El final del círculo

Transcripción

El final del círculo
Contratado por la Universidad de Oslo para supervisar unas excavaciones arqueológicas
queseestánllevandoacaboenelmonasteriodeVaerne(Noruega),BjørnBeltøestestigo
de un hallazgo único. Se trata de un cofre de más de dos mil años de antigüedad con un
manuscrito en su interior —una serie de leyendas— que podría modificar por completo la
versiónoficialdelahistoriadelcristianismo.
Beltø tratando de evitar que el cofre caiga en las innobles manos de unos tipos que se
escudan en una fachada académica, huye del país nórdico e inicia un periplo que le llevará
de Londres a Oriente Próximo. Perseguido por aquellos que quieren hacerse con el cofre,
Beltø recala finalmente en Rennes-le-Cháteau, un pueblo del sur de Francia donde los
hermanoscustodiosguardancelosamenteunmisteriosoevangelioqueponeencuestiónla
propiabiografíadeJesucristo.
TomEgeland
Elfinaldelcírculo
ePubr1.1
fenikz20.06.15
Títulooriginal:Sirkelensende
TomEgeland,2001
Traducción:CristinaGómezBaggethun
Editordigital:fenikz
ePubbaser1.2
PRÓLOGO
EmpezóalloverlatardeenquemurióGrethe.
Atravésdeloshilosdeaguavislumbroelfiordoradianteyfríoquesemejauntorrentetrasel
boscajedesnudo.Pasohoratrashorasentado,mirandolasgotasdeslizarsesobreelcristal.Pienso.
Escribo.Lasborrascasdibujanunenrejadoonduladoenelvahodelcristal.
Hecolocadoelescritorioantelaventana.Asípuedoescribiryotearalmismotiempo.Racimos
de algas podridas van a la deriva sobre la bajamar. El agua salpica perezosamente contra el monte
bajo.Unagolondrinagritatibiamente,cansadadelavida.
Lasramasdelrobledelpatioseentreabrennegrasyhúmedas;algunaqueotrahojaselesaferra
todavía,comosinoacabarandecomprenderqueelotoñonotardaráenirabuscarlas.
Eraveranocuandosefuepapá.Llegóatenertreintayunaños,cuatromeses,dossemanasytresdías
deedad.Looígritar.
Casitodoelmundocreequesetratódeunaccidente.
Losprimerostiempos,despuésdesumuerte,mamáseencapsulóenuncapullodepenacallada.
Después,enunametamorfosisquenuncahadejadodeinquietarme,empezóabeberyaabandonarse.
Se habló bastante del asunto. Las calles aledañas a la nuestra tenían ojos y oídos. En la tienda me
dirigían miradas de compasión. Los niños componían canciones despectivas sobre mamá. La
pintabandesnudacontizasobreelasfaltodelpatiodelcolegio.
Hayrecuerdosquenotequitasdeencimajamás.
Es obvio que han estado aquí mientras yo me encontraba fuera. Han registrado todos los cuartos,
eliminandolosrastrosquequedabandeella.Escomosinuncahubieraexistido.
Peronosoninfalibles.Seleshanpasadoloscuatrolazosdesedaquecuelganlaciosdelospostes
delacama.
Escriboenmidiariotodoloquehaocurridoesteverano.
Sinofueraporlascostrasyelescozor,creeríaqueelveranonohasidomásqueunaalucinación
continua,quemeencontrabaenmihabitacióndelaclínica,conunacamisadefuerzayatiborradode
Stesolid.Probablementenuncallegueaentendernadadeloquehapasado.Noimporta.Lopocoque
hecomprendido,odejadodecomprender,yamesirve.
El diario es un cuaderno grueso de piel. Sobre la cubierta, abajo, a la derecha, está escrito mi
nombreconletrasdeoro.EllibrodeBjørnBeltø.
Haydostiposdearqueología:lahistóricayladelalma,lasexcavacionesdelcerebro.
Elbolígraforaspacontraelpapel.Calladamentetejomitelarañaderecuerdos.
PRIMERAPARTE
ELARQUEÓLOGO
1
ELENIGMA
Estoybuscandoelpasado,acuclilladoenelcentrodeunacuadrícula.Elsolmeabrasalanuca.Tengo
laspalmasdelasmanoscubiertasdeunasampollasquemeescuecenunabarbaridad.Estoysucioy
sudado.Hueloarayos,ylacamiseta,queyanoesmásqueunatiritapegajosayvieja,semeadhierea
laespalda.
El viento y las excavaciones han levantado una arena fina que dibuja una cúpula de polvo gris
amarronadosobreloscamposcultivados.Laarenamepicaenlosojos.Lanubedepolvomesecala
boca y me tizna la cara; siento la piel como una costra agrietada. Jadeo silenciosamente. Resulta
inconcebible que en algún momento soñara con conseguir esto. Todos tenemos que ganarnos el
pan…
Estornudo.
—¡Salud!—gritaunavoz.
Mevuelvosorprendido,perotodoelmundoestáocupadoenlosuyo.
Elpasadonoessencillodeencontrar.Algunaspaladaspordebajodelaprimeracapadetierra,en
la bandeja de trillar que está entre mis zapatillas de deporte sucias, rebusco con las yemas de los
dedosenlahúmedatierravegetal.Lacapaculturalquehemosdescubiertotieneochocientosaños.El
olor a mantillo es intenso. En uno de sus manuales, Análisis arqueológico de restos antiguos, el
profesor Graham Llyleworth escribe: «Del oscuro humus de la tierra emana el mudo mensaje del
pasado». ¿Se habrá oído cosa igual? El profesor es uno de los arqueólogos más destacados del
mundo,perotieneciertadebilidadporlalírica.Hayqueperdonarlesuspasosfallidos.
ElprofesorLlyleworthestáahorasentadoalasombradeunasábanaamarradaacuatropostes.
Estáleyendo,succionandouncigarroqueaúnnohaencendido.Tieneunaspectoinsoportablemente
inteligente, colmado de una dignidad entrecana y ostentosa que no ha hecho nada por merecer. Lo
másprobableesqueestéfantaseandoconalgunadelaschicasqueestánconelculoenpompa.De
tantoentantonosechaunamiradaquesignifica:«Entiemposerayoquiensudabalagotagordaal
sol,perodeesoyahacemucho».
Loobservodereojoatravésdelasgruesaslentesdemisgafasconfiltrosolar.Merozaconla
miradaymeobservaporunsegundoodos.Despuésbosteza.Unaráfagadevientohaceondearla
sábana.Hacemuchosañosquenosedejaretarporalguienconroñabajolasuñas.
—¿Beltø?—diceconexageradacortesía.
Todavía no he conocido a ningún extranjero que consiga pronunciar bien mi nombre. Me hace
gestos con la mano de que me acerque, del mismo modo que los negreros llamaban a sus chicos
negros en el siglo pasado. Salgo del hoyo de varios metros de profundidad y me sacudo los
vaqueros.
Elprofesorcarraspeaypregunta:
—¿Nada?
Le enseño las palmas de las manos y me sitúo delante de él con un gesto de mofa que
desgraciadamentelepasainadvertido.
—¡Nada!—respondoeninglés.
Conunaexpresiónqueapenasdisimulaeldesdénquealberga,memiraypregunta:
—¿Vatodobien?¡Hoyestásmuypálido!—Despuéssueltaunbufidoysedisponeaaguardaruna
reacciónquenisemeocurriríabrindarle.
MuchoscreenqueelprofesorGrahamLlyleworthesmalvado,oquetieneansiasdepoder,pero
ningunadelasdoscosasescierta.Eldesprecioesalgonaturalenél.Lavisiónquetienedelmundo
circundanteydelasdiminutascriaturashumanasquegateanentornoaldobladillodesupantalónse
formó,forjóyfraguóenhormigónarmadoyaenloscomienzosdesuvida.Cuandosonríe,lohace
conunaindiferenciadistanciadaycondescendiente.Cuandoescuchaesporimpuestacortesía(laque
debedehaberleinculcadosumadreconpalmetayamenazas).Cuandodicealgo,esfácilcreerque
hablaennombredeNuestroSeñor.
Llyleworthsesacudeunamotadepolvoque,empujadaporelviento,sehaposadosobresutraje
grisamedida.Dejaelpurosobrelamesadecampaña.Conrotuladorindeleblemarcaloshoyosque
sehanexcavadoyvaciado.Sinningunaexpresión,lequitaeltapónalrotuladoryhaceunacruzenel
cuadro003/157deldibujodelaplanta,apoyadosobrelamesabajoeltechodesábana.
Despuésmedespideconuncansinomovimientodelasmanos.Enlauniversidadnosenseñaron
que cada uno puede mover hasta un metro cúbico de tierra al día. El montón de residuos que hay
juntoalcedazoindicaquehasidounabuenamañana.Ina,laestudiantequecribatodalatierraquele
llevamosarastrasenespuertasycarretillas,nohaencontradomásqueunpardepedazosdetejidoy
un peine que habían pasado inadvertidos a los equipos de excavación. Está metida en un charco de
lodo, viste unos pantalones cortos y ajustados, una camiseta blanca y unas botas que le quedan
demasiadograndes,ysujetaunamangueraverdequegoteaporlapunta.
Es muy mona. Es la vez doscientos doce que la miro esta mañana, pero ella nunca mira en mi
dirección.
Me duelen los músculos. Me hundo en la silla plegable resguardada del sol de agosto por un
sombreadobosquecillodearbustos.Ésteesmirincón,milugarseguro.Desdeéltengounavisiónde
conjuntodelterrenoexcavado.Megustatenervisióndeconjunto.Cuandodisponesdeella,dispones
tambiéndelcontrol.
Por las noches, tras la clasificación y catalogación, firmo la lista de hallazgos. El profesor
Llyleworth opina que soy exageradamente desconfiado porque insisto en cotejar los objetos de las
cajasdecartónconsulista.Hastaahoranolehepilladoniunasolainexactitud,peronomefíodeél.
Yoestoyaquíparacontrolar.Esolosabemoslosdos.
El profesor se vuelve, como por casualidad, para averiguar dónde me he metido. Le dedico un
burlónsaludodeboyscoutconlosdosdedosenlafrente.Nomesaludaasuvez.
Amímegustamásestaralasombra.Debidoaundefectoeneliris,laluzpotentemeexplotaen
un chaparrón de astillas en el fondo de la cabeza. Para mí el sol es una rebanada de dolor
concentrado.Poresosueloentornarlosojos.Enunaocasiónunniñomedijo:«Tusojosseparecena
cuandoalguienhaceunafotoconflash».
Dandolaespaldaalcontenedordeherramientas,miroelterrenodelasexcavaciones.Loshilos
blancosdelsistemadecoordenadasformancuadradosqueseexcavanporseparado,IanyUriestán
discutiendojuntoalmedidordenivelyelteodolito,altiempoquemiranlacuadrículayagitanlos
brazos en dirección a los ejes del sistema. Durante un momento me imagino, riendo, que estamos
cavando en el sitio erróneo, que el profesor va a tocar su estúpido silbato y gritar: «Paren. ¡Nos
estamosequivocando!»,peroporlaexpresióndesusrostroscomprendoquesóloestánimpacientes.
Somostreintaysietearqueólogoslosqueestamostrabajando.Losjefesdecampañadelprofesor
(Ian, Theodore y Pete, de la Universidad de Oxford, Moshe y David, de la Universidad Hebrea de
Jerusalén,yUri,delInstitutoSchimmer)dirigensendosequiposdeestudiantesnoruegosdesegundo
ciclo.
Ian, Theo y Pete han desarrollado un avanzado programa informático para excavaciones
arqueológicasbasadoenfotografíasporinfrarrojostomadasdesdesatélitesyondasdesonarenla
estructuraterráquea.
MosheesdoctorenTeologíayFísica,yformópartedelgrupoprofesionalqueestudióelsudario
deTurínen1995.
DavidesexpertoeninterpretacióndemanuscritosdelNuevoTestamento.
UriesespecialistaenlahistoriadeloshospitalariosdeSanJuandeJerusalén.
Yoestoyaquíparacontrolar.
Antañopasabatodoslosveranosenlacasadecampodelaabuela,juntoalfiordo.Unavillasuizaen
una jardín lleno de frutas, bayas y flores, de losas de pizarra recalentadas por el sol y espesos
matorrales,depájaros,moscasyalegresabejorros.Elaireolíaabreayalgas.Enmediodelfiordo
las lanchas competían. Y en el despeñadero que había entre Larkollen y Bolserne, tan alejadas que
parecíanflotar,vislumbrabaunafranjademarinfinito,ytraselhorizontemeimaginabaAmérica.
Amásdeunkilómetrodelacasadeverano,alolargodelacarreteraentreFuglevikyMoss,se
extienden los terrenos del monasterio de Vaerne, con sus dos mil decáreas de campos de cultivo y
bosques, y una historia que se prolonga directamente hasta la saga del rey Snorre. A finales del
siglo XII,elreySverreSigurdssoncedióelmonasteriodeVaernealosmonjeshospitalariosdeSan
Juan. Los hospitalarios trajeron consigo, a nuestro rincón de la civilización, un murmullo de la
historiamundial,lascruzadasydevotoscaballeros.EltiempodelosmonjesdeVaernenollegóasu
finhasta1532.
La suma de casualidades forma el curso de una vida; de hecho, las excavaciones del profesor
LlyleworthsesitúanenunodeloscamposdelmonasteriodeVaerne.
Elprofesorinsisteenquenuestroobjetivoesencontraruncastillocirculardelostiemposdelos
vikingos. Quizá de unos doscientos metros de diámetro, rodeado de una muralla circular de tierra
conempalizadasdemadera.EnYorktopóconunmapaenunenterramientovikingo.
Nohayquienselocrea.Yotampocomelocreo.
ElprofesorGrahamLlyleworthestábuscandoalgo,noséelqué.Untesoroesdemasiadobanal.
¿Unatumbaconunanavevikinga?¿LosrestosdelcofredelreyOlav?¿QuizámonedasdeJwarezm,
elimperiosituadoalestedelmarAral?¿Unavasijadeplataparaofrendas?¿Unapiedramágicacon
runas?Nomecabemásqueespecularydedicarmedetodocorazónamitareadeperroguardián.
El profesor va a escribir otro manual basado en estas excavaciones. Lo financia una fundación
inglesa.Alpropietariodelastierrasselehapagadounafortunapordejarnosponersuterruñopatas
arriba.
Tendráquesertodounmanual.
Todavía no he entendido cómo ni por qué el profesor Llyleworth consiguió acceder a tierra
noruegaconsustropasdeasaltoarqueológicas.Lacantineladesiempre.Tieneamigospoderosos.
Suele ser complicado para los extranjeros lograr los permisos necesarios para llevar a cabo
excavacionesarqueológicasenNoruega.ElprofesorLlyleworthnoencontróningunaoposición.Al
contrario. El director general de Patrimonio Histórico aplaudió con entusiasmo. La universidad
colaborójubilosamenteseleccionandoalosmejoresestudiantesdesegundocicloparalosequiposde
excavación. Le consiguieron permisos de trabajo para sus colaboradores extranjeros. Al
ayuntamientoleacariciaronlacabezaconsuavidad.Todoestabaperfectamenteenorden.Yluegome
encontraronamí,enundespachodelaColeccióndeObjetosAntiguosdelMuseodeHistoriadela
calle Frederik. El guardián. El largo brazo de las autoridades noruegas. Un profesor adjunto de
Arqueología, de vista débil, alguien de quien podían prescindir durante unas semanas. Una mera
formalidad,casiparecíaqueselamentabandemipresencia,perolasreglassonlasreglas,yasesabe.
Enelsalóndelacasadecampodelaabuelahayunviejorelojquemarcasolitariolashoras.Amo
eserelojdesdequeerauncrío.Nuncavabien.Seponeasonarenlosmomentosmásinsospechados.
¡Las doce menos ocho minutos! ¡Las nueve y tres! ¡Las tres y veintiocho! La maquinaria resuena
satisfechaconsusmuellesyruedasdentadasygrita:«¡Amímeimportaunamierda!».
Porque¿quiénhadichoquesontodoslosdemásrelojesdelmundolosquevanbien?¿Oqueel
tiemposedejaatraparconmecánicafinayminuteros?Tengoelviciodecavilar.Esunadeformación
profesional. Cuando desentierras un esqueleto de mujer de quinientos años de antigüedad que no
quieresoltarelniñoquellevaenbrazos,elinstanteseamarraaltiempo.
Unaráfagadeairearrastraelaromasaladoprocedentedelmar.Elsolsehaenfriado.Odioelsol.
Somospocoslosquepensamosenélcomounafusióndenúcleoscontinua,peroyolohago,yme
regocijaquedentrodediezmillonesdeañostodohabráacabado.
El grito tiene un timbre de agitado pasmo. El profesor Llyleworth se pone de pie bajo su techo de
sábana,alertayvigilante,comounindolenteperroguardiánqueintentadecidirsiponersealadrar.
Los arqueólogos rara vez gritan cuando encuentran algo. Descubrimos cosas constantemente.
Cadagritonosdespojadeunpedazodenuestradignidad.Lamayoríadelosfragmentosdemonedas
ylospedacitosdetelaquedesenterramosacabanenunacajamarrónclaro,alfondodealgúnoscuro
almacén,bienconservadosycatalogadosparalaposteridad.Tienessuertesienunasolaocasiónde
tucarreraencuentrasalgoquepuedamostrarseenunexpositor.Lamayorpartedelosarqueólogos
reconocerían, si profundizaran lo suficiente en sí mismos, que el último descubrimiento
arqueológico verdaderamente grande que se hizo en Noruega fue el de los barcos vikingos de
Osebergen1904.
Quien ha gritado es Irene, una estudiante de segundo ciclo del departamento de Arqueología
Clásica,unachicaintrovertidaytalentosa.Nohabríasidodifícilquemeenamoraradeella.
IreneformapartedelequipodeexcavacióndeMoshe.Ayerporlamañanadestapólosrestosde
unoscimientos.Unoctógono.Lavisiónmellenadeunrecuerdovagoyhormigueantequenollegaa
alcanzarlasuperficie.
NuncahabíavistoalprofesorLlyleworthtanexcitado.SehaacercadoalagujerodeIrenevarias
vecesporhoraparaecharunvistazo.
En estos momentos ella se pone de pie y escala por el borde del hoyo. Llama al profesor
emocionada.
Variosdelosdemáshemosempezadoyaacorrerhaciaella.
Elprofesorhacesonarsusilbato.
Unaflautamágica.Todossequedanpetrificados,susmovimientosparecenentrecortados,como
unaantiguapelículadeochomilímetrosquesehaenganchadoenelproyector.
Luegopermanecenobedientementequietos.
La flauta mágica no tiene ningún efecto sobre mí. Me acerco deprisa al agujero de Irene. El
profesor llega por el lado contrario. Intenta frenarme con la mirada. Y con el silbato. Pero no lo
consigue.Asíquellegoantesqueél.
Esuncofre.
Uncofrealargado.
Detreintaocuarentacentímetrosdelongitud.Lacapasuperior,demaderarojiza,estápodrida.
Elprofesorseparatancercadelbordequeporuninstantetengolaesperanzadequesecaigacon
sutrajegris.Representaríaunahumillacióndefinitiva.Peronosoytanafortunado.
Está agitado tras la breve carrera. Sonríe. Con la boca abierta. Y los ojos vigilantes. Parece a
puntodetenerunorgasmo.
Sigosumirada.Haciaelcofre.
En un único y largo movimiento, el profesor se pone en cuclillas, se apoya sobre la mano
izquierdaysaltaalagujero.
Unmurmullosealzaentreloscongregados.
Con las yemas de los dedos —las suaves yemas creadas para coger canapés, sostener copas de
champán y puros, además de acariciar los pechos de seda de pudorosas señoritas de Kensington—
empiezaadesprenderlatierraquecubreelcofre.
En su manual Métodos de arqueología moderna, el profesor Graham Llyleworth escribe que el
registro minucioso de cada hallazgo constituye la clave para una interpretación y comprensión
correctas. «La paciencia y la meticulosidad son las virtudes más importantes en un arqueólogo»,
sentencia en Las virtudes de la arqueología, la biblia de los estudiantes de esta disciplina. Debería
darsecuentadequeestádemasiadoemocionado.Notenemosningunaprisa.Cuandounobjetolleva
cientosomilesdeañosenterrado,debemosemplearalgunashorasextraenarasdelaexactitudyla
precaución.Debemosdibujarelcofreenperspectiva,conlaplantayelalzado.Fotografiarlo.Medir
su longitud, su ancho y su altura. Sólo cuando se hayan registrado todos los detalles imaginables,
podremosdesenterrarlofatigosamenteconpaletaycucharilla.Apartarlasuciedadylaarenaconuna
escobilla.Protegerlamadera.Sihayalgodemetal,tratarloconsesquicarbonato.Elprofesoryasabe
todoeso.
Amímeresultaindiferente.
Bajo de un salto y me ubico junto a él. Los demás nos miran como si el profesor acabara de
anunciarquehapensadocavarhastaelmantoquehaybajolacortezaterrestre.
Conlasmanos.
Antesdecomer.
Carraspeo con solemnidad, de forma exageradamente explícita, y le digo que está procediendo
demasiado deprisa. Hace caso omiso. Ha interpuesto una pantalla entre él y el resto del mundo.
Incluso cuando mi voz se vuelve autoritaria y le ordeno parar en nombre de las autoridades
noruegas,prosigueconsufrenéticalabor.ParaélcomosirepresentoalmagodeOz.
Cuando ha despejado la mayor parte del cofre, lo agarra con ambas manos y lo arranca de la
tierra.Partedelamaderasecae.
Varios de nosotros gritamos. Enfadados, pasmados. ¡Eso no puede ser! Se lo digo. Todo
descubrimientoarqueológicohadesertratadoconelmayoresmero.
Laspalabrasleresbalan.
Sostieneelcofreantesí.Sequedamirándolo,lecuestarespirar.
—¿Registramoselhallazgo?—preguntoconvozgélidaylosbrazoscruzadossobreelpecho.
Sualtezarealcontemplaelcofreconadmiración.Sonríeincrédulo.Despuésdice,dirigiéndoseal
aireconsumásestiradoinglésdeOxford:
—¡Estoesincreíble!
—Hagaelfavordedarmeelcofre.
Memiraconojosinexpresivos.
Carraspeo.
—¡ProfesorLlyleworth!Evidentemente,comprenderáustedquemeveréobligadoainformarde
estesucesoalinstituto.—Mivozhaadquiridountimbrefríoyformalquenoacabodereconocer—.
Dudo que la Colección de Objetos Antiguos y la Dirección General de Patrimonio Histórico vean
conbuenosojosestemododeproceder.
Sinmediarpalabrasaledelhoyoycorrehacialatienda.Desprendepolvodeltraje.Losdemás
hemosdejadodeexistir.
Sinembargo,yonomerindotanfácilmente.Salgocorriendotrasél.
Procedente de la tienda de campaña, detrás de la tensa pared de tela, oigo la voz exaltada del
profesorLlyleworth.Apartolalona.Lapenumbrayelfiltrosolardelasgafasmecieganantesdever
lasampliasespaldasdelprofesor.Siguerespirandoentrecortadamente.
—¡Sí!¡Sí!¡Sí!—gritaporelteléfonomóvil—.¡Michael,escucha,eselcofre!
Loquemásconmocionadomedejaesquehayaencendidounpuro.Sabedesobraqueelhumode
tabacopuedeperjudicarladataciónconcarbonocatorce.
Suvozestácolmadaderisahistérica:
—¡ElbuenodeCharlesteníarazón,Michael!¡Esincreíble!¡Esabsolutamenteincreíble,joder!
Elcofreestásobrelamesadecamping,juntoaél.Avanzounpaso.EnesemismomomentoIanse
materializa en la oscuridad, como un espíritu maligno que custodia la cámara mortuoria de un
faraón.Mecogeporlosbrazosymesacaarastras,deespaldas.
—Pero,porDios,hombre…—balbuceo.Metiemblalavozdeenfadoeindignación.
Ianmemiraconhosquedadyvuelveaentrar.Sihubierapodidodarunportazo,lohabríahecho.
Perolalonadelatiendacaelaciaensusitio.
Justodespuéssaleelprofesor.Haenvueltoelcofreenunatela.Enlacomisuradeloslabios,el
purohumeanteseñalahaciaarriba.
—¡Haga el favor de entregarme el cofre! —exijo, sólo para que quede constancia. Pero ni me
escuchannimehacencaso.
ElcocheprivadodelprofesorLlyleworthesunlargoybrillanteanimaldepuraraza.UnJaguar
XJ6 rojo burdeos. Doscientos caballos de potencia. De cero a cien en nueve segundos. Asientos de
cuero. Volante de madera. Aire acondicionado. Probablemente una pizca de alma y de conciencia
incipienteenlaprofundidaddelbloquedelmotor,detrásdetodoelcromoylapinturametalizada.
Iansesientaalvolante,seinclinahaciaunladoyleabrelapuertaalprofesor.Esteentra,sesienta
ysecolocaelcofresobreelregazo.
Todos nos quedamos mirándolos, con nuestras camisetas sucias y nuestros vaqueros, apoyados
sobrelaspalasylasvarasdemedir,conlabocaabierta,arenaenelpeloymanchasdetierrabajolos
ojos.Peroellosnonosven.Yahemoshecholonuestro.Hemosdejadodeexistir.
ElJaguarsedeslizaalolargodelcaminodelemplazamiento.Alalcanzarlacarreteraabasede
tirones,emiteungruñidoqueloenvuelveenunanubedepolvo.
Yluegodesaparece.
En el silencio que desciende sobre nosotros, sólo perturbado por el viento en las copas de los
árbolesyelcalladomurmullodelosestudiantes,comprendodoscosas.Laprimeraesquemehan
engañado, aunque no sé exactamente cómo ni por qué. Pero esa certeza hace que apriete las
mandíbulas con tanta fuerza que se me saltan las lágrimas. La secunda es un reconocimiento. Yo
siemprehesidoelobediente,elcumplido.Laruedadentadaimprescindibleyescondidaquenuncale
fallaalamaquinaria.LasautoridadesnoruegasdePatrimonioHistóricomehanconfiadolatareade
controlaryyohefracasado.
Pero,joder,elprofesorGrahamLlyleworthnosevaalargarconelhallazgo.Estonoessólouna
cuestiónentreélylaColeccióndeObjetosAntiguos,laDirecciónGeneraldePatrimonioHistóricoo
lostribunales.
EstoesunasuntoentreLlyleworthyyo.
YonotengounJaguar.Micochepuederecordaraunjuguetedebañoquehayainfladoalgúnniño
y después se haya dejado en la playa. Es rosa. Un Citroën 2 CV. En verano le recojo el techo. Lo
llamoBola.Élyyoestamos,enlamedidaenqueesoesposibleparaunapersonayunamáquina,en
lamismalongituddeonda.
Elasientocrujecuandomepongoalvolante,tengoquealzarlapuertaparaconseguirquecierre
bien.Lacajadecambiospareceelmangodeunparaguasquealgunatíahistéricahayaclavadopor
equivocaciónenelsalpicadero.Pongolaprimera,pisoelaceleradorysalgodetrásdelprofesor.
Si lo miramos como una persecución de coches, resulta una imagen ridícula. Bola tarda una
generaciónenpasardeceroacien.Peroantesodespuésllegaré,aunqueunpocomástardequeellos.
Notengoprisa.PrimeromepasaréporlaColeccióndeObjetosAntiguosparainformaralprofesor
Arntzen,despuésiréalapolicíayporfincomunicarépersonalmenteloocurridoalosaduanerosdel
aeropuertodeGardermoen,yalosmuellesdelosferris:unJaguarXJ6nodesapareceasícomoasí
enlamultitud.
Unadelasrazonesporlasquerecojoeltechoenveranoesquemeencantasentirelvientoenel
pelo. Entonces me pongo a soñar con una vida en un cabriolet bajo el cielo desenfadado de
California, una vida como beachboy morenazo, rodeado de chicas en biquini, Coca-Cola y música
pop.EnelcolegiomellamabanOsoPolar.QuizáfueraporquemellamoBjørn[1],claro,perolomás
probableesquefueraporquesoyalbino.
Cuando el profesor Trygve Arntzen me preguntó en mayo si aceptaría ser el supervisor de las
excavacionesquesellevaríanacaboeseveranoenelmonasteriodeVaerne,considerélaofertacon
un décimo de desafío y nueve décimos de ansiada oportunidad para salir de la oficina. No es
necesarioserpsicóticoparaimaginarsequelascuatroparedes,elsueloyeltechosehanaproximado
todavíaunoscentímetrosmásalolargodelanoche.
ElprofesorArntzeneselmaridodemamá;noquieropronunciarlapalabra«padrastro».
Generaciones de estudiantes han provocado que el profesor se haya quedado ciego para la
singularidaddecadauno.Susalumnossehanconvertidoenunamasasinidentidad,yenfrentadoa
esabandadadeigualdadacadémica,Arntzenhadesarrolladounaimpacienteirritación.Laherencia
desupadrelohahechomuysolventeyunpocoarrogante.Sonpocoslosestudiantesalosqueles
gusta,sussubordinadoshablandeélasusespaldas.Nomecuestaentenderlos.Amíélnuncameha
gustado.Cadaunotienesusmotivos.
Llego a Oslo en medio del atasco de la tarde. El verano está declinando. Hace bochorno, hay
vaporenelaire.
Tamborileo con los dedos sobre el volante. Me pregunto adónde irán todos los demás, quiénes
sonyquéseráloquetienenquehacer.¡Alcarajoconellos!Miroelrelojymesecoelsudordela
frente. ¡Quiero la carretera para mí solo! Eso es lo que queremos todos. Estamos afectados por la
locuracolectivadelautomovilismodemasas.Sóloquenolosabemos.Esoesloquecaracterizaalos
locos.
LapuertadelprofesorArntzenestácerrada.Alguienhaarrancadocuatrodelasletrasdelaplaca
de la puerta y yo me quedo mirando, leyendo con fascinación infantil: «PRO HSOR RYGVE AR ZEN ».
Pareceunjuramentotibetano.
Cuandoestoyapuntodellamar,oigovocesprovenientesdelinteriordeldespacho.Tendréque
esperar. Me acerco a la ventana, tiene el marco pringoso de polvo. Abajo en la calle los coches se
agolpan ante los semáforos, los peatones caminan en el calor con movimientos pegajosos. El
aparcamientoparalosempleadosdelmuseoestámediovacío.
DebodehaberestadopocoatentoalestacionaraBola.Noespropiodemí.Perodesdearribalo
veo.AsíseráparaNuestroSeñor:siempreconvisióndeconjunto.EntreelMercedesgrisplateado
delprofesoryunSaab900turbolila,hayunJaguarXJ6.
Consuavidadacercoeloídoalapuerta.Unavoz:¡…precauciones!(ElprofesorArntzen).Habla
ingléscontonoservicial.Hacefaltaunhombrepoderosoparaqueelprofesorsepongaservicial.Me
imaginodequiénsetrata.
Otravozmurmuraalgoquenoentiendo.EsIan.
Arntzen:¿Cuándollega?
Unavozoscura:Mañanaporlamañana.(ElprofesorLlyleworth).
Meloimaginaba.
Arntzen:¿Vienepersonalmente?
Llyleworth:Porsupuesto.Peroaúnestáencasa,leestánrevisandoelavión.Sino,vendríaesta
mismanoche.
Ian(riendo):¡Estábastanteagitadoeimpaciente!
Llyleworth:¡Noesdeextrañar!
Arntzen:¿Tieneintencióndesacarloélmismodelpaís?
Llyleworth:Desdeluego.VíaLondres.Mañana.
Ian:Sigopensandoquedeberíamosllevárnosloalhotel.Hastaquevenga.Nomegustalaideade
dejarloaquí.
Llyleworth: No, no, no. ¡Piensa con sentido estratégico! La policía buscará precisamente en
nuestrocuarto.Siesquealalbinoseleocurrehaceralgunatontería.
Arntzen:¿Bjørn?…(risas)…¡Tranquilo!YomeencargodeBjørn.
Ian:Detodosmodos¿nodeberíamos…?
Llyleworth:Despuésdetodo,elcofreestámásseguroconelprofesor.
Arntzen:Nadievaavenirabuscarloaquí.¡Logarantizo!
Llyleworth:Esmejorasí.
Ian:Siinsistes…
Llyleworth:Absolutamente.
Guardansilencio.
Arntzen:Demodoqueteníarazón.Todoelrato.Teníarazón.
Llyleworth:¿Quién?
Arntzen:DeWitt.
Llyleworthsequedacalladoantesderesponder:ElbuenodeCharles.
Arntzen:Tuvorazóntodoeltiempo.Unaironíadeldestino,¿no?
Llyleworth:Ahoradeberíaestaraquí.¡Bueno!¡Porfinlohemosencontrado!
Poreltonodesuvozparecequehanacabado.
Doyunrespingoymeapartodelapuerta.Memarchorápidamentedepuntillasporelpasillo.
Enelfieltroazuldelaplacadelapuertademioficina,unasletrasblancasdeplásticoformanlas
palabras «PROFESOR ADJUNTO BJØRN BELTØ». Los caracteres curvilíneos recuerdan a una dentadura
queprecisaseaparatos.
Abroyarrastrohastalaventanalasillacojadeldespacho.DesdeahípuedocontrolarelJaguar.
Noocurregrancosa.Eltráficodiscurreenunflujolento.Unaambulanciaseabrepasodandola
lata.
Ian tiene andares ligeros. La gravedad no causa sobre él el mismo efecto que sobre el resto de
nosotros.
Llyleworthavanzacomounsuperpetrolero.
Ningunodeellosllevanadaenlasmanos.
UnpocomástardesaleelprofesorArntzen.Tienelacapasobreelbrazoizquierdo,unparaguas
enlamanoderecha.Tampocoélllevaelcofre.
Se detiene en el último peldaño y mira hacia el cielo, como hace siempre. La existencia del
profesorArntzenestáconformadaporunaseriederituales.
SequedadepiedelantedelMercedesbuscandolasllaves.Antesdeencontrarlas,echaunvistazoa
miventana.Yonomemuevo.Losreflejosdelcristalmevuelveninvisible.
Uncofrequizánoseagrancosa.Sillevaenterradoochocientosaños,notienemuchaimportancia
paraelbiendelagenteelquesesaquedecontrabandodelpaís.Seríacomosinuncalohubiéramos
encontrado.
QuizáselprofesorLlyleworthtengagrandesplanes.Quizáshayapensadovendérseloaunjeque
árabeporunafortuna.OdonarloalBritishMuseum,queseapuntaráasíotrotriunfomásacostade
unaculturaajena.
ConeltotalapoyodelprofesorArntzen.
Noentiendonada.Noesasuntomío.Peroestoyfurioso.Yoeraelsupervisor.Mehanengañado.
Meimplicaronporquepensabanqueyoerafácildeengañar.Bjørn,elalbinomiope.
Detrásdelpalaciodegrajosenelquecrecí,habíaunpradoquellamábamoselCercadodeCaballos.
En invierno improvisábamos pistas de salto de esquí en los repechos y durante los deshielos de
primavera organizábamos carreras de bicicletas a través de los fangosos caminos. En verano me
subía a los árboles y permanecía invisible como una ardilla espiando a los jóvenes que acudían a
bebercerveza,fumarporrosydormirjuntosalabrigodelahierbacrecida.Teníacatorceañosyera
unespíatenaz.
El 17 de mayo de 1977, día nacional de Noruega, una joven fue violada y maltratada detrás de
unosarbustos.Ocurrióaplenodía.Alolejosseoíanlasbandasdemúsica,loshurrasyelestrépito
delospetardos.Alasemanasiguienteviolaronaotrachica.Corrióbastantetintaenlosperiódicos.
Dosdíasdespués,porlatarde,alguienprendiófuegoalahierbaseca.Sucedíaconciertafrecuencia;
los chicos del barrio solían ir a quemar maleza, pero en esa ocasión no había ninguna pandilla de
chiquillospreparadaparadetenerlasllamas.Elincendioarrasóelcercadoypartedelasarboledas.
Elfuegodejótrasdesíunyermoabrasadoyhumeante,totalmenteinadecuadoparaviolaciones.Se
supusoqueloshechosestabanrelacionados.
Enelcolegiohablamosdeellodurantesemanas.Lapolicíainvestigóelcaso.Alqueprovocóel
incendiolepusimosunmote:elPirómanoLoco.ElReydelasLlamas.ElVengador.
Nadiesabeaúnquefuiyoquienprovocóelincendio.
Sonmuchoslossitiosenlosqueelprofesorpuedehaberescondidoelcofre.Desecholamayorparte
deellos.Sécómopiensa.
Podría haber bajado al depósito general, podría haberlo encerrado en uno de los armarios a
prueba de incendios. Pero no lo ha hecho. Todos tenemos acceso a los depósitos y él no quiere
compartirelcofreconnadie.
Unadelasparadojasdelavidaesladequesomosincapacesdeverloqueestáalavistadetodos.
Así es como piensa el profesor. Sabe que arriesga menos cuando actúa de un modo aparentemente
arriesgado.Siquieresesconderunlibro,colócaloenlaestantería.
Ha ocultado el cofre en un archivador de su despacho, detrás de unas cajas y unas carpetas. Lo
veo ante mí. Mi intuición es certera. Puedo generar imágenes mentales tan claras como en una
pantalladecine.Esundonqueheheredadodemiabuela.
Elprofesorhacerradolapuertadeldespachoconllave.Noimporta.Cuandoen1996semarchóa
Telemark para participar en unas excavaciones, me confió una llave y luego se le olvidó. Como
tantasotrascosas.
Sudespachoeseldobledegrandequeelmío,einfinitamentemásjactancioso.Enmedio,sobre
unaalfombrapersadeimitación,estáelescritorioconelordenador,elteléfonoyunacajaparaclips
que le ha hecho mi hermanastro en el colegio. La silla es de respaldo alto con amortiguador
hidráulico. En un rincón ha improvisado un saloncito donde toma el café con los invitados. En la
paredquedaalsur,laestanteríasecombacargadadeconocimiento.
Mesientoenlasilla,cuyosmuellesacogenmipesoconsuaveamabilidad.Elfuerteolordelpuro
deLlyleworthsehaquedadoenelambiente.
Cierrolosojosymirohaciamiinterior,enbuscadelaintuición.Permanezcoasíunosminutos,
alcabodeloscualesvuelvoaabrirlos.
Mimiradacaesobreelarchivador.
Setratadeunarmariogrisdealuminio,contrescajonesyunacerraduraarriba,aladerecha.Me
acercoeintentoabrirelprimercajón.
Estácerrado,claro.
Podría haber forzado la cerradura con unas tijeras o un destornillador, pero no creo que sea
necesario.
Encuentro la llave en la caja, debajo de los clips. El profesor tiene llaves de reserva guardadas
portodaspartes.DelmuelledelalámparadelescritoriocuelganlasdelchaletyelMercedes.
Abroysacoelcajónsuperior.Lascarpetasverdescontienendocumentos,cartasycontratos.Enel
cajón de en medio encuentro recortes de revistas internacionales, ordenados sistemáticamente por
ordenalfabéticoytemático.
Elcofreestáalfondodelúltimo,detrásdelascarpetas,envueltoenunatela,metidoenunabolsa
deLorentzenqueasuvezestádentrodeunbolsoarayasgrisesyblancas,debajodeunoslibros.
Conelbolsobajoelbrazo,vuelvoaordenarlotodo.Cierroloscajonesdelarchivadoryechoel
cerrojo.Dejolallavedebajodelosclips.Colocolasillaanteelescritorio.Echounúltimovistazo—
¿estátodocomodebe?,¿nomehedejadonada?—antesdeescabullirmeporlapuertaycerrarlatras
demí.Elpasilloestáenpenumbrayesinacabable.Miroaunladoyaotroantesdeempezaraandar.
Hombre, señor Beltø, ¿qué ha estado haciendo en el despacho del profesor? ¿Y qué es eso que
llevaenbrazos?
Mispasoshaceneco,comoloslatidosdemicorazón.Mirohaciaatrás.
¿SeñorBeltø?¿Adóndesedirigeconeseobjeto?¿Loharobadodeldespachodelprofesor?
Empiezaafaltarmeelaire,intentocaminartandeprisacomoseaposiblesinecharacorrer.
¡Altoahí!¡Pareunmomento!
¡He llegado! Las voces resuenan en mi cabeza. Abro mi despacho y me apresuro a entrar. Me
apoyosobrelapuertamientrasrecuperolarespiración.
Concuidadosacoelcofredelbolsoyretirolabolsadeplásticoylatela.Metiemblanlasmanos.
Essorprendentementepesado.Dosfrágilescintasmantienenunidaslasrojizastablasputrefactas.
Lamaderaestáapuntodedesintegrarse.Lasgrietasdejanaldescubiertosucontenido.Otrocofre.
Noentiendodemetales,peronoimporta.Nomehacefaltabajarloallaboratorioparaentenderde
quématerialestáhecho.Oro.
Apesardelossiglostranscurridosaúnrelucecálidoydorado.
Intuyoalgoinevitable.
Mirolacalleatravésdelcristalmugriento,mientrasesperoaquemicorazónrecuperesuritmo
normal.
Hacedosañospaséseismesesenunaclínicaparatrastornosnerviosos.
Tuvesuerteymetocóenlamismasecciónalaquehabíaacudidoenotraocasiónparaunaterapia
degrupo.Eltiemponosehabíamovido.Ellinóleodelsueloteníaelmismodibujoqueantes.Las
paredesseguíansiendoverdepálidoyestandodesnudas.Losruidosyoloreseranlosmismos.Martín
estaba sentado en su mecedora haciendo punto. Llevaba dieciocho años tejiendo la misma bufanda.
Guardaba su creación, terroríficamente larga, en un gran baúl de rafia con tapa. Me saludó con un
movimiento de la cabeza como si hubiera salido al quiosco a hacer un recado. Nunca habíamos
hablado,peromereconocióysupongoquemeconsiderabaunaespeciedeamigo.
Nisiquieramamáseenteródequemeinterné;sepreocupaconmuchafacilidad.Ledijequeibaa
participarenunasexcavacionesenEgipto.
MetíseissobresconsudirecciónyunapeticióndeayudaenunsobreA-4quemandéalaoficina
central de Correos de El Cairo. Yo no hablo árabe, así que adjunté un billete de veinte dólares. El
lenguaje universal. Un amable funcionario que entendió el guiño franqueó y envió las cartas para
mamá.ConsellodeElCairo,Egipto.Bienpensado.Comoenunanovelapolicíaca.Miplaneraque
mandaraunaalmes,alfinyalcabohabíaescritoelnombredelmesenlaesquinasuperiorderecha.
Perolasmandótodasdeunavez.Elbobo.Seismesesdesucesosinventados—grandiososhallazgos
arqueológicos, romances con bailarinas del vientre egipcias, expediciones por las tormentas del
desiertosobrecamellosinclinadosporelviento—,comprimidosenunasemana.Dicebastantedemi
fantasía,ydelacredulidaddemimadre,elhechodequeconsiguieraqueselotragara.Noestaríadel
todosobria.
Laterapiameayudóarecuperarme.Unhospitaltienesusrutinas.Paramíseconvirtieronenlos
ganchosalosqueamarrarmiexistencia.
Mienfermedadnoteníanadadeexótica.NotuvegraciosasfantasíasdeNapoleón.Nooíavoces
enmicabeza.Setratabasencillamentedeunaexistenciaenlamáspavorosaoscuridad.
Yaestoymejor.
Recorro asustado las calles de Oslo. Un hombre desasosegado al atardecer. Delta Foxtrot 3-0, el
sospechosoconduceunCitroën2CVyhadeserapresadodeinmediato.Duranteunrato,unToyotaha
ocupadoelretrovisor.Cuandoporfintuerceporunacallelateral,suspirodealivio.Elsospechosoha
robado un valioso cofre de oro y se le considera peligroso en situaciones de presión. Paso por el
monte de St. Hans y me quedo detrás de un minibús que va extrañamente despacio. Nunca se sabe.
Consigollegarsanoysalvoalaautopista.Nosehadisparadoningúntiro.Porahora.
Alfindivisoeledificiodeapartamentosenelquevivo.Nosonespecialmenteatractivos,perola
solavisiónproduceenmíunasensacióndecalidez.Siemprehetenidoesarelaciónconloshogares.
Crecí en un palacio de grajos rodeado de un manzanar en una calleja de un suburbio con tranvía,
estacióndebomberosygentealegre.
Alotroladodemiventana,mamáypapáteníanunaterrazaacristaladaalaquepodíasalirporun
ventanuco desde mi cuarto. Lo hacía con frecuencia cuando no podía dormir. En la puerta
entreabierta de la terraza había colgada una cortina de tul a través de la que se veía algo. Mis
expediciones nocturnas de espionaje me llenaban de un hormigueo dulce y desconocido y de la
felicidaddeserinvisible.
Una noche, los desnudos bailan en la espesura de sombras del dormitorio. Suaves cuerpos
ardientes,manosylabiosquealivian…Mequedéinmóvil,sincomprender,ebrioporlamagiadel
momento. De pronto mamá volvió el rostro hacia mí. Sonrió. Pero no debió de descubrir mi cara
entrelosplieguesdelacortina,porqueactoseguidosereclinóparaahogarapapáentresussuspiros
ycaricias.
¿NocreesqueFreudmehabríaadorado?
Eneljardín,entredosmanzanosretorcidos,estabaelmontóndemantillodepapá,queemanaba
untufoqueresultabaatractivoyrepulsivoauntiempo.Enelentierrodepapá,juntoalbordedela
tumba,mealcanzóelmismoolordesdeelpuñollenodetierrayarena.Conlossentidoscolmados
porelolorquesalíadelaoscuridaddelatumba,comprendíqueelhedordelmantilloalbergatanto
lamuertecomolapromesadeunanuevavida.Enaquellosmomentosnoeracapazdeexpresarlocon
palabras,peroelreconocimientodesencadenóenmíelllanto.
Siempre he sido sensible para los olores. Por eso evitaba el sótano, que me estremecía con su
mohoyhumedad,conalgoindefinidoydulzón.Bajolacarcomidatrampilladelsótano,ocultaspor
lamalezatraslacasa,lasarañastejíansustelasenpaz.Lasnochescolgabancomocortinaspegajosas
enlaescaleradepiedra.Cuandopapáatravesabalasortigas,abríaelcerrojoydestapabalatrampilla,
millonesdebichosentonabansusmudoschillidosyseapresurabanabuscarrefugiodelaluzquese
esparcía,mientrassalíanalasuperficielasnubesdevenenoinvisiblesdeltanquedelsótano.Papáno
parecía darse cuenta de nada, pero yo sabía lo que se ocultaba en aquella oscuridad húmeda y
maloliente. Fantasmas, Vampiros, Hombres lobo. Asesinos con un solo ojo. Todas las criaturas
tenebrosas que pueblan la imaginación de un niño cuando Winnie the Poo y Ole Aleksander se
quedanalsol.
Todavíasoycapazderecrearlosaromasdemiinfancia.Lombricesaplastadaslosdíasdelluvia.
Helado de fresa. Barquitos de plástico recalentados por el sol. Tierra húmeda de primavera. El
perfumedemamáylalociónparadespuésdelafeitadodepapá.Bagatelasqueentodasutrivialidad
formanunacámaradeltesoroderecuerdos.
Puedeunoestarcontentodenoserunperro.
Rogern,elvecinodeabajo,esamigodelanoche.Rehúyelaluz,exactamenteigualqueyo.Tienelos
ojososcurosycansadosdelavida.Lanegracabelleralellegahastaloshombrosyllevacolgadodel
cuellouncrucifijoalrevésenunacadenadeplata.Rogerntocaelbajoenunabandaderockquese
llamaBelsebub’sDelight.
Llamoasutimbreyespero.Tardasutiempo.Aunquesupisonotienemásdecincuentametros
cuadrados, siempre parece que se le ha interrumpido en las profundidades de las catacumbas del
castilloyquetienequesubircorriendolaslargasescalerasdecaracoliluminadasporantorchasantes
depoderabrir.
Rogern es un buen chico. En el fondo. Al igual que yo, encapsula todos sus pensamientos
dolorosos.Allísequedanhaciendodañohastaquelapústularevientaeinfectaelcerebro.Seveenla
mirada.
Losdiosessabránporqué,peroRogernsepareceamí.
—¡Coño!—exclamacasiriendo,cuandoabrelapuerta.
—¿Tehedespertado?
—Noimporta.Hedormíobastante.¿Ya’svuelto?
—¡Teechabamuchodemenos!—Sonrío.
—¡Malditaratadetierra!
Veounreflejodemímismoenelespejodelaentrada,deberíahabermelavadoycambiadode
ropa.Leenseñoelbolsoconelcofre.
—¿Podríasguardarmealgo?
—¿Quéesloquees?—Suenaa«Quesloqués».
—Unbolso.
Abrelosojos.
—¡Quenoestoyciego!¿Quéesloquehaydentro?—pregunta,yrelincha—:¿Heroína?
—Sólosonantiguallas,delosviejostiempos.
Para Rogern, los «viejos tiempos» son una época prehistórica llena de lagartos voladores,
gramófonosdemanivelayhombresconpelucasempolvadas.Allápor1975.
—Hemosgrabadounamaqueta—diceconorgullo—.¿Quieresoírla?
Enrealidad,preferiríalibrarme,peronotengocorazónparadecírselo.Entroconélenelsalón.
Las cortinas están corridas. A la luz de las bombillas rojas, el cuarto parece una habitación de
revelado, o una casa de putas. En una mesa redonda de caoba hay un candelabro de plata con siete
velasnegras.Unaalfombraenormeestádecoradaconunhexagramarodeadodeuncírculo.Enlas
paredes,sobreelsofádesegundamanoylamesabajadeteca,cuelganpostersquemuestranaSatán
y aterradoras escenas del infierno. Rogern puede resultar un poco raro cuando quiere crear un
ambienteíntimo.
Enmediodeunadelasparedes,comounídoloalqueRogernadoraraahorasfijas,hayunatorre
negra que es un equipo de música. Con CD programable, sintonizador digital automático PPL,
amplificador de bajos, Súper Surround System, ecualizador, doble pletina con grabado rápido y
cuatromontañasdebafles.
Agitaelmandoadistancia.Elequipodemúsicadespiertarepentinamenteensilenciososfuegos
artificialesdediodosdecoloresyagujasvibrantes.SeabreuncajónenelreproductordeCD,como
elqueobedeceenuncuentoárabe.Pulsaelbotóndeplay.
Yelmundoexplota.
Mástardeesanoche,enladucha,dejoqueelaguaheladaarrastreelpolvoyelsudor,yqueme
refresque la franja de piel de la nuca quemada por el sol. El jabón me escuece en las ampollas.
Algunas veces las duchas pueden adquirir un aire ritual. Tras un día largo, se quiere lavar todo lo
dolorosoydifícil.Estoycansado,peronocreoquevayaasoñar.
Mamátienelacualidaddesonarsiempredespiertayalegre,aunquelallamesalastresymediadela
mañana.
Sonlastresymediadelamañana.
He marcado el número de mamá. Es el profesor quien contesta. Su voz está envuelta en sueño.
Espesa.Enesesentidoeshumano.
—SoyBjørn.
—¿Cómo?—ladra.Nosehaenterado.
—¡Déjamehablarconmamá!
CreequesoymihermanastroSteffen,quenuncaestáencasaporlanoche,quesiempreconsigue
encontraralgunachicaquenopuedasoportarlasoledadentrelassábanas.
Elprofesorlealargaelpesadoauricularamamáconungruñido.Lassábanascrepitancuandolos
dossesientanenlacama.
—¿Steffen?¿Ocurrealgo?
Lavozdemamá.Nuncafalla.Suenacomosihubieraestadodespiertaesperandoaquesonarael
teléfono.Consuvestidodefiestarojo.Conlalacadeuñassecándoselentamente,conrímelyelpelo
reciénpeinado.Consubordadoenelregazoysucopitaalalcancedelamano.
—Sólosoyyo—digo.
—¿Bjørnillo?—Untoquedepánico—.¿Hapasadoalgo?
—Lo…Sientohaberosdespertado.
—¿Hapasadoalgo?
—Mamá…Nopasanada.Yo…
Ella suspira en el teléfono. Siempre se imagina lo peor. Accidentes de tráfico, incendios,
psicópatasarmados.Creequeestoyllamandodesdelaunidaddecuidadosintensivosdelhospitalde
Ullevál,quevanallevarmealasaladeoperacionesencualquiermomento,quelosmédicosmehan
permitido hacer una llamada por si la intervención sale mal, cosa que, además, puede ocurrir
perfectamente.
—Losiento,mamá,notengoniideadeporquéhellamado.
Los estoy viendo. Mamá, agitada y con miedo, con su elegante camisón. El profesor, muy
malhumorado, con su pijama a rayas. Su desagradable cara tiznada de barba gris. Están medio
acostados,mediosentadosenlacama.Lasespaldasrecostadassobreunamullidapiladealmohadas
confundasdesedaysusinicialesbordadasamano.Sobrelamesillaluceunalámparaconborlasen
lapantalla.
—¡Pero,Bjørnillo!¡Tienesquedecirmeloquehapasado!
Sigueconvencidadequehasucedidoalgohorrible.
—Nopasanadamalo,mamá.
—¿Estásencasa?
Puedo seguir el hilo de sus pensamientos. Quizás esté tirado entre mis propios vómitos, en un
hospiciocutre,quizámehayatragadocincuentaRohypnolytreintaValiumconunlitrodealcoholde
quemaryestéahorajugueteandoconunmechero.
—Sí,mamá.Estoyencasa.
Nodeberíahaberllamado.Hasidounaespeciedeacciónforzada.Nosiemprememantengoen
miscabales.Cuandomedespiertoporlanoche,lospensamientosdolorososmerasganlosnervios.
Escomoeldolordemuelasodeanginas:todoespeorporlanoche.Peronotengoporquétorturara
mamá, no a las tres y media de la madrugada. Podría haberme tomado un Valium; en cambio, he
marcadosunúmero,comosiahíhubieraencontradoconsueloalgunavez.
—Esquemehequedadotumbado,pensando,yhequeridooírtuvoz.Nadamás.
—¿Estásseguro,Bjørnillo?
Detrás de sus palabras intuyo un toque de irritación. Al fin y al cabo, es tardísimo, estaban
durmiendo,podríahaberesperadohastamañanasiloúnicoquequeríaeraoírsuvoz.
—Sientohaberosdespertado.
Estádesorientada.Nosuelollamarenmediodelanoche.Tienequehaberpasadoalgo,algoque
deseocontarle.
—Bjørnillo,¿quieresquevaya?
—Sóloquería…charlarunpoco.
Vuelvo a oír su respiración agitada, que llena el auricular como la llamada obscena de un
desconocido.
—¿Sí?—Arrastralapregunta.Apuntaralahoraeslomáscercaquellegamamádecriticarme.
—Estabadespierto.Pensando.Enmañana.Yporesomehanentradoganasdehablarcontigo.
Esperoquelacomprensiónlelleguecomounvientopolarhelado.
—¿Porqueesmartes?—preguntaella.
Nolohaentendido.Osehacelatonta.
Asusespaldasseoyerefunfuñaralprofesor.
Nosécasinadasobrelainfanciademamá;nuncahaqueridohablardeello.Peronoresultadifícil
comprenderporquépapáseenamoródeella.Noeracomolasotraschicasdelinstituto.Habíaalgo
valiente y misterioso en ella. Durante todos los años de colegio él anduvo detrás de mi madre. Al
finalcayóensusbrazos.Enlasfotosdemamádelúltimocursosevequeasomalatripa.
En la penumbra, mamá todavía puede parecer una chiquilla. Es hermosa y delicada como una
reinadeloselfosbailandoalaluzdelaluna.
Avecesmepreguntoquéesloqueharíalainfanciaconmamá.Antesdelaguerra,losabuelos
vivían en el norte, en una casa con cortinas de encaje, mantel de hule y unas paredes que no
presentabanresistenciacontraelvientodeloeste.Lacasanoeragrande.Lahevistoenfotos.Estaba
enmediodeunpáramo.Unacocina,encuyapilahacíanpisporlanoche,unsalónyundormitorio
en el desván. El servicio estaba fuera. Siempre estaba ordenada y limpia. Le prendieron fuego los
alemanes.Losabuelossóloconsiguieronsalvarunálbumdefotosyalgoderopa.Laabuelavivióun
tiempoenelnortedeSueciamientraselabueloconstruíaotracasaenelpáramojuntoalfiordo,pero
nuncavolvióaserlomismo.Despuéstuvieronamamá,perotampocoesoayudó.Laguerralehabía
hechoalgoalabuelo.EnOsloseinstalaronencasadelhermanodelaabuela.Peronadienecesitabaa
unpescadorconlosnerviosdebilitadosoaunamujercapazdelimpiarunbacalaoensietesegundos,
curarinflamacionesconhierbasy,además,hablarconlosmuertoscuandocaíalaoscuridad.
Encadamojóndesuvidalosesperabaun«pero».
Cuando mamá tenía cuatro años encontraron al abuelo flotando junto al muelle. Tras una
investigaciónbreveysuperficial,elcasofuearchivado.Alaabuelaledierontrabajocomoamade
llaves de una familia acomodada de Grefsen. Llevaba a cabo sus tareas muda y acobardada. Sólo
quieneslemanteníanlamiradadescubríanlasólidadignidadquehabitabaenella.
Nuncasebuscóunnuevomarido.Adorabalascuatrofotografíasquehabíadelabuelocomoside
iconossetratara.Enelarmarioguardabaunacamisaquenohabíatenidotiempodelavarantesde
que él muriera. Estaba manchada y olía a sudor y a restos de pescado. En ella había conservado al
abuelo.
Mamánoeratandevota.
Cuandopapámurió,loborródesumemoria.Loborródesuexistencia.Finito.TheEnd.Guardó
lasfotografías.Quemólascartas.Regalólaropa.Loconvirtióenunafiguramisteriosa,alguiende
quiennuncahablábamos,alguienquenuncahabíaexistido.
El castillo de grajos fue despojado sistemáticamente de todo lo que recordaba a papá. Al final
sóloquedabayo.
Laprimeranochequemamádejóqueelprofesorsequedaraadormirencasa—eraviernes,y
tarde—, me encerré en mi cuarto. Para dejar fuera la risa y las vibraciones. Me hice el dormido
cuandomamáfueadarmelasbuenasnoches.
Demadrugada,aloírelcrujidodelaescalera,salíalaterrazaparaquemiojopudieracentellear
en la rendija de la cortina cuando mamá y el profesor se metieran a escondidas en el cuarto. Y
cerraranlapuerta.Ydejarancaerlaropaalsuelo.
Enunrincón,depie,inmóvileinvisible,estabapapá.
Habíanbebido.Elprofesorsemostrabajuguetón.Mamáintentabanohacerruido.
Micorazónluchaba,comounanimalencerrado,entreelmiedoylasexpectativasocultas.
Durantesemanaslacastiguéconmisilencio.
Mástardehubootrosjuegos…
Medioañodespuésdequepapámuriera,mamásecasóconelprofesor.Elcolegadepapá,ysu
mejoramigo.Perdónamesimisonrisaresultaunpocoforzada.
Elañoquenaciómihermanastro,mamáyelprofesorvendieronelcastillodegrajos.Yonome
mudéconellos.Cuandoledijeamamáquequeríabuscarmeuncuarto,fuecomosirespiraraaliviada
—comotrasunalargaexcursiónqueresultadeliciosorecordar—ypusieralaexistenciaacero.
MamáyelprofesorvivenenBogstad,enunchaletblanco.PrefierenllamarloHolmekollenbajo.La
casa tiene dos niveles y medio y pinta de haber sido diseñada y construida durante una formidable
borrachera de tres semanas de duración. Al arquitecto, consecuentemente, le han concedido varios
premios por ella. Todo es un jaleo de rinconcitos, escaleras de caracol y armarios rinconeros
empotradosentrelosquemamápuederepartirazarosamentesuarsenaldebotellasmediovacías.La
ladera que baja hasta la calle está atiborrada de macizos de flores amarillas, rododendros suizos y
rosasLiliMarleen,perosólosehueleladesagradablepestilenciadelosproductoscontralasmalas
hierbas y la corteza decorativa. Delante de la casa, parece que el césped ha sido instalado con un
nivel.Detrásdeella,sobrelasbaldosasdepizarraimportadasespecialmentedesdeEscocia,hayuna
hamacaconbastantescojinescomoparaahogarte,unabarbacoaforjadaporunamigodelprofesory
unafuentequerepresentaunángelhermafroditaquevomita,meay,además,ríehaciaelcielo.Todos
losviernesvaunjardineroaencargarsedeljardín.Undíaatareadoparamamá.
Alabrirlapuertayvermeenlaentrada,sanoysalvo(aunquepálido),juntalasmanos.Yoledoy
un abrazo. No suelo hacerlo. Uno ha de racionar las muestras de cariño. Además, odio el olor a
vademécumquepretendeocultarelalcoholdesualiento.Nomehepasadoporquemeapetezca,sino
porquequierotranquilizarlayrecordarleenquédíaestamos.
Lacocinaesampliaymuyluminosa.LossuelosdemaderaprocedendeunagranjadeHadeland.
Mamáhahechocaféyelprofesorsehadejadoelperiódicoabiertosobrelamesa.
—¿Tienesplaneadolimpiarpescado?—bromeo.
Ellaseríecondescendiente,comoparasubrayarque,sí,esamadecasa,perodelamierdatendrán
que ocuparse otros. Enciende la radio que cuelga en el marco de la ventana. Está enganchada al
programamatinal.Comoatantasotrascosas.
—Siemprehasdejadoqueotrostelimpienelpescado—digo.Esunainsinuaciónrelacionadacon
algoquepasóhacemuchotiempo.Deberíarecordarlo.Yavergonzarse.
—Oye,Trygveacabadellamar.
Aguardamirespuesta,peroéstanollega.
—Estabamuyagitado.Queríaquelollamaras.¿Quéesloquehashechoestavez,Bjørnillo?
—¿Quequéhehecho?¿Yo?—respondoconmivozdeprincipito.
—¿Nopodríasllamarloalmenos?
—Luego.
—Esmuyimportante.
—Yaséporqué.
—Estáenfadado.
—Luegolollamo—miento.
—Oye, esta noche vamos a cenar asado. Ayer recibieron una carne de toro muy tierna en la
carnicería.
Memetoeldedoenlabocayhagounruidodesagradable.
—¡Tontorrón!Anda,¿nopodríasvenir?Puedohacerbrócoliconpatatasgratinadasconqueso.
—Estosdíasandomuyocupado.
—Hacemuchotiempoquenovienes.Anda,miniño.
—Sólomehepasadoporaquíparadisculparme.
—Vayatontería.
—Noestabacompletamenteenmiscabales.
—¿Quéesloqueteatormenta?
—Nada.Nadadenada.
Mebebounatazadetéconella.Charlamosdetodounpoco;esoseledabien.Misinsinuaciones
soncadavezmenosveladas,peroellanolascapta,nisiquieracuandoledigoquevoyapasarmepor
latumba.
Hoyhaceveinteañosquemuriópapá.Antesodespuéslorecordará.
Aquel verano no murió sólo papá. Una vida entera se malogró en mamá. Su existencia se ha
reducido a hacerles la vida agradable al profesor y a mi hermanastro. Se ha convertido en una
asistenta trajinante y atareada. Pone cuidado en que las chicas de la agencia de limpieza quiten el
polvoentrelasteclasnegrasdelpianodecoladelsalóndemúsica.Lallamandelacarniceríayla
pescadería cuando reciben algo especialmente bueno y caro. Es el ancla del profesor, su amorosa
esposa, su deslumbrante anfitriona, su siempre joven y dispuesta amante. Es la alegre madre del
chiquillo,laquesiempreestáahí,laqueledaunbilletedecienextracadavezquevaasalir,ylaque
lo limpia todo cuando él se emborracha y entra vomitando por la puerta a altas horas de la
madrugada.
Avecesalgunosdeesoscuidadosmesalpicantambiénamí.Yosoysumalaconciencia.Semeda
bieninterpretarelpapel.
—¿Ysiguessiendovegetariano?—mepreguntaCasparScott.
Esunhombreespecialmentebienparecido.Esverdadquemiimagenenelespejomeproduceun
complejo de inferioridad constante y, visto con objetividad, bastante merecido, pero el aspecto de
Casparestandeslumbrantequecasiparecefemenino.Lasmiradasdelasmujeresenlacantinadela
DirecciónGeneraldePatrimonioHistóricolorozanconcariñoydevoción.Escomosiélnosediera
cuenta,peroyoséquealmacenalaatenciónquerecibeenungrantanquequetienereservadopara
díaspeores.
De estudiantes éramos amigos. Compartimos tienda durante meses en excavaciones por todo el
país.Cuandolollamé,tardamosunosminutosenencontrarelviejotono.
Ahora estamos sentados en la cantina, actuando como si todo fuera como antes. Huele a café,
bollosyalbóndigasconpatatas.
Casparesunarqueólogonato.Quizásueneraro.Escapazdeubicarunpequeñoobjeto,queensí
mismoparececarecerdesentido,enuncontextomayor.DurantelasexcavacionesdeLaray,bastaron
losmíserosrestosdeunasllavesyelcierredeuncinturónparaquesupieraqueporfinhabíamos
encontrado la granja perdida de los caciques de Hallstein. En una tumba vikinga hallamos un
diminuto puñal de plata con el que no nos aclarábamos (¿un juguete?, ¿una joya?, ¿un arma
simbólica?),hastaqueCasparconstatóqueservíaparalimpiarlosoídos.
Casparpuedeleerunpaisajecomolosdemásleemosunlibro.Tieneladesconcertantecapacidad
dedistinguirtodaslasformasnaturalesdelpaisajedelasquehacreadoelhombre.Dirigiólosdos
gruposdeinvestigaciónquedescubrieronrestosdemásdemilañosdeantigüedaddeasentamientos
glacialestardíosenRogalandyenFinnmark.Loshallazgosmostraronqueloscazadoresderenosde
lazonadelmardelNorteolospuebloscazadoresdeKolafueronlosprimerosenabrirsecamino
hastalascostasnoruegas,quenoestabancongeladas.
PeroCasparsecansódepasarsesemanasymesesexcavando,lejosdeKristin.Secansódelsol
abrasador y de los aguaceros repentinos que transformaban los yacimientos en un lodazal. Se hizo
burócrata.LosúltimosañoshatrabajadoeneldepartamentodeArqueologíadelaDirecciónGeneral
dePatrimonioHistórico.
Avergonzado,reparoenquehasidoporeso,ysóloporeso,porloquehecontactadoconél.
Lepidoquemecuentealgosobreelorigendelaexcavación.
Bebeuntragodecaféyhaceunamueca.
—Escuriosoquemelopreguntes;mequedéatónitoconloquepasó.
Yosacolabolsadetédelaguahumeanteylomiroconexpectación.
—Comenzó con un par de llamadas al director general de Patrimonio, Loland. Primero de
Arntzen,despuésdeldirectorViestad.
—¿Llamaronlosdos?
—¡Justo! De alguna manera, en nombre de una fundación británica, SIS. Una institución no
lucrativadeinvestigacióndeLondres.LaSISpensabaquepodíahaberrestosdeuncastillocircularen
elmonasteriodeVasrne.¿Hasoídoalgoigual?¡Uncastillocircular!Nuncaheoídolamásmínima
referencia a que alguien hubiera construido un castillo así en el monasterio de Vaerne. Y nos
preguntabanquénospareceríaqueelprofesorGrahamLlyleworthdirigieralasexcavaciones.
—¿Yosparecióbien?
—¿Bien?Quéva.Yameconoces.Nadaencajaba.
—Teentiendoperfectamente.
—¿Uncastillocircular?¿Allí?Teaseguroqueteníaunmontóndepreguntas.¿Porquédiablosiba
ahaberallíuncastillocircular?¿Quiénibaapagarelbanquete?¿Porquécorríatantaprisa?¿Qué
pensabanhacersiloencontraban?
—¿Llevárseloquizá?
Casparseríe.
—¡EsoseríapropiodeGrahamLlyleworth!
—¿Llegasteaentenderalgomásconeltiempo?
—Nadaenabsoluto.Nomedieronniunarespuesta.Sóloojosabiertosdeparenparysuspiros
porquemeponíamuydifícil.Joder,paraeldirectorgeneraldePatrimonio,Llyleworthesundios.
Los funcionarios jóvenes creen que ha inventado la arqueología. Vale, es responsable de algunos
hallazgosllamativosyhaescritoalgunoslibrosimportantes,perodigoyo:¿íbamosadejarqueese
arrogante imperialista cultural, Graham Llyleworth, entrara triunfante con sus regimientos y
excavadoras?Asíquelesdilargasyolvidétodalahistoria.Hastaque,unpardesemanasdespués,
recibimosunasolicitudformal.
—¿Unasolicitud?Nohellegadoaverla.
—Muy elaborada, con mapas, sellos y firmas impresionantes. Se armó algo de jaleo en el
departamento.TardaronunosdiezminutosenconvocarmealdespachodeSigurdLoland.¿Porqué
eratannegativo?¿Noveíalasventajasquerepresentabalacolaboraciónarqueológicainternacional?
YasabescómoseponeSigurd.«Ladecisiónestuya»,ledije.Peroparaéleramuyimportanteque
todosloapoyáramos…,queyolefirmaralaaprobación…Nomepreguntesporqué.
—¿Quizáporqueereselmáscríticodetodos?
—Nohabíapensadoeneso.Perosiqueríanocultaralgo,eraunajugadainteligente.
—¿Recuerdasalgúnnombre?
—El profesor Llyleworth era el experto responsable, pero trabajaba para la SIS de Londres.
SocietyofInternationalSciences,SociedaddeCienciasInternacionales.Elpresidentefigurabacomo
titular de la iniciativa. Creo que presentaron un presupuesto de cinco o seis millones de coronas.
¡Paraencontraruncastillocircular!¡Enunpradonoruego!¡Diossanto!
—¿Sabesporquépensaronenmí?
—¿Comosupervisor?Notengoniidea.Nosotrosnopodíamosprescindirdenadie,demodoque
lesparélospies.CreíaqueeraArntzenquientehabíaelegido.
—Pero¿porquéprecisamenteamí?
—¿Porquelohacesbien,talvez?
Primero me río. Después le hablo de la excavación, del sorprendente hallazgo. Le describo el
comportamientodeArntzenyLlyleworth,missospechas.Peronolecuentoquesoyyoquientieneel
cofre.
Cuandoacabo,Casparmurmuraysacudeabatidolacabeza.
—¡Vayajaleo!Yameparecíaquehabíaalgoquenoencajaba.
Unajovenquepasacercadenuestramesa—larecuerdovagamentedeunasexcavacionesdehace
algunosaños—mesonríealreconocermeylegorjeaaCaspar:
—¿Hoycomespronto?
Élseinclinahaciamíydicebajandolavoz:
—Mira,voyainvestigarunpocoporahíaverquéaveriguo.¿Porquénovienesacasaestatarde?
Asíestudiamoselcasojuntos.Conunpocomásdediscreciónqueaquí.¡Además,hapasadomucho
tiempodesdelaúltimavez!AKristinleencantaráverte.
—Encantado…—SólopensarenKristinhacequesemeacelereelpulso.
—Ah,oye,siyofueratú,hablaríaconGrethe.Ellalosabetododeesostipos.
—¿Grethe?
—¡Grethe!¡Nomedigasquetehasolvidadodeella!
Mesonrojo.NoheolvidadoaGrethe.
Delantedeledificio,hundidotraselvolantedeunLandRoverreciénlavadoconreproductordeCD,
estásentadounhombre.Alvermeapartainmediatamentelavista.Lamayoríamesigueconlamirada.
Entroencasa.Elcontestadorestáparpadeando.Nosuelehacerlo.
Elprimermensajeesdemamá,pararecordarmequeestoyinvitadoacenar.Losdossabemosque
herechazadolainvitación.Elsegundoesdeunaseñoramayorque,cortésydisculpándose,lecuenta
alcontestadorquehamarcadomalelnúmero.Elterceroesmudo,sóloseoyeunarespiración.
Deprontotengolaimpresióndequenoestoysolo.Mepasadevezencuando.Alguienhadejado
unaimprontaespiritualenmicasa.Entrodepuntillasenelsalónyelsolrelumbraenlascortinas.
Abrolapuertadeldormitorio,dondelacamadeaguamelloriqueacomoundeseoinsatisfecho.El
baño está oscuro. El despacho, que en un hombre de mi edad con una disposición más patriarcal
hubiera hecho las veces de dormitorio de los niños, está inundado de carpetas y objetos que he
cogido de prestado. Estoy solo, pero la percepción de algo extraño continúa. Abro una botella de
cervezaque,trasvariassemanasenlanevera,estáfríacomoelhielo.Lavoybebiendomientrashago
otrarondaporelpiso.
Hastalacuartavezquepasonoloveo.Alguienhamovidoelordenador.Nomucho,sólounos
centímetros,perolosuficientecomoparaqueacabeadvirtiendolahuellaenelpolvo.Medejocaer
enlasillayenciendoelaparato.Noocurrenada,nohaypitidosnisilbidos.Elirritanteruiditodelque
heestadointentandolibrarmedesdequelocompréhaenmudecidoporfin.Notardoencomprender
porqué.
Lacajaestásuelta.Consigoalzarelpanelconlaspuntasdelosdedosymeasomoalembrollo
electrónico que constituye los órganos vitales y el cerebro de la máquina. No entiendo de
ordenadores,peromepercatodequealguiensehallevadoeldiscoduro.
Primeromepongofurioso.Invadenmipiso,entranysalencomosileshubieradadolallavede
miexistencia.
Luego me tranquilizo. Sigo teniendo las riendas, no han conseguido llevarse lo que buscaban.
Embargadoporunaexaltacióndiabólica,llamoalapolicíaparadenunciarelrobo.Despuésmarcoel
númerodirectodelprofesorArntzen.
—¿Dóndeestáelcofre?—megritaencuantocomprendequiénllama.
—¿Elcofre?—preguntoconafectación.
Alguienlequitaelauriculardelasmanos.
—¿Dóndeestáeljodidocofre?—LavozdeLlyleworthvibra.
—¿Porquépensáisquelotengo?
—¡Cortaelrollo!¿Dóndeestá?
—Voy a ahorraros mucho tiempo diciéndoos ya que en mi disco duro no hay más que
conferencias,algúnqueotropoemaamediasyalgunosjuegosdeordenadorbastantedivertidos.
—¿Dóndeestáelcofre?
Cuelgo y voy en busca de otra cerveza. Empieza a intrigarme lo que pueda suceder a
continuación.
Suenaelteléfono.Estoytentadodedejarlosonar,notengoganasdehablarconnadie,peroélno
serinde.Alfinaltriunfasuinsistencia.
Esuninglés.EldoctorRutherford,deLondres.DirectordelprestigiosoRealInstitutoBritánico
deArqueología.Meofrecedineroporelobjetoqueentiendequetengoenmipoder.
—Elhallazgoespropiedadnoruega…—replico.
—Cincuentamillibras—meinterrumpe.
Cincuenta mil libras es mucho dinero, pero no se me pasa por la cabeza la posibilidad de
aceptarlo.Miterquedadsiemprehaestadoancladaenelsanosentidocomún.
—Yanolotengo—miento.
—¿No?
—Melohanrobado.Hoyhanentradoladronesenmipisoyselohanllevado.
El doctor Rutherford está a punto de hablar de más. Está a punto de decir que el cofre no se
encontrabaenelpiso,quenohandadoconél,perosecontiene.Perciboensuvozquehesembradola
incertidumbre: ¿y si los ladrones a los que ha contratado sí han robado el cofre? Como para
convencerse,pregunta:
—¿Estásseguro?
—Desdeluego,bienseguro.
Vacila;mimentiralohahechodudar.
—¿Podríainteresarteunintercambio?—pregunta.
—¿Quétienesquepuedainteresarme?
—Podríacontarteloquepasóalmorirtupadre.
El tiempo se detiene de pronto. Me asaltan imágenes caleidoscópicas: la montaña, la soga, el
pedregal,lasangre.Mehalloenunvacíoenelqueeltiempollevaveinteañosdetenido.
Mirosinverantemí.Pasaronmuchosañosdesdelamuertedemipadrehastaquecaíenlacuenta
de lo poco que lo había conocido. No es más que una imagen huidiza en mi memoria, un hombre
meditabundoqueraravezmetocabaomeinvitabaasumundo.Cerrabalaspuertasdesuexistenciay
corríalascortinas.Enmuycontadasocasionesviquelafuriarasgabasusojos,peroporlogeneral
era un hombre que volvía del despacho, o de una excavación, para desaparecer en el cuarto del
sótanodondeescribíaunaobracientíficadelaqueapenashablabayqueyonuncalleguéaver.
Cuandomeimaginoapapá,lohagoconlamiradadeunniño.
Mamánuncaquierehablardeél.Elprofesorseponemuytenso,comosinosoportaralaideade
quesuqueridamujercitahubieseamadounavezaotrohombreprofundamenteysinbarreras.Tiene
quevivirconelhechodequefueelsegundoenlacolaantelospasteles.
Sinembargo,hayunaideaquenodejadesorprenderme:mamáhasidolaesposadelprofesorel
dobledetiempoqueladepapá.
Echo de menos a papá. Pero a veces me pregunto si un hijo puede mirar a su padre sin pensar
alguna vez que entre sus muslos cuelga una bolsa de la que un día escapó un vivaracho
espermatozoide,queentresuspiernaspendeelórganoquesehinchayllenaalamadredeunocon
chocante placer. A veces no estoy del todo en mis cabales. ¿Podría alguien pasarme el vaso de
plásticoconlaspastillasrosas?
Quizámereconozcaamímismoenmipadre.Seríabastantenatural.Nuncaloadmiré,cosaquea
vecesmeatormenta.Cuandoleosobrepadresquehanformadoasushijos,mepreguntoquéeslo
que dejó mi padre en mí. ¿El aire apesadumbrado? ¿Que me hice arqueólogo como él? Una
casualidad.Unainclinaciónhaciaelsaberhermenéutico,unamateriaqueseajustaamimododeser,
indagador y retraído. Las raras ocasiones en las que me aventuraba a bajar a su despacho, él
levantabalacabezadesuspapelesosusobjetos,mesonreíahuecamenteymeenseñabaunpedacito
detejidoounapuntadesílexsobreelqueparecíasaberlotodo.Yonoconocíaladiferenciaentreuna
adivinacióncualificadayunainterpretaciónempírica,peroentendíaquepapáveíahaciaatrásenel
tiempo.
Surepentinointerésporlaescaladaibaencontradesucarácter.Eraunapersonaprecavida,igual
queyo.FueTrygveArntzenquienloconvenciódeiralospeñascos.Conveniente,simepreguntasmi
opinión. Quizá por eso nunca le perdonaré que no consiguiera evitar la caída, si es que lo intentó.
Tardósorprendentementepocoenhacersecargodelaviudadepapá.
Mehequedadodepie,confuso,enelplieguedeltiempo,conelauricularenlamano.Eldoctor
Rutherfordmepreguntasisigoahí.
—¿Quésabesdemipadre?—preguntoderepente.
—Yahablaremosdeeso;ahoraquieroquemedeselcofre.
—¿Aquéterefieresconloquepasócuandomuriómipadre?
—Denuevo,cuandonosdeselcofre…
—Yaveremos.—Carraspeo,leprometoconsiderarsuoferta.Vacilante,ledoylasgraciasporsu
atenciónycuelgo.
Medirijoalpasillo,bajolasescalerasysalgoalacalle.ElLandRoverrojohadesaparecido.No
importa mucho, el conductor parecía grande y fuerte, es posible que sólo estuviera esperando a su
novia.
No sé quién es el doctor Rutherford, director del Real Instituto Británico de Arqueología, ni
cómodefácilpiensaqueesengañarme.Perohaydoscosasquesísé.
NohaynadaquesellameRealInstitutoBritánicodeArqueología.
Yocreíaqueeralaúnicapersonadetodoelmundoquesospechabaquelamuertedemipadreno
fueunaccidente.
Papá está enterrado en el cementerio de Grefsen. Una sencilla lápida al pie un viejo abedul. Mamá
pagaunacuotaanualparaquecuidenlatumba.
Mepongoencuclillasantelalápidadegranito.Elnombredepapáestágrabadoenlapiedraroja;
nofiguraelañodesumuertenieldesunacimiento,nadaquelovinculealtiempo.Sólosunombre.
BirgerBeltø.Asíloquisimosmamáyyo.
En una bolsa de papel marrón he llevado una maceta con lirios amarillos. Los planto ante la
tumba,paraqueiluminenapapá,estédondeesté.
En el bosque situado entre la casa de campo de la abuela y el monasterio de Vaerne hay una
antiguatumbadebajodelosenormesrobles.Bajolagranplanchademetal,delaquehacemuchoque
el tiempo ha borrado las letras, descansan personas que siempre me he preguntado quiénes eran.
MamádecíaqueunavezfueronlospropietariosdelmonasteriodeVaerne,poresolesdejaronponer
la tumba en el bosque. Recuerdo que yo pensaba: «A los demás, en cambio, nos destierran a los
cementerios».
EnelaparcamientohaydoshombressentadossobreelcapódeunLandRoverrojo.Cuandohe
salidodecasa,teníaesecocheenelretrovisor.Alvermeaparecer,unodelosdossebajadeunsalto
yseencaminahaciamí.SeasemejaaKingKong.Consigometermeenelcocheycerrarlapuerta
antes de que me alcance; aporrea la ventanilla con dedos gruesos y peludos. Lleva un sello de una
escuela extranjera. Con la mano libre sujeta un móvil. Pongo a Bola en marcha y empiezo a salir
haciaatrás.Eltipoagarraelpicaporte.Quizásestévalorandolaposibilidadderetenerelcocheporla
fuerza,cosaquenomeextrañaríaquéfuesecapazdehacer.
Afortunadamente,seapartadelapuerta.Veoporelretrovisorquevuelvecorriendoasuvehículo.
Bola no está hecho para dejar atrás otros coches; ni siquiera lo intento. Subo con calma por la
calle Kjelsás. Cuando llega el autobús rojo, me pongo detrás de él. De ese modo componemos un
pequeñocortejo.Elautobús,BolayelLandRover.
Junto al cambio de sentido del callejón entre Kjelsás y Lofthus, sigo al autobús a través de las
compuertasdeltráfico.Despuésfrenodegolpe.Satisfechodemímismo,dejoquecaigalabarrera
entreelLandRoveryyo.
2
ELCOFRESAGRADO
—Pero,bueno,Bjørnillo,¿erestú?
Haenvejecido.Siemprehepensadoenellacomoenunapersonamayor(aunquequizá«madura»
sea la palabra adecuada), pero llevaba los años con una refinada y juvenil dignidad. Cuando la
conocí,sepeinabaelpelorubioplateadohaciaatrás,confrescura,yusabafaldasceñidas,tejidas,con
mediasnegrasderejilla.Ahoraveocómolahanmaltratadolosaños.Ensufinorostro,dondesus
ojoscentelleanconvivezahaciamí,lasmanchasylasarrugasdibujanelmapadeladecrepitud.Sus
manos son flacas y temblorosas, como las garras de un polluelo de gorrión. A través de su pelo
blanconuclear,leentreveoelcuerocabelludo.Ladealacabeza.
—Ha pasado mucho tiempo… —dice, como preguntando, con expectación. La voz es frágil,
tierna.Hubountiempoenqueestuveenamoradodeella.
Lasonrisaeslamisma,lamiradaeslamisma,peroelmatizlahaabandonado.Seapartayme
dejapasar.
El piso es tal y como lo recuerdo: enorme, sobrecargado, sombrío y repleto de densos olores.
Cuartotrascuartotrascuarto.Puertasencajadasenanchosmarcos,moldurasdeestucoenlostechos.
Sobrecómodasyestanteríasestrechasharecreadoconfigurillaslosmomentoscumbredelahistoria
delaBiblia.MoiséssobreelmonteSinaí.MaríayelniñoJesúsenelportal.Elsermóndelamontaña.
La crucifixión. Sobre sillitas de mimbre y carritos de muñecas de cerda trenzada se reparten
rechonchosositosdepelucheymuñecasconmortecinascarasdeporcelana.Quizáséseseaelmodo
enqueGretheLidWoienseagarraalainfanciadelaqueseniegaahablar.Creoquenotienefamilia,
almenosnadieaquienreconozcacomotal.Nuncalaheoídomencionaranadiequeleseacercano.
Grethe ha llenado el vacío con el estudio. Y los hombres. Hay libros por todas partes. Se ha
encerradoensupiso,enunadistinguidacalledeFrogner,paracultivarlasoledad.
Decaminoalsalónpasamospordelantedesudormitorio;lapuertaestáentreabiertayvislumbro
su cama sin hacer. Ver la cama de otra gente me provoca incomodidad. Aturdido, miro hacia otro
lado.
No es la misma de antes. Se ha hecho anciana. Incluso en sus pasos hay algo de consumido,
asustado.
Ungatosaltadeunasillaydesaparecebajoelpianodecola.Nuncamehangustadolosgatos,y
yotampocoaellos.
Ellameindicaelsofádefelpa.
—Deberíahaberteofrecidoalgodebeber—dicealtiempoquesedejacaerenunasilla.
Algoandamal.Soycapazdesentirlo,peronoconsigoanimarmeapreguntarle.
Memiraconunasonrisatorcida.Unsuntuosorelojdepareddadossonorascampanadas.
—Necesito ayuda —digo, conteniendo un estornudo. El sofá está cubierto de pelos de gato que
medanpicordenariz.
—Yameloimaginaba.Noeresdelosqueaparecencadadosportressinohacefalta.
No sé si pretende reprenderme suavemente, hacer una escueta observación o aludir a aquella
nochededoceañosatrásenquemearmédevaloryledijequelaamaba.Yoteníaveinteaños.Ella
habíasuperadolacincuentena.Siemprehesidounpocobichoraro.
—¿Teparecequeheenvejecido?—mepregunta.
Nunca le he dicho una mentira, por eso no respondo. La edad no es más que un punto en una
cronología. La matemática Kathleen OUerenshaw tenía ochenta y seis años cuando encontró la
solución del antiquísimo problema matemático del «cuadrado mágico». Sumes como sumes los
números,siempretesaletreinta:
Enmisilencio,Grethesuspiracontristeza.
—Estoyenferma—anunciallanamente—.Cáncer.Haceyadosaños.Doygraciasporcadanuevo
día.
Letomolamano;escomocogerlamanofríadeunniñodormido.
—Elmédicodicequesoycorreosa.
—¿Sufresdolores?
Seencogedehombrosenungestoquetantopuedesignificarsícomono.Luegoresponde:
—Sobretodoenelalma.
Leaprietolamano.
—¡Bueno!¿Quéproblematienes?—preguntaconeltonodequienhabladenegocios,yretirala
mano. El tono muestra un atisbo de la autoridad de la que se rodeaba cuando era catedrática. Hace
sieteañosquelodejó.Aúnseguimoshablandodeella.
—Siestásenferma,noquiero…
—¡Chorradas!
—Bueno,pensabaque…
—¡Bjørnillo!
Memiraconesamiradasuya.
Nosépordóndeempezar.Ellameayuda.
—HeoídoqueestásparticipandoenlasexcavacionesdelmonasteriodeVaerne—dice.
Asíeratambiénenlauniversidad.Siemprelosabíatodo.
—Hemosencontradoalgo.—Luegovuelvoaatascarme.Buscolaspalabras.Alfinalexclamo—:
¡Melimitoaintentaraveriguarloquehapasado!—Nocreoqueleveamuchosentido.
—¿Quéesloquehabéisencontrado?
—Uncofre.
—Ah,¿sí?—dicevacilante.
—Deoro.
Ladealacabeza.
—Diossanto.
—ElprofesorLlyleworthsehaescapadoconél.
Permaneceensilencio.Deberíahaberseechadoareír,deberíahabersacudidolacabeza,perono
dice nada. Empieza a toser. Primero con cuidado, luego fuerte y ruidosamente. Da la impresión de
que tiene los pulmones sueltos dentro del pecho. Se cubre la boca con ambas manos. Cuando se le
pasaelataque,lellevaunratorecuperarlarespiración.Nomemira.Esoestábien.Asíselibradever
misojos.
Carraspeayexpectoravariasveces.Sacadiscretamenteunpañueloyescupe.
—Discúlpame—susurra.
Me quedo un buen rato mirando el gato que dormita bajo el piano de cola. Cuando yo era su
aplicadoestudianteyadmirador,elquesiempreteníaalgúnrecadoquehacerensucasa,ellavivía
conungatoquesellamabaLucifer.Peronocreoqueseaelmismo,aunqueesexactamenteigual.
—¿Esauténticoelcofre?¿Antiguo?—pregunta.
—Nocreoquepuedadecirseotracosa.
—¿Nadielehaechadosalalasexcavaciones?
Niegoconlacabeza.Lode«echarsal»aludeaunjuegoquelosarqueólogosencontramosmuy
divertido.Consisteenplantarobjetosmodernosenlascapasculturales:unmandoadistanciadeun
aparato de televisión entre los tesoros de un rey prehistórico, un imperdible entre los pedazos de
cerámicaylaspuntasdeflecha.
—Grethe,esantiguo.Y,además—mascullo—,estamoshablandodeunasexcavacionesdirigidas
porGrahamLlyleworth.¡Nadiesehabríaatrevidoacontaminarsushoyos!
Gretheríeentredientes.
—Yélsabíaloqueestábamosbuscando—continúo—.Sabíaqueelcofreteníaqueestarallí,en
algúnsitio.Sabíaqueíbamosaencontrarlo.¡Losabía!
Ellareflexionaunratosobremisafirmaciones.
—¿Creesquizáquequiererobarlo?¿Paravendérseloalmejorpostor?—inquierealfin.
—Laideameharondadolacabeza.Peronoestansencillo.
—Ah,¿no?
—LaColeccióndeObjetosAntiguosestáimplicada.
Sequedamirándome,alaesperayconreticencia.
—ProbablementetambiénlaDirecciónGeneraldePatrimonioHistórico—añado.
Entornalosojos.SupongoqueestarápensandoqueelpobreBjørnillonoestábiendelacabeza.
—¡Nobromeo,Grethe!
—Ya,ya.
—¡Ynomehevueltoloco!
Sonríe.
—Puesexplícamequéesesoenloqueestánimplicados.
—Nolosé,Grethe,nolosé…
—Entonces,¿porqué…?
—Quizáseaunroboporencargo—lainterrumpo.
Permanececalladaunrato.
—Pero¿porqué?—preguntaalcabo.
—No lo sé —repito—. ¿Es posible que Llyleworth forme parte de una banda internacional de
ladronesdeobrasdearte?
Ríeconfrialdad.
—¿Graham?—dice—.¡Esdemasiadoegoístaparaparticiparennada!¡Ydesdeluegonoenuna
banda!—Suvozestácargadadeamargura.
—¿Loconoces?
—Yo…hetopadoconél.
—Ah,¿sí?¿Enunasexcavaciones?
—También.YenOxford.Haceveinticincoaños.¿Porquéerestandesconfiado?
—Planeasacarelcofredelpaísdecontrabando—digo.
—Esojamás.Seguroquesólo…
—¡Grethe!¡Conozcosusplanes!
—¿Cómopuedesestartanseguro?
Automáticamentebajolavoz.
—Porquelooídecirlo.—Doytiempoparaquelaspalabrashaganmella—.Yoestabaescuchando
cuandoélconspirabaconelprofesorArntzen.
Sacudelacabezaconunasonrisacansada.
—TípicodeGraham.Yporloqueveo,túhasestadojugandoalosdetectives.
—Sólotratodeentender.
—¿Elqué?
—¿Cómo podía saber que el cofre estaba en las ruinas de un octógono de ochocientos años de
antigüedadenmediodeuncampodecultivonoruego?
LosojosdeGretheseabisman.Duranteunratonadoensumirada.
—SantoDios—dice,másbienparasímisma.
—¿Quépasa?
—¿Unoctógono?
—¿Sí?Yahemosdesenterradounaparte.
—Creíaquenoexistía.
—¿Conocíassuexistencia?
Ledaotroataquedetos.Meinclinohaciadelanteyleacariciolaespalda.Pasanalgunosminutos
hastaquerecuperalarespiración.
—¿Cómoestás?—pregunto—.¿Quieresquellamealmédicodeguardia?¿Quieresquemevaya?
—Háblamedeloctógono.
—Noségrancosa.NuncahabíaoídohablardeningúnoctógonoenelmonasteriodeVaerne.
—Quizánoenlasfuentesnoruegas,perolomencionanenlabibliografíainternacionalacercade
laordendeloshospitalariosdeSanJuandeJerusalényenlosmitoscristianostempranos.
Enesaclasedebídeestarausente.
—¿CreesqueelprofesorLlyleworthsabíadelaexistenciadeloctógono?
—Yodiríaquesí.—Lodicecoquetaycapciosa.
—¿Yporquénocontónada?¿Porquélomantuvoensecreto?
—Nocreoquefueraunsecreto.¿Otúlepreguntaste?
—Decíaqueestábamosbuscandouncastillocircular.Nuncaaludióaningúnoctógono.
Asienteconcansancio,comosilaconversaciónlaaburriera.Juntalasmanos.
—¿YquédiceelprofesorArntzendetodoesto?
Mirohaciaotrolado.
—¿Bjørnillo?
—Nohehabladoconél.
—¿Porqué?
—Esunodeellos.
—¿Unodeellos?—Lorepiteconduda.
Yosonríoporquenotoloparanoicoquesuena.
Lecojoconcuidadolamano.
—Grethe,¿quéesloqueestápasando?
—¿Mepreguntasamí?
—¡El profesor Arntzen y el profesor Graham Cabrón Llyleworth! ¿Ladrones de tumbas?
¿Vulgaresladronesdetumbas?
Ellacierralosojosconunasonrisasoñadora.
—¿Porquésonríes?—pregunto.
—Enrealidadnoestansorprendente.
—Ah,¿no?
—TupadreyGrahamestudiaronjuntosenOxford,¿sabes?Enlossetenta.Almismotiempoque
yo.GrahamyBirgereranmuyamigos.
Mereclinoenelsofá.Unagolondrinasebalanceasobreuncablefrentealaventanadelsalón.Se
quedaahíunratoantesdesalirvolando.
—¿NotelohacontadoTrygveArntzen?¿OLlyleworth?
—Se les habrá olvidado mencionarlo. Sabía que papá había trabajado en Oxford, pero no que
Llyleworthestuvieraallí.
—FuetupadrequienpresentóaGrahamyTrygve.
—¿AsíquepapáyLlyleworthfueroncompañerosdeestudios?
—Colaboraronenuntrabajoquedespertóciertaatención.
Mesientoconfuso.
—¿Lotienes?
Ellaseñalalalibrería.
Melevantoconparsimoniaymeacercoalaestantería,dondepasoeldedoporloslibros.
—Tercerestante—apuntaella—.Juntoalatlas.Negro,lomopegado.
Sacoeltrabajo.Esgrueso.Elpapelhaempezadoaamarillearyresquebrajarse.
En la portada leo: «Análisis socioarqueológico comparado de tesoros y mitos intercontinentales.
PorBirgerBeltø,CharlesDeWittyGrahamLlyleworth,UniversidaddeOxford,1973».
—¿Dequétrata?
—Encontraronrasgoscomunesentreciertosmitosreligiososyalgunoshallazgosarqueológicos
detesoros.
Mepreguntoporquéelprofesorymamáhanocultadolosejemplaresquepapá,indudablemente,
tuvoquehaberdejado.
Pasolashojasalazar.Enlasegundapáginaleounadedicatoriaqueestátachadaconrotulador.
Miroelpapelacontraluz.«Losautoresquierenexpresarsurespetoysugratitudhaciasusconsejeros
científicos,MichaelMacMullinyGrethelidWoien».
DirijounamiradapasmadaaGrethe,quemeguiñaunojo.
En la página cincuenta y cuatro leo algunos párrafos del capítulo sobre el hallazgo de los
manuscritosdelmarMuertoenQumrán.Enlapáginacuatrocientoscuarentayseis—nosetratade
ningúnhumildetrabajoapresurado—encuentrounanotaalpie,queocupadiezhojas,enlaquese
extraen paralelismos entre el tesoro de Hon hallado en Ovre Eiker en 1834 y los objetos de las
tumbas de Agía Fotiá en Creta. Busco el monasterio de Vaerne en el índice, pero no veo ninguna
referencia,porlomenoshastaqueeldedollegaa«Varna.Páginas296-301».
Elcapítulosellama«EloctógonodeVarna:Elmitodelcofredelossecretossagrados».Cuando
pasolashojas,caeunmarcapáginas.Esunatarjetadevisita,anticuadayhonorable.«CHARLESDEWITT
-ASOCIACIÓN GEOGRÁFICADELONDRES».Melametomaquinalmenteenelbolsilloaltiempoqueecho
unvistazoalcapítulo.
Soyunlectorrápido.Tardounpardeminutosenrepasareltexto,quetratasobreelmitodeun
templo octogonal que fue construido por la orden de los hospitalarios de San Juan en torno a una
reliquiaquesedecía,siesquehecomprendidobien,queconteníaunmensajedenaturalezadivina.
QuizádetiemposdeJesús.Quizádelostiemposdelascruzadas.Elasuntonoesfácildeentender.Es
probablequelohayaentendidomal.Loheleídomuyrápido.
—¿Meloprestarías?—preguntoalzandoellibro—.Megustaríamuchopoderleerlomejor.
—¡Sí,sí!—diceconentusiasmo,comosiloquemásdesearaenelmundoesquemelollevara.
—Cuéntameentoncesloquesabesdeesteasunto.
Sonríeconsatisfacciónycarraspea.Conlavozquebradayvibrante,Grethemehabladelcruzado
quellevóunareliquiaalaordendeloshospitalariosdeSanJuandeJerusalénen1186.Mástardela
reliquia se conoció como «El cofre de los secretos sagrados». Los hospitalarios tenían orden de
ClementeIIInosólodecustodiarelcofre,sinotambiéndeocultarlo,lejosdeladrones,cruzadosy
caballeros,lejosdeobispos,papasyreyes.CuandoalañosiguienteelsultánSaladinotomóJerusalén
yloshospitalarioshuyeron,desapareciótodahuella.Sólohahabidounhiloconductorqueguiasea
todoslosaventurerosycazadoresdefortunasquealolargodelossigloshanbuscadoeltesoro:el
cofresagradoestádentrodeunoctógono,deuntemplooctogonal.
—¿EnelmonasteriodeVaerne?—preguntoconacidez.
Ellaestáreclinadaymemira.Escondeungestodecondescendencia.
—¿Porquéno?
Noconsigocontenerlarisa.
Ellameacaricialarodilla.
—Bjørnillo, ya sé lo que estás pensando. Siempre has sido muy impaciente, incrédulo y rápido
para sacar conclusiones. ¿Qué es lo que te enseñé en la universidad? ¿No te enseñé a combinar el
escepticismo con la imaginación? ¿La comprensión con las preguntas? ¿La duda con la claridad?
Tienesqueescucharlosmitos,lassagas,loscuentos,lasreligiones.Noporquetediganlaverdad,
Bjørnillo,sinoporquehansalidodeunaverdad.
Laintensidaddesuvozysumiradameasustan.Escomosiestuvieradeseandodarmelaclavede
lavidaeternaantesdedesaparecerenunanubedehumoychispas.Peronohaceningunadelasdos
cosas.Seinclinahaciadelante,cogeuncaramelodelcuencoquehaysobrelamesayselometeenla
boca.Oigocómolomueveadelanteyatrásentresusdientes.
Ladealacabeza.
—El monasterio de Vaerne no era un mal escondite. Estaba tan lejos de Tierra Santa como se
pudiera imaginar. Noruega era el puesto avanzado de la civilización y los historiadores nunca han
conseguidoexplicarporquéloshospitalariosdeSanJuanconstruyeronunmonasterioenNoruegaa
finalesdelsiglodoce.—Pensativa,sacudelacabeza—.Sirealmentehabéisencontradoeloctógono,
Bjørnillo,ysirealmentehabéisencontradouncofre…—Dejalafraseflotandoenelaire.
—¿Quéhabíaenelcofre?
—Ésaesexactamentelacuestión.¿Quéhayenelcofre?
—¿Nolosabes?
—No, válgame Dios. No tengo ni idea. Corrían muchos rumores. Se dice que la monarquía
merovingia ocultó un tesoro de dimensiones insospechadas. Oro y piedras preciosas que habían
acumuladodurantesigloslaIglesiaylafamiliareal.
—¡Porfavor!—lainterrumpoconunsuspiroprofundoyafectado—.¿Tesorosocultos?¿Alguna
vezhasoídohablardealguienquehayaencontradountesoroasí?
—Quizásestétodavíaporencontrar.
—¡RomanticismodeIndianaJones!
—Bjørnillo—empieza,apretandoloslabiosdetalmodoqueséloquevaadecir—,meremitoa
los rumores que durante décadas han corrido por los ámbitos académicos. No estoy avalándolos,
perotampocolosrechazoconlarotundidaddeciertojovencaballeroqueconozco.
—Pero ¿qué decían esos rumores? —Escupo las palabras como si se trataran de una cereza
podrida.
—Hayunmapa.Yunagenealogía.Textoscodificados.Noconozcolosdetallesdelahistoria.Hay
unrelatoqueseoriginóenunpueblodelsurdeFranciaquesellamaRennes-le-Cháteau,dondeun
joven cura halló, en el siglo pasado, unos pergaminos enrollados que se dice que le hicieron rico.
Enormementerico.Nadiesabeconexactitudquéfueloqueencontrócuandosepusoarestaurarla
vieja iglesia a la que lo habían destinado. Se dice que los documentos contenían un gran secreto
inconcebible.
—¿Queera…?
—Si lo supiera, Bjørnillo, no sería un secreto, ¿no? Algunos especulaban con que eran mitos
religiosos.QuehabíadescubiertolahojadelPacto,cosaquenoeratandescabellada,yaquelaiglesia
se había construido sobre las ruinas de una iglesia cristiana del siglo séptimo. Otros pensaban que
habíaencontradotextosbíblicosoriginales.Yalgunoscreíansimpleyllanamentequehabíadadocon
losmapasqueindicabanelemplazamientodeuntesoromedieval.
—¿YquétieneesoqueverconelmonasteriodeVaerne?
—No lo sé. Pero podría pensarse que el tesoro, si es que existe, está oculto bajo el terreno del
monasterio.Oqueelcofrequehabéishalladocontieneloshilosquemuestranquécaminoseguir.
—Grethe.—Suspiro,yledirijomimiradadeBambi.
—¡ElmanuscritoQ!—exclamadepronto.
—¿Quéhasdicho?
—¡ElmanuscritoQ!—repite.
Mevuelvo;nocomprendo.
Ellaprosigue:
—No es que lo sepa, sólo estoy conjeturando. Todos estos años me he estado preguntando qué
podríaseresoqueeratanimportanteencontrar.Ysijuntolospedacitosdeinformación,laspiezas
delpuzlesecolocanensusitio.Quizás.
—¿ElmanuscritoQ?
—QdeQuelle.Significa«fuente».Enalemán.
—¿Quelle?
—¿Deverdadnohasoídohablardeeso?
—No,lociertoesqueno.¿Quées?
—Sesuponequeunmanuscritooriginalengriego.
—¿Quécontiene?
—TodaslaspalabrasquedijoJesús.
—¿Jesús?¿Enserio?
—Susenseñanzasenformadecitas.EltextoquesupuestamenteusaronMateoyLucascomobase
parasusevangelios,ademásdelevangeliodeMarcos.
—NoteníaniideadequeexistieraesemanuscritoQ.
—Quizánoexista.Esunateoría.
—¿PorquéhabríadeacabarenelmonasteriodeVaerne?
—Pregúntaleatupadrastro.
—¿Quésabeél?
—Porlomenosmásqueyo.
—Pero¿cómo…?
—¡Bjørnillo!—mecorta,yseechaareírdetodocorazón.Despuésmemirapensativa—:¿Tienes
ganasdehacerunviajeaLondres?
—¿ALondres?
—Pormí.
Vacilo.
—Yamicuenta—añade.
—¿Porqué?
—Paradesentrañarunaviejahistoria.
Nodigonada.Grethetampoco.Seponedepiecomopuede,saledelsalónconpasovacilanteyse
meteeneldormitorio.Alvolvermetiendeunsobre;loabroycuentotreintamilcoronas.
—¡Vaya!
—¿Bastará?—pregunta.
—¡Esdemasiado!
—Nodigaseso.Quizátengasquehacermásviajes…
—¡Estáslocaguardandotodoesedineroencasa!
—Yonolecedoalbancomisahorros.
Meechoareírdesconcertado,comopreguntando:«¿Dequévatodoestoenrealidad?».
—Esoesloquetútienesqueaveriguar—añade,comosileyesemispensamientos.
—Grethe.—Intentocaptarsumirada,peroseescabulle—.¿Porquéteimportatantoesto?
Ellamirahaciadelante.Finalmentememiraalosojos.
—Yopodríahaberformadopartedetodoelasunto—dice.
—¿Partedequé?
—Deesocuyasuperficieestásrascando.
—¿Pero?
—Peroocurrióalgo.
Selellenanlosojosdelágrimasysemuerdeellabioinferior.Pasaunratohastaquesuperalos
sentimientosquelaoprimen.
Ya sé que no voy a sacarle nada más, pero sus motivos no son fundamentales. Antes o después
llegaréatocarsufondo.
—¿Irás?—inquiere.
—Claro.
—La SIS. Londres. Whitehall. Pregunta por el presidente. Michael MacMullin. Él tiene las
respuestas.
—¿Aqué?
—¡Atodo!
Nosmiramos.
Mecogeconfuerzadelamanga.
—¡Tencuidado!
—¿Cuidado?—preguntoasustado.
—MacMullintienemuchosamigos.
Suenaaamenazavelada.
—Amigos—repito—.¿AmigoscomoCharlesDeWitt?
Ellafrunceelceñodemodocasiimperceptible.
—¿Charles?—dice—.¿CharlesDeWitt?¿Quésabesdeél?
—Nada.
Reflexionaporuninstante.Luegodice:
—Aél,desdeluego,notienesporquétemerlo.—Percibounlevetonodeternuraensuvoz.
—¿Quésabesdelaccidente?
—Fueunanimiedad.Unrasguñoenelbrazo.Laheridaselegangrenó.
Nolaentiendo.
—Sematódelgolpe…—digo.
Ellamemira,frunceelentrecejo.Entoncesmecomprende.
—Ah,¿tupadre?—Sólosusojosrevelanlaagitaciónquelaembarga—.Nohaynadaquesaber
—añadeconobstinación.
—Pero,Grethe…
—¡Nada! —exclama. El esfuerzo le produce un ataque de tos. Pasa un largo minuto hasta que
consiguesobreponerse—.Nada—repiteenvozbaja,mássuavemente—.Nadaquenecesitessaber.
DoceminutoseseltiempoquenecesitoparallegarencochehastaelDomusTheologica,quesuenaa
centrocomercialdelsurdeEuropaperoquenoesmásqueelpretenciosonombredelafacultadde
TeologíadelacalleBlindern.ConozcoaunprofesoradjuntodeldepartamentodeHebreo.Creoque
puedesermeútil.
GertVikersláttenmidecasidosmetrosdealtoyestámuyflaco,tantoquedalaimpresióndeque
hadeconcentrarseparamantenerelequilibrio.Nosediferenciamuchodeunavezancuda.Tieneuna
barbaquepareceestararraigadacondemasiadafuerzadetrásdelasorejasybajolabarbilla.Todoen
él—losdedos,losbrazos,lanariz,losdientes—esunpocodemasiadolargoycomoaccidentado.
Empleamosalgunosminutosenrecordareltiempoenqueestudiábamosjuntos.Hablamosdelos
conocidos comunes, de los maestros desesperantes, de las chicas con las que soñábamos, pero que
nuncafueronnuestras.Comoyo,Gertesunsolitario.Comoyo,cubresuspequeñasneurosisconuna
pátinadearroganciaacadémica.
Mepreguntaporquéheidoaverlo.Respondoqueestoybuscandoaalguienquepuedahablarme
dealgoaloquellamanelmanuscritoQ.
Seleiluminanlosojos.Lanuezseleagita.Nadaalegramásaunexpertoquelaposibilidadde
brillar.
—¿ElmanuscritoQ?¡Yalocreo,muchacho!¡Unmanuscritoquenoexiste!
—Peroquedebedehaberexistidoenalgúnmomento—señalo.
—Almenosesopiensanmuchos.
—¿Incluidotú?
—Porsupuesto.—Abredeparenparsuslargosbrazos;duranteunmomentocreoquepretende
empujarlasparedesdesuestrechodespacho.
—¿Aunquenohayanadiequehayavistoniunasolaletradeél?
—EsodeQmerecuerdaaunagujeronegro—responde,formandouncírculoconelpulgaryel
índice—.Nosevenisiquieraconlostelescopiosmáspotentes,perosabesqueestáahíporelmodo
enquesemueveelrestodeloscuerposcelestes.
—Aligualquesabessihayunimándebajodeunahojadepapelconvirutasdemetal—añadoa
su razonamiento. Él asiente, y continúo—: Todo lo que sé del manuscrito Q es que está escrito en
griegoyquesesuponequecontienemuchasdelaspalabrasdeJesúsenformadecita,talycomomás
tardelasreprodujeronMateoyLucas.YtambiénqueseconsideraunadelasfuentesdelaBiblia.
—Entoncessabeslofundamental.
—Peroexplícameporquéestanimportantesihaexistidoono.
—Saber. Comprensión. —Se encoge de hombros—. Visto así, también da igual que los
arqueólogoshayáisencontradolanavevikingadeGokstad.Peroesfenomenalquelaencontrarais.
—Peroenlapráctica,¿elmanuscritoQimplicaríaalgunadiferencia?
—¡Porsupuesto!
—¿Porqué?¿Dequémodo?
—Porque cambiaría nuestra comprensión y nuestra interpretación de los textos bíblicos. Tú
mismo sabes cómo interviene el cristianismo en nuestra vida cotidiana hasta el día de hoy. Como
depósitodecultura.Pormediodeleyesyreglas.Nuestravisióndelhombre.Todoestárelacionado.
—Todoesoloentiendo.¿DicesqueelmanuscritoQpuedecambiaralgodeeso?
—Puede ayudarnos a comprender mejor la aparición del Nuevo Testamento y, de ese modo, a
interpretar mejor los textos. Orígenes, el teólogo de la Antigüedad, declaró que la Biblia no debía
interpretarsedeformaliteral,comohacemoshoyendía,sinocomosignosoimágenesdeotracosa,
de algo mayor. La Biblia ha de comprenderse a partir del conjunto. Cuando habla de una montaña
desde la que puede verse todo el mundo, ¡no lo dice literalmente! Aunque algunos insistan en
entenderloasí.
—¿Cómoesdeantiguo?
—Prontotendrádosmilaños.CreemosqueelmanuscritoQfueescritojustoantesdequePablo
redactara y fechase sus primeras cartas, es decir, apenas veinte años después de la crucifixión de
Jesús.
—¿Porquién?
—Esonolosabemos.—Seinclinahaciadelantey,bajandolavoz,añade—:¡Lointeresantedela
fechaesquefueraveinteañosantesdequeMarcosescribierasuevangelio!—Enarcalascejasenun
gestomuyelocuente.Esperaansiosoalgúntipodereacciónpormiparte.Nolahay.Noentiendopor
qué piensa que la datación es tan importante. Las cejas vuelven decepcionadas a su sitio—. Como
sabes—continúaconexageradaclaridad,casiconcondescendencia—,seconsideraqueelevangelio
de Marcos es el más antiguo, es decir, el primero, a pesar de que está el segundo en el Nuevo
Testamento. Probablemente fue redactado cuarenta años después de la crucifixión de Jesús, o sea,
alrededordelañosetenta.
—Asíque,enciertomodo,elmanuscritoQesmásauténticoquelosevangeliosposteriores.
—¿Másauténtico?
—Porquefueescritomáscercadelosacontecimientos.
—Bueno… —Gert vacila, hace una mueca que pone al descubierto sus dientes alargados y sus
encíasrosas—.Notienemuchosentidograduarlaautenticidaddelosmanuscritosantiguos,yasean
bíblicosono,dosmilañosdespués.Tambiénesunacuestióndefe,peroresultaevidentequecuanto
más te alejas de las fuentes y los sucesos, tanto más imprecisas e inexactas pueden ser las
reproducciones.
—Enciertosentido,losviejosevangelistaseranunaespeciedeperiodistas.
—Nosóloeso.Eranactoressociales,predicadores,misioneros…
—¡Precisamente!¡Periodistas!—Meechoareír—.¿YteníanaccesoalmanuscritoQ?
—Noesimprobable.Creemosquecirculóporlasprimerascongregacionescristianasduranteel
siglouno.—Sonríeparasí,comosidisfrutaradealgoquenodeberíadecir—.Locontrovertidodel
manuscrito es que hay investigadores que opinan que algunas comunidades cristianas no creían en
absolutoqueJesúsfueraunserdivino,sinomásbienunsabiofilósofo.Alguienquedeseabaenseñar
a las personas cómo vivir para ser judíos felices. Si se prescinde de los evangelios y de Pablo, el
NuevoTestamentoquedacomounapiezadejudaísmoreformado.
—Esolopiensamuchagente,¿no?
—Pero debes recordar que el manuscrito Q, en caso de que se encontrara alguna vez, tendría
muchísima autoridad simplemente por el hecho de haber sido escrito justo después de que Jesús
estuviera entre nosotros. Y fue redactado por testigos, no por evangelistas que vivieron mucho
tiempodespués.Esemanuscritoera,pordecirloasí,untestimonioperiodístico,almenosenmayor
gradoqueloscoloridosevangeliosorganizadosposteriormente.RetratabaelpapeldeJesúscomoel
de un agitador apocalíptico y una persona volcada a la sociedad, como un revolucionario de
entonces.NosedefiníaentornoalacuestióndesierahijodeDiosono.
—¿Quédemuestraentonces?
—No creo que pueda demostrar nada. Pero hay que leer los manuscritos de aquel tiempo
conjugándolosconunacomprensiónprofundadesucontemporaneidad.Delascondicionessociales
dominantes.
—YocreíaquelosteólogosconfiabanciegamenteentodoloqueponeenlaBiblia.
—¡Ah!¡Lateologíaesunaciencia,nounafe!Yaenelsiglodieciocholosteólogosmáscríticos
planteabancuestionessobrelosdogmas.ElprofesorHermanSamuelReimarusredujoaJesúsauna
figura política judía. En mil novecientos seis, Albert Schweitzer lo siguió con un sobresaliente
tratado científico que exponía cuestiones críticas fundamentales a la visión teológica dominante.
Ambos diferenciaban entre el Jesús histórico y la imagen que de él se ha difundido. Esta teología
crítica se ha desarrollado hasta nuestros tiempos. Si se combinan saberes históricos, sociológicos,
antropológicos,políticosyteológicos,puedesurgirunanuevaimagendeJesús.
—¿Cuál?
—Jesús nació en unos tiempos turbulentos. Su doctrina fue usada bien y mal. Muchas de las
primerascomunidadescristianasnoleconcedíanningunaimportanciaalamuerteyresurrecciónde
Jesús. Lo veían como una figura que podía conducir a la sociedad. Una especie de Lenin o Che
Guevara.Mientrasqueotrascomunidadescristianassólovalorabanlacrucifixiónylaascensióny,
pordecirloasí,seolvidarondelJesúshistórico.
—¿AsíqueelmanuscritoQnohabladeunJesúsdivino?
—No,deningúnmodo,nisiquieraparecequesusredactoressupierannadadelascircunstancias
querodearonlamuertedeJesús.Ysisabíanalgo,dejaroncompletamentedeladolacrucifixión,por
no hablar de la resurrección. ¿Comprendes? Aunque confirme mucho de lo que escriben Lucas y
Mateo,elhallazgodelauténticomanuscritoQpodríainfluirennuestromododeentenderaJesúsy
alterarlo.LosautoresnuncapensaronenJesúscomoenelhijodeDios,sinocomoenunsabioyun
agitadornómada.¡Unrevolucionario!Fueronlosevangelistasquienesmástardeañadieroneldogma
delaresurreccióndeJesús,cosaqueloconvirtióenunserdivino.Bueno,hayquienespiensanque
losdiscípulosrobaronelcuerpodeJesúsdespuésdequefueracrucificadoyqueseinventarontoda
la resurrección. No querían reconocer la derrota, el que su salvador muriera sin más antes de que
hubiera llegado el reino de Dios. Incluso Jesús creyó durante mucho tiempo que el reino de Dios
llegaríaestandoélvivo.
—Sigosincomprenderquéteconvencedequeesemanuscritohaexistidorealmente.
Gertsepasalosdedosporlasmejillas,bajahastaelmentónysepellizcalasbarbasconairede
cura.
—Imagínate que tú y yo fuéramos a traducir un texto inglés al noruego. Nuestras versiones se
parecerían, pero no serían idénticas. Del mismo modo, los evangelios de Lucas y de Mateo son
igualesenmuchossentidos.Losinvestigadoreshanllegadoalaconclusióndequehastadoscientos
treintaycincoversículossontansimilaresquehandeestarbasadosenlamismafuente.Aunquelos
dos se escribieron independientemente, muchas de las frases de Jesús son idénticas. Palabra por
palabra.
—¿Entonces?
—ElJesúshistóricohablabaarmenio,elidiomaquecuatrocientosañosanteshabíadesplazadoal
hebreo como lengua cotidiana en Palestina. No hablaba griego, como en estos textos. Por eso los
evangelistasdebendehabercontadoconunmanuscritooriginalengriegoalqueatenerseydelque
citar.¡ElmanuscritoQ!¡Quelle!¡Fuente!
—¿NopudieronLucasyMateoplagiarseelunoalotrosinmás?
—Si fuera tan sencillo… —responde con una sonrisa—. Imposible. Están escritos en tiempos
distintos, en lugares distintos, para grupos de lectores completamente distintos. Hay demasiadas
diferenciasfundamentalesentreelloscomoparaquehayanpodidoleerseelunoalotro;entalcaso
sehabríancompenetradomás.Sehabríancorregidoyajustado.Perodetodosmodospodemosdecir
conseguridadquelafuenteeslamisma.
—Cuántosesabe—digoconlaconismo.
—¡Osecreequesesabe!—Gertsebalanceasobrelasilla.Semepasaporlacabezaqueelhecho
dequesecayeratendríaampliasconsecuencias—.LosinvestigadoresestánsegurosdequeMarcos
fue el primero que escribió el evangelio. De que Lucas y Mateo escribieron los suyos más tarde,
basándoseenMarcosyenelmanuscritoQ,peroconaportacionespropias.Porponerunejemplo,el
noventaporcientodelostemasdeMarcosapareceenMateo.
—¿CuántohacequelosteólogossabendelaexistenciadelmanuscritoQ?
—YaaprincipiosdelsiglodiecinuevelosinvestigadoresdelaBibliaestablecieronqueLucasy
Mateodebíandehabertenidounafuentecomún.ApartedeMarcos.Peroesafuentenoseidentificó
hastamilochocientosnoventa.
—¿ComoelmanuscritoQ?
Gertasiente.
—No todo el mundo acoge el manuscrito con el mismo entusiasmo. Es comprensible. A la
mayoríaleresultadifícilencenderseconalgoquesóloexisteteóricamente.
Selevanta.Escomosiseestuvieraviendoanteunaularepletadejóvenesestudiantesentusiastas
quedesearan,másqueningunaotracosa,recibirdeélesamismanocheclasesprivadasdeTeología
yFisiologíaAplicada,despuésdeunabuenacenayunabotelladevino.
—En mil novecientos cuarenta y cinco pasó algo emocionante —prosigue—. Unos hermanos
egipciosencontraronungranjarrónsellado,enterradojuntoalpiedelasmontañasdelaregiónde
NagHammadi.
—¿Y salió un genio que cumplía todos los deseos? —digo riendo—. ¿Alcohol, mujeres y un
flamantecamellonuevo?
Gertguiñaunojoconpicardía.
—¡Casi!Dehecholoshermanosteníanpavoraabrirlo,precisamenteporquepodíaencerrarun
genio. Un genio maligno. Es una mala tendencia de los jarrones en Egipto. Cosa que sabe todo
arqueólogoexperimentado.
Nosreímos.Gerttieneunarisaalegreyalborotada.
—Pero al fin triunfó la avaricia de los hermanos —continúa—. Era posible que la vasija no
contuvierageniosmalignos,queestuvieserepletadeoroydiamantes.Asíquecorrieronelriesgoy
laquebraron.
—¿Nadadegenios?
—¡Nisiquieralainsinuacióndeunoengestación!
—¿Quéencontraronentonces?
—Trecelibros.Trecetomosencuadernadosenpieldegacela.
Ladeolacabeza.
Gertestampalapalmadelamanocontraelescritorio.
—¡Elhallazgoerallamativo!Tantoparalosteólogoscomoparalosarqueólogos.¡Labiblioteca
deNagHammadi!Losmanuscritosincluían,entreotrascosas,elEvangeliosegúnTomáscompleto.
Reflexionoenloqueacabodeoír.EsciertoquenuncaheleídolaBibliademasiadobien,pero
creíaqueconocíatodoslosevangelios.
—ElEvangeliosegúnTomásnuncafueincluidoenlaBiblia—meexplicaGert.
—Aunasí,noatodoelmundoleesconcedidoserrefutadoporDios.¿Losespecialistasconocíais
eseevangelio?
—¡Sí! Al menos hasta cierto punto. Pero nadie había visto la versión íntegra, no hasta mil
novecientos cuarenta y cinco. Antes se había encontrado en Oxyrhynchus, en Egipto, un fragmento
escrito en griego. El texto de Nag Hammadi está completo. No sólo eso, sino que los escritos
contienentambiénelllamadoEvangeliosegúnFelipeytranscripcionesdelascharlasentreJesúsy
susdiscípulos.CasiunNuevoTestamentopropio,perotambiénmuydiferentedeloriginal.Yahora
atiende,¡porqueestoesimportanteymuyinteresante!¡Estabaescritoencopto!
—¡No fastidies! ¿En copto? —exclamo. La exclamación es pura broma y Gert me pilla
inmediatamente.
—¡Copto! —repite—. Es decir, el idioma que se usaba en Egipto hacia finales del Imperio
romano.
—Creoquemevoyacolgar—murmuro,aunquequizáseaunaexageración.
Gert me sonríe con complicidad. Debe de ser la misma sonrisa con la que obsequia a las
estudiantesdeprimercurso,lasquellevantrenzasycamisetaajustada.
—Tomando el texto, los investigadores podían reconstruir el Evangelio según Tomás en la
lenguaoriginal,elgriego.AlcontrarioquelosevangeliosqueencontraronsitioenlaBiblia,aligual
queQ,elEvangeliosegúnTomásdicepocoonadasobreelnacimiento,lavidaylamuertedeJesús.
Sólocontienesuspalabras.Cientocatorcecitasqueempiezantodascon:«YJesúsdijo…».Muchas
son sorprendentemente parecidas a las de Mateo y Lucas. Para los investigadores está claro que
Tomásusólasmismasfuentesquelosotrosdos.¿Mesigues?
—Aduraspenas.
—El Evangelio según Tomás confirma de forma indirecta que Mateo y Lucas, al igual que
Tomás, debieron de tener una fuente escrita común. Una colección de textos que copiaron y
adornaronenfuncióndelanecesidaddeconvencerasuslectoresdesuversióndelavidaydoctrina
de Jesús. Lo interesante es que el autor del manuscrito Q, y quizá también sus contemporáneos,
interpretaron la palabra de Jesús de un modo completamente distinto de como lo hicieron los
escritoresylectoresdelaBiblia.
—Unacuestiónbastantedelicada,enotraspalabras.
Gertsemuerdeellabioinferioryasiente.
—¡Ya lo creo que sí! En mil novecientos ochenta y nueve, un grupo empezó a reconstruir el
manuscritoQcomparandolostextosbíblicosdeMateoyLucasconelmanuscritodeTomás.Sólo
estetrabajo,ensímismo,haprovocadounaencendidaycontrovertidadiscusiónsobrelosorígenes
delcristianismo.
Gertyyonosmiramos;imaginoquesepreguntaráadóndenosllevatodoesto.
—¿QuépasaríasialguienencontraraelmanuscritoQ?—inquiero.
Sacudepensativolacabeza.
—Nomeatrevoniaimaginármelo.LeharíasombraaloshallazgosdelatumbadeTutankamóny
delosmanuscritosdelmarMuerto.Tendríamosquereescribirlahistoriadelareligión.
No puedo dejar de preguntarme si lo que se oculta en el cofre de oro, encerrado en madera
podrida,envueltoenplásticoymetidoenunbolsoencasadeRogern,seráelmanuscritoQ.
Siyofueraelprotagonistadeunapelícula,habríaarrancadolamaderayforzadoelcofrepara
satisfacer mi curiosidad y la de mis lectores. Pero yo soy una persona reflexiva, un investigador
serioycuidadoso.Uncofretanantiguo,quellevatantosañosenterrado,nosepuedeabrircomosise
tratara de un bote de conserva. Ha de abrirse con las mayores delicadeza y cautela. Deben hacerlo
especialistas.Talycomoseabriríaunaconchaparasacarlaperlasindañaralmolusco.Simelanzo
aunacazaapresuradayentusiastadelcontenido,corroelriesgodecausarunacatástrofe.Enelmejor
de los casos dañaría el contenido, sin haber entendido siquiera lo que he encontrado. No soy muy
duchoengriegoclásico,hebreo,arameoocopto.Enelpeordeloscasospodríadestruirlotodo.El
pergaminoyelpapiroantiguosquedaríandesintegradosenunasolanoche.
Perounacosasé:elcofrehadeserprotegido.
Algunasmujerestienenunauraquemellegadirectamentealahipófisis.
Es alta, y tiene el cabello rojizo, ojos verdes, labios finos y una insinuación de pecas. La falda
ondeaentornoasusdelgadaspiernas,unanchocinturónplateadoleciñeeltalle.Bajolablusade
algodónintuyoelpesodesuspechos.
Durante dos años estuve enamorado de ella. Espero que no lo sepa, pero creo que sí lo sabe.
Ahora la tengo delante, en el umbral de la puerta, esbozando la misma sonrisa que en tiempos me
tuvoembrujado.SellamaKristin.EslaesposadeCaspar.SinoseconoceaKristin,sepensaráquees
artista de diseño de telas, o modelo de desnudos o quizá trapecista en un circo ambulante. Pero
Kristin es economista social. Jefa de sección en la Agencia Central de Estadística. Cuando
estudiábamos en la Universidad de Blindern, Kristin y Caspar vivían en un piso compartido en la
calleMaridal.Eraunapasada.Jazz,bluesyrock.Defiestatodoelfindesemana.
Conmigonovacompartirsegúnquécosas.Lapiladebotasyzapatosenlaentrada.Lasbragas
húmedas en las cuerdas del cuarto de la lavadora. Las peleas. Las largas tardes en las habitaciones
compartidas,conelsolentrandoporlasventanas.Siemprehayalguienquesabeloquehaces.Quete
oyecuandovasalbaño.Quequierehablarcontigosobreunapelículaosobrealgúnlibro,ojugara
lascartas,oquetemandaalamierdacuandolepidesuncigarrillo.Alguienqueestápendientedeque
te toca a ti fregar los platos o hacer la limpieza. Las asambleas, la comunidad, la solidaridad, los
roces,elerotismo,lasvotaciones,laautocrítica.Nadadeesomeva.
Una noche que me quedé a dormir en su habitación, Caspar y Kristin hicieron el amor
silenciosamente en el colchón sobre el suelo, a mi lado. Era pronto por la mañana. Una luz suave
inundabalahabitación.Mehiceeldormido.Ellosfingieronquecreíanqueestabadormido.Recuerdo
los gemidos sofocados de ella, los cuerpos que se mecían, la pesada respiración de Caspar, los
sonidos,losolores.Porlamañanatodosactuamoscomosinada.
Erananarquistas.Yonuncaentendísurebelión.Ahorasumilitanciasehaenfriado.Sehanvuelto
socialdemócratas.LoúnicoqueseparaaKristinyaCaspardelasmasasesunararezapropiaqueles
quedadesustiemposdecomuna:notienentelevisión.Noquierentenerla.Esporprincipios.Nose
puedehacerotracosaqueadmirarlos.
—¡Bjørn!—exclamaKristinarrolladoramente,ymemeteenlaentradaaltiempoquememirade
arribaabajoconunasonrisa—.¡Perosinohascambiadonada!
Nos abrazamos. Largamente. A mí me parece que Kristin tampoco ha cambiado gran cosa. De
prontorecuerdoporquéestabaenamoradodeella.
Sobrelamesadelsalón,Casparhaextendidocopiasdelospapelesqueatañenalasexcavaciones
delmonasteriodeVaerne.Fajosdecartas,documentos,tablas,esquemasymapas;todosazonadocon
la maleza de sellos y registros que exhibe toda burocracia para justificar su existencia. Hay
solicitudesconsusrespuestas,descripcionesydetalles,enunapacíficamezcladenoruegoeinglés.
—Alhacerlasfotocopiasmehesentidocomounespía—diceCasparconnerviosismo.
Nosésiestábromeando.Creoqueno.Conlosañossehavueltoprobo.ElEstadotieneeseefecto
sobresuslealesservidores.Sesientenpartedelsistema.Comosielsistemafueraellosmismos,lo
quenosealejatantodelarealidad.
Kristinflotaanuestroalrededorcomounhadaafanosa.Enciendemilesdevelitasquehacenque
elpisorecuerdeaunrecónditomonasteriodemontañaenlaviejaGrecia.Nossirvetéenenormes
tazasdecerámica.Cadadosportresmedirigeunamirada.Miradasbrevesyexpectantesqueindican
que está esperando que diga algo halagador. Pero yo no tengo la menor intención de hacerlo. Ha
preparadopastelitosygofres.EnelfondodeKristin,traslajefadesección,traslafeministasexy,
traslainvestigadoraeneconomíasocial,traslarebelde,trassuhermosafachadacosmopolita,habita
unamujersolícitaquenosquierebienatodos.
Cojo una carta al azar firmada por Caspar Scott. Bajo el logotipo de la Dirección General de
PatrimonioHistóricoyelleóndelreinoleo:
EnvirtuddelaLeydelPatrimoniodel9dejuniode1978,rectificadaporúltimavezel3de
julio de 1992, se concede a la Society of Internacional Sciences (SIS), representada por su
presidente Michael MacMullin (a partir de ahora mencionado como titular de la iniciativa),
permiso para iniciar excavaciones arqueológicas, bajo la dirección del profesor Graham
Llyleworth, en el terreno definido (Centro Cartográfico Nacional/referencia en el mapa
1306/123/003). Los planes caen bajo el ámbito de responsabilidad de las autoridades del
PatrimonioCultural,yeltitulardelainiciativaestáobligadoaceñirsealasrecomendaciones
delrepresentantearqueológiconombradoporlasautoridades(elsupervisor).Labúsquedade
uncastillorecaebajolaDirecciónGeneraldelPatrimonioHistórico(véanselasnormativas
sobrerepartodetrabajo),perocomoeltrabajoapuntamásallá,sedelegarálajurisdicciónen
el Museo Arqueológico Regional (representado por la Colección de Objetos Antiguos de la
Universidad,Oslo).
HubountiempoenqueCasparescribíapoesía.En1986lepublicaronunpoemaenelnúmerodel
sábado del periódico Dagbladet. Durante mucho tiempo soñó con convertirse en escritor. Quizás
hubierapodidollegaraalgo.Escuriosoloqueelentepúblicohaceconlacapacidaddeexpresiónde
uno.
Hay otros documentos: sobre el objetivo de las excavaciones, dónde han de almacenarse y
exponerse eventuales hallazgos, las condiciones para las publicaciones… Leo que el profesor
GrahamLlyleworth—«renombradocatedráticodeArqueología,autordenumerososlibrosdetexto
y artículos científicos publicados por universidades de todo el mundo»— es el especialista
responsabledelasexcavaciones.Leosobrelaverosimilituddeencontraruncastillocircularconsus
correspondientescuarteles.LeolasanotacionesdelprofesorArntzen,quedasuvistobuenoatodoy
respondeinclusodemihabilidadcomosupervisor,yregistroelselloylafirmailegibledeldirector
delinstituto,FrankViestad.
Dejotodaslascopiassobrelamesayexclamo:
—¡Unatapadera!
—¿Dequé?—preguntaKristin.
ConozcoaCasparlosuficientementebiencomoparasaberqueselohacontadotodo,yconozco
aKristinlobastantecomoparasaberqueseestámuriendodecuriosidad.
—Sabíanquenoíbamosaencontrarningúncastillocircular—respondo.
—Porquenoerauncastillocircularloqueestabanbuscando—apuntaCaspar.
—¡Exacto!Estabanbuscandoalgomuchomásgrande.
KristinmemirayluegomiraaCasparconunaexpresiónpreocupadaquesignifica:«Debende
serlosnervios».
—¿Másgrandequeuncastillocircular?—preguntaCaspar.
Le guiño un ojo a Kristin con mi sonrisa más picara, asegurándole en silencio que estoy sano
comounamanzana.
—Másimportantequeuncastillocircular—leaclaroaCaspar.
Kristinsevuelveparacogerunpastelito,yelmodoenqueseleciñelablusamedistrae,porque
lospezonesseledibujanatravésdelatela.Casparsiguemimiradayyomesonrojoprofundamente.
—¿Qué pintan en todo esto los ingleses? —pregunta Kristin, antes de apresurarse a añadir—:
Pero,Bjørn,¿tienescalor?
—Es evidente que lo sabían —contesta Caspar—. Quiero decir que el cofre estaba allí.
Llyleworth.MacMullin.LaSIS.¿Porquésinoibanasolicitarpermisoparaexcavareneseterreno?
—¡Exacto!Sabíandesobraqueelcofre…—digo,antesdequesuspalabrasdisparenlasalarmas.
Busco la carta que acabo de leer. Allí está otra vez el nombre. Claro como el agua. Michael
MacMullin.Sonlastresemeslasqueporfindespiertanmiatención.MacMullineselhombreconque
GrethequierequecontacteenLondres.EltutorcientíficoalqueLlyleworth,DeWittypapácitabanen
losagradecimientosdesutrabajo.Elmundoestállenodecasualidades.
Doyunosgolpecitossobrelacartaconelíndice.
—¡Oye!—exclamo—.¿Sabesquiénesestetipo?¿MichaelMacMullin?
—ElpresidentedelconsejodelaSIS—diceCaspardubitativo.
—¡AdemásdeltutordemipadreydeGrahamLlyleworthenOxfordenmilnovecientossetentay
tres!—digo,yacontinuaciónleshablodeltrabajoydeladedicatoria.
—¿Deverdad?—exclamaCaspar—.¡Yomeheenteradodeotracosarelacionadaconesetipo!
Miraloqueheencontradohoycuandofisgabaennuestrosarchivos.
Abre la carpeta que contiene los documentos y saca un ejemplar de la Revista arqueológica
noruega, n.° 4, 1982. Busca la página 16 y un artículo sobre un simposio interdisciplinar sobre la
colaboración en la investigación más allá de las fronteras nacionales. El organizador noruego del
simposioeranuestroInstitutodeArqueología.PeroestabafinanciadoporlaSIS.Casparhasubrayado
tres nombres con rotulador amarillo: los conferenciantes Graham Llyleworth y Trygve Arntzen,
ademásdeMichaelMacMullin.
—Viejosconocidos.
—AlgoocurrióenOxfordenmilnovecientossetentaytres—digopensativo.
—Llyleworthytupadredebierondeencontraralgoquelesllamólaatención.
—Al fin y al cabo, su trabajo era sobre tesoros y mitos. Descubrirían alguna cosa, junto con
DeWitt,seaquiensea.
—UndescubrimientoquelosllevaríaalmonasteriodeVaerne.
—Veinticincoañosdespués.
—Estabaclaroquehabíadeseralgomásquelapuntadeunalanza—apuntaKristin.Apesarde
sus diez años de matrimonio con Caspar, tiene una idea algo simplificada de lo que hacen los
arqueólogos.
—¿Hasoídohablardelmitodeloctógono?—lepreguntoaCaspar.
Elrebuscaenlamemoria.
—¿Algo sobre los hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que escondieron una reliquia en un
templooctogonal?Heleídoalgoenalgúnsitio.
Nohacefaltagrancosapararasparelbarnizdemiautoestima.TambiénCasparconoceelmito
deloctógono.Nopuedoevitarsentirmedeprimido.Yoeraelsupervisordelasexcavaciones,debería
habermedadocuentadelalcancedelascosascuandoIrenedescubrióloscimientos.Peronuncahabía
oídohablardeloctógono.
—Encontramoselcofreenunoctógono—digo.
—¿Estásdebroma?—Casparmemirafijamentealosojos—.¿Unoctógono?¿Enelmonasterio
deVaerne?—Sacudelacabeza.
—QuizátambiénhayasoídolosrumoresasociadosaRennes-le-Cháteau.
Frunceelentrecejo.
—La verdad es que no estoy seguro —dice—. ¿Fue allí dónde hallaron unos pergaminos al
remodelarlaiglesia?
Suspiro.
—¿Porquésoyyoelúnicoqueseperdiólasclasesemocionantes?
Casparseríe.
—¿Quizáporqueestabasmuyocupadopersiguiendoalascatedráticas?
Nopuedoevitarruborizarme.KristindirigeaCasparunamiradadereproche.Evidentementeme
doycuenta.
—¿QuésabesdelaSIS?—pregunto,intentandoocultarmisonrojoconlamano.
—Nomucho.Empecéahacercomprobacionesmientrastramitábamoslasolicitud.Unafundación
con sede en Londres. Está vinculada con la Royal Geographical Society y la National Geographic
Society y sus equivalentes. Y con todo tipo de universidades y ámbitos de investigación. Financian
proyectosinteresantesportodoelplaneta.Apartirdeprincipiosnolucrativos.
—¿Principiosnolucrativos?¡Ja!—Kristinseríe—.Enelmundodelainvestigaciónnohayhadas
buenas.
LeshablodelmanuscritoQ,delEvangeliosegúnTomás.
Después hablamos sobre todo de los viejos tiempos, de nosotros mismos. Incluso para los
especialistas,misteoríaspuedenllegaraserunpococargantes.LosdejocuandoKristinseponea
hacerlacena.Hígadoensalsadenata.Buenprovecho.
El policía es alto, flaco y está lleno de suspicacia contenida. Tiene la piel descolorida y los ojos
ligeramentesaltones,comosilohubieransacadounpocodemasiadorápidodelasprofundidadesy
lohubierandejadoentierra.Unrape.Cuandomemira,piensoqueasusojosnodebedeescapárseles
grancosa,inclusocuandoestáncerrados.Loslabiossontensos,autoritarios.Perocadavezquedice
algo,lohaceconvozchillonadeeunuco,locualexplicaquetrabajeeneldepartamentocriminaly
noenlacalle,entreoscurosbandidos.Llevaconsigounagrancarteranegrayaunentusiastaagente
quesehapasadodosminutosbarriendomipuertaconunpinceldemaquillaje.
Aldenunciarelrobo,mehetomadolalibertaddeinsinuarquerepresentabaalaUniversidadde
Oslo,yqueelrobopodíatenerrelaciónconundelitocontraelpatrimonioculturalqueseguroque
despertaría el interés de los medios de comunicación. Ese tipo de cosas suele ayudar. No me había
dado tiempo ni a colgar la chaqueta antes de que llamaran a la puerta, como si hubieran estado
sentadosenuncocheesperándome.
Esquivo,porqueelpolicíaesdeesosqueinterpretaránmishipótesiscomoteoríasparanoicasde
conspiración, le explico que los ladrones pueden haber creído que el disco duro de mi ordenador
conteníainformaciónsobreelhallazgodeuncofredeorodemásdeochocientosañosdeantigüedad.
Elpolicíasueltaunsilbido.Ochocientosañosesmuchotiempo,yparaéltodoloqueesviejoes
caro,especialmentesiesmuyviejoyencimaestáhechodeoro.
—Nomedigas.—Noparecepensarqueleestoycontandolaverdad—.¿Podríashablarmemás
sobreesecofre?
Vagamente, porque no quiero revelar demasiado y al mismo tiempo pretendo que me crea, le
hablodelasexcavacionesdeOstfold.Élescuchaconatenciónysacaunformularioquerellenacon
un bolígrafo. Es concienzudo. Su caligrafía habría provocado las alabanzas de una maestra de
Lengua.Meinterrogaconpreguntasprecisas.Cadavezquememira,sientoquemisrespuestasestán
llenasdeerrores.
—¿CuáleratufunciónenelmonasteriodeVaerne?
—Yo era el supervisor. Las excavaciones estaban dirigidas por un catedrático de Arqueología
inglés. Yo soy el representante de las autoridades noruegas de Patrimonio Histórico. Ya sabes, las
formalidadestienensuimportancia—añadoenunintentodeponerlodemiparte.Almismotiempo
me percato de que yo no le he contado que las excavaciones se llevan a cabo en el monasterio de
Vaerne.
—¿Alguienapartedetitienellavedelpiso?—mepreguntaelagentedelpinceldemaquillaje.
—Mimadre—respondo,mientraspienso:«Ymipadrastro».
—Lapuertanoestáforzada.
—Esecofre—dicelavozdeljefe—,¿esvaliosoensímismo?
—Mucho.
—¿Dóndeestáahora?
Vacilo.Comoespolicía,tengoelreflejomentaldeexplicarlelaverdad,peroalgomecontiene.
—Enlacámaraacorazadadelauniversidad—miento.
—Ah,¿sí?—Tomaaireentrelosdientesyproduceunsonidogorgojeanteconellabiosuperior.
Después suelta el aire, y deben de ser imaginaciones mías que huela a algas—. Explícame por qué
creesqueesecofredeoroeslacausadequealguienhayaentradoentucasa.
Es un policía eficiente. Pero los policías eficientes a menudo resultan un incordio. Hacen
preguntasdifíciles.Sobretodositienesalgoqueocultar.Yamearrepientodehaberimplicadoala
policía.Comosiellospudieranhaceralgo,apartedeamargarmelaexistencia,molestarmeconsus
desagradablescuestionesyasegurarsedequeelcofreacabeenlasmanosquemenoscorresponde.
Lesdigoqueelroboesunmisterioparamíysiquierenunatazadecafé.Noquieren.
—¿Haygenteajenaalasuntoquesepaalgodelcofre?—continúa.
—Noqueyosepa.Loencontramosayer.
—¿Yloguardaronenseguidaenlacámaraacorazadadelauniversidad?
Asientotanimperceptiblementequeapenassepuedetomarporunamentira.
—¿Lohicistetú?
Hayalgoquenoacabodeentender.Yohedenunciadounrobo,aquíenmipiso,peroloúnicoque
leinteresaeselcofre.
—No,yono.
—¿Quién?
—¿Importaeso?Hanentradoenmipiso,noenlacámaraacorazada.Elcofreestáseguro.
—Elcofreestáseguro—repite,imitandomivozymitonotanliteralmentequesemeocurreque
podríahaberestadosobreunescenariosielcuerpojudicialnolehubierapuestoesposas.Pensativoy
distraído,VozdePitoaprietaelbolígrafocontralabarbillaylemeteysacalapunta—.Aversime
estoyenterandobien,¿quieresdecirqueelrobodetucasatienequeverconelcofredeoro?
—Másdeunollegaríamuylejosparalograrlo.
—¿Quién?—pregunta.
—No lo sé —respondo—. ¿Comerciantes del mercado negro internacional? ¿Coleccionistas de
arte?¿Investigadorescorruptos?
—Peronocorremoseseriesgomientrasestéseguroenlacámaraacorazadadelauniversidad,
¿noesverdad?—Memiradesafiante.
—Nocreoquepuedahaberningunaotrarazónlógicadelrobodemidiscoduro.
—¿Porqueteníasalmacenadainformaciónsobreelcofreentuordenador?
—¡Nolatenía!Perohabráncreídoquesí;noveoningunaotraexplicación.
Elincrementaelritmoconelquejuegaconsubolígrafo.
—¿Quépiensastú?
—Debíandesuponerqueyoteníadatossobreelcofreenelordenador.Yquelosarchivosestaban
bienocultos,demodoqueibananecesitartiempoparaencontrarlos.Nosemeocurreningunaotra
causaparaqueselohayanllevado.
—¿Porquéhancogidosóloeldiscoduro?
—¿Nodeberíaspreguntarleesoalosladrones?
—Pero¿quécreestú?
—Quizásesperabanquenoloecharaenfaltatanrápidamente.
—¿Teníasalgunaotracosaeneldiscoquepudierainteresarles?
—¿Mispoemas?
—O fotos de adorables niños desnudos en la playa. —Su voz rezuma dulzura. Es de esos que
siemprepiensanlopeordelagenteque,comoyo,esdistinta.¡Serácabrón!Meentranganasdesacar
todaelaguadelacuarioverdeaguaenelquesindudapasasuslargasysolitariasnoches.
—Yocreíaqueoshabíallamadoporunrobo—ledigoentonoirónico—;noteníaniideadeque
meestuvieraninvestigandoporpedofilia.
—Lapolicíaharecibidounadenunciacontrati—anuncia,yposaindolentementesusojosdepez
sobremicaraparasondearmireacción.
Primeromequedoparalizado.Niegoincréduloconlacabeza.
—¿Alguienmehadenunciadoamí?¿Amí?
—Yatelohedicho.
—¿Porpedofilia?¿Oporcomerciarconpornografíaenlared?
—No,nomeestásentendiendo.Porelrobodelcofredeoro.
Suenaeltimbredelapuerta.Insistentemente.Comosialguienpretendieraatravesarlaparedcon
eldedo.Nosmiramos.Melevantoyvoyaabrir.
EnelpasilloestáelprofesorLlyleworthjuntoconsuviejoamigoycompañeroKingKong.
Alprincipioselimitanamirarmeconrabia,ensilencio.
—¡Idiota!¿Dóndeestá?—exclamaalfinelprofesorLlyleworth.
Enrealidadnoesunapregunta,sinounaorden.
—¡Entrad,entrad!¡Porfavor,noosquedéisahífuerapasandofrío!
Algoconfusospormiamabilidadfingida,atraviesanelumbral.Llyleworthprimero,KingKong
aún más dudoso, como si esperase la siguiente orden de Llyleworth, que probablemente sea
rompermelosdedosyarrancarmelasuñas,unaauna,hastaquelesentregueelcofre.
Entoncesvenalosdospolis.
—Tíopolicía—ledigoconalegría,yluegolotraduzco—:Unclepolice!—Bjørn,elintérprete
simultáneo.
LosagenteslosmiranconindiferenciahastaquelesexplicoquiénesLlyleworth.
—Así que tú eres el profesor Graham Llyleworth —dice Voz de Pito en un inglés modélico al
tenderlamanohaciaél—.Unplacersaludarte.
—Elplaceresmío—responde,yleestrechalamano.
Intentóevitarquesemeabralabocadesorpresa,peronoestoysegurodeteneréxito.
—¿Habéisconseguidosacarlealgo?—preguntaelprofesorLlyleworth.
Elpolicíapasalavistadelprofesoramíydenuevoaél.
—Aseguraqueelcofreestáenlacámaraacorazadadelauniversidad.
Llyleworthfrunceelentrecejo.
—Conquesí,¿eh?¿Esodice?
—¿Quéesloqueestápasandoaquí?—pregunto,aunqueintuyolarespuesta.
—Hasrobadoelcofre—afirmaelprofesor.
—Escucha —le digo al policía—. ¡Pensaban sacarlo del país! Sin permiso. ¡Tenían planeado
robarlo!
Seproduceunbrevesilencio.
—Según entiendo —empieza el policía despacio—, el profesor Graham Llyleworth dirige las
excavacionesdelmonasteriodeVaerne.
—Sí.
—¿Noseríaunpocoextrañoqueplaneaserobarloqueélmismoencontró?
—Esoprecisamenteesloque…
—¡Espera!—SacaunodelosdocumentosdelquehevistocopiaencasadeCaspar—.Ésteesel
permisodelaDirecciónGeneraldePatrimonioHistórico…
—¡Noloentiendes!—lointerrumpo—.Estábamosbuscandouncastillocircular.¡Leelasolicitud!
Pidieronpermisoparalocalizaruncastillocircular.¡Nuncadijeronnadadequequisieranencontrar
uncofredeoro!
Elpolicíaladealacabeza.
—¿Asíquelosarqueólogossabendeantemanoloqueestánbuscandoyloquevanahallar?
—¡No!¡Noexactamente!¡Peroelprofesorenrealidadibatraselcofre!¡Todoelrato!¡Elcofre
de oro! ¡El castillo circular era un farol! ¡Quería dar con el cofre y sacarlo del país! ¿No lo
entiendes?¡Elcastillocirculareraunacoartada!
Elhombrenodicenada.Llyleworthnointentaprotestar.
Elsilencioesefectivo.Yomismooigoeltonohistéricoquehandejadomispalabras.
—Agentes—diceLlyleworthdelmodomáscálidoyprofesoral—,¿podríamoshablarasolas?
Conducealosdosguardiasalacocina.Atravésdelapuertadecristalveoquelesdasutarjetade
visita. Es diminuta, pero la larga lista de títulos académicos pesa una tonelada en las pezuñas del
policía.
Llyleworthlesestáexplicandoalgo.Ellosloescuchancondevoción.VozdePitomemiraconsus
ojosdepez.Labocaseleabreyselecierrasinquesalganingúnsonido.
Despuésdeunratovuelvenaentrar.LlyleworthlehaceunaseñaaKingKong,queseleacerca
comosiestuvieratentándoloconunracimodeplátanos.
—Habríainsistidoenqueregistrarantupiso—mediceelprofesor—,peronocreoqueseastan
inconscientecomoparatenerelcofreentucasa.
—Esosólolosabesporquetuschicoslohabríanencontradocuandohanvenidoabuscarlo.
—¿Asíqueadmitesqueestáentupoder?—preguntaelpolicía.
—Yonoadmitonadadenada.
—Estaremos en contacto —concluye Llyleworth (no sé si sus palabras van dirigidas a mí o al
policía)ysellevaconsigoaKingKong.
—Bueno,bueno,bueno—diceVozdePito,ysemeteelformularioenlacartera.
—¿Quéoshacontadoelprofesor?
Selimitaamirarmecomosifueraunpobrehombreconproblemas.Cosaqueenrealidadsoy.
Vanhacialaentrada.
—Beltø —empieza Voz de Pito, y carraspea—, la policía tiene razones para creer que el cofre
estáentupoder.
—¿Esunapreguntaounaacusación?
—Yoteaconsejaríaquecolaborarasconnosotros.
—Haréloqueseanecesarioparasalvarelcofredeloscacos.
Sequedaunratomeditandosobremirespuesta.
—¿Quévaapasarahora?—lepregunto.
—Acausadelespecialcarácterdelcaso,tengoqueconferenciarconmissuperioresantesdeque
podamosproseguirlainvestigaciónyvalorarlaposibilidaddepresentarcargos.
—¿Yquéocurreconelrobodelpiso?
—Siesquehahabidotal.
—¿Archivadoporfaltadepruebas?—propongo.
—Tendrásnoticiasnuestras.
SuenaafrasehechaqueensayanlosalumnosanteelespejodelauladelaEscueladePolicías.
Unamentiratanextendidayflagrantequeapenaspuedeconsiderarseunamentira,sinomásbien
comounafraseenlíneacon«Tellamoundíadeéstos»o«Deestaveznopasaquenosveamos».
Lesabrolapuertaymequedoenelumbralhastaquebajaelascensor.Desdeelbalcónlossigo
conlamiradacuandosedirigenalcoche.DelpisodeRogernsubentronadoresritmosdebajo.
Undelitoexigequehayaunatransgresióndelaley,unavíctima.Enestecasonohayningunade
lasdoscosas.
Estoyprisioneroenuncírculodecontradicciones.Intentoevitarundelitoquenosehacometido,
ni en sentido judicial ni en sentido práctico. En el que no hay ninguna víctima. Un delito que,
estrictamente, no afecta a nadie en absoluto. Lo único que justifica mi intervención es la Ley de
Protección del Patrimonio. Un tecnicismo, un conjunto de párrafos desordenados. Nadie es
propietariodelcofre.Llevaochocientosañosenterrado,comoundiamanteocultoenelfondodela
grieta de una montaña, como una veta de oro escondida. Podría haber permanecido allí otros
ochocientosañossielprofesorLlyleworthnohubierasabidodóndeexcavar.
Nodejaderesultarirónicoqueyoseaelcriminal.
Lanocheesclara,templadayestállenadeunacalladafelicidad.Sobrelossetosdenísperoscuelgan
nubes y diminutos mosquitos. De los aspersores surge una leve llovizna. Aparco a Bola sobre una
rayueladetiza,alasombradeunacúpuladefollaje.Atravésdeltechoabiertoinhalolosaromasde
lahierbareciéncortada,lasparrilladasyelcrepúsculo.
Subo caminando por un estrecho sendero y abro una verja de hierro forjado que necesita que
alguienleengraselospernos.
Lagravillacrujebajomispies.Asciendolaescaleradepizarra.Eltimbrerepica,«dang-dong»,
conuntonoprofundoydigno,comoenunacatedraldelaEdadMedia.Pasaunratohastaqueabre.
Miroelreloj.Soncasilassiete.Supongoquehabrátenidoquecruzarvariassalasdebaile.
Llevapuestaunabataconunmonogramaenelbolsillodelapechera.Sehapeinadoelcabello
canosoconagua.Enlamanotieneunacopadecoñac.Nodiceniunapalabra.Memiraestupefacto.
Losabe.Loadviertoensumirada.Sabelodelcofre.Ytodoloquehapasado.
—¿Bjørn?—sueltafinalmente,comosiacabaradecaerenlacuentadequiénsoy.
—¡Sí,señor!Aquímetienes.
Poralgunarazónmesientocomounmensajeroretrasadoocomounsirvienterebelde.Ledigo:
—Hedehablarcontigo.
Medejaentrar.ElalientolehueleacoñacMartell.Cierralapuertatrasdemíyechalallave.
Nunca he visto a la mujer de Frank Viestad, el director del instituto, pero he hablado muchas
vecesconellaporteléfono.Siemprepareceencontrarsealbordedelahisteria.Aunquesólollame
porlacomida.Ahoraestáenmediodelaalfombradelaentrada,expectante,conlasmanossobreel
pecho. Tiene veinticinco años menos que él y sigue siendo una mujer bella. Nunca deja de
sorprenderme que estudiantes atractivas y con talento se enamoren de sus canosos maestros. Claro
queyodeberíaserelúltimoenjuzgar.
¿Cómo conseguirá que pasen los días en esa casa blanca dentro de un gran jardín? Nuestras
miradas se cruzan durante un segundo o dos; no necesito más para penetrar su mundo de
arrepentimiento,tedioyamargura.LesonríocortéscuandoViestadmeconducepordelantedeella.
Ellamesonríeasuvez.Esunasonrisaquefácilmentepodríainducirmeapensarquelegusto.
DelasparedescuelgaobragráficadeEspolínJohnsonycoloridasacuarelasconfirmasilegibles.
PasamosanteunapequeñahabitaciónalaqueViestadsuelereferirsecomolabiblioteca.Unaaraña
tintineaconalegría.
El despacho de su casa es exactamente tal y como me lo había imaginado. Librerías repletas.
Escritoriodecaoba.Cajasdecartónmarrónybolsasdeplásticotransparentesconobjetosdentro.Un
globoterráqueo.DondealgunavezdebiódehaberunamáquinadeescribirRemingtonnegra,leha
hechositioauneleganteordenadoriMac.
—Micueva—dicecontimidez.
Por la ventana tiene vistas al jardín de manzanos y al vecino, con pinta de llamarse Preben y a
quien parecen importarle una mierda los asmáticos y el efecto invernadero, ya que, sonriente,
amontonahojarascasobreunahogueradebroza.
EldirectorViestadmeacercaunasillaestilodragónderespaldoaltoenlaquemesiento.Élse
acomodadetrásdelescritorio.
—Supongoquesabrásporquéestoyaquí—empiezo.
Compruebo por su expresión que estoy en lo cierto. Viestad nunca ha sido un buen actor; en
cambio, se lo considera un buen director para el instituto y como tal se ha hecho popular. Es
ordenado,conscientedesusresponsabilidadesyleal.Yrespetaalosestudiantes.
—¿Dóndehasescondidoelcofre,Bjørn?
—¿Quésabestúdeeso?
—Prácticamentenada.
Loescruto.
—Esverdad.¡Nada!—repite.
—¿Yporquépreguntasporeso?
—Lorobastedeldespachodetupadre.
SiempresehareferidoalprofesorArntzencomomipadre,apesardequelehepedidoquedeje
dehacerlo.
—Lapreguntaacercadequiénlorobóestáextremadamenteabierta—afirmo.
Élinclinalacabeza.
—Bjørn,tienesquedevolverlo.
—Además,noesmipadre.
Susojosadquierenunaexpresióndecansancio.
—¿Uncoñac?—pregunta.
—Hedeconducir.
Vaabuscarunabotellademostodemanzanayunvaso,mesirveysevuelveasusilla.Seecha
haciaatrásyempiezaadarseunmasajeenlosojosconlapuntadelosdedos.Alzasuvasohaciamíy
brindamos.
—Cuando llegué a la universidad —comienza—, no tardé en aprender que hay ciertas cosas
contra las que es inútil luchar. Los molinos de viento, ya sabes. Las fuerzas académicas y las
verdades. Los dogmas científicos. No hacía falta que lo entendiera, no hacía falta que me gustara,
peromedicuentadequehabíaciertascosasqueeranmásgrandesqueyo.Algunassonmayoresde
loquepuedasimaginar.
Noentiendodeltodoadóndequieresllegar.
—¿CreesenDios?—mepregunta.
—No.
—De todos modos, seguro que entiendes que los cristianos crean en Dios sin comprender su
omnipotencia.
Laconversaciónhatomadouncursoquemeconfunde.
—¿Estás intentando decirme que esto tiene algo que ver con el mito del cofre de los secretos
sagrados?—inquiero—.¿OconelmanuscritoQ?
Lapreguntaleafectacomounimpulsoeléctricoenelcerebro.Seincorporaenlasilla.
—Escúchame—dice—,estahistorianoestansencillacomocrees.¿Algunavezhashechounode
esospuzzlesdeRevensburgerdecincomilpiezas,ésosconunafotodeunbosque,uncastilloyun
cieloazul?Ahoramismosabeslosuficienteparajuntartrespiezas,perotodavíatefaltancuatromil
novecientasnoventaysieteparatenerunavisióndeconjunto.
Me quedo mirándolo fijamente. De vez en cuando mis ojos rojizos tienen un efecto hipnótico,
hacenquelagentedigamásdeloquehabíapensadodecir.
—Sí —continúa—, el viejo mito sobre el cofre sagrado os una parte de la totalidad. Y, sí, el
octógonoesotrapartedelatotalidad.
—¿Quétotalidad?
—Nolosé.
—Hanentradoporlafuerzaenmicasa.¿Tampocosabíaseso?
—No,nolosabía.Peroelcofreesmuyimportanteparoellos,esodebesentenderlo.Másdelo
quepuedassuponer.
—Sólomepreguntoporqué.
—Esonopuedodecírtelo.
—¿Porquenolosabes?¿Oporquenoquieres?
—Ambascosas,Bjørn.Hejuradonorevelarnuncalopocoquesé.
Loconozcolobastantebiencomoparasaberqueunjuramentoesalgoquesetomamuyenserio.
Fuera,enalgúnsitiodelvecindario,uncortadordecéspedeléctricoenmudece.Hastaahoraque
desaparece el ruido que produce no me he percatado de él. De inmediato el silencio empieza a
extenderseyallenarlahabitación.
—Peropuedodecirtelosiguiente—continúa—:debesdevolverelcofre.¡Tienesquehacerlo!A
mí, si quieres. A tu padre. O al profesor Llyleworth. No pasará nada. No habrá reprimendas. Ni
críticas.Nidenuncias.Teloprometo.
—Mehandenunciado.
—¿Ya?
—Desdeluego.Lapolicíahaestadoenmicasafisgando.
—Elcofreesmuyvalioso.
—Peroyonosoyuncriminal.
—Ellostampoco.
—Hanentradoporlafuerzaenmicasa.
—Ytúhasrobadoelcofre.
Deuce.
—¿Porquélesconcedisteelpermiso?¿Deverdadqueparaexcavar?—pregunto.
—Ensentidoestricto,fueeldirectorgeneraldePatrimonioquienselodio.Nosotrosnoéramos
másquelainstanciadeconsulta.
—Pero¿porquéselesconcedió?
—Bjørn… —Suspira—. Estamos hablando de la SIS. Michael MacMullin. Graham Llyleworth.
¿Íbamosadecirlesquenoalosarqueólogosmásdestacadosdelmundo?
—¿ConocesbienaLlyleworth?
—Haceyaalgunosañosqueloconozco.—Suvozinsinúaalgomás—.Parecesestarllevandoa
cabounainvestigaciónentodaregla.
—No necesito esforzarme mucho. Por lo visto, todo el mundo sabe un poco. Si hablo con la
suficientegente,quizáconsigaentenderdequévaesteasunto.
Elríeentredientes.
—Supongo que no es ninguna casualidad que se llame investigar tanto a lo que hacen los
detectivescomoaloquehacenloscientíficos.¿Conquiénhashabladohastaahora?
—EntreotrosconGrethe.
—¡Ellasabeloquesedice!
—¿Aquéterefieres?
—Estuvo muy activa en Oxford. En muchos sentidos. —Me echa una mirada rápida—. Estaba
como profesora invitada y tutora cuando tu padre, tu verdadero padre, escribió su trabajo con
LlyleworthyCharlesDeWitt.—Seestremece.Sigueconlamiradaunamoscahastaeltecho.
—Esunhallazgonoruego.Sealoquesealoquehayaenelcofreyvengadedondevenga,esy
seguirásiendounhallazgonoruego.YesaNoruegaaquienpertenece.
Viestadtomaaire.
—Eres como un pequeño terrier furioso, Bjørn. Que le está ladrando a un bulldozer. Que no
comprendecontraloqueestáluchando.
Sonríe.
—¡Quéindignacióntanjuvenilyautocomplaciente!Peronocaptaselconjunto.
—¡AlmenosconozcolaLeydelPatrimonio!Queprohíbesacarobjetosarqueológicosnoruegos
delpaís.
—Esonohacefaltaquemeloexpliques.¿Nosabíasquecolaboréconlacomisiónqueestudióel
casoantesdequeelParlamentovotaralaley?Conozcoaldedillotodosycadaunodelospárrafos.
—EntoncesdeberíassaberqueloqueLlyleworthintentabahacervacontralaleynoruega.
—Noestansencillo.Esunacasualidadqueelcofrehayasidoencontradoenestepaís.Elcofreno
esnoruego.
—¿Cómoexplicaseso?
—¿Nopodríasconfiarenmíydevolverleelcofreatupadre?
—¡Arntzennoesmipadre!
—PuesaLlyleworth,entonces.
—¡ElprofesorLlyleworthesungilipollas!
—¿Yquépasaconmigo?¿Quésoyyo?
—Nolosé.Yanoséquépensardenadie.¿Quéerestú?
—Unapieza.—Viestadgolpealamesaconlosnudillos—.Yonosoymásqueunapieza.Todoslo
somos.Piezasinsignificantes.
—¿Dequéjuego?
Vuelve a llenarse el vaso. Veo de pronto, por primera vez en todos estos años que llevamos
trabajandojuntos,porquétantasdesusestudiantesseenamorandeél.Cuandonopresentaeseaire
enfurruñado, como cansado de la vida, su aspecto es el de alguna estrella indeterminada del cine
americanodeentreguerras.Tieneunabarbillapotente,lospómulosaltos,lascejassemejantesados
arcoirissincolor.Susojossonoscurosydemiradaprofunda.
—Unjuegoquenoesniparatiniparamí,Bjørn.
Surepentinafamiliaridadmeincomoda.Hagocomositosiera.
—Tengoalgunaspreguntas—digo.
Callaymemiraconexpresióninterrogante.
—¿CómosupoelprofesorLlyleworthdóndeexcavarparaencontrareloctógono?
—Hallóunmapa—responde—.Onuevosdatos.
—¿Porquésosteníaqueestábamosbuscandouncastillocircular?
—Porqueasíera.Fueconstruidoalrededordelañonovecientossetenta.
—¿Yloquebuscábamoseraeloctógono?
—Sí.
—¿YLlyleworthsabíaquehabíauncofreocultoenél?
—Esdesuponer.
—¿Sabíasqueesdeoro?
Sureacciónrevelaqueloignoraba.
—¿QuésabesdeRennes-le-Cháteau?—pregunto.
Parecesinceramentesorprendido.
—Nomucho—contesta—.Esunpueblofrancésdemontañadondeelsupuestohallazgodeunos
pergaminoshadespertadoelinterésseudocientífico.
—¿Asíquenosabesnadadeuntesorohistórico?
Laexpresióndesucaramuestraunaturdimientocreciente.
—¿Tesoro?¿QuieresdecirenRennes-le-Cháteau?¿OenelmonasteriodeVaerne?
—¿SabeLlyleworthloquehayenelcofre?
—Mepreguntassinparar,perodebesentenderqueyosoyunapiezatodavíamáspequeñaquelas
demás. Esa diminuta pieza azul de la parte superior derecha del puzle. La que sólo está ahí para
completarlaimagendelcielo.—Seinclinariéndosesobreelescritorio—.Bjørn…—añadeconvoz
queda,yentoncessuenaelteléfono.Contestaconuntajante—:¿Sí?
Elrestodelaconversacióntranscurreeninglés.No,nosabe.Luegodiceyesvariasveces,yen
susojosperciboqueunodeesosyesrespondealapreguntadesinoestaréporcasualidadconélen
esosmomentos.Cuelga.Mepongodepie.
—¿Yatevas?—pregunta.
—Tienesinvitados,¿verdad?
Élrodealamesayposaunamanosobremihombro.
—Confíaenmí.Devuelveelcofre.Nosonunoscriminales.Nosonmalos.Tienensusmotivos.
Créeme.Tienensusmotivos.Éstenoesunjuegoparagentecomonosotros.
—¿Gentecomonosotros?
—Sí,gentecomonosotros,Bjørn—repite.
Me acompaña hasta la entrada, sin quitarme la mano del hombro. Quizás esté considerando la
posibilidadderetenermeporlafuerza.Perocuandoleapartolamano,noseresiste.Sequedaenel
umbral,mirándomemientrasmealejoatodaprisa.
Tras una ventana del segundo piso —estoy convencido de que es el dormitorio— su mujer me
despideconlamano.AlbajarhaciaelBola,fantaseoconquemeestállamandoynodespidiéndosede
mí.Nosiempretengolarealidadigualdebienagarrada.
Unahabitaciónblancadetresporcuatrometros.Unacama.Unamesa.Unarmario.Unaventana.Una
puerta.Fuemimundoduranteseismeses.
Al principio, durante el tiempo que pasé en la clínica, no asomé la nariz fuera del cuarto.
Permanecí largos períodos sentado en la cama, o en el suelo, meciéndome, con la cara entre las
piernas y los brazos sobre la cabeza. No tenía fuerzas para mirar a los ojos a las enfermeras que
acudían con los medicamentos en pequeños vasos de plástico transparente. Cuando me pasaban la
manoporelpelo,yomeencogíacomounaanémonademar.
TodoslosdíasalamismahoramellevabanconeldoctorWang,quehablabasabiamentesentado
ensusilla.Transcurrieroncuatrosemanashastaquelevantélavistaylomiréalosojos.
Peroélseguíahablando,yyoloescuchaba.
Despuésdecincosemanaslointerrumpí:
—¿Quéesloquetengo?
Élsolíadecirquehabíaquebuscarenlainfancia.
Muyoriginal.
—En la infancia te formas como persona —decía—. Es entonces cuando la vida sentimental se
colocaensusitioenelcerebro.
—Yofuiunniñofeliz—lerespondía.
—¿Siempre?—mepreguntabaeldoctorWang.
Lecontéquehabíacrecidocomounpríncipemimadoenunpalaciodesedayterciopelo.
—¿Nuncapasónadadoloroso?
—Nunca—mentíayo.
—¿Tepegaban?
»¿Abusarondeti?—preguntaba.
»¿Abusaronsexualmentedeti?—preguntaba.
»¿Teencerrabanencuartososcuros?
»¿Tedecíancosasmalvadas?
»¿Temolestaban?
Matraca,matraca,matraca…
Delantedesudespacho,sobrelapareddelpasillo,colgabaunreloj.Latiraníadeltiempo.Todos
losrelojesdelmundoseencadenanenunacuerdocolectivodetictacs.Peroaquelrelojeradistinto.
EraunodeesosquerigeadistanciaconondasderadiounrelojatómicodeHamburgo.Mepasaba
horassiguiendolahuidadelsegunderosobrelasuperficiedelreloj.
AprincipiosdelveranodeesteañofuiabuscaraldoctorWang.Queríaayudaparaelaborarunos
recuerdos que habían aparecido al abrigo de la noche. Las circunstancias en torno a la muerte de
papá.Todaslaspequeñascuriosidadesquenoentendídeniño.Cadapequeñoepisodioesunhilode
unenmarañadotelar.Eldoctorsealegródequeporfinhablara,delveranoenquemuriópapá.Algo
debíadehabersedesatadoenmí.
Dijoqueentoncesentendíamejor.
—Mealegroporti—lerespondíyo.
FueeldoctorWangquienmerecomendóqueanotaramisrecuerdos.Deesemodotodoresulta
másreal.Vesconmayorclaridad,comosiviajarashaciaatráseneltiempoylorevivierastodo.
—Deacuerdo—dije.Yescribí.
Cuandoeraniñoyalguienmellamabacarapálidaometirabaladrillosalacabeza,eraenmamáen
quienbuscabarefugio.
Aparco a Bola sobre las baldosas rojo óxido de la entrada de coches. A través de las ventanas
abiertas del salón sale una luz cálida y las notas del «Romeo y Julieta» de Prokofiev. Vislumbro a
mamáenelmomentoenqueseasoma.Unhadaeneldestellodelglamour.
Seríainjustopormiparteafirmarquemamáhaintentadoolvidarmeoreprimirme.Perosuamor
ha sido sustituido por un cuidado distante y concienzudo. Hace que me sienta como un pariente
alejadodelamadrepatria.
Meestáesperandoenlapuertacuandosubolasescaleras.
—Llegastarde.—Suvoztieneesetimbreredondoqueindicaqueesdenoche,queellallevatodo
eldíabebiendoyquelohacompletadoconunascopitasdespuésdequeelprofesorvolvieraacasa.
—Teníaunascuantascosasquesolucionar.
—¡Yasabesquesiemprecenamosalassieteymedia!
—Mamá,¿elprofesorArntzentehamencionadoalgunavezelmanuscritoQ?
—¡Trygve! —me corrige con alegría. Su paciencia no conoce límites a la hora de intentar
acercarnoselunoalotro.
—ElmanuscritoQ—repito.
—¡Quédices!¿Elmanuscritoqué?—diceentrerisas.
Entramos.Elprofesorhaestiradoloslabiosenunasonrisabeataquellevaveinteañoscreyendo
quepodríalograrqueloaceptecomominuevopadreyelfielamigoyentregadoamantedemamá.
—¡Bjørn!—saluda.Confrialdad,conantipatía,perosiguesonriendoparaalegraramimadre.
Yonodigonada.
—¿Dóndeestá?—añadeentredientes.
—Chicos—dicemamá—,¿tenéishambre?
Entramos en el salón, un oasis de alfombras y sofás mullidos, tapices de terciopelo, vitrinas y
arañas que titilan alegremente en la brisa de verano. En el suelo hay una alfombra persa que está
prohibidopisar.Lapuertadoblequeseparaelsalóndelcomedorestáabierta.Enlamesarelumbran
lasvelasencandelabrosdevariosbrazosytresplatosdeporcelanapintadaamano.Oigoqueenla
ventana un perro se incorpora; está medio sordo y por fin ha entendido que han llegado invitados.
Oigoquelacolagolpeaconentusiasmocontraelbancodelacocina.
—¿DóndeestáSteffen?—pregunto.
—Enelcine—respondemamá—.Conunachica.Unachicaabsolutamentepreciosa.—Seríe—.
Nomepreguntesquiénes.Tieneunachicanuevacadames.—Lodiceconcoquetería,conorgullo,
comopararecalcarqueésaesunaalegríaqueyonuncalehedado.Acambio,tampocohecogidoel
sidanimehansalidoverrugassupurantesenlosgenitales.
Nuncahetenidounarelaciónmuycordialconmihermanastro.Esunextrañoparamí.Aligual
quesupadre,sehaquedadoconmimadre.Yamímehandejadoenlapuerta,amerceddelfrío.
El profesor y yo nos sentamos. En esta casa todos tenemos sitios fijos. Él y mamá ocupan los
extremosdelamesa,yomeubicoenmediodellateral.Unritual.
Cuandomamáabrelapuertadelacocinaparadesaparecerentresusollas,entraelvorsteherdel
profesor.TienecatorceañosysellamaBreuer.OBmyer.Nuncamehemolestadoenpreguntar.Alos
perrosselesponennombresidiotas.Sequedamirándomeymuevelacola.Luegolacolasedetiene.
Nuncahallegadoaconocerme,anoserqueledéigual.Laindiferenciaesrecíproca.Sederrumbaen
mediodelsuelo,comosialguienhubierasacadounaagujadeacerodesucolumnavertebral.Babea.
Memiraconsussufridosojosquenoparandelagrimear.Nocomprendocómosepuedequereraun
perro.
—Tienesquedevolverelcofre—mascullaelprofesor—.¡Nosabesloqueestáshaciendo!
—Meencargasteislasupervisión.
—¡Justo!
—Profesor—ledigoconmivozmásgélida,queesbastantegélida—,esoesexactamenteloque
estoyhaciendo.
Mamásaleconelasado,luegoseapresuraavolveralacocinaenbuscadelaspatatas,lasalsay
finalmentelafuentedepatatasybrécolgratinadosconqueso,paramí.
—Nomeechéisamílaculpasilacomidaestáfría—diceentonodereprocheburlón.Nosmiray
añade—.¿QuéeraloquequeríassabersobreTrygveyunavaca[2]?
Elprofesormemirasorprendido.
—Esunmalentendido—digo.
Mamácelebrósucincuentacumpleañoselañopasado,peroaparentaapenasunospocosañosmás
queyo.Steffentuvosuertealheredarsusrasgosynolosdelprofesor.
Elcortaelasadomientrasmamásirvevinoparaellosycervezasinalcoholparamí.Mesirvoel
brécol.Mamánuncahaentendidoporquédecidíservegetariano,peroseledabienhacerplatosde
verduras.
El perro me mira fijamente. Ha desenrollado sobre la alfombra su lengua húmeda de medio
metrodelargo.
El profesor cuenta un chiste que yo ya he oído y se ríe, por cumplir, de su propia gracia. No
consigoentenderporquémamádecidióenlazarsuvidaysusmiembrosconlosdeél.Éseeseltipo
depensamientosqueavecesenvenenamismodales.
—¿Hasestadohoyenlatumba?—lepreguntoamamá.
Sumiradarozaladelprofesor,peroallínoencuentraningúnpuestodeemergencia.Élparteuna
patata en dos y corta un pedazo de carne. Luego se lo mete en la boca y mastica. Su capacidad de
actuarcomosinadasiempremehaimpresionado.
—¿Nohasidotú?—mepreguntaconunhilodevoz.
Papáfueenterradounjueves.Unasemanadespuésdelaccidente.Elsueloentornoalataúdestaba
cubiertodefloresycoronas.Yomeencontrabaenprimerafila,entremamáylaabuela.Cadavezque
mirabaelcrucifijosobreelaltar,recordabaloaltoquecolgabapapácuandoperdióelagarre.Anteel
ataúdhabíacoronasdefloresconcintasyesquelas.Elataúderablancoconmanillasdoradas.Papá
teníalasmanosunidasylosojospacíficamentecerradosenunsueñoeterno.
Elcuerpoestabarodeadodeseday,porlodemás,tandesfiguradoqueerairreconocible.Conel
cráneoaplastado,losbrazosylaspiernasquebradosportantaspartesquesehabíavueltoflexibley
yanolequedabanarticulaciones.
—Elbrécolestáriquísimo—alabo.
No es necesario que diga nada más sobre la tumba. Al plantear la pregunta les he recordado a
ambos que lo que los unió fue una muerte sin sentido y que, en realidad, era otro el hombre que
deberíaestarsentadoalamesademamá.
—¿Latumbaestababiencuidada?—inquiereella.
Lamirosorprendido.Perciboensuvozciertotonodeenfado,nuncasuelereaccionarcuandome
pongodesagradable.
—Heplantadounoslirios.
—¡Mereprochasquenuncavaya!
Elprofesorcarraspeayjugueteaconsusverduras.
Semedabastantebienhacermeeltonto.
—¡Pero,mamá!
Mamáodiavisitarlatumbadepapá.Nocreoquehayavueltoairdesdeelentierro.
—¡Hanpasadoveinteaños,Bjørnillo!¡Veinteaños!—Memirafijamente.Lebrillanlosojosdel
enfado y dolorosa autocompasión. Coge con tanta fuerza el cuchillo y el tenedor que tiene los
nudillosblancos—.¡Veinteaños!—repite,yunavezmásexclama—:¡Veinteaños,Bjørnillo!
Elprofesorbebeunsorbodevinotinto.
—Esmuchotiempo—concedo.
—Veinteaños—llegaadecirtodavíaunavezmás.
Paramamálaexageraciónylaautocompasiónsonunartequedebecuidarseycultivarse.
Elperrotoseyvomitaalgunaguarradaquedespuéssetragaalegrerápidamente.
—¿Piensasenélalgunavez?—digo.Noesunapregunta.Esunmalvadoreproche.Yolosé.Ella
losabe.
Elprofesorcarraspeaycomenta:
—Lasalsaestáverdaderamenteestupenda.
Ellanoloescucha.Memira.
—Sí—respondeentonotenso;algoextrañoydurosehacernidosobreella—,piensoenél.—
Deja el cuchillo y el tenedor sobre la mesa. Dobla la servilleta—. Sé muy bien qué día es hoy —
prosigueintimidada.Pasaahablareldialectodelnorte—.¡Todoslosaños!¡Todoslosveranos!No
vayasacreerquenoséquédíaes.—Selevantayabandonalaestancia.
Elprofesornosabemuybiensiseguirlaoabroncarme.Supongoquedeberíahacerambascosas.
Sequedasentadomasticando.Miralasillavacíademamá.Luegomemiraamí.Mirasuplato.Sigue
masticando.
—¡Tienesquedevolverlo!—dice.
Me vuelvo hacia el perro. Algo en mi mirada hace que éste ladee la cabeza y alce las orejas.
Gimotea.Lababacaedesubocamedioabiertaformandounafeamanchaenlaalfombradecolor
claro.Seincorporaamedias.Despuéssetiraunpedoyseva.
LoprimeroenloquemefijoalaparcardelantedemicasaesenqueelLandRoverrojosigueahí.
Estávacío.
Debendecreerquesoytonto.Oqueestoyciego.
LosegundoesenRogern.Estáfumandosobrelacajaconarenaquehayanteelportal.
Laluzdelprimerpisoledadelado,dibujandosombrasensucara.SinoconocieraaRogern,
apenasmehabríafijadoenél.TodoslossuburbiosestánllenosdechicoscomoRogernqueandan
porelbarrioaburriéndosecomoostras.ConsumelenaysucamisetadeMetallicaarrugada,parece
un delincuente juvenil cualquiera esperando la oportunidad de birlarle el bolso a una anciana con
bastónydeseduciratuhijadetreceaños.PerocomoRogernnuncasueleandardelantedelapuerta,
comoestantardeporlanocheycomohayunLandRoverrojoanteeledificio,meinquietaverloahí.
Alverme,seacercay,mientrasabreelportal,mepregunta:
—¿Tienesinvitados?
Lomirosincomprender.
Aprietoelbotóndelascensor.
—Haygenteentuapartamento.Teestánesperando.
SubimoshastaelnovenopisoyentramosencasadeRogern.Cojosuteléfonoyllamoamicasa.
Elcontestadorestáapagado.Alguiendescuelgaysequedacallado.
—¿Bjørn?—pregunto.
—¿Sí?—respondeunavoz.
Cuelgo.
Rogernestásentadoenelsofáliándoseuncigarrillo.
—Hanllegadohaceunashoras.
Medejocaerenunasilla.
—Graciasporesperarme.
Conlosdedosamarillentoslíaeltabaco,humedecelapegadelpapelillo,logiraunaúltimavezy
loenciende.
—Noséloquevoyahacer—digo.
—Llamaalapasma—proponeRogern,ysonríe.
Aguardamosmirandoporlaventanahastaqueelcochedepolicíasedesvíadelaautopistayllega
hastanuestroedificio.
Rogern se queda en su casa mientras yo recibo a los agentes en el décimo piso. Son jóvenes,
seriosyautoritarios.YdeSunnmore.Lesdoylallaveymequedoenelpasillo.Esevidentequela
CentraldeOperacionesnotieneelteléfonodeemergenciasconectadoconlainvestigaciónencurso
sobremí.Nopasaráhastaquealguiendelapolicíahojeeeldiarioporlamañana.
Salenunpardeminutosmástarde.
Los intrusos son tres. Uno de ellos es fornido, con una expresión de tozudez en los ojos. Mi
compañeroKingKong.
Elsegundoesunrefinadocaballerocontrajeylamanicurahecha.
ElterceroeselprofesorGrahamLlyleworth.
Lostresseparanensecoalverme.
—Estaban sentados esperando —dice el policía—. En el salón. ¿Los conoces? —El tono es de
sorpresa,conunpocodereproche,comosifueraculpamíaqueestuvieranenmicasa.
Mirolargamenteacadaunodeloshombres.Luegoniegoconlacabeza.
—Soningleses—continúaelagente,ysequedaesperandounaexplicaciónquenuncaledaré.
Llyleworthentornalosojos.
—Tearrepentirásdeesto—meespetaentredientes.
Lospolicíaslosempujanhaciaelascensor.Conmanodura.Apesardequeningunodelostres
oponelamenorresistencia.
Despuéssecierralapuertadelascensor.
Cuando los insectos se dan cuenta de que es imposible escapar, encogen las patas y se hacen los
muertos.Amíavecesmeentranganasdeimitarlos.
Elmiedoylascontrariedadestienenunefectoparalizador.Unareacciónnuevaeinesperadasurge
en mí en estos momentos: me enfado. Ya no estoy dispuesto a tolerar esto más. Al igual que el
insecto,pretendohacermeelmuertosóloduranteuncortorato.Despuésmearrastraréhastaponerme
alabrigodeunabriznadehierbaparareunirfuerzasycoraje.
MiroaRogerntaninsistentementequeacabaporsentirseincómodo.
—¿Podríadormirentupiso?—pregunto.Nosoyvalientenitemerario.Vanavolver.Prontose
impacientaránysepondrándemalhumor.
—Claro.
—Mañanaporlamañanamemarchoalextranjero.
Rogernnoesdelosquehurganypreguntan.
Bajamos a su casa. Me pregunta si estoy cansado. No estoy cansado. Estoy completamente
despejado.PoneunCDdeMetallica,buscaunasbotellasdecervezaMackenlaneverayenciendeuna
vela negra que apesta a parafina. Nos quedamos sentados juntos, bebiendo cerveza, escuchando a
Metallicayesperandoaqueclaree.
3
ELAMANTE
Soy uno de esos hombres que apelan más a los instintos de las mujeres que a sus pasiones. Las
mujeresvenenmíalhijoperdido.
Cuando tenía veintiún años, mi madre me pidió un domingo que fuera a verla, pues quería que
habláramossobrealgo.Estábamoslosdossolosenlaenormecasa.Habíamandadodeexcursiónal
profesor y a mi hermanastro. Había hecho unas pastas y café. De la cocina emanaba el aroma del
asadoylacol.Y,paramí,unatartadequeso.Mamámecolocóenelsofáyellasesentóenunasilla
frenteamí.Cruzólasmanosenelregazoysequedómirándome.Susojosenrojecidosmerevelaron
que llevaba toda la mañana armándose de valor. Estaba excepcionalmente guapa. Pensé que iba a
contarmequelosmédicoslehabíandescubiertountumorylequedabanseismesesdevida.
Entoncesmepreguntósierahomosexual.
Debía de llevar mucho tiempo meditándolo. Para ella, mi albinismo era invisible. No creo que
nuncahayallegadoacomprenderladesventajasocialquesufreunalbinodeojosrojizosalahorade
competirporelfavordelaschicasconmuchachostostadosporelsol,deojosazulesypeloclaro.
Recuerdolasonrisadealivioquecruzósucaracuandoleaseguréquelaschicasmeatraían,pero
evitéañadirqueelgradoenqueellassesentíanatraídaspormíeraalgomenor.
Mepreguntoconfrecuenciasifuiyoofuemamáquiencerrópordescuidolaspuertascorrederas
entrenuestrasexistencias.Despuésdemorirpapá,fuecomosiellanoquisierasabernadademí.Me
sentíacomounrecuerdodoloroso,unanclaaladerivaensuvida,ymeajustéobedientealpapeldel
expulsado, el patético desgraciado que prefiere no molestar allí donde no es bien recibido. Seguro
quehayquienpiensaquelahetratadoinjustamente.¿Intentéalgunavez,unaúnicavez,ponermeensu
lugar?¿Penséalgunavezencómosehabíadesgarradosuvidayencómotratabaderemendarlacon
la ayuda de ficciones alcoholizadas y el amor hacia un hombre que se conformaba con lo que le
daban?
EnLondresmealojéenunhoteldeBayswater.SinohubierasidoporlasvistasaHydePark,bien
podríahaberestadoenlacalleLudwigstrassedeMúnichoenelSunsetBoulevarddeLosÁngeles.
Sientociertasimpatíaporlosconcertistasdepianoolasestrellasdelrockque,pasadoscuatromeses
degira,notienenniideadeenquépaísseencuentran.
Lahabitaciónesestrecha,deparedesamarillocremacubiertasconreproduccionesanodinas.Una
cama,unasillayunescritorioconunteléfonoyunacarpetaconinformaciónypapeldecartasen
blanco. Minibar. Televisor. Armarios con perchas. Baño con azulejos blancos y pedazos de jabón
empaquetadoquehuelehistéricamentealimpio.Nohabíaestadonuncaaquí,perocasisemeantoja
quesí.Mehehospedadoenunoscuantoshotelesalolargodemivida,y,pasadountiempo,todos
parecenidénticos.Esomismolespasaaalgunoshombresconlasmujeres.
Unpuñadodemujeressehanenamoradodemíporcuriosidad,entregaocompasión,peroloque
todasteníanencomúneraquenoconocíannadamejor.Nadiesehaquedadoconmigomuchotiempo.
Esfácilqueyocaigabien.Nosoydeltodofácildeamar.
Le gusto a un tipo especial de mujeres. Son mayores que yo. Tienen nombres como Mariann,
Nina, Karine, Vibeke, Charlotte. Tienen estudios, son inteligentes y algo neuróticas. Profesoras de
secundaria.Asesorasculturales.Bibliotecarias.Sociólogas.Enfermerasjefe.Conoceseltipo.Llevan
elbolsoalhombro,chal,gafas,yestándesbordadasporbondadyternurahacialosperdedoresdela
vida.Pasanlaspuntasdelosdedossobremipielblancotizacomohechizadasyluegomecuentanqué
encuentran delicioso las de su sexo. Con la respiración entrecortada me muestran el modo en que
hemosdeproceder,comosiyonuncalohubierahechoantes.Yonolesdejopensarotracosa.
Traselviaje,mequedocercadeunahoraenlacamadelhotel,descansando.Meheduchado.Con
lasmanoscruzadasenlatripareposodesnudosobrelassábanasfrescasyestiradas.Elestruendode
BayswaterRoadylamúsicadetrompadeHydeParkseentretejenenunaextrañacacofoníaqueme
acompañaalpaísdelossueños.Perosóloduermounospocosminutos.
—¿Charlesqué?
—¡CharlesDeWitt!
Alamujerdelvestíbulolasgafasdelecturaselehandeslizadohastalapuntadelanariz,ycon
unaexpresiónquehasacadodelasoscuridadesmásprofundasdelcongeladormemiradereojopor
encima del borde de los cristales. El nombre ya ha rebotado entre nosotros seis veces. Los dos
estamos a punto de perder la paciencia. Ella tiene mi edad, pero aparenta diez —¡o veinte!— años
más.Llevalacoletatantirantequesucarahaadquiridounaireestirado,comosihubierapasadoen
variasocasionesporlasmanosdeuncirujanoplásticodeChelseaalcoholizado.Visteunceñidotraje
rojo.Eseltipodemujerquepodríaimaginarmequecayeraenjuegossadomasoquistasalabrigode
lanoche.
—¿NoestáelseñorDeWitt?—preguntoeducadamente.Frenteatiposcomoella,sólosirvenla
cortesíaexageradayelsarcasmo.
—Voy a hablarle claro, de… manera… que… lo… entienda. —Mueve los labios como si yo
estuvierasordo—.Aquí…no…hay…nadie…que…se…llame…Charles…DeWitt.
MesacodelbolsillolatarjetadevisitaqueencontréencasadeGrethe.Elpapelestáamarillentoy
lasletras,medioborradas,peroeltextoeslegible.
CHARLESDEWITT-ASOCIACIÓN GEOGRÁFICADELONDRES.
Leofrezcolatarjeta;ellanolacoge,perosequedamirándomelamanocontotaldesinterés.
—¿Esposiblequehayadejadodetrabajaraquíantesdequeustedempezara?—pregunto.
Por su expresión comprendo enseguida que, estratégicamente, la pregunta es una completa
catástrofe.Trassupulidomostrador,ensuvestíbuloenmoquetadoynecesitadodeunarondaconel
cortacésped,conelteléfonodesecretariaasuderechaysuanticuadamáquinadecabezadebola IBM
asuizquierda,conunafotoencolordesudistinguidomarido,susencantadoreshijosyelschnauzer
enanoantesísobreelescritorio,eslaIncontestableSoberanadelUniverso.Ésteessuimperio,desde
aquí gobierna todas las cosas, desde el chico de los recados al director general. Llamarla
recepcionista o telefonista hubiera sido una barbaridad, insinuar que no lo sabe todo sobre la
AsociaciónGeográficadeLondres,unablasfemia.
—Eso—responde—nolocreo.
Mepreguntocómosuenasuvozcuandoseacercaasumaridoporlasnochesyestácariñosay
excitada.
—¡HevenidodesdeNoruegaparaverlo!
Me mira a través de una película de hielo. Así deben de haberse sentido las pobres víctimas
humanas que miraban a los ojos de la suma sacerdotisa los últimos segundos antes de que ella les
metierauncuchilloenelcorazón.
Me doy cuenta de que la partida está perdida. Cojo un bolígrafo de su escritorio, y ella da un
respingoenlasilla.Probablementeestécalculandolatintaqueestoygastando.
—Bueno, señora, si de todos modos recordara algo, ¿sería tan amable de contactar conmigo…
aquí?—Lepasomitarjetadevisita,enlaqueheapuntadoelnombredelhotel.
Ellasonríe.Nopuedocreerlo.Unasonrisadeorejaaoreja,debedeserporqueestoyapuntode
irme.
—¡Porsupuesto!—arrulla,ycolocalatarjetajuntoalbordedelamesa.
Sobrelapapelera.
En torno a un detalle constructivo aparentemente sencillo como una columna, se dispone de
conocimientos artísticos y arquitectónicos con una tipología y un vocabulario que pueden llegar a
quitartelarespiración.
Lasdoscolumnasdemármolqueestoyadmirandosondelordenjónico,dedosmilquinientos
añosdeantigüedad.Sobreunacolumnajónica,aunhistoriadordelarteselepuedeocurrirdecirque
«las puntas redondeadas de las volutas cubren parcialmente el equino» y que «la base del fuste
consisteentorosyescociasalternados».Todaciencia,todamateria,seenclaustraensuterminología
yensualienantevocabulario.Losdemásnosquedamosfuera,conlabocaabierta.
Lascolumnassostienenunfrontón,yeneltímpano,elfrontóntriangular,retozanquerubinesy
serafinesentornoalaño1900.
Atornilladasalosmurosdeladrilloaambosladosdelaentrada,hayplacasdelatón,tanpulidas
que reflejan los coches y los autobuses rojos de dos pisos que pasan a mis espaldas. Las letras
grabadas están rellenas de plata. La puerta doble es de haya color sangre. La aldaba cumple sobre
todolafunciónderecordarqueporaquínoandaunocomoPedroporsucasa.Amiderecha—dos
metrospordebajodelacámaradevigilanciacolocadajuntoaltecho—hayuntelefonillodeplástico
negro incrustado en la pared. Como para compensar esta tremenda ruptura del estilo, el timbre
doradotieneformadeflor(¿oesdesol?).
Llamo.Ymeabren.Sinpreguntas.
Lagranrecepciónmerecuerdaaesosbancosenlosquetienesquepedircitaparametertudinero.
Se oye un murmullo de voces bajas y pasos rápidos. Las paredes están cubiertas de paneles color
marrón oscuro sobre los que cuelgan óleos que parecen prestados por la National Gallery. Las
baldosas de mosaico cerámico brillan de barniz. En medio del vestíbulo, a través de un agujero
cuadradoenelsueloysubiendohastalasventanasinclinadasdeltecho,creceunapalmeraqueparece
echardemenoselSahara.
Loúnicoquerompeelconjuntoeslaabuela.
Detrásdeunescritorio,losuficientementegrandecomoparajugaraltenissobreél,unaanciana
de pelo gris está sentada haciendo punto. Me mira. Se la ve muy contenta. Teje sin parar. Mi
desconciertohadedeberseaqueelentornoarmonizamalconlavisióndeunaabuelaquehacepunto.
—¿Puedoayudarenalgo?—mepreguntaalegremente.Lasagujasentrechocan.
—¿Quéestástejiendo?—semeescapa.
—¡Calcetines!Paraminieto.¡Esunencanto!¿Algomás?
Lapreguntatienegracia;laamo.Enmanosdeunapersonaconsentidodelhumorpodríahacer
quesemeaceleraseelcorazón.
MepresentoylecuentoqueheviajadodesdeNoruega.
—Latierradelsoldelamedianoche.—Sonríeconcomplicidad—.Entoncesquizásepasquiénes
ThorHeyerdahl.—Ahoraseechaareír—.¡Quéhombretanagradable!Pasamuyseguidoporaquí.
¿Quépuedohacerporti?
—QuisieraveraMichaelMacMullin.
Abrelosojosdeparenparydejaaunladolalabor.Mesientocomounsúbitosolicitantedeasilo
procedentedelplanetaJúpiter,comosiacabaradepedirlecambioparapagarelaparcamientodonde
heestacionadomiplatillovolante.
—Ay,Señor…
—¿Pasaalgo?
—Está… Me temo que el señor MacMullin está en el extranjero. ¡Lo lamento muchísimo! ¿De
verdadteníasunacitaconél?
—Enunsentidoestricto,no.¿Cuándoseesperaquevuelva?
—Nolosé.Élnoesdelosque…Peroquizápuedaayudartealgunaotrapersona.
—Soy arqueólogo —explico. La lengua no me sigue del todo; en inglés «arqueólogo» tiene
demasiadas consonantes seguidas. Rrr… kay… olo… gist MacMullin está implicado en unas
excavaciones.EnNoruega.
—Nomedigas.
—Yhedehablarle.¿Seríaposiblecontactarconél?¿Tieneteléfonomóvil?
Suspiracondesánimo.
—Lo siento. Es imposible. ¡Imposible! Verás, al ser el presidente, MacMullin tiene aquí su
despacho,peroentraysalesininformarnos…—añadeinclinándosehaciamíybajandolavoz—a
quienes estamos aquí para organizar a todos estos despistados. Pero quizá pudiera servirte nuestro
jefedesección.
—Claro.
—¡Señor Winthrop! Un momento. —Marca un número interno en el teléfono y explica que el
señorBaltodeNoruegahaacudidoparahablarconelseñorMacMullin—.¡Sí,asíes!No,notiene
cita… Sí, ¿verdad? —¿Podría el señor Winthrop concederle una audiencia en su lugar? Dice «ajá»
variasveces,dalasgraciasycuelga—.Desgraciadamente,elseñorWinthropestáocupado,perosu
secretariadicequeleseríaposiblerecibirtemañana.Alasnueve.¿Tevabien?
—Desdeluego.
—¡HabiendovenidodetanlejoscomoNoruega…!
Aunque ya han cerrado por hoy, la abuela me da permiso para que le eche un vistazo a la
bibliotecadelafundación.
La fascinación por las bibliotecas me ha quedado de la infancia, cuando la filial local de
Deichmaneraunbuensitioalqueacudirdespuésdelcolegio,cuandomamámeobligabaasalirpara
jugarconloschicostostadosporelsolyconbuenavistaquequeríanjugaralfútboloalaconquista
del mundo. Hay algo en los metros de estanterías llenas de libros que hace que me embargue un
sentimiento de devoción. El silencio. El sistemático ordenamiento alfabético y temático. El olor a
papel. Los cuentos, el dramatismo, las vivencias. Puedo pasarme horas deambulando por
Deichmanske,sacandolibros,hojeándolos,sentándomeconunoquemeatrape,repasandolasfichas
enloscajoneslargosyestrechos,buscandoenlosordenadores.
Tambiénenlabibliotecadela SISreinaunapazinexplicable.Escomounaiglesia.Mequedode
pieenmedio,conlosbrazosencruz,mirando,percibiendo.
—Losiento,peroestácerrado.
Lavozesaguda,unpococortante.Mevuelvohaciaella.
Debedellevarunratomirándomeencompletosilencio.Esprobablequehayatenidolaesperanza
de que yo desapareciera si ella se mantenía lo suficientemente callada. Está sentada junto a los
archivadores.Enelregazo,sobreunafaldadetweed,tieneunmontóndefichas.
—Lamujerdelarecepciónmehadadopermisoparaqueecheunvistazo—leexplico.
—¡Muybien!
Lasonrisaañadeañosasucaradeniña.Apuestoaquetienealrededordeveinticinco.Llevamedia
melena,tieneelcabelloclaroyrojizoyunaspecasqueapenasseinsinúan.Esbonita.Loqueatraemi
miradasonsusojos.Losiris,decoloresdiferentes,brillancomocaleidoscopios.Semehaocurrido
alguna vez que puede que haya colores que sólo yo conozco. Un color no se puede describir. Los
científicos pueden decir cosas sobre la composición espectral de la luz, o que el rojo tiene una
longituddeondade723-647nanómetros,peroenelfondotodocoloresunaexperienciasubjetiva.
Poresotienesentidopensarquetodosvemoscoloresquesóloconocemosnosotrosmismos.Esuna
ideaseductora.
Asísonsusojos.
Poneelmontóndefichassobreunamesaconruedas.Esdelgada,nomuyalta.Llevalasuñasmuy
largasyafiladas,pintadasderojooscuro.Nuncahepensadoquelasuñasfueranalgosensual,pero
nopuedomirárselassinimaginarmecómoseríaquemearañaranenlaespalda.
—¿Puedoayudarteconalgo?—mepregunta.
Eltono,lamirada,lafinafigura…algoenellaestiraelmuellequeponeenfuncionamientomis
piernasymistics.Tieneunmodonerviosodepresencia,unainsistenciadesazonada.
—Noestoysegurodeloqueestoybuscando—respondo.
—Entoncesteserádifícilencontrarlo.
—Mepreguntotantascosas…¿Notendrásalgunasrespuestasbuenasatudisposición?
—¿Cuáleslapregunta?
—No lo sé. Pero si consigues encontrar una respuesta, seguramente consiga formular alguna
pregunta.
Ladealacabezayseechaareír;enesemismoinstantemeenamorodeella.Hacefaltamuypoco.
—¿Dedóndeeres?—inquiere.
—DeNoruega.
Enarcalascejas.
—¿Quéquieresdecirconquenoruega?
Suavizolaerre:
—Noruega.Soy…—cojocarrerillaparapronunciarlobien—arqueólogo.
—¿ContratadoporlaSIS?
—Noexactamente.Dehecho,podríadecirsequetodolocontrario.—Meríotensamente.
—¿Estásaquíparallevaracabounainvestigación?
—HevenidoparaveraMichaelMacMullin.
Nopuededisimularsusorpresa.Estáapuntodedeciralgo.
—Ah—exclamafinalmente.Elsonidotransformaloslabiosenunalindaboquitadepiñón.
—Tengoalgunaspreguntasqueformularle.
—Esonospasaatodos.
Yosonrío.Ellasonríe.Yomesonrojo.
—¿Quétipodebibliotecaesésta?—pregunto.
—Sobretodohayliteraturaespecializada,Historia,Teología,Filosofía,Arqueología,Historiade
la cultura, Matemáticas, Física, Química, Astronomía, Sociología, Geografía, Antropología,
Arquitectura,Biografías.Yasí…
—Ah,lastrivialidadesdelaexistencia.
Vuelveareírymemiraconcuriosidad;supongoqueestarápreguntándosequéclasedecriatura
soyyquiénhabrádecididoponermeenlibertad.
—¿Ytúereslabibliotecaria?
—Unadeellas.Hola,¡soyDiane!—Metiendelamanodeuñasrojas.
—MellamoBjørn—digo,estrechándosela.
—¿Sí?¿Bjørn?¿Comoeltenista?
—¿Creesquemeparezco?
Meestudiaconatenciónmientrasmordisqueaellápiz.
—Bueno—diceentonodeburla—,quizásélteníaunpocomásdecolorquetú.
CenoenelrestaurantehabitualdelosvegetarianosseriosdeLondres.Animado,mepidounodelos
platos más caros del menú, compuesto por coles de Bruselas, champiñones, espárragos y salsa de
natayajo.
Debería pensar en el cofre, y en las descaradas maniobras de Llyleworth. Debería reflexionar
sobre el misterio en torno a Charles DeWitt. Debería llamar a Grethe. Lo cierto es que podría
habermedadoalgunaexplicación:DeWittpuedehaberlodejado.Latarjetadevisitanoteníapintade
nueva.
PeroloquehagoespensarenDiane.
Puedequemeenamorecontantafacilidadporqueveounaposiblenoviayfuturaesposaentoda
mujer.Unasonrisa,unavoz,unroce…Nosoyrepugnante.Soypálido,peronofeo.Dicenquetengo
ojosbondadosos,rojos,sí,perounosojosrojosbondadosos.
Lasideasfluyenentornoafantasíassobremismisteriosinterioresmientrasmecomolascoles
deBruselas,loschampiñonesylosespárragosyvacíolabotelladevino.
Despuéseructoymevoy.
UnaprofesoradeLenguameplanteóunavezunapregunta.
—Sinofuerasunapersona,Bjørn,sinounaflor,¿quéflortehubieragustadoser?
Solíanocurrírseletodotipodepreguntasextrañas.Creoquelehacíagraciajugarconmigoyyo
eraunavíctimaagradecida.Yoteníadiecisieteaños.Ella,eldoble.
—Una flor, Bjørn —repitió. Su voz era suave, cálida. Se inclinó sobre mi pupitre. Todavía
recuerdosuaroma;suave,especiado,repletodehúmedossecretos.
Laclaseguardabasilencio.Todosteníancuriosidadporsaberquéflorlehubieragustadosera
Bjørn,oquizásesperabanquetartamudeaseymesonrojara,comoeramicostumbrecuandoellase
inclinabasobremícontodossusaromasysuscontoneantestentaciones.
Peroporunavezteníarespuestaasupregunta.
LehablésobrelaEspadadePlata.
CreceenloscráteresdelosvolcanesdeHawai.Duranteveinteañosnoesmásqueunatristebola
cubierta de un pelo de brillo plateado. Acumula fuerzas. De pronto, un verano, explota en una
fastuosafloraciónenamarilloypúrpura.Luegomuere.
Mirespuestaladejópasmada.Sequedóunbuenratojuntoamipupitremirándomefijamente.
¿Quécoñoesperabaquerespondiera?¿Uncactus?
Lanotaestáescritaconletradechiquilla,llenadelazosyperifollos,enunahojaenlaqueelhotelha
imprimido«Mensajeparanuestroshuéspedes»conletrasgóticas:
Para el señor Bulto, habitación 432: ¡Por favor llame a la señora Grett Lidwoyen
inmediatamente!
Linda/Recepción/Jueves/14,12h.
—¿TúeresLinda?—lepreguntoalachicaderecepción.
—¡Losiento!Lindahaacabadosuturnoalastres.
Entonces Linda debe de ser la gata patilarga que atendía cuando me he registrado en el hotel.
Linda…Puedequetengamuchascualidades,seguroqueesbuenaycariñosa.Esguapa.Enlashábiles
manosdeuntorturadornocreoquenegasequesucortedepeloatrajomimirada.Perolaortografía
noeselfuertedeLinda.
Subolasescalerasconlanotaylallave-tarjetaenlamano,abrolapuertademihabitación.
Marcoelnúmeroydejoqueelteléfonosuene.
Al otro lado de la ventana, los ruidos tienen un carácter distinto al de la mañana. Un autobús,
quizásuncamión,hacequevibreelcristal.Estoysentadosobrelacama,laluzcaeporelpapeldela
pared.Mequitoloszapatosdeunaspatadasymedoyunmasajeenlospies.Tengopelusaentrelos
dedos.
Enlaotrapuntaalguienlevantaelauricular.Durantemuchotiempohaysilencio.
—¿Grethe?—pregunto.
—¿Hola?—EslavozdeGrethe.Suenamuylejana.
—SoyBjørn.
—Ah.
—Acaboderecibirtumensaje.
—Sí.—Suspira—.Noeramiintención…—Vuelveasuspirar.
—¿Grethe?¿Pasaalgo?
—¿Eh?No,nada.
—Seteoyemuylejana.
—Son…laspastillas.¿Podríasllamarmemástarde?
—Claro…¿Nocorríaprisa?
—Ya.Peroesque…Mevieneunpocomal.
—¿Grethe?¿QuiénesCharlesDeWitt?
Empiezaatoser.Elataqueesestertoroso.Sueltadegolpeelauricularsobrelamesa,ymeparece
oíraalguiendándolepalmadasenlaespalda.Despuésdeunbuenratolevantaelauricularysusurra:
—¿Podríasllamarmástarde?
—Grethe,¿tesientesmal?
—Se…me…pasará.
—¿Hayalguiencontigo?
Noresponde.
—¡Tienesquellamaratumédico!
—Me…las…apañaré.
—¿Conquiénestás?
—Bjørnillo,ahoramismonotengo…fuerzas…parahablar.
Luegocuelga.
Lainfanciamevolviósensible.Cuandoeresunalbinointrovertido,aprendesasentirlosgolpes
delpulsodelidioma.InclusopormediodeunalíneatelefónicaquellegadesdeBayswater,Londres
W2, hasta la calle Thomas Heftyes, 0264 Oslo, a través de cables subterráneos y un satélite de
telecomunicaciones en órbita geoestacionaria, percibía el miedo de Grethe. Estaba mintiendo. Me
tumbodespatarradosobrelacamayenciendoeltelevisor.Voycambiandodecanalconelmando.
UnahoradespuésvuelvoallamaraGrethe.Nocogeelteléfono.
Me doy una ducha rápida y antes de llamarla de nuevo veo el final de un capítulo de Starsky y
Hutchdelañodelapera.Dejoquesueneveinteveces.
Me paso alrededor de una hora leyendo el trabajo que escribió papá junto con Llyleworth y
DeWitt.Funcionamalcomosomnífero.Sustesisvantanlejosquenoacabodeestarsegurodeque
hablen en serio. En última instancia, afirman, que el hallazgo del cofre de los secretos sagrados
podríacambiarelordenmundial,aunqueluego,conlahabitualprecaucióndeloscientíficos,añaden
tantasreservasquelaafirmaciónpierdesusentido.
Cuandopasolapágina232,unacartacaeporunlado.Tienefechadel15deagostode1974.No
estáfirmada.Ynodiceaquiénvadirigida.Loprimeroquepiensoesquelaescribiópapá.Laletraes
idénticaalasuya.Peronopuedeser,¿no?Siobviamosquereconozcoloslazosbajolasgesylas
jotas, y la raya sobre las úes. En ella describe sus planes para una expedición a Sudán. Lo que no
entiendoesporquéhayunacartadepapáenuntrabajoquellevaveinticincoañosenunaestanteríaen
casadeGretheLidWoien.
Ocurrealgoconlanoche.
Paramílanocheesalgoquepreferiríapasardurmiendo.Laoscuridadloagrandatodo.Mesiento
másenfermo.Lastrivialidadesdeldíasevanmoliendoypierdentodaproporción.
Deberíaestarcansado,deberíaestaragotado.Perotumbado,conlosojosabiertosdeparenpar,
miro la oscuridad del cuarto. Al otro lado de la ventana fluye una corriente uniforme de coches.
Algunosturistasberreanconánimofestivo.YopiensoenGrethe.Piensoenelcofrequeheescondido
en casa de Rogern. Pienso en el profesor Llyleworth y el profesor Arntzen, en Charles DeWitt y
MichaelMacMullin.Piensoenpapá.Yenmamá.
PerosobretodopiensoenDiane.
Alasdosymediadelamañanadespiertodeprontoyenciendolaluzdelamesilla.Ahogadoen
sueñomarcoelnúmerodeGrethe.
En un pequeño país, en una pequeña ciudad, en un piso de un edificio de Frogner, un teléfono
solitarionoparadesonar.
Haymanerasagradablesdedespertar.Unbesoenlamejilla.Elcantodelospájaros.ElQuintetopara
cuerdaendomayordeSchubert.Elrumordeunabarcaamotor.
Luegoestánlasdesagradables.Deésashaymás.Comoeltimbredeunteléfono.
Buscoatientaselauricular.
—¿Grethe?—murmuro.
Sonlasochoycuarto.Mehequedadodormido.
—¿SeñorBeltø?—preguntaunamujer.
Lavozmesuena,peronoconsigosituarla.
—¿Sí?
Ellatitubea.
—Llamo de la Asociación Geográfica de Londres. —La voz es estirada, fría y cortante; en ese
mismoinstantesurgelaimagendelafuriatraselescritorio.Ladominatrizsadomasoquistahadejado
en casa la falda de cuero y el látigo y se ha puesto el elegante hábito de secretaria y el tono
desagradable.
—¿Sí?
Vuelveatitubear.Noeséstaunaconversaciónqueaprecie.
—Porlovistohahabidounmalentendido.
—¿Sí?
—¿Fueustedquiénpreguntópor…CharlesDeWitt?
—Sí.—Esbozounasonrisamaligna.
—Losientomucho…—Eltonoestansecoquepodríasepararlaspalabrasymachacarlashasta
convertirlasenpolvo—.AlparecersíhayunCharlesDeWittvinculadoanosotros.
—¿Nomediga?—Exagerolasorpresaparaprolongarlahumillación.
Elmodoenqueellatomaairemedicequeestáapretandoloslabios.Yodisfrutocadavezmás.
—¿Quizáselehabíaolvidado?—añado.
Carraspea.Medoycuentadequehayalguienasuladoescuchando.
—El señor DeWitt tiene mucho interés en recibirlo. Desgraciadamente no está en Londres en
estos momentos, pero esperamos que llegue con el avión de media mañana. Me ha pedido que
concierteunacitaconusted.
—Québien.Quizáséldeseeapuntarsetambién.Paraqueloconozca.—Esunproblemaquetengo.
Avecesmepongosarcástico.
Ellaniconsideradarmeunarespuesta.
—Siquisierapresentarsealas…
—¡Un momento! —la interrumpo. Quiero hacerme el valioso. Nunca he intentado ocultar que
puedo ser un Satán—. Que míster DeWitt se ponga en contacto conmigo cuando vuelva. Tengo un
programamuyapretado.
—¡SeñorBeltø!Mepidióconinsistenciaque…
—Seguroqueestanamablededarleelnúmerodelhotel.Podráencontrarmeporlatardeoporla
noche.
—¡SeñorBeltø!
—Puededejarleelrecadoalarecepcionista.
—Pero…
—¡YsaludedemipartealseñorDeWitt,porfavor!Estoydeseandoverlo.
—¡SeñorBeltø!
Cuelgo,jactancioso,ydeungiropongolospiesenelsuelo.Enelcajónencuentrocalzoncillos,
calcetinesyunacamisa.MevistoantesdellamaraGrethe.Yanomesorprendequenoresponda.Voy
albaño.Miorinahuelealosespárragosdeanoche.Mequedéatónitocuandomedijeronquesólouna
minoríatieneunolfatocapazdepercibirlosespárragosenlaorina.Meagarroatodoloquemehaga
único.
—¡Ah!¡ElmisteriososeñorBalto!
AnthonyLucasWinthropJr.esunhombrerechonchoybajitoconlacabezaenformadebolay
unarisaburbujeantecomoladeunpayasocontratadoparadivertiralosniñosmimadosdeunafiesta
decumpleañosmundana.Meofrecelamano.Susdedoscortosparecensalchichasconanillosdeoro.
Susojosentreabiertosmemiranconexpresiónburlona,surostroestádesbordadodeamabilidady
atenciónpaternalista.
Hayalgoensuvoz…Nomefíodeél.
Laabuelaquetejehasubidoconmigolasampliasescalerasdemármolhastaeltercerpisoyme
ha conducido por el largo pasillo de columnas en que resuenan el eco de los pasos y las voces
mitigadas,hemosdobladoenunaesquinayhemosllegadoalaantesaladeWinthrop.
Élmeguíahaciasudespacho.
Noesundespacho.Esununiverso.
Enlalejanía,bajolosarcosdelasventanas,vislumbroelescritorio.Enlaotrapunta,juntoala
puerta, hay unos muebles de salón. En medio flotan nebulosas de estrellas, cometas y agujeros
negros.
—¿DebointerpretarquelegustajugaraserDios?—preguntoconunasonrisairónica.
Seríeconinseguridad.
—Soyastrónomo.Deprofesión.—Abrelosbrazosenungestodeinhibición,comoparadejar
quesutrasfondoprofesionalexpliqueelextrañohechodequehayatransformadosudespachoenun
universoenminiatura.
Haceuntiempoleíunanoticiaenunperiódicosobreungrupointernacionaldeastrónomosque
había descubierto un cuerpo celeste que emitía materia que, al parecer, se trasladaba a mayor
velocidad que la luz. La noticia de ese descubrimiento causó sensación en el congreso científico
CospardeHamburgo,peroobviamentealgotanabstractocomolavelocidaddelaluznoteníagran
importanciaparalosperiódicos,asíquenoseescribiógrancosasobreelasunto.Fueungrupode
astrónomoselque,conayudadeunradiotelescopio,localizóelmisteriosocuerpocelesteatreinta
mil años luz de la Tierra. A un trecho de aquí, por decirlo así. Si las observaciones son correctas,
torpedeanellímitemásabsolutodelasleyesdelanaturaleza:lavelocidaddelaluz.Lasperspectivas
sonparamarearse.Poresotampocohubograndestitularesenlosperiódicos.
Caminamos a través del Sistema Solar y nos adentramos en el Cosmos, más allá de Próxima
CentauriylanebulosadeAndrómeda,hastallegarasuescritorio.Mismovimientoshanhechoque
lasgalaxiasseponganatemblarybalancearseensushilosdenailon.
—TengoentendidoquevaareunirseconCharlesDeWittestatarde—diceentonovacilante.
—¡Diosmío!¡Todoloquesaben!
Winthroprefunfuñaconevidentenerviosismoysesientaenunasillallamativamentegrande.Yo
medejocaerenunallamativamentepequeña.Escomosentarseenelsuelo.Enunodemisconstantes
y recurrentes ataques de maldad, pienso que tras un escritorio pulido incluso un payaso puede
elevarsehastaDios.
—¡SeñorBalto!—exclamaentusiasmadomientrassebalanceasobresusillayaplaudecomosise
hubierapasadoañosesperandoquellegaraestedía—.Bueno…¿Quépodemoshacerporusted?
—Estoybuscandoalgodeinformación.
—Esotengoentendido.Y¿quéletraealaSISyaMichaelMacMullin?Comoverá,noestáaquí.
—Hicimosunhallazgo.
—Ah,¿sí?
—YcreoqueMacMullinsabealgosobreelasunto.
—¿Deverdad?¿Yenquéconsisteesehallazgo?
—SeñorWinthrop—digoconexageradacortesía—,vamosadejarnosdechorradas.
—¿Disculpe?
—Ambossomoshombresinteligentes,peromalosactores.Dejémonosdeteatro.
Suestadodeánimosufreunatransformacióncasiimperceptible,peroapesardetodoapreciable.
—Está bien, señor Balto. —Su voz adquiere el tono de desconfianza y la frialdad de la de un
hombredenegocios.
—Evidentementesabequiénsoy,¿no?
—Es usted profesor adjunto en la Universidad de Oslo. El supervisor noruego de las
excavacionesdelprofesorLlyleworth.
—Entoncesesobvioquetambiénsabeloquehallamos,¿no?
Seestremece.Winthropesdeesoshombresquenoestánagustobajopresión.
—Elcofresagrado—añadoparaayudarlo.
—Esotengoentendido.¡Verdaderamentefascinante!
—¿Quépuedecontarmesobreelmitodelareliquiadelossecretossagrados?
—Pocacosa,metemo.Soyastrónomo,nohistoriadorniarqueólogo.
—¿Conoceelmito?
—Demodosuperficial.ElArcadelaAlianza,elcofresagrado…,unmanuscrito…,hastaahísé.
—PeroseguroquesabetambiénqueloquebuscabaLlylewortheraesecofre.
—SeñorBalto,la SISnoseocupadesupersticiones.NocreoqueLlyleworthesperaraencontrar
ningúncofresagrado.
—¿Ysiresultaquenosetratadeningunasuperstición,sino,porejemplo,deuncofredeoro?
—SeñorBalto.—Suspiraconrechazoyalzalosdosmontonesdesalchichas—.¿Sehatraídoel
hallazgo?¿Aquí?¿ALondres?
Chasqueolalenguaenrespuesta.
—Esperoqueestéensitioseguro.
—Porsupuesto.
—¿Esunacuestióndedinero?—preguntaentonoausente.
—¿Dinero?
Avecessoyunpococortodeentendederas.Élmemiraalosojos.Ledevuelvolamirada.Tiene
losojosdeungrisazuladoylaspestañasbastantelargas.Intentoleerlelospensamientos.
—¿Cuántohabíapensado?—inquiere.
Deprontocaigoenlacuentadeporquéreconozcolavoz.Hehabladoporteléfonoconél,hace
dos días, cuando se presentó como el señor Rutherford del Real Instituto Británico de la Jodida
Arqueología.
Me echo a reír y me mira desconcertado. Después me acompaña con su risa de payaso. Ahí
estamos,riéndonosennuestramutuadesconfianza.
Detrásdenosotros,enlaotrapuntadeluniverso,seabreunapuerta.Unángelllegaflotando,con
una bandeja de plata con dos tazas y una tetera de porcelana. Sin mediar palabra, nos sirve y
desaparece.
—Porfavor—diceWinthrop.
Dejocaerunterróndeazúcarenelté,peronotocolaleche.Winthrophaceexactamentealrevés.
—¿Porquéseniegaaentregarelobjeto?
—Porqueespropiedadnoruega.
—Escuche —empieza con irritación, pero se detiene y decide cambiar de tono—. Señor Balto,
¿noeselprofesorArntzensusuperior?
—Sí.
—¿Porqué,entonces,noobedecelasórdenesdesusuperior?
Órdenes,mandatos,decretos,dictados,leyes,reglas,instrucciones,prescripciones…Lamayoría
de los británicos encuentra seguridad en todas las regulaciones de la vida. Pero a mí me ocurre lo
contrario.
—Noconfíoenél—respondo.
—¿Noconfíaensupropiopadrastro?
Unescalofríomebajaporlaespalda.Hastaesohandescubierto.
Winthropmeguiñaunojoychasquealalengua.Esespabilado.
—Dígame,señorBalto,¿nosufriráunaligeramaníapersecutoria?
Nomeextrañaríaquehubieraleídomishistorialesmédicos.Yeldiario.Algunasveceshastalos
paranoicospuedentenerrazón.
—¿Quéhayenelcofre?—pregunto.
—Como ya le he dicho, señor Balto, permítame que le recuerde que es su obligación entregar
aquelloquedeningúnmodolepertenece.
—Voyaentregarlo…
—¡Estupendo!
—… En cuanto averigüe qué es lo que hay dentro y por qué tanta gente está tan empeñada en
sacarloilegalmentedeNoruega.
—SeñorBalto,¡deverdad…!
—¡Yoeraelsupervisordelasexcavaciones!
Winthropchasquealoslabios.
—Enefecto.Peroenrealidadnadielehadichoquéesloqueestabanbuscando,¿no?
Vacilo.Comprendoquevaadejarmeformarpartedealgoquesesuponequenodeberíasaber.
Perotambiénséqueprobablementemeserviráunamentirabiendirigida,unaseductorapistafalsa.
—¿Elmapadeuntesoro?
Suscejasformandosuvesperfectascabezaabajo.
—¿Elmapadeuntesoro,señorBalto?
—¿HaestadoúltimamenteenRennes-le-Cháteau?
—¿Dónde?—Memiraconinocencia.
Perfeccionolapronunciación:
—¡Rennes-le-Cháteau!Yasabe,laiglesiamedieval.Losmapasdeltesoro.
—Losiento.Deverdad,nosédequémeestáhablando.
—Entonces,¿podrácontarmeloqueestabanbuscandodeverdad?
Seestremeceybajalavoz;estáincómodo.
—Teníanunateoría.
—¿Unateoría?
—Nadamás.Sólounateoría.
—¿Queconsistíaenqué?
Winthrophaceunaextrañamuecaquequizápretendamanifestarprofundasreflexiones,peroque
enelfondosólopareceunamuecaextraña,yluegopregunta:
—¿Noessorprendentequelascivilizacionesantiguasnofueranenabsolutotanprimitivascomo
creíamos?
—Yquelodiga.
—Tenían conocimientos, tanto tecnológicos como intelectuales, que no parecen corresponder a
genteensuestadodedesarrollo.Conocíanmejoreluniversoquemuchosastrónomosaficionadosde
hoyendía.Dominabanlamatemáticaabstracta.Erandestacadosingenieros.Practicabanlamedicina
ylacirugía.Teníanmuybuenacomprensióndelasdistanciasylasproporciones,delageometríayla
perspectiva.
Lomiroconatención,intentoleerentrelíneasestudiandosucaraysusojos.
—Porejemplo:¿sehapreguntadoalgunavezporquéseconstruyeronlaspirámides?—inquiere.
—Enrealidadno.
—¿Sabeentoncesporqué?
—¿Noerancámarasmortuorias?¿Lossuntuosossepulcrosdelosfaraones?
—RepresénteselapirámidedeKeops.Teníacientocuarentaycuatrometrosdealturacuandofue
erigidaporelreyegipcioKeops,delacuartadinastía.Losarqueólogosylosladronesdetumbashan
encontrado una cámara del rey, una cámara de la reina, hoyos, galerías, pasillos estrechos… Las
estanciasconocidasconstituyenentotalununoporcientodelvolumendelapirámide.¿Mesigue?
Losigo.
Seinclinasobreelescritorio.
—Los científicos —continúa— empezaron a practicar radioscopias en las pirámides con
tecnología moderna. No tardaron en darse cuenta de que había mucho más hueco del que se ha
descubierto.Hastaunquinceporciento.
—Noestansorprendente.
—Desde luego que no. ¡Pero un quince por ciento, señor Balto, es bastante! No sólo eso: el
sensible equipo recibió reflejos que indicaban que un gran objeto de metal está localizado siete
metrospordebajodelniveldelsuelodelapirámide.
—¿Untesoro?
—Porloquesé,leinteresanlostesoros.Ysupongoquesepuededecirquetodoloquehaydentro
de una pirámide, por definición, ha de considerarse un tesoro. La presencia de metales en una
pirámide egipcia no tendría, en sí misma, por qué extrañar a nadie. Pero no se trataba de un
sarcófagodeoronideunacoleccióndecobreohierro.Eltamañoylamacicezdelobjetometálico
era de tal carácter que obligó a los científicos a repetir varias veces las mediciones antes de
convencersedequelosdatoserancorrectos.Situandoelequiporadioscópicoendiferentesángulosy
posiciones,consiguieronelbocetodelobjetometálico.Sucontorno.
—¿Yquéesloquevieron?
Winthropselevantayseacercaaunarmarioquecontieneunacajafuerte.Tecleauncódigoyla
puertaseabreconunbostezo.Winthropsacaunacarpetanegraquetraehastaelescritoriomientras
laabre.
—Éstaesunacopiadeloquedescubrieron—dice.
La hoja está metida en una funda de plástico transparente. A primera vista el dibujo, hecho por
ordenador,pareceunanaveespacial.
Despuésadviertoquerealmenterepresentaunanaveespacial.
Cascoalargado,alaspequeñas,timóndeprofundidad.
MiroaWinthropdereojo.
—Elañopasadoexcavamoshastalagaleríaenlaqueseencuentralanave—dice.
—¿Quéesesto?
—¿Nolove?
—Pareceunanaveespacial.
—Esunanaveespacial.
—¿Unanaveespacial?
—Exacto.
—Espere un momento. ¿Una nave espacial se quedó atascada bajo la pirámide de Keops en un
desgraciadointentodeaterrizareneldesierto?—preguntoentonomordaz.
—No,no,noloentiende.EsunanavesobrelaqueseconstruyólapirámidedeKeops.
Le dirijo mi triste mirada de perro. La que significa: «No pretenderá que me crea todas estas
tonterías,¿verdad?».Ydespuéssueltounprofundosuspiro.
—QuizáconozcalascontrovertidasteoríasdelsuizoErichvonDániken—prosigue.
—¡Sí!SerefierenalasvisitasdeextraterrestresalaTierraenelpasado,yesaclasedecosas.
—Esoes.
Miroeldibujodelanaveespacial.AcontinuaciónmiroaWinthrop.
—¡Nopuedeestarhablandoenserio!—exclamo.
Delacarpetanegrasacacincohojasdepapelcubiertasdefórmulasmatemáticas.
—Los cálculos —dice empujando hacia mí los papeles—. La NASA ha evaluado las cualidades
aerodinámicasdelanave.Apartirdeahoravanaajustarsusfuturasnavesespacialesaestemodelo.
Me cruzo de brazos. Empiezo a sentirme mal. No porque me crea su historia, sino porque sus
mentirasparecenocultarunsecretoquequizáseaaúnmásterrorífico.
—Una nave espacial bajo la pirámide de Keops —digo, como si ya hubiera conseguido
convencerme.
Inclinolacabezahacialaizquierda.Yluegohacialaderecha.Comosituvieratortícolis.Beboun
sorbodeté.Estátibioysabecomoalgoqueesperaríasquetesirvieranenlatiendadeunbeduino
ricoenmediodeldesierto.
—¿Así que quiere que crea que la pirámide de Keops se erigió sobre una nave espacial
prehistórica?—digomirándoloalosojos.
—Permítame que se lo repita… Una nave espacial. Creemos que procedía de una nave nodriza
mayorenórbitaalrededordelaTierra.
—Sí,claro.
—Pareceescéptico.
—¿Escéptico?¿Yo?Deningúnmodo.Pero,dígame,¿cómoexplicaquelosegipciosconstruyeran
una enorme pirámide sobre la nave? No creo que hace cinco mil años existiese el concepto de
«garaje».
—Considerabanqueerasagrada.Lanavecelestedelosdioses.
—¡Debió de ser un verdadero fastidio para los extraterrestres cuando por fin volvieron y
encontraronunaenormepirámidesobresunave!
Nisiquierasonríe.Creequetienemiconfianza.
—Algopudohabersalidomaldesdeelprincipio—apunta—.Quizáfueseunaterrizajeforzoso.
Quizá la nave no pudiera despegar. ¿Arena en la maquinaria? O quizá sus astronautas murieran al
encontrarse con la atmósfera terrestre, o al entrar en contacto con determinadas bacterias. No
estamosseguros.Seguimosenlafasedelasadivinanzas.
—¿Asíquenohanintentadohacergirarlallavedearranque?
—Aúnno.—Vacila—.Existeotrateoría.
—Nolodudo.
—Podría pensarse que nunca pretendieron que la nave volviese. Que su misión era traer a un
grupodecriaturas,sindudaconaparienciahumana,paraquesequedaranenlaTierra.
—¿Quéteníanquehaceraquí?
—Quizá quisieran colonizar nuestro hermoso planeta, intentar reproducirse, no hay modo de
saberlo.HayquiencreequeesascriaturaseranlosmodelosdelosrelatosdelaBibliasobrebellos
ángeles estilizados. Eran más grandes y altos que nosotros, las personas. E inconcebiblemente
hermosos. Por la historia de la religión sabemos que los ángeles a veces dejaban embarazadas a
nuestrasmujeres.Asíque,enelaspectogenético,debemosdehabertenidounorigencomún.
Merío.
Elnodicenada.
—¿Yustedsecreetodoeso?—pregunto.
—Setratadereconocerloshechos,señorBalto.
—Olasmentiras.
Lomirolargamente.Alfin,elsonrojoemergecomodosrosasensusredondasmejillas.
—¿Yelcofre?—pregunto—.¿Quérelacióntieneconesto?
—Esoquizálosepamoscuandonosloentregue.
Merío.
—Tenemos la esperanza de que el contenido del cofre pueda guiarnos hasta esos seres
extraterrestres —afirma—. No necesariamente a los que aterrizaron, no creo que sean inmortales,
aunque,quiénsabe…—añade,arqueandolascejas—,sinoasusdescendientes.Lalíneadesuestirpe.
Talvezencontremosunmensaje.Deellosparanosotros.
Guardamossilencio.
RecientementeleíalgoenelperiódicosobrelamédicofinlandesaRauni-LeenaLuukanen,queno
sóloesespecialistaenenfermedadesterrenalescomolasinusitisolashemorroides,sinotambiénen
la filosofía pacifista de criaturas de sistemas solares lejanos. Mantiene contactos regulares con los
humanoidesquecruzanlabóvedaceleste.Detodaslasconfidenciasquelehanhecho,memaravilla
queoperenconseisdimensiones,queviajenatravésdelespacioyeltiempooqueunadelegaciónde
ellosrecibieraaNeilArmstrongcuandopusolospiessobrelaLuna.Lamásfascinantedetodaslas
afirmaciones de Luukanen deriva del hecho de que, al igual que yo, son vegetarianos. Y de que el
platofavoritodeloshumanoideseselheladodefresa.
Meríodenuevo.EsposiblequeWinthropmeconsidereunpocoincrédulo.
—Pienseustedloquequiera—diceconvozáspera.
—Esohago.
—Le he presentado los hechos, todo lo que sabemos, y lo que creemos. No puedo hacer más.
Créaseustedloqueleparezca.Odéjeloestar.
—Esoseloprometo.
Carraspeaysemueveenlasilla.
—¿QuéeslaSIS?—pregunto.
—¡Ah!—Saltaalavistaquelapreguntaleagrada.Esinofensiva,unadeesaspreguntasquepuede
mantenerloenmarchaduranteunahoraodosenesasfiestasdecóctelquefrecuentaconsubellay
joven esposa, que seguramente tiene una relación con su entrenador de tenis—. La SIS —añade
lentamente, como si tuviera que tomar impulso con cada letra— es una fundación científica,
establecida en el año mil novecientos por los investigadores y científicos más destacados del
momento. El objetivo era coordinar los conocimientos de muchas ramas del saber en un banco
común.—Asumeuntonodidáctico,comosiestuvieraanteungrupodecolegiales—.¡Imagíneseel
momento! —Abre los brazos de par en par—. El comienzo del siglo. ¡Un nuevo optimismo!
Crecimiento. Idealismo. En la vida económica surgían nuevas y grandes industrias. Una nueva era
nacía.Perohabíaunproblema;¿sabeenquéconsistía?
—No.
—Nadiepensabamásqueensupropioterrenodelsaber.Yésafuelagranideaquepropicióla
fundacióndela SIS:controlareldesarrollocientífico,coordinar,ponerencontactoacientíficosque
pudieranayudarseentresí.Enunapalabra:pensarglobalmenteenesamarañadeunidades.
—Suenaestupendo;pero¿enquéhaderivadolaSIS?
—Recibimosapoyoeconómicoyprofesionaldetodaslasramasdelsaber.Percibimosdinerodel
presupuesto estatal y de nuestros propietarios, además de donaciones de universidades y ámbitos
científicos de todo el mundo. Somos más de trescientos veinte empleados fijos. Contamos con un
grannúmerodecientíficosenpuestosdelamayorimportancia.Tenemoscontactosenlasprincipales
universidades. Estamos representados en todos los lugares donde se llevan a cabo investigaciones
trascendentes.
—Nuncahabíaoídohablardeustedes.
—¡Esosíqueesextraño!
—No hasta que averigüé que la SIS estaba detrás de las excavaciones que me habían contratado
para…,¡je,je!,supervisar.
Winthrophojea,conelpensamientoenotraparte,unosfoliosquehaysobreelescritorio.
—¿QuépuedecontarmesobreMichaelMacMullin?—pregunto.
Winthroplevantalavistadesuspapeles.
—Ungranhombre—diceentonodedevoción—.Eselpresidentedelajuntadirectivadela SIS.
Todo un caballero, ya mayor y muy rico. ¡Un cosmopolita! Lo nombraron catedrático de Oxford
justodespuésdelaguerra.Enmilnovecientoscincuentaseretiródelainvestigaciónparadedicarsu
vidaalaSIS.
—¿Dóndeestáahora?
—Creemosqueapuntodevolver.Prontotendráocasióndereunirseconél.Tienemuchointerés
enverlo.
—¿Cuálessuespecialidad?
Winthropenarcalascejas.
—¿Nolosabe?Esarqueólogo.Comousted.Comosupadre.
Dianeestásentadatraselmostrador,ymiraconlosojosentornadoselordenadorconletrasverdes.
Estámonacuandoentornalosojos.Tambiénestámonacuandonolohace.
Elsolentraaraudalesporlasgrandesventanas.Acabodecruzarlapuerta.Enlamanoestrujoel
folleto enrollado de la SIS que me ha dado Winthrop. Al separarnos, ha reído con su boba risa de
payasoymehadichoquelealegrabavermetandispuestoacolaborar.¿Dispuestoacolaborar?Al
parecerpensabaquehabíahechosutrabajoyqueyoibaairmecorriendoacasaabuscarelmaldito
cofre.Debedecreerquesoyfácildepersuadir.Ybastantetonto.
Conuncarraspeodiscreto,queresuenaenelsilenciocatedralicio,doyunpasohaciaelinterior
delabiblioteca.Dianememiraconexpresiónausente.Laconcentraciónsediluyeenunasonrisa.La
luzmeengaña:poruninstantemeparecequesesonroja.
—Túotravez—dice.
—AcabodeestarconWinthrop.
Selevantayvienehaciamí.Estamañana,alelegirlaropa(melaestoyimaginando),hapuesto
cuidado:llevaunablusadesedablanca,unafaldanegraceñidaquelesientabienasufigura,medias
denailonnegroyzapatosdetacón.
—Lo llamamos el Hombre de la Luna. —Suelta una risa contenida y pone una mano sobre mi
brazo.Sonríoforzadamente.Elcontactodesencadenaenmicráneounchaparróndehormonas.
—Diane,¿podríasayudarme?
Ellavacilaunmomento,luegoresponde:
—Claro.
—Loquenecesitoquizánoseadeltodosencillo.
—Haréloquepueda,peroloimposiblellevaunpocomásdetiempo.
—Setratadedatosquetenéisenelordenador.
—¿Sobrequé?
—¿Hayalgúnsitiodondepodamoshablar?—Bajolavozyañado—:Preferentemente,dondeno
tengamosquesusurrar.
Me agarra la mano (suavemente, con ternura) y me guía a través de la biblioteca hasta un
despacho con una puerta de cristal mate. Es un despacho impersonal. Estanterías llenas de grandes
carpetasdeanillas.Unescritorioantiquísimoconunapantalladeordenadorimpresionantesobreun
pedestalalaúltimamoda.Untecladounidoconuncabledeespiralalaunidadcentraldelordenador,
en el suelo. Un cenicero vacío. Una taza de plástico con un resto de café y colillas. Una silla de
oficinapocoestablesobrelaquesesientaDiane.Memira.Yotragosaliva.Meabrumalacertezade
estarsoloconellaydeque(demodopuramentehipotético)puedoinclinarmehaciadelanteybesarla.
Y sí responde a mi beso y suspira con dulzura, puedo cogerla en mis brazos (todavía en teoría),
subirla al escritorio y follarla de forma brutal. Y después escribir una carta sobre el asunto a una
revistadehombres.
—¿Quéproblematienes?—pregunta.
Miproblemaesquetengoalgunosproblemasdemás.
Lasillademaderacrujeconmipeso.
—¿Eresbuenabuscando?—digo,indicandoelordenadorconlacabeza.
—Mmm,sí.Sesuponequeesmitrabajo.
—NecesitosabermássobreMichaelMacMullin.
Medirigeunarápidamirada.Nosoydeltodocapazdeinterpretarla.
—¿Porqué?—preguntaconfrialdad.
—Noséloqueestoybuscando—contestoconfranqueza.
Su mirada no me suelta. Sólo cuando percibe lo incómodo que me siento, se acerca al teclado,
aprietaelF3de«Búsqueda»yescribeatodavelocidad«MichaelMacMullin».Elordenadormascala
preguntaysumaantesderesponder:«16documentoshallados.11codificados.»[3]
—¿Quieresqueteimprimalosarchivosalosquesepuedeacceder?
—¿Acceder?
—Oncedelosarchivosestánprotegidos.Paraobtenerlainformaciónsenecesitaunacontraseña.
—¿Notienescontraseña?
—Claro.Peroatiende…
Tecleasucontraseña.
«Noautorizado.Serequierenivel55»,respondelamáquinaeninglés.
—¿Quésignificaeso?
—Operamosendistintosniveles.Alniveloncetienenaccesotodoslosusuarios,incluidalagente
ajena a la fundación. El nivel veintidós protege los datos que es preciso documentar y se tiene
derecho a consultar. Por ejemplo, proyectos de investigación que se están desarrollando en estos
momentos.Elniveltreintaytresprotegelosarchivoscondatosqueestéprohibidohacerpúblicos.
Los bibliotecarios tenemos autorización hasta ese nivel. El cuarenta y cuatro atañe a los datos
personales y las condiciones internas. Y luego hay un nivel cincuenta y cinco que sólo los dioses
sabenquéprotege.Estoes,ladireccióndelaSIS.
—¿Estáisligadosaunabasededatos?
Dianememiracomosifueraunapreguntatonta.Esunapreguntatonta.
—Somosunabasededatos.¿Nohasoídohablardenosotros?Eltablóndeanunciosdela SIS. O
www.soinsc.org.uk.¡Lídermundialensuterreno!Tenemosabonadosenuniversidadeseinstitutosde
investigaciónportodoelmundo.
—¿Quétipodedatos?
—¡Detodo!TodolorelacionadoconlacienciaylainvestigaciónenlaqueestáinvolucradalaSIS.
Esdecir,casidetodo.Labasededatosestáformadaportodonuestromaterialhistórico,actualizado
y con referencias cruzadas. Todos los informes y las descripciones de campo están aquí. Además,
guardamos artículos relevantes de Reuter, Associated Press, el Times, el New York Times y algunos
mediosdecomunicaciónseriosmás.
—¿Puedesbuscarcualquiercosa?
—Másomenos.
—Pruebaconelcofredelossecretossagrados.
—¿Elqué?
—Esunareliquia.
—¿Elcofredequé?
Se lo repito. Ella teclea. Encontramos nueve entradas. La primera remite al tratado que
escribieronen1973papá,LlyleworthyDeWitt.Lasegundaesunresumendelmito:
La reliquia de los secretos sagrados: mito sobre un objeto sagrado o un mensaje en un cofre.
SegúnelfilósofoDidactdemus(aprox.140d.C.),elmensajesóloestabadestinado«alcírculomás
internodelosiniciados».Elcontenidodelmensajenoestáclaro.
ElcofreconlareliquiaseguardóenelmonasteriodelaSantaCruz,aprox.300-954,añoenque
fue robado. Se dice que los cruzados lo entregaron a la orden de los hospitalarios de San Juan de
Jerusalén en 1186, pero apenas se dispone de pistas seguras sobre el cofre después de que cayera
Acreen1291.Latradiciónoralapuntaaquefueocultadopormonjesenunoctógono.Segúndiversas
tradiciones,eloctógonodeberíaestarenJerusalén(Israel),Acre(Israel),Jartum(Sudán),AyiaNapa
(Chipre),Malta,Lindos(Rodas),Varna(Noruega),Sebbersund(Dinamarca).
Referenciascruzadas:
Arntzen/DeWitt/Llyleworthref923/8608hg
BérengerSauniéreref321/231lab
LosrollosdelmarMuertoref231/4968cc
Varnaref675/6422ie
Laordendeloshospitalariosref911/1835dl
MonasteriodelaSantaCruzref154/5283oc
ReypersaCambisesref184/0023fv
Rennes-le-Cháteauref167/9800ea
ElsudariodeTurínref900/2932vy
ClementeIIIref821/4652om
InstitutoSchimmerref113/2343cu
ProfetaEzequielref424/9833ma
Qref223/9903ry
NagHammadiref223/9904an
Para acceder al resto de los documentos —una sorprendente colección de mitos antiguos
europeos, dinastías reales, linajes aristocráticos, ocultismo, saber hermético y referencias
incomprensibles— se necesita contraseña. Diane teclea la suya. «No autorizado. Se requiere nivel
55»,respondeelordenadordenuevo.
—Quéraro—diceDiane—.Nosolemosprotegerconcontraseñaslainformacióngeneral.Sólo
los datos sobre el personal. ¿Es posible que alguno de estos reyes o profetas haya trabajado para
nosotros?—añadeentrerisas.
—¿Unproyectotemporal?—propongo.
Memiradereojo.
—¿Quéesestareliquia?
—Diossabe.BuscaenEzequiel.
—¿Quién?
—ElprofetaEzequiel.Habíaunareferenciacruzada.
Encuentracuatroentradas.Tresestánbloqueadas.LaqueestáabiertaremitealInstitutoSchimmer.
—¿SabesquéeselInstitutoSchimmer?—pregunto.
—Un centro que concilia investigación de base arqueológica y teológica. Entre otras muchas
cosas.
—PruebaconVarna—digo,ydeletreolapalabra.
Encontramos siete documentos. Uno remite al tratado de papá. Otro, a los hospitalarios de San
Juan. Otro remite a un monasterio de Malta. Otro atañe a las excavaciones en curso del profesor
Llyleworth.Otro,alInstitutoSchimmer.Losotrostresestánbloqueados.
—¡BuscaenRennes-le-Cháteau!
Dianememira.
—¡Rennes-le-Cháteau!—repito.
Carraspea,ylecuestaunratoescribirlobienyencontrarelsímboloâ.
Nosdadieciochoentradas.Lamayoríatieneelaccesobloqueado.
Diane imprime la información accesible, que habla del joven cura pobre que encontró unos
pergaminos cuyo contenido permanece aún desconocido, pero que le hizo ganar una fortuna. Se
insinúanconexionesconlascruzadas,lasórdenesdecaballeríayconconspiracionesvinculadasalos
masonesyalinajesletrados.
—¿PodríasbuscartodaslasexcavacionesenlasquehaparticipadolaSIS?—pregunto.
—¿Estásloco?¡Tendríamosquequedarnosaquíhastamañana!
—¿YlasexcavacionesquehandirigidoMacMullinyLlyleworthparalaSIS?
—Claro.Perovaallevarsutiempo.
Lleva su tiempo. La lista es larga. Cuando paso la mirada por la serie de lugares y fechas, me
parocasualmenteenAgiaNapaenChipre,Hsifeng-kow en China, Tyumen en Siberia, Karbala en
Irak, Aconcagua, junto a la frontera chilena, Thule en Groenlandia, Sebbersund en Dinamarca,
LahoreenPakistán,CoatzacoalcosenMéxico,JartumenSudán.
En el margen de varios de los puntos pone ASSSA y una fecha. Diane me explica que ASSSA
responde a Archaeological Satellite Survey Spectro-Analysis Available. Se trata de una foto de
satélite basada en mediciones magnéticas y electrónicas de la composición de la Tierra. Una
fotografíageofísicadeesetipopuededesvelarruinasmuchosmetrospordebajodelniveldelsuelo
actual. También en el margen de Varna (monasterio de Vaerne), Noruega, hay una referencia. La
fotografía por satélite fue tomada el año pasado. He leído algo sobre la técnica usada en revistas
internacionales.
—Lanzaronelsatéliteenenerodelañopasado—diceDiane.
—¿Podríasencontrarmelafoto?¿DeVarna?
Conunsuspirodepacienciayunasonrisaquedifícilmentelededicaráatodoslosinvestigadores,
Dianebajaalalmacéndelsótanoabuscarlafotografíadelsatélite.Peronoestáallí.
GrahamLlyleworthenpersonahafirmadoelresguardoparasacarlacarpeta.
—Sigamos—digo—.¿Quétienessobreloshospitalarios?
Tieneunmontóndecosas.EncontramosreferenciascruzadasalInstitutoSchimmeryalmitodel
cofredelossecretossagrados,queasuvezremitenalmonasteriodelaSantaCruz,alsudoestedela
ciudadviejadeJerusalén.
El monasterio fue fundado alrededor del año 300, en el lugar en que las leyendas y la historia
bíblicasostienenqueLotplantólosbastonesdetressabiosenviadosporelSeñor.
Losbastonesecharonraícesyseconvirtieronenunárbol.LaleyendadicequelacruzdeJesús
fuehechaprecisamenteconesamadera.
Segúnelmito,elcofresagradoestuvoguardadoenelmonasteriodelaSantaCruzhastaelaño
954,momentoenquefuerobadoyocultadoenunlugarsecreto.
Nohayningunareferenciahistóricaalcofrehastaqueloscruzadosloentregaronencustodiaa
loshospitalariosdeSanJuanen1186.
—¡BuscaGrahamLlyleworth!—pido.
El ordenador localiza cuarenta documentos. Casi todo son artículos de periódico y citas en
revistascientíficas.Peroloscincoúltimosdocumentostienenbloqueadoelacceso.
—¡BuscaTrygveArntzen!
Lamáquinaencuentracincodocumentos.Estántodoscerrados.
—¡Pruebaconmigo!
Dianememirainterrogativamente.Atodavelocidadescribe«Bjørn_Beltø».
Lamáquinaresponde:«0documentoshallados».
—Escríbelocon«oe»—propongo.
Deberíasentirmehonrado.
El sistema informático de la SIS ha registrado al famoso albino Bjøern Beltøe de Noruega. «1
documentohallado».
Nosóloeso.Elregistroestácerrado.Loquesabendemíessecreto.
—Metetucontraseña.
Miramoslapantalla.
«Noautorizado.Serequierenivel55».
Seispalabras.Noesgrancosa.Sóloseispalabrasenletrasverdes.
Se dice que los delincuentes que han pasado muchos años en la cárcel echan de menos el encierro
cuandoconsiguenlalibertad.Deseanvolveralacomunidadqueexisteentrelosmurosdelaprisión,
alasrutinasdiarias,alacamaradería,alaabsurdaseguridadentrebandidosyvioladorescondenados
porasesinato.
Puedoentenderlos.Lomismomepasaamíconlaclínica.
DianeconoceunagradablecaféparaalmorzarenuncallejónjuntoalacalleGower.Amínome
parecemuyagradable.Todoslosadornos,mesasybancossondecristalyespejo.Mireadondemire,
veomiaturdidaexpresión.
Mientras le hablo del hallazgo del cofre de oro, de mis vivencias sin sentido en Oslo, de las
insinuacionesveladasdeGretheydemiobjetivoenLondres,disfrutodesumiradaydesuatención.
Me siento como un aventurero con una misión emocionante. Creo que Diane también lo interpreta
así.
Cuando volvemos a la SIS para recoger las hojas impresas que nos hemos dejado, Diane me
preguntaquéplanestengoparalanoche.Lapreguntadetonaunabombademetralladeexpectativas.
Meechoaunladoparanopisaraunadesenfadadapalomaurbanayledigoquenocreoquetenga
ningúnplanespecial.Nohayporquéparecercompletamentedesesperado.Cuatropasosmásadelante
mepreguntasiquieroquemeenseñeLondres.Mellenoapartesigualesdedichaypánico.
—Suenabien—digo.
Mequedoesperandoantela SISmientrasDianeentracorriendoabuscarlashojasimpresassobre
Michael MacMullin. Tarda su tiempo. Cuando por fin sale y me da el montón de papeles, pone los
ojosenblancoyseríeforzadamente.
—¡Sientohabertardadotanto!—sedisculpaconungemidoafectado.Parecequetengaenmente
darme un beso. Vacilante, interrogativa, añade—: Oye… lo de esta noche quizá no sea tan buena
idea…—Lafrasesediluyeenlanada.Memiraalosojos—.¡Ay,esigual!—exclamadepronto—.
¡ElpubKing’sArms!¡Alassieteymedia!—Yoaúnnoheabiertolaboca.Ellatomaaireparaañadir
algo,perosecorta.Unamotopasaacelerando—.Oye…Tengounaamigaquetrabajaenlabiblioteca
delBritishMuseum.¿Quieresquelallame?Quizápuedaayudarte.
—¡Fenomenal!—respondo.Ymequedoesperandoelbesoquenuncallega.
Dianememira.Noconsigointerpretarsumirada.Hayenellaalgonodicho.
—Nosvemosestanoche—sedespide.Luegosonríeydesaparece.
En una tienda en la que las paredes con discos desaparecen en la eternidad, compro un CD
recopilatorio para Rogern. Se llama Satan’s Children: Death Metal Galore. En la portada hay un
dibujo del diablo tocando la guitarra eléctrica. Llamas de azufre le lamen las piernas. Una cosita
monaqueRogernsabráapreciar.
Tambiényotengomismalascostumbres.Cuandohasganadolacarreraentrelosbalonesyelhuevo
yhaspasadodandotumbosporlainfanciasinserarrolladoporunconductorborracho,cuandohas
ganduleadoatravésdelaadolescenciasinencontrarelsueñoeternoconunasobredosisdeheroína
en un portal con luz azul, cuando no has sufrido un fallo de riñones agudo ni un tumor cerebral,
entonces, joder, has de tener derecho a apretar el tubo de pasta de dientes por el medio y a dejar
levantada la tapa del váter cuando has meado. Tener malas costumbres es un derecho humano. Me
alegrodenotenermujer.
Megustadejarelcepillodedientesenelbordedellavabo.Asísédóndeestá.Vale,esunamala
costumbre.Noesracional.Meimportaunbledo.
Ahoraelcepillodedientesestásobreelsuelodebaldosas.
Noesgrancosa.Puedehabersidoelserviciodehabitaciones.Puedehabersidolacorrientedela
ventana ligeramente entreabierta. Puede haber sido Enrique VIII, que ha resucitado en una nube de
vaporyazufre.
Lorecojoyvuelvoadejarlosobreelbordedellavabo,paraquelachicadelalimpiezapueda
tenerlaalegríademeterloenelvasodeplásticodelestantedelespejo.
Cuandoerapequeño,noeranloscuentossobrebrujas,caníbalesotrolssanguinarioslosquemás
measustaban.EralahistoriadeRicitosdeoroylostresosos.
Cuandolosososdecían:«Alguienhadormidoenmicama»,mehundíaenunpozosinfondode
miedo.Creoquesedebeamiexageradorespetoporlainviolabilidaddelhogar.
Lacremalleradelneceserestácerrada.Siempreladejoabierta.Parapoderencontrarlacajade
condonesatodavelocidad(extrafinos,sinlubricante)cuandoporlasnochesentroenlahabitación
delhotelconmiharéndemodelos.
Sonlastresymediadelatarde.MarcoelnúmerodeGretheenelanticuadoteléfonodelhotel.
Cuelgocuandohasonadodiezveces.
Un pellizco de miedo hace que llame a Rogern. Diría que lo he despertado. Cosa que
probablemente he hecho. Le pregunto si todo va bien. Me gruñe algo en respuesta que debe de
significarquesí.Lepreguntosielcofresigueabuenrecaudo.Gruñequesí.Juntoaél,alguienseríe
entrecortadamente.
LlamoaCasparparapedirlequeaverigüesilehaocurridoalgoaGrethe.
—¿Desdedóndellamas?—pregunta.
—Londres.
Silbaenvozbajaenelauricular,suenacomoelpitodeunateterahirviendo.
—Tencuidado.
—¿Quéquieresdecir?
—¿EstásenLondresporelcofre?
—¿Yqué?
—Alguienhaentradoporlafuerzaentucasa.
—Yalosé.
—Ah,bueno.Pero¿tienesideadequiénhasido?
—Espera.¿Cómosabestúquehanentradoenmicasa?
—Porque el director general de Patrimonio Histórico, y me estoy refiriendo al mismísimo
Sigurd,fueconvocadoporlapolicíayporelMinisteriodeAsuntosExteriorespararesponderporsu
todopoderosoGrahamLlyleworth.—LarisasecadeCasparsuenaapapelcrujiente.
—Yaséquefueél.Lovi.
—Pero¿sabesquiénloacompañaba?
—¡Dime!
—Unodelosladronesteníaestatusdiplomático.¿Quévasadarme?¡Estatusdiplomático!Sedice
que es del servicio secreto. La embajada británica ha montado un buen escándalo. Podría dar la
impresióndequeatañealasegundadnacional.¡Estohallegadoalomásalto,Bjørn!¡Hastalomás
alto!ElMinisteriodeAsuntosExterioreshaintentadoarreglarlodelmejormodoposible.¿Quécoño
habéisencontrado?
Mequitoloszapatosdedospatadas,metiroenlacamaydespliegolatiradepapeles,devarios
metrosdelongitud,coninformaciónsobreMichaelMacMullin.
Primeroleounapunte,amododepalabrasclave,sobresuvida.Nofacilitaellugarylafechade
nacimiento. Beca especial en Oxford, donde fue nombrado catedrático de Arqueología en 1946.
Profesor invitado en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Central para la labor de traducción e
interpretacióndelosmanuscritosdelMarMuertoen1948.Presidentedelajuntadirectivadela SIS
desde entonces. Catedrático honorífico del Instituto Weizmann. Presidente de la Asociación
Geográfica de Londres desde 1953, de la Compañía Histórica de Israel en 1959. Uno de los
fundadoresdelaBritishMuseumSocietyen1968.PresidentedelajuntadegobiernodelLondonCity
FinanceandBankingCluben1969.
Sigo leyendo artículos de revistas especializadas y periódicos. MacMullin ha participado en
seminarios, congresos y simposios de Arqueología, Teología e Historia por todo el mundo.
Representó a la SIS en las primeras excavaciones. Por medio de la SIS ha financiado una serie de
proyectos.CuandoencontraronlosmanuscritosdelmarMuertoenQumrán,MacMullinfueunode
los primeros científicos occidentales que convocaron. A lo largo de los años ha ejercido de
intermediarioenlasdisputasentrecientíficosjudíosypalestinossobreelderechodepropiedadde
losfragmentosdelosmanuscritosqueestánrepartidosentrelaUniversidadHebreadeJerusalényel
InstitutoSchimmer.Aúndestacanunpardedetallesenlalistademinuciosasreferencias:desde1953
esdirectordelaAsociaciónInternacionaldeAmigosdelSudariodeTurín,ydesde1956,miembro
delajuntadirectivadelInstitutoSchimmer.
Vuelvo a llamar a Caspar y le pido aún otro favor. Que me recomiende para una estancia de
investigaciónenelInstitutoSchimmer.Esporpuroimpulso,perotengolasensaciónindefinidade
que puede ser de utilidad. Caspar ni siquiera me pregunta por qué. Me promete enviarme la
recomendación al día siguiente. Por telefax. Con el sello de la Dirección General de Patrimonio
Histórico.Deesemodoseguroqueleabrensuspuertas,cajonesyarmariosauncuriosodeNoruega.
Nomeresultafácilponermeguapo.
Lasmujerespuedenhacermilagrosconelmaquillaje.Lasnoguapassevuelvenbellas.Lasbellas,
irresistibles.Loshombrespuedenpeinarseelpelo,dorarselapielconaguadecastañas,dejarqueles
crezcalabarba.Enmiaspectonadahacemella.
Enlasocasionesespecialeslocompensoconlaropa.
EstanochemepongouncalzoncillodeCK,untrajedeArmani,camisablanca,corbatadeseda
con flores de loto pintadas a mano, medias negras, zapatos de cuero. Me abotono los puños de la
camisacongemelosdeoro.
Delcuelloparaabajonotengomalapinta.
Me palmeo la cara con aftershave Jovan. Me pongo gomina en el pelo. Cuando era más joven,
intentaba adornarme un poquitín las pestañas y cejas descoloridas con el rímel que le cogía a
escondidasamimadre.Hedejadodehacerlo.
Salgoalpasilloymemiroenelespejogrande.
Desdeluegounsemidiósgriego.Peronoestámal.
DesgarroelsellodelenvasedeCho-Sanysacouncondón.Soyuneternooptimista.Yabajo,enel
pantalón,hayalguienquesehinchaytieneesperanzas.
Linda,laderecepción,memiradearribaabajocuandoledoylallave-tarjeta.
—Elegante,señorBalto—dicecongestodeaprobación.
¿Seráunapervertida?¿Lepondránlosalbinos?Linda,elliriolibidinoso.
—Nosabíaqueestabaaquí—añade—.Herecibidounmensajeparausted.
Metiendelanota.HallamadoCharlesDeWitt.Seatanamabledeponerseencontacto.
—¿Cuándohallegadoestemensaje?—pregunto.
—¿Se me ha olvidado apuntarlo? ¡Ooooh, cuánto lo lamento! Hace un par de horas. No, más.
Justodespuésdequeempezaramiturno.Sobrelascuatro,quizá.
Se ríe disculpándose con coquetería; debería darme cuenta de que tiene cosas más importantes
quehacerenestemundoquerecordarcuándohallegadounmensajeparaunalbinopresumidoenla
recepcióndeunhoteldeclasemediadeBayswater.
Miroelreloj.Lassieteymedia.
SuboalcuartoyllamoalaAsociaciónGeográficadeLondres.Merespondeelporterodenoche.
Estádemalhumor.Seguramenteacabadelevantarse.NuncahaoídohablardeCharlesDeWitt,tengo
quellamarenhorariodeoficina.Lepidoquecompruebeellistíninternodeteléfonos,porsiacaso.
Elauricularchasqueacuandoloestampasobrelamesa.Looigopasarlashojas.Alfondoseoyela
histérica voz de un comentarista deportivo. Luego vuelve. Como había dicho, no ha encontrado a
ningúnDeWittenellistíndeteléfonos,tengoquellamarenhorariodeoficina.
EnlaguíatelefónicasóloencuentrounaDeWitt,Jocelyn,ProtheroeRoad.Marcoelnúmero.
—ResidenciaDeWitt—diceunavoznegroidedemujer.
MepresentoypreguntosiestoyhablandoconJocelynDeWitt.Noesella.LaseñoraJocelynno
estáencasa,habloconelamadellaves.
—Quizápuedaayudarme.¿EsésaporcasualidadlafamiliadeCharlesDeWitt?
Sehaceelsilencio.Finalmentedice:
—Sí,éstaeslafamiliadeCharlesDeWitt.PerosobreesotendráquehablarconlaseñoraJocelyn.
—¿Cuándoestarádevuelta?
—LaseñoraJocelynestápasandounosdíasencasadesuhermanaenYorkshire.Volverámañana.
—¿YelseñorDeWitt?
Silencio.
—Comohedicho,tendráquehablarconlaseñoraJocelynsobreeso.
—Sólounapreguntamás:¿esCharlesDeWittsumarido?
Titubeante:
—Silodesea,puedodarlealaseñoraJocelynelrecadodequehallamado.
Ledejominombreyelnúmerodeteléfonodelhotel.
Dianemeestáesperandoenunamesadebarrilalfondodelpub.Atravésdelhumodeloscigarrillos
nolareconozcohastaque,conungestodemujerdemundo,mehaceunaseñaconlosdedos.
Laseductoraideadelasalmasgemelas—quelacazadelgranamornoesenelfondomásquela
búsqueda, que dura toda la vida, de nuestra mitad perdida de lo supraterrenal— se me representa
comolaideametafísicamásromántica.
Una mera bobada, evidentemente, pero, a pesar de todo, un atractivo curso de pensamiento. No
debería descartarse que Diane pudiera ser mi alma gemela. Claro que pienso lo mismo de toda la
gentedelaquemeenamoro.
Los hombres que hay en torno a Diane siguen su gesto con la mirada. Cuando me ven a mí,
vuelvenaexaminaraDiane,quizáparacomprobarsiestámaldelavistaoesunpocoretrasada.Oun
contactodeapoyodeviajesorganizadosconsucliente.Oquizásunaelegantenenaqueheencargado
porteléfono.
Meabropasoadisculpasatravésdelavociferantemuchedumbreyconsigohacermeunhueco
entre Diane y un alemán que está cantando una canción de borracho. Hay más de siete mil pubs en
Londres.Enmuchosdeelloshayexclusivamenteturistas.Losbritánicosocultansubardelaesquina.
Yolosentiendo.Atraemosauncamareroalamesaconunbillete.Dianeencargadoscervezasrubias.
Lasbebemosrápido.
El tráfico fluye como un torrente de metal. Las fuentes de luz de los anuncios de neón se
distorsionanenlosbordesporloscristalesdelasgafas.Mesientoextraviado,enotroplaneta.Para
Dianeestoessucasa.Mehacogidodelbrazoycharlarelajadamente,llenadelaautoestimasurgida
delaimagenquehavistoenelespejotraspasarhorasentrelacoquetayelarmarioropero.Seha
puestomediasrojas,faldanegrayblusarojabajounatoreradeterciopelo.Sobrelaropainteriorno
puedosinofantasear.Llevaunbolsitocuyacorrealecruzaelpecho.Seharecogidoelpeloenuna
coletaconunagomadetela.
—MeheacordadodehablarconLucy.¿Nosoyestupenda?
—¿Lucy?
—Ladelabiblioteca.DelBritishMuseum.Estámásquedispuestaaayudarte.
—¿Másquedispuesta?
Seríe.
—Lucytienemuchacuriosidadportodasmishistoriasdehombres.
MientrasDianemehabladelaalegreLucy,meditosobresiyoseréunahistoriadehombres.
Megustanlasmujerescalladas.Lasmujerestímidas,unpocointrovertidas.Noesasquelessilban
aloshombresenlosbares.Megustanlasmujeresqueestánllenasdepensamientosysentimientos,
peroquenosloscompartenconquienseacuandosea.NotengoniideadequétipodemujeresDiane
niporquémesientotanatraídoporella.Menosideaaúntengodequéveráenmí.
EnlacalleGarrichayunrestaurantevegetarianofrancésqueesfamosoporsusfantásticosmenus
potagesysusconsiderablesprecios.Sisevaainvitaraunamujerhermosaaunacomidavegetariana,
estáunocondenadoalcaminodelaperdiciónsinoseaspiraaloperfecto.
PersuadoaDianeparaquepruebeunguisodejudíasgratinadoconqueso.Yo,pormiparte,pido
ungratinadodeberenjenasyespárragosconvinagreta.Deprimerocompartimoscrepsconespinacas
ychampiñones,queesloquearegañadientesnosharecomendadoelcamarerodeojossemicerrados
y pronunciación ceceante. Una de las ventajas de los restaurantes vegetarianos reside en que los
camarerosestánlibresdeprejuiciosyque,portanto,tratanaunalbinoconelmismodesdénconque
tratanatodoslosdemásclientes.
Cuando el camarero ha tomado nota del pedido, ha encendido las velas y se ha retirado, Diane
apoyaloscodossobrelamesa,juntalasmanosymemira.Porqueelrestauranteestáenpenumbray
porquemirostroseestábañandoenlassombrasqueocultaránmirubor,meatrevoamencionarlo
innombrable:
—Yaséporquéhassalidoconmigo.
Laspalabrasladesarman.Seyergue.
—Ah,¿sí?
—¡Tienescuriosidadporsaberquélespasaalosalbinosamedianoche!
Memirafijamente,sincomprender,despuésseechaareír.
—¡Puesdimeporqué!—lepido.
Carraspea,serecomponeymemiradelado.
—¡Porquemegustas!
—¿Tegusto?
—Nuncaheconocidoanadiequeseaexactamentecomotú.
—Nohacefaltaquemelojures.
—Nomemalinterpretes.Lodigocomoalgopositivo.
—Eh,gracias.
—Noeresdelosqueserindenconfacilidad.
—Creoquetozudoesotramaneradellamarlo.
Seríeparasusadentrosymemira.
—¿Notienesnovia?¿Allíencasa?
—Ahoramismono.—Setratadeunaligeraexageración.Noquisieraparecerunpobrecito—.¿Y
tú?
—Justoahora,yotampoco.Peroseguroquehetenidocien.—Duranteunsegundooscilaentrela
risayladesesperación.Porsuertevencelarisa—.¡Esemierda!—ledicealvacío.
Yo callo. Campear con las penas de amores de los demás no es mi lado fuerte. Ya tengo
suficientesproblemasconlosmíospropios.
Dianememiraalosojos.Yointentodevolverlelamirada.Nomeresultadeltodofácil.Mimala
vistahadesarrolladocontraccionesenlosmúsculosdelosojos.Laenfermedadsellamanistagmus.
Losmédicoscreenquesedebealintentodeenfocaryrepartirlaluzqueentraaraudalesporelirisal
mismotiempo.Paralamayoríadelagentenoesmásqueunmovimientonerviosodelosojos.
—Noerescomolosdemás—diceella.
Llegaelprimerplatoycomemosensilencio.
Porfin,cuandoelcamarerohaservidoelsegundoplatoyelvino,cuandonoshabufado«Bon
appétit»yhaserpenteadoderegresoasuoscuroyhúmedoesconditejuntoalacocina,Dianevuelve
aanimarse.Sepasaunbuenratocontemplándomemientrassonríeysemordisqueaellabioinferior
alternativamente.Engarzaunajudíayselameteenlaboca.
—¿Porquétehicistearqueólogo?—pregunta.
Lecuentoquemehicearqueólogoporquemegustalahistoria,lasistematicidad,ladeducción,la
interpretación,lacomprensión.Teóricamente,habríapodidohacermepsicólogo.Lapsicologíaesel
artedeejercerlaarqueologíadelalma.Perosoydemasiadotímidoparaserbuenpsicólogo.Además,
los problemas de los demás me interesan muy poco. No porque sea un egoísta, sino porque mis
propiosproblemassonyalobastantegrandes.
—¿Quépasaconesecofre,Bjørn?
Empujounespárragodeacáparaallásobreelplato,mientrasrespondo:
—Estánocultandoalgo.Algomuygrande.
—¿Quépodríaser?
Miroporlaventana.Unafurgonetaconcristalestintadosestámalaparcadajuntoalbordedela
acera. Pincho el tenedor en el espárrago y me recorre un escalofrío. Tras los cristales tintados
imaginocámarasymicrófonos.Avecestengoproblemasconmisparanoias.
—Algo lo suficientemente grande como para que estén dispuestos a llegar muy lejos para
mantenerloensecreto—digoenvozbaja.
—¿Quiénesson?
—Todos.Nadie.Nolosé.MacMullin.Llyleworth.ElprofesorArntzen.LaSIS.Eldirectorgeneral
dePatrimonio.Todosellos.Quizátambiéntú.
Nodicenada.
—Loúltimoeraunabroma.
Meguiñaunojoyhaceunamuecasacandolapuntadelalengua.
—Debierondedescubriralgo,enmilnovecientossetentaytres—apunto—.EnOxford.
—¿EnOxford?
—Todosloshilossereúnenallí.
—¿Enelsetentaytres?
—¿Sí?
Ungestodedolorlecruzaelrostro.
—¿Hayalgúnproblema?—pregunto.
Detrás de nosotros se vuelca una botella de vino. El camarero acude corriendo con cara de
reproche.
Dianesacudelacabeza.
—Ninguno—respondealgoausente.
—Haytantascosasquenoconsigoexplicar…—continúo—.Cosasquenoencajan.
—Quizáseastúquiennovelarelación.
—¿Túquécrees?¿CómopodíalaSISsaberexactamentedóndeestabaenterradoelcofre?
Lapreguntalacogeporsorpresa.
—¿Losabíamos?
—Claro. El profesor Llyleworth, DeWitt y mi padre ya especulaban, en su tratado de mil
novecientossetentaytres,conlaposibilidaddequehubierauncofresagradoenelsitiodelhallazgo.
Perohastaesteañonosehandecididoabuscarlo.
—No es de extrañar. Hasta el año pasado no dispusimos de las fotografías por satélite que
desvelabanconexactituddóndesehallabaeloctógono.
Yodeberíahabercaídoeneso.
—La realidad no es nunca tal y como la percibimos —digo—. Alguien tira de hilos que no
podemosver.
—¿Quéquieresdecirconeso?
—Sabíanbienloqueestabanbuscando.Ydóndeteníanquebuscar.Yloencontraron.Yentonces
aparecíyoymeinmiscuíentodoelasunto.
—¡Esoesloquemegustadeti!¡Quéteinmiscuyas!
—Nocreoqueaelloslesentusiasmetanto.
—Puesesoescosasuya.
—Ahorameheconvertidoenunachinaensuzapato.
—¡Lesestábienmerecido!
Merío.
—Realmenteparecestenerlesbastantemanía.
—Esquesontan…—Sacudelacabezayaprietalosdientes.
—¿Tehagustadoelguisodejudías?
—¡Delicioso!
—¿Teapeteceríahacertevegetariana?
—¡Nunca!¡Apreciodemasiadolacarne!—Meguiñaunojo.
NoocurreconmuchafrecuenciaquecrucelascallesdeLondresestrechamenteabrazadoauna
chicapreciosa.Lociertoesquenoesmuyfrecuentequecamineabrazadoaningunachica.
Elaireestácaliente,denso,cargado.Osino,soyyo.Saludoaloscochesquepasan.Lesguiñoel
ojoalaschicas.Unmendigoestásentado,mediodurmiendojuntoaunacabinatelefónica.Dianeme
hametidolamanoenelbolsillotraserodelpantalón.
Nunca le he dicho a Diane en qué hotel estoy alojado. Pero es ella quien me guía por Oxford
StreethastaBayswaterRoad.Anoserqueseamisubconsciente.Mearriesgoaecharleelbrazopor
encimadelhombro.
—Mealegrodehabermetopadocontigo.
Cruzamoscorriendounacallelateralconelsemáforoenrojo.NospitaunMercedes.
—Mealegromucho—repito,ylaatraigohaciamí.
Deprontoellafrenaensecoyempiezaaagitarlamano.Noentiendoquéestáhaciendo.Yome
pongoabuscarmosquitos,siesquehaymosquitosenelcentrodeLondres.Untaxiseparajuntoala
acera.Cuandosegirahaciamí,Dianetienelosojosinundadosenlágrimas.
—¡Perdóname!—dice—.Graciasporhoy.Eresunencanto.¡Perdón!
Cierra la puerta de golpe. Yo abro la boca para decir algo, pero ahí dentro no hay ninguna
palabra que quiera salir. Diane le indica algo al taxista. Algo que no oigo. El coche sale a toda
velocidad. Diane no se da la vuelta. El taxi dobla la esquina. Desconcertado, me quedo plantado en
mediodelaaceramirandoeltráfico.
Mequedoallíparado.
Lindasigueenrecepción.Lagata.Linda,lapanteradelargaspiernas.
—¿Lohapasadobien?—preguntaconprofesionalidad.
Asientoconlacabezasindecirnipalabra.
—Tengootrorecadoparausted.Yunacarta.—Meentregasunotaescritaamanoyunsobre.
LeoquemehallamadoDeWittyquemepidequemepongaencontactoconél.
Mientrassubohaciaelcuartodesgarroelsobre.Contieneunahojablancaconunmensajecorto.
Recibirá250000librasporelcofre.
Seatanamabledeaguardarulterioresinstrucciones.
Mepreguntocuántocostarácomprarme.Miorgullo.Miimagenantemímismo.Mirespetopor
mímismo.Lociertoesquenoestoyseguro.Pero250000librasnoestánicercadetentarme.
Deberíahabermepuestoencontactoconunpsicólogo.
—Dianetieneunarelaciónbastanteretorcidaconloshombres.
EstoysentadoenunadurasilladelasaladelecturadelBritishMuseum.Sobremí,labóvedadel
techoseelevaatreintaydosmetrosdealturadevértigo.Lasmesassedesplieganformandorayos
desde el centro, redondo como un círculo, de la sala. La memoria escrita de la civilización
anglosajona.Unamontañadegruesoslibrosseapilasobrelamesaantemí.Enelsuelohaydoscajas
decartóncondocumentosdelarchivodemanuscritos.Todo—elaire,miropa,layemademisdedos
—hueleapolvodepapel.PeroLucyhueleaSalvadorDalí.
Llevocuatrohorashojeandoyanotando.HerellenadodocefoliosA-4conapuntes,comentarios
y observaciones. Lucy acaba de volver. Ha plantado su bonito trasero sobre la mesa libre que hay
juntoamíyestásentadabalanceandolospies.Tieneelpelorojo,llevalospárpadospintadosdeazul
yunjerseyabolsado.Minifalda.Resultaevidentequepiensaqueyosubrayolaretorcidarelaciónde
Dianeconloshombres.
No estoy acostumbrado a que hablen de mí en esos términos. No estoy acostumbrado a que las
mujereshablendemídeningúnmodo.Anoserquelesdélástima.
—Bueno,loshombres,hombresson—murmuro,eintentodisimularlocohibidoquemesiento.
—¡Estánbienparaloqueson!—diceella.
—¿Hasencontradoalgomás?¿SobreelmonasteriodeVaerne?
—Lo siento, te he dado todo lo que teníamos. —Está afónica, como si llevara algún tiempo de
mássaliendodejuergacondemasiadafrecuencia—.Sobretodocartasyreferenciasamanuscritos.
Pero,encambio,haymuchomássobreloshospitalariosdeSanJuan,siquieresecharleunvistazo.
¿Porquéteinteresa?
—Setratadeunhallazgoarqueológico.
—Mehadichoqueeresarqueólogo.¿Encuentrasloquebuscas?
—Nisiquieraséloqueestoybuscando.
Ellaseríe.
—Dianemehadichoqueeresbastanteparticular.
La orden de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén fue fundada con fines caritativos en un
hospitaldeJerusalénenelaño1050yconsagradaaJuanBautista.Losmonjescuidabanaancianosy
enfermos, pero más tarde (inspirados por la orden de los templarios, fundada en 1119) asumieron
tambiénlaresponsabilidaddeprotegermilitarmenteloslugaressagrados.
Cuando Jerusalén fue conquistada en 1187, los hospitalarios de San Juan trasladaron su cuartel
generalalcastillocruzadodeAcre.Desdeallí,manoamanoconlostemplarios,lucharoncontralos
musulmanes.Almismotiempoempezaronaviajarporelmundo.CuriosamentetambiénaNoruega.
CuandoAcrecayóen1291,loshospitalariostrasladaronsusedeprimeroaChipreyluegoaRodas.
Atravésdelossiglos,loshospitalariosfueronllevadosdebatallaenbatalla,dehuidaenhuida,de
tiemposdegrandezaaderrotasydenuevoatiemposdegrandeza.Laordencrecióhastahacerserica
ypoderosa.Recibíanregalosdereyesypríncipes.Loscruzadosvolvíandesussaqueoscargadoscon
grandiosostesoros.Dicelosuyoelquelaordensigaexistiendohoyendía.
Mientras los hermanos de Europa luchaban contra poderosos enemigos, los hospitalarios del
monasteriodeVaernedisfrutabandemuchoapoyo.ElPapadeRomaenviócartasdeprotección,la
poblaciónlocalyelreyloscuidabanbien.
PerolosmonjesdeVaernenotardaronenencontraroposición.EnunacartadelpapaNicolásII
dirigidaalobispodeOslo,pidequelesdevuelvanalosmonjeslosterrenosqueleshansustraído.
Sólocabeadivinarloqueseocultatrasesacarta.
El gran maestro de la orden sólo reconocía al Papa como su superior. Las tres clases de los
hospitalarios—caballeros,monjesyhermanosservidores—extendieronlaordenportodaEuropa.
Enlosmonasteriosseguíancuidandoaancianosyenfermos,pero,bajotantavirtud,vibrabaeldeseo
delgranmaestrodeconseguirmásposesiones,másoroypiedraspreciosas,máspodertodavía.Para
reyes, príncipes y clérigos, las órdenes de los hospitalarios y los templarios acabaron por
convertirseenpeligrosascompetidoras.En1312,FelipeIVdeFranciacortóporlosanoydisolvióla
ordenmáspoderosa,ladelostemplarios.Losalgomásinofensivoshospitalariossequedaroncon
gran parte de las inconcebibles riquezas de los templarios, pero no pudieron disfrutarlas durante
muchotiempo.Susposesionesytesorosfueronconfiscados.En1480loshospitalariosderrotarona
losturcoscuandoéstosatacaronRodas,peroen1522capitularonanteelsultánSuleimán.Losturcos
permitieron que el gran maestro viajara a Mesina y, durante las negociaciones con el emperador
CarlosV,loconvencieronparaquelescedieraMalta,GozoyTrípolien1530.
DosañosmástardeseacabólaestanciadeloshospitalariosenelmonasteriodeVaerne.
Lucy lleva medias rojas. Me distraen. El nailon produce un ruido de fricción entre sus muslos
cadavezquemuevelaspiernas.Unruidoquefácilmentepuededesatarlaimaginación.
—¿Quiénera?—lepregunto—.ElanteriordeDiane.
—George.Ungilipollas.Seaprovechódeella.Esmuyconfiada.—Haceunaelocuentemueca—.
Seloencontróconuna…pendona.
—¿Rompióella?
—¿Diane?¡Ja!Estabalocaporél.Yoselodecía:«¡Noesmásqueuncuerpo!».Carneymúsculos.
Unbuenculoynadadecerebro.Peroaellaleibabien.
—Dalaimpresióndesermásinteligentequeeso.
—Diane es más lista que el hambre. Pero ser inteligente no te convierte en una experta en
hombres.Dianeestámuydesarraigada.Enbuscadealgo.Noséquélepasa.Esunpocoespecial.
—Amímedalaimpresióndeserbastantenormal.
—Sí,claro.Perotuvounainfanciatriste.Supongoqueesoteinfluyecomopersona.
—¿Tristeenquésentido?
—Crecióinternaencolegios.Supadrelavisitabatodoslosmeses.Ellaloadora.Yloodia,creo.
—¿Laabandonó?
—¿Elpadre?
—Elanterior.George.
—¡Esoesobvio!Semudódirectamenteacasadesupendona.QueeramásestilizadaqueDiane,
perodiezvecesmástonta.Formabanunaparejamejoravenida,siquieressabermiopinión.
—¿Ytú?¿Estáscasada?
—¿Yo?—Pegaunalarido.Enelsilencioquenosrodealosdemásnosmiran.Lucysetapalaboca
conlamanoysemandacallarasímisma—.¿Casada?¿Yo?—susurra—.¡Tengoveintitrésaños!
Comosiesofueseunaexplicación.
SinohubierasidoporLucy,habríatardadoundíasóloenobtenerelaccesoalabibliotecayalos
manuscritos.Ellamehaconseguidounpasedelectoryparaconsultarlosmanuscritossintenerque
esperarturno.Mehanhechounafotografía,heentregadomipasaportenoruegoyherellenadodos
páginasdeimpresos.
Enmigrancuadernoconrayasheapuntadounmontóndedatosquenosésisonrelevantes.Gran
parte del archivo del monasterio de Vaerne —Domus hospitalis sanctijohannis sancti Johannis in
Varno en las fuentes latinas— estaba intacto en 1622. Las más antiguas de las cartas de privilegios
papales,firmadasporelpapaInocencioIII,fueronpromulgadasparalosmonjesdelmonasteriode
Vaerneen1198.AesasalturaselPapayahabíaexcomulgadoalreySverre,porlotantoelmonasterio
hadeseranterioraesafecha.Comopocode1194.Perolomásprobableesqueseade1188:justo
después de que los hospitalarios tuvieran que abandonar Jerusalén y mudarse a Acre. El papa
ClementeIII(quenuncafuereconocidocomoPapa)escribióentoncesunacartaalgranmaestrode
los hospitalarios. Con posterioridad, los investigadores han tenido problemas para interpretar su
significado.Ensuma,lamisivaeraunaexhortaciónalaordenparaqueocultaraycustodiaraelcofre
sagrado.Noesningunacartacentralenlahistoriadelareligión.Nisiquieraestáentera.Peroenla
copiadeldocumentodesgarradoveo,enmediodelrotodelpapel,tresletras:VAR.Nadiedebede
haberreaccionadoanteellas;comohedicho,noesmásqueundocumentoentremilesdeotros.Pero
nosepuededescartarquelasletrasformaranlapalabra«Varna».
AvanzadoeldíaLucymellevaaundespacho,allímeesperaunteléfonodescolgado.
AlotroladooigoaDiane.
Casi susurrando me pide perdón por lo de ayer por la noche. Hay una fría distancia en su voz,
comosinosupieradeltodoloquequiereniloquepretende.Noteníaintencióndeabandonarmetan
repentinamente,peroesquesesentíamal.Esperaquenoestéofendido.
Ledigoquequizánolesentóbienlacomidavegetariana.
Mepreguntasimepusetriste.
¿Triste?Lodigoconalegreincomprensión.Detodosmodosestábamosdecaminoacasa,je,je.
Mepreguntasipuedecompensarme.Siquieroverlaesamismanoche.Ensucasa.
¿Porquéno?Nocreoquetenganadaquehacer.
Hace ya un rato que me he fijado en él. Un señor mayor con un abrigo demasiado grueso. Sus
faccionessonligeramenteexóticas,comosialgunodesusancestroshubierasidounpríncipeoriental
deexcursiónporLondres.Tieneelpeloblancoplateadoymáslargodelonormalenhombresdesu
edad. Tendrá alrededor de sesenta años. Es alto y delgado. Distinguido. Los ojos tienen forma de
almendraysondespiertos.Caminadeacáparaallásacandolibrosyfichasderegistrosintonnison.
Peroenningúnmomentomequitaelojodeencima.Ahoraseacercadespacioalamesaenlaque
estoysentado.
Estoycansado.Llevotodoeldíaentrelibrosydocumentosquenoresuelvenningúnenigma.He
leídohojatrashojasobrehospitalarios,mitosreligiososycruzados.Acabodeencontrarunapilade
documentos que narran los hechos de Rennes-le-Cháteau. He estudiado escritos sobre la visión del
mundo de los monjes medievales y sobre la evolución histórica de la postura de la Iglesia ante
propiedadesyvaloresmateriales.Decuandoencuandomepreguntoamímismoporquémeestaré
tomandolamolestia.¿Quéimportanciatiene?¿Nopodríasimplementeentregarelmalditocofre?No
esmío.Noesasuntomío.Peroalgoenminaturalezaseresiste.Yquieresaber.
—¿SeñorBeltø?¿SeñorBjørnBeltø?
Eselprimeringlésqueconsiguepronunciarbienmiapellido.Lasossuenanclaras,nolanudas.
Debe de ser porque en algún momento del pasado aprendió la pronunciación precisa. Por ejemplo
porqueeracolegayamigodepapá.
PorejemploenOxford.
Porejemploen1973.
CharlesDeWitt…
Porfinloheencontrado.Aunqueenrealidadelquemehaencontradoesél.
CierrolaextrañacarpetasobreloscódigosdelaordenRosacruz(queporalgunarazónestaba
entrelosdocumentosdeRennes-le-Cháteau)ylomiro.
—Soyyo—confirmo,ydejolacarpetasobrelamesa.
Está medio inclinado sobre mí. Una de sus manos descansa sobre el panel de separación de las
mesas.Leechaunamiradarápidaalacarpeta,despuésposalavistasobremí.Tieneunairradiación
monumental.Merecuerdaaunantiguoaristócrata,unlorddelsiglo XVIIIquehadadounpasofuera
del tiempo. Normalmente me habría achicado ante su intensa mirada. Pero se la mantengo con una
sonrisadiabólica.
—Sevequemiaspectomedificultadesaparecer.InclusoenLondres—digoconchulería.
No puedo describir del todo los siguientes segundos. En realidad lo único que pasa es que él
sonríeantemibromaautoirónica.Peroescomosiesasonrisanoselevaraalosdosporencimadel
BritishMuseumynosllevaraaunvacíodondeeltiemposehadetenido.Enalgúnsitiodelfondode
la cabeza oigo el tictac del reloj de la casa de campo de la abuela, junto al fiordo, oigo a mamá
susurrar:«¡Principito!¡Bjørn!»,oigolosgritosdepapá,oigoaGrethedecir:«Esperabaquenuncalo
supieras»,palabras,voces,sonidosentretejidosconelbrillodeunrayoderecuerdos.
Enesemismomomentolarealidadvuelveasusitio.Memuevoenlasilla.Nodalaimpresiónde
queDeWitthayanotadonada.
—¿Hapreguntadopormí?—dice.
Yopienso:«¡Diosmío,comoestopasedenuevo,voyatenerquellamaraldoctorWangcuando
regreseacasa!».
—Supongoquesí—murmuro.Estoydoloridoyconfuso.¿Quéesloquehaocurrido?
—¿Quéquieredemí?
—Supongoqueyalosabe.
Ladealacabeza,peronoresponde.
Suspiro.
—Todo el mundo sabe más de lo que quiere admitir —digo—. Pero actúa como si no supiera
nada.
—Asísuelenserlascosas.
—Tenemosalgunosinteresesencomún.
—Ah,¿sí?¡Quéinteresante!¿Cuáles?
—Yotengoalgunaspreguntas.Ycreoqueustedtienealgunasrespuestas.
—Eso,evidentemente,dependedelaspreguntas.
—Ydequienlasplantee.
Enderezalaespaldayechaunaojeadaalasala.
—Unsitiofascinante.¿Sabíaqueunadonacióntestamentariadecincuentamilvolúmenes,hecha
por sir Hans Sloanes en mil setecientos cincuenta y tres, constituyó la base de la biblioteca del
museo? ¿Y que en mil novecientos sesenta y seis se catalogaron las colecciones del museo, y que
sóloelcatálogoteníadoscientossesentaytrestomos?
—Aalguienselehabráolvidadocontarmeeso.—Lesonrío.
—Siento haberlo hecho esperar, señor Beltø; acabo de llegar del extranjero. Tengo un coche
aguardandoahífuera;¿mehonraríaaceptandounainvitaciónparatomarunatazadetéenmicasa?
Asípodremosdiscutirnuestrosasuntoscomunesenunentornoalgomásíntimo.
—¿Cómosabíaqueestabaaquí?
Unasonrisaturbadalecombaloslabios.
—Estoybieninformado.
Nolodudo.
Viveenunazonaelegante;unasampliasescalerasconducenalapuertayunaescaleritaestrecha(tras
una verja de hierro) lleva a la entrada de servicio. Una limusina de cristales oscuros ha aparecido
ante la acera cuando salíamos del British Museum. Durante veinte minutos, el chófer, a quien
vislumbrabatraselcristaldeseparación,haserpenteadoporunlaberintodecallejuelas.Mepregunto
siseráparadespistarme.Poresomefijoenlaplacaconelnombredelacalleenlaquenosparamos.
SheffieldTerrace.
LadireccióndeJocelynDeWitteraProtheroeRoad.
DeWittabrelapuertaconllave.Dosagujerosdetornillosyuntonomásoscuroindicanellugar
donde debería de haber estado la placa con el nombre. Es una vivienda elegante y, al igual que
muchas viviendas elegantes, da la impresión de que nadie ha vivido en ella y de que está recién
terminada.Nilosmuebles,niloscuadros,nilasalfombrasconsiguendarlecalordehogar.Noveo
raíces.Nadapersonal.Ningúnpequeñoobjetoquerompaconelconjuntoperoqueestáahíporqueel
habitantelorelacionaconalgoalegre.Todoestátanesterilizadocomoseríadeesperarenunhombre
reciéndivorciadoquesehaidodecasayestámontandosunuevavivienda.
—¿Asíquetumujersequedóconelamadellaves?—ledigocuandonosquitamoslosabrigos.
DeWittmemiraofendido.
—¿Mimujer?
Podríahabermemordidolalengua.Hasidouncomentariopocofinoynodeliberado.Típicode
mí.Unodeesoscomentariosdescuidadosquepuedeunopermitirseconunbuenamigo.Peroparaun
aristócratacomoCharlesDeWitt,eldivorcio—sólosemeocurrequesetratedeundivorcioentreél
y Jocelyn— tiene que ser una catástrofe social, no apta para bromas por parte de un total
desconocido.
—Lo siento —digo con docilidad—. Miré en la guía telefónica y la llamé. A tu mujer. Pero no
estabaencasa.
—¿Disculpa?—replicasecamente.Pareceaturdido.
—Jocelyn—tanteo.
—¿Cómo?
—Noconseguídarconella.
—¡Ah! —exclama de pronto. Me mira muerto de risa—. ¡Jocelyn! ¡Ya comprendo! Ah… ¡Ya
comprendo!
Entramosenelsalónynossentamosjuntoaunaventanadondeelsolcortacolumnasdeplataen
elpolvoflotante.
—¿Queríashablarconmigo?—pregunta.
—Quizásepasdequésetrata.
—Quizá.Quizáno.¿Quétehatraídohastamí?¿Hastanosotros?
—Encontrétunombreeneltratado.EncasadeGrethe.
—Grethe.—Lavozesfrágil,tierna;comolaqueusaríaunpadrealhablardesuhijainstaladaen
unpaíslejano.
—¿Larecuerdas?
Ciérralosojos.
—Oh,sí—dicesimplemente.Despuésleatormentalacaraungestodetristeza.
—¿Laconocíasbien?
—Durante un período fuimos novios. —Dice «sweethearts». Cosa que arroja una luz dulzona
sobre el romance. Si conozco bien a Grethe, la relación debió de ser todo menos dulzona. Pero al
menosexplicaunpocoelcomportamientodeella.Despuéspasaalgoasombroso.ADeWittlosojos
se le ponen brillantes. Se rasca el rabillo del ojo—. Por favor —musita algo aturdido—, no te
sorprendastanto.Grethesiemprehasidounamujer…¿cómodiría?,apasionada.Desangrecaliente.
Yunalmacálida.Demasiadobuenaycomplaciente.Noesdeextrañarquetuvieramuchos…,eh…,
amigosalolargodelosaños.Estofuehacemuchosaños.
—Le pedí consejo. Referente a un hallazgo arqueológico. Y entonces tropecé con esto. —Le
enseñosutarjetadelaAsociaciónGeográficadeLondres.
Mirafijamentelatarjetaamarillentacongestoausente.Seesfuerzaporreteneralgo.
—Alparecer,allínuncahanoídohablardeti—digo.
—Todosedebeaunmalentendido.
—¿Unmalentendido?
—Nopiensesenello.PerodesdeluegodeberíanhaberreconocidoelnombredeCharlesDeWitt.
—Hevenidoacausadeunhallazgoarqueológico.
—¿Sí?
—Encontramosuncofre.
—Interesante.
—Deoro.
—¿Lohastraídocontigo?
—¿Cómo?
—¿Paraqueleecháramosunvistazo?
—Noloentiendes.¡Elasuntoesquetengoqueprotegerelcofre!
Arquealacejaizquierda.
—Ah,¿sí?
—Intentaronrobarlo.Queríansacarlodelpaís.
—¿Dequiénestáshablando?
—Llyleworth. Arntzen. Loland. Viestad. ¡Mis superiores! ¡Todos! Están todos implicados, de un
modouotro.
Surisasuenaauténtica.
—¿Creesqueexagero?—pregunto—.¿Oquemeloestoyinventandotodo?
—Creo que estás comprendiendo mal una serie de cuestiones. Cosa que no es tan rara, en el
fondo.—Memira—.Parecesunapersonadesconfiada,Bjørn.Muy,muydesconfiada.
—Esposiblequeseaunparanoico.Peroquizásedebaaquetengorazonesparaserlo.
Estáclaroqueseestádivirtiendo.Aunqueyonoentiendaporqué.
—Entonces,¿quéhashechoconelcofre?
—Loheescondido.
Sucejavuelveaarquearse.
—¿Aquí?¿EnLondres?
—No.
—¿Dónde?
—¡Enunsitioseguro!
—¡Esoespero!—Tomaaire,intentaconcentrarse—.Cuéntameporquéteestásimplicandotanto
enesto.
—Porque todo el mundo quiere quitármelo. Porque yo era el supervisor. Porque intentaron
engañarme.
Surostroadquiereunmatizcomodesatisfacción.
—Elprotector—susurra.
—¿Perdón?
—Tevesatimismoenelpapeldelprotector.Esopuedegustarme.
—Yohubierapreferidonotenerqueprotegernada.
—Seentiende.Háblamedelasexcavaciones.
—EstábamostrabajandoenunpradojuntoaunviejomonasteriomedievalenNoruega.Dirigía
lasexcavacioneselprofesorGrahamLlyleworth,dela SIS.Bajolasupervisiónnoruegadelprofesor
Trygve Arntzen y el director del Instituto Frank Viestad. Y del director general de Patrimonio
Histórico,SigurdLoland.Yoeraelsupervisordecampo.Ja,ja.Buscábamosuncastilloredondo.Eso
decían. Lo que encontramos fueron las ruinas de un octógono. Quizá conozcas el mito. Y en esas
ruinasestabaelcofre.Abracadabra.
—¿Ypartirdeesodeducesquehayunaconspiración?
—ElprofesorLlyleworthseescapóconelcofre.SelollevóalprofesorArntzen,misuperior.
—Detodosmodosyodiríaque,hastaahora,todosehahechocumpliendolasnormas.¿Porqué
interviniste?
—PorqueplaneabansacarelcofredecontrabandodeNoruega.
—¿Dequémanera?
—Probablementeconunaviónprivado.HabíanconvocadoaalguiendeFrancia.
—Ah,¿sí?¿Ycómosabeseso?
—Looíatravésdelapuerta.
Memiraysedesternilla.
—¡Yaloheentendido!¡Esoexplicaunmontóndecosas!¡Looísteatravésdelapuerta!
—Mepermitíinterrumpiresapequeñaconspiración.
—¡Esunamaneradedecirlo!
—Robéelcofreamivez.
—¡Quésentidodelaresponsabilidad!
Nosésimeestátomandoelpelo.
—¿Yquétehatraídoprecisamentehastamí?
—Teníalaesperanzadequepudierasexplicarmequéesloquepasaconesecofre.
—¿Porquéibayoasabernadadeeso?
—TodoapuntahaciaOxford.Milnovecientossetentaytres.Yeltratado.
—Ah,¿sí?—dicevacilante.
Meretuerzolasmanos.
—Ahora me estoy moviendo sobre hielo fino, pero como no estabas implicado en las
excavaciones…mefiguro…esperoquepuedasayudarme.
—¿Cómo?
—Contándomequéfueloqueencontrasteishaceveinticincoaños.
Pensativo,seacaricialabarbillamientrasmemira.
—Permítemequeteseasincero—dice—.Seamossinceroslosdos.Yosémásdeloquequiero
mostrar.
Nosmedimosmutuamenteconlosojos.
—¿Sabesloquecontieneelcofre?—pregunto.
—Primerodeseosaberdóndeestá.
—Enunsitioseguro.
—¿Nolohabrásabierto?
—Porsupuestoqueno.
—¡Bien!Bjørn,¿confíasenmí?
—No.
Mirespuestadirectavuelveadesencadenarlarisaenél.
—Amigomío,teentiendo.Entiendotuescepticismo.Peroreflexiona…Noconoceselalcancede
lo que estás haciendo. ¡Hay muchas cosas que ignoras! Debes devolver el cofre. —Su mirada es
suplicante.
—¿Porqué?
—¿Nopodríasconfiarenmísinmás?
—No.Quierosaberloquecontiene.
Cierralosojosyrespiraunratoatravésdelanariz.
—Créeme cuando te digo que te comprendo. Tienes curiosidad. Tienes tus sospechas.
Inseguridades.¿Miedos?Yquizápiensesqueenúltimainstanciasetratadedinero.
—Laideameharondado.
—Peronoesasí.
—¿Yentoncesdequésetrata?
—Esunalargahistoria.
—Dispongodeltiempoquehagafalta.
—Unahistoriacomplicadayprolija.
—Semedabienescuchar.
—Nolodudo.
—Ahorasóloesperounaexplicación.
—Yaloveo.Perohedepedirtequeaceptesquelasoluciónalenigmaestandelicadaquenose
puedecompartircontigo.
—¡Vayabobadatanpomposa!
Miexabruptolodivierte.
—¡Biendicho,señorBeltø!¡Vayaquesí!¡Bien!Daslaimpresióndeserunhombrealquesele
puedenrevelarsecretos.
Noesunapregunta.Esunaconstatación.Oquizámásbienunaorden.Peroyonodigonada.
—Se puede decir que no tengo elección —continúa. No es conmigo con quien está hablando.
Habla consigo mismo y a mí me deja escuchar la conversación—. No me queda más remedio que
confiarte nuestro pequeño… secreto. ¡No me queda más remedio! —repite—. ¡No me queda otra
opción!
Yosigosinabrirlaboca.Pienso:«Esimposiblequesepongaaúnmásmelodramático».
Peromeequivoco.
Estáapuntodelevantarse,perosequedasentado.
—SeñorBeltø,¿podríahacerunjuramento?
—¿Unjuramento?
PiensoeneljuramentoqueeldirectorViestadsetomótanenserio.
—He de pedirle, como caballero y como científico, que me prometa no revelar nunca lo que
ahoravoyacontarle.
Noestáclarosimeestátomandoelpelo.
—¿Loprometes,Bjørn?
A medias espero que se abra la pared y que aparezca un equipo de veinte personas de Cámara
ocultaconflores,micrófonosyrisas.Peronopasanada.
—Vale.Loprometo—afirmo,peronosésilodigodecorazón.
—Bien—ledicealaire;siguesindirigirseamí,sinomásbienaalgúnespírituqueflotaenalgún
sitio por encima de mi cabeza—. ¿Por dónde empiezo? —se pregunta a sí mismo—. Bueno… Se
podría decir que es un club de chicos. Un club para iniciados. Para sabios. Un club masculino de
arqueólogos.
—¿Unclubarqueológico?
—Noparaarqueólogoscualesquiera.Somoslosmásdestacados.LollamamossencillamenteThe
Club.LofundóAustenHenryLayardhacecienaños.Layardreunióentornoasíacincuentadelos
más relevantes arqueólogos, expedicionarios y aventureros del momento. El número de miembros
nuncapuedesuperarlacincuentena.Cuandounmiembromuere,losrestantessereúnenparavotara
quiénquiereninvitaraparticiparenelclub.Noesmuydistintodeunconciliopapal.Claroquenoes
tanimportante—añadedeunmodoquedejaunapequeñadudaacercadesipiensaloquedice.
—¿YtútieneslasuertedesermiembrodeTheClub?
Eltonoácidolepasainadvertido.
—Contodamodestia—respondeconsolemnidad—,yosoyelpresidente.
Mecontemplamientrasdejaqueesarevelacióncauseefecto.Cosaquenosucede.Perosiempre
puedofingirquesí.
—Es importante que comprendas el peso que tiene nuestro pequeño club —continúa—.
Informalmenteyentonojovial,entotalintimidad,sereúnenloscincuentamejoresarqueólogosdel
mundo. Ocurre dos veces al año. La mayoría ocupa cátedras en las mayores universidades.
Discutimos, intercambiamos experiencias, evaluamos teorías. Y, no hemos de escamotearlo, nos
divertimos…
—¡Ay,quedivertido!—exclamo.
Memideconlamirada.
—Sinduda—dice.Miactitudloconfunde.Debedeestaracostumbradoaquelotratenconmucho
respetoyhumilladaadmiración.
—¿NohabráporcasualidadsitioparaunprofesoradjuntoalbinodeNoruega?
—Creoquenoteestástomandoestodeltodoenserio.
Melimitoamirarloporquetienetodalarazóndelmundo.
Seleestrechanlosojos,dirigelamiradaalcuarto.
—Las discusiones de nuestro club han desembocado en algunos de los descubrimientos
arqueológicos más destacados de las últimas décadas. De modo completamente extraoficial, por
supuesto. El club nunca se ha llevado los honores por nada que fuera asunto de alguno de sus
miembros,aunquepudieradecirseque,comocolegio,habíasidolacausadirectadequeseiniciaran
lasexcavacionesodequeserealizaranenunlugarconcretoynoenotro.Elclubfuncionacomoun
banco de conocimientos. Un banco común en el que cada uno introduce sus saberes y del que, a
cambio,podemossacarrentasenformadelsaberreunidoennuestroscincuentamiembros.
Me reclino en la silla y cruzo los brazos. La gente que sabe mucho cae con facilidad en
altisonantesobviedadescuandotienequehablardesímismaydelosuyo.Sóloquenosedancuenta.
—Quizá creas que somos un grupo de viejos académicos resecos y sin sentido del humor. —
Lanza una carcajada—. Amigo mío, disfrutamos de las alegrías de la mesa y nos servimos los
mejoresvinosylosjerecesmásnobles.
—¿Yquizásalgunapajarillaelegantehaciaelanochecer?Memiraconcaradeofendido.
—No.Perosíjugamos.
—¿Jugáis?
—Organizamosconcursos.Tareas.Algocompletamenteparticular.Unacombinacióndeacertijos
históricos,cartografíay,porsupuesto,arqueología.Llámalounabúsquedadeltesoroavanzada.Cada
cincoañosproponemosunatareanueva.Elqueprimeroencuentralasoluciónytraeacasaelobjeto
quehemosescondidoentraenlapresidenciadelclub.Queenestosmomentostienecincomiembros.
Empiezoaentreveradóndesedirige.
—La penúltima vez ocultamos una vara con runas en una tumba mesopotámica. Un divertido
anacronismo —se ríe alegremente—. Diseñamos un acertijo que tenía su punto de partida en las
esfingesdetorodecincopatasdeLayard,enelBritishMuseum,queasuvezcondujeronalosmás
despiertosaNimrud.
—Yestavez—lointerrumpo—habíaisenterradouncofredeoroenelmonasteriodeVaerna.
—Eres agudo, pero no es tan sencillo. Este año celebramos el centenario del club. Por eso
queríamos un reto especial. Lo dividimos en diez. —Carraspea, vacila—. Le confiamos a Michael
MacMullinlalabordediseñarelacertijo.Sebasóenelmitodelareliquiadelossecretossagrados.
Cuandoestudiaba,enlosañossetenta,tupadreyGrahamLlyleworthescribieronuntratadoenelque
seinsinuabaqueelcofrepodíaestarenterradoenunoctógonoenVarna,Noruega.
Nomencionoque,modestamente,haevitadodecirqueéleraeltercerautor.
—Era un acertijo bastante sofisticado —dice—. Solucionarlo era posible, pero difícil. Un
magníficoreto.
Preveoadóndeva.
—Yentoncesalgosaliómal—aventuro.
—¡Exacto!Pordesgracia.Exacto.Resultómuyincómodo.Paranuestroclubanónimo.ParalaSIS.
ParaelBritishMuseum.Dehecho,lofueinclusoparatodoámbitoacadémicobritánico.—Haceuna
mueca—.Podríahabersidounescándalo.Unescándalomuydelicado.—Clavasumiradaenlamía
—. Pero aún no se ha evitado del todo. —Toma aire—. Permíteme que te hable de Michael
MacMullin. Es uno de los miembros más destacados del club. Está en la presidencia. Un eminente
catedrático.Quizáshayasoídohablardeél.MacMullinesunhombreconvisiones,perotambiénsin
inhibiciones.RobóelcofredelBritishMuseum.
—¿Lorobó?¿Elcofre?
—ElcofredeoroquehallasteisesunobjetoqueoriginalmentefuedesenterradoenJartumenmil
novecientoscincuentaynueve,yquedesdeentonceshaestadoenelBritishMuseum.
Segúnmevallegandolainformación,meinvadeundesagradableestupor.Jartum,enSudán,esel
lugar sobre el que escribía papá en la carta que estaba en el tratado de Grethe. ¿Por qué nadie ha
sabido,nihadicho,quelareliquiafueencontradahacecincuentaaños?¿MeocultaGrethealgo?
Noquisieradesvelarloqueséyloquenosé,asíquelodejocontinuar.
—MacMullinsaliódelmuseoconelcofreensumaletín.Alparecerloenterróenelmonasterio
deVaerne,enNoruega.
Podríahaberapuntadoqueyoestabapresentecuandoelcofrefuehallado.Siélmismonohubiera
sidoarqueólogo,lehabríahabladodelasestructurasdelsuelo,decómosecompactanlatierrayla
arena con el paso de los siglos y cómo forman capas en paralelo que desaparecen cuando alguien
excavaunagujeroyvuelveallenarlo.Habríapodidoexplicarlequelatierraestabaaglomeradasobre
elcofreyquelaestructuradelsuelonoteníainterrupciones.Peronolohago.
—Fueunavergüenza.Transgrediótodossuspoderes.Meatreveríaadecirqueelclubnuncaseha
visto envuelto en un escándalo de semejantes dimensiones. Pero sólo podíamos hacer una cosa,
enderezar la fachada. Desde luego, comprendimos dónde había enterrado MacMullin el cofre, el
únicoproblemaerasaberexactamenteellugar.Hastaqueencontramoslafotografíaporsatéliteque
había encargado ex profeso. Estaba tomada con película infrarroja, para que pudiéramos ver las
estructurasquehaybajolasuperficie.Pudimosobservartantounoctógonocomouncastillocircular
enelsuelodeVarna.Elrestofuebastantesencillo.Laoperaciónrecibióinclusounnombreenclave.
OperaciónReliquia[4].Organizamosunasexcavaciones.Habríasidoimposiblelocalizareloctógono
sinunciertomargendevariaciónbasadoenlasfotografíasdelsatélite.Noshabríandescubiertosi
hubiéramos intentado sacarlo a escondidas. Por eso procedimos como habríamos procedido si
hubiéramos estado buscando un castillo circular. Seguimos las reglas del juego. Pedimos los
permisos.Pagamosnuestrastasas.Inclusoaceptamostenerunsupervisornoruego.Unagudojoven
queacabócreándonosproblemasinesperados.
Seríeligeramenteymemira.
—Elgobiernobritánicohainformadoalasautoridadesnoruegassobreelalcancedeesteasunto.
LaembajadabritánicaenOslonosapoyaeneltrabajo.Bjørn,nocreoquetengaselección.Hasde
devolvernoselcofre.
MesientocomounniñoenNochebuena.Cuandoyasehanrepartidolosregalosyteapoltronas
en el sofá, acalorado, vacío y agotado porque la tensión se ha relajado. A tu alrededor están tus
padres, tus abuelos, tus tías y tíos, sonriendo, tomando sorbitos de sus copas, y sabes que ya ha
pasadoyquefaltaunañoparalapróximavez.Porfantásticaquesea,laexplicaciónllegacomouna
duchafría,comounanticlímax.
—Entiendo.—Estavezsoyyoquienhablaalaire.
—¿Com…prendes?
—Lodevolveré.
—Mealegro.Mucho.¿Lotienesaquí?
—Losiento.EstáenNoruega.
Selevanta.
—Venga—dice—,tengounaviónenStanstead.
—Estanochetengounacita.Unacitaquenopiensoperdermepornadadelmundo.Peropodemos
marcharnosmañana.
—¿Unachica?
—Unadiosa.
Meguiñaelojo.Silosañoshanenfriadosupasión,aúnbrillaenlosrecuerdos.
Alsalir,pasoporelservicio.Elrollodepapelestápegado.Eljabón,sinusar.Latoalla,recién
planchada.Peroelespejoestállenodehuellasdactilares.Nadiesehamolestadoenquitarleelprecio.
9,90£.Untimo,simepreguntasamí.
DeWittmeestrechalamanocuandomevoy.Acordamosencontrarnosdelantedemihotelalas
diezdelamañanasiguiente.Meagradecequeestétandispuestoacolaborar.
Enelmomentoenquebajolasescaleras,lalimusinaaparecejuntoalaacera.Abrolapuertayme
siento.DeWittsedespideconlamano.Tieneelaspectodeuntíohurañoyrico.Lalimusinasepone
enmarcha.Nolehedichoadóndevoy.Perocincominutosdespuésseparaanteelhotel.
—Mañanavuelvoacasa.
Dianesehaencerradoenunaqueseradelejanaindiferencia.Memira.
—¿Tanpronto?—Hayalgopesadoensumirada,comosisehubierarefugiadoenunarayade
consueloblanco.
Vive en el decimonoveno piso de un bloque con tales vistas que acabo preguntando si no es la
torreEiffelloqueseveenlalejanía.Laentradaesuntablerodeajedrezenblancoynegro,alargado
por un mosaico de cristal en la pared y con un arco que conduce a un estrecho apéndice que es la
cocina.Elsalóndesapareceenelcielo.Todaunaparedesventana.Aestaaltura,Dianetienequesalir
todoslosdíasalbalcónalimpiarlasnubes.
Elsofádecuerodelsalónrelumbraennegroyrojo.Lamesadecristalestangruesaquepodrías
buscarrefugioenellasiaalguienseleocurrieradispararteconunabazuca.
Me sitúo junto a la ventana. A mis pies se despliega Londres en un abanico de casas, calles y
parques.
—¡Unasvistasmagníficas!—exclamo.
Ellamedalasgracias.
Algovibraentrenosotros,peronoconsigoagarrarloquees.
—¡Vaya pisazo! —Estoy a punto de añadir que tiene pinta de haber sido amueblado por un
decoradordeinteriores.Peronosésiselotomarácomounacortesíaocomounsarcasmo.
—LamayorparteesobradeBrian.
—¿Quién?
—Untipoconelqueestuve.Brian.Eradecoradordeinteriores.
Unasalidadelosbomberosarrastracalleabajounacoladebrillosazules.
—Lucymehaayudadohoy—digo—.Haestadomagnífica.
—¿Hassacadoalgoenclaro?
—Enelmuseono.Perohapasadoalgocuandoestabaallí.
—Lucymehallamado.Lehasparecidomajo.
—¿Majo?
—Ybastantepeculiar.
—¿Peculiar?
Seríedemí.
—¿Quéhapasadoenelmuseo?
—Mehaencontradounhombreconelqueestabaintentandoponermeencontacto.
—¿Quién?
—SellamaDeWitt.CharlesDeWitt.
Nodicenada,aunquecomprendoqueelnombredespiertareconocimientoyextrañeza.Perono
medecidoapreguntar.
Hapreparadounguisovegetarianosegúnlarecetadeunarevistaquesigueabiertasobreelbanco
delacocina.
—Espero haberlo hecho bien —dice, y junta las manos con un nerviosismo que resulta
enternecedorytípicodequienescreenquelacomidavegetarianaexigeunosconocimientosqueestán
reservadosapocos.
Estoy sentado ante una mesa redonda en el rincón del salón más cercano a la cocina. Diane
revolotea de acá para allá, cada dos por tres se acuerda de algo que se le ha olvidado. Me sirvo
calabazagratinadaconsalsadequesoyensalada.Ellasirvevinotinto.Meofreceunabaguette, que
yopartoendos,yuncuenquitoconmantequilladeajo.Conlasmanossobreelrespaldodelasillase
quedadepiemirándomeconexpectación.
—¡Delicioso!—exclamoconlabocallenadecomida.
Sonríe y se ajusta la falda detrás de los muslos antes de sentarse. Hay algo ancestralmente
femeninoenelmodoenquelohace.Alzasucopadevinoymededicaungestoconlacabeza.El
vinoesseco.
—UntipofascinanteeseDeWitt—digo.
—¿Hapodidoayudarteenalgo?
—Lohaintentado.
—¿Quétehacontado?
—Unalargahistoria.Repletadeagujeros.
—Ah,¿sí?
—Cosasraras.
—¿Noconfíasenél?
—Mepreguntocuántohaevitadocontarme.
—Elmundoestállenodementirosos—diceconcontención.Losojosselevuelvencristal.
—Creoquemehanseguidohastaaquí—añadounpocodespués.
—¿Cómo?
—Uncochehasalidodetrásdemídesdeelhotel.Esperoquenotengaimportancia.
—¿Tehanseguido?—preguntaindignada,sorprendida—.¿Aquí?¡Esoscabrones!
Estáapuntodedeciralgo,perosecontiene.Fijasumiradaalamíacomouncerrojo.Escomosi
quisiera decirme algo triste. Quizá que no tengo que tomarme la invitación muy en serio. Que no
debo creer que estamos hechos el uno para el otro. Pero que soy un tipo agradable y que está
considerandoincluirmeensulista.JuntoconBrian,Georgeylosotrosnoventayocho.
Comemoscasisinintercambiarpalabra.Depostrehahechounpudindefrutas.Enelfondodel
cuenco, enterrado bajo el pudin, descubro una fresa y un trocito de chocolate. Llama al postre
TentacióndelArqueólogo.
DianeponeunanticuadoelepédeChicago.Atenúalaluz.Enciendedosvelasrojassobrelamesa
decristal.Susmediasdenailonbrillaneneldestellodelasdosllamitas.
El cuero crepita cuando se apoltrona en el sofá junto a mí. Del mismo modo que crepita la
música. Tiene que haber escuchado el disco muchas, muchas veces. Durante algunos minutos no
hacemosniunruido,inseguros,conmiedoarozarnos.Oanorozarnos.
Me pregunta si quiero una copa. Yo acepto. Busca en la cocina ginebra Beefeater, tónica
Schweppes,dosvasosycubitosdehielo.Brindamosynosreímossofocados.Despuésnosquedamos
bebiendoensilencio.Ningunosabeaquiénletocaempezar.Yoestoybuscandoalgorománticoque
decir.Algoquepuedaromperelhielo.
Ellasemeadelanta.
—¿Teparecequeavanzasalgo?¿Entuinvestigación?
Quizánoseamuyromántico,peroesmejorqueeltensosilencio.
—Séexactamenteigualdepocoquecuandosalídeviaje.Enrealidadestoyaúnmásconfuso.
Seríeporlobajo.
—Estanraropensarquetienesuna…vidaallíenNoruega.
—Vida,vida.Asílosientoyotambién.Perohabríaquiennolacaracterizaríacomounagranvida.
—¡Nosénadadeti!
—Entoncesyasomosdos.
—¡Háblamedeti!
Lehablodemí.Nomellevamuchorato.
Fuera,Londresclareaenunmillóndepinchazosdealfilerhechosdeluz.
—¡Esosmierdas!—susurraparasímisma.
—¿Quiénes?
—¡Creenquesoypropiedadsuya!
—¿Quiénlocree?
—Papá.Ytodossusentusiastassirvientillos.«Hazesto,hazaquello.Diane,séobediente.¡Diane,
hazloquetedecimos!».¡Escomoparavomitar!
Dianehavaciadolacopa,lamíasiguemediollena.Leveoenlosojosqueempiezaaestarbebida.
Sesirveunacopamásyponeotroelepé.HotelCalifornia.TienereproductordeCD,perohoysólo
está eligiendo discos de los setenta. On a dark desert highway… Coolwindin my hair… Una ligera
ráfagadenostalgiasearremolinaenmí.Warmsmellofcolitas…risingupthroughtheair… Cierro
losojosymedesvanezcoenlosrecuerdos.
—Merecuerdasaunchicoqueconocíunavez—dice.
Abrolosojosylamiroensilencio.
Tomaunpardesorbosdesucopayleechadoscubitosdehielo.
—SellamabaRobbie.Robert.LollamábamosRobbie.
Yosigosindecirnada.
—Enrealidadnomehedadocuentahastaestanoche.Deaquiénmerecordabas.Peroahoralo
veo. Me recuerdas a Robbie. —Me mira a mí al mismo tiempo que mira a través de mí—. Robbie
Boyd.Estuvimosjuntosunverano.
—¿Hacemuchostiempo?
—Teníamosquinceaños.Estábamoslosdosinternosencolegios.
—¿Eraalbino?
Suexpresiónesdesorpresa.
—Hasdichoqueterecordabaamí—leexplico.
—Nodeesamanera.Tenéislamismaesencia.
—¿Quéfuedeél?
—Murió.
—Oh.
—Unaccidentedecoche.
—Oh.
—Meenteréporcasualidad.Nadiesabíaqueestábamosjuntos.Nopodíacontárseloanadie.En
algún sentido nunca lo he superado. Cada vez que estoy con un hombre, siento como si estuviera
traicionando a Robbie. Quizá por eso nunca consigo atarme a nadie. —Diane se ríe sofocada y
pensativamente,inspirahondoyvuelveasoltarelairedespacio—.¿Algunaveztesientessolo?—
pregunta,ymealborotaelpelo.
—Algunavez.
—Nomerefieroa…sinpareja.¡Quierodecir…solo!
—Devezencuando.
—Cuando era joven, me sentía como la persona más solitaria de este mundo. Nunca tuve una
madre.Muriócuandoyonací.Ypapá,él…—Bebeuntrago.
—¿Quépasaconél?
—Siempre… —Se encoge de hombros—. Siempre ha sido muy distante. Habría podido ser un
bondadoso tío cualquiera. Supongo que por eso quise tanto a Robbie. Por fin había encontrado a
alguien,nosésimeentiendes.
—Perdíamipadrecuandoeraniño.
—Esodebedeserpeor.Loconocías.Perdisteaalguienaquienquerías.Yonuncatuveunamadre
queperder.
—Asíquetampocotienesunvacíoquellenar.
—Oquizáselvacíoseatangrandequenoconsigadescubrirqueestoyenmediodeél.—Memira
—.Algunasvecesmesientotanjodidamentesola…Inclusocuandoestoyconunhombre.
—Puedessentirtesoloenunamultitud.
—¿Hasestadoconmuchaschicas?
—Nocondemasiadas.
—¡Yosí!Bueno,¡noconchicas!¡Chicos!¿Ysabesqué?
—No.
—Te sientes igual de jodidamente sola. Aunque hayas tenido cien novios, te sientes igual de
jodidamentesola.
Me encojo de hombros. Cien novios es para mí una teoría equivalente al último problema de
Fermat,nisiquieraconciboelproblema.
—¿Hastenidociennovios?
Ellaseríesofocada.
—¡Así lo siento! ¡Noventa y nueve! No sé. En algún sentido sólo he tenido uno. Robbie. Los
demássólohansido…,túsabes…—Seapoyasobremí.Yolarodeoconelbrazoizquierdo—.¡A
vecesloodio!—exclama.
—¿ARobbie?
—¡No, a papá! No me malinterpretes. Lo quiero. ¡Pero algunas veces lo odio intensamente! —
Suspira, se gira hacia mí y me mira con detenimiento—. ¿Te ha dicho alguien que eres bastante
mono?
—Claro.Despuésdedosotrescopas.
—Noestoydebroma.Esmuyfácilenamorarsedeti.
—Diane,séelaspectoquetengo.
—¡Eresmono!
—¡Tútambién!
Seríedesgarradamenteymeclavaundedoenelcostado.
—¡Adulador!—Sumiradasehundeenlamía—.¡Mealegrotantodehaberteconocido…!
—¿Porqué?
—Porque me gustas. Porque nunca he conocido a nadie como tú. Que es completamente él
mismo.Aquienleimportaunamierdaelmundo.Eresmuyespecial.
—Casiescomosinotuvieraotraopción.
—Tú crees en algo. No te rindes nunca. Da igual a quién te estés enfrentando. Siempre he
admiradoalagentecomotú.¡Mientrasqueaesosmierdas…!
—¿Quiénes?
—Secreenquepueden…—Secontiene—.Sitúsupieras…¡Oh,quelesden!—murmura.
«Ahoravaapasaralgo»,pienso.
Entoncesellaseinclinahaciadelanteymebesa.
Laprimeravezquebeséaunachicateníadieciséisaños.Ella,catorce.SellamabaSuzanne.Era
ciega.
AlbesaraDiane,piensoenSuzy.Noséporqué.NohepensadoenSuzyenmuchosaños.Pero
algoenelmodoenquebesaDiane(conunaciertainsistenciatorpe,comosiquisieraynoquisieraal
mismotiempo)haabiertouncajónconrecuerdosolvidados.RecuerdoelcuerpodelicadodeSuzyy
susformasinacabadas,elmodoenquenosrespirábamospesadamenteenlaboca.
ElalientodeDianesabeaginebra.Sulenguaesungusanillorevoltoso.Noséquéhacerconlas
manos.
Se echa un poco hacia atrás, me coge la cara y me mira. Sus ojos tienen el aire marchito,
enrojecido, que se le pone a uno cuando no está acostumbrado a beber. También hay algo más ahí
dentro:¿enfado?,¿pena?,¿confusión?
Sin mediar palabra, empieza a desabrocharse la blusa. Pasmado de expectación, sigo cada
movimiento.Cuandotermina,mecogelamanoysepasamisyemasdelosdedosporelsostén.
Memiradereojo.Bjørn,elalbinoagradable[5].Unoentreunmillón.
Me lleva al dormitorio. Las paredes son rojo fuego. Sobre la cama doble hay una manta negra
desgarradaporunrayoamarillo.Sobrelamesahayunmontóndebrillantesrevistasdemoda.
Arrancalacolcha,semeteenlacamayserpenteaparasalirsedelafalda.Sehaarregladoparala
ocasión.Elsujetadorrojoytransparentevaajuegoconlasbraguitas.Seretuerceenlacamamientras
meespera.Yomedesabrocholacamisaytengoproblemasconelcinturón.Elcinturónsiempreme
daproblemascuandotengoquequitármeloantelosojosdeunamujerimpaciente.Claroquetampoco
sepuededecirqueseaunproblemamuyrecurrente.
Cuandomesientoenelbordedelacama,Dianeseinclinahaciamíymebesaconhambre.Me
sientotonto.Desamparado.Séloquetendríaquehacer,peronolohago,mequedoparadoydejoque
ellaabracamino.
Todouncamino,porcierto.Abreuncajóndelamesillaysacacuatrocortoslazosdeseda.Seríe
nerviosa.
—¿Tienesganasdeatarme?
Estáborracha.Definitivamenteborracha.
—¿Perdona?—murmuro.Heoídoloquehadicho,peroescomosinomeentraradeltodo.
—¿Quieresatarme?
Mequedomirandolascuerdas.
—¿Estásescandalizado?
—¡Quéva!
Comosinohicieraotracosaqueatarmujeresyfollarlashastavolverlaslocas.
—¡Estásescandalizado!¡Telonoto!
—¡Paranada!¡Heleídosobrecosasasí!
—¿Notienesganas?¡Dímelosinotienesganas!
Peroclaroquetengoganas.Sóloquenoentiendodeltodoloquequieredecir.Meenseñacómo
sehace.Leatolasmuñecasylostobillosaloscuatropalosdelacama.Respiraentrecortadamente.
Todostenemosnuestrosplaceres.
Nuncalohehechodeestamanera.Nosoyquisquilloso.Perosiempreheidoalgrano.
Metumboasuladoconinseguridad.Dalaimpresióndequeapenassepuederesistircuandola
enciendoconlasyemasdelosdedos.
Entonces surge un problema. Nunca me ha pasado antes. Sigue llevando las braguitas puestas,
perosuspiernasabiertasestánatadas.Sisueltoloslazos,desaparecerálamagia.Mepreguntocómo
voyalibrarmedelaprenda.Alfinaldesisto.Simplementeapartolagomadelabraguita.Yaestá.
Después,cuandoestamosabrazadosbajoeledredón,mepregunta:
—Oye,¿puedoirmecontigo?ANoruega.
Ellaentiendemalmisilencio.
—Nopretendoacoplarme.Perdóname—dice.
—No,no,no.Suena…agradable.
—Mequedanunpardesemanasdevacaciones.Pensabaquepodíatenersugracia.VerNoruega.
Contigo.
—Memarchoacasamañana.
—Medaigual.Siesquequieresquevayacontigo.
—Claroquequiero.
Medespiertaalastresdelamañana.
—¿Lohabrásescondidobien,no?—pregunta.
Noentiendoaquéserefiere.
—¡Elcofre!—dice—.Meheacordadodealgo.Dealgoquedijiste.Esperoqueestéseguro.
Estoytancansadoqueveodoble.DosencantadorasgemelasDiane.
—Estáseguro—murmuro.
—No puedes imaginarte lo buenos que son averiguando cosas. Cuando quieren. No son
cualquieralostiposaquienesteenfrentas.
—¿Porquédiceseso?
—Porquequieroquesepasqueestoydetulado.Aunquetrabajeparala SISytodoeso.Entiendo
quenopuedasconfiarcompletamenteenmí.Pero,paseloquepase,siempreestaréatulado.
—Claroqueconfíoenti.
—Esoespero.Detodosmodos,nolohagas.Quizáshayanmetidounmicrófonoenmibolso.O
algoasí.Nodebescontarmenuncadóndeestáelcofreninadaimportante.¿Vale?
—Esunamigo.Túnoloconoces.Yyoconfíoenti—digo,ymedoylavuelta.
Ella se acuesta a mi lado. Sus pechos se aprietan contra la sensible piel de mi espalda. Así me
quedodormido.
Nohevistoantesalrecepcionista.Esunhombre.Alto,depelorubioclaroyconelaspectodeundios
guerreroario.Perocuandoabrelaboca,tienelavoztannasalyunaentonacióntancoquetaquecreo
quemeestátomandoelpelo.Conmiradadulcemedicequedebodeseruncaballeromuysolicitado.
Luego me entrega dos mensajes. Un telefax y un mensaje escrito a mano de la reina de la noche,
Linda.Escortoycasinotienefaltasdeortografía.MehallamadoJocelynDeWitt.
EltelefaxestáescritosobreelpapeldecartasdelaDirecciónGeneraldelPatrimonioHistórico.
¡Bjørn!Heestadointentandollamarte.¿Dóndecoñoestás?
No consigo dar con Grethe. Lo siento. ¿Tiene algún familiar con quién pueda haberse
reunido?Llámame,¿vale?
Enelcuartotodoestátalycomolodejé.Casi.Antesdeirme,metíunpalillobajolatapadela
maleta,queestádebajodelacama.Sóloporsiacaso.Paraconvencermeamímismodequesoyun
boboparanoico.Ahoraelpalilloestásobrelaalfombra.
EnladuchamelavotodoslosoloresdeDianeysusjugosresecos.
Cuando me he cambiado, y antes de ponerme a hacer la maleta, llamo a Jocelyn DeWitt. No
porque necesite hablar con ella, sino porque soy un joven bien educado. Y porque, es mejor
confesarlo,tengocuriosidad.
Eselamadellavesquiencontesta.Aunquepongalamanosobreelauricular,laoigodecirquees
elcaballeroquellamóporelseñorCharles.
JocelynDeWittcogeunaparatosupletorio.
Yomepresento.BjørnBeltø.ArqueólogodeNoruega.
—¿Arqueólogo?—exclama—.Yacomprendo.Esoexplicaunmontóndecosas.
Suvozessuaveytiernayllegaamícomodeunsiglopasado.
—¿Explica?
—LaarqueologíaeralavidaenteraparaCharles.Aunqueavecestambiénera…Bueno.Haceya
muchotiempo.Veinteaños.
Algomedetiene.
—NohaymuchosDeWittenLondres—ledigo.
—Lafamiliademimaridoerafrancesa.SemudóaInglaterradurantelaRevolución.¿Quéeslo
quequeríassabersobreCharles?
LeconfiesoquellaméalazaralúnicoDeWittqueencontréenlaguíatelefónicadeLondres.
—Me entró mucha curiosidad, claro —dice ella—. Me he preguntado tanto quién serías y qué
querrías.Tendrásqueperdonarme,peroesqueCharlesllevatantosañosmuertoya…¿Enquépuedo
ayudarte?
Sonlasochoymedia.Dentrodehoraymediavendránabuscarme.
JocelynDeWittesunamujerconpintadecisne,cuellolargo,movimientosgrácilesyunaentonación
soñolientaconresonanciaacristal,alacazadelzorroyalargassobremesasalafrescasombradel
pabellóndeljardín.Lamiradaencierraunaseguridadensímismadivertidayrelajada.Todoenella
indica que nunca ha tenido que levantarse de madrugada para echarle carbón a la estufa. Por eso
resultaaúnmássorprendentecuandosecuelanjugosasyfuertesexpresionesensurefinadolenguaje
yexplotancomounagranadaensuslabios.
Dirigeasuamadellaves,regordetaynegra,conrápidosmovimientosdelosdedos.Debende
haber desarrollado un lenguaje codificado. Tal y como hacen los señores y los sirvientes cuando
llevantantotiempojuntosquesehanconvertidoenunsoloorganismo.Elamadellavessabecuándo
los movimientos y los chasquidos significan «Lárgate de aquí y cierra la puerta cuando salgas» o
«Traeellicordeplátano»o«¿Porquénoleofrecesuncigarroalnoruego?».
Nuncaheestadoaquíantes.Nisiquieraeselmismobarrioenelqueestuvecuandofuiacasade
CharlesDeWitt.Odesufantasma.
Entramos en un salón cargado de arañas de cristal, ventanas con arcos, gobelinos y gruesas
alfombras, muebles barrocos, una chimenea sobredimensionada y, sorprendentemente, incluso una
estufadeazulejosenelrincón.
Mecogedelamanoymellevahastalachimeneaconelefantiasis.
—¡Aquíestá!—dice—.MiqueridoCharlesylosdemás.Lasacaronenmilnovecientossetentay
tres.
Hacolgadounaampliacióndeunafotografíaporosayenmarcadaenellugardehonorsobrela
chimenea. Está descolorida. Los hombres llevan el pelo largo, las camisetas tienen dibujos
psicodélicos.Teinvadelacertezadequelaspersonasteestánmirandofijamentedesdeelinstanteque
hasidoatrapadoeneltiempo.
Estánreunidosenunapiñajuntoaunhoyodeunasexcavaciones.Unosseapoyansobrelaspalas.
Otrossehanatadounpañueloalacabezaparaprotegersedelsol.
Enelextremodeladerecha,detrásdeGrethe,estápapá.
Grethe está extraña. Joven y espléndida. Juguetona. Le brillan los ojos. Se coge la tripa con las
manos.
Sobre un montón de residuos, de manera que se eleva por encima de todos los demás, reina
Charles DeWitt con los brazos en cruz. Parece un tratante de esclavos, propietario de todo el puto
grupo.Asíqueeraél.Elancianonomeengañó.Sólohaengañadoasumujer.
No sé qué secreto estará escondiendo. O por qué simuló estar muerto. O cómo ha conseguido
vivirocultotodosestosañossinquelodescubran.EnmediodeLondres.
Pienso:«Soydemasiadocobardeparadecirlelaverdad».
¿Puede haberse cansado de ella? ¿Haberse ido con otra mujer? ¿O es que conoció a un
monaguilloirresistible?¿QuizádescubrieraalgoenOxford,juntoconpapáyLlyleworth,algoque
lohizodejardeexistir?
LaseñoraDeWittmeconduceaunsalónestiloLuisXVI,dondenossentamos.Conlaspiernasen
cruz.Comoelgeniodeunalámpara,apareceelamadellavesconunabotelladecristal.
—¿Unpocodelicordeplátano?—meofrecelaseñoraDeWitt.
Asientocortésconlacabeza.Lamujerhaadiestradoalamadellavesparaquenomireanadiea
losojos,asíquesirvelasdoscopitassinencontrarseconmimirada.Ellicormellenadealmíbarla
cavidaddelaboca.
—¡Jodidamentedelicioso!—dicelaseñoraDeWitt.Nocreoqueseaelprimeroquesetomahoy
—.¿Quéesloquequeríassaber?—pregunta,yseinclinaconconfianzahaciamí.
—Comoyahedicho,soyarqueólogo…
—Pero¿porquépreguntasteporCharles?
—Heencontradoalgoquerequiereciertasaveriguaciones.Yenesecontextosurgióelnombrede
tu…difuntomarido.
Ellicordeplátanoescomounsiropeenlaboca.Mequedosaboreándolo.
—¿Dequémodo?
Medoycuentadequenotengoniideadecómoexplicarlenada.Yaúnmenosquesumaridoestá
vivitoycoleando.Intentoeludirsucuriosidad.
—HasmencionadoalgodequelafamiliaDeWitthuyódeFranciadurantelaRevolución.
—Charles estaba muy orgulloso de sus antepasados. Se libraron de la guillotina por los pelos.
¡Unafamiliadeadvenedizosaristocráticos,simelopreguntas!Perocuidaronlasrelacionesconla
nobleza,sobretodolasmujeres.¡Prostitutasdeclasealta!LuegosaltaronelCanal.Elbisabuelode
Charlesfundóunaasesoríajurídica:Burrows,Pratt&DeWittLtd.Elabueloyelpadresehicieron
cargodeellasucesivamente.SeesperabaqueCharlesocuparaelpuestodesupadre.Charlestenía…
estudios, ¿sabes? Empezó a estudiar Derecho. Luego, de pronto, se lanzó a la arqueología. Fue el
profesorquien,pordecirloasí,loconvirtió.ParalafamiliadeCharlesfuepurarebeldía.¡Unaputa
revolución! El padre se negó a hablar con él durante años. Hasta que Charles fue nombrado
catedrático,elpadrenoretomóelcontacto.Lohizoparafelicitarlo.Peronuncaloperdonó.
—¿Ytumaridomurióen…?
—Milnovecientossetentayocho.
Larespuestamedejahelado.Veoantemíunsalienteenlamontaña.Unacuerda.Unbultosobrela
pedregosaladera.
Ellanopercibelaconmociónquemedesgarra.
—Perodime,joven,¿quéesloquequieressaber?
—¿Quésabesdelascircunstanciasdelamuertedetumarido?—tartamudeo.
—Estaban buscando una especie de tesoro. ¡Los locos! Lo mantenía todo en secreto. Y eso que
normalmentemecontabamásdeloquequeríasabersobresutrabajo.Ay,meaburríacomounaostra
con sus historias. ¡Chorradas académicas! Pero esa vez sólo me explicó que estaban buscando un
cofre.¡Unputocofresantoprehistórico!
«Ay,Dios…».
—¿Loencontraron?
—¿Aquiéncoñoleimporta?CuandoCharlesmurió,mefuiacasademihermanaenYorkshire.
Viví con ella cerca de un año. Para… recuperarme del golpe. ¿Has perdido alguna vez a alguien
cercano?
—Amipadre.
—Entoncessabesdeloqueestoyhablando.Senecesitatiempo.Silencio.Tiempoysilenciopara
recordar. Reflexionar. Elaborar la pena. Quizás intentar contactar a través de un médium. Ya sabes.
Dime,¿dejóCharlespapelesquetehanimpulsadoavenir?
—Sólounatarjetadevisita.¿Cómomurió?
—Deunainfección.Sehizounrasguñoenelbrazoizquierdo.Unaridiculez,enrealidad.
—¿Quelequitólavida?
—Laheridaseleinfectó.Encualquierotrositiohabríasidoalgobastanteinofensivo.
—¿Dóndeestaba?
—¡Lejos de la civilización! Antes de que consiguieran llevarlo a un hospital, se le había,
gangrenadolaherida.
—¿Dónde?
—¡Enelbrazo!¡Teloestoydiciendo!¡Seloamputaron!¡Todoelbrazo!Peroesosdescerebrados
babuinos… perdona mi lenguaje, no estaban acostumbrados a tratar casos complicados. Murió dos
díasdespuésdelaamputación.
—Pero¿dónde?
—¡Enlaputajungla!
Mequedocalladounossegundosantesdepreguntar:
—¿Lajungla?
—Esohedicho,¿no?
—¿Quieresdecir…enÁfrica?
Arquealascejas.
—¡TeaseguroquenoquierodecirenOxfordCircus!
—¿NoocurriríaporuncasualenSudán?
—¿Porquémelopreguntassihassabidotodoelratolarespuesta?
—¿Quépasóconlasexcavaciones?
Hechalacabezahaciaatrás.
—¡No tengo ni idea! Para decirte la verdad, nunca he pensado en ello. O más bien: me ha
importadounamierda.Antesdemorirmeescribió.Unacartadedespedida,comosevioluego.
Chasquealosdedos.Elamadellaves,queestádepieenunrincóncomounaestatuadeBudatiesa
ygorda,sedespabila,abreelcajóndeunescritorioylellevaunacajaalaseñora.Dentrohaycinco
hojas escritas a mano y atadas con una cinta de seda. Ella suelta el lazo y me tiende las hojas
crujientes.Yovacilo.
—¡Adelante!—meordena.
JuntoalNilo,SudándelsurLunes,14deagostode1978.
MiqueridísimaJocy:
¡Mira qué mala suerte! Caminando del campamento a la zona de excavaciones iba
despistado (¡sin comentarios, gracias!), tropecé con una raíz y me caí por un terraplén de
piedras y barro. No te asustes, querida, no fue una gran caída, pero me he contusionado
ligeramente la rodilla, y una piedra afilada me ha desgarrado un poco el brazo. Estuvo
sangrandomuchounrato,perounboymevendólaheridaymeayudóavolveralcampamento.
Pero luego resultó que no encontrábamos el botiquín. ¿No te parece típico? MacMullin me
ordenóquemefuesealatiendaydescansaseloquequedabadedía,paraquesecerrarala
herida.Noeshorrorosamenteprofunda,asíqueesperoquenoseanecesariodarlepuntos.
Perodebemosverlopositivodelasunto,porqueahoraestoyaquísentadoenmicamade
campaña aburriéndome, así que por lo menos —¡por fin!— tengo ocasión de escribirte unas
líneas.Yalosé,yalosé,quetendríaquehaberteescritoantes,¡peroMacMullinnoesdelos
quepiensanqueeltiempolibreyeldescansoseanbuenosparalahumanidad…!
Haceaquímáscalordelquemetemía,enrealidadesbastanteinsoportable,perodetodos
modoslopeoreslahumedad,quesemepegacomolapinturafresca.¡Ytodoslosinsectos,ni
tecuento!(Peroyaquetienesunarelacióntanentrañableconlosinsectos,novoyadecirteni
lograndesqueson—¡¡¡enormes!!!…¡¡¡gigantes!!!—nidóndeseencuentran—¡enlacama!
¡Enloszapatos!¡Enlaropa!).
Hemosllegadobastantelejos(¡¡obastanteprofundo!!Je,je,je)conlasexcavaciones.No
te aburriré con los detalles técnicos, pero: buscamos rastros de una campaña persa. No sé
cuántasveceslehedichoaMacMullinqueelcofrenuncaestuvoenmanosdelospersas,que
los hospitalarios debieron de ocultarlo en un octógono en su monasterio de Noruega. Pero
nadiemeescucha.SóloBirger.Lapazseaconél…
Oooops,¡llegalacomida!¡Mástarde,más,gatita!
Noche
Es la una y media (¡de la madrugada!), no consigo dormir, la oscuridad ahí fuera está
llenaderuidosextrañosydepesadosolores.
La noche africana alberga algo que nunca he experimentado en casa, es como si te
susurrara,comosialgosedespabilara.Noestoypensandoenlosanímalesylosinsectos,sino
enalgoinfinitamentemásgrande.Perdónamesidigotonterías.
Creoquetengofiebre.Estoyhelado,apesardequedebedehaberporlomenos35grados
aquídentrodelatienda,yestátanhúmedacomounmalditoinvernadero.
Laheridadelbrazomeduelemuchísimo.Joder,joder,joder…
Tendréqueintentardormir.¡Teechodemenos,cariño!Besos.
Martes
Llevotodoeldíatiradocomounpedazodecarnemuertasobremicamilla.Ochopersonas
sehanturnadoenllevarme.Nativos.Charlabanysereíaalternativamente,yyonoentiendoni
palabradeloquedicen.PorsuerteMacMullinhamandadotambiénadosingleses.Jacobsy
Kennedy.Mehacencompañía,¡peroelcalornonosdejafuerzasparahablardegrancosa!
El calor y la humedad son insoportables. La jungla es densa y vaporosa, estoy a muchos
kilómetrosdelmarmáscercano,peroapesardetodoestoymareado.
Miércolesporlanoche
¡Vayanoche!Yatecontarémáscuandovuelvaacasa.
Cuandoporfinhemosllegadoalhospitalestamañana,sehaarmadoungranjaleo.Creo
queeralaprimeravezqueveíanunpacienteblanco.Tienebuenapinta,mevanatratarcomo
aundiosqueacabadecaerdelcielo.
Ahora estamos esperando al médico. Han de buscarlo en un pueblo que está a algunos
kilómetros de aquí. ¡Ay, Dios, estoy tan impaciente, Jocy! El hedor es insoportable. Debe de
serlagangrena.Peroporsuertenoshemosdadoprisa.
Nomesientodeltodobien.
Viernesnoche
¡¡Ay,Jocy,Jocy,Jocy,cariño!!¡Tengoquecontartealgoespantoso!¡Prométemequevasa
serunaniñavalienteparamí!
¡Mehancortadoelbrazo,Jocy!
¿Meoyes?¡¡Mehanamputadoelbrazo!!Ay,Diosmío.¡Cuandomirohacialaizquierda,
noveomásqueunbultoconunvendajesanguinolento!¡Cómometemía,eragangrena!¡Ay,
Jocy!
Porsuertelosdoloresnosontanterriblescomoseríadecreer,¡perovomitotodoelrato!
¡Mehanatiborradodemorfina!
¡Sientomuchotenerquecontártelodeestemodo!¡Deberíahabertehechocasoyhaberme
quedadoencasa!
¡Ahoranotengofuerzasparaescribirtemás!
Noche
¡Teechodemenos!Noconsigodormir.
Meduelemucho.
Helado.
Sábado
Querida,queridísimaJocyhoy[ilegible]
yyo[ilegible]elcura.
Pero[ilegible]¡MiJocelyn!¡Teamo!
podrásperdonar[ilegible]
Noche
Sonlas[ilegible]
Jocy,querida,lafiebreme[ilegible]
¡estoytancansado!
Escribirémáslue
Es una pieza poética arrebatadora. Charles DeWitt debió de relatar su muerte con una sonrisa
maligna. La primera página está escrita con letras poderosas, inclinadas hacia la derecha, que se
aprietancontraelpapel.Meticulosamente,haidodebilitandolaletrayhaciéndolailegible.Cercadel
finallasletrassediluyen.
Dejolahojaaunlado.
—Murióenalgúnmomentodelanochedeldomingo—dicelaseñoraDeWittabiertamente—.Lo
encontraronconlashojasenlacama.
Noséquédecir.
—Todaunadespedida,¿no?—murmuraella.
—¡Tienequehabersidoterribleleerestacarta!
—En cierto sentido. Al mismo tiempo, me dio la impresión de haber estado allí. Sabía cómo
habíapasado.Loquepensóysintió.Sisabesaloquemerefiero.MacMullintrajopersonalmentela
cartadesdeÁfrica.Ymelaentregóenmano.
Le da un sorbito a su licor. Me levanto y vuelvo hasta la fotografía de la chimenea. La señora
DeWittvienedandopasitosdetrásdemí.
—¿Sabesquiénesésta?—preguntoseñalandoaGrethe.
Ellaresopla.
—¡Esaputa!UnaninfómanafolladadeNoruega.
Despuéscaeenlacuentadequeyotambiénsoynoruego.Ydequelamujerteóricamentepodría
sermimadre.Queyopodríahaberidoporeso.
—¿Túlaconoces?—preguntadócilmente.
—Algo—miento—.Medioclasesenlauniversidad.
—Sequedóembarazada.
Mequedoconlabocaabierta.
—¿Embarazada? —tartamudeo. ¿De papá? Me pregunto a mí mismo. ¿O de DeWitt? Él mismo
dijoqueeransweethearts.Peronomeatrevoaplantearlacuestión.
—Todoshicieroncomosinolosupieran—resoplaella.
SeñaloaCharlesDeWitt.
—Y éste —digo en voz baja, tengo que esforzarme para que no se note lo conmocionado que
estoy—,¿estudifuntomarido?
—¡Diosmío,no!—seríeella—.¡Tampocoesquemehubieraimportadoquelofuera!
Riéndosedesufrívoloexabrupto,señalaauntipoenjutoymorenoqueestásentadodecuclillas
enelextremoizquierdodelafoto.Tieneelaspectodeunvendedordeturbaespañoleinsatisfecho.
—¡ÉseesmiCharles!Diosloacoja.
—Pero…—farfullosinentender,ygolpeoconlauñaalhombrequeestáenmediodelafoto—
¿quiéneséste?
—Ése —responde, muerta de risa— es el jefe de las excavaciones. Un arqueólogo y científico
muyreconocido.UnbuenamigodeCharles.¿Nolohemencionado?¡MichaelMacMullin!
El coche de mudanzas es tan grande como un petrolero, y llena la acera a lo largo de Sheffield
Terrace de tal modo que los peatones son empujados a la calzada. Le pido al taxista que espere.
Colmado de un inexplicable miedo de Día del Juicio Final, me aproximo corriendo a uno de los
braceros.Tienelosojostontosylosbrazoscomovigasdemadera.Preguntoporelpropietariodela
casa.Élnomeentiende.Llamaauntipoquedebedeserelencargado.Repitolapregunta.Sequedan
mirándome y se ríen groseramente de mi acento. Para ellos soy una especie de atracción de feria
viviente,unpelelealterado,pálidocomounmuerto,quecuelgaagitándoseantesuscaras.
—¿Eldueñodelacasa?—repitealfinelencargado—,nosénadadeél.
—¿Quiénhavividoaquí?—gritoparaquesemeoigaporencimadeunamotoquepasa.Ellosse
encogen de hombros—. Es importante —insisto—, soy un cirujano extranjero, se trata de un
trasplantedecorazón,correprisa,¡estáenjuegolavidadeunniño!
Se miran entre ellos con inseguridad, luego el encargado se mete en la cabina del camión y
contactaconlacentral.Cuandovuelve,tienepintadeaturdido.
—Debesdetenermalladirección,estoesunpisodealquiler,¿entiendes?Notenemosnombres,
no podemos desvelar la identidad de nuestros clientes, ¿verdad?, normas de la empresa… —Se
distraeconlascincolibrasquelemetoenelbolsillodelacamisa,yseinclinahaciamí—:Y,además,
tendríasquehablarconlasautoridades,¿verdad?,quesonlasdueñasdelacasa.Éstenoesunpiso
cualquiera,¿verdad?
Evidentemente puede ser una casualidad. Las casualidades pueden tener su gracia. A veces se
ensamblanygeneranunpatrón.
CharlesDeWitt,elcompañerodeestudiosycolegadepapáenOxforden1973,seapagóenuna
junglasudanesaunanochedeagostode1978.Pocomásdeunmesdespuésdequepapáseprecipitara
alamuerteenunaccidentequelapolicíaarchivóporfaltadepruebas.
Faltadepruebas.
Laformulaciónhacequemeestremezca.Comosisupiera,peronodeltodo.
LaAsociaciónGeográficadeLondresestácerradaporsersábado,perosigollamandohastaque
unavozmalhumoradarespondealtelefonillo.PreguntoporMichaelMacMullin.
—Estamoscerrados—respondeelguarda.
AlzolavozyvuelvoapreguntarporMacMullin,esimportante.
—Tendrásquevenirellunes—respondeelguarda.
Le pido que contacte con MacMullin y que le diga que lo está buscando el señor Beltø de
Noruega,esextremadamenteimportantequelellegueelmensaje.
—Youmissabellthrumfromnowhere?—crepitalavoz.
—¡Beltø! —le chillo en inglés con tanta fuerza que los peatones me miran asustados y se
apresuranaseguir—.¡Dilequeelalbinolocoquierehablarconél!
El telefonillo deja de silbar. Llamo varías veces, pero no contesta. Me lo imagino detrás del
objetivo de la cámara de vigilancia; gordo, satisfecho consigo mismo y seguro tras sus gruesas
puertas y metros y metros de cable de cámara. Con los labios formo las palabras: «Llama ahora
mismoaMacMullin,¡hijodelagrandísimaputa!».Esposiblequenoloentienda;lehagouncortede
mangayvuelvocorriendoaltaxi.
Sehaido.Eltaxistanisiquierahacobradosudinero.
—¡Ay,Dios!¿Erestú?¿Ya?
Incluso distorsionada por el telefonillo de la SIS reconozco la voz de mi vieja amiga, la abuela
canosaquehacíapunto.Lededicomimejorsonrisaalacámaraysaludoconunpardededos.
Las lenguas tienen gracia. El lenguaje nos separa de los animales. «Ya». Una palabra tan
inocente…Peroalgorevela.Revelaqueellasabíaqueyoibaaacudir.Porquealguienlehadichoque
ibadecamino.
—¡Diosmío!Justamenteahoranohaynadieaquí.Nadiehadichonadadeque…
Mientras habla, abre la puerta, y cuando entro, aún sigue sentada tras su escritorio con el dedo
sobreelbotónhablandoconmigoporeltelefonillo.Llevalacapasobreelbrazo.Nosésiacaba,de
llegarosiestáapuntodeirse.Memiraconunaexpresiónaborregada,asustada.Sientolástimapor
ella.Nosabedeltodoquéhacerconmigo.
—¿Estáisabiertoshoy?¿Ensábado?—pregunto.
—En absoluto. Quiero decir… no, normalmente no. Pero hoy… Ay, no sé… ¿Qué es lo que
quieres?
—TengoquehablarconMacMullin.
Sucarapierdealgodelgestodetensión.Ladealacabeza.
—Anda. Qué curioso. Está de camino. Tenía la esperanza de que estuvieras aquí. ¿Estabais
citados…?¿Paraveros…?¿Parairalaeropuerto…?Dijoquetú…—Secontieneydejalacapasobre
elrespaldodelasilla—.Entodocaso,prontoestaráaquí.Quizádeberíamossubirasudespacho.
Meconduceescalerasdemármolarribayporelpasillodecolumnas.Laacústicaresaltaelhecho
dequesóloestamosellayyoentodoeledificio.Cruzamoslasbaldosasdemosaicos,eluniversodel
señor Anthony Lucas Winthrop Jr. y doblamos otra esquina más. Así nos plantamos ante la puerta
dobledeiglesiadeldespachodeMichaelMacMullin.Sunombreestáatornilladoenlamaderaoscura
con pequeñas letras de latón recién pulido. Cuando tienes todo el poder en tus manos, puedes
permitirteserdiscreto.
El recibidor de Michael MacMullin es tan grande como una sala de conferencias noruega. El
parquet del suelo relumbra. El escritorio de la secretaria está junto a un exclusivo salón francés
dondelosinvitadospuedenesperarsentadoshastaqueasuexcelencialeplazcainvitarlosaentraren
lomássagrado.Laslibreríassecurvanconlasprimerasedicionesdelibrossobrelosqueunosólo
ha leído. Dos ventanas dan a la calle, profundos pozos hacia la luz. La gran fotocopiadora y los
ordenadores están tan arrinconados en la sombra como ha sido posible. La puerta que conduce
propiamentealdespachodeMacMullinestáequipadaconunacerraduranormalydosdeseguridad.
El marco está reforzado con metal. Sobre la pared parpadea una bombilla roja en una caja con
números sobre el panel. Michael MacMullin debe de sentirse como una feliz y segura hucha de
cerditodentrodelacajafuertemásseguradelmundo.
—Bueno,¡tendrásquesentarteaesperar!—dicelaabuela.Lefaltaelaire.Luegosaledeespaldas
ycierralapuerta.
Mesientoenelmarcodelaventana.Mientrasoteolacalle,cavilosobreloquevoyadecirlea
MacMullin.
Nopasamuchotiempoantesdequeun BMW745beistuerzalaesquina.Llegaatantavelocidad
que una señora tiene que pegar un brinco desde el paso de peatones a la acera. Por eso capta mi
atención,odioalosgamberrosalvolante.
En la acera, debajo de mí, el coche pega un frenazo. Casi da la impresión de que chirrían las
cubiertas. Cuatro hombres salen del coche, al conductor no lo he visto nunca. Después sale
MacMullin(aliasDeWitt).YmiviejoybuenamigoGrahamLlyleworth.
Peroeselúltimohombrequienmeintranquiliza.Noshemosvistoantes.EsKingKong.
Mepreguntoporquéllevanconsigoasuquebrantahuesossisólopretendenconversarconmigo.
Cuandosalgodelrecibidor,losoigoentrarenlaplantabaja.
—¡Estáarriba!—exclamalavozdelaabuela.
Mequitoloszapatosysalgocorriendoporelpasillodecolumnasconunzapatoencadamano.
Alveraloscuatrohombresenlaescalera,meechoaunladoymepegoaunacolumna.
Sisedanlavueltaenelmomentoenquepasen,medescubrirán.Peronolohacen.
Esperoaquehayandobladolaesquinaantesdeecharacorrerhacialaescaleraybajarla.Abajo
deltodomepongoloszapatos.
Laabuelasedalavuelta.
—Pero…¿erestú?—mepreguntasorprendida,ylelanzaunaojeadaalaescalera—.¿Aquí?
—Desdeluego.
DesdeeldespachodeMacMullinsuenaungrito.
—Pero…—diceella,ydaunpasohaciamícuandoavanzo.Comosifueracinturónnegroenjiujitsuypensaratirarmealsueloconsuspropiasmanos.
—¡Detenlo!—gritaunavoz.
Ellamesiguedepuntillashastalapuertamientrasgimoteaasustada.
Yomelanzoalacalleymehagoinvisible.
LamaletadeDianeestálistaenlaentrada.Porlaexpresióndesucarasepodríapensarquellevalas
cincoúltimashorassentadaencimadeella,esperándome.
—¡Porfin!—exclama—.¿Dóndehas…?
Lacortoenseco.
—¡Creoquelosmataron!
Dianenoconsiguecerrardeltodolaboca.
—¡Tenemosqueirnos!—añado.
—¿Quiénmatóaquién?—tartamudea.
—Mipadre.YDeWitt.
—¿Aquiénmataron?
—Losmataronaellos.
—¡Yanoentiendonada!¿Porquélosmataron?
—Sabíanalgo.
—Ay,Dios.¿Sobreelcofre?
—Nolosé.Peromurieroncasialmismotiempo.Enaccidentes.
—¿Y?
—Hadehaberalgunaconexión.
—Nocreoque…
—¡Diane!Nosabesnadadetodoesto.¡Vamos!¿Tienestuscosaslistas?Vamos,quenosvamos.
—¿Tantísimaprisa?
—¡Vienenpormí!
—Esperaunmomento.
—¡Nohaytiempo!
—¿Quiénvieneporti?
—¡MacMullin!¡Llyleworth!¡KingKong!¡LaCIA!¡DarthVader!
—¿Cómo…?
—¡Vamos!
—¿Porti?
—Meheescapadoenelúltimoinstante.¡Antesdequemepillaran!
Memiraconpreocupación.
—Bjørn…¿Noteparecequeestásexagerandounpoquito?
—¡Diane!
—¡Vale,nosvamos,nosvamos!¿Tuequipajeestáabajo?
—Tendráquequedarseenelhotel.
—Pero…
—Tengoelpasaporteyeldinero.
—¡Bjørn,tengomiedo!¿Quéhapasado?
—Telocontarémástarde.¡Ven!Hemosdedarnosprisasiqueremosalcanzarelavión.
—Pero¿nodeberíamos…?
—¿Nodeberíamosqué?
—Tengoquellamaramipadre.
—¿Ahora?
—Bueno,él…
—¡Llamadesdeelaeropuerto!¡LlamadesdeNoruega!
—Mellevarásólounminuto.Medio.
—¡Puesllama!¡Dateprisa!
Dianedescuelgaelauricular.Yolamiro.Ellamemiraamí.Vuelveacolgar.
—Daigual.PuedollamardesdeNoruega.
En ese momento suena el teléfono. Confusa, coge el teléfono. Responde «sí» varias veces,
impaciente,distante.
—¿Quéquieresdecir?—inquiere.
Yescucha.
—¿Porquémotivo?—preguntaentredientes.
Memirayponelosojosenblanco.
—¿Explicar qué cosa? —le grita al auricular. Después cuelga—. El trabajo. Parecería que el
mundovaahundirsesóloporqueunasetomaunasvacaciones.
Llevolamaletahastaelascensor.Dianecierraconllave,peroseacuerdadeprontodequeseha
olvidado de hacer pis. ¡Mujeres! Vuelve a entrar. Tarda una eternidad. He retenido el ascensor
colocando la maleta ante la célula fotoeléctrica, y hace «ping» cuando la puerta se cierra detrás de
nosotros.Dianeaprietaunbotónconlafiguradeuncoche.Sientouncosquilleoenlaentrepierna.
EnelgarajeabreelmaleterodelHonda.Yometolamaleta.
Dianesalemarchaatrásdelaplazadegaraje.Lascubiertaschillancuandoacelera,laresonancia
suenaavacío.Meechoparaatrásenelsillónytomoaire.Meduelenlaspiernas.
Tenemos que esperar a que se haga un hueco, antes de que Diane consiga salir del garaje e
introducirse en el tráfico. Uno de los coches que pasa, y que pega un frenazo ante la entrada del
edificio,esunBMW745beis.Noconsigoverelinterior.Esimposiblequeseanellos.
SEGUNDAPARTE
ELHIJO
4
OMISIONES,MENTIRASYRECUERDOS
Fueelveranoquemuriópapá.
Entornoalacicatrizdeterrenostaladosylíneasdealtatensión,seextendíaelbosqueviejocomo
porrabia.Ahorahaceveinteaños.Perocuandocierrolosojos,todavíapuedorecrearlasimágenesy
los ambientes de aquellas vacaciones de verano. Bolsillos de cobijo en mi arboleda privada de
recuerdos.Ellargoviajeencoche…Elcielosobrenosotrosqueestabatranslúcido.Laradioenuna
frecuenciaqueparpadeaba.Yodormitabamareadoporelcocheenelasientotraseroyoteabaatravés
delaventanamedioabierta.Enelarcén,nubesdejejenesflotabansobrelahierbaamarillayalta.El
calorestabadensoporlosaromas.Fríoslagosrelumbrabancomopedazosdeespejosrotosentrelos
troncosdelosárboles.Recuerdounabarracadetroncoscarcomidaqueestabasiendodegustadapor
elmusgoylapodredumbre.Unabolsadeplásticocasivacía,conpublicidaddecaféAli,colgabade
una rama. Una cubierta de coche tirada. Enormes bloques de peñascos. En el costado de la loma
borboteaban riachuelos que desaparecían en tuberías grises de hormigón. Pasamos junto a lagunas
cercadasporelboscaje.Yometragabalasnáuseas.Mamámeacariciabalafrente.Papáibaalvolante,
silencioso y distante; Trygve Arntzen, a su lado, eufórico y berreante, con los pies sobre el
salpicadero. Huellas fangosas de ruedas, dejadas por la maquinaria de construcción, cruzaban el
caminodelbosque.Granjasconlasventanasselladascontablonesylospatiosasalvajados.Túmulos
del pasado. En uno de los patios había un viejo sentado sobre el tronco de la leña, estaba tallando
madera.ComountrasgodejadodelamanodeDios,ocomounviejotíopetrificadoeneltiempo.No
levantólavista.Quizánoexistiera.
La vereda subía serpenteando prado arriba desde el aparcamiento. Había oscuridad entre los
árboles. En la penumbra, las raíces que asomaban semejaban serpientes fosilizadas. El musgo
húmedoflorecíasobrelostroncos.Papáestabasilencioso.Mamácanturreaba.Trygvecaminabaun
pocopordetrásdeella,yoibaelúltimo.Debíamosdeparecercuatrosherpasdesorientados.Elaire
delamontañanospasabaporencima,frescoycrudo.
—¡Bjørnillo!
Distanteycálida,lavozdemamásemecolabaenelsueño.Comounacaricia.
—¿Bjørn?¡Miniño!
Incluso a través de la lona de la tienda, me deslumbraba el sol. Eran casi las nueve. Busqué a
Trygve,compartíatiendaconél.Susacodedormirestabavacío;desinflado,mediovueltodelrevés,
comounapieldeserpienteabandonada.Ahogadoporelsueño,mehundíenlahúmedaoscuridadde
mipropiosacodedormir.
—¡Principito!¡Bjørn!
Con un ruido suave, mamá abrió la cremallera e introdujo la cabeza en la tienda. Una cara de
ángelrodeadadepelorevoloteante.
—¡Deeeeesaaaayuuuunoooo!—cantó.
Empezó a tirar del saco de dormir. Yo luchaba en contra. De forma contenida. En los últimos
tiemposhabíaempezadoadespertarmeerecto,perodifícilmentepodíacontarleesoamamá.
El desayuno estaba dispuesto en platos de cartón sobre una manta extendida entre las tiendas.
Rebanadas de pan cortadas toscamente con la navaja. Mantequilla. Salami. Embutido de cordero.
Mermeladadeframbuesa.Huevosybeiconmuyfritosenelhornillo.
Trygvemegolpeóelhombroconcamaradería.Hacíaalgunosdíasquenoseafeitaba.
A mamá no le gustaba que papá escalara. Papá y Trygve habían comprobado el sistema de
seguridad delante de ella. Cuerda, empotras, cintas, mosquetones y ochos. Pero no sirvió de nada.
Ellateníamiedodequepasaraalgo.
Despuésdedesayunar,mamáyyonosencaminamosallagoparabañarnos.Elaguaestabaoscura
ybrillante.Lepreguntésicreíaquehabíasanguijuelasenelabismo.Ellacreíaqueno.Cuandonos
metimos,sentimoselaguatibia.Anuestroalrededorflotabanlosnenúfares.Comoenunalagunade
trols. Nadamos hasta unos peñascos y nos encaramamos a ellos. Mamá cerró los ojos y cruzó las
manosdetrásdelacabeza.Dentrodelbosqueunpájaroechóavolar,peronoseveía.Conlamirada
perezosa, seguía las gotas de agua que caían por el cuerpo de mamá. Moviéndose a tirones, como
gotas de lluvia sobre un cristal, se deslizaban sobre su piel y goteaban sobre la montaña, donde
pasabanmuchoratoevaporándosehastavolveracasa.
Tambiénestoesunmomento:
Habíapescadodospecesyestabamuycontentoconmigomismo,fuisilbandotodoelcaminode
vueltaalcampamento.Llevabalacañadepescaralhombroylospecesenunabolsadeplástico,olían
mal.
Nohabíanadieallícuandollegué.
Coloqué la caña junto a un árbol y colgué la bolsa de una rama quebrada para que los gatos
salvajesolososospardosnocogieranlospeces.
Entonces:
Lavozdemamá,atravésdelalonadelatienda:«¡Tontorrón!».
Peguéunrespingo.Amialrededor,elbosqueestabaensilencio.Metransforméenunespírituque
deambulabainvisible,inaudible,entornoalatienda.
Suvoznoeratalycomoyolaconocía.Habíaadquiridoalgoextraño.Algorepulsivo.Queno
estabapensadoparamisoídos.
Tierna,suave,llenadeunahumedadpegajosa.
Susurros profundos, risueños, desde un saco de dormir. Me quedé completamente quieto en la
hierba,escuchando.
Mamá(comounsuspiro,casiinaudible):«Erestangustoso».
Silencio.
Mamá:«Oye.Ahorano».
Risaburlona.
Mamá(juguetona):«¡No!».
Silencio.
Mamá:«Oye,puedenvolverencualquiermomento».
Movimientos.
Mamá(arrullando):«¡Ooooyee!».
Unanimalsalvajegruñíadesdeelfondodelsaco.
Mamá(riéndoseporlobajo):«¡Estáscompletamenteloco!».
Pausa.
Gruñidos.
Silenciorepletodesonidos.Elvientoenlosárboles.Ellejanobramidodelrío.Lospájaros.
Mivoz,débil,enclenque:«¿Mamá?».
Durantelargoratohubosilencio.
Despuéssonólacremalleradelatienda.Trygvesalióagatasymiróasualrededor.Cuandome
vio,seenderezómuertodesueñoybostezó.
—¿Yahasvuelto?
—Hepescadodospeces.¿Estámamáaquí?
—¿Dos?¡Vaya!¿Songrandes?
Descolguélabolsadeplásticodelárbolyselosenseñé.
—¿Estámamáaquí?
—Justoahorano.¿Quieresquevayamosalimpiarlos?
Mecogiódelamano.Nuncaanteslohabíahecho.Yovacilé.
—¿Noquieresquevayamosalimpiarlos?—mepreguntóconimpaciencia,ymellevóarastras.
Así que nos fuimos a limpiarlos. No tardamos mucho. Cuando volvimos, mamá estaba sentada
sobre la gran piedra tomando el sol. Le sonrió a Trygve, con un poco de disculpa, con burla. Le
parecióquelospecesteníanunaspectodeliciosoyprometióasarlosparalacena.
Cuandosepiensahaciaatrás,esdelospequeñosepisodiosdelosquemáscuestadesembarazarse.
Mientras que todo aquello de lo que uno cree que va a recordar hasta el último detalle pasa
huidizamenteporlamemoria.
Unamañanamuytemprano,acompañéapapádecaza.Medespertóalascuatroymedia.Nimamá
ni Trygve querían ir. Pero Trygve me guiñó risueñamente un ojo cuando me vestía. Estaba bien
despierto,listoparalevantarseytalarunadocenadeárbolesconsupequeñahachadescout.
Elsolbrillabapálido.Delatierrasalíaunvaporfrío.Enelfondodelvalle,juntoalgranlago,la
nieblaextendíalargaslenguasqueseadentrabanporelbosque.Yotiritaba.Elfríodelsueñomehacía
estremecer.Elcansanciosemeacumulabacomoalgodónmojadoalfondodelosojos.
Encerradosennuestrospropiospensamientos,papáyyoascendimosalolargodelríoypasamos
pordelantedelospeñascosenlosqueacostumbrabanaescalar.Delríosalíaunrebufogélido.Papá
llevabasuWinchesteralhombro.Loscartuchospesabanenlosbolsillosdemianorakyserozaban
losunoscontralosotroscomoloscantosrodadosdelcaucedeunrío.
El bosque estaba salvaje e intransitable. Troncos de árboles caídos, barrancos, pendientes con
brezo,elcielocomounespejollenodevahosobrelascoronasdelosabetos.Latierrapantanosay
losarroyosgorgoteabanbajonuestrassuelas.Elmusgoempapadoyelaguapodridaolíanarancio.
Tocones astillados, raíces volcadas, helechos en los claros de sol. Más arriba, en el collado,
canturreabaunpájaro.Elmismotonounayotravez.¿Cómoconseguíanovolverseloco?Laluzera
azulbrillanteycasisepodíatocar.
En la linde de un terreno de árboles talados ya repoblado, junto a un abeto derribado por una
tormentahacíamuchotiempo,papásedetuvoymiróasualrededor.Asintióconlacabeza.Chasqueó
lalengua.Hizoseñadequenossentáramos.Lediunpuñadodecartuchos.Élcargóelarma.Esperaba
encontrar un zorro rojo. Quería tener un zorro disecado en la entrada. Uno que pudiera señalar
cuando tuviéramos invitados para decir desenfadadamente: «Lo cacé este mismo verano. En los
caminosdelasprofundidadesdelosvalles».
Nos quedamos tumbados en silencio mirando el terreno talado. Olía a hojarasca, a hierba y a
tierra pantanosa. Los pájaros cantaban y silbaban al abrigo de la vegetación. Pero todavía era
temprano,yelcanturreosonabaamediavozycomoobligado.Noerafácilpermanecerquieto.Cada
vez que bostezaba, papá me mandaba callar. Me arrepentía de haber ido. Era mamá la que se había
empeñadoenmandarmeconél.
Yo lo vi primero. Salió majestuoso del boscaje, al otro lado del terreno talado. Temamos el
vientoencontra,asíquenonospercibió.Unmagníficociervocoronado.
Lenta y graciosamente entró en el claro. Mordisqueó las hojas de un pequeño abedul y oteó el
paisajecongestodepropietario.Teníalapielrojizayresplandeciente,comoelbronce.Lospicosde
lacornamentadibujabanunacorona.
Miréapapá.Élnegóconlacabeza.
Se nos acercó más aún. Papá y yo casi no nos atrevíamos a respirar. Nos habíamos hundido
completamentedetrásdeltronco.
Deprontoelanimalgirólacabeza.
Diounpasohaciaatrás.
Sevolvió.
Entoncesseoyóeldisparo.
Yo giré bruscamente la cabeza. El Winchester de papá estaba apoyado sobre el tronco entre
nosotros.
Sellevóelíndicealoslabios.
El venado cayó de rodillas e intentó arrastrarse hasta algún cobijo. El siguiente disparo lo
derribó. Se desplomó de costado. Durante algunos segundos terroríficos estuvo pataleando y
temblando.
Dealgúnsitiodelclaroemergióungritodetriunfo.Yotromás.
Estuveapuntodelevantarme,peropapámeretuvo.
Erandos.Cazadoresfurtivos,segúnmeexplicópapámástarde.Unodeellossacóunapetacade
bolsillo,lepegóunostragosyselapasóasucompañero.Llevabaunlargocuchilloenunafunda
sobreelmuslo.Desenvainóelcuchilloyeructó.Mientraselcompañerososteníaelvasodeplástico
deuntermodebajodelcuellodelanimal,éllehizountajoenlaartería.Llenaronelvasodesangrey
lamezclaronconelaguardientedelabotella.
Ybebieron.
Agarraronlaspatasdelanterasypusieronalciervobocaarriba.Enunúnicoylargomovimiento,
unodeloshombresleabrióelvientre.Conunsonidorepugnante,gorgoteante,echólosintestinos
sobrelatierra,metrotrasmetrodeintestinosazulaceroqueechabanvapor.Luegosiguieronelresto
delasvísceras.Elhedornosllegabaporoleadasapapáyamí.
Los dos se sentaron en cuclillas. Encontraron lo que estaban buscando. El corazón caliente. El
hombre del cuchillo tenía la lengua en la comisura de los labios y entrecerraba los ojos mientras
cortabaelcorazónendos.Comosiestuvierapracticandocirugíacardiovascularavanzada,enmedio
delmásnegrodelosmontes.Ledioalcompañerounadelasmitades.
Luegoseentregaronacomer.
Meestabamareando.Losoíamasticar.Lasangrelescorríaporlabarbilla.
Papámesujetómientrasvomitabasilenciosamente.
Descuartizaron el animal y arrastraron el cuerpo a través del claro, al tiempo que cantaban y
berreaban. Cuando papá y yo nos incorporamos, la cabeza del venado estaba abandonada sobre la
tierra,mirándonos.
Lasmoscasyahabíanempezadoaexigirsusderechossobrelosrestos.Enelbosqueseoíauna
bandadadecuervos.
Hayquienescreenquetevuelvesvegetarianoparahacerteelinteresante.Quizáshayaalgodeverdad
eneso,peromuchosdenosotrosnuncahemostenidoelección.Noshemosvistoempujadosaello.
Porlabarbariedelasangre.
Grethenoestáencasa.
Casi no esperaba otra cosa. De todos modos, me he pasado unos cinco minutos en la calle
acariciandosutimbre,conlaesperanzadequesutelefonillodeprontosepusieraajadearodeque
ellaapareciera,girandolaesquina,conunsorprendido«¡Hola,Bjørnillo!»yunabolsadeplástico
delRema1000.
EltranvíadeFrognerpasatraqueteando,coneljaleodeunacargadechatarra,cosaquenoestá
tanlejosdelarealidad.Sobremí,enelbaldaquíndegranito,retozanunsátiroyunaninfa.Laimagen
recuerdaaDianeyamí.
El día de ayer casi está sacado de una película que apenas recuerdas. Un poco como un sueño.
Intento recrear la atropellada huida a Heathrow, el vuelo a casa, el viaje a bordo de Bola desde el
aeropuerto de Gardermoen hasta la casa de campo de la abuela, junto al fiordo. Pero no consigo
atraparbienlasimágenes.
Llegamosalacasadecampotempranoporlanoche.Elmarestabaapacible.Enmicuartodela
azotea,entreloslibrosdeHardy,lasrevistasylasedicionesdestrozadasdeLoMejorde1969,enel
olordepolvocalentadoporelsol,nosamamosintensamenteyconladulzuradelverano.Avanzada
lanocheDianesacósuscintasdesedayquisoquelaatarayquevolviéramosahacerlo.Unpocomás
duro.Asíestuvimosunrato.AlfinalsoltéaDianeydejélascintascolgandodeloscuatropostesde
lacama.
Enmediodelanochemedespertósullanto.Lepreguntéquéocurría,perodijoquenoeranada.
Pasélanocheescuchandosurespiraciónenlaoscuridad.
Unamujermayorqueavanzacondificultadporlaacerahafijadosumiradaenmí.Separaysuelta
susbolsas.
—¿Sí?—medicealacara.Convozaltaydesafiante.
Comosifueraladueñadeledificio.Ydelaacera.YdegrandespartesdelcentrodeOslo.Ycomo
sisehubieradejadoelaudífono.
—EstoybuscandoaGretheLidWoien—respondo.Igualdealto.Talycomohablanalosviejosy
retrasadoslaspersonasdesconsideradas.
—¿LaseñoraWoien?—pregunta.ComosiGrethehubierasidoalgunavezlaseñoradealguien.
Suvozsesuaviza—.Noestáencasa.Vinieronabuscarla.
—¿Quiénvinoabuscarla?
Lapreguntasaleunpocodemasiadorápido,unpocodemasiadocortante.Ellamemiraasustada.
—¿Quiénesustedenrealidad?—inquiere.
—¡Unamigo!
—¡Laambulancia!
Gretheestáincorporadaenlacama.ElperiódicoAftenpostenestáextendidosobreeledredón.
—¡Bjørnillo!
La voz es débil. Su rostro parece un cráneo vestido con algo de piel de más. Las manos le
tiemblantantoqueelpapeldelperiódicocruje.Elsonidorecuerdaaldelahojarascasecaenelviento
deunamañanatempranadenoviembre.
—HeintentadollamartedesdeLondres.Variasveces—ledigo.
—Noestabaencasa.
—Nosabíaqueestabasingresada.
—Sólounosdías.Soydecuerorecio.Noqueríamolestarteconesto.
—¡Porfavor!
—Notienemuchaimportancia.¿QuétaltehaidoenLondres?
—Todoesbastanteconfuso.
—¿Quéhassacadoenclaro?
—Quesémenosdeloquesabíacuandomemarché.
Seríecalladamente.
—Esoesloquepasaconelconocimiento.
Mesientoenelbordelacamaylecojolamano.
—Tienesquecontarmeunacosa—digo.
—Pregunta,miniño.
—¿QuiénesMichaelMacMullin?
—MichaelMacMullin…
—¿YCharlesDeWitt?
Lospárpadosselecierranlentamente,suinteriorseconvierteenunapantallaparasusrecuerdos.
—Michael… —Se contiene, pasa algo con su voz—. ¡Un buen amigo muy cercano! Era mi
superior cuando estuve de lectora invitada en Oxford. Bueno… —Su rostro adquiere un aire
socarrón—. Más que un superior. Mucho más. Un hombre sabio y bueno. Si todo hubiera sido
distinto,quizásélyyohabríamospodido…—Abrelosojosyalejalaidea—.Hemosmantenidoel
contactoalolargodelosaños.
—¿YDeWitt?
—CharlesDeWitt.Amigoycolegadetupadre.EscribióeltratadojuntoconélyLlyleworth.Un
dulceinglesito,untipocurioso,casadoconunralladordemujer.Murió.EnSudán.Selegangrenó
unaherida.
—¿Ytodoesoyalosabías?
—Claro.Eranmisamigos.
—Peronomecontastenada.
Memirasorprendida.
—¿Quéquieresdecir?¿Acasomelopreguntaste?¿Porquéesimportante?
Leaprietoligeramentelamano.
—Tengo aún otra pregunta. —Vacilo porque sé lo descabellado que puede sonar—. ¿Podrían
haberlosmatado?
Grethereaccionadeunmodomuynatural:conasombro.
—¿Podríahabermatadoquiénaquién?
—¿PodríaalguienhabermatadoaDeWitt?
—¿Quéestásdiciendo?—Memirainquisitivamente—.¿Quiénharíaalgotanhorroroso?
—¿MacMullin?
—¿Michael?
—¿Porque DeWitt sabía demasiado? ¿O porque se enteró de algo de lo que no debería haberse
enterado?
Seríedemodocortante.
—¡Anda,quesí!Esoesimpensable.
—¿Oalgúnotro?AlguiendelaSIS.¿Llyleworth?Nosé.Alguien…
Seríeparasusadentros.
—¡Túhasleídodemasiadoslibros,Bjørnillo!
—Pasóalgo.Enmilnovecientossetentaytres.EnOxford.
Seponerígida.Hayalgoquenoquieresoltar.
—¿Quéfue,Grethe?¿Quéesloqueaveriguaron?Algorelacionadoconelcofre.¿Quéfue?
Suspiraprofundamente.
—Sisemehubierapasadoporlacabeza…Sevieronenvueltosenalgo,Bjørnillo.Peronoséni
siellosmismosloentendieron.
—¿Quiénes?
—Tupadre.DeWitt.YLlyleworth.
—Dosdeellosmurieron.
—Tambiénamíibanainiciarme.
—¿Pero?
Sevuelvehacialaventana.Nomemiracuandodice:
—Mequedéembarazada.
Elsilenciosehincha.
—Undescuido—añade—.Cosasquepasan.
—Yo…—comienzo,peronosécómoseguir.
—Haceyamuchotiempo.
—¿Quéocurrióluego?
—Los últimos meses me marché. Tuve el bebé. En Birmingham. No lo sabe nadie, Bjørnillo.
Nadie.
Yocallo.
—Nopodíatenerloconmigo—dice.
—Comprendo.
—¿Sí?Nolocreo.Peroasíera.
—¿Hasmantenidoalgúntipodecontactocon…?
—¡Nunca!
—Pero¿cómo…?
Alzalamano.Lacaravueltahaciaotrolado.
—¡Noquierohablardeeso!
—Noesimportante.Quierodecir…noparamí.Noahora.
—¿Siguesteniendoelcofre?
—Abuenrecaudo.
—Buenrecaudo…—murmura,masticaysaborealaspalabras.
—Grethe,¿quéhayenelcofre?
—Nolosé.—Suenaadisculpa.
—Pero¿quésabes?¿EselmanuscritoQ?¿Oesalgocompletamentedistinto?
Se recuesta a medias en la cama. Es como si estuviera intentando sacudirse de encima la
enfermedad,ladebilidad,ladecrepitud.Elesfuerzoleentrecortalarespiración.Memiraconlosojos
llenosdeobstinadoentusiasmo.
—¿Sabíasquehayquiencreequelasramasmásantiguasdelaaristocraciafrancesaybritánica
sondescendientesdetribusprecristianasquefueronexpulsadasdeOrienteMedio?
—Saber,saber.
—¿Yquealgunasdelasfamiliasrealesactualesdesciendendenuestrosantepasadosbíblicos?
—Puedequehayaoídoalgunaespeculaciónalrespecto—respondoconvaguedad.Mepregunto
silosmédicosleestaránadministrandoalgúnmedicamentofuerte.
—Peroquéséyo…—sediceasímisma,comosiselehubieracontagiadomiincredulidad—.
Tendráunderechoaadivinar,¿no?Adeducir.Arazonar.
Atravésdelapuertaoigoaunniñopequeñoquegritaencantado:«¡Buelo!».
—Hayuna…agrupación—continúa.
Enelpasilloalguienríe.Meimaginoalabuelolevantandoalnieto.
—Nosémuchosobreella—explicaGrethe.Oscilaentrehablarseasímismayhablarmeamí.
Comosifueraasímisma,ynoamí,aquienquiereconvencer—.Peroséqueexiste.
—¿Unaagrupación?—intentoayudarla.
—Hundesusraícesenlaaristocraciafrancesa.Unacongregación.
—Pero¿quéhace?
—Llámalo una orden masónica, si quieres. Una secta hermética. Secreta. No sé casi nada sobre
ella.Nadiesabegrancosasobreella.
—Entonces…¿porquélaconocestú?—Meechoareír—.Quierodecir,¿cómopuedescontarme
todoesosiestansecreto?
Memiracortante,airada.Comosiyodebierasabernopreguntar.Peroenseguidaselesuavizala
expresión.
—Quizáconozcaaalguienque…—Seinterrumpeasímisma—.Inclusoparalosiniciadosenla
orden,elrestodelosmiembrosesdesconocido.Unmiembroconoce,comomucho,aotrosdoso
tres.Cadaunosabesólolaidentidaddeunúnicosuperior.Laestructuraesintrincadaysecreta.
—¿Adóndequieresiraparar?
—Quizáseanellosquienesbusquenelcofre,Bjørnillo.
—¿Unaordensecreta?
Lapreguntasuenamuyincrédula.Despectivaseríaaúnmáspreciso.Ellanoresponde.
—Entonces,¿ellostambiénsabenloquecontieneelcofre?—inquiero.
Grethemiraantesí.
—Siemprehanestadobuscando.Siempre.Creoqueloquebuscabaneraelcofre.Todoempiezaa
encajarensusitio.Todaslaspiezas.—Memiradesoslayo.Losojosledanvueltas.Nosésiestádel
todoconsciente.
Melevantoymeacercoalaventana.Lapotenciadelaluzmeobligaaentrecerrarlosojos.Unos
obrerosestánmontandounandamioeneledificiovecino.Parecealgocojo,perosupongoquesaben
loquehacen.
—Estáscansada.Yoyamevoy.
—Notienesentido—murmura.Ymásalto—:¡SelodijeaBirger!
Nosédequéestáhablando.
—¡Seloadvertí!¡Selodije!
Respirapesadamente,traga,peroluegoseleavivanlosojos.Escomosivolvieraalarealidad.
Unaespeciederealidad.
—¡Nadaescomosecree,Bjørnillo!
Leaprietolamano.
—Eshoradequemevaya.Estáscansada.
—Haymuchascosasqueenrealidadnodeseamossaber.—Memira,comosiquisieracontarme
algoo,sobretodo,comosihubieraalgoquequisieraqueentendierayomismo.
—Yalosé.Peroahoratengoqueirme.
—Muchas cosas que no deseamos saber —repite—. Aunque lo creamos. Muchas cosas que
tampocodeberíamossaber.Muchascosasquenonosconvienesaber.
—¿Quéesloqueintentasdecirme?
Cierralosojosynisiquieralaresonanciadelaspalabrasproporcionaningúnsentido.
—¿Tienesmiedo,Grethe?
Abredenuevolosojos.
—¿Miedo?—Niegaconlacabeza—.Notemuereshastaquenadiesabequehasexistido.
Devueltadelhospitalmeparoenunacabinatelefónica.Supongoquedeberíahabermeagenciadoun
teléfonomóvil.Peroestoymásagustosinél.Medaunaabsurdasensacióndelibertad.Nadiesabe
dóndeestoy.Anoserqueyomismoquiera.
PrimerollamoaDiane.Sóloparaoírsuvoz.Noresponde.Debedeestarenlaterraza.
LuegollamoaCaspar.
Está agitado, tembloroso. Han asaltado su casa y su despacho. No consigue entender por qué
alguien ha entrado en ambos sitios. ¡El mismo día! Está demasiado alterado para hablar conmigo.
Quizásealomejor.
Porsiacaso,aparcoaBolaenunacallelateral,másabajodeledificio,yavanzosigilosamentehasta
laentradaporelsenderoquehayentrelosárbolesjuntoalapistadedeporte.
Hacediezañoslospisoserangrisesyfuncionales.Feoscomoeldemonio.Ahoralosarquitectos
loshanengalanado.Fachadasnuevas,coloresnuevos,balconesnuevos,ventanasnuevas.Feoscomo
eldemonio.
Cojoelascensorhastaeldécimoyentroenmicasa.Elpisohueleacerrado.Talycomohuele
cuandoheestadodevacaciones.Percibootroaromamás:cigarrohabanoviejo.
El desorden que dejó el robo sigue desparramado. Han quitado incluso las sábanas. Mis libros
estánapiladosalolargodelsuelo.Loscajonesestánabiertos.
Algovamal.Noséqué.Esdenuevomiintuición.Nodeberíahabermepasadoporaquí.
Comprueboelcontestadortelefónico.Cuatromensajesdemamá.Ochodelauniversidad.Unode
laSIS.Seissilenciosos.YtresdelaVozdePitoque,concrecienteirritación,insisteenquemeponga
encontactoconlapolicía.
¡Inmediatamente!
Conunsuspirodescuelgoelauricularyhagoloquetengoquehacer.Llamoamamá.
Respondeenseguida,convozfríarecitaelnúmerodeteléfono.Comosisuapellidofueraalgo
demasiadopersonalparacompartirloconcualquieraquemarquesunúmero.
—Soyyo—digo.
Se queda callada un ratito. Como si no consiguiera situar del todo mi voz. Como si yo fuese
cualquieraquehamarcadosunúmero.
—¿Dóndehasestado?—pregunta.
—Enelextranjero.
—Heintentadodarcontigo.
—Tuvequeirmealextranjero.ALondres.
—Ah.
—Trabajo—añado,comorespuestaasupreguntanoformulada.
—¿LlamasdesdeNoruega?
—Acabodevolveracasa.
—Haymalaconexión.
—Yoteoigobien.
—Te he llamado varias veces. Trygve también tiene que hablar contigo. Es muy importante,
Bjørnillo.
—Tuvequemarcharmesinprevioaviso.
—Heestadomuypreocupadaporti.
—Notepreocupes,mamá.Penséqueseríamejorpedirteperdón.
—¿Perdón?
Actúacomosinada.Perosabeperfectamentedequéestoyhablando.Ysabequeyolosé.
—Por…aquellanoche.Porloquedije.Noestabadeltodoenmiscabales.
—Nopasanada.Corramosuntupidovelo.
Pormíestábien,porquetampocoséhastaquépuntoestoysiendosincero.
Laconversacióndiscurrehaciatrivialidades.Unaocurrenciameempujaapreguntarlesipuedo
pasarmeporsucasaparahablarconellasobrealgo.Mearrepientoencuantolodigo,perosepone
tancontentaquenoconsigoretirarlapropuesta.Mamásedespideycuelga.Mequedodepieconel
auricularenlamano.
Despuésseoyeotro«clic».
—¿Mamá?—pregunto.
Perosólohaysilencio.
—¿Erestú?—diceRogern.
Estácompletamentedespiertoyvestido.Aunquesólosonlasdoceymedia.Sehaencendidouna
colilla.Lamiradaledestella.Seríeparasíymedejaentrar.
Elsalónhueleainciensodulce,denso.Podríascolocarteconsóloinspirarlo.Elolorsehincha,se
dilataypresionalasparedesyventanasparaconseguirmásespacio.Rogernseríeentredientes.
En la entrada, el correo que me ha recogido se apila en un montón. Entre los periódicos, la
publicidad y los recibos encuentro, en un sobre de Caspar, un telefax del Instituto Schimmer a la
Dirección General de Patrimonio Histórico. Le desean cordialmente la bienvenida a Mister Bjøern
BeltøedurantelaestanciadeestudiosparalaquehasidorecomendadoporlaDirecciónGeneralde
Patrimonio Histórico. No sólo eso: me ofrecen una beca de viaje e investigación que cubrirá la
mayorpartedelosgastos.Comotienentanpocarelaciónconelámbitodeinvestigaciónnoruego…
Indican un número de teléfono y un nombre. Peter Levi. Será mi contacto si decido ir. Cosa que
esperanquehaga.Loantesposible.Nohaymásquellamar.
MemetolacartaenelbolsilloyledigoaRogern:
—Tengoalgoparati.
Gruñeconexpectación.
LedoyelCDquelehecomprado.Éldesgarraelpapel.Cuandohaleídotodoslosnombresdela
contraportada,cierraelpuñoenseñaldeagradecimiento.
—Dime,¿quéhayenesecigarro?—inquiero.
Lapreguntadesencadenaunaexplosiónderisa.Haceungestoconlacabezahaciaalgoqueestáa
suespalda.Yomevuelvo.
Una chiquilla sale del dormitorio. A primera vista da la impresión de que está buscando su
peluche, su osito rosa. No puede tener más de catorce o quince años. Tiene una cara dulce y
maquillada,unpelonegrocomoelcarbónquelellegahastalacintura.Llevapuestasunasbraguitas
negrasyunadelascamisasdeRogern.Entornoalasmuñecasylostobillossehaenroscadocintas
trenzadas de cuero. En uno de los antebrazos luce un tatuaje que parece una runa o algún símbolo
oculto.
—Nicole—diceRogern.Nicolememirainexpresiva—.Bjørn—leexplica—,eltipodelquete
hablé.
Ellaseapoltronaenelsofá,echaunapiernasobrelamesa,recogelaotraenelsofáyempiezaa
liarseuncigarrillo.Nosémuybienparaquéladomirar.Tienelasuñasdelospiespintadasdenegro.
Le descubro otro tatuaje más. En la parte interior del muslo. Una serpiente que parece deslizarse
haciaarriba.
—Enforma,¿eh?—diceRogern,ymedaunempujón.
Pierdoelequilibrioycasimecaigo.Lacarasemeinflamaenfuego.
Nicole le hace una mueca a Rogern. Tiene la lengua roja y puntiaguda. En la punta lleva un
piercing. Enciende el cigarrillo. El modo en que echa el humo por las fosas nasales le confiere un
aspectocurtido.Comosienrealidadtuvieracincuentaañosyhubierapasadocuarentadeellosenun
prostíbulo de Tánger. Sus ojos cazan los míos cuando le echo un vistazo. No consigo mirar hacia
otrositio.Aunquelointento.Sumiradaesazulhieloymuchomásviejaqueelcuerpo.Buscaenmi
interior,atravésdelaspupilasyhastaelcerebro,dondehurgaenlosrinconesmásoscurosyabrela
tapadebaúlesqueyocreíaqueestabancerrados.Sedeslizalubricadaysuaveentornoalahipófisis,
aprieta y me hace hipar. Después me suelta. Me sonríe. Con dulzura de niña. Una confidente que
compartemissecretos.
—Hasvueltoatenerinvitados—diceRogern.
—¿Invitados?—preguntomecánicamente.Intentoordenarmeyairearmicerebrotraslavisitade
Nicoleynoentiendodequémeestáhablando.
—Dosveces.Porlomenos.Losoí.—Mirahaciaeltecho.
Larealidadmedaentodoelmentón.
—¿Quieresdecirquehanentradoporlafuerza?¿Enmicasa?¿Otravez?
—Sí.¿Quétienespensadohacerahora?—pregunta.
Notengoniideadeloquetengopensadohacerahora.
—¿Dequéestáishablando?—preguntaNicole.
—Deunascosas—contestaRogern.
—¿Quépasa?—insiste.
—¡Cosasdehombres!—ladespacha.
—Bah—bufa,ysacaellabioinferior.
Esunacasualidadquemeacerquealaventana,eigualdecasualesqueveaelLandRoverrojo.
Subeatodavelocidadporlacalle.
—Uhoh—musito.
Rogernmesiguelamirada.
—Joder.¿Tieneslaquelivigilada,oqué?
—¿Problemasconlapasma?—preguntaNicole—.¡Cómomola!
—¡Mibolsa!—ledigoporlobajo.
—¡Unmomento!—Sacalabolsaconelcofredeuncajóncerradodelacómodaconcedés.
—¡Chao! —nos grita Nicole cuando Rogern y yo nos precipitamos por las escaleras, que nos
parecenmássegurasqueelascensorenestosmomentos.Llevoelbolsodebajodelbrazo.
En la planta baja, me quedo esperando tras la puerta mientras Rogern sale a echar un vistazo.
Cuandovuelve,ponelosojosenblanco.
—Tienenelcochefuera—susurra—.Unodeellosestádentro.¡Elascensorestáeneldécimo!
Tienelosojosdesorbitados.Loqueocurrenoesdeltodorealparaél.Participaenunjuegode
televisióninteractivoentresdimensiones.
Muyporencimadenuestrascabezasseabrelapuertadelasescaleras.Primerounayluegodos
cabezasnosmirandesdeeldécimopiso.
EchoaRogernaunlado—«¡Saltranquilamenteydateunbuenpaseo!»—yllamoalapuertade
laseñoraOlsendelprimero.Laviudadelviejoportero.
Zumbaelascensorypasosaceleradosrepiqueteanenlasescaleras.
La señora Olsen entreabre la puerta. Resuenan los dientes sueltos, las joyas y las cadenas de
seguridad.Memiraconojosdesbordadosporlasospecha.Todasuexistenciagiraentornoalmiedo
aquelaatraquenensupropiacasa.
—SoyBeltø—lechilloenelaudífono.
—¿Quiénhamuerto?
—¿Nomereconoceusted?
Ella asiente con escepticismo. Nos hemos saludado yendo y viniendo de la tienda. Y hemos
charladojuntoalosbuzones.Perosiguenegándoseaexcluirlaposibilidaddequemifachadaoculte
aunmalvadodemonioconlosojosrojosylosdientesafilados.
—Tengoquecomprobarelnuevobalcón—ledigo.
—¿Quépasaconelratón?
—¡BALCÓN !Haypeligrodequealgunosdeellospuedandesprenderse.
—Nuncaheoídonadadeeso—objeta.Miramibolsa.Comosicontuvieramiequipoportátilde
herramientasdetortura.
—¡Memandaladirección!—grito.
Elascensorsedetiene.
ParaunaviejasocialdemócratacomolaseñoraOlsen,«ladirección»esunacontraseñamágica.
¡Sésamo! Me deja pasar y me sigue de cerca dentro del piso. Todo está perfectamente adornado y
ordenado. Como si la Asociación de la Casa Cuidada estuviera a punto de aparecer en cualquier
momento.Seponeacharlarsobreloineficacesquesonlosobreros,quelacomunidaddevecinos
nunca debería haberse gastado tanto dinero en los balcones nuevos, que ella desde luego votó en
contrayquesuOscar,queenpazdescanse,nuncahabríatoleradoesetipodetonterías.
Abrolapuertadelbalcónysalgo.Porlástimahagocomosiinspeccionaralajuntaquehayentre
elsueloylapared.
—¡Buenasnoticias!Ustedlotienetodobien,señoraOlsen—lechillo—,nocreoquesubalcónse
hundaenelfuturomáscercano.
—¿Nocree?¿Enelfuturomáscercano?
—Además, vive usted en el primero. ¡Ja, ja! Si pasara lo peor, quiero decir. ¡Hay que ver lo
positivoentodo!
Ellaestáapuntodepreguntaralgo.Ledigo:
—Haymuchosbalconesqueinspeccionar,¡mirepordóndecreoquevoyacogerunatajo!
Entoncesmesuboalabarandillaybajodeunsaltoalahierba.Aterrizounpocomalylaseñora
Olsensequedamirandocómomealejocojeandoporelsenderodeentrelosárboles.
Allímevuelvo.Eneldécimopiso,detrásdelaluzdemiventana,vislumbroelcontornodeun
hombre.
Enelpisodeabajo,Nicolemiraporlaventana.
Lasaludo.
Ellamesaludaasuvez.
Ensubalcón,laseñoraOlsenlevantalamanoylaagitavacilantedeladoalado.
Desaparezcoentrelaarboleda.
Para despistar los misiles termodirigidos del enemigo, paseo durante un buen rato por las
callejuelas del barrio. Saludo risueñamente a jóvenes señoras guapas con carritos de bebé. Saludo
risueñamentealosperrosylospajarillos.Saludorisueñamentealosniños,quesequedanmirando
sincontemplacionesalhombrepálidoyloco.
PorfinmeaventuroaacercarmeaBola.Nolohandescubiertoalpobre.
Dejoelbolsoconelcofreenelasientodeatrás.Pongomichaquetaencima.
El jardín que rodea al palacio de la parte baja de Holmekollen está lleno de colores. Los arbustos
florecenconalegría.Todoesasquerosamenteexitoso.Inclusoelcéspedsedesbordasatisfechodesí
mismo.
Paso algunos minutos hiperventilándome en las escaleras para reunir el valor suficiente para
llamar al timbre. Cuando mamá abre, veo que ha bebido. El maquillaje semeja emplaste en sus
diminutas arrugas. Tiene los ojos pesados por el vino y el Valium. Los labios parecen haber sido
besados hasta hacerlos añicos. Se me ocurre que es como una mamá de burdel que acabara de ser
convertidaporunaoscurasectareligiosa.
—Pero,querido,¿erestú?¿Ya?
Nopretendeserunapregunta.Tengolaimpresióndequealgoineludiblelaharetenido.
—Soyyo.¿Dóndeestáelprofesor?
—¿Trygve?Hatenidoquesalirdeviaje.Depronto.
—¿Adónde?
—¿Quéimportaeso?¿Pasaalgo?¿Quétetraesentremanosúltimamente?¿Cómotesientes?
Laspreguntaslesalenachorros.Cadavezquemecomportodeunmodoinusual,mamácreeque
hetenidounarecaída.Queloscuidadoresdelaclínicacorreteanporlaciudadbuscándomeconsus
redesysuscamisasdefuerza.Confrecuenciaparecequeseavergüenzademisnervios.Quehubiera
preferidoalgomástangible.Comocáncer.Infarto.CreutzfeldtJacobs.Sida.Heintentadoexplicarle
que el cerebro, en realidad, no es nada más que un corazón o un riñón. Una pasta de células
nerviosas,fibras,materiasgrasasylíquidoenlaquenuestrospensamientos—todoloquesentimos,
todo lo que somos—, en el fondo, pueden reducirse a señales químicas y electrónicas. Y que un
padecimientopsíquiconoesmásqueundesequilibrio.Peromamáesdeesasquepeganunrespingo
cuando alguien le dice que tiene problemas con los nervios. Se retrae. Como si hubieran pensado
cortarlelacabeza.Ycomérsela.
Cruzamoselsalón,haciendoungranarcoparasortearlaalfombrapersa,yvamosalacocina.
Breueralzalacabezayeructa.Sucolagolpeadosotresveceselsuelo.Ésaeslaalegríadevermeque
consiguemovilizarantesdedejarquelacabezasehundadenuevosobresuspezuñas.
Depositolabolsaconelcofreenelsuelo.Nocreoquemamásepaloquecontiene.
Silencio.
—Asíque…¿querías…hablarconmigo?—dice.
Nunca consigue disimular. Ella pretendía que sonara digno de confianza, así como mira-québien-que-te-hayas-pasado-por-aquí,perolesalecomounhipido.
He ensayado a solas esta conversación desde la adolescencia. Así que se puede decir que estoy
preparado.Hehechocarpinteríaconlasréplicas,lasherepasado,lijadoypulido,yheadivinadolas
respuestasdemamá.Perotodoloqueheestudiadodesapareceenunsumiderodeolvido.
Miroamamá.Ellamemiraamí.
Finalmentemelimitoadecir:
—¡Osvi!
Noséquéestabaesperandoellaquedijera,peronocreoquefueraeso.
—¿Nosviste?—preguntasinentender.
—Enlaacampada.
—¿Enlaacampada?
Defondooigounjaleodevocesyrisasquemeconfundehastaquecomprendoquehayunaradio
encendidaenunahabitacióncontigua.
—Aquelverano.Tú.Elprofesor.
Cadapalabraesuntorpedo.Pasanalgunossegundoshastaquealcanzanelobjetivo.Mamápega
unrespingo.Cincoveces.Todaslaspalabrashanalcanzadosuobjetivoenlohondodesualma.
Alprincipionodicenada.Losojosseleponentranslúcidos.Miroenelfondodesucerebro.Está
rebobinando.Comoenunproyectordecinehaciaatrás,veocómorememoraaquelverano.Yrevive
lascariciasempalidecidasdelprofesor.
—¿Nosviste?—repite,comoparabrindarmelaoportunidaddedecirlequeestodounabroma,
quenovinada,queestoydeguasa.
Peromelimitoamirarla.
—¡Ay,Diosmío,Bjørnillo!Ay,Diosmío,corazón.
Sientocómosemetensanlosmúsculosdelamandíbula.
Ellatomaaireprofundamente.
—¡Nosignificabanada!—exclama.Lavozesfría,derechazo.Sediríaqueseestádefendiendo
antepapá—.¡Noenaquelmomento!
—Tecasasteconél.Asíquealgodebíadesignificar.
Tienelamiradasacudida,indignada.
—Eso fue más tarde. Entonces ya habíamos… Pero aquel verano… —Busca palabras que no
encuentra.
—Fuisteinfiel.
—Papáyyo…teníamosunacuerdo.Nuncanostraicionábamos.Papátambién…—Sefrena—.Si
papáhubieraseguidoviviendo…—Laspalabrasseleatragantanenlagarganta.
—Eraamigodepapá—lereprocho.
Ellamecogedelamano.
—Noparasteisnienlaacampada—sigo—.¡Delantedelasnaricesdepapáydelasmías!
—¡Pero,Bjørnillo!¡Cariño!¡Nuncasemeocurrióque…!Creíaqueningunodelosdos…
—¡Puescreístemal!
Meaprietalamano.Fuerte.
—Ay,Dios.Bjørnillo…Noséquédecir.Nosabíaquetúlohabíasnotado.Ocomprendido.Eras
tanpequeño…
—Eralosuficientementemayor…
—Losientomuchísimo.Papáyyoteníamosunarelaciónabiertasobreeso.Habíamoshabladoal
respecto.Eranotrostiempos,Bjørnillo.Otro…estado.Debestratardeentenderlo.
—Nocreoquepapáloentendiera.
Mamámiraalsuelo.
—No, en el fondo creo que nunca lo entendió. —Tiene la respiración llena de picos—. Nunca
conocisteatupadretantocomoyo—dicealrecuperarelcontrolsobresuvoz—.Nosiempreera…
—Evitamimiradacontristeza—.Siempreparecíatenerlotodobajocontrol,peropordentroera…
Nosmiramos.
—Peronocreoquesetirara.Siesesoloquequieressaber.
Lacuestióndebedellevarmacerándoseensumentemásdeveinteaños.Mesorprendequepasea
hurtadillassobresuslabioscomounpensamientocualquiera.
—Pudocaersedemuchasmaneras—digo.
Laambigüedadylainsinuaciónnohacenningunamellaenella.
—Trygveselotomótodomuyenseno.Nuestrarelación,quierodecir.Muchomásenserioque
yo. Para mí era… no sé. ¿Una huida? ¿Un flirteo? ¿Un entretenimiento? ¿Una variación? ¿Una
rupturadelavidacotidiana?
Memirainterrogativamente,peroyo,desdeluego,notengorespuesta.
Sequedasentada,pensando.
—Noeramásqueunaaventura.Unidilio.Algoquesehabríapasado.Peroentoncesocurrióel
accidente.
Permanecemosunratocallados.
—¿Yhasllevadoesacargatodosestosaños?—dicemamá.Selodicesobretodoasímisma.
Ensilenciodejoqueelalcancedelapreguntahagasuefecto.
—¿Porquénuncahasdichonada?—exclama.Lavozhaadquiridountonoduro.
Meencojodehombros,nolamiroalosojos.
—PorDios,Bjørnillo,¡quépensarásdemí!
Preferiríanotenerqueresponderaeso.
—Cuandomuriópapá…—comienza,peronoconsigueseguirhilando—.Nocreasquehasido
fácil.Todoslosdíasheintentadoolvidar.
—¿Amítambién?
Ladealacabeza.
—¿Ati?
Inspiroprofundamentepararecuperarelcontroldemivoz.
Ellasemeadelanta.
—¿Tehaspreguntadoalgunavezsihassidoinjustoconmigo?
Sólolamiro.Tragosaliva.
—Nosólotúperdisteatupadre.Yoperdíamimarido.Alhombrealqueamaba.Apesarde…eso
con… Trygve. Pero creo que nunca has pensado sobre eso, Bjørnillo. Ahora ya entiendo por qué,
claro.¡Dios,quéinjustohassido!
—Yo…
—¿Sí?
—Nada.
Ellaasienteparasí.Tienelosojosllenosdelágrimas.
—Siempresepretendequeloshijosnoseenterendeesascosas.¡Esolocomprenderás,supongo!
—exclama.
Mesientocomounamierda.Quizálosea.
—Supongo que fue un shock para los dos —murmuro. No es una gran excusa. Pero pretendía
serlo.
—Trygvenuncahaqueridohablardeloquepasóaqueldía.Nunca.Seloreprochaasímismo.
Peronoquieredecirporqué.Habíacambiadolosochoslamañanaquesalieron.PorqueBirgerhabía
cogidoprestadoslossuyos.AsíqueenrealidadtendríaquehabersecaídoTrygve.Peronohequerido
presionarlo.Hayqueintentarolvidar.Dejarlascosasatrás.
Amamáseledamejorqueamíesodedejarlascosasatrás.Quizáporqueyoabarcomáscosas
queella.
Lachicadeojosazulesdelarecepciónmemiraconfusayexclama:
—Pero,Torstein,¿tehascompradounabrigonuevo?
Nuncalahabíavisto.NomellamoTorstein.Nomehecompradounabrigonuevo.Peropasopor
delantedeellaconunguiñoyunsaludoyabrolapuertadeunajunglaclimatizadadevoluntariosas
palmeras de yuca y helechos de plástico aún más voluntariosos. Aquí, en un alargado paisaje de
despachoquepretenciosamenteesdenominadoredaccióncentral,haytresperiodistassentadosjunto
asusordenadoresconpintadeestarintentandoformularLosDiezMandamientos.Delaparedcuelga
unpósterconlafotodeunordenadorquepresumedelosmúsculosdelosantebrazosquelesalende
lapantalla,dondepone:«¡PC!¡LarevistamusculosaparalaNoruegainformática!».
Empujo una puerta de cristal translúcida. Detrás del escritorio hay una réplica exacta de mí
mismo.
TorsteinAvnertienelapielpálida,elpeloblancoyardientesojosrojos.Cuandolagentenosve
juntos,creequesomosgemelosidénticos.Enlaadolescenciafantaseábamosconcataralachicadel
otro. No habrían notado la diferencia. Pero nunca llegamos a hacerlo. Ninguno de los dos tenía
ningunachicaqueintercambiar.
Memiraentrecerrandolosojos,traslentesaúnmásgruesasquelasmías,ycuandoporfinme
reconoceenlabrumaqueleimpidelavisión,selevantayseechaareír.
—¡Viejoáguila!—grita,ymesaludarisueño—.¡Quétedenporculo,erestú!¡Creíaqueporfin
estabateniendounadeesasexperienciasextracorporales!
Nosestrechamoslasmanos.
—¡MiviejoyqueridoBjørn!—sonríe.Noquieresoltarmelamano.
Lemurmurocohibido:
—Hacemuchoquenonosveíamos.
Finalmentemesuelta.Susonrisaestállenadedientes.
—Lachicadelarecepciónhacreídoqueyoeratú—digo.
—¿LaLena?—canturreaTorsteineneldialectodelnortedeNoruega—.Lohacelomejorque
puede.
Torstein y yo nos conocimos en un curso sobre albinismo hace quince años. Nos hemos
mantenidoencontacto.
Enciertomodo.Élsehapasadodevezencuandopormicasa.Yomehepasadounpardeveces
por su trabajo en los últimos años. Empezó en ¡PC! como una especie de chico para todo que
cobrabaunsuplementosobrelapensiónsocial.Despuéspasóatrabajardeperiodistayledieronsu
propia columna: @rtículos de @vner. Me enseñó algunos de sus artículos. No entendí ni palabra.
Ahoraeseldirectortécnico.Ahoraentiendo,sicabe,aúnmenosqueantes.
—Bueno,bueno.¿Setehajodidoeldiscoduro?—pregunta.
Mesientocomounparienteavariciosoquevisitaasutíaagonizante.Cadavezquemepongoen
contactoconTorsteinesporquetengounproblemaconelordenador.
—Necesitounpocodeayuda.
—Siendotúquienpide,supongoqueesalgomásqueunpoco—dice,yseechaareír.
—¿Podríasayudarmeaencontraralgoeninternet?
—¡Claro!¿Quéestásbuscando?
Leentregounahojaenlaqueheescritounalistadepalabrasquebuscar:
LoshospitalariosdeSanJuan
SIS
InstitutoSchimmer
MichaelMacMullin
MonasteriodeVaerne
Varna
Rennes-le-Cháteau
BérengerSauniére
ManuscritosdelmarMuerto
MonasteriodelaSantaCruz
ElsudariodeTurín
ManuscritoQ
NagHammadi
—¡Hala!—exclama—.¿Seguroquenonecesitasnadamás?
—¿Esmucho?Quizádebastraduciralgunaspalabrasalinglés.
—¡Hala!
—Nolonecesitoahoramismo.
—¡Dameporlomenosunahora!
Nosésihablaenseriooestásiendosarcástico.
—Conquemedeslasrespuestasmañanamebasta—digo.
—¿Québuscadorquieresqueuse?
Hagocomosiestuvieraconsiderandolapregunta.Enrealidadnolaentiendo.
—¿Yahoo?¿AltaVista?¿Kvasir?¿Excite?¿HotBot?¿MetaCrawler?
—¿Cómo?
—Ya veo, ya veo —dice, y se echa a reír—. ¿Quieres que te dé las cinco primeras entradas de
cadaconcepto?¿ComoURL?
—¿Cómo?¿Podríasimprimirlo?
—¿Enpapel?—grita.
—Encantado.
Ponelosojosenblanco.
—Bjørn,Bjørn,Bjørn…¿Aúnnotehasenteradodequevivimosenunasociedadsinpapel?Con
taldequequeramos…¡Yqueremos!¡Piensaenlosárboles!
—Yalosé.Peroyomeresistolomejorquepuedo.
—Serámejorquetecopielossitioswebenundisquete.
—Torstein,preferiríaquemelodierasimpreso.Además,alguienmehabirladoeldiscoduro.
—Papel—dicecondesprecio.Comosiloconsideraraunmediotananticuadocomoelpapiroo
las tablas de escritura cuneiforme. Probablemente haga bien—. ¿Te han birlado el disco duro? —
preguntadeprontoconsorpresa,peronosemolestaenescucharlarespuesta.
Antesdeirme,cojoprestadoelteléfonode«laLena»parallamaraDianealacasadecampode
la abuela. Lena me mira confusa mientras yo me quedo escuchando el ruido en la oreja. Tras el
morenodesolárium,elaguadecastañayelcolorete,percibounligeroruborcuandosedacuentade
quenosoyTorstein.
Dianenoresponde.
Devueltaalacasadecampojuntoalfiordo,escondoelcofreenelúltimositiodelmundodondea
alguien se le ocurriría buscarlo. Estoy satisfecho con mi propia ingeniosidad. El sentimiento al
menosmeproporcionalasensacióndetenerlasriendasdelasunto.
LabrisadelatardecerllenaaBolaconunaromasuaveysaladodefinaldeverano.Medeslizosobre
las huellas de las ruedas del camino que lleva a la casa de campo de la abuela. Los jardines de las
casas están repletos de ciruelos y cerezos a punto de reventar. Entre los árboles, el fiordo se mece
brillante y soñoliento. Los jóvenes berrean allá abajo en el muelle. Un pequeño yate ha echado el
anclaapocadistanciadeltablóndeanunciosdelaCompañíadeSalvamento.Unhidroaviónarrastra
susombrasobrelosmontespelados.
Aparco a Bola pegado al pino retorcido al final del camino y llamo alegremente a Diane. La
puertadelacabañaestáabierta.Elmanteldelamesadelaterrazaondea.
Cuando la he dejado esta mañana, dormía con la boca entreabierta y el pelo en la cara. No he
tenido corazón para despertarla. El aire estaba helado, los cristales, empañados. He arropado su
cuerpodesnudoconeledredón,lahebesadoenlamejillayleheapartadoelpelo.Antesdesalirpara
Oslo,leheescritodóndeestabaenunanotaquehedejadobajoelvasodeaguadelamesilla.Para
«Miángel»,firmado:«Tupríncipe».¿Nosomosencantadores?
Tocoelclaxon—elpitodeBolasuenacomounsilbatoconsaliva—antesdecerrardeunportazo
elcoche,esperandoqueellasalgacorriendo.«¡Bjørn!¡Porfin!»,gritará.Impacienteperocontenta.
Temblandodeexpectación,comprendoqueloprimeroquevamosahacer,cuandomehayaabrazado
ymehayapreguntadoporquéheestadotantotiempofuera,esfollarcrudaysudorosamenteenel
crujientesofádelsalón.
Despacioysilbando,paradarletiempoaterminarconloqueseaqueandahaciendo,asciendolas
escalerasdepiedrahastalaterraza,pasoalaentrada—«¡Diane!¡Soyyooooo!»—ylabuscoenla
cocina.Haestadocomprandoalgunascosillasparalacenaenlatiendadelpueblo.Huevos,cebollas,
tomates,patatas,cerveza.Seguramenteporesonocontestabaalteléfono.Enlacocinaestáneltickety
un montón de monedas de una y diez coronas. Me pregunto un momento de dónde habrá sacado
dinero noruego. Un plato con comida que ha preparado para mí está cubierto con celofán. Huevos
revueltos, verduras troceadas. En una nota sobre el plato ha escrito mi nombre con grandes letras.
Comoparaasegurarsedequealgúnduendenoselocomieraantes.
Labusco.Enelcuartodebaño,dondesucepillodedientes,enelvasodeplásticorosasobreel
estantedecristal,hacequesemeensancheelcorazón.Eneldormitoriodelaabuela.Enelcuartode
invitados.Eneldesván,dondeestásumaletasobreelsuelo,abierta.Enladespensa.Eneljardínde
detrásdelacabaña.
Tienequehabersalidoadarunpaseo.
Cojolacomidayunacervezaymesientoenlaterraza.Abajo,enelmontepelado,hayunhombre
pescando. Debe de ser del camping, porque todo el mundo de por aquí sabe que no se consiguen
piezastancercadetierra.Enmediodelfiordounvelerorompelasolas.Unosprismáticosbrillanen
elyatequehayfrentealmuelle.
¿Dóndepodráestar?
Metomolacomida,vacíolacervezayvuelvoaentrar.Estoyempezandoaasustarme.Nuncasele
habríaocurridosaliradarunlargopaseosabiendoqueyoestabaapuntoderegresar.Mesientoenel
sillóndeterciopeloverdequetantolegustabaalaabuela.Losmuellescrujen.Elsonidomellevade
nuevoalainfancia,cuandoelcantoquejumbrosodelosmuellesllevabaalrottweilerdevorahombres
delaabuela,Grim,aescondersedebajodelsofá,dondesequedabatumbado,temblandoygañendo.
Yaenaquelmomentosemeocurrióquedebíadehabersonidosquesólooíanalgunospocos.Visto
así,tampocohaymotivosporlosqueseaimposibleparaalgunosverfantasmas.
Salgo al jardín trasero y me tiro en la hamaca, que se mece dulcemente. El aire está lleno de
pájaros.Unalanchacruzalasuperficiedelagua.Elvientomueveelcordeldelmástildemetaldela
banderadelvecinoygeneraunruidohuecoyalegre.Miroelreloj.
Hastaesemomentonocaigoenlacuenta.
Selahanllevado.
Conocíanlacasadecampo.Noshanespiado.
Lodeteneryolasriendasesunailusión.Unautoengaño.
Entroparabuscaralgoqueellapuedahaberdejado;unanota,unaseñalsecreta.Vuelvoamirar
en todos los cuartos. Me silba la cabeza. Como si hubiera bebido demasiado. Desesperado, bajo
corriendoalbordedelagua.Comosituvieramiedodeencontrármelaflotandosobreelagua.Conla
caraalgunoscentímetrosbajoagua.
Cuandomeacercodenuevoalacasa,oigoquesuenaelteléfono.Subocorriendolasescalerasde
piedra,perollegodemasiadotarde.
Cojounacervezadelanevera.Tomountrago.Respirocondificultad.
Intento comprender. ¿Por qué se la han llevado? Si es que es eso lo que ha pasado. ¿Por qué a
ella?¿Dóndeestá?¿Quéquierendeella?¿Usarlaparapresionarme?Mebebolacervezaagrandes
sorbos,eructoycolocolabotellavacíaentrelasmoscasmuertasdelmarcodelaventana.
Elteléfonovuelveasonar.Cojoelauricularygrito:
—¿Diane?
—Ellaseencuentrabien.Ahoraestáconnosotros.
La voz es oscura, extraña. Bien modulada. Hay algo cálido en ella que le confiere un aire de
falsedad.
No consigo articular ninguna respuesta. El interior del salón se me representa en todo detalle.
Comosinuncaanteslohubieravisto.
—Nosgustaríacharlarunratocontigo—diceelhombre.
—¿Quéhabéishechoconella?
—Nada.Notienesporquépreocuparte.¿Hascomido?
—¿Dóndeestá?
—Nopienseseneso.Estábien.¿Estabaricalacomida?
—¡Quelajodanalacomida!¿Porquélahabéissecuestrado?
—Tranquilízate.Reunámonosparacharlarunpoco.
—Yaheoídomáscharlasvuestrasdelasquenecesito.¡Voyallamaralapolicía!
—Adelante.Peronocreoquepuedanhacergrancosa.
—¡Dianenotienenadaqueverconesto!—grito.
—¿Cuándovasadarnoselcofre?
Cuelgo el auricular y salgo corriendo a la terraza. ¡Necesito aire! Me estoy mareando. Con las
manosapoyadassobrelabarandilla,intentorecuperarlarespiración.
Alláalolejos,enelfiordo,ungrupodebarquitossehaaglutinadojuntoalbancodepeces.Las
gaviotasdeRevlingensedeslizansobrelosbarcosenunanubedechillidos.Ungranferry invisible
dasusgolpesdepulsosobrelasuperficiedelmar.Cierrolosojosymefrotoelpuentedelanariz
con las yemas de los dedos. Camino vacilante hacia atrás y me desplomo en la silla de mimbre.
Tengo frío. El frío se extiende en rayos desde mi entrepierna hasta los dedos de pies y manos. Me
agarroalbordedelamesa.
¿Quémepasa?
La mitad derecha del cerebro empieza a hincharse y a picar. El cráneo se ha quedado pequeño
paramicerebroinflado.
Tengolabocaseca,lalenguasemepegaalpaladar.Emitounosruidoshorrorosos,meagarrola
cabezaytratodechillar.Perosólounhipidoconsiguesoltársemedeloslabios.Intentolevantarme,
perolosmiembrossemehansoltadodelcuerpoyestántiradosenunmontónsobreelsuelodela
terraza.
Uncochebajarodandoporelcamino.Lasruedasrechinancontralagrava.Elmotorgorgotea.Se
detienedetrásdeBola.Apenasconsigolevantarlacabeza.EsunLandRoverrojo.
Meecholasmanosalabocayaúllo.
Laspuertasdelcocheseabren.
Sondos.Dosviejosconocidosdelroboencasa.KingKongyelhombrerefinadocontraje.
Comosidispusierandetodoeltiempodelmundo,paseanhastalaterraza.
—Buenas noches, señor Beltø —dice él refinado. Británico hasta las puntas de sus uñas con
manicura.
Intento responder, pero las palabras se me atascan en la lengua y se reducen a un balbuceo sin
sentido.
—Lo lamento profundamente —sigue el inglés—. Teníamos la esperanza de que quisiera
colaborar.Demaneraque…todoestofuerainnecesario.
Meagarranpordebajodelosbrazosymearrastranporlaterraza.
Mispiernasgolpeancontralosescalones.Memetenenlapartedeatrásdelcoche.
Luegonorecuerdonadamás…
Cuandoerapequeño,conseguíasiemprepercibirquedíadelasemanaeraantesdedespertardeltodo.
La callada somnolencia del domingo, el suspiro de aburrimiento del miércoles, el palpitar del
viernes.Conlosañosperdíaquellafacultad,comotantasotras.Ahora,devezencuando,mepilloa
mímismoamediodíapreguntándomequédíaes.Yquéaño.
Laventanacuadriculadaestádivididaenseiscristalesastilladosporelsol.
Metapolacabezaconlamantaymetomounosminutosparavolverenmí.Noesdeltodofácil.
Perofinalmenteasomolacabeza.
Lahabitaciónestádesnuda.Comoyo.
Sobre el respaldo de una silla, alguien ha doblado mi ropa de forma meticulosa. Me repugna:
¡alguien me ha desvestido! ¡Un desconocido me ha quitado la ropa y me ha acostado en una cama
completamentedesnudo!
Hayunapuertayunarmario.UngrabadodeJesúsconloscorderos.Unalitografíadeuncastillo
depiedra.YunafotografíadeBuckinghamPalace.
Lacabezamepalpitaymeduele.
Sobrelamesillahayunavasodeaguajuntoamisgafas.Bajolospiesalsuelo.Elmovimiento
hacequeelcerebrosemehinchealdobledesutamaño.Mepongolasgafas.Mebeboelaguadeun
tragolargo,perodespuéssigoigualdesediento.
Mirelojdepulseratienelascorreasdecueroextendidas,cadaunahaciaunlado,yelaspectode
algoquehafallecido.Perosiguefuncionandoysonlasdiezymedia.
Melevantoymeacercoconpasovacilantealaventana.Memareo.
Tengoqueagarrarmealmarcodelaventana.Esblancoyhueleareciénpintado.
Eljardínnoesgrande.Algunoscochesestánaparcadossobreunatiradeasfaltoalolargodela
casa.Loscastañosbloqueanlavistaalacalleenlaqueoigopasareltranvía.Asíquesupongoque
estaréenOslo.Enelsegundopisodeunacasaconjardín.
Mevisto.Meresultacomplicadoabotonarmelacamisa.Losdedosmetiemblanfastidiosamente.
Nomehanquitadonada.Lacarterasigueenelbolsillodeatrás.Yeldinero.
La puerta está cerrada. La zarandeo. Al otro lado oigo voces y pasos. Como en una cárcel, un
llaverorepicadeformaruidosa.Luegogiranlallave.
—¡Hola,amigomío!—mesaludaneninglés.
EsMichaelMacMullin,oCharlesDeWitt,oquienelijaserhoy.
Lossegundossevuelvenlargos.
Alfinaldigo:
—¡Parallevarveinteañosmuerto,tienesunaspectosorprendentementebueno!
Nosueloserhábilparaimprovisarréplicascontantachulería.Ésalahabíatramadoenelavión
desdeLondres.
Todoeltiempohetenidolasensacióndequevolveríamosaencontrarnos.
—Loexplicaré.
—¿DóndeestáDiane?
—Enbuenasmanos.
—¿Quélehabéishecho?
—Más tarde, amigo mío, más tarde. ¡Lo siento muchísimo! —Lo extraño es que parece que lo
dicedecorazón—.¿Seríastanamabledeacompañarme?
¿Seríatanamable?
El pasillo está empapelado en terciopelo rojo, tiene apliques entre antiguos retratos de reyes y
reinas,aristócratas,caballerosandantes,cruzadosypapas.Todosellosmesiguenconlamirada.
Lamullidaalfombranosguíapasilloadelante,trassubirunasescaleras,hastaunapuertamaciza.
Nosésideberíallamarlasaladereuniones,habitaciónparafumaroquizá,mejorquetodo,salade
fiestas, una ostentosa y sobreamueblada sala de haya y palisandro, pesadas cortinas y lámparas de
araña.Hueleapulimentodemueblesyapurohabano.
LoprimeroqueatrapamimiradaesunenormeóleodedosdruidasenStonehenge.Losegundo
esunagranmesademaderaoscuraypulida,conuntapetedefieltroverdeantecadaunadelasdoce
sillas de respaldo alto. Lo tercero son los dos hombres sentados en los sofás del rincón. No los
descubrohastaqueveoelhumodesuspuros.Ambossehangiradohacianosotrosynoscontemplan
contensaatención.
SonGrahamLlyleworthyeldirectorgeneraldePatrimonioHistórico,SigurdLoland.
Seponenenpie.Lolandnosabeexactamentedóndefijarlamirada.Llyleworthmeofrecelamano
primero.LuegoLolandhacelomismo.
—Graciasporlaúltimavez—dicecontorpeza.Comosituvieralamásmínimaideadecuándo
fue«laúltimavez».
Ningunodecimosnada.
Sobrelamesahayunacafeteradeporcelanaycuatrotazas.
—¿Azúcar?¿Nata?—preguntaLlyleworth.Elpurolerelumbraentreeldedoíndiceyelcorazón.
Nomegustaelcafé.
LedigoaLoland,ennoruego:
—No sé mucho de derecho criminal, pero apostaría a que secuestrar a una mujer extranjera y
despuésdrogarysecuestraraunnoruegovaldráparaentrecincoysieteañosdecárcel.Anoserque
hayáis pensado hundirme en el mar con los pies en un barril de cemento. En cuyo caso estamos
hablandodeveintiúnaños.Yprisiónpreventiva.
LolandcarraspeaconnerviosismoymiraaMacMullin.
MacMullinemiteunruidopaternal,comosihubieraentendidotodoloquehedicho.
—Losiento,quizáprefierasté.
—¿DóndeestáDiane?
—Notienesporquépreocuparte.Estábien.
—¿Quéhabéishechoconella?
—Nadaenabsoluto.Porfavor,notepreocupes.Todotienesuexplicación.
—¡Lahabéissecuestrado!
—Deningúnmodo.
—¿Quiéneres?Enrealidad.
—MellamoMichaelMacMullin.
—Escurioso.Laúltimavezquehablamos,tepresentastecomoCharlesDeWitt.
GrahamLlyleworthlomiraconsorpresa.
—¿Esohiciste?¿Deverdad?—Noconsiguecontenerunarisacorta.
MacMullinhaceunapausadeefecto.
—Ah… pero ¿lo hice? —Me mira burlón, frunce el entrecejo—. Ciertamente. Cuando nuestros
amigosdelaAsociaciónGeográficadeLondresnosavisarondequeBjørnBeltødeNoruegahabía
preguntadoporCharles,trazamosunpequeñoyestúpidoplan.Tienestodalarazón,tedejécreerque
eraelbuenoyviejoCharlie.Peroennombredelajusticia,diréquenuncamepresenté.
—¿PorquévoyacreerentoncesqueeresMichaelMacMullin?
Meofrecelamanoyyolacojoporpuroreflejo.
—Yo…soy…Michael…MacMullin—declara,conunapretónporcadapalabra.
Su aura de seguridad y amabilidad me confunde. Llyleworth, Loland y yo parecemos chuchos
asustadizos gruñendo en torno al hueso que todos queremos. MacMullin es distinto. Es como si
levitaraporencimadenosotros,estáelevadoporencimadelaspequeñasrencillasyladesconfianza.
Todo su ser —su cálida mirada, su voz profunda, la serenidad— emana una apacible y cordial
dignidad.
Lolandmesacaunasilla.Mesientoenelborde.Nosmiramos.
—Eresdurodepelar,Beltø—diceMacMullin.
Losotrosdosseríenconnerviosismo.Lolandmeguiñaunojo.Parecencreerquetodoshemos
cruzadounafronterainvisibleyquedeprontoestamosenelmismobando,aquísentados,riéndonos
dealgoqueyahapasado.Pocomeconocen.Soydurodepelar.
—Laverdadesquemealegraqueseastanleal—afirmaeldirectorgeneraldePatrimonioSigurd
Loland. Tiene la cara alegre como un pepinillo en vinagre—. Deberíamos contar con más gente
comotúentrenosotros.
MacMullinpercibemisreservas.Meechaunvistazo.
—Caballeros,seantanamables…Ledebemosunaexplicaciónanuestroamigo.
Devezencuandoessabiocallar.Yocallo.
Se miran entre ellos. Como si todos tuvieran la esperanza de que comenzara otro. De nuevo es
MacMullinquientomalapalabra.
—¿Pordóndeempezamos?
—EmpecemosconDeWitt—propongoyo.
—DeWitt…Fueunatonteríapormiparte.Teinfravaloré.Burdamente.
—¿Quéesloqueesperabaisconseguir?
—PensamosquetodoseríamásfácilsitehacíamoscreerqueyoeraCharles.Queteharíasdeél.
Es decir, de mí. Teníamos la esperanza de que le confiaras a DeWitt el cofre si él te daba las
respuestasqueestabasbuscando.Fuimosmuyingenuos.Tepidodisculpas.
—¿Paraquenoaveriguaraqueosloquitasteisdeenmedio?
—¿Cómo?—preguntantodosalavez.
—Elmismoveranoquemuriópapá.—Losmirounoporuno—.¿Pretendéisdecirmequefueuna
simplecasualidadqueambosmurieranprácticamentealmismotiempo?
Sus expresiones de sorpresa parecen tan veraces que durante un momento me planteo la
posibilidaddeconfiarenellos.Perosóloduranteunmomento.
—¿Porquécreestúotracosa?—preguntaMacMullin.
—¡Loquemefaltabaporoír!—exclamaLoland.
—¿Unasimplecoincidencia?—inquiero.
—¡Porsupuesto!—diceMacMullin.
—Nosomosunosbárbaros—aseguraLlyleworth.
Lolandsacudelacabeza.
—¡Leesdemasiadasnovelasdemisterio!Tupadremurióenunaccidente.Charlesmuriódeuna
infección.Quemurieranelmismoveranofueunacasualidad.
—Lavidaestállenadecoincidenciascomoésa—añadeLlyleworth.
—Pornodecirlamuerte—respondoyo.
Losmiro.Unoporuno.
—Dejémoslo estar —digo finalmente—. Por ahora. Todavía no entiendo por qué no me habéis
contado la verdad. Yo tengo el cofre. Todo lo que pido es la respuesta a qué contiene. Cuando lo
averigüe,lodevolveré.Todasestasmentirasypistasfalsas,¿porqué?
—La verdad. Ay… ¿Qué es en realidad la verdad? —suelta MacMullin. Me contempla medio
sonriente,mediodesafiante,mientrasdejaquepenetrelapregunta.
Yomeencojoindiferentedehombros.
—¿Yconquéderechoexigesquesetecomuniqueesallamadaverdad?
—¡Representoalasautoridadesnoruegas!
—¡Chorradas!—diceLoland—.Yosoyquienrepresentaalasautoridadesnoruegas.
—¿Tú?—escupo—.¡Túformaspartedeestaconfabulación!
—Bjørn,Bjørn—ronroneaMacMullin—,¡noteenfadestanto!Intentaverelasuntodesdenuestro
puntodevista.Nosabíamosdóndetesituabas.Siestabasconnosotrosono.
—¿Convosotros?—grito.
—Sí,oencontradenosotros.Sierassincero.
—¿Sincero?
—Siloquequeríaseradinero.Noentendíamosporquénoshabíasrobadoelcofre.
—¡Yonuncalorobé!Lorecuperé.Porquevosotrosteníaislaintenciónderobarlo.
—Nosepuederobaraquellodeloqueerespropietariolegal—diceMacMullin.
—¡Vosotrosnosoislospropietarios!Elcofreesnoruego.Fueencontradoensuelonoruego.
—Podemosvolveradiscutiresetema.
—¿Nunca se os ha pasado por la cabeza que puedo tener intenciones honradas? —pregunto—.
¿Quesimplementequierollegaralfondodeesteasunto?
—Creíamosquenosentregaríaselcofre.Comoestuobligación.
—Así que te metiste en el papel de un hombre muerto. Y alquilaste un apartamento y lo
amueblasteparaundía.
Memirasorprendido.
—No.Dehechonosloprestaron.Enrealidadesunpisoquelasautoridadesusanparacosas…eh,
así. —Remueve su café con una cucharilla de plata—. Tras nuestra conversación creí que todo iba
bien,hastaqueDianemecontóloescépticoqueestabas.
Merecorreunescalofrío.¿Diane?
MacMullinlonota.
—Algúndíaloentenderás—dice—.Ellanotienenadaqueverconesteasunto.Enrealidad,no.
Nosevioimplicadahastaquetuvimosnoticiadetu…amistadconella.Contrasuvoluntad.—Algose
oscureceensumirada—.Lasacamosdeestoporsupropiobien.
Esperanquedigaalgo.Yonolohago.
Elsilenciotienesuefectoenellos.
—Cuando oímos que habías hablado con la viuda de Charles, nos dimos cuenta de que te
habíamosjuzgadomal—prosigueMacMullin.
—Completamente—confirmaLoland.
—TodofuedemasiadorápidoenLondres.Erasmáslistoquenosotros,todoelratoibasunpaso
pordelante.
IntentocomprenderelpapeldeDiane.Noconsigoquenadaencaje.
MacMullinalzasutazaysorbeunpocodecafé.
—Alfinalviqueelúnicomododeresolverelenredoerahablarclaramentecontigo.Cosaque
tenemospensadohacerahora.Explicartecosas.Lograrqueentiendas.
—Ah,¿sí?—murmuroconincredulidad.
—Cuandoacudisteala SIS,creímosqueporfinteteníamos.Ydenuevoteinfravaloramos.¡Eres
durodepelar,Beltø!¡Durodepelar!
MacMullinleechaunaojeadaaLoland,queentretejesumiradaconlatupidaalfombra.
—¿YtodoesoosdaderechoasecuestraraDianeyadrogarmeysecuestrarmeamí?
—Un inofensivo medicamento en tu comida, Bjørn. Casi un somnífero. De veras que lo siento.
Peronocreoquenoshubierasacompañadovoluntariamente.
—¡Puedesestarsegurodequeno!
—Hemos de conseguir que lo entiendas. —Baja la mirada—. Para eso, a veces, debemos usar
métodospocohabituales.Noacostumbramosemplearapropósitolosmediosmásdramáticospara
resolvernuestrosproblemas.
—Tengounapregunta—digo.
—¿Sí?
—¿Quéhayenelcofre?
—Noesunobjetonoruego—respondeLolandrápidamente.
—Elcofreesdeoro—señaloyo—.Sólosuvalorenoroasciendeavariosmillonesdecoronas.
—En el mercado comercial, el cofre vale más de cincuenta millones de libras esterlinas —
puntualizaMacMullin—.Peroanosotrosnosdaigualdequéestéhecho.Ocuántovalga.
—Porquedentrotienealgoaúnmásvalioso—digoyo.
MacMullinseinclinahaciadelante.
—¡Ynielcontenidonielcofresonnoruegos!
—FuehalladoenNoruega.
—Ciertamente. Por una casualidad está aquí. Pero no es noruego. Por eso las autoridades
arqueológicasnoruegasnotienennadaencontradequesenosentregue.
Eldirectorgeneralasientecondemasiadoénfasis.
—Al contrario —continúa MacMullin—, es de gran importancia que las instancias adecuadas
recibanelhallazgoparasuanálisis.Noruegaesunparéntesisenlahistoriadelcofre.Aunquenolo
seaeneltiempo.
—Noentiendoloquequieresdecir.¿Quéhistoria?—pregunto.
MacMullininspiraprofundamente.
—Unalargahistoria.¿Noescierto,caballeros?¡Unalargahistoria!
LolandyLlyleworthconfirmanquesí,queeslarga.
—Dispongodeltiempoquehagafalta—respondoyo,ymecruzodebrazosantesderecostarme
enlasilla.
—Permítemeempezarconla SIS—diceMacMullin—,miaparatodeapoyo.Laasociación,ensu
forma actual, fue fundada en mil novecientos. Pero sus raíces se remontan a siglos atrás. La SIS
integra científicos y ramas del saber transversales. Pero en lo oculto, la SIS representa algo que se
podríacaracterizarcomounos…eh,serviciosdeinvestigacióncientíficos.Reunimosinformaciónde
todas las ramas del saber relevantes y buscamos… huellas. La SIS ha supervisado, por lo general
abiertamente, todas las excavaciones arqueológicas importantes de los últimos cien años. A veces
porque hemos enviado a nuestros representantes, como el profesor Llyleworth, al amparo de un
proyecto de investigación. Pero por lo general porque la dirección de las excavaciones nos ha
mandadoinformes.
—Yo me adherí en mil novecientos sesenta y tres —dice Loland—. He sido responsable de la
supervisión de las excavaciones noruegas. Y le he mandado a la SIS todos los informes y tratados
relevantesquesehanescritoenestepaís.
—Quéamable—aplaudo.
—Ypermítemeañadirquetodoseharealizadodeunmodocompletamentecorrecto.Nosomos
unoscriminales.
—Tenemos contacto con hombres buenos, como Sigurd Loland y tu padrastro, el profesor
Arntzen, por todo el mundo —continúa MacMullin—. Y tenemos hombres del calibre del profesor
Llyleworthcomoagentesdecampo.
—Igualquecerocerosiete—apuntaLlyleworthsinexpresiónalguna.Eslaprimeravezquelo
oigobromear.InclusoMacMullinyLolandlomiransorprendidos.Éllesdevuelveunarodehumo.
—Yanosestamosacercandoalnúcleo—diceMacMullin—.Elcasoesquela SIS administra un
secreto.Queestáindirectamentevinculadoconelcofre.
—¡Porfin!
Carraspea.Hayalgosolemneenél.Algoirreal.
Pasanalgunossegundos.
—Lo he hecho del modo siguiente, me he representado un torrente. Y quiero que tú hagas lo
mismo.Hazmeesefavor,Bjørn.Cierralosojos.Imagínateuntorrente.
Me represento un torrente. Es ancho y discurre en silencio. Como acero fundido bajo un sol
tropical.Eldíaestáavanzado.Losinsectoscuelganenindolentesracimossobrejuncosalolargode
laorilla.Enlosremolinosflotanramaspequeñasycapasdeverde.Eltorrentefluyeatravésdeun
paisajededesiertoycipreses.Sobreunpeñascohayuntemplodemármol.Peronoveopersonas.
MacMullindejaquelaimagensefijeantesdeproseguir:
—Imagínate a un grupo de viajeros. No muchos. Dos o tres, quizá. De expedición. Sobre una
embarcación.Torrenteabajo.Adentrándoseenunpaisajeextrañoymisterioso.
Enmiinterioraparecelaescenacomosobreunapantalladecine:laembarcaciónesunabalsa.
Troncos unidos por gruesas cuerdas. Tras el mástil hay un cobertizo hecho de ramas y lianas
trenzadas.Loshombresestánsentadosenlapartedelantera.Unodeelloshametidosuspiesdesnudos
enelagua.Elotrochupaunapipa.Sudanenelcalor.
—Han sido seleccionados. A causa de sus cualidades. Y de su valor. El viaje es peligroso.
Transcurre a través de países extraños. De paisajes que nunca han visto. O visitado. Sobre los que
sólohanleído.
Cierrolosojosparavisualizarmejorlaimagen.
—Eltorrenteesinfinito.Sigue,sigueysiguesucurso.
—Hastaquellegaalmar.
—Oh,no.Noacabaenningúnsitio.
—¿Enningúnsitio?
—Tienesquerepresentártelosinnacimientonidesembocadura.
—Todountorrente.
—Simplementecontinúaycontinúa.Ylanavedelosviajerossólopuedeiraladeriva,perono
con la corriente, sino en contra de ella. La expedición está condenada a desafiar la voluntad del
torrente. Nunca pueden dar la vuelta. No pueden regresar al punto de partida. Sólo pueden navegar
contracorriente.
—¿Nopuedensubiratierra?
—Pueden.Peroentoncesencallarán.Nopodránseguir.Puedenmontaruncampamento.Perono
podránvolverniseguirbajandoelrío.
—Quenuncaacaba.
—Exacto.Quenuncaacaba.
—Unviajesinfinal.
—Justo.
—¿Ysinmeta?
—Elviajeensímismoesunameta.
—Alalargadebederesultaraburrido.
Seríe.Luegojuntalaspalmasdelasmanosyseparalosdedosdemaneraqueformancincoaspas
ydice:
—No mantienen ningún contacto con aquéllos a quienes abandonaron. Y sólo con algunos
elegidosporelcamino.Perodejantrasdesíun…bueno,llamémoslounmensajeenunabotella.Para
quevuelvaacasa,aaquéllosalosqueabandonaron.Narracionesdelviaje,sepodríadecir.Donde
cuentantodoloqueobservanyexperimentan.Anotacionescientíficas.Todo,vistoalaluzdelsaber
quellevanconsigo.
—¿Asíqueelmensajeenlabotellasípuederegresar?
—Siseledatiempoaltiempo.—Asienteparasímismo—.¿Podríasacasodecirmeloqueesel
tiempo?
Nopuedo.
—Eltiempo—diceél—esunacadenainfinitadeinstantes.
Yointentocomprenderlametáfora.Peronoloconsigo.Hagounintento:
—¿Acasoesetorrenteeseluniverso?¿Laexpediciónprovienedeotroplaneta?¿Dealláfueraen
lainmensidad?
Esunpreguntadescabellada.Looigocuandolaspalabrassalenrodandodemí.Apesardetodo,
MacMullinmemiradeunmodoquesemeantojahaberadivinadobien.QueelchifladoWinthropJr.
medijolaverdad.Quelametáforaversasobreungrupodecriaturasdelespacioconunatecnología
tanavanzadaquehandejadoatráslosañosluzqueseparanlaTierradeunsistemasolarextraño.Eso
explicaríamuchascosas.Podríanhaberllegadohacecientosdeaños.Yhaberdejadoaquísustarjetas
de visita tecnológicas. Que habrían asombrado a los arqueólogos que las encontraran entre los
fragmentosdevasijasylaspuntasdeflecha.Humanoides.Criaturasaltamentedesarrolladasconun
mensajeparaloshabitantesdelaTierra.
—¿Esasí?—pregunto,exaltadoeincrédulo.
MacMullinmepasaunrecortedelperiódicoAftenposten,unanuncio:
LaspartículasjueganalesconditeconloscientíficosdelCERN
Meyrin,Suiza.
Un grupo de investigación internacional del acelerador de partículas CERN, en Suiza, ha
descubierto en experimentos a la velocidad de la luz que hay materia que desaparece sin
despedirenergía.
Eldirectordelproyecto,elprofesorJeanPierreLatroc,declaraalaagenciadenoticias
Associated Press que no tienen ninguna explicación para aquello que califica como «una
imposibilidadfísica».
«SegúnlasleyesdelaFísica,lamasanopuededesaparecersinmás—diceLatroc—.Por
eso ahora estamos concentrando nuestros esfuerzos en averiguar dónde se meten las
partículas».
—El CERN —dice MacMullin—. Organisation Européenne pour la Recherche Nucléaire. —Lo
pronunciaimpecablemente,comounfrancoparlantenativo.
—¿Quéeseso?
—El laboratorio europeo de física de partículas. Fundado a mediados de la década de los
cincuenta. Ubicado en Meyrin, Suiza. ¡De enormes dimensiones! El laboratorio está en un túnel a
cientosetentametrosdeprofundidadbajotierra.Elperímetroesdeveintisietekilómetros.Elmayor
delmundo.
—¿Elmayorlaboratoriodelmundo?
—¡Unaceleradordepartículas!
—¿Cómo?
—¡Unagujeroporelquemirarlacreación!
—¿Eh?
—¡Unaceleradordepartículas!Quetransformaunhazdepartículas,alavelocidaddelaluz,en
masa.
Avecesmecuestaencontrarlaspalabrasadecuadas.Melimitoadecir:
—¡Hala!
—Así podemos estudiar lo que pasó en las primeras millonésimas de segundo posteriores al
nacimientodeluniverso.Conseguimosrecrear,enlosexperimentos,estadoscomolosquesurgieron
justodespuésdelbigbang.
—¡Hala!
—Paracomprenderlacreación,tenemosqueinvestigarlosladrillosmáspequeñosdeluniverso.
Losátomos,loselectrones,losprotones,losneutrones.Losquarks.Laantimateria.
Setomaunapausaenlaqueyodescansoelcerebro.
—¡Hala!—digoporterceravez.Noesunagranaportaciónalacharla.Perolafísicanuncaha
sidomifuerte.Sobretodolafísicaexperimentaldepartículas.
—¿Hablodemasiadorápidoparati?—mepreguntaMacMullin.
—Rápidoodespacio…detodosmodos,noentiendonada.
—Loquehaceelaceleradordepartículasesdividirlaspartículasmáspequeñasdetodas,locreas
ono,enpedazosaúnmenores.
—Tecreo.
—Yluegoseencargadequelaspartículaschoquenfrontalmente.Paraestudiarlasconsecuencias
físicas.
—Pero,oye…Nocomprendoniunapalabradetodoesto.¿Quéintentasexplicarme?¿Quétiene
estoqueverconelcofre?
MacMullinmepasaotrorecortedeperiódico,delNewYorkTimes:
Elconceptodelaluzbajolalupa
DeAbeRosen
Científicos del prestigioso CERN, el laboratorio europeo para la física de partículas, han
colocado el tiempo bajo su enorme lupa. Si se muestra que las teorías y conjeturas de los
científicossedejandocumentar,lasperspectivassonsobrecogedoras.
Duranteunexperimentollevadoacaboesteañoenelaceleradordepartículas,losfísicos
descubrieronparasusorpresaquehabíapartículasquedesaparecíansinemitirenergía.
Elexperimento—conocidocomoExperimentoWells:porlafamosanoveladeH.G.Wells
Lamáquinadeltiempo(1895)—hasidorepetidovariasvecesconelmismoresultado.
El director del proyecto, el físico de partículas francés Jean Pierre Latroc, dice que los
científicos no han conseguido encontrar una respuesta plenamente satisfactoria a esta
paradojafísica.
«Enesteprimerestadio,nuestrateoríaesquelaspartículassehanaceleradohastasalirse
deltiempo»,diceLetroc.
Subraya que la teoría ha de considerarse exclusivamente como una hipótesis de
investigación.
«Siconsiguiéramosdemostrarquelaspartículassehantrasladadoeneltiempoysehan
quedado allí —dice Latroc—, estaríamos hablando de una comprensión fundamental de las
leyesdelanaturalezacompletamentenueva.Nopodríamoshablardealgoantesnidespués.Ni
de causa o efecto. Una esfera sin tiempo y sin espacio. Algunos lo definirán como una
dimensión,ununiversoparalelo,unhiperespacio».
Latrocesprecavidoalahoradeextraerconclusiones,peroseñalaqueinclusodestacados
científicos como los astrónomos y físicos Stephen Hawking y Kip Thorne están discutiendo
seriamentelaposibilidaddelosviajeseneltiempoatravésdelosdenominados«agujerosde
lombriz»deluniverso.
Algunosinsinúanlaposibilidaddequelosagujerosnegrosseanlasentradasysalidasde
estos«agujerosdelombriz»,quesonatajosentrelasdistanciasinfinitasdeluniverso.Siesta
conjeturateóricadelaastrofísicatienealgodeverdadero,labarreramágicayabsolutadel
tiemposehabrároto.
Un experimento austríaco con fotodetectores documentó recientemente el fenómeno de la
físicacuánticadela«no-localización».Elconceptoimplicaquelaspartículasquealgunavez
hanestadounidasseguiránvinculadasconindependenciadellugardeluniverso—ydellugar
deltiempoyelespacio—enqueseencuentrenlaspartículasseparadas.
LateoríadelgrupodeinvestigacióndeLatrochaprovocadounescándaloacadémicoentre
losfísicosmásrelevantesdelosámbitosuniversitariospunterosdeEuropayEE.UU.
Unodelosmásdestacadoscríticos,elfísicoatómicoypremioNobeldelaPazAdamC.G.
ThrustIII,dicequelanocióndetiempoeselúltimoreductoinamovibledelafísica.«Incluso
enlanaturalezahayabsolutos—diceThrust—.Lavelocidaddelaluzesunodeellos».
Pero la crítica no sorprende a Latroc y su equipo de investigación. «Nosotros somos los
primerosenadmitirquelateoríasuenadescabellada—diceLatroc—.Variosdemispropios
investigadorescreenquelasoluciónesalgomuydistinto.¡Peropersonalmentenoveoninguna
otrasoluciónalapreguntadedóndesehanmetidolaspartículas!».
Levantolavistadelrecortedeperiódico.
—¿Loentiendes?—preguntaMacMullin.
—Paranada.
—¿Noveslaconexión?
—¿Cuál?¿Quépuedosacardeesto?¿Quétienetodoestoqueverconelcofre?
MacMullin inspira muy profundamente y muy despacio. Me siento como un alumno duro de
molleraquenosehaestudiadobienlalección.
—Imagínatequeloscientíficos,dentrodedoscientoscincuentaaños,porfinconsiguenatravesar
labarreradeltiempo.Talycomola NASAconsiguióenmilnovecientossesentaynuevemandaral
hombrealaLuna.Imagínatequeloscientíficosdelmañanahicieranposiblequeelhombreviajara
haciaatráseneltiempo.
Intentoimaginármelo.Peronoloconsigo.
—¿Estáshablandodeviajarhaciaelpasado?
MacMullinrespiraporlanarizconunsonidosilbante.
—Imagínate—continúadespacio—queesosviajerosdeltiempotropezaranycayerandesunave
enunlejanopasado.TanindefensoscomoArmstrongenlaLuna.Imagínatequedejarantrasdesíun
mensaje. No exactamente una bandera norteamericana, pero de todos modos un mensaje para
aquéllosalosqueabandonaronenelfuturo.Unmensajedequehanllegadosanosysalvos.
—Espera —digo, intentando ponerle pies y cabeza a esa incomprensible metáfora—. Entonces
podránleersupropiomensajeantesdepartirensuviajehaciaatráseneltiempo…Porquesitienen
éxitoenelpasado,necesariamentehabrándepoderleersumensajeenelfuturo…
—Llevado al límite, sí. Pero seguimos enfrentándonos a la paradoja eterna: ¿qué pasaría si se
viajara hacia atrás en el tiempo y se matara a los propios padres antes de que uno mismo hubiera
nacido?Creemosquesetratadecursosdeltiempodiferentes.Universosoesferasparalelos.
Mequedocallado.Finalmentedigo:
—¿Intentasdecirmequeesoesloquecontieneelcofre?¿Unmensajedeungrupodeviajerosen
eltiempo?—Mecruzodebrazos.
Lostresmemiranconsolemnidad.Eltiempopasa.Sihayalgoquemesobraestiempo.Dejoque
transcurranlossegundos.
—Hemosencontradolacápsuladeltiempo—diceMacMullin—.Sunave.Lamáquinadeltiempo,
siquieres.
—¿EnelmonasteriodeVaerne?
—ElcofredeorodelmonasteriodeVaerneguardaelmensajequedejaron.
—Bueno.Estábien.¿Ycómoacabóallíelcofre?
—Esunalargahistoria.Losegipciosconsiderabanalosviajerosdeltiempocomodivinidades.
Cuando el cofre con sus escritos fue llevado de Egipto a Oriente Medio, se consideraba que era
sagrado. Una reliquia religiosa. Con el tiempo fueron los hospitalarios de San Juan quienes se
hicieron cargo de él. También ellos creían que se trataba de escritos divinos. Pensaron que el
monasteriodeVaerneeraunbuenescondite.Elfinaldelmundo.
Asientoparamímismo.Comosiporfinentendiera.
—¿Ydóndehabéishalladoesacápsuladeltiempo?
—EnEgipto.
—¿Egipto?
—NoeraunanaveespacialloquehabíabajolapirámidedeKeops.Eralacápsula.
Yanoconsigoaguantarmemás.Denuevosemeescapalarisa.Esunproblemaquetengo.
—¡Porfavor!—exclamo.
Llyleworth se sienta pesadamente y coge el puro del cenicero. Se le ha apagado. Enfurruñado,
enciendeunacerillayleinsuflavidaalpuro.
—¿Sí?—preguntaMacMullindeformarelamida.
—¡Porfavor!—repito—.¿Porquiénmetomáis?
MacMullinmeexaminaconlospulgaresbajolabarbillaylosdedosenaspaantelanariz.Silas
circunstanciashubieransidootras,mehabríaparecidoqueseestabadivirtiendo.
—Pormípodéisintentarengañarme—digo—.Pormípodéispensarquesoyunidiotafácilde
engañar.
—¿Porquécreesqueintentamosengañarte?—preguntaLolandcontonodeofendido.
—¿Viajerosdeltiempo?¡Porfavor!InclusounboboprofesoradjuntodeArqueologíasabeque
esunaimposibilidadfísica.Cienciaficción.
—EsomismodijerondelasexpedicionesalaLuna.Muchasdelascosasquenosrodeanhoyen
díaerancienciaficciónhacecincuentaaños.
—¡Aunasí!¿Tengoquecreermequeenuncofredeoroantiguoencontradoenelmonasteriode
Vaerne, en Ostfold, se oculta un mensaje que dejó alguien del futuro después de haber viajado a
travésdeltiempoyhaberacabadoenelpasado?
—Exacto.
—¡Andaya!
Me río y suspiro de manera teatral, abro los brazos de par en par; en suma, monto todo un
número.
—Chicos,estáisolvidandounacosa.Undetalleimportante.
Me miran interrogativamente. Son hombres de poder. Están acostumbrados a conseguir lo que
quieren.Sesientendesconcertadospormipatróndeconducta.
—Estáisolvidandoquesoyyoquiensabedóndeestáelcofre.
—Cierto,cierto—suspiraMacMullin.
Nologroevitarservirlapelotaqueentregaríaelpartido.
—Además,sélodeRennes-le-Cháteau.
MacMullin se queda petrificado. Recobra enseguida el control de sí mismo. Pero ya se ha
delatado.
—Ah,¿sí?—diceconconfianza.
Yocarraspeoelocuentemente.
—¿Algomás?
MacMullinposaunamanosobremihombro.
—Dentro de poco —dice, y mira de reojo a Llyleworth—. Hablaremos de Rennes-le-Cháteau
dentrodeunrato.
Conlamanoposadasobremihombro,meconducealpasilloydevueltaalcuarto.
Deambulo inquieto por la alfombra verde. El aire está cargado y caliente. Al entreabrir la ventana,
hueleacéspedreciéncortadoyapolución.
Unabejorrosecuelaporelhuecodelaventana.Inquieto,comienzaaembestircontraelcristal.
No está a gusto aquí, yo lo entiendo. Es grande y lanudo. Se dice que los abejorros, según los
cálculosaerodinámicos,enrealidadnopodríanvolar.Losabejorrostienenalgoquemegusta.Nosé
exactamentequées.Quizámereconozcaensuobstinación.Tengolamaníadeidentificarmecontodo
tipodecosas.
No comprendo qué han hecho con Diane. O dónde la han escondido. Y me pregunto cómo
reaccionarálapolicíasiaparezcoconunadenuncia.Yconunaexplicaciónaproximadaalaverdad.
DudoqueVozdePitovayaadejartodoloqueselleveentremanosparaapresurarseaayudarme.Por
Dios,nisiquierasécómoseapellidaDiane.Cuandoreservénuestrosbilletesdeavión,insistióentre
risasenquelallamaranseñoradeBeltø.
No soy ningún héroe. Reventar la puerta para buscar a Diane entre la multitud de cuartos me
resultaimpensable.Tampococonseguiríareventarningunapuerta—probablementemedesencajaría
el hombro— y, aunque lo consiguiera, cualquier hombre musculoso lograría amenazarme hasta la
obedienciacontansólounamiradadeenfado.
Estoy tan nervioso que pego un respingo al descubrir un sobre en la mesilla. Un sobre blanco,
ordinario.Minombreapareceescritoconletrasgrandes.
Loabroconlauñadeldedoíndiceysacounacartamanuscrita:
¡Bjørn!
¿Qué puedo decir, querido, sino perdón? Si pudieras perdonarme. ¡Por favor! Lo siento
tanto…
Nosabenqueestoyescribiendoesto.Asíquenoseloenseñes.Niaellosnianadie.Estas
palabrasquedanentretúyyo.Ynadiemás.
Debes de tener muchas preguntas. Ojalá yo pudiera proporcionarte algunas respuestas,
respuestasquedensentido,queexpliquenunpoquititodeloquehaocurrido.Peronopuedo
hacerlo.Ahorano.
Pero quiero que sepas esto: ¡te quiero! ¡Nunca te he traicionado! No he fingido tener
sentimientos hacia ti que no fueran auténticos. Por favor, confía en mí. No soy una puta.
Aunquequizásílosea…
¿Quién ha dicho que las cosas tienen que ser jodidamente sencillas? La vida no es una
ecuaciónqueseresuelvesilosfactoressonloscorrectos.Lavidaesunaecuaciónquenose
resuelvenunca.¿Mivida?Unacatástrofecontinuada.Unacatástrofequecomenzóeldíaque
nací.
¡Bjørn!Sientohabermecruzadoentucamino.Perdónamequecayeraatuspies.Yquete
metiera en esto. Te habrías merecido algo mejor. Quizás un día aprenda. Pero me estoy
enrollando.Ytúnoentiendesnada.Porquelaintenciónnoesqueentiendas.
Siestáspreocupadopormí,nohayningúnmotivoparaello.Nomehanhechonada.Quizá
pueda explicártelo cuando todo esto haya pasado. No lo sé. Quizá no. Pero todo tiene su
explicación.
¡¡Ojalá hubiéramos podido escaparnos!! ¡¡Tú y yo!! A una isla desierta. Donde nadie
pudieraincordiarnos.
Claro que debería haberme dado cuenta. Debería haberme dado cuenta de lo que iba a
pasar. Pero soy tan testaruda, tan autosuficiente, estoy tan empeñada en seguir mi propio
sendero…Sipapádecía:«Ponteelvestidorojo,porqueestásmuyguapaconél»,yomeponía
lospantalonesgrisesylablusamorada.Sipapádecía:«Esechiconoteconviene»,yomelo
follabasintregua.Hedichoquemelofollaba,noqueloamaba.Peroatiteamaba,Bjørn.
¿Comprendesalgodeloqueintentodecirte?Nisiquierayoséloquepretendodecir.Sólo
quenoquieroquemeodies.
¡Olvídame sin más! ¡Olvida que una vez conociste a una chica que se llamaba Diane!
¡Olvidaquequizáteparecieraunpocomona!¡Olvidaquecayóatuspies!Mira,aquítienes
unagomadeborrar,¡bórraladetumemoriayvivetuvida!
Tuángel,
XXX
DIANE
Desgarro la sábana en dos trozos que ato por las puntas a la funda de la manta. Abro las dos
ventanasdeparenpar.Elbultoderopasaleatrompicones.
Elabejorroseponeeufórico.
Enrosco la tela en torno al poste central de la ventana. Después me encaramo al alféizar y me
descuelgo.Enelúltimometroymediomedejocaer.
Elgritonodurómásdeunsegundoodos.Peroenmicabezaharesonadoduranteveinteaños.
Lanocheanterioralaccidente,papáestabacalladoyausente,comosituvieralaintuicióndeque
algoterribleseestabafraguando.
Al anochecer, Trygve encendió la hoguera. Los troncos estaban colocados en diagonal y
rodeadosporcantosrodados.Deunasogaquecruzabaporencimadelfuegocolgabaunacafetera
negracomoelcarbón.Unasimpáticaconstruccióncampestre.Comoenundibujodecuentoinfantil.
TrygveestabasentadoconsupurocantandoBlowingintheWind.
Elbosqueolíaacafé,aagujasdeabetoyalperfumedemamá.Papáhabíasacadounaespiralpara
mosquitos que humeaba y despedía un olor terrible, pero que por lo demás no parecía molestar
muchoalosmosquitos.Papáestabamediorecostadosobreuntronco.Mamáestabasentadaentresus
piernas,apoyadaensucuerpo.Élhablabadelhallazgodegrandescantidadesdeperlas,oro,platay
obras de arte en Gaalaashaugen, en Nes, en Hedemark, a principios de verano. Mamá no le hacía
muchocaso.Peroyoestabacomoembrujado,intentandoimaginarmeeltesoroinvaluable.
Trygve tenía una voz profunda, limpia. Al cantar, cerraba los ojos. Las llamas hacían que
relumbrara su pelo largo y rubio y su barba. Sus robustos antebrazos sujetaban tiernamente la
guitarra.Mamáleechabamiradasrepletasdepequeñosbesosinvisibles.
Lostonosdelaguitarraascendíanentrelosárboles.Elcieloestabablancodeestrellas.Através
delamalezarelucíalalaguna.Enlapartealtadelaladeraunasierraacababalajornada.Elbosquese
cerrabaentornoanosotros,mágicoeinmenso.
Porlanoche,papáfuearevisarelequipodeescalada.Siempresepreocupabamucho.Todavíalo
veo como si lo tuviera delante. Había trasladado las mochilas a la parte de atrás de la tienda de
campañayestabainclinadosobreelequipocuandoyolosorprendí.Sediolavueltaconexpresiónde
cordero.Comosilohubierapilladoenalgo.Justodespuésloolvidé,ylaimagendepapádoblado
sobre los sacos se convirtió en un corte del tiempo, en una rendija que se encendió veinte años
después.
Trygve le abrió una cerveza. Pero no tenía sed. Más tarde se bebió toda la botella de un solo
trago.
Papáseacostópronto.MamáyTrygvesequedaron—risueñosyconsecretos,cadaunoconsu
cervezayhablandoenvozbaja—asandonubesdegominolaenlahoguera.
Cuandomeacostéenlatienda,todoestabaoscuroyenelcielodespejadoseveíanlasestrellas.
Estabamediomareadoeinquieto.Antesdedormirme,mequedéescuchandolanoche.Ylarisabaja
demamá.
Yoestabasentadosobreuntroncotallandounaflautacuandopapácayó.Noestabamuylejos.
Al precipitarme a través del boscaje, deseé con toda mi alma que fuera Trygve quien había
gritado.Peroenelfondodemicorazónsabíaquehabíasidopapá.
Enmomentoscomoése,laconcienciaseescindeenfragmentos,brevesimágenespetrificadasy
añicosdesonidosquesegrabanenlamemoria.
Elcieloazul.
Unpájaro.
Vocesestridentes.
Lamontañagrisbrillantequeseelevasobrelosbosques.
Trygve,unamanchadecoloresalláarribaenelhuecodelamontaña.
Ungrito:«¡Bjørn!¡Vete!¡Vete!¡Vetedeaquí!».
Lalíneaverticaldelamontaña.
Lacuerda.
Elchillidodemamá.
Lasangre.
Elmontónderopaalpiedelapareddelamontaña.Ropano.Papá.
Eltroncodelárbolcontramiespalda.Lacortezaquemearañalanucacuandocaigoalsuelo.
Hastalamañanasiguiente,elequipodesalvamentonoconsiguióbajaraTrygvedelamontaña.
Papáhabíaarrastradolacuerdaconlacaída.
Hubounainvestigación.Seescribióuninforme.
Alserelmásexperimentado,eraTrygveelresponsabledelasegundad.Poresosehabíaquedado
enelhueco.Paracontrolarquetodoestababien.Peronoeraasí.Elochosehabíadesgarradoenla
bajada.Desgastedelmaterial,segúnconcluyóelinforme.Apesardequenadiefuecapazdeexplicar
cómo había sucedido el fallo. Era uno de esos fallos que simplemente no pueden ocurrir. Papá no
tuvoniunaoportunidad.
PeronadiequeríaacusaraTrygveArntzen.Nimamánilacomisióndeinvestigación.Élsetomó
elaccidentemuyapecho.
Medioañomástardesecasóconmamá.
5
ELDESIERTO
Elsolestáincandescente.Elcielo,descolorido.
Acabo de abrir los ojos. No debería haberlo hecho. Los rayos del sol estallan al fondo de mi
cabeza.Laluzmelancealosojosymetaladraelcráneo.Cuandomedormíconlafrentecontrael
cristaldelaventanilla,todavíaeradenoche.Yhacíaalgodefresco.Hacecuatrohorasqueaterrizóel
avión.Elsolnohadesperdiciadoeltiempo.Losalrededoresparecenunaollaapresión,atodovapor.
Aparto la mirada de la luz del desierto y saco unas gafas que me compré en el aeropuerto de
Gardermoenporsetecientascuarentaycincocoronas.Deoferta,RayBan.Pero¿setecientascuarenta
y cinco coronas? ¿De oferta? Si la dependienta no hubiera sido tan mona, seguramente habría
refunfuñado con desdén y dejado las gafas sobre el mostrador. Pero ahora me las coloco sobre la
nariz.
El camino se dispara en línea recta por un paisaje yermo y accidentado. La raya de asfalto
desapareceenlabrumadelcalorquedesdibujaelresplandecientehorizonte.
Voysentadoenunautobúsconaireacondicionado.Porundesiertodepiedra.Oquizáporotro
planeta.Porejemplo,enJúpiter.Lospeñascosallímitedelavisiónsondecolorrojoóxido.Entrelas
piedrasdelbordedelcaminocrecealgúnqueotrohierbajo,deesosqueunoesperaríaencontrarseen
unterrario.Oenunherbario.Oentrelasbaldosasdeunjardínabandonadoydejadoalamanode
Dios.Alolargodelacolinaseextiendeunalíneadecipreses.Comoenunodeesospaisajesbíblicos
bordadossobreloscojinesdelastíasentusiastamentereligiosasdelsuroestedelpaís.
Porcincomilésimavezenesteviaje,sacolacartadeDianeylaleo;palabraporpalabra,líneapor
línea.Melasédememoria,perosigointentandoencontrarlealgúnsentido.
Sólo estamos el conductor y yo. Sin mediar palabra avanzamos a través de un desierto que no
acaba nunca. El conductor tiene un aire que me lleva a preguntarme si lo fijarían tras el volante al
salir rodando el autobús de la cadena de montaje. Si estará diseñado y desarrollado por un buen
equipodebioingenierosygenetistas,yluegoconstruido,concuidadoyesmero,enunalapropiade
lafábrica.Llevaunacamisademangacortaytienelosbrazospeludos.Manchasdesudorbajolos
sobacos. Poco pelo, sin afeitar. Cejas pronunciadas. De vez en cuando me echa un vistazo por el
enormeespejoretrovisor.Peronoreconocemipresencianiconunmovimientodelacabeza.
Nuncameharesultadofácilacercarmealagente.Conelpasodelosañosheidocubriendomi
timidezconunareddecamuflajedesarcasmosyalegríafingida.Hayquienhabríaaprovechadoesta
oportunidadparaentablarunaanimadaconversaciónconelmorenoconductor.Sobrelosjudíosylos
árabes.Osobreloscochesdeportivosyelfútboleuropeo.Sobreelcristianismoyelislam.Sobrela
pescaconmoscaenNamsenolasprostitutasdeBarcelona.Peroyono.Yporlaexpresióndesucara
veoqueaélledaigual.
Rodeamosunsalientedepeñascosysedespliegaunfrondosooasisenelvalle,anuestrospies.
Un jardín del Edén de olivos, arbustos de olíbano, sándalo, alcanforeros y cedros. Un campo de
higuerasvistelaladeradeunverdepálido.Desdeunpozoconunabombaimpulsadaporunruidoso
generadordediesel,correelaguaporelaboradoscanalesderiego.
Es en ese oasis donde han decidido establecer el Instituto Schimmer. No me preguntes por qué.
Pocossitiosestánmásalejadosdelagente.
Asíqueporlomenoshaypazparatrabajar.
El instituto constituye una prueba flagrante de que el hombre siempre intentará conciliar lo
antiquísimo con lo hipermoderno. Con suerte variable. Hace setecientos años, unos monjes
establecieron un monasterio en medio del oasis. Un edificio levantado con piedras del desierto,
labradas con precisión geométrica, pulidas, ajustadas y montadas hasta formar un complejo de
celdas,pasillosysalas.Unsantuarioparalacontemplaciónyprofundizaciónreligiosas.Entornoa
este centenario monasterio del desierto, arquitectos e ingenieros construyeron a principios de los
años setenta un mastodonte de cristal, espejos y aluminio. Un chillido de modernidad en la
atemporalidad.Elinstitutonoseelevaalasalturas,sinoqueseextiendeenhorizontalcomoalgoque
sehinchaycrece,querelumbraybrillaalsol.
—¡Bjørn!¡Amigomío!¡Bienvenido!
Elautobúshaentradoenlarotondaatiborradadeplantas,sehadetenidoyhasoltadoelairetras
ellargoviaje.
Está esperándome sobre la acera, ante la recepción del instituto. Es pequeño y regordete, tiene
ojosburlonesycálidos,calvaylasmejillasrechonchas;ysihubierallevadohábito,habríaparecido
laparodiadeunmonje.
SunombreesPeterLevi.
El Instituto Schimmer es un centro de investigación que atrae a estudiantes e investigadores de
todo el mundo. Se pueden alquilar habitaciones en el hotel del complejo durante semanas o meses,
para enterrarse en la exuberante biblioteca. En un ala propia, restauran restos de manuscritos e
interpretan palabras fijadas a pergaminos o papiros hace miles de años. Teólogos, historiadores,
lingüistas, paleógrafos, filósofos, arqueólogos y etnólogos en divina mezcolanza. Todos quieren
arrojarluzaclaratoriasobreelpasado.
PeterLevimerecibecontalentusiasmoquecreoqueseequivocadepersona.Perounavezmás
exclama «¡Bjørn!» y me estrecha la mano al tiempo que me mira a los ojos sonriendo de oreja a
oreja.
—¡Bienvenido a nuestra casa! ¡Espero que podamos serte de ayuda! —Habla inglés con un
profundoacentoquemarcalaserres.
Ya hemos hablado una vez. Hace dos días. Lo llamé desde casa de Torstein Avner después de
escapardeMacMullin.Noeramásqueelnombrequefigurabaenlainvitacióndelinstituto.Vaaser
miguíaytutor.Acadavisitanteseleasignaunpadrinoconresidenciapermanenteenellugar.Un
nombre, nada más, una persona de contacto cualquiera. Pero Peter Levi se comporta como si
hubiéramos ido a la guerra juntos. Como si nos hubiéramos salvado mutuamente la vida en las
trincheras mientras los proyectiles silbaban sobre nuestra cabezas, el gas mostaza se extendía y
nosotroscompartíamosconfraternidadunamáscaraantigás,quenofuncionabadeltodo.
Nosésimefíodeél.Peromecaebien.
Insisteenllevarmelamaletaqueelconductorhabajadodelautobúsconunareverencia.Conla
mano izquierda sobre mi hombro, Peter me guía hasta la recepción, donde recogemos la llave del
cuartoyyomeregistro.
NOMBRE:BjørnBeltø
PROFESIÓN :Ayudantedeinvestigación/arqueólogo
PROCEDENCIA(CIUDAD/PAÍS):Oslo,Noruega
INSTITUCIÓN ACADÉMICA:UniversidaddeOslo
ESPECIALIDADACADÉMICA:Arqueología
MOTIVODELAVISITA:Investigación
Petermeconducehastamihabitación,la207,queestáenunalaespecialypareceuncuartodel
HolidayInn.Allímedejaasolaspara«queelalmareencuentrealcuerpotraselviaje».Deshagolas
maletas y cuelgo la ropa en el armario. Con un suspiro que se debe más al agotamiento que al
aburrimiento,meapoltronoenelpequeñosofáverde.Tengoenelregazotodoslosrecortesqueme
hadadoTorsteinAvner.
Ha sido muy eficaz. Tomando los nombres y palabras clave que le di, buscó por Internet e
imprimió todas las páginas web en las que encontró la información que yo andaba buscando. Hay
muchosdatosquenoacabodeubicar,comoque«hospitalariosdeSanJuan»conseguíatreintaydos
entradasenelbuscadorAltaVista,perosólodiecisieteenelMetaCrawler.Haypáginaswebhistóricas
y seudocientíficas sobre los hospitalarios, los masones y las sectas herméticas. Paso las hojas con
impacienteirritación,noséloqueestoybuscando,perosoybombardeadoconconocimientosqueno
preciso.
SoyinjustoalcanalizarmiirritaciónhaciaTorstein.Élhahecholoquelehepedido.Esmipropia
impotencialoquemaldigo.
¿Dónde estará Diane? ¿Qué papel juega en este juego? ¿Qué significan las insinuaciones de su
carta?
¿Por qué mienten todo el rato? ¿Por qué me doparon para luego contarme un montón de
flagrantesmentiras?¿Estántratandodeaturdirme?
¿Quéhayenelcofre?¿Quésecretoescondenenrealidad?
¿Intentan ocultar su secreto inventándose otro aún más fantástico? Este tipo de preguntas me
rondaunayotravez.Peronisiquieraestoycercadevislumbrarlasrespuestas.
Torstein estuvo insistiendo en que acudiera a la policía con todo lo que sabía, y en que les
entregara el cofre. Estuve tentado de hacerlo. Pero todo el que lucha contra algo grande y no
completamentevisibleacabadesarrollandounapizcademaníapersecutoria.Nomefíodelapolicía.
Habrían seguido el manual y la lógica, y habrían acabado entregando el cofre a la Colección de
ObjetosAntiguos.Ymehabríandenunciadoporrobo.Asínohabríamosavanzadonada.
¿YcómopodíalapolicíaencontraraDiane?Nosénadasobreella,sóloquesellamaDiane.Que
viveenunrascacieloslondinense.QuetrabajaenlaSIS.Yquefuiterriblementeingenuoalconfiaren
ella.Aunqueséquenuncafingiócuandohacíamoselamor.Mequedocercadeunahorahojeandola
piladepapelesdeTorstein.LeosobreloshospitalariosdeSanJuanylaaristocraciafrancesa,sobre
elrenombreinternacionaldelInstitutoSchimmer,sobreelmonasteriodeVaerne,leosobreRennesle-CháteauyBérengerSauniére,sobrelosmanuscritosdelMarMuertoyelmonasteriodelaSanta
Cruz, sobre el sudario de Turín, el manuscrito Q y Nag Hammadi. Encuentro incluso un artículo
firmado por Peter Levi sobre la influencia de los mandeos en las sectas no cristianas, y treinta y
cuatro hojas sacadas de la página web de la SIS, incluidas unas breves biografías de MacMullin y
Llyleworth.Peronadameayudaaavanzar.
Descanso.Elalmareencuentraalcuerpoenalgúnmomentoamediatarde.
Trasunasiestademasiadolarga,deambuloporelinstitutoconladesagradablesensacióndeque
meestoyinmiscuyendo.Tengomuchafacilidadparasentirmefueradelugar.Unafrenéticadesazón
impregnaelInstitutoSchimmer.Esunhormigueroacadémico.Soyunahormiganegradevisitaentre
las hacendosas hormigas rojas. Caminan con determinación por invisibles senderos marcados. Se
detienen. Charlan. Se apresuran a continuar. Entusiasmados estudiantes (¡que no paraban de
gesticular!)avanzanporunpasilloquesigueysigue.¿Quizáshastalacámaradelareina?Mientras
tanto,nomequitanojoenningúnmomento,mejuzgan,meanalizan,cuchicheanymurmuransobre
mí.SeguramenteeldoctorWanghubieradicho:«Esonosonmásqueimaginacionestuyas,Bjørn».
«¿Quétieneestesitio?»,mepregunto.Ymeestremezco.
Enmediodelarecepción,enunaislacircularformadaporhelechosesparcidosporunsuelode
pizarra, hay un poste con flechas y señales que muestran el camino hacia los departamentos de
investigación,loslaboratorios,lasaulas,lassalasdeconferencias,loscomedores,losquioscos,la
librería,elcine,labiblioteca,losestudiosylassalasdelectura.
Enlosrincones,alaalturadeltecho,haypequeñascámarasdeseguridadconbombillasrojas.No
semeescapa.
Noche.
Peter Levi está sentado en un sillón orejero bebiendo café y coñac en un local oscuro y
abarrotadodegente,queseconoceporelnombredeCámaradeEstudiantes.Unbardebiblioteca,
equipado a la última moda e inundado de humo de cigarrillos. Como un club de caballeros inglés.
Lasventanasestántapadascomoparacrearlailusióndeunanocheeterna.Hayvelassobrelasmesas,
músicasuavedepiano.Lasvocessonbajaseintensas.Alguienseríeaplenopulmónyesacallado.
Intensasdiscusionesenidiomasextraños.Aldescubrirme,Petermereclamaasulado.Mesorprende
suentusiasmo,sualegríaalverme.
Peterllamaauncamarero,queseapresuraaacercarseconunabandejaconunatazadetéyun
vasodecoñacenformadetulipán.Eltéestáfuertecomolapólvora.Nosésilaideaesbajarloconel
coñac.Pienso:«¿Té?».
—Mealegraquereunierasfuerzasparabajar—dicePeter.
—¿Reunierafuerzas?
—Tienesqueestaragotadodelviaje.
—Mecuestamuchodecirnocuandoalguienmetientaconuncoñac.
Nosreímosunpocoparadisimulartodoloquenohemosdicho.
—Tenemosmuchodequehablar—dicePeter.
—Ah,¿sí?
—Sobre tu investigación —se explica, en tono medio interrogativo—. Tu interés por los
hospitalarios de San Juan, por el mito del cofre sagrado. Y sobre aquello con lo que podamos
ayudarte.
LepreguntosiconoceaUri,queeraelenviadodelInstitutoSchimmerenlasexcavacionesdel
monasteriodeVaerne.Loconoce.Urisiguefuera.
Peterenciendeuncigarrilloeinhalaplacenteramente.Memiraconcuriosidadatravésdelanube
dehumo.
—¿Porquéhasvenidoaquíenrealidad?—pregunta,girandoelcigarrilloentrelosdedos.
Le respondo. Al menos un poco. No le cuento nada sobre todas las mentiras y los misteriosos
episodiosvinculadosalcofre,sinoquehablocomosiestuvierainvestigandoelparticularhallazgo
arqueológico. Le explico que estoy buscando información sobre los hospitalarios. Y sobre todo
aquelloquepuedavincularelmonasteriodeVaerneconelcofredelossecretossagrados.
—Todoesoyalosé.Perohedicho:¿enrealidad?
Nosmedimosconlamirada.
—Sipiensasquemeguardounsecreto,esquetambiénsabesporqué—replicoconambigüedad.
Peternodicenada.Selimitaamirarmeyainhalarprofundamente.
Para llenar el silencio, le hablo sobre las excavaciones del monasterio de Vaerne, cosa que le
interesadeformamoderada.Mientrashablo,comienzaagirarelvasodecoñacenlamano.Miracon
fijeza el remolino dorado, como si sus pensamientos giraran y giraran en el coñac. Los ojos son
pacíficos. Justamente ahora parece uno de esos tipos que esperas encontrarte sobre una banqueta
juntoaunabarradeRespatex,enunbardeuncallejóndeNuevaYork.Juntoaalguienconmediasde
rejillanegrasyunamiradapesadacomoelplomo.
Cuandoporfinmecallo,Petermeobservaconunaexpresiónquerecuerdaalacondescendencia,
peroquequizánoseamásquepuracuriosidad.
—¿CreesenJesús?—inquiere.
Lapreguntamellegadepronto.Hagocomoél:olfateoelaromadelcoñac.
—¿El histórico? —replico. Una leve ebriedad ya ha empezado a picotearme la cabeza—. ¿O el
divino?
Selimitaaasentir,comosilehubieradadounarespuesta.Peronoeramiintenciónresponderle.
Le pregunto cómo ha acabado en el instituto. En voz baja, como si no quisiera que lo oyera nadie
más,mehabladesuinfanciaenunbarriopobredeTelAviv,deunpadrefanáticoreligiosoyuna
madre exigente, de su búsqueda de una fe y de sus estudios. Peter es historiador de la religión.
Especialista en las sectas que surgieron y se extinguieron en torno a la época de Jesús, y en cómo
influyeronsobreelcristianismo.
—¿Teinteresaelcristianismotemprano?—pregunta,enuntonoquehacealgomásqueinsinuar
quedeboresponderquesí.
—¡Absolutamente!
—¡Bien! Me parecía que tú y yo teníamos mucho en común. Mucho de lo que hablar. —
Inclinándose sobre la mesa con una sonrisa torcida, dice—: ¿Sabías que los hospitalarios tienen
muchosrasgosencomúnconlasectagnósticadelosmandeos?
—Eso—digodespaciomientrasledoysorbosalté—creoquesemehaescapado.
—¡Peroasíes!LosmandeosrechazaronaJesúsyconsiderabanaJuanBautistacomosuprofeta.
Pensabanquelasalvaciónsealcanzabapormediodelconocimiento,omanda.
Piensoquemamádebiódesermandeacuandoyoeraniño.
Petercontinúa:
—Los textos sagrados de los mandeos, El Tesoro y el Libro de Juan, tenían quinientos años
cuandofuefundadalaordendeloshospitalariosdeSanJuan.LosmandeostienensuReydelaLuz.
La cosa, mi confuso amigo, viene ahora. —Vacila antes de soltar la bomba—: ¡Jesús y sus
contemporáneosdisponíandeundetalladoconocimientodelostextosdelosesenios!
Memiratriunfalydesafiantementealmismotiempo.
—¿Yqué?—preguntoyo.
Abatidopormifaltadecomprensiónyentusiasmo,vacíalacopadecoñacdeunsolotrago.Le
cuestarespirar.
—Tienesrazón.Esosesabehacemuchotiempo.Todoestoyalosabes.
Mecontengounpoco.
—Bueno.Losdetallesno.
Memirainterrogativamenteymedaunempujoncilloriéndoseporlobajo.Vuelvoaprobarelté
ytengoquecontrolarmeparanohacerunamueca.Enalgúnsitiodellocalelpianistaempiezaatocar
denuevo.Nohellegadoadarmecuentadequehabíaparado.Uncamareroaparecedelanadacon
otrocoñacparaPeter.
—Estarásdeseandohablarmedelosesenios—ledigo.
—¡Esmuyinteresante!
Alzasucopaybrindamos.
Dejaaunladolacopaycarraspea.
—Losesenios,onazarenos,comotambiénselosllamaba,teníanunafemarcadaporlareligión
babilónica. Creían que el alma estaba compuesta de partículas de luz de una figura luminosa
atravesada por fuerzas malignas. Estas partículas de luz quedaban atrapadas en el cuerpo humano
hastaqueelanfitriónmoría.Entoncespodíanreconciliarseconlafiguradeluz.
—Peter…—Buscolaspalabras—.¿Porquémecuentastodoeso?
—Creíaqueteinteresaba.
—Meinteresa.Encuantocomprendaquéesloqueestásintentandoexplicarme.
Se inclina hacia delante y posa su mano morena sobre la mía. Está a punto de decir algo. Pero
algoloimpulsaacallar.
—Mañanalohabréolvidadotodo—leconfieso.
Leentrahipo.Losdosnosreímos.
Luegodice:
—Quizásealomejor.Yohablodemasiado.
—Conquemeexplicaraslarelación,creoquetodoestomepareceríabastanteemocionante.
—¡Claroqueesemocionante!—Midiscretohalagoledevuelveelentusiasmo—.Lacosaesque
lainfluenciadeloseseniossobreelcristianismoparecesermuchomayordeloquesesupone.
—Noteníaniideadequehubieraningunainfluencia.
Bajalavoz,comosiquisieradesvelarunmisterio.
—Muchos piensan que partes del Nuevo Testamento proporcionan una imagen desvirtuada e
idealizadadelfundamentoreligiosodelcristianismo.
—Bueno…—Mehagoelentendido,comosiestuvierametidoeneljuego—.Deesoempiezaa
haceryamuchotiempo.Quizánotengatantaimportancia.
—¡PeroseguimosviviendoenarmoníaconelespíritudelaBiblia!
—PorquemuchoscreenqueeslapalabradeDios—apuntoyo.
—YporquelaBibliaesellibromásinspiradorquejamássehayaescrito.
—Yelmásbello.
—Unaguíaenlavidayenlamuerte.Enlamoralyelamoralprójimo.Un ABCdeladignidad
humanayelrespeto.
—Grandespalabras…
—Ungranlibro—afirmaPetercondevoción.
Losdosmiramosalaire,frenteanosotros.Losfocosocultosdeltecholanzanrayosplateadosa
travésdelabrumadehumodetabaco.Lasvoces,larisa,lamúsica…todoesonoesmásqueuna
paredderuidoquenollegaaalcanzarnos.Peterapagaelcigarrilloenelceniceroyposaenmíla
mirada.
—Pero¿deverdadeslaBiblialapalabradeDios?—inquiereconsorprendenteintensidad.
—Amínomepreguntes.
—¡Dios no escribió ni una palabra! Los veintisiete textos del Nuevo Testamento fueron
seleccionadospormediodeunlargoydolorosoproceso.
—¿Conintervencióndivina?
—Merefieroapeleaspurasyduras.
Meechoareír,peromereprimoaldarmecuentadequenoestábromeando.
Sellevalacopadecoñacaloslabios,laolfateaybebe.Cierralosojosunmomento.Dejalacopa
concuidadosobrelamesa.
—Loquenopasó,claro,esqueungrupodeescritoressagradossesentaraaredactarlaBibliade
una sola tacada. La Iglesia evaluó muchos escritos a lo largo de los siglos. Algunos fueron
rechazados, otros, incluidos. Es importante saber que la canonización de los textos sagrados tuvo
lugar al mismo tiempo que una lucha de poder, de la que fue parte, dentro del seno de la Iglesia y
tambiénfueradeél,eneldebilitadoImperioromano.
—¿Unaluchadepoder?Suenafrío.
—Pero recuerda que la Iglesia era una tenaz participante en la pugna por el poder cultural,
políticoyeconómicoenelvacíoquedejótrasdesíelImperioromano.—Petermiraasualrededor,
mediosonriendo—.SilacaídadelImperioromanonohubieracoincididoconladivisiónentrelos
judíosyconelsurgimientodeunareligióncompletamentenueva,elmundotendríahoyunaspecto
muydistinto.
—Nunca había pensado en eso —admito—. Nuestra civilización es una ensalada de valores y
costumbresromanos,griegosycristianos.
—SivolvemosallugaryalpapeldelaBibliaentodoesteproceso,pasaroncasicuatrocientos
años entre el nacimiento de Jesús y la consolidación de la Biblia que tenemos hoy en día. Pero
incluso muchos de los textos que fueron incluidos en el Nuevo Testamento, y que hoy son
absolutamentecentrales,fueronmuypolémicos.
—¿Quiéndecidiótodoeso?
—Lossacerdotes,porsupuesto.LaIglesiaprimitiva.
—Loscuras…
—Másbienlosobispos.Querecibíansuautoridaddirectamentedelosapóstoles.
—¿ComoelPapa?
—Elmismoprincipio.Losobispossepelearonconintensidadporloquedebíaserincluidoenla
Biblia.ElconjuntodelostextosqueconstituyenhoyendíalaBibliafuereconocidoenlossínodosde
Romadelañotrescientosochentaydos,deHiponaenelañotrescientosnoventaytresydeCartago
en el trescientos noventa y siete. Desde luego no fue Dios quien ensambló la Biblia. Fueron los
obispos. Y más tarde la comunidad de creyentes. Los protestantes, por ejemplo, no reconocen
algunos de los textos del Viejo Testamento, a diferencia de los católicos. La Iglesia protestante se
atiene a un canon del Viejo Testamento que compusieron sabios hebraicos en Jamnia en el año
noventa. Sólo aceptaron los treinta y nueve textos que estaban escritos en hebreo y en territorio
palestino. El canon de la Iglesia católica y romana fue traducido al griego en Alejandría, Egipto,
doscientos años después de Cristo y contiene cuarenta y seis escritos. A esa versión es a la que se
refiereelNuevoTestamentoenmásdetrescientasocasiones.¡Ynisiquierahemosmencionadoaún
losescritossagradosdelosjudíos!
Noconsigocontenerunasonrisa.
—Meimaginounmontóndegordossacerdotesincluyendoyexcluyendocondescendientemente
manuscritosbíblicos.
Peteraspiraentrelosdientesfrontalesproduciendounruidodesagradable.
—Unaideavulgarizadaysimplificada.Perohayalgodeverdadenella.
—Hombrespoderosos.
—Poderosos, calculadores, determinados. ¿Qué motivos tenían? ¿Eran creyentes? ¿Eran
cristianos? ¿Eran charlatanes que usaban la nueva fe como lanzadera para sus ambiciones
personales?
—¿Porquépreguntas?Saliócomosalió.
—PorquelacuestiónessilostextosdelaBibliaproporcionanunaimagenrepresentativadela
enseñanzadeJesús.
—Loharán,¿no?Alfinyalcabo,loponeenlaBiblia.
—Hummm.PeroimagínatequelaselecciónyorganizacióndetextosdelNuevoTestamentofuera
elresultadodeunprocesopolítico.Unapiezaenlaluchaporeldominio.AlpocodemorirJesús,la
Iglesia ya se dividió en congregaciones y sectas con visiones teológicas muy distintas. Y piensa,
además, que los escritos seleccionados al final eran los que convenían a las ambiciones de los
obisposylaIglesia.¿Queporquépregunto?
Intentodigerirloqueestádiciendo.Unaincipientesospechasemehaarraigadoenelvientre.No
consigoasirladeltodo.PerosemeantojaquePeteresjudío.QueelInstitutoSchimmeresjudío.Y
quealgodelcofredelmonasteriodeVaernevaaconfirmarlacomprensiónjudíadelahistoriadela
Biblia.
—¿MeestásdiciendoquelaBibliadesvirtúaloquerealmentesucedió?—inquiero.
Haceunruidolargoysilbante.
—Pregunto…Mepreguntosilaseleccióndelostextosbíblicosproporcionaunaimagencorrecta
ycompletadelaenseñanzadeJesús.Preguntosialguienteníanecesidaddeadaptarlanuevareligión
detalmodoqueencajaraconlosobjetivospersonalesdelosobisposylaIglesia.
Meencojodehombros.
—Muchos dirán, a pesar de todo, que la Biblia es un libro sobre cómo concebían los judíos la
existenciaysucontemporaneidad.
Peteragarrasucopadecoñac,perocambiadeidea.
—Paranoolvidarunconjuntodereglasdevida—dice.
Apuro mi propia copa y me levanto. Estoy cansado. Ya he oído suficiente historia de la Biblia.
Ahoraquierodormir.
—Personalmente —digo—, estoy inclinado a considerar el cristianismo como una superstición
dedosmilañosdeantigüedadprovenientedeOrienteMedio.
Unolorpeculiar,comoapapelyacarameloquemado,llenalabibliotecadelInstitutoSchimmer.
Esprontoporlamañana.Laluzdeldesiertocaehaciadentroatravésdelascúpulasdecristaldel
techoydescansasobrelashilerasdeestanteríasenformadecolumnastorcidas.Elpolvoflotapor
encima de fila tras fila de libros y cajas repletas de manuscritos en papiro, pergamino y papel. Un
pelotón de investigadores y estudiantes está sentado con la espalda encogida sobre las mesas:
americanosdepelolargo,judíosortodoxos,mujeresconchalycoleta,enérgicosasiáticos,pequeños
hombres con gafas que muerden con frenesí sus lápices. De pronto me doy cuenta de que encajo
comounapartenaturaldeesteentornoligeramenteexcéntrico.
LacoleccióndelibrosymanuscritosestásobretodovinculadaaOrienteMedio,AsiaMenory
Egipto. Hay secciones enteras de tomos en idiomas cuyos símbolos ni siquiera soy capaz de
interpretar.Lacoleccióndelibrosespecializadoseninglésessorprendentementepequeña.
Y por todas partes hay mujeres y hombres encerrados en sus propios mundos de extrañas
especialidadesyámbitos,personascuyaidentidadconsisteenserelmayorexpertomundialentemas
delomásoscuros:tablasescritassumerias,losauténticosautoresdelPentateuco,lainterpretaciónde
los mitos babilonios antiguos, y la influencia de los rituales mortuorios egipcios en los dogmas
precristianos. Deambulo por este éter de saber como un aturdido colegial que no sabe muy bien
dóndemeterse.Yonosoyexpertoennadadenada.Y,abatido,empiezoaasombrarmeantenuestra
infinitaansiaporconocerelpasado.Deprontomeheconvertidoenunarqueólogoquesepregunta
porquénecesitamossabertantosobreelpasado,cuandohaytantascosasqueignoramosdelmundo
actual.
No descubro a Peter hasta que casi choco con él. Está buscando un libro de puntillas en una
seccióndeestantesmarcadacomo«Mitologíaantigua:Egipto-Grecia».
—Uy—digo.
Nos saludamos. Me sonríe inescrutable, como si encontrarse conmigo siempre lo llenara de
alegría.
—Graciasporlodeayer—diceguiñándomeunojo.
—Graciasati.
—¿Quétalestásdeforma?
Loúltimodebedeserunabroma.Quizápiensequeestoyunpocopálido.
Nosalejamosparanomolestaraquienesestáninmersosensuslibros.
—¡Meduelelacabeza!—exclamaconunasuspirofingido.
Nosparamosjuntoaunestanteconmicrofilmes.Nosmiramostentativamente.Comodosamantes
quesepreguntancómodeenseriosetomóelotroeldíaanterior.
—Mecontastealgo—digo,tanteando.
—¿Eso hice? Vaya, vaya. Seguro que te conté demasiadas cosas. Se me suelta tanto la lengua
cuandobebo…Tengoquepedirtequeguardestodoloquehedichocondiscreción.—Conunarisa
silenciosa,mirahacialabiblioteca—.¡Ven!
Me coge del brazo y me conduce a través de un laberinto de pasillos, me hace subir escaleras,
bajarlasycruzarpuertashastaquellegamosaunpequeñodespachoconsunombreenlapuerta.Es
un recinto estrecho y alargado, atiborrado de libros y pilas de papeles. Ante la ventana cuelga una
persiana.Unventiladorgiraeneltecho.
Suspirasatisfecho.
—¡Aquí!Aquísehablamejor—dice,ysesientaenunasilla.
Yo, por mi parte, me dejo caer en un puf al otro lado del escritorio. Tengo que luchar para
adoptarunaposturaqueseamínimamentecómodaynodeltodoindigna.
—¿Yquéesloquecontienenesosmanuscritosqueestáisanalizandoaquí?—pregunto.
—Detalles.Detalles.Detalles.Tediréunacosa:empleamoslamayorpartedeltiempoenrepasar
denuevoviejosmanuscritos.
—¿Denuevo?¿Porqué?
—Porque hemos aprendido. Porque sabemos más que los que leyeron y tradujeron los
manuscritosporúltimavez.Losleemosytraducimosconelsaberactual.¿Cómodeprecisassonlas
traduccionesdelostextosbíblicos?¿Puedeelsaberactualarrojarnuevaluzsobrelacomprensióny
la interpretación de los textos antiguos? ¿Influye el hallazgo de nuevos manuscritos, como los del
MarMuerto,ennuestroentendimientodelostextosbíblicoshalladoshacemástiempo?
—Preguntassinparar.
—Y estoy buscando nuevas respuestas. La traducción de textos de varios miles de años de
antigüedad tiene tanto que ver con nuevas versiones e informaciones como con la lingüística y la
comprensióndelaslenguas.
—¿Yquizátambiénconlafe?
—Desdeluego,tambiénconlafe.
—¿Quépasasiencontráisdatoscapacesdehacerquesetambaleelafe?
Memiraalosojos.Alaluzquedejanpasarlaspersianas,medoycuentadeloturbioquetieneel
blancodelosojos.
—¿Porquécreesquelohacemostodocontantosecreto?—pregunta,contenido.
Meretuerzoenunintentobastanteinútildesentarmemásaltoenelpuf.
—Permíteme que te ponga un ejemplo —dice Peter—. ¿Separó Moisés las aguas del Mar Rojo
con ayuda de Dios, para que los israelitas fugitivos pudieran salvarse y el ejército del faraón se
ahogara al volver las aguas a su lugar? —Coloca los codos sobre el escritorio, junta las manos y
apoyalabarbillacontralospulgares—.Elinstitutohaempleadovariosañosenestudiarelmitode
Moisésylaseparacióndelasaguas.Nuestroslingüistasdescubrieronunposibleerrordetraducción,
odeinterpretación,delafrasehebraicaYamsuph.Quesignifica«unlugartanpocoprofundocomo
paraquecrezcaeljunco».Yamsuph—repitelentamente.
Intentoimitarlo,perosuenaaerrordepronunciación.
PetersacaunatlashistóricodeunaestanteríaybuscalaSdeSinaí.
—Antiguamente, el golfo de Suez se extendía mucho más hacia el norte. —Levanta el libro y
señala el mapa—. Y toda la zona era de poca profundidad y estaba cubierta de juncos. Nuestros
investigadores,unequipointerdisciplinardelingüistas,historiadores,geógrafosymeteorólogos,se
agarraronaesedetallelingüístico.Averiguaronquelosisraelitaspodríanhabercruzadoelmarjunto
aloquehoyendíallamamosellagodeBardawil.
Presionaeldedoíndiceconfuerzasobreelpapel.Yoentrecierrolosojosmientrasmeorientoen
lageografía.
—Hicimos pruebas con una serie de modelos en nuestros simuladores de datos. Aquí las
condiciones del fondo son tales que, si el viento tuviera la fuerza suficiente, si soplara el tiempo
suficiente,seríacapazdeapartarlostresocuatrometrosdeagua.—Conlasyemasdelosdedoshace
como si apartara el agua—. De ese modo Moisés habría podido cruzar el casi seco fondo marino.
Pero… —prosigue, elevando el dedo índice— o bien cuando el viento amainara o bien cuando
cambiara de dirección, las masas de agua volverían a raudales. —Con un golpe seco, estampa la
palmadelamanosobreelatlas.
—¡Hala!—exclamoyo.Nocreoquesuenemuycientífico.Peronosemeocurreotracosa.
Satisfechodesímismo,Peterserecuestaenlasilla.
—O el diluvio universal. ¿Qué pasó en realidad? Nuestros arqueólogos, paleontólogos y
geólogoshanencontradopruebasdequeunasinundacionesexpulsarondelMarNegroaunacultura
deagricultores,hacemásdesietemilaños.
—Yo creía que el diluvio universal afectó a los asentamientos que había entre el Tigris y el
Éufrates.
—Bueno,ésaesunaapuestatanbuenacomocualquierotra.Aquítodosebasaenaventurar.En
hipótesis.Perohemosreconstruidoloquepasóestudiandofuentesantiguas.
—¿Cuáles?
—Bueno,muchas.LaBiblia.Lastablasdeescrituracuneiformedecuatromilañosdeantigüedad,
la epopeya de Gilgamesh, la colección de textos hindúes del Rig-Veda. Y otros documentos
transmitidos,peromenosconocidos.
—¿Yquéesloquehabéisaveriguado?
—Empecemosconlosgeólogos.Encontraronsedimentosdeanimalesdeaguasaladadesietemil
añosdeantigüedadenelMarNegro.Sehabíansedimentadoconrapidez.Comoporunainundación.
Recuerda que el Mar Negro tenía originalmente agua dulce, era un lago interior, separado del
MediterráneoporunalenguadetierrajuntoalestrechodelBósforo.ImagínatecómoelMediterráneo
fuepenetrandopocoapoco,conintensidadcreciente,lafrágilbarreradetierra.Hastaquelareventó.
¡Quémajestuosodebiódeser!Unmarqueinundaotro…Elestruendodelasmasasdeaguadebióde
oírse en quinientos kilómetros a la redonda. A los dos mares les llevó trescientos días nivelar sus
aguas. El Mar Negro se elevó ciento cincuenta metros. Pero como se trata de un territorio tan
enorme,lasfértilestierrasdecultivodelnortedebierondeinundarselentamente.Díaadíalagentese
vioempujadatierraadentroporlacrecida.
—Todaunaexperiencia.—Meestremezco.
—Yahorallegamosalsiguienteindicio.Loshallazgosarqueológicosmuestranqueunacultura
agrariamuydesarrolladaapareció,justoenesosmomentos,enEuropadelEsteyEuropaCentral.
—¿RefugiadosdelMarNegro?
—No sabemos. Pero es probable. El ámbito lingüístico apoya una suposición de ese tipo. Casi
todas las lenguas indoeuropeas provienen de una lengua original que relata el mito de una terrible
inundación.Esosrelatospasarondebocaenbocahastaquefueronescritosdosmilquinientosaños
mástarde,cuandosurgiólalenguaescrita.Creemosqueésepuedehabersidoelorigendelmitodel
diluviouniversalbíblico.
—¿Elmito?CreíaqueloquemásospreocupabaerademostrarquelaBibliatienerazón.
Haceunamuecaincomprensible.
—NodigoqueDiosnometieramanoenesto.
Selevantadepronto,laclasehaterminado,yvolvemosalabiblioteca.Ningunodelosdosdice
nadaporelcamino.
—Hablamosmástarde—murmuradándomeungolpeenelhombro,yseva.
Yomequedoindeciso,soloyaturdidoportodaslasinsinuacionesveladas.
SobrelacrestadePotalaondeabaundragónsolitario.
Siempre me he sentido atraído por los monasterios. El silencio, la contemplación, la
atemporalidad. La música suave. La cercanía a algo mayor, inaprensible. Pero no hay nada en el
InstitutoSchimmerquemelleveasentirqueestoyenunmonasterio.PiensoenPotala,elmonasterio
deLhasasobreelquecorrenmuchosmitos,consustechosycúpulasdoradas.Enmarcadoentrelas
altas cumbres del Tíbet. «Sobre la cresta de Potala ondeaba un dragón solitario». De ese modo tan
intenso acaba, el libro que me proporcionó mi primer encuentro con la vida en un monasterio. La
Bibliahippy,Eltercerojo,de1956,esunaautobiografíaescritaporellamatibetanoLobsangRampa.
Unseductorrelatosobrelavidaenyentornoalosmonasteriostibetanos,unaexistenciaqueincluía
estudios,vuelosamarradosadragones,oraciones,filosofíayviajesastrales.Grandefuemisorpresa
alaveriguarqueLobsangRampanoeraenabsolutounpequeñomonjetibetanoenvueltoenlostrajes
del Este, sino un larguirucho inglés con acento de Devonshire, fascinado por la música new age
muchoantesdequeelconceptosehubieseinventadosiquiera.Nosóloseveíaasímismocomoun
lama tibetano en el cuerpo de un inglés, sino que sostenía también que los gatos se han encarnado
desdeotroplanetaparaobservarnos.¿Estanraroquenopuedasoportaralosgatos?
Estoysiemprealertacontralasilusiones.Todoaquelloquenoescomonosloimaginamos.Hay
algo que no consigo asir en el Instituto Schimmer. No tiene por qué ser muy importante. A veces
tambiénhayalgoquenoconsigoasirenmidespachodelaColeccióndeObjetosAntiguos.Oenmi
pisoalamanecerdeundomingo.
Despuésdelasiestamequedomuchoratoescribiendoenmidiario.Megustaelruidoquehaceel
bolígrafoalrasparcontraelpapel.Escomooírlospensamientos.Unodemispensamientos,queestá
ahoraraspandoelpapel,esqueelInstitutoSchimmeresuninstrumentoparaMacMullin.Puedeque
seaunparanoico.Peroporlomenossoyterco.
Dejoquemisreflexionesseadentren,divagando,enunnebulosobosquedepreguntasymiedos.
Sielinstitutotieneraícesjudías,quizáquierapublicarelcontenidodelcofreparadesvelardeunavez
por todas que los cristianos se equivocaron. Pero si el instituto es cristiano, quizá lo que quiere es
destruirelcontenidodelcofreparaprotegerlafe,laIglesiayelpoder.Elbosquesemequedaalgo
grande, la niebla es demasiado espesa. Aquí hay mucho donde elegir. ¡Dos conspiraciones por el
preciodeuna!
Porlanoche,apesadumbradopormispropiospensamientosforzadosymisabsurdasideas,bajoala
recepciónyentroenelbar.
No veo a nadie que conozca. Pero pocos minutos después llega Peter apresuradamente. Nos
saludamos y encontramos una mesa detrás del piano. El camarero está atento. Viene con café, té y
coñacantesdequenosdétiempoapedirlo.Peteralzalacopaybrinda.
—¿Podríapreguntartealgo?—ledigoconcautela,bebiendosorbitosdelcoñac.
—Claro.
—¿Quécreestúquecontieneelcofre?
—La reliquia de los secretos sagrados —dice lánguidamente, con respeto. Frunce el entrecejo,
pensativo—. Como todos los mitos, es un retorcimiento de la verdad. A lo largo de los siglos, la
Iglesiahamaquilladolahistoria.Comoacostumbra.
—¿Quépiensastú?
—En uno de los manuscritos que hemos revisado aquí, y estamos hablando de textos del siglo
tercero,seinsinúaqueJesúselCristodejóunacoleccióndetextosqueélmismoescribióodictó.
—¿Loestásdiciendoenserio?
—Mmm.
—¿Quétipodetextos?
—¿Cómovoyasaberlo?Nadieloshaleído.Alfinyalcabonoesmásqueunahipótesis.
—Pero¿quéponíaenelmanuscritoenqueloleíste?
—Se apunta que puede tratarse de un conjunto de reglas de vida. De mandamientos. Nuevos
mandamientos, si quieres. El manuscrito estaba en un ánfora sellada en una cámara mortuoria
egipcia. Hemos retenido la información. Hasta que la comprendamos mejor. Al principio no
entendimos el alcance de lo que habíamos descubierto. Pero más tarde caímos en la cuenta de su
relaciónconelcofresagrado.
—Esincreíble.
—El Vaticano perdió los nervios cuando les llegó la noticia. Una delegación papal vino a
visitarnos.Peronuncalosimplicamosenesto.ElVaticanotienemuchasconsideracionesqueatender.
Laverdadsóloesunadeellasy,paradecirlocomoes,bastantesecundaria.AhoraelVaticanoestáa
la deriva, sabiendo que nosotros sabemos algo, pero no exactamente qué. No están del todo
entusiasmados.
—¡Espera! ¿Estás diciendo que el cofre de oro que encontramos en el monasterio de Vaerne
puedecontenerunmanuscritodictadoporJesús?
Peterabrelosbrazosdeparenpar.
—Todoesposible.—Memiradereojo.
—¿PuedeserelVaticanoelquehalanzadoasusagentessobremí?¿Ensupersecucióndelcofre?
—¿Agentes?—Seríe—.ElVaticanotendrásusmétodos.Peroseguroqueestátanacostumbradoa
queloobedezcanquenodebedesabermuybiencómotrataraquienseniegaaactuarcomoéldice.
No,nocreoqueelVaticanovayaporti.
—Siesemanuscritoexistiera,aunquesólofueraenteoría,¿nodeberíasabersemássobreél?
—Anoserquealguienhayaqueridomantenerloensecreto.
—¿Porqué?
—Supongoqueesopuedesimaginártelotúsólito.
Ledoyuntragoalcoñac.
—Sería fantástico —digo—. Datos religiosos desviados… Datos que transformarán nuestra
comprensióndelcristianismo.
—Unaideaamenazadoraparamuchos.
—¿Amenazadora?
—La noticia más llamativa de la historia del mundo. Mayor que el aterrizaje en la Luna. El
evangeliopropiodeJesús.
Laideahacequelacabezamedévueltas.Anoserqueseaelcoñac.
Elbardelabibliotecacierraalasonce.Losinvestigadoreseficientesseacuestanpronto.Almenosen
el desierto, donde los pecados no esperan haciendo cola. Salimos flotando a la recepción, con su
brillantesuelodemármol,casivacía.Peterestáalgobebido.
—¿Tomamosunpocodeairefresco?—pregunta.
Ledigoquemeparecebuenaidea.
Fuera está todo completamente oscuro, se ven las estrellas. El aire tiene una fragancia dulce y
espinas de frío. Peter me enseña las instalaciones, subimos la colina y nos adentramos entre las
higuerasylosolivos.Nosabrimospasoaladébilluzdelcieloylasventanasiluminadasdelinstituto.
Amedialadera,nosparamosbajounárbolqueextiendelasramassobrenosotroscomountecho.
Lacortezaestáagrietadaporlasgarrasdelossiglos.Lalunabrillaenlahojarascacomounfarolillo
japonés. El aire del desierto, sorprendentemente fresco, tiene un efecto embriagador. Como si a la
vueltadelaesquinahubierauncactusburlónsoltandogasesyjugosnarcóticos.
—En tiempos hubo aquí un oasis natural —dice Peter. Inspira hondo por la nariz, como para
saborear los aromas—. Fueron los monjes quienes plantaron los árboles. Y los cuidaron. Es un
milagroquepuedacreceralgoaquífuera.
—¿Quiéneseranlosmonjes?
—Ungrupodejudíosycristianos.Disidentes,rebeldes.Queríanencontrarunanuevacomunidad.
—Seríe;larisatieneuntintevenenoso.
Mimiradabuscaenlaoscuridad.Desdeaquíelinstitutopareceunanaveespacialqueharealizado
unaterrizajeforzosoyestáalrojovivo,derritiéndosesobreelpaisaje.Comosifuerauntrucode
cineencargadoconantelación,unaestrellafugazcruzaelcielo.
—¡Quévisión!—digo.
—Estrictamente no es más que un grano de arena que se prende al entrar en contacto con la
atmósferaterrestre.
Todoestáoscuro,negro,ensilencio.Elambienteprovocaenmílaconfianza.
—¿Quiéneres,Peter?
Conunasonrisa,sesacaunapetacadelbolsillo.Desenroscaeltapónymeofrecelabotellaplana
ycubiertadecuero.
—¿Enelcontextogeneral?
—Empecemosporahí.
—Nadieenabsoluto.
Bebo.Elcoñacarrastraunacolaardientetrasdesí.
—¿Yenuncontextomenor?—Ledevuelvolapetacatitubeando.
Petertomauntrago,seestremece,luegootro.
—Enuncontextomenorsoylaabejamáshacendosadelpanal—exclama.
Nosmiramos.Élmeguiñaunojo,comosisedieracuentadequesurespuestanoesenabsoluto
unarespuesta.
—Parecessabermuchosobreelcofre.
—Sonteorías—diceenvozbaja—.Soyunhombredeciencia.Mividaessaberesetipodecosas.
—Peroloquesabesesmuypreciso.
—¿Quiénhadichoquesé?Estoyconjeturando.
—Puessigamosconjeturando.
—¿Quéesloquetienesenlacabeza?
—Sielcofresagradoexistierarealmente,ysifueralareliquiaqueencontramosenelmonasterio
de Vaerne… —comienzo, pero me interrumpo para mirarlo—. ¿Por qué sería importante para
algunoshacerseconél?
—Supongoquemásbienestánalacazadeloquehaydentro.
—¿Quiénes?
—Puedesertantagente…Investigadores.Coleccionistas.ElVaticano.Agrupacionessecretas.
—¿Yporqué?
—Imagínatequeelmensajedelmanuscritoesdelicado.
—¿Comoporejemplo?
—Porejemploalgoquepuedatocarlosdogmas.
—¿Dequémodo?
—DeunmodotalquelahistoriadelaBibliatuvieraqueserreescrita.
—¿Yqué?
—Te estás haciendo el tonto. La Biblia no contiene, por definición, ningún error. No se puede
corregir.
—Pero ¿tendría alguna importancia práctica que ese manuscrito le diera la vuelta a alguna que
otraideaprevia?
Frunceelentrecejo.
—No lo estás diciendo en serio, amigo mío. ¡Piénsalo! Las reglas de vida cristianas podrían
derrumbarse.Lafedelagenteempezaríaatambalearse.LaposicióndelaIglesiaseveríaamenazada.
Esetipodeminucias.
Silbo.Eltonoesfrágilytembloroso.
—¡Enelpeordeloscasos!—añade.Levantalapetacaydaunsorbosindesviarlamirada.Traga
ruidosamente—.Peronoestoyhaciendootracosaquesuposiciones.
—¡Emocionantesteorías!
—Lahistoriaesemocionante.Desdeluegotambiénporquelahistoriaesinterpretación.
—Interpretarconlosojosdelaposteridad.
—¡Exacto!Parasuscontemporáneos,Jesúseraantetodounafigurapolítica.
—YelhijodeDios.
—Bueno.Hasidomásbienlaposteridadlaquesehacentradoensudivinidad.
—¿Laposteridad?
—Casi.ParasituaraJesúsenlahistoria,hayquerecurrirtantoalamilenariaesperadelallegada
delMesíasdelosjudíoscomoalasituaciónpolíticadeJudeayPalestina.—Selameloslabiosyse
lossecaconlamano.
—Nosoyexactamenteunexpertoeneso—admito.
—El Imperio romano se había vuelto muy poderoso. Judea era una especie de reino local que
teníaaHerodescomorey,peroqueenrealidadestabaregidoporRomaatravésdePoncioPilato.
Para sus habitantes, Roma era una herida lejana e irritante. La sociedad era una casa de fieras de
sectasyagrupaciones,renegadosytraidoresalapatria,sacerdotesyprofetas,bandidos,asesinosy
timadores.
—Comocualquiergranciudaddehoyendía—digo,cogiendolabotella.Elcoñacsabecaliente,
esanestésico.
LaexpresióndePeteresdistante,tieneelgestoabsortodequienesestáninfinitamenteinteresados
enunasuntoypiensanquetodoslosdemásestánigualdefascinados.
—¡Eran tiempos de revueltas! —exclama—. Los zelotes reunieron a los fariseos, los esenios y
otrosenunmovimientopolíticoymilitar,coincidiendomásomenosconelinstantedelnacimiento
deJesús.Jesúsnacióenmediodeunarevueltadecientocuarentaañosdeduración.Ytodo,todoel
mundoestabaesperandolallegadadeunMesías.DeElSalvador.Deunguíapolíticoyreligioso.
—Ylotuvieron.
—Bueno…—Fruncelanariz—.¿Sí?Busquemosenlalengua,enlasemántica.Ennuestrosdías
MesíasySalvadortienenunsignificadodistintoaldeaqueltiempo.MesíasesChristosengriego.En
hebreoyengriegosignifica«elElegido».Unaespeciedereyolíder.
—¿Lafiguradeunguía?
—Exacto.Enrealidad,todoslosreyesjudíosdescendientesdeDavidhabíanllevadoelnombrede
Mesías.Inclusolossacerdotesalosquelosromanosdesignaroncomoreyessellamabanasímismos
Mesías.SusalvadordebíadescenderdelaestirpedeDavid.ElsueñodelMesíasrayabaenlahisteria.
Pero recuerda: no era ante todo una divinidad lo que estaban esperando, sino un rey. Un guía. ¡Un
líder!«Mesías»erauntérminopolítico.LaideadelhijodeDios,talycomoconocemoshoyaJesús,
lesdebíaderesultarbastanteajena.Creían,encambio,queelreinodeDiospodíallegarencualquier
momento.
—PeroesenelhijodeDiosenquiencreemosyaquienadoramosennuestrostiempos.Todavía.
Cientosdemillonesdepersonas.Enmuchaspartesdelmundo.
Peterrecogeunapiedraylaarrojaalaoscuridad.Oímoscómoalcanzaelsueloyrebotaunpar
devecesantesdequedarsequieta.
—Asíes—dice.
Tomountragodelcoñac.
—Pero¿ahorameestásdiciendoqueelcofredeoropuedeconteneralgoquehagatambalearse
esafe?—pregunto.
—Nolosé.¡Laverdadesquenolosé!Quizás…—Inspiraprofundamente—.¿Mepreguntasqué
creo?Creoquetucofrecontienealgo…
Seinterrumpe,comosisehubieradadocuentadequehayalguienenlaoscuridadespiándonos.
Intentovislumbraralgoenlanoche,escucharaversidistingoalgúnsonido,elrocedeunatela,un
piecontraunarama.Peronooigonada.MevuelvohaciaPeter.Élmirahaciaotrolado.Lepasola
petaca. Le da varios tragos pequeños. Después se refresca la garganta con profundas bocanadas de
airefresco.
Escuchamoselsilencio.
—Hasdichoquecreesqueelcofrecontienealgo…
—…quepuedecambiarnuestracomprensióndelahistoria—continúa—.Ydelcristianismo.
Yonodigonada.Peropiensoqueeso,desdeluego,explicaríaelhistéricointerésporelcofre.
Peterencuentraotrapiedraylatiraalanoche.Quizáshayaestadotranquiladurantequinientos
años.Supaseoporlaoscuridaddebedehabersidotodounshock,peroyaestáquietadenuevo.Quizá
duranteotrosquinientosaños.
—¿Podríasseralgomáspreciso?—pregunto.
Élsacudelacabezadeformadébil.
—Pero ¿por qué ese manuscrito tiene que ser necesariamente tan importante? —pregunto—.
Quizásóloguarde…salmos,poemas,lascartasdeamorsecretasdeunPapa.Oalgoasí.
Seechaareír.
—Cuandosellevaunmanuscritodentrodeuncofredeorohastaelfindelmundo,teaseguroque
notieneinstruccionesparalacomprayventadeburros,esoestáclaro.
—¿Dequécreesquesetrataentonces?
Selopiensa.Mientrasreflexionasobremipregunta,meescrutadescaradamente.
—¿Algosobreelcristianismo?—inquiere.Oafirma.Noestoydeltodoseguro.
—¿ElmanuscritoQ?—tanteo.
Haceunruidoaprobatorio.
—Quizá.Quizáno.Laverdadesquenomesorprendería.Perotengolasensación…;no,nocreo
queseaQ.
—¿Porquéno?Esocorroboraríatuhipótesis.
—Bjørn—mepara—,¿quésabesdelInstitutoSchimmer?
Leechounamiradaalpalacioincandescente.Petermepasalabotella.Sóloledoyuntraguito.
—La mayor parte de la investigación que realizamos aquí se publica en las revistas más
destacadas del mundo. O sale en forma de informes, tratados o tesis doctorales. Pero también
llevamos a cabo investigaciones que nunca compartimos con nuestros colegas. Investigaciones que
estánreservadasparaunospocoselegidos.
—¿Sobrequé?—pregunto.
—Sobretextosantiguos.
Por suerte no me mira, porque no creo tener aspecto de estar muy impresionado. Creo que
esperaba algo más emocionante. Tesoros ocultos. Antiguas tumbas de reyes. Misterios de la
Antigüedad nunca resueltos. El secreto de las pirámides. Extraños mapas para llegar a valles
apartados e impenetrables donde el elixir de la juventud surge azul y brillante de los glaciares
prehistóricos.Miimaginaciónesbastantesimple.
—Textosantiguos—repite,ychasquealalengua—,loscódigosdel ADN delascivilizacionesy
delsaber,siquieres.Lasfuentesdenuestracomprensióndelpasado.Y,portanto,lacomprensiónde
quiénessomoshoyendía.
—Pomposaspalabras.Peroentiendoloquequieresdecir.
—Manuscritos originales. Registros y transcripciones. Cartas. Leyes y decretos. Himnos.
Evangelios. Textos bíblicos. Los rollos del Mar Muerto. Nag Hammadi. Manuscritos que
perfectamentehabríanpodidoformarpartedelaBiblia,peroquenuncallegaronaincluirse.Porque
alguienquisoquefueseasí.
—¿AlguienquenoeraDios?
Resopla.
—Desdeluego,Diosno.
—Sinadiesabeloquehayenelcofredeoro,oloqueponeenlossupuestosmanuscritos,¿por
quéloestánbuscandotandesesperadamente?
Peteralzalamirada.Elaireestáclaro.Lasestrellassoncomolecheatravésdelahojarasca.Me
invadelaideadequelaslucesquebrillanenelcielosonelpasado.Lasestrellasmáslejanasdejaron
debrillarmuchoantesdequeseformaralaTierra.
Caminamosalgunospasos.Petersesientasobreunapeña.
—Sisemepermiteapostar,creoquesetratadetextosbíblicos.
Medejocaerasulado.Sientolapiedrafríaatravésdelateladelpantalón.
—¿QuieresdecirmanuscritosoriginalesdelaBiblia?
—Porejemplo.Obientextoscompletamentedesconocidos,perodetodosmodoscruciales.Olos
manuscritos originales de textos conocidos, que demuestran cómo la posteridad ha alterado el
contenido.
—¿DelaBiblia?
Ladealacabeza.
—Sí.¿Tesorprende?
—Enrealidad,sí.¿Alguiensehaatrevidoaretocarla?
—Porsupuesto.
Petersacauncigarrilloyloenciende.Lallamadelmecheroformaunmardeluzenlaoscuridad.
Presiento enjambres de mosquitos que no estamos viendo. El olor del tabaco expulsa el aroma de
árbolesyfloresdeloasis.
—LaBiblianoseescribiódeunavez—dice—.LaBibliafueunatareacolectivadecomprensión
einterpretación.Unosempezaron.Otrosterminaron.Entretanto,ibanmaquillandolashistorias.—
Inhalaysueltaelhumoporlasfosasnasales—.ParaentenderelNuevoTestamento,debemostambién
entender la historia. No se puede resolver la Biblia desgarrándola de la realidad histórica en que
vivíanlosprofetasyevangelistas.
Yogruño.Metomootrotrago.Alguienenciendelaluzdelabiblioteca.Lascúpulasdecristaldel
techoofrecenresistenciaabrillarensuazulneón.Comosilostubosdeneónsehubieranquedado
profundamentedormidosyseopusieranaserdespertados.
—MecuestaverlalíneadeconexiónentrelahistoriadelaBibliayloshospitalariosdeSanJuan
—señalo.
—Ellos llegaron mucho más tarde. Como administradores y protectores del conocimiento que
ocultabaelcofre.Yqueoculta.Loshospitalariostrasladaronsusedegeneralalcastillodecruzados
deAcrecuandoJerusaléncayóenmilcientoochentaysiete.Allísequedarondurantemásdecien
años.—Vacila—.Nosonmuchoslosquesabenqueloshospitalariossedividieronendosdurantesu
estanciaenAcre.
—¿Sedividieronendos?
Tengolaintuicióndequeesedatoesimportante,peroignoroporqué.Enlaoscuridad,losojos
dePetersoncomobrasas.
—Puede parecer que carece de importancia. Muy pocos historiadores e investigadores de
religiones saben que se dividieron. Y mucho menos por qué. La rama conocida históricamente se
trasladóaChipreyaRodas,ymástardeaMesinayaMalta.
—¿Ylaotra?
—¡Desapareció!Omásbiensepasóalaclandestinidad.
—¿Porqué?
—Nolosé.
—¿Pero?
—Podemosespecular.¿Ysilaramaocultaadministraraunsecreto?¿Ysisuúnicafunciónfuera
ladetransmitirunconocimiento?Yladecustodiarlo.
—¿Yquiénibaaencargarsedetodoeso?
—Quizátodavíahayaungranmaestro.
—¿Insinúasqueloshospitalariostodavíatienenungranmaestro?
—Unoquenoconocennisiquieraloshospitalarios.Ungranmaestrosecreto.
—¿Yparaquéloquierensiestansecreto?
—Quizá él sea quien custodia el conocimiento del pasado. Quizá sea él quien necesita el
manuscrito.
—¿Loestáspreguntando?
—Estoyconjeturando.
—Sabesalgo.
Peterarquealascejas.
—¿Yo?¿Quéséyo?¿QuénaricespintabanloshospitalariosenlagélidaNoruega?¿Porquése
lesocurriríaesconderalgoenunoctógonocercadelfindelmundo?
No respondo. Tampoco señalo que sabe lo del octógono. Yo no se lo he mencionado. Debe de
estarinusualmentebieninformado.
—Quizásetratedeunasinstrucciones—digo.
—¿Paraqué?
—¿Paraencontraruntesoro?
—¿Untesoro?—ParecequePeternomeentiende—.¿Quétesoro?
—Bueno…¿Lafortunaolvidadayocultadeladinastíamerovingia?
Seechaareír.
—¿Asíquetúeresdelosquecreenenesashistoriasdebandidos?¿Delosquecreenquealguna
vezenlahistoriahubopersonasquedeverdadescondíansusfortunastanbienquetodavíanosehan
encontrado?
—Laverdadesqueyonocreonada.Estoyespeculando.Comotú.
—Déjame que te diga una cosa: al igual que las teorías históricas sobre conspiraciones de
masonesyjudíos,lasleyendasdetesorosdebendeserdelasmásresistentesyduraderasquehay.
—¿Entonces?Quizáshayaalgodeverdadenellas.
—Elproblemaesquepresuponenqueaunapersonaincreíblementericaseleocurriríaunaidea
tan increíblemente estúpida como la de enterrar o esconder una fortuna en vez de entregársela a
alguien en quien pudieran confiar. —Sonríe—. ¡Recuerda que la gente rica suele llegar a serlo
porqueamaeldineroytodoloqueconlleva!Nadieesconderíasusriquezassincomunicárseloasus
másallegados.
—Sialguienpudieradescubrirlo,supongoqueseríaisvosotros.
Gruñealgoquequizáseaunaconfirmación.
Yocarraspeonerviosamente.
—Peter,¿tufeescristianaojudía?
Tomaaireconunruidosilbanteyesforzado.
—Loqueyocrea—diceenvozbaja—notienegranimportancia.Loquemásmeinteresaeslo
quesé.
Mástarde,unavezvaciadalapetaca,alvolverhaciaelinstituto,Peterestáapuntodecaerseal
tropezar con una raíz. Sólo mi rápida intervención evita que ruede por un despeñadero. Murmura
unos agradecimientos que o bien van dirigidos a mí o a un Dios cuya llama de la justicia arde en
estosprecisosinstantesenelcorazóndePeter.
Nosdamoslasbuenasnochesenlarecepción.
Estoy borracho y mareado y tengo bastantes náuseas. Antes de hundirme en la cama y dejarme
centrifugar por el sueño, me arrodillo ante el inodoro de porcelana blanca (de un modo no muy
distintoaldelosmonjes)yvomito.
Despuésdetomareldesayuno,tantardequeconciertaverosimilitudpodríasercaracterizadocomo
almuerzo—abasedetostadas,huevosrevueltosalgodemasiadocrudos,yogurdeciruelasyzumode
naranjanatural—,dirijomispasoshacialabiblioteca.Enelanticuadoarchivoalfabéticobuscohasta
encontrarVarna,quemeremiteuncentímetromásatráshastaVaerne,dondeencuentroreferenciasa
cuatro libros, y una colección de manuscritos que me cuesta tres cuartos de hora hallar sobre un
estanteadosmetrosdelsueloenelalmacéndelsótanodelabiblioteca.Elbibliotecario,queparece
haber sido formado en una escuela de suboficiales de Uruguay y estar deseando poder recuperar
algunos de los trucos que aprendió en la asignatura optativa Tortura Refinada V-IX, saca los
manuscritos de la caja y los deja sobre una mesa cubierta de fieltro. Pero inmediatamente me doy
cuentadequenovanaservirmedenada:lasletrassonhebraicas.
Pasolasiguientehorahojeandounaobrainglesasobreórdenesdecaballería,enlaquehaymás
de doscientas páginas dedicadas a los hospitalarios de San Juan y tres veces más dedicadas a los
templarios.Encuentrounatesisdoctoralde1921queanalizalafuerzaliterariadelevangelistaLucas.
Según el investigador, el médico Lucas (que probablemente fue compañero de viaje del apóstol
Pablo)eslomáscercanoquetenemosaunnovelistamoderno.Lucasescribeconunempujeépico
que fue del gusto de sus cultos y sofisticados lectores grecorromanos. En su evangelio, y en los
HechosdelosApóstoles,dibujaunaimagendeJesúscomomayestáticoprofetaalmododelAntiguo
Testamento.Inspiradoporlospoetasgriegos,lorepresentacomounafiguraheroicaysemidivina.
Esoleo.
EncuentrountratadodehacesesentaañosqueversasobrelaexposicióndeLucasyJuansobrela
ruptura entre el judaísmo y el incipiente cristianismo. Leo que es Lucas quien crea el concepto de
«cristianos»ensurelatosobreelsurgimientodelanuevafeenelImperioromano.Leosorprendido
que el propio Lucas era pagano y que sus lectores eran, ante todo, personas que se preguntaban si
sería posible ser cristiano y, a la vez, un feliz ciudadano del Imperio. Tan pragmática no es la
disposicióndeJuan.Másquealrestodelosevangelistas,loqueleinteresaeselespíritu,ladivinidad
ylamísticacelestial.Elinvestigador,quesellamaJ.K.Schulzyquesegúnlaportadanacióen1916,
destaca el modo en que Juan deja hablar a Jesús en largos monólogos en los que se declara
abiertamente como divino. Juan describe cómo los judeocristianos fueron apartados primero de la
sinagogaydespuésdeljudaísmo.Peroloquehayenjuegoesmásqueunadisputateológica,según
afirmaelautor.Laluchaentrecristianosyjudíosesunaluchaporelpodereconómicoypolítico.En
resumen,poreldominio.
Mepasohorasmetiéndomeenlospensamientosdeotros,enlasinterpretacionesdeotros.Estoy
buscandoalgoquemeayudeaavanzar,acomprender.Peronoséloqueestoybuscandoytampocolo
encuentro.
Alverqueunodelosordenadoressequedalibre,meapresuroaadelantarmeauninvestigador
judío.Elterminalestáconectadoconlabasededatosdelabibliotecaydelinstituto.
Meconectoconayudadeunnombrecomúnqueestáescritoconrotuladorsobrelapantalladel
ordenador.Elmétodoessencillo:puedobuscarportemas,palabrasclaveyautores.
Ysuscombinaciones.
Paraempezarporalgúnsitiotecleo«reliquiadelossecretossagrados».Salennueveentradas.La
primeraeseltratadodepapá,LlyleworthyDeWitt.Unaráfagadeorgullomerecorrerevoloteando.
Luego encuentro un resumen del mito. Después una serie de referencias cruzadas a Bérenger
Sauniére,losrollosdelMarMuerto,Varna,laordendeloshospitalariosdeSanJuan,elmonasterio
delaSantaCruz,Cambises,Rennes-le-Cháteau,elsudariodeTurín,ClementeIII,Ezequiel,Q,Nag
HammadiylabibliotecadelInstitutoSchimmer.Elrestodelosdocumentossobreelmitoestásujeto
aunaclavedeacceso.
Hay algo en las referencias que despiertan en mí un turbio y desagradable cosquilleo. Como
cuandoreconocesenlacoladelautobúslacaradequientehacíalavidaimposibleenlainfancia.
Llamo a uno de los bibliotecarios y le pregunto si conoce la clave con la que acceder a los
documentosbloqueados.Mepidequemirehaciaotroladomientrasteclealossignossecretos.Luego
carraspea.Yomirolapantalla.
«Noautorizado.Serequierenivel55»,dicenbrillantesletraseninglés.
Merecorreunescalofrío.
Camino ensimismado por el largo pasillo que lleva a mi cuarto. La alfombra del pasillo es verde
oscura.Mispasos,silenciosos.Mesacolallavedelbolsilloyentro.
Loveoenseguida.
LapiladepáginasdeInternetestáexactamentedondeladejé.Peroelhilogrisquemetíentredos
delashojashadesaparecido.Eltrocitodeceloquepeguéalapartesuperiordelapuertadelarmario
sehasoltado.Lacerillaqueintrodujeenelplieguedelamaletaestáenelsuelo.
Nomeasusto.Mecabreo.Conellos.Conmigomismo,quenomehedadocuentadequeestánpor
todas partes. También aquí. Quizás aquí más que en ningún sitio. Peter Levi puede estar pagado
directamente por la SIS, qué se yo. Quizá sea el asistente personal de Michael MacMullin. Quizá
Llyleworthestésentadoenunahabitaciónllenademonitoresyaltavoces,espiándomeconlaayudade
suscámarasdevigilanciaysusmicrófonos.YseestáriendodelasmentirasquemecuentaPeterpara
velarloquecontieneelcofre.
Me vuelvo hacia el techo y amenazo con el puño al poder superior. Por si me está vigilando a
travésdeunalenteinvisible.
Sehanderespetarlascostumbrespropias.Inclusolascostumbresqueaunolecuestamantener.Me
gustadormirlasiesta.Inclusocuandonohecomido.Esunmododedesconectarelcerebro.
Apagolaluz,corrolascortinasbeisymemetoenlacama.Meechoencimalasábanafrescay
rígida.Meencojohastaformarunapelotadepiernas,pielypelo.
Duermodoshoras.Lossueñosnomedejantranquilo.Sonrápidos,intimidatoriosyturbadores.
Mesientorodeadodeenemigosqueseríendemícondesdén.EntreellosveoalprofesorArntzenya
mamá.AMacMullinyaLlyleworth.ASigurdLolandyapapá.Cuchichean,insinúan,seríen.Perose
apartanydesaparecenenlabrumadelsueñocuandointentoacercarmeaellos.
Aldespertar,mesientocomosiestuvieraagujereado.
Como si todo lo que tengo dentro estuviera a punto de derramarse por el suelo. Necesito tres
cuartosdehoraparaquelaconcienciavuelvaasímisma.
Cuandoaparezcoentradalanoche,PeterLevimeestáesperando,medioocultoentrelassombras
delbar.Susojosreflejanlaluzdelavela.Alzalacopadecoñacenseñaldesaludo.Losaludoconla
mano.
—Nopodemosseguirviéndonosdeestemodo—bromeo,ymesiento.
—¿Hasencontradoalgointeresantehoy?
—¿Yvosotros?
Actúacomosinoentendiera.
—Acabodeecharmelasiesta—digo.
—¿Tantarde?
—Duermocuandotengosueño,nocuandomelomandaelreloj.
—Peroentoncesnovasapoderdormirporlanoche—señala,velandopormí.
—Nopasanada.Cuandomemuera,nohabrádefaltarmeelsueño.
Seríe.
—Ayerdijistealgoquemeparecióinteresante—digo.
—Bueno,¡esoespero!
—AlgodequelaBibliaeraunproceso.Yquehuboquienmaquillólashistorias.
Mecogebajoelbrazo.
—Nomegustahablardeestascosasaquídentro.¡Haymuchosoídos!
—¿Nopodríamosvolveralaarboleda?Allíestoyagusto.
Vacíasucopadecoñac.Sinmediarpalabra,noslevantamosysalimosdelbar.Tengolasensación
dequecienmiradasmeardenenlanuca.Peroalvolverme,noveoanadieobservándonos.
Pasamosporencimadelosadoquinesylaplazaasfaltadaynosadentramosenlaarboleda.Todoestá
ensilencio.Empiezoasentirmeencasabajolascopasdelosárboles.
—Paraentenderelhilodemispensamientos—dicePetercuandocaminamosladeraarriba—,hay
queentendereltiempoqueestásestudiando.Supongoquelamayoríatieneunaimageninteriordelos
tiemposdeJesús.PeroestáteñidaporlaversióndelaBiblia.YenelNuevoTestamentotodogiraen
tornoaCristo.
—¿Ynoeraasí?
—Jesús vivió en tiempos turbulentos. Y las cosas no mejoraron cuando desapareció. Los
evangeliosfueronescritosmuchodespuésdequeJesúsvivieraymuriera.Relatabanloqueleshabía
sidorelatadoaellos.Reescribieronlasfuentesescritas.Perotambiénellos,loscronistas,eranhijos
desutiempo.Tocadosporsuscircunstancias,porelespíritudesuépoca.
Nosayudamosapasarsobreuntroncoderribado.Tienelasramasllenasdehojassatisfechasque
parecenseguircreyendoquetodoandabien.Petersesacuderestosdecortezadelpantalónantesde
seguiradelante.
—Tenemosquevercomopuntodepartidalasublevaciónjudía—dice—,lacaídadeJerusalény
la destrucción del templo. Y el sentimiento que embargaba a los judíos tras la humillación que
representó la derrota. Los rebeldes más enconados huyeron al castillo de Masada. Cuando los
soldadosromanosporfintomaronelcastillo,noencontraronanadie.Anadieenabsoluto.Todosse
habíansuicidado,mejoresoquesometersealosromanos.Así,Masadallegóasimbolizarelhonor
judío.
—¿Apesardequeperdieran?
—Sufrieronunaderrota,escierto,pero,detodosmodos,unaderrotallenadeorgulloyarrojo.
Erandemasiadopocos,losromanoserandemasiadofuertes.Peroelfracasodelarevueltasembróla
dudatantoentrejudíoscomocristianos.Necesitabanrespuestas.Jerusalénestabadestruida.Eltemplo
estaba en ruinas. ¿Dónde estaba su Dios? ¿Qué quería Él? ¿Qué opinaba Él? Al no contar con el
templocomolugardereunión,laviejacastadesacerdotesperdiólabasedesupoder.
—Peroalguienestaríapreparado.
—Desde luego. Los fariseos, es decir, los rabinos. Ellos llenaron el vacío que dejaron los
sacerdotes.Fueronlosrabinosquienescondujeronaljudaísmoporsudirecciónactual.
—¿Yloscristianos?
—Losnuevoscristianosseguíanperteneciendoaljudaísmo.Yestabanaúnmásaturdidos,sicabe.
¿Dónde estaba el reino de Dios que les habían prometido? ¿Dónde estaba el Mesías? Ésas eran las
preguntas que intentó responder Marcos. Redactó su evangelio en el año setenta. Cuarenta años
despuésdelacrucifixióndeJesús.Fueélquienescribióelprimerevangelio,aunqueestécolocadoel
segundoenelNuevoTestamento.Perocuandolohizo,habíanpasadoyacuarentaañosdelamuerte
deJesús.Esoesmuchotiempo.
Nosdetenemos.Peterenciendeuncigarrillo,logirahaciasíycontemplalabrasaaltiempoque
dibujacírculosenlaoscuridad.
—Durante aquellos años, la historia de Jesús era transmitida en forma de narraciones orales e
himnos—continúa—.Enlaspequeñascomunidadescristianasserelataba,alaluzdelashoguerasy
las chimeneas, lo que se les había relatado a ellos. Algunos alteraban un poquito las historias.
Quitabanalgo,añadíanalgo.ContabanlasparábolasylosmilagrosdeJesús.Repetíansuspalabrasy
susacciones.Loquecompartíaneranrecuerdos,perocoloreadosdeesperanzasysueños,deanhelos
históricosdelpasado.Hechosfundidosconleyendas,mitosehimnos.
Enalgúnsitioanomuchadistancia,comienzaafuncionarelgeneradoreléctricodelsistemade
riego.
—MuchosinvestigadorespiensanqueMarcosescribíadesdeRoma;otros,quedesdeAlejandríao
Siria.PerotodosestándeacuerdoenquetantoMarcoscomosuslectoresestabanenelexilio,fuera
desupatria,quehablabangriegoyque,porlotanto,noconocíanbienlascostumbresjudías.
—¿Erancasicomoextraños?
Asiente,pensativo.
—Enciertomodo.Esaspersonasestabanbuscandosusraíces.ElevangeliodeMarcosfueescrito
justo después del fracaso de la revuelta. ¡Imagínate su estado de ánimo! Estaban desesperados.
¡Indignados! Necesitaban volver a creer, necesitaban esperanza. Muchos de ellos habían sentido el
abusodelosromanosensupropiocuerpo.
Unaagradablebrisarecorrelaarboleda.Arrastraconsigovagosaromasqueduranteunmomento
enmascaraneloloratabacoperfumado.
—De acuerdo con el espíritu de sus tiempos, dibujó una imagen de Dios misteriosa, divina. En
Marcos,Jesúsnoesunrevolucionario;encambio,paramuchoslofuehastalarevuelta.Jesústenía
unadimensiónmásprofunda.Unacualidadquehageneradoloqueloshistoriadoresdelareligión
llamanelmisteriodelMesías.
—¿Quéquieresdecir?
—Lagentedebeintuir,peronocomprenderquiénes.Envuelvesuidentidadenniebla.SóloJesús
sabeloqueJesústienequehacer.SumisiónenlaTierranoesladeobrarmilagros.Enaqueltiempo
losmilagrosnoeranmásqueloquehacíacualquierhombresabio.PerosóloJesússabíaqueerael
hijodeDios.LlegóalaTierraparasufrirymorir.Parasalvaralahumanidad.
—Noespocacosa.
Peter sostiene el cigarrillo entre las puntas de los dedos e inhala el humo con los ojos medio
cerrados.Abajo,enelinstituto,veoqueenunahabitaciónseenciendelaluzyenotraseapaga.Intuyo
unasombratrasunacortina.Petersacasupetacaymelatiende.Laharellenado.Bebountragode
coñacyseladevuelvo.Elmirahaciaelfrente,bebeunpoco,melapasadenuevoydice:
—Mateo tenía un círculo de lectores completamente distinto al de Marcos. Mateo era un judío
cristianoqueescribiósuevangelioquinceañosmástarde.HabíaleídoaMarcoseincluyólamayor
parteensutexto.LoslectoresdeMateosonjudíosycristianosdesutiempo.Hanhuidoapueblosdel
nortedeGalileayelsurdeSiria.Tambiénallílosrabinossehanhechocongranpartedelpoder.Los
cristianos son una minoría. Para Mateo es importante destacar que Jesús es tan judío como
cualquiera. No es una casualidad que abra con la tabla genealógica de Jesús, que se remonta hasta
Abraham.AunqueesunaparadojaquesealalíneadeJosélaquesigue,yaquenoseconsideraque
JoséseapadredeJesús.
Nosreímosquedamente.
—Mateo intenta crear una imagen de Jesús al modo de Moisés. En su obra, Jesús habla a su
pueblo desde una montaña, como Moisés, y se le atribuyen cinco sermones como ése, que se
corresponden con los cinco libros de Moisés. Yo diría que Mateo quería que sus lectores creyeran
queJesúseraaúnmásgrandiosoqueMoisés.SilosfariseosdestacantantoenMateo,sedebeaque
sonprecisamentelosfariseosquienesindignanasuslectores.Traslarevuelta,supodercreció.Los
fariseosyloscristianosseestabandisputandolaevolucióndeljudaísmo.
Peterhaceunabrevepausaysuspira.Mirasucigarrillo,aplastalabrasaentrelasyemasdelos
dedosytiralacolilla.
—Fueotrainsurrecciónlaque,deunavezportodas,separóajudíosycristianos—prosigue—.
Sesenta años después de Masada, otro popular revolucionario judío, Bar-Kochba, lideró una nueva
revuelta contra los romanos. Se decía descendiente del rey David y se llamaba a sí mismo Mesías.
Losjudíosempezarondenuevoamoverse.¿Eraélaquienhabíanestadoesperando?¿Habíallegado
por fin su Salvador? Fueron muchos los que se reunieron en torno al nuevo héroe. Pero no los
cristianos. Ellos ya tenían su Mesías. Bar-Kochba condujo a sus partidarios a unas cuevas no muy
alejadas de Masada. Los romanos encontraron el escondite y lo sitiaron. Algunos de los judíos se
rindieron.Otrosmurierondehambre.EnlacuevadelosHorrores,losarqueólogoshanencontrado
recientemente cuarenta esqueletos de mujeres, niños y hombres. En la cueva de las Cartas se
encontraroncartasdeBar-Kochbaquemuestranqueaúnteníalaesperanzadepoderaguantar.Esono
fue lo que ocurrió. Con Bar-Kochba murió también la fe de los judíos en la llegada de un nuevo
Mesías.
—¿Yloscristianos?
—SeguíanaguardandoquevolvieraJesús,talycomohabíaprometido.
—Pero¿nopasónada?
—Nadadenada.Tantoentrecristianoscomoentrejudíos,laesperanzadelReinodeDiossetornó
más abstracta, más espiritual y menos concreta. Se puede decir que el cristianismo tiene dos
fundadores: Jesús, con su enseñanza cálida y, en realidad, sencilla. Después el apóstol Pablo, que
transformóaJesúsenunafiguradivinaymitológicayañadióasudoctrinaabstractasdimensiones
religiosasyespirituales.
—PerosiJesúsnoeramásqueunafigurapolítica,desapareceelfundamentodelcristianismo.
—Yunadelasvigasmaestrasdelaherenciaculturaldelacivilizaciónoccidental.
Conesetipodepensamientosnosquedamoscontemplandolaoscuridad.
Algoempiezaapitar.Alprincipionoentiendoquéesesesonido.PeroprovienedePeter.
—Eselbusca.—Sonríeamododeexcusa.Losacadeunbolsillorebeldeyentrecierralosojos
paraleerelmensajesobrelapequeñapantalla—.Hacefrío—dice—.¿Volvemos?Nosdatiempoa
beberalgocalienteantesdequecierren.
Conlamiradafijasobreeloscurosendero,bajamosconcuidadohaciaelinstituto.
—¿Creesqueseráalgoasíloquepodríarevelarelmanuscritodelcofre?¿Algoquepuedeponer
lafiguradeJesúsbajootraluz?—inquiero.
—Noesunasuposiciónnadainverosímil.
—Mepreguntoquéserá.
—Eneso—diceriéndose—,creoquenoestássolo.
Larecepciónestácalienteyacogedora,llenaderuidos.MúsicayvocesdelaCámaradeEstudiantes.
Unteléfonosuenaimpaciente.Traselmostrador,unaalarmapitadecididamenteporlobajo.
Petermemeteenelbarymeencargaquepidamientrasélseocupadealgoimprescindible.
—Lavejiga—susurraarqueandolascejas.
Acabandeservirelcaféyeltécuandovuelve.Sucaratieneungestoextraño.
—¿Ocurrealgo?—pregunto.
—Nadadenada.
Melanzosinrodeos:
—Peter…¿ConoceslaSISdeLondres?
—Porsupuesto.
Queloadmitamesorprende.Pensabaqueseguiríahaciéndoseelignorante.
—¿Porquélopreguntas?
—¿Quésabesdeellos?
Arquealascejas.
—¿Quéquieressaber?Financiangranpartedenuestrainvestigación.Colaboramosestrechamente
envariosproyectos.
—¿Estoyyoimplicadoenalgunodeellos?
—Nosabíaqueestuvierassiendoinvestigado.
—Almenossoyobjetodeatención.
—¿PorpartedelaSIS?
—Desdeluego.
—Qué curioso. Van a organizar una conferencia aquí el fin de semana. Nuevos conocimientos
sobreetimologíaetrusca.
—Quécurioso—repito.
—¿Porquéestáninteresadosenti?
—Esoyalosabes,hombre.Estánbuscandoelcofre.
—Ah,ya.—Nodicenadamás.
—Yempiezoaentenderporqué.
—¿Hascontempladolaposibilidaddequepuedantenerlegítimoderechoareclamarlo?
Loheestadoesperando.LaseñalquemostraraquetambiénPeteresmásqueuncasualsatéliteen
órbitaentornoamiexistencia.
—Quizá…—concedo.
—Supongoqueloúnicoquepretendenesestudiarloquehaydentrodelcofre.
—Seguro.
—Parecesescéptico.
—Estánintentandoengañarme.Todos.Tútambién,supongo.
Loslabiosseleretuercenenunasonrisa.
—¿Asíqueestoesunasuntopersonal?
—Unasuntopersonalengradosumo.
El camarero que nos ha traído el café y el té se nos acerca con una nota que le entrega
discretamenteaPeter.Élleechaunamiradayselameteenelbolsillo.
—¿Estápasandoalgo?—pregunto.
Élmiralacopasinpestañear.
—Eres duro de pelar, Bjørn Beltø. —El tono parece de admiración. Y por primera vez casi
consiguepronunciarcorrectamenteminombre.
—Noereselprimeroquemelodice—apostillo.
—¡Mecaesbien!
Al acabar la copa, los ojos se le han vuelto pacíficos y distantes. Después me sorprende al
levantarse y desearme buenas noches. Había pensado que se quedaría para interrogarme. O para
ofrecerme dinero. O quizá para amenazarme veladamente. En su lugar me da la mano y me la
estrechaconfuerza.
Al irse, me quedo bebiendo el té tibio mientras contemplo a las personas de mi alrededor; un
bulliciotenue,rodeadodehumoyrisas.
Avecesparecequetodoslosdemásnosonmásqueextrasentuvida,contratadosparaestartodo
el rato donde estés tú, pero sin pedirte cuentas, y que las casas y los paisajes son decorados
construidosatodaprisaparaperfeccionarunailusión.
Eltétieneenmíunefectoextremadamentediurético.Trasdostazasmeveoobligadoaatravesar
elmontóndegente,pasarlasalidadeemergenciaeiralserviciodecaballeros,queestálimpiocomo
unapatenayhueleaantiséptico.Intentoevitarvermeenelespejomientrashagopis.
Supongo que es pura suerte. Al volver a salir vislumbro, a través de la multitud de brazos y
cabezas,alcamareroconversandocontreshombres.Mequedocompletamentequieto.Sialguienme
hubiera mirado, habría creído que me había convertido en una columna de sal. Completamente
blancoycompletamenteinmóvil.
A través de la gente veo a Peter. Veo a King Kong. Y veo a mi viejo y buen amigo Michael
MacMullin.
Antelaentradaprincipalencuentrounsoporteconmodernasbicicletasdemontaña,queseusan
entre los edificios del complejo. No tienen candado. Están para cogerlas prestadas. ¿A quién se le
ocurriríarobarunabicicletaeneldesierto?
Lalunabrilla.Amialrededortodoesoscuroeinfinito.Intuyolasmontañasenlalejanía,peronocon
losojos,intuyounacurvaturaenlaoscuridad.Todoesgrande,llanoynegro.Tengolaimpresiónde
que avanzo sobre puro aire. Mi atención alterna entre el cielo que forma cúpulas sobre mí y la
proyeccióndelfarodelabicicletaque,temblorosamente,searrastraporelasfalto.
Tengofrío.Tengomiedo.Asíescomodebedesentirseelastronautacuando,flotando,sealeja
cadavezmásdesunaveespacial.
No hay ningún ruido. No hay coyotes ladrando ni lejanos silbatos de tren ni grillos cantando.
Todoloqueoigodentrodeestacúpuladesilencioeselsonidodelabicicleta.
Lanochenotienefin.Laluzdelalunaesplanayfría.Enlatenebrosaoscuridad,laluzdelfaro
delabicicletasevacomiendolalíneacentralmetropormetro.
Hacia el amanecer, una raya amarilla se desliza a lo largo del horizonte. He intentado pedalear
hastaempezarasudar,perolosdientesmesiguencastañeteandodefrío.
Me paro junto a una piedra rojo óxido, sin aliento y tiritando. Me quedo sentado sobre el duro
sillíndelabicicleta,disfrutandodelaaurora.
Cuandoteníaochoaños,papáyTrygvemellevaronporprimeravezaunasauna.Habíamoshecho
unalargaexcursiónesquiandoconunfríointenso,y,cuandomepropusieronentrarenlasauna,fue
comosimeinvitaranaparticiparenlosritualessecretosdelosadultos.
Mepasélosprimerosminutossentadofirme,buscandoelaire.Luegopapávertióuncazodeagua
sobrelaspiedrasincandescentesdelaestufa.
Eneldesiertonohayningunapuertademaderaporlaquehuir.
Elcalormerodeacomounatoallaempapadaenaguahirviendo.Elaireestácargadoydenso.El
calorsemeciñealcuerpo.Meduelerespirar.Losrayosdesolmetaladranyaprisionan.
Pedaleoconmovimientosmecánicos.Cadapedaladaesunasuperación.Deprontodescubroque
mehebajadodelabicicletayquelaempujoconlamano.
Elairevibra.Elcaloresunapareddegomapegajosa.
Oigo el coche mucho antes de que aparezca. Por eso me da tiempo a salir de la carretera y a
escondermeenunazanja.Algunosminutosmástardepasaatodavelocidad.
UnMercedesconcristalestintados.
Porsiacaso,yparareunirfuerzas,mequedotiradoenlazanja.Algunavezhuboallíunarroyo.
Deesohacemuchotiempo.DebiódeserenlaAntigüedad.
Tengosed.Nohecogidonadaparabeber.Nohacíamuchocalorcuandomeheescapado.Creía
que me costaría unas cuatro horas llegar desde el complejo hasta la civilización. Cuatro o cinco
horaspodríaapañármelassinagua.Esopensaba.Siesqueaesoselepuedellamarpensar.
En el lecho seco del arroyo la pizarra y la arena rojiza se distribuyen en capas irregulares. El
surcoseextiendehaciaunpeinedemontañasvioletasylejanas.Justodelantedemisojoscorreun
insectodelargaspatas.Tieneelaspectodeunamutaciónradiactivaentreunabejorroyunaaraña.Así
quehayalguienqueviveporaquí.
Elsolmerasguñalacaraylasmanosymepresionaconimpaciencialoshombros.Losrayosde
solpesanvarioskilos.Sinohubieratenidolabocatanseca,habríaescupidosobreunapiedrapara
versielaguaseevaporaba.
Empujo la bicicleta de vuelta a la carretera. Tras apenas unos minutos empiezan a subirme
llamaradasporlaespalda.Duranteuntrechoprueboacaminardeladoguiandolabicicleta.Elasfalto
estáhirviendo.Voypisandopegamento.Sobrelacarreteravibralabruma.Elcorazónmemartillea.
El sudor de la frente se me mete en los ojos. Lentamente el aire va perdiendo oxígeno. Me cuesta
respirar, he de concentrarme para no hiperventilarme. A través de la película de lágrimas voy
buscando un arroyo, una fuente, algo que dé sombra. El calor me comprime. Los ojos me
hormigueanennegro.Lafranjadelavisiónseestrecha.Comocuandomirasmalatravésdeunos
prismáticos. Pero la sed todavía no me ha llevado a la locura. ¡Si por lo menos se me hubiera
concedidounaalucinación,unafatamorgana,uncoloridooasisdelpatoDonald!Perotodoloque
veoesunyermomardepiedras,calorymontañaslejanas.
Arrodilladosobreunasrocasjuntoalbordedeunahondonada,queenalgúnmomentopudoseruna
fuentedeagua,vuelvoenmí.Labicicletahadesaparecido.
Melevantoaduraspenasymequedotambaleándomeybuscandoelcamino,labicicleta,algoen
lo que pueda fijar la mirada. Tengo la lengua encajada en la garganta, hace ruidos secos y
chasqueantes.Micabezaestáapuntodereventar.Estoymareado.Tengonáuseas.Peronosalenada.
Mecaigoderodillasyjadeo.Mirohaciaarriba.Elsolardeenblanco.
Después,yanorecuerdomás.
6
ELPACIENTE
Me han taladrado el cráneo con una clavija, me han untado la cara con sosa cáustica y han
introducidomismanosenjarronesconlavahirviente.
Oigolaspulsacionesdeunaparatoelectrónico.Elsonidoevocalaresonanciadeltictacdelreloj
depareddecasa,delpalaciodegrajos.Huecayregular.Larespiracióndeltiempo.Sedescomponía
alsonarcadahora.
Mamá dejó de darle cuerda el día que enterramos a papá. Inmóvil, llevaba el testimonio de la
desaparicióndepapáydesupropiamuerteinteriorysilenciosa.
—Bjørn Beltø, ¡eres duro de pelar! La luz es tenue. Inspiro con cuidado, espiro, vuelvo a inspirar.
Losdoloresardensinllama.
Bjørnillo…,tienesquedespertar…Bjørnillo…,principito…
Estoy tumbado en una habitación con techos infinitamente altos. El cuarto huele a viejo. Las
paredesestánlimpiasyencaladas.Unagrietafinísimacruzaeltechoconmanchasdehumedad.
—¡Despierta!—dicelavoz.
Unbiombodetelaverdeclaro,mediotransparente,protegelacama.
Alhumedecermeloslabioscortadosconlalengua,semeagrietalapieldesdelacomisuradelos
labioshastalassienes.Micaraesunamáscaradeporcelanaquehapasadodemasiadotiempoenel
hornoyqueseresquebrajaencuantoalguienledaconlapuntadeldedo.
Bjørnillo,¡despiertaya…!
En el antebrazo me han abierto una vía. De una bolsa colgada sobre la cama sale un tubo. El
líquidosedeslizalentamenteporlasagujasypenetraenmisangre.«¿Elsuerodelaverdad?»,pienso.
SodiumPentothal,queengrasaconaceitelaszapatasdefrenosdelamente.
Lavoz:
—¿Estásdespierto?
Nosésiestoydespiertoosiestoysoñando.Quizásestéenunhospital.Parecequehanabarrotado
unahabitacióncualquieraconequiposmédicos.Paracuidarme.Oquizáparaengañarme.
Alzolasmanosvendadas.Escomolevantardospesasdeplomoardiente.Mequejo.
—Autocombustión—dicelavoz.
Hayalgoconocidoenella.
Dejocaerlacabezahaciaunlado.
Leveolasrodillas.
Tienelasmanosrecogidassobreelregazo.
Comounabuelopreocupado,MichaelMacMullinestásentadoenunasillajuntoalacama.Sus
ojosmemirandearribaabajo.
—Quemaduras de segundo y tercer grado en las manos, la cabeza y la nuca. Insolación, por
supuesto.Deshidratación.Podríahaberacabadomuymal.
Jadeo.Concuidadoalzolacabeza.Enrealidad,tengolasensacióndequehaacabadomuymal.
Contorpesmovimientosintentoincorporarme.Memareo.Meagarroconambasmanosalostubos
deacerodelacama.
—Casinoteencontramos.
No lleva armas, pero eso no significa nada, claro. Seguro que tienen maneras más humanas de
deshacerse de albinos molestos. Como una inyección. O quizá nos aten desnudos a un poste en el
desiertoyconvoquenalashormigas.
Detrás de la tela intuyo una figura en forma de sombra gris; ligeramente echada hacia delante,
escuchando.
No creo que hayan transcurrido muchos días. El tiempo vuela cuando te lo pasas bien. Al otro
ladodelaventanaelvientosuenaentrelashojas.¿Roble?¿Álamo?Estoytumbadodemasiadobajo
parapoderverlo.Peronotoenelcuerpoqueyanoestamoseneldesierto.Elsolesmásbondadoso,
laluz,mássuave.Elairehueleaabonoyavegetación.
—¿Dóndeestoy?—consigodecir.Eldesiertomehallenadolascuerdasvocalesdearena.
—Aquíestásseguro,Bjørn.Notengasmiedo.—Suvozestemplada,suave,cálida.
Noconsigoapartarlamiradadelafiguraquehaytraslatela.
—Teestándandomorfinaparalosdolores—continúa—.Yunapomadaestupendaabasedeáloe
vera.Quizálamorfinateprovoquealgodesueñoomareos.
Mientras lo miro, sin responder, los ojos se me cierran solos. Un poco más tarde lo oigo
marcharse.
Lasombrahadesaparecido.
Esa noche bebo algo así como mil litros de agua. Una enfermera viene de vez en cuando para
comprobarqueestoybienyquelamorfinafunciona.Funcionaperfectamente,gracias,lasfantasías
sondeliciosas,lamayoríaimplicanaDiane.
Delirando,esperosusiguientepaso.
EsDiane.
Unlevetoqueenlapuertamesacadelsoporalamanecer.Buscolaspalabrashastaquerecuerdo
que«adelante»sediceigualeninglésqueennoruego.
Unavozclarapregunta:
—¿Quétalestáshoy?
Eltonoescálidoyfríoalmismotiempo—tímido,solemne,vacilante—,comosiyollevarados
añosenlaguerraymehubierandevueltoamiamadasinbrazosnipiernas.
Dianecruzadirectamentehastalaventana.Allísequeda,casidándomelaespalda.Hacerradolos
puñosylosaprietacontraelpecho.Porlaespaldaveoquerespirarápidayhondamente.Oquellora.
Ambosesperamosqueelotrodigaalgo.
—¿Dóndeestoy?—pregunto.
Ellasegiradespacio.Tienelosojosrojosyllenosdelágrimas.
—¡Quépintatienes!—dice.
—Mediunavuelta.Poreldesierto.
—¡Podríashaberacabadomuerto!
—Esoesloquetemía.Poresohuí.
—Esmipadre.
Estátanmonaahídepie…Angelical.
—¿Meestásoyendo?¡Esmipadre!—repite.
—¿Quién?
—¡MichaelMacMullin!
Memirolasmanos.Nomelleganiunsentimientoalasuperficie.Nosesueltaniunapalabra.La
miro.Ellaesperaquedigalaspalabrasclave.Nolohago.Melimitoaintentarcomprender.
—Nolomalinterpretes—diceenvozbaja.Seacerca.Seaprietalospuñoscontraelpecho—.No
esloquetúcrees.
Mequedocallado.
—Fueunacasualidadquenosconociéramos.Túyyo.Quenos…gustáramos.Fueunacasualidad.
Me fascinaste. Lo siento… Descubrieron mis búsquedas en el ordenador —explica, y carraspea—.
Papámepidióayuda.
Finalmentelamiroalosojos.
—¿Ylosayudaste?
—Nocreasque…—Seinterrumpe,laspalabrasseleagarranalagarganta.
Amímecuestarespirar.Elcorazónmelateconmuchafuerza.
—YaentiendoporquéteníastantointerésenacompañarmeaNoruega.
Elladaunpasohaciamíysepara.
—Bjørn,¡nofueasí!Nocomotúcrees.Estodotandifícil…Nopretendía…Noqueríaque…Son
muchaslascosasquenosabes.Mucholoquenocomprendes.
—Enesotienesrazón.
—Nofuenadaplaneadopornadie.Noesqueyohicierauntrabajoparaellos.Túyyo…Lode
papáhabríaocurridoencualquiercaso.Sóloquenoslofastidió.
—Podríamosdecirloasí.
—¿Porquénoseloentregasyyaestá?Elcofre.Notesirveparanada.
Ahídepie,Dianemerecuerdabastanteamamá.Tantolafiguracomoelmodoenquegesticula.
Escuriosoquenomehayadadocuentaantes.
—¿Meodias?—Sesientasobrelacamaymemiraprofundamentealosojos.
—¿Noestásescuchandoloquedigo?—preguntacontenida.Parecequenopuedesoportarloque
hahecho—.Losayudéparaacabarconesto.¡Porti!
Digiero las palabras una a una. Como irresistibles canapés untados de veneno de efecto lento.
Estudiosusojos.Paraversilodicedecorazón.Osidisponedeunarsenaldeclichésyfraseshechas
paracasoscomoéste.
—Perohayalgomás…—añade.
—¿Sí?
—Nosotros…
—¿Qué?
—Túyyo…—empiezaotravez.
—¿Quéintentasdecirme?
—Bjørn,nosotros…
Cierralosojoscontantafuerzaquedalaimpresióndequelesestáexprimiendolaslágrimas.
—¿Diane?
—¡No…aguanto…más!—Cadapalabraesunparto.
Poso mi mano vendada sobre la suya. Juntos escuchamos nuestras respiraciones. El ruido del
aparato.Fueraoímosuntractorlejano.Elvientoacaricialashojas.Alguienestádandomartillazos.
UnaVespinoconundefectoenelsilenciadorarrancay,lentamente,esabsorbidaporelsilencio.
—¿Nopodríasasumirqueestotequedademasiadogrande?—preguntacondelicadeza.
—¿Quéestáshaciendoaquí,Diane?
—Fueronabuscarme.
—¿ALondres?
—Metrajeronenavión.
Loslatidosdelcorazónresuenanenmirespiración.
—¿Quéesloqueestápasandoenrealidad?
Ellahacealgocurioso.Seechaareír.Hipidosderisaclarosyaltos.Albordedelahisteria.No
entiendoloqueleocurre.Perosemepega.Sonrío,yconlarisasemeenciendetaldolorquemedeja
amodorrado.
Cuandovuelvoadespertar,Dianehadesaparecido.
Mástardelaenfermeraregresaconunainyeccióngigante.Seríealvermigestodepánicoyme
tranquilizaconlamano.
—¡Medicina!—diceenmalinglés,señalandolabolsasuspendida—.Buenaparati,oui?
—¿Dóndeestoy?
Ellaintroducelajeringuillaenelgrifodeltuboymuevelacabezaparareconfortarmemientras
inyectaellíquido.
—Porfavor,¿dónde…estoy?
—¡Sí!¡Sí!
Sigoconlamiradalacorrienteamarillentaquesedeslizalentamentehaciaeltubodelbrazoyme
borralosdoloresylaspreguntas.
MacMullinvuelveavisitarmeporlatarde.Lapomadaylasmedicinaspalianeldolor,perolapielme
escuece y me pica, y la morfina me deja el cerebro como una aguachirle por la que flotan los
pensamientos.
—¡Ah!¡Tienesmuchomejoraspecto!—exclama.
Mentiras.
Acercalasillaalbordedelacama.
Intento incorporarme. La piel se me ha quedado dos tallas demasiado pequeña. A pesar de la
membranadeentumecidaindiferenciadelaanestesiademorfina,noconsigoreprimirungemido.
—Setepasará—dice—.Elmédicoaseguraquelasquemadurassonsuperficiales.
—¿Cuándopodréirmeacasa?
—Encuantoestéslobastanterecuperado.
—¿Noestoyprisionero?
Seríe.
—Supongoqueprisionerosestamostodos.Perotúnoeresmiprisionero.
—Quisierapensarunaseriedecosas.
Sepasalosdedosporelpeloplateado.
—Imaginoquetúnuncahacesnadaapresuradamente,Bjørn.
—Bueno,puedoserespontáneo.Almenosunpoco.¿DóndeestáDiane?
—¿Diane?—Lamiradaseleoscurece.Nodicenada.Abrelaboca,perovuelveacerrarla.Intento
leerleelrostro.
—Yaséqueeressupadre.
Norespondeenseguida.Escomosituvieraquepensárselo.
—Sí—dicealfinenvozbaja.Suenaasuspiro.Comosinoestuvierasegurodeltodo.
—Esoexplicabastantescosas.
Meclavaunamiradahosca.
—¡Escucha!¡Ellanuncatehahechonadamalo!¡Nuncatehatraicionado!¡Nunca!
—Ella…
Alzalamanoparafrenarme.
—Nomás.Ahorano.—Unpensamientoqueevidentementelehacegracialeanimalacara.Los
labios se le mueven en silencio, medio sonriendo. Embrujado, contemplo su cambio de escena
interior.Escomoescucharaescondidasunaconversaciónquemantieneunermitañoconsigomismo
—.Somosunpardecabezotas,Bjørn.
—Hablaportimismo.
—Noquieressoltarelcofrehastaquehayasexprimidomisconocimientos.
—Noestuconocimientoloqueestoybuscando,MacMullin.
—¿Quéesentonces?
—Sólolaverdad.Sobreelcofre.Sobreloquehaydentro.
Memiraalosojosyrespiracondificultad.
—Paraprotegeresesecreto,amigomío,lagentehadadolavida.
—Aveceseresunpocomelodramático.
Suexpresióndesorpresaseresuelveenunarisaalegreycantarina.Lasofensasnuncalehacen
mella. Para aquellos de nosotros que usamos la ironía y el sarcasmo como arma, se trata de una
cualidadinsoportable.
—Resulta curioso ver cómo dos testarudos como tú y yo estamos tirando de cada uno de los
extremosdelacuerda.Yoquieroelcofreparaprotegersusecreto.Ytúnoquieressoltarlohastaque
sepasloqueoculta.
—Novayasacreerquemedaspena.
—Tampocoteloestoypidiendo.
—Dime,¿porquéibaacreerte?
Ladealacabezaamododepregunta.
—Mehashabladodeunamáquinadeltiempo,MacMullin.Winthropasegurabaquesetratabade
unanaveespacial.Peternoparadehablardesusetéreasteoríasteológicas.¿Quéhedecreer?¡Estáis
mintiendo,todos!
Memiraduranteunbuenrato.Susonrisaessocarrona.
—Queríamosaturdirte—confiesa.
—Pueslohabéisconseguido.¡Felicidades!Misióncumplida.¡Estoyaturdido!
—Nadadeloquehacemossucedesinsentido.
—¡Tejuroquemelocreo!
—Perointenta,siesquepuedes,entender.Laideanuncafuequeelcofreacabaraentusmanos.
No eres más que un factor molesto, Bjørn. No debes juzgarnos porque hagamos lo que sea para
recuperarlo.
—¿Loquesea?
—Yasabesaloquemerefiero.
—Claro.Queríaisaturdirme…
—… Y darte una explicación que nadie fuera a creer si la contabas. Pero que de todos modos
fueratanfantásticaquepudierajustificarnuestrosesfuerzosparasalvarelcofre.
—¿Salvarlo?Perosilotengoyo.
—Justo.
Selevantaymecogeconcuidadolamanovendada.Memiralargorato.Alfinalhedeapartarla
vista.Élseinclinasobremíymeacariciaelpelo.Parecequetienelágrimasenlosojos.Debedeser
porelreflejodelaluz.
—¿Quiéneres?—pregunto.
Mirahaciaotrolado.Nomeresponde.
—Enrealidad—insisto—.¿Quiéneresenrealidad?
—Prontosesepararánnuestroscaminos.Parasiempre.TúvolverásaOslo.Dicenquedentrode
unpardedíashabráspasadolopeor.
—¿Quiénlodice?
—Tedaránunapomadaparaquetelalleves.Paraaliviarelescozoryelpicor.
—Québien.
—Nosencargaremosdeconseguirteunavión.
—¿Quiénes?
—Eresunescéptico,Bjørn.
—Noestoyacostumbradoaquetodoelmundovayapormí.
—Quizánovayanporti.
—Ja,ja.
—Quizávayanporalgoqueestáentupoder.
—Quizásestédispuestoadesprendermedeello.
—¿Aquéprecio?
Resultatentadordecirdiezmillonesdecoronas.UnFerrari.UnasemanaenlasMalvinasconuna
danzarina peruana que lleva toda la vida teniendo pecaminosas fantasías con un albino. Pero me
conformoconesto:
—Unaexplicación.
—¿Quéesloquequieressaber?
—Laverdad.Nosólounapartedeella.
—¿Aúnnoloentiendes?
—No.Hayquiendicequelosalbinossomosalgocortosdeentendederas.
Seríesinalegría.
—¿EselmanuscritoQ?—pregunto.
Arquealascejas.
—¿Q?¿Enelcofre?Seríaunadecepción.Claroquenopodemosdescartarnada.
Lomiro,peronotieneningunaintencióndecontarmenadamás.
—Hayotracosaquequierosaber—digo—.Algocompletamentedistinto.
—¿Dequésetrata?
—LarelaciónentrelamuertedemipadreyladeDeWitt.
—Nohayninguna.
—¡Cortaelrollo!Todoestárelacionado.
—Murieron. Ninguno de ellos fue asesinado. Casualidades, mala suerte, circunstancias. Todo el
mundomuereantesodespués.
—¿Porquéestástansegurodequenofueronasesinados?
—Los conocía a los dos. Incluso estaba presente cuando murió DeWitt. Estábamos realizando
unasexcavacionesenSudán.Yoteníalateoríadequeelcofrepodríahabersidoenterradodurante
unacampañaalolargodelNilo.Charlesestabacompletamenteconvencidodequemeequivocaba,de
queelcofreestabaenterradoenNoruega.Tropezó.Unaestúpidainfecciónenunaherida.Estábamos
enlostrópicos,amuchadistanciadetodaposibleayuda.Lascosasacabaroncomoteníanqueacabar.
Peronadielomató.Ynadiematóatupadre.
—Estásmuyseguro.
—Dejadescansarlasviejashistorias.
—¿Cómomuriópapá?
—PregúntaleaGrethe.
—Yalehepreguntado.Noquieredecirmenada.¿Quésabeella?
—Grethelosabecasitodo.
—¿Quésignificaeso?
—Tendrás que preguntárselo a ella. Grethe y yo…, nosotros…, nosotros… —Por un instante
buscalaspalabras.Despuésrecobraelcontroldesímismo—.Éramosnovios,comoquizásepas.La
cosasefuecalmandoconlosaños.Coneltiemponoshicimosamigos.Todoloqueyosésobrela
muertedetupadremelohacontadoella.
—Grethenisiquieraestabaallícuandosucedió.Peroyosí.
—Ellasabe,yporesosabemosnosotros.
—¿CómopuedeGrethesaberalgosobrelamuertedepapá?
—Eramuyamigadetupadre.
—Erancolegas.
—¡Yamigos!Amigosíntimos.
Meestremezco.
—¿Amantes?
—No.Peroteníantantaconfianzacomopuedenllegaratenerdospersonas.
—Esonuncamelohacontado.
—¿Porquéhabríadehacerlo?
Mecallo.
—Seescribíancartas—diceMacMullin—.Lastenemosenelarchivo.Milesdecartasenlasque
plasmaban sus reflexiones y sentimientos. Se podría decir que se usaban el uno al otro. Como
amigos,comoterapeutas.Poresolosabemosnosotros.
Esanocheduermomal.Lacarameardeyescuece.Cadavezquecaigodormido,medespiertanlos
sueñosquellamanalapuertayquierenentrar.
Mequedoacostadoenlaoscuridadpensandoenlaabuela.Ellavivíaenelprimerpisodelpalacio
degrajos.Porlanocheparecíaunfantasmahuecoquedeambularaporlosrinconesmásoscurosdel
lugar. Dejaba los dientes en un vaso de agua sobre la mesilla y llevaba un camisón blanco que
arrastraba por el suelo. Cuando mamá y papá salían por la noche, yo nunca quería quedarme a
dormirensuoscurodormitorio,entrelosaromasdelalcanforylosbálsamos.Preferíalosmiedos
demipropiocuartoylacertezadequeibaaoírmesigritaba.
Poreldíaeradulce,alegreydepelocanoso.Ensujuventudhabíasidounabellacantantemuy
solicitada. Resultaba difícil imaginar que aquel cuerpo hundido alguna vez hubiera despertado la
pasióndeloshombres.Peroseguíanacercándoseleviejosporlacallequelepreguntabansinohabía
actuadoenelteatroTívolidespuésdelaguerra.YsereferíanalaPrimeraGuerraMundial.
Ensudormitorio,enelcajóndelamesilla,laabuelateníaelprogramadeunarepresentaciónde
1923. Salía una foto oval de ella. No había quien la reconociera. Desde el papel amarillento,
resplandecía como una estrella del cine mudo. Debajo de la foto aparecía su nombre de soltera:
CharlotteWickborg.Siyolocubríatodoconlosdedosmenoslosojos,veíaqueeraella.Enotros
tiempos.
No sé gran cosa del abuelo. Había algo tenso y astuto en él. Estaba en los huesos y llevaba los
pantalones demasiado anchos, los tirantes se los subían casi hasta el pecho. El aliento le olía a
caramelosdealcanforyarapé.Ybajotodolodemás,unfuerteolorabrandyEaudeVie,quebebía
de botellas dispersas por escondites que creía que nosotros no conocíamos. Eran reservas
imprescindiblesparalaexistenciadelabuelo.
Nosécuándomedormíporfin.Peroeldíayaestáavanzadocuandoluchoporcruzarladensa
membranadelsueño.
Los ojos son cálidos. La mirada alberga una leve comprensión. Las pupilas son como oscuras
lagunasdebosque.Mirarensuinteriorescomohundirseenaguatibiayentregarsealalentamuerte
porahogamiento.Comosiloúnicoquedesearasenlavidafueraperderteenesosojosycomplacera
quientemuestrasucompasiónaldejartemirar.
Hedormido.Yhedespertado.Ymeheencontradoconlamirada.Algodemísehaquedadoenla
locuradelsueño.
MichaelMacMullindice:
—Aquíestamosotravezlosdos.
Está de pie junto a mi cama, con los brazos cruzados, observándome de un modo que expresa
algoquesólopodríacaracterizarcomoternura.Intentodespertar,espabilarme,volverenmídespués
delsueño.
—Supongoquetehabrástraídounanuevacestadesorpresas.
—¡Eresdurodepelar,BjørnBeltø!
Algodentrodemísetensa.
Mediceconsolemnidad:
—Hevenidoporquedeseomantenerunaconversacióncontigo.
Fuera es ya por la tarde. O de noche. La ventana está oscura. Una superficie tan negra que la
oscuridad podría haber estado pintada sobre el cristal. Aún no sé dónde estoy. Si estoy en la
enfermeríadelinstituto.Oenunhospitalenalgunaciudad.
—¿Dequéquiereshablar?—pregunto.
MacMullinsevuelveyseacercalentamentealaventana.Surostrosereflejaenelcristal,perolas
arrugasdesaparecen,losrasgosseborranysesuavizan,pareceunhombrejoven.
—¿Algunavezhascargadoconunsecretotanprofundoquequisierasllevárteloalatumba?
Piensoenpapá.Enmamáyelprofesor.EnGrethe.
Siguedándomelaespaldayhablándoleasupropiaimagenreflejada.
—Heheredadomidestino—dice.
«Tienequesertodaunacarga—piensoyo—,poresotehasvueltotanpomposoconlosaños».
—Mi padre, y todos los padres anteriores a él, custodiaron el secreto con sus vidas. —Se gira
hacia mí con un gesto de prevención—: Perdóname si sueno un poco melodramático. Pero es que
estonomeresultadeltodofácil.
—Sitesirvedeconsuelo,yotampocolohetenidodemasiadofácil.
Conunasonrisa,sedejacaerpesadamentesobrelasillajuntoalacama.
—¿Cuántohasconseguidoadivinar?—pregunta.
—Nograncosa.
—EntiendoquehasestadohablandoconPeter.
Callo.
—Nopasanada—seapresuraadecir—.Nohizonadamalo.
—¿Quéhayenelcofre?
Tienelabocatanestrechacomounaraya.Susojosalberganalgooscuro,indeterminable.
—YosigocreyendoqueesQ—digo.
—Quizá.DéjamequeprofundiceenalgunasdelascuestionesqueindudablementePeteryateha
desvelado. Cuando los hospitalarios se dividieron en mil ciento noventa y dos, fue a causa de una
reliquiaquelaposteridadllamó«Elcofredelossecretossagrados».Elloslallamaban«Lareliquia»,
sin más. Un objeto sagrado que han intentado encontrar muchos. Reyes y soberanos, príncipes y
sacerdotes,cruzadosypapas,deaqueltiempoydelaposteridad.
—¿Porquecontienealgovalioso?
—Lo curioso es que nadie, al menos muy pocos, ha sabido lo que contenía. Más allá de que el
contenidoeraalgofantástico.Algosagrado.Muchoshanespeculado.Algunosllamabanalcofreel
ArcadelaAlianza.Cosaqueesmeraficción.NoesmásquemitologizacióndelaEdadMedia.
—¿LoqueencontramosenelmonasteriodeVaerneeslareliquia?
—Trasladivisióndemilcientonoventaydos,fuelapartesecretadelaordenlaqueasumióel
control del cofre. Pero ¿dónde podían esconderlo? ¿En quién podían confiar? Todo el mundo lo
estaba buscando. Debían ocultarlo tan bien como fuera posible. Y entonces tuvieron un golpe de
inspiración. Se unieron a los hermanos que se mandaron al monasterio de Vaerne. Tres monjes,
llamadoslos«CustodiosdelCofre»,losacompañaronallejanonorte.Entotalsecreto.Nadieconocía
su verdadera misión. Eran tres monjes muy respetados. Uno de ellos era el gran maestro. Los
hermanos con los que viajaban ignoraban que pertenecían a un ala que se había separado de los
hospitalarios.Teníanuncometidosagrado.Ynadieleshizopreguntas.Todosaceptaronensilencio
quelostresfueranconellosaNoruegayquevivieranenelmonasterioseparadosdelosdemás.Lo
únicoqueganaron,aojosdelrestodelosmonjes,esqueordenaronconstruirunoctógonoalque
atribuíanfuerzasagrada.
MacMullinbajalamirada.Algoenmítiembla.Estamosempezandoaacercarnosaunafuente.
—Había un pequeño escollo en ese arreglo —dice—. Sólo los tres monjes sabían dónde estaba
oculto el cofre. —Se muerde el labio—. Eso acabó resultando trágico. Uno de ellos murió de una
enfermedad en mil doscientos uno. El otro fue asaltado y asesinado por unos bandidos cuando se
dirigíaalacatedraldeNidarosenmildoscientostres.Yalañosiguiente,elgranmaestroemprendió
viaje para asegurarse de que su sucesor, su primogénito, el siguiente gran maestro, conociera el
contenidodelcofreyellugardondeestabaoculto.
MacMullintomaaire.Comoporreflejo,sepeinalagriscabelleraconlosdedos.
—¿Cómolefue?—pregunto.
—El gran maestro cayó enfermo durante el viaje. Lo acogió y cuidó un cura de un pueblo de
montañadelnortedeItalia,dondemurióalcabodetansólopocassemanas.Ahílahistoriasebifurca.
Algunospiensanquedejóunacarta.Otrospiensanqueloquequeríacomunicarleasuhijolellegóa
ésteyalaordenatravésdeunmensajero.Elmensajequeletransmitieronera,dichoconsuavidad,
incomprensible.Explicabaquelareliquiaestabaescondidaeneloctógono.Peronadiesabíadóndese
hallabaéste.¿Entiendes?NadieinformódequeestabaenNoruega.¡Nadielosabía!Nadieeracapaz
de juntar todos los datos. —MacMullin niega con la cabeza e inspira profundamente—. En algún
puntodelcursodelahistoria,seperdiólainformaciónsobreelcometidodelostresmonjes.Todo
adquirióuntintemítico,demisterio.Loúnicoaloquehapodidoagarrarselaordensecretadurante
todosestossiglosesalacertezadequeelcofreperdidoestabaenunoctógono.
Yopermanezcoensilencio.Tengolasensacióndequeporfinestoyescuchandolaverdad.Porlo
menospartedeella.LapartequeMacMullinquierequeconozca.
Élselevanta.Vuelveacolocarsejuntoalaventana.
—Hastahoyendíasiguehabiendoungranmaestro—dice.
—¿Cómolosabes?
Nomerespondedirectamente.
—Nadiesabequiénes.Odóndeseencuentra.
—DeesemismomodosepodráargumentarafavordelaexistenciadeDios.
—Elgranmaestronoesningunadivinidad.Sóloesunapersona.
—Perodudoqueseauncualquiera.
—Comolosgrandesmaestrosquelohanprecedido,desciendedelprimergranmaestro.
—¿Yquiéneraél?
—Losancestrosdelgranmaestropuedenrastrearsehastalahistoriabíblica.Hastaunaestirpede
antiguaaristocraciafrancesa.Hastaladinastíamerovingia,lafamiliadecaciquesfrancesesquefundó
elgranreinofrancoyconservóelpoderhastamediadosdelsiglooctavo.
—Québarbaridad…
—Pero nadie, Bjørn, prácticamente nadie, sabe quién es. La secta secreta tiene un Consejo
compuesto por doce hombres. Esos doce son los únicos que conocen su identidad y le han jurado
fidelidad.InclusolospuestosenelConsejosonhereditarios.Losvínculosdesangretienensiglosde
antigüedad.¡Bueno,inclusomás!¡Tienenmilesdeaños!
Sevuelvehaciamí.Yonodigonada.
—El Consejo no está compuesto por creyentes fanáticos —dice—. Es mucho más que eso. Son
hombres poderosos. Al igual que el gran maestro, muchos de ellos tienen antepasados reales.
Algunossondelanobleza.Sondueñosdeimpresionantespalacios,deenormesáreasdetierra.Todos
sonricos.Inmensamentericos.Lafortunadesusfamiliastienesuorigenenlostesorosmedievales
delaIglesia.Algunosdeellossonfamosos.Porsuriqueza.Porsusconocimientos.
PeronadieajenosabequiénestáenelConsejo,nadiesabeloqueeselConsejo,nadiesabequé
secretoocultaelConsejo.Muypocosconocensuexistencia.
—¿Ycómosabestútodoeso?
—FueelConsejoelque,enelañomilnovecientos,fundóyfinanciólaSIS.Queríanintensificarla
búsqueda de la reliquia. Un nuevo siglo estaba despertando. Una nueva época. Comprendieron que
necesitaban una herramienta para coordinar todo el conocimiento que estaba disperso entre los
diferentesámbitosdeinvestigación,lasuniversidades,loscientíficosylosaficionados.LaSIS.
Carraspea, se retuerce las manos. Me doy cuenta, sin poder explicar por qué, de que me está
contandolaverdadalmismotiempoquelaestávelando.
—De ese modo encontramos por fin la solución —dice—. Después de ochocientos años. Hacía
mucho que sabíamos que corrían mitos sobre la existencia de un octógono en el monasterio de
Vaerne.Peroapesardedécadasdeestudioseinvestigacionesdecampodesdelosañostreintahasta
hace poco, nos fue imposible hallar la más mínima pista que pudiera indicarnos dónde estaba el
octógono. Hasta que la tecnología moderna acudió en nuestra ayuda. ASSSA. El año pasado tuvimos
acceso a fotografías de satélite que mostraban claramente el lugar donde estaba el octógono: el
monasterio de Vaerne. ¡Así de fácil! —Chasquea los dedos—. ¡Metro y medio por debajo de un
prado! —Se ríe suavemente—. ¿Puedes imaginar el entusiasmo que nos entró? Después de
ochocientosaños,porfinteníamoslaoportunidaddeencontrarlareliquia.Deabrirla.Dequitarleel
cofredemaderaysacareldeoro.Deabrirloyverloquehabíadentro.
Respirapesadamenteporlanariz.
—El resto no fue difícil —continúa—. Conseguimos las autorizaciones para excavar. Recuerda
queelConsejodisponedeinfinitosrecursos.Dinero,contactos…EldirectorgeneraldePatrimonio
HistóriconoruegoesamigodelaSIS.Comoloeratupadre.ComoloeselprofesorArntzen.Peroni
siquieraellossabenniunpoquitodeloqueyotehecontadoestanoche.Eresunprivilegiado.
—Estoyinmensamenteagradecido.
Algúnpensamientoloinduceareírse,perolarisaestádirigidahaciadentro.Nomemuevo.Es
como si no tuviera derecho a estar aquí. Y como si el menor ruido por mi parte, el menor
movimiento,pudieraprovocarqueélsecerraraycallara.
—Queríamosprocederdelmodocorrecto—dice—.Asíque,evidentemente,nonosnegamosa
que fuera un supervisor noruego quien controlara las excavaciones. Un profesor adjunto. Supongo
queenrealidadnonospreocupabalomásmínimo.Nuestroscontactosnosasegurabanquenoibaa
darproblemas.Unjovencomplacienteydispuesto.Alguienenquienapenasnecesitábamospensar.
—Peroenesoosequivocasteis.
MacMullin me mira con seriedad. Entonces hace algo inesperado: me guiña un ojo y me da un
suavegolpeenelhombroconelpuño.
—Sepodríaexpresarasí.Enesonosequivocamos.
Unaenfermeraentraconunbacín,perovuelveairseencuantodescubreaMacMullin.
—Sigosinentenderquépuedehaberenelcofrequeseataninconcebiblementevalioso—digo—.
¿Oestanatractivoporelvalordeloro?¿Esasídesencillo?
—Elcofrenoesmásqueelenvoltorio.Elpaquete.
—Entonces…
—¡Eselcontenido,Bjørn!¡Elcontenido!
—¿Queesqué?
—Conocimiento.
—¿Conocimiento?—repito.
—Conocimiento.Información.¡Palabras!
—¿Unmanuscrito?
—Quesólotienevalorenlasmanosadecuadas.
—¿Quesonlastuyas?
—Nisiquieralasmías.Yonosoymásquelallavehacialacomprensión.
—Sigosinentenderloqueestásinsinuando.
—Piénsalo.¡Unmanuscrito!
—¿AsíquesetratadeQ?—Lapreguntamesaleenformadesuspiro.Suenaadecepción.Después
detodoloquehepasado,esperabaquefuesealgomásconcreto.LacoronadeespinasdeJesús.Una
astilladelacruz.
—Unmanuscrito—repitequedamente,conrespeto—.Untestimonioescrito.Perosinlaadecuada
comprensión,noesmásqueunapiezahistóricadedosmilañosdeantigüedad.Hayqueleerlocon
losojosidóneosparapodercomprenderlo.
—Dosmilaños.
—El manuscrito estuvo bien cuidado durante los mil años anteriores a su entrega a los
hospitalarios de San Juan. Los grandes maestros lo guardaban personalmente en sus castillos e
iglesiashastaelsiglocuarto,cuandofueocultadoenelmonasteriodelaSantaCruz.Sabemosque
hubovariosintentosderobarelcofre.Elmiedoaquealguienlorobaradebiódeserlacausadeque
implicaranaloshospitalarios.Eldesacuerdoentreéstossobreeldestinodelmanuscritofuelacausa
deladivisióndelaorden.
—¿Elmanuscrito?¿Quécuenta?
LacaradeMacMullinparececasitransparente,allídondeestásentado.Bajolapielveounaredde
finísimasvenas.Silaluzhubieracaídodeotromodo,tengolaimpresióndequehabríapodidovera
travésdeél.Abrelabocapararespirarconmásfacilidad.Cargaconunsecretoquelecuestasoltar.
—Dosmilaños…—digo—.¿Mepermitesqueadivine?EstotienealgoqueverconJesús.Conel
Jesúshistórico.
Suslabiossetuercenenunasonrisa.
—EstáclaroquehashabladoconPeter.
—¿YahoraquiereshacermecreerquePeternoactuabaatusórdenes?
MacMullinsequedamirándome.
—¿Yquenomedesvelóexactamenteloquetúqueríasquesupiera?—continúo—.¿Quenome
cebócondatosymediasverdades?
Conungestocoqueto,MacMullinladealacabeza.Chasquealapuntadelalengua.Perosiguesin
responderamisacusaciones.
—Creoquetegustaestejuego—digo.Unapizcadeenfadosemecuelaenlaentonación.
—¿Juego?
—¡Pistasfalsas!¡Mentiras!¡Insinuaciones!Secretismos…Estodounaespeciedejuegoparati.Un
concurso.
—Enesecaso,túseríasundignocompetidor.
—Gracias.Peronuncamehasexplicadolasreglasdeljuego.
—Esoesverdad.Perotúnotedejasengañar.Esomegusta.
Presionalaspuntasdelosdedosentresí.
—Mijovenamigo,¿algunaveztehasplanteadolapreguntadequiéneraJesucristo?
—¡No!—semeescapa.
—¿Quiéneraenrealidad?—Memira—.¿ElunigénitodeDios?¿ElSalvador?¿ElMesías,reyde
losjudíos?¿Oeraunfilósofo?¿Unético?¿Unrevolucionario?¿Unsermoneador?¿Unpolítico?
Supongoquenoesperaqueleresponda.Tampocolohago.
—Algunosdiránqueeratodoesoymuchomás—dice.
—No sé adónde quieres llegar. Peter ya ha repasado esa lección conmigo. Me ha contado y
explicado.Nohacefaltaquemelorepitas.¡Vealgrano!
Miimpaciencianoloafecta.
—¿Porquécreestúquelacrucifixióneselepisodiosingulardelahistoriadelahumanidadque
mayorimpresiónhacausadoennosotros?
—¡No tengo ni idea! —Casi se lo ladro—. Y, sinceramente, tampoco me preocupa mucho
averiguarlo.
—Pero¿haspensadoenesoalgunavez?¿Fuelabrutalidaddelapropiacrucifixión?¿Fueporque
Diossacrificóasuhijo?¿OporqueJesússedejarasacrificar?¿Porelbiendeloshombres?¿Portu
bienyelmío?¿Porlasalvacióndenuestraalma?
—MacMullin,yonosoycreyente.Nuncahepensadoenesascosas.
—Detodosmodos,nomecabedudadequepuedescompartirtusideasconmigo.¿Quéhuboenla
crucifixióncapazdecrearunareligión?
—¿QuizáqueJesúsresucitódeentrelosmuertos?
—Justo. Exactamente. ¡Todo empieza con la crucifixión! Nuestra herencia cultural occidental
comienzaconlacrucifixión.Yconlaresurrección.
Intentointerpretarsuexpresión…loquequieredecir,adóndepretendellegar.
—La crucifixión… Intenta imaginar el conjunto, Bjørn… —Su voz es tierna, susurrante. La
mirada se le llena de imágenes que sólo puede ver él—: Jesús es llevado hacia el Gólgota por sus
guardianesromanos.Estáagotado.Tienelapieldelaespaldareventadaporloslatigazos.Lacorona
deespinaslelevantalapielylasangreselemezclaconelsudor,dibujándolerayasderojoclaropor
las mejillas. Tiene la piel lívida, los labios secos. Los espectadores lo reciben con escarnio. Voces
chillonas gritan contra él, con desprecio. Algunos lloran de compasión, le dan la espalda. Los
olores…Losoloresdelospradosylasarboledassemezclanconelranciohedordelascloacas,la
orina,elsudor,lascabras,elestiércoldelosburros.Sobreloshombros,Jesúsllevaunmaderoenel
que tiene atadas las manos. Se tambalea por el peso. De vez en cuando cae de rodillas, pero los
soldadosvuelvenalevantarlobrutalmente,conimpaciencia.AlencontrarseconSimóndeCirene,los
soldadosobliganaésteacargarconlacruz.Pocodespuéspasaungrupodemujeresllorando.Jesús
se detiene, las consuela. ¿Te lo imaginas? ¿Puedes representarte cómo debió de ser? La atmósfera
está cargada, eléctrica… Ya en el Gólgota, a Jesús le dan vino mezclado con mirra, que es
tranquilizanteyanestésico.Perosólotomaunpequeñosorbo.
MacMullinseinterrumpe,tienelosojosdistantes.
Estoytumbadoenlacama,ensilencio.
—Luegoloclavanalacruz.
—Sí—digofinalmente,parallenarelsilencio.
MacMullincarraspeaantesdeproseguir:
—Alguien ha grabado su nombre en la cruz. «Jesús, rey de los judíos». Mientras aún está
colgado,conelrostroretorcidodedolor,lossoldadosserepartensuropaporsorteo.Imagínatelo.
Se reparten su ropa. Mientras él está ahí colgado, clavado como la víctima de un sacrificio,
siguiéndolosconlamirada.¡Serepartenlaropaentreellos!Luegosequedansentadoscustodiándolo.
Enciertomomento,ensudesesperación,élllamaasupadreylepidequeloperdone.Exhausto,con
voz casi inaudible, le habla a su madre María, a quien consuelan tres mujeres, entre ellas María
Magdalena. Los espectadores, los sacerdotes y los letrados… bueno, incluso los dos ladrones que
estáncrucificadosalosladosdeJesús,empiezanaburlarseyaretarloparaquesesaqueasímismo
del apuro. Entonces, Bjørn, cae la oscuridad sobre el monte. Quizá sean nubes arrastradas por el
viento,quizáseauneclipse.Jesúsgrita:«¡Diosmío!¡Diosmío!¿Porquémehasabandonado?».Un
vientocruzaelcampo.Oquizáselcalorvibresinvidasobreelsuelo.Nosabemos.Alguiencogeuna
esponjaconvinagre,laamarraaunpaloyseladaabeber.Jesúsdice:«Padre,¡entusmanospongo
miespíritu!».Yluegomuere.
MacMullin mira el reloj. Sin mirarme a los ojos se levanta y va hacia la puerta. Es pesada. La
maderaestádecoradaconcoronasdeflorestalladas.
—¿Adóndevas?—gritodetrásdeél.
Élabreysevuelvehaciamí.
Confuso,lepregunto:
—¿Nadamás?
—¿Más?
—¿Porquémehascontadotodoeso?
—Bjørn, reflexiona sobre la siguiente idea… —Duda, mira al vacío—. Imagínate que Jesús no
hubieramuertoenlacruz.
Unapartedemicerebrocaptaloquedice.Laotraparteseaferraalossegundosanterioresaque
pronunciaraestaspalabrasylogradeltodoseguirelinesperadogiro.
—¿Qué?—digo,apesardehaberoídoloquehadicho.
Sinhacerruido,cierralapuertaymedejaconmispreguntasyconlanoche.
¿Hay, en un punto dado de la vida de un hombre, un punto de inflexión, un momento de tu
existenciaenquealgúnsucesoarrojaluzsobretodoloquetehaocurridohastaentoncesenlaviday
queiluminaelsenderoquetienesdelante?
La vida es un círculo. El comienzo y el final de la vida se encadenan en un punto que las
religionesexprimenhastadondepueden.
Paralosmayas,eltiempoerauncírculoderepeticiones.Losestoicospensabanqueeluniverso
ibaahundirse,peroqueunnuevouniversosurgiríadelanterior.
Hastaciertopuntomeconsuelapensarlo.
Peroparaloscristianos,eltiempoesunalínearectaeineludiblequeconducedirectamentealdía
delJuicioFinal.
Elevadoshastaunaperspectivacósmica,todospuedentenerrazón.
Yenuncicloinfinitosemejante,aunpobrehombrequemadoporelsol,conlasuñasagrietadasy
unabonodemetrocaducado,puederesultarledifícilencontrarsusitio.
Haytantosenigmas…Noestoydestinadoaresolverlos.Enelfondonoestanimportante.Enel
fondo,supongoquemedaigual.
Crepúsculo.Losretalesdelospradosseengarzansuavemente.Rectángulosdecolorestenuesenun
puzzle de prados y verde, de amarillo y gris. Las suaves colinas se extienden a lo lejos. Con
paciencia, con esmero, los campesinos han ido domesticando el paisaje y han insuflado vida a los
terruños.Perohayalgotercoyrebeldeenlafrondosidad.Elpaisajehaluchadoyseharesistido.La
montaña se abre paso como un tumor a través de los terruños, agudos peñascos parten la tierra en
dos,lospradosestándesgarradosporheridasdepiedra.
Contemploelpaisajeatravésdeunaventana.Eslaventanadeuncastillo.Uncastillomedievalde
piedra rojiza. Habrá quien lo llame palacio. El marco de la ventana es tan profundo que quepo
sentado.
Elcastilloseextiendesobreunatupidaloma.Notengoniideadedóndeestoy.Apuestoaqueesla
Toscana. ¿O quizá la meseta española? La alternativa es que sea un asilo en el que todo lo que me
pasa,todoloqueoigoypercibo,noocurremásqueenmicabeza.Laúltimaposibilidadmeparece,
enestosprecisosmomentos,lamásplausible.Ylamástentadora.
—¿Dóndeestoy?
MacMullinrecibelapreguntaconlascejaslevementearqueadas.Estádepieenlapuerta.Yosigo
sentadoenlaprofundidaddelmarcodelaventana.Llevoyaalgunashorasaquí.Peroelpaisajenoha
desveladoningunodesussecretos.
—Veoquehasconseguidosalirdelacama.¡Mealegraqueestéscaminoderecuperarte!
—Gracias.¿Dóndeestoy?
—EnRennes-le-Cháteau.
Doyunrespingo.
Rennes-le-Cháteau.Señorasyseñores,larepresentaciónestáapuntodecomenzar,otrotrozomás
deltelónsehalevantado,losactoresesperanentrebastidores,peronuestrohonorableautortodavía
tienequeacabardeescribirlaobra.
MacMullincierralapuertayentraenlahabitación.
—AlestedelosPirineos.EnelsurdeFrancia.
—Yasédóndeestá—digoenvozbaja—.Eselpueblodelcura.
—Tienesbuenamemoria.
—¿Quéhagoaquí?
—Tetrajeronaquí.
—¿Cómo?¿Porqué?
—Enmijetprivado.
—Nolorecuerdo.
—Estabasinconsciente.
—¿Cuántotiempo?
—Ciertotiempo.Sevieronobligadosadarteanestésicosytranquilizantes.Despuésdeencontrarte
eneldesierto.Estabasalgotransido.
—Asíquemedrogaron.Otravez.
—Nonosquedabaotraopción.
—¡Esunamalacostumbrequetenéis!
—Portupropiobien.
—¿Porquémetrajeronaquí?
—Laenfermeríadelinstitutonoesgrancosa.
—Pero¿porquéaquí?
—Podíamoshaberteingresadoenunhospitalprivadoenlaciudadmáscercana.OenLondres.O
en Oslo, ya puestos. Pero el caso es que te trajimos aquí. Porque queríamos invitarte a Rennes-leCháteau.Amicasa.Notardarásenentenderporqué.
—¿Quéclasedecasaesésta?
—Paradecirtelaverdad,esuncastillo.
—Tupropiocastillitoprivado,¿no?
—Unantiguocastillodecruzados,enrealidad.Espropiedaddemifamiliadesdehaceuntiempo.
—Yaséaquéterefieres.Mifamiliatambiéntienealgunoscastillosmedievalesporahí.
MástardeMacMullinmeconducefueradelahabitación,porunpasilloenpenumbrayescaleras
arriba.Caminamosdespacio.Élmesujetaporelbrazo.
Alfinaldelasescalerasabreunamacizapuertaynosencontramossobreuntejado,entretorresy
capiteles, sobre un estrecho pasadizo rodeado de parapetos. Las vistas son formidables. El aire,
opresivoyrepletodefragancias.
Contemplamoselpaisaje.
—Hermoso,¿no?—preguntaél.Apuntaalsureste—.LamontañaquevessellamaBézu.Allíhay
una fortaleza medieval en la que vivieron e impartieron clases los templarios. Aquí hay cientos de
iglesias.Muchasdeellasestánconstruidassobretierrasanta.Esprobablequeensepulcrosolvidados
descansenapóstoles,profetasysantos.¡Acientos!Haciaeleste—prosigue,volviéndoseparcialmente
yseñalando—,estánlasruinasdelpalaciodeBlanchefort.Elcuartogranmaestrodelostemplarios,
BertranddeBlanchefort,vivióallíenelsiglodoce.
—Tu agente inmobiliario no tendrá problemas para decir que se trata de una buena zona, si
algunavezseteocurredeshacertedelcastillo.
MacMullinseríecortésmente.
—En la Edad Media había aquí mucha densidad de población. Hay quien opina que en torno a
Rennes-le-Cháteauvivíancercadetreintamilpersonas.LaregiónestabacercadelMediterráneoylas
rutascomerciales,cercadeEspañaeItalia;bueno,eraunapartedeFranciaqueestababienubicada
paracasitodo.
—¿Pretendesofrecermeelcastilloapreciodesaldo?¿Ointentascontarmealgo?
MacMullinseacercaalmuroysesientaentredosalmenas.
—Enladécadadelossesenta,unarevistafrancesapublicóunahistoriaquedespertóelinterésde
los lectores capaces de leer entre líneas. El artículo contribuyó a que un puñado de escritores
seudocientíficos se pusiera a especular sobre los enigmas que podía ocultar esta zona. Esos libros
hanatraídoaunnúmerocrecientedeturistas.
—¿Enigmas?
—LarevistacontabalahistoriadeBérengerSauniére.
—Elcura…
—UnhombredetreintaytresañosquellegóaRennes-le-Cháteauparaserelcuradelpuebloen
juniodemilochocientosochentaycinco.
—¿Quépasabaconél?
—Eraunmisterioporquéacabóaquí,enunapartadopueblodeapenasdoscientoshabitantes.Le
habían augurado un grandioso futuro durante sus estudios. Debió de suceder algo. Probablemente
provocóasussuperiores,yaquelomandaronaestelugar.
—Bueno,estoesbastantebonito.
MacMullinseapoyacontraelmuro.
—Entre mil ochocientos ochenta y cinco y mil ochocientos noventa y uno, Sauniére tuvo unos
ingresos modestos, lo justo para vivir decentemente. Al fin y al cabo, aquí no había mucho en que
gastareldinero.—Leechaunamiradaaldespobladoterritorio—.Sauniéreerauncuramuyactivo.
Empezó a estudiar la historia local con ayuda del cura del pueblo vecino, al abad Henri Boudet de
Rennes-les-Bains.
MeindicaconeldedodóndeestásituadoRennes-les-Bains.Unanubeoscurecelascolinas.
—Durante mucho tiempo, Sauniére quiso restaurar el templo. El edificio era del año mil
cincuentaynueve,peroyaentonceshabíasidoerigidosobrelosfundamentosdeunaiglesiadelsiglo
séptimo.Enmilochocientosnoventayuno,Sauniérediocomienzoalarestauración.Pidióprestada
unapequeñacantidaddedineroalacajadelpuebloysepusoenmarcha.Unadelasprimerascosas
quehizofuequitarlaspiedrasdelaltar.Entoncesdescubrierondoscolumnas,yunadeellasestaba
hueca.Dentroencontraroncuatrorollosdepergaminometidosentubosdemaderasellados.Sedijo
que dos de los pergaminos contenían tablas genealógicas. Se dijo que los otros dos contenían
documentos transcritos en mil setecientos ochenta por el predecesor de Sauniére, el abad Antoine
Bigou. Bigou era también cura de la corte de la familia Blanchefort, que antes de la Revolución
francesaeraunadelasmayoresterratenientesdelazona.LosdocumentosdeBigouproveníandel
NuevoTestamento.Erancopias.Peroeltextoofrecíaunaspectobastanteabsurdo.Nohabíaespacio
entre las palabras, y había letras superfluas resaltadas y esparcidas por todo el texto de un modo
aparentemente casual. Como si portaran un mensaje oculto. Algunos de esos escritos que parecían
codificados no se dejaban descifrar, ni siquiera con los ordenadores modernos. Tampoco Sauniére
entendíaeltextoniloscódigos.Perosíentendióquehabíaencontradoalgoquepodíaserimportante.
Lellevólospergaminosasusuperior,elobispodeCarcassonne,quelesechóunvistazoy,porsu
propiacuenta,mandóaSauniéreaParísparaquevieraalosreligiososmásdestacados.Sequedótres
semanasenParís.Loquepasóallísiguesinestarclaro.Peroelcurapobredepueblofueintroducido
en los círculos más exclusivos. Se rumoreaba que entabló una relación con la célebre cantante de
óperaEmmaCalvé.Ellavinoaquíaverloenvariasocasionesenlosañossiguientes.Despuésdesu
estancia en París, él regresó a Rennes-le-Cháteau y prosiguió con la restauración de la iglesia. Lo
inexplicable, sin embargo, era lo rico que se había vuelto. La financiación para renovar el templo
habíadejadodeserunproblema.Entablócorrespondenciacongentededentroyfueradelpaís.Se
implicó en negocios. Encargó construir una carretera moderna hasta Rennes-le-Cháteau. Compró
exquisitas porcelanas, coleccionaba sellos valiosos, reunió una formidable colección de libros.
Montó un zoológico y un naranjal. Derramaba dinero y alegría sobre los miembros de su
congregación.Recibíavisitasdegrandeshombresdelpaísydelextranjero.Locreasono,hastasu
muerteenmilnovecientosdiecisiete,lediotiempoagastarvariasdecenasdemillonesdecoronas.
¿De dónde salía el dinero? Él se negaba a responder. Un obispo joven y desconfiado intentó
trasladarlo,peroélhizoalgotaninauditocomonegarse.Fuevíctimademaliciosasacusacionesyse
lesuspendiódesucargo.PeroentoncesintervinoelmismísimoVaticanoyvolvieronanombrarlo
curadelpueblo.Eldiecisietedeenerodemilnovecientosdiecisietetuvounataque.Murióalgunos
días más tarde. Pero, todavía, la gente de este pueblo se pregunta: ¿de dónde surgió su repentina
riqueza?
MacMullinselevantadelasalmenasyvienehaciamí.
—Supongo que intuyes la conexión. Y te estarás preguntando qué contenían los rollos de
pergaminoqueencontróenelhuecodelacolumnabajoelretablo.¿Quéponíaenlosdocumentos
que llevó a París… antes de que la fortuna transformara al cura de pueblo, que en tiempos fue tan
pobre,enunhombrepudienteyconsecretos?
—Notengoniidea—digo—.Peroesverdadquemeplanteoesaspreguntas.
—Yameloimaginaba.Erescuriosopornaturaleza.
—Ysindudaconoceslasrespuestas.
Mecogedelbrazocomosiseestuvieramareando,peromesueltainmediatamente.
—Peronopiensascontármelo—apunto.
—Los pergaminos contenían, de forma codificada, una genealogía, una tabla o un árbol
genealógico,siquieres,queseguíalaslíneasdelarealezahastaelcomienzodenuestrocálculodel
tiempo.Ycontabantambiéncómohabíandeserinterpretadaslaslíneasgenealógicas.
—¿Unatablagenealógicareal?
—Nombrepornombre.Reyporrey.Reinaporreina.Paísporpaís.Desigloensiglo.
—¿Tieneesoalgoquevercontusinsinuacionesdeanoche?¿SobrelacrucifixióndeJesús?
—Ésasupongoqueseríaunaconjeturacompletamenteinsensata.
Agarrándomeconfirmezadelbrazo,mellevadevueltahacialapuerta.
—Pero los documentos encontrados en mil ochocientos noventa y uno en la iglesia contienen
otro conjunto de informaciones más —continúa—. No sabemos de dónde proceden. No sabemos
quién guardó esas informaciones ni cómo fueron transmitidas. Pero nos dieron las primeras pistas
sobredóndesehabíametidolareliquiasagrada.Nosdieronlaclaveparaseguirbuscando.Yporeso,
nueve años más tarde, se fundó la SIS. Resultado directo de la información codificada. Por fin
teníamos pistas concretas. Sabíamos más sobre dónde buscar el cofre. Sobre el octógono. Pero, a
pesardetodo,nosllevócasicienañoslograrlo.
Cierralapuertaconunaenormellave,ylacerraduracrujeporelóxido.
—Ensentidoestricto—ledigocuandobajamoslasescaleras—,esalgoprontoparadecirquelo
habéislogrado.
MamásiempremearrastrabaamisaenNochebuena.EnmediodelPatoDonalddelatelevisiónsueca,
llegaba tarareando, con sus pantorrillas de nailon brillante, en una nube de risa y perfume, y
empezabaaarreglarseparairamisa.«Lastradicionesnoshacenfalta»,solíadecir.Seledanbienlos
tópicos.Nuncaentendióque,paramí,losdibujosanimadoseranunatradiciónmásimportantequela
iglesia.Cuandonevaba,lascampanasrepicabanyelvientomovíalasllamasdelasantorchassobre
lastumbas;noniegoquelaexperienciageneraraenmíciertoespíritunavideño.Peronotantocomo
Donald.
Lomismopasabaantesdetodaslasvacacionesdeverano.Peroenesecasobajoladireccióndela
escuelainfantil.Engruposporclases,nosobligabanairamisa.Nuncahesidocristiano,perodebajo
del imponente retablo en que Jesús abría los brazos, hipnotizado por el órgano, la voz y las
amonestacionesdelsacerdote,juntabaobedientementelasmanos.Enmomentoscomoésedespertaba
el creyente que hay en mí; una pequeña criatura contrahecha que busca consuelo donde pueda
encontrarlo.
Eléxtasisreligiosomedurabaunosquinceminutos.Luegoelveranocogíaeltestigo.
Más tarde busqué otros modos de paliar los anhelos de la criatura contrahecha. Al hacerme
mayor,encontrabaelmismoconsueloentrelosmuslosdeunamujer.Eldeseodeserabrazadoporel
calor y la ternura de alguien a quien le importes y que tenga ganas de estar contigo. En toda su
patéticasencillez.
Estoytumbadoenlacama.Todoestáoscuro.Lacaraylasmanosmeescuecenypican.
Elcuartoesgrande,estávacíoysilencioso.
Unaideamerondalacabeza.Comounamoscaquenosequedanuncaquieta.Laideaesésta:¿hay
sólounaverdad?
NoquierocreerenlasconspiracionesdeMacMullin.Mevandemasiadograndes.Sondemasiado
irreales. Crucifixión, cruzados, templarios, castillos medievales, dogmas, misteriosos masones,
formidables fortunas, tesoros ocultos, secretos atemporales. Ese tipo de cosas no pertenecen a la
realidad.Almenosnoamirealidad.¿Deverdadhanconseguidomantenerunsecretodurantedosmil
años?Nopuedoconcebirqueseaposible.
Enalgúnsitiodelcastillo,aunquecasinoseoye,suenaunapesadapuerta.
Capaporcapa,MacMullinvapelandolasmentirasylaspistasfalsasyvasacandoelnúcleoala
luz.Pero¿estambiénelnúcleounespejismo?
No sé si MacMullin está mintiendo. No sé si él mismo cree estar diciendo la verdad. O si
realmentelaestádiciendo.
Esomismopensabasiempresobreelsacerdote.Mientrasestabaahísentado,sobreeldurobanco
demadera,mirandohaciaelpúlpito,cavilabasobresirealmentesecreíatodoloquedecía.Osial
sacerdotetambiénselecolabaladuda,dejándolealgocarcomidalaesperanzadequetodofuera,en
latierrayenelcielo,talycomoélpredicaba.
Llevo un rato dormitando cuando se abre la puerta y oigo los pasos ligeros de Diane a través del
biombo.
Debodeestarenvíasderecuperación.Loprimeroquepiensoesquehavenidoaecharunpolvo
rápido. Me incorporo sobre los codos. Estoy más que dispuesto a jugar el papel del paciente
desamparadoenmanosdelaenfermeravoluptuosa.Enmisfantasías,soypartidariodetodocorazón
delamayoríadelosfetichismososcuros.
Peroellatienelacaratriste.Sedejacaerpesadamentesobrelasilla.Noquiereencontrarseconmi
mirada.Algolaestátorturando.
—¿Diane?
—Tenemosquehablar.
Yoesperounratoaquesiga.
—Papámehacontadoque…—comienza.Luegosecalla.
Conmovimientoscuidadosos,melevantoymevisto.Sinmirarme,ellamecogedelamano,con
ternura, como si tuviera miedo de hacerme daño, y salimos juntos de la habitación, bajamos las
escalerasysalimosalaarboleda.
Estáoscuro.Unafarolahaatraídounenjambredeinsectosalosquenoquieresoltar.Labrisaes
frescaysuponeunalivioparamipiel,quenodejadecosquillearyardertodoelrato.Pienso:«Diane
quierecontarmealgoqueyonoquierosaber».
Meconduceporunsenderodegravillahastallegarhastaunbancojuntoaunestanqueenelque
hacemuchoqueelmusgohatomadoelpoderyacalladolasfuentes.Elaguahueleapodrido.
—Bjørn—susurra—.Tengoquecontartealgo.
Suvozalbergaalgodesconocido.
Me siento en el banco. Ella se queda de pie ante mí con los brazos cruzados. Me recuerda a la
hermosaestatuablanca,Lamonjasolitaria,quehayeneljardíndelmonasteriodeVaerne.
Deprontoloentiendo.¡Estáembarazada!
—Lo he estado pensando —dice. Su respiración es frágil—. Al principio no quería. Pero es lo
correctoyloqueestábien.Quetelodigatalycomoes.Quetúloentiendas.
Yo sigo callado. Nunca he pensado en mí mismo como padre. La idea me resulta extraña.
Entonces tendremos que casarnos. Si es que ella me quiere. ¿Y quiere? Me imagino al feliz
matrimonio,BjørnyDiane,rodeadosdepequeñinesgateandoybabeando.
Ella me había soltado la mano, pero ahora se sienta y me la agarra con demasiada fuerza.
«¿VamosavivirenOslooenLondres?»,piensoyo.Mepreguntosiseráunniñoounaniña.Lemiro
latripaplana.Elsiguientepensamiento:«¿Cómopuedesaberqueestáembarazadahabiendopasado
tanpocotiempo?».
—Algunasveces—dice—,teenterasdecosasquepreferiríasnohabersabidonunca.
—Aunque eso no lo sabes hasta que es demasiado tarde. Porque hasta que no sabes, no te das
cuentadequenoqueríassaber.
Creoquenomeestáescuchando.Laverdadesquehasonadobastantecríptico.
—Setratademimadre—añade.
Enelaguaestancada,unaranaseponeacroar.Intentoavistarla,peroessólounsonido.
—¿Quépasaconella?—pregunto.
Dianesolloza.Laranalerespondetentativamentedesdeelestanque.
—Escuriosoquetuvieraqueconocerteatiparaaveriguarquiénesmimadre.
—¿Quétengoyoquevercontumadre?
Dianecierralosojossinresponder.
—Creíaquetumadreestabamuerta.
—Esocreíayotambién.
—¿Pero?
—Nuncamedejaronconocerla.Ellanoqueríasabernadademí.
—Noentiendo.¿Quiénes?
—Quizápuedasimaginártelo.Túlaconoces.
Intentoleersurostro.
Loprimeroquepiensoes:«¿Mamá?».
Después:«¿Grethe?».
—¡MacMullinestuvosaliendoconGrethe!—exclamo—.¡EnOxford!
Ellasequedacallada.
Ahoraesmirespiraciónlaquehaempezadoacornearygolpear.
—¿EsGrethetumadre?
Laranasehamovido.Elruidoprovieneahoradeotrositio.¿Oquizáporfinleestérespondiendo
otrarana?
—Hayalgomás.Soylaúnicahijademipadre.Suúnicodescendiente.
—¿Y?
Sacudelacabeza.
—¿Quémásdaesoparanosotros?—digo.
—Esolodatodo.¡Todo!
—Explícate.
—Verás,papánoes…
Pausa.
—¿Noesqué?—pregunto.
—Cuandoélmuera,yo…
Pausa.
—¿Sí?Cuandoélmuera,¿túqué?
Secontiene.
—Nopuedoevitarlo.Créeme.Peroasíes.
—Noentiendo.
—Jamásfuncionaría—dice.
—¿Quéesloquejamásfuncionaría?
—Tú.Yo.Nosotros.
—Chorradas,nohaynadaquenopodamosarreglarentrenosotros.
Ellaniegaconlacabeza.
—Creíaqueibasenserio,Diane.
—¿Sabes…?Cuandonosconocimos,erastandiferente…,tantentador…completamentedistinto
detodoslosdemáshombresqueheconocido.Loquesentíaentoncesera…algoreal.Algoqueno
habíasentidoantes,nodelmismomodo.Peroluegollegópapáyloestropeótodo.
—Perotúseguiste.Fuistepormí.
—Peronoparacomplacerlos.Todolocontrario.Paradesafiarlos.Intentacomprenderlo,Bjørn.
Siteheusado,hasidopormí.Porrebeldía.Porquemeimportas.Porquequeríademostrarlesqueno
soypartedesujuego.Pero,apesardetodo…—Sacudelacabeza.
—Podemoslograrquefuncione,Diane.Podemosdejartodoestoanuestrasespaldas.
—Nuncafuncionará.Noslohanestropeadotodo.
—Pero,detodosmodos,¿nopodríamos…?
—No,Bjørn.—Selevantadegolpe—.Asísonlascosas.—Nomemira—.Losiento.
Memiraalosojos,sonríebrevemente,contristeza.
Luegosedalavueltaybajaatodaprisaporelsendero.Loúltimoqueoigodeellasonsuspasos
crujiendoenlagravilla.
Al morir papá, hubo muchas discusiones entre mamá y la funeraria sobre si el ataúd debía estar
abierto o cerrado en la capilla durante el funeral. El señor de la funeraria nos aconsejaba que
cerráramoselataúd.Paraquepudiéramosrecordarlotalycomohabíasido.Sólocuandomamáse
negóarendirse,elhombresevioobligadoaponersedesagradable.
—Señora,cayódesdetreintametrosdealtura,directamentesobrelaspiedras.
Mamánoparecíacomprender.Estabaunpocofueradesí.
—¿Nopodríanmaquillarlo?—propuso.
—Señora, no lo entiende. Cuando un cuerpo choca contra las piedras tras una caída de treinta
metros…
Alfinalelataúdestuvoabierto.
La capilla estaba adornada con flores, un organista y un violinista tocaban salmos. Junto a una
puertatraserahabíacuatrohombresdelafuneraria.Manteníanungestoprofesionalyaspectodeira
echarseallorarencualquiermomento.Oareír.
Elataúdestabaenaltoenmediodelrecinto.
Adagio.Frágilesnotasenelsilencio.Sollozoscallados.Latristezaseentretejíaconlamúsica.
Lehabíanjuntadolasmanos,queestabanenteras,ylehabíanmetidounramodefloressilvestres
entrelosdedos.Lopocoqueseveíadelacarabrillabaatravésdeunagujeroovalquehabíanhecho
enelpañodesedaenqueestabaenvueltalacabeza.Paraahorrárnoslo.Debierondetrabajarmucho
conél.Intentadorecrearsuaspectoconalgodónymaquillaje.Apesardetodo,estabairreconocible.
Noerapapáelqueyacíaallítumbado.Cuandoletoquélosdedos,estabantiesosyhelados.Recuerdo
quepensé:«Escomotocaruncadáver».
Mañana.Laluzestenue.Loscoloresaúnnohandespertadoenlascolinas.
Entumecido de cansancio, estoy sentado con los codos sobre el marco de la ventana. Me he
pasadotodalanochemirandofijamenteelgranvacíonegroyhevistocómolaoscuridadsedisolvía
enunapálidaclaridad,hevistoelbailedelosmurciélagoscontralasestrellas.Desdeelamanecer,los
pajarillos han estado canturreando y revoloteando en el árbol del otro lado de la ventana. Como
flechas,hanperseguidoalosinsectoshastalasalturas.Abajo,enelpatio,ungatonegruzcoseparay
seestirasatisfecho.Unafurgonetaadormiladatraqueteacarreteraabajocargadaconfrutayverdura.
Dianesehamarchado.Lahevistoirse.Enmediodelanochealguienlehallevadolasmaletasal
minibúsyselahallevado.Durantevariosminutosheestadosiguiendoconlamiradalalentabolade
luzhastaquelahaabsorbidolaoscuridad.
—¿Hastenidoalgunavezlaimpresióndequenadaenestavidaestalycomoteloimaginas?
Estásentadoalaluzdelasllamas,antelachimeneadelabiblioteca.Esdenoche.Unneanderthal
de prietas mandíbulas y ojos esquivos ha ido a buscarme al cuarto y me ha llevado en silencio a
través de los corredores del castillo hasta lo que MacMullin, con exagerada modestia, llama el
«rincóndelectura».
Lasparedesdelagransalaestáncubiertasdelibros.Milesymilesdelibrosantiguos,desdeel
suelo hasta el techo; un mosaico de lomos amarillentos y carpetas con sinuosos títulos en latín y
griego,francéseinglés.Elrecintohueleapolvo,acueroyapapel.
MacMullin ha servido dos copas de jerez. Brindamos sin mediar palabra. Los leños del fuego
crepitanychisporrotean.
Élcarraspea.
—HeoídoquehashabladoconDiane.
Yomirolasllamas.
—Gretheessumadre.
—Asíes.
—Tenemosmuchoencomún,túyyo.
—Sientoquetuvieraqueacabardeestamanera.Contigo.ConDiane.Y…todo…
—¿PorquétellamasMacMullin?
Memirasorprendido.
—¿Cómotegustaríaquemellamara?
—Eresdeviejaestirpefrancesa.¿Porquétienesunnombreescocés?
—Porquemegustacomosuena.
—¿Asíquenoesmásqueunapodo?
—Tengomuchosnombres.
—¿Muchos?¿Porqué?¿Yporquéescocés?—repito.
—Es el nombre que más me gusta. Uno de mis antepasados, Francisco II, se casó con María
Estuardo,quecrecióenlacortefrancesayteníafuertesvínculosconFrancia.Supongoquesabesde
historia. Antes de morir repentinamente, tuvo una aventura con una distinguida dama del poderoso
clanescocésdelosMacMullin.
Le da un sorbito al jerez. Ente nosotros vibra una membrana invisible de inseguridad mutua.
MacMullindesaparecedentrodesímismo.Yomandomimiradaymiatencióndepaseoporlagran
sala.
Alfinaltengoquerendirmealapresióndelsilencio.
—¿Mehaspedidoquevenga?—pregunto.
Sumiradaencuentralamíaconunbrillojuguetón.Comosiintentaraverhastaquépuntopuede
forzarmipaciencia.
—AyertehablédelospergaminosqueencontróelcuraBérengerSauniérealrestaurarlavieja
iglesia.
—¿Y esta noche? —inquiero, riendo desafiante. Me siento transportado a Las mil y una noches.
AunqueSherezadedebíadesermásmonaqueMacMullin.
—Estanochequierocontarteloquerevelaronlospergaminos.
—¿Algosobreunárbolgenealógico?
—Unagenealogía.Yotracosamás.—Inspiraprofundamente,retieneelaireylosueltaatravés
de los labios. Suena como si todo fuera un único gran suspiro—. Pistas sobre lo que realmente
ocurrió.
—¿Realmente?
Sefrotalasmanosconvehemencia,comosiestuvieratratandodearrancarseunpardeguantes
invisibles.
—Elotrodíatecontéalgoquedebiódecostartemuchoaceptar.
—¿Terefieresalacrucifixión?
Élnorespondeinmediatamente.Escomosinoquisieradesvelarnadaenabsoluto.
—La crucifixión de Jesús es tanto un acontecimiento histórico como un símbolo religioso. El
cristianismosefundamentasobreeldogmadequeJesúsresucitódeentrelosmuertos.
—MacMullin—pregunto,inclinándomehaciadelanteenlasilla—,¿cuálestufe?
Élhaceoídossordosalacuestiónycontinúa:
—SiJesúsnomurióenlacruz,ysilaresurrecciónesunamentira,bueno,¿quiéneraentonces?
—Un revolucionario. Un predicador. Y un gran filósofo humanista —propongo—. Ya hemos
pasadoportodoeso.
—Peronounadivinidad—completaél—.Desdeluego,noelhijodeDios.
—Debesdeserjudío.
—Mifenotieneningunaimportancia.NopertenezcoaningunaIglesia.Creoenunafuerzaque
no se deja describir ni atrapar entre solapas. Y que desde luego no es propiedad ni de curas ni de
profetas.—Niegaconlacabeza—.Peroloqueyocreo,yporqué,podemosdiscutirlootranoche.
—ExplícameporquépiensasqueJesússobrevivióalacrucifixión.
MacMullinmiralasfacetasdelacopadejerezacontraluzylagira.
—Estoytentadodeinvertirlapregunta.
—Quieresdecir…¿porquémurió?
—Másbien…¿porquémuriótanrápido?
—¿Rápido?
Dejalacopasobrelamesabajayredondaquehayentrenosotros.
—EnlosevangeliosnohaynadaqueapoyequelasheridascausadasaJesús,queeransóloenla
carneenrealidad,fuesenaproducirleunamuerterápida.
—¡Lo crucificaron! —exclamo—. ¡Lo clavaron a una cruz! ¡Lo torturaron! ¿Por qué no iba a
morirrápidamente?
MacMullinjuntalasyemasdelosdedosypresiona.
—Todo creyente, todo médico, todo historiador tiene derecho a su propia opinión. Pero es
indudableque,anoserqueestésmuyenfermo,otengasprofundasheridasinternas,setardamucho
enmorir.Elcuerpoesunorganismorecio.Todassuspartesestánpreparadasparavivir.
—Porloquepuedorecordar,Jesúsestuvocolgadodelacruzdurantehoras.
—Esonosignificanada.Pasabandíashastaquelamuerteliberabaaloscrucificados.Amenudo
muchosdías.Anoserquelosguardianestuvieranlamisericordiaderomperleslaspiernasodarles
ungolpedegraciaconlalanza.
Intentorepresentarmeeldolor.
—Paraquecomprendaselhilodemispensamientos—continúa—,hasdesabercómoejecutaban
losromanossuscrucifixiones.Todoseguíaunesquemarutinario.
—Noestoysegurodequererescucharlo.
—En el verano de mil novecientos sesenta y ocho, un grupo de investigadores dirigido por un
arqueólogollamadoTzaferisencontrócuatrocuevasusadascomotumbascercadeGiv’atha-Mivtar,
al norte de Jerusalén. En las cuevas había treinta y cinco esqueletos. Los enterramientos se habían
realizadodesdefinalesdelsiglosegundoantesdeCristohastaelañosetenta.Cadaesqueletocontaba
suhorrorosahistoria.Unniñodetresañosrecibióundisparodeflechaenlacabeza.Unadolescente
y una mujer algo mayor fueron quemados hasta la muerte. A otra mujer, de unos sesenta años, le
aplastaronelcráneo.Otra,deunostreintaaños,murióenelparto;losrestosdelfetoseguíanensu
pelvis.Perolomásinteresanteeraunhombrealquehabíancrucificado.
—¿Jesús?
—No, eso hubiera causado sensación. Nuestro hombre debía de ser algo más joven. Pero el
hombre,quesegúnlalápidasellamabaJehohanan,fuecrucificadoenelmismosigloqueJesús.Yno
sólo prácticamente al mismo tiempo, sino también en el mismo sitio, cerca de Jerusalén, y lo
hicieron los romanos. Por eso podemos suponer que la crucifixión de Jesús tuvo muchos rasgos
comunesconésta.
—Preferiríanotenerqueoírlosdetalles.
—El método de ajusticiamiento era horroroso. Indescriptiblemente brutal. Tras el juicio, la
víctimaeraazotadaydebilitada.Despuéslefijabanlosbrazos,yafueraconcuerdasoclavos,auna
pesada viga de madera que le ponían en horizontal sobre la nuca y los hombros. Se le obligaba a
llevaresavigahastaellugardelaejecución,dondesecolocabaelmaderosobreunpostevertical.
MacMullinapoyalasmanossobrelosmuslosycierrainconscientementelospuños.
—Lo interesante de Jehohanan es que el segmento inferior del hueso del antebrazo mostraba
signosdequeunclavolohabíarozado.Enotraspalabras:nofueclavadoalacruzatravésdelas
manos,sinoporelantebrazo.Lapalmadelamanonosoportaelpesodeunhombreadulto.Después
presionaronydoblaronlaspiernasdeJehohanandetalmodoquelasrodillassobresalíandelposte.
Introdujeron un clavo a través de los dos talones. Los investigadores suponen que la cruz tenía un
pequeñosoportesobreelqueJehohananpodíadescansareltrasero.Enotraspalabras,estabacolgado
deunmodomuypoconaturalyretorcido.
MacMullinledaunsorbitoaljerez.Miramoslasllamasdelachimenea.
—Estarcolgadodelosbrazoshaciadelante,deesemodo,dificultabalarespiración.Astutamente,
los verdugos alargaban a menudo el sufrimiento dejando que los pies o el trasero del crucificado
pudieraapoyarsesobrealgo.Asíquedabamásdepiequecolgado,simeentiendes.Conunsoporte
paralospies,unhombrepodíaseguirvivoenlacruzduranteundíaodos,aveceshastaunasemana.
—MacMullinmemiraytragasaliva—.Nocreoquehayaunmodomásinhumanodeajusticiarque
ése. Las víctimas no morían de dolor ni de hemorragia. ¡Morían por agotamiento, por sed, por
asfixia o por envenenamiento de la sangre! —Se frota los pómulos con la yema de los dedos
mientras se sobrepone—. A veces los verdugos se apiadaban de los condenados. Paradójicamente,
rompiéndoleslaspiernas.Eraunmododeayudarlosamorir.Porqueconlaspiernasrotasnopodían
mantenerelcuerpoerguidoyseahogaban.EsolepasóaJehohanan.Mientrascolgabadelacruz,le
partieronlaspiernas.Porsupropiobien.
—¿YJesús?
—LospiesdeJesúsestabanfijadosalacruz.Teníabuenapoyoparaelcuerpo.Peroapesarde
todosóloestuvocolgadounashorasantesdemorir.Nohayrazonesmédicasparaquemuriesetan
pronto.NadaenladescripcióndelaBibliaindicaquelatorturaalaquefuesometido,loslatigazos,
la corona de espinas, los clavos, los pinchazos de las lanzas… pudiera llevar por sí misma a una
muerterápida.
—¿Porquéno?—lointerrumpo—.¿Nopodíaestartandebilitadoporlatorturaquesimplemente
nosoportólacrucifixión?
—Losromanosteníanciertaexperienciaenestascosas.InclusoPoncioPilatosesorprendiódelo
deprisa que había muerto Jesús. Estaba tan desconcertado que convocó a un oficial para que
confirmarasumuerte.
Meretuerzoenlasilla.Noséhastaquépuntodebodejarmearrastrarporelextrañoentusiasmo
deMacMullin,osisetratadeotrapistafalsaparaconfundirmeyocultarlaverdad.
Élselevantayseacercaalachimenea.Sedalavueltaycruzalosbrazos.
—¿DequépudomorirJesústanrápidamente?Noporhabersidoclavadoenlacruz.Noporlas
heridasdelanzaenelcostado,quesegúnlasEscrituraslefueroninfligidasdespuésdesumuerte.La
única causa plausible es, como has dicho tú, el agotamiento por los sufrimientos previos a la
crucifixión. Pero Jesús era un hombre joven, sano y fuerte. Era demasiado resistente para que sea
verosímilquemuriesedeagotamiento.
—Siemprehepensadoenlacrucifixióncomoalgoespecialmentehorroroso.Algoquetequitala
vidadeformavelozydolorosa.
MacMullinsuspiraafondo.
—Horriblesí.Perorápidono.Todolocontrario.Lacrucifixióneraunmétododematarlargoy
angustioso.
Vuelveasentarseenlasillayvacíalacopadejerezdeunsolotrago.
—Una cosa más: a Jesús le dan de beber de una esponja con vinagre justo antes de expirar.
¿Vinagre?¿Porqué?Elvinagreesunabebidaestimulantequeseusabaparamantenerconscientesa
lasvíctimas.Envezdemorir,deberíahaberseespabiladoaltomarlo.—Giralacopavacíaentrelos
dedos—. Pero es ahora cuando podemos empezar nuestro juego mental, nuestro experimento
intelectual. —Durante algunos segundos se pierde en un monólogo interno—. Imagínate que la
esponjanocontienevinagre,sinoalgocompletamentedistinto.Porejemplounasustanciaanestésica,
narcótica.UnasustanciaqueprovoquequeJesússedesmaye,sederrumbe.Paratodoslosqueestaban
presentes,pareceríaunamuerterepentina.
Intentoimaginármelo.Perosigosinsaberquépensar.
MacMullinsereclinaenlasillaymecontemplaconunaprecavidasonrisaenlacomisuradelos
labios.Comosientendieraalaperfecciónloquemepasaporlacabezaenestosmomentos.
—Laspreguntasseagolpanunavezqueempiezasaleerlosevangeliosconmiradacrítica.Según
la Biblia, la crucifixión tuvo lugar en el Gólgota, que significa «cráneo». Cerca de un jardín… un
jardínconunsepulcroenlamontaña,queerapropiedaddeJosédeArimatea,unseguidordeJesús.
Cualquieranotieneunsepulcroprivadoeneljardín.Debíadeperteneceralaclasealta.Almismo
tiempo, la crucifixión era un método de ajusticiamiento que los romanos reservaban para la clase
baja.Todoresultabastanteincomprensible.LasdescripcionesdelaBibliainsinúanquelaejecución
pudoserdecarácterprivadoyrealizarseenterrenoprivado.Yquedeningúnmodofueenunlugar
deajusticiamientopúblico.Peroelprocesofuepúblico.
—¿Porquéibaalguienaponerenescenaunafarsacomoésa?
—¿Cómo te tomarías la afirmación de que la crucifixión fue una farsa apoyada por las
autoridades?—preguntaenvozbaja.
—¿Quéquieresdecir?¿Quelosromanostomaronparteenelfarol?
—¿Porquéno?¿QuéeraPoncioPilatosinounbandidocorrupto?¿Cómodedifícilcreesqueera
sobornarlo para que hiciera la vista gorda con una crucifixión falsa? Un pequeño arreglo que, de
paso,leresolvíatodoslosproblemasqueteníaconeseagitadorjudío,Jesús.
Pongolosojosenblanco,peroélnolove.
—Debemos mirar las circunstancias que rodean la crucifixión desde la imagen de Jesús que
tenían sus contemporáneos. ¿Quién era él para ellos? ¡Un agitador político! ¡No una divinidad!
Recuerdaquelosautodenominadosprofetasflorecíanenaqueltiempo.Predicadores,dicentesdela
verdad,faquires,adivinos…Unodecadadoscharlataneseracapazderealizarmilagros.
—¿Yporquéseguimosadorándolo?Algodebíadediferenciarlodelamultitud.
—Teníalapalabraensupoder.¡Lapalabra!
—¿Yesoeratodo?
—Su palabra era distinta. Su imagen de los hombres era distinta. Creó una nueva visión del
mundo,conladignidadhumanacomocentrodelaexistencia.Jesúserasabio.Suave.Noamenazabaa
sus seguidores para obtener su obediencia, como los profetas del Juicio Final del Antiguo
Testamento.Introdujoelevangeliodelamor.Nosenseñólabondad.Lavirtud.Elamoralprójimo.Y
deningunadeestascosas,dichocontodoelrespeto,habíamuchoenaqueltiempo.
—Peronoera,comohasseñalado,elúnicoprofeta.
—EranmuypocoslosquecreíanqueJesúseraelMesíasdelViejoTestamento.Losjudíosnolo
querían. Contradecía a los letrados. Atacaba antiquísimas enseñanzas judías. Fue la posteridad,
conducidaporlosapóstolesylosevangelistas,laquecreólaimagendeunJesúsdivinoadornandola
historia de su vida y enseñanza, escribiendo los evangelios a medida para sus lectores y su
contemporaneidad.Tachaban,añadían.Otrostacharonyañadieronaúnmás.¿Porquétendríamosque
fiarnosdeunascopiasdecopiastanantiguasypococontrastables?Nohayningunadocumentación
escrita sobre Jesús que sea de su propio tiempo. Todo aquello a lo que podemos atenernos está
escritoconposterioridad.
—Hablasyhablas.Nadadeloquedicesconfirmaquelacrucifixiónfueraunfarol.
—¡Peroesquenofueningúnfarol!—Seinclinahaciamí—.¡Escuchaloqueteestoydiciendo!La
crucifixiónseejecutó.Loquetratodeexplicarteesquetuvounasconsecuenciasmuydistintasalas
quecuentalahistoriabíblica.
—¿Yunaafirmacióntanabsurdalabasasensimplesindicios?
MacMullinseríeacarcajadas.
—¡Quédifícileres!¡Esomegusta!Nointentodemostrarmiafirmación.Yoconozcolaverdad.
IntentomostrartecómopartedelaBibliaydelasparadojasdelahistoriacobransentidocuandose
lasmiradesdeunnuevopuntodevista.
—¿Unnuevopuntodevista?¿Cuál?¡Noentiendonadadenada!
Losojoslebrillanrisueños.
—Permítemequetepongaotroejemplo.
—¿Unaprueba?
—Unindicio.Traslacrucifixión,PoncioPilatorompiótodaslasreglasromanasalpermitirque
JósedeArimateasellevaraelcadáverdeJesús.EnlatraduccióngriegadelaBiblia,Josépidequese
le entregue el soma: un cuerpo vivo. Pilato responde ptoma: un cadáver. ¿Cómo surgió esa
interpretación?
—¿Melopreguntasamí?NoségrancosadetraduccionesdelaBiblia.
—¿Por qué iba Pilato a permitir que se entregara el cadáver de Jesús a uno de sus seguidores?
¡Corrían el riesgo de convertirlo en un mártir! Muchas veces a los crucificados ni siquiera se los
enterraba.Alcontrario,muchasvecesselosabandonabaalasfuerzasdelanaturalezayalospájaros.
Para los romanos, Jesús era ante todo un molesto rebelde. Un agitador que querían borrar de su
presenteydelaatencióndelpueblo.LaafirmacióndequeerahijodeDioslaveíansobretodocomo
unacuriosidad.Losromanosteníansuspropiosdioses.NoentenderíanbienporquéelJehovádelos
judíosibaacriarasuhijohumanoconunachicapobreprometidaauncarpintero.Todalatradición
contradecía la amabilidad que los romanos mostraron tras la crucifixión de Jesús… a no ser que
algunoshombrespoderososhubierancompradoypagadoaPoncioPilato.
—Parecesestarmuyseguro.
—TúmismohasvisitadoelInstitutoSchimmer.Hayotrosmanuscritos,testimonios,documentos
secretos que insinúan lo que pudo haber pasado. Pero incluso en los textos conocidos podrás
encontrarhuellasqueapoyenestateoría.
MacMullinseacercaalaestanteríaysacaunaBibliaencuadernadaenpielroja.
—BusquemosenelEvangeliosegúnMarcos—dice;sehumedecelaspuntasdelosdedosypasa
laspáginas—.Fueelprimeroqueseescribió.Enlosmásantiguosmanuscritosoriginales,copias,la
historiaterminaconqueJesúsmuereyesllevadoasutumba.Cuandolasmujereslleganalsepulcro,
estáabiertoyvacío.Sucuerpohadesaparecido.Unmisteriosohombrevestidodeblanco,¿unángel?,
lesdicequeharesucitado.Ellashuyendespavoridas.Seleshametidoelmiedoenelcuerpoynole
cuentananadieloqueleshapasado.EsoescribeMarcos.Yestodounmisteriocómopudoentonces
enterarsedelincidente.Peroesonoeraunfinalfelizcomoelqueexigíasutiempo.Nadieaceptabaun
finalsinsentidocomoése.¿Yquéhicieron?Locambiaron.Escribieronotro.
—¿Quiénes?
—¡Losautores!¡Losotrosevangelistas!
Confrenéticoentusiasmopasalaspáginashastaelcapítulo16yleeenalto:
Pasado ya el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron
sustancias aromáticas para ir a ungirlo. Y muy de mañana, en el primer día de la semana, van al
sepulcroapenassalidoelsol.Ibandiciéndoseentreellasmismas:«¿Quiénnosretirarálapiedradela
puerta del sepulcro?». Pero levantando la vista ven que la piedra, que era muy grande, estaba ya
retirada.Ycuandoentraronenelsepulcro,vieronaunjovensentadoalapartederecha,vestidocon
una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el
Crucificado.Haresucitado,noestáaquí;mirad,ésteesellugardondelopusieron.Peroidadecira
susdiscípulosyaPedroqueéliráantesquevosotrosaGalilea;allíloveréis,conformeosdijoél».
Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban sobrecogidas de temor y espanto. Y nada
dijeronanadieporqueteníanmuchomiedo.
MacMullinalzalavista.
—AquíterminaelEvangeliosegúnMarcos.
—¡Perosihaymás!
—Sí. Hay más. Pero no fue Marcos quien lo escribió. El primer evangelista, aquél en quien se
basaronlosotros,concluyesurelatoconlapromesadelJesúsresucitado.¿Veslonaturalqueresulta
quelahistoriaacabeaquí?Perolaposteridadnoestabasatisfechaconestefinal.Queríanalgomás
concreto.¡Unfinalcongarbo!Conpromesasyesperanzas.Poresoalguienañadióelresto.Yfíjate
enlarupturadeestilo,loañadidosybrevesqueresultanlosúltimosversículos:
Habiendo resucitado al amanecer, en el primer día de la semana, se apareció primeramente a
María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a anunciarlo a los que habían
estadoconél,queestabansumidosenlatristezayelllanto.Ellos,cuandooyerondecirquevivíay
quelohabíavistoella,seresistieronacreer.
—Datecuenta—señalaMacMullin—.Nolacreyeroncuandocontóloquehabíavisto.Yhaymás:
Despuésdeestosemanifestó,bajootrafigura,adosdeellos,queibandecaminoauncaserío.
Entonceséstosregresaronadarlanoticiaalosdemás.Perotampocoaellosloscreyeron.
—Yestoesllamativo—apuntaMacMullin—.PorqueelpropioJesúshabía,anunciadosuretorno.
Sus más allegados lo aguardaban. Esperaban que volviera. Eso dice la Biblia. Entonces, ¿por qué
ningunodesusmáscercanosseguidoreslocreecuandopasa?Jesúscumpleloquehaprometido…
¿yningunodesusdiscípuloslocree?¡Deberíanhaberestalladoenjúbilo!¡Deberíanhaberloadoal
Señor! Pero no, ¿qué es lo que ocurre? No se lo creen. ¡Lo rechazan! Si lees estos versículos
detenidamente, verás cómo toda la revelación aparece como algo añadido con posterioridad. ¿Por
qué?Bueno,porquehanretocadolosmanuscritos.Loshancorregido.Mejorado.Comounguiónde
cine.FueronlosautoresylosotrosevangelistaslosquehicieronresucitaraJesús,encarneyhueso,
para exhortarlos a enseñar el evangelio a todo el mundo. Un final mucho más amable para los
lectores;escomosiHollywoodhubieraactuadodecorrector.
MacMullinarrastraeldedohastaelversículo14ylee:
«Finalmentesemanifestóalosonce,mientrasestabanenlamesa,ylesrecriminósuincredulidad
y su dureza de corazón, por no haber dado crédito a quienes lo habían visto resucitado. Luego les
dijo:“Idportodoelmundoypredicadelevangelioatodalacreación”».
—¿Notas cómo prende el entusiasmo en el escritor? —pregunta MacMullin—. ¿Cómo intenta
llevar el relato a una cumbre, a un fulgurante clímax literario? Y después despega completamente,
primeroconpromesasyamenazas.
El que crea y se bautice, se salvará; pero el que se resista a creer, se condenará. Estas señales
acompañarán a los que crean: en virtud de mi nombre arrojarán a los demonios, hablarán lenguas
nuevas,tomaránensusmanosserpientes,y,aunquebebanalgomortalmentevenenoso,noleshará
daño,impondránlasmanosalosenfermosyéstosrecobraránlasalud.
MacMullinfruncelafrente.
—¿Debemos tomarnos esto literalmente? ¿Exorcismo? ¿Don de lenguas? ¿Inmunidad a los
venenos?¿Imposicióndemanos?¿Oestamosanteunescritorllenodeardientefeyexaltaciónque
quiereelevarlahistoriahastaunclímaxespiritual?Asítermina:
«Así pues, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de
Dios».
«Ellos fueron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando su
palabraconlasseñalesquelaacompañaban».
MacMullincierraellibro.
—En Marcos el final es vago, difuso, incompleto. Incluso después de que el original fuese
adornado por los que copiaban y difundían sus textos, se reveló como muy pobre. Los otros
evangelistas no estaban nada contentos con su relato. Así que colorearon aún más sus versiones.
Queríanquehubierapathos.¡Acción!HacenqueseaJesús,ynounángel,quienrecibealasmujeres
enelsepulcro.QueJesússeencuentrecaraacaraconlosdiscípulos.¿Quéversióneslacorrecta?
¿Cuálcuentalaverdad?¿Cuállohaentendidotodomal?Asíqueloqueyomepreguntoes:¿quéeslo
que saben el resto de los evangelistas que el primero de ellos, Marcos, desconocía por completo?
¿PorquésabenmásqueMarcos?Ningunodeellosestuvoallí,todosdisponendelasmismasfuentes
donde beber. ¿Cómo pueden ser tan detallados y precisos en su descripción de la resurrección de
Jesúsydesurevelación…cuandoelprimeronolofueenabsoluto?
PuedequeMacMullinpretendaqueseaunapregunta.Peroyonisiquieraintentocontestar.
—Losevangelios—continúa—surgierondelanecesidaddelaIglesiaprimitivadeconfirmarsu
feenJesúscomoseñorresucitadodelaIglesia.Eldogmadesuresurreccióneraunapremisa.Una
necesidad.Larequeríancomofundamentodesusrelatos.Porquesinlaresurrección,enelfondo,no
tenían ninguna religión. A los evangelistas no les interesaba demasiado el Jesús histórico. A quien
describían era al espiritual. Y creían en él. Estaban convencidos de que su espíritu se hallaba entre
ellos.NoteníanelpropósitodedarunavisiónhistóricaocronológicadelavidadeJesús.Suúnico
objetivo era la prédica. Convencer a sus lectores de que Jesús era el hijo resucitado de Dios.
Basándose en los numerosos testimonios de que disponía la Iglesia primitiva, compusieron sus
evangelios.PerosiprescindesdelaresurrecciónenlaBiblia,tequedasconhistoriassueltassobrela
heroicavidadeungranhumanista.
Sirvejerezparalosdos.Estamossentadosensilencio.Pasanlosminutos.
—Así que si todo lo que me cuentas es correcto… ¿qué fue en realidad lo que sucedió? —
pregunto.
El traga el jerez y chasquea la lengua para saborear los pequeños matices. Lenta y
concentradamente—comosiestuvieralevantandounapesadepensamientopuroyduro—,trasladala
miradadesdelachimeneahastamí.
—Noesfácildarteunaexplicaciónqueteresultefiable—responde,ydejalacopasobrelamesa.
Yoasientodespacioconlacabeza.
—Cuandosenoshamachacadoconciertarepresentacióndurantedosmilañosdehistoria—dice
—,esmuydifícilaceptarunapresentacióndiferente.Noseestáabiertoacreerotraversión.
—Yamehascontadolomásimportante:Jesússobrevivióalacrucifixión.
HastaahoranoheadvertidoelagotamientoquemuestraMacMullin;viejoycansado.Escomosi
laconversaciónlohubieradejadosinfuerzas.Tienelapielpálidayhúmeda,losojossinbrillo.
—Algunosdiríanquefueuncomplot—apunta.Laspalabrassalendespacio,pensativas—.Otros
diríanquefueungolpedeingenio.Entodocasodebedetratarsedelmayortimodelahistoriadela
humanidad.
—Pero¿quéleocurrióaJesús?
Sucarasufreunatransformación.Escomosimecontaraalgoquehubierapresenciadoélmismo,
peroquelecuestarecordarporquehapasadomuchotiempo.
—¿Que qué le ocurrió? —Se queda un buen rato callado antes de continuar—. En estado de
inconsciencia, Jesús fue descolgado de la cruz y envuelto en el lienzo que más tarde se haría tan
famosoycontrovertido.SindudaessuhuellalaqueestáimpresaenelsudariodeTurín.Unproceso
químico,nimásnimenos.Aparentementesinvida,Jesúsfuellevadoalacueva.Sóloibaconélsu
círculomáscercano.Losquesabíanquenoestabamuerto.Paratodoslosdemás,losespectadores,
lossoldados…eraevidentequenoshabíaabandonado.
—¿Yentonces?
—Nadieconocelosdetallessobreloquepasódespués.Nocontamosmásqueconinsinuaciones
veladas en antiquísimos escritos herméticos. Pero en algún momento, cuando se consideró que era
seguro,yprobablementealabrigodelaoscuridad,Jesúsfuedespojadodelsudario,quesequedóen
el sepulcro, y trasladado a un escondite secreto. Suponemos que debió de pasar varias semanas
oculto, mientras las mujeres le cuidaban las heridas y lo atendían. Y, además, se encargaban de
extenderlahistoriasobreelángeljuntoalsepulcrovacío.
—Lahistoriaquelosevangelistasadornaroncuarentaañosmástarde—completoyo.
MacMullinmeobservaconunamiradainsondable.
—¡Continúa!—loapremio.
—No es mucho lo que sabemos sobre ese período de tiempo. Pero supongo que podemos
presumir que fue recuperando lentamente las fuerzas. Me lo imagino detrás de un biombo en la
residenciadealgúnhombrerico.Protegidoycuidadoporsusmáscercanos.Ycuandoporfinestuvo
sanoydispuesto…huyódeTierraSanta.
—¿Huyó?—Empiezoavislumbrarunaconexiónhastaahoraocultaparamí.
—Sutiempohabíallegadoasufin.Noteníaelección,apartedelamuerte.Huyódelpoderconsus
seresmáscercanos.AbandonóJerusaléndisfrazado,juntoconMaríaMagdalena,JosédeArimateay
algunosdesusmáslealesyentregadosseguidores.Nisiquieratodoslosapóstolesconocíanlahuida.
Se les sirvió la cortina de humo. La resurrección. La versión oficial. Y como sabes perfectamente,
aceptaronelrelato.Llegóaconvertirseenunhechohistórico.Yenunareligión.
—¿QuélepasóaJesús?
—Semarchó.
—¿Adónde?
—Aunlugarenquepudieravivirseguro.
—HeleídoalgosobrequepudohaberviajadohastaCachemirayfundadoallíunacongregación.
—LaleyendadeCachemiraesunamentirabienconstruida.
—¿Quéfueentoncesloqueocurrió?
—Jesúsysugrupomarcharonhaciaeloesteporlacarretera,hastalacosta,dondelosesperaba
unbarco.Desdeallíviajaronaunlugarsegurodondeesconderse.
—¿Cuál?
Memirasorprendido.
—¿Todavíanolohasentendido?
—¿Entenderqué?¿Adóndefueron?
—Aquí.ElúltimoescondrijodeJesúsfueRennes-le-Cháteau.
A veces tiene uno que recurrir a la naturaleza para reencontrarse a sí mismo. A los abejorros que
desafíanlaaerodinámica,aloszorrosqueseroenlapatahastaquepuedenliberarsedelcepo,alos
pecesqueseconfundenconloscoralesparaevitarserdevorados.Enelreinovegetalsiemprelehe
tenidocariñoalArgyroxiphiumsandwicense.Recordaráslaplantaalaqueledijeamiprofesoraque
queríaparecerme.Laespadadeplatavacreciendoañotrasaño,pequeñaymodesta,sinquererllamar
demasiadolaatención.Mereconozcoenella.
Lentamenteseconvierteenunabolademediometrodealtocubiertadepeloplateado.Luegoun
tallodedosmetrossurgedelabola.
Despuésdeveinteaños,florecedepronto.Unflorecimientotanexuberantequelecausalamuerte.
Nosepuedesinoadmirarsutercapaciencia.
MacMullinvieneabuscarmealamanecer.Abrolosojosenmediodeunsueñoyenlaviscosaluz
tengolaimpresióndequeflotasobremícomounfantasmaatadoatierra.
Intento despertar. Intento entender lo que quiere. O si será parte del sueño que no acaba de
soltarme.
—¿Quépasa?—murmuro.Laspalabrassemeondulandentrodelcráneocomounecopegajoso
ychirriante.
Porprimeravezpareceinseguro.Serestriegaelpuñocontralapalmadelamanoizquierda.
—Bjørn…—empieza.Comosihubieraalgoqueprefirieranodecirme.
Me incorporo en la cama. Trato de sacudirme el sueño. La habitación se amplía en todas las
direcciones.VeoadosMacMullin.Lacabezasemecaesobrelaalmohada.
—Hanllamado—dice.
Cierrolosojosconfuerzayvuelvoaabrirlos,vuelvoacerrarlosylosabrodenuevo.Nodebo
detenerunaspectomuynormal.Peromelimitoaintentardespertarme.
—¿Quiénhallamado?—pregunto.
—SetratadeGrethe.
—¿Está…?
—¡No!Todavíano.Perohapreguntadoporti.
—¿Cuándopodemosmarcharnos?
—Ahora.
EljetprivadonosesperaenelaeropuertodeToulouse.LalimusinablancadeMacMullinatraviesa
barreras y puestos de control y se detiene suavemente junto al Gulfstream. Pasados veinte minutos
noshallamosenelaire.
—Prontoestaremosalfinaldelcamino—dice.
Mesientoenunprofundosillónjuntoaunagranventanaovaladaconvistasdirectasalcielo.La
inconcebiblecoordinaciónentrelaaerodinámicayelartedelaingenieríanoshaelevadoasietemil
piesdealtura.Elpaisajeescomounacolchaderetalesdeaguadosmaticesysombras.
Entre MacMullin y yo hay una mesa incrustada en el fuselaje. En el centro de la mesa hay una
fuenteconmanzanasrojasyverdes.Meatrapalamirada.
—Supongoquenoteresultasencilloconcebirlo.
—No—respondoambiguamente,porquenosésiserefiereatodoloquehacontadooaGrethe
—,noesdeltodosencillo.
LosdosmotoresareaccióndeRolls-RoycedelGulfstreamgeneranunaparedtraseradeestrépito
constante.Alolejosdistingounbancodenubesqueparecepinturaderramadaenagua.
MacMullinsepelaunamanzana.Conunpequeñocuchillofruteroseparalapielenunaúnicay
largaespiral.Dividelapiezaencuatroysacaelcorazón.
—¿Quieres? —pregunta, pero yo niego con la cabeza—. A fin de cuentas —dice, y se mete un
pedazo de manzana en la boca—, mucho en la vida está fundado sobre ilusiones. Sólo que no lo
sabemos.Onoqueremosreconocerlo.
Vuelveaponérmelodifícilparaquecontestedeunmodoconcreto.Nosédequéhabla.
—Mequedaunpocograndetodoesto…—murmuro.
Élasienteymastica.
—Tampocoesperoquemecreas—añade.
Alprincipionorespondo.Despuésdigo:
—Quizáprecisamenteporesotecreo.
Semeteotrotrozodemanzanaenlaboca.Elácidojugodelafrutaleprovocaunamueca.
—Creeresunaelección—afirma—.Yasetratedecreerenalgoquetecuenteunapersonaode
creerenlaPalabra.
—Noesfácilsaberquécreer—digoevasivamente.
—Lainseguridadyelescepticismosonunvalorensímismos.Porquedemuestranquesepiensa.
—Esposible.Sigosinsaberquépensarsobretodoloquemecontasteayer.
—Tampocoesperootracosa.
—Nosonnimiedadesloquequieresqueacepte.
—No tienes que aceptar nada en absoluto, Bjørn. Por mí, puedes rechazar todo lo que te he
contado.Contaldequemedeselcofre—añadeconunarisabaja.
—DasporperdidalaBibliaentera.
—Pero¿quéesenrealidadlaBiblia?Unacoleccióndeescritosantiquísimossobreelespíritude
unos tiempos. Prescripciones, reglas de vida, ética, testimonios manuscritos, interpretaciones y
sueños adornados y redactados, relatos que han pasado de boca en boca y, finalmente, han sido
reunidos entre dos cubiertas y han recibido el sello de aprobación de los sacerdotes. —Masca los
últimospedazosdelamanzanaysehumedeceloslabiosconlapuntadelalengua.
—¿Ytuversión?—pregunto—.¿Cómoacabatuversióndelahistoria?
—Noesmía.Yosólolatransmito.
—Yasabesaquémerefiero.
—Noesmucholoquepodemosestablecerconseguridad.Nodespuésdetantotiempo.Haypocos
testimonios.Fragmentospococlaros.Fragmentosdeinformación.
—Esoesloquehevividoyolasúltimassemanas.
MacMullinseríeunpocoyserecolocaenlasilla,comosinoestuvierabiensentado.
—¿Sabéisenrealidadloquepasódespuésdelacrucifixión?—pregunto.
—Sabemosbastantescosas.Aunquenolassuficientes,nimuchomenos.Peroalgosabemos.
—¿CómoqueJesúsllegóaRennes-le-Cháteau?
—Sabemosmuchosobrelahuida.Sencillamenteporquedisponemosdemanuscritosredactados
pordosdelosparticipantes.RelataneltrayectodesdeTierraSantahastaRennes-le-Cháteau.
—¿Sí?
—Cuando Jesús, tras la crucifixión, recuperó las fuerzas suficientes, huyó con su grupo de
seguidorescercanosenunanavequeloestabaesperando.PrimerollegaronaAlejandría,enEgipto.
Desde allí se dirigieron al norte hasta Chipre, después hacia el oeste hasta Rodas, Creta y Malta, y
finalmenteotravezhaciaelnortehastaVieuxPort,elpuertoviejodeMarsella.Desdeallíviajaron
porcarreterauntrechohaciaelsuroestedelpaísyseestablecieronenRennes-le-Cháteau.
—Resultadifícildecreer.
MacMullin aprieta los labios y mira por la ventanilla del avión. Los motores braman. Después
extiendeelbrazocongestodeseguridadensímismo.
—Peroafindecuentas…¿laversióndelaBibliaesmásdignadecrédito?
Mequedounratitocavilandosobreesapregunta.
—Estásrealmenteconvencidodequeesasí—digo.
Memira.Largorato.
—¿Cuántosañosllegóacumplir?—pregunto.
—Nolosabemos.Perotuvovarioshijosconlamujerconlaquesecasó,MaríaMagdalena.
—¿Jesússecasó?¿Ytuvohijos?
—¿Porquénoibaahacerlo?
—Esquesuenatan…,nosé.
—Tuvieronsietehijos.Cuatrochicosytreschicas.
Una azafata que ha estado preparando el desayuno en la estrecha antecocina nos lo sirve sobre
platoscalientes.Mesonríe.Yolesonríoamivez.MacMullinmiralacomidaychasquealalengua
alegremente. Dividimos los panecillos en dos, servimos zumo de naranja en los finos vasos con
cubitosdehielo,abrimoslospequeñoscuencosdecristalconmermeladacasera.
MacMullin coge un trozo de panecillo y se limpia la boca con una servilleta que lleva su
monograma.
—LoshijosdeJesúscustodianelsecretodesusorígenes—dice—.Fueronsushijosynietos,no
elpropioJesús,quienesprepararonelterrenoparaloquemástardeseríanlasórdenesdecaballería,
los movimientos masónicos, las sociedades herméticas. Pequeñas congregaciones conspiratorias
cuyoobjetivofundamentaleraeldeconservarunsecretoqueenestosmomentosnosabennicuáles.
—Sacude pensativo la cabeza—. Hay cientos de ellas, Sectas, Clubs, Movimientos, Logias. Todas
rozan la parte externa de la verdad. Han escrito cientos de libros. Los poetas han seguido hilando
sobre cuasiconocimientos y mitos. En Internet hay foros de debate consagrados a especulaciones y
adivinanzas.Peronadieveelconjunto.Nadielocomprendecorrectamente.Soncomolasmoscasque
ignoranqueesocontraloqueestánchocandoesuncristal.
—Oelabejorro—añadoconrapidez,peroesevidentequeMacMullinnolevemuchosentido.
—Oelabejorro—repitesinentender.
Cojoelfríovaso.Elzumodenaranjaestáreciénexprimido.
—¿DóndesemetieronalfinallosdescendientesdeJesús?—pregunto.Chupoymordisqueoun
cubitodehieloquemecrujeentrelosdientes.
—Esapreguntanosedejaresponder.
—¿Porquéno?
—Porque no «se metieron» en ningún sitio. Vivieron sus vidas. Tuvieron sus hijos, que aún
siguenentrenosotros.Unaestirpepoderosayorgullosa.Entrenosotros.
—¿Sabenellosmismoquiénesson?
—Prácticamenteningunodeellos.Sólounospocos.Menosdemil.Yahoratambiéntú.
—Susdescendientessiguenviviendo—digodeformarespetuosayreflexiva.
—Bueno, sí. Claro. Pero han transcurrido dos mil años. Que no se te olvide que también esa
familiasehaaguado.Alfinyalcabo,estamoshablandodemuchasgeneraciones.Elprimogénitode
Jesúsfueelprimergranmaestro.Fueélquienencargóysellóelcofredeoro.Almorirelprimer
granmaestro,suhijomayorasumiólaresponsabilidadsobreelcofre.Asílareliquiafuepasandode
padreaprimogénitoatravésdelossiglos.Hastaquedesapareció.
—¿Y qué ocurre con todas las insinuaciones de que Jesús es el patriarca de las estirpes reales
europeas?
—Comotantasotrascosas,esunaexageración.Conunapizcadeverdad.Trasalgunossiglos,los
descendientes de Jesús establecieron lazos matrimoniales con la dinastía merovingia y pasaron a
formar parte de la familia que mantuvo el poder real en el reino franco hasta el año setecientos
cincuentayuno.Perocasinadie,aexcepcióndeunospocosmiembrosdelarealezaylossucesivos
grandesmaestrosysuscírculosmáscercanos,pudoconocerelconjunto.Elsecreto.Estoes,saberde
lahuidadeJesúsydesusdescendientes.Yconeltiempotambiénesoseconvirtióenunmito,algo
sobreloquenisiquieralosiniciadossabíanbienquépensar.
Mecomoelpanecilloymebeboelzumo.Estoempiezaaserdemasiadoparamí.
—¿Yquéhayenelcofre?—preguntoenconfianza.
MacMullintienepintadequeloquemásdeseaenelmundoesqueretirelapregunta.
—¿Quéhayenelcofre?—repito.
—Nosotroscreemos…—vacila—,creemosquedoscosas.
Apoyalasmanossobrelamesa.Traga.Noquieresoltarelsecreto.Enél,callaresunreflejodel
sistemanerviosocentral.Desvelarlaverdadaunextrañoesalgoquenuncahahecho.Algoseresiste
ensuinterior.Perosedacuentadequenotieneopción.Soydurodepelar.
Memirasuplicante.
—Porúltimavez,Bjørn,¿vasadarmeelcofre?
—Quesí.
Larespuestalodesconcierta.
—¿Sí?
—Cuandomehayasdicholoquecontiene.
Percibocómosusúltimosrestosderesistenciasedesmoronan.
Cierralosojosconfuerza.
—Unaindicación—dice—.Probablementeunmapa.
—¿Unmapa?
—UnasindicacionesquemuestranelcaminohastaelsepulcrodeJesús.Quizálagrutaenquefue
alojadoparasudescanso.Sutumbaterrenal.Peroaúnmásimportante…
Abrelosojos,peronomemira.
Calla.
Miraatravésdemí.
—ElevangeliodeJesús.ElrelatoqueescribióelpropioJesússobresuvida,suobra,sufeysus
dudas.Ysobrelosañosposterioresalacrucifixión.
MacMullin se vuelve y mira por la ventanilla: el cielo, el paisaje bajo nuestros pies, la luz, las
nubes.
Por medio de respiraciones breves y rápidas va soltando todos los pequeños demonios que lo
invaden.
Yoleconcedoeltiempoquenecesita.
Pasadounratosegirahaciamí.Tienelosojosvacíos.
—Asíes—dice.
—Unmanuscrito.Unmanuscritoyunmapa.
—Esocreemos.
Nosquedamosunratocallados.
—Suenaaalgúntipodeconspiraciónjudía—señalo.
—Estásunpocoobsesionadoconlasconspiraciones.
—Y qué pasa si lideras una red judía cuyo objetivo es demostrarle al mundo, de una vez por
todas,queJesúsnofueelhijodeDios.
—Todoesposible.
—Si el manuscrito evidencia que Jesús no murió en la cruz, y que tampoco resucitó, eso
ocasionaráunderrumbamientoenelordenmundialreligioso.
—Esoesverdad.Peroyonosoydefejudía.
—Si, en cambio, eres de fe cristiana, tendrás interés en destruir la prueba que desvela que el
cristianismoestáconstruidosobreunamentira.
—Otroagudoanálisis.Peronotengoningunarazónocultaparacreerquealmundolebeneficia
conocer la verdad. Lo digo abiertamente. Es mejor para todos que se mantenga en secreto. La
alternativaparecedemasiadopeligrosa.Anadie,absolutamenteanadie,leconvienesaberlaverdad.
No tenemos derecho a desgarrar la historia. No puede salir nada bueno de eso. Destruiríamos
millonesdevidas.Arrebataríamoslafeanacionesenteras.Novalelapena.Nadalovale.
—Un manuscrito redactado por Jesús… —digo quedamente—. Unas indicaciones sobre la
ubicacióndesusepulcroterrenal…
—Esoesloquecreemos.
—¿Creer?
—Nopodemosestarcompletamenteseguros.Nohastaquehayamosabiertoelcofreyloveamos
por nosotros mismos. Pero sea lo que sea el contenido, sabemos que el primer gran maestro, el
mayordeloshijosdeJesús,losellóycustodióhastaqueselodejóasuprimogénito,elsiguiente
granmaestrodelalínea.Todosellosconsagraronsuvidaalacustodiadelcofre.Hastaqueseperdió.
EnelmonasteriodeVaerneenelañomildoscientoscuatro.—Luegoañade—:Ycayóentusmanos,
claro.Ochocientosañosmástarde.
—¿Elcofrenuncasehaabierto?
—Porsupuestoqueno.
—¿Yquépasaráahoraconél?
—LollevarépersonalmentealInstitutoSchimmer.
—Nomesorprende.QuizáPeterseaunodelosqueestánesperándolo.
—Peter, ¡desde luego! David, Uri, Moshe… Y varias docenas de los investigadores más
destacados del mundo, reclutados por la SIS. Historiadores, Arqueólogos, Teólogos, Lingüistas,
Filólogos,Paleógrafos,Filósofos,Químicos.
—Entiendoquehasinvitadoatodostusamigos.
—Hemosconstruidotodaunala,queestálistapararecibirelcofre.Nopodemoscorrerelriesgo
dequeelairehúmedooseco,elcaloroelfrío,provoquenquesedesintegreelmanuscrito.Nuestros
especialistas han desarrollado un método que adaptará gradualmente la atmósfera del interior del
cofre, de dos mil años de antigüedad, al aire del laboratorio. Se calcula que sólo la apertura nos
llevarámeses.
—Vistoasísupongoqueesunaventajaquenoloabrieraeneldespacho.
MacMullinseestremece.
—Cuandoporfinlohayamosabierto,habráquesacarelcontenidocuidadosamente.Páginapor
página. Quizás el papiro se haya desintegrado y sea necesario pegar las hojas, pedazo a pedazo,
comoenunpuzzle.Hemosdefotografiarlosfragmentosypreservarlos.Nosabemosenquéestado
vamos a encontrarlos. Pero del mismo modo que se puede leer escritura en copos de ceniza,
podremosleerlossignos.Eltrabajoserámeticuloso.Primerotécnicamente,luegolingüísticamente.
Lostraduciremos.Habráquecomprenderlosapartirdelcontexto.Sisetratadeunmanuscritolargo,
eltrabajocostaráaños.Muchosaños.Sihallamosunmapaoindicacionesdecómollegaralsepulcro
deJesús,elprofesorLlyleworthestarálistoparaacudirconsusarqueólogos.Todoestápreparado.
Sólonosfaltaelcofre.
Mimiradanoencuentradescansoenningúnsitio.
—Bueno—suspira—,ahoratododependedeti.
—Supongoquetodoelratodependíademí.
—Yamedoycuenta.—Miraporlaventana.Estamosentrandoenunbancodenubes—.Bjørn.—
Sevuelvehaciamí—.Porfavor,¿vasadarmeelcofre?
Sumiradapesavariastoneladas.Lomiro.Comprendoquiénes,claro.Nosécuántohacequelo
sé.Peroyanomecabeduda.
Algo dentro de mí se afloja. Incluso en el más rebelde, la fuerza de oposición se debilitará en
algúnmomento.Piensoenlosepisodiosdelasúltimassemanas.Enlasmentiras.Enlaspistasfalsas.
Enlagentequemehaengañado.Estánexpuestosenfila.
Laspiezassehancolocadoensusitio.Nomequedamásremedioqueaceptarlaexplicaciónde
MacMullin.Porqueconfíoenél.Porqueyanotengoopción.
—Porsupuesto—respondo.
Élladealacabeza,comosinocaptaradeltodoloquedigo.
—Voyaentregarteelcofre.
—Gracias.
Sequedacallado.Luegodice:
—Gracias.Teloagradezcomucho.
—Tengounapregunta.
—Nomesorprende.
—¿Porquémelohascontadotodo?
—¿Teníaotraopción?
—Podríashaberteinventadounamentiraquepudieratragarme.
—Lointenté.Variasveces.Peronofuncionó.Eresundemoniodesconfiado.—Loúltimolodice
conunasonrisa.
—Imagínatequelecuentotodoestoaalguien.
Suexpresiónespensativa.
—Existelaposibilidad,naturalmente.
—Podríaacudiralosperiódicos.
—Sí.
—Podríaescribirunlibro.
Calla.
—Evidentemente,podríashacerlo—dicealfin.
Hayunabrevepausa.
Luegoélañade,burlón:
—Pero¿tecreeríaalguien?
ELFINALDELCÍRCULO
Tieneaspectodeestarmuerta.Sucabecilladegorrióndescansasobreunagranalmohada.Lapielse
leadhierealcráneo.Labocaestáentreabierta,loslabios,secosysincolor.Tieneuntuboverdede
ácidometidoporlanarizyfijadoalamejillaconceloblanco.Susbrazos,escuálidosyconmanchas
azules,yacencruzadossobreeledredón.Desdeunabolsaquecuelgadeunsoporte,leentralíquido
enlavenadelantebrazo.
Lehandadounahabitaciónindividual.Hasidoconbuenaintención,perorecuerdoqueunavez
medijoquesumayormiedoeramorirsola.
Elcuartoestáinundadodeluzcálida.Cojounasillaqueestájuntoallavabo;laspatasdetubode
aceroarañanelsuelo.
Le tomo la mano con cuidado. Es como levantar una bolsa de piel tibia llena de huesos. La
acaricioyentrelazosusdedosflojosconlosmíos.
Sonidos.Surespiración.Eltictacdeunaparatoelectrónico.Elruidodelmotordeuncochedela
calle.Unsuspiro.Provienedesuslabios.
En la pared, sobre la puerta, cuelga un reloj que va cinco minutos atrasado. Con movimientos
abruptos,elsegunderoluchapormantenerelritmo.Algoenlamaquinariaestáapuntoderomperse.
Sobrelamesillahayunramodefloresenunbrillantejarróndelhospital.Latarjetacuelgamedio
abierta.Elmensajeestáescritoconplumayunaletrarecargada:
¡Quetengasunviajellenodepaz,Grethe!
Eternamentetuyo,
MMM
MacMullinmehadadounaastilladelaverdad.Nadamás.Unaastilladelaverdad.Quizánosepa
nada. No sé qué explicación creer. No sé siquiera si debo creer alguna de ellas. Pero una cosa sé:
cuando le entregue el cofre a MacMullin, cofre y contenido desaparecerán para siempre. Si han
conservadosusecretodurantedosmilaños,supongoqueconseguiránconservarlodosmilañosmás.
ElmonasteriodeVaernenoseránuncauncentroturísticointernacional.Suspradosnoseconvertirán
nunca en aparcamientos atestados, nunca habrá impacientes turistas americanos haciendo cola para
mirareloctógonoatravésdecristalesdeplexiglásapruebadebombas,oparaestudiarlascopias—
contraducciónaseisidiomas—delmanuscritodelcofre.Porqueéstejamássedaráaconocer.
Serácomosinuncahubieraocurrido.
Levibranlospárpados.Alzalamirada,queespesada,aletargada,ancladaenunaoscuridadsin
sueños.Mereconocelentamente.
—Bjørnillo—susurra.
—Grethe…
Susojosintentanenfocaryestablecerunaimagendeunarealidaddelaqueyanoformaparte.
—¡Quéaspectotienes!—murmura.
Primeronorespondo.Luegoentiendoloquequieredecir.
—Sólomehequemadoconelsol.
Sumiradadesaparece.Luegoserecompone.
—¿Encontrastealgo?—pregunta.
—Sí.
Yluegoselocuentotodo.
Cuandoacabo,ellanodicenada.Selimitaaasentirparasímisma.Comosinadalasorprendiera.
—Demodoqueasífue—susurrafinalmente.
Anuestroalrededor,elsilencioestállenodesonidos.
—¿Cómoestáél?—preguntadepronto.
—¿Quién?
—Michael.¿Estábien?
—Estábien.VinoaOsloconmigo.Peronoquería…molestar.
—Estáconmigo.Asumanera.
—Selodiré.
—Siempreasumanera—continúa,ymiralasflores.
—Hayalgomás.
—¿Sí?
—MacMullinytú…
—Sí —susurra. Es como si paliara los dolores a base de hablar bajo—. MacMullin y yo en
Oxford.—Susojosmemiranconternura—.Esmuybuenhombre.Comotú.Muybuenhombre.
Leechounvistazoalreloj,sigolatozudaluchadelsegunderocontralamaquinaria.
—¿Cómomuriópapá,Grethe?
Ellacierralosojos.
—Aquellonotuvosentido.
—Pero¿cómofue?
—¡Teníacelos!DeTrygveytumadre.
—Asíqueéltambiénlosabía.
—NopudosoportarvercómotumadreseenamorabadeTrygve.
—Esopuedoentenderlo.
—Pero no habría tenido mayor trascendencia. No a la larga. Ella habría vuelto con él. Pero no
soportóvercómosumujerseentregabaaotro.
—¿Quépasó?
—Esonoesasuntomío.Nituyo.
—Pero¿túlosabes?
Suspira.
—Porfavor,Grethe.¿Quépasó?
—¡Nomemartiricesahoraconeso,Bjørn!
—Porfavor.
—Pregúntaleatupadrastro,Bjørnillo.Éllosabe.
—¿Matóélapapá?
—No.
—¿Sabemamáloquepasó?
—No.
—Pero¿cómo…?
—Nopreguntesmás.
—¿Porquénoquierescontármelo?
—Porqueesmejorasí.
—¿Mejor?
—Parati.
—¿Cómo?
Tienelosojosagotados,sinvida.
—Noquieressaberlo.
—¡Porfavor!
Enroscalosdedossobreeledredón,unmovimientofrágilytierno.
—¡Confíaenmí!¡Noquieressaberlo!
—¡Síquiero!
—Comogustes—suspira.
Esperaunratoantesdeseguir.
—SupongoquesabestodolodeTrygveytumadre…
Yobajolamirada.Comosimeavergonzarademimadre.Cosaqueescierta.
—Loentendíyaenaquelmomento—digo.
—Empezaronaquererse.
—Esextrañolomuchoquesequeríatodoelmundo.
—Soncosasqueocurren.
—Ypapáeraunestorbo.
—Comopasasiemprequedospersonasseencuentranyunadeellasperteneceaotra.
—¿Yentonceslomataron?
Mesorprendelocotidianaqueconsigoquesuenelapalabra.
Ellamemiradereojo.
—¿Lo hicieron entre los dos? —insisto—. ¿Fue sólo el profesor? ¿O mamá, también estuvo
implicada?
Gretheaprietalosdientes.
—No—dice,tanbajoquecasiestásusurrando—,¡nofueasí!
—¿Quiéndeelloslohizo?
—Nadiematóatupadre.
—Pero…
—¿Nopodríasconformarteconeso?NadiematóaBirger.
—¿Asíquefueunaccidente?
—No.
—Noentiendo.
—Piensa,Bjørnillo.
Pienso.Peronomellevaaningúnlado.
EntoncesserevientaunamembranaenGrethe.Unalágrimalecaeporlamejilla.
—Miniño…EraTrygvequienibaamoriraqueldía.¡NoBirger!
—¿Cómo?
—¿Loentiendesahora?—pregunta.Lavozescondeirritación—.¡IbaamorirTrygve!
Intentoreunirmisideas,intentocomprenderloquehaydebajodelasuperficie.
—¿Entiendesloqueteestoydiciendo?
Meencojodehombros.
—No…—respondo.
—FueBirgerquienhizoalgoconelocho,paraqueTrygvecayera.
Sevuelvehaciaelotrolado.Notienefuerzasparamirarmealosojos.Comosifueraculpasuya
todoesto.
—EraTrygvequienibaamoriraqueldía—diceotravez.Breveyfrío—.Justoantesdequeos
fuerais,Birgermecontóqueteníapensado…—Seinterrumpe—.¡Algoconelocho!¡Noséqué!De
modoque…Peronuncapenséquerealmente…Nuncapensé,claro,que…nunca.¡Nunca!—Segira
haciamí,buscamimano—:FuetupadrequienintentómataraTrygve.Yluegoalgosaliómal.
Nos quedamos largo rato cogidos de la mano. No tengo palabras dentro de mí. Sólo imágenes
sueltas:lamontañagrisbrillante,lacuerdaenrolladaalapiedra,losgritosdemamá,elmontónde
ropa al pie de la pared rocosa, la sangre, el tronco del árbol contra mi espalda, la corteza que me
arañólanucacuandomederrumbé.
Mepreguntosimamáyelprofesorlohansabidotododurantetodosestosaños.
Grethe se adormece. Yo salgo al pasillo. Me dejo caer sobre una silla justo al otro lado de la
puerta.Semeagolpanlospensamientos.
Enlapareddeenfrente,entredospuertas,cuentoquinceazulejosaloaltoycientocuarentaalo
ancho.Dosmilcienazulejos.Sobreunamesaconruedashanreunidounherbarioderamosdeflores
secas.
Unratodespuésvuelvoaentrar.Losojosselehancerrado.Estátumbada,quieta.
—¿Grethe?
Hilosinvisiblesletirandelospárpados.Luchanporabrirse.
—Soydecueroviejoymuyresistente—dice.
—Distealuzunaniña.
Memiraconlosojosentrecerrados.Lamiradasufreunarápidatransformación.
—Laheconocido.
Grethemirafijamentealtecho.
—Estábien.Diane.Unajovendespampanante.
Lasonrisalesaledemuyadentro.
—La niña más bonita del mundo. —Su voz es muy frágil, muy débil. La sonrisa pierde fuerza.
Suspiraprofundamente—.Yonoeralamadrequeellanecesitaba.—Desuslabiosseescapaunjadeo
—.Nolollevabadentro.Michael…paraéleraotracosa.Penséqueeramejorasí.Quesequedara…
conél.Quenuncasupiera…nadademí.
Tosedolorosamente.Quieredeciralgo.Yolafreno.Selemuevenloslabios.Meestácontando
algosinvoz.
—Mequedocontigo—digoenvozbaja.
—Muycansada—susurra.
Le acaricio la mano. Ella se encoge y me mira. Trata de decir algo, pero el cuerpo no quiere.
Siguetosiendo.Inclusoalatoslefaltanlasfuerzas.Larespiraciónesbajayesforzada.
Intentaincorporarsesobreloscodos,perosederrumba.
—Descansa—susurro,yleacariciolafrente.Estáfríayhúmeda.
Pasaunahora…
Lesujetolamano.Ellaentraysaledelsueño.Devezencuandomemira.
Vacilante, dejo su mano sobre el edredón y bajo a la cafetería, donde me como un sándwich
envueltoencelofánquetambiénsabeacelofán.Cuandoregreso,lamanodeGretheyaceexactamente
dondelahabíadejado.Lacojoylaaprieto.Sientoqueintentadevolvermeelapretón.
Nos quedamos así un buen rato. Al final respira tan bajo que ya no la oigo. Los sonidos del
pasillosedeslizanhacianosotros.Pasossuaves,risacontenida,unniñolloriqueando.Unaenfermera
llamaaotra.
LamanodeGretheestáflojaenlamía.Laaprieto.Ellanodisponedefuerzasparaapretarmeasu
vez. Podríamos habernos pasado horas así. Si no hubiera sido por el aparato. Unos cables que
asoman de su pijama de hospital están acoplados a un panel de interruptores y pantallitas con
númerosluminosos.Elaparatoempiezaapitaraltiempoquedostirasdepapelconcurvasdetinta
vansaliendodeél.UnasacudidarecorreaGrethe.Abrelabocadeparenparyjadea.
Yoleacariciolamano.
Unaenfermeraacudecorriendo.Luegounmédico.
Le suelto la mano. Cae sobre el edredón. Al levantarme, retrocedo y vuelco la silla, que cae al
suelodegolpe.Dejopasoalmédico.
Primero apaga el aparato. El pitido muere. El silencio es atronador. Presiona las yemas de los
dedos contra el cuello de Grethe y asiente hacia la enfermera. Cuidadosamente le desabrocha el
pijamaaGretheyleaprietaelestetoscopiocontraelpecho.
—¿Novaisahacernada?—pregunto.
—Esmejorasí—diceelmédico.
Laenfermerameacariciaelbrazo.
—¿Eressuhijo?
ElmédicolecierralosojosaGrethe.
Fuera,atravésdelaventana,veoaunhombrequesebalanceasobreunandamio.
—Dealgúnmodo—respondo.
Nadiedicenada.
—Ahoraestábien—afirmalaenfermera,ymeaprietaelbrazo.
MiroaGrethe.
—¿Quieresquedarteasolasconella?—preguntalaenfermera.
—¿Asolas?
—Antesdequelapreparemos.Ylabajemos.
—Nosé…
—Porsideseastenerunratoparavosotrossolos.
—Daigual.
—Podemosirnosunosminutos.
—Muyamable.Noesnecesario,gracias.
—Nohaymásquedecirlo.
—Gracias.Muyamable.Perodaigual.
Apesardetodo,salenymedejansolo.Conella.
Intento encontrar una comprensión, un calor, un pacífico sosiego en su rostro. Pero sólo tiene
aspectodemuerta.
Salgodelahabitaciónsinmiraratrás.Cuandoabandonoelhospital,empiezaallover,alloviznar
levemente.
Alotroladodelavalladeplásticonaranja,nosquedamossentadosmirandoporlalunadelanterade
Bola.Lalluviasedeslizaygotea.Lastiendasdecampañaestánrecogidas.Lamayorpartedelequipo
sigue en el contenedor cerrado. El viento barre los prados y forma velos de lluvia. Las tiras de
plásticoatadasalapartealtadelasvarasdeseñalizaciónondeancomoestandartes.Misillaplegable
estávolcadajuntoalaarboledadearbustos.Nadiesehamolestadoenmeterlaenelcontenedor.
Meimaginolascapasdetierradelasexcavaciones,alprofesorbajolasábana,aMosheyaIan
revoloteandoentornoalascapascomomosquitossedientosdesangre.
CuandoelprofesorLlyleworthselargó,eltrabajosedisolvió.Supongoqueahoratodosseestán
preguntandoquévaapasarantesdequelasexcavadorastapendenuevoloshoyos.
MegirohaciaMacMullin.
—Preguntóporti—ledigo.
Élmirahaciadelante.Susojossonprofundos,estánhúmedos.
—Han pasado ya tantos años… —Sus palabras están dirigidas hacia dentro—. Otra vida. Otro
tiempo.Prontometocaráelturnoamí.Quizásentoncesvuelvaaencontrarla.
Tiene el rostro viejo, apergaminado, pero lleno de un ardor juvenil, un impaciente entusiasmo.
Parecemásjovenquenunca.Comosilacertezasobrelocercanaqueestálametaleencendierauna
bombillainternaquebrillaraatravésdelafinacapadepiel.
Algodentrodemítiembla.
—¿Quiéneres?—pregunto.
Primerocalla.Luegodice:
—Habrássacadotusconclusiones.Yaquepreguntas.
Elsilenciovibraentrenosotros.
Sefrotalaspalmasdelasmanos.
—Túnoeresnadatonto.
Incrédulo,replico:
—Séquiéneres.Yaloheentendido.
—Ah,¿sí?
—SupongoquenosóloeresmiembrodelConsejo,¿no?
Seríe,comedido.
Nodejodemirarlo.Élestiralosdedos.Tienehechalamanicura.Enlamanoizquierdaleveo,por
primeravez,unselloconunenormeópalo.
Silboporlobajo,haciadentro.
—¡Túereselgranmaestro!—exclamo.
Élabrelabocaparadeciralgo.Seleenciendenlasmejillas.
—¿Yo?Bjørn,tienesqueentenderlo,sólodocehombresentodoelmundoconocenlaidentidad
delgranmaestro.¡Docehombres!
—¡Ytúereselgranmaestro!
—Sabesquenopuedoresponderaesapregunta.
—Noesunapregunta.
—Detodosmodos…
—Joder—murmuro—.¡Ereselgranmaestro!
—¿Podemosiryaabuscarelcofre?
Me lleva un ratito sobreponerme. No hay quien se lo crea. Lo miro de arriba abajo. El rasgo
esotéricodesuaspecto.Losojoscálidosybenignos.
—AesosereferíaDiane.Estuúnicahija.
Memira.
—¿Vamosabuscarelcofre?—preguntadenuevo.
—Notenemosqueiraningúnsitio.
Meobservadubitativo.
—Estáaquí.
—¿Aquí?—Confuso,miraalalluvia.
—¿Quieresvereloctógono?
—¿Estáelcofreaquí?
—¡Venconmigo!
Salimosdelcoche,nosadentramosenlalluvia.Mecueloporunarajaenelplásticonaranjacon
su cartel de «PROHIBIDO EL PASO» y le hago un hueco a MacMullin. Con los movimientos, el agua
goteadelplástico.
Meparojuntoalfoso.MacMullincontemplaloscimientosoctogonales.
—¡Eloctógono!—Sólodiceeso.Algoparecidoaladevociónsehaapoderadodeél.
Lalluviahalavadolatierradelaspiedrasqueasomandelbarro.
—Eloctógono—repito.
Élestáimpaciente.
—¿Buscamoselcofreya?
Bajoalhoyodeunsalto,mepongoencuclillasyempiezoaexcavar.
Hastaesemomentonocaeenlacuenta.
MacMullinempiezaareírse.Primeroporlobajo.Despuésaplenopulmón.
Ymientrasélseríe,mientrassurisaruedayburbujeasobreloshoyosylosprados,atravésde
lasnubes,yodesentierroelcofredesuescondite.Exactamenteelmismositioenqueloencontramos.
Elúltimolugardondebuscarían.
La tierra gorgotea cuando saco la bolsa con el cofre del barro que la abraza. Me vuelvo con
cuidadoyselotiendoaMichaelMacMullin.Anuestroalrededor,eloloratierraylluviaesacrey
atemporal.
Concaligrafíatemblorosatejomitelarañaderecuerdos.
Alotroladodelaventana,sobreelpatiodelacasadecampodelaabuela,lashojasseaferrana
lasramasdelroble.Comosicomprendieranqueelotoñoprontovaavenirabuscarlas.
AquellanochedehacemuchotiempoenqueleconfeséaGrethequemehabíaenamoradodeellay
ellamerechazótantiernayamorosamentequedurantemuchotiempocreíqueestabaocultándome
sussentimientosmásprofundos,mefuicaminandobajolalluviadesdesucasaenFrognerhastami
habitaciónalquiladaenGrünertakken.Meempapé.Sigorecordandosuspalabrasdedespedida.Estaba
sentadaconsumanoenlamíaymelaacariciabaconternura,comounamadrequequiereconsolara
suhijo.
—Nadaterminanunca—dijo—;simplemente,siguedeotromodo.
LoshombresdelLandRoverrojosefueronconMacMullin.Meestabanesperandocuandoaparquéa
Bolaantelacasadecampo.Supongoquenuncaandaránlejos.
Antesdemarcharse,MacMullinmeestrechólamanoymedijoquehabíahecholocorrecto.
Fuelaúltimavezquelovi.
CuandoelLandRoverhabíaalcanzadolacarreteraylaslucestraserashabíandesaparecidoentre
lahojarasca,entréysubílasescalerascrujienteshastamicuartodechico.
Eraobvioquehabíanestadoallí.
Como espíritus invisibles registraron la casa desde el sótano hasta la troj. Sin dejar ninguna
huella. Hacía mucho que se habían llevado las cosas de Diane. Pero no eran infalibles. Sus cuatro
cintas de seda colgaban lacias de los postes de la cama. Quizás ellos creyeron que eran mías. Y
sacaronsusconclusiones.
Arrastroelescritoriohastalaventanaysacoeldiario.Lasgotasdelluviacaenatrompiconesporel
cristalempañado.Atravésdeloshilosdeagua,elfiordosemejauntorrentetranquilo,brillanteyfrío
traselcampobajo.
Lapielmeardeymepica.
Pienso.Escribo.Laspalabrassedisuelvenenlanada;palabrassobrehechosqueparecequeno
hansucedidonuncaynohansidonuncavividosporpersonaalguna.Huidizos,efímeros.Comolas
palabrasdeunlibroqueleísteunavezyluegometisteenelestantedelolvido.
Así acabó la historia. O así podría haber acabado. Porque en el fondo nunca hay un final. Todo
continúa,perodeotromodo.¿Dóndeempiezaydóndeterminauncírculo?
DespuésdequeMacMullinsellevaraelcofrealsilencio,mequedéenlacasadecampopara,a
faltadeunaexplicaciónmejor,reunirmisideas.Durantelosdíasquesiguieronestuveaguardandoun
final que nunca llegó. Por la noche esperaba que alguien llamara a la puerta: Diane, MacMullin,
Llyleworth,Peter.Oquealgunotelefoneara.Peronoocurriónada.
Pasadaunasemana,cerrélallavedelaguaylasesperanzasyvolvíaOslo.
Lentayobedientemente,regreséamiantiguaexistencia.
Paseaba todas las mañanas hasta el cruce de Storo para coger el tranvía hasta el centro. En el
despacho cumplía mis tareas laborales con un amodorrado e indiferente sentimiento de
responsabilidad.Devezencuandoalguienmepreguntabaquéeraloquehabíasucedidoenrealidad
enelmonasteriodeVaerne,perolosdespedíaconexplicacionescansadasdelavida.
Algunasnoches,cuandolaoscuridadsetornabademasiadooprimente,Dianeveníaamíconun
susurrodesabor,oloryañoranza.Avecesyocogíaelteléfonoymarcabalascifrasdesunúmero,
menoslaúltima.Amedidaquefuireuniendovalorlodejabasonarunpardevecesantesdecolgar.
Unsábadoporlamañanaesperéhastaquecontestó.SóloqueríadesearlefelizAñoNuevo.Perono
era Diane. Estaría atada a algo. Como a los postes de la cama. Colgué antes de que el adormilado
señortuvieratiempodepreguntarmequiénerayquéquería.
Enalgúnmomentodeenerosoltéelasadelarealidad.Norecuerdoexactamentecuándoocómo
sucedió. Pero no fui al trabajo en varios días. Mamá y el profesor me encontraron sentado en una
sillaenelsalóndemiapartamento.Mellevaronalaclínicaenambulancia.Fuecomovolveracasa.
Enlaclínicanotienesqueaparentarnada.Notienesqueactuarcomosibrillaraelsolycomositodo
fueraasermejoralamañanasiguiente.Comosiunapareddepiedrarelucienteeirremontablenose
irguieraenlanieblaentretiyelsoleadovalleenquehubieraspodidovivircomounhobbit,felizen
el bosque junto al arroyo. En la clínica puedes lanzarte al mar revuelto y dejarte hundir. Y puedes
quedarte en las profundidades todo el tiempo que quieras. En la escafandra de tu existencia. Tras
mesesdeesperaycavilaciones,estabaconvencidodequemehabíanengañado.Encontrabagrietasen
las explicaciones, quiebras en la lógica, huecos en las historias que clamaban al cielo. Creía ser
víctimadeunaburlameticulosamenteplaneadaypuestaenescena.Creíahaberinterpretadocontanta
pasiónelpapeldelguardiánautocomplacienteyfácildeengañarqueminombreestabayagrabado
sobrelaplacadeunaestatuilladeÓscar.«Gracias,gracias…Enprimerlugar,megustaríaagradecer
a mis padres…». Me los imaginaba a todos allí sentados, riéndose a carcajadas de mí. Aunque
presionara las manos contra los oídos y me balanceara adelante y atrás, seguía oyendo su risa
chillona, histérica. «¡Máquinas del tiempo!», bramaban a coro Llyleworth y Arntzen. «¡Platillos
volantes!», se desternillaba Anthony Lucas Winthrop Jr. «¡Manuscritos de la Biblia!», se reía Peter
Levi. «¡Jesús conspirando!», se carcajeaba MacMullin. «¡Tesoros merovingios!», chillaban Diane y
mamá.Yluegosegolpeabanlosmuslosysepartíanderisa.Undía,babeandoderabia,llaméalaSIS
exigiendo que me pasaran con MacMullin. Obviamente no estaba. «¿Mac-Quién?». Intenté sin éxito
rastrear su número de teléfono en Rennes-le-Cháteau, pero nadie parecía saber nada de él. Llamé
varias veces al Instituto Schimmer, pero nunca conseguí abrirme paso a través de la fina red de
cortesesevasivasdelacentralita.
Pocoapocofuerondesapareciendolarabiaylaindignación.Bueno,puesmehabíanengañado.
¡Grancosa!Almenosleshabíapresentadobatalla.Afindecuentas,nopodíaresultardeterminante
paraelbienestardelahumanidadqueelcofreacabara,despuésdeochocientosaños,enmanosdelos
bandidosynoenunexpositoresterilizadoenunsomnolientomuseodelacalleFrederik.Enúltima
instancia había, que agradecerle a MacMullin que hubiera aparecido. Sin él, la tierra lo habría
ocultadoduranteotrosochocientosaños.Semereceelsecretodelcofre.Aunqueseaelelixirdela
vidaeterna.
Me dieron el alta en mayo y me mandaron a casa. Mamá fue a buscarme en su Mercedes y me
acompañóhastaeldécimopiso.
Afinalesdejuniovolvíalacasadecampojuntoalfiordo.Devacacionesesavez.Decaminopasé
porelmonasteriodeVaerne.Todoestabarecogido.Elgranjerohabíaalisadonuestrosmontonesde
restos y sembrado centeno. Sólo el hoyo en torno al octógono estaba vallado con una rejilla de
plásticonaranja.Lasautoridadestodavíanosabenquéhacerconelmonumento.
Al abrir la puerta de la casa, fue como si el perfume de Diane me saliera al encuentro.
Estupefacto,mequedéconlamanoenelpomodelapuerta.Esperabaamediasoírsuvoz,«¡Hola,
cielo,llegastarde!»,yunbesoenlamejilla.Peroalcerrarlosojosyolfatear,sóloolíaapolvoya
cerrado.
Deambuléensilenciodecuartoencuarto,descorrílascortinas,mellevóunratopoderabrirla
llavedelaguatraselinvierno.
Luegodejéquelasvacacionesmepenetraran,pesadas,indolentes,cálidas.Díassoleadosynoches
debochornoseencadenabanenunarmoniosoaburrimiento.
Mehesentadoenlaterraza,enpantalonescortosysandalias.Enlaradiodeclamanlatemperatura
de las aguas. Hace mucho calor. En la lejanía flota Boléeme en la bruma. Al otro lado del fiordo,
justoenfrente,HortenyAsgárdstrandsonpuntosdesordenadosenlalíneaazuldelacosta.Sientouna
profundacalma.Hecogidounacervezafríayladestapoconunabridor.Unosjóvenesgritanyríen
enlaplataformadesaltojuntoalagua.Unachicacaechillandoalagua.Unchicosetiradetrás.Con
un movimiento desganado me quito de en medio una avispa que está demasiado interesada en mi
cerveza.Dosgolondrinassebalanceancontraelviento.
Un pronto me impulsa a levantarme y bajar hasta el buzón de la verja. Entre los folletos de
publicidadylascircularesinformativasdeFuglevik,encuentroungransobreamarillento.Nosabría
decircuántotiempollevaahí.Notieneremitente.PeroestáselladoenFrancia.
Comounsonámbulovoyconelsobreamicuartodeniño.Loabroconunastijerasyviertoel
contenidosobreelescritorio.
Unacartabreve.Unrecortedeperiódico.Unafotografía.
Lacartaestáescritaamano,laletraesirregular,forzada:
Rennes-le-Cháteau,14dejulio
SeñorBeltø:
Usted no me conoce, pero mi nombre es Marcel Avignon y soy médico jubilado aquí en
Rennes-le-Cháteau. Me dirijo a usted por petición de nuestro común amigo Michael
MacMullin, que me proporcionó su nombre y dirección de verano. Me duele tener que
informarledequeelgrand-seigneurMacMullinfallecióanoche.Muriócalladamentemientras
dormía,trasunabrevey,porsuerte,pocodolorosaenfermedad.Eranlascuatroymediadela
madrugada cuando desapareció. Junto con su querida hija Diane, que pasó la noche con él,
estuve presente durante sus horas finales. Una de las últimas cosas que hizo fue darme
instrucciones para que le escribiera y le mandara esto. Luego dijo que usted (y ahora tengo
quecitardemideficientememoria),«queesmuydurodepelar,haráloqueledélaganacon
la información». Por mi parte, quisiera permitirme añadir que pronunció estas palabras con
unadevociónquemeconvenciódequeeraustedunamigoalquevalorabainfinitamente.Por
eso es para mí un honor y una alegría realizar el pequeño favor que me pidió el señor
MacMullin,asaber,mandarleunrecortedeperiódicoyunafotografía.Élpensabaqueusted
sabríadequésetrataba.Esoespero,porqueyonopuedoayudarlo.Permítameporúltimoque
lepresentemiscondolencias,conmimásprofundaysincerasimpatía,yaquecomprendoque
lapérdidadesuamigoleharásufrircomohesufridoyo.Sipuedoayudarlodealgúnmodo,no
vacileenponerseencontactoconelabajofirmante.
Afectuosamente,
M.AVIGNON
La fotografía es en blanco y negro. Muestra pedazos de un antiquísimo manuscrito extendidos
sobre un cristal blanco mate con una luz debajo. Una mano con guantes de látex le quita un polvo
invisible.
Esunpuzzledecoposdepapiro,unaparentecaosdefragmentosquedemandanunatotalidad.
Lossignossonincomprensibles.Laletra,homogéneayrecta.
Losojosmecosquilleandehumedad.
Unmanuscrito…
Aunquenosoycapazdeleereltextonidedescifrarunosolodelosextrañossímbolos,mequedo
sentado estudiándolos. No sé durante cuánto tiempo. Pero cuando vuelvo en mí, con la respiración
pesada,inclinadosobrelamesayconeldiarioabiertojuntoalafotografíayelrecortedeperiódico,
soncasilasonce.
ElrecorteesdelperiódicoLaDépécheduMidi,quesaleenToulouse:
LoscurasprotestancontralarestauracióndelaantiguaiglesiadeLeLieu
BÉZIERS:Activistaslocales,entreellosdoscuras,fueronapresadosayerporlapolicíaen
Béziers durante unas manifestaciones ilegales ante la antigua iglesia de Le Lieu, conocida
como«DescansodeCristo».
La deteriorada iglesia, situada un kilómetro al este de Béziers, fue comprada el mes
pasado, por cinco millones de francos, por un financiero desconocido con base en Londres.
Informes de los que dispone La Dépéche du Midi insinúan que la llamativa y sorprendente
comprahasidoaprobadaporlasautoridadeslocalesporpresióndelGobierno.
Según el renombrado arqueólogo británico Graham Llyleworth, que dirige la renovación
del templo, el inversor secreto «tiene genuino deseo de restaurar la iglesia hasta su antiguo
esplendor». Los críticos han protestado enérgicamente contra el trabajo, que implica que el
edificioseaderribadoylevantadodenuevopiedraporpiedra.«¡Profanación!»,truenaJean
Bovary,unodelosdoscurasquefuerondetenidosdurantelasaccionesdeayer.
Nohaatemperadolosánimoselhechodequelosarqueólogoshayanerigidounavallade
tres metros de alto alrededor del terreno, fuertemente iluminado por las noches, ni que haya
unatropadeseguridadpatrullandolazonayahuyentandoaloscuriosos.ElprofesorGraham
Llyleworth declara de modo general que «todo trabajo arqueológico ha de ser protegido y
ocultadoalpúblicoenciertogrado».
Conforme a las leyendas locales, la iglesia está construida sobre una cueva en la que
estaría enterrado un santo desconocido. El cura Jean Bovary, que lidera la recién fundada
Campaña por Le Lieu, afirma que se trata del templo más antiguo de los Pirineos y
probablementedeFrancia.
«Laiglesia,talycomosiguehoyendía,fueconstruidaenelaño1198—diceBovary—.
Peropodemosdatarconsegundadpartedeledificiooriginal,lallamadaalaesteyelparque
deruinas,enelaño350d.C.Perosegúnsecuenta,antesdeesotambiénhabíaallíunlugar
sagrado».
Bovary teme que los arqueólogos quieran intentar llegar hasta el sepulcro que, según la
leyenda,estáselladoenlarocaquehaydebajodelretablo.«¡Dejenalosmuertosdescansar
enpaz!»,dice.
El profesor Graham Llyleworth niega que estén buscando un supuesto sepulcro. «No
tenemos información sobre ningún sepulcro ni cueva bajo esta iglesia —dice—. Si así fuera,
naturalmenterespetaríamosladignidaddelosmuertos».
Pensativo, me quedo mirando fijamente la carta, el recorte y la fotografía del manuscrito en
papiro.
PiensoenDianeyenGrethe.EnMichaelMacMullin.Enelmonasteriodeldesierto.Enloquese
ocultabajolaiglesiadeBéziers.
Miroporlaventana.Brasasdecuriosasexpectativasseenciendenenmí.Enalgúnlugarahífuera
estánesperandolosenigmas.Laspreguntas.
Abajoenelsalónsuenalamaquinariadelviejorelojdelabuelo.Traquetea,peronuncapuntual.
Viveensupropiotiempoyestácontentoconeso.Deprontoexplotaenalegrescampanadas.Lasonce
ytrece.«¡Ding-dang-dong!».
Dentrodemíalgoempiezaacosquillear.Unmotorderesistencia.Desaber.Decomprender.
Elbolígraforaspacontraelpapel.Untejidodepalabrasyrecuerdos.Perosiemprehaysitiopara
algunosmás.Nadaterminanunca.Sólotengoqueaveriguarcómosigue.
FIN
EPÍLOGO
ElfinaldelcírculoyElcódigoDaVinci
Fuentesyentramadodeideas
Imagínateque…
Asícomienzatodoescritorlalaborque,conelpasodeltiempo,quizállegueaserunlibro.
Imagínateque…
Los primeros brotes para El final del círculo surgieron del siguiente seductor juego mental:
imagínatequeunarqueólogoencuentrauntesoroquecontieneunantiquísimomanuscritocapazde
cambiarlahistoriadelmundo.
Pero el camino entre una idea y una novela es largo. En los cinco años que me llevaron la
investigaciónpreviaylaredaccióndellibro,valoréconfrecuencialaposibilidaddeconvertirloen
una pura novela policíaca… completada con agentes especiales del Vaticano, fanáticos asesinos,
intercambios de disparos y arrebatadoras persecuciones de coches. Pero Bjørn Beltø se resistía. El
finaldelcírculoacabósiendounlibroamediavozsobreunenigma.
CuandoleentreguéelmanuscritoalaeditorialAschehougenelotoñode2000,lopresentécomo
unanovelapolicíacasincrimen.Laintrigaestáconstruidacomoenlasnovelasnegras,peroafalta
deasesinato—ysiendo,alparecer,elúnicodelitoalgotanpocoemocionantecomolatransgresión
delaleydepatrimonionoruega—,elmotordramáticoeseldesenvolvimientodeunmisterio.
ElfinaldelcírculosalióenSemanaSantade2001.ComolibroprincipaldelDagensBokerdel
círculodelectores,alcanzóunasventasbastanteaceptables,dentrodelasmedidasnoruegas.Peroal
igualquelamayorpartedeloslibros,desapareciórápidamenteenelolvidodelaslibrerías.
ElcódigoDaVinci:unéxitoyaantesdesalir
El18demarzode2003,dosañosdespuésdequeAschehougpublicaraElfinaldelcírculo,salió
unanovelapolicíacaqueeslacausadeque,enestosmomentos,tengasestelibroentusmanosyde
queElfinaldelcírculoestéapuntodeaparecerenSuecia,Dinamarca,FinlandiayBrasil.
Yaelprimerdía,lanovelaElcódigoDaVinci,deldesconocidoautorDanBrown,vendióseismil
ejemplares.
DanBrown,hijodeunmatemáticoyunaprofesionaldelamúsica,semudóaCaliforniaalacabar
susestudios,dondesemantuvocomocompositordepop,pianistaycantante.En1993volvióaNew
Hampshireyempezóadarclasesdeinglésensuantiguafacultad.Cincoañosmástardepublicósu
primera novela policíaca, La fortaleza digital, seguida por Ángeles y demonios (2000) y Deception
Point(2001).Lostreslibrosvendieronentotalveintemilejemplares.
Cuando el editor de Brown dejó Pocket Books y pasó a trabajar para la reconocida editorial
Doubleday en 2001, se llevó la obra de Dan Brown consigo. «¿Dan qué?», preguntaron en la
editorial. Eso fue antes de que Brown entregara la propuesta para una nueva novela que tenía en
mente.Imagínateque…Laeditorialseencendió(paradecirloconcuidado)consuidea.Compraron
losderechos.YDanBrownsepusoaescribirElcódigoDaVinci.
Como bien saben todos los escritores y editores, a veces algunos libros despegan sin más: son
supernovasenelcentelleantecieloestrelladodelaliteratura.Algunasvecessedebealascualidades
literariasdeltexto.Otras,aoscurosmecanismosdemercado.Nobastaconqueunaobraseabuena.
Tienequellegaralmercadoenelmomentopreciso.
¿PorquéElcódigoDaVincisehaconvertidoenéxitomundial?
«Una novela policíaca para aquéllos a quienes no les gustan las novelas policíacas», dice la
editorial. Emocionante, desafiante y rico en conocimientos, según los entusiasmados lectores. El
códigoDaVincies,apesardetemastanpesadoscomolateología,lahistoriaolasimbología,una
novela que se lee con facilidad. Nos reta. Nos emociona. Nos proporciona la sensación de que
estamos entendiendo cosas importantes. «Como Umberto Eco», constataba lacónicamente el San
FranciscoChronicle.
Pero también el efecto de bola de nieve de las fuerzas del mercado literario ha contribuido al
éxito.
Para estimular el interés, Doubleday envió diez mil ejemplares de prueba a críticos y librerías
seleccionadas,másejemplaresdeloquetieneunaediciónnormaldetapaduraamericana.Querían
crearabullet—«unabala»—,esdecir,unsuperéxitodeventas.Yqueríandemostrarqueellibrode
unescritorcompletamentedesconocidopodíahacerhistoriaeditorial.Muchoantesdelafechaoficial
depublicación,ElcódigoDaVinciyaeralacomidilladelsector.Laatenciónpreviaalcanzólacima
cuandoelNewYorkTimeshizoalgotaninusualcomoromperelplazoypublicar,el17demarzode
2003,unareseña—quesepuederesumirenunapalabracomo«¡Hala!»—enlaprimerapáginadela
seccióndecultura.
ElcódigoDaVinciestabaapuntodeconvertirseenunaprofecíaquesecumplíasolayenelsueño
del departamento de ventas: la editorial había previsto una campaña publicitaria masiva y un
voluminosoenvíodeejemplaresaloslibrerosdeEE.UU.MandaronaDanBrownaunaextensagira
de lanzamiento. Y como los libreros creyeron en la promesa de la editorial de que esa novela
policíacaibaaserunéxitosinprecedentes,lagranmayoríapidiótantosvolúmenesquenolesquedó
másremedioquetapizarlosescaparatesylosmostradoresconElcódigoDaVinciparanoquedarse
conunmontóndeejemplaressinvender.
Nohabíapeligro.
ElcódigoDaVinciesunodeesoslibrosquenopuedesdejardeleer.Todoelmundohablabade
él.Unlibrodeacciónmasculinoy,almismotiempo,unlibromeditado,conprofundorespetopor
los valores femeninos. Un libro que apela a mujeres y a hombres, a intelectuales y a lectores más
pendientes de la trama. Transcurrida la primera semana desde el lanzamiento, había vendido casi
veinticincomilejemplaresyhabíaentradoenlaslistasdemayoresventas.Allíllevadesdeentonces.
En el momento en que se escriben estas páginas, ha vendido nada menos que doce millones de
volúmenesen,almenos,cuarentaydosidiomas.
EnNoruega,laeditorialBazar—que,porcierto,eslaquepublicaElfinaldelcírculoenSuecia,
Dinamarca y Finlandia— se aseguró los derechos de El código Da Vinci. Bazar es una empresa
nórdica de propiedad noruega que fue fundada por el editor Øyvind Hagen en 2002. Hagen, que
descubrió el libro de éxito mucho antes que sus competidores, es el mismo que introdujo El
alquimistaylaliteraturadePauloCoelhoenlospaísesnórdicosyqueen1998apostóporotrolibro
enelquenocreíaningunaotraeditorialnoruega:HarryPotter.EnNoruega,enestosmomentos,se
han impreso más de ciento veinticinco mil ejemplares de El código Da Vinci y lleva en la lista de
éxitosdeventasdesde2004.
YestoloescriboantesdequeempiecelacampañadeNavidad…
Parecidosydiferencias
¿QuérelaciónhayentoncesentreElcódigoDaVinciyElfinaldelcírculo?
Ningunaenabsoluto.
Bueno,ningunaenabsolutomásalládeunseriederasgossimilares,curiososydeltodocasuales.
Aunque El final del círculo y El código Da Vinci son dos obras completamente distintas, no
resultan difíciles de comparar. Como le respondí a Kaja Korsvold, de Aftenposten, cuando en
septiembre de 2004 hizo un reportaje sobre el parecido entre ambos libros: «Me alegro de haber
escritoelmíoantes.Encasocontrariomehabríanacusadodeplagio».
Porque:
AmboslibrostratandeenigmasrelacionadosconJesús.
AmboslibroscuestionanlaexposicióndelNuevoTestamentodelavidaydoctrinadeJesús,yde
sumuerte.
AmboslibrossoncríticosconlosdogmasylosmitosentornoaJesús.
Ambos libros insinúan que la Iglesia ha adaptado parte de la enseñanza de Jesús para que sea
compatibleconlavisióndelospadresdelaIglesia.
Ambos libros sostienen que Jesús se casó con María Magdalena y que sus descendientes
establecieronlazosmatrimonialesconlascasasrealeseuropeas.
AmboslibrosseapoyanengranmedidaenlasteoríasdeElenigmasagrado.
Amboslibrosnadanentreteoríasdeconspiracionesreligiosas.
Amboslibroshablandeórdenessecretas,hermandadesymasones.
Amboslibrostienen,curiosamente,unalbinoenelpapeldeprotagonista.
Amboslibrostienenauncientíficoporprotagonista.
ElprotagonistadeamboslibrosviajaporEuropapersiguiendolasolucióndelenigma.
Ambos libros juegan con nuestro gusto por lo desconocido, lo oculto, lo velado, y desvelan
secretosquelospocos,losiniciados,guardandesdehacesiglos.
ÉstossonlosparecidosqueintroduceElfinaldelcírculoenlaestelamercantildeElcódigoDa
Vinci.
Almismotiempoesfácilseñalarlasdiferencias.El código Da Vinci, desde su punto de partida
americano,esespecialmentecríticoconlaposiciónylosdogmasdelaIglesiacatólica.Envuelvela
historiadelarteeneltelóndefondodesuespejismohistórico.Elfinaldelcírculo,encambio,parte
de la arqueología. Y el arqueólogo albino Bjørn Beltø no es, desde luego, un Indiana Jones. Allí
dondeElfinaldelcírculoeslentoysusurrante,DanBrownhaescritoungranpasatiempo,unacertijo
intelectual envuelto en novela policíaca. Un académico relato de James Bond que nos fascina y
entretiene.Desafíanuestracomprensióndetodo,desdelahistoriadelartehastalateología.
¿Ono?
Verdad…¿ono?
En la estela del contundente éxito de El código Da Vinci, ha surgido un debate literario
internacional muy poco usual. Un debate sobre el contenido de las tesis del libro… y sobre la fina
líneaentreverdadyficción,entrecienciaeinvención.
La polémica se produce sobre todo en círculos cristianos, pero también entre historiadores,
historiadoresdelartey,evidentemente,teólogos.ApesardequeDanBrowninsistaenqueElcódigo
DaVinciesyseráunanovela,yaenlaintroducción,perosobretodoenentrevistasyensupágina
web www.danbrown.com, insinúa que muchas de las ideas más controvertidas del libro —desde el
SantoGrialylosmensajesocultosenlaobradeLeonardodaVincihastalaesenciayelmensajede
Jesús,laOrdendeSiónylasdemáshermandadessecretas—sonrealesyestánbasadasenverdades
quesemantienenescondidas.Unanovela,muybien,perounanovelaquedesvelasecretoshistóricos.
LaideademuchoslectoresdequeeltrasfondodegranpartedeloqueponeenElcódigoDaVinci
es cierto ha desencadenado numerosos artículos en periódicos, debates en Internet y crónicas por
todoelmundo.EnNoruegalacríticaestálideradaporBjørnAreDavidsen,queenunacrónicadel
Aftenposten del 30 de julio de 2004 reprendió a aquellos reseñadores que estaban postrados de
admiraciónporla«obramaestradeinvestigación»deBrown.Enestepaís,lamayorpartedeldebate
sehadesarrolladoeninternetyenlascartasaldirectordelosperiódicos.Enwww.forskning.no, el
historiador de la religión AsBjørn Dyrendal ha escrito la reseña «Jaleo en torno a El código Da
Vinci», en la que, crítica y nítidamente, le da un repaso a muchas de las afirmaciones teológicas y
artísticas del libro. Uno de los apuntes de Dyrendal es que Dan Brown, al insinuar que la intriga
criminalestáconstruidaentornoaunaverdadoculta,invitaaundebateyaunacontroversiaqueasu
vezgeneranatenciónyventas.
Internacionalmente, El código Da Vinci ha desatado un bosque de contrapublicaciones que, con
base fáctica y científica, atacan las tesis de la novela (publicaciones que, por lo demás, no sólo
vendenbienenlaesteladeElcódigoDaVinci,sinoque,paradójicamente,generannuevaatencióny
pompaentornoalaobra,porasídecirlo,unamáquinaeternadelmercado).Enlapáginawebdela
editorial Ignatius www.ignati-us.com/books/davincihoax, los autores Cari Olson y Sandra Miesel —
quehanescritoelcríticolibroTheDaVinciHoax(«ElfarolDaVinci»)—iluminanlasafirmaciones
de la novela de Dan Brown. Muchas de las tesis teológicas y artísticas de Brown son repasadas y
rechazadas.Simplementenoseajustanaloshechos.Nohayfundamentoteológiconihistóricopara
afirmar que Jesús en realidad era un filósofo gnóstico, o que Leonardo da Vinci ha escondido
mensajesreligiosossecretosensusobras.Leonardoseríaunpillo,estábien,peroseprecisanunas
antenas conspiratorias muy desarrolladas y una buena porción de fantasía para ver a María
MagdalenaenLaúltimacenaoparaencontrarotrossecretoshistóricosenotrasobrasmundialmente
famosas.
Lo que ha hecho Dan Brown es lo mismo que hace la mayoría de los novelistas: ha buscado
información disponible que se adapte a su historia y la vista. Así, ha hallado y sacado a la luz una
seriedeemocionantesteorías,tesisyespeculacionesqueconstituyeneltrasfondodelahistoriaque
ha inventado. Pocas de las hipótesis son nuevas o llamativamente verdaderas. Lo nuevo es que un
libroquevendedocemillonesdeejemplarestransmiteagrandesmasasdelectoresideasqueantesse
manteníandócilydiscretamenteentreocultosgruposdediscusióndeInternet,enlibrosnewageyen
fanzinescaserosparalosmuyinteresados.
LoscríticosmásbeligerantesparecenachacaraDanBrownquesaquealaluzteoríasalternativas,
dichoconsuavidad,pocodocumentadas.¡Peroesperen!DanBrownescribenovelas.Apelaanuestra
imaginación. No pretende haber elaborado una tesis doctoral. No se dedica a la investigación. Las
novelasnosonverdaderas.Asíquealosinvestigadoresyaloscientíficosnolesquedamásremedio
queponerlaficciónenperspectiva.
Los expertos más críticos deberían alegrarse en vez de quejarse: ¿cuántas novelas desatan este
tipo de debates científicos entre los legos y estimulan a los lectores a buscar más conocimientos?
¿Cuándo fue la última vez que la teología y la represiva visión de la mujer de la Iglesia primitiva
fueronlacomidillaencontextosfestivos?DanBrownhaescritounlibroqueengancha,provocay
enciende a millones de lectores, legos y especialistas. ¡No es poca hazaña para un pobre autor de
novelaspolicíacas!
LaordendeSión:elgranengaño
Tanto El final del círculo como El código Da Vinci basan algunas de sus teorías en El enigma
sagrado(1985),deMichaelBaigent,RichardLeighyHenryLincoln,unlibroquehavendidomásde
dosmillonesdeejemplaresyprontosaldráennoruego.Brevemente,laprincipalteoríadeestelibro
documental seudocientífico es que Jesús no murió en la cruz, sino que sobrevivió a la crucifixión
(cosa que a su vez toca el dogma fundamental del cristianismo: la resurrección), huyó al sur de
Francia y se casó con María Magdalena. Tuvieron varios hijos cuyos descendientes establecieron
lazos matrimoniales con las líneas reales francesas, la dinastía merovingia. «El Santo Grial» —un
mitomedievalsobrelacopaqueprimerousóJesúsenlacomuniónyqueluegofuellenadaconsu
sangredurantelacrucifixión—sepresentacomolalíneadesangredeJesúsyMaríaMagdalena.
Esta imaginativa idea hunde sus raíces en teorías conspiratorias de siglos de antigüedad,
supuestamente protegidas por órdenes de caballería y hermandades secretas. Las afirmaciones
volvieronalavidaconlahistoriadeBérengerSauniére,curadelpueblodeRennes-le-Cháteau.Se
cree que durante la restauración de la antiquísima iglesia que se desarrolló a finales del siglo XIX,
encontró documentos escondidos en huecos secretos, que se llevó a París y que le hicieron
inmensamenterico.
Pordesgraciaparatodoslospartidariosdelasteoríasconspiratoriasengeneralydelaordende
Siónenespecial,todaesahistoriaestanficticiacomoElcódigoDaVinciyEl final del círculo. La
orden de Sión —que estaría liderada por grandes personajes como Leonardo da Vinci, sir Isaac
Newton,BoticelliyVictorHugoyquehabríatenidoestrechosymisteriososlazosconlaordende
los templarios— es una mera construcción creada por nacionalistas de la derecha radical francesa,
nada más que un club masculino oculto. Tanto la policía como los medios han desvelado que el
francésPierrePlantardysusseguidorescrearonlaordendeSiónen1956ybuscaronsusraícesenla
ordendelostemplariosdelsiglo XII.En1956empezaronacorrerlosprimerosrumoressobre«el
gransecreto»deRennes-le-Cháteau.MuchasdelasvigasmaestrasdelaordendeSióneranplagios
de la orden de Rosacruz. Esta orden del siglo XV, originariamente alemana, fue reformada en el
sigloXVIIyenelXVIII,yestabarelacionadacontodotipodecosas,desdelaalquimiaylamagiaala
filosofía, y fue revivida en las décadas que rodeaban el comienzo del siglo XX por el escritor y
místicofrancésJoséphinPéladan.PierrePlantardredactó,amediadosdelossesenta,documentosque
conteníanlosnombresdeloslíderesdelaordendeSión,dosgenealogías,supuestamentedesde1244
a1644,ydiversascopiasdemanuscritos(losmismosdocumentos,enteoría,quehabríaencontrado
elcuraBérengerSauniéreafinalesdelsiglo XIX),yconsiguiómeterlosdeformasubrepticiaenlos
archivosdelaBibliotecaNacionaldeParís[6].Losdiseñadoresdelfarollograronintroduciraúnmás
documentos«históricos»enlabibliotecafrancesa.Elhallazgoen1965deLesDossiersSecretscausó
mucho revuelo, como es natural. El compinche de Plantard, Phihppe de Chérsiey, se ha
responsabilizado en varios contextos de la elaboración de esos papeles. Según los medios y las
autoridadesfrancesas,Plantard,quemurióenelaño2000,admitióbajointerrogatorioen1993que
losdocumentoshabíansidofabricadosyquelaordendeSióneraunengaño.(Aunquesíescierto
quehubounaordendeSiónquedejódeexistiren1617yfueintroducidaenlaordendelosjesuitas,
perosetratabadeunaordencatólica,alejadadelasupuestafraternidadherméticadePlantardysin
relación alguna con los templarios u otros custodios de misteriosos secretos). La BBC desveló
muchos de los métodos de Plantard en un documental de 1996. La página web www.priory-ofsion.comsemereceunavisitaporpartedequienquieraenterarsedeestascuestiones.
Evidentemente,estascuestionesnotienenningunaimportancianiparaElfinaldelcírculonipara
ElcódigoDaVincientantoquenovelas,perotampocorefuerzanlapresuncióndequeDanBrownha
fundado sus muchas «revelaciones» en datos teológicos, históricos, culturales o artísticos. Muchos
entusiasmadoslectoresdeElcódigoDaVinaseverándefraudadoscuandocomprendanquemuchas
«revelaciones» del libro de códigos secretos y verdades ocultas son o bien pura y dura invención,
asociacióndeideasdelibrosPseudocientíficoseInternet,obien,enelmejordeloscasos,hipótesis
sueltas que son objeto de duda y disputa entre los expertos. Los turistas que visitan la majestuosa
iglesia de Saint Sulpice de París, donde el monje albino Silas espera encontrar el Santo Grial, por
ejemplo, son recibidos con un cartel que dice: «Pese a las fantasiosas afirmaciones de un reciente
éxito de ventas, esto no es un antiguo templo pagano». El cartel continúa rechazando otras
aseveracionesdellibrosobrelaiglesiaricaentradición.PerotambiénSaintSulpicesacaprovecho
delasfuerzasdelmercadoliterario:alolargodemedioaño,diezmilturistashanvisitadolaiglesia
acausadeElcódigoDaVinci.
ElcódigoDaVinciesunanovela.Punto.Nodesvelaningunaverdadignotanioculta,nomásque
miles de tesis poco documentadas y bien conocidas internacionalmente, especulaciones new age y
fantasiosasteoríasdelaconspiraciónapoyadaspormuypocosinvestigadoresserios.¡Perorelájense!
El código Da Vinci no es menos interesante por eso. Aunque muchas de sus teorías no sean
«correctas» científica y fácticamente, a pesar de que muchas de sus afirmaciones más llamativas
puedan ser refutadas, el libro sigue siendo una emocionante y entretenida novela de misterio.
Aquellosqueesténrealmentefascinados¡sindudapuedeninvestigarquéesloquehaydeverdaden
ella!
Alegrarydesafiaraloslectoreseslamásdestacadafuncióndeunanovela.Enesesentido,Dan
Brownhaconseguidomáséxitoquelamayoríadenosotros.Alcontrarioquelamayorpartedelas
novelas policíacas, El código Da Vinci estimula a los lectores para que busquen respuestas serias a
muchasdelasdifícilescuestionesyafirmacionesqueaparecenenlaobra.
Unacuestióndefe
Sobre esta base quizás alguno de mis lectores se pregunte: ¿cuánto de El final del círculo es
verdad?
La respuesta es sencilla: el libro es una novela de cabo a rabo. Algunos datos históricos y
teológicosson«ciertos»tomadosaisladamente.Algunossonmáscontrovertidosycuestionadospor
losespecialistas.Algunosestánretocados.Otrossoninventados.Peroentantoqueescritor,heusado
las «verdades históricas» en un contexto creado de tal modo que, en suma, el libro constituye
exclusivamente una ficción de principio a fin. Si he vadeado entre teorías de conspiraciones
teológicas e históricas, es porque le conviene a la novela. Cuando me apoyo sobre polémicas
valoracionesteológicas,esporquevistenlaficción.Estanovelaqueríatratarsobreunenigma«más
grandequelavida»,ylasideasdeunlibrocomoElenigmasagrado—aligualqueotrasposiciones
teológicasdesviadas—leibancomoanilloaldedo.
Apesardetodo…
Yonosoyteólogo.Nisiquierasoycreyente.PeromuchasdelascuestionesqueplanteaEl final
del círculo respecto a la formación del Nuevo Testamento son cuestiones que sinceramente me
planteoamímismo.Notengolasrespuestas.Perotampocolosteólogoslastienen.Afindecuentas,
laspreguntasyrespuestasfundamentalesremitenaunacuestióndefe.Lateologíaes,engranmedida,
unadisciplinasinsolución.
SitehanseducidolasideasdeestaobraentornoalNuevoTestamento,existeunalegióndelibros
especializados serios que iluminan concienzudamente las principales cuestiones fácticas y las
incertidumbres,vinculadasconlagestaciónyredaccióndeloquehoyesnuestraBibliayqueforma
labasedelafedelmundooccidental.
LaBibliaesunproductointelectual.Alguienhaescritolostextos.Otrospuedenhaberlosretocado
yreescrito.Enmuchasocasiones,losrelatoshanpasadodebocaenbocaantesdeserfijadossobreel
papel.AlfinalalguienhaelegidolosqueseincluiríanenlaBiblia.
Siseconsideraquelostextosbíblicossonsagradosydictadosindividualmenteoinspiradospor
Dios,noesapenasnecesariosometerlosaunacríticadelasfuentes.Pero¿quépasasiprescindimos
delafeparalacomprensióndelaBibliaylaconsideramosaellaysumensajecomounmanifiesto
históricoyfilosófico?
Las investigaciones sobre Jesús son múltiples y se han desarrollado a un ritmo frenético a lo
largo del último siglo y, sobre todo, de las últimas décadas. Ya a principios del siglo XX, Albert
SchweitzerdemostróquelosinvestigadoresmodelabanaJesúsconformealosidealesdesupropio
tiempo. Como en toda ciencia, hay diferentes líneas, tendencias y «escuelas» dentro de la teología.
Muchas de las ideas de El final del círculo están basadas en una tradición americana relativamente
radicalycríticaconlasfuentes.
Otrosinvestigadoressonmásconservadoresypositivosalrespecto.
Comúnalamayorpartedelosinvestigadoresenteologíaeselhechodeque,engradovariable,
están marcados por su fe (o por su falta de fe). La teología no es una ciencia absoluta. En gran
medida, los puntos de vista están coloreados por la fe personal del investigador y por su posición
teológica (y, hasta cierto punto, política). Diferentes investigadores le dan peso a datos e hipótesis
diferentes.
Junto con mi personaje Bjørn Beltø, yo me limito a deslizarme sobre la superficie de la
emocionante materia de la teología. Supongo que los teólogos especializados sonreirán con
condescendencia,oconprovocación,antemuchosdelosdiálogosylasideasdeestelibro.Comola
mayoría de los escritores, yo también he elegido una posición, y los ficticios teólogos e
investigadoresdellibrorepresentanlasposturasqueleconvienenalaaccióndelanovela.Así,no
sonrepresentativosdelamayoríamásreconocidadelosteólogos.Yo,aligualqueDanBrown,he
escritounanovela.Noafirmohaberencontradolaverdad.
¿Lohanhecholosinvestigadores?
Losevangeliosquenuncallegaronaloalto
¿CómodeliteralocríticamentehadeserleídoelNuevoTestamento?
Cadalectorhadeencontrarsupropiarespuesta.
ElNuevoTestamentoesunacoleccióndeescritos,unasíllamadocanon,delqueengranmedida
sedisponíayaenelsiglo II,peroquefuefinalmentecompuestoyreconocidoporlosPadresdela
IglesiaenelsínododeHipona(año393)ydeCartago(397).
Loscuatroevangelistas—Marcos,Mateo,LucasyJuan—eran,segúntodoindica,cristianosde
segundageneraciónqueescribieronsustextosafinalesdelsiglo I(algunosteólogosopinanqueel
evangelio de Juan puede estar escrito realmente por el apóstol Juan). Mateo y Lucas conocían lo
redactadoporMarcos.Peroantesdequeaparecieraningunodeloscuatroevangelistas,seescribiólo
quemástardesehallamadoQ.
El evangelio Q no existe. Sin embargo, es visto por muchos como el «primer evangelio», que
más tarde fue usado por Mateo y Lucas como fuente (de ahí Q, de Quelle, «fuente» en alemán).
Fueroninvestigadoresalemanesquienesllegaronalaconclusióndequeteníaquehaberunafuente
escritaparalaspalabrasdeJesúsenlosevangeliosdeMateoyLucas.Tomandolosevangeliosdeque
sedispone,investigadoresdelInstituteforAntiquityandChristianitydeEE.UU.(http://iac.cgu.edu)
han reconstruido Q palabra por palabra. En sentido estricto, Q no contiene nada nuevo ni
desconocido,sinoqueesunmodeloteóricoquepuedeexplicarelmaterialcomúnenMateoyLucas.
Quienes se interesen especialmente por Q pueden encontrar más información en
http://iac.cgu.ed//qpoject.htmlyenhttp://home-page.virginnet/ron.price.
CuandolostextosdelaBibliaibanaserreunidos—elprocesollevóvariossiglos—,habíauna
serie mucho más larga de textos de los que los «redactores de la Biblia» dieron por buenos. Los
evangelios apócrifos —los evangelios ocultos y secretos— no fueron incluidos en la Biblia. Entre
otrascosas,sedebióaquenoseconsiderabanoriginales(fueronredactadosdemasiadotarde,cieno
doscientos años después que los otros evangelios) respecto a los hechos que describen. Otros
teólogos opinan que los escritos eran considerados heréticos por los cristianos ortodoxos, o
dibujabanimágenesdesviadasdeJesús.Debetambiénmencionarsequevariosvirtuososevangelios
cristianostampocohallaronsulugarporque,aligualquelostextosmáscontrovertidos,noeranlo
suficientemente originales (se puede encontrar una serie de ejemplos en
www.earlychristianwritmgs.com).
Un ejemplo de texto apócrifo es el evangelio de Tomás. Allí Jesús aparece como alguien que
transmiteconocimientossecretos.Laverdadespresentadacomoalgoquedebeaveriguarcadauno.
ElevangeliodeTomáspuedeinterpretarsecomocontrovertidoporvariosmotivos.Algunosseñalan
laclarainfluenciagnósticadeTomás(queenmuchospuntossedesvíadeloqueconocemoscomo
«cristianismo»). Una minoría de los teólogos cree que el evangelio de Tomás puede contener
versionesmásantiguas,yportantomásoriginales,delaspalabrasdeJesúsquelasdelosevangelios
bíblicos.Sinembargo,lamayorpartedelosteólogosparececreerqueelevangeliodeTomás,taly
comoloconocemoshoy,esdelsigloIII.
A medida que el contenido y el alcance de estos escritos alternativos vayan estando más claros
paranosotros,muchasdelasrepresentacionessobrelaenseñanzadeJesússerándesafiadas.Esfácil
que Jesús sea interpretado como más radical, más crítico con la sociedad, y no siempre será
conforme a la imagen más tardía de Jesús de la Iglesia. El evangelio de Tomás contiene sus
palabras…sinrelatonicontexto.Nodicenadasobrelacrucifixiónnisobrelamuerteyresurrección
de Jesús, nada sobre la historia de sus sufrimientos, su bautizo o la última cena. No hay milagros.
AlgunospiensanquetantoQcomoelevangeliodeTomásdemuestranquelamuertedeJesús—ylos
episodios posteriores— no formaba parte del cristianismo temprano, sino que esa dimensión se
desarrollómástardebasándoseenlosritossacrificialesdeljudaísmo.AllídondelaBibliainsisteen
nuestrafeindividual,elevangeliodeTomásinvitaaresponsabilizarnosdenuestrapropiaevolución
atravésdelsaber(estoes,losrasgosclásicosdelgnosticismo).Jesústeníaunacomunidadabiertaa
sualrededor,compuestadehombresymujeresenpiedeigualdad(cosaalaqueDanBrowntambién
ledamuchaimportanciaensunovela).JesúsnoesllamadohijodeDiosniMesías.Juntoalosrasgos
gnósticos,Tomásseatienealusodelaspalabrasdelosmanuscritoscoptosyaloscambiosenlas
traduccionesdefinalesdelsiglo IV.MuchosindiciostextualesindicanqueTomásconocíaaMarcos,
cosaquedebilitalateoríadequesuevangelioesmásantiguo(y,portanto,másoriginal)quelosdel
NuevoTestamento.
Aunque, paradójicamente, los evangelios del Nuevo Testamento a veces dibujan imágenes
diferentesdeJesús,laimagendeJesússegúnTomásencontrómuchaoposiciónentreloscristianos
tempranos. Una de las razones puede estribar en que Tomás lo describe, en gran medida, como un
filósofo. Eso pudo provocar a los primeros padres de la Iglesia, que pretendían delimitar la
enseñanza para que fuera unitaria y autoritaria, además de divina, en un tiempo en que la fe y su
comprensión era desafiada y desgarrada en todas las direcciones. También merece la pena señalar
queelJesúsdeTomássecentraenloespiritualallídondeelJesúsdelNuevoTestamentotienevisión
tantoparaloespiritualcomoparalaacción.ElJesúsdelaBibliadesafíaasucontemporaneidad,el
JesúsdeTomásrespondepreguntasquenotienenunapertenenciafísicaalocotidiano.
MuchoscreyentesserepresentaneltamañodelaBibliacomoinamovibleyabsoluto.Losescritos
apócrifos demuestran que el canon bíblico está creado por los hombres: es el resultado de
valoracionesyselecciones,deretoquesyomisiones.
Muchosteólogosafirmanquelosescritosapócrifosno«revelan»másquelobienqueeligióla
Iglesia temprana los textos correctos. De hecho, el hallazgo de Nag Hammadi (www.nagbammadi.com) muestra lo meticulosamente que procedieron los Padres de la Iglesia en su labor de
incluir y rechazar escritos para el Nuevo Testamento. Aunque es evidente que los apócrifos no
puedanrefutarnadaenabsolutodelNuevoTestamento,nosproporcionanunmarcoalternativopara
comprender no sólo los propios evangelios, sino también su selección y el turbulento tiempo y
proceso que configuró el canon bíblico. Pero con independencia del punto de vista teológico,
también pueden ser leídos como una prueba de que el autoritario canon parece el resultado de la
mejorselecciónhistóricayteológica.
AunquenosecreaenladivinidaddeJesús,podemosasegurarcongranplausibilidadqueexistió
como figura histórica (se puede encontrar más sobre el Jesús teológico en la página web noruega
www.jesus-messias.org).Amisojos,sufilosofía—enunapalabra:amoralprójimo—esigualmente
valiosa,aunquenocreamosenlosdogmasdelaresurrecciónyelperdóndelospecados.
EstaríaencantadosiElfinaldelcírculo—talycomolohahechoElcódigoDaVinci—estimulara
aloslectoresabuscarsuspropiasrespuestasy,almismotiempo,desafiaralasverdadesquenoshan
enseñadolasautoridades,yasealaIglesia,loscatedráticos,loscuraso,enrealidad,losescritores.
ConElfinaldelcírculomiprimeraambiciónhasidoladeescribirunanovelademisteriounpoco
diferente,quedejetrasdesípreguntasquenadiepuederesponder,peroqueesimportanteplantear.
Lasfuentesgolpeanasuvez
Paraacabar,unaenrevesadanotaapiedepágina:Enoctubrede2004,elDailyTelegraphpublicó
queDanBrownibaaserdenunciadoporplagio.¿Porquién?¡Pornadamenosquedosdelosautores
deElenigmasagrado:MichaelBaigentyRichardLeigh!SegúnelTelegraph,Leighhabíadicho:«No
es que Dan Brown haya tomado prestadas ilegalmente algunas ideas, porque eso lo han hecho
muchos. Sino que ha usado toda la estructura y la investigación previa —todo el puzzle— y las ha
colgadosobreunganchodeficción».
Resulta tentador considerar la demanda como un truco publicitario por parte de Leigh y
Baigent…bastanteinjustoconBrown.DanBrowncitaabiertamenteElenigmasagradoremitiendoal
capítulo60,ademásdeunacuriosidadenelespíritudeElcódigoDaVinci:elnombredelpersonaje
sirLeighTeabingestácompuestoporelapellidodeRichardLeighyporelanagramarealizadocon
lasletrasdelapellidodeBaigent.Enellibro,Teabingcogedelaestanteríaprecisamenteunacopiade
Elenigmasagradoyelogiala«premisabásica»delosautores.
Eso no basta, según Leigh y Baigent, que quieren meter una pajita en la exuberante cuenta
bancariadeDanBrown.
Seacualseaelveredictodeuneventualjuicio,haypocarazónparacreerquelapublicidadpueda
influir de alguna manera notoria en la venta de los dos libros. La publicidad, la controversia y la
atencióngiranenuncírculoeterno,yresultatentadorinsinuarqueesto,ciertamente,esuncírculosin
final.
T OM EGELAND
Oslo,octubrede2004
AGRADECIMIENTOS
Ningúnlibrollegaasersinlaayudadeotroslibros.
El antiquísimo monasterio de los hospitalarios de San Juan de Vaerne —con sus enigmas
arqueológicosysumística—puedesencontrarlohoyendíasicruzasMossysiguesendirecciónsur
haciaFuglevik.LainformaciónsobreelmonasterioylaestanciadeloshospitalariosenNoruega,de
trescientosañosdeduración,lahehallado,entreotrossitios,enloslibrosGárderogslekteriRygge
de Ingeborg Flood (Rygge Sparebank, 1957) y en la Bygdehistorien i Rygge hasta 1800 de Lauritz
OpstadyErlingJohansen(RyggeSparebank,1957).
Si te engancha el misterio en torno a Bérenger Sauniére y Rennes-le-Cháteau, te remito a El
enigma sagrado (The Holy Blood and the Holy Grail, 1982) de Michael Baigent, Richard Leigh y
HenryLincoln.Aunquehayasacadoprovechodemuchasdesuscontrovertidasespeculaciones,sólo
rozolacortezadesusteoríasconspiratoriasreligiosas.
ParaanálisismásprofundossobreelJesúshistóricofrentealpredicador,recomiendoelbrevey
sabiolibrodeJacobJervells,DenhistoriskeJesúsjMannensombleMesíasdeKarlOlavSandnesy
OskarSkarsaune.
GraciasaTomKoch,delacadenatelevisivaWBGH.LesdebosuseriededocumentalesFromJesús
toChrist.
ElmanuscritoQexistecomohipótesis.InvestigadoresdelInstituteforAntiquityandChristianity
deCaliforniahanreconstruidoelmanuscritoQpalabraporpalabra,versículoporversículo.
El Evangelio de Tomás, después de la publicación de El final del círculo, ha sido traducido al
noruego.
Al igual que las personas que andan a trompicones por estas páginas, la SIS y el Instituto
Schimmersóloexistenenmiimaginación.
Quisieraexpresarmiagradecimientoatodoslospacientesespecialistasyalasinstitucionesque
me han proporcionado información, puntos de vista, propuestas y correcciones. La Universidad de
Oslo, la Dirección General de Patrimonio Histórico, el British Musetim y el CERN (el laboratorio
europeo de física de partículas). Por haber leído el manuscrito y haberme hecho invaluables
sugerencias,quisieradarlelasgraciasamieditorenAschehoug,ØyvindPharo,ademásdeaKnut
Lindh,OlavNjaastad,IdaDypvikycomosiempre:AseMyhrvoldEngeland.GraciasaJonGangdal,
SebjergJ.HalvorsenyAnnaWeiderAasen.BjørnAreDavidsen,ademásdereseñaramablementeEl
finaldelcírculoenelfragordeElcódigoDaVinci,mehaapoyadoconemocionantescríticasamis
afirmacionesteológicas.GraciasalaperiodistaKajaKorsvolddeAftenposten,quesacóElfinaldel
círculodelasestanteríaspolvorientas.GraciasamiagenteJohanAlmqvistenlaAschehougAgency
ya0yvindHagendelaeditorialBazar:amboshancontribuidoalanzarmilibroalextranjero.Ya
0yvind Pharo, Even Rákil, Aleksander Opsal y a los demás de la editorial Aschehoug que, con
renovadoentusiasmo,devolvieronalavidaaunlibroqueyateníatresaños.
Ninguno de los libros o de los especialistas que he usado como fuentes o consejeros es
responsabledelasocurrenciasolasinfinitaslicenciaspoéticasquemehetomado.
GraciassobretodoaAse,Jorunn,VegaryAstrid…poreltiempo.
T OM EGELAND
BIBLIOGRAFÍAYFUENTES
Quienes deseen profundizar en las cuestiones teológico-históricas de la novela y el epílogo —
cuestionesvinculadasconElcódigoDaVinci—tienenabundanteslibrosalosquerecurrir.Sepueden
encontrarenlaslibreríaslocalesoenInternet.Heaquíunapequeñaselección:
Baigent, Michael y Leigh, Richard, The Dead Sea Scrolls Deception, Simón & Schuster. [El
escándalodelosmanuscritosdelmarMuerto,MartínezRoca,Barcelona,1992.]
—,yLincoln,Henry,TheHolyBloodandtheHolyGrail,Dell.[Elenigmasagrado,Martínez
Roca,Barcelona,1987.]
—,TheMessianicLegacy,Dell.[Ellegadomesiánico,MartínezRoca,1987.]
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templarios,EditorialComplutense,Madrid,1999.]
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—,(ed.),Jesus.Bibelenfireevangelier,Verdenshelligetekster,DeNorskeBokklubbene.
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NorskeBokklubbene.
Olson,Cari,yMiesel,Sandra,TheDaVinaHoax,IgnatiusPress.
Picnett,Lynn,yPrince,Clive,TheTemplarRevelation,Touchstone.
Sandnes,KarlOlav,ySkarsaune,Oskar,MannensombleMessias,NorskKristeligStudierád,
NRK,IKO.
Woje,Svein,yKlep,Kari,Jesusdodeikkepakorset.UrevangelietQ.,Boglund.
—,Thomasevangelist,Boglund.
Wright, N. T., Jesus and the Victory of God: Christian Origins and the Questions of God,
AugsburgFortressPublishers.
—,TheContemporaryQuestforJesus,AugsburgFortressPublishers.
Algunasotraspáginaswebqueilustranlostemasdelanovelaydelepílogo:
www.bibelen.no
www.katolsk.no
EvangeliosegúnTomás:www.thomasevangeliet.no
EvangeliosegúnTomás:http://dromsmia.no/tomas.htm
ClaremontGraduateUniversity:www.cgu.edu
SchoolofReligionatCGU:http://religion.cgu.edu
AncientBiblicalManuscriptCenter:www.abmc.org
ClaremontSchoolofTheology:www.cst.edu
SocietyofBiblicalLiterature:www.sbl-site.org
AmericanSchoolsofOrientalResearch:www.asor.org
InstitutoOrientaldelaUniversidaddeChicago:
www.oi.uchicago.edu
AechNet,WWWVirtualLibrary:http://archnet.asu.edu/
archnetDukePapyrusArchive:http://scriptorium.lib.duke.edu/
papyrusJournalofReligiónandSociety:www.creighton.edu/JRS
CrislerBiblicalInstitute:www.crislerinstitute.comEstudiossobreJesús:www.jesusstudies.net
SobreMateo,MarcosyLucas:http://www.mind-spring.com/~scarlson/synopt/faq.htm
TOM EGELAND. (Oslo, Noruega, 8 de julio de 1959). Creció en el barrio Kalbakken en
Groruddalen,alNortedelcentrodelaciudaddeOslo.Durantesusestudiossecundariosvivióunaño
como estudiante de intercambio en los EE.UU. Es escritor y periodista, trabajó para medios como
Aftenposten,ViMennoelcanalTV2antesdededicarsealaliteraturaatiempocompleto.En1983fue
contratado por el diario Aftenposten, donde trabajó como periodista de noticias, jefe de guardia y
director de noche para la edición matutina. En 1992 fue nombrado director de los informativos de
OsloenelcanaldetelevisiónTV2yenel2000pasóaserjefedeinformativosdelcanal.
Su debut literario tuvo lugar en 1988 con una novela de terror y desde entonces ha publicado
numerosasnovelas.Susobrassongrandesbest-sellersensupaís,mezclandohorror,historia,intriga
y suspense. Los libros de Egeland se reeditan constantemente y se han traducido a más de quince
idiomas.
Sus obras más conocidas a nivel internacional son: «Sirkelens Ende» o como lo conocemos en
español«Elfinaldelcírculo»y«PaktensVoktere»oenespañol«Loscustodiosdeltestamento».
Notas
[1]BjørnesunnombremuycorrienteenNoruegaque,literalmente,significa«oso».(N.delaT.).<<
[2]Ennoruego,laletraQsuenaigualquelapalabravaca(kü).(N.delaT.).<<
[3]Eningléseneloriginal.(N.delaT.).<<
[4]Eningléseneloriginal.(N.delaT.).<<
[5]Eningléseneloriginal.(N.delaT.).<<
[6]ElfacsímildeldocumentodelacubiertaprovienedeLesDossiersSecrets,quesontaninventados
comoestanovela.<<

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