El creciente problema de las bacterias productoras de

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El creciente problema de las bacterias productoras de
El creciente problema de las bacterias productoras de
carbapemenasas como causa de Infecciones Asociadas a
Servicios de Salud (IASS).
Dr. Carlos Mejía Villatoro
Jefe de Departamento de Medicina
Hospital Roosevelt.
Durante las últimas dos décadas
hemos sido testigos del incremento
de la resistencia bacteriana en
bacilos gram negativo del tipo
Enterobacterias a nivel hospitalario y
comunitario.
Esto
debido
al
mecanismo
de
producción
de
betalactamasas
de
espectro
extendido (BLEE) o con la expresión
del gen AMPc que provocan
resistencia a la mayoría de los
betalactámicos disponibles; siendo la
principal alternativa terapéutica el uso
de carbapenems. Al igual y como
sucedió previamente por el uso
masivo
de
cefalosporinas
y
quinolonas de tercera generación en
los últimos 20 años, nos fue
obligando a utilizar de manera
creciente los carbapenems, y en
Guatemala en particular: imipenem,
meropenem y ertapenem. Fuimos el
primer país de América Latina en
donde se confirmó en diciembre del
2011 la primera bacteria productora
de la carbapemenasa del tipo NDM1,
aunque también a partir de esa fecha
se han detectado bacterias tipo KPC
o VIM, dos de los genes que marcan
el subtipo de carbapemenasa que los
bacilos gram negativo pueden
producir.
A partir de estos aislamientos, en el
Hospital Roosevelt nos hemos
enfrentado a una epidemia creciente
de este tipo de infecciones,
incluyendo bacteremias en sitios de
relevancia clínica como cuidados
críticos de adultos y niños, servicios
de cirugía general con pacientes de
estancia prolongada, usualmente por
problemas de traumas severos
producto de la violencia imperante en
el país y pacientes de medicina
interna de alta complejidad por las comorbilidades
serias
que
comprometen
su
respuesta
inmunológica.
La severa crisis del sistema de salud
pública, como pocas veces visto en
los últimos 25 años, con niveles de
hacinamiento de difícil control por la
alta demanda de atención por parte
de una población con poco acceso a
la seguridad social o los servicios
privados de salud, que no llegan a
cubrir ni al 30% de la población del
país, desgastan el sistema que es
irregularmente
abastecido
de
medicamentos
y
métodos
diagnósticos
adecuados
de
microbiología y la escasez de medios
adecuados para implementar de
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manera
regular
las
medidas
preventivas de control de infecciones.
Estos
factores
favorecerán
la
diseminación de estas bacterias,
provocando brotes epidémicos de
difícil control, que seguramente
costaran o están costando ya muchas
vidas.
Se
trata
de
una
verdadera
emergencia epidemiológica que debe
enfrentarse como país, pues los
costos humanos y económicos de
tratar estas infecciones siempre será
mucho mayor que el costo de
implementar medidas preventivas
estándar, que han sido consensuadas
por entidades como SHEA (Society of
Hospital Epidemiology of America),
CDC de Atlanta, OMS, IDSA
(InfectiousDiseasesSociety
of
America)
y
sus
equivalentes
europeas.
Los antimicrobianos disponibles para
su tratamiento son limitados como:
Polimixina B, Tigeciclina, Fosfomicina
combinadas
con
Amikacina,
carbapenems o ampicilina sulbactam,
dependiendo de si se trata de
Enterobacterias o bacilos gram
negativo no fermentadores como
Acinetobacterbaumanni
y
Pseudomonasaeruginosa.
Otros
antimicrobianos
como
Minociclina, Colistina y colistimetato,
son opciones no disponibles por
ahora en Guatemala, pero que
podrían ser necesarios incluir en
nuestro armamentario terapéutico, así
como la nueva generación de
inhibidores más potentes de las
betalactalmasas complejas, como lo
es el avibactam y otros inhibidores de
las carbapemenasas, podrían ser
nuevas opciones en el futuro próximo.
El futuro del control de estas
infecciones no podrá descansar en el
cambio de opciones terapéuticas
como
única
intervención,
sin
implementar programas fuertes de
control de infecciones en todos los
hospitales públicos y privados,
poniendo énfasis en las cinco
medidas más importantes que están
claramente
relacionadas
con
disminución del impacto de las
infecciones asociadas a servicios de
salud (IASS) como: Programas de
vigilancia activa de IASS con comités
de control de infecciones en cada
institución
pública
o
privada,
programas
de
esterilización
estandarizados y verificables, uso
correcto
de
antisépticos
y
desinfectantes, programas de higiene
de manos y uso adecuado de los
antimicrobianos profilácticos, que se
pueden integrar en un programa de
gran impacto en la calidad de
atención, como lo es la Seguridad del
Paciente, del cual la prevención de
IASS, la prevención de caídas y
ulceras de decúbito, el uso correcto
de medicamentos, la cirugía segura y
el uso seguro de los hemoderivados
representan una de las mejores
maneras de prevenir estancias
hospitalarias más prolongadas, que
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incrementan el riesgo de adquirir
infecciones.
Lecturas recomendadas:
1. Pontikis K, Karaiskos I, Bastani S,
Dimopoulos G, Kalogirou M,
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