Más información sobre Iconografía de la Torre []

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É
Iconografía de la Torre
La imagen de la Torre de Hércules es una imagen viva y omnipresente que está íntimamente ligada a la ciudad de A Coruña hasta tal punto
que resulta difícil identificar a ésta si no se recurre al faro. La Torre preside los escudos del Ayuntamiento, de la Diputación, de la
Universidad, de la mayor parte de los colegios profesionales y de las asociaciones culturales y deportivas coruñesas, pero también
podemos encontrar su imagen en las losetas que pavimentan las principales calles de la ciudad, en las farolas del paseo marítimo, en todo
el mobiliario urbano, en adornos florales de los jardines, decorando las tartas de una de las más conocidas confiterías herculinas o
convertida en el trofeo Teresa Herrera. La presencia de la Torre es también evidente en el callejero y en la toponimia de la zona, así como
en los nombres de empresas y negocios herculinos. Estamos hablando, por lo tanto, de una imagen que identifica a la ciudad y que es
símbolo de un pasado milenario que desde junio de 2009 es reconocido como un bien de valor universal excepcional y forma parte de la
Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El valor emblemático de la imagen de la Torre está documentado a finales del siglo XV, cuando ésta se convierte en el símbolo de la
ciudad, en su emblema, en un icono innumerables veces repetido en soportes de muy distinta naturaleza como sellos de placa, ejecutorias,
cartas náuticas, escudos y marcas de propiedad del Ayuntamiento que se distribuyen por toda la ciudad. Pero con anterioridad se conocen
imágenes interesantísimas del monumento como el mapamundi del Beato del Burgo de Osma (ca. 1085) o la Carta Hereford (ca. 1280),
donde aparece el “Farum Brigantium” como símbolo del finis terrae del mundo conocido.
La huella de la Torre habría que buscarla además en los portularios de navegación, es decir, en las cartas que utilizaban los navegantes de
la Baja Edad Media en las que se consignaban las rutas, los accidentes geográficos de la costa, los puertos y los faros. Estos portularios
dieron paso en los siglos XVI y XVII a las cartas náuticas que reproducen la imagen de la Torre de Hércules. Resultan especia lmente
sugestivas aquellas cartas francesas o inglesas en las que se reproduce con detalle el aspecto de la Torre. Estas fuentes gráficas tienen un
especial interés para el estudio del monumento porque en aquella época tanto Inglaterra como Francia eran los potenciales enemigos de la
corona española y, por lo tanto, la Torre se convertiría para ellos en un objetivo estratégico a batir, de ahí su precisión a la hora de
representarla.
A partir del siglo XVIII tanto el Ministerio de Marina como el Consulado del Mar colaboraron para restaurar y modernizar el faro, y como fruto
de esas iniciativas se encargaron diferentes proyectos a los ingenieros militares que iban acompañados de plantas, secciones y alzados
que nos permiten conocer el estado exterior e interior del faro. A eso habría que añadir varios grabados y dibujos coloreados, que se
conservan en distintos archivos y que completan esta información. Contamos además con los planos que probablemente formaron parte del
proyecto de Eustaquio Giannini para la reforma de 1789 y los publicados por José Cornide Savedra y el Padre Flórez, así como los que se
refieren a la reforma del fanal. El catálogo planimétrico se completa con planos parciales de las reformas emprendidas durante la segunda
mitad del siglo XIX y en los siglos XX y XXI.
Finalmente, a todas estas imágenes habría que añadir aquellas reproducciones de la Torre que surgen a partir del XIX con la aparición de
la fotografía. La Torre es sin duda el monumento coruñés que aparece más veces reproducido en las colecciones de postales, en los
carteles, en los calendarios, en estampas, en cerámicas y grabados. Más recientemente es el emblema del merchandising y un reclamo
publicitario además de ser la imagen más popular de la ciudad, por eso su huella se extiende por todos los barrios mostrando una
iconografía versátil.