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LanzaDigital, Lunes 26 de Enero de 2015
Roussos o el éxito de la simplicidad exótica
Muere el cantante Demis Roussos a los 69
años
- 26/01/2015
Alicia García de Francisco/Madrid, EFE
El cantante griego Demis Roussos
(Alejandría, Egipto, 1946) ha fallecido a los
69 años, según ha confirmado su hija
Emily al diario francés 'Le Figaro'.
La muerte de Roussos se produjo durante
la noche del sábado al domingo en un
hospital de la capital griega, Atenas.
Demis Roussos, quien todavía se mantenía
en activo, alcanzó sus años de mayor
popuarlidad durante las décadas de los
setenta y los ochenta, con grandes éxitos
por toda Europa.
Sus largas y vistosas túnicas eran, junto a
su barba y su melena descuidada, las señas
de identidad de Demis Roussos, cuya
muerte se conoció hoy; una imagen que casaba a la perfección con su tranquilidad y una sencillez que
promulgaba desde sus canciones de amor, tan tópicas como pegadizas sus melodías.
Porque si algo no destacaba en los temas que hicieron famoso al cantante griego de origen egipcio era la
profundidad de unas letras llenas de tópicos, pero que él sabía defender con la elegancia que le permitía el
movimiento vaporoso de sus túnicas.
Incluso en algunos casos, el éxito de una canción se basaba en la simple repetición cacofónica de un sonido
sin significado alguno.
Así fue con uno de sus mayores éxitos, "Mañanas de terciopelo" ("Velvet mornings"), que en 1973 puso al
mundo entero a bailar al ritmo de "triki, triki, triki, triiiki, triki, Mon Amour, triki, triki, triki, triiiiii".
Acompañado de un leve chasquido de dedos, el cantante, fallecido este fin de semana en Atenas aunque la
noticia no se hizo pública hasta hoy, convirtió esta canción en un himno que cantó en griego, inglés,
francés o español, entre otros idiomas.
Un artista internacional que supo salir de la limitación que le imponía su idioma, el griego, que él reconocía
como complejo y muy local, pero que supo exportar a través de esas melodías que le hicieron tan popular
en casi todo el mundo, aunque el éxito que logró en España no fue comparable a ningún otro.
En España vendió una buena parte de los cincuenta millones de álbumes que colocó a nivel internacional y
al español tradujo la mayor parte de sus éxitos: "Bailaré bailarás", "Mi amigo el viento", "Mi razón", "Cuando
soy como un niño", "Adiós amor adiós" o "María".
"Aunque soy un artista internacional, no lo soy al cien por cien, porque en una buena parte soy un músico
local", reconocía el artista en una entrevista con Efe en 2000, cuando presentó un disco con los éxitos que
le convirtieron en estrella en los años setenta.
Un regreso que no tuvo la repercusión esperada y que no le permitió recuperarse de la terrible transición
musical de los ochenta, como él definía a un periodo por el que transitaron como pudieron otros artistas de
su estilo, como Charles Aznavour o Nana Mouskouri.
Nada que ver con el tremendo éxito de años anteriores, cuando sus melodías eran tan conocidas como sus
exóticos y llamativos atuendos, especialmente sus túnicas de lentejuelas.
Pero en sus primeros tiempos lo que le hizo destacar fue la alta tesitura de su voz, con la que se fue
abriendo un hueco en la escena desde los 17 años, aunque tuvo su primera etapa importante a partir de 1968
cuando se unió a la banda de rock progresivo Aphrodite's Child.
Le acompañaba en ese grupo el teclista Evangelis Papathanassiou, que más tarde acortaría el nombre a
Vangelis y se dedicaría a bandas sonoras de éxito, como la de "Chariots of Fire" ("Carros de fuego") o "Blade
Runner", en la que participó Roussos cantando el tema "Tales of the future".
Los años setenta y ochenta fueron de gran éxito para el cantante, que sin embargo pasó por un momento
personal muy complicado.
En 1982 publicó el libro "A Question of Weight" ("Una cuestión de peso"), un relato personal sobre su larga
lucha contra la obesidad, un problema contra el que luchó toda su vida y que le hizo caer en una grave
depresión en aquella época.
A eso se unió un acontecimiento en el que el artista se vio desgraciadamente implicado en junio de 1985.
Roussos era uno de los pasajeros del vuelo TWA 847 que volaba de El Cairo a San Diego y que fue
secuestrado por un grupo radical islámico poco después de cumplir su primera escala en Atenas.
Desviado al aeropuerto de Beirut, el avión viajó entre la capital libanesa -en plena guerra civil- y Argel, ida y
vuelta mientras parte de los pasajeros permanecían a bordo, entre ellos Roussos, a quienes los
secuestradores incluso obsequiaron con un pastel por su cumpleaños, que era el 11 de junio.
El cantante lo explicó en una multitudinaria rueda de prensa tras su liberación, en la que se mostró
tranquilo y nada traumatizado por la experiencia.
Un hecho que superó con la ayuda de su fe y su pertenencia a la iglesia ortodoxa griega, con la que ha
colaborado cantando en templos de todo el mundo.
Aunque no paró de trabajar y en los noventa produjo canciones sin parar, el éxito ya no le volvió a
acompañar al mismo nivel y ni los discos de recopilación de sus éxitos le devolvieron la gloria de antaño.
Su último disco, "Demis", se publicó en 2009, y nunca suspendió sus conciertos. El próximo estaba fijado
para el 12 de marzo en Moscú y algunas informaciones apuntaban a un próximo trabajo que nunca verá la
luz.
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