Monterrey.
Transcripción
Monterrey.
Cartón de Chava Q 3 119 SEP / 13 3 Cartón de Chava 4 Indice 5 22 Dossier fotográfico Roberto Maldonado Espejo 24 Se dice de la frontera JRM Ávila Joaquín Hurtado Reinvención a cada paso Denise Márquez 10 Your sexy thing Joaquín Hurtado 11 El gato en el tejado Gerson Gómez Hugo L. del Río Víctor Alejandro Espinoza Samuel Schmidt 30 Los grandes debates nacionales 16 Pasión que abraza 32 La errata nuestra de cada día 18 Abrir el debate 33 Samuel Schmidt 19 Mi opinión en una nuez Efrén Vázquez 20 Yo también hablo de la mota Blackbird (Lucrecio en Austin) Raúl Caballero García 40 Infusión de flores amarillas Margarita Hernández 41 Entrelibros Eligio Coronado 27 Racismo mexicano 14 Oceanografía de las ideas Graciela Salazar Reyna 38 MUROS Y PUENTES 26 Lo que está en juego 28 Nopal, alternativa para NL Raúl Márquez en Monterrey Luis Valdez 25 El petróleo es nuestro, jijos 12 Crónica Sero, hoy Dalina Flores Hilerio 37 Ironías de la natación 42 Décimas del Profeta Berna G. Berrones David Carrizales Víctor Orozco Ismael Vidales Delgado 36 Goethe, Humboldt y el turista posmoderno Ernesto Hernández Norzagaray 18 LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Deudas de los europeos en América Latina Edilberto Cervantes Rafael Cardona Foto de portada: Roberto Maldonado Espejo www.laquincena.mx Director: Luis Lauro Garza // Editora: Denise Márquez // Asesor de la dirección: Gilberto Trejo // Relaciones públicas: Yolanda Aguirre Asesor legal: Luis Frías Teneyuque // Comunicación e imagen: Irgla Guzmán // Arte y diseño: Martín Ábrego Parra Publicidad: Claudia Muñiz // Servicio de internet: Asael Sepúlveda // Redes sociales: Emiliano Sánchez Corresponsal en el DF: Patricio Flores La Quincena / revista mensual / septiembre 2013 / Editor responsable: Luis Lauro Garza / Instituto Nacional de Derecho de Autor: 04-2003-0828156343200-102 / de contenido: 10499. Incorporada al Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. La Quincena en una publicación editada por Editorial La Quincena S.A. de C.V., Serafín Peña 748 sur, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000, Tel. (81) 19352363 / Correo electrónico: [email protected]. Página web: www.laquincena.mx Impresión: Procesos Impresos, S.A. de C.V. Av. Alfonso Reyes 3013, Fracc. Bernardo Reyes, C.P. 64280. Monterrey, Nuevo León. Distribuidor: Editorial La Quincena, S.A. de C.V. Joaquín Hurtado Reinvención a cada paso Denise Márquez E n franca contraposición con la mañana, soleada y amable, no puedo evitar sentir algo de incertidumbre ante la encomienda: hay que entrevistar a Joaquín Hurtado. La mayor parte de mis amistades perciben distintos niveles de narrador, por su cercanía con Celso Piña, por las preguntas desorbitantes que hace en un grupo de estudio sobre Heiddeger, a donde algunos de nosotros acudimos en busca del confort dummie que suelen tener los seminarios en la Facultad de Filosofía. Los talacheros de las letras también acuñan su contribución a lo complejo de la empresa: de Hurtado narran que es hermético, difícil, muy compa con los compas y canijo con los extraños. Hace algunos meses, devoré Laredo Song y algunas horas antes de la entrevista, acudo a Google en busca de respuestas. No puedo evitar la desazón, cuando leo la nube de la enfermedad como el summum bonum que se exprime hasta las últimas comas en el material periodístico que encuentro sobre él. Allá vamos, yo y mis preguntas desautorizadas, rebotando en la necesidad de encontrar respuestas. Un patio grande y un conjunto modesto de espacios apacibles. El escenario es menos aterrador de Foto: Roberto Maldonado Espejo Q 5 lo pensado. Me espera cordial en la entrada y arrimamos dos sillas darme cálidamente, me espeta sin resquemor: “¿Por qué un número de homenaje, carajo, si no me estoy muriendo?”. Y mi inexperiencia se sale de control, jocosa, para confesar que en la primera entrevista que encontré, (publicada en La Jornada) parece que la arista más importansalud con la que vive, que poco encontré de su trabajo literario, de su me asusta la frivolidad con la que el periodismo se interesa por las “historias” y no por las personas. Paciente, me permite encender la grabadora y responde, orondo: “Yo no puedo percibir mi 'trayectoria'. Por azares del destino, me muevo en tratar de salvar el día a día, eso me hace feliz e infeliz sobre la tierra. Es agradable la forma sona, lo que se percibe de mí, con sus claroscuros. Soy una persona que hace un performance para la literatura y la cultura. Es una forma para salvarme un poco de la desesperación, de la locura y la inasibilidad e inestabilidad del mundo cual anduve y vi como seguro, hasta que el propio camino de la vida me mostró que no existe como tal. Uno debe inventarse y reinventarse a cada paso. Hablando con un amigo psiquiatra, él decía: 'dichoso tú que tienes la salvación de las letras. Qué envidia. No todos tenemos la capacidad para transformar la mezquindad, la miseria, lo sórdido de la vida y lo oscuro de la existencia en luz'.” Antes de continuar, me advierte amablemente que poco le importa mi cuestionario y el de cualquier otro que le entreviste: “voy a divagar, así soy yo y me gusta mucho te un dardo y estimulaste el punto en el que yo quiero hablar sobre mi pasión... no la escritura, la lectura. 6 Q Esta ciudad no son las montañas. Qué eso me conformaría. Pero esta ciudad tiene gente y la gente tiene creencias. Esas creencias se traducen en formas de ser y con otros. Con eso es con lo que batallo. Porque yo soy primero lector. La escritura es una dama muy fea con la que yo tengo que bailar porque es terapéutica, es mi pastilla de regreso a la realidad, pero a la realidad que yo me inventé en el mundo paralelo donde habito.” Y comenta: “En un libro de Pedro Lemebel (ganador del José Donoso, en Chile) él escribe que prácticamente tiene que inventar en cada esquina una nueva ciudad de Santiago, porque el Santiago donde vive le es inhabitable, irrespirable. Le es insoportable, inadmisible, intolerable. Yo tomo muy a pecho esos asuntos, porque Lemebel y yo tenemos el mismo talón de Aquiles: una condición particular de salud y el gusto por movernos en ese mundo marginal, que poco a poco emerge de las sombras y sale de la ratonera y de los closets. Nosotros le hemos dado un lugar, no sé si glorioso o más oscuro, pero lo he- mos hecho visible y le hemos dado legitimidad. La literatura me ha hecho habitable esta ciudad que por poco me trastorna y me hace perder la razón.” Hay un rictus severo en Hurtado. Salta como protagonista una vena de su frente mientras toma un descanso y pierde la mirada entre los árboles. Ya luego me comenta su preocupación por un búho que ha hecho nido y que tiene algunos días de no mirar. A ambos nos va bien con los silencios. Joaquín es una nube de tormenta, y las pausas nos permiten (más a mí que a él) llenar un poco los pulmones de aire y empujar las emociones. Entonces, las montañas. Qué más diera yo, con eso me conformaría. Pero esta ciudad tiene gente y la gente tiene creencias. Esas creencias se traducen en comportamientos, en tradiciones, en formas de ser y actuar, de vivir unos con otros. Con eso es con lo que batallo.” Vienen a la charla algunas imágenes sobre diversos ejercicios de diálogo entre los escribientes de la ciudad, entre ellos, algún taller en donde airadamente mencionó que la crónica es la memoria de los territorios, por ello su carácter imprescindible. ¿Qué es lo que Hurtado no quiere olvidar de esta ciudad tan áspera?: “Que sobrevivimos a historia. Sobrevivimos al desastre de haber llegado tarde al siglo veinte. Aun cuando México siempre llega tarde a todas partes, Monterrey siempre va en la cola del papalote, allá viene con su falta de cosmopolitismo, haciendo su entrada triunfal cuando ya se apagaron las luces y se fueron los músicos.” “A pesar de eso, yo descubrí la forma de ir pulsando las tensiones del planeta, del mundo. Sin ser historiador (porque poco me interesa llenarme de títulos nobiliarios de maestro o doctor), sobrevivir con los dientes me hizo dar mi punto de vista, mi opinión, ante la cerra- nunca me han cerrado las puertas pero tampoco me han pagado. Dicen aceptarme, pero nunca me han permitido el acceso al círculo selecpulsar esas tensiones en un mundo que ya no era el de mis abuelos ni el de mis padres campesinos, en donde yo percibía cómo las cosas cambiaban lentamente, cuando irrumpió un torrente de fenómenos y la vida me paró: me colocó en la vanguardia de la batalla cultural que está lidiando el mundo para que los marginados, los silenciados, los silenciosos, los que no tienen medios para hacerse oír tengan un lugar. Es en estos círculos donde se libra la batalla de un sistema económico desigual desde los años setentas, por ejemplo, con las revueltas juveniles, a las cuales mi generación y yo llegamos tarde: nos quedamos en las nostalgias del rock.” Cita a Jorge Cantú de la Garza: “No fuimos personas comunes y corrientes/Durante muchos años tuvimos diecinueve años/Propensos a la disidencia y el escándalo/ ejercimos el desdén hasta la indiferencia/Hoy, maduros ya, mas nunca viejos/seguimos siendo gente rara/Nuestra rareza brinda a las gentes de bien/un prisma perfecto en qué mirarse/y seguir siendo, felizmente/personas comunes y corrientes.” Y puntualiza: “Lo maravilloso es que otros han tomado la estafeta y han seguido luchando por algo que nosotros creímos eran los frentes que nos colocarían en el mundo. No como coleros ni invitados de segunda o tercera categoría, nos pensamos al nivel de las luchas libradas en Nueva York, en París... Con el tiempo me he dado cuenta de que no hay por qué ir a otro lugar. portante no es llegar a, sino el tránsito. Fluir con la vida, aspirar sus perfumes, ir a sus cloacas, conocer a su gente siniestra, las grandes luces y las grandes sombras. Ese es el pulso que yo descubrí y aunque no sé si funciona o no, me da la sensación de que no camino Monterrey, camino el mundo.” Y en las sillas del pasillo no aparece la magnitud del mundo que parece inabarcable, ni las distancias en el tiempo que se antojan insondables. Joaquín esboza una risa y señala: “Los jóvenes ahora abarcan el mundo con un click. Y el tiemgriegos, ¡porque son más modernos que lo más moderno! Llegó el momento en que todo el mundo se sacudió la minusvalía que nos impidió ser ciudadanos del mundo, ya Reyes nos pedía ser universales y locales a la vez. Aferrarme de los problemas de mi vecina, de los niños de Rayones, de los que una crónica narra que a pregunta expresa de con qué jugaban, han contestado que con los palos, las piedras y los burros... a mí eso me hace llorar, porque yo empecé como maestro rural y sé lo que es el aislamiento por las crecidas de los ríos, la impotencia de no poder cruzar por víveres, ya no se diga ir a la escuela o al hospital. Pero entonces entra la opinocracia estúpida con sus bromas al respecto, hablan los periodistas, los comentaristas. Escuchemos a Reyes: seamos universalmente generosos sin ignorar lo inmediato.” “Sé que, paradójicamente, eso me convierte en un expatriado, porque todo el mundo ve hacia el futuro, hacia mañana, hacia el otro lado de la frontera. Pero lo otro está al doblar la esquina. Yo pienso que el horizonte es el tiempo en el que uno vive, ésa es la existencia a la cual hay que dotar de sentido con la literatura, la cultura, las artes tan educación que le corta las alas a los niños y los convierte en nuestros pequeños zombis copia modos, modales y traga modas. Ese es el bullying de los manejadores del sistema, nos llevan a ser siempre segundones, como yo lo fui, hasta que supe que había una historia que me estaba llamando.” Pero yo le he leído. Y sé muy bien Foto: Roberto Maldonado Espejo de su relación estrecha con esta ciudad. Así que hurgo para hallar la entre ambos. Joaquín Hurtado es (que me disculpen mis amigos crocronista del Monterrey neto gramo a gramo. ¿Dónde están los acentos de la ciudad con los que construye su trinchera Joaquín Hurtado? Sin y me divierte desmantelarlo. Adoro el lenguaje de los periódicos, de los medios de gran circulación, me gusta trabajar con esos monstruos que son peores que todas las pestes y nos hacen vivir una suerte de esquizofrenia: escinden, dividen y nos transforman en algo que ya no sabemos qué es. Ayer leía un anuncio que dice: ¡Ven y conoce tu próxima casa!, promocionando el sorteo de una universidad prestigiosa de la ciudad. Existen 3 millones de habitantes en Monterrey, y no más de treinta mil tienen posibilidades de vivir en una casa de ese tipo. Estaba ahí a doble plana, impune. Ese tipo de cosas me atañen, me provocan. Lucho con ellas continuamente, me enrabian, porque me dejan perplejo y fatigado.” “Me asombra que la pobreza y la Q 7 distribución obscena de los recursos resulten ser la panacea. Carajo, el mundo no da para más. No es que tengamos que aprender de los emprendedores y los poderosos, ni andar el camino por el que llegaron a serlo. Para eso tendríamos que asesinar, despojar, robar. Hay que aprender a vivir en la modestia, en lo callado, en lo silencioso. Hay mucho de valor en el apartamiento, en la quietud de los viejos. ¿Para qué correr si nunca iremos más allá de la cerca de la pequeña aldea que es el mundo? No hay vida en Marte, jóvenes ilusos. El que se va no tieLeón, no a México sino al planeta, con las limitaciones que mi cuerpo tiene y entendiendo que estoy de paso y que la vida sólo me suelta la madeja un poquito, comenzará a gestarse la dignidad. Se llama envejecimiento. A mí la ciudad me parece muy violenta. A veces la reconozco sólo por las montañas. No sé a qué costa se convirtió en una gran metrópoli, porque al voltear a villa miseria puede verse el mensaje que grita la ciudad.” Una vez al mes, Hurtado publica en Letra S, el suplemento de La Jornada. Eventualmente, coordina talleres de creación literaria. Ya no se ocupa del activismo y mantiene una distancia palpable de las preocupaciones del 'gremio' en nuestra ciudad. “Estuve tentado al retiro total, al silencio, a callarme por completo; no dar entrevistas ni salir en ningún medio. Pero no pude, porque me gana la rabia, el coraje, me gana la rebeldía. A mí no me contentan las etiquetas. Como dice Vidal: 'No me pregunten si anoche me acosté con hombre o con mujer: tuve la delicadeza de no preguntarlo'. ¿Qué somos? Algo inacabado. Eso nos coloca en una posición de humildad, de modestia frente al fenómeno de la existencia, que no sé qué sea. Eso es lo que descubre, cuando le da la gana, la música, la conversación, el amor; el 8 Q Aun cuando México siempre llega tarde a todas haciendo su entrada triunfal cuando ya se apagaron las luces y se fueron los músicos. contacto de unos con otros, ¿cómo retirarse de eso?” Joaquín fue parte crucial del nacimiento del Movimiento Abrazo, que en plenos noventas luchó la batalla cuasi medieval por difundir el uso necesario del condón ante la pandemia del VIH (para exabrupto de la sociedad regiomontana, que veía en la prevención la invitación a la promiscuidad). Lejos está de la postura de “la no postura” de muchos escritores de la región, aparentemente ocupados e imbuidos en la creación de la magistralidad que sigue estando ausente en el pano“Mi pleito con esta ciudad es por el tículo Primero constitucional que ya fue reformado, en donde se establece como inaceptable todo acto de discriminación por motivos de sexo, preferencia sexual, enfermedad, etcétera. Bien en el discurso. Pero si va algún hombre o mujer a consultar, la enfermera suele preY cuando la respuesta es: 'tengo SIDA', viene la escena: '¡No te apenes por ello!', aunque más tarde haya tres enfermeras observando al bicho raro.” “Y no me vengan con que ahí no hay discurso oral o escrito, estoy hablando del ambiente hospitalario, que revela que no hay educación y que quienes están obligados a educar al respecto y a atender dignamente a un paciente, han aprendido el código cultural del desprecio, del asco y maltrato a todo lo que nos parece amenazador llegar. Y no sólo es hacia los enfermos del SIDA, mira el desprecio que se tiene por la vida de las mujeres, observa cuántos feminicidios están ocurriendo, ¡ésa también es una epidemia nacional! ¿Cuántos crímenes de odio hay por homofobia? Cuando alguien quiere dañar, lastimar al otro, el lenguaje acude con las palabras 'puto', 'maricón'. La enfermedad está en la desidia, en la injuria, en la dejadez gubernamental que te obliga a defenderte con las uñas, a pesar de que están para velar por la ciudadanía privilegiando a los más vulnerables.” “En esta ciudad, lo indígena fue aniquilado, la gente reclama privilegios por su tez blanca. Estuve conviviendo con tres jóvenes alemanes, que asombrados preguntaban si así éramos siempre de racistas. Aquí el prestigio se gana por ser hombre, blanco, por el código postal en donde vives. Yo nunca pensé pasar de los cincuenta años; ya tengo cincuenta y tres. Por una parte me pregunto: ¿haber vivido para ver lo mismo y ahora agravado, más rabioso, más violento? Como maestro, ciudadano, activista, escritor, cronista, padre... Me pregunto: ¿qué hemos hecho? Aunque la pregunta tope con pared, por la actitud de muchos, o choque con el silencio sepulcral. ¿Nadie enciende la televisión local y se indigna por el maltrato que sufren los gordos, los chaparros, los morenos, los ignorantes, las mujeres, los homosexuales, los jodidos? Sigue reverberando, implacable mientras todos ríen. ¿Quién no ve esas cosas por televisión? A mí me parece una gran tragedia. Pero a los ojos de ellos yo soy el amarguete, el expatriado.” Joaquín, devorador de periódicos, habla de ellos con devoción: “amo lo que me dan. No me interesan mucho los blogs ni las redes sociales. Me distraen de lo que me interesa: comprender. Y a mí (quizá desautorizadamente) Monterrey me parece un páramo desértico en panorama parece poco alentador para las trincheras profundas, la ciudad camina rápido hacia el 'progreso'. En el trayecto, ha elegido sacudirse cargas adicionales: las que demandan análisis, suspensión, detenimiento. La prisa alcanza para parir hordas de consumidores: hablamos del periodismo cultural en la ciudad como un recuerdo vago. Y aunque Hurtado ve en el discurso televisivo un factor apendejante que contribuyó a darle en la madre, recuerda bien la embestida feroz del que algunos llamaron el hijo predilecto de Agualeguas: “A mí no se me olvida que el periódico nir fue aplastado, exterminado desde el poder presidencial de Salinas de Gortari. Yo colaboraba en “Aquí Vamos” y vi cómo se fraguó la edilogía, otra visión de la vida y otro objetivo: legitimar lo 'regio'. No hay otro concepto que odie más, que me reviente más, que me patee hasta el culo. ¿Reyes? ¿De qué mierda? Necesitamos agua, ya casi aniquilamos la Sierra Madre... las únicas regias, las únicas reinas aquí son las montañas.” “Los reyes buscan someter... ¿le tiramos a eso? ¿A someter a un país, a avasallar a quien se deje, por ejemplo, para traernos agua del Pánuco? Esta burbuja urbana mal trazada, mal hecha, peligrosa y violenta que es Monterrey, debería dispersarse, para hacer de ella corredores hacia el sur, para no traer agua con popotes sino extender el bienestar de hospitales, escuelas. Hay que reducir la presión urbana, cerrado las puertas pero tampoco me han la región está exhausta. Donde yo jugué con las mojarras, donde hubo un bosque de sabinos, habrá una lápida de pavimento, un miserable estadio de futbol.” Invariablemente, retornamos a la literatura. Con buen ánimo e incluso diversión, conversamos sobre la solicitada etiqueta “De la frontera” en la literatura de nuestra región, como garantía de que hallará el lector algunos besos y balazos con categórico: “¿Narcoviolencia? Los cuentos completos de los hermanos Grimm dejan atónito a cualquiera. ¿Decapitados, enfrentamientos? ¿Qué nos parece salvaje, si no es la violencia hacia los niños que allí se narra? Por algo extraño, estoy releyendo Laredo Song. Lo escribí en los noventas. Ahí ya hay descripciones de la explosión de violencia incontenible, en su momento inexplicable, que nos provoca pasmo a todos. La novela es de hace veinte años, y era un fenómeno que yo ya había observado diez años antes. Es decir, hace treinta años la situación no estaba fraguándose, estaba instalada. ¿Fenómeno nuevo, tópico actual? No hay tal. Al que te diga que con ese discurso retrata un descubrimiento, rehúyele como a la peste, te está viendo la cara, te está echando mentiras. Eso no es novedad, es naturaleza humana. Ya basta de las poses.” Hay un silencio breve que se disipa con el gesto de emoción de Joaquín Hurtado cuando me aviento a preguntarle por las rolas que le gustan: “Yo amo la música clásica, no por pose: porque me dejo em- Me encanta Celso Piña, El Gran Oriente, ¡no me canso de verla en Youtube con su inocencia malévola que algunos juzgan ridícula! A mí me dice muchas cosas, es la cultura latinoamericana que me grita que quiere arraigarse, decir algo. Me apasionan los corridos: el de Villa, por ejemplo, me hace llorar. Me emociona cómo nada la Modesta clavo con facilidad en todo! Qué hueva el cliché de Los Montañeses nares. Me gusta mucho Ute Lemper y su rescate del cabaret berlinés. Hoy día en el carro están Los Corraleros de Majagual, eso oigo.” La batería se acaba justo cuando hablamos de los refugios, ¿a dónde huir cuando la ciudad se pone pesada, irrespirable? Joaquín acude a la memoria. Encuentra su solaz en el recuerdo: “Yo voy a mi niñez, cuando me tiraba en los campos de pas, hoy devastados por la tragedia de la violencia fronteriza y la voracidad de los gobernantes. Voy a las palabras de mi abuela, que decía que la nube de leche que brillaba en el cielo era el camino de Santiago, el camino del santo. Voy a esa imagen, al portento del cielo que no he vuelto a ver en ninguna parte. Ya no podemos ver ni un pedacito de la Vía Láctea.” “Pienso yo: ¡qué pobres somos, incluidos ustedes, millonarios! Ya no podemos ver a las estrellas, ésa es mi tristeza, mi melancolía: se acabaron los cielos estrellados.” Q 9 Your sexy thing Joaquín Hurtado L a industria del sexo ha salido del socavón roñoso del cine Chaplin a la sofisticación del escort service para varones, damas, viejitas y pubertos, al alcance de todos los bolsillos. Hasta las meritas puertas de tu domicilio, vía internet o en desinhibidos anuncios soft porno de los diarios vespertinos. Brotan a lo largo y ancho de mi ranchote las salas de masaje como fachada eufónica de la cogidita con cronómetro matapasiones en mano: “Servicio manual 50, oral 100, ejecutivo 200, sin condón 250”. La puja y el pujadero en un mercado en la más despiadada competencia. Sobreoferta de chancludas fomerreyeras con nombres flamboyantes: Vanessa, Xio- 10 Q mara, Paola, Britney, Cassandra... ¿Y el hard porno? De unos cuantos expendios de revistas cachondas escondidos en las trastiendas que uno con suerte encontraba en los años ochenta, nos nació una boyante y bien surtida red de sexshop con peepshow incluido, como en París, Viena, Londres o New York. Ya se habla de coleccionistas de buen billete y dorado blasón que buscan exquisiteces en los circuitos snuff de la web. El hardcore donde aparecen niños menores de seis años es un juego de potentados, aristócratas que no faltan a misa dominical ni a los retiros espirituales de Legionarios y Opus Dei. En el lado menos sombrío ya contamos con cuartos oscuros, clubes sadomasoquistas. “Armin Meiwes, el canibal alemán, es nuestro santo patrono”, me dijo un cófrade el día que me invitó a una de sus sesiones de látigos tipo La Historia de O. Enclaves swingers, hotlines, expoeróticas, y los inefables teibol con carnita importada de las ex repúblicas soviéticas son la ostia de todos los días. “¡Mesa que más aplauda, yacuzá, yacuzá!” fue un himno al unísono no en los antros del despiporre teibolero, sino en las asambleas escolares. Adiós tandas del Blanquita donde el Fufurufo soltaba la jauría de osos sobre el macuarro auditorio. Lo de hoy es que ponga una sorjuanita en la tanga del striper que ameniza el bautizo de la ahijada que duerme arropada, inocente, como un angelito. Dice Salman Rushdie, y dice bien, que un parámetro bastante confiable para medir el grado de civilidad de un pueblo es la tolerancia hacia la industria sexual. Monterrey, entonces, goza de cabal salud. (Texto tomado del blog http://cronicasmty. blogspot.mx/2006/02/joaqun-hurtado.html y publicado con autorización del autor). El gato en el tejado Gerson Gómez M onterrey.- Cada dos o tres semanas, indistintas, tengo deseos de abandonar por siempre la ciudad de Monterrey. Olvidar sus chimeneas emblemáticas y contaminantes. Sus mujeres tan gordibuenas y sus padrotes bancarios. Subirme al auto, cargar lo indispensable y tomar carretera. Desplazado, sin voltear atrás, vaya a ser, convertirme en estatua de sal. Arrepentirme del feliz arrebato, de la ocurrencia sincera. te escándalo de los medios y la doble moral de sus autoridades. Sin contar, por cierto, el amontonamiento de autos, basura y pésimo sentido del humor de sus habitantes. Sus personajes distinguidos, los del suplemento Sierra Madre, tan propensos al desdén y a la desmemoria ciudadana, dictan e imponen el canon sagrado y pragmático, la píldora adormecedora del trabajo fecundo y creador, imponiéndose a las los brillantes textos de José Alvarado y a las densas crónicas del arrabal de Joaquín Hurtado. Sólo así recupero la paz y la tranquilidad. Y vuelgato maullando en el tejado. colectiva. A ello, sumo los recientes años de inseguridad y violencia. El pandemónium, cada vez más cercano, En esos minutos de ciega furia y fobia, recurro a la píldora tradicional de la música y las páginas literarias: al arte neoleonés. Me asomo a las desérticas fotografías de Aristeo Jiménez y al mundo sórdido de los pinceles de Geroca, el arquitecto graduado del Itesm avenido a monero. No busco placebos, sino historias y personajes sinceros. Por eso recurro a Celso Piña y su acordeona, al reinero Gran Silencio y al resistente Cabrito Vudú. A Q 11 Crónica Sero, hoy Dalina Flores Hilerio A lgunos puristas de la literatura se sentirán molestos o renuentes a aceptar la idea que expongo en este texto, quizás con argumentos razonables, y con los que, aunque parezca paradójico, también estoy de acuerdo. Me explico: sé que el valor de la literatura como expresión del pensamiento sensible estriba en su condición estética. Que lo literario es valioso por su lenguaje, sus juegos, sus revelaciones, y que reducir su naturaleza a la transmisión de mensajes con intenciones de legitimación y difusión ideológica resulta chocante. Es decir, la polisemia intrínseca del texto literario implica múltiples interpretaciones, lo cual está totalmente alejado del adoctrinamiento. Cuando una novela, un poema, un texto dramático nos indica cómo debemos pensar, comportarnos, sentir, se convierte en un lastre o en un modelo que nada tiene que ver con la condición artística. Sin embargo, precisamente por sus revelaciones, no podemos negar que el texto literario siempre es un detonador para el aprendizaje. Que entre las páginas de una novela, un cuento o un poema (igual que entre las líneas de un ensayo, pero de diferente manera), se encuentra un complejo entramado de elementos diversos asuntos: desde lo más cotidiano turales más intrincados. De ahí la mayor riqueza de la literatura: su dimensión. La literatura, por sí misma, no pretende enseñar ni dejar una moraleja especícon que se expresa, conduce al lector a la te en su vida. Después de leer literatura, nadie sale incólume. Una vez que hemos sido tocados, también, por las musas que se derraman a través de la palabra, no volvemos a ser los mismos individuos. 12 Q Foto: Roberto Maldonado Espejo La literatura nos mueve, nos arranca de nuestros letargos conformistas y confortantes y nos obliga a hacernos preguntas. En este sentido, la cualidad pedagógica de su esencia es incuestionable. A partir del presupuesto anterior, y en nuestro afán de promover la lectura literaria, en Biblionautas hemos echado mano de textos que no sólo son deleitosos por su incuestionable calidad estética, sino que también ofrecen múltiples tación para sus lectores, con el afán de, por un lado, abonar al desarrollo del a estas obras como una evidencia de los múltiples mundos posibles dentro de los que todos podemos convivir armónicamente, y además, integrarnos con lazos fuertes y afectivos como comunidad. En el taller para jóvenes ‘De la seduc- ción de las palabras a la sexualidad entre líneas’, realizamos diferentes lecturas guiadas, de todas las épocas y latitudes, tética y sociocultural, pero sobre todo para abordar inquietudes juveniles más urgentes. Por otra parte, realizamos actividades lúdicas que se derivan de la propia temática y planteamientos de las lecturas. En este sentido, uno de los autores que más han aportado en nuestra propuesta de promoción de la literatura, la construcción de la comunidad y la recas sociales, es el regiomontano Joaquín Hurtado, cuyas historias tienen la capacidad de ser un espejo donde es posible confrontar a los propios demonios sin perder la precisión, la perspicacia y lo certero del lenguaje lúcido y directo. A propósito de los relatos-crónicas con un alto contenido testimonial y autorreferencial que integran Crónica sero, en nuestros talleres hemos diseñado juegos y actividades que promueven el autocuidado del cuerpo, pero también su conocimiento y gozo. Hurtado, a través de narraciones intensísimas y emotivas, donde la belleza del lenguaje es exultante, precisamente por su dureza y precisión, nos lleva a recorrer un mundo decadente del que no estamos aislados; al contrario, formamos parte de él con nuestros miedos y prejuicios, independientemente del rol que nos toque jugar. Más que mostrar escenas del ‘mundo’ del SIDA, los múltiples discursos que subyacen en el libro se inscriben dentro del cuestionamiento del poder y de las formaciones sociales que conlleva: el discurso religioso, de la salud, de las demagogias políticas que no hacen sino incrementar el miedo y los prejuicios. Sin embargo, Hurtado no quiere ‘enseñar’, incluso no presenta el mundo de los seropositivos como mártires en busca de conmiseración o condescendencia. Crónica Sero no es un libro cuya función literaria sea eferente o utilitaria. Al contrario: de su lectura salimos llagas. Al contrario: sus relatos son la evidencia más clara de la índole humana. A través de sus historias, desenmascara la condición nuestra de cada día, que está oculta no, nos resistimos a reconocer. A través de su trabajo literario, Joaquín Hurtado no apela a la lástima del lector; al contrario: lo confronta y lo lleva a buscar los atisbos de su propia sexualidad y sus formas de relacionarse con los otros. No intenta ser didáctico en el sentido moralizador o preventivo. Crónica sero no es un libro cuya función literaria sea eferente o utilitaria. Al contrario: de su lectura salimos tocados por uno de los dedos más feroces de la conciencia y, como sus personajes, nos consumimos en nuestras propias llagas. Su planteamiento estético, que para el autor ha sigla vida y la muerte, es una propuesta que invita a que el lector se haga preguntas, el mundo y sus múltiples realidades (políticas, salubres, sociales, laborales), golpeadas todas por la miseria humana, como cuando un personaje le revela a su esposa que es portador de VIH y su reacción es de miedo, pero también de comprensión y solidaridad: “Y pasan, pesan, se embarran, se jalonean entre sí los minutos en el reloj analógico de tu corazón antes de escuchar su voz cavernosa cuando dicta la frase que por los siglos de los siglos seguirá retumbando en tus parietales: ‘Mira, cabrón, si yo también lo tengo y voy a morir, ni modo. Pero si nuestro hijo sale mal, te mato’.” (Hurtado 2003: 22.) Asimismo, sus personajes son totalmente cotidianos y conviven con el mundo del lector, por eso parecen tan entrañables, cercanos. Sentimos y padecemos a través de ellos las tramas cotidianas que probablemente hemos acallado con los ruidos de la vida diaria pero que, frente al texto, se revelan y nos cimbran, nos hacen reconocernos en sus propios rostros, en el dolor de sus miradas. A través de ellos, el autor expone una clara diferenciación entre las clases sociales, que muerte; pero sí antes de ella. El dolor ciencia Adquirida hermana a todos los pacientes, pero no los tratos y privilegios que tienen unos cuantos y que, quizás, les hace más llevadera la muerte paulatina que transitan. A través de una revisión frente a la moral burguesa con sus impostaciones e hipocresía ilimitadas, las crónicas de Hurtado, como crítica social, ofrecen al lector un panorama para discutir y hablar del mundo, de las condiciones sociales y de la forma en que nos representan. “Y nació entre pañales humildes y casa de madera, casa prestada, casa diminuta como manda la ley inexorable de las castas en México. Pero casa feliz en lo que podía caberle de felicidad a las estrecheces del desempleo en México” (p. 27); como se observa en el fragmento anterior, sin tratar de hacer una descripción pormenorizada de los estratos sociales y su determinismo, el autor, de manera magistral, emplea la palabra casta para llevar al lector a una interpretación sobre la vida social apabullante, decadente e inamovible para ciertos grupos sociales. Lo más entrañable de los textos que conforman Crónica sero es el lenguaje; indiscutiblemente, la rudeza y realismo de sus respectivas urdimbres llaman la atención de una forma peculiar (pero no el realismo sucio en el que algunos críticos buscan ubicar la obra de Hurtado, pues desde mi perspectiva, la intensión del autor no es regodearse en las formas decadentes de la estética posmoderna). sida, sin ser más que narraciones intensas y provocativas, pero su dimensión literaria se encuentra en la propuesta lingüística: posee la fuerza de la sencillez, pero también explora diversos recursos y registros. Las palabras son, por un lado, la catarsis mediante la que el autor conjura sus propios fantasmas, pero también son el vehículo con el que construye las relaciones entre los seres que pueblan las notas habituales y extraordinarias de la pasión, del padecimiento. En uno de los relatos, es sublime la construcción lingüística con que el autor representa las emociones y su complejidad a través de las imágenes, cuando un hombre recibe la solidaridad de su esposa, al ser revelada su condición de salud: “Chillar. Ahora sí, chillar con el hocico baboso, con la jeta partida, con las encías sangrantes, con la libertad de la ira desatada, con todo el arrepentimiento de Judas, con el inconmensurable horror al silencio, y al sonido de tus palabras: me’. Perdonar. ¿Perdonar qué? La señora que está sentada frente a ti, esa desconocida que por accidente ha sido tocada por tu violenta infamia, sólo quiere que le digas a dónde correr para lavar su corazón y seguir dándotelo para que lo destroces a dentelladas.” (p. 26.) Abordar los libros de Joaquín Hurtado en nuestros talleres ha sido fundamental para entendernos como sociedad, para disfrutar y conmovernos con el lenguaje literario, pero sobre todo, para tejer un entramado donde puedan expandirse nuestras emociones, la percepción del mundo y la construcción de una sociedad más comprensiva y solidaria. formar parte del vademécum de síntomas y padecimientos del mundo del Q 13 ceanografía de las ideas Raúl Márquez guaje los narra y las ideas los disuelven), lugar de disociación del Yo (al que intenta prestar la quimera de una unidad substancial), volumen en perpetuo derrumbamiento.” Michel Foucault E stá matemáticamente comprobado que la compra de libros usados brilla por la buena relación que estos tienen con el factor sorpresa. Este irrefutable hecho atrae a todo tipo de personajes, ya sea el llamado “vouyerista sapiensexual”, quien argumenta que el número de contraportadas que ha leído es directamente proporcional al grado de dificultad de sus artes amatorias. O el “comprador compulsivo” (favorito del vendedor) que también afirma una relación directa entre los libros que compra y algún aspecto de su sexualidad (no recuerdo bien cómo va, lo que sí sé es que sus compras están limitadas por las deudas que le pesan en el bolsillo). También está el “activista culturaloso” comprometido con la socialización del conocimiento y “liberación” de los libros. Tiene un apodo de cariño que tampoco acude a mi memoria. El activista está limitado por su nivel de compromiso con “el pueblo”, el sudor nervioso en las manos, la capacidad 14 Q espacial de la mochila para el botín o la efectividad de la táctica de seguridad anti-robos, llamada “marcación personal” (evidentemente inspirada en las tácticas del futbol). Los precios de los libros varían según la capacidad crítica del vendedor, sobre todo de quienes determinan el valor a ojo de buen cubero. Algunos los definen a partir del tamaño; entonces no importa si el título del libro es: “Qiúbole con la Reforma Energética”, o “La decolonización biopolítica del arte-performance: de Bertolt Brecht a Alfonso Zayas”. Otros vendedores se valen de la edad del libro; aquí lo fashion y el barroco no se ponen muy de acuerdo. Hay algunos vendedores que incluso se toman la molestia de cuidar los libros, alimentarlos, pesarlos, meterlos al corral que les corresponde, para al final marcarles el precio con una pluma calentada al rojo vivo. Hay un vendedor de libros usados tendido en la explanada de la Facultad. Yo, el “comprador compulsivo”, levanto un libro que brilla por su portada, tema, autor, o quizá sólo por los diez pesos marcados con lápiz en la primera página (habrá que recordar sus límites como “comprador compulsivo”, y disculparlo). Lo pagué, lo guardé en la mochila y subí a clase. El libro pasó a formar parte de la ornamentación de mi casa, por lo menos durante unos meses. Cuando decidí sacarlo por primera vez de su exilio en el librero, noté que el autor me resultaba aún más ajeno que el título: “Crónica Sero”. Creo que esa ocasión leí la primera página y el libro fue de vuelta al librero, justo a la parte más alta. Pasaron más meses, y ya no recuerdo qué ideas traía en la cabeza cuando decidí comenzar a leerlo. Al principio no entendí la secuencia de los relatos, no sé si fue por la lectura de camión que termina por marearlo todo. Lo que sí entendía es que trataba sobre el SIDA. Luego de la mitad, recordé que un amigo me había recomendado al autor en alguna ocasión; dijo que era regiomontano y de su boca no salieron más detalles, aun- que sí un link de Youtube enviado por inbox: “La china y el pelón”, o “Sombrerito de látex”. Productor ejecutivo: Joaquín Hurtado, música de Celso Piña. Que las ideas son de carácter viral, se argumentaba en una película holywoodense (pediría perdón a los puristas académicos, pero creo que al final de cuentas el formato sólo es un pretexto para ejercer una labor de enseñanza). Esa idea de algún modo sigue estando presente en mi cabeza (#perdonamemadreporcitaraleoardodicaprio). La idea se siembra y causa algo en el individuo, difícilmente definible. El problema que se presenta es poder determinar el rumbo (o los rumbos) que tomará en la conciencia, qué cuerpos desplazará y dónde se hace el corto circuito que definirá la proyección de un nuevo hacer. Quizá una oceanografía de las ideas podrá identificar las horizontalidades, verticalidades, profundidades, el sentido holístico que tomará ese nuevo elemento que jamás volverá a ser el mismo, como jamás lo volverá a ser el individuo que lo porta. Leer Crónica Sero me permitió asimilar un gran número de ideas que andaban sueltas y de vez en vez permitían el asomo de incongruencias entre “mi teoría” y “mi praxis” (esto no significa que las incongruencias hayan dejado de asomarse, sino que han cambiado, son distintas). Entender de otro modo, por ejemplo, lo que significa comprender lo “otro”, el “otro” discurso, aquello que se vive, se sufre, se esconde y se niega, pero que al fin de cuentas constituye también al sujeto. Este era un tema ya bastante masticado en los quehaceres de mi formación sociológica, pero ahora creo que hay formas de narrativas más efectivas que el acartonamiento-conceptual-teórico, y que incluso los embates de la vida diaria: esos “otros” saberes, también sensibilizan la llamada “imaginación sociológica” (antes de escribir esto le prendí una veladora a Charles Wright Mills). A mi parecer, el impacto más significativo de la lectura del texto de Hurtado, fue esa difícil inquietud por entender el concepto de cuerpo. Mis primeras reflexiones giraban (obviamente) en torno a la sexualidad: pensar el cuerpo como un nervio expuesto (esto último se lo escuché a Hulk en la película Avengers) limitado por la enfermedad y la muerte. La enfermedad como una posibilidad del cuerpo, un cambio drástico en el ritmo de la vida diaria, algo que permite al individuo re-conocer su propio cuerpo en otras condiciones, re-plantearse frente al mundo, re-aprenderlo, como quien pierde ambos brazos y busca el modo para volver a utilizar el papel higiénico. La enfermedad como aquello que se busca controlar para así asegurar las regularida- Leer Crónica Sero me permitió asimilar un gran número de ideas permitían el asomo de incongruencias entre “mi teoría” y “mi praxis”. des en las dinámicas sociales –incluso pensé en escribir un manifiesto titulado “La autoamputación de extremidades como práctica de la libertad” (sin intenciones de hacer una parodia a Paulo Freire), pero afortunadamente algo o alguien me detuvo a tiempo. Sobre la muerte no diré nada–. Ahora era yo quien vendía los libros usados en la explanada de la Facultad. Joaquín Hurtado se acerca a mirar los libros. No quisiera acomodarlo dentro de la catalogación de personajes antes descritos, pero puedo afirmar que al final no me compró nada. Cuando se acercó a la mesa saqué de mi mochila “La dama sonámbula”, libro que acababa de comprar en la Feria del Libro. Creo que nunca antes había pedido que me firmaran un libro, ni lo he vuelto a hacer. Joaquín me devolvió el libro y mi pluma; entonces le pregunté dónde podría encontrar sus títulos (al parecer in conseguibles), y él sólo saco una memoria USB y me dijo que ahí tenía los que buscaba. Saqué mi máquina y después de 5 minutos todos los títulos estaban copiados: “Guerrero y otros marginales”, “Laredo Song” y también “Crónica Sero”. Le devolví la memoria y preguntó sorprendido: “¿Ya? Uno se quema las pestañas escribiéndolos”. Me pidió que se los pasara a quien yo quisiera (así que ya saben, si los ocupan: inbox). Pasa el tiempo. Una joven sentada al frente, levanta la mano y alguien le pasa el micrófono: “desde que leí Laredo Song, siento que todos los hombres son homosexuales”. Todos ríen como no lo habían dejado de hacer desde que comenzó la conferencia, donde Joaquín fue presentado como “El Bukowsky regiomontano”. No entiendo por qué. Joaquín hablaba de lugares tan lejanos, distintos y ajenos sin dejar de referirse al Monterrey que creíamos conocer. Explicó algunos de sus temas, mencionó a su esposa, sus cuentos y sus orígenes. Habló de cómo leyó “El ser y el tiempo”, de Heidegger bajo los influjos de la marihuana, anécdota que desató una serie de risitas cómplices/ner- viosas entre los alumnos de la Facultad, de los cuales varios habían levantado la mano cuando Joaquín preguntó si conocían el famoso Wateke (no daré explicaciones sobre el lugar). Era la primera vez que me interesaba por un evento de ese tipo, indicio de un cambio en mi hacer, debido a un cambio en mi pensar. La conferencia acabó; no acostumbro dar aplausos. Se habla del caso de una madre de familia que solicitaba ayuda para tratar a uno de sus hijos, que agonizaba a causa del SIDA: “pos aistá en la casa, vayan por él pa que se lo lleven a ver qué le hacen, pero vayan”, insistía la señora. Luego de exponer el caso, Joaquín pone sobre la mesa el tema de la objetualización del individuo. Otro día (mientras estaba haciendo el servicio social) salí por algo de la oficina, y Orestes me llevó al seminario sobre la obra de Heidegger: así, de repente ya estaba sentado en la mesa. Nunca antes había leído al filósofo, y ahora hasta era necesario analizar casos tan específicos y tan exigentes desde sus conceptos. La discusión llegó a un punto en que comencé a hablar sobre la observación del objeto a partir de las posibilidades del observador (nunca supe a dónde quería llegar). Joaquín me cuestiona: “¿Y si tú eres con el objeto y eres función del objeto?” ¡Boom! Más que encontrar una respuesta, la pregunta parecía buscar el reto: pensar las posibilidades no pensadas, lo marginal del pensamiento. Pienso que de no conocer la obra de Joaquín, difícilmente podría entender el sentido que busca darle a su cuestión. Y pensar que ese Joaquín que ahora nos habla con bastante lucidez sobre Heidegger, es el mismo Joaquín Hurtado que compré por diez varos en los libros usados. Nicolás le chulea el abanico de mano con que Joaquín se echa aire. Él, moviéndolo un poco más rápido y con gracia responde: “Me dicen la Sara Montiel de la literatura regiomontana”. Todos reímos. Q 15 Pasión que abraza Graciela Salazar Reyna L os apasionados como Joaquín están siempre en busca de una trinchera desde donde librar batallas y ganarlas. Se topó un día o una noche con la enfermedad que le suministró armas, discurso, coraje y voluntad, necesarios para sobrevivir en la guerra de todos los días contra la “sordera”, la ignorancia, discriminación e irracionalidad ante el grito de quienes mueren, primero por desesperación, justo por no ser escuchados. En 1992, coincidimos con Joaquín, a distancia, desde los espacios donde ambos publicábamos; luego más cerca, cuando estudiaba educación y la que escribe sustituía a la instructora de sensibilización artística (autoconciencia física o algo así) de un grupo de profesores en Ciencias de la Educación; Joaquín era uno de ellos. Al convocarnos, con motivo de reunir esfuerzos para el movimiento que decidió encabezar, éramos ya viejos conocidos y celebramos aquella anécdota del salón de clase, sobre todo, cuando en la instructora sustituta, durante las sesiones, ante un montón de profesores con fama de inconformistas. Para ese momento, Joaquín había removido todos los tapetes de la ciudad, la sacudió y levantó polvo, prácticamente en todos los puntos cardinales. Nos llamaba la atención su vitalidad, poder de gestión, su lucidez para buscar y encontrar salidas y en particular, nos atrajo su valor para decir lo que nadie se atrevía. Desde las primeras reuniones, para discutir e implementar acciones preventivas de información y asesoría, acudieraleza ideológica muy diversos. Así la 16 Q convocatoria, no hubo más que asumir la tarea como si quedara poco tiempo de vida; Joaquín nos había contagiado de su locura con unas cuantas palabras. En el tobogán traía (lo cual potenciaba el entusiasmo) esposa e hijo y otra parte de su familia y amigos cercanos muy raros. Lo inaudito: unas semanas después y con el mismo boleto iban en el viaje, familias y amigos de sus amigos, o sea, los nuestros. Por entonces se llevaron a cabo, casi simultáneamente, una gran cantidad de actividades; todo mundo tenía qué hacer y si no, venían de lejos para inventar en qué ocuparse. La cara más sensible de los artistas estuvo en la plástica, de donde se derivó una exitosa exposición y venta para apoyar los trabajos del “Movimiento Abrazo”; se reunieron en pocos días más de cien obras de pintores de todas las tallas, estilos y trayectorias, de Nuevo León y sus alrededores. Se gestó un verdadero movimiento de conciencias al interior de centros públicos, en espacios educativos, en las calles y al interior de muchas familias, hasta donde acudían sacerdotes y monjas comprometidos, psicólogas, profesores, enfermeras, hermanos y hermanas que se habían preparado para dar su abrazo, orientando a quienes requerían información y solidaridad; enfermos y familiares de enfermos con el VIH, tuvieron por primera vez un trato humano, alguien los escuchaba antes de rechazarlos y juzgar. En contadas dependencias educativas se permitía el acceso a los promotores de medidas preventivas que olieran a sida; el uso del condón (parece mentira) estaba satanizado por la mayoría de los Foto: Roberto Maldonado Espejo servidores públicos con escolaridad universitaria y aun sin ser religiosos, inclusive del área de salud. Cuando algunos activistas de Abrazo debimos enfrentar la hostilidad de funcionarios y burócratas medianos por ventilar las realidades del sida, supimos bajo amenaza de perder el empleo, a qué se enfrentaba el presidente de aquel movimiento, todos los días. A contracorriente, con la testarudez que caracteriza a Joaquín, aquel año de 1992 hubo múltiples actividades de vinculación social y política, cultural y artística: exposiciones, marchas, performance, declaraciones, plantones, mítines, colectas, que hicieron ver, escuchar y entender a la comunidad regiomontana y nuevoleonesa la gravedad del problema; Foto: Julieta Leal los medios se interesaron en el discurso, incitado por la terquedad joaquiniana del Movimiento Abrazo y de sus convencidos, quienes como satélites, conocidos, amigos y familiares salieron a la calle a manifestarse y exigir el derecho a ser informados e informar. En aquel momento de “crecer en tiempos del sida”, había miedo de asusabilidad por parte del estado; Coesida, Nuevo León nació como resultado de esas movilizaciones que estrenaban las Ong´s en Monterrey. Esperaron a que Abrazo trazara la brecha de entrada: “Estábamos –recordó Joaquín hace poco- en plena génesis de las primeras células de resistencia cultural y política lésbica-gay, en este ranchote industrial llamado Monterrey”. (Suplemento Letra S, No. 194, La Jornada, jueves 6 de septiembre 2012) Joaquín Hurtado es de los que hacen camino, de los ciudadanos que marcan sitios en cualquier país y épocas; dispuestos, por fortuna, a dar de sí mismos más de lo que exigen la norma y las convenciones. Joaquín ha sembrado por todas las calles de la ciudad, hasta en sus rincones más oscuros e inimaginados La cara más sensible de los artistas una exitosa exposición y trabajos del reunieron en pocos días más de cien obras de pintores de alrededores. por las “castas conciencias”, lo que se estima en un profesor (facilitador como ahora se dice) su mayor virtud, propiciar aprendizajes; en su caso, con un plus de amor y agradecimiento que sus amigos no podrán desmentir en ninguna circunstancia. Nuestro Joaquín, hacedor en gran medida de esta tierra, ha sido capaz de lanzar en trozos y hacia todas direcciones su corazón, el cual no escatima con los abandonados, pero tampoco con sus amigos ni con su Rosalinda, quien con Isaac, le han ensanchado los caminos de la conciencia, para seguir creando con frescura y atrevimiento; nada menos que ese “Juicio sumario a Celso Piña” al que acusa (¡vaya tío!) “por sacarme al chúntaro que escondo en el alma y reventarme con su Ronda el esternón”. ¡Qué mejor evidencia de alegría y apuesta por vivir, a ritmo de cumbia, por qué no! Cuando parece que todo termina, encender la sangre en el cuerpo y volver el alma al corazón, como naciéndose al vuelo y de puro gusto. Q 17 Abrir el debate Samuel Schmidt C iudad de México.- En México mente se llega a ese momento el proceso es muy peculiar, porque de repente el micrófono lo ocupa alguien que no es experto o no sabe mucho, pero alguien le indicó que había que ocupar los espacios. Así, no nos encontramos en la confrontación de ideas entre expertos, sino en los dichos de alguien enviado para decir algo. Respecto a la legalización de la mariguana, escuchamos argumentos de gente no experta que dice lo que cree que puede suceder, sin ninguna evidencia y mucho menos análisis prospectivos. Cuando alguien dice: “si se legaliza la mariguana aumentará el consumo”, no queda claro si habla de su experiencia personal, si no la ha fumado porque no la conseguía, o si la conseguía era ilegal y no quería correr el riesgo; o si sin hala legalizan. Los datos de reporte de consumo en el país muestran que apenas y llega al 1.5 por ciento de cierto rango de edad, y posiblemente no llegue más allá. En un documental muy bien elaborado, Sergio Umansky cuenta el secuestro de que fue objeto por policías cuando fueron a comprar mariguana. Cierto que de estar legalizada, la policía no hubiera podido detenerlos y menos secuestrarlos y extorsionarlos. Si solamente se logra reducir la corrupción policíaca, la legalización ya valió la pena. Lo peculiar es que ya es legal portar 5 gramos de mariguana destinados al consumo personal, pero muy al estilo mexicano, el acto legal se sustenta en el ilegal de comprarla y venderla. Despenalizar la mariguana implica regular su producción, procesamiento, comercialización y consumo. Aunque de todas maneras me parece que deberíamos estar hablando de las adicciones y de todas las drogas, porque es inconcebible que mientras los jóvenes se pueden envenenar con alcohol o tabaco, se les prohíba hacer lo mismo con la 18 Q mariguana. Y claro que esto nos lleva a la discusión de saber cuál sustancia es más dañina, porque no vamos a negar sema y cáncer, y que el alcohol produce enfermos de alcoholismo, y ambas adicciones tienen un costo tremendo para la sociedad. Un debate sobre el consumo de drogas debe incluir a todas las sustancias sin temor a afectar intereses tan poderosos como los de las destilerías. ¿O seguiremos tolerando que la gente se embrutezca en los estadios donde se práctica deporte, y encarcelando a la gente que se fuma un cigarrillo de mariguana? zar a discutir sobre cómo sanar a la sociedad. Ya es legal portar 5 gramos de mariguana destinados al pero muy al estilo legal se sustenta en el ilegal de comprarla y Mi opinión en una nuez Efrén Vázquez M onterrey.- En 1992 participé en un debate de expertos sobre las drogas, sin serlo yo, en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati, en el País Vasco, España; y desde entonces no me ha quedado la menor duda de que su no legalización es una forma más del ejercicio del poder de la hegemonía capitalista. La legalización de las drogas, en particular la cannabis, no es una invitación para que se consuma, como se suele decir, sino más bien la forma más racional de intervenir en el control del fenómeno de la drogadicción para poder controlarlo. Esto por una parte, y por lítica de la simulación que se implementa desde el Estado, la que por un lado declara la guerra al drogas debe ser acompañada de campañas de salud de altura y información sea el ciudadano quien decida. el otro (lo que ha sido dicho públicamente por personeros de la real politique), al margen del orden jurídico se hacen acuerdos para determinar porcentajes que deben llegar al mercado ilegal interno y el de allende las fronteras. Estimo que la legalización de las drogas debe ser acompañada de campañas de salud de altura y responsable sobre la advertencia de su consumo, para que previa información sea el ciudadano quien decida. Estimo además que sería justo se creara un alto impuesto aplicable a productores y distribuidores, para que de ahí un determinado porcentaje llegue en obras a la población, y otro porcentaje llegue a centros de rehabilitación y hospitales que se dediquen a tratar problemas de salud de personas afectadas por el consumo de alguna droga. Q 19 Yo también hablo de la mota Rafael Cardona C iudad de México.- No quisiera yo ironizar sobre el título célebre de don Emilio Carballido, pero ahora, con tantas opiniones acerca de la antigua vez rural y carcelaria mariguana, pues yo también hablo de la mota, con todo y su mefítica humareda de petate andamio. A mi juicio, el debate sobre la mariguana se debería dividir en tres partes: lo sanitario, lo legal y lo social. El primer aspecto está relacionado con su inocuidad o su riesgo. Si fumar fumar cualquier otra cosa lo debe causar en grados mayores o menores: hasta donde se sabe los pulmones humanos no están hechos para inhalar humo de combustión tan cercana como el extremo de un churro. 20 Q respirar “smog”, “polumo” o bióxido de carbono producido por ese inevitable fenómeno conocido como revolución industrial, cuyo inicio algunos cifran en la desconocida fecha de la invención (o el hallazgo) del fuego. Pero el peor riesgo para la salud no es neumológico, sino síquico. ¿Es o no dañina la mariguana? Como todo lo antinatural (fumar, beber alcohol, inyectarse heroína o aspirar cocaína) implica riesgos. Por algo Allen Ginsberg, quien no tenía nada de chavo fresa ni de abuelo escandalizado, lo advirtió desde el rincón de su pasadísimo Aullido (escrito bajo el mentes de mi generación destruidas por la locura.” Obviamente, la marihuana no es un alucinógeno potente, es más sicodélica. Por decirlo de manera simplista: oscilábamos entre bien un potente apendejante. Y si a eso se le agrega la materia inicial de la idiotez crónica de miles de personas, pues entonces no sólo resulta dañino para la salud, sino para la inteligencia. Mi generación descubrió al mismo co (es decir, los poderes excesivos del Estado) y la ola sicodélica. Por decirlo de manera simplista: oscilábamos entre José Revueltas, Bob Dylan y la “grifa” soldadesca. Algunos se quedaron forevers; otros se murieron, alguno de ellos picoteado en el piso de Lecumberri y otros más de un testerazo en el fondo de un alberca sin agua. Muchos más se perdieron en el humo y –como dijo Renato Leduc–, no hicieron obra perdurable ni efímera tampoco. En el aspecto legal, la mariguana no fue prohibida por su agresividad cerebral, sino por su estigma social. Presente en los pleitos de “pelados” y “peloel hambre y ofrecer otra velocidad al pensamiento, la mariguana era cosa de delincuentes, soldados y malvivientes. mo” de poetastros y pintores, fue usada como el sustituto del Hada Verde y sus vapores de ajenjo. Nuestro Montparnasse fue La Candelaria y nuestro Moulin Rouge, Las Veladoras. No tuvimos un Baudelaire, pero vaya si nos sobraban los Avelinos “soy un perdido; soy un mariguano”. La mota cayó en el paquete de las sustancias prohibidas por la competencia de la industria farmacológica mexicana contra la de los Estados Unidos. Nuestro mejor papel –desde los años 40– fue proveer de mariguana al ejército de ese país, cuyos soldados y marinos lucharon en sus sucesivas guerras con denuedo y jalones de Acapulco Golden, mientras le quemaban las patas al chamuco y nos libraban del fantasma del comunismo o los peligros de Irak y el Islam. Desde aquellos años sembrarla, producirla, distribuirla, venderla y exportarla, es un delito contra la salud. Si se le llegara a legalizar, entonces la salud dejaría de ser algo en riesgo. En esas condiciones, el funcionamiento adecuado del organismo humano se convierte no en asunto del código sanitario, sino del código penal. Y ahí es donde las cosas comienzan a ser un tanto absurdas. Si como dicen sus defensores no hace mal a nadie, ¿cómo entonces en el nombre de una salud falsamente amenazada, se mataron a balazos tantos y tantos, cuyo ingenio servía hasta para traer las llantas del coche, rellenas de hierba mala? ¡Ay Camelia la tejana! Si eso fuera así, entonces debemos reconocer las capacidades geniales del engaño impuesto desde afuera (como dijo un Procurador, esto es una cosa internacional), mismo lugar de donde ahora nos viene la presión para legalizar, despenalizar, permitir y hasta fomentar mediante el rollo ese del debate informado. Pasaremos de discutir el sexo de los ángeles a las propiedades medicinales o recreativas de la cola de borrego. Yo no tengo nada a favor ni en contra de la legalización o penalización de los productores o los consumidores, quienes ahora no sufren penas siempre y cuando su dosis no exceda las 5 o 10 veneno no mata, dicen los sabios de la Pero la identidad de los promotores de todo este rollo, me lleva de inmemenzando por el vivales de Vicente Fox, han prosperado de venderle espejitos a los mexicanos. De la democracia a las candidaturas ciudadanas, pasando por servicios de mercadotecnia todo se ha convertido en un producto altamente rentable. Y donde esos aparecen, yo me declaro escéptico. Me causa repeluzno, San Cristóbal y su nueva agroindustria. Finalmente, en el aspecto social la imagen del cáñamo se irá haciendo cada vez más agradable. Ya se ocuparán químicos mayores de perfumarlo y hacerlo menos agresivo. Se abrirán salones especiales y la ganancia de los espacios libres de humo de tabaco, se deberá conciliar con los espacios libres de humo verde. Si el smoking nació como atuendo para los salones del tabaquismo esnobista de los europeos, ya se verá cómo adornar la humilde mariguana con sedas de Pineda Covalín o Chanel. Cuni, cuni, cantaba la rana, y echaba los versos de la mariguana. Q 21 Dossier Roberto Maldonado Espejo 22 Q Q 23 FRONTERA CRÓNICA Se dice de la frontera JRM Ávila M onterrey.- “Yo les digo a mis amigos: cuando vayan a las pizcas no se dejen engañar. Con los güeros ganen lana pero no la han de gastar. Vénganse pa’ la frontera donde sí van a gozar”, cantaba Eulalio González, Piporro. Otros tiempos, mismos rumbos. La situación ha cambiado. Se dice que ahora los braceros latinos en Estados Unidos no alcanzan a decidir si vienen a divertirse en las fronteras del norte de México, porque son perseguidos y empujados por los gringos hacia el sur, si no es que hacia la muerte, con armas dispuestas al disparo pronto y con perros entrenados para el ataque artero. Se dice que en estos tiempos se deporta a los indocumentados hasta las ciudades mexicanas más peligrosas de la frontera, donde tienen que lidiar ya no con la migra de los gringos, sino con policías mexicanos que los despojan de sus pertenencias o les siembran droga entre la ropa, convirtiéndolos en virtuales delincuentes. Se dice que los policías mexicanos (al interceptar migrantes), manosean, violan, torturan, golpean plantas de los pies, amputan, fracturan, hieren, dan choques eléctricos, sofocan con bebidas gaseosas, estilo. Se dice que les hacen padecer sed, hambre, sueño, enfermedades; que se les sitia, que se les separa de 24 Q sus acompañantes, que se les somete, que se les ultraja, que se les intimida, que se les trata con brutalidad y salvajismo. Se dice que, cuando los recién deportados de Estados Unidos acampan en las ciudades mexicanas fronterizas, llegan autoridades travestidas de civiles (soldados, policías y hasta bomberos) y, arguyendo que van a limpiar de vegetación el lugar donde se encuentran, los desalojan y los detienen. Se dice que, si no es la autoridad quien se aprovecha de las víctimas de la deportación, entra al quite el crimen organizado y se encarga de secuestrarles, robarles, exellas y hasta asesinarles, sin que nadie se preocupe por prestarles auxilio. Se dice que quienes reciben tales tratos no sólo son víctimas de la deportación, sino gente que intenta remediar sus condiciones económicas (promesa con políticos al sur del Río Bravo y jamás han cumplido) trabajando en Estados Unidos. Se dice, se dice, se dice. Si todo se detuviera en los decires, ¿cuál congoja, cuál preocupación? Pero, aunque resulte descorazonador, no sólo se dice, sino que sucede. Y lo peor del caso: es lo mismo en todas las fronteras. Me pregunto con qué tipo de humor le cantaría “Piporro” a la frontera de estos días y no me lo puedo imaginar. FRONTERA CRÓNICA El petróleo es nuestro, jijos Hugo L. del Río M onterrey.- Primera inquie- el Estado mexicano? ¿Merecen, Peña Nieto y sus cortesanos, crédito por patriotismo, honradez acrisolada, visión de estadistas? Para mí, no. Sí creo en Cuauhtémoc Cárdenas: fue subsecretario de Estado, gobernador de Michoacán, jefe del Gobierno de la Ciudad de México y, hasta donde sé, no tiene cola que le pisen. No mandó matar a nadie ni robó. Segunda: el meollo de la tan traída y llevada reforma energética no está en la enmienda al artículo 27 de la Constitución, al que Peña Nieto quiere hacerle cambios sin importancia. El problema radica en el 28. Cuauhtémoc Cárdenas escribió en La Jornada: “De aprobarse la reforma de este artículo 28, el Estado perdería la exclusividad en el manejo de las áreas estratégicas de la industria petrolera… Con la iniciativa de reforma del 28 constitucional, queda clara la intención de desplazar a Pemex de toda la cadena productiva del petróleo, sustituyendo a este organismo, al que hasta ahora el Estado ha encomendado la conducción de la industria petrolera, por particulares”. en los hombres que nos quitaron la industria siderúrgica y los ferrocarriles para entregarlos al capital privado? Algún lector despistado del matutino local escribió que a los mexicanos nos vale un adarme si Pemex se privatiza, porque lo único que nos interesa es que en las gasolinerías nos vendan gasolina buena y barata. No son así las cosas. Pemex mantiene a México y garantiza la propiedad de la nación sobre riquezas aún no exploradas, en tierra y mar, de crudo y gas. Entregar el patrimonio a dejar en harapos a nuestros hijos y cerrarle México el camino a un futuro de dignidad y soberanía. No se trata de envolvernos en la bandera y arrojarnos desde el peñasco, como narra la bella pero falsa leyenda. La cuestión es defender lo tada Gloria Bautista Cuevas: es conveniente hacer una consulta nacional para poner en claro si los mexicanos No podemos dejar asunto tan vital en manos de un Congreso divorciado de la sociedad, donde sabemos que el PRI y el PAN mayoritearán y harán aprobar la reforma peñista. Dice Cárdenas Solórzano, en minientrevista con otro diario defeño: “Lo que estamos viendo, yo diría, es la vuelta de aquellas empresas que fueron expropiadas en1938 a manejar el petróleo de México”. Q 25 TRANSICIONES Lo que está en juego Víctor Alejandro Espinoza ijuana.- Los que corren, son días nuestro país y los mexicanos. Solemos pensar que sólo los tiempos electorales marcan los cambios o permanencias en la vida de una Nación. Con ser proceso electoral. Hoy estamos ante decisiones que habrán de hacer la diferencia entre lo que hemos sido y podemos ser. Ni más ni menos nos jugamos el futuro de este país. Se me dirá que no es para tanto, que exagero la nota. Que las reformas “estructurales” que hoy se encuentran en el Congreso son providenciales. Al menos país: la energética, la educativa (sus tres leyes secundarias) y la reforma hacendaria. Casualmente, el día que se anuncia, tendrá lugar la magna concentración en el Zócalo de la Ciudad de México convocada por Andrés Manuel López Obrador. He señalado que las implicaciones de las iniciativas incluyen a los propios actores políticos y sobre todo al Pacto por México, signado por los tres principales partidos el 2 de diciembre pasado, justo un día después de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Sobre todo, la reforma energética ha colocado tanto al PRI como al PRD ante una verdadera encrucijada. En el caso del PRI, la propiedad estatal sobre los productos del subsuelo ha sido la piedra angular en la cimentación de lo que el politólogo Arnaldo Córdova llamó “la ideología de la Revolución Mexicana”. Ahora, mediante una complicada operación discursiva, se anuncia que las reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución que permitirían la participación de capital privado en el proceso se hace a nombre del espíritu del general Lázaro Cárdenas. Lo cierto es que, pese a la disciplina en torno al presidente de la República, los militantes priístas se encuentran di- 26 Q vididos: muchos apoyan la iniciativa, pero muchos otros no. Otra fuente de inconformidad con el presidente proviene de aquellos que no están conformes con los resultados del pasado proceso electoral, donde sostienen que la gubernatura de Baja California se negoció para que el PAN no se saliera del Pacto. Por los rumbos del PRD las aguas también se encuentran agitadas. La propuesta de reforma energética presentada por el hijo del general, Cuauhtémoc Cárdenas, por sus contenidos cuestiona seriamente la permanencia del PRD en el Pacto por México: plantea la modernización de Pemex, pero sin reforma constitucional. El futuro del partido del sol azteca está en juego, sobre todo por las coincidencias entre Cárdenas y López Obrador, y que abren la posibilidad de una lucha en común a partir del 8 de septiembre. El PAN cuestiona todo lo anterior y la negativa a aprobar las reformas a la ley secundaria en materia educativa, conspicuamente la evaluación a los dode luego que esto incluye a Enrique Peña Nieto). Dice que en materia energética, se debe de abrir totalmente al capital privado. Y amenaza con salirse del Pacto. Pero por si algo faltara, las movilizaciones convocadas por la Coordinadora ción para tratar de revertir los contenidos de la Ley General del Servicio Profesional Docente han desquiciado a la capital del país, y lo más preocupante, han polarizado aún más a la sociedad. Hay voces que piden la represión del movimiento; sería el peor de los caminos El gran problema de fondo es que dos de los indicadores fundamentales para generar un ambiente propicio para los cambios que se ha propuesto el gobierno de Enrique Peña Nieto, son negativos. La economía no crece, o lo hace apenas a un 1.8 por ciento que se convierte en cero crecimiento cuando se mide con relación a la tasa de crecimiento de la población. Pero lo que sí continúa sin descender son los indicadores de inseguridad. La violencia parece imparable. En las próximas semanas el gobierno de Peña Nieto se juega mucho, y los mexicanos más. Habrán de suceder cosas trascendentes, ya lo veremos. Norte. Racismo mexicano Samuel Schmidt C iudad de México.- Hace unas semanas fui a un supermercado mexicano en Austin a comprar carne adobada, que aunque no es realmente mexicana, parece gustarle a la gente. Iba yo vestido con atuendo veraniego: pantalón corto, playera, sandalias y una gorra que me regalaron los tequileros. ¿Indumentaria de gringo? Estaba yo algo distraído cuando me tocó el turno y no puse atención en que el dependiente me había hablado en inglés, hasta que alguien me indicó con señas que era mi turno. Respondí en español; de inmediato un cliente dijo en voz alta: “Habla español”. Estuve tentado a decirle que sí y mejor tono desagradable no era agresivo; mi silencio al parecer lo animó para seguir haciendo comentarios (según él sarcásticos) sobre mi español y que yo lo hablara; era muy clara la intención discriminatoria. Fui a hacer una reclamación al correo, porque por un error de ellos me regresaron un sobre de envío internacional que no procesaron. Me atendió una mujer hispana, la echó de cabeza el fenotipo y llamarse Cristina; muchos mexicanos en Estados Unidos mantienen sus nombres hispanizados como tropo identitario. Su trato fue bastante malo: arrancó una forma que mostraba el error del correo y la tiró a la basura, se negó a resolver el problema, y luego dijo que no hablaba conmigo; cuando pedí hablar con su supervisor dijo que había sido “rudo”, o sea, que la culpa era mía. El supervisor resolvió el problema de inmediato porque no era complicado; ¿cómo explicar la conducta de ella? Cuando hice la queja formal, telefónicamente me dijeron que ella había sido poco profesional; la cuestión es que con frecuencia uno se encuentra a empleados hispanos que maltratan a los hispanos; es un acto discriminatorio muy peculiar. Pensaba que hay algo en mi actitud que atrae estas expresiones agresivas, pero mi esposa comenta que sus compañeras de trabajo hispanas le reclamaban que se haya casado con un “gringo”. Como que no concebían que una mujer hispana se casara con un gringo y el apellido Schmidt así lo delata. ¿Acaso las mexicanas tienen que casarse con un mexicano? En una investigación que hizo Pablo Vila sobre la identidad fronteriza, encontró que los mexicanos que cruzan la frontera, aunque se encuentran en el escalón más bajo de la escala social, piensan que por el solo hecho de haber cruzado la frontera son superiores a los mexicanos; aunque el autor no lo dice, tal vez piensan que esa superioridad les Una película que retrata muy bien la discriminación de quién se considera de una clase social superior a la del discriminado, es El mil usos, donde un camionero agrede a un campesino desempleado con el epíteto “pinche indio”, lo que implica ser de una clase social inferior y ser sujeto de discriminación. Recién llegada mi esposa a México, fuimos a una reunión de anarquistas donde la madre de uno de ellos, sin venir al caso, se quejó de que Hitler no hubiera terminado lo que empezó; y tuvo suerte, pues ella estaba muy lejos de representar el modelo ario. Hubiera sido exterminada. Lo cierto es que ser supuestamente de izquierda no exime de odiar al otro, porque quien odia a uno odia a muchos, quien discrimina a uno lo hace con muchos. Esas personas son incapaces de reconocer la diferencia y respetar a los que son distintos. El mexicano discrimina, es racista, detesta a las mujeres, a los gringos, a los extranjeros, a los indios, y es capaz de las peores infamias. El mexicano peores infamias. Alguien sugiere que sufren del síndrome del dominado-dominador; cuando el dominado tiene la mínima capacidad de poder, se vuelve peor que el dominador, tal vez para mostrar que merece la aprobación de su amo y que está haciendo méritos para convertirse en dominador. Por eso los agentes de migración hispanos en Estados Unidos son tan duros con los mexicanos. Ese síndrome posiblemente explique por qué un mexicano abusa cuando tiene algo de jerarquía, un uniforme, un arma, hasta un puesto, por jodido que sea, Eso sí, esos mismos mexicanos gritan desaforados cuando sufren discriminación, tal vez porque están dispuestos a que se haga justicia en las mulas de su compadre, pero a no ver nunca la viga en el propio ojo. tación inconscientes de aquellos que se sienten inferiores y se superan abusando de sus iguales. Falta mucho por indagar en este tema. Q 27 Nopal, alternativa para NL David Carrizales M onterrey.- C a m p e s i n o s del sur de Nuevo León se organizan para producir nopal verdura y así dar un mejor nivel de vida a sus familias. El nopal, como cultivo para el comercio nacional e internacional, lo visualizó el invidente Luis Esquivel, quien para tal propósito a partir de octubre arrancará ocho cooperativas en los municipios de Galeana y Doctor Arroyo. Señaló Esquivel que el nopal es uno de los cultivos con mayor potencial, pues cada vez más gente se informa sobre todas sus bondades, y cuenta que por eso en el Estado de México los campesinos bromean señalando que “el nopal tiene más propiedades que Montiel (Arturo, el ex gobernador mexiquense)”. El caso es que en el país y en el extranjero se ha constituido en uno de los platillos más populares en la dieta sana. Reconoce sin embargo que en todas partes el que menos gana es el productor, por esto están pensando en exportar la producción a Estados Unidos. Comentó que si un productor va 28 Q con las grandes tiendas como Walmart y Soriana, o con los mayoristas del Mercado de Abastos, les quieren pagar entre 1 y 1.50 pesos por kilogramo, pero ellos lo venden a 20 pesos; en cambio, comerciantes de Estados Unidos les ofrecen entre 60 y 70 centavos de dólar, cinco o seis veces lo que recibirían en México. Pero la idea es en el mediano plazo desarrollar la agroindustria para darle el valor agregado allá mismo en el sur del estado, y para este proyecto los está asesorando el doctor en la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), quien le dice: “tu problema es producir, pero en grande, yo te ayudo a procesarlo y a colocarlo en los mercados”. Ha habido gente que produce, pero no te llena ni un camión, ¿quién va a ir a comprártelo, a pagar vuelta? Para ir a traer dos o tres toneladas, necesitas producir diez, 15 o 20 toneladas. te que produce, pero en muy pequeñas cantidades, y así es muy difícil que alguien vaya a comprar menos de tres, cuatro toneladas en una viaje de 800 kilómetros de ida y vuelta. El proyecto contempla entonces que a partir de octubre arranquen seis cooperativas en Galeana y dos en Doctor Arroyo, conformadas por diez familias. “Ya tengo la documentación y la gente, nos estamos preparando para meter proyectos en enero y febrero”. Agregó que tienen la tierra, la planta para sembrar y pilas o depósitos de agua para regar, pero les hace falta una pipa que solicitarán en alguna dependencia gubernamental. Consideró que con un equipo de transporte bastaría, ya que el nopal requiere un riego cada 15 días. nimiento y operación de la pipa salen de las mismas huertas, ya que el nopal es una planta muy noble que se puede cosechar cada 21 días durante todo el año, y además habrá mucho empleo para los lugareños. Comentó que una hectárea de nopal puede producir de 80 a cien toneladas por año. Dijo que actualmente él cuenta con más de 200 mil plantas de las variedades Copena, Milpa Alta y Villa- nueva, que se han adaptado muy bien al semidesierto de Nuevo León, y serán las que se cultivarán en las huertas a punto de iniciar. “Cuando yo empecé a plantar nopal en Galeana, la gente me decía: estás loco, si aquí no llueve; ahora ya no me dicen que estoy loco, y me preguntan cómo podemos nosotros hacer lo mismo”; están animados, pero necesitan que el gobierno los ayude con capital para comprar la planta y luego los apoye mientras la siembran y logran la primera cosecha. Los grandes debates nacionales Víctor Orozco C hihuahua.- A la actual polémica sobre el petróleo y la energía eléctrica, vale ubicarla en el contexto de los debates históricos desplegados en el país sobre temas que marcaron una bifurcación de caminos. El primero quizá, desde la guerra de independencia y durante la primera mitad del siglo XIX. Las opiniones y fuerzas sociales se dividieron en torno a las opciones de república o monarquía. Durante las décadas iniciales, parecía que el proyecto monárquico se había sepultado para siempre con la caída de Agustín de Iturbide y su fusilamiento unos años después. La realidad es que nunca dejó de acariciarse por los antiguos grupos y cuerpos dominantes (ejército, clero, grandes propietarios), ni por los gobiernos europeos. La pugna se desplegaba sobre la manera de organizar el estado, si en torno a los nuevos principios que hacían descansar los títulos de la autoridad en el pueblo o en el viejo postulado del origen divino. Sin embargo, el fondo era todavía de mayor relevancia: se trataba del futuro que tendría el naciente país: o la independencia o la subordinación, o colonia o nación. El segundo momento de este enfrentamiento, comenzó con la invasión norteamericana. El colapso militar, el desprestigio de las instituciones, la decepción moral, proporcionaron los argumentos para el renacimiento de los afanes de quienes aspiraban a la restauración colonial, bajo el reinado de algún príncipe de las casas reales del viejo continente. Derrotados los conservadores en 1860 por los constitucionalistas liberales, la idea del monarca extranjero retornó con mayor vigor al amparo del ejército francés. Se instaló así un segundo monarca en la persona de Maximiliano de Habsburgo, quien acabó enjuiciado y ejecutado por un pelotón de soldados republicanos en 1867. Casi medio siglo después del primer imOtro gran debate se produjo sobre la libertad de conciencia. Los primeros barruntos de la gran batalla ideológica que desvelaría a las mentes más audaces y también a las que hacían gala de tradicionalismo y respeto por los dogmas los debemos a Joaquín Fernández de Lizardi (El Pensador Mexicano) y a Vicente Rocafuerte (ecuatoriano, primer embajador de México en Inglaterra y después presidente de su país), quienes pusieron el cascabel al gato y hablaron, primero, de establecer la libertad de cultos. La disyuntiva era religión única y estado confesional, o libertad religiosa y estado laico. La constitución federal de 1824 - 30 Q da en el país y así se mantuvieron los textos constitucionales que le siguieron. En la década de 1840, nuevas voces se alzaron para exponer que era contradictorio reconocer la libertad de expresión y negar la de conciencia. Fueron casi arropadas por folletos, artículos en la prensa, fulminantes amenazas de excomunión, declaraciones de altos funcionarios que postulaban el dogma intocable de la religión única en México. En ese tiempo, comenzó a formarse la segunda generación de liberales, bajo el mote de los “puros”, quienes libertad religiosa. Durante el congreso constituyente de 1856-57, se produjo la gran batalla ideológica terminada con una especie de empate, pues el texto constitucional expedido el 5 de febrero del segundo año fue mudo: ni estableció la libertad de cultos, ni reconoció al católico como exclusivo de los mexicanos. El asunto se dirimió en las armas. Abatida la que se consideró por el Vaticano como una gran cruzada contra los enemigos de la religión, el 4 de diciembre de 1860, el gobierno instalado en Veracruz decrehubo ningún proyecto que pretendiera restaurar la exclusión religiosa. La polémica había concluido. El tercer gran debate tuvo como centro a la propiedad de la tierra. México heredó de la Nueva España el latifundio, trasladado a estas tierras desde la medieval península ibérica, bajo distintos nombres y estatutos jurídicos como encomiendas, a la larga colosales. ¿Tiene algún sentido traer de de lentejas? escaso control, o sin ninguno, por el estado. El texto político de 1917 los declaró propiedad originaria de la nación y en 1938 se expropió el petróleo, que andando el tiempo se transformó en la columna vertebral del aparato productivo nacional, por componente, como generador de energía, en todas las ramas industriales. latifundio eclesiástico y el civil. Ambos conspiraron a favor de varios efectos perniciosos: serviles e impidieron el crecimiento de la población. Ya desde la época colonial se tuvo conciencia de estos hechos pero nada se podía hacer contra una institución estructural del viejo sistema. A mediados del siglo XIX, la revolución liberal liquidó el latifundio eclesiástico después de uno de los debates más enconados de que se tiene memoria. Fueron de nuevo en el quienes buscaban mantener a toda costa la gran propiedad del clero y quienes aspiraban a usarla para formar una numerosa clase de rancheros propietarios. La otra rama del latifundio, el civil, quedó viva y aun se fortaleció. Las reformas no la alcanzaron porque no había fuerza para tanto y porque los grandes propietarios pronto se convirtieron también en industriales, comerciantes y banqueros. Quedó pendiente así la solución de la pugna. La revolución de 1910 vino a resolverla, restituyendo ejidos a los pueblos y efectuando el reparto agrario. En otro plano y con nuevos actores, la querella se replantea en nuestros días. Otra de las grandes cuestiones que la revolución puso en acto fue qué hacer con los recursos naturales, especialmente con los petrolíferos y los mineros. Ambos habían estado en manos de compañías extranjeras, quienes los explotaban con gran capital internacional en diversos ámbitos: militar, político, ideológico, cultural y educativo, que se dio en llamar neoliberalismo, por cuanto se puso el acento en una de las divisas del liberalismo decimonónico, la del libre mercado. Casi todos los estados recularon en sus políticas regulatorias y en su intervención general en los procesos económicos para apoyar políticas de prestaciones sociales. El mexicano, como el argentino entre muchos otros, puso en venta las empresas que controlaba y con ellas, grandes porciones del patrimonio público, tangible como los yacimientos carboníferos o intangible como el espacio nucleoeléctrico. El petróleo por lo pronto quedó al margen en esta venta de garaje. Pero se exprimió al máximo, hasta el límite de sus capacidades a Pemex, la empresa pública encargada de su explotación. El 97 por ciento de sus ingresos se destinaron al pago de impuestos, A ello se le sumaron el despilfarro y la corrupción, y todos estos factores descapitalizaron la entidad. Quienes arguyen la necesidad de llamar en auxilio al capital privado, principalmente de las empresas trasnacionales, señalan que sólo así se detendrá la caída de la producción, se modernizará la empresa y se crearán nuevos empleos. La contraparte, defensora de esta industria como motor de la economía nacional, asume que compartir la cuantiosa renta petrolera convirtiéndola en ganancias privadas, despoja al Estado mexicano de su principal instrumento para impulsar el desarrollo del país. Comparado con el monto de los ingresos de Pemex, las ofertas de inversión son mínimas y las utilidades a la larga coles, casi por un plato de lentejas? Suenan falaces y demagógicas las ofertas de crear cientos de miles de empleos. ¿No se encuentra la solución en el arreglo de Pemex en proyectos productivos, en educación y en salud? De esta gran disputa penden rumbos de la historia, como aconteció con las pasadas. Q 31 La errata nuestra de cada día Ismael Vidales Delgado M onterrey.- Vaya que se ha armado tremendo revuelo a causa de 117 presuntos errores texto elaborados en el sexenio de Felipe Calderón (que no es santo de mi devoción) quien colocó al frente de la SEP a de 2006-4 de diciembre de 2009); Alonso Lujambio Irazábal (+) (6 de abril de 2009-16 de marzo de 2012) y José Ángel Córdova Villalobos (16 de marzo de 2012 al 30 de noviembre de 2012), demostrando con ello poco respeto por una área de la mayor importancia; pero ese es otro asunto. No estoy a favor de que los libros de texto o de cualquier otra índole, los periódicos, las revistas, los acuerdos o las noticias difundidas en los medios conceptuales, sintácticos o de cualquier otro tipo, pero, sinceramente creo que el asunto se ha llevado a niveles exagerados, ya que existen múltiples evidencias en todo el mundo de que los errores o gazapos se dan con harta frecuencia, sin que llegue la sangre al río ni alguien se haya abierto las venas. Hay quien ha encontrado errores a personajes de la talla de don Miguel de Cervantes Saavedra, don Alfonso Reyes, Carlos Monsiváis, o un ex secretario de su primer acuerdo como subsecretario de Educación Física. No digo que sea un asunto menor, simplemente viene a mi memoria un refrán que dice: “No hay tianguis sin ratas, ni libro sin erratas”. Si nos pusiésemos a indagar sobre el tema nos sorprenderíamos de la cantidad de obras supuesto escolares que adolecen de caliHay presidentes de la república y no se diga diputados, periodistas (varios diarios mexicanos y extranjeros, al referirse a la Purísima Concepción han cambiado la “r” por una “t” y corregido 32 Q errores en los textos que tan amorosamente estaban copiando. en la edición del día siguiente), líderes sindicales y demás especímenes de la fauna política que han hecho abundantes y singulares aportaciones al anecdotario; algunos han dado material tan abundante que ha sido recopilado en obras completas. Las erratas o gazapos, decían en la Edad Media, las ocasiona un demonio travieso llamado , quien se dedicaba a fastidiar a los monjes amanuenses provocándoles incontables errores en los textos que tan amorosamente estaban copiando. Este diablillo, dicen que también provocaba distracciones sos, equivocaciones en las citas bíblicas, errores en los ritos de la liturgia, despistes y cuchicheos entre los novicios. De hecho, se le representaba con un saco que tenía que llenar cada día con los errores que lograba inducir en los amanuenses, escribas, clérigos y religiosos, como equivocaciones en los rezos y erratas en los textos; se aseguraba que tales errores eran apuntados en un libro quilidad de los del PRD, tal vez, ese será el momento en que los autores de esos 117 errores, paguen sus culpas. Don Alfonso Reyes (el otro regiomontano universal) decía que “la errata na siempre tan reacia a todos los tratamientos de la desinfección”, y tenía razón, pues uno de sus libros fue editado con tremenda cantidad de erratas que le valió críticas y chistes de sus detractores. sores y editores, históricamente, se han esforzado porque la errata no aparezca en sus textos; como anécdota, se cuenta que el impresor y humanista francés Robert Estienne (1503-1559) empleaba en su imprenta diez correctores súper exigentes, quienes leían las pruebas con extremo rigor. Una vez leídas se exponían en las ventanas de la imprenta y a quien señalase un error, le daba un premio. Las pruebas eran irreprochables; sin embargo, cuando se realizaba la tirada, las erratas saltaban a la vista. El Papa Sixto V ordenó imprimir una edición de La Vulgata (traducción de la Biblia griega al latín, realizada en el 382 d.C.) en la imprenta apostólica vaticana; él mismo revisó las pruebas con suma minuciosidad. Satisfecho de su obra, incomulgaba a quien quiera que hiciese la menor alteración en el texto. Sin embargo, el Papa hubo de inutilizar la edición, porque había salido plagada de erratas. En un calendario realizado por Conaculta leí una anécdota ampliamente difundida, referente al orgulloso editor español que después de múltiples procesos de revisión, convencido de que su libro no tenía ninguna errata, imprimió en la primera página la leyenda: “Esta obra no contiene ninguna erata”. Insisto, no estoy promoviendo la edición de libros, revistas, periódicos, noticieros, leyes, decretos o acuerdos con errores, solamente estoy diciendo que toda obra realizada por seres humanos está expuesta a gazapos; es más, Dios mismo se equivocó: nos puso el chamorro por atrás, y los golpes nos los damos en la espinilla. Goethe, Humboldt y el turista posmoderno Ernesto Hernández Norzagaray M azatlán.- Hubo una vez que los viajes no fueron por tiempo libre, sino animados por el espíritu de aventura y el desarrollo del conocimiento en regiones desconocidas. Así fue por ejemplo el que narra Wolfgang Goethe en su libro Viaje a Italia, o el de Alexander von Humboldt por las Indias americanas, que me parece deberían leer quienes viajan, estudian la actividad turística o administran el turismo, para saber que las motivaciones antiguas nada tienen que ver con las de hoy, plagadas de publicidad seductora. Quizás luego de leerlo entenderían el sentido profundo de eso que Jack Kerouac llamó en On the Road el placer “de todo ese vagabundeo”. Viajar es ir al encuentro del otro. De lugares desconocidos. Quien vive en otra circunstancia al igual que el de casa, trabaja en el sentido más amplio de la palabra. Construye lo mismo espacios físicos que sueños, edifica el espíritu a través del arte o la música. El encuentro entre los diferentes permite el crecimiento personal y de las socieda- des cuanto inevitablemente nos vemos en los otros. Y estos en nosotros mismos. El círculo infinito de la vida. Viajar, viajar Sin embargo, en estos tiempos en que viajar se ha vuelto tan cotidiano como ir al trabajo, llega a ser algo lejano de la aventura y el conocimiento. Los nuevos viajeros están a merced de los tour operadores, hoteles y ahora las líneas aéreas, que como cualquier empresa económica, diseñan su oferta y la venden en los mercados en forma de paquetes bien envueltos y al alcance de los distintos bolsillos o las expectativas de recreación. Pero hay que recordar que este nuevo viajero, a diferencia del que encarnan Goethe, Humboldt o Kerouac, además de buscar del disfrute de su tiempo de ocio quiere satisfacer su propio concepto de cultura o mejor dicho, el que subliminalmente sugiere y llega imponer la publicidad turística. Q 33 Recordemos, por ejemplo, que la publicidad nos sugiere que si es turismo ecológico entonces hay que ir a montañas nevadas salpicadas del verde de grandes pinos; si es playa es paradisíaca y hay mujeres sensuales con poca ropa y piel bronceada; en cambio, si hablamos de turismo cultural, entonces las imágenes son las de los grandes museos y monumentos históricos. Por el contrario, cuando nos referimos al turismo religioso, entonces qué mejor que la perspectiva majestuosa de las grandes catedrales y los lugares de culto; si es turismo cinegético, entonces grandes nichos naturales donde reposan las aves migrantes. Y así, la lista podría hacerse tan larga como la oferta segmentada y llena de colorido. ¿Pero hay tiempo para ir lejos en estos temas en viajes de una o dos semanas (por no decir en un fin de semana)? Claro que no, salvo que el viajero tenga antecedentes y dirija de mejor forma su viaje optimizando su tiempo. No es el caso de la amplia mayoría que va por la libre buscando satisfacer sus apetitos con las nuevas sensaciones que ofrece el turismo de paquete. Turista posmoderno Mario Vargas Llosa, en su libro más reciente de ensayos, La Civilización del Espectáculo, refiere que en estos tiempos como nunca, la gente se desplaza por todos los rincones del mundo. El turista ahorra y frecuentemente quiere ver mucho en poco tiempo. Desea estar en aquellos lugares obligados de la publicidad turística. Nunca más como un Carlos Monsiváis que llegó a los 40 años sin conocer Europa. Cómo no estar en París y visitar la Torre Eiffel, o en New York sin tomarse la foto en Times Square, o en el DF sin recorrer al Zócalo, o disfrutar de la belleza del Palacio de Bellas Artes; y en Mazatlán, cómo no pasear por su Centro Histórico y no comer en el Pedro y Lola, reír y beber una cerveza en La Fonda del Chalío, o disfrutar de un ceviche en el Restaurant El Faro. Y no sólo eso: hacerse la foto o el video para dejar testimonio de que por ahí se paso. La foto es la encarnación de la verdad. El registro de lo caminado. Lo vivido, así sea poco y simulado. 34 Q Sin embargo, esta experiencia fugaz de imágenes, olores, sabores y texturas, no va más allá de una simple experiencia sensual que nos hace sentir momentos “inolvidables”, “irrepetibles”, “únicos”. El turista posmoderno se caracteriza por la rapidez y la necesidad de lo inmediato, pues no puede ir más allá del momento crepuscular del viaje, sino tener la sensación de que rompió con la rutina del día a día y fue aunque sea por unos días, dueño de su tiempo y destino. Abandonó, así sea por un tiempo breve, el centro de trabajo, para viajar con la expectativa de experiencias radicalmente distintas a las cotidianas. Sustituyó el espacio de las obligaciones del hogar por el servicio que presta un lanchero, un mesero o los empleados de un hotel. Abandona el barrio para ir a lugares donde todo está dado para el disfrute y la exaltación de los sentidos. En fin, la sensación de que dejó atrás, así sea momentáneamente, el fastidio de la rutina y la calamidad del tiempo comprado para ver otras caras, cuerpos e intereses. Es por eso que cuando este turista vuelve a su cotidianidad siente que descansó de la rutina, aunque el viaje muchas veces suele ser más pesado con los trámites, llamadas, mensajes, colas, maletas, incomodidades. O ya en el sitio: alcohol, comida, sexo y desveladas en exceso. Necesita entonces el reposo del hogar para recuperar fuerzas y estar de nuevo en sus ocupaciones, y pasado un tiempo, volver a otra andada turística que siempre resulta irresistible. Anfitrión En este relajamiento fugaz que optimiza el tiempo fugado con cronómetro, se necesitan las mejores condiciones posibles de un entorno amable. Se dice que el turismo de masas necesita lugares seguros, donde sus clientes puedan desplazarse de un lado a otro sin asumir mayores riesgos. De lo contrario, los operadores de tours se van con sus clientes, como sucedió con los cruceros que llegaban desde California a Mazatlán y que luego del incremento de la inseguridad, decidieron cancelar sin tomarse la foto en Times pasear por su Centro Histórico El Faro. ese destino en su recorrido por la llamada Riviera del Mar de Cortés. Eso obliga a los gobiernos a reforzar los mecanismos de seguridad y generar una atmósfera adecuada a las necesidades del turista posmoderno. Esto explica que abierta o discretamente se vigilen los recorridos, limpien zonas conflictivas y pongan más policías y cámaras de vigilancia. Esta actitud preventiva es razonable, pues no hacerlo significa mayor inseguridad y subsecuentemente más desempleo. Pero si hay mayor desempleo, también es mayor el riesgo de nuevos delincuentes. Es un círculo vicioso que afecta negocios y familias que dependen de esos ingresos. Y sin ellos es la vil penuria. Mazatlán, por ejemplo, se presume por algunas voces oficiosas con un desatino que le nombra “el lugar más seguro de Sinaloa”. Toda la ruta debiera ser igualmente protegida, pues si bien no tenemos los crímenes de alto impacto de otros años, lo cierto es que la inseguridad no ha cesado y se vive cotidianamente en sus calles. El riesgo de ser asaltado y agredido en cualquier esquina sigue siendo preocupante. Sean vecinos o turistas. Entonces, eso quiere decir que los programas del combate contra la inseguridad no están funcionando al cien por ciento y se necesita reforzarlos a manera de generar ambientes más confortables y amables para el turista que llega a disfrutar de nuestras playas, restaurantes, teatros, pueblos aledaños. De su gente. Las necesidades del llamado turista posmoderno han cambiado, y ello ha llevado a un cambio en las políticas empresariales y de gobierno, unos ofreciendo más servicios recreativos que encuentran su máxima expresión en los “complejos turísticos” y “cruceros” todo incluido, con la política de satisfacer las exigencias de servicios de calidad en un ambiente exclusivo con iguales. Los otros, generando infraestructura y embelleciendo los destinos, aun cuando sus esfuerzos no culminen en una mayor recaudación pública. No ayudan mucho las malas noticias generadas en los últimos meses en varios destinos turísticos mexicanos, mucho menos las advertencias de viaje que han emitido algunos gobiernos a favor de sus ciudadanos y recomiendan a dónde ir y a dónde no. No obstante, el viajero toma la última decisión y es él quien decide si va o no a tal o cual lugar. Los mexicanos están viajando como nunca, tanto hacia los destinos nacionales como a los extranjeros. Eso habla bien del estado que guarda la economía, pero sin duda, también de que la propensión del viajero posmoderno se ha inoculado del virus de la inmediatez. Lo efímero y lo fugaz. Nada de lo que movió a Goethe y menos al inalcanzable Humboldt, o al vago sin remedio de Kerouack. Q 35 LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Deudas de los europeos en América Latina Edilberto Cervantes M onterrey.- Hace algunas semanas los medios de comunicación informaban que el avión del presidente Evo Morales no había recibido autorización para una escala técnica en su vuelo de regreso de Rusia hacia Bolivia. El escándalo diplomático que se generó sirvió como cortina de humo para no dar espacio informativo al contenido del discurso que Evo Morales acababa de pronunciar en la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea. En ese discurso Morales les planteó a los Jefes de Estado la deuda histórica que tienen los europeos con los países latinoamericanos. “Consta en el Archivo de Indias – dijo Morales– papel sobre papel, recibo lamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América”. Eso tiene que ver con ¿saqueo?, “expoliación”, ¿genocidio?, se preguntó Morales. ¡No! –se respondió a sí mismo– “Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América destinados al desarrollo de Europa”. Lo contrario –subrayó– sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. “Por eso –propuso el presidente boliviano– al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?” “Deploramos decir que no”. “Al decir esto aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos coNos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico 10 por ciento, acumulado 36 Q sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia”. Ese fue el contenido del discurso de Evo Morales que no mereció atención de la prensa internacional. En la de México, La Jornada publicó un artículo de Abraham Nuncio con una interesante referencia al mencionado discurso. Al reclamo de Evo Morales, por esa deuda histórica, se está sumando otro reclamo igualmente legítimo por parte de las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (la CARICOM). Las naciones del Caribe atribuyen el origen de su actual pobreza material a la esclavitud y al genocidio perpetrado entre los siglos XVI y XVIII con al menos doce millones de africanos que fueron secuestrados en la costa occidental de su continente y llevados a las plantaciones de los imperios de España, Inglaterra, Holanda, Francia y Portugal en el, para los europeos, Nuevo Mundo. El reclamo del CARICOM ha tomaabogados inglesa Leigh Day & Co. ejercerá la representación de la Comunidad del Caribe. En junio de 2013, hace apenas dos vo una victoria en un caso similar, al lograr que el Reino Unido admitiese haber torturado a más de 5 mil rebeldes de la guerrilla keniana Mau Mau entre los años 1952 y 1960. Como resultado del juicio, las víctimas y sus sobrevivientes obtuvieron una compensación, la cual sumó 30.5 millones de dólares. Un gran triunfo legal y humanitario, aunque el resarcimiento económico no parece ser Entre 2004 y 2011, Jamaica, Guyana y Antigua y Barbuda han intentado, sin éxito, obtener algún tipo de compensación de parte de los países europeos intiempos de la colonia. “Antes que nada, queremos que Europa se disculpe, pues hasta ahora han emitido declaraciones de arrepentimiento, pero ningún país se ha disculpado. Luego queremos infraestrcuturas para el desarrollo: escuelas, centros de salud, carreteras, hospitales. Y queremos que acabe el racismo”, señala la historiadora Verene Sheperd, quien dirige la Comisión de Reparaciones de Jamaica. El señalamiento de Evo a los Jefes de Estado es de gran trascendencia al igual que el reclamo de las naciones del Caribe. Se trata de enjuiciar y acotar hechos que por ser historia se han ido dejando al olvido. ¿Reparaciones de guerra o compensación humanitaria? ¿Saqueo con el uso de la fuerza y subyugación del vencido? MALDITOS HIPSTERS Ironías de la natación en Monterrey Luis Valdez M onterrey.- Vivir en esta ciudad ya no se trata sólo de soportar el calor, cuidarse de arañas violinistas o de disparos en las cocheras de las casas. De vez en cuando también hay que practicar la natación para cruzar una calle o salir del paso a desnivel donde se quedó tu auto. ¿Se aplica en Monterrey la costumbre de pedirle al santo que llueva, al día siguiente volver a pedirle, al siguiente también, y luego del aguacero sacarlo para que vea el desmadre encharcado que dejó? Dicen que esta práctica suele suceder en pueblos de Tamaulipas y del sur de Nuevo León. En Monterrey se nos han ido muchas costumbres. La gente olvida demasiado pronto. Ayer mismo pudieron decir “siempre hace calor”, y se quejarían “siempre está lloviendo y las calles todas inundadas.” Tengo un par de meses viviendo en San Nicolás. Este municipio tiene fama de que cuando llueve se convierte en un megacharco. Es verdad. No hay tanta basura como en Monterrey, pero el efecto es el mismo: calles como ríos. Los taxistas dicen que el municipio creció tan pronto que a los del ayuntamiento no se les ocurrió meter alcantarillado. ¡Pero eso deja en vergüenza a Monterrey! ¿De qué carajos le sirve tanta alcantarilla si con los papeles y bolsas de plástico se tapa todo y el agua se queda en la superficie? Si dicen que en Monterrey no hay cultura del agua, bueno, debemos reconocer de una vez que tampoco tenemos cultura del exceso de agua. Deberemos aprender a ser hombres al agua, hombres nadando, para que no se nos haga agua la boca cada que caminamos a la orilla del Canal Santa Lucía y mientras el sol quema nuestras cabezas, anhelamos arrojarnos al agua y nadar un par de minutos… se supone que no era recomendable hacerlo porque había químicos en exceso, pero un par de meses después se organizó una carrera de natación en pleno canal. El ayuntamiento te dice las mentiras que quiere. Aprender y practicar la natación en Monterrey es una ironía. Sólo se utiliza dos o tres veces al año; pero resulta, como el calor, las arañas y los balazos, una cuestión de vida o muerte. Q 37 MUROS Y PUENTES Blackbird (Lucrecio en Austin) Raúl Caballero García D allas.- Habíamos coincidido en un festival en Austin, Calle Sexta (¿dónde más en esa ciudad universitaria, pletórica lo mismo de activistas que de músicos por vocación?), esa avenida que en ambas aceras ofrece toda clase de bares y cafés y en cada establecimiento sus momentos de música en vivo. Mucha música, casi siempre en vivo. Cuando decidimos cenar, fuimos a un sitio de costillas y mariscos tipo Nueva Orleans; una mujer al fondo tocaba el piano, algarabía pero todo en calma, risas y rumores en el espacio acogedor. Lucrecio se echó una de esas charlas en las que los demás callamos para disfrutarla; salió el tema del jazz, del que es le hace la observación sobre su cultura), y cuando en su rollo apareció Charlie Parker elaboró como marco un discurso en el que volaban pájaros negros. Poetizó con la Yardbird suite de Parker, quien también era conocido como Yardbird. “Sí, sí, también era Bird”, concedió Lucrecio a Mita con gesto aburrido, pero prosiguió. En su discurso, abrió una jaula como un prestidigitador verbal y dejó libre a un soldado de la segunda guerra mundial. De pronto una bandada de cuervos era un pájaro solo, acaso una urraca de nuestra región, acaso un mirlo como los que se ven en el norte texano. Me quedo para mí con la imagen de un joven cuervo. No era el extraordinario de la canción escrita por White Album), pero era en cambio el black bird de la que can. sitor Ray Henderson (un blusero de los veinte) y la letra es de Mort Dixon, ambos crearon juntos varias piezas en esos años. primero fue grabada por Gene Austin (un jazzista texano) en 1926, y por ella en los ochentas se le hizo un reconocimiento póstumo a John Coltrane, por su interpretación en su disco homónimo. Lucrecio Petra es un viejo entrañable amigo que se me apareció en la Guadalajara de los setenta; luego me salió en una (como suele decir Laura Blas) hoy vive en Corpus Christi (“asegún”, porque él y Laura se pasan temporadas en diversas ciudades). Nos visitamos, nos escribimos, nos encontramos como esa vez en Austin. ha sido grabada por más de cuarenta artis- 38 Q tas y ha sido usada por distintos coreógrafos en Broadway. En el 2012 la sacó de nuevo McCartney, y es uno de los momentos más dulces de su álbum. Coincido con Lucrecio: McCartney acompañado de Diana Krall al piano y la sinfónica de Londres rodeándolo, canta una pausada y dulce canción. Digresión (dijo Lucrecio sin salirse en realidad del tema de la música y sus creadores): llaman la atención los últimos trabajos del ex Beatle. escubre su pasado juvenil? Si el título y la foto de portada lo sugieren (en la portada aparece él en una foto de 1962 tomada por su hermano Mike, tocando la guitarra en el patio de su casa de Liverpool), el contenido para mí es un recogimiento interior donde habita la confusión que abre la paradoja de su creación, en el patio se encierra (entre comillas) alejándose del planeta exterior. Es un Paul desconocido hasta entonces, ciertamente. La edad te renueva. Es un sonido-sorpresa, es un disco que innova yéndose al pasado. Luego, en Memory Almost Full, es claro su vuelo planeando por su infancia. Ojo: en el trabajo anterior era el artista adolescente y en este que le sigue visita el mundo de su infancia. Ahí va Paul el memorioso, evocando emociones, recordando ciertos veranos. Es un disco retrospectivo y muy personal. Y en nos sale con las de papá y mamá: el jazz en su apogeo. Paul se sumerge en el útero materno, es un disco por demás intimista, hace un interesante recorrido por el Great American Songbook y sólo una pieza es propia (My Valentine); sacó una edición de lujo con dos temas extra y uno de ellos también es suyo: . Si en esos últimos tres discos volvió a la adolescencia, y luego a su infancia, y entonces a una especie de estado fetal… ¿A dónde se remontará para el próximo, si podemos esperar otro? fue convertida en propaganda nazi por Jojara la política hitleriana, como un intento de desmoralizar a las fuerzas de los aliados… pero tal propósito se trocó disparate porque su letra y su melodía fueron censuradas en la Alemania nazi. Los jerarcas nazis prohibían los estilos musicales progresivos, como el jazz. Así es que desde su creación en los veintes, se vino convirtiendo en una rareza consentida por muchos, ambas aceras ofrece toda clase de bares y cafés y en cada establecimiento sus momentos de música lo cursi”, tuvo el tino de no dejar de decirnos); entre las muchas lecturas de su ambigüedad se destacan dos, encontradas, una en la que atribuyen la encarnación de una prostituta que se sale del negocio para volver a casa con su madre y, desde el lado contrario, otra en que se propone que la prostituta retorna a “la casa del sol naciente”, que es un eufemismo de prostíbulo en la Nueva Orleans de principios del siglo pasado. Como sea, es una despedida para alguien suave y dulce, cuyo trino es bien raro y por lo mismo muy apreciable. Circula el número de una deliciosa coreografía que se incluye en el musical Fosse, del que Lucrecio no dijo nada más que su mención, pero en cambio citó como un epígrafe para la siguiente parada en la Calle Sexta, parafraseando de la versión de McCartney estos versos: “Make my bed and light the light, / I’ll arrive late tonight. / (…) / Oh Blackbird bye bye”. Por la madrugada, a punto de culminar la velada, le hice ver que la charla en el Dick’s Last Resort versó sobre otros pájaros, menos sobre Bird, con quien se inició. Se me quedó viendo como una rara avis observaría a un ornitólogo tratando de desentrañar una complicada simpleza. Ya era tarde, sin duda. Q 39 de frutos acres madurados en dos ciclos y en dos lenguas bébela, mujer en ruinas, bébela y vomita arañas dromedarios libros huesos nidos de pájaro músicas escaleras pesticidas frutas recién cogidas del árbol cucarachas leche hervida puercos muertos piedras vueltas molcajetes arroyos secos con mierda nixtamal moscas mosquitos sanguinarios amaneceres hostiles meados de borrachos voces estridentes árboles quemados por el sol rebozos deshilachados hostias sin bendecir enaguas enlodadas alacranes colorados zapatos manteca cántaros sin agua conchas y cuernos bébela, mujer recinto, bébela y vomita niñas vejadas en lo oscurito niñas pendejas niñas inútiles niñas obedientes niñas sin cerebro niñas sin lengua niñas de ojos desmesurados niñas aterradas de tus pesadillas niñas ultrajadas mientras a ti te ponen una pistola en la sien niñas con la entrepierna cubierta de semen y los ojos vacíos niñas temerosas del diablo niñas a las que les chingaron la madre niñas con el culo adolorido niñas agazapadas en viejas gordas y cuarentonas niñas pegajosas niñas estorbo niñas asombradas ante el espejo niñas esperpento niñas abandonadas bébela, mujer desollada, bébela y vomita vacíate, huella de mujer, y ábrete de piernas empínate tu locura busca su lugar Margarita Hernández Contreras 40 Q ENTRELIBROS El Palomo y el Gorrión En Ingratos ojos míos (Miguel gratos ojos míos. Miguel Luna y la historia de El Palomo y el Gorrión. 2ª Ed., Edit. UANL, Monterrey, 2013.) un ícono de la música norteña –Miguel Luna– le cuenta a Guillermo Berro1958) la historia de El Palomo y el Gorrión: sus orígenes (en 1957) su familia, su tierra, sus grabaciones, sus giras, su experiencia con los promotores, sus triunfos, sus amigos de la farándula, sus penurias y hasta sus amores. Un accidente sufrido por Miguel (La Ascención, N.L., 1948-Monterrey, N.L., 2010) a los siete años, que le costó perder la vista del ojo izquierdo, provocó el inicio de una fulgurante carrera al viajar por pueblos y ciudades (junto con su padre y sus hermanos Lupe y Cirilo) en busca de la atención médica adecuada y cantando donde podían para juntar dinero (“en los camiones, en las cantinas, en las plazas públicas, en los mercados”, p. 158), sin faltar radiodifusoras, escuelas, rancherías y calles. Lupe se cansaría pronto de esa vida y se retiraría, pero Miguel (acordeón) y Cirilo (guitarra y posteriormente redova y batería) continuarían como dueto. El nombre de El Palomo y el Gorrión se los pondría don Guillermo Acosta (entonces director de Discos Musart) cuando escuchó al padre de los niños llamarlos así. “Dice papá que a mí me puso Gorrión porque me parecía a esos pajaritos que cuando nacen tienen muy pocas plumas y como yo estaba casi pelón al nacer me bautizó así. A Palomo (Cirilo) porque cuando nació era gordito, lleno de carnes y como los palomos son pechugones, por eso le puso así.” (p. 47.) El éxito llegaría con su primer L.P. en Discos D.L.V.: “En ese L.P. (…) todas las canciones pa, Ingratos Ojos Míos, La Elisa, Ya no Quiero Limosna, Solito Mejor Solito, Dimas de León, Mi rancherita, Amargo licor, El pájaro prieto, Elpidio Paso.” (p. 84.) Ese éxito propiciaría más discos, más giras, más programas de radio y televisión y, sobre todo, más bailes: “Nosotros iniciamos los bailes masivos” (p. 103), “nosotros llenábamos en aquel entonces (los años 60) tres o cuatro cuadras de gente que venían de las rancherías y se amontonaban para oírnos blo con nosotros. Si teníamos que presentarnos dentro de un salón, no nos dejaban entrar; y entonces tenían que armar un escenario arriba de un camión o en el crucero de una calle y desde allí veíamos a la gente por todos lados.” (p. 86.) ¿A qué se debió el éxito de El Palomo y el Gorrión? ¿A que eran unos niños de 9 y 11 años? ¿A que tocaban música norteña? ¿A su simpatía? ¿Al trabajo intenso? En opinión del sociólogo local Víctor Zúñiga, el secreto era la forma de cantar de Miguel Luna: “Y es que él no cantaba, él gritaba, con un grito que surgía del pecho; un grito poético (…) La música para él estaba adentro y tenía que salir, como un torrente, como un huracán. Conmovía, conjuraba, alisaba el mundo, armonizaba las memorias.” (p. 149.) Mascotas Muertas Mascotas muertas (no es otra estú- llevan tu cabeza o te hacen pedacitos. (…) te cuelgan en un puente peatonal y te ponen un mensaje con mala ortografía.” (Rogelio, p. 69.) Encima de todo esto, Lou convence a su editor en jefe de trabajar en casa para espiar a Judith porque sospecha que ésta tiene relaciones íntimas con un político importante y quiere la exclusiva para dar la campanada. Su jefe acepta porque también quiere lo mismo. El estilo de Luis Valdez (Monterrey, N.L., 1976), es coSus personajes bordean lo ab- , es una novela donde la violencia latente conforma las vidas de un grupo de nuestra ciudad tomado al azar: Lou Rodríguez (periodista), Lucía (su hermana), Judith (vecina), Karlita (vecina), Rogelio (vecino), Silvia (vecina), Renacentista Cristiano (novio de Silvia) y, en menor medida, Laurita (sobrina de Judith). por diversos lazos: Lou y Rogelio son amigos desde la infancia; Lou anda o ha andado con Silvia, Judith y hasta con su hermana Lucía; Rogelio es novio de Karlita; Silvia y Judith han andado con muchos. Además, Lou y Lucía se drogan juntos. ma zona habitacional (los Condominios Constitución de Monterrey) y son víctimas de espionaje dizque para protegerlos de los naZis (con zeta mayúscula, para evidenciar la referencia a cierto grupo delictivo). ción imperante: “Aquí a todos nos desaparecen en cualquier momento. Se requiere de valor, porque la vida nunca ha sido una cosa segura” (Judith, p. 72), “¿Quién chingados quiere competir a ver quién besa más pronto a la puta muerte?” (Lou, p. 42). “Ahora sí podemos decir que están por todas partes. Se cargan con el fatalismo de un destino que parece inminente. ce colgada de un puente, Lucía ya no despierta, Judith se marcha con uno de sus amantes y Karlita y Rogelio parten al sur del país. Lou se queda solo: sin hermana, sin amigos, sin pareja, sin vecinos y sin exclusiva periodística. Ahora volverá a su trabajo en la sección “Doctora de Mascotas Solitarias”, donde publica cartas sobre casos extraños que él mismo se escrisabes manejar las cosas con un (…). Luego te envía cartas al periódico y haces como si atenderlo fuera tu verdadero trabajo.” (p. 72.) Una de esas cartas es de Joaquín Vicente, personaje extrapolado de otro libro del auquien le cuenta que obtuvo la lencería que usaba María Félix al momento de morir. Como su padre era travesti (y por eso lo expulsaron del Partido Comunista) decidió regalársela. Para ello fue al panteón y la quemó sobre la tumba donde reposan los restos paternos: “si mi padre tuvo derecho a ser un travesti, ¿por qué no tener derecho a ser también una diva?” (p. 27.) Eligio Coronado Q 41 DÉCIMAS DEL PROFETA BERNA G. Berrones Sexenio de libertad Esa CNTE Ya salió Caro Quintero, al que tenían enjaulado; los gringos muy enchilados reclaman a Peña Nieto; y se dice que Don Neto también muy pronto se va; ¡miren, qué casualidad! ya en el sexenio se fue Raúl Salinas, Cassez los malos en libertad. Y la Ley de Educación pasa por su mala hora vean a la Coordinadora haciendo macroplantón. Lamentable situación enfrenta dos posiciones; ¿quién tendrá duros calzones: si Peña Nieto en la hoguera tiene sentado a Mancera con las manifestaciones? Ejército ofendido Resulta es inexplicable la riqueza de Raúl pues que lo vistan de tul como al niñito de Atocha. Nuestras leyes están chochas y los jueces pa’l arrastre; ¡deveras es un desastre! lo ilícito no me explico, el juez trae torcido el pico y los Salinas son lastre. Un pelotón de soldados, por civiles retenido, denigra y es ofensivo para las fuerzas castrenses. Si al ejército lo vence política y corrupción, consideren la ocasión de que los mandos, airados, se avienten golpe de estado o surja una rebelión. Carne asada Si la barbarie comienza donde se enciende el carbón por lograr el galardón de Guinness, récord mundial, deveras andamos mal; presumir no deja nada y en la macrocarne asada quedó basura y esmog, bastante colesterol y mucha gente entripada. 42 Q Es fatídico mirar al gobernador Medina con el dolor de una espina clavada en el paladar. Certera la fue a clavar, Arellanes, la alcaldesa, cuando servida la mesa del nuevo Metro y transporte la sabotea con su porte… sí que la Mague es perversa.