Ronda Segoviana 35 ANIVERSARIO (1976

Transcripción

Ronda Segoviana 35 ANIVERSARIO (1976
Ronda Segoviana
35 ANIVERSARIO (1976 - 2011)
Ronda Segoviana……..un poco de nuestra historia
Hace 35 años, un grupo de entusiastas del folklore coincidimos en la necesidad de crear
un grupo que al estilo de las tradicionales rondas de mozos, reverdeciera los cantos de
Castilla, estuviera presente en las fiestas de nuestros pueblos y llevara, cantando y divulgando las coplas segovianas y castellanas, allá donde se reclamara nuestra presencia.
Con esta idea nació el 4 de Septiembre de 1976, el grupo folklórico Ronda Segoviana, con motivo de la celebración de la “Catorcena” del barrio de San Martín, siendo
su principal impulsor y artífice José Diviú Estades más conocido como “Pepe Diviú”,
el cual reunió a su alrededor, junto al atrio de San Martín y a los pies de la estatua del
comunero Juan Bravo, a un grupo de jóvenes y menos jóvenes, algunos con más conocimientos musicales y otros con menos, pero todos
con ganas de divertirse y con un espíritu siempre joven, los cuales de forma decidida lanzaron
e impulsaron está idea que día a día, semana a
semana, mes a mes y año a año han alcanzado
y han llegado 35 años después hasta el presente
2011. Sin duda, los años han pasado, y de que
manera, pero lo que no ha pasado ni ha caduca-
do ha sido su espíritu joven y sus
ganas de divertirse y seguir divirtiendo a quien les escucha.
La Ronda Segoviana en sus
años de existencia ha llevado la
música tradicional de Segovia y
de Castilla y León, haciéndola si
cabe más universal, a lo largo y
ancho de toda nuestra provincia
de Segovia, de toda nuestra Comunidad Autónoma de Castilla
y León, de numerosos lugares y
puntos diferentes de España, y
ha traspasado incluso nuestras
fronteras nacionales promocionando Segovia y sus tradiciones
musicales en distintas capitales y
pueblos de Francia. Contando en
la nómina general de sus componentes y a lo largo de estos 35
años con más de 150 personas
que pertrechados bajo sus capas
castellanas y con sus bandurrias,
laudes, guitarras, percusiones y
voces, en mayor o menor medida, han dejado su huella, su buen
hacer, su sabiduría musical y de
vida y han compartido intensa-
mente tantos y tantos bellos momentos, siempre alrededor de nuestras músicas populares y de nuestra cultura más tradicional. Vaya hacia todos ellos nuestro más querido
reconocimiento.
Desde aquella inicial andadura la Ronda Segoviana ha estado presente en un sin fin de
sitios, y en los escenarios y lugares más diversos, originales y dispares, desde el remolque
de un tractor, a plazas, patios, jardines, seminarios, auditorios, claustros, teatros, hospitales, residencias de ancianos, cuarteles militares, plazas de toros, escalinatas, iglesias,
cárceles, etc., hasta completar un total aproximado de 1.500 actuaciones, en las que
públicamente ha dado todo lo mejor de sí, ha dado todo lo que a lo largo de todos estos
años hemos recogido y recuperado de nuestro folklore, de nuestras raíces y de nuestras
tradiciones, contando en su amplísima nómina musical con una innumerable variedad
de melodías y estilos, tales como fandangos, romances, seguidillas, misas, tonadas, mazurcas, habaneras, rondas de amor, cantos de trabajo, villancicos y sobre todo nuestras
muy populares jotas en sus más variados estilos y formas.
También la Ronda Segoviana en su ya larga trayectoria se ha visto sorprendida y recompensada en varias ocasiones con diversas distinciones, reconociendo nuestra labor,
destacando, por ejemplo, el Premio Cultural Poetas en 1.980, el Premio Triunfadores
82 otorgado por la Discoteca Ladreda 25,
el Premio Segovianos Bien Vistos en 1.996
que concedía Óptica Damián, o el último y
más reciente, el Premio Manuel González
Herrero de “Fidelidad a la Tierra” concedido por el Centro Segoviano de Madrid el
14 de febrero de 2010, reconocimientos y
premios todos ellos que nos honran de manera muy significativa y notable. La Ronda
Segoviana ha participado en Canarias en el
Festival Sabandeño del año 1997 compartiendo escenario con artistas de la categoría
de Paco Ibáñez, Soledad Bravo, Los Troveros de Asieta, Domingo el Colorao y Los
Sabandeños, y en nuestra ciudad en varias
ediciones de FOLK SEGOVIA. Pero sin
duda alguna las mayores satisfacciones para
todos los que formamos la Ronda Segoviana han sido los cálidos y cariñosos aplausos que durante todos estos años y en todas
nuestras actuaciones nos han dado el aliento
y el apoyo para reforzar nuestra ilusión por
la tarea que desarrollamos.
Desde 1995, la Ronda Segoviana es la organizadora del PREMIO NACIONAL DE
FOLKLORE AGAPITO MARAZUELA
en su origen, y que desde el año 2006 modificó su categoría y su nominación pasando
a denominarse PREMIO EUROPEO DE FOLKLORE AGAPITO MARAZUELA, como apoyo decidido para que Segovia fuera la Capital Europea de la Cultura en
el año 2016, siendo además el único premio que en esta categoría y disciplina se otorga
en este momento en todo el continente europeo, y teniendo una importante repercusión y prestigio en el mundo de la etnomusicología y el folklore español y europeo, y
alcanzando en este año 2011 su decimo sexta edición. Premio que está convocado en
memoria del que fue insigne investigador, intérprete, defensor y maestro del Folklore
Castellano Don Agapito Marazuela Albornos, y que tiene como fin valorar y destacar
públicamente a personas, colectivos o instituciones –españoles o extranjeros- que con
su trabajo hayan contribuido a la investigación, defensa y divulgación de los valores
del Folklore y la Cultura Tradicional y Popular Española en cualquiera de sus ámbitos
y manifestaciones. Teniendo en su catálogo de premiados al Archivo Fonográfico de
Folklore de Radio Nacional de España (1995), Don Mariano San Romualdo “Silverio”
(1996), Don Joaquín Díaz González y el Centro de Cultura Tradicional de Salamanca
(1997), Don Miguel Manzano Alonso y la Fonoteca de Materials de la Generalitat Valenciana (1998), Don Ismael Peña Poza “Ismael” y el Centro de la Cultura Popular Canaria
(1999), Don Ramón A. Pelinski Teminski y Tecnosaga, S.A. (2000), Doña Concha Casado
y la Fundación Machado (2001), Don Artur Blasco Giné y Don Mario Gros y Don Luis
Miguel Bajén (2002), Don José Manuel Fraile Gil y el Colectivo FACYDE (2003), Don
Manuel Luna Samperio y la Escuela Provincial de Folklore de la Diputación de Guadalajara (2004), Nuevo Mester de Juglaría (2005), Don Luis Díaz G. Viana (2006),
Don Mario Correia (2007), Don Luis Vicente Elías Pastor (2008) y Los Sabandeños
(2009). Estando este premio patrocinado por la Fundación Don Juan de Borbón de
Segovia y el Ayuntamiento de Segovia.
Del mismo modo y desde el año 2008, la Ronda Segoviana es la organizadora del
PREMIO EUROPEO NUEVA CREACIÓN DE FOLKLORE AGAPITO MARAZUELA, premio patrocinado por el Ayuntamiento de Valverde del Majano (Se-
govia), localidad natal del Maestro Agapito Marazuela Albornos, y cuyo premio tiene
como fin estimular la nueva creación, promover, valorar y destacar públicamente a personas, grupos, colectivos o instituciones –españoles o extranjeros- que con su trabajo,
con sus nuevas creaciones están contribuyendo al mantenimiento, difusión, investigación de nuevas formas del Folklore y la Música Popular y Tradicional. Alcanzando en
éste año 2011 su Tercera Edición, y habiendo sido ya premiados en la edición de 2008
el grupo DIVERTIMENTO FOLK, en la edición de 2009 LOS HERMANOS CUBERO Cordaineros de la Alcarria, y en la última edición de 2011 el músico CARLOS
SOTO.
Otro aspecto a destacar, de la Ronda Segoviana son sus grabaciones, habiendo realizado hasta el momento cinco discos o grabaciones:
vEn 1980 - Tus ojos Morena
vEn 1986 - Callejeando
vEn 1997 - Misa Castellana
vEn 2002 - Rondas de Boda
vEn 2007 - Canciones de Navidad
Y estando preparando un completo CD recopilatorio de todas las tonadas, ritmos y
grabaciones que la Ronda Segoviana ha realizado en sus 35 años de existencia, y que
servirá como elemento tan básico e interesante para todos nuestros colaboradores y
amigos y un excelente motivo para la celebración de nuestro 35 Aniversario.
También durante varios años la Ronda Segoviana ha mantenido un gran proyecto de
futuro al crear una rondalla infantil y juvenil, dirigida a niños y jóvenes con edades
comprendidas entre 8 y 16 años, cuya pretensión fue la de inculcar y concienciar a estos
jóvenes, que el repertorio que se les enseñaba, es un legado de nuestros mayores que se
ha mantenido vivo en la memoria de estas personas y que ahora eran ellos los más jóvenes quienes deberán mantener viva esta parte de la cultura tradicional de nuestra tierra.
Sin duda el deseo de la Ronda Segoviana en estos 35 años, nuestro deseo sigue siendo
muy claro, a través de nuestros recitales de música tradicional en escenario, de nuestras
rondas típicas por las calles de nuestros hermosos pueblos, de nuestras misas castellanas, de nuestros conciertos de carácter instrumental, de nuestros recitales de villancicos
y canciones de navidad, y de todo aquello que se nos pueda ocurrir, no es otro deseo que
recoger y servir al Folklore y a la Tradición y difundirlo, considerándonos responsables de llevar por los escenarios y las calles de cuantos
más lugares mejor, las músicas y las canciones de nuestra tierra, las
músicas, las canciones y la alegría de la Ronda Segoviana.
Segovia – Enero de 2011
35 Aniversario (1976 – 2011)
35 años de Ronda Segoviana
“A tu puerta hemos llegado
veinticinco caballeros
saca veinticinco sillas
si quieres que nos sentemos”
Fue el 4 de septiembre de 1976, en la Plaza de Medina del Campo, a los pies de la
estatua de Juan Bravo esculpida por Marinas. La transición penetraba en Segovia. Y
una eclosión de ilusión colectiva animó al ser de nuestra tierra, que quería abrirse al
futuro, como la mariposa que sale del letargo de la crisálida en que había permanecido
encapsulada. La música tradicional fue la voz espontánea que anunciaba el nuevo día,
la Segovia renacida tras años de discreta postración en la penumbra, el silencio de
las calles, las penurias económicas. Y volviéronse los ojos a nuestro folclore, bajo la
sombra gigantesca de Marazuela, convertido en símbolo de ese resurgir, el despertar
del alma castellana. Se presentía, se respiraba en el ambiente. Bullía en cuantos tuvimos
el privilegio de la cercanía del maestro. Allí estábamos quienes seguíamos el rastro y
el ejemplo del cazador de canciones: El Nuevo Mester de Juglaría, Hadit, quien esto
escribe. Circulaba entre nosotros la idea de recuperar una tradición que se remontaba
a la Edad Media: la ronda nocturna, el cortejo a la amada (“si supiera que cantando/
daba gusto a mi morena,/toda la noche cantara/ y a la mañana durmiera”). Bastó un
concierto de Los Sabandeños en el teatro
Juan Bravo y un viaje casi iniciático de José
Diviú Estades a las Islas Canarias para
que de las musas pasara la ronda al teatro
segoviano; sus hermosas calles, corralillos y
rincones, los atrios de sus templos románicos
como privilegiado escenario.
Concebida la idea no fue difícil llevarla
a la práctica. Desbordada la ilusión, solo
faltaban los músicos, los instrumentos y el
vestuario. Unos y otros comparecieron en
público un 4 de septiembre, según digo,
precedido el encuentro de una excursión a
los Navares, donde se adquirieron capas de
antiguos labradores de ese rincón bellísimo
del nordeste de nuestra provincia. Unas,
pardas, de tosca hechura y tan recias que se
tenían solas; otras negras, de elegante paño,
con su esclavina y embozo en terciopelo rojo.
Y los rondadores, que como candidatos se
presentaron previo concurso anunciado en un
pasquín en El Figón de los Comuneros, bajo
la tutela del inolvidable Aquilino, divulgada
la noticia por Radio Segovia. Muchos fueron
los llamados y algunos los escogidos. Esto
ocurrió en la casa del mentado Pepe Diviú,
frontera a la que fuera morada de Jerónimo
Alcalá Yáñez. El padrino mayor de esta
cofradía de hermanos cantores nos abrió sus puertas para menesteres de selección y
ensayo. Allí, mientras los ya consagrados templaban cuerdas, los candidatos pasaban
por la cocina, donde este cronista les sometía a la disciplina del diapasón, para juzgar
calidades musicales y medir sus registros. De tan singular sala de pruebas y exámenes, que
vino en llamarse “paritorio”, nacieron las voces que hoy nos regalan sus canciones bajo
las capas rondadoras. Y así, sin más bagaje que media docena de ensayos y un reducido
repertorio, pero pese a todo exultantes,
vinimos los conjurados a rememorar
pasadas hazañas con guitarras, laúdes
y bandurrias a modo de dagas, espadas
y floretes, con que salimos a la calle,
tan gallardos como si no hubiéramos
hecho otra cosa en la vida. Y bien
pareció cuanto hacíamos, pues no
cesó de acompañarnos a lo largo del
recorrido una multitud de convecinos,
que quizás viera en la vuelta de la ronda
el renacer de la gran Segovia que fuera.
Allí se volvió a cantar “encima de ti me
pongo/ puente de la Segoviana”, bajo
el atrio de San Martín, alumbrados
los noveles cantores por el farol de
quien no abría la boca, aunque proveía
dignamente encapado las necesidades
de iluminación, donde fuera preciso.
Así inició la Ronda Segoviana su
andadura, que ya se cuenta en lustros,
hasta llegar a 7, es decir, 35 años.
Una larga vida, hecha de canciones, rondas y conciertos. Cientos de actuaciones, salidas
cuando el calendario llama a ello, con frecuencia en invierno, estación en la que más
ociosos permanecían los antiguos labradores; un peregrinar por los pueblos de la región
entera. Siempre con el recuerdo del común maestro, cuya obra han anunciado a cada
paso y de manera institucional en los Premios de Folclore Agapito Marazuela, así el
original como el de creación musical. Certámenes consolidados y con el prestigio de
un saber hacer que cuenta ya con 16 ediciones en el primero y con 3 en el segundo.
Cinco discos recogen lo mejor de su música, reconocida en tantos premios como la
Ronda ha recibido. Entre ellos, el Manuel González Herrero de Fidelidad a la Tierra,
del Centro Segoviano de Madrid, tan merecido, pues ésta ha sido la guía del grupo
desde los albores que reseñábamos. Y así, este año señalado nos ofrece 12 rondas de
amor, desinteresadas, pues les basta y sobra a los rondadores con servir a nuestra cultura
tradicional.
Se amplió el repertorio, cambiaron algunas capas, se adornaron las camisas con
primorosos bordados, se añadieron chalecos con su botonadura de plata, mientras los
más galanes optaron por la chaquetilla, con sus adornos, bien ceñida por la sisa. Algunos
viejos laúdes fueron sustituidos, al tiempo que se multiplicaron los instrumentos de
percusión. Lucen el azul en sus vistosas fajas ahora de lana, que tanto ajustan el calzón
pardo al talle como encorsetan algún que otro desparramado sobrante. Cosas han
cambiado, sí, pero lo esencial permanece, ese hacer presente la tradición más allá de
los tiempos, adaptando el quehacer de rondadores al momento en que vivimos, sin
renunciar a cuanto de esencial hay en ella.
No reparamos cuantos iniciamos aquella aventura en los muchos significados que
encierra la ronda en las tierras de España. Fue aquella una iniciativa espontánea, sin
otro afán que restaurar la tradición perdida, sobre el recuerdo de cuanto escuchamos de
nuestros mayores, ajena a reflexiones antropológicas y pretensiones intelectuales. Pero,
pasado el tiempo, con la serenidad que permite la meditación de obra tan admirable,
no es difícil comprender el ser que ocultan estas costumbres centenarias: la rivalidad
en el cortejo de la dama, el guiño desenfadado al orden urbano de la noche, la valentía
desahogada, el no disimulado desafío, la transfiguración de justas galantes donde se
truecan las armas por la voz y la guitarra (“cogiendo yo la guitarra/mi compañero los
hierros/nos salimos a la calle/y a nadie tenemos miedo”), sin que falte el desengaño, por
el rechazo de la amada (“anoche estuve en tu puerta,/tres golpes di a tu candado./Tres
golpes di a tu candado,/no me quisiste abrir,/tienes el sueño pesado. Tienes el sueño
pesado”. O incluso las raíces militares que descubre Joaquín Díaz, ya sugeridas por el
vocablo árabe “ribát”, que al decir de algunos filólogos sería el sostén primigenio de la
palabra “ronda”, corrompida aquella por el paso de los siglos.
La ronda, rotunda por redonda, es paseo algo altanero y desenfadado por los confines de
la ciudadela; forma de marcar un territorio frente a otros galanes, disuadido el posible
cortejo de las jóvenes del pueblo por la fuerza de las voces, si no por la presencia de las
armas (“mozos viejos a acostar/y afilad bien los puñales/que esta noche va a salir/ la
ronda de los chavales”). Es la rivalidad de rondas de jóvenes y veteranos, del pueblo y
de forasteros, la procesión itinerante y nocturna, el ingenio en la palabra afilada cuando
brotan las coplas (“la calle de mi morena/no la pasean chavales,/la pasean buenos
mozos/con trabucos y puñales”). También, el recorrer de las tabernas, el trasiego de
vinos por las gargantas, con la excusa de la voz sedienta. Acaso esconda costumbre tan
antigua el instinto sublimado de cuanto nos muestra la naturaleza: el reto entre los
más fuertes que precede al cortejo de la hembra. Ello quizás pueda explicar también el
tono subido de ciertas coplas, el sesgo desinhibido de algunas formas, la reciedumbre y
virilidad que distingue a rondadores de la polifonía propia de un coro. Porque rondar,
el arte de rondar, aunque música también, es otra cosa.
En ocasión tan propicia dejo constancia en estas líneas de mi felicitación a todos los
miembros de esta cuadrilla de verdaderos segovianos, mis buenos amigos, de la que
siempre me sentiré cofrade. Larga vida a la Ronda Segoviana le deseamos todos. Y así,
seguirán disfrutando con sus canciones y su presencia en las calles las generaciones que
han de venir. Que así sea.
Bruselas, 12 de julio de 2011
Joaquín González-Herrero
La Ronda Segoviana
El viejo olmo está plantado en el centro de la plaza; sus brazos se elevan hacia el cielo y
su sombra se alarga sobre los anchos campos de Castilla. El viento que agita sus ramas,
saca viejos sonidos que nacieron de la tierra y en cada hoja suspendida en el aire, va
escrita una canción. Todos le llaman “ El maestro “. Ya no está, pero permanece vivo en
la mente de cada hombre que cruza los caminos para llegar a cualquier plaza castellana.
Fue un cuatro de Septiembre de 1976.
A la sombra del viejo olmo, Pepe Diviú, que tampoco está, va recitando uno a uno los
nombres de una lista que se sabe de memoria. Lentamente, cada uno de los llamados,
llega vestido con su capa a la Plazuela de San Martín, ese santo que partió la capa con
Jesucristo.
A esta hora entre tarde y noche, viéndoles llegar por las calles estrechas con ese porte
sobrio y el movimiento de los pliegues de la capa, la imaginación va reconociendo a
cada uno:
Los primeros vienen de ”La fiesta del pan” de Sorolla. Por la calle de arriba, a paso
tranquilo, se acercan dos figuras salidas de “ La procesión de los escapularios “ de Solana,
y se les une otro que estaba en “El Cristo de la sangre” pintado por Zuloaga. Si la vista
no me engaña, aquel con andar cansino y pausado parece ” El ciego de la zanfona” de
Bayeu. Valentín Zubiaurre envía a varios que salen, unos, de sus “Escenas segovianas”
y otros, de su cuadro “Tipos de la región”. Se hace un grupo con los “Tipos de Segovia”
de López Mezquita, vecinos del Tio Carromato de Eduardo Chicharro o conocidos
de Manuel Benedito, Fernando Álvarez de Soto Mayor y al final ya se ha formado el
grupo. ¿Cuántos? No lo sé.
No son uno ni son dos,
No son diez, veinte o cuarenta:
Son tantos los que han pasado
Que ya he perdido la cuenta
Y acaba de nacer, en esa fecha y en esa plaza, La Ronda segoviana.
Todos vienen engalanados con la noble y castellana capa, aquella que ensalzara
Casilda en la obra “Peribañez o el Comendador de Ocaña”:
Mas quiero yo a Peribañez
Con su capa la pardilla
Que al Comendador de Ocaña
Con la suya guarnecida.
Capa que le infunde valor a uno de ellos y hace suya la frase del poeta romántico
Mariano José de Larra: “tercié la capa, calé el sombrero…y en la calle” y no es que cada
uno haga de su capa un sayo, ni mucho menos, que estamos ante gente de bien y cabales
de arriba abajo; puede ser que alguno lleve la capa muy usada por los años, pero no
podemos olvidar que debajo de mala capa, se esconde un buen caballero y que una buena
capa, todo lo tapa, de modo que, ahuecando el vuelo de la suya, cada uno va templando
su instrumento de música, calientan la voz y se escucha en la noche:
Para empezar la ronda
como se debe
santas y buenas noches
tengan ustedes.
Y así, treinta y cinco años con cientos de canciones y recitales, ya sea en Navidad o en
las fiestas del patrón del barrio; en Segovia, en los pueblos, de toda Castilla y fuera de
las fronteras; en la calle, en las plazas o en la catedral, en un hospital o en el teatro, hasta
poder decir:
…yo en el Alcázar canté
Y a los balcones subí…
Porque el espíritu de estos hombres que componen La ronda segoviana no es otro
que recuperar la música popular y difundirla por todos los lugares bajo la fórmula tan
arraigada en la tradición de nuestros pueblos: “La ronda”: grupo de “mozos” que en
buena camaradería se junta para beber, cantar, rondar y en fin, llevar alegría a cualquier
rincón que lo necesite. Esta es La Ronda segoviana.
Pero La Ronda segoviana va más lejos aún: Ha creado el “Premio europeo de folklore
Agapito Marazuela” y va por la décimo sexta edición. No contenta con esto, ha ampliado
su actividad creando el “Premio europeo Nueva creación de folklore Agapito Marazuela” en
Valverde del Majano, manteniendo vivo el recuerdo de “El maestro”.
Y aquí tenéis su último trabajo Enhorabuena.
Ismael
Discografía
“Tus Ojos Morena” - 1980
Es el primer “LP” grabado por la Ronda Segoviana, se realizó el año 1.979 un
sábado en Sonoland (Madrid) para FonoMusic, reeditándose en formato CD
en 1.997.
El director musical de la ronda, era entonces José Miguel Espinosa y como
técnico de sonido tuvimos a Ángel Gil,
produciendo Gustavo Ramudo.
Los arreglos, de Salvador Roche y Francisco Javier González (Rapsodia de Aires Populares Segovianos.).
El Prólogo, lo realizó José Diviú Estades:
Hace ahora cuatro años, un grupo de entusiastas del folklore castellano coincidieron en la necesidad de crear un grupo numeroso que, al estilo de las tradicionales Rondas, reverdeciera los
cantos de Castilla y estuviese presente en las Fiestas de nuestros Pueblos.
Aquel mes de Septiembre, por la catorcena de San Martín, unos veinte mozos y también otros
menos mozos, cantaron por primera vez, junto al ábside de la iglesia “Los Chopos” y unas seis
o siete canciones más, sin que entre éstas faltase la Jota.
Desde aquella inicial andadura por las calles del barrio, la Ronda Segoviana ha estado presente no sólo en las calles de Segovia, sino en numerosas plazas de la Provincia, participando
en las Fiestas Patronales.
Un remolque de tractor, patios y jardines, claustros y escalinatas, así como el interior de algunas Iglesias, han sido los escenarios donde la Ronda Segoviana ha interpretado su amplio
repertorio.
La selección de temas que se recogen en este disco, todos de raíz popular, son una
muestra de nuestro trabajo, en la que hemos procurado la variedad de melodías y la
inclusión de las más solicitadas en nuestras actuaciones.
Agradecemos sinceramente a cuantos han hecho posible este disco y principalmente a
nuestros paisanos, las gentes de Castilla, que nos han alentado para continuar nuestra
tarea y que nuestro grupo sea una institución duradera por muchos años.
“Callejeando” - 1986
Es el segundo “LP” grabado por la Ronda Segoviana, se realizó el año 1.986, día
de San Frutos Pajarero y décimo aniversario de la asociación, y con este motivo
se grabó este disco en los estudios Musigrama de Madrid para Sonifolk. Reeditándose en formato CD en 1997.
El director musical de la ronda, era entonces Luis Hidalgo y como técnico de
sonido tuvimos a Juan Miguel Cobos,
produciendo Pedro Vaquero Sánchez;
José Diviú Estades realizó la portada y
los hermanos Román la contraportada
y fotos.
Colaboración inestimable fue la prestada por Luis Martín Díez, de Nuevo Mester de
Juglaría, durante toda la grabación, poniendo su marchamo de ex-rondero (fundador,
por cierto), y muchas veces los puntos sobre las íes, sobre todo en los ratos de tirantez
que suelen producirse tras muchas horas de estudio.
La presentación escrita la realizó Fernando Ortiz (también ex-rondero y fundador), de
Nuevo Mester de Juglaría en Octubre de 1.986, que transcribimos:
Son muchos los años que la Ronda Segoviana lleva callejeando por ciudades, pueblos y lugares.
Son muchos los ecos que quedan en esquinas, castillos y plazas. Son muchas las cuerdas rotas
y las gargantas afónicas después de una función. Y son muchos los tragos de vino, de todos los
vinos de Castilla, que ha servido de generoso alivio después del esfuerzo de cantar.
A lomo de las mismas ilusiones que en sus comienzos, hace ya más de diez años, la Ronda se ha
marchado a Madrid un día de San Frutos (Los segovianos entienden la ironía) para llenar
de canciones los surcos de este disco, para sembrarlos con la semilla de la música más entrañablemente popular.
Un disco anterior, decenas de apariciones en los más diversos escenarios, muchas noches de ronda callejera, han conformado una trayectoria ejemplar. Han superado dificultades, han sido
capaces de afrontar momentos difíciles y de salir adelante siempre con la mirada puesta en la
ilusión de la tarea que iniciaron hace una década larga. Y fruto de este esfuerzo, llega hoy este
disco, que era ya necesario para todos nosotros, para todas esas gentes que amamos la música
tradicional como señal inequívoca de nuestra propia manera de ser.
Que la Ronda Segoviana, caravana de voces viejas y nuevas, siga siendo el acicate necesario
para que la música popular colectiva continúe viva en nuestras calles y plazas y para que
siempre, en alguna cálida noche de verano, haya alguien en Castilla que escuche, lejana, la voz
de alguien que entona un cantar de ronda.
En la reedición en formato CD en 1997, Luis Martín aportó las siguientes líneas:
La Ronda Segoviana es más un grupo andariego que discográfico, nada pretencioso e incluso,
no demasiado conocido, y sin embargo sus producciones en vinilo tenían/tienen tanto prestigio que se han convertido en eslabones imprescindibles de la cadena tradicional de la música
castellana. Por eso la recuperación en cd de esta grabación representa la recuperación de una
verdadera joya. Que además se haga coincidiendo con el XX aniversario de la formación del
grupo, un acierto. Los que participaron/amos en aquellas sesiones de Musigrama renovarán el
parto y recordarán aquellos gratísimos ratos con auténtico cariño. Pero quién más lo agradecerá son las nuevas generaciones que buscaban este disco-referencia. Gracias, majos.
“Misa Castellana “ - 1997
Sobre letras de J.M. Calzada, grabamos
este CD, financiado por la Diputación
Provincial y la Caja de Ahorros y Monte
de Piedad de Segovia.
La música es popular y la letra de J.M.
Calzada, excepto la 6ª de J.A. Ramón Gil.
Los Arreglos de J.A. Ramón y Enrique
de Benito y José Aldea; La producción la
hizo Salvador Roche y el director de Grabación fue Luis Martín.
Se Grabó en los estudios CES de Madrid,
y los técnicos fueron Antonio Vázquez
“Gunta” y Juan Carlos Ruiz.
Colaboraron además, Soledad Matesanz y Luis Martín con la voz, y Alfonso de Miguel
con la caja.
El Prólogo lo realizó Don Atilano Soto Rábanos, Presidente de la Diputación Provincial de Segovia y del Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de Segovia:
He aquí una muestra más de arte popular, que nace del alma colectiva, del fervor y la cultura,
del espíritu del pueblo creativo.
El Folklore es un concepto que define esa gran creación espontánea pero sedimentada, nacida
y desarrollada en una comunidad.
El cancionero popular hunde, en efecto, sus raíces en el pasado, siendo en definitiva una “corriente de retorno”, que sustancialmente se produce en el ámbito rural y que contiende para no
olvidar sus tradiciones nutridas también por una herencia depositada en el transcurso de los
siglos por las “gentes de los caminos”: arrieros, vagabundos, jornaleros de ocasión, actores trashumantes y clérigos. Todo un tesoro, una riquísima antología cultural, un cauce de expresión
que utilizan a la par el individuo y la colectividad. Es la expresión más directa, a través de
la cual, ese sufrido personaje de la historia humana, que es el Pueblo, presupuesta principios,
modos y actitudes.
Y dentro de esta bellísima proyección, nos encontramos con la música, la más abstracta y espiritual de todas las artes. La música que para Hegel es una naturaleza “donde poner el alma, la
vida subjetiva más profunda y libre”. Por eso fue siempre el gran remedio ante la alienación y
la soledad, un río donde se transmite el transparente limo acumulado con el que la historia, la
leyenda y también la religión, enriquecen la vivencia del pueblo.
Y bien, Castilla, ese paisaje “monoteísta” como lo definió Unamuno, es madre de hermosas
canciones. Ya en sus romances ha gritado con unísona fuerza su misión épica y religiosa prolongando así la presencia musical nada menos que en los cultos, de los cuales da ya testimonio
la Biblia. Cantar en actitud de oración a Dios, es práctica constante en el mundo cristiano y
religioso en general. Desde la grave y solemne recitación del canto gregoriano a la sublimidad
de las obras polifónicas se entreteje el hilo musical en multitud de modulaciones a cual más
estéticas o rítmicas o simplemente eufónicas. Sin desmerecer en la confluencia de la oración,
aparece la espontaneidad de la devoción popular.
En esta época en la que el desarrollo industrial ha marchitado tantos y tantos valores humanísticos, la Diputación Provincial de Segovia y la Caja de Ahorros y Monte de Piedad
han querido dar lugar de permanencia y con el relieve merecido a esta Misa Castellana que
interpreta La Ronda Segoviana. Herederos de las antiguas rondas de mozos, desde el 4 de
Septiembre de 1976, ese grupo folclórico, en una clara y esforzada tarea de recoger tradiciones
de nuestros pueblos, y sobre los recitados de J.M. de Calzada, pone la arnonía y la voz para
una liturgia en tono, rito y revestimiento del pueblo cristiano.
Esperamos que con esta sentida combinación artística en la que se dan cita la música y la
poesía y el espíritu popular, las gentes de nuestra tierra sigamos cantando a Dios en idioma y
aires Castellanos.
“Rondas de Boda “ - 2002
Estamos de boda.
La Ronda Segoviana, ha cumplido ya 25 años,
y en sus bodas de plata, ha decidido grabar un
disco relativo a las rondas de bodas en Castilla.
La idea, parte del trabajo que en 1980 comenzó el ya desaparecido grupo segoviano
“Hadit” que planteó un esquema al que luego
se incorporaron algunos elementos y otros
fueron modificados, a partir de la lectura del
libro “Costumbres Populares Segovianas de
Nacimiento, Matrimonio y Muerte, encuesta
del Ateneo 1901-1902”, de Guillermo Herrero Gómez y Carlos Merino Arroyo; editado por La Diputación Provincial de Segovia
en 1996 cuya lectura recomendamos para mejor entender.
La representación real de las rondas de boda, varía en el tiempo y en el espacio, por lo que
es muy difícil, sin faltar a la verdad, hablar de un esquema común; al final optamos por
organizarlo de la forma que más adelante indicamos. Los temas que se interpretan, parten
de distintas fuentes, y nos decantamos por la versión que más se acomoda a la formación
de nuestro grupo.
Todos los temas conservan el ritmo y la melodía originales. Entendiendo como tales las
versiones que ha nosotros nos han llegado.
Como aportación propia de La Ronda Segoviana hemos añadido una costumbre observada
entre los novios segovianos: la ofrenda del ramo de novia a la Patrona local en unos casos, y,
en otros, a algún familiar ya fallecido, que hemos representado como “ofrenda a la Virgen”
a través de un Mayo.
Las canciones, frases musicales y tonadas, proceden de:
Material de Campo de Hadit. Material de Campo de Claudia de Santos e Ignacio Sanz.
Material de Campo de Ismael Peña “Ismael”. Material de Campo de La Ronda Segoviana.
Cancionero de Agapito Marazuela. Cancionero de Bonifacio Gil. Cancionero y grabaciones de Manuel García Matos. Cancionero de Kurt Schlinder.
Debido a la amplitud del esquema que nos ocupa, no hemos grabado toda la letra de
aquellas canciones procedentes de cancioneros, por lo que las personas interesadas deberán
acudir a éstos.
Tres excepciones:
•
Hemos adaptado letra por similitud a “El retrato”, del cancionero de Kurt Schlinder,
ya que sólo tiene recogidas las dos primeras estrofas.
•
En “Las Doce horas” hemos mezclado dos versiones: la primera procedente del material de campo de Hadit, y la segunda del cancionero de Agapito Marazuela.
•
Para el Pasacalles “Corriendo Voy”, compuesto para dulzaina, hemos recurrido a instrumentos de pulso y púa.
•
Por último, hemos incorporado la flauta de pico castellana, conocida como “pito castellano”, con llaves y digitación similar a la dulzaina, en “Si el Pajarillo” y “Esta noche
la novia”.
El esquema abarca desde “los dichos” (petición de mano, acuerdo de dote..); hasta “el Tornaboda” (celebración del desposorio entre familiares y allegados).
Dirección musical y adaptación: Juan de la Cruz Pastor.
Dirección de Grabación: Juan de la Cruz Pastor y José Antonio Sanz.
Idea original y diseño gráfico: José Antonio Sanz.
Arreglos: Salvador Roche.
Realización: Carmelo Gozalo Prieto y Jesús Martín Díez.
Colaboración especial de: Alfonso de Miguel (tamboril) y Alberto Moreno (contrabajo)
Y los técnicos de los estudios CES de Madrid: Luis Villena y Luis Cortijo.
Todos los temas son populares, excepto “Corriendo Voy”, pasacalles de Gregorio García
Vicente.
La Introducción del disco la hicieron Guillermo Herrero y Carlos Merino.
Aquellas bodas de antaño
En la fuente que mana agua clara brota el amor. Al caer la tarde, y después de segar, Teodoro
iba con el resto de los mozos a saciar la sed al caño. Allí, llenando cántaros, esperaban las mozas.
¡Cuántas veces cargó Teodoro con uno de ellos hasta casa de Fuencisla!.
Teodoro ya no era ningún niño. Hacía tiempo de aquel sábado en que convidó a los mozos del pueblo a media arroba de vino en la taberna. Ya era un miembro más de la cuadrilla, con los mismos
derechos que los otros. Ese mismo domingo, envalentonado, sacó por primera vez a bailar la rueda
a Fuencisla, su preferida, en la plaza. Desde aquel día, Teodoro comenzó a pedir al resto de los
mozos que la ronda de la noche de los sábados parara un rato debajo de la ventana de su amada.
En ese momento, Teodoro, que era buen cantarín, lanzaba al aire alguna copla: “Cuando paso por
tu puerta / cojo pan y voy comiendo / pa que no diga tu madre / que con verte me mantengo...”.
La guitarra, el almirez y la pandereta animaban la velada. Una mirada discreta a través de los
visillos delataba su amor correspondido.
Una de las noches de la función, y camino de casa de Fuencisla, Teodoro regaló a su amada un
pañuelo. Ella se sonrojó y en silencio guardó la prenda. La semana se hizo eterna para Teodoro.
Hasta que llegó el domingo. Y allí, en el baile, estaba Fuencisla, más hermosa que nunca, luciendo
el pañuelo. Era la señal. Aceptaba a Teodoro como novio.
Llegada la Cruz de Septiembre, y aprovechando que era una época de poco quehacer en el campo,
Teodoro y Fuencisla decidieron tratar con sus padres lo que ya era un secreto a voces: Su deseo de
casarse. Las dos familias, complacidas por la futura unión, fijaron, de común acuerdo, la fecha de
los ajustes de boda, que habían de celebrarse en casa de Fuencisla. Padres y tíos de ambas partes se
reunieron una tarde en ella. El trato no fue sencillo. El padre de Fuencisla afirmaba que su hija
bien merecía tres obradas de tierra de las del pago de La Cotarra, que daban buen centeno. El
padre de Teodoro tomó la propuesta como un disparate. Teodoro y Fuencisla permanecían mudos.
Si por ellos hubiera sido, los ajustes se hubieran solventando en un santiamén. El arreglo tardó
en llegar casi dos horas. Al fin, tras tensos regateos, los futuros consuegros estrecharon sus manos y
rubricaron los ajustes con una copita de aguardiente.
A los pocos días, en la misa mayor del domingo, el cura, don Mariano, leyó la primera amonestación. El día de la segunda, el de la enhorabuena, Teodoro invitó a rosquillas y vino a los
amigos que le felicitaron. Otro tanto hizo Fuencisla con sus conocidas. El domingo de la tercera
amonestación, el novio festejó su salida de mozo en la bodega. La corrobla fue de las que todavía
se recuerdan. La arroba de vino se quedó corta, y los cantares se alargaron hasta bien entrada la
madrugada.
Ataviados con su mejor traje y capa, Teodoro y un hermano de Fuencisla fueron, cuatro días antes
de la boda, casa por casa invitando a todos los mozos solteros, parientes y amigos. Lo mismo hizo
Fuencisla con las mozas y amigas. Las invitaciones a los casados y casadas corrieron a cargo de los
padres de los novios.
Llegada la víspera de la boda, el ajetreo se palpaba en todo el pueblo. Las dos familias se esmeraban ultimando los preparativos de los tres días siguientes de celebración.
El prestigio de las dos casas estaba en juego. Al atardecer, las mozas fueron a despedir a Fuencisla,
cantando la ronda del Tálamo: (“Mañana por la mañana / te despides de tus padres / y pasas a
otro dominio / manojito de corales...”). A la cena ya se unieron los familiares de aldeas distantes.
La rebolada de los instrumenteros por las calles anunció por fin el día de la boda. Preciosos carros
engalanados entraban en el pueblo, trayendo a los invitados de pueblos cercanos. Los músicos fueron a buscar al novio. Antes de salir de casa, Teodoro se arrodilló delante de sus padres, para recibir
la bendición (“En la baldosa o en la tabla / hinca la rodilla y pide / a tu padre muy humilde / la
mano para besarla”). Después, el novio y su acompañamiento se dirigieron a casa de Fuencisla, a
la que encontraron recibiendo la bendición paterna. “Despídete dama hermosa / de la casa de tus
padres / que ésta es la última vez / que de ella soltera sales”. Las campanas repicaban por tercera
vez, anunciando la ceremonia, y la animada comitiva partió hacia la iglesia. Delante, los músicos,
tocando una marcha; después, los padrinos con los novios; detrás, las dos familias y los invitados.
A la puerta de la iglesia, el cura esperaba. “Una rosa entró en la iglesia / entró libre y salió presa /
casada con su marido / a la puerta de la iglesia (...) Quién ha casado a estos novios / a la puerta de
la iglesia / Dios y los ángeles todos / y el que la misa celebra...”. Una vez dado el sí quiero, el cortejo
entró en el templo para oír misa, en la que el yugo selló la alianza entre Teodoro y Fuencisla.
En el atrio, los mozos habían atado un gallo vivo al extremo de una larga vara. Cuando Teodoro
salió de la iglesia, le dieron tres bolas de piedra, a ver si atizaba con ellas al animal. Fueron tres
vanos intentos, y el recién casado no tuvo más remedio que pagar una cuartilla de vino. Hubo
vivas a los novios, felicitaciones y música de la tierra. Y las acostumbradas bromas. Teodoro y
Fuencisla fueron atados y subidos encima de un burro. De esta guisa pasearon por todo el pueblo,
ante el regocijo popular.
Tras el refresco, el bullicioso cortejo nupcial marchó al banquete. En la casa del novio todo estaba
preparado. Una enorme paella presidía el convite. De segundo, guisado de ternera. Después, fruta,
café, copa y, por gentileza del padrino, un puro para los hombres. La madrina también repartió
confitura. La diversión resonaba por todas las calles del pueblo. Por la tarde hubo baile de galas.
Todos los invitados querían echar una pieza con Fuencisla. Eso sí, primero depositaban en una
bandeja su donativo. Y Fuencisla no paraba de bailar. Si la comida fue abundante, ¡qué decir de
la cena!. Sopa castellana, bacalao y arroz con leche. Los recién casados, tras pagar el castigo a los
mozos, pudieron escabullirse e ir a dormir sin ser presa de las bromas. Mientras, los más animados
resistieron hasta el amanecer, en el salón, bailando al son de un pianillo.
A la mañana siguiente, los festejos continuaron después de una misa de difuntos por los fallecidos
de las dos familias contrayentes. Hubo más música y más yantar, aunque la comida estuvo menos
concurrida que el día anterior, ya que únicamente asistieron los más cercanos a la boda. Durante
el postre, las casadas dedicaron a Fuencisla la canción del Honor: “El novio ha dado a la novia
/ un anillo de oro fino / y ella le dio su firmeza / que vale más que el anillo...”. El posterior baile
redobló la alegría entre el vecindario.
En el tercer día de celebración, la tornaboda, la normalidad regresó al pueblo. Recogidas cazuelas
y manteles, las dos familias volvieron a reunirse por la noche, al olor de una gallina de corral y
vino de cosecha. Teodoro y Fuencisla ya eran marido y mujer. Se había escrito otra página de la
historia de su pequeña aldea.
“Canciones de Navidad ” – 2007
Navidad. Tiempo de felicidad, de reuniones
familiares, de figuritas, de festejos, de canciones, de tradiciones… De nuevo la Ronda Segoviana ha escarbado en esas tradiciones de
nuestro pueblo y se ha puesto manos a la obra
para reunir un puñado de canciones que nos
hagan rememorar esa época del año tan propicia para la fiesta, porque de manera secular
ha habido motivos para ella. Estas canciones
son la manifestación de alegría del pueblo y
por ello en ellas aparecen todos esos motivos
y excusas que nos lo recuerdan: la estrella de
Belén, los pastores, los reyes, San José y la
Virgen, la mula y el buey, el niño recién nacido, los aguinaldos…
Todo empezó en nuestra tradicional ronda de fin de año, en la que cantábamos villancicos de
toda la vida; hasta que un año comenzamos a incorporar alguno novedoso, nos gustó y observamos que también eran del agrado de la gente que nos escuchaba en la calle. Surgió entonces
la idea de elaborar un buen repertorio con nuevas canciones, de seas que están en los libros y
la gente no las conoce. Consultamos el Cancionero de Castilla de nuestro Agapito Marazuela, el Cancionero Segoviano de Música Popular de Mariano y Félix Contreras, Villancicos y
Canciones Religiosas de Navidad, Mil Canciones Españolas, la Magna Antología de Folclore
Nacional de Manuel García Matos e, incluso, nuestro amigo Carlos Montero, al enterarse del
proyecto, nos cedió uno suyo. Después de los ensayos y algunos recitales nos animamos definitivamente a proyectar la grabación de un disco para poder mostrar nuestro trabajo a mucha más
gente y aquí tenéis el resultado, que confiamos que os guste tanto como a nosotros.
Queremos desde aquí dar las gracias al Ayuntamiento de Valverde del Majano por su apoyo
incondicional desde el momento en que comentamos públicamente que queríamos hacer este
disco; a la Excelentísima Diputación Provincial de Segovia por el trabajo que realiza en la difusión cultural y, especialmente, por la ayuda que hemos recibido por su parte; y a Caja Segovia,
tan preocupada como se muestra en la divulgación de músicas diversas, sin cuya colaboración
nos hubiera resultado muy difícil llevar a buen término este trabajo, que tanto nos ha costado
pero que también nos ha generado muchas satisfacciones. Entre otras, y la queremos destacar,
este nuevo disco de la Ronda Segoviana ha servido para unirnos a una institución ejemplar de
nuestra provincia, APADEFIM, y ello nos llena de profundo orgullo.
Sólo os pedimos una cosa: que, además de oírlo, intentéis cantarlo. Gracias.
Ronda Segoviana
Arreglos y dirección musical: Juan de la Cruz Pastor Martín
Producción y realización: Ronda Segoviana
Coordinación: Ángel Pablo Román, José García, Carmelo Gozalo y Juan de la Cruz Pastor
Mezclas: Carmelo Gozalo y Juan de la Cruz Pastor
Grabación, mezclas y masterización: Armando Fernández
Asistente de grabación: Luis Herranz
Portada: Rafael Estaire
Fotografía: Javier Román
Agradecimiento especial a Carlos Montero por proporcionarnos su villancico “En Belén”.
GRABADO EN ESTUDIOS ARMANDO RECORDS DE VALLADOLID DURANTE EL MES DE ABRIL DE 2007
Patrocinadores: Ayuntamiento de Valverde del Majano (Segovia), la Diputación de Segovia
(Área de Cultura y Juventud) y Caja Segovia (Obra Social y Cultural)
Colaboradores: El Adelantado de Segovia, Onda Cero Radio y Canal 4.
Repertorios
Para compartir con la Ronda Segoviana, en cualquier momento o lugar nuestra Música
Popular y Tradicional, nuestra Alegría y nuestro Folklore, te ofrecemos:
Nuestro Recital de Música Tradicional en escenario
Nuestra Ronda típica por las calles
Nuestra Misa Castellana
Nuestro Recital Instrumental de Pulso y Púa
Nuestro Recital de Villancicos y Canciones de Navidad
...Y todo aquello que se te pueda ocurrir.
Componentes
Angel Pablo Román Fresnillo
Carmelo Gozalo Prieto
Evelio España Fernández
Francisco Javier García Miguel
Francisco Javier Román Fresnillo
German Cid Martín
Ivan González Gallegos
Javier Pastor de Frutos
Joaquin Benito Hontoria
José Enrique de Benito Moral
José García Berzal
José Luis Benito Martín
José Manuel Herrero Martin
José Martín Herrero
Juan de la Cruz Pastor Martín
Luis Alfredo Moreno Casado
Luis Isidoro Casado Fernández
Prudencio Gozalo Prieto
Raúl Francisco Ballesteros
Rodrigo Municio Pastor
La Ronda Segoviana Organiza el:
Para contactar con nosotros
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