Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) fue uno de los
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Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) fue uno de los
Ahora se puede visitar la casa museo, donde se aprecian las pinturas de Sorolla, así como su colección de muebles antiguos. gran maestro de la pintura española EN CASA DE SOROLLA Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) fue uno de los pintores españoles más importantes de su época. Su casa, hoy convertida en museo, alberga la colección más amplia de su obra que se conserva en el mundo. COSAS la visitó, en exclusiva, en compañía de Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista. Por José María López de Letona. 220 GREATNESS.indd 220 19/8/12 14:30:48 E l Museo Sorolla es uno de los pocos palacetes que se conservan en los barrios residenciales del centro de Madrid. Se trata de un palacio neoclásico con un bonito jardín de estilo andaluz y patio con azulejos, fuentes y frondosos árboles. En la puerta nos espera Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del pintor. Nos acompaña en la visita la directora de la institución, Consuelo Luca de Tena. “Lo que me encanta de esta casa es que está muy bien pensada”, comenta Pons-Sorolla, mientras atravesamos el patio de baldosas para ingresar a la casa en la que vivieron sus bisabuelos. La construyó Enrique María Repullés, arquitecto del Palacio de la Bolsa de Madrid, entre 1909 y 1911. En los planos se evidencia que el arquitecto fue adaptándola al gusto del pintor. Al palacete neoclásico fueron sumándole toques personales, como azulejos de Talavera; y algunos detalles valencianos, como suelos, puertas y ventanas en mármoles de distintos colores. “Es un estilo ecléctico, pero con mucho desparpajo. No quiso ceñirse a un estilo concreto. Era caprichoso, se tomaba sus licencias, y eso se nota”, refiere Pons-Sorolla. “También hay detalles de art nouveau, arte andaluz o arte italiano”. En el interior, la personalidad del pintor se hace más evidente. Hay jarrones chinos, muebles rústicos valencianos y lámparas art nouveau. “Incluso diseñó algunos muebles”, refiere Blanca, señalando una mesa de madera tallada. “Todos los muebles que hay en el museo estaban en la casa, aunque algunos se los llevaron mi abuela y mi tía Elena”. Clotilde García del Castillo, la esposa del pintor, donó todos sus bienes al Estado español para formar un museo en memoria de su marido, pero no dejó El pintor español en pleno ejercicio de creación artística. ninguna directriz. Su hijo Joaquín Sorolla García fue el primer director del museo e hizo las primeras reformas. La segunda planta, donde estaban los dormitorios de la familia, se convirtió en sala de exposiciones. Mientras caminamos por la casa, la bisnieta del pintor señala una fotografía de 1916 en la que se aprecia que el comedor estaba en el mismo lugar que ocupa en la actualidad, decorado prácticamente de la misma manera. “Mi bisabuelo tenía muchísima personalidad, decoraba según sus gustos y no hacía caso a los dictados de la época. Cambiaba los muebles y cuadros de sitio, ¡como hacemos todos en nuestras casas!”, explica. Sin embargo, no se trata de muebles importantes, porque no tenía herencia familiar. Compraba lo que lo divertía. Su bisnieta explica: “Cuando iba a casas de pintores de familias más ricas, le decía a su mujer: ‘Clotilde, esto es un sueño’, pero como era creativo, se las arreglaba para conseguir lo que le gustaba. Por ejemplo –señala– estas lámparas son de Tiffany”. SOROLLA, EL LUMINISTA Pese a que Sorolla a menudo es catalogado como impresionista, ni a PonsSorolla ni a Luca de Tena las convence esa etiqueta. Su bisnieta lo dice así: “Aunque de algún modo su pintura se liga con los impresionistas, nace de una manera diferente. No tiene nada que ver con los postulados impresionistas. Sorolla es un naturalista y mucho más. Es luminista, aunque todos los pintores de la época se nutrían constantemente unos de otros, como esponjas”. Lo que sí caracterizó al pintor a lo largo de su vida fue su interés casi obsesivo por la luz. “Los impresionistas, en su interés por captar la vibración de la luz, dejan que la Sorolla en su atelier de Madrid. forma pierda solidez y el contorno se deshaga por completo. Sorolla mantiene la fuerza del volumen”, afirma Pons-Sorolla. UN HOMBRE DE FAMILIA Mientras paseamos por una de las salas, apreciando las escenas costumbristas que caracterizan al pintor valenciano, Blanca revela algunos aspectos de su carácter, que revelan a Sorolla como una persona muy apegada a su familia y que vivía muy enamorado de su mujer. Nos acercamos a un cuadro con una sencilla dedicatoria: “A mi Clotilde, de su Joaquín”. “Siempre la misma dedicatoria”, dice Blanca. También relata que Sorolla era sociable y muy amigo de sus amigos, pero no le gustaban las fiestas. Adoraba a su familia y le encantaba que lo acompañaran mientras pintaba, pero si no tenía el pincel en la mano se desesperaba. Era un trabajador infatigable: pintaba al aire libre, bajo el sol inclemente, durante largas horas. Un exceso de trabajo que casi acabaría con su vida, dicen, cuando se involucró en el proyecto “Mi visión de España”, con Archer Milton Huntington, de la Hispanic Society of America en Nueva York, en el que enfrentó un proyecto mural de proporciones gigantescas. Sorolla utilizaba a Clotilde y a sus tres hijos (Clotilde, Joaquín y Elena) como modelos habituales y en escenas cotidianas, pero no los disfrazaba. En efecto, en sus pinturas se los ve jugando en la playa, saliendo del baño, en la barca, cosiendo o comiendo 221 GREATNESS.indd 221 19/8/12 14:31:48 1. 2. un bocadillo. Blanca lo explica así: “Lo maravilloso es la técnica, el color, las pinceladas, la atención al detalle: por ejemplo, en este (señala un cuadro), mira cómo se transparenta la tela del vestido al entrar en el agua”. Y es que, según Pons-Sorolla, “la genialidad de Sorolla radica en que era capaz de transmitir a través del lienzo lo que estaba sintiendo”. Unos pasos más allá, Consuelo Luca de Tena llama nuestra atención sobre otra de sus grandes obras: se trata de “Madre”, cuadro que conmemora el nacimiento de Elena, su hija pequeña, y donde aparece Clotilde con la niña recién nacida. Consuelo observa: “En un parto se suda. Se sufre. Pero el cuadro transmite una sensación de frescura, de ternura, de pureza, de descanso. Cómo la mira, tan arrobada, cómo lo toca con la mano, el volumen que consigue con la tela… ¡Es algo maravilloso!”. 3. GREATNESS.indd 222 Al despedirnos, me quedo un momento mirando el cuadro. Recordando las palabras de Consuelo, tengo la impresión de ver a Clotilde respirar a través del lienzo y transmitirle su quietud a la hija recién nacida. Ahora me parece escuchar el rumor de las olas del mar, sentir el olor a salitre y oír las risas de unos niños. El tráfico de Madrid parece muy lejano. Debe ser cierto lo que dice Pons-Sorolla: el pintor me ha transmitido lo que sintió cuando pintaba a su familia en esas tardes de verano mediterráneo de hace más de cien años. n La agencia Greatness y el Grupo Editorial COSAS ofrecen a nuestros lectores la posibilidad única de recorrer la fascinante Casa Sorolla de la mano de expertos en la obra del artista, además de otras rutas por rincones históricos de España. Más información al correo [email protected] o comunicarse con Haydée Quintana al teléfono 202-3077. 222 19/8/12 14:33:36 4. 1. Blanca y Víctor Llorente Sorolla, otro de los descendientes del pintor. 2. Vista de uno de los patios interiores. 4. Uno de los salones principales de la Casa Sorolla en Madrid. 3 y 5. Distintos ambientes de la casa. 5. GREATNESS.indd 223 19/8/12 15:55:59
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