Importancia del ındice tobillo-brazo en la

Transcripción

Importancia del ındice tobillo-brazo en la
Med Clin (Barc). 2014;xx(x):xxx–xxx
www.elsevier.es/medicinaclinica
Original
Importancia del ı́ndice tobillo-brazo en la reclasificación del riesgo
cardiovascular de varones hipertensos asintomáticos de mediana edad
Vı́ctor Oliveras a,b,*, Montserrat Martı́n-Baranera c, Maya Gracia d, José Luı́s del Val e,
Miquel Plans f y Núria Pujol-Moix a,g
a
Departamento de Medicina, Universitat Autònoma de Barcelona, Barcelona, España
Centro de Salud Adrià, Institut Català de la Salut, Barcelona, España
Servicio de Epidemiologı´a Clı´nica, Consorci Sanitari Integral, L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, España
d
Unitat de Risc Vascular, Clı´nica Sagrada Familia, Barcelona, España
e
Unitat de Suport a la Recerca Barcelona Ciutat, Institut Universitari d’Investigació en Atenció Primària Jordi Gol (IDIAP Jordi Gol), Barcelona, España
f
Centro de Salud Verdaguer, Institut Català de la Salut, Sant Joan Despı´, Barcelona, España
g
Institut d’Investigació Biomèdica Sant Pau (IIRB), Barcelona, España
b
c
I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O
R E S U M E N
Historia del artı´culo:
Recibido el 7 de noviembre de 2013
Aceptado el 27 de febrero de 2014
On-line el xxx
Fundamento y objetivo: El ı́ndice tobillo-brazo permite detectar riesgo y enfermedad cardiovascular
subclı́nica, diagnosticando enfermedad arterial periférica y calcificación arterial. Los varones hipertensos
asintomáticos, con edades entre 45-55 años y baja sospecha de riesgo, podrı́an ser un importante grupo
poblacional para beneficiarse de esta técnica. El objetivo del presente estudio ha sido comparar la
frecuencia de ı́ndice tobillo-brazo patológico (enfermedad arterial periférica subclı́nica y calcificación
arterial) entre varones hipertensos y no hipertensos en esta franja de edad, asintomáticos y con baja
sospecha de riesgo.
Pacientes y método: Un total de 244 varones asintomáticos (122 hipertensos y 122 no hipertensos) entre
45-55 años de edad y REGICOR < 10 fueron seleccionados voluntariamente mediante muestreo
consecutivo. Se practicó anamnesis, exploración fı́sica, analı́tica e ı́ndice tobillo-brazo a todos los
pacientes.
Resultados: Se detectó ı́ndice tobillo-brazo patológico en el 9,8% (12 pacientes) de los hipertensos y en el
1,6% (2 pacientes) de los no hipertensos (p = 0,006). En el análisis multivariante la hipertensión arterial
se asoció significativamente (p = 0,026) con ı́ndice tobillo-brazo patológico (odds ratio [OR] 5,9; intervalo
de confianza del 95% [IC 95%] 1,2-28,3), tabaquismo (p = 0,018) (OR 2,7; IC 95% 1,2-6,2) y obesidad
abdominal (p = 0,005) (OR 2,8; IC 95% 1,3-5,9).
Conclusiones: El grupo poblacional propuesto parece constituir un segmento primordial para detectar
riesgo y enfermedad cardiovascular subclı́nica mediante el ı́ndice tobillo-brazo en sujetos con baja
sospecha. Será necesario, sin embargo, realizar estudios de prevalencia de ı́ndice tobillo-brazo patológico
en dicha población para valorar su eficiencia.
ß 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Palabras clave:
Hipertensión arterial
Varones de mediana edad
Riesgo cardiovascular
Índice tobillo-brazo
Pacientes asintomáticos
The relevance of the ankle-arm index to the reclassification of cardiovascular risk
in asymptomatic hypertensive middle-aged men
A B S T R A C T
Keywords:
Hypertension
Middle-aged men
Cardiovascular risk
Ankle-brachial index
Asymptomatic patients
Background and objective: The ankle-brachial index allows for the detection of subclinical cardiovascular
disease and risk, by diagnosing peripheral arterial disease and arterial calcification. Asymptomatic
hypertensive men, between 45-55 years and with the suspicion of low risk, could be an important
population group to benefit from this technique. The aim of the study was to compare the frequency of
abnormal ankle-brachial index (subclinical peripheral arterial disease and arterial calcification) between
asymptomatic hypertensive and non-hypertensive men, of the same age and suspicion of low risk.
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected] (V. Oliveras).
http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2014.02.028
0025-7753/ß 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
2
V. Oliveras et al / Med Clin (Barc). 2014;xx(x):xxx–xxx
Patients and methods: Two hundred and forty-four asymptomatic men (122 hypertensive and 122 nonhypertensive), between 45 and 55 years and an REGICOR index < 10, were voluntarily recruited using
consecutive sampling. Complete anamnesis, physical examination, laboratory tests and ankle-brachial
index determination were carried out on all patients.
Results: We detected abnormal ankle-brachial index values in 9.8% (12 cases) of the hypertensive
subjects and in 1.6% (2 cases) of non-hypertensive subjects (P = .006). In the multivariate analysis,
hypertension was significantly associated with an abnormal ankle-brachial index (P < .026) (odds ratio
[OR] 5.9, 95% confidence interval [95% CI] 1.2-28.3), smoking (P = .018) (OR 2.7; 95% CI 1.2-6.2) and
abdominal obesity (P = .005) (OR 2.8; 95% CI 1.3-5.9).
Conclusions: The population group analyzed in this study might be considered as an overriding segment
for detecting subclinical cardiovascular disease and risk with the ankle-brachial index. Further studies
are needed to establish the prevalence of abnormal ankle-brachial index in this population in order to
assess its efficiency.
ß 2013 Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción
La muerte súbita cardı́aca es la principal causa de fallecimiento
por cardiopatı́a isquémica (50% de los pacientes)1–3 y también su
primera manifestación hasta en el 40% de los casos1–3. Cerca del
90% de los pacientes afectados son varones, y es especialmente
relevante en aquellos de mediana edad. En el estudio Framingham
el 62% de todas las muertes por cardiopatı́a isquémica fueron
súbitas en los varones de entre 45 y 54 años, disminuyendo
progresivamente al aumentar la franja de edad1.
La hipertensión arterial (HTA) guarda una estrecha relación con
este proceso, pues por un lado es –junto con tabaquismo y
obesidad mórbida– un factor de riesgo cardiovascular (RCV)
independiente de muerte súbita1,2, y por otro, la hipertrofia
ventricular izquierda (HVI), lesión subclı́nica caracterı́stica de
la HTA, es el factor de riesgo que más fuertemente se asocia con la
muerte súbita cardı́aca a corto plazo (2 años) en varones1,2. De ahı́
la importancia de su detección en varones de mediana edad, y muy
especialmente en la década inferior a los 55 años.
Asumiendo además que entre los hipertensos la enfermedad
cardiovascular (ECV) afecta a los varones a una edad más
temprana, con mayor carga de morbilidad y factores de riesgo4,
el grupo poblacional mencionado muestra gran interés preventivo
tanto por motivos clı́nicos (vulnerabilidad cardiovascular) como
socioeconómicos (años de vida ajustados por discapacidad).
De hecho, al estratificar el RCV valorando la presencia de
lesión de órganos diana (LOD), la mayorı́a de los pacientes
hipertensos atendidos diariamente en la actualidad, también en
el segmento de los varones menores de 55 años, corresponde a
grupos de riesgo alto o muy alto5. Y, ciertamente, la mayorı́a de
los episodios cardiovasculares se van a producir en pacientes que,
siendo etiquetados de riesgo bajo y moderado en las funciones de
RCV más habituales6, como REGICOR7, son, sin embargo,
portadores de LOD en su fase asintomática. La nueva guı́a de
la Sociedad Europea de Hipertensión y de la Sociedad Europea de
Cardiologı́a (guı́a ESH/ESC 2013) mantiene la importancia
pronóstica de los diversos marcadores de LOD, entre los que se
encuentra el ı́ndice tobillo-brazo (ITB)8.
De esta forma, es conocido que la enfermedad arterial periférica
(EAP), considerada la arteriopatı́a no cardı́aca más prevalente, es un
importante predictor de morbimortalidad cardiovascular9 y, medida
con el ITB, su riesgo atribuible es independiente de la edad, el sexo y
la presencia de los factores de RCV10. Un valor igual o inferior a 0,9 es
diagnóstico de EAP y sinónimo de alto riesgo y mortalidad
cardiovascular11,12. Un valor igual o superior a 1,4 diagnostica
calcificación arterial13, incrementando su presencia la morbimortalidad cardiovascular frente a valores de normalidad14,15.
Sorprende, en este sentido, que los pacientes con HTA, principal
factor de RCV en nuestro paı́s16 y uno de los que mejor predicen la
presencia de ITB alterado6,17,18, sean todavı́a un segmento
poblacional poco estudiado desde este punto de vista, en la
mediana edad, a pesar de su indudable interés en la detección
precoz de aterosclerosis subclı́nica. Y que diversos estudios,
aunque no todos, indiquen que la prevalencia e incidencia de
EAP son mayores en los sujetos hipertensos que en los no
hipertensos18.
Siendo el ITB patológico (< 0,9 o > 1,4) un buen marcador de
riesgo y ECV subclı́nica en sujetos asintomáticos14,15, tal como
recomienda la American Heart Association en su última publicación
de Circulation sobre el ITB (Nivel de Evidencia A, Clase I)19, resulta
fundamental indagar qué segmentos poblacionales pueden beneficiarse más de esta técnica20, especialmente en la mediana edad,
donde muchos sujetos etiquetados con RCV bajo-moderado son,
sin embargo, portadores asintomáticos de LOD.
Por todo ello el objetivo del presente estudio ha sido comparar
la frecuencia de EAP subclı́nica y calcificación arterial, medidas con
el ITB, entre el grupo poblacional de los varones hipertensos
asintomáticos de mediana edad (45-55 años) con REGICOR bajomoderado, y el grupo de los varones sin HTA, también asintomáticos, misma franja de edad y baja sospecha de RCV según REGICOR.
Pacientes y método
Se diseñó un estudio de casos y controles. Aceptando un riego
a del 5% y un riego ß del 80% en un contraste bilateral, mediante
la aproximación del arcoseno21, se calculó un número necesario
de 122 sujetos en cada grupo para detectar como estadı́sticamente significativa la diferencia entre una proporción esperada
del 3% en el grupo de controles y del 12% en el grupo de casos. La
prevalencia esperada de ITB patológico en el grupo de controles
se asimiló a la descrita en diferentes estudios españoles en
varones menores de 60 años22, considerando tanto el porcentaje
de ITB < 0,9 como el ITB > 1,4. Para la frecuencia esperada en el
grupo de hipertensos se consideraron datos del estudio
Framingham que demuestran un aumento del riesgo de padecer
EAP de hasta 4 veces en pacientes hipertensos.
Los sujetos fueron seleccionados mediante muestreo consecutivo desde enero de 2008 hasta marzo de 2012, tras acceder
voluntariamente a participar en el estudio y firmar el consentimiento informado. Los criterios de inclusión fueron: sexo
masculino, edad entre 45 y 55 años, ausencia de enfermedad
cardiovascular conocida y RCV bajo-moderado (< 10% a 10 años)
calculado según las tablas REGICOR7. Los pacientes con HTA
(tratada con antihipertensivos, o presión arterial > 140/
90 mmHg en los no tratados) fueron clasificados como casos;
los demás fueron clasificados en el grupo control. La selección se
efectuó a partir de las distintas bases de datos disponibles
(atención primaria, instituciones y empresas colaboradoras), a
V. Oliveras et al / Med Clin (Barc). 2014;xx(x):xxx–xxx
través de llamadas telefónicas, correos electrónicos, información
en los respectivos portales institucionales y actos informativos
presenciales. Los sujetos fueron escogidos en Barcelona entre
pacientes de atención primaria del Centro de Salud Adrià y
voluntarios de diversas instituciones de la sociedad civil:
Asociación Española de Directivos, colegios profesionales de
Barcelona (Censores Jurados de Cuentas, Ingenieros de Caminos e
Ingenieros Industriales), Fundación PIMEC y empresas (Abertis y
La Caixa).
Al iniciar el estudio se cumplimentó un cuaderno de recogida de
datos para cada sujeto. Se practicó anamnesis y exploración fı́sica
dirigida a los demás factores de RCV: tabaquismo (fumador actual:
sı́ o no), diabetes tipo 1 o 2 (tratada con hipoglucemiantes, o
valores de glucemia > 126 mg/dl en los no tratados), hipercolesterolemia (tratada con hipolipidemiantes, o valores de colesterol
total > 240 mg/dl en los no tratados), obesidad (ı́ndice de masa
corporal > 30 kg/m2) y obesidad abdominal (perı́metro abdominal > 102 cm). Se registró el tratamiento cardiovascular de cada
paciente. Se realizaron analı́ticas: glucemia en ayunas, colesterol
total, colesterol unido a lipoproteı́nas de alta densidad y de baja
densidad, triglicéridos, creatinina, ácido úrico, estimación de
filtrado glomerular (mediante la fórmula Modification of Diet in
Renal Disease), microalbuminuria y hemoglobina glucosilada en
diabéticos.
Las exploraciones del ITB fueron realizadas en condiciones
estandarizadas por personal entrenado especı́ficamente, incluyendo una angióloga y 3 diplomadas en Enfermerı́a. Se utilizó un
manguito convencional de determinación de la presión sanguı́nea y un equipo doppler continuo (Dopplex1II, Huntleigh
HEALTHCARE Ltd., Cardiff, UK) con sonda de 8 MHz. En la
predicción del RCV se consideraron patológicos tanto los valores
de ITB < 0,9 o positivos, indicativos de EAP, como los valores
de ITB > 1,4 o incomprensibles, indicativos de calcificación
arterial14,15,19.
Análisis estadı´stico
Tras un análisis descriptivo inicial, los distintos factores
estudiados se compararon entre el grupo de hipertensos y el
grupo de controles. Las variables cualitativas se compararon entre
ambos grupos mediante la prueba de ji al cuadrado o el test exacto
de Fisher. Para la comparación de las variables cuantitativas entre
grupos se aplicó la prueba t de Student, o la U de Mann-Whitney
como alternativa no paramétrica. Se estableció el nivel de
significación estadı́stica en el 5%, y el tipo de contraste fue bilateral.
Aquellas variables clı́nicamente relevantes y/o cercanas a la
significación estadı́stica en el análisis bivariable se consideraron en
un modelo de regresión logı́stica, siendo el grupo de estudio
(hipertenso o control) la variable dependiente.
Tabla 1
Caracterı́sticas generales de ambos grupos
Variable
ITB patológico (< 0,9 o > 1,4)
ITB < 0,9
ITB > 1,4
Tabaquismo
Diabetes
Hipercolesterolemia
IMC > 30 kg/m2
Perı́metro abdominal > 102 cm
REGICOR moderado
Edad en años, media (DE)
HTA (n = 122)
12 (9,8)
6 (4,9)
6 (4,9)
24
9
39
36
32
6
51,2
(19,7)
(7,4)
(32,0)
(29,5)
(26,2)
(4,9)
(3,1)
No HTA (n = 122)
2 (1,6)
0 (0,0)
2 (1,6)
10
3
38
18
13
0
49,9
(8,2)
(2,5)
(31,1)
(14,8)
(10,7)
(0,0)
(3,5)
p
0,006
0,029
0,281
0,010
0,076
0,890
0,006
0,002
0,029
0,003
DE: desviación estándar; HTA: hipertensión arterial; IMC: ı́ndice de masa corporal;
ITB: ı́ndice tobillo-brazo.
Datos expresados como n (%), excepto donde se indica.
3
Tabla 2
Factores predictores independientes de hipertensión arterial: análisis de regresión
logı́stica
Variable
OR (IC 95%)
p
ITB patológico
Tabaquismo
Perı́metro abdominal > 102 cm
Edad
5,926
2,720
2,841
1,139
0,026
0,018
0,005
0,002
(1,240-28,324)
(1,188-6,224)
(1,360-5,931)
(1,049-1,237)
HTA: hipertensión arterial; IC 95%: intervalo de confianza del 95%; ITB: ı́ndice
tobillo-brazo; OR: odds ratio.
Los análisis se realizaron mediante el paquete estadı́stico IBM1
SPSS1 versión 19.
Resultados
Se consiguió seleccionar 122 pacientes en el grupo de estudio
(hipertensos) y 122 en el grupo control (no hipertensos).
En el análisis univariante (tabla 1) se describen las caracterı́sticas generales de ambos grupos. El grupo de pacientes
hipertensos, comparado con el grupo control, mostró una fuerte
asociación con ITB patológico (< 0,9 o > 1,4) (p = 0,006), ITB < 0,9
(p = 0,029), tabaquismo (p = 0,010), obesidad (p = 0,006), obesidad
abdominal (p = 0,002) y presencia de REGICOR moderado
(p = 0,029), mientras que no se observaron diferencias estadı́sticamente significativas en cuanto a ITB > 1,4 (por separado),
diabetes e hipercolesterolemia. La media (DE) de edad en el grupo
con HTA (51,2 [1,3] años) fue algo mayor que en el grupo control
(49,9 [3,5] años) (p = 0,003).
De los 12 pacientes hipertensos con ITB patológico, la mitad
tenı́a ITB < 0,9 (EAP) y la otra mitad ITB > 1,4 (calcificación
arterial). Ningún paciente del grupo control presentaba ITB < 0,9
(EAP), de forma que los 2 pacientes no hipertensos con ITB alterado
presentaban > 1,4 (calcificación arterial).
En el análisis multivariante (tabla 2) destacó la asociación
significativa de HTA con ITB patológico (odds ratio [OR] 5,9;
intervalo de confianza del 95% [IC 95%] 1,240-28,324). Asimismo, el
grupo de pacientes con HTA mostró una frecuencia significativamente mayor de tabaquismo (OR 2,7; IC 95% 1,188-6,224),
obesidad abdominal (OR 2,8; IC 95% 1,360-5,931) y mayor edad
(OR 1,139; IC 95% 1,049-1,237). La presencia de REGICOR
moderado, obesidad e ITB < 0,9 (por separado) dejaron, en cambio,
de ser significativas en el análisis multivariante.
Discusión
Los resultados del presente estudio muestran la importancia de
medir el ITB para detectar riesgo y ECV subclı́nica, diagnosticando
EAP (< 0,9) y calcificación arterial (> 1,4) en los varones
hipertensos asintomáticos entre 45-55 años y REGICOR < 10 o
bajo-moderado, en comparación con los varones sin HTA, también
asintomáticos, en la misma franja de edad y con baja sospecha de
RCV según REGICOR. Compartiendo ambos grupos la baja sospecha
inicial, se comportan de forma bien diferente según la detección de
pacientes con ITB patológico (< 0,9 o > 1,4).
La selección de pacientes de primaria y voluntarios de la
población general puede constituir una de las limitaciones del
estudio. Pero se escogió al mayor número posible de pacientes que
cumplı́an los criterios de inclusión. Y en principio ello afectarı́a por
igual a ambos grupos. La dificultad en la selección caracteriza este
tipo de pacientes, tal como evidencia la escasez de estudios en esta
franja de edad.
Más allá de que la HTA en la edad mediana de la vida sea
predictora de RCV en la edad avanzada23, los resultados obtenidos
evidencian un importante RCV, a más corto plazo, del grupo con
V. Oliveras et al / Med Clin (Barc). 2014;xx(x):xxx–xxx
4
HTA comparado con el grupo sin HTA, mostrando, en el análisis
multivariante, una OR = 5,9 entre HTA e ITB patológico. La
dispersión de los valores extremos es consecuencia de los pocos
casos detectados en el grupo de pacientes no hipertensos.
La asociación de tabaquismo y obesidad abdominal con HTA en
el análisis multivariante (con OR 2,7 y 2,8, respectivamente)
confirma la importancia de estas comorbilidades en el grupo de
estudio, sin olvidar que el tabaquismo y la HTA guardan relación
con la muerte súbita1,2. Aquı́, la menor dispersión de valores
extremos es debida a una distribución más homogénea en ambos
grupos.
La discreta diferencia en las medias de edad de ambos grupos, si
bien es significativa estadı́sticamente, no lo es desde el punto de
vista clı́nico.
La nueva guı́a ESH/ESC 2013 plantea abordar de forma
diferenciada grupos especı́ficos (diabéticos, ancianos, jóvenes,
mujeres embarazadas, etc.) con el fin de personalizar la valoración
de su RCV y tratamiento8. Considerar a los varones hipertensos de
mediana edad como grupo poblacional especı́fico, empleando
sistemáticamente el ITB, ayudarı́a, entre otras cosas, a responder la
primera cuestión que la propia guı́a deja abierta para futuros
estudios: « deben recibir tratamiento farmacológico antihipertensivo todos los hipertensos grado 1 con RCV bajo-moderado?»8.
Pues bien, los resultados del estudio ARTPER/PERART24 avalan
que el ITB permite reclasificar pacientes con riesgo bajo y
moderado, según REGICOR, como pacientes de elevado RCV,
reforzando en este sentido la conveniencia de indagar en grupos
como el propuesto: REGICOR bajo-moderado y con gran presencia
de pacientes con HTA grado 1. El objetivo de la reclasificación es
precisamente el cambio en la actitud diagnóstico-terapéutica20.
La elevada fiabilidad y el bajo coste del ITB van a favor de las
tendencias, especialmente en un entorno de fuerte rigidez
presupuestaria como el actual, siendo fundamental la implicación
de los equipos de enfermerı́a. Además, convendrı́a tener en cuenta
el fuerte impacto socioeconómico de la morbimortalidad cardiovascular en el segmento poblacional propuesto para revisar
algunos enfoques presupuestarios. Habitualmente, tal como
mantiene la guı́a ESH/ESC 2013, los recursos se concentran
demasiado en la población de mayor edad, con escaso rendimiento,
prestando poca atención a franjas de edad más jóvenes y llegando
incluso a utilizar la estratificación del riesgo absoluto para
establecer una barrera por debajo de la cual se desaconseja el
tratamiento: intervenciones intensas por encima de ese umbral y
ninguna acción por debajo de él8. Una barrera en los 55, o incluso
en los 50 años, por ejemplo, ignorarı́a (total o parcialmente) el
segmento poblacional con mayor vulnerabilidad cardiovascular,
entre los propios varones, y la importancia de la HTA y el HVI en su
riesgo de muerte súbita cardı́aca y RCV en general.
La reciente publicación acerca de la utilidad de la ecografı́a de
bolsillo en una población hipertensa, de mayor edad, recoge bien la
creciente importancia de los ultrasonidos en atención primaria25. Y
la guı́a ESH/ESC 2013 encuentra ideal recomendar el estudio
ecográfico en la primera evaluación de todos los pacientes
hipertensos, si bien su uso más o menos restringido dependerá
de su disponibilidad y coste8. De modo que la alta disponibilidad y
el bajo coste del ITB19 podrı́an facilitar el impulso racionalizado de
los ultrasonidos en atención primaria para evaluar al grupo
poblacional propuesto.
Ciertamente, el ITB incomprensible (> 1,4) expresa un RCV
diferente al ITB < 0,9. Y la calcificación arterial tiene un significado
clı́nico distinto al de la EAP, sin olvidar que ambos procesos
coexisten a menudo, impidiendo entonces la detección de
estenosis26.
No se trata, por tanto, de equiparar el RCV a 10 años entre
valores de ITB < 0,9 y > 1,4, sino de optimizar la técnica del ITB
como marcador de riesgo y ECV subclı́nica, sin volver a caer en el
error de establecer una barrera del RCV absoluto (esta vez con los
valores del ITB): intervenciones intensas a un lado del umbral y
ninguna en el otro lado.
De hecho, la relación entre los valores del ITB y la ECV no es
lineal, sino que en el conocido metaanálisis de Fowkes las hazard
ratios (HR) de mortalidad para los diferentes valores de ITB,
comparados con valores entre 1,1 y 1,2 como referencia, presentan
una forma de «J» inversa o rotada: para valores de ITB < 1,1 la HR
aumenta conforme disminuye el valor del ITB, entre 1,1 y 1,4
presentan el valor más bajo (normal), y a partir de valores > 1,4, la
HR vuelve a aumentar13,15,19. Por este motivo, según la American
Heart Association, la predicción clı́nica del RCV posiblemente podrı́a
beneficiarse del uso de categorı́as del ITB en lugar de un solo punto
de corte de alto riesgo. Y sus recomendaciones, más allá de
considerar también el ITB > 1,4 como marcador, destacan el
interés de seguir y estudiar en futuros trabajos a los pacientes con
ITB entre 0,91 y 1, a los que considera borderline, dado que también
tienen mayor RCV que el nivel más bajo de riesgo (Nivel de
Evidencia A, Clase II). De este modo, el uso de categorı́as de RCV en
función de los valores del ITB podrı́a mejorar su capacidad
predictiva19 y de cribado previo al estudio ecográfico de sujetos
asintomáticos etiquetados de REGICOR bajo-moderado, especialmente en colectivos que, como los varones hipertensos de mediana
edad, tienen el RCV infravalorado a pesar de su caracterı́stica
vulnerabilidad cardiovascular y el impacto socioeconómico que
ello comporta. Y sabiendo que se necesitan más estudios para
validar la ampliación de programas de detección de EAP al
seleccionar hipertensos en atención primaria15,18, es aconsejable
tener en cuenta a estos varones entre 45 y 55 años de edad, donde
la estrecha relación que la HTA mantiene simultáneamente con la
EAP y la muerte súbita cardı́aca puede tener una particular
relevancia.
El grupo poblacional propuesto parece constituir, pues, un
segmento primordial para reclasificar el RCV, detectando ECV
subclı́nica mediante el diagnóstico de EAP y calcificación arterial
con el ITB, en pacientes previamente etiquetados de RCV bajomoderado según REGICOR. Será necesario, sin embargo, realizar
estudios de prevalencia de ITB patológico en dicha población para
valorar su eficiencia, sin olvidar el potencial interés de los valores
actualmente considerados borderline.
Financiación
Proyecto subvencionado en la tercera convocatoria Ajuts XB
2010 del Ámbito de Atención Primaria de Barcelona ciudad.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Agradecimientos
A las instituciones y empresas de la sociedad civil que han
cooperado en la selección de voluntarios. Al Equipo de Atención
Primaria Sant Elies (Centro de Salud Adrià) y al Dr. Lluis Asmarats
(Unitat de Risc Vascular, Clı́nica Sagrada Familia), por su
colaboración en el estudio. Y a las enfermeras Silvia González,
Ester Calero y Mercè Vives, por su participación en la medición del
ı́ndice tobillo-brazo.
Bibliografı́a
1. Marrugat J, Elosua R, Gil M. Epidemiologı́a de la muerte súbita cardiaca en
España. Rev Esp Cardiol. 1999;52:717–25.
2. Chugh SS, Reinier K, Teodorescu C, Evanado A, Kehr E, Al Samara M, et al.
Epidemiology of sudden cardiac death: Clinical and research implications. Prog
Cardiovasc Dis. 2008;51:213–28.
?
V. Oliveras et al / Med Clin (Barc). 2014;xx(x):xxx–xxx
13. Resnick HE, Lindsay RS, McDermott MM, Devereux RB, Jones KL, Fabsitz RR,
et al. Relationship of high and low ankle brachial index to all-cause and
cardiovascular disease mortality: The Strong Heart Study. Circulation.
2004;109:733–9.
14. Criqui MH, McClelland RL, McDermott MM, Allison MA, Blumenthal RS, Aboyans V, et al. The ankle-brachial index and incident cardiovascular events in the
MESA (Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis). J Am Coll Cardiol. 2010;56:
1506–12.
15. Ankle Brachial Index Collaboration. Ankle brachial index combined with
Framingham Risk Score to predict cardiovascular events and mortality: A
metaanalysis. JAMA. 2008;300:197–208.
16. Grau M, Elosua R, Cabrera de León A, Guembe MJ, Baena-Dı́ez JM, Vega Alonso T,
et al. Factores de riesgo cardiovascular en España en la primera década del siglo
XXI: análisis agrupado con datos individuales de 11 estudios de base poblacional, estudio DARIOS. Rev Esp Cardiol. 2011;64:295–304.
17. Vicente I, Lahoz C, Taboada M, Garcı́a A, San Martı́n MA, Terol I, et al. Prevalencia
de un ı́ndice tobillo-brazo patológico según el riesgo cardiovascular calculado
mediante la función de Framingham. Med Clin (Barc). 2005;124:641–4.
18. De Buyzere ML, Clement DL. Management of hypertension in peripheral arterial
disease. Prog Cardiovasc Dis. 2008;50:238–63.
19. Aboyans V, Criqui MH, Abraham P, Allison MA, Creager MA, Diehm C, et al.
Measurement and interpretation of the ankle-brachial index: A scientific
statement from the American Heart Association. Circulation. 2012;126:
2890–909.
20. Mostaza JM, Lahoz C. A quién medir el ı́ndice tobillo-brazo? Med Clin (Barc).
2010;135:312–3.
21. Marrugat J, Vila J, Pavesi M, Sanz F. Estimación del tamaño de la muestra en la
investigación clı́nica y epidemiológica. Med Clin (Barc). 1998;111:267–76.
22. Suárez C, Lozano FS, editors. Documento de consenso multidisciplinar en torno
a la enfermedad arterial periférica. 1.a ed., Madrid: Luzán 5, S. A.; 2012.
23. Allen N, Berry JD, Ning H, van Horn L, Dyer A, Lloyd-Jones DM. Impact of blood
pressure change during middle age on the remaining lifetime risk for cardiovascular disease: The cardiovascular lifetime risk pooling project. Circulation.
2012;125:37–44.
24. Baena-Dı́ez JM, Alzamora MT, Forés R, Pera G, Torán P, Sorribes M. El ı́ndice
tobillo-brazo mejora la clasificación del riesgo cardiovascular: estudio ARTPER/
PERART. Rev Esp Cardiol. 2011;64:186–92.
25. Evangelista L, Juncadella E, Copetti S, Pareja A, Torrabadella J, Evangelista A.
Utilidad diagnóstica de la ecografı́a de bolsillo practicada por un médico de
familia en una población hipertensa. Med Clin (Barc). 2013;141:1–7.
26. Aboyans V, Ho E, Denenberg JO, Ho LA, Natarajan L, Criqui MH. The association
between elevated ankle systolic pressures and peripheral occlusive arterial
disease in diabetic and non diabetic subjects. J Vasc Surg. 2008;48:1197–203.
?
3. Morentin B, Audicana C. Estudio poblacional de la muerte súbita cardiovascular
extrahospitalaria: incidencia y causas de muerte en adultos de edad mediana.
Rev Esp Cardiol. 2011;64:28–34.
4. Calderón A, Escobar C, Barrios V. Debemos modificar nuestra conducta terapéutica como consecuencia de la revisión de 2009 de la guı́a para el manejo de
la hipertensión arterial de la ESH/ESC? Rev Clin Esp. 2010;210:511–6.
5. Martı́n-Baranera M, Campo C, Coca A, de la Figuera M, Marı́n R, Ruilope LM.
Estratificación y grado de control del riesgo cardiovascular en la población
hipertensa española. Resultados del estudio DICOPRESS. Med Clin (Barc).
2007;129:247–51.
6. Baena-Dı́ez JM, Ramos R, Marrugat J. Capacidad predictiva de las funciones de
riesgo cardiovascular: limitaciones y oportunidades. Rev Esp Cardiol. 2009;9
Suppl A:A4–13.
7. Marrugat J, Vila J, Baena-Dı́ez JM, Grau M, Sala J, Ramos R, et al. Validez relativa
de la estimación del riesgo cardiovascular a 10 años en una cohorte poblacional
del estudio REGICOR. Rev Esp Cardiol. 2011;64:385–94.
8. Mancia G, Fagard R, Narkiewicz K, Redón J, Zanchetti A, Böhm M, et al. 2013
guidelines for the management of arterial hypertension: The task force for the
management of arterial hypertension of the European Society of Hypertension
(ESH) and the European Society of Cardiology (ESC). J Hypertens.
2013;31:1281–357.
9. Hooi JD, Kester AD, Stoffers HE, Rinkens PE, Knottnerus JA, van Ree JW.
Asymptomatic peripheral arterial occlusive disease predicted cardiovascular
morbidity and mortality in a 7-year follow-up study. J Clin Epidemiol.
2004;57:294–300.
10. Agnelli G, Cimminiello C, Meneghetti G, Urbinati S. Low ankle-brachial index
predicts an adverse 1-year outcome after acute coronary and cerebrovascular
events. J Thromb Haemost. 2006;4:2599–606.
11. Hirsch AT, Haskal ZJ, Hertzer NR, Bakal CW, Creager MA, Halperin JL, et al. ACC/
AHA 2005 practice guidelines for the management of patients with peripheral
arterial disease (lower extremity, renal, mesenteric, and abdominal aortic): A
collaborative report from the American Association for Vascular Surgery/
Society for Vascular Surgery, Society for Cardiovascular Angiography
and Interventions, Society for Vascular Medicine and Biology, Society for
Interventional Radiology, and the ACC/AHA Task Force on Practice Guidelines
(Writing Committee to Develop Guidelines for the Management of Patients
With Peripheral Arterial Disease): Endorsed by the American Association of
Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation; National Heart, Lung, and Blood
Institute; Society for Vascular Nursing; TransAtlantic Inter-Society Consensus;
and Vascular Disease Foundation. Circulation. 2006;113:e463–654.
12. O’Hare AM, Katz R, Shipak MG, Cushman M, Newman AB. Mortality and
cardiovascular risk across the ankle-arm index spectrum: Results from the
Cardiovascular Health Study. Circulation. 2006;24:388–93.
5
?
© 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Elsevier y sus asociados no asumen responsabilidad alguna por cualquier lesión y/o daño sufridos por personas o bienes en cuestiones de responsabilidad de productos,
negligencia o cualquier otra, ni por uso o aplicación de métodos, productos, instrucciones o ideas contenidos en el presente material. Dados los rápidos avances que se
producen en las ciencias médicas, en particular, debe realizarse una verificación independiente de los diagnósticos y las posologías de los fármacos.
Editado por:
Elsevier España, S.L.
(A member of Elsevier)
Travesera de Gracia 17-21 2º planta
08021 Barcelona
Tel: 932000711
Fax: 932091136

Documentos relacionados