LETRAS sALVAJES - Le chasseur abstrait

Transcripción

LETRAS sALVAJES - Le chasseur abstrait
LETRAS SALVAJES
Revista de Literatura, Arte y Pensamiento de alta velocidad
Editor: Alberto Martínez-Márquez
Nueva época, número 17, número temático:
¿Ha muerto la metafísica?
enero-marzo 2015
Ilustración de portada: “El Angel Herido” (Haavoittunut enkeli) (Óleo sobre
lienzo, 1903; 127cm x 154 cm) de Hugo Simberg (Finlandia, 1873-1917).
Composición, tipografía y diseño: Alberto Martínez-Márquez
Cuidado de la edición: Alberto Martínez- Márquez
Diseño del logo: Iván Figueroa Luciano
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2015
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Letras Salvajes
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Aguadilla, Puerto Rico 00604-0425
2
El Elenco de los hiperbóreos:
Marithelma Costa [arte]5
Fracisco Nájera [poesía]9
Maurits Cornelis Escher [arte] 16
3
20
Carlos Rojas [ensayo]
Patricia Schaefer Röder [narrativa] 28
Andreu Navarra Ordoño {poesía] 35
40
Carlos Canales [teatro]45
André Betancourt [poesía]52
Luis Reynaldo Pérez [arte]58
Yván Silén [ensayo] 62
Alfredo Villanueva Collado 69
Koho Yamamoto [arte] 74
Ricardo Cabrera [narrativa]
Lynette M. Pérez [poesía] 84
Ana Pobo [fotografía] 87
91
80
Carlos Canales [narrativa] 98
100
Umberto Boccioni [arte]104
Francisco Cabanillas [ensayo] 109
Ana Castañer [poesía]117
Recomendamos 122
Herbert List (Alemania, 1903-1975),
Strandläufer, Ostsee (Fotografía, 1933)
4
Marithelma costa
5
Nevermore 0 (técnica sumi-e)
6
Volcán y ave (técnica sumi-e)
7
Pez reloj (técnica sumi-e intervenido)
8
Volcán nypl (técnica sumi-e)
Marithelma Costa, poeta y narradora puertorriqueña. Es autora de varios poemarios,
estudios sobre la literatura y de la novela Era el fin del mundo. Desde que se cayeron
las torres en el 2001, practica en Nueva York
la pintura sumi-e, o el arte japonés de la
pintura a tinta. A veces, interviene los
cuadros con objetos emblemáticos que trazan
una narra-ción, y los fotografía.
Francisco Nájera
permaneciendo
definiéndose en su indefinición
existe como un acto de creación
perpetua
9
La realidad que no ha sido
ha sido, sin embargo,
vertiginosamente fecunda.
Casi inaprehensible en su delirante
poder.
Como la caricia o como el silencio
que se recuerdan hasta la muerte
y que nos condenan a ser
eso que jamás llegaremos a ser,
eso que jamás hemos logrado dejar de
ser.
PIEDAD DE LA CRIATURA
La criatura es dúctil y blanda, como el agua y,
como el agua, transparente.
Fácilmente puede verse lo que, constante, aparece/
desaparece en su fondo,
ese fondo en el que todos pueden, además,
contemplarse.
El olvido y la soledad tienen su rostro,
aunque también la piedra y la madera lo posean.
Muchos la han querido expulsar de su mundo,
pero pocos lo han conseguido.
En todos la criatura respira y desaparece.
Como en los sueños. Como en la realidad.
La criatura toma todos los nombres y todas las formas en este juego
en el que ahora juega a tener conciencia de sí.
Y así juega al juego de la realidad y fluye como el río, que se
desborda siempre en busca del mar y la oscuridad, o como la niebla que
sube hacia las nubes, jamás dejando de ser lo que es, o lo que ya no es.
Hombre de muchas ciencias, demostró en formas múltiples y contradictorias que el cielo y la tierra eran similares y que en las montañas
que existían debajo de las aguas, el sol emerge a mitad del día. Demostró
también que buscando desterrar la muerte, lo único que se lograba era
anular la vida y que quien marchaba hoy hacia la sombra, llegaba a encontrar la madrugada.
Ignoró de este modo los verdaderos poderes y malgastó su talento,
corriendo de aquí a allá sin lograr jamás poner término a su búsqueda.
Fue como aquel que quiso detener el eco de la disolución con otro grito o
como quien, caminando de prisa, hubiese tratado de alcanzar su sombra,
su reflejo.
VE…
Ve hacia los brazos de Dios
Y que El, cubriéndote con Sus besos,
Y revelándose en Su desnudez,
Te tome y te posea.
Ve hacia los brazos de Dios
Y abandónate a Su deseo.
Olvida en Su boca la tuya
Y en Su pecho tu corazón.
Ve hacia los brazos de Dios
Y encuentra en El Su placer.
10
the journey by water
in the barge that is itself
the goddess
G. Rachel Levy
La barca vino por el río
El rey
Con los brazos extendidos
Sostenía la rama del Arbol Sagrado
Y el remo
Símbolo de su estado
Llegó por el río y el pueblo lo recibió
Sorprendido
De encontrarlo aquella mañana que apenas nacía
En la playa
Toda amarilla de luz y de sombra
Con los brazos extendidos y la rama del Arbol Sagrado
El rey llegó
Deslumbrante
Aquella mañana
Los animales mugieron en sus corrales
Olían en el viento la sangre del sacrificio
Su propia sangre
Derramada
En la piedra ritual escondida en el templo
Sangre de dioses encarnados en su propia imagen
Dioses dadores de vida
Y de muerte
Amanecía
En los corrales las bestias mugían
Dioses
Alto
Muy alto
En la oscuridad del templo
Los sacerdotes hablan con los dioses
En su lenguaje sagrado
Inhumano
En el que el aullido y el gemido dicen
Lo que las palabras callan
11
Una a una
Las bestias sagradas han sido traídas
Y sacrificadas
Sus roncos mugidos confundiéndose con las voces de los
sacerdotes
Y ahora el rey avanza hacia el altar
En su mano
El cuchillo de piedra cubierto de sangre
Silencioso
Se apoya en la piedra
Inclina la cabeza
Como los dioses antes lo han hecho
se oye el murmullo de las voces
el eco del murmullo el silencio
el silencio de los dioses
Un viento helado llena el templo
Uno a uno
Los sacerdotes desfilan en la sombra
Por la puerta
Hacia la gente
Alto
Muy alto
En la oscuridad del templo
Los hombres y los dioses han hablado
Han mezclado sus sangres
Han muerto juntos
Los dioses y los hombres
y entonces llegué a las costas
y extendí las manos y llamé al barquero
y al llegar su barca dije las palabras rituales
y navegamos por las oscuras aguas
de aquella laguna
azotada por el frío aliento de los cuerpos
navegamos hacia la otra costa
costa de arenas finas
en donde su fuego arde
eternamente
y las olas son de luz
y las huellas
transparentes
instantáneas
12
silenciolos pájaros en esta orilla
un espacio inmenso
inmóvil
aquí
Mujer remolino
Mujer aerolito
Mujer de las alturas
Santa Santo Santa – dice
Aquí nuestro Jesucristo
Aquí
Aquí pues Aquí
Nuestra madre arreglada
Nuestro amanecer arreglado
Es nuestro Jesucristo
Padre nuestro Jesucristo
Madre nuestra Jesucristo
Es la luz amanecer
Luz día Luz cielo
Mujer que mira hacia adentro
La que se mece Da brisa
Soy rocío
Madre verde Madre de Jesucristo
Nuestra madre que crece
Aquí nuestra señora Jesucristo
Ella Jesucristo
Nuestro Padre Jesucristo
El corazón del tata Te traigo
Ese que es llamado santo
Esa que es llamada santa
Corazón de Jesucristo
Mujer que es remolino
Mujer que sabe chiflar
Mujer que sabe tronar
Vos que sos nuestra madre
Vos que sos nuestro padre
Madre nuestra Jesucristo
Es porque tengo una boca
Porque tengo mis dos manos
13
Esto que está en la tierra
Mundo entero
Todo mundo
Aquella que es como brisa
Se derrama como las aguas
Las que están arriba en el cielo
Las que nacen también de la tierra
Sombra pues son sus huellas
Por sus huellas es que voy
He aquí pues Jesucristo
Nuestra madre Señora Jesucristo
Nuestro padre Señor Jesucristo
Por sus huellas pues Por sus huellas
Por sus palabras estamos aquí
Es el mundo éste aquí
Esta tierra
Aquí!
DIOSA
Señora del Cielo y de la Tierra
Hermosa Guardiana
Señora de todo lo que existe
Todo lo llevas sobre tu pecho
Desnudo Deslumbrante
Oscuridad sobre la que el Universo descansa
Las estrellas te bañan con su luz
La luna y el sol cruzan tu vientre
Temblorosa la niebla de tu deseo
Como serpiente has envenenado la Tierra
Aquí nada vive ahora
Sobre la cabeza de todos has dejado caer tu
fuego
Esas llamas que brotan de tus miembros
Esa luz que todo lo devora
Como pájaro has batido tus alas
Con tu oscuridad lo has barrido todo
Y has aniquilado la Tierra
14
Francisco Nájera nace en Guatemala en 1945. Poeta, narrador y ensayista. Reside desde
hace muchos años en Nueva York. Ha publicado en revistas y volúmenes antológicos de
varios países. Entre sus libros de
poesía están: Con la liberad del
amor (1987); Canto de María (1989);
El payaso de Dios (1997); Espejo de
gran placer (1995); Palabra de travésti (2010); Estrella de la mañana,
¡Virgen Magdalena! (2014). Ha colaborado frecuentemente con Letras
Salvajes desde los inicios de la
revista en 2003.
15
Maurits Cornelis Escher
16
Otro mundo (1947)
17
Gota de rocío (1948)
Lazo de unión (1956)
18
Doble planetoide (1949)
19
Charco (1952)
M.C. Escher nace en Holanda en 1898. Desde muy joven se destacó en el dibujo. Sus
dibujos, xilografías, litografías, bocetos y esculturas son un desafío a las concepciones
tradicionales del espacio. Sus respresentaciones bidimensionales y tridimensionales son puestas en función de
las aporías que contradicen nuestras
nociones de la realidad. Podría afirmarse que Escher es un arquitecto de
paradojas. Pero, por encima de eso, el
artista construye miríadas de posibilidades en la que la mente, como elán
creativo, parece tener pleno dominio
del mundo que nos rodea. Escher muere
en 1972.
(Nota por Alberto Martínez-Márquez)
Carlos Rojas osorio
DEL BÚHO DE MINERVA AL
CANTO DE LA AURORA: El
OCASO DE LA METAFÍSICA
C
omo se sabe la palabra
“metafísica” se introdujo por casualidad.
Cuando Andrónico de Rodas se ocupaba de ordenar los libros de Aristóteles que estaban en la biblioteca del
gramático Tiranión en Roma, quien
los había comprado al general romano Sila, pues éste los había traído
como botín de guerra desde Grecia.
Andrónico, discípulo de Tiranión,
encontró un libro que no tenía título
y que venía “después de la Física”.
A este libro que venía después de la
Física, Andrónico de Rodas lo intituló Metafísica. Este hecho casual tuvo
mucha fortuna porque hasta el presente no ha desaparecido del alfabeto filosófico, ni de los títulos de unmerosos libros. Pero tampoco andaba muy perdido Andrónico de Rodas
porque resulta que la Metafísica de
Aristóteles contiene dos temáticas
diferentes que Martin Heidegger denominó “ontoteología”; por un lado
el estagirita se propuso una investígación del ente en general pero, por
otro lado, su libro contenía una investigación sobre un ente especial,
Theos. Todo el libro XII de la Metafísica está dedicado al tema de Dios;
ahí se encuentra la teología de Aristóteles. Aunque Aristóteles emprendió un camino diferente al de Platón,
al rechazar la teoría de las “ideas separadas”, al fin de cuentas termina
admitiendo dos entidades que no
contienen materia, Dios y el intelecto activo. El hilemorfismo aristotélico afirma que todo está compuesto
de materia y forma; por lo tanto no
pueden existir formas separadas de
la materia; pero exceptúa tanto a
Dios como a una enigmática entidad
que denominó “intelecto agente”.
En su libro Metafísica, entiende su
investigación como filosofía primera. Pero afirma que si solo hay entes físicos, entonces basta la ciencia
física y no hace falta nada más, una
filosofía primera. La física sería esa
filosofía primera.
Esta dualidad de una ciencia
que estudia a la vez el ente en general y un ente especial perduró hasta
el siglo XVIII. Los filósofos árabes
(Avicena, Aventofail, Averroes, etc,.)
continuaron la tradición metafísica
de Aristóteles sintetizándola con
ideas platónicas y neoplatónicas. Los
filósofos y teólogos medievales también continuaron con la metafísica,
pues les interesaba la argumentación racional sobre la esencia y existencia de Dios. Descartes en el siglo
XVII escribió acerca de tres sustan-
20
cias: Dios como ser perfecto, la mente como pensamiento y el mundo como máquina (res extensa y móvil). Es
decir, que Descartes mantiene la metafísica con la dualidad de objetivos.
El racionalismo de Leibniz se ocupa
bastante de la metafísica, hasta el
punto que podría decirse que fue el
último gran metafísico en el sentido
tradicional que hemos explicado. La
metafísica que encuentra Manuel
Kant cuando hace presencia en el
escenario filosófico era la de Leibniz
cuya enseñanza predominaba en
Alemania. Y Kant va a dar el golpe
de gracia a la metafísica tal como
venía desde Platón/Aristóteles hasta
Leibniz. Pero Kant tuvo un predecesor en esa crítica que fue David
Hume quien afirma que los libros
que no son de ciencias de hechos o
de matemáticas habría que quemarlos. No obstante, su complejo y laberíntico debatirse sobre las pruebas
de la existencia de Dios, algunas veces rechaza y parece que termina por
admitir la famosa prueba del designio, que todavía los creacionistas invocan a su favor. Descartes admitía
tres sustancias (Dios, la mente, el
mundo), Hume no admite ninguna.
Spinoza considera que solo la Naturaleza es sustancia y que pensamiento y extensión son atributos de la
sustancia única. Aquí, como bien vio
Gilles Deleuze, hay en Spinoza una
ontología, no una metafísica trascendente.
La crítica de Kant a la metafísica es radical. Se pregunta cómo es
posible la física, las matemáticas y la
metafísica. Y encuentra una respuesta a las dos primeras. El conocimiento humano es una síntesis de las
formas a priori que pone el sujeto y
de las intuiciones sensibles que recibimos de las cosas del mundo. La
matemática la ubica en las formas a
priori de la sensibilidad (espacio y
tiempo) y la física en todo el operar
de la mente humana: formas a priori
e intuición sensible; forma y materia
del conocimiento. Donde no hay intuición sensible no puede haber
conocimiento del mundo empírico. Y
el mundo empírico es el único que
conocemos. La metafísica como ciencia no es posible porque los objetos
de que se ocupa (Dios, el alma inmortal y el más allá) no nos son
dados en ninguna intuición sensible.
Conceptos sin intuición sensible son
vacíos. Pero Kant va más allá y declara que las presuntas pruebas de la
existencia de Dios, tal como vienen
siendo postuladas desde Platón hasta Leibniz, no prueban nada. No
prueban que Dios existe. Cuando
afirma que hay una cadena de causas
y efectos, y concluyo que debe haber
un primer eslabón de esa cadena, no
demuestro que esa primera causa
exista; lo más que puedo decir es que
es posible. El nervio de la argumentación kantiana radica en su afirmación de que no podemos pasar de la
mera posibilidad a la realidad. Y es
ahí donde fallan todas las pruebas
de la existencia de Dios. Todas ellas
son argumentos ontológicos, es decir, un salto indebido de la esencia a
21
la existencia, de la posibilidad a la
realidad.
La metafísica contenía tres
ideas no/empíricas, Dios, el alma inmortal y el más allá. Kant no solo denuncia la imposibilidad de la metafísica como ciencia demostrativa de
Dios, sino que también impugna las
otras dos metafísicas especiales. El
alma era objeto, desde Platón, de una
psicología donde se pretendía probar su simplicidad, su sustancialidad y su inmortalidad. Idea que persiste también hasta Leibniz y sus seguidores. Aristóteles dedicó un breve estudio al alma, Sobre el alma,
pero no prueba la inmortalidad del
alma, puesto que todo lo que conocemos está compuesto de materia y
forma; pero sí acepto la inmortalidad
del entendimiento agente, una inteligencia no individual, única para toda la especie humana. Kant rechaza
la psicología racional (como metaphysica specialis). En efecto, él habla
de la mente (Gemüt), pero “el alma”
la considera una idea de la razón, es
decir, una idea que no tiene base en
nuestras intuiciones sensibles. No es
posible demostrar la simplicidad
del alma, ni su sustancialidad y menos su inmortalidad. La otra metafísica especial era la Cosmología. Kant
la rechaza al modo tradicional, pero
admite una metafísica de la naturaleza de carácter epistemológico, es
decir, los principios metafísicos de la
ciencia de la naturaleza.
Ahora bien, Kant admite la
metafísica no como ciencia, sino en
varios significados diferentes. El
propio análisis reflexivo de la razón
examinado su alcance y límites lo denomina metafísica (filosofía trascendental). También defiende una metafísica de la naturaleza, pero que
consiste solo en los principios epistemológicos desde los cuales puede
operar la ciencia de la naturaleza. Y,
finalmente, la metafísica de las costumbres, es decir, la filosofía moral;
que es la que más destaca. Y aquí
admite como ideas de la razón, como
meros postulados, a Dios, el alma
inmortal y la libertad. En el Opus
postumum, sus últimas reflexiones
fragmentarias que dejó escritas, es
muy claro en afirmar que Dios no
solo es una idea de la razón sin base
en la experiencia, sino que es solo un
ideal, y que no hay manera de pasar
de la idea, o del ideal, a la realidad
divina.
Desafortunadamente los filósofos del idealismo alemán solo le
hicieron caso a Kant en la propuesta
de la función activa de la mente en el
conocimiento, pero eliminaron la
importancia de la intuición sensible
y se embarcaron de nueva en la metafísica. Para Fichte el yo es un demiurgo que pone todo lo que no sea
el yo, es decir, todas las cosas. Novalis dio una versión estética del idealismo. Es en el arte donde el yo no está limitado a una intuición que informe de la realidad empírica, el yo
desde la imaginación crea el objeto
artístico. Novalis denomina a ésta su
posición idealismo mágico. Hegel
practicó una filosofía histórica donde los conceptos se van constituyen-
22
do históricamente, pues la filosofía
es el tiempo (o época) llevada al pensamiento. Pero este historicismo luego lo convierte en un saber sub specie aeternitatis. La idea, antes de la
creación del mundo, se despliega en
una dialéctica conceptual donde el
espíritu se desarrolla hasta llegar al
saber absoluto. Lo que era un saber
histórico se convierte en una metafísica, en una lógica entendida como
ontología. Lo que habíamos ganado
con Kant se pierde. Y hay que esperar a Marx para afirmar que es necesario invertir la dialéctica. Con Marx
ya no hay metafísica como no la hay
con Nietzsche.
Nietzsche cuenta la historia
del platonismo. Yo, Platón, soy la
verdad. La metafísica se hace nebulosa en Könisberg y solo deja el sublime cielo estrellado de la moral. El
positivismo es el canto del atardecer;
solo hay hechos y leyes invariables.
Es preciso, pues invertir el platonismo. Marx invierte a Hegel y Nietzsche invierte a Platón. La metafísica
ha muerto. Pero lo que ha muerto
ahí, con Marx, Nietzsche y el positivismo, es la metafísica de las entidades suprasensibles: Dios que no se
puede probar; el alma inmortal y el
más allá de los cuales no hay hechos
comprobables o intuiciones sensibles. Quedaba el otro foco temático
que la filosofía primera de Aristóteles había planteado, el significado
de ser, el sentido de ser.
En efecto, desde el Renacimiento se plantea que esa dualidad
de objetos planteados por Aristó-
teles son muy disímiles y que, por
tanto, pueden y deben plantearse en
disciplinas diferentes. Ontología sería el nombre de la disciplina filosófica que se plantea un objetivo específico, a qué llamamos “ser”. Benedicto Pereyra (siglo XVI), jesuita español, propuso hacer una separación
en dos disciplinas diferentes, la que
trata del ente en general (filosofía
primera) y la que trata de los espíritus (metafísica) Para Heinrich Alsted
(1588- 1638) solo puede denominarse
metafísica a la ontología general; no
cabe ahí plantear la idea de un ente
especial. Christian Wolff considera
que la ontología estudia la noción
general del ente. El propio Kant usa
el término “ontología” en ese sentído, como bien ha mostrado Heidegger en su ensayo “Tesis de Kant sobre el ser”.
Heidegger volvió a ocuparse
directamente del problema del ser.
Es más, considera que la filosofía
agota ahí toda su problemática. Denomina “ontología” a la disciplina
filosófica que plantea la estructura
de la existencia humana puesto que
el ser humano es el ser para el cual
en el problema del ser le va su ser
mismo. La ontología sería la hermenéutica preparatoria para afrontar en
toda su radicalidad el problema del
ser. Ahora bien, los planteamientos
de Heidegger terminan por admitir
eventos extraños como un supuesto
regreso de los dioses o la idea según
la cual “solo un Dios nos puede salvar”.
23
Algunos de quienes mantenemos la idea de una ontología como
tal nos orientamos por la idea de
Marx y Nietzsche; la subversión del
hegelianismo y del platonismo. Gadamer expresó la idea según la cual
Hegel fue el último filósofo para el
cual se da una transparencia entre la
realidad y el logos. La lógica es ontología. Pero este supuesto era en realidad el supuesto de la metafísica
griega desde Parménides hasta el
neoplatonismo. Para la metafísica
griega el logos está en la realidad
misma. La realidad es lógica. Dos
mil años después Hegel dirá lo mismo al decir que todo lo real es racional y todo lo racional es real. Ahora
bien, cuando Gadamer afima que
Hegel fue el último en postular esa
mutua transparencia entre la realidad y el logos, lo real y la razón, hace
una afirmación muy importante. Y
por ello es muy acertada la expresión
de François Châtelet según la cual
con Marx y Nietzsche estamos fuera
del platonismo.
Este ocaso de la metafísica no
significa que haya filósofos que todavía pretenden mantenerla. Por
ejemplo, la metafísica de Whitehead
es una ontología dinámica, muy renovada a la luz de las teorías más reciéntes de la física; pero mantiene
tanto la idea de Dios como las ideas
platónicas entendidas como potencias o posibilidades. O también persisten las filosofías que mantiene su
ligazón con la metafísica religiosa.
Como bien decía Nietzsche, la metafísica no pasa de ser un retoño de la
teología. Con frecuencias las ideas
no mueren del todo, aunque se haya
mostrado su improcedencia.
El filósofo estadounidense
Willard Van O. Quine escribió un famoso artículo denominado “Acerca
de lo que hay”. La idea central de
Quine es que la ontología es necesaria porque en ella nos planteamos
la pregunta por lo que hay o existe.
La ontología es necesaria no solo
para la filosofía sino también para la
ciencia. Por ejemplo, qué clase de
entidades son los números; o ¿podemos decir que hay números, que hay
proposiciones? Lo mismo ocurre en
la física. Ernest Mach, un empirista
radical, no aceptaba que la teoría
atómica tuviese un referente real; no
creía en la realidad de los átomos;
había que atenerse solo a lo que
dicen los experimentos. La misma
problemática surge con la física
cuántica. Niels Bohr rechazaba que
huiese una realidad cuántica en sí,
y solo postulaba lo que aparece en el
experimento. La materia/energía se
muestra en algunos experimentos en
forma corpuscular, pero en otros en
forma ondulatoria; sin que haya
experimentos en que la naturaleza
se muestra al mismo tiempo en ambas lecturas. Einstein pensaba que
esta era una situación provisional y
que la naturaleza no podía ser como
dice Bohr. Habría que esperar a una
futura teoría realista que explique
mejor la realidad en sí. Como se ve
estos son problemas ontológicos que
la física plantea. Y en ese sentido el
estudio de la ontología es entendida
24
como el compromiso que inevitablemente el filósofo y el científico hace
acerca de lo que hay y de su consistencia.
La metafísica tradicional fue
estática. El ser verdadero no cambia,
y lo que cambia no es propiamente.
Fue así en la antigüedad y el medioevo. La excepción más notable fue
Heráclito de Efeso para quien lo que
existe es el devenir. En la modernidad Hegel, Marx y Nietzsche, cada
uno a su manera, retomaron la idea
heraclitiana de lo real como devenir.
Incluso Descartes todavía mantiene
una metafísica estática.
En mi posición filosófica defiendo una ontología dinámica. Se
trata de una ontología inmanentista
puesto que solo admite como entidades existentes las personas, los signos y las cosas entendidas como procesos o devenires. Es una ontología
inmanentista porque no admite entidades sin un sustrato material. Ni
dios, ni dioses, ni entidades platónicas. No conocemos nada que de algún modo no se sostenga desde un
sustrato material. Nuestros pensamientos forman parte de la actividad cerebral. El lenguaje tiene un
soporte material; si es hablado su
soporte son fonemas, sonidos que se
prestan para entrar en significación;
si el lenguaje es escrito su soporte
material son grafos. El ser humano es
persona. La persona es el individuo
singular en una unidad inseparable
de cuerpo y mente. El ser humano
crea signos mediante los cuales recrea el mundo y se comunica con los
demás seres humanos. Las cosas no
son sustancias estáticas, sino debenires. El universo ha evolucionado
desde la materia energía, y ha producido ramificaciones muy diferenciadas como las plantas, los animales, y
dentro de una rama de ésta los humanos. El universo no persigue una
finalidad determinada como lo pensaba la metafísica teológica con la
idea del designio. Finalmente, es posible que no exista un universo, sino
un multiverso. Demócrito de Abdera
decía que sería asombroso que en un
campo sembrado solo se diera una
espiga, de la misma manera sería
asombroso que solo existiera un universo.
La metafísica de ideas trascendentes llegó al ocaso desde Kant, y
más radicalmente desde Marx y
Nietzsche. La ontología que es un
saber en los límites de la experiencia
es legítima puesto que se plantea el
problema de lo que hay o existe y del
modo de ser y devenir de eso que
hay. La filosofía no es metafísica, sino metalingüística. La filosofía no se
ocupa de los objetos empíricos, para
esto existen las ciencias positivas. La
filosofía, como bien vio Kant, no se
ocupa de los objetos, sino de la manera de conocerlos. O, con el giro lingüístico, podemos decir, la filosofía
no se ocupa de los objetos empíricos,
sino del modo como utilizamos el
lenguaje para hablar de ellos. La metafísica va de Parménides a Hegel;
éste canta en el atardecer como el búho de Minerva. La filosofía después
de Hegel dirá más bien con Nietz-
25
sche que hay un nuevo amanecer; la
aurora de un nuevo pensamiento.
ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA.
Para beneficio del lector ofrezco una bibliografía breve pero comentada de modo que pueda tanto
identificar las fuentes de lo dicho
como la oportunidad de ampliar y
profundizarlo.
Aristóteles, Metafísica, Madrid, Gredos, 1992. Se trata de una
edición trilingüe (griego, latín y español). La traducción latina es de
Guillermo de Moerbecke que fue la
traducción utilizada por Tomás de
Aquino. La traducción castellana es
de Valentín García Yebra.
François Châtelet, La pilosopfie. De Platon à St Thomas, Paris,
Librairie Hachette, 1972.
Gilles Deleuze, Diferencia y
repetición, Madrid, Júcar, 1988. Se
trata de una de las grandes obras de
la ontología del siglo XX.
René Descartes, Meditaciones
metafísicas, Madrid, Gredos, 1997.
Hans-Georg Gadamer, Verdad
y método, Salamanca, Sígueme, 2012.
Etienne Gilson, El ser y los
filósofos, Pamplona, Eunsa, 2001. Se
trata de una excelente exposición del
concepto de “ser” desde Parménides
hasta Kierkegaard. Aunque el enfoque del autor es tomista, sin embargo, su exposición de lúcida, profunda y bien pensada.
Jean Grondin, Introducción a
la metafísica, Barcelona, Herder,
2006. Es un trabajo reciente que narra
varios capítulos importantes de la
historia de la metafísica.
Martín Heidegger, Problemas
fundamentales de la fenomenología,
Madrid Trotta, 2000. Se trata también de una exposición sobre el concepto de ser con una amplia discusión de lo que ha sido la metafísica,
con especial énfasis en las tesis de
Kant sobre el ser.
_____ La historia del ser,
Buenos Aires, 2011. La idea del autor
según la cual “el ser” se manifiesta
epocalmente puede verse bien
ejemplificada en este libro.
Manjit Kumar, Quantum.
Einstein, Bohr y el gran debate sobre
la naturaleza de la realidad, Barcelona, Kairos, 2008. Excelente historia
de la polémica entre Bohr y Einstein
escrita por un físico que también es
filósofo.
Arhur Lovejov. The Great
Chain of Being, Harvard University
Press, 1983. Es una excelente exposición de lo que fue la metafísica
estática.
Friedrich Nietzsche, El crepúsculo de los ídolos, Madrid, Alianza
Editorial, 1973. Contiene el capítulo
dedicado a la historia del platonismo: “Cómo el mundo verdadero
acabó siendo una fábula”.
Willard van O. Quine, Desde
un punto de vista lógico, Madrid, Or-
26
bis, 1985. Contiene el ensayo “Acerca
de lo que hay”.
Francisco José Ramos, Estética
del pensamiento, Madrid, Fundamentos, 1998; 2003; 2008. Tres volúmenes. Esta trilogía expone una visión de la filosofía que implica una
ontología dinámica, pero no una metafísica trascendente. Nietzsche, Deleuze, Spinoza, Lacan y el budismo
están muy presentes a lo largo y
ancho de los tres volúmenes.
Carlos Rojas Osorio, Del ser
al devenir, Humacao, Casa Roig,
2000. En este libro expongo mi propia posición ontológica. Se puede
completar con este otro libro mío.
_____ La filosofía: sus transformaciones en el tiempo, Hato Rey,
Isla Negra, 2010.
Baruch Spinoza, Ética, demostrada según el método geométrico,
Madrid, Editora Nacional, 1980.
Roberto Torretti, Kant. Los
fundamentos de la filosofía crítica,
Santiago, Universidad Diego Portales, 2005. Muestra los cambios conceptuales desde la metafísica hasta la
ontología y explica la metafísica de
la experiencia de Kant.
Xavier Zubiri, Los problemas
fundamentales de la metafísica occidental, Madrid, Alianza Editorial,
1994. Magnífca exposición de la metafísica de Aristóteles, Descartes,
Kant y Hegel.
Carlos Rojas Osorio nace en Colombia en 1946. Hace varias décadas reside en Puerto
Rico, donde labora como profesor de Filosofía en la Universidad de Puerto Rico en
Humacao. De la veintena de libros
publicados por Rojas (aparte de los
arriba mencionados), destacamos Pensamiento filosófico puertorriqueño
(2004) y Genealogía del giro lingüístico (2006). Carlos Rojas Ososrio ha
sido galardonado con el Premio Frantz
Fannon de la Asociación Filosófica Caribeña.
27
Patricia SchaEfer rÖder
2045
E
n la orilla norte del río
Guaire hay una anciana
que invoca a los espíritus. Vive no muy lejos del nuevo
parque residencial de buses habitacionales, en una casa de friso blanco
y techo de tejas rojas.
La mujer hace aparecer a los
difuntos en la pantalla de un antiguo
televisor de tubos catódicos; una especie de bola mágica encerrada en
un vejestorio de finales del siglo pasado. Se trata de un clásico Sony de
23 pulgadas con mando a control remoto. ¡Cómo me divertí viendo películas en uno de esos cuando era
niño!
Qué tiempos aquellos, cuando
teníamos todo y no lo sabíamos. En
cambio ahora, cincuenta años más
tarde y viviendo en un mundo privado de electricidad, los chicos no sabrían qué hacer con un televisor como ése, sino desarmarlo y usar sus
partes para construir aparatos mecánicos, o hasta para hacer esculturas.
¡Qué diferencia con la infancia de mi
generación! Muchísimos de nuestros
juguetes y aparatos de uso diario
funcionaban con baterías o electricidad: autos, computadoras, teléfonos,
cámaras, aparatos de música, artefactos del hogar. Las cosas divertidas o
importantes andaban con corriente.
En mi época todo dependía de
la energía eléctrica y todo giraba alrededor de ella; la economía, la política, los empleos. Quien poseía la
energía, tenía algo que decir. Ahora
es distinto. El meteorito aquel del
2025 desvió para siempre el curso de
la humanidad, regresándola de golpe a una vida artesanal y rudimentaria, después de haber experimentado
adelantos técnicos casi inimaginables para el hombre. Me resulta un
tanto irónico que ahora, en pleno
2045, nos encontremos en medio de
este renacimiento que nos impuso el
destino. Al menos las artes y las
humanidades están cobrando nueva
fuerza, a raíz del descubrimiento
obligado del espíritu dormido. Religión, ciencias ocultas, metafísica; todo está avanzando a pasos agigantados. El mundo entró en una nueva
etapa mística, y la mística se fue colando poco a poco en la gran mayoría
de la gente.
Muchas personas le han pedido ayuda a la anciana del Guaire para establecer contacto con seres queridos que ya no están entre nosotros.
Dicen que es capaz de invocar cualquier espíritu y que además les habla con confianza, como una amiga.
Hace poco fui a ver a la anciana también. Quería comunicarme con mi
esposa, que se había quitado la vida
dos años antes, víctima de depre-
28
siones. Aunque no estaba totalmente
seguro de que la anciana me pudiera
ayudar, decidí intentarlo. Necesitaba
saber que Isabel estaba bien; le quería decir que la seguía amando y que
la recordaba todos los días.
Llegué en mi vieja bicicleta
bajo el abrasador sol del mediodía.
Mi ropa está totalmente embebida
en sudor; algo a lo que aún no me termino de acostumbrar, pero con lo
que he tenido que vivir forzosamente por falta de aire acondicionado.
Me seco y me pongo otra camisa para
estar más presentable.
La casa está huérfana en un camino de tierra cercano a la orilla del
río. Sólo la acompañan las ruinas
desmembradas de una vieja torre
eléctrica. Se nota que fue construida
hace muchísimo tiempo, pero nadie
sabe con certeza cuándo. Toda esa
zona solía estar prácticamente deshabitada hasta hace poco, pero ahora
el gobierno local decidió llevar cincuenta módulos de buses-casas refaccionados para crear un elegante
complejo vacacional en las cercanías.
Aunque no está en su mejor
momento, la casa me recuerda aquellas sobrias construcciones coloniales del siglo diecinueve, con sus paredes blancas y los techos rojos a dos
aguas, altos y elegantes. Sus ventanas largas, adornadas con rejas de
hierro forjado, dan a un pasillo
abierto y techado que corre alrededor de la casa, regalándole frescura
al interior. Parecería la casa grande
de alguna hacienda que no pudo so-
brevivir a la industrialización, o tal
vez a la globalización; quién sabe.
Me acerco titubeante al porche. La pesada puerta de madera está
entreabierta. Llamo y escucho una
voz en la lejanía que me dice que
entre. Muevo un poco la puerta para
pasar. La diferencia de luz me ciega
por un instante. Mis ojos se van acostumbrando poco a poco, hasta que
logro ver los pesados muebles distribuidos por el salón. La luz del sol
entra por las ventanas que dan al
patio interno, iluminando el interior
a través de ligeras cortinas de encaje
color crema. Un mantel desteñido
por los años cubre la mesa del comedor, y en la vitrina las copas lucen
opacas y la platería manchada. Los
cojines de terciopelo de los sillones
se ven gastados. Todo está en ese orden particular que tienen las casas
abandonadas hace mucho tiempo.
Parece que no hubiera nadie, y sin
embargo sé que la anciana vive aquí.
Además, me dijo que entrara, ¿pero
dónde estará?
Avanzo hacia la siguiente sala
buscando la voz que me dio paso. De
pronto la escucho detrás de mí. Me
presento y me disculpo por irrumpir
en la tranquilidad de su casa. Ella me
mira serena y dice que no me preocupe.
Es una mujer de aspecto agradable y sencillo. Lleva puesta una
bata blanca con estampado de florecitas. Su contextura es delgada, de
baja estatura y tez morena. Tiene el
cabello gris, recogido justo detrás de
las orejas, en un moño que asemeja
29
una cebolla. Me mira a través de sus
lentes con unos ojos grandes y negros, muy expresivos, al igual que
las líneas que definen su rostro. Tendrá unos setenta años, pero se conserva muy bien. ¿Será que esta anciana vive sola en una casa tan grande?
La anciana comenta que me
parezco a su hijo, que debe tener más
o menos mi edad. Le pregunto si vive
con él y dice que no. Se fue de la casa
hace veinte años, justo después del
meteorito. Me cuenta que lleva tiempo esperando que su hijo venga a
verla. Lo extraña mucho, pero él no
la visita nunca. Pensé en mi madre,
¡cómo me gustaría poder visitarla!
Pero ella también había abandonado
este mundo, igual que Isabel. Se me
ocurrió que si todo salía bien hoy, tal
vez podría pedirle ayuda a esta mujer para comunicarme con mi madre
en otra oportunidad.
Pasamos a la pequeña sala
donde está el televisor. Preguntó si
había traído algún objeto de Isabel
para establecer el contacto, y yo le di
un pañuelo bordado que ella siempre llevaba consigo. La mujer tomó
el pañuelo en una mano y posó la
otra sobre el televisor durante unos
minutos, cerrando los ojos mientras
decía: “Isabel, Isabel… Querida Isabel, ¿estás ahí? Nicolás te vino a visitar”.
De pronto comenzaron a verse
unos destellos brillantes en la negra
pantalla del televisor. Una voz conocida salía de los altavoces. Era Isabel
que me hablaba, a la vez que los destellos vibraban y cambiaban de co-
lor. Se le oía tranquila, apacible. La
nostalgia me estremeció. Le dije que
la amaba y que siempre pensaba en
ella. Ella lo sabía. Siempre lo había
sabido, pero a mí me gustaba decírselo. Era como un juego; repetíamos
el mismo diálogo una y otra vez, hasta que uno de los dos se daba por
vencido. Hoy la dejé ganar a ella.
Una emoción inmensa invadió mi
pecho cuando dijo que ella también
me seguía queriendo. Las lágrimas
se derramaron mudas por mis mejillas y al rato me despedí de ella, dejandola regresar a su nuevo sitio.
Le agradecí a la anciana desde
el fondo de mi corazón. Camino a la
puerta, le pregunté qué le podía dar
a cambio por tan inmenso favor. Se
limitó a decirme que no podía hacer
nada con los bienes materiales, y que
lo único que ella deseaba era que su
hijo la viniera a visitar. Cómo me hubiera gustado ayudarla con eso; pero
nunca me dijo su nombre ni dónde
lo podía encontrar.
En el camino de regreso vi a un
grupo de personas que se dirigían a
la casa de la anciana. Es verdad que
la mujer es famosa, pero lo que más
me impresionó fue su gran generosidad.
Tres semanas después se cumplían cinco años de la muerte de mi
madre y decidí ir a la casa de la anciana, a ver si podía ponerme en contacto con ella. De nuevo me recibió con
mucha amabilidad y pasamos a la sata del televisor. Estaba a punto de
darle el rosario de mi madre para que
la invocara, cuando escuché a al-
30
guien entrar en la casa. La mujer dio
un salto y exclamó: “¡Mi hijo! ¡Al fin
vino!” Volteé la cabeza en dirección
a la puerta, y vi venir a un hombre
corpulento de unos sesenta años que
compartía las facciones de la anciana. Parecía no entender qué hacía yo
allí, sentado frente al televisor con
un rosario en la mano. Me preguntó
quién era y por qué había entrado en
su casa. Intenté explicarle que su madre había sido tan amable de ayudarme unas semanas atrás con el asunto
de mi esposa, y que ahora me estaba
ayudando a ponerme en contacto con
mi propia madre. El hombre me miraba perplejo e insistía en que yo había entrado sin permiso en una propiedad privada, a lo que le contesté
que su madre me había dejado entrar, igual que a tantas otras personas
que venían a pedirle ayuda todo el
tiempo.
“¡¿Pero de qué cuernos me habla usted?! ¡Esta casa ha estado cerrada desde hace veinte años! ¡Aquí no
vive nadie!” gritó, mientras buscaba
algo en una gaveta del recibidor.
Sacó una foto a blanco y negro de
una tumba en la que se leía claramente: Idalisa Vegas, 1955-2025.
“¡Mi madre murió hace veinte años.
Se electrocutó durante el choque del
meteorito, mientras buscaba el canal
de las noticias en la televisión! ¡Ahora lárguese de aquí!”
Furioso, se dirigió hacia la
puerta, donde su madre lo esperaba
con los brazos abiertos, y pasó a través de la anciana que se quedó inmó-
vil, llorando el llanto quedo de los
que se han tenido que conformar.
Camila
“S
e hechan las cartas.
Se dán vaños y despojos”.
—Oiga, ¿y cómo es eso? —
Camila le preguntó a la mujer más
vieja sentada en aquel tarantín del
mercado, señalando el anuncio escrito a mano sobre un cartón torcido.
—Buenos días —dijeron las
dos mujeres.
—Buenos días —respondió
Camila, intentando esconder un tanto de vergüenza en una sonrisa nerviosa—, ¿cómo les va?
—Bien, gracias a Dio’ —dijeron a una voz.
—Mire, es que tengo una duda: ¿cuáles cartas echan y cómo lo hacen?
—Bueno, nosotras usamo’ la
baraja española. Primero le echamo’
las cartas pa’ ve’ su suerte y luego le
damo’ baños o despojos, según lo
que necesite —contestó.
—¿Y quién lo hace?
—Lo hace mi hija —dijo la vieja, señalando a la mujer más joven
sentada a su derecha—. Yo no
practico.
—Yo lo hago. Yo echo las cartas —afirmó la joven de unos veintecinco años—. Yo digo to’ lo que veo.
Uno tiene que contá’ to’ lo que ve;
to’, todito, to’.
31
—¿Y usted tiene algún poder
especial?
—Sí; yo tengo poderes y mi
mae también. Mi hermano también
nació con ellos —dijo.
—¿Y cómo sabe una que tiene
poderes? ¿Se siente algo especial?
—Bueno, eso se sae’ po’que se
ven cosas.
—¿Como clarividencia?
—Sí; así mismo e’.
—Mire, yo le pregunto porque
mi mamá era clarividente, y yo no sé
si tengo los poderes. Sí sé que he
visto cosas del futuro, pero como no
es muy frecuente, no estoy segura.
—Bueno, esos poderes o se tienen o no se tienen. Si usté’ los tiene
y yo le echo las cartas, se van a juntá’
nuestros poderes y van a subí’ a la cabeza.
—¿Como si estuviéramos más
iluminadas?
—Así mismo e’.
—¡Qué bien! ¿Y las velas para
qué son?
—Son pa’ pedile’ a los santos.
Cada vela es pa’ un santo. Nosotras
sólo hacemo’ magia buena —dijo la
vieja, señalando una pared cubierta
de velones votivos de todos los colores—. Tengo el agua corriendo pa’
que se lleve la mala energía, las cosas
malas.
—¿Y en esas botellas qué hay?
—Esencias pa’ la suerte, pal’
amor, pa’ la salú’, pal’ dinero y pal’
trabajo. Lo de siempre, pue’. To’ el
mundo busca lo mismo. Y nosotras
no hacemo’ magia negra.
—Ya veo… ¿Y esas latitas pequeñas que tiene ahí en la esquina?
¿Qué son? No las puedo ver bien de
lejos.
—Son polvos de personalidá’
—dijo la joven, mostrando las pequeñas cajitas de metal con etiquetas
que decían “Rosa”, “Gilberto”,
“Margarita”, “Ponciano” y “Eleuterio”.
—¿Y eso qué es? ¿Por qué tienen nombres de personas?
—Tienen el nombre de la personalidá’ que les va mejó’. Por ejemplo, Rosa es apasioná’, Margarita es
natural y Ponciano es sencillo.
—¿Y para qué sirven?
—Esos son pa’ la gente que
siente que le hace falta algo de eso.
O pa’ la gente que quiere cambiá’ su
manera de ser.
—¡Qué maravilla! ¿Y funcionan bien?
—Claro que sí. Aquí to’ funciona bien.
—¿Y usted por qué no practica? —le preguntó Camila a la vieja,
que se había levantado de la silla y
se estiraba sobre los talones.
—Yo no practico po’que cuando estaba en el vientre e’ mi amá, lloré. Eso me hizo perdé’ poderes desde
antes de nacé’ —explicó la vieja, que
tendría cerca de sesenta años.
—Entiendo —dijo Camila, y
mirando a la joven, le propuso—:
¿será que me puede echar las cartas
ahora?
—Si usté’ lo desea, así será.
¿Está prepará’?
32
—Como nunca antes —afirmó
Camila, y desaparecieron juntas detrás de la cortina negra.
Era un cuartucho improvisado,
oscuro, con dos sillas plegables y
una mesa pequeña cubierta con un
trapo negro. Se escuchaba el rumor
del agua que corría incesante por
una fuentecita portátil. Algunas velas rompían la oscuridad con su tímida luz y su olor se mezclaba con el
del incienso y ciertas esencias indefinidas que le daban al ambiente una
dimensión totalmente desconocida
para Camila. Le tomó unos instantes
acostumbrarse al cambio de luz.
—¿Cuál es su nombre?
—Camila.
—Pue’ siéntese aquí, Camila,
que ya vamo’ a empezá’.
Las dos mujeres tomaron
asiento. Camila respiró profundamente y dejó salir un fuerte suspiro.
En verdad estaba preparada. Siempre había sentido la curiosidad de
entrar en ese mundo extraño para
ella y hoy era su oportunidad.
—Corte la baraja, Camila. Vamo’ a ve’ qué hay aquí. Hmm… no
veo ná’, no veo ná’…
—¿Cómo que no ve nada? Algo tiene que haber ahí.
—Eso pasa a vece’.
—¿Sí? ¿Y por qué? ¿Qué significa?
—No puedo ve’ ná’ po’que sus
poderes me lo tapan.
—¿O sea que sí tengo poderes?
Pero no los sé usar…
—No importa que no sepa; sí
los tiene. Ahora es el momento. ¡Rápido, déme las manos!
Emocionada, Camila entregó
sus manos a la joven. Cuando hicieron contacto, una tremenda descarga
de energía que salía de la mulata
fulminó a Camila instantáneamente,
dejando sólo una fina ceniza esparcida sobre silla y suelo.
Unos instantes después, la joven se estiró en su asiento y llamó a
su hermano.
—¡Eustaquio, trai una lata!
¡Tenemo’ polvo e’ Camila!
Patricia Schaefer Röder nació y se crión en Caracas, Venezuela, donde obtuvo la licenciatura en Biología y publicó sus primeros ensayos. Vivió en Heidelberg, Alemania, y en
Nueva York. Allí retomó el oficio de escibi y se dedicó a la traducción y a las artes
editoriales. Desde el 2004 vive en Guaynabo, Puerto Rico, donde dirige su propia empresa
de traducción y producción editorial. Los escritos de Patricia han sido merecedores de
premios nacionales e internacionales, apareciendo pu-blicados en diversos medios, incluyendo la reciente Antología de poemas del mar 2013 del Certamen Casa de los Poetas
Editores, de Puerto Rico. En 2011 recibió el Primer Premio en narrativa del XX Concurso
33
Literario del Instituto de Cultura Peruana en la ciudad de Miami en Florida, Estados
Unidos, con su cuento “Ignacio”. En 2010 publicó Yara y
otras historias, una antología de
relatos cortos publicada por
Ediciones Scriba NYC. Patricia
tiene su propio blog literario,
donde cada miércoles publica
sus escritos:
patrciaschaerferroder.blogspot.
com. Su correo-e es el siguiente:
patricia_schaefer@ scribanyc.
com.
34
Andreu navarra ordoño
PALABRA
palabra incrustada incandescente
volando como la parte de ti más mineral
sepultada en el aire que adorna
la pantalla iluminada de los labios
la palabra furibunda como un torbellino sol
como aquel tatuaje absurdo de tu cara
y elevada a música como el caracol palanca
hacia ti mismo es decir como el sol
que se suicida
y auscultado por las piedras que son tú
totalmente las esferas comprimidas de tu ser
el lagarto de tu piel alerta
sobre los cuchillos del espejo
ya sin tiempo la nuez la carótida rajándote
con fragmentos vítreos o metálicos
tu propia fragmentación
como un espíritu que se flagela
para enamorarse de la mierda o del triángulo
resultar exclusivamente vacuo
como alguna formación orbital
olvidada
como piedra que es palabra eyaculada en la pared
ominosa de ti mismo
es decir el espíritu de tu sien detonada
convertida precisamente en la palabra súbita
la palabra exacta o tierna
demoniaca
la palabra que eres tú y no tu nombre
tu osadía contra el viento de la muerte
fisión de partículas de sol
35
en tu harina
pan de luz arrastrándose por tu frente
es decir hiriéndote
escupiendo como una serpiente alada
como hoguera que se destruye a sí misma
como pira mártir que evapora los músculos
pared blanca espejo de los cárabos
detona todos los muros
licua mima acaricia la sien aplastada
contra ti de tu mano abierta
hacia los hombros de la noche
que te engulle y nace
mientras se derrumba denodadamente
el idioma certero de los hunos
es decir
ese líquido redentor y alado de tu propia imagen
CAOS
En aquella parte del libro de mi memoria…
DANTE
En desorden un bacilo aislado.
Descripción de los desiertos áridos.
Despliegue de siluetas de metal armándose.
Condena los visillos de la mente.
Cruzan las miradas como espejos.
Cruje el puzzle como centrifugando esferas.
Estallan las cejas, desmontamos las espadas.
Se nos clava un himen curvo en el costado.
Deshinchamos las imágenes de nuestro propio libro.
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AGUA
Inauguro la noche con el piano sordo o mi ataraxia,
con la mano muerta ahuyento la marea bíblica,
tomo asiento sobre un prisma helado,
exacto como mi propio ser,
me dibujo en el agua con mi dedo vivo,
reconozco que es mi tiempo,
y un sudor de leche,
inundado desde los flancos,
lucho contra el recuerdo del río
para serenarme junto a nuevas voces,
el reflejo del disparo como un coche,
nuevas voces en mi propio hogar,
inauguro otra inundación por árbol,
un dolor todo raíz sin hojas,
hoy es nieve obsesionada por nadar.
IMPACTOS
Aforismos de la vida contra los ojos.
Baroja y Lichtemberg aplastando
cucarachas dogma.
Pianos estallando,
oceánicas migrañas,
desempleos mutuos,
planicies unánimes,
perros emigrantes en el patio del granizo,
luz que hiere como un dardo múltiple,
mecedoras que se desintegran,
abuelas como lunas de urticaria,
vientos invencibles,
amuletos que no sirven
entre la sequía del que lee,
trovadores mancos o ligeramente frígidos,
gafas estrujadas por la mano blanca de cristal.
37
EPICTETO
Traza una línea recta en tu mente,
un línea clara, una línea diáfana,
una recta que dispare y que condene.
A un lado las lucecitas que te entretuvieron,
a otro lado la piedra junto al sotabanco viejo.
El cayado que huele a bosque,
la barba que trasciende a araña,
la cabaña ausente poblada de sol
donde acuden a descansar los ancianos de la tribu.
Borras la silueta de los cónsules,
derramas la nada sobre tus heridas.
Esta línea es una carretera que se aplasta contra tu rubor.
LECTURAS
La derrota como un páramo sagrado.
Letras frías que acuchillan el alma.
Testuces como inanes tubos
por donde se pierde la materia sin pulir
o la nada.
Permanezco aquí sentado.
Ante cada librería aquel reptil simiesco,
atónito,
uno de mis yos.
Fuera de mí mismo,
la salida de la cueva,
vivo en la caverna,
palpo ya todas las sombras,
los jarrones,
o ser la caverna misma.
Por fin, alma.
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Andreu Navarra Ordoño nace en Barcelona en 1981. Es poeta, narrador, ensayista, crítico
literario, músico y profesor universitario. Ha publicado los poemarios Suicidio Súbito
(2006) y Fiebre y ciudad (2009), éste último
editado en formato de libro objeto con fotografías de Isabel Huete. Ha coordinado y
prologado la antología Domicilio de Nadie.
Muestra de una nueva poesía barcelonesa
(2008). Recientemente publicó su primera
novela negra, bajo el sello editorial Isla Negra, titulada Nube Cuadrada (2012). Asimismo ha publicado varios libros investigativos sobre temas de literatura e historia.
39
Betzabeth W. Pagán
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Betzadeth Walesca Pagán Sotomayor. Poeta y fotógrafa. Nace en Aibonito, Puerto Rico,
en 1978. Sin embargo, crece y comienza a escribir poemas en Jayuya. Es madre de dos
hermosos niños, Urayoán André y Bayoán Joel. Es jayuyana, madre, maestra, y mujer, con un gusto insaciable
por las artes. Ha publicado los
poemaios Antagonía, Versos de toda
una vida y Vericuetos del amor.
Formó parte del grupo de escritores de
la Revista Literaria En la orilla. Ha
participado en diversas lecturas de
poesía en Puerto Rico. Sus enlaces son
los siguientes:
http://www.9mm-fantoche.com
http://www.9mm-fantoche.blogspot.
com
44
Carlos canales
… A LA LUZ DE LA LUNA…
A Celeste
ELLA: Es como si estuviera en la
orilla.
EL: No me gusta el mar.
Personajes:
El
Pausa.
ELLA: Me gusta.
Ella
EL: Ellas no cantan.
L
a acción se desarrolla en una
parada de autobuses en una
zona urbana.
ELLA: Pero las sirenas sí. ¿Qué
opina de la música?
EL: Que en un tiempo me gustaba.
EL: Disculpe.
ELLA: Diga.
EL: Olvídelo.
Pausa.
EL: Está cayendo la noche.
ELLA: Sí. Es inevitable. Cae y se
vuelve a levantar. Deberíamos
aprender.
EL: Salgo y llego con ella.
ELLA: Me gusta.
EL: Cada cual tiene sus preferencias.
ELLA: Escuche.
EL: ¿Qué?
ELLA: Son las olas.
EL: Están lejos.
ELLA: ¿Lo lee?
EL: La sección deportiva.
ELLA: ¿No tiene otra curiosidad?
EL: De vez en cuando leo la primera
plana. ¿Usted la lee?
ELLA: No.
EL: Pero se entera.
Pausa.
ELLA: Leo ficción.
EL: ¿De la seria o de la light?
ELLA: Leo literatura.
EL: Dicen que la ficción está basada
en la realidad.
ELLA: ¿Qué es la realidad? ¿Quién
lo dice?
45
EL: Alguna gente.
ELLA: Siguen cantando. Cantan
ELLA: ¿Quiénes?
canciones.
EL: ¿Qué prefiere leer?
EL: Las canciones despiertan el
ELLA: Prefiero leer novelas.
pasado.
EL: ¿Nacionales o extranjeras?
ELLA: El pasado es pasado.
ELLA: Universales.
EL: Todos lo tenemos.
EL: ¿De día o de noche?
ELLA: Bueno, eso es una
ELLA: Cuando debo y quiero. ¿Por
generalización.
qué no le agrada?
EL: Es un hecho.
EL: Hay cosas que no me gustan.
ELLA: Es una teoría dudosa.
ELLA: Pero usted mencionó una.
EL: Todas las teorías son dudosas,
EL: Dije que me gustaba.
pero no los hechos.
ELLA: No sabe lo que se pierde.
ELLA: Los hechos pueden ser tan
EL: Usted gana lo que pierdo.
dudosos como las teorías.
ELLA: Interrumpió mi silencio.
Pausa.
EL: Interrumpirle no fue mi
EL: La luna sigue agrandándose.
intención.
ELLA: Es impresionante.
ELLA: ¿Y cuál fue?
EL: Inspira.
EL: Sigue cayendo la noche.
ELLA: Provoca.
ELLA: Y la luna empieza a
EL: Trastorna.
iluminarnos.
EL: Desvela.
EL: Debería salir más.
ELLA: Me encantaría caminar bajo
ELLA: Es selectiva.
la luna.
EL: El sol sale todos los días.
Pausa larga.
ELLA: Son incomparables.
ELLA: Cuando llegué, ¿hacía tiempo
EL: ¿Y los eclipses?
que había llegado?
46
EL: Llegué a la hora de todos los
EL: ¿Cómo puede?
días.
ELLA: Es una pregunta sin
ELLA: Es más exacto que su reloj.
respuesta.
EL: Sigo las reglas.
EL: Pero le gustaría saberla.
ELLA: Se crearon para romperlas.
ELLA: Una noche. Fui al mar. Pero
EL: Para obedecerlas.
no las escuché.
ELLA: Para transgredirlas.
EL: Debería volver.
EL: Para cumplirlas.
ELLA: Regresé 500 noches. Ni en las
ELLA: Acabé con las reglas y con las
noches de luna llena pude
excepciones también.
escucharlas. Las escucho lejos del
Pausa.
mar. Las noches de luna llena. Pero
ELLA: ¿Qué le pareció?
si estoy aquí.
EL: Cada cual tiene sus propias
EL: ¿Aquí?
ideas.
ELLA: Sí.
ELLA: Hablo de la primera plana.
EL: ¿Aquí?
EL: ¿Qué nos está pasando?
ELLA: Eso dije.
ELLA: Es indignante.
EL: ¿Qué dicen? ¿Qué cantan? ¿A
EL: Me cuestioné.
qué? ¿A quiénes?
ELLA: Hay preguntas sin
ELLA: Cantan poesía. Son versos
respuestas.
hermosos.
EL: Existen las….
EL: Los versos no significan poesía.
ELLA: Pero dónde están.
ELLA: Es más poesía que versos.
EL: Están en nosotros.
EL: ¿Cómo lo sabe?
ELLA: ¿Las tiene?
ELLA: Porque la percibo.
EL: ¿Las tiene?
EL: ¿Y cómo es?
EL: ¿Las escucha?
ELLA: Bellísima.
ELLA: Algunas noches.
Pausa.
47
EL: ¿Son sirenas?
periódico. Lo hojeo. Lo cierro. Miro
ELLA: Nosotros no tenemos esas
el piso. Me enderezo. Me estiro. Me
tesituras.
levanto. Observo el horizonte.
EL: Podrían ser ángeles.
Observo las flores. Vuelvo a
ELLA: Son voces del mar y de la
caminar. En otras ocasiones,
tierra.
observo a la gente caminando. En la
EL: Hay ángeles que viven aquí.
calle. En el mall. En la plaza.
ELLA: Si están con nosotros, ya no
Observo los edificios viejos y
lo son.
nuevos. Me imagino historias. Pero
EL: ¿Quiénes somos?
no las dejo en mí. Las dejo libres y
ELLA: Después que sale, ¿adónde
que vayan adonde quieran ir. Una
va?
vez que las lanzo al cielo las olvido
EL: A todas partes.
para siempre. En otras ocasiones,
ELLA: ¿Qué hace?
miro vidrieras. Observo a la gente
EL: ¿A qué lugares va?
mirando vidrieras. Me concentro en
ELLA: Mi horario es irregular y no
los rostros. En las expresiones. En
voy a ninguna parte.
los suspiros. En la incomodidad. En
EL: Sale y viene aquí.
los susurros. Cuando se van. De vez
ELLA: Todos los días.
en cuando voy a lugares donde
Pausa.
todos los hombres somos exitosos y
EL: Camino. Me siento. Me levanto.
héroes. Me siento en una esquina
Me estiro. Vuelvo a caminar. Me
alejado de todos pero donde puedo
detengo. Miro los árboles. El agua.
verlos. Me coloco los auriculares en
El cielo. Los pájaros volando. Los
los oídos, pido una bebida y los
niños jugando. Los viejos leyendo.
observo como hablan. Lo que dicen.
Las parejas amándose. Me siento.
Como lo dicen. Como gesticulan.
Observo a los animales. Abro el
48
Como discuten. Como ríen. Como se
EL: En el Prado me deslumbró Las
entristecen.
Meninas.
ELLA: En esos lugares, ¿bailan
ELLA: ¿En el Prado le sucedió lo
mujeres desnudas que los
que me pasó en Bellas Artes?
enloquecen?
EL: Sí.
EL: Nos enloquecen vestidas
EL: Así es.
también.
EL: Definitivamente.
ELLA: ¿Es poeta?
Ella: Me alegra que le guste viajar.
EL: La aspiración del poeta es
EL: Me gustaba.
convertirse en artista.
ELLA: Hace tiempo que no viajo.
ELLA: Me gusta visitar los museos.
EL: Después de viajar a Disney,
EL: A mí me gustan también.
¿para qué seguir viajando?
ELLA: El arte contemporáneo me
ELLA: Disney es la Meca de los
fascina.
turistas.
EL: ¿Qué opina del clásico?
EL: ¿Qué le interrumpí?
ELLA: Me gusta, pero prefiero el
ELLA: Mi silencio.
contemporáneo.
EL: ¿Qué pensaba?
EL: ¿Por qué los museos de arte
ELLA: Veía imágenes.
clásico tienen muchísimas más
EL: ¿Cómo eran?
concurrencias de personas que los
ELLA: Borrosas.
museos de arte contemporáneo?
EL: La luna sigue iluminándonos.
ELLA: Porque el arte es el arte.
ELLA: Nos está observando.
EL: ¿O será que el arte clásico
EL: Le interesamos.
contiene temas que están ausente en
ELLA: Le agradamos.
el contemporáneo?
Pausa.
ELLA: En México, me fascinaron los
ELLA: La están comentando.
murales.
EL: Es que nos ha conmovido.
49
ELLA:
Cuando
suceden
esos
EL: ¿Qué?
incidentes, son señales.
ELLA: Unas historias maravillosas.
EL: Demasiadas señales.
EL: ¿Qué gente?
ELLA: Hay que saber interpretarlas.
ELLA: La gente.
EL: ¿Quién puede?
EL: ¿Qué gente?
ELLA: Nosotros.
ELLA: La gente que ha ido, que ha
EL: La gente está furiosa y agresiva.
visto, que ha vivido, que ha
ELLA: Me llamaron.
contado, que ha leído, que ha
EL: ¿Quién?
escuchado, que ha soñado, que ha
ELLA: Una amiga.
vuelto y que se ha quedado.
EL: ¿Y por qué la llamó?
EL: La gente miente e inventa.
ELLA: Me dijo: es complicado.
ELLA: Esas historias…
EL: ¿Complicado?
EL: ¿Historias?
ELLA: Mire.
ELLA: … me recuerdan leyendas.
EL: ¿Que mire qué?
EL: Las leyendas son mitos.
ELLA: Ahí.
ELLA: Me devoré los griegos.
EL: ¿Dónde?
EL: Pero…
ELLA: Enfrente.
ELLA: ¿Conoce leyendas urbanas?
EL: Pero, ¿qué?
EL: ¿Que si conozco qué?
ELLA: Mírela.
ELLA: Las historias urbanas.
EL: Ah.
EL: ¿Son leyendas o historias?
ELLA: Más bien obsérvela.
ELLA: Es irrelevante.
EL: La he observado.
EL: Las detesto.
ELLA: Usted también.
ELLA: Son fantásticas.
EL: Pero nunca…
EL: Las odio.
ELLA: Ni yo tampoco. La gente
ELLA: Despiertan la imaginación.
cuenta.
EL: ¡Y la memoria! Perdóneme.
50
Pausa.
EL: Parece que va….
EL: ¿Ha leído a Dostoievski?
ELLA: No parece, va hacia allá.
ELLA: Los hermanos Karamazov.
ELLA: Se detuvo.
EL: ¿Qué opina del personaje de
EL: ¿Por qué ahí?
Iván?
ELLA: Para escucharlas.
ELLA: Me identifico con
EL: ¿A quiénes? ¿A las voces?
Grushenka.
ELLA: A las sirenas.
EL: Me impresionó el padre Zósimo.
Transición.
EL: ¿Qué piensa de su acción?
ELLA: ¡Qué hermosas que están
ELLA: De todos los novelistas rusos,
iluminadas por la luna! ¡Son de una
mi preferido es León Tolstoi.
belleza terrenal que parece celestial!
EL: La sonata a Kruetzer.
Nos están sonriendo. Nos están
ELLA: ¿Leyó Resurrección?
invitando. Nos están señalando el
EL: Leí El diablo.
camino. Entremos a la calle.
Pausa.
Caminemos acompañados de la
EL: Mírela.
luna. Con su resplandor astral,
ELLA: Es preciosa.
podemos compensar siglos de
EL: Sí lo es.
penurias y de tristezas. Esta noche,
ELLA: Como resplandece.
podemos ser inmortales.
EL: Se está moviendo.
Se escucha la canción For once
in my life interpretada por Tony
Bennett.
ELLA: Que suavidad y que ternura.
ELLA: ¿Qué sería de nosotros sin
noches de luna llena?
51
Carlos Canales nace en Río Piedras, Puerto Rico, en 1955. Estudió Ciencias Políticas,
Drama y Educación en la Universidad de Puerto Rico. Fue becado para estudiar dramaturgia avanzada por el grupo INTAR de Nueva York. Profesor de actuación y dramaturgia en
la Escuela Especializada de Bellas Artes de Arecibo del Departamento de Educación con 18
años de experiencia. Entre algunos de sus premios recibidos están: el Premio del Ateneo Puertorriqueño, el Premio de la Fundación René
Marqués. el Premio Jesús T. Piñero por su labor
educativa y dramatúrgica, el Premio Nacional
de Dramaturgia 2003 otorgado por el Circulo de
Críticos, el Premio Nacional de Teatro 2003
otorgado por el Pen Club y el Premio del Certamen de Dramaturgia 2006 del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Algunas de sus obras representadas y publicadas son María del Rosario, Margie, Vamos a seguir bailando, La casa de los Inmortales, Bony and Kin, Luz Celeste, Salsa, tango y locura, El cine del pueblo, ¡Qué bueno está este país!, Los intocables, Vórtice, Trilogía de los Dictadores y Ecuajey.
52
André Betancourt
CAFÉ Y NO SÉ
Si me despierto y nunca pasó
Calentaré la greca y prenderé un cigarrillo
Sabiendo que así fue que sentí tu calor en mis labios
En esas pequeñas conversaciones que tuvimos
Los cuentos que nos decíamos, los inventos que nunca vivimos
Las visiones que nunca vimos
Aún no sé si estoy despierto
Sin embargo
Sé que todavía puedo sentir
Que mi corazón todavía puede latir
Si me despierto y todavía estás ahí
Calentaré la greca y prenderé un cigarrillo
Con media sonrisa me diré
Nunca te fuiste de aquí
BAJO LA VIGÍA DEL SEGADOR SEVERO
Qué injusta es la vida
Cuando amas a los restos que todavía sonríen
Qué dolor me hace pensar en tus palabras de cautela
Cuando sé que pronto te vas y detenerlo éramos incapaz
Que injusto fue nuestro amor desde el inicio
Pues la Divina Providencia lo declaró así
Dichoso fuese si Vuestra Merced tuviese alternativas
Desde tu partida aquel primer día
Que buena fue mi decisión, buena fue nuestra canción
Amarte hasta que escribieran tú nombre en piedra
Amor sin condiciones es mi creencia esencial
Y yo amé cada mechón de tu pelo leonado por más de un caudal
53
Que buena fuiste conmigo, buena fue nuestra unión
Iría al paraíso contar de verte de nuevo
Pero me prohibiste tales locuras
Solo el espíritu me apacigua para olvidar tu sonrisa
Llegó a segar y ya no puedes ver más
Tu corazón se para en dos varas y ahí se quedará
Ojos grises miran a los nueve cielos cual pronto entrarás
Veo tú alma verde horizontal dejándome saber que ya no estás
Entre rosas negras
Un amor fenecido
Besos rojos de un romance maldecido
Hasta que la muerte nos reúna nos mantenemos en el olvido
CUANDO LAS TARÁNTULAS TOCAN EL ARPA
Amor omnipresente, mil patas presentes
Blando es mi corazón por ti,
Tarántula que toca arpa
Tomas forma de garrocha,
ilusión que tocaré el cielo
Grano por grano el tiempo se entretiene con mi razón
Hacer algo más que amar sería morir
Ignorando todo lo que me rodea por ti,
contar de sonreír
Mientras otras criaturas dejé por su perfección,
a ti te adoré por tu desolación
Es extraña la atracción
Pero así es el arpa y su canción
Diferentes melodías a las almas divergentes
Tarántulas que se pasan en éstas aguas
Aguas que pueden arder,
donde los corazones no saben nacer
54
Provechoso es el caso,
Estos sentimientos pasados,
que ya son frágiles,
dolorosos y marchitados
Sumergido en el agua me inyectas,
el veneno orquestado
Suena el arpa a todo color,
la ilusión hace del dolor, vapor
Y yo que toco cada fibra del instrumento, ciego en el cielo
Y el vapor se hace agua
Y del cielo cae la gota
El arcoíris resplandece
Suspendido en el aire,
Colgando de la romántica cuerda del arpa
CONSPIRACIÓN EN GRIS
Entre el sol y la luna reflejo mi contradicción de antaño
Mi vida ligada a trazar planes
Caminando necio por la bruma de mis propios ojos
Entre el susurro del azulejo de las montañas
Ahora comprendo mejor
El gris entre el bien y el mal
Una conspiración es la vía para donar sangre a mi corazón
Porque en la planificación hay soledad eterna y singular
Pero en la conspiración estas tú
Planificando estaré caminando realengo, hasta un perpetuo sueño
Te invito a ti a la lejanía
Doctores carentes de ésta erudición
Que repudian nuestra venidera conspiración
Sus licencias expiraron el día que dejaron de creer
O nunca la tuvieron
El resto, incapaces son, de ver colores
No permitas que las manecillas dicten las reglas
La balanza se detiene en el gris
El veneno en el cáliz fue puesto para ti y para mí
Una conspiración con un inconfesable final
55
Bajo la tierra donde todos como nosotros descansan
Lejos del mal
Juntos por bien
Entre vidas grises
LA GALA DE LOS SENTENCIADOS
Te di una orquídea
Un espejo me regalaste
El tiempo se fugó
Culpé al cielo,
Y me cayó una sortija
Esposado
Crimen de pasión, culpable
Toda la sangre que alimenta lo que sé
Ahora reposa en mi corazón
La irreverencia frenética rechaza toda razón
La madera suena a golpes
Cerrando la celda
Otro crimen de pasión
Bienvenidos a la marginada mansión
La sociedad vehemente,
delincuentes flechados,
Al amor todos le hicimos un atraco
Para los anarquistas que cuentan estas anécdotas
Cadena perpetua
DE LAS NOCHES Y EL TEMPLO
Noche oscura y mis pensamientos en sombra
ojos abiertos, lentos, muriendo,
reviviendo con el tiempo detalladamente indefinido
Noche espiral,
dedos rotos, letras al vacío traviesan
56
Noche arbitraria, lengua muda,
las paredes no conversan
Noche nublada, de la Luna no tengo audición
Noche hedionda,
no me dejas oler la pureza de iluminación
Las noches tienden ser así oscuras,
Para que mis ojos encuentren sueño en locuras,
No encontradas en la tortura que es la incumbencia,
de caminar de día adulterando mi semblante
Postergando el análisis de los iletrados
Oscura para librarme de maletas vacías
Excomunión de la realidad y canonización de lo surreal
En Mi Templo soy El Autónomo Pintor del color inexistente
André Betancourt, poeta y cuentista nacido en octubre del año 1991 en San Juan, Puerto
Rico. Cuenta con una publicación
en inglés, "The Tower and The Architect", publicada en la revista
digital Corpus Litterarum. Colaboró en el número 16 de Letras
Salvajes. Actualmente estudia literatura en inglés en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de
Río Piedras."
57
Luis Reynaldo Pérez
58
De la serie Haiku (Tinta china y acrílico sobre papel de arroz 9x12)
59
De la serie Haiku (Tinta china, acrílico, fosforos quemados y cera derretida
sobre papel de arroz 9x12)
60
De la serie Haiku (Tinta china y acrílico sobre papel de arroz 9x12)
De la serie Haiku (Tinta china y acrílico sobre papel de arroz 9x12)
Luis Reynaldo Pérez nace en Santo Domingo, República Dominicana, en 1980. Poeta,
narrador y editor. Textos
suyos han sido publicados
en revistas y antologías
tanto nacionales e internacionales. Ha publicado
la plaqué Poemas para ser
leídos bajo la lluvia en
Esto no es una antología.
Ha publicado los poemarios Palabras que sangran (2012), Temblor de
lunas (2012), Toda la luz
(2013); Urbania (2013) y
Dolor que maúlla (2014).
Tambén ha publicado el
libro para niños Lunario
(2014). Compiló la antología Material inflamable: 30 poetas dominicanos del siglo XXI (2014). Textos suyos han
sido traducidos al japonés y francés. Algunos de los premios que ha recibido son: Gran
Premio del Concurso de Minicuentos “Las Dos Orillas”, 2014; Finalista al Premio
Nacional a la Excelencia Juvenil Juan Pablo Duarte 2014 en el renglón Desarrollo
Cultural en representación del Distrito Nacional; Premio único del Premio Funglode de
Poesía Pedro Mir 2012; Premio único del I Concurso Nacional de Haikú 2011; y Mención
de honor en el Certamen de Poesía Heptagrama 2010.
61
YVÁN SILÉn
LA ATARAXIA O LA AGONÍA
DE LA METAFÍSICA
¿Qué es la verdad?
San Juan 18: 38.
-¿Quién es usted?
-Soy la muerte.
Ingmar Bergman
Las palabras. . . son también tumbas.
Jean Genet
Y me volví para ver la voz que habla-ba
conmigo.
Apocalipsis 1: 12
¿Por qué no entiendes mi lenguaje?
Juan 8: 43
Pensar merece la pena si provoca.
Irene Antón
¿Quién es sabio para que entienda esto, y
prudente para que lo sepa?
Oseas 14: 9
L
a verdad es lo inevita-ble
de todas las cosas. ¡Es lo
ousía o lo eîdos (el zen
mismo --la epifanía--)! ¡La metaontología, o la metafilosofía, no ha
muerto todavía! ¡Sólo agoniza
demokráticamente! ¡La demokracia
está grave! La filosofía se está vistiendo y se serestá deviniendo contra
lo insospechado de sí. Lo real se ha
sublevado contra la realidad misma.
Todas sus posibilidades están políticamente en sí, en lo que ella es, y en
lo que nadie sospecha. Todo lo que
tiene que decir está inédito. La poesía es y se ha convertido en la ataraxia de la angustia. La poesía es el
acto de ser lo extraño de sí misma. Y
no hay concepto “bello” a menos que
éste no esté neologizado. No hay
concepto “bello” a menos que éste
no desemboque a la metagramatización, o a menos que éste no se convierta en una provocación, a menos
que éste no sea inédito, o insólito, y
no se convierta en el secreto mismo
de la lengua: el español-puertorriqueño, extraño de sí mismo, estalla
contra el inglés como lengua extranjera.
El neologismo tiene que ser la
parte deslumbrante de los “poetas
desconocidos de la metagramaticalidad”. Vendrán los días en que los
poetas se enfrentarán y cruzarán los
días de la gran tribulación. En esos
días los poetas, los gentiles y los
bárbaros buscarán la muerte, pero la
muerte huirá de ellos. Muchos de
esos escritores desconocidos, de esos
literatos indignos, ignoran el sentido
extraño del significado de la gramaticalización. “El-poeta-de-lo-paradigmático” avanza: el sentido de lo
nuevo, de lo inédito, de lo inevitable,
de lo que no se ha podido expresar,
está sobre nosotros. Están los “escritores de los premios” y estamos los
62
escritores que habitamos esplendorosamente el fracaso.
Los conceptos o los mitos (Eros
y Psiquis; Zeus y Leda; Orfeo y las
bacantes--la aproximación de Ajenjo; el dragón: la retirada de la muerte,
la segunda muerte y “la muerte de la
muerte”--) son esos intentos filosóficos contra la “Metáfora”, 1 que señalan el fracaso mismo de la idealización: Sócrates y Alcíbiades 2 (Sócrates vs. Calicles) y la Segunda venida de Jesús. La identidad, Psiquis (lo
intelectual, la curiosidad), desfigurando el rostro de Eros (el amor, la
pasión), es una ilusión devastadora
de lo que se desconoce inconscientemente.
La ilusión (Platón, Cicerón,
Saulo de Tarso) es la concordia (la
unión, el acuerdo --la utopía de la república, la caridad del amor, el mito
de la caverna) de la pasión y del
inconsciente que intenta arrasar todo
lo escrito: el librito escripto por el ángel resulta “dulce” y resulta “amargo”.3 Éste es el principio mismo de la
razón. Por otro lado, los escritores de
la reacción, del derechismo, de los
colaboracionistas, se organizan en
“el-liberalismo-de-la-demokraciafascista” (¡válganos el oxímoron!) y no
hacen otra cosa que finalizar en la
“cultura de la guerra demokrática”.
¿Es este el “lirismo” de la derecha?
¡Este lirismo de la derecha no es otra
cosa que la cultura del nazismo! ¡El
fantasma de la derecha, su “seudolirismo”, atenta contra el inconsciente del poeta radical! La ataraxia de la
pasión (la calma del “delirio”: la
emoción, el entusiasmo, el éxtasis--la
visión--) está en peligro.
La poesía es la ataraxia de la
angustia.
Michel Onfray dice: “una obra
escrita sin la vida filosófica que la
acompaña no merece mayor interés”
(La fuerza de existir, pág. 77). Esto no
es una extratextualidad. 4 Pero a veces, casi siempre, la vida y la teoría
chocan. En Heidegger y en Platón la
vida se estrella: Platón se estrella
contra Dionisio y Heidegger se estrella contra Hitler. Hitler invade a
Polonia. Heidegger invade al ser. La
teoría de Sísifo se convierte en lo
fatal de su propia vida. La roca metafísica de lo fatal aplastará a Sísifo,
a Platón, a Nietzsche, a Cioran, a Heidegger, a Deleuze, etc. La hipótesis
rodará infinitamente hacia la muerte: ¡los filósofos se suicidan (Séneca,
Althusser, Cioran, Levi, etc.)! Como
en Japón, como en el nazismo y como
en la demokracia, el suicidio se ha
convertido en una forma de ser. La
enfermedad política, el suicidio colectivo de los nazis, está aún delante
de nosotros. Esta enfermedad (de no-
Véase La poesía piensa o la alegoría del nihilismo y véase también El pensamiento canta o el
Inconsciente.
4
1
Uno de los discípulos más sobresalientes de
Sócrates.
2
3
Véase Apocalipsis 10: 9.
Hay citas que nos permiten entrar a las diferencias de lo escrito y a la diferencia con otra
visión de mundo. Hay citas que nos permiten
entrar a la diferencia con la derecha neonacista
de la cultura. Hay citas que rompen para que
nuestra diferencia pueda entrar al ámbito de la
censura.
63
ser), esta “factura”, prosigue y se estrella ahora demokráticamente contra los desempleados. El ser se ha
quebrado sin alcanzar a la poesía:
¡Platón destruye socráticamente sus
poemas; Nietzsche retrocede de la
poesía zaratustramente, y Marx y
Robespierre dejan de escribir poemas para inscribirse en la filosofía y
en la política. Heidegger “poetiza”
sin entrar jamás a la poesía: Hölderlin, el poeta y el texto filosófico,
es sólo un “palco” de la obra de teatro existenciaria. Sartre, por otro lado, teoriza estéticamente sobre la
violencia de Genet. Todos quieren
decirle filosóficamente al poeta lo
que la poesía es y lo que la poesía
significa. ¡Todos fracasan! Porque la
poesía no sólo es un “discurso” (un
logos), sino la esencia misma de la
vida y de la muerte.
Lo que comenzó como revolúción de la filosofía, Ser y tiempo --El
ser y la nada--, terminó como la traición nazista y heideggeriana del ser.
Heidegger se movió al nazismo y
Sartre, contra el existencialismo mismo de su fama, se movió al maoísmo.
Heidegger justificaba los hornos;
Sartre justificaba la “revolución cultural” de la traición socialista. La filosofía fracasaba líricamente: El existencialismo es un humanismo y Carta
al humanismo. El ser se asemejaba,
bajo el discurso de los filósofos-“héroes”, a la destrucción de sí mismo.
Había suicidio. Por esto Derrida poRecordemos el nombre propio de la poesía en
el Pensamiento canta o el inconsciente.
5
drá decir, pasando el tiempo, el “ser
se ha retirado” (universalmente) de
Europa. Onfray, por su parte, intentará eliminar la escisión entre el filósofo-nazi moderno-demokrático y el
que se afiliaba a la rectoría nazi: del
saber universal a la Gestapo alemana; del saber internacional a los hornos de lo indigno filosófico; de las
piras, a las cárceles, al fusilamiento,
a los electrochoques, a la lobotomía,
al racismo, a los manicomios; de la
persecución de los comunistas, de
los judíos, de los homosexuales y de
los intelectuales al “ser mismo para
la muerte”; y del genocidio justificante a la filosofía de la “verdad”. El
“héroe” existencialista se convertía
en el justificador de la muerte. El
“ser para la muerte” organizada por
el Estado nazi se tornaba filosófico.
La filosofía se convertía en la praxis
ética de la ideología.
Lo que no se puede olvidar es
ésto: la escisión esquizofrénica es
política. Los heterónimos (Pessoa)
también están enajenados políticamente entre ellos. La locura ha perdido hermafroditamente sus cojones.
El darle la espalda a la política es el
enfrentamiento real-hipotético con
el ediponarciso y con el narcisoedipo
de la filosofía tradicional. Los heterónimos políticos de lo esquizo tienen
que estar armonizados inconscientemente sin dejar de ser ellos mismos. El
Esquizo metacristiano es “Legión”. 5
Sin dejar de ser cristólogo de sí mis-
64
mo, Legión se complementa. Luc
Ferry y Alain Renaut comentan: Lo
que se consideraba un error político
era, en realidad, fundamentalmente
un extravío filosófico” (Heidegger y
los modernos, pág. 67).
Michel Onfray quiere eliminar la grieta esquizofrénica sin convertirla en la fisura revolucionaria de
lo esquizo, sin haber pensado que
hay una diferencia radical entre lo
esquizo y la esquizofrenia (entre el
ataúd y los “orfanatos”). 6 Deleuze,
en El antiedipus, tampoco pensó la
positividad del poeta esquizo. Charlar, aunque Heidegger no haya visto
su negatividad, su nada, es la reacción y la vulgarización de la verborrea, las tonterías necesarias y cotidianas de los “solitarios” (de las
sombras) de los cafés de barrio. Escribir, pensar, cantar, es la revolución misma del metalenguaje que
desembocará en la radicalidad de los
poetas subversivos. El lenguaje se
suicida bellamente, harakira, para
salvarse de la costumbre de los centros comerciales (moles). En este intersticio Fhoinix ha retornado. El poeta-filosófico, original, originario,
inusitado, atrayente (enigmático, diPensemos también en el libro de Jean Genet en
donde Irene Antón dice: “niño abandonado a
los siete meses, tuvo que crearse una razón para
existir, una razón para comprender su
nacimiento. . .se convierte entonces en su propio
origen, él es su propia obra” (El niño criminal,
pág. 13). Nunca fui ese niño, pero siempre me
he parecido a él. Siempre estuve enfermo,
siempre estuve solo, siempre de luto. (La madre
inmóvil soñaba.) Los juegos eran tristes. La risa
era triste.
fícil, complicado), es el maestro-zen
del filósofo. ¡El poeta-filosófico zeniza! Así como las rosas se miran, así
también mis conceptos (mis categorías) poesiarán. Así también mis conceptos te miran como las rosas. Así
como el ocaso es posible (y es posible el otoño), así también es posible
la gramatización.7
Tus lapsus me producen la
“misma” risa que a Demócrito. Esta
fisura que Onfray justifica no es
existenciaria, porque la autotraición
de Heidegger era inevitable: la
muerte lo seducía desde los hornos
nazis. La libertá y el nazismo no eran
compaginables. Heidegger era racista.8 La “libertad negativa” del fascismo y la libertá de la demokracia actual no podrán escapar a lo negativo.
Todos los Estados atentan contra el
sentido positivo de la libertá. ¡Ésta
está escindida! El que se adhiere a
los hornos del genocidio traiciona a
la filosofía. La convierte en fracaso.
Heidegger ha caído nabucodonosor
e hitlerianamente de sí mismo. Heidegger ha atado su filosofía a la
muerte: “ser para la muerte”. 9 Los
hornos se convirtieron en la praxis
misma de su ontología. Heidegger
6
Yo metagramatizo, tú metagramatizas, él/ella
metagramatiza, nosotros metagramatizamos,
ellos metagramatizan, etc. Véase “serestar”;
véase “poetizar”; véase “realidad”, etc.
7
A pesar de sus amores con Hannah Arendt,
Heidegger persiguió a los judíos en la
universidad de Berlín.
8
9
Véase Ser y tiempo.
65
sabía lo que estaba sucediendo en
Alemania. La visión de Heidegger,
antes de ser nazista, era ya etnocéntrica y racista. Heidegger dice: “la
filosofía determina el rasgo fundamental más íntimo de nuestra historia (Geschichte) europea-nacional”. Esta actitud “eurocéntrica” y
“nacionalista” que yace en el ensayo
“¿Qué es la filosofía?” (Derrida se
hallaba también en esta ratonera de
cantazo eurocéntrica), es ya de por sí
una actitud pre-nazi.
Onfray dice: “un gran filósofo
se hace nazi sin ningún problema”
(La fuerza de existir, pág. 77). Esta es
la dificultad y el “enigma”: Heidegger sucumbe ante sí mismo. Heidegger (el hombre mismo, el pensador,
el “sabio”, el superhombre) no sólo es
arrojado al mundo, sino que se
autoarroja de sí mismo. 10 “He aquí,
me has arrojado de la faz de la tierra,
y de tu presencia me esconderé” (Génesis, 3: 24). La fisura de Heidegger
consigo es el intersticio de tipo
político-ontológico en donde el mismo Heidegger sucumbe ante la fama,
ante el prestigio y ante la idea oscura
y deformada de Nietzsche: en el superhombre todo sucumbe. Heidegger
se convierte en el secuaz intelectual
(el colaboracionista ideológico) de la
S. S. y de la Gestapo. El dualismo es
inevitable. Los profesores son perseParadójicamente para un nazi, esta visión es
hebrea.
guidos por Heidegger. Hay, pues,
que traicionar a los “intelectuales”
que traicionan: ¡hay que traicionar a
la traición! ¡Porque la colonia yanqui
es la cultura de los colaboracionistas
de la “demokracia-nazi”! La traición
a la “traición de Heidegger” abre la
crisis de la modernidad y desemboca
al principio de la postmodernidad
como crisis.
El existencialismo heideggeriano se convierte en la ideología filosófica de la praxis genocida de
Hitler. 11 (¡Heidegger como el rector
de la muerte convertirá a la universidad alemana en un desastre! En
una pira de la conciencia “saqueada”. La realidad se convertiría en un
sepulcro. Lo real avanza furiosamente desde la escritura.) El “tránsito”
del filósofo genial al “militante fascista” lo desintegrará, lo “disociará”
y lo “pulverizará” (ante Hannah
Arendt, ante Karl Jaspers, ante Herbert Marcuse –ante R. D. Laing, ante
D. T. Suzuki, 12 etc.--), mientras los
pensadores de la libertá y del ser
tropiezan: Jean-Paul Sartre13, A. Camus. 14 El intersticio fue y ha sido
insoportable para Heidegger. Pensar
el ser, serlo, es insoportable para
cualquiera. ¡El ser quema!
El filósofo de la hendidura
estaba enfermo política, emocional,
y filosóficamente de nazitis15 (con el
10
Günter Grass, 1944, militó en los escuadrones
de la S.S. de Hitler.
11
12
El zen denunciará a los pensadores del ser.
13
Véase El ser y la nada (1943).
14
El hombre rebelde.
15
Discúlpese la ironía.
66
desempleo de sus amigos y de los
profesores judíos). Heidegger, sin
darse cuenta,16 estaba infectado y se
había contaminado con la “cultura
del olvido del ser”. Heidegger metafisicaba. El desguace del ser lo “infectaba”. La pestilencia de la muerte
(los mures se podrían) no lo dejaba
respirar ni metafísica ni políticamente. Para Derrida el ser se había
convertido en un “desastre” europeo
y en una retirada inevitable. Lo que
sucedía en Europa tenía que chocar
con lo que acontecía en América: El
ser yacía en la cercanía. El ser denunciaba la traición de la-demokracia-capitalista: Hiroshima, Cuba,
Vietnam. Heidegger se agravaba, se
desgarraba y tropezaba con las traiciones nazistas al ser. Heidegger se
corrompía a pesar de las justificaciones filosóficas de Michel Onfray. 17
Heidegger se hundía en la septicemia nazi.
La micosis se apropiaba del
“ego de la petulancia”.18 Los herpes
cubrían los conceptos19 del autor de
Ser y tiempo. 20 Heidegger se refugiará en Sendas perdidas (1960). Esta
fisura es la caída de muchos filósofos y de muchos escritores: Pessoa,
El lapsus del inconsciente heideggereano era
terrible.
Ramos (la miseria), Cioran (el pesimismo), Vattimo (la “hermenéutica”), Ortega y Gasset (la “demokracia”), Savater (el liberalismo). Emil
Cioran (en Breviario de podredumbre
y Adiós a la filosofía, etc.), era inevitable. Y es en la esencia misma del
derrumbe de la demokracia, de la
universidad burguesa, de los colegas
de la “mala-fe”, del saber nihilista,
del postmodernismo, de los neofascistas, etc.,21 en donde el ser dará
testimonio de su crisis. Estos acontecen en el odio al pensamiento de la
paradoja, de la libertá, de lo “ambiguo”, de lo “esquizo” y del “inconsciente” mismo. Esta fisura es un
intersticio de tipo político que el
“yo”, desorganizado o no, no resiste
y no soporta. El filósofo de la hendidura está enfermo. ¡El “filósofo” se
hace crisis! La búsqueda desesperada de una praxis real arrojará a “éste”
a la celebración del genocidio. La
muerte de los judíos, de los intelectuales, de los comunistas, de los homosexuales, se convertirá en la “felicidad” del filósofo. El ser, “salvandose” de su olvido occidental y metafísico, se ha hecho pedazo del na-
16
Estoy a favor de una filosofía de la práctica y
del pragmatismo de la angustia de la conciencia
y del inconsciente.
17
La micosis en la “enfermedad” que padecen la
mayoría de los escritores puertorriqueños.
18
19
Althusser y Deleuze prefirieron el suicidio.
Véase la mitología de “Concepto” en El
pensamiento canta y el inconsciente.
20
La fisura de Platón (ante el sátrapa Dionisio y
ante el poeta Homero) es una grieta oligárquica
y es una fisura esquizofrénica-política de
Heidegger; es la fisura del ser mismo. Es una
fisura en donde el ser se escandaliza consigo
mismo. El ser se ha tornado en el ocaso europeo
de la ontología. La ontología se ha convertido en
la degeneración de su propio discurso y de su
propia praxis.
21
67
zismo, de la filosofía y del heideggerismo.
El nazismo derrumbándose
nabucodonosormente (hitlereanamente) y derrumbándose en el discurso político de su “profeta”, sería
definitivamente el ocaso de la ontología y de la degeneración de una
praxis anhelada. La gloria del pensar
no puede sostener la caída esquízofrénica de los “héroes”: Josepth
Goebbels, Hermann Goering, Heinrich Himmler, Hans Krebs, Gustav
Wagner: “ya no poseía sentimiento”,
etc. El nazismo se reducía tanatamente como el intento de matar el
sentímiento, el intento de matar el
inconsciente de las subversiones filosóficas y poéticas. El nazismo, poste-
riormente la demokracia, se debelaría como la muerte del sentir. El
sentido sentía desgarradoramente.
La demokracia se convertía en la dicha de matar al “otro”. La filosofía se
hallaba ante los espejos rotos. La filosofía se hallaba ante su propio
crimen-metafísico. La muerte sonreída, tocando su harpa, contemplaba la
cabeza de la filosofía. A ésta, a la filosofía, le urgía orfeamente la resurrección de sí misma. La metafísica
ha decidido subvertirse y reencontrarse metafilosóficamente contra
los que no entienden la poesía. Los
idiotas…padecerán los hornos.
*****
25 de junio de 2014
Puerto Rico
Yván Silén. Nació en Santurce, Puerto Rico, en 1944. Es poeta, narrador y ensayista.
Residió en Nueva York de 1970 a 2008. Allí
dirigió las revistas Lugar sin límites y Caronte. Entre sus poemarios se encuentran: Después del suicidio (1970), Los poemas de
Filí-Melé (1976, 1987), La poesía como libertá (1992; Premio del Pen Club de Puerto Rico) y Casandra & Yocasta (2001). Algunas
de sus demás publicaciones son: La biografía (1984), La casa de Ulimar (1987), y La
novela de Jesús (2009, novelas); Los narcisos negros (1997) y Los gatos azules—Les
Chats bleus (2004), cuentos; y El llanto de
las ninfómanas (1981), Nietzsche o la dama
de las ratas (1986) y Los ciudadanos de la
Morgue (1997), entre otras publicaciones. Produjo dos importantes antologías: Los
poetas puertorriqueños/The Puerto Rican Poets (1972, junto al fenecido Alfredo Matilla
Rivas) y Los paraguas amarillos: los poetas latinos en Nueva York (1983).
68
Alfredo Villanueva Collado
LA MUERTE DE LA METAFÍSICA
Para Alberto Martínez Márquez
Poema místico, metafísico, patafísico.
Renuncia a la pasividad, el sicópata
masoquismo de la absoluta entrega.
La metafísica no ve más allá
de unas narices faltas de olfato.
La patafísica muestra otro camino.
Universo repleto de agujeros.
Inauditos sistemas de transporte
que, desde martirios y violencias,
transportan por los recovecos
de dioses creados por criaturas.
Aporía, oxímoron, paradoja.
Parque de torturas, diversiones.
Tránsito entre espejismos y visiones.
PERMANENCIA
Me declaro culpable de haber trocado
cuerpos por palabras, palabras por cuerpos.
Ocurrió en una fábrica de caramelos,
voces de los que ya no son primates.
No sé si cuelgo de las ramas—
el suelo de la jungla me aterra--.
Busco la fruta de arboleda altiva.
La ruta, madurar y podrirse.
69
Pero también lo es la flor dorada
que recibe abejas tarambanas
en una orgía de néctar pródigo.
Recogimiento total del que marcha,
sabiendo sin saber lo que le espera,
entregado a la permanencia del cambio.
70
MÍSTICA PARA EL AHORA
Una nueva mística, de promiscuos
cuya caridad mantiene el universo
flexible y, al menos, asequible.
¿Quiénes son? Los que reparten
todas las partes de cuerpo y alma,
dando de sí a los que necesitan,
para cumplir con el mandamiento
que muy pocos seguir han sabido.
Es tan fácil el continuo exterminio,
determinado por la biología.
Es tan difícil abandonar la presa
atrapada por capciosas leyes y drones.
Hay que seguir al híbrido inimitable,
desinfectar de mercaderes los templos.
SAN VALENTÍN
No es día de consumismo impensado.
No es día de chocolates y diamantes.
De peluches o flores que duran para nunca.
Día sacro. Conmemora un mártir.
Se atrevió a desafiar el Imperio.
Casó a los proscritos por leyes arbitrarias
que rechazaban toda diferencia
e imponían la férula de los poderosos.
Mientras esperaba la tortura cruenta
las parejas agradecidas lo colmaban
de pequeñas ofrendas, y oraciones.
Maldita la orgía del capitalismo sacrílego
para quien la muerte de un martirizado
es otro pretexto para salir de compras
ARREBATO
Para conocer al dios creado
hay que desnudo ofrecer el cuerpo.
Someterse a los vejámenes del tiempo.
Secarse, y todavía producir el mosto.
Higuera calumniada cuyo fruto
es todavía más dulce que las poluciones
de ángeles peligrosamente retozones.
¿Por qué la rapacidad define al humano?
¿Por qué sus dioses, en vez de amar, odian?
La noche oscura del alma no es metáfora.
Hay poetas que demandan respuestas.
Y encuentran el espejismo de los orgasmos,
el falso oasis de las canículas,
la desesperanza de los escogidos.
AMOR POR ESTE MUNDO
El amor por las cosas de este mundo
tiene variadas manifestaciones.
Hay quien acumula riquezas
71
a costa de todo el que se le atraviesa.
Hay quien poder acumula
a costa de innumerables vidas.
Hay otro amor por las cosas de este mundo.
La infantil alegría de las mariposas.
La grácil energía de los delfines.
El respeto por lo que vive y muere.
El llanto por los niños hambrientos.
La ira sagrada por los desposeídos.
No me hablen de mística cobarde.
A dios rezando, y con el mazo dando.
SALMO 23
¿Cómo evoluciona la fe desde la infancia?
Al principio, ficción poderosa
que alecciona, aturde, encanta,
inspira pavor sagrado de inocentes.
Luego, se torna en duda incesante,
supermercado de creencias rápidas,
buenas y malas para la ilusoria
dieta del ser en perpetuo proceso.
Y entonces, la noche oscura del alma.
Encontronazo con el agujero negro.
Soledad del dios inalcanzable.
Le sigue una entrega tranquila.
Certeza que trasciende muertes.
Rosa, empíreo de música y palabras.
72
Alfredo Villanueva Collado nace Santurce, Puerto Rico en 1944. Doctorado en literatura
comparada de SUNY Binghamton, NY. Es Profesor emérito del Eugenio María de Hostos
Community College de la City University of New York. Primer premio
de poesía y cuento del certamen literario Casa tomada, Nueva York,
2006. Mención en el certamen de
cuento del Ateneo Puertorriqueño,
2006. Poemarios reciéntes: De antiguo amor (Taller del Poeta 2004),
Pan errante (Taller del poeta 2005),
Mala leche (Taller del poeta 2007) y
Poemas inhumanos (Taller del Poeta, 2012). Ha sido incluido en
varias antologías: Papiros de Babel: Poesía Puertorriqueña en Nueva York (1991); Noche Buena: Hispanic American Christmas Stories
(Oxford, 2000), Literatura Puertorriqueña del Siglo XX: Antologia
(UPR 2004), y Revista Actual de
Venezuela. 55-56: Número dedicado a la literatura puertorriqueña,
2008. Ha publicado en numerosas
revistas. Se le puede escribir [email protected]. Poeta somático, escribe no con el corazón
o el cerebro sino con las entrañas. Cuatro son sus tintas: sudor, sangre, semen y lágrimas.
Se describe como nadie y todo el mundo en uno. Ha sido colaborador de Letras Salvajes,
tanto en la primera como en la segunda épocas de la revista.
73
Koho Yamamoto
74
Clásico
75
Tigre
76
Abstracción
77
Lirio
Koho Yamamoto, hija de un maestro de calígrafo y poeta, nació en California y pasó la
niñez en el Japón. Volvió a los Estados Unidos, pero la aviación japonesa atacó la base
naval de Pearl Harbor, se declaró
la guerra contra el Japón y, tanto
ella como su familia, fueron
detenidos en dos campos de
concentración. En uno de ellos fue
alumna de Chiaru Obata, quien
debido a su excelencia en el arte
del sumi-e, le concedió parte de su
nombre artístico, “Mil bahías”.
Koho signifia “Bahía roja”. Al
terminar la guerra, Yamamoto se
instala en Nueva York, donde se
siguió desarrollando como artista
del sumi-e en su vertiente
abstracta. Ha participado en
innumerables exposiciones y dado
clases en varias universidades.
Fundó la Koho School of Sumi-E
donde impartió clases durante 36
años seguidos. Tiene 92 años y
sigue pintando.
http://cityroom.blogs.nytimes.com/2010/05/27/reflections-on-a-stilled-paintbrush/
78
79
Escríbenos a: [email protected]
Ricardo cabrera
RETA-H-ILACIÓN
T
ousen Kaname no es el
personaje más contundente de Bleach pero en
una ocasión dijo algo que no olvidaré mientras respire: justicia sin
una gran causa existencia nada más
que matanza. Esa misma matanza es
una gran causa… es justicia; la justicia y única regla acuerdo con Stirner era el Yo; la mitad del 1 son
monstruos atenciona Jifert; según
Derrida los monstruos no pueden ser
llamados o serán mascotas; una
ciudad llamada vacío es lírica de los
Cadillacs a donde se deposita la
atención indolente del trago buscado
por las moscas que sobran lumpen
de concreto; el mismo vacío de saber
que el que no ha fornicado una prostituta de Tailandia no sabe la intelectual que se está perdiendo texto de la
Gurri en honor a una de sus guarras;
poco teme el Enuma Elish en terminar con la sangre fluyó del dragón
que no tiene nada que ver con putas
ni perdiciones, pero tal vez sí; Eliade
fluye catedratizando con que Marduk creó el Cosmos con los pedazos
del cuerpo desmembrado de Tiamat
y creó al hombre con la sangre de
Kingu, demonio al cual Tiamat había confiado las Tablas del Destino,
que puede ser un eterno retorno
también para obtener el pensamiento de que hay un manga llamado
evangelion que cabalga estas noches
con “un sobreviviente solo necesita
su voluntad de sobrevivir, él ansiaba
la muerte, abandonó la voluntad de
vivir, dependiendo de su falsa esperanza” (Evangelion cap.24) nos dota
a leer a Kaworu Nagisa tal un Jesucristo homosexual con voluntad para
la muerte, lo fútil y condenatorio
contrario a la voluntad de vida. Según los aspectos de la tutor y arquetipo de maestro (para Shinji) que
es Misato; el martinsito fierro hace
incapié en tal vez todo lo otro al
escupir: En las sagradas alturas/está
el Maestro principal,/que enseña á
cada animal/a procurarse el sustento/y le brinda el alimento/a todo ser
racional: Sabiduría casi primal de los
recodos de héroes de tierra prontos a
morderla; HH dobla los tinteros con
su observación también de bestialismo: todos los animales de la patria/en la noche más hambrienta/mi
respiración es sudor/la eyaculación
del signo sobre lo que escribo: bukake de yodos ensartando la noche
con los alfileres de las estatuas de los
caídos, sexxxo de cause a su sintaxis
del grafito invirtiendo; los peligros
de la contra-naturaleza se convierten
en signos y manifestaciones de una
naturaleza, digiere Foucault, sobre lo
80
que podríamos sucubar espirales de
rictus y copas fuera de la materia coqueta; Pero el zorro, lejos de enternecerse, dijo al lobo: "¿Y desde cuándo se puede cambiar tan fácilmente
de naturaleza? Lobo eres, y lobo seguirás siendo: esto fue algo de las
1000 y 1 noches y ya nadie sabe quien
escribió nada; la Goldman apunta: El
matrimonio y el amor nada tienen de
común; uno y otro están distantes,
como los polos; en efecto, son completamente antagónicos. Beauvoir
prosigue el eyaculado verboso en: El
hombre reina como soberano y,entre
otros, se permite caprichos sexuales:
se acuesta con esclavas o con hetairas, es polígamo. Tan pronto como
las costumbres hacen posible la reciprocidad, la mujer se venga por la
infidelidad: el matrimonio se completa naturalmente con el adulterio.
En materia de eso llamado por el
ontos cual amor: Todos amamos esos
personajes precoces esos Billy the
Kid de la poesía esos Rimbaud; no sé
quien lo dijo sin embargo perfora no
menos que los niños del fuego una
totémica duplicación de la soledad
en las tinieblas de sus asuntos manuales, la máquina del irse/venirse
en los juguetes macabros: Oscuro:
como el tribal poetry de Eli Neira;
obscuro también es Oscuro 825 de
Enmanuel cuando dice: como si hilos
secretos aún los unieran a su cuerpo;
y eso también pregunta por un amor
“siniestro” un roer de fierros como
las mandíbulas contra sonido: En su
libro Hitler o Jesucristo, Khorelia
dice Reznor es uno de los demonios
del ruido; y ya todo tiene sentido en
la araña tecnológica de los hartazgos,
en el devenir de gusanos muy amarillos vomitando saberes analíticos y
dementes, el ruido de la savia de Yggdrasil dador del nodo de las páginas que son el tiempo negándose.
Un puñal en una emperatriz forzando una lágrima o un lagarto esperando la nube en forma de perro
muerto, el ruido técnico del sapiens
que llego a la meseta de la totalidad,
mientras suda su luz en toda su justicia, eso me recuerda también a que
Tousen Kaname no es el personaje
más contundente de Bleach pero en
una ocasión dijo algo que no olvidaré mientras respire (ad agoram ; si
no has entendido hasta ahora elabora el Loop , tanto es válido repetir, no
sigas por favor ))) ¬¬
“entonces habré hecho el vacío/en tu
cabeza abandonada” Bataille es el
perfume del culo de las flores, no
habrá una cabeza una testa un trono
sin que se abandone, y este accidente
será performanceado con el featuring del halo del “vacío” y del “entonces”; cercanamente el “pussy”
sabe a cielo según Closer, esa escena
es toda la mentira que una jeva usa
como diversión para no desarroparse, es la tesis de las encrucijadas con
guitarristas que vieron al diablo en
una técnica del sur gringo, es la
óptica del arte mediando sus jinetes
contra sus extraños, Closer es lejana
como un tren hacía el norte burgués
de Sabina en “Cuando era más joven”, no es el tren de Zimmerman,
todos son vacíos valiosos a la hora de
81
mentir. “Además de tus misterios
que otra cosa me puedes dar?/ si es
misterio el universo y es misterio tu
soledad” (El velo) pregunta La Barranca al padre, al ser afuera, al deísmo monista o la piedra masticante,
“nada que lamentar/tampoco nada
que agradecer/no tiene nombre escrito/y no sabemos cuándo se acaba/no hay nada que explicar/ deja
mejor el velo donde está/” mandato
y establecimiento de carácter ante el
absurdo tempo del ahora, este
asunto extraño, lejano por más, no
necesita nuestro piélago ni nuestro
escarnio, no fabricar preguntas al
dios es una bibliografía válida. La
soledad perfumando siempre es la
rosa enigmática de la vita, los obscuros rostros de la bipolaridad de un
amor elaborado por puñales púberes
en ascuas y tigres. La soledad o la
locura son etérea fiebre, demás está
percutir en sus tímpanos infaustos
que sangrar estos eslabones temáticos con calidad debate con los “grandes temas de la labor escrita” amour
- morte - vendetta e t c el fluido purpura lo ha hecho, maiden lo ha hecho, y también es valía recordad que
HS lo ha hecho (jijiiji). “detrás de un
disfraz/ tartamudo ante la ad-
versidad/ por un hilillo de voz/ se va
la poca razón/ que nos permite tu escaso valor/” el enfrentamiento directo, nunca temido de parte de los versos de la banda, a la entidad abstrusa, al rey arcano que nos martilla las
cuerdas, el golem que somos, el burlesco gitano que no puede pronunciar las magias, pierde la cordura de
entre los diques de carne que el agua
herida y sucia del pronunciar sabe limitadas. Ni siquiera somos de frente
al ente, si no que estamos en ese
aquelarre de trapos, el tremendo infimo poder del lenguaje se corre ad
adsurdum dentro de los líneamientos previstos. Crear una senda que
pueda recorrer, pero con los materiales misteriosos de la soledumbre.
No hay respuesta, si no volver a lo
anterior con “besos de traición” ,
repetir el rasgo del “amor” de la
“sociedad” de la “cordura” del “dialogo con el supremo” , crear otra maldita onírica huella hacía los rieles
harto sabidos del fracaso (locura). El
saber vedado, el fuego del hurto, el
edificio de los valores, la pasión plural, la justicia de la identidad; quedémonos solos un momento y eliminémonos todo.
82
Ricardo Cabrera nace en Santo Domingo, República Dominicana en 1983. Poeta y
narrador. Estudiante de término de Letras en la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD). Colaborador en la red “Piedras Creatividad Pura,” dedicada a asesorías literarias y tutorías de
narrativa. Miembro fundador
del Taller de Narradores de
Santo Domingo. Co-fundador
de la revista RL de estudiantes de letras Ganador del
Primer Lugar en el Concurso de
Literatura Deportiva Profesor
Juan Bosch, Premio Nacional
Estudiantil de Ensayo del Ministerio de Deportes, Educación Física y Recreación 2009 y
del Primer Lugar en Poesía en
el Certamen Nacional para Talleristas 2011 del Sistema Nacional de Talleres Literarios. Textos suyos están incluidos
en 4m3r1c4 Novísima Poesía Latinoamericana (Chile, 2010). Ha publicado “¡Sientese
pintura fresca!” dentro del libro colectivo Esto no es una antología: Palabras que
sangran (Santo Domingo, 2012.)
83
Lynnette M. Pérez
CROQUIS
a Lourdes Collazo
84
Soy una con el adoquín
el ojo y el contemplado se funden
se trata de uno de esos momentos
en que todo se trastoca
en que el mundo cambia su óptica
y por un único instante
la concepción de la vida
la concepción de la muerte
parecen acoplarse
y el aire empieza vibrar
con algo que llamamos infinito
eso que es
filosofía para algunos
teología para otros
una epifanía para ambos.
ESTATUARIA
Mi mano se mueve,
agita los dedos,
trata de decirme algo.
Primero la mano,
luego el hombro,
todo se detiene ante la angustia.
Los miembros pesan como el plomo:
se expanden mis pulmones,
soy un gas cansado,
evaporándose,
canibalizándose,
mis ojos continúan quietos,
mi carne sigue estática,
la materia cansada se rinde ante lo inevitable,
igual que las estatuas vivas de la plaza.
Envidio ese grado de inmovilidad,
el hacerse estatua cuando todo pesa,
escapar en silencio,
sin la respiración agitada,
sin convulsiones.
DE LO TRIVIAL A LO PROFUNDO
Siempre hay algo que se pierde
en medio de la apiñada muchedumbre:
el gesto leve que se hacen dos amigos,
una visión distinta del mundo,
un aire de libertad y emancipación
que trata de respirar, de abrirse
a una miríada de emociones nuevas.
Siempre hay algo que se pierde
en medio de la apiñada muchedumbre:
cierto espíritu de solidaridad,
unas fuerzas atropelladas por otras,
pequeños acontecimientos cotidianos,
como esos deditos chiquitos
que se amarran con fuerza a un pulgar,
demasiadas cosas que no vemos.
85
Lynette nació en Moca Puerto Rico, 1976. Ha publicado cuatro libros de poesía:
Imaginería (Isla Negra Editores) y Psicodelias Urbanas, Mujer moderna y Mundo cero,
bajo el sello de Verde Blanco.
Ha sido incluida en las revistas
Delirium Tremens (Perú) Letralia (Venezuela), Monolito
(México), Absenta (Chile), Pastiche, Zurde e Inopia (Puerto
Rico). Fue premiada en varios
certámenes literarios. Ha sido
poeta invitada a leer en el Festival Internacional de Poesía,
la Palabra en Plaza y el Festival Grito de Mujer.
86
Ana Pobo
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88
89
Ana Pobo Castañer nace en Teruel, España, en 1966. Es fotógrafa y escritora. Co-autora
de los libros Las huellas del pasado y El color de la ira. Ha participado activamente en
exhibiciones y ferias de arte en
alrededor del mundo: España,
Francia, Japón, China, Italia,
Rusia, Moldova, Brasil y
Estados Unidos, entre otros
países. Fue seleccionada para
representar a España en la VI
Bienal Internacional del Arte
de Bolivia en 2009 y en la Bienal Fotografía y Arte Digital
2010 en San Francisco del Monte de Oro, en San Luis, Argentina. Sus fotos han recibido
premios. Tiene obra permanente en la Galería O+O en
Barcelona y en la Galería San
Vicente de Raspeig en Alicante,
España. Tiene obra expuesta en
diversos museos y galerías de
Europa, Asia, Norte y Sur América. Sus fotografías también se
encuentran en los libros Juan
García “El Tenor de los Reyes”
de Juan Villalba Sebastián y
Grandes Asedios en la Historia de Es-paña de Rubén Sáez. En la actualidad ocupa una
plaza de Admistrativo en la Biblioteca Pública de Teruel dependiente del Servicio
Provincial de Cultura y Turismo, de la Diputación General de Aragón.
90
Pedro Tapia León
¿HA MUERTO LA METAFÍSICA?: ACERCAMIENTO POÉTICO AL MISTERIO Y LO SAGRADO
He querido soportarlo y no negaré que lo he
intentado, pero el Amor ha vencido. Este
dios es bien conocido en las regiones
superiores; no sé si aquí también lo será,
aunque adivino que sí que lo es, pues, si no
miente la fábula de un antiguo rapto,
también os ha unido el amor. Por estos
lugares llenos de espanto, por este inmenso
Caos, por ese vasto y silencioso reino, yo os
conjuro a que volváis a tejer la trama del
destino de Eurídice, terminada de una
manera tan apresurada. Todo se debe a
vosotros y, después de un cierto tiempo, más
tarde o más temprano, todos nos dirigimos
aquí; ésta es al última morada y vosotros
ejercéis el más largo reinado sobre el género
humano.
Mito de Orfeo en la Metamorfosis
de Ovidio
1
N
o es posible concebir
al ser humano sin asociarlo a un impulso
metafísico, por más que el lenguaje
avance y evolucione, el misterio sagrado de la vida permanece intangible para el razonamiento y la objeRoger Callois, Piedras y otros textos. Ediciones
Siruela. Pág. 2
1
tividad. La experiencia vital podría
considerarse como una epifanía, un
fulgor desmesurado que no acabaría
en la muerte, sino que perduraría
como materia transformadora. Lo
metafísico así sobrepasaría los límites de la realidad, de lo aparente;
exhibiendo una voluptuosidad de
elementos que han sobrevivido al
tiempo y su paso invencible sobre la
tierra. Esta idea la describe Roger Callois en su libro Piedras:
Hablo de las piedras desnudas,
fascinación y gloria, donde se oculta
y al mismo tiempo se entrega un misterio más lento, más vasto y más serio que el destino de una especie pasajera.1
Las piedras pueden considerarse como un ejemplo de perdurabilidad, materia que además se transforma en el tiempo.
Es comprensible que el intento por dilucidar la muerte de un concepto tan extenso, puede generar respuestas abiertas, diversas posibilidades desde donde enfocar una reflexión de por sí compleja. A través
de una mirada integradora, intentaré
desentrañar una figura que predomina desde el silencio.
91
2
Dentro de una concepción actual del lenguaje, podría percibirse
un punto de vista pragmático, hegemónico: la racionalización desmesurada de los códigos comunicativos
desestiman lo metafísico (especulativo), sin permitir un espacio dentro
de un sistema estructurado. La esencialidad se reemplaza por herramientas más prácticas, en una búsqueda por desmitificar o reemplazar
el sentido más profundo que integran los símbolos lingüísticos. En
consecuencia, hay una utilización de
los aspectos esenciales del ser humano para fines mayormente utilitarios. Desde este paradigma, la búsqueda de lo metafísico perdería sentido, validez.
Aun así, habría otra forma de
plantearlo: lo metafísico no muere,
no se concibe como un término, sino
que se transforma, “habita en otro
estado”, evoluciona. Los procesos y
elementos constitutivos de la naturaleza, tienen una extensa capacidad
de adaptarse, esto genera una superación de los límites de un tiempo y
espacio determinado. Desde esta
perspectiva, reflexionaré sobre la noción de misterio y de lo sagrado en la
escritura e imagen poética.
3
Desde Maurice Blanchot en su
libro El espacio literario, se infiere
que el origen del misterio y la búsqueda literaria y filosófica, gestaría
un pensamiento en potencia. Esto lo
ejemplifica desde el mito de Orfeo:
Después de ayudar con su música a los argonautas en guerras y navegaciones, Orfeo se casó con Eurídice y se estableció en Tracia. Pero no
fueron muy felices. Eurídice fue mordida por una serpiente encantada. Orfeo tuvo la osadía de descender al Hades para implorar a las divinidades
infernales el regreso de su amada. La
llegada de su música y de su canto
hechizó a los guardianes del reino de
las sombras, quienes no pudieron negarle la gracia que solicitaba. Una sola condición le fue impuesta: Eurídice
puede regresar con él al mundo superior sólo si Orfeo no vuelve su cabeza para mirarla hasta que ella esté
a salvo bajo la luz del sol. Pero Orfeo,
atemorizado por la oscuridad del camino que él abre y guía con los sones
de su lira, olvida la condición de la
partida, y, presa de la ansiedad, vuelve la cabeza para mirar a Eurídice y
ésta se esfuma al instante. Orfeo perderá a Eurídice y no conseguirá permiso para regresar al infierno. Cuenta
Ovidio que Orfeo se retiró entonces de
la vida mundana y se dedicó hasta su
muerte a enseñar los misterios sagrados y a profetizar la suerte que merece
la maldad del sacrificio con asesinato. Su lira, por intercesión de las Musas, fue colocada en el firmamento en
92
forma de constelación.2
La osadía que refleja el viaje
de Orfeo devela una nueva puerta,
una mirada regeneradora del pasado
(hacia donde él observa), y que a su
vez provoca la pérdida de su amada
Eurídice. Esta contradicción es el impulso, ese éter de lo metafísico que
lo liga al misterio: por una parte se
encuentra la intención de Orfeo de
cruzar, atravesar la profundidad del
Hades, lo que a su vez produce la
muerte de su amada, la desaparición
de ese otro que lo completa. Esto
constituye la dualidad del conocimiento metafísico. El origen se encuentra en ese pasado, donde surge
una fuente escondida de conocimiento.
En el principio del ser, señala
Blanchot, no se halla la plenitud,
sino la ruina, la herida mortal, extrañamente preservada de la culpa. Tal
es la inocencia creadora de la literatura que objetiva el dolor:
poiesis, o creación de un espacio
exterior. Esta ruina es lo que se atisba
del pasado, y la poesía metafísica
muchas veces se dirige hacia allá.
Hay algo que falta, que no logra una
completitud en lo físico, en lo
aparente. La búsqueda se impulsa a
develar ese destello que aparece tenue, para abrir un dolor conformado
en el espacio que se habita.
Blanchot Maurice, El Espacio Literario.
Editorial Nacional, Madrid. Pág. 9
2
En consecuencia, Blanchot reflexiona sobre la necesidad de res=catar ese pasado:
la tarea filosófica contemporánea se
compromete con el pasado, con los
restos de sus huellas y de sus valores,
integra su significado en una tradición y nuestro presente en esta última. Pero esta mirada hacia atrás,
como la mirada de Orfeo, no tiene
otro objeto sino la oscuridad del tú.
Todo acto de comprensión filosófica
es así un acto de habla o una construcción estética a través de los
cuales quisiéramos devolver al presente de la vida, el enigma que nos
retiene en una fascinada mirada sobre
el pasado.3
La búsqueda radicaría en encontrar un sentido originario, la conformación del verbo, una imagen
renovada de lo ancestral, los primeros vestigios lingüísticos. Estos
conceptos estarían relacionados a algo más íntimo, no inteligible desde
un lenguaje racional, más bien a un
conocimiento derivado de una
intuición subjetiva.
Este conocimiento intuitivo se
concibe en la creación literaria, la
que Blanchot relaciona con una búsqueda hacia el silencio:
Escribir es hacerse eco de lo que
no puede dejar de hablar. Y por eso,
para convertirme en eco, de alguna
manera debo imponerle silencio. A
esa palabra incesante agrego la de3
Íbidem Págs. 13 y 14
93
cisión, la autoridad de mi propio
silencio. Vuelvo sensible, por mi mediación silenciosa, la afirmación
ininterrumpida, el murmullo gigantesco sobre el cual, abriéndose, el
lenguaje se hace imagen, se hace
imaginario, profundidad hablante,
indistinta, plenitud que es vacío”4
Cómo podría el vacío alcanzar
un estado pleno, ¿sólo a través de la
escritura o de la creación de una
imagen? ¿Cómo se relaciona este vacío con lo metafísico? ¿Lo metafísico
surge desde ese vacío? Esto genera
una analogía con la noción de la
página en blanco; quien escribe se
enfrenta a ese vacío del lenguaje,
para habitar un lugar recóndito y
sagrado.
También reflexiona sobre lo
que constituye al texto poético, señalando que el poema parece ligado a
una palabra que no puede interrumpirse, porque no habla: es. Para Blanchot, el poeta es quién escuchó esa
palabra y quien se une como mediador desde el silencio para pronunciarla. El silencio podría ser entonces
el punto de partida para la creación
metafísica.
Propone además cómo sería
esta indagación desde el lenguaje
poético: “En el poema, el lenguaje no
es real en ninguno de los momentos
por los que pasa, porque, en el poema, el lenguaje se afirma como todo
y su esencia es tener realidad sólo en
4
Blanchot Maurice, El Espacio Literario. Editorial
Nacional, Madrid. Pág. 23
ese todo. Pero en ese todo donde él
es su propia esencia, donde es esencial, también es soberanamente irreal, es la realización total de esa irrealidad, ficción absoluta que expresa
el ser cuando, al haber gastado, corroído todas las cosas existentes, al
suspender todos los seres posibles,
tropieza con ese residuo ineliminable, irreductible.” 5 En el ejercicio
poético, la palabra podría ser entendida como un presente continuo;
después de haber gastado y corroído
las cosas existentes, los objetos aparentes se transforman y revelan su
aspecto residual, su mirada desde el
misterio.
Blanchot expande su reflexión
refiriendo a esa posible libertad que
permitiría el acto de escritura:
Aquí la literatura se anuncia
como el poder que libera, la fuerza que
aparta la opresión del mundo, "este
mundo" donde toda cosa se siente como apretada a la garganta, es el pasaje liberador del "Yo" al "Él", de la
observación de sí mismo, que ha sido
el tormento de Kafka, a una observación más alta, elevándose por encima
de una realidad mortal, hacia el otro
mundo, el de la libertad.6
Quien desarrolla la búsqueda
metafísica o cree hacerlo, está anhelando un estado de libertad más allá
de concepciones aparentes, para alcanzar una condición esencial, que
quizá sólo es habitable a través de la
5
Íbidem. Pág. 39
6
Íbidem. Pág. 64
94
escritura, pero también podría ser la
conformación de una trampa ilusoria.
4
La experiencia poética y metafísica desprende a veces epifanías
reveladoras. Éstas se perciben a través de otro lenguaje, vestigios o
destellos de símbolos aun inconexos,
abiertos e incomprensibles desde lo
racional. Una aparición, un reflejo
fulgurante, es algo que no se puede
comprender del todo, sino que es
más intuitivo, a través de un conocimiento no inteligible. Si se puede
entregar valor a esa epifanía del
mundo, quizá se podría alcanzar una
esencia, un instante de luz. Esto
comprendería un relato fugaz, donde
se abrirían y gestarían proyecciones
a partir de otra belleza. Lo esencial
comprende una puerta por descubrir, abre otros canales de percepción; en ese devenir, ese asombro o
fascinación que remite a Blanchot:
¿Por qué la fascinación? Ver
supone la distancia, la decisión que
separa, el poder de no estar en
contacto y de evitar la confusión en el
contacto. Ver significa que, sin
embargo, esa separación se convirtió
en encuentro. Pero, ¿qué ocurre
cuando lo que se ve, aunque sea a
distancia, parece tocarnos por un
contacto asombroso, cuando la
Blanchot Maurice, El Espacio Literario.
Editorial Nacional, Madrid. Pág. 27
7
manera de ver es una especie de toque,
cuando ver es un contacto a distancia,
cuando lo que es visto se impone a la
mirada, como si la mirada estuviese
tomada, tocada, puesta en contacto
con la apariencia?7
Se desliga entonces esta
epifanía, generándose un contacto
desde esa visión asombrada con una
belleza arcana.
Esta compone los hilos que tejen lo sagrado. Proviene de un lenguaje primitivo y como esencia, se
constituye de movimiento y mutabilidad. Esta experiencia de epifanía le
entrega sentido a la existencia, le
imprime valor a las ilusiones que
construyen la ruta en el descubrimiento. La concepción de que podría
resurgir en la actualidad un conocimiento esencial, íntimo y único como es la experiencia metafísica, dispondría de procesos que anhelarían
un escenario más bello y profundo,
rompería los ciclos perdurables de
tiempo y espacio; así transgrediría
los contornos geométricos, internándose en lo esencial. El traspaso imperceptible a través de la materialidad, solo existe en esa apertura hacia el abismo de la experiencia como
hacia una disolución del cuerpo suspendido en el flujo del río.
Esto permitiría un regreso a
otra belleza. La muerte de lo metafísico, puede concebirse como una
consecuente transformación. Qué se
puede considerar como esencial den-
95
tro de un mundo que ha perdido la
motivación por ahondar en lo sagrado. Cuál sería la vía hacia ese espacio íntimo y cómo poder alcanzarlo; habría que indagar esas capas
interestelares de lo inconsciente,
perderse en un tejido de imágenes
profundas. Un cambio de perspectiva en el lenguaje, expandir los
alcances de las manifestaciones y
expresiones que conforman al ser
humano. En sí, esto es un acto
esencial, metafísico, que permitiría
liberar al hombre de una existencia
solo racional y le entregaría otras conexiones posibles, otras esferas,
sinuosidades a su experiencia vital.
Concebir la materialidad como mutable, construiría otro escenario desde lo intuitivo. La posibilidad de
estar siendo, en un presente y una
acción continua, en el fulgor.
5
Lo metafísico se concibe como
una experiencia originaria, a su vez
es el estado último y el aliento antecedente a la transformación inabarcable de la muerte. Lo metafísico
no permanece en este espacio, como
desplazamiento energético proviene
de la materia cósmica; nuestro lenguaje es limitado y permite recorrer
sólo algunos surcos de este conocimiento. Son signos que recorren el
universo transmitiendo verdades veladas por el tiempo. El poeta, quien
experimenta y logra ser el receptor y
transmisor de estos mensajes en cla-
ve, comprende solo un ápice de esa
experiencia, de esa corporeidad.
Entonces, es posible proponer
que la muerte (entendida como término y no como transformación) no
forma parte de lo metafísico. Su concepción es anterior al misterio, es
decir, es parte y a su vez fragmento
de un misterio, habla primera del
universo en estado primigenio: piedra suspendida en un aire permeado
por la creación. No hay muerte que
traspase la desnudez del lenguaje
metafísico, ya que es un movimiento
dialéctico y moldeable. Lo metafísico se transforma en un silencio que
escapa de las palabras y sus significaciones infinitas. Metafísico puede
ser el lenguaje primero, el ojo del
verbo. Más allá, en la esencia del
mundo y la existencia, en otro plano
distinto, se encuentra dividido en alma y esencia. Una comunión con lo
iluminado, el rostro de luz que se
proyecta en la vía láctea. La imagen
abominable de una muerte en la ruina de la incertidumbre, flor de nuestra existencia que se deshoja como
desierto humano.
Aunque se desprenda el rostro
de los misterios humanos, no habrá
razonamiento posible que logre sorprender la vitalidad de la imaginación, esas puertas infinitas de la imagen y sus llaves secretas. No hay
ciencia capaz de silenciar lo que se
esconde en nuestras manos, de resolver en sus variadas búsquedas el
sentido de nuestra existencia. La
ciencia nombra, señala y observa
desde lo externo, en cambio la pul-
96
sión metafísica siempre indaga más
allá de esas señales lingüísticas,
siempre profundiza en las transformaciones del misterio, rompe la geometría del universo; reestablece,
destruye y construye en la piedra de
la ruina. La muerte no conforma a lo
metafísico, es un traspaso del cuerpo
materno, fecundo, constituye el
abrazo con lo caótico, perdura en su
desnudo silencio, su transcurso de
murmullo en lo insólito, lo extraordinario. La ciencia y el razonamiento
enuncian, teorizan, pero el cuerpo
metafísico se sostiene en la Ingravidez, que a su vez cincela el tejido
posterior de la muerte, rompe la estructura, el llamado, es fuego perdurable, piedra sepultada en el Hades,
mensaje etéreo de las múltiples existencias, proyectadas en su pulso sagrado.
Pedro Ignacio Tapia León nace en Santiago, Chile, en 1983. Escritor, docente y editor.
Licenciado en Literatura Creativa en la UDP. Realiza talleres literararios NarraciónyEstilo desde el 2007, con los
cursos Proyecto Novela y Narrativa, que concluyón con la
publicación de la antología de
cuentos Ciudad de Fuego
(2013). Participa en la antología de Poetas del Nuevo
Milenio, proyecto encabezado por el poeta e investigador
Fredy Yezzed. Publicó el poemario Itinerario del olvido
(2014). Actualmente prepara
un viaje por Latinoamérica,
para generar una plataforma
de difusión cultural y un medio de cooperación entre artistas y agentes culturales.
97
Carlos Canales
LA REPETICIÓN CONSTANTE
a Celeste
E
stacionaron el auto en la
calle.
Se bajaron dos hombres que
vinieron hacia mí que estaba sentado
en el balcón leyendo el periódico.
Ellos se acercaron, me saludaron y se
identificaron. Pregunté el propósito
de su visita. Respondieron que los
acompañara. Añadieron que no me
preocupara.
En el edificio me indicaron
que entrara a un cuarto. Me senté en
una silla de metal. Ellos se quedaron
de pie mirando la puerta de entrada
y de salida. Quería hacer preguntas,
pero opté por quedarme callado y
calmado, esperando que me explicaran las razones. Pero ellos no se decidían a empezar con su interrogatorio. No sabía qué esperaban y
me puse nervioso, aunque lo disimulé. Ellos seguían callados, inmóviles. Cuando se percataron de que
los estaba observando, me miraron
con sus ojos claros y me intimidaron.
Salieron del cuarto. Miré el reloj y me pareció ver que el tiempo estaba detenido, pero me dije que era
imposible, que tal vez era una ilusión óptica. Me concentré en el cuar-
to. Era pequeño, estrecho, bajo, paredes oscuras y una luz tenue lo iluminaba. Regresaron. Cruzamos miradas. Uno de ellos, el más bajo, me entregó un sobre grande. Me quedé con
el sobre en la mano un tiempo prudente. Luego lo abrí, saqué una foto
grande y la observé detenidamente.
Me quedé pensando un momento y
después los miré a los ojos. Estaban
impávidos, no reflejaban ni emociones ni sentimientos.
“¿Lo conoce?”. Me pareció absurda la pregunta. “¿Quién es?”.
Sonríe con ironía. “Soy yo”. Volví a
observar la foto. “Pero…”. Me interrumpí con intención. “Pero jamás
me he vestido de esa manera ridícula”. Ellos me observaron. “Ábralo”, dijo el alto entregándome otro
sobre tamaño carta. Obedecí. “¿Es su
firma?”. “Sí”. “¿Por qué se ha hospedado en ese lugar?”. “Jamás he estado ahí”. “Pero reconoce que esa es su
firma”. Asentí con la cabeza pensando.
Mi abogado regresó de la reunión con los investigadores. Me explicó mi situación, pero no quedé
satisfecho. Ellos querían que cooperara en el caso que estaban investigando. Le reclamé que me sacara
del lugar. Pero él insistió que pasara
la noche en el edificio y me prometió
que vendría temprano en la mañana.
98
Entonces, con dudas, acepté su sugerencia.
Al otro día estaba desayunando en mi casa, pero no pude comermelo por más esfuerzo que hice. Mi
estado de nervios me había cerrado
el estómago y no había manera de
que se me abriera el apetito. Me tem-
blaba la boca y no podía sostener los
cubiertos.
Desde ese día apenas como.
Soy inocente de los horrendos
asesinatos cometidos en el hotel.
Pero no sé por qué… tengo
esta sensación de que soy culpable
también.
99
Jorge alegret
EPISTEME
Hay tedio y hay vacío;
hay quien nace aburrido,
incapaz de odiar,
y en consecuencia,
de amar incapaz.
Un ser conducto.
Es el tiempo, que no corre,
¿te das cuenta de lo existente?.
Allá, en las cosas,
el tiempo se desprende,
y puede excitarte.
Mientras, el páramo trabaja
un saber de tu cuerpo,
que la luz mortifica.
HAMBRE
Una heredad de huesos mal escritos,
y de allí lo que en real se disipa
entre las fallidas epifanías
o en los brumosos bordes de tus muslos.
Escucha: las campanas doblan por nadie,
y donde sucedo, no hay lecho para tu experiencia.
(ya no queda más de tu hambre
en mi imagen).
100
QUE NO ES NI MÁQUINA NI RELATO
Ahora del perdedor, en el ojo molido,
en los labios muertos en salmuera;
la lengua sesgada de estepa dice:
lo amado es en la mortaja encubierta, la fosa
que viste el viento y el deseo de las monjas,
y es lo que en la piedra habla el hielo.
Deseo que en la falta retorna
y no es ni máquina ni relato,
ni cosa alguna que un alba aliente.
Finitud que en pliegues de tiempo escindido
deriva en ron y en el veneno de lo indecible, trozos
que negados arden en sueño.
Es lo Uno, de piedra en mi hígado.
Habrá otros cuerpos, otras hondas miradas
de la gusanera y el crematorio,
habrán los signos sensibles y las falsas
fotografías donde inventar las múltiples infancias,
habrá un hoy de analgesia,
en los umbríos pasillos de la memoria.
AMORES CONTRARIADOS
Paranoide, el coro canta
a los amores contrariados,
un basural que crece bajo soles fríos
poblado de heladeras y viejas carcazas
de computadoras.
¿Alguien escucha bajo las gaviotas hambrientas
el susurro de tu hemorragia?
¿Alguien descifrará lo que en mi paladar
se hace animal marino?
101
En las úlceras de noche cavo pozos
y los relleno con restos de madre
y ética protestante. Soy proactivo
en la miseria, y es un presente recursivo:
dejo mi cuerpo donde el tuyo se fuga.
Nada aparece en estos albañales de narcisos.
sólo algunos perros cimarrones
con nostalgias de vertedero.
En esos pasajes –hechos de material urbano
y coironales- he visto a godot perdido.
Y nada como tu aparición en las escaleras,
nada como esa condición abyecta
de estar en el mundo.
Amor como una nostalgia de Ahora donde nada sucede, o
es tiempo difuso en estepa:
ni tedio, ni épica ni valor de uso,
lo que deja al sujeto como un reflejo en las salinas,
algo que ronda las osamentas,
y se pierde en los rumores
de un superhombre deprimido.
Ya sé: todo está y no está, y lo que estás diciendo
no es más que hipertexto tóxico, ya sé.
Me quedaré quieto en las aguas servidas
de un documental sobre Shakespeare,
seré defragmentado y nodo deshabitado, seré
el enunciado del mercadeo en las madrugadas desiertas,
siempre disponible para lo que el amo hable
en mi entrepierna.
EJERCICIO SOBRE UN OBJETO PERDIDO
¿Qué miradas se vuelven sólidas a las cuatro de la madrugada?
¿Qué asecha en los espejos del ascensor?
¿Qué susurra en las cañerías colapsadas?
102
¿En qué boca desnombrada se abisma el linaje?
Hay hombres porque hay suelo en duda.
En el desmantelamiento, las cabezas parlantes simulan
una patria. Los hijos de las malas tetas secan la tierra
con histerias de bajas calorías. De máscara a máscara
se escribe la dramaturgia de monoambientes y odontólogos,
un bestiario de seres quietitos a orillas de las pantallas,
en hemiplejías temporales, solos sin soledad siquiera.
Jorge Alegret nace en Mar del Plata, Argentina, en 1957. En 1973 comienza a publicar en
diarios y revistas de la zona (Recienvenido, Viento, Ventana al Sur, diario Crónica de
Comodoro Rivadavia) relatos y
ensayos sobre literatura patagónica. En esos años participa en la
fundación del diario El Faro, de
Caleta Olivia, clausurado por la
dictadura militar. En 1981 recibe
la mención en el concurso Roberto Arlt de Comodoro Rivadavia
por la novela corta Fragmentos
del último día en la vida de Mateo Arancivia. En 1995 recibe el
premio Nueva Generación de
poesía en Capital Federal. En
1997 es incluido en la III colección de Autores Contemporáneos de la editorial Embajada
de las Letras. En el año 2010 la
Gaceta Virtual (http:/apatomoi.blogspot. com), de Santa Fé, dirigida por Norma Segades,
publica “Ángel come ángel”, en el marco de la Antología Poética Argentina – tomo
primero, y edita algunos de sus trabajos en el número 6 de su publicación periódica. En
el año 2011 es editado por el Centre d´estudis Agora, de Madrid, España, que premia su
trabajo “Poetiqa” y lo edita en el marco del I Premio Internacional de Poesía Asociación
Ágora Castellón (www.agoraestudios.com). La Editorial El Mensú Ediciones (Darío
Falconi, Córdoba, Argentina) publica su libro La Intemperie.
103
Umberto Boccioni
104
Construcción en espiral (1913)
105
Mujer en el café (1912)
106
Estado de la mente: Aquellos que se van (1911)
107
Estado del ánimo: Los adioses (1911)
Umberto Boccioni nace en Reggio de Calabria, Italia, en 1882. Pintor, escultor y teórico,
Boccioni fue uno de los máximos representantes del movimiento Futurista. En 1901 se traslada
a Roma y conoce a otros pintores que también
pertenecían a este mismo movimiento. Pasó
algunos años en París, Rusia, Padua y Venecia.
En 1910 es uno de los firmantes del Manifiesto
Futurista. Teórico del grupo en lo referente a
las Artes Plásticas, publica en 1912 el
Manifiesto técnico de la escultura futurista.
Boccioni estuvo muy influído por el cubismo,
108
pero decidió abstenerse de utilizar líneas rectas
y recurrió a los colores complementarios para
crear un efecto de vibración. En su pintura,
como puede verse en Dinamismo de un ciclista
(c. 1913, Colección G. Mattioli, Milán), expresa
la sensación del dinamismo presentando una
secuencia de varios movimientos al mismo.
Falleció el 16 de agosto de 1916 en Sorte,
Verona, a consecuencia de una caída de caballo
durante unas maniobras militares. En el
libro Pintura escultura futuristas (1914),
Boccioni profundiza el tema al teorizar
sobre los aspectos que encierra el “dinamismo plástico”: movimiento absoluto y
movimiento relativo, líneas-fuerza, compenetración de planos, uso colorístico de
complementarios y simultaneidad. En suma, para Boccioni el artista futurista se ha
enriquecido con “una fuerza psíquica premonitoria que otorga a los sentidos la potencia
de percibir aspectos –de lo real– que hasta el momento no se habían percibido”; por ello,
el pintor debe representar el mundo invisible, aquello que “el pintor clarividente ve”.
Este proceso de conocimiento –presumían los futuristas– llegaría a ser natural en un
futuro mediato.
(Fuentes:
http://www.taringa.net/posts/imagenes/4679724/Umberto-Boccioni-pintorfuturista.html
http://www.esteticas.unam.mx/revista_imagenes/rastros/ras_saenz01.html)
Francisco Cabanillas
¿QUÉ EN PAZ DESCANSE?
En el terreno existencial carnal… los ejercicios espirituales invitan a la promoción de
un erotismo solar, de un vitalismo lúdico y
de una pasión gozosa.
Michel Onfray
Las familias están llenas de espíritus,
fantasmas, demonios y entidades.
Alejandro Jodorowsky
Literatura habré de ser yo
Cuando se apague la lámpara.
Francisco Matos Paoli
El ataúd de la madre
Se ha ido llenando de lagartijos…
Yván Silén
E
n la funeraria. Los más
materialistas, como el filósofo hedonista Michel
Onfray, autor de la serie de ocho
tomos, Contrahistoria de la filosofía,
miran de reojo y se mantienen a
distancia. Aunque desean que así
fuera —la yerba mala no muere,
dicen—, saben que la metafísica no
ha muerto. Por eso, se acercan al
féretro con la certeza de que, cerrado
como está, la caja está vacía por dentro. Hueca. Onfray husmea. Con uno
de sus libros en la mano, Teoría del
cuerpo enamorado. Por una erótica
solar (2002), tantea la entropía; y
apuesta por la carne. Los sentidos. La
ética. La sinestesia.
Cuando oye a los idealistas
hablar de la literatura de Borges —el
ciego—, se tapa la nariz, como si
“Borges y yo” (1960) apestara a podrido. Antimetafísico rabioso, Onfray aboga por la novela autobiográfica, la cual, desde la plenitud del
cuerpo, da cuenta de “la potencia de
existir” del filósofo, cuya “egodicea”
consiste en esculpir el decir y el actuar para que estén a tono con un
hedonismo ético y estético. Onfray
escupe tinta sobre el papel tachado.
Veneno; raticida contra la metafísica
de los patricios, cuyo padre, Platón,
el filósofo hedonista no se cansa de
combatir desde el materialismo.
Metafísicos, los libros cerrados se preguntan por los orígenes
del ser. ¿Por qué hay algo en vez de
nada? Las velas se velan movidas por
el viento de la duplicidad. Las preguntas estallan hacia dentro, como
los agujeros negros; gravedad que
“curva el lenguaje” y oscurece el
silencio. Los que vinieron al velorio
de la metafísica de Platón, creyendo
que la posmodernidad había terminado con los mitos y las esencias,
reculan ante la presencia de Alejandro Jodorowsky, que llega vestido
de negro, con el sombrerote del guía
espiritual que aparece en los pri-
109
meros minutos de su film, La montaña sagrada (1973).
Como inventor de la psicomagia, Jodorowsky mira de reojo al filósofo normando (Onfray). El materialismo de este no enfatiza la centralidad del inconsciente ni la potencia
de la fe, ambos necesarios para que
la poesía limpie al sujeto enfermo y
lo abra a la cura milagrosa, la cual
resulta del simbolismo que consume
el inconsciente, modus operandi de la
psicomagia: la metáfora. Jorodowsky pone las cartas del Tarot de
Marsella sobre el féretro; Onfray se
ríe, ahora con su Tratado de ateología (2005) bajo el brazo. Metafísico,
el psicomago dramatiza una danza
de la muerte con el psicopompo.
¿Quién habla de “la Moira” en
Puerto Rico?
Ante la libertad metafísica de
la psicomagia, el materialismo recrudece la navaja: mientras menos fábulas, dice Onfray, mejor para el “efecto de lo real.” En vez de la ausencia
lacaniana, siempre metafísica, el
hedonismo materialista de Onfray
subraya la presencia rebosante del
cuerpo y su libido; en vez de la resta
metafísica, la psicomagia de Jodorowsky se vale del platonismo otromundero. Donde el materialismo se
resiste a creer en otros universos, la
psicomagia necesita fe en la poética
de la curación simbólica.
Jodorowsky se transmuta en
gurú metapoético; al final de la película, La montaña sagrada se desnuda cinematográficamente frente a los
que vinieron al funeral de la meta-
física, quienes, impúdicos, aceptan
por curiosidad académica el juego
del mago chileno. Aflora la lectura
simbólica del inconsciente; su lenguaje metafórico florece. La metafísica de sanación, invitación al otro
sentido que hace el psicomago, prevalece sobre la materialidad Inmanente del cuerpo a secas, sin fábulas.
¿Se viste Onfray de negro?
En la biblioteca. A pesar de
que por un lado el materialismo
hedonista ratifica el efecto placebo
—Onfray dice que la medicina lo
debe hacer parte del tratamiento—; a
pesar de que por otro lado su erótica
solar supone la práctica de ejercicios
espirituales a través de la lectura, al
cabo de los cuales acontece una “cura
de sí reflexiva,” el encuentro entre el
filósofo y el psicomago le saca
chispas a la metafísica dominante.
Como una autógena existencial, la “zona de contacto” entre el
hedonista y el mago chisporrotea
colores que la noche hace más dramáticos: cornucopia de una turbulencia cargada de poesía. Las películas canónicas de Jorodowsky —Fando y Liz (1968), El topo (1970), La
montaña sagrada (1973) y Santa Sangre (1985)— se enredan con el primer
libro de Onfray, El vientre de los
filósofos. Crítica a la razón dietética
(1999). Del chisporroteo, salpican
plumas de fuego que van a parar a
las páginas de otros libros, alineados
en la mesa de lectura de la Biblioteca
de Nueva York, Quinta Avenida y
Calle 42.
Libros como La poesía como
110
libertá (1992), de Yván Silén, compuesto de cinco poemarios, se llenan
de humo; sobre todo esta pare de “El
libro de los místicos”: “Amara, tú
que masturbas a Dios, / ¿para qué
me tocas?” Como “místico ateo en
estado de rebeldía,” Silén escribe
contra el poder dominante del platonismo cristiano: “Es escandaloso que
el cuerpo de Cristo, la iglesia, se
parezca a la ramera política que es su
apoliticismo. Desde aquí, desde esta
prostitución de la iglesia, las putas,
los portadores del SIDA (ángel de la
muerte), pueden ser metafísicos,
pueden ser mensajeros de Dios
(como los ángeles apocalípticos)…”
Las páginas del poemario neomístico se prenden en fuego: “¡Me
hospedo, / lo sé, entre la ciencia y el
misterio.”
Como Jodorowsky, Silén se
confiesa: “¡Yo que quise ser Dios, no
pude!” A diferencia de Onfray, rebosante en su corporalidad atea,
Silén, ateocristiano, se declara neomísticamente vacío: “Déjame exilio /
porque en esta nada / en que soy el
todo / los muertos me hablan dementes / por el sueño.” En vez del
perro filosófico de Onfray, el gato de
Silén: “¡Yo que quise ser Dios, no
pude! / ¡Michu! / ¡Michu!” Los libros
que están sobre la mesa arden en una
bola de sol metafórico. Excepto La
poesía como libertá: “Yo que soy sida
de Dios, / metafísicamente bebo / las
aguas contaminadas / de San Juan.”
Ojo de la tormenta. De otro
poema de “El libro de los místicos,”
salpican luciérnagas de lumbre:
“Estoy contento de estar triste. Estoy
/ feliz de no ser sino el tiempo sido.”
La poesía de Silén se derrama sobre
los libros quemados de la biblioteca:
“Soy humilde como / un asesino.”
Como el semen, la poesía cubre los
textos de tiza, igual que en Las
muñecas de la Calle del Cristo (1989),
tercera novela de Silén.
De la biblioteca nuevayorquina, el humo libresco ¿y metafísico?
sube hasta la frontera sur del Central
Park, en la Calle 59, donde aparecen
en una galería insospechada las
esculturas de Bruno Catalano, artista
ítalo-francés: cuerpos carcomidos de
viajeros sin estómago y sin sexo,
huecos, transparentes, vacíos, que se
desplazan con el equipaje —la maleta, que es de donde se sostiene, a través de la mano, la parte superior del
cuerpo carcomido del viajero metafísico—. Transparencia corporal.
Hombres vacíos que se mantienen firmes en su viajar (¿para
dónde van con tanta autodefinición?). Los viajeros de Catalano viajan a la velocidad de la metafísica
que los atraviesa y los perfora sin alterar su definición de trashumantes.
Nada los perturba en su devenir de
seres transparentes, por los que pasa
el humo de los libros quemados:
efecto Magritte.
Nubes de polvo que pronto se
estrellan contra el ojo de una tormenta tropical, la cual ataca desde el
expresionismo botánicorriqueño de
Arnaldo Roche Rabell: universo de
hojas acechantes y quizás también al
asecho. Biocentrismo político; detrás
111
del cual se esconde una cara en pena,
agónica, que arde en el deseo de una
identidad prohibida. Cuerpo cubierto de hojas, enmascarado, rodeado
de helechos, en pose de guerra;
alarido sordo de un ataque floral.
“Física de la metafísica” (Onfray).
Ojo de una tormenta que se lanza
contra el centro del temporal, dando
vueltas como un trompo que pierde
la calma y se ahoga finalmente en
una laguna de hojas secas.
Un puñado de azul rubendariano, atravesado de helechos blancos que parecen alambres de púas,
hace sangrar la “botánica del deseo.”
De esa leche surge el Adán (1991) de
Nick Quijano: un primer hombre
que tiene poco de primero, pues,
reciclado como está, se hace con el
detrito industrial de las suelas de
zapatos que llegan a la playa de La
Perla, en el Viejo San Juan. Antimetafísico, Adán se mira en los espejos
que pueblan la pintura de Roche
Rabell, la poesía de Yván Silén y el
cine de Jodorowsky: “Han encendído la luz / en el espejo” (Silén). Adán
camina como un loco por el Central
Park, hasta que se tira a descansar
bajo una sombra literaria, adánica,
más allá de la cual las ratas y las
ardillas del parque se confunden en
la luminosidad de la tarde. Sol que
las alumbra cuando pasan, bífidas,
con comida en la boca.
Justicia poética. La botánica
del deseo (2008) se explaya en los
jardines de Epicuro, donde gusta
sem-brar su autor, Michael Pollan.
En cada una de las plantas que se
come y se fuma, manda el placer; de
lo dulce en la manzana, de lo bello
en los tulipanes, de la embriaguez y
el olvido en la marihuana, y del control en la papa. Botánica del deseo
(Pollan): ¿metafísica de las plantas
que logran que el hombre esparza
sus semillas? ¿Física de la botánica
que sabe tocar el deseo humano? ¿Simiente o semen? No es hacia los orígenes, gritan las plantas, sino hacia
el futuro, ruta sine qua non de la evolución. La clorofila se ríe de los
platónicos, quienes definen el saber
en función de la memoria: recordar
lo que siempre ha estado ahí. Sobre
todo, se ríe la clorofila de la marihuana, cuyas carcajadas truecan el
original por la copia. La botánica del
deseo choca con la botánica de lo
agónico; el hedonismo y lo crístico se
repelen, como en la “devoción secular” de Timothy Brennan.
La metafísica busca rutas para
llegar a los orígenes: punto de encuentro entre lo de fuera y lo de dentro. Grado cero entre apariencia y
realidad. Zona de un verde imposible, que mancha la filosofía de
amarillo: vómito de maíz que le cae
encima a la poesía mesoamerica-na,
dañada por los agronegocios de la
posmodernidad neoliberal. Metafísica de una física transgénica que
se cae a trozos: resta de ecosistemas.
Reducción de la diversidad. Veneno
pintado de fresa, sin chocolate. Eco.
La botánica corporativa le declara la
guerra al maíz de Quetzalcóatl. La
literatura centroamericana tiembla.
Una novela, Hombres de maíz (1949),
112
se retuerce en la biblioteca pública
de Nueva York; su autor, Miguel Ángel Asturias, repite imposiblemente
lo que grita Eduardo Galeano: ¡el
mundo está al revés!
Lo inesperado acontece frente
a los libros del realismo mágico. La
política de lo político, entendiendo
lo político, según la crítica de
Enrique Dussel, como dominación,
ataca desde la agricultura: los agronegocios disparan contra el maíz de
Mesoamérica. De sus derivados moleculares, se crea una industria que
al cabo del tiempo lo abarca todo.
Metafísica. Monsanto se apropia y
explota el maíz de Quetzalcóatl. Michael Pollan se lanza al ruedo de los
neologismos: en inglés, cornification
significará la brutalización corporativa del maíz. Hacerlo base, como
edulcorante y conservante baratos,
de toda la comida procesada y chatarra. Clave de una metafísica brutal:
ingesta que enferma. La comida procesada y barata que produce el neoliberalismo posmoderno, está, según
Pollan, marcada por el maíz y sus
nefastos derivados químicos: ¡jarabe
de alta fructuosa! (el peor). ¿También las bebidas, las vitaminas, las
enemas?
La novela de Asturias se retuerce: los hombres de maíz no son
más los mesoamericanos, sino los
usamericanos, hacedores de la corporatocracia que lo cornifica todo con
high fructose corn syrup: la carne, las
sodas, las golosinas, el pan, los
postres, las medicinas, ¿el champú?...
¡Sarna transnacional!
En las megafincas de los magnates,
las vacas —¡herbívoras!— son alimentadas con maíz transgénico.
Metafísico, Platón se muerde la cola.
Bilingüe. Los perros filosóficos de Onfray ladran; los gatos poéticos de Silén maúllan; los enanos de
Jorodowsky…
Vuelta a la caribeñidad. Los
perros del artista dominicano, José
García Cordero, nos reciben, en Welcome to the Caribbean (1995), frente a
la playa, subidos a nueve troncos
truncos como si fueran serpientes
enroscadas en su veneno: ¿esperan el
regreso de Cristóbal Colón a las
Antillas? Perros que miran como
nueve vigilantes con hambre ancestral. Metafísica. Dominicanidad ladrada desde París; rostro que se
plantea, en Autorretrato como perro
desollado (1998), en Perro rojo (2010),
como una de las caras de lo siniestro.
Perros lambones, les llama el artista
que los pinta con lenguas largas.
¿Muerde la adrenalina o la bilirrubina?
El universo canino de García
Cordero ladra en español cuando
huele el disparate metafísico, que es
siempre político: en una típica casa
playera caribeña —como las que
pinta el boricua Rafael Ferrer—, casa
de dos ventanas, una a cada lado, y
una puerta en medio de las ventanas,
el perro lambón se asoma por la
puerta de entrada para recibir al que
toca, mientras los amos permanecen
—¿casa tomada?— cada cual tras su
ventana. En Bilingual Dog (1993), el
113
mismo perro mira de cerca con una
lengua bífida: bilingüe.
Ritmo. Apoteosis. Hartazgo.
La metafísica se pone las botas con el
libro de Antonio Benítez Rojo, La
isla que se repite. El Caribe y la
perspectiva posmoderna (1989): vuelta al “discreto encanto” de la unidad
primigenia. Una isla virtual, sin
fronteras, sin principio ni fin ni
centro, abierta al flujo de los “Pueblos del Mar,” que no hace sino
repetir, en sus muchas geografías, su
telos: el conjuro de la violencia
mediante la puesta en práctica de un
performance poético. Ser “de cierta
manera” premoderno, moderno y
posmoderno. Metafísica de una
cultura que negocia su presencia
desde el ritmo: realidad (la del ritmo)
que, según Benítez Rojo, precede la
presencia del tambor.
Performance de una epistemología que suma en vez de restar; sabor de un saber antiguo que desborda la razón instrumental: “Esto para
decir que el ritmo, en los códigos del
Caribe [dice Benítez Rojo], precede a
la música, incluso a la misma percusión. Es algo que ya estaba ahí, en
medio del ruido, algo antiquísimo y
oscuro a lo cual se conecta en un momento dado la mano del tamborero y
el cuero del tambor.”
Metafísica de una cultura cuya
política es poética.
Desde Nueva York, la presencia antiquísima y oscura del ritmo
caribeño se deja sentir entre los poetas más melómanos. Final del apocalipsis: la poesía nuyorican habla de
una imantación poderosa que mueve
edificios, atraviesa apartamentos y
perfora techos. ¡Cocinas supersónicas! En poemarios como Snaps
(1969), de Victor Hernández Cruz, la
poesía se mira en la presencia de la
música popular: una política contra
el poder, la violencia y la exclusión.
Cuando el poeta escribe, la poesía
pega tiros “dúsmicos” (los cuales,
según Miguel Algarín, transforman
lo negativo en positivo).
Entredad. Filósofos, poetas,
músicos y gastronautas discuten El
gay saber (1882) alrededor de una
mesa colmada de platos, entre los
que cabe señalar la cornucopia marítima de José García Cordero, Delicias (2007), Apiñada (1992) y Sofrito
(2005) de Nick Quijano, y algunas de
las calabazas que brotan de los
pianos orgánicos en la pintura de
Pablo Marcano. ¿Gritería o silencio?
En vez de matar la metafísica,
dice Silén, Nietzsche mató al poeta.
Silén pone su segunda novela, La
casa de Ulimar (1988), al lado de
Sofrito (2005), de Quijano, abierta en
la parte donde María, madre de
Jesús, prepara un sofrito boricua. Por
más concreta que sea, le dice un
músico al poeta, la poesía desemboca siempre en lo metafísico del ser
que se sabe —en los dos sentidos—
nada ( “adan” al revés).
Los gastronautas piden música
de Noro Morales. Los filósofos hedonistas bailan alrededor del fogón,
parecido a La olla (1960) pictórica de
Samuel Sánchez. Silén escribe un
soneto en una servilleta. Cuando la
114
filósofa de ojos azules —¿La
hermafrodita (2012) que pintó
Silén?— lo lee en voz alta, el poema
se transforma en prosa poética:
Los perros de Onfray maúllan, los
gatos de Silén ladran y los enanos de
Jodorowsky se suicidan. Nací de espalda como si estuviera equivocado.
Nací escribiendo como si soñara.
Dios era el zen panteísta de los locos.
La nada me estaba mirando a los
ojos. Y Celan movía sus caballos
contra Heidegger; el sofista creía en
los poemas de Hitler. La nada está
alimentando a los poetas. Las madres están alimentando a las gárgolas. La Fama está alimentando a los
cadáveres. Los espejos le ladran a la
muerte. Los perros se han llenado de
rosas mustias. Celan... está jugando
a los caballos (Silén).
La metafísica se hace literatura
—ensayo— que descree de la
metafísica. Los libros se alborotan en
su tinta, como el pulpo. Salpicón de
letras, como estas hilachas de
Francisco Matos Paoli: “A medida
que el tiempo transcurre y se hace
como una especie de nada, me voy
desengañando de la permanencia de
la poesía. O mejor dicho, de la poesía
que se transforma en literatura.”
Estruendo; ladrido ensordecedor,
coces. ¿Se soltaron los caballos de
Celan o de Silén?
Los sapos de Jodorowsky, que
en La montaña sagrada (1973) protagonizan la conquista de Tenochtitlán (1519-21), se meten en la
primera novela de Silén, La biografía
(1984), en la cual el narrador les da de
comer (a los sapos) en el Central Park
de Nueva York; mientras tanto, en la
escena 65 de La inocencia del devenir
(2009), guión cinematográfico sobre
la vida de Nietzsche, Onfray escribe:
Enero de 1889. En una calle de Turín,
un hombre golpea violentamente a su
caballo en la cabeza. El caballo
relincha, dolorido. Nietzsche se
precipita hacia el animal para
protegerlo de los golpes y aparta al
hombre con un ademán violento. El
hombre trastabilla y cae, atónito, ante
la violencia verbal del filósofo, quien,
alucinado, vocifera… Lo condeno a
usted a los leones de Venecia: ¡que se
lo coman!... ¿sabe usted quién soy?
¡Atrás! ¡He sido Buda en la India,
Dionisio en Grecia… Alejandro y
César son mis encarnaciones, como lo
fue el poeta Shakespeare… También he
sido Voltaire y Napoleón y,
probablemente, también Richard
Wagner… No se ría usted, o llamaré a
Bismark para hacerlo fusilar…
Entre la presencia y la ausencia, la superficie y la profundidad, el
devenir y la esencia, los filósofos del
“gremio” (platónicos en su salsa) patean impacientemente contra las esquínas del Caribe suelto y revuelto.
Desde un poema inédito, el poetafilósofo caribeño (Silén), autor del
ensayo Nietzsche o la dama de las
ratas (1986), les ladra como un gato
que maúlla frente al caballo del loco
de Turín (Nietzsche): “¡malditos…
los que trafican la poesía!” (Silén).
115
Coda. “Física de la metafísica”
(Onfray).
El eco de un poeta muerto en
Lisboa en 1935 (Pessoa) apaga las
luces y cierra los libros (y los ojos):
“Bastante metafísica hay en no pensar en nada.”
El ensayo poético ladra (Silén
maú-lla: “¡Michu!”).
Eco: ¡en paz no descansa nada!
116
Francisco Cabanillas nace en Santurce, Puerto Rico, en 1959. Estudió filosofía (BA) y
literatura española/hispanoamericana (MA) en la Universidad de Cincinnati; en la
Universidad de Storrs, Connecticut, obtuvo su Ph. D. en literatura española/
hispanoamericana. Desde 1991, enseña en
Bowling Green State University. Ha
publicado los siguientes libros de ensayo:
Escrito sobre Severo (1995), Pedreira
nunca hizo esto (2007), K-lores del trópico: ensayos transboricuas (2012) y Ensayos silenistas (2014). Pedreira nunca
hizo esto ganó el premio para el ensayo
en el Primer Certamen Literario (2006)
del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
Ana castañer
De: CASCADAS DE ESTRELLAS EN LA NOCHE
(Selecciones)
117
III
No quiero perderte,
sentir mi vida vacía en ti, sería morir
en la oscuridad del sol.
Amor, refresca mi alma con gotas
saladas de mar,
y deja que la arena que se escapa
de los días,
caiga y repose en las dunas de la playa.
Desde allí podremos ver,
el cielo en lo alto, y las canciones de agua
que murmuran las algas, corales
y peces,
serán nuestro eco amoroso en
el tiempo vacío.
Así, sin miedo a perdernos en el ser y la nada,
seremos eternos, puros, fugaces,
sabios del DAR y del DARSE.
Flotaremos, y otras semillas
de vida, serán nuestro ensueño,
de ser sólo UNO.
IV
En el transcurrir del tiempo
me reconozco contigo,
ya no soy, somos.
No sé, cuando ocurrió esto,
pero hoy, no podría saberlo.
Muchas veces he soñado contigo.
Por un sendero bordeado de
Árboles altos (creo que eran abetos)
Íbamos los dos,
De la mano, seguros, firmes,
sinceros.
El camino era largo
y había bruma entorno,
pero no nos daba miedo
y siempre seguíamos
juntos caminando.
Quisiera mirar más allá,
para saber que al final
del camino,
otra vez como al principio
mi mano y tu mano
seguían unidas, como nuestras almas,
como un solo suspiro.
X
Podría hundir mi mano
en el manantial de tu alma.
Podría mirarme en el estanque
de tus espejos,
y verme a través de tu fondo.
Podría entreabrir tus recodos
para encontrar tu ternura de mí,
y en tus manos trozos de viento
pizarras con palabras escritas
de todo lo que yo te dicho.
Podría enmarcar tu rostro
con mis ojos,
y poner una rosa en mis palabras,
un viento azul en mis ecos
y esperar abrazos de tus labios.
Y al dragar el río de tu alma
encontrarme yo, como al borde
del precipicio,
y el puente de tus manos,
118
asiéndome para no perderme
como el agua de una fuente
se va y se va…
pero permanece eterna en su fluir.
Yo quiero ser eterna como el mar.
Diferente, fugitiva, como las olas.
Pequeña, blanca, como la espuma.
Mañana y noche de tu horizonte.
Eterna, siempre eterna para ti…
XI
Mis pasos son tus propias huellas,
Pisadas en la arena que
han dejado ya, un largo sendero
marcado.
Un ir y venir de las olas,
las borran dulcemente
para que nadie mancille,
el amor de un tiempo irrepetible.
Y en ese mundo nuestro y único
transparente y cálido,
entrelazados de algas y helechos,
sin tiempo y flotando,
quiero abrir tus ojos y tu alma
a mi entrega por ti.
Y el fluir de las aguas sonará eternamente
en pequeños susurros diciéndote:
que sólo yo, soy tú y que mi existencia
y mi horizonte sólo son
si tú vives en ellos.
XVI
Cuando el mundo se rompe
y estalla tu alma en mil pedazos
el vacío, el silencio, el temblor y
el miedo,
te hunden en la sima del horror.
119
Escribo con mano titubeante,
dándole vueltas a la cabeza sin
saber que hacer. El eje de mi vida
ha desaparecido y de pronto,
estoy tan desorientada y tengo
tal nudo en la garganta que
no puedo ni llorar.
La memoria de recuerdos felices
me producen una mueca
y la burla y la estafa son
sinónimos de años de vida,
y ahora muerte, desolación,
agonía.
XVIII
Creer, creer en algo,
en alguien, creer en vivo,
que en ese reflejo que me devuelve
el espejo pueda reconocerme
como persona.
Creer que puedo dormir sin caídas
en el empedrado de la noche.
Dormir sin la pesadilla de
la burda hipocresía de los hombres.
Creer que tienen sentido mis pasos
y que el cielo seguirá mañana allí:
con sus nubes blancas, ceniza y rojas,
sus gotas de lluvia y el hielo
de muchas almas.
Creer en los silencios de las bocas
Abiertas, sin palabras, con muecas hacia dentro.
XXI
FICCIÓN DE MEDIDA INCONMENSURABLE,
latidos infinitos de un corazón
inexistente.
Agobio hacía la muerte
120
sacrificio de la nada.
Tic tac enloquecedor
nebulosa de un ¿por qué?
Cerco de las vidas,
Fortaleza inespugnable,
cadena, rueda sin fin,
“algo” que se escapa. Impotencia, RABIA y NADA.
121
Ana Castañer Pamplona posee un extenso un currículum vitae. Doctorada en Psi-
cología Clínica y en Psicología Social, es Pedagoga y ha sido profesora de E.G.B.
(Enseñanza General Básica). Diplomada de Derecho Inglés y de
la Liga Española Contra la Epilepsia, diplomada de Jornadas
Internacionales de Psicología Infantil, Medicina de la Educación
y Pedagogía Terapéutica, y también ha ejercido en política. Es
Presidenta de la UNICEF, en Teruel, desde hace 8 años, y Miembro del Movimiento por la Paz y
el Desarme y la Libertad en Teruel. Ha colaborado en TVE, en el
programa "La Noche" de Fernando Sánchez Dragó, en Diario de Teruel, y ha publicado varios libros. Como
artista, trabaja la cerámica, la caligrafia y la pintura. Entre éstos: Teruel:
Historia y Arte, Las huellas del pasado, El jamón y la matanza y El color de la
ira. Ha expuesto, tanato individual como colectivamente, en Japón, Nueva York,
Holanda, Francia, Taiwan, Alemania, China, Italia, Polonia, Noruega, México,
Panamá y Venezuela. Tiene obra permanente en varias galerías españolas.
recomendamos: POESÍA
Sally Rodríguez. ANIMAL SAGRADO. Santo Domingo, Edición de la
autora, 2013
El maridaje de lo sagrado y lo profano está presente en este cuarto poemario de la
aeda dominicana Sally Rodríguez (Estancia Nueva, Moca, Repúbica Dominicana,
1957). Aquí, la tesitura albergada en
cada una de estas palabras de creación
pura nos remonta a un plano superior
de la existencia. Desde el cuerpo y lo
erótico, en la poesis de Rodríguez opera
una profunda consciencia de la naturaleza humana que se desplaza a través
de la densidad del cosmos. Animal Sagrado se decanta, sin ambages, por un
minimalismo neomístico, consagrado
al misterio del cuerpo, que va en busca
de una ascesis gozosa que se dispara
como un fogonazo de luz hacia la
espesura de lo trascendente.
EL HUMO DE MI VOZ
Hacia el humo fluyó mi ser
casi sin voz
Solo la sangre aún persiste
como un hilo que no cesa
y aún llama
Mas Dios
Él viene a mí
desata olor y viento
la mansedumbre de los rostros
y la estela sigilosa de unos pies
húmedos que regresan
122
Hugo Mujica. CADA HOJA QUE CAE. ANTOLOGÍA. Concepción, Chile:
Ediciones LAR, 2011.
La presente muestra antológica del poeta argentino Hugo Mujica (Buenos Aires,
1942) recoge su producción poética desde Sitio del Silencio publicado en 1983
hasta Y siempre después el viento,
editado por Visor en 2011. La transparencia del mundo, la vaciedad del ser
y el sempiterno tiempo de la noche son
algunos de los temas que Mujica baraja como un prestidigitador de palabras. Se da cita en esta antología de
Mujica una pertinaz asintonía del
alma, plegada al devenir insoslayable
del silencio, donde la ausencia se
transforma en el náufrago temblor de
la presencia. Los poemas que forman
parte de Cada hoja que cae confronta
al/a la lector/a con la otredad de su
existencia en la incesante circularidad
del tiempo humano.
EL DESIERTO DE CADA DÍA
En el desierto de cada día el viento
borra las huellas de todas las
caravanas, barre los pasos de dios en el
paso de cada hombre, borra las huellas
de todos ellos en el desierto de cada
mundo.
En el desierto de cada vida hay una
huella que nada borra: la del desierto de
cada vida, la huella que el viento traza.
123
Esthela Calderón. COYOL QUEBRADO. Managua, Nicaragua: 400
Elefantes, 2012.
“Escupe tu semilla y sabrás de qué estás hecho.” Este verso primer verso del poema
inicial del libro, titulado, ADN sirve de
algo más que un introito a Coyol quebrado. Este verso nos introduce al mundo etnobotánico de la poeta, que es también la entrada a la totalidad del ser, que
ha sido desfasada por el antropocentrismo y eso que el psicólogo Richard D.
Ryder denominó “especismo”—que consiste en la ficticia superioridad, incluso
moral, del ser humano sobre los demás
seres vivos. La voz de Eshtela Calderón
(Telica, León, Nicaragua, 1970) se instala en la organicidad de lo verde para
hacer crecer desde allí una poética emergente de la tierra. La semilla del Coyol es
una metáfora del origen y un recordatorio de la libertad absoluta del mundo natural que el ser humano ha intentado quebrantar con la práctica y el dis-curso de llamado progresismo. Muy bien
lo dice la poeta implícita en el poema “Los arbóreos”: “Deidades primarias en un
ars de libertad/ sin la llegada de la desventaja humana.”
LO MERECIDO
La frase terrible que nunca hemos pronunciado
es igual a la flor Veranera azul que desconocemos.
De la que no acertamos ni su tamaño, ni su forma,
ni el látigo con que nos arrinconará en el futuro.
Lo nunca dicho es no saber
que el peso de las palabras mueren
en la cara de lo inapreciable.
Así, la flor no encontrada
se trasnformará en lejanía y rechazo.
En cambio, lo nunca dicho
subirá los epitafios hasta la frase terrible
que todos merecemos.
124
Steven F. White (Ed.). EL CONSUMO DE LO QUE SOMOS: MUESTRA
DE POESÍA ECOLÓGICA HISPÁNICA CONTEMPORÁNEA. Madrid:
Amagord Ediciones, 2014.
En el prólogo de esta innovadora y necesaria muestra antológica, advierte el
crítico estadounidense Steven White
(Abbington, Pennsylvania, 1955) que la
crisis actual del medioambiente precisa, además de decisiones sociopolíticas y tecnológicas, de una respuesta estética. Este notable estudioso de la literatura latinoamericana y propulsor
de la ecocrítica, congrega en este volumen a cinco poetas que propugnan los
valores de la koinonía con el mundo
natural, la biofilia y la ecociudadanía.
El signo de lo estético en este libro no
está desligado de una impronta ética
participativa, que coloca al ser humano en una relación horizontal con los
demás seres vivos. De esta manera, la
poesía del mexicano Homero Aridjis,
del colombiano Juan Carlos Galeano,
de la nicaragüense Esthela Calderón,
del chileno Jaime Luis Hienún y del español Jorge Reichman se encamina a
desfasar la escepcionalidad humana
del centro que ha ocupado a través de
la historia, y reinserta al homo sapiens
en una vertiente diferenciadora basada
en un nuevo modelo biocomunitario. Es aquí donde entran a colación los saberes
nativos que lejos de una forzada imagen folclórica impuesta desde la modernidad,
se transforma dentro de la poesía de estos cinco cultores de la palabra en una
nueva e imperiosa espisteme.
Un tigre he dibujado
en el arroyo
para que el agua libre
(Jaime Luis Hienún, “Envíos”)
125
Alexis Gómez Rosa. TRUENO ROBADO (HAIKUS Y OTRAS
JAPONERÍAS). Santo Domingo, República Dominicana: Editorial Gente,
2013.
Alexis Gómez Rosa (Santo Domingo, República Dominicana, 1950) es uno de los
poetas más originales, novedosos y
vanguardistas de la poesía latinoamericana actual. Así lo testimonia:
Oficio de post-muerte (1973), Pluróscopo (1977). High Quality, Ltd.
(1985), Adagio Cornuto (2000) y La
Tregua de los mamíferos (2005), por
mencionar algunos de los libros más
notables de su vastísima obra. Trueno robado está dedicado en su totaldad a la forma del haiku, proveniente
del Japón. Según advierte el escritor
Aquiles Julián en el prólogo de este
poemario, fueron los maestros del
Postumismo y La Poesía Sorprendida
(Moreno Jimenes, Mieses Burgos
Gatón Arce y Rueda) quienes traen la
experiencia Zen a la República
Dominicana. No obstante, le cabe el
mérito a Gómez, amparado en esa
tradición, haber introducido el haiku
en la poesía de su país por medio de
su libro High Quality, Ltd. Con
Trueno robado Alexis Gómez Rosa se consagra como verdadero sensei de este arte
poético. Esta edición se presenta en forma bilingüe, con las traducciones al
japonés realizadas por Mayumi Hidaka. También está exquisitamente adornada
con fotos alusivas a los poemas y arte de sumi-e, de origen milenario.
28
Cae la palabra
en templo convertida:
Sol del poema
126
127
Desarmando las fronteras del arte y del saber.

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