Convergencia N°2 - Salvador Allende

Transcripción

Convergencia N°2 - Salvador Allende
Editorial
Realidad mundial y socialismo
Comité Editor
rrand, a más de sus repercusiones posibles en otros
países de Europa y su sentido como factor de moderación de los conflictos mundiales, se anuncia con
especial vigor en las relaciones con los países del Tercer Mundo y en particular los de América Latina y
el Caribe, en cuanto una nueva política de cooperación y solidaridad con los gobiernos y causas progresistas y de repudio a las dictaduras reaccionarias.
Ya sea en el terreno de su contraposición a las
tendencias mundiales más retardatarias, el de la innovación incesante en la organización de formas de
vida social abiertas al perfeccionamiento de la democracia y el socialismo, o en el de las relaciones
concretas con nuestros países, la victoria de Mitterrand es, en sí misma, un aliento y un factor de respaldo para las fuerzas progresistas, democráticas
y revolucionarias.
Pero más aún. La nueva situación que se ha gestado en Francia se produce cuando en Polonia se replantea un poderoso movimiento de renovación del
socialismo llamado real. Ambas circunstancias son
expresivas de la creciente variedad de formas y direcciones que asume el desarrollo de la realidad política contemporánea, distante de toda pretendida
reducción a esquemas de bipolaridad.
Coetáneamente, cuando en este mes de julio se
conmemoraron ya 28 años del asalto al Cuartel Moncada, en América Latina la revolución cubana se
sobrepone a la hostilidad del imperialismo estadunidense y a sus propias dificultades fortaleciendo el
poder popular. Y dos años después del triunfo de la
insurrección sandinista contra Somoza, cumplidos
también en julio, la revolución nicaragüense ahonda
su sólido arraigo social y auna al heroísmo de sus
combatientes una lúcida conducción política, manteniendo —pese a las constantes provocaciones y
amenazas— su pluralidad y su equilibrio internacional.
La creciente complejidad en la relación mundial
de fuerzas y su diversidad de formas políticas, que el
triunfo de Mitterrand refuerza singularmente, constituye así, de modo particular, un factor de estímulo
y reafirmación para las fuerzas partidarias de una
concepción autónoma del socialismo con las que se
identifica CONVERGENCIA.
Los acontecimientos políticos contemporáneos que
se proyectan en la realidad mundial e inciden en las
distintas situaciones nacionales, adquieren una diversidad cada vez más compleja.
La victoria de Mitterrand en Francia, y su ratificación luego con la amplia mayoría obtenida por el
Partido Socialista francés en las elecciones de nueva
Asamblea Nacional, constituyen a este respecto un
hecho de la mayor importancia y de considerable
trascendencia para América Latina.
Francois Mitterrand es el primer socialista que
asume la Presidencia de Francia electo por sufragio
universal directo. Su triunfo se contrapone al curso
reaccionario que ha tendido a imponerse durante los
últimos años en los principales países capitalistas, representado en particular por la elección de Reagan,
el gobierno de Margaret Thatcher y el del propio
Giscard d'Estaing. Es una derrota de la política económica al servicio exclusivo del gran capital financiero trasnacional, ocurrida en el centro mismo de
Europa. Es una derrota, todavía más, de toda una
concepción de la vida y la sociedad, de la cultura y
la política nacional e internacional, represiva, de
acentuación de las diferencias y postergación de las
mayorías; a la extensión de cuya influencia en los
centros imperialistas se debe que el régimen de Pinochet haya podido proclamar que ya no estaba tan sólo en el mundo. Es un triunfo frente a la tendencia
restrictiva de la democracia, de centralización institucional, de arbitrariedad del poder, que se expresa
en las mismas potencias capitalistas y arrecia en las
dictaduras de América Latina.
El programa de transformaciones planteado por
Mitterrand no entraña en sí mismo, ciertamente, la
instauración de un régimen socialista, sino un cauce
de desarrollo político, profundamente alentado por
la historia y la decisión del pueblo francés, que a su
vez excede el carácter tradicional de los partidos socialdemócratas en Europa. Es un programa de cambios, resuelto reflexiva, colectiva y vívidamente por
la mayoría absoluta de los franceses frente a los designios de la gran burguesía, cuya principal importancia reside justamente en su alcance general y la
amplitud de su respaldo.
El significado internacional del gobierno de Mitte1
Sumario
Editorial
Costa Gavras: "En Francia
triunfó la unidad".
Belarmino Elgueta
Alain Joxe: Francia, "una
cierta civilización de izquierda"
Marcelo Schilling
1
3
8
13
19
Realidad mundial y socialismo
Entrevista por
Ximena Ortúzar
En el camino de Jaurés y Moulin
Entrevista por
Jorge Bernetti y Pío García
La Comuna de Polonia
CHILE
Homero Julio
Oscar Castro: "Aleph. . . número
después del infinito".
28
34
Por el reencuentro socialista
Entrevista por
Ivonne Szasz y Ricardo Chelén
Taller de análisis político
38
Informe de coyuntura política
Edgardo Condeza
43
Economía:
La picaresca de los Chicago boys
Pablo Vega
45
Sindicatos: un paso adelante
Jaime Suárez
51
Recuerdo de Laura Allende
AMERICA LATINA
Antonio Cavalla
55
La estrategia militar
de Estados Unidos
64
Problemas de
la lucha por el socialismo
Ramón Rocha
70
Bolivia:
El socialismo único (polémica)
Informaciones
75
partidarias
Oscar Waiss
Costa Gavras :
"En Francia triunfó la unidad"
Entrevista por Ximena Ortúzar
Griego de origen, frances "por la praxis de 27 años de vivir en París , amigo de Mitterrand; cineasta, realizador de "Z" y "Estado de Sitio", entre otras películas, vino a México para filmar Missing, la historia de
un padre que busca a su hijo desaparecido "en algún país de América Latina" deliberadamente no identificado. . . pero con rostros y acentos chilenos.
Regresa a Francia "para hacer cine", para aprovechar su posibilidad directa de opinar acerca de qué debe
hacerse en el plano cultural. '
Del triunfo socialista en Francia, de la visión política del cineasta y de otros temas conversamos con él.
Esta fue la conversación.
—Grecia es mi patria del corazón, mi lugar de nacimiento. Francia es mi patria del intelecto. Allí pude
ser. Por eso, el triunfo socialista en Francia me toca
muy de cerca. ¿Qué significa que Mitterrand llegue
al gobierno? Yo diría que es la prueba profunda de
la necesidad de cambio del pueblo francés. Es un hito, como lo fue en su momento Charles De Gaulle,
personaje importante de la historia francesa yo diría
que principalmente por la descolonización. Pero,
como sucede a menudo, a estos grandes hombres les
siguen sublíderes que dan por resultado períodos históricos flojos y vulgares. Estos sublíderes que nacen
en la ruta de los grandes pueden tener una duración
que depende de muchos factores internos y externos.
Y los sucesores de De Gaulle, Pompidou y Giscard,
duraron demasiado y así propiciaron las condiciones
para que hoy el pueblo francés los haya casi tirado
fuera del juego político.
Pero lo interesante en este análisis son dos cosas:
primero, hay quienes dicen que De Gaulle legó una
Constitución negativa que hacía de Francia un país
ingobernable. Y esto es totalmente falso. De Gaulle
legó una Constitución que en su tiempo él mismo
aplicó asesorado por personalidades políticas muy
fuertes, con un programa de cambios profundos muy
marcados y casi revolucionarios que llevó a cabo.
Luego, personajes flojos como Giscard no fueron
capaces de desarrollar una política acorde a esa
Constitución. Y por eso se tuvieron que ir.
La segunda lección es que los franceses tienen mucha
más confianza en un Partido Socialista fuerte que en
una coalición de izquierda donde el fuerte es el Partido Comunista. Los franceses tienen miedo de un Partido Comunista fuerte y es por eso que en 1968 la
Unidad Popular francesa no obtuvo la mayoría:
porque en ese momento los comunistas llevaban adelante una política basada en su preminencia que yo
calificaría como una política agresiva. Todo esto
demuestra —a mi juicio— que el pueblo francés quiere
cambios no radicales, no del tipo de los países socialistas, sino más bien cambios de tipo biológico.
—¿Cómo definiría esos cambios "biológicos"?
— Sin violencia. ¿Para qué? Los socialistas franceses tienen mayoría absoluta. Eso les permitirá
continuar con su coherencia política, sin dejarse
desbordar por la extrema izquierda. No habrá campo para expropiaciones ilegales pero tampoco lo
habrá para pretensiones de congelar el proceso de
cambios que el pueblo francés votó. Y ese proceso lo
veo posible, muy posible. Además, tenemos tiempo.
—Se ha comentado que usted podría ser llamado a
ocupar un cargo en el aparato de cultura del gobierno
francés. ¿Qué sabe de eso?
— Absolutamente nada.
— ¿Y si lo llaman?
— ¡ NO! Yo quiero hacer películas. Nada más. Hasta
ahora me han pedido algunas veces mi opinión y la
he dado, como la dimos durante el gobierno de Giscard los miembros de la Sociedad Francesa de Realizadores de Cine, aún cuando no nos hicieran mucho
caso. Y la dimos con toda la fuerza de nuestras convicciones, diciendo qué es, a nuestro entender, lo que
debe hacerse. Ahora haré lo mismo, pero no quiero
cargos, quiero hacer cine.
— ¿Qué incidencias tendrá en la política cultural
francesa el triunfo socialista?
— Varias. Primero quiero destacar que en tiempos
de De Gaulle, siendo André Malraux Ministro de
Asuntos Culturales (1959-69), el presupuesto para la
cultura alcanzó el 1% del presupuesto total del Estado para toda Francia. Con Giscard cayó hasta un
0.28% porque para ellos la cultura era nada, no existía. Ahora, todos vamos a exigir con mucha fuerza
que ese presupuesto cultural llegue otra vez al
1 % por lo menos. Todos los que estamos en la llamada "clase cultural" —definición que por cierto no me
gusta nada— y que tenemos la posibilidad de pedir
cosas directamente, les diremos a los socialistas
que sentimos la necesidad de que así sea. Estoy seguro
de que ellos van a cumplir, tal vez no inmediatamente porque hay prioridades que atender, pero lo harán
en un plazo breve.
—¿En qué se traducirá ese 1% de presupuesto para
lo cultural?
—En casas culturales, con teatros y talleres como
los hubo en tiempos de Malraux. Las hubo en cada
ciudad y dejaron de existir por falta de apoyo financiero. Habrá otra vez museos y cines. . . A mi juicio,
lo más importante es el teatro. Pero también se va a
liberalizar la televisión que durante los últimos siete
años, con Giscard, se convirtió en la televisión propia de un país totalitario, porque en cada canal había una o dos personas del régimen que decidían las
noticias, las películas, las series, todo. Los socialistas, seguramente, crearán comités competentes que
decidan al respecto. Y sobre todo, de composición
pluralista. Así lo han prometido y no tienen alternativa, por algo son un gobierno socialista. Y por último, si no lo hacen, iremos todos a hablar con ellos
o a tomarlos por la corbata para exigir que cumplan
lo que votamos.
¿Qué retardó el triunfo de la izquierda en Francia?
El quiebre de la unidad. Había una voluntad enorme' de unidad que yo conocí y viví en la base en los
últimos diez años. La había. Sin embargo, por circunstancias que no es del caso explicar ahora, llegó
un momento en que el Partido Comunista —o al menos yo lo creo así— rompió esa unidad. Tal vez me
equivoco, pero lo digo porque estoy convencido de
que así fue. Pero la voluntad persistía en la base y la
prueba es que ahora, de tres comunistas franceses,
uno votó por Mitterrand, es decir, por los socialistas.
Porque entendieron que la unidad es la base del triunfo. Y esa unidad habrá que mantenerla para consolidar el triunfo.
El cine por vocación
Su cine es político. Así lo recibe el público y así
es. ¿Qué fue primero, el cineasta o el individuo con
una posición definida?
No creo que haya una separación entre ambas cosas. Se puede ser ingeniero y ser político. No creo.. .
— ¿Entonces no fue una opción, una forma de decir
cosas, de expresarse políticamente?
No. Siendo joven jamás creí que pudiera llegar a
hacer cine en Grecia ni en Francia, donde éste era
hecho por la clase alta burguesa, por gente con dinero. No pensé que pudiera hacerlo. Pero sí estaba interesado en el aspecto político de las cosas. ¿Cómo
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—Pero usted les da una base o un punto de partida.
¿No es así?
no? Desde que los nazis entraron en Grecia y dejaron la secuela que todos conocemos, que por cierto
no excluyó a mi familia, yo tenía que ser un individuo político, como todo el mundo. Lo que pasa es
que sin ser un fanático de la política, todos participamos en ella, porque todo es político, incluyendo
las actitudes.
Sí, creo que esa es la definición correcta: un punto
de partida. Porque yo no creo que tenga la verdad de
las cosas o la solución final acerca de qué hacer o
qué pensar. Trato de hacer el cine lo mejor que puedo, pero lo hago con muchas dudas, no estoy completamente seguro, porque formo parte de esa generación que se expresó muy fuertemente en el año
68, con muchas esperanzas, y con el tiempo se vio
que eran muchos los que tenían la verdad "definitiva" y el resultado no fue tan claro ni tan simple.
Esas son mis dudas: ¿puedo plantear verdades definitivas? ¿Las hay?
¿Fue "vocacional"?
Sí, sí. Fue vocacional. Aunque estudié otras cosas,
finalmente hice cine porque eso era en el fondo lo
que siempre quise hacer. Lo hice cuando pude hacerlo, esa es la diferencia. Creo que habría hecho cine
de todas maneras.
Pero no "otro" cine.. .
Sin embargo, cada "verdad" que usted entrega en
sus películas, ¿es en ese momento `su" verdad?
No. Tendría que haber sido "otra" persona.
¿Podría caracterizar su cine?
No. No puedo. Ustedes, los periodistas, deben hacerlo, y los que van a ver mis películas. ¿Cómo se
llaman?
— ¡ Ah, sí, claro! Todo lo que digo en una película es
algo de lo que estoy profundamente convencido.
—¿Adónde apunta con esa verdad?
Espectadores.
A la cabeza de la gente, principalmente.
Concretamente en el caso de "Missing", ¿quiere
llegar a la cabeza del público? Usted la ha definido
como "una historia de alegría, de desesperación, de
esperanza y, por sobre todo, una historia de amor".
Sí, espectadores. Ellos, ustedes, deben hacerlo.
Porque además no hago un solo cine. Hay distintas
características en mis películas por posiciones que se
desplazan o se ajustan. . . Yo no quiero para nada ser
mi propio analista o crítico.
Definitivamente, con "Missing" quiero llegar al corazón de la gente. Por ejemplo, en Estados Unidos
abunda un público al cual no le funciona siempre la
cabeza porque el sistema mismo se encarga de que
así sea. Y ya que esta es una historia a partir de un
libro que los americanos me enviaron, trataré de llegarles al corazón, que no es un mal punto de partida.
Además, la historia así lo exige.
Dadas las condiciones de "mercado", podríamos
decir que el cine de Costa Gavras se hace conocido
desde "Z" y "Estado de Sitio", y a partir de eso el
público identifica sus películas con un contenido definido, con una continuidad en el terreno temático,
a pesar de los desplazamientos o ajustes a que usted
alude. ¿Qué espera usted del público cuando hace
una película?
—Solamente que vaya a verla. Lo que resulte de ello
depende del espectador mismo. Hay una expresión
francesa que dice que el cine es como un albergue español en el que cada quien come lo que lleva. . . Si
alguien no lleva nada, no come nada.
La verdad, siempre útil
¿Cree que su cine es políticamente útil?
—No estoy seguro. Yo me siento parte del Tercer
Mundo. Haber nacido donde nací, haber despegado
a partir de todos los problemas y todas las dificultades que mi realidad me impuso, me permite, ahora
que tengo las condiciones para hacerlo, expresar a
mi clase, a mis raíces, a la gente que conozco bien.
Porque los chilenos que conocí en Santiago o en
Concepción filmando "Estado de Sitio", o en el
exilio, me parecieron muy similares a los griegos de
esa Grecia que yo viví y además tenemos problemas
comunes. Cuando los consejeros de Estados Unidos
llegaron a Chile yo conocía la experiencia. Y ya que
Pero usted pone algo en lo que "dice" con sus filmes. . .
Sí, pero eso no tiene necesariamente una relación
directa con lo que la gente recibe. Ven lo que quieren ver. El cine es eso. Una palabra que puede no recibir respuesta.
—¿Cuál sería para usted la respuesta ideal?
La de la cabeza. La gente debe elegir por sí misma, no debe uno elegir por ellos. Una película debería ser como una elección política, a partir de
ciertas bases.. .
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
Pinochet: "Cada país tiene libertad para elegir a sus gobernantes y darse el gobierno que quiere, porque
cada país escoge un destino y lo mejor que le conviene."
Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981.
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Lo i mportante es que se produzca una reacción.
tengo la suerte de hablar, lo hago en esa dirección. Si
pudiera haber una explicación de mi cine- creo que
sería básicamente esa. Además, creo que decir la verdad siempre será útil.
—¿No le preocupa que su cine pueda ser tragado por
el comunismo como una mercancía más? ¿No se convierte un poco en la camiseta con la imagen del Che
Guevara que venden las tiendas de Estados Unidos?
—¿Ha podido comprobar los efectos de su trabajo en
el público?
—¿Cómo recibieron "Z" en Grecia?
—Hay una contradicción fundamental en todo esto.
Todo se convierte en mercancía. Lo ideal sería que
el cine fuera gratis, que no hubiera que pagar la entrada para ver una película. Porque el cine, por ser
una expresión cultural, debería ser popular. Pero no
lo es. Se trata de hacer cosas que atraigan al público
a través de mecanismos conocidos: darles placer, hacerlos identificarse con imágenes que les gustan. Lo
que no responde a ese esquema, no es "comercial".
Yo mismo jamás pensé que "Z" pudiera ser comercial y de hecho así lo pensaron todos. La prueba está en que pasé dos años tratando de reunir el dinero
para hacerla. Pero la película resultó si no comercial,
al menos económicamente exitosa, además del éxito
de crítica y de público. De lo que se trata es de no
caer en la trampa del consumismo, no supeditar el
contenido al éxito comercial. Hay que verlo dialécticamente. Porque, queramos o no, todo cuanto se
produce en el sistema comercial se mide por el parámetro de la rentabilidad. El mejor libro será siempre
en la sociedad capitalista el que más se vende, aunque debiera ser al revés. Y eso es así porque hay un
pequeño grupo que decide por sí mismo qué es "lo
bueno" para el público. No hay realmente un juicio
de contenido.
—Puedo responderle según mi experiencia personal.
La vi en Santiago y en un cine de un barrio, digamos, de clase alta.. .
—Tienes razón. Hay juicio de contenido, aplicado a la
inversa, porque todo el cine que nos imponen es político. Y eso nos afecta en varias direcciones. Nos imponen una imagen política del mundo, pero falseada.
—No. Requeriría de un estudio enorme. Claro que
hablando contigo, por ejemplo, o leyendo los periódicos, o en las universidades, me entero un poco del
efecto que mis filmes producen. Creo que el saldo es
más positivo que negativo.
—O lo hay, sólo que lo aplican a la inversa.
—No lo sé, desgraciadamente. ¿Cómo la recibieron
en Chile?
—Insisto en mi pregunta ¿no es el cine comprometido un poco como la sección "Cartas del público"
de un periódico? ¿No se convierte en la voz aislada
que fortalece al sistema al permitirle la farsa del "pluralismo"?
En un barrio "momio". Esa palabra ha significado
todo un aporte de los chilenos al léxico político. Yo
la uso mucho. . . Continúa.
—Bueno, en un cine de un barrio "momio". Al terminar la película la emoción podía palparse. Primero
fue el silencio, luego alguien gritó ¡Viva la Revolución! Y finalmente la gente aplaudió.
—En cierta medida, sí. Pero sería aún peor no hacerlo. Lo importante es estar consciente de ello. Porque
finalmente, los que hacemos este tipo de cine lo hacemos tomando nuestros propios riesgos y eso lo
convierte de todas maneras en la expresión de las
fuerzas de oposición, entonces ya no es aislada. El
sistema tiene que permitir este cine porque si no su
juego se desarma. Claro que están también los regímenes totalitarios que no lo permiten del todo. Eso
prueba que de algún modo el cine "rebelde" es efectivo. Pero hay que tomar en cuenta que en las pseudo democracias a las que me refería, la existencia del
cine comprometido o rebelde sirve de algún modo a
su subsistencia pero sirve además para que la oposición se exprese y crezca en número y quizás en calidad y finalmente este tipo de proceso es el que per-
—Entonces hubo respuesta. Eso prueba que en cada
conglomerado hay algo de bueno y de malo. No hay
masas homogéneas. Ese es el gran problema y por
eso hay que tocar a cada grupo de una manera especial. Yo tengo otra experiencia ilustrativa al respecto.
El alcalde de Nueva York me relató que preparó una
proyección privada de "Z" para los altos mandos de
la policía neoyorquina. Me ha dicho que al final de
la proyección había un silencio total y que muchos
de los invitados prefirieron irse sin siquiera decir hasta luego. Y esa es otra respuesta, distinta. La respuesta depende del público y del momento. Yo he
escuchado gente salir diciendo " ¡Comunistas, hijos
de puta, cómo pueden hacer este tipo de películas!"
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mite un cambio como el de Chile antes y de Francia
hoy. Gracias al trabajo de miles de personas que utilizaron estas pequeñas libertades (escritores, periodistas, cineastas) esos cambios fueron posibles. Entonces, no hay una contradicción nuestra en el hecho de que hagamos algo dentro del juego burgués;
es más bien una contradicción del sistema, es su propia debilidad la que lo obliga a aceptarnos.
útil.
¿Cree que el cine latinoamericano, en las pocas expresiones que ha tenido, ha logrado expresar el mensaje adecuado?
—Cada vez que el cine latinoamericano ha tenido la
posibilidad de expresarse lo ha hecho bien, hasta el
punto de llegar a convertirse en uno de los más importantes del Tercer Mundo. El chileno, el brasileño, un poco el boliviano e incluso el mexicano de
hace algunos años, han sido importantes. Claro que
es difícil porque el cine, como la literatura, como toda creación, necesita de una tradición para evolucionar. Pero sucede que en América Latina en cuanto el
cine empieza, debe parar, como sucedió en muchos
casos. Y esto es lógico: el cine de contenido comienza como la expresión de un movimiento social en
ciernes o en pleno avance, pero presente. Y sobrevienen las dictaduras para detener, precisamente, ese
proceso de evolución social. En el caso de Chile, el
cine ha tenido una continuidad gracias a la labor de
Littin en el exilio, lo cual no hace más que comprobar lo anterior.
El peligro del monólogo
- Y no existe el peligro de que, en este marco de referencia, dadas las condiciones de consumismo y de
propaganda ideológica, el cine de izquierda se convierta finalmente en un diálogo entre convencidos y
por lo mismo en un monólogo?
—¡Ah! ¡Qué bueno que lo preguntes! Ese sí es un
real peligro. Porque un cine monologante se transforma en un cine elitista. Por eso yo insisto fervientemente en que el cine político, comprometido o como quieras llamarle, debe ser lo más popular posible,
para que los no convencidos sientan que hay otro
camino y piensen. Pero nosotros también lo necesitamos, a nivel de diálogo enriquecedor. Lo importante es que no se estanque, que no se detenga.
—¿Cómo puede hacerse popular?
—No hay fórmulas para eso, ni recetas.
—Pero puede intentarse?
¿Y el cine cubano?
—Ese es uno de los logros más palpables de la Revolución. Es un ejemplo casi único en América Latina
porque allí el Estado decidió —y con razón— que el
cine es un medio cultural indispensable que se debe
impulsar, y lo ha hecho. Cuando existe una voluntad
de Estado, puede hacerse una cultura nueva, Cuba es
la prueba y los resultados han sido magníficos.
—¿Cómo?
Conviene estudiar lo que ve el gran público y por
qué lo ve. Aún cuando el cine comercial es impuesto, el público elige una u otra película y unas tienen
más éxito que otras. Hay que averiguar por qué. Conviene saber qué tiene de atractivo ese espectáculo y
tomar su forma, a grandes rasgos, pero con otro contenido porque, como dije antes, los cambios deben
ser biológicos. Un cambio violento en el cine sería
también, a la larga, un diálogo elitista, excluyente de
las masas, yo diría, incluso, clasista, propio de una
clase cultural cada vez más fuerte, más alejada y más
cerrada hasta llegar al colmo de convertirse en una
aristocracia cultural. ¡Eso sería nefasto!
-¿No le sucede eso a la izquierda, en la práctica po-
—
¿Sucederá lo mismo en Francia?
Estoy convencido de que sí . Hay voluntad en el
Estado y hay voluntad en el pueblo. Voluntad de
cambio, de cosas distintas. Pero, por sobre todo, hay
unidad y eso es lo fundamental. Porque siempre que
el enemigo sea uno, debemos ser uno para enfrentarlo. Si nos dividimos, nos aflojamos y se fortalecen
ellos, a costa nuestra. Todo esfuerzo que se haga por
deponer, por olvidar o por modificar nuestras diferencias ideológicas, es positivo y absolutamente indispensable. Porque hay prioridades y la número
uno es la de sacudirse la presencia prepotente de los
Estados Unidos como tutor, como pater familia y
también de la burguesía que colabora con ellos, nutriéndose de nuestras propias debilidades. Esa es la
prioridad principal. Después veremos otras urgencias. Pero las soluciones de todos los problemas sociales pasan por la unidad. Yo sigo creyendo que el
pueblo unido jamás será vencido. Esa frase es, más
que una consigna, una de las grandes enseñanzas de
la filosofía popular que siempre encuentra las definiciones simplificadas, esenciales. En Francia lo supimos y por eso triunfó Mitterrand, triunfó el socialismo, triunfó la unidad. El pueblo no quiere ya las
sutilezas dialécticas de las ideologías, sino el cambio.
El pueblo francés quiere la esperanza.
lítica misma?
—Le sucede, siempre. No se le puede decir a la gente
que todo está absolutamente mal, porque es romperle de golpe sus valores, es decirle que es ella la que
está mal. Por otra parte, un nacionalismo permanente y en todo orden de cosas sería negativo. Si les
quieres cambiar la vida de golpe, les quiebras la vida
y nadie soporta esa prueba. No ahora. Hay que crear
una sociedad de transición que prepare el cambio.
Este vendrá en diez o en cien años, no lo sé, pero
tendrá que venir porque este tipo de sistema social
no da para mucho, pero hay que preparar a la sociedad moral y éticamente para el cambio. Así se logrará que lo haga como resultado en lugar de que lo haga por decreto. Y en ese terreno el cine también será
Ahora la tiene.
7
El triunfo de Mitterrand:
En el camino de Jaures y Moulin
Belarmino Elgueta
La visita de Francois Mitterrand al Panteón de París, el día en que asumió la
Presidencia de la República, para honrar la memoria de Jean Jaurés (18591914), uno de los fundadores del Partido Socialista, y de Jean Moulin
(1899-1943) uno de los dirigentes de
la resistencia contra la ocupación alemana, sugiere ciertas reflexiones en
torno al desarrollo político de Francia.
Convenientes, sin duda, para entender
cabalmente el sentido del gesto. Mártires ambos de la lucha incesante del
pueblo galo por recuperar a la nación
del utilitarismo burgués y fundirla en
el crisol de la revolución, constituyen
símbolos transparentes de la Francia
contemporánea.
Cien años de lucha
Tales reflexiones son tanto más perti-
nentes si se considera que Mitterrand
conquista su victoria al cabo de cien
años de gestación de su partido en el
combate sin tregua del movimiento popular. Este tiempo —siempre relativo
en la historia— no es poco si tenemos
en cuenta las generaciones que entregaron su esfuerzo y aún su vida en dicha empresa colectiva. Pero tampoco
es mucho si recordarnos que los grandes procesos revolucionarios se miden
por épocas enteras, en las cuales es posible distinguir ciertos momentos cruciales. En esta lógica histórica se inspira la invocación del nuevo presidente
francés.
Quizás no haya otro país con una
trayectoria tan prolongada en la formación de la conciencia socialista. Esta realidad pesó, en su tiempo, en el
desarrollo del propio Marx, toda vez
que constituye un lugar común repe-
tir que las fuentes de su pensamiento
fueron la filosofía clásica alemana, la
economía política inglesa y el socialismo francés. Por lo mismo, el célebre
y siempre actual Manifiesto comunista
de 1848 recoge como motivo de reflexión tanto las vivas luchas sociales como las variadas corrientes de ese socialismo francés.
Marx abandona la Alemania absolutista para trasladarse a París, donde
permanecerá de 1843 a 1845, encontrándose con el asombroso espectáculo colectivo de un pueblo sacudido por
la agitación política en torno a múltiples y diferentes proyectos socialistas.
Derrumbada la restauración monárquica por la revolución de 1830, París se
convierte en forja de una concepción
revolucionaria a través de la fusión de
las ideas materialistas de La Metrie,
Helvecio y D'Holbach con los maravi-
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
Jorge Ovalle, abogado : ". . .tres lecciones. A saber:
a) La expedición de una Constitución con el objetivo de dotar de amplios poderes a una persona, ya
determinada en el momento de elaborarla, es un acto seriamente peligroso. En efecto, la Constitución
francesa fue preparada para De Gaulle. Retirado éste, sirvió para Pompidou y Giscard. La banca, el
comercio y 1as grandes compañías estaban satisfechas con esta Constitución y con sus mandatarios.
Nosotros, aquí en Chile, también lo estábamos. Pero ahora ha triunfado Mitterrand y caemos en cuenta que la Constitución le otorga demasiados poderes al Presidente de la República (. . .)
b) El plazo de siete años es demasiado largo. En este tiempo, indudablemente, quien ejerce el poder
tiende a perpetuarse en él, y a sentirse, un poco, el amo de su nación(...)
c)Mitterrand tiene en su programa una lista de nacionalizaciones que los chilenos, en general, no
aprobamos. Ahora, los contrarios de Mitterrand confían
en la acciónn parlamentaria (. . .) Siempre ocurre así. Los partidarios de la dictadura o simplemente autoritarios en exceso, destruyen o tratan de destruir las
instituciones democ ráticas, para ejercer el poder sin contrapesos ni limitaciones. Y rechazan,
por lo mismo, de un modo enfático a los partidos políticos y al parlamento. Pero en momentos de crisis recuerdan que este último, es un factor
esencial de la democracia y un elemento de moderación política".
Qué pasa núm. 528, Santiago de Chile, 20 al 27 de mayo de 1981.
liosos sueños de Buchez, Cabet, Fourier y Proudhon. Pero también, más
allá de estos sueños, Blanqui conspira
para destruir el Estado y Flora Tristán convoca a constituir la Unión Obrera Internacional. Como alguien ha dicho, no ser socialista en ese ambiente
de efervescencia ideológica significaba
no tener corazón.
Siempre preocupado del socialismo
francés, Marx le retornó lo que había
recibido de él, pero con una mayor elaboración científica. Poco antes de su
muerte, se reúne en Londres en 1880
con Paul Lafargue, su yerno, y Jules
Guesde para redactar el programa del
partido francés, el que fue aprobado
en el congreso de L'Havre. Más tarde,
curiosamente, un nieto de Marx —Jean
Longuet— tendrá una destacada participación en las luchas del partido y el
desarrollo del socialismo francés, en
medio de desgarradoras crisis.
Este intento de organización dura
poco, en efecto, como quiera que en
1882 se escinde en el congreso de
Saint-Etienne, como resultado de una
apasionada controversia entre colectivistas y oportunistas. No obstante, el
proceso de configuración de un partido socialista continúa, pasando por el
nuevo proyecto de 1898 de los llamados socialistas independientes, para
culminar con la fundación por Jaurés,
en 1905, del Partido Socialista Unitario, el que pasó a denominarse en seguida Section Française de l'Internationale Auvriére (SFIO ). Se inaugura así
una de las etapas más relevantes del socialismo francés.
A la medida del hombre
Desde entonces, la presencia de Jaurés
en el partido es decisiva hasta su muerte prematura en 1914, imprimiéndole
el sello de sus ideas. La primera orientación central de pensamiento de Jaurés
es el humanismo socialista. En el
marco de la continuidad de la cultura,
concebía la revolución socialista como
un proceso que habría de completar a
la revolución francesa de 1789. La
prueba de su devoción por esta línea
de desarrollo se encuentra en su proyecto monumental de L 'historie socialiste de la Republique Française , del
cual él mismo escribió la parte relativa
a la gran revolución. En esta hermosa
obra, que constituye un avance significativo en la renovación historiográfica,
reivindica el papel del proletariado en
ese proceso.
Intérprete cabal de la cultura y la
tradición revolucionaria del pueblo
francés, concedía una significación positiva a las reformas socioeconómicas,
sin subordinar el movimiento obrero a
ellas. En este sentido, reconocía ser un
moderado en política, pero no aceptaba quedar detrás de las aspiraciones y
los avances de los trabajadores, sino
más bien marchar al unísono con la
maduración de la conciencia social de
las masas.
De acuerdo a esa concepción de la
continuidad cultural de los franceses,
armonizó el carácter nacional del socialismo y el sentimiento de patria con
el internacionalismo obrero. Maestro
por antonomasia, hizo de la acción política un apostolado educativo, con la
colaboración de una pléyade de otros
pensadores y literatos, desde las páginas de L'Humanité, diario que él mismo fundara y tanto influyera en la formación de la conciencia socialista del
pueblo francés y que en 1920 pasó a
manos de los comunistas a raíz de la
división en el congreso de Tours.
Defensa nacional e internacionalismo
Derivada de su pensamiento humanista, Jaurés planteó antes de la. primera
Guerra Mundial una novedosa concepción sobre la defensa nacional, en su
obra L'armée nouvelle publicada en
1910, tendiente a sustituir el ejército
permanente por el pueblo en armas.
Este nuevo ejército de ciudadanos permitiría entrenar en el uso de las armas
a todo el pueblo por períodos que no
lo desvincularan de sus actividades productoras y de su medio social.
Tal concepción se orientaba, por
una parte, a impedir que el ejército nacional fuera utilizado para reprimir a
los trabajadores y, de la otra, a
asegur su empleo sólo en defensa de la
nación en caso de agresión externa y
nunca en guerras agresivas o coloniales.
Ella tuvo profundas proyecciones internacionales; toda vez que para tener
eficacia se requería su aceptación, no
sólo en Francia, sino también en otras
naciones, particularmente en Alemania. En el fondo de esta propuesta subyacía una gran discusión, el antiimperialismo, que a su vez llevaba a otra: la
lucha contra el militarismo y la guerra.
El Partido Socialista promovió esta
política en el movimiento obrero,
creando una conciencia pacifista, con9
El lugar de
Hortensia Bussi
de Allende
". . . el jueves 21 de mayo, a
la una de la tarde, la mayoría
de los invitados latinoamericanos estábamos en el comedor del Palacio del Eliseo,
respirando el aire enrarecido
de los gobelinos grandilocuentes, pero con un menú
inspirado en la inventiva sobria y original de la nueva
cocina francesa, como si
fuera una señal de un estilo
distinto de gobierno. Había
unos doscientos comensales,
pero los treinta invitados
extranjeros del Presidente de
la República ocupábamos las
dos mesas centrales. Una
presidida por el propio Presidente, y la otra presidida
por su esposa, Danielle. A
la derecha del Presidente,
no por disposición del protocolo, sino por voluntad del
nuevo dueño de casa, se sentó doña Hortensia Bussi de
Allende. No se necesita demasiada perspicacia para darse cuenta de que aquella
deferencia tan especial tenía una significación política
muy importante para los invitados latinoamericanos.
Poco después, cuando tomábamos el café en los jardines
nublados, el Presidente se
acercó a los distintos grupos
para despedirse. Le dije: 'Los
latinoamericanos tenemos
por primera vez la impresión
de tener en Francia un Presidente nuestro.' Mitterrand
sonrió.
Sí, —dijo— ¿pero cuáles
latinoamericanos?"
Gabriel García Márquez,
Proceso núm. 238, México
DF,
25 de mayo de 1981.
traria a la conflagración que se vislumbraba en 1912, cuando el gobierno de
Francia propuso la ampliación del período de servicio militar de dos a tres
años, la que fue aprobada por ley. El
congreso socialista de Brest, celebrado
en 1913, replanteó su demanda de un
ejército o milicia nacional y el entendimiento con Alemania para evitar la
guerra. En este espíritu, se intercambiaron visitas de delegaciones entre los
partidos hermanos de Francia y Alemania que participaron en grandes actos de masas por la paz en ambos países.
Era ésta también la posición de la
Internacional, según la resolución
adoptada en el Congreso de Stuttgart.
Su principal preocupación fue, en esos
años decisivos, no tanto la lucha por el
socialismo como la lucha por impedir
la guerra. No obstante, en una situación tan compleja como esa, las diferencias en su seno eran considerables.
Por lo mismo, la resolución general
adoptada en el congreso mencionado
no proporcionó directivas concretas y
eficaces para enfrentar la conflagración
cuando llegó la hora.
Crimen contra la paz
Las expectativas habrían sido distintas si en 1914 hubiera existido una
preparación real para la lucha
revolucionaria . En ninguna parte, excepto en
Rusia, los partidos de la Internacional
se habían preparado para una resolución histórica como esa. Los gobiernos
burgueses confiaban más bien en que
no encontrarían dificultades serias a la
movilización bélica. Jaurés es asesinado, en estas circunstancias, en agosto
le 1914, por un fanático de derecha
—Raoul Vilain—, cuyo brazo fue armalo por L'Action Française y, por ello,
absuelto en 1919. Sin embargo, por una
ironía del destino, los republicanos
españoles lo ejecutaron en 1936 en la
;ciudad de Ibiza, donde residía.
El asesinato de Jaurés precede así a
a primera Guerra Mundial y ésta
determina la extinción de la Segunda
Internacional . Pero el pensamiento de
Jaurés no muere. La lucha contra la
guerra renacerá en la conferencia de
10
Zimmerwald, celebrada en septiembre
de 1915, en la cual estuvo presente
una delegación del Partido Socialista
Francés. Esta conferencia desplegó, en
efecto, la bandera antibelicista, responsabilizando por igual a los gobiernos
beligerantes y exigiendo una paz "sin
anexiones ni indemnizaciones" y el
reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos. No obstante, fue en la conferencia de Kienthal,
realizada el año siguiente, donde se
vinculó la lucha contra la guerra con la
lucha por la revolución. En ambas se
lizo sentir la presencia de Lenin.
En la posguerra, el pensamiento de
Jaurés se proyectó con caracteres
vigorosos en una Francia extenuada por
a guerra, tras una victoria obtenida al
necio de la más grande desilusión deivada de la hecatombe humana. Cono todo lo que emana de la tradición
evolucionaria francesa, aquellas dos
.constantes de la ideología del gran hunanista son asimiladas por otros pueblos en su lucha actual por el socialisno: la defensa del hombre por sobre
todas las cosas y la transformación de
los ejércitos al servicio de las clases dominantes en ejércitos al servicio de todo el pueblo.
Héroe de la resistencia
Si Jaurés representó el repudio a la primera Guerra Mundial, el destino le reservó a Moulin el papel de héroe de la
resistencia en la segunda Guerra Mundial. Durante el gobierno del Frente
Popular adquirió una valiosa experiencia política, así como pudo percibir el
peligro mortal del conflicto armado
que se cernía sobre Europa y la debilidad de Francia. Esta misma conciencia lo llevaría a asumir más tarde una
crucial decisión en el momento más
crítico para el destino de su país.
La guerra lo sorprende siendo Prefecto del Departamento d'Eure et Loir,
en cuyas tareas destacaron sus excepcionales condiciones de organizador en
el momento mismo de la caída de Francia. Esta fue una vivencia dramática
que él relató en su libro Premier combat, en cuyas anotaciones registradas
el 15 de julio de 1940 se refiere al éxodo de más de un millón de seres humanos hacia el sur ante el avance arrollador del ejército alemán, con los horrores del hambre y de los bombardeos.
Destituido de su cargo el 2 de noviembre de 1940, por el gobierno títere de
Vichy, toma contacto de inmediato
con los primeros movimientos de resistencia.
Poco después preparó un informe
sobre las actividades, los planes y necesidades de la lucha por la liberación dirigido al general Charles De Gaulle. Reclamaba apoyo logístico del exterior.
En octubre de 1941 viaja clandestinamente a Londres, donde se reúne varias veces con De Gaulle, quien lo designó representante en la zona sur de
Francia. La noche del 1° de enero de
1942 es lanzado en paracaídas en territorio de su patria. Cuando regresó,
la resistencia era todavía sólo un derroche de valor. Una prensa clandestina,
una fuente de informaciones, una conspiración en marcha y unas tropas que
pugnaban por constituirse. En suma:
la resistencia daba sus primeros pasos.
La tarea de organizar
Moulin se entregó, pues, a la tarea de
organizar esta resistencia. Para eso, se
valió de la orden del general De Gaulle
llevada en un microfilm: "Moulin tiene por misión realizar, en la zona no
directamente ocupada de la metrópoli,
la unidad de acción de todos los elementos que resisten al enemigo y a sus
colaboradores." Esta orden respondía
al principio de la unidad de la nación
por encima de los partidismos cuando
ella estaba en peligro de muerte, proclamaba el deseo de supervivencia de
Francia. Así lo entendió Moulin cuando se convirtió en jefe del Comité Directivo de los Movimientos Unidos de
Resistencia en enero de 1943.
En febrero de ese mismo año parte
de nuevo a Londres, acompañado del
general Delestraint, jefe del ejército secreto y Jacques Delsace, donde recibió
como misión crear un Consejo Nacional de la Resistencia, que asegurara la
representación de los grupos armados,
de las formaciones políticas y de los
sindicatos en pie de lucha. Esta es una
necesidad ante una resistencia que crecía, incrementada cada día por los franceses que eludían el trabajo obligatorio
para alimentar a la industria alemana
incorporándose a los maquis. El general De Gaulle expresará su admiración
por el héroe de la resistencia en sus
memorias.
André Malraux recordó esos días
decisivos en el discurso pronunciado
durante el traslado de los restos de
Moulin al Panteón de París: "Es el
tiempo —dice— en que en la oscuridad
de la noche interrogamos los excrementos de los perros en el campo; el
tiempo en que los paracaídas multicolores cargados de armas y cigarrillos
caen desde el cielo en los claros iluminados de los bosques; el tiempo de las
mazmorras y de los gritos desesperados
que lanzan los torturados con voces infantiles. . . La gran lucha de las tinieblas ha comenzado." Francia ya sabe
por qué luchar.
América en
el Eliseo
"- ¿Qué sintió al participar en
los festejos de los triunfadores?
—Apenas llegué me metí en las
calles de inmediato a mezclarme
con la gente. Había una euforia
popular tan impresionante. Fue
un encuentro inolvidable. Caía la
lluvia y no importaba nada. En
todas partes había jóvenes y viejos gritando y riendo. Hay que
destacar que no hubo ningún
disturbio. Me incorporé absolutamente a esa alegría y ese
entusiasmo de la gente.
—Luego hubo un almuerzo con
Mitterrand. ..
—Lo que más me impresionó fue
ver entonces a Chile representado
en una forma tan relevante. A la
derecha de Mitterrand estaba
Tencha de Allende. Me sentí
muy honrada, porque de América fuimos sólo cinco personas
más: Carlos Fuentes, Gabriel
García Márquez, Miguel Otero
Silva, Julio Cortázar y yo. Al
invitarme a mí, invitaban a
Pablo. Fue muy emocionante
porque siempre había estado en
París con Pablo. Todos eran caras
conocidas."
Matilde Urrutia, viuda de Pablo Neruda, a su regreso a Chile,
tras viajar a París invitada por el
gobierno francés para asistir a la
asunción de la Presidencia por
Francois Mitterrand.
Hoy núm. 203, Santigo de
Chile, 10 al 16 de junio de 1981.
Sentido de grandeza
En la reunión constitutiva del Consejo
Nacional de Resistencia celebrada el
27 de mayo de 1943, Moulin recuerda
los objetivos de la Francia Libre: "Ha
cer la guerra, devolver la palabra al
pueblo, francés, restablecer las liberta
des republicanas en un Estado en que
la justicia social estará presente y que
tendrá el sentido de la grandeza, trabajar con los aliados en el estableci-
11
miento de la cooperación internacional
verdadera en el plano económico y social en un mundo en el que Francia recuperará su prestigio." A esta tarea se
dedicará sin descanso, consciente que
la resistencia por sí sola no liberará a
su patria, pero que será de insospechada importancia en la hora del desembarco aliado.
Poco antes de su muerte, Moulin señaló en lo que fue su último informe
las contradicciones y exaltaciones en
los grupos resistentes. Muchas de las
iniciativas, no obstante su devoción patriótica y revolucionaria, estaban alejadas del realismo que exigían las circunstancias. Los maquis y los gérmenes de bastiones armados en las fábricas pugnaban por anticipar acciones al
margen del plan conjunto de operaciones. Pero ahí estaba Moulin para imponer la razón.
Arrestado en la casa del doctor Dugoujon en Calluire por la Gestapo, fue
trasladado en automóvil hasta París,
desde donde se le envió por ferrocarril
a Berlín, muriendo en la estación principal de Metz el 8 de julio de 1943 como resultado de las torturas brutales a
que fue sometido. El último testigo
francés que lo vió con vida expresó, al
regreso de su deportación, que "sólo
sus ojos vivían aún". Su hermana Laura resume el trágico y heroico destino
de Moulin: "Cumplido su papel, comienza su calvario. Vejado, salvajemente golpeado, la cabeza ensangrentada, los órganos reventados, alcanza
los límites del sufrimiento humano, sin
traicionar un solo secreto, él que lo
sabía todo."
Apertura socialista
Mitterrand recoge así el legado de ambos héroes franceses en una especie de
carrera de postas que se prolonga durante un siglo. De Jaurés, toma la bandera de un socialismo a la medida del
hombre, que él refunda en Epinay en
1971, y de Moulin la bandera de la voluntad nacional de sobrevivir. ¡Qué inmensa responsabilidad! La victoria de
Mitterrand ha sido, pues, condicionada socialmente y preparada políticamente por las luchas de muchas décadas del pueblo francés.
Es necesario recordar a los escépticos que todos los procesos revolucionarios han sido precedidos de la germinación de las ideas, así como de la experiencia de muchos partidos que fueron creando el clima político para su
triunfo. En estos cien años de actividad revolucionaria, destacan los momentos álgidos mencionados. No son
los únicos, pero revisten una excepcional significación por corresponder a
períodos de profunda crisis de Francia.
Consciente de este proceso de
continuidad, Mitterrand pudo decir,
por eso, el 21 de mayo de 1981, en su
primer discurso como Presidente de la
República: "En este día en que tomo
posesión del más alto cargo, pienso en
esos millones y millones de mujeres y
de hombres que en la paz y en la guerra, por el trabajo y por la sangre, han
modelado la historia de Francia, accediendo solamente a causa de breves y
gloriosas fracturas de nuestra sociedad."
Después de señalar, como hitos de esa
historia, los primeros pasos del socialismo francés en este siglo, el Frente Popular y la liberación de la ocupación
alemana, formuló el gran desafío de
hoy: "una nueva alianza del socialismo y la libertad".
Reto y esperanza
Mitterrand proyectó además esta política al mundo actual, enfrentado a una
crisis mortal. "Mañana —afirmó— si
miramos por encima de nuestras fronteras, cómo no calibrar el peso de las
rivalidades de intereses y los riesgos
que amenazan a la paz esos múltiples
enfrentamientos", para concluir afirmando: "No habrá una verdadera comunidad internacional mientras las dos
terceras partes del mundo sigan cambiando hombres y bienes contra el
hambre y el desprecio. Una Francia
justa y solidaria aspira a vivir en paz
con todos, para iluminar la marcha de
la humanidad." Eso es, precisamente,
lo que los socialistas esperamos de
Francia.
Contrariando a Hegel, en cuanto
afirmara que "la historia mundial se
desplaza de Oriente a Occidente", la
revolución socialista —como detonante de la apertura de una nueva época—
invierte esta orientación a partir de la
revolución rusa de 1917. No obstante,
no hay razones para pensar que ahora
la nueva corriente de transformaciones
sociales que pasa por Francia no atraviese también a otras naciones de Europa, de acuerdo a la maduración de su
conciencia social y a sus propias tradiciones de lucha, en un devenir incesante que oscila, en realidad, de uno a
otro de los puntos cardinales.
Es un reto de la historia cuyo principio de respuesta se da con Mitterrand
como una esperanza.
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
Gastón Acuña, vocero de los "duros": "el desarrollo y la prosperidad no son por sí mismos suficientes
para garantizar una supuesta 'inmunidad' contra el socialismo".
Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981.
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
Federico Willoughby, ex secretario de prensa de la Junta: "En cuanto el efecto con respecto a Chile,
me parece ilustrativa la falta de un movimiento político que diera en Francia continuidad a la obra del
presidente De Gaulle y también el efecto que produjo en la opinión pública la tardanza en sancionar
oportuna y ejemplarmente los abusos económicos o las especulaciones que se hicieron a la sombra del
prestigio de un régimen político."
Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981.
12
Alain Joxe:
Francia, "una cierta
civilización de izquierda"
Entrevista por Jorge Bernetti* y Pío García
Alain Joxe, francés historiador de formación. Hizo su especialidad en historia antigua estudiando la sublevación de campesinos en Galia entre los siglos III a v. Se incorporó después al Instituto de Estudios de Política
Extranjera, que prepara expertos en diplomacia y política exterior. Trabajó en su Centro de Estudios Estratégicos, dirigido por el general Beauffre, el mismo que fue comandante de la ocupación francesa de Suez en
1956. Se formó entonces como experto en la problemática nuclear francesa. Escribió luego Socialismo y
crisis nuclear, sobre la crisis de los cohetes en Cuba. En 1966 contribuyó a la creación del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile, en Santiago, en el que trabajó hasta 1970; eran los tiempos
de la política de De Gaulle, de "molestar un poco a los Estados Unidos". Realizó durante este lapso su investigación Las FF AA en el sistema político chileno (Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1970). Se reincorporó después a la Escuela Práctica de Altos Estudios en París. Desde entonces ha publicado, entre otras
obras: Le Chili sous Allende (Gallimard, 1974); Le rempart social, essai sur l'imperial-militarisme (Galilée,
1979); La violencia et ses causes (UNESCO, 1980). Imparte seminarios en la Escuela Práctica y la Universidad de París sobre teoría militar, orígenes de los Estados contemporáneos y realidad política francesa, en
los que participan regularmente militares en servicio activo. Es considerado en la actualidad uno de los principales especialistas en problemas militares y militarismo, concepciones estratégicas y geopolítica. Militante
del Partido Socialista Unificado, aliado del Partido Socialista, integra su comisión ejército-defensa.
*Argentino, periodista.
13
La convergencia socialista :
Un proceso controvertido
—
¿Cómo concibe la convergencia entre el MAPU,
MAPU 0C e IC en relación a la UP: la fortalece o
la debilita? ¿ Y en relación a la convergencia socialista impulsada por los seminarios organizados en
Ariccia ( Italia)? En este contexto de convergencia, ¿qué vigencia tiene la Unidad Popular?
—El proceso de acercamiento y convergencia entre el MAPU, la Ic y nuestro partido es un factor
que contribuye a fortalecer, dinamizar y renovar
la Unidad Popular, incluso en los términos en que
ese proceso está planteado hoy día. En otra respuesta he desarrollado la ar g umentación sobre este particular.
En relación a la llamada convergencia socialista, nosotros no compartimos la tesis de que la izquierda y el movimiento popular chileno pueda
ser reducida a dos polos o áreas políticas: la comunista y la socialista, según la cual dado que el
"área comunista" tiene un perfil y una política ya
definida, la superación de los problemas de dirección de la izquierda y el movimiento revolucionario pasa por la articulación del "área socialista" en
un solo y gran partido (que incluiría a todas las
fuerzas del socialismo histórico, la el MAPU, el
MAPU OC y eventualmente el PR o algún sector de
él). El tema da para largo y no se puede agotar
aquí. En todo caso es relevante y nos interesa participar en su discusión.
Pero, en síntesis, me parece que esa visión reduce arbitrariamente tanto la realidad histórica de la
izquierda chilena como su problemática actual.
Ya desde mediados de los 60, la ampliación de la
lucha social y política se manifestó en el terreno
de los partidos en la estrechez del FRAP —alianza
histórica básica del PC y del PS— para dar expresión suficiente al movimiento popular. El nacimiento de la UP respondió a esta realidad. Hoy
día la amplitud potencial del antifascismo y de las
masas que en la lucha por la democracia vayan
asumiendo una opción socialista, me parece difícil
que pueda ser expresada, en el terreno político, a
través de una formulación que se parece mucho al
FRAP de los finales de los años 50. De otra parte,
en la problemática actual de la izquierda, lo que
primariamente está en crisis es la existencia de un
poderoso movimiento obrero y popular sin un
proyecto histórico nítido y suficiente y aún la capacidad de articular un movimiento social capaz
de enfrentar y destruir un régimen como el de
Pinochet, más que la dispersión —que también es
un hecho real— de sus expresiones políticas.
Sobre toda esta cuestión de la convergencia
socialista, habría que añadir que nuestros tres
partidos, en mayor o menor medida, tienen
apreciaciones diferentes, como lo constatamos
explícitamente en la reunión de la Habana.
En este cuadio, la UP mantiene a mi juicio plena vigencia, en tanto expresión de la unidad política fundamental de la clase obrera y de las fuerzas socialistas del país. Dicha unidad es fundamental. En Chile es además posible. La cuestión
es que seamos capaces de superar su crisis actual,
lo que supone su profunda renovación programática, estratégica y política.
Pienso que en la actual crisis, existen también
los elementos que permiten su superación, sin perjuicio de que éste será un proceso complejo, tanto
por la magnitud de los desafíos, como por nuestros atrasos en enfrentarlos.
(Jaime Gazmuri, secretario general del MAPU OC,
entrevista en Chile-América núms. 64-65, Roma,
junio-septiembre, 1980).
32
- ¿Cuál es a tu, juicio el significado principal de la
reciente elección presidencial en Francia?
-La elección francesa es una derrota del personal
político de derecha y de su ideología. En cuanto
derrota ideológica, tiene repercusión sobre la legitimidad global de la sociedad. De repente, volvemos
a una legitimidad humanista, la legitimidad de las
luces del siglo XVIII, de la justicia, del progreso.
Este es el nuevo lenguaje de Francia; en tanto que
antes, con la derecha, había un lenguaje cínico, frío,
de cifras, y desesperante, porque todo lo que ocurría era presentado como consecuencia de un fenómeno fatal, ineluctable: la crisis.
Esto se da a través de un sistema electoral y por
un desplazamiento de votos. Es parte de la historia
que acontecimientos pequeños promuevan acontecimientos de mayor importancia. Ahora está todo el
mundo diciendo "algo pasó"
-–
-ES ante este clima de cambio que la derecha augura caos, incompetencia, ineficiencia. .
El problema de la continuidad, en Francia, es
siempre de carácter administrativo. Hay un cuerpo
de gente muy bien formado para asumir o administrar los asuntos públicos. Los socialistas tienen, de
antemano, la mitad del cuerpo administrativo. La
cuestión de la competencia, entonces, no es de temer.
El aparato administrativo del Estado funciona de
acuerdo con las líneas que le marca el poder político.
Esto es muy específico de Francia.
El problema es qué política económica se planteará. Es decir, cómo puede producirse una nueva
distribución del ingreso sin provocar una inflación
exagerada, si habrá fuga de capitales, cómo reaccionarán el mercado y el sistema internacionales. Pero
no será problema el control del aparato estatal.
La idea de que la política de Giscard implicaba un
grado de desesperación planificada, es una idea que
tiene valor absoluto. Lo que estaba planificado para
un año más eran tres millones de desocupados en vez
de dos millones: era parte del VIII Plan de Desarrollo,
estaba previsto. Era una muestra de la forma en que
los gobiernos de derecha enfrentan la crisis mundial
del capitalismo. Vamos a intentar otro tipo de salida
de la crisis. Esta otra manera, la que propone el PS,
es la que descartaba la derecha; la salida capitalista
de la crisis en Francia llevaba a una situación de tipo
fascista: es lo que parece haberse evitado.
– Te acabas de referir a una nueva forma de solución
de la crisis capitalista. ¿Qué diferencias hay al
respecto entre el gobierno de Mitterrand y los gobiernos socialdemócratas existentes en Europa?
– El movimiento electoral que acaba de triunfar en
Francia no se puede llamar socialdemócrata. El PS
francés no es un partido socialdemócrata, en el
sentido que no es, entre otras cosas, un partido
obrero. Es un movimiento político que no tiene la
fuerza ni las debilidades correlativas de las viejas
socialdemocracias, que son partidos de las reivindicaciones de la clase obrera frente al capital. El PS no
es tal, excepto en el norte de Francia.
En comparación con una típica situación socialdemócrata, existe otra diferencia: la presencia importante, desde siempre, de un partido comunista, que no
existe ni en Alemania Federal ni en los países
nórdicos. Y el hecho que el PS francés logró atraer
una parte significativa del electorado comunista.
Esto quiere decir que el PS tiene que expresar un
cierto tipo de civilización de izquierda, que es el
comunismo latente, y esto no reproduce la situación
típica de la socialdemocracia.
Todo el marco político francés, como el italiano,
tiene características que no tienen nada que ver con
el de la socialdemocracia nórdica. Si leemos la plataforma del PS francés, vemos que está redactada
en términos marxistas, es en el fondo anticapitalista,
es antimperialista, es aún antiatlantista. Se marca
así un ambiente un tanto específico, singularizado
además por el hecho que Francia está fuera de la
OTAN; esto como parte de la herencia del gollismo,
y está asumido por el PS.
– Y con la experiencia de Inglaterra y el Partido
Laborista, ¿qué paralelo se puede hacer?
– Yo creo que el paralelismo viene de la gestión
de la derecha, pues Mrs. Tatcher es hermana de
.Giscard, en el sentido que aplica una política económica destructiva, cuya lógica está dada por el
capital financiero internacional, que es impugnada
localmente en el marco de una tradición socialista
'que en Inglaterra es muy distinta a Francia, pero que
se refiere siempre a la justicia social, la redistribución
del ingreso, el derecho a cierta seguridad, el pleno
empleo, que la angustia no sea parte de la productividad. Esa política de derecha se puede resumir así:
reinstaurar la angustia individual de todos los trabajadores como un elemento de la disciplina social y la
productividad.
El proyecto socialista es que la tranquilidad del
trabajador sea parte de la productividad nacional. Es
algo profundo, porque abarca la vida cotidiana. En
Inglaterra, con una trayectoria distinta, pero con una
raíz común. La idea socialista nació en Francia y en
Inglaterra en el siglo XIX. En Inglaterra con una forma muy empírica de clase, y en Francia muy política,
pero se complementaban entre sí; y con Marx, y
su formación alemana, va a adquirir nivel filosófico
estatal. Cuando llega una crisis económica grave,
¿qué van a pensar los pueblos? ¿Qué recursos tienen?
La idea socialista es una idea vieja, tradicional
probablemente lo que es para Irán el chiísmo.
pues muy fácil que exista un regreso a la raíz de h
moral de los trabajadores, que es la idea del socialis
mo. Todo eso los estadunidenses no lo pueden enten-
der, pero es algo histórico muy profundo. Por ello,
ante la crisis, resurge el laborismo, un regreso a
las fuentes.
—A propósito de los orígenes del socialismo, está
aquella afirmación de que "Francia es el país en que
la lucha de clases se ha llevado siempre a cabo hasta
sus términos decisivos". ¿Qué papel puede atribuirse
al movimiento de masas en las perspectivas que abre
el gobierno de Mitterrand?
— Eso lo vamos a ver, porque todavía no empezó.
El movimiento de masas tiene por ahora una forma
electoral. Después que termine todo el proceso electoral, vamos a ver.
— ¿Hay desde ya elementos de discusión sobre el
problema?
— Hay en la gente un deseo de participar que va más
allá de la participación electoral. Hay dos cosas que
van a producir otra dimensión política.
La primera es que, por primera vez en 25 años,
la izquierda está en el poder y que, por ello, la gente
tiende a pensar que tiene derecho a participar en la
gestión socio-económica.
La segunda es que si hay mayoría de votos de
izquierda es para que haya más democracia de base.
Eso está previsto en el programa de gobierno de
Mitterrand y el PS, que es producto de las luchas de
los últimos años, en las que no necesariamente el
PS tuvo el papel motor, porque también la ultra
izquierda post 68 tuvo un papel muy importante
para la definición de otro tipo de vida política,
que ahora está totalmente asumido por el PS. Vamos
a tener una descentralización importante a nivel de
planificación regional, mayores facultades en todos
los puestos de elección local, desde la municipalidad
al consejo general de departamento. Todas esas
elecciones locales directas de órganos pequeños, en
Francia, constituyen una revolución institucionalmente hablando.
— ¿No existe la posibilidad de conflictos entre la acción sindical y la política de gobierno?
— Creo que no. Hay que tener en cuenta que antes
de estas elecciones había una especie de rechazo hacia los partidos. La división existente entre socialistas y comunistas hizo que muchos trabajadores prefirieran ser simplemente militantes sindicales, y no
comprometerse en la lucha política partidaria porque había consecuencias negativas a nivel de empresas. Muchos problemas entre las centrales orientadas
por el PS y el PC eran inducidos por rivalidades poli-
ticas. Entonces, hay un rechazo a este tipo de enfrentamientos.
Por otra parte, el pueblo francés está muy al tanto
que no se pueden hacer las cosas muy rápidamente.
No existe ambiente para un aventurerismo entusiasta. La gente es bastante prudente, y la CFDT lo ha
sido también al señalar que no se puede exigir ahora
todo, de repente, en lo relativo a demandas salariales. Está también presente la experiencia chilena.
Creo que a gente tiene claridad suficiente como para
mantener durante el desarrollo del proceso una actitud fría ante los problemas.
— ¿Cómo se puede describir la vinculación actual
entre proyecto socialista y acción partidaria?
— La vida partidaria no tiene una gran dimensión
demográfica. Los partidos no son, a priori, la forma
más concluyente de participación social. Es decir,
existe un gran deseo de participar en la resolución de
problemas concretos, en la acción directa. En este
sentido, la gente concurre a reuniones partidarias
abiertas, pero no solicita su afiliación. Históricamente, este hecho tiene sus raíces en 1968. Desde entonces, existe la convicción de que hay otra dimensión
de la política, y que tiene que ver con la participación directa.
-- ¿Se trataría entonces de una situación en que se
configuran en la base rasgos revolucionarios relativamente inéditos?
- Yo diría más bien de una situación donde se dan
reformas por vías un poco novedosas, pero con visión Mítica; no es algo totalmente empírico. Todo
este salto hacia la izquierda significa que el pueblo
de Francia no quería saber más de gente como Giscard. Muchas personas que le habían dado su voto,
piensan hoy que es como un amigo que desapareció,
alguien que no podía ocupar tanto espacio como
ocurrió. Que era imposible seguir así, con jóvenes
desesperados porque no encuentran empleo, que necesitan incorporarse a la producción para poder sentirse integrados a la sociedad.
- Y en esta nueva situación, ¿qué ocurre con las
FF AA?
— Hay un problema de tipo estratégico que parece
resumirse en el debate sobre la fuerza nuclear. Esta
opción surge de una convicción derechista: que el
pueblo francés no quiere defenderse, y que entonces
hay que tener un arma que pueda encarnar la voluntad de defensa. Pero esta idea de que hay que sostener la defensa nacional en un arma muy automática,
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
El empresario Eugenio Heiremans, pronosticando una fuga de capitales de Francia: "uno de los países
que precisamente están en condiciones de acogerlos es Chile".
Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981.
muy oligárquica, tenía consecuencias: había que
proteger las centrales nucleares. Y la defensa era, en
el fondo, la defensa de la defensa nuclear.
Había que defender todo el sistema nuclear contra el enemigo interior. Todo este sistema tenía una
lógica interna, pero apuntaba hacia el hecho que el
ejército tenía más y más tareas de control y represión interna. La lógica parece estar vinculada a lo
nuclear, pero en realidad está vinculada al año 68.
Porque en ese año, los militares entendieron que no
podían controlar el movimiento de masas, y se dijeron que nunca más debería volver a producirse una
situación como la del 68. Si no hubiera estado De
Gaulle, con su capacidad carismática, ¿qué hubiera
pasado?
Toda esta defensa de las instalaciones nucleares
está dirigida a una defensa más atenta del Estado.
Eso no tiene legitimidad. Un hombre como el almirante Sanguinetti denunció que todas la maniobras
que se organizaban últimamente eran del tipo de
control de la población, pero siempre bajo el pretexto de infiltración del enemigo o ataques contra los
puntos claves del sistema de disuación nuclear. Al
respecto se puede decir que evidentemente en todos
los ejércitos hay fascistas; pero en el ejército francés
la tarea de represión interna no era necesariamente
considerada legítima.
El proyecto socialista es terminar con tal orientación. Y dar más énfasis a un proyecto de movilización popular, en el que el ejército esté implicado en
el tejido social. Hay su peligro también en esto, pero
hay la apreciación de que existen convicciones democráticas latentes. En la situación actual, no hay
ningún motivo para pensar en algún golpe.
— Pero en Francia hubo un intento de golpe en
1962.. .
— Sí, pero estaba estrechamente ligado a la cuestión
colonial, con la guerra de Argelia, con el ejército en
una situación operacional en que estimaba que era
traicionado por la retaguardia civil. La situación
actual no tiene nada que ver con eso. Existe un núcleo pequeño de oficiales que pueden ser encuadrados en la mentalidad pequeño empresarial fascista,
pero carecen de legitimidad. El consenso actual en
Francia es muy sólido como para plantearse aventuras. Los estudios de opinión señalan que la mitad
del cuerpo de oficiales votaba por la izquierda. No
hay polarización específica del ejército hacia la derecha o la izquierda.
— Tú mencionaste el caso de Chile, sobre el que por
lo demás hiciste un estudio de las FF AA. El gobierno de Mitterrand, ¿no supone entonces cambios en
el ámbito militar?
— En mi criterio, un ejército que no piensa en términos de defensa popular, piensa en términos de defensa antipopular. Bajo Giscard, esta última era la orientación que dominaba. Si hay un cambio, el ejército
francés debe orientarse hacia tareas dispuestas y
orientadas por el poder político, que vayan en el
sentido de la defensa popular, lo que no es un orden
necesariamente desagradable para los militares. Porque lo que es desagradable para un militar es no
estar seguro de que todo el mundo lo quiere en su
propio país. El problema del ejército francés cuando
Argelia fue ése; cuando en tu propio país no te apoyan, no puedes vencer. La política de Giscard no era
de sentido popular. Virar hacia tareas que no tienden a controlar militarmente, sino que se apoyan en
el pueblo, en la voluntad de la clase obrera, representa un cambio dramático, pero profesionalmente es
aceptable y éticamente es exigible.
Se ha de formular una orientación distinta a la de
25 años de formación militar. Es factible, pero hay
que tener cierta claridad en esta orientación política.
Si algo no pasa en la redefinición del papel del ejército bajo la presidencia de Mitterrand, creo que sería
un error. Y creo también que los socialistas van a
tratar de hacer algo. Porque ejercer el poder quiere
decir dejar una huella en el Estado. Y, por cierto, si
no ocurre nada en el aparato militar, no es lícito hablar de una reforma en la sociedad y en ese Estado.
Se va a medir la intensidad de las transformaciones
en que un cierto tipo de maniobras del ejército no
van a reproducirse. Y las maniobras son importantes,
porque son el imaginario de la guerra, y cuando no
hay guerra, son el único contacto que se tiene con el
enemigo oficial.
— Y cuál puede ser la proyección del gobierno de
Mitterrand en las grandes confrontaciones de fuerzas
en el terreno mundial?
— Hay un programa distinto de articulación con el
Tercer Mundo. Francia tendrá que hacer proposiciones de tipo nuevo, de tipo diplomático, proyectos de
cooperación de un tipo nuevo. Puede ser que un prototipo de convenios y de proposiciones distintas surja de Francia, y que esto tenga una repercusión de
nuevo tipo. Si Francia es el primer país desarrollada
en practicar algo nuevo, puede ser importante, por
que en Inglaterra y Alemania existen fuerzas políti.
cas capaces de orientarse en un rumbo nuevo. S:
Reagan queda aislado, la cuestión internacional cam.
bia. Todo depende de las soluciones que se propon
gan y de cómo sean aceptadas en cuanto solucione!
útiles, realistas y concretas. Puede ser que esto fraca
se, que exista una gran presión de los EEUU , que se;
muy fuerte.
Por otra parte, hay en el programa del PS y de Mi
tterrand orientaciones que apuntan al desarme,
parar la carrera armamentista, que teóricamente
deben tener una influencia sobre la situación estraté
gica global. Mitterrand ha tomado planteamiento
muy originales sobre la posición estratégica en Euro
pa. Ahora se conformó sin embargo una definició:
cercana en algunos puntos a la de EEUU , no sé
porque exista una situación muy dura en el plano
internacional. No entiendo si es a largo plazo o por
la razón anterior.
— Se especuló con que la
ción de Giscard.. .
URSS
preferiría la reelec-
—La URSS es un poder muy conservador. Apoyaba
a Giscard porque era un gobierno establecido y tenía
una política bastante tradicional de discutir con la
URSS : no hizo un drama por la situación de Afganistán. Los soviéticos, cuando tienen ante sí un gobierno que no los enfrenta abiertamente, aunque no
formación planificada de los niños en idiotas, que incluía la liquidación de la historia en la escuela primaria. Todos los niños en Francia sabían que había un
pasado, que hubo revolución y que era la causa de
que viviéramos en una sociedad más justa. Yo y mi
generación aprendimos en la primaria que se le había
cortado la cabeza al rey. El proyecto de la derecha
en Francia es un proyecto muy bien construido. Si
cercenas la historia de un pueblo, si suprimes la seguridad en el trabajo de una población que siempre la
ha tenido, creas un mundo de jóvenes que son como
zombis. Se genera así el desprecio por los estudios
que no permiten conseguir trabajo, se acelera una
situación de desesperación. Esta era la estrategia de
la derecha en Francia. Es parte de un plan mundial.
— Tu descripción corresponde muy bien a la situación creada por las dictaduras militares en buena
parte de América Latina.
comparta su línea, prefieren que se mantenga. Sin
duda, están tan sorprendidos como los estadunidenses por la elección de Mitterrand.
— Globalmente, ¿cuál te parece que puede ser el significado del triunfo de Mitterrand para las fuerzas de
izquierda en los países dependientes?
— Cuando la burguesía financiera, tecnocrática y
abstracta, como Giscard, llega al poder, tiene un
plan de reconversión de la sociedad, económico y social, que no es original, que es global. Es el plan de
crear una sociedad de dos niveles, bastante represiva,
porque entre los dos niveles hay que instalar una especie de pared de seguridad. En los países subdesarrollados, esa pared puede ser una ametralladora; y
en Francia puede ser un proyecto educativo.
Es decir, que la gente de abajo no tiene porqué
subir. Un abajo que se define social, económica, culturalmente, por el consumo, por pautas de consumo.
Ese proyecto significa en algunos países una represión feroz, porque hay que liquidar una capa intermedia. En Francia, tenía aspectos muy retrógrados
en el plano cultural y político. ¿Cómo mantener la
gente abajo? Cortando la cultura. Suponía una trans-
—En Chile, el militarismo se dirigió a quebrar la clase media: creó un sector consumidor de alto nivel y
empujó otro a niveles de subsistencia. Una sociedad
de dos niveles, que se creó a sangre y fuego, dirigida
a destruir el Chile populista, el Chile de.tres niveles.
En otros países de América Latina este proyecto es
más difícil de lograr que en un país tan centralizado,
con una oligarquía que controla también el aparato
del Estado, y en un espacio que es posible controlar
muy bien. Probablemente es más difícil ejecutar ese
mismo proyecto en la Argentina, donde la clase
media . está mucho más extendida, o en Uruguay.
Pero en Perú, casi no había clase media, y la que
surgió en el período de Velazco es fácilmente neutralizable. Cuando no es así, por lo menos en las sociedades subdesarrolladas, la militarización es imprescindible para conseguir las metas indicadas.
— Tú eres autor de un artículo sobre el militarismo
en latinoamérica que se publicó en América Latina,
revista de la Academia de Ciencias de la URSS.
—Sí, pero me cortaron el pasaje donde decía que la
no tenía por qué ayudar a Perú, cuando ya se
acabó su régimen progresista, ni a la Argentina, pese
a las ventas de cereales. Yo anotaba en ese texto,
que fue publicado completo por Chile-América, que
la diferencia esencial entre los militares latinoamericanos y los europeos es que en América Latina falta
la existencia de una clase campesina autónoma, en
general. Sin la clase autónoma, no hay burguesía
mediana autónoma, ni tampoco sentido patriótico
realmente policlasista en el ejército. Esto, pese a que
hubo movimientos militares progresistas en América
Latina; pero estos movimientos nunca pudieron
tener una real articulación con la problemática del
campo, aún en los tenentes brasileños, que trataron
por ideología de ir al campo, pero que no tenían
ningún contacto real con los campesinos.
La idea dominante en el, artículo es que no hay
URSS
cesarismo progresista en América Latina. Lo que
hago es dar un resumen muy apretado; en experiencias particulares, la cosa cambia. En Bolivia, Perú y
México hay matices, por la existencia de un campesinado, pero de ejidos, de formas de producción colectiva. Hay allí formas de transición hacia un campesinado propietario de la tierra, aunque sea propiedad
privada. Originariamente, tenían más que ver con el
sistema de tenencia de la tierra de los imperios orientales. Esto influye, por ejemplo, en la experiencia
cesarista progresista del MNR en Bolivia.
— En cuanto a las relaciones a que hacías referencia
entre la URSS y Argentina ¿qué explicación les das?
¿Pueden tener implicaciones estratégicas en relación
al conflicto Argentina-Chile?
—Hay una política de Estado de la URSS. Eso es real
polítik. Se interesan en el trigo argentino y aprovechan a ver si pueden tener alguna influencia, como
tratan de tener en todos los países del mundo. Pero
el conflicto entre Chile y Argentina, yo lo veo como
una especie de artefacto permanente, que sale de
nuevo en cada ocasión que es necesario, aún pese a
la intervención de la Reina de Inglaterra y el Papa.
Es tan funcional para los dos ejércitos, que nunca
habrá resolución ni tampoco conflicto abierto. Es
posible que estos comportamientos sean motivados
por potenciales reservas de recursos naturales previstas por las centrales imperialistas. Cuando hablo así,
ningún chileno o argentino está de acuerdo, pero esa
es mi opinión. La intervención soviética en el cono
sur me parece fuera de posibilidades por problemas
logísticos insuperables.
— En relación a tu libro sobre las FF AA en Chile;
cuando lo preparaste, pudiste conocer a buen número de militares chilenos.. .
—Los militares chilenos eran como todos los militares, ni más fascistas ni menos fascistas. Una tragedia
como la que ocurrió en Chile no se puede explicar
por el ejército. El ejército actúa en un campo de
posibilidades, con su propia ideología, sus rasgos
organizativos y su manera de reaccionar ante la
sociedad global, lo que es muy específico. Pero es
el conjunto el que determina todo. Se puede decir
que no hubo demasiada atención a la problemática
militar de parte del gobierno de la Unidad Popular,
por falta de entendimiento de lo que es el ejército.
No trató de influir en la articulación del ejército
con el resto de la población. Quizás era difícil,
pero no hubo un intento. Por ejemplo, crear una
cadena militar de información, una radio, un cierto
medio de persuación. Había muchos medios posibles
de utilizar, sin chocar con los militares, para invitarlos a abrirse a lo que pasaba en el país. De hacerlo
de un modo que, en ningún caso, los militares pudieran decir que se estaba quebrando al ejército. Hubo,
de parte de la UP, divisiones y falta de política
coherente. Se confió en cierto tipo de oficiales y se
pensó que eso era una política militar.
Pero es cierto que, en el ejército chileno, había
bastantes militares progresistas, o grises, tibios, y
que el "desorden", el rechazo de la clase media a
las dificultades de consumo y abastecimiento los
empujaron a la crisis. Pero era posible controlar el
grupo fascista que existe en todo ejército. Que nunca es mayoritario, porque los activistas son siempre
minoritarios. Y no hubo hegemonía del conjunto
del ejército sobre el grupo de oficiales fascistas. Más
bien ocurrió lo contrario. Adentro del ejército la
relación de fuerzas no es una relación militar, es
una relación de fuerzas morales. Hay que entender
lo que es la dinámica dentro de un ejército. Yo estoy
bastante de acuerdo con la gente que piensa que en
Chile, en la semana posterior al "tancazo", era posible aplastar a la facción fascista. Si hubiera habido
decisión de mando en ese momento, hubiera sido
posible echar a los fascistas. en ese momento, no
una semana después. Y Pinochet, que era el más
UP de los UP, hubiera seguido UP. Pinochet era
alguien que se las daba de "compañero", un poco
exageradamente, para cubrirse por cierto, pero
estaba listo para quedarse.
— ¿Qué cambios pueden preveerse de la política
francesa frente a las dictaduras y América Latina,
en general?
-No hay nada particularmente misterioso. Se va a
seguir apoyando a Nicaragua, se tratará de cortar
las ventas de armas a países con dictaduras. Sobre
puntos simbólicos muy claros, mencionados en la
campaña electoral, no habrá ninguna vacilación. Si
hay atraso en la aplicación es porque se está en el
momento de asumir el Gobierno. Pero hubo dos
casos en que se señaló ya claramente que se mantendrán los planteamientos de la campaña. Uno es interno, se refiere al campo de entrenamiento de Larzac
de terrenos que, en tiempos de Giscard, los militantes
trataron de comprar a campesinos que no quieren
venderlos. El otro es la venta de armas a Chile. Más
allá de Chile, que representa el punto de acuerdo
simbólico de toda la izquierda, todo lo demás (Nicaragua y El Salvador incluidos) es parte de la política
de gobierno. Es posible pensar que habrá un nuevo
tipo de relación más estrecha con México, pero habrá
que verlo en circunstancias concretas. Cuando se
está en la oposición y se critica el sistema de dominación imperial, se trata de palabras; pero cuando
se está en el gobierno, hay que conseguir acuerdos
entre Estados, acuerdos a largo plazo. Creo que esto
se corresponde con la posición de Alemania Federal
y la Internacional Socialista de tener presencia en
América Central; de manera que se va a abrir a los
países latinoamericanos un campo diplomático más
diverso.
ma de dominación, ejercida por la burocracia político-tecnocrática a través
del partido y del Estado. De ahí que
subsistan los "políticos" y los "no
políticos", y la "política" como negocio exclusivo de los primeros en los
países del "socialismo realmente existente" (Jrushov, por ejemplo, enterado
del compromiso del filósofo marxista
Georg Lukács con los insurrectos de
Budapest, Hungría, en 1956, suspiraba
no sin indignación: "¿Qué necesidad
tenía él de ocuparse de política?").
La cuestión de la coexistencia prolongada entre los regímenes de transición al socialismo y el capitalismo,
condujo a la incorporación, por los primeros, de criterios de macropolítica o
geopolítica en sus diseños de estrategia
interna y exterior. El privilegio de estos criterios ha redundado en la imposibilidad de conciliar el carácter obligatoriamente nacional de cada revolución, con el sentido universal del socialismo y de la lucha contra el imperialismo, de tal modo que nacionalismo e internacionalismo se correlacionen armónicamente. Esto es, que la integración internacionalista de los países en transición al socialismo se lleve a
cabo en términos de respeto, equidad
e igualdad.
Nacionalismo polaco
y geopolítica soviética
En el trasfondo del conflicto actual ¡y
con qué fuerza!, está el asunto del nacionalismo polaco, sentimiento exacerbado por las vicisitudes históricas que
atravesó el pueblo polaco desde 1697
en adelante. Al respecto baste recordar
que entre 1697 y 1917, Francia, Austria, Prusia, Alemania y Rusia invadieron, dividieron y se repartieron en varias ocasiones a Polonia.
La URSS, ya como tal, no fue ajena al martirio de la nación polaca. En
1920 los polacos detienen al Ejército
Rojo frente a Varsovia; el pacto Molotov-Von Ribentrop, de 1939, prevé en
sus cláusulas secretas la partición de
Polonia, y en ese mismo año Hitler se
anexa las provincias occidentales de
aquélla y la URSS de Stalin sus provincias orientales. Junto con esto, Stalin
decreta la disolución de todos los partidos políticos polacos, incluido el comunista. Miles de socialistas, socialdemócratas y agraristas son arrestados, y
deportados a la URSS. Parte importante desaparecen o son ejecutados (como
Erlich y Alter, líderes del Partido Obrero Judío-BUND, que concurriera a la
fundación del POSDR) por "actividades
antisoviéticas". Los mismos comunistas
polacos —como Gomulka, por ejemplo— no fueron inmunes a acciones positivas de los soviéticos, en la medida
que interpretaban las reivindicaciones
nacionalistas de su pueblo. Los sucesos del bosque Katyn, donde fueron
encontrados 4 mil cadáveres de oficiales y suboficiales polacos, supuestamente asesinados por orden de Stalin o
Beria, y de la insurrección antinazi de
Varsovia el 1° de agosto de 1944, sangrientamente sofocada por el invasor
nazi ante la inmovilidad del Ejército
Rojo que ocupaba el barrio Praga de la
ciudad, sellarán el antisovietismo del
pueblo polaco.
La decisión soviética de sacrificar la
insurrección de Varsovia en agosto de
1944 obedeció al hecho que ésta fue
lanzada por el "gobierno de Londres",
que se proponía restaurar el capitalismo y la democracia burguesa en Polonia, así como enfrentar el "peligro soviético"; mientras que a la URSS le
interesaba fortalecer al "gobierno de
Lublin", hegemonizado por el Partido Obrero Polaco (POP), el Movimiento de los Socialistas de Izquierda y el
Ejército del Pueblo; y partidario de la
implantación del socialismo en Polo-
nia. En perspectiva histórica, esa decisión geopolítica costaría caro a la URSS
y a los propios comunistas polacos,
desde que éstos comenzaron a ser vistos por sus compatriotas como agentes
soviéticos en el país.
Algo similar ocurriría con la disposición de Stalin de proscribir incluso
los partidos socialistas y comunistas.
Esta determinación se fundó en que dichos partidos, contrariando lo acordado entre Molotov y Von Ribentrop, no
se resignaban a cruzarse de brazos frente a la anexión de Polonia occidental
por los alemanes. La resistencia en el
terreno cuyo dominio fue concedido a
Hitler era un atentado contra el pacto
germano soviético y, en última instancia, era resistirse a la defensa de la "patria del socialismo". El decreto de Stalin conduce a la reorganización de los
comunistas como POP, bajo la conducción de Gomulka y hasta en contra de
la diplomacia soviética, lo cual explica
en mucho la solidaridad de Gomulka
para con la Yugoeslavia de Tito y el
fervor nacionalista del POP en general.
Tradición autónoma
El socialismo en Polonia cuenta con
una larga tradición de lucha, existencia
y elaboración teórica autónoma. Buen
testimonio de ello es la figura de Rosa
Luxemburgo, sus análisis sobre la revolución y la cuestión nacional polaca, y
sus polémicas con Lenin; cuestión, esta última, inadmisible para la URSS de
Stalin por cuanto la teoría de Lenin ya
había sido codificada como "leninismo" y erigida en alfa y omega de la revolución. La herencia luxemburguiana
del primero PC, luego POP y finalmente POUP, siempre sería motivo para la
desconfianza del PCUS respecto de los
comunistas polacos.
Mucho mito existe en relación a cómo consiguieron los comunistas de las
democracias populares hacerse del po-
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
"— ¿Podrá el proceso político chileno tener un desenlace como el francés? Llegar a una elección como
la de ellos .. .
— ¡Tiene que ser así! ¡Tiene que ser! Si la historia no se detiene. No se ha detenido nunca, ¿por qué
se va a detener aquí? Sería terrible ... El triunfo de Mitterrand me dio esperanzas, porque, de repente,
las cosas cambian."
Matilde Urrutia, viuda de Pablo Neruda, en Hoy núm. 203, Santiago de Chile, 10 al 16 de junio de 1981.
20
Nacionalismo sometido
der. Simplonamente se suele atribuir el
hecho al papel protagónico de la URSS
y el Ejército Rojo. Si bien es cierto
que el apoyo soviético fue determinante para resolver la cuestión del poder
La imagen de los obreros orando multitudinariamente en los patios de los
astilleros de Gdansk, en agosto de
polacos en la reunión convocada en París para explicar el exacto alcance de
las propuestas del Plan Marshall, la radio de Moscú informa, sin consulta a
los afectados, que polacos y checos
favorablemente a los comunistas, no es
menos verídico que éstos, las más de
las veces, hubieron de emprender su
camino contradiciendo las consideraciones de macropolítica de la URSS.
Especialmente en el caso polaco, los
comunistas pudieron triunfar no sólo
gracias a su coherencia programática y
orgánica, sino también —y fundamentalmente— debido al arraigado y extendido "sentimiento socialista" de las
masas populares polacas, que las llevaba a respaldar el programa de socialización de los medios de producción,
reforma agraria, depuración del Estado
y participación democrática, postulado
por los comunistas. Estos aparecían
como el partido de la renovación y de
la unidad nacional, del no compromiso
ni con los antiguos privilegiados, ni
con el ocupante nazi (esto pese al pacto Molotov-Von Ribentrop, por cuanto el POP fue un eficaz y duro resistente antifascista cuya labor de sabotaje
en la retaguardia alemana contribuyó
decisivamente a la desarticulación de la
logística de las tropas nazis del "frente
oriental"). Sin embargo, los comunistas no hubieran resultado victoriosos
sin asumir la tradición nacionalista del
pueblo polaco y sin ponerse al frente
de ella, impulsándola.
1980, ha recordado a la opinión pública mundial que en Polonia existen comunistas católicos. Pero, esa visión no
recordó que también hay, y muchos,
comunistas polacos. . . ¡nacionalistas!
Uno de ellos, y por hablar ya sólo de
"comunistas en el poder", es Gomulka.
El POP, con Gomulka como primer
secretario, y sus partidos aliados, impulsaron eficazmente la reconstrucción
de Polonia. Inicialmente, la nacionalización de la industria no fue motivo de
conflictos mayores debido a que gran
parte de los empresarios expropiados
eran alemanes. La reforma agraria, con
la expansión de las fronteras polacas
hacia el este como producto de los
acuerdos de Yalta, realizó un rápido y
masivo reparto de tierras entre los
campesinos. El nivel de vida de los polacos mejoró sensiblemente. Sin embargo, el POP no lanzó la colectivización forzosa del agro y las aristas nacionalistas de la política exterior de la
Polonia socialista se mantuvieron. La
Yugoslavia de Tito, que intentaba ser
aislada por Stalin, se benefició de la
amistad del POP y de Gomulka.
Además, Polonia se interesa en el
Plan Marshall. La presión soviética intenta doblegar estas actitudes y ante la
inminencia de la participación de los
"no quieren" participar en dicho Plan
pues éste es una trampa tendiente a
aislar a la URSS. Los polacos, finalmente, se subordinan a Moscú.
La URSS, para contrarrestar los
"cantos de la sirena" del Plan Marshall,
organiza la reunión secreta de Wroclaw,
entre el 22 y 27 de septiembre de
1947. Concurren los partidos comunistas en el poder y algunos partidos
comunistas de países capitalistas, como el francés e italiano. Ahí se gesta la
Kominform, base del frente único entre las democracias populares y la URSS,
y principal instrumento de la "bolchevización" de los partidos comunistas y
de la generalización del modelo soviético de planificación, y organización
estatal en las repúblicas populares. En
1948, Gomulka, ya como secretario
del POUP —partido único— será criticado duramente, acusado de oponerse
a la colectivización de la agricultura,
de "desviacionismo", "derechismo",
"nacionalismo" y, finalmente, de "titismo", pecado éste que pasará a ser
sancionado con la excomunión. Gomulka y sus partidarios son expulsados del POUP, a lo cual sigue una purga que afectará a cerca del 30% de los
militantes comunistas entre junio de
1948 y octubre de 1951. Es la época
21
de los grandes procesos de Stalin. En
Budapest, el 22 de septiembre de 1949,
Rjak es procesado e inculpado. Entre
el 7 y el 14 de diciembre del mismo
año, en Sofía, se abre el proceso a Kostov quien se resiste al ritual de la autoinculpación. En Polonia, no hay proceso a Gomulka, pero en noviembre de
1949 el mariscal Rokossowski —soviético de origen polaco— es designado
ministro de defensa y comandante en
jefe del ejército, lo cual ilustra los alcances en la memoria popular de la
liquidación del PC en 1938, del bosque Katyn, del pacto Molotov-Von
Ribentrop, de Varsovia abandonada en
agosto de 1944, de la invasión soviética consiguiente y de la exclusión de
Gomulka del ejército y el POUP.
En 1951 Gomulka es arrestado, pero no procesado, aunque en el proceso
a Slansky, en Praga, se le sindica como
uno de los grandes traidores puestos en
evidencia por la contrainteligencia socialista. En cambio, un grupo de excolaboradores de Gomulka es procesado
a partir del 30 de julio de 1951, fecha
exacta del arresto de este último.
agropecuaria y las ofensas al sentimiento nacional de los polacos, conjugados, fueron caldo de cultivo propicio al descontento que hace explosión
en 1956 y que arrojaría un balance de
58 muertos entre los insurrectos.
Muerte de Stalin
El 6 de marzo de 1953, el comité central del PCUS informa de la muerte de
Stalin. En el PCUS se forman tres
rco rientes que aspiran al poder: la de Molotov, partidaria de sostener el modelo
estalinista sin reformas; la de Malenkov,
favorable a las reformas económicas de
fondo y a cierta liberalización; y la de
Jrushov, que postula la desestalinización dirigida por el Estado bajo la conducción del partido. Estas tendencias
se reeditarán, casi calcadas, pero con
otros nombres, en los partidos en el
poder de las democracias populares.
La pugna por el poder en el PCUS
se resuelve en favor de Jrushov y éste, en febrero de 1956, durante el
XX Congreso del partido, denuncia el
"culto a la personalidad" de Stalin
dando comienzo al proceso dirigido de
"desestalinización" del socialismo. Será a través de la brecha de la lucha de
tendencias abierta en el POUP por la
"desestalinización" que irrumpirá, en
octubre de 1956, el movimiento obrero y popular polaco exigiendo la "democracia socialista" para lo cual crea
de facto los consejos de autogestión
obrera. El crecimiento desmedido de
la burocracia, la política económica
Gomulka, aún encarcelado al inicio
de estos sucesos, era por completo ajeno a la lucha de tendencias dentro del
POUP. Sin embargo, contaba con su
origen campesino, su imagen nacionalista, su calidad de fundador del POUP,
y sus rasgos de líder populista para
irrumpir en la contienda. Liberado, no
es reincorporado al POUP. Pese a esto
lanza su programa, en muchos aspectos
inaceptable para los soviéticos, toda
vez que proponía la "nacionalización"
del ejército (esto es, la expulsión de los
oficiales soviéticos), un plan de "descolectivización" del agro, libertad religiosa y democratización del socialismo. El programa gomulkista terminará
por imponerse, así como Gomulka, en
compañía de Gierck, Moczar y otros,
regresará al poder en gloria y majestad.
El pronunciamiento de Chou En-lai e
en favor de los modelos nacionales de
socialismo, el frente militar soviético
abierto con la invasión de Hungría el
mismo año 1956 y la adhesión de la
' base social a su programa, serán los
factores decisivos de la victoria de Gomulka, quien es aceptado por el PCUS
y por los "duros" del POUP como el
"mal menor", puesto que aparecía como el único capaz de contener y en-
22
cauzar la efervescencia social en aumento.
La "soberanía limitada"
El intransigente programa original de
Gomulka no será llevado a término.
Haciendo pié en los consejos de autogestión obrera, economistas como Oscar Lange impulsan desde el gobierno
un nuevo modelo de planificación democrática, tras cuyo fracaso se restablece la planificación centralizada. En
el POUP las tendencias estalinistas y "liberal estalinista" (partidaria de la "reforma controlada") consiguen llegar a
compromisos con Gomulka, lo cual le
enajena a éste el apoyo de las fuerzas
políticas que lucharon por su regreso.
Así, en relación al movimiento obrero,
la política gomulkista se tiñe de ambiguedad, particularmente en lo referido
a las demandas democráticas de éstos.
Mientras los consejos de autogestión
obrera languidecen o son cooptados
por el poder, el surgimiento y desarrollo de los "kulaks" polacos, y de ciertas actividades económicas privadas en
el comercio y la producción manufacturera artesanal hacen de contrapunto
a la situación obrera.
Internacionalmente, Gomulka busca contrarrestar la influencia de la
URSS. Intenta mediar en el conflicto
chino-soviético, lanza iniciativas hacia
países capitalistas (que sólo De Gaulle
acogerá) y no polemiza con los chinos
ni los albaneses cuando estos denuncian su política de privatización del
agro, y los privilegios otorgados a la
Iglesia. No encontrará eco en sus esfuerzos y, peor todavía, la era de los
Gomulka fenecía. Jrushov es desplazado del PCUS y con él la política de
"desestalinización".
Dubceck, en Checoeslovaquia, en el
último y más radical flujo de la ola de
"desestalinización" por arriba, ya extemporánea, daba espacio a través del
propio PC checo a la democratización
del socialismo en el país. En 1968 la
experiencia checa es aplastada por la
URSS, inaugurándose la doctrina de la
"soberanía limitada" de los Estados
nacionales socialistas. Gomulka, fracasado en su apertura a Occidente y en
su afán de diversificar las relaciones exteriores de Polonia, respalda la invasión de Checoeslovaquia por las tropas
del Pacto de Varsovia, disdiciéndose de
su acentuado nacionalismo. Con ello
podía conquistar simpatías entre los
soviéticos, pero sólo antipatía en su
pueblo.
En 1970, los obreros —que no así
los campesinos, satisfechos con la gestión de Gomulka— reaccionan con levantamientos en las ciudades industriales del Báltico, al anuncio de un alza
de precios en los alimentos. Es la gota
que desborda el vaso. En Gdansk se
produce un enfrentamiento entre los
obreros del astillero Comuna de París
—que pretendían reincorporarse a su
trabajo— y el ejército, a resueltas de lo
cual mueren 27 obreros. Aún hoy no
se sabe a ciencia cierta si el hecho obedeció a una provocación o a irresponsabilidad. En Zopot y Szczecin los
obreros se sublevan, queman el correo
mayor, la casa del secretario local del
POUP, atacan la milicia (policía) con
cocteles Molotov, saquean tiendas y
ocupan las calles. El movimiento se expande a Katowice, Pozman y Varsovia.
El grupo de Gierek, el de los "partisanos" de Moczar, los jefes del ejército y
de la policía deciden remover a Gomulka. Este se niega tenazmente a reunir al politburó. Finalmente, "hospitalizado", dimite.
A rey muerto, reyes puestos
La lucha de clases en Polonia, a falta
de otro vehículo que la exprese, se desarrolla al interior del POUP. De hecho
Gierek —de oriegen obrero, conocido
como el "rey de Silesia" por su implantación entre los miembros de la
zona, ingeniero de minas, buen técnico y gran administrador— aparentemente representaba el triunfo de la clase obrera en 1970. Más allá de las imágenes, Gierek encarnaba el ascenso de
las mismas capas técnicas y burocráticas (militares profesionales, economistas, aparatchicks y tecnócratas pragmáticos) que en la URSS se habían impuesto con Brejnev.
La alianza Gierek-Moczar que permitió desplazar a Gomulka del poder,
pronto sería desahuciada. El grupo de
los "partisanos" —xenófobo, antisemita, antiintelectual y apologista del verticalismo y la jerarquía militar— resultaba disfuncional respecto del proyecto modernizante de Gierek, del estilo
de diálogo directo con las masas con
que este último pretendía sustituir la
democracia exigida por los obreros y
de las buenas relaciones con la URSS.
Kania, actual Primer Secretario del
POUP, como hombre de confianza de
Gierek, sería el encargado de "limpiar"
el ejército y la policía de los hombres
de Moczar, tarea cumplida eficientemente.
La modernización de Polonia tuvo
un alto costo, especialmente en el plano de la deuda externa polaca, y en el
crecimiento y diferenciación de la burocracia respecto del resto del cuerpo
social, como clase privilegiada.
Actualmente Polonia debe al exterior 20 mil millones de dólares, el doble que la URSS y lo mismo que la suma de las deudas de Hungría, Bulgaria,
Rumania y Checoeslovaquia. Este adeudamiento con el exterior, canalizado fundamentalmente a la industria
pesada, consiguió parcialmente la finalidad de modernizar la base industrial
polaca, pero a costa de graves desequilibrios, especialmente en relación con
la agricultura y la industria de bienes
de consumo. Por otra parte, la estructura directiva de la gestión económica
—jerarquizada de arriba a abajo, rígidamente vertical, prescindente de la participación obrera y eminentemente
tecnocrática— acarreó la baja global de
la productividad y el trabajo lento y a
desgano, ya que los trabajadores identifican en el Estado y sus agentes económicos a un "nuevo patrón".
A todo esto se agregó que la modernización y la apertura al exterior de la
de la economía "dispararon" las diferencias entre "ricos" y "pobres", al acelerar la gestación y desarrollo de una
capa tecno-burocrática dirigente, inmune a todo control social, proclive a
la corrupción y con una capacidad de
consumo ostentoso simplemente insultante. Al respecto, es significativo el
resultado de una encuesta a niños
hecha por el semanario del POUP Polityka.
Consultados sobre sus aspiraciones para
"Sí, sí, sí. ¡Claro!
Cada persona, cada grupo social
debe tener el derecho a expresarse. Pero,
¿por qué imitar a los partidos y usar la palabra "partido"?
Uno puede decir "asociación", "club". El club de los que crían canarios, por ejemplo.
O el club de los que rezan el rosario. Y como el trigo no crece sobre piedras
quiero decir que como en Polonia no podemos tener partidos políticos, aparte del que existe ahora
como los hombres deben adaptarse, deja que los criadores de canarios formen asociaciones.
Déjalos que tengan estatutos en que se estipule el fomento de la creación de otras asociaciones
— el club de los criadores de conejos o de faisanes o de patos
y deja que todos nos convirtamos en criadores de canarios, conejos, faisanes, patos, pollos.. .
Lo importante es que estos grupos puedan existir libremente,
para que puedan servir a la sociedad
y el amo no los arreste.
¿Estoy, acaso, diciendo sandeces?"
Lech Walesa
23
cuando adultos, una niña dijo: ". ..yo
querría trabajar en la policía y tener
un Rolls Royce" y un muchacho respondió que ". . . querría ser militar de
comando, comprarme una villa y un
Mercedes". La intención de la revista
era ridiculizar la influencia de la IV
Occidental de los niños, pero estaba
metiendo el dedo en la llaga al revelar
por boca infantil los privilegios de la
policía y los militares, únicos estamentos —junto a los funcionarios del aparato partidario y estatal— en condiciones de acceder a ese consumo de Mercedes, villas y demás.
La cambiante oposición
La historia del poder en Polonia, tiene
su contraparte: una larga tradición de
oposición obrera intelectual. Por cierto, esta última conoce de continuidades y rupturas. En 1956, 1970, 1976 y
1980, ni los nombres son los mismos.
ni tampoco la calidad de las reivindicaciones del movimiento social.
En 1956, la idea dominante en la
oposición política al régimen era la de
caracterizar el sistema polaco como
"socialista con una desviación burocrática" y en consecuencia la tarea era corregir tal desviación. De ahí la proposición y gestaciónde los"consejos
obreros" como remedio de la enfermedad
burocrática. Andrzej Stawar, marxista
polaco, de la tradición de Lenin, crítico de las realidades a que dio lugar la
revolución de octubre y por lo mismo
perseguido, vio popularizarse sus ensayos con ocasión de los acontecimientos de 1956 entre amplios sectores obreros, intelectuales y militantes de
Polonia. En 1964 Jacek Kuron y Karol
Modzelewski, dirigentes de la juventud
comunista y, el segundo, hijo del ministro de Relaciones Exteriores, dirigirán una "Carta del partido obrero polaco" en que centran las demandas de
la oposición intelectual en la restauración de los derechos civiles e individuales en Polonia.
Es la transición a la confusión que
terminará de manifestarse plenamente
en 1970. En efecto, el movimiento social opositor desatado este año se caracteriza por la ambiguedad de sus
planteamientos. No se exige la autogestión, como en 1956, y tampoco se pide sindicatos libres. La fortaleza de la
idea de la propiedad colectiva de los
medios de producción y del carácter
de "poder obrero" del régimen, aún
condicionan y morigeran fuertemente
las demandas de la base social. Es por
ello que al fin de las huelgas de Szczecin, Baluka, antiguo dirigente trotskista polaco, afirmará: "Sabemos ya hacer la huelga. aún no sabemos ganarla";
lo cual es sugerente en cuanto a la incapacidad del movimiento, en esas fechas, para definir y organizar las condiciones de su éxito.
En 1976, antes de los acontecimientos de las ciudades Ursus y Radom,
que arrojaron un saldo de 17 obreros
muertos por la represión, se expresó
por última vez la confianza en la posibilidad de la "reforma del partido". En
efecto, Modezelewski al iniciarse las
huelgas, Modzelewski envió una carta a
Gierek sosteniendo: ".. . es de vuestro
interés permitir a la clase obrera organizarse, pues de otro modo usted no
tendrá a nadie para negociar. Usted tiene una multitud hostil y eso es todo.
Esto es un peligro real para el país".
Ursus y Radom 76, con su secuela
de muertos y represión, es el hito de
ruptura definitiva con las visiones anteriores, sobre todo en relación a la creencia en la "reforma" del POUP. Ya no
habrá nuevos consejos como "amigo"
del régimen. Kuron y otros crean el
Comité de Autodefensa (KOR) cuyo
era asumir la defensa de los
inicial
obreros perseguidos, para posteriormente ampliar su acción a toda la sociedad, instante en que el KOR pasa a
denominarse Comité de Autodefensa
Social (KsS).
Fin de la ilusión
La "guerra de clases" se había declarado. Walesa, técnico electricista, uno de
los dirigentes en la huelga de Gdansk
en 1970, será encarcelado 18 veces entre 1970 y 1980, y acosado al punto
que se verá compelido a trasladar su familia al campo para poder alimentarla.
Se convertirá en activista no remunerado de la oposición obrera. Con Kuron
sucede otro tanto, lo cual lo lleva a vivir en condiciones materiales miserables. Muchos más seguirán suertes simi-.
así los "jefes" de
lares. Se templaban
1980. En la van oposición —que
comprende diversos grupos católicos
como el KIK 'nak, el Wiez y el Pax;
de intelecto rogresistas como los
grupos Joven Polonia (cercano a Walesa) y Experiencia y Porvenir; de defensa de los derechos humanos como el
ROPCIO; los trotskistas de El Abejorro,
24
con los cuales sigue Baluka; y hasta nacionalistas anticomunistas como la
Confederación de Polonia Independiente —el KOR destaca marcando el
ritmo y el sentido del movimiento.
Además, casi todos estos grupos
cuentan con militantes del POUP, criticos de su partido, siendo la "doble
militancia" un fenómeno extendido.
Por ello Adam Michnik —historiador
varias veces encarcelado, militante del
KOR— sostenía ya en 1977: "El cuadro oponiendo a un aparato monolítico del poder un campo unificado de
partidarios de la autogestión sería erróneo. Muy por el contrario, un poder
heterogéneo e interiormente dividido
coexiste con un movimiento de resistencia social profundamente diferenciado." Sin embargo, la ilusión de la reforma del partido corno primer paso
de la reforma social, muy arraigada
hasta 1976, cede terreno a la idea de
supedicha estructura partidaria, al menos en el movimiento opositor de los
intelectuales.
El estallido obrero de Gdansk, en
agosto de 1980, hace posible lo utópico, destroza cábalas e impone la realidad, galvaniza la unidad de la oposición prácticamente en torno al proyecto del KOR, corrige a los intelectuales
en su apreciación sobre las posibilidades de reforma del POUP y estallan las
contradicciones al interior de éste al
extremo que algunas regiones —como
Cracovia— testimoniarán la reforma de
facto del partido en el poder. La conciencia del peligro que se cierne sobre
la "seguridad nacional" limita el proyecto del movimiento opositor.
En palabras de Kuron, ese proyecto
se plantea así: "En el proceso de democratización, la sociedad prepara su
porvenir sin sobrepasar los límites impuestos por la seguridad nacional. Pero
ellos no permanecen rígidos, retroceden con el deterioro de la situación internacional de la URSS, con el desarrollo de fuerzas que pueden explotar en
este país, así como en la zona de su influencia, con la dependencia económica del bloque soviético frente a Occidente, etcétera. La democracia parlamentaria y la independencia constituyente la realización de las aspiraciones de los polacos. No podemos fijarnos esta tarea hoy, sin embargo ella
permanece como la meta hacia la cual
tienden todas nuestras acciones." En
consecuencia, el programa actual se reduce a exigir el control social sobre el
Estado o, más precisamente, a reconstruir el tejido de la sociedad civil polaca.
Opción moral
Para comprender la influencia de la Iglesia Católica en Polonia hay que estar enterados que entre 1975 y 1919,
cuando los polacos fueron "borrados
del mapa" como Estado y como nación, aquella institución mantuvo no
sólo la "fe romana" —frente al protestantismo prusiano y la ordotoxia rusa—
sino también su lengua y su sentimiento nacional. Es preciso, además, saber
que, mientras en Croacia monseñor
Stepinac y en Hungría el cardenal
Mindszenty conducían a la Iglesia al
compromiso con el ocupante nazi, en
Polonia aquélla resistía al costo de sus
dos mil curas exterminados por el nazifascismo. También se debe conocer
la trayectoria de Karol Wojtyla o Juan
Pablo II, y que la Iglesia en Polonia ha
prestado amparo a las luchas obreras y
servido de contrapeso al poder del partido y del Estado desde 1944 en adelante.
Pero tal vez más importante que todo lo anterior sea tener presente el hecho que el catolicismo, a través de su
código moral, presta una concepción
espiritual del hombre superadora de la
crisis de valores de la sociedad polaca
contemporánea. Como vimos, la lucha
de masas no fue ajena a la instauración
del Estado de transición en Polonia al
fin de la segunda Guerra Mundial. Sin
embargo, esta lucha no llegó a convertirse en una revolución propiamente
tal, en términos que comprendiera una
real renovación moral del poder y de la
sociedad en el país. Al contrario, lo
tradicional en la lucha por el poder en
Polonia es que ésta se concentra en
torno a los aparatos represivos, casi limitándose a ellos; cuestión visible incluso en las luchas por el poder en el
POUP ya como partido de gobierno. En
tales circunstancias, los cambios en la
cúpula son sólo eso y, peor todavía,
combatido el poder represivo con los
mismos métodos que le son propios,
éstos terminan por permear al "renovador" que los hace suyos para ejercer
el poder. El apego del pueblo polaco al
código de la moralidad cristiana y en
consecuencia a la Iglesia, refleja la
fuerza del rechazo social a los métodos
predominantes, amorales y prescindentes de las masas en la lucha y el ejercicio del poder.
El marxismo, pese a su esencia humanista, para los polacos no constituye opción moral, toda vez que se les
presenta como la ideología oficial del
poder por ellos cuestionado. Incluso
quienes en Polonia se definen marxistas asumen el marxismo problematizándolo a tal grado que sus reflexiones
resultan exóticas —por avanzadas—
a quienes aún realizan una lectura del
mismo sesgada por interpretaciones
dogmáticas o ideologizantes.
Crisis y seguridad
a crisis económica —que parece haber
dejado de ser un "fenómeno
intrínseco y exclusivo del capitalismo"— en
Polonia se expresa en datos tales
como la baja tasa de crecimiento econó-
25
mico —que en 1978 alcanzó apenas el
2.3% mientras el conjunto del área socialista creció ese año en un promedio
de 4.6%—, el aumento drástido del precio de la carne y de otros bienes de
consumo básico debido al retiro de la
subvención gubernamental a los precios, la que equivalía al 40% del gasto
estatal. Esta política que el ex Primer
Ministro Babiuch llamó de "verdad en
los precios", tendiente a restringir el
ingreso y el consumo popular, contrasta con hechos como el aumento, en
1979, del aporte polaco a los gastos
militares del Pacto de Varsovia (el 5%
de su PNB es dedicado por Polonia al
armamentismo) y con el nivel de vida
superior de los miembros de la "nomenklatura". En el origen de las huelgas parciales de julio del año pasado está este tipo de consideraciones.
Como telón de fondo figura la pertenencia de Polonia al Pacto de Varsovia, su calidad de parte del "área socialista", la hegemonía soviética o, como
eufemísticamente lo denomina la oposición, la cuestión de la "seguridad nacional" del país. Situación ésta que, de
una parte, conduce al movimiento social a autolimitar sus aspiraciones y, de
otra, a asectores del POUP y de la Iglesia a apoyarse en ella para exigir moderación a Solidaridad, para fortalecerse al interior del partido en el poder o
para conservar el espacio ganado al Estado, respectivamente.
Así, el difunto cardenal Wyszynski,
durante la huelga de Gdansk, dijo en
privado que "se consigue más por medio de la oración que por la huelga" y
en público, en agosto de 1980, llamó a
los creyentes "a colaborar con todas
sus fuerzas en la cosecha", mientras
Juan Pablo II en Roma hacía invitaciones similares. Los curas jóvenes, por
el contrario, se comprometían decididamente con las luchas de los obreros.
Babiuch, en tanto, advertía: "Polonia
tiene amigos fiables, que se preocupan
por nuestra situación. Ellos creen que
podremos superar las dificultades solos y lo desean de todo corazón." Gierek, aún en funciones, o sea antes de
enfermarse, sentenció al respecto:
"Nuestro régimen social tiene una gran
influencia internacional. Es un elemento fundamental del orden instaurado
en Europa después de la segunda Guerra Mundial. Hay límites que no se
pueden pasar: es la razón de Estado
polaca."
Las diversas fuerzas
encuentro con los "hijos pródigos" del
POUP —Kuron, Modzelewski, y otros,
Este trasfondo explica la calidad y sentido de las maniobras de las diversas
fuerzas en liza. La actual alta jerarquía
del POUP —o sea, Kania, Kazimierz,
Barcikowski y Jaruzelski (general de ejército, opuesto al uso de la fuerza para aplacar las huelgas en agosto de
1980)—, hoy erigida en el centro político partidario, se acercará a la Iglesia para que ésta mediatice el movimiento. A su vez la Igleisa, en defensa
de lo ya conquistado discriminará entre opositores "buenos y malos" —Kuron, Michnik y en general la "disidencia marxista", serán encasillados en la
última categoría— y se esforzará por rodear a Walesa, católico fervoroso, de
consejeros intelectuales, fieles a la fe
romana. En el POUP, opositores a la
"renovación". jugarán a montar una
provocación y a entorpecer las reformas con el fin de apurar planteamientos de descontento de la URSS. cansar
a la población. generar una imagen de
caos que atraiga hacia sus posiciones a
la jerarquía militar y, eventualmente.
detonar un golpe de Estado con apoyo
soviético.
La oposición restringirá sus demandas, especialmente en lo relativo a la
cuestión del poder y de la "seguridad
nacional", pero agudizando al extremo
de la intransigencia sus reivindicaciones de carácter interno —es decir, los
21 puntos de Gdansk: libertades de
discusión, organización, expresión,
prensa; derecho a huelga; participación en las decisiones sobre distribución de inversiones para acumulación y
consumo; término de los privilegios de
los aparatchiks, la milicia (policía) y el
ejército; etcétera— en la perspectiva de
agudizar las contradicciones al interior
del POUP y del ejército. En igual sentido, la oposición privilegia interlocutores del ala reformista (por lo de partidaria de las reformas democráticas del
sistema) del POUP, en la cual especialmente destacan personas como Tadeusz
Fiszbach —secretario del POUP en
Gdansk, que se opuso a la represión
policial del movimiento—, Rakowski,
actual vice-primer ministro y desde hace mucho director de la revista Polityka,
y otros. Esta "ala reformista" también
hace su propio juego y se apoya en el
movimient o social para aislar a los
"duros" del partido e mpulsar la "renovación", y en ese sentido propicia el
cuya raíz marxista los hace más aceptables para la militancia comunista.
Apolíticos políticos
Si bien el contenido ético del movimiento social polaco es un ingrediente
del que ningún intento interpretativo
puede prescindir, no se puede encarar
el problema y su solución sólo con tal
criterio. En este tipo de error han incurrido "observadores" de izquierda, militantes revolucionarios y hasta partidos en su conjunto que se limitan a resaltar el carácter espontáneo de la
protesta obrera, su sentido autogestionario extremo, que se trata de la primera ocasión en que se realiza el aserto
marxista de que la revolución o es obra
de las mismas masas o no es tal revolución. en fin.
El idealismo derivado de los deseos
apremiantes o nacido de las frustraciones revolucionarias intenta así suplantar la realidad de que toda revolución
comprende un problema de fuerza y
de su organización. Con ello, se olvida
por ejemplo que para hacer posible la
revolución como obra del pueblo mismo, y para hacer posible la discusión
de igual a igual entre los obreros polacos y Jagielski, en agosto de 1980 en
Gdansk, medió la acción de gobierno
del POUP permisiva del acceso generalizado del pueblo polaco a la cultura.
Así también, se omite el reconocimiento a la actitud mayoritaria del POUP
en favor de declinar el uso de la sola
fuerza para contener el movimiento, la
cual por cierto no "cayó del cielo".
Por último, tales idealizaciones desconocen la función de organizaciones
—como el KOR, fundamentalmente—
que aún cuando no se definen como
partido en sentido estricto, jugaron ese
papel al definir el proyecto político
del movimiento social, alimentar la llamita (chispa, la llamaba Lenin) del fuego revolucionario cuando el horizonte
era un páramo y, sobre todo, al permitir —por medio de su periódico Robotnik y de su organización— la articulación nacional del movimiento social
y la generalización de las experiencias
de lucha parciales del mismo.
La polvorienta tradición
Para Marx y Lenin, el socialismo es el
26
período histórico de transición a la sociedad sin clases. Sin embargo, Polonia
y en general los países del llamado "socialismo realmente existente" parecen
obligar a una reflexión al respecto. En
ese sentido es oportuno recordar una
opinión de Rosa Luxemburgo sobre las
"verdades reveladas": "Toda ideología
se distingue por su conservadurismo, y
la ideología del movimiento obrero está sometida a esas mismas leyes a pesar
del carácter revolucionario de su concepción del mundo [. . .] Ciertos puntos de vista contituyen un saber [. . .]
conservado intacto en el bául de la socialdemocracia, aunque las condiciones sociales correspondientes hayan
desaparecido hace mucho tiempo de la
escena. Y es precisamente en el momento en que nuevas necesidades vitales del movimiento, nacidas del desarrollo, entran en contradicción flagrante, en conflicto, con las polvorientas tradiciones, cuando la opinión pública las saca a relucir nuevamente y
las somete a una crítica fundamental."
Polonia hoy ha sacado a relucir la
polvorienta tradición consistente en la
idea que las sociedades resultantes de
revoluciones anticapitalistas son "el
socialismo", desde la conquista del poder político por la clase obrera hasta la
extinción de las clases y del Estado.
Pero, las revoluciones triunfantes se
han dado en aquellos países que no
consumaron las tareas de la revolución
democrático burguesa. Consiguientemente, la "revolución proletaria" se ve
forzada a llevar a término dichas tareas
inconclusas —de hecho bajo la conducción de la tencoburocracia estatal y
partidaria—, entre las cuales se cuentan: el facilitar el acceso general a la
cultura, crear la necesaria discplina laboral, industrializar, democratizar, dignificar el trabajo y al trabajador como
fuente de toda riqueza, y pregonar, en
consecuencia, el necesario respeto e inmunidad del mismo.
Simultáneamente con las tareas anteriores, la revolución proletaria se
aboca al desarrollo de las tareas propiamente socialistas: la socialización de
los medios de producción y del poder.
Más sin embargo, aunque las revoluciones anticapitalistas victoriosas han
abordado y, en parte, realizado ambos
tipos de tareas, la socialización de los
medios de producción se limitó a la estatización y la del poder a su ejercicio
por el partido. Así, actualmente, en los
países del "socialismo realmente existente" la dinámica que conduce al socialismo se haya detenida en la culminación de las tareas democrático burguesas.
En la medida que por la necesidad
de legitimar el poder revolucionario se
presenta esta forma de sociedad como
"el socialismo" —en una ideologización de éste—, se cancela el carácter único e ininterrumpido del proceso conducente al socialismo, y la realización
de este último se ve forzada a realizarse por medio de convulsiones y sobresaltos (verdadera revolución en la revolución), como en Polonia.Asímismo en estas sociedades la estructura
de la economía, de la planificación, del
Estado y del partido, y la organización
de la sociedad —aparentemente bajo
una forma de la democracia directa—
al obstaculizar de facto el control y la
participación social en el ejercicio del
poder, propicia la sepración y autonomía de la tecnoburocracia como clase dirigente, alienta su tendencia a reproducir su dominio y a perpetuar sus
privilegios, así como impulsa la necesidad de su "derrocamiento" por la
fuerza.
Transitoriedad dudosa:
como ayudar
Polonia hoy, representa la primera
posibilidad seria —desde que las masas
son partícipes y protagonistas de ella,
y desde que se proponen restablecer el
control social sobre el poder y los
medios de producción— de superar este
tipo de sociedades, cuya transitoriedad, así como su supuesta tendencia
intrinseca a la autoeliminación, es cada
vez más dudosa. De ahí que no sea
aventurado afirmar que Polonia
1980-1981 es a estos regimenes
posrevolucionarios, lo que la Comuna
de Paris al capitalismo. Ciertamente es
de desear que sus suertes no sean
idénticas, pero para que la actual revolución del pueblo polaco triunfe es
preciso convertir las buenas intenciones y las consideraciones ético políticas conducentes a simpatizar
con ella en fuerza de apoyo real, en
solidaridad internacionalista efectiva.
Polemizando sobre la cuestión nacional polaca entre 1893 y 1918 —con
Kautski, Adler y otros—, Rosa Luxemburgo, militante del Partido Social
Demócrata del Reino de Polonia,
sostenía que el programa nacionalista
del Partido Socialista Polaco iba a
contrapelo del sentido general del
desarrollo social, pues en su país aquél
pasaba por la revolución en el imperio
ruso y no por la restauración de
Polonia como Estado independiente,
aunque agregaba: "en cada país la
cuestión de las nacionalidades varía
con el tiempo, y ello debe obligar a
una consecuente modificación en
la valoración de estos fenómenos".
Ahora, sin duda, el sentido del
desarrollo social exige la existencia y
defensa del Estado, y la nación polaca,
de su soberanía y autonomía.
En su tiempo, Lenin y los bolcheviques fueron acusados —por el poder
establecido, y por sus adversarios— de
agentes alemanes; los revolucionarios
salvadoreños hoy son tildados de
"marionetas de Moscú" y otras lindezas alucivas a Cuba y a Nicaragua.
Bibliografía principal:
Autogestions núm. 5 (revista trimestral del
Estas adjetivaciones son propias de los
defensores de mezquinos de privilegios, que con ellas pretenden desacreditar las fuerzas políticas y sociales
que luchan por el progreso. Algunos,
en Polonia quieren ver sólo la "mano negra" de la CIA, el dinero de la
AFL-CIO, jesuíticas maniobras eclesiásticas y la conspiración imperialista.
La agencia Tass, por ejemplo, en cable
fechado el 27 de agosto de 1980
afirma que "La crisis polaca es resultado de la ación de alementos antisocialistas sostenidos desde el exterior
por enemigos de Polonia." Es atribuirle
al oscurantismo una capacidad de
convocatoria que por su propia naturaleza no tiene, ni poseerá. Simplemente se trata de un pueblo que ha
resuelto ponerse en acción y en movimiento atrae y combate la presencia
de esos factores, los sopesa y esquiva,
asumiéndolos como lo que son: un
obstáculo más a superar.
Así, la "Comuna" de Polonia
procede a desempolvar —paciente, cuidadosa y rigurosamente— el pesado baúl
de añejas ideas que hoy por hoy llevan
a cuestas quienes intentan transformar
al mundo en sentido socialista. Se
puede ayudar. . . a condición de hacer
de la emoción, ilusiones y esperanzas
que despierta Polonia 1980, fuerza
política.
agosto de 1980 al 6 de junio de 1981.
Centro Internacional de Investigaciones sobre la Autogestión, CICRA), París, primavera 1981.
Georges Haupt: "Rosa Luxemburgo y la
cuestión nacional"; en Cuadernos Políticos
núm. 21, México DF, julio-septiembre de
1979.
Bohdan Cywinsky: "La sangre de Polonia y
el polaco de Roma", en Nexos, núm. 40,
México DF, abril de 1981.
Antonio Moscato: "Polonia: las redes de la
fe"; en Nexos, núm. 42, México DF, junio
le 1981.
Le nouvel Observateur núms. 818 al 864,
París del 12 de julio de 1980 al 1° de junio
de 1981.
Palos de la crítica núm. 2-3, México DF, oc-
Le Point núms. 413 al 455, París, del 18 de
tubre 1980-marzo 1981.
Andrzej Stawar: Libres ensayos marxistas;
ERA, México DF, 1977.
EL TRIUNFO DE MITTERRAND EN CHILE
"Una declaración del Frente Socialista de Chile indicó que `consideramos un error retirar la representación diplomática francesa en Santiago'. A juicio de esa entidad, lo apropiado es mantener una relación
distinta a la anterior entre esa representación y los sectores democráticos chilenos.
Un personero socialista —Eduardo Long Alessandri— envió un cable al nuevo presidente de Francia,
festejando su triunfo como `victoria de todos los socialistas del mundo'."
Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981.
27
Chile:
Por el reencuentro socialista
Homero Julio
Para cualquier observador desapasionado de la política nacional, salta a la vista la profunda crisis del socialismo chileno. El Partido más grande de la izquierda, que tuvo el papel protagónico
en el período más revolucionario y
más intenso de toda la historia del país.
los mil días del gobierno de Salvador
Allende, aparece hoy profusamente dividido, con el agravante de que las fuerzas centrífugas que parecen existir en
su seno continúan primando sobre los
restos de su cohesión interna. A lo menos seis grupos, independientemente
de su mayor o menor significación se
atribuyen en este momento la legitimidad partidaria y utilizan el nombre del
Partido Socialista. Para quienes se han
extraviado a través de esta larga odisea,
los señalarnos en orden alfabético por
el nombre de los dirigentes o las denominaciones que les dieron origen: Clodomiro Almeyda, Carlos Altamirano,
Coordinadora Nacional de Regionales,
Frente Socialista, MAS-USOPO y Aniceto Rodríguez (donde confluyen la
Corriente Humanista y la Comisión para el Consenso).
Por qué las divisiones
Se ha tratado de buscar una explicación a este fenómeno dispersivo en las
diferencias internas que existían en el
PS ya antes del golpe militar de 1973 y
que esa derrota habría exacerbado hasta el extremo de provocar la división.
Sin desconocer cuanto de verdadero
hay en esa afirmación, parece excesivo
atribuir también a ella divisiones posteriores, incluso al interior de cada grupo, sin razonar con un voluntarismo
ilusorio. Se puede afirmar, contradiciendo esa aseveración, que en el seno
del Partido Socialista existieron siem-
pre y desde su fundación diferencias
entre diversos sectores, sin que ello afectase el desarrollo unitario de su dialéctica interna ni provocase rupturas
traumáticas en mayor medida que las
fracturas que han sufrido las demás
fuerzas políticas que existen en nuestro país. que no siempre mostraban a
la luz sus divergencias. Por otra parte.
si bien es el Partido Socialista la organización que ha sufrido más violenta y
públicamente este proceso. no puede
desconocerse que él abarca ámbitos
más amplios. llegando a afectar a todos
los partidos de la izquierda chilena y a
sus organizaciones unitarias. lo que no
se condice con una explicación que
busque sus orígenes en el interior del
Partido Socialista.
Por todo ello, parece ingenuo pensar que este problema tenga su causa
principal en la enconada lucha posicional en el interior del Partido. Parece
más bien que esa lucha es parte sintomática del mal que nos afecta, el que
debe situarse fundamentalmente en la
relación debilitada del Partido con las
grandes masas nacionales y en la ausencia de una alternativa realista y revolucionaria del Partido y del movimiento
popular.
Si no tratamos de engañamos a nosotros mismos, con lo que haríamos un
flaco servicio al socialismo y a las clases trabajadoras, debemos reconocer
que la violencia del golpe de Estado y
la represión consiguiente han abierto
una amplia brecha entre el Partido y
las demás fuerzas de izquierda y las
masas trabajadoras de nuestro país. No
existe casi un contacto político con las
masas y nuestras vinculaciones orgánicas con ellas son extraordinariamente
débiles. No cumple por ello objetivamente el PS un papel de dirección de la
28
clase trabajadora, ni esta última en su
conjunto el papel de vanguardia en la
recuperación de las libertades democráticas y mucho menos en una aspiración socialista.
Ausencia de un proyecto realista
Este debilitamiento objetivo en la relación Partido-masas está en íntima correspondencia con la ausencia de una
alternativa del Partido y de la izquierda a la propuesta que impositivamente
plantea la dictadura. Durante siete
años el Partido Socialista y la izquierda
chilena han sido incapaces de presentar
al país un proyecto realista para derribar la actual dictadura y generar un gobierno de transición, que agrupe tras
de sí a las grandes mayorías nacionales. Esto ha dejado al movimiento popular a la deriva y a los partidos de la
izquierda a la espera de que hechos políticos externos, ajenos a su voluntad
expresada en acción, puedan modificar
la situación existente para hacerlos
aparecer como sujetos del cambio institucional y social. Pareciera que se ha
hecho la elección de tener un PS (o varios PS), como testigo presencial de su
tiempo, del cual podrá dar testimonio
a nuevas generaciones.
La Democracia Cristiana, en cambio, se ha presentado ante el país con
una alternativa propia, ganando considerables espacios en el movimiento obrero, en las capas medias, en la intelectualidad y en otros sectores importantes de la sociedad chilena, obligando en la mayoría de los casos al movimiento popular a ponerse detrás de
una alternativa que no es suya. En este
sentido, el punto más avanzado a que
han llegado los partidos de la izquierda
ha sido la búsqueda, no siempre por las
vías más conducentes al efecto, de un
acuerdo con la Democracia Cristiana,
el que ésta ha rechazado permanentemente, por estimar que la izquierda no
tiene otro camino que no sea alinearse
tras el proyecto que ella propone si
quiere realmente cambiar el gobierno.
Esta incapacidad direccional del PS
y la izquierda para generar su propio
proyecto frente a la presente coyuntura, trae a la memoria la imposibilidad
de un acuerdo político posible en los
últimos meses del gobierno de Unidad
Popular, y no se puede menos que lamentar la escasa renovación de cuadros
en las direcciones máximas de los partidos, pues la mayoría de los actuales
dirigentes se visualiza asociada a esta
ausencia de dirección política, de trágicas consecuencias para Chile y para su
pueblo.
Toda esta situación, evidentemente
negativa y de un retroceso no terminado del movimiento popular, plantea
la urgencia de resolver el problema de
qué hacer para reencontrar un Partido
Socialista unido, que en tal condición
ha sido siempre un factor de unidad en
el conjunto de la izquierda, y para dotarlo de un programa que contemple
una alternativa revolucionaria y realista frente a la dictadura, que sea visualizada por las grandes mayorías nacionales corno una solución válida a la
que se adscriban no sólo teóricamente
sino también en la acción. Se trata, por
consiguiente, de revertir el sentido general del proceso social chileno en favor de las clases trabajadoras.
Factores de reencuentro
Para cumplir esta finalidad no se parte
de cero, sino con una larga serie de factores comunes que, considerada su significación, constituye una buena base
para facilitar el reencuentro.
Entre ellos, es de particular importancia un sentimiento generalizado sobre la necesidad de la unidad, que tiene su raíz en la conciencia de que sólo
un Partido Socialista fuerte y cohesionado es garantía del nacimiento de una
alternativa popular. Existen indudablemente en el terreno individual o de pequeños grupos algunos que, a la inversa, creen positivo lo que consideran
que ha sido una depuración en las filas
del Partido para eliminar las tendencias
conservadoras u otros que piensan que
han logrado liberarse de los sectores
extremistas, pero tanto los unos como
los otros son cuantitati‘vamente irrelevantes frente a la gran mayoría de los
socialistas que aspiran a reencontrarse
con el viejo Partido que conocieron.
Otro factor común a casi todos los
socialistas es su defensa intransigente
de los principios que constituyen el
acervo histórico del Partido, que se
ha acentuado particularmente en el
último período como u na reacción de
29
protección frente a las fuerzas centrífugas que se observan. También en este caso existen algunos focos que reivindican la historia del Partido a partir
solamente del Congreso de Chillán u
otros que quisieran cancelarlo de su
historia, creando voluntarista y antojadizamente un pasado diverso al verdadero. La respuesta socialista es la reiteración orgullosa de sus principios ori-
ginales, asumiendo como propios las
virtudes y los defectos que hicieron
grande al socialismo chileno.
Es también un elemento inserto en
el universo socialista, que debe pesar
positivamente en un proceso de reencuentro, la indiscutible decisión revolucionaria que anima al conjunto de la
militancia, con independencia de las
interpretaciones sectarias o los juicios
diferentes sobre las vías para alcanzar
el cambio revolucionario. Esta vocación de combate ha tenido sus momentos relevantes en la revolución socialista de 1922, en la lucha contra el nazismo durante la segunda Guerra Mundial, en el gobierno popular de Salvador Allende y en la resistencia contra
la dictadura militar y no existe ningún
socialista que no reivindique como
propias esas batallas y que no aspire a
continuar en la trinchera popular hasta
la concreción de un Chile socialista.
Otro elemento aglutinador, destinado a tener un extraordinario realce en
el futuro, es la determinación de todos
y cada uno de los socialistas de transitar por la senda trazada por Salvador
Allende, portaestandarte de las esperanzas de nuestro pueblo de una sociedad más justa e igualitaria. La herencia
de Salvador Allende pesará permanentemente en forma positiva frente a
cualquier proceso reunificador.
Sin imposición de sectores
No obstante la importancia de éstos y
otros factores cohesionantes, es evidente que en las condiciones presentes
no es posible en la práctica hacerlos va-
ler en ninguna instancia como referentes suficientes para la reconstitución
socialista.
En este momento, además parece
difícil que alguno de los actuales grupos que hemos mencionado anteriormente o de los que pudieran crearse en
un futuro próximo esté en condiciones
de hegemonizar al conjunto de la militancia del viejo tronco socialista. Más
allá de la discusión ideológica, que necesariamente se produce entre ellos,
existen desconfianzas, suspicacias,
abiertas enemistades que alcanzan el
carácter de odiosidad e, incluso, la defensa de posiciones personales (para
decir lo menos, discutibles, sea por su
significación o por su legitimidad). En
estas condiciones, no aparece objetivamente probable que ninguno de estos
sectores renuncie en favor de otro al
que juzgan su derecho de ser la continuación histórica y orgánica del Partido de Salvador Allende. Esto mueve a
pensar que esta lucha por la hegemonía eternice la división socialista, haciendo con ello un aporte a la continuación del régimen militar.
Si se considera, entonces, como
irreal la posibilidad de una reunificación socialista hegemonizada o dirigida
por alguno de los sectores existentes y
al mismo tiempo se afirma que existen
factores comunes entre todos ellos que
operan positivamente para la reunificación, el problema que se plantea es cómo crear un punto de encuentro permanente, no limitativo ni excluyente,
donde cada grupo mantenga inicialmente su organicidad, que sirve de avío
a una operación integradora.
La búsqueda iniciada
En este sentido, se han hecho importantes y significativos esfuerzos, tanto
dentro como fuera del país, sin que
hasta ahora se arribe a la ecuación buscada.
En Chile, el 19 de abril de 1979, nace la Convergencia Socialista, reconociendo en su seno a lo menos tres de los
sectores ya mencionados. Lamentablemente esta iniciativa ha limitado sus
perspectivas, al entrar la Convergencia
al mismo juego hegemonizador de los
grupos por separado. Con posterioridad, a comienzos de 1980, se crea el
Frente Socialista, organismo que surge
como referente unitario e inicialmente
con participación efectiva en el limitado trabajo político que existe en el
país. Sin embargo, a poco andar, se ha
ido colocando en una posición aislacionista del universo socialista, con la pretensión de transformarse en referente
único y excluyente, lo que dificulta
que pueda llegar a constituirse en un
factor positivo del proceso reunificador. Finalmente, como un hecho puntual pero de singular importancia, debemos mencionar la celebración unitaria (con la sola exclusión de los sectores Almeyda y Frente Socialista) del
cuadragésimo octavo aniversario del
Partido, lo que implica en su intencionalidad un empeño por revertir la situación existente.
En el exterior, en los últimos meses
de 1978, el compañero Raúl Ampuero,
con el significativo aporte de la Liga
por los Derechos y la Liberación de los
Pueblos, invitó a todos los partidos y
A LA PLATA, PLATA
Sí. Hicimos un estudio y decidimos que era muy conveniente recibirnos de todas las escuelas de la
comuna. Nos significa mayores recursos del orden de los trecientos millones de pesos al año.
¿Cuántas escuelas hay en su comuna?
-- Hay cincuenta y cuatro escuelas de enseñanza básica fiscal, y tres liceos.
— ¿Y cuántos profesores para todas?
- Mil seiscientos funcionarios entre docentes, profesores y administrativos.
¿Es positivo el traspaso de la educación para una comuna pobre?
Es muy positivo. Sólo con el aumento de los ingresos al doble significa treinta y un millones mensuales más de administración directa en los problemas de las escuelas."
Felipe Montero Jaramillo, alcalde de Pudahuel, quien según la entrevista ". . . parece cazador antes
que alcalde. En verdad prefiere pescar , truchas salmonadas, y baja los ríos del sur en kayak. Es un alcalde
nuevo, con apenas siete meses en el cargo".
Qué pasa núm. 532, Santiago de Chile, 18 al 24 de junio de 1981.
"—
30
militantes que se identifican como integrantes de una gran vertiente socialista en el interior del movimiento popular al así llamado Encuentro de Ariccia,
de donde surgió un Comité de Enlace,
que continúa trabajando en la perspectiva de ser un punto de encuentro y, finalmente, cauce común para todos los
componentes de esta área socialista.
Llevar a buen fin una iniciativa de esta
magnitud, más amplia y ambiciosa que
la sola reunificación socialista, presupone sin embargo la existencia en su
seno de un Partido Socialista fuerte y
unitario. De allí que parte del esfuerzo
actual del Comité de Enlace se oriente
en esta dirección, habiendo logrado la
firma conjunta de un documento de
los mismos cuatro sectores que en el
interior celebraron en conjunto el aniversario del Partido y su incorporación
en forma permanente al Comité de Enlace, el que ha pasado a convertirse así
en el primer punto de encuentro estable de esas cuatro corrientes hecho que
tiene una significación indudable, más
allá de su presencia formal en el mencionado Comité.
Siempre en esta misma búsqueda,
tuvo especial valor el llamado Encuentro de Roma, en los meses de julio y
agosto de 1979, al que concurrieron de
una y otra forma cinco de los seis grupos ya citados. En esta oportunidad se
avanzó notoriamente, al suscribirse documentos comunes por representantes
del interior y el exterior, siendo en definitiva la falta de madurez y la intención hegemonizadora de algunos lo
que malogró la iniciativa.
Condiciones de avance
Es evidente que un punto de encuentro no es sino el inicio de un posible
proceso reunificador. Para llevarlo adelante nos parece que deben concurrir
copulativamente a lo menos tres condiciones.
Primero, aceptar que lo que define
la adscripción de una persona a un partido político es el programa que éste
sustenta y no una ideología determinada. Las religiones y las escuelas filosóficas proceden a la inversa y para
participar en ellas se debe ser creyente
del conjunto de principios ideológicos
que la informan. Pero a nadie, en su sano juicio, se le puede ocurrir rechazar
de un partido político a un postulante
que persiguiendo las mismas finalidades programáticas diverja de su ideolo-
gía personal o de grupo. Quien escribe
estas líneas es un marxista convencido
y, sin embargo, no comprende por qué
superior razón no pueda estar en una
misma organización con un cristiano
que también quiere luchar por el socialismo. Cobra este asunto particular importancia en América Latina y especialmente en Chile, donde las masas
cristianas constituyen una parte considerable de la clase trabajadora y un
sector de ellas aspira a una solución socialista para resolver los problemas del
país.
Segundo, los sectores que confluyen hacia la reunificación no pueden
tener la pretensión de imponer al conjunto la totalidad de sus programas, lo
que haría imposible todo acontecimiento. El programa que asumirá cocomo propio el Partido que surja debe
ser el producto de la discusión común
bles, señalamos a continuación los siguientes, que nos parecen forman parte del acervo histórico del PS.
a) La tarea principal que se propone
el PS es la construcción del socialismo
en nuestro país. Ella delimita inmediatamente el contingente de militantes
de aquellas personas que luchan por
mejorar la sociedad actual, pero cuya
aspiración última es crear una sociedad
democrático burguesa, con el más amplio contenido social posible. Para los
socialistas el período democrático burgués es importante porque representa
un estadio avanzado del desarrollo social, pero fundamentalmente porque
les otorga espacios que facilitan su lucha por el socialismo.
b) El PS es revolucionario, porque
se propone modificar sustancialmente
la sociedad actual, entregando a las clases trabajadoras la propiedad de los
le sus contenidos y, seguramente, en
ina primera fase se limitará a los planeamientos esenciales, para que sea la
lialéctica interna de su discusión como
iartido unido lo que de respuestas más
:omprehensivas.
Tercero, el Partido que renazca de)e a su vez ser construido sobre bases
;omunes. Es por ello que cada grupo
lebe individualizar previamente las
n'oposiciones mínimas que considera
rrenunciables. Esto permitirá definir
Eesde el comienzo cuales sectores pue[en arribar a un acuerdo definitivo y
uales no continuarán en la discusión
¡ara proseguir entonces un camino
iropio.
medios de producción y cambiando en
forma radical las actuales relaciones
productivas. Son estas medidas y sus
consecuencias las que le otorgan su carácter revolucionario y no las vías que
se utilicen al efecto.
c) El PS es democrático. La vida interna del partido debe ser una especie
de anticipación de la sociedad que pretende construir, en forma tal que sea
en sí mismo un estímulo y un ejemplo
para las clases trabajadoras. Un partido
monolítico, "de nuevo tipo", en donde siempre la democracia interna está
supeditada al centralismo y donde es el
vértice partidario el que decide por el
conjunto de la militancia, incluso en la
renovación de sus cuadros, no podrá
jamás construir un sistema social democrático y pluralista sin negarse a sí
mismo. La historia es una confirmación de este acerto.
Contenidos irrenunciables
manera de proposición, y sin el afán
de agotar estos contenidos irrenuncia-
31
¿Revolución en la revolución ?
La Comuna de Polonia
Marcelo Schilling
Los grandes estallidos sociales aparentan tener su origen en incidentes
inmediatos y de "poca monta".
Polonia 1980 no escapó a esta especie de norma. El primer grito que se
escuchó en los astilleros Lenin y Comuna de París en Gdansk, cuya huelga
terminaría por investir de rasgos políticos y de carácter nacional al movimiento económico reivindicacionista y
focalizado que se desarrollaba desde
julio de 1980 en el país, fue: " ¡Anna!
¡ Reintegrad a Anna!." Se exigía así a
la dirección del astillero Lenin que
Anna Walentynowicz (la libertad parece tener nombre de mujer), antigua y
prestigiada luchadora obrera "no oficialista", fuera reincorporada a su trabajo, junto a otros dos de sus camaradas. Poco antes, Anna había sido despedida bajo la acusación de "agitadora". Sin embargo, la Walentynowicz,
miembro del comité de huelga en
Gdansk 1970 y distribuidora del periódico ilegal Robotnik (El obrero)
no era más que el detonante de un
conflicto mayor, de más remotos antecedentes y vastas proyecciones.
¿Donde y qué buscar?
¿En las "lagunas" de la teoría de Marx?,
¿o de Lenin? Es el camino sugerido
por aquéllos que ponen en duda la existencia de una teoría política y, o del
Estado en Marx, Lenin y sus continuadores.
Marx, como crítico de un estudio
preciso del capitalismo y testigo de la
experiencia de la Comuna de París, y
Lenin, en tanto crítico de otro período de su desarrollo y orientador principal de la primera revolución anticapitalista, concluyeron en la necesidad
de todo un período histórico para la
transición a la sociedad sin clases. Am-
bos la definen necesaria por cuanto
estiman que, aún cuando conquistado
el poder por la clase obrera, persiste la
lucha de clases. Por lo mismo, postulan que transitoriamente se precisa organizar la nueva dominación, que eliminará toda dominación, en un Estado de dictadura del proletariado.
Producida su teoría revolucionaria
en condiciones históricas concretas no
podían, Lenin y Marx, sino dejar "lagunas" en sus formulaciones sobre teoría política y del Estado para la organización de la nueva dominación transitoria. Desconociendo la .duración del
período de tránsito y aún errando en
el vaticinio al respecto, así como desconociendo los condicionamientos y la
dinámica concreta que anima la transición, mal podían elaborar con base
científica una teoría política y del Estado acabada para dicho período.
Ello no obstante, ambos propusieron medidas tendientes a eliminar las
diferencias entre dirigentes y dirigidos
en el Estado de transición. Para Marx
estas medidas eran las de la Comuna
(en particular, salario funcionario igual
al salario obrero, elegibilidad y revocabilidad de todos los mandatos, el pueblo en armas). Para Lenin eran las propuestas de limitar el poder de la naciente burocracia soviética, sobre cuya
peligrosidad alertaba en el documento
conocido como su testamento político. En consecuencia, tal vez podamos
"disculpar" a Marx y Lenin de los sucesos que actualmente conmueven al
movimiento revolucionario mundial:
Polonia 1980-1981; el exilio masivo
de cubanos al "paraíso" estadunidense
en 1980; la guerra chino-vietnamita;
Cambodia; Checoeslovaquia 68; Hungría 56; y bastantes más.
19
Si no es en las "lagunas" de la teoría revolucionaria donde resulta acertado
hurgar para descubrir las causas de
la situación actual de Polonia y, en
general, del "socialismo realmente existente", podría resultar recomendable
Investigar en las condiciones históricas
específicas y en la dinámica concreta
pe anima el desenvolvimiento de las
sociedades generadas a partir de las
revoluciones anticapitalistas triunfantes.
Retraso y coexistencia
Tal vez sea en la cuestión de la
apropiación del patrimonio científico cultural de la humanidad, resultante del
desarrollo de las fuerzas productivas,
Por el proletariado y los explotados en
general, y en lo lato del período de
coexistencia entre los regímenes de
transición y el imperialismo, donde se
pueda encontrar las claves explicativas
de la situación polaca actual.
El primer problema está en la base
del surgimiento de la burocracia como
fuerza social y política dirigente en la
transición, en tanto este conglomerado social proporciona laintermediación necesaria para la superación de la
de la contradicción entre teoría y movimiento. El carácter inicialmente progresista de este grupo político social
no puede desconocerse por el hecho de
terminar convirtiéndose en una nueva
clase dominante que tiende a
reproducir y perpeturar su condición de
privilegio.
Sin embargo, la realidad demostró
que las revoluciones anticapitalistas, en
vez de dar lugar a un proceso más o
nenos acelerado de eliminación de las
diferencias entre dominados y dominadores, vieron cristalizar una nueva for-
d) El PS será participativo, porque
propenderá a incorporar a cada uno
de sus militantes al conjunto de sus tareas, permitiendo que sea el esfuerzo y
el sacrificio desplegados en ellas y los
aportes que se realicen los que determinen la integración a sus diferentes estructuras y niveles. En este sentido
propendera, además, a crear mecanismos democráticos de control, que permitan periódicamente la mantención o
el reemplazo de los dirigentes.
e) El PS decide con total autonomía
su línea política y orgánica, sin someterse ni reconocer ningún centro internacional con autoridad para modificarla. Debe ser nuestro propio análisis de
la realidad nacional e internacional el
que determine el quehacer partidario.
Ello no obsta a que el Partido se oriente a crear las mejores relaciones con todos los partidos y movimientos populares en el mundo y con las organizaciones en que ellos participen. De aquí,
su doble carácter de partido profundamente nacional y su indiscutible vocación internacionalista.
f) El PS trabajará incansablemente
por desarrollar estratégicamente el más
amplio proceso unitario con todos los
partidos y sectores que luchen por el
socialismo en nuestro país, privilegiando los comprendidos en la vertiente socialista del movimiento popular. Esta
misma actitud unitaria informará nuestra labor en el seno de las clases trabajadoras, que serán en definitiva los protagonistas de la revolu ión socialista.
Una propuesta del partido
Se ha señalado como no suficiente la
existencia de un Partido Socialista reconstituido en el conjunto de la izquierda chilena, sino además la necesidad de dotar al PS y al movimiento
popular de una alternativa realista y revolucionaria y, en este sentido, el Partido debe tener una propuesta que per-
mita una amplia discusión en el interior de las fuerzas democráticas, de
donde surja el proyecto definitivo del
conjunto.
En forma metodológica, nos parece
que debemos distinguir tres momentos en el interior de dicha propuesta,
sucesivos no en su enunciado, sino en
su concreción. Los señalamos en sentido inverso al de esta última para facilitar la exposición.
Así, el primero es el modelo de sociedad socialista que queremos construir, la utopía que proponemos al
pueblo y a la que éste debe ligar sus esperanzas liberadoras. La propaganda
de las ventajas de una República Democrática de Trabajadores, de las ilimitadas potencialidades que puede
liberar, debe estar siempre presente en
cada una de las acciones que el partido
emprende, ligada a las luchas diarias de
los diversos sectores, permitiendo que
se vaya entronizando en la conciencia
de los trabajadores manuales e intelectuales y consecuentemente expresándose en acción para conseguirla.
El segundo momento de esta propuesta es la alternativa que se propone
no ya al sistema, sino al régimen militar vigente. Sólo en la medida en que
las clases trabajadoras y los sectores
democráticos de la burguesía visualicen como posibles las soluciones ' ofrecidas habrá condiciones para movilizarlas para su realización.
El tercer momento, no por coyuntural menos importante, es la formulación de una plataforma de lucha. El
más imperioso problema del partido y
de la izquierda es el de despertar en la
clase trabajadora una conciencia que
se encuentra actualmente adormecida
por el terror y la necesidad de vivir, individualizando los factores movilizadores necesarios al efecto. Para ello, es
obligatoria la presentación de una plataforma de lucha, que contemple los
problemas de todos los días de los tra-
bajadores y que, por consiguiente, incluya propuestas socialistas sobre la cesantía, los bajos salarios, el alza de los
precios, la vivienda, la educación, la
salud, etcétera. Es a partir de la movilización de la población por sus reivindicaciones concretas que será posible ir
incorporando a los más diversos sectores democráticos a la alternativa realista que propongamos y posteriormente
a la lucha activa por la realización del
socialismo en nuestro país.
Es evidente que en este aspecto, como en otros, el PS y la izquierda están
en mora con el movimiento popular.
No hemos leído, en efecto, desde el
golpe hasta hoy, una sola página de los
"escribidores" del Partido sobre el
quehacer concreto, de todos los días,
de los trabajadores, sobre los problemás mas inmediatos que les afectan.
Bastaría la constatación de este hecho
para comprender la distancia que hoy
separa al PS y la izquierda de las masas.
Entendemos que el análisis que hacemos puede herir susceptibilidades de
algunos dirigentes, pero preferimos correr este riesgo antes que guardar un silencio culpable, que en nada ayuda a
encontrar un camino de victoria. Es
necesario, no obstante el extrarodinario retardo, abrir y desarrollar una discusión en profundidad que permita salir positivamente de la actual encrucijada y estamos convencidos que también serán muchos los militantes y dirigentes que comprenderán nuestra intención.
El conjunto de estas observaciones
no tiene otra finalidad que poner el dedo en la llaga de una situación que no
puede prolongarse por más tiempo. Se
hace necesario que cada socialista tome conciencia de la necesidad de la
unidad y que actúe consecuentemente
para obtenerla. La reaparición del Partido Socialista en la escena política chilena depende de cada uno de nosotros.
LA IMPORTANCIA DE APRENDER IDIOMAS
"Devor, California, 21 de julio (AP). Los jueces atribuyeron (sic) la capacidad de Anna Reynolds de hablar cinco idiomas, como una de las razones por la que triunfó sobre otras 16 concursantes en el torneo de belleza Miss Estados Unidos —Internacional Desnuda. Los hombros de la belleza, nacida en
Chile, eran lo único que tenía cubierto el domingo cuando recibió el manto celeste al culminar el concurso de dos días en el campo nudista Treahouse Fun Ranch en esta localidad, a 100 kilómetros al norte de Los Angeles. 'Es magnífico —dijo hoy la reina de belleza de 25 años— especialmente porque soy
de otro país'."
Excélsior. México DF. 22 de julio de 1981.
32
Oscar Castro:
"Aleph...número después
del infinito"
Entrevista por Ivonne Szasz y Ricardo Chelén
El Teatro Aleph surgió en Chile en 1968, iniciando en el país el teatro de creación colectiva. Desde entonces, trabaja incesantemente, incluso en la campaña presidencial de Salvador Allende, luego durante su gobierno, llegando a realizar diversas presentaciones en el extranjero. Tras el golpe de Estado, montan una nueva obra. Después de algunas funciones, fueron arrestados. Juan MacCleod, actor, y la propia madre de Oscar Castro, quien no tenía actividad teatral ni política, desaparecieron
desde entonces en los centros de tortura de la DINA, policía política de la dictadura de Pinochet.
Los integrantes del Aleph prosiguieron su actividad en los campos de concentración, algunos por más de 2 años. Forzados
luego al exilio, se establecieron en París, donde reconstituyeron el grupo con la incorporación de nuevos componentes, de
distintas nacionalidades. Habiendo alcanzado gran éxito en Francia y Europa, realizaron recientemente una gira por Latinoamérica. En México, invitados por el INBA y FONAPAS para algunas fúnciones, debieron prolongar sus presentaciones en distintos escenarios durante los meses de junio y julio. siendo calurosamente acogidos en especial por el exilio latinoamericano.
Esta fue la entrevista con Oscar Castro, director y principal animador del
grupo:
¿Cómo entienden lo que ustedes
llaman "cultura latinoamericana en el
exilio"?
Hay varios aspectos, en relación a
la cultura latinoamericana y la cultura
en general. Se ha teorizado y se ha hablado tanto de conservar nuestras raíces más autóctonas. Y a medida que va
pasando el tiempo, los años, se va haciendo más relativo, la cultura se va haciendo más universal, por una necesidad de comunicación. Finalmente, el
rescate de nuestra propia cultura em-
pieza a hacerse un poco mitológico.
Cuando hablamos de una "cultura
latinoamericana" ¿de qué hablamos?
En el teatro, por ejemplo, nosotros no
tenemos una tradición como la de Europa. En Chile, el teatro empieza a hacerse mucho, mucho después; y mal
que mal, tiene que ser una copia, de
Shakespeare, Moliére y todos los creadores europeos. Sin embargo, en nuestra obra hay muchos elementos que
son latinoamericanos. En "Mateluna",
por ejemplo, las canciones, el chachachá; hay un ritmo latinoamericano, un
tiempo distinto, con un humor distinto, empleando de repente recursos que
el teatro europeo no emplea (en "Mateluna", la escalera, por ejemplo, salió
por un problema económico, porque
no teníamos plata para hacer una casa
chica: resultó la escalera, que ha causado mucho más impacto que si hubiera
sido una casa chica):
Los valores, lo que nos queda de
nuestra cultura, está siendo mezclado
ya; uno "se afrancesa", así como ustedes van tomando modismos y manera
de ser mexicana.
A nosotros no nos interesa ser un
grupo de teatro europeo o francés,
sino hacer un teatro latinoamericano
en francés. El problema de la cultura
es muy contradictorio. El pintor, el
poeta, el cantor latinoamericano que
vive en Europa, ya sea por exilio político o cultural, tiene que esforzarse
por ser más universal, tiene que tomar
cosas de otros países.
Nuestros cantantes en Francia tienen que cantar en francés, es la única
manera que tienen de comunicarse. O
si no, hacer largas presentaciones: "vamos a cantar una canción de una señora —todo esto en francés o en inglés—
que viene bajando del cerro con una
carga de leña y que en la carga de leña
traía tal cosa o tal otra. Y cuando se
encontró con su compañero que estaba
abajo, estaba medio muerto de hambre
y medio muerto porque le habían pegado los milicos; y entonces, ahora, les
vamos a cantar la canción".
Bueno, pero hay un lapso largo, que
cuesta, en el que se pierde la comunicación. "Mateluna" no podía ser una
obra en español, con explicación en
francés.
Hay cosas a las que hay que perderles el miedo. Neruda, por ejemplo, vivió tal vez la mayor parte de sus años
más creativos fuera de Chile, y fue cada vez más chileno y más universal.
Hay también un problema de calidad;
un excelente pintor o un excelente
músico traspone todas las barreras naturales, de lo que puede ser su vida, su
país, todo.
—En definitiva, los seres humanos
somos siempre los mismos en todas
partes ..
—Claro. Por ejemplo, cuando yo leí
Cien años de soledad de García Márquez, me pareció que era mi pueblo,
que era Colingo. Y me contaba García
Márquez que en Alemania una señora
le había dicho: "pero si este es un pueblo alemán, que está ubicado en tal
parte, ese es Macondo". Efectivamente, todos los países del mundo deben
tener sus Macondos propios.
En "Mateluna" lo más importante
que logramos, sin ninguna pretensión y
sin pensar que iba a resultar, fue mostrar que todos los exilios son iguales.
Si tú tienes aquí una casa más grande,
tienes el mismo problema de los papeles, la misma desesperación por la ciudad y porque no te entienden. Finalmente, el exilio no es tampoco una
cosa de lugar. Un amigo actor que vino
de Chile me decía: "Bueno, pero yo
soy exiliado en Chile." Allá hay un
exilio de los chilenos que piensan como nosotros, que son como nosotros,
que se juntan y se encierran; y que están cesantes, tienen también nuestras
mismas limitaciones, no tienen comunicación con la gente a pesar de que
hablan el mismo idioma, que frente a
los valores que trasmite la televisión, se
dicen "¿qué me está ofreciendo el se-
es lo mismo, se hace lo mismo.
No es esta la primera represión de la
cultura que se produce en Chile. Ya la
resintió Recabarren, ocurrió después
con González Videla, ahora con Pinochet. Y los creadores artísticos siempre
se están preguntando, hoy día también,
REVISTA LA BICICLETA
CASILLA.6024 - CORREO 22
SANTIAGO - CHILE
FONO: 221969
SUSCRIPCIÓN
ñor éste? Yo no quiero comprar un
avión de paseo". Imagínate: "Luche,
señor, por un avión último modelo."
— ¿Cómo se puede relacionar lo que
ustedes hacen con el trabajo cultural
en Chile?
--Creo que lo más importante es
justamente cómo podemos acercar lo
de adentro y lo de afuera. Creo que
eso es una política cultural que cualquier partido debiera seguir. Más que
preocuparse de las formas, de qué es la
política cultural, a dónde va; porque,
como les decía, ese es un problema
lleno de contradicciones, del que podemos estar hablando toda la noche.
Creo que hay que ir más a las cosas
prácticas. Ningún partido lo hace, no
lo hacen. Actualmente no hay nadie
que diga: "Mire señor, nosotros vamos
a formar un equipo para mostrar los
video-cassettes del teatro que se hace
allá, y viceversa, lo mismo adentro,
como se pueda." Que se muestren, no
más. Yo creo que por ahí va una buena
política cultural, que alguien se preocupe de mostrar lo que pasa adentro y
afuera. Un intercambio. Es la única
manera de que no se pierda el vínculo.
En Chile, desde Recabarren, la lucha fue con teatro, con poesía. Antes
de que ganara Allende, y después, durante el gobierno de Allende, igual, los
grupos de teatro andaban en las poblaciones, en las fábricas. Y actualmente
¿qué arte es el que estamos haciendo?,
¿a dónde vamos, a quién queremos llegar? Creo que es bueno tomar conciencia: lo que pasa ahora en Chile pasó
antes también. Y después se recuperó
lo mejor, como va a pasar también
después de este período. Pero como
ahora se produce un exilio más largo,
la posibilidad de no perder contacto
sería muy buena.
—¿Qué piensan ustedes del arte
comprometido, cómo lo viven?
—Nuestro trabajo del Aleph, desde
que comenzó, fue siempre un arte
comprometido consigo mismo, con nosotros mismos, mostrando nuestros
propios problemas, en la forma más
sincera posible, sin hablar un lenguaje
calificado por un partido político. De
repente, hablamos como MAPU, o como PC, o como socialistas. La gente
dice: ". . . ah, lo caché que era —pongamos -- socialista. Sí, y de los socialistas de Altamirano, claro". Pero nosotros nunca hemos tenido, y creo que
nunca tendremos un lenguaje calificable políticamente. Hablamos de nuestros propios problemas, en el sentido
más profundo, del dolor, del amor.
Durante la época de la Unidad Popular, nos dijeron una vez , que hacíamos teatro pequeño hurgues. Me acuerdo que el gordo Cifuentes, que en
aquella época estaba con nosotros,
dijo: "miren, yo creo que nosotros ha-
cemos un teatro pequeño burgués porque somos pequeños burgueses. El día
que seamos revolucionarios vamos a
hacer un teatro revolucionario, pero
mientras tanto no podemos decir mentiras".
Yo creo que esa frase, que se dijo
hace como doce años, empezó a ser
corno una forma nuestra. Nuestro teatro fue creciendo o cambiando en la
medida que nosotros fuimos cambiando, se fue haciendo más comprometido, pero porque nosotros estábamos
comprometidos con la vida.
Después del golpe militar, creo que
el Aleph fue el primer grupo que presentó una obra política. ¿Que fue una
locura? Claro, caímos presos. Entonces
hicimos teatro de campos de concentración, de presos políticos. Pero no
era una actitud heroica, era una actitud normal, porque estábamos presos
y había que hacer teatro, nada más. Y
desde que estamos en el exilio, teatro
del exilio.
La próxima obra, que estamos preparando, es sobre la valentía y el miedo. Es algo que también nos toca. Nos
toca cuando uno dice, pochas, el honor, la valentía, ¿qué son para nosotros? Nuestro pueblo ha sido tan pisoteado, tan vilipendiado, escupido en el
rostro. Y no hemos tenido nosotros
una capacidad de respuesta, de honor,
ACTOR PREMIADO
Caracas, 4 de julio (DNA). El
actor y director teatral chileno
Lientur Carranza, avecindado
desde hace varios años en Venezuela, ganó el premio al mejor actor de reparto, otorgado
por la municipalidad (consejo
municipal) de Caracas.
Carranza, que ha dirigido y
protagonizado varias obras,
tanto en la capital venezolana
como en ciudades del interior
de este país, obtuvo el galarón por su actuación en la obra
costumbrista del francés Denis
Diderot, El vividor, escrita el
siglo pasado. Excélsior, México D.F., 5
de julio de 1981.
valentía. Hay gente que dice: "perdóname, nuestro pueblo es muy valiente"; o "yo soy valiente". Yo digo esto
como lo veo, ningún partido político
lo acepta: nuestros partidos no nos
han educado frente al honor, frente a
la valentía, frente a la dignidad. Nos
educan en ganar pequeños pasos, en ir
ganando niveles, ¡qué se yo! A lo mejor es verdad. Yo no entiendo mucho
de geopolítica, pero lo que a mí me
preocupa, a título personal, es que a
nosotros, al menos a los del Aleph,
para que nadie se sienta tocado, no nos
educaron en lo del honor.
cia empezó la actividad cultural.
En Chacabuco había hasta un teatro que arreglaron los compañeros.
Allí hubo gente de teatro, como Gonzalo Palta, Igor Cantillana y otros compañeros que hicieron una hermosa
labor teatral. En Ritoque formamos
dos grupos. Los que eran profesores
hacían clases, los abogados pusieron
oficinas de "problemas jurídicos", había campeonatos deportivos. Y nosotros hacíamos teatro, viernes por medio, cada grupo, con actores improvisados y la ayuda de muchos compañeros.
--Pero se hizo, se hizo. Empezó en
el Estadio Nacional, el mismo 11 de
septiembre, cuando los compañeros
estaban en los camarines, todos cagados, torturados y todo, y empezaban
sesiones de chistes; en aquella instan-
se hizo en los campos de concentración fue un poco para salvar la dignidad. Una de las cosas que más nos
preocupaba era que los milicos nos vieran alegres. También ahí existe la dignidad, y está el honor, el orgullo y la
--El teatro en los campos de conParecería imposible haber hecho
centración, ¿respondía también a la
teatro en los campos de, concentración.
preocupación por el honor y la digni¿Participaban todos, obreros,
dad?
estudiantes, la gente que no era de teatro?
--Claro que sí. Todo el teatro que
valentía.
Entonces, para volver a contradecirse, creo que para uno es muy importante —y los partidos deberían tomar
en cuenta eso— no tener nunca las cosas claras y hacer las pequeñas cosas
concretas. Tener las cosas claras jamás,
porque entonces no hay creatividad, y
si tú sabes que no tienes las cosas claras puedes hacer pequeñas cosas que
finalmente son las grandes cosas. Dentro del campo, todo el mundo va creciendo, y en situaciones bien extremas.
Creo que si nosotros hacemos todo un
impulso interior, en situaciones extremas tendremos más capacidad de respuesta que la que tenemos, que la que
tuvimos ...
--La opción que ustedes plantean
en "Mateluna" se entiende para la
gente que salió va formada : hay qué
abrir la maleta, hay que ver que pasa.
Pero, aué ocurre con los que salieron
niños? Mucha gente se preocupa sobre
si sus hijos van a ser chilenos o, por
ejemplo, mexicanos.. .
—Mira, yo creo que uno se identifica con una causa, con una lucha que
no es solamente chilena, que pasa a ser
latinoamericana, sigues avanzando, y
finalmente es una causa universal. El
cabro que tiene ahora doce años, va a
llegar una hora que tenga ganas de
volver. . o a lo mejor —él, o nosotros- no tiene nunca ganas de volver,
y que no tenga, pues. Que abrimos la
maleta y nos quedamos. . . ¡nos quedamos! Todas esas contradicciones son
válidas. Cabros de 8 años se van a vol-ver a Chile y van a trabajar por Chile,
y otros de sesenta se van a quedar acá,
viviendo y trabajando por México,
¡qué se yo! Unos sin ganas de volver
y otros con ganas de volver.
Yo creo que la lucha generacional
es algo real, y que uno tiene que tener
confianza en la gente que viene atrás,
porque si no, es ahí cuando uno se empieza a transformar en un viejo de mierda. Hay que tener mucha confianza en
los cabros que salieron de doce años y
en los que salieron de dos. Esos niños
van a volver, van a tener a Chile como
un fantasma.
Yo a mis cabros no los desespero.
Cuando ven un partido de fútbol entre
Francia e Inglaterra, y gana Francia,
salen gritando: "on a gagné". ¿Ah?
¿cómo que "ganarnos"? dice uno, en
la cocina, solo. Pero claro, para ellos,
hemos ganado. Y bueno, ellos siempre
tendrán a Chile, porque yo soy chileno.
Máscaras, de Mario Toral
El museo de Arte Moderno de México D F presentó durante los meses
de abril, mayo y junio, una serie de
32 óleos de Mario Toral, titulada
Máscaras.
Nacido en Santiago de Chile en
1934, Mario Toral lleva desde
muy joven una vida itinerante que le
permite estudiar, enriquecer y dar a
conocer su arte en diversas capitales del mundo. Así, realiza su
primera exposición individual en el
Museo de Arte contemporáneo de
San Pablo, en Brasil (1955) y luego,
becado por el gobierno francés,
estudia grabado con Henri Adam en
la Escuela de Bellas Artes de París
(1959-61). Vuelve a Chile en 1963
para ser profesor de pintura de la
Universidad Católica de Santiago.
Desde 1973 reside en Nueva York,
donde fue nombrado Artista en
Residencia en la Universidad de
Fordham de Nueva York y posteriormente obtuvo la beca de-la Fundación Guggenheim. A partir de
1955 ha presentado sus obras en
prestigiosos museos y galerías de
Europa y América, donde ha sido
galardonado con premios internacionales y de la crítica. Ha participado, además, en la ilustración de
varios libros de Pablo Neruda y ha
escrito sus propios cuentos que han
sido publicados en diversas revistas
literarias.
Desde tiempos inmemoriales,
el tema de las máscaras ha fascinado
y sigue fascinando a artistas y artesanos de todas las latitudes. En México, en particular, la máscara sigue
vigente, no sólo en galerías y museos, sino también en los mercados
de pueblos y ciudades, en ceremo-
Y si algún día tienen inquietud social,
la van a invertir en Chile o en Francia,
y va a ser positivo de todas maneras.
Entonces, tampoco le tengo miedo.
—Oscar, ¿y por qué Aleph?
—Porque le teníamos que poner un
nombre. Íbamos a participar en un festival de teatro universitario y no te-
nias y rituales populares.
A diferencia de las máscaras mexicanas, ricas por su variedad de
expresión, forma y material, ya que
las hay labradas en madera, barro,
obsidiana y jade, las máscaras de
Mario Toral son hieráticas, vistas,
generalmente, desde un solo ángulo,
de perfil, y casi todas similares, en
los 32 óleos.
¿Por qué este singular ángulo de
expresión? ¿Acaso pensó el artista
en esos rígidos centinelas de la Isla
de Pascua, en su postura eternamente estática? Pero más que la pétrea
rigidez del moai pascuense, estas
máscaras de Toral sugieren cabezas
en pena que, sin brazo, pierna o tentáculo que las aferre a la tierra, flotan
en espacios infinitos, en huracanadas
atmósferas convergentes, en calmos
vacíos o en abismos aterradores.
Todo se conjuga en ritmos vertiginosos, dentro de un color poderosamente luminoso ("Alegoría de máscaras") o poderosamente oscuro
("Máscaras prehistóricas"). Aparecen en ocasiones en planos diferentes dentro de un mismo cuadro,
lejanas unas de otras, como si estuvieran sumergidas en el aislamiento
más profundo. La misma soledad
se manifiesta cuando se agrupan en
verdaderas cascadas de máscaras o
en bandadas huyendo de algo desconocido.
Incertidumbre, desarraigo, búsqueda de la identidad perdida, la del
individuo y la del hombre contemporáneo, parece sugerir el universo
creado por Toral en esta serie de
óleos, donde la figura humana, reducida tan sólo a una cabeza en forma
de máscara, vaga de un lado a otro
en busca de su redención. C.A.M.P.
níamos nombre. Llegó un compañero
que estudiaba matemáticas y dijo: "miren, yo traigo un nombre, Aleph". Es
el primer número después del infinito.
También es la primera letra del alfabeto hebreo. Bueno, después le hemos
encontrado una serie de significados..
pero fué algo muy circunstancial.
Organización sindical
... La transformación del Grupo de los
Diez en la UDTCH (Unión Democrática de Trabajadores de Chile), que
pasa a sustentar explícitamente una
doctrina de innegables connotaciones
demócrata cristianas, parece encaminada precisamente a la creación de una
Central Sindical de esa tendencia.
Esta no es una medida aislada. Se
podría decir que en todo el movimiento sindical se asiste a la arremetida
de la reorganización impulsada por la
DC. La salida de Frez de la dirección
del FUT parece deberse a su renuencia
en someterse a esta nueva orientación.
La Coordinadora Nacional Sindical
podría reconocerse como una Central
Sindical colocada más a la izquierda.
Pero esto no impide que la DC pretenda mantener en ella una posición
de importancia, a la vez que puede
servirle de vehículo para intentar
cooptar a ciertos dirigentes sindicales.
La fortaleza sindical que pretende
construir la DC se vería reforzada por
las vinculaciones internacionales con
organizaciones laborales como la AFLCIO
En todo caso, estas acciones no
implican cambio político en la DC,
sino la puesta en marcha de una estrategia destinada a constituir bases sociales poderosas que respalden sus
planteamientos políticos. Frente a la
eventualidad de una continuidad prolongada del régimen, le da fuerza social suficiente para reclamar ser aceptada como oposición válida e influyente. Frente a la eventualidad de una crisis, la coloca en condiciones ventajosas para plantearse como alternativa.
Con estas acciones la DC entra
abiertamente a disputar los sectores
laborales con la izquierda, tratando de
desplazar a estos últimos. En el intertanto podrá llegar a acuerdos con los
grupos sindicales de orientación izquierdista, pero en el entendido de
salvaguardar su independencia en este
sector y siempre que tales acuerdos
no vayan a beneficiar a aquéllos.
Iglesia y DC
Hay un elemento que parece prestar
una ayuda considerable a la política
reseñada. Se trata de los últimos acontecimientos relacionados con la iglesia
chilena.
No es que postulemos que haya
identidad entre la Democracia Cristiana y la Iglesia. Pero sí que existen
ciertas afinidades o maravillosas coincidencias.
Gran escándalo produjeron las declaraciones del Cardenal en que se
criticó duramente al régimen. Mayor
escándalo aún las indignadas e irrespetuosas réplicas que lanzaron los
sectores oficialistas. No era para
menos, después de un período de progresiva legitimación del régimen y repliegue crítico, la Iglesia parecía pasar
bruscamente a una oposición decidida.
Pero nadie podría acusar a las autoridades eclesiásticas de temperamentales. Lo que parece existir es una
política consistente de agregación de
fuerzas. Por una parte, se va progresivamente hacia la eliminación del
techo que otorgó la iglesia a ciertas
actividades de oposición. Es posible
que se considere que tal techo favoreció principalmente a grupos de
izquierda en desmedro de grupos
más cristianos. A la vez, se pretende
entrar a disputar con los sectores
de izquierda la dirección de la oposición y movilización popular. De aquí
se puede entender hechos tan contradictorios como las declaraciones del
Cardenal y el desmantelamiento de la
Vicaría.
La Iglesia no puede transformarse
en una iglesia de ricos que lanza a
los sectores populares en brazos del
marxismo. Tampoco la iglesia puede
ayudar a grupos vinculados a la izquierda, pues el desarrollo de éstos
tiene muy poco que ver con la iglesia
y su orientación.
De aquí que se pueda afirmar que
las acciones de la iglesia pueden colaborar bastante con la actual política
de la DC.
Partidos de izquierda
Sabido es que la única oposición
decidida que enfrenta políticamente el
régimen es la de los partidos y movimientos de izquierda. La legitimación
del régimen, o al menos la aceptación
de su institucionalidad, que adoptó
la DC despúes del plebiscito de septiembre, dejó a la izquierda en una
situación precaria. Débil política y
socialmente, deja de tener ese cierto
tono de decencia que otorgaba el paraguas de la DC.
Las últimas acciones emprendidas
Informe
por la DC colocan a la izquierda en
condiciones aún más difíciles, pues debe competir con ésta más agudamente
en el terreno social, sin contar con la
organización y recursos adecuados,
además que sin la Iglesia.
Por otra parte, la situación de los
partidos no experimenta grandes variaciones. El PC parece continuar enfrascado en una fuerte polémica acerca
de la "perspectiva insurreccional" y,
en el intertanto, puede dedicarse a
problemas de organización que aseguren su permanencia y eventual crecimiento, pero sin que ello implique la
adopción de un programa político claro
para hacer frente a la situación actual.
Continúa penando en la izquierda
la crisis del Partido Socialista. Sumido
en un profundo fraccionamiento, su
política se hacía cada vez más difusa y
tiene dificultades para expresarse en
el plano de la acción, ya sea sindical,
estudiantil o propiamente política.
Hay numerosas declaraciones, reuniones y acuerdos que parecieran por
momentos anunciar la unidad de este
Partido. Incluso la prensa —comprendida la de derecha y oficialista— ha
estado informando sobre estos hechos,
mostrando indirectamente su preocupación por tal posibilidad. Pero tal
unidad resulta difícil, a pesar de que
si en algo hay unanimidad es en admitir que, a causa de ésta, la actividad
del PS, en cada una y en el conjunto
de sus fracciones, se deteriora
continuamente .
En la actualidad, pareciera que los
intentos unitarios, tienden a constitución de dos PS. Uno estaría formado
por todos aquellos sectores que no
adhieren a la directiva de Almeyda.
El otro comprendería a estos últimos.
De todas maneras no resulta fácil
Situación nacional
coyuntura política
Taller de análisis político*
saber qué es lo que ocurrirá definitivamente al respecto, puesto que si
los socialistas entran a la discusión
de la vía violenta, las posibilidades de
unidad o fraccionamiento pueden ser
distintas.
Como se ha señalado en otras oportunidades, la división del PS beneficia indirectamente a los llamados
partidos "chicos". Estos habrían tenido un cierto desarrollo, justamente
ocupando en parte el espacio que deja
el PS.
Sin embargo, en estos partidos
"chicos" tampoco las cosas serían
muy tranquilas. La consolidación e
institucionalización del régimen, juntamente con el planteamiento de una
opción de carácter insurreccional, vuelven a plantear el problema dé cómo
hacer política.
Tendencia posible
Frente a esta pregunta no es extraño
que se trate de constituir alternativas
que de alguna manera combinen los
conceptos de democracia y socialismo.
De hecho, es perfectamente posible
que se constituya alguna línea o tendencia para configurar un movimiento
político de carácter socialista y democrático. Pero, no obstante los
acuerdos en los principios, la difi* El Taller de análisis político es un grupo
de cientistas sociales reunidos en Santiago
de Chile que publica Informe de coyuntura
política, análisis mensual del acontecer
nacional basado en información pública de
diversos medios de comunicación que pretende dar una visión crítica y objetiva de
los acontecimientos políticos nacionales.
El texto que se reproduce corresponde a
partes del Informe núm. 11, mayo 1981,
y núm. 12, junio 1981.
cultad puede producirse en relación
a las formas de hacer política.
En efecto, uno de los atractivos
mayores de esta tendencia radica
justamente en la posibilidad de comenzar a hacer política pública ahora,
aún vigente el régimen creado por
los militares. En tal caso podría tratar de lograr una ubicación de oposición tolerada similar a la que pretende la DC. Sin embargo, en este
intento táctico es posible que tal
política tienda a poner más énfasis
en el reformismo que en el socialismo, mirando más hacia el centro
político.
Difícil resulta en todo caso saber
la fuerza que podría llegar a tener una
tal tendencia y quizás más difícil aún
sea vaticinar su orientación definitiva.
En todo caso es muy posible que en el
futura próximo el panorama se vaya
aclarando.
En este contexto, la existencia de
expresiones de violencia política opositora, como la de radio Portales,
contribuyen a estas rearticulaciones
en los movimientos políticos de izquierda. Siendo poca la violencia, en
todo caso está presente y es difícil que
las agrupaciones políticas no se vean
afectadas por esta presencia.
Primero de Mayo
Desde hace algunos años el primero
de mayo se ha transformado en un
día de protesta social por la oposición
al régimen. Más o menos, pero siempre
algo hay.
Este primero de mayo existían
ciertas expectativas de que el movimiento laboral opositor fuera capaz
de una presencia de importancia. Había a lo menos dos hechos que lo
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hacían probable.
El primero y más importante de
ellos era los signos de unidad sindical que se estaban produciendo.
Más aún, fueron todas las centrales
sindicales de importancia las que
conjuntamente convocaron a un acto
para recordar la fecha.
El otro acontecimiento presente
era la existencia de la huelga de los
trabajadores de la mina de cobre de
El Teniente. A pesar de que esta
huelga es de carácter legal y se inscribe dentro de todas las limitaciones
del Plan Laboral, el alto número de
trabajadores involucrados y el tipo
de actividad paralizada le otorgaban
una gran importancia.
A pesar de lo anterior, el primero
de mayo, en cuanto expresión de
fuerza laboral opositora o de protesta
social, se mostró bastante débil.
Fue suficiente que se prohibiera
el acto programado y se cerrara el
local respectivo para que él no se
realizara. Los incidentes ocurridos
fueron menores y los 141 detenidos
fueron más expresión del deseo de
mostrar capacidad represiva por parte
de las fuerzas de seguridad, que del
número o audacia de los manifestantes.
Un acto concurrido y combativo
en el local del sindicato Panal se diluyó entre canciones y poesías, hasta
terminar sin ningún incidente con las
fuerzas de seguridad apostadas masivamente en el exterior.
Es posible que en todo esto opere,
por una parte, un comprensible temor
frente a una represión que insiste en
mostrarse implacable. Por otra parte,
también es posible que se haya producido un cierto desencanto en
cuanto a este tipo de medios. En
suma, no se ve qué es lo que se podría
ganar y sí lo que podría perder.
Pero, en realidad, lo anterior es
más bien expresivo de la . falta de
plataforma política de la oposición.
Lo que, evidentemente, opera como
elemento desmoviizador . Nadie va a
salir a gritar contra el gobierno puramente por darse el gusto de hacerlo
y arriesgarse a sufrir sanciones severas
públicas y privadas.
Perspectiva de unidad
En todo caso, lo que parece valioso
para la oposición se refiere más específicamente al movimiento laboral.
Aquí las exigencias de una unidad
A los Trabajadores de El Teniente, y a la Opinión Pública en General
iSE NOS QUIERE ELIMINAR LOS SIGUIENTES PUNTOS!
1.
2.
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4.
5.
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10.
11.
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13.
14.
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19.
20.
21.
Los seis días en el caso del Rol B, se estarían perdiendo.
El Bono de Producción se estaría perdiendo, en los casos de: Enfermedad, Vacaciones, Accidentes de Trabajo, Permisos por Fallecimiento Rol C, en este caso por Permiso Pagado y Permiso Maternal.
Se estaría perdiendo el Bono de Trabajos Nocturnos, para aquellos Trabajadores que laboran entre las 19 y 23 horas.
Se estaría perdiendo la Gratificación garantizada, que fué pactada en 1972.
A los Trabajadores de apoyo a la Producción, se les quiere pagar sólo 15 días de vacaciones.
Se nos quitan los Préstamos de Emergencia.
Se nos quitaría una cláusula donde están garantizados todos los derechos adquiridos en el año 1972.
Se nos quita el aporte del 50% para construcción Clínica Dental, conquista que se obtuvo en el año 1980.
Se elimina el sistema de Relaciones Laborales, que priva la participación a los Dirigentes Sindicales.
Se nos quita el subsidio de enfermedad, que fué entregado por el Presidente de la República en el año 1975, en el
Sindicato Industrial Sewell y Mina.
Se nos quita el 46% de Bonos de Producción garantizado. Se nos elimina Asignación de casa, a contar del 17 de Abril, para aquéllos Trabajadores que se transformen en asignatarios o propietarios.
Se nos quita la participación a las Directivas Sindicales, en el caso del sistema siete semanas, el que determina las
faenas que deban quedar afectados a este sistema o al descanso.
Se nos quita el pago por Indemnización, a los Trabajadores que incurran en las cláusulas 2-4 y 5, de la Ley 16.455.
El Hospital del Cobre: se estaría eliminando toda mención a este beneficio.
Se elimina la participación, Comisiones Plan Habitacional.
Se nos quita la asignación de títulos, los Roles B y C, no así el Rol A.
Se elimina toda venta de materiales a los Trabajadores.
Se elimina la cláusula de darle trabajo a hijos de Trabajadores.
Se elimina Comité de evaluación y revisión de cargo, que elimina la participación de Directivas Sindicales y Trabajadores.
Se elimina el reajuste adicional Mina subterráneo para todo efecto.
Comando de Trabajadores de El Teniente
(Volante distribuido en Chile)
organizacional y de acción son planteadas por las bases mismas del movimiento sindical.
Por el momento parece haber buenas perspectivas de que tal unidad se
produzca. La reunión de la dirigencia
de todas las centrales sindicales para
recordar el primero de mayo estaríaratificando esta tendencia.
El primero de mayo Clotario
Blest puso como fecha de la futura
unidad sindical el próximo 21 de
diciembre (aniversario de la masacre
obrera de Santa María de Iquique en
1905), pero para que ello ocurra
tendrían que producirse hechos positivos en esa dirección.
Por eso es que resulta particular-
mente de interés lo que está ocurriendo en la huelga de El Teniente. Ahí
son las propias bases las que a gritos
han estado imponiendo la unidad
sindical como única forma de fortalecer a los trabajadores para enfrentar
el conflicto.
Hecho significativo: después de
profundas disputas entre los dos
grupos sindicales más fuertes en
El Teniente, se producen acuerdos
de acción conjunta (a pesar de que son
dos pliegos distintos), aún a costa
de la renuncia de Guillermo Medina al
Consejo de Estado.
La idea de unidad sindical, si empieza a darse a nivel de acción sindical
efectiva, como estaría ocurriendo en el
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actual conflicto de El Teniente, podría robustecer considerablemente al
movimiento sindical en su conjunto,
agrupándolo en torno a una plataforma de lucha común.
Las consecuencias que esto puede
tener en el proceso político son considerables, puesto que las reivindicaciones laborales principales necesariamente afectan el modelo económico y
político vigente. (.
Quiebra de CRAV
Quizás si el hecho económico y político más importante del mes sea la caída
del grupo CRAV. Al menos es de seguro el más espectacular.
¿Qué pasó? Eso se irá sabiendo de a
poco o bien, como suele suceder, no se
sabrá nunca por completo. En lo esencial el asunto parece claro. El grupo
Ross se metió en una especulación con
respecto al azúcar a través de CRAy.
Jugó al alza y acumuló. Tuvo mala
suerte. Resultado: CRAy, una de las
empresas más sólidas y seguras del país,
cayó en la insolvencia. Su caída arrastró a CRAVAL y CODINA. Bancos nacionales y extranjeros quedaron con
sus créditos impagos y en algunos casos — ¡oh, sorpresa!— ni siquiera cuentan con garantía.
Es de esperar que instituciones financieras y empresariales sigan cayendo. Esto debido fundamentalmente
a dos factores. En primer lugar porque
hay varias empresas que comprometieron gran parte de su patrimonio
en préstamos a CRAV, sin contar con
garantía suficiente.
En segundo lugar porque el grupo
Ross, si bien puede ser catalogado de
mediano, se encuentra ligado a los
grupos económicos más grandes del
país. A través de COPEC se vincula con
el mismo Cruzat; a través del propio
Vial (que aparece como director de
CRAy ) se vincula con el grupo BHC.
A la vez parece tener también buenas
relaciones con el grupo Matte.
Ross aparece como un gestor de
intereses de los grupos más grandes
(en 1970 fue el principal gestor de
los Edwards), por lo que su caída resulta extremadamente peligrosa.
Difícil resulta vaticinar donde se
detendrá el rodado. Lo que es innegable es la magnitud de la catástrofe,
en términos que algunos hasta se atreven a vaticinar, la quiebra del modelo.
Con los antecedentes que se tiene, al
momento esto parece exagerado. Lo
más probable es que se resuelva eco-
nómicamente en términos de un aumento de la concentración de capitales
en beneficio de los grupos Vial y
Cruzat.
Modelo especulativo
Sin embargo, desde una perspectiva
más amplia, la caída del grupo CRAV,
y la forma en que se produce estaría
indicando problemas de fondo en el
funcionamiento del modelo. A la vez,
tales problemas se relacionan en forma
bastante directa con el ámbito propiamente político.
Juntamente con la espectacular caída del grupo Ross (CRAV), se desarrolla por parte de la prensa expresiva
de intereses económicos y de los personeros de Gobierno una intensa campaña orientada a minimizar los hechos
(señalándolos como naturales), señalar
su carácter favorable para la población
en general y asegurar la no intervención
del Estado en el problema.
De hecho la situación se mantiene
en el ámbito privado. Se juntan los
acreedores. Se nombran liquidadores
particulares a Fernando Léniz y Pablo
Barahona. Y de alguna manera se
trata de salvar la situación.
Sin embargo, lo anterior no desdice
el carácter eminentemente especulativo que tiene el modelo en vigencia.
Un mal negocio se puede producir en
cualquier momento sin que ello signifique la quiebra. El problema se agrava
cuando los negocios se realizan dentro
de una cadena de créditos. Donde la
mantención misma de la economía
parece basarse en la existencia de un
flujo constante de créditos, la disminución de éstos o un mal negocio pueden producir una catástrofe.
En este sentido habría el peligro
de una especie de caída del dominó
CONFUSION DE
financiero, derivada del estímulo que
se ha hecho a la audacia empresarial,
sin que exista control ni evaluación
de los proyectos por parte del Estado.
La situación de CRAV sería indicativa de que el modelo económico
no resulta tan brillante o, al menos,
que su funcionamiento no es de los
mejores. Pone en duda la aparente
estabilidad económica que se sustenta en una creciente dependencia
del crédito externo. (...)
Duros y blandos
Se podría señalar, en términos generales, que los denominados sectores
"duros" y "blandos" siguen
constituyendo una división importante.
Hay un "acuerdo básico" (por algo
son grupos en el poder) que hace
referencia a los lineamientos generales del modelo económico y al
carácter autoritario del actual régimen. Las diferencias radican fundamentalmente respecto al futuro
político del actual proceso. Esencialmente son alternativas diferentes en
cuanto la forma de obtener estabilidad y evitar el peligro de un enfrentamiento político que amenace todo
el sistema.
Los "blandos" preconizan una
economía que funcione automáticamente, con nula participación estatal.
El desarrollo mismo del sistema económico comprometería a crecientes
sectores sociales que cada vez identificarían más sus intereses con los del
modelo económico. (Así, por ejemplo,
si todos los trabajadores están en
AFP privadas, se sentirán ligados al
éxito económico de las inversiones de
las AFP, lo mismo sucedería con los
préstamos que obtengan o los ahorros
que depositen). En este sentido la
PELOTAS
"Esto demuestra que cuando los chilenos nos aplicarnos a algo, nos preparamos bien y con perseverancia, conseguimos aquello que nos proponemos. Así pasó con el mundial de 1962. con Fernando
Riera, así sucede con el equipo económico que ha logrado derrotar la inflación, y así está pasando
ahora con esta selección que dirige Luis Santibañez."
José María Navasal, supuesto comentarista de asuntos internacionales, en A esta hora se improvisa,
programa reeditado por Canal 13 para tratar del triunfo de la selección de fútbol de Chile sobre la de
Paraguay.
Citado por Fernando Barraza en Mensaje núm. 300, Santiago de Chile, julio de 1981 (cursivas en el
original).
integración por el consumo resulta
esencial. Lo anterior permitiría un
proceso de apertura política controlada hasta estabilizar totalmente el
sistema.
Los "duros" están también de
acuerdo con las líneas generales del
modelo económico, pero no consieran
que desde ahí pueda iniciarse un proceso de apertura política bajo control.
Por el contrario, consideran que el
Estado debe crear mecanismos propiamente políticos de participación
que permitan integrar a la nación.
Debido al desprestigio de la idea
de partido único del régimen, resulta
difícil que ésta se plantee directamente por los "duros". No obstante,
parece siempre presente. En todo
caso, esta orientación impulsa alguna intervención estatal en la economía, puesto que sólo ella puede
garantizar un cierto populismo que
legitime el movimiento político de
adhesión al régimen.
En el momento que nos ocupa. la
cuestión de la CRAV agudiza el conflicto duros-blandos. Lo agudiza precisamente porque la caída de CRAV
junto con otros síntomas alarmantes
(como la competencia tipo dumping
a que se lanzan las AFP) estarían señalando la necesidad de algún tipo de
mecanismo que asegure los intereses
generales del capital. En términos
más simples, se necesita un mecanismo que impida que los empresarios y grupos económicos se destruyan
mutuamente en una competencia sin
medida.
El incierto Estado
Este mecanismo no puede ser otro que
el Estado. El asunto es, entonces, de
que tipo de Estado se trata. Y ahí
"blandos" y "duros" plantean sus
propios esquemas.
Para los primeros habría que recurrir a los medios tradicionales de
arreglo de intereses, como es el caso
del parlamento y de los partidos políticos. Pero, a la vez, habría que
considerar mecanismos de control
que impidan el resurgimiento del
conflicto político con los sectores
populares. El ideal sería un Parlamento tipo siglo XIX que sirviera
para formar los acuerdos de intereses necesarios.
Para los "duros" resulta más sa-
tisfactoria la idea de robustecer el
aparato de Estado mediante la creación
de un movimiento político de integración.
Ninguna de las dos soluciones está
exenta de peligros que hacen extremadamente difícil su implantación. Por
una parte, iniciar un proceso de participación política —por muy controlado que sea— puede desembocar en un
retorno de "la demagogia y la politiquería" y un recrudecimiento del
conflicto político.
Por otra parte, el robustecimiento
del Estado puede conducir a un creciente estatismo cuyos límites son
difíciles de fijar.
Podría decirse que en el momento
actual los duros vuelven a adquirir
presencia frente a las dificultades
que muestra el modelo económico.
Hasta la crisis económica argentina
sirve de fundamento a su crítica.
Por su parte, los "blandos" se
lanzan en una amplia campaña de
defensa del modelo, señalando precisamente al caso CRAV como una
prueba de sus bondades.
La figura del General Pinochet
sigue apareciendo como decisiva y no
es extraño que cada sector pretenda
representarla. De aquí el re-bautizo
que hace El Mercurio del modelo
económico. Este pasa a llamarse ahora
"el-modelo-económico-del-PresidentePinochet". (...)
El Teniente
Durante un momento pareció que se
produciría la unidad sindical en ese
mineral y que la huelga podría adquirir
características que se alejaran de los
límites estrictos del Plan Laboral. Los
dos grupos sindicales parecieron reconciliarse frente a la Asamblea Sindical con el anuncio hecho por Guillermo Medina de que renunciaría
al Consejo de Estado.
Pero la unidad se diluyó. No
sólo volvieron a separarse los sectores de la Zonal y Caletones (que habían comenzado negociando separadamente con la empresa), sino que
dentro de la misma Zonal se produjo
una división. Medina logró que la
mayoría de los sindicatos aceptara
la última oferta de la empresa, pero
el poderoso Sindicato Industrial de
Sewell y Minas se negó a aceptarlo.
La resistencia duró poco, los dirigen-
tes de este sindicato firmaron la aceptación y toda la zonal volvió al trabajo.
Un breve análisis del movimiento
huelguístico puede mostrar algunos
fracasos de importancia. Fracasó en
cuanto a lograr la unidad sindical de
El Teniente. Fracasó también en
lograr una satisfacción significativa
de sus peticiones. Más importante que
eso es que fracasó en llevar el conflicto
más allá de los márgenes del plan laboral. Quedó circunscrito a la relación
sindicato-empresa.
Plan al desnudo
Pero no sólo hay fracasos en este
movimiento. También hay fracasos
en la posición gubernamental. En
gran medida el Gobierno, aunque formalmente ausente, estuvo comprometido en el conflicto de El Teniente. De alguna manera fue la puesta
a prueba del Plan Laboral. Y el Plan
Laboral no salió bien parado. El
desarrollo del conflicto mostró en
la práctica, y fue percibido así por
los trabajadores, que era abiertamente favorable a la empresa. Esto
ya había sido sostenido por los dirigentes laborales, pero su demostración práctica es posible que aumente
el malestar y la opsosición de los
trabajadores.
Por otra parte, una de las finalidades básicas del Plan Laboral es eludida. Es innegable la politización del
conflicto; para ello basta recordar
que la asamblea pidió la renuncia
de Medina al Consejo de Estado porque "se está con los trabajadores o con
el Gobierno".
La forma misma en que se desarrolla el movimiento huelguístico tiene
connotaciones que no pueden dejar
de preocupar al Gobierno. Las manifestaciones masivas, los desfiles callejeros, la formación de "Comités de
huelga", son, entre otros, indicios
del carácter que puede adquirir el
movimiento laboral.
Por último, la mantención, hasta
ahora, de la huelga en Caletones parece
involucrar objetivos más amplios que
la pura reivindicación sindical inmediata. Las crecientes acusaciones oficialistas de que tal movimiento estaría
"politizado", estarían dando cuenta
de la preocupación gubernamental al
respecto...
Economía
La picaresca de los chicago boys
Edgardo Condeza
En Chile, en la Televisión Nacional, en la Franja Cultural de su programación, se presenta el programa "Libres para elegir", en
el que se difunden y se hace propaganda a las ideas de Milton Friedman.
Asimismo, uno de los grupos económicos más importantes del país, Cruzat Larraín, que coauspicia el programa mencionado,
a través de la Colocadora Nacional de Valores, Banco de Fomento, envía de regalo a domicilio a ingenieros civiles y comerciales un folleto de quince páginas cuidadosamente presentado, en lenguaje pedagógico, sobre las ideas de la escuela de Chicago.
La aplicación de las teorías económicas, políticas y sociales de Milton Friedman en Chile, Argentina, Uruguay, Inglaterra;
ha producido sin embargo disminución del desarrollo, de la producción y graves consecuencias sociales. He aquí algunos antecedentes para el caso de Chile:
. Producción
2. Inversión
Tasa de Crecimiento*
Promedio
sexenios
1960-1972
sexenio
1974-1980
Diferencia
A. Productivos
1) Agricultura, silvicultura
caza y pesca
2) Minería
3) Industria
4) Construcción
5) Electricidad, gas y agua
6) Transporte y comunicaciones
39,2
11,6
- 27,6
14,1
31,2
49,4
23,7
64,4
70,0
22,0
14,5
5,2
- 4,4
30,7
34,9
7,9
- 16,7
- 44,2
- 28,1
- 33,7
- 35,1
B. No productivos
7) Comercio
8) Servicios
27,6
33,7
23,9
33,5
52,0
25,1
5,9
18,3
1,2
Total:
33,2
21,7
- 11,5
Sectores
Fuentes: Años 1960-1972, CEPAL, Anuario Estadístico 1978, pp. 170-171. Años 1974-1980,
Boletín Económico de El Mercurio, febrero 1981, p. 3 (ambas se han expresado en porcentajes).
3. Deuda externa
En 1980 Chile alcanzó una deuda externa de 11 mil millones de dólares corrientes. Esto equivale a decir que cada
chileno debe al exterior mil dólares,
una de las deudas externas per cápita
más alta del mundo.
4. Desarrollo de infraestructura
* Se asume que los años extremos se encuentran en la tendencia.
a) Las cifras de crecimiento de la
producción que han entregado los organismos oficiales corresponden a la
recuperación de la enorme baja del
producto durante la recesión a la que
fue llevado el país por la dictadura. La
baja del producto chileno en 1975 fue
la mayor que país alguno de Latinoamérica haya tenido durante toda la década del 70, excepto el descenso del
producto nicaragüense el año de la
guerra civil, en 1979.
b) La incidencia de los rubros productivos, (1 al 6 en el cuadro) en el
La tasa de inversión en Chile ha sido
una de las más bajas de América Latina. En más de siete años de dictadura
no se ha logrado restablecer las tasas
de inversión históricas.
Durante el gobierno de la Junta la
tasa promedio ha sido inferior al 12%
del PIB, mientras la latinoamericana ha
sido sobre el 20%
producto interno chileno ha disminuido del 58.8% en el año 1972 al 49.6%
en el año 1980 (en América Latina en
su conjunto, esta proporción se mantiene en 55%).
c) La participación de la industria
en el Producto Interno Bruto (PIB)
ha tenido una baja enorme, lo que ha
sucedido en muy pocos países del
mundo. De 29.4% en el año de 1972
una de las industrias relativamente
avanzadas de América Latina-- a 21.4%
en 1980.
43
Deterioro de la red vial, sistema ferroviario, minería del carbón, industria siderúrgica (cuya recuperación de los niveles de producción de mediados de
los años 60, fue saludada como un
gran éxito). En la minería del cobre,
"el sueldo de Chile", sólo en 1980 llegó a realizarse una modesta inversión
pro encima de los gastos de mantención. La industria mencionada y los
sectores agrícolas tradicionales (que
constituyen el 80% del área cultivada),
no han contado con apoyo gubernamental.
5. Niveles de desempleo
Período
1960-64
Alessandri
Frei
1965-70
Allende
1971-73
Junta Militar 1974-80
1974-80
Tasa de
desempleo
Desempleados
(miles)
7,5
5,5
3,9
12,5
16,5
193,8
156,5
117,4
406,4
533,2
Desde Chile
(sólo desocupados)
(desocupados +PEM)
Fuentes: Instituto Nacional de Estadísticas y Oficina de Planificación Nacional.
El PEM (Programa de Empleo Mínimo), es un programa que la Junta se
ha visto obligada a implantar por la
extrema desocupación; la remuneración es 33 dólares mensuales por ocho
horas diarias de trabajo. El salario mínimo es tres veces superior; y la remuneración mensual de un general de las
Fuerzas Armadas, de 10,000 dólares.
7. Participación de las
remuneraciones de los
trabajadores en el ingreso
nacional disponible
6. Quiebras de empresas
Años
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
Número
de quiebras
200
196
235
244
229
252
215
100
25
28
82
132
228
321
368
427
Fuente: Sindicatura General de Quiebras,
Santiago de Chile.
Año
Porcentaje
1960
1970
1972
1974
1976
1978
1980
46,4
47,1
57,4
36,8
36,8
( 38,0)*
( 38,5)*
Fuente: Años 1960-76, CEPAL, Anuario
Estadístico 1979, pp. 226-227.
* Estimación.
QUINCENALMENTE, UN ANALISIS CRITICO,
PLURALISTA E INDEPENDIENTE
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44
La reciente crisis económica de
la firma CRAy ha arrastrado a
otras empresas del grupo CRAV CRAyAL (CRAVAL, CODINA,
CONAFE, Proctectum, Fondos
Mutuos La Alborada), y ha creado problemas para los bancos y
financieras que le habían solicitado extensos créditos. Las principales deudas contraídas por
CRAy con el sistema bancariofinanciero chileno son: Banco
del Estado US $ 100 millones;
Banco de Chile, us $ 54 millones; Banco de Créditos, US $
21 millones; Banco de Santiago,
US $ 17 millones; Banco del Trabajo, US$ 13 millones; y varias
otras por distintos montos.
Las especulaciones y el mal
manejo financiero de CRAV han
terminado asestando un duro golpe al modelo económico. El estilo rapaz y de explotación a
ultranza de CRAV es el estilo predominante actualmente en Chile,
y por eso la quiebra de CRAV ha
creado inquietud en los sectores
privados nacionales y preocupación y desconfianza en entidades financieras extranjeras.
Se rumorea, incluso, que varios
bancos internacionales estarían
suspendiendo sus préstamos hacia Chile, y que existiría malestar entre algunos de ellos pues
cuando trataron, hace ya meses,
de averiguar detalles sobre los
comentarios de problemas en
CRAV, el Banco de Chile les habría proporcionado información
falsa en el sentido de que CRAV
no tenía problema alguno. Lo
más importante del asunto CRAV
es que, aunque se supere la crisis
inmediata, ha sembrado una semilla de desconfianza sobre el
modelo económico chileno en los
propios círculos financieros.
Bernardo Valenzuela.
Sindicatos: un paso adelante
Pablo Vega*
Las manifestaciones del pasado primero
de mayo en diversos puntos de la geografía chilena constituyen, junto con la
reciente huelga de los trabajadores del
mineral de El Teniente, signos inequívocos tanto de las proyecciones como
de las limitaciones que muestra el
movimiento obrero en su accionar
actual. Las observaciones siguientes
pretenden, simplemente enunciar algunos elementos analíticos del curso que
sigue en la actualidad la lucha proletaria.
El punto de partida
Salvo algunas posiciones en exceso simplificadoras, no existe una gran discusión en la izquierda sobre la magnitud
de la derrota sufrida por la clase obrera
y por el conjunto del movimiento popular chileno con el golpe contrarrevolucionario del 11 de septiembre de
1973. Sus alcances no se limitan a la
clausura del parlamento burgués o a
la feroz represión subsecuente. Más
decisiva aún, es la profunda desarticulación de las referencias históricoculturales en las que por casi medio
siglo centraron su práctica política los
trabajadores chilenos.
Lo anterior no sólo se ha expresado
en una prolongada desarticulación de
los partidos. También se ha manifestado
como una profunda crisis del movimiento sindical chileno en los terrenos
organizativo, político e ideológico. Importa destacar la correspondencia de
esta situación con las condiciones objetivas de la acumulación del capital en
cuanto elemento que da coherencia lógica a la política de la burguesía en el
* Seudónimo; chileno, investigador sobre el
movimiento obrero.
período que se abre con el golpe.
La violenta ofensiva desatada por el
capital contra las organizaciones políticas y sindicales de los explotados no
tuvo exclusivamente un afán vindicatorio. En el trasfondo del discurso "antimarxista " de la dictadura, puesto en
práctica con lujo de violencia por los
uniformados a vista y paciencia de todas las fracciones burguesas y de sus
representantes políticos, se despliegan
las fuerzas materiales de la reproducción
capitalista que imponen como necesidad ciega para salvar la precedente crisis
de acumulación una cada vez más acentuada concentración y centralización
del capital.
Producto de esta tendencia, el capital financiero
adquiere una forma nue-inédita-va de existencia en el
país, que transforma profundamente
su fisonomía. Elevada así a fracción dirigente de la sociedad, la burguesía
financiera acomete sistemáticamente
en contra de una institucionalidad sospechosa de haber favorecido la emergencia de un movimiento popular
que llegó a amenazar las bases mismas
del orden burgués.
El violento reajuste no sólo se dirige
contra el proletariado. Inevitablemente
perjudicó a fracciones de la burguesía
industrial que se habían desarrollado al
amparo del Estado proteccionista. La
reinserción de la economía chilena en
el mercado mundial se traduce en el
retiro del Pacto Regional Andino, la
liberación de los aranceles proteccionistas y la reorientación del crédito:
medidas todas que afectan a una parte importante de la burguesía industrial tradicional, que así emprende su
tránsito a una oposición tolerada. En
su nueva posición, sus cuadros políticos
confían en ganar la adhesión de un
45
movimiento sindical ahora disgregado
y debilitado.
Autonomía e independencia
Sin embargo, la materialización de
dichos propósitos ha demostrado ser
una meta no tan fácilmente alcanzable,
pues choca directamente con toda una
tradición político-organizativa del movimiento sindical. En efecto, desde los
albores de la lucha sindical, el movimiento obrero chileno cuidó con celo
ejemplar su autonomía frente al Estado.
El colaboracionismo condujo siempre al rompimiento de la unidad. Así
ocurrió en 1946 cuando, tras un paro
nacional de solidaridad con los trabajadores de las salitreras, el máximo
dirigente de la CTCh, Bernardo Ibáñez,
dio su apoyo a un gabinete burgués.
Esa tradición autonomista no importaba, con todo, la afirmación de una
línea clasista. La propia CTCh había sido
en efecto, una de las organizaciones
constitutivas del Frente Popular.
Autonomía e independencia no son
en rigor conceptos inmediatamente
asimilables. El segundo supone, además
del primero, la existencia de una dirección política orientada por un programa alternativo ala sociedad burguesa.
Así, un movimiento sindical autónomo
puede corresponderse con un movimiento político de carácter reformista.
Cabe destacar que ese margen de
autonomía tan singular en un continente en el que el populismo había sido el recurso habitual para uncir al
movimiento obrero al carro de la ascendente burguesía industrial, no impidió que, desde finales de la década
del veinte, la clase obrera chilena optase abiertamente por el cauce institucional para la promoción y resolución de
los conflictos laborales. Al hacerlo no
sacrificó, por cierto, su autonomía, pero sí subordinó toda su estructura organizativa a los condicionamientos de
la legalidad burguesa.
Partidos y sindicatos
Se configura desde entonces una también peculiar articulación entre partidos y sindicatos; una suerte de división
de tareas en la que los sindicatos resignan su participación en la elaboración
de la estrategia política del movimiento, en beneficio de los partidos de izquierda. A diferencia, por ejemplo, del
proletariado boliviano cuyos congresos
sindicales abordan permanentemente
la discusión de las tareas políticas del
período, en el caso chileno el debate
político se deriva hacia el terreno de
los principios y de la línea de conducción de las acciones reivindicativas.
En lo anterior no hay intenciones
de un juicio a priori negativo. Antes
bien, se trata sólo de situar un elemento muy internalizado en la concepción predominante sobre el papel del
sindicato, particularmente entre los dirigentes, que adquirirá una nueva dimensión en el estado de crisis en que
entra el sindicalismo luego de la derrota de 1973, puesto que dificultará la
flexibilidad para adecuar las respuestas
exigidas por una nueva situación. Ciertamente no se puede absolutizar la influencia de este factor hasta el punto
de hacer abstracción de la relación de
fuerzas entre las clases fundamentales
en cada situación concreta.
La profundidad de la crisis actual
del sindicalismo nacional no puede
comprenderse ateniéndose a la lógica
interna de su desarrollo histórico. De
be ser necesariamente puesta en relación con el proceso de lucha de clases
pasada y presente. En lo fundamental,
no se trata, por lo mismo, de una crisis orgánica. aunque las estructuras sindicales ya adolecieran de serias deficiencias. como quedó en evidencia en
su incapacidad para integrarse a las estructuras de poder popular. O como
queda en evidencia hoy en el momento
que sus estructuras direccionales, ante
el forzado debilitamiento de los partidos, no logran dotarse de las mediaciones que reagrupen los núcleos dispersos de trabajadores.
A nuestro juicio, lo esencial en la
crisis son los fundamentos políticos
anacrónicos a través de los que pretende reconstituirse para hacer frente a
una situación tan abiertamente contrastante con sus nociones político-culturales habituales. Naturalmente, esto
es producto de la persistente ofensiva
del capital enfilada a la desagregación
crónica del proletariado chileno, tanto
en el ámbito político cuanto en el terreno sindical. Es en este contexto
donde la ideología del sindicalismo tradicional se revela como una rémora de
la que hay que liberarse.
Lo dicho no excluye el reconocimiento de que los agrupamientos producidos tras la desaparición de la CUT
están lejos de haberse dejado llevar a la
deriva. Con una notable dote de sagacidad y realismo inmediatista han capeado el temporal intentando acomodarse a los vaivenes de una situación
que distan de controlar. Pero a los
efectos de estas notas, lo que interesa
es apuntar hacia las condiciones que
46
obstan en esta fase a su unidad como
clase independiente.
Un
sindicalismo maniatado
En 1973 concluye una larga etapa del
desarrollo sindical chileno. Iniciada
con la dictación de las llamadas leyes
sociales, en medio de la crisis económica y social provocada por la caída
de las exportaciones del nitrato, se
configura un marco de regulación de
los conflictos laborales que parece elevar al Estado al papel de mediador
neutral. Pero esta relativa neutralización del aparato estatal no pertenece al
orden de los atributos inmanentes de
la democracia. Es apenas la resultante
de la creciente importancia del moderno proletariado —clase obrera industrial, trabajadores del Estado, empleados particulares— en el bloque urbano
que comienza a hegemonizar la política nacional. Un efecto de ello será la
postergación prolongada de la organización sindical en el campo y la falta
de nexos orgánicos entre sindicalismo
organizado y ejército industrial de reserva en su forma primaria de población rural emigrada a la ciudad.
Con el golpe militar, la situación
cambia abruptamente. El Estado se devela como lo que es: guardián eficiente
de la extorsión de plusvalía. No obstante el desenfrenado festín de los burgueses ante la indefensión de los trabajadores asalariados, la clase dominante
en cuanto tal no renuncia a toda posibilidad futura de reabsorber institucionalmente los conflictos laborales, una
vez superadas las manifestaciones más 1
agudas de la crisis, en tanto eso no si
nifique favorecer la politización de 1
sindicatos.
Durante los primeros años de la d
tadura es posible observar aún un cié
to desfase entre la política económi.
del régimen y su política laboral. Pero
esta falta de concierto será superada a
partir de 1976. El momento culminante en la homogenización de estas políticas discordantes será el dictado del
conjunto de decretos leyes conocido
con el nombre de Plan Laboral en 1978.
Disposiciones del Plan
El rasgo predominante de este plan
normativo es el de mantener severa
restricciones de la actividad sindical.
entre 1970 y 1977 el número de sind
catos había aumentado levemente (de
2 286 a 3 176), en cambio, entre 1973
y 1977 la cantidad de afiliados experimentaba un retroceso de (478 330 a
386 449), siendo los más afectados los
de la industria (textiles, electrometálica), la minería y la construcción.1
Con las disposiciones del Plan Laboral, esa situación se hacía institucional
y permanente. El reconocimiento de
los sindicatos queda, en los hechos, al
entero arbitrio de las autoridades administrativas. El derecho a constituir
federaciones y confederaciones pierde
todo sentido dado que estos organismos carecen de toda atribución efectiva para defender los intereses de sus
asociados.
En lo tocante a las negociaciones
colectivas, autorizadas luego de seis
años de interdicción, su vigencia se restringe a los miembros del sindicato en
el momento de la negociación o al grupo de trabajadores que expresamente
toman parte en ella. De este derecho
queda privado no sólo lo que podemos
denominar trabajadores de confianza,
sino aquéllos que se consideran aprendices, los que pueden representar hasta
el 10% del contingente de la empresa.
La restringida huelga
Por lo que respecta a la huelga, sufre
también serias restricciones, más allá
del tenor ampliamente aceptativo que
literalmente establecen las disposiciones del Plan Laboral. En lo esencial,
suspende los efectos del contrato de
trabajo, quedando por consiguiente los
patrones en disposición de contratar
trabajadores en reemplazo de los que
han interrumpido sus labores, o de decretar el lock-out hasta por 30 días.
Transcurrido este plazo, los trabajadores pueden regresar individualmente a
sus puestos. En caso de ocurrir esto, el
patrón está obligado a consentir su retorno, y debe estipularse un nuevo
contrato, pues en caso de no hacerlo se
entiende que rige el anteriormente pactado.
Pero la principal limitante que afecta a los trabajadores para el ejercicio
del derecho de huegla, es el plazo legal.
Llegado el sexagésimo día desde que
fue iniciado el paro, los asalariados no
tienen otra opción que la de regresar a
sus labores, ya que si no lo hacen, la
empresa queda en libertad para contratar nuevos trabajadores. Los trabajadores de las empresas que atienden servicios de utilidad pública o cuya parali-
zación causase grave daño —naturalmente esta circunstancia la califica la
dictadura— a la salud, el abastecimiento de la población, la economía del
país o la defensa nacional, tienen absoluta imposibilidad de decretar la
huelga. En caso de no llegar a un acuerdo sobre sus condiciones de trabajo,
deben sujetarse a un arbitraje obligatorio, con árbitros designados por el
gobierno, que al fallar el conflicto deben optar en bloque entre la proposición de la empresa o la de los trabajadores.
Toda una orquestación en el plano
administrativo vuelve aún más precario el derecho de los trabajadores. Así,
la dictadura estableció nueve fases de
negociación colectiva en 1979, en razón de la letra con la que comenzaban
las razones sociales de las distintas empresas. Con este sencillo expediente, se
evita por un largo período que los trabajadores de una misma rama industrial coincidan en el momento de presentar sus demandas de mejoramiento
económico. Las ventajas de este escalonamiento son evidentes, máxime que
el patrón está habilitado para establecer sesenta días al año en los que los
trabajadores no pueden promover gestión alguna de negociación.
Pero lo que se ha revelado como la
mayor barrera contra la actividad sindical es la presión del ejército industrial de reserva. La cifra de desocupados sigue siendo bastante elevada, conforme a los requerimientos de la acumulación. Hace poco, con base en informaciones oficiales, El Mercurio fijaba su índice para el Gran Santiago en
un 8.7% de la población económicamente activa.(2) Esta cifra, representaría una marcada tendencia a la baja,
debe relativizarse porque en provincias
el indicador ha sido notablemente mayor durante todo este período. Al mismo tiempo otro factor interviene en el
condicionamiento de ese aparente logro: el contingente de desocupados enrolados en el Plan de Empleo Mínimo
casi duplicó su volumen entre 1976 y
1979, a costa por cierto de que el ingreso real de estos desocupados, a
quienes pertinazmente la dictadura
desconoce como tales, bajase a casi la
mitad.
Distintos balances
El movimiento sindical ha tendido a
reflejar en su actividad el peso muerto
47
de estas condiciones. Si bien en las primeras etapas de las negociaciones colectivas (segundo semestre de 1979), el
número de huelgas iba en aumento
progresivo, después la tendencia comienza a revertirse. Expresivo es el balance trazado por los trabajadores de
Laboratorio Proframa: "El hecho de
que se haya firmado el convenio colectivo con la empresa. . . sólo refleja el
temor del trabajador de no querer perder el empleo."
No muy distinta es la conclusión a
la que llegan muchos de los trabajadores de El Teniente. Guillermo Medina,
presidente de la Zonal, declara con su
1 Reflexiones acerca del sindicalismo
actual; Arzobispado de Santiago, Vicaría de
Pastoral Obrera, Santiago de Chile, 1981.
El Mercurio, edición internacional,
Santiago de Chile, 28 de mayo-3 de junio de
1981.
(2)
INCIDENTES PROVOCADOS POR CARABINEROS DURANTE EL DESARROLLO
DEL CONFLICTO LEGAL DE LOS TRABAJADORES DE EL TENIENTE
MIERCOLES 6 de Mayo: En circunstancias que señoras e hijos de trabajadores se encontraban en calle
San Martín con Brasil realizando una manifestación pacífica, para llamar la atención de la opinión pública respecto del movimiento legal de los Trabajadores de El Teniente, fueron atropellados violentamente por Carabineros.
JUEVES 7 de Mayo: Este día se efectuó una marcha desde el local Sindical de Sewell y Mina hacia el
local del Sindicato Industrial Caletones, donde se realizaría una Asamblea informativa del movimiento
huelguístico legal. En calle Freire con Millán fue interceptada la columna por Carabineros, dando de
puntapiés a los manifestantes que en números de unos 3.000 se dirigían a ese local a oir la cuenta de
sus Dirigentes.
VIERNES 8: Este día se realizó una reunión en el Sindicato Sewell y Mina con unos 3.500 asistentes
más o menos, para informarse de la marcha del movimiento.
En esta Asamblea se exigió la renuncia al cargo de Consejero de Estado a Guillermo Medina, por considerar que era incompatible con su condición de Dirigente Sindical, ya que el Gobierno se niega terminantemente intervenir en el movimiento. Al realizar una marcha hacia la Empresa compañando a los 34
Dirigentes de la Zonal más los 8 del Grupo Caletones, de vuelta los trabajadores fueron agredidos en su
local de calle Rubio violentamente por las fuerzas de orden. También fue violentado el local de los trabajadores de Sewell y Mina, lanzando los Carabineros bombas lagrimógenas y balas de goma; el guanaco (carro bomba) lanzó agua a la concurrencia que se encontraba en su interior.
SABADO 8 Mayo: Encontrándose grupos de trabajadores con sus esposas e hijos en la Alameda con el
camino Longitudinal, esperando a una Delegación de Médicos que venían de Santiago a atender profesionalmente a los familiares de los trabajadores, llegaron las "fuerzas de orden" disparando ráfagas de
ametralladoras al aire, para intimidar a la concurrencia. Lanzaron bombas lagrimógenas y balas de goma, tomando 27 personas detenidas; 12 trabajadores de El Teniente y el resto mujeres y jóvenes. Hay
dos trabajadores con los brazos fracturados, como consecuencia del mal trato de las "fuerzas de orden"
en este movimiento legal.
LUNES 11 de Mayo: En esta tarde se avisa que los locales de las Torres de calle Alameda con Zañartu,
Carabineros atentó contra señoras que estaban dentro de sus hogares haciendo manifestaciones con ruido de cacerolas. Violentaron domicilios, quebraron vidrios y sacaron detenidas algunas señoras dueñas
de casa. Citación Juzgado de 222 familias, aplicación de sanciones.
(DE LOS TRABAJADORES DE EL TENIENTE A LA OPINION PUBLICA EN GENERAL)
RANCAGUA, 11 de MAYO de 1981.
(Volante distribuido en Chile; frase en cursivas, manuscrita en el original)
48
folklorismo habitual: "Esta vez nos tocó bailar con la fea." Otros dirigentes
hacen balances más serios y acuciosos.
Rosendo Valencia, presidente del sindicato industrial de Caletones sostiene
que "es preciso derogar el Plan Laboral. Mientras ello no sea posible, ningún trabajador, ningún dirigente debiera negociar. . . debiéramos juntarnos
para demostrar al Gobierno que no estamos con el Plan Laboral. Claro, nos
vamos a arriesgar y a lo mejor perderemos nuestros pequeños reajustes, pero no seguiremos sometidos al Plan".
¿Puede caber entonces alguna duda
razonable al evaluar el movimiento sindical chileno respecto a que ni el número de huelgas ni la exigüidad de sus
logros llegan a expresar adecuadamente la naturaleza de los procesos que se
están operando en su conciencia colectiva? Al contrario, existen acontecimientos políticos mucho más relevantes que esos indicadores. En la reciente huelga de los trabajadores del cobre,
la decisión, por una parte, con la que
los sindicatos de Caletones deslindaron
y sentaron bases claras y concisas para
una conducción unitaria del movimiento y el repudio, por otra, que emerge
desde las bases mismas a la dualidad de
Medina, su dirigente sindical, que es a
la vez consejero de estado de Pinochet.
Ambas cuestiones plantean un debate
político abierto que marcará hitos en
el desarrollo del proletariado enfrentado a la tarea de recuperar su margen de
autonomía y construir, con ella, su efectiva independencia de clase.
Una difícil rearticulación
Tal vez el rasgo más propio del sindicalismo chileno en la actualidad sea el de
su atomización, y su nucleamiento en
los llamados grupos. De las 87 federaciones que integraban la CUT, diez se
encuentran en la Coordinación Nacional Sindial (CNS); ocho en la Unión Democrática de Trabajadores (UDT), ex
Grupo de los Diez; nueve en la Unión
de Trabajadores de Chile (UNTRACH);
tres en la Confederación de Empleados
Particulares de Chile; cuatro en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT), de carácter oficialista; y una en el Frente
Unitario de Trabajadores (FUT). De las
52 restantes, 13 permanecen independientes, 36 desaparecieron y tres, subdivididas, se han integrado a más de uno
de esos grupos.
Este verdadero archipiélago de agru-
pamientos sindicales tiene sus orígenes
en las condiciones carentes de defensas en las que ha quedado el movimiento trabajador. En un comienzo,
los principales vehículos de comunicación con las autoridades dictatoriales
son, precisamente, estos agrupamientos, que desde posiciones colaboracionistas o crítico-negociadoras intentan a
través de exhortos o peticiones de morigeración atenuar los efectos de la violenta reestructuración económica.
Conviene aclarar que, en este aspecto,
la CNS y el FUT presentan características diferentes, particularmente la primera que es, en cierto sentido una recomposición cercana a los principios y
programas de la antigua Central Unica.
Las implicaciones de la actividad de
los mencionados grupos son ya ineludibles en la reestructuración del movimiento sindical chileno. Esto no quiere decir que el camino para la reunificación del proletariado esté fatalmente
condicionado al acuerdo de los grupos.
Por el contrario, será la acción directa
de los trabajadores la que habrá de desbrozar el sendero de la unidad imponiendo ritmos y formas organizativas
acordes con los requerimientos de la
lucha contra la dictadura.
Dentro de tal abigarrado abanico
dejaremos de lado las posiciones de la
CNT y de la UNTRACH, en razón de
que su inspiración oficialista las inhabilita para convertirse en ejes de la reunificación clasista del proletariado. Situaremos nuestra atención en la UDT,
la CNS y el FUT, conjuntos orgánicos
que distan de tener una plena identidad ideológica y, mucho menos, una
línea política común.
¿Modernización?
La Unión Democrática de Trabajadores (y su antecedente directo, el Grupo
de los Diez) tiene importancia por la
significación política de los sectores de
trabajadores que representa. Orgánicamente tiende a aglutinar a trabajadores
del sector servicios, esto es, trabajadores improductivos más bien interesados
en el reparto de la plusvalía transferida
desde el sector productivo de la economía. Ello tiene un significado práctico
inmediato. Se trata de trabajadores
que, más allá de su tradición combativa, no se encuentran directamente implicados en la cooperación bajo el
mando despótico directo del capital.
De allí su persistente tendencia a pos49
tular un objetivo democrático, que
mantiene intactas las bases de explotación. Su programa se articula en función de un mejor reparto de los ingresos, esto es, a una regulación más conveniente de las relaciones y conflictos
laborales.
Su planteamiento postula la "modernización del sindicalismo", no manipulado por intereses externos al movimiento, a pesar de sus fuertes ligas con
la AFL-CIO y la ORIT. Colocado en una
situación de oposición a la política
económica del gobierno, por boca de
su principal personero, Eduardo Ríos,
se niega a tomar posiciones claras sobre problemas claves como el del carácter de la dictadura, prefiriendo la
ambigüedad de un centrismo que condena por igual el sistema liberal capitalista como el "colectivismo marxista". El interés de este grupo no considera fundamental el problema de la
unidad. Expresiva de esta actitud es la
declaración del mismo Ríos respecto al
"Pliego de Chile": "Es pretencioso el
nombre. . . Es el peligro de un sector
de trabajadores y ellos verán la forma de implementarlo."
La UDT ha sido, hasta ahora, el núcleo más importante del espectro sindical. Pero esta situación cambia rápidamente. Sus ligazones reales con el
proyecto recambista del freísmo, le dejan sin opción una vez cancelado definitivamente éste. Por lo demás, su situación hegemónica resultaba posible
en tanto los trabajadores mantuvieran
una línea económico-reivindicativa de
enfrentamientos aislados. Pero la verificación que los sectores más conscientes del movimiento sindical hacen de la
imposibilidad de seguir practicando ese
camino, llevará inevitablemente a la superación de las concepciones oportunistas de esta agrupación.
Pliego democrático
La Coordinación Nacional Sindical empieza a manifestarse como un factor
político de importancia ascendente.
En su seno coexisten tendencias distintas, entroncadas con la trayectoria histórica de la clase obrera, por lo mismo
con sus virtudes y limitaciones. Esa diferenciación es saludable: la confrontación de las contradicciones en su despliegue abre paso a la posibilidad de
determinación de una línea política in-'
dependiente. Por lo pronto, esa lucha
tendencial no ha impedido el levanta-
miento de un pliego que recoge aspiraciones democráticas fundamentales de
los trabajadores y el pueblo de Chile.
Con la firma de más de dos mil dirigentes, el pliego denuncia la situación económica del país y la absoluta restricción de los derechos humanos, rechaza el carácter represivo de las reformas
educacional y universitaria, y demanda
el regreso de los exiliados así como el
esclarecimiento de la suerte de los presos políticos desaparecidos. En el plano económico, pide la modificación de
la llamada economía de mercado y la
concesión de un reajuste inmediato de
31%, además de un sistema automático
de reajustes con base en el índice de
precios al consumidor.
Por encima de las demandas concretas, dos rasgos sobresalen: la cantidad
de representantes de trabajadores que
lo suscriben y la fracción del proletariado que representan. Sin caer en un
obrerismo fácil, importa consignar que
su eje es el proletariado industrial. A
pesar de lo dicho, la articulación de este
movimiento presentará muchas dificultades, puesto que a las diferencias naturales derivadas de la distinta situación en que se encuentra cada rama en
que los distintos segmentos del proletariado industrial venden su fuerza de
trabajo, el nivel de composición orgánica de capital, etcétera, cabe agregar
el retraso en el establecimiento de bases de unidad entre el proletariado en
activo y el ejército industrial de reserva.
tingentes grandes de trabajadores, presenta un enfoque organizativo y político muy peculiar. Su propuesta de sociedad p resenta rasgos importantes de
Dinámica de independencia
Enfoque peculiar
Finalmente, el Frente Unitario de Trabajadores, que presenta una serie de
coincidencias importantes y permanentes con la Coordinadora Nacional Sindical. Pese a no contar en sus filas con-
pero en su implementación reivindican
lineamientos que se acercan a los fundamentos autogestionarios del sindicato polaco Solidaridad. Su debilidad numérica y la sólida vinculación con la
CLAT, organización sindical de la DC,
se presentan como los principales obstáculos para favorecer una superación
proyectiva de sus concepciones.
coincidencia con las tesis comunitaristas que desarrollara, en su oportunidad,
la izquierda de la Democracia Cristiana,
En este marco se debate, fundamentalmente, la cuestión del reagrupamiento
sindical. La dinámica movilizadora que
puede significar el pliego promovido
por la CNS no escapa a la comprensión
de la dictadura. De allí el rechazo contundente de Pinochet a dialogar con
"comunistas" y la iniciación de un
proceso en contra de la directiva de dicha central por "falsa representatividad". Pero esta posición, lejos de demostrar fuerza, refleja simplemente
prepotencia. Tarde o temprano la dictadura tendrá que vérselas con el actor
principal reingresado a la escena, mientras los partiquinos hacen mutis.
En efecto, un proletariado armado
con su tradición autonomista ante el
Estado busca caminos para trazar su
perfil independiente. Si ello se concreta, esto es, si hay consonancia entre
la madurez y el avance de los trabajadores y el avance y maduración de
una línea política definida en la izquierda, la caída de la dictadura no
exigirá el ponerse la camisa de hierro
de la institucionalidad burguesa. En
ese caso, se podrán abrir formas democráticas superiores que actualicen la
realización de la gran tarea histórica
del proletariado: la negación de la existencia enajenada de todas las clases de
la sociedad.
REPRESENTACION POR ELECCIONES LIBRES
derecho a petición que pueden ejercer o a título personal o en representación
de quienes corresponda. Lo que no se acepta es hacerlo en nombre —como en el caso de la Coordinadora--- de los trabajadores chilenos, porque no tiene su representación. Es un organismo de facto diseñado en Moscú que pretende arrogarse esa categoría, en circunstancias que los trabajadores en nuestro
país se han dado sus organizaciones y elegido sus dirigentes a través de la ley y en forma libre."
Sergio Fernández, ministro del Interior en Chile, refiriéndose a la Coordinadora Nacional Sindical.
El Mercurio, Santiago de Chile, 19 de julio de 1981.
"No se les ha negado el
Recuerdo de Laura Allende
Jaime Suárez*
Laura Allende Gossens vivió y entendió las cosas exigidas por su consecuencia invariable. Ese es tal vez el signo
moral que más define su conducta, que
concurre a enriquecer su carisma y a
otorgar mayor fuerza y altura a su calidad de militante y dirigente.
Por eso recordar su trayectoria, es
una continua afirmación de esa consecuencia ejemplar y es observar el notable proceso cualitativo en la formación
de una revolucionaria.
No asume Laura Allende su compromiso por un imperativo de clase, o
por una revelación súbita, o por una
espectacular aprehensión intelectual, o
por rebeldía de adolescente.
Actividad política
Inicia su quehacer público ya adulta,
en el curso de las elecciones de 1958.
En la secuencia ininterrumpida de
mínimos combates en el marco de la
lucha de clases, en la sumatoria pertinaz de acciones y vivencias diarias, se
va gestando la gran toma de conciencia política de Laura Allende.
Fue, en efecto, en la década de
1960. Dinamizada la realidad chilena
por contradicciones insalvables de estructuras estremecidas y añejas, fracasados los proyectos reformistas dictados por el imperio, nuestro país vivía,
como el resto del continente, intensas
horas de su historia. Cuba era ya gloriosa realidad. El anhelo de sembrar
detonantes para dar paso al socialismo
apremiaba a nuestros pueblos. Se fundaba OLAS en el continente y se inmo* Chileno, profesor universitario, dirigente
socialista, fue ministro del Interior en el
gobierno del presidente Allende y luego
senador; actualmente es encargado local en
México del PSCH (secretario general en Chile).
laba en Bolivia el inmortal Che. El cuestionamiento al sistema de Chile surgía, no sólo en su clase obrera, que expresaba el proyecto político fundamental cimentado en la unidad socialista comunista, sino que además en
distintos ámbitos. En diferentes formas, el debate, la actividad y la lucha
caracterizaban significativamente esos
momentos. Los procesos de reforma
universitaria Rodrigo Ambrosio y la
denuncia del reformismo: la lucha de
los campesinos con las tomas de fundos como "Los Cristales" y "San Esteban"; Miguel, Luciano, Andrés y Bautista. protagonistas de las acciones del
MIR ; la huelga de la Universidad Católica; la significativa definición de los radicales bajo la presidencia de Morales
Abarzúa; la toma de la Catedral y de
los Tribunales de Justicia; son algunos
de los rasgos que dan fisonomía al escenario político y social de esa década.
Y es en ese marco que emerge como
parlamentaria socialista Laura Allende.
Y al hacerlo trasciende la ya muy honrosa condición de hermana de quién
era en ese instante líder de la izquierda y hoy símbolo universal: Salvador
Allende.
Quiero saber
Pero —¿por qué no decirlo?—, hubo
quienes creyeron que con ella llegaba
al parlamento sólo una hermosa figura
decorativa. ¡Cuán profundamente equivocados estaban! Mujer de espíritu
cristalino y juvenil, Laura poseía una
voluntad vigorosa y tenaz. Enternecía
la franqueza con que explicitaba sus
inexperiencias y su deseo superior de
aprender. Cuántas veces recién elegida parlamentaria requirió respuestas
ante nuestro Comité Central y ante la
51
estimación de éste, a veces, que aquellas interrogantes parecían muy obvias,
ella no silenciaba su inquietud: " ¡Pero, yo quiero saber!", exclamaba.
Y cuántas veces también las exposiciones más profundas fueron destruidas por el comentario certero y lúcido
de una Laura Allende que no confundía al enemigo principal, ni olvidaba
como prioridad los intereses de los trabajadores.
Así se va templando, y así cuando
los pobladores embanderaban las sombras en el legítimo asalto nocturno por
el propio techo que el sistema les negaba, Laura era la activista dirigente, de
abnegación sin límites, involucrada vitalmente en la defensa de los explotados. ¡Cómo adquiere residencia por
siempre en el corazón de los pobladores!
¿Cómo no recordar esa imagen difundida por la prensa de la época en
que Laura Allende, solitaria y tranquila, vertical y bella, enfrenta y detiene
un carro policial represivo?
Consentida de un pueblo
Durante el representativo capítulo del
gobierno de la Unidad Popular, es incansable en la actividad parlamentaria
y partidista. Elegida miembro del comité central del Partido Socialista en el
Congreso de 1971 en La Serena, identificada con la ideología del proletariado, no pierde jamás su capacidad de
crítica, ni su espíritu de superación, ni
su diálogo permanente con las bases,
que distinguirán siempre en ella una interlocutora receptiva y consecuente.
Su concepción de militancia tenía
las más nobles connotaciones, de cordialidad y relación humana, sin por eso
dejar de defender con franqueza y rigor sus posiciones en el ejercicio del
centralismo democrático.
La hermosa relación fraternal con
quien era Presidente de la República
no incide en su extraordinaria victoria
cuando obtiene la más alta mayoría
individual en las elecciones de diputación en 1973. Su actitud, sus valores y
su lucha la hacen acreedora merecidamente a tal calidad. Enemiga del burocratismo, sencilla y directa, contraria
a elitismos y frivolidades, con su silueta propular y querida en las poblaciones, con su sentido natural y lozano de
comunicación, es la auténtica consentida de un pueblo que la ama.
El drama de nuestra patria
Pero ella sufría. Minada definitivamente por un mal incurable, conoce su
pronóstico y enfrenta la realidad, sobreponiéndose. ¡Con cuánto sacrificio
supera sus dolores físicos! Vive, luego,
el drama de nuestra Patria, con dignidad, coraje y con una voluntad de
combate ejemplar. Su paso por las calles de Santiago después del genocidio
de septiembre era un desafío moral imposible para la mal llamada seguridad
del Estado por parte de los usurpadores. La encarcelan. La martirizan. Ella
en el propio campo de concentración
contesta organizando a sus compañeras y hostilizando a la dictadura. Recurre la tiranía al cruel expediente de expulsarla del país. ¡Qué vigente el verbo
nerudiano!:
" ¡Chacales que el chacal rechazaría
piedras que el cardo seco mordería
escupiendo
víboras que las víboras odiarán!"
Cuando se consuma contra Laura
la deportación, todo su quehacer y su
pasión en el extranjero se centra en el
objetivo de regesar a la patria. Nada
escapa a su imaginación, en su afán
por hacer posible su propósito. Recurre a todas las instancias, apela desgarradoramente por el derecho, incluso,
de morir en "la patria que necesita".
Pero además no se da descanso para
combatir a Pinochet y su régimen.
Contraria a los verbalismos, reclama
que no perdamos de vista al verdadero
enemigo, que concitemos todo nuestro
esfuerzo en emplear todas las formas
de lucha, que trabajemos, sin sectarismos, resueltamente, por crear condiciones para la unidad de los socialistas
y de la izquierda chilena, que seamos
honestamente autocríticos, que estemos dispuestos a enfrentar la realidad
sólo bajo la superior necesidad histórica del pueblo de Chile.
Experiencia internacionalista
Vive en el extranjero su experiencia internacionalista.
En el lenguaje de Benedetti, Cuba
es la patria suplente de Laura Allende.
Cuba le entrega toda su generosa solidaridad y ella ama su revolución y defiende con todas sus fuerzas morales la
tierra socialista de Martí. Así lo evidencia, en trascendental carta a Fidel,
en una de las tantas conjuras contra la
isla heroica.
La República Democrática Alemana
en su práctica solidaria con nuestro
pueblo, entregó a Laura Allende todo
el auxilio que le era posible para defender una vida que se consumía irremediablemente.
Ella ataca y acusa, sin vacilaciones,
donde le es posible, al imperialismo,
brindando su más resuelto apoyo a los
movimientos de liberación nacional.
No existe causa justa que no tenga a
Laura una apasionada defensora: ya
sea por Vietnam, o por la independencia de Puerto Rico: celebra alboro-
53
zada la victoria de Angola y participa
en el Primer Congreso de MPLA; es implacable contra las dictaduras de Argentina y de Uruguay; y brinda su permanente cooperación a la dramática
diáspora latinoamericana. Leal sin ambigüedades con el campo socialista, en
el último tiempo no escatima esfuerzos en su preocupación y solidaridad
por la lucha del pueblo salvadoreño.
Yo acuso
Como siempre subordinó su proyecto
de vida personal a la lucha por la liberación de Chile, enfrentará también de
manera heroica y trágica el último acto de su existencia.
Es cierto, ya sea desde una concepción cristiana de la vida o desde nuestra concepción marxista leninista de la
lucha, es cierto que siempre será controvertida o se disentirá de cualquier
decisión personal de renunciar a la vida.
Sin embargo, pensamos que Laura
Allende no renunció a ella. Transformó su muerte inminente en otro
patético"yo acuso" de nuestro tiempo. No
hay en ella una actitud meramente autodestructiva. Es su última acción política. Conmueve al mundo para que
Laura Allende
Carta a Fidel Castro
Compañero Comandante
Fidel Castro Ruz.
Le escribo con dificultad por mi muy mal estado
físico que cada vez va impidiéndome efectuar alguna actividad. Quiero expresarle mi profundo
agradecimiento por el cariño y la gran solidaridad
que hemos encontrado los chilenos en el pueblo
de Cuba en su Gobierno y especialmente en usted
que siempre le ha dado solución a nuestros problemas.
Esta carta es de despedida, enviada no sólo con
afecto, es rogándole también me perdone por tomar tan trágica determinación en este país tan
querido para mí, pero no tengo posibilidades de
trasladarme a otro, como podría ser Estados Unidos lugar y cuna donde se ideó y siguen manteniendo una junta de Gobierno que favorece su
afán de imperialismo y su ambición de hegomonía en nuestro Tercer Mundo. Pero existe usted
y su pueblo, que seguirán defendiendo la justicia y los Derechos Humanos en los países que son
perseguidos.
Dentro de nuestra desgracia hemos tenido la
gran posibilidad de oír sus discursos que son una
lección para nuestras generaciones y seguirán siendo siempre una lección viva como es lo escrito por
Martí.
Los que critican el proceso socialista que se desarrolla en Cuba, sabemos que son los capitalistas,
temerosos de que este sistema pueda ir dando libertad y autonomía a países que ellos continúan
explotando.
Las personas que viven un tiempo en Cuba ven
la felicidad de este pueblo y la seguridad con que
marcha hacia el progreso. Ojalá el futuro de Chile,
cuando triunfemos del fascismo, sea similar en valor, en espíritu revolucionario y cultura.
Fidel, nuevamente perdóneme, amo a Cuba pero necesito mi Patria, no puedo seguir esperando.
Ya el degenerado y sanguinario de Pinochet ha establecido que no entraré a Chile. Este vaso de
amargura no puedo seguir cada día aceptándolo.
Además mi estado físico me impide la clandestinidad. Veo con profundo dolor que no podré mirar
por última vez a mis compañeros pobladores con
los que tanto trabajé, no me podré reunir con mis
compañeros obreros ni hacer un cariño a tanto niño chileno. Ojalá algún día comprendan que no
podía esperar más, y el amor a la Patria nos va
cada día desesperando más.
Lo único que quisiera es que algunas veces allá
en la Patria digan Laura Allende presente.
Mi corazón ya no soporta más la crueldad de
este lacayo del imperialismo. Pinochet nuestro
pueblo te hará pagar tanto sufrimiento.
Comandante querido, Cuba sabe defenderse,
que sus enemigos se destruyan entre ellos, que la
victoria sea siempre para su pueblo, para su Gobierno, para su Partido y para usted.
Laura Allende Gossens
Viernes 23 a las 12 de la noche.
52
Homenaje a
Laura Allende
Querida compañera y camarada
te arrestaron y encarcelaron
luego te expulsaron de la patria
determinaron que no podías regresar
("hasta nueva orden").
Pero la dictadura se equivocó contigo
nunca te fuiste
al irte volvías.
Y hoy tu ejemplo se queda también con nosotros.
Queremos que el millón de chilenos
que estamos en el exilio
vivamos en dos patrias
extendiendo la lucha por el continente
multiplicando nuestras fuerzas con el exilio
porque somos un exilio
que no pierde nunca sus raíces
porque creemos en ciertos principios
porque lucharemos en Chile
y fuera de Chile por ellos.
Así entendemos tu vida compañera
ahí está tu fuerza
y ahí debe estar la nuestra
porque no hay dinero que compre
nuestro compromiso
ni dictadura que impida volver
cuando nunca nos hemos ido;
como tú.
Al recordarte
esta tierra generosa de nopales
se llena de copihues
y nuestro grito resuena
desde el Río Grande
hasta el Estrecho de Magallanes:
¡compañera Laura Allende, presente!
(Del saludo del Partido MAPU de Chile en el acto de homenaje a
Laura Allende realizado por el Comité Chileno de Solidaridad en
el Auditorio Torres Bodet, México DF, 15 de junio de 1981).
esta humanidad siga repudiando la tiranía imperante en Chile, para que se
acentúe la movilización universal en
pro del legítimo derecho al retorno de
los exiliados, para que la conciencia de
los pueblos registre una vez más la
crueldad de un poder autocrático, intrínsecamente inhumano, para denunciar al régimen protegido por el imperio y las fuerzas reaccionarias, para
marcar una vez más el nombre del dictador Augusto Pinochet Ugarte tan
legítimamente odiado, como la figura más abominable de nuestra historia
nacional, el engendro más miserable
de nuestra sociedad.
Renovar el compromiso
¡Y cómo nos obliga principalmente a
nosotros la última acción política de
Laura Allende! ¡Cómo nos exige reafirmación, autenticidad, voluntad unitaria, autocrítica, conciencia realista
de nuestro exilio en sus dimensiones
de tiempo, distancia y castigo! Más allá
de la gratitud profunda a todos los países que nos han acogido, la magnitud
del compromiso de Laura exige la renovación del compromiso personal de
cada uno de nosotros. No para transferir nuestras cicatrices ni nuestras penitencias, no para una proyección mortificante de nuestra condición, sino para
búsqueda creadora, para el trabajo y la
construcción de la victoria.
Raúl Ampuero, al conmerorarse el
XXV aniversario del partido afirmó
que "el partido era de todos y de nadie". Parafraseando esa referencia, diremos que un Allende, una Laura, un
Tohá, un Letelier y tantos otros, no
sólo han pertenecido al socialismo chileno sino son patrimonio moral de todo
el pueblo, de todas las fuerzas progresistas democráticas y revolucionarias.
Nunca lograremos saber si hemos
interpretado con fidelidad el sentido
de aspectos de la vida y la muerte de
nuestra Laura.
Pero sí de algo estamos seguros.
Allá en el sur, en nuestro Chile, además de uno de sus hijos y de nuestros
camaradas, un pueblo fatigado de hambre pero tenso de ira, con el alma trizada pero con decisión creciente y unitaria de combate, reprimido brutalmente .
te, hoy, en sus pobladores, sus profe.
sionales, en sus estudiantes y en sus
obreros, se vitaliza con esperanzas, cor
el corazón y el puño apretado, al de
cir ¡Laura Allende, presente!
La estrategia militar de
Estados Unidos
y América Latina
Antonio Cavalla Rojas *
Parece haber consenso, entre analistas
de diversos signos ideológicos, sobre
que la historia de las estrategias es,
en lo sustancial, historia de las guerras
o de los términos de resolución de las
crisis en las que la amenaza de utilización de la fuerza militar jugó un papel
fundamental.
Dicho de otra manera, los grandes
cambios estratégicos son consecuencia
de la comprobación en la práctica de
la inutilidad del conjunto o de parte
de las bases de una concepción estratégica. Esto vale tanto para la estrategia global, entendida como la definición
de los objetivos de una nación por los
que es indispensable luchar y la determinación de las fuerzas necesarias para
conseguirlos (Kissinger), como para la
estrategia militar propiamente tal, entendida como la ciencia y el arte de la
utilización de las fuerzas armadas y la
violencia para la consecusión de los
objetivos políticos (Herman Kahn).
Así ha ocurrido en la ciencia militar
marxista y así también se ha dado en
el transcurso estratégico del pensamiento militar burgués. El gran revolucionador de la estrategia,Karl Von Clausewitz
extrae su teorización novedosa sobre la
guerra de su práctica y análisis histórico
de los conflictos bélicos subsiguientes
a las revoluciones burguesas, que permitieron las nuevas concepciones estratégicas victoriosas de Napoléon, así como de sus derrotas, especialmente las
derivadas de su incapacidad de comprender los factores morales involucrados en las guerras patrióticas defensivas.
* Chileno, militante de la Izquierda Cristiana, profesor investigador en el Centro de
Estudios Latinoamericanos de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM,
presidente del Consejo Latinoamericano de
Investigaciones para la Paz (CLAIP).
Esto acontece también con la estrategia estadunidense contemporánea.
nuestro, en la Guatemala de Jacobo
Arbenz.
Estrategia de contención
Represalia masiva
Un profundo corte se produce en la
producción intelectual sobre asuntos
bélicos en EEUU, luego de la adquisición
del arma nuclear y su posterior uso sobre el pueblo japonés.
Después de un período en que el
establishment militar estima posible
que el monopolio del arma nuclear, y
la breve confraternización entre la URSS
y EEUU nacida del enfrentamiento
común del fascismo durantela segunda
Guerra Mundial (II GM), le den una primacía absoluta al campo capitalista, se
formula la doctrina Truman, en la que
se define al "comunismo" (la URSS y
cualquier movimiento de liberación o
de autodeterminación nacional) como
el enemigo principal.
La matriz estratégica que se formula, ya en 1947 es conocida militarmente como "la estrategia de contención
mediante ayuda económica y militar".
En palabras pronunciadas en 1951 por
el entonces presidente, "deberá ser la
política de Estados Unidos respaldar a
los pueblos libres que estén resistiendo
presiones (. ) y nuestra ayuda deberá conducirse principalmente mediante
la asistencia económica y financiera,
que es esencial para la estabilidad económica y los procesos políticos
ordenados."' Tanto la retórica presidencial
como otros instrumentos de ordenamiento estratégico (como el Documento 20, de ese mismo año, del recién
creado Consejo de Seguridad Nacional),
no incluían explícitamente la intervención de fuerza militar estadunidense
propia. Es esta la doctrina que se aplica
en Grecia, Turquía y, más cercano
55
Ya a fines de la década de los cincuenta, el triunfo de los revolucionarios
en China y las noticias de la primera
explosión atómica de la URSS iniciaron
un debate que cuestionaba las concepciones de la administración Truman.
El desarrollo de la guerra de Corea y
su desenlace, vinieron a dar las bases
de una profunda rectificación, cuya
primera expresión pública la constituyó el discurso del secretario de Estado
J.F. Dulles ante el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, en enero de 1954. Surgía la doctrina "de la
represalia masiva", en la que EEUU declaraba su voluntad de contestar con
todo su poderío nuclear cualquier
"amenaza al mundo libre", ya sea
contra el agresor menor en la periferia
o contra la URSS directamente, si su
involucramiento se comprobaba. Como era obvio, la doctrina Dulles de represalia masiva llevó a una disminución
de los gastos, el tamaño y la calidad de
las fuerzas armadas convencionales y
un incremento significativo de las fuerzas —desde entonces llamadas estratégicas— de carácter nuclear y termonuclear.
En 1957, cuando a mediados de
año la URSS lanzó su primer misil
balístico intercontinental y luego colocó
en órbita el primer Sputnik, se derrumbaron dos pilares básicos de la represalia
masiva: la invulnerabilidad territorial
de EEUU frente a la URSS y la viabilidad a largo aliento de la superioridad
1
Discurso a la Nación, por cadena de radios, 11 de abril de 1951.
estratégica estadunidense sobre cualquier enemigo, actual o potencial. Si
a ello se agregan las reflexiones surgidas
sobre la imposibilidad de EEUU y sus
aliados de impedir los triunfos de las
revoluciones vietnamita, argelina y cubana y la incapacidad objetiva de utilizar el arma nuclear en otros conflictos
periféricos, se configura un cuadro de
crisis total de los conceptos estratégicos: éstos no lograban definir adecuadamente los medios de fuerza y su
grado de utilización para obtener el
objetivo político consensual (detener
el avance comunista, que se hacía sinónimo de los movimientos de liberación).
Reacción flexible
La disidencia del establishment elaboraba, desde la oposición a la administración Eisenhower, una alternativa estratégica, que fue plasmada con particular claridad por el general Maxwell
Taylor. 2 El ascenso al poder del presidente Kennedy llevó a los militares y
civiles disidentes a los principales puestos de poder, con lo que la llamada "estrategia de reacción flexible" pasó a
ser la doctrina oficial del Estado norteamericano. En su esencia, tal estrategia reconocía que es "tan necesario
impedir o ganar rápidamente una guerra limitada como lo es evitar una guerra
generalizada..." (Taylor). Para ello,
se argumentaba, es necesario construir
numerosos escalones, que van desde
pequeñas acciones encubiertas para
destruir focos subversivos potenciales,
pasando por intervenciones militares
con fuerzas estadunidenses, hasta llegar a la guerra nuclear declarada, concebida como un sólo golpe nuclear
definitivo .
La estrategia de reacción flexible,
que como demostraremos más adelante
es la que sigue vigente, considera un
primer escalón, en el que no se comprometen directamente en combate
fuerzas militares de los Estados Unidos
o de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN ). Dicho escalón
(aplicado profusamente en Chile en todas sus variantes), incluye:
acciones encubiertas de los servicios
de inteligencia estadunidense, ya sea
directamente o a través de sus homónimos nativos;
acciones de propaganda abierta a
través de medios propios (agencias internacionales de noticias, por ejemplo)
o de financiamiento de medios ajenos
de origen local;
programas de apoyo o guerra
económicos, destinados a afianzar o
desbaratar el funcionamiento económico y social del país "objetivo";
transformación de las fuerzas armadas nativas en un bastión capaz de derrotar a los "insurgentes", proveyéndolas de adoctrinamiento, adiestramiento
en nuevas técnicas de contrainsurgencia, nuevos armamentos especialmente
adaptados o creados para la guerra de
guerrillas, transformación de las policías en cuerpos paramilitares, utilización de mercenarios, etcétera;
construcción o robustecimiento de
alianzas regionales, en (ye las fuerzas
militares de los aliados remplacen o
acompañen a las fuerzas estadunidenses. si el escalón nativo es derrotado
(Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca, TIAR , y Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA ), para
el caso de América Latina y el Caribe).3
El segundo escalón, que se considera utilizable si fallan todos los anterio2
3
Para un desarrollo en profundidad de la
"reacción flexible", ver el libro de Michael
Klare: Guerra sin fin; Noguera, México,
1975. Las fuentes principales de la nueva
doctrina se encuentran en: Maxwell D.
Taylor: The uncertain trumpet; Harper
and Row, Nueva York, 1960; y Robert
E. Osgood: The reappraisal of limited
war; Adalphi Papers núm. 54, Londres,
1969.
Para la comprensión de la Covert action,
resultan particularmente recomendables
los trabajos de Philip Ages (El diario de
la CIA) y de Marks y Marchette (La CIA
y el culto de la inteligencia). Ver también
la abundante y valiosa producción de li-
res, son las fuerzas propias estadunidenses, para lo cual dicho país estableció en diversos territorios regionales,
bases para proveerse de fuerzas, preferentemente navales, transformables en
ejércitos de ocupación. El arma al que
se le asigna prioritariamente la tarea de
desembarco y control del territorio
es el Cuerpo de Marines, cuyo desempeño exitoso en República Dominicana es suficientemente conocido ("doctrina Johnson").
Un tercer escalón es el de los dispositivos nucleares. Contempla una serie
de armas y contra-armas orientadas a
disuadir al enemigo de asestar un golpe
sorpresivo sobre el territorio de EEUU
y sus aliados de la OTAN. No nos explayaremos al respecto, porque en
nuestra opinión es el segundo escalón
el que ha tenido más modificaciones
estratégicas reales (en el sentido de utilización concreta de la fuerza y no de
la "estrategia ficción" del over-kill nuclear), y el que representa ahora el
peligro mayor para los futuros triunfos
de procesos de liberación nacional en
América Latina y otras regiones del
llamado Tercer Mundo. La ausencia
de un tratamiento adecuado de sus
modificaciones, tanto en los centros
académicos especializados en el estudio
de EEUU como en las organizaciones
políticas del sub continente, justifica
una atención más detallada sobre su
evolución hasta nuestros días.
bros y artículos de Gregorio Selser. Para
un entendimiento básico del llamado "Sistema Interamericano de Defensa", ver los
trabajos incluidos en los capítulos In y
IV de nuestra antología Geopolítica y seguridad nacional en América (UNAM , Colección Lecturas Universitarias núm. 31,
México, 1979; pp. 195 a 475). Una sistematización básica de los otros escalones se pueden encontrar en nuestra ponencia "Intervención económica y militar de Estados Unidos en El Salvador",
presentada al Seminario sobre la coyun-
tura actual en El Salvador (División de
Estudios de Post-grado de la Facultad
de Economía de la UNAM, México, 1980).
ATENTADO CONTRA EL PAPA: AUTORES DESCUBIERTOS
"No cabe duda de que esto obedece a la codicia de los bolcheviques, que quieren el dominio del mundo a cualquier costa."
Almirante José Toribio Medina, en Hoy núm. 200, Santiago de Chile, 20 al 26 de mayo de 1981.
Vietnam: el error del gradualismo
A partir de la derrota de Vietnam, luego de un período de evidente paralogización del debate estratégico, se produjo una profunda y encontrada reflexión militar de las razones político-militares de la derrota. De ella permanecieron bastante alejados los políticos
civiles, todos ellos preocupados más de
superar el "síndrome de Vietnam",
mediante el silencio que de extraer lecciones para la defensa del cuestionado
poderío estadunidense.
Los errores asumidos para la estrategia futura —que es lo que nos preocupa actualmente— abarcaron todos
los campos doctrinarios: los objetivos
políticos y su relación con los objetivos
militares; la utilización de los medios,
tanto en la perspectiva estratégica como en la táctica y el arte operativo; la
relación con los aliados, etcétera.4
El primer error que parecen diagnosticar con fuerza los militares estadunidenses es la ausencia de objetivos
políticos claros s y, cuando los hubo,
la incapacidad de definir objetivos
militares para conseguirlos cabalmente:
El general William Westmoreland, una
de las figuras protagónicas de las operaciones bélicas en Vietnam, señalaba
al respecto: "El presidente (Johnson)
anunció que no extenderíamos la guerra, por lo cual se estableció una estrategia defensiva en tierra que dió al enemigo más libertad de acción.. .formuló una estrategia 6 que puede describirse brevemente de la siguiente forma:
contener al enemigo, derrotarlo en el
Sur, ayudar a reconstruir la nación, y
bombardear objetivos bélicos en el
Norte en una escala gradualmente creciente, hasta que el enemigo percibiera
el mensaje de que no podía ganar y, en
consecuencia, negociara o aceptara tácitamente un Vietnam dividido." Y
agrega enfáticamente: "Sin embargo,
el bombardeo se llevó a cabo de forma
esporádica, según los altibajos de las
presiones políticas en los Estados
Unidos". 7
Una reflexión similar formula respecto a la conducta seguida por el
mando político después de la ofensiva
del Tet (1968), desencadenada por los
patriotas vietnamitas con el apoyo de
Vietnam del Norte, a la que califica de
grave "derrota militar del Vietnam
del Norte". Dice Westmoreland: "Existe un viejo axioma militar que dice
que 'cuando el enemigo sufre, no les
des cuartel, presiónalo más'. A pesar
del asesoramiento militar en contrario,
nuestros líderes políticos disminuyeron
la presión contra el régimen de Hanoi
y lo atrajeron a la mesa de conferencias."8
La crítica a la imprecisión de los
objetivos militares se centra principalmente en la aplicación "gradual" de la
escalada militar estadunidense. Se
culpa al gradualismo en la aplicación
de la fuerza de ser el responsable de la
no consecución de los objetivos militares, error agravado por las imprecisiones e interferencias políticas. Un analista militar describe así el proceso de
presentó un esfuerzo desgraciado por
combinar el arte militar y la diplomacia". 9
Error tras error
El segundo error importante que descubren es que la opción interna en Estados Unidos fué fatal para la conducción político-militar de la guerra. Esta
ausencia de "unidad nacional" agravó
el problema de la incorrecta relación
de fines y medios. "El mensaje que el
enemigo recibió —e sc rib e Westmoreland
en una de sus reflexiones— no fue uno
de resolución y fuerza, sino de insegu-
CHILE
Revista
mensaje
"un mensaje cristiano
para el mundo de hoy"
un análisis serio de la realidad
nacional e internacional: Iglesia
economía, socio-política, cultura
definición de la escalada: "la primera
fase comprendería vuelos de reconocimiento armados sobre Laos; en la fase
II, se emprenderían bombardeos prolongados estadunidenses contra del
norte. El presidente Johnson puso en
ejecución la fase I en diciembre de 1964.
En febrero de 1965, después de una
serie de ataques del Vietcong contra
instalaciones estadounidenses , él ordenó que la segunda fase fuera puesta en
ejecución. Los objetivos de la escalada
nunca fueron precisamente delineados. . . En resumidas cuentas, el gradualismo era una opción cuando no parecía
disponerse de otras... el gradualismo re4
Para la elaboración de este apartado hemos revisado las publicaciones militares
estadunidenses accesibles al investigador
civil en México (Military Review, International Security, The Defense Monitor,
etcétera) y los documentos que especificamos en notas posteriores. Nos fue también de gran utilidad el trabajo y la bibliografía sugerida por Michael Klare,
en Doctrina de la Contrainsurgencia
(publicado por Proyecto Lázaro Cárdenas, México, 1981).
5 De lo que culpan por igual a los dirigentes republicanos y demócratas hasta la
57
Casilla 10445 — Santiago de Chile
Agentes: Carmen Pinto, casilla 10445,
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ridad y debilidad política, no sólo por
virtud de los actos oficiales, sino también por las expresiones de los elementos vocingleros y emotivos de nuestra
sociedad que optaron por resistir activamente la política nacional." Y agrega:
"Mientras nuestros soldados combatían
y morían por el principio de la libertad
y el derecho a disentir, ¿qué cosas veían
suceder en su patria? La quema de la
bandera, virulentos ataques contra los
funcionarios públicos, destrucción de
los cuarteles de reclutamiento, encomios a favor del Vietcong, mentiras y
engaños de parte de los jóvenes para librarse del servicio militar... Es asom-
6
7
llegada de Reagan.
Se refiere a la estrategia militar formulada para implementar el objetivo político
de no ampliar el esfuerzo bélico.
General William C. Westmoreland: "yietnam en perspectiva"; en Military Review,
enero de 1976, p. 37 (cursivas del autor).
a
Idem., p. 39.
9
Mayor Wesley K. Clark: "El gradualismo
y la estrategia militar norteamericana";
en Military Review, septiembre de 1975,
PP . 3 y 7.
broso que un número de nuestros ciudadanos, incluso representantes de los
medios de divulgación, se dejaran engañar por la propaganda de Hanoi."10
Otro analista se queja también del
papel de los mass-media en la creación
de la oposición interna a los que acusa
de crear "un consorcio entre los líderes
de la oposición y la prensa libre occidental. "
El tercer error que desprenden casi
unánimemente los analistas del Pentágono es la inaplicabiidad del concepto
de "fuerza total", plasmado por Nixon
y su secretario de Defensa Melvin Laird,
en la fase de "vietnamización" de la
guerra. Dicho concepto establecía que
EEUU ya no debía hacerse cargo totalmente de los esfuerzos militares para
"defender al mundo libre", y que se
requería el concurso cada vez más
creciente de los aliados, ya sea en su
propia defensa o en la de su región más
inmediata. "Muchos de nuestros aliados
–declaraba Laird ante el Congreso de
1971– ya han alcanzado prosperidad;
otros la están alcanzando rápidamente.
Por lo tanto es más real y más eficaz
que la responsabilidad de proteger la
paz y la libertad sea compartida más
ampliamente por nuestros aliados y
amigos."1 2
La cuarta lección –de carácter estratégico-táctica– es que Vietnam enseña que la proporción de hombres y
equipos comprometidos en el teatro
de la guerra deberá ser mucho mayor
que la imaginada anteriormente. Resultaba evidente que las armas sencillas
eran capaces de inutilizar a unidades
complejas de alto costo. Una mina
"vietnamita" de fabricación primitiva
era capaz de paralizar un tanque; un
fusilero diestro lograba derribar un caza-bombardero con un fusil de repetición; un explosivista bien entrenado
podía lograr tal destrucción de un sistema vial, que detenía por horas y aún
días el avance de una compañía autotransportada, etcétera. Esta conclusión,
ya insinuada en el debate posterior a
Vietnam, se ve elevada a la categoría de verdad estratégica en los análisis
de la guerra de octubre de 1973 y la
aparición de un nuevo tipo de armas
en el campo de municiones; las PGM
(Precision Guide Munitions: Municiones Teleguiadas de Precisión)."
El quinto tipo de reflexiones, se
orienta a llamar la atención sobre el
problema de la movilización de las reservas y los costos cada vez más cre-
cientes de las unidades complejas.
En cuanto a lo primero, quedó demostrado que la presunción de que las
reservas eran moviizables en un alto
porcentaje y con una cadencia en el
tiempo bastante rápida, no pasaba de
ser una ilusión. "Es irreal esperar que
una unidad de maniobra del componente de la reserva se despliegue en
menos de 30 días. Sería una locura
predicar planes de guerra con esta premisa... ¿Cómo podemos esperar que
los componentes de la reserva logren
este objetivo en 39 días de entrenamiento al año mientras el ejército activo no puede satisfacer el requisito de
entrenamiento en todo el año?... "14
En cuanto al costo, se señala que la
tendencia de la investigación y el desarrollo de nuevas armas ha conducido
a un estable encarecimiento de cada
unidad nueva, sin que la serie anterior
haya terminado tan siquiera de demostrar su utilidad."
El error de exceso
La sexta gran lección incluye un conjunto de aspectos de táctica y arte operativo militar que, a juicio de los analistas del Pentágono, habrían sido descuidados o simplemente no considerados. El mayor Powe, 16 señala los siguientes errores principales:
– excesivo énfasis en las metas de
corto plazo. Se pregunta "¿Hicimos
nuestro máximo esfuerzo en Vietnam
o permitimos que las metas a corto
plazo obscurecieran la misión fundamental." Su respuesta, en diversos
planos de organización y operación,
es rotundamente negativa;
– complejidad creciente e inmanejable. "¿Nos hemos vuelto nosotros,
to Westmoreland, op. cit., pp. 40 y 41.
11 Brigadier general Edward B. Atkeson:
"Un nuevo concepto de defensa: su" relación con la seguridad de EEUU ; en
Military Review, mayo de 1976.
12
Statment of secretary of Defense Melvin
R. Laird before the House Armed Services Committee; US Government Prin-
ting Office, Washington, 1971, p. 19.
13 Ver Ferdinand Otto Miksche: "Las PGM
s: cambios en el ambiente de combate";
Military Review agosto de 1978, pp. 40-
49; y coronel Fletcher Ware: "La división de paracaidistas y un concepto estratégico"; Military Review, marzo de
1976, pp. 25-36.
14 Teniente coronel Benjamín L. Abramowitz: "¿Estará la reserva lista para com-
58
como ejército, demasiado complejos?
A veces el ejército parece tener toda
clase de personas pero ninguno combatiente, y suficientes computadoras
para asignarle una a cada soldado. .. "
El analista coloca como ejemplo el
profuso uso de sensores terrestres
para detectar los movimientos enemigos y otros ingenios "husmeadores de
gente e infrarrojos", que fueron ineficaces para proteger los campamentos,
localizar adecuadamente los planos del
tiro artillero y bombardero, y que contribuyeron a disminuir la actividad y
creatividad del combatiente y los
mandos. Otro estratega se refiere a las
dificultades de transporte del material
complejo. "Fácilmente podemos imaginarnos –escribe en 1976– los grandes montones de cajas y contenedores
sin identificación ni control en los
terminales del continente para procesar y enviar a unidades que esperan
malamente por una pieza específica o
un tipo particular de municó";17
– comodidad, complacencia, excesivo lujo de superioridad de armas de
apoyo al combate de infantería. Se señala, descarnadamente, en que EEUU
llevó "a la zona de combate cantinas,
televisores, miles de acondicionadores
de aire, neveras, automóviles y rociadores para el cabello...". Y se agrega:
"muy bien se puede argüir que el uso
de helicóptero (por ejemplo), se convirtió en una trampa sutil, particularmente cuando nuestra habilidad para
retener una porción de terreno dependía totalmente de nuestra habilidad
para ir y venir por aire".
Reacomodo estratégico
Las conclusiones del debate –como
batir?"; Military Review, marzo de 1976.
Opinión similar había expresado en 1975
–ya en forma oficial– el secretario de la
Defensa Arthur Schlessinger, en Annual
Defense Department Report; US Government Printing Office, Washington,
1975, pp. 111-14.
15
En Miksche, op. cit. Como es obvio, las
referencias a este punto son menos frecuentes en las revistas militares que en la
prensa "liberal" estadunidense y europea.
16
Mayor Marc B. Powe: "El ejército de
EEUU después de la caída de Vietnam:
una disyuntiva contemporánea"; Military
Review, febrero de 1976.
17
General James H. Polk: "Una nueva
estrategia de guerra corta"; Military
Review, marzo de 1976.
se advirtió a su tiempo- 18 fueron resumidas por el hoy general Fletcher K.
Ware, del Ejército de los Estados Unidos, y por el actualmente coronel Wesley Clark, de la misma rama.
Se trata, en primer lugar, de reivindicar una estrategia que siga utilizando
el escalón de la intervención directa
militar, aunque haya oposición interna.
"Bajo cualquier criterio de análisis,
—dice Ware— yo creo que, con toda
seguridad, podemos presumir una renuencia nacional al involucramiento
militar. Sin embargo, el que comprendamos eso no elimina la necesidad de
desarrollar estrategias que requieren la
aplicación del poderío militar de
EEUU para promover los intereses nacionales... dentro del contexto del
temperamento y la voluntad nacional." 19 A juicio del autor, se trataría
de un concepto estratégico de intervención que consistiría en:
una rápida decisión para emplear
la fuerza seguida de
un rápido despliegue de suficientes fuerzas para
llevar a cabo objetivos específicos
probablemente dentro de limitaciones
geográficas y de tiempo.
Wesley Clark, por su parte, en su
artículo en contra del "gradualismo",
reivindica la relación de lo político
y lo militar, y establece:
"primero: deben aplicarse presiones
coercitivas tan directamente como sea
posible para asegurar los objetivos del
compromiso;
segundo: deben establecerse cuidadosamente límites para evitar la impresión de flaqueza; y
tercero: la coerción debe tener una
conclusión que pueda realizarse lógicamente':20
Como se puede ver, del debate de la
derrota en Vietnam surge la vigencia
de la reacción flexible. Lo que cambia
es el concepto de la fuerza, la forma de
aplicación en contra del enemigo y
la creación de nuevos escalones en el
tramo militar estadunidense. En palabras de Clark, "la reacción flexible
no está muerta, porque el desarrollo
de opciones militares continuará. La
potencia militar promete ser más flexible, más rápidamente desplegada y
más fácil para controlar. Los formuladores de políticas nacionales hallarán que están confrontados con más
opciones militares que considerar cuando los intereses nacionales estén amenazados".21
La administración Carter
Esta era la opinión del establishment
militar a la llegada de la administración
Carter. El nuevo presidente, a diferencia de Kennedy, no era portador de
una nueva concepción estratégica estadunidense en el plano militar. Su
consejero de Seguridad Nacional,
Zbgniew Brzezinsky, y su secretario de
Defensa, Harold Brown, no formularon un cuerpo contestatario a estas
conclusiones militares. Por el contrario,
este último insistió explicítamente en
que durante su mandato no habrían
"niños sabios", como había ocurrido
en la era Kennedy-Mc Namara, por sobre el jefe civil y los jefes militares
del Pentágono.22
Sin embargo, la concepción global
de Brzezinsky incluía, con mayor
fuerza aún, la idea nixoniana de "fuer-
za total", al radicar parte importante
de la estrategia de "defensa" estadunidense de las áreas candentes, en la
existencia de "potencias emergentes",
como Irán, con poderosos ejércitos;
estimaba además indispensable profundizar la distensión con el campo socialista, compartiendo el liderazgo
del mundo occidental con los socios
trilaterales de Europa , Asia y América del Norte.23
Hoy se sabe que tales concepciones
no eran compartidas por las Fuerzas
Armadas. Lo declara explícitamente el
general David C. Jones, presidente de
la Joint Chiefs o f Staff recién nombrado por Reagan, en su primera comparecencia ante el Congreso: ". . .Sin
emargo, el consejo militar es una de
las muchas voces que influencian la
distribución de los recursos nacionales
limitados. Otras voces han sido más
persuasivas en declarar aceptable el
riesgo (de no basarse en la fuerza propia), y en elevar las prioridades de los
gastos no defensivos". Debe recordarse que el general iones fue miembro
de la Joint Chiefs durante toda la
administración Carter, como jefe de la
Fuerza Aérea.
La insistencia de los militares
parece haber convencido a Carter
muy al inicio de su mandato, lo que
explica que ya en 1978 había decretado la directiva presidencial número 18,
en la que se ordenaba al Pentágono
formar una fuerza especial para contingencias en el Tercer Mundo, sin
participación de la OTAN; esto es,
fuerza propia.
A fines de 1979 —crisis iraní y
triunfo sandinista mediante— el Pentágono anuncia que se ha constituido la
Fuerza de Despliegue Rápido (FDR),
que será comandada por una "Fuerza
de Trabajo Conjunto" (un estado
mayor que combina las cuatro "armas"
de las Fuerzas Armadas de EEUU: ejército, aviación, marina y cuerpo de
marines), bajo el comando del general
Paul Kelly. El secretario Brown informa que la Rapid Deployment Joint
18
Bosco Parra: "Nuevas dimensiones estratégicas en el Ejército norteamericano.
Posibles repercusiones"; Boletín Exterior
de la Izquierda Crist ia na de Chile, enero
de 1977.
19
Ware, op. cit., p.26.
20
Clark, op. cit., p. 9.
21
Iba ., p. 12.
22
Véase, por ejemplo, el reportaje especial
59
23
sobre el Pentágono y la entrevista al secretario Brown, bajo el título "Shaking
up the Pentagon", publicado en USNews
and World Report, 17 de julio de 1978,
pp. 33-36.
Hemos intentado tratar la estrategia de
Carter en la primera parte de nuestro trabajo " US Military strategy in Central
America: from Carter to Reagan"; Contemporary Marxism, núm. 3, 1981.
Task Force (RDJTF), estará situada
en la Base MacDill de la Fuerza Aérea,
en Florida, y que hasta ese momento
estaba compuesta por dos divisiones
aerotransportadas, dos batallones de
fuerzas especiales del ejército de
tierra y tres divisiones de marines, con
sus respectivos transportes, a los que
acompaña una flota de aviones de transporte del Military Airlift Command (70
C-5 y 234 C-141). Desde la fecha de su
formación, la nueva fuerza dispondría
de 5 mil millones de dólares durante
el plazo de 5 años, para subir de 80 mil
hombres hasta 200 mil, con sus correspondientes transportes."
En los meses finales de la Administración Carter resultó ya evidente que
lo que había ocurrido era la aceptación
del concepto estratégico de ampliación
del escalón de intervención con fuerzas
convencionales, en todos los teatros
periféricos (no europeos) donde los
"intereses vitales" estuvieran amenazados. La Administración Carter se lanza
a la búsqueda de bases en Omán, Kenya,
Somalía y Egipto, en lo que pareció
el primer intento de tener, además
de la Fuerza de Despliegue Rápido
central, otra especializada en el teatro
de guerra del Golfo Pérsico. Características similares —fuerza de despliegue rápido para saturar teatros de
guerra sin depender de los aliados
nativos— tiene la Joint Task Force
on Caribbean and Central America.
Es el propio James Carter el que declara (el 1 0 . de octubre de 1979,
luego de el alboroto por la "presencia
de la brigada soviética en Cuba")
que se había constituido un Estado
Mayor (Headquarter) dedicado exclusivamente a América Central y el
Caribe al que "asignaré fuerzas de
todos los servicios militares, para la
expansión y conducción de operaciones (. . .) Este headquarter empleará
fuerzas diseñadas para la acción, si se
requiere.. . ,25
Reagan: neoconservadores
... y militares
Del debate sostenido en México por un
24
Las fuentes son elAnnual Defense Report
(US Government Printing Office, 1980),
y noticias y reportajes del Washington
Post, US News and World Report, Newsweek y prensa mexicana. Hemos con-
frontado estos datos con los trabajos de
Michael Klare, "An Army in Search of a
War", publicado en The Progressive, marzo de 1981, y de Esko Antola y Raymo
Váyrynen: "The emergente of an intervention policy: the case of the Rapyd
Deployment Force" (ponencia presentada al Seminario sobre La crisis de las
doctrinas estratégicas y sus repercusiones
en el Tercer Mundo, realizado en México,
del 15 al 19 de junio de 1981).
25
Cables de UPI y AP. La incomprensión
de que "fuerza de despliegue rápido" es
un concepto estratégico, que la Rapid
Deployment Force, con su headquarter
de McDill, es una unidad operativa (de
combate, preferentemente pensada para
la guerra en el Golfo Pérsico y el Medio
Oriente), y que el concepto se aplica
también para otras regiones del mundo
incluida América Central, es lo que lleva
grupo cada vez más numeroso de
investigadores dedicados al análisis de
EEUU, han surgido hipótesis en torno
al significado del nuevo equipo que ha
llegado a la cúspide del poder en
Estados Unidos.
La primera hipótesis, que compartimos, es que el grupo neoconservador
que rodea al nuevo presidente (formado por numerosos militares y ex funcionarios de los servicios de inteligencia,
asunto que suelen olvidar los colegas
latinoamericanos), intenta representar
lo que la filosofía política y la estrategia del New Deal y el pensamiento
a algunos analistas latinoamericanos a
ignorar la existencia de este headquarter
del que habla Carter, en América Latina.
Así, al hablar de las fuerzas convencionales con que cuenta la administración
Reagan, se escribe que la FDR "no constituye en sí misma un cuerpo permanente... " y que "se ha expresado la intención de negociar nuevas bases militares
en la zona del Medio Oriente (además de
las que existen en Omán, Diego García,
Somalía y Kenya), para facilitar las posibles intervenciones...", no mencionándose este headquarter y esta fuerza para
Centroamérica (en Estados Unidos, perspectiva latinoamericana; vol. 6, núm. 6,
CIDE, junio de 1981, pp. 64-65). Es la
misma ausencia que lleva a considerar a
la "nueva" óptica estratégica de la administración Reagan como no ligada a la
evolución del pensamiento militar estadunidense (véase, por ejemplo, Arturo
Borja: "La política exterior de la administración Reagan o el 'desfase' de la
`óptica estratégica' "; Cuadernos Semestrales, núm. 9. CIDE, segundo semestre
de 1981, pp. 93-114).
EN CASA DE HERRERO
"Señora directora:
Soy suboficial (r) de las Fuerzas Armadas, músico profesional, y tengo el agrado de saludar afectuosamente a la señora directora de esa importante revista y exponerle al mismo tiempo mi gran problema,
pues actualmente me encuentro enfermo de gravedad, con una hernia diafragmática y otras afecciones,
atravesando por una difícil situación económica por percibir una exigua pensión de revalorización.
El pedido que le solicito es que le dé publicidad a un ofrecimiento de venta de los instrumentos siguientes: tuba vertical marca Couesnon, francesa SIBb, con estuche; corno doble, marca Miraphone
SIBb, con funda; y tuba vertical marca Couesnon SIBb, con funda. Dichos instrumentos están en muy
buenas condiciones ya que solamente se han usado en la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal, y a
un precio bastante convencional.
Los interesados pueden dirigirse a la dirección que indico, de 9 a 13:30 horas todos los días, como
también por correspondencia.
Nicomedes Espinoza
Jorge Bizet 3783, El Pinar
San Miguel, Santiago."
Que pasa núm. 529, Santiago de Chile, 28 de mayo al 3 de junio de 1981.
60
económico keynesiano representó para
el "neoliberalismo" iniciado por Franklin D. Roosevelt . 2 6
La segunda hipótesis, que surge de
la revisión de los textos de los neoconservadores y de los discursos y docu-
Reagan. Cabe reiterar que con el nuevo
presidente suben al poder los disidentes
de la estrategia carteriana y adquieren
preeminencia fundamental personeros
estrechamente ligados al establishment
militar (Alexander Haig, Daniel O.
de Defensa— de que la actual caída 1e
la capacidad militar y estratégica de
EEUU son consecuencia de un largo
período de declinación de nuestro
gasto de defensa."'
2. La política de defensa que se
mentos del candidato Reagan, es que
los neoconservadores, diagnosticando
una grave crisis global de la sociedad
norteamericana, colocan su centro
generador en elementos morales y
culturales (autoridad, incentivos individuales, etcétera) y se proponen, desde
el poder inmenso del Gobierno, atacar
a la "contracultura enemiga" en toda
la extensión de la sociedad estadunidense y en todos los lugares del
planeta.
La tercera hipótesis, que tiene ya
suficientes bases de comprobación,
es que si bien Reagan ha debido negociar ciertos aspectos marginales de sus
propuestas, ha sido el planteamiento
de los "duros" el que se ha impuesto
en los nombramientos principales y en
los programas de gobierno que ya ha
aprobado el Congreso.
Con estas apreciaciones, es posible
dimensionar mejor el papel central que
cumple la estrategia militar dentro de
la estrategia global del equipo de
Graham, Thomas Moorer) o de inteligencia (Richard Allen, George Bush,
Frank Carlucci).
entiende como inextricablemente ligada a la política exterior y que se
entrega a un militar (Haig) y a un ex
agente de la CIA (Allen)," se plantea
por áreas y regiones; pero en cada área
se obliga a leer la situación con el
prisma del balance de poder entre
Estados Unidos y la Unión Soviética.
Dicho de otra manera, no se conciben
situaciones nacionales porque cualquier
parte del globo, dice relación con el
Líneas estratégicas
Cuatro son, a nuestro juicio, las
líneas centrales de estrategia:
1. Se implanta lo que Klare llama
con humor "el nuevo ecumenismo":
Estados Unidos entiende que todo el
mundo es escenario de su guerra, y
por ello el desafío más importante que
se le plantea ahora es el restablecimiento del poderío militar. Se trata de pasar
no sólo a la supuesta paridad perdida,
sino de la paridad a la superioridad,
en todos los rubros bélicos y en todas
las áreas del mundo, para lo cual es
necesario brindar prioridad central al
gasto militar. "Debemos confrontar la
realidad —dice el general Jones, presidente de la Joint Chiefs, y lo repite
después Caspar Weinberber, secretario
61
26
Atino Borón: "Reagan y el nuevo proyecto conservador"; Convergencia núm.
1, México DF, febrero-abril de 1981, pp.
13-18.
27 United States military posture for FY
1982. An overview by general David C.
Jones, USAF, chairman of the Joint
Chiefs of Staff; US Government Prin28
ting Office, Washington, 1981, p. vii.
William Schaap: "The role of intelligence and counter intelligence in global
strategies"; ponencia para el Seminario
de la Asociación Internacional de Investigaciones para la Paz en México DF,
junio 1981.
enfrentamiento con la URSS, reidificada como enemigo poderoso. "La pérdida de superioridad estratégica, la
extensiva modernización de las fuerzas
soviéticas de tierra, mar y aire, el
sostenido mejoramiento en la capacidad
de proyección de la fuerza soviética,
el uso soviético de f terzas aliadas para
sostener facciones revolucionarias en
todo el mundo. . . han transformado
el carácter del mundo y nuestros
requerimientos estratégicos. .. "29 Esto
es válido para Nicaragua, a la que se
contabiliza en los mapas estratégicos
como territorio bajo "la influencia
soviética", junto a Cuba y Granada.30
3. Es necesario recuperar el liderazgo
de los Estados Unidos en el mundo
cristiano y occidental. Hay que consultar con los aliados aquellas decisiones
que los involucran directamente, pero
el único poder con capacidades globales
es y debe seguir siendo EEUU, que
vuelve así a ser el factotum de la defensa de la civilización occidental. Es el
concepto de "fuerza propia", válido
también para América Latina, especialmente en períodos de crisis.31
4. Debe restablecerse el paradigma
neoclausewitziano de la legitimidad
de los medios frente a la legitimidad
de los fines (y qué más legítimo, para
ellos, que la "lucha contra el comunismo. . . "). De ahí que se rescate como
matriz estratégica la reacción flexible
para la tarea de contención del comunismo, ampliando y difersificando más
y más cada uno de los escalones. En
este sentido se plantea:
dejar "libres las manos" —amarradas por los excesos de los liberales—
de los servicios y la "comunidad de
inteligencia";32
dotar a los aliados de más armas y
adiestramiento que los capacite para
defenderse del enemigo en sus propios
territorios;
entender la "ayuda económica" y
los organismos internacionales y nacionales de crédito como armas para la
guerra económica;
establecer más capacidad de intervención con fuerzas propias, desarrollando la Rapid Deployment Force
en territorio estadunidense y preparando otras RDF para los teatros regionales más álgidos;
generar un nuevo escalón —la guerra nuclear limitada— ya no como un
juego de guerra sino como una realidad
operativa.33
29
United States military posture. . . , op.
cit., p. vi.
30
US Military Posture. A Supplement to
the Chairman's Overview for FY 1982.
Prepared by the Organization of the
Joint Chiefs of Staff; US Government
defendido este punto de vista en varias
entrevistas de prensa.
34
Entre los trabajos principales de los latinoamericanistas de Reagan se pueden
recomendar:
–Cleto Di Giovanni y Alexander Krueger "Report: Central America"; The
Washington Quaterly, verano de 1980.
–Roger Fontaine "Cuban strategy in
Africa: the long road of ambition";
Strategic Review, verano de 1978. También: Brasil and the US: toward a maturing relationship; American Enterprise
Institute for Public Policy Research,
Washington, 1978.
–R. Fontaine C. Di Giovanni, y A.
Kruger "Castro's specter", The Washington Quaterly, otoño de 1980.
Printing Office, Washington, 1981, p. 18.
¡bid., p. 19.
32
Ver Schaap, op. cit. y varios artículos en
US News and World Report, desde el
nombramiento de William Casey como
jefe de la CIA.
31
33
US Military Posture. A Supplement..
El argumento está implícito en los capítulos referidos a las "fuerzsa estratégicas"
El secretario de Defensa Weinberger ha
Proyecciones sobre
América Latina
Las líneas estratégicas arriba sintetizadas tienen su correlato para América
Latina, pero se ven agravadas por el
carácter del equipo civil y militar de
"latinoamericanistas" del presidente
Reagan. 34 Provenientes , en su mayor
parte de la llamada "escuela geopolítica" del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Georgetown, empezaron sus contactos con los
gobiernos más autoritarios y con las
derechas más reaccionarias de América Latina desde el mismo momento
en que inician su asociación con Ronald
Reagan. Su voluntad de imponerse
a los sectores más liberales de la burocracia permanente le ha quedado de
manifiesto tanto por la alianza que han
hecho con los "halcones" como por las
sucesivas defenestraciones de los funcionarios de carrera que se oponen a
sus proyectos (William Bowdler y Robert White, por ejemplo).
62
El nuevo equipo acepta con agrado,
más aún porque tuvieron un importante papel en su formulación, la idea de
que la política latinoamericana debe
estar subordinada a la confrontación
global, geopolítica, con la Unión Soviética. Estiman que hay que abandonar el estilo "nefasto" de la administración Carter proclive a los anuncios
y a la retórica: ellos piensan actuar,
pues "la sorpresa es eficacia". Están
firmemente convencidos que América
Latina y el Caribe es la zona geográfica
en que se pueden lograr mayores resultados, más rápidamente y con menores costos, para demostrar tanto, a la
Unión Soviética como a los países
subdesarrollados, la nueva fortaleza
y decisión estadunidenses. Visualizan
la política exterior del área estrechamente vinculada a los intereses de las
grandes empresas y abastecimiento de
materias primas, y basada fundamentalmente en una adecuada estrategia
militar, y el establecimiento de relaciones de preferencia bilaterales.
Tipos de países
Los formuladores de política latinoamericana de Reagan creen ver tres tipos de países en relación con los intereses estratégicos estadunidenses:
a) Los países medianos, formados
por aquellos que ya son potencias medias, porque juegan un papel importante por su poder militar (Argentina y
Brasil); por su poderío económico (México, Brasil, Venezuela); por la posesión de materias primas estratégicas
en el balance EEUU-URSS (Argentina,
por sus granos; México, por el petróleo y minerales estratégicos; Venezuela, por el petróleo). Brasil y México
–Roger Fointaine, y James Theberge
(eds.): Latin America's new internationalism. The end of hemispheric isolation;
Praeger Publishers, Nueva York, 1976.
-Jeane Kirkpatrick:"Dictatorship and
double standards"; en Commentary, november, 1979, también: The Hobbes
problems: order authority and legitimicy
in Central America; (Paper) American
Enterprise Institute, Washington, 1980.
También: "uS security and Latin America"; Commentary, junio , 1981.
James Theberger: Presencia soviética
en América Latina; editorial Gabriela
Mistral, Santiago de Chile, 1974.
–J. Theberge y R. Fontaine: Latin America's struggle for progress; Lexington
Books, Massachussetts, 1977.
ocupan la primera línea, Argentina
y Venezuela la segunda. Frente a ellos
hay que concentrar el "poder nacional"
y desplegarlo a través de negociaciones
bilaterales preferenciales, de modo tal
de lograr un mayor alineamiento junto
a Estados Unidos en la confrontación
global.
b) Los "aliados leales" que no alcanzan el carácter de potencias medias.
Aquí se incluye al resto de los países,
con excepción de los casos críticos.
Se establece una graduación desde los
"muy leales" (Chile y Jamaica), hasta
los indóciles (Panamá y Ecuador, hasta
el sospechoso accidente que mató a
Jaime Roldós): y se señala que la cantidad y calidad de la ayuda económica,
militar y diplomática estará medida
por el grado de lealtad en la escala.
c) Los "casos críticos", donde
hay gobiernos amigos que se encuentran asediados por la "insurgencia
comunista apoyados por la URSS y
Cuba" (El Salvador y Guatemala),
o aquellos que se consideran francamente aliados a la URSS (según ellos,
Granada, Cuba y Nicaragua).
A los ojos de la nueva administración, Centroamérica y el Caribe pasan
a constituirse en la prueba fundamental, pues tres países del área son clasificados en la última categoría y a lo
menos uno (Panamá) es considerado
un aliado que es preciso "disciplinar".
Más aún: el grado de debilidad del gobierno salvadoreño la incapacidad militar de las FFAA de ese país --a pesar
de la ayuda masiva en todos los "escalones inferiores" de la reacción flexible— para derrotar a las fuerzas de
oposición, hacen que El Salvador y
la región en su conjunto se transformen en el caso más importante y ur-
gente que resolver de todos los problemas que confrontan a nivel planetario.
Para enfrentar tal amenaza, la administración Reagan ha aplicado todos
los mecanismos que anotamos arriba
en la remosada estrategia de reacción
flexible. Frente a Cuba y Granada, genera condiciones para justificar una intensificación del bloqueo que incremente los problemas existentes en ambos países y que permita sentar las
bases para eventuales acciones futuras
frente a regímenes debilitados. Frente
a Nicaragua se despliegan toda clase
de acciones bélicas y no bélicas (aunque, por el momento, bajo Covert
action y sin presencia directa de fuerzas
de EEUU), orientadas a su desestabilización. Frente a Guatemala y Honduras,
se robustece el escalón militar nativo
y se apresura la coordinación regional
de las Fuerzas Armadas leales a Estados
Unidos. Frente a Panamá, se incrementan las presiones para alinearla junto
a la política estadunidense. Frente a
El Salvador, se sube al tramo de la ayuda masiva a la Fuerza Armada local; se
comprometen asesores en el combate
(primer tramo del escalón propio); se
coordina el escalón regional; y se intensifican los preparativos de las fuerzas propias, ya construidas en parte
por la Administración Carter bajo el
concepto de fuerzas de despliegue
rápido. La necesidad de establecer
la "intervención de la URSS y Cuba"
para justificar una intervención con
fuerza propia, ha sido ya configurada
para consumo de los mass-media y los
políticos de Washington, a través de la
fabricación del White paper I y el
White paper II (actualmente en preparación). La debilidad de la "prueba",
increíblemente burda, no hace más
que apuntar a la firmeza que tiene la
decisión de impedir la instalación de
otro gobierno "hostil" en el área, por
todos los medios posibles.
Conclusión
La ascensión de Ronald Reagan a la
Presidencia de la Unión Americana
representa un profundo viraje en la
concepción de las relaciones internacionales, que repercutirá hondamente
en las políticas estadunidenses hacia
América Latina.
En síntesis, como lo expresara sin
ambages el asesor para asuntos latinoamericanos del National Security Council, Roger Fontaine, significa que se
aplicará en América Latina nuevamente la "doctrina Truman" más la "doctrina Johnson". Las concepciones de la
nueva administración son coincidentes
y potenciadoras de las definiciones estratégicas que ya había tomado el
establishment militar estadunidense.
El peligro de una intervención militar
estadunidense casi no encuentra ahora respuesta en los sectores civiles de
la rama ejecutiva.
Sólo la fuerza de las organizaciones
populares y progresistas estadunidenses y la acción de gobiernos y pueblos
de otros continentes, podrán impedir
que esa decisión se tome para el caso
de El Salvador y Centroamérica. Las
izquierdas latinoamericanas, si quieren
vencer en sus luchas de liberación, deberán tener en cuenta estos reacomodos estratégicos, desde ahora, en sus
planes político-militares. No hacerlo,
conduciría a nuevas derrotas, como le
ocurrió a la Unidad Popular en Chile
o a las fuerzas progresistas encabezadas
por Michael Manley, en Jamaica.
COMPENSACION
"La seguridad absoluta para una nación es la inseguridad para todas las demás."
Henry Kissinger, New York Times, Nueva York, 20 de enero de 1977.
Problemas de
la lucha por el socialismo
en America Latina
Oscar Waiss
Algunos socialistas uruguayos —radicacados en su país o en el exilio— han publicado un libro titulado Siete ensayos
sobre la realidad uruguaya, que evoca
inevitablemente aquellos históricosSiete ensayos de interpretación de la
realidad peruana escritos en la década
del 20 por José Carlos Mariátegui, y
qué él mismo definiera, recordando a
Nietzche, como la obra en que mezcló
su sangre a las ideas. Estos uruguayos
de hoy, vinculados al combate de su
pueblo contra una dictadura oprobiosa, meten también su sangre a sus ideas,
destino cabal de los verdaderos socialistas.
El mérito principal de este aporte colectivo es el de plantear los problemas básicos de la lucha por el
socialismo en el subcontinente, aunque
todavía muchos de ellos no encuentren
una respuesta común. Proponer los temas es ya una forma de resolver las
contradicciones. Y, de acuerdo a mi
experiencia de socialista chileno, la
praxis nos va acercando a todos, de
manera que el socialismo marxista y
revolucionario va dando la tónica
general a movimientos que, durante un
período más o menos prolongado,
permanecieron en la reseca de los reformismos socialdemócratas.
Hay temas que son de impostergable
exégesis para las militancias de estos
países y, entre ellos, debemos señalar el
de la estructura de clases de nuestras
sociedades, el de las alianzas estratégicas y los compromisos tácticos, el de
los bloques o frentes moviizadores de
las masas, el de la tipificación de las dictaduras militares y el de la lucha por la
democracia, entendiendo, por supuesto, que ésta no puede representar para
los trabajadores una conformidad paralizante sino una participación dinámica
y creadora. No son todas las cuestiones
que nos plantea nuestro tiempo, pero
son las interrogantes que no podemos
eludir, a menos que renunciemos a
hegemonizar la acción histórica de los
pueblos.
Importantes contribuciones a esta
fijación temática encontramos en los
siete trabajos que componen el libro
señalado y trataremos de ir concretando
aproximaciones y distancias entre los
planteamientos de los socialistas uruguayos y algunas conclusiones generales
en las filas de los socialistas chilenos.
Me adelanto, si, a la posible objeción,
declarando que ni hay uniformidad en
la exposición de los uruguayos ni unanimidad en las respuestas de los socialistas chilenos; lejos de resultar dañina,
esta situación expresa un pluralismo
promisorio de futuras síntesis programáticas.
Mientras los socialistas —uruguayos
y chilenos— tratemos de buscar por nosotros mismos el camino hacia la revolución, resolviendo dialécticamente las
contradicciones, estaremos en situación
privilegiada frente a los dogmatismos
que pretenden aplicar esquemas rígidos; el pensamiento creador vivifica,
mientras que las consignas imitativas
momifican.
Las clases y sus formas
Señala Martín Zelik en su estudio —uno
de los más interesantes de estos ensayos— que "la particular estructura de
clases uruguaya, con un alto componente pequeñoburgués y, por tanto,
proclive al confusionismo ideológico,
más allá de la crítica de su situación estructural pone en el platillo de la dictadura ciertos logros de tipo ideológico,
más allá de la crítica de su situación es-
64
tructural pone en el platillo de la dictadura ciertos logros de tipo ideológico y
legitimante de su accionar, por lo que
tratar este tema es de vital importancia".
cia".
No creemos que la estructura de clases en Uruguay sea en exceso diferenciada de la de otros países de la zona y
conviene examinar con cuidado sus
características históricas.
Debemos comenzar por precisar lo
que entendemos por clase obrera y por
proletariado, términos que se suelen
utilizar indistintamente y que no son,
sin embargo, sinónimos.
Tal vez debido a que Marx no alcanzó a terminar su capítulo de El Capital
dedicado a las clases sociales ha existido
siempre cierta confusión, tanto terminológica como conceptual. Siguiendo
las definiciones de Lenin y Pléjanov,
que datan de 1903 (Proyecto de programa del Partido Socialdemócrata
ruso), forman parte de la clase obrera
todos aquellos que deben vender su
fuerza de trabajo en el mercado, que no
poseen medios de producción y que,
además, no están en condiciones de
subsistir independientemente. En 1917
Lenin aclaró en El Estado y la revolución que el proletariado es el destacamento de vanguardia de la clase obrera,
su sector más lúcido y maduro, y que
está formado por los obreros que se integran en los centros de producción de
mercancías, o sea, esencialmente los
obreros de la industria y de las minas.
sociedades poco vertebradas, coEn
mo son la totalidad de las latinoamericanas, el proletariado es relativamente
poco gravitante, por su debilidad
cuantitativa, pero tiene, en cambio,
una retaguardia muy nutrida compuesta
por las que se suele llamar "capas medias"; que son, desde el punto de vista
de su ubicación social, lisa y llanamente
"clase obrera". Por eso es preferible
evitar el exceso de elucubraciones sobre
tantas "pequeñoburguesías" o "clases
medias" y mirar a esa población como
una reserva proletaria. Si esos sectores
son "proclives" al confusionismo ideológico, como señala justamente Zelik,
pueden también fluctuar hacia programas definidos.
Pretendemos subrayar que las "capas medias" latinoamericanas no pueden considerarse como una típica "clase media" de las sociedades avanzadas
capitalistas, ni como lo que Engels denominó "pequeñoburguesía", sino como un sector social cuyos miembros
venden su fuerza de trabajo en el mercado y carecen de medios de producción, por lo que forman parte de
la clase obrera; no ignoramos que en
esas capas medias hay segmentos que
comparten muchos ideales de la burguesía, ya sea por lazos familiares o por
efecto de una educación más selecta,
pero tal disposición a sostener esos
principios choca frontalmente con sus
propios "intereses" cuando se trata de
defenderlos. Enfrentadas constantemente al peligro de disminuir su status, las capas medias tenderán cada
vez más a la unión con el resto del pueblo, y ésta es la única "acumulación de
fuerzas" socialmente concreta e históricamente positiva.
Despertar de las clases medias
Una sociedad subdesarrollada es, parcialmente, parasitaria; lo que se expresa
en la exagerada aglomeración urbana,
donde se gestan las ocupaciones artificiales, el subempleo y la subsistencia
precaria. Eso explica el fenómeno que
señala Maiztegui en su ensayo relativo
al crecimiento vertiginoso de Montevideo, que en 1963 abarca al 47% de la
población total del país; igualmente es
ilustrativa la constatación hecha por el
mismo Maiztegui en el sentido de que
lo que . él llama clase media llegara en
1955 a estar formada, entre otros sectores, por 170.000 funcionarios públicos.
cos.
La situación, como es sabido, no es
singular de un país, sino de una gran
parte de países latinoamericanos, donde
las grandes ciudades, especialmente de
la costa, reúnen al mayor porcentaje
de la población nacional. Y tampoco
es casual que las dictaduras militares,
al romper los moldes clásicos de la producción nacional y liberarse de las trabas "legales" para eliminar empleos,
embistan en primer lugar contra los
funcionarios públicos y los empleados
particulares, estrechando los niveles de
vida de un enorme número de ciudadanos modestos y empujándolos, más
temprano o más tarde, a compartir la
lucha del resto de los trabajadores
orientada a conseguir límites humanos
de subsistencia.
Los empleados se han ido sumando
paulatinamente a la lucha de los trabajadores y adoptando sus métodos de
acción; ya en 1950 los empleados bancarios chilenos aplicaron la táctica de
toma de los edificios y de huelga repentina, buscando el apoyo de obreros y
de empleados; ese "despertar de las
clases medias" a que se refiere José
Díaz en su ensayo, es la natural
reacción de ellas ante la ofensiva burguesa desencadenada a través de los
golpes militares.
En Argentina, las capas medias, en
tiempos de Perón, se precipitan masivamente a la lucha social, y el efecto
movilizador perdura aún hasta hoy, en
pleno régimen castrense. Cuando Díaz
señala que existe una "falsa división" o
un "mal alineamiento" de las fuerzas
sociales, está comprobando que los
socialistas del cono sur hemos sido incapaces de "acumular" el impacto de
la clase obrera en su totalidad o mayoría, lo que por sí solo determinaría una
correlación favorable a la democracia y
el socialismo.
Mientras la clase obrera, así entendida, incluyendo por supuesto al proletariado propiamente tal, y sumándole
la población campesina, en su mayoría
formada por trabajadores explotados,
llega fácilmente a constituir un 80% o
más del total de los habitantes de estos
países, la oligarquía terrateniente --o
lo que subsiste de ella—, más la burguesía industrial, agraria, minera y especulativa, y aún agregándole segmentos de
las capas medias más-, directamente vinculados a su red de intereses, llega escasamente al 20% . Ese muy minoritario
porcentaje poblacional es el que se
beneficia con el modelo económico liberal impuesto por las transnacionales
a través de las fuerzas armadas, y el
que, en consecuencia, consume y puede conformar un reducido mercado interior.
Así se explica que los militares, pese
al apoyo logístico del imperio, no puedan organizar movimientos civiles
paralelos, en la forma típica conseguida por los fascismos europeos; más
aún, en esta concepción morfológica
de las clases encontramos el talón de
Aquiles de los regímenes castrenses, ya
que ellos sufren también —como
organización integrada a una sociedad
concreta— la insubsanable contradicción entre su propia composición
de clase y la tarea que se les obliga a
cumplir como gendarmes de su propio
pueblo. En países pobres como los
nuestros, las diferencias de trato y de
posibilidades entre la tropa y la
oficialidad inferior, por una parte,
y los altos mandos, por la otra, tende
a agigantarse y ello pondrá abrupto-rán
fin al superficial monolitismo del ejército. No existe ese monstruo invencible, aislado de su medio, invulnerable
y aterrador que se nos pretende mostrar
por los mass media de los monopolios
transnacionales; sino cuerpos mercenarios cuyas estructuras verticales y
control territorial les han permitido
—transitoriamente— aplastar la lucha
de las grandes mayorías nacionales. Bajo cada uniforme desuperman castrense
late el tímido corazón de un obrero,
de un campesino o de un empleado.
Tipificación de las nuevas
dictaduras
Cuando se desencadenó el temporal
de las nuevas dictaduras militares
latinoamericanas, comenzando por la
brasileña, se las definió un poco frívo-
PERSUASIVO
"Llevaré al país a la democracia, y al que no le guste la democracia lo reventaré a
Joao Baptista Figueredo , Cambio 16 núm. 406, Madrid.
65
palos."
lamente como "fascistas"; si bien ello
resultaba útil para acelerar la comprensión y el apoyo internacional, especialmente de los países europeos que habían sufrido la epidemia fascista, no
debemos, como justamente indica José
Díaz, "perder el rigor científico,
especialmente a la hora de elaborar
una estrategia liberadora de signo
nacional y popular".
Se trata de un tema aparentemente
marginal, pero cuyo enunciado no es
del todo inocente, ya que si se trata de
dictaduras fascistas queda resuelto por
adelantado el problema de las alianzas;
se procura así anteponer la oposición
entre fascismo y democracia al antagonismo fundamental entre capitalismo y
socialismo; y como el planteamiento
inicial es poco serio, observamos como
posteriormente, y de conformidad al
juego complejo de los intereses supranacionales algunas dictaduras —como
la argentina— se ven absueltas de tan
horrendo pecado y otras —como la de
García Meza en Bolivia—, se ven reducidas a la categoría de "fascismo
precario".
El fascismo es un fenómeno social
típicamente europeo que consiste en el
aplastamiento de la clase obrera por
hordas pequeñoburguesas y de lumpen
proletariado movilizadas y fanatizadas
por líderes carismáticos, al servicio del
gran capital financiero, organizadas en
un partido y engañadas por ideales
racionalistas expansivos. Esos movimientos se precipitaron sin el apoyo del
mientos se precipitaron sin el apoyo del
ejército, y a veces contra el ejército.
Tienen de común con las dictaduras
militares latinoamericanas la obsecuencia ante el gran capital, aunque en el
caso europeo ese capitalismo haya sido
principalmente del propio país, lo que
permitía el gran sueño "nacionalista"
y, especialmente —lo que no pasa de
ser una generalización— el empleo
indiscriminado de la violencia. Es verdad que los regímenes fascistas y las
dictaduras militares recurren al terrorismo brutal contra los trabajadores,
pero esa característica común no basta
para identificar ambos sistemas estatales. Es verdad, también, que en las dictaduras militares afloran concepciones
genuinamente fascistas y actúan individuos de ideología nazi, pero ello no
es suficiente para unificar las concepciones.
Díaz habla de las dictaduras militares de "nuevo tipo", del desarrollo del
"terrorismo de Estado", se refiere a las
dictaduras "tecnocrático militares" o
de carácter "fascistizante y antinacional". Reynaldo Gargano señala expresamente que no entra en la caracterización del régimen —lo que ya es
reconocer la dificultad— y Huguet
habla de "violencia terrorista". En
general, los socialistas uruguayos —al
igual que los chilenos— no aceptan el
simple consignismo para tipificar a las
dictaduras. Por mi parte, he propuesto
hace ya años la fórmula de "terrrorismo
militar" que parece adecuada a una
época histórica en que los terrorismos
de diversos cuños pretenden arrasar con
las bases democráticas elementales. Se
une así el efecto emocional que buscaron los patrocinadores de la caracterización fascista con el rigor científico que
exigía José Díaz, secretario general del
Partido Socialista uruguayo; si bien el
interés de estas clarificaciones puede
parecer secundario y hasta bizantino,
ellas se hacen obligatorias ante las tentativas de justificar políticas erradas
enfatizando definiciones confusas.
La lucha por la democracia
La consolidación de las dictaduras militares coloca en la orden del día de las
acciones populares la recuperación de
las libertades democráticas. Pero, como
lo resume muy claramente Martín Zelik, se nos presentan dos problemas:
a) la ambigüedad del término democracia, ya señalada enfáticamente por
Lenin y b) el alcance de esta reivindicación, o sea, si se trata de una
etapa independiente o de un proceso
ininterrumpido.
Sabemos que es tan fuerte la aspiración a conquistar la libertad que aún
los regímenes totalitarios —de izquierda
o de derecha— sostienen ser democráticos. El almirante Merino, miembro de
de
la Junta Militar chilena, ha rebatido
recientemente al general del aire Mathei, otro integrante dé la misma Junta,
diciendo que en Chile existe una democracia perfecta. Pero esas definiciones
"democráticas" no tienen nada que ver
con las banderas enarboladas por los
pueblos que exigen participar directamente en las decisiones del Estado y
contar con una información completa
y veraz de la situación nacional.
El debate, en la izquierda, se centra
en las prioridades de esta lucha; unos
entienden que la meta fijada debe ser
la recuperación de las libertades básicas
y que, una vez conquistadas, se entraría en la programación económica y
social, lo que genera un sistema de
alianzas estratégicas con participación
fundamental de sectores de la burguesía; otros sostienen que la lucha por el
socialismo involucra la conquista de la
democracia y que, otorgando un papel
decisorio a la burguesía, se lleva a las
masas a una frustración paralizante.
Es decir, la burguesía busca siempre
mantener las estructuras de explotación, ya sea bajo gobiernos totalitarios
o apelando a la maquinaria tradicional
de las elecciones, instalando democracias "vigiladas" o "dirigidas" que
aseguran el dominio de las transnacionales y la dependencia de las
economías subdesarrolladas del engranaje capitalista mundial.
Dice Zelik que "la crisis capitalista
abre las condiciones favorables a la
lucha de los pueblos a condición de
saber conducirlas. Transformar esas
condiciones en un programa revolucionario que bajo hegemonía proletaria
pueda cristalizar la alianza de las clases
soportes del nuevo bloque histórico que
reemplace la actual dominación, es
el enorme desafío que deben afrontar
las vanguardias políticas". Y agrega más
adelante: "sólo el análisis realista de las
condiciones concretas de cada país, sin
dogmatismo ni claudicaciones puede
permitir construir las alianzas políticas
que en cada caso concreto posibiliten
una avance sustancial hacia una auténtica democratización, que entronque
con el proyecto histórico que los dominados vienen construyendo y en que se
expresa la voluntad colectiva nacional
y popular".
Democracia sobre nuevas bases
Es lo que en el último ensayo, redactado por socialistas que siguen viviendo
en Uruguay, se llama "democracia sobre
nuevas bases" y que ellos insertan conscientemente en el proceso nacional
hacia el socialismo, sin hacerse ilusiones
en las virtudes mágicas de una democracia abstracta. Pero si los socialistas latinoamericanos en general, y los del cono
sur, en particular, no sabemos utilizar
el efecto emocional de la recuperación
de libertades esenciales y de instauración de una democracia efectiva, en
países donde la brutalidad y el genocidio se han instalado arbitrariamente,
no estaremos jamás en condiciones de
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No. 3 Edición Especial de Emergencia (en ingles)
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respuesta a la urgente situación en Centroamérica, incluye:
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líderes principales de la resistencia Salvadoreña.
Guatemala: Documentos del Ejército Guerrillero de los
Pobres (EGP).
Nicaragua: Discurso por Sergio Ramírez, miembro del
gobierno revolucionario, exponiendo la
contrarrevolución, y otros documentos.
Un i mportante análisis histórico de los pasados 50 años de
lucha de clases y la política de Estados Unidos en
Centró-américa, por Susanne Jonas. Sobresalientes marxistascom
Edelberto Torres-Rivas, Ruy Mauro Marini y Pablo González Casanova tratan sobre las implicaciones de estas luchas
para América Latina. La política de Estados Unidos, en
Centroamérica y las estrategias contrarrevolucionarias , de
Reagan, analizadas por escritores como James Petras , y
Philip Wheaton.
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Contemporary Marxism, editado por Marlene Dixon y Susanne
Jonas, es la revista del Instituto de Estudios del Trabajo y la Crisis
Económica. Se publica dos veces al año. Número individual: $5.00.
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la abuela del diablo.
Los socialistas chilenos hemos sustentado perseverantemente la doctrina de
que las alianzas "estratégicas" sólo
pueden comprender a las clases sociales
orientadas hacia el socialismo y que son
posibles los compromisos "tácticos"
con las clases —o segmentos de ellas—
sostenedoras del sistema capitalista.
Cada vez que los trabajadores chilenos
han caído en la colaboración de clases
han sufrido decepciones y derrotas ,
siendo típico el desenlace del Frente
Popular, que implicó un desastre para la
clase obrera y una declinación prolongada para el Partido Socialista.
La teoría del frente de trabajadores
elaborada a través de sucesivos congresos partidarios, y a contar del año 1955,
se basa en tres premisas: a) el fracaso
histórico de las burguesías latinoamericanas, incapaces de avanzar por el
camino de las reformas democrático
burguesas y cada día más dependientes
del sistema transnacional de poder;
b) el carácter "ininterrumpido" de la
lucha por el socialismo, durante la cual
es preciso recuperar el pleno ejercicio
de las libertades democráticas; y c) la
necesidad de asegurar la hegemonía de
la clase obrera en el proceso revolucionario como garantía insustituible del
curso histórico hacia el socialismo.
Esta teoría ha sido combatida
duramente por los comunistas chilenos,
partidarios de un frente de liberación
nacional que abarque a los sectores más
amplios de la sociedad chilena, a fin de
permitir una "acumulación de fuerzas"
suficiente. En estos momentos la polémica gira en torno al papel que le
correspondería en un frente antidictatorial a los demócrata cristianos,
partido representativo de la burguesía
chilena: los socialistas aceptan un pacto
concretado en el derrocamiento de Pinochet, pero que no llegue a tener el
carácter de un "compromiso histórico";
los comunistas desean una alianza
que visualice un gobierno común de
"reemplazo". Lo verdaderamente importante, porque es lo concreto, estriba en la resistencia de los demócrata
cristianos para coludirse, aunque sea
transitoriamente, con la auténtica izquierda, temiendo que todo contacto
con elementos "marxistas" los prive
de un eventual apoyo del imperialismo estadunidense.
Los socialistas uruguayos, según
lo explica su secretario general José
Díaz en la parte final de su ensayo,
contribuyeron a formar, el 19 de abril
de 1980, el Grupo de Convergencia
Democrática del Uruguay, "integrado
por personalidades representativas, más
no representantes, de las principales
corrientes políticas, sociales y religiosas del país" a fin de "promover la
acción unida de todas esas fuerzas del
más amplio espectro democrático". En
esta forma los socialistas uruguayos
pretenden eludir el funcionamiento de
un frente policlasista y polipartidario,
lo que conseguirán en la medida que
li miten los objetivos de esta convergencia al derrocamiento de la dictadura.
Díaz lo aclara al señalar que esta lucha
por recuperar la democracia "supone
un programa de transición, para nosotros parte de un procesó único e ininterrumpido, hacia la libertad y el socialismo, indisolublemente unidos". Posición que coincide, en su línea larga,
con la doctrina del frente de trabajadores, que no excluye, ni mucho menos,
los compromisos tácticos con todos
los enemigos de la dictadura, incluyendo también al diablo y a la abuela del
diablo. Volvemos al problema de la hegemonía de la clase obrera, sin la cual
no existen posibilidades de avanzar
hacia el socialismo; si se analiza a las
llamadas "capas medias" desde el punto
antagonizar a la cúpula militar. Y no se
trata sólo de "simular" una adhesión a
la democracia, sino de proponer un sistema amplio en que exista realmente
pluralismo, ya que si no se hace así las
masas irremediablemente nos darán
vuelta la espalda, porque el gran error
de muchos políticos revolucionarios
—o que por lo menos creen serlo— es
considerar a los trabajadores como un
rebaño ignorante. Ya sea por madurez
ideológica, ya por instinto histórico, las
masas saben mucho más de lo que creen
esos dirigentes, y en ello radica el
factor subjetivo cuya consideración resulta indispensable.
La coincidencia entre socialistas
uruguayos y chilenos sobre la importancia de un planteamiento democrático
como base de un desenvolvimiento de
los combates por el socialismo, refleja
la gravitación de una idea que subyace
en todos los planteamientos y controversias de nuestro tiempo, no sólo en
América Latina, sino que en todo el
mundo actual. No se trata de la vieja
discusión sobre las vías para conquistar el poder, sino del tipo de sociedad
que se propone. No deja de ser un progreso, por ejemplo, que en el proyecto
de programa del Partido Comunista
austríaco, a discutirse el año 1982, se
acepte que no existen "modelos" únicos de socialismo y se excluya la realización del socialismo por "imposición".
Algunos "eurocomunistas" han ido aún
más allá, lo que si bien por un lado
resulta dudosamente científico, refleja,
por otro, la enorme preocupación por
el tema. Para los socialistas es decisivo
ubicarse frente a la nueva democracia,
considerada como alternativa estratégica, ya que a esa actitud está ligada la
concepción del pluralismo y la vocación
humanista del marxismo. Por ahí pasa
la línea divisoria con los dogmatismos
que desnaturalizan el concepto democrático sometiéndolo al lecho de
Procusto de las recetas revolucionarias.
Democracia de los trabajadores
Nadie comparte ya la proposición
democrática de la burguesía y el reformismo, anclada en la falsificación de la
voluntad mayoritaria a través de las
elecciones y la actividad parlamentaria;
para los socialistas consecuentes está
clara la naturaleza del Estado y su papel como instrumento de la dictadura
de clase; pero nuestro tiempo histórico
determina la incorporación de las grandes mayorías, en forma responsable y
directa, a la gestión y resolución de los
asuntos públicos, sin que esta participación pueda ser "reemplazada" por la
autoridad de las jerarquías o las burocracias. El gobierno democrático de los
tecnócratas. No hay esquemas rígidos
ni evoluciones idénticas para enseñarnos el camino imponiéndose la capacidad de las vanguardias ante las singularidades de cada proceso; tampoco puede ordenarse por decreto la formación
del partido "único" o de la "vanguardia oficial", pues el pluralismo consiste
en la integración de sectores o movimientos distintos, a través de fusiones o convergencias, en la cúspide
directiva.
Nos parece que, en esta forma, se
da respuesta a la preocupación de
Zelik quien, al finalizar su ensayo, estima que la hegemonía de la clase obrera está ligada necesariamente al "proceso de construcción del partido".
Lenin organizó a los bolcheviques como
partido de "cuadros" en relación a la
realidad rusa de su época; en otras latitudes y en nuevas condiciones, los partidos de "masas" pueden, a la vez,
instruir los cuadros conductores e
integrarse en la movilización popular
colectivamente. La lectura de Lenin
no se circunscribe a la experiencia particular de su propia revolución, sino que
debe adecuarse a otras condiciones, ya
que entenderlo en otra forma sería caer
en un mismo mecanicismo antidialéctico. La hegemonía de la clase obrera —al
estilo de la construcción ideológica
gramsciana— en los frentes o bloques
políticos, se impone naturalmente en
relación al proyecto económico y social
de dicha clase, o sea, a la alternativa de
sociedad que se ofrece, y no está ligada
"fatalmente" a la conducción por un
partido único. En los hechos, ahí tenemos la experiencia chilena: el bloque
popular ha abarcado a más de un partido. Y Polonia, desde otra perspectiva,
"Una insurrección
con la que simpaticen todas las capas del pueblo
se da difícilmente;
en la lucha de clases, probablemente ya nunca se agruparán
las capas medias en torno al proletariado de un modo tan exclusivo,
que el partido de la reacción que se congrega en torno a la burguesía
constituya, en comparación con aquellas una minoría insignificante.
(...) desde 1848, las condiciones se han hecho mucho más desfavorables
para los combatientes civiles y mucho más ventajosas para las tropas.
Por tanto, una futura lucha de calles sólo podrá vencer
si esta desventaja de la situación se compensa con otros factores.
Por eso, se producirá con menos frecuencia
en los comienzos de una gran revolución
que en el transcurso ulterior de asta
y deberá emprenderse con fuerzas más considerables."
Federico Engels
67
de vista de su ubicación en los engranajes de la producción, y se las incluye,
en su mayoría, dentro de los parámetros de la clase obrera de hoy, el asunto
de la acumulación de fuerzas deja de
ser una cuestión cibernética —simple
cálculo y guarismo— y pasa a convertirse en un factor dinámico que permite
la adhesión de la gran mayoría de trabajadores —manuales e intelectuales—
al proyecto alternativo de la clase obrera más definida, o sea, se concreta
naturalmente la hegemonía.
Los riesgos del infierno
En el último ensayo, con la firma de
Juan C. Rodríguez Pino, se hace
un alcance muy útil a los peligros de
sumarse a un retorno democrático clásico bajo la hegemonía burguesa.
"Porque si bien en ese pasado —dice—
se disfrutaron libertades democráticas
de hondo valor popular, gestadas en las
luchas del pueblo (y, justo es reconocerlo, no siempre bien defendidas y
valoradas por la izquierda), es incuestionable que las mismas estaban
inscritas en una estructura económica
y política de dominación oligárquicoimperialista que las mediatizaban y
que fueron las que incubaron dialécticamente la dictadura de hoy."
Los progresos democráticos bajo la
hegemonía de las clases dominantes
están siempre expuestos a involuciones
bruscas derivadas de la naturaleza del
Estado burgués y su función estructural; no escapó a este peligro ni siquiera
el gobierno popular de Salvador Allende,
que si bien articulaba una franja de control popular, no había logrado modificar la esencia clasista del Estado,
ya que perduraban los instrumentos
básicos de coerción como el ejército
prusiano, la legislación civil y penal
exclusivistas, los tribunales de clase, la
administración pública burguesa, la
información manejada por las empresas
transnacionales y un sistema carcelario
anacrónico.
La solución para esta temática no va
a provenir de las recomendaciones políticas o teóricas inspiradas en los ejemplos de otras experiencias, sino de la
lucha misma de los pueblos sometidos
al horror de las dictaduras. Es curioso
indicar que las presiones para buscar
alianzas estratégicas o fórmulas de
"reemplazo" vienen indistintamente
del campo comunista y de los centros
socialistas extranjeros, lo que calza
perfectamente con las intentonas de
imponer democracias "viables", "controladas" o "dirigidas", proyecto tan
caro a la fenecida administración
estadunidense de Carter. Los propósitos
de hacer jugar estos simulacros democráticos en favor de los intereses
foráneos —económicos, políticos o de
simple propaganda— , no deben ser
ignorados por los conductores de las
revoluciones latinoamericanas cuyos
objetivos son más auténticos y más
expresivos de las verdaderas necesidades de sus pueblos.
La clave está en la estructura de
clases de estos países y en el papel jugado por las burguesías nacionales; las
burguesías criollas, lejos de haberse
elevado a una perspectiva más amplia,
se han ido sometiendo cada vez más
al juego de las sociedades monopólicas transnacionales, de manera que una
eventual alianza estratégica con ellas —y
aunque sea con sectores de ellas-- conduce inexorablemente a una nueva crisis social. Quizá resulta difícil entender
esta compleja relación para los "consejeros" comunistas o socialdemócratas, pero no constituye precisamente
unanovedad para los trabajadores del
subcontinente, cuyas múltiples experiencias son contundentes y coincidentes.
Las alianzas estratégicas policlasistas
surgen como espejismos esperanzadores, pero siempre concluyen en catástrofes sangrientas. La oposición al dogmatismo. La doctrina del frente de trabajadores implica claramente la condena de la colaboración de clases. Quienes
irresponsablemente se han atrevido a
proclamar que esa línea está hoy "obsoleta" se han condenado a sí mismos
al infierno de las frustraciones históricas.
EL CAPITAL RIÑONES
"Peatones y automovilistas se detenían ansiosos. En la señorial calle Miguel Claro con Elena Blanco, en
Santiago, dos mujeres abrían con esfuerzo la dura tierra al lado de las veredas. Lo hacían, a lo largo de
media cuadra, enterrando chuzos y picotas. Dos niños, de cinco y un años, jugaban cerca de ellas. La
mujer mayor, Elcira Jara, 49, ocho hijos que mantener, contó a Hoy que llegó de Temuco hace cuatro
años buscando mejores rumbos con su marido. Y a éste, jardinero, le salieron dos trabajos simultáneos
y no quiso perderlos. Así que Elcira, con la ayuda de su nuera, se ofreció a remplazarlo por tres mil pesos.
— Lo único que pido es trabajo, no importa cual sea, contó Elcira, traspirando. Estoy acostumbrada
a picar la tierra porque en Temuco plantaba papas. Pero quisiera un trabajo más descansado, como lavar
ropa en casa. Los riñones, sabe. . .
Vive en Renca, población La Pampilla, Calle del Cerro 726, advirtió."
(..,)
"Polémica ha provocado en Valparaíso el caso del reo Enrique Molina Contreras, de 29 años, quien desea
vender uno de sus riñones en 200 mil pesos para costear su defensa ante los tribunales.
Abogados porteños indicaron que no habría impedimentos legales para llevar a cabo la insólita venta.
Los reparos que se hacen son de tipo moral. Atilio Zárate, presidente de la filial
Valparaíso de la Comisión de Derechos Juveniles, sostuvo que semejante hecho podría plantear el
precedente, hacia el futuro,
para que se incentive la venta de órganos sanos de gente en estado de pobreza o necesidad."
Hoy núm. 203,, Santiago de Chile, 10 al 16 de junio de 1981.
69
Polémica
Bolivia: El socialismo único
Ramón Rocha
Hay palabras que expresan la orientación fundamental en todo un período
histórico y su análisis político. En los
movimientos populares latinoamericanos ninguna ha mostrado tener mayor
adecuación a la coyuntura actual que
la palabra convergencia. De ahí que
esta revista no haya podido escoger
mejor nombre ni mejor inspiración,
presente esta última en la mayor parte de los excelentes trabajos que contiene su primer número. Pero hay uno
que rompe la uniformidad al respecto
y plantea una línea inconvergente: "El
PS-1 de Bolivia", firmado por el compañero José Antonio Quiroga.
Como el contenido de dicho artículo no es un aporte marginal sino que,
por el contrario, refleja la línea hegemónica del, llamémosle así, socialismo
único boliviano, considero útil para el
proceso revolucionario referirme críticamente a sus concepciones. Y lo hago
animado del mejor espíritu de comprensión no sólo por respeto a la memoria del compañero Marcelo Quiroga
Santa Cruz, sino porque conozco la
trayectoria militante del autor del artículo.
Orígenes del PS-1
a
A ningún boliviano le es ajena la idea
de que la génesis y fundación del PS-1
están estrechamente ligados a la figura
de Marcelo, al punto que otro, sin duda, hubiese sido el carácter de ese partido sin su presencia.
La fulgurante carrera política de
Marcelo se remonta a la época del desgobierno del general René Barrientos,
* Boliviano, escritor, fue director del Instituto Boliviano de Cultura.
cuando como parlamentario independiente fue autor del Juicio de Responsabilidades contra el dictador (recurso
que repetiría en el juicio similar contra
el general Bánzer) y atizó la conciencia nacional en torno a la necesidad de
nacionalizar las concesiones petrolíferas de la Bolivian Gulf Oil Co. ¿Podía
concebirse algo más natural que su participación en el gobierno del general
Ovando como Ministro de Minas y Petróleo y que fuera autor de la nacionalización de dichas concesiones?
Sin embargo, como la de muchos
otros, su participación fue independiente, y muy pronto tuvo que dejar el
gabinete como un síntoma claro de
que las contradicciones generadas al interior del régimen iban a potenciar,
primero, una asonada fascista y, segundo, la emergencia del general Juan José
Torres, articulador de la tendencia progresista de las FFAA con el movimiento popular.
A estas alturas, Marcelo ya necesitaba un instrumento político propio,
que nació precisamente en medio del
ascenso de masas del régimen terrorista;
pero en 100 días de legalidad no puede desarrollar un aparato orgánico
capaz de resistir la represión banzerista. Ello explica su virtual ausencia en
el proceso de resistencia contra el régimen del genral Bánzer, hasta 1978. De
ahí que su reconstrucción corriera paralela al proceso democrático clausurado por el golpe narcomilitar del 17 de
julio de 1980, como muy bien anota el
articulista.
Bases de la UDP
Otra fue, ciertamente, la actuación de
la izquierda nacional que se organizó
en partido político contemporánea-
70
mente a la fundación del PS-1. No bien
se consolidó la dictadura cuando la izquierda nacional ya había montado un
aparato clandestino y participado activamente en la resistencia antifascista,
que fue la más dura escuela de cuadros encarcelados, confinados en campos de concentración, exiliados y resistentes en la clandestinidad. De allí que
en los inicios del proceso democrático,
la izquierda nacional, entroncada históricamente con el nacionalismo revolucionario de izquierda, pudo consolidar desde abajo un instrumento frentista: la Unidad Democrática y Popular. Las raíces de este movimiento no
eran artificialmente electorales: se enraizaban en la movilización de masas
lograda gradualmente en oposición a la
dictadura.
No puedo menos que suscribir las
expresiones del articulista en relación
con tal coyuntura. Asimismo, el pasaje
que extrae del documento socialista
"Mañana el Pueblo", de enero de 1978,
no puede ser más consistente en sus
apreciaciones:
"Hay, por ello, una tendencia unitaria en la base social del país. Corresponde a los partidos de la clase trabajadora y las organizaciones populares expresar esa tendencia unitaria, buscando
las formas de acción conjunta en el
plano político. La composición social
heterogénea de esa mayoría democrática, predetermina la ambigüedad de
sus objetivos tácticos y la contradicción de sus fines estratégicos. Por eso,
la alianza buscada deberá ser necesariamente amplia: pero no de una amplitud irrestricta. Los límites de esa amplitud inevitable, y, al mismo tiempo,
conveniente, deberían ser fijados en
función de los fines de la alianza. . ."
Lo propio decimos de la necesidad
expresada entonces —y reiterada por el
articulista— de constituir en el seno del
frente "un eje estratégico a partir del
cual hubiese sido posible y conveniente un entendimiento amplio". Efectivamente, la hegemonía de los partidos
que expresaban los intereses de la clase
trabajadora debía pasar por la recuperación completa del movimiento obrero y popular, y para consolidar esa
perspectiva había que sopesar cuidadosamente la correlación de fuerzas sociales en aquella coyuntura.
Y es aquí donde comienzan las discrepancias. El articulista dice: "había
que evitar la absorción de los partidos
de la izquierda por la derecha y recuperar su capacidad para diseñar un proyecto revolucionario" (cursivas del autor).
La persistencia con que en el resto
del artículo aparece esta muestra del
maniqueísmo más excluyente nos obliga a hacer una digresión en busca de
sus orígenes.
Conversaciones sobre el frente
Lo recuerdo muy bien: no nos convencíamos aún de la apertura del proceso
democrático conquistada por la acción
organizada de las masas cuando Marcelo llegó al país. Era el tiempo en que el
Ps-1 participaba en las conversaciones
para conformar la Unidad Democrática
y Popular. En realidad, para entonces
ya habían dos partidos socialistas, a
raíz de que a la llegada de Marcelo un
sector pequeño pero importante de antiguos militantes se había aglutinado
en torno a la dirección de Guillermo
Aponte; de modo que en las conversaciones frentistas participaban ambos
partidos. El hecho es que debido a algunas reticencias y susceptibilidades
entre ambas agrupaciones socialistas
respecto a su mayor o menor participación en las conversaciones frentistas,
había surgido la sospecha de aquello
que el articulista llama concesiones
"tácticas" en favor de un acuerdo electoral con la derecha emenerrista de Paz
Estenssoro, y que atribuye a las inclinaciones programáticas del "eje histórico" MNRI-MIR que "hegemonizó ese
frente".
Las concesiones "tácticas" jamás
pasaron de una sospecha; sin embargo
el PS-1 se retiró de la UDP porque no
había pasado del nivel de interlocutor
menor, similar al de la otra fracción
socialista, lo cual conspiraba contra su
estrategia de hegemonía del movimiento.
Bonapartismo vía Junker
Ya libre de todo compromiso con la
UDP, el PS-1 rehusó asimismo participar en el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI). Entre ambas "desviaciones" denunciadas por el Ps-1, se nos
dice, "quedaba tan sólo intentar la unidad superior de la izquierda en un
frente de Frentes".
Entre un proyecto político enraizado en el movimiento popular y otro
sin proyección histórica por extremista, el PS-1 se erigía en articulador y pivote de la unidad de la izquierda, sin
más justificación para su posición axial
que el llamamiento público a la unidad
de toda la izquierda, en una curiosa
postulación bonapartista que se constituía en árbitro de las izquierdas como
después asumiría la condición de buena conciencia, juez y fiscal.
La UDP, expresión orgánica del movimiento popular, no necesitaba pactar
con ciertas posiciones políticamente
divorciadas de las masas, por cuanto su
proyecto político madurado al calor
de la resistencia popular al banzerismo,
no podía acatar irresponsablemente las
anticipaciones estratégicas del FRI que
planteaban la constitución inmediata
de un gobierno obrero y campesino,
únicamente para captar con su radicalización el voto de sectores del electorado potencialmente radicales.
Tal como recuerda el articulista, en
las elecciones de 1979 y desde su posición arbitral, el PS-1 insistió en su proposición unitaria, esta vez con un documento titulado "Un frente para un
programa, un programa para avanzar".
Tanto la UDP como el FRI deberían
acatar, en aras de la unidad de la izquierda, el programa propuesto por el
PS-1. Entrar en el análisis de las anticipaciones estratégicas de tal programa
sería muy interesante; pero bástenos
imaginar la reacción de los hasta entonces principales representantes electorales de la izquierda frente a la imposición vía junker de un programa socialista único, la imposición vertical y
desde arriba de tal programa, en última
instancia no sólo a los frentes, sino al
proletariado minero y urbano, el campesinado, a las organizaciones sindicales que tienen una larga tradición de
lucha organizada, y en definitiva a la
historia misma y desde fuera del movi71
miento histórico, movimiento que,
ciertamente, animan las masas y no las
personalidades.
Como es de suponer, la imposición
bonapartista rebotó, el FRI fue absorbido en primer lugar por el MNR pazestenssorista, en segundo por la UDP y
en tercero (PRIN Lechín, POR-C) por
el PS-1.
Nuevas conversaciones
Para las terceras y últimas elecciones
generales de 1980, el Ps-1 retomó su
discurso "unitario". Las conversaciones --revela el articulista— "se llevaron
a cabo con una lentitud y una negligencia admirables, anteponiendo a menudo apetitos personales a las exigencias unitarias del movimiento obrero y
popular hasta que la UDP resolvió dar
por concluidas las negociaciones y continuar su camino" (cursivas del autor).
Las bases propuestas a tal negociación por el Ps-1 son conocidas por todos. Su primer secretario renunciaba a
cualquier postulación pero exigía que
los candidatos de las pasadas elecciones también renunciasen, que se revisara inclusive la composición frentista de
la UDP y que en una reunión conjunta
de todos los interlocutores se reformulara el programa y se renominara a los
candidatos. En resumen, que echando
al olvido las características previas de
la movilización popular se impusiera a
ella una recomposición orgánica completa. Pero nuevamente ¿sobre qué base hacía propuesta tan ambiciosa a la
UDP que ya en dos elecciones había
sacado la mayoría relativa?
El PS-1 concurrió a los comicios de
1980 solo. "Su honesta y acertada política de alianzas y su claro programa
de lucha —dice el articulista— lo condujeron a convertirse en la 'buena conciencia' de la izquierda y a colocarse
como cuarta fuerza electoral."
Buena conciencia
Dejemos a un lado la evidencia de que
el Ps-1 fue la cuarta fuerza electoral en
esos comicios para fijamos en esto de
la "buena conciencia". Detrás de estas
palabras se esconde el fantasma de Las
manos sucias de Sartre: el prócer de la
resistencia contra el nazismo retorna
del exilio y reprocha a su compañero
por qué, quedándose en la Francia
ocupada, ha manchado sus manos con
negociaciones y compromisos más o
menos vergonzantes. Y éste, mostrándole al prócer sus manos sucias, le reprocha a su vez haberse mantenido en
su pedestal y no haber tenido el coraje
de ensuciarse las manos en el lodo cotidiano de la resistencia. Pero examinemos las palabras que siguen. El articulista rescata de la trayectoria de su partido varias características: la defensa
de una sola línea política, de una conducta calificada desde afuera como
"intransigencia purista", la denuncia
del carácter "conciliador, reformista y
burgués" de la ideología del nacimiento revolucionario y sus partidos populistas; la lucha contra la corrupción y
el entreguismo banzeristas; y la apertura de cara a las masas, de una "perspectiva clara, limpia y consecuente de desarrollo político para el movimiento
obrero y popular".
En otras palabras, pero con mayor
rigor, diríamos: el partido socialista no
debe contraer compromisos . . . Debe
conservar pura su doctrina e inmaculada su independencia frente al reformismo; su misión es mostrar el camino,
sin deternerse ni desviarse de él, avanzar en línea recta hacia la revolución
socialista. ¿Qué socialista único no suscribiría esta declaración?
La izquierda y la derecha
Hasta aquí hemos venido subrayando
las palabras izquierda y derecha para
señalar una constante en el análisis del
articulista cuyas ideas, repito, son de
sólida raigambre socialista única. Conforme a esta óptica, el espectro político boliviano estaría dividido en dos
bloques monolíticos, como la droit
y la gauche de la revolución francesa.
En general no hay confusión respecto
de lo que cada uno de estos bloques
representa y, en esa medida, muchos
partidos de raigambre popular se dicen
de izquierda.
Pero sí hay confusión en los matices, que sólo apreciamos cuando apuntamos a los intereses de clase que cada
organización representa. Esto, claro está, debemos hacerlo al menos por curiosidad científica. Así entonces, en la
derecha encontraremos partidos que representan los intereses de la burguesía
agroindustrial, de la narcoburguesía,
del narcomilitarismo y de los militaresempresarios, grupo éste que por su escasa convocatoria jamás renunciará a la
carta golpista y dictatorial. Pero también encontraremos partidosque defien-
den los intereses de la incipiente burguesía nacional y, subordinados a estos intereses, los de una pequeña burguesía y una clase media emergente.
En otras palabras, hay una "nueva rosca" con proyectos oligárquicos y que,
por tanto, no ha de usar sus verdaderas
cartas en el juego democrático. Y paralelamente, hay una burguesía que exige un modelo económico, estabilidad
política y reglas claras para mantener
el ritmo de reproducción y crecimiento de su capital. Este último sector se
perjudica con los golpes de Estado porque rompen la estabilidad y el libre
flujo de sus negocios y, por tanto, apostará de preferencia, como lo ha venido
haciendo, a una carta democrática
burguesa que defienda sus intereses
con las leyes.
Del mismo modo, en la "izquierda"
hay partidos obreros aislacionistas, hay
varias expresiones del radicalismo pequeño burgués, hay formas bismarckianas y bonapartistas que quieren imponer a la izquierda su programa y sus
principios por una vía junker, hay organizaciones con fecundas pugnas internas respecto de los límites del internacionalismo y el desarrollo de la
línea nacional, y una mal llamada izquierda nacional que no niega la posibilidad de imponer verticalmente un
programa y una línea revolucionarias,
pero que ha apostado más bien por la
difícil tarea de enraizarse en el movimiento de masas interpretando los
intereses y las orientaciones de cada
sector y superándolos en función de
una línea estratégica socialista en la
medida en que el movimiento popular
está maduro para admitir consensualmente nuevas consignas.
Esta explicación podrá seguir siendo discutible, pero al menos supera el
maniqueísmo que ve la realidad política nacional como un crucificado con
manos izquierda y derecha, cuando más
bien habría que apelar a la imagen de
una divinidad hindú de mil brazos que
apuntan a intereses económicos contrapuestos.
El nacionalismo revolucionario
No comete el mismo error el articulista cuando se refiere al "carácter conciliador, reformista y burgués de la ideología del nacionalismo revolucionario
y sus expresiones orgánicas populistas".
Aquí maneja categorías más complejas, pero también las aplica sin esforzar-
72
se por comprender la especificidad del
nacionalismo revolucionario. En realidad, es un lugar común englobar en el
término "populista" (de origen funcionalista) a todo movimiento cuya
composición de clase está más o menos confusa. Países subdesarrollados
como Bolivia, que no han madurado
sus instituciones políticas, registran
estas "anomalías" que hasta ahora no
encajan en el sector más elaborado de
las ciencias sociales. El nacionalismo
revolucionario será, entonces, conciliador, reformista, populista y burgués
porque emerge de una revolución democrático burguesa abortada. Explicado el asunto, pasemos a otro punto.
Habrá que decir con Ernesto
Sábato: "No es que no esté de acuerdo, pero exigo mejores argumentos."
Si los dos clisés anotados no explican
la revolución nacional de 1952 habrá
que buscar una explicación más
compleja. Habrá que preguntarse por
qué se llamó "nacional", no en sentido
gentilicio sino conceptual.
Porque iniciaba una tarea de construcción nacional. Porque hasta antes
de 1952 ningún sector de la clase dominante pudo dar al país un proyecto
nacional. Porque no puede ser nacional un proyecto oligárquico y excluyente que no contempla ni siquiera
jurídicamente la igualdad política de
las clases. Porque en 1952 Bolivia tuvo
el primer proyecto nacional de su historia, proyecto que no surgió desde
arriba sino desde el mismo movimiento popular que exigió la nacionalización
de las minas, el voto universal, la ley
de reforma agraria y la diversificación
económica. Porque la política de
alianza de clases preconizada por el
nacionalismo revolucionario se refiere
al hecho de que en una etapa de
construcción nacional, la conciencia
social se supedita a la conciencia
nacional y precipita una convergencia
de intereses de clase en función
nacional. Y por último, porque ese
proyecto nacional incluye la nacionalización de la Gulf, la nacionalización de
Mina Matilde, la campaña de alfabetización, las elecciones democráticas y
universales, la liberación del campesino
del tutelaje del Pacto Militar Campesino, la política metalúrgica y siderúrgica y la ruptura de la dependencia
imperialista, postulados por los que
Marcelo Quiroga Santa Cruz luchó hasta el día de su muerte.
Ahora bien, es dentro de este pro-
yecto nacional donde se rompe la alianza coyuntural de clases, donde surge
un esquema burgués-militar que no sólo es burgués sino antinacional, porque
está fuera del proyecto nacional; donde hay una burguesía nacional que se
mantiene dentro del proyecto pero
no comprende la inevitabilidad de la
ruptura de la dependencia y persiste
en mantener un statu quo democrá-
ese enorme monolito conciliador, reformista, populista y burgués que postula el articulista. Sobre todo si la alianza con ese sector nacionalista revolucionario no es sino el reflejo del sentimiento unitario de los sectores más conscientes del movimiento obrero, como
el proletariado minero que aprobó abrumadoramente dicho proyecto y dicha
alianza en las pasadas elecciones.
tico burgués; y donde hay una "izquierda" nacional que ha rescatado de la
historia el proyecto nacional de 1952
y lo ha articulado con una perspectiva
estratégica socialista, único medio de
culminar la construcción nacional.
En este orden, resulta artificial
quitarle al nacionalismo revolucionario el mérito de haber conducido
la revolución nacional de 1952 y de
haber concebido un proyecto nacional por el cual socialistas, comunistas
y miristas seguimos luchando aún sin
darnos cuenta. Como es artificial la ilusión del nacionalismo revolucionario
de perpetuar la alianza de clases en
función de su proyecto.
Pero si para la consecución de la
revolución socialista es necesario defender el proyecto nacional comentado y
aliarse con el nacionalismo revolucionario de izquierda, no vemos la pertinencia de englobar a este último en
El golpe de Natusch
y la debilidad orgánica
Si algo puso en evidencia la situación
revolucionaria de resistencia al golpe
el coronel Natusch (1 0 - 15 de noviembre de 1979) fue que ningún partido
popular había desarrollado para esa
coyuntura otra forma de lucha que no
fuera la electoral. Se había establecido
una verdadera "comuna" en todo el
territorio boliviano pero no había condución partidaria de la resistencia. Para
colmo, la COB y el CONADE demostraron para siempre que ninguna organización sindical o grupo colegiado que
no sea específicamente un partido o
un frente político podrán conducir a
las masas en función de una estrategia
de poder bien definida.
Entre los partidos revolucionarios
confundidos por tal situación hemos
de incluir, claro está, al PS-1, incluso
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pese a su discurso unitario tendiente a
desarrollar formas de lucha que trascienden la mera contienda electoral.
¿Por qué no llamó el PS-1 a la insurrección? ¿Por qué no ofreció comandarla? Muy sencillo, porque su fuerza
era sólo electoral y no había podido
como bien se nos dice, "sustraerse por
completo al remolino de la ilusión democrática que debilita la estructura orgánica de los partidos e impidió enfrentar al golpismo en una perspectiva insurreccionar.
Resta una duda. ¿Se da en Marcelo
el fenómeno del liderazgo carismático?
A la ciencia marxista no le ha interesado tal fenómeno, pero la ciencia burguesa lo explica como la capacidad innata de convocar alrededor de si, con
la sola asistencia de un séquito, a una
masa plebiscitaria de adeptos que mantienen ligazón directa con el líder, no
así con su aparato que en realidad es
inexistente. Sería erróneo reducir el
éxito de Marcelo a un fenómeno de liderazgo carismático, olvidando sus 15
años de lucha, años en que se constituyó en conciencia personal y activa de la
inteligencia boliviana, frente a la dilapidación de nuestros recursos naturales y a la política entreguista del barrientismo y del banzerismo.
Recordemos: en 1978, 18.000 votos provenientes de la juventud urbana radicalizada; en 1979, 70.000 votos
que incluían ya sectores de trabajadores pero también núcleos de esa burguesía durmiente, heredera de la Rosca,
durmiente por su latencia y porque
sobre sus espaldas se exportaban por
vía férrea las' riquezas naturales del
país. Y en 1980, 115.000 votos, de los
cuales a la clase obrera corresponde un
caudal significativo.
Pero veamos otro elemento; los eslogans electorales son: Sin tu voto a la
cárcel, con tu voto al Parlamento; Vota por el PS-I o por Marcelo. Da lo mismo. Evidentemente la "ilusión democratista" reduce la lucha revolucionaria
a un discurso electoral y, como contrapartida, quedaban descuidadas las tareas de formar cuadros, de estructurar
orgánicamente el partido, de prevenir
mecanismos de recambio, de establecer el flujo celular de ideas en función
del centralismo democrático, precisamente en un partido que, según el articulista, no había podido dotarse de
una organización ni en sus cien días
iniciales (1971) ni en el período democrático (1978/80). De ahí que entre
El mes de mayo, los médicos Manuel
Almevda Medina, Sergio Arroyo Pinochet y Pedro Castillo Yáñez; el contador Sergio Godoy Fritis, la enfermera
Isabel Escobar Serra y el obrero Orlando Hernández Bruna, fueron detenidos por la CNI, la cual los tuvo bajo
secuestro varios días para luego - en
junio-- ponerlos a disposición de la
Fiscalía Militar. La tiranía de Pinochet
pretende inculparlos del asalto al Banco de Sao Paulo en Santiago, del presunto atentado frustrado en Valparaíso que terminó con la muerte de una
persona que habría manipulado una
Informaciones
bomba y de montar una clínica en
el barrio alto de Santiago cuyo fin
era prestar asistencia médica a "extremistas heridos". Manuel Almeyda
es hermano de Clodomiro Almeyda.
Hacia fines de julio, fueron dejados en
libertad; Almeyda y Castillo incondicional, Arroyo y López bajo fianza.
La comisión política del PSCh (Convergencia 19 de abril, 1979), que agrupa a
las corrientes Dirección para el Consenso y Regional Venezuela. emitió
el 11 de mayo-- un comunicado saludando la victoria de Francois Mitterrand y del socialismo francés.
Las driecciones nacionales del PS (Secretario general en Chile) y del PS (CNR)
acordaron constituri comisiones de
coordinación tanto para la discusión
elaboración teórico política, como para la acción de solidaridad. La comisión de coordinación central funcionará en Chile mientras que otras dos lo
harán en el extranjero, una con sede en
Frankfurt y otra en ciudad de México.
El PS (secretario general C Almevda)
conmemoró el 480 aniversario de la
fundación del PSCh con un acto político. Este se realizó en ciudad de México el 11 de mayo de 1981 e intervino como orador central su principal
dirigente: Clodomrio Almevda. En su
discurso, Almeyda llamó a los socialistas a reincorporarse al PS que driige, al
que calificó como "el Partido Socialista maduro".
También en México, el PS (CNR) y
el PS (secretario general en Chile)
celebraron en conjunto el mismo
aniversario, el día 18 de mayo de 1981.
Intervinieron en representación de sus
respectivas organizaciones, Pedro Vuskovic y Adonis Sepúlveda. Al igual que
en la celebración realizada por el PS
(secretario general C. Almeyda), a este último acto asistieron representantes de todos los partidos de la izquierda chilena.
En Caracas, el 26 de mayo, el Comité
de Unidad Socialista --integrado por el
PS (secretario general en Chile) por
el PS (CNR) y por el PS (Regional
Venezuela-Convergencia 19 de abril)
celebró el 48° aniversario de la fundación del PSCh rindiendo homenaje a Salvador Allende. En el acto hicieron uso de la palabra: José Vicente
Rangel, dirigente de Nueva Alternati-
partidarias
va de Venezuela; Mafhud Massis, del
PS (CNR); Aniceto Rodríguez, del PS
(Regional Venezuela) y José Cayuela
del PS (secretario general en Chile).
El movimiento Al Socialismo
(MAS)programó reunir en
Caracas-del 27 al 31 de mayo-- a
más de 200 representantes del "socialismo crítico" para debatri sobre
"la crisis actual del socialismo" en el
si mposium "Del socialismo existente
al nuevo socialismo". El encuentro se
realizó con motivo del 20° aniversario
del MAS.
La revista Síntesis núm. 18, de mayo
de 1981, en polémica con sus detractores, sostiene que su presencia en el
cuadro político de la izquierda de Paraguay se explica por la ausencia de
una vanguardia y la existencia de un
estado de "dispersión" en el campo de
la izquierda y admitiendo una relación
dialéctica entre ambas, se plantea la
necesidad de un "reagrupamiento".
"Este -según Síntesis-- debe producirse necesariamente, en las condiciones
actuales, sobre la base de una idea, de
un objetivo, y no de un grupo u organización determinada". Asimismo,
afirma que pretendiendo la revista "llegar a ser el 'medio de expresión' del
campo popular, no puede ser patrimonio de ningún grupo o partido, porque desgraciadamente, que nosotros
sepamos, no existe actualmente ningún
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grupo o partido que se plantee esta
tarea. Existe sí -agrega Síntesis- la
conciencia de su necesidad, de una necesidad inaplazable, para disminuir el
costo y acortar el tiempo de la liberación de nuestro pueblo".
En los últimos días de mayo se reunieron en París delegaciones de las direcciones exteriores de los partidos MAPU
Obrero y Campesino, encabezada por
Enrique Correa; Izquierda Cristiana,
dirigida por Roberto Celedón; MAPU,
a cargo de Enrique Ossandón; y del
Partido Socialista de Chile, representado por Carlos Altamirano, quienes
entregaron una declaración que en su
parte central señala: "La profundización y el sostenimiento de la democracia en Chile ha sido obra de su pueblo.
Es este que la reclama como condición
esencial para su desarrollo futuro. Por
eso queremos decirlo muy claramente:
la democracia representa para nosotros
un valor permanente y estratégico del
Informaciones
socialismo que no admite concesión
alguna. Aspiramos a construir en Chile
un orden social distitnto, asentado en
el consenso de la mayoría nacional, el
pluralismo ideológico y el pleno respeto a los derechos de la minoría. Toda
forma de opresión y violación de los
derechos humanos es enteramente
ajena al orden social que postulamos.
Todas estas perspectivas y esfuerzos no
son el monopolio de ningún partido o
agrupación de partidos, ni de sectores
hegemónicos establecidos de antemano,
Por ello, constatamos el agotamiento
del eje socialista-comunista como
conductor principal de las luchas
populares. Nadie puede pretender la
posesión exclusiva de instrumentos
teóricos y políticos que le otorgarían
una posición privilegiada en la defensa
de los intereses y anhelos del pueblo.
En esta dirección se ubica por tanto la
voluntad renovadora del movimiento
popular, superando estilos sectarios de
hacer política y el aferramiento a normas superadas. Lo importante es desarrollar un proceso de renovación capaz
de producir la confluencia estratégica
de fuerzas marxistas, cristianas y otras
corrientes humanistas en torno a una
alternativa de lucha y de poder y a un
programa transformador."
El Comité de Enlace de Ariccia promovió la realización en Roma, durante
ma y o-junio, de la mesa redonda "Bases
para la política internacional del movimiento popular " . El primer capítulo
se ocupó de las relaciones chileno-norteamericanas en el cuadro de la lucha
antimperialista; el segundo se refirió
a la articulación internacional de la
lucha a escala continental; y el tercero
a la situación y perspectivas de la revolución chilena y latinoamericana en
un mundo tendiente a la bipolarización. Todo ello en la búsqueda de contribuir a la "democratización de la vida
partidarias
internacional, así como la vigencia efectiva de los principios de autodeterminación y no intervención".
Reunidos en México, el PS de República Dominicana y el PSCh (secretario
general en Chile), confirmaron "la amplitud de las coincidencias políticas
existentes entre ambos". Según su declaración conjunta, tales coincidencias
"se refieren a su común caracterización nacional e internacionalista, revolucionaria, obrera y popular, autónoma y democrática, así como a su objetivo estratégico socialista". De ahí
que "acuerdan desde ya mantener estrechas relaciones de colaboración mutua tanto en el plano de sus propias
luchas nacionales, cuanto en la solidaridad con las luchas de otros pueblos,
por la conquista de su liberación nacional y social".
Las FARN de El Salvador, en un folleto
titulado "El Salvador construye su piso y su techo", firmado por Fermán
Cienfuegos, refutan las tesis sostenidas
por el doctor Marcel Salamín —asesor
político del general Omar Torrijos—
en su libro El Salvador sin piso y sin
techo que propone "una lógica de la
búsqueda de hacer viable.. . una salida negociada" a la guerra civil salvadoreña. Cienfuegos demuestra que, pese a los esfuerzos de los revolucionarios por avanzar en una solución
negociada, ésta fracasó frente a la
falta de autonomía y decisión de la
Juventud Militar que ni hizo las reformas que se postuló, ni rompió con el
ala reaccionaria del ejército. Frente a
eso, Cienfuegos reivindica la legitimidad de la insurección y de la violencia
revolucionaria, y plantea que el pueblo de El Salvador crea las condiciones para su triunfo, paso a paso, a
través de la lucha político mhlitar,
sin perjuicio de mantener su predisposición al diálogo con la Juventud
Militar y hasta a negociar una salida.
El día 2 de junio, en República Dominicana, se anunció públicamente la
constitución de la Convergencia Socialista dominicana. A esta alianza política concurren: el Partido Socialista (PS),
el Movimiento de Unidad Socialista
(mus), el Movimiento Socialista de los
Trabajadores (MST), el Movimiento por
el Socialismo (MPS) y el Núcleo Comunista de los Trabajadores (NCT). Todos
Informaciones
los participantes se reconocen de raimétodo con diversas ópticas. Asimismo, todos repudian la concepción
"por etapas" de la revolución dominicana, definiendo como directamente socialista el carácter de su revolución nacional. El Partido de Liberación
Nacional (PLN), del que Juan Bosh es
dirigente, se retiró de la Convergencia
ante un fuerte ataque político que hizo en su contra el MST. Pese a los esfuerzos del MUS por evitar la marginación del PLD, ésta se mantuvo.
En su última acción de lucha contra la
dictadura mhlitar, se suicidó en La Habana Laura Allende Gossens. Laurita
era miembro del Comité Central del
PS (secretario general en Chile), pero
su figura y legado pertenecen por
igual a todos los socialistas. La Secretaría Ejecutiva para América de Solidaridad con Chile acordó que los comités
pro retorno y por el derecho a vivri en
la patria, pasen a denominarse comités
"Laura Allende".
El periódico Popular, de la Vanguardia Popular y Socialista de Argentina,
de febrero de 1981, afirma que la situación de crisis que vive el país "plantea la imperiosa necesidad de incrementar las gestiones tendientes a unri
a todos los socialistas argentinos-para
que los trabajadores obtengan una organización política que oriente sus
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luchas por la libertad, el bienestar y
la independencia nacional, hasta conquistar el "socialismo como única posibilidad superadora de la explotación
del hombre por el hombre y de los
pueblos por el capital". En su primera
página, refiriéndose al diferendo entre
las dictaduras militares de Chile y Argentina, el Popular sostiene que "El
laudo de la corona británica es absolutamente inaceptable desde el punto de
vista nacional. Por eso, toda mediación
o intermediación que lo tenga por base. . . será siempre lesiva de los legítimos derechos argentinos en la zona
del Beagle."
El PS (Regional Venezuela-Convergencia 19 de abril-Regional Europa), en
el documento de resoluciones del Congreso del exilio socialista chileno Europa-América, que contó con una representación de socialistas de la resistencia en Chile, manifiesta que "la
izquierda chilena deberá liberarse de
dogmas y poner al día su discurso polí-
partidarias
tico. . .", y que "con la mayor claridad
aún, deberá entenderse que cada partido o movimiento es indispensable y
que la unidad se hace entre iguales y
no entre una parte hegemónica y otra
parte sometida". Más adelante el documento agrega que se "acordó proponer a los militantes socialistas y a otras
fuerzas amigas la formación de un BLOQUE POR EL SOCIALISMO Y LA LIBERTAD, tanto para estimular la unidad
del Partido como para animar la reconstrucción del movimiento popular".
Finalmente, el Congreso del exilio socialista chileno Europa-América, resolvió "Constituir una Dirección Exterior del Partido Socialista de Chile,
integrada por una Secretaría Coordinadora Ejecutiva, dos Subsecretarías
para las áreas de Europa y América
Latina y un representante de cada país
concurrente a este Congreso." Esta Dirección es provisional y cesará en sus
funciones con la realización de un
Congreso General del PS a convocar
por la Dirección Interior, de la que forma parte el secretario general de esta
organización socialista. Aniceto Rodríguez, por unanimidad, fue elegido secretario coordinador del exterior de
este sector del socialismo chileno.

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