Revista Chilena de Neurocirugía - Sociedad de Neurocirugía de Chile
Transcripción
Revista Chilena de Neurocirugía - Sociedad de Neurocirugía de Chile
ISSN 0716-4491 Revista Chilena de Neurocirugía Órgano Oficial de la Sociedad de Neurocirugía de Chile Indexada a: Directorio Latindex - http://www.latindex.org // Directorio IMBIOMED - www.imbiomed.com Cengage Gale Group - http://infotrac.galegroup.com/itweb/tlm_ifme Editor Ejecutivo Dr. Leonidas Quintana Marín Hosp. Carlos Van Buren, Valparaíso, Chile Comité Editorial Dr. Oscar Butrón Vaca Dr. Alejandro Cubillos Lobos Dr. Ulises Guajardo Hernandez Dr. Jorge Mura Castro Dr. Melchor Lemp Miranda Dr. José Lorenzoni Santos Dr. Eduardo Ortega Ricci Dr. Cristián Salazar Zencovich Dr. Máximo Torche Astete Dr. Patricio Yokota Beuret Dr. Franco Ravera Zunino Hosp. Barros Luco-Trudeau, Santiago, Chile Hosp. San José, Santiago, Chile Hosp. Regional de Temuco, Temuco, Chile Instituto de Neurocirugía Alfonso Asenjo, Santiago, Chile Hosp. Clínico de la Universidad de Chile, Santiago, Chile Hosp. Clínico de la Universidad Católica, Santiago, Chile Hosp. Regional de Valdivia, Valdivia, Chile Hosp. Carlos Van Buren, Valparaíso, Chile Hosp. Regional de Concepción, Concepción, Chile Hosp. Carlos Van Buren, Valparaíso, Chile Hosp. Regional de Rancagua, Chile Dirección: Esmeralda 678, 2º piso interior, Santiago de Chile Teléfonos: 56-2-6334149 / 56-2-6386839 Fax: 56-2-6391085 e-mail: [email protected] - [email protected] Sitio web: www.neurocirugia.cl Director responsable: Dr. Leonidas Quintana Marín Representante legal: Dr. Patricio Yokota Beuret Reemplazante del Director responsable: Dr. Melchor Lemp Miranda Secretaria Sociedad: Sra. Jeannette Van Schuerbeck Diseño/Diagramación: Mónica Aspillaga F. / Cristián Valdés G. Impresión: Orgraf Impresores. Revista Chilena de Neurocirugía es propiedad de la Sociedad de Neurocirugía de Chile y/o Sociedad Chilena de Neurocirugía, la cual es la representante oficial de los neurocirujanos de Chile ante la Federación Latino Americana de Sociedades de Neurocirugía (FLANC), y la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía (WFNS). Toda correspondencia al Editor debe ser dirigida a los correos electrónicos: [email protected], [email protected] La Revista Chilena de Neurocirugía no necesariamente comparte las opiniones y criterios aquí publicados, siendo éstos de exclusiva responsabilidad de los autores. Imagen de portada: Deformación craneana - Cultura Paracas (400 A.C. - 100 D.C.) 1 2 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Sociedad de Neurocirugía de Chile Directorio 2007 - 2009 Presidente: Editores de Internet Dr. Patricio Yokota B. [email protected] Dr. Paolo Massaro M. [email protected] Vicepresidente Directores Dr. Melchor Lemp M. [email protected] Dr. José Lorenzoni S. [email protected] Secretario Dr. Francisco Luna A. [email protected] Dr. Franco Ravera Z. [email protected] Tesorero Dr. Wolfgang Mauersberger S. [email protected] Presidente Anterior Dr. Paolo Massaro M. [email protected] Dr. Jorge Mura C. [email protected] Dr. Alfredo Yañez L. [email protected] Dr. Alonso Pavez S. [email protected] Editor de Revista Dr. Gustavo Zomosa R. [email protected] Dr. Leonidas Quintana M. [email protected] Dirección: Esmeralda 678 2º piso interior, Santiago de Chile Fonos: 56-2-633 41 49 / 56-2-638 68 39 Fax: 56-2-639 10 85 e-mail: [email protected] Sitio web: www.neurocirugia.cl 3 4 Editorial Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Editorial Observación y conocimiento de la anatomía Las primeras descripciones de la morfología craneal fueron reportadas por Heródoto de Halicarnaso (484-425 A.C.) (Caria-Anatolia), quien describió diferencias en el grosor del cráneo entre los egipcios y los persas. Heródoto, por una parte, creía que las situaciones ambientales eran la causa de la diferencia en el grosor craneal, y por otra parte planteaba quizás una de las primeras hipótesis clínica neuroquirúrgica de la historia, demostrando así su gran creatividad. En el tratado Hipocrático, Sobre las Heridas de la Cabeza (Hipócrates o uno de sus alumnos) describió detalladamente la variación significativa en el grosor de la bóveda y en la morfología de las suturas craneales. Hipócrates, en su obra “Aires, aguas y lugares”, señala que cerca de Palus Mocotide, habitaba un pueblo que tenía la original costumbre de comprimir a los niños la cabeza hasta darle una forma alargada. Esta clase de operaciones o procedimientos plásticos también tuvieron un gran desarrollo en culturas pre-incaicas norte andinas, como la cultura Paracas (400 A.C.-100 D.C.) Siguiendo en la Antiguedad, Galeno de Pérgamo (130-200 ), y después Andreas Vesalio (1514-1564) reconocieron las diferencias en la morfología del cráneo humano y las suturas craneales. Y, asociaron ciertas características del cráneo con entidades clínico-patológicas (en la actualidad reconocidas como hidrocefalia o craneosinostosis). Sobre las Heridas de la Cabeza, es el primer texto científico que intenta presentar el manejo de las lesiones de la cabeza en una forma completa y sistemática. Los primeros dos capítulos del texto, enfatizan la importancia del conocimiento de la anatomía humana (específicamente del cráneo) para comprender las lesiones craneales. El traer este breve recuerdo histórico tiene su base. Ojo, observación y conocimiento de la anatomía. Hace poco tuve la suerte de ser invitado como conferencista al XIV Congreso Peruano de Neurocirugía, y cómo acostumbran nuestros hermanos y colegas del Perú, no escatimaron esfuerzos en tener grandes conferencistas invitados a su congreso. Así, tuve la suerte de escuchar una gran conferencia, quizás una de las más fundamentales que he presenciado al profesor James I. Ausman, Department of Neurosurgery, UCLA Medical Center, Los Ángeles, CA, USA. Su título: Manejo de las lesiones de línea media-La tecnología ha hecho una gran diferencia?. Luego de analizar la literatura más reciente, los avances quirúrgicos con tecnología de punta, y las técnicas quirúrgicas convencionales sobre los quistes coloídeos, hamartomas hipotalámicos, gliomas hipotalámicos, neoplasias talámicas, lesiones del III ventrículo, tumores de la región pineal, cavernomas del tronco cerebral, tumores del tronco cerebral, efectuó un acabado análisis del estado del arte. 5 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Su análisis fue muy certero, no pudiendo negar que los avances tecnológicos bien utilizados han sido un aporte y una ayuda, sin embargo, y este fue un mensaje a las nuevas generaciones y residentes en formación, lo básico, la matriz del neurocirujano bien formado sigue siendo lo convencional y esencialmente ya probado. Cuidado con la información que nos llega por internet, que es nada más que eso, información y no constituye una verdad absoluta ni menos un ejemplo inmediato a seguir, ni menos un conocimiento, concepto mucho más completo que toma años lograr. Evaluar cuidadosamente la literatura disponible. Preguntar a los neurocirujanos más experimentados, no creer todo lo que se escuche o lea respecto a la tecnología, y sopesar muy bien de quien venga, y sus relaciones de intereses con la industria que nos rodea, y a muchos, desgraciadamente maneja. Utilizar el sentido común, especialmente siendo modestos y sabiendo que sin conocimientos precisos de la anatomía quirúrgicas no podrán llegar a ser buenos neurocirujanos. Al tomar una decisión terapéutica, pensar que nuestro paciente, ese ser humano que ha confiado en nosotros es un familiar cercano, un hijo, un padre… Y finalmente, ser el mejor que puedas en lo que has elegido. Cómo? Con mucha lectura, aprendizaje, aplicación práctica de ése aprendizaje en talleres de anatomía quirúrgica y microcirugía, o al asistir a un neurocirujano más experimentado en el teatro de operaciones, con iniciativa, con mucho sacrificio, modestia, dedicación y creatividad. Nunca dejar de preguntarse. Por qué? Conozco todas las razones y fundamentos por qué no puede ser o hacerse, pero ahora busco y trato de encontrar el camino para que pueda ser o hacerse… eso es creatividad. Dr. Leonidas Quintana Marín Editor de la Revista Chilena de Neurocirugía 6 7 8 Sumario Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Sumario Revista Chilena de Neurocirugía Volumen 33 - 2009 / ISSN 0716 - 4491 TRABAJOS ORIGINALES “Análisis del crecimiento craneal posterior a la corrección quirúrgica en niños con craneosinostosis en el Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”, Caja Costarricense de Seguro Social, durante el período 1997-2004”. “Analysis of the cranial growth subsequent to the surgical correction in children with craniosynostosis at the Hospital Nacional de Niños ‘Dr. Carlos Sáenz Herrera’, during 1997-2004 period”. María del Carmen Navas-Aparicio*, Dr. Juan Luis Segura-Valverde** Clínica Craneofacial, Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”, Caja Costarricense de Seguro Social, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. *Especialista en Cirugía Oral y Máxilofacial, Maestría en Odontopediatría **Especialista en Neurocirugía pediátrica. P. 11 Craneotomia vigil no selectiva para tumores cerebrales supratentoriales, intraaxiales. Non selective awake craneotomy for intrinsic supratentorial brain tumors. Eduardo E. Lovo (1), Rafael Martínez Cortez (1), Doris Emperatriz Navarrete (2), Rodolfo Milla Flor (3 (1) Programa de Neuro-Oncología, Hospitales de Diagnóstico de El Salvador y Servicio de Neurocirugía Hospital Militar Central de El Salvador. (2) Licenciada Técnica en Anestesiología. Hospital Militar Central de El Salvador. (3) Jefe del Servicio de Anestesiología. Hospital Militar Central de El Salvador. P. 16 Perfil epidemiológico del traumatismo raquimedular en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco Epidemiological aspects of spinal trauma at Hernán Henríquez Aravena Hospital in Temuco. Ulises Guajardo Hernández (1), Marjorith Alvarado Vallejos (2), Fernando Cid Cisternas (2) (1) Servicio de Neurología y Neurocirugía Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena de Temuco. Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera. (2) Servicio de Salud Araucanía Sur. P. 24 Quiste Aracnoidal Extradural Espinal F. Valdivia (*, **), P. Troncoso (2), M Droguett (2), C. Silva (#), MT. Labra (*) *Neurocirujano, Instituto de Neurocirugía Asenjo **Neurocirujano, Clínica Alemana de Santiago. 2 Residente de Neurocirugía, Instituto de Neurocirugía Asenjo. # Residente de Neuroradiologia, Instituto de Neurocirugía Asenjo. Santiago- Chile. P. 29 Vasoespasmo y resultados de la cirugía aneurismática en 100 pacientes con Hemorragia Subaracnoidea. Hospital ¨Hermanos Ameijeiras¨. Febrero 2006-Mayo 2008. Justo Luís González González (1),Jesús Pérez Nellar (2) ,Claudio E. Scherle-Matamoros (3), Edier García-Rivera (4), Enrique DeJongh-Cobo (5), Omar López Arbolay (6), Luís Elizondo Barrel (7). (1) Especialista de Segundo Grado en Neurocirugía. Profesor Instructor. Master en Neurociencias. Master en Aterosclerosis. Jefe del Servicio de Neurocirugía Hospital ¨Hermanos Ameijeiras¨ (2) Especialista de Segundo Grado en Neurología. Profesor Titular. Doctor en Ciencias Médicas. Jefe del Servicio de Neurología. (3) Especialista de Segundo Grado en Neurología. Jefe de la Unidad de al Ictus del Hospital Hermanos Ameijeiras. (4) Especialista de Primer Grado en MGI. Residente de 4to año de Neurocirugía. (5) Especialista de Segundo Grado en Neurocirugía, Profesor Auxiliar (6) Especialista de Segundo Grado en Neurocirugía, Profesor Auxiliar, Doctor en Ciencias Médicas. (7) Especialista de Primer grado en Neurocirugía INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS MÉDICAS DE LA HABANA La Habana, Cuba. P. 34 Aneurismas del sector distal de la arteria cerebral anterior (Arteria Pericallosa) Aneurysms of the distal anterior cerebral artery Paulo Henrique Pires de Aguiar (1,4), Alexandros Theodoros Panagopoulos (2, 4, 6) Gustavo Ranier Isolan (3), Alicia Del Carmen Romero Becerra (5), Carlos Alexandre Zicarelli (4) 1. Departamento de Cirurgia da Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil. 2. Serviço de Neurocirurgia da Faculdade de Ciências Médicas da Santa Casa de São Paulo, Brasil. 3. Divisão de Neurocirurgia do Hospital de Clínicas de Porto Alegre da Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil. 4. Divisão de Neurocirurgia do Hospital Santa Paula, São Paulo, Brasil. 5. Departamento de Neurologia da Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo, Brasil. 6. Divisão de Neurocirurgia do Hospital São Camilo, São Paulo, Brasil. P. 40 REVISIÓN HISTÓRICA Historia de la Neuroendoscopía Alonso Pavez Salinas * *Unidad de Neurociencias, Facultad de Medicina, Universidad Católica del Norte. Servicio de Neurocirugía, Hospital de Coquimbo. P. 48 9 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 REPORTE DE CASOS Cavernoma Intraventricular. Caso clínico Luis M. Elizondo Barriel*, Martha C. Ríos Castillo**, Reinel A. Junco Martín*, Jorge Luis Rojas Manresa*. Servicio de Neurocirugía Hospital Universitario Dr. Carlos J. Finlay* y Hospital Pediátrico Juan M. Márquez**, Ciudad de la Habana, Cuba. P. 52 Fractura Odontoídea tipo II: Presentación de 2 casos y revisión de técnica quirúrgica José Vicente Vasconez, Mario Castillo, Renzo Zamboni, Jorge Hernández, Alejandro Cubillos. Servicio de Neurocirugía, Hospital San José, Santiago de Chile. P. 55 Metástasis Espinal Intramedular. Caso Clínico y Revisión de Literatura. Intramedullary Spine Metastasis. Case Report and Literature Review George Chater Cure (1), Juan Esteban Salas Vargas (1), Sonia Bermúdez (2), Germán Peña Quiñones (3). (1) Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque, Bogota Colombia. (2) Radióloga. Departamento de Imágenes Diagnosticas. Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Profesor Asociado, Universidad El Bosque. Bogota Colombia. (3) Neurocirujano. Sección de Neurocirugía. Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Profesor Titular Universidad El Bosque. Bogota Colombia. P. 60 Quistes Coloides Hipofisarios, Presentación de 2 casos y revisión de literatura. George Chater Cure. MD (1), Omar Ramirez. MD (2), Germán Peña Quiñones. MD (3), Enrique Jiménez H. MD (4), Rocio del Pilar Lopez P. MD (5), Rafael Enrique Andrade P. MD (6). (1) Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque. (2) Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque. (3) Neurocirujano. Sección de Neurocirugía. Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Profesor Titular Universidad El Bosque. (4) Neurocirujano. Jefe Sección de Neurocirugía. Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Profesor Asociado, Universidad El Bosque. (5) Patologa Hospital Universitario Fundacion Santa Fe de Bogota. Profesora de catedra Facultad de Medicina Universidad de Los Andes. (6) Hospital Universitario Fundacion Santa Fe de Bogota. Docente Universidad de Los Andes Universidad Nacional. P. 65 Síndrome de Joubert: Reporte de 2 Casos Clínicos y Revisión de La Literatura Jimmy Achi Arteaga (1), Ivan Mena Blacio (1), Rodrigo Riveros Pintone (2), Int. Jose Gonzalez (3), Leonidas Quintana Marín (4). Servicio de Neurocirugía, Complejo Hospitalario Clinica Kennedy, Guayaquil, Ecuador (1). Residente de Neurocirugía Hospital Carlos Van Buren, Valparaíso-Chile (2). Universidad de Guayaquil (3). Cátedra de Neurocirugía, Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso, Chile (4). P.69 TÉCNICAS QUIRÚRGICAS Reconstruction of sellar floor in the trans-sphenoidal approach. Pitfalls and how to avoid cerebral spine fluid leak. Technical note. Paulo Henrique Pires de Aguiar 1, Edward R Laws 2. 1) Department of Neurology, Hospital das Clinicas, Sao Paulo University 2) Department of Neurosurgery, Harvard Medical School, Boston P. 73 REVISIÓN DE TEMAS Neuroradiologia Individualizada: Beneficio de la cooperación interdisciplinaria para el correcto diagnóstico y tratamiento de lesiones complejas de la Base de Cráneo Custom-Tailored Neuroimaging: Benefits of Interdisciplinary Cooperation for Correct Diagnosis and Therapeutics of Complex Skull Base Lesions. Tobias Alécio Mattei(1), Paulo Henrique Pires de Aguiar (2), Ricardo Ramina (1), Renata Dal-Prá Ducci (3), Marília Grando Sória (4), Ronaldo Pereira Vosgerau (5). (1) Departamento de Neurocirurgia do “Instituto de Neurologia de Curitiba”, Brasil (2) Professor Livre Docente da Disciplina de Neurocirurgia da Faculdade de Medicina da USP, Diretor do Serviço de Neurocirurgia do Hospital Santa Paula (3) Acadêmica da Universidade Federal do Paraná - Brasil (4) Estagiária do Departamento de Neurocirurgia do “Instituto de Neurologia de Curitiba” - Brasil (5) Neuroradiologista - CETAC - Instituto de Neurologia de Curitiba, Brazil. P. 77 The Prognosis after Decompressive Craniectomy for Massive Cerebral Infarction Arthur Maynart Pereira Oliveira*, Wellingson Silva Paiva*, Robson Luis Oliveira Amorim*, Thiago Barcellos Morais*, Eberval Gadelha Figueiredo*, Almir Ferreira de Andrade*, Manoel Jacobsen Teixeira*. *Division of Neurosurgery Hospital das Clinicas, University of Sao Paulo Medical School, Sao Paulo - Brasil. P. 84 Maestros de la Neurocirugía Chilena P. 88 Semblanzas: Dr. Antonio Orellana Tobar, Dr. Leonidas Quintana Marín, Dr. Patricio Tagle Madrid P. 90 Lista de Socios P. 98 Normas de Publicación 10 P. 103 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Adenoma Corticotrópos Silente de la Glándula Pituitaria George Chater Cure*, Enrique Jiménez Hakim**, Rocío del Pilar López P.***, Tonny Chater Cure****, Rafael Andrade Perez ***** *Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque. Bogotá, Colombia. **Neurocirujano, Jefe de la Sección de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá. Bogotá, Colombia. ***Patóloga, Departamento de Patología, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá. Profesora de Cátedra Facultad de Medicina Universidad de Los Andes. Bogotá, Colombia. ****Anestesiologo, Fellow de Neuroanestesia. Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque. Bogotá, Colombia. *****Jefe Departamento de Laboratorios y Patologia Fundación Santa Fe de Bogota. Profesor Facultad de Medicina Universidad Nacional de Colombia y Universidad de Los Andes. Bogotá, Colombia. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 11-16, 2009 Resumen Objetivos: En el presente trabajo se revisará nuestra serie de casos de adenomas corticotropos silentes y revisar la literatura acerca de esta patología fascinante. Material y Método: Se revisaron las historias clínicas de 5 pacientes del Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá en el periodo de enero de 1990 a enero de 2008, que se le realizo tratamiento para una masa sellar y se le realizo diagnostico patológico de Adenoma Corticotrópos Silente. Discusión: Los adenomas de hipófisis corresponden entre el 17% de los tumores intracraneales. El 60% de estas lesiones se asocian a hipersecreción hormonal. Los adenomas corticotropos silentes son tumores hipofisarios que histológicamente muestran diferenciación corticotrópica con algún grado de secreción de ACTH pero sin la evidencia clínica de síndrome de Cushing. Conclusión: Aunque estos tumores sean clínicamente significativos y su histopatología fascinante, hay poca literatura y estudios clínicos con enfoque especial sobre estas lesiones. Estos tumores son muy importantes tenerlos en cuenta en la patología selar ya que su tratamiento requiere mayor dedicación y seguimiento a estos pacientes. Palabras Claves: Adenomas Corticotroficos Silentes, Enfermedad de Cushing, Adenoma de Hipófisis, ACTH, Neurocirugía Summary Objectives: In the present paper we want to review our series of silent corticotrofic adenomas and review the literature concerning this fascinating pathology. Material and Methods: we review the clinical history of 5 patients treated and diagnosed with Silent corticotrofic adenomas in University Hospital Fundacion Santa Fe de Bogota in the period of January 1990 till January 2008. Discussion: Pituitary adenomas count for 10 to 15% of intracranial tumors. In 60% of the cases there is a hormonal hypersecretory syndrome associated with these mass. Silent Corticotophic adenomas are pituitary tumors which histologically show a corticotrophic differentiation with secretion of ACTH but do not present with clinical evidence of Cushing disease. Although silent corticotophic adenomas are clinically significant and histologically fascinating there are only few clinical studies and medical literature with regard to these tumors. Conclusion: Although silent corticotophic adenomas are clinically significant and histologically fascinating there are only few clinical studies and medical literature with regard to these tumors. It is very important to take in regard this tumor in the pathology of the selar region since these patients demand a major dedication and a strict follow up. Key words: Silent Corticotrophic Adenoma, Cushing’s disease, Pituitary Adenoma, ACTH, Neurosurgery. Introducción Los adenomas de hipófisis son tumores de la región selar que corresponden al 17% de los tumores intracraneales. Del conjunto de adenomas de hipófisis tratados quirúrgicamente, aproximadamente el 30% no están asociados a hallazgos clínicos o de laboratorio de hiperproducción hormonal. Gracias al importante desarrollo de la inmunohistoquímica se ha detectado un subgrupo, dentro del conjunto de adenomas aparentemente no productores, que muestra positividad para determinados productos hormonales. Este subgrupo de tumores se le denomino adenomas de hipófisis silentes.1,2 Los adenomas corticotropos silentes constituyen entre el 2 al 7% de los adenomas hipofisarios resecados quirúrgicamente.10,15 Desde la descripción original realizada por Horvath y col en 1980, se ha despertado un interés creciente en estas 11 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 lesiones.3,4 Aunque estos tumores sean clínicamente significativos y su histopatología fascinante, hay poca literatura y estudios clínicos con enfoque especial sobre estas lesiones. Material y Método Se revisaron las historias clínicas de los pacientes del Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá en el periodo de enero de 1990 a enero de 2008, a las que se le realizo tratamiento para una masa sellar y se diagnostico Adenoma Corticotrópos Silente. Se revisaron las historias clínicas de estos pacientes y se evaluaron las siguientes variables; edad, sexo, manifestación clínica, invasión al seno cavernoso o seno esfenoidal y recurrencia o persistencia de la lesión. Resultados De la revisión de las historias clínicas se encuentran 5 pacientes que fueron tratados en el Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá en el período de enero de 1990 hasta enero de 2008 a quienes les realizo el diagnóstico de adenoma hipofisario corticotrópico silente. Se encontraron tres pacientes femeninas y 2 pacientes masculinos. La edad promedio fue de 49.4 años. Los características de los pacientes están resumidas en la (Tabla 1). Casos Clínicos Ilustrativos Caso 1: paciente masculino de 66 años quien consulta al servicio de urgencia de la institución por presentar una cefalea frontal intensa. El paciente además presenta un dolor facial en el territorio de V1 y V2 y comento que desde hacia varios meses presentaba episodios de visión borrosa que se exacerban al estar viendo televisión. El paciente se le realiza un TAC de cráneo simple donde se observa una lesión selar isodensa (Figura 1) y por los hallazgos se le solicito una resonancia magnética cerebral que muestra una lesión hipofisaria con extensión supraselar y con invasión al seno cavernoso izquierdo (Figura 2). El perfil hormonal 12 mostro una leve elevación del ACTH la cual se encuentra en 76pg. El nivel del resto de hormonas estaban entre lo normal. El paciente se llevo a cirugía donde se le realiza una resección tranesfenoidal de la lesión. En estudios histopatologicos con tinción H&E con aumento 10x se observo una proliferación de células tumorales dispuestas en acinos, alrededor de espacios vascualres, Sin actividad mitótica. En el estudio de inmunohistoquimica es positivo para ACTH de forma intensa y difusa con reactividad citoplasmática. El estudio del CK AE1/AE3 mostro un patrón de “dot”. El Ki67 es del 3%. El la microscopia electrónica se identificaron los gránulos neurosecretorios, redondos, con tamaños entre 200 y 400 Nm. (Figura 4,5) En el postoperatorio inmediato el paciente presenta un III par y un IV par izquierdo. Se le realiza una AngioTAC para descartar lesión del seno cavernoso y este no muestra alteración. El paciente presento una mejoría gradual de las alteraciones de los movimientos visuales y a los 6 meses ya estaba asintomático y la resonancia magnética de control no mostro tumor residual. (Figura 3) Caso 2: Se trata de una paciente femenina de 70 años quien consulta por una cefalea occipital intensa. La paciente tiene antecedente de una resección de un adenoma hipofisario a los 61 años en otra institución que fue identificado como no funcionante. En esa institución no se le realizo estudios de inmunohistoquimica. La paciente abandono los controles por su neurocirujano. Se le realizo una resonancia magnética cerebral donde se encuentra una lesión selar con extensión supraselar y al seno esfenoidal, también se observo infiltración del seno cavernoso derecho. Sabemos que la sintomatología de la paciente no es explicada por la lesión pero por la recurrencia y el tamaño de la lesión es llevada a cirugía donde se le realiza un abordaje transesfenoidal para la resección de la lesión selar. La patología de esta paciente reporta que se trata de un adenoma cromófobo no productor con hallazgos de inmunohistoquímica sugestivos de presencia de ACTH. En la resonancia de control al año de cirugía se observo un fragmento tumoral rodeando la carótida interna en el seno cavernoso derecho. (Figura 6) A los 5 años de seguimiento posterior a la segunda cirugía, la paciente continua en estables condiciones generales, la resonancia de control mostro el residuo tumoral en el seno cavernoso que no ha aumentado de tamaño. Discusión Los adenomas corticotropos silentes (ACS) de la glándula pituitaria fueron inicialmente descritos por Horvath en 1980.3 Las células de estos tumores hipofisarios presentan inmunorreactividad de ACTH pero sin la evidencia clínica de hipercortisolismo y con niveles de cortisol normal.5,6 Los ACS son raros y no se conoce si estos se presentan esporádicamente o como parte de una síndrome neoplásico endocrinológico multiple.3 Basados en las diferentes características histopatologícas e inmunorreactivas, estas lesiones se dividen en 2 subtipos.2,3 El Subtipo I son adenomas que producen ACTH pero clínicamente son no funcionantes, semejan los adenomas basofílicos densamente granulares morfológicamente indistinguibles de los adenomas funcionantes asociados con la Enfermedad de Cushing. En ésta neoplasia, las células tumorales semejan los corticotropos normales. El Subtipo II puede exhibir características de adenomas corticotropos productores; sin embargo, están compuestos por células poliédricas de un tamaño mas pequeño y núcleos centrales, en su citoplasma contienen un no característico complejo de retículo endoplásmico rugoso y golgi. Usualmente hay gránulos irregulares en forma de gota que miden entre 150-300 nm de diámetro. No contienen filamentos de citoqueratina, similares a los infrecuentes tumores cromófobos. Estos tumores usualmente se acompañan de un alto índice de proliferación celular con el marcador KI67, expresan el EGFR y el gen POMC. Son inmunoreactivos para ACTH y ßendorfinas.1,2,3,8,9 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla N. 1. Características de los pacientes con adenomas corticotrópos silentes tratados en el Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá. Edad Sexo Sintomatología 1 66 M Cefalea, Alteración Visual 2 69 M Alteración visual 3 23 F Amenorrea, Galactorrea Visión Borrosa 4 24 F Amenorrea, Galactorrea 5 65 F Cefalea Invasión Recurrencia Seno Cavernoso Seno Cavernoso No Si No No Seno Esfenoidal y Seno Cavernoso No Si Si Tabla N. 2. Características Clínicas de los adenomas corticotrópos silentes. - Ausencia de sintomatología clínica de enfermedad de Cushing. - Ausencia o pequeño aumento de niveles sanguíneos de hormonas adrenocorticotropicas. - Concentración sérica de cortisol normal. - Sintomatología asociada a compresión por efecto de masa. - Macroadenomas. - Se asocian con infartos hemorrágicos. - Invasión al seno cavernoso y al seno esfenoidal. Tabla N. 3. Comparación entre adenomas corticotrópos silentes y adenomas de Cushing. Edad Adolecentes, Adultos, Jóvenes Promedio 48 años Sexo M/F 1:3 2:1 Síntomas Síndrome de Cushing Efecto de masa (alteración Visual) Recurrencia 10% 57% Apoplejía No 9% Niveles séricos de ACTH Normales o Levemente Elevados Bajos o Levemente Elevados Niveles séricos de Cortisol Elevados Bajos o Normales Hipopituitarismo Muy raro 35% Tamaño 85% Microadenomas 50% 15% Macroadenomas Invasión 10% Microadenomas 60% Macroadenomas Hemorragia, Necrosis No Formación Quística 50% 60% Los ACS no presentan sintomatología endocrinológica lo que hace que estos se asemejan a los adenomas de hipófisis no productores. Algunos pueden presentarse con hiperprolactimemia, derivados de proopiomelanocortina (POMC) en particular ß-endorfinas, son estimulantes para la secreción de prolactina explicando estos hallazgos. Estas lesiones se encuentran en forma incidental o cuando llegan a producir efecto de masa. 1 La presentación clínica más usual es déficit visual campimétricos o hipopituitarismo. Son casi siempre macroadenomas al momento del diagnóstico.1,2 Este hecho los diferencia de los adenomas corticotrópos funcionantes que la mayoría son microadenomas. La apoplejía es otra forma de manifestación relativa de estas lesiones.2,10,11 Algunas series muestran hasta una frecuencia del 1 al 2% de apoplejía asociada a los ACS.4 Los Adenomas corticotrópos silentes presentan una sintomatología no especifica, estas se relacionan en la (Tabla 2). 2 Se ha postulado que el silencio clínico puede ser debido a un clivaje anormal de la molécula POMC, o a producción anormal de la hormona dada por el rompimiento de la molécula en derivados mas pequeños tales como hormona α-melanocito estimulante (MSH) o el péptidoproducido por el lóbulo intermedio que semeja la corticotropina (CLIP) 13 del ingles “corticotropin-like intermediate lobe peptide”. Endocrinológicamente estos tumores pueden presentar déficit endocrinológicos secundarios a la disfunción hipofisaria por compresión del tallo hipofisarios o de la misma glándula. Normalmente en las lesiones los niveles séricos y urinarios de hormonas hipofisarias son normales.2 Hay ocasiones donde se encuentran niveles séricos de ACTH aumentado. En estos pacientes se sospecha que se generan productos hormonales biológicamente inactivos y defectuosos que no producen cambios o efectos a nivel sistémico.1,2,15,16 Se ha demostrado que la hormona es anómala ya que si bien, es similar bioquímicamente e inmunológicamente a la ACTH en la Enfermedad de Cushing, esta tiene mayor tamaño molecular y por ello es biológicamente inactiva.2 Se sospe- 13 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Figura 1: TAC de cráneo donde se observa lesión selar que tiene una invasión supraselar. Figura 2: resonancia magnética cerebral en cortes sagital y coronal donde se observa lesión selar con infiltración al seno cavernoso. Figura 3: resonancia magnética cerebral en cortes sagital y coronal donde se observa una resección completa de la lesión. Figura 5: estudio de microscopia electrónica donde se identifican los gránulos neurosecretorios, redondos, miden entre 200 y 400 Nm. 14 A B C D Figura 4: Placas de Estúdio histopatológico. A: H&E 10x Muestra proliferación de celulas tumorales dispuestas en acinos, alrededor de espacios vascualres. Sin actividad mitotica, B: estudio de inmunohistoquimica para ACTH intensa y difusa reactividad citoplasmatica, C: CK AE1/AE3 en patrón de “dot”, D: Ki67 del 3%. Figura 6: Resonancia magnética cortes coronales y axiales donde se observa una infiltración del seno cavernoso derecho. Trabajo Original cha que el defecto de esta hormona se produce a nivel post-transcripción de la proopiomelanocortina (POMC).2,15 Su diagnóstico requiere un estudio histopatológico completo. Al igual de la naturaleza agresiva de los tumores corticotrópos productores, los ACS son clínicamente agresivos.2 (Tabla 3) Usualmente presentan destrucción del piso de la silla turca e invasión a los senos esfenoidales y cavernosos. (Figura 2,6) Esta características los puede diferenciar de los adenomas no funcionantes los cuales no son agresivos ni invasivos en la mayoría de los casos.2 Esta tendencia a la invasión, hace que tanto la persistencia tumoral tras la cirugía como las tasas de recurrencia y recidivas sea alta.1,2 En una serie de seguimiento a 3 años la incidencia de recurrencia tumoral supero el 50% de los casos.2,14 Es importante tener en cuenta la mayor invasión de estos adenomas y por lo tanto la posibilidad de que el tratamiento quirúrgico no sea capaz de erradicar el tumor.(Figura 6) Las tasas de recurrencia son superiores al 50% lo que hace de vital importancia la observación minuciosa y controlada de estos pacientes.1 Los controles imagenológicos seriados ayudan a definir tempranamente la recurrencias y el crecimiento de estos tumores. La radiocirugía y la radiotera- Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 pia fraccionada es una opción terapéutica útil para tratar de conseguir un control adecuado después de la cirugia.1,2 Puede requerir una segunda cirugía en caso de recurrencia de la lesión o de crecimiento de un tumor residual.1 Conclusiones Los adenomas corticotrópos silentes son lesiones interesantes de la región selar, siendo muy escasa la literatura respecto a esta patología. Es importante tenerlos en cuenta en el momento de estudiar las masas de la región selar, siendo indispensable realizar un diagnóstico histopatológico exacto y diferenciarlos de los adenomas no funcionantes y de la enfermedad de Cushing. Estos tumores son mas agresivos e invasivos, recurren con mayor frecuencia que los tumores asociados con hipercortisolismo y por esto su tratamiento es difícil. Aquellos enfermos con diagnóstico de un adenoma corticotrópo silente deben ser observados y controlados estrictamente para detectar tempranamente la recurrencia. Recibido: 02.05.09 Aceptado: 03.07.09 15 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Referencias 1. Lagares A, Gonzalez P, Miranda P, Cabrera A, Lobato RD, Ramos A, Ricoy JD. Adenomas cortotropos silentes: Presentacion de dos casos que debutaron con apoplejía hipofisaria. Neurocirugia 2004;15:159-164. 2. Scheithauer BW, Jaap AJ, Horvath E, Kovacs K, Lloyd RV, Meyer FB, et al. Clinically silent corticotroph tumors of the pituitary gland. Neurosurgery 2000;47(3):723-730. 3. Horvath E, Kovacs K, Killinger DW, Smyth HS, Platts ME, Singer W. Silent corticotropic adenomas of the human pituitary gland: a histologic, immunocytologic and ultraestructural study. Am J Pathol 1980;98:617-638. 4. Horvath E SB, Kovacs K, Lloyd RV, X. London AP. Regional neuropathology: Hypothalamus and pituitary. In: Graham DI LP, editor. Greenfield’s Neuropathology. 6 ed. London: Arnold Publishing; 1997. p. 1007-1094. 5. Buchfelder M, Fahlbusch R, Adams EF, Kiesewetter F,Thierauf P. Proliferation parameters for pituitary adenomas. Acta Neurochir Suppl (Wien) 1996;65:18-21. 6. Gibson S, Ray DW, Crosby SR, et al. Impaired procession of proopiomelanocortin in corticotroph macroadenomas. J Clin Endocrinol Merab 1996;81:497-502 7. Baldeweg SE, Pollock JR, Powell M, Ahlquist J. A spectrum of behaviour in silent corticotroph pituitary adenomas. Br J Neurosurg 2005;19(1):38-42. 8. Ronald A. DeLellis, Ricardo V. Lloyd, Philipp U. Heitz, Charis Eng. Pathology and genetics Tumours of Endocrine organs. World Health Organization Classification of tumours. 2004; 26-29 9. Thapar K et al. Proliferative activity and invasiveness among pituitary adenomas and carcinomas. Neurosurgery, 1996; 38:99-106. 10. Abe T, Taniyama M, Xu B, Ozawa H, Kawamura N, Shimazu M, et al. Silent mixed corticotroph and somatotroph macroadenomas presenting with pituitary apoplexy. Acta Neuropathol 2001;102(5):435-440. 11. Blaut K, Wisniewski P, Syrenicz A, Sworczak K. Apoplexy of clinically silent pituitary adenoma during prostate cancer treatment with LHRH analog. Neuro Endocrinol Lett 2006;27(5):569-572. 12. Bilis DC, Meyer FB, Laws ER, Dudley D, Ebersold M, Scheithauer BW, et al. A retrospective analisis on pituitary apoplexy. Clinical Study. Neurosurgery 1993;33:602-609. 13. Chabre O, Martinie M, Vivier J, Eimin-Richard E, Bertagna X, Bachelot I. A clinically silent corticotrophic pituitary adenoma (CSCPA) secreting a biologically inactive but immunoreactive assayable ACTH. J Endocrinol Invest 1991;14 (suppl 1): 87. 14. Webb KM, Laurent JJ, Okonkwo DO, Lopes MB, Vance ML, Laws ER, Jr. Clinical characteristics of silent corticotrophic adenomas and creation of an internet-accessible database to facilitate their multi-institutional study. Neurosurgery 2003;53(5):1076-1085. 15. Daems T, Verhelst J, Michotte A, Abrams P, De Ridder D, Abs R. Modification of hormonal secretion in clinically silent pituitary adenomas. Pituitary 2008;12:80-86 16. Reincke M, Allolio B, Saeger W, Kaulen D, Winkelmann W. A pituitary adenoma secreting high molecular weight adrenocorticotropin without evidence of Cushing’s disease. J Clin Endocrinol Metab 1987;65:1296-1300. Agradecimientos: a Jenny Milena Macheta, Bibliotecologa, Hemeroteca, Sistema de Bibliotecas. Universidad de Los Andes. Por su ayuda en la búsqueda bibliográfica de este trabajo. Correspondencia George Chater Cure. MD, Enrique Jiménez Hakim. MD [email protected] / [email protected] FUNDACION SANTA FE DE BOGOTA AV 9 #117-20, Asociación Medica Los Andes cons (822) Bogotá, Colombia 16 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Cura bioquímica en pacientes con adenomas de la hipófisis productores de hormona de crecimiento con tratamiento quirúrgico y radioterapéutico. Experiencia de 7 años. Biochemical cure in patients with Growth Hormone-Secreting Pituitary Adenoma treated with surgery and Radiotherapy. 7 years experience. Antonio Zarate Méndez 1, Vicente Ramírez Castañeda 1, Manuel Hernández Salazar 1, Lázaro Moreira Mieles, Evangelina Valdés Guerrero 2, Antonio Kassab Aguilar 1, Juan Carlos Lujan Guerra 1, Bertín Martínez Silva 1, Juan Lucino-Castillo 1. 1 Departamento de Neurocirugía. Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. 2 Departamento de Endocrinología. Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 17-25, 2009 Resumen Introducción: Los adenomas de la hipófisis representan el 10 al 25% de las neoplasias intracraneales. La acromegalia es definida como el crecimiento anormal y exagerado de las extremidades, producido por la sobresecreción de hormona de crecimiento. Es una enfermedad rara con una prevalencia de 60 por millón y una incidencia de 3-4 nuevos casos por millón por año. Métodos: Se incluyeron 59 pacientes con diagnóstico de acromegalia, en el periodo de 2000-2007. Evaluamos la respuesta endocrinológica al tratamiento, basado en el análisis clínico, de imagen y bioquímica de GH e IGF-1. Resultados: Los resultados revelaron reducción de GH y de IGF-1, 67% con niveles por debajo de 2.5ng/ml de GH, 58% con niveles de IGF-1 por debajo de 250 ng/ml. 15 pacientes (25%) presentaron criterios clínicos y bioquímicos de cura, 7 (46%) posterior al procedimiento quirúrgico, 4 (27%) posterior a cirugía y radioterapia, 3 (20%) cirugía mas radiocirugía, y un paciente (7%) requirió los tres procedimientos. 23 pacientes (39%), no presentaron niveles significativos de reducción y fueron considerados no curados. Conclusiones: Estos resultados sugieren que la acromegalia continua siendo una enfermedad que requiere un tratamiento multimodal, sospecha clínica y búsqueda acuciosa para un diagnostico temprano, a fin de obtener mejores resultados en estos pacientes. La cirugía continúa siendo el tratamiento primario de la acromegalia secundaria a adenomas de la hipófisis productores de GH. En pacientes con lesiones extensas o invasión se cuenta con nuevas terapias como la radiocirugía y continúan desarrollándose tratamientos médicos con excelentes resultados adyuvantes en el tratamiento. Palabras clave: Hormona de crecimiento, Adenomas de la hipófisis, Radiocirugía. Criterios de cura, remisión hormonal. Abstract Introduction: Pituitary adenomas account for the 10-25% of intracranial tumors. Acromegaly is defined as abnormal and excessive growth of the extremities, caused by growth hormone oversecretion. It is a rare disease with a prevalence of 60 per million and an incidence of 3-4 new cases per million per year. Methods: We included 59 patients diagnosed with acromegaly, in the period 2000-2007. Endocrinology assess, response to treatment based on clinical analysis, imaging and biochemical GH and IGF-1. Results: The results showed reduction of GH and IGF-1, 67% with levels below 2.5ng/ml of GH, 58% with IGF-1 levels below 250 ng/ml. 15 patients (25%) had clinical and biochemical criteria for cure, 7 (46%) after the surgical procedure, 4 (27%) after surgery and radiotherapy, 3 (20%) surgery over radiosurgery, and one patient (7%) required three procedures. 23 patients (39%) showed no significant levels of reduction and were considered not cured. Conclusions: These results suggest that the acromegaly remains a disease that requires a multimodal treatment, clinical suspicion and thorough search for an early diagnosis in order to obtain better results in these patients. Surgery remains the primary treatment of acromegaly secondary to pituitary adenomas producing GH. In patients with extensive lesions or invasion we have new therapies such as radiosurgery and continue to develop medical treatments with excellent results in the adjuvant treatment. Key words: pituitary adenoma, growth hormone, biochemical cure, Hormonal remission. Abreviaturas: Hormona de crecimiento (GH), Hardy-Vezina (HV), Radiocirugia estereotactica (SRS), radioterapia esterotáctica conformacional (SCRT), neoplasias endocrinas múltiples (MEN1), hormona liberadora de hormona de crecimiento (GHRH). 17 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Introducción Los adenomas de la hipófisis representan el 10 al 25% de todas las neoplasias intracraneales. Estos pueden ser clasificados de acuerdo a su tamaño como microadenomas <10mm o macroadenomas >10mm1, a la estirpe histológica, y/o por su comportamiento funcional. La acromegalia fue descrita por primera vez en 1886 por Pierre Marie2, es definida como el crecimiento anormal y exagerado de las extremidades3, producido por la sobresecreción de hormona de crecimiento (GH). Es una enfermedad rara con una prevalencia de 60 por millón y una incidencia de 3 a 4 nuevos casos por millón por año.4,5 En mas de 95% la acromegalia es debida a tumores de la porción anterior de la glándula hipofisiaria y en una mínima proporción proviene de la secreción periférica de hormona liberadora de hormona de crecimiento (GHRH) debida a tumores neuroendocrinos periféricos, v gr. pulmón, páncreas, 6 también se ha encontrado asociada a las neoplasias endocrinas múltiples (MEN1), a acromegalia familiar y síndrome de McCune Albright. Las metas en el tratamiento de pacientes con adenomas de la hipófisis productores de hormona de crecimiento es el control de la GH, el control tumoral, conservación de la función hormonal y durante los tratamientos la preservación de las estructuras adyacentes como el quiasma óptico, seno cavernoso, lóbulos temporales. 8 El tratamiento medico y la resección quirúrgica son los métodos de elección y primarios en el manejo. Es importante alcanzar niveles de GH normales ya que estos pacientes tienen un riesgo de muerte por complicaciones 1.5 a 3 veces de la población general.9, 10 Algunos pacientes no responden o no toleran la terapéutica médica y en ciertos casos no es posible la resección total de los tumores; en estos casos la radiación es una opción de tratamiento para detener el crecimiento de la lesión o alcanzar la normalización bioquímica. 11,12 18 Los principales signos y síntomas de los adenomas productores de crecimiento son7: Cefalea Crecimiento mandibular y prognatismo Alteración en los campos visuales Crecimiento de manos y pies Deformidad facial Síndrome de túnel del carpo Ronquido o apnea obstructiva del sueño Osteoartritis Sudoración excesiva Artralgias Cardiopatías, insuficiencia cardiaca Diabetes mellitus Análogos de somatostatina son actualmente usados como primera opción o terapia adyuvante en estos casos, los cuales han demostrado resultados adecuados en el control tumoral reportando hasta un 60% de remisión endocrinológica13. Y mas recientemente el antagonista del receptor de GH (pegvisomant) es una de las mas importantes alternativas terapéuticas con resultados de mejoría hasta del 97%.14,15 El tratamiento de esta enfermedad incluye: cirugía, radioterapia y medicamentos; siendo el abordaje quirúrgico para la resección de los adenomas de la hipófisis productores de GH, el tratamiento de elección y la primera opción terapéutica9,16. En un importante numero de casos hasta el 40%9 requerirán tratamiento complementario a la cirugía de tipo radioterapéutico o médico.7 Debemos tener siempre en consideración que esta es una enfermedad que debe ser tratada por un equipo multidisciplinario para su adecuado manejo así como el diagnóstico y tratamiento oportuno de las morbilidades asociadas. La intención de este estudio es reportar la experiencia en el tratamiento multimodal y resultado de estos pacientes con adenomas de la hipófisis productores de hormona de crecimiento bajo criterios de cura (Tabla 1) Dos modalidades de tratamiento destacan por su efectividad la Radiocirugía esterotáctica, (SRS), y la radioterapia esterotáctica fraccionada, (SCRT), con ventajas de acuerdo al volumen de la lesion, las menores de 3 cm de diámetro con distancia al borde quiasmatico de mas de 3mm son elegibles para SRS. El intervalo de dosis usualmente utilizadas en la radiocirugía es de 15-20 Gy, y de 48-50 Gy para la radioterapia esterotáctica fraccionada. Este tratamiento esta reservado para aquellos pacientes con enfermedad residual o recurrente, o en aquellos que se contraindica o rechazan la cirugía. Material y métodos Se realizó la revisión retrospectiva de los archivos clínicos de 70 pacientes con diagnóstico confirmado de acromegalia secundaria a adenoma de la hipófisis secretor de hormona de crecimiento en el Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, en el periodo de Enero 2000 a Mayo 2007. Se incluyeron los pacientes que recibieron tratamiento quirúrgico, radioterapéutico y/o médico en el mismo periodo en nuestro centro. Se evaluó la respuesta endocrinológica al tratamiento instituido, basado en el análisis clínico, de imagen y bioquímica de GH e IGF-1. Se incluyeron a todos los pacientes con diagnóstico confirmado en el periodo de enero 2000 a mayo 2007, excluyendo los pacientes con seguimiento insuficiente o que continuaran tratamiento en otra institución. Los tumores fueron clasificados basados en la neuroimagen. Según la clasificación de Hardy-Vezina (HV) y modificada por Wilson. Se realizaron metodos de analisis de: estadistica descriptiva, media, mediana y moda, desviacion estándar, rango, chi-cuadrada, prueba exacta de Fisher Se realizó análisis estadístico con EPIINFO6.0 y STATISTIC 6.0. Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 1. Definición aceptada de cura bioquímica para acromegalia. Resultado de Consenso internacional de Cortina d´Ampezzo.17 Normalización del nivel basal de GH, abajo de 2.5 µg/l Supresión de GH <1 ng/ml durante la prueba de supresión de glucosa IGF-1 Normal para la edad y género. El tratamiento radioterapéutico fue realizado en conjunto por neurocirujanos y radioncólogos. Estos fueron radiocirugía (SRS) y radioterapia esterotáctica (SCRT). Se utilizo el sistema de marco estereotáctico tipo Zamorano-Dujovny (ZD) de Leibinger-Fischer para la SRS, y para SCRT mascara de inmovilización estereotáctica. Los sistemas de planeación de SRS y SCRT fueron con software STP de alta precisión. Se obtuvieron las imágenes para planeación con tomografía computada 3D General Electric de 1mm e imágenes de resonancia magnética de 3mm en equipo de Philips Gyroscan de 1.5 teslas. Para el tratamiento radioterapéutico de utilizó un Acelerador Lineal Modificado Phillips SL75, con energias de electrones 10 MV y fotones 10 Mevs. La planeación para SRS mediante seis arcos y una dosis de 15-20Gy y para los pacientes de SCRT cuatro campos con un rango de dosis 48-50Gy. Resultados Se trataron un total de 70 pacientes acromegálicos portadores de adenoma pituitario productor de GH, de enero del 2000 a mayo del 2007, sé excluyeron de 11 pacientes; 3 recibieron tratamiento en otra institución, 7 pacientes no tuvieron un seguimiento adecuado y 1 paciente que falleció por Cáncer de páncreas antes de cumplir criterios de cura. De los 59 pacientes incluidos en este estudio, la mayor incidencia fue en mujeres 37 (63%). Mayor pico de presentación por edad de los 35 a 65 años 74%. Todos los pacientes presentaron crecimiento acral, deformidad facial, y crecimiento de tejidos blandos, el 41 % de ellos presento déficit visual, cefalea en un 51%, y en menor medida presentaron un síndrome de galactorrea amenorrea relacionados a tumores de secreción mixta (7%) (tabla 2), con una media de duración de los síntomas hasta la realización del tratamiento de 10 años (rango 1-20 años), se encontró la presencia de enfermedad asociada a acromegalia en un gran porcentaje 80%, lo que incrementa de forma importante la morbimortalidad de estos pacientes, siendo las más importantes: la hipertensión arterial , diabetes mellitus, dislipidemias, obesidad, enfermedad cardíaca, respiratoria, síndrome de apnea del sueño, y síndrome del túnel del carpo. Tabla 2. 37 (63%) pacientes tuvieron tumores grado III-IV Hardy-Vezina y en estadio C,D.E 49 (83%) pacientes.Predominando los macroadenomas mayores a 1cm 43 (73%). Se encontró posterior al tratamiento un 53% con tumor residual o recurrencia tumoral. Tabla 3. Se realizaron un total de 90 procedimientos en los 59 pacientes incluidos en este estudio, siendo la cirugía transeptoesfenoidal el tratamiento de elección 52%. En un 21% se realizó reintervención por tumor residual o recurrente. De los pacientes con enfermedad activa o en los que se contraindicó otro procedimiento quirúrgico. 9% recibieron radiocirugía, 13% radioterapia y 2% una combinación de los 3 tratamientos. Se encontró que 46 pacientes (78%) presentaron algún tipo de complicación; predominando el déficit hormonal permanente, hipogonadismo en10 (17%) pacientes y panhipopituitarismo en 8(14%) pacientes. No hubo ninguna muerte y las complicaciones fueron corregidas con el tratamiento adecuado para cada una de ellas. En las tablas 4 y 5 se demuestran los niveles de GH y de IGF-1 pre y postratamiento. 29 pacientes presentaron niveles de GH por arriba de 15ng/ml, 7 pacientes con cifras entre 10 y 15 ng/ ml y de IGF-1 el 76% de los pacientes presentó cifras superiores a los 500 ng/ ml. Se observa un número significativo de pacientes con niveles de GH por debajo de 5 ng/ml (15), y 8 pacientes con niveles entre 2.5ng/ml y 5ng/ml, esto se encontró en pacientes que presentaban enfermedad activa persistente con o sin tumor residual y sin criterios clínicos o bioquímicos de cura y que fueron sometidos a un segundo o tercer tratamiento buscando la regresión y cura de la enfermedad. Se evaluó en éste estudio la respuesta a los diferentes tratamientos considerando el último nivel plasmático de GH y de IGF-1 posterior al tratamiento con un rango de 2 meses hasta 6 años en los casos de pacientes que no tuvieron criterios de cura. (Tablas 4 y 5). Los resultados revelaron una importante reducción de los niveles de GH y de IGF-1, sobre el 67% en relación a la GH; con niveles por debajo de 2.5ng/ ml. Y de IGF-1 el 58% con niveles por debajo de 250 ng/ml. Concentraciones que son consideradas como criterios de remisión de la enfermedad pero no de cura la misma que debe confirmarse con la prueba de supresión de GH con glucosa, además es de consideración el alto número de pacientes (53%) que posterior al tratamiento y que presentan enfermedad activa o niveles elevados de GH y de IGF-1 que reciben tratamiento con análogos de somatostatina lo que modifica los niveles plasmáticos de estas sustancias y mejoran la condición clínica de los pacientes. (p = 0.026). Nuestro estudio revelo que 15 pacientes (25%) del total de pacientes presentaron criterios clínicos y bioquímicos de cura, 7 de estos pacientes (46%) fue posterior al procedimiento quirúrgico, 4 (27%) posterior a cirugía y radioterapia, 3 (20%) con cirugía mas radiocirugía, y solo un paciente (7%) requirió los tres procedimientos. 19 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 2. Síntomas presentados y enfermedad asociada. SINTOMA TOLOGIA NUMERO DE CASOS CRECIMIENTO ACRAL ANOSMIA GALACTORREAAMENORREA DEFICIT VISUAL 1 4 24 59 CEFALEA ACROMEGALIA NINGUNA ENF. ASOCIADA 59 12 47 30 Tabla 3. Extensión tumoral EXT. TUMOR ARACNOIDOCELE TUMOR RESIDUAL MICROADENOMA MACROADENOMA HV 0-I-II HV A-B HV III-IV HV C-D-E Nº casos 12 31 16 43 22 10 37 49 % 20 53 27 73 37 17 63 83 Tabla 4. Niveles de GH pre y postratamiento 2.5-5 ng-ml 5.01-10 ng-ml 10.01-15 ng-ml > 15 ng-ml GH PRETRATAMIENTO n= 8 15 7 29 GH POSTRATAMIENTO n= 21 18 8 12 Tabla 5. Niveles de IGF-1 pretratamiento y Postratamiento 200-300 ng-ml 301-400 ng-ml 401-500 ng-ml > 500 ng-ml IGF-1 PRETRATAMIENTO 2 3 9 45 IGF-1 POSTRATAMIENTO 50-150 ng-ml 17 151-250 ng-ml 17 251-358 ng-ml 8 > 358 ng-ml 17 Tabla 6. Resultados de tratamiento. TRATAMIENTO CCC C+RT CQX C+RQX CQX+RT+RQX SCC CQX CQX+RQX CQX+RT NO C. NUMERO 15 4 7 3 1 21 16 2 3 23 % 25 27 46 20 7 36 76 10 14 39 CCC; con criterio de cura, SCC; sin criterio de cura; CQX; cirugía, RQX; radiocirugía, RT; Radioterapia, NO C; no curado. 20 Trabajo Original Es importante destacar que 21 pacientes (36%) del total de los pacientes presentaron niveles básales de GH por debajo de 1 ng/ml pero que no presentaron criterio bioquímico de cura con la prueba de supresión de GH con la glucosa, pero que sin embargo presentaron una respuesta clínica favorable. Solo 23 pacientes (39%), que no presentaron niveles significativos de reducción y que fueron considerados no curados, tuvieran o no enfermedad activa. Finalmente consideramos el estado actual de los pacientes en relación a la sintomatología que presentaron en su inicio, 26 (44%) pacientes presentaron regresión de los síntomas y de la acromegalia, 25 pacientes 42 % se encuentran asintomático sin regresion de rasgos acrales, (p = 0.75) y solo 8 pacientes 14 % presentan enfermedad activa. El déficit visual que se presentó en 24 pacientes mejoró en 13 de ellos (54%). La cefalea persiste en 14 pacientes 24%. (Tabla7) Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 7. Estado actual. Regresión de síntomas Asintomático Enfermedad activa Déficit visual Cefalea 44% 42% 14% 46% 24% 26 25 8 13 14 con la población general se produce cuando los niveles sanguíneos de GH son inferiores a 2.5 ng/ml. En la actualidad la piedra angular en el tratamiento de esta enfermedad es la resección microquirúrgica del tumor, diferentes resultados han sido publicados (Tabla 8), con diversos hallazgos en el porcentaje de cura de esta enfermedad y tomando en cuenta el criterio de “cura” es el resultado encontrado. En este estudio 25% (15 pacientes) presentaron criterios de cura, tasa inferior a la publicada en la literatura mundial, pero debemos considerar que en el reporte de Nomikos, et al.32 y otras series comparadas (Tabla 8), usando criterios similares y aislados, los resultados son muy similares. Cuando consideramos los niveles de GH con los criterios de cura bioquímica presentados (tabla 1), el índice de cura es significativamente menor, lo cual puede ser consecuencia a la mayor presentación en esta serie de macroadenomas y adenomas invasores 73%, en donde la tasa de cura puede ser tan baja 21.6% en adenomas invasores. Hasta la fecha la piedra angular del tratamiento, de esta enfermedad, continúa siendo la resección microquirúrgica19 del tumor con lo que se logra la mayor parte de los objetivos planteados, resultados que van desde el 42% hasta el 82 % según la serie analizada, esta variación depende generalmente de los criterios de cura considerados durante el periodo en que se llevo a cabo cada estudio, (Tabla 8) ya que la definición de criterio bioquímico de cura fue objeto de controversia por muchos años hasta que en 1999 se normaron dichos criterios. Es necesario indicar que el porcentaje de cura depende del porcentaje de resección del tumor lo que depende en parte al estadio y grado tumoral, es así que apreciamos mejores resultados en micro o macroadenomas intraselares que no invaden o no lesionan las estructuras vecinas y también depende mucho de la experiencia del neurocirujano en realizar la resección del tumor. La meta terapéutica en la acromegalia secundaria a adenomas de la hipófisis productores de hormona de crecimiento, es eliminar la morbilidad y reducir la mortalidad hacia la misma proporción. Las metas bioquímicas de la terapéutica son reducir el nivel circulante de IGF-1 a niveles normales para la edad y sexo, y los niveles plasmáticos de GH por debajo de 1ng/ml posterior a la carga de tolerancia oral de gluocosa de GH, la igualdad en el porcentaje de mortalidad Nuestro estudio comparado con las series analizadas muestra un índice menor de casos tratados por año, y con un porcentaje de cura del (25%), qué es menor en relación a las otras series, esto es consecuencia muy probablemente a la alta incidencia de tumores en estadio III, IV y grado C; D y E que hay en nuestro estudio, lo que dificulta una resección completa de la lesión y ocasiona el alto porcentaje de tumor residual, provocando que la reducción de los niveles de Discusión GH y de IGF-1 no sea la optima y que se traduzca en enfermedad activa, lo que hace que se adopten nuevas medidas terapéuticas coadyuvantes a la cirugía como; la reintervención quirúrgica, el manejo radioterapeútico (SRC) y SCRT, y el manejo médico en especial con los análogos de la somatostatina los mismos que mostraron variabilidad en su eficacia. El tratamiento radioterapeútico esta indicado en aquellos pacientes con enfermedad activa sin criterios de cura que cumplan los criterios para éste tratamiento, en los que el manejo quirúrgico esté contraindicado o éste sea rechazado por el paciente, la respuesta a éste tratamiento es lenta provocando una reducción paulatina en los niveles de GH, el tiempo necesario para alcanzar niveles óptimos de cura depende de los niveles de GH previos al tratamiento, con la radioterapia la mayoría de los reportes han mostrado consistentemente que dentro de los primeros 2 años posteriores al tratamiento se observa aproximadamente un 50 % de disminución en los niveles de GH basal, y un 75 % a los 5 años. La disminución de los niveles continúa de manera exponencial por más de 20 años, las concentraciones de GH y de IGF-1 disminuyen en promedio 20% por año. Los niveles normales de IGF-1 se alcanzan en un 60% de los pacientes a 10 años posterior a la radioterapia. El tiempo que se requiere para alcanzar niveles óptimos de GH y de IGFI-1 según las distintas series posterior al manejo con radiocirugía es de 1.6 a 1.8 años en el 70 % de los casos. 21 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 8. Resultados de cirugía. Tomada y adaptada de Nomikos P, et al.32 Series Nº casos Indice de cura total (%) Microadenomas Macroadenomas Definición de cura Ross & Wilson 1988 18 153 56 n.r. n.r. GH <5µg/l Losa et al. 1989 19 29 55 n.r. n.r. GH <1µg/l e IGF-I normal Fahlbusch et al. 1992 20 222 57 72 49 GH <2µg/l PSG Tindall et al. 1993 21 91 71 82 81 n.r. 65 n.r. GH < 5µg/l GH <5 µg/l y/o IGF-I normal Davis et al. 1993 22 174 52 n.r. n.r. GH ≤2µg/l (basal o PSG) Sheaves et al. 1996 23 100 42 61 23 GH ≤ 2.5µg/l Abosch et al. 1998 24 254 7 75 71 GH <5?g/l Freda et al. 1998 25(23) 115 61 88 53 GH <2µg/l, CTOG o IGF-I nivel normal Swearingen et al. 1998 26 162 57 91 48 GH <2.5µg/l Gittoes et al. 1999 27 160 64 86 52 GH < 2.5µg/l o GH < 1 µg/l (CTOG) Ahmed et al. 1999 28 139 67 91 45 GH <2.5mg/ Laws et al. 2000 29 117 67 87 50.5 Kreutzer et al. 2001 30 57 70 n.r. n.r. GH ≤ 2.5µg/l, GH ≤1µg/l, nivel normal IGF-I IGF-I Normal Beauregard et al. 2003 31 103 52 82 60 GH Basal ≤ 2.5µg/l, GH ≤1µg/l (CTOG), normal IGF-I Nomikos et al 32 506 57 75 50 GH basal ≤2.5mg/l, GH ≤ 1mg/l (CTOG), IGF-I normal Presente estudio 59 67 n.r. n.r 58 25 GH basal ≤ 2.5mg/l, CTOG: carga de tolerancia de glucosa, n.r: no reportado 22 IGF-I nivel normal GH basal ≤2.5mg/l, GH ≤ 1mg/l (CTOG), IGF-I normal Trabajo Original Actualmente es una realidad las ventajas que tiene el manejo médico, en especial los análogos de la somatostatina en el tratamiento de la acromegalia, como tratamiento inicial , como coadyuvante después de la cirugía, de la radioterapia o de la radiocirugía ya que esta demostrado que reduce la GH a menos de 2.5ng/ml en un 65 % de los pacientes y la IGF-1 a valores normales en un 70 % de los casos, mejorando la condición clínica de los pacientes, además se conoce su efecto sobre el tumor ya que lo reduce hasta en un 20-40% de su tamaño en especial los macroadenomas mejorando las posibilidades de una resección completa. Nuestra serie cuenta con el 53% de los pacientes que no tienen criterios de cura por curva de supresión de GH que reciben tratamiento con algún tipo de éstas drogas manteniendo niveles óptimos de GH y de IGF-1 en 21 pacientes (36%). Lo que traduce un total de pacientes con remisión de la enfermedad de 36 (61%), y que actualmente se encuentran con regresión de los síntomas o asintomático. La morbilidad y mortalidad asociada a la acromegalia comprende una continua asociación con enfermedad activa y esta directamente relacionada a los niveles elevados y al impacto de la GH y de la IGF-1 y a la asociación con enfermedades sistémicas y metabólicas, como la hipertensión, enfermedad cardiaca, respiratoria, diabetes mellitus, y a la relación que se le hace a la acromegalia con lesiones malignas, por lo que es indispensable reducir los niveles de GH por debajo de 2.5ng/ml ya que está demostrado que al alcanzar estas cifras el índice de mortalidad se iguala al de la población en general. Nuestro estudio revela un porcentaje significativo de pacientes con una o más de estas afecciones (80%). Se descarta como factor predictor de enfermedad activa persistente a la edad o al sexo, pero si se lo relaciona directamente con el estadio y grado del tumor y a los niveles elevados de GH, y de IGF-1. Nuestro estudio revelo un porcentaje muy bajo de complicaciones graves con 0 % de mortalidad durante la realización de los procedimientos. Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 9. Resultados de radiocirugia. Tomada de Pollock et al. 8 Serie (ref) No pacientes Meses de seguimiento Dosis Gy Cura Criterios de cura Landolt and Lomax, 2000 33 31 19.2 24.6 45% 4GH <5 µg/L y nl IGF-I Ikeda et al. 34, 2001 17 59.1 25.0 82% Nl IGF-I Attanasio et al. 35, 2003 30 46 20.0 23% GH -2.5 µg/L Gutt et al. 36, 2005 44 22.8 18.0 41% Nl IGF-I Castinetti et al. 37, 2005 82 49.5 26.1 17% GH -2 µg/L y nl IGF-I Pollock et al. 38, 2007 46 63 20.0 50% GH -2 µg/L y nl IGF-I Conclusiones Los resultados revelaron una importante reducción de los niveles de GH y de IGF-1, sobre el 67% en relación a la GH con niveles por debajo de 2.5ng/ml, y de IGF-1, el 58% con niveles por debajo de 250 ng/ml. Concentraciones que son consideradas como criterios de remisión de la enfermedad pero no de cura la misma que debe confirmarse con la prueba de supresión de GH con glucosa, además es de consideración el alto número de pacientes (53%) que posterior al tratamiento y que presentan enfermedad activa o niveles elevados de GH y de IGF-1 que reciben tratamiento con análogos de somatostatina lo que modifica los niveles plasmáticos de estas sustancias y mejoran la condición clínica de los pacientes. (p = 0.026). Nuestro estudio revelo que 15 pacientes (25%) del total de pacientes presentaron criterios clínicos y bioquímicos de cura, 7 de estos pacientes (46%) fue posterior al procedimiento quirúrgico, 4 (27%) posterior a cirugía y radioterapia, 3 (20%) con cirugía mas radiocirugía, y solo un paciente (7%) requirió los tres procedimientos. En algunas series internacionales (Tabla 9), se reportan experiencias de cura del 17% al 82%, resultados similares encontrados en nuestro estudio y similar a otro estudio realizado en nuestro centro39. Dando esto una importante referencia y una guía en el manejo multimodal de estos pacientes en donde las terapéuticas en un futuro deberán ser tal vez reconsideradas como ¿cual es primero? o ¿cuál es la mejor opción? La acromegalia tiene una manifestación insidiosa y paulatina que puede pasar por alto en el diagnóstico primario y esto retrasar el diagnóstico y tratamiento tal y como lo demuestra esta serie de casos que tardaron hasta 10 años para iniciar su manejo. La acromegalia es una enfermedad con alta morbilidad y que es potencialmente mortal si no es tratada a tiempo. El diagnóstico es clínico el cual se confirmó por la presencia de niveles elevados de GH, y de IGF-1 y por la presencia de un tumor pituitario en los estudios de imagen. Nuestro estudio reveló una mayor incidencia en las mujeres y en pacientes de la cuarta y quinta décadas de la vida. Predominó los macroadenomas estadio y grado III, IV, C, D, E. lo que produjo que el porcentaje de resección total del tumor y como consecuencia el índice de curación post-cirugía sea inferior al referido en otros estudios. El tratamiento ideal y de primera elección fue la reseccíon microquirúrgica transeptoesfenoidal del tumor, debido 23 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 a su fácil realización y al bajo índice de complicaciones. Nuestro estudio reveló una importante disminución de los niveles de GH por debajo de 2.5 ng/ml y de IGF-1 a niveles normales relacionados para la edad y el sexo disminuyendo la morbilidad de nuestros pacientes y por ende el porcentaje de mortalidad. Se apreció en este estudio que los factores que predisponen a persistencia de la enfermedad son el estadio y grado del tumor y los niveles muy elevados de GH, y de IGF-1 previo al tratamiento. Cualquiera fuera la estrategia utilizada en el tratamiento de nuestros pacientes, este tuvo un fin fundamental disminuir la morbilidad y reducir la mortalidad de estos pacientes tratando de causar poco daño, eligiendo el tratamiento mas seguro y conservando en lo posible la funcionalidad del mismo. La mortalidad en los pacientes tratados con cirugía o con tratamiento radioterapéutico fue del 0 %. los nuevos tratamientos médicos como el Pegvisomant, para definir cual terapéuticas puede ser mejor. En nuestra opinión consideramos que la microcirugía continua siendo la primera opción de tratamiento y por supuesto en caso necesario, las terapias adyuvantes son de gran utilidad debido a la complejidad de algunos casos. Recibido: 04.08.09 Aceptado: 04.09.09 Hay necesidad de estudios prospectivos y comparativos para definir entre las nuevas técnicas como la radiocirugía o Referencias 1 Ezzat S, Asa SL, Couldwell WT, et al.: The prevalence of pituitary adenomas: a systematic review. Cancer 2004; 101 (3): 613-9. 2 Sur deux cas d’acromegalie. Hyperthrophe singuliere no congénitale des extrémités supérieuses et cephalique. Revue Médicale Française, 1886: 6, 297-333. 3 Mosby’s Medical Dictionary, 8th edition. © 2009, Elsevier. 4 Bengtsson, B.A., Eden, S., Ernest, I., Oden, A. & Sjogren, B. Epidemiology and long-term survival in acromegaly. A study of 166 cases diagnosed between 1955 and 1984. Acta Med Scand 1988; 223(4), 327-335. 5 Ayuk J, Sheppard MC. Growth hormone and its disorders. Postgraduate Medical Journal. 2006;82:24–30. 6 U.S. DEPARTMENT OF HEALTH AND HUMAN SERVICES National Institutes of Health NIH Publication No. 08– 92 May 2008. www.endocrine.niddk.nih.gov. 7 Levy A: Pituitary disease: presentation, diagnosis, and management. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2004; 75 (Suppl 3): 47-52. 8 Bruce E. Pollock, M.D. Paul D. Brown, M.D. Todd B. Nippoldt, M.D. William F. Young, Jr., M.D. Pituitary tumor type affects the chance of biochemical remission after radiosurgery of hormone-secreting pituitary adenomas. Neurosurgery 62:1271–1278, 2008 DOI: 10.1227/01. NEU.0000315281.83969.41 9 Arellano Sara, Patricia Aguilar, Benito Domínguez, Ana Laura Espinosa de Los Monteros, Baldomero, González Virla, Ernesto Sosa, Moisés Mercado, Gerardo Guinto, Ignacio Martínez, Enrique Hernández, Alfredo Reza, Lesly Portocarrero, Alma Vergara, Francisco Javier Velázquez, Estanislao Ramírez. Segundo Consenso Nacional de Acromegalia: Recomendaciones para su diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Revista de Endocrinología y Nutrición 2007;15(3 Supl-1):S7-S16 10 Orme SM, McNally RJ, Cartwright RA & Belchetz PE. Mortality and cancer incidence in acromegaly: a retrospective cohort study. United Kingdom Acromegaly Study Group. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 1998; 83:2730–2734. 11 Asa SL, Ezzat S: The cytogenesis and pathogenesis of pituitary adenomas. Endocr Rev 1998; 19 (6): 798-827. 12 Landman RE, Horwith M, Peterson RE, et al.: Long-term survival with ACTH-secreting carcinoma of the pituitary: a case report and review of the literature. J Clin Endocrinol Metab 2002; 87 (7): 3084-9. 13 Ayuk J, Stewart SE, Stewart PM & Sheppard MC. Long-term safety and efficacy of depot long-acting somatostatin analogs for the treatment of acromegaly. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 2002; 87: 4142–4146. 14 Paisley AN, Trainer PJ & Drake WM. The place of pegvisomant in the acromegaly treatment algorithm. Growth Hormone and IGF Research 2004; 14 (A) S101–S106. 15 Trainer PJ, Drake WM, Katznelson L, Freda PU, Herman-Bonert V, Van Der Lely AJ, Dimaraki EV, Stewart PM, Friend KE, Vance ML, Besser GM, Scarlett JA, Thorner MO, Parkinson C, Klibanski A, Powell JS, Barkan AL, Sheppard MC, Malsonado M, Rose DR, Clemmons DR, Johannsson G, Bengtsson BA, Stavrou S, Kleinberg DL, Cook DM, Phillips LS, Bidlingmaier M, Strasburger CJ, Hackett S, Zib K, Bennett WF & Davis RJ. Treatment of acromegaly with the growth hormone-receptor antagonist pegvisomant. 2000; NEJM 342: 1171–1177. 16 Melmed S, Casanueva FF, Cavagnini F, Chanson P, Frohman L, Grossman A, Ho K, Kleinberg D, Lamberts S, Laws E, Lombardi G, Vance ML, Werder KV, Wass J & Giustina A. Guidelines for acromegaly management. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 2002; 87:4054–4058. 17 Giustina A, Barkan A, Casanueva FF, Cavagnini F, Frohman L, Ho K, Veldhuis J, Wass J, Von Werder K & Melmed S. Criteria for cure of acromegaly: a consensus statement. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 2000; 85 526–529. 18 Ross DA &Wilson CB. Results of transsphenoidal microsurgery for growth hormone-secreting pituitary adenoma in a series of 214 patients. Journal of Neurosurgery 1988; 68 :854–867. 19 Losa M, Oeckler R, Schopohl J, Muller OA, Alba-Lopez J & Von Werder K. Evaluation of selective transsphenoidal adenomectomyby endocrinological testing and somatomedin-C measurement in acromegaly. Journal of Neurosurgery 1989; 70: 561–567. 20 Fahlbusch R, Honegger J & Buchfelder M. Surgical management of acromegaly. Endocrinology and Metabolism Clinics of North America 1992; 21: 669–692. 21 Tindall GT, Oyesiku NM, Watts NB, Clark RV, Christy JH & Adams DA. Transsphenoidal adenomectomy for growth hormone- secreting pituitary adenomas in acromegaly: outcome analysis and determinants of failure. Journal of Neurosurgery 1993; 78:205–215. 24 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 22 Davis DH, Laws ER Jr, Ilstrup DM, Speed JK, Caruso M, Shaw EG, Abboud CF, Scheithauer BW, Root LM & Schleck C. Results of surgical treatment for growth hormone-secreting pituitary adenomas. Journal of Neurosurgery 1993; 79:70–75. 23 Sheaves R, Jenkins P, Blackburn P, Huneidi AH, Afshar F, Medbak S, Grossman AB, Besser GM & Wass JA. Outcome of transsphenoidal surgery for acromegaly using strict criteria for surgical cure. Clinical Endocrinology 1996; 45: 407–413. 24 Abosch A, Tyrrell JB, Lamborn KR, Hannegan LT, Applebury CB & Wilson CB. Transsphenoidal microsurgery for growth hormone- secreting pituitary adenomas: initial outcome and longterm results. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 1998; 83:3411–3418. 25 Freda PU, Wardlaw SL & Post KD. Long-term endocrinological follow-up evaluation in 115 patients who underwent transsphenoidal surgery for acromegaly. Journal of Neurosurgery 1998; 89:353–358. 26 Swearingen B, Barker FG II, Katznelson L, Biller BM, Grinspoon S, Klibanski A, Moayeri N, Black PM & Zervas NT. Long-term mortality after transsphenoidal surgery and adjunctive therapy for acromegaly. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 1998; 83:3419–3426. 27 Gittoes NJ, Sheppard MC, Johnson AP & Stewart PM. Outcome of surgery for acromegaly – the experience of a dedicated pituitary surgeon. QJM 1999; 92:741–745. 28 Ahmed S, Elsheikh M, Stratton IM, Page RC, Adams CB &Wass JA. Outcome of transsphenoidal surgery for acromegaly and its relationship to surgical experience. Clinical Endocrinology 1999; 50:561–567. 29 Laws ER, Vance ML & Thapar K. Pituitary surgery for the management of acromegaly. Hormone Research 2000; 53;(3):71–75. 30 Kreutzer J, Vance ML, Lopes MB & Laws ER Jr. Surgical management of GH-secreting pituitary adenomas: an outcome study using modern remission criteria. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 2001; 86:4072–4077. 31 Beauregard C, Truong U, Hardy J & Serri O. Long-term outcome and mortality after transsphenoidal adenomectomy for acromegaly. Clinical Endocrinology 2003; 58:86–91. 32 Panagiotis Nomikos, Michael Buchfelder, Rudolf Fahlbusch. The outcome of surgery in 668 patients with acromegaly using current criteria of biochemical ‘cure’. European Journal of Endocrinology 2005; 152:379–387. 33 Landolt AM, Lomax N: Gamma knife radiosurgery for prolactinomas. J Neurosurg 2000; 93:14–18. 34 Ikeda H, Jokura H, Yoshimoto T: Transsphenoidal surgery and adjuvant gamma knife treatment for growth hormone-secreting pituitary adenoma. J Neurosurg 2001; 95:285–291. 35 Attanasio R, Epaminonda P, Motti E, Giugni E, Ventrella L, Cozzi R, Farabola M, Loli P, Beck-Peccoz P, Arosio M: Gamma knife radiosurgery in acromegaly: A 4-year follow-up study. J Clin Endocrinol Metab 2003; 88:3105–3112. 36 Gutt B, Wowra B, Alexandrov R, Uhl E, Schaaf L, Stalla GK, Schopohl J: Gamma knife surgery is effective in normalising plasma insulin-like growth factor I in patients with acromegaly. Exp Clin Endocrinol Diabetes 2005; 113:219– 224. 37 Castinetti F, Taieb D, Kuhn JM, Chanson P, Tamura M, Jaquet P, Conte-Devolx B, Régis J, Dufour H, Brue T: Outcome of gamma knife radiosurgery in 82 patients with acromegaly: Correlation with initial hypersecretion. J Clin Endocrinol Metab 2005; 90:4483–4488. 38 Pollock BE, Jacob JT, Brown PD, Nippoldt TB: Radiosurgery of growth hormone producing pituitary adenomas: Factors associated with endocrine cure. J Neurosurg 2007; 106:833–838. 39 Maciel R, Ramírez V, González A, Valdez E, Lucino-Castillo J, Prajsnar A. Análisis clínico, endocrinológico y radiológico de los adenomas de hipófisis tratadas con radiocirugía y radioterapia estereotáctica conformacional fraccionada: estudio preliminar. Rev Mex Neuroci 2006; 7(6): 573-580. Correspondencia: Dr. Manuel Hernández Salazar Av. Félix Cuevas 540 Col. Del Valle, Deleg. Benito Juárez, México D.F. CP: 03229 Tel. 52003463 / e-mail: [email protected] 25 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Meningiomas malignos Luis M. Elizondo Barriel*, Martha C. Ríos Castillo**, Reinel A. Junco Martín*, Yvei Gonzáles Orlandi*, Jorge Luis Rojas Manresa*, Jorge Nuevas Matos***. *Especialista en neurocirugía. Servicio de Neurocirugía Hospital Universitario Dr. Carlos J. Finlay. ** Especialista en neurocirugía. Hospital Pediátrico Juan M. Márquez. ***Residente de neurocirugía. Servicio de Neurocirugía Hospital Universitario Dr. Carlos J. Finlay. Ciudad de la Habana. Cuba. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 26-29, 2009 Resumen La mayoría de los meningiomas son benignos, aunque el 15% de todos ellos son considerados malignos, caracterizados por invasión cortical y metástasis a distancia. El objetivo de nuestro trabajo es caracterizar el comportamiento de esta entidad en nuestro centro en cuanto a sus aspectos clínicos, radiológicos, terapéuticos y evolutivos. Realizamos un estudio descriptivo retrospectivo en el período comprendido entre 1997 y el 2007. Nuestra muestra quedó conformada por 7 pacientes, 5 varones y 2 mujeres, con una edad media de 54 años. Las alteraciones clínicas encontradas fueron la cefalea asociada a déficit motor, la epilepsia, el déficit motor, la epilepsia relacionada con el déficit motor y la amaurosis derecha; todos los pacientes se diagnosticaron con tomografía computarizada y sólo a dos de ellos se les realizaron resonancia magnética, 4 meningiomas se localizaron en la convexidad de los hemisferios cerebrales, 2 en la región parasagital y uno en el ala menor del esfenoides, todos los pacientes se trataron quirúrgicamente seguidos por la observación clínica. Se concluye que en nuestra muestra, los meningiomas malignos fueron más frecuentes al final de la quinta década de la vida y en el sexo masculino. La cefalea junto al déficit neurológico focal fueron las manifestaciones clínica más encontrada. La localización en la convexidad cerebral fue la más frecuente. El proceder terapéutico empleado fue la cirugía asociada a la observación clínica. Nuestra recurrencia fue alta, con una sobrevida media de 5 años. Introducción Los meningiomas comprenden entre el 10 y el 15% de todos los tumores intracraneales. La Organización Mundial de la Salud los clasifica en 3 categorías: típico o benigno, atípico y anaplásico o maligno. La vasta mayoría son benignos, aunque el 15% de todos ellos son considerados malignos.1 En la serie de Maier este reporta 7,2% de meningiomas atípicos y un 2,4% de anaplásicos (malignos) y Wilson encuentra en su estudio un 12% de malignidad.2 Es un subtipo poco común que contiene como características histológicas principales la gran celularidad, prominentes nucleolos, alto índice de mitosis y necrosis focal. Son signos evidentes de malignidad la invasión cortical y las metástasis a distancia, frecuentemente al hígado, pulmón, linfonodos, huesos y pleura. 1, 2, 3. 26 La progresión de los meningiomas anaplásicos ha sido asociada con el compromiso del cromosoma 17q. Algunos eventos han estado asociados al desarrollo de meningiomas de alto grado tales como: La pérdida del gen supresor tumoral en el cáncer de pulmón-1 (TSLC-1), la pérdida de los receptores de progesterona, el incremento de la expresión de la ciclooxigenasa 2 y la ornitina descarboxilasa.3 Casos Clínicos En el período de 1997 al 2007 estuvieron ingresados en nuestro servicio siete pacientes con el diagnóstico de meningioma maligno. Las edades oscilaron entre 36 y 62 años (media 54 años); de ellos 5 varones y 2 mujeres. (Tabla 1) Clínicamente se caracterizan por cefalea, convulsiones, déficit motor y trastornos conductuales. Los principales medios para su diagnóstico imagenológico son la tomografía computarizada (TC) y la imagen por resonancia magnética (IRM). Presentación clínica. (Tabla 1) Los pacientes debutaron con cefalea asociada a un déficit motor , visto en los casos 1, 2 y 5; el déficit motor y la epilepsia se presentaron de forma aislada en los pacientes 3 y 4 respectivamente; la epilepsia en asociación al déficit motor en el caso 6 y la amaurosis derecha en el caso 7. Las fundamentales armas terapéuticas para su manejo están la cirugía, la radio y quimioterapia. Presentamos siete casos tratados en el servicio de Neurocirugía de nuestro centro. Imagenología. (Tabla 1) Todos los pacientes se diagnosticaron con tomografía computarizada y sólo al paciente número 7 se le realizó también resonancia magnética, apreciándose Trabajo Original que 4 meningiomas se localizaban en la convexidad de los hemisferios cerebrales (figura 1 y 2 que muestra la presencia de una lesión hiperdensa heterogénea con abundante edema perilesional en región frontoparietal derecha), 2 en la región parasagital y uno en el ala menor del esfenoides. Tratamiento. (Tabla 2) Todos los pacientes se trataron quirúrgicamente seguidos por la observación clínica, a las lesiones localizadas en la convexidad, se les practicó una craneotomía centrada en la lesión, con una resección grado I en la escala de Simpson (figura 2 que muestra la extensa zona de atrofia cortical postoperatoria de la lesión observada en la figura 1); las parasagitales se abordaron a través de una craneotomía parasagital, con un grado III de resección y la localizada en el ala menor del esfenoides por medio de una craneotomía frontopterional y grado III de resección, este paciente tuvo un sangrado importante en el transoperatorio (caso 8). Evolución. (Tabla 2) Un paciente falleció a los siete días posteriores a la cirugía (caso 8); el resto tuvo una evolución favorable, aunque uno de ellos presentó un incremento del defecto motor ya existente, que posteriormente se recuperó (caso 2); 3 pacientes presentaron recidiva tumoral, uno a los 11 meses (caso 1), el resto a los 5 y 8 años (casos 5 y 6). Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 1. Muestra los casos según su edad, sexo, clínica, imagen realizada y topografía de la lesión. Edad Sexo Clínica Imagen Topografía Caso 1 47 F Cefalea, déficit motor TAC Parasagital Caso 2 36 M Cefalea, déficit motor TAC Convexidad Caso 3 60 M Déficit motor TAC Convexidad Caso 4 59 M Epilepsia TAC Convexidad Caso 5 57 M Cefalea, déficit motor Convexidad Caso 6 62 F Epilepsia, déficit motor TAC Parasagital Caso 7 57 M Amaurosis derecha TAC, RMN A la menor del esfenoides Tabla 2. Muestra la distribución de los casos según el grado de resección, las complicaciones, la recurrencia y el tiempo de aparición de la recurrencia. Grado de Resección Complicaciones Recurrencia Tiempo de aparición Caso 1 II No Si 11 meses Caso 2 I Incremento del No - - déficit motor Caso 3 I No No Caso 4 I No No - Caso 5 I No Si 5 años Caso 6 II No Si 8 años Caso 7 III Sangramiento, - - fallece a los 7 días Discusión Un pequeño grupo de meningiomas presentan una conducta agresiva, caracterizada por una alta taza de recidiva y metástasis a distancia, este grupo lo conforman los meningiomas atípicos y anaplásicos, así como los denominados subtipos histológicos con comportamiento agresivo que incluyen los meningiomas de células claras, meningiomas cordoides, rabdoides y papilares.4 Son más frecuentes en la sexta década de la vida.2, 5 No son comunes en las mujeres, como en la mayoría de los meningiomas,2 encontrándose proporciones similares en ambos sexos, contrariamente a los benignos, que afectan más a las mujeres.5 En nuestro estudio encontramos una edad promedio de 54 años y un franco predominio en el sexo masculino, (5 de cada 7 casos). Desde el punto de vista topográfico la localización supratentorial ocupa el 70% pudiendo estar distribuidos en la convexidad o en la región parasagital.2 Gelabert5 de un total de 12 meningiomas malignos estudiados, encontró 8 supratentoriales, de ellos 5 parasagitales y 3 en la convexidad. En este trabajo todas las lesiones fueron de localización supratentorial, predominando los de la convexidad cerebral con más de la mitad de los casos (4 de los 7 casos), seguida por los parasagitales (2 de los 7 casos), resultado este que coincide con las series antes reportadas. En la TC tienden a ser hiperdensos, con una densidad baja en su centro sugerente de necrosis, su periferia es irregular rodeada de un edema importante, la mitad de las lesiones no captan contraste de manera homogénea. La IRM muestra un aumento en la intensidad de señales en T2, invasión del parénquima cerebral, poca demarcación entre el cerebro y el tumor, edema extenso, destrucción ósea y en ocasiones son heterogéneos por la presencia de tejido necrótico, tanto en T1 como en T2, lo cual sugiere agresividad.1 Nuestros pacientes fueron estudiados con TC simple y con contraste endovenoso, la IRM solo fue posible en dos de ellos. 27 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 ción entre las alteraciones citogenéticas y el riesgo de recurrencia de estos tumores, además observó una fuerte analogía entre los hallazgos histológicos y los grupos citogenéticos.9 Conclusiones Figura1: Meningeoma anaplásico fronto-temporal derecho. La radioterapia es efectiva para prevenir recurrencias en caso de resección parcial de meningiomas anaplásicos o malignos. La embolización y la radiocirugía pueden ser un tratamiento alternativo para los meningiomas malignos intraventriculares en los cuales la resección es dificultosa.1 La quimioterapia ha sido frustrante a pesar de tratamientos agresivos.2 Todos los pacientes de nuestra muestra fueron sometidos a tratamiento quirúrgico, seguidos de la observación clínica periódica a través del exámen neurológico y estudios de imágenes, no utilizamos la radio ni la quimioterapia. Figura 2: Extensa lesión poroencefálica-Postoperatorio de la lesión Figura1. El tratamiento de elección es la resección quirúrgica completa, seguida de radioterapia.5 Mark 6 recomienda la radioterapia fraccionada para todos los pacientes con meningiomas malignos, independientemente de que el tumor haya sido resecado totalmente o no. Para otros el rol de la radioterapia está aún por definir pues no existe ningún estudio prospectivo, randomizado y pocos tienen un período de seguimiento lo suficientemente largo para sacar conclusiones de la eficacia y la incidencia de complicaciones tardías.7 Sin embargo un estudio en la Universidad de California, donde fueron tratados con modernas técnicas de radioterapia, la sobrevida fue de 5 años en el 58% de los pacientes.2 28 Los meningiomas anaplásicos o malignos tienen una alta recurrencia local y una baja taza de sobrevida en comparación con los benignos.1 La taza de recurrencia después de la resección total es alta, sobre todo si no se realiza una terapia futura, en la serie de Wilson de 24 meningiomas malignos tratados solo con cirugía la sobrevida media fue de 2 años.2 Nosotros encontramos una recurrencia alta en los casos estudiados (3 de cada 7 casos), similar a lo reportado anteriormente, aunque la sobrevida media fue superior (5 años). Actualmente se estudian marcadores pronósticos adicionales. En algunas series publicadas las delecciones del cromosoma 9p21 (p16) se asocian fuertemente con una disminución de la supervivencia en el meningioma anaplásico. La ausencia de la delección, por el contrario, identificaría un subgrupo de éstos con supervivencia prolongada.8 Ketter establece una evidente correla- A manera de conclusión pudimos determinar que los meningiomas malignos son más frecuentes al final de la quinta década de la vida y en el sexo masculino. De igual manera se evidenció que la cefalea asociada al déficit neurológico focal resultaron ser las formas más comunes de presentación. La convexidad de los hemisferios cerebrales fue el área más frecuente de localización tumoral. La conducta terapéutica tomada fue la cirugía, seguido de la observación clínica. El comportamiento de las recurrencias fue alto, con una sobrevida media de 5 años. Recibido: 30.11.08 Aceptado: 06.05.09 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Referencias 1. Tahsin Erman, M.D., A. I Skender Göçer, M.D., Metin Tuna, M.D.,S¸Eyda Erdog˘an, M.D., Suzan Zorludemir, M.D. Malignant meningioma of the lateral ventricle. Case report. Neurosurg Focus 15 (4):Clinical Pearl 2, 2003. 2. M.W.Mc Dermott and C.B. Wilson. Meningiomas In Joumans J (Edith chief) Neurological Surgery, W. B Saunder Company, Fourth Edition, Chapter. 1271996. 3. Georges Haddad, MD, Meningioma. August 15, 2005. Disponible on-line: http://www.emedicine.com. Topic. 4. Vaquero. J, Coca. S, Patología Tumoral del Sistema Nervioso. EDIMSA, Cap 3. 2005. 5. M. Gelabert-González, J.M. Fernández-Villa, M. Iglesias-Pais. Meningiomas intracraneales atípicos y malignos. Rev NeuroL 2004; 38:304-310. 6. Mark E. Linskey, M.D., Stephen a. Davis, R.N., and Vaneerat Ratanatharathorn, M.D., M.B.A. Relative roles of microsurgery and stereotactic radiosurgeryfor the treatment of patients with cranial meningiomas: a single-surgeon 4-year integrated experience with both modalities. J Neurosurg 2005;(Suppl) 102:59–70. 7. Eugen BH, Alexander DeV, Allan FT, et al. Management of atypical and malignant meningiomas: role of high dose 3D-conformal radiation therapy. J Neurooncol 2000; 48: 151–60. 8. Catón B, Ortiz E, Lozano M Y Saracibar N. Meningioma anaplásico (maligno):Meningioma grado III de la OMS. Sociedad Española de Anatomía Patológica. 2004. 9. Ketter R, Henn W, Niedermayer I, et al. Predictive value of progression-associated chromosomal aberrations for prognosis of meningiomas: a retrospective study of 198 cases. J Neurosurg 2001;95:601-607. 29 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Osteoporosis y columna vertebral Luís Rafael Moscote Salazar*, Sandra Milena Castellar Leones**, Héctor Farid Escorcia*** *Residente de Neurocirugía, Facultad de Medicina, Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia. **Medico General, Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia. ***Neurocirujano,E. S. E Hospital Universitario CARI, Barranquilla, Colombia. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 30-33, 2009 Resumen La osteoporosis y sus complicaciones son una patología común. Con el envejecimiento de la población mundial el conocimiento por parte del personal de la salud de esta entidad, es crucial para la supervivencia de pacientes. La osteoporosis es una patología silente hasta que ocurren las fracturas. Los médicos debemos ser vigilantes ante la posibilidad de pérdida ósea y patología quirúrgica espinal donde se deben tomar la mejor decisión. Palabras claves: Osteoporosis, columna vertebral, cirugía de columna, densidad ósea. Introducción Definición La osteoporosis constituye un serio problema para la salud pública mundial, debido al fuerte impacto socioeconómico que genera y la carga impuesta sobre el sistema sanitario. Produce una importante morbimortalidad y elevados costos directos e indirectos relacionados con su atención (1, 2). El costo económico anual del tratamiento de fracturas por osteoporosis en Estados Unidos es similar al del tratamiento de enfermedades cardiovasculares y del asma. La fractura de cadera es una de las complicaciones más serias de la osteoporosis. La osteoporosis fue definida en 1993 como “una enfermedad esquelética sistémica, caracterizada por baja masa ósea y deterioro en la microarquitectura del tejido óseo, que origina fragilidad ósea aumentada, con el consecuente incremento en el riesgo de fractura” (3). Las fracturas más frecuentes aparecen en columna vertebral y cadera (4). Obliga a la internación de casi todos los pacientes afectados, la mayor parte de los cuales requiere tratamiento quirúrgico y un proceso prolongado de rehabilitación, con la participación de personal especialmente entrenado y con costo considerable (2). La fractura vertebral representa una de las complicaciones más comunes (2,4). 30 Epidemiología La fundación nacional de osteoporosis de Estados Unidos estimó que actualmente existen 44 millones de personas en riesgo de desarrollar osteoporosis y los costos de esta patología en el 2005 se estimaron en 19 millones de dólares (4). La osteoporosis es la causa más común de fracturas después de los 50 años, afecta el 20% de las mujeres posmenopáusicas en Estados Unidos y se estima una población de 7.8 millones a nivel mundial. El 30% a 50% de las mujeres y el 15% a 30% de los hombres sufrirán una fractura osteoporótica. (4). En Europa existe un 12% de prevalencia de fracturas vertebrales en hombres y mujeres entre 50 y 79 años relacionados con osteoporosis. Anatomía de la lesión En la osteoporosis se produce una disminución global del tejido del hueso por cada unidad de volumen del mismo. Es decir, que se pierden las proteínas que conforman la matriz y las sales minerales cálcicas que se depositan sobre la misma (5). El hueso llamado compacto (parte central de los huesos largos de nuestro esqueleto, por ejemplo fémur, tibia) está formado por una red de laminas concéntricas con un canal central por donde discurren los vasos sanguíneos que lo nutren. El hueso esponjoso se sitúa en los extremos de los huesos largos Trabajo Original y en los huesos que llamamos planos o cortos (costillas, vértebras). En su seno existe una red de trabéculas, similar a la que puede formar una red de una tela metálica. En los huecos que deja esta red se sitúan los vasos sanguíneos (5). La osteoporosis hace que se pierda tejido óseo. Esta pérdida comienza por el adelgazamiento de las trabéculas del hueso esponjoso y por la interrupción de las conexiones en la red que este conforma. El hueso compacto se adelgaza y pierde su grosor. De esta manera, los dos tipos de hueso se hacen menos resistentes, captan, absorben y amortiguan peor los impactos y las caídas, y se fracturan con mayor facilidad (5). Fisiopatología La masa ósea es la cantidad de hueso (proteínas y sales de calcio) que presenta una persona en su esqueleto en un momento de su vida. Depende de la edad, el sexo y la raza. El pico de masa ósea se alcanza entre los 25 y 30 años y está determinado por múltiples factores, siendo el principal, el factor genético. También son importantes los factores nutricionales, la actividad física y factores endocrinos (6). Al interior del hueso se verifican a lo largo de toda la vida numerosos procesos metabólicos, con alternancia equilibrada de fases de destrucción y formación, reguladas por distintas hormonas, la actividad física, la dieta, los hábitos tóxicos y la vitamina D, entre otros (6). En condiciones normales el balance en la remodelación ósea se mantiene hasta los 40 años, luego de lo cual se altera el balance entre la formación y la resorción ósea lo que produce la osteoporosis. Se produce la fase de pérdida ósea donde la edad y la menopausia son factores determinantes (6). En la osteoclastogénesis son fundamentales la IL-6 e IL-11 y su acción es inhibida por los esteroides sexuales, siendo esto, fundamental en el balance entre actividad osteoblastica y osteoclastica (7). Después de la menopausia los niveles de esteroides caen considerablemente. Se estima que 1 de cada 6 mujeres posmenopáusicas desarrollaran fracturas (8). Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabaquismo y osteoporosis Tabaquismo La densidad mineral del hueso se ha señalado en sentido adverso en los fumadores (9, 10). Como se anotó anteriormente existe curva de crecimiento de masa ósea hacia la adultez temprana que luego se estabiliza hasta los 40 años de edad, cuando lentamente se inicia la desmineralización en ambos sexos cerca de la edad de la menopausia en las mujeres y 10 años después el decrecimiento se acelera. Los fumadores tienen una desmineralización y osteoporosis acelerada, comparada con los no fumadores. Se han determinado más de 3.000 productos de degradación en la incineración del cigarrillo tanto en su parte gaseosa, como de las cenizas. No ha sido posible determinar con exactitud los efectos de cada uno, pero en su conjunto se resumen en tres efectos negativos: osteoporosis precoz, falla en la circulación ósea e inhibición en el metabolismo de los osteoblastos. En estudios recientes se sugiere que la nicotina presente en el cigarrillo suprime la trascripción de la sialoproteína ósea, una proteína especifica de la mineralización tisular expresada por osteoblastos (11). Hollenback y colaboradores demostraron que la cesación del fumar tardíamente en la vida, fue beneficioso en la disminución de la aceleración del deterioro óseo posmenopáusico asociado a los fumadores (12). Se ha podido observar clínicamente que los traumas triviales suelen producir fracturas compresivas en mayor proporción en los posmenopáusicos fumadores que sus pares no fumadores (9). Se ha desarrollado el efecto deletéreo sobre la cicatrización ósea en los fumadores crónicos después de cirugía y la mayor frecuencia de pseudoartrosis en la cirugía espinal lumbar, con mayor frecuencia que en la fusión intersomática cervical (15). En el contexto patobiológico las alteraciones encontradas en pacientes fumadores son: Aumento de los riesgos de fracturas en huesos largos y columna vertebral, curaciones defectuosas en fracturados, falla en las fusiones espinales, aumento de la osteoporosis, necrosis avasculares óseas. Los factores de riesgo para osteoporosis se señalan en la tabla No 1. Tabla 1. Factores de riesgo para osteoporosis. Edad avanzada Factores de riesgo endocrinos - Hipercortisolismo - Hipertiroidismo - Hiperparatiroidismo - Hipogonadismo Comorbilidades - Tumores - Enfermedades crónicas - Enfermedades del colágeno Actividad física - Sedentarismo Relacionados con la dieta - Deficiencia de calcio en la dieta - EtOH ( > 80 gramos/día) - Índice de masa corporal < 22 Kg/m2 Cigarillo Por otra parte, los trastornos espinales son mucho más frecuentes en los fumadores como se ha señalado en la literatura mundial (13, 14) y particularmente los relacionados con la cirugía espinal. Las investigaciones realizadas en gemelos univitelinos donde uno fumaba y el otro no, revelaron de manera notoria el resultado negativo en los fumadores en cuanto a dolor lumbar y generación discal; marcada reducción del componente óseo mineral, y mayor reducción de este componente en la menopausia. (9). 31 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Cuadro Clínico Las fracturas de los cuerpos vertebrales no sólo producen dolor, sino otras manifestaciones como retención urinaria, íleo transitorio, insomnio, depresión, limitación funcional y afección pulmonar en el caso de las dorsales que disminuyen la capacidad vital (16,17). Tabla 2. Factores de riesgo determinantes para fracturas en pacientes con osteoporosis. Tabla 3. Criterios densitométricos para el diagnóstico de osteoporosis. DMO: Densidad mineral ósea. DE: Desviación estándar. Categoría Definición Normal Osteopenia Osteoporosis Osteoporosis grave DMO entre + 1 y - 1 DE del promedio de población adulta joven DMO entre - 1 y - 2,5 DE del promedio de población adulta joven DMO bajo - 2,5 DE del promedio de población adulta joven DMO bajo - 2,5 DE del promedio de población adulta joven y una o más fracturas de tipo osteoporotico Alteraciones del hueso 1. Características materiales - Microarquitectura - Trabéculas. - Densidad tisular/Mineralización 2. Características estructurales - Masa ósea - Geometría ósea 3. Cargas aplicadas al hueso - Propensidad a trauma - Severidad del trauma - Actividades de la vida diaria Diagnóstico La aproximación al paciente con osteoporosis es mediante la evaluación de los factores de riesgo y la medición de densidad ósea. La osteoporosis primaria es la más frecuente, pero es importante descartar otras patologías y condiciones médicas asociadas con osteoporosis, estas incluyen patologías endocrinas, hematológicas, reumatológicas, gastrointestinales, entre otras. El diagnóstico es principalmente densitométrico, pero puede establecerse al ocurrir fracturas en sitio típico con un trauma mínimo. A menor densidad mineral ósea mayor riesgo de fractura. La medición de densidad mineral ósea puede ser efectuada en cualquier sitio, pero el cuello del fémur es el sitio que predice mejor el riesgo de fractura de cadera y el de otros sitios esqueléticos. De tal manera, las recomendaciones están basadas en la densidad del cuello del fémur. En 1994 la Organización Mundial de la Salud estableció los criterios densitométrico para el diagnóstico de la osteoporosis. (Tabla 3). 32 Tratamiento Tratamiento médico Todos los pacientes que son considerados para terapia farmacológica deben, previamente tomar en cuenta todos los factores de riesgo para fractura y osteoporosis. Las recomendaciones universales para estos pacientes son: ingesta de calcio diario en al menos 1200 MG. por día, vitamina D 400-800 UI/día en riesgo de deficiencia, ejercicio regular, prevención de caídas, evitar el uso de tabaco, evitar el uso de alcohol. El tratamiento médico para fracturas vertebrales con faja, reposo y analgésicos en algunos pacientes mejora el dolor, en otros éste se hace refractario, además del riesgo de nuevas fracturas y otras complicaciones relacionadas a la inmovilización. Tratamiento quirúrgico La intervención quirúrgica como tratamiento de las fracturas en pacientes con osteoporosis se realiza con poca frecuencia, debido a las condiciones limitadas del hueso y el porcentaje elevado de condiciones comorbidas en estos pacientes que aumentan el riesgo de complicaciones por la cirugía. Una de las estrategias actuales para el manejo de las fracturas osteoporoticas vertebrales es la vertebroplastia, el cual es un procedimiento ambulatorio; consiste en la inyección de cemento óseo (polimetilmetacrilato) a través de una aguja al cuerpo vertebral, usando Rayos X (fluroscopia) como guía, sellando la fractura, estabilizando la vértebra y quitando el dolor en más del 85% de los pacientes casi de forma instantánea. El procedimiento se realiza bajo anestesia local y con fluroscopia. La fisiopatología de cómo el metiltacrilato provoca la mejoría del dolor, es aún incierta. La teoría más aceptada es que refuerza el cuerpo vertebral y disminuye el micromovimiento, evitándole una nueva fractura. Se piensa que el calor que genera el cemento dentro de la vértebra lesiona las pequeñas terminación es nerviosas mejorando el dolor (18, 19, 20, 21,). Conclusiones La osteoporosis es un problema de salud pública. El riesgo de fractura por osteoporosis es mayor en la población de más edad, en mujeres y en aquellos con fracturas previas. El riesgo de fractura por osteoporosis es alto en aquellos con una densidad ósea baja, en personas muy delgadas, en personas con comorbilidad, en personas con tratamiento de esteroides, personas con colagenopatias y en fumadores (22,23,24,25). La vertebroplastia percutánea es un método relativamente sencillo, eficaz, seguro y de elección en el tratamiento de las fracturas vertebrales por osteoporosis. Recibido: 15.03.09 Aceptado: 17.05.09 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Bibliografía 1. Norris RJ. Medical costs of osteoporosis. Bone 1992; 13 (suppl 2): s11-6. 2. Johnell o. The socioeconomic burden of fractures: today and in the 21st century. Am j med 1997; 103 (suppl 2a): 20-6s. 3. Conferencia de consenso de Hong Kong. Amsterdam, 1993. 4. Truumes E, Shah M. osteoporosis and spine care, part I: General Overview and Medical Management. Spine Line. Jul-Ago 2008. Pa 10-17. 5. Shea JE, Miller SC. Skeletal function and structure: implications for tissue-targeted therapeutics. Adv Drug Deliv Rev. 2005;57(7):945-957. 6. Heaney RP. Pathophysiology of osteoporosis. Endocrinol metab clin north am 1998; 27: 255-65. 7. Manolagas SC, Jilka RL. Bone marrow, cytokines, and bone remodeling: emerging insights into the pathophysiology of osteoporosis. N engl j med 1995; 332: 305-11. 8. Alastair JJ. Wood. Treatment of postmenopausal osteoporosis. Nejm 1998;338:736-746 9. Hopper jl, Seeman E. The bone density of female twins discordant for tobacco use. N engl j med. 1994; 330: 387-392. 10. Rundren A, Mellstron P. The effect of tobacco smoking on the bone mineral content of the aging skeleton. Mech aging dev. 1984; 28: 272-277. 11. Nakayama Y, Mezawa M, Araki S, Han J, Takai H. Nicotine suppresses bone sialoprotein gene expression. J periodontal res. 2008 nov 11. (epub ahead of print) 12. Hollenback KA, Barrett-Connor E, Edelstein SL, Holbrook T. Cigarette smoking and bone mineral density in older men and women. Am j public health. 1993; 83: 1265-1270. 13. An HS, Silveri EP, Simpson JM, File P, Simmons e, Simeone FA, et al. Comparison of smoking habits between patients with surgically confirmed herniated, lumbar and cervical disc disease and controls. J spinal disord. 1964; 7: 369-373. 14. Boshuizen HE, Verbeek JHA, Broersen JPJ, Weel ANH. Do smokers get more back pain? Spine. 1993; 18: 35-40. 15. Brown CW, Orme TJ, Richardson HD. The role of pseudo-arthrosis (surgical non union) in patient who are smokers and patients who are nonsmokers. A comparison study. Spine. 1986; 11: 942-943. 16. Bostrom MP, Lane JM. Future directions. Augmentation of osteoporotic vertebral bodies. Spine 22 (suppl 24):38s -42s,199 8. 17. Mathis JM, Petri M, Naff N. Percutaneous vertebroplasty treatment of steroid-induced osteoporotic compression fractures. Arthritis rheum 41:171-175,1998. 18. Levine SA, Perin LA, Hates D, Hayes WS: An evidence-based evaluation of percutaneous vertebroplasty. Mang care 9:5360,2000. 19. Deramond H, Wright NT, Belkoff SM: Temperature elevation caused by bone cement polymerization during vertebroplasty. Bone 25 (suppl 2):175 -215;1999 20. Sweet MG, Sweet JM, Jeremiah MP, Galazka SS. Diagnosis and treatment of osteoporosis. Am Fam Physician. 2009 Feb 1;79(3):193-200. 21. Hari Kumar KV, Muthukrishnan J, Verma A, Modi KD. Correlation between bone markers and bone mineral density in postmenopausal women with osteoporosis. Endocr Pract. 2008 Dec;14(9):1102-7 22. Nayak S, Roberts MS, Greenspan SL. Factors associated with diagnosis and treatment of osteoporosis in older adults. Osteoporos Int. 2009 Jan 17. 23. Ikeda K. Osteocytes in the pathogenesis of osteoporosis. Geriatr Gerontol Int. 2008 Dec;8(4):213-7. 24. Siris ES, Selby PL, Saag KG, Borgström F, Herings RM, Silverman SL. Impact of osteoporosis treatment adherence on fracture rates in North America and Europe. Am J Med. 2009 Feb;122(2 Suppl):S3-13. 25. Recker RR, Lewiecki EM, Miller PD, Reiffel J. Safety of bisphosphonates in the treatment of osteoporosis. Am J Med. 2009 Feb;122(2 Suppl):S22-32. Correspondencia: Dr Luis Rafael Moscote Salazar. Barrio Zaragocilla Primera Calle 30 G No 50 C-17. Cartagena de Indias., Bolivar. Colombia. e-mail: [email protected], [email protected] 33 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Derivación Lumboperitoneal como tratamiento dequistes de Tarlov Sintomáticos. Lumboperitoneal Shunt for treatment of Symptomatic lumbar Tarlov Cysts. George Chater Cure*, Andrés Fonnegra Caballero**, Juan Carlos Diez**, Julio Roberto Fonnegra *Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Clínica Shaio, Universidad el Bosque. Bogotá Colombia. **Neurocirujano. Departamento de Neurociencias, Fundación Clínica Shaio. Bogotá, Colombia. ***Neurocirujano. Jefe del Departamento de Neurociencias, Fundación Clínica Shaio, Profesor asociado de Neurocirugía. Universidad El Bosque. Bogotá, Colombia. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 34-38, 2009 Resumen La Lumbalgia es una causa frecuente de discapacidad y de limitación funcional en nuestra sociedad, con un costo financiero, social y laboral muy alto. Es un problema común que afecta a ambos sexos y la mayoría de las edades, para las que aproximadamente uno de cada cuatro adultos busca atención al cabo de seis meses. En los EE.UU., para las personas de 45 años o menos, el dolor lumbar es la causa más frecuente de limitación de actividad. Hay diferentes causas de lumbalgia siendo la enfermedad degenerativa lumbar la causa más común. Dentro de la causas menos frecuente de lumbalgia, se encuentra las asociadas quistes perineurales, llamados también quistes de Tarlov. La gran mayoría de los quistes de Tarlov son asintomáticos, su ubicación más frecuente es la región sacra. Algunos de ellos se tornan sintomáticos y requieren tratamiento. Se han descrito varias formas de manejo entre las cuales se encuentra la resección quirúrgica, la punción percutánea del quiste y las derivaciones quiste peritoneal o Lumboperitoneal. Hasta el momento, no hay consenso sobre cuál es la mejor forma de tratar éstas lesiones. En este artículo pretendemos mostrar una serie de 3 casos donde los pacientes fueron tratados con derivación lumboperitoneal con mejoría clínica completa. Se ha realizado una revisión de la literatura acerca del tratamiento de esta patología que es poco frecuente. Palabras Claves: Quistes de Tarlov, Quistes Perineurales, Lumbalgia, Derivación Lumboperitoneal, Columna Lumbar. Summary Lumbar pain is one of the causes of incapacity and limitation in our society. There are different causes of lumbar pain, having the degenerative cause being the most frequently found. Perineural cysts are a rare cause of incapacitating lumbar pain and the majority of these cysts are asymptomatic. There is a little information about the treatment of symptomatic perineural cysts. There has been described different treatment options which varies from surgical excision, cyst drainage and lumbar o cyst shunt to the peritoneal cavity. Till this moment there is no consensus on the optimal treatment of these lesions. In this article we want to show a small case series of 3 cases where these patients were treated with lumbo-peritoneal Shunt. This entire patient showed clinical improvement after the treatment. We will also review the literature regarding these rare lesions. Key Word: Tarlov Cysts, Perineural Cysts, Back Pain, Lumboperitoneal Shunt, Lumbar Spine. 34 Trabajo Original Introducción Los quistes de Tarlov son lesiones quísticas perineurales congénitas, generalmente asintomáticas.1, 2, 3, 4,5 En ocasiones, estos quistes pueden ejercer compresión sobre estructuras neurales y causar sintomatología. El síntoma más frecuente de los quistes de Tarlov es el dolor lumbar que aumenta con las maniobras de valsalva. Existen diferentes opciones de manejo de los quistes de Tarlov.6 De acuerdo a la teoría fisiopatológíca, de mecanismo de válvula, la derivación lumboperitoneal ha sido una opción terapéutica aceptada.6 En este articulo queremos mostrar nuestra experiencia con 3 pacientes con quistes de Tarlov sintomáticos que fueron tratados con derivación lumboperitoneal. Materiales y Métodos Se revisaron las historias clínicas de los pacientes con quistes de Tarlov sintomáticos que fueron tratados en la Clínica Shaio entre el 1 de enero de 1995 y el 30 de marzo de 2009. Se encontraron 3 pacientes a quienes se les realizó tratamiento quirúrgico por persistencia de los síntomas a pesar del tratamiento médico. En la tabla 1 se muestran las características clínicas de los pacientes. Modo de manejo Los pacientes con diagnóstico de quiste de Tarlov sintomático, refractario al tratamiento médico con analgesia y fisioterapia durante 3 meses, ingresan a la institución para una prueba diagnóstica consistente en un drenaje lumbar externo. En salas de cirugía y bajo anestesia local, se coloca un drenaje lumbar externo conectado a una bomba de infusión para controlar un drenaje de 90 cc de líquido cefalorraquídeo al día. El drenaje se deja por 3 días y se observa la evolución de los pacientes. Si los pacientes presentan resolución de los síntomas, son llevados a cirugía para la colocación de una derivación lumboperitoneal difinitiva. Resultados Todos los pacientes, mejoraron del dolor lumbar tras la colocación del drenaje lumbar externo. Un paciente cursó con Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 cefalea postural por hipotensión endocraneana durante la prueba de drenaje lumbar externo, la cual revirtió al disminuir la tasa y velocidad del drenaje de LCR. En la cirugía no se presentaron complicaciones intraoperatorias. Se observó mejoría completa de los síntomas. En los seguimientos a la semana y a los 3 meses los pacientes continuaron asintomáticos. Caso Clínico Ilustrativo Caso1: Se trata de un paciente masculino de 62 años con un cuadro clínico consistente en dolor lumbar axial crónico de 3 años de evolución que había sido manejado en otra ciudad con analgésicos y fisioterapia. En el último año, la lumbalgia se ha irradiado al glúteo derecho y el dolor ha sido muy incapacitante limitándolo a la cama en varias ocasiones por varios días. El dolor era de características mecánicas, aumentaba con las maniobras de valsalva y se exacerbaba durante la noche. El paciente consulta a nuestra institución. Al examen físico presenta un dolor intenso en la región lumbar con los cambios de posición, sin alteración motora o sensitiva, Lasegue negativo y sin alteración de los reflejos osteotendinosos. Se le realiza una resonancia magnética (Figura 1 y 2) donde se evidencia una imagen quística en la región sacra. A nivel de L4-L5 se observa una leve estenosis del receso lateral derecho. Se le coloca entonces un drenaje lumbar externo con una programación de salida de líquido cefalorraquídeo de 90 cc día. Al segundo día de drenaje, el paciente experimenta cefalea postural por hipotensión endocraneana por lo que se disminuye la salida de liquido a 60 cc con lo cual la cefalea revierte. El paciente cursa con mejoría clínica completa motivo por el cual es decide llevar a cirugía para la realización de una derivación lumboperitoneal definitiva. Se coloca el catéter lumbar en el espacio subaracnoideo, cerca al quiste, mediante una hemilaminectomía L4 derecha. En el posoperatorio inmediato el paciente presenta mejoría clínica marcada y empieza a deambular sin dolor y sin déficit neurológico. En el TAC del posoperatorio se observa la hemilaminectomía y la buena colocación de la derivación. Al control de la semana y a los 3 meses el paciente se encuentra asintomático. Discusión La primera descripción de los quistes perineurales fue reportada en 1938 por el Dr. Isadore Tarlov basándose en unas disecciones de 30 cadáveres en el Instituto Neurológico de Montreal.1 Encontró en 5 de esos cadáveres unas lesiones quísticas, algunas múltiples, en la porción posterior de las raíces nerviosas sacras y coccígeas, que histológicamente se originaban de la región perineural, entre el endoneuro y el perineuro, en el sitio de unión del nervio con el ganglio de la raíz posterior. En estudios posteriores, el Dr. Tarlov diferenció entre los quistes perineurales, los divertículos meníngeos y las prolongaciones aracnoideas basándose en 3 hallazgos importantes: 2,3 Primero no tienen una comunicación clara con el espacio subaracnoideo, segundo los quistes de Tarlov se presentan distales a la unión de la raíz posterior con el ganglio de la raíz posterior y generalmente se localizan en la región sacra. Por el contrario, los divertículos meníngeos pueden encontrarse en cualquier segmento de la columna. Así mismo, los quistes de Tarlov se localizan en el espacio perineural y al menos una de sus paredes está compuesta de fibras nerviosas. A pesar del amplio estudio realizado por el Dr. Tarlov, todavía hay mucha confusión acerca de la naturaleza y características de éstas lesiones. Con el fin de diferenciarlas se han realizado varias clasificaciones entre las cuales se destacan las de Nabors y Goyal.4, 5 (Tabla1, 2) La Mayoría de los quistes de Tarlov son asintomáticos 6,7,8 y pueden estar asociados a otras lesiones lo que dificulta muchas veces identificar cual es la verdadera causa de los sìntomas7. Los quistes perineurales son un hallazgo común de las resonancias magnéticas de la columna lumbar. Se encuentran entre el 1 al 4.7% de todas las resonancias y solo en el 20% de estas lesiones se asocian a alguna sintomatología.7,8,9 35 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tabla 1. Características Demográficas y clínicas de los pacientes Paciente Edad Sexo Sintomatología Tiempo Sintomatología Tratamiento Localización Caso 1 62 Masculino Dolor lumbar axial que desde hace 3 meses se irradia a glúteo derecho 3 años Sacro Caso 2 Caso 3 Dolor lumbar axial Dolor lumbar axial 5 años 1 año 65 40 Femenino Masculino Sacro Múltiples quistes Sacros Figura 3: TAC de columna lumbo-sacra con reconstrucción 3D donde se observa la laminectomia de L4 y el catéter lumboperitoneal. Tabla 2: Clasificación de Nabors.4 Tipo 1 Tipo 2 (Quistes de Tarlov) Tipo 3 Quiste meníngeo extradural sin presencia de Fibras Nerviosas Quiste meníngeo extradural con presencia de Fibras Nerviosas Quiste Meníngeos Espinal Intradural Tabla 3: Clasificación de Goyal.5 1. Quistes Perineurales Formación quística dentro de la vaina de la raíz a nivel del ganglio de la raíz posterior 2. Dilatación Aracnoidea de la Vaina de la Raíz Alongamiento del espacio Subaracnoideo cerca del ganglio de la raíz posterior 3. Quiste Aracnoideo Intradural Formación quística aracnoidea dentro de saco dural 4. Quiste Aracnoideo Extradural Formación quística dada por una Herniación aracnoidea a través de un defecto dural 5. Quiste Traumático de la Raíz Ruptura traumática de la leptomeninges que produce una colección de LCR A B C D Figura 4: Resonancia magnética que muestra quiste de Tarlov Sacro. A Sagital y B axial T1 muestran lesión quística sacra hipointensa. C Sagital y D axial T2 muestran una lesión quística hiperintensa. Figura 5: TAC axial donde se observa un quiste de Tarlov sacro. Las flechas muestran la lesión quística isodensa con el LCR y se observa erosión ósea y ampliamiento del canal. A B Figura 1: Resonancia Magnética columna lumbosacra cortes sagitales A; Información T2 y B; información T1, donde se observa el quiste perineural sacro. 36 Figura 2: Resonancia magnética lumbosacra con información T2 donde se observa el quiste perineural que esta comprimiendo las raíces sacras. Trabajo Original La presentación clínica es variable, pueden causar dolor local o radicular. Predominan las parestesias en el dermatoma correspondiente a la lesión, parestesia en silla de montar o parestesias vaginales, perianales o genitales. Comúnmente la sintomatología es intermitente y se exacerba al caminar o con maniobras de Valsalva.10,11. El estudio imagenológico de elección para el diagnóstico es la resonancia magnetica.6,8,10,12 El quiste tiene una señal hipointensa en el T1 y una señal hiperintensa en el T2 similar al LCR.(Figuras 1,2,4) La resonancia también nos permite ver la relación exacta entre el quiste y el saco dural así como el agrandamiento del foramen neural.6 El TAC también es útil para la detección de los quistes perineurales; éste nos muestra una lesión isodensa con respecto al LCR.6,13. El TAC también permite ver las anormalidades óseas resultantes del proceso erosivo de éstas lesiones.6 (Figura 5) La mielografía muestra un llenado muy lento del quiste: el llenado al cabo de una hora es altamente sugestivo de quiste de Tarlov.10,14 Hasta el momento no hay un consenso general sobre el tratamiento de los quistes de Tarlov sintomáticos.10 El manejo médico conservador incluye la analgesia y la terapia física como primer escalón del tratamiento. Cuando el dolor es refractario al manejo médico, existen alteraciones neurológicas o hay compromiso de esfínteres, debe considerarse el manejo quirúrgico. La selección adecuada de los pacientes es la clave para el buen resultado del manejo quirúrgico.15 Las opciones quirúrgicas incluyen la laminectomia sacra descompresiva, la escisión del quiste, la incisión quística, el drenaje del quiste Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 por punción percutánea y la derivación lumboperitoneal.6,7,8,9,10 Hay varios autores que hipotetizan que la sintomatología es secundaria a un aumento de la presión dentro del quiste lo que su vez ejerce efecto compresivo sobre las estructuras adyacentes. El cuello del quiste hace un efecto de “válvula” haciendo que el líquido cefalorraquídeo ingrese al quiste con los cambios de posición y las maniobras de valsalvas pero hace que éste no pueda salir.12,15 Teniendo en cuenta este concepto, se han propuesto varios tipos de tratamiento entre los cuales se encuentra la derivación lumboperitoneal.15. La derivación permite que se disminuye la presión del espacio subaracnoideo lo que disminuye la presión intracística.15 Con la derivación lumbar externa, como procedimiento de prueba, logramos que en estos 3 pacientes desaparecieran los síntomas y fue la motivación para realizar una derivación lumboperitoneal definitiva con muy buenos resultados. La derivación lumboperitoneal fue introducida a principios de la década de 1950, pero al principio se asociaba a muchas complicaciones, principalmente a casos de aracnoiditis secundaria. En el año 1975 se introdujeron los catéteres Silastic que mostraron eficacia para el tratamiento de varias formas de hidrocefalia comunicante, pseudomeningoceles, fistulas de liquido cefalorraquídeo y hipertensión intracraneana benigna.23 Además se han publicado varios casos de quistes perineurales manejados con derivación lumboperitoneal.7, 8,15 neana que se manifiesta con cefalea, la migración del catéter, la obstrucción del mismo y las infecciones.16 Se ha demostrado que las tasas de infecciones con la derivación lumboperitoneal es menor que con las ventriculoperitoneales.17 Este método de manejo de los quistes de Tarlov evita las complicaciones de la escisión del quiste como son, las lesiones de las raíces nerviosas y las fístulas de líquido cefalorraquídeo que suelen ser de muy difícil manejo.6,7,9 Conclusiones Los quistes de Tarlov son una causa infrecuente de lumbalgia. La selección adecuada del paciente es la clave del resultado de la cirugía. La derivación lumboperitoneal es una forma de manejo adecuada y segura de estos quistes perineurales. Sugerimos siempre hace una prueba terapéutica con una derivación lumbar externa. Si hay mejoría de los síntomas con la derivación lumbar externa es muy probable que los resultados del tratamiento definitivo con una derivación lumboperitoneal sean satisfactorios. Recibido: 09.10.09 Aceptado:19.10.09 La derivación lumboperitoneal es un procedimiento seguro sin embargo puede generar algunas complicaciones entre las cuales están la hipotensión intracra- 37 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Referencias 1. Tarlov IM. Perineural cysts of the spinal nerve roots. Arch Neurol Psychiatry 1938; 40:1067-1074. 2. Tarlov IM. Cyst of the sacral nerve roots: clinical significance and pathogenesis. Arch Neurol Psychiatry 1952; 68:94-108. 3. Tarlov IM. Sacral Nerve-Root Cysts: Another Cause of the Sciatic or Cauda Equina Syndrome. Springfield, IL: Charles C. Thomas, 1953; 56-116. 4. Nabors MW, Pait TG, Byrd EB, et al. Updated assessment and current classification of spinal meningeal cysts. J Neurosurg 1998; 68:366-377. 5. Goyal RN, Russell NA, Benoit BG, et al. Intraspinal cysts: a classification and literature review. Spine 1987; 12:209-213. 6. Acosta FL Jr, Quiñones-Hinojosa A, Schmidt MH, Weinstein PR. Diagnosis and management of sacral Tarlov cysts Case report and review of the literature. Neurosurg Focus 2003; 15:E15. 7. Langdown A, Grundy J, Birch N. The Clinical Relevance of Tarlov Cysts J Spinal Disord Tech 2005; 18:29-33. 8. Paulsen RD, Call GA, Murtagh FR. Prevalence and percutaneous drainage of cysts of the sacral nerve root sheath (Tarlov cysts). AJR Am J Neuroradiol. 1994; 15:293-297. 9. Mummaneni PV, Pitts LH, McCormack BM, et al. Microsurgical treatment of symptomatic sacral Tarlov cysts. Neurosurgery 2000; 47:74-79. 10. Prashad B, Jain AK, Dhammi IK. Tarlov cyst: Case report and review of literature. Indian J Orthop 2007; 41:401-403. 11. Tarlov IM. Spinal perineurial and meningeal cysts. J Neural Neurosurg Psychiatry 1970; 33:833-843. 12. Rodziewicz GS, Kaufman B, Spetzler RF. Diagnosis of sacral perineural cysts by nuclear magnetic resonance. Surg Neurol 1984; 22:50–52. 13. North RB, Kidd DH, Wang H. Occult, bilateral anterior sacral and intrasacral meningeal and perineurial cysts: case report and review of the literature. Neurosurgery 1990; 27:981-986. 14. Nishiura I, Koyama T, Handa J. Intrasacral perineural cyst. Surg Neurol 1985; 23:265-269. 15. Kayalı H, Düz B, Gönül E. Symptomatic sacral Tarlov cyst. Case Report. Journal of Ankara Medical School 2003; 25; 2:103-106. 16. Wang V, Barbaro N, Lawton M, et al. Complications of lumboperitoneal shunts. Neurosurgery 2007; 60:1045-1049. 17. Choux M, Genitori L, Lang D, Lena G. Shunt implantation: Reducing the incidence of shunt infection. J Neurosurg 1992; 77:875-880. Correspondencia George Chater Cure. MD Calle 113#1-30 Apto 202, Bogotá Colombia [email protected] 38 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Comportamiento de los pacientes con diagnóstico de malformación de Chiari Tipo I. Dr. Jorge L Rojas Manresa, Dr. Reinel A. Junco Martin Dr. Luis M. Elizondo Barriel, Dr. Ivey González Orlandi, Dr. Federico Cordova Armengol, Dr. Víctor Duboy Limonta. Hospital Universitario “Carlos J Finlay”. Ciudad de La Habana, Cuba. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 39-43, 2009 Resumen Se realiza un estudio descriptivo retrospectivo para caracterizar el comportamiento de la malformación de Chiari tipo I en los pacientes atendidos durante el período de 2003 al 2007 en el servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario “Carlos J. Finlay”. El estudio se basa en la comparación de nuestros resultados con lo referido en la bibliografía especializada consultada y donde se comprobó que la totalidad de los casos pertenecían al sexo femenino, sólo dos de los casos no tenía piel blanca y el rango de edad osciló entre los 16 y 55 años de edad, con una media de 37.7 12.6 años. Se constató que predominaron la inestabilidad para la marcha, la cervicalgia y la pérdida de la fuerza muscular dentro de los síntomas de debut, al igual que la ataxia, la hiperreflexia y la paresia como signos clínicos. El período sintomático pre-quirúrgico promedio fue de 3.016 años. Más de la mitad de los casos presentó alguna enfermedad asociada, resaltando por su frecuencia la siringomielia y la aracnoiditis periamigdalina. Todos los casos fueron sometidos a tratamiento quirúrgico, mediante una descompresión de la charnella occipitocervical y duroplastia en “tienda de campaña”, apareciendo alguna complicación solo en la tercera parte de ellos, siendo el pseudomeningocele la más frecuente. Teniendo en cuenta que las tres cuartas partes de los pacientes han tenido una evolución favorable después del tratamiento, consideramos que el manejo terapéutico de estos pacientes fue adecuado. Introducción Bajo el término de Malformación de Chiari, se incluyen un número de anomalías congénitas de la base del cerebro, siendo las más frecuentes: (1) La extensión de las amígdalas cerebelosas por debajo del agujero magno y (2) el desplazamiento de la médula y el segmento inferior del IV ventrículo dentro del canal cervical, siempre asociado a espina bífida abierta. 1, 2 Estas anomalías fueron claramente descritas por primera vez por Chiari (1891, 1896), siendo inicialmente descritas cuatro variedades clínicas, de las cuales sólo se aceptan en la actualidad las dos anteriormente referidas. El estudio de esta entidad por diferentes autores, en relación a los factores etiopatogénicos involucrados en su aparición, el tratamiento más adecuado, así como la falta de consenso en relación a la técnica quirúrgica más apropiada, hace que sea una entidad clínica controversial. 3 La prevalencia de dicha enfermedad está aún por determinar, después de la utilización sistemática de la Resonancia Magnética Nuclear (RMN), hace que nuevos casos puedan ser diagnosticados. En relación a su forma de debut, esta es diversa, desde un cuadro de cefalea y dolor cervical hasta verdaderos cuadros de hipertensión intracraneal. 4, 5 Estudios realizados por Sahuquillo plantean que comúnmente la edad de debut oscila entre 30 y 40 años. Es frecuente encontrar un determinado número de enfermedades asociadas, como anomalías óseas a nivel de la unión cráneo - espinal, siringomielia e hidrocefalia. 3 Objetivos General - Mostrar el comportamiento de los pacientes atendidos con malformación de Chiari tipo 1 en el servicio de Neurocirugía del Hospital Militar Central “Carlos J. Finlay”, en el periodo 2003 - 2007. Específicos - Mostrar el comportamiento de la enfermedad en relación a variables como edad, sexo y raza. - Identificar las principales formas clínicas de debut en la muestra estudiada. 39 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 - Relacionar las enfermedades asociadas a la malformación de Chiari tipo I. - Mostrar las complicaciones postquirúrgicas que más se presentaron en nuestro estudio. Tabla 1. Muestra el comportamiento de los pacientes según la edad y color de la piel. Grupos etáreos (años) Piel blanca No Piel negra No total No 2 2 2 2 8 0 2 0 0 2 2 4 2 2 10 Material y método Se hace un estudio descriptivo retrospectivo del comportamiento de los pacientes atendidos, con diagnóstico de malformación de Chiari tipo 1, en el servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario “Carlos J. Finlay”, Ciudad de la Habana, Cuba, en el período 2003-2007. 30 o menos 31-39 40-49 50 o más Total La muestra estuvo conformada por los 10 casos. Tabla 2. Muestra los signos clínico de debut La revisión de sus historias clínicas individuales nos permitió realizar el análisis de variables de interés: Síntomas clínicos al debut Cant. de pacientes Cefalea y/o cervicalgia Inestabilidad a la marcha Pérdida de la fuerza muscular Síntomas visuales Trastornos sensitivos Disfonía Disfagia 9 4 3 1 1 1 1 Objetivo 1: - Edad: en años cumplidos al momento del debut según grupos etáreos (20 años o menos, 21-30, 31-40, 41-50 y mayores de 50 años). - Sexo: femenino o masculino. - Raza: blanca, negra, mestiza. Objetivo 2: - Forma clínica de debut: cefalea o cervicalgia, inestabilidad a la marcha, déficit motor y/o trastornos sensitivos. Objetivo 3: - Enfermedades asociadas: siringomielia, hidrocefalia, pseudotumor cerebral y/o anomalías óseas a nivel de la unión cráneoespinal. Objetivo 4: - Complicaciones: fístula de líquido cefalorraquídeo, pseudomeningocele, meningoencefalitis o sin complicaciones. Tabla 3. Muestra los signos clínicos encontrados al examen físico. Signos clínicos al examen físico No Hiperrreflexia osteotendinosa Ataxia Trastornos sensitivos Déficit neurológico motor focal Papiledema Atrofia muscular de los miembros Hemiatrofia de la lengua 5 4 3 3 2 2 1 Resultados El total de los pacientes de la muestra pertenecen al sexo femenino, siendo la raza blanca la predominante con 8 de 10 pacientes, el rango de edad osciló entre los 16 y los 55 años, con una media de 37,7 12,6 años (Tabla No. 1). La combinación de cefalea y/o cervicalgia, constituyeron los síntomas clínicos 40 Tabla 4. Muestra las enfermedades asociadas encontradas. Enfermedades asociadas No Siringomielia Aracnoiditis peri amigdalina Invaginación basilar 4 3 1 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Trabajo Original Tabla 5. Muestra el período de aparición de los síntomas en los casos intervenidos quirúrgicamente con malformación de Chiari Tipo I. Años 1 Año 2 Años 3 Años 4 Años 5 Años 7 Años Cant. Pacientes 1 2 1 2 1 1 de debut más comúnmente encontrados, pues sólo no estuvieron presentes en uno de los casos, seguida de la inestabilidad para la marcha y la pérdida de la fuerza muscular, presentes en más de la tercera parte de los casos y en menor proporción, otros síntomas como las alteraciones visuales, disfonía, disfagia y vómitos, presentes solamente en un paciente del total de la muestra (Tabla No. 2). Al examen físico en estos pacientes, encontramos los siguientes signos clínicos: hiperrreflexia en la mitad de los pacientes, seguidas de ataxia en 4/10 casos, los trastornos sensitivos y el déficit neurológico motor focal presentes en 3/10 pacientes estudiados. En menor proporción se encontraron el papiledema, la atrofia muscular de los miembros en 2/10 casos de la muestra, solamente en un caso se presentó hemiatrofia de la lengua (Tabla No. 3). joría imagenológica de la lesión malformativa, así como de la entidad asociada (siringomielia), como podemos apreciar en la Figura 1 del caso 1 donde existía un descenso amigdalino y múltiples cavidades siringomiélicas a nivel cervical, en el estudio posquirúrgico existe una franca mejoría de la circulación de LCR en la fosa posterior y desaparición total de las cavidades siringomiélicas cervicales en el post-operatorio. En el caso 2 podemos apreciar que en la Figura 2 el descenso amigdalino se acompaña de una cavidad siringomiélica cervical y en la imagen post-operatoria, lateral, se observa la mejoría en el paso de LCR en la cisterna magna. En el caso No. 3 se puede observar en la Fi- gura 3 ausencia total de cisterna magna por el descenso amigdalino sin embargo en la imagen postoperatoria podemos darnos cuenta de la aparición de una cavidad de líquido dorsal a las amígdalas cerebelosas aun descendidas. El pseudomeningocele constituyó la complicación post-quirúrgica más frecuente, pues estuvo presente en 3/10 pacientes operados, seguidos de la meningoencefalitis aséptica y la fístula de líquido cefalorraquídeo, ambas presentes en un solo caso de la muestra (Tabla No. 6). Teniendo en cuenta que 5/10 casos no tuvieron complicación alguna y que en sólo uno de ellos persistió el cuadro clínico inicial, consideramos de forma general la evolución de nuestra muestra como favorable. Figura 1: Imagen a la RMN, caso1 - preoperatoria(izq) y postoperatoria(der). En nuestra muestra 4/10 casos presentaban siringomielia asociada, mientras que 3/10 pacientes presentó aracnoiditis periamigdalina. Solamente en un paciente se encontró invaginación basilar (Tabla No. 4). El período sintomático pre-quirúrgico osciló entre 1 y 7 años, encontrando mayor frecuencia en los casos con 2 y 4 años (Tabla No. 5). Al total de los pacientes se les practicó una remodelación de la fosa posterior, con laminectomía de C1 y C2, realizando apertura de aracnoides a 7 de los 10 casos y plastia en “tienda de campaña” con aponeurosis a toda la casuística. Escogimos tres casos de nuestra muestra para representar la me- Figura 2: Imagen a la RMN, caso2 - preoperatorio(izq) y postoperatorio(der). 41 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 muestra 4 de los 10 casos se asociaron a siringomielia. A pesar de encontrar la aracnoiditis periamigdalina en la cuarta parte de los casos, no consideramos significativa su incidencia al valorar que no existió una correspondencia entre el tiempo sintomático pre-quirúrgico y la aparición de este proceso inflamatorio, hecho descrito anteriormente por otros autores como Hakuba.13 Figura 3: Imagen a la RMN, caso3 - Preoperatorio(izq) y postoperatorio(der). Discusión Aunque las manifestaciones clínicas han sido descritas, en lo general, en pacientes jóvenes, existe una gran variabilidad en la edad de presentación, pudiendo ser tan amplia como la muestra de di Rocco 6 que se extendía entre los 2 meses y 73 años o algo más concreta, como la serie de Sahuquillo que encontró una mayor prevalencia alrededor de la tercera y cuarta décadas de la vida 3, o la de Ajay Bindal 7 cuya muestra se encontraba también alrededor de la cuarta década, con edades entre 18 y 66 años. En nuestra muestra existió un franco predominio del sexo femenino, lo que se corresponde con otros estudios como los de Jacob Stovner 8 donde la malformación en mujeres fue encontrada en las dos terceras partes de su muestra. Bindal también encontró la malformación de Chiari en un mayor por ciento de mujeres que hombres.7 Las manifestaciones clínicas en los pacientes afectados por una malformación de Chiari tipo 1 son realmente variables y están en dependencia del complejo malformativo y de las enfermedades asociadas. Los síntomas iniciales pueden ser vagos y variables, por ello muchas veces son mandados a psicólogos y psiquiatras, al tener un cuadro tan amplio y poco evidente. La mayoría de los síntomas se relacionan con la compresión de las estructuras del tronco cerebral y de nervios craneales bajos 9, coincidiendo con otros autores, como Di Rocco6, el cual encontró que 42 al menos uno de cada tres pacientes tenía además cefalea y/o nucalgia, e igual proporción encontraron Stovner y Rinck.8 La hipertensión intracraneal asociada o como resultado de la malformación de Chiari es actualmente controversial, al estar originada por cuadros de hidrocefalia o pseudotumor cerebral, pero muy poco valorado por los estudiosos del tema a nivel internacional, de aquí lo poco comparativo que resulta este acápite, a pesar de que se plantea por algunos autores que hasta un 43% de los pacientes pueden tener una dilatación del sistema ventricular, con alteraciones concomitantes de la dinámica circulatoria del líquido cefalorraquídeo.10 En nuestra muestra fue significativo que la cuarta parte debutó con síntomas y/o signos de hipertensión endocraneana, hasta esos momentos interpretados erróneamente como pseudotumor cerebral, dado este por papiledema, aumento de la presión de flujo de la columna de LCR en el espacio subaracnoideo espinal por encima de 200 mmHg y estudios tomográficos previos a la RMN negativos.11 Existe coincidencia además entre nuestros resultados y el de otros estudios similares en cuanto a la proporción de pacientes con siringomielia asociada, la cual varía entre un 30 y 40% del total de casos. Por ejemplo, Di Rocco encontró esta asociación en el 27.7% 6 y Bindal 7 en el 39.1%. Algunos autores como Stovner 8 y Klekamp 12 refieren incluso valores cercanos a las dos terceras partes de toda la casuística. En nuestra De acuerdo con Bartzdorf, independientemente de las causas de la herniación amigdalar, los objetivos del tratamiento quirúrgico en este tipo de anomalías son los siguientes: mejorar o anular el gradiente de presión craneoespinal existente en el agujero magno, restaurar la anatomía normal de los espacios subaracnoideos, eliminar la cavidad siringomiélica en los casos que coexista y aliviar la compresión del tronco encefálico.14 Según se pudo constatar en la bibliografía consultada existen actualmente en el mundo diferentes tendencias o variantes quirúrgicas, en relación al tratamiento de esta afección, que van desde simples descompresiones óseas de la charnella o unión craneoespinal hasta la remoción de las amígdalas cerebelosas, pasando por la duroplastia y apertura de la aracnoides.15,16 Conclusiones La malformación de Chiari tipo I en el adulto es una entidad que en nuestra muestra se presentó con mayor frecuencia en mujeres, predominando además entre la tercera y cuarta década de la vida. La cefalea y/o nucalgia, la inestabilidad para la marcha, la hiperrreflexia y la hipoestesia fueron los hallazgos clínicos más importantes en la serie estudiada. La siringomielia fue la afección asociada más frecuente y el pseudomeningocele fue la complicación post-quirúrgica más encontrada en nuestro estudio. Recibido: 30.11.08 Aceptado: 19.05.09 Trabajo Original Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Referencias 1. Dyste GN, Menezes AH. Syntomatic Chiari malformations: an analysis of presentation, management and long-term outcome. J neurosurg. 1989;71: 159-68. 2. Garcia-Uria J. Syringomyelia: long-term results after posterior fossa descompression. J Neurosurg 54: 380-3, 1981 3. Sahuquillo J, Poca M. Actualizaciones en el tratamiento quirúrgico de la malformación de Chiari tipo 1 y del complejo Chiari I / Siringomielia. Rev Neur.1998;13(5): 223-45. 4. Gardner WJ. The mechanism of siringomielia and its surgical correction. Clin Neurosurg.1959;6: 131-40. 5. Levy WJ. Chiari malformation presenting in adults: a surgical experience in 127 cases. Neurosurgery.1983;12: 377-90, 6. Di Rocco C, Calderalli M. Malformación de Chiari tipo I. Revisión de la bibliografía. Rev. Argent. Neuroc. 2004, 18 (S2): 6 7. Bindal A, Stewart B. Chiari I malformation: classification and management. Neurosurgery 37(6). 1995; 1069-74. 8. Jacob Stovner L, Rinck P. Siringomielia in Chiari malformation: relation to extent of cerebellar tissue herniation. Neurosurgery. 1992; 31(5): 913-7. 9. Jacob RP, Rhoton JAL. The Chiari I malformation. En: Syringomyelia and the Chiari malformation. 1ra ed. Park Ridge. Illinois. The American Association of Neurological Surgeons.1997; 57-67. 10. Vrabec TR. Intermitent obstructive hidrocephalus in Arnold. Chiari malformation. Ann Neurology.1989; 26: 401-404 11. Shone R et al. Acquired Chiari I malformation folowing daclofen pump plcement in a child. Neurosurgery (Pediatric 2). 2004; 101: 211-3. 12. Klekamp J, Batzdorf U. The surgical treatment of Chiari I malformation. Acat Neurochir (Wien). 1996; 138: 788-801. 13. Hakuba A. The surgical treatment of Chiari I malformation - comment. Acta Neurochir (Wien). 1996; 138: 801. 14. Batzdorf U. Chiari I malformation with syringomyelia. J Neurosurg. 1988; 68: 726-30. 15. Piper JG, Menezes AH. The relationship between syringomyelia and the Chiari malformation. En: Syringomyelia and the Chiari malformation. 1ra ed. Park Ridge. Illinois. The American Association of Neurological Surgeons.1997; 91-112. 16. Isu T, Sasaki H, Milhorat TH. Foramen magnum descompression with removal of the outer layer of the dura as treatment for syringomyelia occurring with Chiari I malformation. Neurosurgery. 1993; 33:845-50. 43 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 El Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales de Santiago de Chile y la primera neurocirujana en Latinoamérica. The Institute of Neurosurgery and Cerebral Research in Santiago de Chile and the first neurosurgeon woman in Latinamerica. Gabriela Castañeda López*, Ana Cecilia Rodríguez de Romo* **. *Laboratorio de Historia de la Medicina, Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. **Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 44-48, 2009 Resumen La mexicana María Cristina García-Sancho de Penichet (1919- ) fue la primera neurocirujana en América Latina. Estudió medicina en una época en que la inserción de la mujer en esta disciplina todavía era baja y se decidió por una especialidad, inclusive difícil para los mismos hombres; la neurocirugía. Se preparó en este campo con uno de los grandes neurocirujanos de la época, Alfonso Asenjo Gómez (1906-1980) y en uno de los mejores lugares del mundo, el Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales en Santiago de Chile. Su aportación a la neurocirugía fue haber modificado el proceso quirúrgico de la cordotomía, operación para controlar el dolor y que tradicionalmente se hacía en dos tiempos. La doctora García-Sancho propuso realizarla en un solo paso. Palabras clave: Neurocirugía, Chile, Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales, cordotomía, mujeres en la medicina. Abstract María Cristina García-Sancho de Penichet (1919- ), a Mexican, was the first woman neurosurgeon in Latin America. She studied medicine at a time when women’s participation in medicine was limited, yet she chose specialization that was considered difficult even for men: neurosurgery. She trained in this discipline with one of the great neurosurgeons of the time, the Chilean Alfonso Asenjo Gómez (1906-1918), and at one of the most prestigious establishments in the world: the Institute of Neurosurgery and Cerebral Research in Santiago de Chile. Her main contribution to the field of neurology consisted in modifying the surgical procedure called cordotomy, an operation for pain control that traditionally required a two-step procedure, but which Dr. GarcíaSancho showed could be performed in just one step. Key words: neurosurgery, Chile, Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales, cordotomy, women in medicine. Introducción Las neurociencias pertenecen al grupo de las disciplinas médico-biológicas que han tenido un acelerado desarrollo a partir de los inicios del siglo XX. En este panorama sorprendente, la neurocirugía ocupa un sitio especial, pues además su progreso está muy ligado al gran avan- 44 ce contemporáneo de la tecnología. Por otro lado, aunque en nuestros días la incursión de la mujer existe prácticamente en todas las áreas médicas, hay algunas como la neurocirugía, cuya población es francamente masculina. En Estados Unidos, aproximadamente el 5.9% de los neurocirujanos y el 10% de los residentes de neurocirugía son mujeres, en el Reino Unido, la situación es similar las mujeres representan sólo el 4.5% de los miembros de la Sociedad Británica de Neurocirujanos y el 11.8% de los neurocirujanos en general (12). La literatura menciona a la inglesa Diana Jean Kinloch Beck (12), la estadounidense Dorothy Klinke Nash (16) y la rumana Sofía Ionescu (14) como las primeras neurocirujanas del mundo. Documento Histórico En Latinoamérica y no solo México, fue María Cristina García-Sancho y ÁlvarezTostado, quien abrió el campo de la neurocirugía para otras médicas (3). Además logró su preparación en el extranjero, específicamente en el Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales, en Santiago, Chile, sitio de referencia obligada cuando se trataba de mencionar los lugares de excelencia en el campo, a mediados del siglo XX. Aquí analizamos la vida como neurocirujano de la doctora y el papel que tuvieron en su formación y vida académica, el doctor Alfonso Asenjo Gómez y el Instituto de Cirugía e Investigaciones Cerebrales Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 cisco Fonseca, director del Hospital General de la ciudad de México y donde María Cristina había estudiado. Fonseca, visitó el Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales de Santiago de Chile con motivo de un congreso, ahí conoció al doctor Alfonso Asenjo Gómez, su director y se impresionó favorablemente con lo que había visto. Fonseca le dio una tarjeta a María Cristina y la envió a la embajada de Chile para solicitar una beca. A pesar de que ya se habían otorgado las dos existentes a otros médicos, la doctora García-Sancho también obtuvo un apoyo y así se fue al instituto chileno para entrenarse como neurocirujano. Antecedentes María Cristina García-Sancho y ÁlvarezTostado (7) nació el 22 de mayo de 1919 en Guadalajara, Jalisco, provincia de México. De trato muy fino, agradable y expresivos ojos azules, representa una edad menor de la que realmente tiene. Alta y delgada, guarda una belleza natural. Las fotografías muestran una mujer sumamente atractiva. Ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1941. Aunque Matilde Montoya, la primera médica mexicana se graduó en 1887, cuando María Cristina Ingresó a la misma escuela, la situación todavía era difícil para las mujeres, debían soportar bromas, trato desigual y cosas tan absurdas como que no hubiera sanitario para ellas. Su generación estaba formada por 85 mujeres y 850 hombres. Pese al rigor de los estudios médicos, durante su carrera obtuvo mención especial en los cursos de patología digestiva, examen del enfermo y terapéutica. Su interés por la neurología inició desde su ingreso a la Escuela de Medicina. Entonces percibió lo maravilloso que es el cuerpo humano, pero sobre todo el cerebro, cuyo conocimiento consideraba un reto. En 1947 obtuvo el título de médica cirujana con la tesis La secuela del traumatismo encéfalo cráneano, cuya brillante defensa mereció mención honorífica. Desde que era estudiante se interesó en la neurocirugía y con este objetivo en mente, recibió el apoyo del doctor Fran- El Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales Bajo la dirección del doctor Asenjo, María Cristina realizó la maestría y el doctorado en neurocirugía de 1949 a 1951. Para ella el paso era muy importante, porque si no lograba proseguir su superación profesional en otro lado, le preocupaba qué haría en México donde el medio era tan difícil sobre todo considerando la especialidad médica por la que se había decidido, que incluso en nuestros días representa un reto desafiado por pocas mujeres. María Cristina recuerda muy bien la primera guardia que realizó, porque fue justamente el 18 de septiembre, día del aniversario nacional en Chile. En el ánimo festivo, un carabinero había recibido un balazo en la región parietal. El herido fue a dar al hospital, donde la doctora García-Sancho lo operó, con la ayuda de dos enfermeras y de un residente de Libia aún más joven que ella. Igual sucedió con otros siete pacientes, que la misma noche ingresaron al nosocomio con traumatismo craneoencefálico. A las cuatro de la mañana llegó su maestro el doctor Alfonso Asenjo preguntándole que se había ofrecido, a lo que ella contestó del modo más natural que nada y le informó que había tenido ocho operaciones. Sumamente sorprendido, a Asenjo sólo se le ocurrió revisar a los operados. A los dos días, María Cristina se convirtió en el primer ayudante del doctor Alfonso Asenjo Gómez. El médico chileno era un magnífico maestro lo que quedó demostrado en múltiples situaciones. La ocasión que la doctora García-Sancho tomó el reto de ser primer cirujano con el doctor Asenjo, éste le permitió operar con libertad, pero al finalizar la cirugía, con generosidad, pero firmeza al mismo tiempo, le hizo notar sus errores y alabó sus aciertos. Esa relación que en un principio era únicamente académica, se convirtió en una sólida amistad que perduró hasta la muerte del maestro Alfonso Asenjo Gómez. En Chile María Cristina García-Sancho estuvo tres años, en la despedida que le organizaron al terminar su estancia, el doctor Asenjo se dirigió a ella en los siguientes términos: Aquí la hemos tratado como a un hombre, y la hemos tratado así porque al regresar usted a México, se va a enfrentar a muchas dificultades y va tener que luchar. Durante su entrenamiento, la doctora realizó cursos de neurología, neuropatología, neuro-otología, neuro-oftalmología y neuroradiología (17), de su rutina diaria, su maestro, el doctor Asenjo, da cuenta de ello (1): La Doctora ha hecho su labor clínica en los diferentes equipos en que está dividido el Instituto, pasando por la Sección de Tumores cerebrales, Nervios periféricos y médula, Epilepsia, Traumatismo Encéfalo Craneano y Parapléjicos. En cada uno de los equipos se desempeñó en forma acertada y cumplió con la rutina estudiando los enfermos y preparándose teórica y prácticamente en el diagnostico de las afecciones respectivas. Hizo también durante todo el tiempo y en la forma ininterrumpida atención de Policlínico. Cumplió dentro del Servicio con sus guardias tanto nocturnas como de día domingo y durante ellas tuvo oportunidad de operar personalmente numerosos casos de urgencia. La labor quirúrgica la inició primero con un periodo de observaciones y después como ayudante segundo y ayudante primero; hizo arteriografías, encéfalo y ventriculografías personalmente y extirpación de algunos tumores. Permaneció un tiempo en el laboratorio de Neuropatología haciendo sus propios preparados, de los cuales lleva una colección, lo mismo que en el Departamento de Electroencefalografía y Radiología, donde 45 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 hizo las prácticas respectivas. Asistió a todas las reuniones clínicas, bibliográficas, de anatomía patológica y neuropatología, lo mismo que en las sesiones de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía y Sociedad de Cirujanos. Perteneció también a la Agrupación Médica Femenina. En síntesis la actividad de la Doctora le permite iniciar el trabajo neuroquirúrgico para que adquiera una experiencia personal y así poder aplicar todos los conocimientos que ha adquirido. A la Doctora García Sancho la encuentro capaz de poner en práctica lo que aquí ha aprendido. Recibió el título que dan las autoridades y que acredita lo anteriormente expuesto. Nuevamente el Gobierno de Chile la volvió a becar para continuar su preparación en Europa. En Alemania permanece durante tres meses con los doctores Wilhelm Tönnis y Joachim Zülch. También estuvo en diferentes clínicas de neurocirugía, en París en el Hôtel-Dieu con Jacques le Beau y Jean Tavernier; en España con Sixto Obrador Alcalde del Instituto de Neurocirugía en Madrid y en Portugal con Egas Moniz, introductor de la angiografía, en el Departamento de Neurología de la Universidad de Coimbra. En total permaneció un año más en Europa, tres meses en cada lugar. Además también visitó Universidades de Italia, Suiza y Bélgica (7) (1). Después del largo periodo en el extranjero, regresa a México donde realizó una brillante carrera, enfocada sobre todo al tratamiento quirúrgico del dolor. 1. Al centro la doctora María Cristina GarcíaSancho y el doctor Alfonso Asenjo Gómez. 46 La cordotomía La experiencia adquirida en el manejo de diversas técnicas quirúrgicas para paliar el dolor, pero principalmente su interés en el tema, llevó a García-Sancho a mejorar la cordotomía en Estados Unidos con Irving Cooper, distinguido neurocirujano y cuyo interés principal estaba en la neurocirugía funcional (4). El perfeccionamiento que hace la doctora García-Sancho de esta maniobra, es una de sus aportaciones a la neurocirugía y es conocida como “Cordotomia bilateral en un solo tiempo, técnica García-Sancho”. Ella está convencida que el dolor hace infeliz al ser humano, por lo que si el médico no sabe quitar el dolor, está incompleto. El dolor no es accesible a nuestros sentidos y mientras estamos sanos y no sentimos ningún dolor, éste permanece en el umbral inquietante de lo desconocido (10). lor, su origen y el dolor en los procesos oncológicos. Además de ese texto, ha publicado artículos en revistas nacionales y extranjeras, algunos de los cuales aparecieron en Neurocirugía, fundada por el doctor Asenjo (8). Aunque la doctora María Cristina García-Sancho es principalmente conocida por sus aportaciones al conocimiento y tratamiento quirúrgico del dolor, es importante apuntar que adquirió valiosa experiencia en el uso de la arteriografía, técnica que había aprendido justamente cuando estuvo en Portugal con su descubridor, el doctor Egaz Monis (15). LIGAMENTO Cabe señalar que la doctora GarcíaSancho empleó esta técnica en más de 1600 casos en el Instituto Nacional de Cancerología (9) y que también la realizó en el Hospital de la Mujer en padecimientos cancerosos, ambas instituciones mexicanas. Del griego ?????, khordé, cuerda y ????, tomé, sección, la cordotomía es la sección o corte del cordón anterolateral de la médula en casos de dolor intolerable y resistente a cualquier tratamiento (5). Inicialmente la cordotomía se realizaba en dos tiempos. La variante que la doctora García-Sancho introdujo, consiste en que el corte de las raíces sensitivas de la médula, se lleva a cabo en una sola intervención. Es decir, una vez identificadas las raíces anteriores, se hace un corte en la parte posterior en el sentido posteroanterior del espacio que media entre la salida de la raíz posterior y la emergencia de la anterior en la médula. Intervenido un lado, inmediatamente se procede a operar el otro, conservando una distancia de 1.5 cm. entre corte y corte (9). El estudio y el dominio que la doctora García-Sancho tiene sobre el dolor dieron pie a que escribiera Dolor, diagnóstico y tratamiento (1974), libro dedicado a su esposo e hija, donde que expone temas como las vías anatómicas del do- RAÍZ 2. Imagen tomada del libro: García-Sancho MC. Dolor, diagnóstico y tratamiento. México: Interamericana, 1974. Chile en la Neurología Mundial El desarrollo de la neurocirugía chilena inicia en la cuarta década del siglo XX y tiene como figura destacada al doctor Alfonso Asenjo Gómez. Fundador y promotor de la especialidad en su país, creó la escuela de neurocirugía que se transformó en un referente obligado para los neurocirujanos del mundo (13). Con él se formaron más de doscientos neurocirujanos, chilenos y de otras la- Documento Histórico titudes, especialmente de Latinoamérica. El doctor Alfonso Asenjo Gómez, nace en Valparaíso en 1906 y fallece en Santiago de Chile en 1980. Se graduó de médico cirujano en la Universidad de Chile en 1928. Becado por la Fundación Alexander von Humboldt, entre 1936 y 1939 realiza su especialización en neurocirugía bajo la dirección de Wilhelm Tönnis en la Universidad de Berlín (2). Durante ese tiempo y luego en numerosas ocasiones, realizó estancias cortas en los principales centros neurológicos del mundo trabajando al lado de los más connotados estudiosos del sistema nervioso de entonces como Clovis Vincent, Thierry de Martel, Hugh Cairns, Pío del Rio Hortega, Geoffrey Jefferson, Wylie McKissock, Herbert Olivecrona, Arne Torkildsen, entre otros. De regreso a Chile, puso todo su esfuerzo en hacer realidad su proyecto de crear una institución dedicada a la neurocirugía, propuesta que en 1938 y desde Estados Unidos, ya había presentado a las autoridades chilenas y que tuvo buena acogida principalmente por su amigo, el doctor Salvador Allende, entonces Ministro de Salubridad y quien le dio el apoyo para construir, en dependencias del Hospital El Salvador de Santiago, el Servicio de Neurocirugía. Dicho Servicio se creó el 20 de octubre de 1939 y un mes después le dio la organización definitiva, nombrándose al personal para que en febrero de 1940, formalmente abriera sus puertas a la atención de los enfermos. Para noviembre de ese mismo año se inaugura el Pabellón Harvey Cushing, formado por los departamentos de Neuropatología, Neuropsicología, Cirugía experimental y una biblioteca, que se mantiene hasta hoy. En abril de 1943 el Servicio se transforma en Instituto Científico con la función de preparar nuevos especialistas, dar a conocer la especialidad en todo el país y auspiciar la investigación científica en los campos de la morfología, biofísica y fisiología cerebral (13). Con un proyecto ideado por Asenjo desde 1945 y dentro del plan general de construcción del centro hospitalario del mismo Hospital del Salvador, fue que finalmente el 19 de mayo 1950 el Ministe- Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 rio de Educación Pública, a través de un Decreto Supremo firmado por el Presidente de la República, Gabriel González Videla, se funda el Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales de Chile. El 25 de abril de 1953 se inauguró el edificio que albergó el Instituto con 120 camas. El impulsó que dio Asenjo a la neurocirugía y al Instituto bajo su dirección y que alcanzará prestigio nacional e internacional, se interrumpió en septiembre de 1973 cuando tuvo que exiliarse en Panamá debido al golpe militar. El doctor Asenjo es autor de 9 libros y cerca de trescientos artículos. Fue suya la idea de crear una revista que difundiera los avances que la neurocirugía iba conquistando, misma que se concretó en enero de 1944 cuando apareció el primer número del Journal of Neurosurgery (6). En ese Instituto la doctora García-Sancho realiza su entrenamiento al lado de Alfonso Asenjo y de sus primeros colaboradores, Héctor Valladares, Carlos Villavicencio, Juan Fierro y Mario Contreras. 3. La doctora María Cristina García-Sancho y el doctor Carlos Villavicencio en Perú. La vida personal La doctora combinó con éxito su desempeño profesional y su vida familiar. En abril de 1954 se casó con el industrial Manuel Penichet y tuvieron una hija María Cristina Penichet García-Sancho, quien ejerce como psicoterapeuta. Actualmente la doctora García-Sancho, viuda desde 1999, disfruta también del cariño y los logros de una nieta, abogada y un nieto, administrador de empresas. Además de la medicina, la doctora García-Sancho ha incursionado en otras áreas. Es digno de enfatizar que estudió una segunda carrera, derecho en la Universidad Femenina de México, titulándose en 1989 con la tesis Las leyes actuales frente al problema de la inseminación y fertilización in Vitro (11). Es muy significativo que María Cristina GarcíaSancho se interesara hace veinte años, en un tema que en nuestros días está en las mesas de discusión e involucra a la medicina, las leyes y la ética de modo tan terminante. Conclusiones Desde pequeña María Cristina GarcíaSancho y Alvarez-Tostado decidió ser médica, en esa vía, de por si ya compleja, se inclinó por la neurocirugía, aumentando el grado de dificultad del objetivo. Además, hay que considerar que los usos y costumbres del México de principios del siglo XX, no eran especialmente favorecedores para una mujer con ambiciones académico profesiones y menos aún en un terreno que incluso para la contraparte masculina es difícil, la cirugía del sistema nervioso. Impartió la cátedra de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Pertenece a diversas sociedades científicas nacionales e internacionales y de algunas es miembro fundador como la Sociedad de Neurocirujanos de México, la Sociedad Médica del Instituto Nacional de Cancerología, la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica, la Asociación de Médicas Mexicanas, es socio correspondiente extranjero de la Sociedad de Cirujanos de Chile, de la Sociedad de Cirujanos, de la Academia de Medicina de San Marcos y de la Academia de Cirujanos, las tres de Lima, Perú y de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de Porto Alegre, Brasil. Presidió el Primer Congreso Nacional de Médicas Mexicanas en 1975. Recibió la medalla y el diploma como profesor emérito por 35 años de trabajo académico en la Universidad Nacional Autónoma de México. Respecto a su formación académica, la doctora García-Sancho tuvo la fortuna de acudir 47 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 al sitio adecuado, con la persona ideal, en la mejor época. Su maestro Alfonso Asenjo Gómez la entrenó en la neurocirugía con gran rigurosidad, en el mejor lugar y en un momento excelente. Ya retirada de la neurocirugía, en su casa todavía brinda algunas consultas, lee y prosigue su actividad intelectual y piensa que El futuro del sistema nervioso es la fisiología y la medicina va a ser algo maravilloso, la neurología será diferente de lo que es ahora, lástima que ya no me va a tocar. La doctora María Cristina García-Sancho no sólo fue la prime- ra neurocirujana en México, también en Latinoamérica. Sobresalió en una rama de la medicina particularmente compleja, de predominio masculino y además perfeccionó una técnica que desde 1912, practicaban neurólogos de talla mundial como Martín, Spiller, Froeser, Asenjo o Le Beau. Su condición de género le dificultó acceder a ciertas posiciones, pero en otras actividades de su ejercicio profesional encontró la satisfacción intelectual y la madurez que son evidentes en su trato. Agradecimientos Agradecemos a la doctora María Cristina García-Sancho y Álvarez-Tostado y a su hija, María Cristina Penichet García-Sancho, la información y el material prestados para este trabajo. Recibido: 22.06.09 Aceptado: 04.07.09 Referencias 1) Archivo Histórico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, Fondo Facultad de Medicina, Sección Personal Académico, Vol. 39, expediente 639. Carta del doctor Alfonso Asenjo al doctor Rafael Pascacio Gamboa, Secretario de Salubridad y Asistencia, 21 de noviembre de 1951 y Curriculum de la doctora María Cristina García-Sancho y Álvarez-Tostado. 2) Bucy PC. Alfonso Asenjo, M. D., 1906-1980. J Neurosurg 53; 737-738. 3) Gómez Méndez F, González D. Perspectives in international neurosurgery: an overview of neurosurgery in Mexico. Neurosurgery 1977; 1(3): 317. 4) Das K, Benzil D, Rovit R, Murali R, Couldwell W. Irving S. Cooper (1922-1985): a pioneer in functional neurosurgery. J Neurosur 1998; 89(5): 865-873. 5) Diccionario medicobiológico University. México: Interamericana, 1966, p. 251. 6) Eliason JAM. From manuscript submission to publication: a tour of the Journal of Neurosurgery Publishing Group. J Neurosurg 2007; 106: 720. 7) Entrevista con la doctora María Cristina García-Sancho y Álvarez-Tostado en 2008. 8) García-Sancho MC. Cirugía del Dolor. Rev Inst Nal Cancerol 1954; 1(1): 38-46. 9) García-Sancho MC. Dolor, diagnóstico y tratamiento. México: Interamericana, 1974, pp. 233-234. 10) García-Sancho MC. El porque y los resultados del servicio de Neurocirugía en el Instituto Nacional de Cancerología. Rev Inst Nal Cancerol 1972; 3(23): 723. 11) García-Sancho MC. Las leyes actuales frente al problema de la inseminación y fertilización in vitro. México: la autora, 1989. 12) Gilkes CE. An account of the life and achievements of Miss Diana Beck, neurosurgeon 1902-1956). Neurosurgery 2008; 62(3): 738-742. 13) Holzer F, Guzmán V. Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales de Santiago de Chile. Semblanza Histórica. Rev Chil Neuropsiquiatr 2002; 40(3): 277-278. 14) http://www.monitorulsv.ro/Local/2008-03-24/Falticeneanca-Sofia-Ionescu-Ogrezeanu-a-murit-la-88-de-ani; http://bucatarie.jurnalul.ro/stire-istoria-medicinei/prima-femeie-neurochirurg-289072.html. Páginas consultadas en junio de 2009. 15) Ligon BL. The Mistery of angiography and the “Unawarded” Nobel Prize: Egas Moniz and Hans Christian Jacobaeus. Neurosurgery 1998; 43(3): 604-605. 16) McLaughlin MR, Subach BR, Lunsford LD, Jannetta PJ. The origin and evolution of the University of Pittsburg Department of Neurological Surgery. Neurosurgery 1998; 42(4): 893-898. 17) Palma L. Neurosurgery in Chile. Neurosurgery 1986; 19(4): 667. Contacto Dra. Ana Cecilia Rodríguez de Romo Jefa del Laboratorio de Historia de la Medicina del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”. Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México [email protected] Mtra. Gabriela Castañeda López Investigador Asociado en el Laboratorio de Historia de la Medicina del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” [email protected] Laboratorio de Historia de la Medicina. Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”. Insurgentes Sur No. 3877, Col. La Fama Delegación Tlalpan. C. P. 14269 México, D. F. 52 55 56 06 38 22 Extensión 5032 / Fax: 52 55 55 28- 80 36 48 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Diastematomielia. Reporte de caso clínico. Luis M. Elizondo Barriel*, Martha C. Ríos Castillo**, Reinel A. Junco Martín*, Jorge Nuevas Matos*. * Servicio de Neurocirugía Hospital Universitario Dr. Carlos J. Finlay ** Hospital Pediátrico Juan M. Márquez. Ciudad de la Habana. Cuba Rev. Chil. Neurocirugía 33: 49-52, 2009 Resumen La diastematomielia se observa entre el 5 y el 10 % de la población, es tres veces más frecuente en el sexo femenino y se presenta en cualquier período de la vida, entre los 10 y 76 años. Puede cursar de manera asintomática y ser descubierta de manera incidental, se manifiesta generalmente igual al resto de los estados disráficos ocultos, con alteraciones cutáneas, anomalías óseas y trastornos neurológicos, su diagnóstico es básicamente radiológico. Presentamos a un paciente, masculino, blanco, diestro, de 18 años de edad, sin antecedentes patológicos, que al ser examinado por vagas molestias lumbares encontramos una asimetría en el grosor de los muslos y las piernas, así como en el tamaño de los pies, el examen neurológico fue negativo, el RX simple de columna dorsal y lumbar, la tomografía computarizada y la Imagen por resonancia magnética fueron definitivos para el diagnóstico, los estudios neurofisiológicos mostraron unos potenciales evocados somatosensoriales sin alteraciones y una electromiografía con signos irritativos dependiente de las raíces motoras L4, L5 y S1. Optamos por el tratamiento conservador y en la actualidad el paciente se encuentra asintomático, no obstante se mantiene bajo atención clínica en nuestra consulta. Introducción En 1992 Pang introduce el término de malformación del cordón espinal dividido, como forma de disrafismo espinal oculto. 1, 2, 3 ,4 En este síndrome se describen dos variantes, la tipo I, donde habrá dos hemimédulas comúnmente simétricas, cada una recubierta por su propio saco dural, separadas por un tabique óseo u osteocartilaginoso extradural, conociéndose clásicamente como diastematomielia; en la tipo II encontraremos dos hemimédulas simétricas recubiertas por un único saco dural, pudiendo existir un tabique fibroso intradural que separe las dos hemimédulas (Diplomielia). 5 Por debajo del espolón normalmente las hemimédulas vuelven a unirse aunque en un 9 % de los casos permanecerían separadas. Ambos tipos representan lesiones que atan la médula durante el movimiento y desarrollo. 4 Usualmente es acompañada por otras malformaciones tales como meningocele, mielomeningocele, hidromielia, hidrocefalia, Síndrome de Klippel-Fiel, malformación de Arnold Chiari y lipomas intraespinales. 5 Puede cursar de manera asintomática y ser descubierta de manera incidental, se manifiesta generalmente igual al resto de los estados disráficos ocultos. Las alteraciones cutáneas aparecen en el 71% de los casos, entre ellas mechón de pelos, nevus, poro dérmico, pudiendo ser la única manifestación que indique la posible existencia de un disrafismo espinal oculto. Las anomalías óseas están presentes en el 85% de los casos y dentro de ellas la escoliosis en el 50%, deformidades en miembros inferiores tales como pie cavo, asimetría en el tamaño de los pies y la longitud de las piernas 6. Los trastornos neurológicos más comunes son el dolor lumbar y en miembros inferiores, anomalías de la marcha, debilidad en las piernas, reflejos anormales e incontinencia urinaria o fecal. 7 parte de los casos la clínica es muy heterogénea. Caso clínico Paciente masculino de 18 años de edad, de la raza blanca, con antecedentes de salud que en vísperas de un control médico para el servicio militar nos comunica que ocasionalmente sufría de ligeras molestias en la región lumbar, al realizarle el examen físico encontramos una asimetría en el grosor de los muslos y las piernas así como en el tamaño de los pies (Figura 1 A, B, C, donde se muestra la asimetría entre ambos muslos, piernas y pies respectivamente, siendo las estructuras izquierdas más atróficas que las derechas). El diagnóstico de esta entidad es básicamente radiológico, pues en la mayor 49 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 A B C Figura 1: En el examen neurológico no encontramos alteraciones motoras, sensitivas, reflejas ni esfinterianas por lo que decidimos indicar un RX simple de columna dorsal y lumbar vista AP y lateral (Figura 2, donde se aprecia el defecto de fusión del arco posterior de L4 y L5, así como una imagen radiopaca en forma de espolón oblicuo a la derecha entre los cuerpos vertebrales de L3 y L4). Figura 3: Con Imagen por Resonancia Magnética en corte axial (Figura 4) y sagital (Figura 5 donde se confirman los detalles de los estudios anteriores). Los estudios neurofisiológicos mostraron unos potenciales evocados somatosensoriales sin alteraciones y una electromiografía con signos irritativos dependiente de las raíces motoras L4, L5 y S1. En la actualidad el paciente se encuentra asintomático, no obstante se mantiene bajo atención clínica en nuestra consulta. Figura 2: Por los hallazgos encontrados complementamos el estudio con Tomografía Computarizada (Figura 3 A y B, donde se muestra la presencia de un tabique óseo en forma oblicua de derecha a izquierda, acompañada de una apófisis espinosa doble a nivel de L3). 50 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Discusión La diastematomielia se observa entre el 5 y el 10 % de la población, es tres veces más frecuente en el sexo femenino y se presenta en cualquier período de la vida, entre los 10 y 76 años, con mayor frecuencia entre los 4 y 6 años, pudiendo tener asociación familiar. 7, 8, 9, 10 Figura 4 Las manifestaciones clínicas varían con la edad, en el niño predominan las lesiones de piel, las deformidades en los pies y la disfunción sensoriomotriz, mientras que en los adultos pueden cursar de manera asintomática y cuando están presentes son característicos el dolor y el trastorno sensoriomotriz. En nuestro paciente estuvieron ausentes los estigmas cutáneos y la disfunción neurológica, las molestias lumbares apenas tuvieron significado clínico. La tomografía computarizada (TC), la mielotomografía computarizada y la imagen por resonancia magnética (IRM) nos muestran la presencia de las dos hemimédulas y del septum medial, de manera inequívoca, confirmando el diagnóstico.11 Pudimos realizar el diagnóstico radiológico gracias a la TC y la IRM, los cuales fueron concluyentes. Figura 5 La exploración quirúrgica de todos los pacientes con malformación del cordón espinal dividido es recomendada pues el deterioro neurológico es visto de igual manera en cualquiera de las dos variantes.12 Guthkelch encontró que de 17 niños con el diagnóstico de distematomielia manejados conservadoramente, 14 desarrollaron déficit neurológico tardío, mientras que de 22 operados de manera profiláctica solo uno mostró progresión, por lo que este autor y la inmensa mayoría abogan por una cirugía profiláctica que prevea un futuro daño neurológico.7 La mayoría de los disrafismos espinales se asocian a médula anclada13 y para muchos autores en la diastematomielia está presente esta condición, por lo que se impone una cirugía que libere las adherencias que puedan mantener fijada la médula.14 La indicación quirúrgica no es dudosa en los casos pediátricos, aún en los asintomáticos.15 En los adultos asintomáticos, esta regla no siempre es aplicable, pues es solamente considerada en presencia de sintomatología neurológica progresiva, 16 por lo que el tratamiento conservador pudiera ser apropiado.7 No obstante ya desde 1992 Pang recomendó el tratamiento quirúrgico en adultos asintomáticos con un estilo de vida activo. Recientemente Ashok realizó un estudio clínico de 254 pacientes portadores de malformación del cordón espinal dividido y concluyó que el riesgo del déficit neurológico se incrementa con la edad y que todos los pacientes deben ser tratados quirúrgicamente de manera profiláctica incluyendo los asintomáticos. 10 El caso que presentamos ante la ausencia de elementos clínicos y neurofisiológicos de disfunción medular progresiva optamos por el tratamiento conservador hasta el momento, manteniendo una vigilancia clínica periódica del paciente. Recibido: 26.09.08 Aceptado: 25.03.09 51 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Referencias 1. Pang, D: Split cord malformation: II clinical syndrome. Neurosurgery: 31:481-500, 1992. 2. Pang D, Dias MS, Ahab-Barmada M: Split cord malformation. Part I: a united theory of embryogenesis for double spinal cord malformations. Neurosurgery.31:451-480,1992. 3. Dias MS, Pang D. Split cord malformations. Neurosurg Clin N Am Apr;6(2):339-58, 1995. 4. Mark R. Proctor, M.D., and R. Michael Scott, M.D. Long-term outcome for patients with split cord malformation. Neurosurg. Focus / Volume 10 / January, 2001. 5. Ilhan Elmac, MD. Adnan Dagçnar, MD. Serdar Ozgen, MD, Gazanfer Ekinci, MD., and M. Necmettin Pamir, MD. Diastematomyelia and spinal teratoma in an adult. Case report. Neurosurg Focus 10 (1):Clinical Pearl 2, 2001. 6. Daryl E. Warder, M.D., PH.D. Tethered cord syndrome and occult spinal dysraphism. Neurosurg Focus 10 (1):Article 1, 2001. 7. T.S.Pank, P.M. Kanev, M.M. Henegan, and B.A. Kaufman. Occult spinal disraphism. In Joumans J (Edith chief) Neurological Surgery, W. B Saunder Company, IV Edition, Chapter 35,1996. 8. Gowel DJ, Del Curling O, Kelly DL Jr, Alexander E Jr. Diastematomyelia: A 40 year experience. Pediatr Neurosci.14:90-6,1998. 9. Harrist T, Gang D. Unusual sacrococcygeal embryologic malformations with cutaneous manifestations. Arch Dermatol.118:643-8,1982. 10. Ashok K. Mahapatra, M.CH. AND Deepak Kumar Gupta, M.CH. Split cord malformations: a clinical study of 254 patients and a proposal for a new clinical-imaging classification. J Neurosurg (6 Suppl Pediatrics),103:531-36, 2005. 11. Mc Lone DG: Occult dysraphism and the tethered spinal cordlipomas in Choix M, Di Rocco C, Hockley A, et al (eds): Pediatric Neurosurgery.Philadelphia: Churchill Livingstone, 1999. 12. Mc Comb, J. Gordon. Closed Spinal Neural Tube Defects, Tindall: The Practice of Neurosurgery. I(VIII):3,1996. 13. Drolet B. Birthmarks to worry about. Dermatol Clin North Am.16:447-53,1998. 14. MªT Bordel Gómez Diastematomielia: una forma de disrrafia espinal. Notas clínicas.Anales de pediatría.64(05):485-488, 2006. 15. Villarejo F, Martinez Lage J, Neurocirugía Pediátrica. Malformaciones raquimedulares.138-157,2001. 16. Paul H. Chapman. Occult dysraphism Spinal. Schmidek: Operative Neurosurgical Techniques.Chapter 16:163-174,1988. 52 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Hernia discal en adolescente: Reporte de Caso Leonardo Domínguez de la Ossa*, Luis Rafael Moscote Salazar**, Alfonso Pacheco Hernández**, Osvaldo Molina Olier*** *Neurocirujano Pediátrico, Jefe Sección de Neurocirugía, Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia. **Residente de Neurocirugía, Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia. ***Neurocirujano, Clínica Universitaria San Juan de Dios, Cartagena de Indias, Colombia. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 53-55, 2009 Resumen Las hernias discales son una patología habitual dentro de la neurocirugía, pero la presentación suele producirse en la edad adulta y las series publicadas en niños son pocas y con un número de casos pequeño. (1) Presentamos el caso de un adolescente de 14 años, quien acude al servicio de neurocirugía de la Universidad de Cartagena con cuadro clínico de dolor lumboradicular de dos semanas de evolución en quién se demostró imagenológicamente una hernia discal lumbar. Palabras Claves: Hernia discal, lumbalgia neurogenica, adolescencia, dolor lumbar, núcleo pulposo. Introducción Reporte de Caso El dolor lumbar es una entidad poco frecuente en la adolescencia, siendo una de las patologías causantes de dicho dolor la hernia discal lumbar. (2) Los reportes oscilan desde el 0,4 al 0,6 %e en la población de adolescentes. (3). Bradford, estima que la incidencia de esta entidad en jóvenes es menor del 2 %. Se considera que el sexo masculino presenta el mayor porcentaje de afectación en este grupo etario. (4) Generalmente se encuentra vinculada a traumatismos o esfuerzos físicos intensos, factores genéticos y alteraciones congénitas de la columna vertebral. (3). A continuación presentamos un caso manejado recientemente en nuestro servicio. Paciente masculino, de 14 años de edad, sin antecedentes médicos de importancia, que presenta cuadro clínico de dos semanas de evolución caracterizado por dolor lumboradicular derecho, con antecedente de esfuerzos físico intenso, al levantar objeto de gran peso. Debido a la persistencia del dolor es remitido al Servicio de Neurocirugía de la Universidad de Cartagena para su manejo. Al examen físico se encontró limitación de la marcha por dolor; dolor a los movimientos de flexo extensión, rotación lateral e inclinación de la columna lumbar; hipoestesia en territorio L5 derecho y escoliosis antálgica; signo de Lasegué derecho positivo en 25 ° y signo de Bragard–Gowers positivo. Resto de examen físico normal. Los paraclínicos se encontraron dentro de parámetros normales. Se ordenó Resonancia Magnética Nuclear de Columna Lumbar (Fig 1a y 1b) donde se observó protrusión discal L3-L4, que evidenciaba efecto compresivo sobre el saco dural. Se decidió realizar hemilaminectomia L3 derecha y microdiscectomia L3-L4. Paciente evolucionó satisfactoriamente en el posoperatorio y fue dado de alta con analgésico y recomendaciones al 4 día. 53 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Figura 1 A y B: A, RM Sagital Columna lumbar, se observa protrusión discal L3-L4. B, Cortes Axiales espacio L3-L4 que evidencia protrusión discal con efecto compresivo sobre el saco dural. Discusión El dolor lumbar es una entidad poco frecuente en lactantes y niños que aumenta en frecuencia en la adolescencia en función del aumento de problemas mecánicos, degenerativos y traumáticos de la columna lumbar. (5). Un 26% de los adolescentes presentan lumbalgia entre los 13-17 años. Entre las causas de dolor lumbar irradiado se encuentra la herniación discal, la cual no presenta una frecuente aparición entre los adolescentes. El disco intervertebral lumbar es relativamente vascular en niños y adultos jóvenes y pequeñas arterias y venas llegan al platillo discal cartilaginoso. En la tercera década de la vida esa vascularización desaparece y los nutrientes son suplidos al disco intervertebral por difusión de las cavidades medulares hacia el platillo. (6) Fisiopatológicamente la degeneración nuclear en algunos elementos celulares del disco es obvia, a los 20 años 54 de edad el agua contenida en el núcleo pulposo decrece del 70 al 78%. (7,8) El keratosulfato se transforma en condroitin sulfato, que se ve remplazado por colágeno. Estos cambios resultan en disminución del volumen discal, que conlleva a un progresivo crecimiento de la elasticidad y de la capacidad de recobrarse de la compresión discal disminuyendo la capacidad de disipación de la energía. El disco resulta entonces más vulnerable. (9, 12) antecedente de esfuerzo físico o trauma lumbar. En el paciente adolescente el cuadro clínico es similar al del adulto, los estudios imagenologicos son fundamentales es el abordaje del paciente con hernia discal lumbar, de igual manera se considera que el tratamiento inicial debe ser el conservador, en nuestro caso al existir una protrusión discal importante y ante la duración e intensidad de la sintomatología se decidió por la alternativa quirúrgica. En el manejo quirúrgico de la hernia discal lumbar el resultado del tratamiento quirúrgico es generalmente bueno con porcentajes de éxito en el largo plazo que oscilan entre 70 y 90%. (10,11). Recibido: 22.05.09 Aceptado: 21.07.09 Conclusiones La hernia discal lumbar del adolescente es una patología poco frecuente pero que debe tenerse en cuenta ante un paciente con dolor lumboradicular y Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Bibliografía 1. Smith NR. The intervertebral disc. Br J Surg 1931;18:358-75. 2. Frino J, McCarthy RE, Sparks CY, McCullough FL. Trends in adolescent lumbar disk herniation. J Pediatr Orthop. 2006 Sep-Oct;26(5):579-81. 3. Tobjasz F, Nowakowski A, Cabaj M. Surgical treatment of herniated intervertebral discs in children and teenagers. Chir Narzadow Ruchu Ortop Pol. 2003;68(1):39-41. 4. Garrido E. Lumbar disc herniation in the pediatric patient. Neurosurg Clin N Am. 1993 Jan;4(1):149-52. Review. 5. Villarejo-Ortega FJ, Torres Campa-Santamarina JM, Bencosme-Abinader JA, Alvarez-Sastre C, Pascual Martín-Gamero A, PérezDíaz C, Cordobés-Tapia F, González-Mediero I. Rev Neurol. 2003 Mar 16-31;36(6):514-7. 6. Parisini P, Di Silvestre M, Greggi T, Miglietta A, Paderni S. Lumbar disc excision in children and adolescents. Spine. 2001 Sep 15;26(18):1997-2000. 7. Lee JY, Ernestus RI, Schröder R, Klug N. Histological study of lumbar intervertebral disc herniation in adolescents. Acta Neurochir (Wien). 2000;142(10):1107-10. 8. Mayer HM, Mellerowicz H, Dihlmann SW. Endoscopic discectomy in pediatric and juvenile lumbar disc herniations. J Pediatr Orthop B. 1996 Winter;5(1):39-43. 9. Silvers HR, Lewis PJ, Clabeaux DE, Asch HL. Lumbar disc excisions in patients under the age of 21 years. Spine. 1994 Nov 1;19(21):2387-91; 10. Zucker L, Amacher AL, Eltomey A. Juvenile lumbar discs. Childs Nerv Syst. 1987;3(2):125-7. 11. Gonzalo Torrealba M. La hernia discal en el niño Rev. Chil. Pediatr. 1987. 58(5); 395-397. 12. Gil Cruz JJ, Morán A, Quintanal Cordero N y. Paz Rivero M Hernia Discal Lumbar en el Adolescente. Presentación de 2 casos. Rev Cubana Med Milit 2001;30(4):272-5 Correspondencia: Dr. Luis Rafael Moscote Salazar Sección de Neurocirugía, Facultad de Medicina, Universidad de Cartagena. Campus de Zaragocilla, Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia. E-mail: [email protected] 55 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Histiocitoma fibroso maligno primario del músculo temporal. Presentación de un caso. Luis M. Elizondo Barriel*, Justo González González*, Silvia Salva Camaño*, Martha C. Ríos Castillo**. Servicio de Neurocirugía Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras* y Hospital Pediátrico Juan M. Márquez**. Ciudad de la Habana. Cuba Rev. Chil. Neurocirugía 33: 56-58, 2009 Resumen El Histiocitoma fibroso maligno (HFM) fue descrito por Obrien y Stout en 1964 representando al 1-3% de los sarcomas del tejido blando de cabeza y cuello. Su histogénesis es incierta y el comportamiento biológico es propenso a la recidiva local y a las metástasis a distancia, preferentemente a ganglios linfáticos regionales, pulmón, hígado y huesos. Se presenta una paciente de 38 años de edad, con una lesión tumoral epicraneal recidivante, de consistencia blanda, fluctuante, no dolorosa, de aproximadamente 5 por 3 cm en región temporal derecha, se le realiza Tomografía computarizada de cráneo e Imagen por resonancia magnética, es intervenida quirúrgicamente resecándose totalmente una tumoración predominantemente quística en intima relación con el músculo temporal y reintervenida quince días después, el Rx de tórax, el ultrasonido abdominal y el survey óseo fueron negativos, el estudio histopatológico arrojó un Histiocitoma fibroso maligno pleomorfico por lo que es enviada al servicio de oncología para tratamiento adyuvante (radioterapia). Actualmente pasado un año se encuentra libre de enfermedad. Concluimos que el HFM primario del músculo temporal es una rara localización entre los sarcomas de partes blandas y aun más entre los de cabeza y cuello, donde el aumento de volumen no doloroso fue la forma clínica de presentación, la tomografía computarizada y principalmente las imágenes por resonancia magnética mostraron la relación músculo tumor, lográndose con el empleo de la cirugía y la radioterapia adyuvante alcanzar buenos resultados. Introducción El Histiocitoma fibroso maligno (HFM) fue descrito por Obrien y Stout en 1964, considerándose el más común de los sarcomas del tejido blando en el adulto. Es más frecuente en la raza blanca y en el sexo masculino (relación hombre mujer de 2:1), con un pico de incidencia entre la quinta y sexta década de la vida.1 Su histogénesis es incierta, por lo que varios autores han mostrado dudas en cuanto a su identidad, invocando su origen a partir de células mesenquimales primitivas o histiocitos.1,2 Varios subtipos histológicos han sido descritos: estoriforme-pleomorfico (más común), mixoide, células gigantes, inflamatorio, atípico, angiomatoide y la variante quística más rara.1,2 La enfermedad se 56 asocia en ocasiones a trastornos hematológicos como los linfomas, mieloma múltiple e histiocitosis malignas, describiéndose un rápido crecimiento tumoral durante el embarazo.1 En cuanto a su comportamiento biológico, es propenso a la recidiva local y a las metástasis a distancia, preferentemente a ganglios linfáticos regionales, pulmón, hígado y huesos.3 Caso reportado Se trata de una paciente de 38 años de edad, de la raza blanca y del sexo femenino con antecedentes de operada de nódulo de mama (fibroadenoma) hace unos 2 años, la cual fue intervenida quirúrgicamente en el 2003 en otro centro hospitalario por una lesión tumoral epicraneal temporal derecha, con el diagnóstico histológico de lipoma, en el 2007 crece nuevamente la lesión se punciona y se extrae un líquido hematico con proteínas y polimorfonucleares, posteriormente en el 2008 acude a nuestro centro por presentar aumento de volumen en dicha región, al exámen físico se palpa una tumoración de consistencia blanda, fluctuante, no dolorosa, de aproximadamente 5 por 3 cm., el resto del examen fue normal. Se le realiza Tomografía computarizada (TC) de cráneo (Figura 1) apreciándose una lesión hiperdensa extracraneal, que respeta el hueso en a región temporal derecha. Reporte de Casos Figura 1: La Imagen por resonancia magnética (IRM) muestra la lesión reportada en la TC, pero ahora de aspecto heterogéneo con su centro hipointenso en T1 e hiperintenso en T2 dependiente del músculo temporal (Figura 2). Discusión El HFM se localiza preferentemente en el retroperitoneo o en las extremidades, sobre todo las inferiores.3,4 La localización intracraneal es rara, reportándose por Sima4 el primer caso en 1986, otros 70 casos han sido documentados en la literatura, predominando en el espacio supratentorial, en los lóbulos frontal o temporal, aunque pueden aparecer también en la duramadre, hueso craneal, raquis y nervio periférico.2 Los sarcomas de cabeza y cuello constituyen entre el 5-20% de todos los tumores de partes blandas, representando el HFM al 1-3% de estos sarcomas.5 La Imagen por resonancia magnética (IMR) es el estudio de elección pues permite definir mejor el tumor entre las fibras musculares, sobre todo en las lesiones de partes blandas, con una intensidad de señales heterogénea en todas las secuencias de pulso, bajo o intermedio en T1 y alto o intermedio en T2. La tomografía computarizada (TC) no muestra un patrón específico revelando una masa con densidad de tejidito muscular (en partes blandas), con un área hipodensa central probablemente en relación con tejido mixoide, sangramiento antiguo o necrosis.1 El HFM intracraneal no tiene características radiológicas particulares, tanto en la IRM como en la TC pudiera corresponder Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Figura 2: La paciente es intervenida quirúrgicamente resecándose totalmente una tumoración predominantemente quística en intima relación con el músculo temporal, el estudio histopatológico arrojo un Histiocitoma fibroso maligno pleomorfico de partes blandas (músculo estriado) con áreas de degeneración quística con bordes de sección muy cercanos a la lesión tumoral, a menos de 0,5cm, por lo que es reintervenida a los quince días para completar el margen oncológico, informándose fragmento de tejido constituido por músculo estriado que no muestra infiltración tumoral, durante su estadío en el hospital se le realizaron Rx de tórax, ultrasonido abdominal, survey óseo los cuales fueron negativos. Es enviada al servicio de oncología para tratamiento adyuvante, donde se decidió el empleo de la radioterapia. Actualmente pasado un año se encuentra libre de enfermedad. con cualquier tumor cerebral.2 En nuestro reporte la TC y sobre todo la IRM sugirieron una probable lesión sarcomatosa. El estudio inmunohistoquímico es fundamental para su tipificación, ya que permite establecer su origen fibroblástico-histiocitario y excluir otros tumores con patrón morfológico similar (condrosarcoma, liposarcoma, etc.).5 Las principales armas de la terapéutica oncológica son la cirugía, la radio y la quimioterapia. Con respecto a la cirugía Vizoso3 reporta un caso de localización en el mesenterio con resección total y un margen oncológico de al menos 2 cm sin el uso de terapia adyuvante (radio o quimioterapia), la paciente tuvo una buena evolución postoperatoria y dos años después se encuentra asintomática y sin evidencia clínica de recurrencia tumoral. Riichiro6 alcanza con el empleo solo de la cirugía una sobrevida superior a los nueve meses después de resecar totalmente un HFM del atrio izquierdo extendido a la vena pulmonar, con ecografía y TC sin evidencia de recurrencia local o metástasis a distancia. Sin embargo Hamlat 2 plantea que la cirugía sola es pobre para lograr el control local y la sobrevida en estos pacientes, por lo que la resección total seguida de la radioterapia representa la mejor estrategia de tratamiento. Cook 7 reporta un HFM del clivus tratado con cirugía, radio y quimioterapia, a pesar de todo la lesión recurrió localmente a los 22 meses, siendo tratado (paliativo) nuevamente con cirugía y quimioterapia permitiendo una sobrevida adicional de 20 meses. Para Añon 5 el tratamiento inicial de los sarcomas de cabeza y cuello es la extirpación total del tumor con márgenes de seguridad de entre 1,5 y 2 cm y asociar radio o quimioterapia como tratamientos adyuvantes. Nosotros en coincidencia con estos autores2, 5, 7 decidimos apoyar la cirugía con radioterapia pues la aplicación de estos tratamientos complementarios, de forma aislada no constituye una terapia eficaz, pero asociados a la cirugía disminuyen notablemente la frecuencia de las recidivas locales.8 57 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 El pronóstico de la enfermedad está sujeto a determinados factores en los que se destacan el grado tumoral, el tamaño, las metástasis, el subtipo histológico y el método de tratamiento. Las lesiones de alto grado tienen un pobre pronóstico alcanzando tazas de sobrevida de solo un 20%. Los tumores entre 5 y 10 cm logran un 41-51%. Los sitios más frecuente de asiento de metástasis son el pulmón (90%), hueso (8%) e hígado (1%), por lo que la taza de metástasis varia de acuerdo a los subtipos histológicos desde un 23% para los mixoides hasta un 50% para los de células gigantes, por lo que la presencia de un patrón predominantemente mixoide (en más de la mitad del tumor) se asocia a un mejor pronóstico, recomendándose distinguir en el diagnóstico si se trata de un HFM de variante mixoide o no mixoide. La resección tumoral radical con margen oncológico decrece la recurrencia local, sin embargo este factor no tiene un impacto directo en los resultados. En general la taza de sobrevida de estos pacientes oscila en un rango de 36 y 58% a los 5 años.1, 5 y cuello, donde el aumento de volumen no doloroso fue la forma clínica de presentación, la tomografía computarizada y principalmente las imágenes por resonancia magnética mostraron la relación músculo-tumor, lográndose con el empleo de la cirugía y la radioterapia adyuvante alcanzar buenos resultados. Recibido: 23.02.09 Aceptado: 18.05.09 Conclusiones Concluimos que el HFM primario del músculo temporal es una rara localización entre los sarcomas de partes blandas y aun más entre los de cabeza Referencias 1. Doris Yip, MD. Gregory Scott Stacy, MD. Malignant Fibrous Histiocytoma, Soft Tissue. Mar 26, 2008. Disponible on-line: http://www. emedicine.com Topic 420. 2. Hamlat, Abderrahmane M.D.; Adn, Mahmoudreza M.D.; Caulet-Maugendre, Sylvie M.D.; Guegan, Yvon M.D. Cerebellar Malignant Fibrous Histiocytoma: Case Report and Literature Review. Neurosurgery: Volume 54(3)March 2004pp 745-752 3. Vizoso Piñeiro F, Rodríguez Díaz JC, Martínez A, Ovidio González L, García Pravia P, Díez Santisteban. Histiocitoma fibroso maligno de tipo inflamatorio de mesenterio: presentación de un caso. Cirugía Española. 2000 .Vol.68 Núm. 1 4. Ho, Yat-Sen M.D.; Wei, Chien-Hwa M.D.; Tsai, Ming-Dar M.D.; Wai, Yau-Yau M.D. Intracerebral Malignant Fibrous Histiocytoma: Case Report and Review of the Literature. Neurosurgery:Volume 31(3)September 1992p 567-570 5. Añón-Requena M ª José, Atienza-Cuevas Lidia, Jesús Palomo González M ª, Pérez-Requena José. Histiocitoma fibroso maligno de tipo mixoide primario de lengua. Presentación de un caso. Revista Española de Patología. 2005. Vol. 38, núm. 3. 6. Riichiro Toda, Goichi Yotsumoto, Hiroshi Masuda, Ryuzo Sakata and Yoshihisa Umekita. Surgical Treatment of Malignant Fibrous Histiocytoma in the Left Atrium and Pulmonary Veins: Report of a Case. Surgery Today. Marzo 2002. Volume 32, Number 3. 7. Cook, Bruce R. M.D.; Vries, John K. M.D.; Martinez, Julio A. M.D. Malignant Fibrous Histiocytoma of the Clivus: Case Report. Neurosurgery. April 198720(4):632-635. 8. Yamaguchi S, Nagasawa H, Suzuki T, et al. Sarcomas of the oral and maxillofacial region: a review of 32 cases in 25 years. Clin Oral Investig 2004; 8: 52-5. Correspondencia Dr. Luis M. Elizondo Barriel. Servicio de Neurocirugía Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. San Lázaro 701. Centro Habana. C.P. 10300. Ciudad de La Habana. Cuba. e-mail: [email protected] 58 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Spontaneous Pneumoventricle Following Bariatric Surgery: Case Report and Review of Literature Antônio Santos de Araújo Júnior 1, Pedro Alberto Arlant 1, Arnaldo Salvestrini Júnior 1, Paulo Roberto Lazarini 2, Edson Ibrahim Mitre 2, Marcos Fernando de Lima Docema 3, Mirella Martins Fazzito 4 1. Neurosurgeon from Sírio Libanês Hospital,São Paulo, Brasil 2. Ear Nose Throat Surgeon from Santa Casa de Misericórdia de São Paulo and Sírio Libanês Hospital 3. Neuroradiologist from Sírio Libanês Hospital 4. Neurologist from Sírio Libanês Hospital Rev. Chil. Neurocirugía 33: 59-62, 2009 Abstract Pneumoventricle is a common postoperative event following posterior fossa approach, or any transventricular approach, with a benign evolution, rarely life-threatning. However, spontaneous pneumoventricle is a rare condition, almost always secondary to cerebrospinal fluid (CSF) leakage, with possible worse evolution. We describe a 57-year-old woman, previously healthy, submitted 7 months ago to a bariatric surgery, losing 110 pounds (50 Kg) since that, who developed 1 month ago headache, hemiparesis and incontinence, secondary to a spontaneous pneumoventricle. Key-word: spontaneous pneumoventricle, sphenoidal meningocele, bariatric surgery. Resumo O pneumoventrículo é um evento comum no pós-operatório de cirurgias de fossa posterior, ou acessos transventriculares, com uma evolução benigna, raramente letal. Já o pneumoventrículo espontâneo é uma condição rara, quase sempre associado com fístula liquórica, com possível pior prognóstico. Neste trabalho descrevemos uma mulher de 57 anos, previamente hígida, submetida há 7 meses a uma cirurgia bariátrica, perdendo 50 Kg desde então, que há 1 mês apresentou cefaléia, hemiparesia e incontinência vesical, secundárias a um pneumoventrículo espontâneo. Palavras-chaves: pneumoventrículo espontâneo, meningocele esfenoidal, cirurgia bariátrica. Case Report We describe a 57-year-old woman, born in Belém-PA, Brazil, previously healthy, submitted 7 months ago to a bariatric surgery, losing 110 pounds (50 Kg) since that, who developed 1 month ago intense headache and dizziness. Concomitantly she presented progressive cognitive decline, with non coherent repetitive discourse, bradypsychism and slow speach. On first evaluation (Figure 1), at her origin city, she was submitted to a brain Computed Tomography (CT) showing an assymmetric lateral pneumoventricle, with a prominent right frontal horn, and sign of transependymal edema. After what she was submitted there to one session of hyperbaric oxygen chamber. 24-hour post chamber she started with abundant CSF leakage by the left nostril. 48-hour post chamber she evolved with left hemiparesis with brachial predominance and bladder incontinence. By that time she was referred to Dr Pedro A. Arlant, coming by airplane to a consultation at São Paulo, Brazil. At admission at Sírio Libanês Hospital, São Paulo-Brazil, on neurological examination, she was confused, with bradylalia, repetitive non coherent discourse, left hemiparesis with brachial predominance, visual blurring, and bladder incontinence. She was promptly submitted to further evaluation, evidencing a discrete increase in the pneumoventricle on brain CT, and confirming a planum sphenoidal meningocele on skull base fine cuts CT (Figure 2). On fine cuts axial 3 Tesla Magnetic Resonance Imaging (MRI), a small opening at lamina terminalis was documented, accompanied by pneumocephalus within its cistern (Figure 3). 59 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 A Figure 1: Axial CT scan showing bilateral frontal horn pneumoventricle. Cistern scintillography was accomplished, but negative to leakage, and the CSF from lumbar puncture was inocent. To intent treating this unusual case, we performed a ventricular catheterization, connecting an Ommaya reservoir, assisted by neuronavigation (Figure 4), with aspiration of 15 ml of CSF and air. To correct the meningocele (Figure 5) we performed a transphenoidal endonasal endoscopic approach and reconstruction of the sphenoidal breach, with mucoperichondral and septum cartilage graft, oxidized cellulose and biological glue (Figure 6). The postoperative period was uneventful. The patient evolved symptom-free at 1st day postoperative with complete resolution of motor deficit, visual blurring and incontinence. Postoperative CT scan showed improvement of pneumoventricle and reduction of frontal mass effect (Figure 7). Discussion Pneumocephalus is a very common neurosurgical condition, with a myriad of etiologies. Noteworthy are those traumatic (skull bone fracture, sinus fracture, CSF leakage) 11, postoperative (haematoma evacuation 1, tumor resection, shunts 3 or any intrathecal procedure) or post spinal anesthesia 8, post infection (otogenic meningitis 2, anaerobic or fungic sinus infections 9), and neoplasic 60 B Figure 2: (A) Axial CT, bone window scan, presenting a meningocele at planum sphenoidal (black arrow); (B) Sagital bone CT with fine cuts, sphenoidal breach (black arrow). A B Figure 3: Sagital 3 Tesla MRI FIESTA sequence showing an sphenoidal meningocele (white arrow) (A), and an opening at lamina terminalis, with an small air bubble ahead (white arrow) (B). (sinus osteoma 6, cranium base meningiomas). In its turn, pneumoventricle is not so common, excepting those postoperative, mainly after posterior fossa approaches in sitting position (pineal tumors, midbrain lesions 12), or transventricular approaches (intraventricular tumors, thalamic lesions, colloid cysts), or endoscopic surgeries 4 (third ventriculostomy, septostomy, aqueductoplasty). Spontaneous pneumoventricle is a rare condition, almost always related to CSF leakage, Valsalva’s maneuver 5, chronic cough, long airplane trips 10, or deep diving. In our study, the etiology of pneumoventricle was CSF leakage secondary to a sphenoidal meningocele, following, related or not, a bariatric surgery. More intriguing in this case is the patency of the lamina terminalis, through an opening, which conducted the air from cistern to the ventricular system. In this case, CSF leakage could not be demonstrated by cistern scintillography, perhaps why the patient spent 24 h, post Tecnesium 99 injection, resting. No Valsalva’s maneuver or efforts were done during this time. Only 3 Tesla fine cuts MRI could demonstrate the CSF leakage, seeing air inside the cistern from lamina terminalis and an opening at the anterior wall of third ventricle. Moreover at endonasal endoscopic view, concluded the exposure of the meningocele, we could see the CSF leakage through it after a Valsalva’s maneuver. Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Figure 7: First day postoperative axial CT scan. Figure 4: Neuronavigation device mapping ventricular catheterization (StealthStation Neuronavigation System, Medtronic Navigation, Inc., Louisville, CO). pathy the most common presentation (62%) followed by encephalopathy (31%), rhabdomyolysis and Guillain-Barré syndrome (0.6%). Nutritional deficiencies secondary to the surgery are the most important factors in the marjority of those complications. However, CSF leakage or pneumoventricle following, whether related or not, bariatric surgery has never been reported. Since, its pathogeny is also obscure. Conclusion Spontaneous pneumoventricle is a rare neurosurgical condition, to which most neurosurgeons are not familiarized. Figure 5: Endoscopic view (30 degrees optical axis) of planum sphenoidal meningocele (black arrows) after opening of sphenoid bone rostrum. Figure 6: Endoscopic view (30 degree optical axis) of reconstruction of sphenoidal breach. Sometimes it lacks the benign evolution of postoperative pneumoventricles. In these cases, it may cause neurological deterioration, urging rapid diagnosis and early intervention. Recibido: 19.08.09 Aceptado: 19.10.09 Neurological complications following bariatric surgery Nowadays, bariatric surgery is being performed more than never, in order to alleviate the symptoms of morbity obesity. Through the last decade, bariatric surgery has become a safety procedure, with an outstanding improvement in life quality from millions of patients around the world. By the other side, the amount of complications related to this procedure is also increasing. The main complications reported are nutritional, metabolic, psychological and neurological. Koffman et al.7 found 1.3-4.6% of neurological complications after bariatric surgery, being peripheral neuro- 61 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 References 1. Cummins A. Tension pneumocephalus is a complication of chronic subdural hematoma evacuation. J Hosp Med. 2009; 4(5):E3-4. 2. Damergis JA, Chee K, Amitai A. Otogenic pneumococcal meningitis with pneumocephalus. J Emerg Med. 2008; 30: 25-32. 3. Garg N, Devi I, Dua R, Arivazhagan A. Tension pneumoventricle following exposure of shunt chamber. Br J Neurosurg. 2008; 22(1):121-2. 4. Hamada H, Hayashi N, Kurimoto M, Umemura K, Hirashima Y, Nogami K, Endo S. Tension pneumocephalus after neuroendoscopic procedure. Neurol Med Chir (Tokyo). 2004; 44(4):205-8. 5. Hans M. Schrijver and Henk W. Berendse. Pneumocephalus by Valsalva’s maneuver. Neurology 2003; 60(2):345-346. 6. Kamide T, Nakada M, Hayashi Y, Hayashi Y, Uchiyama N, Hamada JI. Intraparenchymal pneumocephalus caused by ethmoid sinus osteoma. J Clin Neurosci. 2009; 21:110-115 . 7. Koffman BM, Greenfield LJ, Ali II, Pirzada NA. Neurologic complications after surgery for obesity Muscle Nerve 2006; 33(2):166-76. 8. Kuczkowski KM, Benumof JL. Images in anesthesia: headache caused by pneumocephalus following inadvertent dural puncture during epidural space identification: is it time to abandon the loss of resistance to air technique? Can J Anaesth. 2003; 50(2):159-60. 9. Lin JJ, Wu CT, Hsia SH, Wang HS, Lin KL. Pneumocephalus: a rare presentation of Candida sphenoid sinusitis. Pediatr Neurol. 2009; 40(5):398-400. 10. Matt B. Jensen and Harold P. Adams. Pneumocephalus after air travel. Neurology 2004; 63(2):400-401. 11. Quigley M. Pneumocephalus. J Neurosurg. 2009; 110(2):400. 12. Radhziah S, Lee CK, Ng I. Tension pneumoventricle. J Clin Neurosci. 2006 ; 13(8):881-3. Correspondence Address Antônio Santos de Araújo Júnior Work Address: Rua Peixoto Gomide, 515, cj 96, Cerqueira César, São Paulo, São Paulo, Brazil. CEP 01409-001. Private Address: Rua Imaculada Conceição, 81, ap 112, Vila Buarque, São Paulo, São Paulo, Brazil. CEP 01226-020. Phone: 05511-35647404 Fax: 05511-32890411 Cel: 05511-84567404 Email: [email protected] 62 Revisión de Temas Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Disecciones Arteriales Extra e Intracraneanas Leonidas Quintana Marín Profesor de la Cátedra de Neurocirugía- Universidad de Valparaíso-Chile. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 63-71, 2009 Resúmen Las disecciones arteriales, tanto extracraneanas como intracraneanas, son una patología que con el advenimiento de nuevas y mas avanzadas formas de imagenología, han aumentado progresivamente en frecuencia, lo que obliga a su mayor comprensión. Esto nos obliga a manejar de mejor forma esta enfermedad, tanto desde el punto de vista etiopatogénico, como dominar su clínica y sospechar su presencia, para aplicar los medios diagnósticos más adecuados, y proceder a su terapia inmediata, la cual tanto del punto de vista de la terapia médica intensiva, como la quirúrgica y endovascular, se encuentran en pleno desarrollo, y frecuentemente se deben tomar decisiones caso por caso. Estos son los conceptos básicos, y más actualizados, que se exponen en ésta revisión. Introducción La disección se produce por el ingreso de sangre a la pared arterial con formación de un hematoma intramural que avanza separando los estratos parietales, pudiendo localizarse bajo la íntima (sub-intimales) (Fig.1A), o entre la media y la adventicia (sub-adventiciales) (Fig.1B). Los primeros dan síntomas por obstrucción del lumen arterial, por lo tanto, disminución del calibre del lúmen, ocasionando síntomas isquémicos tanto por estenosis luminal severa como por embolías distales, y los segundos por compresión de estructuras vecinas o por extravasación de sangre. Ambas formas de disección pueden dar embolías a arterias intracraneanas distales. (1) A B Figura 1: Disección sub-intimal Disección sub-adventicial - Se trata de una patología de adultos jóvenes ( 30 a 50 años),pero también se ha descrito en niños y adultos mayores (3). - Corresponde a un 2,5-5 % de las etiologías de los accidentes cerebro vasculares isquémicos (4). - En los pacientes menores de 60 años es causa de hasta un 22% (20-25%) de los Accidentes cerebro vasculares isquémicos (5,6). - El sitio más frecuente de las disecciones es la porción extracraneana de los vasos.(7,8) Epidemiología - Las disecciones carotídeas tienen una incidencia anual de 2,5 -3 /100.000 hab. (2), Los datos para el territorio vertebral son 1-1,5 / 100.00 hab./año. 63 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Fisiopatología Interna Como se puntualizó en la introducción, al ingresar el flujo de sangre a la pared arterial se forma un hematoma intramural que avanza separando los estratos parietales, pudiendo localizarse bajo la íntima (sub-intimales), o entre la media y la adventicia (sub-adventiciales). Las disecciones sub-intimales pueden progresar hasta estenosar el lúmen arterial, y si son pesquizadas y tratadas adecuadamente, se logra detener el proceso; sin embargo, la progresión puede ser muy rápida y llegar a ocluir totalmente el lúmen arterial. En este caso las consecuencias isquémicas cerebrales son habitualmente graves. Por otra parte, la disección sub-intimal puede ocurrir, pero a corto trecho de progresión del flujo sanguíneo bajo la íntima, este puede retomar la dirección del lúmen arterial, con lo que éste vuelve a su curso normal, pero deja un trecho de intima disecada, y formando un doble lúmen, por paso de flujo sanguíneo bajo la íntima.(8) En otros casos, habitualmente asociados a errores estructurales del tejido de sostén de la pared arterial, tejido colágeno y fibras elásticas, el flujo sanguíneo puede continuar su disección hacia estratos más externos, sobrepasando la lámina elástica interna, y formar una dilatación parietal de tipo aneurismática. Su posterior progresión depende de la precocidad del tratamiento instaurado, y puede llegar sólo hasta una dilatación parietal, que luego cicatriza y regresa. Por otro lado, si la progresión continúa hacia estratos más externos, la disección se torna sub-adventicial, y se ubica entre la media y la adventicia, formando un aneurisma de paredes muy delgadas, configuradas solamente por la adventicia y frecuentemente se rompe hacia tejidos vecinos, si se trata de una disección extracraneana, con la consiguiente reacción cicatricial vecina; pero si se encuentra en el espacio subaracnoídeo, provoca una hemorragia subaracnoídea (HSA), por la ruptura de este aneurisma llamado por su aspecto de frágiles paredes rojizas, “aneurisma como ampolla de sangre” (46), o en literatura anglo-sajona, blood blister like aneurysm (Figura 2). 64 Media Adventicia Luz Hemorragia Interna Interna Luz Adventicia Hemorragia Subintimal Estenosis u Oclusión Luz Falsa Hemorrag luz Ruptura dentro de lumen-falso lumen Dilatación aneurismática Pseudoaneurisma Figura 2: Topografía Tabla N 1: Distribución de disecciones cerebrovasculares Extracraneana 90% Intracraneana 10% - ACI 75 % a 2 cm. distal a la bifurcación - ACI segmento supraclinoideo, ACM,ACA - AV 25% segmentos V3 , V1 - Vertebrobasilar: AV segmento V4, tronco de arteria basilar. ACI: arteria carótida interna; AV: arteria vertebral; ACM: arteria cerebral media; ACA: arteria cerebral anterior. En la Tabla N1, se presentan las frecuencias de las disecciones tanto extra como intracraneanas. En general, la más alta frecuencia las tienen las disecciones extracraneanas, con un 90%, y de éstas, el 75% se producen en la arteria carótida interna cervical (ACI), y el 25% se producen en la arteria vertebral extracraneana, mas frecuentemente en sus segmentos V1 y V3. En el 10% las disecciones arteriales son intracraneanas, tanto de circulación anterior como posterior. En las disecciones intracraneanas lo clásico es que se presente en un sitio del trayecto arterial no relacionado con alguna bifurcación arterial, son de trayecto y habitualmente relacionado con un codo o angulación de la arteria. En la circulación arterial, como se describe en la Tabla 1, se presentan habitualmente en el trayecto supraclinoídeo (C2 u oftálmico) de la arteria carótida interna, en el segmento A1 de la arteria cerebral anterior o en el segmento M1 de la arteria cerebral media. En la circulación posterior se pueden presentar en el segmento V4 de la arteria vertebral, o bien, en el tronco basilar. Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 nadas con el tejido conectivo, a decir: la displasia fibromuscular (DFM) está presente en un 15 a 20% de los casos, también se ha relacionado con el síndrome de Marfan, Ehlers-Danlos tipo IV, necrosis quística medial, déficit de 1 antitripsina, osteogénesis imperfecta, homocisteinemia y pseudoxantoma elasticum.(7,9) Un estudio con microscopía electrónica mostró anormalidades del tejido conectivo fibras colágenas y elásticas) en un 68% de los pacientes con disección espontánea.(10). Figura 3: Aneurisma disecante de carótida interna intracraneana-Blood blister like aneurysm. Nótese que el aneurisma se sitúa en un codo anterior de la ACI, sin relación con la arteria comunicante posterior. Figura 4: Aneurisma disecante de arteria cerebral anterior-Segmento A1 derecho-Blood blister like aneurysm. Nótese que el aneurisma se ubica en un codo anterior de la arteria cerebral anterior (A1). Etiología La causa más frecuente de las disecciones arteriales es la espontánea y en segundo lugar la traumática. Figura 5: Aneurisma disecante de arteria vertebral-segmento V4 izquierdo-Blood blister like aneurysm. En relación a las disecciones espontáneas, se han descrito patologías predisponentes de base como: Hipertensión arterial sistémica (HTA). Esta patología de base es una de las que en forma más frecuente se relaciona con las disecciones arteriales.(50) Dislipidemias (Hipercolesterolemia).Ocupa el segundo lugar, luego de la HTA.(50) Diabetes Mellitus, tabaquismo(18,20), historia de aneurismas cerebrales y aórticos, uso de anticonceptivos(18,20), historia de infartos cerebrales. Un factor independiente de alta significancia es la presencia de antecedentes familiares de disecciones vasculares, los cuales están presentes hasta en un 18% de los casos (21, 23). El antecedente de disección cerebrovascular en un miembro de la familia aumenta 6.6 veces el riesgo de una disección vascular respecto a la población general (22). Enfermedades relacio- En relación a las causas traumáticas, numerosas publicaciones han mostrado la asociación entre trauma cervical menor y esfuerzos físicos significativos con disecciones cerebrovasculares (25 a 41% de los casos). Se han descrito en relación a: tos, vómito, parto, levantamiento de pesas, empujar vehículos pesados, maniobras quiroprácticas en el cuello, flexo-extensión cervical de los rockeros, uso prolongado del teléfono con flexión de cuello, rotaciones cervicales (11,17) Clínica Disecciones extracraneanas Arteria Carótida Interna cervical La tríada clínica clásica de la disección carotídea cervical es: Cefalea ipsilateral, síntomas o signos de isquemia cerebral, contralateral al lado de la disección y Síndrome de Claude Bernard-Horner ipsilateral, por compromiso de las fibras simpáticas periarteriales. Sin embargo la presencia de los tres síntomas llega sólo a un 20%. El clínico debe tener un alto grado de sospecha para diagnosticar esta patología. La cefalea está presente en un 75% de los casos, puede ser constante o pulsátil, holo o hemicránea, en general severa, fluctuante y puede llegar a durar hasta 3 meses, afectando no sólo la cabeza sino también el cuello, mandíbula e incluso faringe. Los síntomas o signos de eventos cerebrovasculares pueden ser crisis isquémicas transitorias (TIA) o accidentes vasculares encefálicos (AVE), pueden 65 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 seguir en minutos a días a la cefalea. Se han descrito como única manifestación de la disección. Están presentes en el 70% de los casos y pueden comprometer cualquier territorio, presentándose como amaurosis fugax, síntomas motores o sensitivos, afasias o déficits de campo visual. (24) Disecciones extracraneanas Arteria Vertebral En este caso, la cefalea tiende a ser occipital, y se irradia hacia el hemicráneo ipsilateral. Con mayor frecuencia provoca un infarto dorsolateral de bulbo, presentando la clínica de un síndrome de Wallenberg. (7) Disecciones arteriales intracraneanas Arteria Carótida Interna Cerebral Media Cerebral Anterior Arteria Vertebral Tronco Basilar Con síntomas isquémicos En estos casos presentan una evolución aguda y rápidamente progresiva, lo cual obliga a su estudio de urgencia. La clínica es muy similar a una aterotrombosis de rápida progresión, sin embargo, su presencia en pacientes jóvenes , con antecedentes de HTA, Hipercolesterolemia o Enfermedad constitutivas del Colágeno ya mencionadas, nos debe hacer sospechar la presencia de una disección arterial. Con síntomas de Hemorragia Subaracnoídea Durante mucho tiempo revisamos literatura relacionada con un tipo especial de aneurismas llamados Aneurismas como Ampolla de sangre (46), o Blood Blister like aneurysms ( literatura anglo-sajona), o Chimame aneurysms( literatura japonesa), y en comunicaciones más recientes, con comprobaciones anátomo-patológicas se ha llegado a la conclusión que se les debe incluir como aneurismas disecantes intracraneanos sub-adventiciales. (49) Aparte de los síntomas típicos de la HSA, como cefalea, nauseas, vómitos, signos meningeos, signos focales variables, y compromiso de conciencia de acuerdo a la cuantía de la hemorragia, es nece- 66 sario puntualizar algunas características propias de aneurismas disecantes de circulación anterior o posterior.(18,24) En la TAC de los aneurismas de circulación anterior, la HSA se caracteriza por ser muy similar a la clásica producida por aneurismas saculares de una división arterial, siendo predominante en cisternas quiasmáticas o carotideas en caso de aneurismas del dorso de la ACI, de cisternas quiasmáticas en aneurismas del segmento A1 de la cerebral anterior, o predominando en alguna fisura silviana si se trata de la porción M1 de la cerebral media. En algunos casos se han observado presencia de hemorragia intracerebral frontal como consecuencia de un aneurisma del dorso de la ACI. En estos casos, la forma habitual del aneurisma es sacular en la angiografía, pero se encuentra en un trayecto arterial, no relacionado con divisiones arteriales. En la TAC de los aneurismas de circulación posterior o vértebro-basilares, ésta es predominante en las cisternas propias de la fosa posterior. En estos casos, la forma habitual del aneurisma es fusiforme en la angiografía, pero se encuentra en un trayecto arterial, ya sea segmento V4 de la arteria vertebral, o en el tronco basilar, no relacionado con divisiones arteriales. En todos los casos de HSA, es clásico encontrar en la angiografía un estrechamiento arterial en el trayecto arterial previo a la situación de la dilatación aneurismática. Exámenes Complementarios 1-Ultrasonido: El uso complementario de las técnicas de doppler y duplex carotídeo con el doppler transcraneano tienen una sensibilidad de un 95% (25) Es mayor en los casos de oclusión total o estenosis severa. Sus principales desventajas son la ausencia de hallazgos patognomónicos de disección y su limitación para diagnosticar una disección intracraneana. En la actualidad se usa fundamentalmente para el «screening» inicial y como seguimiento de los pacientes. No hay estudios sobre su especificidad. Los hallazgos que puede mostrar son: oclusión, estenosis, émbolos, «flap» ecogénico,trombo, y «tappering» (oclusión longitudinalmente progresiva) (25). 2-Resonancia Nuclear Magnética: Hoy en día, es la técnica de elección para el estudio de las patologías cerebrovasculares y otras, debido a su alta sensibilidad y especificidad, poder combinar imágenes cerebrales y vasculares y ser un estudio no invasivo(26). Otras ventajas son: permite visualizar el hematoma intramural, la expansión de la pared arterial y la relación con los parénquimas vecinos. Entre sus desventajas es que aporta poca información sobre el grado de estenosis y formación de pseudoaneurismas. Los hallazgos habituales en la resonancia magnética son: el signo de la luna creciente (semiluna de hiperintensidad en secuencias T2 que corresponde al hematoma intramural, alrededor de la señal de vacío por flujo del vaso), hiperseñal del vaso, pobre o nula visualización del vaso y compresión del lumen. La angioresonancia puede mostrar: disminución del lumen, sangre en un falso lumen o la presencia de un «flap». 3-Angiografía: A pesar de los avances con técnicas no invasivas, la angiografía por sustracción digital sigue siendo el «gold standard» para el diagnóstico de esta patología. Tiene una alta sensibilidad y especificidad, permite diagnosticar disecciones múltiples, arteriopatías subyacentes (ej.: Displasia Fibromuscular), obstrucción de ramas distales por embolías y visualizar un compromiso intracraneano. Se describen los siguientes signos: estenosis (signo de la cuerda), «tappering» (oclusión hacia distal progresiva), dilatación aneurismática, «flap» intimal, tortuosidad, estenosis subcraneana distal y la presencia de un doble lumen. A continuación se muestran algunos ejemplos. Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Figura 6: Signo de la luna en cuarto creciente, en la RMN cervical. Tratamiento No existe ningún trabajo prospectivo, randomizado y controlado sobre el tratamiento de las disecciones cerebrovasculares que cursan con síntomas y signos isquémicos. Todas las recomendaciones derivan de reportes de casos, opiniones de expertos y series pequeñas.(27) Se trata de evidencia clase C. A B C D Anticoagulación La mayoría de los autores la recomienda como tratamiento en pacientes con signos de isquemia encefálica o evidencias imagenológicas de embolías intracraneanas.(15-18,27,31-36) La morbimortalidad asociada a la disección vascular se debe a infartos cerebrales por embolías desde el sitio de la disección y por trombosis in situ.(28-30) No hay consenso respecto al uso de anticoagulantes en pacientes asintomáticos o que sólo presenten síntomas locales. Pero, dado que el 73% de estos pacientes presentarán eventos de isquemia encefálica (CIT o AVE) dentro del primer mes, es razonable indicarlos.(27) La anticoagulación se debe iniciar lo antes posible ya que el 82% de los accidentes cerebrovasculares ocurren en los primeros 7 días, aunque se han descrito hasta un mes después del inicio de los síntomas y que pueden recurrir hasta el tercer mes.(27) A pesar de la anticoagulación, pueden presentarse nuevos síntomas de isque- Figura 7: A. Oclusión distal progresiva - B. Tortuosidad y estenosis C. Dilatación aneurismática - D. Doble lumen. mia encefálica hasta en un 14% de los casos.(15,18,27) cia de infarto cerebral de gran extensión clínica o radiológica. La anticoagulación se inicia vía endovenosa con heparina, llevando el tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPK) a 1,5 a 2 veces del valor basal del paciente, y luego se cambia a anticoagulante oral, llevando un «international normalized ratio» (INR) entre 2 y 3. Las contraindicaciones para la anticoagulación son las generales y la presen- En el caso particular de las disecciones cerebrovasculares, se contraindica la anticoagulación cuando ella es intracraneana, debido al alto riesgo ruptura vascular y hemorragia subaracnoídea (37,38) Se recomienda un tratamiento mínimo de tres meses.(4,16). En este tiempo se 67 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 produce la resolución de la mayoría de las lesiones. Se sugiere un control imagenológico, y de persistir una estenosis hemodinámicamente significativa o un aneurisma disecante, mantenerlo por otros tres meses. La resolución de la disección es improbable después de los 6 meses (7). Antiagregantes plaquetarios La utilidad de los antiagregantes plaquetarios, al igual que la anticoagulación, no ha sido demostrada en esta patología, con un buen nivel de evidencia. Sin embargo, se recomienda su uso en los casos en que existe contraindicación para la anticoagulación.(9) Se encuentra en marcha el estudio CADISS.- (UK). Que es un estudio doble ciego, aleatorizado, con el fin de comparar, en las disecciones arteriales con síntomas y signos isquémicos, la efectividad de los Anticoagulantes vs. Antiagregantes plaquetarios. La evidencia actual existente, es que podrían tener una efectividad similar. (50) Trombolisis No hay evidencia de que el pronóstico, tanto para mejoría como morbi-mortalidad, sea diferente en el subgrupo de accidentes cerebrovasculares secundarios a disección carotídea, con el uso de activador del plasminógeno tisular (tPA) (39). Endovenoso. Se han descrito algunas experiencias favorables, pero que también tienen un nivel de evidencia IV-V, grado de recomendación C. (50) Cirugía y Tratamiento Endovascular La cirugía se ha limitado a los siguientes casos: Recurrencia de síntomas isquémicos a pesar de la anticoagulación, aneurisma disecante expansivo y HSA. (49,51) Las técnicas quirúrgicas que en forma más frecuente se han utilizado son: - Clipaje del cuello aneurismático-en tiempo tardío - Atrapamiento del aneurisma, asociado o no, a un by-pass extra-intracraneano - Embarrilamiento o reforzamiento del aneurisma disecante con músculo, fascia o seda - Arteriorrafia, asociado o no, a by pass. Con respecto a las posibilidades terapéuticas quirúrgicas, debemos señalar 68 que en general, si se sospecha un aneurisma como ampolla de sangre, por disección arterial, por los antecedentes clínicos, y estudio angiográfico, es nuestra opinión que no es recomendable la cirugía precoz, por lo señalado en relación a la etiopatogenia de éstas lesiones. Se ha comunicado, especialmente cuando se ha efectuado cirugía precoz, que el clipaje directo del cuello de un aneurisma como ampolla de sangre, puede producir ruptura de la lesión, determinando un defecto o ruptura de la pared de la arteria.(41,42,43,48). En caso de ésta eventualidad, cabe la posibilidad de una arteriorrafia quirúrgica, la cual no siempre tiene buenos resultados ya que no debemos olvidar que se trabaja sobre arterias con paredes patológicas. Otra posibilidad es planificar, y estar preparado para efectuar “trapping” definitivo del defecto de la pared dañada, y proceder a un by-pass extra-intracraneano en el mismo acto quirúrgico. En general, si se planifica el clipaje directo del aneurisma, éste debe ser efectuado disminuyendo la presión dentro de la cúpula del aneurisma, mediante clipaje temporal de la arteria aferente, bajo protección cerebral (40,44,45,46).En casos que la angiografía nos demuestre que el aneurisma como ampolla de sangre emerge desde la pared anterior o dorsal de la arteria carótida interna intracraneana, y se puede producir ruptura prematura antes de visualizar convenientemente la carótida supraclinoídea, es recomendable tener control del flujo sanguíneo a nivel de la carótida cervical. (Figura. 8). En los casos de aneurismas como ampolla de sangre que emergen de la porción A1 de la arteria cerebral anterior se debe efectuar clipaje temporal de la arteria cerebral anterior proximal a la lesión.(46) (Fig. 9) Como aspectos técnicos observados en el acto del clipaje mismo, cabe hacer notar que lo ideal es manipular lo menos posible la cúpula del aneurisma; si se visualiza que aún el cuello es muy frágil, incluir en el clipaje parte de la pared arterial que se observa más firme; en casos que la cúpula esté muy adherida a Figura 8: Aneurisma como ampolla de sangre del dorso de la ACI. A B Figura 9: A. Clipaje temporal de A1 derecho. B. clipaje definitivo bajo tensión disminuída de la cúpula. los planos vecinos, efectuar una disección subpial, rodeando la pared frágil de la cúpula, y dejando parte de los planos vecinos adheridos a la cúpula; y aplicar siempre las hojas del clip siguiendo la dirección de la arteria, utilizando el clip con resorte de toma más liviano que se disponga.(46) (Fig. 10) En casos, en los cuales el clipaje directo no sea recomendable, luego de inspeccionar detenidamente el cuello , la cúpula y la disposición de la lesión, se recomienda reforzar completamente el aneurisma ,incluyendo la arteria ,mediante materiales como músculo, fascia muscular, o materiales sintéticos como trozo de muselina, celulosa sintética o Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Por otra parte, cada vez se publican más trabajos en que el concepto primordial es tratar la pared de la arteria dañada , con stents y/o coils, utilizando técnicas de radiología intervencionista en esta patología. Tanto éste procedimiento, como las técnicas quirúrgicas ya reseñadas, son absolutamente controversiales, y deberíamos puntualizar de que el tratamiento endovascular estandarizado aun no existe, y cada decisión terapéutica se debe tomar caso a caso. Figura 10: A. Aneurisma de paredes muy frágiles, A1 izquierdo, adherido al nervio óptico. B. Clipaje siguiendo el trayecto arterial, y tomando tangencialmente parte de la pared de la arteria. En algunos casos, los aneurismas disecantes intracraneanos se pueden excluir totalmente utilizando coils, sin embargo, en el seguimiento de otros casos, es necesario utilizar el concepto de reforzar, y en lo posible, reparar la pared arterial dañada con stents.Y de éstos, utilizar en algunos casos solamente stents fenestrados asociados a coils, pero en caso de falla de los anteriores por recrecimiento del aneurisma, considerar el uso de stents recubiertos.(52) (Figura 11). Se considera a las disecciones cerebrovasculares como una patología de buen pronóstico. Hasta un 85 % de los casos presentan una recuperación completa o déficit neurológico menor. La mortalidad es de un 5% y la morbilidad con secuela neurológica mayor de hasta un 20% (7,15,18). En general el síndrome de Horner tiende a persistir (7). Se consideran factores de mal pronóstico: un infarto extenso, disecciones traumáticas, la disección intracraneana y la complicación con HSA (7,15,18). El riesgo de recurrencia es de un 2% el primer mes y desde entonces de 1% anual, es más frecuente en los pacientes jóvenes y con antecedentes familiares de disección. Generalmente afecta a las arterias no comprometidas previamente (3). Respecto a las secuelas anatómicas, hay resolución de las estenosis en el 80% de los casos, de las oclusiones totales en el 40% y de los aneurismas en un 40%. El tiempo promedio de la reparación es de dos meses, pero se han reportado casos de hasta 6 meses (17, 25). Gore-Tex., envolviendo el aneurisma y la arteria y encerrándolos mediante un clip aplicado lateralmente ,en la dirección de la arteria.(40,42,43,47). Por último, y de acuerdo al estudio angiográfico e intraoperatorio, cabe la posibilidad de tratamiento , efectuando un by pass de alto flujo en lo posible, o de arteria temporal superficial al segmento M3 de la arteria cerebral media, previo al atrapamiento del aneurisma, ya que muchas veces, éste no da las posibilidades quirúrgicas señaladas anteriormente.(51). En los aneurismas del segmento V4 de la arteria vertebral, muchas veces se puede prescindir del by pass, al existir buena circulación colateral desde la arteria vertebral contralateral, invirtiendo así el sentido del flujo sanguíneo, y efectuando un atrapamiento del aneurisma, que si se encuentra cercana, debe preservar el flujo sanguíneo hacia la arteria cerebelosa posteroinferior.(51). Pronóstico Recibido: 25.08.09 Aceptado: 13.10.09 Figura 11: Muestra la técnica de colocar un stent revestido dentro de un stent fenestrado (SWS), en una arteria con enfermedad de la pared. 69 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Referencias 1. Leys D, Lucas C, Gobert M, et al. Cervical artery dissections. Eur Neurol 37: 3-12, 1997. 2. Schievink WI, Mokri B, Whisnant JP. Internal carotid artery dissection in a community. Rochester, Minessota, 1987-1992. Stroke 24 (11): 1678-80, 1993. 3. Schievink WI, Mokri B, O’Fallon M. Recurrent spontaneous cervical-artery dissection. N Engl J Med 330: 393-7, 1994. 4. Bogousslavsky J, Despland PA, Regli F. Spontaneous carotid dissection with acute stroke. Arch Neurol 44(2): 137-40, 1987. 5. Bevan H, Sharma K, Bradly W. Stroke in young adults. Stroke 21 (3): 382-6, 1990. 6. Lisovoski F, Rousseux P. Cerebral infarction in young people: a study of 148 patients with cerebral angiography. J Neurol Neurosug Psychiatry 54: 576-9, 1991. 7. Cohen S. Management of ischemic stroke. California, Mc Graw-Hill 277-290, 2000. 8. Schievink WI: Recurrent spontaneous cervical-artery dissection. N Engl J Med 344(12): Marzo22, 2001. 9. Zetterling M, Carlström C, Konrad P. Review article. Internal carotid artery dissection. Acta Neurol Scand 101: 1-7, 2000. 10. Brandt T, Hausser I, Orberk E, et al. Ultrastructural connective tissue abnormalities in patients with spontaneous cervicocerebral artery dissections. Ann Neurol 44 (2): 281-5, 1998. 11. Wiebers DO, Mokri B. Internal Carotid artery dissection after childbirth. Stroke 16 (6): 956-9, 1985. 12. Peters M, Bohl J, Thomke F, et al. Dissection of the internal carotid artery after chiropractic manipulation of the neck. Neurology 45: 2284-6, 1995. 13. Jackson MA, Hughes RC, Ward SP, McInnes EG. «Headbanging» and carotid dissection. Br Med J (Clin Res Ed) 287 (6401): 1262, 1983. 14. Mourad JJ, Girerd X, Safar M. Carotid-artery dissection after a prolonged telephone call (letter). N Engl J Med 336: 516, 1997. 15. Ast G, Woimant F, Georges B, et al. Spontaneous dissection of the internal carotid artery in 68 patients. Eur J Med 2: 466-72, 1993. 16. Sturtzenegger M. Spontaneous internal carotid artery dissection: an update. J Neurol 242: 231-8, 1995. 17. Steinke W, Rauntenberg W, Schwartz A, Hennerici M. Noninvasive monitoring of internal carotid artery dissection. Stroke 25 (5): 998-1005, 1994. 18. Mokri B, Sundt TM, Houser OW, et al. Spontaneous dissection of the cervical internal carotid artery. Ann Neurol 19: 126-38, 1986. 19. Mas JL, Bousser MG, Corone P, et al. Dissecting aneurysm of the extracranial vertebral artery and pregnancy. Rev Neurol 143 (11): 761-4, 1987. 20. D’Anglejan-Chatillon J, Ribeiro V, Mas JL, et al. Migraine: A risk factor for dissection of cervical arteries. Headache 29 (9): 560-1, 1989. 21. Schievink WI, Mokri B, Piepgras DG, Kuiper JD. Recurrent spontaneous arterial dissections* risk in familial versus non familial disease. Stroke 27 (4): 622-4, 1996. 22. Majamaa K, Portimojarvi H, Sdotanemi KA, Myllyla VV. Familial aggregation of cervical artery dissection and cerebral aneurysm. Stroke 25 (8): 1704-5, 1994. 23. Schievink WI, Mokri B, Michels VV, Piepgras DG. Familial association of intracranial aneurysms and cervical artery dissections. Stroke 22 (11): 1426-30, 1991. 24. Mokri B, Silbert PL, Schievink WI. Cranial nerve palsy in spontaneous dissection of the extracranial internal carotid artery. Neurology 46: 356-9, 1996. 25. Sturzenegger M, Mattle HP, Rivoir A, Baumgartner RW. Ultrasound findings in carotid artery dissection: analysis of 43 patients. Neurology 45: 691-8, 1995. 26. Levy C, Laissy JP, Raveun V, et al. Carotid and vertebral dissection: Three dimensional time-of-flight MR angiography and MR imaging versus conventional angiography. Radiology 190: 97-103, 1994. 27. Biousse V, D’Angelian-Chatillon J, Toubone PM, et al. Time course of symptoms in extracranial artery dissection: A series of 80 patients. Stroke 26 (2): 235-9, 1995. 28. Lucas C, Moulin T, Deplanque D, et al. Stroke patterns of internal carotid artery dissection in 40 patients. Stroke 29 (12): 2646-8, 1998. 29. Torvik A. The pathogenesis of watershed infarcts in the brain. Stroke 15 (2): 221-3, 1984. 30. Weiller C, Mullges W, Rinselsstein EB, et al. Patterns of brain infarctions in internal carotid artery dissections. Neurosurg Rev 14: 111-3, 1991. 31. Treiman GS, Treiman RL, Foran RF, et al. Spontaneous dissection of the internal carotid artery - a nineteen-year clinical experience. J Vasc Surg 24: 597-605, 1996 32. Sturzenegger M. Ultrasound findings in spontaneous carotid artery dissection. The value of duplex sonography. Arch Neurol 48: 1057-63, 1991. 33. Eljamel MS, Humphrey PR, Shaw MD. Dissection of the cervical internal carotid artery. The role of Doppler/Duplex studies and conservative management. J Neurol Neurosurg Psychiatry 53 (5): 379-83, 1990. 34. Blunt SB, Galton C. Cervical carotid or vertebral artery dissection [editorial; comment]. BMJ 314 (7076): 243, 1997. 35. Hart RG, Easton JD. Dissections. Stroke 16 (6): 925-7, 1985. 36. Biller J, Barinagarementeria F, Gordon DL, et al. Cervico-cephalic arterial dissections in young adults in Iowa City and Mexico City. Ann Neurol (Poster presentation) 30: 284, 1991. 37. Mokri B, Howser OW, Burton A. Spontaneous dissections of the vertebral arteries. Neurology 38: 880-5, 1988. 38. Berger MD, Wilson CB. Intracranial dissecting aneurysms of the posterior circulation: Report of six cases and review of thew literature. J Neurosurg 61: 882-94, 1984. 39. Derex L, Nighoghossian N, Turjman F, et al. Intravenous tPA in acute ischemic stroke related to internal carotid artery dissection. Neurology 54: 2159-61, 2000. 40. Abe M,Tabuchi K,Yokoyama H,Uchino A: Blood blisterlike aneurysms of the internal carotid artery. J Neurosurg 89:419-424,1998. 41. Ishikawa T, Nakamura N, Houkin K, et al: Pathological consideration of a “blister-like”aneurysm at the superior wall of the internal carotid artery:case report. Neurosurgery 40:403-406,1997. 42. Nakagawa F,Kobayashi S,Takemae T et al: Aneurysms protruding from the dorsal wall of the internal carotid artery. J Neurosurg 65:303308,1986. 70 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 43. Ogawa A,Suzuki m,Ogasawara K: Aneurysms at nonbranching sites in the supraclinoid portion of the internal carotid artery:Internal carotid artery trunk aneurysms .Neurosurgery 47:578-586,2000. 44. Quintana L, Martínez L, González F, Salazar C, Pelleriti E, Rebolledo H: Protección Cerebral durante el Clipaje Temporal en la Cirugía de Aneurismas Cerebrales, Rev Chil Neurocirug, Vol 6 ( 10 ), 25-30, 1992. 45. Quintana L,Yokota P,Campos M,Donckaster G,Hernández L,Cevallos F,Guzmán C,Miranda M: Acción de la nimodipina en el déficit isquémico retardado de la hemorragia subaracnoídea. Rev.Chil Neurocirug Vol 2(3),239-250,1988. 46. Quintana L.: Aneurismas como Ampolla de Sangre. Rev.Chil.Neurocirug. 17: 41-48, 2001. 47. Shigeta H,Kyoshima K,Nakagawa F et al: Dorsal internal carotid artery aneurysms with special reference to angiographic presentation and surgical management. Acta Neurochir 119:42-48,1992. 48. Takahashi A,Suzuki J,Fujiwara S et al: Surgical treatment of chimame (blood blister)like aneurysm at C2 portion of internal carotid artery. Surg Cereb Stroke 16:72-77,1988 (Jpn)(english abstract). 49. Satoh A., SugiyamaT.,Hongo K.,Kakizawa Y.,Ishihara S.,Matsutani M.: Nationwide surveillance of IC anterior (or dorsal) wall aneurysm: with special reference to its dissecting nature. In Changing Aspects in Stroke Surgery: Aneurysms, Dissections, Moyamoya Angiopathy and EC-IC Bypass. Acta Neurochir Suppl 103:51.55, 2008. 50. Baumgarten R.W.: Stroke prevention and treatment in patients with spontaneous carotid dissection. In Changing Aspects in Stroke Surgery: Aneurysms, Dissections, Moyamoya Angiopathy and EC-IC Bypass. Acta Neurochir Suppl 103:47-50, 2008. 51. Yonekawa Y., Zumofen D., Imhof H.G., Roth P., Khan N.: Hemorrhagic cerebral dissecting aneurysms: surgical treatment and results. In Changing Aspects in Stroke Surgery: Aneurysms, Dissections, Moyamoya Angiopathy and EC-IC Bypass. Acta Neurochir Suppl 103:61-69, 2008. 52. Byung-Hee Lee, Byung Moon Kim, Moon Sun Park, Sung Il Park, Eun Chul Chung, Sang Hyun Suh, Chun Sik Choi, Yu Sam Won, In Kyu Yu: Reconstructive endovascular treatment of ruptured blood blister–like aneurysms of the internal carotid artery.J. Neurosurg. 110 :431-436,2009. Correspondencia Prof. Dr. Leonidas Quintana Marín Cátedra de Neurocirugía-Escuela de Medicina-Universidad de Valparaíso, Chile Dirección Postal: Av. Libertad 1405 Of. 301-Torre Coraceros, Viña Del Mar, Chile CP 254-1194 Fonos: (56.32) 268.3860 / 2972224/2881247 Fax: (56.32) 268.3861 / 2884643 e.mail: [email protected], [email protected] 71 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Neuromielitis óptica Norge de Jesús Santiesteban Velázquez*, Mirna Marrero Fleyta*, Teresa Margarita González Calero**, Virgen Kirenia Armenteros Iznaga* *Neurología-Instituto de Neurología y Neurocirugía de Cuba. **Endocrinología- Instituto de Endocrinología. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 72-77, 2009 Resumen La concepción de que la neuromielitis óptica (NMO) es un trastorno inflamatorio monofásico, que afecta tanto a los nervios ópticos como a la medula espinal ha variado. En los últimos diez años, los resultados de varios estudios clínicos, radiológicos, serológicos y patológicos, han permitido modificar los axiomas de la NMO, una muestra de esto lo constituye su identificación como una entidad diferente de la Esclerosis Múltiple. Serológicamente se puede comprobar la presencia de un marcador tanto sensible como específico (IgG NMO), este anticuerpo se proyecta contra un antígeno, el aquaporina-4, el cual es el canal de agua más abundante del sistema nervioso, abriendo una nueva era en las investigaciones de los desórdenes desmielinizantes del sistema nervioso central. La posibilidad de determinar serológicamente este marcador, en pacientes con neuritis óptica o mielitis longitudinalmente extensa, y su capacidad de predecir las recaídas posteriores apoyan el concepto de espectro de trastornos de NMO. Se requieren nuevas investigaciones, que posibiliten nuevos conceptos patogénicos, además de estrategias terapéuticas eficaces que beneficien a los pacientes con esta patología. Palabras claves: neuromielitis óptica, neuromielitis, neuritis óptica, mielitis, aquaporina-4, enfermedad desmielinizante. Abstract The traditional view of neuromyelitis optica (NMO) is a monophasic inflammatory disorder that affects both the optic nerves and the spinal cord have been changing since last decated. Result from adecuated clinical trials, radiology, serologics and pathology investigations had modified the current nomenclature of demyelinating deseases leading identified NMO as a separate clinical entity from Multiple Sclerosis. The most abundant water channel in CNS aquaporin-4 has been identified as an specific target of IgG NMO specific autoantibody. This autoantibody could play an importan roll in pathogenesis of the Central nervous System Demyelinating Disorders. This features opens a new era to develop new serologic diagnostic and possible new terapeutical strategies. The identification of NMO-IgG in patients with recurrent optic neuritis or longitudinally extensive myelitis and its ability to predict subsequent relapse support the concept of a spectrum of NMO disorders. New clinical trials, and pathophysyiological investigations are required to hopefully lead to more effective targeted therapies for our patients and to improve our understanding about pathogenic mecanism underlaying in demielinization. Key words: neuromyelitis optica, neuromyelitis, optic neuritis, myelitis, aquaporin-4, Demyelinating deseases. 72 Reporte de Casos Introducción La neuromielitis óptica (NMO), también conocida como enfermedad de Devic, pertenece al grupo de las enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central, afecta de manera significativa los nervios ópticos y la medula espinal. Desde el siglo XIX cuando Eugene Devic dio a conocer una serie de casos en los que existía asociación de lesiones en los nervios ópticos y la medula espinal, la relación de la NMO y la Esclerosis Múltiple (EM) ha sido controversial, considerándose una variante de esta última; datos recientes muestran que puede ser distinguida de la EM desde el punto de vista clínico, neuroimagenológico, de laboratorio y por criterios anatomopatológicos [1,2]. La reciente identificación de un anticuerpo específico para esta entidad, IgG-NMO (contra el canal del agua aquaporina 4), representó un avance importante para diferenciar la NMO de otros desordenes desmielinizantes [3,4]. El concepto tradicional era que esta enfermedad tenía un carácter monofásico, actualmente se reconoce como una entidad propia, desmielinizante, recurrente y para la cual existen criterios diagnósticos recientemente revisados en el 2006 [2]: presencia de neuritis óptica y/o mielitis aguda, y de al menos dos de los siguientes tres criterios de soporte, RMN de cráneo al inicio negativa, RMN en T2 que muestra incremento de la señal en 3 ó más segmentos vertebrales contiguos y seopositividad al IgG-NMO. Epidemiología La NMO es un desorden poco frecuente en la población occidental, basado en las observaciones realizadas por alrededor de 10 años en una población de 3 millones de habitantes en el Noroeste de Inglaterra se estimó un mínimo de incidencia de 0,4/millón/año y una prevalencia de 4/millón, representando solo un caso por cada 200 con enfermedades desmielinizantes en esta población. Esto contrasta con una alta incidencia de la NMO en la población Asiática, Afro-Caribeña y en descendientes Suramericanos, implicando factores genéticos no claramente establecidos. Resulta predominante en la población femenina 9:1 con respecto a los hom- Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 bres. La edad media de inicio, se estima alrededor de los 40 años, aunque algunos casos han sido reportados en edades más tempranas [5,6]. Se han reportado casos familiares de NMO en los que no se afectan varias generaciones: quizás por que el patrón herencia es complejo o a que existe una baja penetrancia [7,8]. fonucleares, alcanzando cifras de 50 a 1000x106 leucocitos por litro, siendo estas cifras mucho menores en la EM [13,14]. La síntesis intratecal de bandas oligoclonales resulta poco frecuente en NMO, alrededor del 25% [15,16], encontrando cifras relevantes en pacientes con EM [17,18]. Patología Manifestaciones clínicas El cuadro clínico de esta enfermedad se caracteriza por ataques de neuritis óptica siendo más comunes unilaterales que bilaterales, estos y los de mielitis son generalmente secuenciales y más raramente pueden ocurrir de manera simultánea. Muchos de estos pacientes presentan varios ataques de neuritis óptica antes de aparecer el cuadro de mielitis aguda, pudiendo ocurrir también lo contrario, el intervalo que separa a estos dos episodios puede ser de años o décadas. Son más frecuentes la formas recurrentes (80%) que las monofásicas (20%) [6,9]. Dolor ocular con pérdida de la visión, mielitis que se manifiesta por una paraplejía simétrica importante, alteraciones de la sensibilidad por debajo de la lesión, y disfunción urinaria, son las manifestaciones típicas de la NMO. La mielitis cervical puede extenderse hacia el interior del tallo cerebral causando nausea, hipo, o fallo respiratorio neurogénico agudo, los cuales son extremadamente raros en la EM [10-12]. Los espasmos tónicos paroxísticos, que resultan muy dolorosos y discapacitantes para el paciente así como el signo de Lhermitte’s (sensación de descarga eléctrica en extremidades y columna vertebral a la flexión del cuello) pueden ser comunes tanto en la NMO como en la EM [10]. El pronóstico difiere al de la EM. Los reportes sugieren una supervivencia del 68% a los 5 años de diagnosticada la enfermedad, la muerte se asocia generalmente a una afectación grave de la medula espinal y al compromiso respiratorio [6]. Líquido Cefalo-raquídeo Durante los ataques de mielitis aguda se puede observar una pleocitosis notable, a menudo con predomino de polimor- La desmielinización en la NMO se extiende a varios segmentos de la medula espinal, ocasionando necrosis y cavitación afectando sustancia blanca y gris en la medula espinal y lesionando los nervios ópticos [19,20]. Infrecuentes en la EM, los eosinófilos y neutrófilos son comúnmente encontrados en los infiltrados inflamatorios de las lesiones activas de la NMO [20,21], existiendo también hialinización y engrosamiento vascular [20,22]. Estudios postmorten confirman que las lesiones cerebrales visualizadas en la NMO tienen las mismas características inmunohistoquímicas que las de la medula espinal [23,24]. Las inmunoglobulinas y componentes del complemento se encuentran depositados en forma de anillo, conteniendo en el centro un vaso sanguíneo, conformando patrones de rosetas en las lesiones activas de NMO [20]. Autoanticuerpo contra aquaporina 4 Un indicio precoz de la participación de la autoinmunidad en la NMO fue su asociación con enfermedades autoinmunitarias como la tiroiditis, el lupus eritematosos sistémico, o el Síndrome de Sjögren, en un 10-40% de los pacientes [6,9]. Se detectaron autoanticuerpos antinucleares en el suero de pacientes con NMO en un 50% [6,9,25], además se ha visto frecuentemente autoanticuerpos no órgano específicos , en particular anti-RO, en el suero de pacientes con mielitis o neuromielitis óptica recidivante en un 77%, siendo solamente manifiestos en un 33% con enfermedad monofásica [26]. Lennon y colaboradores informaron de un anticuerpo (IgG-NMO), con un 73% de sensibilidad y 91% de especificidad en la NMO clínicamente definida [4]. Este anticuerpo no fue encontrado en 73 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 aquellos desordenes inmunitarios que no presentaron manifestaciones de NMO [25,27]. Este autoanticuerpo afecta las áreas del sistema nervioso central que contienen mayores concentraciones de aquaporina 4, coincidiendo con las áreas de anormalidad cerebrales vistas en la resonancia magnética nuclear [28,29]. En el sistema nervioso el IgG-NMO se confina selectivamente en la cara abluminal de los microvasos, pia, subpia, en una distribución que es análoga al depósito de inmunocomplejos reportado por Lucchinetti y colaboradores en lesiones encontradas en la medula espinal de los pacientes con NMO [4,20]. En la medula renal estos autoanticuerpos se encuentran en los túbulos colectores distales y en la mucosa gástrica, aparecen también en el epitelio de las membranas basolaterales de las células parietales [3]. La función renal aparentemente normal en los pacientes con NMO parece deberse a una menor contribución de este canal del agua (aquaporina 4) en la homeostasis en la nefrona, en contraste con un mayor rol y riqueza de este canal en el sistema nervioso central [30,31]. Lesiones cerebrales y NMO Existen lesiones cerebrales que no son específicas para NMO, que se han desarrollado en el 60% de los pacientes después del diagnóstico de NMO, las características de las lesiones cerebrales son equivalentes desde el punto de vista inmunopatológico a las observadas en la medula espinal de los pacientes con NMO [32,33], además lesiones cerebrales que cumplen con los criterios de RMN para EM se ven en el 10% de pacientes que cumplen a cabalidad con los criterios para el diagnóstico de NMO [34], en otro 10% se presentan lesiones en la sustancia blanca de la región peripendimaria, zonas con una expresión importante de aquaporina 4, al igual que en el hipotálamo y en la región periacueductal del tallo cerebral [28,35]. Neuroimagen La manifestación imagenológica más evidente en la NMO es una lesión medular que se extiende de manera amplia 74 longitudinalmente por tres o más segmentos medulares. Esta lesión es hipointensa en T1 e hiperintensa en T2 en la RMN. Las lesiones están situadas centralmente dentro de la medula espinal y a menudo captan contraste de manera heterogénea. Ocasionalmente estas lesiones pueden ser identificadas en los nervios ópticos [2,36]. El reconocimiento en la RMN de lesiones cerebrales en pacientes con diagnostico de NMO ya ha sido discutido. con NMO recurrente su asociación con hipotiroidismo [19%], colitis ulcerativa idiopática (2%), colangitis esclerosante primaria (2%), púrpura trombocitopénica idiopática (2%) [6]; se ha reportado en un 13% de los pacientes con diagnóstico de NMO, seropositividad para el anticuerpo contra el receptor de acetilcolina [48], el 1-2% de los pacientes con diagnóstico de NMO presentan estudios neurofisiológicos y clínicos compatibles con Miastenia Gravis [49,50]. Trastornos relacionados con la NMO Esclerosis múltiple óptica-espinal asiática y NMO Varios estudios han encontrado IgGNMO en el suero de pacientes (un 25-60%) con mielitis longitudinalmente extensa, incluyendo algunos casos con mielitis necrotizante y neuritis óptica recurrente [37-40]. La presencia de IgG-NMO en el suero y las evidencias de la participación cerebral apoyar la existencia de un proceso continuo entre neuromielitis óptica y trastornos relacionados con esta patología, que van desde un evento limitado a una mielitis longitudinalmente extensa o neuritis óptica hasta una NMO recidivante con lesiones cerebrales sintomáticas. La NMO y la esclerosis múltiple ópticaespinal asiática presentan características neuroimagenologicas, inmunológicas y serológicas similares [51,52], la idea de que estas dos enfermedades sean la misma entidad esta apoyada por la infiltración perivascular de eosinófilos, el depósito de complementos y el patrón en roseta de inmunoglobulinas [53], no obstante en Japón los pacientes con estas particularidades se diagnostican como EM, y en América y Europa tales pacientes reciben el diagnostico de NMO [54], por lo que el debate continua con respecto a la clasificación clínica. Tratamiento Trastornos mediados por mecanismos inmunitarios y NMO La asociación de enfermedades autoinmunitarias con mielitis transversa, mielitis recurrente y NMO ha sido descrita en varios estudios. Existe incertidumbre con respecto a que enfermedades autoinmunitarias tales como enfermedades del tiroides, Lupus Eritematoso Sistémico o Síndrome de Sjögren se encuentren o no asociadas a la NMO, o representen una complicación de las mismas (vasculitis) [41-45]. A diferencia de los anticuerpos antinucleares y de los anticuerpos contra antígeno nuclear extraíble, el IgG-NMO resulta ser un marcador específico para los desórdenes del espectro de la NMO [46,47]. La asociación de los anticuerpos antes mencionados en pacientes con desorden del espectro de la NMO quizás reflejen una probable coexistencia de dos trastornos autoinmunitarios. Se ha observado en un tercio de los pacientes Lo raro y poco frecuente de esta entidad ha limitado de manera importante las evidencias necesarias para un tratamiento ideal. De la misma manera como sucede con otros trastornos inmunes, la terapéutica encaminada para el tratamiento de esta enfermedad implicara tratar la fase aguda, prevenir las recaídas, el tratamiento sintomático, de las complicaciones y neurorehabilitador, nosotros haremos referencia a los dos primeros, ya que el resto de las intervenciones son similares a las usadas en la EM. Tratamiento de la fase aguda Los ataques de neuritis o mielitis son a menudo discapacitantes, requiriendo una actitud resuelta y decidida por parte del médico de cabecera. El tratamiento de primera línea se realiza con metilprednisolona (1 gramo diario por 5 días) [55], después de finalizado el mis- Reporte de Casos mo muchos abogan por continuar con un periodo breve de esteroides orales. Si con el tratamiento de primera línea no hay mejoría clínica o hay empeoramiento del cuadro neurológico, estamos en presencia de un paciente esteroide resistente, por lo que rápidamente pasaremos al tratamiento de segunda línea para lo cual utilizaremos plasmaferesis [56,57], el tratamiento usado en la Clínica Mayo es de 55ml/kg en cada intercambio que se realiza en días alternos durante 14 días. Tratamiento preventivo de las recaídas Los esquemas usados para la prevención de las recaídas esta basado en serie de casos, ya que no existen estudios aleatorizados controlados. Actualmente el medicamento de primera línea es la azatioprina (2-3mg/kg/d) [58], usándose tanto en monoterapia como combinada con esteroides orales (prednisona 1mg/kg/d) [59], en caso de que Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 exista una mala respuesta o intolerancia a este inmunosupresor entonces un opción razonable parece ser el micofenolato de mofetilo en dosis de 1-3g [60], también se ha usado con buenos resultados la mitoxantrona (12mg/m2 mes) durante 6 meses seguido de tres dosis adicionales cada 3 meses [61]. Se ha informado beneficios con el uso de la Inmunoglobulina IV [62], de igual modo ha sucedido con el Rituximab (anti-IgG CD20), medicamento que agota de manera selectiva los linfocitos B y que se administra en infusión a una dosis de 375 mg/ m2/semanal por cuatro semanas, utilizando como marcador para evaluar respuesta CD19 (mediante técnica de fluorescencia), cuando se hace detectable, se usan dosis adicionales de 1000mg por dos semanas, observándose mejoría clínica [63]. Recibido: 21.02.09 Aceptado: 28.04.09 75 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Bibliografía 1. Miyazawa I, Fujihara K, Itoyama Y. Eugene Devic (1858-1930). J Neurol 2002;249:351–2. 2. Wingerchuk DM, Lennon VA, Pittock SJ, et al. Revised diagnostic criteria for neuromyelitis optica. Neurology 2006;66:1485-1489 3. Lennon VA, Kryzer TJ, Pittock SJ, et al. IgG marker of optic-spinal multiple sclerosis binds to the aquaporin-4 water channel. J Exp Med 2005;202:473-7. 4. Lennon VA, Wingerchuk DM, Kryzer TJ, et al. A serum autoantibody marker of neuromyelitis optica: distinction from multiple sclerosis. Lancet 2004;364:2106-12. 5. Jacob A, Das K, Nicholas R, et al. Neuromyelitis optica (Devic’s disease) in the United Kingdom: epidemiology, clinical, radiological and therapy profile in the first 42 patients. In: American Academy of Neurology 57th Annual Meeting; April 9-16, 2005, Miami Beach, Florida. Abstract PO5.133. 6. Wingerchuk DM, Hogancamp WF, O’Brien PC, Weinshenker BG. The clinical course of neuromyelitis optica (Devic’s syndrome).Neurology 1999; 53: 1107-14. 7. Ch’ien LT, Medeiros MO, Belluomini JJ, Lemmi H, Whitaker JN. Neuromyelitis optica (Devic’s syndrome) in two sisters.Clin Electroencephalogr 1982; 13: 36-39. 8. Yamakawa K, Kuroda H, Fujihara K, et al. Familial neuromyelitis optica (Devic’s syndrome) with late onset in Japan. Neurology 2000;55: 318-19. 9. O’Riordan JI, Gallagher HL, Thompson AJ, et al. Clinical, CSF, and MRI fi ndings in Devic’s neuromyelitis optica. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1996; 60: 382-87. 10. Wingerchuk DM, Weinshenker BG. Neuromyelitis optica: clinical predictors of a relapsing course and survival. Neurology 2003;60: 848–53. 11. Pittock SJ, Weinshenker BG, Wijdicks EF. Mechanical ventilation and tracheostomy in multiple sclerosis.J Neurol Neurosurg Psychiatry 2004; 75: 1331-33. 12. Kurtzke JF. Cinical manifestations of multiple sclerosis. In: Vinken PJ, Bruyn GW, eds. Handbook of Clinical Neurology. Amsterdam:NorthHolland; 1970: 161-216. 13. Milano E, Di Sapio A, Malucchi S, et al. Neuromyelitis optica: importance of cerebrospinal fluid examination during relapse. Neurol Sci 2003;24:130-133. 14. McDonald WI, Compston A, Edan G, et al. Recommended diagnostic criteria for multiple sclerosis: guidelines from the International Panel on the Diagnosis of Multiple Sclerosis. Ann Neurol 2001;50:121-127 15. Bergamaschi R, Tonietti S, Franciotta D, et al. Oligoclonal bands in Devic’s neuromyelitis optica and multiple sclerosis:differences in repeated cerebrospinal fluid examinations.Mult Scler 2004;10:2-4 16. de Seze J, Stojkovic T, Ferriby D, et al. Devic’s neuromyelitis optica: clinical, laboratory, MRI and outcome profile. J Neurol Sci 2002;197:57-61 17. Ebers GC, Paty DW. CSF electrophoresis in one thousand patients. Can J Neurol Sci 1980;7:275-280 18. McLean BN, Luxton RW, Thompson EJ. A study of immunoglobulin G in the cerebrospinal fluid of 1007 patients with suspected neurological disease using isoelectric focusing and the Log IgG-Index: a comparison and diagnostic applications. Brain 1990;113:1269-1289 19. Mandler RN, Davis LE, Jeff ery DR, Kornfeld M. Devic’s neuromyelitis optica: a clinicopathological study of 8 patients. Ann Neurol 1993; 34: 162-68. 20. Lucchinetti CF, Mandler RN, McGavern D, et al. A role for humoral mechanisms in the pathogenesis of Devic’s neuromyelitis optica. Brain 2002; 125: 1450–61. 21. Mirsattari SM, Johnston JB, McKenna R, et al. Aboriginals with multiple sclerosis: HLA types and predominance of neuromyelitis optica. Neurology 2001; 56: 317–23. 22. Lefkowitz D, Angelo JN. Neuromyelitis optica with unusual vascular changes. Arch Neurol 1984; 41: 1103–05. 23. Nakamura M, Endo M, Murakami K, Konno H, Fujihara K, Itoyama Y. An autopsied case of neuromyelitis optica with a large cavitary cerebral lesion. Mult Scler 2005; 11: 735–38. 24. Jacobs D, Roemer S, Weinshenker B, et al. The pathology of brain involvement in neuromyelitis optica spectrum disorder. Mult Scler 2006; 12: S155. 25. Pittock SJ, Lennon VA, Wingerchuk DM, Homburger HA, Lucchinetti CF, Weinshenker BG. The prevalence of non-organspecifi c autoantibodies and NMO-IgG in neuromyelitis optica (NMO) and related disorders. Neurology 2006; 66: A307. 26. Hummers LK, Krishnan C, Casciola-Rosen L, et al. Recurrent transverse myelitis associates with anti-Ro (SSA) autoantibodies.Neurology 2004; 62: 147-49. 27. Pittock SJ, Lennon VA, De Seze J, et al. Neuromyelitis optica spectrum disorders and non-organ-specific autoimmunity. Arch Neurol (in press). 28. Pittock SJ, Weinshenker BG, Lucchinetti CF, Wingerchuk DM, Corboy JR, Lennon VA. Neuromyelitis optica brain lesions localized at sites of high aquaporin 4 expression. Arch Neurol 2006;63: 964-68. 29. Poppe AY, Lapierre Y, Melancon D, et al. Neuromyelitis optica with hypothalamic involvement. Mult Scler 2005; 11: 617-21. 30. Agre P, Kozono D. Aquaporin water channels: molecular mechanisms for human diseases. FEBS Lett 2003; 555: 72-78. 31. Nielsen S, Nagelhus EA, Amiry-Moghaddam M, Bourque C, Agre P,Ottersen OP. Specialized membrane domains for water transport in glial cells: high-resolution immunogold cytochemistry of aquaporin 4 in rat brain. J Neurosci 1997; 17: 171-80. 32. Roemer SF, Parisi JE, Lennon VA, et al. Pattern specifi c loss of aquaporin 4 immunoreactivity distinguishes neuromyelitis optica from multiple sclerosis. Brain 2007; 130: 1194-205. 33. Nakashima I, Fujihara K, Miyazawa I, et al. Clinical and MRI features of Japanese patients with multiple sclerosis positive for NMO-IgG. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2006; 77: 1073-75. 34. Pittock SJ, Lennon VA, Krecke K, et al. Brain abnormalities in neuromyelitis optica. Arch Neurol 2006;63:390-396 35. Poppe AY, Lapierre Y, Melancon D, et al. Neuromyelitis optica with hypothalamic involvement. Mult Scler 2005; 11: 617-21. 76 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 36. Saiz A, Zuliani L, Blanco Y, et al, for the Spanish-Italian NMO study group. Revised diagnostic criteria for neuromyelitis optica (NMO). Application in a series of suspected patients. J Neurol 2007; published online April 2. DOI: 10.1007/s00415-007-0509-8. 37. Zuliani L, Lopez de Munain A, Ruiz Martinez J, Olascoaga J, Graus F, Saiz A. NMO-IgG antibodies in neuromyelitis optica: a report of 2 cases. Neurologia 2006; 21: 314-17. 38. Littleton ET, Jacob A, Boggild M, Palace J. An audit of the diagnostic usefulness of the NMO-IgG assay for neuromyelitis optica. Mult Scler 2006; 12: S156. 39. Jarius S, Franciotta D, Bergamaschi R, et al. NMO-IgG in the diagnosis of neuromyelitis optica. Neurology 2007; 68: 1076-77. 40. Okai AF, Muppidi S, Bagla R, Leist TP. Progressive necrotizing myelopathy: part of the spectrum of neuromyelitis optica? Neurol Res 2006; 28: 354-59. 41. Mochizuki A, Hayashi A, Hisahara S, Shoji S. Steroidresponsive Devic’s variant in Sjogren’s syndrome. Neurology 2000;54:1391-1392 42. Krishnan AV, Halmagyi GM. Acute transverse myelitis in SLE. Neurology 2004;62:2087 43. Tellez-Zenteno JF, Remes-Troche JM, Negrete-Pulido RO, Davila-Maldonado L. Longitudinal myelitis associated with systemic lupus erythematosus: clinical features and magnetic resonance imaging in six cases. Lupus 2001;10:851-856 44. Hummers LK, Krishnan C, Casciola-Rosen L, et al. Recurrent transverse myelitis associated with anti-Ro (SSA) autoantibodies. Neurology 2004;62:147-149 45. Lehnhardt FG, Impekoven P, Rubbert A, et al. Recurrent longitudinal myelitis as a primary manifestation of SLE. Neurology 2004;63:1976 46. Pittock SJ, Lennon VA, Wingerchuk DM, et al. The prevalence of non-organ-specific autoantibodies and NMOIgG in neuromyelitis optica (NMO) and related disorders. Neurology 2006;66:A307 47. Weinshenker BG, De Seze J, Vermersch P, et al. The relationship between neuromyelitis optica and systemic autoimmune disease. Neurology 2006;66:A380 48. Pittock SJ, Weinshenker BG, Wingerchuk D, et al. Autoimmune neurological accompaniments of neuromyelitis optica (NMO). Ann Neurol 2006;60:S41 49. Furukawa Y, Yoshikawa H, Yachie A, Yamada M. Neuromyelitis optica associated with myasthenia gravis: characteristic phenotype in Japanese population. Eur J Neurol 2006;13:655-658 50. Kister I, Gulati S, Boz C, et al. Neuromyelitis optica in patients with myasthenia gravis who underwent thymectomy. Arch Neurol 2006;63:851-856 51. Misu T, Fujihara K, Nakashima I, et al. Pure optic-spinal form of multiple sclerosis in Japan. Brain 2002; 125: 2460-68 52. Weinshenker BG, Wingerchuk DM, Nakashima I, Fujihara K, Lennon VA. OSMS is NMO, but not MS: proven clinically and pathologically. Lancet Neurol 2006; 5: 110-11. 53. Misu T, Kakita A, Fujihara K, et al. A comparative neuropathological analysis of Japanese cases of neuromyelitis optica and multiple sclerosis. Neurology 2005; 64: A39. 54. Matsuoka T, Matsushita T, Kawano Y, et al. Heterogeneity of aquaporin 4 autoimmunity and spinal cord lesions in multiple sclerosis in Japanese. Brain 2007; 130: 1206-23. 55. Wingerchuk DM, Weinshenker BG. Neuromyelitis optica. Curr Treat Options Neurol 2005;7:173-182 56. Keegan M, Pineda AA, McClelland RL, et al. Plasma exchange for severe attacks of CNS demyelination: predictors of response. Neurology 2002;58:143-146 57. Weinshenker BG, O’Brien PC, Petterson TM, et al. A randomized trial of plasma exchange in acute central nervous system inflammatory demyelinating disease. Ann Neurol 1999;46:878-886 58. Papeix C, Deseze J, Pierrot-Deseilligny C, et al. French therapeutic experience of Devic’s disease: a retrospective study of 33 cases. Neurology 2005;64:A328 59. Mandler RN, Ahmed W, Dencoff JE. Devic’s neuromyelitis optica: a prospective study of seven patients treated with prednisone and azathioprine. Neurology 1998;51:1219-1220 60. Falcini F, Trapani S, Ricci L, et al. Sustained improvement of a girl affected with Devic’s disease over 2 years of mycophenolate mofetil treatment. Rheumatology (Oxford) 2006;45:913-915 61. Weinstock-Guttman B, Ramanathan M, Lincoff N, et al. Study of mitoxantrone for the treatment of recurrent neuromyelitis optica (Devic disease). Arch Neurol 2006;63:957-963 62. Bakker J, Metz L. Devic’s neuromyelitis optica treated withintravenous gamma globulin (IVIG). Can J Neurol Sci 2004;31:265-267 63. Cree BA, Lamb S, Morgan K, et al. An open label study of the effects of rituximab in neuromyelitis optica. Neurology 2005;64:1270-1272 Contacto Dr. Norge de Jesús Santiesteban Velázquez Especialista en Neurología. Instituto de Neurología y Neurocirugía Calle 8 #204 apto 7 entre Línea y 11 Plaza C. Habana Email: [email protected] / [email protected] 77 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Proteína morfogénica humana y cirugia espinal Luís Rafael Moscote Salazar (*)(**) *Servicio de Neurocirugía, Universidad de Cartagena, Colombia. ** Fellowship Alan Crockard, Spinal Surgery AANS/CNS. Rev. Chil. Neurocirugía 33: 78-81, 2009 Resumen La búsqueda de mejores técnica de fusión espinal se ha convertido en uno de los retos de las ciencias básicas para aplicación en neurocirugía de columna. Como resultado aparece el descubrimiento de una familia de proteínas llamadas proteínas morfogénicas humanas que presentan una capacidad potencial para aumentar las tasas de fusión espinal. Las investigaciones basadas en ensayos clínicos prospectivos, randomizados han demostrado la eficacia de estas proteínas para el tratamiento de ciertas patologías quirúrgicas de la columna vertebral. Palabras Claves: Proteína morfogénica humana, proteínas morfogénica humanas recombinantes, rhBMP-2, fusión espinal, cirugía espinal. Introducción Descubrimiento de la BMP La artrodesis permanece entre los más comunes tratamientos para diversas patologías adquiridas y degenerativas de la columna vertebral. La técnica “Gold estándar” para obtener una fusión espinal satisfactoria implica la colocación de injerto autólogo de cresta iliaca entre las superficies decorticadas. (1). En investigaciones mas recientes se plantea la utilización de proteínas morfogénicas humanas (BMP). La combinación de estas proteínas en unión con citoquinas y componentes de la matriz ósea han demostrado la capacidad de activar mecanismos celulares cuya finalidad es el reclutamiento y diferenciación de células osteoprogenitoras durante la formación y el remodelamiento óseo. (2). La proteína morfogénica humana fue descubierta por Marshall R. Urist. (3). Desde este hallazgo han sido descritas por lo menos 7 proteínas morfogénicas humanas, de estas la mas estudiada es la BMP-2. 78 Patologia cervical Las patologías del disco cervical incluyen: radiculopatia, estenosis con mielopatia, estenosis foraminal, herniación discal y enfermedad discal degenerativa, son usualmente tratadas mediante discectomia cervical anterior y fusión espinal. (1). La realización de la fusión después de la discectomia tiene como objeto limitar el movimiento, mantener el tamaño discal, mantener el tamaño foraminal y mantener la lordosis anatómica cervical en el segmento intervertebral. La utilización de la técnica de injerto autólogo ha sido históricamente el mas común desde su introducción en los años 50 por Cloward, Smith y Robinson. (4). En los pacientes que se utiliza esta técnica se obtiene tasas de éxito entre 90-95%. (4). El injerto autólogo continúa siendo el preferido por gran parte de cirujanos por poseer propiedades tales como: osteoinducción, osteoconducción y suplencia de células osteoprogenitoras. Las complicaciones al utilizar el injerto autólogo incluyen: dolor local en el sitio de toma del injerto, infecciones, Reporte de Casos fractura, sangrado, lesión del nervio cutáneo femoral lateral. (5). Por otro lado, la utilización de injerto heterólogo se ha convertido en una practica común controlado por rigurosas técnicas de esterilización y almacenamiento, el uso del mismo, elimina la necesidad de un segundo lugar de operación y reduce el riesgo de infección. (5). Se ha comparado de manera efectiva en pacientes con discectomia cervical anterior y fusión espinal, la utilización de injerto heterólogo con proteína morfogénica ósea (dosis de 0.9 mg. por nivel) y se ha visto que es tan efectiva en términos de fusión espinal y pronóstico como el injerto de cresta iliaca, es probable que sea el ajuste de dosis la clave para lograr el éxito con el uso de las proteína morfogénica humana. (6). Con respecto a la BMP-2, el primer estudio piloto prospectivo y randomizado para su uso en cirugía cervical, cuyo objetivo principal fue evaluar la disponibilidad de esta proteína en la fusión cervical anterior, reveló en comparación con el grupo control mejoría postoperatoria significativa, con tasas de fusión espinal de 100%. (7) El éxito en los pacientes en que se utilizó la BMP-2 fue por lo menos en ese momento igual a los pacientes que se manejaron con injerto de cresta iliaca autólogo. A pesar de que la muestra del estudio es pequeña (33 pacientes) estadísticamente hubo una mejoría significativa. (7). Se ha demostrado también la eficacia y seguridad de la BMP-2 en la discectomia cervical anterior y fusión de un nivel o multinivel usando placas de titanio y espaciadores de polieteretercetona en una población de 200 pacientes evidenciándose excelente pronóstico clínico y fusión sólida incluyendo pacientes multiniveles y en pacientes fumadores a dosis de 0.7 mg. (8,9). Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Algunos autores han abandonado el uso de la proteína morfogénica humana para fusión cervical anterior debido al alto costo y la disponibilidad de una alternativa practica tres veces menos costosa como es el injerto heterólogo y la matriz ósea desmineralizada en casos de 1, 2 y 3 niveles. (5). Proteína morfogénica humana recombinate 2 y cirugia espinal La proteína morfogénica humana recombinante 2 (rhBMP-2) ha sido una de las proteínas morfogénicas humanas mas investigadas. La combinación de BMP-2 y una esponja de colágeno absorbible fue aprobada por la FDA en el año 2002 como sustituto en fusión espinal. Este uso actualmente esta aprobado para la fusión intercorporal lumbar anterior en un nivel con LT-CAGE en pacientes con enfermedad discal degenerativa sintomática desde L4 a S1 por vía anterior o aproximación anterior laparoscopica. (11). Los resultados iniciales de diversos estudios prospectivos, randomizados han mostrado que la rhBMP-2 y la proteína morfogénica humana-7 son superior o equivalentes al injerto autólogo de cresta iliaca en tasas de fusión y pronostico clínico. (5). Las proteínas morfogenicas inducen potencialmente la fusión a nivel cervical, Tumialan et al estudiaron 200 pacientes a quienes se le realizó discetomia multinivel cervical anterior y fusión con rhBMP-2 y espaciador PEEK. Los estudios dinámicos en flexo/extensión y estudios tomográficos revelaron tasas de fusión del 100%. (17) Buttermann reviso 66 pacientes con discectomia multinivel cervical anterior con utilización de aloinjertos o autoinjertos mas rhBMP-2 observando tasas de unión en los casos de autoinjerto comparados con el grupo de aloinjerto y rhBMP-2. (Tabla 1). (17). RhBMP-2 Cresta iliaca autóloga Tasa de fusión en seguimiento a los 2 años 100 95.6 Criterios de la FDA para resultado exitosos 94.5 88.7 79 79 Mejoria del 20% en el indice de invalidez de Oswestry Tabla 1: Resultados clínicos y radiológicos de proteína morfogenica y cresta iliaca en fusión lumbar intercorporal anterior (modificado de referencia 21). Se considera que las proteínas morfogenicas humanas pueden tener una gran indicación en pacientes a quienes se las realizará cirugía cervical vía anterior en 3 o mas niveles, reintervenciones, pacientes diabéticos y obesos, quienes están en riesgo de complicaciones en el sitio de la toma del injerto y pacientes osteoporoticos en los cuales el injerto de cresta iliaca puede por si mismo estar sometidos a colapsos y a subsidencia. (6,10). 79 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 No se han observado efectos adversos relacionados con el uso de proteínas morfogenicas recombinantes en contraste a la incidencia de dolor entre otras complicaciones que oscilan entre el 30-40% de los pacientes donde se toma injerto de cresta iliaca. Sandhel y col no han encontrado secuelas con el uso de rhBMP-2. (17) Por otra parte, se ha reportado edema masivo en la región cervical incluyendo la faringe con el uso de rhBMP-2. (16). Bridwell y col han sugerido que la causa más probable de hematoma postoperatorio y edema retrofaríngeo es el uso de alta dosis de la proteína. (17) Lanman y Hopkins han investigado el uso de rhBMP-2 dentro de cajas intercorporal absorbibles; este estudio reporto 98% de fusión sólida a los 6 meses y fusión sólida al 100% en 12 meses. (17). Otra posibilidad es que puede potencialmente ocurrir respuesta del sistema inmune a los proteínas externas o a los antigenos introducidos se cree que esta respuesta es dependiente de concentración y duración. Proteína osteogénica-1: rhBMP-7 fusion instrumentada en donde se utilizo unicamente injerto de cresta iliaca se ha determinado que el aproximadamente 89% de pacientes con OP-1 tienen importante mejoría clinica definida esta como mas del 20% en lo que corresponde al puntaje preopetario Oswestry, pero es importante mencionar que cuando se utiliizan criterios radiológicos estrictos para la evaluación de la fusión se obtiene que solo el 50% de los pacientes logra una fusión sólida aunque el 70% tiene evidencia radiografica de formación de puentes óseos. El INFUSE ha sido aprobado para fusión intercorporal lumbar primaria anterior. Seguridad El uso de las proteínas morfogenicas se ha asociado con edema local y disfagia. Se ha propuesto que para disminuir los riesgos postoperatorios en relación al edema y la disfagia seria necesario un tipo de barrera local para limitar la expansión de la BMP, en el estudio de Patel et al, se obtuvo la limitación de la difusión de la BMP-2 usando derivados de fibrina en modelos murinos. En octubre del 2201 la proteína morfogénica 1 conocida como el implante OP-1, y el cual es la rhBMP-7 sobre un transportador de colágeno bovino tipo 1 recibió aprobación de la FDA para revisiones de fusión posterolateral (intertransversas). El uso de esta proteína para aplicación espinal finales especificas solo se aprobó en abril del 2004. (5). Conclusiones Se conoce tambien que cuando se compara la OP-1 y autoinjerto de cresta iliaca con los resultados historicos de Las proteínas morfogenicas humanas son un grupo de proteinas osteoinductivas que forman parte de la superfamilia 80 Se ha reportado que ningún paciente a de seguimiento por largo plazo a 10 años ha presentado efectos adversos y secuelas relacionado al uso de BMP-2 (22). de factor de crecimiento transformante beta y en donde con el uso de tecnología de genetica molecular recombinate ha surgido la BMP-2 como promotora de hueso nuevo y crecimiento del cartílago. En el 2002 la FDA aprobo el uso del INFUSE (rhBMP-2 aplicada espina de colageno) (Medtronic Sofamor Danek) para fusión lumbar anterior, aunque actualmente esta en evaluación la potencial evaluación a nivel cervical. (12). Los críticos argumentan sobre el alto costo actual de las rhBMP que podrían limitar su uso. Pero sobre este tópico se necesitaran más estudios sobre costoefectividad. El futuro papel de las proteínas morfogenicas en cirugía espinal será decisivo en los próximos años, interrogantes tales como la dosis efectiva, complementación sobre estudios de inmunogenicidad, costoefectividad y entre otras. Recibido: 03.01.09 Aceptado: 05.04.09 Reporte de Casos Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Bibliografia 1. Reid PJ, Holman PJ. Iatrogenic pyogenic osteomyelitis of C-1 and C-2 treated with transoral descompression and delayed posterior occipitocervical arthrodesis. Journal of Neurosurgery: spine. December 2007. vol 7. Number 6:664-668. 2. Derner R, Anderson AC. The bone morphogenic protein. Clin Podiatr Med Surg. 2005 Oct;22(4):607-18. 3. Urist MR (1965) bone: formation by autoinduccion. Science 150;893-899. 4. A guide from the The American Academy of Orthopedic surgeons (AAOS) and American Association of tissue banks (AATB): What can you tell me about bone and tissue transplantation. Retrieved June 21, 2205 from http;//www.aatb.org/aaosinfo.htm 5. Vaidya R, Carp J, Sethi A, Bartol S, Craig J, Clifford M. Complications of Anterior Cervical Discectomy and fusion using recombinant human bone morphogenetic protein-2. European spine Journal. Vol 16. Number 8. August 2007. 6. Buttermann G. prospective nonrandomized comparison of an allograft with bone morphogenic protein versus an iliac-crest autograft in anterior cervical discectomy and fusion. The Spine Journal 2008. 426-435. 7. Baskin D, Ryan P, Sonntag V, Westmark R, Widmayer M. A prospective, Randomized, Controlled Cervical Fusion study Using Recombinat Human Bone Morphogenetic Protein-2 with the CORNESTONE-SR Allograft ring and the ATLANTIS Anterior cervical plate. Spine Vol. 28 No 12 June 2003. 8. Tumialan LM, Pan J y col. The safety and efficacy of anterior cervical discectomy and fusion with polyetherketone spacer and recombinat human bone morphogenetic protein-2: a review of 200 patients. 9. Boakye M, Mummaneni P, Garret M, Rodts G, Haid R. Anterior cervical discectomy and fusion involving a polythereketone spacer and bone morphogenetic protein. Journal of Neurosurgery: Spine. May 2005. Vol 2, Number 5:521-525. 10. Gautschi OP, Frey SP, Zellweger R. Bone morphogenetic proteins in clinical applications. ANZ J Surg. 2007 Aug;77(8):626-31. 11. Vaidya R, Weir R, Sethi A, Meisterling S, Hakeos W, Wybo CD. Interbody fusion with allograft and rhBMP-2 leads to consistent fusion but early subsidence. The Journal of bone and Joint surgery. Vol 89-B, No 3, March 2007. 12. Kain MS, Einhorn TA. Recombinant human bone morphogenetic proteins in the treatment of fractures. Foot Ankle Clin. 2005 Dec;10(4):639-50. 13. Giannoudis PV, Tzioupis C. Clinical applications of BMP-7: the UK perspective. Injury. 2005 Nov;36 Suppl 3:S47-50 14. Perri B, Cooper M, Lauryssen C, Anand N. Adverse swelling associated with use of rh-BMP-2 in anterior cervical discectomy and fusion: a case study. The Spine Journal. Vol 7. Number 2. March-April 2007. 15. Bridwell KH, Anderson PA, Bodern SD, Vaccaro AR, Wang JC. Wht’s new in spine surgery. J. Bone Joint Surg Am 2005;87-A:1892-901. 16. Lanman Th, Hopkins TJ. Lmbar interbody fusion after treatment with recombinant human bone morphogenetic protein-2 added to 70:30 poly(L-lactide-co-D,L-lactide) bioresorbable implants. Neurosurg focus 2004;16:E9. 17. Jeong GK, Sanddhu H, Farmer J. Bone Morphogenic proteins: Applications in spinal surgery. Hospital for special surgery 2005. Correspondencia Luís Rafael Moscote Barrio Zaragocilla. Primera calle 30 G No 50C-17, Cartagena de Indias, Bolívar. Colombia. e-Mail: [email protected] 81 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Miembros de la Neurocirugía Maestros de la Neurocirugía Chilena Prof. Dr. Héctor Valladares Arriagada (1983) Prof. Dr. Eduardo Fuentes Besoain (1983) Prof. Dr. Reinaldo Poblete Grez (1996) Miembros Honorarios Nacionales Medalla “Prof. Dr. Alfonso Asenjo Gómez” Prof. Dr. Luciano Basauri Tocchetton (2001) Prof. Dr. Jorge Méndez Santelices (2002) Prof. Dr. Leonidas Quintana Marín (2007) Medallas “Prof. Dr. Héctor Valladares Arriagada” Prof. Dr. Selim Concha Gutierrez (2001) Prof. Dr. Renato Chiorino Radaelli (2001) Prof. Dr. Juan Carlos Gómez González (2001) Prof. Dr. Boris Flandez Zbinden (2001) Prof. Dr. Jorge Méndez Santelices (2001) Prof. Dr. Miguel Miranda Gacitua (2001) Prof. Dr. Jacinto Cornejo Montalvo (2002) Dr. Aurelio Matus Santos (2002) Prof.Dr. Juan Ricardo Olivares Alarcón (2002) Prof. Dr. Mario Poblete Muñoz (2002) Dr. Héctor Valladares Asmussen (2002) Prof. Dr. Gustavo Díaz Pérez (2003) Dr. Pablo Donoso Yáñez (2003) Prof.Dr. Antonio Orellana Tobar (2008) Prof.Dr. Patricio Tagle Madrid (2008) Miembros Honorarios Extranjeros Miembros Honorarios Extranjeros Prof. Dr. José Ribe Portugal(Brasil, 1966) Prof. Dr. Bernard Pertuisset (Francia 1966) 82 Prof. Dr. Valentine Logue (Gran Bretaña 1969) Prof. Dr. Jinnai Dennosuke Jinai (Japón, 1969) Prof. Jean Tavernier (Francia, 1969) Prof. Dr. Peter Rottgen (Alemania, 1969) Prof. H.W. Pia (Alemania, 1969) Prof. Dr. Harry Kaplan (U.S.A., 1969) Prof. Dr. Arnoldo Pansini (Italia 1971) Prof. Dr. G. Sterba (Leipzy, 1972) Prof. Dr. H. Niebeling (Leipzig, 1972) Prof. Dr. M.C. Sancho (México, 1972) Prof. Dr. A. González (Argentina, 1972) Prof. Dr. R. Vigouroux (Francia, 1972) Prof. Dr. Fabio Columella (Italia, 1972) Prof. Dr. J. Brihaye (Bélgica, 1972) Prof. Dr. Wilhem. Lujendick (Holanda, 1972) Prof. Dr. Thomas Ballantine (USA, 1973) Prof. Dr. Jiro Susuki (Japón 1977) Dr. Daniel Carleton Gajdusek (USA 1977) Prof. Dr. Pierre Galibert (Francia 1989) Prof. Dr. Armando Basso (Argentina 1989) Dr. José Carlos Bustos (España 2002) Prof. Dr. Albert Rhoton (USA 2004) Prof. Dr. Evandro De Oliveira (Brasil 2007) Prof. Dr. Yves Keravel (Francia 2008) Miembros Correspondientes Miembros Correspondientes Dr. Jacques Therón (Francia 1978) Dr. Leo Ditzel (Brasil 1978) Prof. Dr. Pierre Galibert (Francia 1979) Prof. Dr. Friederich Loens (Alemania 1979) Dr. Armando Basso (Argentina 1979) Dr. Enrique Pardau (Argentina 1979) Dr. Carlos Budula (Argentina 1979) Dr. Maurice Choux (Francia 1983) Dr. Gilberto Machado de Almeida (Brasil 1983) Dr. Roberto Heros (USA 1984) Dr. Jiri Vitek (USA 1984) Dr. Gómez (Colombia 1985) Dr. James I. Ausman (USA 1986) Dr. Manuel Dujovny (USA 1986) Dr. Osvalo Betti (Argentina 1987) Maestros de la Neurocirugía Chilena Dr. Raul Marino Jr. (Brasil 1987) Dr. Alberto Eurnekian (Argentina 1987) Dr. Ya-Du Chao (China 1987) Dr. L. M. Auer (Austria 1988) Dr. Jorge Abel Monges (Argentina 1988) Dr. Steimlé (Francia 1991) Dr. Michael Scott (USA 1992) Dr. Pedro Lylyk (Argentina 1993) Prof. Dr. Bernard George (Francia 1994) Dr. Claudio Feler (USA 1996) Dr. Patrick Johnson (USA 1996) Dr. Albrecht Harders (Alemania 1996) Dr. Carlos Pesce (Argentina 1996) Dr. C. Sainte Rose (Francia 1996) Prof. Dr. Jorge A. Monges (Argentina 1996) Prof. Dr. Peter Black (USA 1997) Prof. Dr. Fred Epstein (USA1997) Dr. Atos Alves de Souza (Brasil 1997) Prof. Dr. Erick Wolf (USA1997) Dr. Marcos Masini (Brasil1997) Dr. Jacques Morcos (USA 1997) Dr. Michel Zerah (Francia 1997) Prof. Dr. Issam Awad (USA 1998) Prof. Dr. Randall M. Chesnut (USA 1998) Prof. Dr. Yves Keravel (Francia 1999) Prof. Dr. Marc Tadie (Francia 1999) Prof. Dr. Luis Marti-Bonmati (España 2000) Prof. Dr. Evandro de Oliveira (Brasil 2000) Dr. Samuel Zymberg (Brasil 2001) Dr. Alberto Biestro (Uruguay 2001) Dr. Julio Antico (Argentina 2001) Dr. Héctor Giocoli (Argentina 2001) Dr. Jacques Moret (Francia 2001) Dr. Gilles Perrin (Francia 2001) Dr. Francisco Morales R. (España, 2002) Dr. David Reardon (USA, 2002) Dr. Leonel Limonte (USA, 2002) Dr. Ernesto Martínez (México, 2002) Dra. Lilia De La Maza (México, 2002) Dra. Graciela Zuccaro (Argentina, 2002) Dr. Fabián Piedimonte (Argentina, 2002) Prof. Dr. Edward Benzel (USA, 2003) Prof. Dr. Santiago Lubillo (España, 2003) Dr. Rodolfo Ondarza (México, 2003) Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Dr. Aizik Wolf (USA, 2003) Dr. Paolo Cappabianca (Italia, 2004) Dr. Carlos Gagliardi (Argentina, 2004) Prof. Dr. Danielle Rigamonti (USA, 2004) Prof. Dr. Harold Rekate (USA, 2004) Dr. Hugo Pomata (Argentina, 2004) Prof. Dr. Sunil Patel (USA, 2004) Prof. Dr. Jacques Caemaert (Bélgica, 2004) Prof. Dr. Albino Bricolo (Italia, 2004) Prof. Dr. Angel Viruega (Argentina, 2005) Dr. Arthur Cukiert (Brasil, 2005) Dr. Ricardo Ramina (Brasil, 2005) Dr. Jean Pierre Saint-Maurice (Francia, 2005) Dr. Manoel Teixeira (Brasil, 2007) Dr. Luiz Carlos De Alencastro (Brasil, 2007) Dr. Richard Fessler (USA, 2007) Dr. Sergio Cavalheiro (Brasil, 2008) Dra. Susan Chang (USA, 2008) Dr. Juha Hernesniemi (Finlandia, 2008) Dr. Ronald Juzty (USA, 2008) Dr. José Pineda (USA, 2008) Dr. Stephen Ritland (USA, 2008) Dr. Carlos Rivera (Colombia, 2008) Dr. Himmler Serrato (Colombia, 2008) Dr. Teiji Tominaga (Japón, 2008) 83 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Lista de Socios - 2009 Sociedad de Neurocirugía de Chile Aros Ojeda, Pedro Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Butrón Vaca, Marcelo Institución: Hosp Barros Luco-Trudeau-Serv. Neurocirugía Dirección: San Francisco 3097 Ciudad: San Migue-Santiago Fono:(56.2) 394.8944 Fax: (56.2) 494.6955 e.mail: [email protected] Cerda Cabrera, Jorge Institución: Hosp. Clínico U.de Chile-Serv. Neurocirugía Dirección: Santos Dumont 999 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 978.8260 Fax: (56.2) 737.8546 e.mail: [email protected] Ayach Nuñez, Freddy Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Cáceres Bassaletti, Alejandro Institución: Hosp. Roberto del Río Dirección: Profesor Zañartu 1085 Ciudad: Independencia-Santiago Fono: (56.2) 479.1426 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Colin Bordali, Enrique Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Baabor Aqueveque, Marcos Institución: Hosp. Clínico U. de Chile-Serv. Neurocirugía Dirección: Santos Dumont 999 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 777.3882 Fax: (56.2) 737.8546 e.mail: [email protected] Campos Puebla, Manuel Institución: Clínica Las Condes Dirección: Lo Fontecilla 441 Ciudad: Las Condes-Santiago Fono: (56.2) 210.4609 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Concha Gutiérrez, Selim Institución: Clínica Las Condes Dirección: Lo Fontecilla 441 Ciudad: Las Condes-Santiago Fono: (56.2) 210.4566 Fax: (56.2) 210.4585 e.mail: Barbera Laguzzi, Luis Institución: Neuromédica Dirección: Av. Libertad 1405 Of. 606-Torre Coraceros Ciudad: Viña Del Mar Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Candia Pino, Guillermo Institución: Dirección: 334 Johnson Road Ciudad: Auburn, Me 04210 U.S.A. Fono: (1.207) 795.5767 Fax: (1.207) 795.2372 e.mail: Concha Julio, Enrique Institución: Clínica Las Condes Dirección: Lo Fontecilla 441 Ciudad: Las Condes-Santiago Fono: (56.2) 210.4569 Fax: (56.2) 210.4568 e.mail: [email protected] Barrientos Dumenes, Nelson Institución: Hosp. Del Trabajador.Servicio Neurocirugía Dirección: Ramón Carnicer 185 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 685.3000 Fax: (56.2) 222.9564 e.mail: [email protected] Cantillano Carrera, Luis Institución: Hosp. Reg. de Concepción-Serv. Neurocirugía Dirección: O’Higgins 816 Of.26 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 222.4026 Fax: (56.41) 222.4026 e.mail: [email protected] Corvalán Latapia, René Institución: Hosp. Barros Luco-Trudeau Dirección: Gran Avenida 3204 Ciudad: San Miguel-Santiago Fono: (56.2) 394.8944 Fax: (56.2) 343.7490 e.mail: [email protected] Bedoya Barrios, Pedro Institución: Hospital Regional de Copiapó Dirección: Colipi 470 Oficina 401 Ciudad: Copiapó Fono: (56.52) 23.3470 Fax: (56.52) 24.0574 e.mail: [email protected] Carrasco Riveros, Raúl Institución: U. de Antofagasta-Depto. Ciencias Médicas Dirección: Av. Argentina 2000 Ciudad: Antofagasta Fono: (56.55) 25.3339 Fax: (56.55) 22.9955 e.mail: [email protected] Cox Vial, Pablo Institución: Hospital C. Van Buren-Imagenologia Dirección: San Ignacio s/n Ciudad: Valparaíso Fono: (56.32) 220.4000 Fax: e.mail: [email protected] 84 Lista de Socios Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Cuadra Cárdenas, Octavio Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Elso Sanhueza, Luis Institución: Hosp. Reg. de Concepción-Serv. Neurocirugía Dirección: Lientur 559 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 232.5866 Fax: (56.41) 232.5866 e.mail: Guajardo Hernández, Ulises Institución: Hosp. Reg. de Temuco-Serv. Neurocirugía Dirección: M. Montt 115 Ciudad: Temuco Fono: (56.45) 29.6505 Fax: 56.45) e.mail: [email protected] Cubillos Lobos, Alejandro Institución: Hosp. San José-Unidad de Neurocirugía Dirección: San José 1196 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 383.2600 Fax: e.mail: [email protected] Figueroa Rebolledo, Guillermo Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Guzmán Kramm, Carlos Institución: Hosp. San Pablo de Coquimbo-Serv. Neurocirugía Dirección: Av. Videla s/n Ciudad: Coquimbo Fono: (56.51) 20.6366 Fax: (56.51) 22.7996 e.mail: [email protected] Chiorino Radaelli, Renato Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: Flandez Zbinden, Boris Institución: Edificio Médico Beauchef Dirección: Beauchef 723 1er. Piso Ciudad: Valdivia Fono: (56.63) 21.5144 Fax: (56.63) 29.6452 e.mail: [email protected] Guzmán Rojas, Víctor Institución: Clínica La Portada Dirección: Coquimbo 712 Of. 502 Ciudad: Antofagasta Fono: (56.55) 22.4092 Fax: (56.55) 22.4092 e.mail: [email protected] De Ramón Silva, Raúl Institución: Hospital Militar-Serv. Neurocirugía Dirección: Av. Larraín 9100 Ciudad: La Reina-Santiago Fono: (56.2) 331.6000 Fax: e.mail: [email protected] Flores Salinas, Jorge Institución: Hospital de Carabineros Dirección: Av. Tobalaba 155 Of. 507 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 231.1107 Fax: (56.2) 777.8073 e.mail: [email protected] Heider Rojas, Klaus Institución: Hosp. Clínico San Pablo.Serv. Neurocirugía Dirección: Servicio de Neurocirugía Ciudad: Coquimbo Fono: (56.2) 20.6366 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Del Villar Pérez-Montt, Sergio Institución: Hosp. Clínico U. Católica-Servicio Neurocirugía Dirección: Marcoleta 352 2º Piso Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 354.3465 Fax: (56.2) 632.8257 e.mail: [email protected] Fortuño Muñoz, Gonzalo Institución: Hosp. Herminda Martín de Chillán. Serv. Neurocirugía Dirección: Francisco Ramírez 10 Ciudad: Chillan Fono: (56.42) 20.8220 Fax: (56.42) 22.7313 e.mail: [email protected] Hernández Páez, Patricio Institución: Hosp. Reg. de Osorno-Servicio Neurocirugía Dirección: Osorno Ciudad: (56.64) 23.9343 Fono: (56.64) 25.9228 Fax: e.mail: [email protected] Díaz Pérez, Gustavo Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: Gleiser Joo, Kenneth Institución: Hospital Regional de Iquique Dirección: Héroes de la Concepción 502 Ciudad: Iquique Fono: (56.57) 39.5555 Fax: e.mail: [email protected] Holzer Maestri, Fredy Institución: Dirección: Bravo 943, Dp. 102-Edificio Chiloé Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 236.3349 Fax: e.mail: [email protected] Donckaster Clavero, Gastón Institución: Hosp. San Camilo-Unidad de Neurocirugía Dirección: Avda. Miraflores 2085 Ciudad: San Felipe Fono: (56.34) 49.3200 Fax: e.mail: [email protected] Gómez González, Juan C. Institución: Dirección: Dr. Manuel Barros Borgoña 206 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 235.8567 Fax: e.mail: Jarufe Yoma, Francisco Institución: Hospital Militar-Serv. Neurocirugía Dirección: Av. Larraín 9100 Ciudad: La Reina-Santiago Fono: (56.2) 331.6000 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Donoso Yáñez, Pablo Institución: Dirección: Ciudad: Fono: Fax: e.mail: González Vicuña, Francisco Institución: Neuromédica Dirección: Av. Libertad 1405 Of. 606-Torre Coraceros Ciudad: Viña del Mar Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Koller Campos, Osvaldo Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] 85 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Lacrampette Gajardo, Jacqueline Institución: MegaSalud Dirección: Ramírez 1162 Ciudad: Iquique Fono: (56.57) 51.0540 Fax: (56.57) 51.0540 e.mail: [email protected] Martínez Duque, Lautaro Institución: Hosp. C. Van Buren Dirección: Av. San Ignacio s/n Ciudad: Valparaíso Fono: (56.32) 220.4000 Fax: e.mail: [email protected] Miranda Gacitua, Miguel Institución: Clínica Reñaca Dirección: Anabaena 336, Jardín del Mar Ciudad: Reñaca, Viña del Mar Fono: (56.32) 265.8000 Fax: (56.32) 248.2849 e.mail: [email protected] Lara Pulgar, Pablo Institución: Clínica Las Amapolas - Scanner Dirección: Av. Vicente Méndez 75 Ciudad: Chillán Fono: (56.42) 20.8220 Fax: (56.42) 43.1900 – 43.1927 e.mail: [email protected] Martínez Torres, Carlos Institución: Hospital FACH-Servicio de Neurocirugía Dirección: Av. Las Condes 8631 Ciudad: Las Condes-Santiago Fono: (56.2) 782.6000 Fax: e.mail: [email protected] Morales Pinto, Raúl Institución: Hosp. Barros Luco-Trudeau-Serv. Neurocirugía Dirección: Gran Avenida 3204 Ciudad: San Miguel-Santiago Fono: (56.2) 394.9000 Fax: (56.2) 376.9096 e.mail: [email protected] Lemp Miranda, Melchor Institución: Hosp. Clínico U.de Chile-Serv. Neurocirugía Dirección: Santos Dumont 999 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 777.3882 Fax: (56.2) 737.8546 e.mail: [email protected] Massaro Marchant, Paolo Institución: Hosp. Carlos Van Buren-Serv. Neurocirugía Dirección: San Ignacio s/n Ciudad: Valparaíso Fono: (56.32) 220.4471 Fax: (56.32) 268.3860 e.mail: [email protected] Müller Granger, Erick Institución: Neuromédica Dirección: Av. Libertad 1405 Of. 301-Torre Coraceros Ciudad: Viña Del Mar Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Loayza Wilson, Patricio Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Matus Santos, Aurelio Institución: Dirección: Ciudad: Fono: Fax: e.mail: Mura Castro, Jorge Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Lorenzoni Santos, José Institución: Hosp. Clínico U. Católica-Neurocirugía Dirección: Marcoleta 367 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 686.3465 Fax: e.mail: [email protected] Mauersberger Stein, Wolfgang Institución: Hosp. Barros Luco-Trudeau-Serv. Neurocirugía Dirección: Gran Avenida 3204 Ciudad: San Miguel-Santiago Fono: (56.2) 394.8944 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Olivares Alarcón, Juan R. Institución: Centro Carlos Casanueva Dirección: Marcoleta 377 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 638.4035 Fax: (56.2) e.mail: Luna Andrades, Francisco Institución: Hosp. Guillermo Grant Benavente-Serv. Neurocirugía Dirección: Servicio de Neurocirugía Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 223.8299 Fax: e.mail: [email protected] Melo Monsalve, Rómulo Institución: Instituto de Neurocirugía A. Asenjo Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Olivares Villarroel, Abel Institución: Clínica Arauco Salud Dirección: Avda. Presidente Kennedy 5413-B. Parque Arauco Ciudad: Las Condes-Santiago Fono: (56.2) 299.0299 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Marengo Olivares, Juan José Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Méndez Santelices, Jorge Institución: Dirección: Marcoleta 377 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 633.9930 Fax: (56.2) 639.5534 e.mail: [email protected] Orellana Tobar, Antonio Institución: Hosp. Carlos Van Buren-Serv. Neurocirugía Dirección: San Ignacio 725 Ciudad: Valparaíso Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Martínez Plummer, Hugo Institución: Hosp. Barros Luco-Trudeau-Serv. Neurocirugía Dirección: Gran Avenida 3204 Ciudad: San Miguel-Santiago Fono: (56.2) 394.8944 Fax: e.mail: [email protected] Mery Muñoz, Francisco Institución: Hosp. Clínico U. Católica.Neurocirugía Dirección: Marcoleta 367 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 686.3465 Fax: (56.2) 639.5534 e.mail: [email protected] Ortega Ricci, Eduardo Institución: Hospital Regional de Valdivia Dirección: Casilla 1258 Ciudad: Valdivia Fono: (56.63) 21.6930 Fax: (56.63) 22.9501 e.mail: [email protected] 86 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Ortiz Pommier, Armando Institución: Clínica Las Condes Dirección: Lo Fontecilla 441 Ciudad: Las Condes-Santiago. Fono: (56.2) 210.4609 Fax: (56.2) 210.4568 e.mail: [email protected] Poblete Muñoz, Mario Institución: Centro C. Casanueva Dirección: Marcoleta 377 Ciudad: Santiago Fono: Fax: e.mail: Rodríguez Covili, Pablo Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Otayza Montagnon, Felipe Institución: Clínica Las Condes Dirección: Lo Fontecilla 441 Ciudad: Las Condes-Santiago. Fono: (56.2) 210.4609 Fax: (56.2) 210.4568 e.mail: [email protected] Podesta Ferreto, Antonio Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Rojas Pinto, David Institución: Hosp. Barros Luco-Trudeau-Serv. Neurocirugía Dirección: Gran Avenida 3204 Ciudad: San Miguel-Santiago Fono: (56.2) 394.8943 Fax: (56.2) 394.9690 e.mail: [email protected] Oyarzo Ríos, Jaime Institución: Hosp. Barros Luco-Trudeau-Serv. Neurocirugía Dirección: Gran Avenida 3204 Ciudad: San Miguel-Santiago Fono: (56.2) 394.8944 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Quintana Marín, Leonidas Institución: Hosp. Carlos Van Buren-Serv. de Neurocirugía Dirección: San Ignacio 725 Ciudad: Valparaíso Fono: (56.32) 220.4000 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Ruiz Ramírez, Alvaro Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Palma Fellenberg, Alvaro Institución: Instituto de Neurocirugía A. Asenjo Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Quiroga Arrazola, Rodolfo Institución: Dirección: Edificio Continental Pedro Blanco 1344 Esq. Sta. Cruz - 3er. Piso Of. C Ciudad: Cochabamba, Bolivia Fono: Fax: e.mail: [email protected] Salazar Zencovich, Cristian Institución: Neuromédica Dirección: Av. Libertad 1405 Of. 606-Torre Coraceros Ciudad: Viña del Mar Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Palma Varalla, Luis Institución: Clínica Alemana Dirección: Av. Manquehue Norte 1410 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 210.1183 Fax: (56.2) e.mail: [email protected] Pavez Salinas, Alonso Institución: Hosp. San Pablo de Coquimbo.Serv. Neurocirugía Dirección: Av. Videla s/n Ciudad: Coquimbo Fono: (56.51) 31.1222 Fax: e.mail: [email protected] Pérez Cuadros, Fernando Institución: Hosp. Guillermo Grant Benavente-Serv. Neurocirugía Dirección: San Martín 1436 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 272.2704 Fax: e.mail: [email protected] Pinto Vargas, Jaime Institución: Hosp. Reg. de Concepción-Serv. Neurocirugía Dirección: Pedro de Valdivia 801 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 220.6000 Fax: (56.41) 220.6005 e.mail: [email protected] Ravera Zunino, Franco Institución: Hosp. Reg. de Rancagua-Servicio de Neurocirugía Dirección: Alameda 611 Ciudad: Rancagua Fono: (56.72) 20.7227 Fax: (56.72) 23.9556 e.mail: [email protected] Rivas Weber, Walter Institución: Hosp. Reg. de Concepción-Serv. Neurocirugía Dirección: Chacabuco 916 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 224.1004 Fax: (56.41) 222.9500 e.mail: [email protected] Rivera Miranda, Rodrigo Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Robinson Orellana, María Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: Santorcuato Fuentes, Francisco Institución: Hosp. Sótero del Río-Serv. Neurocirugía Dirección: Av. Concha y Toro 3459, Puente Alto Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 353.6657 Fax: e.mail: [email protected] Selman Rossi, José M. Institución: Clínica Las Condes Dirección: Lo Fontecilla 441 Ciudad: Las Condes-Santiago Fono: (56.2) 210.4569 Fax: (56.2) 210.4568 e.mail: [email protected] Silva Veira, Jenaro Institución: Dirección: Ciudad: Fono: Fax: e.mail: Silva Gaete, David Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] 87 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Tagle Madrid, Patricio Institución: Hosp. Clínico U. Católica-Serv. Neurocirugía Dirección: Marcoleta 367 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 686.3465 Fax: (56.2) 632.8257 e.mail: [email protected] Vázquez Soto, Pedro Institución: Hosp. Clínico U.de Chile. Serv. Neurocirugía Dirección: Santos Dumont 999 Ciudad: Independencia - Santiago Fono: (56.2) 777.3882 Fax: (56.2) 737.8546 e.mail: [email protected] Zamorano Rodríguez, Lucia Institución: Detroit Medical Center-William Beaumont Hospital Dirección: 31500 Telegrah Road Suite 200 Ciudad: Bingham Faros MI 48025-U.S.A. Fono: (1.248) 72.32477 Fax: (1.248) 68.13209 e.mail: [email protected] Taha Moretti, Lientur Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Vergara Cabrera, Miguel Institución: Clínica San José Dirección: Juan Noé 1370 Ciudad: Arica Fono: (56.58) 25.4831 Fax: e.mail: [email protected] Zomosa Rojas, Gustavo Institución: Hosp. Clínico U. de Chile-Servicio Neurocirugía Dirección: Santos Dumont 999 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 777.3882 Fax: (56.2) 737.8546 e.mail: [email protected] Torche Astete, Máximo Institución: Hosp. Reg. de Concepción-Serv. Neurocirugía Dirección: Aníbal Pinto 215 Of. 504 5º Piso Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 223.6750 Fax: (56.41) 222.8003 e.mail: [email protected] Vielma Pizarro, Juan Institución: Hospital C. Van Buren Dirección: Casilla 616 Ciudad: Viña del Mar Fono: (56.32) 281.4769 Fax: e.mail: [email protected] Zuleta Ferreira, Arturo Institución Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Torrealba Marchant, Gonzalo Institución: Hosp. Clínico U. Católica-Serv. Neurocirugía Dirección: Marcoleta 367 Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 686.3465 Fax: (56.2) 632.8257 e.mail: [email protected] Vigueras Aguilera, Roberto Institución: Hosp. del Trabajador de Concepción-ACHS Dirección: Cardenio Avello 36 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 240.2112 Fax: (56.41) 222.9500 e.mail: [email protected] Valdivia Bernstein, Felipe Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Vigueras Aguilera, Rogelio Institución: Hosp. Guillermo Grant Benavente-Serv. Neurocirugía Dirección: Chacabuco 916 Ciudad: Concepción Fono: (56.41) 224.1004 Fax: (56.41) 222.9500 e.mail: [email protected] Valenzuela Abasolo, Sergio Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Yáñez Lermanda, Alfredo Institución: Hosp. Clínico U. de Chile-Serv. Neurocirugía Dirección: Santos Dumont 999 Ciudad: Independencia-Santiago Fono: (56.2) 777.3882 Fax: (56.2) 735.5503 e.mail: [email protected] Valladares Asmussen, Héctor Institución: Neuromedica Dirección: Av. Libertad 1405 Of. 301- Torre Coraceros Ciudad: Viña del Mar Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: Yokota Beuret, Patricio Institución: Neuromédica Dirección: Av. Libertad 1405 Of. 301-Torre Coraceros Ciudad: Viña del Mar Fono: (56.32) 268.3860 Fax: (56.32) 268.3861 e.mail: [email protected] Vallejo Geiger, Rodrigo Institución: Instituto de Neurocirugía Dirección: Av. José M. Infante 553 Ciudad: Providencia-Santiago Fono: (56.2) 575.4600 Fax: (56.2) 575.4816 e.mail: [email protected] Zamboni Tognolini, Renzo Institución: Hosp. San José-Especialidades Quirúrgicas Dirección: San José 1196 3er. Piso Ciudad: Santiago Fono: (56.2) 383.2859 Fax: e.mail: [email protected] 88 Normas de Publicación Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 Normas de Publicación Instrucción a los Autores Revista Chilena de Neurocirugía publicará artículos sobre neurocirugía y ciencias relacionadas. Las contribuciones pueden tener forma de editoriales, artículos originales, revisiones, reporte de casos, notas terapéuticas, notas técnicas, artículos especiales, cartas al editor, comentarios de congresos, y resúmenes de publicaciones de interés para los neurocirujanos. Los manuscritos deben ser elaborados de acuerdo con estas instrucciones para autores. Todos los artículos enviados quedarán a criterio del comité editorial para su publicación. Las correcciones realizadas por dicho comité se limitarán a una revisión de la impresión; cualquier cambio en el texto enviado deberá ser realizado por los autores, quienes serán enteramente responsables por las opiniones vertidas en sus artículos. Los artículos científicos podrán tener los siguientes formatos: Editorial. Solicitados por los editores, deberán tratar sobre un tópico de interés, donde el autor expresará su opinión personal. Se aceptará un máximo de 10 paginas y hasta 30 referencias. El artículo no deberá estar subdividido. Artículos originales. Deberán aportar una nueva dimensión al tema tratado. Se aceptarán un máximo de 20 paginas y 60 referencias; el artículo deberá estar dividido en las siguientes secciones: introducción, material y métodos, resultados, discusión y conclusiones. Revisiones. Deberán tratar sobre el conocimiento disponible sobre el tema y elaborar un análisis crítico. Se aceptarán un máximo de 25 paginas y 100 referencias. El artículo puede dividirse en secciones si se lo considera necesario. Reporte de casos. Describirán casos clínicos de particular interés. Deberán tener un máximo de 10 páginas y 30 referencias. El artículo deberá estar subdividido en las siguientes secciones: introducción, caso clínico (o serie), discusión y conclusiones. Notas terapéuticas. Se tratará de presentación y manejo de medicamentos. Un máximo de 10 páginas y 30 referencias serán aceptadas. Deberán estar divididos en las siguientes secciones: introducción, material y métodos, resultados, discusión y conclusiones. Notas técnicas. Revisiones críticas de nuevas técnicas y equipamiento. Se aceptará un máximo de 10 paginas y 30 referencias. Deberán subdividirse en las siguientes secciones: introducción, material y métodos, resultados, discusión y conclusiones. Artículos especiales. Tratarán sobre historia de la medicina, métodos de enseñanza, aspectos económicos y legislativos concernientes a la medicina y la especialidad. El artículo podrá estar dividido en secciones si el autor lo considera necesario. Se aceptarán un máximo de 10 páginas y 30 referencias. Cartas al editor. Deberán referirse a artículos publicados previamente, tópicos de interés general, comentarios o hallazgos científicos sobre los que el autor desee llamar la atención del lector en forma breve. Un máximo de 2 páginas y 5 referencias serán aceptadas. Comentarios de congresos. Tendrán como objetivo informar al lector sobre los temas tratados en congresos de la especialidad a los cuales el autor haya concurrido, haciendo un análisis crítico sobre las discusiones y conclusiones. Tendrán un máximo de 10 páginas y 30 referencias. Resumenes de publicaciones. Tratarán sobre artículos de revistas a los que el autor haya tenido acceso y sean de interés para la especialidad. Deberán tener un máximo de 10 páginas. Preparación de los manuscritos. Serán aceptados trabajos originales en idioma español o inglés en forma indistinta, deberán contar con traducción del título y un resumen en el otro idioma. El trabajo debe ser en Microsoft Word 6.0 o superior y dividido en las siguientes secciones: Pagina de títulos: - Título sin abreviaciones, con traducción al inglés o español según corresponda - Nombre y apellido de los autores. - Institución donde el trabajo fue realizado o donde trabaja el autor. - Nombre, dirección, teléfono, fax e e-mail del autor a quien deberá enviarse la correspondencia. - Referencia a congresos donde el trabajo haya sido presentado. 89 Revista Chilena de Neurocirugía 33 : 2009 - Mención de fundaciones o contratos de investigación - Agradecimientos. Resumen: Los artículos deberán incluir un resumen en castellano y en inglés, de no menos de 200 y no más de 250 palabras, que permita al lector tener un concepto cabal del contenido. No se requerirán resúmenes de editoriales, revisiones ni cartas al editor Palabras clave: Deben referirse a los términos del Medical Subject Index (MeSH)del Index Medicus. Revistas: Cada referencia deberá especificar el apellido del autor y sus iniciales (se hace una lista de todos los autores hasta seis, si son siete o más se nombra a los tres primeros y se agrega “et al”), el título original del artículo, el nombre de la revista (respetando las abreviaturas usadas en el Index Medicus), el año de publicación, el número de volumen y el número de la primera y última página. Siguiendo los estándares internacionales sea cuidadoso en la puntuación cuando cite artículos bibliográficos Libros y monografías: Debe señalarse nombre de los autores, título, edición, editorial, lugar y año de publicación, y paginas citadas. Texto: Debe contar con los siguientes elementos: Introducción: Describe el presente estado del conocimiento y el objetivo de la investigación Material y métodos: Descripción clínica de los sujetos usados en la experimentación, (pacientes, animales de experimentación, incluyendo los grupos de control), identificación de la metodología, equipamientos (nombre y domicilio del fabricante, entre paréntesis), y procedimientos, con suficiente detalle para permitir a otros investigadores reproducir los resultados. Especifique métodos bien conocidos, incluyendo procedimientos estadísticos, mencione y de una breve descripción de métodos no demasiado conocidos, describa ampliamente métodos nuevos o modificados, justifique su uso y establezca sus límites. En el caso de las drogas, en todos los casos debe indicarse su nombre genérico, dosis y vía de administración; el nombre comercial puede colocarse entre paréntesis. Las unidades de medida, símbolos y abreviaturas deben estar de acuerdo con los estándares internacionales: las unidades de medida (longitud, peso y volumen) deben estar expresadas en unidades métricas; las temperaturas en grados centígrados y las presiones en milímetros de mercurio. Todas las mediciones hematológicas o bioquímicas deben ser expresadas en unidades métricas siguiendo el International System of Units (IS). Los autores deben evitar utilizar símbolos o abreviaturas poco conocidos, en todos los casos, estas deben ser aclaradas la primera vez que se usen en el texto. Resultados: Deben presentarse como tablas estadísticas o gráficos, o procesados estadísticamente y expresados en el texto en forma concisa Discusión y conclusiones: Comentario sobre los resultados, con posible comparación con datos de la literatura. La importancia en la practica clínica y la investigación, también deberá ser establecida; la discusión deberá ser rigurosa y de acuerdo a los datos experimentales. Referencias: Deberán contener solo los autores citados en el texto, ser numeradas usando números arábigos, en orden alfabético secuencial de la primera letra del apellido del autor. Las referencias deben expresarse en el formato estándar aprobado por el Comittee of Medical Journal Editors: 90 Tablas: Cada tabla deberá ser enviada en archivos separados del texto matríz, precisando el Nº de la tabla; además, en el texto matríz se debe especificar claramente la ubicación de la o las tablas. La tabla o gráfico debe ir en formato xls, jpg o ppt. Figuras: Las figuras deberán enviarse en archivos separados del texto matríz,precisando el Nº de la figura; además en el texto matríz se debe especificar claramente la ubicación de la o las figuras. La figura debe ir en formato jpg o ppt. Las fotografías o figuras deberán estar asociadas a un texto de no más de 25 palabras que se debe incluir en el archivo del texto matríz, referenciado a la figura o fotografía. En el caso de cortes histológicos deberá constar el aumento utilizado y la técnica de coloración. Certificación de los autores: Deberá adjuntarse una nota firmada por los autores, donde estos certifican que el material remitido no ha sido publicado previamente, ni está en consideración para ser publicado, incluyendo revistas o libros. En caso de reproducir artículos o fragmentos de ellos, deberá adjuntarse la conformidad por escrito del titular de la propiedad intelectual. Envío del Trabajo Los trabajos se recibirán por correo electrónico en la siguiente dirección: Dr. Leonidas Quintana Marín Editor Revista Chilena de Neurocirugía Correo electrónico: [email protected] Anotar que se hace envío del trabajo, y colocar los archivos tanto de texto, como tablas y figuras como attaché. Es muy recomendable que en el archivo de texto se ubiquen las figuras con su leyenda, de preferencia en formato jpg, para facilitar su envío por correo electrónico. Si se prefiere hacer el envío por correo certificado, todos los discos de computación enviados (discos compactos) deberán estar rotulados con el nombre del primer autor, el título del trabajo, la leyenda texto, figura Nro., Tabla Nro., etc., y colocados en un sobre amortiguado contra golpes. Deberán ser enviados a: Dr. Leonidas Quintana Marín. Av. Libertad 1405 of. 301, Torre Coraceros, Viña del Mar, Chile. 91 92 93 94 95 96