A todos los que diseñamos para los ojos

Transcripción

A todos los que diseñamos para los ojos
A todos los que diseñamos para los ojos
Este artículo está dedicado a todos aquellos que a través
de las imágenes, la tipografía, las formas y los colores,
diseñamos para los ojos. Los que hacen grafismo, diseño
gráfico y comunicación visual. El diseñador gráfico es “una
mente que influye a otras mentes”.
Hoy, todo se diseña para los ojos. Para atraerlos. Para interesar. Para
convencer. Para hacer comprender. Para agradar. Para seducir...
Piensa sólo en la publicidad, los embalajes, las portadas de los discos y los
libros, las marcas, la señalética, los objetos, la moda, la TV, Internet...
Si diseñamos para los ojos no es por otra cosa que porque los humanos somos
“animales visuales”. Así de sencillo. Más del 80% de la información que
recibimos nos llega por los ojos. Y es por eso -y no por otra cosa- que vivimos
en la “civilización tecnológica de la imagen” y en el “imperio del audiovisual”.
Algunas cuestiones interesantes
¿Sabías que nuestro cerebro es un cerebro óptico, y que éste es el resultado
de la evolución de tres cerebros biológicos, superpuestos? ¡Tres en uno!
Ahora que está de moda todo lo “emocional”, recuerda que la teoría de las
emociones se edifica sobre las diferencias fundamentales que existen entre las
estructuras arcaicas del cerebro que tenemos en común con los reptiles y los
mamíferos inferiores, y el neocórtex específicamente humano que la evolución
ha superpuesto a aquellas viejas estructuras.
Paul D. McLean, uno de los fundadores de la teoría de las emociones, escribió
un interesante texto del que no me resisto a transcribir estos párrafos:
“El hombre se encuentra en la situación embarazosa de haber recibido
esencialmente de la naturaleza tres cerebros que, a pesar de sus grandes
diferencias de estructura, han de comunicarse y trabajar juntos. El cerebro más
antiguo es fundamentalmente reptiliano. El segundo lo hemos heredado de los
mamíferos inferiores. El tercero, que se ha desarrollado recientemente en los
mamíferos superiores... ha hecho a los humanos singularmente humanos”.
“En el lenguaje corriente de hoy podemos considerar estos tres cerebros como
si fueran computadoras biológicas; cada uno tendría su forma personal de
subjetividad, su propia inteligencia, su sentido del espacio y del tiempo, su
memoria, sus funciones motrices y otras...”
Mientras las estructuras cerebrales antediluvianas que gobiernan los instintos,
las emociones, las pasiones y las pulsiones biológicas apenas han sido
tocadas por la evolución, el neocórtex de los homínidos ha aumentado en
500.000 años a una velocidad fantástica, sin precedentes en la historia de la
evolución.
Todo este proceso evolutivo no se debe al azar. Tiene sentido. Obedece al
designio visual de la especie. Nuestro sistema sensorial tenía que ser
esencialmente visual. El cerebro óptico es el centro mismo de la sensorialidad,
y es en ese sentido que la hominización ha avanzado.
El vector que ha determinado nuestro cerebro óptico lo ha llevado a adaptarse
al servicio de la visión -que es el modo característico de la percepción
cognitiva por la cual captamos el mundo y nos desarrollamos en él.
Nuestro cerebro óptico nos distingue sensorialmente de los demás seres
vivientes. La sensorialidad del perro, por ejemplo, recae plenamente en el
olfato y su mundo es un mundo de olores; su visión es muy deficiente y no
percibe los colores; el perro no reconoce formas, reconoce olores. Las
hormigas perciben por el tacto: son ciegas, y no necesitan ver porque viven en
cuevas, a oscuras; las hormigas conocen palpando. Los peces perciben por
medio de la lengua y el gusto; su mundo es un mundo de sabores. Y en la
especie humana el sistema sensorial gira alrededor de la visión frontal bifocal
conectada con el cerebro. Juntos constituyen nuestra máquina de
comprender y de imaginar. Nuestro mundo es un mundo predominante de
sensaciones luminosas y de formas en movimiento.
Todo eso no son teorías ni son cuestiones inútiles para quienes diseñamos
para los ojos.
Más preguntas todavía
¿Has pensado alguna vez cómo funciona el sistema retinex (retina-córtex) en
el interfaz con una página de texto? ¿Y ante una imagen? ¿Funcionan ojo y
cerebro del mismo modo en un caso y en el otro? ¿De qué modo la mente hace
generar el sentido en la lectura, y cómo lo hace para extraer el significado de
una imagen? Son cuestiones que necesitamos conocer.
¿Crees que es suficiente la clásica teoría psicológica de los colores, o
precisamos hoy una semiótica del color? ¿Ha sido todo dicho sobre identidad
corporativa, señalética, diseño de información, lenguajes gráficos, infografía;
sobre los poderes de los esquemas y el e-design?
De todos estos temas trato en mi último libro Diseñar para los ojos. El primer
capítulo, El privilegio y el compromiso del diseño gráfico parte del hecho de
que el diseñador es “una mente que influye otras mentes”. Desarrollo también
otros aspectos como Tecnokitsch, El diseño y la vida cotidiana, Diseño
para la muerte, y me despido con un reto: Diseño para la buena vida, con las
iniciativas de Carlo Petrini: “Slow food”, “Slow cities”...
Las respuestas
Encontrarás respuestas a estos temas en mi último libro Diseñar para los
ojos. Que tengas una feliz y provechosa lectura.
© Joan Costa
Más detalles sobre este libro reciente en mi web: www.joancosta.com.
Diseñar para los ojos
ISBN 978-84-611-8137-7
180 páginas ilustradas a color
25 euros
Características técnicas de la obra
• Formato 24 x 17 cms.
• 180 páginas con ilustraciones a todo color
• Páginas interiores en couché mate de 150 gramos
• Portada en cartulina estucada de 350 gramos,
impresa a todo color, con solapas y barnizada mate
Estas características definen un libro materialmente
de alta calidad, que junto con su cuidado diseño constituye
una aportación innovadora de esta inédita colección editorial.
Editor Costa Punto Com
Pedidos: [email protected]

Documentos relacionados