1728 - IES Virgen del Carmen

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1728 - IES Virgen del Carmen
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10
ACTIVIDADES
REFUERZO
1. Textos y modalidades
En un mismo libro, pueden presentarse las distintas modalidades textuales básicas: narración,
descripción, exposición y argumentación. Es el caso de los textos 2, 3 y 4, que pertenecen a la
misma obra, Las preguntas de la vida, de Fernando Savater. El texto 1 es un fragmento de la novela
La hora violeta, de Montserrat Roig.
Texto 1
La mar embravecida golpea las rocas. La espuma vuela y lame furiosamente la arena. La mujer
del pescador, que lleva una bata de cuadritos y red en la cabeza, mira con insistencia hacia el faro,
hacia La Mola. El tiempo se ha revuelto y el marido no regresa. Oigo como la mujer del pescador explica a una extranjera que la barca es pequeña, pero fuerte. La extranjera no sabe qué decirle, la consuela y veo que procura prepararla para la resignación. Otros extranjeros, indiferentes, mojan pan
en unos enormes tazones de leche. El cielo es de color gris y, por poniente, está moteado de manchas
negras. Las olas insisten, como si alguna fuerza oscura las empujase. Una tras otra van muriendo, furiosas y cansadas, sobre los arrecifes. En el mar hay una escala, tenue, matizada, de colores: verde botella-azul celeste-azul cobalto.
Montserrat ROIG
La hora violeta
Alianza
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Texto 2
Las leyendas más antiguas no pretenden consolarnos de la
muerte sino solo explicar su inevitabilidad. La primera gran epopeya que se conserva, la historia del héroe Gilgamesh, se compuso en Sumeria aproximadamente 2 700 a. C. Gilgamesh y su
amigo Enkidu, dos valientes guerreros y cazadores, se enfrentan
a la diosa Isthar, que da muerte a Enkidu. Entonces Gilgamesh
emprende la búsqueda del remedio de la muerte, una hierba
mágica que renueva la juventud para siempre, pero la pierde
cuando está a punto de conseguirla. Después aparece el espíritu
de Enkidu, que explica a su amigo los sombríos secretos del reino
de los muertos, al cual Gilgamesh se resigna a acudir cuando
llegue su hora. Ese reino de los muertos no es más que un siniestro reflejo de la vida que conocemos, un lugar profundamente
triste. Lo mismo que el Hades de los antiguos griegos. En la Odisea de Homero, Ulises convoca los espíritus de los muertos y
entre ellos acude su antiguo compañero Aquiles. Aunque su
sombra sigue siendo tan majestuosa entre los difuntos como lo
fue entre los vivos, le confiesa a Ulises que preferiría ser el último
porquerizo en el mundo de los vivos que rey en las orillas de la
muerte. Nada deben envidiar los vivos a los muertos. En cambio,
otras religiones posteriores, como la cristiana, prometen una
existencia más feliz y luminosa que la vida terrenal para quienes
hayan cumplido los preceptos de la divinidad (por contrapartida, aseguran una eternidad de refinadas torturas a los que han
sido desobedientes).
10.
Las modalidades textuales
161
10
ACTIVIDADES
1. Textos y modalidades
[…] Es precisamente la certeza de la muerte la que hace la vida —mi vida, única e irrepetible— algo
tan mortalmente importante para mí. Todas las tareas y empeños de nuestra vida son formas de resistencia ante la muerte, que sabemos ineluctable. Es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en
un asunto muy serio para cada uno, algo que debe pensarse. Algo misterioso y tremendo, una especie de
milagro precioso por el que debemos luchar, a favor del cual tenemos que esforzarnos y reflexionar. Si la
muerte no existiera habría mucho que ver y mucho tiempo para verlo pero muy poco que hacer (casi
todo lo hacemos para evitar morir) y nada en qué pensar.
Texto 4
Recuerdo muy bien la primera vez que comprendí de veras que antes o después tenía que morirme.
Debía andar por los diez años, nueve quizá, eran casi las once de una noche cualquiera y estaba ya acostado. Mis dos hermanos, que dormían conmigo en el mismo cuarto, roncaban apaciblemente. En la habitación contigua mis padres charlaban sin estridencias mientras se desvestían y mi madre había puesto
la radio que dejaría sonar hasta tarde, para prevenir mis espantos nocturnos. De pronto me senté a oscuras
en la cama: ¡yo también iba a morirme!, ¡era lo que me tocaba, lo que irremediablemente me correspondía!, ¡no había escapatoria! No solo tendría que soportar la muerte de mis dos abuelas y de mi querido
abuelo, así como la de mis padres, sino que yo, yo mismo, no iba a tener más remedio que morirme. ¡Qué
cosa tan rara y terrible, tan peligrosa, tan incomprensible, pero sobre todo qué cosa tan irremediablemente personal!
[…] A los diez años cree uno que todas las cosas importantes solo les pueden pasar a los mayores: repentinamente se me reveló la primera gran cosa importante —de hecho, la más importante de todas—
que sin duda ninguna me iba a pasar a mí. Iba a morirme, naturalmente dentro de muchos, muchísimos
años, después de que se hubieran muerto mis seres queridos (todos menos mis hermanos, más pequeños
que yo).
Fernando SAVATER
Las preguntas de la vida
Ariel
1 ¿A qué modalidad textual corresponde cada
uno de los fragmentos? Justifica tu respuesta
atendiendo al contenido y a la finalidad.
2 En el texto 1 predomina una de las
modalidades, pero incluye también otra;
¿de qué manera lo hace?
3 El texto 2 pertenece a una de las modalidades
textuales básicas, pero incluye otra de ellas.
Razona esta afirmación.
162 10.
Las modalidades textuales
4 Realiza un resumen del texto 2 y explica
su estructura.
5 Enuncia el tema y la tesis del texto 3.
6 Determina los argumentos que sustentan
dicha tesis.
7 Extrae la idea principal del texto 4
8 Analiza las características lingüísticas
y textuales de los textos 1 y 3.
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REFUERZO
Texto 3
Las plantas y los animales no son mortales porque no saben que van a morir, no saben que tienen que
morir: se mueren pero sin conocer nunca su vinculación individual, la de cada uno de ellos, con la muerte.
Las fieras presienten el peligro, se entristecen con la enfermedad o la vejez, pero ignoran (¿o parece que ignoran?) su abrazo esencial con la necesidad de la muerte. No es mortal quien muere, sino quien está seguro
de que va a morir. Aunque también podríamos decir que ni las plantas ni los animales están por eso mismo
vivos en el mismo sentido en que lo estamos nosotros. Los auténticos vivientes somos solo los mortales,
porque sabemos que dejaremos de vivir y que en eso precisamente consiste la vida. Algunos dicen que los
dioses inmortales existen y otros que no existen, pero nadie dice que estén vivos: solo a Cristo se le ha llamado «Dios vivo» y eso porque cuentan que encarnó, se hizo hombre, vivió como nosotros y como nosotros tuvo que morir.
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ACTIVIDADES
REFUERZO
2. Narraciones literarias
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Quim Monzó es uno de los grandes narradores de la actualidad. Sus cuentos, que han sido traducidos a muchas lenguas, han merecido numerosos premios. A continuación, reproducimos
un cuento completo y un fragmento de otro, ambos publicados por la editorial Anagrama en el
libro Ochenta y seis cuentos.
La bella durmiente
El sapo
En medio de un claro, el caballero ve el cuerpo de
la muchacha, que duerme sobre una litera hecha
con ramas de roble y rodeada de flores de todos los
colores. Desmonta rápidamente y se arrodilla a su
lado. Le coge una mano. Está fría. Tiene el rostro
blanco de una muerta. Y los labios finos y morados.
Consciente de su papel en la historia, el caballero la
besa con dulzura. De inmediato la muchacha abre
los ojos grandes, almendrados y oscuros, y lo mira:
con una mirada de sorpresa que enseguida (una vez
ha cavilado quién es y dónde está y por qué está allí
y quién será ese hombre que tiene al lado y que, supone, acaba de besarla) se tiñe de ternura. Los labios
van perdiendo el tono morado y, una vez recobrado
el rojo de la vida, se abren en una sonrisa. Tiene unos
dientes bellísimos. El caballero no lamenta nada
tener que casarse con ella, como estipula la tradición. Es más: ya se ve casado, siempre junto a ella,
compartiéndolo todo, teniendo un primer hijo, luego
una nena y por fin otro niño. Vivirán una vida feliz y
envejecerán juntos.
El príncipe inclina el cuerpo y adelanta la cara. El sapo está
justo frente a él. La papada se le hincha y deshincha sin cesar.
Ahora que lo ve tan cerca siente que lo invade el asco; pero no
tarda en reponerse y acerca los labios al morro del anfibio.
—Mua.
En menos de una milésima de segundo, con un ruido
ensordecedor, el sapo se convierte en un prisma de cien mil
colores, que multiplica infinitamente las caras, hasta que
todas las caras y colores se convierten en una muchacha preciosa de cabellos de oro. Y una corona encima que demuestra
la nobleza de su linaje. Por fin el príncipe ha encontrado
a la mujer que siempre ha buscado, esa con la que compartirá
el trono y la vida.
—Por fin has llegado —le dice ella—. Si supieras cómo he
esperado al príncipe que debía librarme del hechizo.
—Lo comprendo. Te he buscado siempre, desde que era
niño. Y siempre he sabido que te encontraría.
Se miran a los ojos, se cogen las manos. Es para siempre, y los dos son conscientes de ello.
—Era como si este momento no fuera a llegar nunca
—dice ella.
—Pues ya ha llegado.
—Sí.
—Qué bien, ¿no?
—¿Estás contento?
—Sí. ¿Y tú?
—Yo también.
El príncipe mira el reloj. ¿Qué más debe decirle? ¿De qué
deben hablar? ¿Debe invitarla enseguida a su casa o se lo
tomará a mal? En realidad no hay ninguna prisa. Tienen
toda la vida por delante.
—En fin…
—Sí.
—Ya ves…
—Tanto esperar y de repente, plaf, ya está.
—Sí, ya está.
Las mejillas de la muchacha han perdido la
blancura de la muerte y ya son rosadas, sensuales,
para morderlas. Él se incorpora y le alarga las
manos, las dos, para que se coja a ellas y pueda levantarse. Y entonces, mientras (sin dejar de mirarlo a los ojos, enamorada) la muchacha (débil por
todo el tiempo que ha pasado acostada) se incorpora gracias a la fuerza de los brazos masculinos, el
caballero se da cuenta de que (unos veinte o treinta
metros más allá, mucho antes de que el claro dé
paso al bosque) hay otra muchacha dormida, tan
bella como la que acaba de despertar, igualmente
acostada en una litera de ramas de roble y rodeada
de flores de todos los colores.
1 Realiza un esquema de las acciones principales
de cada uno de los textos.
2 Menciona los otros elementos propios de una
narración y explica cómo se manifiestan en
estos textos.
3 Los dos relatos remiten a cuentos tradicionales.
¿Qué partes y elementos están modificados?
¿En qué consiste el cambio y cuál puede ser
la finalidad?
4 Analiza en ambos textos el narrador,
la perspectiva y señala con qué estilo se
presenta el discurso de los personajes.
5 Reconoce los rasgos lingüísticos propios
de la narración que aparecen en estos textos.
6 A partir de otro cuento tradicional
que recuerdes, crea uno nuevo alterando
el esquema narrativo o las características
de los elementos principales del relato.
10.
Las modalidades textuales
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10
ACTIVIDADES
REFUERZO
3. Descripciones literarias
La descripción es una modalidad presente en el género narrativo y, generalmente, muestra las
particularidades de la tendencia literaria a la que pertenecen las novelas en que se hallan
incluidas y ciertos rasgos característicos del estilo del escritor.
Texto 1
¡La noche le pareció interminable: dio vueltas y más vueltas; apagaron la luz eléctrica, los tranvías cesaron
de pasar, la plaza quedó a oscuras!
Entre la calle de la Montera y la de Alcalá iban y venían delante de un café, con las ventanas iluminadas,
mujeres de trajes claros y pañuelos de crespón, cantando, parando a los noctámbulos; unos cuantos chulos,
agazapados tras de los faroles, las vigilaban y charlaban con ellas, dándoles órdenes…
Luego fueron desfilando busconas, chulos y celestinas. Todo el Madrid parásito, holgazán, alegre, abandonaba en aquellas horas las tabernas, los garitos, las casas de juego, las madrigueras y los refugios del vicio, y
por en medio de la miseria que palpitaba en las calles, pasaban los trasnochadores con el cigarro encendido,
hablando, riendo, bromeando con las busconas, indiferentes a las agonías de tanto miserable desharrapado,
sin pan y sin techo, que se refugiaba temblando de frío en los quicios de las puertas.
Quedaban algunas viejas busconas en las esquinas, envueltas en el mantón, fumando…
Tardó mucho en aclarar el cielo; aún de noche se armaron puestos de café; los cocheros y los golfos se
acercaron a tomar su vaso o su copa. Se apagaron los faroles de gas.
Danzaban las claridades de las linternas de los serenos en el suelo gris, alumbrado vagamente por el pálido claror del alba, y las siluetas negras de los traperos se detenían en los montones de basura, encorvándose
para escarbar en ellos. Todavía algún trasnochador pálido, con el cuello del gabán levantado, se deslizaba
siniestro como un búho ante la luz, y mientras tanto comenzaban a pasar obreros… El Madrid trabajador, y
honrado se preparaba para su ruda faena diaria.
Pío BAROJA
La busca, Caro Raggio
Lulú demostró a Hurtado que tenía gracia, picardía e ingenio de sobra; pero le faltaba el atractivo principal de una muchacha:
la ingenuidad, la frescura, la candidez. Era un
producto marchito por el trabajo, por la
miseria y por la inteligencia. Sus dieciocho
años no parecían juventud.
Pío BAROJA
El árbol de la ciencia, Caro Raggio
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Las modalidades textuales
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Texto 2
Lulú era una muchacha graciosa, pero no
bonita; tenía los ojos verdes, oscuros, sombreados por ojeras negruzcas; unos ojos que
a Andrés le parecieron muy humanos; la distancia de la nariz a la boca y de la boca a la
barba era en ella demasiado grande, lo que
le daba cierto aspecto simio; la frente pequeña, la boca, de labios finos, con una sonrisa
entre irónica y amarga; los dientes blancos,
puntiagudos; la nariz un poco respingona, y
la cara pálida, de mal color.
REFUERZO
Son los primeros días de otoño; los balcones están cerrados; el
viento mueve un leve murmullo en el jardín; poco a poco van llegando los socios a su recreo de la noche; brillan las lámparas eléctricas.
AZORÍN
Antonio Azorín
Cátedra
Texto 4
Yo recordaba nebulosamente aquel antiguo jardín donde los mirtos seculares dibujaban los cuatro escudos del fundador en torno de una fuente abandonada. El jardín y el
Palacio tenían esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo
pasó la vida amable de la galantería y del amor. Bajo la fronda de aquel laberinto, sobre
las terrazas y en los salones, habían florecido las risas y los madrigales, cuando las manos
blancas que en los viejos retratos sostienen apenas los pañolitos de encaje, iban deshojando las margaritas que guardan el cándido secreto de los corazones. ¡Hermosos y lejanos recuerdos! Yo también los evoqué un día lejano, cuando la mañana otoñal y dorada
envolvía el jardín húmedo y reverdecido por la constante lluvia de la noche. Bajo el cielo
límpido, de un azul heráldico, los cipreses venerables parecían tener el ensueño de la vida
monástica. La caricia de la luz temblaba sobre las flores como un pájaro de oro, y la brisa
trazaba en el terciopelo de la yerba, huellas ideales y quiméricas como si danzasen increíbles hadas.
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Ramón M.ª DEL VALLE-INCLÁN
Sonata de otoño
1 Indica qué se describe en cada uno de los
textos y qué aspectos o elementos se tratan.
2 ¿Qué tipo de descripciones son según la
perspectiva del emisor? Menciona las
características lingüísticas que demuestran
la pertenencia a una clase u otra.
3 Analiza los rasgos lingüísticos generales
propios de la modalidad descriptiva
y ejemplifícalos con enunciados de
los textos.
4 Reconoce los recursos expresivos que
aparezcan en los fragmentos.
10.
Las modalidades textuales
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3. Descripciones literarias
10
ACTIVIDADES
Texto 3
Este es un casino amplio, nuevo, cómodo. Está rodeado de un jardín; el edificio consta de dos pisos, con balcones de piedra torneada.
Primero aparece un vestíbulo enladrillado de menuditos mosaicos
pintorescos; los motantes de las puertas cierran con vidrieras de
colores. Después se pasa a un salón octógono; enfrente está el gabinete de lectura, con una agradable sillería gris y estantes llenos de
esos libros grandes que se imprimen para ornamentación de las
bibliotecas en que no lee nadie. A la derecha hay un gran salón vacío
(porque no hace falta tanto local), y a la izquierda otro gran salón
igual al anterior, donde los socios se reúnen con preferencia. Mesas
cuadradas y redondas de mármol se hallan esparcidas acá y allá,
alternando con otras de tapete verde; junto a la pared, corre un
ancho diván de peluche rojo; en un ángulo destaca un piano de cola,
y verdes jazmines cuajados de florecillas blancas festonean las ventanas.
10
ACTIVIDADES
REFUERZO
4. Textos explicativoargumentativos
El desarrollo de las nuevas tecnologías ha producido cambios enormes, no solo en el campo
del conocimiento y de las comunicaciones, sino también en la vida cotidiana de las personas. El
siguiente texto de Joan Majó ofrece unas reflexiones sobre las posibilidades de la llamada
«revolución digital» para crear «un mundo mejor».
La sociedad del conocimiento: ¿un mundo mejor?
Hemos aprendido a hacer lo que queramos con la información. A generar toda la
que deseemos, a almacenarla, a transmitirla, sin ningún límite desde el punto de vista
del espacio, del tiempo o de la velocidad. Como consecuencia de ello hemos pasado de
un mundo en el que la información era un recurso escaso, a otro en el que es un recurso
abundante, incluso a menudo excesivo. También hemos pasado de un mundo en el
que la información era un recurso estable, a otro en el que es un recurso enormemente
cambiante. Puesto que la información es la materia prima para que nuestro cerebro
elabore conocimientos, cada vez estamos en condiciones de adquirir más (¡siempre
que no nos dejemos ahogar por el exceso de información y siempre que aprendamos
a actualizar constantemente los conocimientos que van quedando anticuados!).
Si esto es lo que ha ocurrido, vamos a ver qué cambios produce y producirá en nuestra
sociedad.
A partir del momento en el que una parte importante de nuestro bienestar (nunca
todo, evidentemente) comienza a depender del acceso a bienes inmateriales, el problema de la escasez y el del reparto adquieren otra dimensión. Deja de ser un problema la escasez, porque el conocimiento es reproducible, y cambia el problema del
reparto porque no hay que renunciar a algo para que otro pueda tenerlo. Esto abre
unas perspectivas sociales muy esperanzadoras.
Joan MAJÓ
Clío, abril de 2002, n.º 6
1 ¿Qué cambios, según Joan Majó, se han
producido en la información debido
a las nuevas tecnologías?
5 Determina la estructura del fragmento
y reconoce las características lingüísticas
propias de este tipo de textos.
2 ¿En qué se funda la denominación
de «la sociedad del conocimiento»?
6 Identifica los argumentos sobre los que
se sostiene la conclusión del texto.
3 ¿Qué cambios económicos y sociales produce
el acceso a la información mediante las
nuevas tecnologías?
7 Escribe un texto reflexivo donde se presenten
argumentos referidos a la dificultad o el
impedimento de lo expresado en la conclusión
(difusión de la red, posibilidades de acceso y
regulación del mismo, instalación de líneas…).
4 Realiza el resumen del texto.
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Las modalidades textuales
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Llamamos a esta sociedad futura «la sociedad del conocimiento» porque este va a
ser un elemento muy abundante, pero sobre todo porque va a ser el factor clave de
nuestro bienestar. Su gran cantidad, disponibilidad y capacidad innovadora han convertido el conocimiento en un recurso económico fundamental. El acceso al conocimiento se ha convertido en un elemento clave de la estrategia de las empresas y en un
componente fundamental de nuestro bienestar personal. Las empresas sustituyen
constantemente la utilización de recursos materiales por la aplicación de nuevos conocimientos y nosotros vamos aumentando más y más la parte de nuestro presupuesto personal que dedicamos a acceder a elementos inmateriales, al tiempo que
disminuimos nuestro consumo de elementos materiales. Pensemos en la diferencia
entre comprar un disco (almacén de material de música) o escuchar música «a la carta»
a través de Internet o de un canal especializado. O bien en la diferencia existente entre
comprar un reloj (una máquina de medir el tiempo) para saber la hora, o tener acceso
a la hora a través de la red. Si este proceso de «desmaterialización» de nuestra vida
tiene lugar, va a suponer la posibilidad de cambios muy positivos en la organización
social, porque una economía basada en gran medida en el conocimiento tiene unas reglas de funcionamiento distintas de la economía industrial. […]
10
ACTIVIDADES
REFUERZO
5. Argumentaciones
La argumentación constituye una modalidad imprescindible en un ensayo, ya que es el tipo de
texto en que se exponen y defienden unas ideas determinadas sobre un tema. A continuación
se citan fragmentos en los que se utilizan distintos tipos de argumentos.
Texto 1
Texto 3
Resulta sorprendente que los especialistas en miedos
hayan estudiado tan poco las tácticas de amedrentamiento, los mecanismos de utilización del temor,
porque son la contrafigura del miedo. Hay terrores no
intencionados y terrores provocados voluntariamente,
estratégicos. La erupción de un volcán, el feroz encrespamiento de un tsunami o una epidemia de peste no pretenden suscitar miedo. Lo causan, sin más. Pero la arbitrariedad de un Estado policiaco, los atentados terroristas, los
chantajes de cualquier tipo, las crueldades domésticas, los
ataques preventivos, las operaciones de escarmiento se
sirven del miedo para alcanzar unos objetivos.
El ser humano siente miedo y responde psicológicamente al miedo con mecanismos muy próximos a los que usan los animales: huida, ataque,
inmovilidad y sumisión. Biológicamente, el miedo
no plantea ningún problema. ¿Qué otra cosa va a
hacer el ciervo sino huir del leopardo? ¿Qué otra
cosa va a hacer el escarabajo sino hacerse el
muerto cuando lo toco? Son respuestas adaptativas eficaces para todos los animales. Pero el
hombre no se encuentra cómodo en esas rutinas
tan contrastadas. El ser humano quiere vivir por
encima del miedo. Sabe que no puede eliminarlo,
sin caer en la locura o en la insensibilidad, como
ya decía Aristóteles, pero quiere actuar «a pesar»
de él. Aquí se revela nuestra naturaleza paradójica: no podemos vivir sin que nuestros sentimientos nos orienten, pero no queremos vivir a merced
de nuestros sentimientos.
Texto 2
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
En el mundo animal, los cazadores intentan aislar a
su presa o buscar presas solitarias. El grupo es la gran
defensa. En los seres humanos sucede lo mismo, por ello
es fácil comprender que todas las dictaduras anulen el
ejercicio del derecho de reunión. En su teoría relacional
del valor, Judith Jordan sostiene que la valentía no es un
rasgo interno, sino que surge en la conexión con los
demás: «As human beings we encoura “one another”».
Nos animamos unos a otros. […]
Los estudios sobre la violencia de género demuestran
que una de las tácticas del violento, del que pretende la
sumisión de la otra persona, es aislarla, obligarla a romper los vínculos con su familia, anular su posibilidad de
comunicarse con los demás, obligarla a prescindir de
todos los sistemas de apoyo social que podrían ayudarla.
El proceso suele comenzar con críticas a la familia de la
víctima, prohibición de visitas, reclusión en casa, celos,
técnicas de aislamiento, en una palabra.
1 En el texto 1 el autor diferencia dos tipos
de miedo, ¿cuáles son y cómo justifica esa
distinción?
2 En el texto 2 se afirma que el aislamiento
acrecienta el miedo. Menciona los argumentos
(y sus tipos) con que desarrolla esta idea.
3 ¿A qué tema se refiere el segundo párrafo del
texto 3?¿Qué relación tiene con lo explicado
anteriormente?
Texto 4
Nuestra búsqueda de la felicidad es con frecuencia desgarradora, porque estamos movidos
por dos deseos contradictorios: el bienestar y la
superación. Necesitamos estar cómodos y necesitamos crear algo de lo que nos sintamos orgullosos y por lo que nos sintamos reconocidos.
Una actividad que dé sentido a nuestra existencia, por muy ilusorio que sea ese sentido. Tenemos, pues, que armonizar anhelos contradictorios. Necesitamos construir la casa y descansar
en ella. Necesitamos estar refugiados en el puerto y navegando.
José Antonio MARINA
Anatomía del miedo, Círculo de Lectores
4 ¿Con qué afirmación se inicia el texto 3?
¿Qué comparación se realiza? Señala qué
tipos de interrogaciones son las que se
incluyen a continuación. ¿Qué contraste
se establece posteriormente?
5 ¿Qué tipo de recursos expresivos cierran
el texto 4? ¿Cuál es su sentido y cómo se
relacionan con las ideas anteriores?
10.
Las modalidades textuales
167
13
ACTIVIDADES
REFUERZO
1. El Cantar de Mio Cid
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
La épica castellana tiene su mejor exponente en el Cantar de Mio Cid, que exalta la figura del
infanzón Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, tanto en su dimensión histórica como en
las circunstancias personales de la vida del héroe.
Comienzan ya a preparar la gran sala de palacio.
Los suelos con mucha alfombra, todo bien encortinado.
¡Cuánta seda y cuánta púrpura y cuánto paño preciado!
¡Gusto os daría vivir y comer en el palacio!
Los caballeros del Cid aprisa allí se juntaron,
y entonces en aquel punto por los Infantes mandaron.
Ya cabalgan los Infantes, camino van del palacio,
con muy ricas vestiduras, galanamente ataviados.
A pie y con muy buena cara, ¡Dios qué discretos entraron!
Recibiolos nuestro Cid; con él todos sus vasallos.
Ante el Cid y su mujer los Infantes se inclinaron.
A sentar ellos se fueron en un muy precioso escaño.
Los de la casa del Cid, siempre en todo mesurados,
están atentos mirando al que nació afortunado.
Allí el Cid Campeador ved que en pie se ha levantado:
—Puesto que hacerlo tenemos, ¿por qué lo vamos tardando?
Venid acá, mi Alvar Fáñez, el que tanto quiero y amo.
Aquí tenéis mis dos hijas; yo las pongo en vuestras manos.
Sabéis que al Rey esto mismo se lo tengo así rogado.
No quiero faltar en nada de lo que fue concertado.
A los dos Infantes, vos dádselas con vuestras manos,
que tomen las bendiciones, y vayamos acabando.
Entonces dijo Minaya: —Esto haré yo de buen grado.
De pie las dos se levantan, y él las tomó de las manos.
Y a los Infantes, Minaya esto mismo les va hablando:
—Aquí estáis ante el Minaya, vosotros, los dos hermanos.
De manos del Rey Alfonso, pues a mí me lo ha mandado,
estas dueñas yo os entrego, que ambas son hijasdalgo;
que las toméis por mujeres, dadles honras y cuidados.
Los de Carrión las reciben con amor y de buen grado.
Al Cid y a doña Jimena, van a besarles las manos.
Así que esto hubieron hecho, se salieron del palacio.
Aprisa, a Santa María, hacia allí van caminando.
Muy pronto se revistió don Jerónimo, el prelado,
y a la puerta de la iglesia estábalos esperando.
Las bendiciones les dio; después la misa ha cantado.
Al salirse de la iglesia cabalgaron a buen paso.
Afuera de la ciudad, en un arenal cercano,
¡Dios, y qué buen juego de armas hizo el Cid a sus vasallos!
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Poema del Cid
Castalia
1 ¿Qué episodio del Cantar narra este
fragmento? Indica a qué parte del poema
corresponde.
2 Señala las apelaciones al auditorio presentes
en estos versos. ¿Qué funciones del lenguaje
predominan en ellos?
3 Reconoce el empleo de epítetos épicos y señala
a quién se califica por medio de este recurso.
4 Mide los versos y analiza la rima de esta tirada
del Cantar de Mio Cid.
5 Diferencia la presencia del discurso
del narrador del de los personajes en
este fragmento.
6 Para relatar los sucesos, el narrador emplea
dos tiempos verbales; ¿de cuáles se trata?
7 ¿Qué efecto se produce con el cambio
de formas verbales?
8 Explica cómo se caracterizan los personajes
mencionados en este pasaje.
13.
La narrativa medieval
207
14
ACTIVIDADES
REFUERZO
1. Obra poética de Garcilaso
de la Vega
En la obra poética de Garcilaso, el amor es el tema más importante, con el que se relacionan los
de la naturaleza y la mitología. Estos temas están presentes en sus sonetos y en las églogas.
Soneto XXIX
Égloga II
Pasando el mar Leandro el animoso,
en amoroso fuego todo ardiendo,
esforzó el viento1 y fuese embraveciendo
el agua con un ímpetu furioso.
ALBANIO:
Vencido del trabajo presuroso,
contrastar2 a las ondas no pudiendo,
y más del bien que allí perdía muriendo
que de su propia vida congojoso3,
como pudo, ´sforzó su voz cansada
y a las ondas habló d´esta manera,
mas nunca fue su voz dellas oída:
En aquel prado allí nos reclinamos,
y, del Céfiro13 fresco recogiendo
el agradable espirtu14, respiramos;
5
las flores, a los ojos ofreciendo
diversidad estraña de pintura15,
diversamente así estaban oliendo;
y en medio aquesta fuente clara y pura,
que como de cristal resplandecía,
mostrando abiertamente su hondura,
10
el arena, que d´oro parecía,
de blancas pedrezuelas varïada,
por do manaba el agua, se bullía.
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«Ondas, pues no se escusa que yo muera,
dejadme allá llegar, y a la tornada4
vuestro furor esecutá5 en mi vida.»
1
esforzó el viento: se desató el vendaval.
Égloga I
2
contrastar: no pudiendo resistir las olas.
NEMOROSO:
3
congojoso: preocupado.
4
tornada: vuelta.
5
esecutá: ejecutad.
6
dó: dónde
7
agora: ahora.
8
doquier: donde quiera
9
vencimiento: derrota.
¿Dó6 están agora7 aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi alma, doquier8 que ellos se volvían?
¿Do está la blanca mano delicada,
llena de vencimientos9 y despojos,
que de mí mis sentidos l`ofrecían?
Los cabellos que vían
con gran desprecio al oro
como a menor tesoro
¿adónde están, adónde el blanco pecho?
¿Dó la columna10 que´l dorado techo11
con proporción graciosa sostenía?
Aquesto todo agora ya s´encierra,
por desventura mía,
en la escura12, desierta y dura tierra.
1 Lee el Soneto XXIX y explica qué le ocurre
a Leandro. ¿Qué sentimientos le impulsan
a esforzarse?
2 ¿A quiénes se dirige en los tercetos y qué
les pide?
3 ¿Qué descripción de la amada realiza
Nemoroso en la Egloga I?
4 ¿A qué imagen corresponden los rasgos
que has señalado en la pregunta anterior?
5
10
15
5
10
columna: el cuello.
11
dorado techo: la rubia cabellera.
12
escura: oscura.
13
Céfiro: viento suave y apacible.
14
espirtu: aire.
15
estraña de pintura: diversidad extraordinaria
de colores.
10
5 ¿Qué tópico recrean las interrogaciones que
estructuran el fragmento de la Égloga I?
6 ¿Qué rasgos tiene el paisaje descrito en la
Égloga II? ¿A qué tópico responde?
7 Analiza la métrica y los principales recursos
expresivos de las tres composiciones.
8 Relaciona los temas y tópicos de los textos
con los de la poesía renacentista.
14.
La lírica renacentista
237
14
ACTIVIDADES
REFUERZO
2. Fray Luis de León
Fray Luis sufrió un proceso inquisitorial que lo llevó a la cárcel. El agustino se sintió acosado
y creyó que la envidia de otros, sobre todo dominicos, había sido determinante; a esto
se refiere en el primer poema reproducido. La segunda composición forma parte de sus
poemas religiosos.
A la salida de la cárcel
Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con solo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.
5
¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey1 en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro2?
Lo antes bienhadados
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dó convertirán3 ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos,
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo4 y desventura?
5
10
15
Aqueste mar turbado
¿quién le pondrá ya freno?, ¿quién concierto
al viento fiero, airado?;
estando tú encubierto,
¿qué norte guiará la nave al puerto?
20
¡Ay nube envidiosa!:
aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
25
1
grey: conjunto de fieles cristianos.
2
seguro: lugar desprovisto de todo peligro.
3
convertirán: volverán, dirigirán.
4
sordo: sonido desprovisto de armonía.
1 Además del tema de la envidia, ¿qué otros
temas desarrolla el primer poema?
5 ¿Cuáles serán los sentimientos de los
apóstoles, después de la partida de Jesús?
2 ¿Qué tópico aparece? Relaciona este texto
con la Oda a la vida retirada (página 227
de tu libro de texto).
6 ¿A qué pueden referirse las metáforas del mar,
el viento fiero, la nave y el puerto de la
siguiente estrofa?
3 ¿Qué suceso religioso se canta en el segundo
poema?
7 La nube envidiosa tapa la subida de Cristo,
¿cómo se quedan los apóstoles?
4 Explica a quién se dirige en la primera estrofa
y qué le reprocha.
8 Realiza el análisis métrico del primer poema.
¿Cuál es la estrofa utilizada en el segundo?
238 14.
La lírica renacentista
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En la Ascensión
14
ACTIVIDADES
REFUERZO
3. San Juan de la Cruz
El Cántico espiritual es una de las obras maestras de la poesía mística. En él, san Juan utiliza el
lenguaje simbólico para referirse a la búsqueda que realiza la Esposa (el alma) de su amado
(Dios), junto con la valoración de la naturaleza y numerosos recursos expresivos.
Cántico espiritual
ESPOSA:
ESPOSA:
¿Adónde te escondiste, Amado,
y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.
Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado,
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.
35
10
Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos
y el mosto de granadas gustaremos.
40
15
Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí, tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día:
45
5
1
Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero2,
si por ventura vierdes
aquel que yo más quiero,
decildle que adolezco3, peno y muero.
Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
(PREGUNTA A LAS CRIATURAS)
¡Oh, bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!
¡Oh, prado de verduras,
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado
6
el aspirar del aire,
el canto de la dulce filomena7,
el soto y su donaire
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena.
20
San Juan DE LA CRUZ
Cántico espiritual, Crítica
RESPUESTA DE LAS CRIATURAS:
Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura4,
e, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
1fuerdes
/ vierdes: formas arcaicas de fueres
y vieres.
25
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ESPOSA:
¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero5;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero. […]
50
30
1 ¿De qué se queja la amada? ¿Cómo se siente?
2 ¿Qué les pide a los pastores?
¿Qué decide hacer, según la tercera estrofa
y a qué está dispuesta?
3 La amada se dirige a la naturaleza,
¿cómo se presenta ésta? ¿Qué le responde?
4 ¿Qué le reprocha al amado en la sexta estrofa?
¿Qué rechaza?
2
otero: cerro aislado que domina un llano.
3
adolecer: enfermar.
4
presura: prisa, prontitud, ligereza.
5
de vero: de verdad.
6
aspirar: el soplo.
7
filomena: el ruiseñor.
5 En los versos 31-35 ya se ha producido la
unión, explica cuál es el ruego de la esposa,
¿a dónde le sugiere que vayan?
6 ¿Qué desea la esposa en la última estrofa?
7 Analiza la métrica del poema.
8 Localiza y explica los principales recursos
expresivos empleados por san Juan en estos
versos.
14.
La lírica renacentista
239
14
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
4. Lírica renacentista
En esta página se incluyen poemas de otros autores renacentistas, que siguieron el modelo de Garcilaso
de la Vega: Gutierre de Cetina (1510-1554), Fernando de Herrera (1534-1597), Francisco de Aldana
(1537-1578). Del bellísimo último texto, anónimo, no se sabe exactamente su fecha.
Texto 1
Texto 3
Entre armas, guerra, fuego, ira y furores,
que al soberbio francés tienen opreso1,
cuando el aire es más turbio y más espeso,
allí me aprieta el fiero ardor de amores.
Digo llorando: «¡Oh dulce primavera!,
¿cuándo será que a mi esperanza vea,
verde, prestar al alma algún sosiego?»
5
10
en brazos de Damón, con baja frente,
triste, rendida, muerta, helada y fría,
estas palabras breves le decía,
creciendo a su llorar nueva corriente:
«¡Oh pecho duro, oh alma dura y llena
de mil durezas! ¿Dónde vas huyendo?
¿Dó vas con ala tan ligera y presta?»
Gutierre DE CETINA
opreso: oprimido.
2
avieso: malo, torcido.
3
Serena Luz, en quien presente espira
divino amor, que enciende y junto enfrena4
el noble pecho, que en mortal cadena
al alto Olimpo levantarse aspira;
¿cuál nueva maravilla, cuál ejemplo
de la inmortal grandeza nos descubre
aquesta sombra del hermoso velo?
5
10
Fernando DE HERRERA
espira: sopla.
4
enfrena: frena.
1 ¿En qué situación se halla el yo poético en el
texto 1? ¿Cuáles son sus sentimientos?
2 ¿Cuáles son sus deseos y sus temores, según
los tercetos? ¿Qué temas desarrolla este texto?
3 ¿Qué descripción se hace de la amada en el
texto 2?
4 ¿Qué visión de ella nos ofrece la voz poética?
Relaciona esta imagen con las ideas del
neoplatonismo.
240 14.
La lírica renacentista
aljófar: perla pequeña de forma irregular.
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, señor; muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Que yo en esa belleza que contemplo
(aunque a mi flaca vista ofende y cubre),
la inmensa busco, y voy siguiendo al cielo.
3
Francisco DE ALDANA
5
Texto 4
Soneto a Cristo crucificado
Texto 2
ricos cercos dorados, do se mira
tesoro celestial de eterna vena; ,
armonía de angélica sirena,
que entre las perlas y el coral respira,
10
Y él, soltando de llanto amarga vena,
della las dulces lágrimas bebiendo,
besola, y solo un ¡ay! fue su respuesta.
Mas temo que mi fin mi suerte fiera
tan lejos de mi bien quiere que sea
entre guerra y furor, ira, armas, fuego.
1
5
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
5
10
No tienes que me dar porque te quiera,
pues aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
ANÓNIMO
Poesía lírica del Siglo de Oro, Cátedra
5 En el texto 3, hay una escena de amor
correspondido; sin embargo muestra una
situación dolorosa, ¿cuál es?
6 ¿Cuál es la reacción y la respuesta del
amante?
7 Explica las razones del amor a Cristo del yo
poético en el último texto.
8 Relaciona los temas de estos poemas con los
de la lírica renacentista.
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Miro el cielo, los árboles, las flores,
y en ellos hallo mi dolor expreso;
que en el tiempo más frío y más avieso2
nacen y reverdecen mis temores.
De sus hermosos ojos dulcemente
un tierno llanto Filis despedía
que por el rostro amado parecía
claro y precioso aljófar5 transparente;
15
ACTIVIDADES
REFUERZO
3. Lazarillo de Tormes
El siguiente fragmento corresponde al Tratado III, que pertenece al primer módulo de la obra,
donde se cuenta la infancia de Lázaro de Tormes.
Al servicio del escudero
La mañana venida, levantámonos, y comienza
a limpiar y sacudir sus calzas1 y jubón2 y sayo3 y
capa; y yo que le servía de pelillo4. Y vísteseme muy
a su placer, despacio. Echele aguamanos5, peinose
y púsose su espada en el talabarte6 y, al tiempo que
la ponía, díjome:
—¡Oh, si supieses, mozo, qué pieza es esta! No
hay marco de oro en el mundo por que yo la diese.
Mas ansí ninguna de cuantas Antonio hizo no
acertó a ponelle7 los aceros tan prestos como esta
los tiene.
Y sacola de la vaina y tentola con los dedos,
diciendo:
—¿Vesla aquí? Yo me obligo con ella cercenar
un copo de lana.
Y yo dije entre mí: «Y yo con mis dientes, aunque
no son de acero, un pan de cuatro libras».
Tornola a meter y ciñósela, y un sartal8 de cuentas gruesas del talabarte. Y con un paso sosegado
y el cuerpo derecho, haciendo con él y con la cabeza
muy gentiles meneos, echando el cabo de la capa
sobre el hombro y a veces so el brazo, y poniendo la
mano derecha en el costado, salió por la puerta,
diciendo:
—Lázaro, mira por la casa en tanto que yo voy a
oír misa, y haz la cama y ve por la vasija de agua al
río, que aquí bajo está, y cierra la puerta con llave,
no nos hurten algo, y ponla aquí al quicio, porque si
yo viniere en tanto pueda entrar.
Y súbese por la calle arriba con tal gentil semblante y continente, que quien no lo conociera pensara ser muy cercano pariente al conde de Arcos,
o al menos camarero que le daba de vestir.
—¡Bendito seáis Vos, Señor —quedé yo diciendo—, que dais la enfermedad y ponéis el remedio!
¿Quién encontrará a aquel mi señor que no piense,
según él contento de sí lleva, haber anoche bien
cenado y bien dormido en buena cama, y, aun
agora es de mañana, no le cuenten por muy bien
almorzado? ¡Grandes secretos son, Señor, los que
Vos hacéis y las gentes ignoran! ¿A quién no empeñará aquella buena disposición y razonable capa
y sayo? ¿Y quién pensará que aquel gentil hombre
se pasó todo el día sin comer, con aquel mendrugo
de pan que su criado Lázaro trujo9 un día y una
noche en el arca de su seno, do no se le podía
pegar mucha limpieza, y hoy, lavándose las
manos y cara, a falta de paño de manos se hacía
servir de la halda10 del sayo? Nadie, por cierto, lo
sospechará. ¡Oh, Señor, y cuántos de aquestos
debéis Vos tener por el mundo derramados, que
padecen por la negra que llaman honra lo que por
Vos no sufrirían!
Lazarillo de Tormes
Cátedra
calza: prenda que cubría, ciñéndolos, el muslo
y la pierna.
2jubón: vestidura que cubría desde los hombros hasta
la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo.
3sayo: prenda de vestir holgada y sin botones que
cubría el cuerpo hasta las rodillas.
4servir de pelillo: hacer servicios de poca importancia.
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1
1 Resume el contenido de este fragmento,
correspondiente al Tratado III del Lazarillo
y caracteriza el comportamiento
del escudero.
2 En el primer párrafo se observa un cambio
en el uso de los tiempos verbales. ¿Qué efecto
produce? Este recurso se reitera más adelante;
localízalo.
aguamanos: aguamanil; agua que sirve para lavar las
manos.
6talabarte: cinturón de cuero del que cuelga la espada.
7ponelle: ponerle.
8sartal: sarta de cosas metidas en un hilo o cuerda.
9trujo: trajo (de traer).
10halda: falda.
5
3 ¿Qué movimiento narrativo se aprecia en la
primera parte del fragmento? ¿Por qué tipo
de discurso es interrumpido?
4 Indica a qué tipo de discurso pertenece
la exclamación final.
5 Señala y explica el empleo del recurso de
la ironía en las palabras del escudero.
15.
La narrativa renacentista
253
15
ACTIVIDADES
REFUERZO
4. Don Quijote de la Mancha
El siguiente texto pertenece a la segunda parte del Quijote. Los protagonistas han llegado al palacio
de los duques, quienes, habiendo leído la primera parte del libro, deciden invitarlos para divertirse
a su costa. La duquesa le pide al caballero que describa a Dulcinea, y este comienza su respuesta
aludiendo al encantamiento de que ha sido objeto (recuerda el engaño de Sancho).
El encantamiento de Dulcinea
Y que esta tal señora no es en el mundo, sino que es dama
fantástica, que vuesa merced la engendró y parió en su entendimiento, y la pintó con todas aquellas gracias y perfecciones que
quiso.
—En eso hay mucho que decir —respondió don Quijote—.
Dios sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica, o
no es fantástica; y estas no son de las cosas cuya averiguación
se ha de llevar hasta el cabo. Ni yo engendré ni parí a mi señora,
puesto que la contemplo como conviene que sea una dama
que contenga en sí las partes que puedan hacerla famosa en
todas las del mundo, como son: hermosa sin tacha, grave sin
soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien criada y, finalmente, alta por linaje, a causa que
sobre la buena sangre resplandece y campea la hermosura con
más grados de perfección que en las hermosas humildemente
nacidas.
Miguel DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha
Planeta
1 Comenta los temas que se desarrollan
en el diálogo entre don Quijote y los duques
y relaciónalos con las características del
personaje protagonista y con lo que conoces
del argumento de la novela.
3 ¿Qué responde el protagonista respecto
al comentario de que Dulcinea es una dama
fantástica?
2 Repasa las principales características de las
novelas de caballerías y del concepto del amor
cortés y relaciónalas con lo que expresa
el caballero.
5 Analiza los recursos expresivos utilizados
en la primera y la última intervención de
don Quijote en el fragmento que acabas
de leer.
254 15.
La narrativa renacentista
4 Explica las características de la locura
de don Quijote.
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
—Sí hiciera, por cierto —respondió
don Quijote—, si no me la hubiera borrado
de la idea la desgracia que poco ha que
le sucedió, que es tal, que más estoy
para llorarla que para describirla, porque habrán de saber vuestras grandezas
que yendo los días pasados a besarle las
manos, y a recebir su bendición, beneplácito y licencia para esta tercera salida, hallé
otra de la que buscaba: hallela encantada
y convertida de princesa en labradora, de
hermosa en fea, de ángel en diablo, de olorosa
en pestífera, de bien hablada en rústica, de reposada
en brincadora, de luz en tinieblas, y, finalmente, de
Dulcinea del Toboso en una villana de Sayago.
—¡Válame Dios! —dando una gran voz, dijo a este instante
el duque—. ¿Quién ha sido el que tanto mal ha hecho al mundo? ¿Quién ha quitado dél la belleza que le alegraba, el donaire
que le entretenía y la honestidad que le acreditaba?
—¿Quién? —respondió don Quijote—. ¿Quién puede ser sino
algún maligno encantador de los muchos invidiosos que me
persiguen? Esta raza maldita, nacida en el mundo para escurecer y aniquilar las hazañas de los buenos, y para dar luz y levantar los fechos de los malos. Perseguido me han encantadores,
encantadores me persiguen, y encantadores me perseguirán
hasta dar conmigo y con mil altas caballerías en el profundo
abismo del olvido, y en aquella parte que me dañan y hieren
donde ven que más lo siento, porque quitarle a un caballero
andante su dama es quitarle los ojos con que mira, y el sol con
que se alumbra, y el sustento con que se mantiene. Otras
muchas veces lo he dicho, y ahora lo vuelvo a decir; que el caballero andante sin dama es como el árbol sin hojas, el edificio sin
cimiento, y la sombra sin cuerpo de quien se cause.
—No hay más que decir —dijo la duquesa—; pero si, con
todo eso, hemos de dar crédito a la historia que del señor don
Quijote de pocos días a esta parte ha salido a la luz del mundo,
con aplauso de las gentes, della se colige, si mal no me acuerdo,
que nunca vuesa merced ha visto a la señora Dulcinea.
15
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
5. Una imagen de mujer
en el Quijote
A continuación se presentan dos textos del Quijote. El primero corresponde al discurso que pronuncia el caballero sobre la Edad de Oro. El segundo fragmento pertenece a la historia pastoril
intercalada de Marcela y Grisóstomo. Ambos jóvenes —hermosos y ricos campesinos—deciden hacerse pastores: Marcela porque prefiere este tipo de vida; Grisóstomo porque pretende
conquistarla. Marcela lo rechaza, pues no desea casarse, y Grisóstomo se quita la vida. En este
texto, la pastora hace su alegato.
Texto 1
Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían
ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío […]. Las doncellas y la honestidad andaban,
como tengo dicho, por dondequiera, sola y señora, sin temor que la ajena desenvoltura y lascivo intento la menoscabasen, y su perdición nacía de su gusto y propia voluntad.
Miguel DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha
Planeta
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Texto 2
Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles de estas
montañas son mi compañía, las claras aguas de estos arroyos mis espejos; con los árboles
y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada
puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras. Y si los
deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo ni a otro
alguno, en fin de ninguno de ellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi
crueldad. Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que cuando en este mismo lugar donde ahora se
cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en
perpetua soledad, y que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de
mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar
contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? […] Si yo
conservo mi limpieza con la compañía de los árboles, ¿por qué ha de querer que la pierda el
que quiere que la tenga con los hombres? Yo, como sabéis, tengo riquezas propias y no
codicio las ajenas; tengo libre condición y no gusto de sujetarme; ni quiero ni aborrezco
a nadie. No engaño a este, ni solicito a aquel; ni burlo con uno, ni me entretengo con el otro.
La conversación honesta de las zagalas destas aldeas y el cuidado de mis cabras me
entretiene. Tienen mis deseos por término estas montañas, y si de aquí salen, es a contemplar
la hermosura del cielo, pasos con que camina el alma a su morada primera.
Miguel DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha
Planeta
1 Redactad en grupos un informe en el que
se relacionen los siguientes aspectos.
쮿 Los pensamientos de don Quijote sobre
la Edad de Oro.
쮿 El alegato de Marcela.
쮿 Las ideas de Gelasia plasmadas en el soneto
de la página 244 del Libro del alumno.
2 Escribe un texto en el que reflexiones acerca
de la vinculación de la imagen de la mujer
independiente planteada en estos textos
con las concepciones de la mujer vigentes
en la sociedad actual.
3 Analiza los principales recursos expresivos
utilizados en el texto 2.
15.
La narrativa renacentista
255
16
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
1. La «apariencia» barroca
La ideología del barroco, condicionada por el contexto histórico, social y religioso, presenta una
serie de rasgos que la diferencian de la de otros períodos y que se manifiestan en todas las producciones culturales. En el siguiente texto se trata uno de sus componentes esenciales.
La apariencia
No hace falta recordar que la imaginación fue el gran componente del desarrollo cultural de la península ibérica en el siglo XVII. Una sociedad de cuyo acervo cultural forman parte los milagros tiene que ser, a la fuerza, una sociedad imaginativa;
incluso la cantidad de plagios, copias, versiones, variaciones, amontonamiento de
citas y réplicas no hacen más que atestiguar una actividad incesante, una reflexión
minimalista, detallista, barroca, que descubre y respira en el cúmulo de las infinitas
posibilidades de lo que puede ser y lo que es.
La gran pasión del siglo es la apariencia: la vida es sueño, desconfiemos de los
sentidos, he aquí la reflexión inicial del pensamiento barroco. Esta desconfianza de
los sentidos no tiene tanto que ver con la desconfianza en la percepción, sino, al
contrario, con una fe en el poder de seducción y de comunicación de la imagen, que
imposibilita discernir entre la apariencia y la realidad. Mis ojos no me engañan respecto de lo que veo, sino respecto de la naturaleza de lo que veo. Por lo tanto el
engaño lo es del valor de las cosas: el oro resulta finalmente ser oropel. Precisamente
por ser esta una época transida de símbolos, el engaño y el equívoco fluctúan
siempre en torno a un error, provocado o fortuito, en la interpretación. El drama Del
Rey abajo ninguno se construye en torno a la confusión creada por una banda que
debería llevar al rey y lleva a otra persona; los consejos del hidalgo de El Buscón
giran en torno a cómo engañar en la apariencia, es decir, a cómo sostener la diferencia entre lo que el espectador ve y lo que la capa sabe […].
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Encontramos este mismo interés en la política, mientras que en el ámbito teórico
y científico esta inquietud por los reflejos de una realidad evasiva, se manifestará de
dos formas distintas. La primera, acumulando maravillas, todo aquello que al ojo
pueda, por distintos motivos, sorprender, agradar o enfadar; dicho de otro modo,
haciendo recuento y acopio de todos los casos, de todos los objetos, de todas las formas que presentan una combinación original, una excrecencia, una composición
excelsa. La segunda, intentando establecer un orden en esa multitud de apariencias, intentando crear modos de medir, de fijar y comprender las relaciones ópticas
con la realidad: desde la naturaleza de la luz y el funcionamiento del ojo, a la medición de las distancias y la estimación de las alturas. Refracción, reflexión, sombra,
proyección, movimientos aparentes, puntos fijos, perspectiva, gnomónica son solo
una parte de los intereses de este siglo.
Nuria VALVERDE
«El prodigio en su medida»,
en Madrid, ciencia y Corte, Consejería de Educación y Cultura
1 ¿Cuál es la gran pasión del siglo XVII?
¿En qué creencia se basa?
2 Relaciona la afirmación anterior con
el poema de Argensola de la página 260
del Libro del alumno.
3 ¿Cómo se manifiesta este interés por la
apariencia en el ámbito técnico y científico?
Cita algunos ejemplos.
4 La confianza en el poder de persuasión
y fascinación de las imágenes se manifiesta
en la proliferación de otros tipos
de actividades. ¿De cuáles se trata?
5 Tomando en cuenta las respuestas anteriores,
realiza un resumen del texto.
6 Cita algunos poemas leídos en esta unidad
en los que se trate el tema del engaño.
16.
La poesía y la prosa barrocas
275
16
ACTIVIDADES
REFUERZO
2. Sonetos de Luis de Góngora
Góngora escribió sonetos de diversos temas: amorosos, de influencia petrarquista; morales, satíricos y burlescos. También escribió los llamados «heroicos», destinados a la alabanza de amigos, grandes o reyes.
A Córdoba
Grandes más que elefantes y que abadas
Grandes6, más que elefantes y que abadas7,
títulos8 liberales9 como rocas,
gentiles hombres, solo de sus bocas,
ilustri cavaglier10, llaves doradas11;
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
de honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río1, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles, ya que no doradas2!
5
¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre glorïosa patria mía,
tanto por plumas cuanto por espadas3!
catarriberas15, ánimas en pena,
con Bártulos y Abades16 la milicia,
y los derechos con espada y daga;
10
casas17 y pechos18, todo a la malicia;
lodos con perejil19 y yerbabuena:
esto es la Corte. ¡Buena pro les haga!
nunca merezcan mis ausentes ojos
ver tu muro, tus torres y tu río,
tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!
3
por plumas… espadas: se refiere a los cordobeses ilustres:
Séneca, Juan de Mena y el Gran Capitán.
4
Genil y Dauro: se refiere a los dos ríos de Granada.
5
plantas: álamos.
6
grandes: título nobiliario.
7
abada: rinoceronte.
8
títulos: nobles.
9
liberales: pródigos, generosos.
Suspiros tristes, lágrimas cansadas
Suspiros tristes, lágrimas cansadas,
que lanza el corazón, los ojos llueven,
los troncos bañan y las ramas mueven
de estas plantas5 a Alcides consagradas;
5
mas del viento las fuerzas conjuradas
los suspiros desatan y remueven,
y los troncos las lágrimas se beben,
mal ellos y peor ellas derramadas.
Hasta en mi tierno rostro aquel tributo
que dan mis ojos, invisible mano
de sombra o de aire me le deja enjuto,
10
porque aquel ángel fieramente humano
no crea mi dolor, y así es mi fruto
llorar sin premio y suspirar en vano.
gran río: traducción literal de Guadalquivir.
2doradas: las distingue del Dauro, que llevaba oro.
1
1 ¿Qué elementos de su ciudad natal, alaba
Góngora en los cuartetos de A Córdoba?
2 Explica cómo expresa la añoranza y el amor
a su tierra en los tercetos.
3 ¿Qué recurso aparece en el último terceto?
4 Según los cuartetos del segundo texto,
¿cómo se siente la voz poética?
5 ¿Qué relación se establece entre los suspiros
y las lágrimas y los elementos de la naturaleza?
Indica las correlaciones que hay en cada verso.
276 16.
La poesía y la prosa barrocas
10
10
ilustri cavaglier: en italiano, «ilustres caballeros».
11
llaves doradas: las de los del servicio de la cámara real.
12
hábito: se refiere a los caballeros de las órdenes militares.
13
damas… tocas: infieles y viudas alegres.
14
carrozas: las mejores solían tener cuatro caballos.
15
catarriberas: abogados, alcaldes y corregidores.
16
Bártulos y Abades: jurisconsultos del derecho civil y canónico.
17
casas… malicia: las construidas para librarse de la obligación
de alojar a los servidores del rey.
18
pechos: voluntades.
19
perejil: excrementos, inmundicias que se arrojaban a la calle.
6 ¿Quién es el ángel fieramente humano? Explica
cuál es la conclusión expresada en los tercetos.
7 Menciona el tema del soneto Suspiros tristes,
lágrimas cansadas.
8 ¿Qué se describe en el tercer texto?
9 Haz una relación de los tipos humanos que
componen la enumeración de los cuartetos.
10 ¿Qué tópico desarrolla el primer terceto?
11 ¿Cuál es la imagen final? ¿En qué tipo
de sonetos incluirías este poema?
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Si entre aquellas rüinas y despojos
que enriquece Genil y Dauro4 baña
tu memoria no fue alimento mío,
5
hábitos12, capas digo remendadas,
damas de haz y envés, viudas sin tocas13,
carrozas14 de ocho bestias, y aun son pocas
con las que tiran y que son tiradas;
16
ACTIVIDADES
REFUERZO
3. Sonetos de Francisco de Quevedo
Se ha hecho una clasificación temática de la poesía de Quevedo, que incluye los poemas amorosos, los metafísicos y morales, los religiosos y los satíricos y burlescos. Aquí se reproducen
tres sonetos que tratan los temas más importantes.
Vivir es caminar breve jornada
A Apolo siguiendo a Dafne
Bermejazo3 platero de las cumbres,
a cuya luz se espulga4 la canalla,
la ninfa5 Dafne, que se afufa6 y calla,
Vivir es caminar breve jornada
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada.
Llevada de engañoso pensamiento
y de esperanza burladora y ciega,
tropezará en el mismo monumento,
si la quieres gozar, paga y no alumbres.
Si quieres ahorrar de pesadumbres,
ojo del cielo, trata de compralla:
en confites gastó Marte7 la malla8,
5
Nada, que siendo, es poco y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida,
pues de la vanidad mal persuadida
anhela duración tierra animada.
y la espada en pasteles y en azumbres9.
Volvióse en bolsa10 Júpiter severo;
levantóse las faldas la doncella
10
En los claustros de l´alma la herida
En los claustros de l´alma la herida
yace callada, mas consume hambrienta
la vida, que en mis venas alimenta
llama por las medulas extendida.
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
La gente esquivo y me es horror el día;
dilato en largas noches negro llanto,
que a sordo mar mi ardiente pena envía.
10
por recogerle en lluvia de dinero.
Astucia fue de alguna dueña11 estrella12,
que de estrella sin dueña no lo infiero:
Febo13, pues eres sol, sírvete de ella.
como el que divertido el mar navega
y sin moverse vuela con el viento,
y antes que piense en acercarse llega.
Bebe el ardor hidrópica1 mi vida
que ya, ceniza amante y macilenta,
cadáver del incendio hermoso ostenta
su luz en humo y noche fallecida.
5
5
10
A los suspiros di la voz de el canto;
la confusión inunda l´alma mía;
mi corazón es reino del espanto2.
1
hidrópica: sedienta.
2
reino del espanto: el Infierno.
3
bermejazo: rojizo, pelirrojo.
4
espulgar: limpiar de pulgas.
5
ninfa: diosa, y en germanía (jerga de ladrones
y malhechores), prostituta.
6
afufar: huir, escapar. Voz de germanía.
7
Marte: dios romano de la guerra. Quevedo da una
versión burlesca de los amores de Marte y Venus.
8
malla: parte de la armadura parecida a una red.
9
azumbre: medida de capacidad.
10
bolsa: odre, y también, bolsa para el dinero. Júpiter
se convirtió en lluvia de oro para seducir a Dánae.
11
dueña: alcahueta; mujer que no es doncella.
12
estrella: embustera y astro.
13
Febo: nombre romano del dios Apolo.
1 ¿Cómo define la vida el yo poético en el primer
cuarteto de Vivir es caminar breve jornada?
¿Qué tópico literario aparece?
7 ¿Qué motivos se desarrollan en el segundo
soneto? Reconoce las metáforas referidas
al amor.
2 Según el segundo cuarteto, ¿qué desea,
sin embargo, el ser humano?
8 ¿Cuál es el consejo que le da la voz poética
3 ¿Qué idea desarrollan los tercetos?
9 ¿Qué ejemplos de historias mitológicas utiliza
como argumentos? ¿Cuál es la conclusión?
4 Menciona los temas del texto y reconoce
los principales recursos expresivos.
5 ¿A qué herida se refiere la voz poética
en el segundo texto? ¿Qué efectos tiene
y en qué convierte su vida?
6 ¿Cómo se comporta el yo poético?
¿Cuáles son sus sentimientos?
a Apolo en el tercer texto?
10 ¿Qué visión del amor aparece en el tercer
poema?
11 Analiza los principales recursos expresivos
utilizados en A Apolo siguiendo a Dafne.
12 Adscribe los tres sonetos en la clasificación
temática de la poesía de Francisco Quevedo.
16.
La poesía y la prosa barrocas
277
16
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
4. Lope y otros poetas barrocos
Además de la obra poética de Lope de Vega, destacan en este período la de otros autores como Francisco de Rioja (Sevilla, h. 1583-1639) y Gabriel Bocángel (Madrid, 1603-1658), en cuyas composiciones
aparecen tratados los temas más importantes de la lírica del barroco.
Definición de amor
Huye del sol el sol, y se deshace
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
Huye del sol el sol, y se deshace
la vida a manos de la propia vida;
del tiempo que, a sus partos homicida,
en mies de siglos las edades pace,
5
5
nace la vida, y con la vida nace
del cadáver la fábrica temida.
¿Qué teme, pues, el hombre en la partida,
si vivo estriba en lo que muerto yace?
Lo que pasó ya falta; lo futuro
aún no se vive; lo que está presente
no está, porque es su esencia el movimiento.
10
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor: quien lo probó lo sabe.
10
Lo que se ignora es solo lo seguro;
este mundo, república de viento
que tiene por monarca un accidente.
Lope DE VEGA
Poesía completa, Castalia
Gabriel BOCÁNGEL
Poesía lírica del Siglo de Oro, Cátedra
Pura, encendida rosa
5
10
15
¡Oh fiel imagen suya peregrina!
Bañóte en su color sangre divina
de la deidad 1 que dieron las espumas.
¿Y esto, purpúrea flor, esto no pudo
hacer menos violento el rayo agudo?
Róbate en una hora,
róbate licencioso su ardimiento
el color y el aliento:
tiendes aún no las alas abrasadas
y ya vuelan al suelo desmayadas:
tan cerca, tan unida
está al morir tu vida,
que dudo si en sus lágrimas la aurora
mustia, tu nacimiento o muerte llora.
20
25
30
Francisco DE RIOJA
Poesía lírica del Siglo de Oro
Cátedra
de la deidad…: Venus, que nació de la espuma del mar, se pinchó con una espina y, al teñir las rosas
blancas con su sangre se volvieron rojas.
1
1 ¿Qué concepción del amor desarrolla el soneto
de Lope?
2 ¿Qué recursos expresivos utiliza para ello?
5 ¿Qué descripción de la rosa aparece
en el poema Pura, encendida rosa,
de Francisco de Rioja?
3 Según el segundo poema, ¿a qué está unida
la vida desde su nacimiento?
6 ¿De qué tema importante del barroco
se convirtió en un símbolo la rosa?
4 ¿Cuál es la concepción del tiempo y de la vida
que se expone en los tercetos?
7 Relaciona los temas de estos tres poemas
con los de la lírica barroca.
278 16.
La poesía y la prosa barrocas
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Pura, encendida rosa,
émula de la llama
que sale con el día,
¿cómo naces tan llena de alegría
si sabes que la edad que te da el cielo
es apenas un breve y veloz vuelo?
Y ni valdrán las puntas de tu rama,
ni púrpura hermosa
a detener un punto
la ejecución del hado presurosa.
El mismo cerco alado
que estoy viendo riente,
ya temo, amortiguado,
presto despojo de la llama ardiente.
Para las hojas de tu crespo seno
te dio Amor de sus alas blandas plumas,
y oro de su cabello dio a tu frente.
16
ACTIVIDADES
REFUERZO
7. Una descripción mordaz
El siguiente texto corresponde a la famosa descripción del licenciado Cabra, en la que Quevedo muestra su ingenio y su capacidad para la agudeza. Pablos, el protagonista, marcha a Segovia
como criado de don Diego Coronel, a quien su padre ha puesto bajo la tutela del licenciado.
El licenciado Cabra
Entramos, primero domingo después de Cuaresma, en poder de la hambre viva,
porque tal laceria1 no admite encarecimiento. Él era un clérigo cerbatana, largo2 solo
en el talle; una cabeza pequeña; los ojos, avecindados en el cogote, que parecía que
miraba por cuévanos3, tan hundidos y escuros, que era buen sitio el suyo para tiendas
de mercaderes; la nariz, de cuerpo de santo, comido el pico, entre Roma y Francia4,
porque se le había comido de unas búas5 de resfriado, que aun no fueron de vicio porque cuestan dinero; las barbas, descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura
hambre, parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuántos,
y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate,
largo como de avestruz, con una nuez tan salida, que parecía se iba a buscar de comer
forzada de la necesidad; los brazos, secos; las manos, como un manojo de sarmientos
cada una; mirado de medio abajo, parecía tenedor o compás, con dos piernas largas
y flacas; su andar, muy espacioso: si se descomponía algo, le sonaban los güesos como
tablillas de San Lázaro6; la habla, ética7; la barba, grande, que nunca se la cortaba por
no gastar, y él decía que era tanto el asco que le daba ver la mano del barbero por su
cara, que antes se dejaría matar que tal permitiese: cortábale los cabellos un muchacho de nosotros. Traía un bonete los días de sol, ratonado con mil gateras, y guarniciones de grasa; era de cosa que fue paño, con los fondos en caspa. La sotana, según
decían algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color era. Unos, viéndola tan
sin pelo, la tenían por de cuero de rana; otros decían que era ilusión: desde cerca parecía
negra, y desde lejos entreazul. Llevábala sin ceñidor; no traía cuello ni puños. Parecía,
con esto y los cabellos largos y la sotana y el bonetón, teatino lanudo8. Cada zapato
podía ser tumba de un filisteo9. ¿Pues su aposento? Aun arañas no había en él. Conjuraba los ratones de miedo que no le royesen algunos mendrugos que guardaba. La
cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado por no gastar las sábanas. Al fin,
él era archipobre y protomiseria.
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Francisco DE QUEVEDO
La vida del Buscón, Crítica
1
laceria: miseria.
2
largo: alto y, también, generoso (dilogía).
3
cuévanos: cestos de mimbre usados en la
vendimia.
entre Roma y Francia: alude a que la nariz era roma
(pequeña y poco puntiaguda) y deforme, como atacada
por la sífilis (llamada el mal francés).
tablillas de san Lázaro: las utilizaban las personas
enfermas de lepra para avisar de su presencia y pedir
limosna.
6
ética: un tipo de fiebre, que afectaba al habla.
7
4
5
búas: bubas, tumores blandos.
teatino lanudo: religioso de una orden que solía
acompañar a los condenados a muerte.
8
filisteo: hombre de gran estatura y corpulencia.
9
1 Divide el texto en partes según los aspectos
que abarca la descripción: partes del cuerpo,
vestimenta, habitación y hábitos.
4 Analiza los recursos expresivos y determina
cuáles predominan.
2 ¿Que rasgo principal se destaca de la conducta
del licenciado Cabra?
6 Relaciona el modo en que se describe
al personaje con los rasgos temáticos
y formales de la obra.
3 ¿Qué personaje de una novela picaresca
anterior tiene características similares
a las del licenciado?
5 Realiza una paráfrasis del texto.
7 Reconoce algunas de las características
propias de un texto descriptivo.
16.
La poesía y la prosa barrocas
281
16
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
8. Los Sueños, de Quevedo
En El alguacil endemoniado el narrador habla con un demonio que se ha apoderado del
alma de un alguacil, personaje que pertenece a un sector social habitualmente criticado
por Quevedo; el diablo advierte que estos golpes que le doy y lo que le aporreo, no es sino
que yo y él reñimos acá sobre quién ha de estar en mejor lugar y andamos a «más diablo es
él». El narrador le pregunta sobre quiénes están en el Infierno y sobre sus penas.
Del sitio que a cada cual le corresponde en el Infierno
Y en el Infierno están todos aposentados así.
Que un artillero que bajó allá el otro día, queriendo que le pusiesen entre la gente de guerra,
como al preguntarle del oficio que había tenido
dijese que hacer tiros1 en el mundo, fue remitido
al cuartel de los escribanos, pues son los que
hacen tiros en el mundo. Un sastre, porque dijo
que había vivido de cortar de vestir2, fue aposentado con los maldicientes. Un ciego, que
quiso encajarse con los poetas, fue llevado a los
enamorados, por serlo todos. Los que venían por
el camino de los locos, ponemos con los astrólogos, y a los por mentecatos, con los alquimistas. Uno vino por unas muertes, y está con los
médicos. Los mercaderes que se condenan por vender, están con Judas. Los malos
ministros, por lo que han tomado, alojan con el mal ladrón. Los necios están con
los verdugos. Y un aguador, que dijo había vendido agua fría, fue llevado con los
taberneros. Llegó un mohatrero3 tres días ha, y dijo que él se condenaba por
haber vendido gato por liebre, y pusímoslo de pies con los venteros, que dan lo
mismo. Al fin, el Infierno está repartido en estas partes.
—Oíte decir antes de los enamorados, y por ser cosa que a mí me toca,
gustaría saber si hay muchos.
Francisco DE QUEVEDO
Sueños, Espasa Calpe
hacer tiro: engañar.
1
cortar de vestir: murmurar, hablar mal de alguien.
2
mohatrero: persona que engaña, que comete fraudes.
3
por la posta: de prisa, velozmente.
4
1 Menciona todos los tipos humanos y sociales
que se nombran en el primer párrafo.
4 Señala los tipos de enamorados. ¿Qué significa
la frase todos lo son de sí mismos?
2 ¿Cómo se ubica en el Infierno a los que van
llegando? Explica alguna de las distribuciones
que se realizan.
5 ¿Por qué hay pocos enamorados de las mujeres
en el Infierno?
3 Menciona cuál es la finalidad de Quevedo
al determinar la agrupación de los condenados.
Reconoce los recursos expresivos que le sirven
para tal objetivo.
282 16.
La poesía y la prosa barrocas
6 Relaciona el contenido del texto con los temas
de los Sueños.
7 ¿En qué otras obras de Quevedo aparecen
temas semejantes?
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
—Mancha es la de los enamorados —respondió— que lo toma todo, porque
todos lo son de sí mismos: algunos, de sus dineros; otros de sus palabras; otros, de
sus obras, y algunos, de las mujeres. Y destos postreros hay menos que de todos
en el Infierno, porque las mujeres son tales, que, con ruindades, con malos tratos
y peores correspondencias les dan ocasiones de arrepentimiento cada día a los
hombres. […] Algunos hay que en celos y esperanzas amortajados y en deseos,
se van por la posta4 al Infierno, sin saber cómo ni cuándo ni de qué manera.
Evaluación 16
Alegoría de una época fugaz, por Antoni da Pereda.
Huye sin percibirse lento el día
1. Reconoce el género al que pertenece el texto y justifica
Huye sin percibirse lento el día,
y la hora secreta1 y recatada
con silencio se acerca, y despreciada2
lleva tras sí la edad lozana mía.
La vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada,
en el postrer invierno3 sepultada,
yace entre negra sombra y nieve fría.
No sentí resbalar mudos los años;
hoy los lloro pasados y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.
Mi penitencia deba a mi deseo,
pues me deben la vida mis engaños4
y espero el mal que paso y no le creo.
2. Explica el contenido del poema y determina el o los
los motivos de esa adscripción.
temas que desarrolla.
3. ¿Qué motivo propio de la poesía de Quevedo aparece
5
en este texto? ¿En qué tipos de obras lo trata?
4. Realiza el análisis métrico de la composición. ¿Qué otras
formas métricas se cultivaron en el barroco?
5. Analiza los recursos expresivos más destacados del texto.
10
Francisco DE QUEVEDO
Poesía completa, Planeta
6. Enuncia y explica otros tipos de poesía que haya cultivado
Quevedo y menciona las características de su estilo.
7. Realiza una síntesis de la obra poética de Góngora y
de las características estilísticas más importantes.
8. Menciona las obras principales de Lope de Vega, los
temas tratados en general y la particularidad de su estilo.
9. Relaciona los temas de la poesía y la prosa barrocas con
1
secreta: ignorada, escondida.
2
despreciada: la juventud (la edad lozana).
3
postrer invierno: la vejez.
4
me deben la vida mis engaEos: los engaños le han quitado
la vida.
el contexto histórico, social y literario de su producción.
10. Redacta un texto en que reflexiones, en general, sobre
la brevedad de la vida y su final inevitable (por ejemplo,
si has pensado en ello alguna vez o es una realidad
percibida como muy lejana, cómo afrontarla, si compartes
la actitud de los poetas barrocos ).
275 16. La poesía y la prosa barrocas
Evaluación
17
Representación de El alcalde de Zalamea, dirigida por Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero (2003).
La dignidad del villano
JUAN.—¡Que quieras, siendo tú rico,
vivir a estos hospedajes
sujeto!
PEDRO CRESPO.— Pues ¿cómo puedo
excusarlos ni excusarme?
JUAN.—Comprando una ejecutoria.
PEDRO CRESPO.—Dime por tu vida, ¿hay alguien
que no sepa, que yo soy,
si bien de limpio linaje,
hombre llano? No por cierto.
Pues, ¿qué gano yo en comprarle
una ejecutoria al Rey,
si no le compro la sangre?
¿Dirán entonces, que soy
mejor que ahora? No, es dislate.
Pues ¿qué dirán? Que soy noble
por cinco o seis mil reales;
y esto es dinero y no es honra;
que honra no la compra nadie.
¿Quieres, aunque sea trivial,
un ejemplillo escucharme?
5
10
15
20
«Es calvo un hombre mil años,
y al cabo de ellos se hace
una cabellera. Este,
en opiniones vulgares,
¿deja de ser calvo? No.
Pues ¿qué dicen al mirarle?
Bien puesta la cabellera
trae Fulano.» Pues ¿qué hace,
si, aunque no le vean la calva,
todos que la tiene saben?
JUAN.—Enmendar su vejación,
remediarse de su parte,
y redimir vejaciones
del sol, del hielo y del aire.
PEDRO CRESPO.—Yo no quiero honor postizo,
que el defecto ha de dejarme
en casa. Villanos fueron
mis abuelos y mis padres;
sean villanos mis hijos.
25
30
35
Pedro CALDERÓN DE LA BARCA
El alcalde de Zalamea, Cátedra
1. En esta escena, Juan le propone a su padre Pedro Crespo
6. ¿Cuál era el orden que se seguía normalmente en las
que compre una ejecutoria carta que eximía de pagar
tributos al rey , para evitar alojar a don Álvaro. Resume
los argumentos que esgrime el alcalde para negarse.
representaciones de los corrales de comedia? Caracteriza
las piezas cortas que se representaban.
2. ¿Qué tema del teatro barroco observas en este diálogo?
3. Analiza la métrica empleada en este fragmento y reconoce los principales recursos expresivos utilizados.
4. Enuncia los rasgos de la comedia nacional y explícalos.
¿Cuáles de ellos reconoces en el fragmento?
5. Explica las diferencias entre el teatro cortesano y las
representaciones de los corrales de comedia.
7. Señala los rasgos propios de los autos sacramentales.
8. Establece diferencias entre el teatro de Lope de Vega
y el de Calderón. Menciona obras de uno y otro.
9. ¿Cuáles son los principales hitos del teatro renacentista
que influyeron en el teatro barroco? Recuerda autores
y obras del siglo VI.
10. Redacta una exposición sobre las manifestaciones
dramáticas en la Edad Media.
295 17. El teatro: de los orígenes a la comedia nacional
18
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
5. Ensayo e Ilustración
El ensayo español está estrechamente vinculado a la difusión de las ideas de la Ilustración. El
autor del siguiente texto reflexiona sobre este fenómeno y brinda algunos de los rasgos más
importantes que caracterizaron este género en el siglo XVIII.
Autores ilustrados
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Sin necesidad de establecer una ecuación perfecta, se puede afirmar que el género ensayo está íntimamente vinculado
al fenómeno cultural que se conoce con el nombre de Ilustración. Gran parte del saber erudito, antes expresado en latín, se
vierte ahora a la lengua vernácula1: ideas, antes solo asequibles a los que habían aprendido una lengua culta o un idioma
extranjero, llegan a un amplio público, que se arroga, además,
la facultad de discurrir y sentenciar sobre todo lo divino y lo
humano. Este fenómeno histórico condiciona esencialmente
la escritura y modifica el lenguaje, haciéndolo más ágil y familiar. Aquellos modelos textuales que se adaptan mejor al espíritu y al contenido de mensajes dirigidos al conjunto de los
ciudadanos atraen especialmente la atención de los escritores.
Pero la tenaz curiosidad por conocer novedades, tanto a nivel
científico como político, desplaza a segundo plano cuestiones
meramente formales o retóricas. Cuando sobre el tapete se
ponen temas como la libertad de pensamiento, los privilegios
estamentales 2 del clero y la nobleza, el derecho a opinar en
cuestiones académicas o gubernamentales, la reforma universitaria y multitud de otros asuntos de interés público, da hasta
cierto punto igual si sobre ello se escribe en forma de diálogo
amistoso, de apasionada oración o de sosegada exposición
didáctica. Los autores se concentran más en el fondo que en la
forma.
Indudablemente, lo que el ambiente cultural de la época no
favorece es que alguien prescinda de la tertulia de amigos
o que simplemente haga abstracción del público opinante y se
encierre en su biblioteca privada a elucubrar 3 sobre el más allá
o a departir con autores difuntos. El hombre dieciochesco se
considera ante todo miembro de una colectividad contemporánea y, por tanto, siente responsabilidad frente a ella. No
muestra, pues, demasiada propensión a rumiar solitariamente
sobre la brevedad de la vida o sobre consuelos que alivien la
aciaga4 fortuna individual, sino que prefiere pensar en plural
afrontando sus deberes de patriota y de ciudadano y proponiendo soluciones útiles para el común. […]
1 Explica la importancia que tuvo, según el texto
de Francisco Sánchez Blanco, la irrupción
del ensayo en el siglo XVIII.
2 ¿Por qué con este género dejaron de tener
relevancia las cuestiones formales?
¿En qué se fijaron, sobre todo, los escritores?
3 Indica qué circunstancias favorecieron
el ambiente cultural de la época
que nos ocupa.
4 ¿Qué tiene siempre en cuenta el escritor
ilustrado?
Los pensadores del siglo XVIII meditan sobre intereses colectivos, basándose en una concepción cosmopolita de la razón.
[…] El ilustrado no pierde nunca de vista el horizonte de la humanidad aun cuando proponga reformas específicas para la
propia patria. Ciertamente, muchos ilustrados retienen todavía
el principio barroco de contribuir al esplendor de la monarquía
y del trono, pero no todos creen que el gobierno monárquico
sea el único legítimo o necesariamente el mejor. En este punto,
como en otros, no suelen hacer profesión de fe.
Un escepticismo generalizado domina la actitud intelectual
y hace que todo se someta, primero, a examen y, después, a la
prueba de la experiencia. Por eso se tratan preferentemente
aquellos temas que admiten solución inmediata: técnicas agrícolas, mejoras de las manufacturas o reformas administrativas.
Se confía en el progreso del conocimiento y en el creciente predominio de la naturaleza. El método empírico se aplica a todos
los campos del saber. En consecuencia surge una extraordinaria demanda de tratados de física, botánica, química e incluso
zoología, es decir, de todas las ciencias que pueden contribuir
al progreso de la ganadería, de la agricultura y de la industria.
Pero ese interés cognoscitivo está subordinado a aumentar la
felicidad pública y privada, lo cual implica también mejorar el
ordenamiento de la sociedad. Aunque la discusión recuerda las
causas de la decadencia de España, el planteamiento de las reformas se enfoca desde una perspectiva cosmopolita, es decir,
alzando la mirada por encima de la barrera de los Pirineos
y observando lo que hacen las demás naciones.
Francisco SÁNCHEZ BLANCO
«Prólogo» a El ensayo español: el siglo XVIII, Crítica
vernáculo: doméstico, nativo, de nuestra casa o país.
estamental: perteneciente o relativo a un estrato social
determinado.
3elucubrar: elaborar una divagación complicada y con apariencia
profunda.
4aciago: infeliz, desgraciado.
1
2
5 Señala qué consecuencias tuvo en el
pensamiento dieciochesco el escepticismo
reinante y a qué campos se aplicó el método
empírico.
6 ¿Por qué en el período ilustrado se publicaron
numerosos tratados de determinadas ciencias?
¿Qué se buscaba finalmente?
7 ¿Desde qué perspectiva se abordaron
las reformas?
8 Escribe un resumen del texto de Francisco
Sánchez Blanco.
18.
La literatura del siglo
XVIII
327
19
ACTIVIDADES
REFUERZO
1. Las acotaciones en el teatro
romántico
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
La escenografía tuvo un desarrollo muy importante en el siglo XIX. Al levantarse el telón, la escena
se convertía en un lugar de ilusión que se procuraba que reprodujese fielmente los espacios
reales y los imaginados por los dramaturgos, y en los cuales tuvo gran relevancia la iluminación.
Jornada primera
Escena I
Jornada segunda
Escena I
La escena representa la entrada del antiguo puente
de barcas de Triana, el que estará practicable a la derecha. En primer término, al mismo lado, un aguaducho1
o barraca de tablas y lonas, con un letrero que diga:
«Agua de Tomares»; dentro habrá un mostrador rústico
con cuatro grandes cántaros, macetas de flores, vasos, un
anafre2 con una cafetera de hojalata y una bandeja con
azucarillos. Delante del aguaducho habrá bancos de
pino. Al fondo se descubrirá de lejos, parte del arrabal de
Triana, la huerta de los Remedios con sus altos cipreses,
el río y varios barcos en él, con flámulas3 y gallardetes4. A
la izquierda se verá en lontananza la Alameda. Varios
habitantes de Sevilla cruzarán en todas direcciones
durante la escena. El cielo demostrará el ponerse del sol
en una tarde de julio […].
Es de noche, y el teatro representa la cocina de
un mesón de la villa de Hornachuelos5. Al frente
estará la chimenea y el hogar. A la izquierda, la
puerta de entrada; a la derecha, dos puertas practicables. A un lado, una mesa larga de pino, rodeada
de asientos toscos, y alumbrado todo por un gran
candilón6. El MESONERO y el ALCALDE aparecerán
sentados gravemente al fuego. La MESONERA, de
rodillas, guisando. Junto a la mesa, el ESTUDIANTE,
cantando y tocando la guitarra. El ARRIERO que
habla, cribando7 cebada en el fondo del teatro. El
TÍO TRABUCO, tendido en primer término sobre sus
jalmas7. Los dos LUGAREÑOS, las dos LUGAREÑAS, la
MOZA y uno de los ARRIEROS, que no habla, estarán
bailando seguidillas. […]
Jornada primera
Escena III
Jornada quinta
Escena X
Empieza a anochecer, y se va oscureciendo el teatro.
DON ÁLVARO sale embozado en una capa de seda, con un
gran sombrero blanco, botines y espuelas; cruza lentamente la escena, mirando con dignidad y melancolía a
todos los lados, y se va por el puente. Todos lo observan
en gran silencio.
El teatro representa un valle rodeado de riscos
inaccesibles y de malezas, atravesado por un arroyuelo. Sobre un peñasco accesible con dificultad,
y colocado al fondo, habrá una medio gruta, medio
ermita, con puerta practicable, y una campana que
pueda sonar y tocarse desde dentro; el cielo representará el ponerse del sol de un día borrascoso, se
irá oscureciendo lentamente la escena y aumentándose los truenos y los relámpagos. […]
1
aguaducho: puesto donde se vende agua.
2
anafre: hornillo.
3
flámula: gallardete muy corto.
4
gallardete: tira volante que disminuye hasta acabar en punta
colocada en los mástiles.
5
Hornachuelos: villa de la provincia de Córdoba.
6
candilón: candil grande.
Duque DE RIVAS
Don Álvaro o la fuerza del sino, Cátedra
7
cribar: limpiar el trigo u otra semilla por medio de la criba,
del polvo, tierra y demás impurezas.
8
jalma: aparejo que se emplea en las bestias de carga.
1 Reconoce en las cuatro acotaciones
reproducidas en esta página la presentación
de cuadros costumbristas, señalando
sus elementos.
3 Señala en los textos elementos relacionados
con los códigos visuales, detallando
a qué elementos de la representación
hacen referencia.
2 ¿Cómo se presenta el protagonista
en la escena III de la jornada primera?
Ten en cuenta que es la primera vez
que aparece en escena.
4 Localiza ahora los elementos referidos
a los códigos auditivos.
5 ¿Qué tipo de atmósfera se pretende crear
con la última acotación?
19.
La literatura del romanticismo
339
19
ACTIVIDADES
REFUERZO
2. Don Álvaro o la fuerza del sino,
del duque de Rivas
El siguiente fragmento corresponde a la escena VII de la jornada primera de una obra cumbre
del teatro romántico, Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel de Saavedra, duque de Rivas.
El protagonista se encuentra con su amada: están dispuestos a huir juntos, pero Leonor se
encuentra muy abatida.
La huida
¡Leonor! (Pausa.)
DON ÁLVARO.—
Fuerza bastante
hay para todo en mí… ¡Desventurado!
La conmoción conozco que te agita,
inocente Leonor. Dios no permita
que por debilidad en tal momento
sigas mis pasos y mi esposa seas.
Renuncio a tu palabra y juramento;
hachas de muerte las nupciales teas
fueran para los dos… Si no me amas
como te amo yo a ti… Si arrepentida…
DOÑA LEONOR.—Mi dulce esposo, con el alma y vida
es tuya tu Leonor; mi dicha fundo
en seguirte hasta el fin del ancho mundo.
Vamos; resuelta estoy, fijé mi suerte,
separarnos podrá solo la muerte.
(Van hacia el balcón, cuando de repente se oye ruido,
ladridos y abrir y cerrar de puertas.)
DOÑA LEONOR.—¡Dios mío! ¿Qué ruido es ese? ¡Don Álvaro!
CURRA.—Parece que han abierto las puertas del patio… y la
de la escalera…
DOÑA LEONOR.—¿Se habrá puesto malo mi padre?…
CURRA.—¡Qué! No, señora; el ruido viene de otra parte.
DOÑA LEONOR.—¿Habrá llegado alguno de mis hermanos?
DON ÁLVARO.—Vamos, vamos, Leonor; no perdamos ni un instante.
1 Explica por qué podemos decir que estamos
en presencia de un texto literario y adscríbelo
al género al que pertenece.
2 ¿Cómo reacciona don Álvaro al ver abatida
a doña Leonor? ¿Qué responde ella?
Reconoce en sus palabras características
típicas de la mujer en el teatro romántico.
340 19.
La literatura del romanticismo
(Vuelven hacia el balcón y de repente se ve por él el
resplandor de hachones de viento y se oye el galopar de
caballos.)
DOÑA LEONOR.—¡Somos perdidos! Estamos descubiertos… Imposible es la fuga.
DON ÁLVARO.—Serenidad es necesario en todo caso.
CURRA.—¡La Virgen del Rosario nos valga y las ánimas benditas!… ¿Qué será de mi pobre Antonio? (Se asoma al balcón y grita.) ¡Antonio! ¡Antonio!
DON ÁLVARO.—¡Calla, maldita! No llames la atención hacia este lado; entorna el balcón. (Se acerca el ruido de puertas
y pisadas.)
DOÑA LEONOR.—¡Ay, desdichada de mí! Don Álvaro, escóndete… aquí… en mi alcoba…
DON ÁLVARO.—(Resuelto.) No, yo no me escondo… No te
abandono en tal conflicto. (Prepara una pistola.) Defenderte y salvarte es mi obligación.
DOÑA LEONOR.—(Asustadísima.) ¿Qué intentas? ¡Ay! Retira esa
pistola que me hiela la sangre… ¡Por Dios, suéltala!… ¿La
dispararás contra mi buen padre?… ¿Contra alguno de
mis hermanos?… ¿Para matar a alguno de los fieles y antiguos criados de esta casa?…
DON ÁLVARO.—(Profundamente confundido.) No, no, amor
mío… La emplearé en dar fin a mi desventurada vida.
DOÑA LEONOR. —¡Qué horror! ¡Don Álvaro!
Duque DE RIVAS
Don Álvaro o la fuerza del sino, Cátedra
3 ¿Qué peculiaridad presenta el texto principal?
Reconoce en él enunciados característicos
del drama romántico y algunos recursos
expresivos.
4 ¿A qué elementos de la representación hacen
referencia las acotaciones?
5 Realiza un resumen del fragmento.
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DOÑA LEONOR. —¡Don Álvaro!
19
ACTIVIDADES
REFUERZO
4. Artículos, de Larra
En su empeño por la reforma cultural y social del país, Larra criticó actitudes y comportamientos de sus contemporáneos y, a la vez, se opuso a su tendencia a la visión negativa
y denigrante de España. En este artículo reflexiona sobre la frase hecha que le da título y
que la mayoría repite, y exhorta a sus connacionales a cambiar ciertos hábitos y comprometerse con el bien común.
En este país…
—¿Qué quiere usted? —decimos—, «¡en este país!».
Cualquier acontecimiento desagradable que nos suceda,
creemos explicarle perfectamente con la frasecilla: «¡Cosas
de este país!», que con vanidad pronunciamos y sin pudor
alguno repetimos.
¿Nace esta frase de un atraso reconocido en toda la
nación? No creo que pueda ser este su origen, porque solo
puede conocer la carencia de una cosa el que la misma
cosa conoce: de donde se infiere que si todos los individuos
de un pueblo conociesen su atraso, no estarían realmente
atrasados. ¿Es la pereza de imaginación o de raciocinio,
que nos impide investigar la verdadera razón de cuanto
nos sucede, y que se goza en tener una muletilla siempre a
mano con que responderse a sus propios argumentos,
haciéndose cada uno la ilusión de no creerse cómplice de
un mal, cuya responsabilidad descarga sobre el estado del
país en general? Esto parecería más ingenioso que cierto.
Creo entrever la causa verdadera de esta humillante
expresión. Cuando se halla un país en aquel crítico momento en que se acerca a una transición, y en que, saliendo de
las tinieblas, comienza a brillar a sus ojos un ligero resplandor, no conoce todavía el bien, empero ya conoce el mal, de
donde pretende salir para probar cualquiera otra cosa que
no sea lo que hasta entonces ha tenido. Sucédele lo que a
una joven bella que sale de la adolescencia; no conoce el
amor todavía ni sus goces; su corazón, sin embargo, o la
naturaleza, por mejor decir, le empieza a revelar una necesidad que pronto será urgente para ella, y cuyo germen
y cuyos medios de satisfacción tiene en sí misma, si bien los
desconoce todavía; la vaga inquietud de su alma, que busca y ansía, sin saber qué, la atormenta y la disgusta de su
estado actual y del anterior en que vivía; y vésela despreciar
y romper aquellos mismos sencillos juguetes que formaban
poco antes el encanto de su ignorante existencia.
Este es acaso nuestro estado, y este, a nuestro entender,
el origen de la fatuidad que en nuestra juventud se observa:
el medio saber reina entre nosotros; no conocemos el bien,
pero sabemos que existe y que podemos llegar a poseerle, si
bien sin imaginar aún el cómo. Afectamos, pues, hacer
ascos de lo que tenemos para dar a entender a los que nos
oyeron que conocemos cosas mejores, y nos queremos
engañar miserablemente unos a otros, estando todos en el
mismo caso.
Este medio saber nos impide gozar de lo bueno que
realmente tenemos, y aun nuestra ansia de obtenerlo todo
de una vez nos ciega sobre los mismos progresos que
vamos insensiblemente haciendo. […]
Olvidemos, lo repetimos, esa funesta expresión que contribuye a aumentar la injusta desconfianza que de nuestras
propias fuerzas tenemos. Hagamos más favor o justicia a
nuestro país, y creámosle capaz de esfuerzos y felicidades.
Cumpla cada español con sus deberes de buen patricio, y
en vez de alimentar nuestra inacción con la expresión de
desaliento: «¡Cosas de España!» contribuya cada cual a las
mejoras posibles. Entonces este país dejará de ser tan mal
tratado de los extranjeros, a cuyo desprecio nada podemos
oponer, si de él les damos nosotros mismos el vergonzoso
ejemplo.
Mariano José DE LARRA
Artículos, Castalia
1 ¿Qué preguntas se hace Larra sobre el origen
de la frase?
4 ¿Qué consejos da Mariano José de Larra
a modo de conclusión?
2 ¿Qué respuesta aventura? ¿Con qué
comparación la desarrolla?
5 Realiza un resumen del texto.
3 ¿En qué estado considera que se encuentra
el país en su época?
342 19.
La literatura del romanticismo
6 Reconoce las modalidades textuales
presentes en este fragmento
de En este país.
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
«En este país…» Esta es la frase que todos repetimos a
porfía, frase que sirve de clave para toda clase de explicaciones, cualquiera que sea la cosa que a nuestros ojos choque en mal sentido.
19
ACTIVIDADES
REFUERZO
6. Rimas, de Bécquer
En las Rimas encontramos textos que definen la interioridad, la conciencia de la voz poética
y también otros que definen el yo y el tú femenino, claves en la obra del autor, y las relaciones
imposibles entre ambos.
Rima 60 (XV)
Saeta que voladora
cruza, arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval,
y que no hay quien diga el surco
donde el polvo volverá.
Gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar
y rueda y pasa y se ignora
qué playa buscando va.
Luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar,
y que no se sabe de ellos
cuál el último será.
Eso soy yo que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni a dónde
mis pasos me llevarán.
5
10
15
20
Gustavo Adolfo BÉCQUER
Libro de los gorriones, Planeta
1 Identifica los elementos que se nombran
en las cuatro primeras estrofas de la Rima 15
y menciona:
쮿 Qué movimientos realizan.
쮿 Quién o qué los causa.
쮿 Cuáles son sus destinos.
2 La última estrofa aclara que los elementos que
has nombrado en la actividad 1 se identifican
con el yo poético, ¿qué similitudes
se establecen?
Cendal flotante de leve bruma,
rizada cinta de blanca espuma,
rumor sonoro de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz,
eso eres tú.
Tú, sombra aérea, que cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces.
¡Como la llama, como el sonido,
como la niebla, como el gemido
del lago azul!
En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
eso soy yo.
¡Yo, que a tus ojos en mi agonía
los ojos vuelvo de noche y día;
yo, que incansable corro y demente
tras una sombra, tras la hija ardiente
de una visión!
5
10
15
20
Gustavo Adolfo BÉCQUER
Libro de los gorriones, Planeta
5 ¿Consigue comunicarse el yo poético
con la destinataria?
6 En la tercera estrofa se describe el yo poético,
¿qué elementos aparecen y qué rasgos suyos
transmiten?
7 Explica el contenido de la última estrofa;
¿qué persigue la voz poética?
8 Reconoce los recursos expresivos principales
con que se desarrolla el contenido.
3 Determina el tema del poema y analiza
los recursos expresivos que lo estructuran.
9 Realiza el análisis métrico de ambas
composiciones.
4 ¿Qué elementos se identifican con el tú
en la Rima 60? ¿A qué ámbito pertenecen?
10 Relaciona los temas de estos textos
con los de la obra poética del autor.
344 19.
La literatura del romanticismo
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Rima 15 (II)
19
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
7. Las Leyendas, de Bécquer
Las Leyendas contienen narraciones muy diversas de las que se han destacado sus valores estilísticos (se ha hablado de «poemas en prosa») en relación con la prosa de la época, especialmente sus descripciones pictóricas y el hincapié que Bécquer pone en la expresión de las
sensaciones.
En El rayo de luna, Manrique, un noble imaginativo y poeta, ama la soledad y sueña con el amor;
una noche de luna se interna en las desiertas ruinas de los Templarios, ve agitarse una cosa
blanca y cree que es el traje de una mujer misteriosa. Al hallarla a esa hora y en ese lugar, se
convierte en la dama de sus sueños e inicia su búsqueda. Dos meses después de buscarla en
vano, se produce el descubrimiento.
El rayo de luna
Yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia; lo que puedo decir es que en su fondo
hay una verdad, una verdad muy triste, de la que acaso yo seré
uno de los últimos en aprovecharme, dadas mis condiciones de
imaginación.
Otro, con esta idea, tal vez hubiera hecho un tomo de filosofía lacrimosa; yo he escrito esta leyenda, que a los que nada
vean en su fondo, al menos podrá entretener un rato. […]
La noche estaba serena y hermosa; la luna brillaba en toda
su plenitud, en lo más alto del cielo, y el viento suspiraba con un
rumor dulcísimo entre las hojas de los árboles.
Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la bóveda de los árboles cuando el viento
movía las ramas.
***
—¿Queréis que os diga una cantiga, la última que ha compuesto mosén 1 Arnaldo, el trovador provenzal?
Salió de él, encaminó sus pasos hacia la oscura alameda
que conduce al Duero, y aún no había penetrado en ella cuando de sus labios se escapó un grito de júbilo.
—¡No! ¡No! —exclamó el joven, incorporándose colérico en
su sitial—. No, no quiero nada… es decir, sí quiero… quiero
que me dejéis solo… Cantigas…, mujeres…, gloria…, felicidad…; mentira todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos
y corremos tras ellos, ¿para qué?, ¿para qué? Para encontrar un
rayo de luna.
Había visto flotar un instante y desaparecer el extremo del
traje blanco, del traje blanco de la mujer de sus sueños, de la
mujer que ya amaba como un loco.
Manrique estaba loco; por lo menos, todo el mundo lo creía
así. A mí, por el contrario, se me figuraba que lo que había
hecho era recuperar el juicio.
Manrique llegó al claustro, tendió la vista por su recinto, y
miró a través de las macizas columnas de sus arcadas… Estaba desierto.
Corre, corre en su busca; llega al sitio en que la ha visto desaparecer; pero al llegar se detiene, fija los espantados ojos en el
suelo, permanece un rato inmóvil; un ligero temblor nervioso
agita sus miembros, un temblor que va creciendo, que va creciendo y ofrece los síntomas de una verdadera convulsión, y
prorrumpe al fin en una carcajada sonora, estridente, horrible.
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar
ante sus ojos; pero había brillado a sus pies un instante, no más
que un instante.
Gustavo Adolfo BÉCQUER
Rimas y leyendas
Espasa Calpe
1
mosén: título que se daba a los clérigos y a los nobles de segunda
clase en el antiguo reino de Aragón.
1 Justifica la adscripción del texto al género
narrativo.
5 Justifica el cambio en el tiempo verbal que
se aprecia en el relato.
2 Caracteriza al narrador y explica el contenido
de sus intervenciones inicial y final.
6 Analiza los recursos expresivos y la
adjetivación empleada en este texto.
3 Resume el contenido del segundo fragmento.
7 Reconoce en ambos fragmentos el empleo
de los discursos referencial, descriptivo,
dramático, valorativo y universal.
4 Explica los elementos característicos de la
narración presentes en él.
쮿 Personajes
쮿 Acción
쮿 Tiempo
쮿 Espacio
8 ¿Qué características del romanticismo
observas en el texto?
19.
La literatura del romanticismo
345
Evaluación 19
Noche y sueño, por Evelyn de Morgan.
Rima 33 (XXIV)
Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.
Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.
5
Dos jirones1 de vapor
que del lago se levantan,
y al reunirse en el cielo
15
forman una nube blanca.
Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.
20
Gustavo Adolfo BÉCQUER
Rimas, Castalia
10
1
jirón: parte o porción pequeña de un todo.
1. Enumera los elementos que se mencionan en las cuatro
6. ¿En qué etapa del romanticismo se incluyen los poemas
primeras estrofas del poema. ¿Qué les ocurre? ¿En qué
se transforman?
de Bécquer? ¿En qué se diferencia esta poesía de la de la
primera mitad del siglo? Cita el poeta más importante
de este último período y sus principales obras.
2. ¿En qué se distingue de las anteriores la estructura de la
última estrofa? Indica qué información aporta acerca del
emisor y del contenido del texto.
3. Enuncia el tema que trata Gustavo Adolfo Bécquer en
7. Explica los géneros de la prosa romántica y sitúa la obra
de Larra en ese contexto. Enuncia las características
fundamentales de sus artículos.
esta composición y relaciónalo con otros motivos característicos de su obra lírica.
8. Menciona los rasgos principales del drama romántico
4. ¿Qué recurso estilístico propio de las Rimas aparece en
9. ¿Qué innovaciones introduce Don Juan Tenorio? Comenta
la número 33? Señala los principales recursos expresivos
y realiza su análisis métrico.
5. Menciona otros temas que Bécquer haya tratado con
frecuencia en las Rimas y explica su vinculación con el
romanticismo.
y ejemplifícalos con Don Álvaro o la fuerza del sino.
los aspectos más relevantes de esta pieza.
10. Redacta un texto sobre la pervivencia actual del romanticismo: ten en cuenta rasgos generales, temas y motivos
tratados, estética, huella en distintos medios de expresión
(literatura, cine, series televisivas ).
329 19. La literatura del romanticismo
20
ACTIVIDADES
REFUERZO
1. Un fragmento de la primera
parte de Fortunata y Jacinta
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
Fortunata y Jacinta es una de las obras más importante de la narrativa realista. En este fragmento,
que pertenece a la primera parte de la novela, Juan Santa Cruz, que está borracho, habla con su
mujer sobre Fortunata, durante el viaje de novios.
—¡Si la hubieras visto!… Fortunata tenía los ojos como
dos estrellas, muy semejantes a los de la Virgen del Carmen que
antes estaba en Santo Tomás, y ahora en San Ginés. Pregúntaselo a Estupiñá; pregúntaselo si lo dudas…, a ver… Fortunata
tenía las manos bastas de tanto trabajar; el corazón lleno de
inocencia… Fortunata no tenía educación; aquella boca tan
linda se comía muchas letras y otras las equivocaba. Decía indilugencias, golver, asín. Pasó su niñez cuidando el ganado.
¿Sabes lo que es el ganado? Las gallinas. Después criaba los
palomos a sus pechos. Como los palomos no comen sino del
pico de la madre, Fortunata se los metía en el seno. ¡Y si vieras
tú qué seno tan bonito! Solo que tenía muchos rasguños que le
hacían los palomos con los garfios de sus patas. Después cogía
en la boca un buche de agua y algunos granos de algarroba,
y metiéndose el pico en la boca… les daba de comer… Era la
paloma madre de los tiernos pichoncitos… Luego les daba su
calor natural…, los arrullaba, les hacía rorrooó…, les cantaba
canciones de nodriza…
¡Pobre Fortunata, pobre Pitusa!… ¿Te he dicho que la llamaban la Pitusa? ¿No?… Pues te lo digo ahora. Que conste… Yo la
perdí…, sí…, que conste también; es preciso que cada cual cargue con su responsabilidad… Yo la perdí; la engañé, le dije mil
mentiras, le hice creer que me iba a casar con ella. ¿Has visto?
¡Si seré pillín!… Déjame que me ría un poco… Sí, todas las
papas1 que yo le decía se las tragaba… El pueblo es muy inocente, es tonto de remate; todo se lo cree con tal que se lo digan
con palabras finas…
La engañé, le garfiñé2 su honor, y tan tranquilo. Los hombres, digo, los señoritos, somos unos miserables; creemos que
el honor de las hijas del pueblo es cosa de juego… No pongas
esa cara, vida mía. Comprendo que tienes razón; soy un infame, merezco tu desprecio. Porque… lo que tú dirás: una mujer
es siempre una criatura de Dios, ¿verdad? Y yo, después que me
divertí con ella, la dejé abandonada en medio de las calles…;
justo…, su destino es el destino de las perras… Di que sí. […]
1 ¿Qué características del personaje
de Fortunata destaca Juan Santa Cruz
en este texto? ¿Con qué la identifica?
2 Explica qué juicios formula acerca
de su relación con ella. ¿Por qué termina?
¿De qué se entera al final?
3 ¿Qué visión tiene el señorito del pueblo?
¿Por qué afirma que les atrae a los burgueses
como él?
Me idolatraba. Creía que yo no era como los demás, que era
la caballerosidad, la hidalguía, la decencia, la nobleza en persona, el acabose de los hombres… ¡Nobleza! ¡Qué sarcasmo! Nobleza en la mentira; digo que no puede ser…, y que no, y que
no… ¡Qué humanidad tan farsante! El pobre siempre debajo; el
rico hace lo que le da la gana. Yo soy rico… Di que soy inconstante… La ilusión de lo pintoresco se iba pasando. La grosería
con gracia seduce algún tiempo, después marea… Cada día me
pesaba más la carga que me había echado encima. El picor del
ajo me repugnaba. Deseé, puedes creerlo, que la Pitusa fuera
mala para darle una puntera… Pero, quiá3…; ni por esas…
¿Mala ella? A buena parte… Si le mando echarse al fuego por
mí, ¡al fuego de cabeza! […]
El hastío era ya irresistible. La misma Pitusa me era odiosa,
como las palabras inmundas… Un día dije vuelvo, y no volví
más… Lo que decía Villalonga: cortar por lo sano… Yo tenía
algo en mi conciencia, un hilito que me tiraba hacia allá… Lo
corté… Fortunata me persiguió: tuve que jugar al escondite.
Ella por aquí, yo por allá… Yo me escurría como una anguila.
No me cogía, no. El último a quien vi fue a Izquierdo; le encontré un día subiendo la escalera de mi casa. Me amenazó; díjome
que la Pitusa estaba cambrí4 de cinco meses… ¡Cambrí de cinco meses!… Alcé los hombros… Dos palabras él, dos palabras
yo…; alargué este brazo, y plaf… Izquierdo bajó de golpe un
tramo entero… Otro estirón, y plaf…, de un brinco el segundo
tramo… y con la cabeza para abajo…
Benito PÉREZ GALDÓS
Fortunata y Jacinta, Hernando
1
papa: aquí «mentira».
2
garfiñar: (en germanía) hurtar, robar.
3
quiá: (en germanía) interjección utilizada para expresar
desconocimiento o sorpresa.
4
cambrí: embarazada.
4 Señala la técnica narrativa utilizada
por Galdós en este fragmento.
5 Comenta el lenguaje empleado por el
personaje en relación con su situación
y condición social.
6 Relaciona el comentario anterior
con las características de la novela realista
en general y de la obra de Galdós en
particular.
20.
La narrativa realista
359
20
ACTIVIDADES
REFUERZO
2. Misericordia,
de Benito Pérez Galdós
Los ambientes retratados por la novela realista abarcan toda la diversidad social de
la época: desde las clases más acomodadas hasta las más humildes, e incluso los más
desamparados. En este pasaje, Benina, protagonista de Misericordia, luego de mostrar su
gran piedad alimentando a un nutrido grupo de indigentes, encuentra a un mendigo
anciano quien le da noticias sobre su amigo Almudena.
Díjole después el pobre viejo que se moría de hambre; que no había entrado en su boca, en tres días, más
que un pedazo de bacalao crudo que le dieron en una tienda, y algunos corruscos1 de pan, que mojaba en la
fuente para reblandecerlos, porque ya no tenía hueso en la boca. Desde el día de San José que quitaron
la sopa en el Sagrado Corazón, no había ya remedio para él; en parte alguna encontraba amparo; el cielo
no le quería, la tierra tampoco. Con ochenta y dos años cumplidos el 3 de febrero, San Blas bendito, un día
después de la Candelaria, ¿para qué quería vivir más ni qué se le había perdido por acá? Un hombre que
sirvió al Rey doce años; que durante cuarenta y cinco había picado miles de miles de toneladas de piedra en
esas carreteras de Dios, y que siempre fue bien mirado y puntoso, nada tenía que hacer ya, más que encomendarse al sepulturero para que le pusiera mucha tierra, mucha tierra encima, y apisonara bien. En cuanto
que colocara a las dos criaturas, se acostaría para no levantarse hasta el día del Juicio por la tarde… ¡y se
levantaría el último! Traspasada de pena Benina al oír la referencia de tanto infortunio, cuya sinceridad no
podía poner en duda, dijo al anciano que la llevara a donde estaba la niña enferma, y pronto fue conducida a
un cuarto lóbrego, en la planta baja de la casa grande de corredor, donde juntos vivían, por el pago de tres
pesetas al mes, media docena de pordioseros con sus respectivas proles. La mayor parte de estos hallábanse
a la sazón en Madrid, buscando la santa perra2. Solo vio Benina una vieja petiseca3 y dormilona, que parecía
alcoholizada, y una mujer panzuda, tumefacta, de piel vinosa y tirante, como la de un corambre4 repleto, con
la cara erisipelada5, mal envuelta en trapos de distintos colores.
En el suelo, sobre un colchón flaco, cubierto de pedazos de bayeta amarilla y de jirones de mantas morellanas, yacía la niña enferma, como de seis años, el rostro lívido, los puños cerrados en la boca. «Lo que tiene
esta criatura es hambre» —dijo Benina, que habiéndola tocado en la frente y manos, la encontró fría como
el mármol.
—Puede que así sea, porque cosa caliente no ha entrado en nuestros cuerpos desde ayer.
Benito PÉREZ GALDÓS
Misericordia , Cátedra
corrusco: parte del pan más tostada
que corresponde a los extremos o al borde.
2santa perra: dinero.
3petiseca: raquítica, rugosa.
1
1 En el texto se retrata el mundo
de los mendigos; señala qué casos
presenta y las características del espacio
en el que se desarrolla la escena.
2 ¿Cómo reacciona Benina? ¿Qué consigue
la anciana con su actitud?
360 20.
La narrativa realista
4
corambre: conjunto de cueros
o pellejos.
5
erisipelado: que padece erisipela,
infección microbiana de la piel.
3 Comenta las técnicas narrativas utilizadas
en este texto.
4 Indica las características de la novela realista
que aparecen en este pasaje de Misericordia,
de Benito Pérez Galdós, correspondiente
al ciclo de novelas espiritualistas del autor.
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No necesitó más la bondadosa anciana para que se le desbordase la piedad, que caudalosa inundaba su
alma; y llevando a la realidad sus intenciones con la presteza que era en ella característica, fue al instante a
la tienda de comestibles, que en el ángulo de aquel edificio existe, y compró lo necesario para poner un
puchero inmediatamente, tomando además huevos, carbón, bacalao… pues ella no hacía nunca las cosas
a medias. A la hora, ya estaban remediados aquellos infelices, y otros que se agregaron, inducidos por el
olor que por toda la parte baja de la colmena prontamente se difundió. Y el Señor hubo de recompensar su
caridad, deparándole, entre los mendigos que al festín acudieron, un lisiado sin piernas que andaba con los
brazos, el cual le dio por fin noticias verídicas del extraviado Almudena.
20
ACTIVIDADES
AMPLIACIÓN
3. El sombrero de tres picos,
de Pedro Antonio de Alarcón
Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891) escribió cuentos, novelas y artículos de crítica literaria.
Su primera novela, El final de Norma (1850), está dentro de la tendencia romántica. Toda su obra
posterior se caracteriza por la combinación de rasgos del romanticismo y del realismo. Entre
sus más importantes creaciones pueden citarse El escándalo (1875) y El niño de la bola (1880).
Se trata de novelas de tesis que evidencian un gran conservadurismo político y literario; la
preocupación religiosa y por el orden social establecido son dos constantes de su literatura.
En La moral en el arte (1877), discurso que pronunció a propósito de su ingreso en la Real
Academia Española, expuso sus ideas acerca de la finalidad didáctica y el sentido moral y religioso que, a su juicio, debía tener la novela.
Su obra más importante es El sombrero de tres picos (1874), una narración breve de enredo, de
carácter cómico, que transcurre a principios del siglo XIX. El relato contiene animados cuadros
de costumbres y desarrolla la historia, sacada de un romance tradicional, de un corregidor
que intenta conseguir los favores de una molinera casada.
El molino
Por varias y diversas razones, hacía ya algún tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes más caracterizados de la mencionada ciudad… Primeramente, conducía a él un camino carretero, menos intransitable que
los restantes de aquellos contornos. En segundo lugar, delante del molino, había una plazoletilla, empedrada, cubierta por un parral
enorme, debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en verano y el sol en invierno, merced a la alternada ida y venida de los pámpanos1… En tercer lugar, el molinero era un hombre muy respetuoso, muy discreto, muy fino, que tenía lo que se llama don de gentes, y que obsequiaba a los señores que solían honrarlo con su tertulia vespertina ofreciéndoles… lo que daba el tiempo, ora habas
verdes, ora cerezas y guindas, ora lechugas en rama y sin sazonar (que están muy buenas cuando se las acompaña de macarros2 de
pan y aceite; macarros que se encargaban de enviar por delante sus señorías), ora melones, ora uvas de aquella misma parra que les
servía de dosel3, ora rosetas de maíz si era invierno, y castañas asadas, y almendras y nueces, y de vez en cuando, en las tardes muy
frías, un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre), a lo que por Pascuas se solía añadir algún pestiño,
algún mantecado, algún rosco o alguna lonja de jamón alpujarreño.
—Tan rico era el molinero, o tan imprudentes sus tertulianos —exclamaréis interrumpiéndome.
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Ni lo uno ni lo otro. El molinero solo tenía un pasar, y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados. Pero en
unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones a la Iglesia y el Estado, poco arriesgaba un rústico de tan claras
luces como aquel de tenerse ganada la voluntad de regidores, canónigos, frailes, escribanos y demás personas de campanillas. Así
es que no faltaba quien dijese que el tío Lucas (tal era el nombre del molinero) se ahorraba un dineral al año a fuerza de agasajar a
todo el mundo.
«Vuestra merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado» —decíale a uno—. «Vuestra señoría
—decíale a otro— va a mandar que me rebajen el subsidio, o la alcabala4, o la contribución de frutos civiles.» «Vuestra reverencia me
va a dejar coger en la huerta del convento una poca hoja para mis gusanos de seda.» «Vuestra ilustrísima me va a dar permiso para
traer una poca leña del monte X.»
Pedro Antonio DE ALARCÓN
El sombrero de tres picos, Edelvives
1
pámpano: nombre que reciben las hojas de la parra.
2
macarro: panecillo de forma alargada y una libra de peso.
3
dosel: mueble que a cierta altura cubre o resguarda un altar, sitial, lecho, etc., adelantándose en pabellón horizontal y cayendo por detrás
a modo de colgadura.
4
alcabala: tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de compraventa y ambos contratantes
en el de permuta.
1 La acción de El sombrero de tres picos se
desarrolla en Andalucía; comenta algunos
rasgos costumbristas.
4 Señala qué rasgos de la narrativa realista
están presentes en este pasaje de El sombrero
de tres picos.
2 Analiza el narrador, las perspectivas
y las técnicas narrativas utilizadas.
5 ¿Cuáles son las características del protagonista
del relato de Pedro Antonio de Alarcón?
3 Indica las intervenciones del narrador
y las apelaciones al receptor que observes.
6 Señala qué justificación de su conducta ofrece
el narrador.
20.
La narrativa realista
361
20
ACTIVIDADES
REFUERZO
4. La procesión de Viernes Santo
en Vetusta
En el siguiente pasaje de La Regenta abundan las imágenes que representan percepciones sensoriales. Ana ha decidido participar en la procesión del Viernes Santo, descalza, vestida de Nazareno, como prueba de adhesión y fidelidad espiritual al Magistral, pero cuando llega el
momento se arrepiente. Los ciudadanos de Vetusta no se pierden el espectáculo del cortejo,
admirados y escandalizados.
El vía crucis de Ana Ozores
Los tambores vibraban fúnebres, tristes, empeñados en resucitar un dolor muerto hacía diecinueve siglos; a don Víctor sí le sonaba aquello a himno de muerte; se le figuraba ya que llevaban a
su mujer al patíbulo1.
El redoble del parche se destacaba en un silencio igual y monótono.
En la calle estrecha, de casas oscuras, se anticipaba el crepúsculo; las largas filas de hachas
encendidas se perdían a lo lejos, hacia arriba, mostrando la luz amarillenta de los pabilos2, como un
rosario de cuentas doradas, roto a trechos. En los cristales de las tiendas cerradas y de algunos balcones se reflejaban las llamas movibles; subían y bajaban en contorsiones fantásticas, como sombras lucientes, en confusión de aquelarre. Aquella multitud silenciosa, aquellos pasos sin ruido,
aquellos rostros sin expresión de los colegiales de blancas albas que alumbraban con cera la calle
triste daban al conjunto apariencia de ensueño. No parecían seres vivos aquellos seminaristas
cubiertos de blanco y negro, pálidos unos, con cercos morados en los ojos, otros morenos, casi
negros, de pelo en matorral, casi todos cejijuntos, preocupados con la idea fija del aburrimiento,
máquinas de hacer religión, reclutas de una leva3 forzosa del hambre y de la holgazanería. Iban a
enterrar a Cristo, como a cualquier cristiano, sin pensar en Él; a cumplir con el oficio. […]
Leopoldo ALAS, CLARÍN
La Regenta, Castalia
1
patíbulo: tablado o lugar en que se ejecuta la pena
de muerte.
2
pabilo: mecha que esta en el centro de la vela.
3
leva: partida de las embarcaciones. Recluta de gente.
4
Jorge Sandio: castellanización de George Sand, seudónimo
de Amandine Aurore Lucille Dupin, escritora francesa.
5
fatuo: falto de razón o entendimiento. Lleno de presunción
o vanidad infundada o ridícula.
1 Explica brevemente el argumento
de este pasaje de La Regenta.
5 ¿Qué técnicas narrativas se usan para
expresar la interioridad del personaje?
2 Relaciona los pensamientos y sentimientos
de Ana Ozores con lo que conoces de la obra.
6 El texto comienza con la descripción de la
procesión; comenta las imágenes que
refieren percepciones acústicas y visuales.
3 Analiza el narrador y su perspectiva
en este texto del realismo.
4 Reconoce los casos de discurso valorativo
del narrador.
362 20.
La narrativa realista
7 ¿Qué alusiones literarias se incorporan
en el fragmento?
8 Analiza los recursos expresivos del texto.
MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A.
También Ana parecía de madera pintada; su palidez era como un barniz. Sus ojos no veían.
A cada paso creía caer sin sentido. Sentía en los pies, que pisaban las piedras y el lodo, un calor doloroso; cuidaba de que no asomasen debajo de la túnica morada; pero a veces se veían. Aquellos pies
desnudos eran para ella la desnudez de todo el cuerpo y de toda el alma. «¡Ella era una loca que
había caído en una especie de prostitución singular!; no sabía por qué, pero pensaba que después
de aquel paseo a la vergüenza ya no había honor en su casa. Allí iba la tonta, la literata, Jorge Sandio4 la mística, la fatua5, la loca, la loca sin vergüenza.» Ni un solo pensamiento de piedad vino en su
ayuda en todo el camino. El pensamiento no le daba más que vinagre en aquel calvario de su recato. Hasta recordaba textos de fray Luis de León en La perfecta casada, que, según ella, condenaban
lo que estaba haciendo. «Me cegó la vanidad, no la piedad», pensaba. «Yo también soy cómica, soy
lo que mi marido.» Si alguna vez se atrevía a mirar hacia atrás, a la Virgen, sentía hielo en el alma.
«La Madre de Jesús no la miraba, no hacía caso de ella»; pensaba en su dolor cierto; ella, María, iba
allí porque delante llevaba a su Hijo muerto, pero Ana, ¿a qué iba?…
Evaluación 20
Fotograma de La Regenta, serie televisiva dirigida por Fernándo Méndez-Leite. En la imagen los actores Carmelo Gómez como Fermín de Pas y Aitana Sánchez-Gijón como Ana Ozores.
La caída de Ana Ozores
Servanda iba y venía como una estatua en movimiento
y los demás vetustenses no entraban en el caserón de los Ozores
después de la muerte de don Víctor.
No entraban. Vetusta la noble estaba escandalizada, horrorizada. Unos a otros, con cara de hipócrita compunción, se
ocultaban los buenos vetustenses el íntimo placer que les causaba «aquel gran escándalo que era como una novela», algo
que interrumpía la monotonía eterna de la ciudad triste. Pero
ostensiblemente pocos se alegraban de lo ocurrido. ¡Era un
escándalo! ¡Un adulterio descubierto! ¡Un duelo! ¡Un marido, un
ex regente de Audiencia, muerto de un pistoletazo en la vejiga!
En Vetusta, ni aun en los días de la revolución había habido
tiros. No había costado a nadie un cartucho la conquista de los
derechos inalienables del hombre. Aquel tiro de Mesía, del que
tenía la culpa la Regenta, rompía la tradición pacífica del
crimen silencioso, morigerado y precavido. Ya se sabía que
muchas damas principales de la Encimada y de la Colonia
engañaban o habían engañado o estaban a punto de engañar
1. ¿Cómo reaccionan los habitantes de Vetusta ante la
muerte de don Víctor? ¿Cuáles son sus actitudes y sus
sentimientos hacia Ana? ¿Qué críticas se observan?
2. Relaciona el pasaje con el contenido general de la novela.
3. Analiza el narrador, su perspectiva y las técnicas narrativas empleadas en el texto.
4. Señala las características de la protagonista y sus relaciones con Vetusta. Alude a los otros personajes.
5. Explica los aspectos más relevantes de esta novela:
tema, estructura, técnicas narrativas.
a sus respectivos esposos, ¡pero no a tiros! La envidia, que hasta se
había disfrazado de admiración, salió a la calle con toda la
amarillez de sus carnes.
Y resultó que envidiaban en secreto la hermosura y la fama
de virtuosa de la Regenta, no solo Visitación Olías de Cuervo
y Obdulia Fandiño y la baronesa de la «Deuda Flotante», sino
también la gobernadora, y la de Páez y la señora de Carraspique
y la de Rianzares, o sea, el Gran Constantino, y las criadas de la
marquesa y toda la aristocracia, y toda la clase media y hasta las
mujeres del pueblo y ¡quién lo dijera! la marquesa misma,
aquella doña Rufina tan liberal que con tanta magnanimidad
se absolvía a sí misma de las «ligerezas» de la juventud
¡y otras!
Hablaban mal de Ana Ozores todas las mujeres de Vetusta
y hasta la envidiaban y despellejaban muchos hombres con
alma como la de aquellas mujeres.
Leopoldo ALAS, CLARÍN
La Regenta, Alianza
6. Señala rasgos generales de la novela realista y reconoce
los que estén presentes en el texto.
7. Cita las etapas en la novelística de Galdós, explica sus
características y menciona sus principales obras.
8. ¿Qué conflictos se desarrollan en Fortunata y Jacinta?
Analiza el espacio y el tiempo de la acción y relaciónalos
con las intenciones y novelas del autor.
9. Cita otros escritores y obras del realismo.
10. Escribe una descripción realista de una escena de tu
centro escolar: puede ser la entrada a clase o el recreo.
347 20. La narrativa realista

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