Universidad del Zulia Facultad de Humanidades y Educación
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Universidad del Zulia Facultad de Humanidades y Educación / Centro de Estudios Históricos Año III Nº 3 Enero/diciembre 2012 La Revista Historia es un espacio abierto a los investigadores en las áreas de las ciencias sociales, principalmente para las propuestas historiográficas que se llevan a cabo en la Universidad del Zulia. Sin embargo, está abierta a todos aquellos centros de investigación del país y del mundo, así como a investigadores independientes que deseen exponer sus aportes y preocupaciones científicas, sin ninguna otra limitación que el cumplimiento de los requisitos convencionalmente exigidos para la presentación de trabajos en publicaciones académicas indizadas y/o catalogadas electrónicamente. La Revista Historia es una publicación patrocinada por el Consejo Universitario de la Universidad del Zulia y la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia. Revista Historia Universidad del Zulia Facultad de Humanidades y Educación Centro de Estudios Históricos ISSN: 3506-980X Depósito legal pp 02284408ZU35 Universidad del Zulia Edificio del Postgrado. Facultad de Humanidades y Educación Centro de Estudios Históricos, Piso 2 Teléfono: 0416-2621844 e-mail: [email protected] Diseño de portada: Nubardo Coy Diagramación: Lilia Aguirre R. Impresión: Impresos Grafifor, c.a. Telf. 0267-7886306-7885672. E-mail: [email protected] ISSN:3506-980X / Depósito legal pp 02284408ZU35 Año III. Nº 3. Enero-diciembre, 2012 CONTENIDO Pág. Presentación Ángel R. Lombardi B. ....................................................... 7 Jordi Canal Marc Bloch y la historia del presente: la extraña derrota11 Pablo A. Pozzi Estados Unidos y el presidente negro ............................... 29 Margarita López Maya Participación y poder popular en Venezuela: antes y ahora 53 Esteban Campos ¿Una lectura revisionista de la lucha armada? Las políticas de la memoria en los ensayos sobre la violencia política en Argentina ..................................... 79 Guadelupe Teresinha Berrtussi “Guerra” contra el narcotráfico en México y las vicisitudes de la prensa escrita ........................................ 103 Daniele Benzi Una mirada a la alianza bolivariana desde la perspectiva del sistema-mundo ......................................... 125 Raphael Lana Seabra y Fabricio Pereira da Silva Sugerencias teóricas para un abordaje de la vía bolivariana161 Josep Pinyol Vidal Códigos iconográficos de prensa y actualidad inmediata189 ENSAYOS El Oficio de Existir en una Época Nihilista ...................... 215 Ángel Lombardi Clasificadores de infamias ................................................ 224 Miguel Ángel Campos Chávez, el Antimodelo .......................................................232 Marc Saint-Upéry RESEÑAS La carroza de Bolívar, de Evelio Rosero ...........................239 Ángel Lombardi Venezuela: Identidad y Ruptura, de Ángel Bernardo Viso 241 Ángel Rafael Lombardi Boscán Fundadores en Perijá. Mestizos, Migrantes y Guerrero, de Nerio Enrique Romero González ..................................243 Ángel Rafael Lombardi Boscán Rafael Urdaneta, de Arlene Urdaneta Quintero ............... 245 Carlos Balladares Castillo REVISTAS Virginia Pirela Salas Encuentro Educacional .....................................................251 Alexis Romero Salazar y María Cristina Parra Sandoval Espacio Abierto .................................................................253 Elizabeth Castro Omnia ................................................................................254 Antonio Tinoco Revista de Filosofía ...........................................................256 Imelda Rincón Finol Revista de la Universidad del Zulia Tercera Época ..........257 Presentación Si la historia no es “actual” deja de ser historia. Ya B. Croce se refería en una famosa cita a que toda la historia siempre era contemporánea, porque el que la vive, piensa, recrea y escribe, lo hace desde su particular problemática en el presente. Y ese presente actual, obviamente, que le condiciona sus miradas. De igual forma, y dentro de la misma premisa, el historiador inglés E.H. Carr estableció en su ya concepto clásico, que la historia no era otra cosa que “un dialogo entre el historiador y sus hechos”, uno ubicado en el presente y lo otro en el pasado. Visto así ésta problemática, pertinazmente debatida dentro de la teoría y metodología de la historia, sin que se lleguen a los acuerdos definitivos, ya que la disparidad conceptual está muy por encima de las convenciones académicas o las modas intelectuales del momento, éste número de la REVISTA HISTORIA, abre sus páginas para contribuir con el debate acerca de la HISTORIA INMEDIATA. Hace unos años atrás, el incansable Carlos Barros, historiador español radicado en Santiago de Compostela, nos visitó en Maracaibo y nos propuso varios encuentros acerca de la HISTORIA INMEDIATA junto a la también conocida, y en ese momento ya célebre: HISTORIA A DEBATE, movimiento éste de renovación de los postulados históricos/historiográficos un tanto inédito, por producirse dentro del contexto cultural de los hispanos hablantes y por ser un movimiento telemático afincado en la red de redes, el Internet. Barros se nos mostró como un amigo espléndido y generoso, capaz de compartir sus inquietudes acerca de ésta nueva tendencia, diríamos que epistemológica, ya que con atrevimiento sano, nos proponía la discusión libre, critica, abierta, independiente, plural, tolerante y democrática de todos los temas a ser estudiados por los historiadores y sus grupos de trabajo en la hora actual. Barros y sus postulados de la HISTORIA A DEBATE nos invitaba a recuperar la gran máxima humanista acerca de que “nada de lo humano nos es indiferente”. En la región zuliana esa visita nos dejó la inquietud abierta acerca de continuar los necesarios debates acerca de la ciencia histórica y sus posibilidades emancipadoras en un tiempo regido por la desesperanza que produce la postración de vivir en sociedades pobres con gobiernos ineptos. En razón de esta preocupación fui convocado por los historiadores y amigos Roberto López y José Luis Monzant a conformar un comité organizador de un evento con proyección nacional e internacional que convirtiese a la Universidad del Zulia y a la Universidad Católica Cecilio Acosta, principales patrocinantes, en el epicentro de una discusión mayor acerca de la HISTORIA INMEDIATA. En marzo del 2011 se realizó el II CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA INMEDIATA con los siguientes temarios: La Historia Inmediata: el nuevo territorio del historiador; América Latina: 1980-2010 de la crisis de la deuda a la “Nueva Izquierda Latinoamericana”, La crisis del capitalismo en el siglo XXI: reacomodos y cambios en el juego del poder mundial; El Socialismo del siglo XXI como una alternativa ante el colapso capitalista; Los movimientos sociales indígenas y afroamericanos del siglo XXI; El protagonismo de la mujer en la historia inmediata de América Latina; Procesos identitarios en Latinoamérica en el marco de la globalización y Papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en los nuevos modelos socio productivos de América Latina. Naturalmente que el Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia tuvo un involucramiento esencial junto a los organizadores, y contribuyó al éxito de la actividad 8/ académica logrando posicionar a la ciudad de Maracaibo en el mapa de los historiadores visibles que de manera entusiasta proponían y refutaban los distintos senderos interpretativos para entender las adecuadas conexiones entre el pasado y el presente. La REVISTA HISTORIA NRO. 3 está dedicada a recoger algunas ponencias representativas de lo que fue ése amplio espacio para el debate inteligente y las alianzas estratégicas que ahí se forjaron con la mirada puesta en seguir profundizando en la discusión. Al llegar la REVISTA HISTORIA a su número tercero, le damos cumplimiento al requisito que nos pedía el Dr. Germán Carrera Damas, para con ello obtener una colaboración suya. De igual manera, nos aprestamos en crear las condiciones para que alcance el status de “revista arbitrada”. Y si bien la precariedad acerca de los medios financieros nos acecha y condicionan nuestra periodicidad, seguimos bregando para que la REVISTA HISTORIA mantenga su vigencia. Agradezco a cada uno de los autores que con su pensamiento e ideas posibilitaron dar vida útil a éste número, de igual forma a las autoridades institucionales de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia, y finalmente, a todo el equipo de trabajo que desde el Centro de Estudios Históricos siempre ha creído en una nueva historia al servicio del hombre y sus mejores causas. Ya que como diría Martha C. Nussbaum, flamante galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales (2012) y entusiasta partidaria de una educación fundada en las humanidades, el objetivo esencial de los intelectuales y científicos sociales, consiste en contribuir a crear: “una buena sociedad que sea sensible a las personas”. Dr. Ángel Rafael Lombardi Boscán /9 Marc Bloch y la historia del presente: La extraña derrota Jordi Canal (EHESS, París) [email protected] Presente y pasado Tres obras extraordinarias fueron escritas en 1940 sobre los hechos que acababan de vivirse en Francia y, en especial, sobre sus causas: L’étrange défaite [La extraña derrota], del historiador francés Marc Bloch; Tragédie en France [Tragedia en Francia], del novelista y ensayista francés André Maurois, y La agonía de Francia, del periodista y escritor español Manuel Chaves Nogales1. Los tres autores se opusieron, en la medida de sus posibilidades, a la invasión nazi de Francia y al gobierno de Vichy. Bloch y Maurois combatieron en el Ejército francés y en la Resistencia, mientras que Chaves Nogales, exiliado en el país vecino desde finales de 1936, colaboró con el gobierno galo de la Tercera República terminal. Ninguno de ellos pudo, en aquel entonces, publicar su libro en territorio francés: L’étrange défaite, como veremos más adelante, apareció de manera póstuma; Tragédie en France vio la luz en 1940 en Nueva York, en tanto que primer título de la colección “Voix de France” [“Voces de Francia”], que salía a la calle en francés en los Estados Unidos gracias a las ediciones de la Maison Française; y, por último, La agonía de Francia fue 1 Marc BLOCH, L’étrange défaite. Témoignage écrit en 1940, París, Gallimard, 1990. André MAUROIS, Tragédie en France, Nueva York, Éditions de la Maison Française, 1940. Manuel CHAVES NOGALES, La agonía de Francia, introducción de Xavier PERICAY, Barcelona, Libros del Asteroide, 2010. JORDI CANAL editada en Montevideo en 1941. André Maurois, una vez desembarcado en los Estados Unidos, en junio de 1940, pretendía, como aseguraba él mismo, aportar su testimonio, intentando que fuera lo más objetivo e imparcial posible. Manuel Chaves Nogales contó en sus artículos y, más adelante, en el libro la tragedia francesa –también empleaba, como Maurois, esta expresión-: “Toda la tragedia de Francia radica en esto. No tenía fe en sí misma, ni en su régimen, ni en sus hombres.”2 L’étrange défaite ha sido, sin duda, la obra más leída y estudiada de las tres que se han citado en el párrafo anterior. Este libro muestra con nitidez que la historia del presente tiene un pasado y que, entre los precursores, sobresale su autor, el historiador francés Marc Bloch3. Hace algunos años, Jean-François Soulet –aunque firmara el artículo de los Cahiers d’histoire immédiate [Cuadernos de historia inmediata] como Jean-François Deneboude- dedicó un interesante artículo a esta cuestión4. En la Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien [Apología de la historia u Oficio de historiador], escribe Marc Bloch: ““Después de 1830, ya no es historia”, nos decía uno de nuestros profesores del liceo, que era muy viejo cuando yo era muy joven: “es política”. Hoy ya no se diría: “después de 1830” –las Tres Gloriosas, a su vez, han envejecido-, ni tampoco “es política”. Más bien, con tono respetuoso: “sociología”; o, con menos consideración: “periodismo”. Muchos, sin embargo, repetirían gustosos: después de 1914 o de 1940, ya Manuel CHAVES NOGALES, La agonía de Francia, p. 143. Cf. Julio ARÓSTEGUI, La historia vivida. Sobre la historia del presente, Madrid, Alianza Editorial, 2004. Jean-François SOULET, L’histoire immédiate. Historiographie, sources et méthodes, París, Armand Colin, 2009. 4 Jean-François DENEBOUDE [Jean-François SOULET], “Marc Bloch, Lucien Febvre et l’histoire immédiate”, Cahiers d’histoire immédiate, 7, 1995, pp. 111-118. 2 3 12 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA no es historia. Y ello sin entenderse bien sobre los motivos de este ostracismo.” Y, acto seguido, añade: “Algunos, considerando que los hechos más cercanos a nosotros son, por ello mismo, rebeldes a todo estudio verdaderamente sereno, sólo desean evitar a la casta Clío contactos demasiado ardientes. Creo que así pensaba mi viejo maestro.”5 No era, evidentemente, su caso. 1940 es y era historia, como resulta evidente con la lectura de L’étrange défaite, ejemplo paradigmático del interés de este autor por lo que denominamos la historia del presente. “La historia actual tendrá siempre sus especialistas, igualmente como la edad de piedra o la egiptología”, sentencia Marc Bloch6. Como quiera que sea, el 16 de junio de 1944, cuatro años después de la tragedia de Francia, Marc Bloch fue fusilado, junto con otros miembros de la Resistencia, en Saint-Didier-deFormans, una población que se encontraba a algunos kilómetros al norte de Lyón. Como escribiera poco después su colega Lucien Febvre, era “el tiempo en que el invasor sentía próxima su retirada, “vaciaba las prisiones” y sembraba los campos, lejos de las ciudades, de cadáveres de patriotas asesinados sin previo juicio y de los cuales intentaba por todos los medios destruir la identidad”7. Marc Bloch cayó sin haber llegado a cumplir 58 años, dejando una vasta, compleja e impresionante obra. Algunos de sus libros se cuentan en la actualidad entre los más leídos e influyentes de la historiografía francesa y, sin duda también, de la mundial. No resulta ninguna exageración considerarle Marc BLOCH, Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien, edición anotada por Étienne BLOCH, París, Armand Colin, 1993, p. 59. Si no se especifica lo contrario, las traducciones del francés al español son del autor del artículo, JC. 6 Ibíd., p. 65. 7 Lucien FEBVRE, “Marc Bloch fusillé...”, Mélanges d’histoire sociale, 6, 1944, p. 5. Cf., asimismo, Lucien FEBVRE, Vivre l’Histoire, edición de Brigitte MAZON y prefacio de Bertrand MÜLLER, París, Robert Laffont, 2009. 5 / 13 JORDI CANAL como uno de los más grandes historiadores del siglo XX8. Además de historiador, que era su auténtico y reivindicado oficio, Bloch fue también un ciudadano comprometido con su país y con su sociedad, tanto en la paz como en la guerra. Reflexionar sobre esta doble condición, la de historiador y la de ciudadano, constituye el objetivo principal de las páginas siguientes, en la que se prestará especial atención a L’étrange défaite. Los Annales y la historia Marc Bloch nació en Lyón el día 6 de julio de 1886. Era el segundo hijo de Gustave y de Sarah Bloch. El padre era un importante historiador de la Antigüedad, que se incorporó en 1888 a la Escuela Normal Superior de París, trasladándose por ese motivo con toda la familia a la ciudad del Sena. Los Bloch eran judíos, una identidad evidente, pero que nunca fue reclamada por Marc Bloch. Se consideraba, por encima de todo, un francés, un ciudadano de Francia. Así lo afirmaba en L’étrange défaite: “He nacido en ella, he bebido en las fuentes de su cultura, he hecho mío su pasado, sólo respiro bien bajo su cielo y, por mi parte, he tratado de defenderla con todas mis fuerzas.”9 Estudió en el instituto Louis-le-Grand y en la Escuela Normal Superior, obteniendo la agregación en 1908. Prosiguió sus estudios en Alemania, entre 1908 y 1909, y fue becario, entre 1909 y 1912, de la Fundación Thiers. En 1912 entró en la enseñanza, incorporándose al instituto de Montpellier, que cambió al año siguiente por el de Amiens. Al cabo de poco empezó, sin embargo, la Gran Guerra. Marc Bloch fue movilizado en sus inicios, Sobre la vida y la obra de Marc Bloch, cf. sobre todo Carole FINK, Marc Bloch: a Life in History, Cambridge, Cambridge University Press, 1989; Olivier DUMOULIN, Marc Bloch, París, Presses de Sciences Po, 2000, y Ulrich RAULFF, Ein Historiker im 20. Jahrhundert: Marc Bloch, Frankfurt am Main, S. Fischer, 1995. 9 Marc BLOCH, L’étrange défaite…, pp. 32-33. 8 14 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA en 1914, y solamente desmovilizado, con el grado de capitán, a su término, en 1919. Además de como historiador, Bloch se definió siempre, públicamente y lleno de orgullo, como soldado. El año 1919, el de su desmovilización, fue muy importante en la vida de Marc Bloch. En primer lugar, contrajo matrimonio con Simone Vidal, una unión de la que nacerían, entre 1920 y 1930, seis hijos (Alice, Étienne, Louis, Daniel, Jean-Paul, Suzanne). Asimismo, se incorporó a la Universidad de Estrasburgo, teniendo a su cargo un curso de historia medieval. En aquella institución, que se había convertido tras el conflicto mundial en una nueva, a la par que fuertemente promocionada, universidad francesa –en la reincorporada Alsacia-, coincidió con algunos profesores que iban a contar mucho en el clima intelectual de entreguerras: Maurice Halbwachs, Gabriel Le Bras, Lucien Febvre. Marc Bloch leyó y publicó su tesis doctoral –Rois et serfs, un chapitre d’histoire capétienne [Reyes y siervos, un capítulo de historia de los Capetos]-, en 1920, convirtiéndose al año siguiente en profesor. Siete años después obtendría la cátedra de historia medieval en aquella misma universidad. Entre tanto, en 1924, vio la luz un libro muy destacado, Les rois thaumaturges [Los reyes taumaturgos], en el que Bloch analizaba la creencia en el poder taumatúrgico de los reyes en Francia e Inglaterra, desde la época medieval hasta el siglo XIX. Se trataba de un estudio sobre el poder, que combinaba las historias política y sociocultural, con perfil comparatista y de larga duración. Como él mismo escribió, lo que había pretendido en Les rois thaumaturges era ofrecer, en esencia, “una contribución a la historia política de Europa, en el sentido amplio, en el verdadero sentido del término”10. 10 Marc BLOCH, Les rois thaumaturges. Étude sur le caractère surnaturel attribué à la puissance royale particulièrement en France et en Angleterre, nueva edición con un prólogo de Jacques LE GOFF, París, Gallimard, 1983, p. 21. / 15 JORDI CANAL Otros dos libros se añadieron a la obra de Bloch en los años siguientes: Les caractères originaux de l’histoire rurale française [Los caracteres originales de la historia rural francesa] (1931) y La société féodale [La sociedad feudal] (1939-1940), publicado en dos volúmenes. Poco antes, en 1929, tuvo lugar la fundación de los Annales d’histoire économique et sociale [Anales de historia económica y social]. Esta revista, creada por Marc Bloch y Lucien Febvre, trasladó poco después su sede a París, adoptando una nueva cabecera: Annales d’histoire sociale [Anales de historia social]. El proyecto historiográfico que sostenía los Annales, uno de los más importantes e influyentes del siglo XX, era el de una historia nueva –aunque bastante más enraizada en la tradición historiográfica francesa de lo que las declaraciones rupturistas de sus promotores pueden hacer pensar-, una historia-problema, comparatista y predominantemente social. Ya en septiembre de 1929, Bloch escribía estas lúcidas palabras a Febvre: “En lo que acabamos de emprender hay, en el fondo, una suerte de pequeña revolución intelectual.”11 En 1936, Marc Bloch obtuvo la cátedra de historia económica y social en la Sorbona, en París. El intento de ingresar como profesor en el Collège de France, el Colegio de Francia, en cambio, se saldó con un fracaso, por varias razones entre las que el ambiente antisemita que se estaba extendiendo en los medios académicos franceses no iba a resultar, a la postre, la menos decisiva. Escritura y resistencia Marc Bloch fue movilizado en 1939 y sufrió la contundente derrota francesa de mayo-junio de 1940 frente a las tropas Carta de Marc Bloch a Lucien Febvre (Estrasburgo, 20 de septiembre de 1929), reproducida en Marc BLOCH-Lucien FEBVRE, Correspondance, vol. I (1928-1933), edición de Bertrand MÜLLER, París, Fayard, 1994, p. 205. 11 16 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA del Tercer Reich. Consiguió evitar, no obstante, la cautividad, reuniéndose con su familia en Fougères, en el centro de Francia, en la zona no ocupada por los alemanes. Su movilización fue en buena medida voluntaria, pues tanto la edad como una prole numerosa le eximían desde hacía tiempo del servicio militar. Sin embargo, como él mismo argumentaba, “saberse inútil, cuando la nación combate, es un sentimiento insoportable”12. Bajo la dictadura del mariscal Pétain consiguió, gracias a una disposición ministerial excepcional, no quedar afectado por el estatuto de los judíos, lo que le permitió enseñar en las universidades de Estrasburgo –provisionalmente instalada en Clermont-Ferrand- y Montpellier. A pesar de que disponía de ofertas y de un permiso para trasladarse a los Estados Unidos, renunció voluntariamente a esta oportunidad. La ocupación nazi de la zona llamada libre supuso un importante golpe para Marc Bloch, que acabó por decidir su incorporación definitiva a la Resistencia, en la que tendría un papel destacado y activo. Servir a su país, el patriotismo, fue la clave de este compromiso. Bloch se sumó al movimiento Franc-Tireur, un grupo caracterizado por la moderación, la independencia y el republicanismo, que se iba a integrar con otros núcleos no comunistas en el unitario MUR (Movimientos Unidos de la Resistencia). En él llegó a tener importantes cargos a nivel regional. Entre los nombres de guerra utilizados entonces por Bloch destaca el de “Narbonne”. En 1944 fue detenido, interrogado y torturado por la Gestapo en Lyón. Le rompieron las muñecas, le partieron las costillas y le sometieron al suplicio del baño helado, prácticas habituales, todas ellas, en los siniestros dominios de Klaus Barbie. Marc Bloch murió fusilado el 16 de junio de 1944, gritando, según algunas fuentes, “¡Viva Francia!”. 12 Marc BLOCH, L’étrange défaite…, p. 36. / 17 JORDI CANAL En estos últimos años de su vida, pese al ambiente y a la precariedad, Marc Bloch no dejó de leer, investigar y escribir. En una carta a Lucien Febvre, del 15 de agosto de 1943, le comunicaba que “dedico mis vacaciones a un viaje de bibliotecas y de archivos”13. La escritura era entonces una auténtica forma de vida, en el plano individual y en el colectivo, para el presente y para el futuro. De estos años quedaron inéditos dos manuscritos, publicados póstumamente en los inicios de la IV República francesa: L’étrange défaite y la Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien, obras de madurez en las que conocimientos y reflexión alcanzan una preciosa síntesis. La Apologie pour l’histoire constituye una introducción y una guía de la historia –esa ciencia, como escribía Bloch, que se ocupa de los hombres en el tiempo14- y del oficio de historiador. A pesar de los esfuerzos que dedicó a esta obra, sobre todo a partir de 1941-1942, iba a quedar, al final, inconclusa. No obstante, sigue siendo, aún en la actualidad, uno de los textos más conocidos, más traducidos y más leídos de Bloch. El otro trabajo citado, L’étrange défaite, es una obra a todas luces excepcional: una gran lección de historia. Según el historiador americano Stanley Hoffman, ésta constituye el análisis más penetrante y más acertado de las causas de la derrota francesa de 194015. Otros historiadores, como Jacques Le Goff, han abundado en esta afirmación. Después de definir la obra como el estudio más perspicaz sobre el tema, añadía, en el prólogo a la edición francesa de 1993 de la Apología, que “Marc Bloch pensó el acontecimiento en caliente y lo anali- Carta de Marc Bloch a Lucien Febvre (s.l., 15 de agosto de 1943), reproducida en Marc BLOCH-Lucien FEBVRE, Correspondance, vol. III (1938-1943), edición de Bertrand MÜLLER, París, Fayard, 2003, p. 245. 14 Marc BLOCH, Apologie pour l’histoire…, 1993, pp. 51-52. 15 Stanley HOFFMAN, “Préface”, en Marc BLOCH, L’étrange défaite..., p. 11. 13 18 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA zó prácticamente al margen de todo archivo, de toda la documentación que parece imprescindible para el historiador; sin embargo, elaboró una auténtica obra de historiador y no de periodista”16. Marc Bloch escribió L’étrange défaite entre los meses de julio y de septiembre de 1940, inmediatamente después de los acontecimientos que intentaba analizar y explicar. Este no es, sin embargo, el título escogido inicialmente por Bloch, que había encabezado su manuscrito con un sencillo Témoignage [Testimonio]. Fue la aparición de otro libro con este mismo título lo que obligó a modificarlo, siendo sustituido por el de L’étrange défaite. El subtítulo, “Témoignage écrit en 1940” [“Testimonio escrito en 1940”], recupera parcialmente el espíritu inicial. Esta obra de historia del presente vio la luz por primera vez en 1946, dos años después de la desaparición de su autor. La iniciativa corrió a cargo del movimiento FrancTireur, al que Bloch había pertenecido. Una segunda edición del libro fue publicada en Francia en 1957, y una tercera en 1990; en 2006 se incluyó en la interesante recopilación de trabajos del autor titulada L’Histoire, la Guerre, la Résistance17. Resulta como mínimo curioso que L’étrange défaite no haya sido traducido al español hasta fechas recientes, en 2002, en la barcelonesa editorial Crítica18. La extraña derrota L’étrange défaite se divide en tres partes: “Presentación del testigo”, “La declaración de un vencido” y “Examen de conciencia de un francés”. En la primera, Marc Bloch acla Jacques LE GOFF, “Préface”, en Marc BLOCH, Apologie pour l’histoire…, p. 9. Marc BLOCH, L’Histoire, la Guerre, la Résistance, edición de Annette BECKER y Étienne BLOCH, París, Gallimard, 2006. 18 Marc BLOCH, La extraña derrota, Barcelona, Crítica, 2002. 16 17 / 19 JORDI CANAL ra las razones que lo habían impulsado a escribir el texto y, asimismo, se presenta como testigo. En el párrafo inicial, se pregunta: “¿Estas páginas van a publicarse? No lo sé. (...) Me he decidido, sin embargo, a escribirlas. El esfuerzo va a ser duro. Resultaría sin duda mucho más cómodo ceder a los consejos del cansancio y el desaliento. No obstante, un testimonio sirve sobre todo cuando se fija en su primera frescura y no consigo convencerme de que ello sea totalmente inútil. Tarde o temprano llegará un día –tengo la más firme esperanza en ello- en el que en Francia volverá a desarrollarse, en este viejo suelo ya bendecido por tantas cosechas, la libertad de pensamiento y de opinión. Entonces se abrirán los expedientes escondidos; las brumas, que alrededor de la más atroz caída de nuestra historia empiezan, desde ahora mismo, a acumular tanto la ignorancia como la mala fe, se levantaran poco a poco; y puede que los investigadores ocupados en descifrarlos encuentren algún interés en hojear, si consiguen descubrirlo, este proceso-verbal del año 1940.”19 Las características del testigo eran las siguientes: judío por nacimiento, historiador de profesión y soldado como consecuencia de las circunstancias. Mientras que la primera de ellas tenía poca trascendencia –“Solamente en una situación reivindico mi origen: frente a un antisemita”, asegura Bloch20-, la segunda, esto es, escribir y enseñar historia, le había llevado a desempolvar documentos, a mirar y observar atentamente, a interesarse, en fin de cuentas, como su maestro Henri Pirenne, por la vida. Asegura, en este sentido, que “sin examinar el presente resulta imposible comprender el pasado”21. Los he Marc BLOCH, L’étrange défaite…, p. 29. Ibíd., p. 31. 21 Ibíd., p. 30. 19 20 20 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA chos de 1940 iban a ser estudiados con los mismos criterios de honestidad, observación y crítica aplicados en su trabajo de historiador. El Bloch soldado tenía también un papel de primer orden. Había participado en dos guerras, las de 1914 y 1940, y acababa de vivir la derrota francesa en primera línea –en el libro cuenta detalladamente sus vivencias y observaciones en 1939 y 1940-; poseía, asimismo, como le dijera en una ocasión un compañero, un verdadero espíritu militar. El segundo capítulo, que es el más extenso del libro, intenta dar respuesta a la interrogación sobre las causas y las responsabilidades militares en el fracaso de 1940. Dejando a un lado algunas razones poderosas, Marc Bloc no duda en afirmar que la causa directa fue la incapacidad del mando para preparar y para hacer la guerra. Y, sin duda también, para pensarla: “el triunfo de los alemanes fue, fundamentalmente –escribe-, una victoria intelectual”22. En esta parte se proponen observaciones, experiencias e informaciones con el objetivo de encontrar una explicación. Entre los elementos que se someten a crítica destacan la falta de capacidad de lideraje y la organización deficiente de los servicios de información y de los enlaces; el exceso de papeleo y la crisis de autoridad en el Ejército; la confianza ciega en la línea Maginot y la inadecuada renovación de las formas de combatir; la insuficiencia de materiales para una guerra acelerada y las dificultades de la cooperación franco-británica; y, asimismo, la ineficacia de la formación en la escuela de Guerra, a nivel tanto estratégico como histórico, y las rivalidades en el seno del alto mando. Una idea se encuentra en la base de todas las reflexiones del capitán Bloch: “Los alemanes han librado una guerra de hoy, marcada por la velocidad. Nosotros no hemos solamente intentado librar, 22 Ibíd., p. 66. / 21 JORDI CANAL por nuestra parte, una guerra de ayer o de anteayer. (...). Hemos renovado, en definitiva, los combates, bien conocidos en nuestra historia colonial, de la azagaya contra el fusil. En esta ocasión, sin embargo, los primitivos hemos sido nosotros.”23 En cualquier caso, el análisis no podía detenerse en este estadio. Resultaba necesario ir más allá. Bloch va a hacerlo a través de lo que denomina el examen de conciencia de un francés. El examen de conciencia del francés, del ciudadano, como antes había ocurrido con el del soldado, no dejaba nunca de ser, sin embargo, el del historiador. Si la culpabilidad de los militares aparecía como evidente, era de justicia reconocer, según Bloch, que también la retaguardia “ha pecado mucho”24. Los “pecados” y los “pecadores” podían agruparse en media docena de grandes bloques. Ante todo, la debilidad colectiva, derivada de empeñarse en mantener una inútil distinción entre combatientes y civiles en el marco de una guerra que afectaba a todos. Esta actitud favoreció abandonos irreflexivos de fábricas y ciudades, además de estimular éxodos irracionales. “La nación armada está formada únicamente por puestos de combate”, sentencia Marc Bloch25. Todos eran responsables, pero de manera muy especial las clases dirigentes. En segundo lugar, el sindicalismo, que olvidó también que el obrero era en tiempos de guerra un soldado y se empeñó en querer trabajar menos y en ganar más, en una actitud que, siendo legítima en circunstancias normales, resulta fuera de lugar y antipatriótica en tiempos de guerra. El tercer bloque contiene las causas intelectuales. Tal como ocurría en el terreno militar, los conocimientos incom Ibíd., p. 67. Ibíd., p. 160. 25 Ibíd., p. 166. 23 24 22 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA pletos y las ideas poco lúcidas se extendían por toda la sociedad. Medios como la prensa y la educación, y actitudes como la voluntad de mantener los sectores populares al margen, la pereza de saber, el encerrarse en uno mismo y la ortodoxia, explicaban parcialmente la derrota. En cuarto lugar, el régimen político de la Tercera República. Las acusaciones no eran demasiado distintas de las que se habían dirigido anteriormente a los militares: intrigas y rivalidades, órganos representativos sobredimensionados, partidos partidistas, deficiente preparación de la guerra, exceso de espíritu corporativo y perpetuación de la gerontocracia en la cúpula del poder. La burguesía protagoniza el penúltimo de los bloques. En la Francia de la década de 1930 y, en especial, a partir de los años del Frente Popular, este grupo, según Marc Bloch, había dejado de ser feliz. De la crítica al régimen a la condena de la nación y al abandono de la patria existía un pequeño paso. Esta última actitud, en concreto, bastante frecuente entre las clases dirigentes francesas, no era la más conveniente para poder enfrentarse a un difícil y duro combate. Por último, la incomunicación –y, en consecuencia, la ignorancia y las ideas simples- entre los miembros del Ejército y la población, cuyos orígenes situaba el autor en la época del affaire Dreyfus y que, en 1940, ayudó a los primeros a considerar normal (un castigo, para algunos) haber sido derrotados. “Pertenezco a una generación que tiene mala conciencia”, confiesa Marc Bloch en las páginas finales de L’étrange défaite26. Una generación, la suya, que, una vez retornada de los escenarios de la Gran Guerra, no había sido capaz de poner de manifiesto ni de denunciar las debilidades citadas más arriba, ni tampoco los peligros de la diplomacia francesa en la 26 Ibíd., p. 202. / 23 JORDI CANAL Europa de entreguerras. ¿Hemos sido siempre buenos ciudadanos?, se pregunta. Como quiera que sea, el futuro de Francia no dependía ya de los franceses, sino de los aliados. Una victoria de estos últimos frente a Alemania permitiría reconquistar el país: “Sinceramente lo digo: deseo, en todo caso, que todavía tengamos sangre para derramar, aunque ésta deba corresponder a personas queridas (no hablo de la mía, a la que no atribuyo tanto valor). No existe salvación sin una parte de sacrificio; ni libertad nacional que pueda resultar plena si uno mismo no ha contribuido a conquistarla.”27 Sin embargo, sostenía Bloch, la reconstrucción iba a ser una tarea que deberían llevar a cabo los jóvenes, no los de su generación. La Francia de la derrota contaba con un gobierno y un mando de “viejos”, mientras que la Francia del renacimiento iba a ser responsabilidad de las nuevas generaciones. Las reflexiones finales están marcadas por un triple juego de contrarios: pesimismo-optimismo, viejos-jóvenes y pasadofuturo. El pesimismo que mostraba Bloch en su mirada hacia el pasado y al mundo de los viejos y de los envejecidos se transformaba en optimismo al pensar en un futuro en manos de los jóvenes y de los que aman lo nuevo. A todos ellos iba dirigida, en esencia, L’étrange défaite. Ciudadano e historiador Si tuviéramos que resumir aquí, en algunas pocas palabras, la posición adoptada por Marc Bloch casi al final de su vida, mientras redactaba L’étrange défaite, éstas podrían ser las siguientes: testigo, ciudadano, combatiente, intelectual e Ibíd., p. 207. 27 24 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA historiador. Cinco palabras que, de hecho, permiten sintetizar su intensa y prolífica existencia, pese a la relativa brevedad violentamente impuesta por sus verdugos. Marc Bloch fue, en primer lugar, un testigo, aunque no un testigo cualquiera. Como él mismo, por ejemplo, se ocupa de aclarar, L’étrange défaite no contenía unos simples recuerdos, sino un verdadero testimonio. Era un testimonio elaborado, de forma consciente y voluntaria, como historiador. No pretendía, como bien señaló Olivier Dumoulin en Marc Bloch (2000), guardar la memoria, como hicieron poco después muchos de los supervivientes de los campos nazis, sino que escribía para explicar y para poder actuar28. La reflexión estaba en la base de la acción futura. Además de un testigo, Marc Bloch fue un ciudadano y un combatiente. Un ciudadano republicano, está claro –lo que no significa que dejase de ser crítico con la evolución terminal de la Tercera República (1870-1940) en Francia-, profundamente comprometido con la democracia. Un ciudadano que, en tiempos difíciles para su patria, se transformaba de forma natural y espontánea en combatiente. Un joven oficial, explicó en más de una ocasión Marc Bloch, le definió como un auténtico “guerrero”29. Si de su participación en la Segunda Guerra Mundial nació, como hemos visto, L’étrange défaite, los combates durante la Gran Guerra se encuentran en la base de otro interesante volumen, los Écrits de guerre [Escritos de guerra]30. Marc Bloch puede ser definido, en cuarto lugar, como intelectual. Responde plenamente a la tipología de esta figura nacida en la Francia de fines del siglo XIX, en torno a los debates y las polémicas provocados por el affaire Dreyfus. La Olivier DUMOULIN, Marc Bloch, p. 277. Marc BLOCH, L’étrange défaite…, p. 33. 30 Marc BLOCH, Écrits de guerre, 1914-1918, textos reunidos por Étienne BLOCH, introducción de Stéphane AUDOIN-ROUZEAU, París, Armand Colin, 1997. 28 29 / 25 JORDI CANAL defensa abierta del pensamiento crítico va a ser una constante de la obra de este autor. En L’étrange défaite se pasa, sostiene Vincent Duclert, de un análisis de la derrota a un pensamiento de la resistencia a través de la reapropiación de la cultura combatiente del affaire Dreyfus y de la Primera Guerra Mundial31. Por encima de todo, sin embargo, Marc Bloch fue un historiador. No estoy de acuerdo con la distinción que Gérard Noiriel propone en Sur la “crise” de l’histoire [Sobre la “crisis” de la historia] (1996) entre el Bloch historiador de la Apologie pour l’histoire y el Bloch ciudadano de L’étrange défaite32. Las cosas son bastante más complicadas y, en concreto, el autor de la segunda obra es también, como se ha mostrado más arriba, el Bloch historiador. Un historiador, como quiera que sea, que no escondió nunca –ni tenía ningún motivo para hacerlo- su condición de ciudadano y de combatiente, pero que razonaba, argumentaba y escribía siempre como historiador. En L’étrange défaite podemos leer, en este sentido, la frase siguiente: “Escribir sobre historia y enseñarla: éste es, desde hará pronto treinta y cuatro años, mi oficio.”33 Ser historiador es un oficio, con sus características propias, sus reglas, sus obligaciones y sus compromisos. Se trata de un compromiso con la historia que no debe confundirse, como se hizo con frecuencia nefasta en el siglo XX, con los supuestos compromisos del historiador con ideologías, sistemas o utopías. El compromiso del historiador con su oficio, con la historia, no puede identificarse ni, menos aún, subordinarse al libre compromiso del ciudadano -sea historiador o Vincent DUCLERT, “Penser pour résister. L’Étrange Défaite de Marc Bloch”, en Patrick CABANEL y Pierre LABORIE, eds., Penser la défaite, Toulouse, Privat, 2002, pp. 169177. 32 Gérard NOIRIEL, Sur la «crise» de l’histoire, París, Belin, 1996, p. 87. 33 Marc BLOCH, L’étrange défaite…, p. 30. 31 26 / MARC BLOCH Y LA HISTORIA DEL PRESENTE: LA EXTRAÑA DERROTA bien ejerza cualquier otra profesión- con la “ciudad”, con la sociedad. Estamos ante dos cosas distintas. El único compromiso del historiador en tanto que historiador es con la historia. En este caso, Marc Bloch –el historiador y el ciudadano de profesión historiador- resulta un buen ejemplo. Leer sus obras hoy, a principios de este nuevo siglo, puede ayudarnos a pensar y a repensar con gran provecho, entre otras muchas cosas, la naturaleza del oficio y la práctica de historiador. Bibliografía Aróstegui, Julio (2004). La historia vivida. Sobre la historia del presente, Madrid, Alianza Editorial. Bloch, Marc (1988). Les rois thaumaturges. Étude sur le caractère surnaturel attribué à la puissance royale particulièrement en France et en Angleterre, nueva edición con un prólogo de Jacques Le Goff, París, Gallimard, 1983. [Trad. esp.: Los reyes taumaturgos, México, FCE]. Bloch, Marc (2002). L’étrange défaite. Témoignage écrit en 1940, prefacio de Stanley Hoffman, París, Gallimard, 1990. [Trad. esp.: La extraña derrota, Barcelona, Crítica]. Bloch, Marc (1996). Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien, edición anotada por Étienne Bloch, prefacio de Jacques Le Goff, París, Armand Colin, 1993. [Trad. esp.: Apología para la historia o el oficio de historiador, México, FCE]. Bloch, Marc (1997). Écrits de guerre, 1914-1918, textos reunidos por Étienne Bloch, introducción de Stéphane Audoin-Rouzeau, París, Armand Colin. Bloch, Marc (2006). L’Histoire, la Guerre, la Résistance, edición de Annette Becker y Étienne Bloch, París, Gallimard. Bloch, Marc - Febvre, Lucien (1994). Correspondance, vol. I (1928-1933), edición de Bertrand Müller, París, Fayard. Bloch, Marc - Febvre, Lucien (2003). Correspondance, vol. III (1938-1943), edición de Bertrand Müller, París, Fayard. Chaves Nogales, Manuel (2010). La agonía de Francia, introducción de Xavier Pericay, Barcelona, Libros del Asteroide. / 27 JORDI CANAL Deneboude, Jean-François [Soulet, Jean-François], “Marc Bloch, Lucien Febvre et l’histoire immédiate”, Cahiers d’histoire immédiate, 7, 1995, pp. 111-118. Duclert, Vincent (2002). “Penser pour résister. L’Étrange Défaite de Marc Bloch”, en Cabanel, Patrick y Laborie, Pierre, eds., Penser la défaite, Toulouse, Privat, pp. 169-177. Dumoulin, Olivier, Marc Bloch, París, Presses de Sciences Po, 2000. [Trad. esp.: Marc Bloch o el compromiso del historiador, Granada, Universidad de Granada, 2003]. Febvre, Lucien, “Marc Bloch fusillé...”, Mélanges d’histoire sociale, 6, 1944, pp. 5-8. Febvre, Lucien (2009). Vivre l’Histoire, edición de Brigitte Mazon y prefacio de Bertrand Müller, París, Robert Laffont. Fink, Carole (2004). Marc Bloch: a Life in History, Cambridge, Cambridge University Press, 1989. [Trad. esp.: Marc Bloch: una vida para la historia, Valencia-Granada, Universidad de Valencia-Universidad de Granada]. Maurois, André, Tragédie en France, Nueva York, Éditions de la Maison Française, 1940 [Trad. esp.: Tragedia en Francia, Barcelona, Editorial Lara, 1945, 2ª edición refundida y aumentada]. Noiriel, Gérard, Sur la «crise» de l’histoire, París, Belin, 1996. [Trad. esp.: Sobre la crisis de la historia, Madrid, Cátedra, 1997]. Raulff, Ulrich, Ein Historiker im 20. Jahrhundert: Marc Bloch, Frankfurt am Main, S. Fischer, 1995. [Trad. franc.: Marc Bloch. Un historien au XXe siècle, París, Éditions de la Maison des sciences de l’homme, 2005]. Soulet, Jean-François (2009). L’histoire immédiate. Historiographie, sources et méthodes, París, Armand Colin. 28 / Estados Unidos y el presidente negro* Pablo A. Pozzi Universidad de Buenos Aires (Argentina) Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Historia ([email protected]) Estados Unidos y el presidente negro A fines de agosto 2008, muchos diarios a través del mundo declararon en sus portadas: “El primer candidato negro a presidente de Estados Unidos”.1 Lo gracioso es que se referían a Barack Obama, candidato a presidente por el partido Demócrata y no a Clennon King, que se postuló a presidente en 1960 por el Partido Independiente Afroamericano. De hecho hubo una serie de candidatos negros a la presidencia desde ese entonces.2 La diferencia sería entonces que Obama era el primer candidato negro por uno de los partidos mayoritarios y, entonces, tendría posibilidades de triunfar. Para la prensa norteamericana (y su rebote en la prensa mundial) esto revelaba una lección importante: a pesar de George W. Bush, Estados Unidos seguía siendo el faro de la democracia y la libertad mundial donde incluso un mal tan endémico como el racismo estaba siendo superado. ¿Es esto real? * Este trabajo forma parte de la Ponencia presentada en el II Congreso Internacional de Historia Inmediata. Universidad de Zulia. Maracaibo (Venezuela)15 al 18 de marzo de 2011 1 Por ejemplo, La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, 28 de agosto de 2008. 2 Una lista parcial incluye a Larry Holmes y Monica Moorhead por el WWP, Clifton DeBerry por el SWP, Lenora Fulani por el New Alliance Party. De hecho hubo una cantidad importante de negros que se han postulado. En 2008 el Partido Verde, con el apoyo de otros grupos de izquierda como el Workers World Party, postuló a Cynthia McKinney para presidente. McKinney es una afronorteamericana que fue diputada por Georgia. Claro, el hecho de que haya otro “negro” de candidato ha pasado más que desapercibido. PABLO A. POZZI Hace ya más de ochenta años el escritor brasilero Monteiro Lobato publicó su novela, El presidente negro.3 Si bien esta no es la mejor obra de este maravilloso escritor de literatura infantil, si constituye una obra omnisciente que se remonta a la tradición de H.G. Wells y de Julio Verne. La misma trata de Ayrton, un pobre empleado brasilero, que gracias a un accidente conoce al profesor Benson. Éste ha inventado el “porviroscópio”, un dispositivo que permite ver el futuro. Así, Ayrton observa a los Estados Unidos trescientos años más tarde, a tiempo para una disputa por la Casa Blanca que divide al electorado blanco entre hombres y mujeres.4 Esto permite que los negros, liderados por un candidato carismático llamado Jim Roy, triunfen y éste se convierta en el 88º presidente norteamericano. Sin embargo, incapaces de soportar el triunfo de los negros, los blancos se unen e idean una solución final a su problema: comercializan un tónico alisador de pelo que esteriliza a quien lo use. De esta manera, Jim Roy muere (“su vitalidad minada por el tónico”) y la raza negra se extingue para siempre. Ochenta y dos años más tarde, el planteo de Lobato parece referirse a la disputa Obama-Clinton. Evidentemente, las diferencias entre la realidad y la novela son múltiples, pero hay tres aspectos interesantes para remarcar. El primero es que hace ya un siglo que el problema racial y electoral norteamericano viene siendo observado y considerado en otras latitudes. Monteiro Lobato. El presidente negro. Novela norteamericana del año 2228. Buenos Aires: Editorial Claridad, 1943. Primera edición en portugués: O Choque das Raças ou O Presidente Negro (1926). 4 Según Lobato, la fractura del voto blanco por género se debe a que poco antes de la elección una tal Miss Elvin, mentora de la candidata feminista Evelyn Astor, publica un libro denominado Simbiosis Desenmascarada, donde denuncia que la mujer no era la “compañera natural del hombre”. De hecho, según Elvin, el género masculino había “repudiado” a la mujer en una “época remota” y este “pobre animal” (en palabras de Lobato) se había extinguido. Las mujeres modernas (de 2228) serían entonces las descendientes de un pueblo anfibio, cuyos machos fueron naturalmente masacrados por los hombres en una especie de versión prehistórica del rapto de las Sabinas. 3 30 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO El segundo es la clara percepción por parte del novelista de lo que es el vínculo entre racismo y poder en Estados Unidos, y el salvajismo en cuanto a la decisión de mantener el control de la situación: ya en ese entonces se visualizaba la posibilidad de que la clase dominante norteamericana aplicara el genocidio como parte de su política de “limpieza étnica”. Y tercero, hay una percepción de “raza” más cercana a los estudios modernos que a los de su época. Esto último es central. Los negros en la novela de Lobato no son “negros” en su acepción popular, sino más bien han sufrido un proceso de “blanqueamiento” por parte de los blancos a través de distintos productos comerciales para la piel. Así su pigmentación es un blanco grisáceo... cercano al ideal de Michael Jackson.5 Pero esto no significa que dejen de ser considerados “negros”. Y así Lobato presenta un tema singularmente moderno, donde la raza es más una construcción socio-cultural que un producto de la pigmentación de la piel. Ningún biólogo ha sido capaz de ofrecer una definición convincente y abarcativa de “raza”. Todo intento de dar sustento científico a este término ha llevado a cuestiones absurdas. Por ejemplo, una mujer blanca puede parir un niño negro, pero ninguna negra puede dar a luz a un blanco. Para los anglosajones, los pigmeos y los watusis ambos son parte de la raza “negra”, a pesar de las diferencias en estatura. Los irlandeses eran considerados “negros” a principios del siglo XIX, y la historia Otro elemento interesante de la obra de Monteiro Lobato es que percibió tempranamente la dominación ideológica racista sobre los propios “negros”, por la cual éstos intentarían poner fin a su propia negritud y convertirse en “blancos”. Malcolm X, en su Autobiografía (Barcelona: Ediciones B, 1992) da cuenta de su propio intento a través de medidas como “estirarse el pelo”. El ejemplo de Michael Jackson, que llegó a operarse para modificar sus rasgos “negroides”, es una buena muestra actual del racismo y su incidencia en la propia mentalidad del afronorteamericano. La esterilización imaginada por Lobato no está lejos de la realidad: numerosos grupos de la derecha norteamericana proponen esterilizar a las minorías (en particular a negros e hispanos) como forma de “preservar la raza blanca”. 5 / 31 PABLO A. POZZI de cómo se convirtieron en “blancos” en siglo XX es fascinante.6 Todos los latinoamericanos son “gente de color”, sin considerar si son descendientes de europeos, de afroamericanos, o de indoamericanos. De hecho, la única raza que se puede constatar es la raza humana, y las “razas” son más un producto de la opresión clasista e imperialista que una descripción biológica o de pigmentación de la piel. Al decir de Noel Ignatieff: “La raza blanca consiste de aquellos que disfrutan de los privilegios de una piel blanca en esta sociedad [...] de manera que la opresión racial es un sistema particular de opresión cuya característica central es reducir a todos los integrantes de los oprimidos a un grupo indiferenciado e inferior a los sectores que integran al grupo dominante.”7 Alexander Saxton planteó hace casi dos décadas que el racismo norteamericano surgió de una serie de justificaciones y racionalizaciones de la trata de esclavos y de la expropiación de los amerindios. El racismo logró retener un lugar central en las ideas que legitimaban el poder porque “continuó cumpliendo con la necesaria justificación de los grupos dominantes en las cambiantes coaliciones de clase que han gobernado la nación”. Este racismo jamás fue una construcción estática, sino que se mantuvo en flujo a través de constantes modificaciones y procesos de ajuste a las necesidades de la clase dominante.8 Así, se constituye en un elemento central a la dominación puesto que fragmenta a los oprimidos. Al mismo tiempo, el racismo genera una dominación más sutil y profunda que la mera represión conformando un elemento central de la hegemonía de la burguesía.9 Véase Noel Ignatieff, How the Irish Became White. New York: Routledge, 1995. Noel Ignatieff, op. cit., 1 a 5. 8 Véase Alexander Saxton. The Rise and Fall of the White Republic. Class Politics and Mass Culture in Nineteenth Century America. London: Verso Books, 1990. 9 Para que esta noción quede aún más clara pensemos en el caso latinoamericano. La clase dominante argentina siempre planteó que “los argentinos somos europeos y blancos”. De hecho varios manuales de geografía de la década de 1930 planteaban que la Argentina era 6 7 32 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO De hecho, el ser “negro” jamás impidió que individuos de esta “raza” accedieran a la clase dominante. A fines del siglo XIX Booker T. Washington, cuya filosofía hacía eje en que los negros debían “ganarse la confianza” de los blancos a través de su docilidad y sumisión, fue festejado en buena parte de los salones de Washington.10 En ese sentido los sectores dominantes norteamericanos siempre supieron diferenciar entre un “negro bueno” y otro “malo”. Para la comunidad “negra”, y en particular para sus sectores combativos como el encabezado por W.E.B. Du Bois, Booker Washington era un “Tío Tom”11; para los “blancos” era un “negro” que “conoce su lugar”. Hoy en día el partido Republicano tiene sus propios “Tío Tom” reunidos en el “caucus” de afronorteamericanos12; y el partido Demócrata reune en sus filas a la mayoría de los votantes afronorteamericanos y a conspicuos miembros de Ku Klux Klan. Asimismo, el general Colin Powell, el juez de la Suprema Corte Clarence Thomas y Condoleezza Rice son “negros buenos”, en la acepción de los “blancos”. Y ni hablar de Oprah Winfrey, una de las mujeres más ricas del planeta. Para buena parte de los propagandistas norteamericanos esto demuestra fehacientemente que Estados Unidos avanza por la senda de superar el racismo. Claro, no es lo mismo para la propia comunidad afronorteamericana. Es más muchos de estos considerarían a más grande que Brasil por el hecho de que tenía más “blancos”. También podemos hacer referencia a México y las figuras de Benito Juárez y Porfirio Díaz, ambos descendientes de amerindios, ambos centrales en la dominación de las élites blancas. Y ni hablar del día de hoy donde la oposición al presidente amerindio Evo Morales, de Bolivia, logra el apoyo de los blancos pobres y de clase media gracias al racismo. 10 Una novela interesante sobre estos temas es E.L. Doctorow. Ragtime. New York: Random House, 1975. 11 La referencia era al Tío Tom, un esclavo manso y sumiso en la novela de Harriet Beecher Store. La cabaña del Tío Tom. (1851: varias ediciones). 12 Como también lo tiene de gays. Ambas cosas son por demás interesantes ya que el sector hegemónico del Partido es racista, homofóbico y propone soluciones que recuerdan a la obra de Monteiro Lobato: la castración de gays y de violadores (que por supuesto deben ser “la misma cosa”). / 33 PABLO A. POZZI los anteriores como oreos, o sea galletitas de chocolate con un centro de crema: negros por fuera, blancos por dentro. La negritud, para buena parte de los afronorteamericanos, no es tanto una cuestión de piel sino de ubicación social y cultural. Un buen ejemplo de esto fue el boxeador Cassius Clay que fue aceptado por los “blancos” hasta que se opuso a la guerra de Vietnam, se convirtió al Islam, y adoptó el nombre Muhammad Ali; al reafirmar su negritud pasó de “negro bueno” a “negro malo”.13 Asimismo, y para que quede aun más claro lo que queremos decir, contrastemos la figura e imagen de Malcolm X, o la del rapero Tupac, o del mismo Martin Luther King −que claramente son algunos de los principales héroes de la comunidad afronorteamericana− con la del actor Will Smith, un connotado “oreo”. Por otra parte, la selección por parte de los Demócratas de un candidato “negro” parece implicar que ha habido una mejora en la situación de los afronorteamericanos durante las últimas décadas. Pero realmente, ¿la candidatura de Obama implica que mejoró la vida de la comunidad afronorteamericana? En 1963 Martin Luther King se lamentaba que sólo 9 por ciento de los estudiantes negros iban a escuelas integradas. Asimismo, se quejaba que el ingreso promedio de los negros era la mitad del de los blancos por el mismo trabajo. Cuarenta años más tarde, en 2003, el ingreso promedio de los megros era 62 por ciento del de los blancos y su tasa de desempleo era 10,8 por ciento, más de dos veces que la de los blancos. Y la mayoría de las escuelas públicas en las grandes ciudades, como por ejemplo la Grove Park Elementary School de Atlanta, tienen una amplia mayoría de estudiantes afronorteame Cincuenta años antes el gran boxeador afronorteamericano Jack Johnson, y campeón de los pesos pesados, fue perseguido hasta el día de su muerte. 13 34 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO ricano o de origen hispano; o sea que siguen sin ir a escuelas integradas. Más de 45 por ciento de los hijos de familias negras de clase media terminaron entre el 20 por ciento de los ingresos más bajos en las últimas tres décadas.14 Pero si la situación general de los afronorteamericanos no ha mejorado substancialmente desde 1963, ¿cómo es que algunos se han incorporado a la clase dominante? Parecería que, indudablemente, Estados Unidos es una sociedad que reconoce la capacidad e inteligencia por lo que el mérito siempre tiene su recompensa. Así, si los negros no avanzan es porque no quieren o no pueden, jamás porque no los dejen. Un ejemplo utilizado una y otra vez de esta supuesta meritocracia es el caso de Condoleezza Rice. Su brillantez y capacidad intelectual fueron recompensadas con un ascenso meteórico. Pero ¿fue asï? ¿Es tan brillante Condi como para trascender el racismo? Y por supuesto ¿es “negra”? Uno de los aspectos notables de Condi Rice es que su ascenso presupone aportes intelectuales notables, pero que nadie puede citar uno sólo de ellos.15 En realidad Rice avanzó hasta los cenáculos del poder no por su capacidad intelectual, sino por su “muñeca” política. Condi Rice fue apadrinada por una serie de hombres, blancos y poderosos, como Gerhard Casper, presidente de Stanford University, George Schultz, que fue secretario de Estado de Reagan, y Brent Scowcroft, asesor de seguridad nacional de George Bush (padre). Su carrera comenzó mientras era estudiante de grado, cuando logró acercarse a 14 15 The Guardian Weekly, 8 de febrero 2008, citando al Pew Report. Esto se basa en las siguientes obras: Elizabeth Bumiller. Condoleezza Rice: An American Life. New York: Random House, 2008. Robert Draper. Dead Certain: The Presidency of George W. Bush. New York: Free Press, 2008. Glenn Kessler. The Confidante: Condoleezza Rice and the Creation of the Bush Legacy. New York: St. Martin’s Press, 2008. De lejos la obra de Bumiller es la mejor informada y la más equilibrada y analítica. También véase: Russell Baker, “Condi and the Boys”. The New York Review of Books, April 3, 2008. / 35 PABLO A. POZZI Josef Korbel, un importante sovietólogo en la Universidad de Denver. Korbel era un refugiado checo, furioso anticomunista, y padre de Madeleine Albright, la secretaria de Estado de Bill Clinton. Albright recuerda que fue recién en 1987, para su gran sorpresa, que descubrió que Rice era republicana. Ella, al igual que para su padre, durante años pensaron que Condi compartía su adhesión a los demócratas. A través de Korbel, Rice logró el puesto de profesor en la Stanford University, y fue nombrada a los 38 años Provost de la universidad16. Su éxito en lograr este cargo surgió de que, como simple profesor, pudo maniobrar para ser parte del comité de búsqueda de un nuevo presidente universitario. Como tal su candidato fue Gerhard Casper que retribuyó el favor nombrándola Provost. Una vez en el cargo administrativo, Rice se dedicó a reducir el presupuesto asignado a emplear más negros, chicanos y mujeres. En este proceso se convirtió en la favorita del directorio de la universidad17. El directorio la recomendó como “una persona muy leal” a George Schultz, que a su vez la introdujo en el mundo de las corporaciones, incluyendo al presidente de Chevron Oil que la convirtió en miembro de su directorio. Poco tiempo más tarde Rice ingresaba a los directorios de Transamerica, Hewlett Packard, J.P. Morgan y la Charles Schwab Corporation. A su vez Schultz la presentó al entonces gobernador de Texas George W. Bush, que estaba pensando en postularse como candidato presidencial y buscaba posibles asesores. Rice le llamó la atención porque era negra y mujer, y sobre todo porque podía hablar de beisbol, de En los sistemas universitarios latinoamericanos no hay nada que equivalga a este cargo, pero es el cargo administrativo más alto en las universidades norteamericanas. La mayoría de las universidades norteamericanas funcionan como si fueran corporaciones, con directorios, presidentes nombrados y no electos, y cuyos órganos electivos tienen poco poder real, sobre todo si los comparamos con los sistemas universitarios surgidos de la Reforma de 1918. 16 17 36 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO fútbol y de política exterior. En particular, un aspecto importante es que ella lo hacía sentir inteligente, sobre todo “cuando lo cumplimentaba por las preguntas que hacía”.18 Tanto con las corporaciones como con Bush, lo interesante es que en ningún caso decidieron el ascenso de Condi por su “capacidad intelectual” o por los libros que había escrito, sino más bien por el hecho que era una mujer negra y que era “leal”. O sea, que tenía la capacidad de impulsar sus intereses aun en contra de las mujeres negras. Su brillantez estriba no en el campo de las ideas sino en su intuición de saber qué debía decir en el momento indicado para quedar bien con los poderosos, y por su capacidad para cumplir órdenes. En este último sentido, ha sido acusada de pasividad en su puesto de asesora de seguridad nacional pero esto es inexacto. Ella no genera políticas, las aplica sin dudar y con una dureza notable. En realidad la carrera de Condi Rice demuestra dos cosas. Primero de todo que en una sociedad racista un negro sólo puede trascender si traiciona los intereses globales de su propio sector oprimido. Y segundo, que raza es una construcción: pocos considerarían a Condoleezza Rice como una típica afroamericana; de hecho, ella ha logrado blanquearse a pesar del color de su piel. Al igual que Condi Rice, Barack Obama es notable por una cantidad de cuestiones que habría que considerar. En diciembre de 2006 el Wall Street Journal publicó un artículo, bajo el título “El hombre de la nada”19, que reflejaba uno de estos aspectos. Obama había salido, aparentemente, de la nada para convertirse en una de las figuras políticas norteamericanas más influyentes del siglo XXI. Hijo de un padre de Kenya y de una norteame18 19 Russell Baker, “Condi and the Boys”. The New York Review of Books, April 3, 2008. The Wall Street Journal, 15 diciembre 2006. / 37 PABLO A. POZZI ricana blanca, hijastro de un ejecutivo petrolero indonesio, y egresado de Harvard, Obama no es el típico afronorteamericano. Si bien sus biografías lo consignan como un activista en la zona sur de Chicago, la realidad es que comenzó su carrera como director durante tres años de la Developing Communities Project, una organización desarrollada por las iglesias de Chicago. De allí saltó a dirigir el Project Vote de Illinois cuya tarea era movilizar a los votantes afronorteamericanos para el partido Demócrata. Al mismo tiempo, ingresó en los directorios de varias fundaciones de las cuales las más importantes son The Joyce Foundation y Chicago Annenberg Challenge.20 Esto le sirvió como base para ser electo en 1996 como senador estadual. En 2004 fue electo como senador nacional por Illinois, y presentó uno de los principales discursos en la convención del partido Demócrata que nominó a John Kerry como candidato presidencial. Un año después adquirió un condominio en Chicago valuado en 1,6 millones de dólares, y su fortuna familiar se estimaba en 4,2 millones. Obama no es, ni lo fue nunca, un “negro” como los otros, aunque la prensa se empecine en reivindicar su ascenso como si hubiera sido criado en el ghetto de Harlem. Que Obama haya tenido posibilidades y que las utilizara en función de su carrera y ascenso no es algo nuevo, ni siquiera es algo que se puede criticar. Sin embargo, lo que no responde es cómo y por qué ha tenido una carrera meteórica que lo llevó de ser un senador estadual a ser el candidato demócrata en menos de diez años.21 En general los medios de El Annenberg Challenge fue establecido por la Annenberg Foundation que es la fundación de la corporación de medios de comunicación del multimillonario Walter Annenberg. La Joyce Foundation fue establecida por la multimillonaria Beatrice Joyce Kean de Chicago. 21 Esto es notable ya que la mayoría de los políticos norteamericanos hacen un largo cursus honorum antes de llegar a la cima. Por ejemplo, su compañero de fórmula Joseph Biden ha sido senador durante 26 años, mientras que su contrincante John McCain tiene más de treinta años de carrera política. 20 38 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO comunicación hacen eje tanto en la oratoria de Obama, como en su inteligencia y carisma. Según esta versión las tres cosas se combinan para generar entusiasmo y movilización a nivel popular, por lo que millones de norteamericanos se han volcado en su apoyo. Una prueba de esto sería que la mayoría de los bloggers (diarios de Internet) apoyan a Obama. En esta versión los bloggers son influyentes y representan la democratización de la política norteamericana. Claro, el hecho de que son jóvenes, con dinero para comprar buenas computadoras, con tiempo para dedicarse a eso, e inclusive empresarios no es tomado en cuenta,22 como tampoco el hecho que la vasta mayoría de los norteamericanos no lee ni puede leer un blog. Otra prueba de la popularidad de Obama ha sido que el financiamiento de su campaña proviene principalmente de pequeñas donaciones (o sea menores a $200 dólares). Así los más de 200 millones de dólares reunidos por su candidatura durante las internas demócratas serían la prueba que el votante medio, cuando se moviliza, puede tener más peso que las grandes corporaciones. Hemos regresado a la democracia de 22 Buenos ejemplos de esta versión figuran en La Vanguardia (Madrid) 28 de agosto 2008 y Crítica de la Argentina, 30 de agosto 2008. Ambos periódicos insisten en la importancia de blogs como Dailykos.com, cuyo dueño Markos Moulitsas tiene 8 empleados fijos. Su site recibe 600 mil visitas diarias. Esto parece muchísimo hasta que consideramos que hay más de 200 millones de votantes en Estados Unidos, y que The New York Times vende cerca de un millón de ejemplares los domingos cuyos posibles lectores se estiman entre tres y cuatro veces ese total. Ni hablar de que una visita (hit) a un site no equivale a que sea leído lo que dice. Al mismo tiempo, la mayoría de los norteamericanos no tienen computadoras en sus casas por lo que acceden a Internet vía el trabajo, donde hay límites muy precisos para esa actividad. Por último, consideremos que, como por ciento de población, la Argentina tiene más computadoras y más uso de banda ancha por habitante que Estados Unidos. La cuidadosa construcción política de los bloggers lleva a errores intencionados. Por ejemplo, la prensa internacional cita a Arianna Huffington como “una blogger de izquierda”. La suposición es que está a la izquierda del huno Atila, por que Arianna, ex esposa del multimillonario petrolero Michael Huffington, siempre perteneció a la derecha reaganiana y era, en particular, una agria crítica del feminismo y de lo que ella denominaba “el aislacionismo pacifista”. Por supuesto ella se autodefine como una “progresista populista” con “compasión”. En realidad Huffington es una muestra de cuan a la derecha se ha movido la política norteamericana, y cuan elitista es el mundo blogger. / 39 PABLO A. POZZI los padres fundadores (que nunca fueron muy democráticos que digamos), ¡aleluya! Si examinamos brevemente los datos disponibles veremos que esta versión no tiene demasiado sustento. Primero, Obama reunió 58 millones en la primera mitad de 2007 (antes de ser carismático y cuando todos pensaban que ganaría Hillary Clinton). De este total, las donaciones pequeñas sumaban 16,4 millones de dólares. Al final de las primarias, 45 por ciento del financiamiento de Obama provenía de esas “pequeñas” donaciones. La suposición es que las “pequeñas” donaciones provienen de “individuos comunes” cuyos ingresos son “pequeños”. El problema es que esto no es así. La Comisión Federal Electoral de Estados Unidos, monitorea realmente pocas cosas, pero una que sí controla es el financiamiento de las campañas. Un individuo puede donar hasta 2300 dólares a una campaña determinada por ciclo electoral (o sea, 2300 en las internas y 2300 más para la elección general). Además, puede donar hasta 28.500 dólares anuales a un partido determinado, 10 mil a los comités locales, y 5 mil a cualquier otro comité político. El Partido a nivel nacional puede contribuir con hasta 5 mil dólares a la campaña de un candidato en particular. ¿Y si no se cumplen estas reglas qué pasa? Nada. Lo peor que puede ocurrir es que el gobierno federal no otorgue financiamiento (matching funds) a la campaña del candidato. Por ende, la norma es que un donante que quiere contribuir con más del total legal (o sea un máximo de 48.100 dólares sumando todas las categorías… el doble del salario anual de un obrero), hace algo simple: contribuye el dinero en nombre de sus amigos que, entonces, figuran como los donantes. Por ejemplo, General Motors contribuye millones a las campañas electorales en nombre de sus empleados y obreros. GM tiende a apoyar a los Republicanos, pero no hay problema porque sus empleados votan mayoritariamente Demócrata… cuando se molestan en ir a votar. En el caso de Obama, si examina40 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO mos bien lo que informa el comité de campaña, descubriremos que cinco multimillonarios son responsables por donaciones realizadas por 27 mil individuos que aportaron cada uno el máximo de 2300 dólares (62,1 millones de dólares). Otros 74 contribuyentes “colectivos” también realizaron “donaciones” en nombre de miles de individuos cada uno. Entre estos 74 encontramos a los principales 18 estudios de abogados de Estados Unidos, a 21 grandes ejecutivos de Wall Street, y a docenas de ejecutivos de corporaciones listadas en el Fortune 500. Si listamos las donaciones, realizadas hasta mediados de julio de 2008 por rubro, encontraremos que: abogados contribuyeron con $18 millones, ejecutivos de telecomunicaciones con 10 millones, banqueros de inversión 8 millones, ejecutivos de corporaciones inmobiliarias 5 millones, médicos 7 millones, banqueros en general 3,2 millones (o sea 51,2 millones más). Entre las “pequeñas” donaciones encontramos que los empleados del gran banco de inversiones Goldman Sach aportaron más que cualquier otro grupo, seguidos de cerca por los empleados de J.P. Morgan, Citigroup, Lehman Bros, Harvard y Google.23 Indudablemente es el pueblo movilizado por el carisma de Obama que ha abierto sus billeteras para recuperar el control democrático del gobierno norteamericano.24 Como debería quedar claro de los datos brindados más arriba, los ricos y poderosos financian la campaña de Obama. De todas maneras, es innegable que millones de demócratas norteamericanos votaron por él de manera que ganó las elecciones internas de su partido. ¿Ganó? ¿En serio? Digamos que Obama ganó la mayoría de los delegados a la convención y fue Buena parte de esta información se encuentra libremente disponible en Internet. Una buena síntesis se puede encontrar en mrzine.monthlyreview.org/pham150708.html 24 La cantidad de “pueblo” movilizado por Obama es abrumadora, como cuando obtuvo 5 millones de dólares en donaciones en una cena realizada en Hollywood. Cada pareja pagó 28.500 dólares por la cena. Seguro que eran todas maestras y sus maridos. 23 / 41 PABLO A. POZZI apoyado por la mayoría de los superdelegados (funcionarios partidarios). En realidad perdió el voto popular; Hillary recibió el voto de 16.711.719 personas, mientras que por Obama votaron 16.684.753.25 En medio de todo el ruido electoral, y la propaganda en torno al candidato “negro” se perdió de vista que una mujer había ganado la mayoría popular.26 Para la prensa era mejor ser “negro” que mujer “fría, dura” e inteligente, por ende poco confiable. Pero ¿cómo? ¿No era que los medios de comunicación y las grandes corporaciones apoyaban a Hillary Clinton y a George Bush? La consigna electoral de Obama ha sido “el cambio”; o sea, que votarlo a él implicaba votar por el cambio, por recuperar las raíces de la democracia norteamericana.27 Sin embargo pocos analistas se han molestado en profundizar en ese “cambio” y en las medidas que propone. Las propuestas económicas de Obama apuntan a un camino intermedio entre el laissez faire neocon y la intervención estatal. Uno de sus principales asesores es Austan Goolsbee un economista experto en la industria de alta tecnología. Goolsbee, y Obama, rechazan cualquier tipo de medida que pueda ser tildada de keynesiana. Como explicó John Cassity respecto de la crisis de las hipotecas sub prime: “Obama rechaza cualquier tipo de regulación estatal e insiste principalmente en informar bien a los consumidores para que sepan qué están adquiriendo”.28 En otras palabras, más de lo mismo. Claramente, Obama y sus asesores no son keynesianos sino behavioralists, el término que utilizan The New York Sun, 21 de mayo 2008. Citando a Real Clear Politics. Claro, no vamos a hacer un escándalo por 30 mil míseros votos. 26 El Comité Nacional Demócrata no aceptó los delegados por Florida y Michigan cuyas elecciones internas fueron adelantadas y en las que triunfó Clinton abrumadoramente. 27 Nótese que la consigna de Bill Clinton, en la elección de 1992, era exactamente la misma. 28 John Cassity, “Economics: Which Way for Obama?” The New York Review of Books, 12 de junio 2008. 25 42 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO los economistas para describir aquellos que intentan unir la psicología popular con la economía. Estos economistas creen que la libre empresa, con una pequeña ayudita del estado, puede funcionar relativamente bien. El concepto base es que el individuo a menudo toma decisiones económicas irracionales, como por ejemplo comprar un billete de lotería aunque las posibilidades de ganar sean casi inexistentes; por ende el papel del estado es ayudarlo a actuar “racionalmente”29. De ahí que las propuestas de Obama reflejen poco cambio. Por ejemplo, propone brindar mayor información para que los consumidores puedan tomar decisiones “informadas”; o sugiere que el seguro de salud sea reducido siempre y cuando el cliente firme un contrato resignando su derecho a demandar al médico por mala praxis; en vez de plantear un servicio nacional de salud, propone crear un programa de salud, subsidiado por el gobierno federal, sólo para aquellos individuos que no están cubiertos por los planes de los empleadores. Obama no es un neocon, pero sus años en la Universidad de Chicago lo influenciaron en cuanto a su respeto por el libre mercado y por las grandes corporaciones. Comparativamente, Hillary Clinton planteaba un retorno al keynesianismo como base de un proyecto de salvación nacional modelado en el estado de bienestar inaugurado por Franklin Delano Roosevelt durante el New Deal. Por ejemplo una diferencia entre ambos es que Clinton ha dicho reiteradas veces que aumentaría los impuestos a los más ricos, mientras que Obama sugirió que reduciría los de la clase media. La diferencia es apreciable en cuanto a enfoque: Clinton 29 Aquí el concepto de racionalidad es fascinante, ya que la culpa de la pobreza no es sistémica y ni siquiera de los especuladores y corruptos empresarios, sino del individuo irracional. Esto es notable ya que en la misma economía clásica de Adam Smith o David Ricardo el eje no es lo “racional” sino el accionar de muchos individuos según sus intereses. De ahí que Obama señalara que la culpa de su pobreza era de los propios afronorteamericanos. / 43 PABLO A. POZZI es anti reaganiana, mientras que Obama sólo plantea retocar algunos aspectos.30 De todas maneras, todo lo anterior es para considerar el punto de partida de Obama. Una vez nombrado candidato presidencial por su partido, su deslizamiento hacia la derecha se convirtió en corrida lisa y llana.31 A principios de julio Obama declaró que mantendría el financiamiento de las “iniciativas basadas en la fe”, base de la derecha evangélica; un día antes realizó un largo discurso sobre “las virtudes del patriotismo”32; poco tiempo más tarde declaró su apoyo a varios de los incisos de la Ley Patriota, como por ejemplo a la inmunidad para las corporaciones que ayudaran al gobierno a realizar escuchas telefónicas sin orden judicial; también ha declarado que piensa reconsiderar su oposición de reducir el impuesto a las grandes corporaciones; a mediados de julio declaró su apoyo al sector más reaccionario de la Corte Suprema (los jueces Scalia, Alito, Roberts y Thomas) que defendían la pena de muerte; y en una entrevista con una publicación evangélica propuso limitar aun más el derecho al aborto.33 Lo anterior son sólo algunas perlitas en cuanto a política interna, pero los cambios más notables han sido en términos de su política exterior. Cuando comenzaron las internas partidarias la principal propuesta de Véase Financial Times, 20 mayo 2008. Según El País (Madrid), 18 de mayo 2008, Sección Negocios, página 6, en cuanto a la crisis hipotecaria “Obama coincidió en este sentido con la Casa Blanca al proponer que se ayudara a las familias más necesitadas mediante incentivos fiscales en lugar de elevar el gasto, como propone Clinton. […] El mensaje de Clinton es decididamente más populista que el de Obama […] Clinton ha alertado directamente contra los excesivos beneficios” de las corporaciones. 31 Para una buena síntesis de los cambios en Barack Obama véase Jonathan Freedland, “Obama’s Ruthless Shuffle to the Right”. The Guardian Weekly, 11 de julio 2008. También, Lance Selfa, “What Kind of Change Can We Expect”. International Socialist Review 60, July-August 2008. 32 Es interesante considerar que en 1775 el político conservador inglés Samuel Johnson dijo que “el patriotismo es el último refugio del sinvergüenza”. Citado en James Boswell. Life of Samuel Johnson (1791). 33 Lance Selfa. “Obama´s Entrance Exam”. http://socialistworker.org/2008/07/18. 30 44 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO Obama hacía eje en su oposición a la guerra de Irak; hoy en día ha abandonado la propuesta de “retirada inmediata” para plantear una “retirada escalonada” luego de un “auge inicial” y de “escuchar a los comandantes en el campo de batalla”. Si antes se había destacado por su voluntad de dialogar con los “enemigos” de Estados Unidos, ahora declara que “comparto la política bipartidista de defender a Israel contra toda amenaza” insistiendo que Irán representa una amenaza directa en el Cercano Oriente. 34 En parte estos cambios se justifican con el consabido “movimiento hacia el centro” de los candidatos presidenciales norteamericanos. Esto implica que para ganar las internas deben sostener posturas “populistas”, pero una vez nominados deben intentar captar el voto “independiente y centrista”. Sin embargo, todas las encuestas disponibles revelan que la mayoría de los votantes independientes apoyan posturas más progresistas y que opinan que las grandes corporaciones deben ser controladas.35 ¿Qué ha pasado? La respuesta debe tomar el contexto de las donaciones millonarias a su campaña, al igual que la trayectoria de otra “negra”, Condoleezza Rice. Obama le estaba demostrando a la burguesía norteamericana que él puede ser “un presidente responsable”. Esto le generó numerosos problemas. Si bien en mayo de 2008 Obama contaba con un apoyo popular abrumador, sus posturas “responsables” generaron fisuras y una caída en las encuestas. Al final de la convención demócrata, en agosto, y luego de una semana de publicidad masiva y gratuita, Obama estaba técnicamente empatado con el candidato republicano 34 35 Idem. Véase las encuestas publicadas por Pew Report. / 45 PABLO A. POZZI John McCain, 46 a 43 por ciento de la intención de voto.36 Apenas un mes antes había dado el primer paso para “blanquearse” frente al electorado declarando que la culpa de la pobreza afronorteamericana se debía a los propios afronorteamericanos. Esto generó una respuesta inmediata y furiosa de varios dirigentes negros. El reverendo Jesse Jackson, patriarca político de la comunidad declaró que quería castrarlo. Y no fue el único, otros dirigentes como Al Sharpton y John Lewis (diputado demócrata por Georgia) expresaron su convicción de que Obama estaba dejando de lado las reivindicaciones de su comunidad.37 Lo mismo ocurrió con numerosos liberals. Como expresó Linda Freedman del Christian Science Monitor: “La blogoesfera liberal se ha encendido con furia ante la evidencia que el hombre que había prometido moverse más allá de la política tradicional esta recurriendo cada vez más a la política tradicional”.38 Es más, las declaraciones de Obama han resultado en que aumentara la brecha con los republicanos entre los votantes de clase obrera y entre las mujeres.39 Y 46 por ciento de los votantes declaraban estar inseguros de a quién iban a votar.40 En la práctica, de realizarse las elecciones en agosto de 2008, era más que factible que Obama perdiera el voto popular. En cambio, sus esperanzas de victoria estaban cifradas en que, si bien se podía perder el voto popular, era factible ganar el voto en el colegio electoral. Que el “candidato del cambio” manejara estrategias similares a las de George W. Bush en 2000 y 2004 refleja cuan poco cambio real representa. Pew Report, 31 de agosto 2008. Chicago Tribune, 10 julio 2008. 38 Christian Science Monitor, 17 julio 2008. El Monitor es un periódico liberal. 39 Pew Report, 31 de agosto 2008. Esto es notable ya que la mayoría de los sindicatos apoya a los demócratas. Según Pew, las principales razones combinan el que no se sienten contemplados en sus reivindicaciones con elementos de racismo. 40 Pew Report, 31 de agosto 2008. Una vez más esto es muy notable dado que la encuesta se realizó recién terminada la convención demócrata. 36 37 46 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO El problema es que muchos de los que participaron de la obamamanía realmente creyeron que éste significaba el cambio. En realidad Obama jamás fue demasiado específico en cuanto a sus propuestas durante las elecciones internas demócratas, y dependió más del hecho de que era un “negro” en un país racista para movilizar a la centroizquierda y a los progresistas. El partido Comunista norteamericano (CPUSA), por ejemplo, declaró su apoyo a Obama debido a que esta “es una gran oportunidad para derrotar a la derecha” y que refleja “cuánto ha avanzado este país”.41 Así, la candidatura de Obama más que reflejar un avance, lo que expresa es la crisis norteamericana. Como ya pudimos ver, un amplio sector de las grandes corporaciones, e inclusive el magnate reaccionario de las telecomunicaciones Rupert Murdoch, apoyan a Obama. Lo que ha ocurrido es que amplios sectores de la burguesía reconocen que el sistema político norteamericano ha sufrido un fuerte descrédito a partir del fraude en la elección de 2000, y como resultado de las políticas implementadas por George W. Bush. En cierta forma lo que ha ocurrido es un tipo de crisis política similar a la que sucedió al caso Watergate. ¿Cómo recuperar la credibilidad de la población en el sistema? La propuesta ha sido simple: buscar un candidato que refleje opciones y prestigie a Estados Unidos frente a su población y el mundo. Una candidata era una posibilidad. Sin embargo, el problema con Hillary Clinton es que si bien pertenece al establishment, y de ninguna manera puede considerarse siquiera como “de centro”, no sólo tiene propuestas políticas concretas sino que se encuentra apoyada por el sector de nuevas tecnologías, que aun hoy le disputa la estructura social de acumulación al complejo militar industrial. 41 Véase http://cpusa.org/article/articleview/907/1/4/ / 47 PABLO A. POZZI En cambio, Barack Obama no tiene base socio-económica propia, por lo que declamada “unidad” es realmente la de un sector de nuevas tecnologías (Google por ejemplo) con aquel sector del complejo militar industrial representado por George Bush padre (Colin Powell y el Secretario de Defensa Robert Gates). De hecho es una creación de estos sectores. Pensemos que ya en 2004 los caciques demócratas lo sacaron de la más absoluta oscuridad para dar uno de los discursos centrales de la convención partidaria. ¿Desde cuándo un político sin peso propio y con escasa trayectoria recibe unos de los principales premios en la política nacional? Obama es “negro” pero no tanto como para espantar a los blancos; no tiene demasiadas ideas propias; no puede ser acusado de progresista; su trayectoria no esta vinculada al activismo del movimiento por los derechos civiles, siempre sospechoso de cuestionar al sistema. Una vez electo, es un presidente con escaso peso propio y por ende puede ser controlado. De hecho, los caciques demócratas han encontrado su propia versión de Dick Cheney. El nuevo vicepresidente es Joseph Biden, un hombre del establishment con buenas credenciales de derecha y “responsable”, pero sobre todo conocedor de los corredores del poder. La consigna sería “Obama al gobierno, Biden al poder”. Pero erafactible que Obama perdiera la elección. Eso no es problema, puesto que el mero hecho de haber postulado un candidato “negro” con posibilidades de triunfo es más que suficiente para prestigiar el sistema político. Este apoyo ha significado no sólo que muchísimo dinero fluyera a las arcas demócratas, sino que los medios de comunicación han apoyado la candidatura de Obama. Bastan dos ejemplos para demostrar lo que queremos decir. Durante la convención demócrata, en Denver, cientos de manifestantes se movilizaron en favor de la paz en Irak y la retirada de las tropas norteamericanas. La policía reprimió a los manifestantes violentamente arrestando a decenas de ellos. Las fotos y filmaciones disponi48 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO bles en Internet son reveladoras y recuerdan a las escenas de la convención demócrata de 1968 en Chicago. Sin embargo, ningún medio masivo de comunicación cubrió estos hechos.42 Otro ejemplo fue el discurso de Obama. Todos los medios no dudaron en declararlo maravilloso, carismático, y un digno heredero del famoso discurso de Martín Luther King “I have a dream”.43 Indudablemente, poca gente ha escuchado a King y sabe lo que significó aquel discurso en la lucha contra el racismo y por la igualdad social. En cambio el de Obama estuvo lleno de generalidades donde insistió en dos cosas: “estos desafíos no son atribuibles al Gobierno” y “pondré fin a esta guerra en forma responsable”. Comparemos eso con la fuerza de la imagen que tuvo King al decir: “Cuando se extienda la libertad, se acelerará la llegada del día en que todos los hijos de Dios, negros y blancos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: ‘¡Libres al fin!’.” Parte del problema en general es que la vasta mayoría de los votantes que se consideran del centro a la izquierda han aceptado la noción por la que los demócratas son distintos (populares) de los republicanos (oligárquicos). Así en la acepción general los primeros serían de centro-izquierda mientras que los segundos representan a la derecha y a la centro-derecha. Esto ignora que la política norteamericana se ha basado en un consenso bipartidista desde 1945 en adelante. El republicano Eisenhower envió los primeros “asesores” a Vietnam que fueron aumentados por el demócrata Kennedy. Las modernas leyes anti obreras se iniciaron con el demócrata Truman y culminaron con el republicano Reagan. El republicano Bush (padre) Para cobertura de esta represión véase, por ejemplo, Workers World, 27 agosto 2008 y http://www.workers.org 43 “Obama ya asumió como heredero del sueño de King” (cable de AFP). Perfil (Argentina), 30 de agosto 2008. 42 / 49 PABLO A. POZZI inició el Tratado de Libre Comercio y lo concretó el demócrata Clinton. Ambos partidos apoyaron cuanta aventura imperialista, y la invasión de Irak y la de Afganistán contaron con amplias mayorías bipartidistas en las dos cámaras. La destrucción de las conquistas sociales del New Deal se inició con Reagan y culminó con Clinton. Por otro lado, todos parecen opinar que la política gubernamental norteamericana es un emergente del individuo que esté en la Casa Blanca. La realidad es bastante distinta. El candidato, y luego presidente, representa una coalición de intereses y grupos de poder dentro de la burguesía cuyas diferencias pueden ser más o menos profundas, pero que tienden a unirse en defensa de sus intereses de clase. El resultado es puntual: un presidente solo no puede hacer nada (y de hecho no lo hace). Sus políticas son elaboradas e implementadas por un amplio grupo de funcionarios, políticos y profesionales de carrera que tienden a repetirse de gobierno en gobierno. Apellidos como Kissinger, Brzesinski, Greenspan, Volcker, Reich, Rumsfeld, Scowcroft, o Bush se repiten más allá de quién sea el presidente de la nación. Esto no hace indistinto la coalición de intereses que llega al gobierno de la principal potencia imperialista, pero si lo pone en un contexto. Parte del argumento que subyace este artículo es que las fracciones de la burguesía que llevaron a George W. Bush a la presidencia no son las mismas que apoyaron a Bill Clinton o a Albert Gore. La primera es mucho más salvaje en cuanto al ejercicio de la fuerza tanto a nivel interno como internacional. Sin embargo, ninguna de las dos pretende ni remotamente mejorar la vida de los trabajadores, o combatir el racismo, o hacer respetar los derechos de las mujeres, o modificar la esencia imperialista de su política exterior. Más allá de todo lo anterior la realidad es que ganó “el negro” 68 millones de votos contra 59 millones de su contrincan50 / ESTADOS UNIDOS Y EL PRESIDENTE NEGRO te republicano. Esto se tradujo en 365 votos electorales para Obama. ¿Cómo ganó después de su corrimiento a la derecha y de su caída en las encuestas a fines de agosto de 2008? La respuesta combina tres factores. El primero tiene que ver con el rechazo generalizado a las políticas del gobierno de Bush (hijo). El segundo es que Obama gastó 659 millones de dólares (o sea 9,64 por voto recibido) contra 368 millones de McCain (6,20 por voto). Pero la tercera razón, y la más importante es que entre septiembre y octubre se descargó la crisis económica con toda la furia sobre Estados Unidos. Si alguno dudaba de votar por “el cambio” la crisis despejó todas las dudas. Y aun así casi 60 millones de norteamericanos preferían la continuidad y no al “hombre de la nada”. El triunfo “arrollador” de Obama debería ser, por lo menos, matizado. El problema es que para muchos progresistas e izquierdistas en Estados Unidos y en el mundo, el apoyo a Obama es una forma de cerrarle el paso a lo que ven como el “fascismo” de Bush y, al mismo tiempo, retener alguna esperanza en una mejoría futura. Al mismo tiempo, sienten que criticar a un presidente “negro” es una forma de racismo. Pero la realidad los frustra una y otra vez. ¿Era preferible Obama a McCain? Indudablemente, ya que una derrota de McCain implicó un repudio a las políticas de Bush. ¿Merece Obama el apoyo y nuestras energías? No, porque los que queremos un cambio real deberíamos dedicar esas energías a construir otra alternativa. La respuesta típica es que eso no es posible hoy por hoy. Este criterio es por demás peligroso, porque lo único posible hoy es la política del gran capital, sólo planteando lo imposible es que eso se pueda tornar posible algún día. Lo otro es mantener un engaño cuyo resultado, con cada nueva frustración, es una mayor desmovilización popular y la profundización de la derrota. La elección de Obama no implica el fin del racismo en / 51 PABLO A. POZZI Estados Unidos por cuanto este es parte intrínseca de su forma de dominación capitalista. Recordando a Monteiro Lobato, el cambio que propugna Obama ya fue esterilizado. Su elección más que ser la de un candidato negro es la de un candidato oreo. 52 / Participación y poder popular en Venezuela: antes y ahora Margarita López Maya Universidad Central de Venezuela ([email protected]) En este artículo presentamos una periodización y unas hipótesis para interpretar la evolución histórica en Venezuela de la participación popular, actividad asociada intrínsecamente al término “poder popular”. Este concepto ha sido profusamente difundido en el país desde 1999, pero sobre todo a partir de 2007 cuando el Presidente Chávez inicia su segundo mandato, por los actores portadores del proyecto político hoy conocido como revolucionario, socialista y/o bolivariano. Sin embargo, una definición clara de lo que se entiende por poder popular nunca ha sido oficializado por el Gobierno, ni resulta fácil de asir en la literatura especializada o en el discurso político. Es uno de esos términos cargados de múltiples significados y dimensiones, que hoy utilizan en sus discursos los simpatizantes del Gobierno, pero también algunas fuerzas de oposición. En los años de Gobierno de Hugo Chávez Frías (1999-), el poder popular se ha asociado a las diversas formas de participación y organización popular, principalmente impulsadas desde el Gobierno, con el fin de hacer realidad la democracia “participativa y protagónica” asentada en la Constitución de 1999. Sin embargo, el poder popular no se constituye sólo a partir de iniciativas gubernamentales, ni pareciera, según señalamientos de los mismos oficialistas, ser esta característica la más importante. En una primera indagación hemos hallado dos definiciones, que procediendo de trayectorias de activismo social dife- MARGARITA LÓPEZ MAYA rentes, comparten rasgos comunes y pueden servirnos como punto de partida de la reflexión que estamos proponiendo. La primera, la encontramos a partir de explorar en el portal oficialista del Gobierno venezolano llamado Aporrea (www. aporrea.org). Es la definición proporcionada por Roso Grimau, donde se enfatiza como poder popular la diversidad de formas organizativas con las cuales el sujeto popular puede ejercer la toma de decisiones en distintos ámbitos de la vida pública y el carácter soberano o autónomo que está en el trasfondo del concepto de poder popular, dice así: Es el poder del pueblo organizado, en las más diversas y disímiles formas de participación, para la toma de decisiones en todos los ámbitos (político, social, ambiental, organizativo, internacional y otros), para el ejercicio pleno de su soberanía (Grimau, 2010). El segundo, muy similar, es de mayores precisiones en cuanto a los distintos aspectos clave que abarca la noción de poder popular. Comparte con el concepto primero la autonomía (no lo llama soberanía sino protagonismo) y diversidad de las organizaciones para la participación popular, e incorpora la utilidad colectiva como propósito del ejercicio del poder popular, así como el proceso formativo que entraña la participación. Fue redactado por un activista social venezolano que no tiene militancia política, José Gregorio Delgado Herrera, que ha asesorado la elaboración de algunas leyes participativas antes del Gobierno de Chávez, y durante este Gobierno. Dice así: [es] El proceso mediante el cual el pueblo muestra sus capacidades y propuestas para incidir en las decisiones públicas, que le permiten asumir en forma organizada la solución de los problemas de las comunidades, utilizando recursos propios o externos, mediante el ejercicio del pro54 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA tagonismo y se hace parte de las formas de la participación y la gestión directa de los asuntos que le proporcionan a la gente mejor calidad de vida y condiciones que contribuyan a su desarrollo integral (Delgado Herrera, 2010: 75). A partir de estas amplias nociones del poder popular, que ponen de relieve su asiento en la diversidad organizativa, en su carácter autónomo, en sus propósitos de autodesarrollo y su meta de contribuir al bien común, paso a proponer tres etapas en la evolución del poder popular en Venezuela, elaboradas con la información procedente de trabajos sobre la participación popular que he realizado desde hace muchos años. Me oriento por tres conjuntos de preguntas: El primer conjunto: ¿Hubo poder popular antes de los Gobiernos del presidente Chávez? ¿Cómo fue en esos tiempos la organización y participación popular? ¿Cuánta autonomía desarrolló el pueblo frente al Estado? El segundo conjunto: ¿Cómo se entendió el poder popular en la Constitución de 1999 y en el primer Gobierno del presidente Chávez? ¿Hubo diversidad, autonomía, bien común y autodesarrollo durante las experiencias organizativas impulsadas? Y finalmente, el tercer grupo de preguntas: ¿Cómo se entiende el poder popular en el segundo Gobierno de Chávez bajo el proyecto del Socialismo del siglo XXI? ¿Cuáles son sus similitudes y diferencias con el primer Gobierno donde el énfasis era la “democracia participativa y protagónica”? 1. Participación y poder popular antes de 1998 Antes de la victoria electoral y llegada al poder en 1999 de Hugo Chávez y sus fuerzas bolivarianas, la evolución del poder popular en Venezuela puede diferenciarse en dos perío/ 55 MARGARITA LÓPEZ MAYA dos diferenciados con claridad: el primero, que se extendería desde los tiempos coloniales hasta fines de los años cincuenta del siglo pasado, cuando los sectores populares venezolanos carecieron prácticamente de atributos básicos de ciudadanía, y por lo tanto de poder popular. El segundo período se extendería desde la instauración del régimen de democracia en 1958, cuando los venezolanos adquirieron de manera formal y permanente derechos ciudadanos, hasta 1999 cuando el proceso constituyente y la nueva constitución, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en adelante la CRBV), cambió el enfoque conceptual del régimen de democracia representativa para asentar un régimen diferente, de “democracia participativa y protagónica”. Hasta 1958: la multitud como sujeto popular Hasta inicios del siglo XIX, el pueblo venezolano fue súbdito de la Corona española –y en el caso de la población de origen africana, esclavos de propietarios blancos-, y luego, al romperse el lazo colonial, y gracias a las luchas independentistas, la condición de ciudadano de una República apareció, aunque estuvo restringido a elites de propietarios, comerciantes, hombres y letrados (que eran una minoría ínfima de la sociedad). En estas condiciones, el pueblo llano careció realmente de derechos ciudadanos, y el ejercicio del poder popular fue casi inexistente. Sin embargo, los sectores populares irrumpían en lo público en determinados momentos para expresarse bajo la forma de multitud e interpelar a las autoridades. La multitud en la historia, como lo estudió George Rudé (1971), puede considerarse como una expresión “premoderna” del poder popular que se dio, tanto en la Europa del Ancienne Regime, como en las urbes latinoamericanas en tiempos coloniales y de repúblicas oligárquicas. Las multitudes, un grupo de contacto 56 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA directo o “cara a cara”, se presentaron en espacios públicos de las ciudades coloniales o de las nacientes repúblicas, entre otros motivos, para quejarse ante los gobernantes por un maltrato intolerable, un tributo injusto, una escasez, para observar y vitorear a un nuevo caudillo que venía a tomar el poder, para repudiar y saquear los bienes de un caudillo caído, o para abogar por derechos, como el derecho a vivir en libertad (Arrom y Ortoll, 1996, López Maya, 2000). Desde fines de la década de los treinta del siglo XX y hasta 1958 se abrió en la sociedad venezolana un lapso de transición con respecto a este orden de cosas, cuando en virtud de las transformaciones modernizadoras que ocurren en la estructura económica y social, las movilizaciones de esas multitudes se hacen más frecuentes e intensas en distintas ciudades del país, pero principalmente en Caracas, y sus motivaciones se vuelven más políticas. La gente, como lo señala el historiador Ramón J. Velásquez (1979), salió a la calle a la muerte del dictador Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935, y se mantuvo allí durante los próximos meses y años, dando forma y apoyo a demandas de modernización, a exigencias de derechos civiles y políticos como la libertad de expresión, integridad física, sufragio femenino y otros. Esas movilizaciones contribuyeron en los años siguientes a la emergencia de organizaciones sindicales, gremiales y partidarias. La sociedad fue cambiando y sus distintos sectores se fueron organizando, en una dinámica fundamentalmente originada “desde abajo” –desde la sociedad misma- creando el tejido social y político que posibilitaría la instauración y estabilización de un régimen democrático en 1958 (López Maya, 1984). En ese interregno entre la sociedad vieja que agonizaba y la nueva que emergía destacan los años entre 1945 y 1948, cuando llegó al poder a través de un golpe militar-civil una / 57 MARGARITA LÓPEZ MAYA hegemonía nueva no andina, que incluyó sectores populares emergentes, de rasgos modernos. El lapso conocido en la historiografía como “trienio adeco” trajo la primera constitución, que reconoció el derecho al voto universal, directo y secreto para todos los venezolanos mayores de dieciocho años, independiente de su sexo, condición social o grado de instrucción. Fueron tres años de efervescencia popular donde un Gobierno revolucionario incentivó la movilización, organización y participación popular. Aunque este régimen y la constitución que se aprobó por una Asamblea Constituyente en 1946 naufragaron en noviembre de 1948, cuando se produjo un nuevo golpe de Estado, ahora estrictamente militar, que abolió la constitución democrática, podemos considerar que comenzó el camino institucional de la participación popular y el reconocimiento del Estado al poder popular. Todos los venezolanos adultos adquirieron formalmente el derecho a organizarse y participar en la res pública, alcanzaron la condición de ciudadanos con derechos civiles y políticos. Poder popular entre 1958 y 1999 En enero de 1958, cuando un golpe de Estado cívico-militar acaba con la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, se inició en el país el siguiente período, cuando se desarrolla el proceso que cristaliza y consolida una democracia representativa de tipo liberal. En este régimen político, el poder popular se expresa, ya no en la calle y/o de modo espontáneo e informal, sino principalmente a través del sufragio universal, directo y secreto, que se vuelve a consagrar en la Constitución de 1961, donde los partidos políticos se asumen como mediadores casi exclusivos entre sociedad y Estado. Si bien el marco constitucional de 1961 reconoce y garantiza el derecho a la libre asociación y como consecuencia, 58 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA crecieron y se institucionalizaron sindicatos, gremios profesionales, cámaras empresariales y otras diversas formas de organizaciones asociativas, la tendencia fue a una creciente cooptación de las organizaciones de la sociedad civil por parte de los principales partidos signatarios del Pacto de Punto Fijo, esto es, de los partidos Acción Democrática (AD) y socialcristiano COPEI. En el arreglo institucional de la democracia venezolana, en virtud de las condiciones sociopolíticas de debilidad de la sociedad civil en general, y de la naturaleza de los acuerdos constitutivos, que desde 1958 facilitaron y estabilizaron las instituciones –como el llamado Pacto de Punto Fijo o el firmado entre organizaciones sindicales y patronales conocido como el Pacto de Advenimiento Obrero-Patronal - los sectores populares quedaron subordinados crecientemente a una dinámica “desde arriba”, pautada por los partidos políticos. Esto fue facilitado por las características de “Petroestado” que en ese siglo adquirió el Estado venezolano. Desde los años veinte del siglo XX, el Estado recibe un ingreso fiscal cuantioso, derivado de las regalías e impuestos que exige sobre actividades extractivas en el territorio nacional llevadas a cabo por las transnacionales de hidrocarburos. La “renta petrolera”, que ingresa a las arcas del Estado, le ha permitido a quienes controlan el Gobierno, antes de 1958 los militares andinos y desde 1958 los partidos AD y COPEI, hacer uso con bastante discreción de estos recursos rentísticos para consolidarse en el poder y sujetar al resto de la sociedad a sus proyectos y aún a sus caprichos. Esta dinámica direccionada desde arriba y sostenidamente alimentada con los recursos públicos, tendió a cooptar toda expresión organizativa autónoma de la sociedad, manteniendo debilitada la capacidad de decidir de manera independiente –soberana o autónoma- de las organizaciones civiles y por ende ahogando el poder popular. / 59 MARGARITA LÓPEZ MAYA Por estas características, la democracia venezolana de 1958 en adelante produjo una ciudadanía limitada, que si bien reconoció los derechos civiles y políticos de todos los venezolanos adultos, y se abrió a la participación política, desde los años sesenta criminalizó y reprimió duramente las expresiones más efervescentes del pueblo como la movilización y organización popular callejera y cualquier forma participativa por fuera y/o contraria a los partidos signatarios de Punto Fijo. En reemplazo a relaciones horizontales entre Estado y ciudadanos, se crearon fuertes vínculos de patronazgo y clientelares entre partidos y sectores populares, y en general entre partidos, ciudadanos y todas las expresiones organizadas de la sociedad. El ingreso fiscal petrolero, sobre todo con la bonanza ocurrida a mediados de los años setenta, contribuyó a debilitar las posibilidades de que la sociedad pudiera ejercer a través de sus organizaciones un contrapeso real al poder político. La exclusión social, económica y política de este modelo tendió a crecer, haciéndose crítica en las décadas de los ochenta y noventa, cuando la inestabilidad del precio del barril petrolero en los mercados mundiales instaló en el país una crisis económica, que devino en societal y a la que se le sobrepuso para remediarlo la aplicación de políticas económicas neoliberales que acentuaron la pobreza, desigualdad y exclusión de las mayorías populares. El estallido social conocido como el “Caracazo” de 1989 marcó un quiebre de las relaciones entre Estado y sociedad operantes por tres décadas. Ese 27 de febrero de 1989 y los días siguientes, el pueblo se volcó a la calle para expresar su malestar ante la subida de los pasajes del transporte colectivo –consecuencia de haber firmado el Gobierno de Carlos Andrés Pérez un compromiso con el Fondo Monetario Internacional para aplicar un programa de ajustes macroeconómicos- deviniendo la protesta en un saqueo generalizado en las ciudades 60 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA principales del país a establecimientos comerciales y de alimentos. La desproporcionada represión ejercida por el Gobierno de Pérez, que produjo un saldo de cientos de civiles muertos, alejó a los sectores populares de la democracia representativa, y produjo un rechazo vehemente a los partidos políticos, reactivándose en el vacío de mediaciones, las multitudes como sujeto político. De nuevo desde la calle, las multitudes buscaron reconstruir el poder popular para hacerle frente a quienes detentaban el poder y exigir sus derechos (López Maya, 2005). 2. Participación y poder popular en el primer gobierno de Hugo Chávez (1999-2006) Fue en los años de crisis y movilización popular de la década de los ochenta y noventa del pasado siglo cuando fue cuajando la idea de la democracia participativa como panacea a nuestros males, como un tipo de democracia más profunda, capaz de recuperar el poder para el pueblo que exige el régimen democrático. La democracia participativa como propuesta política se fue incubando y desarrollando en diversos ámbitos institucionales, como la Comisión Presidencial de Reforma del Estado (COPRE) y la Comisión Bicameral Especial del Congreso para la Reforma Constitucional (1989-1992). Le dio, sin embargo, su savia y empuje la movilización popular constante que se vivió por esos años, en cuyo seno de expresaron múltiples demandas y aspiraciones de los venezolanos. La propuesta alcanzó finalmente expresión política durante la campaña electoral de 1998, en el programa del movimiento bolivariano liderado por el actual presidente Hugo Chávez, y adquirió rango constitucional con la CRBV, elaborada por la Asamblea Constituyente convocada para tal fin, al quedar electo Chávez a la Presidencia de la República. La CRBV fue aprobada por el voto popular en diciembre de 1999. / 61 MARGARITA LÓPEZ MAYA El régimen de democracia participativa tal como se traza en la CRBV fue el resultado de la convergencia de conceptualizaciones y prácticas participativas de origen muy diverso1. En primer lugar, el pensamiento social de la Iglesia Católica tuvo influencia central. Sostenido sobre el pensamiento de filósofos como Emmanuel Mounier, Jacques Maritain y Teilhard de Chardin, fue introducido en el activismo católico especialmente a través de las obras de Paulo Freire. El concepto de la participación emergió en el pensamiento social católico como un instrumento de liberación de los pueblos. La Iglesia Católica fue pionera en Venezuela en aplicar la participación como método para organizar y cohesionar formas de economía solidaria como las cooperativas y formas de participación comunitaria como las organizaciones eclesiales de base). Algunos sacerdotes y monjas se fueron a vivir a los barrios populares, cuando en los setentas la Iglesia Católica latinoamericana en Medellín concretó la idea de la opción por los pobres. En las escuelas privadas de algunas órdenes religiosas se formó una juventud en este pensamiento, que se incorporaría en el activismo social en los barrios populares y/o en la militancia política de izquierda. Por esa vía, el concepto de la participación también alimentó las discusiones políticas del partido socialcristiano COPEI y es en ese partido donde –en segundo lugar- comenzaron a elaborase propuestas de descentralización política y participación como componentes imprescindibles de una reforma profunda del Estado venezolano. Las ideas del partido COPEI contribuyeron a las propuestas de descentralización y participación, que se expresaron en las reformas políticas descentra Lo que sigue es una reelaboración de textos del libro La democracia participativa en Venezuela (1999-2010). Orígenes, leyes, percepciones y desafíos (López Maya, 2011). Para las referencias remitirse a ese libro. 1 62 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA lizadoras elaboradas por la COPRE a mediados de los ochenta y aprobadas como leyes a fines de esa década, y en el proyecto de reforma constitucional presentado por la Comisión Bicameral Especial del Congreso, que alimentó el proyecto de la CRBV que discutió la Constituyente. En los años noventa, los procesos de descentralización política y administrativa abiertos como parte de las respuestas institucionales a la aguda crisis societal, permitieron por primera vez el posicionamiento de gobiernos de tendencia de izquierda marxista en distintas partes del país. Serán estos el tercer origen importante de la democracia participativa venezolana. Los partidos La Causa R (LCR) y el Movimiento al Socialismo (MAS) ganaron gobernaciones y alcaldías desde 1989. Desde esos espacios concretaron prácticas de descentralización y participación popular en los ámbitos de gobierno regional y local, trayendo los contenidos del pensamiento de origen marxista sobre la democracia directa y el poder popular, y poniéndolos a converger con el pensamiento católico. En los gobiernos municipales de LCR se convocaron asambleas de ciudadanos en parroquias y comunidades, y se ensayaron diversas propuestas de organización y participación de los vecinos en la gestión local como el caso de las mesas técnicas para resolver problemas comunitarios. Incluso en el municipio Libertador del Distrito Federal se aprobó en 1995 una ordenanza para crear “gobiernos parroquiales”, una profundización de la descentralización aprobada, la cual llegaba sólo hasta el nivel municipal. En la campaña electoral de 1998 el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR 200) y su estructura electoral, el Movimiento Quinta República (MVR), recogieron las demandas de participación y descentralización y las expresaron en su programa político. Ofrecieron la convocatoria a Asamblea / 63 MARGARITA LÓPEZ MAYA Constituyente, para transformar la democracia venezolana en una democracia participativa, que desplazara a los partidos políticos tradicionales e incorporara formas de democracia directa. En el llamado Polo Patriótico, una plataforma electoral liderada por el MVR y su líder máximo Hugo Chávez, cristalizó la voluntad política para recuperar el poder popular perdido en la oligarquización de los partidos políticos, abriendo a través de una Asamblea Constituyente el proceso de transformaciones que demandaba la sociedad desde hacía ya casi dos décadas. La CRBV aprobada en 1999, como ya se señaló, diversificó la participación popular y la proclamó protagónica. Las instituciones de representación del clásico esquema de democracia liberal de la constitución de 1961 permanecieron, pero se combinaron con mecanismos de democracia directa, como los cuatro tipos de referendos aprobados (aprobatorio, abrogatorio, revocatorio y consultivo), iniciativas legislativas, asambleas de ciudadanos, cabildos, etc. (artículo 70). El objetivo del constituyente fue fortalecer el poder de los ciudadanos –considerado el poder popular- al tiempo que se buscó debilitar a los todopoderosos partidos políticos, que se consideró que habían representado y usurpado ese poder en el pasado. En tal sentido la CRBV prohibió el financiamiento estatal de los partidos políticos (artículo 67). La CRBV consagró también como derecho y deber de los ciudadanos la participación “en la formación, ejecución y control de la gestión pública” (artículo 62). A partir de 1999, el gobierno del presidente Chávez dio impulso a variadas innovaciones participativas, algunas de las cuales, habían sido gestadas y ya practicadas en los años noventa. Mesas técnicas y consorcios sociales fueron algunas de las innovaciones participativas creadas o impulsadas por el partido LCR en la zona de Guayana y Caracas en los noventa, que pasaron con el nuevo régimen a ser políticas nacionales. 64 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA Junto con ellas, la sociedad venezolana, apoyada por el gobierno, ideó otras como los comités de tierra urbana, que surgieron de un movimiento de pobladores en Caracas conocido como la Asamblea de Barrios, también de los años noventa. Simultáneamente, el gobierno tomó la iniciativa, con asesoría cubana, de incentivar la creación de comités de salud y otras modalidades de participación comunitaria dentro de su concepción de las misiones sociales. Venezuela durante primer Gobierno de Chávez, fue una especie de laboratorio, donde se ensayaron diversas formas participativas, que buscaban, tanto resolver graves y postergados derechos y servicios fundamentales de las mayorías populares del país como servicios de agua potable, luz, rehabilitación física de los barrios, salud, educación, como promover con la participación el autodesarrollo, la corresponsabilidad y el protagonismo ciudadano. Como se señalaba en documentos oficiales, se trataba de educarse participando -y empoderarse participando-. Se buscaba el fortalecimiento y la consolidación del poder popular como base de una democracia renovada y más sustantiva. Es de destacar que las primeras innovaciones participativas como las mesas técnicas de agua (MTA), o las organizaciones comunitarias autogestionarias (OCAS), fueron conceptualizadas como organizaciones civiles, con personalidad jurídica, que se regulaban por el Código Civil. Fueron pensadas para estimular una dinámica organizativa y participativa “desde abajo”, imprescindible para crear autonomía y empoderamiento. Con los comités de tierra urbana (CTU) creados por decreto presidencial en 2002, y los consejos comunales (CC) constituidos por ley en 2006, el enfoque sobre la participación se fue desplazando de su concepción inicial. Estas innovaciones, / 65 MARGARITA LÓPEZ MAYA si bien se dicen de la sociedad, no fueron vinculadas al poder municipal, que es el poder político más cercano al ciudadano, sino a la Presidencia de la República. Esto ya produjo una relación asimétrica muy pronunciada en la relación entre Estado y sociedad y un retroceso del proceso descentralizador intrínsecamente vinculado a la idea participativa del esquema constitucional. A estas formas organizativas no se les confirió personalidad jurídica, y fueron reguladas a través de normas y leyes ad hoc. Los CTU y los CC en términos legales tienden a estar más determinadas por una dinámica “desde arriba”, proveniente del Ejecutivo Nacional y del Presidente de la República, que formas participativas anteriores como las MTA y las OCAS. Los CTU hacia 2004 buscaron superar sus limitaciones y ampliar sus propósitos más allá de la lucha por la propiedad de sus viviendas, como estableció el decreto presidencial. Para ello crearon una instancia intermedia, que llamaron los “Centros de Participación en la Transformación del Hábitat” (CPTH). A diferencia de los CTU, estos CPTH estaban pensados para tener personalidad jurídica y poder así recibir y administrar recursos –lo que junto con su mayor unidad y tamaño, fortalecían sus potencialidades de empoderamiento. Sin embargo, esta propuesta no fue del agrado del Presidente, con lo cual poco después la iniciativa desapareció (Antillano, 2006). Estos desarrollos revelaban una tensión entre la dinámica desde arriba y la dinámica desde abajo que se desarrollaba en lo interno del proyecto político de la democracia participativa, así como la naturaleza ya más “chavista” o “socialista” que bolivariana y de democracia participativa del mismo. La primera ley de los CC de 2006 muestra con más claridad un enfoque participativo diferente al que subyace en la matriz conceptual de la CRBV. La primera aparición de la figura de los CC sí estaba apegada a dicha constitución. Se dio 66 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA en 2002 en la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, y buscó vincular una sociedad civil popular emergente a la planificación participativa del Estado en el nivel municipal. En esa ley, los CC eran una instancia de los consejos locales de planificación pública, con atribuciones tales como presentar ante esos consejos propuestas y proyectos de las comunidades. También una vez aprobados dichos proyectos, según la misma ley, debían hacerle seguimiento y contraloría como organizaciones que eran de la sociedad. Sin embargo, la ley de los CC de 2006, desvincula los CC totalmente del gobierno municipal, no les asignaron funciones planificadoras y pasaron a relacionarlas directamente con el presidente Chávez. Para eso debió modificarse varias leyes, entre ellas la de los Consejos Locales de Planificación Pública. Los proyectos y recursos de los CC pasaron a ser revisados por una Comisión Presidencial del Poder Popular. El nombre mismo de esta Comisión ya indicó una cierta confusión entre poder popular y el presidente Chávez. En la ley de los CC de 2006 éstas fueron definidas de la manera siguiente, …en el marco de la democracia participativa y protagónica [los CC] son instancias de participación, articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias, grupos sociales y los ciudadanos y ciudadanas, que permiten al pueblo organizado ejercer directamente la gestión de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de las comunidades en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social (artículo 2). Los CC concebidos de esta manera, en teoría, venían a satisfacer una necesidad de articulación de organizaciones en / 67 MARGARITA LÓPEZ MAYA cada comunidad, necesidad sentida por activistas sociales que desde 1999 habían estimulado y acompañado la efervescencia organizativa, que las iniciativas gubernamentales habían provocado. Los funcionarios y activistas consideraban que se necesitaba una instancia intermedia, que coordinara y fortalecieran el poder popular que venía construyéndose en la base. Sin embargo, en la práctica lo que ha sucedido más frecuentemente es que los CC absorbieron y debilitaron en sus comunidades a las otras formas de participación que había, muchas de las cuales incluso han desparecido. Esto se puede explicar porque los recursos públicos hacia las otras innovaciones dejaron de aprobarse para canalizarse hacia el CC. Hay que señalar que estas innovaciones participativas desde siempre tienen poca capacidad de encontrar financiamiento distinto al del Estado y por lo tanto siempre ha estado presente su debilidad de autofinanciamiento para ejercer atributos de autonomía. Como consecuencia de estos desarrollos, en vez de funcionar las innovaciones previas como base de los CC, los CC debilitaron las bases previas y fortalecieron sus vínculos con el Ejecutivo Nacional. La dinámica desde arriba ha ido fortaleciéndose. En una encuesta realizada por la Fundación Centro Gumilla a fines de 2008, las personas de los CC reconocían tener más y mejores vínculos con el gobierno central que con sus propias comunidades (Machado, 2009). 3. Participación y poder popular de 2006 en adelante2 Fue en diciembre de 2006, una vez que Chávez triunfó en los comicios presidenciales y aseguró un segundo mandato de Al igual que la parte anterior esta parte es un desarrollo libre apoyado en la investigación que sustenta el libro sobre democracia participativa (ver López Maya, 2011). 2 68 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA seis años, cuando ocurrió otra transformación en la orientación conceptual del poder popular. En el marco de lo que el Presidente anunció como una radicalización de su proyecto político para transformar el modelo venezolano en socialista, se refirió a los CC como el quinto motor de la revolución, llamándolos componentes de “la explosión del Poder Popular”. Poco después, en la propuesta de reforma constitucional presentada en agosto de 2007 a la Asamblea Nacional, se propuso que los CC adquirieran rango constitucional y formaran la base de una reestructuración territorial del Estado que contemplaba “comunas” y “ciudades comunales” (propuesta de reforma al artículo 16, 2007). En la propuesta de reforma al artículo 136, Chávez propuso a los CC como parte de un nuevo poder estatal, el Poder Popular, un poder que según esta reforma, no surgiría del sufragio “ni de elección alguna, sino que nace de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población”, con lo cual niega el sufragio universal, directo y secreto para la conformación de este poder. Esta propuesta fue rechazada por los votantes en referendo popular ese diciembre de 2007. No obstante dicho rechazo, el Presidente impuso la nueva estructura estatal del poder popular a través de nuevas leyes como la Ley Orgánica de los CC de 2009 y sobre todo la Ley del Consejo Federal de Gobierno (2010). Para ello hizo uso de una contundente mayoría que controló en la Asamblea Nacional hasta diciembre de 2010. Por otra parte, en enero de 2009 se anunció otro cambio conceptual profundo. Al iniciarse la campaña electoral por la aprobación de una enmienda constitucional que el Presidente y la Asamblea Nacional propusieron al soberano para remover los obstáculos en la CRBV para la reelección indefinida de todos los que alcanzaban cargos públicos por el voto popular, / 69 MARGARITA LÓPEZ MAYA la ministra del Poder Popular para el Desarrollo Social hizo un llamado a los CC y otras modalidades participativas a abandonar sus tareas y abocarse a la campaña por el Sí: A partir de este momento, cada consejo comunal se constituye en un comité por el Sí. Es un órgano del poder. Todos deben ser organizaciones para la Batalla del Sí. Comités de tierra, mesas de energía, mesas de telecomunicaciones son comités por el Sí (...) Hay que entender que es un trabajo político; hay que dejar de lado cualquier otro proyecto para poner la lucha (…) Vamos a vencer al enemigo estratégico (...) Los comités por el Sí tienen que convertirse en patrullas para que no quede ningún chavista sin votar. Tenemos que movilizar y necesitamos organización” (Lugo-Galicia, 2009). Con estas declaraciones los CC pasaron a ser conceptualizados como instrumentos del partido del Presidente, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En noviembre de 2009, la Asamblea Nacional aprobó una Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC), desechando la anterior de 2006. En esta ley retomó muchos de los aspectos de la propuesta rechazada por la ciudadanía dos años antes3. Una revisión comparativa con la LCC de 2006 permite observar los cambios que se están dando en el concepto participativo y el poder popular, contrarios algunos de ellos a la CRBV. Un primer cambio tiene que ver con la definición misma del CC. En esta nueva ley la definición es casi la misma de la ley anterior (artículo 2). Incluso el artículo comienza aludien La CRBV no permite presentar una reforma constitucional en el mismo período constitucional si ésta ha sido rechazada en referendo popular (artículo 345) 3 70 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA do al “marco constitucional de la democracia participativa y protagónica”, lo que es extraño para la fecha, pues en las leyes que se vienen aprobando desde 2007 en el contexto de “transición al socialismo”, la democracia ya no es “participativa” sino “protagónica y revolucionaria” (ver LGDESN 2007-2013). Sin embargo, el cambio está al final del artículo, y se refiere a la finalidad de la “construcción de un modelo de sociedad socialista” por parte de los CC, finalidad inexistente en la ley de 2006. Este añadido es contradictorio con la concepción de democracia participativa, pues fija de antemano el modelo de sociedad que deben perseguir los CC, con lo cual la autonomía de estas organizaciones sufre un golpe, ¿cuál es el poder popular soberano que toma decisiones? ¿El pueblo que son sus ciudadanos o el Ejecutivo Nacional y el Presidente Chávez? En la nueva ley los CC adquieren personalidad jurídica, eliminándose la figura del banco comunal como el administrador de recursos de la vieja ley, que se sustituye por una unidad administrativa y financiera del CC. Esta solución le da más transparencia y aligera el manejo de los recursos, pero no hace a los CC menos dependientes de los dineros y directrices estatales que antes. Los CC ahora deben registrarse, no en la Comisión Presidencial como se señalaba en la ley anterior, ni en el registro civil público, como corresponde a organizaciones de la sociedad civil, sino en un registro creado ad hoc. En la Exposición de Motivos se dice que el status jurídico de los CC es sui generis, “son públicas no estatales”. También argumenta que son autónomas, aunque esta ley al igual que la anterior las regula en todo: “el Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de participación ciudadana DICTARÁ las políticas estratégicas, planes generales, programas y proyectos para la participación comunitaria en los asuntos públicos y acompa/ 71 MARGARITA LÓPEZ MAYA ñará a los consejos comunales en el cumplimiento de sus fines y propósitos, y facilitará la articulación en las relaciones entre éstos y los órganos y entes del Poder Público.” (Art. 56 mayúsculas mías). Este artículo tenía en el anteproyecto una redacción menos enfática en su subordinación al gobierno central. Decía: “El Ministerio del poder popular como órgano rector en participación ciudadana ACOMPAÑARÁ a los CC en el cumplimiento de sus fines y propósitos y articulará las relaciones de éstos y los órganos y entes del Poder Popular” (mayúsculas mías). Estos cambios de redacción parecieran reflejar un forcejeo entre quienes participaron de la elaboración de la nueva ley y quienes en la Asamblea Nacional la aprobaron. En esta ley también se ampliaron las funciones de los CC para incluir actividades de planificación, y la tarea de crear organizaciones socio-productivas para impulsar la propiedad social y coordinar con las Milicias Bolivarianas acciones “en lo referente a la defensa integral de la Nación” (artículo 25, ordinal 8). Se vuelve a poner de relieve su carácter cada vez más estatal, e incluso militar. Por otra parte, con la nueva LOCC las CC pasaron a ser nuevos sujetos de un proceso no de descentralización, sino de desconcentración del Estado, pues a diferencia de lo que está asentado en la CRBV, ahora ellos y la nueva figura de las comunas tienen prioridad sobre los municipios y las entidades federales en la transferencia de servicios públicos. Este proceso fue reforzado en marzo de 2010 con la aprobación de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, donde se crearon las Regiones Federales de Desarrollo (RFD), entidades que son creadas por y dependientes del Presidente en todo y cuyas autoridades orientan los procesos de planificación y transferencia de competencias a los CC y comunas (artículo 2). En el artículo 4 se dice que el Ejecutivo Nacional “les fija obje72 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA tivos en la planificación del Estado”, con lo cual dejaron de ser autónomos para constituirse en estructuras estatales para la gestión de políticas públicas dictadas por una planificación centralizada. En diciembre de 2010, como parte del paquetazo legislativo que el Presidente y su partido introdujeron en la Asamblea Nacional de manera sorpresiva e inconsulta, buscando asegurar su proyecto socialista antes de que tomara posesión una nueva Asamblea Nacional donde no controlan las mayorías calificadas, se aprobaron varios instrumentos jurídicos para asegurar las bases de un nuevo Estado, el “Estado Comunal”. La Ley Orgánica de Comunas (LOC) estableció esta nueva forma participativa como la “célula” fundamental del nuevo Estado Comunal, y la definió como “un espacio socialista” donde se articulan los CC y toda otra organización social comunitaria (artículo 5). La ley asentó que toda organización comunitaria debe regirse por la LOC, y las comunas no necesitan seguir el ordenamiento territorial del Estado constitucional (artículo 10), pues pueden delimitarse por encima de los límites del ordenamiento territorial y tienen prioridad sobre municipios y regiones en la transferencia de los recursos. En ellas no hay sufragio universal directo ni secreto (artículo 23), y entre sus funciones está contribuir con el orden público y construir una economía de propiedad social como tránsito al socialismo (artículo 29). Las comunas se encargan de elaborar planes comunales, que concretan los planes dictados por Gobierno central, del cual dependen a través de las RFD, nuevas entidades que adelantan planes especiales de desarrollo y por donde el Presidente en Consejo de Ministros encausará inversiones y demás recursos fiscales. Las comunas pueden construir sistemas de agregación, como ciudades comunales y federaciones comunales, cuyas condiciones son establecidas por el Gobierno Nacional / 73 MARGARITA LÓPEZ MAYA (artículo 60). Con estas nuevas leyes ha ido emergiendo una nueva estructura de Estado que se separa de las directrices del Estado Constitucional. Este Estado, llamado Comunal, carece de los principios constitucionales propios de toda democracia liberal: en él no hay sufragio universal, directo ni secreto, no hay separación entre sociedad u Estado. Las organizaciones de la sociedad son estructuras del Estado dirigidas desde arriba por el Ejecutivo Nacional. Conclusiones El poder popular entendido como el pueblo organizado en las más diversas formas participativas para la toma de decisiones autónomas sobre asuntos que le competen, se fue creciendo y fortaleciendo en la vida republicana de Venezuela. A partir de 1946, y sobre todo de 1958 en adelante, con la obtención de los derechos civiles y políticos para todos los mayores de dieciocho años, partidos políticos, sindicatos, gremios y múltiples organizaciones asociativas representaron y canalizaron el poder popular, que en la forma de multitud venía en el pasado expresando sus malestares, demandas y sueños. El poder popular alcanzó un momento estelar durante el primer Gobierno del presidente Chávez cuando la democracia participativa y protagónica consagrada en la CRBV inició su desarrollo, impulsándose el protagonismo popular en mecanismos de democracia directa como el referendo revocatorio presidencial de 2004 y sobre todo en el fuerte estímulo dado desde el Gobierno a abrir los espacios estatales para la participación de los ciudadanos organizados en la lucha por derechos humanos y para gestión de políticas públicas. Sin embargo, hacia fines de ese Gobierno, la acción gubernamental cambió de enfoque conceptual participativo, pasando a una concepción que llamándose Socialismo del siglo 74 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA XXI, ha venido debilitando las potencialidades de autonomía y empoderamiento presentes en las organizaciones participativas que se impulsaron en los años iniciales. En 2006, con la creación de los CC constituidos a partir de una ley, si bien se vendieron como innovaciones participativas de segundo nivel o intermedias, destinadas a coordinar y fortalecer las innovaciones participativas ya creadas y en crecimiento, en la práctica, por su fuerte vínculo legal y conceptual con el Presidente y su total dependencia a los recursos públicos, en vez de fortalecer el poder popular, ha tendido a debilitar el potencial autónomo y soberano del pueblo organizado transfiriendo la toma de decisiones al Presidente de la República. Con las leyes que sobre el poder popular se han aprobado desde 2009, bien por vía de Ley Habilitante conferida al Ejecutivo Nacional por la Asamblea Nacional, o bien por esa misma Asamblea controlada hasta 2010 por el oficialismo, esta tendencia se ha institucionalizado. El Estado Comunal que viene emergiendo paralelo al Estado Constitucional es centralizado y concentra poder en manos del Ejecutivo Nacional, sirviendo las organizaciones populares como instrumentos de la planificación centralizada y teniendo como propósitos la construcción de un nuevo modelo llamado Socialismo del siglo XXI. Con todo, los CC han recibido el beneplácito de las comunidades populares venezolanas. La distribución de recursos públicos, sobre todo de dinero, que el Gobierno central ha canalizado hacia los CC en estos años de bonanza de los precios del petróleo en el mercado internacional, ha servido para que muchos resuelvan en sus comunidades problemas acuciosos de servicios y derechos humanos básicos como rehabilitación de viviendas y reposición de tuberías de agua. En trabajos de campo, que he realizado en Caracas desde 2006, muchos de los participantes de los CC reconocen las vulnerabilidades de / 75 MARGARITA LÓPEZ MAYA éstos, la apatía de la inmensa mayoría de los miembros de las comunidades, la corrupción que muchas veces ocurre con los recursos asignados, por la falta de real contraloría y educación en valores comunitarios, y las presiones continuas por parte de los funcionarios del Gobierno y militantes del PSUV para convertirlos en brazos del partido. Muchos son militantes del partido, otros siéndolo están conscientes de las presiones por cooptarlos, y algunos tratan con distintos grados de éxito de resistirse a estas tendencias (López Maya, 2010). En los tiempos que corren, en virtud de la creciente tendencia autoritaria que detenta el Gobierno de Chávez, el poder popular enfrenta importantes desafíos. Con las nuevas leyes, el Presidente ha buscado debilitar los gobiernos regionales y municipales, que en Venezuela son electos por sufragio universal, directo y secreto, y son la estructura territorial establecida en la Constitución de 1999, para favorecer los CC y/o las comunas a las que piensa poder controlar con más facilidad. Con ello busca profundizar la tendencia a institucionalizar un llamado Estado socialista, centralizado en su persona, donde el poder popular no nace del sufragio y tiende a convertirse en un apéndice del Estado, del partido y sobre todo de su persona. De resistirse los CC a esta nueva orientación, lo que ha venido sucediendo en algunos casos, puede que la nueva estructura de las comunas busquen debilitarlas y eventualmente sustituirlas, lo mismo que en su momento hicieron los CC con relación a las otras innovaciones participativas previas como MTA y OCAS. Tal como la canalización de los recursos hacia los CC debilitó a la diversidad organizativa y potencial de autonomía del poder popular en el primer Gobierno del presidente Chávez, así mismo, las potestades conferidas a los bancos de las comunas pueden facilitar el debilitamiento de cualquier dinámica organizativa generada desde abajo en los CC. Las leyes aprobadas 76 / PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR EN VENEZUELA: ANTES Y AHORA en diciembre de 2010, incluida la Ley Orgánica de Comunas obedecen a un enfoque conceptual direccionado desde arriba, que vuelve a restringir el poder popular y mantener una ciudadanía limitada en Venezuela. 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Las políticas de la Memoria en los Ensayos sobre la violencia política en Argentina Esteban Campos Universidad de Buenos Aires / CONICETPrograma de Historia Oral. [email protected]. “…A la pregunta ‘¿puedo matar?’ sigue la respuesta inmutable del mandamiento ‘no matarás’. Dicho mandamiento es anterior a la acción, como la ‘mirada’ de Dios contemplando esa acción. Pero, si no es el miedo al castigo lo que induce a obedecerlo, este mandamiento resulta inaplicable, inconmensurable respecto a la acción ya realizada. Del mandamiento no se deduce ningún juicio sobre la acción (…) Por lo tanto, no aciertan quienes basan en este mandamiento la condena de toda muerte violenta de una persona a manos de otra. El mandamiento no es un criterio del juicio, sino sólo una pauta de conducta para la comunidad o persona actuante que deben saldar sus cuentas a solas y, en casos extremos, asumir la responsabilidad de no observarlo” Walter Benjamin, Para una crítica de la violencia (1921). Ya es casi un lugar común en los balances de la historia reciente en Argentina dar cuenta de una serie de cambios en las formas de abordar e interpretar ese pasado. Actualmente, las investigaciones no perciben a los sujetos de su pesquisa solamente como víctimas del terrorismo de Estado, sino que ESTEBAN CAMPOS recuperan cada vez más la subjetividad del militante y del combatiente, cuyas experiencias son reconstruidas gracias a la difusión de la historia oral y a la circulación de nuevos documentos escritos. La preocupación se va deslizando de la década del 70´ a los orígenes de la violencia política en la coyuntura desatada por la caída y proscripción del peronismo, con el objeto de reconstruir las primeras manifestaciones de guerrilla rural y urbana entre 1959 y 1963. En los últimos años se ha revisado no sólo las prácticas y los discursos guerrilleros, sino el desarrollo de las organizaciones de masas que respaldaban su accionar, rompiendo así la dicotomía entre organizaciones armadas y movimientos sociales (Franco, 2005, Romero, 2007, Campos, 2006). Sin embargo, la estructuración de un campo historiográfico relacionado a la violencia política de los 70 fue muy tardía, en relación a otros géneros como el periodismo de investigación y las memorias testimoniales. A partir de la restauración democrática en 1983 y por lo menos hasta la mitad de la década de 1990, los historiadores profesionales que orientaban sus estudios a la Argentina volcaron buena parte de sus esfuerzos al siglo XIX o bien a la primera mitad del siglo XX, desalentando la investigación histórica de aquel pasado cuyas heridas aún permanecían abiertas en el presente (Andujar, D’Antonio y Eidelman, 2008). Aunque esta tendencia se ha revertido notablemente en los últimos quince años, la memoria colectiva del pasado reciente es una tierra de nadie colonizada por ex militantes, periodistas, historiadores y ensayistas en la cual ninguna opinión es hegemónica. El problema que deseamos poner en discusión parte del virtual desplazamiento de la investigación histórica sobre la lucha armada en Argentina por una serie de ensayos que realizan una condena moral de la violencia guerrillera, antes que un análisis en torno a procesos, rupturas y continuidades. Como 80 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? veremos a continuación, el juicio a las organizaciones armadas dictará una condena que encuentra su fundamento en una prescripción moral y una filosofía política ligada a la defensa de los valores democráticos liberales ¿Que estrategias argumentativas adopta esta corriente de opinión? ¿Cuáles son las consecuencias de esta nueva agenda para interpretar la violencia política en la Argentina? Para responder la primera pregunta y plantear algunas conjeturas en relación a la segunda, vamos a analizar Sobre la violencia revolucionaria, el libro más reciente de Hugo Vezzetti, y los artículos que ha publicado Sergio Bufano en la revista Lucha Armada en Argentina y el Anuario de Lucha Armada en la Argentina. Ambas perspectivas nos parecen claramente representativas de esta nueva corriente. 1. ¿Una lectura revisionista de la lucha armada en Argentina? Sostiene Bruno Groppo que la revisión es una parte orgánica de la investigación histórica, capaz de abrirse paso al “revisar” críticamente los presupuestos establecidos sobre el pasado cuando se plantean nuevos interrogantes y se descubren nuevas fuentes. Todas las generaciones leen el pasado de acuerdo a sus coordenadas culturales, pero más allá de esta frontera el revisionismo es una operación historiográfica cuyo horizonte está determinado por parámetros ante todo ideológicos. Partimos de la siguiente hipótesis: los trabajos de Hugo Vezzetti y Sergio Bufano coinciden en varias de sus estrategias argumentativas con el llamado “revisionismo histórico anti-antifascista”. Se trata de una corriente historiográfica que provocó en los años 80 la famosa Historikerstreit o controversia de los historiadores en Alemania gracias a la polémica abierta por los trabajos de Ernst Nolte, quien sostiene que el nazismo fue una reacción lógica frente a la expansión del comunismo. En Italia, el revi/ 81 ESTEBAN CAMPOS sionismo histórico representado por historiadores como Renzo De Felice se ha encargado de demoler el consenso historiográfico que identificó el antifascismo con las luchas democráticas. Mientras se equipara la resistencia armada contra Mussolini con una causa comunista desacreditada como autoritaria, al mismo tiempo se contribuye a rehabilitar el fascismo como una experiencia singular incomparable a la España de Franco o a la Alemania nazi (Groppo y Traverso, 2003). Como señala François Furet y ratifica Bruno Groppo, existen vasos comunicantes entre la primordial historiografía de la Shoá y el desafío del revisionismo histórico que presentan las historias de Nolte y De Felice. Por ejemplo, el repetido tópico que subraya lo singular del nazismo es una concepción medular de la teoría del “mal absoluto”, que condena desde una moral humanista a la barbarie nazi en los campos de concentración. Una de las derivaciones de esta teoría ha encontrado asidero en investigaciones históricas como las de Saúl Friedlander, quien ha llamado la atención acerca del nazismo como una psicosis colectiva originada en el antisemitismo alemán y el culto a la personalidad de Hitler. Al caracterizar al nazismo como un fenómeno irracional, se le confiere un carácter único y extremo que conduce inexorablemente al Holocausto (Friedlander, 2004). Explicar al nazismo como una reacción al bolchevismo, por otra parte, es una contribución original de la teoría marxista del fascismo, que ha sido retomada con un signo ideológico completamente distinto por el revisionismo histórico para justificar la política expansionista de la Alemania nazi, expuesta como una guerra justa de defensa contra el avance del totalitarismo comunista. Ahora bien, la pregunta obvia a esta altura del relato es ¿qué tienen que ver los debates en torno al revisionismo histórico italo-alemán con la narrativa histórica de la violencia 82 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? política en la Argentina? Pensamos que los ensayos de Hugo Vezzetti y Sergio Bufano contribuyen de alguna manera a equiparar la violencia de las organizaciones armadas con el terrorismo de Estado desencadenado por la dictadura militar. Esta homologación de experiencias que si bien son contiguas no dejan de ser antagónicas, se parece bastante a la definición que hace Giovanni Levi del revisionismo anti-antifascista: “Los revisionismos de hoy no han apuntado a revalorizar determinados movimientos o personalidades o determinados períodos, sino a devaluar el pasado. El argumento común ha consistido en reflejar iguales y negativas a ambas partes en conflicto. Al entablar una guerra justa pero ambigua contra las lecturas maniqueas de la historia, se ha demostrado lo que había de negativo incluso en aquello que había parecido innovador (…) La imagen del pasado resultante no es la de una interpretación invertida, sino la de una nivelación de posiciones, presentadas todas como negativas. El pasado es cargado de oprobio” (Levi, 2003) La “nivelación” de la violencia política ejercida por las organizaciones armadas con la práctica del terrorismo de Estado proviene de la teoría de los dos demonios, formalizada en el prólogo del Nunca Más, el Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). A través de sucesivas reducciones, en el prólogo se homologa el “terrorismo de izquierda y derecha” con los mecanismos de desaparición, tortura y aniquilamiento de las Fuerzas Armadas. Si bien los dos autores afirman como si fuera un mantra la caducidad de la teoría de los dos demonios, es notable su incapacidad para ir más allá de aquel horizonte. En lo que sigue vamos a analizar algunos tópicos del libro de Hugo Vezzetti en torno a los crímenes de la guerrilla y la irracionalidad de la cultura combatiente, para luego dedicarnos a los artículos de Sergio / 83 ESTEBAN CAMPOS Bufano sobre la vida plena del guerrillero, la “espiral de violencia” y la identificación con el enemigo. 2. La guerrilla al diván / Hugo Vezzetti y la psicopatología del combatiente Para explicar como aparece Sobre la violencia revolucionaria, parece sensato volver a la crítica de la ideología en el sentido más ortodoxo del marxismo, aquel que busca (des) cubrir los intereses particulares que existen detrás de cualquier discurso con pretensiones de universalidad. Algo que en la literatura de Hugo Vezzetti es relativamente sencillo para cualquier lector atento de su obra, ya que desde la aparición hacia 2002 de Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina se ha encargado de embellecer el mito fundacional de la transición democrática, haciendo hincapié en la ruptura histórica que habría implicado el Juicio a la Juntas Militares y el informe Nunca Más. El nuevo trabajo representa una continuidad con el anterior porque a pesar de su erudición, descansa en la misma lógica reduccionista que se conforma a través de dicotomías simples como democracia/dictadura, política/violencia o consenso/autoritarismo. En esta ocasión, Hugo Vezzetti reflexiona sobre los usos y los lugares de la memoria, para dedicarse más adelante a la crítica de las representaciones simbólicas de la guerrilla argentina (Lavella, 2007). A pesar de la división por capítulos, el libro queda desbalanceado por los aportes del primer capítulo y el apéndice, que es el lugar donde el autor desarrolla con más solidez sus tesis sobre la memoria justa. En los capítulos 2, 3 y 4 del libro se advierte un giro en los fundamentos de la argumentación. Tras enumerar las evaluaciones críticas sobre la violencia política que se realizaron desde el peronismo, el exilio y los medios de prensa, nos damos cuenta que la memoria ya no constituye el nudo del texto, sino que este 84 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? empieza a apoyarse cada vez más en documentos e investigaciones históricas que se dirigen a certificar la voluntad normativa del texto. Capítulos como “El hombre nuevo” y “Le vimos la cara a Dios” cristalizan una narración que si bien pretende ubicarse en un plano ético-político (es decir, una reflexión sobre las normas relacionadas al poder) queda sobre determinado por el afán de juzgar moralmente a la guerrilla (determinar que ha sido lo bueno y lo malo de las organizaciones armadas). Es por eso que el libro despliega una trama híbrida donde la evaluación ética-política se reduce a la pura moral, y el análisis histórico de la política armada es instrumentalizado para justificar una caracterización patológica de la subjetividad del combatiente. Un buen ejemplo de la concepción ético-política en la que se desenvuelve el discurso de Hugo Vezzetti aparece cuando polemiza con Andreas Huyssen en relación al “deber de memoria” y los olvidos que significan la posibilidad de edificar una “memoria justa”. En este punto, Huyssen caracterizaba el olvido de los bombardeos aliados a la población civil alemana en la Segunda Guerra Mundial como el fundamento de la memoria basada en el Holocausto, estableciendo un paralelismo con el caso argentino al afirmar que el olvido de las muertes ocasionadas por la guerrilla había servido de soporte para construir una memoria unificada en torno al recuerdo del terrorismo de Estado. En este punto es cuando Vezzetti realiza una digresión alrededor de los “crímenes de la guerrilla”: “Sobre los crímenes de la guerrilla en la Argentina no faltaron huellas y reconocimientos, incluso públicos y estatales. Lo relegado retorna de un modo imprevisto e inquietante, ya no en los alegatos previsibles de los defensores de la dictadura, sino en el testimonio de quienes participaron de la experiencia guerrillera: en la conciencia pública de la experiencia pasada se abre el reconocimiento de que hubo / 85 ESTEBAN CAMPOS otras víctimas, comenzando con las que la guerrilla produjo en sus propias filas. Y es posible (nadie puede asegurarlo) que a partir de esas otras víctimas se abra una serie que incluya también el reconocimiento de otros muertos, civiles, policiales y militares, producidos por el terrorismo insurgente (…) El deber, si se lo piensa en la dimensión de construcción democrática y las responsabilidades ciudadanas, es, en todo caso, el que impone el reconocimiento de herencias, deudas y obligaciones que cimientan una vida en común (Vezzetti, 2009). Este pasaje reúne varios problemas que se despliegan a lo largo del libro. En primer lugar vale la pena detenerse sobre los “crímenes de la guerrilla”, un término que si bien para Vezzetti se corresponde con “una responsabilidad ético-política que es autónoma de la escena judicial”, no puede dejar de vincularse al discurso jurídico sobre los delitos comunes. Nos encontramos ante una operación retórica que contribuye a despolitizar las acciones guerrilleras a través de su criminalización. Cuando elegimos otro terreno para debatir el mismo problema –si definimos el atentado contra Rucci o los fusilamientos internos del EGP como asesinatos políticos- se puede enriquecer el debate incluyendo las motivaciones éticas en su específico contexto histórico, político y cultural. El debate contemporáneo sobre la violencia revolucionaria va mucho más allá de la polémica con Oscar del Barco, de hecho es una página crucial del pensamiento político emancipatorio que se remonta a los debates entre anarquistas y marxistas a fines del siglo XIX (Nuñez Florencio, 1983, Merleau Ponty, 1986, Trotsky, 1974)1. En segundo lugar, la dialéctica entre la memoria y el 1 Aquí dejamos de lado las muertes no deseadas que se produjeron en el contexto de enfrentamientos armados. Sin embargo, cabe considerar también que nociones como “ajusticiamiento” o “ejecución” son tan elusivas y eufemísticas como la palabra “crimen”: mientras 86 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? olvido que permite evocar los “crímenes de la guerrilla”, no se genera simplemente por el retorno de lo reprimido en el imaginario colectivo, sino más bien debido al crecimiento de una narrativa histórica neoconservadora sobre el pasado reciente, que sirve como ariete para desacreditar el discurso oficial cuando reivindica la militancia de los años 70 (Campos, 2009)2. La “memoria completa” en el marco del revisionismo histórico anti-setentista no es –como se afirma sin mayor evidencia en Sobre la violencia revolucionaria- el patrimonio exclusivo de minoritarios círculos de derecha; en realidad goza de una amplia difusión mediática a través de propagandistas como Reato y Yofre, que publican en las grandes editoriales. Entretanto, Hugo Vezzetti no hace más que llevar agua al molino de esta corriente ampliando (y desdibujando) el concepto de víctima a “los otros muertos, civiles, policiales y militares, producidos por el terrorismo insurgente”, en un registro teórico cercano a las reflexiones sobre la memoria traumática de la Shoá. ¿Es posible englobar bajo el concepto de víctima a figuras tan disímiles como la inocente hija del capitán Viola -herida de muerte accidentalmente en un operativo guerrillero- junto a Alberto Villar, el jefe de la Triple A asesinado por Montoneros? El acto de borrar las fronteras entre la dictadura y las organizaciones armadas insertas en su contexto social niega el antagonismo real, histórico, y traza una nueva línea que tiende a separar las “víctimas” de la patología terrorista que ostentarían guerrilas primeras buscan legitimar el asesinato, esta última define la acción violenta como una anomalía. Sobre el debate ético-político en torno a la violencia revolucionaria dentro de la izquierda ver Rafael Núñez Florencio, El terrorismo anarquista, León Trotsky, Su moral y la nuestra y Maurice Merleau-Ponty, Humanismo y terror. 2 La utopia de alcanzar una “memoria completa” no apunta a una compensación ni a un equilibrio; se trata de una ofensiva política que ha tomado como bandera la misión de destronar simbólicamente la memoria de aquello que ya fue exterminado materialmente entre 1976 y 1983. Los ejemplos más recientes de esta corriente son Operación Primicia, de Ceferino Reato y El Escarmiento, de Juan Bautista Yofre. / 87 ESTEBAN CAMPOS lleros y militares3. De nuevo la teoría de los dos demonios se mete por la ventana, pero es recién en el capítulo sobre el hombre nuevo cuando Vezzetti sistematiza los argumentos sobre la irracionalidad y el autoritarismo de la guerrilla: El nuevo hombre ha sido un emblema cargado de sentidos, desde las raíces cristianas a las formas de la religión política y miliciana que encontraron una expresión desmesurada y sistemática en el fascismo (…) En la disposición a matar o morir hay algo que trasciende la dimensión militar de la empresa guerrillera, un fondo religioso de la política, una escatología que, en el límite, sitúa sus objetivos fuera de la historia y los encarna en figuras de héroes inalcanzables para los seres humanos de carne y hueso” (Vezzetti, 2009). Para Vezzetti, el sueño guevarista del hombre nuevo combina elementos que provienen del cristianismo (el mesianismo paulino que anuncia el “tiempo final” de la escatología), del jacobinismo (el utopismo racionalista encarnado en el terror revolucionario) y del fascismo (el culto guerrero al sacrificio heroico). A pesar de la pluralidad de sentidos que se despliega en esta genealogía, la doctrina del hombre nuevo se condensa en última instancia en el mito del “fascismo primordial”, caracterizado por el vitalismo, la acción por la acción y las figuras de la guerra. Para justificar la vinculación entre foquismo y fascismo, el ensayo abusa del psicologismo invirtiendo la En Vezzetti existe una tensión inherente en el proceso de victimización -deudor de la memoria justa del Holocausto- y la lógica del combatiente en el caso argentino, que se analiza en términos de guerra. Definir a amigos y enemigos como “víctimas” es una operación tan falsa por su aparente sensibilidad liberal y peligrosa como la de reivindicar una memoria completa, ya que como hemos visto, algunas víctimas se vuelven victimarios. Irónicamente, si como afirma Andreas Huyssen el olvido de los bombardeos aliados en las ciudades alemanas y los crímenes de la guerrilla fueron progresivos, enfocar la memoria sólo en esos hechos implica caer en el revisionismo histórico. Para citar un ejemplo, el historiador británico filo-nazi David Irving escribió en 1963 La destrucción de Dresde, un alegato contra los bombardeos aliados que también amplia la noción de víctima en el marco de la Segunda Guerra Mundial. 3 88 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? lógica de obras más fundamentadas como La locura en Argentina, donde Vezzetti supo escribir una historia de la psiquiatría nacional. Cuando comparamos los dos trabajos se nota que Sobre la violencia revolucionaria opera al revés, convirtiendo a la historia reciente en un manicomio donde es posible hallar todo tipo de patologías. El problema no es emplear el psicoanálisis como herramienta teórico-metodológica, sino el uso indiscriminado de términos tan problemáticos (incluso dentro de la teoría psicoanalítica) como lo “sublime” del valor y la voluntad en la cultura guerrillera, la “desmesura” de la violencia política, los militantes que “alucinan” una situación revolucionaria, o el “delirio” que subyace en la moral y acción de las organizaciones armadas (Vezzetti, 1985, 2009). Cuando se abordan procesos históricos complejos se advierte que Vezzetti apela a la historia de modo ejemplar, es decir, solamente le sirven para ilustrar una teoría preconcebida a través de casos particulares; de esta manera hace caso omiso al anacronismo que significa plantear el fascismo como progenitor de las ideas de la izquierda armada, cuando es bien sabido que la extrema derecha nacionalista surgió en el período de entreguerras como reacción y alternativa al crecimiento de la influencia socialista, comunista y anarquista en el movimiento obrero4. Finalmente, si bien es cierto que el mesianismo y la escatología son parte de una teología política ancestral que ha perdurado tenazmente en las ideologías revolucionarias del siglo XX, Michael Lowy sugiere que las semejanzas entre cristianismo y marxismo ter Vezzetti traduce el concepto del “fascismo primordial” de un ensayo escrito por Umberto Eco. Es imposible atribuirle al fascismo el origen del vitalismo, el fetichismo bélico o el culto de la acción de entreguerras, ya que estas corrientes han sido reivindicadas a izquierda y derecha del campo político. Aquí la diferencia fundamental, como afirma Alain Badiou, es que el nazismo y el fascismo son pseudo-acontecimientos, el simulacro del cambio radical invocando la restauración de una comunidad utópica. La revolución de octubre de 1917 habría sido, por el contrario, un acontecimiento capaz de alterar la continuidad del ser y sus situaciones concretas. 4 / 89 ESTEBAN CAMPOS minan cuando la trascendencia religiosa del primero es negada por el historicismo humanista del segundo (Lowy, 1999). El resultado del libro es un ejercicio de revisión ideológica del pasado reciente que intenta despolitizar las formas de lucha armada de las clases subalternas, reducidas a la irracionalidad y la locura de un puñado de militantes. 3. De la épica a la tragedia / Sergio Bufano y el “patinazo” de la guerrilla A diferencia del discurso de Hugo Vezzetti, que se ubica explícitamente por fuera del universo simbólico del fenómeno que estudia (el ejercicio de la violencia por parte de la guerrilla), la prosa de Sergio Bufano tiene otro sabor, un modo de vibrar cercano a la pasión del militante que rememora su propio pasado (Bufano, 2004)5. Asumiendo una posición autocrítica que en ocasiones se aproxima a un pedido de disculpas, es posible apreciar un hilo conductor entre “La vida plena”, “La guerrilla argentina. El final de una épica impura” y “El crimen de Novacovsky”, los tres artículos publicados en la revista Lucha Armada en la Argentina y en el Anuario de Lucha Armada en la Argentina. El primer artículo permite comprender las diferencias entre los inicios de las organizaciones armadas en los años 60´, su período de crecimiento en la primera mitad de la década del 70´ y su derrota precipitada por el terrorismo de Estado tras el golpe militar de 1976. Esta periodización permite pensar históricamente aquel “culto de la muerte” que Vezzetti plantea en términos puramente abstractos, como si se tratara Las marcas textuales de aquella modalidad de enunciación que está “de vuelta” son varias: “en aquel momento no lo sabíamos”, o “Pasar de la simpatía inicial de la sociedad al rechazo popular, de los cantos heroicos a la triste certidumbre de la derrota, nos llevo apenas ocho años pp. 22-31. Otra referencia más directa aparece cuando el autor narra su asistencia como observador a un juicio interno del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN). 5 90 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? de un rasgo esencial y monolítico de la guerrilla. Del artículo de Bufano se desprende, en cambio, que la experiencia guerrillera ha sido mucho más compleja y no puede reducirse a una irracional “pulsión de muerte” o a los sentimientos de odio, cuando en el discurso ideológico es posible apreciar una relación dialéctica en la que coexisten los opuestos vida/muerte o amor/odio (Campos y Rot, 2010)6. La “vida plena”, entonces, era aquel frenesí de los años 60 donde: “El vértigo de la violencia, el uso de las armas, la sola presencia de un arma en el cajón de la mesa de luz, siempre lista para ser usada, no podía menos que transformar las relaciones humanas” (Bufano, 2004) En esa coyuntura, la muerte –aún embellecida por la aureola del heroísmo- era solamente parte del horizonte de expectativa de los militantes. Recién en la segunda mitad de la década del 70´ palabras cargadas con la sombría inmediatez de la muerte como “caída”, “patota”, “pinza”, “reten” y “pastilla” se generalizarían en el vocabulario político de las organizaciones armadas. A pesar de todo, hacia el final el autor explica que los combatientes fueron subyugados por la guerra, arrojados a un estado de excitación tal que el enfrentamiento armado era vivido como el encuentro ardiente entre dos amantes. Si contemplamos los tres artículos de Sergio Bufano como un todo, se comprende mejor adonde apuntan los argumentos. En “La vida plena” se enfatizan los elementos más impulsivos, la cuota de irracionalidad que habría caracterizado a la experiencia guerrillera, presa de las figuras de la guerra y De allí que para el Che, al poseer una moral atravesada por el antagonismo de la dicotomía amigo-enemigo, no era contradictorio decir que “el revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor”, y al mismo tiempo afirmar que el guerrillero debía convertirse en una “fría máquina de matar”. 6 / 91 ESTEBAN CAMPOS extasiadas por el culto de la acción por la acción. Las coincidencias con la narrativa de Hugo Vezzetti no se detienen aquí, puesto que si para este la lucha armada es pura desmesura, Bufano se refiere en más de una ocasión al “arrebatamiento” de la violencia política. Esta arqueología del exceso es funcional al deseo de despolitizar (es decir, despojar de racionalidad política) a los hechos y dichos de la guerrilla, preparando el terreno para insistir acerca de su inevitable fracaso cuando escriba “La guerrilla argentina. El final de una épica impura”. En este artículo se plantea que la profesionalización de la militancia armada desembocó –mediante la militarización de los cuadros guerrilleros- en una profunda identificación con el enemigo, especialmente a partir de 1973, fecha elegida para simbolizar el distanciamiento entre la guerrilla y la sociedad civil. Es en este punto donde la lucha armada aparece como un “desvío” del natural curso de los acontecimientos. La guerrilla sería una herramienta de lucha legítima mientras se peleaba contra la dictadura, pero después de 1973 el uso de la violencia va aislando cada vez más a las organizaciones armadas de sus propias bases. Como sostiene Pablo Pozzi, esta explicación no coincide con la evidencia empírica, ya que fueron precisamente las condiciones de apertura democrática las que permitieron a pequeños grupos como Montoneros, el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario de Pueblo (PRT-ERP) y en menor medida las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) junto a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), desarrollar un febril trabajo de masas, circunstancia que no se interrumpe sino hasta 1975 (Pozzi, 2006)7. Si vol Refiriéndose al artículo de Bufano, Pablo Pozzi llama la atención sobre aquella concepción subjetivista de la lucha armada: “En muchos trabajos parecería que la violencia irrumpió, en un cielo azul y despejado de una sociedad pacífica y armoniosa, de la mano de un juventud entusiasmada por la gesta guevarista, y que la mayoría del pueblo repudiaba el accionar armado, sobre todo después de 1973. 7 92 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? vemos a la hipótesis de que las estrategias argumentativas del revisionismo europeo coinciden con este tipo de discurso, no podemos dejar de notar que la imagen del desvío se parece demasiado a la tesis de François Furet acerca del “patinazo” de la Revolución francesa: en 1789 estalló una rebelión que instauro un gobierno constitucional basado en el respeto a las leyes, donde la violencia era legítima. Sin embargo, con la llegada de los jacobinos al poder en 1792, el liberalismo es aniquilado y la situación queda librada al azar de la guerra, a la división sectaria entre amigos y enemigos... ¿no era Hugo Vezzetti el que reivindicaba al jacobinismo como el primer antecedente moderno de la doctrina del hombre nuevo? La profesionalización de los cuadros guerrilleros favoreció el proceso de militarización, que se torna visible cuando comienzan a operar grupos armados como la Triple A y el Comando Libertadores de América, pero el proceso no es lineal ni monolítico. Por eso hay que tomar con pinzas un argumento que aún construido con una sólida lógica interna, presenta fisuras si lo confrontamos con otra interpretación de los hechos. En la percepción de Sergio Bufano, el “desvío” producido por la militarización de la política va a generar una espiral de violencia entre la guerrilla y los militares: “Pero este lazo con la sociedad se fue debilitando, haciéndose cada vez más laxo, a medida que se intensificaba la espiral de violencia. Las exigencias de clandestinidad de muchos militantes fueron imponiéndose sobre las condiciones de la infraestructura. Aquellos que por distintas razones eran detectados por los organismos represivos del Estado se vieron obligados a abandonar sus lugares habituales –incluidos trabajo, universidad, vivienda, familia- para ingresar a la categoría de militante rentado. El objetivo de la represión estatal de cercenar los vínculos entre militancia y bases sociales comenzó a cumplirse lentamente” (Bufano, 2007) / 93 ESTEBAN CAMPOS Vale la pena reconstruir la secuencia argumental con estos agregados, porque se acercan una vez más a la estrategia argumentativa del revisionismo anti-antifascista: para Bufano, la estrategia de la lucha armada involucra la profesionalización del militante. Este proceso de militarización conduce a una espiral de violencia donde la represión militar es funcional al imaginario belicista de la guerrilla. El resultado final es por un lado la identificación con el enemigo (tras el golpe militar las organizaciones armadas adoptan protocolos, jurisprudencia, lenguaje y uniformes similares a los usados en el Ejército Argentino). Por otro lado, la consecuencia lógica de una subjetividad guerrillera que “elige” las armas no va a ser el genocidio, sino el suicidio: “No es cierto que las Fuerzas Armadas hayan vencido a la guerrilla. La represión aceleró el camino hacia la muerte, pero no hubo una derrota militar a cargo de los militares; ellos sólo recogieron los restos de grupos que se habían suicidado con sus propios excesos. Los militares golpistas lo saben muy bien: a sus campos de tortura ingresaban jóvenes profundamente desalentados, escépticos, muchos de ellos ya vencidos. Trágico final de una épica impura para quienes habíamos imaginado un mundo libre y transparente” (Bufano, 2007). Esta arbitraria inversión causal (la guerrilla antes que el terror es culpable de su propio aniquilamiento), es muy parecida a la estrategia discursiva del revisionismo que trastoca las responsabilidades de la Segunda Guerra Mundial, afirmando que el nazismo surge como una respuesta lógica a la expansión del comunismo. En retórica esta operación se acerca al movimiento tropológico conocido como sinécdoque, que modifica el sentido de una frase sustituyendo la causa por el efecto, o el efecto por la causa. La tesis jurídica de la “espiral de vio94 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? lencia” que aparece en los decretos 157 y 158 de diciembre de 1983 -dictados por el gobierno de Raúl Alfonsín para juzgar a las cúpulas guerrilleras y militares- impide observar la interacción recíproca de las partes que entran en el conflicto armado (Andujar, D’Antonio, Eidelman, 2008). Si la espiral es una línea curva que gira alrededor de un punto alejándose de él, es evidente que la metáfora aplicada al proceso político implica la existencia de una sola esencia. Si por el contrario se considera que existió una dialéctica del enfrentamiento, aquí los opuestos se acercan e incluso son interdependientes, pero siguen siendo opuestos, es decir, no comparten la misma substancia. Un ejemplo práctico puede darse con el debate sobre el uso de la tortura en las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL), citado por Carlos Flaskamp. A finales de la década del 60´, mientras se planificaba el secuestro de un jefe policial, el responsable de seguridad de las FAL pidió autorización para ejercer “alguna forma de tortura, predominantemente sicológica” sobre el secuestrado, con el fin de obtener información: “La argumentación sugería encarar el problema con criterio práctico. La información que ese policía nos podía suministrar podría servirnos para evitar que compañeros nuestros fueran apresados y a su vez torturados. Por negarnos a torturar a un policía íbamos a entregar indirectamente a la tortura a nuestros propios compañeros. El argumento era fuerte, pero no impidió que Cristóbal y yo nos adhiriéramos a la posición de Héctor. Si por no torturar a un policía íbamos a condenar a la tortura a algunos compañeros, ¿a cuantos compañeros íbamos a condenar a la tortura en el caso de que sí lo hiciéramos? Porque podíamos estar seguros de que, si hoy le aplicábamos ese tratamiento a un policía, mañana lo haríamos con un posible infiltrado y pasado mañana con un disidente. Teníamos la certeza de que nuestra gente sólo sería capaz de continuar la lucha con la / 95 ESTEBAN CAMPOS energía y el heroísmo necesarios, mientras estuvieran totalmente convencidos de que nosotros no aplicábamos esos mismos métodos que repudiábamos en nuestros enemigos y que formaban parte de las razones que teníamos para combatirlos” (Flaskamp, 2002) Queda clara aquí cual es la diferencia entre guerrilleros y militares, ya que los primeros jamás apelaron a la tortura sistemática. Si bien es cierto que las organizaciones armadas en algunos casos llegaron a funcionar como microestados reproduciendo su lógica de control, no tenían los recursos o las dimensiones de un Estado burgués, ni tampoco consiguieron retener bajo su control a territorio alguno (por lo tanto resulta inapropiado comparar sus jerarquías, códigos y normas en general)8. La investigación del caso Novacovsky que realiza Sergio Bufano en el primer número del Anuario de Lucha Armada en la Argentina lleva al extremo estas premisas, afectando la metodología de exposición: el caso de la muchacha secuestrada por una célula de las FAL y luego asesinada es utilizado como ejemplo de una tendencia más general de la guerrilla, sin preocuparse demasiado por los diferentes contextos históricos, culturales y organizacionales. Más allá de la preocupación por reconstruir el caso a través del rastreo de la prensa periódica, parece haber una renuncia a pensar históricamente el hecho, es decir, a realizar una crítica interna de los documentos utilizados como fuente para ubicar los datos en una secuencia temporal, identificar si actuaron una o varias causas entrelazadas, etc.9 Si en la prosa de Sergio Bufano la épica se convierte en Un buen ejemplo de la tendencia opuesta es el escritor Marcelo Birmajer, que compara la “tolerancia” del presidente francés Nicolás Sarkozy a la homosexualidad, con los códigos militares del Ejército Guerrillero del Pueblo, que penaban con la muerte la homosexualidad en las filas guerrilleras. 9 La forma de narrar este caso nos hace recordar a la crítica de Carlo Ginzburg al ensayo de Michel Foucault sobre el asesino Pierre Rivière, donde el historiador italiano afirma que 8 96 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? tragedia, el resultado de la lectura es una plena enajenación de la época en cuestión. Involuntariamente compartimos el sabor amargo de aquel grupo de revolucionarios desencantados que caracterizó Dostoievsky en Los endemoniados, cuando le hacía decir a uno de sus personajes: “Si, nos hemos metido dentro de lo que creíamos nuestro ‘navío’ y ahora resulta que sólo es una vieja barca podrida” 4. Observaciones finales. ¿Un revisionismo social-demócrata? En marzo de 2006, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación agregó un nuevo prólogo a la edición del Nunca Más, en la que critica la explicación que el informe de 1983 difundió sobre la aparición del terrorismo de Estado como reacción al “terrorismo de izquierda y derecha” (vale decir, una muestra más de la inversión causal, y una tergiversación pueril de las relaciones específicas entre actores políticos como fueron los militares, la guerrilla y la Triple A). En cambio, Rodolfo Mattarollo justificaba la crítica a la teoría de los dos demonios apelando nuevamente a la memoria ejemplar de la Shoá: Nos pareció que equivalía en la Argentina a lo que se llama el negacionismo en Europa respecto de los crímenes de los nazis. Así como en Europa hay una frontera que parece que no se debería sobrepasar por cuestiones éticas, nos parecía que en la Argentina ésa era la frontera. Se discute mucho sobre si hay una memoria oficial. Nosotros no creemos que haya una versión oficial de la memoria, creemos en la pluralidad de voces, testimonios. Pero creemos que hay una se excluye el análisis y la interpretación, presentando al criminal desde el “estupor” y el “silencio”. ¿No es similar el retrato oscuro y violento que hace Bufano de la célula del FAL a la descripción de Ginzburg?: “Se prefiere describírnoslo vagando por los bosques después de cometer el delito, como un ‘hombre inculto…un animal sin instintos…un ser mítico, monstruoso, imposible de definir por ser ajeno a todo orden enunciable’ ”. / 97 ESTEBAN CAMPOS frontera ética de la no aceptación en forma alguna del terrorismo de Estado (Vezzetti, 2009, Todorov, 2000)10 Para Hugo Vezzetti, condenar como negacionista a la teoría de los dos demonios es el colmo de una operación denigratoria montada por el régimen de memoria vigente desde 2003, y en este punto hay que darle la razón. El prólogo del Nunca Más y las semblanzas nostálgicas de todos sus apologistas no son negacionistas, son revisionistas. Dicho en otras palabras, ni Vezzetti ni Bufano, ni tampoco el texto del Nunca Más pretenden negar la existencia histórica del terrorismo de Estado, pero si adoptan una lectura esencialmente ideológica y mitológica de ese pasado. Una narración ejemplar que parte de la refundación democrática de la nación en 1983 para defender los valores de la democracia parlamentaria, y señalar así una frontera imaginaria entre aquella y los antivalores de la “violencia”. Un límite que no significa otra cosa que la separación dogmática entre reforma y revolución (Pozzi, 2006)11. Las lecturas revisionistas de la lucha armada en la Argentina adoptan estrategias argumentativas y operaciones retóricas similares a las del revisionismo anti-antifascista en Italia y Alemania: aquella “nivelación” de experiencias denunciada por el historiador Giovanni Levi, que en realidad han sido tan contiguas como antagónicas desde la izquierda (comunista y guerrillera) a la derecha del campo político (nazi-fascista y militar). Esta tendencia se torna visible en el afán de revisar los Tzvetan Todorov hace referencia a la memoria ejemplar que busca extraer una lección del recuerdo traumático a través de la comparación, en oposición a la memoria literal que persiste en el trauma declarando lo intransferible de la experiencia vivida. 11 Pablo Pozzi afirma que “La característica particular de la guerrilla no era el uso de la violencia política, sino que la lucha armada era considerada una de las vías (y para algunos la vía principal) para la toma del poder y la transformación revolucionaria socialista de la sociedad. Todos los que critican a la guerrilla por ‘violenta’ realmente la están criticando por haber sido revolucionaria y haberse constituido en una alternativa real de poder”. 10 98 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? llamados crímenes de la guerrilla, y en el abuso de la comparación analógica (o metonímica, en términos retóricos) entre fascismo y guerrilla. Pero también se advierte en la inversión causal de presentar a la guerrilla como el principal responsable de una espiral de violencia que conduce al golpe militar de 1976 (lo que en retórica se llama sinécdoque). Un revisionismo, claro está, muy lejano respecto a sus pares italianos y alemanes porque se basa en creencias democráticas liberales, un revisionismo con ínfulas socialdemócratas. ¿Cuáles son las consecuencias de esta nueva agenda para interpretar la violencia política en la Argentina? Es de notar que los primeros balances que se hicieron de la derrota de los proyectos revolucionarios enarbolados por los movimientos populares en la década de 1970, siempre partieron de lo político. A modo de ejemplo, Pilar Calveiro también ha sido muy crítica señalando los errores de las organizaciones armadas, pero su reflexión pone sobre la mesa la relación entre lo político y lo militar de las organizaciones armadas. De alguna manera, los ensayos de Calveiro actúan como una bisagra, porque si bien sus preguntas son políticas y se remontan al pasado militante, finalmente abre la puerta a aquellas lógicas binarias que separan la política de la violencia, el consenso del autoritarismo, la democracia de la dictadura (Calveiro, 2004, 2008, Campos, 2010). Es imposible estimar con certeza como afectan estas “fronteras ideológicas” a la investigación histórica, pero ya hemos visto como en varios trabajos se orientan las preguntas con la premisa de una impugnación de las experiencias revolucionarias en general, y de la lucha armada en particular. Desde que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner reactivaron los juicios a ex represores reivindicando la militancia setentista, la teoría de los dos demonios ha demostrado su vigencia adoptando la forma de una reacción conservadora contra la po/ 99 ESTEBAN CAMPOS lítica de Derechos Humanos (que no es otra cosa que la impugnación a un régimen de memoria). Este conservadurismo ya no se reduce a círculos minoritarios, sino que alcanza a vastos sectores de la población, aquellos que mientras desean hacer tabla rasa del pasado, siguen condenando en la calle, en los bares o en el taxi a “los montoneros que están en el poder”. Esta peligrosa tendencia regresiva se difunde generosamente con el aporte del auténtico revisionismo argentino de derecha, a través de libros como los de Ceferino Reato -quien se pregunta hipócritamente porque los soldados caídos en los operativos guerrilleros no cobran indemnizaciones- y los de Juan Bautista Yofre, que desempolva las vetustas teorías conspirativas de los servicios de inteligencia sobre la infiltración castro-comunista en la guerrilla argentina. La teoría de los dos demonios se había debilitado gracias al crecimiento de las luchas sociales en los 90´, que permitieron una fuerte reivindicación (en ocasiones acrítica y épica) de la militancia revolucionaria setentista. Sin embargo, aquella nunca dejó de formar parte del sentido común de la clase media argentina, que la adoptó como su coartada ante la historia. Se está conformando un tribunal en el que la derecha tiene sed de revancha y pelea para situarse como juez; mientras tanto, más allá de sus intenciones, algunos intelectuales progresistas adoptan el papel de fiscal, otorgando un asidero teórico a los demonólogos de las organizaciones armadas que buscan, en última instancia, la reapertura de los procesos a los ex combatientes de la guerrilla12. Como supo anotar François Furet en la correspondencia que mantuvo con Ernst Nolte, el revisionismo siempre corre el riesgo de terminar disculpando a los victimarios. Esta tendencia a “fiscalizar” la historia es sugerida en el artículo “Kirchner y el tribunal de la historia”, que ha suscitado un fuerte debate en los medios de comunicación, a causa de los artículos escritos en el diario La Nación por Luis Alberto Romero. 12 100 / ¿UNA LECTURA REVISIONISTA DE LA LUCHA ARMADA? Bibliografía Omar Acha, “Historia y psicoanálisis. Cavilaciones sobre un diálogo venidero”, en Nuevo Topo. Revista de historia y pensamiento crítico n.3 (septiembre-octubre 2006), pp. 99-121. Buenos Aires. Andrea Andujar, Débora D’ Antonio y Ariel Eidelman, “En torno a la interpretación de la historia reciente. Un debate con Luis Alberto Romero”, en revista Lucha armada en Argentina n.11 (2008), pp. 108-116. Buenos Aires, Ejercitar la memoria. Marcelo Birmajer, “Aquí está prohibido hablar bien de la clase media”, en Página 12, 26/07/10, http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-18728-2010-07-26.html. 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Este proceso que resulta de la combinación de ciertas formas lingüísticas con la utilización de espacios gráficos y géneros específicos, responde a la ideología de cada medio y es blanco de demandas, presiones, disputas y críticas de movimientos sociales, de sectores de la sociedad civil y oficiales, pero también de análisis de especialistas. En las condiciones de regímenes políticos autoritarios o más o menos democráticos, las críticas, advertencias o denuncias a propósito de las expresiones o consecuencias de la orientación ideológica de determinados medios de comunicación, giran en torno a ciertas condiciones bajo las cuales realizan sus actividades cotidianas, que acaban por estructurar sus perfiles y que están relacionadas con la supuesta objetividad de sus informaciones; los límites de la libertad de expresión; la independencia de posibles controles sobre la información; la GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI presencia y acción de la censura y la ética de la función social de los mismos. Pese a ello, para muchos la polémica referente a la ideología de los medios de comunicación se acota en la consideración de su naturaleza industrial y empresarial de corte capitalista, que hace de las noticias o del material informativo de opinión mera mercancía, sujeta de igual manera a las leyes de oferta y demanda del mercado y subordinada a un determinado fin económico privado. En este marco, analizan asimismo las características de las relaciones laborales establecidas entre periodistas y comunicadores y los dueños de los negocios de la información [Gutiérrez Vega, 2010].1 Otros más, ahondando aun en la perspectiva anterior [Genro Filho,1997],2 señalan cómo ciertos medios de comunicación resultan ser, para las burguesías y oligarquías locales, nacionales e internacionales, recursos importantes de control y propaganda de sus intereses; de imposición de sus visiones del mundo; de manipulación de la opinión pública; de enajenación de las consciencias; en fin, mecanismos de reproducción de la hegemonía de sectores de la clase dominante capitalista, que por lo mismo sirven también al Estado y de los cuales se sirven muchos gobiernos. Además, hay quienes también puntualizan sobre las implicaciones ideológicas [Kapucisnki, 2001]3 de los medios de comunicación a partir del grado de independencia que éstos Hugo Gutiérrez Vega (2010). La “Manipulación” de la Opinión (I-X). Bazar de Asombros. Jornada Semanal. p. 2. 16 de mayo de 2010. Número 793. 23 de mayo de 2010. Número 794. 30 de mayo de 2010. Número 795. 6 de junio de 2010. Número 796. 13 de junio de 2010. Número 797. 20 de junio de 2010. Número 798. 27 de junio de 2010. Número 799. 11 de julio de 2010. Número 801. 18 de julio de 2010. Número 802. 25 julio de 2010. Número 803. México. D.F. La Jornada. 2 Adelmo Genro Filho (1997). O Segredo da Pirámide. Porto Alegre. Brasil: Editora Ortiz. 3 Ryszard Kapucisky en Miguel Ángel Bastenier (2001). EL BLANCO MOVIL CURSO DE PERIODISMO. México. AGUILAR y Ediciones El PAÍS. 1 104 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... mantienen en relación con grandes intereses económicos, a demandas del mercado y a compromisos con el poder que si bien es condición para que algunos logren crear y sostenerse con cierto perfil y funciones sociales propias, como los llamados medios independientes, también los vulneran ante los embates que enfrentan para sobrevivir a las contradicciones del campo de la comunicación. Pero el mundo de los medios de comunicación, sus ideologías, características y funciones no son materia de análisis apenas de sujetos o voces externas a ellos. Entre sus profesionales muchos los han también expuestos a sus críticas y “desde adentro” [Espada, 2002],4 insistiendo sobre el impacto de la persistencia de ciertos vicios y trampas comunes a muchas prácticas y medios de comunicación que contribuyen a su creciente descrédito [Campos, 2011],5 a su crisis actual [Bastenier, 2001]6 y a la legitimidad que ya gozan, entre sus usuarios, nuevas formas, sujetos y medios de comunicación que la globalización de ciertos recursos electrónicos vienen propiciando. Sin embargo, teniendo presente el contexto de las particulares determinaciones históricas de cada medio, sin negar la importancia de ponderaciones como las anteriores, cabe señalar que la disyuntiva entre ideología y veracidad de la información, común e implícita a ellas, con frecuencia desemboca en la negación, subestimación o descaso de la producción de los medios como fuentes para la investigación sistemática de la realidad cotidiana de nuestras sociedades y la construcción de la historia inmediata de nuestros días. Arcadi Espada (2002). Diarios. Madrid. España. Espasa Calpe. Mario Campos (2011). “Medios más sombras que luces”. etcétera. 1.p..número 122. México. 6 Miguel Ángel Bastenier (2001). EL BLANCO MOVIL CURSO DE PERIODISMO. México. AGUILAR y Ediciones El PAÍS. 4 5 / 105 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI En este sentido, es interesante constatar que en relación con los medios masivos de comunicación -en particular los impresos de los cuales nos ocupamos aquí-, esta resistencia es más contundente cuando utilizamos como fuentes para investigación las noticias del día, las del presente, las que construyen los acontecimientos inmediatos, pero que se diluye de manera progresiva con el paso del tiempo. Pereciera que ante la fragilidad de la memoria individual y colectiva que se hace cada vez más y más borrosa a la distancia de los acontecimientos, en la medida en que el tiempo pasa por los periódicos y añeja las noticias, progresivamente también les restituyera validez y legitimidad como fuente primaria de registro, de consulta y de referente para la reconstrucción de nuevas sucesiones de determinados acontecimientos y explicaciones. Desde luego que no se trata de promover aquí la postura simplista e ingenua, muy a gusto de los positivistas, de que el tiempo o aun la mayor distancia temporal entre el historiador y el hecho histórico analizado, es condición suficiente para resolver la presencia de la ideología en la construcción de los acontecimientos mediáticos y de quienes los utilizan. Sumado a que esta acción del tiempo es capaz de convertir las noticias impresas en documentos, a partir de cuales el seguimiento puntual de los acontecimientos garantiza la construcción “científica” de la historia. Todo lo contrario. Se trata sí, de insistir en la posibilidad de utilizar estas fuentes como referencias para construir la historia inmediata de nuestro tiempo, de nuestras realidades, es decir, de la que vivimos día a día, lo que exige, por un lado, apropiarse de los acontecimientos periodísticos de cada medio, sistematizarlos, articularlos y confrontarlos entre sí y con otras fuentes; por otro, considerarlos en la perspectiva teórico-conceptual transdisciplinaria para entonces poder hacerlos emerger como fatos históricos. 106 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... En este marco pueden, por tanto, ser tratados sistemáticamente dos aspectos medulares inherentes a cualquier medio de comunicación cuando es considerado como fuente para la construcción de la historia inmediata: la ideología y la temporalidad. En relación con la primera, desde la perspectiva las Ciencias de la Comunicación y del enfoque de la Pragmática, la ideología es intrínseca al proceso mismo de significación toda vez que la relación significante/significado es arbitraria [Saussure, 2003],7 lo que compromete la transparencia del lenguaje entre emisor y receptor [Benveniste, 1994]8 y genera una opacidad propia mediante la cual construye una visión y un sentido particular del mundo [Charaudeau, 2003].9 A propósito de la presencia de la opacidad en el lenguaje, Charaudeau señala [Idem]10 que ésta constituye el auténtico problema de la comunicación, ya que la mediación de la ideología entre el lugar de la comunicación y el de las condiciones de su interpretación conlleva a que todo lenguaje no sea más que la elección de estrategias discursivas que hacen que todo lenguaje sea comunicación de determinados contenidos a transmitir, de ciertas formas de expresarlos y de búsqueda de particulares efectos de sentido. Por lo mismo, si debido a estas mediaciones no hay leguaje inocente ya que la información no logra ser totalmente transparente, más que dudar de la utilidad de la producción diaria de los medios de comunicación impresos como fuente para la construcción de la historia inmediata, lo que se requiere es controlar la producción de sentido [Charaudeau, 2006]11 manifiesta a través de sus diferentes lenguajes. Ferdinand de Saussure ( 2003). Curso de lingüísitica general. Buenos Aires. Lozada. Emile Benveniste (1994). Problemas de lingüística general. México, Siglo XXI Editores. 9 Patrick Charaudeau (2003). El Discurso de la Información. La construcción del espejo social (2003). Barcelona. España. Gedisa. 10 Idem. 11 Patrick Charaudeau (2006). Discurso Político. Sao Paulo. Brasil. Editora Contexto. 7 8 / 107 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI Parte de lo mismo es el tratamiento del segundo aspecto anteriormente mencionado: la temporalidad. Más que recuperar aquí la discusión en torno al tiempo, noción que para la historia inmediata requiere aun mayor precisión, consideramos, no obstante, necesario señalar que para el caso del tiempo de los acontecimientos mediáticos impresos, éste, por un lado, sólo parcialmente es una variable independiente en la medida en que su vigencia está acotada al día del periódico; es un tiempo con vigencia preestablecida por una medida particular y acotada de novedad que estructura cotidianamente cada periódico; limitado a lo cotidiano efímero de la nota; condicionado al inicio y conclusión de su construcción y al espacio impreso a ésta destinada. Por otro lado y agregado a lo anterior, no es único sino que está inscrito en la pluralidad de tiempos distintos construidos socialmente, cuyos sentidos resultan de las relaciones que los producen, en diferentes ámbitos de la realidad y como parte contradictoria del todo [Valencia, 2007].12 Lo anterior, en relación con la utilización de los acontecimientos mediáticos impresos como fuentes para la construcción de la historia inmediata, implica determinar los protagonistas, las estancias temporales e espaciales y las implicaciones sociales que dan visibilidad a cada acontecimiento para que su aparente condición estable, individual y aislada, de lugar a su recuperación en la totalidad; en su dimensión de proceso; en sus tiempos reales; en cada coyuntura o serie histórica; de corta o larga duración; que puede ser tanto continuidad como ruptura; tanto posibilidad como inestabilidad o caos; tanto pasado como presente, pero pasado y presente cargados de potencialidades de futuro [Bertussi, 2005].13 Guadalupe Valencia García (2007). Entre cronos y kairós. Barcelona. Antropos. Guadelupe Teresinha Bertussi (2005). “Cronica del año tres”. (Coord). Anuario educativo mexicano: visión retrospectiva. 9 p. México. D.F. Universidad Pedagógica Nacional e Miguel Ángel Porrúa. 12 13 108 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... Por tanto, es el trastrocamiento del tiempo fijado en el acontecimiento periodístico escrito que posibilita a la historia inmediata cuestionar lo supuestamente conocido, llenar vacios de conocimientos sobre aspectos de la realidad poco abordados, aun no investigados o indeterminados. En otras palabras: que hace indispensable el análisis de la realidad desde la perspectiva de la historia inmediata. Pero ello conlleva todavía, en este caso, la exigencia de reemplazar las características situacionales e enunciativas del discurso periodístico escrito [Charaudeau, 2003]14 por las del discurso de la historia inmediata. Noticias impresas: fuentes para la historia inmediata En los últimos años, algunos medios de comunicación impresa vienen siendo cada vez más imprescindibles como fuentes para la construcción de la historia inmediata de México, en el contexto de la llamada “guerra” contra el narcotráfico. No sólo porque permiten de manera cotidiana ubicar y mantenerla en su perspectiva histórica sino que además, ante datos oficiales insuficientes, imprecisos y contradictorios sobre la misma [La Jornada, 2011]15 se han convertido en fuentes confiables para la ciudadanía para enterarse sobre lo que está ocurriendo en el día a día en su entorno y en el país. Sobre estas situaciones atestiguan algunos resultados de la presente investigación iniciada en el año 2010. A partir del dato de que en el año 2009 el incremento total en las noticias publicadas sobre el campo educativo [Bourdieu]16 en 38 periódicos nacionales on line, fue de 5,176 en relación con 2008 Patrick Charaudeau (2003). El Discurso de la Información. La construcción del espejo social (2003). Barcelona. España. Gedisa. 15 Pierre Bourdieu (1990). Sociología y cultura. México. Grijalbo. 16 La Jornada (2011). México. 14 de enero. 14 / 109 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI (43,486 y 38,316, respectivamente), nos preguntamos por las posibles razones de estos hechos, o por los acontecimientos mediáticos que lo generaron. Y, para construir algunas explicaciones a estas indagatorias iniciamos una amplia investigación de la cual este ensayo es uno de sus frutos [Bertussi, 2011].17 Sus antecedentes se enmarcan en la investigación que desde el año 2000, venimos desarrollamos sobre los problemas del campo educativo mexicano a partir de su identificación en los acontecimientos que sobre los mismos construyen cotidianamente, año con año, cerca de 40 periódicos impresos on line del país.18 Entre sus resultados pudimos constatar que el mencionado incremento también se debe a que, entre las noticias sobre el campo educativo, tomamos en cuenta no sólo las que se refieren a los acontecimientos vinculados al sistema educativo, sino además las que involucran algunos de sus sujetos o posibles sujetos como los niños, adolescentes, jóvenes, maestros, directivos y trabajadores, quienes en los últimos años han sido progresivamente involucrados o víctimas del narcotráfico, de la violencia y de la violación de sus derechos humanos. Lo anterior fue lo que nos motivó a analizar aspectos de la producción de sentido que construyen sobre la “guerra” al narcotráfico algunos medios impresos de comunicación. Para ello elegimos, por un lado, los siguientes criterios: 1. Educación (en el sentido de campo) como el elemento de control; 2. Narcotráfico; 3. Violencia, y 4. Derechos humanos. Por otro, a partir de Este ensayo es parte de la investigación más amplia: “Guerra contra el sobre narcotráfico en México: discurso, derechos humanos y educación” que desde el inicio de 2010 desarrollamos en el Proyecto: Historia del Presente de la educación en México”, en la Universidad Pedagógica Nacional. En el IV Encuentro Nacional Análisis del Discurso de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso, realizado en la ciudad de Puebla en octubre de 2010, presentamos la ponencia: “Guerra contra el narcotráfico en México: balas y discursos”. 18 http://anuario.upn.mx 17 110 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... la identificación de los periódicos que en 2008 y 2009 publicaron el mayor número de acontecimientos mediáticos sobre el campo educativo, seleccionamos, según orden alfabético, como fuentes: El Universal, La Jornada, Milenio Diario y Reforma. El periodo seleccionado para la realización de la presente investigación fue el mes de marzo ya que en éste, a diferentes de los demás meses del año, no ocurre ninguno de los acontecimientos estructurales que regularmente inciden en el incremento o reducción de las noticias sobre el campo educativo nacional.19 Nos interesa averiguar, por un lado, la magnitud de la “guerra” al narcotráfico mediante la construcción de sentido que sobre los criterios seleccionados hacen las fuentes mencionadas; por otro, mediante algunos géneros periodísticos utilizados y de elementos semióticos que marcan su localización en el espacio gráfico, manifestaciones de la ideología de los mismos. La metodología utilizada es, por un lado, de tipo cualitativa, empleada en la construcción sintética de aspectos de la historia inmediata de la referida guerra -contexto, razones, impactos y controversia- mediante la investigación en medios impresos de comunicación y en otras fuentes, así como desde el enfoque de la pragmática en la identificación de algunas marcas (criterios, géneros y espacios) de la construcción de sentido construida sobre ella en el universo analizado [Villaça, 1998, 2011].20 Los eventos estructurales regulares del campo educativo son: enero y febrero, reinicio de clases en todo el sistema educativo nacional; febrero y mayo, renegociaciones de los contratos colectivos de trabajo en las universidades públicas de todo el país y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con la Secretaría de Educación Pública SEP); abril, vacaciones de las semanas Santa y de Pascua; julio y agosto vacaciones e reinicio de clases en todo el sistema educativo nacional; septiembre-diciembre, definición del presupuesto nacional y del destinado a la ciencia, tecnología, educación (SEP y Universidades públicas) y cultura; diciembre, conclusión del año lectivo en todas las instituciones del sistema educativo nacional. 20 Ingedore Villaça Koch, 1998. O texto e a construção dos sentidos. Contexto. São Paulo. 19 / 111 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI Por otro lado, es de tipo cuantitativa, utilizada tanto para dar cuenta de parte de su magnitud y de algunos de sus impactos a través de la cantidad de registros sobre el sentido que a partir de los criterios definidos, construyen las fuentes seleccionadas en el tiempo establecido; como para destacar, a través de cantidad de géneros periodísticos en que el sentido de los referidos criterios son construidos y de algunos espacios gráficos a ellos destinados, aspectos ideológicos de los medios analizados. Corren balas y noticias Uno de los primeros actos del presidente Felipe Calderón al iniciar su gobierno en diciembre de 2006, fue declarar la “guerra” al narcotráfico, medida que ya había anunciado durante su campaña [Reforma, 2011]21 y cuya estrategia consistía en desmantelar y eliminar las actividades y la economía asociada y derivada de la producción, circulación y consumo de “ciertas substancias seleccionadas como drogas” [La Jornada, 2010]22 o narcóticos y considerados ilícitos en el territorio nacional. Para librarla convocó al conjunto de las fuerzas de seguridad nacional integrado por la Secretaría de la Defensa con sus tres armas: Ejército, Marina y Aviación, así como a la Procuraduría de la Defensa Nacional de la República constituida por las policías federal, estatal y municipal. La presencia de actividades relacionadas con lo que hoy día se denomina narcotráfico no es nueva en el país, pues hasta las primeras décadas del siglo XX era legítimo el consumo de sustancias elaboradas con base en la marihuana (Canabis sativa), el opio (Papaver roheas) y la cocaína (Bensoil-metilecgonina) con fines medicinales, industriales y alimenticios, Reforma, 2011. México. 13 de enero. La Jornada, 2011. México, 27 de septiembre. 21 22 112 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... por lo que eran expendidas en farmacias y tlapalerías. Según registros históricos, hasta entonces en México se importaban toneladas de estas sustancias que de manera progresiva inmediata, pasaron a ser cultivadas y producidas aquí, inicialmente en Durango, Sonora y Chihuahua, región conformada por el llamado desde entonces “triangulo dorado”, pero igualmente en los estados de Sonora y Michoacán [Andrade, 1999]23 y [Astorga, 2005].24 Sin embargo, desde finales del siglo XIX y concomitante a estos procesos, el Estado mexicano empieza a establecer dispositivos para reglamentar, restringir y controlar las referidas actividades, llegando a considerarlas totalmente ilegales en la medida que, presionado por los gobiernos de Estado Unidos de América del Norte (USA) para controlar el ingreso y el mercado de las mismas a su territorio, participa, es contraparte y signatario de la Conferencia de Shangai (1909), de la Convención Internacional de Opio de la Haya (1911 y 19912)25 y de otros instrumentos internacionales y bilaterales de cooperación establecidos con estos propósitos desde entonces como el Plan Mérida, (México y Estados Unidos), vigente desde el inicio de la década pasada. Es en este marco que los operativos policíacos y militares para el combate a dichas drogas y a los negocios del narcotráfico pasan a ser acciones regulares de todos los gobiernos que las intensifican, sobre todo a partir de los inicios de la década de 1980, y son condensadas y diversificadas en la “guerra” al narcotráfico que en sus casi cuatro años ya ha involucrado cer José Alfredo Andrade Borges (1999). Historia secreta del narcotráfico: desde Novalato vengo. México. Océano Luís Astorga, (2005). El siglo de las drogas. El narcotráfico del Porfiriato al nuevo milenio. México. Plaza y Janéz. 25 http://red-crucero.com/2010/05la-evolución-del-narcotráfico-en-México consultado en 11 de octubre de 2010. 23 24 / 113 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI ca de 95 mil efectivos del Ejército [Reforma, 2010]26 que se enfrentan a más de una decena de cárteles que mantienen más de medio país bajo su poder [Proceso, 2010];27 que ha ocasionado 34,612 muertes [Reforma, 2011];28 más de 3 mil desaparecidos [Hernández, 2010],29 miles de heridos y significativas pérdidas económicas [Reforma, 2010 y La Jornada, 2010],30 sociales [La Jornada, 2010],31 políticas [La Jornada, 2010],32, institucionales [La Jornada, 2010],33 educativas [Flores, 2010]34 y culturales [Reforma, 2010]35 en todo el país. Toda esta estela de destrucción que para muchos tiene ya el perfil de una guerra civil [Reforma, 2010],36 es consecuencia de la disputa entre cárteles globalizados y el Ejército mexicano por el control de territorios en los cuales, según un informe reciente de Global Financial Integrity (GFI), trafican estupefacientes; personas; diamantes; gemas de color; petróleo; propiedad intelectual; joyas arqueológicas y oro, generando anualmente 371 mil y 860 millones de dólares [Excélsior, 2011].37 El costo social de la información que circula De hacer visible y dar cuenta de las modalidades, impactos y desdoblamientos de esta “guerra” se han encargado también los medios masivos de comunicación impresos del país, tarea Reforma, 2010. México, 9 de septiembre. Proceso. Semanario de Información y Análisis, 2010. México, núm. 1773, 24 de octubre. Reforma, 2010. México. 22 de octubre de 2010. 29 Luis Hernández, 2010. “Cifras alegres”. La Jornada. México. 31 de agosto. 30 Reforma, 2010. México. 22 de octubre y La Jornada, 2010. México. 26 de agosto. 31 La Jornada, 2010. México. 26 de agosto y Reforma, 2010. México.8 de septiembre. 32 Reforma, 2010. México. 9 de septiembre. 33 La Jornada, 2010. México. 2 de septiembre. 34 Javier Flores, 2010. La Jornada. México. 30 de marzo. 35 Reforma, 2010. México. 9 de septiembre y La Jornada, 2010. México 30 de agosto. 36 Reforma, 2010. México. 8 de septiembre. 37 Excélsior, 2011. México, 9 de febrero. 26 27 28 114 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... que para algunos ha significado literalmente estar y trabajar en medio de la misma. Y, en situación de guerra, los medios también sufren daños materiales, sus periodistas y trabajadores se quedan expuestos y, muchas veces, por su labor informativa en situaciones de cobertura peligrosa o combate, son blancos del fuego cruzado, arriesgan y sacrifican sus vidas como informadores o corresponsales. Situaciones todas ellas que acaban perdiendo visibilidad entre los efectos y víctimas de lo que las autoridades llaman eufemísticamente “daños colaterales”. En esta situación se encuentran algunos medios masivos de comunicación impresos y electrónicos locales y nacionales en México [Rascón, 2010],38 que en todos estos años de la guerra al narcotráfico [Flores, 2010]39 han perdido periodistas y trabajadores asesinados y desaparecidos, y otros que han sido secuestrados o amenazados. Si bien todas estas formas de violencia hacia medios y profesionales de la comunicación no son nuevas ya que en los últimos 10 años han sido asesinados 64 periodistas en el país [Quintanilla, 2010],40 se han incrementado significativamente desde 2006, bajo el gobierno del presidente Felipe Calderón [Garrido, 2010],41 periodo en que fueron asesinados 22 periodistas [Reforma, 2010].42. Sólo en el año 2010, 12 periodistas de ocho medios de 19 estados de la República han sido asesinados [La Jornada, 2010],43 11 están desaparecidos y 64 han sufrido otros actos de violencia.44 Esta realidad que para muchos vence a las palabras, como señala el reconocido pe Marco Rascón, 2010. La Jornada. México. 30 de marzo de 2010. Víctor Flores Olea, 2010. La Jornada. México. 29 de marzo. 40 Víctor M. Quintanilla, 2010. La Jornada. México. 3 de septiembre. 41 Luis Javier Garrido, 2010. México. La Jornada. 3 de septiembre. 42 Reforma, 2010. México. 9 de septiembre. 43 La Jornada. México. 21 de septiembre. 44 http://www.cronica.com.mx7nota.php?id_nota=477627, consultada el 22/11/2010 38 39 / 115 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI riodista Granados Chapa [Granados, 2010],45 hace que México sea considerado como el país americano más peligroso para la prensa [Público, 2010].46 A lo anterior hay que agregar los daños y las amenazas de los cárteles al patrimonio y a la libertad de expresión y de comunicación [La Jornada, 2010],47 como las sufridas en las instalaciones y la pérdida de dos periodistas por el periódico El Diario, de Ciudad Juárez [La Jornada, 2010; Reforma 2010].48 Hechos que lo han llevado a publicar el controvertido editorial “¿Qué quieren?” en el cual acusa al gobierno por no proteger las garantías fundamentales -la vida y la aplicación de la leyde los ciudadanos y de los periodistas e interpela a los narcotraficantes sobre lo que buscan con estas acciones. En este contexto también hay que agregar, por un lado, el descaso en la procuración de justicia por parte del gobierno y sus instituciones jurídicas para esclarecer y punir las agresiones que vienen sufriendo los medios y sus trabajadores, así como para protegerlos. Situación que viven igualmente otros sectores de la sociedad, como parte de las precarias condiciones de la democracia en el país. Por otro, las constantes críticas, reproches y presiones por parte del presidente Felipe Calderón y de sectores oficiales que tratan de descalificar el trabajo de los medios, acusándolos de no divulgar los éxitos de su gestión y de responsabilizarlos por la construcción de la falsa concepción que tiene inmediata. La ciudadanía sobre el fracaso de la “guerra” al narcotráfico [La Jornada, 2010].49 Además de que los incitan y convocan para Miguel Ángel Granados Chapa. Reforma. 15 de agosto. Público Internacional, 2010. Madrid. 26 de agosto. 47 La Jornada, 2010. México. 3 de marzo de 2010. 48 La Jornada, 2010. México. 31 de marzo y 21 de octubre y Reforma, 2010. 21 de octubre. 49 La Jornada, 2010. México. 19 de junio. 45 46 116 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... ser factores coadyuvantes en la erradicación del crimen [La Jornada, 2010]50 con el afán disfrazado de controlarlos, acotar e imponer modalidades, enfoques y lenguajes oficiales al labor de los mismos. Sin embargo, pese a todo lo anterior, como señala Víctor M. Quintanilla, en esta coyuntura de violencia los medios y particularmente la prensa en sus diversas formas, ha reafirmado y adoptado nuevas funciones sociales como son: “1) visibilizar lo que los poderes fácticos o institucionales se empeñan en ocultar: el dolor y la destrucción generada por aquellos; la colusión de unos y otros, los datos de los terribles efectos de esta guerra: asesinatos, secuestros, violaciones, incendios, exilios… 2) cuestionar las versiones oficiales: los verdaderos alcances de las estrategias de seguridad públicas, el nivel de la corrupción y la colusión de servidores públicos, los fracasos de los operativos… 3) ofrecer el punto de vista de las víctimas: de las familias de las mujeres asesinadas o desaparecidas, de los torturados o aprendidos injustamente; de quienes sufren el terror de los levantones, extorsiones y secuestros.” [Quintanilla, 2010].51 En la medida que el gobierno siga considerando que es acertada y mantenga la estrategia bélica que muchos llaman “su guerra antinarco” [La Jornada, 2010],52 ésta seguirá ocupando parte de las actividades y de los espacios gráficos de los medios masivos de comunicación impresos mediante la construcción del sentido que hacen de la misma a través de lo nuevo que tanto pueden acontecimientos mediáticos que ya habían sido referidos anteriormente pero que se siguen prolongando en el tiempo por medio de algo nuevo; como de lo 50 51 52 Idem. Víctor M. Quintanilla, 2010. La Jornada. México. 3 de septiembre. La Jornada, 2011. México. 4 de febrero. / 117 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI imprevisible o de lo estrictamente nuevo que supone es desconocido del público [Charaudeau, 2008]53 y que, por tanto, debe ser divulgado. En medio de estas vicisitudes, ¿cómo algunos los medios de comunicación impresos han construido los acontecimientos sobre la “guerra” al narcotráfico? La guerra en algunos medios impresos de comunicación Las posibles respuestas a la pregunta anterior pasan también por la consideración de los numerosos datos de los cuadros mostrados más adelante, los cuales informan inicialmente sobre aspectos de la magnitud de la “guerra” al narcotráfico, que pueden ser contrastados con la magnitud de los dados sobre educación. Posteriormente sobre aspectos del perfil ideológico de las fuentes analizadas de acuerdo con las modalidades que eligen para construir el sentido de la misma en énfasis a alguno de los criterios establecidos, en los géneros periodísticos que los aborda, así como en los lugares y espacios gráficos que les dedican, a través de: - Cobertura de la “guerra” al narcotráfico y perfil de las fuentes Patrik Charaudeau, 2008. Linguagem e discurso modos de organização . São Paulo. Editora Contexto. 53 118 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... Cuadro I Total de notas en periódicos según criterios en el mes de marzo de 2010 en México Periódicos ElLa Criterios UniversalJornada MilenioReformaTotal Narcotráfico 394 277 373 378 1,422 Violencia 136 204 108 356 804 Derechos 397 414 327 240 1,378 Humanos Total 927 895 808 974 3,604 Cuadro II Total de notas sobre educación en periódicos en el mes de marzo de 2010 Criterios Educación Periódicos ElLa UniversalJornada MilenioReformaTotal 106 164 78 112 460 La sistematización de los datos de los cuadros anteriores permite afirmar que: 1. Durante los 31 días del mes de marzo de 2010 según el criterio que cada fuente priorizó para construir de su sentido de la “guerra” al narcotráfico, ésta generó 3,604 notas periodística y 460 sobre educación. 2. Este total varía en las referidas fuentes, siendo los periódicos Reforma con 974 y Milenio con 808, los que presentan / 119 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI mayor y menor cantidad de notas; mientras que La Jornada y Milenio con 164 y 78, respectivamente, los que presentan mayor y menor cantidad de notas sobre educación. 3. El mayor número de notas sobre el criterio narcotráfico corresponde al periódico Milenio con 394, sobre violencia al Reforma con 356 y sobre derechos humanos a La Jornada con 414. 4. El menor número de notas sobre el criterio narcotráfico corresponde al periódico La Jornada con 277, sobre violencia al Milenio con 108 y sobre derechos humanos al Reforma con 240. - Géneros periodísticos Cuadro III Total de notas según criterios, géneros y periódicos en marzo de 2010 en México El Universal Nota Criterios ArtículoInformativaEditorialLectorTotal Narcotráfico 58 265 5 19 347 Violencia 8 92 2 16 118 Derechos 52 271 6 20 349 Humanos Total 118 628 13 55 814 120 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... La Jornada Nota Criterios ArtículoInformativaEditorialLectorTotal Narcotráfico 34 207 4 2 247 Violencia 9 160 1 5 175 Derechos 28 324 6 29 387 Humanos Total 71 691 11 36 809 Milenio Nota Criterios ArtículoInformativaEditorialLectorTotal Narcotráfico 65 237 0 3 305 Violencia 10 79 0 0 89 Derechos 45 227 0 6 278 Humanos Total 120 543 0 9 672 Reforma Nota Criterios ArtículoInformativaEditorialLectorTotal Narcotráfico 35 286 0 19 340 Violencia 9 301 0 16 326 Derechos 15 188 0 20 223 Humanos Total 59 775 0 55 889 / 121 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI El examen de los datos sobre la frecuencia de los géneros que eligen prioritariamente las fuentes analizadas para construir el sentido de cada criterio referente a la “guerra” al narcotráfico como acontecimiento mediático, permite afirmar que: 1. El género nota informativa es el que cuenta con mayor número en todos los criterios y en todas las fuentes. 2. El periódico Milenio con 324, es el que construye en este género el mayor número de acontecimientos mediáticos sobre narcotráfico; Reforma con 301 sobre violencia, y los periódicos El Universal y La Jornada con 271 y 324, respectivamente, sobre derechos humanos. 3. En artículo (artículo firmado) los criterios narcotráfico seguido por derechos humanos son los que tienen mayor cantidad en todos los periódicos: narcotráfico y derechos humanos: El Universal, 58 y 52; La Jornada, 34 y 28; Milenio, 65 y 45; Reforma, 35 y 15, respectivamente. El periódico El Universal es el que presenta el mayor número de artículos firmados sobre ambos criterios. 4. En el género editorial y sobre el criterio derechos humanos, los periódicos El Universal y La Jornada, con seis respectivamente, son los que construyen el mayor número de acontecimientos. 5. En el género cartas (cartas de lectores), los criterios derechos humanos y narcotráfico cuentan con el mayor número en las fuentes: El Universal, 20 y 19; Milenio, seis y nueve; Reforma, 20 y 19, respectivamente; el periódico La Jornada, con 19 y cinco sobre los criterios derechos humanos y violencia. Portada Otro aspecto que evidencia cómo las fuentes seleccionadas construyen el sentido de la “guerra” al narcotráfico es el 122 / “GUERRA” CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y LAS VICISITUDES... análisis del destaque que dan a los criterios establecidos sus aportadas, como pude ser constatado en el cuadro siguiente: Cuadro IV Total de criterios en Portada según periódico en marzo de 2010 en México Criterio en El La Portada Universal Jornada Milenio ReformaTotal Narcotráfico 35 14 39 34 122 Violencia 16 13 14 26 69 Derechos 39 16 28 14 97 Humanos Total 90 43 81 74 288 La sistematización de los dados arriba mencionados, permiten afirmar que las fuentes El Universal, 39 y 35; Milenio, 39 y 28 y Reforma, 34 y 26, respectivamente, construyen y dan destaque en espacios de sus portadas en mayor número a los criterios narcotráfico y violencia; mientras que La Jornada, con 16 y 14 sobre los criterios derechos humanos y narcotráfico. Las informaciones de todos los cuadros anteriores expresan, por un lado, la abrumadora magnitud y el interés en la construcción de sentido en cada uno y en el conjunto de los criterios y 3,604 de las fuentes analizadas sobre la “guerra” al narcotráfico en detrimento del criterio educación; que los criterios narcotráfico y derechos humanos concentran el mayor número de notas en todas las fuentes, en todos los géneros y espacios; que el periódico La Jornada, considerado ideológicamente de izquierda [Salgado, 2009],54 la enfoca prioritaria54 Va Salgado Andrade, 2009. México. Publicaciones de la Casa Chata. / 123 GUADELUPE TERESINHA BERRTUSSI mente desde la perspectiva de los derechos humanos, mientras que El Universal, desde la del narcotráfico y Reforma desde violencia, ambos periódicos considerados conservadores o de derecha [Salgado, 2009]. Por lo mismo, la pregunta que originó la presente investigación queda ampliamente demostrada en términos cuantitativos con la abrumadora diferencia entre el total de las notas referidas a la “guerra” al narcotráfico y a la educación en las fuentes analizadas. Desde luego que este análisis requiere ser profundizado con el necesario y detallado examen, aun desde la pragmática, sobre otros aspectos de la significación (lingüísticos) de las referidas notas, motivo de otra de nuestras investigaciones. A modo de conclusión Más que afirmaciones contundentes sobre la posibilidad de utilizar los medios impresos de comunicación como fuentes para la construcción de la historia inmediata, lo que tratamos de hacer en este ensayo es abrir vías para ello, llamando la atención sobre sus posibilidades y lo valioso que pueden resultar para este esfuerzo, pues los pequeños acontecimientos de cada día, tuvieron lugar alguna vez, y como señala Walter Benjamín, no deben darse por perdidos por la historia [Benjamín, 2008],55 pues la guerra al narcotráfico día a día allí sigue, como la falta de atención a la educación y, la población, los medios de comunicación, los periodistas y México siguen igualmente acosados por ella. Y, esta realidad, no es ajena a la historia inmediata. Walter Benjamín, 2008. México. Ítaca y Universidad Autónoma de la Ciudad de México. 55 124 / Una mirada a la alianza bolivariana desde la perspectiva del sistema-mundo* Daniele Benzi Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM y Universidad de la Calabria (Italia) [email protected] Crisis hegemónica y globalización Una caracterización abstracta, determinista, en muchos casos eufórica, frecuentemente ha presentado a la globalización como si estuviese ocurriendo (o hubiese ya ocurrido) en un vacío de poder, esto es, como el resultado de impulsos automáticos, y no menos enigmáticos, del mercado. (Saxe-Fernández; Delgado Ramos, 2004: 11) Tras el agotamiento de las fórmulas keynesianas de regulación social en los Estados de “bienestar” del centro; interrumpidas o, más a menudo, fracasadas las distintas variantes de “desarrollismo” en los países periféricos; y, finalmente, a raíz del colapso del bloque soviético, el neoliberalismo ha sido vendido como una nueva y única receta para los problemas del “desarrollo”. There is no alternative, nos repetía la Señora Thatcher, ocultando así lo esencial: el hecho de haber sido una estrategia global, eso sí, pero nacida con el preciso objetivo de restablecer la primacía de los Estados Unidos entrada en crisis, por diferentes razones, hacia finales de los años ‘60. En esta línea de reflexión, merece la pena recordar las palabras que Henry Kissinger pronunciara el 12 de octubre de 1996 frente a los estudiantes del Trinity College de Dublín: “Globalización es simplemente otro nombre para designar el dominio de los Estados Unidos”. DANIELE BENZI Desde la perspectiva de análisis del sistema-mundo, es posible aislar distintos factores que ayudan a explicar la naturaleza política de lo que McMichael (1996) ha eficazmente nombrado como el pasaje del “proyecto desarrollo” al “proyecto globalización”. Entre los más importantes habría que destacar los siguientes: la crisis productiva y comercial estadounidense contrapuesta a la total recuperación, hacia mediados de los ‘60, de Europa Occidental y de Japón, así como la intesificada competencia por parte de los países de reciente industrialización; la crisis del sistema monetario internacional; la del modelo energético; y, finalmente, la del modelo fordista de crecimiento nacional. Giovanni Arrighi, por su parte, presenta al neoliberalismo pura y sencillamente como una contrarrevolución del capital; un fenómeno que ha desplegado exitosamente una vehemente batalla contra los trabajadores del Norte y el Tercer Mundo en su conjunto. No obstante, pese al éxito momentáneo, los resultados han sido muy dispares. Siguiendo en este razonamiento al estudioso italiano, se puede resumir el panorama surgido tras la tormenta neoliberal (o la euforia globalizadora) de esta manera: En primer lugar, en los años ’90 los Estados Unidos lograron revertir el relativo declive de los ’60 y ’70, mas este revés ha sido enteramente compensado por el deterioro de la posición relativa de Europa del Oeste y del Sur y de Japón. En segundo lugar, en los años ’80 tanto África Subsahariana como América Latina experimentaron un declive aún mayor del que no se han recuperado todavía, seguidas en los años ’90 por un declive relativo igualmente significativo de la antigua Unión Soviética. En tercer lugar, los grandes ganadores han sido los países del Sureste asiático y Japón hasta 1990 y la India y la China en los años ’80 y 126 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... ’90, aunque los avances logrados por ésta han sido mucho más sustanciales que los de la India. (Arrighi; Zhang, 2009: 4-5, la traducción del inglés es mía) Es decir, la crisis que entre los ’60 y los ’70 puso fin al funcionamiento del engranaje capitalista que había dado vida a los “treinta años gloriosos”, ha marcado una paulatina reconfiguración de los centros, semiperiferias y periferias en la economía política y jerarquía de poder del sistema internacional. El historiador británico Eric Hobsbawm (2010) ha sintetizado en cinco puntos las diferentes tendencias que sustentan la hipótesis de una transición histórica de gran envergadura, tanto geopolítica como de las bases sobre las cuales se realiza la acumulación a escala mundial: 1. La crisis general del capitalismo internacional; 2. El paulatino desplazamiento del baricentro de la economía mundial del eje del Atlántico del Norte al Sur-Sureste asiático; 3. El clamoroso fracaso del intento estadounidense de mantener en solitario la hegemonía mundial después de 2001; 4. La aparición como entidad política de un nuevo bloque de países en desarrollo, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); 5. La erosión y el debilitamiento sistemático de la autoridad de los Estados: de los Estados nacionales dentro de sus fronteras y, en muchas áreas del planeta, de cualquier clase de autoridad estatal efectiva. Sin embargo, como se argumentará en seguida, pareciera que frente al debilitamiento, al menos en algunos casos, estaríamos asistiendo a una recuperación de dicha autoridad; y que, por paradójico que pueda aparecer, tanto los procesos de integración regional como la nueva cooperación Sur-Sur estarían jugando un papel importante en esta dirección. Por otra parte, se multiplican las señales de los que, en la perspectiva histórico-comparativa de Arrighi y Silver (2001: / 127 DANIELE BENZI 276), serían síntomas inequívocas de la crisis de un orden hegemónico, tales como la intensificación de las rivalidades interestatales, una mayor competencia entre las empresas, la agudización de los conflictos sociales y, last but not least, una expansión financiera a escala sistémica probablemente sin precedentes y al borde del colapso. A todos estos elementos, por último, desde luego hay que añadir el tema ambiental, que confiere a la actual crisis una dimensión inédita o, al menos, de proporciones antes desconocidas. La ya prolongada explotación y mercantilización del medio ambiente, aunada a la progresiva escasez de recursos naturales esenciales al desarrollo capitalista y patrón civilizatorio dominante, empujan a una renovada carrera de acaparramiento de tierras y recursos estratégicos no renovables a escala mundial. Las prácticas eficazmente bautizadas por David Harvey (2004) de “acumulación por desposesión” estarían prefigurando, entonces, también una reorganización geopolítica del territorio planetario sobre las bases de la “seguridad ambiental” y del acceso a estos recursos, estancando la cooperación interestatal en materia, y provocando conflictos y costos humanos y ambientales crecientes. “Lo único cierto – en palabras del geógrafo inglés– es que estamos en el medio de una transición fundamental del funcionamiento del sistema global y que hay una variedad de fuerzas en movimiento que podrían facilmente inclinar la balanza en una u otra dirección” (Harvey, 2004: 124). Y continúa: También sabemos que la trayectoria económica de Asia es clave, y que EUA todavía tiene dominio militar. Como lo señala Arrighi, esta es una configuración única. [...] EUA, cuya hegemonía durante el período inmediatamente posterior a la posguerra se basaba en la producción, finanzas y poder militar, perdió su superioridad productiva luego de 128 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... los ’70 y bien puede estar perdiendo su dominio financiero, quedándose únicamente con el poderío militar. (Ibidem) No obstante, a raíz de la cruzada emprendida por la administración Bush, junto al paulatino e incontenible derrumbe de los castillos financieros construidos para contrarrestar el declive de la economía “real” estadounidense, el proyecto reaccionario para un “Nuevo siglo americano” parecería ya cosa del pasado. Y la hegemonía yankee, convertida en una desastrosa tentativa de dominación global. (Arrighi, 2007) En efecto, tal como ha planteado recientemente Immanuel Wallerstein (2010: 40-41), la proclama de G.W. Bush acerca de una supuesta “misión cumplida” se ha vuelto, en un breve lapso de cinco años, en un “chiste rancio”. Expresiones como “caos sistémico” (Arrighi y Silver, 1999; Arrighi, 2007) o “desorden geopolítico masivo” (Wallerstein, 2010), reflejan muy bien la incertidumbre actual. Mundo multipolar, regionalismo estratégico y cooperación Sur-Sur La noción de un nuevo Bejing Consensus parece hasta la fecha realmente prematura, sin embargo Joshua Cooper Ramo (2004) puede afirmar acertadamente que: El Washington Consensus ha dejado un rastro de economías destruidas y amargos sentimientos alrededor del globo [...]. La nueva aproximación de China al desarrollo [...] se define por una viva defensa de los intereses y fronteras nacionales, y por una creciente [...] acumulación de instrumentos de proyección de poder asimétrico [...]. Mientras que los EUA están persiguiendo políticas unilaterales enderezadas a proteger los intereses de Estados Unidos, China está reuniendo los recursos para eclipsar a EUA en muchas / 129 DANIELE BENZI áreas esenciales de los asuntos internacionales [...]. (cit. en Arrighi; Zhang, 2009: 28, la traducción del inglés es mía) No se trata exclusivamente de la posición de China, aunque evidentemente esa nación juegue de momento un papel destacado. Países como India, Brasil, Rusia y Sudáfrica, así como el perfilarse de inéditas alianzas, bloques regionales y nuevos esquemas de cooperación Sur-Sur, más que en un improbable Bejing Consensus, hacen inclinar la mirada hacia un posible (pero meramente eventual) resurgimiento del espíritu de Bandung sobre nuevas bases. Por otro lado, al mismo tiempo y hasta la fecha, no podría excluirse alguna forma de cooptación parcial o total por parte de los países centrales de los grandes “emergentes” donde hoy día se concentra el grueso de la acumulación y liquidez mundiales, ni tentaciones reaccionarias globales o más bien localizadas regionalmente como las ocurridas en las últimas décadas. Las nociones de “imperialismo colectivo” (Amin, 2004) o de “multipolaridad opresiva” (Katz, 2009), que reemplazaría o simplemente se sumaría al imperialismo de la tríade, sustentan esta hipótesis. En este sentido, como se ha visto, hay señales contradictorias en el plano político y militar mas, sobre todo, en la esfera económica, pues, escasos elementos para intentar pronósticos que vayan más allá de las meras conjeturas. Lo que parece cierto, en todo caso, es que por más que cada uno de los países mencionados más arriba intente formas alternativas de abrir (o reabrir) espacios para una lenta y progresiva multilaterización de las relaciones e instituciones internacionales, ninguno de ellos parece hasta la fecha haber experimentado o querer experimentar cambios significativos más allá de la lógica capitalista: ni en los patrones de acumu130 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... lación y desarrollo dominantes (sobre todo en lo que se refiere al medio ambiente y a los modelos de consumo) ni en los mecanismos de democracia interna, liberal o “socialista de mercado”. Tal como resalta Alain Gresh (2008) desde las páginas de Le Monde Diplomatique: “Ninguno de estos Estados está animado por una ideología global, como lo estaba la Unión Soviética. Ninguno se presenta como un modelo alternativo. Todos han aceptado, en mayor o menor medida, la economía de mercado. Pero ninguno piensa en transigir con sus intereses nacionales”. La defensa del interés nacional y la “vuelta” del Estado como actor internacional estratégico y agente económico representan pues las verdaderas novedades, vislumbrándose, en palabras de Theotonio Dos Santos (2010: 43), “un nuevo sistema mundial que se regirá muy claramente por fuertes capitalismos de Estado”. “Durante este periodo de transición – añade el analista brasileño – las potencias continentales y las integraciones regionales jugarán un papel muy importante para organizar este nuevo sistema mundial” (Ibidem). La integración mediante la constitución de compactos bloques económicos, tan difundida hoy día a escala mundial, refleja indudablemente la búsqueda de respuestas eficaces a las incertidumbres que pone el desregulado avance de una globalización competitiva y asimétrica. En este sentido, se trata de procesos cualitativamente diferentes a los empezados en los años ’60 y ’70 bajo la misma etiqueta. Lo que da origen a esta nueva fase es “el salto registrado en la mundialización” que “induce a gestar bloques zonales en todo el planeta con propósitos defensivos u ofensivos” (Katz, 2008: XVI). Una actitud muy claramente reflejada, además, por la postura que adoptan las potencias occidentales, acrecentando las presiones para incorporar las regiones periféricas y/o emergentes en su área de influencia y expansión. A partir de los repetidos fracasos de / 131 DANIELE BENZI las negociaciones multilaterales en la OMC, este proceso ha conocido una aceleración aun mayor. Es en este contexto que Alfredo Guerra Borges (2009: 7-11) emplea la noción de regionalismo estratégico: un giro histórico insinuado desde los años noventa en que la integración regional se utiliza como instrumento para promover los intereses de las alianzas del estado y las empresas transnacionales para salir al paso del deterioro de su influencia en la economía mundial. El regionalismo estratégico no persigue el interés mundial sino el interés de su respectivo bloque económico; es toda forma de política económica internacional que tiene como objetivo establecer una relación de fuerza y ventaja comparativa en los mercados internacionales, apoyándose tras este objetivo en el regionalismo económico. Ésto, indudablemente, marca también un parteaguas histórico con la cooperación Sur-Sur de antaño. Tanto a nivel regional, en donde el énfasis está puesto en los distintos esquemas y mecanismos de integración, como interregional o multilateral global, en donde predominan ora las relaciones económicas y alianzas intercontinentales (como el IBSA o el grupo BRICS), ora la acciones coordinadas en los organismos internacionales (como el G20 o el G90), se asiste a un resurgimiento de la cooperación Sur-Sur hoy en día sustentada en la envidiable posición alcanzada por los “nuevos emergentes”. Es decir, una cooperación orientada mucho más pragmáticamente por intereses político-económicos que ideológicos. Como parte importante de ese programa, los así llamados países de “renta media” y, sobre todo, las nuevas potencias en ascenso, además de seguir siendo la mayoría de ellas receptoras de ayuda internacional, profundizan en el papel de “donantes emergentes”, 132 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... por lo demás asumido desde hace ya varias décadas, compitiendo o juntándose con los donantes tradicionales tanto bilateral como multilateralmente. Si bien en términos generales la cooperación Sur-Sur sigue siendo más conveniente para los países beneficiados frente a la Norte-Sur – pues se caracteriza por una mayor horizontalidad y consenso, sin condicionalidades políticas relevantes y bajos costes relativos – también es cierto que reproduce, y aceleradamente, algunos de los efectos perversos típicos del patrón Norte-Sur: intercambio desigual, dependencia económica y profundización de modelos primario-exportadores, desigualdad de beneficios dentro de los esquemas de integración regional, además de seguir en diversos casos las prácticas odiosas de la ayuda “atada” y ciertas formas de paternalismo en las relaciones políticas. Cabe recordar, en todo caso, que no se trata de algo totalmente nuevo. Ya a finales de los años ‘60 Ruy Mauro Marini (1969) acuñaba el concepto de subimperialismo para explicar estos fenómenos. Y con objetivos diferentes pero en la misma línea de argumentación, desde hace mucho Wallerstein (1974) emplea la categoría de semiperiferia en su análisis del sistemamundo capitalista. Ambas expresiones recobran hoy día mucha actualidad, pues “permiten captar el dinamismo contradictorio del capitalismo” que “periódicamente transforma las relaciones de fuerza en el mercado mundial” (Katz, 2009). Si tradicionalmente se ha incluido en el marco de la cooperación Sur-Sur no sólo a la ayuda y a la asistencia técnica, sino cualquier forma de colaboración económica y las corrientes comerciales, las inversiones productivas y financieras (públicas y privadas), etc., parecería haber llegado la hora para una profunda revisión conceptual. / 133 DANIELE BENZI Algunas implicaciones para América Latina La crisis que el subcontinente vivió en las últimas tres décadas constituye parte esencial de la más amplia transformación que el sistema capitalista ha experimentado a escala mundial. La estrategia dominante de reestructuración emprendida desde la mitad de los ’70 ha encontrado en la región, cómplices la represión de las dictaduras militares y la trampa de la deuda, su cuna y un laboratorio privilegiado de experimentación. El resultado de este proceso ha significado para Latinoamérica una renovada fase de apertura y cada vez más estrecha integración a la estructura productiva, comercial y financiera mundiales. De ningún modo, sin embargo, se ha dado una recuperación del crecimiento económico que no haya sido en seguida interrumpida por crack financieros, o una mayor estabilidad política y más equitativa redistribución de la renta, y menos que nunca ambas. Al contrario, tras casi treinta años de distintas etapas marcadas por el neoliberalismo, el balance general es crítico y bien documentado por los innumerables relatos del “saqueo” y las cifras, sobre indicadores socioeconómicos, despiadadas. Como es bien sabido, sin embargo, ha ido madurando en este contexto un heterogéneo y masivo frente de oposición al neoliberalismo como doctrina económica y a sus herramientas de gobierno. En muchos países se ha ido evidenciando paulatinamente la fragilidad de los “pactos” de transición post-dictatorial y la debilidad del sistema tradicional de partidos que los habían negociado y representado, propiciando las condiciones para la puesta en marcha de diferentes proyectos políticos más o menos alternativos al “modelo”. Finalmente, el desprestigio en el que se hundieron las dos “gemelas de Bretton Woods” – FMI y BM – por su gestión inadecuada y nada neutral de la crisis de la deuda y la imposición de los planes de ajuste es134 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... tructural, ha puesto en primer plano reconsiderar su papel para el desarrollo de la región. En suma, subrayando lo esencial desde una óptica progresista, esto es, la emergencia de nuevos sujetos políticos y sociales (y el amplio abanico de posibilidades que entreabre esa situación), Julio Gambina (2008: 1-2) ha descrito muy eficazmente el panorama de los últimos años en estos términos: Son años de profundos cambios en la correlación de fuerzas sociales, políticas e ideológicas [...]. Pero aun siendo la dinámica social la condición necesaria de los cambios, no explica la totalidad de los mismos, pues el dato relevante proviene de la posibilidad política para que esa manifestación de poder popular incida en la gestión de gobierno para disputar el orden social, tanto local como global. Nuestra afirmación se vincula al hecho de que no todas las revueltas populares han significado mutaciones en la cuestión del poder y mucho menos en abrir paso a una política de modificación de las relaciones sociales de producción que apunten a eliminar el sustento social derivado de la explotación. El nuevo dato de la realidad regional resulta del surgimiento de nuevos sujetos políticos que empiezan a discutir y reorientar el rumbo del orden social vigente. Desde una perspectiva histórica más amplia, los últimos dos siglos de América Latina han sido profundamente marcados por la constante injerencia política, económica y militar de los EUA. La pretensión hegemónica de excluir la influencia de otros países manteniendo firme su propia es un hecho fácilmente constatable y determinante para la evolución del continente. La capacidad norteamericana de presión directa en el área se ha debilitado bastante en años recientes. Maniobras unilaterales y descaradas como las del pasado no deberían constituir / 135 DANIELE BENZI jamás una opción viable en el nuevo contexto latinoamericano. En repetidas ocasiones, los nuevos líderes han mostrado en sus relaciones con el vecino del Norte una solidaridad entre sí impensable hace sólo algunos años. No obstante, el activismo estadounidense sigue siendo muy agresivo. Frente a la incapacidad de proponer una alternativa a una opción comercial hemisférica única como el ALCA, hostigada firmemente por los movimientos populares y rechazada por aquellos gobiernos y grupos capitalistas que consideraron las condiciones establecidas desventajosas para sus países e intereses, los Estados Unidos contratacaron presionando a sus aliados para conseguir Tratados bilaterales de libre comercio (TLCs). Además, la tentación a una persistente penetración militar – a través de los planes supuestamente de lucha al narcotráfico y al terrorismo, la reactivación de la IV Flota, las maniobras en el Gran Caribe, etc. – así como el utilizo de todas las herramientas diplomáticas y de inteligencia a su alcance para desestabilizar los gobiernos no alineados, evidencian una presencia que sigue siendo muy fuerte. El golpe en Honduras, los nuevos acuerdos de cooperación y maniobras militares y la reocupación de facto de Haití tras el terremoto, ponen hoy día de manifiesto esta situación. En este sentido, parece muy aguda la intervención que John Saxe-Fernández hiciera en la edición de 2009 del Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo de La Habana: Al calor de esta crisis – dijo – muta la ecuación del poder mundial con un perceptible deterioro hegemónico de los Estados Unidos [...] en dos fundamentos de ese poder: el dólar y el Pentágono (la fuerza militar) [...]. El proteccionismo regional en curso, tipo Tratado Americano de Libre Comercio, se acentúa en el corto y mediano plazo. Se trata 136 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... además de regionalismos comerciales, monetarios y también de seguridad [...]. Es en este contexto de crisis y contradicciones, de vinculaciones y desvinculaciones, que es necesario tener presente la propensión de Estados Unidos a utilizar América Latina - no es un “patio trasero”, porqué es un concepto que no nos da la real dimensión de lo que es el asunto, es “reserva estratégica” - como plataforma de relanzamiento después de sus hundimientos militares en Eurasia. La cada vez más profunda dependencia estadounidense de los recursos naturales de la región, considerada desde hace tiempo un asunto de “seguridad nacional”, vuelve la advertencia del sociólogo mexicano aun más inquietante. Así, en efecto, tras un cuidadoso análisis de los documentos disponibles, Giancarlo Delgado Ramos (2010) evidencia que la “geopolitización de los recursos” y la “seguridad ambiental”, ambas prioridades estratégicas para los Estados Unidos, van de la mano con la penetración militar mencionada arriba. Es muy razonable, entonces, que diversos gobiernos de la región, particularmente los que se encuentran bajo amenaza directa por sus enormes reservas de petróleo, gas, minerales y biodiversidad; escaso alineamiento y “populismo de izquierda”, entretejan relaciones de cooperación militar y mucho más allá de lo militar cada vez más estrechas con actores internacionales estratégicos (China, Rusia, Iran, etc.). Finalmente, además del modo en que la política exterior estadounidense incidirá en los procesos latinoamericanos, al alba de una era post-neoliberal y quizás de un “siglo post-americano”, resulta imprescindible hacer referencia a la postura de Brasil, puesto que, como advierte Katz (2009), “Todo indica [...] que Brasil busca ocupar los espacios creados por la crisis de dominación estadounidense”, aunque sin chocar frontalmente con la primera potencia. La apuesta brasileña por un / 137 DANIELE BENZI sistema multipolar capitalista regido por las reglas del regionalismo estratégico, en el que América Latina (o el Cono Sur por lo menos) se constituya en uno de los polos de la nueva configuración geopolítica internacional, es explícita. Queda por ver como el gigante en ascenso ejercerá su liderazgo regional. Éste parecería un plausible marco de referencia para situar el rompecabezas de la integración latinoamericana; pues, a pesar del interés y pragmático activismo hacia los procesos integracionistas de los últimos años, el panorama actual aún se presenta “como un periodo de transición, sin modelos claros, un mayor grado de politización de las agendas y, como consecuencia, más dificultades para generar consensos” (Sanahuja, 2009: 24). Es decir, más allá de algunos importantes aciertos, la multiplicación de iniciativas a través de lo que se ha eficazmente nombrado como “Diplomacia de Cumbres” o “Sopa de letras”, no ha logrado hasta la fecha diseñar una visión estratégica y agenda regional de largo plazo realmente compartida. Más bien, la proliferación de siglas y acuerdos (complementarios, superpuestos, contradictorios o explícitamente en pugna) sigue siendo una característica relevante del área. No obstante, Sanahuja identifica también algunas tendencias claras y relevantes, tales como: 1. La primacía de la agenda política; 2. El retorno de una “agenda del desarrollo”; 3. Un papel reforzado de los actores estatales; 4. Una cooperación más intensa en ámbitos no comerciales y la aparición de una agenda renovada de paz y seguridad (que trata de limitar el papel de Washington en los asuntos regionales); 5. Una mayor preocupación por las asimetrías y la agenda social de la integración (con énfasis en los ODMs y especialmente en la “lucha” contra la pobreza); 6. Una mayor atención por las carencias en infraestructuras (tanto para la articulación de los mercados internos como, sobre todo, para facilitar el accesso 138 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... a mercados externos); 7. Mayor énfasis en la seguridad energética y búsqueda de complementariedades en este sector; 8. La búsqueda de fórmulas para promover la participación de la ciudadanía y de los movimientos sociales (si bien lo alcanzado queda muy lejos de lo deseable). La situación más conflictiva, no caben dudas, se manifiesta con respecto al modelo de desarrollo y, en consecuencia, de inserción internacional. Los intereses de los Estados, del sector privado y de los movimientos sociales, articulados o enfrentados entre sí, de ninguna manera parecen converger establemente. Las disyuntivas acerca de un patrón primarioexportador, de un modelo neodesarrollista, una combinación entre ambos o la búsqueda original de otras formas, alternativas, de “desarrollo”, están sobre la mesa. En este sentido, pareciera existir una especie de esquizofrenia entre la integración política, donde efectivamente se han registrado avances en términos de una mayor autonomía regional y donde se proclama la prioridad del “desarrollo interno”, y la propiamente económica, en la cual las estrategias dominantes tanto nacionales como de proyección regional replican, si bien con características nuevas, los modelos primario-exportadores del pasado, a menudo acompañados por un incipiente neodesarrollismo que, en cualquier caso, sigue en gran medida orientado hacia el exterior. Desde la perspectiva geopolítica y geoeconómica, la UNASUR (bajo liderazgo brasileño) y el Proyecto Mesoamérica (como área de influencia norteamericana y proyección estratégica hacia todo el eje del pacífico) parecen ser actualmente los grandes ejes articuladores de las propuestas políticas y de los esquemas subregionales de integración económica propriamente dichos. La Alianza Bolivariana, sin un perfil netamente claro todavía, está en medio. / 139 DANIELE BENZI Los acuerdos de libre comercio con los países del Sudeste Asiático y con los “nuevos emergentes”, además, sumándose a la proliferación de negociaciones y tratados de libre comercio Norte-Sur ya suscritos, complican aun más el tránsito de América Latina hacia la consolidación de su propio “regionalismo estratégico”. El ALBA al atardecer del neoliberalismo Tal como afirma Norman Girvan (2008: 1), “sin ignorar los elementos específicos y característicos, hay que considerar la Alianza Bolivariana como una manifestación del proceso de reconfiguración de las relaciones regionales e internacionales y de la economía mundial; un proceso marcado por el relativo declive del poder de los Estados Unidos y la emergencia de nuevos polos geoeconómicos de influencia” (la traducción del inglés es mía). Dicho eso, los “elementos específicos y característicos” mencionados por el analista jamaiquino, habría que buscarlos en las modalidades de cooperación Sur-Sur que promueve y en la manera en la que se inserta como organización en las dinámicas regionales. El ALBA se presenta básicamente como un mecanismo para conjugar aspectos relativos de cooperación internacional con elementos propios de la integración, considerando insuficientes las respuestas dadas por los tradicionales modelos para resolver los problemas estructurales originados en América Latina de la particular forma de inserción en la economíamundo capitalista, y exasperados por la globalización neoliberal: las asimetrías entre países y las disparidades dentro de ellos. Por otro lado, su objetivo es servir también como una herramienta de defensa y apoyo para los gobiernos que están ensayando proyectos de cambio frente a las agresiones internas e imperialistas. 140 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... Se trata, sin dudas, de un genuino proceso contrahegemónico, cuyo punto de arranque se halla tanto en la experiencia iniciada desde 1999 en Venezuela, epicentro y “motor” del proyecto, como en la crisis terminal del “regionalismo abierto” de los ’90, culminada en 2005 con el fracaso del ALCA. Un proceso contrahegemónico podría quedar ejemplificado como un recorrido a lo largo de tres fases consecutivas de resistencia y progresiva construcción de redes alternativas respecto a un modelo dominante, para culminar en la institución de nuevas políticas. El ALBA parece haber transitado exitosamente del momento de la resistencia, como proyecto regional alternativo al impulsado por los Estados Unidos – cuyos contenidos, sin embargo, quedaban en larga medida indeterminados - , a la construcción de redes alternativas – las relaciones bilaterales Cuba-Venezuela a las que se han sumado paulatinamente otros países - , moviéndose ahora lentamente hacia la institución de nuevas políticas. En todo caso, el tránsito de una fase a otra no es automático ni implica la superación o el agotamiento de las fases precedentes, de manera que los tres momentos se sobreponen e influencian recíprocamente en la dialéctica concreta entre los diferentes sujetos involucrados en el proceso de cambio. En su esencia, es un proyecto político connotado por un fuerte elemento ideológico y de ruptura – por lo menos así es de entender para los países mayormente comprometidos – pero inicialmente definido negativamente por el rechazo de la unipolaridad a guía estadounidense y la “utopía del mercado total” propia del neoliberalismo. En consecuencia, es un proyecto aún incierto tanto en los contenidos como imprevisible en la implantación y consolidación de las nuevas prácticas a instituir. En síntesis, un modelo embrionario en fase de definición, gestación y experimentación que, a partir de una coope/ 141 DANIELE BENZI ración integral y sin condicionamientos, trata de moverse hacia una integración alternativa. Un objetivo que en cierta medida recuerda la desconexión teorizada por Amin desde 1988 – concepto que por cierto aparece en el debate sobre el ALBA y de vez en cuando en los documentos oficiales de la organización - , que no se funda en un improbable e inverosímil repliegue autárquico, sino en la contraposición a los valores neoliberales de especialización, comercio competitivo y cooperación selectiva y vertical, de otros basados en la diversificación interna y complementariedad con el exterior, comercio justo, y cooperación integral y horizontal. Existe otro importante elemento que es preciso destacar. La Cumbre de Mar del Plata, en 2005, ha marcado el punto de máxima convergencia entre gobiernos de izquierda o centroizquierda y movimientos populares. A partir de ahí, más allá de la oposición común frente al ALCA, el difícil camino de articulación programática entre estos dos sujetos se ha vuelto mucho más empinado en todos los países. El ALBA ha sido y de momento sigue siendo el único mecanismo que, por lo menos a nivel de proyecto, trata de complementar/lidiar entre las dos instancias. Según afirma Estay (2008: 154), en efecto, “Esos dos componentes del actual escenario regional constituyen la principal base de interlocución del ALBA, y en los hechos el proyecto bolivariano ha dirigido hacia ellos los esfuerzos y acciones de su propuesta integradora”. Sin embargo – continúa - , “se trata de espacios claramente distintos de interlocución, por más que frente a situaciones específicas pueda haber confluencia entre ellos [...]” (Ibidem). Desde esta perspectiva, la novedad sustancial es que mientras por primera vez el tema de la integración ha sido incorporado en la agenda de los movimientos sociales, la Alianza Bolivariana se ha presentado desde su origen como un proyecto 142 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... para incorporar también esas demandas, presionando implícita y explícitamente para que otros esquemas hicieran lo mismo. En resumen, el ALBA nace para dar proyección regional, esto es, legitimidad, voz y mayor capacidad de negociación a la construcción de una alternativa económica y política al modelo neoliberal en la que están comprometidas al propio interno la República Bolivariana y la Bolivia del Movimiento al Socialismo, recuperando y valorizando en este camino los aspectos cualitativamente mejores producidos por la revolución cubana – la excelencia en campo médico y educativo, además de una larga trayectoria de cooperación Sur-Sur - , buscando activamente el apoyo de toda fuerza política y social que se reconozca plena o parcialmente en el proyecto e incluyendo, por primera vez, a los movimientos sociales. Desde otra perspectiva, la propuesta del ALBA, como propuesta eminentemente política, responde a los intereses de los actuales regímenes venezolano y cubano, a los que se agregan por afinidad ideológica y/o conveniencia económica otros países que destacan en el panoráma regional por los elevados niveles de pobreza y debilidad de las respectivas economías. Características y problemáticas esenciales La estrategia del ALBA se ha articulado alrededor de cuatro grandes ejes o pilares: 1. Energético, que representa la base del proyecto y su propuesta “fuerte” en el campo de la integración económica (Petrocaribe, Petroandina y un sinnúmero de convenios bilaterales siglados por Venezuela); 2. Social, es decir las acciones emprendidas conjuntamente por Cuba y Venezuela en sus respectivos países, en los demás países miembros y hacia terceros (Misiones sociales, Operación Milagro, etc.); 3. Económico-comercial, donde destaca el TCP (Tratado / 143 DANIELE BENZI de Comercio de los Pueblos) y los convenios de intercambio compensado, así como los proyectos y empresas Grannacionales; 4. Financiero, es decir, el Banco del ALBA y el SUCRE (Sistema Unitario de Compensación Regional) como parte de una nueva arquitectura financiera regional. Cada uno de estos ejes, cuyo análisis pormenorizado es imposible desarrollar aquí, presenta hasta la fecha niveles de concreción muy distintos, tanto en relación a los países y subregiones como al desarrollo de la organización. En suma, Antonio Romero (2010) señala como indicios de una integración alternativa los siguientes aspectos: 1. La cooperación en lugar de la competencia; 2. La priorización de la dimensión social de la integración; 3. La complementariedad y la transferencia de tecnologías; 4. El privilegio de formas de propiedad social (si bien hasta la fecha básicamente estatal); 5. La previsión del trato especial y diferenciado y del comercio compensado. Pese a estos importantes elementos de diferenciación respecto a otros esquemas, y más allá de los esfuerzos emprendidos por la intelectualidad militante del continente para respaldar teóricamente la construcción de una “integración alternativa”, el proyecto aún carece de elementos definitorios esenciales. A pesar de los importantes resultados logrados, el ALBA se encuentra todavía en una disyuntiva, debido a la incierta pero indudable transición histórica del sistema-mundo capitalista y a las características que están tomando concretamente los procesos nacionales de los países miembros. Es decir, una clave de lectura se halla en el punto exacto en el que se entrecruzan los proyectos nacionales con la proyección regionalista e internacional de la Alianza en esta fase de transición geopolítica y geoeconómica. En este sentido, es preciso analizar las disyuntivas y contenidos que dan cuerpo a la alternativa en su 144 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... totalidad, pues la característica de “alternativa” remite tanto a los procesos nacionales como al proyecto regional y proyección internacional de países que en principio declaran adherir y avanzar, cada uno a su manera empero con significativas influencias recíprocas, hacia el socialismo del siglo XXI. Desde esta perspectiva resulta evidente que los gobiernos del ALBA ya se enfrentan, y seguirán enfrentándose cada vez más en el futuro, a una serie de dilemas imposibles de eludir, tanto de manera individual como colectiva. ¿Qué alianzas estratégicas establecer con otros países, bloques, esquemas de integración, el gran capital privado (nacional y transnacional) y los movimientos sociales? ¿Cómo resistir a los ataques (internos y externos) sin perjudicar la calidad de los procesos democráticos apenas empezados? ¿Qué empresas y sectores es necesario u oportuno nacionalizar y qué alianzas se deben forjar con los agentes económicos internos de cada país? ¿De qué manera se puede garantizar la eficiencia productiva de la cual se habla en los documentos oficiales sin repetir los errores y las fallas de los modelos estatalistas del pasado? ¿Cómo compatibilizar un modelo de acumulación basado en los recursos fósiles y en fuentes de energía no renovable tomando en cuenta el respeto y la convivencia con la naturaleza en sociedades escasamente industrializadas y dependientes? ¿Cómo armonizar la exigencia de crear un excedente económico con la promoción de condiciones de trabajo digno en un terreno en extremo competitivo a nivel regional y mundial? ¿Cómo conciliar a mediano plazo las exigencias urgentes del presente (alta deuda social) con la planificación estratégica tanto en el interior de cada país miembro como en el espacio ALBA? Resumiendo, como han planteado Nicolás Maduro y Rodolfo Sanz (2007:59): / 145 DANIELE BENZI El reto del ALBA es diseñar y más aún, edificar en la realidad práctica un sistema de producción e intercambio entre las naciones que lo integran, que a pesar de estar obligado a convivir, quizás por un largo tiempo con el capitalismo globalizado, logre trascender la lógica de la acumulación – ganancia, y simultáneamente pueda sostenerse sin llegar al colapso. En torno a cuestiones como soberanía nacional y regional y antiimperialismo; estatismo y autonomía de los movimientos sociales y organizaciones de base; democracia y participación; neodesarrollismo, neoextractivismo y visiones de desarrollos alternativos o incluso alternativas al “desarrollo”; se articulan hoy de forma extremadamente compleja y contradictoria alianzas, convergencias, luchas y resistencias. Dentro de este marco, además, como sugieren Olvera y Chaguaceda (2010), habría que leer la tensión, a veces velada otras explícita, entre una izquierda tercermundista y nacionalista – sus bases conceptuales y modelos de organización estatal/partidistas – y el abigarrado movimiento altermundialista surgido sobre las cenizas del neoliberalismo. Cualquier discusión al respecto no puede obviar el tema del modelo político y de desarrollo que se quiere construir, incluyendo en el análisis no sólo aquellos elementos novedosos y positivos que presentan estos procesos, sino también los rasgos que han caracterizado y aún persisten en los tres países mayormente comprometidos con el proyecto del ALBA, reflejándose en su proyección regional: el rentismo clientelista en Venezuela, la estructura dependiente y neocolonial de la política y economía bolivianas, las taras del sovietismo en la revolución cubana. La oscura sombra de un patrón extractivo y primarioexportador, combinándose con nuevos imaginarios desarrollistas, se entrevé además como la otra cara de un proyecto 146 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... emancipador que lucha en pos de otro modelo civilizatorio – el “buen vivir” - generando cada día más tensiones y conflictos. Neoextractivismo, estatismo y políticas sociales en el ALBA-TCP Todas las críticas que desde la izquierda se vislumbran hacia la Alianza Bolivariana se mueven alrededor de esos dos grandes temas: el patrón de acumulación y desarrollo por un lado, y el modelo político que se está implementando en los países miembros por el otro. Los trabajos de Lander (2010), Gudynas (2009; 2010) y Acosta (2010) entre otros, muestran con claridad que la prioridad para países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, por ejemplo, es poner en marcha estrategias viables de salida a lo que la literatura ha bautizado como “enfermedad holandesa”, “maldición de los recursos naturales”, “paradoja de la abundancia”, “crecimiento empobrecedor”, “maldesarrollo”, etc. Es decir, coherentemente con lo que dicen las respectivas constituciones y se proclama en el discurso oficial del ALBA, estos gobiernos deberían preparar las condiciones para una transición no traumática hacia una economía post-extractiva y “exportadora de naturaleza” que, más allá de algunas ventajas en el corto plazo, genera importantes distorsiones económicas y altos costos políticos, sociales y ambientales. Acosta y Shuldt (2006: 81) sugieren que “todas las evidencias históricas señalan lo mismo: a la larga, la exportación de materias primas no renovables tiende a «desarrollar el subdesarrollo»”. Y esto, continúan los autores, “no es culpa exclusivamente del imperialismo, ni del Fondo Monetario Internacional, ni de la posesión de riquezas naturales, ni de las empresas mineras o petroleras. El problema radica en los gobiernos, los / 147 DANIELE BENZI empresarios e incluso la ciudadanía de nuestros países subadministrados [...]” (Ibidem). La síndrome (e inercias) del “Estado mágico”, con capacidad de desplegar una cultura paternalista y del milagro, según el brillante análisis de Fernando Coronil (2002) para el caso venezolano, conlleva, además, perniciosas implicaciones políticas y sociales. La debilidad de las instituciones democráticas, los elevados niveles de corrupción, las prácticas clientelares y patrimonialistas y una mentalidad rentista difusa, son todos elementos en mayor o menor medida presentes en estos países. (Acosta, 2010) El dato preocupante es que hasta la fecha no sólo ha habido escasas señales por parte de estos gobiernos para abandonar las sendas del “maldesarrollo”, sino que, siguiendo el trend regional, todo indica un incremento de las prácticas extractivas como eje de acumulación, configurando lo que Gudynas (2009) ha bautizado “neoextractivismo progresista”, cuyas características analiza en “diez tesis urgentes” de imprescindible lectura. En el marco del ALBA, la predilección por los megaproyectos (refinerías, oleoductos e infraestructura para el trasporte), acompañada con amplios programas sociales, muestra claramente la continuidad existente entre las diferentes realidades nacionales. Aquí interesa destacar el círculo perverso que se da entre la mayor captación estatal de la renta generada por los sectores extractivos y el financiamiento de programas sociales, que deriva en una revaluación del extractivismo, considerado indispensable para el “combate” a la pobreza y la promoción del “desarrollo”. La docente cubana Lourdes Regueiro (2008: 325) ha señalado que: “En estos momentos, los pilares del ALBA están más asentados en la redistribución social regional de la renta 148 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... petrolera venezolana [...] que en estructuras económicas”. Sin embargo: Un modelo alternativo debe trascender las políticas distributivas. Requiere construir la base económica que garantice la satisfacción de las necesidades del proceso de acumulación y permita ampliar y profundizar las políticas sociales. A su vez, el proceso de acumulación pone límites a las políticas distributivas, que no pueden irse por encima de la capacidad del sistema de sostenerlas, reproducirlas y ampliarlas. En segundo lugar, si bien exista un consejo de movimientos sociales del ALBA, se trata de una cooperación que sigue centrada en los Estados. Eso es el reflejo de la tensión presente en los procesos nacionales y en las relaciones diplomáticas con otros países. Mientras que inicialmente se habían dado pasos concretos de apoyo a distintas organizaciones sociales, a las empresas recuperadas, a las cooperativas independientes, a los movimientos sin tierra, etc., en el plano oficial ya se habla poco de estas alianzas estratégicas. El proceso de institucionalización auspiciado por Gambina (2008: 28-29), para estabilizar “la política integral de articulación [entre] estados y movimientos”, no ha avanzado de forma sustancial. Como sostiene Bendaña (2008), además, PDVSA es la contraparte directa de casi todos los proyectos estando a cargo de aspectos claves de la cooperación, de la supervisión técnica y financiera, privilegiando la relación directa con los gobiernos. Esta cooperación “estadocéntrica” no deja de crear preocupaciones por la transparencia y el control social, pues la información efectiva – y para todos los países - es muy escasa. En este sentido, sería sumamente importante realizar investigaciones focalizadas sobre el funcionamiento de las empresas / 149 DANIELE BENZI mixtas, la ejecución de los proyectos financiados y a financiar por el Banco del ALBA y todas las donaciones y líneas de créditos abiertas por el gobierno bolivariano. En tercer lugar, como demuestran claramente los éxitos logrados por los convenios en salud y educación entre sus integrantes, el ALBA tiene notables potencialidades de desarrollo en el campo social. El esquema Cuba-Venezuela se está trasladando a otros países por medio de una triangulación fomentada por la República Bolivariana, puesto que es esta nación la que en la mayoría de los casos proporciona los recursos financieros necesarios. La Operación Milagro, así como el desarrollo de campañas de alfabetización y de vacunación en terceros países, se convierten en instrumentos concretos y directos de poder contrahegemónico. Es menester, entonces, abrir nuevos espacios para la investigación de campo, tanto sobre todos los casos de triangulación, como sobre el aporte cubano a las Misiones bolivarianas y en los demás países, puesto que ejemplos extraordinarios de participación en el diseño de las políticas sociales, pueden fácilmente volverse mecanismos rutinarios y meramente asistenciales. La reproducción de esquemas paternalistas típicos de la tradicional cooperación Norte-Sur o de las políticas sociales “focalizadas”, pero también de un socialismo que se ha quedado en el siglo XX - en donde proliferan dependencia, corrupción, clientelismo político y burocracias - es un riesgo muy concreto. “Bonocracias clientelares”, según la afortunada definición de Acosta. En el caso de Venezuela, por ejemplo, existen muchos indicios al respecto, que se comprueban puntualmente en el deterioro de experiencias que al principio fueron muy exitosas como Barrio Adentro. 150 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... El SUCRE, el TCP y otras cuestiones de la “integración clásica” Como es bien sabido, la relación entre Cuba y Venezuela representa el “núcleo duro” del ALBA, a la que siguen la relación entre Venezuela y Bolivia, Venezuela-Nicaragua, Venezuela-Ecuador, etc. Es decir, a pesar de la convergencia reiterada en cada cumbre entorno a las cuestiones políticas y de ciertos avances en algunos proyectos y empresas Grannacionales, el eje articulador de las relaciones económicocomerciales dentro del ALBA es dado, por una razón obvia, por la presencia de la República Bolivariana. En este sentido, Antonio Romero (2010: 14) apunta que: [...] por la naturaleza del proyecto ALBA-TCP y las disímiles condiciones – no sólo económicas sino también políticas y sociales – que existen entre sus miembros; en este proyecto de integración han predominado compromisos (o asunción de los compromisos del grupo) bilaterales aunque también hay de carácter plurilateral, focalizándose sectores o áreas prioritarias de cooperación donde pudieran existir necesidades perentorias, ventajas evidentes o donde se pudiera desarrollar la complementariedad. Los compromisos asumidos con otros países y esquemas, además, se sobreponen a los del ALBA, generando “una membresía muy compleja” (Ibídem). Con la parcial (y peculiar) excepción del eje Cuba-Venezuela, el intercambio comercial sigue siendo débil entre los integrantes de la Alianza. Frente a un ambicioso proyecto como el SUCRE, ha recordado el SELA (2009: 23) que “resulta necesario implementar un conjunto de políticas y acciones que permitan incrementar sustancialmente el comercio entre los países miembros”. Entre estas acciones, se encuentran priori/ 151 DANIELE BENZI tariamente la armonización de las normativas comerciales, financieras y tributarias en los pagos internacionales, a menudo incompatibles con el nuevo sistema “debido a medidas como el control de salida de divisas o los regímenes arancelarios y para arancelarios” (Lizondo Díaz, 2010: 3). Otra condición esencial subrayada por Wexell Severo (2010a; 2010b) es que no existan fuertes desequilibrios para que el funcionamiento del SUCRE sea útil y tenga sentido. El mecanismo, de este modo, daría mayores beneficios a aquellos países que tienen problemas crónicos con la divisa internacional. Éste, sin embargo, actualmente no parece ser el caso al interior del esquema. Como bien explica Rosales (2010: 2 y 10), “a pesar de que la base de sustento para la integración monetaria que propone el SUCRE es el intercambio comercial”, “el escaso dinamismo comercial y la poca diversificación económica de sus miembros implican sus principales desafíos”. [en el ALBA] las asimetrías en el ámbito comercial son sustanciales. [...] Venezuela tiene un peso exportador del 80% del valor de los bienes comerciados en el área del SUCRE, que representan más de 7.000 millones de dólares [...]. Igualmente, Cuba es el principal importador con el 50%. Si se excluye el petróleo, Ecuador es el principal exportador con 34% (lo que equivale a unos 622 millones de dólares) y Venezuela ocupa el cuarto lugar detrás de Cuba y Bolivia, manteniendo una balanza comercial negativa en el sector no-petrolero. En general, todos los signatarios tienen entre sus principales productos de exportación materias primas, las cuales pueden rondar el 90% de su cartera de exportación para 2007 [...]. Bajo este escenario, los retos inmediatos del SUCRE radican en trascender la dependencia comercial en el petróleo venezolano, ampliar la capacidad exportable de las economías más pequeñas y contribuir con la diversificación productiva de los países tanto supera152 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... vitarios (ya que éstos mantienen sus balanzas comerciales sobre la base de la exportación de materias primas limitadas) como deficitarios del acuerdo. (Ibídem: 11-12) Incrementar el comercio en sectores no tradicionales significa tener políticas industriales claras, concertadas entre los miembros en una óptica de verdadera complementación, y una clara división de roles y atribuciones entre actores públicos y privados. En el caso del TCP, resulta de vital importancia estudiar en cada caso si los beneficios para los pueblos, su razón de ser, igualan a los de los exportadores de textiles y soya transgénica bolivianos, de la elite tecnocrática cubana, de los ganaderos nicaragüenses o de los empresarios venezolanos “amigos del ALBA”. A este propósito recuerda Katz (2008: 71) que no “conviene identificar automáticamente cualquier intercambio divorciado con el lucro inmediato con el bienestar popular”. Existen numerosos antecedentes de esta modalidad de intercambio que favorecieron a las elites estatales o las burocracias opresoras. [...] También ha sido muy frecuente el uso de privilegios comerciales por parte de distintos gobiernos con finalidades diplomáticas, políticas o militares. (Ibídem) Lo anterior lleva a ciertos autores particularmente escépticos a sostener que el ALBA no sería un proyecto de integración, sino más bien “un proyecto político y una estrategia de cooperación Sur-Sur que ni pretende, ni logra, integrar el espacio económico de sus miembros” (Sanahuja, 2009: 26). Por otra parte, en el marco de esta estrategia Sur-Sur, otros autores vislumbran en la postura del gobierno bolivariano, ni más ni menos que la proyección al espacio regional, del modelo rentista venezolano. (Curiel; Romero, A. 2009) Sin compartir / 153 DANIELE BENZI este nivel de criticismo, tampoco se puede afirmar que ambas posiciones estén totalmente equivocadas. Conclusiones Si bien incierta, la actual transición geopolítica y geoeconómica no trasciende la lógica capitalista de acumulación e intercambio en cuanto ejes articuladores del sistema internacional. La opción multipolar parece acompañada por el regionalismo estratégico, cuyo rasgo esencial en los países del Sur es dado por nuevas alianzas entre actores estatales y grandes capitales privados. En este sentido, como instrumento para definir y regular las modalidades de participación en el sistema global, la integración “no constituye un valor en sí misma, ni tiene implicancias espontáneamente progresivas”. Es más sencillamente una política, que “depende – pues - del modelo que asuma y de los intereses sociales que defienda” (Lander, 2004: 45; Katz, 2008: 87). La Alianza Bolivariana ha optado por una integración desde “abajo” en cuanto proyección regional de gobiernos que, en principio, se identifican con los intereses populares. No obstante, a pesar de cierta convergencia en asuntos de política internacional, en países atravesados por múltiples fracturas, no se trata de gobiernos homogéneos en ninguno de los Estados miembros. Si bien es cierto que “los contenidos de cualquier proceso de integración están fuertemente determinados por los principios, proyectos e intereses dominantes en el escenario económico, político y social interno de los países participantes” (Estay, 2008: 139), también aparece evidente tanto en el caso venezolano como en el cubano, boliviano o ecuatoriano, que no hay todavía un rumbo claro en relación a un nuevo modelo político y económico de desarrollo. 154 / UNA MIRADA A LA ALIANZA BOLIVARIANA DESDE LA PERSPECTIVA... Es en este marco que la cooperación, la complementariedad y el comercio justo (concepto en principio distinto de la noción de comercio preferencial o subvencionado) – en cuanto principios articuladores de la propuesta ALBA - aún precisan de una mayor profundización teórica, cuya práctica, sin embargo, como quiera que sea choca inevitablemente con las relaciones políticas y económicas en un mundo integralmente estructurado por la lógica capitalista en la fase de globalización o, también, de regionalismo estratégico. Tanto por razones económico-comerciales como de seguridad, la alianza con aquellos países que a partir de cierta concepción de “capitalismo benévolo” han optado por un mundo multipolar capitalista, se ha vuelto un asunto de vital importancia. Ésto, inevitablemente, junto al neoextractivismo como eje de acumulación y al neodesarrollismo como horizonte, crea tensiones tanto en las relaciones entre actores estatales y privados, como, sobre todo, entre gobiernos y movimientos sociales (en particular indígenas y campesinos). La prioridad que en el ALBA se le otorga al social - si bien sus iniciativas se vean debilitadas por los rasgos estatistas y asistenciales que a menudo asumen como consecuencia del carácter neoextractivista/rentista de dichas economías y en primer lugar de la venezolana - define una de sus características más peculiares en relación con los demás esquemas regionales de cooperación e integración. Sin embargo, la verdadera puesta en juego de la Alianza Bolivariana, descansa sobre la posibilidad de poner en marcha un proyecto viable y sustentable en lo que se refiere a las esferas productiva, comercial, financiera y, finalmente, institucional. Esto marcaría el paso de un modelo alternativo de cooperación Sur-Sur a uno de integración alternativa. Los desafíos, pues, no son menores. / 155 DANIELE BENZI Bibliografía ACOSTA, A., SHULDT, J. (2006). “Petróleo, rentismo y subdesarrollo: ¿una maldición sin solución?”, en Nueva Sociedad n.204, pp. 71-89. ACOSTA, A. (2010). “Maldiciones que amenazan la democracia”, en Nueva Sociedad n.229, pp. 42-61. AMIN, S. (1988). La desconexión, hacia un sistema mundial policéntrico, Madrid, IEPALA. AMIN, S. (2004). “Geopolítica del imperialismo contemporáneo”, tomado de <www.rebelion.org/docs/4549.pdf.>, consultado en agosto de 2010. ARRIGHI, G., SILVER, B. J. (2001). Caos y orden en el sistema-mundo moderno, Madrid, Ediciones AKAL. ARRIGHI, G. (2007). Adam Smith en Pekín. Orígenes y fundamentos del siglo XXI, Ediciones Akal, Madrid. ARRIGHI, G., ZHANG, L. 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Las proposiciones teóricas presentadas en el texto son las que siguen. Sugerimos que la crisis que empezó antes de la asunción de Hugo Chávez Frías y su Movimiento V República (MVR) al poder puede ser caracterizada como una “crisis hegemónica”, y que la alternativa materializada en el ex-teniente-coronel y en su movimiento constituye una forma de “cesarismo progresista”. Procuramos diferenciar el “chavismo” (referente al liderazgo de Chávez) del “bolivarianismo” (de más hondas raíces en la sociedad venezolana y en sus izquierdas), y delimitar lo que comprendemos como “vía bolivariana”. El chavismo integra y hasta cierto punto define el bolivarianismo. La delimitación de los dos y su separación es en RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA principio un recurso analítico. Sin embargo, puede traducirse en la práctica, en la medida que hay sectores bolivarianos más críticos al chavismo, y que la vía bolivariana es la traducción concreta, el resultado de la relación compleja entre las propuestas bolivarianas, chavistas y otras (por ejemplo, comunistas) y sus limitaciones nacionales e internacionales – impuestas por las oposiciones, estructura económica, relaciones internacionales, etc. Tal vía deberá comprenderse a partir tanto de cambios societarios globales cuanto de especificidades venezolanas, y en ese ejercicio nociones como el “rentismo” venezolano y el reciente “socialismo del siglo XXI” deberán ser introducidas en el debate. La ponencia se estructura de la forma siguiente. En la próxima sección presentamos las concepciones de crisis hegemónica y de gestación del cesarismo progresista, a través del análisis del chavismo y de la dimensión del “fenómeno Chávez”. Enseguida, discutimos el desarrollo del bolivarianismo (al cual el chavismo está integrado, lidera y por veces contradice) y la función de las clases subalternas en el proceso. En la sección siguiente, evaluamos el estado actual de la vía bolivariana y del “socialismo del siglo XXI”, y sugerimos algunos límites y posibilidades del proceso. Para concluir, hicimos algunas consideraciones finales y sistematizamos nuestras argumentaciones. La ponencia está marcada por preocupaciones con una contextualización del fenómeno chavista/bolivariano, por veces a través de su inserción en el fenómeno más amplio de la asunción de movimientos de izquierda y gobiernos progresistas en América Latina. Adicionalmente, buscamos criticar las más simples visiones “anti-chavistas” y “chavistas radicales” (Ellner, 2010). 162 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA El cesarismo progresista: del “fenómeno Chávez” al chavismo Las décadas de 1980 y 1990 marcan el punto de declive de la política “puntofijista” que regía la sociedad venezolana desde 1958. El carácter dramático de los eventos ocurridos en ese período expresa una verdadera crisis política, social y económica. Eses eventos ofrecieron una oportunidad a algunos nuevos movimientos y partidos, que emergieron como alternativas a partidos considerados “tradicionales”. Al apuntar las debilidades del sistema político-social, sus dificultades en rectificar sus conductas o responder a la recesión económica y empobrecimiento creciente de la población, esos nuevos movimientos y liderazgos canalizaron la insatisfacción popular – en especial el MVR y Chávez, que efectivamente llegaron al poder. Si realmente había una grande contestación al modelo neoliberal y al bloque de fuerzas que lo defendía e impulsaba, no es sólo con el fracaso del neoliberalismo que la crisis puntofijista se relaciona, sino también con el agotamiento de formas de organización estatal, dominación social, baja inclusión político-social y monopolio partidario. Consideramos, por tanto, tratarse aquí de una “crisis de hegemonía de la clase dirigente”, cuyo fracaso en la elaboración del consenso llevó amplias masas a salir “súbitamente de la pasividad política para cierta actividad y a presenta[r] reivindicaciones que, en su conjunto desorganizador, constituyen una revolución”. Se presenta en Venezuela en este período una “crisis del Estado en su conjunto” (Gramsci, 2002, v. 3: 60), que está lejos de ser solucionada, pudendo extenderse por un largo período. No hay dudas que el marco inaugurador de ese proceso fue el llamado “Caracazo”, levante popular espontaneo ocurrido en el principio de 1989 que tuvo como estopín la subida de los precios de combustibles y en consecuencia de / 163 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA las tarifas de los transportes públicos, y que fue violentamente reprimida al costo de centenas (tal vez miles) de muertos. En el cuadro de crisis hegemónica, la visibilidad nacional del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) como movimiento político ocurre enseguida a la derrota del golpe militar en 4 de febrero de 1992 (4-F). Aunque tengamos en cuenta todos los riesgos de quiebra del régimen democrático y su carácter condenable, puede considerarse que en cierto sentido el golpe militar terminó siendo positivo para la consolidación del movimiento bolivariano. En primer lugar, él “tuvo el significado simbólico de buscar un rompimiento con un sistema que no resolvía los problemas de la población”. En segundo lugar, generó “héroes claramente visibles por la opinión pública”, con destaque para Chávez (Maringoni, 2004: 144-146). Si desde el Caracazo había quedado claro que el puntofijismo podría ser superado, el 4-F dio al proceso un liderazgo y propuestas más concretas. El 4-F asoció (hasta el momento) indisolublemente el proceso bolivariano al “fenómeno Chávez”. Sin embargo, como cualquier fenómeno complejo, eso no constituye algo solamente positivo. Desde entonces la relación entre chavismo y bolivarianismo se construye de forma inseparable, y por veces tensa y contradictoria. O sea, el proceso revolucionario venezolano tendría desde entonces y dialécticamente una posibilidad concreta de avance, que al mismo tiempo determinaría algunos de sus límites intrínsecos. El “fenómeno Chávez” surge por primera vez en la rendición del golpe, cuando el líder profirió un breve discurso de un minuto y doce segundos en cadena nacional de televisión convocando sus compañeros a bajar las armas (y emitió la conocida y dúplice declaración “por ahora fuimos derrotados…”). En ese sentido, el “fenómeno Chávez” impactaba distintamen164 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA te la sociedad: a) para los “dueños del poder” representaba el carácter autoritario y militarista del golpe, como si este fuera simplemente la actitud irresponsable y aislada del teniente-coronel; b) para las “clases populares” el movimiento daba una cara a las insatisfacciones sociales de años anteriores, capturando su imaginación colectiva y la posibilidad de cambio del sistema vigente. Con eso el MBR-200 empezó a transformarse en una organización socio-política de alcance nacional. Es en ese momento que surgen los Círculos Bolivarianos, una estructura organizacional primaria que frecuentemente organizaba asambleas para discutir política, círculos de estudio y formación ideológica. Era diseminado por medio de los Círculos Bolivarianos el Proyecto Nacional Simón Bolívar, cuyo postulado era el de que “el pueblo soberano debe transformarse en objeto y en sujeto del poder. Esa opción no es negociable para los revolucionarios” (Chávez, 2007: 12). Con el crecimiento del apoyo y de la participación popular en el movimiento bolivariano, en principios de 1997 el MBR-200 decidió participar con candidato proprio en las elecciones presidenciales de 1998. Para la disputa electoral fue inscripto el partido MVR, que reflejaba la cautela de los líderes del movimiento “acerca del simbolismo de cada acción política, y el nombre que ellos escogieron para la nueva organización no era excepción” (López-Maya, 2003: 83), con la referencia a la “(re)fundación” de la república y lo semejante que es en habla española la pronuncia de “MBR” y “MVR”. Había una gran diferencia entre el MBR-200 en cuanto una organización política y el MVR en cuanto partido político. Mientras el primero era una estructura horizontal y descentralizada cuyo objetivo primario era la formación y toma de consciencia política de sus miembros, el segundo era una estructura / 165 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA vertical y centralizada cuyo objetivo exclusivo era la conquista electoral, alejándose de cualquier tipo de formación ideológica. El MVR era un movimiento demasiado heterogéneo, que sólo no excedía la heterogeneidad de la coalición que llevaría Chávez a la presidencia en 1999: el Polo Patriótico, que reunía el MVR, el Patria Para Todos (PPT), el Partido Comunista Venezolano (PCV), el Movimiento al Socialismo (MAS) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). Los desequilibrios y las diferencias ideológicas de sectores y partidos que compusieron la coalición ubicaron, desde entonces, “Chávez como el único capaz de mediar o calmar las diferencias internas, lo que reforzaba el carácter imprescindible del líder e imprimía a la acción del gobierno sus directrices ideológicas” (Ídem, 2008: 59). Con eso, si el chavismo surge recién después del golpe militar, de forma a destacar la figura y atribuir la responsabilidad del mismo al ex-teniente-coronel, este fenómeno resurge en nuevas bases debido a la heterogeneidad y a las disputas internas del MVR en cuanto partido electoral (y de la coalición que integraba). El chavismo encuentra su génesis en la creciente centralidad de Chávez como figura de unidad y de dirección imprescindible al proceso. Por tanto, no sorprende que por veces el chavismo se confunda o hasta mismo se choque con el bolivarianismo. Uno de los grandes marcos de la construcción de la llamada “Quinta República” fue la redacción y la aprobación en referendo en diciembre de 1999 del nuevo texto constitucional. A pesar de garantizar la propiedad privada, innovaba con la promoción del concepto de “democracia participativa y protagónica”. Con la introducción de un conjunto de modalidades participativas, aunque sin substituir la representación, se buscaba ampliar el poder de los movimientos y organizaciones sociales. 166 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA En la secuencia, es consensual que las cuarenta y nueve Leyes Habilitantes representan la primera inflexión de la revolución bolivariana y que tanto el golpe de Estado de 11 de abril de 2002 cuanto el segundo Paro Patronal en 2002-2003 expresaron la reacción de la oposición a esta inflexión, probando que la disputa hegemónica en torno a la sustitución del sistema puntofijista no estaba todavía cerrada. Con el desarrollo del proceso, la oposición recurre a la vía institucional realizando el referendo revocatorio en 15 de agosto de 2004. Aquí nos deparamos una vez más con el “fenómeno Chávez”. Sin embargo, este referendo representaba más que la reducción entre los “a favor” o “en contra” Chávez, sino la confirmación de la legitimidad y continuidad del proceso de cambio. En ese sentido, a pesar de tratarse de apoyar directamente a la presidencia de Chávez, el referendo va más allá de su liderazgo, caracterizándose como el viraje en la polarización iniciada en 2002 y punto inicial del cambio de calidad de la revolución bolivariana. Tal cambio de calidad es notable a partir de la reelección de Chávez en 2006, cuando son anunciadas algunas tareas en torno a la construcción del “socialismo del siglo XXI”. Entre estas, destacamos la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para agrupar las fuerzas políticas de apoyo al proceso, el proyecto de Reforma Socialista de la Constitución y el “empoderamiento del poder popular” por medio de los Consejos Comunales. Las debilidades del MRV “limitado” como partido electoral, el creciente número de movimientos de base bolivariana y el viraje al socialismo ponían grandes desafíos al proceso revolucionario. La consciencia de tales desafíos volvió mayoritaria en el movimiento bolivariano la necesidad de un instrumento político capaz de preparar mejor y de forma más organizada la batalla de ideas y la disputa política en el interior de la socie/ 167 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA dad. Así, en diciembre de 2006 era anunciada la formación del PSUV, cuyo objetivo central era construir una base partidaria sólida y organizada, estableciendo la unidad compleja entre el liderazgo gubernamental y la base social bolivariana. Evidentemente, de esa opción derivaron análisis de que habría la intención de formar un partido “hegemónico” en Venezuela (en los moldes del viejo Partido Revolucionario Institucional – PRI – mexicano) que pudiera garantizar el control bolivariano sobre el poder manteniendo su apariencia democrática (conferir Azcargota, Hernández, 2007). Sin embargo, hasta el momento no se constituyó ese cuadro, y parece no haber base empírica hasta aquí para sustentar que sea esta la intención no declarada de los bolivarianos al lanzar el PSUV. Para un proceso revolucionario marcado desde siempre por una conflictiva relación entre lo reivindicativo y lo político, la verticalidad que ha marcado la formación y construcción del nuevo partido político socialista, automáticamente, “se tradujo en agresiones, tensiones y conflictos con el presidente a lo largo de 2007” (López-Maya, 2008: 60). El nuevo partido fue organizado de la misma manera que el MVR, con carácter de “urgencia”, pues su objetivo inmediato era aglutinar base electoral bolivariana suficiente para por medio del Referendo de Reforma Constitucional pretensamente instituir el socialismo por el voto. De modo que se propugnó la disolución de todos los partidos gubernistas dentro del PSUV, y aquellos que se recusasen deberían alejarse del gobierno. Así, si había una opinión predominante acerca de la necesidad de un nuevo instrumento político, no hubo muchos debates sobre su programa y, una vez más, la unidad y conducción del nuevo partido convergió en la figura central de Chávez. La propuesta de Reforma Constitucional en 2007 expresaba la voluntad política de radicalización del bolivarianismo, de proyectar (con 168 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA voluntarismo) la sociedad venezolana al socialismo por la vía institucional. Antes que representar la derrota del proyecto de cambio social bolivariano, creemos que la derrota del Referendo de Reforma representa la primera derrota del chavismo. El episodio de 2007 tuvo como ponto positivo la reflexión sobre los caminos y descaminos del proceso bolivariano, como también expuso a la superficie la división entre chavismo y bolivarianismo. Aunque permeado por el personalismo de Chávez, no es posible afirmar la cristalización definitiva de esta tendencia ni tampoco la consolidación de su control sobre las organizaciones y movimientos de base. Antes de la derrota en 2007 la disidencia y la crítica eran casi intolerables, de manera que era común catalogar las discordancias como traición al movimiento. Era común estigmatizar aliados políticos como el PCV o el PPT por no diluirse en el PSUV; presionar las fuerzas sindicales y movimientos sociales que resistían perder su autonomía para formar Consejos Comunales; reprender organizaciones populares o intelectuales que disentían de las propuestas y opiniones del presidente (López-Maya, 2008). De ha poco, la tendencia a atribuir la derrota a cuestiones externas al bolivarianismo vienen dando paso a discusiones sobre cuestiones internas, como la necesidad de respeto a la pluralidad política, de despersonalización y desburocratización con la apertura al debate y mayor participación en las decisiones del movimiento. Los diez años de Revolución Bolivariana coincidieron, en febrero de 2009, con la victoria del “fenómeno Chávez” en el referendo de enmienda constitucional para reelecciones presidenciales indefinidas. Más allá de las acusaciones de la oposición, eso no garantiza la reelección indefinida de Chávez, pero posibilita que tal hecho se realice en cuanto se presente viable. Por tanto, el “fenómeno Chávez” se presenta claramente (y así / 169 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA es percibido por la mayoría de sus seguidores) como la garantía de continuidad del proceso revolucionario. Sin embargo, tal hecho expone abiertamente la permanencia de debilidades en el proceso, sobretodo el chavismo, el exceso de personalismo que se gesta desde los tiempos de la creación electoral del MVR. Alternativamente a la utilización del concepto de “populismo” como clave para analizar tanto el “fenómeno Chávez” cuánto el chavismo, consideramos que en Venezuela el “empate catastrófico” de fuerzas sociales y políticas, surgido del seno de la crisis hegemónica, tendría derivado hasta el momento en la experiencia del liderazgo “heroico” que constituiría una modalidad de “cesarismo progresista” – con ciertos elementos “jacobinos” en su manifestación. Según Gramsci, “el cesarismo es progresista cuando su intervención ayuda a la fuerza progresista a triunfar, aunque con ciertos compromisos y reacomodos que limitan la victoria” (2002, v.3, p. 76). Sin embargo, la imposición del “fenómeno Chávez” está integrada a un proceso de más larga duración: el bolivarianismo, aquí en su versión progresista. Bolivarianismo y clases subalternas en Venezuela El recurso a la herencia político-intelectual de los “próceres de la patria” venezolana no es exclusivo al proyecto de la Quinta República. “Cuando no hay un legado ideológico o un cuerpo de pensamiento comparativamente muy estructurado y sistemático, como ocurre en el caso de Simón Bolívar, se da la oportunidad de trascender el símbolo utilizando ese legado para componer, respaldar o suplir programas de acción política de todo género” (Carrera Damas, 2005: 15). Sin embargo, la referencia al legado bolivariano puede darse 170 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA tanto a través de la adopción ahistórica, envuelta en la simple admiración y exaltación, cómo también en la adopción históricamente reexaminada, en la actualización de su proyecto emancipador. En el primer caso se trata del “culto a Bolívar”, mientras “oferta ideológica compensadora del decepcionante balance de la abolición de la monarquía y ruptura del nexo colonial, conquistados en Venezuela mediante una crudelísima y prolongada guerra que fue esencialmente civil y que, por eso, dejó imborrables secuelas de odio y rencores en el seno de la clase dominante” (Ídem, ibídem: 24-25). En síntesis, el culto a Bolívar surge de la necesidad compartida por la clase dominante venezolana en restablecer el dominio y la estructura político-económica de la sociedad, legitimándose “a la sombra del libertador”. En el segundo caso, se trata del “bolivarianismo”, cuya elaboración empieza en los años 1960, cuando el movimiento guerrillero venezolano comienza a alejarse de la ortodoxia soviética e inicia el reexamen del papel histórico y social de Bolívar, relectura continuada por el MBR-200 (Gott, 2004). El bolivarianismo puede ser definido por los puntos esenciales del programa y actuación histórica de Bolívar, que aún tiene validad contemporánea, como su constancia revolucionaria, comprensión de la necesidad de unión de todos los revolucionarios para alcanzar el triunfo de la revolución, su orientación hacia una independencia plena y soberana, sus advertencias constantes contra el peligro por parte del expansionismo de los EUA (siendo precursor del anti-imperialismo), y su programa e ideal de solidaridad latinoamericana con contenido revolucionario y progresista, objetivando alcanzar un nuevo equilibrio en la balanza internacional (Zeuske, 1985: 18-19). En síntesis, el bolivarianismo tiene su fundamentación en el rescate y continuidad del proyecto de emancipación venezo/ 171 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA lano de las oligarquías político-económicas que reproducen la estructura dependiente, contra la subordinación del país bajo el influjo de agentes del imperialismo y por la distribución radical del poder político. Se refiere entonces a las condiciones de realización de la “segunda emancipación”. La actualización por la izquierda del bolivarianismo fue y sigue siendo todavía de suma importancia, ya que más que reactivar el nacionalismo, el antiimperialismo, el integracionismo regional y distinguirse de la tradición “folclórica” de los “dueños del poder”, rompe igualmente con la atribución apriorística de un sujeto de la emancipación social. La modalidad de integración venezolana al mercado mundial basada en la exportación petrolera, mientras desarrolló algunas industrias de capital intensivo reunidas en torno de esta producción, lo hizo en detrimento de las industrias de bienes de capital, una vez que la mayor parte de la producción nacional encuentra su realización en el mercado externo. La clase trabajadora venezolana se desarrolló sobre las bases del desempleo, subempleo y sobreexplotación del trabajo. Eso es evidente por el hecho de que “hacia principios de la década del 1980 esa situación se evidenciaba en que el 90% de las exportaciones de Venezuela eran generadas por sólo 3% de la mano de obra” (Nicanoff, Stratta, 2008: 4). Eso significa que aunque poseyendo peso político significativo, el reducido proletariado petrolero no es capaz por si de convertirse en sujeto exclusivo de la emancipación sin tomar en cuenta la fragmentación y jerarquización que define la clase trabajadora venezolana. La renovación creativa del bolivarianismo demuestra que la fragmentación y jerarquización en el seno de la clase trabajadora no pueden ser superadas solamente por la socialización de la producción, sino en conformidad y con la participación y distribución radical del poder político. 172 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA Más allá de las características peculiares del desarrollo del capitalismo en Venezuela, es evidente que la creciente complejidad de la modernidad contemporánea (y consequentemente de las diversas formas de capitalismo) también contribuye para la necesidad de relativizar la absolutización común a las izquierdas de los siglos XIX y XX de la tesis de la centralidad de la clase obrera. Esta se mantiene numéricamente relevante, pero convive con la creciente pluralización y redefinición de las formas de trabajo y sociabilidad en todo el globo. Por tanto, no sorprende que tenga habido por parte de las izquierdas en las últimas décadas un proceso de nacionalización y de comprensión más flexible y plural de la noción de “sujeto” y “modelos” revolucionarios – y en algunos casos de la propia noción de revolución. Todo eso se queda claro en el contexto latinoamericano reciente, que asistió a la asunción al poder de izquierdas más flexibles y plurales (conferir Silva, 2010). La vía bolivariana, el MVR y el PSUV se insertan en ese contexto. Otro factor a ser discutido para la comprensión del bolivarianismo es el proceso de movilización y radicalización social vivida en Venezuela a partir del final de los años 1980. Con la excepción de la guerrilla de la década de 1960, el país no era reconocido en el continente como palco de grandes movilizaciones y organizaciones sociales, y también no pertenecía al grupo de países en transición de la dictadura a la democracia. El cambio de conciencia desencadenado por el Caracazo, claramente expresado en el crecimiento vertiginoso del número de reivindicaciones callejeras y de paros de trabajadores, demarca una peculiar forma de relación y negociación entre los sectores populares y el poder estatal, definida como “política de calle”. El ambiente de deslegitimación de las organizaciones sindicales, partidarias y estatales contribuye para la naturaleza y forma específica de las manifestaciones populares. Así, / 173 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA manifestaciones callejeras de sectores sociales tan distintos como estudiantes, vendedores informales, desempleados, funcionarios públicos y habitantes de barrios medios y pobres, tienen en común el carácter reivindicativo de derechos violados o negados, presentándose como víctimas del Estado y enfatizando la apoliticidad de las demandas (López-Maya, 2002). Los movimientos de las clases subalternas a lo largo de la década de 1990, al construir sus demandas con base en el discurso de los derechos ciudadanos victimados por un Estado rico y negligente, antes que reforzar la auto-percepción de sujetos de poder, reforzó la auto-concepción de víctimas del poder. El carácter reivindicativo y fragmentado fueron factores que dificultaron la consolidación de las manifestaciones más allá de las calles, en dirección a otros espacios y canales de disputa político-hegemónicos más sólidos, tales como cooperativas, asociaciones, sindicatos y partidos. Sin embargo, la asunción del bolivarianismo y del chavismo debe ser comprendida también a partir de esas movilizaciones. Ellas son importantes para comprender la evolución del proceso, especialmente en sus primeros momentos. Según Moraes (2010: 7), había claramente dos caminos para el gobierno de Chávez: no atender a las demandas populares y correr serio riesgo de perder su apelo y caer en el ostracismo; o atender a las reivindicaciones populares y solidificarse como su liderazgo, proyectando una larga permanencia en el poder. El cambio cualitativo de la acción colectiva de la concepción de víctimas del poder a la de sujetos del poder empieza a darse cuando, después de la posesión de Chávez en 1999, se inician las discusiones en torno a la preparación de la nueva Carta Magna y se abren espacios democráticos para la participación. Los movimientos sociales, partidos y organizaciones civiles presentaron 624 propuestas a la Asamblea Constituyen174 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA te, siendo más de la mitad incorporadas al texto constitucional (López-Maya, 2003; Ellner, 2008). No hay dudas que las modalidades de referendos previstas en la Constitución de 1999 forman parte de los elementos decisivos de las vías de participación democrática, protagónica y popular de la vida política del país. Asimismo, llevan adelante el principio de que “el pueblo soberano debe transformarse en el objeto y en el sujeto del poder, opción no negociable para los revolucionarios”. Por eso, es de suma importancia que el proceso bolivariano conserve la autonomía y la discusión con partidos, movimientos y organizaciones que componen su base; que promueva concretamente las circunstancias de participación y protagonismo, y no sólo representación. Desde entonces, considerando la contradictoria existencia de potencial popular y deficiencia organizativa, el gobierno bolivariano tiene impulsado tanto la organización de movimientos ya existentes, como incentivado la creación de estas estructuras en comunidades menos organizadas. En 2001, el modelo organizativo que sentó las bases del bolivarianismo, los Círculos Bolivarianos, fue recreado con objetivos ampliados, como difundir la nueva Constitución, hacer discusiones políticas, y organizar asociaciones de barrios, cooperativas de pequeños productores, grupos de madres. Eran estructuras sin un comando centralizado ni articulación permanente (Maringoni, 2004). La promulgación de las cuarenta y nueve Leyes Habilitantes, en especial la Ley de Tierras, reabrió el enfrentamiento de la cuestión agraria y de la soberanía alimentar por la vía constitucional, hecho que incentivó la organización da la Coordinadora Agraria Nacional Ezequiel Zamora (más tarde Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora), cómo también del Frente Campesino Revolucionario Simón Bolívar. Del mismo / 175 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA modo, se formaron las Mesas Técnicas de Agua (MTA), cuyo objetivo central era a través del diálogo y cambio de experiencias entre pobladores de las comunidades y técnicos, buscar soluciones para las graves deficiencias en el servicio de agua potable y alcantarillado. Asimismo, se puede hablar de los Comités de Tierras Urbanas (CTU), que fueron creados para la regularización de la posesión en los barrios populares, y mientras son producto directo del Estado, tienen su representación elegida en la comunidad (Lovera, 2008). Una de las peculiaridades de la vía bolivariana es la combinación desigual entre el reivindicativo y político por parte de las clases subalternas, y el incentivo directo o indirecto del Estado bolivariano a su organización. Eso fue patente durante el golpe de abril de 2002, cuando mientras los líderes del MVR pasaban a la clandestinidad, fue desencadenada una fuerza social espontánea no anticipada por ningún intelectual: centenas de miles de habitantes de los barrios de Caracas movilizados, ocupando calles, cercando cuarteles, medios de comunicación y el Palacio de Miraflores, “quebraron” el golpe e hicieron aflorar la enorme potencialidad de las acciones colectivas anteriormente inauguradas (Nicanoff, Stratta, 2008). De modo asemejado, durante el paro patronal de Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) en 2002, mientras cerca de 80% de los altos funcionarios de la estatal cruzaban los brazos, la misma proporción de trabajadores de menor rango siguió actuando y tomó el control de los locales de trabajo (Ellner; 2008: 49-58). Al asumir el control y derrumbar el sabotaje de la empresa y del complejo industrial más importante de Venezuela, con apoyo de la mayor parte del ejército (que consideró el paro un ataque a la soberanía nacional), la clase obrera desplazó históricamente a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), central asociada a la oposición, y fundó en 176 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA 2003 la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) como central autónoma y combativa (Nicanoff, Stratta, 2008). Sin embargo, si existe la referida combinación desigual entre la movilización popular y los incentivos desde el poder, no se puede desdoblar de eso ninguna concepción ingenua acerca de la “pureza” y “radicalidad” popular opuestas a los “vicios” y “manipulaciones” estatales. La vía bolivariana es el resultado complejo de diversos factores y correlaciones de fuerzas en los distintos espacios y actores colectivos que interactúan en ese proceso. En todos los sectores hay el intento de algunos actores en profundizar el proceso contra el deseo de otros de “estancarlo”, y diversos actores pueden asumir posiciones distintas a cada momento o tema. Después de las ofensivas golpistas, el gobierno de Chávez actuó en varios frentes visando ampliar su base de apoyo. Es parte de esos esfuerzos el lanzamiento de las Misiones Sociales que en principio tenían como meta solucionar las carencias y problemas de la población generados por el paro petrolero de 2002-2003. Eses planes sociales promueven estructuras de la administración pública paralelas a las tradicionales y atingen amplios sectores populares, más allá de un tercio de los sectores medios de la sociedad venezolana. Según Lander (2007: 72), las misiones tienen como virtud “su capacidad para saltar obstáculos burocráticos y llegar en forma directa y rápida a los sectores más excluidos de la población”; y más, “buena parte de estas misiones se basan en la promoción de procesos organizativos en las comunidades como parte de su diseño y ejecución”. Como consecuencia, su impacto sobre las condiciones de vida de las clases populares es considerable, y es todavía más amplia la diversidad de procesos organizativos populares que ellas contribuyen a crear o a fortalecer en todo el país. / 177 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA Los Consejos Comunales representan hasta el momento el más grande esfuerzo del gobierno bolivariano en organizar e incentivar la participación social. Estos serían instancias participativas, organizadas y articuladas en el interior de las propias comunidades, de modo que las mismas ejercerían directamente la gestión de políticas públicas y proyectos basados en las necesidades y prioridades locales. Su lógica participativa sortearía los niveles estatales y municipales, estableciendo una relación directa entre la organización comunitaria y el gobierno federal (una suerte de by pass de aquellos niveles intermedios). Los mecanismos para su constitución, los trámites para la formulación de proyectos y obtención de recursos tampoco exigen mediaciones burocráticas. “En pocos meses se generó una dinámica de cambios y expectativas que tuvieron un importante efecto organizativo y movilizador. Incluso en sectores de clase media de Caracas se crearon Consejos Comunales” – aunque en menor número y con tintes más oposicionistas. Se fortaleció con eso “el tejido social en las comunidades y la cultura política de la participación” (Ídem, ibídem: 77-78). Así las cosas, la vía bolivariana enfrenta no sólo las ofensivas de la oposición, sino los conflictos dentro de sus filas, entre los que desean profundizar la revolución y aquellos que surgen como una nueva élite (la llamada “boliburguesía”). La nacionalización de la empresa Siderúrgica de Orinoco (Sidor) en 2008, “sólo fue posible sobre los cimientos de una organización de base capaz de confrontar con la dirección de la empresa (…) y conducir al Estado a una nacionalización de un área estratégica con un peso decisivo de la cogestión obrera en su administración” (Nicanoff, Stratta, 2008: 14). Lo que ha incentivado la nacionalización de algunos sectores de la industria de alimentos, de la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV) y del Banco de Venezuela. Sin embargo, 178 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA ese hecho suscita el debate acerca del tipo de sociedad socialista que se pretende, o sea, si las empresas nacionalizadas pasarán al control autogestionario de los trabajadores o si permanecerán bajo el control mayoritario estatal. En otras palabras, si las condiciones permitirán superar la identificación histórica entre propiedad pública y propiedad estatal. Lo más expresivo de las últimas décadas, con eso, es la referida combinación desigual entre “lo reivindicativo y lo político, sin separaciones mecánicas de un plano sobre otro”, lo que notoriamente revela que “casi la totalidad de los movimientos sociales existentes se fundan después de 1999, y sobretodo a partir de 2002. Esto marca tanto la relevancia del proceso, como su carácter difuso, cambiante e inestable” (Nicanoff, Stratta, 2008: 13). Democracia, capitalismo y rentismo: los rumbos de la vía bolivariana El “socialismo del siglo XXI” responde no solamente al peso destacado de la lucha por la democracia (en un sentido más “radical” y “popular”, no exactamente desde el punto de vista de la democracia “liberal”), como también a las adaptaciones de la izquierda latinoamericana en las dos últimas décadas. En principio, notamos su alejamiento de modelos tradicionales de organización: sea el modelo “clasista de masas” (característico de la socialdemocracia europea en su época “clásica”), tradicionalmente asociado a sectores de centroizquierda o de izquierda democrática, sea el “leninista”, asociado a las corrientes comunistas (Gunther, Diamond, 2003). Poco flexibles y calcados en la movilización colectiva y en identidades sociales ahora en disgregación, los referidos modelos “clásicos” de las izquierdas serian poco adecuados a una realidad progresivamente marcada por un aumento de la complejidad social y por identidades y subjetividades colec/ 179 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA tivas más flexibles y heterogéneas. En su lugar, no nasció un nuevo modelo único. Fueron asumidas formas diversas (hasta cierto punto “híbridas”), más adaptadas a las realidades locales, no más originadas de una “fórmula” universal. Las formas organizativas asumidas por el MBR-200, por el MVR y por el PSUV son ejemplos de eso. Asimismo, el bolivarianismo se alejó de los modelos ideológicos tradicionales de ese campo político, notablemente de las experiencias del “socialismo real” y de cualquier ideología “oficial”, en cierto sentido “nacionalizándose”. Teniendo en cuenta la crisis del ideario marxista y derrumbe del “socialismo real”, la relativa “independencia” simbólica permitió el alejamiento de esas referencias en franco colapso, y la adecuación a la creciente fluidez y heterogeneidad social contemporánea. Se abrió, sobretodo, la posibilidad de ampliación de los sectores sociales que el bolivarianismo representa, potencialmente aumentando sus bases sociales y electorales. Se notó, en definitiva, un creciente pluriclasismo y supraclasismo en el interior del proceso. Más allá de la potencial ampliación de los sectores aliados, con la inclusión de capas medias y sectores “productivos” de la burguesía, es notable el recurso a referencias como “pobres”, “ciudadanos”, “pueblo” o “nación”. Otro factor importante fue que hasta en su sentido “mínimo” (“formal”), el bolivarianismo, así como las principales izquierdas latinoamericanas, se afirmaron demócratas y aceptaron participar del “juego democrático” – más que a algunos analistas y/o adversarios políticos les gustaría admitir. Con eso, se alejaron de la imagen comúnmente asociada a izquierdas de todos los cuadrantes, en especial las del subcontinente. Las izquierdas latinoamericanas actuales aceptaron la democracia en sus aspectos representativos, entraron en la disputa democrática, y fueron aceptadas como adversarios por sus 180 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA contendores (algo difícil hace poco en la región). Asimismo, otra característica fue su antineoliberalismo, que sirvió simbólicamente de “faro” y denominador común aglutinador, en medio a la “niebla” de los grandes cambios ocurridos en la última cuadra histórica. Y sirvió de aglutinador de votos y apoyos cuando el neoliberalismo empezó a dar señales de agotamiento en Venezuela, en la región y en el mundo. La cuestión democrática en especial viene ocupando lugar destacado en las luchas políticas y sociales, como también en las reflexiones sobre la misma. Uno de los cambios más significativos desde el principio del gobierno bolivariano en 1999 es que la participación política, más que mera formalidad, se convirtió en realidad en la fórmula de la “democracia participativa y protagónica”. Combinando formas de representación, participación y movilización de masas, esa manifestación democrática amplia el poder de los movimientos populares y su aprendizaje político. Sin embargo, la concepción de democracia en cuestión en Venezuela – y podemos ampliarlo hacia todo el subcontinente – agrega contenidos, conceptos y apunta significados que trascienden su definición habitual. Hablar de democracia en América Latina implica en primer lugar la soberanía. Así, “como presupuesto necesario, poner el tema de su capacidad de autodeterminación, o sea, dibujar sus metas en libertad, atendiendo primariamente a las exigencias de sus pueblos”. En segundo lugar, la justicia social. Se trata no sólo de dar la debida atención a las necesidades más urgentes y a la erradicación de la miseria, sino luchar contra la dominación y explotación de muchos por pocos, por un orden social tendiente a la justicia e igualdad. La lucha por la democracia puede perfectamente asociarse a la “lucha por el socialismo, poco importando los calificativos que a él se acrecienten o los plazos que se establezcan para su consecución” (Marini, 1992: 13-14). / 181 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA La identificación de dos tendencias internas a la vía bolivariana, que no necesariamente se anulan en el plano político sino que se complementan dialécticamente, apunta para la existencia de complejidades que, si ignoradas, podrían tornar algunas propuestas dogmáticas y/o simplificadoras. Por tanto, el hecho del “socialismo del siglo XXI” no presentar una fórmula acabada y mantener su indefinición y apertura (debiendo ser construido en la praxis), la relación entre chavismo y bolivarianismo, y la concepción de democracia participativa y protagónica denotan que el socialismo buscado se aleja de nociones preconcebidas y de simplificaciones – que caracterizan muchos de los debates acerca de los socialismos y también de los análisis del “fenómeno Chávez” (conferir Ellner, 2010). Sin embargo, si verificamos avances significativos en la “ampliación” de la democracia (mientras sus aspectos más “formales” son preservados), no se percibe lo mismo cuanto a la socialización de la producción. En realidad el sector capitalista se desarrolla mucho más rápidamente que el sector público y, a pesar de las nacionalizaciones, todavía controla ampliamente la economía nacional. Tal hecho podría ser asociado a la concepción genérica de progreso y desarrollo nacional, típicas de las políticas de alianzas de clases en los regímenes llamados “populistas” – clasificación (o acusación) que la vía bolivariana recibe constantemente. Sin embargo, eso se explica efectivamente por la forma de utilización de la renta petrolera. De un lado, los recursos provenientes de la exploración de petróleo son redistribuidos socialmente, con el intento de mejorar las condiciones de vida de la mayoría pobre de la población, en los ámbitos de las Misiones, en la construcción de viviendas, de infraestructura urbana y medios de transporte colectivos. Por otro, son distribuidas subvenciones importan182 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA tes a las cooperativas y a los Consejos Comunales (Lander, López-Maya, 2009; Toussaint, 2009; Ellner, 2010). De este modo, “el sector capitalista se beneficia también largamente de estos gastos gubernamentales, pues es quien domina, de lejos, la banca, el comercio y la industria alimentaria” (Toussaint, 2009: 7). Los recursos redistribuidos por el Estado a la sociedad terminan por concentrarse en los bolsillos de los capitalistas, pues son ellos que controlan el sistema bancario nacional, la industria alimentaria y las cadenas de comercio y distribución, y que lucran ampliamente con las importaciones por el tipo de cambio muy favorable. Y más, con el propósito de evitar mayores contiendas con la desapropiación directa de la propiedad capitalista, las nacionalizaciones son llevadas adelante por medio del pago de indemnizaciones de recompra. La construcción del “socialismo del siglo XXI” parece entonces hasta el momento compartir características esenciales con el modelo capitalista rentista anterior (sin exactamente reproducirlo). La determinación de la renta petrolera en la consolidación de las conquistas políticas y sociales tiene enorme peso cuanto a la vulnerabilidad externa de la economía a las variaciones en los precios del petróleo en el mercado mundial. Por eso, las orientaciones de la política externa bolivariana pasan por el fortalecimiento de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de las relaciones multilaterales y simétricas con otros países periféricos. La continuidad y profundización del proceso depende, por tanto, de la modificación de la táctica de transición al socialismo y de socialización de la producción, pues la simple redistribución de la renta petrolera, aunque satisfaga algunas de las necesidades urgentes de las clases subalternas, sugiere efecto contrario al reforzar el sector capitalista. / 183 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA Consideraciones finales La elección de Chávez en 1998 inicia cambios y rupturas profundas con el esquema político y democrático de Venezuela. Desde entonces, el término “chavismo” aparece muchas veces como síntesis descriptiva de la totalidad de los procesos de cambio político-social. Acreditamos que definir la complexidad sociopolítica venezolana a través del chavismo es insuficiente, una vez que delimita todo el proceso a la capacidad individual de su liderazgo, así como también desconsidera la existencia del potencial transformador social preexistente y que, después de las elecciones de 1998, asume igual importancia. Del mismo modo, asociar el chavismo al discurso populista – “radical” y “maniqueísta” – no supera esta limitación, en realidad la refuerza equivocadamente, más allá de vaciar la categoría “populismo” de todas sus determinaciones históricas. Buscamos demostrar que entre algunas peculiaridades del proceso bolivariano, despuntan el cambio cualitativo de los movimientos de las clases subalternas, que de víctimas del poder se vuelven progresivamente en sus sujetos. En ese sentido, al mismo tiempo que la vía bolivariana transforma la sociedad, la política y las instituciones anteriores, ella permite que se preserven (recreando, pero preservando) medios de representación democrática y caminos de intervención estatales, adelante “relegitimados”. Al mismo tiempo que proponen formas de actuación directa, ella representa bases sociales que antes carecían de representación política y estatal. La falta de una tradición político-organizativa consolidada y el incentivo directo o indirecto del gobierno en la dirección de solidificar su base de apoyo es razón de seguidas tensiones. El bolivarianismo como tendencia radical de cambio social, dado la combinación desigual entre expresiones reivindicativas y políticas (aunque anterior y más allá del MBR-200, del 184 / SUGERENCIAS TEÓRICAS PARA UN ABORDAJE DE LA VÍA BOLIVARIANA MVR, del PSUV o del chavismo), es todavía un proceso en definición. Pero una de sus más grandes riquezas es, sin duda, la capacidad de activar los contenidos transformadores, nacionalistas y anticolonialistas de Bolívar y recriar así el sujeto social de la emancipación, expresando la posibilidad de la síntesis dialéctica entre el socialismo como forma, o sea, como ideal o proyecto de transformación radical, con el contenido, o sea, las especificidades históricas y sociales venezolanas. En principio el chavismo remetía exclusivamente a la responsabilidad de Chávez en el golpe militar de 1992. El chavismo gana nuevos contornos cuando la heterogeneidad del MVR confiere a Chávez papel mediador y directivo fundamentales. Así, en la medida que el proceso avanza y hace aumentar los enfrentamientos con la oposición y las contradicciones internas, el chavismo se vuelve una garantía de la continuidad y profundización de los cambios sociales, y al mismo tiempo un elemento personalista y limitador de la autonomía y participación política. Esas contradicciones son evidentes desde la formación de los Círculos Bolivarianos, de las Misiones, de los Consejos Comunales, como también en la fundación del PSUV. No causa espanto que en determinados momentos el chavismo se confunde o hasta mismo pelea con el bolivarianismo. Ese fenómeno debe mantenerse mientras la política y la sociedad venezolanas probablemente serán marcadas por un largo tempo por la dicotomía chavismo/antichavismo. Las tensiones entre autonomía y subordinación de las bases bolivarianas, la reducción de las elecciones y referendos al “en contra” o “a favor de Chávez”, más las dificultades en superar la propiedad y la división capitalista del trabajo corren el riesgo de reducir la democracia participativa y protagónica (uno de los elementos centrales del proceso revolucionario) más en fin que en un medio de transformación social. Mien/ 185 RAPHAEL LANA SEABRA Y FABRICIO PEREIRA DA SILVA tras el proceso defiende hoy día la superación del capitalismo, cabe cuestionar la capacidad de realización y reproducción en el tiempo de cambios más radicales – incluso la necesidad de consolidación de nuevas institucionalidades, algo difícil en medio al voluntarismo e inestabilidad típicos de los fenómenos de cesarismo progresista. Bibliografía Azcargota, Jesús, Hernández, Ivo (2007). “PSUV: ¿Partido hegemónico o partido único?” Temas de Coyuntura, n. 56. Carrera Damas, Germán (2005). El Bolivarianismo-Militarismo, una ideología de reemplazo. Caracas: Ala del Cuervo. Chávez, Hugo (2007). Senderos de la vía bolivariana. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República. Ellner, Steve (2010). “Hugo Chávez’s first decade in office: breakthroughs and shortcomings”. Latin American Perspectives, v. 37, n. 1. __________ (2008). “Las tensiones entre la base y la dirigencia en las filas del chavismo”. 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Además, la profusión de periódicos y publicaciones de todo tipo y tendencia añadieron una fuente documental de primera importancia a los materiales de los que dispone el historiador moderno. Hechos tan relevantes como las guerras mundiales, los más variados avances tecnológicos o los cambios políticos a nivel internacional pueden analizarse mediante la visión minuciosa que transmite la cronología regular del documento periodístico. Los grandes logros en materia de comunicación inmediata, como fueron en su época el telégrafo o el teléfono, permitieron por primera vez declinar los acontecimientos en tiempo real. A partir de finales del siglo JOSEP PINYOL VIDAL XIX encontramos regularmente en los periódicos secciones de noticias llamadas “telegráficas y telefónicas” procedentes de todo el mundo. Una de las secciones tradicionales de la prensa es la viñeta del día a través de la cual el ojo crítico del dibujante interpreta los hechos de actualidad más variados. Esta componente gráfica se ha convertido en un complemento periodístico prácticamente indispensable tanto para los grandes cotidianos como para las revistas de las más variadas temáticas. La ironía, la caricatura o el testimonio gráfico de grabados e ilustraciones decorativas han aportado y siguen aportando códigos iconográficos que nacen, se desarrollan y perecen tan rápidamente como la actualidad que los ha generado. A veces estos códigos se perennizan y se convierten en símbolos universales. A través de esta ponencia, pretendemos centrarnos voluntariamente en esta segunda categoría intentando ilustrar nuestros propósitos con algunos ejemplos que nos parecen ser reveladores. El campo iconográfico de los dibujos de prensa es tan amplio que el investigador centrado en dicha problemática se ve obligado a restringir su objeto de estudio ya sea en términos cronológicos, ya sea en ámbitos geográficos o analizando diversos aspectos temáticos. En primer lugar, podemos comprobar que, frecuentemente, se hace una utilización ambigua de las expresiones “historia inmediata” e“historia reciente” convirtiéndolas en conceptos sinónimos que se basan en una apreciación puramente cronológica cuyos límites son tenues e inciertos. La idea de historia inmediata parece relacionarse con los acontecimientos directamente vividos por el narrador que se convierte en testigo de los hechos. Este narrador de la historia adopta papeles y puntos de vista tan diversos como son los del autor literario, artista, historiador, periodista o cronista que aporta su particular versión de la época que describe e interpreta. En este sentido, el histo190 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA riador Pierre Vilar1, en su introducción a la Història de Catalunya habla también de la historia inmediata como el relato de una época vivida directamente por el historiador. Para Pierre Vilar, el historiador moderno está secundado por toda una serie de técnicas científicas que pueden ayudarle a definir y a analizar las problemáticas objeto de su estudio. Estadistas, politólogos, sociólogos, lingüistas e incluso sicólogos abordan una gran cantidad de aspectos relacionados directa o indirectamente con la investigación de la historia. Un ejemplo de esta historia multidisciplinaria lo podemos encontrar en El Periódico de Catalunya del día 3 de octubre de 20102 donde se presenta un libro de David Owen en el que este médico y diputado británico relaciona a jefes de estado del siglo XX con enfermedades físicas o patologías mentales que presumiblemente influyeron en la toma de sus decisiones. La exageración de los trazos físicos y de los perfiles psicológicos es una de las componentes esenciales de la caricatura y en este sentido cabe recordar las numerosas ilustraciones cómicas que en los convulsos años treinta representaban a personajes tan controvertidos como por ejemplo Hitler, Musolini o el general Franco bajo aspectos marcadamente patológicos de su supuesta personalidad. José María Nin de Cardona afirmaba en una crítica literaria referente a una obra sobre la historia de la música española que “la información glosa y resume lo que pertenece a la historia inmediata y que por estar próximo a nosotros hemos podido vivir (…) tiene la ventaja de la fuente directa, del dato de primera mano”3. Este concepto basado en el valor de lo Vilar, Pierre. Història de Catalunya coordinada por Josep Termes Vol I. (1988) Barcelona. Edicions 62 2 Massagué, Rosa. (3-10-2010) « Los males del poder. Políticos enfermos ». Alusión al libro de David Owen « En el poder y en la enfermedad ». Barcelona. El Periódico de Catalunya 3 Nin de Cardona, José María. (8-10-1966) « Crítica literaria de la obra La música y los músicos españoles del siglo XX ». Periódico Nueva Alcarria n° 1450 Guadalajara (España). 1 / 191 JOSEP PINYOL VIDAL que conforma la actualidad lo encontramos también en un interesante análisis de Jordi García Soler que a principios de los años setenta añadía una dimensión basada en la anécdota y en el detalle: “Imposible analizar nuestra historia inmediata sin comprender ni aceptar en su totalidad los fenómenos que más directamente inciden sobre el vivir cotidiano de esta nueva generación, sus costumbres de cada día, sus formas de vida, sus modas, sus gustos…”4 El matiz que separa a los dos calificativos aplicados a la historia, inmediata o reciente, parece tan tenue que difícilmente podríamos encontrar un argumento definitivo para distinguirlos. Sin embargo, Jean Marie Caplain, en un artículo sobre un tema tan escabroso como la tortura aporta una reflexión brillante por su sencillez y por su claridad: “la historia reciente relatada en los libros y la historia inmediata de que nos hablan los periódicos”5. Caplain aborda la problemática desde la fuente documental y su punto de vista es especialmente interesante para el historiador del arte que basa su investigación en los códigos iconográficos de los dibujos de prensa. A finales del siglo XIX encontramos en la prensa una gran profusión de dibujos de inspiración costumbrista. El realismo se impone como un estilo que cumple perfectamente con una función de relato, de crónica social basada en la observación directa. El artista de prensa se convierte en el cronista gráfico de su sociedad y a través de su ojo crítico plasma los defectos y virtudes que constituyen la identidad de un grupo humano y de una época. Citemos como ejemplo el Almanaque Sud-Americano publicado simultáneamente en Buenos Aires y Montevideo aunque era editado en Barcelona a finales del siglo García Soler, Jordi. (4-01-1970). « De los sesenta a los setenta ». Barcelona. La Vanguardia Caplain, Jean Marie. (22-02-1959). Toulouse (Francia) CNT n° 721 4 5 192 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA XIX. Esta publicación constituye un claro exponente de la interacción estética que se produce paralelamente a los dos lados del Atlántico. En sus páginas encontramos grandes nombres de la ilustración modernista catalana como Apel.les Mestres o Mariano Foix y firmas de dibujantes iberoamericanos como Francisco Fortuny. Este Almanaque, profusamente ilustrado, contribuyó a la difusión del estilo modernista catalán mediante ciertas decoraciones gráficas y al mismo tiempo expuso escenas marcadamente costumbristas procedentes de varios países iberoamericanos como imágenes de la vida en la Pampa o estampas rurales chilenas. En los albores de un nuevo siglo la prensa empieza a difundir a gran escala opiniones, estilos e influencias que se entrecruzan, se asimilan o se contrastan. En los últimos años del trepidante siglo XIX la prensa contribuyó a difundir la idea de progreso mediante los artículos que frecuentemente presentaban los grandes avances técnicos de la humanidad. Los nuevos logros abarcaban todos los ámbitos desde las nuevas técnicas de comunicación como el telégrafo y más tarde el teléfono o el gramófono y la radiodifusión hasta las grandes expediciones geográficas que desvelaban misteriosas tierras lejanas a un público cada vez más exigente y curioso. El transporte fue también un vector de progreso; el tren adquirió muy rápidamente un alto valor simbólico e iconográficamente se asoció con la idea de progreso imparable y de potencia arrolladora. La iconografía basada en la representación de una locomotora desbocada que avanza atropellando a su paso a todo aquel que se interpone en su camino ha sido muy frecuentemente utilizada para describir situaciones tan diversas como la crítica a la política económica en Argentina en la portada del semanario bonaerense Caras y Caretas (1898) en un dibujo firmado por Mayol. En la publicación barcelonesa La Campana de Gràcia, (1903) Llopart / 193 JOSEP PINYOL VIDAL representó “la máquina del progreso” que atropellaba a curas, burgueses, militares y una serpiente que lucía la palabra “reacción”. Aún bien entrado el siglo XX encontramos ilustraciones que siguen perpetuando la existencia de este símbolo. Asimismo, los globos aerostáticos y el posterior desarrollo de la aviación permitieron observar el mundo desde una perspectiva inédita. Los artículos que en aquel momento del cambio de siglo loaron los sorprendentes avances técnicos fueron numerosos y en todos ellos subyace el interrogante de lo que aún podía deparar el nuevo siglo XX. Como decía Juan Pérez de Guzmán en el Almanaque de La Ilustración publicado en Madrid el día 1 de enero de 1902: “… el siglo XIX ha sido una preparación, el siglo XX será el siglo de nuestras gloriosas realidades…” Caricatura de Llopart (25-04-1903). Barcelona. La Campana de Gràcia n° 1771 194 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA En un artículo titulado “Crítica Estética” publicado en la revista barcelonesa Luz, Ángel Cuervo también se dejaba llevar por el entusiasmo de los nuevos tiempos afirmando: “…Creemos en el progreso constante de las cosas humanas. De la física a la fisiología, de la fisiología a la psicología y de la psicología a la teología, creemos que el hombre irá ascendiendo hasta el conocimiento perfecto de la vida…”6 Por su parte Adolfo Marsillach añadía en el periódico también barcelonés El Diluvio: “Para la ciencia el siglo XIX ha sido el más grande de los siglos (…) la luz, el vapor, óptica, mundo microbiano y mundo sideral”7 Años más tarde, ya bien pasada la mitad del siglo, podemos constatar la misma expectación durante la década de los sesenta en lo que fue la gran época de la exploración espacial. En un artículo titulado “La ciencia del espacio”8 publicado en El Correo Catalándurante el extraordinario viaje de Apolo XI, se afirmaba con énfasis que “después de 500 años se abre un capítulo todavía más fabuloso y exaltante; el conocimiento, primero, del mundo que gravita alrededor del Sol, y después del resto del universo”. Este mismo periódico publicó una serie de artículos en paralelo a la narración de la aventura lunar en los que Jaime de la Fuente evocaba la eventualidad de poder entrar en contacto con habitantes de otros mundos. Evidentemente esta idea no pasó inadvertida para el ingenio de los humoristas de prensa como fue el caso del popular dibujante Peñarroya que publicó una serie de dibujos humorísticos en El Noticiero Universal donde representaba a los selenitas esperando la llegada inminente de Cuervo, Angel. Diciembre 1898 « Crítica Estética ». Barcelona Luz n° 10 Marsillach, Adolfo. (1-01-1901) « El siglo XIX ». Barcelona El Diluvio n° 1 Spectator. (19-07-1969) « La ciencia del espacio ». Barcelona El Correo Catalán n° 28558 8 6 7 / 195 JOSEP PINYOL VIDAL los humanos. Unos estudiaban, en una especie de consejo municipal lunar, la posibilidad de pedir subvenciones a los terrícolas y otro soñaba con casar a su hija con Neil Armstrong. El humorista Jaume Perich decía en una columna de este mismo periódico: “Para facilitar la tarea de los historiadores, hago público desde aquí que en el mismo momento en que el Apolo XI despegaba de la Tierra con destino a la Luna, yo me estaba comiendo una pierna de cordero”. Evidentemente, Perich juega con el resorte humorístico de su supuesto orgullo pero en su cita subyacen dos ideas que podemos considerar como extremadamente justas. Por una parte su frase implica que el periódico donde se publica este texto es una valiosa fuente documental para el historiador, es decir, sitúa a la prensa en su papel de narrador de la historia inmediata. Por otra parte, abre de nuevo el gran interrogante del investigador que debe, en ciertos casos, jerarquizar su información: ¿Dónde empieza lo esencial y dónde acaba lo anecdótico? Inevitablemente, en aquel momento histórico se hizo la comparación entre el viaje de Cristóbal Colón y el de los astronautas norteamericanos. Con toda la parcialidad ideológica que implicaba autoproclamarse como portavoz del Movimiento (partido único en la España de Franco), el periódico castellonense Mediterráneo llegó a publicar una ilustración compuesta por dos grabados. En el primero vemos a Colón pisando suelo americano con el estandarte de Castilla y en el segundo a Neil Armstrong que se dispone a clavar la bandera estadounidense en el suelo lunar. El comentario enfático que acompaña a esta doble imagen no deja lugar a dudas sobre el origen de la proeza de Armstrong descrito como un ciudadano “… de un país surgido en aquellas tierras que Colón 196 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA descubriera…”9 o, dicho de otro modo, de no ser por Colón nunca hubiera existido el programa Apolo. La caricatura o la viñeta aportan una dimensión complementaria que se añade al texto que generalmente suelen acompañar. En el caso de la caricatura de actualidad su función es netamente interpretativa lo que la acerca del artículo de opinión más que de la crónica narrativa. Evidentemente, cada publicación sigue una línea editorial que a veces se presenta de manera explícita como en el caso de los periódicos portavoces de determinados partidos políticos. En ciertos casos la línea ideológica es voluntariamente amplia y el periódico puede acoger artículos de diferentes tendencias reforzando así el carácter de tribuna democrática. Así pues, sea cual sea la fuente hemerográfica utilizada, debemos ser conscientes de la subjetividad y de la perspectiva ideológica de esta fuente documental. Los humoristas gráficos, los ilustradores de prensa, han generado con su ingenio una serie de códigos iconográficos que, por su poder expresivo, tienen un alcance mundial. Tomemos por ejemplo lo que podríamos denominar la iconografía gestual del puntapié. Dar una patada a un objeto o a una persona se considera universalmente como un gesto violento y agresivo que pretende destacar la superioridad de la persona que lo profiere y la inferioridad, física o moral, del que lo recibe. Bajo esta forma se caricaturizaron hechos tan diversos como la guerra de Cuba entre España y los Estados Unidos en una portada de la revista El Gato Negro (1898), la guerra anglo-boer en La Campana de Gràcia (1902) o el final de la dictadura de Machado en Cuba en las páginas del también pe (22-07-1969). Castellón (España) Mediterraneo n° 9546 9 / 197 JOSEP PINYOL VIDAL riódico barcelonés La Rambla (1933). La agresividad gestual puede también presentarse en forma de puñetazo o de mano que aprieta con la que evidentemente se ilustra el vasto concepto de opresión. Caricatura de «Plantu» (1-10-2010). Paris. Le Monde n° 20431 Asimismo el símbolo de la escoba ha pervivido como un atributo asociado a la caricatura política. Este objeto usual y cotidiano se ha convertido en un elemento retórico comparable al puntapié ya que con él se limpia y se aparta lo que se considera suciedad e inmundicia. El barrendero puede declinarse en positivo o en negativo según la intención subjetiva del caricaturista. Un primer ejemplo, entre los numerosos dibujos existentes, sería el de la ilustración del barcelonés Tomàs Padró que presenta a una joven alegoría femenina de la República Federalque en mayo de 1873 barría el suelo delante del Parlamento español. Bajo la consigna “fuera la suciedad” arrollaba con su escoba a personajes que representaban las políticas monárquicas y conservadoras enemigas de la ideología republicana federalista por la que militaba La Campana de Gràcia, semanario barcelonés en el que se publicó dicha ilustración. 198 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA Mucho más recientemente, en octubre del 2010, el periódico francés Le Monde de la mano de Jean Plantureux “Plantu”, caricaturizó al presidente Nicolas Sarkozy, escoba en mano, barriendo su país de gitanos de origen rumano en una clara alusión crítica hacia la política de expulsiones llevada a cabo por su gobierno durante el verano de ese año. Esta temática se ha utilizado también en el cartel de propaganda ideológica como en el firmado por Víctor Deni en el que, en 1920, aparece Lenin con una escoba barriendo el globo terráqueo de monarcas y especuladores. El zoomorfismo, por su poder de evocación, ha sido y sigue siendo una de las componentes más enraizadas en la ilustración gráfica. Las fábulas morales con una finalidad pedagógica constituyen un género literario de larga tradición presente ya en la antigüedad clásica. Estos relatos en los que se atribuyen características humanas a los animales y viceversa, los encontramos tanto en la literatura docta como en los textos didácticos para los niños, los cuentos populares o los refranes. En períodos tan conflictivos como las guerras la imagen zoomorfa asociada al enemigo deriva fácilmente hacia el aspecto monstruoso con el que se pretende diabolizarlo. En septiembre de 1936, apenas dos meses después del estallido de la guerra civil en España, Josep Altamira, representó en la revistaL’Esquella de la Torratxa un retrato del fascismo bajo la apariencia de un repugnante monstruo de tres cabezas (un burgués, un militar y un cura) asediado por un nutrido grupo de milicianos republicanos. Atribuir las supuestas características de un cerdo, un cordero, un buitre o un asno a alguien, supone una relación directa de la persona con cualidades o defectos que pueden ser tanto físicos como psicológicos. Estas asociaciones son tan expresivas que una buena parte de países han adoptado un símbolo / 199 JOSEP PINYOL VIDAL zoomorfo con el que se pretende sintetizar su personalidad e idiosincrasia profunda. El gallo de la República Francesa, el águila mexicana, el dragón galés, el cocodrilo cubano o el león castellano son símbolos que afianzan la identidad nacional y que han atravesado los tiempos para afirmarse como un atributo iconográfico perfectamente identificable. Sin embargo, la utilización de estas imágenes puede ser un arma de doble filo. El león castellano que acompaña a las representaciones alegóricas que personifican a la España imperial, se convirtió en un animal enfermizo y famélico que erraba como un perro escuálido al lado de una dama pordiosera. Esta variante del código iconográfico inicial la encontramos a partir de la década de los años ochenta del siglo XIX en las caricaturas de la prensa catalana que fue extremadamente crítica con las iniciativas tanto militares como políticas de España en Cuba y Puerto Rico. A partir de ese momento la alusiones al paradigmático Tío Sam empiezan a ser frecuentes en la prensa satírica iberoamericana y dicho personaje se convierte en una especie de malvado especulador cuya efigie sigue ocupando regularmente las viñetas de los periódicos. En 1911 un Tío Sam codicioso inspeccionaba los dientes de un caballo que representaba a Puerto Rico cargado con los productos emblemáticos de la economía de la isla.10 La personificación de entidades abstractas como pueden ser los estados, los pueblos o una clase social determinada siguen el mismo proceso que las alegorías ya utilizadas desde la antigüedad clásica. Basta con añadir un perfil constante que caracterice al personaje en cuestión y el Tío Sam estadounidense, el británico Jhon Bull o la Mariannefrancesa quedan Caricatura firmada LED publicada en la revista El Carnaval. Reproducida en Yépez, Arturo. 2008. Historia del humor gráfico en Puerto Rico. Lleida. Ediciones Milenio n° 9. Pag. 77 10 200 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA inmortalizados como estereotipos representativos. Así, una barbilla puntiaguda para el primero, la obesidad para el segundo y el gorro frigio para la tercera se convierten en atributos iconográficos constantes que encontramos en ilustraciones editadas en cualquier parte del mundo y en todas las épocas a partir de finales del siglo XIX. La revista Caras y Caretas, en su edición argentina, confrontaba en 1936 a un gaucho ganadero con un Jhon Bull que quería imponerle un pacto económico netamente favorable para las mercancías inglesas. Ese mismo año, el semanario humorístico venezolano Fantoches publicó una caricatura de Leoncio Martínez “Leo” titulada “pulpos imperialistas” que representaba al Tío Sam y a Jhon Bull especulando para obtener el petróleo venezolano. La ambición que se atribuye a estos personajes simbólicos ha sido también representada en su variante zoomorfa asociándolos a veces con pulpos (como en el caso de la anteriormente citada caricatura de “Leo”) o con arañas que tejen su red. Esta misma iconografía se utiliza también para ironizar sobre las políticas centralistas de ciertos estados. Los ejemplos son evidentemente incalculables y tal es la amplitud de estos fenómenos iconográficos que el gran especialista de la imagen Romà Gubern escogió la efigie paradigmática del Tío Sam como portada de su remarcable libro titulado “Medios icónicos de masas”. En esta obra se aborda la evolución de la imagen tanto desde un punto de vista técnico como desde una perspectiva social basada en el impacto iconográfico del símbolo: “…la impregnación mágica de la imagen ha perdurado en cierta medida hasta nuestros días y por eso los enamorados besan la foto de su pareja y en las revoluciones se derriban o queman las efigies de los dictadores…”11 Gubern, Román. 1997 Medios Icónicos de Masas . Madrid. Historia 16. Pag. 9 11 / 201 JOSEP PINYOL VIDAL Una derivación de estos estereotipos de entidades abstractas es la personificación del ciudadano medio, una entidad diluida y anónima que frecuentemente adquiere el papel de víctima involuntaria de malas gestiones, políticas hostiles o decisiones arbitrarias. Este es el papel del denominado en muchos países iberoamericanos Juan Pueblo que corresponde perfectamente al “Monsieur Tout le Monde” de la prensa francesa, o al también conocido como “hombre de la calle”, “ciudadano de a pié” y quién sabe cuántos calificativos más. Con este personaje se parodia a menudo los inconvenientes de la vida cotidiana como son las subidas de los precios, el tráfico en las grandes ciudades o la política en materia de servicios públicos. Un dibujo del uruguayo Emilio Cortinas “Pipo” titulado “estampas populares” publicado en la revista Lunes en 1957 puede perfectamente relacionarse con las composiciones del catalán Ricard Opisso que en la década de los años veinte popularizó en Barcelona sus ilustraciones plagadas de una infinidad de situaciones y personajes. Estas escenas eran netamente urbanas y en medio del caos de circulación de automóviles y peatones, el espectador percibe una multitud de detalles entre los personajes anónimos que corren, se entrecruzan, se apelotonan en los autobuses o esquivan los socavones de una obra. Sin embargo, este personaje paradigmático puede también aparecer en situaciones que denuncian coyunturas políticas como en el caso del costarricense Eduardo Mora Chaves que dibujó al brazo del capitalismo ahogando a Juan Pueblo en la revista Don Lunes (1936) o Valdivia, cuya caricatura en la portada de Caras y Caretas de Buenos Aires (1939) confronta al Tío Sam con un Juan Pueblo pampero. 202 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA Caricatura de Valdivia (12-08-1939). Buenos Aires. Caras y Caretas n° 2131 El llamado humor negro es también uno de los resortes clásicos de la sátira con el que se ilustra perfectamente aquel dicho popular que dice que “quien canta su mal espanta”. Innumerables ejemplos del más variado humor gráfico nos muestran esqueletos, cortejos fúnebres, velatorios y ataúdes como atributos de una iconografía tan macabra como irónica. Dentro de esta retórica humorística destacaríamos las caricaturas en las que aparece un montón de esqueletos sobre los que reina el objeto crítico, el personaje parodiado. Así fue representada la accesión al poder de Adolf Hitler en Alemania bajo la firma de Francesc Fontanals “Soka” en la páginas de El Be Negre en octubre de 1934. En esta caricatura titulada Hitler emperador, aparece el dictador alemán con una capa de monarca en lo alto de una pila de calaveras humanas. Una caricatura del costarri/ 203 JOSEP PINYOL VIDAL cense Hugo Díaz12 parodió en Semanario Universidad a los dictadores latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX utilizando esta misma composición, encumbrados en lo alto de un montón de esqueletos con uniformes de gala y dientes de vampiro. Ya en 1897 el cubano Ybáñez había situado al general español Weiler cómodamente instalado en una silla en lo alto de una pila de calaveras. Esta caricatura publicada en la revista cubana Cacarajícara, hacía alusión a la despiadada acción de dicho general al que se le había encomendado la tarea de pacificar la isla de Cuba. Desde la prensa barcelonesa se criticó duramente esta actuación y en las páginas de La Campana de Gràcia se afirmaba que “La Isla de Cuba no es más que un campo de explotación”13. Una ilustración de cuatro viñetas ironizaba diciendo que la empresa más próspera en Cuba era la producción de cadáveres. Un curioso dibujo publicado en la revista satírica madrileña Gedeón en octubre de 1898 mostraba “La entrega de Puerto Rico” con una muchacha en brazos de un hombre mayor formando una composición en la que se percibe el esbozo de una calavera humana. Cuarenta años más tarde en 1939, encontramos una composición similar firmada por Jean Pepin Donat en La Semana Cómica de Costa Rica. Bajo el título “el mundo amenazado por la muerte” en el que Adolf Hitler y Stalin se dan la mano en el interior de una calavera. Esta coincidencia estética que no pasa de ser anecdótica nos revela una vez más la universalidad de los códigos iconográficos que persisten y se perpetúan declinando siempre los hechos de la actualidad más candente. Caricatura reproducida en Sánchez Molina, Ana 2008 El humor gráfico en Costa Rica. Lleida. Ed. Milenio. pag. 120 13 (6-08-1898). Barcelona. La Campana de Gràcia. n° 1525 12 204 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA Citemos como último ejemplo de esta categoría de humor la consabida caricatura con la que se despide el año en la que aparece sistemáticamente el año que se acaba bajo la iconografía del esqueleto dotado de los atributos de la guadaña y del reloj de arena. Lo efímero de la vida ha sido representado de esta manera a través de los siglos, desde las danzas macabras de la Edad Media pasando por artistas como Pieter Bruheguel y profusamente utilizado por caricaturistas del mundo entero. La luz de un sol radiante se presta también a relacionar esta escena con la esperanza, la razón y el progreso social. La luz como elemento iconográfico se opone a las tinieblas y al oscurantismo, de ahí que este símbolo haya sido frecuentemente utilizado en las ilustraciones reivindicativas que poseen un claro objetivo político e ideológico. También la enfermedad en sus variantes del médico incompetente o del paciente aquejado por males de todo tipo constituye una fuente iconográfica con la que se parodian las situaciones más diversas. Conciertos desafinados y cacofonías incomprensibles, ironizan sobre la complejidad del discurso político o sobre las dificultades para encontrar acuerdos y armonía social. El erotismo de algunas ilustraciones juega con el concepto de seducción en su sentido más amplio. La metáfora gastronómica presenta coyunturas indigestas de la misma manera que una olla hirviendo puede aludir a una situación conflictiva. Estamentos sociales como la justicia, el clero y el ejército son objeto de sátiras mordaces que, cuando la legislación y los métodos de censura lo permiten, han llegado a exponerse con una retórica tan elocuente como violenta. Desde el siglo XIX, la caricatura anticlerical, que no forzosamente antirreligiosa, fue especialmente feroz en Francia y en Cataluña. Las publicaciones barcelonesas L’Esquella de la Torratxa y La Campana de Gràcia se distinguieron particularmente en este registro y / 205 JOSEP PINYOL VIDAL sus páginas están pobladas de clérigos obesos, avaros y lujuriosos. A estas actitudes se añade una iconografía agresiva de carácter zoomorfo en la que los curas toman apariencia de cuervos o de insectos. En Francia, Honoré Daumier, fustigó al estamento jurídico después de haber pasado seis meses en prisión a causa de una caricatura antimonárquica. En Cataluña, la revista satírica Cu-Cut!, fue suspendida en1905 a causa de una caricatura de Joan Junceda que parodiaba al ejército español. Cabe decir que la sátira social ha sido, y en algunos casos sigue siendo, un elemento que desata las reticencias del poder hasta el punto de aplicarle medidas sancionadoras, legislaciones restrictivas y censuras arbitrarias. La elaboración de un repertorio iconográfico exhaustivo sería sin duda una labor tan apasionante como interminable ya que, como hemos podido comprobar a través de los ejemplos anteriormente citados, su utilización no conoce ni épocas ni fronteras. Citemos como ejemplo emblemático la iconografía del burgués de chistera que fuma un puro ostentoso. Este estereotipo ha adoptado formas como las personaje ficticio Robert Macaire, obra del francés Honoré Daumier en el siglo XIX o el Senyor Esteve, un burgués cínico y avaro ideado por el catalán Josep Costa “Picarol” en la primera década del siglo XX para parodiar a la burguesía industrial catalana. Frac, chistera y cigarro desmesurado continúan siendo atributos básicos con los que ya se denunciaba la riqueza desmesurada y la avidez desde el principio de la era industrial y que se proyecta aun con toda su fuerza expresiva en la caricatura contemporánea. 206 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA Dibujo de Josep Alloza (5-08-1933). Barcelona. La Campana de Gràcia n° 3341 En 1857, Paul Gavarni defendía la idea según la cual la popularidad de la sátira, materializada en la caricatura de prensa, es el reflejo de su respaldo social en el momento en el que toma forma. El tema tratado e interpretado por el caricaturista adquiere una especial relevancia entre sus lectores y marca el acontecimiento de actualidad: “Voilà l’utilité de la satire: Elle amuse d’abord la malignité des contemporains; elle devient, pour la postérité, une pièce historique.” [[14]] Si, como hemos visto, los códigos iconográficos y los recursos metafóricos persisten en su forma esencial, éste no es el caso de los estilos estéticos empleados para representarlos. La estética de los dibujos de prensa ha sido también tributaria de la evolución de los estilos artísticos y del gusto cambiante según la época. El realismo costumbrista de finales del siglo 14 Gavarni, Paul. 1857 Masques et visages. Paris. Ed. Paulin et Lechevalier. / 207 JOSEP PINYOL VIDAL XIX fue el estilo adoptado masivamente por dibujantes tan diversos como Philipon y Daumier (Francia), Mariano Foix y Josep Lluís Pellicer (Cataluña), o Feliciano Ybáñez (Cuba). La diversificación estética en las primeras décadas del siglo XX dejó paso a las nuevas vanguardias artísticas y así asistimos a una progresiva y relativa simplificación del dibujo de actualidad que en ocasiones adopta formas geométricas y marcadamente cubistas. El surrealismo añadió una dosis a lo absurdo y lo anacrónico del discurso de algunos caricaturistas y, muy acertadamente, Luís Conde Martín centra el análisis de dicho tipo de ilustraciones recordándonos que, como para cualquier hecho estético, no cabe una única lectura lineal ya que existen “…diversos surrealismos que (…) influyeron de forma irreversible en las concepciones del arte y por ende en la función de la caricatura, de la deformación intencionada de la representación de la realidad…”15 Los sucesivos conflictos bélicos del siglo XX nos han dejado una producción de imágenes que contienen la particular retórica del combate, el heroísmo, la resistencia o la denigración del enemigo. Bajo esta coyuntura, la prensa reprodujo y se inspiró de los carteles de propaganda política que difundían consignas de militancia. El realismo soviético tuvo en este terreno un amplio espacio de proyección internacional especialmente reflejado en el bando republicano que combatió en la guerra civil española. Artistas de la talla de Bardasano se distinguieron tanto en el dibujo de prensa como en la producción de carteles. Una de las componentes estéticas fundamentales en este tipo de representaciones fue la sublimación del cuerpo humano a través de imágenes de obreros con musculaturas imponentes. Conde Martín, Luís. 2009. Historia del humor gráfico en España. Lleida. Ediciones Milenio. 15 208 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA Como lo constata Eric Hobsbawn16 en un artículo sobre las representaciones estéticas socialistas, la fuerza física que se exhibe no es más que la visualización formal de la pretendida fuerza moral de la causa que se defiende a través de los personajes idealizados. Las obras de los muralistas mexicanos como Diego Rivera, o José Clemente Orozco son ejemplos claros de la adopción de este estilo comprometido que llegó a ser el estandarte estético y universal de una ideología. Las consignas políticas que aun actualmente podemos encontrar en calles y plazas en países como Cuba o Nicaragua se inspiran directamente de esta fuente estilística. El realismo soviético encontró una derivación en el constructivismo geométrico a menudo asociado al fotomontaje y a la técnica del collage. Esta técnica fue adoptada también en la ilustración de prensa que encontró una manera de estructurar cabeceras de periódicos y primeras páginas haciéndolas más atractivas para el lector. Aparte de la forma estética adoptada según los cánones de cada época, podemos observar que los códigos iconográficos creados por la caricatura de retrato se cuentan sin duda entre los más efímeros. La causa esencial es que, en su mayor parte, solo tienen vigor durante el período de popularidad del personaje caricaturizado. El investigador se enfrenta a una descodificación permanente de la imagen que en su momento narró una actualidad inmediata, puntual y delimitada en el tiempo. Actualmente, basta con ver un mentón prominente en una viñeta del diario El Mundo Deportivo para asociar el retrato con Josep Guardiola famoso entrenador del FC Barcelona. El excelente caricaturista Jaume Capdevila, “Kap”, concibió este atributo físico convirtiéndolo en un signo identitario del personaje. Quizás dentro de 16 Hobsbawn, Eric. Enero 1982. « Home i dona a la iconografia socialista ». Barcelona. L’Avenç. / 209 JOSEP PINYOL VIDAL unos años esta caricatura solo sea identificable por las personas de una misma generación y más específicamente por la categoría de los aficionados al fútbol. Cabe también tener en cuenta el campo de influencia geográfico de la caricatura puesto que lo que puede parecer evidente para un barcelonés no lo será forzosamente para un bonaerense o un limeño. Solo algunos retratos, caricaturescos o no, se han perennizado a causa del peso histórico e iconográfico que les han conferido un carácter universal: el inconfundible bigote de Adolf Hitler, la barbilla del perfil de Lenin o la boina estrellada de Ernesto Ché Guevara. Las vanguardias de todo tipo diversificaron la oferta estética, se adaptaron al gusto del momento y contribuyeron, en sus diversas formas de expresión, al enriquecimiento del dibujo de prensa. Otro factor a tener en cuenta es la movilidad de los dibujantes que en muchas ocasiones debieron emigrar para buscar refugio en otros países. Jaume Capdevila[[17]], en su documentada obra sobre el caricaturista catalán Avel.lí Artís “Tísner”, describe ampliamente las relaciones que se establecieron entre los humoristas gráficos catalanes exiliados y sus homólogos mexicanos. También, Pere Calders, Josep Alloza, Lluís Bagaria, entre otros muchos dibujantes, se vieron obligados a trasladarse a Iberoamérica después de la guerra civil. En este sentido destacaremos los artículos de Federico Moreno Santabárbara sobre el exilio americano de los humoristas gráficos. En su artículo Federico Moreno precisa que ha sido una labor compartida con especialistas de países como Chile, Argentina y Venezuela que “coinciden en señalar que la aportación de este elenco resultó muy positiva” [[18]]. Debemos destacar la labor del conocido especialista barcelonés, Jordi Capdevila, Jaume. 2008 L’humor gràfic de Tísner. Lleida. Pagès Editors. Moreno Santabárbara, Federico. 2007. « Humoristas gráficos españoles en el exilio americano » . Alcalá de Henares. Quevedos. 17 18 210 / CÓDIGOS ICONOGRÁFICOS DE PRENSA Y ACTUALIDAD INMEDIATA Artigas que, al frente de su avanzado proyecto Memòria dels Dibuixants, mantiene vivo el recuerdo y la obra de dibujantes catalanes forzados al exilio. Por suerte, el exilio político no ha sido el único factor de movilidad ya que artistas de origen uruguayo como Rafael Barradas y Torres García dejaron sus huellas tanto en el panorama estético catalán como en algunas revistas vanguardistas editadas en Barcelona durante las dos primeras décadas del siglo XX. Actualmente, el caraqueño Francisco Graells “Pancho” está instalado en Francia donde con gran éxito publica en periódicos tan prestigiosos como Le Monde, Lire, o Le Canard Enchainé. La perspectiva histórica actual nos permite contemplar dos cambios de siglo vistos y narrados a través de la prensa. Si en el ocaso del siglo XIX subyacía esencialmente la idea de progreso imparable, el paso al siglo XXI vino marcado por ese simbólico cambio de milenio en el que se mezclaron el pesimismo de los catastrofistas y el optimismo desmedido de los más entusiastas. La prensa sigue siendo portavoz de opiniones y narradora de acontecimientos a pesar de la irrupción acelerada de los nuevos medios de comunicación visual que, como en el caso de Internet, permiten un acceso inmediato tanto a lo trascendental como a lo anecdótico. Sin embargo, el dibujo de prensa, continúa ocupando un lugar preponderante dentro de los géneros periodísticos. El anteriormente nombrado Jaume Capdevila “Kap”, en su doble faceta de investigador y de reconocido caricaturista afirmaba recientemente: “el dibujo y la ironía son un instrumento para explicar la realidad vista por detrás. Es una terapia de choque que pretende dar unas claves para interpretar una realidad: primero, provocar una sonrisa; después, hacer pensar”19 19 Declaraciones a Josep M. Orta. 14-02-2009. Barcelona. La Vanguardia. / 211 Ensayos El Oficio de Existir en una Época Nihilista Se me ha invitado y retado a venir a hablarles en guayabera, darle un sentido jovial y dionisíaco a mis palabras, intentar practicar la gaya ciencia y por si fuera poco que contradiga al fundador de la ciencia moderna, invirtiendo su famosa fórmula “cogito ergo sum” por “sum ergo cogito”, no sé si podré ser exitoso en el intento. Efectivamente creo que antropológicamente las manos preceden al cerebro y lo condicionan. Vivimos aprendiendo y aprendemos con la experiencia, ya lo había anticipado de alguna manera Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) y Kant (1724-1804), a pesar de su idealismo filosófico así lo había entendido cuando decía que la conciencia no puede ir más allá de la experiencia y por eso en la sabiduría popular se dice y se repite que nadie escarmienta en cabeza ajena. Dicho esto me gustaría compartir con ustedes, especialistas y expertos en tantas cosas y disciplinas que desconozco, una visión o comprensión de nuestra época desde una perspectiva histórico-filosófica que por lo menos a mi me ha sido útil como es tratar de profundizar en una tendencia identificada como nihilismo, así como el existencialismo y en una época, la nuestra, definida básicamente como nihilista. Estamos hablando particularmente del siglo XIX y XX, épocas complejas y dinámicas que para muchos son al mismo tiempo epílogos y prólogos de tantas cosas viejas por desaparecer y tantas cosas nuevas por terminar de definirse, no otra cosa en este sentido es la llamada posmodernidad. El siglo XX fue calificado por Martín Buber (1878-1965) como el siglo sin dios y que Nietzsche avizoró y anticipó tal como lo observó Lou Salomé (1861-1937) cuando en su última entrevista con el filósofo este le decía que el siglo estaba por terminar y ella le replicó que al contrario, su siglo ÁNGEL LOMBARDI estaba por comenzar (Recordemos que Nietzsche muere en 1900). Éste en su obra había insistido hasta la saciedad sobre la incertidumbre y precariedad que caracterizan la vida, de nosotros los contemporáneos. En un fragmento de 1887, al borde de su colapso psíquico, escribe, “Nihilismo: falta el fin; falta la respuesta al ¿Para qué?” y en 1888 amplia la idea: “El hombre moderno cree de manera experimental ya en este valor, ya en aquel, para después dejarlo caer; el círculo de los valores superados y abandonados es cada vez más amplio; se advierte siempre más el vacío y la pobreza de valores; el movimiento es imparable, por más que haya habido intentos grandiosos por desacelerarlo. Al final, el hombre se atreve a una crítica de los valores en general; no reconoce su origen; conoce bastante como para no creer más en ningún valor; he aquí el pathos, el nuevo escalofrío... Lo que cuento es la historia de los próximos dos siglos” Lo asombroso de estas afirmaciones es que se hacen en pleno apogeo de la idea y filosofía del progreso, en pleno auge industrial y triunfante en todo sentido Europa y su racionalidad y cultura. Es el vitalismo de la Belle Époque y su fuerte carga hedonista y vanguardista. Pero el filósofo tenía razón y los hechos así lo demostraron al poco tiempo. Desde 1905 en adelante el siglo no tiene respiro en cuanto a violencia y destrucción. Literariamente este cruce de épocas, de crisis sin redención lo reflejan muy bien en sus libros autobiográficos tanto Stefan Zweig (1881-1942) como Sandor Marai (1900-1989) entre otros. La catástrofe es la imagen recurrente del siglo y la cultura europea lo refleja como ninguna otra y la proyecta a escala global. Darwin (1809-1882), Marx (18181883), Freud (1856-1939) y Einstein (1879-1955), además de Nietzsche (1844-1900), es el quinteto que se acostumbra a citar para referirse al origen del derrumbe de un mundo teórico e ideológico pretendidamente racional que sostenía todo el an- 216 / EL OFICIO DE EXISTIR EN UNA ÉPOCA NIHILISTA damiaje de la modernidad. Logos, Razón y Técnica es el hilo conductor de todo el llamado pensamiento occidental que termina por conquistar el mundo, que al mismo tiempo genera su propia contradicción dialéctica y no otra cosa es el nihilismo y el existencialismo. Son las respuestas desesperadas desde la angustia de la existencia. Es el Ser situado, en el mundo que enfrenta la agonía de una existencia que aunque libre o como proyecto de libertad está condenada a la nada, asumida esta como una sombra de dios, de un dios que ya había muerto (“El nihilismo, Franco Volpi, Ediciones Siruela, 2007”). Esta corriente de pensamiento termina obsesionada por el tema de la nada, producto de una larga tradición filosófica que incluye a pensadores tan influyentes e importantes como Gorgias, Duns Scoto (1266-1308), Meister Eckhart (1260-1327), Silesius (1624-1677), Leibniz (1646-1716) y el poeta Leopardi (17981837) que llega a afirmar “que el principio de las cosas, y de dios mismo, es la nada”. Ese es el empeño, de eso se trata, en esta línea de pensamiento, terminar negando a dios (a pesar de que existe un existencialismo cristiano) y nuestra época lo ha intentado y estamos pagando el costo, en desestabilización, violencia y desamparo, en precariedades e incertidumbres y que los venezolanos de los últimos tiempos conocemos y padecemos. El nihilismo termina por permear toda la cultura contemporánea fuertemente comprometida por la técnica y el consumismo. El nihilismo pasa de la filosofía a la literatura y a las artes en general, con especial énfasis en el cine y los grandes espectáculos musicales de los mass media como por ejemplo en los paradigmáticos artistas Michael Jackson, Madonna y Lady Gaga, entre otros, que más allá de sus innegables condiciones artísticas, en sus espectáculos acostumbran interpelar a su multitudinario y entusiasta público, en su mayoría menores / 217 ÁNGEL LOMBARDI de 35 años, y con total desparpajo los califican y los interpelan como “mis drogadictos, mis idiotas”, con una respuesta aprobatoria y entusiasta de aplausos y gritos. Esto me trae a la memoria una frase escuchada en una película que habla de la “estúpida felicidad” aparente contradicción entendible quizá en un contexto de alienación y drogadicción colectiva así como de otras alienaciones que no es el caso analizar, pero que pudiera ayudarnos a entender ese posicionamiento venezolano como país feliz a pesar de las muchas circunstancias adversas. Es sintomático y significativo que en este año 2012, en París, Berlín y Londres se esté exhibiendo la obra del pintor alemán Gerhard Richter (1932-) cuya filosofía puede resumirse en su declaración “amo la incertidumbre, el infinito y la inseguridad permanente” el artista ha conocido los dos mundos, el comunista, en su infancia y adolescencia y el capitalista, al primero lo calificó como una realidad “incestuosa y aburrida” y al segundo lo resume con la frase de Johan Cage (1912-1992) “no tengo nada que decir y lo digo” y el artista al referirse a sus obras dice “no tienen objeto, pero como todo objeto, son ellas el objeto de sí mismas. Por lo tanto no tienen contenido, ni significación ni sentido; son como las cosas, los árboles, los animales, los hombres o los días, que tampoco tienen razón de ser, ni finalidad, ni meta: esa es la apuesta”. Este exitoso nihilista de 80 años ha logrado vender cuadros hasta por 5 millones de dólares. En el nihilismo, la presencia del desarraigo y la crisis es permanente; no se pertenece a ningún lugar y en la vida todo o casi todo termina siendo provisional, desde el trabajo hasta la pareja y el nomadismo urbano es bastante frecuente entre nuestros contemporáneos, así como la globalización de nuestros trabajos y vidas. Otra constante en el nihilismo y que se refleja en las crisis de las llamadas grandes religiones, parti218 / EL OFICIO DE EXISTIR EN UNA ÉPOCA NIHILISTA cularmente el cristianismo, es el ateísmo y agnosticismo desesperanzado de nuestro tiempo que una mayoría asume por reflejo de personajes públicos influyentes y muy publicitados que terminan en el suicidio o muerte sin esperanza como por ejemplo en nuestro entorno cultural Jorge Luis Borges (18991966) que sólo aspiraba morir para el olvido, igual que Onetti (1909-1994) y su frase terrible al referirse a su propia muerte como una tumba, quizás una rosa, la lluvia y el olvido. O también Frida Kahlo (1907-1954), cuando muere a los 47 años y expresa que sólo espera el silencio y nunca más volver. En nuestro mundo y en nuestra cultura lamentablemente millones han asumido la desesperanza y la muerte de dios como filosofía e idea dominante. Un autor fundamental en la historia del nihilismo, es Max Stirner (1806-1856), como fue conocido, aunque su verdadero nombre era Johann Kaspar Schmidt, confrontado en su tiempo por muchos entre ellos Marx, Engels (1820-1895) y Heidegger (1889-1976), así como se reconoce su influencia en autores importantes como Carl Schmitt (1888-1985) y Ernest Jünger (1895-1998) . Franco Volpi, autor citado, dice al respecto “Se sabe que cuando dios muere el hombre se animaliza. Cuando los dioses lo abandonan, el único (de Max Stirner) no tiene puntos de apoyo en su orgulloso aislamiento y reconoce dos únicas verdades: mi potencia y el espléndido egoísmo de las estrellas. La postura más alta que puede alcanzar en su existencia insular es: ser indiferente, sin cinismo y apasionado sin entusiasmo”. Definitivamente el siglo XXI necesita retornar a Dios, ya esto lo sabía Heidegger (1889-1976) cuando expresaba “casi dos milenios y ni un solo dios nuevo” y es que la técnica y el consumo no pasan de ser un nuevo becerro de oro recurrente. Cada tanto tiempo los seres humanos nos extraviamos en nuestro propio orgullo. / 219 ÁNGEL LOMBARDI Como respuesta y complemento al nihilismo en los mismos siglos XIX y XX surge una poderosa corriente filosófica en paralelo y complementaria, el existencialismo, tanto en su vertiente religiosa como atea, que se asume como una postura desde los límites de la tragedia y siempre al borde del abismo. La existencia se asume precaria en todo sentido y siempre amenazada. El ser humano, situado en el mundo es libre raigalmente, una libertad que termina definiendo su destino y su tragedia. Enfrentado al silencio de Dios y confrontado con el mundo muchos contemporáneos son obligados a vivir en la precariedad desesperanzada o en algunos casos en compromiso, apertura y expectativa, seguros de nada pero con la confianza del sobreviviente. El existencialismo en cierto sentido, más que una filosofía, asistemática por definición y fragmentaria, se ubica en la historia de la filosofía en el siglo XIX y XX, pero es preciso observar que en verdad es una corriente del pensamiento que atraviesa toda la historia humana y nutre o influye tanto a las diversas religiones como a la literatura y al arte en general y no podía ser de otra manera ya que esta filosofía gira en torno a la condición humana. “Es la angustia, la esperanza, el duelo, la melancolía y los anhelos de eternidad” que los seres humanos siempre han sentido y padecido. Tucídides (460 a.C.- 396 a.C) lo expresó muy bien con su frase “La historia no se repite pero el hombre siempre se repite a sí mismo”. En el oficio de vivir, el misterio siempre está presente, así como las preguntas sin respuestas o de múltiples y confusas respuestas, de allí que el filósofo prudente aconseja aprender a preguntar o a interrogar más que a responder, y en los casos en donde ni preguntas ni respuestas son fáciles de formular se recurre al silencio, como muy temprano lo descubrieron ermitaños y monjes y autores fundamentales en esta corriente 220 / EL OFICIO DE EXISTIR EN UNA ÉPOCA NIHILISTA como Kierkegaard (1813-1855) o el cineasta sueco I. Bergman (1918-2007) con una filmografía que en lo esencial gira en torno a la incomunicación y al silencio de dios. Dice el escritor venezolano Eduardo Liendo (1941-) “nada puede reemplazar la vida... el escritor vive de y para las palabras... y se nutre de todo lo que la vida le ofrece... nadie puede enseñarnos a soñar y a vivir nuestra propia vida”. Esta se convierte en nuestro Ser, cuerpo y mente, ya lo había dicho J. P. Sartre “la existencia precede a la esencia” y años más tarde afirma sin titubeos “la esencia de un objeto es su misma existencia”. El existencialismo expresa las crisis y grandes catástrofes humanas, cuando el ser humano padece todo los horrores y pierde todas las seguridades. La impronta de esta corriente en la cultura contemporánea es poderosa y en nuestra generación su influencia fue vasta y devastadora: Kierkegaard, Schopenhauer (1788-1860), Nietzsche, Dostoievski (1821-1881), Heidegger, Jaspers (1883-1969), Sartre (1905-1980), Camus (1913-1960), Simone de Beauvoir (1908-1986), Herman Hesse (1877-1962), Martin Buber, Cioran (1911-1955), Unamuno (1864-1936), Ortega y Gasset (1883-1955), Marcel (18891973), Mounier (1905-1950), Pessoa (1888-1935) y tantos otros escritores, cineastas, dramaturgos y artistas que definieron una época y de alguna manera nos siguen definiendo por lo menos a los habitantes del siglo XX. El inventor del término “existencialismo”, parece ser Kierkegaard1 (1813-1855) con su individualismo y subjetivismo moral. Escribía “debo encontrar una verdad que sea verdadera para mi... la idea por la que puedo vivir o morir”. Una exigencia radical del existencialismo es el involucramiento y el compromiso, somos seres situados, “yo y mi circunstancias” diría Ortega y Gasset, de allí la importancia del existencialismo cristiano (Jaspers, Marcel, Mounier, / 221 ÁNGEL LOMBARDI Lepp (1909-1966)) que asumen la situación como un estaren-el-mundo, pero no solamente en un sentido personal sino comunitario que no es otra cosa que el compromiso del dar, la donación gratuita del amor incondicional como decía Tony de Mello (1931-1987) o el amor recíproco de Chiara Lubich (1920-2008), de allí que la realización más perfecta en el existencialismo cristiano sea el amor en todas sus manifestaciones y dimensiones y particularmente en la familia y la comunidad. En cuanto a la familia, Marcel afirmaba que era una realidad personal “mucho más rica y profunda donde el amor recíproco y mutua donación son la base o fundamento” principio que ya había desarrollado el antropólogo Marcel Mauss (1872-1950). Es el mundo del recuerdo y la nostalgia y casi siempre de la única felicidad que se atesora. Philip Roth (1933-), novelista judío norteamericano que acaba de ganar el premio Cervantes dice “muy temprano me fui de mi casa y me he pasado el resto de mi vida escribiendo sobre ella”. Como seres-en-el-mundo, para Heidegger somos “arrojados” a él, sin nuestro consentimiento y salimos de él casi siempre de igual manera, en ese sentido somos no-libres, sólo la existencia nos da la posibilidad de la libertad, asumida desde la responsabilidad con el “otro”, de allí que personalmente pienso que al final terminamos en la moral aunque Dios siga en silencio, de lo contrario el nihilismo sería absoluto. De eso se trata, para finalizar, ya de cara al siglo XXI, al fin de cuentas el ser humano es proyecto, más que presente y pasado, el nihilismo no nos sirve por desesperanzado y el existencialismo sólo tiene sentido si nos reconcilia con los demás, con el otro y los otros y porqué no si igualmente nos devuelve a Dios como lo quería Martin Buber. Si bien es cierto que Sartre en parte tenía razón con aquello de que el infierno es la relación humana en la mayoría de los casos, pero igualmente es cierto y con una 222 / EL OFICIO DE EXISTIR EN UNA ÉPOCA NIHILISTA fuerza mayor, a mi juicio, es que no hay redención y posibilidad de crecimiento sino en acompañamiento. No nacimos para ser Robinson Crusoe y en lo personal me gustaría pensar que siempre podemos ayudar a devolverle a los seres humanos la confianza en el futuro, es decir, la esperanza. Dr. Ángel Lombardi / 223 Clasificadores de infamias El afán de forjar símbolos, maquillar episodios del pasado nacional y hasta de torcer la historia puede llevar lejos, pues como estas invenciones y expurgaciones están relacionadas directamente con la retención del poder, en el presente tenso no se detendrán aunque incurran en la peores infamias. Hemos visto en los años recientes una variedad de acciones dirigidas a reperfilar relatos, consejas, anécdotas de la lucha de Independencia, suelen empezar por alguna frase ocurrente del Presidente y se termina con un decreto en la Gaceta Oficial. Asimismo, la iconografía ha visto desaparecer desde los emblemas de instituciones culturales, hasta estatuas o recordatorios populares, el mismo caballo guerrero del escudo sufrió su enmienda; estrellas agregadas y quitadas, mudanza del horario para hacer el día más joven y no coincidir con el meridiano de Miami. La eliminación de tres ceros del valor de la unidad monetaria para ocultar, a extranjeros e incautos, la ominosa inflación, fue de una cándida truculencia. La lista se este tipo de bizantinismos y caprichos de pachá es aún más larga. Y estas cosillas consiguen en la población presurosa apenas un gesto de indiferencia, la frase balbuciente de quien cada vez es más ignorante de cuanto ocurre a su lado, y que por lo demás no le interesa. Profusión de leyes disparatadas, concebidas para crear el espejismo de sociedad organizada, simulando atender a cada quien edificándole un nicho en la montaña de papel manchado que es nuestra legislación, menciones aéreas en la constitución de grupos indígenas y personas con discapacidad, afirmar los géneros desde un chucuto sufijo. Todo esto resulta del más inflado fetichismo, jamás sentido o percibido. Junto a la sociedad CLASIFICADORES DE INFAMIAS real ha ido apareciendo una definición diagonal y de ficción, una construcción de su identidad extravagante, no sólo porque no encaja en su agónica rutina, sobre todo porque la ley, hoy en Venezuela, es meramente un protocolo de conveniencia presto sólo ante la necesidad de simulación del Estado. Pero cuando se llega a los extremos de ejecutar prácticas amparadas en aquellas banalidades o infamias, según se le mire, entonces el asunto ya no es para indignarse sino para espantarse. Ayer, 31 de marzo, ha debido realizarse en la ciudad de Maracaibo un evento “para comenzar a concretar los propósitos de la Ley para Sancionar los Crímenes, Desaparición, Torturas y otras Violaciones de los Derechos Humanos por razones políticas”, tal y como reza el prospecto. Lo inaudito es que tras esa larga oración, de aliento justiciero, se esconda el más despreciable oportunismo, no impugnaré la limitación de las razones a sólo las políticas, pero aquí ya debe verse la voluntad interesada de esta “Ley” que establece que unos crímenes lo son menos que otros. Pero ella delimita un tiempo y en esa medida lo magnifica (1958-1998), corta un período de la historia del país y lo hace representativo, ¿de qué?, seguramente de la injusticia y el mal. Sin continuidad y sin precedencia ese tiempo queda aislado de otras fuerzas y se anula, se saca del expediente, para los efectos de explicar responsabilidades mayores de instituciones y cultura. Las razones de ese corte están claras en el divertimento de historiografía forense de sus autores, aun cuando sean incapaces de exponer argumentos que vayan más allá de la sola condena de unas gestiones administrativas. Como los crímenes anteriores y posteriores no se identifican, por razones metodológicas habría que decir, con el esquema de la vindicta pública (capitalismo e imperialismo), pasan a constituir otra categoría, una de algún tiempo de gracia, o / 225 MIGUEL ÁNGEL CAMPOS tal vez de era de la inocencia. El evento indicado se denomina “Contra el silencio y el olvido” (he corregido las mayúsculas, pues son un error de sustantivación), el enunciado de los objetivos muestra la vocación arqueológica de sus gestores: “Establecer los elementos básicos de un plan comunicacional para la dignificación de los revolucionarios de los años 60-90 y en pro del reconocimiento de la importancia de la lucha por la Liberación Nacional y el Socialismo”, por ejemplo. En general, el programa quiere llamar la atención sobre la época heroica, santifica sin pausa a los buenos y condena a los malos, pésimo estilo éste de sociólogos metidos a propagandistas. Habrá también, como corresponde, testimonios de los mártires, gente que relatará compungida aquellos días en los que su alma y psique quedaron hechos pedazos, difícil será superar la puesta en escena de Efraín Labana Cordero en aquel memorable documental “TO-3”. Sería tan sólo un “acto cultural” más (generosamente financiado por organismos públicos, un tirito al aire de gente que aspira a congraciarse con el boss), si no tuviera como telón de fondo una realidad fúnebre sobre la cual se levanta la farsa, para ocultarla y sobre todo para autorizar otros crímenes. Esas muertes se les deben a instituciones que permanecen intactas (discrecionales, impunes) y obedecían a políticas de Estado, el mismo que existe hasta la fecha (patriarcal, superpuesto a la sociedad). Y si fue un intercambio asimétrico eso sólo prueba que ese Estado ejercía el monopolio de la violencia, el de hoy parece haber delegado en la delincuencia parte de ese monopolio, y ésta actúa como agente de control social. Es admirable como a nuestros criminólogos se les ha pasado por alto un hecho palmario: el estado general de miedo, angustia, zozobra que pesa sobre la población actúa como un agente de contención civil, es un eficaz desmovilizador, cuyas conse226 / CLASIFICADORES DE INFAMIAS cuencias en materia de socialización de espacios, por ejemplo, son impredecibles. Ante el espectáculo aterrador de las tasas de homicidios que exhibe Venezuela en los últimos años, es al menos irresponsable eludir el tema, pero es un crimen de lesa patria que cualquier aspirante a funciones públicas no tenga en su agenda como rotunda prioridad esta endemia, cuyos efectos son ya trágicos e irreversibles. La pregunta truena y nos la hacemos desde una lógica simple pero aterradora, la lenidad y tolerancia del gobierno, la carencia sistemática de programas de combate del crimen, la omisión de esos efectos de sus políticas, ¿no constituye acaso una decisión deliberada, un acto calculado? Pero no puedo evitar tener muy presente cómo las infamias de ayer que estos adalides reclaman para sacar réditos de hoy, conservan no sólo intactas las estructuras y agentes que las produjeron, sino que muchos de sus actores probablemente formen parte de la actual Fuerza Armada, mimada como garante del proceso que estos sociólogos y comunicólogos encarecen. Las denuncias que Luis Hómez asumió, primero como diputado regional y luego desde el Congreso Nacional, concluyeron en sonados procesos. En el curso de esos años, en los cuales este hombre ejemplar dio lecciones sobre lo que deben ser los deberes de un parlamentario, hubo poquísimos sancionados (justamente por un sistema jurídico venal), pero fueron conocidos los nombres de los responsables de aquellos delitos: coctel variopinto de homicidios, cometidos por órganos de seguridad el Estado, y estafas y fraudes de empresarios del estado Zulia. Quien se tome la molestia de revisar su El pozo de la muerte (1988), y sus colecciones de artículos póstumamente recogidas en volumen, se encontrará con lo que debiera ser una utilísima lista para estos animosos: allí están los nombres de los responsables institucionales y autores directos de las / 227 MIGUEL ÁNGEL CAMPOS desapariciones. Comisarios de la PTJ, oficiales de la antigua FAP (Fuerzas Armadas Policiales), de la menos antigua PEZ, Jefes Regionales de la DISIP, Comandantes de la Guardia Nacional, se destaca por su recurrencia el nombre de un Coronel del Ejército, comisionado durante años en el estado como jefe de la policía. La mayoría de esos personajes andan por ahí. Aquella entrega le costó la vida a Hómez, acomodado de cuna eligió la gratuidad y la justicia; tras su muerte, nadie retomó la gestión que puso en lo alto un modo de acción parlamentaria, hasta ese momento desconocido en el país. Cuán inútil puede ser el sacrificio de los mejores en tierra de pusilánimes. Y sin embargo, la crónica reciente muestra rastros más frescos si estos dudosos promotores de justicia quieren ignorar más huellas. En el Zulia se refugia en los últimos seis años de los dos períodos del gobernador fugitivo un ex-funcionario de la DISIP que pudiera ser considerado emblema de los estilos de las operaciones delictuales del Estado, durante ese tiempo fue asesor de la PEZ y consejero de seguridad del gobernador. López Sisco está señalado de ser el responsable de la matanza y posterior encubrimiento de la matanza del Amparo (1988), su lista de acciones de guerra es larga, pero no es mi tarea certificarla. Hombre intocable para el gobierno del proceso a lo largo de ese tiempo, dejó una compacta lista de aventajados discípulos en esa policía, cuando puso tierra de por medio y tras los apuros de su gobernador, entonces apareció una orden de detención que me imagino ha debido ir por correo ordinario a Costa Rica. Las estructuras están, pues, intactas, los órganos de seguridad del Estado en alianza simbiótica con el crimen organizado devenido en segmento de la economía van a garantizar durante mucho tiempo una manera de desmovilización de la población. El rédito político en la retención del poder no es poco, pero el precio es el luto y el llanto de familias marcadas 228 / CLASIFICADORES DE INFAMIAS para siempre, la sociedad criminógena se afianza, ya ella se confunde con sus agresores, la violencia y la muerte configuran un ritmo, se integran a la rutina, se convive con ellas. Y este quizás sea el precio más alto, pues todos estuvieron de acuerdo en pagarlo. El mismo día que salió en la prensa regional el comunicado donde Francisco Delgado declinaba el cargo como monitor de seguridad lo llamé para felicitarlo por la decisión, pero sobre todo quería decirle cuanto nos enorgullecían las razones y argumentos que daba para aquel rechazo. Quien lea ese texto con detenimiento tendrá un balance y diagnóstico para las tareas de sanidad pública, es el razonamiento de un criminólogo que puesto ante la emergencia logra ver las causas de fondo, y hace algo más loable: evita la demagogia. Sostenía la tesis de la limpieza de los organismos de seguridad, pues consideraba que no eran reeducables, su denuncia alcanzaba, como era razonable, a la pedagogía, ésta había nacido torcida, tocaba así a los rectores y funcionarios de la recién creada Universidad Nacional Experimental de la Seguridad. Ponía como ejemplo la policía nicaragüense del segundo sandinismo, ésta fue formada en sus contingentes ex-nihilo, y funcionó, las tasas de criminalidad y delincuencia cayeron a partir de una sola novedad: el fin de la alianza con el hamponato. Es sólo un hecho silogístico, pero técnicamente representa una dinámica efectiva, cortar las relaciones de clase, corporativas o clánicas, siempre resulta en una transformación de las relaciones de poder. Francisco estaba convencido de esto, pero no era esa toda la fase, asumirlo así sería un simplismo, hacer descansar la transformación en un hecho mecánico; tras el diagnóstico aquella fue su propuesta de terapia en medio de la emergencia. Es lo más sensato y elaborado que podamos encontrar en un sociólogo serio que desdeña las salidas policiales, puesto / 229 MIGUEL ÁNGEL CAMPOS ante las exigencias de la urgencia. Aquellos funcionarios no corrompidos le darían un respiro al proceso mientras llegaban y hacían su trabajo los instrumentos reproductores del cambio, la educación. Hasta el último momento se quejó de las policías recicladoras de delincuentes, no había que mejorarlas, tampoco distraerse con el falso problema de la dotación, había que destruirlas y rehacerlas, era su visión: a la vez práctica y antidemagógica. Pero los organizadores del evento del 31 de marzo quieren dar la bienvenida a una “Ley” que pretende honrar y hacer justicia a unas víctimas cuyos victimarios y sus escuadrones permanecen imperturbables, instalados formalmente en el Estado receloso, volverían a ejecutar aquellas tareas con el mismo ánimo, llámese como se llame el opositor: pueblo o intelectuales. Cuán poco aleccionador puede resultar el ejemplo de los mejores en tiempos de oprobio, muertos o asesinados para los que no hay ley, tampoco simpatías por su legado. Me pregunto si no deberían empezar estos profesores, que no es gente desinformada, reivindicando aquella herencia beligerante de hombres como Hómez, nombres de pillos en su libreta dejó bastantes, aparte de una manera distinguida y democrática de usar las potestades de un representante del pueblo. Pero no hay mucho que esperar, esta “Ley” no busca restablecer la justicia, ni consolar herederos, menos despejar memorias, es sólo bastarda arqueología, propaganda del día para rendir loas a los benefactores. Otro de los objetivos del evento reza así: “Establecer el marco histórico político que dio origen a las prácticas de terrorismo de Estado en América Latina orientadas por la doctrina de Seguridad Nacional de USA”. Si algo venturoso ocurrió en América Latina en la comprensión intelectual de la dominación fue la llamada Teoría de la dependencia. Tras un penoso período en que las culpas 230 / CLASIFICADORES DE INFAMIAS se reunían en torno a la desvalidez material y se achacaban a una especie de vampiro transformado en Compañía bananera, o cuando había sequía en hileras de barcos agresivos, el ogro de la metrópoli acechando a toda una nación y su compacta y unidad sociedad, se hizo la luz y comprendimos que la sujeción y el atraso estaban relacionados con nuestros procesos societarios y que los factores de dominación eran sobre todo internos. La teoría del imperialismo había quedado así lejos ante el desarrollo de unas maneras autónomas y responsables de pensar nuestra realidad. Pero ahora, adentrado el siglo XXI, reaparece este afán de despojarnos de la gran emoción de ser dueños de nuestras acciones. La Doctrina del Destino Manifiesto no ha dado paso a nada que se llame de Seguridad Nacional en Estados Unidos, en todo caso le ajusta una reforma que se llame Doctrina de los Flujos de la Globalización. Eso de la Seguridad Nacional es, sí, un tic tercermundista recurrente en el que de cuando en cuando se mezclan territorio palúdico, historia patria y ejército para enmarcar gestos destemplados. Miguel Ángel Campos / 231 Chávez, el Antimodelo Presentar hoy la experiencia chavista como una inspiración para la izquierda es simplemente un fraude intelectual. Si uno pretende debatir sobre Venezuela, sería mejor no sustituir el análisis serio con verdades a medias y slogans propagandísticos recogidos con base a visitas guiadas en las aldeas Potemkin del circo bolivariano. Observador y activista de una serie de procesos sociales y políticos suramericanos desde hace quince años, soy también elector del Frente de Izquierda francés*. Por estas dos razones, quiero dar mi punto de vista. Beneficiaria de la riqueza petrolera más abundante de su historia, Venezuela lanzó desde finales de 2003 una política de reducción de la pobreza meritoria pero muy problemática en sus métodos como en su sustancia. En los últimos 5 años, esta política se enfrenta a limitaciones inherentes mientras persisten o empeoran problemas agudos de inseguridad, de inflación, de escasez de vivienda y de subempleo. En cuanto a la marcha hacia al “socialismo”, señalemos simplemente que el peso del sector privado en el PIB venezolano ha aumentado bajo el mandato de Hugo Chávez. Además del ocaso comprobado de las “misiones” bolivarianas –fugazmente revitalizadas con inyección de petrodólares en cada período electoral –, lo que hace falta es una verdadera política social articulada a una reforma coherente del aparato estatal. Lo social, en Venezuela, son operaciones de comando extra-institucionales, sin horizonte sostenible definido, a veces militarizadas, cuando no son directamente manejadas por un Estado extranjero a cambio de regalos petroleros. CHÁVEZ, EL ANTIMODELO No es necesario dejarse llevar por ninguna propaganda derechista para entender cómo esta política veleidosa se inscribe en la lógica perversa del Petro-Estado venezolano. En un documento del 2011, el Partido Comunista de Venezuela, aliado algo reticente de Chávez, indica que no sólo el “modelo de capitalismo rentista dependiente e improductivo que dominó en nuestro país sigue vigente, sino que se fortalece.” Además de no encontrar “ningún progreso en la diversificación de la economía”, sino más bien una grave profundización de la dependencia –tecnológica y alimentaria en particular– y el triunfo de una burguesía importadora parásita, los comunistas venezolanos destacan que las iniciativas marginales de tipo cooperativas o “empresas de producción social” promovidas por el régimen son “muy poco exitosas” –un eufemismo cortés en vista de los desastres observables en el terreno. Denunciando los daños del hiperpresidencialismo y la ausencia total de “instancias de dirección colectiva”, describen al Estado bolivariano como “altamente ineficiente”, observan una “intensificación de la corrupción” y lamentan que, pese a avances sociales parciales y frágiles, “en otros casos hemos retrocedido, como en materia de planificación y coordinación y en prestación de algunos servicios públicos básicos.” Conclusión: “La brecha entre el discurso “socialista” de algunos actores gubernamentales y la práctica concreta del gobierno es ya inocultable, y la tensión que genera esa brecha creciente está alcanzando un punto crítico.” Es con el mismo diagnóstico que, en los últimos años, muchas organizaciones políticas y sociales y decenas de miles de activistas progresistas honestos se alejaron del proceso bolivariano. Enseguida fueron tachados de “traidores” y “agentes del imperio” por los esbirros del régimen, no obstante, tienen mil veces razones para denunciar esas contradicciones flagran/ 233 MARC SAINT-UPÉRY tes y rechazar una cultura política ultra-autoritaria sistemáticamente reafirmada por la Voz de su Amo: “Exijo lealtad absoluta a mi liderazgo. Yo no soy un individuo, soy un pueblo... Unidad, discusión libre y abierta, pero lealtad... Todo lo demás es traición.” (Chávez, enero de 2010). Resumamos. En lo social, los esfuerzos redistributivos de los años 2004-2006 –bastante erráticos, pero con el mérito de poner las cuestión social en el centro del debate político– fueron seguidos por una fase de estancamiento relacionada con la gravísimas disfunciones de un Estado rentista colonizado por la “boliburguesía”. En lo económico, hay una vertiginosa profundización de un modelo parasitario, dependiente y corrupto que Chávez no inventó, aunque sí llevó al extremo todas sus características más nefastas. En lo internacional, hace mucho tiempo que todo el mundo en América Latina sabe que, debido a sus inconsistencias y su histrionismo estéril, Chávez perdió la batalla del liderazgo regional. El discurso “antiimperialista” del régimen –cuyas relaciones petro-comerciales con Estados Unidos son excelentes–, se reduce a un apoyo indefectible y vocinglero a déspotas como Gaddafi, Assad, Ahmadinejad o Lukashenko. Mientras tanto, Chávez es patéticamente dependiente de las multinacionales brasileñas y vive un verdadero idilio con su “mejor amigo”, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, aliado clave de Washington. En el ámbito de las prácticas institucionales, el gobierno de Chávez sin duda no es una dictadura; pero usemos una comparación europea: en un gradiente de autoritarismo manipulador que iría de Berlusconi a Putin, es muy similar en sus métodos y su espíritu a un régimen como el de Viktor Orban en Hungría. Justicia maniatada, criminalización de los movimientos sociales y del sindicalismo de lucha, encarcelamientos arbitrarios, discriminación laboral por tendencia ideológi234 / CHÁVEZ, EL ANTIMODELO ca, confusión sistemática entre Partido y Estado, desprecio a los mecanismos y garantías establecidos por la misma Constitución bolivariana, tolerancia cómplice frente a la corrupción en las filas del poder y protección descarada de los nuevos ricos adeptos al régimen… la lista de abusos y violaciones es abundante. Por último, en cuanto a la ética militante, Chávez y su partido de arrodillados encarnan un modelo hipercaudillista caracterizado por sus tendencias mafiosas y su charlatanismo ideológico. Pese a su constante erosión electoral desde 2007, Chávez mantiene un capital carismático suficiente para ganar elecciones, y los venezolanos tienen todo el derecho a elegir a sus dirigentes sin injerencia externa o campañas de diabolización. Pero en lo sustancial, el “modelo” bolivariano es exactamente lo contrario a lo que debería anhelar una izquierda digna de ese nombre. *NdT: El Frente de Izquierda francés reúne el Partido de Izquierda (que nació de una escisión del Partido Socialista), el Partido comunista y varias corrientes independientes. Varios dirigentes del Partido de Izquierda han lanzado desde hace unas semanas un campaña de apoyo incondicional y acrítico a Hugo Chávez que genera cierto malestar en algunos sectores militantes. Marc Saint-Upéry (Publicado en el diario Le Monde (París), 4 de octubre de 2012) / 235 Reseñas La carroza de Bolívar de Evelio Rosero (TUSQUETS Editores Colección Andanzas. España 2012, México 2012 pp.392) La vida siempre termina en tragedia y soledad, es la conclusión a la que llegamos después de leer esta novela histórica del colombiano Evelio Rosero “La Carroza de Bolívar”. (Colección Andanzas. Tusquets Editores. España 2012, México 2012). Nos desvanecemos en el tiempo de las almas sin cuerpo. La memoria efímera de la imagen extraña y ajena que ya no es. Vamos siendo sin retorno, entre el infinito y el abismo. La figura trágica y polémica de Simón Bolívar es el convocante de este libro. Figura ambivalente, llevada a los altares, convertido en mito desencarnado y por otro lado, la memoria empecinada de los que se sienten agraviados, víctimas de su ira y crueldad, en este caso los habitantes de Pasto, particularmente odiados y castigados por el llamado libertador. La memoria colectiva recuerda, a los civiles fusilados de la Guaira, la entrega, en una noche aciaga, de Miranda, y el correspondiente salvoconducto de Monteverde al futuro libertador por los servicios prestados a su majestad. El ignominioso juicio y posterior fusilamiento de Piar y otros muchos episodios que nos remiten a la condición humana, demasiado humana de los llamados héroes. Verdad o mentira, la historia es profundamente manipulable, lo cierto es que un pueblo es de memoria bifronte: Una apunta al cielo y la otra al infierno, o como diría Jorge Luis Borges, por un lado la historia de la eternidad y por el otro la historia de la infamia. Al fin de cuentas es historia humana, siempre marcada por la tragedia y la soledad. “Y la soledad regresaba infinita porque de inmediato recordaba que ambos estaban muertos (muertos en el sueño y en la realidad). Les preguntaba asombrado: Qué hacen aquí?, Si ustedes están muertos, y la cara de su madre se volvía a él con la mayor naturalidad, casi como si lo felicitara, vos también”. Esta es una novela bien escrita y bien estructurada y en pasajes como el citado nos recuerda al gran novelista mexicano Juan Rulfo, y es que el escritor, al igual que el historiador, llega un momento en que no logra distinguir con claridad el mundo de los muertos y el mundo de los vivos y es que la vida y por consiguiente la historia no es otra cosa que la superposición ambigua de estos dos planos, y si hay un personaje que se presta para esta confusión es Simón Bolívar. Dr. Ángel Lombardi 240 / Venezuela: Identidad y Ruptura de Ángel Bernardo Viso (Editorial Libros Marcados C.A. Caracas, Venezuela 2012, pp.116) “Sólo si analizamos el pensamiento y la obra de Bolívar apartando toda emoción filial, podremos otorgar la mayoría de edad a nuestro pueblo y, por otra parte, dejar de considerar que nuestros ascendientes españoles son culpables de todas las faltas que les fueron imputadas por los libertadores, rescatando así el pasado colonial, que es el segmento más extenso y probablemente decisivo de la historia venezolana”. El párrafo anterior corresponde a Ángel Bernardo Viso y constituye su gran conclusión en un texto lucido y pertinente sobre nuestro pasado histórico como pocas veces se ha escrito en el país. Desconocía la obra: “Venezuela: Identidad y Ruptura”, cuya primera edición es del año 1982, pero ahora que le he leído y disfrutado, puedo reafirmar mi convencimiento acerca de las bondades de un pensamiento crítico e inteligente que procura comprender el laberinto del alma criolla venezolana bajo premisas universales. Bernardo Viso va tras los rastros de nuestra herencia escindida artificialmente luego de la Independencia, nos habla acerca de la necesidad de liberarnos los venezolanos de hoy, “del maleficio del resentimiento” y de romper las cadenas que nos condenan a la minusvalía, a romper con el cataclismo pe- renne, el fracaso reiterado en la aspiración por convertirnos en un país evolucionado. Para Bernardo Viso, las causas que entorpecen ese desarrollo, están presentes más en el ámbito de un cuerpo de creencias inconsecuentes, que en nuestros vestigios materiales, desiguales en sí, y condicionados por una mentalidad enferma. “… el venezolano, desde la cuna, pasando por la escuela, se proyecta así mismo como un hombre de segunda clase, con un yo degradado por un trauma histórico aún no superado”. El trauma histórico no es otro que el de hacer “tabla rasa” con nuestros padres del periodo hispánico negándoles un protagonismo en la construcción de la identidad cultural e histórica venezolana. El laberinto espiritual venezolano navega el desamparo alrededor de una orfandad auto flagelante sin posibilidades de remisión haciéndose acompañar de una historia ideologizada que comienza y termina en la épica de Los Libertadores. “… la ruptura con el pasado, cuando es radical, tiene el gravísimo defecto de dar paso a una improvisada adopción de instituciones extranjeras, de origen diverso, las cuales, sumadas a las ocurrencias propias, producen una curiosa amalgama de elementos sin cohesión alguna”. Y es que la improvisación constante, de un gobierno tras otro, sin posibilidades de continuidad bajo el amparo de un proyecto de país concertado y junto al recordatorio de un pasado reconciliado, es lo que termina por condenarnos a padecer una nimiedad pavorosa que no se corresponde con los anhelos de grandeza que Bolívar y la generación de los próceres nos auguraron luego de la gran victoria militar en 1824. Y esto, que no es un asunto de accidentes lamentables, sino como dice el autor, forma parte de “una indecisión en el centro mismo del ser” venezolano. Dr. Ángel Rafael Lombardi Boscán 242 / Fundadores en Perijá. Mestizos, Migrantes y Guerreros de Nerio Enrique Romero González (Editorial Digital Color. Maracaibo, Venezuela 2009. pp. 276) Debo confesarles que ante la vastedad de un tema, con sus múltiples combinaciones aleatorias, y más si se ubica en un pasado prisionero del olvido, lo más frecuente es que me paralice y deseche todo intento esperanzador de acometer su recomposición amable. Los historiadores somos pequeños demiurgos tentados por la noble empresa de conectar a los vivos con sus muertos. Y en éste empeño, cuando es honesto, se le va la vida a los buenos historiadores. Con todo y que la búsqueda “misteriosa” de un pasado que ya se disipó, siempre es algo arduo, incluso diríamos que metafísico. Aún así hay quienes deciden viajar en el tiempo, y superando los obstáculos, logran interrogar las huellas de quienes nos precedieron y forman parte de nuestros ancestros. A ésta noble tarea se dedicó el Dr. Nerio Enrique Romero González en su libro FUNDADORES EN PERIJA (Mestizos, Migrantes y Guerreros), edición publicada en el año 2009. El Dr. Romero González nos presenta un libro de “arqueología” sobre los orígenes de su solar: la región de Perijá y su capital Machiques. Cercano a un trabajo detectivesco, en donde el acopio de fuentes es su parte fuerte, con todo y las limitaciones que en nuestro medio existe por dar con las mismas, el Dr. Romero González, nos ofrece un retrato emocionado, sin abandonar la ecuanimidad del historiador, de los esfuerzos poblacionales y misioneros de los primeros colonizadores hispanos por fundar en la zona de Perijá asentamientos perdurables. El Dr. Romero González, enfrentó el reto de darle visibilidad a un tema considerado marginal dentro de las convenciones historiográficas vigentes. Hoy sabemos que los procesos históricos se fomentan también desde la micro historia de las regiones, y que el conocimiento de las mismas, contribuye a una mejor comprensión del conjunto. En consecuencia, el aporte que aquí nos ofrece con FUNDADORES DE PERIJÁ es realmente meritorio y positivo. En FUNDADORES DE PERIJÁ hay cabida para todos los protagonistas de esa historia, no sólo están los españoles y canarios que, una y otra vez, seguían los tortuosos caminos y ríos, bajo el incentivo del beneficio económico en explotar tan promisoria tierra, sino que también tienen voz los habitantes originarios de la zona como lo fueron: sabriles, aratomos, macoaes, coyamos, chaques y motilones. Además de la copiosa y precisa información histórica que nos aporta el libro, éste tiene otra virtud: está muy bien escrito. Y es que el Dr. Romero González entiende la escritura histórica como un tipo de literatura que debe ayudarnos a reconocernos en una identidad cultural e histórica común que trascienda los localismos agrestes y la anécdota pequeña, y que a través del respeto y los “buenos modales” históricos/historiográficos, se pueda producir el tan necesario dialogo entre el presente y el pasado. Dr. Ángel Rafael Lombardi Boscán 244 / Rafael Urdaneta de Arlene Urdaneta Quintero (El Nacional. Fundación Bancaribe. Biblioteca Biográfica Venezolana, Vol. 133, Caracas, Venezuela 2011, pp. 118) Me ha causado una grata impresión la biografía número 133 dedicada a Rafael Urdaneta, y escrita por la historiadora Arlene Urdaneta Quintero, la cual es profesora Titular de la Universidad del Zulia con múltiples publicaciones sobre Maracaibo y toda la región zuliana. Sobre el general Urdaneta, yo conocía su gran fidelidad a Bolívar pero no: su impecable carrera militar, su capacidad para organizar ejércitos y cuerpos de espías, el ser un excelente pacificador de las constantes peleas entre los republicanos, un hombre apasionado por el orden y la paz, y lo que me pareció más admirable de su vida: el hecho que nunca salió del territorio venezolano y neogranadino a pesar de las derrotas militares. Y además, todo esto lo hizo con una salud muy precaria (calenturas, dolores de pecho, y problemas hepáticos, urológicos y reumáticos), que no usó de pretexto para retirarse al extranjero o evadir sus responsabilidades. Rafael Urdaneta nace en Maracaibo en 1788, siempre considerará el puerto como su patria porque acá creció y se hizo adulto. Su familia era parte de los notables de la región, lo que le permitió obtener una buena educación y el acercamiento a las ideas de la Ilustración. Es por ello que su adhesión a los ideales republicanos se dio desde el mismo momento que se iniciaron los movimientos emancipadoras. En su caso, era parte de la administración del virreinato de Nueva Granada en Bogotá cuando se da el 20 de julio de 1810; aunque se incorporará a los ejércitos republicanos al año siguiente. La lucha interna entre los independentistas neogranadinos, y quizás su experiencia dentro de la administración hispana; le harán asumir un pensamiento centralista (y de apego al orden) que será reforzado al conocer a Bolívar. En 1813, totalmente identificado con el liderazgo del caraqueño, lo acompañará en la “Campaña Admirable”; momento desde el cual mantendrá una lealtad indeclinable a su persona y a sus proyectos. Desde la “Campaña Admirable”, Urdaneta desarrollará sus tácticas de engaño, espionaje o negociación con el enemigo. En las batallas va logrando un conjunto de victorias que le permitirán un rápido ascenso hasta lograr ser General de División en 1814 y General en Jefe en 1815. A pesar de que buena parte de la oficialidad republicana escapará del territorio, en los momentos que se pierdan las dos primeras repúblicas o en importantes derrotas; Urdaneta nunca lo hará. En la caída de la Segunda República atravesará el territorio desde San Carlos hasta Cúcuta para salvar lo que quedaba del ejército republicano; y en 1815 cuando el Ejército Expedicionario español de Morillo domine Nueva Granada, escapará hasta los llanos para unirse las fuerzas del caudillo Páez. En muchas ocasiones tuvo que enfrentarse a los líderes personalistas como Páez o Arismendi, siendo ejemplo de institucionalidad. Para 1820 su capacidad negociadora volverá a brillar al llevar a cabo los contactos iniciales del Armisticio entre Morillo y Bolívar, y su organización conspirativa al lograr que Maracaibo y Coro se unieran a la República en 1821. 246 / En 1824 será nombrado intendente del Zulia, y cuando se inicien los movimientos separatistas en el departamento de Venezuela, Urdaneta será nombrado para negociar el mantenimiento de la unión. Este objetivo lo logrará pero temporalmente, porque la República de Colombia era un sueño imposible de concretar. Ante todos estos problemas, es uno de los que proponen la conversión en Monarquía Constitucional ofreciéndole la corona a Bolívar. Su último esfuerzo por salvar a Colombia será cuando asuma la Presidencia de la misma entre 1830 y 1831. Al final, deberá huir de la misma para salvar su vida y tendrá que esperar un año para poder entrar a Venezuela en donde asumirá un perfil bajo aunque siempre será un servidor del orden. Páez le dará cargos donde su habilidad de negociación es requerida. Cuando la memoria de Bolívar sea reconocida con la llegada de sus restos a Caracas en 1842, Urdaneta será uno de los principales impulsores de su culto, organizando la parada militar durante las honras fúnebres y la creación de la “Gran Sociedad Boliviana de Caracas”. Su última misión fue ir a Madrid en 1845 para poner punto final al proceso de Independencia con el tratado de reconocimiento de Venezuela por parte de España, pero murió en el viaje. Sus restos fueron repatriados en 1876 y reposan en el Panteón Nacional de Caracas. Carlos Balladares Castillo / 247 Revistas Encuentro Educacional Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación. Centro de Documentación e Investigación Pedagógica. Maracaibo -Venezuela. Editora-Jefa: Virginia Pirela Salas. Vol. 18 Nº 3 Septiembre- Diciembre 2011 Contenido Análisis del eje transversal valores en el Currículo Básico Nacional. Beatríz del Carmen García Dávila. Inteligencia emocional en el liderazgo gerencial del director de educación media diversificada y profesional. Liyibeth González Mónica Peñaloza Acosta y Virginia Pirela Salas. Valores democráticos y construcción de ciudadanía en el sistema educativo en Venezuela. Ingrid Karina Nuñez Muñoz y Eduviges Morales Villalobos. Las tecnologías de la información y la comunicación en la construcción del conocimiento matemático. Algunos criterios teóricos. Víctor S. Riveros V. La responsabilidad social universitaria en el proceso educativo. Cynthia Matínez de Carrasquero, Josefina Rodríguez y Gladys Asprino. Estrategias de enseñanza en situaciones especiales de aula. Caso: comedor escuela. María de los Ángeles Garzón y María Escalona Fuenmayor. Sistema para la evaluación del desempeño del docente universitario: perfil de competencias, polivalencia, versatilidad y grupo de ocupaciones. Maigualida Zamora, Heriberta Castejón de Caballero y Diego Fuenmayor. Las estrategias participativas como fundamento de la gestión en organizaciones universitarias. Yury Torres, Suleima Bustamante y Lesbia Colina Colina. Impacto de la comunicación persuasiva de directores de programas académicos en la mediación de conflictos organizacionales de las Universidades Nacionales Experimentales del estado Zulia. Gustavo José Basanta Zamudio. 252 / Espacio Abierto Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación. Maracaibo- Venezuela Editores: Alexis Romero Salazar y María Cristina Parra Sandoval. Vol.21 Nº 2 Abril - Junio 2012 Contenido Paraguay: de la transición a la democracia (1989-2008). Un abordaje normativo- electoral. Magdalena López. Argentina: los actos comiciales en Santiago del Estero entre 2001 y 2009: Una metodología para el estudio de las prácticas partidarias y ciudadanas. María Isabel Silveti. Venezuela: dinámica política y cambio en los procesos electorales. Juan Eduardo Romero. 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Joan Josep Solaz- Portolés, Vicent Sanjosé y Carlos Caurín. Negociación en valores para la endogenización tecnológica en el programa de diseño gráfico de la Universidad del Zulia. Edgar Ávila. Importancia de los convenios en la internacionalización de los doctorados de la Universidad del Zulia. Mary Ollarves y Miriam Miquilena. La enseñanza de la química en pro del desarrollo sostenible: una propuesta instruccional para la educación universitaria. Yonathan de Jesús Parra. Cultura organizacional e innovación tecnológica en las instituciones públicas de educación superior, zona fronteriza colombo- venezolana (estado Zulia- departamento de la Guajira). Edgar Enrique Bonilla Blanchar. El teatro en la telenovela: arquetipos modernos. María Inés Mendoza Bernal. Desarrollo económico local y turismo comunitario en países en vías de desarrollo. Un estudio de caso. Tomás López- Guzmán, Osvaldo Borges y Ana María Castillo Canalejo. / 255 Revista de Filosofía Universidad del Zulia. Centro de Estudios Filosóficos “Adolfo García Díaz”. Facultad de Humanidades y Educación. Maracaibo- Venezuela. Director: Antonio Tinoco Nº 69 Septiembre- Diciembre 2011-3 Contenido El concepto de sumak Kawsay (buen vivir) y su correspondencia con el bien común de la humanidad. François Houtart. Crítica del sujeto/sujeto de la crítica. La constitución categorial e histórica del sujeto en América Latina. Yamandú Acosta. El poder comunicativo en Arendt y en Habermas. Mario di Giacomo. Gadamer y la hermenéutica de la comprensión dialógica: historia y lenguaje. Fernando Vergara Henríquez. Los pioneros de la Democracia cristiana en Francia y en Alemania. Entre el liberalismo y el socialismo radicales del siglo XIX. Pasquale Sofia. La actividad filosófica en los períodos coloniales y emancipador venezolanos. Johan Méndez Reyes y Lino Morán Beltrán. Revista de la Universidad del Zulia Tercera Época Universidad del Zulia. Maracaibo- Venezuela Directora: Imelda Rincón Finol Año 2 Nº 4 Septiembre- Diciembre 2011 Contenido Co-constructivismo en el estudio del comportamiento. Héctor Blas Lahitte, María de los Ángeles Bacigalupe. El software libre: influencia en las universidades del municipio Maracaibo. Marcial Stagg, Antonio José Soto Quintana, María Rosa Valente Martínez. Crisis financiera internacional: rupturas y desafíos. Marianela Acuña Ortigoza. El derecho del trabajo y sus principios. Lisbeth Chirinos Portillo. El Estado social en Venezuela y las políticas educativas. Mairely Hernández León, Eduviges Morales Villalobos, Irene Díaz Chacón. Lectura de representaciones pictóricas y el aprendizaje de Física. Gilsi Domínguez de Silva. Apuntes para la construcción de la historia de la lexicografía indígena venezolana: situación actual. Ángel Delgado, Donaldo García, Edwin Berrueta. Los eventos “amor y muerte” en la ópera Carmen de Bizet desde el análisis del discurso-texto musical. Vivian Rodríguez Uranga, Jacqueline Vílchez-Faría. CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Fundación: Noviembre de 1979 DIRECTORES Dr. GERMÁN CARDOZO GALUÉ. 1979-1983 Dr. RUTILIO ORTEGA. 1983-1986 Dra. BELÍN VÁSQUEZ DE FERRER. 1986-1989 MgSc. BETILDE NAVA DE SALAS. 1989-1990 Dr. GERMÁN CARDOZO GALUÉ. 1990-1993 Dr. RAMÓN AVENDAÑO. 1993 Dra. BETILDE NAVA DE SALAS. 1993 Dr. RUTILIO ORTEGA. 1993 Dra. ARLENE URDANETA DE CARDOZO. 1994-1997 Dra. BELÍN VÁSQUEZ DE FERRER. 1997-2001 Dra. LIGIA BERBESÍ DE SALAZAR. 2001-2004 Dr. ÁNGEL RAFAEL LOMBARDI BOSCÁN. 2004-2012 ISSN:3506-980X / Depósito legal pp 02284408ZU35 Instrucciones para los autores El Centro de Estudios Históricos permite la reproducción de sus materiales con la condición de citar la fuente de los mismos, y solicita el envío de las publicaciones donde aparezcan. Igualmente, agradece a sus lectores el envío de opiniones, críticas, sugerencias o comentarios. Los colaboradores e interesados en publicar en este cuaderno, deberán regirse por las siguientes normas editoriales: 1.- Enviar los manuscritos a nombre del Editor-Director de la Revista Historia y/o sus Coordinadores, a la Avenida 4 Bella Vista, edificio Fundaluz, piso 6, oficina del Centro de Estudios Históricos. 2.- Los trabajos deberán ser inéditos y no haber sido publicados ni propuestos simultáneamente a otras publicaciones. 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El proceso de arbitraje es secreto, con la finalidad de mantener un elevado nivel académico y científico. 6.- EI(Los) autor(es) enviará(n) un original, tres copias y un archivo digitad (cd) del trabajo. 7.- El(Los) autor(es) deberá(n) cumplir con las siguientes normas editoriales: Las tres copias no deben tener identificación personal del autor o autores. El trabajo debe ser transcrito en doble espacio y por una sola cara, con fuente Arial 12. Extensión: La extensión no debe ser mayor de veinte (20) cuartillas, en papel tamaño carta, dactilografiado, en doble espacio y por una sola cara. Título: Debe ser corto, explicativo y contener la esencia del trabajo. Este título debe proporcionarse tanto en el idioma que está redactado el trabajo como en inglés. En caso de que el trabajo se presente en otro idioma, siempre debe ir el título en español y en inglés. 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La cita debe indicar: Apellido del autor, seguido de coma, año de publicación: todo entre paréntesis. A pie de página sólo deben ir las notas explicativas. Si hubiese una publicación de un mismo autor 260 / en el mismo año, la distinción se hará con letras minúsculas, siguiendo el orden alfabético. Esta indicación debe mantenerse en la referencia bibliográfica, de forma que el lector distinga a qué obra corresponde cada cita. Referencias: se referirán únicamente a las citadas en el trabajo y se ordenarán en estricto orden alfabético. Los autores son responsables de la fidelidad de las referencias. Si se trata de libros o manuales, deben contener apellido(s) y nombres (s), del (de los) autores en mayúscula (punto), año de publicación entre paréntesis (punto) título de trabajo en negritas (punto), lugar de publicación, editorial. Si se trata de artículos, se debe indicar: apellido(s), del(de los) autor(es) e inicial del nombre en mayúscula (punto); título del trabajo (entre comillas, no subrayado) punto; revista donde fue publicado en negrita; volumen o número seguido de dos puntos; página (primera y última) punto; editorial, ciudad (país). Si se trata de información obtenida por medios electrónicos, la referencia bibliográfica deberá contener los mismos elementos señalados por los artículos sumados a: medio electrónico, dirección electrónica o página web, fecha de recuperación y cualquier otro dato que se considere útil para la plena identificación de la referencia. Anexos: Los anexos constituyen elementos complementarios del texto que refiera al lector a una parte del trabajo o fuera de él, con el propósito de ilustrar las ideas expuestas en el texto, ampliar, aclarar o complementar lo allí expresado. 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