TRAZADO MERIDIONAL DE RAYOS
Transcripción
TRAZADO MERIDIONAL DE RAYOS
CAPITULO 2 - TRAZADO MERIDIONAL DE RAYOS I. Introducción Para el estudio de diseño óptico deben conocerse los principios básicos de la óptica física y geométrica. Sin embargo existen algunos puntos que deben ser tratados para evitar confusión o malos entendidos por parte del lector A. OBJETO E IMAGEN Todos los procedimientos de diseño de lentes están basados en los principios de la óptica geométrica, que asume que la luz viaja a través de rayos en línea recta en un medio homogéneo. Los rayos de luz son refractados o reflejados en una lente o espejo, de donde proceden para formar una imagen. Debido a las propiedades inherentes a las superficies refractantes o reflejantes, y a la dispersión del medio refractivo, la imagen de un punto raras veces es un punto perfecto, estando en general afectado con aberraciones. De la naturaleza ondulatoria de la luz deriva que la imagen más perfecta de un punto es siempre el llamado Disco de Airy. Debe recordarse que tanto objetos e imágenes pueden ser “reales” o “virtuales”. El objeto presentado a la primera superficie de un sistema es siempre real. La segunda y siguientes superficies pueden recibir luz convergente o divergente, indicando respectivamente un objeto virtual o real para esa superficie. Nunca debe olvidarse que en ambos casos el índice de refracción a ser aplicado a los cálculos es aquel del espacio que contiene los rayos entrantes a la superficie en consideración (espacio objeto para esa superficie). El espacio que contiene los rayos emergentes de una superficie se llama espacio imagen, y tanto imágenes reales como virtuales se considera que estarán en este espacio. B. LA LEY DE REFRACCION La ley de Snell se escribe en gral n’ sen I’ = n sen I donde I e I’ son respectivamente ángulos que se forman entre los rayos incidente y refractado con la normal en el punto de incidencia, mientras que n y n’ son los índices de refracción de los medios que contienen a los rayos incidentes y refractados respectivamente. El índice de refracción es la razón entre la velocidad de la luz en el aire y la velocidad de la luz en el medio, y los índices de refracción de todo medio transparente varia con la longitud de onda, siendo mayor para la luz azul que para la roja. El índice de refracción en el vacío respecto al aire es aprox 0,9997, que ocasionalmente debe tomarse en cuenta si una lente debe ser usada en el vacío. C. EL PLANO MERIDIANO En este texto solo consideraremos sistemas centrados. Un punto objeto si está sobre el eje de dicho sistema se llama objeto axial, mientras que si no lo esta se llama punto objeto extra-axial. El plano que contiene un punto objeto extra-axial y el eje de la lente se conoce como plano meridiano, constituyendo un plano de simetría para todo el sistema 1 D. TIPOS DE RAYOS Si el punto objeto esta sobre el eje de la lente, trazamos solo rayos axiales. Sin embargo, para un punto objeto extra-axial existen dos tipos de rayos a ser trazados: rayos meridionales (en el plano meridiano) y sesgados (delante o detrás del plano meridiano, sin intersectar al eje en ningún punto). Cada rayo sesgado perfora al plano meridiano en el punto objeto, y también en otro punto en el espacio imagen conocido como diapoint del rayo. Las trayectorias de dos rayos sesgados típicos se muestran en la Fig. 6. Los rayos axiales y meridionales pueden ser trazados aplicando relativamente simples formulas trigonométricas, o gráficamente si poca precisión es admitida. Los rayos sesgados son mucho más difíciles de trazar. Fig. 6: un típico par de rayos sesgados (Pág. 21) Los rayos paraxiales conforman una clase de rayos limitantes importante, que tiene muchas aplicaciones. Están tan cerca del eje óptico que sus aberraciones son insignificantes. Las formulas para tazado de rayos paraxiales no contienen funciones trigonométricas, haciéndose entonces manipulables algebraicamente. Un rayo paraxial es realmente solo una abstracción matemática, ya que si el diafragma de una lente real fuese cerrado hasta obtener una apertura tan pequeña que pudiera aislar solo rayos paraxiales, la profundidad del foco se tornaría tan grande que ninguna imagen definida podría ser localizada; aunque la posición teórica de la imagen puede ser calculada como un limite matemático. Para un rayo oblicuo en el plano meridiano es útil considerar dos rayos limitantes muy cercanos al rayo trazado, uno apenas encima o debajo de él en el plano meridiano, y el otro un rayo sagital (sesgado) justo delante o detrás del rayo trazado. Estos se usan para el cálculo de astigmatismo. 2 E. NOTACION Y CONVENCION DE SIGNOS Para este texto se considerara la notación de Conrady, excepto para los signos de las aberraciones. Hoy en día es universal la observación de aberraciones no corregidas como negativas y aberraciones corregidas como positivas. Fig. 7: un típico rayo meridional incidente en una superficie esférica (diagrama positivo) Para rayos meridionales, el origen de las coordenadas se sitúa en el vértice de la superficie refractante o reflejante; con distancias medidas, sobre el eje X, como positivas hacia la derecha y negativas hacia la izquierda del origen (Fig. 7). Distancias transversales Y en el plano meridiano son consideradas positivas, si sobre el eje, y negativas si debajo de el. Para rayos sesgados, las distancias Z, en la tercera dimensión perpendicular al plano meridiano, son generalmente consideradas positivas cuando detrás del plano, porque luego las dimensiones Y y Z ocupan sus direcciones normales cuando observadas desde el espacio imagen mirando a través de la lente. Sin embargo en un sistema centrado todas las dimensiones Z son simétricas respecto del plano meridiano, así que cualquier fenómeno que resulte en una dimensión +Z es emparejado por un fenómeno similar con una dimensión idéntica –Z, como si todo el espacio Z fuera hecho imagen por un espejo plano sobre el plano meridiano mismo. Para los ángulos, debemos observar la cuesta U de un rayo meridional como positiva si la rotación que nos lleva del eje al rayo esta en la misma dirección que las agujas del reloj, y el ángulo de incidencia I como positivo si la rotación que nos lleva de la normal al rayo esta en la dirección contraria a la de las agujas del reloj. En el sistema Conrady la altura del rayo paraxial y equivale a (lu), pero en el nuevo sistema propuesto esto deviene (-lu). La presencia de estos signos negativos es un gran inconveniente, y debemos por lo tanto continuar usando la convención de ángulos de Conrady. Por último, todo dato relativo a la porción de un rayo situado en el espacio a la izquierda de una superficie, generalmente el espacio objeto, se representa con símbolos secundarios, mientras que los datos referidos a la porción de un rayo situado en el espacio a la derecha de una superficie, se representan con símbolos principales. En un sistema de espejos, donde los espacios objeto e imagen se superponen, los datos del rayo entrante son secundarios mientras que los que se refieren al rayo reflejado son principales, aunque ambos rayos estén físicamente en el mismo lado del espejo. 3 II. Trazado de rayos en forma gráfica Procedimiento basado en la construcción de Snell y descrito por Dowell y van Albada (Fig. 8). Fig. 8: Trazado de rayos en forma gráfica (Sigue explicación de la forma de graficar rayos con el método de Dowell ya conocido) Un rayo puede ser trazado gráficamente a través de una superficie asférica si la dirección de la normal es conocida. Una superficie parabólica es particularmente simple, ya que la subnormal de una parábola equivale al radio del vértice (Fig. 8) III. Trazado de rayos trigonométrico en una superficie esférica La trayectoria de un rayo meridional a través de una sola superficie esférica refractante puede ser trazada con alta precisión a través de varios procedimientos bien establecidos que no serán descriptos. El rayo emergente de una superficie es luego transferido a la siguiente superficie, donde todo el proceso se repite hasta que el rayo emerja en el lugar de la imagen final. A. EL METODO (L, U) Durante muchos años, especialmente cuando los logaritmos eran usados en los cálculos, era habitual definir un rayo en relación a una superficie nombrando a la cuesta, ángulo U, y a la intersección, longitud L. Sin embargo este método es rara vez usado hoy en día porque L puede convertirse en infinito, y en cualquier caso el método no sirve para radios muy largos o superficies planas. Ninguna de estas posibilidades es aceptable cuando se diseña un programa de computación para trazar rayos, y consecuentemente hoy en día se aplican otros métodos. 4 B. EL METODO (Q, U) Acá el rayo es definido en relación a la superficie declarando la pendiente del rayo, ángulo U, y la perpendicular, distancia Q del rayo desde el vértice de la superficie. A fin de derivar en las ecuaciones de trazado de rayos, consideramos Fig. 9ª, donde una recta paralela al rayo que pasa por el centro de curvatura de la superficie ha sido trazada. Esta recta divide a Q en dos partes, por lo tanto Q = r sen I + r sen U. De esta relación encontramos que sen I = Qc – sen U (4a) donde c es la curvatura de la superficie, la reciproca del radio de curvatura. Fig. 9: Desarrollo de las ecuaciones de trazado de rayos. (a) Radio corto; (b) universal; (c) la transferencia Ahora por la ley de refracción determinamos el ángulo de refracción como sen I’ = (n / n’) sen I (4b) y como el ángulo PCA equivale a U + I y U’ + I’, evidentemente U’ = U + I + I’ (4c) Por ultimo calculamos Q’ del rayo refractado colocando “primas” en todos los términos de la ecuación (4a) Q’ = (sen U’ + sen I’) / c (5) Esta ecuación sirve cuando el radio de curvatura es bastante corto como para que c sea largo, pero en una superficie débil de radio largo, I’ se acerca a – U’, haciendo que Q’ sea el radio de dos números muy pequeños; mientras que si la superficie es plana, Q’ es 0/0 e indeterminado. Consecuentemente otras ecuaciones han sido desarrolladas para reemplazar la ecuación (5). En la Fig. 9b dibujamos una recta perpendicular desde el punto de incidencia P al eje de la lente y otra perpendicular desde el vértice A de la superficie a la normal. Estas perpendiculares intersectan en O, y por triángulos iguales vemos que OA = OP = G. Ahora trazamos una línea paralela al rayo que pase por O para dividir Q en dos partes, siendo la superior (G cos U) y la inferior (G cos I). Por lo tanto Q = G (cos U + cos I), y G= Q / (cos U + cos I) 5 La virtud de esta relación es que los cosenos son siempre positivos, y por lo tanto G es siempre casi igual a una mitad de Q, más o menos. Bajo ninguna circunstancia esta expresión puede ser indeterminada. Agregando “primas”, llegamos a la relación final: Q’ = G (cos U’ + cos I’) (6) Para una superficie plana, una pequeña consideración muestra que sen U’ = (n/n’) sen U , Q’ = Q cos U’ / cos U 1. Transferencia La transferencia del rayo desde una superficie a la siguiente el clara en la Fig. 9c, en donde Q2 =Q’1 – d sen U’1 2. Cálculos de derecha a izquierda Las ecuaciones comunes pueden ser usadas para trazar un rayo en una dirección de derecha a izquierda, pero ahora se nos son dados U’ y Q’ y debemos determinar U y Q. En la transferencia debemos ahora sumar (d sen U2) a Q2 para obtener Q’1. Recordar que los símbolos sin “primas” se refieren a secciones de rayos a la izquierda de la superficie, y los símbolos con “primas” a secciones de rayos a la derecha de la superficie. 3. Resumen Como a veces necesitamos conocer las coordenadas X, Y del punto de incidencia de un rayo en una superficie, agregamos ecuaciones convenientes en el resumen a continuación. Las ecuaciones para el trazado meridional de un rayo pueden resumirse de la siguiente manera: sen I = Qc – sen U sen I’ = (n / n’) sen I (7) U’ = U + I – I’ Sólo para radios cortos: Q’ = (sen I’ + sen U’) / c Universal: G = Q / (cos U + cos I) Q’ = G (cos U’ + cos I’) Apertura: Q inicial = L sen U Transferencia: Q2 = Q’1 – d sen U’1 Cierre: L’ = (Q’ final ) / (sen U’ final) Punto de incidencia Y = sen (U + I) / c , X = [ 1 – cos (U + I)] / c , Y = G [ 1 + cos (U + I)] X = G sen (U + I) (8) 6 Se anticipa que los cálculos en todo este texto serán efectuados en una pequeña calculadora electrónica en la cual senos y arcosenos se expresan con 8 a 10 cifras significativas al apretar un botón. Solo algunas de las cantidades computadas necesitan, por lo tanto, ser grabadas o “memorizadas” y los ángulos serán expresados a 5 decimales de un grado, o 1/28 segundos de arco. Obviamente esta precisión es mucho mayor que aquella con la que pueden fabricarse partes ópticas, pero como usualmente calculamos aberraciones como la pequeña diferencia entre dos números grandes, muy cercanos a ser equivalentes, esta precisión extra es muy útil. 4. Casos especiales Existen dos casos especiales que deben ser reconocidos: a. Si el seno de I es mayor que 1.0, esto indica que el radio es tan corto que el rayo pierde (o le erra a) toda la superficie b. Si el seno de I’ es mayor que 1.0, esto indica reflexión total interna Para el trabajo manual, un arreglo conveniente al cálculo se muestra en la Tabla I. Esto representa el trazado de un rayo marginal entrando, paralelo al eje a una altura de 2.0, en un doblete cementado de distancia focal 12, con la siguiente estructura: Fig. 10: Un doblete cementado (objetivo) Nótese que en esta tabla de computación el seno de la pendiente del rayo está escrito sobre el propio ángulo U porque se requerirá dos veces más, para la transferencia y de nuevo para el cálculo del seno de I en la siguiente superficie. También vale la pena registrar el coseno de U debajo del ángulo, ya que se requerirá para el cálculo de G. Los valores X e Y han sido agregados al final de cada superficie, aunque no siempre son necesarios. Los datos relativos a las superficies aparecen en las columnas, mientras que los datos referidos a los espacios entre las superficies aparecen en las líneas divisorias verticales entre los datos de la superficie. 7 Tabla I Trazado de un rayo marginal al atravesar un doblete cementado C. PROGRAMA PARA UNA COMPUTADORA Al programar este procedimiento en una computadora, es por supuesto posible usar las subrutinas de seno y arco seno disponibles, pero generalmente es mucho más rápido trabajar con raíz cuadrada recordando que sen (a + b) = sen a cos b + cos a sen b y que cos (a + b) = cos a cos b – sen a sen b Dadas Q, seno de U y coseno de U, las ecuaciones a ser programadas son: Transferencia: Q2 = Q’1 – d sen U’1 Nota: las tres ecuaciones en (A) y (B) son idénticas, con diferentes números sustituidos. Es por lo tanto conveniente escribir una “subrutina de productos-cruzados del coseno” para manipular las tres ecuaciones, y sustituir los números apropiados cada vez que se utiliza. Recordar, por supuesto, que el coseno de un ángulo negativo es positivo. Al usar esta 8 rutina es necesario arrastrar el seno y el coseno de U’, que serán seno de U y coseno de U para la siguiente superficie. IV. ALGUNAS RELACIONES ÚTILES A. LA FÓRMULA DEL ESFERÓMETRO La relación entre la altura Y y la sagital X de una superficie esférica de radio r es normalmente pedida. Es evidente de la Fig. 11 que r2 = Y2 + (r – X)2 ; entonces X = (X2 + Y2)/2r = r – (r2 – Y2) ½ Esto puede expandirse por el teorema del binomio para dar Como r puede ser infinito, generalmente es mejor expresar X en términos de la curva c de la superficie antes que del radio r. Escribiendo c = 1/r nos da X = cY2 / [1 + (1 – c2 Y2) 1/2] (10) Fig. 11: La fórmula del esferómetro. Esta expresión nunca es indeterminada. Para una superficie plana, c = 0 y por supuesto X = 0 también. B. ALGUNAS FÓRMULAS ÚTILES Existen varias relaciones útiles entre las cantidades involucradas en el trazado de rayos en una superficie esférica, que pueden ser derivadas fácilmente. Algunas de ellas son 9 Las siguientes relaciones también involucran la refracción de un rayo en una superficie: C. LA ALTURA DE INTERSECCIÓN DE DOS ESFERAS Si decidimos que dos lentes se toquen por los bordes para facilitar su montaje, debemos elegir una separación axial tal que las dos superficies adyacentes intersecten en un diámetro cuyo valor esté entre el de la apertura y el del diámetro neto de las lentes. O de nuevo, si deseamos reducir el espesor de una lente grande a su mínimo absoluto, debemos poder calcular el espesor para que las superficies de las lentes intersecten en el diámetro deseado, más una pequeña adición que nos provea el espesor de borde suficiente. Dados r1, r2, y el espesor axial d, primero calculamos D. EL VOLUMEN DE UNA LENTE Para calcular el volumen de una lente, y por lo tanto su peso, dividimos la lente en tres partes, los dos “sombreros” esféricos externos y un cilindro central. El volumen de cada sombrero se halla mediante la fórmula de volumen O eliminando r obtenemos Para varios propósitos solo es necesario usar el primer término de la fórmula (11), lo que demuestra que el espesor “promedio” del sombrero es aproximadamente ½ X. La lente entonces tiene el volumen de un cilindro de espesor ½ X1 + d - ½ X2 aproximadamente, recordando que cada X debe tener el mismo signo que su r. 10 Ejemplo: como ejemplo considérese que el espesor de la lente en la Fig. 12 tiene r1 = 20, r2 = 10, diam. = 16 y espesor de borde = 6. Fig. 12: El volumen de una lente Las sagitales de la superficie son X1 = 1.6697 y X2 = 4.00. Los tres volúmenes a ser sumados son El error en el cálculo de aproximación es solo 3%, aún para una lente profundamente curva como esta. E. SOLUCION PARA QUE EL ULTIMO RADIO DÉ UN U’ INDICADO En algunos casos necesitamos determinar el último radio de una lente para escudar un valor especificado de la pendiente U’ del rayo emergente, dados Q y U del rayo incidente en la superficie y los índices de refracción n y n’. Como I’ = I + (U – U’), 11 V. TRAZADO DE RAYOS EN UNA SUPERFICIE INCLINADA Hasta aquí hemos considerado solamente sistemas de lentes cuyos centros de curvatura yacen sobre un solo eje. Sin embargo, puede ser requerido considerar el efecto de una leve inclinación de una superficie o elemento con el fin de computar la “tolerancia de inclinación” para uso en la fábrica. Fórmulas especiales son necesarias para trazar un rayo meridional a través de dicha superficie inclinada. A. LAS ECUACIONES DE TRAZADO DE RAYOS Supongamos que el centro de curvatura de una superficie inclinada yace a una distancia δ, un lado del eje de la lente. La inclinación angular ⍺ de la superficie está dada por seno ⍺ = – δ / r , siendo ⍺ positivo para una inclinación de sentido horario. Fig. 13: Un rayo incidente en una superficie inclinada. En la Fig. 13a, P es el punto de incidencia del rayo en una superficie inclinada, C es el centro de curvatura de la superficie que dista – δ del eje (por debajo), y el ángulo PCA es claramente igual a U + I – ⍺. Dibujamos una línea que pase por C paralela al rayo, que intersecte la perpendicular AL en el punto H. Así, Q es igual a LH + HA. El ángulo PCH es igual a I, donde LH es r seno I. La longitud HA es igual a r seno HCA, donde HCA = PCA – I = U – ⍺. Por consiguiente, Q = r seno I + r seno (U – ⍺) o seno I = Qc – seno (U – ⍺) Para completar la derivación, pasamos a la Fig. 13b. Acá el ángulo PCA se divide en dos para intersectar la línea vertical PN en O. Por ángulos 12 congruentes POC y AOC, vemos que PO = OA = G. El ángulo APO = al ángulo OJA = ángulo PAO = 0. Sin embargo (copiar) Para relacionar Q y G, trazamos la usual perpendicular desde A al rayo (L), y dibujamos una línea que pase por O paralela al rayo, intersectando Q en el punto K. Entonces (copiar) La transferencia a la siguiente superficie es normal. Al usar estas ecuaciones es recomendable hacer una lista con los ángulos inusuales a medida que van surgiendo. Ellos son U – ⍺ , I + ⍺ , I’ + ⍺ , y U + I + ⍺ para calcular X e Y. Nótese que un rayo que corre a lo largo del eje es refractado en una superficie inclinada y sale inclinado, o sea que los rayos paraxiales no tienen sentido. Un ejemplo de trazado de rayos a través de una superficie inclinada es dado en la Tabla II. Un elemento de una lente que ha sido desplazado lateralmente por una cantidad ∆, sin ser inclinado de otra manera, posee dos superficies inclinadas como indica la Fig. 14. La inclinación de la primer superficie es ⍺1 = seno – 1 (- ∆ / r1) y la inclinación en la segunda superficie es ⍺2 = seno – 1 ( - ∆ / r2), siendo ∆ negativo si la lente es desplazada por debajo del eje, como en el diagrama. Debe tenerse cuidado en computar las separaciones axiales d a lo largo del eje principal del sistema y no a lo largo del eje desplazado correspondiente al elemento descentrado de la lente. Para pequeños desplazamientos que podrían ocurrir accidentalmente esto no es un problema, pero si una lente ha sido deliberadamente desplazada por alguna razón, este punto debe observarse cuidadosamente. Tabla II Fig. 14: Elemento descentrado de una lente. B. EJEMPLO DE TRAZADO DE RAYOS A TRAVÉS DE UNA SUPERFICIE INCLINADA Tomaremos el doblete cementado de la Tabla I e imaginaremos que la superficie ha sido inclinada en ⍺ = 1° (sentido horario). Deberemos tener que trazar el rayo axial, el rayo marginal superior, y el rayo marginal inferior, porque cada uno de estos 3 rayos se trataran de forma diferente en una superficie inclinada (ver Tabla II). Para entender lo que ha sucedido como resultado de inclinar la superficie en 1°, calculamos la altura a la que cada rayo emergente cruza el plano focal paraxial: 13 rayo marginal superior: 0.147350 rayo axial: 0.127870 rayo marginal inferior: 0.148448 En la Fig. 15 se ve esta situación a gran escala comparada con el caso anterior a que la superficie fuese inclinada. Está claro que toda la imagen ha sido elevada, y que existe una gran cantidad de coma introducido por la inclinación. Fig. 15: El resultado de inclinar la superficie de una lente VI. TRAZADO DE RAYOS EN UNA SUPERFICIE ASFÉRICA Una superficie esférica puede definirse de varias maneras, siendo la mas simple expresar la sagital de la superficie referido a un plano: X = a2 Y2 + a4 Y4 + a6 Y6 + … Sólo aparecen poderes pares de Y por la simetría axial. El primer término es todo lo que se necesita para una superficie parabólica. Para expresar una esfera de esta forma usamos la serie de poderes dados en la ec. (9), pero muchos términos serán requeridos si la esfera es muy profunda. A varios propósitos, es mejor expresar la asfera como partiendo de una esfera: (13) Acá c representa la curvatura de la esfera oscilante y a4, a6, … son los coeficientes de asfericidad. Si la superficie posee una sección cónica, podemos expresarla por (14) donde c es la curvatura del vértice del cono y e su excentricidad. El término 1 – e2 en esta expresión se denomina “constante cónica” ya que define la forma de la superficie. Su valor es el siguiente: (copiar) Para trazar un rayo a través de una superficie esférica, debemos primero determinar las coordenadas X e Y del punto de incidencia. La asfera está definida por una relación entre X e Y, mientras que el rayo incidente está definido por su Q y U. Ahora está claro de la Fig. 16 que Fig. 16: Trazado de un rayo a través de una superficie asférica. Q = [ X ] seno U + Y cos U donde [ X ] ha de ser reemplazada por la expresión para la superficie asférica, dando una ecuación para Y con el mismo orden que la asfera misma. Para resolver esta ecuación, primero adivinamos un valor posible de Y, digamos Y = Q. Luego evaluamos al R residual como sigue: R = [ X ] seno U + Y cos U – Q Obviamente el valor correcto de Y es aquel que hace R = 0. La regla de Newton dice que 14 (una mejor Y) = (la Y original) – (R/R’) donde R’ es la derivada de R con respecto a Y, R’ = (dX / dY) seno U + cos U Pocas iteraciones de esta fórmula nos darán el valor de Y que haga a R menor que cualquier límite definido, como 0.00000001. Conociendo Y inmediatamente encontramos X aplicando la ecuación de la asfera. Entonces procedemos así: La pendiente de la Normal es dX/dY. Entonces tan (U + I) = dX / dY seno I’ = (n / n’) seno I U’ = U + I – I’ Q’ = X seno U’ + Y cos U’ La transferencia a la siguiente superficie es standard. Este proceso puede simplificarse en el caso de una superficie que sea una sección cónica, porque la ecuación a ser resuelta es una cuadrática común. Nótese que si la asfera está definida por la Ec. (14) la derivada cambia a tan (U + I) = dX / dY = cY / [1 – c2 Y2 (1 – e2)] ½ (15) Ejemplo: Supóngase que nuestra esfera está dada por [ X ] = 0.1 Y2 + 0.01 Y4 – 0.001 Y6 Entonces dX / dY = 0.2 Y + 0.04 Y3 – 0.006 Y5 con n = 1.0 y n’ = 1.523. Si nuestro rayo entrante tiene U = +10° y Q = 3.0, entonces sucesivas iteraciones de la regla de Newton da copiar 15 CAPITULO 3 – RAYOS PARAXIALES Y OPTICAS DE PRIMER ORDEN Supongamos que trazamos cierto número de rayos meridionales a través de una lente desde un punto objeto dado, variando las alturas de incidencia desde la altura del rayo marginal Ym bajando hasta aquella de un rayo muy cercano al eje de la lente. Luego diseñamos un gráfico (Fig. 17) conectando la altura de incidencia Y con la distancia imagen L’. Este gráfico tendrá dos ramas, siendo la mitad debajo del eje idéntica a la mitad por encima del eje pero invertida. La precisión de las varias ubicaciones de los puntos es buena en el margen pero cae abruptamente cuando el rayo está muy cerca del eje de la lente, y en realidad sobre el eje no hay precisión alguna. Por lo tanto mediante el trazado normal de un rayo podemos diseñar todo este gráfico a excepción de la porción que queda cerca del eje, y no podemos de ninguna manera encontrar el punto exacto en el que el gráfico en realidad cruza al eje. Esta falla se debe, por supuesto, a la precisión limitada de nuestras tablas matemáticas y de nuestros procedimientos de computación. Sin embargo, el punto exacto en el cual el gráfico cruza al eje puede hallarse como un límite matemático. Un rayo que yace por todas partes muy cerca del eje óptico se llama rayo “paraxial”, y podemos observar la distancia imagen paraxial I’ como el límite hacia el que la verdadera L’ tiende al hacerse la apertura Y progresivamente mas pequeña, o Copiar I. TRAZANDO UN RAYO PARAXIAL Como tanto alturas como ángulos paraxiales son infinitesimales, podemos determinar sus magnitudes relativas usando un nuevo set de ecuaciones para trazado de rayos formadas al escribir los senos como equivalentes a los ángulos en radianes, y a los cosenos iguales a 1.0. Como los infinitesimales tienen magnitudes relativas finitas, podemos usar cualquier número finito para representar cantidades paraxiales, pero debemos recordar asumir que cada número ha de ser multiplicado por un factor muy pequeño como 10-50 , o sea que un ángulo paraxial escrito 2.156878 no significa 2.156878 radianes, sino 2.156878 x 10-50 radianes. Es bastante innecesario escribir el 10-50 cada vez, pero su existencia debe ser asumida si las cantidades paraciales han de tener algún sentido. Por supuesto, los datos paraxiales longitudinales como l y l’ no son infinitesimales. A. FORMA STANDARD DE TRAZADO DE UN RAYO PARAXIAL Una vez que esto ha sido entendido, modificando las ecuaciones (4) podemos derivar a un set de ecuaciones para trazado de rayos paraxiales. Escribiendo los senos como ángulos y los cosenos como unidad, y recordando que en la región paraxial ambos Q y Q’ degeneran a la altura paraxial del rayo y, obtenemos (16) con la transferencia y2 = y1 – du’1. Se notará que las cantidades paraxiales se escriben con letras minúsculas para distinguirlas de alturas y ángulos reales tal como son usadas al computar el trayecto de un rayo real. Como ejemplo, repetiremos los datos de la lente dadas en la Tabla I para un doblete cementado, y trazaremos un rayo paraxial que la atraviesa con estos datos iniciales y = 2.0 y u = 0 (Tabla III). Como antes, la distancia imagen paraxial se encuentra al dividir la última y por el u’ emergente, 16 dando l’ = 11.285849. Esto es ligeramente diferente del L’ marginal, que dio 11.293900. La diferencia es causada por la aberración esférica. B. EL MÉTODO ( y – nu) Debido a la naturaleza lineal de las relaciones paraxiales, podemos fácilmente someter a las ecuaciones de trazado de rayos paraxiales a manipulación algebraica para eliminar algunos o todos los ángulos paraxiales, que realmente son solo cantidades auxiliares. Por ejemplo, para eliminar los ángulos de incidencia i e i’, multiplicamos la primera de las ecuaciones (16) por n, y la correspondiente expresión para el rayo refractado por n’, dando ni = nyc – un , n’i’ =n’yc – n’u’ Ahora la ley de refracción para rayos paraxiales es simplemente ni = n’i’; por lo tanto igualando estas dos expresiones nos da n’u’ = nu + y(n’ – n)c (17a) Esta fórmula puede ser usada para trazar rayos paraxiales, junto con la transferencia y2 = y1 + (-d/n) (n’1 u’1) (17b) Se notará que, escritas de esta forma, las ecuaciones (17a) y (17b) tienen la misma forma. Esto es, en cada ecuación el nuevo valor es encontrado al sacar el valor antiguo y sumándole el producto de la otra variable multiplicada por una constante. Esto nos conduce a un procedimiento notablemente conveniente y simple de trazado de rayos conocido como el método (y – nu). En la Tabla IV hemos trazado el rayo paraxial de la Tabla III con estas ecuaciones. La operatoria es la siguiente. Para calcular cada número, ya sea una y o un nu, tomamos la y o nu anteriores y le sumamos el producto del siguiente número a la derecha multiplicado por la constante situada inmediatamente arriba de él. Por lo tanto, comenzando por y1 y (nu)1, primero hallamos (nu)’1 = (nu)1 + y1 (n´- n)1 c1. Luego para y2 tomamos y1 y le sumamos el producto de (nu)’1 y –d/n, y así sucesivamente de manera zigzagueante hasta la última superficie. La ecuación de cierre es por supuesto, l’ = (última y) / [última (nu)’] Los números en la tabla de trazado de rayos (y – nu) obviamente parecen perfectamente los números correspondientes en la Tabla III, donde el rayo paraxial ha sido trazado por medios convencionales. La cantidad de trabajo involucrado en el método (y – nu) es casi el mismo que el del método directo, pero existen muchas ventajas al trazar rayos de esta manera, como veremos. Como la distancia imagen l’ es la misma para todos los rayos paraxiales que salen del mismo punto objeto, podemos elegir el valor que nos plazca tanto para el y inicial o el nu inicial, pero no ambos, ya que están relacionados por y = lu. Muchos diseñadores usan siempre y1 = 1.0 y calculan el valor apropiado de (nu)1. Por lo tanto, si un objeto está situado a 50 unidades a la izquierda de la primera superficie, podríamos tomar y1 = 1.0 y (nu)1 = -0.02, recordando que l es negativo si el objeto está a la 17 izquierda de la superficie. Un l positivo implica un objeto virtual a la derecha de la primer superficie de la lente cuando rayos entrantes vienen de la izquierda. Al trazar un rayo paraxial de atrás para delante de derecha a izquierda, debemos sustraer cada producto del valor previo en lugar de sumarlo, obteniendo nu = (nu)' - y(n´- n) c, y1 = y2 - (-d/n) (nu)2 C. PROCEDIMIENTO INVERSO Una ventaja del método (y – nu) sobre el procedimiento directo usando i e i’ es que podemos, si lo deseamos, invertir el proceso y trabajar hacia arriba desde los datos del rayo hasta los datos de la lente. Por lo tanto si conocemos de algunas otras consideraciones la sucesión de valores y y nu , podemos calcular los datos de la lente invirtiendo las ecuaciones (17a) y (17b) dando Copiar Este es generalmente un procedimiento extremadamente útil, que no puede ser ejecutado al usar el trazado de rayos directo. D. METODOS DE RESOLUCIÓN DE ÁNGULOS Y DE RESOLUCIÓN DE ALTURAS Al hacer cambios en una lente, a veces se desea mantener o la altura de incidencia de un rayo paraxial en una superficie determinada cambiando el espesor precedente, o mantener la pendiente del rayo paraxial luego de la refracción cambiando la curvatura de la superficie. Ambos pueden ser logrados invirtiendo las ecuaciones (17a) y (17b). Para una resolución de altura determinamos la superficie de separación previa con d = (y1 – y2)/u’1 y para la resolución de un ángulo utilizamos C = [(nu)’ – nu] / y (n’ – n) La última fórmula es particularmente útil si deseamos mantener la distancia focal de una lente mediante una elección conveniente del último radio. Debe notarse que esta fórmula es el equivalente paraxial de la ecuación (12), obtenida al escribir i para la tan I, (u – u’) para el seno (U U’), 1.0 para el coseno (U – U’), u e i para el seno U y seno I, respectivamente, e y para Q. E. EL MÉTODO (l, l´) En las derivaciones de la ecuación (16) eliminamos los ángulos de incidencia al ser auxiliares innecesarios. Ciertamente podemos ir mas allá y también eliminar los ángulos de la pendiente del rayo u y u’. Para esto dividimos la Ec. (16) por y y notamos que l = y/u, mientras l’ = y/u’. Estas sustituciones nos dan la bien conocida expresión (18) en computaciones esto se usa de la forma copiar 18 donde copiar la transferencia ahora es simplemente copiar Un ejemplo de los resultados de estos cálculos se da al final de la Tabla IV. Recuerden que l y l’ se refieren a las porciones de un rayo que yace a la izquierda y derecha de una superficie. Por supuesto, en los espacios entre las superficies el rayo casi nunca alcanza al eje óptico, o sea que ni l ni l’ es realmente reconocido. F. UN RAYO PARAXIAL EN UNA SUPERFICIE ASFÉRICA Al trazar un rayo paraxial, los términos esféricos no tienen efecto y solo debemos considerar la curvatura del vértice de la superficie. Esto se da por el coeficiente del término de segundo orden en la expansión de la serie de poderes. G. TRAZADO GRÁFICO DE RAYOS PARAXIALES No podemos utilizar el proceso ordinario de trazado gráfico de rayos para rayos paraxiales ya que caen demasiado cerca del eje como para ser trazados. Sin embargo, podemos imaginar el set entero de curvas y líneas a ser dibujadas y luego extendidas transversalmente 100 o más veces. Al hacerse esto todos los círculos en el proceso ordinario se convierten en líneas rectas transversales al eje de la lente, pero todos los puntos que yacen sobre el eje retienen sus posiciones, incluyendo el centro de curvatura de la superficie y los puntos objeto e imagen paraxiales. El equivalente paraxial de la Fig. 8 aparece en la Fig. 18. La escala lateral carece de importancia. Las alturas de incidencia son las mismas que los valores computados y; la longitud ab es igual a nu y la longitud cd es igual a (nu)’. Como ac es n’ – n , está claro que (nu)’ = nu + y(n’ – n)/r de acuerdo a la Ec. (17a). Fig. 18: Trazado gráfico de un rayo paraxial II. TRAZADO DE RAYOS POR EL MÉTODO (W, U) 19