Monterrey.

Transcripción

Monterrey.
Cartón de Chava
Q
3
119
SEP / 13
3
Cartón de Chava
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Indice
5
22 Dossier fotográfico
Roberto Maldonado Espejo
24 Se dice de la frontera
JRM Ávila
Joaquín Hurtado
Reinvención
a cada paso
Denise Márquez
10 Your sexy thing
Joaquín Hurtado
11 El gato en el tejado
Gerson Gómez
Hugo L. del Río
Víctor Alejandro Espinoza
Samuel Schmidt
30 Los grandes debates nacionales
16 Pasión que abraza
32 La errata nuestra de cada día
18 Abrir el debate
33
Samuel Schmidt
19 Mi opinión en una nuez
Efrén Vázquez
20 Yo también hablo de la mota
Blackbird (Lucrecio en Austin)
Raúl Caballero García
40 Infusión de flores amarillas
Margarita Hernández
41 Entrelibros
Eligio Coronado
27 Racismo mexicano
14 Oceanografía de las ideas
Graciela Salazar Reyna
38 MUROS Y PUENTES
26 Lo que está en juego
28 Nopal, alternativa para NL
Raúl Márquez
en Monterrey
Luis Valdez
25 El petróleo es nuestro, jijos
12 Crónica Sero, hoy
Dalina Flores Hilerio
37 Ironías de la natación
42 Décimas del Profeta Berna
G. Berrones
David Carrizales
Víctor Orozco
Ismael Vidales Delgado
36
Goethe, Humboldt y el turista
posmoderno
Ernesto Hernández Norzagaray
18
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Deudas de los europeos
en América Latina
Edilberto Cervantes
Rafael Cardona
Foto de portada: Roberto Maldonado Espejo
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La Quincena / revista mensual / septiembre 2013 / Editor responsable: Luis Lauro Garza /
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Joaquín Hurtado
Reinvención
a cada paso
Denise Márquez
E
n franca contraposición con
la mañana, soleada y amable,
no puedo evitar sentir algo de
incertidumbre ante la encomienda:
hay que entrevistar a Joaquín Hurtado. La mayor parte de mis amistades perciben distintos niveles de
narrador, por su cercanía con Celso
Piña, por las preguntas desorbitantes que hace en un grupo de estudio
sobre Heiddeger, a donde algunos
de nosotros acudimos en busca del
confort dummie que suelen tener los
seminarios en la Facultad de Filosofía. Los talacheros de las letras también acuñan su contribución a lo
complejo de la empresa: de Hurtado narran que es hermético, difícil,
muy compa con los compas y canijo
con los extraños.
Hace algunos meses, devoré
Laredo Song y algunas horas antes
de la entrevista, acudo a Google en
busca de respuestas. No puedo evitar la desazón, cuando leo la nube
de la enfermedad como el summum
bonum que se exprime hasta las últimas comas en el material periodístico que encuentro sobre él. Allá
vamos, yo y mis preguntas desautorizadas, rebotando en la necesidad de encontrar respuestas.
Un patio grande y un conjunto
modesto de espacios apacibles. El
escenario es menos aterrador de
Foto: Roberto Maldonado Espejo
Q
5
lo pensado. Me espera cordial en
la entrada y arrimamos dos sillas
darme cálidamente, me espeta sin
resquemor: “¿Por qué un número
de homenaje, carajo, si no me estoy
muriendo?”. Y mi inexperiencia se
sale de control, jocosa, para confesar que en la primera entrevista que
encontré, (publicada en La Jornada)
parece que la arista más importansalud con la que vive, que poco encontré de su trabajo literario, de su
me asusta la frivolidad con la que
el periodismo se interesa por las
“historias” y no por las personas.
Paciente, me permite encender la
grabadora y responde, orondo:
“Yo no puedo percibir mi 'trayectoria'. Por azares del destino,
me muevo en tratar de salvar el día
a día, eso me hace feliz e infeliz sobre la tierra. Es agradable la forma
sona, lo que se percibe de mí, con
sus claroscuros. Soy una persona
que hace un performance para la
literatura y la cultura. Es una forma
para salvarme un poco de la desesperación, de la locura y la inasibilidad e inestabilidad del mundo
cual anduve y vi como seguro, hasta que el propio camino de la vida
me mostró que no existe como tal.
Uno debe inventarse y reinventarse
a cada paso. Hablando con un amigo psiquiatra, él decía: 'dichoso tú
que tienes la salvación de las letras.
Qué envidia. No todos tenemos la
capacidad para transformar la mezquindad, la miseria, lo sórdido de
la vida y lo oscuro de la existencia
en luz'.”
Antes de continuar, me advierte
amablemente que poco le importa
mi cuestionario y el de cualquier
otro que le entreviste: “voy a divagar, así soy yo y me gusta mucho
te un dardo y estimulaste el punto
en el que yo quiero hablar sobre mi
pasión... no la escritura, la lectura.
6 Q
Esta ciudad no son
las montañas. Qué
eso me conformaría.
Pero esta ciudad tiene
gente y la gente tiene
creencias. Esas
creencias se traducen
en formas de ser y
con otros. Con eso es
con lo que batallo.
Porque yo soy primero lector. La
escritura es una dama muy fea con
la que yo tengo que bailar porque
es terapéutica, es mi pastilla de regreso a la realidad, pero a la realidad que yo me inventé en el mundo
paralelo donde habito.”
Y comenta: “En un libro de Pedro Lemebel (ganador del José Donoso, en Chile) él escribe que prácticamente tiene que inventar en
cada esquina una nueva ciudad de
Santiago, porque el Santiago donde
vive le es inhabitable, irrespirable.
Le es insoportable, inadmisible,
intolerable. Yo tomo muy a pecho
esos asuntos, porque Lemebel y yo
tenemos el mismo talón de Aquiles: una condición particular de salud y el gusto por movernos en ese
mundo marginal, que poco a poco
emerge de las sombras y sale de la
ratonera y de los closets. Nosotros
le hemos dado un lugar, no sé si
glorioso o más oscuro, pero lo he-
mos hecho visible y le hemos dado
legitimidad. La literatura me ha hecho habitable esta ciudad que por
poco me trastorna y me hace perder
la razón.”
Hay un rictus severo en Hurtado. Salta como protagonista una
vena de su frente mientras toma un
descanso y pierde la mirada entre
los árboles. Ya luego me comenta
su preocupación por un búho que
ha hecho nido y que tiene algunos
días de no mirar. A ambos nos va
bien con los silencios. Joaquín es
una nube de tormenta, y las pausas
nos permiten (más a mí que a él)
llenar un poco los pulmones de aire
y empujar las emociones. Entonces,
las montañas. Qué más diera yo,
con eso me conformaría. Pero esta
ciudad tiene gente y la gente tiene
creencias. Esas creencias se traducen en comportamientos, en tradiciones, en formas de ser y actuar, de
vivir unos con otros. Con eso es con
lo que batallo.”
Vienen a la charla algunas imágenes sobre diversos ejercicios de
diálogo entre los escribientes de la
ciudad, entre ellos, algún taller en
donde airadamente mencionó que
la crónica es la memoria de los territorios, por ello su carácter imprescindible. ¿Qué es lo que Hurtado no quiere olvidar de esta ciudad
tan áspera?: “Que sobrevivimos a
historia. Sobrevivimos al desastre
de haber llegado tarde al siglo veinte. Aun cuando México siempre llega tarde a todas partes, Monterrey
siempre va en la cola del papalote,
allá viene con su falta de cosmopolitismo, haciendo su entrada triunfal cuando ya se apagaron las luces
y se fueron los músicos.”
“A pesar de eso, yo descubrí la
forma de ir pulsando las tensiones
del planeta, del mundo. Sin ser historiador (porque poco me interesa
llenarme de títulos nobiliarios de
maestro o doctor), sobrevivir con
los dientes me hizo dar mi punto
de vista, mi opinión, ante la cerra-
nunca me han cerrado las puertas
pero tampoco me han pagado. Dicen aceptarme, pero nunca me han
permitido el acceso al círculo selecpulsar esas tensiones en un mundo
que ya no era el de mis abuelos ni el
de mis padres campesinos, en donde yo percibía cómo las cosas cambiaban lentamente, cuando irrumpió un torrente de fenómenos y la
vida me paró: me colocó en la vanguardia de la batalla cultural que
está lidiando el mundo para que los
marginados, los silenciados, los silenciosos, los que no tienen medios
para hacerse oír tengan un lugar.
Es en estos círculos donde se libra
la batalla de un sistema económico
desigual desde los años setentas,
por ejemplo, con las revueltas juveniles, a las cuales mi generación y
yo llegamos tarde: nos quedamos
en las nostalgias del rock.”
Cita a Jorge Cantú de la Garza:
“No fuimos personas comunes y
corrientes/Durante muchos años
tuvimos diecinueve años/Propensos a la disidencia y el escándalo/
ejercimos el desdén hasta la indiferencia/Hoy, maduros ya, mas
nunca viejos/seguimos siendo gente rara/Nuestra rareza brinda a las
gentes de bien/un prisma perfecto
en qué mirarse/y seguir siendo, felizmente/personas comunes y corrientes.”
Y puntualiza: “Lo maravilloso
es que otros han tomado la estafeta y han seguido luchando por algo
que nosotros creímos eran los frentes que nos colocarían en el mundo.
No como coleros ni invitados de segunda o tercera categoría, nos pensamos al nivel de las luchas libradas en Nueva York, en París... Con
el tiempo me he dado cuenta de
que no hay por qué ir a otro lugar.
portante no es llegar a, sino el tránsito. Fluir con la vida, aspirar sus
perfumes, ir a sus cloacas, conocer
a su gente siniestra, las grandes luces y las grandes sombras. Ese es el
pulso que yo descubrí y aunque no
sé si funciona o no, me da la sensación de que no camino Monterrey,
camino el mundo.”
Y en las sillas del pasillo no aparece la magnitud del mundo que
parece inabarcable, ni las distancias
en el tiempo que se antojan insondables. Joaquín esboza una risa y
señala: “Los jóvenes ahora abarcan
el mundo con un click. Y el tiemgriegos, ¡porque son más modernos que lo más moderno! Llegó el
momento en que todo el mundo se
sacudió la minusvalía que nos impidió ser ciudadanos del mundo,
ya Reyes nos pedía ser universales
y locales a la vez. Aferrarme de los
problemas de mi vecina, de los niños de Rayones, de los que una crónica narra que a pregunta expresa
de con qué jugaban, han contestado
que con los palos, las piedras y los
burros... a mí eso me hace llorar,
porque yo empecé como maestro
rural y sé lo que es el aislamiento
por las crecidas de los ríos, la impotencia de no poder cruzar por víveres, ya no se diga ir a la escuela o al
hospital. Pero entonces entra la opinocracia estúpida con sus bromas
al respecto, hablan los periodistas,
los comentaristas. Escuchemos a
Reyes: seamos universalmente generosos sin ignorar lo inmediato.”
“Sé que, paradójicamente, eso
me convierte en un expatriado,
porque todo el mundo ve hacia el
futuro, hacia mañana, hacia el otro
lado de la frontera. Pero lo otro está
al doblar la esquina. Yo pienso que
el horizonte es el tiempo en el que
uno vive, ésa es la existencia a la
cual hay que dotar de sentido con
la literatura, la cultura, las artes tan
educación que le corta las alas a los
niños y los convierte en nuestros
pequeños zombis copia modos,
modales y traga modas. Ese es el
bullying de los manejadores del
sistema, nos llevan a ser siempre
segundones, como yo lo fui, hasta
que supe que había una historia
que me estaba llamando.”
Pero yo le he leído. Y sé muy bien
Foto: Roberto Maldonado Espejo
de su relación estrecha con esta ciudad. Así que hurgo para hallar la
entre ambos. Joaquín Hurtado es
(que me disculpen mis amigos crocronista del Monterrey neto gramo
a gramo. ¿Dónde están los acentos
de la ciudad con los que construye
su trinchera Joaquín Hurtado? Sin
y me divierte desmantelarlo. Adoro el lenguaje de los periódicos, de
los medios de gran circulación, me
gusta trabajar con esos monstruos
que son peores que todas las pestes y nos hacen vivir una suerte de
esquizofrenia: escinden, dividen y
nos transforman en algo que ya no
sabemos qué es. Ayer leía un anuncio que dice: ¡Ven y conoce tu próxima casa!, promocionando el sorteo
de una universidad prestigiosa de
la ciudad. Existen 3 millones de habitantes en Monterrey, y no más de
treinta mil tienen posibilidades de
vivir en una casa de ese tipo. Estaba
ahí a doble plana, impune. Ese tipo
de cosas me atañen, me provocan.
Lucho con ellas continuamente, me
enrabian, porque me dejan perplejo
y fatigado.”
“Me asombra que la pobreza y la
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distribución obscena de los recursos resulten ser la panacea. Carajo,
el mundo no da para más. No es
que tengamos que aprender de los
emprendedores y los poderosos, ni
andar el camino por el que llegaron
a serlo. Para eso tendríamos que
asesinar, despojar, robar. Hay que
aprender a vivir en la modestia, en
lo callado, en lo silencioso. Hay mucho de valor en el apartamiento, en
la quietud de los viejos. ¿Para qué
correr si nunca iremos más allá de
la cerca de la pequeña aldea que es
el mundo? No hay vida en Marte,
jóvenes ilusos. El que se va no tieLeón, no a México sino al planeta,
con las limitaciones que mi cuerpo
tiene y entendiendo que estoy de
paso y que la vida sólo me suelta
la madeja un poquito, comenzará a
gestarse la dignidad. Se llama envejecimiento. A mí la ciudad me parece muy violenta. A veces la reconozco sólo por las montañas. No sé
a qué costa se convirtió en una gran
metrópoli, porque al voltear a villa
miseria puede verse el mensaje que
grita la ciudad.”
Una vez al mes, Hurtado publica en Letra S, el suplemento de La
Jornada. Eventualmente, coordina
talleres de creación literaria. Ya no
se ocupa del activismo y mantiene una distancia palpable de las
preocupaciones del 'gremio' en
nuestra ciudad. “Estuve tentado
al retiro total, al silencio, a callarme por completo; no dar entrevistas ni salir en ningún medio. Pero
no pude, porque me gana la rabia,
el coraje, me gana la rebeldía. A
mí no me contentan las etiquetas.
Como dice Vidal: 'No me pregunten si anoche me acosté con hombre
o con mujer: tuve la delicadeza de
no preguntarlo'. ¿Qué somos? Algo
inacabado. Eso nos coloca en una
posición de humildad, de modestia
frente al fenómeno de la existencia,
que no sé qué sea. Eso es lo que
descubre, cuando le da la gana, la
música, la conversación, el amor; el
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Aun cuando
México siempre
llega tarde a todas
haciendo su
entrada triunfal
cuando ya se
apagaron las luces
y se fueron
los músicos.
contacto de unos con otros, ¿cómo
retirarse de eso?”
Joaquín fue parte crucial del nacimiento del Movimiento Abrazo,
que en plenos noventas luchó la
batalla cuasi medieval por difundir
el uso necesario del condón ante la
pandemia del VIH (para exabrupto
de la sociedad regiomontana, que
veía en la prevención la invitación
a la promiscuidad). Lejos está de la
postura de “la no postura” de muchos escritores de la región, aparentemente ocupados e imbuidos en la
creación de la magistralidad que
sigue estando ausente en el pano“Mi pleito con esta ciudad es por el
tículo Primero constitucional que
ya fue reformado, en donde se establece como inaceptable todo acto
de discriminación por motivos de
sexo, preferencia sexual, enfermedad, etcétera. Bien en el discurso.
Pero si va algún hombre o mujer a
consultar, la enfermera suele preY cuando la respuesta es: 'tengo
SIDA', viene la escena: '¡No te apenes por ello!', aunque más tarde
haya tres enfermeras observando al
bicho raro.”
“Y no me vengan con que ahí
no hay discurso oral o escrito, estoy hablando del ambiente hospitalario, que revela que no hay
educación y que quienes están
obligados a educar al respecto y a
atender dignamente a un paciente,
han aprendido el código cultural
del desprecio, del asco y maltrato a
todo lo que nos parece amenazador
llegar. Y no sólo es hacia los enfermos del SIDA, mira el desprecio
que se tiene por la vida de las mujeres, observa cuántos feminicidios
están ocurriendo, ¡ésa también es
una epidemia nacional! ¿Cuántos
crímenes de odio hay por homofobia? Cuando alguien quiere dañar,
lastimar al otro, el lenguaje acude
con las palabras 'puto', 'maricón'.
La enfermedad está en la desidia,
en la injuria, en la dejadez gubernamental que te obliga a defenderte
con las uñas, a pesar de que están
para velar por la ciudadanía privilegiando a los más vulnerables.”
“En esta ciudad, lo indígena
fue aniquilado, la gente reclama
privilegios por su tez blanca. Estuve conviviendo con tres jóvenes
alemanes, que asombrados preguntaban si así éramos siempre
de racistas. Aquí el prestigio se
gana por ser hombre, blanco, por
el código postal en donde vives. Yo
nunca pensé pasar de los cincuenta años; ya tengo cincuenta y tres.
Por una parte me pregunto: ¿haber
vivido para ver lo mismo y ahora
agravado, más rabioso, más violento? Como maestro, ciudadano,
activista, escritor, cronista, padre...
Me pregunto: ¿qué hemos hecho?
Aunque la pregunta tope con pared, por la actitud de muchos, o
choque con el silencio sepulcral.
¿Nadie enciende la televisión local
y se indigna por el maltrato que sufren los gordos, los chaparros, los
morenos, los ignorantes, las mujeres, los homosexuales, los jodidos?
Sigue reverberando, implacable
mientras todos ríen. ¿Quién no ve
esas cosas por televisión? A mí me
parece una gran tragedia. Pero a los
ojos de ellos yo soy el amarguete, el
expatriado.”
Joaquín, devorador de periódicos, habla de ellos con devoción:
“amo lo que me dan. No me interesan mucho los blogs ni las redes
sociales. Me distraen de lo que me
interesa: comprender. Y a mí (quizá desautorizadamente) Monterrey
me parece un páramo desértico en
panorama parece poco alentador
para las trincheras profundas, la
ciudad camina rápido hacia el 'progreso'. En el trayecto, ha elegido sacudirse cargas adicionales: las que
demandan análisis, suspensión,
detenimiento. La prisa alcanza para
parir hordas de consumidores: hablamos del periodismo cultural en
la ciudad como un recuerdo vago.
Y aunque Hurtado ve en el discurso televisivo un factor apendejante
que contribuyó a darle en la madre,
recuerda bien la embestida feroz
del que algunos llamaron el hijo
predilecto de Agualeguas: “A mí no se
me olvida que el periódico
nir fue aplastado, exterminado desde el poder presidencial de Salinas
de Gortari. Yo colaboraba en “Aquí
Vamos” y vi cómo se fraguó la edilogía, otra visión de la vida y otro
objetivo: legitimar lo 'regio'. No hay
otro concepto que odie más, que me
reviente más, que me patee hasta
el culo. ¿Reyes? ¿De qué mierda?
Necesitamos agua, ya casi aniquilamos la Sierra Madre... las únicas
regias, las únicas reinas aquí son las
montañas.”
“Los reyes buscan someter...
¿le tiramos a eso? ¿A someter a un
país, a avasallar a quien se deje,
por ejemplo, para traernos agua
del Pánuco? Esta burbuja urbana
mal trazada, mal hecha, peligrosa y
violenta que es Monterrey, debería
dispersarse, para hacer de ella corredores hacia el sur, para no traer
agua con popotes sino extender el
bienestar de hospitales, escuelas.
Hay que reducir la presión urbana,
cerrado las puertas pero tampoco me han
la región está exhausta. Donde yo
jugué con las mojarras, donde hubo
un bosque de sabinos, habrá una
lápida de pavimento, un miserable
estadio de futbol.”
Invariablemente, retornamos a
la literatura. Con buen ánimo e incluso diversión, conversamos sobre
la solicitada etiqueta “De la frontera” en la literatura de nuestra región, como garantía de que hallará
el lector algunos besos y balazos con
categórico: “¿Narcoviolencia? Los
cuentos completos de los hermanos
Grimm dejan atónito a cualquiera.
¿Decapitados,
enfrentamientos?
¿Qué nos parece salvaje, si no es la
violencia hacia los niños que allí se
narra? Por algo extraño, estoy releyendo Laredo Song. Lo escribí en
los noventas. Ahí ya hay descripciones de la explosión de violencia
incontenible, en su momento inexplicable, que nos provoca pasmo a
todos. La novela es de hace veinte
años, y era un fenómeno que yo ya
había observado diez años antes. Es
decir, hace treinta años la situación
no estaba fraguándose, estaba instalada. ¿Fenómeno nuevo, tópico
actual? No hay tal. Al que te diga
que con ese discurso retrata un descubrimiento, rehúyele como a la
peste, te está viendo la cara, te está
echando mentiras. Eso no es novedad, es naturaleza humana. Ya basta de las poses.”
Hay un silencio breve que se
disipa con el gesto de emoción de
Joaquín Hurtado cuando me aviento a preguntarle por las rolas que le
gustan: “Yo amo la música clásica,
no por pose: porque me dejo em-
Me encanta Celso Piña, El Gran
Oriente, ¡no me canso de verla en
Youtube con su inocencia malévola
que algunos juzgan ridícula! A mí
me dice muchas cosas, es la cultura
latinoamericana que me grita que
quiere arraigarse, decir algo. Me
apasionan los corridos: el de Villa,
por ejemplo, me hace llorar. Me
emociona cómo nada la Modesta
clavo con facilidad en todo! Qué
hueva el cliché de Los Montañeses
nares. Me gusta mucho Ute Lemper
y su rescate del cabaret berlinés.
Hoy día en el carro están Los Corraleros de Majagual, eso oigo.”
La batería se acaba justo cuando
hablamos de los refugios, ¿a dónde
huir cuando la ciudad se pone pesada, irrespirable? Joaquín acude
a la memoria. Encuentra su solaz
en el recuerdo: “Yo voy a mi niñez,
cuando me tiraba en los campos de
pas, hoy devastados por la tragedia
de la violencia fronteriza y la voracidad de los gobernantes. Voy a las
palabras de mi abuela, que decía
que la nube de leche que brillaba en
el cielo era el camino de Santiago,
el camino del santo. Voy a esa imagen, al portento del cielo que no he
vuelto a ver en ninguna parte. Ya
no podemos ver ni un pedacito de
la Vía Láctea.”
“Pienso yo: ¡qué pobres somos,
incluidos ustedes, millonarios! Ya
no podemos ver a las estrellas, ésa
es mi tristeza, mi melancolía: se
acabaron los cielos estrellados.”
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9
Your sexy thing
Joaquín Hurtado
L
a industria del sexo ha salido del socavón roñoso del cine Chaplin a la
sofisticación del escort service para varones, damas, viejitas y pubertos, al alcance
de todos los bolsillos. Hasta las meritas puertas de tu domicilio, vía internet o en desinhibidos anuncios soft porno de los diarios
vespertinos. Brotan a lo largo y ancho de mi
ranchote las salas de masaje como fachada
eufónica de la cogidita con cronómetro matapasiones en mano: “Servicio manual 50,
oral 100, ejecutivo 200, sin condón 250”. La
puja y el pujadero en un mercado en la más
despiadada competencia.
Sobreoferta de chancludas fomerreyeras
con nombres flamboyantes: Vanessa, Xio-
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mara, Paola, Britney, Cassandra... ¿Y el hard
porno? De unos cuantos expendios de revistas cachondas escondidos en las trastiendas
que uno con suerte encontraba en los años
ochenta, nos nació una boyante y bien surtida red de sexshop con peepshow incluido,
como en París, Viena, Londres o New York.
Ya se habla de coleccionistas de buen billete y dorado blasón que buscan exquisiteces
en los circuitos snuff de la web. El hardcore
donde aparecen niños menores de seis años
es un juego de potentados, aristócratas que
no faltan a misa dominical ni a los retiros espirituales de Legionarios y Opus Dei. En el
lado menos sombrío ya contamos con cuartos oscuros, clubes sadomasoquistas. “Armin
Meiwes, el canibal alemán, es nuestro santo
patrono”, me dijo un cófrade el día que me
invitó a una de sus sesiones de látigos tipo La
Historia de O.
Enclaves swingers, hotlines, expoeróticas, y los inefables teibol con carnita importada de las ex repúblicas soviéticas son la ostia de todos los días.
“¡Mesa que más aplauda, yacuzá, yacuzá!”
fue un himno al unísono no en los antros del
despiporre teibolero, sino en las asambleas
escolares. Adiós tandas del Blanquita donde
el Fufurufo soltaba la jauría de osos sobre el
macuarro auditorio. Lo de hoy es que ponga una sorjuanita en la tanga del striper que
ameniza el bautizo de la ahijada que duerme
arropada, inocente, como un angelito.
Dice Salman Rushdie, y dice bien, que
un parámetro bastante confiable para medir
el grado de civilidad de un pueblo es la tolerancia hacia la industria sexual. Monterrey,
entonces, goza de cabal salud.
(Texto tomado del blog http://cronicasmty.
blogspot.mx/2006/02/joaqun-hurtado.html y
publicado con autorización del autor).
El gato
en el tejado
Gerson Gómez
M
onterrey.- Cada dos o tres semanas, indistintas, tengo deseos de abandonar por
siempre la ciudad de Monterrey. Olvidar
sus chimeneas emblemáticas y contaminantes. Sus
mujeres tan gordibuenas y sus padrotes bancarios.
Subirme al auto, cargar lo indispensable y tomar
carretera. Desplazado, sin voltear atrás, vaya a ser,
convertirme en estatua de sal. Arrepentirme del feliz
arrebato, de la ocurrencia sincera.
te escándalo de los medios y la doble moral de sus
autoridades. Sin contar, por cierto, el amontonamiento de autos, basura y pésimo sentido del humor de
sus habitantes. Sus personajes distinguidos, los del
suplemento Sierra Madre, tan propensos al desdén
y a la desmemoria ciudadana, dictan e imponen el
canon sagrado y pragmático, la píldora adormecedora del trabajo fecundo y creador, imponiéndose a las
los brillantes textos de José Alvarado y a las densas
crónicas del arrabal de Joaquín Hurtado.
Sólo así recupero la paz y la tranquilidad. Y vuelgato maullando en el tejado.
colectiva.
A ello, sumo los recientes años de inseguridad y
violencia. El pandemónium, cada vez más cercano,
En esos minutos de ciega furia y fobia, recurro a la
píldora tradicional de la música y las páginas literarias: al arte neoleonés. Me asomo a las desérticas fotografías de Aristeo Jiménez y al mundo sórdido de los
pinceles de Geroca, el arquitecto graduado del Itesm
avenido a monero.
No busco placebos, sino historias y personajes sinceros. Por eso recurro a Celso Piña y su acordeona, al
reinero Gran Silencio y al resistente Cabrito Vudú. A
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Crónica Sero, hoy
Dalina Flores Hilerio
A
lgunos puristas de la literatura
se sentirán molestos o renuentes
a aceptar la idea que expongo en
este texto, quizás con argumentos razonables, y con los que, aunque parezca
paradójico, también estoy de acuerdo.
Me explico: sé que el valor de la literatura como expresión del pensamiento
sensible estriba en su condición estética.
Que lo literario es valioso por su lenguaje, sus juegos, sus revelaciones, y que
reducir su naturaleza a la transmisión
de mensajes con intenciones de legitimación y difusión ideológica resulta chocante.
Es decir, la polisemia intrínseca del
texto literario implica múltiples interpretaciones, lo cual está totalmente alejado del adoctrinamiento. Cuando una
novela, un poema, un texto dramático
nos indica cómo debemos pensar, comportarnos, sentir, se convierte en un lastre o en un modelo que nada tiene que
ver con la condición artística.
Sin embargo, precisamente por sus
revelaciones, no podemos negar que el
texto literario siempre es un detonador
para el aprendizaje. Que entre las páginas de una novela, un cuento o un poema
(igual que entre las líneas de un ensayo,
pero de diferente manera), se encuentra
un complejo entramado de elementos
diversos asuntos: desde lo más cotidiano
turales más intrincados. De ahí la mayor
riqueza de la literatura: su dimensión.
La literatura, por sí misma, no pretende enseñar ni dejar una moraleja especícon que se expresa, conduce al lector a la
te en su vida. Después de leer literatura,
nadie sale incólume. Una vez que hemos
sido tocados, también, por las musas que
se derraman a través de la palabra, no
volvemos a ser los mismos individuos.
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Foto: Roberto Maldonado Espejo
La literatura nos mueve, nos arranca de
nuestros letargos conformistas y confortantes y nos obliga a hacernos preguntas.
En este sentido, la cualidad pedagógica
de su esencia es incuestionable.
A partir del presupuesto anterior, y
en nuestro afán de promover la lectura
literaria, en Biblionautas hemos echado
mano de textos que no sólo son deleitosos por su incuestionable calidad estética, sino que también ofrecen múltiples
tación para sus lectores, con el afán de,
por un lado, abonar al desarrollo del
a estas obras como una evidencia de los
múltiples mundos posibles dentro de los
que todos podemos convivir armónicamente, y además, integrarnos con lazos
fuertes y afectivos como comunidad.
En el taller para jóvenes ‘De la seduc-
ción de las palabras a la sexualidad entre
líneas’, realizamos diferentes lecturas
guiadas, de todas las épocas y latitudes,
tética y sociocultural, pero sobre todo
para abordar inquietudes juveniles más
urgentes. Por otra parte, realizamos actividades lúdicas que se derivan de la
propia temática y planteamientos de las
lecturas. En este sentido, uno de los autores que más han aportado en nuestra
propuesta de promoción de la literatura,
la construcción de la comunidad y la recas sociales, es el regiomontano Joaquín
Hurtado, cuyas historias tienen la capacidad de ser un espejo donde es posible
confrontar a los propios demonios sin
perder la precisión, la perspicacia y lo
certero del lenguaje lúcido y directo.
A propósito de los relatos-crónicas
con un alto contenido testimonial y autorreferencial que integran Crónica sero,
en nuestros talleres hemos diseñado
juegos y actividades que promueven el
autocuidado del cuerpo, pero también
su conocimiento y gozo. Hurtado, a través de narraciones intensísimas y emotivas, donde la belleza del lenguaje es
exultante, precisamente por su dureza y
precisión, nos lleva a recorrer un mundo
decadente del que no estamos aislados;
al contrario, formamos parte de él con
nuestros miedos y prejuicios, independientemente del rol que nos toque jugar.
Más que mostrar escenas del ‘mundo’ del SIDA, los múltiples discursos
que subyacen en el libro se inscriben
dentro del cuestionamiento del poder y
de las formaciones sociales que conlleva:
el discurso religioso, de la salud, de las
demagogias políticas que no hacen sino
incrementar el miedo y los prejuicios.
Sin embargo, Hurtado no quiere ‘enseñar’, incluso no presenta el mundo de
los seropositivos como mártires en busca de conmiseración o condescendencia.
Crónica Sero no es un libro cuya función literaria sea
eferente o utilitaria. Al contrario: de su lectura salimos
llagas.
Al contrario: sus relatos son la evidencia
más clara de la índole humana. A través
de sus historias, desenmascara la condición nuestra de cada día, que está oculta
no, nos resistimos a reconocer.
A través de su trabajo literario, Joaquín Hurtado no apela a la lástima del
lector; al contrario: lo confronta y lo lleva
a buscar los atisbos de su propia sexualidad y sus formas de relacionarse con los
otros. No intenta ser didáctico en el sentido moralizador o preventivo. Crónica
sero no es un libro cuya función literaria
sea eferente o utilitaria. Al contrario: de
su lectura salimos tocados por uno de
los dedos más feroces de la conciencia
y, como sus personajes, nos consumimos
en nuestras propias llagas. Su planteamiento estético, que para el autor ha sigla vida y la muerte, es una propuesta que
invita a que el lector se haga preguntas,
el mundo y sus múltiples realidades
(políticas, salubres, sociales, laborales),
golpeadas todas por la miseria humana,
como cuando un personaje le revela a
su esposa que es portador de VIH y su
reacción es de miedo, pero también de
comprensión y solidaridad:
“Y pasan, pesan, se embarran, se jalonean entre sí los minutos en el reloj analógico de tu corazón antes de escuchar
su voz cavernosa cuando dicta la frase
que por los siglos de los siglos seguirá
retumbando en tus parietales: ‘Mira,
cabrón, si yo también lo tengo y voy a
morir, ni modo. Pero si nuestro hijo sale
mal, te mato’.” (Hurtado 2003: 22.)
Asimismo, sus personajes son totalmente cotidianos y conviven con el mundo del lector, por eso parecen tan entrañables, cercanos. Sentimos y padecemos
a través de ellos las tramas cotidianas
que probablemente hemos acallado con
los ruidos de la vida diaria pero que,
frente al texto, se revelan y nos cimbran,
nos hacen reconocernos en sus propios
rostros, en el dolor de sus miradas. A través de ellos, el autor expone una clara diferenciación entre las clases sociales, que
muerte;
pero sí antes de ella. El dolor
ciencia Adquirida hermana a todos los
pacientes, pero no los tratos y privilegios
que tienen unos cuantos y que, quizás,
les hace más llevadera la muerte paulatina que transitan.
A través de una revisión frente a la
moral burguesa con sus impostaciones
e hipocresía ilimitadas, las crónicas de
Hurtado, como crítica social, ofrecen
al lector un panorama para discutir y
hablar del mundo, de las condiciones
sociales y de la forma en que nos representan. “Y nació entre pañales humildes
y casa de madera, casa prestada, casa diminuta como manda la ley inexorable de
las castas en México. Pero casa feliz en lo
que podía caberle de felicidad a las estrecheces del desempleo en México” (p. 27);
como se observa en el fragmento anterior, sin tratar de hacer una descripción
pormenorizada de los estratos sociales
y su determinismo, el autor, de manera
magistral, emplea la palabra casta para
llevar al lector a una interpretación sobre
la vida social apabullante, decadente e
inamovible para ciertos grupos sociales.
Lo más entrañable de los textos que
conforman Crónica sero es el lenguaje;
indiscutiblemente, la rudeza y realismo
de sus respectivas urdimbres llaman la
atención de una forma peculiar (pero no
el realismo sucio en el que algunos críticos buscan ubicar la obra de Hurtado,
pues desde mi perspectiva, la intensión
del autor no es regodearse en las formas
decadentes de la estética posmoderna).
sida, sin ser más que narraciones intensas y provocativas, pero su dimensión
literaria se encuentra en la propuesta lingüística: posee la fuerza de la sencillez,
pero también explora diversos recursos
y registros. Las palabras son, por un
lado, la catarsis mediante la que el autor conjura sus propios fantasmas, pero
también son el vehículo con el que construye las relaciones entre los seres que
pueblan las notas habituales y extraordinarias de la pasión, del padecimiento. En uno de los relatos, es sublime la
construcción lingüística con que el autor
representa las emociones y su complejidad a través de las imágenes, cuando un
hombre recibe la solidaridad de su esposa, al ser revelada su condición de salud:
“Chillar. Ahora sí, chillar con el hocico baboso, con la jeta partida, con las encías sangrantes, con la libertad de la ira
desatada, con todo el arrepentimiento de
Judas, con el inconmensurable horror al
silencio, y al sonido de tus palabras:
me’.
Perdonar. ¿Perdonar qué? La señora
que está sentada frente a ti, esa desconocida que por accidente ha sido tocada
por tu violenta infamia, sólo quiere que
le digas a dónde correr para lavar su
corazón y seguir dándotelo para que lo
destroces a dentelladas.” (p. 26.)
Abordar los libros de Joaquín Hurtado en nuestros talleres ha sido fundamental para entendernos como sociedad, para disfrutar y conmovernos con
el lenguaje literario, pero sobre todo,
para tejer un entramado donde puedan
expandirse nuestras emociones, la percepción del mundo y la construcción de
una sociedad más comprensiva y solidaria.
formar parte del vademécum de síntomas y padecimientos del mundo del
Q 13
ceanografía
de las ideas
Raúl Márquez
guaje los narra y las ideas los disuelven), lugar de disociación del Yo
(al que intenta prestar la quimera de una unidad substancial), volumen en perpetuo derrumbamiento.”
Michel Foucault
E
stá matemáticamente comprobado
que la compra de libros usados brilla
por la buena relación que estos tienen
con el factor sorpresa. Este irrefutable hecho atrae a todo tipo de personajes, ya sea
el llamado “vouyerista sapiensexual”, quien
argumenta que el número de contraportadas
que ha leído es directamente proporcional al
grado de dificultad de sus artes amatorias.
O el “comprador compulsivo” (favorito del
vendedor) que también afirma una relación
directa entre los libros que compra y algún
aspecto de su sexualidad (no recuerdo bien
cómo va, lo que sí sé es que sus compras están limitadas por las deudas que le pesan en
el bolsillo).
También está el “activista culturaloso”
comprometido con la socialización del conocimiento y “liberación” de los libros. Tiene un apodo de cariño que tampoco acude
a mi memoria. El activista está limitado por
su nivel de compromiso con “el pueblo”, el
sudor nervioso en las manos, la capacidad
14 Q
espacial de la mochila para el botín o la efectividad de la táctica de seguridad anti-robos,
llamada “marcación personal” (evidentemente inspirada en las tácticas del futbol).
Los precios de los libros varían según la
capacidad crítica del vendedor, sobre todo
de quienes determinan el valor a ojo de buen
cubero. Algunos los definen a partir del tamaño; entonces no importa si el título del
libro es: “Qiúbole con la Reforma Energética”, o “La decolonización biopolítica del arte-performance: de Bertolt Brecht a Alfonso
Zayas”. Otros vendedores se valen de la edad
del libro; aquí lo fashion y el barroco no se
ponen muy de acuerdo.
Hay algunos vendedores que incluso se
toman la molestia de cuidar los libros, alimentarlos, pesarlos, meterlos al corral que
les corresponde, para al final marcarles el
precio con una pluma calentada al rojo vivo.
Hay un vendedor de libros usados tendido en la explanada de la Facultad. Yo, el
“comprador compulsivo”, levanto un libro
que brilla por su portada, tema, autor, o quizá sólo por los diez pesos marcados con lápiz
en la primera página (habrá que recordar sus
límites como “comprador compulsivo”, y disculparlo). Lo pagué, lo guardé en la mochila
y subí a clase. El libro pasó a formar parte de
la ornamentación de mi casa, por lo menos
durante unos meses. Cuando decidí sacarlo
por primera vez de su exilio en el librero,
noté que el autor me resultaba aún más ajeno que el título: “Crónica Sero”. Creo que esa
ocasión leí la primera página y el libro fue
de vuelta al librero, justo a la parte más alta.
Pasaron más meses, y ya no recuerdo
qué ideas traía en la cabeza cuando decidí
comenzar a leerlo. Al principio no entendí
la secuencia de los relatos, no sé si fue por la
lectura de camión que termina por marearlo
todo. Lo que sí entendía es que trataba sobre
el SIDA. Luego de la mitad, recordé que un
amigo me había recomendado al autor en
alguna ocasión; dijo que era regiomontano
y de su boca no salieron más detalles, aun-
que sí un link de Youtube enviado por inbox:
“La china y el pelón”, o “Sombrerito de látex”.
Productor ejecutivo: Joaquín Hurtado, música de Celso Piña.
Que las ideas son de carácter viral, se
argumentaba en una película holywoodense
(pediría perdón a los puristas académicos,
pero creo que al final de cuentas el formato
sólo es un pretexto para ejercer una labor de
enseñanza). Esa idea de algún modo sigue
estando presente en mi cabeza (#perdonamemadreporcitaraleoardodicaprio).
La idea se siembra y causa algo en el individuo, difícilmente definible. El problema
que se presenta es poder determinar el rumbo (o los rumbos) que tomará en la conciencia, qué cuerpos desplazará y dónde se hace
el corto circuito que definirá la proyección
de un nuevo hacer. Quizá una oceanografía
de las ideas podrá identificar las horizontalidades, verticalidades, profundidades,
el sentido holístico que tomará ese nuevo
elemento que jamás volverá a ser el mismo,
como jamás lo volverá a ser el individuo que
lo porta.
Leer Crónica Sero me permitió asimilar un gran número de ideas que andaban
sueltas y de vez en vez permitían el asomo
de incongruencias entre “mi teoría” y “mi
praxis” (esto no significa que las incongruencias hayan dejado de asomarse, sino
que han cambiado, son distintas). Entender
de otro modo, por ejemplo, lo que significa comprender lo “otro”, el “otro” discurso,
aquello que se vive, se sufre, se esconde y
se niega, pero que al fin de cuentas constituye también al sujeto. Este era un tema ya
bastante masticado en los quehaceres de
mi formación sociológica, pero ahora creo
que hay formas de narrativas más efectivas
que el acartonamiento-conceptual-teórico,
y que incluso los embates de la vida diaria:
esos “otros” saberes, también sensibilizan la
llamada “imaginación sociológica” (antes de
escribir esto le prendí una veladora a Charles
Wright Mills).
A mi parecer, el impacto más significativo de la lectura del texto de Hurtado, fue
esa difícil inquietud por entender el concepto de cuerpo. Mis primeras reflexiones giraban (obviamente) en torno a la sexualidad:
pensar el cuerpo como un nervio expuesto
(esto último se lo escuché a Hulk en la película Avengers) limitado por la enfermedad
y la muerte.
La enfermedad como una posibilidad
del cuerpo, un cambio drástico en el ritmo
de la vida diaria, algo que permite al individuo re-conocer su propio cuerpo en otras
condiciones, re-plantearse frente al mundo,
re-aprenderlo, como quien pierde ambos
brazos y busca el modo para volver a utilizar
el papel higiénico.
La enfermedad como aquello que se busca controlar para así asegurar las regularida-
Leer Crónica Sero me permitió
asimilar un gran número de ideas
permitían el asomo de incongruencias
entre “mi teoría” y “mi praxis”.
des en las dinámicas sociales –incluso pensé
en escribir un manifiesto titulado “La autoamputación de extremidades como práctica
de la libertad” (sin intenciones de hacer una
parodia a Paulo Freire), pero afortunadamente algo o alguien me detuvo a tiempo.
Sobre la muerte no diré nada–.
Ahora era yo quien vendía los libros usados en la explanada de la Facultad. Joaquín
Hurtado se acerca a mirar los libros. No quisiera acomodarlo dentro de la catalogación
de personajes antes descritos, pero puedo
afirmar que al final no me compró nada.
Cuando se acercó a la mesa saqué de mi mochila “La dama sonámbula”, libro que acababa de comprar en la Feria del Libro. Creo que
nunca antes había pedido que me firmaran
un libro, ni lo he vuelto a hacer.
Joaquín me devolvió el libro y mi pluma;
entonces le pregunté dónde podría encontrar sus títulos (al parecer in conseguibles), y
él sólo saco una memoria USB y me dijo que
ahí tenía los que buscaba. Saqué mi máquina
y después de 5 minutos todos los títulos estaban copiados: “Guerrero y otros marginales”,
“Laredo Song” y también “Crónica Sero”. Le
devolví la memoria y preguntó sorprendido:
“¿Ya? Uno se quema las pestañas escribiéndolos”. Me pidió que se los pasara a quien
yo quisiera (así que ya saben, si los ocupan:
inbox).
Pasa el tiempo. Una joven sentada al
frente, levanta la mano y alguien le pasa el
micrófono: “desde que leí Laredo Song, siento que todos los hombres son homosexuales”. Todos ríen como no lo habían dejado
de hacer desde que comenzó la conferencia,
donde Joaquín fue presentado como “El
Bukowsky regiomontano”. No entiendo por
qué.
Joaquín hablaba de lugares tan lejanos,
distintos y ajenos sin dejar de referirse al
Monterrey que creíamos conocer. Explicó
algunos de sus temas, mencionó a su esposa,
sus cuentos y sus orígenes. Habló de cómo
leyó “El ser y el tiempo”, de Heidegger bajo
los influjos de la marihuana, anécdota que
desató una serie de risitas cómplices/ner-
viosas entre los alumnos de la Facultad, de
los cuales varios habían levantado la mano
cuando Joaquín preguntó si conocían el famoso Wateke (no daré explicaciones sobre
el lugar).
Era la primera vez que me interesaba por
un evento de ese tipo, indicio de un cambio
en mi hacer, debido a un cambio en mi pensar. La conferencia acabó; no acostumbro
dar aplausos.
Se habla del caso de una madre de familia que solicitaba ayuda para tratar a uno de
sus hijos, que agonizaba a causa del SIDA:
“pos aistá en la casa, vayan por él pa que se lo
lleven a ver qué le hacen, pero vayan”, insistía
la señora. Luego de exponer el caso, Joaquín
pone sobre la mesa el tema de la objetualización del individuo.
Otro día (mientras estaba haciendo el
servicio social) salí por algo de la oficina, y
Orestes me llevó al seminario sobre la obra
de Heidegger: así, de repente ya estaba sentado en la mesa. Nunca antes había leído al
filósofo, y ahora hasta era necesario analizar
casos tan específicos y tan exigentes desde
sus conceptos. La discusión llegó a un punto
en que comencé a hablar sobre la observación del objeto a partir de las posibilidades
del observador (nunca supe a dónde quería
llegar). Joaquín me cuestiona: “¿Y si tú eres
con el objeto y eres función del objeto?”
¡Boom! Más que encontrar una respuesta,
la pregunta parecía buscar el reto: pensar las
posibilidades no pensadas, lo marginal del
pensamiento.
Pienso que de no conocer la obra de Joaquín, difícilmente podría entender el sentido
que busca darle a su cuestión. Y pensar que
ese Joaquín que ahora nos habla con bastante lucidez sobre Heidegger, es el mismo Joaquín Hurtado que compré por diez varos en
los libros usados.
Nicolás le chulea el abanico de mano con
que Joaquín se echa aire. Él, moviéndolo un
poco más rápido y con gracia responde: “Me
dicen la Sara Montiel de la literatura regiomontana”. Todos reímos.
Q
15
Pasión
que abraza
Graciela Salazar Reyna
L
os apasionados como Joaquín están siempre en busca de una trinchera desde donde librar batallas y
ganarlas. Se topó un día o una noche con
la enfermedad que le suministró armas,
discurso, coraje y voluntad, necesarios
para sobrevivir en la guerra de todos los
días contra la “sordera”, la ignorancia,
discriminación e irracionalidad ante el
grito de quienes mueren, primero por
desesperación, justo por no ser escuchados.
En 1992, coincidimos con Joaquín,
a distancia, desde los espacios donde
ambos publicábamos; luego más cerca,
cuando estudiaba educación y la que escribe sustituía a la instructora de sensibilización artística (autoconciencia física
o algo así) de un grupo de profesores en
Ciencias de la Educación; Joaquín era
uno de ellos. Al convocarnos, con motivo
de reunir esfuerzos para el movimiento
que decidió encabezar, éramos ya viejos
conocidos y celebramos aquella anécdota del salón de clase, sobre todo, cuando
en la instructora sustituta, durante las
sesiones, ante un montón de profesores
con fama de inconformistas.
Para ese momento, Joaquín había removido todos los tapetes de la ciudad, la
sacudió y levantó polvo, prácticamente
en todos los puntos cardinales. Nos llamaba la atención su vitalidad, poder de
gestión, su lucidez para buscar y encontrar salidas y en particular, nos atrajo su
valor para decir lo que nadie se atrevía.
Desde las primeras reuniones, para
discutir e implementar acciones preventivas de información y asesoría, acudieraleza ideológica muy diversos. Así la
16 Q
convocatoria, no hubo más que asumir
la tarea como si quedara poco tiempo de
vida; Joaquín nos había contagiado de su
locura con unas cuantas palabras. En el
tobogán traía (lo cual potenciaba el entusiasmo) esposa e hijo y otra parte de su
familia y amigos cercanos muy raros. Lo
inaudito: unas semanas después y con el
mismo boleto iban en el viaje, familias y
amigos de sus amigos, o sea, los nuestros.
Por entonces se llevaron a cabo, casi
simultáneamente, una gran cantidad de
actividades; todo mundo tenía qué hacer
y si no, venían de lejos para inventar en
qué ocuparse. La cara más sensible de los
artistas estuvo en la plástica, de donde
se derivó una exitosa exposición y venta
para apoyar los trabajos del “Movimiento Abrazo”; se reunieron en pocos días
más de cien obras de pintores de todas
las tallas, estilos y trayectorias, de Nuevo
León y sus alrededores.
Se gestó un verdadero movimiento
de conciencias al interior de centros públicos, en espacios educativos, en las calles y al interior de muchas familias, hasta donde acudían sacerdotes y monjas
comprometidos, psicólogas, profesores,
enfermeras, hermanos y hermanas que
se habían preparado para dar su abrazo,
orientando a quienes requerían información y solidaridad; enfermos y familiares
de enfermos con el VIH, tuvieron por
primera vez un trato humano, alguien
los escuchaba antes de rechazarlos y juzgar.
En contadas dependencias educativas se permitía el acceso a los promotores de medidas preventivas que olieran a
sida; el uso del condón (parece mentira)
estaba satanizado por la mayoría de los
Foto: Roberto Maldonado Espejo
servidores públicos con escolaridad universitaria y aun sin ser religiosos, inclusive del área de salud. Cuando algunos
activistas de Abrazo debimos enfrentar
la hostilidad de funcionarios y burócratas medianos por ventilar las realidades del sida, supimos bajo amenaza de
perder el empleo, a qué se enfrentaba el
presidente de aquel movimiento, todos
los días.
A contracorriente, con la testarudez
que caracteriza a Joaquín, aquel año de
1992 hubo múltiples actividades de vinculación social y política, cultural y artística: exposiciones, marchas, performance, declaraciones, plantones, mítines,
colectas, que hicieron ver, escuchar y entender a la comunidad regiomontana y
nuevoleonesa la gravedad del problema;
Foto: Julieta Leal
los medios se interesaron en el discurso,
incitado por la terquedad joaquiniana
del Movimiento Abrazo y de sus convencidos, quienes como satélites, conocidos, amigos y familiares salieron a la
calle a manifestarse y exigir el derecho a
ser informados e informar.
En aquel momento de “crecer en
tiempos del sida”, había miedo de asusabilidad por parte del estado; Coesida, Nuevo León nació como resultado
de esas movilizaciones que estrenaban
las Ong´s en Monterrey. Esperaron a
que Abrazo trazara la brecha de entrada: “Estábamos –recordó Joaquín hace
poco- en plena génesis de las primeras
células de resistencia cultural y política
lésbica-gay, en este ranchote industrial
llamado Monterrey”. (Suplemento Letra
S, No. 194, La Jornada, jueves 6 de septiembre 2012)
Joaquín Hurtado es de los que hacen
camino, de los ciudadanos que marcan
sitios en cualquier país y épocas; dispuestos, por fortuna, a dar de sí mismos
más de lo que exigen la norma y las convenciones. Joaquín ha sembrado por todas las calles de la ciudad, hasta en sus
rincones más oscuros e inimaginados
La cara más sensible
de los artistas
una exitosa
exposición y
trabajos del
reunieron en pocos
días más de cien
obras de pintores de
alrededores.
por las “castas conciencias”, lo que se
estima en un profesor (facilitador como
ahora se dice) su mayor virtud, propiciar
aprendizajes; en su caso, con un plus de
amor y agradecimiento que sus amigos
no podrán desmentir en ninguna circunstancia.
Nuestro Joaquín, hacedor en gran
medida de esta tierra, ha sido capaz de
lanzar en trozos y hacia todas direcciones su corazón, el cual no escatima con
los abandonados, pero tampoco con sus
amigos ni con su Rosalinda, quien con
Isaac, le han ensanchado los caminos de
la conciencia, para seguir creando con
frescura y atrevimiento; nada menos que
ese “Juicio sumario a Celso Piña” al que
acusa (¡vaya tío!) “por sacarme al chúntaro que escondo en el alma y reventarme con su Ronda el esternón”.
¡Qué mejor evidencia de alegría y
apuesta por vivir, a ritmo de cumbia,
por qué no!
Cuando parece que todo termina,
encender la sangre en el cuerpo y volver
el alma al corazón, como naciéndose al
vuelo y de puro gusto.
Q
17
Abrir el debate
Samuel Schmidt
C
iudad de México.- En México
mente se llega a ese momento el
proceso es muy peculiar, porque de repente el micrófono lo ocupa alguien que
no es experto o no sabe mucho, pero alguien le indicó que había que ocupar los
espacios. Así, no nos encontramos en la
confrontación de ideas entre expertos,
sino en los dichos de alguien enviado
para decir algo.
Respecto a la legalización de la mariguana, escuchamos argumentos de gente no experta que dice lo que cree que
puede suceder, sin ninguna evidencia
y mucho menos análisis prospectivos.
Cuando alguien dice: “si se legaliza la
mariguana aumentará el consumo”, no
queda claro si habla de su experiencia
personal, si no la ha fumado porque no
la conseguía, o si la conseguía era ilegal
y no quería correr el riesgo; o si sin hala legalizan. Los datos de reporte de consumo en el país muestran que apenas y
llega al 1.5 por ciento de cierto rango de
edad, y posiblemente no llegue más allá.
En un documental muy bien elaborado, Sergio Umansky cuenta el secuestro
de que fue objeto por policías cuando
fueron a comprar mariguana. Cierto que
de estar legalizada, la policía no hubiera
podido detenerlos y menos secuestrarlos
y extorsionarlos. Si solamente se logra
reducir la corrupción policíaca, la legalización ya valió la pena.
Lo peculiar es que ya es legal portar 5
gramos de mariguana destinados al consumo personal, pero muy al estilo mexicano, el acto legal se sustenta en el ilegal
de comprarla y venderla. Despenalizar
la mariguana implica regular su producción, procesamiento, comercialización y
consumo.
Aunque de todas maneras me parece que deberíamos estar hablando de las
adicciones y de todas las drogas, porque
es inconcebible que mientras los jóvenes
se pueden envenenar con alcohol o tabaco, se les prohíba hacer lo mismo con la
18 Q
mariguana. Y claro que esto nos lleva a
la discusión de saber cuál sustancia es
más dañina, porque no vamos a negar
sema y cáncer, y que el alcohol produce
enfermos de alcoholismo, y ambas adicciones tienen un costo tremendo para la
sociedad.
Un debate sobre el consumo de drogas debe incluir a todas las sustancias sin
temor a afectar intereses tan poderosos
como los de las destilerías. ¿O seguiremos tolerando que la gente se embrutezca en los estadios donde se práctica
deporte, y encarcelando a la gente que se
fuma un cigarrillo de mariguana?
zar a discutir sobre cómo sanar a la sociedad.
Ya es legal portar 5
gramos de mariguana
destinados al
pero muy al estilo
legal se sustenta en el
ilegal de comprarla y
Mi opinión
en una nuez
Efrén Vázquez
M
onterrey.- En 1992 participé en un debate de
expertos sobre las drogas, sin serlo yo, en el
Instituto Internacional de Sociología Jurídica
de Oñati, en el País Vasco, España; y desde entonces no
me ha quedado la menor duda de que su
no legalización es una forma más del
ejercicio del poder de la hegemonía
capitalista.
La legalización de las drogas,
en particular la cannabis, no es
una invitación para que se consuma, como se suele decir, sino
más bien la forma más racional
de intervenir en el control del
fenómeno de la drogadicción para poder controlarlo.
Esto por una parte, y por
lítica de la simulación que se
implementa desde el Estado, la
que por un lado declara la guerra al
drogas debe ser acompañada de
campañas de salud de altura y
información sea el ciudadano
quien decida.
el otro (lo que ha sido dicho públicamente por
personeros de la real politique), al margen del
orden jurídico se hacen acuerdos para determinar porcentajes que deben llegar al mercado
ilegal interno y el de allende las fronteras.
Estimo que la legalización de las drogas
debe ser acompañada de campañas de salud
de altura y responsable sobre la advertencia
de su consumo, para que previa información sea el ciudadano quien decida.
Estimo además que sería justo se creara un alto impuesto aplicable a productores y distribuidores, para que de ahí un
determinado porcentaje llegue en obras a
la población, y otro porcentaje llegue a
centros de rehabilitación y hospitales
que se dediquen a tratar problemas
de salud de personas afectadas por
el consumo de alguna droga.
Q
19
Yo también hablo
de la mota
Rafael Cardona
C
iudad de México.- No quisiera yo
ironizar sobre el título célebre de
don Emilio Carballido, pero ahora, con tantas opiniones acerca de la antigua vez rural y carcelaria mariguana,
pues yo también hablo de la mota, con
todo y su mefítica humareda de petate
andamio.
A mi juicio, el debate sobre la mariguana se debería dividir en tres partes:
lo sanitario, lo legal y lo social.
El primer aspecto está relacionado
con su inocuidad o su riesgo. Si fumar
fumar cualquier otra cosa lo debe causar en grados mayores o menores: hasta
donde se sabe los pulmones humanos
no están hechos para inhalar humo de
combustión tan cercana como el extremo de un churro.
20 Q
respirar “smog”, “polumo” o bióxido
de carbono producido por ese inevitable
fenómeno conocido como revolución industrial, cuyo inicio algunos cifran en la
desconocida fecha de la invención (o el
hallazgo) del fuego.
Pero el peor riesgo para la salud no
es neumológico, sino síquico. ¿Es o no
dañina la mariguana? Como todo lo antinatural (fumar, beber alcohol, inyectarse heroína o aspirar cocaína) implica
riesgos.
Por algo Allen Ginsberg, quien no tenía nada de chavo fresa ni de abuelo escandalizado, lo advirtió desde el rincón
de su pasadísimo Aullido (escrito bajo el
mentes de mi generación destruidas por
la locura.” Obviamente, la marihuana
no es un alucinógeno potente, es más
sicodélica. Por decirlo de manera simplista: oscilábamos entre
bien un potente apendejante. Y si a eso
se le agrega la materia inicial de la idiotez crónica de miles de personas, pues
entonces no sólo resulta dañino para la
salud, sino para la inteligencia.
Mi generación descubrió al mismo
co (es decir, los poderes excesivos del
Estado) y la ola sicodélica. Por decirlo
de manera simplista: oscilábamos entre
José Revueltas, Bob Dylan y la “grifa”
soldadesca. Algunos se quedaron forevers; otros se murieron, alguno de ellos
picoteado en el piso de Lecumberri y
otros más de un testerazo en el fondo de
un alberca sin agua. Muchos más se perdieron en el humo y –como dijo Renato
Leduc–, no hicieron obra perdurable ni
efímera tampoco.
En el aspecto legal, la mariguana no
fue prohibida por su agresividad cerebral, sino por su estigma social. Presente en los pleitos de “pelados” y “peloel hambre y ofrecer otra velocidad al
pensamiento, la mariguana era cosa de
delincuentes, soldados y malvivientes.
mo” de poetastros y pintores, fue usada
como el sustituto del Hada Verde y sus
vapores de ajenjo.
Nuestro Montparnasse fue La Candelaria y nuestro Moulin Rouge, Las
Veladoras. No tuvimos un Baudelaire,
pero vaya si nos sobraban los Avelinos
“soy un perdido; soy un mariguano”.
La mota cayó en el paquete de las
sustancias prohibidas por la competencia de la industria farmacológica mexicana contra la de los Estados Unidos.
Nuestro mejor papel –desde los años
40– fue proveer de mariguana al ejército
de ese país, cuyos soldados y marinos
lucharon en sus sucesivas guerras con
denuedo y jalones de Acapulco Golden,
mientras le quemaban las patas al chamuco y nos libraban del fantasma del
comunismo o los peligros de Irak y el
Islam.
Desde aquellos años sembrarla, producirla, distribuirla, venderla y exportarla, es un delito contra la salud. Si se
le llegara a legalizar, entonces la salud
dejaría de ser algo en riesgo. En esas
condiciones, el funcionamiento adecuado del organismo humano se convierte
no en asunto del código sanitario, sino
del código penal. Y ahí es donde las cosas comienzan a ser un tanto absurdas.
Si como dicen sus defensores no
hace mal a nadie, ¿cómo entonces en el
nombre de una salud falsamente amenazada, se mataron a balazos tantos y
tantos, cuyo ingenio servía hasta para
traer las llantas del coche, rellenas de
hierba mala? ¡Ay Camelia la tejana!
Si eso fuera así, entonces debemos
reconocer las capacidades geniales del
engaño impuesto desde afuera (como
dijo un Procurador, esto es una cosa
internacional), mismo lugar de donde
ahora nos viene la presión para legalizar, despenalizar, permitir y hasta fomentar mediante el rollo ese del debate informado. Pasaremos de discutir el
sexo de los ángeles a las propiedades
medicinales o recreativas de la cola de
borrego.
Yo no tengo nada a favor ni en contra de la legalización o penalización de
los productores o los consumidores,
quienes ahora no sufren penas siempre
y cuando su dosis no exceda las 5 o 10
veneno no mata, dicen los sabios de la
Pero la identidad de los promotores
de todo este rollo, me lleva de inmemenzando por el vivales de Vicente Fox,
han prosperado de venderle espejitos a
los mexicanos. De la democracia a las
candidaturas ciudadanas, pasando por
servicios de mercadotecnia todo se ha
convertido en un producto altamente
rentable. Y donde esos aparecen, yo me
declaro escéptico. Me causa repeluzno,
San Cristóbal y su nueva agroindustria.
Finalmente, en el aspecto social la
imagen del cáñamo se irá haciendo cada
vez más agradable. Ya se ocuparán químicos mayores de perfumarlo y hacerlo
menos agresivo. Se abrirán salones especiales y la ganancia de los espacios libres
de humo de tabaco, se deberá conciliar
con los espacios libres de humo verde.
Si el smoking nació como atuendo para
los salones del tabaquismo esnobista de
los europeos, ya se verá cómo adornar la
humilde mariguana con sedas de Pineda Covalín o Chanel.
Cuni, cuni, cantaba la rana, y echaba
los versos de la mariguana.
Q 21
Dossier
Roberto Maldonado Espejo
22 Q
Q
23
FRONTERA CRÓNICA
Se dice
de la frontera
JRM Ávila
M
onterrey.- “Yo
les digo a mis
amigos: cuando vayan a las pizcas no
se dejen engañar. Con
los güeros ganen lana
pero no la han de gastar.
Vénganse pa’ la frontera
donde sí van a gozar”,
cantaba Eulalio González,
Piporro.
Otros tiempos, mismos rumbos. La situación
ha cambiado. Se dice que
ahora los braceros latinos
en Estados Unidos no alcanzan a decidir si vienen
a divertirse en las fronteras del norte de México,
porque son perseguidos
y empujados por los gringos hacia el sur, si no es
que hacia la muerte, con
armas dispuestas al disparo pronto y con perros
entrenados para el ataque
artero.
Se dice que en estos tiempos se deporta a los indocumentados hasta las ciudades mexicanas más peligrosas de la frontera, donde tienen que lidiar ya no
con la migra de los gringos, sino con policías mexicanos que los despojan de sus pertenencias o les siembran droga entre la ropa, convirtiéndolos en virtuales
delincuentes.
Se dice que los policías mexicanos (al interceptar migrantes), manosean, violan, torturan, golpean
plantas de los pies, amputan, fracturan, hieren, dan
choques eléctricos, sofocan con bebidas gaseosas,
estilo.
Se dice que les hacen padecer sed, hambre, sueño,
enfermedades; que se les sitia, que se les separa de
24 Q
sus acompañantes, que se
les somete, que se les ultraja, que se les intimida,
que se les trata con brutalidad y salvajismo.
Se dice que, cuando
los recién deportados de
Estados Unidos acampan
en las ciudades mexicanas fronterizas, llegan
autoridades travestidas
de civiles (soldados, policías y hasta bomberos)
y, arguyendo que van a
limpiar de vegetación el
lugar donde se encuentran, los desalojan y los
detienen.
Se dice que, si no es la
autoridad quien se aprovecha de las víctimas de
la deportación, entra al
quite el crimen organizado y se encarga de secuestrarles, robarles, exellas y hasta asesinarles,
sin que nadie se preocupe por prestarles auxilio.
Se dice que quienes reciben tales tratos no sólo
son víctimas de la deportación, sino gente que intenta
remediar sus condiciones económicas (promesa con
políticos al sur del Río Bravo y jamás han cumplido)
trabajando en Estados Unidos.
Se dice, se dice, se dice. Si todo se detuviera en los
decires, ¿cuál congoja, cuál preocupación?
Pero, aunque resulte descorazonador, no sólo se
dice, sino que sucede. Y lo peor del caso: es lo mismo
en todas las fronteras.
Me pregunto con qué tipo de humor le cantaría
“Piporro” a la frontera de estos días y no me lo puedo
imaginar.
FRONTERA CRÓNICA
El petróleo es nuestro, jijos
Hugo L. del Río
M
onterrey.- Primera inquie-
el Estado mexicano? ¿Merecen, Peña Nieto y sus cortesanos,
crédito por patriotismo, honradez
acrisolada, visión de estadistas? Para
mí, no.
Sí creo en Cuauhtémoc Cárdenas:
fue subsecretario de Estado, gobernador de Michoacán, jefe del Gobierno de la Ciudad de México y, hasta
donde sé, no tiene cola que le pisen.
No mandó matar a nadie ni robó.
Segunda: el meollo de la tan traída y llevada reforma energética no
está en la enmienda al artículo 27
de la Constitución, al que Peña Nieto
quiere hacerle cambios sin importancia. El problema radica en el 28.
Cuauhtémoc Cárdenas escribió en La
Jornada: “De aprobarse la reforma de
este artículo 28, el Estado perdería
la exclusividad en el manejo de las
áreas estratégicas de la industria petrolera… Con la iniciativa de reforma del 28
constitucional, queda clara la intención
de desplazar a Pemex de toda la cadena
productiva del petróleo, sustituyendo a
este organismo, al que hasta ahora el Estado ha encomendado la conducción de
la industria petrolera, por particulares”.
en los hombres que nos quitaron la industria siderúrgica y los ferrocarriles
para entregarlos al capital privado? Algún lector despistado del matutino local
escribió que a los mexicanos nos vale un
adarme si Pemex se privatiza, porque lo
único que nos interesa es que en las gasolinerías nos vendan gasolina buena y
barata. No son así las cosas.
Pemex mantiene a México y garantiza la propiedad de la nación sobre riquezas aún no exploradas, en tierra y mar,
de crudo y gas. Entregar el patrimonio
a dejar en harapos a nuestros hijos y
cerrarle México el camino a un futuro de dignidad y soberanía.
No se trata de envolvernos en
la bandera y arrojarnos desde el peñasco, como narra la bella pero falsa
leyenda. La cuestión es defender lo
tada Gloria Bautista Cuevas: es conveniente hacer una consulta nacional
para poner en claro si los mexicanos
No podemos dejar asunto tan vital
en manos de un Congreso divorciado de la sociedad, donde sabemos
que el PRI y el PAN mayoritearán y
harán aprobar la reforma peñista.
Dice Cárdenas Solórzano, en minientrevista con otro diario defeño:
“Lo que estamos viendo, yo diría, es
la vuelta de aquellas empresas que
fueron expropiadas en1938 a manejar el petróleo de México”.
Q
25
TRANSICIONES
Lo que está en juego
Víctor Alejandro Espinoza
ijuana.- Los que corren, son días
nuestro país y los mexicanos. Solemos pensar que sólo los tiempos electorales marcan los cambios o permanencias en la vida de una Nación. Con ser
proceso electoral. Hoy estamos ante decisiones que habrán de hacer la diferencia entre lo que hemos sido y podemos
ser. Ni más ni menos nos jugamos el futuro de este país.
Se me dirá que no es para tanto, que
exagero la nota. Que las reformas “estructurales” que hoy se encuentran en el
Congreso son providenciales. Al menos
país: la energética, la educativa (sus tres
leyes secundarias) y la reforma hacendaria. Casualmente, el día que se anuncia,
tendrá lugar la magna concentración en
el Zócalo de la Ciudad de México convocada por Andrés Manuel López Obrador.
He señalado que las implicaciones de
las iniciativas incluyen a los propios actores políticos y sobre todo al Pacto por
México, signado por los tres principales
partidos el 2 de diciembre pasado, justo
un día después de la toma de posesión
de Enrique Peña Nieto. Sobre todo, la
reforma energética ha colocado tanto al
PRI como al PRD ante una verdadera encrucijada.
En el caso del PRI, la propiedad estatal sobre los productos del subsuelo ha
sido la piedra angular en la cimentación
de lo que el politólogo Arnaldo Córdova llamó “la ideología de la Revolución
Mexicana”. Ahora, mediante una complicada operación discursiva, se anuncia
que las reformas a los artículos 27 y 28 de
la Constitución que permitirían la participación de capital privado en el proceso
se hace a nombre del espíritu del general
Lázaro Cárdenas.
Lo cierto es que, pese a la disciplina
en torno al presidente de la República,
los militantes priístas se encuentran di-
26 Q
vididos: muchos apoyan la iniciativa,
pero muchos otros no. Otra fuente de inconformidad con el presidente proviene
de aquellos que no están conformes con
los resultados del pasado proceso electoral, donde sostienen que la gubernatura
de Baja California se negoció para que el
PAN no se saliera del Pacto.
Por los rumbos del PRD las aguas
también se encuentran agitadas. La propuesta de reforma energética presentada por el hijo del general, Cuauhtémoc
Cárdenas, por sus contenidos cuestiona
seriamente la permanencia del PRD en
el Pacto por México: plantea la modernización de Pemex, pero sin reforma
constitucional. El futuro del partido del
sol azteca está en juego, sobre todo por
las coincidencias entre Cárdenas y López Obrador, y que abren la posibilidad
de una lucha en común a partir del 8 de
septiembre.
El PAN cuestiona todo lo anterior
y la negativa a aprobar las reformas a
la ley secundaria en materia educativa,
conspicuamente la evaluación a los dode luego que esto incluye a Enrique Peña
Nieto). Dice que en materia energética,
se debe de abrir totalmente al capital privado. Y amenaza con salirse del Pacto.
Pero por si algo faltara, las movilizaciones convocadas por la Coordinadora
ción para tratar de revertir los contenidos de la Ley General del Servicio Profesional Docente han desquiciado a la
capital del país, y lo más preocupante,
han polarizado aún más a la sociedad.
Hay voces que piden la represión del
movimiento; sería el peor de los caminos
El gran problema de fondo es que dos
de los indicadores fundamentales para
generar un ambiente propicio para los
cambios que se ha propuesto el gobierno
de Enrique Peña Nieto, son negativos. La
economía no crece, o lo hace apenas a un
1.8 por ciento que se convierte en cero
crecimiento cuando se mide con relación
a la tasa de crecimiento de la población.
Pero lo que sí continúa sin descender son
los indicadores de inseguridad. La violencia parece imparable.
En las próximas semanas el gobierno de Peña Nieto se juega mucho, y los
mexicanos más. Habrán de suceder cosas trascendentes, ya lo veremos.
Norte.
Racismo
mexicano
Samuel Schmidt
C
iudad de México.- Hace unas
semanas fui a un supermercado mexicano en Austin a comprar carne adobada, que aunque no
es realmente mexicana, parece gustarle a la gente. Iba yo vestido con
atuendo veraniego: pantalón corto,
playera, sandalias y una gorra que
me regalaron los tequileros.
¿Indumentaria de gringo? Estaba
yo algo distraído cuando me tocó el
turno y no puse atención en que el
dependiente me había hablado en inglés, hasta que alguien me indicó con
señas que era mi turno. Respondí en
español; de inmediato un cliente dijo
en voz alta: “Habla español”. Estuve tentado a decirle que sí y mejor
tono desagradable no era agresivo;
mi silencio al parecer lo animó para
seguir haciendo comentarios (según
él sarcásticos) sobre mi español y que
yo lo hablara; era muy clara la intención discriminatoria.
Fui a hacer una reclamación al
correo, porque por un error de ellos
me regresaron un sobre de envío internacional que no procesaron. Me
atendió una mujer hispana, la echó
de cabeza el fenotipo y llamarse Cristina; muchos mexicanos en Estados
Unidos mantienen sus nombres hispanizados como tropo identitario.
Su trato fue bastante malo: arrancó
una forma que mostraba el error del
correo y la tiró a la basura, se negó
a resolver el problema, y luego dijo
que no hablaba conmigo; cuando
pedí hablar con su supervisor dijo
que había sido “rudo”, o sea, que la
culpa era mía.
El supervisor resolvió el problema de inmediato porque no era
complicado; ¿cómo explicar la conducta de ella? Cuando hice la queja
formal, telefónicamente me dijeron
que ella había sido poco profesional;
la cuestión es que con frecuencia uno
se encuentra a empleados hispanos que
maltratan a los hispanos; es un acto discriminatorio muy peculiar.
Pensaba que hay algo en mi actitud
que atrae estas expresiones agresivas,
pero mi esposa comenta que sus compañeras de trabajo hispanas le reclamaban que se haya casado con un “gringo”.
Como que no concebían que una mujer
hispana se casara con un gringo y el
apellido Schmidt así lo delata. ¿Acaso
las mexicanas tienen que casarse con un
mexicano?
En una investigación que hizo Pablo Vila sobre la identidad fronteriza,
encontró que los mexicanos que cruzan
la frontera, aunque se encuentran en
el escalón más bajo de la escala social,
piensan que por el solo hecho de haber
cruzado la frontera son superiores a los
mexicanos; aunque el autor no lo dice,
tal vez piensan que esa superioridad les
Una película que retrata muy bien la
discriminación de quién se considera de
una clase social superior a la del discriminado, es El mil usos, donde un camionero agrede a un campesino desempleado con el epíteto “pinche indio”, lo que
implica ser de una clase social inferior y
ser sujeto de discriminación.
Recién llegada mi esposa a México,
fuimos a una reunión de anarquistas
donde la madre de uno de ellos, sin venir
al caso, se quejó de que Hitler no hubiera
terminado lo que empezó; y tuvo suerte,
pues ella estaba muy lejos de representar
el modelo ario. Hubiera sido exterminada. Lo cierto es que ser supuestamente
de izquierda no exime de odiar al otro,
porque quien odia a uno odia a muchos,
quien discrimina a uno lo hace con muchos. Esas personas son incapaces de reconocer la diferencia y respetar a los que
son distintos.
El mexicano discrimina, es racista,
detesta a las mujeres, a los gringos, a los
extranjeros, a los indios, y es capaz de las
peores infamias.
El mexicano
peores infamias.
Alguien sugiere que sufren del
síndrome del dominado-dominador;
cuando el dominado tiene la mínima capacidad de poder, se vuelve
peor que el dominador, tal vez para
mostrar que merece la aprobación de
su amo y que está haciendo méritos
para convertirse en dominador. Por
eso los agentes de migración hispanos en Estados Unidos son tan duros con los mexicanos. Ese síndrome
posiblemente explique por qué un
mexicano abusa cuando tiene algo
de jerarquía, un uniforme, un arma,
hasta un puesto, por jodido que sea,
Eso sí, esos mismos mexicanos
gritan desaforados cuando sufren
discriminación, tal vez porque están
dispuestos a que se haga justicia en
las mulas de su compadre, pero a no
ver nunca la viga en el propio ojo.
tación inconscientes de aquellos que
se sienten inferiores y se superan
abusando de sus iguales.
Falta mucho por indagar en este
tema.
Q
27
Nopal, alternativa
para NL
David Carrizales
M
onterrey.- C a m p e s i n o s
del sur de Nuevo León se
organizan para producir
nopal verdura y así dar un mejor nivel de vida a sus familias. El nopal,
como cultivo para el comercio nacional e internacional, lo visualizó el invidente Luis Esquivel, quien para tal
propósito a partir de octubre arrancará ocho cooperativas en los municipios de Galeana y Doctor Arroyo.
Señaló Esquivel que el nopal es
uno de los cultivos con mayor potencial, pues cada vez más gente se
informa sobre todas sus bondades,
y cuenta que por eso en el Estado
de México los campesinos bromean
señalando que “el nopal tiene más
propiedades que Montiel (Arturo, el
ex gobernador mexiquense)”.
El caso es que en el país y en el
extranjero se ha constituido en uno
de los platillos más populares en la
dieta sana. Reconoce sin embargo
que en todas partes el que menos
gana es el productor, por esto están
pensando en exportar la producción
a Estados Unidos.
Comentó que si un productor va
28 Q
con las grandes tiendas como Walmart y Soriana, o con los mayoristas
del Mercado de Abastos, les quieren
pagar entre 1 y 1.50 pesos por kilogramo, pero ellos lo venden a 20
pesos; en cambio, comerciantes de
Estados Unidos les ofrecen entre 60
y 70 centavos de dólar, cinco o seis
veces lo que recibirían en México.
Pero la idea es en el mediano plazo desarrollar la agroindustria para
darle el valor agregado allá mismo
en el sur del estado, y para este proyecto los está asesorando el doctor
en la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de
Nuevo León (UANL), quien le dice:
“tu problema es
producir, pero
en
grande,
yo te ayudo a
procesarlo y
a colocarlo en
los mercados”.
Ha habido gente que produce, pero no te llena ni un camión,
¿quién va a ir a comprártelo, a pagar
vuelta? Para ir a traer dos o tres toneladas, necesitas producir diez, 15
o 20 toneladas.
te que produce, pero en muy pequeñas cantidades, y así es muy difícil
que alguien vaya a comprar menos
de tres, cuatro toneladas en una viaje de 800 kilómetros de ida y vuelta.
El proyecto contempla entonces
que a partir de octubre arranquen
seis cooperativas en Galeana y dos
en Doctor Arroyo, conformadas por
diez familias. “Ya tengo la documentación y la gente, nos estamos preparando para meter proyectos
en enero y febrero”.
Agregó que tienen la tierra, la planta para sembrar y pilas o depósitos
de agua para regar, pero
les hace falta una pipa que
solicitarán en alguna dependencia
gubernamental.
Consideró
que con un equipo de transporte
bastaría, ya que el nopal requiere un
riego cada 15 días.
nimiento y operación de la pipa salen de las mismas huertas, ya que el
nopal es una planta muy noble que
se puede cosechar cada 21 días durante todo el año, y además habrá
mucho empleo para los lugareños.
Comentó que una hectárea
de nopal puede producir de 80 a cien toneladas por año.
Dijo que actualmente él cuenta con más de
200 mil plantas
de las variedades
Copena, Milpa
Alta y Villa-
nueva, que se han adaptado muy
bien al semidesierto de Nuevo León,
y serán las que se cultivarán en las
huertas a punto de iniciar.
“Cuando yo empecé a plantar
nopal en Galeana, la gente me decía:
estás loco, si aquí no llueve; ahora
ya no me dicen que estoy loco, y me
preguntan cómo podemos nosotros
hacer lo mismo”; están animados,
pero necesitan que el gobierno los
ayude con capital para comprar la
planta y luego los apoye mientras la
siembran y logran la primera cosecha.
Los grandes debates
nacionales
Víctor Orozco
C
hihuahua.- A la actual polémica sobre el petróleo y la
energía eléctrica, vale ubicarla en el contexto de los
debates históricos desplegados en el país sobre temas
que marcaron una bifurcación de caminos. El primero quizá,
desde la guerra de independencia y durante la primera mitad
del siglo XIX.
Las opiniones y fuerzas sociales se dividieron en torno a las
opciones de república o monarquía. Durante las décadas iniciales, parecía que el proyecto monárquico se había sepultado
para siempre con la caída de Agustín de Iturbide y su fusilamiento unos años después.
La realidad es que nunca dejó de acariciarse por los antiguos grupos y cuerpos dominantes (ejército, clero, grandes
propietarios), ni por los gobiernos europeos. La pugna se desplegaba sobre la manera de organizar el estado, si en torno a
los nuevos principios que hacían descansar los títulos de la autoridad en el pueblo o en el viejo postulado del origen divino.
Sin embargo, el fondo era todavía de mayor relevancia:
se trataba del futuro que tendría el naciente país: o la independencia o la subordinación, o colonia o nación. El segundo
momento de este enfrentamiento, comenzó con la invasión
norteamericana. El colapso militar, el desprestigio de las instituciones, la decepción moral, proporcionaron los argumentos
para el renacimiento de los afanes de quienes aspiraban a la
restauración colonial, bajo el reinado de algún príncipe de las
casas reales del viejo continente.
Derrotados los conservadores en 1860 por los constitucionalistas liberales, la idea del monarca extranjero retornó con
mayor vigor al amparo del ejército francés. Se instaló así un segundo monarca en la persona de Maximiliano de Habsburgo,
quien acabó enjuiciado y ejecutado por un pelotón de soldados
republicanos en 1867. Casi medio siglo después del primer imOtro gran debate se produjo sobre la libertad de conciencia. Los primeros barruntos de la gran batalla ideológica que
desvelaría a las mentes más audaces y también a las que hacían
gala de tradicionalismo y respeto por los dogmas los debemos
a Joaquín Fernández de Lizardi (El Pensador Mexicano) y a Vicente Rocafuerte (ecuatoriano, primer embajador de México en
Inglaterra y después presidente de su país), quienes pusieron
el cascabel al gato y hablaron, primero, de establecer la libertad
de cultos.
La disyuntiva era religión única y estado confesional, o libertad religiosa y estado laico. La constitución federal de 1824
-
30 Q
da en el país y así se mantuvieron los textos constitucionales
que le siguieron. En la década de 1840, nuevas voces se alzaron
para exponer que era contradictorio reconocer la libertad de
expresión y negar la de conciencia.
Fueron casi arropadas por folletos, artículos en la prensa,
fulminantes amenazas de excomunión, declaraciones de altos
funcionarios que postulaban el dogma intocable de la religión
única en México. En ese tiempo, comenzó a formarse la segunda generación de liberales, bajo el mote de los “puros”, quienes
libertad religiosa.
Durante el congreso constituyente de 1856-57, se produjo la
gran batalla ideológica terminada con una especie de empate,
pues el texto constitucional expedido el 5 de febrero del segundo año fue mudo: ni estableció la libertad de cultos, ni reconoció al católico como exclusivo de los mexicanos. El asunto se dirimió en las armas. Abatida la que se consideró por el Vaticano
como una gran cruzada contra los enemigos de la religión, el 4
de diciembre de 1860, el gobierno instalado en Veracruz decrehubo ningún proyecto que pretendiera restaurar la exclusión
religiosa. La polémica había concluido.
El tercer gran debate tuvo como centro a la propiedad de la
tierra. México heredó de la Nueva España el latifundio, trasladado a estas tierras desde la medieval península ibérica, bajo
distintos nombres y estatutos jurídicos como encomiendas,
a la larga colosales. ¿Tiene algún sentido traer de
de lentejas?
escaso control, o sin ninguno, por el estado. El texto político
de 1917 los declaró propiedad originaria de la nación y en 1938
se expropió el petróleo, que andando el tiempo se transformó
en la columna vertebral del aparato productivo nacional, por
componente, como generador de energía, en todas las ramas
industriales.
latifundio eclesiástico y el civil.
Ambos conspiraron a favor de varios efectos perniciosos:
serviles e impidieron el crecimiento de la población. Ya desde
la época colonial se tuvo conciencia de estos hechos pero nada
se podía hacer contra una institución estructural del viejo sistema. A mediados del siglo XIX, la revolución liberal liquidó
el latifundio eclesiástico después de uno de los debates más
enconados de que se tiene memoria. Fueron de nuevo en el
quienes buscaban mantener a toda costa la gran propiedad del
clero y quienes aspiraban a usarla para formar una numerosa
clase de rancheros propietarios. La otra rama del latifundio, el
civil, quedó viva y aun se fortaleció. Las reformas no la alcanzaron porque no había fuerza para tanto y porque los grandes
propietarios pronto se convirtieron también en industriales,
comerciantes y banqueros.
Quedó pendiente así la solución de la pugna. La revolución
de 1910 vino a resolverla, restituyendo ejidos a los pueblos y
efectuando el reparto agrario. En otro plano y con nuevos actores, la querella se replantea en nuestros días.
Otra de las grandes cuestiones que la revolución puso en
acto fue qué hacer con los recursos naturales, especialmente
con los petrolíferos y los mineros. Ambos habían estado en
manos de compañías extranjeras, quienes los explotaban con
gran capital internacional en diversos ámbitos: militar, político,
ideológico, cultural y educativo, que se dio en llamar neoliberalismo, por cuanto se puso el acento en una de las divisas del
liberalismo decimonónico, la del libre mercado. Casi todos los
estados recularon en sus políticas regulatorias y en su intervención general en los procesos económicos para apoyar políticas
de prestaciones sociales.
El mexicano, como el argentino entre muchos otros, puso
en venta las empresas que controlaba y con ellas, grandes porciones del patrimonio público, tangible como los yacimientos
carboníferos o intangible como el espacio nucleoeléctrico. El
petróleo por lo pronto quedó al margen en esta venta de garaje.
Pero se exprimió al máximo, hasta el límite de sus capacidades
a Pemex, la empresa pública encargada de su explotación. El 97
por ciento de sus ingresos se destinaron al pago de impuestos,
A ello se le sumaron el despilfarro y la corrupción, y todos estos factores descapitalizaron la entidad.
Quienes arguyen la necesidad de llamar en auxilio al capital privado, principalmente de las empresas trasnacionales,
señalan que sólo así se detendrá la caída de la producción, se
modernizará la empresa y se crearán nuevos empleos. La contraparte, defensora de esta industria como motor de la economía nacional, asume que compartir la cuantiosa renta petrolera
convirtiéndola en ganancias privadas, despoja al Estado mexicano de su principal instrumento para impulsar el desarrollo
del país.
Comparado con el monto de los ingresos de Pemex, las
ofertas de inversión son mínimas y las utilidades a la larga coles, casi por un plato de lentejas?
Suenan falaces y demagógicas las ofertas de crear cientos
de miles de empleos. ¿No se encuentra la solución en el arreglo
de Pemex en proyectos productivos, en educación y en salud?
De esta gran disputa penden rumbos de la historia, como
aconteció con las pasadas.
Q
31
La errata nuestra
de cada día
Ismael Vidales Delgado
M
onterrey.- Vaya que se ha armado tremendo revuelo a
causa de 117 presuntos errores
texto elaborados en el sexenio de Felipe
Calderón (que no es santo de mi devoción) quien colocó al frente de la SEP a
de 2006-4 de diciembre de 2009); Alonso Lujambio Irazábal (+) (6 de abril de
2009-16 de marzo de 2012) y José Ángel Córdova Villalobos (16 de marzo
de 2012 al 30 de noviembre de 2012),
demostrando con ello poco respeto por
una área de la mayor importancia; pero
ese es otro asunto.
No estoy a favor de que los libros
de texto o de cualquier otra índole, los
periódicos, las revistas, los acuerdos o
las noticias difundidas en los medios
conceptuales, sintácticos o de cualquier
otro tipo, pero, sinceramente creo que el
asunto se ha llevado a niveles exagerados, ya que existen múltiples evidencias
en todo el mundo de que los errores o
gazapos se dan con harta frecuencia, sin
que llegue la sangre al río ni alguien se
haya abierto las venas.
Hay quien ha encontrado errores a
personajes de la talla de don Miguel de
Cervantes Saavedra, don Alfonso Reyes,
Carlos Monsiváis, o un ex secretario de
su primer acuerdo como subsecretario
de Educación Física.
No digo que sea un asunto menor,
simplemente viene a mi memoria un
refrán que dice: “No hay tianguis sin
ratas, ni libro sin erratas”. Si nos pusiésemos a indagar sobre el tema nos sorprenderíamos de la cantidad de obras
supuesto escolares que adolecen de caliHay presidentes de la república y
no se diga diputados, periodistas (varios diarios mexicanos y extranjeros, al
referirse a la Purísima Concepción han
cambiado la “r” por una “t” y corregido
32 Q
errores en los textos que tan amorosamente estaban
copiando.
en la edición del día siguiente), líderes
sindicales y demás especímenes de la
fauna política que han hecho abundantes y singulares aportaciones al anecdotario; algunos han dado material tan
abundante que ha sido recopilado en
obras completas.
Las erratas o gazapos, decían en la
Edad Media, las ocasiona un demonio
travieso llamado
, quien se dedicaba a fastidiar a los monjes amanuenses provocándoles incontables errores
en los textos que tan amorosamente
estaban copiando. Este diablillo, dicen
que también provocaba distracciones
sos, equivocaciones en las citas bíblicas,
errores en los ritos de la liturgia, despistes y cuchicheos entre los novicios.
De hecho, se le representaba con un
saco que tenía que llenar cada día con
los errores que lograba inducir en los
amanuenses, escribas, clérigos y religiosos, como equivocaciones en los rezos y
erratas en los textos; se aseguraba que
tales errores eran apuntados en un libro
quilidad de los del PRD, tal vez, ese será
el momento en que los autores de esos
117 errores, paguen sus culpas.
Don Alfonso Reyes (el otro regiomontano universal) decía que “la errata
na siempre tan reacia a todos los tratamientos de la desinfección”, y tenía razón, pues uno de sus libros fue editado
con tremenda cantidad de erratas que le
valió críticas y chistes de sus detractores.
sores y editores, históricamente, se han
esforzado porque la errata no aparezca
en sus textos; como anécdota, se cuenta que el impresor y humanista francés
Robert Estienne (1503-1559) empleaba
en su imprenta diez correctores súper
exigentes, quienes leían las pruebas con
extremo rigor. Una vez leídas se exponían en las ventanas de la imprenta y a
quien señalase un error, le daba un premio. Las pruebas eran irreprochables;
sin embargo, cuando se realizaba la tirada, las erratas saltaban a la vista.
El Papa Sixto V ordenó imprimir una
edición de La Vulgata (traducción de la
Biblia griega al latín, realizada en el 382
d.C.) en la imprenta apostólica vaticana;
él mismo revisó las pruebas con suma
minuciosidad. Satisfecho de su obra, incomulgaba a quien quiera que hiciese la
menor alteración en el texto. Sin embargo, el Papa hubo de inutilizar la edición,
porque había salido plagada de erratas.
En un calendario realizado por Conaculta leí una anécdota ampliamente
difundida, referente al orgulloso editor
español que después de múltiples procesos de revisión, convencido de que su
libro no tenía ninguna errata, imprimió
en la primera página la leyenda: “Esta
obra no contiene ninguna erata”.
Insisto, no estoy promoviendo la
edición de libros, revistas, periódicos,
noticieros, leyes, decretos o acuerdos
con errores, solamente estoy diciendo
que toda obra realizada por seres humanos está expuesta a gazapos; es más,
Dios mismo se equivocó: nos puso el
chamorro por atrás, y los golpes nos los
damos en la espinilla.
Goethe, Humboldt
y el turista
posmoderno
Ernesto Hernández Norzagaray
M
azatlán.- Hubo una vez que los viajes no fueron por tiempo libre, sino animados por el espíritu de aventura y el desarrollo del conocimiento en regiones desconocidas.
Así fue por ejemplo el que narra Wolfgang Goethe en su libro
Viaje a Italia, o el de Alexander von Humboldt por las Indias americanas, que me parece deberían leer quienes viajan, estudian la actividad
turística o administran el turismo, para saber que las motivaciones
antiguas nada tienen que ver con las de hoy, plagadas de publicidad
seductora. Quizás luego de leerlo entenderían el sentido profundo de
eso que Jack Kerouac llamó en On the Road el placer “de todo ese
vagabundeo”.
Viajar es ir al encuentro del otro. De lugares desconocidos. Quien
vive en otra circunstancia al igual que el de casa, trabaja en el sentido
más amplio de la palabra. Construye lo mismo espacios físicos que
sueños, edifica el espíritu a través del arte o la música. El encuentro
entre los diferentes permite el crecimiento personal y de las socieda-
des cuanto inevitablemente nos vemos en los otros. Y estos en nosotros mismos. El círculo infinito de la vida.
Viajar, viajar
Sin embargo, en estos tiempos en que viajar se ha vuelto tan cotidiano como ir al trabajo, llega a ser algo lejano de la aventura y el
conocimiento. Los nuevos viajeros están a merced de los tour operadores, hoteles y ahora las líneas aéreas, que como cualquier empresa
económica, diseñan su oferta y la venden en los mercados en forma
de paquetes bien envueltos y al alcance de los distintos bolsillos o las
expectativas de recreación.
Pero hay que recordar que este nuevo viajero, a diferencia del que
encarnan Goethe, Humboldt o Kerouac, además de buscar del disfrute de su tiempo de ocio quiere satisfacer su propio concepto de cultura o mejor dicho, el que subliminalmente sugiere y llega imponer la
publicidad turística.
Q
33
Recordemos, por ejemplo, que la publicidad nos sugiere que si es
turismo ecológico entonces hay que ir a montañas nevadas salpicadas
del verde de grandes pinos; si es playa es paradisíaca y hay mujeres
sensuales con poca ropa y piel bronceada; en cambio, si hablamos de
turismo cultural, entonces las imágenes son las de los grandes museos
y monumentos históricos. Por el contrario, cuando nos referimos al
turismo religioso, entonces qué mejor que la perspectiva majestuosa
de las grandes catedrales y los lugares de culto; si es turismo cinegético, entonces grandes nichos naturales donde reposan las aves migrantes.
Y así, la lista podría hacerse tan larga como la oferta segmentada
y llena de colorido.
¿Pero hay tiempo para ir lejos en estos temas en viajes de una o
dos semanas (por no decir en un fin de semana)? Claro que no, salvo
que el viajero tenga antecedentes y dirija de mejor forma su viaje optimizando su tiempo. No es el caso de la amplia mayoría que va por la
libre buscando satisfacer sus apetitos con las nuevas sensaciones que
ofrece el turismo de paquete.
Turista posmoderno
Mario Vargas Llosa, en su libro más reciente de ensayos, La Civilización del Espectáculo, refiere que en estos tiempos como nunca, la
gente se desplaza por todos los rincones del mundo. El turista ahorra
y frecuentemente quiere ver mucho en poco tiempo. Desea estar en
aquellos lugares obligados de la publicidad turística. Nunca más como
un Carlos Monsiváis que llegó a los 40 años sin conocer Europa.
Cómo no estar en París y visitar la Torre Eiffel, o en New York sin
tomarse la foto en Times Square, o en el DF sin recorrer al Zócalo, o
disfrutar de la belleza del Palacio de Bellas Artes; y en Mazatlán, cómo
no pasear por su Centro Histórico y no comer en el Pedro y Lola, reír
y beber una cerveza en La Fonda del Chalío, o disfrutar de un ceviche
en el Restaurant El Faro. Y no sólo eso: hacerse la foto o el video para
dejar testimonio de que por ahí se paso. La foto es la encarnación de la
verdad. El registro de lo caminado. Lo vivido, así sea poco y simulado.
34 Q
Sin embargo, esta experiencia fugaz de imágenes, olores, sabores
y texturas, no va más allá de una simple experiencia sensual que nos
hace sentir momentos “inolvidables”, “irrepetibles”, “únicos”.
El turista posmoderno se caracteriza por la rapidez y la necesidad
de lo inmediato, pues no puede ir más allá del momento crepuscular
del viaje, sino tener la sensación de que rompió con la rutina del día
a día y fue aunque sea por unos días, dueño de su tiempo y destino.
Abandonó, así sea por un tiempo breve, el centro de trabajo, para
viajar con la expectativa de experiencias radicalmente distintas a las
cotidianas.
Sustituyó el espacio de las obligaciones del hogar por el servicio
que presta un lanchero, un mesero o los empleados de un hotel.
Abandona el barrio para ir a lugares donde todo está dado para el
disfrute y la exaltación de los sentidos.
En fin, la sensación de que dejó atrás, así sea momentáneamente,
el fastidio de la rutina y la calamidad del tiempo comprado para ver
otras caras, cuerpos e intereses.
Es por eso que cuando este turista vuelve a su cotidianidad siente
que descansó de la rutina, aunque el viaje muchas veces suele ser más
pesado con los trámites, llamadas, mensajes, colas, maletas, incomodidades. O ya en el sitio: alcohol, comida, sexo y desveladas en exceso.
Necesita entonces el reposo del hogar para recuperar fuerzas y estar de
nuevo en sus ocupaciones, y pasado un tiempo, volver a otra andada
turística que siempre resulta irresistible.
Anfitrión
En este relajamiento fugaz que optimiza el tiempo fugado con cronómetro, se necesitan las mejores condiciones posibles de un entorno amable. Se dice que el turismo de masas necesita lugares seguros,
donde sus clientes puedan desplazarse de un lado a otro sin asumir
mayores riesgos.
De lo contrario, los operadores de tours se van con sus clientes,
como sucedió con los cruceros que llegaban desde California a Mazatlán y que luego del incremento de la inseguridad, decidieron cancelar
sin tomarse la foto en Times
pasear por su Centro Histórico
El Faro.
ese destino en su recorrido por la llamada Riviera del Mar de Cortés.
Eso obliga a los gobiernos a reforzar los mecanismos de seguridad y generar una atmósfera adecuada a las necesidades del turista
posmoderno. Esto explica que abierta o discretamente se vigilen los
recorridos, limpien zonas conflictivas y pongan más policías y cámaras de vigilancia.
Esta actitud preventiva es razonable, pues no hacerlo significa
mayor inseguridad y subsecuentemente más desempleo. Pero si hay
mayor desempleo, también es mayor el riesgo de nuevos delincuentes.
Es un círculo vicioso que afecta negocios y familias que dependen de
esos ingresos. Y sin ellos es la vil penuria.
Mazatlán, por ejemplo, se presume por algunas voces oficiosas
con un desatino que le nombra “el lugar más seguro de Sinaloa”. Toda
la ruta debiera ser igualmente protegida, pues si bien no tenemos los
crímenes de alto impacto de otros años, lo cierto es que la inseguridad
no ha cesado y se vive cotidianamente en sus calles. El riesgo de ser
asaltado y agredido en cualquier esquina sigue siendo preocupante.
Sean vecinos o turistas.
Entonces, eso quiere decir que los programas del combate contra
la inseguridad no están funcionando al cien por ciento y se necesita
reforzarlos a manera de generar ambientes más confortables y amables para el turista que llega a disfrutar de nuestras playas, restaurantes, teatros, pueblos aledaños. De su gente.
Las necesidades del llamado turista posmoderno han cambiado, y ello ha llevado a un cambio en las políticas empresariales y de
gobierno, unos ofreciendo más servicios recreativos que encuentran
su máxima expresión en los “complejos turísticos” y “cruceros” todo
incluido, con la política de satisfacer las exigencias de servicios de calidad en un ambiente exclusivo con iguales. Los otros, generando infraestructura y embelleciendo los destinos, aun cuando sus esfuerzos
no culminen en una mayor recaudación pública.
No ayudan mucho las malas noticias generadas en los últimos
meses en varios destinos turísticos mexicanos, mucho menos las advertencias de viaje que han emitido algunos gobiernos a favor de sus
ciudadanos y recomiendan a dónde ir y a dónde no. No obstante, el
viajero toma la última decisión y es él quien decide si va o no a tal o
cual lugar.
Los mexicanos están viajando como nunca, tanto hacia los destinos nacionales como a los extranjeros. Eso habla bien del estado que
guarda la economía, pero sin duda, también de que la propensión del
viajero posmoderno se ha inoculado del virus de la inmediatez. Lo
efímero y lo fugaz.
Nada de lo que movió a Goethe y menos al inalcanzable Humboldt, o al vago sin remedio de Kerouack.
Q
35
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Deudas de los europeos
en América Latina
Edilberto Cervantes
M
onterrey.- Hace algunas semanas los medios de comunicación informaban que el avión
del presidente Evo Morales no había
recibido autorización para una escala
técnica en su vuelo de regreso de Rusia
hacia Bolivia. El escándalo diplomático
que se generó sirvió como cortina de
humo para no dar espacio informativo
al contenido del discurso que Evo Morales acababa de pronunciar en la reunión
de Jefes de Estado de la Comunidad Europea.
En ese discurso Morales les planteó
a los Jefes de Estado la deuda histórica
que tienen los europeos con los países
latinoamericanos.
“Consta en el Archivo de Indias –
dijo Morales– papel sobre papel, recibo
lamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil
kilos de oro y 16 millones de kilos de
plata provenientes de América”.
Eso tiene que ver con ¿saqueo?, “expoliación”, ¿genocidio?, se preguntó
Morales.
¡No! –se respondió a sí mismo–
“Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones
de kilos de plata deben ser considerados
como el primero de muchos otros préstamos amigables de América destinados
al desarrollo de Europa”.
Lo contrario –subrayó– sería presumir la existencia de crímenes de guerra,
lo que daría derecho no sólo a exigir la
devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
“Por eso –propuso el presidente boliviano– al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos
un uso racional, responsable o por lo
menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo
Indoamericano Internacional?”
“Deploramos decir que no”.
“Al decir esto aclaramos que no nos
rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias
tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de
interés, que los hermanos europeos coNos limitaremos a exigir la devolución
de los metales preciosos adelantados,
más el módico 10 por ciento, acumulado
36 Q
sólo durante los últimos 300 años, con
200 años de gracia”.
Ese fue el contenido del discurso de
Evo Morales que no mereció atención
de la prensa internacional. En la de México, La Jornada publicó un artículo de
Abraham Nuncio con una interesante
referencia al mencionado discurso.
Al reclamo de Evo Morales, por esa
deuda histórica, se está sumando otro
reclamo igualmente legítimo por parte
de las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (la CARICOM).
Las naciones del Caribe atribuyen el
origen de su actual pobreza material a
la esclavitud y al genocidio perpetrado
entre los siglos XVI y XVIII con al menos
doce millones de africanos que fueron
secuestrados en la costa occidental de su
continente y llevados a las plantaciones
de los imperios de España, Inglaterra,
Holanda, Francia y Portugal en el, para
los europeos, Nuevo Mundo.
El reclamo del CARICOM ha tomaabogados inglesa Leigh Day & Co. ejercerá la representación de la Comunidad
del Caribe.
En junio de 2013, hace apenas dos
vo una victoria en un caso similar, al
lograr que el Reino Unido admitiese haber torturado a más de 5 mil rebeldes de
la guerrilla keniana Mau Mau entre los
años 1952 y 1960. Como resultado del
juicio, las víctimas y sus sobrevivientes
obtuvieron una compensación, la cual
sumó 30.5 millones de dólares. Un gran
triunfo legal y humanitario, aunque el
resarcimiento económico no parece ser
Entre 2004 y 2011, Jamaica, Guyana
y Antigua y Barbuda han intentado, sin
éxito, obtener algún tipo de compensación de parte de los países europeos intiempos de la colonia.
“Antes que nada, queremos que Europa se disculpe, pues hasta ahora han
emitido declaraciones de arrepentimiento, pero ningún país se ha disculpado.
Luego queremos infraestrcuturas para
el desarrollo: escuelas, centros de salud,
carreteras, hospitales. Y queremos que
acabe el racismo”, señala la historiadora
Verene Sheperd, quien dirige la Comisión de Reparaciones de Jamaica.
El señalamiento de Evo a los Jefes de
Estado es de gran trascendencia al igual
que el reclamo de las naciones del Caribe. Se trata de enjuiciar y acotar hechos
que por ser historia se han ido dejando
al olvido. ¿Reparaciones de guerra o
compensación humanitaria? ¿Saqueo
con el uso de la fuerza y subyugación
del vencido?
MALDITOS HIPSTERS
Ironías de la natación
en Monterrey
Luis Valdez
M
onterrey.- Vivir en esta ciudad ya no se trata sólo de
soportar el calor, cuidarse de arañas violinistas o de
disparos en las cocheras de las casas. De vez en cuando
también hay que practicar la natación para cruzar una calle o salir
del paso a desnivel donde se quedó tu auto.
¿Se aplica en Monterrey la costumbre de pedirle al santo que
llueva, al día siguiente volver a pedirle, al siguiente también, y
luego del aguacero sacarlo para que vea el desmadre encharcado
que dejó?
Dicen que esta práctica suele suceder en pueblos de Tamaulipas y del sur de Nuevo León. En Monterrey se nos han ido muchas costumbres. La gente olvida demasiado pronto. Ayer mismo
pudieron decir “siempre hace calor”, y se quejarían “siempre está
lloviendo y las calles todas inundadas.”
Tengo un par de meses viviendo en San Nicolás. Este municipio tiene fama de que cuando llueve se convierte en un megacharco. Es verdad. No hay tanta basura como en Monterrey, pero
el efecto es el mismo: calles como ríos. Los taxistas dicen que el
municipio creció tan pronto que a los del ayuntamiento no se
les ocurrió meter alcantarillado. ¡Pero eso deja en vergüenza a
Monterrey! ¿De qué carajos le sirve tanta alcantarilla si con los
papeles y bolsas de plástico se tapa todo y el agua se queda en la
superficie?
Si dicen que en Monterrey no hay cultura del agua, bueno,
debemos reconocer de una vez que tampoco tenemos cultura del
exceso de agua.
Deberemos aprender a ser hombres al agua, hombres nadando, para que no se nos haga agua la boca cada que caminamos a
la orilla del Canal Santa Lucía y mientras el sol quema nuestras
cabezas, anhelamos arrojarnos al agua y nadar un par de minutos… se supone que no era recomendable hacerlo porque había
químicos en exceso, pero un par de meses después se organizó
una carrera de natación en pleno canal.
El ayuntamiento te dice las mentiras que quiere.
Aprender y practicar la natación en Monterrey es una ironía.
Sólo se utiliza dos o tres veces al año; pero resulta, como el calor,
las arañas y los balazos, una cuestión de vida o muerte.
Q
37
MUROS Y PUENTES
Blackbird
(Lucrecio en Austin)
Raúl Caballero García
D
allas.- Habíamos coincidido en un festival en Austin,
Calle Sexta (¿dónde más en esa ciudad universitaria,
pletórica lo mismo de activistas que de músicos por vocación?),
esa avenida que en ambas aceras ofrece toda clase de bares y
cafés y en cada establecimiento sus momentos de música en
vivo. Mucha música, casi siempre en vivo. Cuando decidimos
cenar, fuimos a un sitio de costillas y mariscos tipo Nueva Orleans; una mujer al fondo tocaba el piano, algarabía pero todo
en calma, risas y rumores en el espacio acogedor.
Lucrecio se echó una de esas charlas en las que los demás
callamos para disfrutarla; salió el tema del jazz, del que es
le hace la observación sobre su cultura), y cuando en su rollo
apareció Charlie Parker elaboró como marco un discurso en el
que volaban pájaros negros. Poetizó con la Yardbird suite de
Parker, quien también era conocido como Yardbird.
“Sí, sí, también era Bird”, concedió Lucrecio a Mita con
gesto aburrido, pero prosiguió. En su discurso, abrió una jaula
como un prestidigitador verbal y dejó libre a un soldado de la
segunda guerra mundial. De pronto una bandada de cuervos
era un pájaro solo, acaso una urraca de nuestra región, acaso
un mirlo como los que se ven en el norte texano. Me quedo
para mí con la imagen de un joven cuervo.
No era el extraordinario
de la canción escrita por
White Album), pero era en cambio el black bird de la que can.
sitor Ray Henderson (un blusero de los veinte) y la letra es de
Mort Dixon, ambos crearon juntos varias piezas en esos años.
primero fue grabada por Gene Austin (un jazzista texano) en 1926, y por ella en los ochentas se le hizo un
reconocimiento póstumo a John Coltrane, por su interpretación
en su disco homónimo.
Lucrecio Petra es un viejo entrañable amigo que se me apareció en la Guadalajara de los setenta; luego me salió en una
(como suele decir Laura Blas) hoy vive en Corpus Christi (“asegún”, porque él y Laura se pasan temporadas en diversas ciudades). Nos visitamos, nos escribimos, nos encontramos como
esa vez en Austin.
ha sido grabada por más de cuarenta artis-
38 Q
tas y ha sido usada por distintos coreógrafos en Broadway. En
el 2012 la sacó de nuevo McCartney, y es uno de los momentos
más dulces de su álbum. Coincido con Lucrecio: McCartney
acompañado de Diana Krall al piano y la sinfónica de Londres
rodeándolo, canta una pausada y dulce canción.
Digresión (dijo Lucrecio sin salirse en realidad del tema de
la música y sus creadores): llaman la atención los últimos trabajos del ex Beatle.
escubre su pasado juvenil? Si el título y la foto de portada lo sugieren (en la portada aparece él en una foto de 1962 tomada por
su hermano Mike, tocando la guitarra en el patio de su casa de
Liverpool), el contenido para mí es un recogimiento interior
donde habita la confusión que abre la paradoja de su creación,
en el patio se encierra (entre comillas) alejándose del planeta
exterior.
Es un Paul desconocido hasta entonces, ciertamente. La
edad te renueva. Es un sonido-sorpresa, es un disco que innova yéndose al pasado. Luego, en Memory Almost Full, es claro
su vuelo planeando por su infancia. Ojo: en el trabajo anterior
era el artista adolescente y en este que le sigue visita el mundo
de su infancia. Ahí va Paul el memorioso, evocando emociones,
recordando ciertos veranos. Es un disco retrospectivo y muy
personal.
Y en
nos sale con las de papá y mamá: el
jazz en su apogeo. Paul se sumerge en el útero materno, es un
disco por demás intimista, hace un interesante recorrido por
el Great American Songbook y sólo una pieza es propia (My
Valentine); sacó una edición de lujo con dos temas extra y uno
de ellos también es suyo:
. Si en esos últimos tres
discos volvió a la adolescencia, y luego a su infancia, y entonces a una especie de estado fetal… ¿A dónde se remontará para
el próximo, si podemos esperar otro?
fue convertida en propaganda nazi por Jojara la política hitleriana, como un intento de desmoralizar a las
fuerzas de los aliados… pero tal propósito se trocó disparate
porque su letra y su melodía fueron censuradas en la Alemania
nazi. Los jerarcas nazis prohibían los estilos musicales progresivos, como el jazz.
Así es que
desde su creación en los veintes, se vino convirtiendo en una rareza consentida por muchos,
ambas aceras ofrece toda clase de bares y cafés y en cada
establecimiento sus momentos de música
lo cursi”, tuvo el tino de no dejar de decirnos); entre las muchas
lecturas de su ambigüedad se destacan dos, encontradas, una
en la que atribuyen la encarnación de una prostituta que se sale
del negocio para volver a casa con su madre y, desde el lado
contrario, otra en que se propone que la prostituta retorna a “la
casa del sol naciente”, que es un eufemismo de prostíbulo en la
Nueva Orleans de principios del siglo pasado.
Como sea, es una despedida para alguien suave y dulce,
cuyo trino es bien raro y por lo mismo muy apreciable. Circula
el número de una deliciosa coreografía que se incluye en el musical Fosse, del que Lucrecio no dijo nada más que su mención,
pero en cambio citó como un epígrafe para la siguiente parada
en la Calle Sexta, parafraseando de la versión de McCartney
estos versos: “Make my bed and light the light, / I’ll arrive late
tonight. / (…) / Oh Blackbird bye bye”.
Por la madrugada, a punto de culminar la velada, le hice
ver que la charla en el Dick’s Last Resort versó sobre otros pájaros, menos sobre Bird, con quien se inició. Se me quedó viendo
como una rara avis observaría a un ornitólogo tratando de desentrañar una complicada simpleza.
Ya era tarde, sin duda.
Q
39
de frutos acres madurados en dos ciclos y en dos lenguas
bébela, mujer en ruinas, bébela y vomita
arañas dromedarios libros huesos nidos de pájaro músicas escaleras pesticidas
frutas recién cogidas del árbol cucarachas leche hervida puercos muertos
piedras vueltas molcajetes arroyos secos con mierda nixtamal moscas
mosquitos sanguinarios amaneceres hostiles meados de borrachos
voces estridentes árboles quemados por el sol rebozos deshilachados
hostias sin bendecir enaguas enlodadas alacranes colorados zapatos manteca
cántaros sin agua conchas y cuernos
bébela, mujer recinto, bébela y vomita
niñas vejadas en lo oscurito niñas pendejas niñas inútiles niñas obedientes
niñas sin cerebro niñas sin lengua niñas de ojos desmesurados
niñas aterradas de tus pesadillas niñas ultrajadas mientras a ti te ponen
una pistola en la sien
niñas con la entrepierna cubierta de semen y los ojos vacíos
niñas temerosas del diablo niñas a las que les chingaron la madre
niñas con el culo adolorido niñas agazapadas en viejas gordas y cuarentonas
niñas pegajosas niñas estorbo niñas asombradas ante el espejo niñas esperpento niñas
abandonadas
bébela, mujer desollada, bébela y vomita
vacíate, huella de mujer, y ábrete de piernas
empínate
tu locura busca su lugar
Margarita Hernández Contreras
40 Q
ENTRELIBROS
El Palomo y el Gorrión
En Ingratos ojos míos (Miguel
gratos ojos míos. Miguel Luna y
la historia de El Palomo y el Gorrión. 2ª Ed., Edit. UANL, Monterrey, 2013.) un ícono de la
música norteña –Miguel Luna–
le cuenta a Guillermo Berro1958) la historia de El Palomo
y el Gorrión: sus orígenes (en
1957) su familia, su tierra, sus
grabaciones, sus giras, su experiencia con los promotores,
sus triunfos, sus amigos de la
farándula, sus penurias y hasta
sus amores.
Un accidente sufrido por
Miguel (La Ascención, N.L.,
1948-Monterrey, N.L., 2010) a
los siete años, que le costó perder la vista del ojo izquierdo,
provocó el inicio de una fulgurante carrera al viajar por pueblos y ciudades (junto con su
padre y sus hermanos Lupe y
Cirilo) en busca de la atención
médica adecuada y cantando
donde podían para juntar dinero (“en los camiones, en las
cantinas, en las plazas públicas,
en los mercados”, p. 158), sin
faltar radiodifusoras, escuelas,
rancherías y calles.
Lupe se cansaría pronto de
esa vida y se retiraría, pero Miguel (acordeón) y Cirilo (guitarra y posteriormente redova
y batería) continuarían como
dueto. El nombre de El Palomo y el Gorrión se los pondría
don Guillermo Acosta (entonces director de Discos Musart)
cuando escuchó al padre de los
niños llamarlos así. “Dice papá
que a mí me puso Gorrión porque me parecía a esos pajaritos
que cuando nacen tienen muy
pocas plumas y como yo estaba
casi pelón al nacer me bautizó
así. A Palomo (Cirilo) porque
cuando nació era gordito, lleno
de carnes y como los palomos
son pechugones, por eso le
puso así.” (p. 47.)
El éxito llegaría con su primer L.P. en Discos D.L.V.: “En
ese L.P. (…) todas las canciones
pa, Ingratos Ojos Míos, La Elisa, Ya no Quiero Limosna, Solito Mejor Solito, Dimas de León,
Mi rancherita, Amargo licor, El
pájaro prieto, Elpidio Paso.” (p.
84.)
Ese éxito propiciaría más
discos, más giras, más programas de radio y televisión y, sobre todo, más bailes: “Nosotros
iniciamos los bailes masivos”
(p. 103), “nosotros llenábamos
en aquel entonces (los años 60)
tres o cuatro cuadras de gente
que venían de las rancherías y
se amontonaban para oírnos
blo con nosotros. Si teníamos
que presentarnos dentro de un
salón, no nos dejaban entrar; y
entonces tenían que armar un
escenario arriba de un camión o
en el crucero de una calle y desde allí veíamos a la gente por
todos lados.” (p. 86.)
¿A qué se debió el éxito
de El Palomo y el Gorrión? ¿A
que eran unos niños de 9 y 11
años? ¿A que tocaban música
norteña? ¿A su simpatía? ¿Al
trabajo intenso? En opinión del
sociólogo local Víctor Zúñiga,
el secreto era la forma de cantar
de Miguel Luna: “Y es que él no
cantaba, él gritaba, con un grito
que surgía del pecho; un grito
poético (…) La música para él
estaba adentro y tenía que salir, como un torrente, como un
huracán. Conmovía, conjuraba,
alisaba el mundo, armonizaba
las memorias.” (p. 149.)
Mascotas Muertas
Mascotas muertas (no es otra estú-
llevan tu cabeza o te hacen pedacitos. (…) te cuelgan en un
puente peatonal y te ponen un
mensaje con mala ortografía.”
(Rogelio, p. 69.)
Encima de todo esto, Lou
convence a su editor en jefe
de trabajar en casa para espiar
a Judith porque sospecha que
ésta tiene relaciones íntimas
con un político importante y
quiere la exclusiva para dar la
campanada. Su jefe acepta porque también quiere lo mismo.
El estilo de Luis Valdez
(Monterrey, N.L., 1976), es coSus personajes bordean lo ab-
, es una novela donde la violencia latente conforma
las vidas de un grupo de nuestra ciudad tomado al azar: Lou
Rodríguez (periodista), Lucía
(su hermana), Judith (vecina),
Karlita (vecina), Rogelio (vecino), Silvia (vecina), Renacentista Cristiano (novio de Silvia) y,
en menor medida, Laurita (sobrina de Judith).
por diversos lazos: Lou y Rogelio son amigos desde la infancia; Lou anda o ha andado con
Silvia, Judith y hasta con su hermana Lucía; Rogelio es novio
de Karlita; Silvia y Judith han
andado con muchos. Además,
Lou y Lucía se drogan juntos.
ma zona habitacional (los
Condominios Constitución de
Monterrey) y son víctimas de
espionaje dizque para protegerlos de los naZis (con zeta
mayúscula, para evidenciar la
referencia a cierto grupo delictivo).
ción imperante: “Aquí a todos
nos desaparecen en cualquier
momento. Se requiere de valor,
porque la vida nunca ha sido
una cosa segura” (Judith, p.
72), “¿Quién chingados quiere
competir a ver quién besa más
pronto a la puta muerte?” (Lou,
p. 42). “Ahora sí podemos decir
que están por todas partes. Se
cargan con el fatalismo de un
destino que parece inminente.
ce colgada de un puente, Lucía
ya no despierta, Judith se marcha con uno de sus amantes y
Karlita y Rogelio parten al sur
del país.
Lou se queda solo: sin hermana, sin amigos, sin pareja,
sin vecinos y sin exclusiva periodística. Ahora volverá a su
trabajo en la sección “Doctora
de Mascotas Solitarias”, donde
publica cartas sobre casos extraños que él mismo se escrisabes manejar las cosas con un
(…). Luego te envía cartas al
periódico y haces como si atenderlo fuera tu verdadero trabajo.” (p. 72.)
Una de esas cartas es de
Joaquín Vicente, personaje extrapolado de otro libro del auquien le cuenta que obtuvo la
lencería que usaba María Félix
al momento de morir. Como su
padre era travesti (y por eso lo
expulsaron del Partido Comunista) decidió regalársela. Para
ello fue al panteón y la quemó
sobre la tumba donde reposan
los restos paternos: “si mi padre
tuvo derecho a ser un travesti,
¿por qué no tener derecho a ser
también una diva?” (p. 27.)
Eligio Coronado
Q
41
DÉCIMAS DEL PROFETA
BERNA
G. Berrones
Sexenio de libertad
Esa CNTE
Ya salió Caro Quintero,
al que tenían enjaulado;
los gringos muy enchilados
reclaman a Peña Nieto;
y se dice que Don Neto
también muy pronto se va;
¡miren, qué casualidad!
ya en el sexenio se fue
Raúl Salinas, Cassez
los malos en libertad.
Y la Ley de Educación
pasa por su mala hora
vean a la Coordinadora
haciendo macroplantón.
Lamentable situación
enfrenta dos posiciones;
¿quién tendrá duros calzones:
si Peña Nieto en la hoguera
tiene sentado a Mancera
con las manifestaciones?
Ejército ofendido
Resulta es inexplicable
la riqueza de Raúl
pues que lo vistan de tul
como al niñito de Atocha.
Nuestras leyes están chochas
y los jueces pa’l arrastre;
¡deveras es un desastre!
lo ilícito no me explico,
el juez trae torcido el pico
y los Salinas son lastre.
Un pelotón de soldados,
por civiles retenido,
denigra y es ofensivo
para las fuerzas castrenses.
Si al ejército lo vence
política y corrupción,
consideren la ocasión
de que los mandos, airados,
se avienten golpe de estado
o surja una rebelión.
Carne asada
Si la barbarie comienza
donde se enciende el carbón
por lograr el galardón
de Guinness, récord mundial,
deveras andamos mal;
presumir no deja nada
y en la macrocarne asada
quedó basura y esmog,
bastante colesterol
y mucha gente entripada.
42 Q
Es fatídico mirar
al gobernador Medina
con el dolor de una espina
clavada en el paladar.
Certera la fue a clavar,
Arellanes, la alcaldesa,
cuando servida la mesa
del nuevo Metro y transporte
la sabotea con su porte…
sí que la Mague es perversa.

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