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INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 89
Capítulo 4
Francisco Martín Rodríguez
Fernando Javier Núñez Crespo
Guía básica de intervención.
CROSS™ HAZMAT
Copyright © 2014. PhETTM International. Todos los derechos reservados.
4.1.
Consideraciones iniciales
La respuesta eficaz y oportuna a un incidente complejo, como representa una crisis en un
entorno NBQ, debe basarse de forma inequívoca en un sistema estructurado y estandarizado de
procedimientos operativos y funcionales, conocido y entrenado por todo el sistema encargado
de responder a la emergencia. La coherencia de los procedimientos estandarizados garantiza la
funcionalidad y operatividad de la respuesta, y de una gestión tácticamente apropiada y puntual
ante entornos HAZMAT.
90 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
Analizando de forma sistemática algunos eventos con riesgo NBQ, se ha observado que los factores
críticos que garantizan el éxito en la respuesta precisa se basan en la observación, durante la primera
hora del incidente, de algunos aspectos que es imprescindible tener en cuenta:
• El mando de más alto nivel en el lugar, junto con la persona del equipo de emergencias con más
experiencia en este campo, deben buscar pistas o indicios que hagan sospechar de forma precoz que
nos encontramos ante un incidente NBQ.
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Figura 59. Detección precoz de entornos HAZMAT
Un análisis adecuado
del evento, junto con un
alto índice de sospecha,
y el asesoramiento de
especialistas en la materia,
debe propiciar la detección
precoz de situaciones con
riesgo NBQ para poner en
marcha de forma temprana
los procedimientos
necesarios.
• La detección temprana posibilita la adopción de medidas de salud pública en el momento, comenzando
por el control de la escena para evitar la difusión del problema y nuevas contaminaciones, siendo
prioritario separar a personas y bienes o materiales contaminados del resto.
• Es necesario establecer un orden y control visible, las barreras se tienen que notar y todo el mundo
presente en la escena se tiene que percibir de ello.
• Durante la fase de respuesta temprana al incidente se deben considerar una serie de factores a tener
en cuenta:
• Localización exacta del lugar, si es posible incluyendo coordenadas GPS y cuantos datos adicionales
de localización se puedan aportar: edificios cercanos, lugares públicos, rutas de acceso, etc.
• Se debe diferenciar si el incidente NBQ es un accidente, o si bien el incidente es un acto premeditado
(ataque terrorista, sabotaje, etc.). El manejo del riesgo en el escenario difiere radicalmente según
esta diferenciación.
• Existe ya un plan de actuación para este tipo de sucesos en la zona del siniestro, de ser así, están
presentes en la escena ya los primeros intervinientes
Figura 60. Balizamiento del escenario
Sólo con un adecuado
y oportuno control de la
escena se podrá contener
en los momentos iniciales
la propagación del
incidente, que debemos
recordar es nuestra
máxima prioridad.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 91
4.1.1.
¿Como mejorar la capacidad de respuesta?
El entrenamiento en el manejo de emergencias médicas o de pacientes con trauma grave es complejo
y requiere inversión, planificación, constancia, buenos manuales, prácticas regulares para una vez
adquiridas las destrezas no perderlas y ser certeros en su ejecución, etc.
La formación en la resolución de crisis es aún más difícil, porque en el ideario colectivo, y más aún en
el pensamiento de los políticos y dirigentes, está extendida la idea de que es improbable y por lo tanto
nunca va a ocurrir, sin embargo, la realidad nos pone en relación con los hechos. Las crisis (limitadas
o amplias) ocurren, más cerca o más lejos, pero acaban por producirse, por lo tanto, si no existe la
adecuada preparación y el entrenamiento correcto, con simulacros regulares, tanto anunciados como
por sorpresa, el sistema de respuesta ante emergencias no estará capacitado para atender este tipo de
sucesos, que por definición van a generar (al menos en sus primeras fases) un caos y desorganización
de todo el procedimiento habitual de respuesta.
• Como norma ante emergencias de pequeño calibre los profesionales encargados de cuantificar el
riesgo tienden a minimizar el potencial del suceso. Esta mala valoración dificulta la alarma temprana,
que a su vez, ante el miedo a equivocarse por la falta de datos, se ve acrecentada por las reprimendas
de los superiores, o por la propia falta de seguridad de los profesionales para declarar la situación de
emergencia.
Nota:
En incidentes en entornos HAZMAT no hay emergencias menores, cualquier situación presente
1 o 100 contaminados y/o heridos es potencialmente un problema de salud pública y por
definición una crisis, que debe ser considerada y gestionada como tal.
• Uno de los principales hándicaps de este tipo de situaciones, es que en muchas ocasiones no hay
indicadores físicos o ambientales externos que nos indiquen de una forma clara la presencia de un
riesgo NBQ. Esta falta de percepción clara del peligro, influye de forma directa en la activación de los
protocolos de emergencias y en sus profesionales, y también incide de forma negativa en la propia
población, que en determinadas ocasiones puede que no entienda las medidas de aislamiento y
control que se desencadenan después de un posible incidente NBQ.
• Cuando la situación NBQ es clara y cuantificable (por lo general es necesario la presencia de signos
externos, como humo, derrames, fuego, etc.) en las primeras fases de control de la situación tanto los
profesionales, como el sistema, como la población suelen ser bastante disciplinados en las medidas
a adoptar, sin embargo, en el paso del tiempo y la desaparición de los signos externos del suceso
suele existir un debilitamiento en la aplicación de los procedimientos, hecho que conlleva el aumento
de accidentes y efectos indeseados. Hasta que el HAZMAT Director no anuncia al staff directivo que
el incidente NBQ ha terminado, sigue activo y en curso.
Para aumentar la capacidad de respuesta es imprescindible que en el lugar estén presentes especialistas
HAZMAT, que poseen conocimientos concretos y específicos sobre este tipo de situaciones y de las
medidas a tomar. Estos especialistas deben recabar toda la información posible: tipo de tóxico, nº
ONU, pictogramas de peligro, condiciones ambientales, orografía, hora de del día, recursos, etc., y en
función de estos datos obtenidos y las fuentes de información que se puedan consultar de modo rápido
(manuales en la escena, aplicaciones en PDAs, llamadas a expertos, etc.), deben asesorar al HAZMAT
Director y al Incident Commander presentes en el puesto de mando.
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Y después de esta argumentación se llega al fondo de la cuestión ¿cómo aumentar la capacidad de
respuesta ante incidentes en entornos NBQ? Difícil respuesta. Esta optimización del sistema requiere
fondos abundantes, personal específico, medios materiales complejos, simulacros y formación
continuada, educación a los servicios de emergencias y a la población en general, conformar equipos
de especialistas HAZMAT y equipos de especialistas en gestión de crisis, etc., condiciones, que salvo
una implicación directa de las autoridades es difícil poder llevar a cabo, porque la realidad nos dice que
lo que ocurre son otras cosas:
92 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
Figura 61. Sistema de gestión de incidentes
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Los especialistas HAZMAT
tienen una elevada
formación y entrenamiento
en este tipo de situaciones,
pero para la resolución
de la crisis es necesario
personal de mando por
encima con la capacidad
de ejercer una visión global
y multi-agencia sobre el
incidente.
En la mayoría de las situaciones es inusual que sobre el terreno desde los momentos iniciales
podamos contar con especialistas HAZMAT. En estos casos la persona o personas responsable del
mando operativo deben apoyarse en fuentes de información, en obtener muchos datos de los testigos
e intervinientes ya presentes e intentar trazar una estrategia factible y adecuada al contexto. De
igual modo, es bastante frecuente que ante la ausencia de un sistema de gestión de incidentes bien
estructurado y desplegado sobre el terreno, acudan al lugar múltiples agencias y organizaciones, cada
una con sus jefes, procedimientos y materiales, incrementando el caos ya existente.
4.1.2.
Herramientas para mejorar la respuesta
La tipología de los incidentes NBQ puede ser muy variable en función del agente diseminado: agentes
nucleares, biológicos, químicos, explosivos, radiológicos, etc., o la mezcla de alguno de ellos, y su
origen de igual modo fortuito, accidental, provocado, etc., pero casi todos presentan dos características
comunes: son eventos de alta intensidad y de corta duración, con una latencia por lo general menor de
ocho horas. Con esto no se quiere afirmar que todos los sucesos sean de este modo, en estos momentos
por citar un ejemplo, nos encontramos inmersos en un incidente de alta intensidad y alta duración, nos
referimos a la epidemia por el virus Ébola, que afecta ya al África Occidental y con pacientes contagiados
ya en España, USA, Macedonia, etc. Cuando la situación se perpetua en el tiempo, debe cambiar
el procedimiento de intervención, con la llegada masiva de intervinientes, adaptando infraestructuras,
implementando el equipamiento y la formación, con necesidades logísticas directamente proporcionales
a la duración e intensidad del evento.
Figura 62. Traslado de paciente infectado por Ébola
Repatriación en
condiciones de bioseguridad del misionero
Miguel Pajares el 12 de
agosto, procedente de
Liberia.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 93
Para conseguir la resolución eficaz y temprana del suceso no podemos ni debemos confiar solo en el
buen hacer de los profesionales que ese día acudan a la llamada de emergencia, como ciudadanos y
profesionales debemos esperar la mejor respuesta posible. Es por ello, que el Incident Commander, al
igual que el staff directivo deben poseer los conocimientos necesarios para manejar este tipo de crisis.
Las autoridades competentes deben proveer al sistema de emergencias de este tipo de especialistas,
técnicamente entrenados en el control de crisis.
El Incident Commander (máximo mando presente en la escena) debe ser capaz de priorizar los
problemas existentes y desarrollar soluciones en función de los datos disponibles y de los recursos
presentes en la escena y los que estén por llegar en un tiempo prudencial. Además debe tener la
habilidad de conocer todo lo que ocurra bajo su jurisdicción (riesgos, amenazas, operatividad, recursos,
información, etc.), para mantener una visión a vista de pájaro, de modo, que obtenga en todo momento
una visión global del suceso.
El jefe del dispositivo debe contemplar una serie de aspectos básicos:
• En
Figura 63. Liaison officer
Persona encargada de la
coordinación con agencias
y organismos en el terreno
más allá de los servicios
de emergencias, como
el Fuerzas Armadas,
instituciones privadas
involucradas en el
incidente o de cualquier
otro tipo.
• Como jefe del dispositivo debe asegurar unas comunicaciones adecuadas y sencillas, de modo, que
los diferentes intervinientes y organizaciones involucradas en el suceso se puedan comunicar de una
forma precisa y clara.
• La seguridad tanto de la población, el entorno, como de los profesionales destacados en la emergencia
debe ser su principal preocupación. El Safety Officer y el ASO HAZMAT deben velar por el cumplimiento
de las normas de seguridad para minimizar al máximo los accidentes y no diseminar el incidente.
• El Incident Commander debe asumir e interiorizar, que en el caso de que la crisis no evolucione del
modo deseado, o la situación sea especialmente delicada, las autoridades no se caracterizan por
tener excesiva paciencia, y no suelen dejarse asesorar por especialistas, por lo que siempre se debe
contar con planes de contingencia para implementar en el sistema y reformular la operativa. De modo
genérico para evitar errores se aconseja no suponer nada, consultar todos los aspectos técnicos con
especialistas, documentar absolutamente todo y crear un consenso (aunque la última palabra siempre
la tiene el Incident Commander) para elaborar una nueva propuesta de resolución.
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este tipo de sucesos la información es la llave para la gestión del operativo. Debe hablar con
especialistas, políticos, mandos desplegados en el operativo, autoridades locales, etc., manteniendo
la búsqueda de la información en curso como una tarea fundamental.
• La figura del Liaison officer es clave, descarga al Incident Commander de determinadas funciones
burocráticas y le facilita su trabajo, siendo su sombra y estableciendo los contactos pertinentes con
el resto de mando.
94 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
4.2.
Guía básica de intervención cross™ HAZMAT
Antes de comenzar a desarrollar los procedimientos básicos de intervención sanitaria en situaciones
con riesgo NBQ, es necesario recalcar que el objetivo de esta publicación, en ningún modo es marcar
líneas estratégicas de actuación que deban ser asumidas por un servicio o institución e particular.
En este capítulo se exponen recomendaciones generales de actuación basadas en la evidencia científica,
en lecciones aprendidas de eventos anteriores y siempre de acuerdo con los últimos estándares
científico-técnicos, pero debe ser cada servicio quien de forma individual, y adaptándose a su contexto
de funcionamiento, adopte los procedimientos de actuación específicos.
4.2.1.
Crisis response operating strategic system™
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Las crisis son una constante en la historia de la humanidad, ocurren en todos los ámbitos, por lo tanto, la
mejor estrategia para afrontar estas incidencias es la preparación local de los servicios de emergencias,
para conseguir la autosuficiencia.
Las crisis no sólo generan problemas sanitarios, generan desorganización y caos a todos los niveles
de la comunidad, representando el triángulo de la gestión de crisis un elemento básico para aportar
una respuesta integral a la situación. El cross™ system basa su modo de actuar y reaccionar en cuatro
pilares básicos:
• Seguridad. Nos ocupa y preocupa de forma especial la seguridad de las personas, el entorno y los
profesionales, debiendo estar presente la conciencia de la seguridad en todo el desarrollo de la
actuación.
• Organización. Gestión de la autoridad y establecimiento de una cadena de mando sencilla pero visible
en todos los niveles.
• Logística. Adaptada al medio en el que se desarrolla el incidente y aprovechando al máximo los
recursos locales, con una máxima agilidad.
• Socorro. Desde medidas salvadoras hasta medidas avanzadas, pero sin perder de vista que el objetivo
es realizar técnicas sencillas, avaladas por la evidencia, y con el menor uso posible de recursos, tanto
humanos como técnicos.
Figura 64. cross™ HAZMAT system
Las crisis generan
emergencias colectivas,
y colectiva debe ser la
respuesta, representando
el cross™ system una
herramienta operativa y
potente para la resolución
de incidentes.
Para que el sistema sirva de herramienta metodológica en la gestión de incidentes es necesario asumir
una serie de bases conceptuales:
• Es
necesario aplicar el método no sólo a grandes desastres, sino también a emergencias más
reducidas: de crisis amplias a crisis limitadas.
• Solo aumentando la capacidad de organización se absorbe más rápidamente la desorganización.
• Debe ser un estándar moldeable, que se adapte a diferentes contextos y realidades. Cada realidad
es única, y exclusiva tiene que ser la forma de responder ante el incidente, si bien, manteniendo unos
principios fundamentales de actuación que nos sirven para casi cualquier suceso.
• La columna vertebral, se basa en equipos multisectoriales y multidisciplinares (Crisis Management
Team®).
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 95
Nota:
El cross™ system no en un conjunto de dogmas, todo lo contrario. Es un conjunto de
recomendaciones que tienen que servir para estructurar una respuesta ordenada y eficiente ante
crisis sanitarias, desarrollando una masa crítica de pensamiento que mejore la resolución de
incidentes.
• Metodológicamente tiene que ser fácil de transmitir, sencillo de aprender y reproducir, y pragmático
en su aplicación.
• Es necesario contar con herramientas concretas y específicas para la gestión de incidentes. De igual
modo que se dispone de los últimos avances en trauma o cardiología, se debe considerar la gestión
de incidentes como una parte más, y sustancial, del entrenamiento y capacitación de los servicios de
emergencias.
• Si el sistema quiere mejorar debe poseer una gran capacidad crítica y revisar constantemente las
intervenciones propias y ajenas. Las “lecciones aprendidas” representan una forma continua de
mejora y adaptación.
• Estamos en constante evolución: los tiempos cambian, los conocimientos y cómo aplicarlos también.
Antes de comenzar a detallar los pasos recomendados a seguir, para la gestión inicial sanitaria de
accidentes con víctimas en masa, es necesario recalcar tres conceptos clave:
servicio, pero cada incidente aporta nuevos problemas que requieren soluciones ingeniosas.
• La cadena de mando no se improvisa. Ni las víctimas, ni los profesionales, deben confiar en el buen
hacer de la persona que ese día debe asumir la responsabilidad de mandar, debe saber y estar
entrenado, solo así podrá transmitir la autoridad.
• Durante todo el manual se han explicado las técnicas y procedimientos por separado y de una forma
muy lineal. En intervenciones reales las fases se solapan, los espacios se difuminan, y debe primar el
trabajo en equipo con varias funciones simultáneas.
Se pueden seguir múltiples y variadas reglas nemotécnicas, con el objetivo de no obviar alguna acción
importante. En este manual se enumeran ocho acciones fundamentales, acciones que describen las
funciones tácticas para ser desarrolladas en incidentes con entornos HAZMAT. Las ocho acciones se
pueden acometer de forma flexible, según el alcance y magnitud del incidente va incrementándose.
Figura 65. Pasos generales del cross™ HAZMAT
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• No hay normas mágicas. Podemos y debemos funcionar de acuerdo a los procedimientos de cada
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Figura 66. Hoja de gestión de crisis
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Modificado de: Protocolo de campo para el coordinador sanitario de accidentes de múltiples
víctimas; E. E. Pesqueira Alonso; Emergencias, 2001;13:310-318
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4.2.2.
Evaluación de la situación y control del escenario
Este primer punto representa el comienzo de la intervención, comienzo que posibilita el conocimiento de
la distribución del incidente. Se deben visualizar los límites de la agresión, e identificar de forma precoz
el problema que ha generado la crisis, para en un segundo momento iniciar la zonificación, y de esta
forma poder comenzar a estructurar la actuación.
Los primeros intervinientes (First Responders) deben ser los encargados de intentar controlar el
escenario, desarrollando las acciones mínimas necesarias. Una vez que ha llegado la ayuda profesional
y especializada al lugar (no necesariamente los equipos HAZMAT, sino los servicios de emergencias
profesionales), se debe valorar de forma muy cuidadosa la situación, ya que los 10 primeros minutos
de gestión del evento marcar el devenir de los próximos 60 minutos, y esta primera hora de evolución y
las medidas que se hayan implementado, marcan el desarrollo de las primeras ocho horas, por lo que
debemos interiorizar en nuestra actuación que no debemos intentar controlar más de lo que realmente
estemos capacitados como servicio o como profesionales para poder hacer. Son situaciones altamente
complejas que requieren de especialistas, para aislar de forma eficaz y rápida el riesgo y controlar la
situación.
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Nota:
El objetivo fundamental de estas primeras acciones organizativas es proporcionar al dispositivo
las mínimas condiciones de seguridad que propicien una intervención posterior eficaz y estable.
Para poder desarrollar el cross™ HAZMAT de forma óptima, y para conseguir que todos entendamos
los mismos conceptos, es preciso antes de continuar con los pasos a seguir en el control de la situación,
“negociar” el significado de una serie de ideas o consideraciones que van a marcar la intervención,
para que todos hablemos el mismo lenguaje y con un criterio común. Los conceptos que sean
internacionalmente admitidos por su nombre original se denominarán en inglés.
• Staging
area. Es la zona de seguridad establecida para la ubicación temporal de los recursos
disponibles. Debe estar cerca de la zona cero, pero sin riesgos evolutivos, para reducir el tiempo
de respuesta. Se habla de nivel I cuando los sistemas locales de emergencias son autosuficientes
para proporcionar los recursos humanos y materiales suficientes para la resolución de la crisis, y de
nivel II cuando es preciso la ayuda de unidades de otros servicios o lugares, porque la capacidad de
respuesta local es limitada, o bien la agresión se intensifica más allá de lo inicialmente esperado.
• Perímetro de aíslamiento. Es el perímetro externo que delimita las zonas de intervención. Es
prioritario realizar una contención eficaz de personas y medios, de modo que solo puedan entrar a la
zona de intenvención los equipos adecuadamente equipados y preparados, y bajo conocimento del
Site control leader. Dentro del perímetro de aislamiento, y basados en el grado de peligro y el nivel de
seguridad que se debe alcanzar se delimitan el resto de las aéras.
• Zona caliente. Representa el punto de mayor impacto, donde la agresión es máxima y pueden existir
riesgos evolutivos. Tiene límites imprecisos y el acceso está limitado por el propio daño. El acceso
a esta zona debe estar restringido a las personas que tengan la formación y el nivel de protección
individual adecuada al agente diseminado. Alrededor de esta zona caliente y siguiendo el contorno de
ésta, se establece la zona templada.
• Zona de refugio o zona de espera. Ubicado en la zona templada, pero cerca del área caliente, es
el espacio habilitado para la espera de las víctimas o equipos contaminados que deben pasar por la
zona DECON, y no salir de forma intempestiva del área caliente contaminando otras zonas.
• Zona templada. Debe tener acceso rápido y permeable, ya que es el lugar de despliegue de los
equipos de descontaminación, y donde se realizan los primeros gestos terapéuticos, por personal
sanitario debidamente protegido.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 99
Figura 67. Zonificación básica del escenario NBQ
un fácil acceso. En esta zona no se precisa adoptar un nivel de protección individual, aunque será
necesario incrementar el nivel de seguridad, para favorecer o no entorpecer los movimientos de
los servicios de emergencia en esa área. En esta área se organizan todos los apoyos disponibles,
incluyendo el personal de los servicios de emergencias médicas.
La adecuada zonificación permite establecer medidas de protección de la salud pública y del entorno, al
implantar de forma adelantada el perímetro de aislamiento. El HAZMAT director en colaboración con el
resto de integrantes del grupo, debe asegurarse de cumplir el siguiente checklist:
• Hora de llegada al lugar del incidente y especificar todo lo posible la localización.
• El mando debe perimetrar la zona de máximo impacto y acotar zonas: evaluación primaria. Es vital
durante la aproximación a la escena del incidente, que la colocación de las unidades sea la adecuada,
para evitar contaminaciones indeseadas o colocar unidades no adecuadamente equipadas en zonas
de peligro.
• Hacer visible el perímetro de aislamiento. Se puede usar cinta de balizar, vallas, conos, etc., y si
hay presente personal de seguridad que se hagan cargo de la situación. De otro modo, el teatro de
operaciones se colonizará por elementos ajenos al dispositivo, que además se pueden contaminar,
sobredimensionando el incidente. Es prioritario, sobre otras líneas de actuación, marcar líneas de
seguridad visibles y efectivas, para definir áreas de trabajo, y organizar el escenario. Hay que hacer
visible la organización.
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• Zona fría. Es la zona más alejada al incidente, se localiza exterior a la zona templada y presenta
100 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
Figura 68. Contención del incidente
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En escenarios hostiles
con riesgos reales, deben
ser los especialistas en
contención de riesgos los
encargados de garantizar
cierto grado de seguridad
(es imposible en estas
situaciones el riesgo cero).
• Establecer la zona caliente, evitando que ningún equipo penetre en el interior sin el equipamiento
de protección suficiente. En caso de duda siempre se equiparán con el máximo nivel de protección,
tanto cutáneo como respiratorio. La contención de riesgos debe ser realizada por especialistas, con el
entrenamiento y el equipamiento adecuado.
• Si se sospecha la presencia de un entorno NBQ con víctimas o equipos contaminados se debe
planificar el despliegue de una unidad de descontaminación, y aislar a todas las posibles víctimas
que potencialmente hayan estado expuestas al riesgo. El personal de emergencia debe entender que
hasta que no estén equipados de forma adecuada y la estación de descontaminación establecida, la
intervención no se podrá realizar.
• Observar los recursos presentes en la escena y establecer un área de almacenamiento temporal.
Debemos recordar la cantidad ingente de bienes y equipos que se desplazan al lugar para el control
y gestión del incidente.
• Es necesario detectar y valorar los riesgos reales y/o potenciales, presentes o futuribles y el número
aproximado de víctimas, tanto en número como en cualidad, para dimensionar el incidente. Debemos
hacer una aproximación de las necesidades inmediatas para planificar los recursos necesarios y
solicitarlos. Una adecuada, ordenada y completa evaluación del incidente hace patente los riesgos
más evidentes. Conociendo los peligros, se pueden tomar medidas para minimizarlos.
Tabla 14.
Aspectos tácticos a tener en cuenta para el control del escenario
• Es imprescindible que una persona ejerza la función de mando único, y que además exista un
jefe del despliegue específico NBQ.
• Es necesario garantizar la seguridad de los efectivos presentes en la escena, la colocación de
los recursos es vital.
• El perímetro de aislamiento es la mejor herramienta para evitar nuevas contaminaciones, tanto
de victimas que salgan hacia el exterior, como de profesionales o personas que penetren en la
zona de aislamiento.
• La zona 0 o zona caliente debe permanecer en aislamiento severo, e imposibilitar que
personal no equipado o entrenado acceda a su interior.
• Se debe valorar la necesidad de un rescate inmediato de heridos o de intervinientes
que hayan entrado en zonas peligrosas sin el adecuado equipamiento, y priorizar la
descontaminación y primeros auxilios de estas personas.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 101
4.2.3.
Estructuración del mando
La máxima prioridad táctica en la escena es la seguridad, y la contención del incidente para evitar
víctimas adicionales, y ya en una segunda fase, se puede empezar a plantear el diseño del plan para
realizar las tareas de asistencia y evacuación de las víctimas previamente descontaminadas.
Nota:
Los mandos y los equipos de emergencias deben ser conscientes de que en muchos entornos
NBQ los riesgos son invisibles, no se ven ni se huelen, por lo que la seguridad en la escena es
la prioridad absoluta.
En el lugar del incidente en la zona fría se debe establecer un puesto de mando centralizado, por donde
discurra la información y la estrategia acerca de todas las operaciones de emergencia del dispositivo. El
responsable del dispositivo debe asegurarse de:
• Asumir el mando correctamente.
• Seleccionar el lugar adecuado para ubicar el puesto de mando. Establece un puesto de mando físico
Figura 69. Estructuración del mando
La estructuración del
mando debe ser visible. El
puesto de mando se puede
organizar en una sala,
un vehículo, etc., pero
debe disponer de buenas
transmisiones, estar
bien comunicado y bien
identificado.
• Explicar los procedimientos a seguir: marcar las líneas generales de actuación.
• Dotar de comunicaciones básicas al dispositivo.
• Tomar las primeras decisiones: lugar y forma de despliegue, solicitar recursos complementarios, etc.,
y solicita la asistencia necesaria.
• Si es posible el primer despliegue se hará con medios básicos, sencillos, baratos y que sean fácilmente
transportables: lonas, conos, banderas, cinta de balizar, etc. A medida que progresa el incidente y
llegan más recursos, se pueden montar tiendas de despliegue rápido, puestos de mando, unidades
logísticas, etc.
• Establecer un área de almacenamiento temporal.
El despliegue de la cadena de mando tiene que ser proporcional a la intensidad y tamaño del incidente,
el problema en este tipo de situaciones, es que no hay emergencias menores. Con solo un afectado
contaminado, el sistema requiere multitud de recursos y organización para su manejo adecuado y no
propagar la amenaza.
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visible y accesible y contacta con el resto de mandos presentes en la escena. Como norma general se
ubicará en un lugar más elevado que el resto y en contra del viento, pero con la precaución siempre
presente de que las condiciones pueden cambiar rápidamente.
• Desplegar la cadena de mando, tanto del grupo HAZMAT, como del grupo sanitario, repartiendo
chalecos, y por tanto funciones. El uso de chalecos de colores y rotulados realiza una doble función.
De una parte, identifica al responsable y le hace visible, de otro lado, genera una corriente de
organización que puede ayudar a absorber elementos inestables dentro del sistema.
102 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
Una buena estructuración del mando redunda en control más certero de la situación, sin ausencia de
algunas funciones, y sin duplicidades de mandos.
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Figura 70. Hoja de gestión de crisis HAZMAT 1.0
La resolución eficaz de un incidente en entornos NBQ depende directamente del grado de coordinación
alcanzado por los intervinientes y con la implantación precoz de un sistema de gestión de incidentes
creíble y aplicable. La cadena de mando tiene que estar estructurada de forma orgánica, de modo que
las funciones de cada mando estén claras y sean conocidas por el resto del equipo.
El Incident Commander debe imponer la metodología común de aplicación, igual que en cualquier
otra emergencia colectiva, independientemente de su naturaleza y tamaño. Debe primar la seguridad
en la actuación sobre cualquier otra prioridad, hecho que puede hacer surgir roces entre los distintos
grupos de operaciones, ya que cada jefe y sus subordinados pueden tener prioridades y sensibilidades
diferentes, pero el Incident Commander debe coordinar todos los equipos y trazar de forma nítida la
estrategia general de actuación.
Una mala praxis del responsable del incidente o de los jefes, cada uno a su nivel, puede hacer fracasar
el buen hacer de los recursos operativos, al igual que las presiones políticas u otras cuestiones externas,
cuando no priman los aspectos técnicos y profesionales, la respuesta no suele ser la mejor.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 103
Figura 71. Hoja de gestión de crisis HAZMAT 2.0
Análisis específico de riesgos
La contención del incidente y el control del escenario para evitar nuevas víctimas es fundamental, al
igual que la estructuración de la cadena del mando (pasos 1 y 2 del cross™ HAZMAT), pero llegados a
este punto, es necesario conocer qué tipo de agente está generando la crisis.
Es el momento de la intervención de los especialistas HAZMAT y de contar con la ayuda del Technical
refence, además de todas las fuentes de información posibles. Es necesario estudiar la escena de forma
minuciosa para detectar la presencia de agentes NBQ, identificar la naturaleza del problema y de los
materiales involucrados, forma de liberación, método de contaminación, si está en contenedores ver sus
características y propiedades, etc.
Es necesario contemplar la presencia de riesgos NBQ y de riesgos asociados: incendios,
derrumbamientos, derrames, explosiones, vehículos o infraestructuras involucrados en el escenario,
etc., y contar siempre con un alto índice de sospecha sobre la intencionalidad del incidente. Si el suceso
no es casual, sino que es un acto de terrorismo, el riesgo en la escena aumenta, y la forma de proceder
debe ser más cautelosa, ante la posible presencia de efectos no controlables en el lugar.
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4.2.4.
104 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
Figura 72. Analizador StreetLab® Mobile de SAFRAN
Cuando se trata de
agentes desconocidos
se deben usar detectores
y analizadores para
determinar la naturaleza
del agente causal.
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El proceso de identificación del agente específico que ha originado la crisis debe ser realizado por
personal experto, con amplios conocimientos técnicos y con los últimos sistemas de detección y análisis.
Una vez que se tienen pistas que nos orienten hacia la naturaleza del agente es necesario comenzar
con las acciones específicas de contención, además de equipar de forma conveniente en función del
riesgo al personal interviniente e implantar las medidas de salud pública oportunas.
En el capítulo específico de gestión de accidentes por mercancías peligrosas (capítulo número 6 de
la sección dos de este manual), se especifica de forma exhaustiva la forma de identificar mediante
diferentes datos el tipo de sustancia química que se puede ver involucrada en el accidente, pero no
podemos ni debemos perder de vista, que en entornos NBQ nos podemos ver expuestos a agentes
químicos, biológicos, radiactivos, a la mezcla de uno o alguno de ellos y además en el seno de hechos
intencionados que pueden verse acompañados de explosivos. Por lo tanto un alto índice de sospecha
es nuestra mejor arma defensiva, y adelantarnos a las posibles situaciones de riesgo.
La detección precoz de agentes biológicos observando la epidemiología y sintomatología, el uso de
equipos detectores de radiación, de equipos analizadores de compuesto químicos, son elementos que
nos pueden orientar hacia la acción, y una vez que los especialistas nos conformen el tipo de agente al
que nos enfrentamos tomar las medidas oportunas en varios frentes:
• Establecer un plan general de actuación, adaptado ya a los datos reales de los que disponemos, más
específico, y menos general de lo que hasta ahora, por no conocer el tipo de agente, por fuerza debe
ser más genérico.
• Medidas de protección y aislamiento de la zona para evitar la difusión del agente.
• Equipos de protección individual adecuados al riesgo.
• Formas de inactivar el agente, si es que existen.
• Medidas de salud pública.
• Manejo médico específicos, por ejemplo, uso de antídotos concretos o determinadas maniobras
sanitarias, etc.
Figura 73. Snalizador de compuestos químicos
Cuando no se conoce
la naturaleza del agente
causal los especialistas
encargados en
identificación del tóxico
deben emplear las
máximas medidas de
protección y seguridad.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 105
El proceso de identificación del agente causal del incidente es a menudo complejo y en muchos casos
inconcluso en los momentos iniciales, ya que los detectores y analizadores móviles que se desplazan
hacia el lugar, en muchas ocasiones disponen de un catálogo de productos detectables limitados, por
no hablar de agentes biológicos que requieren unos laboratorios y sistema de análisis muy complejos.
Las primeras maniobras, para obtener la posible identificación del agente es estudiar los hechos y las
condiciones del evento, y seguir una serie de pasos:
• Reconocer que nos enfrentamos ante un incidente NBQ. En muchas ocasiones este reconocimiento
Después de todo este proceso de análisis, se puede llegar, en los momentos iniciales a un diagnóstico
de sospecha sobre la etiología del agente causal.
Figura 74. Identificación de riesgos
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inicial por obvio no ocurre, recordemos que muchos agentes NBQ son invisibles, y por lo tanto ante
ausencia de signos físicos externos del agente, el alto índice de sospecha es garantía de seguridad.
• Si se trata de agentes químicos regulados es preciso observar el número de placa ONU, los paneles
informativos, rótulos y etiquetas, documentos de embarque o transporte, etc., y consultando el Libro
Naranja de la ONU determinar qué tipo de agente químico es, y cómo actuar.
• Si es posible acceder a una muestra, y si disponemos de analizadores portátiles (recordemos que
el StreetLab® Mobile es capaz de clasificar más de 5000 tipos de sustancias químicas, incluyendo
materiales explosivos), debemos realizar un rápido análisis in situ.
• Ante desastres nucleares es preciso contar con detectores de radiación y cuantificar el grado de
radiación.
• En procesos en los que hay involucrados agentes biológicos, el método inicial de detección es realizar
una encuesta epidemiológica amplia y concienzuda y observar los signos y síntomas precoces del
agente biológico que sospechamos pueda producir la crisis (recuerde que si no se conoce el agente
causal todos los intervinientes deben protegerse con el nivel más elevado de protección individual).
• Se deben consultar todas las fuentes de datos posibles, además de realizar consultas con expertos
en el tema.
106 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
4.2.5.
Selección de EPIs y equipamientos
Una vez que los especialistas HAZMAT han realizado un análisis pormenorizado, y sabemos a que
agente, o familia de compuestos nos enfrentamos, es el momento de determinar qué tipo de equipo
de protección individual es necesario usar para cada área de intervención. En este punto la figura del
Assistant safety officer HAZMAT es esencial, marca el tipo de equipo de protección a utilizar y determina
el modo y duración de la intervención, además de tener la potestad de poder parar una maniobra
operativa si no cumple las medidas de seguridad pertinentes.
Nota:
Si se desconoce la naturaleza y propiedades del agente siempre se procederá por criterios de
máxima seguridad, de forma que se procederá a intervenir con el equipo de máxima protección
disponible (nivel A, categoría III, tipo 1A)
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Sobre la base de los hallazgos anteriores, la experiencia previa en otros incidentes y los protocolos
operativos en ese momento el ASO debe asignar el nivel adecuado de protección personal y de
equipamiento necesario.
Figura 75. Control de riesgos
El ASO debe asegurarse
de que todo el personal
que interviene en el
incidente NBQ (cada uno
a su nivel) tiene el nivel
adecuado de protección y
equipamiento.
La selección de los equipos de protección no puede ser segura ni acertada hasta que no se conozca
mínimamente la naturaleza del agente y se fijen los objetivos tácticos de la intervención. La elección de
un tipo u otro de protección o prendas, depende de diversos factores:
• Tipo de agente causal.
• Propiedades de los compuestos involucrados.
• Riesgo presente en la escena.
• Objetivos del dispositivo.
• Tareas específicas a desarrollar.
• Tiempo de trabajo con los equipos.
• Capacidades físicas y psicológicas de los intervinientes
que porten determinados equipos de
protección.
Todo el personal involucrado en la resolución de la crisis debe estar equipado de forma correcta,
representando este punto un eslabón débil de la cadena, ya que es frecuente que las primeras unidades
que se han desplazado al lugar es muy posible que hayan accedido hasta áreas o heridos con riesgo
sin los adecuados equipos de protección, bien por desconocimiento sobre el agente real que causa la
emergencia, ausencia en los primeros momentos de equipos, usar ropa estructural de protección térmica
como equipos de protección química o biológica, celo profesional que nos lleva a sabiendas a manejar
pacientes que sabemos que pueden estar contaminados, etc., por lo que el ASO debe estrechar el cerco
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 107
sobre estos primeros respondientes, y asegurarse de su correcto nivel de protección, y en caso de duda
de contacto aislarles y trasladarles a la unidad de descontaminación.
El personal de emergencias debe contemplar en su diseño curricular la protección de riesgos como un
elemento vertebrador de su formación y entrenamiento, solo de esta forma se conseguirá transmitir esta
cultura de la protección y de la importancia del equipamiento e interiorizar estas maniobras en nuestras
actuaciones diarias. Los equipos de protección personal son la última línea de defensa frente a los
agentes externos, y son la barrera más efectiva para evitar los contagios del personal de emergencias.
Los profesionales deben entrenar periódicamente la elección del tipo de equipos, su colocación y su
retirada, asegurándose además de un manteniendo preventivo y revisión de los equipos.
Figura 76. Equipamiento deficiente
Aunque pueda parecer que el uso de equipos de menor nivel de protección es sencillo, la realidad nos
demuestra que incluso los equipos más simples requieren de un entrenamiento exhaustivo, ya que si la
rutina de uso no es la adecuada, una vez puesto el equipo todos los problemas se acrecientan.
Tabla 15.
Aspectos a tener en cuenta en el uso de EPIs
• Calor o frío extremo y alta humedad
relativa.
• Ruido.
• Disminución del campo de visión.
• Operaciones con baja visibilidad o poca luz.
• Dificultad en los movimientos corporales
habituales.
• Deficiencias en los sistemas de
comunicaciones.
• Reducción de la destreza manual.
• Operaciones en espacios confinados.
• Duración de la intervención.
• Esfuerzo físico intenso.
• Estrés psicológico, por la propia dureza
del escenario, por operar con los equipos
(trajes estancos, cascos, inseguridad en su
uso, miedos personales, etc.).
Después de haber visto la importancia de los EPIs y de su elección adecuada (recuerde que en el
capítulo 2, sección 1 de este manual se trata de forma específica el uso y tipos de equipos de protección
individual), es necesario destacar algunas normas mínimas de utilización en el escenario, que no por
obvias se realizan. Antes de describir estas normas mínimas y las situaciones de emergencia que se
pueden generar por el uso de los EPIs, los autores de este manual quieren recordar que lo que a
continuación se expone son una serie de recomendaciones de no obligado cumplimiento, cada servicio
u organización debe seguir los protocolos operativos vigentes en ese momento.
• Como norma general cada intervención en áreas de riesgo deberá ser realizada por parejas, siempre
en múltiplos de dos. Por sencilla que sea la maniobra a realizar, siempre debe ir un especialista
espejo, y ambos con el mismo nivel de protección.
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La disponibilidad o no de
equipos adecuados nunca
debe ser una excusa
para acceder a zonas
restringidas de riesgo sin
el equipamiento preciso.
Podemos entrar en zona
caliente con más equipo y
protección de la necesaria
para ese caso, pero nunca
con un nivel de protección
menor al necesario.
108 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
• El ASO debe vigilar la correcta colocación de los EPIs, monitorizando en todo momento los pasos a
seguir, incluyendo la retirada del equipo, el punto más crítico de todo el procedimiento.
• El Site control leader (con autorización del Entry leader) debe realizar un control intensivo de los
profesionales que entran a zonas de riesgo y el tiempo que están operativos, incluyendo el tiempo de
equipamiento y retirada de EPIs.
• Todos los intervinientes deben ir adecuadamente equipados con radio-transmisores y sistemas de
comunicación craneal o laringófonos, ya que con el uso de mascarillas, máscaras panorámicas, ERA,
o trajes estancos la comunicación es muy dificultosa, pero esencial.
• El sistema debe tener previsto evacuaciones de emergencia y rápida descontaminación en caso
de accidente, el más peligroso pérdida del suministro de aire, rotura de los trajes o sistemas de
protección, etc. En estos casos el profesional que ha sufrido el accidente y su compañero espejo,
deben dejar lo que estén realizando, notificar la incidencia al puesto de mando y dirigirse de forma
inmediata a la unidad de descontaminación de forma prioritaria.
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Figura 77. Equipamiento de comunicación por laringófono
Las comunicaciones
verbales con determinados
equipos de protección
son prácticamente
imposibles. Se deben usar
laringófonos o sistemas
similares y lenguaje no
verbal, que sea conocido
por todo el sistema (por
ejemplo pulgar arriba, OK,
etc.).
4.2.6.
Marcar prioridades tácticas
Llegados a este punto los mandos desplazados al lugar deben elaborar un plan estratégico de actuación,
con opciones tácticas claras y un operativo aplicable. Todas las crisis tienen unas fases de evolución
predecibles, de modo que conociendo los efectos desfavorables que los acontecimientos pueden
originar, debemos determinar cómo influir en el proceso para conseguir la resolución y minimizar los
daños.
Algunos de los factores que pueden afectar al comportamiento de un incidente NBQ son:
• Propiedades inherentes al propio agente causal.
• Magnitud e intensidad del incidente.
• Meteorología, dirección del viento y hora del día.
• Localización de la emergencia: espacio confinado, aire libre, dificultades en el acceso, etc.
• En el caso de que sea un accidente con mercancías peligrosas es preciso conocer cómo
es el
recipiente que contiene el producto y sus características.
• Cuando el incidente NBQ se origina de forma intencionada, el escenario y su comportamiento cambia
de forma radical. Debemos estar especialmente vigilantes a los peligros asociados, al ser un escenario
inestable por naturaleza.
El Incident Commander basado en el proceso de evaluación de riesgos y en conjunto con los especialistas,
debe trazar un plan de acción, que como norma general debe desarrollar acciones ofensivas, como por
ejemplo aislar la zona, contener el riesgo, neutralizar la amenaza, etc., acciones defensivas, dirigidas
sobre todo a la protección del personal interviniente, y por último acciones de no intervención táctica,
ante casos en los que no disponemos del equipamiento o el entrenamiento necesario, es decir, en
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 109
determinadas ocasiones el sistema deberá esperar la llegada de especialistas que puedan afrontar la
situación, y hasta su llegada nuestras acciones estarán dirigidas a evitar la propagación del incidente y
evitar nuevas contaminaciones.
Figura 78. Control de la información
La evaluación de la
información sobre peligros
y riesgos determina de
forma puntual la evolución
de la respuesta, por lo
que los mandos deben
conocer en todo momento
los particulares de la
intervención.
Una vez realizada la evaluación del incidente, estimando su posible comportamiento y los riesgos que
conlleva, se debe trazar un plan de acción que al menos contemple los siguientes parámetros para
desarrollar en la primera hora post-incidente:
• Montar perímetro de aislamiento.
• Establecer la cadena de mando y repartir comunicaciones.
• Determinar los agentes/materiales involucrados en la escena.
• Control de derrames, fuego, fugas, etc.
• Garantizar la seguridad de todo el personal y víctimas en el escenario.
• En caso de ataques terroristas se debe extremar la precaución y si es posible preservar los indicios
para los investigadores.
• Asegurarse de que todos los miembros del dispositivo obtengan los EPIs adecuados para cada
intervención, y sepan en todo momento ante qué tipo de riesgos se van a enfrentar (siempre que sea
posible).
• Desplegar la unidad de descontaminación.
• Iniciar rescates de emergencia y maniobras salvadoras.
• Desplegar el área de asistencia sanitaria y proveer las medidas de soporte necesarias.
• Control de accesos de entrada y evacuación.
• Control de personas.
• Iniciar las medidas de protección pública, en función de la naturaleza del evento.
El responsable del dispositivo (Incident Commander) y el HAZMAT Director deben ser conscientes que
en este tipo de eventos, es muy probable que rápidamente cambien las condiciones evaluadas, lo que
hace que sea necesario siempre tener un plan B, dicho de otro modo, puede ser necesario plantear
varias opciones tácticas de forma simultánea, primando las opciones defensivas sobre las ofensivas,
para garantizar al máximo la seguridad de los intervinientes.
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En las operaciones de respuesta ante emergencias en operativos ordinarios, el concepto de riesgo
es entendido como un parámetro crítico de la intervención para aumentar la seguridad del dispositivo.
Revisando casos en los que ha habido accidentes o intervinientes contaminados (con muertos o
heridos), se ha observado que por lo general, si se tiene constancia del riesgo como peligro genérico,
sin embargo, existe una carencia habitual en evaluar el nivel de riesgo que implica cada intervención,
de modo que se diluye la atención y es cuando pueden ocurrir los accidentes. En el plan general de
actuación, se debe evaluar el riesgo de forma continua y constante y para cada intervención, solo
de este modo y tomándonos la seguridad y el control de peligros como un pilar fundamental del plan
podremos disminuir el riesgo.
110 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
4.2.7.Descontaminación
Uno de los aspectos diferenciales de las intervenciones NBQ con respecto a otro tipo de crisis es la
necesidad de descontaminar a los afectados y/o heridos y personal interviniente.
Una máxima que no se puede obviar, y que se debe seguir como procedimiento obligatorio, por mucha
urgencia que haya, o dramatismo en el lugar, o presencia de heridos, es establecer una unidad de
descontaminación, antes de que nadie entre a la zona caliente, o al menos simultáneamente, pero
asegurando la operatividad de la zona DECON de forma precoz; recuerde que el objetivo de la
intervención no es el rescate rápido de heridos, sino evitar nuevas contaminaciones y trabajar en todo
momento en condiciones de seguridad.
Nota:
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Tanto las víctimas ilesas como las víctimas que han sido sacadas de la zona contaminada por
los equipos de rescate, y todos los equipos de salvamento que hayan estado en contacto con
las sustancias tóxicas, deberán pasar por los túneles o duchas de descontaminación así como la
eliminación de sus trajes de protección, de una forma adecuada.
La función básica de la descontaminación (en el capítulo 9 de la sección 3 se detalla en profundidad los
procedimientos de descontaminación), es reducir o eliminar las sustancias agresivas o nocivas sobre las
personas o los equipos. En entornos NBQ no queda otra solución que entrar en zonas de alto riesgo, con
equipos de protección, para poder gestionar in situ el incidente. La descontaminación es el proceso que
nos permite devolver de forma segura a las personas y los equipos a la situación original antes de entrar
en contacto con el agente causal, este es el objetivo, pero no la realidad, hay determinados agentes, por
ejemplo contaminaciones biológicas o radiactivas, en las que la descontaminación total no es posible. Una
vez que se ha procedido a la descontaminación de la escena, de los intervinientes y de los afectados y/o
heridos, es necesario considerar el potencial de contaminación del entorno, por lo que desde el dispositivo
se debe contemplar la posibilidad de tener que reducir la contaminación secundaria más allá del incidente.
Figura 79. Unidad de descontaminación
Todo el personal que
integra el dispositivo
debe estar capacitado
y formado en los
procedimientos básicos de
descontaminación.
La unidad de descontaminación (DECON), a través de su responsable el Decontamination leader, debe
mantener una comunicación fluida con el HAZMAT director y una coordinación escrupulosa con el Entry
leader, para organizar una área de descontaminación que tenga unos accesos fluidos y forzosamente
unidireccionales.
El Decontamination leader debe asegurarse de:
• Buscar una ubicación adecuada, vigilando la orografía, dirección del viento, accesos, posibilidad de
contar con abastecimiento de agua, etc.
• Cartelizar y marcar de forma clara y llamativa la unidad de descontaminación.
• Desplegar la unidad y dotarla del material necesario, incluyendo los EPIs adecuados.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 111
• Contar
con el personal adecuado, tanto entrenados como en número. Se estima una relación 5/1
personal/afectados, es decir, se necesitan 5 personas para descontaminar a un afectado.
• Se debe garantizar la descontaminación de todo el personal y afectados antes de que abandonen la
escena.
• Si un afectado por la naturaleza del agente o cualquier otra causa no puede ser debidamente
descontaminado debe ser evacuado en cámaras de aislamiento estancas y con presión negativa.
• Integrar la unidad DECON en el sistema general de gestión de incidentes.
• Contemplar cómo realizar la gestión de residuos procedentes de las técnicas de descontaminación.
4.2.8.
Manejo sanitario de heridos
Hasta este momento, el despliegue se ha orientado a proporcionar los medios y capacidades necesarias
para poder garantizar la seguridad y la contención del incidente, para una vez descontaminadas las
víctimas, desarrollar la labor asistencial, comenzando por la selección de heridos y las maniobras
salvadoras, siempre con los equipos de protección adecuados.
Nota:
El Jefe de Triaje debe comenzar a reagrupar a todas las víctimas verdes, se dirigirá a la salida del
área DECON, y si se dispone de un megáfono, debe pedir a todas personas que puedan andar que
le acompañen. A continuación, debe buscar una persona que se pueda responsabilizar de los verdes,
tomar filiación, y avisar si alguien empeora. La persona ideal para este cargo es una propia víctima ilesa
y que se le noten capacidades, o bien un técnico de emergencias. Estas personas deben ser “recluidas”
en un área de espera hasta que puedan recibir asistencia cualificada.
El jefe de triaje debe realizar las siguientes funciones:
• Reclutamiento de camillas y camilleros.
• A continuación se selecciona a las víctimas
que no andan, pueden ser rojos, amarillos o negros,
siempre una vez descontaminados.
• Las víctimas críticas deben recibir las medidas salvadoras pertinentes y ser evacuadas de forma
prioritaria al centro de asistencia de heridos. Si es necesario que personal sanitario realice maniobras
salvadoras a víctimas contaminadas, bien por su extrema gravedad o bien porque estén atrapados y
el tiempo de rescate sea largo, solo podrán entrar a zona caliente sanitarios con alta cualificación y
destreza en el uso de los EPIs y los procedimientos específicos, y solo se realizarán las maniobras
salvadoras imprescindibles.
Figura 80. Camilleo en situaciones NBQ
Un punto fundamental, y
por el que fallan muchos
dispositivos es por no
disponer de camillas y
camilleros. Por lo tanto,
una labor esencial en
este punto es reclutar
personal, que debe
estar pertinentemente
protegido y recordar que la
camilla también debe ser
descontaminada.
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Las primeras víctimas en ser seleccionadas son las que caminan y salen por sus propios medios
de la zona caliente.
112 | GUÍA BÁSICA DE INTERVENCIÓN. CROSS™ HAZMAT
El despliegue del puesto sanitario avanzado se realiza siguiendo criterios de fluidez en el marco del
incidente NBQ, considerando la naturaleza del evento, los flujos de rescate y las vías de apoyo y
evacuación, al área DECON, etc., dejando la organización del CAH a interpretación del mando sanitario.
Dentro del centro de asistencia de heridos se delimitarán unos espacios de trabajo, en los que se
realizan labores diferentes que contribuyen al proceso de estabilización de víctimas en masa.
La asistencia sanitaria se compone de 3 subprocesos principales que son el de selección/checking,
el de estabilización y el de transporte. Para llevar a cabo estas tareas es necesario establecer los
siguientes espacios de trabajo, a modo de áreas funcionales:
• Zona de recepción de víctimas. Punto inicial del proceso, donde empiezan las labores de admisión.
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Es el lugar donde se realiza el registro de la víctima a la entrada del área de asistencia. Debemos
asegurarnos que todas las víctimas que ingresan en el CAH están descontaminadas.
• Zona de selección. Con una mínima exploración y un sucinto análisis se comprueba la prioridad de
asistencia asignada en el área de selección de víctimas y se prioriza la atención de los heridos más
graves pero con posibilidades de sobrevivir sin necesitar excesivos recursos. En este punto se derivan
los pacientes a sus áreas específicas de tratamiento o de espera.
• Zona asistencial. Espacio preparado para la estabilización y reagrupamiento de las victimas. Se
fundamenta en el agrupamiento de los heridos por categorías (en función de la gravedad), para su
abordaje de forma específica.
• Área de salida. Lugar de recogida de los pacientes y transición al puesto de carga de ambulancias,
dotado de camilleros que se encarguen de este transporte. En este punto se debe verificar que
se dispone de la información indispensable para la evacuación (filiación del paciente, patología,
tratamiento administrado, centro de evacuación, personal responsable del traslado, prioridad de
evacuación), datos que se transferirán al jefe de evacuación para que organice el traslado.
Figura 81. Apoyo vital
En este tipo de incidentes
se necesitan personas con
amplios conocimientos
de múltiples materias,
y muchas de ellas no
estrictamente sanitarias.
El personal sanitario tiene
que interiorizar que es
preciso trabajar siempre
con los EPIs adecuados en
condiciones de seguridad.
4.2.9.
Evacuación controlada
Una vez que las víctimas hayan pasado al centro de asistencia de heridos, procedentes del área de
descontaminación, y estén suficientemente estabilizadas, se priorizará su evacuación en función de su
estado clínico (revised trauma score), de los medios disponibles, y del centro de destino: hospitales,
centros de salud, estructuras provisionales de alojamiento, etc.
Nota:
El encargado de organizar que las evacuaciones sean lo más ordenadas posibles, optimizando
los recursos disponibles es el jefe de evacuación.
INTERVENCIÓN SANITARIA EN ENTORNOS CON RIESGO NBQ | 113
Para los transportes sanitarios de enfermos confirmados de padecer enfermedades infectocontagiosas,
los vehículos sanitarios deben contar con separación física entre la cabina y el habitáculo, e incluso
para una mayor protección los vehículos deberían estar dotados de filtros de alta eficacia biológica
(filtros HEPA - High Eficciency Particulate Air Filtration) para impedir la posibilidad de contagio desde
el vehículo hacia el exterior. Además se tendría que reducir al mínimo el material médico a utilizar y
evitar los aparatos generadores de aerosol o humidificadores, y proteger el interior de las superficies
con cobertores plásticos impermeables de un solo uso, debido al riesgo que supone la deposición/
adherencia de las partículas infecciosas sobre las distintas superficies verticales y horizontales.
Figura 82. Evacuación con vehículo protegido
El centro coordinador de emergencias debe disponer de un listado con los hospitales más cercanos, y
de la siguiente información:
• Procedimiento operativo de admisión de bajas contaminadas y de bajas descontaminadas.
• Número de habitaciones de aislamiento y capacidad para manejar víctimas contaminadas.
• Disponibilidad de EPIs.
• Capacidad del servicio de radiología y análisis clínicos.
• Especialidades médico-quirúrgicas.
• Recursos humanos disponibles y/o localizables.
• Distancia desde el lugar del incidente, etc.
Las víctimas seguirán un flujo unidireccional, que no se debería alterar en ningún momento para
mantener el orden lógico de la gestión del incidente, y evitar el colapso del sistema generado y la
diseminación del incidente.
4.3.Resumen
• La respuesta eficaz y oportuna a un incidente complejo, como representa una crisis en un entorno NBQ,
debe basarse de forma inequívoca en un sistema estructurado y estandarizado de procedimientos
operativos y funcionales.
• Un error frecuente de personal poco entrenado es comenzar la asistencia de los heridos sin haber
realizado un análisis pormenorizado de la situación y sin las medidas de protección adecuadas.
• Muchos incidentes NBQ son invisibles, un alto índice de sospecha nos puede salvar de contaminaciones
accidentales.
• La organización absorbe desorganización, potencia las acciones de control y minimiza el caos
existente. En los momentos iniciales de un accidente con víctimas en masa el caos es inevitable y
consustancial a la propia situación. La función esencial de los servicios de emergencias es evitar la
progresión temporal y espacial de esta desorganización.
• La vertebración del escenario de operaciones en áreas de trabajo balizadas, con funciones
diferenciadas, propicia la concentración de los esfuerzos organizativos, evita la duplicidad de
funciones y ayuda a la toma de decisiones rápidas. Una estructura tácticamente visual provoca un
tropismo positivo en el sistema que implemente las herramientas de control.
Copyright © 2014. PhETTM International. Todos los derechos reservados.
Cuando haya que
evacuar heridos
contaminados (agentes
biológicos) o que no han
podido ser totalmente
descontaminados es
necesario forrar todo
el habitáculo de la
ambulancia para evitar
nuevas contaminaciones.

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