Catequesis de - Seminario de Zacatecas

Transcripción

Catequesis de - Seminario de Zacatecas
a Semana Santa es siempre un acontecimiento esperado por todos, pues es la oportunidad
para que, todos los agentes de pastoral, vayamos a las comunidades de la Diócesis a
compartir nuestra fe, a celebrar con los fieles el Misterio Pascual de Cristo nuestro Señor.
Es una misión que hemos de cumplir con el mayor de los cuidados, pues se confía a
nuestras débiles manos la fe de una comunidad, por eso se hace necesaria y urgente una buena
preparación. En primer lugar una preparación espiritual, de tal manera que llenos de Dios,
simplemente vayamos a compartirlo con quienes nos reciben. Esta visión de fe nos compromete
con toda comunidad cristiana.
Pero es también necesaria una preparación técnica, de modo que con las herramientas
necesarias contribuyamos a que la celebración de los Misterio de la fe se vivan y celebren de una
manera más consciente, activa y devota. Se hace, entonces, necesario contar con un material de
temas, dinámicas, cantos, etc., que nos faciliten el desempeño de nuestra labor misionera.
Este es el propósito del material que tienes en tus manos y que el grupo de misiones, de
nuestro Seminario, ha elaborado para ti. Esperamos que te sea de gran ayuda y contribuya a una
celebración más plena y consciente de nuestra fe.
«El Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo,
invita insistentemente a la Alegría»
EG 5
1
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Catequesis de Niños
LUNES SANTO
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«EL EVANGELIO DEL NIÑO»
Objetivo: Que el niño pueda conocer la alegría y las buenas noticias que el Evangelio nos
transmite, y que pueda comprender por qué creemos en Él.
1. Oración inicial
Señor Jesús, quiero vivir alegre.
Vivir la alegría como signo de plenitud para que mi vida ayude a otros, para que el deseo de ser
alegres contagie a muchas personas y no cansarnos de hacer el bien con corazón alegre,
renuévame con el gozo que das Tú y que nadie nos puede arrebatar. Amén.
2. Experiencia Humana
El Evangelio como Buena Noticia, dinámica
Se pueden organizar dos equipos, cada uno debe de elegir un mensajero, preferentemente de
los mayores de cada equipo. Se tendrán ya preparadas una papeletas con algunas noticias, buenas
y malas, por ejemplo: mi mamá está enferma, mi abuelita murió, me encontré diez pesos, me
visitó mi abuelo, mi hermano se alivió… Los mensajeros por medio de señas deberán comunicar
la noticia a su equipo y éste deberá adivinar lo que el mensajero les comunica. Ganará el equipo
con más aciertos.
¿Ustedes han escuchado la palabra Evangelio? ¿Alguien sabe qué significa? Pues bien, la
palabra evangelio significa “Buena Noticia” ¿Pero cómo es esto? ¿Qué significa esto? Hoy todos
nosotros recibimos noticias ¿Cierto? Algunas malas y otras buenas
Por ejemplo: Cuando el Niño Dios nos trae el juguete que queríamos, cuando nuestra abuelita
enferma se mejoró, o quizá cuando nació nuestro hermanito, o cuando sacamos un 10 en la
escuela, o cuando nos dijeron que iríamos de paseo a un lugar muy divertido, o cuando nuestro
mejor amigo nos mandó una cartita o nos habló por teléfono, todas éstas son buenas noticias…
Nosotros mismos al nacer fuimos una buena noticia para nuestros papás. Ahora nos podemos dar
cuenta de que todos hemos recibido buenas noticias.
¿Pero qué pasa cuando recibimos una buena noticia? Se pide la participación de los niños.
Las buenas noticias siempre traen alegría, nos hacen sentirnos felices y contentos, nos emocionan
y dibujan una sonrisa en nuestro rostro, por eso andamos ahí brincando y bailando, platicándole a
todo el mundo sobre la buena noticia que escuchamos. Esto es maravilloso porque las buenas
noticias siempre son para compartirse y contagiar nuestra alegría a las personas que nos rodean.
Sin embargo también existen las malas noticias, que nos entristecen y nos hacen llorar. ¿Qué
malas noticias se les ocurren? Todas estas malas noticias se pueden curar con buenas noticias
para sentirnos mejor, y en el Evangelio podemos encontrarlas.
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Carta a los niños en el año de la Familia, de Juan Pablo II del 13 de diciembre de 1994.
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Catequesis de Niños
3. Iluminación
Siempre que vamos a Misa, el padrecito nos lee una lectura y dice «Del santo Evangelio
según San…» y hace una señal en el libro, y cuando termina dice Palabra del Señor y le da un
beso. ¿Te has dado cuenta de eso? Pues bien, para entenderlo hablemos un poco sobre la historia
del Evangelio, te contaré un poco:
Hace mucho, pero mucho tiempo vivían cuatro hombres que eran muy inteligentes y les
gustaba escribir. Uno de ellos vivía en Roma y se llamaba Marcos; otro de ellos tenía por nombre
Lucas, era médico y vivía en Corinto; Mateo era un cobrador de impuestos y vivía en Antioquía;
el último de ellos se llamaba Juan. De estos cuatro hombres, dos escuchaban mucho que la gente
hablaba sobre un personaje, que hacía milagros, ayudaba a los pobres y a los tristes, y los otros
dos fueron sus apóstoles ¿Sabes cómo se llamaba ese hombre? Pues su nombre era Jesús de
Nazaret. Seguramente tú también lo conoces. Él es el Hijo de Dios; de Jesús y compartieron su
vida.
Estos cuatro hombres investigaron todo acerca de Jesús, todo lo que había hecho y lo que
decía, y entonces ¿Qué crees que sucedió?... Dios los iluminó y cada uno escribió un libro sobre
la vida de Jesús, para que todos lo leyeran y conocieran su historia. Pero antes de todo, debemos
saber que estos libros tenían escrita una buena noticia, ¿Sabes quién era la buena noticia? Jesús,
el Hijo de Dios, porque él vino a salvarnos y mostrarnos a Dios, nos impulsó a decirle Papá.
Gracias a Mateo, a Marcos, a Lucas y a Juan, nosotros conocemos a Jesús y sabemos cómo
fue su vida, y por eso en la Misa el Padrecito lee el Evangelio y cuando termina le da un beso,
porque es muy importante para nosotros los cristianos.
¿Pero por qué creer en lo que estos cuatro hombres escribieron hace mucho tiempo?
La Iglesia, que somos nosotros, cree en Jesús, en el Evangelio, en lo que escribieron
Mateo, Marcos, Lucas y Juan, porque Dios fue quien los inspiró y los iluminó por medio del
Espíritu Santo para que pudieran escribir. Sabemos que lo que nos narran es verdad, porque Dios
es la verdad, Él nunca nos engaña ni nos dice mentiras. ¿Ustedes creerían en alguien que dice
mentiras y malas noticias? Por eso nosotros tenemos nuestra fe puesta en el Evangelio, porque
siempre nos dice la verdad y transmite buenas noticias y alegría.
Además, en los relatos de los evangelistas, encontramos cómo Jesús anuncia la Buena
Noticia, más aún debemos de reconocerlo a Él como la Buena Noticia, Él es nuestro Evangelio
porque nos muestra a Dios y hace presente la salvación para el hombre. (Se pueden hacer equipos
y repartir estas citas bíblicas en una papeleta para que los niños hagan un cartel con dibujos y
color).
- Jesús mismo se encargaba de transmitir a las personas las buenas noticias:
“Jesús recorría todas las ciudades y pueblos enseñaba en sus sinagogas, proclamaba la Buena
Nueva del Reino y curaba todas las dolencias y enfermedades” (Mt 9, 35)
- Jesús realiza signos que para anunciar la Buena Noticia de la salvación:
“En cierto día dos ciegos le gritaron a Jesús, ten compasión de nosotros, entonces Jesús les
preguntó ¿creen que puedo hacer esto? Contestaron: “Sí, Señor”. Entonces Jesús les toco los
ojos, diciendo: “hágase así tal como han querido.” Y sus ojos vieron.” (Mt 9, 27)
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El Señor también tiene comunica la Buena Noticia para los niños, Él que es el amigo que
nunca falla nos invita a estar cerca de Él:
“Entonces trajeron a Jesús algunos niños paraqué les impusiera las manos y rezara por ellos.
Pero los discípulos los recibían muy mal. Jesús entonces les dijo: dejen a esos niños que se
acerquen a mí: el Reino de los cielos pertenece a los que son como ellos. Jesús les impuso las
manos y continuó su camino.” Mt 19, 13-14.
¡Qué importante es el niño para Jesús! Podemos decir que el Evangelio está lleno de la
verdad sobre el niño, a todo esto en conjunto podemos llamarle el «Evangelio del niño». Este año
jubilar, año de fiesta en que nuestra diócesis cumple 150 años estamos llamados con más fuerza a
creer el «Evangelio del niño»
1. Jesús nos lo muestra primero por un afecto extraordinario por ustedes tanto que hasta
los puso de ejemplo para sus apóstoles, que discutían sobre quién era el más grande,
pone en medio de ellos a un niño y dice: « Si no cambian y se hacen como los niños,
no entrarán en el Reino de los Cielos » Mt 18, 3.
2. Nos invita con toda su vida y palabra que seamos no sólo hijos de nuestros papás, sino
hijos adoptivos de Dios por nuestro Bautismo y que vivíamos como tales.
3. Nos pide que seamos valientes testigos como Santa Inés, que vivió en Roma; santa
Agueda, martirizada en Sicilia; san Tarsicio, un muchacho llamado con razón el mártir
de la Eucaristía, porque prefirió morir antes que entregar a Jesús sacramentado, a
quien llevaba consigo.
4. Que respondamos al amor que Jesús nos tiene haciendo oración. ¡Qué enorme fuerza
tiene la oración de un niño! Llega a ser un modelo para los mismos adultos: rezar con
confianza sencilla y total quiere decir rezar como los niños saben hacerlo.
El «Evangelio del niño», nos dice el Papa Juan Pablo II, consiste en que «el Hijo predilecto
de Dios se presenta entre nosotros como un recién nacido; en torno a Él los niños de todas las
Naciones de la tierra sienten sobre sí mismos la mirada amorosa del Padre celestial y se alegran
porque Dios los ama. El hombre no puede vivir sin amor. Está llamado a amar a Dios y al
prójimo, pero para amar verdaderamente debe tener la certeza de que Dios lo quiere.
¡Dios los ama, queridos muchachos! … Que este amor se extienda después a toda vuestra
comunidad, mejor aún, a todo el mundo gracias a ustedes, queridos muchachos y niños. Así el
amor llegará a quienes más lo necesitan, en especial a los que sufren y a los abandonados. ¿Qué
alegría es mayor que el amor? ¿Qué alegría es más grande que la que tú, Jesús, pones en el
corazón de los hombres, y particularmente de los niños…?»
4. Actividad
Se propone el dibujo anexo
5. Compromiso
Todo lo que hemos visto que hacía Jesús es lo que hemos de intentar hacer nosotros... Es por
eso que debemos conocer el Evangelio para así poder amar mucho mas a Jesús y después ayudar
a transmitir esta buena noticia a todo el mundo, especialmente a tu familia y amigos… Si
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abrazamos el «Evangelio del niño» y llevamos a la práctica todo lo que Jesús nos enseñó…
¡¡¡SEREMOS FELICES!!!
6. Oración final
Oh Corazón de Jesús, Dios de mi vida, gracias por todo lo que siempre recibo de ti. Bendito
sea tu nombre hoy y siempre, gracias por el amanecer, por el atardecer, por los días radiantes, por
los días lluviosos, también te doy gracias por las noches iluminadas con infinidad de estrellas y
por el resplandor de la luna. En toda la creación se manifiesta tu grandeza y siento como todo
está lleno de tu poder y tu fuerza, te doy gracias mi Señor por tu gran amor. Amén.
MARTES SANTO
«EL EVENGELIO QUE PROCLAMAMOS»
1. Objetivo
Que el niño una vez que ha conocido el Evangelio que cree, se dé cuenta de la forma en que lo
proclama para que después sea capaz de celebrarlo y vivirlo.
2. Oración inicial:
Amigo Jesús tu que fuiste niño como nosotros y a lo largo de tu vida fuste aprendiendo tantas
cosas a cerca de tu Padre, hoy ayúdanos a conocerte y poder decir a los demás que creemos en Ti
que nos has salvado. Amén.
3. Experiencia de vida.
Había una vez un niño llamado Juan, vivía en un pueblo llamado el Cerro, que estaba muy
lejano de los demás pueblos. Juan no conocía nada sobre los caballos, porque en ese pueblo no
había de estos animales. En una ocasión su mamá, doña Margarita le comenzó a platicar que ella
cuando era niña, vivía en otro pueblo y sus padres tenían un caballo blanco muy hermoso con el
que jugaba y se iba de paseo. Aunque su mamá le platicaba todo muy emocionada, Juanito que
nunca había visto uno se quedó en blanco y le preguntó a su mamá ¿qué es un caballo? Su madre
muy amable comienza a describirle un caballo, mira hijo un caballo es un animal que tiene cuatro
patas, es muy grande, sirve para montarlo, etc.
Juan se durmió con una sonrisa en su cara porque había aprendido algo nuevo, no podía
esperar comentarles a todos cómo eran los caballos. Al día siguiente el Juanito asistió a la escuela
de su pueblo e iba muy emocionado porque había conocido los caballos y comenzó a decirle a sus
amiguitos lo que era un caballo, que eran animales de cuatro patas, que eran grandes y que
servían para montar. Ciertamente que Juan no veía todavía un caballo ni lo tocaba, pero ya
conocía sus características, y cada vez que lo describía alimentaba la esperanza de tener un
caballo frente a él algún día.
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¿Ustedes conocen los caballos? ¿Para qué los tenemos cerca? ¿Se han subido a alguno?
Lo que observamos en esta pequeña historia es cómo Juan, sin conocer directamente los
caballos, los descubre por medio de su madre y esto no por una imagen sino por lo que le
describió. Juan le creyó a su mamá, como cualquiera de nosotros lo hacemos.
Así nosotros, creemos en el evangelio no porque hayamos visto todo lo que él nos cuenta, no
porque hayamos visto en vida al mismo Cristo y todo lo que Él hizo, sino como ya se veía el día
de ayer, porque creemos en el evangelio que nos ha sido presentado por muchos hombres que lo
han puesto por escrito y ellos nos hablan de Jesús y de la historia de la salvación que Dios nos
ofrece a través de su Único Hijo y así como Juan que no conocía los caballos, creyó lo que le dijo
su mamá; de igual manera nosotros aunque no hayamos visto a Jesús creemos en Él, y no solo
nos quedamos para nosotros aquellos que escuchamos de Él sino que lo proclamamos, es decir,
que lo decimos, lo anunciamos a los demás como Juan fue a compartir con sus amigos cómo eran
los caballos.
4. Iluminación
Lc 9, 18-22
«Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la
gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y
otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién
dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Y él les
ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir
mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a
muerte y resucitar al tercer día"».
(Se pueden preparar en papeletas grandes las diferentes respuestas que dan los apóstoles)
Jesús plantea una interrogante difícil a sus apóstoles y si fuera un examen no todos pasarían con
diez, quizá solo uno. ¿Quién recuerda lo que les pregunta Jesús a sus apóstoles? « ¿Quién dice la
gente que soy yo?» Muy bien vamos a conocer las respuestas que dan, se van mostrando las
papeletas:
-
Dicen… que eres Juan el Bautista: ¿Quién es este señor? ¿Quién es Juan el bautista?
Era primo de Jesús y le decían el Bautista porque bautizaba en el río Jordán. ¿Se acuerdan
que también bautizó a Jesús? ¿Entonces Juan el Bautista era Jesús? No.
-
Dicen… que eres Elías: ¿Quién sabe quién era Elías? Fue un profeta que vivió mucho
tiempo antes que Jesús cuando Israel tenía reyes. Por su medio, Dios se manifestó con
grandes prodigios, pero no fue bien recibido por todos debido a que denunciaba los actos
malos del pueblo. Los judíos esperaban la venida de Elías porque Dios había prometido
que volvería antes que el Mesías para preparar el camino. ¿Entonces Jesús era Elías? No,
porque Jesús es el Mesías.
-
Dicen… que eres alguno de los antiguos profetas que ha resucitado: ¿Quiénes eran los
profetas? Eran hombres escogidos por Dios para dar a conocer sus designios y promesas a
su pueblo, también muchas veces, cuando los israelitas se desviaban del camino, los
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profetas llamaban la atención para que volvieran al camino del Señor, también
alimentaban la esperanza cuando pensaban que todo estaba perdido, porque el amor de
Dios siempre ha sido más grande que las faltas que se comenten. Eran muy amigos de
Dios y tuvieron mucho contacto con Él. ¿Jesús era un profeta? Pues no era un profeta de
antes que había resucitado como dijo la gente es más grande que ellos.
A Jesús no le convencieron esas respuestas, porque era lo que la gente decía, y como sus
apóstoles lo conocían más y lo trataban diario, volvió a insistir ¿ustedes quién dicen que soy? Ya
no quiere saber lo que se cuenta de Él, sino que quiere saber lo que sus amigos piensan de Él, y
san Pedro fue el valiente que contestó: «Tú eres el Mesías de Dios». Se sacó el 10, él supo
responder pero no fue porque el haya estudiado mucho y se haya aprendido el catecismo, sino
porque ha estado cerca de Jesús, lo ha ido conociendo, lo ha tratado, ha creído en sus obras y
palabras, y porque el Espíritu Santo lo ilumina. Pedro profesa quién es Jesús, y el Señor le
completa su respuesta con su Pasión, porque es el mayor acto de amor que hará: dar su vida.
Como Juan, el niño del cuento y como Pedro, debemos estar cerca de Jesús, tratarlo y creer en
Él para poder proclamar nuestra fe en Él, para no creer en mentiras como la gente de su tiempo.
Es muy importante que nos llenemos de valentía para poder proclamar nuestra, pero ¿qué es
eso de proclamar? Significa publicar en alta voz algo para que se haga notorio a todos, para que
todos se den cuenta. ¿Cómo podemos hacerlo? Por dos caminos con nuestra voz, como Juan,
platicando a los demás sobre la vida de Jesús, sobre el amor de Dios, su obra salvadora; y con
nuestras obras porque si seguimos el ejemplo de Jesús haciendo el bien, eso hará que muchos
también crean en Él. Nuestros papás, nuestros catequistas, el padre proclama su fe hacia nosotros
enseñándonos lo que conocen de Jesús, nosotros también estamos llamados a hacerlo.
5. Actividad:
Se forman cuatro equipos y se les invita a que compartan su conocimiento que tienen acerca
de Jesús, aquello que sus padres, sus hermanos, catequista o sacerdote les ha compartido acerca
del Señor. Se pide a cada niño que contesten dos preguntas ¿Qué conoces acerca de Jesús?
¿Quién es Jesús para ti?, estas preguntas las contestarán dentro del equipo que les corresponde en
las hojas del dibujo 2 en el espacio inferior de la hoja.
Después de que compartieron aquello que conocen sobre Jesús, se invita a tres niños de cada
equipo para que compartan con todos sus respuestas. Se dará oportunidad aquellos niños (a parte
de los que se han elegido) que espontáneamente quieran participar.
Se explica el sentido de la actividad. Nosotros no conocemos del todo al Señor Jesús.
Conocemos lo que nos han compartido muchas personas que conocen un poquito más, ustedes lo
irán conociendo mientras van creciendo, han de saber que la misión de Jesús ha sido el salvar a
todos los hombres y mujeres, y por lo tanto también a ustedes niños, Jesús los ama y Él quiere
que ustedes estén bien, que sean felices, que vivan esta etapa de la niñez con alegría, pero saben
algo, el Señor Jesús también quiere que ustedes se porten bien, que sean obedientes a sus padres,
que hagan sus tareas, que cuando les pidan un favor lo hagan con disponibilidad y con amor.
Niños, nuestro Señor Jesús quiere que sigamos sus pasos, que imitemos su ejemplo, porque si así
lo hacemos podremos ser verdaderamente felices aquí y en la vida futura. Porque ahí también
proclamamos nuestra la fe en nuestro Evangelio.
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6. Compromiso:
Voy a tratar de conocer primero a Jesús para después darlo a conocer a mis compañeritos de la
escuela y a todos los niños con los que me relaciono en la calle o en el catecismo y sobre todo
voy a tratar de que mis padres me enseñen más sobre lo que creemos.
7. Oración final:
Te damos gracias Señor porque por medio de tu Hijo Jesús te has dado a conocer y porque por
medio del Evangelio que nos han dado muchos hombres podemos conocer a tu Hijo y esa
salvación que nos das por su medio. Amén.
MIÉRCOLES SANTO
« EL EVANGELIO QUE CELEBRAMOS Y VIVIMOS.»
1. Objetivo:
Enseñar a los niños que en los sacramentos, concretamente, en cada Eucaristía celebramos y
vivimos el mensaje de Dios a los hombres a través de su palabra.
2. Oración inicial:
Padre bueno, te damos gracias por todas las cosas que nos rodean, que a través de ellas podamos
conocerte más, por medio de tu palabra, y vivir como ella dice para amarte más. Amen.
3. Canto:
A edificar la Iglesia,
a edificar la Iglesia,
a edificar la Iglesia del Señor,
hermano ven ayúdame,
hermano van ayúdame
a edificar la Iglesia del Señor.
Tú eres la Iglesia,
yo soy la Iglesia
somos la Iglesia del Señor,
hermano ven ayúdame,
hermano van ayúdame
a edificar la Iglesia del Señor.
El Papa es la Iglesia,
el obispo es la Iglesia,
somos la Iglesia del Señor,
hermano ven ayúdame,
hermano ven ayúdame
a edificar la Iglesia del Señor.
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4. Experiencia de vida
A ver niños ¿A quién le gustan las fiestas? Creo que la pregunta está mal empleada más bien
¿a quién no le gustan las fiestas? Por lo visto a todos, incluso a mí, así como me ven también a
todos grandes y pequeños nos gustan las fiestas, a pero ojo niños hay de fiestas a fiestas, hoy
quiero hablarles de una fiesta muy importante para nosotros, la Misa. Pero ¿cómo debe ser una
fiesta? Menciónenme algunas fiestas que celebramos.
Jesús también celebraba fiestas, acudía y participaba en ellas. Conozcamos un poco una de las
fiestas del pueblo de Jesús. Se llama la Pascua, y el evangelista Lucas nos platica cómo celebró
Jesús la última pascua con sus apóstoles
5. Iluminación:
Leer la cita bíblica: Lc 22, 7-20 (se puede apoyar la cita con algunos dibujos)
Llegó el día de los Ázimos, en el que se había de sacrificar el cordero de Pascua; y Jesús envió a
Pedro y a Juan, diciendo: «vayan y preparen la Pascua para que la comamos.» Ellos le dijeron: «
¿Dónde quieres que la preparemos?» Les dijo: «Cuando entren en la ciudad, les saldrá al paso un
hombre llevando un cántaro de agua; síganle hasta la casa en que entre, y dirán al dueño de la
casa: “El Maestro te dice: ¿Dónde está la sala donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?”
Él les enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta; hagan allí los preparativos.»
Fueron y lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua. Cuando llegó la hora,
se puso a la mesa con los apóstoles, y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con
ustedes antes de padecer; porque les digo que ya no la comeré más hasta que halle su
cumplimiento en el Reino de Dios.»
Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes; porque les
digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de
Dios.»
Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es
entregado por ustedes; hagan esto en recuerdo mío.»
De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi
sangre, que es derramada por ustedes».
¿Cómo se llama la fiesta que Jesús celebró
con sus apóstoles?
¿Dónde la celebró?
¿Quién preparó la comida? ¿Qué comieron?
¿Qué tomaron?
¿Nosotros hacemos esta fiesta?
¿Por qué celebramos esta fiesta?
¿Qué nombre recibe?
Aquí, encontramos el fundamento de la celebración de la Eucaristía, o de la Misa y para nosotros
sigue siendo una fiesta. ¿Cómo puede ser una fiesta? Conozcamos algunos elementos.
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Características de la fiesta de la Misa:
A ver niños ¿Cuál es lo primero para ir a una fiesta? Obviamente que nos inviten verdad,
porque si no es así no podemos asistir, no hay que gorrear niños, bueno de igual manera la Misa,
la invitación que nos envía Dios Padre es el bautismo. Esta invitación es para todos, sin excluir a
nadie.
Al igual que en las fiestas tiene que haber música para que haga ambiente, y no estar
aburridos, a pues también en la Misa hay música que nos anima y nos motiva a participar. Si se
han dado cuenta de ello, pues está el coro.
A la fiesta van muchas personas, todas con un objetivo estar alegres, porque una fiesta no
debe ser triste, de hecho todos debemos ser alegres... en la Misa esta una persona que nos anima a
vivir más plenamente esta alegría y nos prepara para recibir al anfitrión es decir al más
importante de todos los invitados, bueno más bien es el que nos invita, nuestro amigo Jesús. La
persona que nos invita es el sacerdote, ¿si lo han notado?, a ver ¿Cómo es? Él ayuda al buen
amigo Jesús para que todos sus amiguitos estén listos para recibirle, imaginen esto:
En cada Eucaristía, en cada fiesta, en cada celebración tenemos la presencia de un amigo que
cada día nos escribe cartas, que nos despierta por la mañana, que no se cansa de andar con
nosotros, andemos donde andemos Él está para cuidarnos, lo único que nos pide es que vivamos
más unidos a Él y que participemos de esa invitación que nos ha hecho desde que fuimos
bautizados pues ahora somos participes de esa fiesta pero: ¡Verdad que las fiestas son geniales!
hay globos, hay alegría y lo más importante, estamos contentos, alegres. Somos felices, porque
en una fiesta encontramos lo que en verdad necesitamos.
Pero, hay algo que no les he dicho sobre la Misa, que es nuestra fiesta. Todos, todos, la
celebramos y formamos parte en ella, ahí estamos viviendo de lo que nos enseña el evangelio
pues en él nos da una muestra de cómo debemos de vivirlo contentos, alegres, ser sal de la tierra
luz de cuantos nos rodean pues como cristianos no debemos ser desabridos sino con un sabor
único que nos identifique como tal.
En la Eucaristía, venimos a escuchar a Dios que nos habla por medio de su palabra, por eso es
muy importante tener todos nuestros sentidos atentos de lo contrario no escucharemos nada.
Guarden un momento de silencio todos, a las tres, 1, 2 y 3… Así debemos estar para escuchar a
Dios.
Toda la Eucaristía es la fiesta de nuestra salvación, del amor de Jesús hacia nosotros que se
entregó por amor a la muerte de Cruz. Acuérdense que Jesús es nuestro Evangelio, y en la
Eucaristía celebramos, hacemos fiesta nuestro Evangelio, para que cuando estemos en casa lo
vivamos. Esta es nuestra tarea y para eso venimos al templo a celebrar y a hacer vida a nuestro
Evangelio.
6. Actividad:
Colorear el dibujo y recuerda, “que cuando vamos a Misa participamos y vivimos nuestro
Evangelio”.
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Catequesis de Jóvenes
LUNES SANTO
EL EVANGELIO QUE CREEMOS
1. Oración inicial.
Padre Dios, queremos pedirte que envíes tu Santo Espíritu para que nos guie, ilumine y
nos ayude a comprender el camino de salvación que has manifestado en tu Hijo Jesús. Y que en
este año Jubilar que está viviendo la Diócesis de Zacatecas, podamos vivificar y aumentar nuestra
fe. Que en este día podamos ver y comprender tu Santa voluntad, así ser mejores hijos tuyos.
2. Bienvenida.
Se invita los jóvenes a que reconozcan la importancia de que ellos participen activamente
en la Iglesia y se propone una dinámica de presentación que ayude a crear un ambiente propicio
para el desarrollo de los temas. Sugerencia: Yo soy Juan él es Luís. En círculo se hace una
presentación de la siguiente manera primero una ronda general en la que todos dicen su nombre.
A continuación el que coordina inicia diciendo el nombre del compañero que se encuentra su
izquierda, luego su nombre y después el de la derecha (ejemplo él es Pedro, yo soy Juan, él es
Luís). Una vez que todos se hayan presentado se marca “CAMBIO”, se acomodan de diferente
manera y en vez de presentarse por el nombre puede ser por colores, frutas, canciones, etc.
repitiendo el proceso anterior.
3. Desarrollo del tema
Quiero que recuerden ahora un poco de su niñez, cuando éramos más pequeños ¿a quién
de ustedes le gustaban los cuentos, súper héroes, viajes espaciales y las historias? ¿Por qué? A
muchos de nosotros, nos gustaba imaginar lugares, personajes o diferentes situaciones que en
cierto modo pensábamos que eran realidad. Pero fuimos creciendo y comprendimos que solo eran
algo imaginario. Pero saben algo nosotros estamos en una historia que no es cualquier historia, es
la Historia de la Salvación, y esta sí que es verdadera y es una realidad en nuestra vida. Dios
Padre ha enviado a su Hijo para salvarnos a cada uno, porque nos ama, porque somos importantes
para El. El Señor Jesús ha dado su vida por nosotros, nos ha mostrado la grandeza del amor de
Dios y eso es el motivo de estas preparaciones y de nuestra alegría en esta Semana Santa.
Nuestro Señor Jesucristo dio una misión a sus discípulos, el ir a evangelizar y compartir
con todos los hombres el Evangelio. Pero, ¿Saben que significa la palabra Evangelio? significa
Buena Noticia, una alegre noticia que nos ha de ayudar a cambiar nuestra manera de ver la vida y
convertirnos a Dios. A los discípulos se les dio la tarea de anunciar la Buena Noticia. Este
Evangelio ha llegado a nosotros gracias a hombres y mujeres que se comprometieron con la
difusión del mismo. Hace muchos años a nuestro país llegaron los primeros evangelizadores y
estos comenzaron a anunciar a nuestros antepasados que fueron aceptando poco a poco el
Evangelio. ¿Conoces a alguien que haya venido con esa misión a tu parroquia?, esperar respuesta,
exactamente, como son sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos (catequistas, coros, grupos),
que de una u otra manera han hecho posible que nos acerquemos más a Dios y quizá esa
invitación se nos esté lanzando a cada uno de nosotros.
Pero saben, les tengo una gran noticia, ¡estamos de fiesta!, todos los que pertenecemos a
la Diócesis de Zacatecas, y ¿Por qué estamos de fiesta? Por la celebración de los 150 años de la
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fundación de nuestra Diócesis, y esto es un motivo de gran alegría y de gozo, ya que la Iglesia
particular de Zacatecas ha caminado fielmente durante estos años, muchos hombres y mujeres
han peregrinado, creído y profesado su fe en el Evangelio del Señor Jesucristo. Este año jubilar es
tiempo de gracia para valorar y anunciar con entusiasmo la fe y Evangelio que se nos ha
compartido.
Como jóvenes católicos estamos llamados a valorar el anuncio del Evangelio, pero antes de
anunciarlo tenemos que creerlo, para así profesarlo con un espíritu de fe y confianza plena.
4. Iluminación: Mt 28,19-20
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he andado. Y he aquí que yo estoy
con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”».
En este texto nuestro Señor Jesús nos da el mandato misionero, el ir haced discípulos a
todas las gentes. La misión de ir a anunciar el Evangelio no se la dio solo a los discípulos de los
primeros siglos, si no que sigue hablándonos en nuestro aquí y ahora, es su voluntad que sigamos
proclamando el Evangelio al mundo actual, en las diversas situaciones que vivimos y los medios
que están a nuestro alcance.
Los discípulos fueron presurosos en ir a evangelizar, fundaron muchas comunidades en
las cuales se manifestó una fe profunda, ya se nos relata en el Nuevo Testamento la vida de las
primeras comunidades, que a pesar de las dificultades que tenían se mantuvieron fieles al Señor.
El Papa Francisco nos dice en Evengelii Gaudium N.167: “Anunciar a Cristo significa
mostrar que creer en Él y seguirlo no es sólo algo verdadero y justo, sino también bello,
capaz de colmar la vida de un nuevo resplandor y de un gozo profundo, aun en
medio de las pruebas”.
Con esto nos quiere decir que todos los bautizados somos o debemos ser anunciadores del
Evangelio. Pero para anunciarlo no solo han de decirse palabras bonitas sino que se ha de creer y
dar testimonio con la vida de lo que se anuncia, para que el mensaje sea veraz y tenga la
profundidad necesaria para ayudar en la conversión de los demás. La gracia del Señor actúa en
nosotros si realmente tenemos fe y creemos en su palabra.
En Evangelii Gaudium 278, el Papa Francisco nos dice :”La fe es también creerle a Él,
creer que es verdad que nos ama, que vive, que es capaz de intervenir misteriosamente,
que no nos abandona, que saca bien del mal con su poder y con su infinita creatividad. Es
creer que Él marcha victorioso en la historia «en unión con los suyos, los llamados, los
elegidos y los fieles» (Ap 17,14). Creámosle al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya
está presente en el mundo, y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras: como la
semilla pequeña que puede llegar a convertirse en un gran árbol (cf. Mt 13,31-32).
Hemos de mantener en todo momento y circunstancia una actitud de esperanza, imagínese
a los primeros discípulos que iban de dos en dos a evangelizar a los pueblos de Jerusalén, ellos
iban a compartir su experiencia de fe, iban a anunciar la Buena Nueva. Así nosotros hemos de
valorar su ejemplo y empezar a anunciar el evangelio en nuestra familia, a nuestros amigos, a
nuestra comunidad y después a otras comunidades. Hermanos demos testimonio de aquello que
16
Catequesis de Jóvenes
hemos creído, seamos una imagen de Dios en el mundo, pero para eso no olviden que han de
meditar la Palabra de Dios, han de alimentarse de la Eucaristía, fuente de vida eterna, han de orar
al Señor cada día y pedirle que les de los medios y las gracias necesarias para que sean testigos
fieles del Evangelio.
Evangelicemos, anunciemos a aquellas personas a las que veamos que su vida no tiene
sentido, que viven tristes, fracasados, aburridos. No tengan miedo, sean valientes, acérquese al
pobre, imiten a Jesús que siempre fue cercano a los que sufrían por un problema o una
enfermedad. Tómennos en cuenta las palabras del Papa Francisco en Evangelii Gaudium 23 :
“Es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en
todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo.
5. Actividad
En grupos pequeños se hace un cartel respecto al tema, en el que se anuncie el Evangelio, al
exponerlo se les pedirá que lo hagan para un sector especial (niños, jóvenes, adultos, enfermos,
familia, etc.). Llevar material necesario (revistas, pegamento, cartulinas, marcadores, etc.).
6. Compromiso
Reflexionar ¿Quién y cómo es el Dios en el que creo?, ¿Cómo actúa Dios en mi vida? ¿A qué me
compromete el creer en Dios que profeso?
7. Oración final
Gracias Padre Dios, porque hoy pudimos aprender algo nuevo para nuestra vida cristiana.
Que todo lo que nos has compartido lo podamos hacer vida, que no tengamos miedo a anunciar el
Evangelio a todos los hombres y mujeres de estos tiempos. Que el Espíritu Santo guie nuestros
pasos y nuestras, y que seamos fieles en el seguimiento de tu Hijo Jesús. Amen.
MARTES SANTO
EL EVANGELIO QUE CELEBRAMOS
1. Oración inicial
Dios Padre, Creador nuestro, en este día te pedimos que nos ayudes a conocer y amar tu
voluntad amorosa. Que a través de este tema podamos aprender aquello que nos permita ser
mejores hijos tuyos, que nos permita aumentar nuestra fe y nuestro compromiso con la difusión
del Evangelio y con tu Iglesia.
17
Catequesis de Jóvenes
2. Bienvenida
Se realiza la dinámica llamada “A edificar la Iglesia". Nosotros como Iglesia estamos
llamados a edificarla y, a manifestar nuestra fe. Y una de las formas para edificar nuestra Iglesia
es celebrando el Evangelio, y ¿cómo lo celebramos el Evangelio? Valorando las celebraciones
sacramentales, especialmente la Eucaristía, también escuchando la palabra de Dios y ponerla en
práctica.
3. Desarrollo del tema
¿A quién le gustan las fiestas? ¿Por qué? En nuestra experiencia de vida hemos participado
en alguna o en muchas fiestas (cumpleaños, matrimonio, graduaciones, algún logro, etc…) de
amigos o familiares. ¿Cómo es su actitud cuando van a una fiesta es positiva o negativa? Es
positiva. En el ambiente de una fiesta se tiene una actitud alegre porque se comparten momentos
importantes. También en una fiesta nuestro aspecto exterior dice mucho, es un signo de nuestro
alegría, el ir vestidos de manera diferente a como acostumbramos habitualmente. A través de
nuestra persona se manifiesta una alegría, sonreímos más, nuestra expresiones son positivas,
nuestro andar es más relajado. Y bien si la fiesta es por algún logro que hemos tenido, con mayor
razón manifestamos felicidad.
EL EVANGELIO ES UNA CELEBRACIÓN
Todos los católicos que pertenecemos a la Diócesis de Zacatecas estamos de fiesta, y ¿Por
qué estamos de fiesta? Porque estamos en el año jubilar, y el motivo es la celebración de los 150
años de la Diócesis de Zacatecas. ¿Qué es el jubileo? “Es una gran experiencia de conversión y
de gozo, de perdón y de amor, de alegría de la verdadera salvación” es la gran oportunidad
de renovar nuestra fe, fortalecer nuestra esperanza y reactivar nuestra caridad cristiana.
Este tiempo de fiesta o Jubileo, es un momento muy importante que como comunidad de
cristianos hemos de valorar principalmente nuestra relación personal con Dios y con nuestros
hermanos. También es un tiempo en que hemos de madurar más nuestra fe y valorando los
sacramentos, como es el bautismo, la confirmación, el matrimonio, el orden sacerdotal, la unción
de enfermos y la penitencia, pero principalmente la celebración de la Eucaristía. En nuestra
comunidad nos reunimos cada domingo para recibir, alabar, adorar, pedir, dar gracias y recibir el
Pan de su Palabra y el Pan de Vida. El Papa francisco nos dice la importancia que tiene la palabra
de Dios en la vida del cristiano, en Evangelium Gaudium 22:
“La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. El Evangelio habla de
una semilla que, una vez sembrada, crece por sí sola también cuando el agricultor duerme
(cf. Mc 4,26-29). La Iglesia debe aceptar esa libertad inaferrable de la Palabra, que es
eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y
romper nuestros esquemas”.
En este tiempo de jubileo, que es tiempo de gracia, hemos de valorar el sacramento de la
reconciliación, recordemos que el Amor del Señor es misericordioso, que él nos espera con los
brazos abiertos en persona del Sacerdote, para perdonar los pecados que hemos cometido contra
él y contra nuestro prójimo. . Este año jubilar es una gran oportunidad de celebrar el Evangelio
que profesamos y creemos, pero estamos llamados a valorar aún más la vivencia del Evangelio.
18
Catequesis de Jóvenes
Hermanos y hermanas este tiempo es propicio para renovar nuestras promesas bautismales,
es un buen momento para asumir con mayor compromiso nuestra fe como católicos, por lo que
la Semana Santa, que estamos viviendo, es un momento propicio, para meditar el misterio de
nuestra salvación, por lo que debemos tomar en cuenta que no es un momento cualquiera, es un
momento en que el que se tienen celebraciones importantes para nuestra Iglesia, por lo que
hemos de estar disponibles para vivir con respeto y devoción el misterio de nuestra fe.
En el tema que compartimos el primer dia, “El Evangelio que creemos y profesamos”
dijimos que el evangelio ha de ser anunciado a todos los hombres y una forma en que el
Evangelio se anuncia es a través de la liturgia. El Catecismo de la Iglesia Católica en el N.
1071:” La Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia. Realiza y manifiesta
la Iglesia como signo visible de la comunión entre Dios y de los hombres por Cristo.
Introduce a los fieles en la Vida nueva de la comunidad. Implica una participación
"consciente, activa y fructífera" de todos (SC 11)”.
El catecismo nos aconseja muy bien, sobre cómo ha de ser nuestra participación en las
celebraciones litúrgicas, ya que si en verdad somos conscientes de que lo que vivimos en la
liturgia, podremos valorar los signos que en ella se realizan. Para vivir mejor el Evangelio,
estamos llamados a celebrarlo y manifestarlo a través de la liturgia. En el N.24 de la Evangelii
Gaudium el Papa Francisco nos dice que: “La comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe
«festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización.
La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de
extender el bien. La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la
liturgia”.
4. Iluminación: Hc 2,42-46
Este texto ilumina muy bien el tema que hoy estamos tratando, nosotros como bautizados,
hemos sido participes de la celebración de nuestra fe. En el texto se manifiestan muchos verbos
(escuchar, enseñar, fracción, posesión, compartir, sinceridad etc…) que nos invitan a valorar la
celebración de nuestra fe y del Evangelio, son acciones que también hemos de vivir en nuestra
familia y en nuestra comunidad. Más en concreto debemos escuchar las palabras del sacerdote,
escuchar sus enseñanzas para mejorar nuestra vida. Ustedes como católicos han sido participes de
las celebraciones y oraciones, pero es a través de la participación de la Eucaristía donde
manifestamos unidad como comunidad de hijos de Dios y nuestra fe en el Señor Jesús.
El Papa Francisco nos dice en Evangelii Gaudim n.47, algo que en verdad hemos de
tomar en cuenta para nuestra vida cristiana: “La Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la
vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un
alimento para los débiles”.
El texto de Hechos de los apóstoles (Hc 2,42-46) es una clara invitación para seguir
siendo fieles al Señor y estar unidos a Él. Ustedes jóvenes pertenecen a una comunidad y como
miembros de una comunidad, están llamados a ayudarse los unos a los otros, tiene muchas cosas
en común, ustedes son hijos de Dios desde el bautismo y en cada celebración Eucarística o de
otro sacramento participan en comunidad. Son hermanos en la fe, y tiene algo en común, es
Nuestro Señor Jesucristo quien los une. Ahora que estamos en esta Semana Santa, unámonos y
valoremos más la celebración de nuestra fe, porque si la valoran verdaderamente podrán vivir su
fe y aclamar el Evangelio a todos nuestros hermanos, empezando por nuestra familia.
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Catequesis de Jóvenes
Nuestra participación en las celebraciones litúrgicas no ha de ser con una actitud negativa,
un verdadero cristiano no es aburrido, por lo tanto participen con paz y alegría de las
celebraciones de la Iglesia. Recordemos que el evangelio es una Buena Noticia y como buena
noticia la hemos acoger con gran alegría. ¿Qué podemos hacer para ayudar a otros a que valoren
el Evangelio? Pues bien, hemos de empezar por nosotros mismos, hemos de verdaderamente
valorar la grandeza de nuestra fe, y seguir fielmente los pasos del Señor, hemos de dejarnos guiar
por El, para después compartir con otros la experiencia de vivir el Evangelio y así celebrar con
alegría la Buena Noticia de Dios.
5. Actividad: Valorando la celebración del Evangelio
Para esta actividad vamos a formar cuatro equipos. A dos equipos se les dará una cartulina
donde este escrita la siguiente pregunta; ¿Cuál es tu actitud cuando vas a una fiesta o a un
baile? ¿Cómo te preparas para ese evento? Cada uno de los integrantes comentara sus
respuestas con los miembros de su equipo. A los dos equipos restantes se les dará una cartulina
en la cual estarán escritas las siguientes preguntas: ¿Cuál es tu actitud cuando vas a ir a la
celebración Eucarística? ¿Cómo te preparas? Cada uno de los miembros escribirá en las
cartulinas una breve respuesta. Después de eso se pide a un miembro del equipo, un
representante, que exponga las respuestas a las preguntas. Después se explica a los jóvenes la
importancia de valorar las celebraciones de la Iglesia, especialmente la Semana Santa. El sentido
de esta actividad es que los jóvenes puedan valorar más las celebraciones y fiestas de la Iglesia,
especialmente la Eucaristía.
6. Compromiso
A cada uno de los jóvenes presentes se les entregara una hoja que tendrá escritas las siguientes
preguntas: ¿Son importantes las celebraciones de la Iglesia? ¿Qué tengo que hacer para
valorar más la celebración de la Eucaristía? ¿Estoy dispuesto (a) a valorar más mi fe y vivir
el evangelio que se me ha compartido?
No debemos olvidar que los que celebramos en la liturgia, hemos de hacerlo vida en nuestra
comunidad.
7. Oración final:
Dios Padre, te damos gracias porque hoy nos has permitido conocer y valorar más tu Santo
voluntad. Tú, nos invitas a valorar el Evangelio, nos invitas a celebrarlo y vivirlo. Que en este
año jubilar, de la Diócesis de Zacatecas, seamos tus testigos del Evangelio ante los hombres y
mujeres de nuestro tiempo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amen.
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Catequesis de Jóvenes
MIERCOLES SANTO
EL EVANGELIO QUE VIVIMOS
1. Oración inicial
Padre Tú conoces y sondeas cada uno de nuestros corazones, conoces las necesidades de cada
uno de los que estamos aquí reunidos, me conoces, sabes lo que tengo y lo que en verdad
necesito; te pido de la única manera que soy capaz de hacerlo desde mi juventud, con mis caídas,
y con mis fortalezas. A mis padres y a cada uno de nosotros danos paciencia para sufrir, fuerzas
para trabajar, valor para recibir las penas que han de venir y nos han de mortificar, te pedimos
sabiduría para elegir en la vida, te pedimos amor para soportar el dolor y te pedimos felicidad en
todas nuestras actividades Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
2. Bienvenida
Todos nosotros hemos experimentado y hemos vivido el evangelio, es decir, nuestra fe.
-
¿Quién me quiere decir en qué momentos de su vida han dado testimonio de su fe,
del Evangelio?
¿Qué acontecimientos son más favorables para dar testimonio de nuestra fe?
¿Con qué actitudes no damos testimonio del evangelio?
Sin duda el momento en que hemos dado testimonio es cuando participamos de los
sacramentos:
¿Quién de ustedes no recuerda su primera comunión o su confirmación?
¿Cuántas veces no han ido a un bautismo o a una misa al aire libre?
Estos acontecimientos son formas muy concretas de vivir nuestra fe, de vivir de acuerdo al
evangelio.
3. Ejemplo de vida:
Un hombre se encontraba preso en un país en el que estaba prohibido el catolicismo. Ya tenía
hay mucho tiempo. En una ocasión, llegó un general a esa prisión y pidió entrevistar a cada uno
de los presos. Fueron pasando ante el general uno a uno:
Él les preguntaba
- ¿Qué religión profesas?
A lo que los acusados respondían:
- Ninguna, porque somos comunistas.
Llegó el turno a aquel hombre. La pregunta fue la misma:
- ¿Qué religión profesas?
Con voz serena, pero bien firme respondió:
- Soy católico
21
Catequesis de Jóvenes
El general, que lo estaba interrogando le dijo:
- Tú sabes que el catolicismo está prohibido en este país. Que eso es razón suficiente para
ejecutarte en este mismo instante. ¿No te da miedo decir que eres católico?
Al instante el general sacaba su revólver y le apuntaba en la cabeza. Esperando la respuesta del
hombre. El hombre respondió sin dudar:
- Sé que está prohibido, pero eso no me asusta, porque esta vida es pasajera, la vida eterna
es la que está reservada para los que creemos en Cristo. A la muerte no le temo, siguió
diciendo, pues la muerte es el paso necesario para entrar en la verdadera vida.
Al escuchar esta repuesta el general, enfundó su arma, abrazo al hombre y le dijo:
- Yo también soy católico. Hombres como usted son los que necesitamos en este país,
hombres que estén dispuestos a morir por la fe. Hombres que realmente vivan el
evangelio.
Actualmente todos padecemos la enfermedad de la indiferencia, el problema es ante quiénes o
ante qué presentamos tal problema. Para hacer frente a la indiferencia, la sociedad nos presenta
diferentes formas morales. Tales formas para unos son buenas, pero para otros son problemas.
Simplemente vivimos, pero sin vivir participando con el prójimo que tenemos a unos metros, a
diario los encontramos en nuestro camino, pero en ocasiones ni el saludo dirigimos. Quienes
están al frente de la sociedad se encargan de otorgar al pueblo lo que pida con la finalidad de
mantenerlos tranquilos, son diferentes leyes las que nos otorgan.
4. Iluminación.
St. 2,18
«Al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras
y yo te probaré por las obras mi fe».
«No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con
un acontecimiento, con una persona que da un nuevo horizonte a la vida, y con ello, una
orientación decisiva» Deus Caritas est 1
5. Desarrollo del tema
Mi fe y mis obras
Desde nuestro nacimiento nos hemos desenvuelto en una cultura atendiendo a la
formación que nos ha dado nuestra familia, como nuestra primera fuente de educación, luego nos
hemos encontrado ante diferentes retos como la graduación de preescolar, el primer examen,
aprobar el año… y solo ante los diferentes sucesos de nuestra vida y el encuentro con el amor de
Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y
participamos con nuestras obras del evangelio.
Cuando tratamos de buscar respuestas nos decepcionamos, por las respuestas que
observamos en la sociedad, que nos dice que hagamos tal cosa, pero ellos hacen otra. No
encontrando una coherencia entre lo que se dice y hace. En ocasiones, no es necesario preguntar
solo observamos sus obras.
22
Catequesis de Jóvenes
Una de las cuestiones más frecuentes que encontramos es ¿qué es la fe? Y La fe es un
saber, puesto que la confundimos con un sentimiento o una emoción, implica confiar y no confiar
en cosas que sabemos tiene un límite, sino en lo que trasciende y nos sacia en nuestras dudas.
La fe es un don2 que recibimos, implica vivirlo, pues una fe sin obras está vacía. De este
modo «la fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él.» Le podemos sacar un
mayor fruto si le encontramos sentido aplicándolo a nuestra vida, ya que, «la fe es ante todo una
adhesión personal del hombre a Dios» y encontramos la mayor respuesta cuando nuestra fe se ve
en un amigo y es contagiada, para ello tenemos ejemplo de santos, grandes hombres que nos dan
ejemplo de vida.
Como humanos gozamos de cualidades: entre ellas la voluntad que nos concede libertad y
un entendimiento para una mayor vivencia como respuesta a la invitación divina. Al momento
que surge la cuestión de si la fe es verdadera, nos concede como respuesta la máxima garantía
que es: Jesús, pero la fe no es aislada, pues al mencionar las virtudes teologales no podemos
hablar de una sin la necesidad de la otra y lo vemos que para tener la fe es necesario el amor para
complementarla y se verá reflejado en el trato con el prójimo, pues si decimos amar a Dios a
quien no vemos pero no amamos al hermano al que vemos estamos en una total mentira.
La fe continuamente aumenta, crece y llega a expresarse mediante la oración; y a la vez
estamos en un diálogo con El que siempre nos escucha y nos responde cuando nos concedemos
los momentos de estar en silencio. La fe, pues, es don de Dios dinámico, que no está estático.
«para vivir, crecer y perseverar hasta el fin en la fe debemos alimentarla con la palabra de Dios;
debemos pedir al Señor que nos la aumente; debemos actuar por la caridad, ser sostenidos por la
esperanza y estar enraizada en la fe de la Iglesia» (CEC 162).
Por tanto, la fe nos permitirá gozar ya desde ahora de los beneficios del reino, un reino
que es novedad siendo así siempre joven, y con una riqueza y hermosura inagotables, además es
una verdad que aunque conozcamos más de ella más queremos adentrarnos pues Cristo trajo
consigo toda novedad inagotable.
El evangelio que vivimos en Nuestra Diócesis
Nos encontramos en la vivencia del 150 aniversario de la Diócesis y debería ser algo que
nos distinga como discípulos misioneros de Jesucristo nuestro señor y salvador. Por tanto,
celebremos y testimoniemos nuestra fe llevándola a la práctica en la iglesia, familia, escuela,
grupo, comunidad… manifestándola con nuestras obras realizadas con amor.
Uno de los objetivos de nuestra Diócesis en este año jubilar nos invita a renovar nuestra
vida cristiana. En este mismo sentido, nos encontramos con las palabras de nuestro actual Papa
que nos dice: Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales
pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Nos muestra que
no todo debe hacerse como solemos decirlo es que así se hacía sino que actualicemos cada una
de nuestras actividades pero dándoles el uso renovando y empleando en su uso adecuado las
diferentes tecnologías.
A la vivencia del evangelio se le llama testimonio. El testimonio es hacer obras todo lo
que decimos, ser coherentes. Pues hoy más que palabras, se necesitan acciones.
2
Youcat núm. 21
23
Catequesis de Jóvenes
La invitación es a vivir el evangelio en nuestra vida diaria. En nuestro ambiente: familia,
escuela, trabajo, noviazgo, fiestas…
6. Dinámica.
Materiales: Lápices y hojas de papel.
El coordinador dice lentamente y haciendo resaltar mucho sus palabras: “Soy un mago, y
con mi magia les voy a arrebatar todas las palabras. Pero como me siento generoso puedo
devolverles cuatro palabras a cada uno; pueden elegir esas cuatro palabras, que serán las únicas
que podrán utilizar de ahora en adelante. Búsquenlas con esmero”.
A continuación reparte papeles y lápices para que todo el mundo escriba sus palabras.
El mago continúa diciendo: “Busquen un compañero. Pueden comunicarse con él utilizando sólo
las cuatro palabras, y gestos.” Aquí se deja un buen rato para que los participantes se
comuniquen. “A partir de ahora, como sigo sintiéndome generoso pueden utilizar sus cuatro
palabras y las cuatro de su compañero”. “Ahora busquen otro compañero y comuníquense con
esas ocho palabras”. Los participantes irán anotando las nuevas palabras en su papel. Se
comunicarán con ellas.
El mago repetirá la operación hasta que todo el grupo haya hablado entre sí (si son
muchos, basta con repetirlo cuatro o cinco veces). Una forma interesante de finalizar es que cada
participante escriba un poema con todas sus palabras. Este poema puede recitarse en grupo,
aplaudiendo entre todos y haciendo mucho jolgorio tras cada intervención.
7. Compromiso





¿Qué es para mí la fe?
¿Cómo vivo yo mi fe?
¿Qué papel juego dentro de la parroquia?
¿Qué tengo que ver yo con el 150 aniversario de la Diócesis?
¿Cómo influye el 150 aniversario de las Diócesis en mi parroquia?
Si mi fe me hace partícipe del 150 aniversario de mi parroquia ¿Cómo lo puedo emplear en
mi vida ordinaria?
8. Oración final
Padre Dios que nos has permitido reunirnos en tu nombre, concédenos poder ser fieles
testigos de Tú palabra y así podamos mostrarlo en nuestras obras cotidianas. Si es tu voluntad no
permitas que nos dejemos llevar por las tentaciones que nos ofrece el mundo sino levantar la vista
a Ti y llevar como estandarte tu cruz.
24
Catequesis de Adultos
LUNES SANTO
EL EVANGELIO QUE ANUNCIAMOS
1. Objetivo general:
Hacer presente a Cristo a través del anuncio, celebración y vivencia del Evangelio para la
salvación de los hombres en esta porción del pueblo de Dios
2. Texto bíblico
LC 4, 14-20
«Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. Él iba
enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según
su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le
entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba
escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena
Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la
libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo
devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues,
a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy».
3. Lectura creyente
Nuestra sociedad tiene sed de buenas noticias en medio de una realidad que es bombardeada
por acontecimiento de violencia, de lucha, de discordia, de crisis, de pobreza… Nosotros estamos
cansados de escuchar problemas y dificultades que nos oprimen, parece que no tenemos dónde
apoyarnos, dónde descansar y tomar un respiro para seguir viviendo, quizá sobreviviendo
¿Cuántas veces ha sido éste nuestro sentir?
Tal vez, nos quedamos con esta perspectiva por que no descubrimos las buenas noticias, y no
es porque no sucedan, sino porque en virtud de su naturaleza, la bondad crece en el silencio,
como la levadura, que sin estruendo hace que la masa fermente y alcance su punto. Sin embargo,
aun así, no es posible que la luz se opaque por la oscuridad, puesto que le corresponde disiparla,
más bien necesitamos ponerla en el candelabro para que su alcance sea mayor y más personas se
iluminen, es decir, las buenas noticias requerimos ponerlas en el «candelabro», propagarlas y
gritarlas para que lleguen a más personas, pero necesitamos una noticia siempre actual,
imperecedera, capaz de fortalecer al hombre desanimado y que impulse a enfrentar las noticias
negativas, sólo ésta merece que le llamemos estrictamente la Buena Noticia.
A. Ubicándonos en el contexto
Se insiste que Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y cuando lee el texto de Isaías,
proclama que el Espíritu está sobre Él. Esto nos permite reconocer que el Espíritu Santo está
íntimamente relacionado con el compromiso y la misión de Jesús y de sus discípulos a quienes
después envía. Es el Espíritu quien guía la misión de la Iglesia por caminos de transformación.
25
Catequesis de Adultos
En lo que se refiere al lugar, se sitúa en una sinagoga, palabra que significa reunión, asamblea
y que designa también el espacio físico. Para Lucas, la sinagoga es un lugar privilegiado en el que
el pueblo de Israel escuchará el mensaje del nuevo tiempo inaugurado por Jesús.
¿Cómo llegó el texto de Isaías a las manos de Jesús? Algunos pueden pensar que fue azar,
otros que era la lectura del día comparándolo con el ciclo de lectura que llevamos nosotros, sin
embargo, el argumento que tiene más peso es que Jesús fue invitado por el presidente de la
sinagoga a que leyera y comentar un texto de la Escritura, como lo hicieron Pablo y Bernabé en
Antioquía (Hech 3, 15) y por ello Él escogió el texto.
¿Cuáles son las encomiendas que Jesús tiene como ungido del Espíritu Santo?
- Anunciar la Buena Nueva a los pobres: la mejor noticia que se le puede dar a un pobre
es precisamente que dejará de vivir en su pobreza, con esto no hablamos del ámbito
material, sería reducir demasiado la perspectiva sino que, se señalan a todos aquellos que
están en las periferias existenciales: los excluidos, los apartados, los rezagados, los
olvidados, los no-queridos.
-
Proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos: el verbo proclamar nos
hace situarnos delante de una tarea que se quiere hacer pública, se busca que todos se
enteren. La liberación a los cautivos probablemente se refiere a aquellos que han sido
prisioneros por las deudas, situación que se quebranta por el año jubilar, el año del perdón
de la deuda. Por su parte, el proclamar la vista a los ciegos indica no el hecho de ver, sino
de vivir con dignidad ante toda situación inhumana.
-
Dar libertad a los oprimidos: la palabra oprimido en su contexto griego significa «estar
duramente golpeado» o «estar hecho pedazos como un jarro», Lucas le antepone la
libertad, ya que, la opresión afecta tanto el aspecto externo como el interno y Jesús viene
a liberar de ambos.
-
Proclamar un año de gracia: se presente con esta expresión el tiempo de Jesús y la
nueva manera en que llegará la salvación. Este tiempo se caracteriza precisamente por el
anuncio de las buenas noticias.
Jesús termina diciendo que el texto se cumple hoy, el cual no se identifica sólo con el instante
en que Jesús pronunció estas palabras sino que los apóstoles lo actualizaron y al llegar a la
actualidad, se extiende a nuestro hoy.
4. Lectura orante
A. Oración antes de la Lectio Divina
Gran Dios, que con tu inmensidad llenas cielos y tierra, yo me humillo delante de Ti y te adoro
aquí presente. Te pido humildemente perdón por todos los pecados que me hacen indigno de estar
en tu presencia.
Señor, no sé orar, sé que no se orar ¿quién hay capaz de penetrar con su mente una sola de tus
frases? Dígnate, pues Señor, iluminar mi inteligencia para conocer, la memoria para recordar y la
voluntad de gustar las verdades que voy a meditar.
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Catequesis de Adultos
Virgen Inmaculada alcánzame de tu Hijo, las gracias que tú sabes necesito para hacer con
provecho esta meditación. Amén.
B. Proclamación del Pasaje: Lc 4, 14-20
C. Lectura ¿Qué dice el texto?
Podemos profundizar más en lo que el texto nos dice respondiendo a estas preguntas:
- ¿Qué palabras se repiten?
- ¿Quiénes son los personajes?
- ¿Cuáles son los diálogos que se intercambian?
- ¿Qué dice el texto que está anterior y posterior a nuestra cita?
Es importante volver a leer el texto personalmente en silencio las veces necesarias.
- Nos imaginamos el entorno: la sinagoga, la asamblea reunida, Jesús que pasa y toma el
rollo, lo desenvuelve y lo lee. Todos lo miran y escuchan atentamente.
- Lo entrega y se sienta.
- Jesús habla nuevamente y los demás lo miran.
Comentemos la escena con un compañero de nuestro lado y complementemos la escena.
5. Meditación ¿Qué dice de mí, de nosotros el texto?
Lee si es necesario nuevamente el texto pausadamente, dejémonos decir aquello que quizá no
esperamos. Introduzcámonos al diálogo del texto con nuestra vida con estas preguntas:
- ¿Qué diferencias y qué semejanzas encontramos entre la situación del texto y nuestra
vida?
- ¿Qué dice el texto para nuestra situación actual?
La comunidad cristiana considera a este texto como «programático» en cuanto en él Jesús
presenta su misión. El Señor mismo encomendó a la Iglesia continuar su obra y con esto, ella
también se hace portadora de la Buena Noticia, la cual no es un acontecimiento o una doctrina,
sino una Persona, Jesucristo, el Hijo de Dios que se hizo hombre para hacernos partícipes de su
naturaleza divina. Es Él nuestra Buena Noticia, toda su vida es una invitación a ser como Él y a
invitar a otros a seguirlo.
En consecuencia, todos los bautizados estamos llamados a abrazar esta Buena Noticia y
proclamarla, buscar la liberación de los cautivos y oprimidos, devolver la vista a los ciegos y
anunciar el año de gracia del Señor, pero siempre en el horizonte que Jesús lo hizo, claro está,
con métodos y expresiones actuales.
Esta conciencia de ser anunciadores de la Buena Noticia nos hace preguntarnos:
- ¿Qué me hace pensar que Jesús se deja conducir por el Espíritu?
- ¿Cómo podemos continuar el tiempo que Jesús ha iniciado?
- ¿Creo que Jesús es Buena Noticia para mi vida? ¿Cómo lo vivo?
- ¿Qué considero yo que es la Buena Noticia?
- ¿Quiénes son los pobres hoy?
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Catequesis de Adultos
-
¿Cómo puedo ser mensajero de la Buena Noticia entre mi ambiente: familia, trabajo,
escuela, comunidad…?
¿A quiénes debo dirigir mi proclamación?
6. Oración: ¿Qué me hace decirle a Dios este texto?
Jesús se presenta a nosotros como la Buena Noticia, es nuestra Buena Noticia y nos promete
una transformación nuestra existencia y en nuestro alrededor si de verdad abrazamos su mensaje
y su persona. Nosotros, continuadores de esta obra, ¿Qué le decimos a Dios ante tan grave
responsabilidad?
En un momento de silencio, cada uno:
- De gracias por el tiempo de gracia que Dios nos concede a través de la presencia de su
Hijo.
- Pidámosle perdón por las ocasiones en que no hemos creído en Él como nuestra Buena
Noticia y por nuestra cobardía de ser sus mensajeros.
- Roguémosle para que hagamos de nuestro vida una buena noticia para los pobres y
oprimidos de hoy.
- Pidamos que el hoy se cumpla también en nuestra vida personal, familiar y social.
Este himno nos puede ayudar:
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la Buena Nueva,
para sanar las almas.
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
7. Compromiso ¿Qué hace surgir en nosotros este texto?
-
¿Cómo voy a transmitir el Evangelio que he recibido?
¿Cómo motivare a los demás a dar testimonio del Evangelio?
¿Qué actitudes o virtudes debo trabajar para transmitir mejor el Evangelio?
¿Los sacramentos de iniciación cristiana me ayudan a anunciar el Evangelio? ¿Cómo?
¿Qué medios estoy utilizando para hacer un buen anuncio del Evangelio?
Iluminados por la Palabra de Dios ¿qué valores necesito para una mejor vivencia del
Evangelio?
Compartamos nuestro compromiso con los demás y dejémonos enriquecer de ellos.
28
Catequesis de Adultos
Oración final
Agradecidos por este encuentro con Jesús y por el recordatorio que nos hace cantemos juntos:
Señor, toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mi
estoy dispuesta a lo que quieras
no importa lo que sea
tu llámame a servir
Te doy mi corazón sincero
para gritar sin miedo
Tu grandeza, Señor
Tendré mis manos sin cansancio
tu historia entre los labios
y fuerza en la oración
Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza
donde falte la alegría
simplemente por no saber de ti
Y así en marcha iré cantando
por calles predicando
lo bello que es tu amor
Señor tengo alma misionera
condúceme a la tierra
que tenga sed de ti.
MARTES SANTO
EL EVANGELIO QUE CELEBRAMOS
1. Objetivo general:
Hacer presente a Cristo a través del anuncio, celebración y vivencia del Evangelio para la
salvación de los hombres en esta porción del pueblo de Dios.
2. Texto bíblico: Hch 2, 44-47
«Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus
bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al Templo
todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y
tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la
simpatía de todo el pueblo. El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían
de salvar.»
3. Lectura creyente
En la vida tenemos muchos motivos para celebrar un cumpleaños, una boda, un
bautismo, una graduación, etc. Siempre que escuchamos la palabra “fiesta” nos preparamos
para ese acontecimiento desde lo más importante hasta el mínimo detalle, queremos que
todo salga de acuerdo a lo planeado. Celebrar es bueno pues indica una alegría profunda,
29
Catequesis de Adultos
significa agradecer por algo que se recibe y es un querer compartir con los demás ese hecho
que te alegra el alma. Echemos un vistazo a las celebraciones en la sociedad actual.
Lo que salta primero a la vista son los adornos, la música, la comida, la bebida, los
regalos todos ellos signos externos que atraen nuestra atención, haciendo que dejemos de
lado la motivación interna y que la celebración se quede en algo meramente superficial. Al
cuidar los signos externos invertimos tiempo, esfuerzo y recursos, al final de cuentas los
que organizan la celebración son los que terminan más cansados, gastados y sin haber
podido festejar ese hecho tan importante por cuidar los pormenores.
Detengámonos un momento en esta realidad y reflexionemos ¿Alguna vez has tenido un
motivo para celebrar? ¿Te gusta la manera en como celebras los acontecimientos
importantes de la vida? ¿Cómo te gustaría que fueran tus celebraciones?
Si comparamos las fiestas que comúnmente hacemos con la celebración del misterio de
la fe por los 150 años de nuestra iglesia particular de Zacatecas, cabría preguntarnos ¿nos
hemos preparado con dedicación y esmero para esta celebración?
La misión como celebración del misterio de la fe
El pueblo de Israel vive la experiencia de la libertad, pasa de ser servidumbre a
servir a Dios, la relación con su Señor le constituye como pueblo y le da la posibilidad
entrar en la tierra prometida. El memorial de las maravillas divinas y el agradecimiento del
pueblo se concretaran en vivir de una manera distinta, estando abiertos a la novedad que
Dios quiera realizar. El bendecir a Dios, el darle gracias, será una característica del
creyente (Ex 7,16).
La obra que Cristo ha realizado en su humanidad – glorificando perfectamente al
Padre y entregándose para la santificación de los hombres- es llamada liturgia, que es la
cumbre hacia la que tiende la acción de la iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que
emana su fuerza vital. Por medio de palabras y cosas en las acciones litúrgicas y
especialmente en los siete sacramentos se nos comunica la gracia, los frutos de la
Redención del Señor y son prenda de la vida eterna “hasta que el vuelva”. Por tanto no
podemos guardar para nosotros el amor que celebramos. Éste exige por su naturaleza que
sea comunicado a todos.
Lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él. Por
eso la Eucaristía no sólo es fuente y culmen de la vida de la iglesia; lo es también de su
misión (Sacramentum caritatis n. 84).
Las cuatro dimensiones básicas de la primera comunidad
La lectura del libro de los Hechos nos habla sobre la caridad y fraternidad entre los
discípulos y creyentes en la Resurrección, esto debería ser un ejemplo para nuestras
comunidades cristianas actuales, nos dice que: «Se entregaban a la enseñanza de los
apóstoles y a la vida común, a la participación del Pan y a la oración», he aquí cuatro
dimensiones que podemos imitar: la doctrina apostólica, la comunión de bienes, la
celebración de la Eucaristía y la plegaria común.
30
Catequesis de Adultos
Llama la atención la vitalidad que tiene la primitiva comunidad cristiana, todo es
acción: la reunión gozosa, la celebración, el poder de los apóstoles, la puesta en común de
los bienes, la bondad irradiada en medio de los fieles y la acción desplegada para agregar
nuevos miembros a la comunidad. Estas acciones tienen como centro el acontecimiento de
la Resurrección, se celebra la Vida y ésta se encuentra impregnada en cada uno de los
miembros de la comunidad.
Nosotros también nos reunimos aquí para celebrar la Eucaristía, escuchar la Palabra
de Dios, hacer oración juntos y manifestar públicamente nuestra fe cristiana como lo hacía
aquella comunidad, sin embargo hay que preguntarnos si nuestra actitud, nuestro espíritu
cristiano y nuestro compromiso de fe coincide con el de aquellas comunidades cristianas.
Al escuchar esta lectura, debemos acoger lo que nos dice y contrastarla con nuestra
fidelidad, personal y comunitaria a la fe en Cristo Resucitado. ¿Vivo realmente como una
comunidad cristiana, empezando desde mi familia, trabajo y comunidad eclesial? ¿Estoy
cumpliendo con mi misión de cristiano? ¿Estoy atento a las necesidades de mi prójimo?
Quién celebra y cómo celebrar en la Iglesia.
“Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu,
partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón”, se
nos presenta un resumen de la actividad que desarrollaba la comunidad de Jerusalén, sin
duda que el marco está idealizado, pero refleja una realidad y el anhelo de la comunidad
para llegar a ser lo más perfecta posible.
Recordemos algunas cualidades que se nos mencionan en este versículo: la
perseverancia y la unidad que mucha veces nos hace falta, perseverancia en cuanto al
conocimiento de Cristo, en cuanto a profundizar en su mensaje y dejarnos interrogar por su
palabra, ya que nadie puede amar aquello que no conoce. La unidad hace referencia a estar
ligados al Resucitado, pero también con todo el cuerpo que es la Iglesia, hay que recordar
que en cuanto Sumo Sacerdote Cristo es quien celebra la liturgia con su cuerpo que es la
Iglesia del cielo y de la tierra, el auténtico celebrante, es “Cristo total”, cabeza y cuerpo
(Cfr CCE 1135-1137.1187) por lo que es necesario que participemos activamente, cada uno
según su carisma y su propia función.
Y ahora, ¿Cómo celebrar? la respuesta la encontramos en este mismo versículo “con
alegría y sencillez de corazón”, como nos lo recuerda el Papa Francisco tenemos que
emprender una conversión pastoral y misionera, tener una actitud personal y comunitaria
que transforme en lo profundo las costumbres, estilos, lenguajes, estructuras, en pocas
palabras es llevar a todos la alegría de la fe y del amor de Dios, es decir anunciar la alegría
del Evangelio a todo el mundo.
¿Cómo estás celebrando tú el regalo de la fe? ¿Tu forma de celebrar atrae a más
personas hacia Cristo? ¿Qué nos hace falta como Iglesia para celebrar de mejor manera?
31
Catequesis de Adultos
A. Herramientas para profundizar de Evangelii Gaudium
1 «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con
Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío
interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría».
126. «En la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza
activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería desconocer la obra del
Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla para profundizar el
proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada. Las expresiones de la piedad
popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al
que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva
evangelización».
278. «Creámosle al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo,
y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras: como la semilla pequeña que puede
llegar a convertirse en un gran árbol (cf. Mt 13,31-32), como el puñado de levadura, que
fermenta una gran masa (cf. Mt 13,33), y como la buena semilla que crece en medio de la
cizaña (cf. Mt 13,24-30), y siempre puede sorprendernos gratamente».
4. Lectura orante
Nos disponemos ahora para hacer nuestra la Palabra de Dios que hemos
profundizado. Guardemos silencio. Apartemos de nuestra mente toda preocupación,
callemos los ruidos externos e internos. Invoquemos al Espíritu Santo para que nos
disponga a la escucha y al encuentro con Cristo.
Oración al Espíritu Santo
Oh Espíritu Santo, amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo
que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo
hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación. Amen.
A. Proclamación del pasaje: Hch 2, 44-47
B. Lectura. ¿Qué dice el texto?
Después de proclamar el mensaje de manera comunitaria, lo leemos cada uno en
silencio para profundizar en el contenido. Nos situamos frente al texto, escuchamos con
atención sus palabras y nos adentramos en el sentido de sus afirmaciones.
 El primer fruto de la Pascua de Cristo y de su envío del Espíritu fue su comunidad,
la cual permanece fiel a cuatro aspectos de su vida: la doctrina de los apóstoles, la
comunión fraterna, la fracción del pan y la oración. Podríamos decir que estos
cuatro pilares de la comunidad son la evangelización, la oración, la Eucaristía y la
comunión fraterna.
32
Catequesis de Adultos
 Es una comunidad de creyentes, los que la forman son los que han sido agraciados
con el don de la fe, los que han creído «que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios» y
que en su nombre se nos da la Vida.
 La Resurrección del Señor impulsaba a las comunidades cristianas a reunirse para
vivir en comunidad su fe, les hacía cambiar su forma de vida y la alegría que
llevaban dentro de ellas las estimulaba a dar testimonio claro de ella; de tal modo
que la gente queda admirada y sorprendida del modo de proceder de los cristianos.
 Es una comunidad fraterna y solidaria. Atestigua el libro de los Hechos que «Lo
tenían todo en común: vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos». Los
creyentes no comparten sólo su fe, sino también se muestran solidarios y van
trabajando para que crezca la fraternidad entre ellos.
 Es una comunidad misionera que crece. «Yo los envío» dice Jesús a sus apóstoles, y
en los Hechos nos enteramos que "eran bien vistos por todo el pueblo", y por eso
«día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando». No es una
comunidad cerrada, sino abierta y enviada a una misión. Están en el mundo, aunque
son distintos y dan testimonio de valores nuevos.
5. Meditación: ¿Qué dice de mí o de nosotros el texto?
Debemos de regresar a los orígenes de la Iglesia, a aquellos que estuvieron más cerca
del acontecimiento de la Resurrección para redescubrir ese motor que les impulsaba a dar
testimonio de lo que creían y esperaban. Dejemos que la palabra interpele nuestras vidas.
 Si hubiéramos tenido la oportunidad de vivir en la comunidad de la Iglesia primitiva
cómo sería nuestro actuar y cuál sería el motor para donarnos completamente al
servicio de los demás.
 ¿Qué valores puedo imitar de la primera comunidad cristiana en el mundo actual?
 ¿Experimento en mí la alegría del Evangelio? y dejo que mi testimonio interrogue a
los demás miembros de la sociedad.
 ¿Cómo celebro el sentirme amado y perdonado por Dios?
6. Oración ¿Qué le decimos a Dios a partir del texto?
El ejemplo del pasaje de hechos de los apóstoles es una invitación a ser una comunidad
pascual, que celebra en el amor, la unidad, la perseverancia y la alegría ese encuentro con
Cristo Resucitado que nos invita a celebrar la Vida. Elevemos a Dios nuestra oración,
después de unos momentos de silencio expresemos en voz alta nuestra petición,
agradecimiento o perdón, según lo que el Espíritu Santo nos haya sugerido
7. Compromiso
Después de haber meditado debemos llevarnos un compromiso. Busca un aspecto que
creas que es necesario cambiar en tu persona o comunidad para ayudar a celebrar en la
Iglesia de Zacatecas estos 150 años de vivir en la fe. Algunas preguntas que nos pueden
ayudar.
33
Catequesis de Adultos
¿Cómo celebras tu fe durante todo el tiempo litúrgico?, ¿Las fiestas patronales y
parroquiales te ayudan a fortalecer la fe? ¿Por qué?, ¿Vivimos el aspecto celebrativo de los
sacramentos?, ¿Te gusta la misa dominical? ¿Qué no te gusta?
Compartimos nuestros compromisos.
8. Oración final
Para terminar hagamos juntos esta oración que nos invita a unirnos cada día más al Señor y
a reconocer que Él es la fuente de alegría de nuestras celebraciones:
«Míranos, Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Colma nuestros deseos y
seremos felices; sin Ti todo es hastío y tristeza. Ten piedad de nuestros trabajos y de los
esfuerzos que hacemos para llegar hasta Ti, ya que sin Ti nada podemos. Enséñanos a
buscarte, muéstranos tu rostro, porque si Tú no nos lo enseñas no podemos buscarte. No
podemos encontrarte si Tú no te haces presente. Te buscaremos deseándote, te desearemos
buscándote; amándote te encontraremos, encontrándote te amaremos» San Anselmo.
MIERCOLES SANTO
EL EVANGELIO QUE VIVIMOS
1. Objetivo general:
Hacer presente a Cristo a través del anuncio, celebración y vivencia del Evangelio para la
salvación de los hombres en esta porción del pueblo de Dios.
2. Texto bíblico: Lc 19,1-10
«Entro en Jericó y cruzaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de
publicanos y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque
era de pequeña estatura. Se adelantó a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y
cuando Jesús llego a aquel sitio, alzando la vista le dijo: Zaqueo baja pronto; porque
conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al
verlo, todos murmuraban diciendo: ha ido a hospedarse a casa de un pecador. Zaqueo
puesto en pie, dijo al señor: Daré Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo
defraude a alguien, le devolveré cuatro veces más. Jesús le dijo: hoy ha llegado la salvación
a esta casa, porque también este es hijo de Abrahán, pues el hijo del hombre ha venido a
buscar y salvar lo que estaba perdido».
34
Catequesis de Adultos
3. Lectura creyente
Zaqueo trataba de ver, quién era Jesús, quizá porque había oído hablar de él, o solo la
curiosidad, eso lo movió, a Zaqueo a subirse al árbol, cuál sería su sorpresa que Jesús,
alzando la vista lo miró, él es quien toma la incitativa, diciéndole, “Zaqueo baja pronto
porque hoy voy a hospedarme en tu casa” Zaqueo se baja y lo recibe con alegría, ya
estando en casa Zaqueo le dice a Jesús “daré la mitad de mis bienes a los pobres, y si he
defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces más”, vemos, el encuentro de Zaqueo con
Jesús lo mueve a una completa transformación, a un cambio de vida, es decir a tener una
conversión profunda. Al recibirlo no solo lo recibe en su casa sino en el corazón, las
riquezas que él tenía a base de injusticas, le eran un obstáculo para su salvación, pero las
usa correctamente para alcanzar su salvación.
Vivir el evangelio, es recibir el mensaje de salvación con un corazón abierto,
disponible, sin ponerle trabas ni obstáculos, es comprometerse, que nos lleva a una
conversión. Jesús nos hace ver la vida una manera diferente a la que estábamos
acostumbrados, el darle sentido, el dar frutos abundantes a cuantos nos rodean, en donarnos
a los demás, en el servicio y en el amor, tal y como lo hacía la primera comunidad cristiana
(Hch 2, 44-45). “todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común, vendían
sus posesiones y sus bienes y repartían el importe de ventas entre todos”. es decir creer en
Jesucristo implicaba salir de sí mismos, el darse a los demás, no solo lo material sino en el
amor, la estima, la aceptación , el sacrificarse, el escucharse mutuamente, el interesarme
por los demás.
Cumplían lo que Jesús dijo: (Jn 15, 12). “este es mi mandamiento que os améis los unos
a los otros como yo los he amado”. Para ellos no les bastaba dar sus bienes, ya que muchas
de las veces pensamos que podríamos a ayudar a los demás solo monetariamente, también
con un gesto de amor, sea un saludo, le podrías cambiar a esa persona su vida, al igual que
Jesús a Zaqueo tan solo con un mirada, lo transformó. La primera comunidad así expresaba
el evangelio que habían recibido de los apóstoles, también a nosotros siempre el Señor nos
está hablando, pero somos cabezones, no nos queremos bajar del árbol, por nuestro
egoísmo y si lo hacemos solo recibimos a Jesús físicamente y no en el corazón. Hoy en día
el evangelio lo expresamos mediante gestos, por ejemplo el simple hecho de que estén aquí,
habla en ustedes que creen en Cristo, el venir a misa, el participar en peregrinaciones, te
vas a cansar y todo pero te sirve para fortalecer tu fe, aunque para muchas personas, es algo
tonto y solo pérdida de tiempo, pero para ti es un fortalecimiento espiritual que lo ayuda a
su conversión.
4. Lectura orante
Es momento de disponer nuestro corazón para acoger la Palabra de Dios en un instante de
silencio. Apartemos nuestra mente de toda distracción, dejemos de lado todos los ruidos
tanto externos como internos. Una vez que hemos dispuesto nuestro corazón invoquemos al
Espíritu Santo para que nos disponga a la escucha y al encuentro con Cristo.
Espíritu Santo entra hasta el fondo del
alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
35
Catequesis de Adultos
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
A. Proclamación del pasaje: Lc. 19, 1-10
B. Lectura ¿Qué dice el texto?
¿Qué significa vivir el evangelio?
Es vivir como Jesús nos enseña a lo largo de su vida, es decir:






Primeramente debe de haber una aceptación del mensaje de Jesús que nos llevará a
una conversión.
Amar a Dios sobre todas las cosas
Amar mi hermano.
Amarme a mí mismo.
Perdonar las ofensas.
En una palabra, vivir el evangelio es cumplir los mandamientos de Dios.
5. Meditación: ¿Qué me dice la Palabra de Dios?
¿En qué se refleja que vivo el evangelio? (Esperar a que las personas den una lluvia de
ideas).

Por medio del ejemplo de vida que damos a los demás, a partir de nuestros
principios y valores. Cada uno de los cristianos estamos llamados a dar testimonio,
de la fe recibida en Jesucristo. Ya sea por medio de palabras, acciones o gestos y
nuestra coherencia de lo que decimos y hacemos. Por ejemplo: Esto de tener
coherencia a todos nos cuesta, ya que si una persona nos corrige, por una acción que
hemos hecho y sabemos que hicimos mal, pero rápidamente nos ponemos a la
defensiva y decimos; tú qué me dices si eres peor, y no debe de ser así hay que
dejarse corregir(puedes añadir que debe de ser con caridad y fraternidad), por
cualquier persona, por más mala reputación que tenga, ya que nos sirve para crecer,
si él no lo vive, eso no nos debe de importar, al contrario hasta le debemos de dar
las gracias.
6. Oración
¿Cómo podemos dar testimonio del evangelio que hemos recibido?
36
Catequesis de Adultos

Podríamos pensar: “eso es difícil, tendría que dejar mi casa, mi familia, e irme a la
comunidad más cerca a predicar el evangelio”. Ciertamente no lo podríamos hacer
todos, ya que algunos tienen: su familia, trabajo, etc.
¿En dónde pueden anunciar el evangelio? (Lluvia de ideas).

En la familia, ahí es donde debemos de trabajar día a día, para el día de mañana
que sus hijos se enfrenten a al mundo tengan herramientas para que puedan salir
adelante, sin dejarse corromper, librándose del camino del mal, y no que el día de
mañana uno de sus hijo o nieto sea un dolor de cabeza para la sociedad. Como nos
dice el Papa francisco: “la familia es la célula básica de la sociedad, que atraviesa
una crisis profunda, afectados por una cultura globalizada.

Dice el Catecismo de la Iglesia católica: 1632. El ejemplo y la enseñanzas dada
por los padres, es indispensables para la trasmisión de los valores humanos y
cristianos. Si los papás no le enseñan valores quién lo va hacer, sino solo ellos.

1656. En nuestros días, en un mundo frecuentemente con cambios, las familias
tienen gran importancia. Porque La familia es factor decisivo para que las grandes
instituciones burócratas cobren sentido, horarios duros de trabajo (libro sociología
de la familia). Ya que es ahí donde se forman a los futuros ciudadanos.
Hoy el mundo necesita ejemplos de vida, que conlleven a un cambio de vida radical,
que muevan a las personas, ya sean los padres de familia, los hijos, los gobernantes, los
maestros y toda persona que anhela un mundo mejor. En ocasiones nos preguntamos:


¿Por qué existe en el mundo tanta injusticia, guerras, miseria y dolor?
¿Qué podemos hacer para cambiar este mundo de dolor por uno de paz?
Vivir la fe y proclamar sus enseñanzas, es lo que nos pide Jesús, buscando las ocasiones
para hablar, no desaprovechando ni una sola ocasión, para dar a conocer al Señor, si
actuamos así, muchos se animaran a seguirlo, de llevar la alegría y la paz a otros hombres.
Dice san Francisco de Asís “Sus actos pueden ser el único sermón que algunas
personas escuchan hoy en día”.
”Predica el evangelio en todo momento, y cuando sea necesario, utiliza las palabras”.
Dice el Papa Francisco.
 “A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pedirles
especialmente un testimonio de comunión fraterna; estamos en la misma
barca y vamos hacia el mismo puerto”.
7. Compromiso
¿Qué nos pide Dios a través de esta reflexión que hemos hecho?
¿Qué vamos hacer de hoy en adelante?
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Catequesis de Adultos
8. Oración final
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
38
Reflexiones
39
Reflexiones
DOMINGO DE RAMOS
13 DE ABRIL
Pbro. José Luis Carrillo
Prefecto del Curso Introductorio
Evangelio Mt 26, 14- 27,66
Con la celebración del Domingo de Ramos iniciamos hoy la Semana Santa. En este
día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor a Jerusalén para consumar su
Misterio Pascual. Los invito, pues, a reflexionar juntos la palabra de Dios que ilumina este
grande Misterio que celebramos.
En la primera lectura estamos ubicados en lo que se conoce como el tercer cántico
del Siervo del Señor, donde se acentúa su ser de discípulo fiel a Dios, formado en la escuela
de la Palabra, para consolar. Su misión es enseñar a todos los que temen al Señor y a todos
los que anden extraviados. Esta misión no será fácil; aquí se explica el aspecto doloroso de
la misión: tendrá que enfrentar incluso la hostilidad y la agresión física; sin embargo, él
soportará fielmente, pues espera el triunfo definitivo que Dios le concederá.
Para exhortar a vivir en el amor cristiano, Pablo presenta a los filipenses el ejemplo
del Señor, a través de un himno con el cual las comunidades cristianas expresaban su culto
de adoración a Jesucristo. Su contenido y forma externa está regido por el esquema
“humillación/exaltación”, de tantas resonancias bíblicas: “delante de la gloria va la
humildad” (Prov. 15, 33; cfr. Sal. 113, 7), y que en el Antiguo Testamento encuentra su
máxima expresión en el canto del Siervo del Señor (cfr. Is. 53). El apóstol expresa esta
humillación/exaltación de Jesús a través de un proceso de descenso/ascenso, que lo llevó
desde una preexistencia en estado de igualdad con el Padre a encarnarse y tomar la
condición humana sin diferenciarse de ningún otro hombre. La expresión utilizada es audaz
y vigorosa “se vació de sí”. Este paso de la preexistencia a la historia lo describe el apóstol
lacónicamente en 2 Cor. 8, 9: “siendo rico se hizo pobre”. De esta vida encarnada en
nuestra pobre condición humana destaca la obediencia de un Jesús cumpliendo siempre la
voluntad del Padre. La obediencia al Padre define toda su existencia hasta el extremo de la
cruz. A esta humillación total sucede su exaltación por la acción soberana de Dios, es decir,
la resurrección y la glorificación de Cristo. Y esta exaltación queda todavía más acentuada
por el título que el Padre otorga a Jesús “Señor” –en griego “Kyrios”-, palabra que traduce
el nombre de Yahvé, Dios, en la versión griega del Antiguo Testamento; “para que…toda
rodilla se doble…y toda lengua confiese: ¡Jesucristo es Señor!”.
La pasión de Jesús es paradójicamente –en la narración de Mateo- la pasión del Hijo
del hombre, del Señor de la gloria, del juez universal destinado a dar cumplimiento a la
historia de la humanidad. El evangelista refleja esta condición en una narración de intensa
dramaticidad, manifestada en los detalles propios de su evangelio y en la tención continua
entre poder y servidumbre. El que podía haber recurrido a más de doce legiones de ángeles
para librarse de las manos de los hombres se deja capturar inerme, calla ante los “grandes”
sin utilizar manifestaciones sobrenaturales. Su muerte rubrica el paso a una condición
totalmente nueva desde el punto de vista religioso, humano y cósmico. Mateo subraya
particularmente su soledad en Getsemaní, la humildad de su oración al Padre (“si es
40
Reflexiones
posible…”) y su confesión a los discípulos, a los que confía no sólo su tristeza mortal, sino
también la debilidad de su carne. El evangelista insiste también en el cumplimiento de las
Escrituras para indicar que la pasión entra de lleno en el plan salvífico de Dios. A pesar de
todo el pueblo elegido no ha comprendido y se hace culpable de la sangre del Inocente, esa
sangre que sanciona “la nueva y eterna alianza”, la única que puede redimir de todo pecado.
La pasión del Señor nos pone en silencio. Un silencio más profundo que las
múltiples voces que nos rodean y que habitualmente nos invaden. De lo hondo del corazón
brota una pregunta que no podemos evitar: ¿por qué? La respuesta nos la da el mismo
Jesús, que dice: “esta es mi sangre derramada por todos, para el perdón de los pecados”.
Contemplemos al Hijo del hombre, al Señor glorioso, humillado por nosotros, injuriado,
perseguido. Miremos al Hijo de Dios, que no queda crucificado para salvarse a sí mismo,
sino para salvarnos a todos nosotros. Fiel al designio del Padre, fiel al amor del hombre, ha
asumido el abandono extremo debido al pecado, para que nosotros, libres, pudiésemos
gustar la alegría de la comunión con Dios. Que se conmueva la tierra por nuestra habitual
indiferencia, que se despedacen las rocas de los corazones empedernidos. Hoy se nos
brinda la gracia de la pasión de Cristo. Al nombre de Jesús, también nosotros doblamos las
rodillas y, en silencio, humildemente, dejamos nuestros pecado a los pies de su cruz
gloriosa, de su cruz de amor.
LUNES SANTO
14 DE ABRIL
Pbro. Juan Diego Chávez García
Prefecto del Seminario Menor
Evangelio de Juan 12, 1-11
En este día vemos que Jesús nuevamente visita a sus amigos de Betania: Lázaro,
Marta y María. El domingo V de Cuaresma escuchamos el relato de la resurrección de
Lázaro, ante cuya muerte Jesús se conmovió profundamente, porque era su amigo y su
pérdida lo llenó de tristeza. Sin embargo, la muerte de Lázaro fue ocasión de mostrar con
un gran milagro que Él es el Mesías, el Hijo de Dios.
Se nota que para Jesús la amistad con los tres hermanos de Betania era motivo de
gran alegría. Es lo primero que aprendemos en las lecturas de este día. Jesús disfruta estar
con ellos, y parece que le gusta visitarlos después de tantas idas y venidas como implicaba
la misión de anunciar el Reino de Dios. Ahí Jesús encuentra descanso, atenciones y cariño.
Nosotros también estamos invitados a tener una amistad grande con Jesús. Él quiere que
también nosotros lo recibamos en nuestras vidas y le abramos las puertas de nuestro
corazón, de nuestras familias. Quiere ser parte de nuestro quehacer diario. Que lo tengamos
presente durante nuestras comidas con la bendición de los alimentos, porque también ahí
nos acompaña como a Lázaro, Marta y María. En definitiva, quiere acompañarnos en todo
lo que hagamos. Y la manera de estar cerca de Jesús es a través de la oración, de los
sacramentos, sobre todo la Confesión y la Eucaristía, y del amor a los demás. Así Jesús
también nos visita.
41
Reflexiones
Después vemos a María que unge los pies de Jesús y se los enjuga con su cabellera.
Es una muestra de cariño grande al Señor. No le importa hacer ese gasto, porque sabe que
Jesús lo vale, y sin haberlo pretendido, anticipa la unción que Jesús recibirá pocos días
después antes de ser sepultado. Preguntémonos, ¿cuánto estamos dispuestos nosotros a
gastar en el culto a Dios? ¿En tener dignas y limpias nuestras capillas? ¿En cooperar para
que las celebraciones litúrgicas se lleven a cabo con todo el honor que merece Dios Nuestro
Señor? ¿Con cuánto ayudo a mi parroquia para los gastos de la pastoral? ¿Con cuánto
ayudo a los que más lo necesitan?
Y por último tenemos la actitud de Judas Iscariote. Se nota sorprendido,
escandalizado. Le parece un despilfarro lo que ha hecho María. ¿Acaso Jesús no lo vale?
¿Acaso no merece Dios que le demos lo mejor que tenemos? ¿Cuánto gastamos a veces en
cosas superficiales, y no somos capaces de ayudar a los más pobres, con quienes Jesús se ha
identificado?
A Judas no le importan los pobres, ni los demás. Lo que quiere es robar dinero que
no le ha costado. Muchas cuentas tendrá que dar Judas de un dinero que se le pidió
administrar y que sin embargo, utiliza para cosas personales. ¿Cuántas cuentas nos pedirá el
Señor sobre aquello que nos ha dado y nos pide administrar para hacer el bien a los demás y
no solo para que saquemos provecho personal?
Hoy, en estos primeros días de la Semana Santa tenemos que definir de cuál grupo
de personajes del Evangelio queremos ser. De los amigos de Jesús, como Lázaro, Marta y
María, que reciben a Jesús con gusto y que procuran su amistad. O de aquellos que ven en
su amistad una oportunidad de aprovecharse, como Judas Iscariote que hacía negocio con lo
que recibían para la misión. Quizá somos de aquellos que hacemos finta de interesarnos por
los demás, pero en el fondo nos mueven intereses poco evangélicos.
Hoy todavía vemos a Jesús con prestigio ante los demás. Dice el Evangelio que
muchos judíos acudían a Betania, no solo para ver a Jesús, sino por curiosidad para ver a
Lázaro a quien había resucitado. En los próximos días, Jesús se irá quedando solo poco a
poco. Solo su Madre Santa María, el Apóstol más joven San Juan y unas cuantas mujeres
estarán junto a Jesús en el momento de la prueba más grande. Estar junto a Jesús cuando las
muchedumbres lo aclaman es fácil. Estar junto a Él cuando es humillado y castigado con el
suplicio más vergonzoso, la Cruz, no es tan fácil. Decidamos cómo queremos acompañar a
Jesús durante esta Semana, pero sobre todo después, en nuestra vida diaria, cuando
volvamos a nuestros quehaceres de todos los días.
Pidámosle a Santa María que nos dé fortaleza para estar con Jesús siempre, en las
buenas y en las malas, y que vivamos nuestra vida de tal manera, que se pueda decir que
creemos en Jesús y que procuramos imitar su vida de amor a Dios Padre y a los demás. Así
sea.
42
Reflexiones
MARTES SANTO
15 DE ABRIL
Pbro. Eduardo Huerta Muro
Director espiritual de Teología
Evangelio Jn 13, 21-33. 36-38
“El que no es tranza no avanza” esta es una frase que hemos escuchado muchas
veces o que incluso nosotros mismos en más de una ocasión la hemos dicho, pero ¿Qué
significado encierra esta frase? En realidad dentro de estas palabras se esconden intenciones
no muy buenas, pues se trata de no actuar correctamente, de hacer trampa (tranza) para
salirse con la suya, e incluso se puede llegar a eliminar tanto a personas como cosas que
estén estorbando para alcanzar los intereses egoístas, sin importarme la verdad o la bondad.
Esto es lo que vivimos a diario en nuestra sociedad, cuantas veces en el trabajo se calumnia
a una persona para tumbarlo de su puesto y ponerse en su lugar, todos los días escuchamos
en las noticias muchos desprestigios y ataques entre empresarios y políticos, incluso los
enemigos de la Iglesia la desprestigian y atacan al Papa, tal parece pues que vivimos en la
ley de la selva, donde el más fuerte se come al más débil.
Hoy el evangelio nos relata cómo Jesús nuestro Señor, sabía que iba a ser
traicionado por uno de los suyos, relata el evangelio que Jesús se “conmovió
profundamente” y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”, esta
afirmación de Jesús provoca perplejidad y consternación entre sus discípulos, surgen las
preguntas entre ellos de ¿A quién se refiere? Ignoran a quien se está refiriendo Jesús al
decir esas palabras, sin embargo, Pedro le pide a Juan que le pregunte a quien se refiere, y
cuando Juan le pregunta, Jesús contesta con un gesto ritual diciendo: “Aquel a quien yo le
dé este trozo de pan, que voy a mojar. Mojo el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el
Iscariote; y tras el bocado, entró en él satanás”. En tiempos y la cultura de Jesús, era
costumbre que el huésped o el anfitrión, o uno de los amigos más íntimos, tomara un trozo
de pan o carne, lo untara en aceite o vino y lo diera al otro como signo de cercanía y de
parentesco, y el hecho de que compartiera comida con la persona dicha persona, ya quedaba
vinculada por lazos más fuertes que los de la sangre, sin embargo, a pesar de la vinculación
tan estrecha de Judas hacia Jesús, no le importó traicionarlo. Y el maestro le dice: “Lo que
tienes que hacer, hazlo pronto”, esta es una orden, que los demás comensales no entienden.
Judas después de tomar el vacado, dice el evangelio “salió inmediatamente. Era de noche”.
Así pues, este discípulo del Señor, después de tomar parte en la familia de Jesús, movido
por la envidia y avaricia del dinero, niega totalmente el vínculo que le unía a Jesús y sale
por libre elección del grupo de discípulos de Cristo, iba siguiendo sus intereses, no le
importaron los del maestro que lo había llamado.
El evangelio nos da otro dato importante, dice que cuando Judas abandonó a Jesús
era de noche, es decir, este discípulo se adentra en las tinieblas pues en su corazón ya no
hubo lugar para el día, se aleja de la luz que es Cristo, prefirió las penumbras a la claridad
de la luz. Pasa de la vida a la muerte, pues Judas al traicionar a Cristo, dejó que entrara en
su vida satanás, que es el padre de la mentira, y una vez que se fue el traidor Jesús dijo:
“Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él”. Con estas
43
Reflexiones
palabras el Señor está diciendo que ha llegado la hora del juicio, la ora de la gloria, de la
crucifixión, la ora de sufrir y morir por la salvación de todos los hombres.
Ante las palabras del maestro, los discípulos no entienden el motivo de las mismas,
Pedro le interroga diciendo: “Señor, ¿A dónde vas?” lo que contesta Jesús “A donde yo voy
ustedes no pueden ir”, Jesús va a la cruz, pero también va a su Padre, regresando a Él a
través de una brecha abierta en su propia carne, un desgarre que rasgará en el templo el velo
y abrirá en el tiempo de la historia humana, una puerta que transformará todo lo que hubo
antes y que vendrá después. Pedro Sigue insistiendo ¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo
daré mi vida por ti. Jesús le dice: “Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me
hayas negado tres veces”, vemos pues como Pedro, con ese amor a su Señor que lo impulsa
a afirmar eso, muestra a su ves que no es consciente de su propia debilidad y desconoce el
poder del mal con el que está luchando Jesús, y por lo tanto la actitud presuntuosa de Padre
se ve sacudida por la afirmación de traición total, pues en realidad lo que hay en el corazón
de Pedro es pérdida de coraje, mentira y miedo y el Señor Jesús se lo hace saber.
Qué aplicación tiene la Palabra de Dios en nuestra vida, lo que acabamos de
escuchar nos invita a fijar nuestras miradas en nuestra vida, en nuestra comunidad, y ver los
Judas y los Pedros. Esos judas que ven más en sus propios intereses individualistas y
egoístas que los de la comunidad, que los del grupo, que prefiere vivir en las tinieblas de la
mentira que en la luz de la verdad. ¿Cuántas veces hemos actuado en nuestra vida como
Judas? ¿Cuántas veces hemos traicionado la verdad, justificándonos en la falsa frase del
que no tranza no avanza? Y efectivamente haciendo tranza no se avanza, sino que se
estanca, se queda ahí fijo, esclavizado y atado. O bien, cuántos Pedros entrones, valientes y
con un ego animoso y confiando más en sí mismo que en Dios, en lugar de escuchar con
una actitud humilde la Palabra de Dios que le dice: “¿Con qué darás la vida por mí? Antes
de que cante el gallo me habrás negado tres veces. Vemos como Jesús advierte tanto a
Judas como a Pedro de todo lo que se avecina sobre su persona, pues el mal actúa con
rapidez y violencia, en cambio el bien de forma más íntima. Jesús nos ve y conoce a cada
uno de nosotros, sin duda alguna todos hemos sido judas, pues hemos traicionado nuestras
promesas bautismales, nuestra fe, nos hemos traicionado unos a otros y hemos traicionado
la buena noticia al negar el perdón a otros; o bien hemos sido pedros, es decir presuntuosos
y ciegos, que hemos confiado en nuestras propias fuerzas, talentos, dones o bienes
materiales, que escuchamos la verdad, pero nos negamos a darle cabida en nuestro corazón.
O también, somos discípulos, que como los demás que estaban ahí sentados a la mesa del
Señor y que solo contemplaban y no hablaban, que estaban contentos de la relación con
Jesús, pero que no querían escuchar por miedo.
Jesús empezó a cargar la cruz, no desde el momento en que los soldados se le
echaron encima, sino desde antes, llevó la cruz de las traiciones, mentiras, y superficialidad
de sus discípulos y amigos. ¿En qué lugar estoy yo? ¿A qué me invita hoy el Señor?
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Reflexiones
MIÉRCOLES SANTO
16 DE ABRIL
Evangelio Mt 26, 14-25
«El que no está conmigo está contra mí»
¿Traición o fidelidad? ¿Preparar la cena o programar la entrega del Señor? Son dos
acciones que se encuentran opuestas. No hay reconciliación entre ellas. El evangelio de
Mateo, hoy nos presenta esas dos opciones, debemos de elegir una.
Traición
Es tal vez el episodio más desconcertante que nos narran los evangelios, ya que, nos
cuesta mucho pensar que Jesús haya sido traicionado por uno de sus seguidores más
íntimos. Pero esa fue la realidad.
Muchas veces nosotros mismos nos escandalizamos de la acción realizada por
Judas, pero estamos igual. Las ocasiones en que le damos la espalda al Señor lo estamos
traicionando, defraudamos su confianza y lo entregamos para que lo maten.
Traición es cuando le prometemos al Señor ser mejores personas, pero no lo somos, a la
primera dificultad de cambiar, olvidamos nuestra promesa de fidelidad; quizá cuando
vemos un poco de dinero como Judas; o una mejor oportunidad de trabajo, aunque implique
pisotear al prójimo; o una manera fácil de tener dinero, sin importar que estemos violando
la justicia; o una situación sentimental, dejando de lado el compromiso conyugal adquirido
en el matrimonio.
Ciertamente, la traición hiere el interior del hombre y hace que pierda toda la
confianza y credibilidad de las personas a las que ha entregado. La traición a otra persona
es fruto de la traición a sí mismo, pues cuando uno es fiel a sus ideales, a sus convicciones
y esto lo ratifica con su manera de vivir, la traición es muy difícil que se lleve a cabo. Sin
embargo si se traiciona a sí mismo, podrá traicionar a cualquiera. Nosotros ¿Somos fieles a
nosotros mismos o nos traicionamos?
Luchemos por ser fieles a nosotros mismos, solo así seremos fieles a Cristo y a las personas
con las que hacemos nuestra vida a diario.
Fidelidad
La contraparte de la traición es la fidelidad, que significa ser sólido a las personas
que depositan la confianza en nosotros. En el evangelio, paradójicamente, encontramos
estas dos actitudes juntas, eso lo hace el autor para que nosotros nos demos cuenta que el
seguir a Jesús exige radicalidad.
La actitud de los demás discípulos es de estar a la orden de Jesús, preocupados
porque la pascua se celebrara conforme la tradición. Ellos se concentraban en no defraudar
a Jesús, pensando en otras cosas, es decir, que sus motivaciones, ilusiones y convicciones
personales no se perdieran de rumbo.
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Reflexiones
Por eso, cuando Jesús les anuncia que será traicionado, ellos se ponen tristes, ya
que, ese anuncio revela que se han traicionado a sí mismos. Debido a ello inician a
preguntar, para saber quién se perdió del camino, quién puso su mente y su corazón en
cosas pasajeras y no en Jesús.
La persona fiel no busca otros intereses que colmen sus ansias de poder, de fama, o
de placer, sino que busca ser feliz con lo que es y con lo que tiene. Nosotros estamos
llamados a la fidelidad. Hoy en día se vive una crisis de fidelidad, no vemos confianza en
nuestro entorno, todo nos inspira miedo, por lo tanto, desconfianza y temor.
En la sociedad, que estamos viviendo al parecer estamos llenos de «Judas», incluso,
si alguno de nuestros amigos cercanos nos traiciona no dudamos en decir; «es un Judas»,
nos duele, nos cuestiona y a veces hasta nos hace dudar de la amistad, pero nos hemos
puesto a pensar: que nosotros también ocasionamos esos sentimientos a las personas que de
alguna u otra manera traicionamos.
Fidelidad o traición no hay punto medio. Son actitudes que se manifiestan en
nuestra vida. Luchemos por ser fieles siempre y con todas las personas a ejemplo de Cristo,
que fue fiel a Dios incluso en los momentos más adversos de su vida.
JUEVES SANTO
17 DE ABRIL
Pbro. Aurelio Ponce Esparza
Prefecto de Teología
Evangelio Jn 13, 1-5
Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan
Con esta hermosa celebración eucarística iniciamos el Triduo Pascual, días de
gracia para contemplar, vivir y celebrar el Misterio de Cristo, que nos dio vida nueva. Es
esta una celebración muy especial, Jesús está en la víspera de su muerte, casi en la cima de
su éxodo personal y definitivo, terminando su camino hacia el Padre; y como un acto de
predilección hacia los suyos, celebra en medio de una gran confianza e intimidad, la última
cena.
El amor de Jesús al hombre se ha demostrado en su vida, pero va a resplandecer en
su muerte, es un amor que no cesa, que no se desmiente ni se escatima. Y sólo el amor
explica el gesto maravilloso y desconcertante, que realiza Jesús: lavar los pies a sus
discípulos. Jesús tiene plena conciencia de la misión que el Padre le ha confiado, sabe que
de él depende la salvación de la humanidad, el éxito del designio creador de Dios. Con el
lavado de los pies va a mostrar cómo se lleva a término la obra del Padre. Jesús vive ya “su
hora”, y es precisamente esta conciencia lo que lo lleva a significar su muerte con el lavado
de los pies y a aceptarla con la traición de Judas. Quiere salvar al hombre y el deseo de
darle vida lo lleva a entregarse.
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Reflexiones
Jesús es consciente de tenerlo todo en su mano, empezando por su propia vida; al
estar en relación son “la hora” la acción que realiza es expresión de su última voluntad y
adquiere por ello carácter fundacional, es decir, Jesús está fundando su nueva comunidad,
el nuevo Israel, el nuevo pueblo elegido, que brota de la nueva y definitiva alianza y que
encuentra su origen en el amor “hasta el extremo” de Jesús. Jesús es plenamente libre y
sabe que con cada palabra y gesto suyo se está cumpliendo el plan amoroso del Padre.
Al lavar los pies a sus discípulos Jesús deja un legado, una herencia, que debe
quedar para siempre en la mente y en el corazón, esta última acción de Jesús, es la norma
de la nueva comunidad, es el signo del amor. Jesús se despoja del manto, se despoja de su
vida, y se ciñe un paño o delantal, propio del que sirve. Con esta acción Jesús nos está
enseñando cuál debe ser nuestra actitud, pues no se trata de un gesto cualquiera. Jesús no
pide ayuda, Él mismo va ejecutando cada una de las acciones preparatorias al trabajo servil.
Se pone a lavar los pies de los discípulos, no se indica quien es el primero ni cuál va a ser el
último, pues en esta nueva comunidad no hay orden de precedencia, la igualdad y la
libertad, fruto del amor, serán la norma de vida.
El delantal ceñido es signo de que esta actitud de servicio es definitiva, de hecho el
evangelio no dice que lo deje al final del lavatorio, sino que simplemente volvió a tomar su
manto. El servicio se convierte en un atributo permanente de Jesús, su amor-servicio no
cesará con su muerte, por eso su costado, del que brota el Espíritu, quedará abierto.
Este es el testamento de Jesús, pero no es legado casi inconsciente de un moribundo,
sino la enseñanza de un hombre, que libre y amorosamente cumple la voluntad del Padre.
Este amor-servicio es el fundamento de la nueva comunidad de discípulos, de los “suyos”,
los que le pertenecen. Nosotros tenemos que imitarlo, pues lo que acaba de hacer no es un
gesto transitorio, sino una norma válida para todo tiempo. Es un servicio que nadie impone,
no nace del sentido del deber, sino de la espontaneidad del amor, comunicado por el
Espíritu.
VIERNES SANTO
-UN SILENCIO EXPECTANTE18 DE ABRIL
Pbro. Vicente Haro Campos
Vicario de la parroquia de san Cosme y san Damián
Sólo Dios es Santo, es Él quien llena con su perfección esta palabra. ¿Qué paradoja?
El autor de la vida encarnado en Jesús, quiso experimentar el silencio de la muerte. Sin
embargo, no es cualquier silencio, ya que, éste viene lleno de asombro y de curiosidad, algo
novedoso está por ocurrir…sólo queda esperar…
Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus
huellas…Dios que es amor sigue hablando a la humanidad, recordamos con gran alegría a
Cristo, el Ungido, el Elegido, el cual con toda su voluntad como hombre y Dios quiso
entrar en el silencio de la humanidad. Este entrar en la humanidad implica hacerse uno
como nosotros, menos en el pecado, es decir, sufrió, padeció junto con el hombre, fue capaz
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Reflexiones
de sentir alegría, cariño, amor, pero también tristeza y sufrimiento, todo por amor al
hombre. Todo esto, sin duda, es el ejemplo más grandioso que podemos tener, sólo nos
queda a todos sin excepción alguna seguir sus huellas y sus pasos.
Él no cometió pecado, ni encontraron engaño en su boca…Dios que es amor, no
puede tener imperfecciones. Estos cinco domingos de cuaresma nos lo dejaron muy claro.
En las tentaciones, se notó visiblemente que como hombre también las padeció, pero las
supo afrontar con mucha fuerza y voluntad. La transfiguración, es signo de la pureza que
sólo puede caber en su totalidad en la persona de Jesús. A la Samaritana le promete un agua
viva, con la cual ya no tendrá sed, ésta sólo puede venir de Jesús el Hijo de Dios que brota
su costado abierto y no de nadie más. En el ciego de nacimiento, los judíos no creyeron en
Jesús, sin embargo, no encontraron argumento fuerte para decir que estaba mal. En la
resurrección de Lázaro, Jesús no se esconde, Él sabe que al ir a Betania le espera la muerte,
pero Él no tiene nada que temer, con la frente en alto avanza a dar vida y luz, a Lázaro en
Betania y a la humanidad en Jerusalén. Nunca encontraron engaño en su boca…
Cuando lo insultaban no devolvía el insulto…Cuando realmente se ama, el amor se
convierte en un antídoto, que supera todo insulto, toda violencia, todo escupitajo. ¿Acaso
alguna vez Jesús insultó a la mujer que encontraron en adulterio…le pagó con la misma
moneda a Pedro cuando él le negó…ofendió a Judas cuando lo entregó con un beso? A
pesar que Jesús era hombre, nos enseñó a poner las dos mejillas. Él lo hizo con su ejemplo.
En su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga
justamente…El amor de Dios siempre será desbordante y no se podrá comprender con
términos humanos. Jesús estaba profundamente convencido de su inocencia, a pesar de
esto, en ese momento tan doloroso, sólo encontramos palabras de comprensión y amor para
la humanidad:
-Padre perdónales porque no saben lo que hacen… ¿Sabes por qué actuó
así Jesús? Porque confiaba de una manera extrema en su Padre, su vida estaba en sus manos
y Él sabe que nunca lo abandonaría.
Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos
para la justicia…Es el amor el que nos ayuda a comprender la profundidad de esto. Sólo
cuando se ama, se es capaz de darlo todo por aquél o aquéllos que se aman. El amor de
Jesús fue tan grande que no sólo le bastó cargar el madero, sino que fue más allá, hasta el
Calvario-altar de la humanidad, donde se realizó el acto de entrega que sobrepasa toda
palabra, tan es así que la humanidad guardó silencio, un silencio expectante. Todo… ¿para
qué? Para que muertos al pecado, vivamos…sí vivamos, no sólo en esta vida, sino en la
verdadera vida: la Eterna.
Sus heridas nos han curado…El amor quedó patentado en sus cinco heridas. Tan es
así que a pesar de nuestras fallas e ingratitudes, de nuestras rebeldías y desprecios, a veces
sin darnos cuenta otras tantas veces sí…pero recuerda… ¡oh hombre! Tienes que levantarte
de donde estás, hay unas heridas que nos dieron vida y nos han curado no sólo
externamente, sino que han ido hasta la más profundo, donde estaba anidado el pecado.
Ahora entiendes… ¿por qué es un silencio expectante?...Sus heridas nos han curado.
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Reflexiones
VIGILIA PASCUAL
19 DE ABRIL
Pbro. Marco Antonio Castañeda Haro
Rector
"Sé que buscan a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho".
En esta hermosa noche estamos celebrando el misterio esencial de nuestra vida
cristiana, el acontecimiento histórico más importante para la humanidad entera: la
resurrección de Cristo, el Hijo de Dios. Ésta es la "noche de vela en honor del Señor" (Ex
12,42), como aquella noche en que los israelitas salieron de Egipto. En aquella noche, el
Señor "pasó" para salvar y liberar a su pueblo oprimido en la esclavitud. En una noche
semejante, Cristo pasó de la muerte a la vida, liberando así al ser humano de su gran
enemigo, que es la muerte.
El evangelio según san Mateo que acabamos de escuchar nos anuncia la
resurrección de Jesús. El evangelista imprime al anuncio de la resurrección un carácter
teofánico, es decir, la presenta como una solemne aparición divina en la que el terremoto, el
relámpago, el vestido blanco del ángel, la piedra del sepulcro retirada indican que el Señor
se está manifestando.
El centro del relato evangélico es el sepulcro vacío, interpretado por las palabras del
ángel: "No está aquí; ha resucitado como lo había dicho". Sin duda, y con toda seguridad
este es el anuncio más importante que el ser humano ha recibido de parte de Dios. Fueron
María de Magdala y la otra María ("madre de Santiago y de José"), las primeras que
escucharon y recibieron esta buena noticia (evangelio). Ellas que habían estado presentes
en el momento de la crucifixión y de la muerte de Jesús, ahora son también testigos y
misioneras de este anuncio.
A veces trato de imaginarme ese momento cuando aquellas mujeres escucharon el
anuncio del ángel: "No está aquí; ha resucitado como lo había dicho". Sin duda, su rostro se
iluminó, se dibujó una sonrisa en sus labios, su corazón palpitó con mayor fuerza y su alma
se llenó de consuelo, de fe y de esperanza. Su Señor, a quien habían visto crucificado y
habían visto morir, ahora vive, ha resucitado, es decir, ha vencido a la muerte para siempre.
Aquella tristeza que embargaba su mente y su alma, ahora se convierte en una inmensa
alegría. Aún no han visto al Señor resucitado, solamente reciben la buena nueva de parte
del ángel, el cual las invita a constatar que Jesús no está allí, "vengan a ver el lugar donde
estaba". Es decir, el sepulcro está vacío.
Inmediatamente después el ángel da a las mujeres una misión: "Pronto, vayan a
decir a sus discípulos: ha resucitado de entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea;
allí lo verán". Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron
a dar la noticia a sus discípulos. Verdaderamente este acontecimiento les estremece y al
mismo tiempo les llena de una gran alegría, porque es la victoria definitiva de Jesús sobre
el mal y sobre la muerte.
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Reflexiones
El evangelista Mateo señala que Jesús mismo sale al encuentro de ellas. La primera
aparición del Resucitado está reservado para las mujeres. Jesús ha sido amado con una
fidelidad maravillosa por parte de sus discípulas, que han estado cercanas incluso en el
momento de la sepultura. Esta generosidad, que se manifiesta también en el hecho que por
la mañana, después del sábado ellas van a visitar el sepulcro, es recompensada por un
aparición de Jesús mismo. Jesús las saluda, "alégrense". En efecto la resurrección es la
fuente de nuestra alegría, da a nuestra vida una seguridad y una esperanza que nos
conceden superar todas las pruebas y las dificultades.
Las mujeres se acercaron a Jesús, lo agarraron con fuerza de los pies y lo adoraron,
porque con su resurrección Él manifiesta su divinidad. Entonces Jesús les dice: "No teman.
De prisa, avisen a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán". El privilegio de la
primera aparición tenido por las mujeres no es una invitación a permanecer contemplando a
Jesús resucitado, sino es la oportunidad de una misión: quien ha visto ha Jesús resucitado,
lo debe anunciar a los demás.
La resurrección de Jesús, por lo tanto, tiene un aspecto muy dinámico. No es
solamente una consolación después de una gran prueba de dolor, sino que es el inicio de un
cambio para todo el mundo. Jesús resucitado ahora quiere comunicar su amor a toda la
creación, vencer el mal en todos los corazones y dar a todos la inmensa alegría de estar en
una relación de alianza con Dios y de comunión con los hermanos.
Que en esta noche Jesús resucitado nos conceda su Espíritu para que, también
nuestra alma y nuestro cuerpo se vean libres de todo mal y llenos de esa inmensa alegría
podamos adorarlo como lo hicieron aquellas santas mujeres. Que Dios nos conceda la
capacidad de reconocer a su Hijo resucitado en la persona de nuestros hermanos,
especialmente en los enfermos, en los pobres, en los niños, en los ancianos, en los
desamparados, en los alejados, en los tristes, etc. De esta manera nosotros podremos algún
día contemplar cara a cara a Jesús resucitado.
¡ÁNIMO¡ "JESÚS RESUCITÓ"
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Devocionario
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Devocionario
ROSARIO
Por la señal de la santa Cruz…
Señor mío Jesucristo Dios y Hombre verdadero, me arrepiento de haberte ofendido por ser
Tú infinitamente bueno, te prometo, con tu gracia no volver a ofenderte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo…
Los misterios que vamos a meditar son:
Lunes y sábado
Misterios Gozosos
1. La Encarnación del Señor
2. La Virgen María visita a su prima
santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios
4. La presentación en el templo
5. El Niño perdido y hallado en el
templo.
Martes y viernes
Misterios Dolorosos
1. La oración en el huerto.
2. La coronación de espinas
3. Los azotes que recibió atado a la
columna.
4. Jesús con la cruz a cuestas
5. Crucifixión y muerte del Señor.
Jueves
Misterios luminosos
1. El bautismo del Señor
2. Las bodas de Caná
3. Jesús predica el Reino e invita a la
conversión
4. La transfiguración
5. La institución de la Eucaristía
Miércoles y domingo
Misterios gloriosos
1. La resurrección del Señor
2. La Ascensión del Señor
3. La venida del Espíritu Santo sobre
los apóstoles
4. María asunta al cielo.
5. La coronación de María Santísima
como Reina de todo lo creado
Al término de las cinco decenas:
G- Oh Soberano Santuario, Sagrario del Verbo Eterno
T- Libra, Virgen, del infierno a quienes rezamos tu santo rosario
G- Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo
T- Ábrenos Virgen el cielo con una muerte dichosa, y danos pureza de alma, tú que eres tan
poderosa.
Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto llena
eres de gracia…
Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima, en el parto, llena eres
de gracia…
Dios te salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima, después del
parto, llena eres de gracia…
Dios te salve María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen
concebida sin la culpa del pecado original.
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Devocionario
Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te
salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en
este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos. Y,
después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Letanía
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del
mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un
solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las
Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina
gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de
veneración,
Virgen digna de
alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne
devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los
pecadores,
Consoladora de los
afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los
Santos,
Reina concebida sin
pecado original,
Reina asunta a los
Cielos,
Reina del Santísimo
Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de las promesas de
Cristo.
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ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y
cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos
libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
POR LOS SACERDOTES
DE NUESTRA DIÓCESIS
Este día el rosario lo vamos a ofrecer por todos los sacerdotes de nuestra Diócesis.
Tengamos en cuanta, especialmente, a los sacerdotes que han estado en nuestra parroquia, a
aquellos que nos han administrado algún sacramento, a aquellos que son nuestros amigos,
conocidos o que han estado con nosotros en las diversas circunstancias de nuestra vida.
También pidamos por los sacerdotes difuntos, para que ya estén celebrando la pascua eterna
en compañía del Señor.
Se comienza como el anterior
1º Misterio: Los sacerdotes: amor del corazón de Jesús
«El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús», repetía con frecuencia el Santo Cura de
Ars. Esta conmovedora expresión nos da pie para reconocer con devoción y admiración el
inmenso don que suponen los sacerdotes, no sólo para la Iglesia, sino también para la
humanidad misma. Tengo presente a todos los presbíteros que con humildad repiten cada
día las palabras y los gestos de Cristo a los fieles cristianos y al mundo entero,
identificándose con sus pensamientos, deseos y sentimientos, así como con su estilo de
vida. ¿Cómo no destacar sus esfuerzos apostólicos, su servicio infatigable y oculto, su
caridad que no excluye a nadie? Y ¿qué decir de la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes
que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación de «amigos
de Cristo», llamados personalmente, elegidos y enviados por Él?”. (De la Carta del Papa
Benedicto XVI a los sacerdotes del mundo).
2º Misterio: La grandeza del sacerdote es Cristo.
« ¡Oh, qué grande es el sacerdote! Si se diese cuenta, moriría... Dios le obedece: pronuncia
dos palabras y Nuestro Señor baja del cielo al oír su voz y se encierra en una pequeña
hostia...» «Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor. ¿Quién lo ha
puesto en el sagrario? El sacerdote. ¿Quién ha recibido vuestra alma apenas nacidos? El
sacerdote. ¿Quién la nutre para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote. ¿Quién
la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de
Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote. ¡Después de Dios, el sacerdote lo es todo!...
Él mismo sólo lo entenderá en el cielo». «Si comprendiéramos bien lo que representa un
sacerdote sobre la tierra, moriríamos: no de pavor, sino de amor... Sin el sacerdote, la
muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada». (De la Carta del Papa Benedicto
XVI a los sacerdotes del mundo)
3º Misterio Sacerdote hombre de la Eucaristía
El milagro de la consagración será para todo sacerdote ocasión de asombro y gratitud. Para
poder descubrir que toda la existencia del sacerdote es existencia eucarística. Cuando el
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sacerdote pronuncia las palabras: «Esto es mi cuerpo… esta es mi sangre», hade asumir
también en su propia persona la actitud de Jesús como existencia para Dios y para los otros.
Justamente por ello ha de hacer de su vida una ofrenda para Dios y para los otros. Deberá
vivir y practicar lo que dice y ser aquello que hace. No solo ha de celebrar la eucaristía,
sino también vivirla. Ha de vivirla en solidaridad con todos lo que portan cargas y cruces en
su comunidad y en el mundo entero. (El sacerdote Servidor de la Alegría p. 133)
4º Misterio Sacerdote, testigo del Evangelio
El sacerdote no debe proclamar solo aquello que les está prohibido al cristiano y a la
sociedad. Las restricciones, los preceptos y las prohibiciones intimidas y deprimen; la ley,
sin la gracia de Cristo, agobia a las personas; únicamente el evangelio libera para el amor y
las obras del amor. Por eso, la predicación ha de poner de relieve, primero y sobre todo, la
opción positiva de la fe, incluso la belleza interior de la fe y de la vida de fe; pues la fe no
es un sentimiento difuso, ni una praxis rutinaria, posee un contenido concreto que se puede
y se debe conocer, ya que, solo es posible amar lo que se conoce, y aquello que se ama se
desea conocer más a fondo. (El sacerdote Servidor de la Alegría p. 96)
5º Misterio Sacerdote hombre de la Misericordia
¿Qué significa misericordia para los sacerdotes? Preguntémonos qué significa misericordia
para un sacerdote. Los sacerdotes se conmueven delante de las ovejas, como Jesús, que veía
a la gente cansada y agotada como ovejas sin pastor. Jesús tiene las “vísceras” de Dios.
Isaías lo dice mucho, está lleno de ternura hacia la gente, especialmente hacia las personas
excluidas, hacia los pecadores, hacia los enfermos que nadie cuida… Así a imagen del
Buen Pastor, el sacerdote es un hombre de misericordia y de compasión, cerca de su gente y
servidor de todos.
La verdadera misericordia se hace cargo de la persona, la escucha atentamente, lo enfoca
con respeto y con verdad a la situación, y la acompaña en el camino de la reconciliación. El
sacerdote realmente misericordioso se comporta como el Buen Samaritano… pero ¿por qué
lo hace? Porque su corazón es capaz de compasión, ¡es el corazón de Cristo! (Del Discurso
del Papa Francisco a los sacerdotes de Roma)
Oh soberano santuario…
Letanías por los sacerdotes
A cada invocación vamos a responder: Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
- Te pedimos Señor, que bendigas nuestro Obispo Sigifredo Noriega.
- Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos eméritos, en especial al nuestro:
Fernando Mario Chávez.
- Te pedimos Señor, que purifiques el alma de los Obispos que ya han partido de esta
vida, de manera particular por los que estuvieron en nuestras Diócesis para que
puedan entrar en el Reino de los cielos.
- Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con los dones de Sabiduría y
discernimiento, y con la docilidad a tu Santo Espíritu.
- Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con el don de la Misericordia.
- Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con el don de la Fortaleza.
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-
-
Te pedimos Señor, que bendigas a los párrocos de nuestra Diócesis.
Te pedimos Señor, que bendigas a los vicarios parroquiales.
Te pedimos Señor, que bendigas a los misioneros.
Te pedimos Señor, que bendigas a los Sacerdotes y Diáconos, asesores de los
diversos movimientos eclesiales.
Te pedimos Señor, que purifiques el alma de los Sacerdotes de nuestra Diócesis,
que ya han partido de esta vida, para que puedan entrar en el Reino de los cielos.
Te pedimos Señor, que bendigas a tus Sacerdotes y Diáconos que estén atravesando
alguna crisis profunda y que les concedas una renovada fidelidad.
Te pedimos Señor, que bendigas a tus Sacerdotes y Diáconos, concediéndoles la
docilidad a tu Santo Espíritu, junto con el fervor y la alegría.
Te pedimos Señor, que bendigas a tus Sacerdotes y Diáconos que se encuentran
sirviendo en zonas de riesgo.
Te pedimos Señor, que bendigas a tus Sacerdotes y Diáconos, concediéndoles la
creatividad y la intrepidez espiritual, para ganar la mayor cantidad de corazones
para tu Reino.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en
obediencia.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en
pobreza.
Te pedimos Señor, Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han
consagrado a ti, en castidad.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti,
sirviéndote en el campo de la salud.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en la
Evangelización a tiempo completo.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en la
vida fraterna y comunitaria.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, como
almas reparadoras.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, para
servirte en los más pobres.
Te pedimos Señor, que bendigas a los seminaristas de nuestra Diócesis y de todas
las diócesis del mundo.
Te pedimos Señor, que les concedas un corazón recto para buscar en todas las cosas
y en todo momento tu bendita voluntad.
Te pedimos Señor, que sanes sus corazones de todas las heridas recibidas a lo largo
de la vida.
Te pedimos Señor, que transformes sus corazones, a semejanza de tu Divino
Corazón y del Inmaculado Corazón de María.
Te pedimos Señor, que bendigas a tus seminaristas, concediéndoles la docilidad a tu
Santo Espíritu, el fervor y la alegría.
Te pedimos Señor, que transformes su personalidad, según tu Divina Voluntad.
Te pedimos Señor, que les concedas los nuevos comportamientos que necesitan para
llegar a ser testigos de la presencia de tu Reino en el mundo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo (3)
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Bajo tu amparo…
Oración final
Jesús, Buen Pastor: en tus manos ponemos a todos tus Pastores, para que llenos de
tu Espíritu Santo, sepan interpretar los signos de los tiempos actuales y guíen al rebaño, a
ellos encomendado, hacía pastos verdes y aguas de vida. Amén.
POR LOS 150 AÑOS DE LA DIÓCESIS
Este año estamos celebrando nuestro año jubilar, es decir, es un tiempo de alegría
porque durante estos 150 años, el Señor nos ha concedido peregrinar como familia a la casa
del Padre. Es un periodo de dar gracias por las bendiciones recibidas, de pedir perdón por
las fallas cometidas y de pedir su luz para crecer como discípulos-misioneros de Jesús. En
todo este tiempo, la Virgen María, ha tenido un lugar importante, puesto que es en su
regazo maternal donde hemos crecido todos nosotros en la fe. Por esta razón, recemos
nuestro rosario para pedirle a Dios, por intercesión de María por nuestra querida diócesis de
Zacatecas.
Les comparto unas líneas del pregón que se leyó el 1 de Diciembre, y que hoy nos sigue
invitando a vibrar llenos de alegría en este año jubilar:
«Una gran alegría nos invade que nos hace expresar sentimientos de gratitud a Dios,
nuestro Padre, que nos ha acompañado por medio de su Hijo en este caminar en la fe
durante este período.
Pidamos al Señor que con este motivo podamos contagiar a todo el Pueblo de Dios, que
peregrina en esta Iglesia particular de Zacatecas, con expresiones de alegría por todas las
gracias y bendiciones que a lo largo de estos 150 años ha derramado en nuestra Iglesia.…
nos estremecemos ante los sentimientos de gratitud y gozo que brotan ante el amor
generoso y desbordante que Dios, nuestro Padre, nos ha comunicado por medio de su muy
amado Hijo, Jesucristo, en el Espíritu Santo».
Se inicia como de ordinario. Los misterios se tomarán de acuerdo al día correspondiente,
aquí se proponen algunas intenciones para cada uno.
1. Pidamos en este primer misterio por nuestra Diócesis de Zacatecas para que no se
canse de ser sacramento de salvación, y por nuestros quince obispos que se han
entregado al servicio de esta iglesia local.
2. Ofrezcamos este misterio por los sacerdotes y por los religiosos que han desgastado
su vida por amor a nuestra Diócesis. Que quienes ya fallecieron, gocen de la
presencia del Señor y quienes aún viven no se cansen de encaminarnos a todos hacia
Dios.
3. En esta decena, imploremos al Señor que les conceda a todos los laicos, niños,
jóvenes y adultos, en sus diferentes servicios y condición de vida, un corazón
generoso y valiente para ser testigos del Señor en todo lugar y siempre.
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4. Pidamos al Señor, por las familias de nuestra diócesis, para que sean verdadera
Iglesia doméstica, lugar donde se aprenda de Dios, se viva el respeto, la
responsabilidad, el amor hasta el extremo, como nos enseñó Jesús.
5. Pongamos en las manos del Señor por mediación de María, el plan que se está
elaborando en nuestra Diócesis para que sea reflejo de una búsqueda emprendida
por todos de ser auténticos cristianos que testifiquen a Cristo Muerto y Resucitado
hoy.
Oh soberano Santuario…
Al finalizar la letanía se hace esta acción de gracias.
Como una fuerte cascada de música y vítores, los invito hermanos, a que proclamemos
juntos:
- R/Bendito seas Señor y Dios nuestro, porque es eterna tu misericordia.
Gracias Padre Dios, fuente de todas las gracias, porque has estado siempre con nosotros,
porque has sido providente. R/
Gracias Dios Hijo, nuestro Señor Jesucristo, nuestro hermano, porque has dado tu vida por
cada uno de nosotros, porque eres el Camino a seguir en nuestro peregrinar hacia Dios
Padre. R/
Gracias Dios, Espíritu Santo, porque has infundido valor, especialmente a nuestros mártires
para dar testimonio de Cristo con su sangre, y has suscitado dones y carismas para la
edificación de nuestra diócesis. R/
Gracias Virgen María porque nos has dado a Jesús y has estado presente como fiel
intercesora y madre en nuestra familia diocesana. R/
Te Pedimos, Señor, nos des las gracias necesarias para bien prepararnos a celebrar nuestro
gran jubileo diocesano. Amén.
¡VIVA DIOS NUESTRO PADRE! ¡VIVA CRISTO, SU HIJO, NUESTRO REY!
¡VIVA EL ESPIRITU SANTO CONSOLADOR! ¡VIVA LA VIRGEN MARIA
NUESTRA MADRE! ¡VIVAN NUESTROS MARTIRES ZACATECANOS! ¡VIVA
NUESTRA DIOCESIS DE ZACATECAS!
Oración por el Año Jubilar
Señor Jesús, te agradecemos que nos concedas a nuestra Iglesia Diocesana de Zacatecas
celebrar 150 años de caminar en la Fe. Gracias por los pastores que nos han conducido
durante este tiempo. Gracias por los Sacerdotes que nos has dado y nos han servido con
entrega y fidelidad. Gracias por los Religiosos y Religiosas que nos han dado testimonio
del Evangelio. Gracias por la perseverancia y dedicación de nuestros laicos. Te suplicamos
que en este año jubilar trabajemos por avanzar en nuestra Conversión y Renovación de
nuestra Vida Cristiana. Concédenos por intercesión de Nuestra Señora de los Zacatecas que
logremos ser una Iglesia Evangelizada y Evangelizadora y que seamos capaces de anunciar
tu Evangelio en nuestra cultural actual. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas, con el Padre,
en la Unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
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HORA SANTA PARA NIÑOS
Puede iniciarse en la puerta del templo
Canto
Vamos niños, al Sagrario, que Jesús llorando está
Pero viendo tantos niños muy contento se pondrá.
(Se motiva a los niños a cantarlo)
En este pequeño momento vamos a reflexionar que Jesús murió por nosotros, porque nos
quiere y porque quiso que nos salvemos.
Entramos en el Oratorio, nos arrodillamos y hacemos silencio.
Guía: vamos a preparar nuestro corazón para hablar con Jesús Eucaristía, que está escondido en
algo que es un poco de pan ahí está Jesús, el Hijo de Dios en Persona.
Preguntarles ¿Lo pueden ver? Él sí nos ve y nos oye. Junto a Él, se encuentran también invisibles,
pero presentes de verdad, su Mamá, la Virgen, y millones y millones de ángeles del cielo que lo
adoran de rodillas.
También nosotros hemos venido a adorar a Jesús Eucaristía, y por eso nos arrodillamos y hacemos
silencio ante su presencia sacramental.
Oración inicial: Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen,
ni esperan, ni te adoran, ni te aman.
Acto de adoración
Guía: Querido Jesús Eucaristía, venimos ante Ti, para darte el regalo de nuestra humilde
adoración. Como niños te ofrecemos nuestra compañía en este rato de adoración, y nuestros
corazones para que descanses en ellos. Vamos a decir todos con nuestras manos juntas y
viendo al Sagrario: Niñito Jesús que en la Hostia estás, para mí te quiero, para mí
serás, tres veces.
Ahora vamos a cantarle a Jesús: Amén, amén, amén… y J, y E, y S, y U, y S, ¿qué dice? ¿No
se oye? ¡Más fuerte! ¡Tres veces!...
Acto de perdón
Guía: Dios nos quiere mucho y está siempre dispuesto a perdonarnos, pero quiere que se lo
pidamos. Después de cada petición diremos: Pero Tú nos amas y Tú nos buscas. (Las
siguientes peticiones pueden ser dichas por el guía o por uno o varios niños).
-
Señor y Padre nuestro, muchas veces no nos hemos portado como deben portarse
los hijos de Dios. R/ Pero Tú nos amas y Tú nos buscas.
Hemos hecho enojar a nuestros papás y maestros. R/ Pero Tú nos amas y Tú nos
buscas.
nos hemos peleado unos con otros y nos hemos dicho malas palabras. R/ Pero Tú
nos amas y Tú nos buscas.
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-
Hemos sido flojos en la casa y en la escuela y no ayudamos a nuestros papás ni a
nuestros hermanos ni amigos. R/ Pero Tú nos amas y Tú nos buscas.
Hemos sido presumidos y mentirosos. R/ Pero Tú nos amas y Tú nos buscas.
Hemos dejado de hacer el bien cuando se nos presenta la ocasión. R/ Pero Tú nos
amas y Tú nos buscas.
Guía: ahora como nos enseñó Jesús nuestro Hermano mayor vamos a pedirle a Dios,
nuestro Padre, que perdone nuestros pecados diciéndole tomados de nuestras manos:
Padrenuestro.
Acto de intercesión
Guía: el Papa Juan Pablo II escribió una carta dirigida a todos los niños del mundo, en ella nos deja
una tarea, nos dice que oremos por «los problemas de nuestra familia y de todas las familias del
mundo… Debemos rezar juntos y mucho para que la humanidad, formada por varios miles de
millones de seres humanos, sea cada vez más la familia de Dios, y pueda vivir en paz… he decidido
pedirles, queridos niños y muchachos, que se encarguen de la oración por la paz. Ustedes saben
bien: el amor y la concordia construyen la paz, el odio y la violencia la destruyen… por esto el
Papa está seguro de que no rechazarán su petición, sino que nos uniremos a su oración por la paz en
el mundo». Vamos a responder diciendo Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
-
Venimos a pedirte por todos los niños del mundo, para que nunca nos apartemos de Ti,
porque solo cerca Ti obtendremos la paz y la alegría para nosotros y para nuestras familias.
Con nuestras manos juntas vamos a decirle a Jesús, Jesús, Amigo, escucha nuestra
oración.
-
Te pedimos por nuestros padres, por nuestros hermanos, por nuestros abuelos, por todos
nuestros familiares, para que a todos los ilumines y les des la gracia de creer en Ti, única
fuente de dicha y de gozo. R/ Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
-
Queremos pedirte para que todos, pero especialmente los niños, encuentren en Ti, Jesús
Eucaristía, lo más importante de su vida. Que todos sepan que sólo recibiéndote a Ti en la
comunión, podrán cumplir la voluntad de Dios en sus vidas. R/ Jesús, Amigo, escucha
nuestra oración.
-
Te pedimos, Jesús, Amigo que sigas guiando a nuestra Diócesis de Zacatecas, que cumple
150 años, bendice a nuestro Obispo, a nuestros sacerdotes y religiosos, a nuestras familias
para que todos seamos buenos amigos tuyos. R/ Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
-
Que todos deseen vivir el primer mandamiento, el más importante de todos: “Amarás a
Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a Ti mismo”. R/ Jesús, Amigo, escucha
nuestra oración.
-
Te pedimos la luz que viene de Tu Sagrado Corazón, para que seamos capaces de entender
y de vivir el cuarto mandamiento: “Honrarás padre y madre”, siendo para con ellos
amables, obedientes, serviciales, y buscando de evitar, a toda costa, cualquier cosa que
pueda entristecerlos. R/ Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
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-
Danos también tu ayuda para que seamos capaces de vivir la pureza de cuerpo y alma desde
ahora, te consagramos nuestros corazones y nuestros cuerpos, para que Tú nos ayudes a
conservarlos puros y sin mancha, de modo que esté siempre en nosotros el Espíritu Santo.
R/ Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
-
Ayúdanos, Jesús, a comprender que las obras de misericordia no son lecciones para saberlas
de memoria, sino obras de amor que tenemos que hacer, todos los días, para poder entrar al
cielo. R/ Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
-
Ayúdanos a entender que si no ayudamos a nuestros prójimos, sobre todo los más
necesitados, nunca entraremos en el Cielo. Por eso te prometemos, desde ahora, que
trataremos de ser lo más buenos posibles, brindando a todos nuestra ayuda. R/
Jesús, Amigo, escucha nuestra oración.
Guía: ahora confiados de que el Señor escucha nuestra oración, vamos a cantarle al amor de Dios:
El amor de Dios es maravilloso…
Guía: Juntemos nuestras manos y fijemos nuestra mirada en la casita, el Sagrario, porque ahí está
Jesús. Vamos a rezar para finalizar: Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración de despedida: Querido Jesús Eucaristía, debemos ya retirarnos, pero antes, te dejamos
nuestros corazones al pie tu presencia Eucarística, para que no permitas que nunca dejemos de
pensar en Ti y en todo lo que sufriste por nuestro amor.
Y si nos distraemos, llámanos con tu dulce voz, para que siempre y en todo momento estemos
alabándote, adorándote y dándote gracias. Haz que tu Mamá, la Virgen, que es también nuestra
Madre, nos acompañe y nos guíe en nuestro caminar hacia el encuentro contigo, en la eternidad
Todos: Niñito Jesús, que en la Hostia estás, para mí te quiero, para mí ser.
Niñito Jesús, haz que mis obras sean como lirios y rosas delante.
Niñito Jesús, yo me voy, Tú te quedas en el sagrario,
Pero el ángel de mi guarda te va a velar por mí.
Dame tu bendición (Hacemos la señal de la cruz)
Por la señal de la santa Cruz…
HORA SANTA PARA JÓVENES
ORACION:
Todos: Señor, ante tu presencia amorosa, los jóvenes aquí reunidos te pedimos bendigas
nuestra juventud; di de ella palabras buenas que día a día se nos vuelvan vida.
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Queremos ser jóvenes nuevos. Estrenar nuestra vida recibida de ti y por ti hecha buena.
Déjanos matar al joven viejo que vive en nosotros y que a nosotros se aferra. Déjanos
enterrarlo muy hondo, bajo tierra, y que de ti nazca en nosotros el joven nuevo.
Danos un recto pensar y un actuar acorde.
Queremos Vivir en paz, con la conciencia limpia de mancha, aceptamos las penas, nada
queremos hacer para evitarlas. Nos hiciste de lodo amasado con lágrimas divinas, llanto
divino de divinos ojos que miraban el futuro. Aceptamos las penas... danos en cambio,
fortaleza para vencerlas, danos una vida nueva cargada de amor y amistad. Concédenos ser
tus amigos y amarte también en maestros amigos.
Queremos sembrar cosas nuevas, pero danos también el consuelo de cosechar el futuro y
gozar lo sembrado. Danos el ser felices con lo que somos, sin dejar nunca el sino intento de
hoy, ser mejores que como fuimos el día de ayer.
Déjanos sentimos hijos tuyos, confiados entre tus brazos y recibir el sustento. Danos, Jesús,
te lo pedimos, el sentimos por ti siempre llamados a vivir contentos nuestro destino y
nuestra juventud, sabiendo que al final de nuestro camino te encontramos a ti con los brazos
abiertos; danos paternal cariño. (AMEN)
CANTO:
Dios está aquí,
Tan cierto como el aire que respiro,
Tan cierto como la mañana se levanta,
Tan cierto que cuando le hablo y me puedes oír.
1. JESUCRISTO: CAMINO. VERDAD Y VIDA
LECTOR: En la vida hay tantas cosas que nos entristecen. Vivir es un enfrentarnos
continuamente a aquello que nos causa pena, dolor y sufrimiento.
TODOS: La alegría y la juventud sólo tú la das Señor
LECTOR: Algunos jóvenes luchan y vencen, otros se dejan llevar por la tristeza y viven
sumidos en la oscuridad, están enfermos del ALMA.
TODOS: Que la alegría y la juventud sólo tú la des Señor
LECTOR: Algunos jóvenes buscan la alegría desesperadamente en fuentes falsas que sólo
producen falsa alegría, quisiera comprar alegría embotellada bajo prestigiosas etiquetas y
sólo adquieren vacío.
TODOS: La alegría y la juventud sólo tú la das Señor
LECTOR: El tener no remedia la soledad; los cachivaches no pueden sustituir la compañía
humana; el consumismo que nos aqueja es el signo de una juventud que busca la alegría por
caminos equivocados.
TODOS: Danos juventud y alegría Señor Jesús
LECTOR: La alegría no se puede fingir por mucho tiempo; es un estado, una actitud de
vida permanente y responsable, una situación de ánimo; la alegría no se pierde ante la
adversidad, sino que nos ayuda a superarla.
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TODOS: Danos juventud y alegría Señor Jesús
LECTOR: Una alegría natural la encontramos en los niños, ellos no pueden estar mucho
tiempo tristes a no ser que ya estén enfermos de] alma.
TODOS: Danos la alegría natural de los niños, Jesús.
LECTOR: La alegría de los niños viene de la seguridad que les da el tener en quien confiar,
viene de la capacidad de asombro ante un mundo que todavía no conocen.
TODOS: Los jóvenes queremos confiar ciegamente en ti Jesús
LECTOR: Esa alegría de los niños viene de que mantienen abierta la puerta de la fantasía,
viene de su gozo y de su inmenso deseo de vivir.
TODOS: Los jóvenes tenemos deseos de seguir viviendo a pesar de las adversidades, por
eso queremos confiar ciegamente en ti Jesús.
LECTOR: Pero ante todo viven de la paz que existe en sus almas, ajenas todavía del
conflicto que causa el actuar en contra de la conciencia Esa tan mencionada inocencia que
los adultos lamentamos haber perdido, se llama paz interior.
TODOS: Los jóvenes queremos encontrar paz y sentido a nuestra vidas por eso nos
acercamos a ti JESUS, ya que sólo tu das sentido a nuestras vidas.
LECTOR: Dios es la fuente de la alegría porque es la causa de la felicidad del hombre, sólo
en Dios podremos encontrar una alegría auténtica y fa sobre la adversidad y los fracasos
permanentes.
TODOS: Los jóvenes queremos tener un encuentro real y definitivo con CRISTO porque Él
es, la causa de la felicidad del hombre.
LECTOR: La prueba más real que Dios es la alegría del hombre, se ha manifestado a través
de la historia, por medio de cada mártir y en cada auténtico cristiano que en momentos de
tribulación y a la hora de la muerte respondieron sólo con una tierna y agradable sonrisa,
esperando siempre en Dios como único consuelo.
TODOS. Danos valentía y fortaleza en las tribulaciones; que los jóvenes no perdamos de
nuestra mente que tú eres nuestro único fin y que siempre nos esperas con los brazos
abiertos por medio de la reconciliación, aunque nuestro pecado haya sido muy grande.
LECTOR: Cuando Dios nos perdona volvemos a ser como niños recién nacidos, somos
hombres nuevos. ¡Qué sensación de paz nos embarga cuando salimos del confesionario, nos
sentimos libres, limpios y alegres!
TODOS: JESUS concede a los jóvenes la valentía necesaria para que se acerquen al
sacramento de reconciliación y que hagamos el propósito firme de no volver a faltar nunca
jamás.
LECTOR: Después de confesarnos de nosotros depende siempre, con la ayuda de Dios, el
continuar viviendo esa alegría todo el tiempo que queramos, siempre y cuando no volvamos
a entrar en guerra contra nuestra conciencia y contra la voluntad de Dios; esa es la alegría
de los niños y de los que son como ellos, la alegría de los santos que siempre es una
participación del amor de Dios.
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TODOS: Los jóvenes queremos afirmar que únicamente Dios hace hombre feliz, porque
«sólo Dios basta» y proclamaremos a cuantos encontremos en nuestra vida y no nos
cansaremos de ser camino de acogida, de fiesta y de amistad, para cuantos encontremos
sentados en el aburrimiento y la soledad.
2. LOS JOVENES CONSTRUYEN LA CIVILIZACION DEL AMOR:
LECTURA Ef 4, 1-22. 32
Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una
manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes,
tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu
mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también
fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo
Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.
Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha
repartido los dones. Por esto dice: «Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los
cautivos y dio dones a los hombres.» ¿Qué quiere decir eso de que «ascendió», sino que
también descendió a las partes bajas, o sea, a la tierra? El que descendió es el mismo que
ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo. Él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de
capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De
este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una
humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.
Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por
todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas
engañosas. Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel
que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor,
sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.
Así que les digo esto y les insisto en el Señor: no vivan más con pensamientos
frívolos como los paganos. A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su
corazón, éstos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene
de Dios. Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de
cometer toda clase de actos indecentes.
No fue ésta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo, si de veras se les
habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él. Con respecto a la vida que antes
llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está
corrompida por los deseos engañosos. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con
otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
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LECTOR: Los jóvenes debemos formar una sociedad nueva, en la que se respete la vida,
protegiéndola desde su concepción hasta una muerte digna y humana.
TODOS: Jesús necesitamos jóvenes dispuestos a respetar la vida; que digan no al aborto y
que respeten a los ancianos.
LECTOR: Los jóvenes debemos formar una sociedad en la que se camine por rutas de
valores y que declare que la felicidad es un derecho de la persona humana y está en el orden
del ser, no del poder, ni del tener, ni del consumismo.
TODOS: Jesús, necesitamos jóvenes que se cultiven con valores, que digan no al poder, al
tener y al consumismo como único fin y única meta.
LECTOR: Necesitamos una sociedad que rechace todo lenguaje de terrorismo, revancha y
venganza, por eso le pedimos a Jesús...
TODOS: Danos jóvenes que rechacen la cultura de la muerte y promuevan una cultura de
vida y amor
LECTOR: Necesitamos una sociedad nueva con jóvenes que no vivan en el mundo de la
droga, del alcohol ni del sexo-objeto como caminos de felicidad, por eso le decimos a
Jesús.
TODOS: Danos jóvenes que digan no a las drogas y a los vicios, pidiéndote al mismo
tiempo por aquellos jóvenes que de alguna manera han caído en las drogas y el
alcoholismo, para que descubran que la verdadera libertad la das tú, JESUS.
LECTOR: No podemos esperar que haya justicia y honestidad, si nosotros no empezamos a
luchar por ejercer la justicia y a vivir como hombres honestos; por eso le decimos a Jesús...
TODOS: Los jóvenes queremos un México mejor, por eso te pedimos nos ayudes para que
desde ahora comencemos a ser más justos y honestos con todos los que nos rodean.
LECTOR: México es un país que vive una espantosa crisis. Buscamos muchas razones y
pretextos de esa crisis, pero la verdadera razón de la crisis es la falta de valores
auténticos en todos los hombres que formamos la nación.
TODOS: Los jóvenes no queremos estar como paralíticos ante esta situación, por eso le
pedimos a Jesús que nos dé jóvenes comprometidos en los campos de la política, en los
grupos juveniles, promoviendo siempre los valores auténticos en la sociedad que nos
rodea.
Canto: Cantemos al amor de los amores…
3.- APOSTOLES CON LA FUERZA DEL ESPIRITU:
1. Sam 18,32-33.37.40-51
Dijo David a Saúl: «Que nadie se acobarde por ese. Tu siervo irá a combatir con ese
filisteo»: Dijo Saúl a David: «No puedes ir contra ese filisteo para luchar con él, porque tú
eres un niño y él es un hombre de guerra desde su juventud». Añadió David: «Yahvé, que
me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de la mano de ese filisteo». Dijo
Saúl a David: «Vete, y que Yahvé sea contigo». Tomó su cayado en la mano, escogió en el
torrente cinco piedras lisas y las puso en su zurrón de pastor, en su morral y con su honda
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Devocionario
en la mano se acercó al filisteo. El filisteo fue avanzando y acercándose a David, precedido
de su escudero. Volvió los ojos el filisteo y viendo a David, los despreció porque era un
muchacho rubio y apuesto. Dijo el filisteo a David: « ¿Acaso soy un perro, pues vienes
contra mí con palos?» Y maldijo a David el filisteo por sus dioses, y dijo el filisteo a David:
«Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo». Dijo David al
filisteo: «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero Yo voy contra ti en nombre
de Yahvé Sebaot, Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo te
entregará Yahvé en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entregaré hoy mismo tu
cadáver y los cadáveres del ejercito filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y
sabrá toda la tierra que hay Dios-para Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la
espada ni por la lanza salva Yahvé, porque de Yahvé es el combate y os entrega en nuestras
manos.
Se levantó el filisteo y fue acercándose a David; se apresuró David, salió de las filas
y corrió al encuentro del filisteo. Metió su mano David en su zurrón, sacó de él una piedra,
la lanzó con la honda e hirió al filisteo en la frente, la piedra se clavó en su frente y cayó de
bruces en tierra. Y venció David al filisteo con la honda y la piedra; hirió al filisteo y le
mató sin tener espada en su mano. Corrió David, se detuvo sobre el filisteo y tomando la
espada de este la sacó de su vaina, le mató y le cortó la cabeza. Viendo los filisteos que
había muerto su campeón, huyeron. Palabra de Dios. (Breve silencio)
LECTOR: Los jóvenes necesitamos comprometemos a dar testimonio de nuestra fe ante
nuestros padres, hermanos, compañeros y vecinos.
TODOS: Jesús, danos jóvenes valientes que quieran comprometerse de verdad a dar
testimonio de nuestra fe cristiana.
LECTOR: Necesitamos jóvenes comprometidos a ayudarse como amigos, a amarse como
hermanos y ha trabajar por la paz y la justicia.
TODOS: Danos jóvenes comprometidos con el amor fraternal
LECTOR: El joven, pues, debe sentirse un miembro responsable en la Iglesia, con derechos
y obligaciones, dispuesto a ofrecer su persona, su tiempo y sus habilidades para construir
una comunidad cristiana más alegre, dinámica y comprometida en el servicio del Reino de
Dios.
TODOS: Danos jóvenes comprometidos en los grupos juveniles, que estén dispuestos a
entregar un poco de su tiempo al servicio de Dios y de otros jóvenes con problemas.
LECTOR: Las áreas donde los jóvenes pueden aportar su dinamismo juvenil son muchas y
diferenciadas...
TODOS: Queremos jóvenes que se integren a los planes y programas pastorales de su
comunidad Parroquial
LECTOR: Ante tanta ignorancia religiosa ¿quiénes les dirán a los demás jóvenes que llevan
un alma inmortal por la sangre de Cristo?
TODOS: Necesitamos Apóstoles jóvenes, que por medio de su palabra y testimonio les
digan a otros jóvenes que «DIOS EXISTE».
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Devocionario
LECTOR: Ante tanto conflicto de relaciones personales en que se pierde la paz por
fricciones ridículas, ¿quién recordará el mensaje insistente de Cristo: «Amaos los unos a los
otros como yo os he amado».
TODOS: Necesitamos Apóstoles, jóvenes, que hablen de Cristo a los hombres y lo den a
conocer.
LECTOR: Joven, que estas en la flor de la edad, en la primavera de los años, ¿para que
dejar que tu corazón se llene de hastío al no encontrar la felicidad que anhelabas? Mira el
ancho mundo donde tú puedes llevar el mensaje de salvación, "Si tu corazón no arde
muchos se morirán de frío".
4. ORACION FINAL:
Señor, te damos gracias por nuestra juventud, el más grande de los regalos. Tu palabra
sigue viva en muchos hombres y mujeres, entre pueblos oprimidos y hombres sin
esperanza. Señor, queremos jóvenes que se comprometan a fondo con el hombre, hasta
arriesgar su vida y su dinero; que amen con algo más que con palabras, al hombre solo,
triste y abatido.
Señor, haznos jóvenes de tu Reino ante los descreídos poderosos y arrogantes; jóvenes de la
civilización del amor, en las calles de nuestros pueblos, en la tiendas, en las fábricas, sobre
el asfalto de nuestras ciudades, en las playas y los montes. Jóvenes que lleven la justicia y
paz a todos; en fin, Señor, que llevemos el amor más que con palabras, con obras. Amén.
(Canto final)
HORA SANTA PARA ADULTOS
Canto
1. ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos a
bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina.
Venimos a consagrarte esta Hora, gozándonos de estar aquí, en tu acatamiento, a gustar de
tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna.
Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte en esta Hostia Santa con el tiernísimo afecto
con que te miraba tu Madre, con aquella devoción con que te seguían tus discípulos, y muy
67
Devocionario
singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu
ardiente Corazón.
Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar todos los momentos de
esta Hora Santa para hacerte compañía, que tu presencia nos hace tan agradable.
Concédenos, oh Jesús, no dormirnos, como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima
de tu agonía en el Huerto de los Olivos.
¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una
ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centella siquiera del fuego que
abrasa tu dulcísimo Corazón.
Responsorio
L.- Señor, queremos permanecer fieles en la oración.
T.- Para no dejarnos vencer por las tentaciones.
L. Ahora meditemos los momentos más difíciles de Jesús antes de su pasión dolorosa,
mediante la cual fuimos salvados. Por eso, unámonos al dolor de Jesús en esta hora, la que
dedicaremos a contemplar y a meditar el precio de nuestra redención.
2. TEXTO BÍBLICO PARA MEDITAR
Mc 14, 32-42
Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí,
mientras yo hago oración.» Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir
pavor y angustia. Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos
aquí y velad.»
Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella
hora. Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo
que yo quiero, sino lo que quieras tú.» Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a
Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar? Velad y orad, para que no
caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras. Volvió otra vez y los encontró
dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle. Viene por tercera
vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el
Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos! ¡vámonos!
Mirad, el que me va a entregar está cerca.»
3. MEDITACIONES
I. Tú me llamas, ¡oh Jesús!, para ser testigo de tu agonía; yo lo deseo con ardor. Tú me
mandas que vele y ore contigo durante esta hora, yo lo deseo de todo corazón, pero ¡ay!,
conocida es mi debilidad. Sostenme. Sin Ti sería más débil aún de lo que fueron tus
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Devocionario
Apóstoles. ¡Oh alma mía, no pierdas un momento de hora tan preciosa y santa! Con el
Corazón de Jesús, adora al Eterno Padre. Yo vengo, ¡Dios eterno e infinitamente Santo!, a
postrarme en compañía de tu querido Hijo delante de tu suprema Majestad, y anonadarme
en presencia de tu grandeza; te ofrezco su agonía, y los intensos dolores de su Corazón para
satisfacer a tu justicia y llorar mis pecados y los de todos los hombres, y, a fin de que te sea
mi oración más agradable, la uno a la que hizo Jesús en el huerto.
(Momento de meditación)
Canto
II. Para comprender el dolor que sintió Jesucristo en el huerto de Getsemaní, sería
necesario penetrar la grandeza de su amor. Amaba infinitamente a su Eterno Padre, y le
veía ultrajado cruelmente por los hombres. Amaba profundamente a los hombres y los veía
criminales y destinados a suplicios eternos. ¡Qué desconsolador para el más sensible de los
corazones! ¿Qué le sugirió su infinito amor? Reparar los ultrajes hechos a su Padre, redimir
y librar a los hombres de los castigos merecidos, poniéndose en lugar de ellos para
sobrellevar el rigor de los suplicios que merecían.
«Todos los hombres juntos no son capaces, ¡oh Padre mío!, de satisfacer a tu
justicia, e indignas son de Ti las víctimas que podrán ofrecerte; aquí me tienes, pues, dice
Jesús: «Tú no rechazarás este holocausto. Hiere, omnipotente Dios; tu justicia ultrajada sea
satisfecha y el pecado del hombre expiado.» El Padre acepta la ofrenda de su Hijo; le carga
con todas las iniquidades de los hombres, y desde entonces ya no le mira como el objeto de
sus complacencias, sino como víctima cargada con todos los pecados del mundo.
En ese mismo instante se siente Jesucristo como oprimido por el peso formidable de
nuestras iniquidades. ¡Qué horrible y qué amargo cáliz para el Santo de los Santos! ¿Lo
beberá? En cuanto le acerca a sus labios, su alma siente dolor, cae en mortal tristeza, le
abruman la angustia y el tedio, y de él se apodera el terror. «Padre mío, exclama, aparta de
mí este cáliz»; sin embargo de ello, Jesús bebe el cáliz de la amargura. Crece el dolor y
quiere compartirlo con tres de sus Apóstoles: «Mi alma, les dice, está mortalmente triste;
velad, pues, y orad conmigo.»
(Momento de meditación)
Canto
III. ¡Oh Jesús mío, crucificado por mis culpas en ese madero de ignominia! Perdóname,
porque, arrepentido, me postro a tus plantas llorando mis pecados. Cuando contemplo tu
Corazón derramando sangre divina, tiembla mi alma pecadora; cuando veo tus pies y tus
manos clavadas y tu sagrada cabeza cubierta de espinas, me confundo y anonado, porque
yo fui la causa de tu dolor.
(Momento de meditación)
Canto
IV. Considera, alma mía, que un Dios adorado en el cielo por los Ángeles es ultrajado en la
tierra por los pecadores; un Dios de infinita grandeza, es clavado en una cruz; en el cielo,
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Devocionario
delicias; aquí, sudor de sangre. ¡Oh Jesús, tanto como has amado a los hombres, y los
hombres no se compadecen de Ti! Tu amor a nosotros fue tanto, que quisiste quedarte en la
Sagrada Eucaristía para consolarnos y fortalecernos. Haz, Señor, que todos te amemos con
amor puro y santo para que tu Corazón reine en el nuestro y seamos tu digna morada.
Bendito sea tu santo nombre en todo el universo; sea tu Sagrado Corazón amado y
adorado de todos los hombres; sea tu Iglesia honrada, respetada y salga siempre victoriosa
de tus enemigos; no se extinga jamás entre nosotros la antorcha de la fe, antes resplandezca
con nuevo brillo; todos nuestros hermanos permanezcan unidos a la Iglesia Católica; los
separados de ella se conviertan a la verdad, todos los hombres respeten tu Evangelio, tus
misterios, tus altares; y que nos sea, en fin, provechosa la sangre derramada en el Huerto y
en el Calvario.
¡Oh, Salvador y Redentor mío! renazca la fe en las almas. No cese tu luz de
iluminar los pueblos donde tu Ley ha brillado con tanto esplendor. Envíanos el ángel que tu
discípulo amado vio atravesando el cielo con el Evangelio en la mano para evangelizar a
los habitantes de la tierra y decirles: «Teman al Señor y tribútenle los homenajes que le son
debidos.» Danos Santos y haz que nuestro corazón sea semejante al tuyo.
(Momento de meditación)
Canto
¡Oh María! Hijos tuyos somos: muestra que eres nuestra Madre, reconciliándonos
con tu Hijo Jesús. Ángeles tutelares de esta nación, Santos protectores de nuestra amada
Patria: ven en nuestro socorro, preservados del naufragio, sean nuestros intercesores para
con Dios y suplíquenle nos conceda sus misericordias y su amor. Sea el Corazón de Jesús
conocido, amado y adorado en todo el universo. Amén.
(Momento de meditación) Canto
4. PRECES DE ACCIÓN DE GRACIAS
L.- Elevemos al Señor nuestras oraciones de acción de gracias, por habernos permitido
pasar estos momentos en su presencia, contemplando su presencia eucarística entre
nosotros. A cada petición responderemos: ¡Gracias, Señor, por tu presencia entre
nosotros!
L.- Tú presencia nos da la fuerza para no desfallecer en el camino, de la fe, de la vida.
R.- ¡Gracias, Señor, por tu presencia entre nosotros!
L.- Tú, Señor, te quedas presente sacramentalmente en las especies de pan y de vino para
estar cerca de nosotros siempre.
R.- ¡Gracias, Señor, por tu presencia entre nosotros!
L.- Señor nos invitas a forjar un nuevo mundo, por eso, nos das tu cuerpo y tu sangre en
manjar.
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Devocionario
R.- ¡Gracias, Señor, por tu presencia entre nosotros!
L.- Te agradecemos por tanto amor mostrado a los hombres entregando tu vida misma por
su salvación.
R.- ¡Gracias, Señor, por tu presencia entre nosotros!
Se pueden hacer peticiones libres
L.- Terminemos con la oración que nos enseñó el mismo Cristo, para dejarnos un
testimonio de fraternidad universal.
T.- Padrenuestro…
5. CANTO DE DESPEDIDA
HORA SANTA
LA PRESENCIA DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA
La pascua es el memorial de la acción salvadora de Dios obrada en beneficio del pueblo
de Israel. No era el simple recuerdo de la liberación de la esclavitud en Egipto sino un
verdadero memorial mediante el cual se actualizaba lo realizado en el éxodo. Se celebraba
la salvación, el paso de la muerte y la esclavitud a la libertad y a la tierra prometida.
Contaba con un significado sacrificial donde el elemento característico de la cena era el
cordero pascual, de un año, el primogénito sin defecto ni mancha, era inmolado y debía de
ser consumido por una familia sin desperdiciar nada ni quebrar sus huesos. Esto debía
realizarse con prisa en recuerdo del Paso del Señor que los libera de la esclavitud.
La pascua era una acción de gracias muy solemne y tenía también un significado
escatológico, es decir, mira hacía la consumación final del mundo: la liberación realizada
en Egipto se celebraba en la pascua con la esperanza de la futura liberación.
Era una pascua comunitaria. Se celebraba en familia con la conciencia de ser el pueblo
elegido de Dios. Después, el rey Josías la reformó y decretó «no podéis inmolar la pascua
en cualquier lugar» por mandato real desde entonces sólo se podía celebrar en Jerusalén, la
ciudad del rey David. En consecuencia, la fiesta de la pascua era el centro de la vida
religiosa del pueblo de Israel.
De los elementos de la cena pascual, resaltamos dos elementos: el pan ázimo sin
levadura era recuerdo simbólico de la aflicción, de la esclavitud, de la pobreza de vida y de
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Devocionario
la prisa de la precipitación en la salida de Egipto; y el vino que era parte esencial como
símbolo de la alegría festiva escatológica.
Oremos con este salmo que se recita en esta fiesta y que proclama al Señor como el
Dios único y libertador de Israel, como el escudo que lo hace salir victorioso de los
momentos difíciles:
SALMO 113B
Coro 1: No a nosotros, Señor, no a
nosotros,
sino a tu nombre da la gloria,
por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué ha de decir las naciones:
"Dónde está su Dios?"
La casa de Aarón confía en el Señor:
Él es su auxilio y su escudo.
Los fieles del Señor confían en el Señor:
El su auxilio y su escudo.
Coro 2: Que el Señor se acuerde de
nosotros y nos bendiga,
bendiga a la casa de Israel,
bendiga a la casa de Aarón;
bendiga a los fieles del Señor,
pequeños y grandes.
Coro 2: Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas:
Coro 1: Tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen;
Coro 1: Que el Señor nos acreciente,
a nosotros y a nuestros hijos;
benditos sean del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres.
Coro 2: Tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan;
no tiene voz su garganta:
que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Coro 2: Los muertos ya no alaban al
Señor,
ni los que bajan al silencio.
Nosotros, sí, bendeciremos al Señor
ahora y por siempre
Coro 1: Israel confía en el Señor:
Él es su auxilio y su escudo.
.
Gloria al Padre…
Guía: meditemos ahora, en algún versículo que nos llame la atención de este salmo.
Silencio, Canto
La cena Pascual del Señor
Del evangelio según san Mateo 26, 17-19
El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: « ¿Dónde
quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?» Él les dijo:
«Vayan a la ciudad, a casa de fulano, y díganle: “El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en
tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos”». Los discípulos hicieron lo que Jesús
les había mandado, y prepararon la Pascua.
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Devocionario
Guía: Jesús celebró en compañía de sus discípulos la pascua. Adquiere especial
importancia la que llamamos «Última Cena» debido a que todos los elementos que integran
la cena pascual con Cristo, el Cordero de Dios, no sólo recuerdan la liberación de Egipto
sino que ahora son transformados para ser signos de su presencia real y amorosa entre
nosotros. Nos acercaremos ahora a conocerlos para ser cada día más conscientes del
milagro de amor que se vive en la Eucaristía.
A. El pan
Del evangelio según san Lucas 22, 19
«Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se los dio diciendo: Este es mi cuerpo
que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía».
Lector: Jesús tomó el pan y lo partió…
Este gesto es tomado de la tradición judía en la que el encargado de partirlo era el
padre de familia. Partir el pan no significaba simplemente comer juntos, tenía un sentido
simbólico religioso muy profundo indicaba la formación de la comunidad. Jesús es quien lo
toma, lo parte y lo distribuye. Él es quien hace el papel de padre de familia para que ellos lo
compartan como hermanos.
Todos: Gracias, Señor, por darte como un Pan para ser comido por la vida del mundo.
- Cuerpo
¿Qué significa cuerpo? No sólo significa la parte material, sino que es la persona
completa, el cuerpo viviente inserto en sus relaciones con Dios y con el mundo. Cuerpo en
hebreo hace referencia a toda la persona, no se tiene un cuerpo, se es cuerpo. Por eso «esto
es mi Cuerpo» equivale a decir «estoy soy yo».
Todos: Gracias, Señor, por darte como un Pan para ser comido por la vida del mundo.
- Entregado
El gesto es una invitación a comerlo, a formar en torno a él una comunión de
hermanos. Cristo al entregar su Cuerpo separado de su Sangre significa el estado sacrificial
de su ser humano que está encaminado a la muerte por amor.
Todos: Jesús es mi primer ejemplo del radicalismo en el amor al Padre y a los hombres.
Jesús ha dado todo: «los amó hasta el extremo» Jn 13, 1, hasta el «todo está cumplido» Jn
9, 30. Y el Padre amó tanto al mundo «que dio a su Hijo único» Jn 3, 16. Gracias, Señor,
por darte todo como un pan para ser comido «por la vida del mundo» Jn 6, 51.
Canto, Silencio
B. El vino
Del evangelio según san Lucas 22, 20
«Igualmente tomó la copa después de cenar y dijo: “esta es la copa de la Nueva Alianza,
sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”».
73
Devocionario
- Mi sangre
La mayor parte de las religiones le dan un significado religioso muy hondo a la
sangre porque pensaban que en ella radicaba la vida. La sangre era el elemento básico para
todo tipo de sacrificio cruento en Israel, especialmente para el sacrificio expiatorio.
Todos: Te adoro Presencia siempre oculta y siempre clara, Misterio fascinante al cual
convergen todas las aspiraciones. Mi ser entero tiene sed de Ti, Vino embriagador que
satisfaces todos los deseos.
- Sangre
No se refiere al elemento material como lo podemos pensar hoy sino que la Sangre
significa el elemento más íntimo y sagrado de la vida. Significa pues «mi vida».
Todos: Te adoro Presencia siempre oculta y siempre clara, Misterio fascinante al cual
convergen todas las aspiraciones. Mi ser entero tiene sed de Ti, Vino embriagador que
satisfaces todos los deseos.
- De la alianza
La alianza del Antiguo Testamento se selló con sangre de animales, ahora Cristo
indica que su Sangre va a sellar la Nueva Alianza entre Dios y la humanidad. Hay un
parentesco de lo que dice Cristo en la Última Cena con la escena del Sinaí en la que la
sangre de animales sella la primera alianza rociando al altar y al pueblo, Cristo aplica esa
frase a su persona, pues con su sangre ratifica la Nueva Alianza.
Todos: Te adoro Presencia siempre oculta y siempre clara, Misterio fascinante al cual
convergen todas las aspiraciones. Mi ser entero tiene sed de Ti, Vino embriagador que
satisfaces todos los deseos.
- Bebed
San Mateo en su evangelio añade que todos bebieron del mismo cáliz para significar
la unión de todos y la permanencia de Jesús en la comunidad.
Todos: Te adoro Presencia siempre oculta y siempre clara, Misterio fascinante al cual
convergen todas las aspiraciones. Mi ser entero tiene sed de Ti, Vino embriagador que
satisfaces todos los deseos.
Canto, Silencio
Guía: juntos elevemos a Dios nuestra voz y hagamos nuestras las palabras de santo Tomás
de Aquino con esta obra poética que sintetiza la doctrina sobre la presencia real de Cristo
en la Eucaristía:
Al Salvador alabemos,
Gustosos hoy aclamamos a Cristo,
que es nuestro Pastor y Guía.
que es nuestro Pan.
Alabémoslo con himnos
pues Él es el Pan de Vida
y canciones de alegría.
que nos da vida inmortal.
Alabémoslo sin límites
y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es él Señor,
que nuestra alabanza es poca.
Doce eran los que cenaban
y les dio pan a los doce.
Doce entonces lo comieron,
y, después, todos los hombres.
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Devocionario
Sea plena la alabanza
y llena de alegres cantos;
que nuestra alma se desborde
en todo un concierto santo.
Hoy celebramos con gozo
la gloriosa institución
de este banquete divino,
el banquete del Señor.
Esta es la nueva Pascua,
Pascua del único Rey,
que termina con la alianza
tan pesada de la ley.
Esto nuevo, siempre nuevo,
es la luz de la verdad.
que sustituye a lo viejo
con reciente claridad.
En aquella última cena
Cristo hizo la maravilla
de dejar a sus amigos
el memorial de su vida.
Enseñados por la Iglesia,
consagramos pan y vino,
que a los hombres nos redimen,
y dan fuerza en el camino.
Es un dogma del cristiano
que el pan se convierte en Carne,
y lo que antes era vino
queda convertido en Sangre.
Hay cosas que no entendemos,
pues no alcanza la razón;
mas si las vemos con fe,
entrarán al corazón
Bajo símbolos diversos
y en diferentes figuras,
se esconden ciertas verdades
maravillosas y profundas.
Su Sangre es nuestra bebida;
su Carne, nuestro alimento;
pero en el pan o en el vino
Cristo está todo completo
Quien lo come, no lo rompe,
no lo parte ni divide;
Él es el todo y la parte;
vivo está en quien lo recibe.
Puede ser tan solo uno
el que se acerca al altar,
o pueden ser multitudes:
Cristo no se acabará.
Lo comen buenos y malos,
con provecho diferente;
no es lo mismo tener vida
que ser condenado a muerte.
A los malos les da muerte,
a los buenos les da vida.
¡Qué efecto tan diferente
tiene la misma comida!
Si lo parten, no te apures
sólo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.
Cuando parten lo exterior,
sólo parten lo que has visto;
no es una disminución
de la persona de Cristo.
El Pan que del cielo baja
es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos.
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac, el inocente,
es figura de este Pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso maná.
Ten compasión de nosotros,
Buen Pastor, Pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
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Devocionario
y condúcenos al cielo.
Todo lo puedes y sabes,
Pastor de ovejas divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia contigo
.
Amén
.
Guía: Para dar por terminada nuestro momento de encuentro con Jesús Eucaristía, démosle
gracias haciendo una oración. (Se recomienda rezar una estación menor).
Todos: «La Eucaristía nos hace descubrir que Cristo muerto y resucitado, se hace
contemporáneo nuestro en el misterio de la Iglesia, su Cuerpo. Hemos sido hechos testigos
de este misterio de amor. Deseemos ir llenos de alegría y admiración al encuentro de la
santa Eucaristía, para experimentar y anunciar a los demás la verdad de la palabra con la
que Jesús se despidió de sus discípulos: «Yo estoy con ustedes todos los días, hasta al fin
del mundo » (Mt 28,20)» SCa 91.
VÍA CRUCIS
MEDITACIONES POR CARD. JOSEPH RATZINGER
PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 22-23.26
Pilato les preguntó: « ¿y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?» Contestaron todos: «
¡que lo crucifiquen!» Pilato insistió: «pues ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaban más
fuerte: « ¡que lo crucifiquen!» Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de
azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
MEDITACIÓN
El Juez del mundo, que un día volverá a juzgarnos, está allí, humillado, deshonrado
e indefenso delante del juez terreno. Pilato no es un monstruo de maldad. Sabe que este
condenado es inocente; busca el modo de liberarlo. Pero su corazón está dividido. Y al final
prefiere su posición personal, su propio interés, al derecho. También los hombres que gritan
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Devocionario
y piden la muerte de Jesús no son monstruos de maldad. Muchos de ellos, el día de
Pentecostés, sentirán «el corazón compungido» (Hch 2, 37), cuando Pedro les dirá: «Jesús
Nazareno, que Dios acreditó ante vosotros [...], lo matasteis en una cruz...» (Hch 2, 22 ss).
Pero en aquel momento están sometidos a la influencia de la muchedumbre. Gritan porque
gritan los demás y como gritan los demás. Y así, la justicia es pisoteada por la bellaquería,
por la cobardía, por miedo a la prepotencia de la mentalidad dominante. La sutil voz de la
conciencia es sofocada por el grito de la muchedumbre. La indecisión, el respeto humano
dan fuerza al mal.
ORACIÓN
Señor, has sido condenado a muerte porque el miedo al «qué dirán» ha sofocado la
voz de la conciencia. Sucede siempre así a lo largo de la historia; los inocentes son
maltratados, condenados y asesinados. Cuántas veces hemos preferido también nosotros el
éxito a la verdad, nuestra reputación a la justicia. Da fuerza en nuestra vida a la sutil voz de
la conciencia, a tu voz. Mírame como lo hiciste con Pedro después de la negación. Que tu
mirada penetre en nuestras almas y nos indique el camino en nuestra vida. El día de
Pentecostés has conmovido en corazón e infundido el don de la conversión a los que el
Viernes Santo gritaron contra ti. De este modo nos has dado esperanza a todos. Danos
también a nosotros de nuevo la gracia de la conversión.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 27-31
Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a
toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una
corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y
doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!». Luego
lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla,
le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.
MEDITACIÓN
Jesús, condenado por declararse rey, es escarnecido, pero precisamente en la burla
emerge cruelmente la verdad. ¡Cuántas veces los signos de poder ostentados por los
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potentes de este mundo son un insulto a la verdad, a la justicia y a la dignidad del hombre!
Cuántas veces sus ceremonias y sus palabras grandilocuentes, en realidad, no son más que
mentiras pomposas, una caricatura de la tarea a la que se deben por su oficio, el de ponerse
al servicio del bien. Jesús, precisamente por ser escarnecido y llevar la corona del
sufrimiento, es el verdadero rey. Su cetro es la justicia (Sal 44, 7). El precio de la justicia es
el sufrimiento en este mundo: él, el verdadero rey, no reina por medio de la violencia, sino
a través del amor que sufre por nosotros y con nosotros. Lleva sobre sí la cruz, nuestra cruz,
el peso de ser hombres, el peso del mundo. Así es como nos precede y nos muestra cómo
encontrar el camino para la vida eterna.
ORACIÓN
Señor, te has dejado escarnecer y ultrajar. Ayúdanos a no unirnos a los que se burlan
de quienes sufren o son débiles. Ayúdanos a reconocer tu rostro en los humillados y
marginados. Ayúdanos a no desanimarnos ante las burlas del mundo cuando se ridiculiza la
obediencia a tu voluntad. Tú has llevado la cruz y nos has invitado a seguirte por ese
camino (Mt 10, 38). Danos fuerza para aceptar la cruz, sin rechazarla; para no lamentarnos
ni dejar que nuestros corazones se abatan ante las dificultades de la vida. Anímanos a
recorrer el camino del amor y, aceptando sus exigencias, alcanzar la verdadera alegría.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del libro del profeta Isaías 53, 4-6
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos
leproso, herido de Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por
nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable vino sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él
todos nuestros crímenes.
MEDITACIÓN
El hombre ha caído y cae siempre de nuevo: cuántas veces se convierte en una
caricatura de sí mismo y, en vez de ser imagen de Dios, ridiculiza al Creador. ¿No es acaso
la imagen por excelencia del hombre la de aquel que, bajando de Jerusalén a Jericó, cayó en
manos de los salteadores que lo despojaron dejándolo medio muerto, sangrando al borde
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del camino? Jesús que cae bajo la cruz no es sólo un hombre extenuado por la flagelación.
El episodio resalta algo más profundo, como dice Pablo en la carta a los Filipenses: «Él, a
pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se
despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así,
actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una
muerte de cruz» (Flp 2, 6-8). En su caída bajo el peso de la cruz aparece todo el itinerario
de Jesús: su humillación voluntaria para liberarnos de nuestro orgullo. Subraya a la vez la
naturaleza de nuestro orgullo: la soberbia que nos induce a querer emanciparnos de Dios, a
ser sólo nosotros mismos, sin necesidad del amor eterno y aspirando a ser los únicos
artífices de nuestra vida. En esta rebelión contra la verdad, en este intento de hacernos
dioses, nuestros propios creadores y jueces, nos hundimos y terminamos por
autodestruirnos. La humillación de Jesús es la superación de nuestra soberbia: con su
humillación nos ensalza. Dejemos que nos ensalce. Despojémonos de nuestra
autosuficiencia, de nuestro engañoso afán de autonomía y aprendamos de él, del que se ha
humillado, a encontrar nuestra verdadera grandeza, humillándonos y dirigiéndonos hacia
Dios y los hermanos oprimidos.
ORACIÓN
Señor Jesús, el peso de la cruz te ha hecho caer. El peso de nuestro pecado, el peso
de nuestra soberbia, te derriba. Pero tu caída no es signo de un destino adverso, no es la
pura y simple debilidad de quien es despreciado. Has querido venir a socorrernos porque a
causa de nuestra soberbia yacemos en tierra. La soberbia de pensar que podemos forjarnos
a nosotros mismos lleva a transformar al hombre en una especie de mercancía, que puede
ser comprada y vendida, una reserva de material para nuestros experimentos, con los cuales
esperamos superar por nosotros mismos la muerte, mientras que, en realidad, no hacemos
más que mancillar cada vez más profundamente la dignidad humana. Señor, ayúdanos
porque hemos caído. Ayúdanos a renunciar a nuestra soberbia destructiva y, aprendiendo de
tu humildad, a levantarnos de nuevo.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
CUARTA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Lucas 2, 34-35.51
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en
Israel caigan y se levanten; será una bandera discutida: así quedará clara la actitud de
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muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma». Su madre conservaba todo
esto en su corazón.
MEDITACIÓN
En el Vía crucis de Jesús está también María, su Madre. Durante su vida pública
debía retirarse para dejar que naciera la nueva familia de Jesús, la familia de sus discípulos.
También hubo de oír estas palabras: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?...
El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi
madre» (Mt 12, 48-50). Y esto muestra que ella es la Madre de Jesús no solamente en el
cuerpo, sino también en el corazón. Porque incluso antes de haberlo concebido en el
vientre, con su obediencia lo había concebido en el corazón. Se le había dicho: «Concebirás
en tu vientre y darás a luz un hijo... Será grande..., el Señor Dios le dará el trono de David
su padre» (Lc 1, 31 ss). Pero poco más tarde el viejo Simeón le diría también: «y a ti, una
espada te traspasará el alma» (Lc 2, 35). Esto le haría recordar palabras de los profetas
como éstas: «Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría boca; como un cordero
llevado al matadero» (Is 53, 7). Ahora se hace realidad. En su corazón habrá guardado
siempre la palabra que el ángel le había dicho cuando todo comenzó: «No temas, María»
(Lc 1, 30). Los discípulos han huido, ella no. Está allí, con el valor de la madre, con la
fidelidad de la madre, con la bondad de la madre, y con su fe, que resiste en la oscuridad:
«Bendita tú que has creído» (Lc 1, 45). «Pero cuando venga el Hijo del hombre,
¿encontrará esta fe en la tierra?» (Lc18, 8). Sí, ahora ya lo sabe: encontrará fe. Éste es su
gran consuelo en aquellos momentos.
ORACIÓN
Santa María, Madre del Señor, has permanecido fiel cuando los discípulos huyeron.
Al igual que creíste cuando el ángel te anunció lo que parecía increíble –que serías la madre
del Altísimo– también has creído en el momento de su mayor humillación. Por eso, en la
hora de la cruz, en la hora de la noche más oscura del mundo, te han convertido en la
Madre de los creyentes, Madre de la Iglesia. Te rogamos que nos enseñes a creer y nos
ayudes para que la fe nos impulse a servir y dar muestras de un amor que socorre y sabe
compartir el sufrimiento.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
QUINTA ESTACIÓN
EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
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Lectura Evangelio según San Mateo 27, 32; 16, 24
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la
cruz… Jesús había dicho a sus discípulos: «El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí
mismo, que cargue con su cruz y me siga».
MEDITACIÓN
Simón de Cirene, de camino hacia casa volviendo del trabajo, se encuentra
casualmente con aquella triste comitiva de condenados, un espectáculo quizás habitual para
él. Los soldados usan su derecho de coacción y cargan al robusto campesino con la cruz.
¡Qué enojo debe haber sentido al verse improvisamente implicado en el destino de aquellos
condenados! Hace lo que debe hacer, ciertamente con mucha repugnancia. El evangelista
Marcos menciona también a sus hijos, seguramente conocidos como cristianos, como
miembros de aquella comunidad (Mc 15, 21). Del encuentro involuntario ha brotado la fe.
Acompañando a Jesús y compartiendo el peso de la cruz, el Cireneo comprendió que era
una gracia poder caminar junto a este Crucificado y socorrerlo. El misterio de Jesús
sufriente y mudo le llegado al corazón. Jesús, cuyo amor divino es lo único que podía y
puede redimir a toda la humanidad, quiere que compartamos su cruz para completar lo que
aún falta a sus padecimientos (Col 1, 24). Cada vez que nos acercamos con bondad a quien
sufre, a quien es perseguido o está indefenso, compartiendo su sufrimiento, ayudamos a
llevar la misma cruz de Jesús. Y así alcanzamos la salvación y podemos contribuir a la
salvación del mundo.
ORACIÓN
Señor, a Simón de Cirene le has abierto los ojos y el corazón, dándole, al compartir
la cruz, la gracia de la fe. Ayúdanos a socorrer a nuestro prójimo que sufre, aunque esto
contraste con nuestros proyectos y nuestras simpatías. Danos la gracia de reconocer como
un don el poder compartir la cruz de los otros y experimentar que así caminamos contigo.
Danos la gracia de reconocer con gozo que, precisamente compartiendo tu sufrimiento y los
sufrimientos de este mundo, nos hacemos servidores de la salvación, y que así podemos
ayudar a construir tu cuerpo, la Iglesia.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
SEXTA ESTACIÓN
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
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Lectura del libro del profeta Isaías 53, 2-3
No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los
hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan
los rostros; despreciado y desestimado.
MEDITACIÓN
«Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro » (Sal 26, 8-9). Verónica –
Berenice, según la tradición griega– encarna este anhelo que acomuna a todos los hombres
píos del Antiguo Testamento, el anhelo de todos los creyentes de ver el rostro de Dios. Ella,
en principio, en el Vía crucis de Jesús no hace más que prestar un servicio de bondad
femenina: ofrece un paño a Jesús. No se deja contagiar ni por la brutalidad de los soldados,
ni inmovilizar por el miedo de los discípulos. Es la imagen de la mujer buena que, en la
turbación y en la oscuridad del corazón, mantiene el brío de la bondad, sin permitir que su
corazón se oscurezca. «Bienaventurados los limpios de corazón –había dicho el Señor en el
Sermón de la montaña–, porque verán a Dios» (Mt5, 8). Inicialmente, Verónica ve
solamente un rostro maltratado y marcado por el dolor. Pero el acto de amor imprime en su
corazón la verdadera imagen de Jesús: en el rostro humano, lleno de sangre y heridas, ella
ve el rostro de Dios y de su bondad, que nos acompaña también en el dolor más profundo.
Únicamente podemos ver a Jesús con el corazón. Solamente el amor nos deja ver y nos
hace puros. Sólo el amor nos permite reconocer a Dios, que es el amor mismo.
ORACIÓN
Danos, Señor, la inquietud del corazón que busca tu rostro. Protégenos de la
oscuridad del corazón que ve solamente la superficie de las cosas. Danos la sencillez y la
pureza que nos permiten ver tu presencia en el mundo. Cuando no seamos capaces de
cumplir grandes cosas, danos la fuerza de una bondad humilde. Graba tu rostro en nuestros
corazones, para que así podamos encontrarte y mostrar al mundo tu imagen.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 1-2.9.16
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Yo soy el hombre que ha visto la miseria bajo el látigo de su furor. El me ha llevado y me
ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. Ha cercado mis caminos con piedras sillares, ha
torcido mis senderos. Ha quebrado mis dientes con guijarro, me ha revolcado en la ceniza.
MEDITACIÓN
La tradición de las tres caídas de Jesús y del peso de la cruz hace pensar en la caída
de Adán –en nuestra condición de seres caídos– y en el misterio de la participación de Jesús
en nuestra caída. Ésta adquiere en la historia for-mas siempre nuevas. En su primera carta,
san Juan habla de tres obstáculos para el hombre: la concupiscencia de la carne, la
concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida. Interpreta de este modo, desde la
perspectiva de los vicios de su tiempo, con todos sus excesos y perversiones, la caída del
hombre y de la humanidad. Pero podemos pensar también en cómo la cristiandad, en la
historia reciente, como cansándose de tener fe, ha abandonado al Señor: las grandes
ideologías y la superficialidad del hombre que ya no cree en nada y se deja llevar
simplemente por la corriente, han creado un nuevo paganismo, un paganismo peor que,
queriendo olvidar definitivamente a Dios, ha terminado por desentenderse del hombre. El
hombre, pues, está sumido en la tierra. El Señor lleva este peso y cae y cae, para poder
venir a nuestro encuentro; él nos mira para que despierte nuestro corazón; cae para
levantarnos.
ORACIÓN
Señor Jesucristo, has llevado nuestro peso y continúas llevándolo. Es nuestra carga
la que te hace caer. Pero levántanos tú, porque solos no podemos reincorporarnos. Líbranos
del poder de la concupiscencia. En lugar de un corazón de piedra danos de nuevo un
corazón de carne, un corazón capaz de ver. Destruye el poder de las ideologías, para que los
hombres puedan reconocer que están entretejidas de mentiras. No permitas que el muro del
materialismo llegue a ser insuperable. Haz que te reconozcamos de nuevo. Haznos sobrios
y vigilantes para poder resistir a las fuerzas del mal y ayúdanos a reconocer las necesidades
interiores y exteriores de los demás, a socorrerlos. Levántanos para poder levantar a los
demás. Danos esperanza en medio de toda esta oscuridad, para que seamos portadores de
esperanza para el mundo.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
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Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 28-31
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por
vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: «dichosas las
estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado». Entonces
empezarán a decirles a los montes: «Desplomaos sobre nosotros»; y a las colinas:
«Sepultadnos»; porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?
MEDITACIÓN
Oír a Jesús cuando exhorta a las mujeres de Jerusalén que lo siguen y lloran por él,
nos hace reflexionar. ¿Cómo entenderlo? ¿Se tratará quizás de una advertencia ante una
piedad puramente sentimental, que no llega a ser conversión y fe vivida? De nada sirve
compadecer con palabras y sentimientos los sufrimientos de este mundo, si nuestra vida
continúa como siempre. Por esto el Señor nos advierte del riesgo que corremos nosotros
mismos. Nos muestra la gravedad del pecado y la seriedad del juicio. No obstante todas
nuestras palabras de preocupación por el mal y los sufrimientos de los inocentes, ¿no
estamos tal vez demasiado inclinados a dar escasa importancia al misterio del mal? En la
imagen de Dios y de Jesús al final de los tiempos, ¿no vemos quizás únicamente el aspecto
dulce y amoroso, mientras descuidamos tranquilamente el aspecto del juicio? ¿Cómo podrá
Dios –pensamos– hacer de nuestra debilidad un drama? ¡Somos solamente hombres! Pero
ante los sufrimientos del Hijo vemos toda la gravedad del pecado y cómo debe ser expiado
del todo para poder superarlo. No se puede seguir quitando importancia al mal
contemplando la imagen del Señor que sufre. También él nos dice: «No lloréis por mí;
llorad más bien por vosotros... porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?»
ORACIÓN
Señor, a las mujeres que lloran les has hablado de penitencia, del día del Juicio
cuando nos encontremos en tu presencia, en presencia del Juez del mundo. Nos llamas a
superar un concepción del mal como algo banal, con la cual nos tranquilizamos para poder
continuar nuestra vida de siempre. Nos muestras la gravedad de nuestra responsabilidad, el
peligro de encontrarnos culpables y estériles en el Juicio. Haz que caminemos junto a ti sin
limitarnos a ofrecerte sólo palabras de compasión. Conviértenos y danos una vida nueva; no
permitas que, al final, nos quedemos como el leño seco, sino que lleguemos a ser
sarmientos vivos en ti, la vid verdadera, y que produzcamos frutos para la vida eterna
(cf. Jn 15, 1-10).
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
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NOVENA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 27-32
Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. Que se sienta solitario y
silencioso, cuando el Señor se lo impone; que ponga su boca en el polvo: quizá haya
esperanza; que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. Porque el
Señor no desecha para siempre a los humanos: si llega a afligir, se apiada luego según su
inmenso amor.
MEDITACIÓN
¿Qué puede decirnos la tercera caída de Jesús bajo el peso de la cruz? Quizás nos
hace pensar en la caída de los hombres, en que muchos se alejan de Cristo, en la tendencia a
un secularismo sin Dios. Pero, ¿no deberíamos pensar también en lo que debe sufrir Cristo
en su propia Iglesia? En cuántas veces se abusa del sacramento de su presencia, y en el
vacío y maldad de corazón donde entra a menudo. ¡Cuántas veces celebramos sólo nosotros
sin darnos cuenta de él! ¡Cuántas veces se deforma y se abusa de su Palabra! ¡Qué poca fe
hay en muchas teorías, cuántas palabras vacías! ¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los
que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia,
cuánta autosuficiencia! ¡Qué poco respetamos el sacramento de la Reconciliación, en el
cual él nos espera para levantarnos de nuestras caídas! También esto está presente en su
pasión. La traición de los discípulos, la recepción indigna de su Cuerpo y de su Sangre, es
ciertamente el mayor dolor del Redentor, el que le traspasa el corazón. No nos queda más
que gritarle desde lo profundo del alma: Kyrie, eleison – Señor, sálvanos (cf Mt 8,25).
ORACIÓN
Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace
aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo. Nos abruman
su atuendo y su rostro tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos. Nosotros quienes
te traicionamos, no obstante los gestos ampulosos y las palabras altisonantes. Ten piedad de
tu Iglesia: también en ella Adán, el hombre, cae una y otra vez. Al caer, quedamos en tierra
y Satanás se alegra, porque espera que ya nunca podremos levantarnos; espera que tú,
siendo arrastrado en la caída de tu Iglesia, quedes abatido para siempre. Pero tú te
levantarás. Tú te has reincorporado, has resucitado y puedes levantarnos. Salva y santifica a
tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos a todos.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Padre nuestro, Ave María, Gloria
DÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 33 -36
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir «La Calavera»), le dieron a
beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo,
se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo.
MEDITACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras. El vestido confiere al hombre una posición
social; indica su lugar en la sociedad, le hace ser alguien. Ser desnudado en público
significa que Jesús no es nadie, no es más que un marginado, despreciado por todos. El
momento de despojarlo nos recuerda también la expulsión del paraíso: ha desaparecido en
el hombre el esplendor de Dios y ahora se encuentra en mundo desnudo y al descubierto, y
se avergüenza. Jesús asume una vez más la situación del hombre caído. Jesús despojado nos
recuerda que todos nosotros hemos perdido la «primera vestidura» y, por tanto, el esplendor
de Dios. Al pie de la cruz los soldados echan a suerte sus míseras pertenencias, sus
vestidos. Los evangelistas lo relatan con palabras tomadas del Salmo 21, 19 y nos indican
así lo que Jesús dirá a los discípulos de Emaús: todo se cumplió «según las Escrituras».
Nada es pura coincidencia, todo lo que sucede está dicho en la Palabra de Dios, confirmado
por su designio divino. El Señor experimenta todas las fases y grados de la perdición de los
hombres, y cada uno de ellos, no obstante su amargura, son un paso de la redención: así
devuelve él a casa la oveja perdida. Recordemos también que Juan precisa el objeto del
sorteo: la túnica de Jesús, «tejida de una pieza de arriba abajo» (Jn 19, 23). Podemos
considerarlo una referencia a la vestidura del sumo sacerdote, que era «de una sola pieza»,
sin costuras (Flavio Josefo, Ant. jud., III, 161). Éste, el Crucificado, es de hecho el
verdadero sumo sacerdote.
ORACIÓN
Señor Jesús, has sido despojado de tus vestiduras, expuesto a la deshonra, expulsado
de la sociedad. Te has cargado de la deshonra de Adán, sanándolo. Te has cargado con los
sufrimientos y necesidades de los pobres, aquellos que están excluidos del mundo. Pero es
exactamente así como cumples la palabra de los profetas. Es así como das significado a lo
que aparece privado de significado. Es así como nos haces reconocer que tu Padre te tiene
en sus manos, a ti, a nosotros y al mundo. Concédenos un profundo respeto hacia el hombre
en todas las fases de su existencia y en todas las situaciones en las cuales lo encontramos.
Danos el traje de la luz de tu gracia.
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V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
UNDÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Mateo 7, 37-42
Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Este es Jesús, el Rey de los
judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los
que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza: «Tú que destruías el templo y lo
reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz». Los
sumos sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo: «A otros
ha salvado y él no se puede salvar. ¿No es el Rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le
creeremos».
MEDITACIÓN
Jesús es clavado en la cruz. La Sábana Santa de Turín nos permite hacernos una
idea de la increíble crueldad de este procedimiento. Jesús no bebió el calmante que le
ofrecieron: asume conscientemente todo el dolor de la crucifixión. Su cuerpo está
martirizado; se han cumplido las palabras del Salmo: «Yo soy un gusano, no un hombre,
vergüenza de la gente, desprecio del pueblo» (Sal 21, 27). «Como uno ante quien se oculta
el rostro, era despreciado... Y con todo eran nuestros sufrimientos los que él llevaba y
nuestros dolores los que soportaba» (Is 53, 3 ss). Detengámonos ante esta imagen de dolor,
ante el Hijo de Dios sufriente. Mirémosle en los momentos de satisfacción y gozo, para
aprender a respetar sus límites y a ver la superficialidad de todos los bienes puramente
materiales. Mirémosle en los momentos de adversidad y angustia, para reconocer que
precisamente así estamos cerca de Dios. Tratemos de descubrir su rostro en aquellos que
tendemos a despreciar. Ante el Señor condenado, que no quiere usar su poder para
descender de la cruz, sino que más bien soportó el sufrimiento de la cruz hasta el final,
podemos hacer aún otra reflexión. Ignacio de Antioquia, encadenado por su fe en el Señor,
elogió a los cristianos de Esmirna por su fe inamovible: dice que estaban, por así decir,
clavados con la carne y la sangre a la cruz del Señor Jesucristo (1,1). Dejémonos clavar a
él, no cediendo a ninguna tentación de apartarnos, ni a las burlas que nos inducen a darle la
espalda.
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ORACIÓN
Señor Jesucristo, te has dejado clavar en la cruz, aceptando la terrible crueldad de
este dolor, la destrucción de tu cuerpo y de tu dignidad. Te has dejado clavar, has sufrido
sin evasivas ni compromisos. Ayúdanos a no desertar ante lo que debemos hacer. A unirnos
estrechamente a ti. A desenmascarar la falsa libertad que nos quiere alejar de ti. Ayúdanos a
aceptar tu libertad «comprometida» y a encontrar en la estrecha unión contigo la verdadera
libertad.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Juan 19, 19-20
Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús el
Nazareno, el Rey de los judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, estaba cerca el lugar
donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
MEDITACIÓN
Sobre la cruz –en las dos lenguas del mundo de entonces, el griego y el latín, y en la
lengua del pueblo elegido, el hebreo– está escrito quien es Jesús: el Rey de los judíos, el
Hijo prometido de David. Pilato, el juez injusto, ha sido profeta a su pesar. Ante la opinión
pública mundial se proclama la realeza de Jesús. Él mismo había declinado el título de
Mesías porque habría dado a entender una idea errónea, humana, de poder y salvación. Pero
ahora el título puede aparecer escrito públicamente encima del Crucificado. Efectivamente,
él es verdaderamente el rey del mundo. Ahora ha sido realmente «ensalzado». En su
descendimiento, ascendió. Ahora ha cumplido radicalmente el mandamiento del amor, ha
cumplido el ofrecimiento de sí mismo y, de este modo, manifiesta al verdadero Dios, al
Dios que es amor. Ahora sabemos que es Dios. Sabemos cómo es la verdadera realeza.
Jesús recita el Salmo 21, que comienza con estas palabras: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?» (Sal 21, 2). Asume en sí a todo el Israel sufriente, a toda la
humanidad que padece, el drama de la oscuridad de Dios, manifestando de este modo a
Dios justamente donde parece estar definitivamente vencido y ausente. La cruz de Jesús es
un acontecimiento cósmico. El mundo se oscurece cuando el Hijo de Dios padece la
muerte. La tierra tiembla. Y junto a la cruz nace la Iglesia en el ámbito de los paganos. El
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centurión romano reconoce y entiende que Jesús es el Hijo de Dios. Desde la cruz, él
triunfa siempre de nuevo.
ORACIÓN
Señor Jesucristo, en la hora de tu muerte se oscureció el sol. Constantemente estás siendo
clavado en la cruz. En este momento histórico vivimos en la oscuridad de Dios. Por el gran
sufrimiento, y por la maldad de los hombres, el rostro de Dios, tu rostro, aparece
difuminado, irreconocible. Pero en la cruz te has hecho reconocer. Porque eres el que sufre
y el que ama, eres el que ha sido ensalzado. Precisamente desde allí has triunfado. En esta
hora de oscuridad y turbación, ayúdanos a reconocer tu rostro. A creer en ti y a seguirte en
el momento de la necesidad y de las tinieblas. Muéstrate de nuevo al mundo en esta hora.
Haz que se manifieste tu salvación.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU MADRE
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 54-55
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba
dijeron aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que
miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle.
MEDITACIÓN
Jesús está muerto, de su corazón traspasado por la lanza del soldado romano mana
sangre y agua: misteriosa imagen del caudal de los sacramentos, del Bautismo y de la
Eucaristía, de los cuales, por la fuerza del corazón traspasado del Señor, renace siempre la
Iglesia. A él no le quiebran las piernas como a los otros dos crucificados; así se manifiesta
como el verdadero cordero pascual, al cual no se le debe quebrantar ningún hueso
(cf Ex 12, 46). Y ahora que ha soportado todo, se ve que, a pesar de toda la turbación del
corazón, a pesar del poder del odio y de la ruindad, él no está solo. Están los fieles. Al pie
de la cruz estaba María, su Madre, la hermana de su Madre, María, María Magdalena y el
discípulo que él amaba. Llega también un hombre rico, José de Arimatea: el rico logra
pasar por el ojo de la aguja, porque Dios le da la gracia. Entierra a Jesús en su tumba aún
sin estrenar, en un jardín: donde Jesús es enterrado, el cementerio se transforma en un
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vergel, el jardín del que había sido expulsado Adán cuando se alejó de la plenitud de la
vida, de su Creador. El sepulcro en el jardín manifiesta que el dominio de la muerte está a
punto de terminar. Y llega también un miembro del Sanedrín, Nicodemo, al que Jesús había
anunciado el misterio del renacer por el agua y el Espíritu. También en el sanedrín, que
había decidido su muerte, hay alguien que cree, que conoce y reconoce a Jesús después de
su muerte. En la hora del gran luto, de la gran oscuridad y de la desesperación, surge
misteriosamente la luz de la esperanza. El Dios escondido permanece siempre como Dios
vivo y cercano. También en la noche de la muerte, el Señor muerto sigue siendo nuestro
Señor y Salvador. La Iglesia de Jesucristo, su nueva familia, comienza a formarse.
ORACIÓN
Señor, has bajado hasta la oscuridad de la muerte. Pero tu cuerpo es recibido por
manos piadosas y envuelto en una sábana limpia (Mt 27, 59). La fe no ha muerto del todo,
el sol no se ha puesto totalmente. Cuántas veces parece que estés durmiendo. Qué fácil es
que nosotros, los hombres, nos alejemos y nos digamos a nosotros mismos: Dios ha muerto.
Haz que en la hora de la oscuridad reconozcamos que tú estás presente. No nos dejes solos
cuando nos aceche el desánimo. Y ayúdanos a no dejarte solo. Danos una fidelidad que
resista en el extravío y un amor que te acoja en el momento de tu necesidad más extrema,
como tu Madre, que te arropa de nuevo en su seno. Ayúdanos, ayuda a los pobres y a los
ricos, a los sencillos y a los sabios, para poder ver por encima de los miedos y prejuicios, y
te ofrezcamos nuestros talentos, nuestro corazón, nuestro tiempo, preparando así el jardín
en el cual puede tener lugar la resurrección.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO
V /. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R /. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 59-61
José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro
nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del
sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente
del sepulcro.
MEDITACIÓN
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Jesús, deshonrado y ultrajado, es puesto en un sepulcro nuevo con todos los
honores. Nicodemo lleva una mezcla de mirra y áloe de cien libras para difundir un
fragante perfume. Ahora, en la entrega del Hijo, como ocurriera en la unción de Betania, se
manifiesta una desmesura que nos recuerda el amor generoso de Dios, la
«sobreabundancia» de su amor. Dios se ofrece generosamente a sí mismo. Si la medida de
Dios es la sobreabundancia, también para nosotros nada debe ser demasiado para Dios. Es
lo que Jesús nos ha enseñado en el Sermón de la montaña (Mt 5, 20). Pero es necesario
recordar también lo que san Pablo dice de Dios, el cual «por nuestro medio difunde en
todas partes el olor de su conocimiento. Pues nosotros somos [...] el buen olor de Cristo» (2
Co 2, 14-15). En la descomposición de las ideologías, nuestra fe debería ser una vez más el
perfume que conduce a las sendas de la vida. En el momento de su sepultura, comienza a
realizarse la palabra de Jesús: « Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda
infecundo; pero si muere, dará mucho fruto» (Jn 12, 24). Jesús es el grano de trigo que
muere. Del grano de trigo enterrado comienza la gran multiplicación del pan que dura hasta
el fin de los tiempos: él es el pan de vida capaz de saciar sobreabundantemente a toda la
humanidad y de darle el sustento vital: el Verbo de Dios, que es carne y también pan para
nosotros, a través de la cruz y la resurrección. Sobre el sepulcro de Jesús resplandece el
misterio de la Eucaristía.
ORACIÓN
Señor Jesucristo, al ser puesto en el sepulcro has hecho tuya la muerte del grano de
trigo, te has hecho el grano de trigo que muere y produce fruto con el paso del tiempo hasta
la eternidad. Desde el sepulcro iluminas para siempre la promesa del grano de trigo del que
procede el verdadero maná, el pan de vida en el cual te ofreces a ti mismo. La Palabra
eterna, a través de la encarnación y la muerte, se ha hecho Palabra cercana; te pones en
nuestras manos y entras en nuestros corazones para que tu Palabra crezca en nosotros y
produzca fruto. Te das a ti mismo a través de la muerte del grano de trigo, para que también
nosotros tengamos el valor de perder nuestra vida para encontrarla; a fin de que también
nosotros confiemos en la promesa del grano de trigo. Ayúdanos a amar cada vez más tu
misterio eucarístico y a venerarlo, a vivir verdaderamente de ti, Pan del cielo. Auxílianos
para que seamos tu perfume y hagamos visible la huella de tu vida en este mundo. Como el
grano de trigo crece de la tierra como retoño y espiga, tampoco tú podías permanecer en el
sepulcro: el sepulcro está vacío porque él –el Padre– no te «entregó a la muerte, ni tu carne
conoció la corrupción» (Hch 2, 31; Sal 15, 10). No, tú no has conocido la corrupción. Has
resucitado y has abierto el corazón de Dios a la carne transformada. Haz que podamos alegrarnos de esta esperanza y llevarla gozosamente al mundo, para ser de este modo testigos
de tu resurrección.
V /. Señor, pequé ten misericordia de mí
R /. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Padre nuestro, Ave María, Gloria
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ORACIÓN FINAL
Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez
que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú
has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda
mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén
LAS SIETE PALABRAS DEL SEÑOR EN LA CRUZ
1. Primera Palabra
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la cruz para pagar con tu
sacrificio la deuda de mis pecados, y abriste tus divinos labios para alcanzarme el perdón de
la divina justicia: ten misericordia de todos los hombres que están agonizando y de mí
cuando me halle en igual caso: y por los méritos de tu preciosísima Sangre derramada para
mi salvación, dame un dolor tan intenso de mis pecados, que expire con él en el regazo de
tu infinita misericordia.
G. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
T. Pecamos y nos pesa ten misericordia de nosotros padeciste.
2. Segunda Palabra
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y con tanta generosidad
correspondiste a la fe del buen ladrón, cuando en medio de tu humillación redentora te
reconoció por Hijo de Dios, hasta llegar a asegurarle que aquel mismo día estaría contigo
en el Paraíso: ten piedad de todos los hombres que están para morir, y de mí cuando me
encuentre en el mismo trance: y por los méritos de tu sangre preciosísima, aviva en mí un
espíritu de fe tan firme y tan constante que no vacile ante las sugestiones del enemigo, me
entregue a tu empresa redentora del mundo y pueda alcanzar lleno de méritos el premio de
tu eterna compañía.
G. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
T. Pecamos y nos pesa ten misericordia de nosotros padeciste.
3. Tercera Palabra
"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y , olvidándome de tus
tormentos, me dejaste con amor y comprensión a tu Madre dolorosa, para que en su
compañía acudiera yo siempre a Ti con mayor confianza: ten misericordia de todos los
hombres que luchan con las agonías y congojas de la muerte, y de mí cuando me vea en
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igual momento; y por el eterno martirio de tu madre amantísima, aviva en mi corazón una
firme esperanza en los méritos infinitos de tu preciosísima sangre, hasta superar así los
riesgos de la eterna condenación, tantas veces merecida por mis pecados.
G. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
T. Pecamos y nos pesa ten misericordia de nosotros padeciste.
4. Cuarta Palabra
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y tormento tras tormento,
además de tantos dolores en el cuerpo, sufriste con invencible paciencia la más profunda
aflicción interior, el abandono de tu eterno Padre; ten piedad de todos los hombres que
están agonizando, y de mí cuando me encuentre también en la agonía; y por los méritos de
tu preciosísima sangre, concédeme que sufra con paciencia todos los sufrimientos,
soledades y contradicciones de una vida en tu servicio, entre mis hermanos de todo el
mundo, para que siempre unido a Ti en mi combate hasta el fin, comparta contigo lo más
cerca de Ti tu triunfo eterno.
G. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
T. Pecamos y nos pesa ten misericordia de nosotros padeciste.
5. Quinta Palabra
"Tengo sed" (Jn 19, 28)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y no contento con tantos
oprobios y tormentos, deseaste padecer más para que todos los hombres se salven, ya que
sólo así quedará saciada en tu divino Corazón la sed de almas; ten piedad de todos los
hombres que están agonizando y de mí cuando llegue a esa misma hora; y por los méritos
de tu preciosísima sangre, concédeme tal fuego de caridad para contigo y para con tu obra
redentora universal, que sólo llegue a desfallecer con el deseo de unirme a Ti por toda la
eternidad.
G. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
T. Pecamos y nos pesa ten misericordia de nosotros padeciste.
6. Sexta Palabra
"Todo está consumado" (Jn 19,30)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y desde su altura de amor
y de verdad proclamaste que ya estaba concluida la obra de la redención, para que el
hombre, hijo de ira y perdición, venga a ser hijo y heredero de Dios; ten piedad de todos los
hombres que están agonizando, y de mí cuando me halle en esos instantes; y por los méritos
de tu preciosísima sangre, haz que en mi entrega a la obra salvadora de Dios en el mundo,
cumpla mi misión sobre la tierra, y al final de mi vida, pueda hacer realidad en mí el
diálogo de esta correspondencia amorosa: Tú no pudiste haber hecho más por mí; yo,
aunque a distancia infinita, tampoco puede haber hecho más por Ti.
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
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7. Séptima Palabra
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y aceptaste la voluntad de
tu eterno Padre, resignando en sus manos tu espíritu, para inclinar después la cabeza y
morir ; ten piedad de todos los hombres que sufren los dolores de la agonía, y de mí cuando
llegue esa tu llamada; y por los méritos de tu preciosísima sangre concédeme que te ofrezca
con amor el sacrificio de mi vida en reparación de mis pecados y faltas y una perfecta
conformidad con tu divina voluntad para vivir y morir como mejor te agrade, siempre mi
alma en tus manos.
G. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
T. Pecamos y nos pesa ten misericordia de nosotros padeciste.
ROSARIO DEL PÉSAME A LA VIRGEN MARÍA
Por la señal de la santa Cruz…
INTRODUCCION:
Virgen Santísima, Madre de Dios y madre nuestra, María. En este Viernes Santo
estamos aquí para acompañante en tu dolor. Te damos el pésame por la muerte de tu Hijo,
tu único apoyo; pero no te has quedado sola. Estamos contigo, María.
Un día lo aceptaste en tus entrañas y lo llevaste nueve meses; hoy lo aceptas muerto
y lo llevas al sepulcro. En Belén lo acariciaste niño, y su ternura te embelesaba; hoy lo
acaricias muerto, hinchado por los golpes, sucio por el sudor, el polvo, la sangre y los
escupitajos, y con el hedor de sangre en descomposición. Un día, en la pobreza del
sepulcro, lo envolviste en pañales y lo acostaste en un pesebre para la adoración de los
ángeles y los pastores; hoy lo envuelves en la sábana y las vendas y lo llevas a la fría loza
del sepulcro prestado custodiado por soldados ante el terror de sus amigos. ¡Qué contraste!
No murió de muerte natural, a larga edad, como era la promesa para los justos; sino
que te lo mataron, en una vergonzosa ejecución de esclavo o criminal político, que no tenía
nada que lo hiciera aparecer como héroe o como mártir. Ese vulgar asesinato había sido
proyectado desde hacía tiempo, precisamente por las autoridades religiosas y políticas. Será
de esos crímenes que nunca se esclarezcan, porque se hacen para acallar tanta corrupción.
Madre, no pudiste cerrarle los ojos, ni limpiarle el sudor de la agonía, ni darle de
beber un trago de agua, ni decirle al oído la última oración. Entre los gritos e insultos de la
plebe morbosa, hambrienta de sangre, te llamaron «la madre del condenado». Con
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dificultades y entre controversias, estuviste cerca de la Cruz, frente a frente, en diálogo.
Cuánto sufrías, Madre tierna e inocente. Aunque toda tu vida estuviste preparada,
esperando la espada de dolor que traspasaría tu alma, eso no menguaba tu dolor moral. Pero
sufrías con gran esperanza, valerosamente, pues estabas de pie, uniendo tu dolor a su dolor
redentor en favor del mundo. Estuviste de pie, postura sacerdotal, del hombre libre, que se
ha levantado de la postración.
Ahora entregas también a Jesús al Dios de los vivientes, y su Cuerpo al polvo del
cual salimos, en castigo del pecado. Madre: ni modo, es imposible callarlo: somos los
asesinos. Nosotros matamos a tu Hijo. Nuestros pecados lo llevaron a la Cruz. El que no
ama, es un asesino. Han pasado los años y los siglos; sabemos que es el Salvador que murió
por nosotros, pero no nos tentamos el corazón para seguir pecando. Y con el pecado,
volvemos a crucificar al Señor de la gloria.
Sabemos que tú nos recibes, pues eres nuestra Madre. Jesús te confió esa nueva
misión en la Cruz. En realidad no estás sola, pues somos tus hijos y estamos contigo, tú nos
aceptaste como tus hijos, y nos cuidarás como lo hiciste con Jesús. Por eso venimos a
hundirnos en tu regazo. Somos nosotros los que nos hemos quedado solos. Somos nosotros
los que sufrimos sin esperanza. Somos nosotros los que necesitamos consuelo y compañía,
porque el mal nos hunde en el aislamiento y la más cruel soledad.
Madre de amplio regazo que abarca a toda la humanidad, Virgen Santísima, Madre
de Dios y madre nuestra, María. En este Viernes Santo estamos aquí para acompañante en
tu dolor. Te damos el pésame por la muerte de tu Hijo. Y no queremos que sigas llorando
por tus hijos perdidos, muertos sin ilusión ni esperanza.
Perdiste un Hijo muy bueno, adquiriste unos hijos que te causan preocupación. Pero
los quieres como tu hijo único, como tu único apoyo; y los acompañas en su vía dolorosa.
Estamos contigo, María. Te acompañamos en tu pesar. Te acompañamos en tus cuidados.
Cuenta con nosotros.
A. PRIMER MISTERIO: MARÍA LLORA POR AMOR
Del libro de las Lamentaciones (1,8-12):
Mucho ha pecado Jerusalén, por eso ha quedado impura. Todos los que la honraban la
desprecian, porque han visto su desnudez; y ella misma gime vuelta de espaldas. Su
inmundicia se pega a su ropa, no pensó ella en este fin. Su caída ha sorprendido, no hay
quien la consuele. Mira, Señor, mi miseria, que el enemigo se crece. Echó mano el enemigo
a todos sus tesoros; ha visto ella a los paganos penetrar en su santuario, aquellos de
quienes ordenaste: no entrarán en tu asamblea. Su pueblo entero gime y anda en busca de
pan; cambian sus tesoros por comida, por ver de recobrar la vida. Mira, oh Dios, y
contempla qué envilecida estoy. Ustedes, los que pasan por el camino, miren, fíjense bien
si hay dolor parecido al dolor que me atormenta, con el que el Señor me castigó el día de
su ardiente cólera. Palabra de Dios.
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Jeremías lloraba el esplendor caído: el templo, las murallas y palacios, quedó
arrasado y saqueado. Tú, Madre, lloras el derrumbamiento del plan de salvación, por el cual
tu Hijo murió en la Cruz. Lo lloras con amor de virgen y de madre. Porque tú eres madre
virgen, y tu amor es de virgen madre. Tú tienes amor de virgen, "solícita de las cosas del
Señor" (1 Corintios 7,32), que sirve con corazón indiviso. Como dice el Salmo: "Si te tengo
a tí en el cielo ¿qué me importa la tierra?" (Sal 72,25). Tú amas con amor de madre, como
aquella madre del Libro de los Macabeos que animaba a sus hijos a dar la vida por la causa
del Señor superando el dolor de las torturas.
Madre, tú ahora estás llorando, llena de amor, por la ruina de nuestra población. Se
ha apoderado de nuestras nuevas generaciones el consumismo, erotismo y secularismo. Se
siente un gran vacío de Dios; aumenta el clima de tensiones, de violencia. Las ambiciones
nos dividen y oponen. Se intenta llenar el vacío con una cultura de la muerte: droga,
prostitución, delincuencia, adivinación, magia, pleitos. Y nosotros, Madre, no tenemos
ganas de llorar. No nos duele ni nuestra situación de ruina, ni tu dolor. Como tú,
quisiéramos ser un espejo en el cual se dibuje la Pasión. Quisiéramos escuchar la voz del
Espíritu Santo que nos dice: «Con todo corazón honra a tu padre, y no olvides los dolores
de tu madre» (Sir 7,27).
Padre nuestro, diez Ave María, Gloria al Padre…
Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos
- Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.
B. SEGUNDO MISTERIO: MARÍA LLORA LLENA DE ESPERANZA
Del Evangelio de San Juan (12,24-28):
Jesús dijo: "En verdad, en verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y
muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto. El que ama su vida la
pierde; y el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. Si
alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, ahí estará también mi servidor. Si alguno
me sirve, el Padre le honrará. Ahora que mi alma está turbada voy a decir: Padre, líbrame
de esta hora? Precisamente para eso he llegado a esta hora: Padre, glorifica tu Nombre".
Palabra del Señor.
Murió el Señor. Está yerto, sin vida. Lo mataron en una ejecución injusta, por odio,
por envidia, por nuestros pecados. Desapareció de este mundo, y de nuestra vista. Se
acabaron los proyectos del Reino nuevo, de la Buena Noticia, de la fraternidad universal, y
tú lloras su desaparición, como dice la Escritura: «Llora sobre el difunto, porque faltó la luz
de su vida» (Sir 30,4).
Jesús desapareció para el mundo. Se acabaron sus amistades, sus afectos, sus
favores. Jesús desapareció para los pobres, los marginados, los olvidados, los enfermos.
Jesús desapareció para ti y para los apóstoles, dejando un vacío que nada puede llenar.
Madre, pero Jesús desapareció para dar mucho fruto. Su obra de salvación perdura a través
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de los siglos y por todas las regiones del mundo. Nosotros somos su obra. Con razón dijo:
«Si tuvieran fe, harían las obras que yo hago, y las haría todavía mayores».
Pero lo cierto es que Cristo, tu Hijo, desapareció. El mundo está lleno de idolatrías y
falsas imágenes de Dios. No vivimos como hermanos, a muchos no les importa vivir en
pecado. Hemos expulsado de entre los vivos a tu Hijo, a quien tú lloras desconsolada.
Madre, nosotros queremos llorar contigo lágrimas de amor y esperanza también
para nuestro mundo. «Si el grano de tierra muere, producirá mucho fruto», de este modo,
queremos llenar el vacío que dejó tu Hijo. Nosotros queremos ser una prolongación de tu
presencia para los profesionistas que no creen, para los universitarios que se quedan en sus
dudas de fe, para los drogadictos que no se deciden a pedir ayuda, para las familias que han
callado por mucho tiempo una situación que las hundía, para los enfermos mentales y los
inválidos.
Padre nuestro, diez Ave María, Gloria al Padre…
Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos
- Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.
C. TERCER MISTERIO: MARÍA NOS ADVIERTE PARA QUE CAMBIEMOS
Del libro de los Proverbios (3,1-12):
Hijo mío, no olvides mi instrucción, guarda en tu memoria mis mandatos, pues te
proporcionarán bienestar, y muchos días y años de vida. Que no te abandonen el amor y la
lealtad, átalas a tu cuello, grábalas en la tablilla de tu corazón; así obtendrás estima y
aceptación ante Dios y ante los hombres. Confía en el Señor de todo corazón y no te fíes de
tu inteligencia; reconócelo en todos tus caminos y El enderezará tus sendas. No presumas
de sabio, teme a tu Dios, y evita todo mal; será salud para tu carne y alivio para tus
huesos. Honra al Señor con tus riquezas, con las primicias de todas tus ganancias: tus
graneros se colmarán de grano y tus lagares rebosarán de mosto. No desprecies, hijo mío,
la instrucción del Señor, que no te enfade su reprensión, porque Yahveh reprende a los que
ama, como un padre a su hijo amado. Palabra de Dios.
Las heridas en el cuerpo de Jesús eran lesiones en tu corazón de Madre tierna. Haz
sido una Madre tan cariñosa, tan afectuosa. Cuando limpiabas la sangre de su cuerpo yerto,
sin duda que resonaban en tus oídos sus palabras: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» (Juan 19,2627). En la Cruz recibiste al traidor a cambio de Jesús; al siervo a cambio del Señor; al
discípulo a cambio del Maestro; al pecador a cambio del Justo.
Pero el Señor todo lo hace concurrir en favor de los que creen. Los males son
correcciones de Dios, advertencias para cambiar. Madre, vivimos en medio de la crisis, que
nos afecta por todos lados: económica, social, política, religiosa. Pero todo esto constituye
un aviso para nosotros. No son desgracias, sino lecciones, para que aprendamos de la vida,
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como tú lo hiciste. Como un padre instruye y corrige a su hijo para que mejore, así Dios ha
querido hacerlo con nosotros: «Si esto pasa con el leño verde ¿qué pasará con el seco?».
Cierto que ninguna corrección es a su tiempo agradable, sino penosa, pero luego
produce fruto apacible de justicia. Es un aviso de misericordia. Como el Señor dijo:
«Vuélvete a mí, tu Redentor» (Isaías 44,22); «invócame en la tribulación, te escucharé y me
glorificarás» (Salmo 49,15). Nosotros estamos aquí por lo que justamente hicimos (Lc
23,41), pero tú, Madre, nada debes. Sufres ahora por tus hijos. Madre: nos humillamos bajo
la poderosa mano de Dios (1 Pedro 5,6), y gritamos llenos de confianza, como Pedro: «
¡Sálvanos, Señor, que perecemos!».
Padre nuestro, diez Ave María, Gloria al Padre…
Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos
- Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.
D. CUARTO MISTERIO: MARÍA, REINA DE LOS MÁRTIRES
Del Evangelio de San Juan (15,13-21):
Jesús dijo: "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis
amigos si hacen lo que yo les mando. No los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que
hace su patrón; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he
oído a mi Padre. No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes, y los destiné
para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que todo lo que pidan al Padre
se los conceda. Si el mundo los odia, sepan que primero me odió a mí. Si ustedes fueran del
mundo, el mundo amaría lo suyo, pero el mundo los odia porque yo los elegí para sacarlos
del mundo. El siervo no es más que su patrón. Si a mí me persiguieron, también a ustedes
los perseguirán; si han guardado mis palabras, también guardarán las de ustedes. Palabra
del Señor.
Madre: cuántos motivos tienes para llorar de pena con tu Hijo muerto en los brazos.
Es más cruel y temido el martirio de las burlas, la incomprensión, la oposición, la soledad y
la traición, que la misma muerte violenta. Sufrir sin quejas, reconociendo la gloria de Dios,
amando y perdonando a los verdugos, sólo puede hacerse por una gracia de tu Hijo. Con
entereza, sin lenitivos, sin escaparse. Eres Reina de los mártires, haciendo una nueva
versión del martirio.
Sufres al ver a tu Hijo, que es personalmente Dios, sufriendo, por la maldad de la
humanidad llevada hasta el extremo. Y tu sufrimiento no fue sólo cosa de tres horas, sino
de toda la vida. Como tú, Madre, nosotros queremos permanecer junto a la Cruz, de pie,
valientemente, sin culpar a nadie, sin desesperación ni victimismos, sin desmayar ni querer
huir. Mientras los apóstoles corrieron y los demás callaron de miedo, tú estabas al pie de la
Cruz, fija en tu puesto.
Nosotros te acompañamos, María, aceptando nuestro martirio. Queremos tener tu
mismo valor, para estar de pie frente a la Cruz. Queremos, como tu Jesús, salir al encuentro
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de la Cruz, y abrazarla para la salvación de nuestros hermanos. Queremos, como tú, esperar
contra toda esperanza. Que contigo, seamos los nuevos mártires de Cristo, en virtud de
nuestra confirmación sacramental.
Padre nuestro, diez Ave María, Gloria al Padre…
Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos
- Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.
E. QUINTO MISTERIO: EL MISTERIO DEL DOLOR
Del Evangelio de San Juan (19,16-19):
Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran. Tomaron, pues, a Jesús, y Él,
cargando con la cruz, salió hacia el lugar llamado calvario, que en hebreo se dice
Gólgota, y ahí le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
Pilato puso también esta inscripción sobre la cruz: "Jesús de Nazaret el rey de los judíos".
Palabra del Señor.
Madre, cuánto sufres al pie de la Cruz. Cuánto dolor siente el Padre celestial al
entregar a su Hijo único, el amado. Con un corazón de madre, sufres el Sacrificio del
Calvario, del Hijo único, el Hijo amado del Padre. Acaricias las llagas de tu Hijo, causadas
por los azotes, las espinas, las caídas, los clavos, la cruz, la lanzada, y guardas como
recuerdo los instrumentos de crueldad y odio que se tornan en signos de amor hasta el
extremo: la corona de espinas, los clavos, la esponja, el estipes, la lanza, el madero.
Madre, ahora, en la calle de la amargura por donde nosotros, tus hijos, caminamos porque
nosotros sufrimos por dinero, puestos, amistades, cosas, atenciones, no por la causa de tu
Hijo. No sabemos acompañar el dolor de Dios en la cruz de los demás, como tú lo haces.
Hoy quieres limpiar las nuevas llagas de miseria, hambre, enfermedad, frustración,
venganzas, vicios, resentimientos, vidas amargadas, explotación. Hoy los instrumentos de
muerto no solamente son armas de alto poder, misiles, o fuertes organizaciones de crimen,
sino también sobornos, presiones, leyes injustas, patadas, agresiones en masa, navajas,
manos empuñadas, pastillas, venenos, gas.
No queremos ofrecerte demostraciones inútiles, sino que te demostraremos nuestra
compañía cargando la cruz diaria. Sin cobardía, sin respetos humanos, como verdaderos
apóstoles. Con decisión, como lo hiciste tú: no de lejos. Jesús dijo: «El Reino de Dios sufre
violencia y los violentos lo conquistarán». Queremos sufrir en compañía. Estamos contigo,
María.
Padre nuestro, diez Ave María, Gloria al Padre…
Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos
- Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.
Oh Soberano Santuario, Sagrario del Verbo Eterno…
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F. Letanía
Señor ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Mujer llena de Gracia
Virgen siempre orante
Primicia de la redención
Colaboradora de Cristo Redentor
Madre de la Iglesia
Madre de los sacerdotes
Madre de la vida consagrada
Madre de familia
Madre de todos los hombres
Madre dolorosa
Madre de misericordia
Mediadora de todas las gracias
Salud de los enfermos
Consuelo de los afligidos
Auxiliadora de los cristianos
Socorro de los moribundos
Alivio de los difuntos
Reina y Señora nuestra
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Ten piedad y misericordia de nosotros
Bajo tu amparo…
G. Oración final
Del Evangelio de San Juan (16,20-22):
Jesús dijo: "En verdad, en verdad les digo que llorarán y se entristecerán, y el mundo se
alegrará de sus lamentos. Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en gozo. La mujer,
cuando va a dar a luz, sufre porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al
niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.
También ustedes están tristes ahora, pero volveré a verlos y se alegrará su corazón, con
una alegría inmensa que nadie podrá quitarles". Palabra del Señor.
Madre. Te hemos acompañado en este rosario de pésame, y después te
acompañaremos en tu camino de recuerdos por la vía dolorosa. No queremos dejarte sola
en esta noche de espera, larga y cruel. Se traspuso el sol en el poniente, y también a la
esperanza se le ocultan las estrellas. Humanamente no hay respuesta. Jesús nos dijo que no
hay mayor amor que dar la vida, y que el que ama ha pasado ya de la muerte a la vida. Tú
estás segura de que tu Hijo resucitará. Sabes que tu dolor es un dolor de parto. Que la vida
no termina con la muerte terrena; que la muerte es el inicio de la vida definitiva.
Pero, Madre, nosotros muchas veces vivimos como si la vida deba terminarse con la
muerte. Como si estuviéramos destinados a permanecer para siempre en esta tierra, atados a
los bienes terrenos, esclavizados por nuestras pasiones, adictos a nuestros actos. No
tememos caer en el vicio ni en el infierno. No nos importa que se pisotee la inocencia de las
nuevas generaciones. Necesitamos tus lágrimas, María. Que comprendamos que tú lloras
por lo que verdaderamente vale la pena llorar.
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Devocionario
Madre: que no busquemos entre los muertos a Cristo, que es la vida. Que nuestra fe
no sea sólo un archivo de recuerdos que se empolva. Que nos animemos a dar el paso hoy.
Y en nuestra vida de amor, de servicio y de solidaridad fraterna, encontrarás a tu Hijo
resucitado.
VÍA MATRIS
El Vía Matris es el camino que recorrió María de regreso, desde el Santo Sepulcro
hasta su casa. Es un camino en el que recuerda y revive el Vía Crucis, el Camino de la
Cruz. Por lo tanto, lo rezamos acompañando a la Madre Dolorosa de vuelta a su hogar.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Dedicatoria a María
Déjanos seguir contigo desde el sepulcro al cenáculo el camino doloroso de tu
soledad y llanto. Desahoga, Madre nuestra, tu corazón angustiado, rosa de siete puñales por
nuestros siete pecados. Repite el diálogo interno con tu hijo bien amado, muerto a los ojos
del mundo y, para ti, descansando. De tu voz aprenderemos la fe, la esperanza, el cántico
triunfal de amor renacido tras las tinieblas del sábado.
XIV Estación: Jesús fue colocado en el sepulcro
Detrás de la losa, queda tu corazón destrozado semilla de amor eterno, dormido y
siempre velando. Cómo me duele dejarte. Te quisiera en mi regazo y estar contigo en tu
sueño, que mi ansiedad hace largo. Sé que pronto te veré glorioso resucitado, y mi fe es el
arco iris en la lluvia de mi llanto. Para aquellos, Hijo Mío, que el dolor embarcó, tu
sepulcro sea la estrella que los lleve a puerto seguro. Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
XIII Estación: Jesús fue descendido de la Cruz
Aquí estuviste, Hijo mío, como la flor de su tallo. Flor deshojada, sangrienta en el
dolor de mis brazos. Aquí cubrieron de mirra -¡ay, recuerdo de los Magos!-, la púrpura de
tus llagas, llagas que en mí se han quedado. Fina sábana de nieve veló tu cuerpo adorado, y
tu faz, mi sol, mi espejo se ocultó tras un sudario. Benditos los que adivinan, tras la llaga
del hermano, tu divino rostro vivo que espera amor y cuidado.
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
XII Estación: Jesús murió en la Cruz
Aquí, la Cruz… Aquí el grito: - “¡Todo está consumado…!” la tiniebla, el terremoto
y la lanza perforando tu corazón y mi pecho con el mismo hierro insano. Aquí me
entregaste al hombre - verdugo por el pecado -, como hijo pequeñito nacido de sangre y
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Devocionario
llanto, Hijo tan distinto a ti, pero, en mi carne, tu hermano. Que las penas de su cruz - ¡hay
tantos hombres ingratos!- no olviden que soy su Madre y que mucho me costaron.
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
XI Estación: Mi recuerdo de los clavos
Sobre la roca tendieron la cruz para desclavarlo. Yo les rogaba: -¡Por Dios, no le
lastimen las manos! … Y estaban duras y frías, ellas que hicieron milagros y, tantas veces,
filiales, con amor me acariciaron. Manos de mi Dios, heridas y, como sus pies, de mármol.
Manos y pies de mi Niño, por obediencia entregados. Que si dejaron la cruz es por ir
apresurados a quitarte, pecador, de tus miserias los clavos. Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
X Estación: Cuando despojaron a Jesús de sus vestiduras
Sobre esta Piedra, a los dados, la militar compañía se jugó la blanca túnica por mis
desvelos tejida. Del lino de mis amores virginales parecía, pero quedó con su sangre lumbre
de azotes, teñida. Lo vi desnudo, inocente, mientras la turba reía. Total entrega de Dios por
su criatura caída. ¡Ay, si el pecado del mundo despojado, en carne viva, penitente se
cubriera con la vergüenza divina…! Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
IX Estación: Cuando vi caer a Jesús por tercera vez
Dejadme besar la tierra, porque, al llegar al Calvario, también besó mi Niño tercera
vez derribado. ¡Era tan dura la carga y tan cruel el populacho! Era llevar en los hombros lo
más terrible: el pecado. Y cayó, cayó de bruces… Yo vi sus divinos labios, en un beso
doloroso, de polvo y sangre manchados. Polvo del hombre, miseria y sangre de Dios,
juntando en ósculo de perdón el cielo y el mundo ingrato. Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
VIII Estación: Cuando Jesús consoló a las mujeres de Jerusalén
Y se fueron las mujeres que por mi Jesús lloraron. Las calles huelen a miedo bajo el
cielo encapotado. Si en el leño verde el fuego del furor rompió en estragos, ¿qué será en el
leño seco por la plaga del pecado? ¿Mujeres que lloren? ¡No! Faltan en el mundo llantos
viriles que reconozcan las voces que claudicaron. ¡Hombres del mundo, llorad mientras
dura el Viernes santo, porque sintáis el consuelo de Cristo resucitado!
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
VII Estación: Donde Jesús cayó por segunda vez
El crepúsculo se apaga y, en la callejuela angosta, como en conciencia culpable, se
han dado cita las sombras. Aquí tropezó Jesús - ¡ las almas son tan tortuosas ! - y, segunda
vez, la tierra probó el sabor de las rosas. Que el Amor es insistente cuando en verdad se
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Devocionario
enamora y dos veces, traicionado una y otra vez perdona. Por alzar a los caídos, Jesús
probó la derrota y a mí me nombró refugio de los que, caídos, lloran.
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
VI Estación: Cuando una mujer piadosa enjugó el rostro de Jesús
En esta tarde de llanto, en mi soledad más sola, es una luz de esperanza recordar a la
Verónica. El rostro que fue mi espejo, mi sol, se ocultaba en sombras de sangre, sudor,
salivas, polvo y divina congoja. Una mujer, como yo, valiente rompió la tropa y enjugó la
faz amada con la nieve de su toca. Pintado en sangre quedó el rostro que me enamora y,
pintado en mis pupilas, el llanto no me lo borra. Hacia cualquiera que miro, la semejanza
me asombra: todos los rostros del mundo se le parecen ahora.
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
V Estación: Mi gratitud al Cirineo
A Simón el Cirineo detuvieron los soldados. Sudor y polvo traía como ofrenda de
los campos. Mi Jesús era gavilla redentora de cansancio, y del peso de su cruz tuvo a bien
participarnos. Simón recibió el madero, primeramente con asco. Poquito a poco, el camino
le floreció de entusiasmo. Porque ir junto a mi Hijo en el sufrimiento humano, es hallar al
fin la gloria, es a Él y a mí encontrarnos. Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
IV Estación: Cuando me encontré con Él
Era difícil seguir de cerca a Jesús atado. Unidos al dolor, lejos en el cuerpo
estábamos. Pero mi amor maternal se atrevió entre el populacho y pude mirar…, mirarme
en los ojos de mi amado. Vivo aún de esa mirada, que retuvo el viril llanto por no doblar la
agonía deshojada en mi regazo. Mirada firme de amor, que sellara el holocausto de nuestros
dos corazones por ti, que estás escuchando. Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
III Estación: Cuando mi Jesús cayó por primera vez
¡Mirad si queda en el suelo alguna gota de sangre! La recogerá la copa de mis besos
maternales. Porque, al salir del Pretorio alguien se atrevió a empujarle y cayó, Varón de
burlas, absolviendo a los culpables. ¡Mirad si quedó en el suelo alguna gota de sangre!
¡Estaba tan malherido…! ¡El madero era tan grande…! ¡Que nadie ponga tropiezos a quien
su miseria cargue por este mundo de cruces dolorosas y ambulantes!
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
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Devocionario
II Estación: Cuando Jesús recibió la cruz
Sobre sus hombros pusieron el leño de la victoria. Él, carpintero, sabía de maderas
olorosas. Y la levantó triunfante, como levanta a su esposa el amante enamorado en la
noche de sus bodas. ¡Aborrecerla o amarla? En esta vía dolorosa, la cruz se clavó por
siempre en mi corazón, muy honda. Cruz de Jesús y del hombre, divina cruz redentora,
ligero yugo amoroso, ¡puente que lleva a la Gloria! Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
I Estación: Cuando condenaron a muerte a Jesús
Anda suelto en la ciudad un silencioso homicida. Mi hijo pagó el rescate con su
corona de espinas y, por que nada faltara, ofreció vida por vida. Pilato quiso lavar con agua
su cobardía y su nombre, para siempre, se quedará como estigma de quien, por temor al
mundo, al mismo Dios crucifica. Ahora, frente al Pretorio, la plaza duerme vacía. Un agrio
remordimiento en las conciencias vigila. - ¿Resucitará? …Preguntan. Sólo yo sufro
tranquila. Sólo yo… Mis compañeras, las dulces, fieles Marías, quieren llevar al sepulcro,
el domingo, aceite y mirra. Yo seré, en el mundo a oscuras, la sola luz encendida.
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
Último Deseo
Déjanos seguir contigo por el Vía Crucis, Señora, de nuestra vida doliente, sin tu
amor más angustioso. Podemos ser los Pilatos; los Cirineos, las Verónicas, los ladrones, los
soldados, los fariseos, las llorosas, mujeres, el populacho voluble como las olas; podremos
ser Judas, Pedro… Tú sabes bien nuestra historia. Mas, eres dulce refugio, Madre de
Misericordia. Déjanos seguir contigo fieles hoy y hasta la hora sorpresiva de la muerte.
¡Amén Madre Dolorosa! ¡Amén por esa alegría que ya te anuncia la aurora!
Dios te salve, María, Gloria…
G/ Madre llena de dolores, acuérdate que en la Cruz
T/ Te nombró Jesús Madre de los pecadores.
Dios te salve, Reina y Madre, de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra…
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Cantos y Dinámicas
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Cantos y Dinámicas
DINAMICAS GENERAL
1. La Ola
Se colocan sillas en círculo según el número de participantes y él que dirige al grupo
ordena diciendo: Ola a la izquierda y el grupo obedece cambiándose de silla a la izquierda y
se es a la derecha igualmente y cuando se dice tormenta todos se cambian de silla. Quien se
queda sin silla, es quien coordina el juego, quien se quede sin silla tres veces se le pone un
castigo.
2. El correo
Se colon sillas en círculo según el número de participantes, él que dirige el grupo
ordena “el correo llegó para todos los que tengas (por ejemplo: pantalón) y estos se deben
cambiar de lugar, quien dirige busca también lugar y quien se queda parado coordina el
juego y así…se va mencionando (cabello, zapatos, chamarra, etc.).
3. Conejos y conejeras
Se forman grupos de tres personas: dos tomados de las manos y uno adentro. Los dos
que están tomados de las manos son conejeras y el que está dentro es el conejo, quien
coordina el juego da la orden: cambio de conejos y quien son conejos son quienes cambian
de conejeras: si quien coordina dice cambio de conejeras sin soltarse van a buscar a otro
conejo, y si dice quien coordina cambio de todo se deshacen las conejeras y se integran
nuevos equipos formando las conejeras y conejos. Quien coordina busca un lugar y quien
se queda sin equipo tres veces da prenda o es castigado.
4. El barco se hunde
Todos juntos en un lugar oyen las indicaciones del coordinador que será el capitán; que
a su vez ordenará que el barco se hunde y también ordenará que se formen luchas (por
ejemplo de 5) y así forman grupos de cinco personas y se van diciendo otros números y se
van formando los grupos de lancha y quienes no alcancen a formar los grupos de lanchas se
van ahogando y saliendo del juego.
5. La doble rueda
Se forman dos ruedas de igual número de personas y se hacen parejas una persona de la
rueda afuera y una de la rueda del centro cuando ya identificaron a sus parejas se toman de
la mano las de la rueda de afuera van hacia la derecha están viendo hacia afuera, y las de
adentro del circulo lo hacen igual hacia la derecha, pero ellos están viendo hacia adentro del
círculo van girando al ritmo de la música cuando esta deje de sonar todos buscan a sus
parejas y se van sentando, (solo se pueden sentar cuando encontraron a sus parejas), los que
no la encuentran se van saliendo, se hace lo mismo hasta que queda una sola pareja, que es
la que gana.
6. Mar adentro
Se ponen todos en filas formados y el capitán les va a indicar movimientos con la frase
“MAR ADENTRO” significa “hacia adelante”, “MAR AFUERA” es “hacia atrás”, “MAR
A LA IZQUIERDA” van todos a la izquierda y así, hasta que se equivoquen, para ir
eliminándolos.
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Cantos y Dinámicas
7. El director de la orquesta
Se forma una rueda con todos los participantes se le pide a uno de ellos que salga
porque él va a adivinar quién es el DIRECTOR DE LA ORQUESTA, a otro integrante se le
pode que él lo sea, las indicaciones son las siguientes: quien quedo como director va a
hacer algún movimiento (levantar un brazo o los dos, brincar, mover una pierna, etc.).
Y todos lo van a imitar, quien va a adivinar, va a estar en el centro de la rueda, cuando
adivine quien es el DIRECTOR DE LA ORQUESTA cambian y así sucesivamente, de ti
depende hace este juego dinámico y participativo.
8. Caras y gestos
Se forman dos grupos con todos los participantes, se pide a cada equipo tenga su
coordinador, en seguida a los coordinadores de cada equipo se les llama aparte y se les
entrega una hija con diferentes temas, por ejemplo: unas líneas de una canción, etc.
Se les pide que vayan con sus equipos y se pongan de acuerdo para que pasen y con mímica
expresen lo que se les está pidiendo en su hoja, se dan unos minutos para que cada equipó
adivine. Quien adivine más gana.
9. El pueblo Manda
Se reúnen todos en algún lugar, y el coordinador les tiene que dar órdenes sobre alguna
cosa, solo que siempre debe utilizar la frase “EL PUEBLO MANDA”, si dice otra no se le
debe obedecer y quien lo haga, pierde, por ejemplo si dice: “EL PUEBLO PIDE O DICE,
etc.
10. Jirafas y elefantes
Se reúnen todos y el coordinador les explica que cuando él diga “JIRAFAS” todos
estiran el cuello alzan las manos y caminan de puntillas, y cuando diga “ELEFANTES”
todos con sus manos hacen como elefante y moviéndolas como si fueran el moco.- el
coordinador tiene que hacer los cambios rápidos y el que se equivoque pierde y se va
saliendo del juego.
11. Maratón de parejas
Se forma una rueda con los participantes todos tomados de las manos, se elige a una
pareja para que camine alrededor de la rueda y en algún momento alguno de los dos invita a
dos que estén tomados de las manos y estos dejan el hueco tienen que dar toda la vuelta a la
rueda para volver al mismo lugar tratando de ganarle a la otra pareja que busca el mismo
lugar, y el que llegue primero ocupa el lugar vacío, los que llegaron al final, hacen lo
mismo para continuar jugando.
12. Caricaturas
Se sientan en sillas los participantes, formando un círculo y se hace la dinámica de la
siguiente manera: con las manos pegándose en las rodillas y tronando los dedos en el aire,
el ritmo es…CARICATURAS, PRESENTAN, NOMBRES DE animales por ejemplo y
cada uno va diciendo el nombre de un animal. Siguiendo el ritmo equivocándose, quien se
equivoque pierde y sale del juego. Se puede cambiar a nombres de PAISES, FLORES,
PERSONAS, etc.
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Cantos y Dinámicas
13. El Rey caprichoso
Se forman dos equipos de igual número de personas y nombra a “UN REY
CAPRICHOSO”, que se colocará a una distancia de los dos equipos, cada equipo nombrará
a un mensajero para que vaya con el REY y les indique que es lo que necesita. Puede pedir
lapiceros, relojes, ropa, etc…. y aquél mensajero que vaya con su grupo y le traiga más
rápido lo que pide, se gana un punto, al final el equipo que más puntos tenga gana el juego.
14. La papa caliente
Se forma una rueda con todos los participantes y se consigue una papa (pelota, etc.) que
será la “PAPA CALIENTE”, el coordinador se pondrá de espaldas al grupo, mientras va
diciendo: “LA PAPA SE QUEMA” repetidas veces, mientras los participantes se van
pasando la papa entre sus manos de forma rápida, cuando el coordinador dice: “SE
QUEMÓ LA PAPA”, a quien se le haya quemado (se quedó en sus manos), pierde y se le
pondrá un castigo y así repite varias veces.
15. Canasta revuelta
Los participantes sentados en sillas haciendo un círculo se ponen un nombre de fruta,
sin repetirse los nombres, el coordinador gira alrededor de ellos y va diciendo los nombres
de algunas frutas, quienes tienen ese nombre se ponen de píe y lo van siguiendo, cuando ya
hay un buen número de personas girando con él, él dice: “CANASTA REVUELTA” y
todos buscan un lugar para sentarse, él también, quien quede de pie inicia nuevamente el
juego.
16. El Rey pasa lista
Los participantes se ponen de pie forman una rueda y cada quien se va poniendo el
nombre de un animal, sin repetir los nombres, el coordinador lleva el nombre del “REY
LEÓN” y cuando pasa lista dice el nombre de algún animal, por ejemplo: EL RATÓN y
este contesta “EL RATON SI ESTA” y el REY LEÓN dice: entonces ¿Quién falta?; y el
RATÓN dice otro nombre (la respuesta es rápida). Si alguien se equivoca el REY LEÓN
tendrá una macana de cartón o trapo y les pegará sobre la cabeza.
17. Al gato y al ratón
Se forma una rueda con todos los participantes, se toman de las manos, antes se les
pidió a dos integrantes que sea UNO EL GATO Y EL OTRO EL RATÓN. Dentro de la
rueda estará el RATÓN y afuera el GATO quien intentará entrar para agarrar al RATÓN,
mientras quienes forman la rueda no lo dejarán entrar, cuando por fin el GATO agarra al
RATÓN, otros ocupan su lugar y continúan el juego.
18. Tengo un dolor
Todos formando una rueda de pie, se ponen nombre de un color, sin repetirlo. El
coordinador inicia con la siguiente frase: “hay hay, hay, hay”. Tocándose algunas partes del
cuerpo, quien está a la derecha, le pregunta: “¿Qué te pasa mi amor? Y le contesta:
“TENGO UN DOLOR” y le pregunta “¿DE QUÉ COLOR?” y responde quien tenga el
color que este respondió y así sucesivamente.
19. El duelo (pum)
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Cantos y Dinámicas
Se hace una rueda, todos de pie, el coordinador es quien dirige, con su mano como si
tuviera una pistolita en la mano, apuntándole a alguno de los participantes diciéndole
“PUM” al momento, este se agacha y los dos que están a su lado se disparan y quien lo
haga primero elimina al otro, quien pierde, pasa al frente para coordinar el juego. (Si
alguien se le dispara primero y no se agacha pierde y coordina el juego).
20. Tengo un tic
Todos reunidos en algún lugar escuchan las indicaciones del coordinador, quien con
ritmo dice: “TENGO UN TIC, TIC, TIC, TENGO UN TIC, TIC, TIC, y les pide que todos
repitan después de él, FUI A VER AL MÉDICO…Y ME HA DICHO: QUE MUEVA LA
MANO DERECHA…y continua con el ritmo: TENGO UN TIC…luego mano
izquierda…pie derecho…pie izquierdo…la cabeza…la cadera…brincando, etc. y al final se
dice: Y ME HA DICHO…QUE YA NO TENGO REMEDIO.
21. Paren
Material: una pelota.
Formación: los jugadores son numerados y se quedan en el círculo. El que tiene la pelota
estará en el centro.
Desarrollo: El jugador del centro grita un número correspondiente a un jugador y lanza la
pelota bien alta. El jugador llamado toma la pelota y todos los demás, inclusive el del
centro, correrán, procurando distanciarse lo más posible. Al grito de “paren”, dado por el
jugador que aseguró la pelota, todos se quedan quietos donde están. Este tirará la pelota
contra las piernas de cualquiera de los jugadores, que no podrá defenderse. El que sea
alcanzado quedará como dueño de la pelota e irá al centro. Si no es alcanzado ningún
jugador, irá al centro el jugador que lanzó la pelota.
22. Salta uno
Material: una pelota.
Formación: los jugadores con numerados y forman una fila delante de la pared.
Desarrollo: uno de los jugadores se separa del grupo y lanza la pelota contra la pared al
mismo tiempo que grita un número. El jugador cuyo número fue gritado, recoge la pelota
cuando ésta bote en el suelo por primera vez. Lanzará la pelota contra la pared y gritará otro
número. Así continúa el juego.
Falta: el jugador que sea llamado y no logre asegurar la pelota, volverá a su lugar en la fila
y su antecesor tendrá derecho a un tiro más.
23. Gato y ratones en parejas
Formación: los jugadores están dispuestos en dos grupos paralelos y vueltos en direcciones
opuestas. Un grupo es el de los gatos y otro el de los ratones. Cada gato tiene su ratón.
Desarrollo: dada la señal, los grupos caminan hacia delante, yendo uno al contrario del
otro, separándose cada vez más.
Después de una segunda señal, corren todos. Cada gato procura atrapar su ratón. Cuando un
gato consigue prender su ratón, éstos vuelven a la posición inicial, hasta que llegue el
último. Cuando lleguen todos, se inicia de nuevo el juego, cambiando los papeles: los gatos
serán los ratones y los ratones gatos.
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Cantos y Dinámicas
24. Piedrecita oculta
Material: una piedrecita.
Formación: los jugadores están en semicírculo y con las manos juntas y abiertas en actitud
de recibir algo. Uno se separa del círculo con una piedrecita entre las manos para pasársela
a otro jugador.
Desarrollo: el jugador que tiene la piedrecita para sus manos por entre las manos de los
demás jugadores, dejándosela caer en las manos de uno de ellos, sin que los otros se den
cuenta. Cuando haya pasado por todos el que tenga la piedrecita sale corriendo en dirección
a la línea, y los otros en persecución. Si logra tocar la línea sin ser alcanzado pasará la
piedrecita. Si lo apresan, se la entregará al que lo capturó, y éste pasará la piedrecita.
25. Conejito va a su madriguera
Formación: los jugadores, de dos en dos, unen sus manos formando madrigueras. En cada
una de ellas hay un conejito. Fuera quedan un conejito y un perro, los dos sin madriguera.
Desarrollo: el perro empieza a perseguir al conejito, que se resguarda en una de las
madrigueras. El ocupante de la madriguera sale inmediatamente corriendo y va a
esconderse en otra madriguera, perseguido por el perro. Así prosigue el juego hasta que el
perro se apodera de uno de los conejitos. En este momento se invierten los papeles. El perro
pasa a ser conejito y el conejito pasa a ser perro, continuando el juego.
26. Blanco y negro
Material: un cubo con tres caras negras y tres blancas.
Formación: se trazan dos líneas paralelas, distantes 10 m. una de otra. Los jugadores
divididos en dos grupos, blancos y negros, se colocan en dos filas, cerca del centro.
Desarrollo: se lanza el cubo y se observa el color que queda hacia arriba en el momento de
caer. El grupo de este color, blanco o negro, huye hacia la línea perseguido por los
jugadores del otro grupo, que intentan agarrar el mayor número posible de adversarios. Los
que sean capturados se incorporan al grupo perseguidor. Se lanza el cubo otra vez y el
juego continúa.
Gana el equipo que, al final del tiempo previsto, tenga mayor número de miembros.
27. Carrera por parejas
Formación: jugadores en círculo, tomados de las manos, de dos en dos, formando parejas.
Una pareja queda fuera del círculo.
Desarrollo: la pareja que está fuera da vueltas alrededor del círculo, y al tocar los hombros
de otra pareja cualquiera, sale corriendo por la izquierda del círculo. Las dos parejas tratan
de alcanzar el lugar vacío. La que llegue primero lo ocupa. La otra, a su vez, tocará el
hombro de otra pareja, y continuando el juego sin interrupción. Durante todo el tiempo de
la carrera, las parejas permanecen con las manos unidas.
28. Salto en línea
Material: dos sillas o bancos.
Formación: dos grupos con el mismo número de participantes. Los jugadores forman dos
columnas. Ponen la mano izquierda sobre el hombro izquierdo del compañero que tiene
delante y con la mano derecha le aseguran el pie derecho. En frente, a tres metros de cada
columna, hay una silla.
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Cantos y Dinámicas
Desarrollo: dada la señal, las columnas se ponen en movimiento, saltando sobre un solo pie
y dan la vuelta por detrás de la silla respectiva, volviendo a su lugar. Será ganador el grupo
que llegue primero, sin haber cometido ninguna falta. Es falta soltar el hombro o el pie del
compañero.
29. Fortaleza
Formación: jugadores divididos en dos grupos iguales. En uno de ellos (la fortaleza), los
jugadores, tomados de las manos forman un círculo. En el otro (los atacantes), los
jugadores están dispersos por el campo.
Desarrollo: los jugadores dispersos por el campo (atacantes) intentan penetrar en la
fortaleza, la cual, a su vez, hace todo lo posible para impedirlo: levanta y baja los brazos,
cerrar y ampliar el círculo, cambiar de lugar.
Si uno de los atacantes consigue invadir la fortaleza, desde dentro puede ayudar a sus
compañeros. La victoria será de los atacantes si, al finalizar el tiempo establecido, tiene
más de la mitad de sus jugadores en el interior de la fortaleza. En caso contrario, la victoria
será de la fortaleza. A la mitad del conteo del tiempo, se cambian las posiciones. Los
atacantes serán fortaleza y la fortaleza atacantes.
30. Colores
Formación: jugadores cómodamente sentados en la sala.
Desarrollo: se escoge un color, por ejemplo, el verde. El dirigente pide a cada jugador que
diga el nombre de un objeto existente en la sala que sea verde. Se concede un tiempo de
veinte segundos para que responda cada jugador. La respuesta será así “verde es la pluma
de A”, o “verde es la blusa de B”. Sigue el juego hasta que pierda interés.
31. El automóvil
Material: sillas.
Formación: sillas en círculo, dejando un espacio entre una y otra. Todos los jugadores
están sentados, menos el dirigente que está de pie en el centro.
Desarrollo: cada participante recibe el nombre de una pieza de automóvil. Si hay muchos
participantes, puede darse el mismo nombre a diversas personas. El dirigente circula entre
las sillas mientras cuenta una historia de su automóvil.
Cada vez que pronuncia el nombre de una pieza, la persona o personas que recibieron aquel
nombre se levantan y forman una cadena detrás del dirigente, asegurándose por la cintura.
El automóvil va circulando por entre las sillas y aumentando la velocidad. Cuando suene la
bocina, el automóvil se desarma por completo y cada pieza intenta retomar su lugar en las
sillas. Como no hay silla para el dirigente, alguien se quedará sin lugar. Este será el
dirigente. El que sea dirigente dos veces, para una prenda.
32. Pesca
Material: sillas.
Formación: todos sentados en círculo. El pez animador está de pie en el centro. Tiene que
haber un espacio entre una y otra silla.
Desarrollo: cada participante recibe el nombre de un pez. El pez animador empieza a
circular por entre las sillas y dice: “el pescador atrapó en su red al pez…” (Dice el nombre
de uno de los peces).
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Cantos y Dinámicas
El jugador que tiene el nombre indicado se levanta y sigue al pez animador. Y continúa así.
La fila de los peces se mueve a través de las sillas. En determinado momento, el pez
animador dice: “Se rompió la red”. Entonces, todos los peces procuran sentarse en una de
las sillas, y lo mismo hace el pez animador. Ganará el participante nunca quede como pez
animador.
DOMINGO DE RAMOS
QUE VIVA MI CRISTO
Re
la
¡Que viva mi Cristo! ¡Que viva mi Rey!
Sol
re
2ª re
re
Que impere doquiera triunfante su ley (2)
La
re
¡Viva Cristo rey!¡Viva Cristo rey!
la
Mexicanos un padre tenemos,
Sol
la
re
Que nos dio de la patria la unión,
sol
A ese padre gozos cantemos,
Re
la
re
Empeñando con fe su perdón.
Cuanto existe debajo del sol,
De la inercia de la nada incolora,
Formo luz en candente arrebol,
Nuestra patria, la patria querida,
Que arrulló nuestra cuna al nacer,
A Él le debe cuánto es en la vida
Sobre todo que sepa crecer.
Es en vano que el cruel enemigo,
Nuestro Cristo pretenda humillar,
De este Rey llevarán el castigo
Los que intenten su nombre ultrajar.
TÚ REINARAS
Dios le dio el poder la victoria
Pueblos todos venid a alabad,
A este Rey de los cielos y tierra
En quién solo tenemos la paz.
Re
la
re re7
Tú reinaras, este es el grito
Sol
la
Que ardiente exhala nuestra fe
Re la
re
Tú reinarás ¡Oh! Rey bendito
Mi
la
Pues tú dijiste reinaré.
Re
La
re re7
Reine Jesús por siempre, reine su corazón
Sol
re siEn nuestra patria, en nuestro suelo
mi- la7
re
Que es de María la nación (2).
El formó con su voz hacedora,
Tú reinaras dulce esperanza
Demos gracias al padre que ha hecho
Que tengamos de herencia la luz,
Y dejarnos vivir en el reino
Que su hijo nos dio por la cruz.
Rey eterno, rey universal,
Por quién todo ya se restauró,
Te rogamos que todos los pueblos,
Sean unidos en un solo amor.
112
Cantos y Dinámicas
Que el alma llena de placer,
Habrá por fin paz y bonanza,
Felicidad habrá doquier.
En este valle de dolor.
Tú reinaras, Reina y ahora
En esta casa y población
Ten compasión del que te implora
Y acude a ti en su aflicción.
Tú reinaras dichosa era,
Dichoso pueblo con tal Rey,
Será tu cruz nuestra bandera,
Y nuestra ley tu amor será.
Tú reinaras toda la vida
Trabajaremos con gran fe,
En realizar y ver cumplida
La gran promesa: ¡Reinaré!
Tú reinaras en este suelo,
Te prometemos nuestro amor,
¡Oh! Buen Jesús danos consuelo
LUNES A MIERCOLES
ENTRADA
La- Re7
Sol
A ti levanto mis ojos
Si7
Mi- Mi7
A ti que habitas en el cielo
La- Re7
Sol
A ti levanto mis ojos
Si7
MiPor que espero tu misericordia.
LaSi7
MiDe nosotros Señor ten piedad
Sol
Re
Sol
Cristo ten piedad de nosotros
Do
Si7
MiCristo ten piedad de nosotros
De nosotros Señor ten piedad
De nosotros Señor ten piedad
HONOR Y GLORIA
MiRe
Como están los ojos de los esclavos
Si7
MiFijos a las manos de señores
MiSi7
Así están nuestros ojos en el Señor
Fa#7
Si7
MiEsperando su misericordia.
Como están los ojos de la esclava
Fijos en las manos de su señora,
Así están nuestros ojos en el Señor
Esperando su misericordia.
SEÑOR TEN PIEDAD
MiSi7
MiSeñor ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros
La- Re
Sol Do
De nosotros Señor ten piedad
Mi
la
mi si7
mi
Honor y gloria a ti, Señor Jesús
Mi
la
mi si7 mi
Honor y gloria a ti, Señor Jesús
PRESENTACIÓN DE DONES
Te ofrecemos
Padre eterno gran Señor
Las ofrendas que hoy ponemos en tu
altar.
Y con ellas nuestra vida y todo lo que
somos.
Por los campos dispersos en espigas
Hecho pan te ofrecemos sus granos
Como signo de unión y de fe.
Este pan memorial de tu muerte
113
Cantos y Dinámicas
Te ofrecemos Señor y oramos
Se propicio a tu pueblo Señor.
De su Sangre es figura este Cáliz
Por la nueva alianza vertida
Para dar del pecado el perdón.
Re
SiMiCordero de Dios que quitas
La7
Re
el pecado del mundo
SiMi- La7 Re
Danos la paz, dánosla.
SANTO
COMUNIÓN
Si- Mi- La7 Re
Santo, Santo,
SiMiSanto es el Señor
Fa#- SiDios del universo
SiMiLa7
Re
Llenos están el cielo y la tierra
SiMi- Fa#- Side tu Gloria Hosanna
Si7
Mi- La7
Re
HOSANNA, HOSANNA
SiMi- Fa#SiHOSANNA, EN EL CIELO. (2)
Bendito el que viene
En el nombre del Señor
Hosanna, en el cielo Hosanna.
HOSANNA, HOSANNA
HOSANNA, EN EL CIELO. (2)
CORDERO DE DIOS
Popular
Re
SiMiCordero de Dios que quitas
La7
Re
el pecado del mundo
SiMi- La7 Re
Ten piedad de nosotros, ten piedad.
Cordero de Dios
Que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros, ten piedad
SALMO 40
Sol
SiEn Jesús puse toda mi esperanza
Do
Re7
Sol
Él se inclinó hacia mí
Do Re7
Sol MiY escuchó mi clamor
Do
Sol
Y escuchó mi clamor.
Me sacó de la fosa fatal,
Del fango cenagoso;
Puso pies sobre la roca,
Y mis pasos consolido.
Puso en mi boca un canto nuevo,
Una alabanza a Nuestro Dios.
Muchos verán y creerán,
Y en Jesús confiarán.
En ti se gozan y se alegran,
Todos los que te buscan;
Repitan sin cesar:
¡Que grande es Nuestro Dios!
SALIDA
Amante Jesús mío,
Oh cuanto te ofendí,
Perdona mi extravió
Y ten piedad de mí.
Y ten piedad de mí.
Quien al mirarte exánime
Pendiente de una Cruz,
Por nuestras culpas victima
Expirar, buen Jesús:
114
Cantos y Dinámicas
-De compasión y lastima,
No siente el pecho herido,
Habiéndote ofendido,
Con negra ingratitud. (2)
ENTRADA
MiLaMi- Si7
MiCAMINARÉ EN PRESENSCIA DEL
SEÑOR. (2)
MiRe
Amo al Señor por que escucha
MiMi voz suplicante
Re
Sol
Por que inclina su oído hacia mí
Do
Si7
El día que lo invoco.
MiRe
Me envolvían redes de muerte,
MiCaí en tristeza y en angustia
Re
Sol
Invoqué el nombre del Señor
Do
Si7
“¡Señor salva mi vida!”
HONOR Y GLORIA
PRESENTACIÓN DE DONES
Mi
Fa#- Si7
Entre tus manos
mi
Esta mi vida SeÑor
Fa#- si7
Entre tus manos
Mi
pongo mi existir
la Si7
Hay que morir para vivir
Do#.
Fa#
si7
Entre tus manos
mi
Confió mi ser.
Mi
Si el grano, de trigo no muere,
Si no muere, solo quedará
Pero si muere, en abundancia dará,
Un fruto eterno que no morirá.
Es mi anhelo, mi anhelo creciente,
En el surco, contigo morir.
Y así fecunda, será la simiente Señor,
Revestida de eterno vivir.
SANTO
Círculo de Re
SEÑOR TEN PIEDAD
LaLa7
ReSeñor ten piedad de nosotros,
Sol
Do Mi
Señor ten piedad. (2)
LaSol
Cristo ten piedad de nosotros
Fa
Mi
Cristo ten piedad. (2)
LaLa7
ReSeñor ten piedad de nosotros,
Sol
Do Mi
Señor ten piedad. (2)
to, Santo, Santo es el Señor
Dios poderoso del universo
Los cielos y la tierra
Están llenos de tu gloria.
Hosanna, Hosanna, Hosanna
En el cielo. (2)
Bendito el que viene
En el nombre del Señor
Hosanna, Hosanna, Hosanna
En el cielo. (2)
115
Cantos y Dinámicas
Si7
Mi
Como nadie nos lo dio
Él nos guía como estrella
Si7
En la inmensa oscuridad.
Mi
Al partir juntos el pan,
Si7
La
Él nos llena de su amor
Mi
Pan de Dios
Si7
Mi
El pan comamos de amistad.
CORDERO DE DIOS
MiLa
Cordero de Dios que quitas
Do Re
MiEl pecado del mundo
La- Re
Sol Do
Ten piedad de nosotros,
La- Si7
MiTen piedad de nosotros. (2)
Cordero de Dios que quitas
El pecado del mundo
Do
LaRe
Sol
Danos la paz, danos la paz,
Do Re Sol Do La- Si7 MiDanos, danos, danos la paz
La- Re Sol Do La- Si7 Mi
Danos, danos, danos la paz.
El Señor nos da su amor
Como nadie nos lo dio
Como todos sus amigos
Trabajaba en Nazaret
Carpintero se alegró
Trabajando en su taller
Con sus manos Cristo obrero trabajó.
COMUNIÓN
Mi
Si7
ES MI CUERPO TOMAD Y COMED
Mi
Si7
ES MI SANGRE TOMAD Y BEBED
Mi
Sol#La
Mi
PORQUE YO SOY VIDA, YO SOY
AMOR
Si7
Mi
OH SEÑOR NOS REUNIREMOS EN
TU AMOR
Mi
El Señor nos da su amor
El Señor nos da su amor
Como nadie nos lo dio
Era tan grande y tan hondo
Que murió sobre la Cruz.
Era tan fuerte su amor
Que de la muerte triunfó
De la tumba sale libre y vencedor.
SALIDA
Load al Dios clemente porque es bueno y
su misericordia es eterna. (2)
O padre santo mira a tu familia ante tu
altar unido en santo anhelo.
JUEVES SANTO
UN MANDAMIENTO NUEVO
Re
la
Un mandamiento nuevo, nos da el Señor
Sol
re
la
re
Que nos amemos todos, como Él nos
amó.
La señal de los cristianos,
La
re
Es amarnos como hermanos.
Quien a sus hermanos no ama
Miente si ha Dios dice que ama.
Cristo, luz, verdad y vida,
116
Cantos y Dinámicas
Al perdón y amor invitan.
Al que vive a tu lado, dale amor. (2)
Perdonemos al hermano,
Como Cristo ha ordenado.
Al que habla otra lengua dale amor, dale
amor.
Al que piensa distinto dale amor. (2)
En la vida y en la muerte,
Dios nos ama para siempre.
Somos de Cristo hermanos,
Si de veras perdonamos.
En trabajos y fatigas,
Cristo a todos nos anima.
Comulguemos con frecuencia,
Para amarnos a conciencia.
Nuestra Fe no desfallezca,
Que el Señor es nuestra fuerza.
Todos coman de esta cena,
Y a su mesa nos invita.
Nuestra unión en esta tierra,
A Dios mismos consolamos.
Gloria al Padre, Gloria al hijo,
Y al Espíritu divino.
CRISTO TE NECESITA
Dm F
Cristo te necesita para amar, para amar,
A# A7 Dm
Cristo te necesita para amar. (2)
F
No te importe la raza ni el color de la piel,
A# A7 Dm
ama a todos como hermanos y haz el
bien. (2)
Al que sufre y al triste dale amor, dale
amor.
Al humilde y al pobre dale amor. (2)
Al que viene de lejos dale amor, dale
amor.
AMÉMONOS DE CORAZÓN
Dm A7
Amémonos de corazón,
Dm D7
no de labios ni de oídos, (2)
G#m C7 F
-para cuando Cristo venga,
Dm G#m
para cuando Cristo venga,
A7 Dm
nos encuentre preparados. (bis)
¿Cómo puedes tu orar
enojado con tu hermano?(2)
Dios no escucha la oración,(2)
si no te has reconciliado. (bis)
¿Qué recompensa tendrás
-Cristo nos ha preguntado- (2)
Si te dispones a amar (2)
Sólo para ser amado? (bis)
ALTÍSIMO SEÑOR
Re
la
Altísimo Señor, que supiste juntar
mila
Re
A un tiempo en el altar, ser cordero y
pastor
2ª sol
sol
Quisiera con fervor amar y recibir
Re si- mi- la7 re
A quién por mí quiso m o r i r.
Cordero divinal, por nuestro sumo bien,
Inmolado en Salén, en tu puro raudal,
De gracia celestial, lava mi corazón,
Que fiel te rinde adoración.
117
Cantos y Dinámicas
Suavísimo maná, que sabe a dulce miel,
Ven y del mundo vil nada me gustará,
Ven y se trocará del destierro cruel,
Con tu dulzura, la amarga hiel.
¡Oh! cielos ¡Oh! tierra cantad a una voz
Bendito, bendito, bendito sea Dios.
HAZME UN INSTRUMENTO
Oh convierte en real, lo sirve el redentor,
Al siervo del Señor, comida sin igual,
Pan de vida inmortal, ven a entrañarte en
mí,
Y quede yo trocado en ti.
Si osare a ti venir, das muerte al pecador,
Y del celeste ador das justo al vivir,
Ay que triste morir, de vida en el manjar,
De tal veneno y muerte hallar.
BENDITO SEA DIOS
Mi
la
mi
Bendito, bendito, bendito sea Dios,
La
mi
2ª.mi
mi
Los Ángeles cantan y alaban a Dios
Yo creo, Jesús mío, que estas en el altar,
Oculto en la Ostia te vengo a adorar.
Espero Jesús mío, en tu suma bondad,
Poder recibirte con fe y caridad.
Por amor al hombre moriste en una cruz
Y al Cáliz bajaste por nuestra salud.
Do
du
do
Hazme un instrumento de tu paz,
Do la
reDonde haya odio, lleve yo tu amor,
2ª.do
reDonde haya injuria, tu perdón Señor,
2.do
do fa
Donde haya duda, fe en ti.
Fa
do
Maestro ayúdame a nunca buscar,
Sol
do 2ª.fa
Querer ser consolado sino consolar,
Fa
do
Ser entendido sino entender,
La- re7 sol
Ser amado, sino yo amar.
Hazme un instrumento de tu paz,
Que lleve tu esperanza por doquier,
Donde haya obscuridad lleve tu luz,
Donde haya pena tu gozo Señor.
Maestro…
Jesús rey del cielo está en el altar,
Su cuerpo y su sangre nos da sin cesar.
Entre sus ovejas esta el buen pastor,
En vela continua lo tiene el amor.
Hazme un instrumento de tu paz,
Es perdonando que nos das perdón,
Es dando a todos como tu nos das,
Muriendo es que volvemos a nacer
VIERNES SANTO
¡OH! BUEN JESÚS
Resol2ª re
¡Oh! Buen Jesús, yo creo firmemente
resolreQue por mi amor estas en el altar
sol2ª re
Que das tu cuerpo y sangre juntamente
resolre2ª re
Al alma fiel en celestial manjar,
resolre- la reAl alma fiel en celestial manjar.
Indigno soy, confieso avergonzado
118
Cantos y Dinámicas
De recibir la santa comunión;
Jesús que ves mi nada y mi pecado,
Prepara tú mi pobre corazón.(2)
Y yo en recompensa, pecado a pecado,
la copa he llenado de iniquidad.
Mas ya arrepentido, te busco lloroso,
¡oh Padre amoroso, oh Dios de bondad!
Pequé Señor, ingrato te he vendido,
Infiel te fui, confieso mi maldad,
Contrito ya, perdón Señor te pido,
Eres mi Dios, apelo tu bondad (2)
PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR
Espero en ti piadoso Jesús mío,
Oigo tu voz que me dice: “ven a mi”,
Por que eres fiel, por eso en ti confío.
Todo Señor, espérolo de ti. (2)
¡OH! Buen Jesús, pastor fino y amante,
Mi corazón se abraza en santo ardor
Si te olvidé, hoy juro que constante,
He de vivir tan solo de tu amor. (2)
Dulce maná de celestial comida,
Gozo y salud del que te coma bien,
Ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida;
Desciende a mí, hasta mi pecho ven. (2)
PERDÓN, OH DIOS MÍO
Mim
Si7
PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR
Lam
Mim
PERDONA A TU PUEBLO
Si7
Mim
PERDONALE SEÑOR
Mim
Si7
No estés eternamente enojado
Mim
No estés eternamente enojado
Si7 Mim
Perdónale Señor
Por tus profundas llagas crueles
Por tus salivas y por tus hieles
Perdónale Señor
Perdón, oh Dios mío,
perdón e indulgencia,
perdón y clemencia,
perdón y piedad. ( 2 )
Por tus heridas de pies y manos
Por los azotes tan inhumanos
Perdónale Señor
Pequé, ya mi alma su culpa confiesa:
Mil veces me pesa de tanta maldad.
Por los tres clavos que te clavaron
Por las espinas que te punzaron
Perdónale Señor
Mil veces me pesa de haber, obstinado
tu pecho rasgado, oh Sumo Bondad.
Yo fui quien del duro madero inclemente
te puso pendiente con vil impiedad.
Por mí en el tormento tu sangre vertiste
y prenda me diste de amor y humildad.
Por las tres horas de agonía
En que por madre diste a María
Perdónale Señor
Por la abertura de tu costado
No estés eternamente enojado
Perdónale Señor
PUES PADECISTE
Pues padeciste,
por amor nuestro.
Jesús bendito,
sed mi remedio.
Orando al Padre,
119
Cantos y Dinámicas
Te veo en el huerto,
sudando sangre,
regando el suelo,
Sangrientos lobos,
le llevan preso,
y a Anás presentan
aquel Cordero.
Cruel bofetada,
da un hombre fiero,
con que lastima
su rostro bello.
En dura cárcel,
¡Ay! Dios eterno,
sufres humilde,
crueles tormentos.
Túnica blanca,
Herodes terco,
a Jesús viste,
cual hombre necio.
A una columna,
atado a tiento,
lleno de llagas,
su santo cuerpo.
De agudos juncos,
corona han hecho,
y de vil caña
le dan el cetro.
Ecce Homo, dice,
el juez al pueblo,
mas éste pide,
que muera luego.
Pilatos firma,
contra mi dueño,
que muera infame,
en un madero .
Ya. la cruz carga,
mi Nazareno,
¡Ay! Que mis culpas,
son aquel peso.
Tres veces postra
el duro leño,
en tierra el Hijo,
del Padre Eterno.
Su amante Madre,
lo encuentra tierno
y queda herido
de ambos el pecho.
Mujer piadosa,
le ofrece un lienzo,
y el rostro santo,
recibe en premio .
A los que lloran,
por sus tormentos,
que lloren manda
por sí y sus deudos.
Con crueles clavos,
en tronco acervo,
clavan verdugos,
al rey del cielo.
De la cruz hace,
cátedra da el Verbo,
dando doctrina
al Universo.
En la primera,
Ruega por esos,
que te atormentan
con raro ejemplo.
La gloria ofrece,
a un ladrón recto,
y en confesarle
a Juan, su primo
Luego encomienda.
de amores llenos,
a Juan su madre,
desde aquel tiempo.
Desamparada,
de Dios Inmenso,
se queja triste,
de sentimiento.
Siguen sus penas,
y ya sediento,
dice que se halla,
de más tormento.
Que está acabando,
clama el misterio,
de redimirnos
que era su intento.
En santas manos,
del Padre Eterno,
entrega su alma,
el último aliento.
Llega el soldado
Con cruel acero,
Su costado abre,
Que es feliz puerto.
De aquel cadalso
Y trono regio
Su cuerpo bajan
Todo deshecho.
La tierna Madre
Prepara lecho
En su regazo
Para su centro.
En su sepulcro
De todo nuevo
Aquel santuario
Quedó cubierto.
Pues penas tantas,
Son de amor eco
Jesús bendito,
Sed
mi
remedio.
120
Cantos y Dinámicas
A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD
Ayudemos almas en tanto penar
A la Virgen Pura de la Soledad (2).
Al pie de la cruz, la vemos que está
La madre sin Hijo, porque ha muerto ya
(2).
Se aumenta su pena al ver que a Jesús
No hay quien lo baje de la santa cruz (2).
Tan grande es su pena que no haya un
sepulcro
Para sepultar a su Hijo difunto (2).
Crece su dolor pues no hay un sudario
Para recibir el cuerpo sagrado (2).
Tres necesidades tiene esta señora
Pero Dios le envía quien se los socorra
(2).
José y Nicodemo el de Arimatea
Bajan a Jesús y a María lo entregan (2).
En sus dulces brazos, tierna lo estrechaba
Con amargo llanto sus llagas regaba (2).
¡Hay Hijo de mi alma! dice adolorida
Todito su cuerpo es una sola herida (2).
Por culpas ajenas es esta su suerte,
Por librar al hombre de la eterna muerte
(2).
SALVE CRUZ BENDITA
|
re
Que cargo en sus hombros mi Jesús
amado (2).
Bajó hasta la Cruz, vino a padecer,
Los primeros pasos dio en Jerusalén.
Bajó ha este mundo con crecido amor
Padeció en la Cruz por el pecador,
Con crueles cadenas lo van estirando,
Con crueles cordeles lo van azotando.
Mírenle el cabello con sangre mezclado,
Mírenle su cuello como está rozado.
Mírenle sus sienes, muy ensangrentadas,
Con crueles espinas las tiene clavadas.
Mírenle su boca seca y renegrida
Está pidiendo agua por la eterna vida.
Prisioneros se haya en la cruz de madera,
Con los pies clavados, su sangre esta
afuera.
En el viernes santo que el señor murió,
Su divino cuerpo se le sepulto.
Salve Cruz y nombre que el Señor cargó,
Por amor al hombre en ella murió.
Estos versos Madre, que aquí hemos
cantado
Que sean alabanza que al cielo han
llegado
Re
2ª re
Salve cruz bendita madero sagrado,
SÁBADO SANTO
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
ALELUYA “PANAMERICANO”
Sol mi- la- 2ª.sol.
Aleluya, aleluya, aleluya ( 2 )
La diestra del Señor ha hecho prodigios
La diestra del Señor nos ha salvado.
121
Cantos y Dinámicas
Beberemos tu sangre, Tu fe nos salvará.
Domina Cristo todo el universo,
Cristo Señor reina en su trono.
Jesús resucito de entre los muertos,
La muerte no tendrá sobre Él dominio
Somos tu pueblo santo, que hoy camina
unido,
Tú vas entre nosotros, tu amor nos guiará.
Tu eres el camino, tú eres la esperanza,
Hermano de los pobres, amén, aleluya
RESUCITÓ
MiRe
Do
Si7
Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya;
MiRe
Do
Si7
Aleluya, resucitó, resucitó, aleluya.
MiLa muerte,
Re
¿Dónde está mi muerte,
Do
Donde está la muerte
Si7
Donde su victoria?
Gracias, sean dadas al padre
Que nos pasó a su reino
Donde se vive de amor.
Alegría, Alegría hermanos
Que si hoy nos queremos
Es que resucitó.
HACIA TI MORADA SANTA
Misi7
Hacia ti, morada santa,
Lasi7
miHacia ti, tierra de salvador,
re
do
si7
Peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.
Mire
Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto,
do
si7
Comeremos tu carne, tu sangre nos
limpiará.
Reinaremos contigo, en tu morada santa,
122

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