el país, fue: " ¡Anna! ¡ Reintegrad a Anna!." Se exigía así a la dirección del astillero Lenin que Anna Walentynowicz (la libertad parece tener nombre de mujer), antigua y prestigiada luchadora obrera "no oficialista", fuera reincorporada a su trabajo, junto a otros dos de sus camaradas. Poco antes, Anna había sido despedida bajo la acusación de "agitadora". Sin embargo, la Walentynowicz, miembro del comité de huelga en Gdansk 1970 y distribuidora del periódico ilegal Robotnik (El obrero) no era más que el detonante de un conflicto mayor, de más remotos antecedentes y vastas proyecciones. ¿Donde y qué buscar? ¿En las "lagunas" de la teoría de Marx?, ¿o de Lenin? Es el camino sugerido por aquéllos que ponen en duda la existencia de una teoría política y, o del Estado en Marx, Lenin y sus continuadores. Marx, como crítico de un estudio preciso del capitalismo y testigo de la experiencia de la Comuna de París, y Lenin, en tanto crítico de otro período de su desarrollo y orientador principal de la primera revolución anticapitalista, concluyeron en la necesidad de todo un período histórico para la transición a la sociedad sin clases. Am- bos la definen necesaria por cuanto estiman que, aún cuando conquistado el poder por la clase obrera, persiste la lucha de clases. Por lo mismo, postulan que transitoriamente se precisa organizar la nueva dominación, que eliminará toda dominación, en un Estado de dictadura del proletariado. Producida su teoría revolucionaria en condiciones históricas concretas no podían, Lenin y Marx, sino dejar "lagunas" en sus formulaciones sobre teoría política y del Estado para la organización de la nueva dominación transitoria. Desconociendo la .duración del período de tránsito y aún errando en el vaticinio al respecto, así como desconociendo los condicionamientos y la dinámica concreta que anima la transición, mal podían elaborar con base científica una teoría política y del Estado acabada para dicho período. Ello no obstante, ambos propusieron medidas tendientes a eliminar las diferencias entre dirigentes y dirigidos en el Estado de transición. Para Marx estas medidas eran las de la Comuna (en particular, salario funcionario igual al salario obrero, elegibilidad y revocabilidad de todos los mandatos, el pueblo en armas). Para Lenin eran las propuestas de limitar el poder de la naciente burocracia soviética, sobre cuya peligrosidad alertaba en el documento conocido como su testamento político. En consecuencia, tal vez podamos "disculpar" a Marx y Lenin de los sucesos que actualmente conmueven al movimiento revolucionario mundial: Polonia 1980-1981; el exilio masivo de cubanos al "paraíso" estadunidense en 1980; la guerra chino-vietnamita; Cambodia; Checoeslovaquia 68; Hungría 56; y bastantes más. 19 Si no es en las "lagunas" de la teoría revolucionaria donde resulta acertado hurgar para descubrir las causas de la situación actual de Polonia y, en general, del "socialismo realmente existente", podría resultar recomendable Investigar en las condiciones históricas específicas y en la dinámica concreta pe anima el desenvolvimiento de las sociedades generadas a partir de las revoluciones anticapitalistas triunfantes. Retraso y coexistencia Tal vez sea en la cuestión de la apropiación del patrimonio científico cultural de la humanidad, resultante del desarrollo de las fuerzas productivas, Por el proletariado y los explotados en general, y en lo lato del período de coexistencia entre los regímenes de transición y el imperialismo, donde se pueda encontrar las claves explicativas de la situación polaca actual. El primer problema está en la base del surgimiento de la burocracia como fuerza social y política dirigente en la transición, en tanto este conglomerado social proporciona laintermediación necesaria para la superación de la de la contradicción entre teoría y movimiento. El carácter inicialmente progresista de este grupo político social no puede desconocerse por el hecho de terminar convirtiéndose en una nueva clase dominante que tiende a reproducir y perpeturar su condición de privilegio. Sin embargo, la realidad demostró que las revoluciones anticapitalistas, en vez de dar lugar a un proceso más o nenos acelerado de eliminación de las diferencias entre dominados y dominadores, vieron cristalizar una nueva for- d) El PS será participativo, porque propenderá a incorporar a cada uno de sus militantes al conjunto de sus tareas, permitiendo que sea el esfuerzo y el sacrificio desplegados en ellas y los aportes que se realicen los que determinen la integración a sus diferentes estructuras y niveles. En este sentido propendera, además, a crear mecanismos democráticos de control, que permitan periódicamente la mantención o el reemplazo de los dirigentes. e) El PS decide con total autonomía su línea política y orgánica, sin someterse ni reconocer ningún centro internacional con autoridad para modificarla. Debe ser nuestro propio análisis de la realidad nacional e internacional el que determine el quehacer partidario. Ello no obsta a que el Partido se oriente a crear las mejores relaciones con todos los partidos y movimientos populares en el mundo y con las organizaciones en que ellos participen. De aquí, su doble carácter de partido profundamente nacional y su indiscutible vocación internacionalista. f) El PS trabajará incansablemente por desarrollar estratégicamente el más amplio proceso unitario con todos los partidos y sectores que luchen por el socialismo en nuestro país, privilegiando los comprendidos en la vertiente socialista del movimiento popular. Esta misma actitud unitaria informará nuestra labor en el seno de las clases trabajadoras, que serán en definitiva los protagonistas de la revolu ión socialista. Una propuesta del partido Se ha señalado como no suficiente la existencia de un Partido Socialista reconstituido en el conjunto de la izquierda chilena, sino además la necesidad de dotar al PS y al movimiento popular de una alternativa realista y revolucionaria y, en este sentido, el Partido debe tener una propuesta que per- mita una amplia discusión en el interior de las fuerzas democráticas, de donde surja el proyecto definitivo del conjunto. En forma metodológica, nos parece que debemos distinguir tres momentos en el interior de dicha propuesta, sucesivos no en su enunciado, sino en su concreción. Los señalamos en sentido inverso al de esta última para facilitar la exposición. Así, el primero es el modelo de sociedad socialista que queremos construir, la utopía que proponemos al pueblo y a la que éste debe ligar sus esperanzas liberadoras. La propaganda de las ventajas de una República Democrática de Trabajadores, de las ilimitadas potencialidades que puede liberar, debe estar siempre presente en cada una de las acciones que el partido emprende, ligada a las luchas diarias de los diversos sectores, permitiendo que se vaya entronizando en la conciencia de los trabajadores manuales e intelectuales y consecuentemente expresándose en acción para conseguirla. El segundo momento de esta propuesta es la alternativa que se propone no ya al sistema, sino al régimen militar vigente. Sólo en la medida en que las clases trabajadoras y los sectores democráticos de la burguesía visualicen como posibles las soluciones ' ofrecidas habrá condiciones para movilizarlas para su realización. El tercer momento, no por coyuntural menos importante, es la formulación de una plataforma de lucha. El más imperioso problema del partido y de la izquierda es el de despertar en la clase trabajadora una conciencia que se encuentra actualmente adormecida por el terror y la necesidad de vivir, individualizando los factores movilizadores necesarios al efecto. Para ello, es obligatoria la presentación de una plataforma de lucha, que contemple los problemas de todos los días de los tra- bajadores y que, por consiguiente, incluya propuestas socialistas sobre la cesantía, los bajos salarios, el alza de los precios, la vivienda, la educación, la salud, etcétera. Es a partir de la movilización de la población por sus reivindicaciones concretas que será posible ir incorporando a los más diversos sectores democráticos a la alternativa realista que propongamos y posteriormente a la lucha activa por la realización del socialismo en nuestro país. Es evidente que en este aspecto, como en otros, el PS y la izquierda están en mora con el movimiento popular. No hemos leído, en efecto, desde el golpe hasta hoy, una sola página de los "escribidores" del Partido sobre el quehacer concreto, de todos los días, de los trabajadores, sobre los problemás mas inmediatos que les afectan. Bastaría la constatación de este hecho para comprender la distancia que hoy separa al PS y la izquierda de las masas. Entendemos que el análisis que hacemos puede herir susceptibilidades de algunos dirigentes, pero preferimos correr este riesgo antes que guardar un silencio culpable, que en nada ayuda a encontrar un camino de victoria. Es necesario, no obstante el extrarodinario retardo, abrir y desarrollar una discusión en profundidad que permita salir positivamente de la actual encrucijada y estamos convencidos que también serán muchos los militantes y dirigentes que comprenderán nuestra intención. El conjunto de estas observaciones no tiene otra finalidad que poner el dedo en la llaga de una situación que no puede prolongarse por más tiempo. Se hace necesario que cada socialista tome conciencia de la necesidad de la unidad y que actúe consecuentemente para obtenerla. La reaparición del Partido Socialista en la escena política chilena depende de cada uno de nosotros. LA IMPORTANCIA DE APRENDER IDIOMAS "Devor, California, 21 de julio (AP). Los jueces atribuyeron (sic) la capacidad de Anna Reynolds de hablar cinco idiomas, como una de las razones por la que triunfó sobre otras 16 concursantes en el torneo de belleza Miss Estados Unidos —Internacional Desnuda. Los hombros de la belleza, nacida en Chile, eran lo único que tenía cubierto el domingo cuando recibió el manto celeste al culminar el concurso de dos días en el campo nudista Treahouse Fun Ranch en esta localidad, a 100 kilómetros al norte de Los Angeles. 'Es magnífico —dijo hoy la reina de belleza de 25 años— especialmente porque soy de otro país'." Excélsior. México DF. 22 de julio de 1981. 32 Oscar Castro: "Aleph...número después del infinito" Entrevista por Ivonne Szasz y Ricardo Chelén El Teatro Aleph surgió en Chile en 1968, iniciando en el país el teatro de creación colectiva. Desde entonces, trabaja incesantemente, incluso en la campaña presidencial de Salvador Allende, luego durante su gobierno, llegando a realizar diversas presentaciones en el extranjero. Tras el golpe de Estado, montan una nueva obra. Después de algunas funciones, fueron arrestados. Juan MacCleod, actor, y la propia madre de Oscar Castro, quien no tenía actividad teatral ni política, desaparecieron desde entonces en los centros de tortura de la DINA, policía política de la dictadura de Pinochet. Los integrantes del Aleph prosiguieron su actividad en los campos de concentración, algunos por más de 2 años. Forzados luego al exilio, se establecieron en París, donde reconstituyeron el grupo con la incorporación de nuevos componentes, de distintas nacionalidades. Habiendo alcanzado gran éxito en Francia y Europa, realizaron recientemente una gira por Latinoamérica. En México, invitados por el INBA y FONAPAS para algunas fúnciones, debieron prolongar sus presentaciones en distintos escenarios durante los meses de junio y julio. siendo calurosamente acogidos en especial por el exilio latinoamericano. Esta fue la entrevista con Oscar Castro, director y principal animador del grupo: ¿Cómo entienden lo que ustedes llaman "cultura latinoamericana en el exilio"? Hay varios aspectos, en relación a la cultura latinoamericana y la cultura en general. Se ha teorizado y se ha hablado tanto de conservar nuestras raíces más autóctonas. Y a medida que va pasando el tiempo, los años, se va haciendo más relativo, la cultura se va haciendo más universal, por una necesidad de comunicación. Finalmente, el rescate de nuestra propia cultura em- pieza a hacerse un poco mitológico. Cuando hablamos de una "cultura latinoamericana" ¿de qué hablamos? En el teatro, por ejemplo, nosotros no tenemos una tradición como la de Europa. En Chile, el teatro empieza a hacerse mucho, mucho después; y mal que mal, tiene que ser una copia, de Shakespeare, Moliére y todos los creadores europeos. Sin embargo, en nuestra obra hay muchos elementos que son latinoamericanos. En "Mateluna", por ejemplo, las canciones, el chachachá; hay un ritmo latinoamericano, un tiempo distinto, con un humor distinto, empleando de repente recursos que el teatro europeo no emplea (en "Mateluna", la escalera, por ejemplo, salió por un problema económico, porque no teníamos plata para hacer una casa chica: resultó la escalera, que ha causado mucho más impacto que si hubiera sido una casa chica): Los valores, lo que nos queda de nuestra cultura, está siendo mezclado ya; uno "se afrancesa", así como ustedes van tomando modismos y manera de ser mexicana. A nosotros no nos interesa ser un grupo de teatro europeo o francés, sino hacer un teatro latinoamericano en francés. El problema de la cultura es muy contradictorio. El pintor, el poeta, el cantor latinoamericano que vive en Europa, ya sea por exilio político o cultural, tiene que esforzarse por ser más universal, tiene que tomar cosas de otros países. Nuestros cantantes en Francia tienen que cantar en francés, es la única manera que tienen de comunicarse. O si no, hacer largas presentaciones: "vamos a cantar una canción de una señora —todo esto en francés o en inglés— que viene bajando del cerro con una carga de leña y que en la carga de leña traía tal cosa o tal otra. Y cuando se encontró con su compañero que estaba abajo, estaba medio muerto de hambre y medio muerto porque le habían pegado los milicos; y entonces, ahora, les vamos a cantar la canción". Bueno, pero hay un lapso largo, que cuesta, en el que se pierde la comunicación. "Mateluna" no podía ser una obra en español, con explicación en francés. Hay cosas a las que hay que perderles el miedo. Neruda, por ejemplo, vivió tal vez la mayor parte de sus años más creativos fuera de Chile, y fue cada vez más chileno y más universal. Hay también un problema de calidad; un excelente pintor o un excelente músico traspone todas las barreras naturales, de lo que puede ser su vida, su país, todo. —En definitiva, los seres humanos somos siempre los mismos en todas partes .. —Claro. Por ejemplo, cuando yo leí Cien años de soledad de García Márquez, me pareció que era mi pueblo, que era Colingo. Y me contaba García Márquez que en Alemania una señora le había dicho: "pero si este es un pueblo alemán, que está ubicado en tal parte, ese es Macondo". Efectivamente, todos los países del mundo deben tener sus Macondos propios. En "Mateluna" lo más importante que logramos, sin ninguna pretensión y sin pensar que iba a resultar, fue mostrar que todos los exilios son iguales. Si tú tienes aquí una casa más grande, tienes el mismo problema de los papeles, la misma desesperación por la ciudad y porque no te entienden. Finalmente, el exilio no es tampoco una cosa de lugar. Un amigo actor que vino de Chile me decía: "Bueno, pero yo soy exiliado en Chile." Allá hay un exilio de los chilenos que piensan como nosotros, que son como nosotros, que se juntan y se encierran; y que están cesantes, tienen también nuestras mismas limitaciones, no tienen comunicación con la gente a pesar de que hablan el mismo idioma, que frente a los valores que trasmite la televisión, se dicen "¿qué me está ofreciendo el se- es lo mismo, se hace lo mismo. No es esta la primera represión de la cultura que se produce en Chile. Ya la resintió Recabarren, ocurrió después con González Videla, ahora con Pinochet. Y los creadores artísticos siempre se están preguntando, hoy día también, REVISTA LA BICICLETA CASILLA.6024 - CORREO 22 SANTIAGO - CHILE FONO: 221969 SUSCRIPCIÓN ñor éste? Yo no quiero comprar un avión de paseo". Imagínate: "Luche, señor, por un avión último modelo." — ¿Cómo se puede relacionar lo que ustedes hacen con el trabajo cultural en Chile? --Creo que lo más importante es justamente cómo podemos acercar lo de adentro y lo de afuera. Creo que eso es una política cultural que cualquier partido debiera seguir. Más que preocuparse de las formas, de qué es la política cultural, a dónde va; porque, como les decía, ese es un problema lleno de contradicciones, del que podemos estar hablando toda la noche. Creo que hay que ir más a las cosas prácticas. Ningún partido lo hace, no lo hacen. Actualmente no hay nadie que diga: "Mire señor, nosotros vamos a formar un equipo para mostrar los video-cassettes del teatro que se hace allá, y viceversa, lo mismo adentro, como se pueda." Que se muestren, no más. Yo creo que por ahí va una buena política cultural, que alguien se preocupe de mostrar lo que pasa adentro y afuera. Un intercambio. Es la única manera de que no se pierda el vínculo. En Chile, desde Recabarren, la lucha fue con teatro, con poesía. Antes de que ganara Allende, y después, durante el gobierno de Allende, igual, los grupos de teatro andaban en las poblaciones, en las fábricas. Y actualmente ¿qué arte es el que estamos haciendo?, ¿a dónde vamos, a quién queremos llegar? Creo que es bueno tomar conciencia: lo que pasa ahora en Chile pasó antes también. Y después se recuperó lo mejor, como va a pasar también después de este período. Pero como ahora se produce un exilio más largo, la posibilidad de no perder contacto sería muy buena. —¿Qué piensan ustedes del arte comprometido, cómo lo viven? —Nuestro trabajo del Aleph, desde que comenzó, fue siempre un arte comprometido consigo mismo, con nosotros mismos, mostrando nuestros propios problemas, en la forma más sincera posible, sin hablar un lenguaje calificado por un partido político. De repente, hablamos como MAPU, o como PC, o como socialistas. La gente dice: ". . . ah, lo caché que era —pongamos -- socialista. Sí, y de los socialistas de Altamirano, claro". Pero nosotros nunca hemos tenido, y creo que nunca tendremos un lenguaje calificable políticamente. Hablamos de nuestros propios problemas, en el sentido más profundo, del dolor, del amor. Durante la época de la Unidad Popular, nos dijeron una vez , que hacíamos teatro pequeño hurgues. Me acuerdo que el gordo Cifuentes, que en aquella época estaba con nosotros, dijo: "miren, yo creo que nosotros ha- cemos un teatro pequeño burgués porque somos pequeños burgueses. El día que seamos revolucionarios vamos a hacer un teatro revolucionario, pero mientras tanto no podemos decir mentiras". Yo creo que esa frase, que se dijo hace como doce años, empezó a ser corno una forma nuestra. Nuestro teatro fue creciendo o cambiando en la medida que nosotros fuimos cambiando, se fue haciendo más comprometido, pero porque nosotros estábamos comprometidos con la vida. Después del golpe militar, creo que el Aleph fue el primer grupo que presentó una obra política. ¿Que fue una locura? Claro, caímos presos. Entonces hicimos teatro de campos de concentración, de presos políticos. Pero no era una actitud heroica, era una actitud normal, porque estábamos presos y había que hacer teatro, nada más. Y desde que estamos en el exilio, teatro del exilio. La próxima obra, que estamos preparando, es sobre la valentía y el miedo. Es algo que también nos toca. Nos toca cuando uno dice, pochas, el honor, la valentía, ¿qué son para nosotros? Nuestro pueblo ha sido tan pisoteado, tan vilipendiado, escupido en el rostro. Y no hemos tenido nosotros una capacidad de respuesta, de honor, ACTOR PREMIADO Caracas, 4 de julio (DNA). El actor y director teatral chileno Lientur Carranza, avecindado desde hace varios años en Venezuela, ganó el premio al mejor actor de reparto, otorgado por la municipalidad (consejo municipal) de Caracas. Carranza, que ha dirigido y protagonizado varias obras, tanto en la capital venezolana como en ciudades del interior de este país, obtuvo el galarón por su actuación en la obra costumbrista del francés Denis Diderot, El vividor, escrita el siglo pasado. Excélsior, México D.F., 5 de julio de 1981. valentía. Hay gente que dice: "perdóname, nuestro pueblo es muy valiente"; o "yo soy valiente". Yo digo esto como lo veo, ningún partido político lo acepta: nuestros partidos no nos han educado frente al honor, frente a la valentía, frente a la dignidad. Nos educan en ganar pequeños pasos, en ir ganando niveles, ¡qué se yo! A lo mejor es verdad. Yo no entiendo mucho de geopolítica, pero lo que a mí me preocupa, a título personal, es que a nosotros, al menos a los del Aleph, para que nadie se sienta tocado, no nos educaron en lo del honor. cia empezó la actividad cultural. En Chacabuco había hasta un teatro que arreglaron los compañeros. Allí hubo gente de teatro, como Gonzalo Palta, Igor Cantillana y otros compañeros que hicieron una hermosa labor teatral. En Ritoque formamos dos grupos. Los que eran profesores hacían clases, los abogados pusieron oficinas de "problemas jurídicos", había campeonatos deportivos. Y nosotros hacíamos teatro, viernes por medio, cada grupo, con actores improvisados y la ayuda de muchos compañeros. --Pero se hizo, se hizo. Empezó en el Estadio Nacional, el mismo 11 de septiembre, cuando los compañeros estaban en los camarines, todos cagados, torturados y todo, y empezaban sesiones de chistes; en aquella instan- se hizo en los campos de concentración fue un poco para salvar la dignidad. Una de las cosas que más nos preocupaba era que los milicos nos vieran alegres. También ahí existe la dignidad, y está el honor, el orgullo y la --El teatro en los campos de conParecería imposible haber hecho centración, ¿respondía también a la teatro en los campos de, concentración. preocupación por el honor y la digni¿Participaban todos, obreros, dad? estudiantes, la gente que no era de teatro? --Claro que sí. Todo el teatro que valentía. Entonces, para volver a contradecirse, creo que para uno es muy importante —y los partidos deberían tomar en cuenta eso— no tener nunca las cosas claras y hacer las pequeñas cosas concretas. Tener las cosas claras jamás, porque entonces no hay creatividad, y si tú sabes que no tienes las cosas claras puedes hacer pequeñas cosas que finalmente son las grandes cosas. Dentro del campo, todo el mundo va creciendo, y en situaciones bien extremas. Creo que si nosotros hacemos todo un impulso interior, en situaciones extremas tendremos más capacidad de respuesta que la que tenemos, que la que tuvimos ... --La opción que ustedes plantean en "Mateluna" se entiende para la gente que salió va formada : hay qué abrir la maleta, hay que ver que pasa. Pero, aué ocurre con los que salieron niños? Mucha gente se preocupa sobre si sus hijos van a ser chilenos o, por ejemplo, mexicanos.. . —Mira, yo creo que uno se identifica con una causa, con una lucha que no es solamente chilena, que pasa a ser latinoamericana, sigues avanzando, y finalmente es una causa universal. El cabro que tiene ahora doce años, va a llegar una hora que tenga ganas de volver. . o a lo mejor —él, o nosotros- no tiene nunca ganas de volver, y que no tenga, pues. Que abrimos la maleta y nos quedamos. . . ¡nos quedamos! Todas esas contradicciones son válidas. Cabros de 8 años se van a vol-ver a Chile y van a trabajar por Chile, y otros de sesenta se van a quedar acá, viviendo y trabajando por México, ¡qué se yo! Unos sin ganas de volver y otros con ganas de volver. Yo creo que la lucha generacional es algo real, y que uno tiene que tener confianza en la gente que viene atrás, porque si no, es ahí cuando uno se empieza a transformar en un viejo de mierda. Hay que tener mucha confianza en los cabros que salieron de doce años y en los que salieron de dos. Esos niños van a volver, van a tener a Chile como un fantasma. Yo a mis cabros no los desespero. Cuando ven un partido de fútbol entre Francia e Inglaterra, y gana Francia, salen gritando: "on a gagné". ¿Ah? ¿cómo que "ganarnos"? dice uno, en la cocina, solo. Pero claro, para ellos, hemos ganado. Y bueno, ellos siempre tendrán a Chile, porque yo soy chileno. Máscaras, de Mario Toral El museo de Arte Moderno de México D F presentó durante los meses de abril, mayo y junio, una serie de 32 óleos de Mario Toral, titulada Máscaras. Nacido en Santiago de Chile en 1934, Mario Toral lleva desde muy joven una vida itinerante que le permite estudiar, enriquecer y dar a conocer su arte en diversas capitales del mundo. Así, realiza su primera exposición individual en el Museo de Arte contemporáneo de San Pablo, en Brasil (1955) y luego, becado por el gobierno francés, estudia grabado con Henri Adam en la Escuela de Bellas Artes de París (1959-61). Vuelve a Chile en 1963 para ser profesor de pintura de la Universidad Católica de Santiago. Desde 1973 reside en Nueva York, donde fue nombrado Artista en Residencia en la Universidad de Fordham de Nueva York y posteriormente obtuvo la beca de-la Fundación Guggenheim. A partir de 1955 ha presentado sus obras en prestigiosos museos y galerías de Europa y América, donde ha sido galardonado con premios internacionales y de la crítica. Ha participado, además, en la ilustración de varios libros de Pablo Neruda y ha escrito sus propios cuentos que han sido publicados en diversas revistas literarias. Desde tiempos inmemoriales, el tema de las máscaras ha fascinado y sigue fascinando a artistas y artesanos de todas las latitudes. En México, en particular, la máscara sigue vigente, no sólo en galerías y museos, sino también en los mercados de pueblos y ciudades, en ceremo- Y si algún día tienen inquietud social, la van a invertir en Chile o en Francia, y va a ser positivo de todas maneras. Entonces, tampoco le tengo miedo. —Oscar, ¿y por qué Aleph? —Porque le teníamos que poner un nombre. Íbamos a participar en un festival de teatro universitario y no te- nias y rituales populares. A diferencia de las máscaras mexicanas, ricas por su variedad de expresión, forma y material, ya que las hay labradas en madera, barro, obsidiana y jade, las máscaras de Mario Toral son hieráticas, vistas, generalmente, desde un solo ángulo, de perfil, y casi todas similares, en los 32 óleos. ¿Por qué este singular ángulo de expresión? ¿Acaso pensó el artista en esos rígidos centinelas de la Isla de Pascua, en su postura eternamente estática? Pero más que la pétrea rigidez del moai pascuense, estas máscaras de Toral sugieren cabezas en pena que, sin brazo, pierna o tentáculo que las aferre a la tierra, flotan en espacios infinitos, en huracanadas atmósferas convergentes, en calmos vacíos o en abismos aterradores. Todo se conjuga en ritmos vertiginosos, dentro de un color poderosamente luminoso ("Alegoría de máscaras") o poderosamente oscuro ("Máscaras prehistóricas"). Aparecen en ocasiones en planos diferentes dentro de un mismo cuadro, lejanas unas de otras, como si estuvieran sumergidas en el aislamiento más profundo. La misma soledad se manifiesta cuando se agrupan en verdaderas cascadas de máscaras o en bandadas huyendo de algo desconocido. Incertidumbre, desarraigo, búsqueda de la identidad perdida, la del individuo y la del hombre contemporáneo, parece sugerir el universo creado por Toral en esta serie de óleos, donde la figura humana, reducida tan sólo a una cabeza en forma de máscara, vaga de un lado a otro en busca de su redención. C.A.M.P. níamos nombre. Llegó un compañero que estudiaba matemáticas y dijo: "miren, yo traigo un nombre, Aleph". Es el primer número después del infinito. También es la primera letra del alfabeto hebreo. Bueno, después le hemos encontrado una serie de significados.. pero fué algo muy circunstancial. Organización sindical ... La transformación del Grupo de los Diez en la UDTCH (Unión Democrática de Trabajadores de Chile), que pasa a sustentar explícitamente una doctrina de innegables connotaciones demócrata cristianas, parece encaminada precisamente a la creación de una Central Sindical de esa tendencia. Esta no es una medida aislada. Se podría decir que en todo el movimiento sindical se asiste a la arremetida de la reorganización impulsada por la DC. La salida de Frez de la dirección del FUT parece deberse a su renuencia en someterse a esta nueva orientación. La Coordinadora Nacional Sindical podría reconocerse como una Central Sindical colocada más a la izquierda. Pero esto no impide que la DC pretenda mantener en ella una posición de importancia, a la vez que puede servirle de vehículo para intentar cooptar a ciertos dirigentes sindicales. La fortaleza sindical que pretende construir la DC se vería reforzada por las vinculaciones internacionales con organizaciones laborales como la AFLCIO En todo caso, estas acciones no implican cambio político en la DC, sino la puesta en marcha de una estrategia destinada a constituir bases sociales poderosas que respalden sus planteamientos políticos. Frente a la eventualidad de una continuidad prolongada del régimen, le da fuerza social suficiente para reclamar ser aceptada como oposición válida e influyente. Frente a la eventualidad de una crisis, la coloca en condiciones ventajosas para plantearse como alternativa. Con estas acciones la DC entra abiertamente a disputar los sectores laborales con la izquierda, tratando de desplazar a estos últimos. En el intertanto podrá llegar a acuerdos con los grupos sindicales de orientación izquierdista, pero en el entendido de salvaguardar su independencia en este sector y siempre que tales acuerdos no vayan a beneficiar a aquéllos. Iglesia y DC Hay un elemento que parece prestar una ayuda considerable a la política reseñada. Se trata de los últimos acontecimientos relacionados con la iglesia chilena. No es que postulemos que haya identidad entre la Democracia Cristiana y la Iglesia. Pero sí que existen ciertas afinidades o maravillosas coincidencias. Gran escándalo produjeron las declaraciones del Cardenal en que se criticó duramente al régimen. Mayor escándalo aún las indignadas e irrespetuosas réplicas que lanzaron los sectores oficialistas. No era para menos, después de un período de progresiva legitimación del régimen y repliegue crítico, la Iglesia parecía pasar bruscamente a una oposición decidida. Pero nadie podría acusar a las autoridades eclesiásticas de temperamentales. Lo que parece existir es una política consistente de agregación de fuerzas. Por una parte, se va progresivamente hacia la eliminación del techo que otorgó la iglesia a ciertas actividades de oposición. Es posible que se considere que tal techo favoreció principalmente a grupos de izquierda en desmedro de grupos más cristianos. A la vez, se pretende entrar a disputar con los sectores de izquierda la dirección de la oposición y movilización popular. De aquí se puede entender hechos tan contradictorios como las declaraciones del Cardenal y el desmantelamiento de la Vicaría. La Iglesia no puede transformarse en una iglesia de ricos que lanza a los sectores populares en brazos del marxismo. Tampoco la iglesia puede ayudar a grupos vinculados a la izquierda, pues el desarrollo de éstos tiene muy poco que ver con la iglesia y su orientación. De aquí que se pueda afirmar que las acciones de la iglesia pueden colaborar bastante con la actual política de la DC. Partidos de izquierda Sabido es que la única oposición decidida que enfrenta políticamente el régimen es la de los partidos y movimientos de izquierda. La legitimación del régimen, o al menos la aceptación de su institucionalidad, que adoptó la DC despúes del plebiscito de septiembre, dejó a la izquierda en una situación precaria. Débil política y socialmente, deja de tener ese cierto tono de decencia que otorgaba el paraguas de la DC. Las últimas acciones emprendidas Informe por la DC colocan a la izquierda en condiciones aún más difíciles, pues debe competir con ésta más agudamente en el terreno social, sin contar con la organización y recursos adecuados, además que sin la Iglesia. Por otra parte, la situación de los partidos no experimenta grandes variaciones. El PC parece continuar enfrascado en una fuerte polémica acerca de la "perspectiva insurreccional" y, en el intertanto, puede dedicarse a problemas de organización que aseguren su permanencia y eventual crecimiento, pero sin que ello implique la adopción de un programa político claro para hacer frente a la situación actual. Continúa penando en la izquierda la crisis del Partido Socialista. Sumido en un profundo fraccionamiento, su política se hacía cada vez más difusa y tiene dificultades para expresarse en el plano de la acción, ya sea sindical, estudiantil o propiamente política. Hay numerosas declaraciones, reuniones y acuerdos que parecieran por momentos anunciar la unidad de este Partido. Incluso la prensa —comprendida la de derecha y oficialista— ha estado informando sobre estos hechos, mostrando indirectamente su preocupación por tal posibilidad. Pero tal unidad resulta difícil, a pesar de que si en algo hay unanimidad es en admitir que, a causa de ésta, la actividad del PS, en cada una y en el conjunto de sus fracciones, se deteriora continuamente . En la actualidad, pareciera que los intentos unitarios, tienden a constitución de dos PS. Uno estaría formado por todos aquellos sectores que no adhieren a la directiva de Almeyda. El otro comprendería a estos últimos. De todas maneras no resulta fácil Situación nacional coyuntura política Taller de análisis político* saber qué es lo que ocurrirá definitivamente al respecto, puesto que si los socialistas entran a la discusión de la vía violenta, las posibilidades de unidad o fraccionamiento pueden ser distintas. Como se ha señalado en otras oportunidades, la división del PS beneficia indirectamente a los llamados partidos "chicos". Estos habrían tenido un cierto desarrollo, justamente ocupando en parte el espacio que deja el PS. Sin embargo, en estos partidos "chicos" tampoco las cosas serían muy tranquilas. La consolidación e institucionalización del régimen, juntamente con el planteamiento de una opción de carácter insurreccional, vuelven a plantear el problema dé cómo hacer política. Tendencia posible Frente a esta pregunta no es extraño que se trate de constituir alternativas que de alguna manera combinen los conceptos de democracia y socialismo. De hecho, es perfectamente posible que se constituya alguna línea o tendencia para configurar un movimiento político de carácter socialista y democrático. Pero, no obstante los acuerdos en los principios, la difi* El Taller de análisis político es un grupo de cientistas sociales reunidos en Santiago de Chile que publica Informe de coyuntura política, análisis mensual del acontecer nacional basado en información pública de diversos medios de comunicación que pretende dar una visión crítica y objetiva de los acontecimientos políticos nacionales. El texto que se reproduce corresponde a partes del Informe núm. 11, mayo 1981, y núm. 12, junio 1981. cultad puede producirse en relación a las formas de hacer política. En efecto, uno de los atractivos mayores de esta tendencia radica justamente en la posibilidad de comenzar a hacer política pública ahora, aún vigente el régimen creado por los militares. En tal caso podría tratar de lograr una ubicación de oposición tolerada similar a la que pretende la DC. Sin embargo, en este intento táctico es posible que tal política tienda a poner más énfasis en el reformismo que en el socialismo, mirando más hacia el centro político. Difícil resulta en todo caso saber la fuerza que podría llegar a tener una tal tendencia y quizás más difícil aún sea vaticinar su orientación definitiva. En todo caso es muy posible que en el futura próximo el panorama se vaya aclarando. En este contexto, la existencia de expresiones de violencia política opositora, como la de radio Portales, contribuyen a estas rearticulaciones en los movimientos políticos de izquierda. Siendo poca la violencia, en todo caso está presente y es difícil que las agrupaciones políticas no se vean afectadas por esta presencia. Primero de Mayo Desde hace algunos años el primero de mayo se ha transformado en un día de protesta social por la oposición al régimen. Más o menos, pero siempre algo hay. Este primero de mayo existían ciertas expectativas de que el movimiento laboral opositor fuera capaz de una presencia de importancia. Había a lo menos dos hechos que lo 39 hacían probable. El primero y más importante de ellos era los signos de unidad sindical que se estaban produciendo. Más aún, fueron todas las centrales sindicales de importancia las que conjuntamente convocaron a un acto para recordar la fecha. El otro acontecimiento presente era la existencia de la huelga de los trabajadores de la mina de cobre de El Teniente. A pesar de que esta huelga es de carácter legal y se inscribe dentro de todas las limitaciones del Plan Laboral, el alto número de trabajadores involucrados y el tipo de actividad paralizada le otorgaban una gran importancia. A pesar de lo anterior, el primero de mayo, en cuanto expresión de fuerza laboral opositora o de protesta social, se mostró bastante débil. Fue suficiente que se prohibiera el acto programado y se cerrara el local respectivo para que él no se realizara. Los incidentes ocurridos fueron menores y los 141 detenidos fueron más expresión del deseo de mostrar capacidad represiva por parte de las fuerzas de seguridad, que del número o audacia de los manifestantes. Un acto concurrido y combativo en el local del sindicato Panal se diluyó entre canciones y poesías, hasta terminar sin ningún incidente con las fuerzas de seguridad apostadas masivamente en el exterior. Es posible que en todo esto opere, por una parte, un comprensible temor frente a una represión que insiste en mostrarse implacable. Por otra parte, también es posible que se haya producido un cierto desencanto en cuanto a este tipo de medios. En suma, no se ve qué es lo que se podría ganar y sí lo que podría perder. Pero, en realidad, lo anterior es más bien expresivo de la . falta de plataforma política de la oposición. Lo que, evidentemente, opera como elemento desmoviizador . Nadie va a salir a gritar contra el gobierno puramente por darse el gusto de hacerlo y arriesgarse a sufrir sanciones severas públicas y privadas. Perspectiva de unidad En todo caso, lo que parece valioso para la oposición se refiere más específicamente al movimiento laboral. Aquí las exigencias de una unidad A los Trabajadores de El Teniente, y a la Opinión Pública en General iSE NOS QUIERE ELIMINAR LOS SIGUIENTES PUNTOS! 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. Los seis días en el caso del Rol B, se estarían perdiendo. El Bono de Producción se estaría perdiendo, en los casos de: Enfermedad, Vacaciones, Accidentes de Trabajo, Permisos por Fallecimiento Rol C, en este caso por Permiso Pagado y Permiso Maternal. Se estaría perdiendo el Bono de Trabajos Nocturnos, para aquellos Trabajadores que laboran entre las 19 y 23 horas. Se estaría perdiendo la Gratificación garantizada, que fué pactada en 1972. A los Trabajadores de apoyo a la Producción, se les quiere pagar sólo 15 días de vacaciones. Se nos quitan los Préstamos de Emergencia. Se nos quitaría una cláusula donde están garantizados todos los derechos adquiridos en el año 1972. Se nos quita el aporte del 50% para construcción Clínica Dental, conquista que se obtuvo en el año 1980. Se elimina el sistema de Relaciones Laborales, que priva la participación a los Dirigentes Sindicales. Se nos quita el subsidio de enfermedad, que fué entregado por el Presidente de la República en el año 1975, en el Sindicato Industrial Sewell y Mina. Se nos quita el 46% de Bonos de Producción garantizado. Se nos elimina Asignación de casa, a contar del 17 de Abril, para aquéllos Trabajadores que se transformen en asignatarios o propietarios. Se nos quita la participación a las Directivas Sindicales, en el caso del sistema siete semanas, el que determina las faenas que deban quedar afectados a este sistema o al descanso. Se nos quita el pago por Indemnización, a los Trabajadores que incurran en las cláusulas 2-4 y 5, de la Ley 16.455. El Hospital del Cobre: se estaría eliminando toda mención a este beneficio. Se elimina la participación, Comisiones Plan Habitacional. Se nos quita la asignación de títulos, los Roles B y C, no así el Rol A. Se elimina toda venta de materiales a los Trabajadores. Se elimina la cláusula de darle trabajo a hijos de Trabajadores. Se elimina Comité de evaluación y revisión de cargo, que elimina la participación de Directivas Sindicales y Trabajadores. Se elimina el reajuste adicional Mina subterráneo para todo efecto. Comando de Trabajadores de El Teniente (Volante distribuido en Chile) organizacional y de acción son planteadas por las bases mismas del movimiento sindical. Por el momento parece haber buenas perspectivas de que tal unidad se produzca. La reunión de la dirigencia de todas las centrales sindicales para recordar el primero de mayo estaríaratificando esta tendencia. El primero de mayo Clotario Blest puso como fecha de la futura unidad sindical el próximo 21 de diciembre (aniversario de la masacre obrera de Santa María de Iquique en 1905), pero para que ello ocurra tendrían que producirse hechos positivos en esa dirección. Por eso es que resulta particular- mente de interés lo que está ocurriendo en la huelga de El Teniente. Ahí son las propias bases las que a gritos han estado imponiendo la unidad sindical como única forma de fortalecer a los trabajadores para enfrentar el conflicto. Hecho significativo: después de profundas disputas entre los dos grupos sindicales más fuertes en El Teniente, se producen acuerdos de acción conjunta (a pesar de que son dos pliegos distintos), aún a costa de la renuncia de Guillermo Medina al Consejo de Estado. La idea de unidad sindical, si empieza a darse a nivel de acción sindical efectiva, como estaría ocurriendo en el 40 actual conflicto de El Teniente, podría robustecer considerablemente al movimiento sindical en su conjunto, agrupándolo en torno a una plataforma de lucha común. Las consecuencias que esto puede tener en el proceso político son considerables, puesto que las reivindicaciones laborales principales necesariamente afectan el modelo económico y político vigente. (. Quiebra de CRAV Quizás si el hecho económico y político más importante del mes sea la caída del grupo CRAV. Al menos es de seguro el más espectacular. ¿Qué pasó? Eso se irá sabiendo de a poco o bien, como suele suceder, no se sabrá nunca por completo. En lo esencial el asunto parece claro. El grupo Ross se metió en una especulación con respecto al azúcar a través de CRAy. Jugó al alza y acumuló. Tuvo mala suerte. Resultado: CRAy, una de las empresas más sólidas y seguras del país, cayó en la insolvencia. Su caída arrastró a CRAVAL y CODINA. Bancos nacionales y extranjeros quedaron con sus créditos impagos y en algunos casos — ¡oh, sorpresa!— ni siquiera cuentan con garantía. Es de esperar que instituciones financieras y empresariales sigan cayendo. Esto debido fundamentalmente a dos factores. En primer lugar porque hay varias empresas que comprometieron gran parte de su patrimonio en préstamos a CRAV, sin contar con garantía suficiente. En segundo lugar porque el grupo Ross, si bien puede ser catalogado de mediano, se encuentra ligado a los grupos económicos más grandes del país. A través de COPEC se vincula con el mismo Cruzat; a través del propio Vial (que aparece como director de CRAy ) se vincula con el grupo BHC. A la vez parece tener también buenas relaciones con el grupo Matte. Ross aparece como un gestor de intereses de los grupos más grandes (en 1970 fue el principal gestor de los Edwards), por lo que su caída resulta extremadamente peligrosa. Difícil resulta vaticinar donde se detendrá el rodado. Lo que es innegable es la magnitud de la catástrofe, en términos que algunos hasta se atreven a vaticinar, la quiebra del modelo. Con los antecedentes que se tiene, al momento esto parece exagerado. Lo más probable es que se resuelva eco- nómicamente en términos de un aumento de la concentración de capitales en beneficio de los grupos Vial y Cruzat. Modelo especulativo Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, la caída del grupo CRAV, y la forma en que se produce estaría indicando problemas de fondo en el funcionamiento del modelo. A la vez, tales problemas se relacionan en forma bastante directa con el ámbito propiamente político. Juntamente con la espectacular caída del grupo Ross (CRAV), se desarrolla por parte de la prensa expresiva de intereses económicos y de los personeros de Gobierno una intensa campaña orientada a minimizar los hechos (señalándolos como naturales), señalar su carácter favorable para la población en general y asegurar la no intervención del Estado en el problema. De hecho la situación se mantiene en el ámbito privado. Se juntan los acreedores. Se nombran liquidadores particulares a Fernando Léniz y Pablo Barahona. Y de alguna manera se trata de salvar la situación. Sin embargo, lo anterior no desdice el carácter eminentemente especulativo que tiene el modelo en vigencia. Un mal negocio se puede producir en cualquier momento sin que ello signifique la quiebra. El problema se agrava cuando los negocios se realizan dentro de una cadena de créditos. Donde la mantención misma de la economía parece basarse en la existencia de un flujo constante de créditos, la disminución de éstos o un mal negocio pueden producir una catástrofe. En este sentido habría el peligro de una especie de caída del dominó CONFUSION DE financiero, derivada del estímulo que se ha hecho a la audacia empresarial, sin que exista control ni evaluación de los proyectos por parte del Estado. La situación de CRAV sería indicativa de que el modelo económico no resulta tan brillante o, al menos, que su funcionamiento no es de los mejores. Pone en duda la aparente estabilidad económica que se sustenta en una creciente dependencia del crédito externo. (...) Duros y blandos Se podría señalar, en términos generales, que los denominados sectores "duros" y "blandos" siguen constituyendo una división importante. Hay un "acuerdo básico" (por algo son grupos en el poder) que hace referencia a los lineamientos generales del modelo económico y al carácter autoritario del actual régimen. Las diferencias radican fundamentalmente respecto al futuro político del actual proceso. Esencialmente son alternativas diferentes en cuanto la forma de obtener estabilidad y evitar el peligro de un enfrentamiento político que amenace todo el sistema. Los "blandos" preconizan una economía que funcione automáticamente, con nula participación estatal. El desarrollo mismo del sistema económico comprometería a crecientes sectores sociales que cada vez identificarían más sus intereses con los del modelo económico. (Así, por ejemplo, si todos los trabajadores están en AFP privadas, se sentirán ligados al éxito económico de las inversiones de las AFP, lo mismo sucedería con los préstamos que obtengan o los ahorros que depositen). En este sentido la PELOTAS "Esto demuestra que cuando los chilenos nos aplicarnos a algo, nos preparamos bien y con perseverancia, conseguimos aquello que nos proponemos. Así pasó con el mundial de 1962. con Fernando Riera, así sucede con el equipo económico que ha logrado derrotar la inflación, y así está pasando ahora con esta selección que dirige Luis Santibañez." José María Navasal, supuesto comentarista de asuntos internacionales, en A esta hora se improvisa, programa reeditado por Canal 13 para tratar del triunfo de la selección de fútbol de Chile sobre la de Paraguay. Citado por Fernando Barraza en Mensaje núm. 300, Santiago de Chile, julio de 1981 (cursivas en el original). integración por el consumo resulta esencial. Lo anterior permitiría un proceso de apertura política controlada hasta estabilizar totalmente el sistema. Los "duros" están también de acuerdo con las líneas generales del modelo económico, pero no consieran que desde ahí pueda iniciarse un proceso de apertura política bajo control. Por el contrario, consideran que el Estado debe crear mecanismos propiamente políticos de participación que permitan integrar a la nación. Debido al desprestigio de la idea de partido único del régimen, resulta difícil que ésta se plantee directamente por los "duros". No obstante, parece siempre presente. En todo caso, esta orientación impulsa alguna intervención estatal en la economía, puesto que sólo ella puede garantizar un cierto populismo que legitime el movimiento político de adhesión al régimen. En el momento que nos ocupa. la cuestión de la CRAV agudiza el conflicto duros-blandos. Lo agudiza precisamente porque la caída de CRAV junto con otros síntomas alarmantes (como la competencia tipo dumping a que se lanzan las AFP) estarían señalando la necesidad de algún tipo de mecanismo que asegure los intereses generales del capital. En términos más simples, se necesita un mecanismo que impida que los empresarios y grupos económicos se destruyan mutuamente en una competencia sin medida. El incierto Estado Este mecanismo no puede ser otro que el Estado. El asunto es, entonces, de que tipo de Estado se trata. Y ahí "blandos" y "duros" plantean sus propios esquemas. Para los primeros habría que recurrir a los medios tradicionales de arreglo de intereses, como es el caso del parlamento y de los partidos políticos. Pero, a la vez, habría que considerar mecanismos de control que impidan el resurgimiento del conflicto político con los sectores populares. El ideal sería un Parlamento tipo siglo XIX que sirviera para formar los acuerdos de intereses necesarios. Para los "duros" resulta más sa- tisfactoria la idea de robustecer el aparato de Estado mediante la creación de un movimiento político de integración. Ninguna de las dos soluciones está exenta de peligros que hacen extremadamente difícil su implantación. Por una parte, iniciar un proceso de participación política —por muy controlado que sea— puede desembocar en un retorno de "la demagogia y la politiquería" y un recrudecimiento del conflicto político. Por otra parte, el robustecimiento del Estado puede conducir a un creciente estatismo cuyos límites son difíciles de fijar. Podría decirse que en el momento actual los duros vuelven a adquirir presencia frente a las dificultades que muestra el modelo económico. Hasta la crisis económica argentina sirve de fundamento a su crítica. Por su parte, los "blandos" se lanzan en una amplia campaña de defensa del modelo, señalando precisamente al caso CRAV como una prueba de sus bondades. La figura del General Pinochet sigue apareciendo como decisiva y no es extraño que cada sector pretenda representarla. De aquí el re-bautizo que hace El Mercurio del modelo económico. Este pasa a llamarse ahora "el-modelo-económico-del-PresidentePinochet". (...) El Teniente Durante un momento pareció que se produciría la unidad sindical en ese mineral y que la huelga podría adquirir características que se alejaran de los límites estrictos del Plan Laboral. Los dos grupos sindicales parecieron reconciliarse frente a la Asamblea Sindical con el anuncio hecho por Guillermo Medina de que renunciaría al Consejo de Estado. Pero la unidad se diluyó. No sólo volvieron a separarse los sectores de la Zonal y Caletones (que habían comenzado negociando separadamente con la empresa), sino que dentro de la misma Zonal se produjo una división. Medina logró que la mayoría de los sindicatos aceptara la última oferta de la empresa, pero el poderoso Sindicato Industrial de Sewell y Minas se negó a aceptarlo. La resistencia duró poco, los dirigen- tes de este sindicato firmaron la aceptación y toda la zonal volvió al trabajo. Un breve análisis del movimiento huelguístico puede mostrar algunos fracasos de importancia. Fracasó en cuanto a lograr la unidad sindical de El Teniente. Fracasó también en lograr una satisfacción significativa de sus peticiones. Más importante que eso es que fracasó en llevar el conflicto más allá de los márgenes del plan laboral. Quedó circunscrito a la relación sindicato-empresa. Plan al desnudo Pero no sólo hay fracasos en este movimiento. También hay fracasos en la posición gubernamental. En gran medida el Gobierno, aunque formalmente ausente, estuvo comprometido en el conflicto de El Teniente. De alguna manera fue la puesta a prueba del Plan Laboral. Y el Plan Laboral no salió bien parado. El desarrollo del conflicto mostró en la práctica, y fue percibido así por los trabajadores, que era abiertamente favorable a la empresa. Esto ya había sido sostenido por los dirigentes laborales, pero su demostración práctica es posible que aumente el malestar y la opsosición de los trabajadores. Por otra parte, una de las finalidades básicas del Plan Laboral es eludida. Es innegable la politización del conflicto; para ello basta recordar que la asamblea pidió la renuncia de Medina al Consejo de Estado porque "se está con los trabajadores o con el Gobierno". La forma misma en que se desarrolla el movimiento huelguístico tiene connotaciones que no pueden dejar de preocupar al Gobierno. Las manifestaciones masivas, los desfiles callejeros, la formación de "Comités de huelga", son, entre otros, indicios del carácter que puede adquirir el movimiento laboral. Por último, la mantención, hasta ahora, de la huelga en Caletones parece involucrar objetivos más amplios que la pura reivindicación sindical inmediata. Las crecientes acusaciones oficialistas de que tal movimiento estaría "politizado", estarían dando cuenta de la preocupación gubernamental al respecto... Economía La picaresca de los chicago boys Edgardo Condeza En Chile, en la Televisión Nacional, en la Franja Cultural de su programación, se presenta el programa "Libres para elegir", en el que se difunden y se hace propaganda a las ideas de Milton Friedman. Asimismo, uno de los grupos económicos más importantes del país, Cruzat Larraín, que coauspicia el programa mencionado, a través de la Colocadora Nacional de Valores, Banco de Fomento, envía de regalo a domicilio a ingenieros civiles y comerciales un folleto de quince páginas cuidadosamente presentado, en lenguaje pedagógico, sobre las ideas de la escuela de Chicago. La aplicación de las teorías económicas, políticas y sociales de Milton Friedman en Chile, Argentina, Uruguay, Inglaterra; ha producido sin embargo disminución del desarrollo, de la producción y graves consecuencias sociales. He aquí algunos antecedentes para el caso de Chile: . Producción 2. Inversión Tasa de Crecimiento* Promedio sexenios 1960-1972 sexenio 1974-1980 Diferencia A. Productivos 1) Agricultura, silvicultura caza y pesca 2) Minería 3) Industria 4) Construcción 5) Electricidad, gas y agua 6) Transporte y comunicaciones 39,2 11,6 - 27,6 14,1 31,2 49,4 23,7 64,4 70,0 22,0 14,5 5,2 - 4,4 30,7 34,9 7,9 - 16,7 - 44,2 - 28,1 - 33,7 - 35,1 B. No productivos 7) Comercio 8) Servicios 27,6 33,7 23,9 33,5 52,0 25,1 5,9 18,3 1,2 Total: 33,2 21,7 - 11,5 Sectores Fuentes: Años 1960-1972, CEPAL, Anuario Estadístico 1978, pp. 170-171. Años 1974-1980, Boletín Económico de El Mercurio, febrero 1981, p. 3 (ambas se han expresado en porcentajes). 3. Deuda externa En 1980 Chile alcanzó una deuda externa de 11 mil millones de dólares corrientes. Esto equivale a decir que cada chileno debe al exterior mil dólares, una de las deudas externas per cápita más alta del mundo. 4. Desarrollo de infraestructura * Se asume que los años extremos se encuentran en la tendencia. a) Las cifras de crecimiento de la producción que han entregado los organismos oficiales corresponden a la recuperación de la enorme baja del producto durante la recesión a la que fue llevado el país por la dictadura. La baja del producto chileno en 1975 fue la mayor que país alguno de Latinoamérica haya tenido durante toda la década del 70, excepto el descenso del producto nicaragüense el año de la guerra civil, en 1979. b) La incidencia de los rubros productivos, (1 al 6 en el cuadro) en el La tasa de inversión en Chile ha sido una de las más bajas de América Latina. En más de siete años de dictadura no se ha logrado restablecer las tasas de inversión históricas. Durante el gobierno de la Junta la tasa promedio ha sido inferior al 12% del PIB, mientras la latinoamericana ha sido sobre el 20% producto interno chileno ha disminuido del 58.8% en el año 1972 al 49.6% en el año 1980 (en América Latina en su conjunto, esta proporción se mantiene en 55%). c) La participación de la industria en el Producto Interno Bruto (PIB) ha tenido una baja enorme, lo que ha sucedido en muy pocos países del mundo. De 29.4% en el año de 1972 una de las industrias relativamente avanzadas de América Latina-- a 21.4% en 1980. 43 Deterioro de la red vial, sistema ferroviario, minería del carbón, industria siderúrgica (cuya recuperación de los niveles de producción de mediados de los años 60, fue saludada como un gran éxito). En la minería del cobre, "el sueldo de Chile", sólo en 1980 llegó a realizarse una modesta inversión pro encima de los gastos de mantención. La industria mencionada y los sectores agrícolas tradicionales (que constituyen el 80% del área cultivada), no han contado con apoyo gubernamental. 5. Niveles de desempleo Período 1960-64 Alessandri Frei 1965-70 Allende 1971-73 Junta Militar 1974-80 1974-80 Tasa de desempleo Desempleados (miles) 7,5 5,5 3,9 12,5 16,5 193,8 156,5 117,4 406,4 533,2 Desde Chile (sólo desocupados) (desocupados +PEM) Fuentes: Instituto Nacional de Estadísticas y Oficina de Planificación Nacional. El PEM (Programa de Empleo Mínimo), es un programa que la Junta se ha visto obligada a implantar por la extrema desocupación; la remuneración es 33 dólares mensuales por ocho horas diarias de trabajo. El salario mínimo es tres veces superior; y la remuneración mensual de un general de las Fuerzas Armadas, de 10,000 dólares. 7. Participación de las remuneraciones de los trabajadores en el ingreso nacional disponible 6. Quiebras de empresas Años 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 Número de quiebras 200 196 235 244 229 252 215 100 25 28 82 132 228 321 368 427 Fuente: Sindicatura General de Quiebras, Santiago de Chile. Año Porcentaje 1960 1970 1972 1974 1976 1978 1980 46,4 47,1 57,4 36,8 36,8 ( 38,0)* ( 38,5)* Fuente: Años 1960-76, CEPAL, Anuario Estadístico 1979, pp. 226-227. * Estimación. QUINCENALMENTE, UN ANALISIS CRITICO, PLURALISTA E INDEPENDIENTE DE LA ACTUALIDAD CHILENA E INTERNACIONAL Suscríbase a revista APSI Valor de la suscripción anual (24 números) a cualquier país: US$ 30 Enviar cheque a casilla 3338 Santiago, CHILE 44 La reciente crisis económica de la firma CRAy ha arrastrado a otras empresas del grupo CRAV CRAyAL (CRAVAL, CODINA, CONAFE, Proctectum, Fondos Mutuos La Alborada), y ha creado problemas para los bancos y financieras que le habían solicitado extensos créditos. Las principales deudas contraídas por CRAy con el sistema bancariofinanciero chileno son: Banco del Estado US $ 100 millones; Banco de Chile, us $ 54 millones; Banco de Créditos, US $ 21 millones; Banco de Santiago, US $ 17 millones; Banco del Trabajo, US$ 13 millones; y varias otras por distintos montos. Las especulaciones y el mal manejo financiero de CRAV han terminado asestando un duro golpe al modelo económico. El estilo rapaz y de explotación a ultranza de CRAV es el estilo predominante actualmente en Chile, y por eso la quiebra de CRAV ha creado inquietud en los sectores privados nacionales y preocupación y desconfianza en entidades financieras extranjeras. Se rumorea, incluso, que varios bancos internacionales estarían suspendiendo sus préstamos hacia Chile, y que existiría malestar entre algunos de ellos pues cuando trataron, hace ya meses, de averiguar detalles sobre los comentarios de problemas en CRAV, el Banco de Chile les habría proporcionado información falsa en el sentido de que CRAV no tenía problema alguno. Lo más importante del asunto CRAV es que, aunque se supere la crisis inmediata, ha sembrado una semilla de desconfianza sobre el modelo económico chileno en los propios círculos financieros. Bernardo Valenzuela. Sindicatos: un paso adelante Pablo Vega* Las manifestaciones del pasado primero de mayo en diversos puntos de la geografía chilena constituyen, junto con la reciente huelga de los trabajadores del mineral de El Teniente, signos inequívocos tanto de las proyecciones como de las limitaciones que muestra el movimiento obrero en su accionar actual. Las observaciones siguientes pretenden, simplemente enunciar algunos elementos analíticos del curso que sigue en la actualidad la lucha proletaria. El punto de partida Salvo algunas posiciones en exceso simplificadoras, no existe una gran discusión en la izquierda sobre la magnitud de la derrota sufrida por la clase obrera y por el conjunto del movimiento popular chileno con el golpe contrarrevolucionario del 11 de septiembre de 1973. Sus alcances no se limitan a la clausura del parlamento burgués o a la feroz represión subsecuente. Más decisiva aún, es la profunda desarticulación de las referencias históricoculturales en las que por casi medio siglo centraron su práctica política los trabajadores chilenos. Lo anterior no sólo se ha expresado en una prolongada desarticulación de los partidos. También se ha manifestado como una profunda crisis del movimiento sindical chileno en los terrenos organizativo, político e ideológico. Importa destacar la correspondencia de esta situación con las condiciones objetivas de la acumulación del capital en cuanto elemento que da coherencia lógica a la política de la burguesía en el * Seudónimo; chileno, investigador sobre el movimiento obrero. período que se abre con el golpe. La violenta ofensiva desatada por el capital contra las organizaciones políticas y sindicales de los explotados no tuvo exclusivamente un afán vindicatorio. En el trasfondo del discurso "antimarxista " de la dictadura, puesto en práctica con lujo de violencia por los uniformados a vista y paciencia de todas las fracciones burguesas y de sus representantes políticos, se despliegan las fuerzas materiales de la reproducción capitalista que imponen como necesidad ciega para salvar la precedente crisis de acumulación una cada vez más acentuada concentración y centralización del capital. Producto de esta tendencia, el capital financiero adquiere una forma nue-inédita-va de existencia en el país, que transforma profundamente su fisonomía. Elevada así a fracción dirigente de la sociedad, la burguesía financiera acomete sistemáticamente en contra de una institucionalidad sospechosa de haber favorecido la emergencia de un movimiento popular que llegó a amenazar las bases mismas del orden burgués. El violento reajuste no sólo se dirige contra el proletariado. Inevitablemente perjudicó a fracciones de la burguesía industrial que se habían desarrollado al amparo del Estado proteccionista. La reinserción de la economía chilena en el mercado mundial se traduce en el retiro del Pacto Regional Andino, la liberación de los aranceles proteccionistas y la reorientación del crédito: medidas todas que afectan a una parte importante de la burguesía industrial tradicional, que así emprende su tránsito a una oposición tolerada. En su nueva posición, sus cuadros políticos confían en ganar la adhesión de un 45 movimiento sindical ahora disgregado y debilitado. Autonomía e independencia Sin embargo, la materialización de dichos propósitos ha demostrado ser una meta no tan fácilmente alcanzable, pues choca directamente con toda una tradición político-organizativa del movimiento sindical. En efecto, desde los albores de la lucha sindical, el movimiento obrero chileno cuidó con celo ejemplar su autonomía frente al Estado. El colaboracionismo condujo siempre al rompimiento de la unidad. Así ocurrió en 1946 cuando, tras un paro nacional de solidaridad con los trabajadores de las salitreras, el máximo dirigente de la CTCh, Bernardo Ibáñez, dio su apoyo a un gabinete burgués. Esa tradición autonomista no importaba, con todo, la afirmación de una línea clasista. La propia CTCh había sido en efecto, una de las organizaciones constitutivas del Frente Popular. Autonomía e independencia no son en rigor conceptos inmediatamente asimilables. El segundo supone, además del primero, la existencia de una dirección política orientada por un programa alternativo ala sociedad burguesa. Así, un movimiento sindical autónomo puede corresponderse con un movimiento político de carácter reformista. Cabe destacar que ese margen de autonomía tan singular en un continente en el que el populismo había sido el recurso habitual para uncir al movimiento obrero al carro de la ascendente burguesía industrial, no impidió que, desde finales de la década del veinte, la clase obrera chilena optase abiertamente por el cauce institucional para la promoción y resolución de los conflictos laborales. Al hacerlo no sacrificó, por cierto, su autonomía, pero sí subordinó toda su estructura organizativa a los condicionamientos de la legalidad burguesa. Partidos y sindicatos Se configura desde entonces una también peculiar articulación entre partidos y sindicatos; una suerte de división de tareas en la que los sindicatos resignan su participación en la elaboración de la estrategia política del movimiento, en beneficio de los partidos de izquierda. A diferencia, por ejemplo, del proletariado boliviano cuyos congresos sindicales abordan permanentemente la discusión de las tareas políticas del período, en el caso chileno el debate político se deriva hacia el terreno de los principios y de la línea de conducción de las acciones reivindicativas. En lo anterior no hay intenciones de un juicio a priori negativo. Antes bien, se trata sólo de situar un elemento muy internalizado en la concepción predominante sobre el papel del sindicato, particularmente entre los dirigentes, que adquirirá una nueva dimensión en el estado de crisis en que entra el sindicalismo luego de la derrota de 1973, puesto que dificultará la flexibilidad para adecuar las respuestas exigidas por una nueva situación. Ciertamente no se puede absolutizar la influencia de este factor hasta el punto de hacer abstracción de la relación de fuerzas entre las clases fundamentales en cada situación concreta. La profundidad de la crisis actual del sindicalismo nacional no puede comprenderse ateniéndose a la lógica interna de su desarrollo histórico. De be ser necesariamente puesta en relación con el proceso de lucha de clases pasada y presente. En lo fundamental, no se trata, por lo mismo, de una crisis orgánica. aunque las estructuras sindicales ya adolecieran de serias deficiencias. como quedó en evidencia en su incapacidad para integrarse a las estructuras de poder popular. O como queda en evidencia hoy en el momento que sus estructuras direccionales, ante el forzado debilitamiento de los partidos, no logran dotarse de las mediaciones que reagrupen los núcleos dispersos de trabajadores. A nuestro juicio, lo esencial en la crisis son los fundamentos políticos anacrónicos a través de los que pretende reconstituirse para hacer frente a una situación tan abiertamente contrastante con sus nociones político-culturales habituales. Naturalmente, esto es producto de la persistente ofensiva del capital enfilada a la desagregación crónica del proletariado chileno, tanto en el ámbito político cuanto en el terreno sindical. Es en este contexto donde la ideología del sindicalismo tradicional se revela como una rémora de la que hay que liberarse. Lo dicho no excluye el reconocimiento de que los agrupamientos producidos tras la desaparición de la CUT están lejos de haberse dejado llevar a la deriva. Con una notable dote de sagacidad y realismo inmediatista han capeado el temporal intentando acomodarse a los vaivenes de una situación que distan de controlar. Pero a los efectos de estas notas, lo que interesa es apuntar hacia las condiciones que 46 obstan en esta fase a su unidad como clase independiente. Un sindicalismo maniatado En 1973 concluye una larga etapa del desarrollo sindical chileno. Iniciada con la dictación de las llamadas leyes sociales, en medio de la crisis económica y social provocada por la caída de las exportaciones del nitrato, se configura un marco de regulación de los conflictos laborales que parece elevar al Estado al papel de mediador neutral. Pero esta relativa neutralización del aparato estatal no pertenece al orden de los atributos inmanentes de la democracia. Es apenas la resultante de la creciente importancia del moderno proletariado —clase obrera industrial, trabajadores del Estado, empleados particulares— en el bloque urbano que comienza a hegemonizar la política nacional. Un efecto de ello será la postergación prolongada de la organización sindical en el campo y la falta de nexos orgánicos entre sindicalismo organizado y ejército industrial de reserva en su forma primaria de población rural emigrada a la ciudad. Con el golpe militar, la situación cambia abruptamente. El Estado se devela como lo que es: guardián eficiente de la extorsión de plusvalía. No obstante el desenfrenado festín de los burgueses ante la indefensión de los trabajadores asalariados, la clase dominante en cuanto tal no renuncia a toda posibilidad futura de reabsorber institucionalmente los conflictos laborales, una vez superadas las manifestaciones más 1 agudas de la crisis, en tanto eso no si nifique favorecer la politización de 1 sindicatos. Durante los primeros años de la d tadura es posible observar aún un cié to desfase entre la política económi. del régimen y su política laboral. Pero esta falta de concierto será superada a partir de 1976. El momento culminante en la homogenización de estas políticas discordantes será el dictado del conjunto de decretos leyes conocido con el nombre de Plan Laboral en 1978. Disposiciones del Plan El rasgo predominante de este plan normativo es el de mantener severa restricciones de la actividad sindical. entre 1970 y 1977 el número de sind catos había aumentado levemente (de 2 286 a 3 176), en cambio, entre 1973 y 1977 la cantidad de afiliados experimentaba un retroceso de (478 330 a 386 449), siendo los más afectados los de la industria (textiles, electrometálica), la minería y la construcción.1 Con las disposiciones del Plan Laboral, esa situación se hacía institucional y permanente. El reconocimiento de los sindicatos queda, en los hechos, al entero arbitrio de las autoridades administrativas. El derecho a constituir federaciones y confederaciones pierde todo sentido dado que estos organismos carecen de toda atribución efectiva para defender los intereses de sus asociados. En lo tocante a las negociaciones colectivas, autorizadas luego de seis años de interdicción, su vigencia se restringe a los miembros del sindicato en el momento de la negociación o al grupo de trabajadores que expresamente toman parte en ella. De este derecho queda privado no sólo lo que podemos denominar trabajadores de confianza, sino aquéllos que se consideran aprendices, los que pueden representar hasta el 10% del contingente de la empresa. La restringida huelga Por lo que respecta a la huelga, sufre también serias restricciones, más allá del tenor ampliamente aceptativo que literalmente establecen las disposiciones del Plan Laboral. En lo esencial, suspende los efectos del contrato de trabajo, quedando por consiguiente los patrones en disposición de contratar trabajadores en reemplazo de los que han interrumpido sus labores, o de decretar el lock-out hasta por 30 días. Transcurrido este plazo, los trabajadores pueden regresar individualmente a sus puestos. En caso de ocurrir esto, el patrón está obligado a consentir su retorno, y debe estipularse un nuevo contrato, pues en caso de no hacerlo se entiende que rige el anteriormente pactado. Pero la principal limitante que afecta a los trabajadores para el ejercicio del derecho de huegla, es el plazo legal. Llegado el sexagésimo día desde que fue iniciado el paro, los asalariados no tienen otra opción que la de regresar a sus labores, ya que si no lo hacen, la empresa queda en libertad para contratar nuevos trabajadores. Los trabajadores de las empresas que atienden servicios de utilidad pública o cuya parali- zación causase grave daño —naturalmente esta circunstancia la califica la dictadura— a la salud, el abastecimiento de la población, la economía del país o la defensa nacional, tienen absoluta imposibilidad de decretar la huelga. En caso de no llegar a un acuerdo sobre sus condiciones de trabajo, deben sujetarse a un arbitraje obligatorio, con árbitros designados por el gobierno, que al fallar el conflicto deben optar en bloque entre la proposición de la empresa o la de los trabajadores. Toda una orquestación en el plano administrativo vuelve aún más precario el derecho de los trabajadores. Así, la dictadura estableció nueve fases de negociación colectiva en 1979, en razón de la letra con la que comenzaban las razones sociales de las distintas empresas. Con este sencillo expediente, se evita por un largo período que los trabajadores de una misma rama industrial coincidan en el momento de presentar sus demandas de mejoramiento económico. Las ventajas de este escalonamiento son evidentes, máxime que el patrón está habilitado para establecer sesenta días al año en los que los trabajadores no pueden promover gestión alguna de negociación. Pero lo que se ha revelado como la mayor barrera contra la actividad sindical es la presión del ejército industrial de reserva. La cifra de desocupados sigue siendo bastante elevada, conforme a los requerimientos de la acumulación. Hace poco, con base en informaciones oficiales, El Mercurio fijaba su índice para el Gran Santiago en un 8.7% de la población económicamente activa.(2) Esta cifra, representaría una marcada tendencia a la baja, debe relativizarse porque en provincias el indicador ha sido notablemente mayor durante todo este período. Al mismo tiempo otro factor interviene en el condicionamiento de ese aparente logro: el contingente de desocupados enrolados en el Plan de Empleo Mínimo casi duplicó su volumen entre 1976 y 1979, a costa por cierto de que el ingreso real de estos desocupados, a quienes pertinazmente la dictadura desconoce como tales, bajase a casi la mitad. Distintos balances El movimiento sindical ha tendido a reflejar en su actividad el peso muerto 47 de estas condiciones. Si bien en las primeras etapas de las negociaciones colectivas (segundo semestre de 1979), el número de huelgas iba en aumento progresivo, después la tendencia comienza a revertirse. Expresivo es el balance trazado por los trabajadores de Laboratorio Proframa: "El hecho de que se haya firmado el convenio colectivo con la empresa. . . sólo refleja el temor del trabajador de no querer perder el empleo." No muy distinta es la conclusión a la que llegan muchos de los trabajadores de El Teniente. Guillermo Medina, presidente de la Zonal, declara con su 1 Reflexiones acerca del sindicalismo actual; Arzobispado de Santiago, Vicaría de Pastoral Obrera, Santiago de Chile, 1981. El Mercurio, edición internacional, Santiago de Chile, 28 de mayo-3 de junio de 1981. (2) INCIDENTES PROVOCADOS POR CARABINEROS DURANTE EL DESARROLLO DEL CONFLICTO LEGAL DE LOS TRABAJADORES DE EL TENIENTE MIERCOLES 6 de Mayo: En circunstancias que señoras e hijos de trabajadores se encontraban en calle San Martín con Brasil realizando una manifestación pacífica, para llamar la atención de la opinión pública respecto del movimiento legal de los Trabajadores de El Teniente, fueron atropellados violentamente por Carabineros. JUEVES 7 de Mayo: Este día se efectuó una marcha desde el local Sindical de Sewell y Mina hacia el local del Sindicato Industrial Caletones, donde se realizaría una Asamblea informativa del movimiento huelguístico legal. En calle Freire con Millán fue interceptada la columna por Carabineros, dando de puntapiés a los manifestantes que en números de unos 3.000 se dirigían a ese local a oir la cuenta de sus Dirigentes. VIERNES 8: Este día se realizó una reunión en el Sindicato Sewell y Mina con unos 3.500 asistentes más o menos, para informarse de la marcha del movimiento. En esta Asamblea se exigió la renuncia al cargo de Consejero de Estado a Guillermo Medina, por considerar que era incompatible con su condición de Dirigente Sindical, ya que el Gobierno se niega terminantemente intervenir en el movimiento. Al realizar una marcha hacia la Empresa compañando a los 34 Dirigentes de la Zonal más los 8 del Grupo Caletones, de vuelta los trabajadores fueron agredidos en su local de calle Rubio violentamente por las fuerzas de orden. También fue violentado el local de los trabajadores de Sewell y Mina, lanzando los Carabineros bombas lagrimógenas y balas de goma; el guanaco (carro bomba) lanzó agua a la concurrencia que se encontraba en su interior. SABADO 8 Mayo: Encontrándose grupos de trabajadores con sus esposas e hijos en la Alameda con el camino Longitudinal, esperando a una Delegación de Médicos que venían de Santiago a atender profesionalmente a los familiares de los trabajadores, llegaron las "fuerzas de orden" disparando ráfagas de ametralladoras al aire, para intimidar a la concurrencia. Lanzaron bombas lagrimógenas y balas de goma, tomando 27 personas detenidas; 12 trabajadores de El Teniente y el resto mujeres y jóvenes. Hay dos trabajadores con los brazos fracturados, como consecuencia del mal trato de las "fuerzas de orden" en este movimiento legal. LUNES 11 de Mayo: En esta tarde se avisa que los locales de las Torres de calle Alameda con Zañartu, Carabineros atentó contra señoras que estaban dentro de sus hogares haciendo manifestaciones con ruido de cacerolas. Violentaron domicilios, quebraron vidrios y sacaron detenidas algunas señoras dueñas de casa. Citación Juzgado de 222 familias, aplicación de sanciones. (DE LOS TRABAJADORES DE EL TENIENTE A LA OPINION PUBLICA EN GENERAL) RANCAGUA, 11 de MAYO de 1981. (Volante distribuido en Chile; frase en cursivas, manuscrita en el original) 48 folklorismo habitual: "Esta vez nos tocó bailar con la fea." Otros dirigentes hacen balances más serios y acuciosos. Rosendo Valencia, presidente del sindicato industrial de Caletones sostiene que "es preciso derogar el Plan Laboral. Mientras ello no sea posible, ningún trabajador, ningún dirigente debiera negociar. . . debiéramos juntarnos para demostrar al Gobierno que no estamos con el Plan Laboral. Claro, nos vamos a arriesgar y a lo mejor perderemos nuestros pequeños reajustes, pero no seguiremos sometidos al Plan". ¿Puede caber entonces alguna duda razonable al evaluar el movimiento sindical chileno respecto a que ni el número de huelgas ni la exigüidad de sus logros llegan a expresar adecuadamente la naturaleza de los procesos que se están operando en su conciencia colectiva? Al contrario, existen acontecimientos políticos mucho más relevantes que esos indicadores. En la reciente huelga de los trabajadores del cobre, la decisión, por una parte, con la que los sindicatos de Caletones deslindaron y sentaron bases claras y concisas para una conducción unitaria del movimiento y el repudio, por otra, que emerge desde las bases mismas a la dualidad de Medina, su dirigente sindical, que es a la vez consejero de estado de Pinochet. Ambas cuestiones plantean un debate político abierto que marcará hitos en el desarrollo del proletariado enfrentado a la tarea de recuperar su margen de autonomía y construir, con ella, su efectiva independencia de clase. Una difícil rearticulación Tal vez el rasgo más propio del sindicalismo chileno en la actualidad sea el de su atomización, y su nucleamiento en los llamados grupos. De las 87 federaciones que integraban la CUT, diez se encuentran en la Coordinación Nacional Sindial (CNS); ocho en la Unión Democrática de Trabajadores (UDT), ex Grupo de los Diez; nueve en la Unión de Trabajadores de Chile (UNTRACH); tres en la Confederación de Empleados Particulares de Chile; cuatro en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT), de carácter oficialista; y una en el Frente Unitario de Trabajadores (FUT). De las 52 restantes, 13 permanecen independientes, 36 desaparecieron y tres, subdivididas, se han integrado a más de uno de esos grupos. Este verdadero archipiélago de agru- pamientos sindicales tiene sus orígenes en las condiciones carentes de defensas en las que ha quedado el movimiento trabajador. En un comienzo, los principales vehículos de comunicación con las autoridades dictatoriales son, precisamente, estos agrupamientos, que desde posiciones colaboracionistas o crítico-negociadoras intentan a través de exhortos o peticiones de morigeración atenuar los efectos de la violenta reestructuración económica. Conviene aclarar que, en este aspecto, la CNS y el FUT presentan características diferentes, particularmente la primera que es, en cierto sentido una recomposición cercana a los principios y programas de la antigua Central Unica. Las implicaciones de la actividad de los mencionados grupos son ya ineludibles en la reestructuración del movimiento sindical chileno. Esto no quiere decir que el camino para la reunificación del proletariado esté fatalmente condicionado al acuerdo de los grupos. Por el contrario, será la acción directa de los trabajadores la que habrá de desbrozar el sendero de la unidad imponiendo ritmos y formas organizativas acordes con los requerimientos de la lucha contra la dictadura. Dentro de tal abigarrado abanico dejaremos de lado las posiciones de la CNT y de la UNTRACH, en razón de que su inspiración oficialista las inhabilita para convertirse en ejes de la reunificación clasista del proletariado. Situaremos nuestra atención en la UDT, la CNS y el FUT, conjuntos orgánicos que distan de tener una plena identidad ideológica y, mucho menos, una línea política común. ¿Modernización? La Unión Democrática de Trabajadores (y su antecedente directo, el Grupo de los Diez) tiene importancia por la significación política de los sectores de trabajadores que representa. Orgánicamente tiende a aglutinar a trabajadores del sector servicios, esto es, trabajadores improductivos más bien interesados en el reparto de la plusvalía transferida desde el sector productivo de la economía. Ello tiene un significado práctico inmediato. Se trata de trabajadores que, más allá de su tradición combativa, no se encuentran directamente implicados en la cooperación bajo el mando despótico directo del capital. De allí su persistente tendencia a pos49 tular un objetivo democrático, que mantiene intactas las bases de explotación. Su programa se articula en función de un mejor reparto de los ingresos, esto es, a una regulación más conveniente de las relaciones y conflictos laborales. Su planteamiento postula la "modernización del sindicalismo", no manipulado por intereses externos al movimiento, a pesar de sus fuertes ligas con la AFL-CIO y la ORIT. Colocado en una situación de oposición a la política económica del gobierno, por boca de su principal personero, Eduardo Ríos, se niega a tomar posiciones claras sobre problemas claves como el del carácter de la dictadura, prefiriendo la ambigüedad de un centrismo que condena por igual el sistema liberal capitalista como el "colectivismo marxista". El interés de este grupo no considera fundamental el problema de la unidad. Expresiva de esta actitud es la declaración del mismo Ríos respecto al "Pliego de Chile": "Es pretencioso el nombre. . . Es el peligro de un sector de trabajadores y ellos verán la forma de implementarlo." La UDT ha sido, hasta ahora, el núcleo más importante del espectro sindical. Pero esta situación cambia rápidamente. Sus ligazones reales con el proyecto recambista del freísmo, le dejan sin opción una vez cancelado definitivamente éste. Por lo demás, su situación hegemónica resultaba posible en tanto los trabajadores mantuvieran una línea económico-reivindicativa de enfrentamientos aislados. Pero la verificación que los sectores más conscientes del movimiento sindical hacen de la imposibilidad de seguir practicando ese camino, llevará inevitablemente a la superación de las concepciones oportunistas de esta agrupación. Pliego democrático La Coordinación Nacional Sindical empieza a manifestarse como un factor político de importancia ascendente. En su seno coexisten tendencias distintas, entroncadas con la trayectoria histórica de la clase obrera, por lo mismo con sus virtudes y limitaciones. Esa diferenciación es saludable: la confrontación de las contradicciones en su despliegue abre paso a la posibilidad de determinación de una línea política in-' dependiente. Por lo pronto, esa lucha tendencial no ha impedido el levanta- miento de un pliego que recoge aspiraciones democráticas fundamentales de los trabajadores y el pueblo de Chile. Con la firma de más de dos mil dirigentes, el pliego denuncia la situación económica del país y la absoluta restricción de los derechos humanos, rechaza el carácter represivo de las reformas educacional y universitaria, y demanda el regreso de los exiliados así como el esclarecimiento de la suerte de los presos políticos desaparecidos. En el plano económico, pide la modificación de la llamada economía de mercado y la concesión de un reajuste inmediato de 31%, además de un sistema automático de reajustes con base en el índice de precios al consumidor. Por encima de las demandas concretas, dos rasgos sobresalen: la cantidad de representantes de trabajadores que lo suscriben y la fracción del proletariado que representan. Sin caer en un obrerismo fácil, importa consignar que su eje es el proletariado industrial. A pesar de lo dicho, la articulación de este movimiento presentará muchas dificultades, puesto que a las diferencias naturales derivadas de la distinta situación en que se encuentra cada rama en que los distintos segmentos del proletariado industrial venden su fuerza de trabajo, el nivel de composición orgánica de capital, etcétera, cabe agregar el retraso en el establecimiento de bases de unidad entre el proletariado en activo y el ejército industrial de reserva. tingentes grandes de trabajadores, presenta un enfoque organizativo y político muy peculiar. Su propuesta de sociedad p resenta rasgos importantes de Dinámica de independencia Enfoque peculiar Finalmente, el Frente Unitario de Trabajadores, que presenta una serie de coincidencias importantes y permanentes con la Coordinadora Nacional Sindical. Pese a no contar en sus filas con- pero en su implementación reivindican lineamientos que se acercan a los fundamentos autogestionarios del sindicato polaco Solidaridad. Su debilidad numérica y la sólida vinculación con la CLAT, organización sindical de la DC, se presentan como los principales obstáculos para favorecer una superación proyectiva de sus concepciones. coincidencia con las tesis comunitaristas que desarrollara, en su oportunidad, la izquierda de la Democracia Cristiana, En este marco se debate, fundamentalmente, la cuestión del reagrupamiento sindical. La dinámica movilizadora que puede significar el pliego promovido por la CNS no escapa a la comprensión de la dictadura. De allí el rechazo contundente de Pinochet a dialogar con "comunistas" y la iniciación de un proceso en contra de la directiva de dicha central por "falsa representatividad". Pero esta posición, lejos de demostrar fuerza, refleja simplemente prepotencia. Tarde o temprano la dictadura tendrá que vérselas con el actor principal reingresado a la escena, mientras los partiquinos hacen mutis. En efecto, un proletariado armado con su tradición autonomista ante el Estado busca caminos para trazar su perfil independiente. Si ello se concreta, esto es, si hay consonancia entre la madurez y el avance de los trabajadores y el avance y maduración de una línea política definida en la izquierda, la caída de la dictadura no exigirá el ponerse la camisa de hierro de la institucionalidad burguesa. En ese caso, se podrán abrir formas democráticas superiores que actualicen la realización de la gran tarea histórica del proletariado: la negación de la existencia enajenada de todas las clases de la sociedad. REPRESENTACION POR ELECCIONES LIBRES derecho a petición que pueden ejercer o a título personal o en representación de quienes corresponda. Lo que no se acepta es hacerlo en nombre —como en el caso de la Coordinadora--- de los trabajadores chilenos, porque no tiene su representación. Es un organismo de facto diseñado en Moscú que pretende arrogarse esa categoría, en circunstancias que los trabajadores en nuestro país se han dado sus organizaciones y elegido sus dirigentes a través de la ley y en forma libre." Sergio Fernández, ministro del Interior en Chile, refiriéndose a la Coordinadora Nacional Sindical. El Mercurio, Santiago de Chile, 19 de julio de 1981. "No se les ha negado el Recuerdo de Laura Allende Jaime Suárez* Laura Allende Gossens vivió y entendió las cosas exigidas por su consecuencia invariable. Ese es tal vez el signo moral que más define su conducta, que concurre a enriquecer su carisma y a otorgar mayor fuerza y altura a su calidad de militante y dirigente. Por eso recordar su trayectoria, es una continua afirmación de esa consecuencia ejemplar y es observar el notable proceso cualitativo en la formación de una revolucionaria. No asume Laura Allende su compromiso por un imperativo de clase, o por una revelación súbita, o por una espectacular aprehensión intelectual, o por rebeldía de adolescente. Actividad política Inicia su quehacer público ya adulta, en el curso de las elecciones de 1958. En la secuencia ininterrumpida de mínimos combates en el marco de la lucha de clases, en la sumatoria pertinaz de acciones y vivencias diarias, se va gestando la gran toma de conciencia política de Laura Allende. Fue, en efecto, en la década de 1960. Dinamizada la realidad chilena por contradicciones insalvables de estructuras estremecidas y añejas, fracasados los proyectos reformistas dictados por el imperio, nuestro país vivía, como el resto del continente, intensas horas de su historia. Cuba era ya gloriosa realidad. El anhelo de sembrar detonantes para dar paso al socialismo apremiaba a nuestros pueblos. Se fundaba OLAS en el continente y se inmo* Chileno, profesor universitario, dirigente socialista, fue ministro del Interior en el gobierno del presidente Allende y luego senador; actualmente es encargado local en México del PSCH (secretario general en Chile). laba en Bolivia el inmortal Che. El cuestionamiento al sistema de Chile surgía, no sólo en su clase obrera, que expresaba el proyecto político fundamental cimentado en la unidad socialista comunista, sino que además en distintos ámbitos. En diferentes formas, el debate, la actividad y la lucha caracterizaban significativamente esos momentos. Los procesos de reforma universitaria Rodrigo Ambrosio y la denuncia del reformismo: la lucha de los campesinos con las tomas de fundos como "Los Cristales" y "San Esteban"; Miguel, Luciano, Andrés y Bautista. protagonistas de las acciones del MIR ; la huelga de la Universidad Católica; la significativa definición de los radicales bajo la presidencia de Morales Abarzúa; la toma de la Catedral y de los Tribunales de Justicia; son algunos de los rasgos que dan fisonomía al escenario político y social de esa década. Y es en ese marco que emerge como parlamentaria socialista Laura Allende. Y al hacerlo trasciende la ya muy honrosa condición de hermana de quién era en ese instante líder de la izquierda y hoy símbolo universal: Salvador Allende. Quiero saber Pero —¿por qué no decirlo?—, hubo quienes creyeron que con ella llegaba al parlamento sólo una hermosa figura decorativa. ¡Cuán profundamente equivocados estaban! Mujer de espíritu cristalino y juvenil, Laura poseía una voluntad vigorosa y tenaz. Enternecía la franqueza con que explicitaba sus inexperiencias y su deseo superior de aprender. Cuántas veces recién elegida parlamentaria requirió respuestas ante nuestro Comité Central y ante la 51 estimación de éste, a veces, que aquellas interrogantes parecían muy obvias, ella no silenciaba su inquietud: " ¡Pero, yo quiero saber!", exclamaba. Y cuántas veces también las exposiciones más profundas fueron destruidas por el comentario certero y lúcido de una Laura Allende que no confundía al enemigo principal, ni olvidaba como prioridad los intereses de los trabajadores. Así se va templando, y así cuando los pobladores embanderaban las sombras en el legítimo asalto nocturno por el propio techo que el sistema les negaba, Laura era la activista dirigente, de abnegación sin límites, involucrada vitalmente en la defensa de los explotados. ¡Cómo adquiere residencia por siempre en el corazón de los pobladores! ¿Cómo no recordar esa imagen difundida por la prensa de la época en que Laura Allende, solitaria y tranquila, vertical y bella, enfrenta y detiene un carro policial represivo? Consentida de un pueblo Durante el representativo capítulo del gobierno de la Unidad Popular, es incansable en la actividad parlamentaria y partidista. Elegida miembro del comité central del Partido Socialista en el Congreso de 1971 en La Serena, identificada con la ideología del proletariado, no pierde jamás su capacidad de crítica, ni su espíritu de superación, ni su diálogo permanente con las bases, que distinguirán siempre en ella una interlocutora receptiva y consecuente. Su concepción de militancia tenía las más nobles connotaciones, de cordialidad y relación humana, sin por eso dejar de defender con franqueza y rigor sus posiciones en el ejercicio del centralismo democrático. La hermosa relación fraternal con quien era Presidente de la República no incide en su extraordinaria victoria cuando obtiene la más alta mayoría individual en las elecciones de diputación en 1973. Su actitud, sus valores y su lucha la hacen acreedora merecidamente a tal calidad. Enemiga del burocratismo, sencilla y directa, contraria a elitismos y frivolidades, con su silueta propular y querida en las poblaciones, con su sentido natural y lozano de comunicación, es la auténtica consentida de un pueblo que la ama. El drama de nuestra patria Pero ella sufría. Minada definitivamente por un mal incurable, conoce su pronóstico y enfrenta la realidad, sobreponiéndose. ¡Con cuánto sacrificio supera sus dolores físicos! Vive, luego, el drama de nuestra Patria, con dignidad, coraje y con una voluntad de combate ejemplar. Su paso por las calles de Santiago después del genocidio de septiembre era un desafío moral imposible para la mal llamada seguridad del Estado por parte de los usurpadores. La encarcelan. La martirizan. Ella en el propio campo de concentración contesta organizando a sus compañeras y hostilizando a la dictadura. Recurre la tiranía al cruel expediente de expulsarla del país. ¡Qué vigente el verbo nerudiano!: " ¡Chacales que el chacal rechazaría piedras que el cardo seco mordería escupiendo víboras que las víboras odiarán!" Cuando se consuma contra Laura la deportación, todo su quehacer y su pasión en el extranjero se centra en el objetivo de regesar a la patria. Nada escapa a su imaginación, en su afán por hacer posible su propósito. Recurre a todas las instancias, apela desgarradoramente por el derecho, incluso, de morir en "la patria que necesita". Pero además no se da descanso para combatir a Pinochet y su régimen. Contraria a los verbalismos, reclama que no perdamos de vista al verdadero enemigo, que concitemos todo nuestro esfuerzo en emplear todas las formas de lucha, que trabajemos, sin sectarismos, resueltamente, por crear condiciones para la unidad de los socialistas y de la izquierda chilena, que seamos honestamente autocríticos, que estemos dispuestos a enfrentar la realidad sólo bajo la superior necesidad histórica del pueblo de Chile. Experiencia internacionalista Vive en el extranjero su experiencia internacionalista. En el lenguaje de Benedetti, Cuba es la patria suplente de Laura Allende. Cuba le entrega toda su generosa solidaridad y ella ama su revolución y defiende con todas sus fuerzas morales la tierra socialista de Martí. Así lo evidencia, en trascendental carta a Fidel, en una de las tantas conjuras contra la isla heroica. La República Democrática Alemana en su práctica solidaria con nuestro pueblo, entregó a Laura Allende todo el auxilio que le era posible para defender una vida que se consumía irremediablemente. Ella ataca y acusa, sin vacilaciones, donde le es posible, al imperialismo, brindando su más resuelto apoyo a los movimientos de liberación nacional. No existe causa justa que no tenga a Laura una apasionada defensora: ya sea por Vietnam, o por la independencia de Puerto Rico: celebra alboro- 53 zada la victoria de Angola y participa en el Primer Congreso de MPLA; es implacable contra las dictaduras de Argentina y de Uruguay; y brinda su permanente cooperación a la dramática diáspora latinoamericana. Leal sin ambigüedades con el campo socialista, en el último tiempo no escatima esfuerzos en su preocupación y solidaridad por la lucha del pueblo salvadoreño. Yo acuso Como siempre subordinó su proyecto de vida personal a la lucha por la liberación de Chile, enfrentará también de manera heroica y trágica el último acto de su existencia. Es cierto, ya sea desde una concepción cristiana de la vida o desde nuestra concepción marxista leninista de la lucha, es cierto que siempre será controvertida o se disentirá de cualquier decisión personal de renunciar a la vida. Sin embargo, pensamos que Laura Allende no renunció a ella. Transformó su muerte inminente en otro patético"yo acuso" de nuestro tiempo. No hay en ella una actitud meramente autodestructiva. Es su última acción política. Conmueve al mundo para que Laura Allende Carta a Fidel Castro Compañero Comandante Fidel Castro Ruz. Le escribo con dificultad por mi muy mal estado físico que cada vez va impidiéndome efectuar alguna actividad. Quiero expresarle mi profundo agradecimiento por el cariño y la gran solidaridad que hemos encontrado los chilenos en el pueblo de Cuba en su Gobierno y especialmente en usted que siempre le ha dado solución a nuestros problemas. Esta carta es de despedida, enviada no sólo con afecto, es rogándole también me perdone por tomar tan trágica determinación en este país tan querido para mí, pero no tengo posibilidades de trasladarme a otro, como podría ser Estados Unidos lugar y cuna donde se ideó y siguen manteniendo una junta de Gobierno que favorece su afán de imperialismo y su ambición de hegomonía en nuestro Tercer Mundo. Pero existe usted y su pueblo, que seguirán defendiendo la justicia y los Derechos Humanos en los países que son perseguidos. Dentro de nuestra desgracia hemos tenido la gran posibilidad de oír sus discursos que son una lección para nuestras generaciones y seguirán siendo siempre una lección viva como es lo escrito por Martí. Los que critican el proceso socialista que se desarrolla en Cuba, sabemos que son los capitalistas, temerosos de que este sistema pueda ir dando libertad y autonomía a países que ellos continúan explotando. Las personas que viven un tiempo en Cuba ven la felicidad de este pueblo y la seguridad con que marcha hacia el progreso. Ojalá el futuro de Chile, cuando triunfemos del fascismo, sea similar en valor, en espíritu revolucionario y cultura. Fidel, nuevamente perdóneme, amo a Cuba pero necesito mi Patria, no puedo seguir esperando. Ya el degenerado y sanguinario de Pinochet ha establecido que no entraré a Chile. Este vaso de amargura no puedo seguir cada día aceptándolo. Además mi estado físico me impide la clandestinidad. Veo con profundo dolor que no podré mirar por última vez a mis compañeros pobladores con los que tanto trabajé, no me podré reunir con mis compañeros obreros ni hacer un cariño a tanto niño chileno. Ojalá algún día comprendan que no podía esperar más, y el amor a la Patria nos va cada día desesperando más. Lo único que quisiera es que algunas veces allá en la Patria digan Laura Allende presente. Mi corazón ya no soporta más la crueldad de este lacayo del imperialismo. Pinochet nuestro pueblo te hará pagar tanto sufrimiento. Comandante querido, Cuba sabe defenderse, que sus enemigos se destruyan entre ellos, que la victoria sea siempre para su pueblo, para su Gobierno, para su Partido y para usted. Laura Allende Gossens Viernes 23 a las 12 de la noche. 52 Homenaje a Laura Allende Querida compañera y camarada te arrestaron y encarcelaron luego te expulsaron de la patria determinaron que no podías regresar ("hasta nueva orden"). Pero la dictadura se equivocó contigo nunca te fuiste al irte volvías. Y hoy tu ejemplo se queda también con nosotros. Queremos que el millón de chilenos que estamos en el exilio vivamos en dos patrias extendiendo la lucha por el continente multiplicando nuestras fuerzas con el exilio porque somos un exilio que no pierde nunca sus raíces porque creemos en ciertos principios porque lucharemos en Chile y fuera de Chile por ellos. Así entendemos tu vida compañera ahí está tu fuerza y ahí debe estar la nuestra porque no hay dinero que compre nuestro compromiso ni dictadura que impida volver cuando nunca nos hemos ido; como tú. Al recordarte esta tierra generosa de nopales se llena de copihues y nuestro grito resuena desde el Río Grande hasta el Estrecho de Magallanes: ¡compañera Laura Allende, presente! (Del saludo del Partido MAPU de Chile en el acto de homenaje a Laura Allende realizado por el Comité Chileno de Solidaridad en el Auditorio Torres Bodet, México DF, 15 de junio de 1981). esta humanidad siga repudiando la tiranía imperante en Chile, para que se acentúe la movilización universal en pro del legítimo derecho al retorno de los exiliados, para que la conciencia de los pueblos registre una vez más la crueldad de un poder autocrático, intrínsecamente inhumano, para denunciar al régimen protegido por el imperio y las fuerzas reaccionarias, para marcar una vez más el nombre del dictador Augusto Pinochet Ugarte tan legítimamente odiado, como la figura más abominable de nuestra historia nacional, el engendro más miserable de nuestra sociedad. Renovar el compromiso ¡Y cómo nos obliga principalmente a nosotros la última acción política de Laura Allende! ¡Cómo nos exige reafirmación, autenticidad, voluntad unitaria, autocrítica, conciencia realista de nuestro exilio en sus dimensiones de tiempo, distancia y castigo! Más allá de la gratitud profunda a todos los países que nos han acogido, la magnitud del compromiso de Laura exige la renovación del compromiso personal de cada uno de nosotros. No para transferir nuestras cicatrices ni nuestras penitencias, no para una proyección mortificante de nuestra condición, sino para búsqueda creadora, para el trabajo y la construcción de la victoria. Raúl Ampuero, al conmerorarse el XXV aniversario del partido afirmó que "el partido era de todos y de nadie". Parafraseando esa referencia, diremos que un Allende, una Laura, un Tohá, un Letelier y tantos otros, no sólo han pertenecido al socialismo chileno sino son patrimonio moral de todo el pueblo, de todas las fuerzas progresistas democráticas y revolucionarias. Nunca lograremos saber si hemos interpretado con fidelidad el sentido de aspectos de la vida y la muerte de nuestra Laura. Pero sí de algo estamos seguros. Allá en el sur, en nuestro Chile, además de uno de sus hijos y de nuestros camaradas, un pueblo fatigado de hambre pero tenso de ira, con el alma trizada pero con decisión creciente y unitaria de combate, reprimido brutalmente . te, hoy, en sus pobladores, sus profe. sionales, en sus estudiantes y en sus obreros, se vitaliza con esperanzas, cor el corazón y el puño apretado, al de cir ¡Laura Allende, presente! La estrategia militar de Estados Unidos y América Latina Antonio Cavalla Rojas * Parece haber consenso, entre analistas de diversos signos ideológicos, sobre que la historia de las estrategias es, en lo sustancial, historia de las guerras o de los términos de resolución de las crisis en las que la amenaza de utilización de la fuerza militar jugó un papel fundamental. Dicho de otra manera, los grandes cambios estratégicos son consecuencia de la comprobación en la práctica de la inutilidad del conjunto o de parte de las bases de una concepción estratégica. Esto vale tanto para la estrategia global, entendida como la definición de los objetivos de una nación por los que es indispensable luchar y la determinación de las fuerzas necesarias para conseguirlos (Kissinger), como para la estrategia militar propiamente tal, entendida como la ciencia y el arte de la utilización de las fuerzas armadas y la violencia para la consecusión de los objetivos políticos (Herman Kahn). Así ha ocurrido en la ciencia militar marxista y así también se ha dado en el transcurso estratégico del pensamiento militar burgués. El gran revolucionador de la estrategia,Karl Von Clausewitz extrae su teorización novedosa sobre la guerra de su práctica y análisis histórico de los conflictos bélicos subsiguientes a las revoluciones burguesas, que permitieron las nuevas concepciones estratégicas victoriosas de Napoléon, así como de sus derrotas, especialmente las derivadas de su incapacidad de comprender los factores morales involucrados en las guerras patrióticas defensivas. * Chileno, militante de la Izquierda Cristiana, profesor investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, presidente del Consejo Latinoamericano de Investigaciones para la Paz (CLAIP). Esto acontece también con la estrategia estadunidense contemporánea. nuestro, en la Guatemala de Jacobo Arbenz. Estrategia de contención Represalia masiva Un profundo corte se produce en la producción intelectual sobre asuntos bélicos en EEUU, luego de la adquisición del arma nuclear y su posterior uso sobre el pueblo japonés. Después de un período en que el establishment militar estima posible que el monopolio del arma nuclear, y la breve confraternización entre la URSS y EEUU nacida del enfrentamiento común del fascismo durantela segunda Guerra Mundial (II GM), le den una primacía absoluta al campo capitalista, se formula la doctrina Truman, en la que se define al "comunismo" (la URSS y cualquier movimiento de liberación o de autodeterminación nacional) como el enemigo principal. La matriz estratégica que se formula, ya en 1947 es conocida militarmente como "la estrategia de contención mediante ayuda económica y militar". En palabras pronunciadas en 1951 por el entonces presidente, "deberá ser la política de Estados Unidos respaldar a los pueblos libres que estén resistiendo presiones (. ) y nuestra ayuda deberá conducirse principalmente mediante la asistencia económica y financiera, que es esencial para la estabilidad económica y los procesos políticos ordenados."' Tanto la retórica presidencial como otros instrumentos de ordenamiento estratégico (como el Documento 20, de ese mismo año, del recién creado Consejo de Seguridad Nacional), no incluían explícitamente la intervención de fuerza militar estadunidense propia. Es esta la doctrina que se aplica en Grecia, Turquía y, más cercano 55 Ya a fines de la década de los cincuenta, el triunfo de los revolucionarios en China y las noticias de la primera explosión atómica de la URSS iniciaron un debate que cuestionaba las concepciones de la administración Truman. El desarrollo de la guerra de Corea y su desenlace, vinieron a dar las bases de una profunda rectificación, cuya primera expresión pública la constituyó el discurso del secretario de Estado J.F. Dulles ante el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, en enero de 1954. Surgía la doctrina "de la represalia masiva", en la que EEUU declaraba su voluntad de contestar con todo su poderío nuclear cualquier "amenaza al mundo libre", ya sea contra el agresor menor en la periferia o contra la URSS directamente, si su involucramiento se comprobaba. Como era obvio, la doctrina Dulles de represalia masiva llevó a una disminución de los gastos, el tamaño y la calidad de las fuerzas armadas convencionales y un incremento significativo de las fuerzas —desde entonces llamadas estratégicas— de carácter nuclear y termonuclear. En 1957, cuando a mediados de año la URSS lanzó su primer misil balístico intercontinental y luego colocó en órbita el primer Sputnik, se derrumbaron dos pilares básicos de la represalia masiva: la invulnerabilidad territorial de EEUU frente a la URSS y la viabilidad a largo aliento de la superioridad 1 Discurso a la Nación, por cadena de radios, 11 de abril de 1951. estratégica estadunidense sobre cualquier enemigo, actual o potencial. Si a ello se agregan las reflexiones surgidas sobre la imposibilidad de EEUU y sus aliados de impedir los triunfos de las revoluciones vietnamita, argelina y cubana y la incapacidad objetiva de utilizar el arma nuclear en otros conflictos periféricos, se configura un cuadro de crisis total de los conceptos estratégicos: éstos no lograban definir adecuadamente los medios de fuerza y su grado de utilización para obtener el objetivo político consensual (detener el avance comunista, que se hacía sinónimo de los movimientos de liberación). Reacción flexible La disidencia del establishment elaboraba, desde la oposición a la administración Eisenhower, una alternativa estratégica, que fue plasmada con particular claridad por el general Maxwell Taylor. 2 El ascenso al poder del presidente Kennedy llevó a los militares y civiles disidentes a los principales puestos de poder, con lo que la llamada "estrategia de reacción flexible" pasó a ser la doctrina oficial del Estado norteamericano. En su esencia, tal estrategia reconocía que es "tan necesario impedir o ganar rápidamente una guerra limitada como lo es evitar una guerra generalizada..." (Taylor). Para ello, se argumentaba, es necesario construir numerosos escalones, que van desde pequeñas acciones encubiertas para destruir focos subversivos potenciales, pasando por intervenciones militares con fuerzas estadunidenses, hasta llegar a la guerra nuclear declarada, concebida como un sólo golpe nuclear definitivo . La estrategia de reacción flexible, que como demostraremos más adelante es la que sigue vigente, considera un primer escalón, en el que no se comprometen directamente en combate fuerzas militares de los Estados Unidos o de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN ). Dicho escalón (aplicado profusamente en Chile en todas sus variantes), incluye: acciones encubiertas de los servicios de inteligencia estadunidense, ya sea directamente o a través de sus homónimos nativos; acciones de propaganda abierta a través de medios propios (agencias internacionales de noticias, por ejemplo) o de financiamiento de medios ajenos de origen local; programas de apoyo o guerra económicos, destinados a afianzar o desbaratar el funcionamiento económico y social del país "objetivo"; transformación de las fuerzas armadas nativas en un bastión capaz de derrotar a los "insurgentes", proveyéndolas de adoctrinamiento, adiestramiento en nuevas técnicas de contrainsurgencia, nuevos armamentos especialmente adaptados o creados para la guerra de guerrillas, transformación de las policías en cuerpos paramilitares, utilización de mercenarios, etcétera; construcción o robustecimiento de alianzas regionales, en (ye las fuerzas militares de los aliados remplacen o acompañen a las fuerzas estadunidenses. si el escalón nativo es derrotado (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR , y Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA ), para el caso de América Latina y el Caribe).3 El segundo escalón, que se considera utilizable si fallan todos los anterio2 3 Para un desarrollo en profundidad de la "reacción flexible", ver el libro de Michael Klare: Guerra sin fin; Noguera, México, 1975. Las fuentes principales de la nueva doctrina se encuentran en: Maxwell D. Taylor: The uncertain trumpet; Harper and Row, Nueva York, 1960; y Robert E. Osgood: The reappraisal of limited war; Adalphi Papers núm. 54, Londres, 1969. Para la comprensión de la Covert action, resultan particularmente recomendables los trabajos de Philip Ages (El diario de la CIA) y de Marks y Marchette (La CIA y el culto de la inteligencia). Ver también la abundante y valiosa producción de li- res, son las fuerzas propias estadunidenses, para lo cual dicho país estableció en diversos territorios regionales, bases para proveerse de fuerzas, preferentemente navales, transformables en ejércitos de ocupación. El arma al que se le asigna prioritariamente la tarea de desembarco y control del territorio es el Cuerpo de Marines, cuyo desempeño exitoso en República Dominicana es suficientemente conocido ("doctrina Johnson"). Un tercer escalón es el de los dispositivos nucleares. Contempla una serie de armas y contra-armas orientadas a disuadir al enemigo de asestar un golpe sorpresivo sobre el territorio de EEUU y sus aliados de la OTAN. No nos explayaremos al respecto, porque en nuestra opinión es el segundo escalón el que ha tenido más modificaciones estratégicas reales (en el sentido de utilización concreta de la fuerza y no de la "estrategia ficción" del over-kill nuclear), y el que representa ahora el peligro mayor para los futuros triunfos de procesos de liberación nacional en América Latina y otras regiones del llamado Tercer Mundo. La ausencia de un tratamiento adecuado de sus modificaciones, tanto en los centros académicos especializados en el estudio de EEUU como en las organizaciones políticas del sub continente, justifica una atención más detallada sobre su evolución hasta nuestros días. bros y artículos de Gregorio Selser. Para un entendimiento básico del llamado "Sistema Interamericano de Defensa", ver los trabajos incluidos en los capítulos In y IV de nuestra antología Geopolítica y seguridad nacional en América (UNAM , Colección Lecturas Universitarias núm. 31, México, 1979; pp. 195 a 475). Una sistematización básica de los otros escalones se pueden encontrar en nuestra ponencia "Intervención económica y militar de Estados Unidos en El Salvador", presentada al Seminario sobre la coyun- tura actual en El Salvador (División de Estudios de Post-grado de la Facultad de Economía de la UNAM, México, 1980). ATENTADO CONTRA EL PAPA: AUTORES DESCUBIERTOS "No cabe duda de que esto obedece a la codicia de los bolcheviques, que quieren el dominio del mundo a cualquier costa." Almirante José Toribio Medina, en Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981. Vietnam: el error del gradualismo A partir de la derrota de Vietnam, luego de un período de evidente paralogización del debate estratégico, se produjo una profunda y encontrada reflexión militar de las razones político-militares de la derrota. De ella permanecieron bastante alejados los políticos civiles, todos ellos preocupados más de superar el "síndrome de Vietnam", mediante el silencio que de extraer lecciones para la defensa del cuestionado poderío estadunidense. Los errores asumidos para la estrategia futura —que es lo que nos preocupa actualmente— abarcaron todos los campos doctrinarios: los objetivos políticos y su relación con los objetivos militares; la utilización de los medios, tanto en la perspectiva estratégica como en la táctica y el arte operativo; la relación con los aliados, etcétera.4 El primer error que parecen diagnosticar con fuerza los militares estadunidenses es la ausencia de objetivos políticos claros s y, cuando los hubo, la incapacidad de definir objetivos militares para conseguirlos cabalmente: El general William Westmoreland, una de las figuras protagónicas de las operaciones bélicas en Vietnam, señalaba al respecto: "El presidente (Johnson) anunció que no extenderíamos la guerra, por lo cual se estableció una estrategia defensiva en tierra que dió al enemigo más libertad de acción.. .formuló una estrategia 6 que puede describirse brevemente de la siguiente forma: contener al enemigo, derrotarlo en el Sur, ayudar a reconstruir la nación, y bombardear objetivos bélicos en el Norte en una escala gradualmente creciente, hasta que el enemigo percibiera el mensaje de que no podía ganar y, en consecuencia, negociara o aceptara tácitamente un Vietnam dividido." Y agrega enfáticamente: "Sin embargo, el bombardeo se llevó a cabo de forma esporádica, según los altibajos de las presiones políticas en los Estados Unidos". 7 Una reflexión similar formula respecto a la conducta seguida por el mando político después de la ofensiva del Tet (1968), desencadenada por los patriotas vietnamitas con el apoyo de Vietnam del Norte, a la que califica de grave "derrota militar del Vietnam del Norte". Dice Westmoreland: "Existe un viejo axioma militar que dice que 'cuando el enemigo sufre, no les des cuartel, presiónalo más'. A pesar del asesoramiento militar en contrario, nuestros líderes políticos disminuyeron la presión contra el régimen de Hanoi y lo atrajeron a la mesa de conferencias."8 La crítica a la imprecisión de los objetivos militares se centra principalmente en la aplicación "gradual" de la escalada militar estadunidense. Se culpa al gradualismo en la aplicación de la fuerza de ser el responsable de la no consecución de los objetivos militares, error agravado por las imprecisiones e interferencias políticas. Un analista militar describe así el proceso de presentó un esfuerzo desgraciado por combinar el arte militar y la diplomacia". 9 Error tras error El segundo error importante que descubren es que la opción interna en Estados Unidos fué fatal para la conducción político-militar de la guerra. Esta ausencia de "unidad nacional" agravó el problema de la incorrecta relación de fines y medios. "El mensaje que el enemigo recibió —e sc rib e Westmoreland en una de sus reflexiones— no fue uno de resolución y fuerza, sino de insegu- CHILE Revista mensaje "un mensaje cristiano para el mundo de hoy" un análisis serio de la realidad nacional e internacional: Iglesia economía, socio-política, cultura definición de la escalada: "la primera fase comprendería vuelos de reconocimiento armados sobre Laos; en la fase II, se emprenderían bombardeos prolongados estadunidenses contra del norte. El presidente Johnson puso en ejecución la fase I en diciembre de 1964. En febrero de 1965, después de una serie de ataques del Vietcong contra instalaciones estadounidenses , él ordenó que la segunda fase fuera puesta en ejecución. Los objetivos de la escalada nunca fueron precisamente delineados. . . En resumidas cuentas, el gradualismo era una opción cuando no parecía disponerse de otras... el gradualismo re4 Para la elaboración de este apartado hemos revisado las publicaciones militares estadunidenses accesibles al investigador civil en México (Military Review, International Security, The Defense Monitor, etcétera) y los documentos que especificamos en notas posteriores. Nos fue también de gran utilidad el trabajo y la bibliografía sugerida por Michael Klare, en Doctrina de la Contrainsurgencia (publicado por Proyecto Lázaro Cárdenas, México, 1981). 5 De lo que culpan por igual a los dirigentes republicanos y demócratas hasta la 57 Casilla 10445 — Santiago de Chile Agentes: Carmen Pinto, casilla 10445, Tel. 60653, Santiago, CHILE. - Sergio Avalos, Benito Perez Galdós 120-6, Col. Polanco, Tel. 557-97-52, MEXICO 10, D.F., MEXICO. • J. Juan Mondet, Monquegua 182-210, casilla 5132, Lima 1, PERU. Suscripción anual: 30 dólares. ridad y debilidad política, no sólo por virtud de los actos oficiales, sino también por las expresiones de los elementos vocingleros y emotivos de nuestra sociedad que optaron por resistir activamente la política nacional." Y agrega: "Mientras nuestros soldados combatían y morían por el principio de la libertad y el derecho a disentir, ¿qué cosas veían suceder en su patria? La quema de la bandera, virulentos ataques contra los funcionarios públicos, destrucción de los cuarteles de reclutamiento, encomios a favor del Vietcong, mentiras y engaños de parte de los jóvenes para librarse del servicio militar... Es asom- 6 7 llegada de Reagan. Se refiere a la estrategia militar formulada para implementar el objetivo político de no ampliar el esfuerzo bélico. General William C. Westmoreland: "yietnam en perspectiva"; en Military Review, enero de 1976, p. 37 (cursivas del autor). a Idem., p. 39. 9 Mayor Wesley K. Clark: "El gradualismo y la estrategia militar norteamericana"; en Military Review, septiembre de 1975, PP . 3 y 7. broso que un número de nuestros ciudadanos, incluso representantes de los medios de divulgación, se dejaran engañar por la propaganda de Hanoi."10 Otro analista se queja también del papel de los mass-media en la creación de la oposición interna a los que acusa de crear "un consorcio entre los líderes de la oposición y la prensa libre occidental. " El tercer error que desprenden casi unánimemente los analistas del Pentágono es la inaplicabiidad del concepto de "fuerza total", plasmado por Nixon y su secretario de Defensa Melvin Laird, en la fase de "vietnamización" de la guerra. Dicho concepto establecía que EEUU ya no debía hacerse cargo totalmente de los esfuerzos militares para "defender al mundo libre", y que se requería el concurso cada vez más creciente de los aliados, ya sea en su propia defensa o en la de su región más inmediata. "Muchos de nuestros aliados –declaraba Laird ante el Congreso de 1971– ya han alcanzado prosperidad; otros la están alcanzando rápidamente. Por lo tanto es más real y más eficaz que la responsabilidad de proteger la paz y la libertad sea compartida más ampliamente por nuestros aliados y amigos."1 2 La cuarta lección –de carácter estratégico-táctica– es que Vietnam enseña que la proporción de hombres y equipos comprometidos en el teatro de la guerra deberá ser mucho mayor que la imaginada anteriormente. Resultaba evidente que las armas sencillas eran capaces de inutilizar a unidades complejas de alto costo. Una mina "vietnamita" de fabricación primitiva era capaz de paralizar un tanque; un fusilero diestro lograba derribar un caza-bombardero con un fusil de repetición; un explosivista bien entrenado podía lograr tal destrucción de un sistema vial, que detenía por horas y aún días el avance de una compañía autotransportada, etcétera. Esta conclusión, ya insinuada en el debate posterior a Vietnam, se ve elevada a la categoría de verdad estratégica en los análisis de la guerra de octubre de 1973 y la aparición de un nuevo tipo de armas en el campo de municiones; las PGM (Precision Guide Munitions: Municiones Teleguiadas de Precisión)." El quinto tipo de reflexiones, se orienta a llamar la atención sobre el problema de la movilización de las reservas y los costos cada vez más cre- cientes de las unidades complejas. En cuanto a lo primero, quedó demostrado que la presunción de que las reservas eran moviizables en un alto porcentaje y con una cadencia en el tiempo bastante rápida, no pasaba de ser una ilusión. "Es irreal esperar que una unidad de maniobra del componente de la reserva se despliegue en menos de 30 días. Sería una locura predicar planes de guerra con esta premisa... ¿Cómo podemos esperar que los componentes de la reserva logren este objetivo en 39 días de entrenamiento al año mientras el ejército activo no puede satisfacer el requisito de entrenamiento en todo el año?... "14 En cuanto al costo, se señala que la tendencia de la investigación y el desarrollo de nuevas armas ha conducido a un estable encarecimiento de cada unidad nueva, sin que la serie anterior haya terminado tan siquiera de demostrar su utilidad." El error de exceso La sexta gran lección incluye un conjunto de aspectos de táctica y arte operativo militar que, a juicio de los analistas del Pentágono, habrían sido descuidados o simplemente no considerados. El mayor Powe, 16 señala los siguientes errores principales: – excesivo énfasis en las metas de corto plazo. Se pregunta "¿Hicimos nuestro máximo esfuerzo en Vietnam o permitimos que las metas a corto plazo obscurecieran la misión fundamental." Su respuesta, en diversos planos de organización y operación, es rotundamente negativa; – complejidad creciente e inmanejable. "¿Nos hemos vuelto nosotros, to Westmoreland, op. cit., pp. 40 y 41. 11 Brigadier general Edward B. Atkeson: "Un nuevo concepto de defensa: su" relación con la seguridad de EEUU ; en Military Review, mayo de 1976. 12 Statment of secretary of Defense Melvin R. Laird before the House Armed Services Committee; US Government Prin- ting Office, Washington, 1971, p. 19. 13 Ver Ferdinand Otto Miksche: "Las PGM s: cambios en el ambiente de combate"; Military Review agosto de 1978, pp. 40- 49; y coronel Fletcher Ware: "La división de paracaidistas y un concepto estratégico"; Military Review, marzo de 1976, pp. 25-36. 14 Teniente coronel Benjamín L. Abramowitz: "¿Estará la reserva lista para com- 58 como ejército, demasiado complejos? A veces el ejército parece tener toda clase de personas pero ninguno combatiente, y suficientes computadoras para asignarle una a cada soldado. .. " El analista coloca como ejemplo el profuso uso de sensores terrestres para detectar los movimientos enemigos y otros ingenios "husmeadores de gente e infrarrojos", que fueron ineficaces para proteger los campamentos, localizar adecuadamente los planos del tiro artillero y bombardero, y que contribuyeron a disminuir la actividad y creatividad del combatiente y los mandos. Otro estratega se refiere a las dificultades de transporte del material complejo. "Fácilmente podemos imaginarnos –escribe en 1976– los grandes montones de cajas y contenedores sin identificación ni control en los terminales del continente para procesar y enviar a unidades que esperan malamente por una pieza específica o un tipo particular de municó";17 – comodidad, complacencia, excesivo lujo de superioridad de armas de apoyo al combate de infantería. Se señala, descarnadamente, en que EEUU llevó "a la zona de combate cantinas, televisores, miles de acondicionadores de aire, neveras, automóviles y rociadores para el cabello...". Y se agrega: "muy bien se puede argüir que el uso de helicóptero (por ejemplo), se convirtió en una trampa sutil, particularmente cuando nuestra habilidad para retener una porción de terreno dependía totalmente de nuestra habilidad para ir y venir por aire". Reacomodo estratégico Las conclusiones del debate –como batir?"; Military Review, marzo de 1976. Opinión similar había expresado en 1975 –ya en forma oficial– el secretario de la Defensa Arthur Schlessinger, en Annual Defense Department Report; US Government Printing Office, Washington, 1975, pp. 111-14. 15 En Miksche, op. cit. Como es obvio, las referencias a este punto son menos frecuentes en las revistas militares que en la prensa "liberal" estadunidense y europea. 16 Mayor Marc B. Powe: "El ejército de EEUU después de la caída de Vietnam: una disyuntiva contemporánea"; Military Review, febrero de 1976. 17 General James H. Polk: "Una nueva estrategia de guerra corta"; Military Review, marzo de 1976. se advirtió a su tiempo- 18 fueron resumidas por el hoy general Fletcher K. Ware, del Ejército de los Estados Unidos, y por el actualmente coronel Wesley Clark, de la misma rama. Se trata, en primer lugar, de reivindicar una estrategia que siga utilizando el escalón de la intervención directa militar, aunque haya oposición interna. "Bajo cualquier criterio de análisis, —dice Ware— yo creo que, con toda seguridad, podemos presumir una renuencia nacional al involucramiento militar. Sin embargo, el que comprendamos eso no elimina la necesidad de desarrollar estrategias que requieren la aplicación del poderío militar de EEUU para promover los intereses nacionales... dentro del contexto del temperamento y la voluntad nacional." 19 A juicio del autor, se trataría de un concepto estratégico de intervención que consistiría en: una rápida decisión para emplear la fuerza seguida de un rápido despliegue de suficientes fuerzas para llevar a cabo objetivos específicos probablemente dentro de limitaciones geográficas y de tiempo. Wesley Clark, por su parte, en su artículo en contra del "gradualismo", reivindica la relación de lo político y lo militar, y establece: "primero: deben aplicarse presiones coercitivas tan directamente como sea posible para asegurar los objetivos del compromiso; segundo: deben establecerse cuidadosamente límites para evitar la impresión de flaqueza; y tercero: la coerción debe tener una conclusión que pueda realizarse lógicamente':20 Como se puede ver, del debate de la derrota en Vietnam surge la vigencia de la reacción flexible. Lo que cambia es el concepto de la fuerza, la forma de aplicación en contra del enemigo y la creación de nuevos escalones en el tramo militar estadunidense. En palabras de Clark, "la reacción flexible no está muerta, porque el desarrollo de opciones militares continuará. La potencia militar promete ser más flexible, más rápidamente desplegada y más fácil para controlar. Los formuladores de políticas nacionales hallarán que están confrontados con más opciones militares que considerar cuando los intereses nacionales estén amenazados".21 La administración Carter Esta era la opinión del establishment militar a la llegada de la administración Carter. El nuevo presidente, a diferencia de Kennedy, no era portador de una nueva concepción estratégica estadunidense en el plano militar. Su consejero de Seguridad Nacional, Zbgniew Brzezinsky, y su secretario de Defensa, Harold Brown, no formularon un cuerpo contestatario a estas conclusiones militares. Por el contrario, este último insistió explicítamente en que durante su mandato no habrían "niños sabios", como había ocurrido en la era Kennedy-Mc Namara, por sobre el jefe civil y los jefes militares del Pentágono.22 Sin embargo, la concepción global de Brzezinsky incluía, con mayor fuerza aún, la idea nixoniana de "fuer- za total", al radicar parte importante de la estrategia de "defensa" estadunidense de las áreas candentes, en la existencia de "potencias emergentes", como Irán, con poderosos ejércitos; estimaba además indispensable profundizar la distensión con el campo socialista, compartiendo el liderazgo del mundo occidental con los socios trilaterales de Europa , Asia y América del Norte.23 Hoy se sabe que tales concepciones no eran compartidas por las Fuerzas Armadas. Lo declara explícitamente el general David C. Jones, presidente de la Joint Chiefs o f Staff recién nombrado por Reagan, en su primera comparecencia ante el Congreso: ". . .Sin emargo, el consejo militar es una de las muchas voces que influencian la distribución de los recursos nacionales limitados. Otras voces han sido más persuasivas en declarar aceptable el riesgo (de no basarse en la fuerza propia), y en elevar las prioridades de los gastos no defensivos". Debe recordarse que el general iones fue miembro de la Joint Chiefs durante toda la administración Carter, como jefe de la Fuerza Aérea. La insistencia de los militares parece haber convencido a Carter muy al inicio de su mandato, lo que explica que ya en 1978 había decretado la directiva presidencial número 18, en la que se ordenaba al Pentágono formar una fuerza especial para contingencias en el Tercer Mundo, sin participación de la OTAN; esto es, fuerza propia. A fines de 1979 —crisis iraní y triunfo sandinista mediante— el Pentágono anuncia que se ha constituido la Fuerza de Despliegue Rápido (FDR), que será comandada por una "Fuerza de Trabajo Conjunto" (un estado mayor que combina las cuatro "armas" de las Fuerzas Armadas de EEUU: ejército, aviación, marina y cuerpo de marines), bajo el comando del general Paul Kelly. El secretario Brown informa que la Rapid Deployment Joint 18 Bosco Parra: "Nuevas dimensiones estratégicas en el Ejército norteamericano. Posibles repercusiones"; Boletín Exterior de la Izquierda Crist ia na de Chile, enero de 1977. 19 Ware, op. cit., p.26. 20 Clark, op. cit., p. 9. 21 Iba ., p. 12. 22 Véase, por ejemplo, el reportaje especial 59 23 sobre el Pentágono y la entrevista al secretario Brown, bajo el título "Shaking up the Pentagon", publicado en USNews and World Report, 17 de julio de 1978, pp. 33-36. Hemos intentado tratar la estrategia de Carter en la primera parte de nuestro trabajo " US Military strategy in Central America: from Carter to Reagan"; Contemporary Marxism, núm. 3, 1981. Task Force (RDJTF), estará situada en la Base MacDill de la Fuerza Aérea, en Florida, y que hasta ese momento estaba compuesta por dos divisiones aerotransportadas, dos batallones de fuerzas especiales del ejército de tierra y tres divisiones de marines, con sus respectivos transportes, a los que acompaña una flota de aviones de transporte del Military Airlift Command (70 C-5 y 234 C-141). Desde la fecha de su formación, la nueva fuerza dispondría de 5 mil millones de dólares durante el plazo de 5 años, para subir de 80 mil hombres hasta 200 mil, con sus correspondientes transportes." En los meses finales de la Administración Carter resultó ya evidente que lo que había ocurrido era la aceptación del concepto estratégico de ampliación del escalón de intervención con fuerzas convencionales, en todos los teatros periféricos (no europeos) donde los "intereses vitales" estuvieran amenazados. La Administración Carter se lanza a la búsqueda de bases en Omán, Kenya, Somalía y Egipto, en lo que pareció el primer intento de tener, además de la Fuerza de Despliegue Rápido central, otra especializada en el teatro de guerra del Golfo Pérsico. Características similares —fuerza de despliegue rápido para saturar teatros de guerra sin depender de los aliados nativos— tiene la Joint Task Force on Caribbean and Central America. Es el propio James Carter el que declara (el 1 0 . de octubre de 1979, luego de el alboroto por la "presencia de la brigada soviética en Cuba") que se había constituido un Estado Mayor (Headquarter) dedicado exclusivamente a América Central y el Caribe al que "asignaré fuerzas de todos los servicios militares, para la expansión y conducción de operaciones (. . .) Este headquarter empleará fuerzas diseñadas para la acción, si se requiere.. . ,25 Reagan: neoconservadores ... y militares Del debate sostenido en México por un 24 Las fuentes son elAnnual Defense Report (US Government Printing Office, 1980), y noticias y reportajes del Washington Post, US News and World Report, Newsweek y prensa mexicana. Hemos con- frontado estos datos con los trabajos de Michael Klare, "An Army in Search of a War", publicado en The Progressive, marzo de 1981, y de Esko Antola y Raymo Váyrynen: "The emergente of an intervention policy: the case of the Rapyd Deployment Force" (ponencia presentada al Seminario sobre La crisis de las doctrinas estratégicas y sus repercusiones en el Tercer Mundo, realizado en México, del 15 al 19 de junio de 1981). 25 Cables de UPI y AP. La incomprensión de que "fuerza de despliegue rápido" es un concepto estratégico, que la Rapid Deployment Force, con su headquarter de McDill, es una unidad operativa (de combate, preferentemente pensada para la guerra en el Golfo Pérsico y el Medio Oriente), y que el concepto se aplica también para otras regiones del mundo incluida América Central, es lo que lleva grupo cada vez más numeroso de investigadores dedicados al análisis de EEUU, han surgido hipótesis en torno al significado del nuevo equipo que ha llegado a la cúspide del poder en Estados Unidos. La primera hipótesis, que compartimos, es que el grupo neoconservador que rodea al nuevo presidente (formado por numerosos militares y ex funcionarios de los servicios de inteligencia, asunto que suelen olvidar los colegas latinoamericanos), intenta representar lo que la filosofía política y la estrategia del New Deal y el pensamiento a algunos analistas latinoamericanos a ignorar la existencia de este headquarter del que habla Carter, en América Latina. Así, al hablar de las fuerzas convencionales con que cuenta la administración Reagan, se escribe que la FDR "no constituye en sí misma un cuerpo permanente... " y que "se ha expresado la intención de negociar nuevas bases militares en la zona del Medio Oriente (además de las que existen en Omán, Diego García, Somalía y Kenya), para facilitar las posibles intervenciones...", no mencionándose este headquarter y esta fuerza para Centroamérica (en Estados Unidos, perspectiva latinoamericana; vol. 6, núm. 6, CIDE, junio de 1981, pp. 64-65). Es la misma ausencia que lleva a considerar a la "nueva" óptica estratégica de la administración Reagan como no ligada a la evolución del pensamiento militar estadunidense (véase, por ejemplo, Arturo Borja: "La política exterior de la administración Reagan o el 'desfase' de la `óptica estratégica' "; Cuadernos Semestrales, núm. 9. CIDE, segundo semestre de 1981, pp. 93-114). EN CASA DE HERRERO "Señora directora: Soy suboficial (r) de las Fuerzas Armadas, músico profesional, y tengo el agrado de saludar afectuosamente a la señora directora de esa importante revista y exponerle al mismo tiempo mi gran problema, pues actualmente me encuentro enfermo de gravedad, con una hernia diafragmática y otras afecciones, atravesando por una difícil situación económica por percibir una exigua pensión de revalorización. El pedido que le solicito es que le dé publicidad a un ofrecimiento de venta de los instrumentos siguientes: tuba vertical marca Couesnon, francesa SIBb, con estuche; corno doble, marca Miraphone SIBb, con funda; y tuba vertical marca Couesnon SIBb, con funda. Dichos instrumentos están en muy buenas condiciones ya que solamente se han usado en la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal, y a un precio bastante convencional. Los interesados pueden dirigirse a la dirección que indico, de 9 a 13:30 horas todos los días, como también por correspondencia. Nicomedes Espinoza Jorge Bizet 3783, El Pinar San Miguel, Santiago." Que pasa núm. 529, Santiago de Chile, 28 de mayo al 3 de junio de 1981. 60 económico keynesiano representó para el "neoliberalismo" iniciado por Franklin D. Roosevelt . 2 6 La segunda hipótesis, que surge de la revisión de los textos de los neoconservadores y de los discursos y docu- Reagan. Cabe reiterar que con el nuevo presidente suben al poder los disidentes de la estrategia carteriana y adquieren preeminencia fundamental personeros estrechamente ligados al establishment militar (Alexander Haig, Daniel O. de Defensa— de que la actual caída 1e la capacidad militar y estratégica de EEUU son consecuencia de un largo período de declinación de nuestro gasto de defensa."' 2. La política de defensa que se mentos del candidato Reagan, es que los neoconservadores, diagnosticando una grave crisis global de la sociedad norteamericana, colocan su centro generador en elementos morales y culturales (autoridad, incentivos individuales, etcétera) y se proponen, desde el poder inmenso del Gobierno, atacar a la "contracultura enemiga" en toda la extensión de la sociedad estadunidense y en todos los lugares del planeta. La tercera hipótesis, que tiene ya suficientes bases de comprobación, es que si bien Reagan ha debido negociar ciertos aspectos marginales de sus propuestas, ha sido el planteamiento de los "duros" el que se ha impuesto en los nombramientos principales y en los programas de gobierno que ya ha aprobado el Congreso. Con estas apreciaciones, es posible dimensionar mejor el papel central que cumple la estrategia militar dentro de la estrategia global del equipo de Graham, Thomas Moorer) o de inteligencia (Richard Allen, George Bush, Frank Carlucci). entiende como inextricablemente ligada a la política exterior y que se entrega a un militar (Haig) y a un ex agente de la CIA (Allen)," se plantea por áreas y regiones; pero en cada área se obliga a leer la situación con el prisma del balance de poder entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Dicho de otra manera, no se conciben situaciones nacionales porque cualquier parte del globo, dice relación con el Líneas estratégicas Cuatro son, a nuestro juicio, las líneas centrales de estrategia: 1. Se implanta lo que Klare llama con humor "el nuevo ecumenismo": Estados Unidos entiende que todo el mundo es escenario de su guerra, y por ello el desafío más importante que se le plantea ahora es el restablecimiento del poderío militar. Se trata de pasar no sólo a la supuesta paridad perdida, sino de la paridad a la superioridad, en todos los rubros bélicos y en todas las áreas del mundo, para lo cual es necesario brindar prioridad central al gasto militar. "Debemos confrontar la realidad —dice el general Jones, presidente de la Joint Chiefs, y lo repite después Caspar Weinberber, secretario 61 26 Atino Borón: "Reagan y el nuevo proyecto conservador"; Convergencia núm. 1, México DF, febrero-abril de 1981, pp. 13-18. 27 United States military posture for FY 1982. An overview by general David C. Jones, USAF, chairman of the Joint Chiefs of Staff; US Government Prin28 ting Office, Washington, 1981, p. vii. William Schaap: "The role of intelligence and counter intelligence in global strategies"; ponencia para el Seminario de la Asociación Internacional de Investigaciones para la Paz en México DF, junio 1981. enfrentamiento con la URSS, reidificada como enemigo poderoso. "La pérdida de superioridad estratégica, la extensiva modernización de las fuerzas soviéticas de tierra, mar y aire, el sostenido mejoramiento en la capacidad de proyección de la fuerza soviética, el uso soviético de f terzas aliadas para sostener facciones revolucionarias en todo el mundo. . . han transformado el carácter del mundo y nuestros requerimientos estratégicos. .. "29 Esto es válido para Nicaragua, a la que se contabiliza en los mapas estratégicos como territorio bajo "la influencia soviética", junto a Cuba y Granada.30 3. Es necesario recuperar el liderazgo de los Estados Unidos en el mundo cristiano y occidental. Hay que consultar con los aliados aquellas decisiones que los involucran directamente, pero el único poder con capacidades globales es y debe seguir siendo EEUU, que vuelve así a ser el factotum de la defensa de la civilización occidental. Es el concepto de "fuerza propia", válido también para América Latina, especialmente en períodos de crisis.31 4. Debe restablecerse el paradigma neoclausewitziano de la legitimidad de los medios frente a la legitimidad de los fines (y qué más legítimo, para ellos, que la "lucha contra el comunismo. . . "). De ahí que se rescate como matriz estratégica la reacción flexible para la tarea de contención del comunismo, ampliando y difersificando más y más cada uno de los escalones. En este sentido se plantea: dejar "libres las manos" —amarradas por los excesos de los liberales— de los servicios y la "comunidad de inteligencia";32 dotar a los aliados de más armas y adiestramiento que los capacite para defenderse del enemigo en sus propios territorios; entender la "ayuda económica" y los organismos internacionales y nacionales de crédito como armas para la guerra económica; establecer más capacidad de intervención con fuerzas propias, desarrollando la Rapid Deployment Force en territorio estadunidense y preparando otras RDF para los teatros regionales más álgidos; generar un nuevo escalón —la guerra nuclear limitada— ya no como un juego de guerra sino como una realidad operativa.33 29 United States military posture. . . , op. cit., p. vi. 30 US Military Posture. A Supplement to the Chairman's Overview for FY 1982. Prepared by the Organization of the Joint Chiefs of Staff; US Government defendido este punto de vista en varias entrevistas de prensa. 34 Entre los trabajos principales de los latinoamericanistas de Reagan se pueden recomendar: –Cleto Di Giovanni y Alexander Krueger "Report: Central America"; The Washington Quaterly, verano de 1980. –Roger Fontaine "Cuban strategy in Africa: the long road of ambition"; Strategic Review, verano de 1978. También: Brasil and the US: toward a maturing relationship; American Enterprise Institute for Public Policy Research, Washington, 1978. –R. Fontaine C. Di Giovanni, y A. Kruger "Castro's specter", The Washington Quaterly, otoño de 1980. Printing Office, Washington, 1981, p. 18. ¡bid., p. 19. 32 Ver Schaap, op. cit. y varios artículos en US News and World Report, desde el nombramiento de William Casey como jefe de la CIA. 31 33 US Military Posture. A Supplement.. El argumento está implícito en los capítulos referidos a las "fuerzsa estratégicas" El secretario de Defensa Weinberger ha Proyecciones sobre América Latina Las líneas estratégicas arriba sintetizadas tienen su correlato para América Latina, pero se ven agravadas por el carácter del equipo civil y militar de "latinoamericanistas" del presidente Reagan. 34 Provenientes , en su mayor parte de la llamada "escuela geopolítica" del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Georgetown, empezaron sus contactos con los gobiernos más autoritarios y con las derechas más reaccionarias de América Latina desde el mismo momento en que inician su asociación con Ronald Reagan. Su voluntad de imponerse a los sectores más liberales de la burocracia permanente le ha quedado de manifiesto tanto por la alianza que han hecho con los "halcones" como por las sucesivas defenestraciones de los funcionarios de carrera que se oponen a sus proyectos (William Bowdler y Robert White, por ejemplo). 62 El nuevo equipo acepta con agrado, más aún porque tuvieron un importante papel en su formulación, la idea de que la política latinoamericana debe estar subordinada a la confrontación global, geopolítica, con la Unión Soviética. Estiman que hay que abandonar el estilo "nefasto" de la administración Carter proclive a los anuncios y a la retórica: ellos piensan actuar, pues "la sorpresa es eficacia". Están firmemente convencidos que América Latina y el Caribe es la zona geográfica en que se pueden lograr mayores resultados, más rápidamente y con menores costos, para demostrar tanto, a la Unión Soviética como a los países subdesarrollados, la nueva fortaleza y decisión estadunidenses. Visualizan la política exterior del área estrechamente vinculada a los intereses de las grandes empresas y abastecimiento de materias primas, y basada fundamentalmente en una adecuada estrategia militar, y el establecimiento de relaciones de preferencia bilaterales. Tipos de países Los formuladores de política latinoamericana de Reagan creen ver tres tipos de países en relación con los intereses estratégicos estadunidenses: a) Los países medianos, formados por aquellos que ya son potencias medias, porque juegan un papel importante por su poder militar (Argentina y Brasil); por su poderío económico (México, Brasil, Venezuela); por la posesión de materias primas estratégicas en el balance EEUU-URSS (Argentina, por sus granos; México, por el petróleo y minerales estratégicos; Venezuela, por el petróleo). Brasil y México –Roger Fointaine, y James Theberge (eds.): Latin America's new internationalism. The end of hemispheric isolation; Praeger Publishers, Nueva York, 1976. -Jeane Kirkpatrick:"Dictatorship and double standards"; en Commentary, november, 1979, también: The Hobbes problems: order authority and legitimicy in Central America; (Paper) American Enterprise Institute, Washington, 1980. También: "uS security and Latin America"; Commentary, junio , 1981. James Theberger: Presencia soviética en América Latina; editorial Gabriela Mistral, Santiago de Chile, 1974. –J. Theberge y R. Fontaine: Latin America's struggle for progress; Lexington Books, Massachussetts, 1977. ocupan la primera línea, Argentina y Venezuela la segunda. Frente a ellos hay que concentrar el "poder nacional" y desplegarlo a través de negociaciones bilaterales preferenciales, de modo tal de lograr un mayor alineamiento junto a Estados Unidos en la confrontación global. b) Los "aliados leales" que no alcanzan el carácter de potencias medias. Aquí se incluye al resto de los países, con excepción de los casos críticos. Se establece una graduación desde los "muy leales" (Chile y Jamaica), hasta los indóciles (Panamá y Ecuador, hasta el sospechoso accidente que mató a Jaime Roldós): y se señala que la cantidad y calidad de la ayuda económica, militar y diplomática estará medida por el grado de lealtad en la escala. c) Los "casos críticos", donde hay gobiernos amigos que se encuentran asediados por la "insurgencia comunista apoyados por la URSS y Cuba" (El Salvador y Guatemala), o aquellos que se consideran francamente aliados a la URSS (según ellos, Granada, Cuba y Nicaragua). A los ojos de la nueva administración, Centroamérica y el Caribe pasan a constituirse en la prueba fundamental, pues tres países del área son clasificados en la última categoría y a lo menos uno (Panamá) es considerado un aliado que es preciso "disciplinar". Más aún: el grado de debilidad del gobierno salvadoreño la incapacidad militar de las FFAA de ese país --a pesar de la ayuda masiva en todos los "escalones inferiores" de la reacción flexible— para derrotar a las fuerzas de oposición, hacen que El Salvador y la región en su conjunto se transformen en el caso más importante y ur- gente que resolver de todos los problemas que confrontan a nivel planetario. Para enfrentar tal amenaza, la administración Reagan ha aplicado todos los mecanismos que anotamos arriba en la remosada estrategia de reacción flexible. Frente a Cuba y Granada, genera condiciones para justificar una intensificación del bloqueo que incremente los problemas existentes en ambos países y que permita sentar las bases para eventuales acciones futuras frente a regímenes debilitados. Frente a Nicaragua se despliegan toda clase de acciones bélicas y no bélicas (aunque, por el momento, bajo Covert action y sin presencia directa de fuerzas de EEUU), orientadas a su desestabilización. Frente a Guatemala y Honduras, se robustece el escalón militar nativo y se apresura la coordinación regional de las Fuerzas Armadas leales a Estados Unidos. Frente a Panamá, se incrementan las presiones para alinearla junto a la política estadunidense. Frente a El Salvador, se sube al tramo de la ayuda masiva a la Fuerza Armada local; se comprometen asesores en el combate (primer tramo del escalón propio); se coordina el escalón regional; y se intensifican los preparativos de las fuerzas propias, ya construidas en parte por la Administración Carter bajo el concepto de fuerzas de despliegue rápido. La necesidad de establecer la "intervención de la URSS y Cuba" para justificar una intervención con fuerza propia, ha sido ya configurada para consumo de los mass-media y los políticos de Washington, a través de la fabricación del White paper I y el White paper II (actualmente en preparación). La debilidad de la "prueba", increíblemente burda, no hace más que apuntar a la firmeza que tiene la decisión de impedir la instalación de otro gobierno "hostil" en el área, por todos los medios posibles. Conclusión La ascensión de Ronald Reagan a la Presidencia de la Unión Americana representa un profundo viraje en la concepción de las relaciones internacionales, que repercutirá hondamente en las políticas estadunidenses hacia América Latina. En síntesis, como lo expresara sin ambages el asesor para asuntos latinoamericanos del National Security Council, Roger Fontaine, significa que se aplicará en América Latina nuevamente la "doctrina Truman" más la "doctrina Johnson". Las concepciones de la nueva administración son coincidentes y potenciadoras de las definiciones estratégicas que ya había tomado el establishment militar estadunidense. El peligro de una intervención militar estadunidense casi no encuentra ahora respuesta en los sectores civiles de la rama ejecutiva. Sólo la fuerza de las organizaciones populares y progresistas estadunidenses y la acción de gobiernos y pueblos de otros continentes, podrán impedir que esa decisión se tome para el caso de El Salvador y Centroamérica. Las izquierdas latinoamericanas, si quieren vencer en sus luchas de liberación, deberán tener en cuenta estos reacomodos estratégicos, desde ahora, en sus planes político-militares. No hacerlo, conduciría a nuevas derrotas, como le ocurrió a la Unidad Popular en Chile o a las fuerzas progresistas encabezadas por Michael Manley, en Jamaica. COMPENSACION "La seguridad absoluta para una nación es la inseguridad para todas las demás." Henry Kissinger, New York Times, Nueva York, 20 de enero de 1977. Problemas de la lucha por el socialismo en America Latina Oscar Waiss Algunos socialistas uruguayos —radicacados en su país o en el exilio— han publicado un libro titulado Siete ensayos sobre la realidad uruguaya, que evoca inevitablemente aquellos históricosSiete ensayos de interpretación de la realidad peruana escritos en la década del 20 por José Carlos Mariátegui, y qué él mismo definiera, recordando a Nietzche, como la obra en que mezcló su sangre a las ideas. Estos uruguayos de hoy, vinculados al combate de su pueblo contra una dictadura oprobiosa, meten también su sangre a sus ideas, destino cabal de los verdaderos socialistas. El mérito principal de este aporte colectivo es el de plantear los problemas básicos de la lucha por el socialismo en el subcontinente, aunque todavía muchos de ellos no encuentren una respuesta común. Proponer los temas es ya una forma de resolver las contradicciones. Y, de acuerdo a mi experiencia de socialista chileno, la praxis nos va acercando a todos, de manera que el socialismo marxista y revolucionario va dando la tónica general a movimientos que, durante un período más o menos prolongado, permanecieron en la reseca de los reformismos socialdemócratas. Hay temas que son de impostergable exégesis para las militancias de estos países y, entre ellos, debemos señalar el de la estructura de clases de nuestras sociedades, el de las alianzas estratégicas y los compromisos tácticos, el de los bloques o frentes moviizadores de las masas, el de la tipificación de las dictaduras militares y el de la lucha por la democracia, entendiendo, por supuesto, que ésta no puede representar para los trabajadores una conformidad paralizante sino una participación dinámica y creadora. No son todas las cuestiones que nos plantea nuestro tiempo, pero son las interrogantes que no podemos eludir, a menos que renunciemos a hegemonizar la acción histórica de los pueblos. Importantes contribuciones a esta fijación temática encontramos en los siete trabajos que componen el libro señalado y trataremos de ir concretando aproximaciones y distancias entre los planteamientos de los socialistas uruguayos y algunas conclusiones generales en las filas de los socialistas chilenos. Me adelanto, si, a la posible objeción, declarando que ni hay uniformidad en la exposición de los uruguayos ni unanimidad en las respuestas de los socialistas chilenos; lejos de resultar dañina, esta situación expresa un pluralismo promisorio de futuras síntesis programáticas. Mientras los socialistas —uruguayos y chilenos— tratemos de buscar por nosotros mismos el camino hacia la revolución, resolviendo dialécticamente las contradicciones, estaremos en situación privilegiada frente a los dogmatismos que pretenden aplicar esquemas rígidos; el pensamiento creador vivifica, mientras que las consignas imitativas momifican. Las clases y sus formas Señala Martín Zelik en su estudio —uno de los más interesantes de estos ensayos— que "la particular estructura de clases uruguaya, con un alto componente pequeñoburgués y, por tanto, proclive al confusionismo ideológico, más allá de la crítica de su situación estructural pone en el platillo de la dictadura ciertos logros de tipo ideológico, más allá de la crítica de su situación es- 64 tructural pone en el platillo de la dictadura ciertos logros de tipo ideológico y legitimante de su accionar, por lo que tratar este tema es de vital importancia". cia". No creemos que la estructura de clases en Uruguay sea en exceso diferenciada de la de otros países de la zona y conviene examinar con cuidado sus características históricas. Debemos comenzar por precisar lo que entendemos por clase obrera y por proletariado, términos que se suelen utilizar indistintamente y que no son, sin embargo, sinónimos. Tal vez debido a que Marx no alcanzó a terminar su capítulo de El Capital dedicado a las clases sociales ha existido siempre cierta confusión, tanto terminológica como conceptual. Siguiendo las definiciones de Lenin y Pléjanov, que datan de 1903 (Proyecto de programa del Partido Socialdemócrata ruso), forman parte de la clase obrera todos aquellos que deben vender su fuerza de trabajo en el mercado, que no poseen medios de producción y que, además, no están en condiciones de subsistir independientemente. En 1917 Lenin aclaró en El Estado y la revolución que el proletariado es el destacamento de vanguardia de la clase obrera, su sector más lúcido y maduro, y que está formado por los obreros que se integran en los centros de producción de mercancías, o sea, esencialmente los obreros de la industria y de las minas. sociedades poco vertebradas, coEn mo son la totalidad de las latinoamericanas, el proletariado es relativamente poco gravitante, por su debilidad cuantitativa, pero tiene, en cambio, una retaguardia muy nutrida compuesta por las que se suele llamar "capas medias"; que son, desde el punto de vista de su ubicación social, lisa y llanamente "clase obrera". Por eso es preferible evitar el exceso de elucubraciones sobre tantas "pequeñoburguesías" o "clases medias" y mirar a esa población como una reserva proletaria. Si esos sectores son "proclives" al confusionismo ideológico, como señala justamente Zelik, pueden también fluctuar hacia programas definidos. Pretendemos subrayar que las "capas medias" latinoamericanas no pueden considerarse como una típica "clase media" de las sociedades avanzadas capitalistas, ni como lo que Engels denominó "pequeñoburguesía", sino como un sector social cuyos miembros venden su fuerza de trabajo en el mercado y carecen de medios de producción, por lo que forman parte de la clase obrera; no ignoramos que en esas capas medias hay segmentos que comparten muchos ideales de la burguesía, ya sea por lazos familiares o por efecto de una educación más selecta, pero tal disposición a sostener esos principios choca frontalmente con sus propios "intereses" cuando se trata de defenderlos. Enfrentadas constantemente al peligro de disminuir su status, las capas medias tenderán cada vez más a la unión con el resto del pueblo, y ésta es la única "acumulación de fuerzas" socialmente concreta e históricamente positiva. Despertar de las clases medias Una sociedad subdesarrollada es, parcialmente, parasitaria; lo que se expresa en la exagerada aglomeración urbana, donde se gestan las ocupaciones artificiales, el subempleo y la subsistencia precaria. Eso explica el fenómeno que señala Maiztegui en su ensayo relativo al crecimiento vertiginoso de Montevideo, que en 1963 abarca al 47% de la población total del país; igualmente es ilustrativa la constatación hecha por el mismo Maiztegui en el sentido de que lo que . él llama clase media llegara en 1955 a estar formada, entre otros sectores, por 170.000 funcionarios públicos. cos. La situación, como es sabido, no es singular de un país, sino de una gran parte de países latinoamericanos, donde las grandes ciudades, especialmente de la costa, reúnen al mayor porcentaje de la población nacional. Y tampoco es casual que las dictaduras militares, al romper los moldes clásicos de la producción nacional y liberarse de las trabas "legales" para eliminar empleos, embistan en primer lugar contra los funcionarios públicos y los empleados particulares, estrechando los niveles de vida de un enorme número de ciudadanos modestos y empujándolos, más temprano o más tarde, a compartir la lucha del resto de los trabajadores orientada a conseguir límites humanos de subsistencia. Los empleados se han ido sumando paulatinamente a la lucha de los trabajadores y adoptando sus métodos de acción; ya en 1950 los empleados bancarios chilenos aplicaron la táctica de toma de los edificios y de huelga repentina, buscando el apoyo de obreros y de empleados; ese "despertar de las clases medias" a que se refiere José Díaz en su ensayo, es la natural reacción de ellas ante la ofensiva burguesa desencadenada a través de los golpes militares. En Argentina, las capas medias, en tiempos de Perón, se precipitan masivamente a la lucha social, y el efecto movilizador perdura aún hasta hoy, en pleno régimen castrense. Cuando Díaz señala que existe una "falsa división" o un "mal alineamiento" de las fuerzas sociales, está comprobando que los socialistas del cono sur hemos sido incapaces de "acumular" el impacto de la clase obrera en su totalidad o mayoría, lo que por sí solo determinaría una correlación favorable a la democracia y el socialismo. Mientras la clase obrera, así entendida, incluyendo por supuesto al proletariado propiamente tal, y sumándole la población campesina, en su mayoría formada por trabajadores explotados, llega fácilmente a constituir un 80% o más del total de los habitantes de estos países, la oligarquía terrateniente --o lo que subsiste de ella—, más la burguesía industrial, agraria, minera y especulativa, y aún agregándole segmentos de las capas medias más-, directamente vinculados a su red de intereses, llega escasamente al 20% . Ese muy minoritario porcentaje poblacional es el que se beneficia con el modelo económico liberal impuesto por las transnacionales a través de las fuerzas armadas, y el que, en consecuencia, consume y puede conformar un reducido mercado interior. Así se explica que los militares, pese al apoyo logístico del imperio, no puedan organizar movimientos civiles paralelos, en la forma típica conseguida por los fascismos europeos; más aún, en esta concepción morfológica de las clases encontramos el talón de Aquiles de los regímenes castrenses, ya que ellos sufren también —como organización integrada a una sociedad concreta— la insubsanable contradicción entre su propia composición de clase y la tarea que se les obliga a cumplir como gendarmes de su propio pueblo. En países pobres como los nuestros, las diferencias de trato y de posibilidades entre la tropa y la oficialidad inferior, por una parte, y los altos mandos, por la otra, tende a agigantarse y ello pondrá abrupto-rán fin al superficial monolitismo del ejército. No existe ese monstruo invencible, aislado de su medio, invulnerable y aterrador que se nos pretende mostrar por los mass media de los monopolios transnacionales; sino cuerpos mercenarios cuyas estructuras verticales y control territorial les han permitido —transitoriamente— aplastar la lucha de las grandes mayorías nacionales. Bajo cada uniforme desuperman castrense late el tímido corazón de un obrero, de un campesino o de un empleado. Tipificación de las nuevas dictaduras Cuando se desencadenó el temporal de las nuevas dictaduras militares latinoamericanas, comenzando por la brasileña, se las definió un poco frívo- PERSUASIVO "Llevaré al país a la democracia, y al que no le guste la democracia lo reventaré a Joao Baptista Figueredo , Cambio 16 núm. 406, Madrid. 65 palos." lamente como "fascistas"; si bien ello resultaba útil para acelerar la comprensión y el apoyo internacional, especialmente de los países europeos que habían sufrido la epidemia fascista, no debemos, como justamente indica José Díaz, "perder el rigor científico, especialmente a la hora de elaborar una estrategia liberadora de signo nacional y popular". Se trata de un tema aparentemente marginal, pero cuyo enunciado no es del todo inocente, ya que si se trata de dictaduras fascistas queda resuelto por adelantado el problema de las alianzas; se procura así anteponer la oposición entre fascismo y democracia al antagonismo fundamental entre capitalismo y socialismo; y como el planteamiento inicial es poco serio, observamos como posteriormente, y de conformidad al juego complejo de los intereses supranacionales algunas dictaduras —como la argentina— se ven absueltas de tan horrendo pecado y otras —como la de García Meza en Bolivia—, se ven reducidas a la categoría de "fascismo precario". El fascismo es un fenómeno social típicamente europeo que consiste en el aplastamiento de la clase obrera por hordas pequeñoburguesas y de lumpen proletariado movilizadas y fanatizadas por líderes carismáticos, al servicio del gran capital financiero, organizadas en un partido y engañadas por ideales racionalistas expansivos. Esos movimientos se precipitaron sin el apoyo del mientos se precipitaron sin el apoyo del ejército, y a veces contra el ejército. Tienen de común con las dictaduras militares latinoamericanas la obsecuencia ante el gran capital, aunque en el caso europeo ese capitalismo haya sido principalmente del propio país, lo que permitía el gran sueño "nacionalista" y, especialmente —lo que no pasa de ser una generalización— el empleo indiscriminado de la violencia. Es verdad que los regímenes fascistas y las dictaduras militares recurren al terrorismo brutal contra los trabajadores, pero esa característica común no basta para identificar ambos sistemas estatales. Es verdad, también, que en las dictaduras militares afloran concepciones genuinamente fascistas y actúan individuos de ideología nazi, pero ello no es suficiente para unificar las concepciones. Díaz habla de las dictaduras militares de "nuevo tipo", del desarrollo del "terrorismo de Estado", se refiere a las dictaduras "tecnocrático militares" o de carácter "fascistizante y antinacional". Reynaldo Gargano señala expresamente que no entra en la caracterización del régimen —lo que ya es reconocer la dificultad— y Huguet habla de "violencia terrorista". En general, los socialistas uruguayos —al igual que los chilenos— no aceptan el simple consignismo para tipificar a las dictaduras. Por mi parte, he propuesto hace ya años la fórmula de "terrrorismo militar" que parece adecuada a una época histórica en que los terrorismos de diversos cuños pretenden arrasar con las bases democráticas elementales. Se une así el efecto emocional que buscaron los patrocinadores de la caracterización fascista con el rigor científico que exigía José Díaz, secretario general del Partido Socialista uruguayo; si bien el interés de estas clarificaciones puede parecer secundario y hasta bizantino, ellas se hacen obligatorias ante las tentativas de justificar políticas erradas enfatizando definiciones confusas. La lucha por la democracia La consolidación de las dictaduras militares coloca en la orden del día de las acciones populares la recuperación de las libertades democráticas. Pero, como lo resume muy claramente Martín Zelik, se nos presentan dos problemas: a) la ambigüedad del término democracia, ya señalada enfáticamente por Lenin y b) el alcance de esta reivindicación, o sea, si se trata de una etapa independiente o de un proceso ininterrumpido. Sabemos que es tan fuerte la aspiración a conquistar la libertad que aún los regímenes totalitarios —de izquierda o de derecha— sostienen ser democráticos. El almirante Merino, miembro de de la Junta Militar chilena, ha rebatido recientemente al general del aire Mathei, otro integrante dé la misma Junta, diciendo que en Chile existe una democracia perfecta. Pero esas definiciones "democráticas" no tienen nada que ver con las banderas enarboladas por los pueblos que exigen participar directamente en las decisiones del Estado y contar con una información completa y veraz de la situación nacional. El debate, en la izquierda, se centra en las prioridades de esta lucha; unos entienden que la meta fijada debe ser la recuperación de las libertades básicas y que, una vez conquistadas, se entraría en la programación económica y social, lo que genera un sistema de alianzas estratégicas con participación fundamental de sectores de la burguesía; otros sostienen que la lucha por el socialismo involucra la conquista de la democracia y que, otorgando un papel decisorio a la burguesía, se lleva a las masas a una frustración paralizante. Es decir, la burguesía busca siempre mantener las estructuras de explotación, ya sea bajo gobiernos totalitarios o apelando a la maquinaria tradicional de las elecciones, instalando democracias "vigiladas" o "dirigidas" que aseguran el dominio de las transnacionales y la dependencia de las economías subdesarrolladas del engranaje capitalista mundial. Dice Zelik que "la crisis capitalista abre las condiciones favorables a la lucha de los pueblos a condición de saber conducirlas. Transformar esas condiciones en un programa revolucionario que bajo hegemonía proletaria pueda cristalizar la alianza de las clases soportes del nuevo bloque histórico que reemplace la actual dominación, es el enorme desafío que deben afrontar las vanguardias políticas". Y agrega más adelante: "sólo el análisis realista de las condiciones concretas de cada país, sin dogmatismo ni claudicaciones puede permitir construir las alianzas políticas que en cada caso concreto posibiliten una avance sustancial hacia una auténtica democratización, que entronque con el proyecto histórico que los dominados vienen construyendo y en que se expresa la voluntad colectiva nacional y popular". Democracia sobre nuevas bases Es lo que en el último ensayo, redactado por socialistas que siguen viviendo en Uruguay, se llama "democracia sobre nuevas bases" y que ellos insertan conscientemente en el proceso nacional hacia el socialismo, sin hacerse ilusiones en las virtudes mágicas de una democracia abstracta. Pero si los socialistas latinoamericanos en general, y los del cono sur, en particular, no sabemos utilizar el efecto emocional de la recuperación de libertades esenciales y de instauración de una democracia efectiva, en países donde la brutalidad y el genocidio se han instalado arbitrariamente, no estaremos jamás en condiciones de CONTEMPORARY MARXISM Revolución e Intervención en Centroamérica No. 3 Edición Especial de Emergencia (en ingles) $5.00 Esta edición de emergencia esta siendo publicada en respuesta a la urgente situación en Centroamérica, incluye: El Salvador: Entrevistas y declaraciones de cuatro líderes principales de la resistencia Salvadoreña. Guatemala: Documentos del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). Nicaragua: Discurso por Sergio Ramírez, miembro del gobierno revolucionario, exponiendo la contrarrevolución, y otros documentos. Un i mportante análisis histórico de los pasados 50 años de lucha de clases y la política de Estados Unidos en Centró-américa, por Susanne Jonas. Sobresalientes marxistascom Edelberto Torres-Rivas, Ruy Mauro Marini y Pablo González Casanova tratan sobre las implicaciones de estas luchas para América Latina. La política de Estados Unidos, en Centroamérica y las estrategias contrarrevolucionarias , de Reagan, analizadas por escritores como James Petras , y Philip Wheaton. SUSCRIBASE AHORA Contemporary Marxism, editado por Marlene Dixon y Susanne Jonas, es la revista del Instituto de Estudios del Trabajo y la Crisis Económica. Se publica dos veces al año. Número individual: $5.00. Suscripciones: I año $10.00 U.S. (individuos), $20.00 U.S. (instituciones). Extienda su cheque a SYNTIHESIS PUBLICATIONS, P.O. Box 40099, Depto. 52 , San Francisco, CA 94140. nos suministra valiosas enseñanzas. Bloques, frentes y alianzas: la abuela del diablo. Los socialistas chilenos hemos sustentado perseverantemente la doctrina de que las alianzas "estratégicas" sólo pueden comprender a las clases sociales orientadas hacia el socialismo y que son posibles los compromisos "tácticos" con las clases —o segmentos de ellas— sostenedoras del sistema capitalista. Cada vez que los trabajadores chilenos han caído en la colaboración de clases han sufrido decepciones y derrotas , siendo típico el desenlace del Frente Popular, que implicó un desastre para la clase obrera y una declinación prolongada para el Partido Socialista. La teoría del frente de trabajadores elaborada a través de sucesivos congresos partidarios, y a contar del año 1955, se basa en tres premisas: a) el fracaso histórico de las burguesías latinoamericanas, incapaces de avanzar por el camino de las reformas democrático burguesas y cada día más dependientes del sistema transnacional de poder; b) el carácter "ininterrumpido" de la lucha por el socialismo, durante la cual es preciso recuperar el pleno ejercicio de las libertades democráticas; y c) la necesidad de asegurar la hegemonía de la clase obrera en el proceso revolucionario como garantía insustituible del curso histórico hacia el socialismo. Esta teoría ha sido combatida duramente por los comunistas chilenos, partidarios de un frente de liberación nacional que abarque a los sectores más amplios de la sociedad chilena, a fin de permitir una "acumulación de fuerzas" suficiente. En estos momentos la polémica gira en torno al papel que le correspondería en un frente antidictatorial a los demócrata cristianos, partido representativo de la burguesía chilena: los socialistas aceptan un pacto concretado en el derrocamiento de Pinochet, pero que no llegue a tener el carácter de un "compromiso histórico"; los comunistas desean una alianza que visualice un gobierno común de "reemplazo". Lo verdaderamente importante, porque es lo concreto, estriba en la resistencia de los demócrata cristianos para coludirse, aunque sea transitoriamente, con la auténtica izquierda, temiendo que todo contacto con elementos "marxistas" los prive de un eventual apoyo del imperialismo estadunidense. Los socialistas uruguayos, según lo explica su secretario general José Díaz en la parte final de su ensayo, contribuyeron a formar, el 19 de abril de 1980, el Grupo de Convergencia Democrática del Uruguay, "integrado por personalidades representativas, más no representantes, de las principales corrientes políticas, sociales y religiosas del país" a fin de "promover la acción unida de todas esas fuerzas del más amplio espectro democrático". En esta forma los socialistas uruguayos pretenden eludir el funcionamiento de un frente policlasista y polipartidario, lo que conseguirán en la medida que li miten los objetivos de esta convergencia al derrocamiento de la dictadura. Díaz lo aclara al señalar que esta lucha por recuperar la democracia "supone un programa de transición, para nosotros parte de un procesó único e ininterrumpido, hacia la libertad y el socialismo, indisolublemente unidos". Posición que coincide, en su línea larga, con la doctrina del frente de trabajadores, que no excluye, ni mucho menos, los compromisos tácticos con todos los enemigos de la dictadura, incluyendo también al diablo y a la abuela del diablo. Volvemos al problema de la hegemonía de la clase obrera, sin la cual no existen posibilidades de avanzar hacia el socialismo; si se analiza a las llamadas "capas medias" desde el punto antagonizar a la cúpula militar. Y no se trata sólo de "simular" una adhesión a la democracia, sino de proponer un sistema amplio en que exista realmente pluralismo, ya que si no se hace así las masas irremediablemente nos darán vuelta la espalda, porque el gran error de muchos políticos revolucionarios —o que por lo menos creen serlo— es considerar a los trabajadores como un rebaño ignorante. Ya sea por madurez ideológica, ya por instinto histórico, las masas saben mucho más de lo que creen esos dirigentes, y en ello radica el factor subjetivo cuya consideración resulta indispensable. La coincidencia entre socialistas uruguayos y chilenos sobre la importancia de un planteamiento democrático como base de un desenvolvimiento de los combates por el socialismo, refleja la gravitación de una idea que subyace en todos los planteamientos y controversias de nuestro tiempo, no sólo en América Latina, sino que en todo el mundo actual. No se trata de la vieja discusión sobre las vías para conquistar el poder, sino del tipo de sociedad que se propone. No deja de ser un progreso, por ejemplo, que en el proyecto de programa del Partido Comunista austríaco, a discutirse el año 1982, se acepte que no existen "modelos" únicos de socialismo y se excluya la realización del socialismo por "imposición". Algunos "eurocomunistas" han ido aún más allá, lo que si bien por un lado resulta dudosamente científico, refleja, por otro, la enorme preocupación por el tema. Para los socialistas es decisivo ubicarse frente a la nueva democracia, considerada como alternativa estratégica, ya que a esa actitud está ligada la concepción del pluralismo y la vocación humanista del marxismo. Por ahí pasa la línea divisoria con los dogmatismos que desnaturalizan el concepto democrático sometiéndolo al lecho de Procusto de las recetas revolucionarias. Democracia de los trabajadores Nadie comparte ya la proposición democrática de la burguesía y el reformismo, anclada en la falsificación de la voluntad mayoritaria a través de las elecciones y la actividad parlamentaria; para los socialistas consecuentes está clara la naturaleza del Estado y su papel como instrumento de la dictadura de clase; pero nuestro tiempo histórico determina la incorporación de las grandes mayorías, en forma responsable y directa, a la gestión y resolución de los asuntos públicos, sin que esta participación pueda ser "reemplazada" por la autoridad de las jerarquías o las burocracias. El gobierno democrático de los tecnócratas. No hay esquemas rígidos ni evoluciones idénticas para enseñarnos el camino imponiéndose la capacidad de las vanguardias ante las singularidades de cada proceso; tampoco puede ordenarse por decreto la formación del partido "único" o de la "vanguardia oficial", pues el pluralismo consiste en la integración de sectores o movimientos distintos, a través de fusiones o convergencias, en la cúspide directiva. Nos parece que, en esta forma, se da respuesta a la preocupación de Zelik quien, al finalizar su ensayo, estima que la hegemonía de la clase obrera está ligada necesariamente al "proceso de construcción del partido". Lenin organizó a los bolcheviques como partido de "cuadros" en relación a la realidad rusa de su época; en otras latitudes y en nuevas condiciones, los partidos de "masas" pueden, a la vez, instruir los cuadros conductores e integrarse en la movilización popular colectivamente. La lectura de Lenin no se circunscribe a la experiencia particular de su propia revolución, sino que debe adecuarse a otras condiciones, ya que entenderlo en otra forma sería caer en un mismo mecanicismo antidialéctico. La hegemonía de la clase obrera —al estilo de la construcción ideológica gramsciana— en los frentes o bloques políticos, se impone naturalmente en relación al proyecto económico y social de dicha clase, o sea, a la alternativa de sociedad que se ofrece, y no está ligada "fatalmente" a la conducción por un partido único. En los hechos, ahí tenemos la experiencia chilena: el bloque popular ha abarcado a más de un partido. Y Polonia, desde otra perspectiva, "Una insurrección con la que simpaticen todas las capas del pueblo se da difícilmente; en la lucha de clases, probablemente ya nunca se agruparán las capas medias en torno al proletariado de un modo tan exclusivo, que el partido de la reacción que se congrega en torno a la burguesía constituya, en comparación con aquellas una minoría insignificante. (...) desde 1848, las condiciones se han hecho mucho más desfavorables para los combatientes civiles y mucho más ventajosas para las tropas. Por tanto, una futura lucha de calles sólo podrá vencer si esta desventaja de la situación se compensa con otros factores. Por eso, se producirá con menos frecuencia en los comienzos de una gran revolución que en el transcurso ulterior de asta y deberá emprenderse con fuerzas más considerables." Federico Engels 67 de vista de su ubicación en los engranajes de la producción, y se las incluye, en su mayoría, dentro de los parámetros de la clase obrera de hoy, el asunto de la acumulación de fuerzas deja de ser una cuestión cibernética —simple cálculo y guarismo— y pasa a convertirse en un factor dinámico que permite la adhesión de la gran mayoría de trabajadores —manuales e intelectuales— al proyecto alternativo de la clase obrera más definida, o sea, se concreta naturalmente la hegemonía. Los riesgos del infierno En el último ensayo, con la firma de Juan C. Rodríguez Pino, se hace un alcance muy útil a los peligros de sumarse a un retorno democrático clásico bajo la hegemonía burguesa. "Porque si bien en ese pasado —dice— se disfrutaron libertades democráticas de hondo valor popular, gestadas en las luchas del pueblo (y, justo es reconocerlo, no siempre bien defendidas y valoradas por la izquierda), es incuestionable que las mismas estaban inscritas en una estructura económica y política de dominación oligárquicoimperialista que las mediatizaban y que fueron las que incubaron dialécticamente la dictadura de hoy." Los progresos democráticos bajo la hegemonía de las clases dominantes están siempre expuestos a involuciones bruscas derivadas de la naturaleza del Estado burgués y su función estructural; no escapó a este peligro ni siquiera el gobierno popular de Salvador Allende, que si bien articulaba una franja de control popular, no había logrado modificar la esencia clasista del Estado, ya que perduraban los instrumentos básicos de coerción como el ejército prusiano, la legislación civil y penal exclusivistas, los tribunales de clase, la administración pública burguesa, la información manejada por las empresas transnacionales y un sistema carcelario anacrónico. La solución para esta temática no va a provenir de las recomendaciones políticas o teóricas inspiradas en los ejemplos de otras experiencias, sino de la lucha misma de los pueblos sometidos al horror de las dictaduras. Es curioso indicar que las presiones para buscar alianzas estratégicas o fórmulas de "reemplazo" vienen indistintamente del campo comunista y de los centros socialistas extranjeros, lo que calza perfectamente con las intentonas de imponer democracias "viables", "controladas" o "dirigidas", proyecto tan caro a la fenecida administración estadunidense de Carter. Los propósitos de hacer jugar estos simulacros democráticos en favor de los intereses foráneos —económicos, políticos o de simple propaganda— , no deben ser ignorados por los conductores de las revoluciones latinoamericanas cuyos objetivos son más auténticos y más expresivos de las verdaderas necesidades de sus pueblos. La clave está en la estructura de clases de estos países y en el papel jugado por las burguesías nacionales; las burguesías criollas, lejos de haberse elevado a una perspectiva más amplia, se han ido sometiendo cada vez más al juego de las sociedades monopólicas transnacionales, de manera que una eventual alianza estratégica con ellas —y aunque sea con sectores de ellas-- conduce inexorablemente a una nueva crisis social. Quizá resulta difícil entender esta compleja relación para los "consejeros" comunistas o socialdemócratas, pero no constituye precisamente unanovedad para los trabajadores del subcontinente, cuyas múltiples experiencias son contundentes y coincidentes. Las alianzas estratégicas policlasistas surgen como espejismos esperanzadores, pero siempre concluyen en catástrofes sangrientas. La oposición al dogmatismo. La doctrina del frente de trabajadores implica claramente la condena de la colaboración de clases. Quienes irresponsablemente se han atrevido a proclamar que esa línea está hoy "obsoleta" se han condenado a sí mismos al infierno de las frustraciones históricas. EL CAPITAL RIÑONES "Peatones y automovilistas se detenían ansiosos. En la señorial calle Miguel Claro con Elena Blanco, en Santiago, dos mujeres abrían con esfuerzo la dura tierra al lado de las veredas. Lo hacían, a lo largo de media cuadra, enterrando chuzos y picotas. Dos niños, de cinco y un años, jugaban cerca de ellas. La mujer mayor, Elcira Jara, 49, ocho hijos que mantener, contó a Hoy que llegó de Temuco hace cuatro años buscando mejores rumbos con su marido. Y a éste, jardinero, le salieron dos trabajos simultáneos y no quiso perderlos. Así que Elcira, con la ayuda de su nuera, se ofreció a remplazarlo por tres mil pesos. — Lo único que pido es trabajo, no importa cual sea, contó Elcira, traspirando. Estoy acostumbrada a picar la tierra porque en Temuco plantaba papas. Pero quisiera un trabajo más descansado, como lavar ropa en casa. Los riñones, sabe. . . Vive en Renca, población La Pampilla, Calle del Cerro 726, advirtió." (..,) "Polémica ha provocado en Valparaíso el caso del reo Enrique Molina Contreras, de 29 años, quien desea vender uno de sus riñones en 200 mil pesos para costear su defensa ante los tribunales. Abogados porteños indicaron que no habría impedimentos legales para llevar a cabo la insólita venta. Los reparos que se hacen son de tipo moral. Atilio Zárate, presidente de la filial Valparaíso de la Comisión de Derechos Juveniles, sostuvo que semejante hecho podría plantear el precedente, hacia el futuro, para que se incentive la venta de órganos sanos de gente en estado de pobreza o necesidad." Hoy núm. 203,, Santiago de Chile, 10 al 16 de junio de 1981. 69 Polémica Bolivia: El socialismo único Ramón Rocha Hay palabras que expresan la orientación fundamental en todo un período histórico y su análisis político. En los movimientos populares latinoamericanos ninguna ha mostrado tener mayor adecuación a la coyuntura actual que la palabra convergencia. De ahí que esta revista no haya podido escoger mejor nombre ni mejor inspiración, presente esta última en la mayor parte de los excelentes trabajos que contiene su primer número. Pero hay uno que rompe la uniformidad al respecto y plantea una línea inconvergente: "El PS-1 de Bolivia", firmado por el compañero José Antonio Quiroga. Como el contenido de dicho artículo no es un aporte marginal sino que, por el contrario, refleja la línea hegemónica del, llamémosle así, socialismo único boliviano, considero útil para el proceso revolucionario referirme críticamente a sus concepciones. Y lo hago animado del mejor espíritu de comprensión no sólo por respeto a la memoria del compañero Marcelo Quiroga Santa Cruz, sino porque conozco la trayectoria militante del autor del artículo. Orígenes del PS-1 a A ningún boliviano le es ajena la idea de que la génesis y fundación del PS-1 están estrechamente ligados a la figura de Marcelo, al punto que otro, sin duda, hubiese sido el carácter de ese partido sin su presencia. La fulgurante carrera política de Marcelo se remonta a la época del desgobierno del general René Barrientos, * Boliviano, escritor, fue director del Instituto Boliviano de Cultura. cuando como parlamentario independiente fue autor del Juicio de Responsabilidades contra el dictador (recurso que repetiría en el juicio similar contra el general Bánzer) y atizó la conciencia nacional en torno a la necesidad de nacionalizar las concesiones petrolíferas de la Bolivian Gulf Oil Co. ¿Podía concebirse algo más natural que su participación en el gobierno del general Ovando como Ministro de Minas y Petróleo y que fuera autor de la nacionalización de dichas concesiones? Sin embargo, como la de muchos otros, su participación fue independiente, y muy pronto tuvo que dejar el gabinete como un síntoma claro de que las contradicciones generadas al interior del régimen iban a potenciar, primero, una asonada fascista y, segundo, la emergencia del general Juan José Torres, articulador de la tendencia progresista de las FFAA con el movimiento popular. A estas alturas, Marcelo ya necesitaba un instrumento político propio, que nació precisamente en medio del ascenso de masas del régimen terrorista; pero en 100 días de legalidad no puede desarrollar un aparato orgánico capaz de resistir la represión banzerista. Ello explica su virtual ausencia en el proceso de resistencia contra el régimen del genral Bánzer, hasta 1978. De ahí que su reconstrucción corriera paralela al proceso democrático clausurado por el golpe narcomilitar del 17 de julio de 1980, como muy bien anota el articulista. Bases de la UDP Otra fue, ciertamente, la actuación de la izquierda nacional que se organizó en partido político contemporánea- 70 mente a la fundación del PS-1. No bien se consolidó la dictadura cuando la izquierda nacional ya había montado un aparato clandestino y participado activamente en la resistencia antifascista, que fue la más dura escuela de cuadros encarcelados, confinados en campos de concentración, exiliados y resistentes en la clandestinidad. De allí que en los inicios del proceso democrático, la izquierda nacional, entroncada históricamente con el nacionalismo revolucionario de izquierda, pudo consolidar desde abajo un instrumento frentista: la Unidad Democrática y Popular. Las raíces de este movimiento no eran artificialmente electorales: se enraizaban en la movilización de masas lograda gradualmente en oposición a la dictadura. No puedo menos que suscribir las expresiones del articulista en relación con tal coyuntura. Asimismo, el pasaje que extrae del documento socialista "Mañana el Pueblo", de enero de 1978, no puede ser más consistente en sus apreciaciones: "Hay, por ello, una tendencia unitaria en la base social del país. Corresponde a los partidos de la clase trabajadora y las organizaciones populares expresar esa tendencia unitaria, buscando las formas de acción conjunta en el plano político. La composición social heterogénea de esa mayoría democrática, predetermina la ambigüedad de sus objetivos tácticos y la contradicción de sus fines estratégicos. Por eso, la alianza buscada deberá ser necesariamente amplia: pero no de una amplitud irrestricta. Los límites de esa amplitud inevitable, y, al mismo tiempo, conveniente, deberían ser fijados en función de los fines de la alianza. . ." Lo propio decimos de la necesidad expresada entonces —y reiterada por el articulista— de constituir en el seno del frente "un eje estratégico a partir del cual hubiese sido posible y conveniente un entendimiento amplio". Efectivamente, la hegemonía de los partidos que expresaban los intereses de la clase trabajadora debía pasar por la recuperación completa del movimiento obrero y popular, y para consolidar esa perspectiva había que sopesar cuidadosamente la correlación de fuerzas sociales en aquella coyuntura. Y es aquí donde comienzan las discrepancias. El articulista dice: "había que evitar la absorción de los partidos de la izquierda por la derecha y recuperar su capacidad para diseñar un proyecto revolucionario" (cursivas del autor). La persistencia con que en el resto del artículo aparece esta muestra del maniqueísmo más excluyente nos obliga a hacer una digresión en busca de sus orígenes. Conversaciones sobre el frente Lo recuerdo muy bien: no nos convencíamos aún de la apertura del proceso democrático conquistada por la acción organizada de las masas cuando Marcelo llegó al país. Era el tiempo en que el Ps-1 participaba en las conversaciones para conformar la Unidad Democrática y Popular. En realidad, para entonces ya habían dos partidos socialistas, a raíz de que a la llegada de Marcelo un sector pequeño pero importante de antiguos militantes se había aglutinado en torno a la dirección de Guillermo Aponte; de modo que en las conversaciones frentistas participaban ambos partidos. El hecho es que debido a algunas reticencias y susceptibilidades entre ambas agrupaciones socialistas respecto a su mayor o menor participación en las conversaciones frentistas, había surgido la sospecha de aquello que el articulista llama concesiones "tácticas" en favor de un acuerdo electoral con la derecha emenerrista de Paz Estenssoro, y que atribuye a las inclinaciones programáticas del "eje histórico" MNRI-MIR que "hegemonizó ese frente". Las concesiones "tácticas" jamás pasaron de una sospecha; sin embargo el PS-1 se retiró de la UDP porque no había pasado del nivel de interlocutor menor, similar al de la otra fracción socialista, lo cual conspiraba contra su estrategia de hegemonía del movimiento. Bonapartismo vía Junker Ya libre de todo compromiso con la UDP, el PS-1 rehusó asimismo participar en el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI). Entre ambas "desviaciones" denunciadas por el Ps-1, se nos dice, "quedaba tan sólo intentar la unidad superior de la izquierda en un frente de Frentes". Entre un proyecto político enraizado en el movimiento popular y otro sin proyección histórica por extremista, el PS-1 se erigía en articulador y pivote de la unidad de la izquierda, sin más justificación para su posición axial que el llamamiento público a la unidad de toda la izquierda, en una curiosa postulación bonapartista que se constituía en árbitro de las izquierdas como después asumiría la condición de buena conciencia, juez y fiscal. La UDP, expresión orgánica del movimiento popular, no necesitaba pactar con ciertas posiciones políticamente divorciadas de las masas, por cuanto su proyecto político madurado al calor de la resistencia popular al banzerismo, no podía acatar irresponsablemente las anticipaciones estratégicas del FRI que planteaban la constitución inmediata de un gobierno obrero y campesino, únicamente para captar con su radicalización el voto de sectores del electorado potencialmente radicales. Tal como recuerda el articulista, en las elecciones de 1979 y desde su posición arbitral, el PS-1 insistió en su proposición unitaria, esta vez con un documento titulado "Un frente para un programa, un programa para avanzar". Tanto la UDP como el FRI deberían acatar, en aras de la unidad de la izquierda, el programa propuesto por el PS-1. Entrar en el análisis de las anticipaciones estratégicas de tal programa sería muy interesante; pero bástenos imaginar la reacción de los hasta entonces principales representantes electorales de la izquierda frente a la imposición vía junker de un programa socialista único, la imposición vertical y desde arriba de tal programa, en última instancia no sólo a los frentes, sino al proletariado minero y urbano, el campesinado, a las organizaciones sindicales que tienen una larga tradición de lucha organizada, y en definitiva a la historia misma y desde fuera del movi71 miento histórico, movimiento que, ciertamente, animan las masas y no las personalidades. Como es de suponer, la imposición bonapartista rebotó, el FRI fue absorbido en primer lugar por el MNR pazestenssorista, en segundo por la UDP y en tercero (PRIN Lechín, POR-C) por el PS-1. Nuevas conversaciones Para las terceras y últimas elecciones generales de 1980, el Ps-1 retomó su discurso "unitario". Las conversaciones --revela el articulista— "se llevaron a cabo con una lentitud y una negligencia admirables, anteponiendo a menudo apetitos personales a las exigencias unitarias del movimiento obrero y popular hasta que la UDP resolvió dar por concluidas las negociaciones y continuar su camino" (cursivas del autor). Las bases propuestas a tal negociación por el Ps-1 son conocidas por todos. Su primer secretario renunciaba a cualquier postulación pero exigía que los candidatos de las pasadas elecciones también renunciasen, que se revisara inclusive la composición frentista de la UDP y que en una reunión conjunta de todos los interlocutores se reformulara el programa y se renominara a los candidatos. En resumen, que echando al olvido las características previas de la movilización popular se impusiera a ella una recomposición orgánica completa. Pero nuevamente ¿sobre qué base hacía propuesta tan ambiciosa a la UDP que ya en dos elecciones había sacado la mayoría relativa? El PS-1 concurrió a los comicios de 1980 solo. "Su honesta y acertada política de alianzas y su claro programa de lucha —dice el articulista— lo condujeron a convertirse en la 'buena conciencia' de la izquierda y a colocarse como cuarta fuerza electoral." Buena conciencia Dejemos a un lado la evidencia de que el Ps-1 fue la cuarta fuerza electoral en esos comicios para fijamos en esto de la "buena conciencia". Detrás de estas palabras se esconde el fantasma de Las manos sucias de Sartre: el prócer de la resistencia contra el nazismo retorna del exilio y reprocha a su compañero por qué, quedándose en la Francia ocupada, ha manchado sus manos con negociaciones y compromisos más o menos vergonzantes. Y éste, mostrándole al prócer sus manos sucias, le reprocha a su vez haberse mantenido en su pedestal y no haber tenido el coraje de ensuciarse las manos en el lodo cotidiano de la resistencia. Pero examinemos las palabras que siguen. El articulista rescata de la trayectoria de su partido varias características: la defensa de una sola línea política, de una conducta calificada desde afuera como "intransigencia purista", la denuncia del carácter "conciliador, reformista y burgués" de la ideología del nacimiento revolucionario y sus partidos populistas; la lucha contra la corrupción y el entreguismo banzeristas; y la apertura de cara a las masas, de una "perspectiva clara, limpia y consecuente de desarrollo político para el movimiento obrero y popular". En otras palabras, pero con mayor rigor, diríamos: el partido socialista no debe contraer compromisos . . . Debe conservar pura su doctrina e inmaculada su independencia frente al reformismo; su misión es mostrar el camino, sin deternerse ni desviarse de él, avanzar en línea recta hacia la revolución socialista. ¿Qué socialista único no suscribiría esta declaración? La izquierda y la derecha Hasta aquí hemos venido subrayando las palabras izquierda y derecha para señalar una constante en el análisis del articulista cuyas ideas, repito, son de sólida raigambre socialista única. Conforme a esta óptica, el espectro político boliviano estaría dividido en dos bloques monolíticos, como la droit y la gauche de la revolución francesa. En general no hay confusión respecto de lo que cada uno de estos bloques representa y, en esa medida, muchos partidos de raigambre popular se dicen de izquierda. Pero sí hay confusión en los matices, que sólo apreciamos cuando apuntamos a los intereses de clase que cada organización representa. Esto, claro está, debemos hacerlo al menos por curiosidad científica. Así entonces, en la derecha encontraremos partidos que representan los intereses de la burguesía agroindustrial, de la narcoburguesía, del narcomilitarismo y de los militaresempresarios, grupo éste que por su escasa convocatoria jamás renunciará a la carta golpista y dictatorial. Pero también encontraremos partidosque defien- den los intereses de la incipiente burguesía nacional y, subordinados a estos intereses, los de una pequeña burguesía y una clase media emergente. En otras palabras, hay una "nueva rosca" con proyectos oligárquicos y que, por tanto, no ha de usar sus verdaderas cartas en el juego democrático. Y paralelamente, hay una burguesía que exige un modelo económico, estabilidad política y reglas claras para mantener el ritmo de reproducción y crecimiento de su capital. Este último sector se perjudica con los golpes de Estado porque rompen la estabilidad y el libre flujo de sus negocios y, por tanto, apostará de preferencia, como lo ha venido haciendo, a una carta democrática burguesa que defienda sus intereses con las leyes. Del mismo modo, en la "izquierda" hay partidos obreros aislacionistas, hay varias expresiones del radicalismo pequeño burgués, hay formas bismarckianas y bonapartistas que quieren imponer a la izquierda su programa y sus principios por una vía junker, hay organizaciones con fecundas pugnas internas respecto de los límites del internacionalismo y el desarrollo de la línea nacional, y una mal llamada izquierda nacional que no niega la posibilidad de imponer verticalmente un programa y una línea revolucionarias, pero que ha apostado más bien por la difícil tarea de enraizarse en el movimiento de masas interpretando los intereses y las orientaciones de cada sector y superándolos en función de una línea estratégica socialista en la medida en que el movimiento popular está maduro para admitir consensualmente nuevas consignas. Esta explicación podrá seguir siendo discutible, pero al menos supera el maniqueísmo que ve la realidad política nacional como un crucificado con manos izquierda y derecha, cuando más bien habría que apelar a la imagen de una divinidad hindú de mil brazos que apuntan a intereses económicos contrapuestos. El nacionalismo revolucionario No comete el mismo error el articulista cuando se refiere al "carácter conciliador, reformista y burgués de la ideología del nacionalismo revolucionario y sus expresiones orgánicas populistas". Aquí maneja categorías más complejas, pero también las aplica sin esforzar- 72 se por comprender la especificidad del nacionalismo revolucionario. En realidad, es un lugar común englobar en el término "populista" (de origen funcionalista) a todo movimiento cuya composición de clase está más o menos confusa. Países subdesarrollados como Bolivia, que no han madurado sus instituciones políticas, registran estas "anomalías" que hasta ahora no encajan en el sector más elaborado de las ciencias sociales. El nacionalismo revolucionario será, entonces, conciliador, reformista, populista y burgués porque emerge de una revolución democrático burguesa abortada. Explicado el asunto, pasemos a otro punto. Habrá que decir con Ernesto Sábato: "No es que no esté de acuerdo, pero exigo mejores argumentos." Si los dos clisés anotados no explican la revolución nacional de 1952 habrá que buscar una explicación más compleja. Habrá que preguntarse por qué se llamó "nacional", no en sentido gentilicio sino conceptual. Porque iniciaba una tarea de construcción nacional. Porque hasta antes de 1952 ningún sector de la clase dominante pudo dar al país un proyecto nacional. Porque no puede ser nacional un proyecto oligárquico y excluyente que no contempla ni siquiera jurídicamente la igualdad política de las clases. Porque en 1952 Bolivia tuvo el primer proyecto nacional de su historia, proyecto que no surgió desde arriba sino desde el mismo movimiento popular que exigió la nacionalización de las minas, el voto universal, la ley de reforma agraria y la diversificación económica. Porque la política de alianza de clases preconizada por el nacionalismo revolucionario se refiere al hecho de que en una etapa de construcción nacional, la conciencia social se supedita a la conciencia nacional y precipita una convergencia de intereses de clase en función nacional. Y por último, porque ese proyecto nacional incluye la nacionalización de la Gulf, la nacionalización de Mina Matilde, la campaña de alfabetización, las elecciones democráticas y universales, la liberación del campesino del tutelaje del Pacto Militar Campesino, la política metalúrgica y siderúrgica y la ruptura de la dependencia imperialista, postulados por los que Marcelo Quiroga Santa Cruz luchó hasta el día de su muerte. Ahora bien, es dentro de este pro- yecto nacional donde se rompe la alianza coyuntural de clases, donde surge un esquema burgués-militar que no sólo es burgués sino antinacional, porque está fuera del proyecto nacional; donde hay una burguesía nacional que se mantiene dentro del proyecto pero no comprende la inevitabilidad de la ruptura de la dependencia y persiste en mantener un statu quo democrá- ese enorme monolito conciliador, reformista, populista y burgués que postula el articulista. Sobre todo si la alianza con ese sector nacionalista revolucionario no es sino el reflejo del sentimiento unitario de los sectores más conscientes del movimiento obrero, como el proletariado minero que aprobó abrumadoramente dicho proyecto y dicha alianza en las pasadas elecciones. tico burgués; y donde hay una "izquierda" nacional que ha rescatado de la historia el proyecto nacional de 1952 y lo ha articulado con una perspectiva estratégica socialista, único medio de culminar la construcción nacional. En este orden, resulta artificial quitarle al nacionalismo revolucionario el mérito de haber conducido la revolución nacional de 1952 y de haber concebido un proyecto nacional por el cual socialistas, comunistas y miristas seguimos luchando aún sin darnos cuenta. Como es artificial la ilusión del nacionalismo revolucionario de perpetuar la alianza de clases en función de su proyecto. Pero si para la consecución de la revolución socialista es necesario defender el proyecto nacional comentado y aliarse con el nacionalismo revolucionario de izquierda, no vemos la pertinencia de englobar a este último en El golpe de Natusch y la debilidad orgánica Si algo puso en evidencia la situación revolucionaria de resistencia al golpe el coronel Natusch (1 0 - 15 de noviembre de 1979) fue que ningún partido popular había desarrollado para esa coyuntura otra forma de lucha que no fuera la electoral. Se había establecido una verdadera "comuna" en todo el territorio boliviano pero no había condución partidaria de la resistencia. Para colmo, la COB y el CONADE demostraron para siempre que ninguna organización sindical o grupo colegiado que no sea específicamente un partido o un frente político podrán conducir a las masas en función de una estrategia de poder bien definida. Entre los partidos revolucionarios confundidos por tal situación hemos de incluir, claro está, al PS-1, incluso 73 pese a su discurso unitario tendiente a desarrollar formas de lucha que trascienden la mera contienda electoral. ¿Por qué no llamó el PS-1 a la insurrección? ¿Por qué no ofreció comandarla? Muy sencillo, porque su fuerza era sólo electoral y no había podido como bien se nos dice, "sustraerse por completo al remolino de la ilusión democrática que debilita la estructura orgánica de los partidos e impidió enfrentar al golpismo en una perspectiva insurreccionar. Resta una duda. ¿Se da en Marcelo el fenómeno del liderazgo carismático? A la ciencia marxista no le ha interesado tal fenómeno, pero la ciencia burguesa lo explica como la capacidad innata de convocar alrededor de si, con la sola asistencia de un séquito, a una masa plebiscitaria de adeptos que mantienen ligazón directa con el líder, no así con su aparato que en realidad es inexistente. Sería erróneo reducir el éxito de Marcelo a un fenómeno de liderazgo carismático, olvidando sus 15 años de lucha, años en que se constituyó en conciencia personal y activa de la inteligencia boliviana, frente a la dilapidación de nuestros recursos naturales y a la política entreguista del barrientismo y del banzerismo. Recordemos: en 1978, 18.000 votos provenientes de la juventud urbana radicalizada; en 1979, 70.000 votos que incluían ya sectores de trabajadores pero también núcleos de esa burguesía durmiente, heredera de la Rosca, durmiente por su latencia y porque sobre sus espaldas se exportaban por vía férrea las' riquezas naturales del país. Y en 1980, 115.000 votos, de los cuales a la clase obrera corresponde un caudal significativo. Pero veamos otro elemento; los eslogans electorales son: Sin tu voto a la cárcel, con tu voto al Parlamento; Vota por el PS-I o por Marcelo. Da lo mismo. Evidentemente la "ilusión democratista" reduce la lucha revolucionaria a un discurso electoral y, como contrapartida, quedaban descuidadas las tareas de formar cuadros, de estructurar orgánicamente el partido, de prevenir mecanismos de recambio, de establecer el flujo celular de ideas en función del centralismo democrático, precisamente en un partido que, según el articulista, no había podido dotarse de una organización ni en sus cien días iniciales (1971) ni en el período democrático (1978/80). De ahí que entre El mes de mayo, los médicos Manuel Almevda Medina, Sergio Arroyo Pinochet y Pedro Castillo Yáñez; el contador Sergio Godoy Fritis, la enfermera Isabel Escobar Serra y el obrero Orlando Hernández Bruna, fueron detenidos por la CNI, la cual los tuvo bajo secuestro varios días para luego - en junio-- ponerlos a disposición de la Fiscalía Militar. La tiranía de Pinochet pretende inculparlos del asalto al Banco de Sao Paulo en Santiago, del presunto atentado frustrado en Valparaíso que terminó con la muerte de una persona que habría manipulado una Informaciones bomba y de montar una clínica en el barrio alto de Santiago cuyo fin era prestar asistencia médica a "extremistas heridos". Manuel Almeyda es hermano de Clodomiro Almeyda. Hacia fines de julio, fueron dejados en libertad; Almeyda y Castillo incondicional, Arroyo y López bajo fianza. La comisión política del PSCh (Convergencia 19 de abril, 1979), que agrupa a las corrientes Dirección para el Consenso y Regional Venezuela. emitió el 11 de mayo-- un comunicado saludando la victoria de Francois Mitterrand y del socialismo francés. Las driecciones nacionales del PS (Secretario general en Chile) y del PS (CNR) acordaron constituri comisiones de coordinación tanto para la discusión elaboración teórico política, como para la acción de solidaridad. La comisión de coordinación central funcionará en Chile mientras que otras dos lo harán en el extranjero, una con sede en Frankfurt y otra en ciudad de México. El PS (secretario general C Almevda) conmemoró el 480 aniversario de la fundación del PSCh con un acto político. Este se realizó en ciudad de México el 11 de mayo de 1981 e intervino como orador central su principal dirigente: Clodomrio Almevda. En su discurso, Almeyda llamó a los socialistas a reincorporarse al PS que driige, al que calificó como "el Partido Socialista maduro". También en México, el PS (CNR) y el PS (secretario general en Chile) celebraron en conjunto el mismo aniversario, el día 18 de mayo de 1981. Intervinieron en representación de sus respectivas organizaciones, Pedro Vuskovic y Adonis Sepúlveda. Al igual que en la celebración realizada por el PS (secretario general C. Almeyda), a este último acto asistieron representantes de todos los partidos de la izquierda chilena. En Caracas, el 26 de mayo, el Comité de Unidad Socialista --integrado por el PS (secretario general en Chile) por el PS (CNR) y por el PS (Regional Venezuela-Convergencia 19 de abril) celebró el 48° aniversario de la fundación del PSCh rindiendo homenaje a Salvador Allende. En el acto hicieron uso de la palabra: José Vicente Rangel, dirigente de Nueva Alternati- partidarias va de Venezuela; Mafhud Massis, del PS (CNR); Aniceto Rodríguez, del PS (Regional Venezuela) y José Cayuela del PS (secretario general en Chile). El movimiento Al Socialismo (MAS)programó reunir en Caracas-del 27 al 31 de mayo-- a más de 200 representantes del "socialismo crítico" para debatri sobre "la crisis actual del socialismo" en el si mposium "Del socialismo existente al nuevo socialismo". El encuentro se realizó con motivo del 20° aniversario del MAS. La revista Síntesis núm. 18, de mayo de 1981, en polémica con sus detractores, sostiene que su presencia en el cuadro político de la izquierda de Paraguay se explica por la ausencia de una vanguardia y la existencia de un estado de "dispersión" en el campo de la izquierda y admitiendo una relación dialéctica entre ambas, se plantea la necesidad de un "reagrupamiento". "Este -según Síntesis-- debe producirse necesariamente, en las condiciones actuales, sobre la base de una idea, de un objetivo, y no de un grupo u organización determinada". Asimismo, afirma que pretendiendo la revista "llegar a ser el 'medio de expresión' del campo popular, no puede ser patrimonio de ningún grupo o partido, porque desgraciadamente, que nosotros sepamos, no existe actualmente ningún 75 grupo o partido que se plantee esta tarea. Existe sí -agrega Síntesis- la conciencia de su necesidad, de una necesidad inaplazable, para disminuir el costo y acortar el tiempo de la liberación de nuestro pueblo". En los últimos días de mayo se reunieron en París delegaciones de las direcciones exteriores de los partidos MAPU Obrero y Campesino, encabezada por Enrique Correa; Izquierda Cristiana, dirigida por Roberto Celedón; MAPU, a cargo de Enrique Ossandón; y del Partido Socialista de Chile, representado por Carlos Altamirano, quienes entregaron una declaración que en su parte central señala: "La profundización y el sostenimiento de la democracia en Chile ha sido obra de su pueblo. Es este que la reclama como condición esencial para su desarrollo futuro. Por eso queremos decirlo muy claramente: la democracia representa para nosotros un valor permanente y estratégico del Informaciones socialismo que no admite concesión alguna. Aspiramos a construir en Chile un orden social distitnto, asentado en el consenso de la mayoría nacional, el pluralismo ideológico y el pleno respeto a los derechos de la minoría. Toda forma de opresión y violación de los derechos humanos es enteramente ajena al orden social que postulamos. Todas estas perspectivas y esfuerzos no son el monopolio de ningún partido o agrupación de partidos, ni de sectores hegemónicos establecidos de antemano, Por ello, constatamos el agotamiento del eje socialista-comunista como conductor principal de las luchas populares. Nadie puede pretender la posesión exclusiva de instrumentos teóricos y políticos que le otorgarían una posición privilegiada en la defensa de los intereses y anhelos del pueblo. En esta dirección se ubica por tanto la voluntad renovadora del movimiento popular, superando estilos sectarios de hacer política y el aferramiento a normas superadas. Lo importante es desarrollar un proceso de renovación capaz de producir la confluencia estratégica de fuerzas marxistas, cristianas y otras corrientes humanistas en torno a una alternativa de lucha y de poder y a un programa transformador." El Comité de Enlace de Ariccia promovió la realización en Roma, durante ma y o-junio, de la mesa redonda "Bases para la política internacional del movimiento popular " . El primer capítulo se ocupó de las relaciones chileno-norteamericanas en el cuadro de la lucha antimperialista; el segundo se refirió a la articulación internacional de la lucha a escala continental; y el tercero a la situación y perspectivas de la revolución chilena y latinoamericana en un mundo tendiente a la bipolarización. Todo ello en la búsqueda de contribuir a la "democratización de la vida partidarias internacional, así como la vigencia efectiva de los principios de autodeterminación y no intervención". Reunidos en México, el PS de República Dominicana y el PSCh (secretario general en Chile), confirmaron "la amplitud de las coincidencias políticas existentes entre ambos". Según su declaración conjunta, tales coincidencias "se refieren a su común caracterización nacional e internacionalista, revolucionaria, obrera y popular, autónoma y democrática, así como a su objetivo estratégico socialista". De ahí que "acuerdan desde ya mantener estrechas relaciones de colaboración mutua tanto en el plano de sus propias luchas nacionales, cuanto en la solidaridad con las luchas de otros pueblos, por la conquista de su liberación nacional y social". Las FARN de El Salvador, en un folleto titulado "El Salvador construye su piso y su techo", firmado por Fermán Cienfuegos, refutan las tesis sostenidas por el doctor Marcel Salamín —asesor político del general Omar Torrijos— en su libro El Salvador sin piso y sin techo que propone "una lógica de la búsqueda de hacer viable.. . una salida negociada" a la guerra civil salvadoreña. Cienfuegos demuestra que, pese a los esfuerzos de los revolucionarios por avanzar en una solución negociada, ésta fracasó frente a la falta de autonomía y decisión de la Juventud Militar que ni hizo las reformas que se postuló, ni rompió con el ala reaccionaria del ejército. Frente a eso, Cienfuegos reivindica la legitimidad de la insurección y de la violencia revolucionaria, y plantea que el pueblo de El Salvador crea las condiciones para su triunfo, paso a paso, a través de la lucha político mhlitar, sin perjuicio de mantener su predisposición al diálogo con la Juventud Militar y hasta a negociar una salida. El día 2 de junio, en República Dominicana, se anunció públicamente la constitución de la Convergencia Socialista dominicana. A esta alianza política concurren: el Partido Socialista (PS), el Movimiento de Unidad Socialista (mus), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), el Movimiento por el Socialismo (MPS) y el Núcleo Comunista de los Trabajadores (NCT). Todos Informaciones los participantes se reconocen de raimétodo con diversas ópticas. Asimismo, todos repudian la concepción "por etapas" de la revolución dominicana, definiendo como directamente socialista el carácter de su revolución nacional. El Partido de Liberación Nacional (PLN), del que Juan Bosh es dirigente, se retiró de la Convergencia ante un fuerte ataque político que hizo en su contra el MST. Pese a los esfuerzos del MUS por evitar la marginación del PLD, ésta se mantuvo. En su última acción de lucha contra la dictadura mhlitar, se suicidó en La Habana Laura Allende Gossens. Laurita era miembro del Comité Central del PS (secretario general en Chile), pero su figura y legado pertenecen por igual a todos los socialistas. La Secretaría Ejecutiva para América de Solidaridad con Chile acordó que los comités pro retorno y por el derecho a vivri en la patria, pasen a denominarse comités "Laura Allende". El periódico Popular, de la Vanguardia Popular y Socialista de Argentina, de febrero de 1981, afirma que la situación de crisis que vive el país "plantea la imperiosa necesidad de incrementar las gestiones tendientes a unri a todos los socialistas argentinos-para que los trabajadores obtengan una organización política que oriente sus 76 luchas por la libertad, el bienestar y la independencia nacional, hasta conquistar el "socialismo como única posibilidad superadora de la explotación del hombre por el hombre y de los pueblos por el capital". En su primera página, refiriéndose al diferendo entre las dictaduras militares de Chile y Argentina, el Popular sostiene que "El laudo de la corona británica es absolutamente inaceptable desde el punto de vista nacional. Por eso, toda mediación o intermediación que lo tenga por base. . . será siempre lesiva de los legítimos derechos argentinos en la zona del Beagle." El PS (Regional Venezuela-Convergencia 19 de abril-Regional Europa), en el documento de resoluciones del Congreso del exilio socialista chileno Europa-América, que contó con una representación de socialistas de la resistencia en Chile, manifiesta que "la izquierda chilena deberá liberarse de dogmas y poner al día su discurso polí- partidarias tico. . .", y que "con la mayor claridad aún, deberá entenderse que cada partido o movimiento es indispensable y que la unidad se hace entre iguales y no entre una parte hegemónica y otra parte sometida". Más adelante el documento agrega que se "acordó proponer a los militantes socialistas y a otras fuerzas amigas la formación de un BLOQUE POR EL SOCIALISMO Y LA LIBERTAD, tanto para estimular la unidad del Partido como para animar la reconstrucción del movimiento popular". Finalmente, el Congreso del exilio socialista chileno Europa-América, resolvió "Constituir una Dirección Exterior del Partido Socialista de Chile, integrada por una Secretaría Coordinadora Ejecutiva, dos Subsecretarías para las áreas de Europa y América Latina y un representante de cada país concurrente a este Congreso." Esta Dirección es provisional y cesará en sus funciones con la realización de un Congreso General del PS a convocar por la Dirección Interior, de la que forma parte el secretario general de esta organización socialista. Aniceto Rodríguez, por unanimidad, fue elegido secretario coordinador del exterior de este sector del socialismo chileno.