Biblioteca Atlántida Nd St. As At Nas

Transcripción

Biblioteca Atlántida Nd St. As At Nas
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L a T orr e de Ca sandra
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PR L OG O
E l año 1 91 5 di e n l a Uni versidad de Tu
c um án algunas co nf erencias sobre l as in
dust rias de A tenas conforme a una inVi ï
tación del gobernador de a quella provincia
don Ernesto Padil l a
Los apunte s que tomé p ara el caso que
daron inédi tos hasta hoy en su prim i tivo
desorden y yo sin cumpli r ante la men
c io nada ins titución docente el compromiso
de arreglarlos con propi ed ad D isc úl p e nm e
l a Vida a fanosa y el p rO pio tema que lej os
de env e j e cer r emo z a con el tiempo con
se rvándo se e tern amente nïl e VO baj o su pe
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.
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.
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cl a ra
empre y erguida e n el márm ol d e
si
la columna subsistent nuestra obscura j u
v e nt ud de bárb aros t ne que continuar su
j eta a tu norma de b e z a y de verdad asi
como en torno del fu e viril la sombra de
los días sigue girand
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hij o de Tucum án t ord o a Gre cia
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aparecerá en breve porque el humo de l a
loco motora espesa l atmós fera y empaña
c uado a los marav illoso s
na Ml e z a se han a gregado
del me La Grecia n o de s
c o m p l e t o l a fascinación de sus
.
tan a ún la mot o ria sino cuando el
el de Fidias aun ó los blanco s m ár
es de Paros ; c u do hubo at r aidO p o r
n
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.
8
la columna subsiste nte nu e stra obscura j u
v e nt ud de bárbaros tiene qu e co ntinuar su
n
j eta a tu norma de belleza y de verdad a si
como en torno del fuste
la sombra de
los días sigue
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A l inaugur ar
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A TE N I E N S E
ferrocarril
del N orte cua
renta años ha el presidente A vellaneda
hij o de T ucum án recordó a Grecia
O i go decir que e l Tucum a n poético de s
aparecerá en breve porque e l humo de l a
locomotora espesa la atmós fera y empaña
los cielos N o lo creo Un país e s doble
m ente hermoso cuando a los maravil losos
aspectos de la naturaleza se han agregado
las creaciones del arte La Grecia no d e s
plegó por completo la fascinación de sus
pro di gios que después de veinte siglos e n
cantan a ún la memoria sino cuando el
cincel de Fidi as animó los blancos m ar
moles de Paros ; cuando hubo at r aído por
,
,
,
.
.
,
,
.
.
,
10
comercio las industria s y los cultivos de
otros pueblo s al m i smo tiempo que los
pintores imitaban en la pureza de sus
líneas la suavidad de sus horizontes y los
poetas buscaban la luz fulgente de sus
creaciones e n el maj e stuo so esplendor de
sus cielos "
Bien di j o aquello el elocuente N ada hay
más griego en e fecto que e sa c o m p at ib i
lidad de las humanas tareas armoni zadas
por un concepto claro y amable de la vida
Pues a la vida
precisamente
referían
aquellos antiguos sus nociones del bien y
del mal formatrices d e l susodicho c oncepto
bueno e s to do l o que favorece el desarrollo
n o rin al d e la Vi da ; malo t o d o a quello que
la c o n t r ar ia y la suprime E l goce de la vida
completa resul taba , así un estado de b e
lleza Vida y libertad eran sinóni mas E n
tonces hubo naturalmente un arte de
Vivir Entonces la vida fué una Obra de
arte Fué algo m ás : la primera de todas
las artes En el desarrollo normal de la
vida
la muerte e r a el final n o sólo in
el
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evi table sino necesa rio Era también el
precio del honor y de la libertad pero
siempre como fenómeno de l libre albedr ío
u e t ip ifi c ab a n acciones sub lim es : así el
q
sacrificio de aquellos trescientos de l a s T er
nió il a s ; así la muerte de Sócrates qui en
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pudiendo evitarla no qui so hacerlo p or su
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vida griega tuviese por principales condi
c iones la nobleza y la sereni dad A quel e s
tado d e conciencia m ani fe st ó se exterior
mente plasm a ndolo todo desde e l tem plo
di vino hasta la forma corporal Porque el
griego creia que todo desde el uni verso
hasta el hombre m ej ora y se perfecciona
de adentr o para a fuera
Pero la noción material que la gent e culta
suele tener sobre e l arte de los griegos r e
ui e r e ta mbién algunas advertencias
q
Sucede habitual mente que las es culturas
de los museos y sus r eproducciones fo t o gr á
c as
inspiran un falso concepto dé rígida
plasticidad co nforme al cual Grecia r e
sulta un pueblo d e e statu as Mas est as úl
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12
timas no revelan por lo común sino las
formas convencionales de los númenes Los
riegos
n
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andaban
por
la
ciudad
con
la
g
cabeza descubierta ni en sandalias ni con
aquellas túni cas a me di o muslo Usaban
por e l contrario sombr eros de variadas he
churas general mente anchos pues entonces
como ahora había e n G r e c l a mucho sol ;
y los femeni nos variaban co n la moda tal
cual hoy ocur re adop tando las más capri
chosas formas Sucedía lo propio con e l
1
peinado de las muj eres ( ) que no con
sist ió sino por excepción e n aquellas cocas
ondul adas y recogidas hacia atr ás en un
sencill o moño según el modelo cl a sico de
las diosas ; pues los peinadores de antib o s
sexos arreglaban las cabelleras con gran
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otras baj aban hasta el pie ; b o r ce guíe s y
botas En invierno usaban la capa que hoy
ll amaríamos española y e l gabán forrado
a veces de pieles Las muj eres usaban traj es
muy variados j oyas y di j e s ; pero cons er
varon generalmente la costum bre oriental
de salir a la calle cosa que e n A tenas
por ej emplo suce dí a rara vez
envueltas
en un manto de color di screto cuyo embozo
di sponían con cui dada elegancia La o s
b e l t e z se buscaba como siempre e n el
alargamiento ligeramente ondul oso de las
líneas verticales a que obedecen la empina
dura del talón y el aj uste d e l talle pues
tanto la pierna como el seno femeninos
tienden a caer con pesadez
y di cho queda
a lo bastante para preveni r al l e c t o r contra
y
la falsa noción e st a t u aria que recordamos
E l tip o escul tural de los n úmenes constituí a
un dechado biológico n o una copia Por el
contrario los seres vivientes debían tender
a co nformarse sobre aquellos patrones y e n
esto nc ab a la c o stum bre de fami liarizar a
las muj eres encintas con las estatuas he r
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15
mosas Ya ve remos cómo por lo demás
todas las vasij as domésticas presentaban
análogos ej emplos de armonía d e las formas
E l griego que no concebía la bell eza sin
la utilidad determ inaba la estética mas
culina por el tipo guerrero y la femeni na
por el tipo materno La hermosura viril
expre saba así el valor como superior r e
sumen de las cualidades del hombr e ; la
de la muj er la fecundi dad que constituye
su verdadera nobleza Hombres valerosos
y muj eres fecun das unos y otras bellos de
serlo el fenómeno de amor que es el arte
enunciaba con eso la salud la alegría la
serenidad el honor , la li bertad que con
sist e en n o tener O bstác ul os para el des
arrollo nominal de la v ida ; pues este úl timo
proviene ante todo de que se h all e sano el
ser viviente ; Por ello las Venus t ipi c ab an
la atracción del amor con sus cuerp o s nor
m al m e n t e co nformados para la fe c un
dida d senos capaces en su bella redond e z
caderas en perfecto desarroll o pies más
bien grandes que asientan sóli damente el
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16
cuerpo dando con ello a los órganos inte
r io r e s su natural di sposición ;
cintura de
amplitud fisiológica por decirlo así ; t orso
di spuesto para l a respiración pectoral que
es la femeni na ; manos serenas y p r óv ida s
que no adolecen de aquella morbidez fo
mentada por la blandura d e l ocio ni de
aquella esbeltez demasiado concisa con que
exageran una nerviosa inqui etud los dedos
largos del R enacimi ento T al e r a el modelo
di vino
Pero bien se echa de ver que las griegas
con sus cinturas ceñidas sus pies ajustados
por zapatos altos y agudos los dedos de
sus manos envaina dos por la noche en e s
t u chi t o s para a fin ar l o s arti ficial mente p a
r e c í an se m ás a nuestras muj eres
u
e a las
q
di o sas de su panteón La elegancia de la
moda era ya entonces un resultado indu
m e n t ar io "por esto n ót e se bien los di oses
que t ipific ab an la belleza biológica de la
especie humana estab a n desnudos E l con
flic t o procedía de que e l traj e no puede
repetir las líneas del cuerpo que viste sin
,
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s
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17
producir un e fecto grote sco de pesadez y
de hi nchazón T iene que buscar con otras
combinaciones de líneas el recobro de la
esbeltez para el cuerpo así forrado D e ahí
los ajustes y las formas fisiológicamente
ar adó ic a s d e
ciertas
prendas
como
los
g
p
zapatos femeni nos cuya persistencia a través
de tantos siglos indi ca algún motivo más
poderoso que e l capricho O la elegancia con
v e n c io nal
E s que la falda al constituir
una pirámi de O cili ndr o opacos resul ta de
s uyo una masa pesada cuyo e fecto no es
posible corregir sino dándole cierta lige
r eza aérea O
r o l o n án do l a con ondul ación
p
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a cuática
Esto úl timo compens a con la
l arga línea resul tante la mencionada am
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E l otro debe aligerarse aparentando que los
pies no asientan en e l suelo e fecto que se
c onsigue al m ax im um posible con el c al
zad o pequeño y agudo que empina el talón
disimul ando y re stringiendo las superficies
de contacto Por otra parte el traj e pro
.
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18
cola requi ere aumento de e s
tatura en quien lo ll eva si no ha de salirle
habiendo
menester
así
del
a l ast ado r ;
p
calzado alto Las damas venecianas con
sus inmensos vestidos de terciopelo y d e
tis ú necesitaron levantar sus zapatos sobre
pedestales cóni cos hasta de treinta centi
metros para n o quedar como aplastadas
entre b al um b a s de ropa
He insistido un poco en estos detalles
porque la gente así extraviada suele con
siderar a la civilización griega que y O pro
pongo como dechado de la nuest ra una
cosa irremediablemente remota y di stinta;
mi entras lo cierto e s que sigue v1 v1 e n do e n
los pueblos de su estirpe a los cuales per
t e n e c e m o s por la l at ini da d si bien de fo r
mada con gr o se r ía E sta proviene del ma
l éfic o aluvión cristiano ; de suerte que l a
Obra r e ge n e r at riz consiste e n traer a luz l a
A ntigüedad sin compli cación ni prejuicios
En o t ra cosa nos par ecemos a los ate
y e s en el modo de ir formand o
ni e ns e s
nuestro pueblo
l o n ga do
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19
A tenas fu é
un resultado de la tolerancia
y la hospitalidad con que supo acoger en el
suelo a tico a los emigrantes corridos por la
invasión dórica Esto s fueron los m a s en er
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c o s que n o aceptaron la s um i si ón
res
u
l
g
tando así selectos De ahí originalmente
hablando la flexibili dad y mul tiplicidad del
geni o ateni ense aquel don de simpatía
que fué el o rige n de l heleni smo Dar patr ia
a qui enes la perdieron O la dej aron por in
habitable es incorporar a la propia tesoros
de energía y de gratitud La hospitalidad
la tolerancia son formas de la generosidad
aquella riqueza que consiste e n dar siendo
con ell o la úni ca que verdaderamente ahorra
Pues la fortuna que se da con largueza
queda li bre de toda preocupación al trans
formarse e n felicidad inaccesible a los la
drones N O es acaso el Obj eto de la fo r
tuna asegurar la di cha La generosidad es
el arte de transformar e l oro en elixi r de
vida que se incorpora al ser valiendo así
mucho más que e l oro R ecordemos lo que
dice el rico enfermo to do mi o r O daría por
.
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20
la salud " no hay cosa más triste que la
vida d el av arie nt o
La fel icidad e s vida exaltada Al m a di
chosa es alma activa de suyo an ima vi
As í n Os volvemos
comuni cativos
vi en te
cuando somos felices y toda carga nos p a
rece ligera Cami namos elásticos de vigor y
sub imos las escaleras cantando
De ese estado optimi sta nació la actividad
ate ni ens e Cada c ual tendi ó a ha ce r bien
las cosas porque estaba conte nto " de
hacer todas las cosas lo mej or que cada
uno po di a reinó sobre la totalidad de la
existencia un criterio de perfección
Ese ideal de las cosas bien he chas l l e
v ab a consigo la noción de l a justicia per
fe ota que e s un estado d e armo ní a entr e las
fuerzas sociales la civil ización misma Mej or
que en nada se nota e n la manera como
había organi zado aquel país pobre la fo r
mación de la renta común que el pueblo
necesita para mantenerse c o ns t it uido como
entidad social a su propio bene ficio
Dos principios fundamentales de t e rmi
.
.
.
,
,
.
,
.
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,
,
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.
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.
22
ratura y las cortas exigencias de la Vida
to rnaban importante la ex igua suma La
aduana que podía haber encarecido los c o n
sum o s con impuestos indirectos fu é siempr e
muy liberal debiendo calcul arse e l térm i no
medi o de sus derechos de im portación y
O
exp ortación e n un 2 /
E
l
estado
socorría
0
con la di o b el ia que e r a una sum a de 1 5
centavos de nuestra moneda a todos los
ciudadanos pobres di ariamente E l lo equi
val ía a poc o menos de un dec a litro y me di o
de cebada : cereal que regul aba los con
sumos baj o el doble aspecto alimenticio y
rentístico ; pues otra exc elencia de aquel
sistema fiscal era la determinación del
valor de la tierra por su producción a gr í
cola Cuando el trigo encarecía el estado
l o sum i m st r ab a al pueblo gra t ui tamente ;
y si bien esto e r a co ns uetudi nario no legal
obedecía al principio de m oral de m o c r á
tica en cuya virtud no) puede ser li bre el
ciudadano mí se ro y hambriento E l trigo
solía encarecer así porque era artícul o im
portado cuya cotización a fectaban de con
.
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23
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cado de procedencia que naturalmente
1
y
los
riesgos
obernaba
la
especulación
()
g
de la navegación antigua ; pero la ceba
da de cultivo indígena supl íal o bastant e
bien
A e sa seguridad de l o indi spensable que
constituye el bienestar y el decoro de la
vida modesta añadí ase lo llevadero del
trabaj o alivia do por largos descans os y por
la general bondad d e las costumbres
O chenta días festivos a cortaban el año ate
ni e ns e sin contar las eventuales asambleas
políticas que eran también numerosas Con
todo l a prosperidad fiscal demostr aba e fi
c azm e n t e la ventaj a de aquella organi zación
ues
para
un
presupuesto
que
no
alcan
z
aba
p
a tres mi llones de pesos de nuestra moneda
la reserva acumul ada baj o la admini stración
de Pericles subió alrededor de los treinta y
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li me tici de e dimi e t v i ble
ch ; pue
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ell l fe t uf e pe tu b ci e b u c mie t
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dem d e tá dete m i d p el p g
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s
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n ra s
s a s,
res o
no
a
24
cinco mill one s A sí pudo emprenderse las
grandes Obras p úblicas que aum entaron la
prosperidad y la co mo di dad del pueblo
La li bertad de testar c uando el pr o pie
tario no tenía hi j os di ó gran movimi ento a
la tierra facil i tando su adqui sición La
igualdad de educación en las palestras y en
las co nferencias gratui tas O cursos libres de
l o s fil óso fos proporcionaba al pobre los
elementos necesarios para mej orar de con
dic ión ; y si e s verdad que los pr incipales
cargos p úblicos estab an en mano s de los
m ás pu di entes to dos ell o s eran responsab les
ante e l jura do popular compuesto por la
totalidad d e los ciudad ano s sin distinción
alguna : con lo qu e e l pueblo acabó por
imponerse y ej ercer el gobierno directo e
integral
A quella i gualdad de la educación ase gu
rab a una cul t ura general tan suficiente
que e l sistema de acordar por sorte o los
cargos m a s elevados como el de coman
dante e n j efe de los ej érc itos y el de ar
conte O miembro del poder ej ecutivo plu
.
.
,
.
,
"
,
.
,
,
r ip e r so nal
que gobernaba la rep ública no
resul taba inconveni ente sino m uy rara v e z
dándose al contrario el caso como suce di ó
con el arc o nt ado de A rístides de que fo r
za do s
o r la opi ni ón p ública los candi datos
p
se retiraran mo tu pr oprio ante uno solo re
conocido como el mej or Pericles que fué
el hombre de mayor i nfluencia e n A tenas
m udo g obernarla treint a años sin políticos
,
,
,
,
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.
,
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E R R A T A
Pág 25 , l íneas 9
“
1
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m m il itares deb e dec ir : “sin o deres
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p ítico s ni
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mil itares
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Ent r e t ant q e l ilustre ate ni ense n o perte
especie de senado aris
n e c ió al areópa go
,
,
t o c r át ic o
cuyos poderes combatió y reduj o
ni al ar c o nt ado O poder ej ecutivo Fué tan
,
.
24
cinco mil l ones A sí pudo emprenderse las
grandes Obras p úblicas que aumentaron la
prosperidad y la como di dad del pueblo
La libertad de testar cuando el p ro pie
tario no tenía hi j os di ó gran movimiento a
la tierra facilitando su adquisición La
igualdad de educación e n las palestras y en
las co nferencias gratuitas O cur sos libres de
los filóso fos proporcionaba al pobre los
elementos necesar ios para mej orar de con
di c ión ; y si es verdad que los pr incipales
cargos p úblicos estab an en mano s de los
m as pudi entes todos el l os eran responsab les
ante el j ur ado popular compu esto por la
totalidad de los ciudad ano s sin distinción
alguna : con lo que el pueblo acabó por
imponerse y ej ercer el gobierno di recto e
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1
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rab a una cult ura general tan suficiente
que el sistema de acordar por sorteo los
cargos m as elevados como el de coman
dante e n j efe de los ej érc itos y el de ar
conte O miembro del po der ej ecutivo plu
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E R R A T A
25 , l íneas 9 y 1 0, donde dic e :
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26
ministro de hacienda empleo pura
mente a dmi ni strativo e n A tenas debiendo
a la exclusiva s uperi o ridad de su honradez
y de su talent o la infl uencia de que go zara
Gobernó pues sin más poderes que la jus
t ic ia y la belleza ; reali zó quizá por úni ca
vez entre los hombres e l ideal de la auto
ridad sin mando : vale d e c 1 r como un resul
tado del raciocini o y de la simpatía ; y
t o do ello con severa di gnidad que nunca
rebaj ó para a dúl ar al pueblo ante e l cual
hablaba muy rara v e z no obstante ser j efe
del partido democrático L O que perdi ó la
humani dad con e l fracaso de la civilización
pagana puede valorarse comparando a las
nuestras aquellas cosas Empezábamos a
adoptar lab oriosame nte una parte de esas
i ns tituciones cuando vino la guerra uni
versal que representa la incompatibili dad
del dogma cristiano con ellas ; y ese go
bierno de Pericles que demostró l a p o sib i
lidad de transformar el sistema autoritario
en una di rección racionali sta de los esp i
ritus comporta para nosotros la quimera
s ól O
s
,
,
.
,
,
,
,
,
.
,
.
,
,
27
anárquica la a c r ac ia antisocial persegui da
a
R evist e pues un a grande importancia el
comentario de la vida griega que siqui era
mental mente nos proporcione el recobro de
su ni vel Ello eleva desde luego la dig
ni dad y pone a la inteligencia en contacto
con los fundamentos de nuestra civil i zación
cim i entos de l m armol m a s bello y del m ás
noble bronce en que el Geni o humano e n
carnara j amás a los amables númenes de la
vida sana y libre
E l resultado más notable de aquella ar
moni a funcional que así e n la vida vegeta
tiva como en la de relación y en la de so
ciedad constituía la norma de la civil i
zación pagana es que A tenas la ciudad que
mej or supo comprenderlo y practicarlo fué
también la m ás artística la m as industrial
y la m ás comercial a la vez Lej os de con
siderar incompatibles estas actividades las
qu e
vin c ul ab a sin es fuerzo de un modo t a l
el grande éxito de su comercio finc ó en la
excelencia de su industria como ésa a su
,
,
,
.
,
,
,
,
.
,
,
,
,
,
.
,
,
,
,
28
en la influencia que le comu ni cara
el arte De esta última actividad dependí an
pues las otr as dos según te ní a que ocurrir
al ser ella la más espiritual y noble N ingú n
u
e su criterio
at e m e n s e lo ignoraba puesto
q
consistía e n saber que embellecer una cosa
es aumentarle la prospe rida d vital y tor
narla con esto éticamente mej or La razón
de la bell eza era para ese antiguo la armoní a
funcional de la cosa O del ser en sí mi smo y
e n su me di o ambiente : es decir la misma
que nuestra ciencia reconoce al triunf o e n
la lucha por la vida Una razón vital Verdad
bel leza y bien eran e l tr iple aspecto de la
v1 da concorde
Semej ante estado de espíritu daba e n
canto ins uperable al don por excelencia
c ar a c e r í st ic o
de la civili zación helénica
la sociabilidad La raza griega e ra ur ban a
de suyo Sus etapas hi stóricas de fini ér o ns e
por la fundación y la influencia d e las ciu
dades E l predomi nio artístico provino de
ahí
pues no hay cosa más urbana que el
arte Conversar con elegancia baj o un pórtico
vez,
.
,
,
,
.
,
,
,
.
.
.
,
.
,
,
.
.
.
,
.
,
29
hermoso en la a ni mación del aire clarís imo
que altern ativamente vivific ab an la mon
taña y el mar era el placer supremo de
aquel los ciudadanos Etica estética di plo
macia política economía legislación ap r e n
d íanl a s así razonando con gracia La con
v e r sa c ión griega organi zó los espír itus mej or
que no lo hubiera hecho cualqui er ense
ñ an za dogmática O científica N O hubo e n
aquella raza de artistas Obra de arte m as
e ficaz
As í es cómo la poesía e r a el fundamento
de la instrucción p ública ; la música el ele
mento capital de la hi giene ; la pl a stica her
mosa el origen de to do éxito industrial
Para e l anti guo m ás educado que nos
otros en la resi stencia al dolor y m ás sano
por la influenci a de las palestras donde s e
e j e r c it ab a d esde l a in fancia hasta la vej ez
la pr in c l p al condición de un artefacto O
ute nsilio n o era que fuese cómodo seg ún
nuestro concepto sino que fue se bello La
co m o di dad para nosotros cons iste en la
supresión del esfuerz o E l antiguo e x p e ri
,
,
.
,
,
"
,
,
,
,
.
,
‘
.
.
.
,
,
,
,
.
,
,
.
30
mentaba su bienestar e n la armoní a del é s
fuerzo A sí vivia positivamente más y m e
o r que nosotros
Su
descanso
n
o
era
como
j
para nosotros e l r e nun c iami e nt o de la quie
tud sin o el equi librio de las fuerzas con
cordes Por donde concebía tanto como sen
t í a la razón vital de la belleza Su estética
era la filosofía de su emoción n o un canon
prescrito ni un dogma impuesto : m ás arte
y m ás cien c ia a la v e z
E fe c tivamente la armonía funcional de l
se r en sí mi smo e s l a salud que engend ra
a la alegría de vi vir ; 1a armonía fi m c io n al
d e l si n en su medio ambiente es la esta
bilidad de ese mi smo ser como tipo de una
especie subsistente por haber triunfado e n
la lucha vital ; v de suyo produce la segu
ridad de vivir que e s otr o estado di choso
Cuando una raza practica estas cosas lo
cual es todavía mej or que entenderlas vi ve
e n b e l l eza como el griego vivió
Si los resultados constituyen pr ueba su
fic ie nt e y así es a mi entender no ha ha
bido e n la hi sto ria de la civilización blanca
.
.
,
,
,
.
.
,
.
,
,
,
.
,
,
.
,
,
,
31
un éxito como el de A tenas : es decir que
nunca hubo pueblo m as pequeño con in
fluencia moral y material m ás grandes
En la época de su mayor poderío A tenas
tuvo
habitantes Sin m a s que
eso fué la reina de los mares antiguos ;
encabezó una confederación de doscientas
setenta ciudades lo cual sometía a su in
fluencia nueve mi l kil ómetros de costas ;
su moneda reguló los cambios del mu ndo
su arte y su filoso fí a le conqui staro n la
inmortalidad La prueba es que ahora
mi smo estamos hablando de A tenas con
util i dad y con simp atía
Particularmente interesante resulta esto
para Tucum a n que es la provincia m as
pequeña de la rep ública Ello no le impide
contar entre las m ás civili zadas ser hi s
t ó ric am e nt e la primera por su industria
y haber dado al país úni ca en esto y su
perior tres insignes presidencias La mag
reputada como esencial
ni t u d geográ fica
para la gr andeza de la nación pertenece
al materialismo de los b árb ar o s L O gigan
.
,
.
,
,
.
.
.
,
,
,
.
,
,
,
.
32
tesco e s mo n struoso de suyo y no puede
así durar ni mantenerse mi entras dure
sino depredando : con lo cual se vuelve
Odiosa y envenenada por ese mi smo Odio
que suscita la propia vida de l gigante E l
heleni smo que aun permanece como e s
tado espiritual fué un fenómeno de sim
patia
Y no se crea qu e el A tica contó para su
prosperi dad con excepcionales O siqui era
generosos dones de la natur aleza T odo lo
contrario : su suelo e r a ingrato y pobre
Su cereal m ás valioso fué la cebada tan
i nferior al trigo y al maíz ; su ganado m a s
importante e l cerdo y la cabra A quella
tierra al volverse próspera resultó pues
hij a del ingeni o hum ano conso rte m ás que
s úbdi ta d e l h o mbre la borioso qui en la em
b ell e c ió al fe c un dar l a seg ún su don nativo
La isleta O mej or di cho islote d e E gin a
nos sumi ni strar á buena prueba de ello Su
suelo hal l ab a se formado de roca estéril y
gui j arros baj o los cuales había tierra fértil
Los habitantes emplearon aquella piedra
,
,
,
,
.
,
,
,
.
.
.
.
,
,
,
,
'
,
.
,
,
,
.
.
.
L A CE R Á
MI CA
hay cosa menos vali osa y más de spr e
c iab l e al parecer que un puñado de tierra
Pues con ese elemento un poco de agua un
horno elemental y su ingeni o creó el ate
una d e
ni e n se la industria de la cer ami ca
las m as típicas d e A tenas y la más impor
tante a la vez como que exce dí a en ello
a la j oyería y a las armas Eran estas dos
últimas muy prósperas no obstante y sus
productos tení an fama entre los mej ores
del mundo antiguo con lo que más resalta
e l mérito de la otra Concurría a ello fuer a
de la demanda comercial un valor humano
que le daba singul ar nobleza
El vaso de tierra cocida era utensili o
No
.
,
,
,
,
\
,
,
,
.
,
,
.
,
,
.
35
esencial para el antiguo en la vida y en l a
muerte Vinc ul ab ase a él desde el naci
‘
mi ento por la vajilla el tocador y el cul to
reli gioso cuyas o frendas m as fami liares eran
las libaciones Las ánforas de fondo pun
‘
t iagu do qu e empleaban para el envase y
el transporte en grande escala como nos
otros los toneles servían de féretros eco
De ahí
n óm i c o s enchuf ada s con di cho fin
tomaron su origen los sarcófagos de terra
co tta que obtení an alto s precios cuando é s
taban decorados y esmaltados Y en un va
sito precioso rendía e l deudo al finado el
tributo de sus lágrimas que dej aba e n la
1
t urñb a para la eternidad ( )
Con a quell as
mi smas á nforas encaj adas unas e n otras
construí an bóv edas tan ligeras como r e
sist e n t e s ; y los cascos de la al farería rot a
servían para clar ificar el agua de las cis
ternas
.
,
,
.
,
,
.
,
.
,
.
1
( )
El v
as o
dem á de
v t l fl
i d í im
l
tum b
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s
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va r a
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o r e x c e en c a
a se
n r
a
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os
or
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as
ro
u es
as
e
36
indi ca mej or por úl timo la im
que
o rt an c ia del v a so e n la vida antigua
p
la lista casi intermi nable d e los nombres
correspondi entes a otros tantos indi viduos
e n los di versos menesteres de su aplicación
o c ul at o ri o s fruteros y confiteros ( co pa s
p
N ada
,
,
,
.
,
p
ro
i
n at o r io s
p
e sc an c iari o s
ter a
(
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ba str on
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I n no s
,
s
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c
p
g
un gü e n t ari o s
l e b es
dari o s
ánfora
r e fr i e r at o r io s
acuarios ( hidria
c rá
m e ns ur al e s
d e sp e ns ari o s
co ti l o
c al
c o n viv al e s
r i ton
o l ve ro s
l eki to s,
al a
l ib at o rio s
i
x
s
i
p
Los cuatro elemento s o r1 g1 n al e s entraban
en la co ns trucción del vaso como e n la
del cuerpo del hombre primordi al cuya
‘
forma sucintamente esbozaba : la tierra
y e l agua en la masa el aire que la secaba
y el fuego que la cocía Co rr e sp On dí al e
así el favor de los cuatro grandes di oses :
,
.
,
,
e e id d de p eci
blig
m
p p e
cie t e l gi m que t m del l ti
l m y
t i t
p ible q i e deci
c i i t ct
a d l
di c l y d i e ci A í p md t i p b be ; p p i
t i
p bi d ;
i i
u i
d p n
i
que
e qui e e e pli c ció
ld i y p l v
f i g to i
1
( ) La
n
c s
r os n o o
r c ez
ra
a
o r o:
r
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os
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co nse rv
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a or o :
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esca nc a r o ,
o
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ara
e
car a,
r n
r
ac
x
on r
o r es
n a
ro
ar o ,
a
as
na
re
n
.
37
Demeter por la tierra D io ni so s por e l agua
A tena por e l aire y He fe st o por el fuego
Pero A tena ej ercía adem a s e sp e c í c a
mente e l patrocini o de la cerámi ca según
veremos luego y genéricamente e l de la
industria baj o sus sendas advocaciones de
ceram i sta y de industriosa
keram iti s
y ergan e El torno describía el movimi ento
primordi al que organi zó las formas siendo
inicial a su vez 1a del botij o como lo prueba
el hecho de que ciertas abej as lo construyen
T ales eran por decirlo así la ética y la
mí stica del vaso Simbolizadas ellas c o n
fiestas y resumi das en el patrocini o de
A tena la v1 r ge n s ab ia y clara el Oficio r é
sul t ab a a ni mado e n su sana hu mi ldad por
aquella espiritual satisfacción que produj o
e n el siglo X I I I
la maravill a de las artes
góticas A sistidos por su numen tutelar O
por su santo patrono el Obrero antiguo y
el m e di o e val disfrutaron de un a alegría y
de una confianz a que los nuestros desco
Con e so crearon la b e
n o c e n totalmente
lleza que no viene al taller siniestro de
,
,
fi
.
,
,
,
,
,
'
.
,
,
.
,
,
.
,
,
.
,
.
38
ahora porque siendo l a Virgen I nm orta l a
quien se dedi ca Part e n o n e s y catedr ales
,
,
el
a l ma
m i sma de l p ue b l o
en estad o
de
sere
la tristeza y la inquietud que la em
bargan equivalen a su aus encia Su propia
alm a e n estado de sereni dad e s e fectiva
mente lo que e l pueblo ve baj o las formas
amables d e la Virgen equitativa O int e r c e
sora según los tiempos Entonces donde
pone sus manos im prime e n belleza la norma
de su vida A sí la sim etría aritmética de
los órdenes griegos en el templo de mármol
y en el vaso de tierra ; así la mística ge o
metria O j iv al en la to rre sublime y e n e l
tosco cerroj o El bienestar de una civili
zación se patentiza e n ese Mp e rio de su
norma
A quell os vasos ate ni ens es en cuya fo r
mación y decorado no entrab an sino la ar
cilla y cuatro colores alcanzaron tal fama
que e l mundo antiguo creó con la demanda
un rendi mi ento maravil l oso a su industria
I nútil añadir que su valor no lo de t e rm i
nab an la materia prima ni el trabaj o que
n idad,
.
,
,
,
.
,
,
,
.
.
.
,
,
.
39
su elaboración industrial exigía Fu era de l
torno modelador y de la espátul a de al fa
rero un sencillo horno de leña bastaba para
la cocción Lo que am e rit ab a el Obj eto era
la forma elegante y ad e
e n primer lugar
c ua d a que había llegado a constitui r di eci
ocho tipos fundamentales p o r térmi no
me di o y después la decoración pictórica
cuyos temas fueron los mi smos de la grande
escul tura y de la gran pintura clásicas
Tal importancia alcanz aron esos dos e l e
mentos que en algunos vasos de precio
rm ab an a la v ez el modelador y e l deco
rador de la pieza
A un que desde los tiempos pr e ho m éric o s
los antiguos conocían ya v asos de m et al r e
'
puj ado y esmaltado con maestría O b t u
vieron preferencia co ns tantemente los de
b arro ; pues su exquisito gusto podí a con
todos a quellos recursos de los orfebr es
pasando lo mismo con los de alabastr o d e
mármol y aun de pó r do que fueron t a m
bién sus contemporáneos
Cuando uno los compara e n los mus eos
.
,
,
.
,
,
,
.
fi
,
.
,
,
fi
,
,
.
,
40
que los antiguos te ní an razón La p asta
y los colores de la arcill a parece que fueran
algo vivo análogo a la carne : algo en que el
fuego del horno original no acabara de e n
friar s e cons ervando como una tibieza de
circul ación Menos duro que el esmalte de
nuestras lozas y que el metal aun cuando
se a opaco
su pulimento es s emej ante a la
epiderm i s La mano se redondea con una
especie de v o l upt uo sidad e n el pie de la
copa O ki l ia ; acaricia la garganta de la
j arra vinaria u o ino c o é contorneá el seno del
l e b es o bol antiguo resbala suave por l a s
caderas del á nfora
R eviven así en la plástica del vaso ar
t í st ic o las lí neas orgáni cas d e la vasij a pri
mi t iva o botij o que segú n lo expresé a su
tiempo e s un a forma primordi al de donde
nació el pro fundo simbolismo sobre el c ual
más adelante insistiré que daba al cuerp o
del hombre como formado por los dioses
en barro
Esta especie de vitalidad latente que el
material poseía de suyo resaltaba aún por
ve
.
,
,
.
,
,
.
,
,
.
,
,
,
,
.
,
42
-
En cambio las fami li a s ricas de la Etrur ia
gran pro
e l A sia Menor y aun el Egipto
ductor de cristalería sin embargo pre
ferian a los vasos de metal precioso y de
cristal que ciertamente po dí an costearse
los servicios de aquel barro ateniense qu e
así llegó a cons tituir un fuerte ramo de c o
m e r c io Y e so duró no menos de tres siglos
lo cual prueba la firmeza de la cul tura an
tigua Ello r e l ac io n áb ase sin duda con la
exportación del aceite y de l vi no productos
áticos también pero la cerámi ca fina valía
por sí sola más que los dos
Una de las ferias anuales más importantes
de A tenas era la de los productos c e r á
mi cos El barr io donde estaban los talleres
había llegado a ser el principal por su lim
pieza su desahogo y su e di ficación L l am á
base precisamente el Cerámic a y con
t e ní a e l cementerio más luj oso de la ciudad
con lo que toma ron genéricamente el
nombre de c erám ic os todos los otros S u
c e sivo s ensanches a lo largo d e l cami no de
Eleusis que era donde se hallaban las m ás
,
,
,
,
,
,
.
.
,
.
,
,
,
.
.
.
,
,
,
,
.
,
43
s untuosas mansiones y ardi nes particul ares
habían dividi do el barrio en dos : el ex
t e rio r y e l in
terno separados por los fa
m o so s pórticos llamados D i pil on En su
centro estaba el alta r de los doce grandes
núm enes y de allá arrancaban las p ri n c r
pales ave ni das e x t e iio r e s de la ciudad Las
deidades del barrio eran A tena Cerami sta
patrona de los alfareros y H e fe st o numen
del fuego artístico E n c o nt r áb ase también
a llá el centro de la vida cívica tan intens a
e n A tenas
y he aquí el motivo : la c e r á
mi ca fué quizá la úni ca industria ate
ni e n se que tuvo regularmente por e m r e
p
sa rio s un n úmero apreciable de ciudadanos
li bres a los cuales a so c iáb ans e muchos ex
t r an j eros ricos naturalizados Poderosa uni ón
industrial que contaba natural mente con
muchos votos La delicadeza artística de l
Oficio rea lzaba el ni vel intelectual de sus
Obreros dándoles mayor capacidad poli
tica A sí fué cómo el A gora hubo de de spl a
z ar se hacia e l
Cerámi co del cual llegó a
sinóni mo transformándose el barrio
se r
,
,
.
,
.
,
,
,
.
,
,
,
,
"
,
.
,
,
.
,
.
,
,
industrial e n la verdadera sede de los n é
o c io s políticos y bancarios
g
La sigui ente decoración de un vaso ( c o
1
lección Caput t i e n R uvo ) ( ) indi ca mej or
e nada la importancia artística d e l Oficio
u
q
R epresenta un tall er de alfarero visitado
por la di osa A tena y dos Victorias que
llevan coronas a los artesanos Al extremo
derecho pinta una muj er lo cual nos ia
di ca que e l trabaj o femeni no e r a habitual
e n el decorado
tal cual sucede ahora y
co ns tituí a de segur o un recurso favorable
a la emancipación y a 1a di gnidad de la
Obrera ateni ense Añ a di ré que siendo el Cc
r ámi c o e l barrio más cosmopolit a
esto le
asegur aba una concurrencia mayor de buenos
artesanos
A quel estado intelectual de los alfareros
ate ni ens es hab íal o s llevado a realizar en
la decoración de los vasos verdaderas c o n
c e c io n e s pictóricas y e sc ul t ur al e s de in
p
apreciable valor actual E so es e fectiva
.
,
.
.
,
,
,
,
.
,
.
,
.
1
( ) La
an
tigu
an
os es
,
tigu R u b i; ciud d que de de
im p t
te ce t lf e
a
o r an
s
a
n ro
a
ar
ro
.
l os
t ie m p
os
-
45
mente el úni co resto de la pintura griega
ue nos haya quedado y por él hemos de
q
d uc ido cosas muy importantes entre otras
la evolución del realismo primitivo
con
sist e n t e e n la verdad anató mi ca que hace
de la ej ecución artística un a autopsia
hacia el n at ur al ism o que da la impresión
de las cosas pr e se n t án do no sl as tales como
las vemos no tales como son ; e n sus mo
mentos de vida sens ibilizados por la línea
movible y cambiante de la sil ueta no en la
plástica pasiva de los meros vol úmenes La
copia había que dado defi ni tivamente subs
t it u ída por la expresión que es la persona
li dad visible de los seres y aun de las cosas
Véase por ej emplo e sa adm i rable
gura de pedagogo que elij o entre muchi
simas de igual mérito para no so b r e ab un dar
con la repetición Decora una copa de l
museo de Berlín procedente del taller d e
E ufr o ni o s famoso al farero ate ni ense con
temporáneo de Fidi as a qui en muy pronto
volveré a citar con motivo que explicará
esta advertencia N o e s en real idad sino
,
,
¡
x
,
,
,
.
,
fi
.
,
,
,
.
,
,
.
,
,
,
46
una mancha de arcill a cocida que revelan
so brios ra sgos sobre e l fondo negro de la
copa ; mas su expresión y su movi mi ento
revelan un arte pictórico e n plena madurez
O bsérvese entre tantos detalles admi rables
por su verdad naturalista el d el coj ín que
ha resbalado con lo brusco del movimi ento
el de la crispadura simétrica del pie derecho
con la mano del mi smo costado que sos
tiene e l puntero e sc o l ar dej ando libre el
índice a dm o ni tor ; la triangul ación audaz
efectuada por el dí ptico O doble pizarra de
las nota s con la punta de la barba cuyo
avance co mp ul sivo acentú a tal como lo
hace a su vez la corona llevándose t o do e l
movimi ento de la cabeza N ótese por úl
timo la verdadera proyección de flecha con
que parecen disparadas por e l arco externo
e interior del codo la línea que desde la
punta de este úl timo va hasta la del ín
di ce pasando por la de la nariz y la que
sale de la co yuntur a para rematar en la
punta del pie derecho A mbas determinan
el total movimi ento de la fi gura con irre
,
.
,
,
i
,
,
,
.
,
,
,
,
,
.
47
así la mi tad superior
baj o el arrebato de la
cólera un ímpetu de carrera F uria y ve
l o cida d son sinónimas en griego y en cas
impulso ; y
de l cuer po adquiere
sist ib l e
.
t e l l an o
.
era menos admi rable la combinación
de los colores que caracterizaro n tres sis
temas decorativos : el de figuras negras
1
sobre fondo roj o ( ) que comenzó c On e l
siglo VI a C y que i ni ció la costum bre de
firmar los vasos lo cual prueba el incre
mento de su valor artístico ; el de las
guras roj as sobre fondo negro al cual per
t e n e c e la que acabamos de estudiar im
perante en fines del siglo VI y durante todo
el V ; y el de la decoración policroma qu e
empleó además de los colores menci o
nad os e l blanco e l morado y e l amarillo
de oro particul armente bello en las grandes
á nforas negras
Hubo también vasos
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tu l de l
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( ) E te
y í debe e te de e f lt de dve te ci e peci l
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on o
48
enteramente dorados cuya decoración con
escenas i nfantiles y que desti
s ist í a e n
naban a los aposentos de los ni ños ricos
El blanco servía para reproducir las ropas
de lino los caball os del mi sm o color las
canas y a veces los obj etos de plata El
roj o para acentuar algunos rasgos de la
fi gur a que sobresalía recortada e n la ar
cilla sobre e l fondo negro El oro tal cual
vez para dar resalto a ciertas piezas de las
armadur as ricas El negro de sl e ído torná
base amarillo con la cocción ( lo cual me
induce a creer que tení a por base e l ho
1
l l ín ) ( ) y s e r ví a para representar e l pelo
rubio
Pero entre to dos estos colores el prin
c i al
e l más característico fué aquel ne ro
p
g
untuoso y como viviente que recuerda al
d e l ébano natur al o al de ciertos rasos a fel
pados Créese que su fórmul a hoy perdida
tuviera por base un óxido de hi erro Su te
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.
ros ,
s
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.
o
—
49
era tal que resistía como puede
verse hoy a todos los ácidos y a todos los
deterioros de un entierro de veinte a vein
t ic in c o siglos A llá donde el mi smo cristal
acaba por alterarse con las peculiares iri
él permanece igual Una
sa c io n e s Opacas
muneca de trapo basta para restab lecer su
pulim ento lustroso como un espej o pero
nunca frío Basta compararlo con el mej or
negro actual que es e l de las porcelanas
suecas Este es un esmalte ; aquél una epi
dermis
El tono general de las decoraciones era
semej ante al de los fresco s; y ello es par
t ic ul arm e n t e apreciable en los rito n es o
vasos pr O pin at o r io s que im itaban cabezas
de hombres y de a ni males R ecuerdo una
de carnero y otra de lebrel que hay en el
Museo Británi co : ambas p o rt e nt o sas de
vida y d e a ni mación
Todo era se nc il l íslim o como se ve y con
sist ía en sólo dos combinaciones recíprocas
e l negro del barni z sobr e el roj o natural de
la arcil l a o este roj o l ibre sobre el fondo
n a c ida d
,
,
,
.
.
,
,
,
.
'
.
.
i
.
i
'
.
,
,
No
menos sencillos resultaban los útiles
de pintar : dos pinceles solamente uno de
varia s cerdas e l otro de una sola que e r a
a veces una barba de pluma para mayor de
lica deza La cocción e fe c t uáb ase en una
hornalla de tiro di recto con lo cual las
llamas oxidantes que desorga ni zan los b ar
ni ces debían ser frecuentes y causar p ér
así at rib uía se esto s
dida s sensibles
percances a no menos de cinco duendes de
la llama La úl tima operación consistía en
un bano cuya receta ignoramos tam bién
con Obj eto de dar lustre a los colores
a
d
o
s
por
el
f
u
ego
j
Dada la armo ní a inherente a todas l as
concepciones griegas los temas decorativo s
eran siempre apropiado s al destino de l a
pieza Mas e l decorador no se li mi taba a
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.
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X VIII 470 7 3
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52
to do Qui tar o poner algo al o b
j eto así formado sería destruir su uni dad :
a fectarlo mortalmente La estética griega
establecía un criteri o de perfección qu e
científicamente e s el de la exactitud ma
temática y moralmente el de la realización
de to dos los actos lo mej or que pueda
cada cual La l oso fía y la proporción ma
t e ri al engendraban pues la sere ni dad de
aquell a belleza reflej ada lo mi smo e n la
conducta de Pericles que e n la del artesano
e n la pie dr a egregia d e l Partenón y e n el
humi lde vaso d e tierra
Veamos en tr es tipos de este úl timo di s
t in t a m e n t e decorados la proporción de sus
elementos v ariadísim o s para apreciar cómo
la armo ní a resul tante da la noción sint é
tica de una elegante sencill ez El primero e s
un l ekito s ateni ense decorado úni camente
por zonas blancas y negras : juntas l a s dos
primeras y separadas las dos úl timas por
el
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de
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pacio
claro
que
res
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aquella
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i entras en el asiento alternan por
uni ón ; m
simetr ía Los colores así dispuestos contri
formarlo
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.
53
buyen a l a esbeltez del vaso dándole c l a
ridad e n su may or volum en y mayor al
tura al paso que concentran la mi rada en
el tope y en el fondo por me di o de las
masas negras Tal di sposición de los colores
determina la mi sma oj eada con que apre
o íamos una
persona al primer golpe de
vista s1 endo del caso recordar que el color
del calz ado y del sombrero es general
mente negro Las di mensiones se corres
o n de n así :
p
El ancho del labio e s i gual a la di stancia
má xima de las inserciones del asa ; El
ancho medio del cuello e s igual al de la é s
t r an gul a c ión de la base y está \conte ni do
once veces en la altur a total d e la vasij a
y tres veces en su anchura máxima La al
tura de la zona negra superior e s el tercio
de la altura total que hay desde la boca
hasta el par i nferior de líneas negras
que l imi tan la zona blanca de la p anza
La faj a blanca conteni da entre las lí neas
primera y cuarta de los dos pares de líneas
negras es el cuarto de la altura de la zona
,
t
,
.
.
,
.
.
,
54
blanca de la panza La faj a negra conte
ni da entre la línea ne gra y la segunda lí nea
blanca de la parte i nf erior de la panza e s
igual al cuarto de la zona negra inferior e
i gual además a la altura del asiento El
vaso está di vidido e n tres grandes cuerpos
de igual longitud : e l alto que tiene por
bases el borde del labio y la primera línea
negra d e l par superior ; el me di ano cuyas
bases son la segunda línea d e di cho par y
la línea negra inferior que forma el lím i te
de la zona blanca de la panz a el baj o qu e
empieza en e l borde de la primera faj a negra
de la pa nz a y acaba e n la l ínea mi sma de l
asiento Las estrechas zonas cl aras inter
medias resultan pues l uces entre los ouer
pos ; y comportando a la vez lim i taciones
racionales de la triple estructura ante
di cha sugieren s imul táneamente ligereza y
estabili dad El di ferente volum en de l as
tres part es evita l a pesadez monótona di
simul ando la igualdad de sus alturas
Pues a quí r e quiére se una advertencia
Cuando se habla de simetría aritmética
.
,
,
.
,
,
.
,
,
,
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"
.
,
.
.
,
-
55
esto tiene dos signi ficados : uno co n c e r
mente a los va l o res rea l es de la estructur a
t al cual acaba de verse ; otro re ferente a
la impresión estética que dicha estructura
debe causar en el espectador ; y di chos sig
A sí e n e l Par
ni ficados son recíprocos
hay muchos mi embros rea l m ente
t e n ón
asimétri cos que lo son para dar precisa
mente la impresión de la simetría Pero
cada uno e s al propio tiempo acabado en
su género como los di v ersos aparatos de
los orga ni smos vivientes
En el vaso que estudiamos el cu erpo
blanco sería por separado otro v aso d e
l íneas no menos armo ni osas ; el negro in
fe rio r inclusi v e el asiento otro i gualmente
completo el negro superior otr o m ás sen
cillo pero también con existencia propia
por úl timo que l o s colores
O bsérv ese
forman tres pares blanco y negro del lab io
y del cuello hasta el asa blanco y negro
desde la inserción superior del asa ha sta
el pie blanco y negro de las dos z onas de
este úl timo Si a ell o se añade la d ecoración
,
.
,
,
,
,
.
,
,
.
,
'
,
,
,
.
_
.
de las líneas transversales no podrá menos
de recordarse la distribución simétrica de
colores en los insectos hi m e n óp t e r o s que son
precisamente los co ns t ructores de vasos y
de panales geométricos
He aquí ahora una ánfora típica como
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u
seg
n
su
letrero
t
n a then ethen á thl ón
ú
o
q
soy un premi o de Atenas
consti
em i :
t uy ó gal a rdón de las famosas fiestas Pana
t an e a s do n de l a s daban ll enas de aceite a
los vencedores
Su decoración es mucho
m ás complicada que la del vaso anterior ;
pero a fin de no redundar abreviaremos el
estu di o al detalle
El ancho máximo del labio es igual al
,
,
,
.
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o
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na s r n a
e rrera ,
o sa
o
r o
segmento de panza comprendi do entre la
inserción de las orej as en di cha panza y la
l ín ea negra que limi ta las zonas blanca y
negra de la misma L O propio ocurre con el
otro segmento comprendido entre di cha
línea l im ítro fe y la línea blanca i nferior en
que termi na la mencionada zona negra
Quiere decir pues que una sola curva de
termi n a los perfil es del vaso Desde dicha
l ínea blanca hasta aquella donde la A tena
asienta sus pies la altura es también igual
a cada una de las anteriores di mensiones ;
y todavía se repite e n la altura de la di osa
desde e l borde de su vestido hasta la cima
de su penacho El coll ar negro es de i gual
longitud que l a l ín e a del asiento y que la
distancia entre las inserciones externas de
cada asa La altura del gol l ete negro é s
igual a la del asiento negro y a la de los
triángulos del mi smo color que decoran la
parte inferior del v aso La altur a de la zona
blanca , inclusive el collar es igual a la de
l a zona negra inclusive la decoración trian
gul ar y el asiento
.
.
‘
,
,
.
"
,
,
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i
.
.
.
,
,
.
58
La altur a de la zona blanca del cuello es
igual al diámetro vertical del escudo y a
la de las dos zonas que fo rman la decoración
triangular y e l asiento consideradas como
un solo mi embro seg ún resul ta a la vista
O bsérvese que a la vez las tres partes
mencionadas son semej antes por la combi
n ación d e l negro y d e l blanco Cada una de
estas alturas está conteni da siete veces en
la total de l vaso A sí pues la altura del
cuell o e s el séptimo de la altura del vaso
tal como e n el canon de la estatur a humana
e l rostro lo e s de esta úl tima
La línea in
fe rio r del gollete e s i gual al l ete superior
del coll ar ; y la longitud d e cada una de
estas do s bases e s igual al tercio de la an
chur a de la panza Esto excede e n otro
tanto la proporción humana de cuello a
vientre y de aquí el aspecto Obeso del án
fora N ótese por úl tim o que ell a parece
compuesta de tr es vasos : dos grandes
opuestos por las bocas y uno m ás pequeno
que l a corona y r e ér a se a esta estructura
las co ns ideraciones ins piradas por la d el l e
si to s supra di cho
,
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59
sigui ente pomo de aromas O a l a b as
1
tron ( ) aunque fué encontrado e n Chipre e s
del tipo clásico y merece l a pr e fe r e n c ia por
su de li c adísim a y difícil decoración El hecho
2
de hallarse firmado ( ) indi ca su impor
tancia
Sabido es que las decoraciones pro fusas
y compli cadas perjudican generalmente a
la esbeltez del vaso m áxim e cuando éste
e s muy pequeño
según sucede Sólo un
concepto tan riguroso como fino de la pro
porción puede entonces salvar la di
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.
.
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c ul
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,
.
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éste resul ta modelo N o sólo con
tiene una escena c o n st it uida por tres
guras ammadas ( pues se trata de una
garza y dos muj eres ) sino accesorios como
el plato de la comi da la rama y e l espej o
colgado que debieron mul tiplicar las con
A sí ,
.
'
,
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A pe de que Pli i ( Hi t N t X III ) t ibuye
l
v
de l b t l cu lid d de c n e v m ej
l
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Mu e B itá i c
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3
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os
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.
a
a
60
dic io n e s adversas
.
Veamos sus características
proporcionales
Empezando por la bo ca hal lamos que
su longitud e s igual a la anchura de la zona
negra del cuello y a las dos alturas de l a
zona clara superior : la que cuenta desde
la base de l cuello negro hasta e l tope de
l as letras y la que mi de el espacio entre
di cho tope y el p ri mer filete de la zona
blanca La guarda blanca y negra del borde
superior de la panz a es igual a la del asiento
e n longitud y en anchura
La anchura de
la faj a blanca que contiene e l letrero es
igual a la mitad de la altura de la garza La
anchura de la faj a blanca i nf erior c o m
prendida entre e l filete donde pisa e l ave
y el borde superior de la guarda e s el
tercio de la altur a de la muj er La longitud
comprendi da entre los dos l etes O sea el
espacio de la escena decorativa contiene
tres veces la altura de la faj a inferior y
cinco la de la superior con sus guardas in
c l u siv e
La altura de la mujer es doble de
la altura de la garza La altura del gollet e
.
,
,
.
,
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.
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.
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.
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.
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di c io n e s adversas
.
60
Veamos sus característic as
proporcionales
Empezando por la boc a hall amos que
su longitud e s i gual a la anchur a de la zona
negra del cuell o y a las dos altur as de la
zona clara superior : la que cuenta desde
la base del cuello negro hasta e l tope de
la
s letras
y la que mi de el espacio entre
di cho tope y el primer filete de la zona
blanca La guarda blanca y negra del borde
superior de la panz a es i gual a la d e l asiento
e n longitud y en anchura
L a anchura de
la faj a blanca que contiene el letrero e s
i gual a la mi tad de la altur a de la garza La
anchura de la faj a blanca i nf erior com
prendi da entre e l filete donde pisa e l ave
y e l borde superior de la guarda es e l
tercio de la altura de la muj er La longitud
comprendi da entre los dos l etes O sea e l
espacio de la escena de c orativa contiene
tres veces la altura de la faj a inferior y
cinco la de la superior con sus guardas in
c l usiv e
La altura de la muj er es doble de
la altura de la garza La altur a del gollete
.
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,
,
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.
.
,
.
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.
,
,
.
.
61
negro es igual a la del espej o y a la de la
ca beza de la muj er inclusive el cuello
Esta mi sma altura e s el tercio de la garza y
el sexto de la muj er La rama tiene la mi sma
l ongitud del brazo de la muj er desde el
hombro hasta e l dorso de la mano que es
su extremo visible ; y cada un a de estas
dos longitudes e s igual a la altura de la
faj a blanca infe rro r
La anchur a del labio del vaso e s igual a
cuatro veces la altura de est e úl timo desde
el centro de la boc a al punto de asiento
en el suelo horizontal E l ancho máxim o
de l vaso es el tercio de su altur a máxima
La anchura de l labio se repite dos veces :
una en el terc1 o superior y otra e n e l i nferior
del vaso de suerte que está tres veces con
teni da e n su altura Lo propio acontece con
todas l as otras líneas tra ns versales que
rodean el cuerpo de la vasij a y de aquí
proviene la uni dad perfecta de esta última
que al revés de l as anteriores presenta e l
aspecto y la inte gridad de una larga gota
Por úl timo el ancho del goll ete es el tercio
d e la anchura máxima del v aso
.
,
.
,
'
.
,
.
.
.
,
,
,
.
,
.
-
62
Para que l a s figuras domi n ante s de la
d e co ración no amengüen la esbeltez así
la mayor de el las debe tener
co ns e guida
c ua ndo más l a m i tad de la altur a del vaso
y es lo qu e ocurr e mientras l a menor debe
alcanzar a su v e z l a mi tad de l a altura de
l a más grande como vi mos también que
suce dí a Al propio tiempo l a imagen de
la muj er guarda también la proporción c a
e l cuello e x
n óni c a puest o que su rostro
c l us iv e
e s la séptima parte de su altura
total La altura del cuell o negro concurre
a robus t ecer toda esta armonía c o n un
nuevo valor pues se halla contenida c á
to rce ve c es e n l a d e l vaso
A hora para c o m p e ns ar n o s de esta a r idez
analítica con algo más interesante dej ando
c omp r obado que así e n e l grande arte co mo
en el humilde oficio imperaba el mi smo
concepto de proporción exami nemos bre
vemente esta cabeza d e "
eus que completa
en el museo de Dresden la restauración de
una estatua de As kl epios
Co nvienen eminentes arqueólogos e n que
,
,
,
,
.
,
,
,
.
,
.
,
,
,
.
—
63
fi
si esta cabeza no salió del taller de Fidi as
pertenece a la mejor escuela di an a ; cir
c un st a n c ia importante por haber sido aquel
escultor qui en creó el tipo plástico del
padre de los dioses
La altura de esta c abeza desde e l naci
mi ento del cabello es igual a la de la frente
desde di cho último punto hasta el entre
cej o Esta igualdad se repite en la di stancia
que hay desde la punta externa de cada
cej a hasta e l perfil de la nar iz que corres
ponde a cada lado y también en la que
hay desde dicha punta de cada cej a al borde
externo de cada ala de la nariz L a punta de
esta última está a igual di stancia del na
cim i ento de los cabellos y d e la extremi dad
inferi o r de la barba El a ncho de la boc a
entre comisuras e s igual a la altura de la
frente sin contar la entrada d e los cabell o s
En la belleza pr o t o t ípic a del dios impe
raba pues la mi sma norma simétrica
Por lo que respecta al mérito artístico
de la decoración e n el citado vaso la
guía del Museo Británi co ( A ntigüedades
,
,
.
,
,
,
.
,
.
,
.
,
.
,
,
,
.
,
,
,
64
Griegas y romanas pág 21 8 ) recuerda
al arte j aponés cuando menciona el e x
quisito di buj o de la garza Mas no so
lamente e n esto consiste el parecido N ó
t a se l o en cosas de importancia mucho
m ayor como e l ya enunciado concepto
‘
im p r e sio ni st a del arte
la armoní a de
los colores análoga a la de estampas y
k ak emonos y hasta ciertos detall es como
la manera de tomar e l pincel empuñándolo
e n v e z de e m ul arl o
o
orme
hacemos
c
n
f
p g
nosotros
N i faltaba a los di chos colores aquella
armo ní a c o n e l ambiente que así resul ta
otro don común de todas las artes griegas
E fectivamente en e l paisaj e ate ni ense no
había sino t res colores dominantes : e l
blanco el anaranj ado y el azul profundo
d e l mar y de la montaña Faltaba casi e n
t er am e n t e el verde O sea el color que di
vide la parte cali ente de la fría en el e s
e c t ro
i
m
a
lo
cual
debe
la
má
x
a
a
n
a
di
r
se
p
intensidad luminosa que corresponde al
anaranj ado Con ello el paisa j e flo t ab a en
.
,
.
.
,
,
,
,
,
.
.
,
,
.
,
.
,
66
m ej or
que e n estas otras nos fué dado
apreciar la dul zura y la gracia la di screción
y la sereni dad características de esa vida
Un puñadi t o de barro gul in o animado
por el arte nos la revela así como el árbol
i nm enso se define por una flor
La animación del arte que fué vida con
temporánea ( pues a ni mar "signi fica poner
alma se ha tra ns formado con el tiempo e n
el don de inm ortalidad "a entonces e l
oro resultaba inferior a ese barro artístico
puesto que sólo s ervía para comprarlo ; I n
m o rt al iz a do co m o ahora está dicho barro
es algo mucho mej or todavía Su mérito ex
cede a todo precio Figura co mo obj eto de
insuperable valor en el tesoro de los pueblo s
y de los reyes
,
,
fi
.
'
,
,
.
,
.
,
,
,
.
.
7
.
L A S FL A U TA S
ante s de prosegui r dos p á
labras que serán útiles respecto a la diosa
patrona de los alfareros : A tena a qui en
llam aban Minerva l os romanos y que
según acaba de verse llevaba el mi smo
nombre de la divina ciudad c o n st it uida
desde ento nces sin rivalidad posible en
Capital de l a Belleza
En la j e rarquí a de los di oses homéricos
A tena ocupa el segundo lugar después de
"
e us
y por esta situación m ás ele vada que
la del mismo A polo fué p atrona de toda s
las artes y to das las industrias de la paz
El artista y el artesano hal l á b a n se baj o su
protección lo cual manifiesta baj o otro
Pe r m ít ase m e
,
,
,
,
,
,
.
,
,
,
,
.
,
68
concepto que e l de la norma estética más
arriba enun ciada aquella « noble 1 gual dad
de todas las hum anas a c t ivida de s c o n que
e l anti uo reconocía la di gni dad i ni cial del
g
esfuerzo La gran virgen pagana representó
lo que después la Virgen María para las cor
li
rac io n e s obreras
si
bien
con
amp
tud
o
p
mucho may o r y aun cuando la segunda
tomó no pocos de sus atributos De tal
modo su templo morada de la inteligencia
y de la pureza fué también el sa ntuario
d e la democracia
Si e l obrero m e dio e val tuvo muchos s antos
patronos fuer a de la virgen que e r a el
más común el griego no conoció otro que
A tena A sí se i gualaba repito baj o una
mi sma protección co n el artista e l sabio
e l pro fesor
el gobernante e l industrial e l
marino el labriego la esposa casta
la íntegra doncella Y co n ellos la ciudad
ente ra puesto que la diosa e r a e sp e c í c a
mente guardi ana de sus lla ves : A tena
Cl eóduc os A sí trabaj aban baj o la iluminación
ins pir at riz de su mi rada que era el azul
,
'
.
,
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“
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firmamento Fidias en su material cri
1
f
se l e fan t in o
y
el
al
arero
en
su
mot
a
de
()
tierra ; Al c ab íade s ideando como Luis X V
un coqueto calzado y el remendón en su
t e n du c ho del A gora S o l ó n redactando hoy
sus leyes inmortales y t r a c an do ayer
por los mares al soplo propicio de l viento de
A tena ; y el aceitero y el bodeg
uero de l
Emporio que exp ortaban para las islas y
el consignatari o que recibía los trigos del
Que rso n e so los cueros d e l Ponto las ma
deras de la Macedo ni a el marfil de la I ndi a
el co bre español y el estaño británi co
T al e r a como p e r so ni c ab a A tena y glo
r i c ab a la democracia
Las tareas del hogar empezando por e l
hi lado que co nfería a la antigua dama la
nobleza doméstica fueron también de su
p atrocini o así como las obras de la inteli
e n c ia en l o s varios ramos del saber
g
de l
,
.
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cci i c d émi c
egi t s u c m pue t de l p l b
y l éf t m l E té mi c r ie te l hi t i
del te y pl i l
de ig l e t tu de m de
ch pe d
c m l Ate del P te ó
l y
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b de Fidi
1
( ) La
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s a
na
en
a
s or a
a
as
ar
ra
n
n,
70
i
Un arte entre todas la música resumía
estas actividades dando a la deidad su
nombre de A ten a E rgane O industriosa ;
si bien la raíz ergón r e ér e se genéricamente
a la actividad Vital cuya expresión superi o r
era e l ali ento que se vuelve armoní a en el
sens ible tubo de la fl a uta Esta advocación
j unto con la que denomi naba el patro
c ini o
de la cerámi ca
K eram iti s
eran
las más importantes ; pues si una r e feríase
al 50 plo animador la otra simbolizaba con
la arcilla moj ada para modelar e l proto
plasma de la creación orgáni ca cuyo tipo
superior e s e l hombre A tena hab íal o fo r
mado de la arcil l a primordial síntesis de
los elementos anim ándolo con su soplo e
iluminándolo con su mirada que era según
ya dij e el cielo azul conforme a otra de
sus grandes ad vocaciones : la de Ka l in i tis
A sí nuestro cuerp o nuestro aliento y nuestra
l uz
toda la vida humana como se ve
eran respectivamente la arcil l a el soplo v
la mi rada de A te na T al es lo que se simbo
li zab a con la m ú sica de la flauta : pedazo
,
,
,
,
fi
'
,
.
,
,
,
.
,
,
,
,
,
.
,
,
,
.
71
de cana que aderezado y a nimado por el
a rte c o n v e rt ía se en superior instrumento de
belleza De esta suerte las cañas a ticas
gramín eas comunes que crecían a orillas
d e los lagos y de los ríos ll egaron a al
c anz ar precios respetables que la demanda
rogresiva
encareció
a ún
Y
puesto
que
su
p
c omercio constituyó uno de los más fuertes
y característicos ramos de la expo rtación
ate ni ense procuremos precis ar sus detalles
m ás interesantes Con el culto de su num en
patrono introducido de B e o c ia que era la
comarca flautista por e x c e l e n c 1 a el di cho
instrumento adquirió en A tenas una im
i
o rt an c ia capital
T
omemos
pues
la
n
p
dust ria e n su pun to de mayor desarrollo
La r e stauración democrática que suce di ó
a la caída de los treinta tiranos c ar ac t e ri
z ó se por un vasto movimi ento artístico en
e l cual adquirió particul ar importancia la
rev olución musical que am e rit ó l a música
u
r
a
subor
di
nada
hasta
entonces
al
canto
p
introduciendo los solos y los d úos de flaut a
T eni endo este instrum ento v o z propia y
,
.
,
,
.
,
.
,
,
,
.
,
,
.
,
,
72
modulada por acción neumática como la
palabra podí a r eemplazar al canto mientras
que como es sabido difícil m ente armoni za
co n él
Bajo e ste úl timo concepto puede
decirse que sólo se la empleaba e n el reci
tado musical ; pero e n cambio era grande
su i nfluencia sobre la danza
Conocida es la importancia asignada por
los antiguos a este ej ercicio indispensable
según ellos en una buena educación y que
mi smo Sócrates practicó ya anciano ;
el
l o cual prueba que no lo consideraba entre
las artes superfluas tan despreciables para
él
Constituía aquello como una gim
nasia de belleza puesto que principal
mente estaba compuesto de actitudes pl ás
ticas ; y e l mundo antiguo vió tal cual
ahora ocurre las extraor di narias suertes de
bailarinas casadas con príncipes La se
f
ué
ni a
nda
muj
er
de
Filipo
de
Macedo
u
g
la bailarina Larisa cuyo hi j o A ride o su
ce di ó a Al ej andr o
i
l
i
E
t
e
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el
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cu
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G
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y l etó ic T d l cult i clu ive el c i ti ni m
t nid d n
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z as sa r a
a s,
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o a
n ar a ,
a
s
r s
a
s
or
o,
74
de di cha institución y de la democracia r e
saltaban en las sendas advocaciones del
numen que así ve ní an a constitui r la glo
r i c a c ión d e la rep ública A demás la flauta
instr umento de los campesinos humi ldes
hal l áb an se e n oposición natural con la lira
aristocrática y costosa La plebe barquera
hab íal a adoptado mucho antes de la revo
lución y de sus filas salieron después las
flautistas pro fesionales que tanta boga al
c a nz ar o n e n las di versiones
La importancia del i ns trumento que nos
ocupa resalta e n los cuidados de su cons
tru cción
Famosas eran entre todas las canas ade
c u a da s las b e o c ia s que crecían e n las m ár
genes del l ágo Cop á is cerca de la desemboca
dura de l Ce so fo c e o
Había allá un
villorrio ll amado L e b ade a abundante e n
varias especies de cañas y que por esto
quedó clásico ; pero no citaré de aquéllas
sino las delgadas y sin nudos llamadas
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,
.
,
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y
75
s i r in a s ,
g
con las cuales se fabricaba zampo
ñ as y las aul eticas O fl aut e r a s por de fi ni
ción puesto que a ul ós en griego es flauta
El crecim iento completo de esta caña du
raba nueve años R e c o n o c ía se en ell a tres
variedades sexuales : la caña macho c á
r a c t e r iz a da como ahora por una arista lon
i
t
u
d
i
n al
m
e r ée r o s
que
seg
n
los
da
su
ú
g
mayor valor a los juncos de Malaca ; la
hembra enteramente cilíndrica y l igera
mente vellosa y la capona O neutra que
era completamente glabra El sexo de las
canas revestía importancia en la fabrica
ción instrumental lo propio que sus di
versas partes : la m ás próxima a la raíz
formaba la flauta izqui erda mi entras la m ás
cercana al tallo daba la flauta di estra ;
pues el m úsico antiguo t ocaba simul tánea
mente c on dos flautas Co rt áb ase las cañas
cua ndo estaban maduras pero
e n oto ño
no r e se c as o hendi das a ún por la escarcha
sometiéndolas después al un estacionami ento
de tres anos e n p ar aj e seco El estrangul
O boqui lla debía ser de la misma cana O
'
,
,
,
.
.
,
,
,
.
,
,
,
'
,
.
,
,
i
.
,
—
76
por lo menos de un a de l mi smo sexo ; y
c re íase que la lengü eta de c e r a daba al son
mayor suavi dad Esta materia servía tam
bién para los tapones con que se graduaba
al tanteo e n e l interior d el tubo la "column a
de aire correspondi ente al to no que cada
flauta debía dar : Operación deli cada que
requería a n a do r e s muy expertos
La altura absoluta de cada soni do resul
taba de la proporción entre el n úmero de
vibraciones por segundo y la velocidad de
aquél di vi di da por cuatro longitudes d e
tubo C o mo los griegos no te ní an inst ru
mentos de precisión con qué determi nar
1
a quell as cantidades ( ) todo debía há
c e r se
según di j e al tanteo Ello de
muestra e l grado de nur a que alcanzaba
la educación de los sentidos ; pues seme
j ante procedi mi ento supondría hoy fá
c ul t a d e s nativas excepcionales
Por es to es
.
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.
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.
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n os
n a
a r
ro s
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a so a
o
n
en
a
e ra
—
78
bias de asno que producí an un so ni do
ronco Las largas flautas frigias de tres
aguj eros daban la extrema gravedad del
sonido y las más a gudas eran las lidi as
En la ej ecución simultánea con dos flautas
la de la mano derecha era la m ás gr ave
y la de la izquierda la más aguda corres
o n dién do l e s respectivamente seg ún lo que
p
ya sabemos los canutos m ás cercanos a la
pu nta y a la raíz
E l r efinami ento artístico fu é tal que l legó
a contarse hasta doscientas clase s de flautas
T odo lo cual 1 n dic a en la construcción de
dicho instrumento cuidados semej antes a
los que tomamos para hacer nuestros vio
lines : verdaderos seres vivos a los cuales
t r a n sm 1 t e e l m ú sic o parte de l s uyo propio
con lo que progre san cuanto m ás se to c a
en ellos
A l a flauta antigua p a sáb al e lo mismo
El m ú sico t r an sm it íal e su alma en su soplo
la a nima ba para decirlo mej or puesto que
soplo y ánima eran sinóni mos en griego
Y de aquí que A tena el numen del aire
.
,
'
.
,
,
,
,
.
,
.
,
,
.
.
,
,
.
,
79
considerado como elemento vital fuera p á
trona de las flautas
Durante años enteros las ensayaban antes
de ponerlas en venta para que di eran sus
sones con j usteza y flexibilidad Figu
en to dos
raban en todas las ceremo ni as
los actos importantes de la vi da desde la
enseñanza primaria que comenzaba con la
gimnasia y el so l fe o llamado específi camente
1
m usica por los antiguos ( )
hasta los
entierros en que acompañaban el canto de
las plañi deras
N ada tenía de singular la ej ecución como
no fuera la ya mencionada de dos flautas
simultánea s qu e procedía de Frigi a El
r son o
a
ro
consistía
en
una
especie
de
doble
p
clarinete cuyas boquillas soplaba el fl au
tista a la vez Para e vit ar las fugas de aire
y dar mayor resistencia a los m ú s c ulos
suj e t áb anl a s a
la boca con una especie
de bozal de cuero llamado fo r b eia O cabe
lum n o t c b
( ) Ad ve ti é i em b g que l
l
fl ut
p que def m b l b c y l m ej ill E l
l
ped g g
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i
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ejecut
b
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os
o a
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as
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as .
an
o
no
an
—
80
zada con lo c ual se conseguía e l dúo p er
fecto de una sobriedad expli cable dados
sus recursos pero también de una gran
expresión A quellas flautas dobles debían
s er como las que hoy llamamos armón ica s
y que consisten asimi smo en dos a n adas
con intervalo de una tercia
Dicha ej ecución simul tánea procedí a de
una peculiaridad de la música griega Esta
e r a homó fon a
es decir que no adm i tía la
combinación de sones di ferentes hasta r é
sul t ar l e una audacia la mi sma de las voces
masculi nas y femeni nas Los instrumentos
acompañaban la voz al u ní sono O a la o c
tava como l as guitarras de nuestros gau
chos ; y tal cual ocurre en e l canto por cifra
que éstos usan l imi t áb ans e a dar el tono
callando durante la ej ecución vocal
A demás las flautas li dia y frigia o sean
la aguda y la grave que co ns tituían como
qui en di ce e l par de columnas fundamentales
d e toda aquella música representaban las
sendas innovaciones introducidas así en
Grecia por los ej ecutantes de di chas nacio
,
,
,
.
fi
,
,
.
.
,
.
,
,
.
,
,
,
,
,
,
82
el
órgano E fectivamente al principio no
representó éste otra cosa que un a z am p o ña
gigantesca animada por fuelles que movía
e l agua A sí lo decía su nombre
hidra u l os
formado por las voces hidr o a gua y a ul o s
flauta que denominan genéricamente la
ciencia de la hi dráulica cuya loa siguen
canta ndo con cristalina variedad musical l a s
acequi as y las cascadas las norias y los
molinos las ro ldanas matinales y las fuentes
Cosa análoga su
o b s eso r a s del crep ú sculo
cedi ó con el piano transfo rmación de la
cítara aun cuando él es tan i nf erior al ór
gano como debe resul tar por sí mi sma la
dura percusión al soplo b l an díso n o
E l si gui ente hi mno délfico uno de los
muy escasos que han llegado hasta nos
1
otros co n relativa integridad ( ) va a
revelarnos e n toda su amplitud la tras
c e n d e n c ia d e aquella evolución
Basta Oir lo e n efecto para comprender
que la voz d el Gran Pan cuya fuera la zam
,
,
,
.
,
,
,
,
,
,
,
,
.
,
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.
,
.
,
,
ejecució du te l c nfe e ci
u
el fide c e v l t z
e pe del c t ll
que l c t tuí
( ) La
a r m o ni m
1
m ás
s
sa
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n,
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an o
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an o
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o
en
el
l a tessi tur a
e n nuestras
originaria
si
u
e
sonando
g
p
catedrales con idéntico fin : remontar el
espír itu hacia los númenes bienh echores que
según los ti empos A tena y María
so n
A polo y J es ús N ada revela mej or por lo
demás el origen heléni co de nuestra c ul
tura al conciliar prácticamente lo que p a
e l di os a siá
r e c ía m ás antagó ni co e n ella
tico de los cristianos con la pagana deidad
del occidente En ese eco de los tiempos
abolidos la misma voz que suena es la de l
espíritu idéntico El verbo comuni cativo
h al l ól o el nuev o di os en la c o sa dél c a que
según sus fanáticos venía a substitui r
Pero este verbo es la esencia mi sma d e
toda di vini dad según la definición apoca
l íp t ic a ; y Cristo A polo resul ta pues un a
entidad concorde La belleza reafirma con
ello su inmortalidad inevitable como l a
razón matemática que a la vez co ns tituye
un fundamento estético : toda armonía
es proporción numéri ca así en e l templo
hermo so como en la flauta rusticana
L O que revive e n nosotros cuando oímo s
o ña
,
,
,
.
,
,
.
,
.
'
,
fi
.
,
-
,
,
.
,
,
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84
esta m úsica e s el germen indestructible
que palpitaba al soplo de los labios anti
e n e l á ni ma de la caña b e o c ia
s
u
o
A
s
í
g
debió tomarlo el nuevo c ul to para hacerse
intel igible al heleno y al latino As í porque
e r a una expresión defi ni tiva para e l alma
d e nuestra gente que e n e l seno del propio
templo cristiano ne ce sita recurrir a la
flauta pá ni ca cuando qui ere comuni carse
con su dios
Esta maravi ll a es un triu nfo de A tenas :
e l res ul tado de la per fección que lo rara
g
y que para toda la civi l ización greco latina
de la cual somos constituye una ley cuyo
imperio repito es inevitable
Sobreviviente al aluvión bárbaro t r e
di ez siglos de sistemática destrucción ; a
horrenda cruzada contra los albige n se s r
pareció ahogarla en retono ; a la con
t uc ió n del absolutis mo que alcanz ara a
el
R e y Sol una especie de c r ist al iza c ió r
mítica habría que suprimi r la ra z a des
poblando me di o mundo que es dec ir ate n
tando contra la misma especie humana p art
derogar efectivamente esa l e y
,
.
.
,
,
.
,
-
,
,
,
.
,
-
,
,
,
,
.
85
Por esto
‘
cuando oím os cantar la voz
a o l ín e a e n el ins trumento moderno
la
v
p
sentimos sin di ficul tad volvemos un ins
tante a la vida de A tenas R eco nocemos
por nuestro ese hi mn o destinado a despert ar
en los fieles de otro cul to hace más de dos
mi l años la devoción dél c a que era un
estado de belleza y de bondad
,
,
.
,
,
fi
.
84
esta m ú sica e s e l germen indestructible
que palpitaba al soplo de los labios anti
e l áni ma d e la caña b e o c ia
en
os
u
í
A
s
g
debió tomarlo e l nuevo cul to para hacerse
intel igible al heleno y al latino A s í porque
e r a una expresión defi ni tiva para e l alma
d e nuestra gente que en e l seno del p rO p iO
templo cristiano necesita recurrir a la
flauta pá ni ca cuando qui ere comuni carse
con su di os
Esta maravill a e s un triunfo de A tenas :
e l resul tado de la per fección que lograra
y que para toda la civili zación greco latina
de la cual somos co ns tituye una l e y cuyo
imperio repito es inevitable
Sobreviviente al aluvión bárbaro t r e
di ez siglos d e sistemática destrucción ; a
horrenda cruzada contra los albige ns es r
pareció aho garla en retoño ; a la co ns
t u c ió n del absolutismo que alca nza ra c o
el R e y Sol una especie de c r ist al iza c ió
mítica habría que suprimir la raza d es"
poblando medi o mundo qu e e s decir at e rrg
tando contra la mi sma especie humana pard
derogar efectivamente esa ley
,
.
.
,
,
.
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LA
MI E L
Hemos di cho qu e e l suelo ático era más
bien ingrato y pobre Su cul tivo e x igía é s
fue rz o s constantes cuyo mérito p at e n t íz al o
la importancia que costumbres y educa
ción daban a la agricultura A gricul tor e r a
para el ateniense sinónim o de patriota ; y
por esto si e l ej ercicio de cualqui er acti
vidad industrial o comercial no impedía
la naturalización del extranj ero honor in
signe codiciado por los m á s opul entos m e
te cos el de la agricultura predi sponí a a
ello especialmente así como daba a los rí a
t ur al e s la más alta co ns ideración social
Sólo e l tráfico del di nero rebaj aba de con
dic ión banqueros y prestamista s por gran
.
.
,
.
,
,
.
,
87
su fortuna eran irr e m e dia
b l e m e n t e plebeyos
Tales motivos daban pues al aprovecha
mi ento del su e l p una importancia capital
Y cuando éste era in útil por consistir
para suponer l o peor en e l declive pedre
goso de una árida colina donde no habrían
prosperado la siembra la plantación ni e l
pastoreo el ingeni o ático sabía t r an sfo r
marlo aún e n fuente pr o c ua de otra muy
característica y floreciente industria at e
como
ni e n se : la industria de la mi el que
se sabe era el az úcar de los antiguos R e
viste pues una especial importancia para
Tucumán donde también existe una ci
1
vil i z a c ión de la dul z ur a "( )
y ello m e per
mi tir a lo creo i ns istir sin preocup aciones
en detalles más minuci osos que los emplea
dos hasta ahora A dvierto por lo demás
que la colina de mi suposición no e s un
recurso arbitrarl o sino que constituía r é
lieve frecuent e en el suelo del A tica
fuese
que
de
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Tu
88
La im p o an c ia de la apicultura e r a tal
que c o nt ab como una de las tres grandes
categorías signadas por la reli gión la a gro
nomia y l aley a los trabaj os campestres ;
‘
e l pas
siendo los GI O S dos la labranz a
toreo El c pat a z O « tuto r de las abej as "
como se lla aba al encargado de l col menar
e r a un ver dero agrónomo veterinario cu
yos c o n o c irie nt o s requerían anos de é s
t u dio
sum am e
O pues
c e n el
mugre
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88
La import ancia de la apicultura e r a tal
e contaba como un a de l as tres grandes
u
q
categorías asignadas por la reli gión la agro
nomi a y la l e y a los tr abaj os campestres ;
siendo los o t ros dos la labranza
e l pas
toreo El capata z O « tuto r de las abej as "
como se llamaba al encargado de l col menar
e r a un verdadero agrónomo veterinario cu
yos conocimi entos requerían anos de é s
t u dio Debía s er sumamente lim pio pues
las abej as aborrecen el olor de la mugre
humana hasta el extremo de abandonar
l a col mena ; no comer aj o ni embriagarse
por análoga razón y llevar una vida pura
La di gni dad pro fesional que indi can estos
requi sitos prueba mej or que nada la im
aquella
industria
r t an c ia d e
o
p
I ns t al áb a se e l col menar mi rando al sur
sobre alguna pr a de r il l a florida cruzada por
un arroyito natur al O artificial El campe
sino griego como e l actual labrador j aponés
cui daba la estética del paraj e at rib uy én
dole impo rtancia material por donde aque
lla instalación resultaba al p I O p io tiempo
,
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.
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—
útil
89
y amena La pedregosa colina que hemos
.
supuesto e m b e l l e c ía se a su vez con la p o
b l a c ión de las abej as
A tena e r a la abogada de la apicultura ;
pero Demeter O Ceres otro numen de la
inteligencia y de la castidad pr o t e gíal a
también A t rib uíase a esta di osa e l origen
de las abej as que había hecho nacer de l
cuerpo de una d e sus monj as llamada Me
lisa qui en sa c ri c ó su vida por no revelar
los misterios del culto De ahí de c íase tomó
la abej a su nombre que es en griego m el isa
T odas las monj a s de l o s conventos p a
ganos que como las actuales hacían voto
de castidad sacri ficaban sus cabellos y
llevaban hábitos y tocas l l am áb an se ge
n ér ic am e
nt e m e l i sa s o abej as
A sí sobre
to do las que pertenecían a los m o n ast e
rios más famosos como el Tesm ofor eon de
Eleusis , el A r tem ision de E fe so y desde
luego el P artenón de A tenas cuyo mi smo
nombre celebraba la virginidad p arthen eia
La industriosa actividad de aquellas r e c l u
sas y su estado de pureza e n séñan n o s que
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90
los antiguos conocían bien a las interesantes
neutras d e l colmenar
O tro h e cho que nos in di ca la importancia
de la mi el e n la antigüedad e s la clase y el
n úmero de los autores que de ello se ocu
paron
A ristóteles dedicó a las abej as varios
capítul os de su H istor ia de l o s A nim a l es
siendo aquéllas la especie de que se ocupara
con mayor atención Ar istarco de Soles
condens ó e n un tratado que Pli ni o cita
sus Observaciones de cincuenta y ocho
años Fué sin duda el decano de los api
culto res lo cual demuestra hasta qué punto
inter esaban a los hombres cultos las abej as
Fili sc o de Ta so s e n c ariñó se de tal modo
con ellas que se retiró a un desierto donde
no tení a otra sociedad ; razón por la cual
siér o nl e
el
sobrenombre
de
El
u
a l va e
s
p
j
poeta y naturalista A l ej andrino N ic an dro
fué a lo que e s cuenta una especie de a n
t iguo Maeterlinck De las dos úni cas obras
suyas que han llegado hasta nosotros habla
extensamente de la miel e l tratado sobre
.
,
.
,
.
,
.
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,
,
.
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.
,
,
,
.
,
tias del insecto t e n íanl a s estu diadas S a
bian que éste aborrece los perfumes arti
c ial e s Habían hallado e l método de cruzar
las col menas por me di o del inj erto de
f
e r o c ha s
importando
al
e
ecto
las
el
u
d
q
vigoroso género que a oril las del Term o dón
m e l i c ab a e n los árboles y e n las cuevas
A quellas abej as p ón t ic a s e r an c él e b r e s por
e l rendimiento y la calidad d e su mi el ; y
ya e n nuestros dí as Huber e l famoso na
t ur al ist a s ui zo compro bó que e fectivamente
su especie más común la A pi s fa sc iata
es
entre todas la m ás hábil para elegir
las flores
Con to do esto e s curioso que los anti
o s ignoraran tan completamente la r é
u
g
producción de las abej as desconociendo e l
sexo de la reina pues para ell os era r e y
e l obj eto de los zánganos y la orga ni zación
sexual de la colmena Este hecho comporta
una preciosa lección para qui enes confí an
demasiado e n e l testimo ni o de los sentidos
e el mate rialismo filosófico pretende e s
u
q
t ab l e c e r como fundamento de la ciencia y
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fi
.
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‘
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93
criterio de la verdad dando por cierto y
negando a la v e z co nforme cree conocer
O no las cosas
En cambio la importancia de la indus
tria había perfeccionado los métodos de
crianza Co n o c ía se siete clases de colmenas :
las de mimbre qu e to davía usan e n varios
puntos ; las de corcho ; las construidas con
barro y estiércol que eran las más abri
‘
gadas ; las de tabla ; las de adobe qu e
tení an aspecto de casitas r ús ticas y las de
tubos de tierra cocida Esta úl tima forma
que es la más curio sa para nosotros con
sist ía en largos cilindr os huecos ap ilados
horizontalmente y cuyos extremos cerrados
perforaban con varios aguj e rit o s La col
mena más antigua e n el A tica par e ce haber
sido la de corcho formada por una hoj a
de esta substancia que doblaban en espiral
sobre sí misma y que t e c hab an con paj a
Homero en el canto X I I I de la Odisea al
describir el puerto de Forcis recuerda la
gruta de las ni nfas di ciendo ( versos 1 05
,
,
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94
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les l b ej s
D n
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a
a
as a
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ánfo
r s de p iedr
a en
a
b ric
q ue fa
an
.
Esta mención h áll a se confirmada por el
descubrimi ento hecho e n Pompeya de una
col mena artificial que e r a un cántaro de
bronce di vi di do interiormente en piso s y
perforado po r a guj e rit o s que a ellos daban
acceso H e sio do habla en la T eo go nia de
las « t e c ha da s colmenas refir iéndose pro
b ab l e m e n t e a las de pa j a que ya fueron
comunes en el Egipto faraó ni co
N a di e ignora que la miel del H im e t o e r a
la más preciada e n la antigüedad ; y ahora
mi smo conserva su renombre D e b íal o prin
c i al m e n t e
r
o
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u
a
la
clase
to
llo
e
m
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p
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cido por aquella montaña : hi erba tan é s
e c ial
que
aun
llevada
de
se
illa
a
otros
m
p
lugares perdí a luego su peculiar aroma
Esta c o ns e rv áb a se además genui na y de
l ic a da e n el sabor de la mi el porque los
meleros áticos no c ast r ab an sus colmenas
a hum án do l a s C o mpetían solamente con la
del Him e t o sin alcanz ar no obstante su
la de la isla Cal im n o y la del
fama
.
.
.
,
.
,
,
,
,
.
,
,
,
,
96
Creían los antiguos que l a mi el era más
abundante e n las primaveras secas y du
rante e l pleniluni o
y más espesa e n
los días serenos El color de la miel más
fina era dorado ; su aroma e l d el tomi llo ;
y su aspecto ligeramente granul oso Había
mi eles e m b r iaga do r as y venenosas p r o c e
dentes del néctar qu e sumi ni straban ciertos
azalea s y mi eles falsi
r o d o d e n dr o n e s y
c a d as como ahora por los comerciantes
inescrupul oso s
La H istor ia de He r o do t o contiene al
respecto una mención importante Luego
dice ( Po l im ni a X X X I ) que dej ada la
Frigia entró e l ej ército a la Lidi a dió
con una encrucij ada donde el cami no se
bi furca ll evando por la izquierda hacia
Caria y por la derecha hacia Sardes Si
i
e n d o éste
hay
que
pasar
f
orzosamente
u
g
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1
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r
n
os :
l a s l ú b n cas
fa n
a
a
el río Meandro y tocar e n la ciudad de
Ca t al e b o donde hay gente que tie ne por
Oficio la fabricación de miel artificial sá
c án d o l a d e l
tamarindo y del trigo " La
ciudad citada quedaba pues cerca d e l
emporio de Esmirna cuyo tráfico era di
re cto con las Cíc l ada s y con la Eubea ; de
suerte que los atenienses debían ser c o ns u
m ido r e s de aquella mi el Sabido es que los
cereales son sac ar ífe r o s ; mas la cuali dad
laxante de l tamarindo me hace presumir
que se tratara e n el caso de algún producto
farmacéutico análogo al az úcar segú n v e
re n os E n todo caso aquella industrial iza
ción tiene grande importancia r especto al
estudi o de la mi el natural
En esta materia adolecían los antiguos
de otro notable error consistente en creer
que la miel llovía del cielo formando
una especie de rocío di rectament e libado
por las abej as sobre las hoj as de ciertas
planta s donde se perfumaba De aquí en
parte su fa ma medi cinal : así cuando llo
v ia
la mi el después de sali r el arco iris
,
.
,
,
.
,
.
.
,
,
.
,
,
-
—
98
en seco O al apuntar las constelaciones pri
m av e r al e s Si la aparición de Sirio coincidía
Venus o Mercur io e l
co n la de J úpiter
poder curativo de la mi el libada en tales
días i gualaba al del néctar d ivino
La miel dí j el o ya era para los antiguos
lo que el az ú car para nosotros La c o n
teria la l i c o r er ía la farma c opea elabo
pro
r áb anl a en cantidad mucho mayor
o r c i o n al m e n t e ; a lo cual hay que aña di r
p
su con sumo como alim ento natural Cons
t it u ía así una industria tan importante
como la de l vino y la del aceite qu e con
taban entre las más prósperas del A tica
El az ú car conocido también fu é un ar
tícul o exclusivamente medi cinal hasta los
tiempos de Pli ni o Los romanos r e c ib íanl o
de la I ndi a e n terrones como avellanas
Con su nombre indio O sanscrito pasó al
latín y de ahí deriva nuestra voz c hacr a
e no e s qui chua ni árabe como se había
u
q
creído Conocía n también los antiguos e l
fresno y e l arce sa c ar ífe r o s que dan r e s
ú
e c t iv am e n t e
maná
y
az
car
aunque
sin
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1 00
segú n Pli ni o son di ec i sei s : trece ge
n e r al e s y tres sui gen er i s el de la mi el ocu
paba e l primer lugar La l i c o r ería emple a
bala ante todo en el hi dromel que fu é
el primer vino de los antiguos hasta que
con la adopción del vino de uva quedó
depreciado ; y he aquí por qué baj o esta
forma inferior Baco protegía también la
indus tria S in embargo en las D ion isiaca s
d e l Oopioso N ono de Alej andr ía el canto
X I X describe la querella de la mi el y d e l
v1 n o que sostuvieron ante los di oses Aris
teo y B aco obteni endo éste e l triunfo
con su esp e cífica bebida T al escena po é
tica era a no dudarlo simbólica de la an
t e di c h a sustitución
l
el úme de B c
m i te i
( ) R ec d é que
c e p dí l
gu p d
z e u m íti c
que h ll á
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mi P m t
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ció di g t m bié de ecue d p u b ied d
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1 01
Pert enecía igual mente a la especie de los
hi dro m e l e s y aloj as
palabra de origen
griego a su v e z
el m el itis O mezcla de
mi el y jugo de uva que dej aban fermentar
para conservarlo E l o in ome l i O vino añej o
mezclado con mi el cocida era ya un licor
de luj o que sólo figuraba e n los más sun
t uo so s banquetes y al cual se atribuía las
propiedades de un verdadero elixir de
—
'
.
,
.
j
uv e n c ia
.
Por úl timo la leche melada constituía
para los antiguos el alimento ideal que e m
l
e
b
a n con pre ferencia e n la nutrición de
a
p
los mnos débil es La l ic o r e r ía antigua fué
tan pro fusa que los romanos conocieron
sesenta y seis clases de vinos artificiales
en cuya preparación casi nunca dej aba de
entrar la mi el
Esta substancia servía también e n nu
m er o sa s industrias Los j oyeros lim m
ab an
y lustraban las ágatas de uso tan frecuente
entonces hirvién do l a s en mi el Y la mi el
era el mordiente co n que los tintoreros
tornaban indeleble la p úrpura Parece que
,
.
,
.
.
.
,
"
.
1 02
entraba junto con la goma en la compo
sición de algunos c o l o r e s de la pintura
ar tística ; y e s seguro que con cera blanca
h al l áb an se formados los panes de aquel
encausto cuya firmeza procuraron infru c
t u o s am e n t e readqui rir los pintores cris
t ia n o s hasta e l siglo X V cuando la invención
defi ni tiva de la pintura al óleo ab r iól e s
otra vía aunque sin darles en tal forma la
equi valente solución
Los usos d e la mi el e n la perfumería
fueron casi innum erables ; y algunos como
la mezcla de di cho ingrediente con leche de
almendras han l legado hasta nosotr os
La habili dad de aquell o s perfum i stas ra
yaba muy alto ; e r a grande e l luj o de sus
tiendas y no pocos ej ercían la agencia de
los amores clandestinos Digno es de citar
er
entre sus inventos e l llamado
p
fume real
compuesto de veinticuatro
aromas cuyo excipiente era una mezcla
i
“
,
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,
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d efectu p pi t l B t ll de A g hi i
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n
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.
1 03
vino y mi el
Co nt e n ía nl a también los
aceites de tocador y aquella famosa p o
mada de sésamo lino y leche que las se
ñoras romanas l levaban sobre el rostro
d urante dí as enteros para mej orar la piel
dándole el nombre de « máscara marital
porque al ser un secreto doméstico sólo
el marido podía v e rl a u
A quellas damas cometían como se ve
e l mi smo error de las
e ahora aburren y
u
q
o fenden a sus esposos con su de sarr e gl o
privado atrayendo muchas calami dades
sobre el hogar ; pues en todos los tiempos
la seguridad de la familia reposó en e l de
coro de la muj er que no sólo e s vir tud sino
también bell ez a Penélope no obstante
su dolor j amás anduvo desarreglada Su
fidelidad m anife st áb ase e n la co ns ervación
de la pureza y de la hermosura Porque
ambas antes que suyas eran de su ma
rido en virtud del don que de sí misma
le había hecho
de
,
,
,
,
,
,
,
,
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.
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t ct de fl e de vid cuy ecue d vie e l c
( ) L a pe rfum e ra
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la
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as o
.
1 04
Mas para di scretas y casqui vanas las
unciones revestían una importancia mucho
mayor que no la tienen actualmente con
ser tan gr ande pues abarcaban como es
sabido el cuerpo entero Favorecían su
acción con tomas de mi el que figuraba
seg ún he di cho e n la mayor parte de los
cosméticos El actual consej o inglés : « mi el
por dentro y fuera " que r e sM e las reglas
de bel leza del cutis e r a también ateni ense
La cera blanqueada por medi o del salitre
y del agua marina entraba asimi smo e n la
composición de muchos ungü entos
Conocid o es su empleo peculiar en el r é
v e st imi e n t o de las tablitas portátiles que
usaban los antiguos como libretas de apun
t e s ; y ya mencioné los colores de la e n
cáustica
Usaban también di cha substancia para
carenar embarcaciones estucar paredes lus
trar muebles y pisos Mucho era su gasto
en la fundición y el modelado de m uñ e c as
flores artificiales y aquellos
e st at ui t a s
retratos d e los antepasados qu e los ricos de
,
,
,
,
.
,
,
,
.
,
.
,
,
.
.
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,
.
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1 06
Los productos api á rios vinc ul ados al
hombre en la vida y en la muerte así c omo
el vaso y como la flauta seguían rin di én
d o le servi ci o s cuando había dej ado ya de
existir En el embalsama mi ento de primera
intención la cera servía para conservar e l
cadáver por medi o de la oclusión d e los
p o ros : con lo qu e se le daba desde luego
un baño d e cera La mi el e r a t ambién un
preservativo de la co rrup ción que los an
t iguo s empleaban como e l alcohol noso tros
para cons ervar frutas cuya hez así di suelta
formaba un nuevo licor ; para tra n spo r tar
monstruos O a ni males raros como los que
Al ej andro enviaba de O ri ente a su maestro
Ar istóteles y para embalsamar los c a dá
veres cuya cremación debía retardarse
preci samente el
A sí fué embalsamado
cadáver de Al ej andro Homero qui en re
c o r d ém o sl o de pas o
conocía e l hi dromel
contemporáneo e n su época del vino
describe cómo en los funerales de Patroclo
A qui les vertió sobre el cadáver ánforas de
aceite y mi el ante s de dar fuego a la pira
,
,
,
.
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X X I II
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1 07
El primero tenía por Obj eto acelerar
la combustión ; la segunda e r a un símbolo
de inmortalida d ( por la mencionada vir
tud preservativa ) y al constitui r un rito
demuestra que exi stía ya una producción
regul ar e industrializada
La mi el co ns umida por los antiguos
recuerda un hecho import ante en cuanto
al poder alimenticio de los dul ces condi
,
.
m e n t ar io s
.
j
ignora que e l az úcar de la miel e s
igual al de la caña y qu e las abej as no
l i ban sino las flores cuyo néctar lo contiene
Dicho producto o frece pues en uno y otro
caso el reducido pero precioso porcentaj e
de sílice que influye di rectamente en la
robustez de los huesos dándole notable
li
su e n o r 1 da
d
a
menticia
sobre
el
az
ú
car
p
de remolacha Por esto en I nglaterra país
que cui da tan bien a sus mnos prefieren
para ell os el az úcar de caña El cul tivo m ás
ingrato para la cosecha de las abej as es
precisamente el de remolachas
La colmena era el símbolo del país
N a di e
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1 08
bien organizado y de la colo ni zación La
abej a e l emblema de la elocuencia en aten
ción a la « dulzura de la palabra He ahí
el estado azucarero flo r e c ie n do co n la e l o
cuencia ilustr e de A vellaneda y acopiando
e n la Uni versidad
col mena del co nocí
mi ento " aquella
mi el d e la sabiduría
que trae con e l deleite el provecho como los
néctares florales de la elab o ración
Y aquí para conclui r con los detalles
uno entre to dos importante puesto que
precisa la mej ora d el elemento pobre por
medio de la actividad ingeni osa : "
no se
l laman las fábricas azucareras « ingenios "
por antonomasia l
A quellos terr e n os inútiles aprovechados
para la apicultur a adquirirían con el lo
tanto valor que la fanega O lote de
metros cuadrados cubierta para el Obj eto
de cultivos baratos como las habas las
amapolas la mej orana y el romero l legaba
a producir sumas equivalent es a
pesos anuales o s e a cincuenta centavos
por metro cuadrado : lo c ual entra en la
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110
rayo va a dar e n la punta de la dorada
lanz a con que A tena Pr óm ac o s vela sobre
la ciudad desde la A crópolis donde e rigie r an
su bronce gigante sco El recinto urbano
es todavía un lóbrego pozo azul que las
casas siembran ac á y allá de bloques c al
c ár eo s M
ás lej os v ago r o so como e l rumor
que sensibili za incesantemente el á ni ma de
un tubo de madera se escucha el despertar
del mar Vendrán ya entrando al Pireo
las naves que aprovecharon el viento de
l a noche A quel hum o que se levanta es
sin duda de un horno de l
Y bruscamente al saltar el sol en e l
cielo desbaratando la visión enco ntr á
m o sn o s l úgubres ant e la soledad N o hay
alrededor más que espectros Las hordas
bárbaras están cerca otra vez Otra vez
quizá va a pia far sobre los úl timos m ar
moles el caballo de Al arico
Un sombrí o
recelo frunce e n el horizonte las bor ras
cosas cej as del Kro ni da A sí de nuevo
,
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en las edades recuerda ese espectácul o
la 1 r o n ía lastimera de Sinesio : « A ntigua
patria de la glori a donde no se ve hoy día
"
sino vendedores de mi el "
Pues efectivamente : en las qui ebras
del mont e natal rico todavía del to mi llo
que A nacreonte amaba las abej as a ticas
siguen m e l i c an do Seres vivientes qu e
persista n no hay y a m ás que ellas y los
v ersos que las cantaron A sí en el sími l
de los guerreros ar giv o s que nos muestra
saliendo del consej o el canto I I ( versos
87 90 ) de la I líada :
be j
e j mb r e r e t d
C l vi e e l
um er bles dej l e c ver s
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A sí
cuando d etienen el ataque troyano
I
canto
X
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1
67
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7
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su úl tima defensa :
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c lm e er s p ele d
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La gloria de A tenas fu é tal que con
sist ió
so bre todo en una ampli ficación de
,
112
la simpatía El heleni smo que señaló la
c ul m i n a c l o n de su i n fluencia entre las na
ciones fué para decirlo con dos palabras
una grande ami stad Por esto baj o los
escombros de una existencia tan noble
que su rui na es todavía belleza la capital
amable para todos los dioses la ciudad
a mi ga del género hum ano se so brevive e n
la armoní a de los versos y en la dul zura
d e la m i el
.
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.
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FI N

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