RIEGO TECNIFICADO EN EL CULTIVO DE
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RIEGO TECNIFICADO EN EL CULTIVO DE
1 2 RIEGO TECNIFICADO EN EL CULTIVO DE CITRICOS CONTENIDO I. INTRODUCCIÓN ........................................................................4 II. EL RIEGO .................................................................................... 5 III. CONSIDERACIONES BÁSICAS .............................................. 5 3.1. El Planeamiento .......................................................................5 3.2. Aprovisionamiento adecuado del agua ...................................7 3.3. Aplicación ................................................................................ 9 3.4. Distribución ........................................................................... 10 3.5. Aprovechamiento de excedentes ........................................... 10 IV. FACTORES PARA EL PLANTEAMIENTO .......................... 10 4.1. Suelos..................................................................................... 10 4.2. Grados de absorción .............................................................. 11 4.3. Capacidad de retención del agua ........................................... 12 4.4. Profundidad y Espesor de las Capas .....................................13 4.5. Desagüe ................................................................................. 14 4.6. Condiciones salinas o alcalinas ............................................. 14 4.7. Topografía ............................................................................. 15 4.8. Cantidad ................................................................................. 18 4.9. Calidad ................................................................................... 19 4.10. Cultivos................................................................................ 19 V. DISEÑO AGRONOMICO ........................................................ 19 VI. PLAN DE OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO ................... 29 3 Ing. Mg. Sc. Miguel Sanchez Delgado INTRODUCCION AL RIEGO TECNIFICADO EN CITRICOS I. INTRODUCCIÓN En el Perú el cultivo de los cítricos se desarrolla en las regiones de Costa y Selva. Donde la estacionalidad de la producción varía de acuerdo a las variedades. A nivel Mundial se produce cítricos, bajo diferentes condiciones ambientales y agronómicas en más de 80 Países. Las numerosas especies del genero Citrus, provienen de las zonas Tropicales y Sub Tropicales del Asia, desde allí se distribuyeron a otras regiones. Como las Cidras; limas; limones; Naranja dulce, Naranja Agria; Pomelos, Mandarinas e híbridos, etc. La producción citrícola Mundial lo lideran los Países Estados Unidos y Brasil. La demanda de Mandarinas, Clementinas, Tangerinas, que el Perú Produce, pero se ve restringido, debido a los problemas fitosanitarios. La mayor demanda se concentra en el Mercado Europeo, entre los países productores de Naranja y mandarina destacan España, Italia, Israel, Egipto, Brasil, Argentina, Australia. Actualmente se están introduciendo patrones que son tolerantes y responden a las necesidades de suelo y de clima de la costa ya que con una variedad de patrones certificados se obtendrán mejores rendimientos y calidad de fruta. El riego en cítricos involucra una serie de procesos que es necesario manejar e incorporar. Entre los principales factores que se deben considerar está el conocimiento adecuado de la demanda de agua del frutal, en base a su desarrollo y el periodo de la estación de riego, tomando como base al manejo del agua. La tecnificación de riego en cítricos debe considerar la metodología de aplicación, la cantidad de agua aplicada, la localización de la aplicación, la frecuencia de riego y la prevención de la contaminación del suelo y del acuífero, e incorporar los costos asociados a su implementación y operación. 4 II. EL RIEGO El riego es una manera artificial de aplicar el agua a un cultivo no nativo, a la fecha se han desarrollado diversos métodos de aplicación tales como: Riego por gravedad , riego a presión (goteo y aspersión), en ambos casos debemos procurar la tecnificación , considerando que el riego por gravedad en la costa del Perú constituye entre el 90 a 92% de la superficie cultivada bajo riego. III. CONSIDERACIONES BÁSICAS 3.1. El Planeamiento El planeamiento adecuado facilita la conservación mediante el riego. La conservación del riego consiste en el uso de las curvas de regadío y el agua de riego de modo que asegure un alto rendimiento sin malgastar ésta ni aquellas. Esto implica el empleo de métodos de cosecha, riego y cultivo que mantengan la tierra en explotación permanente. Para el encargado del riego, la conservación se traduce en economía de agua, control de la erosión mayores rendimientos en las cosechas, menos costo de producción y prolongación de la productividad de las tierras de regadío. Uno de los factores principales en la conservación mediante el riego consiste en seleccionar un método apropiado para cada caso específico. Un sistema de conservación del riego consiste en todas las instalaciones de abastecimiento y aplicación necesarias para distribuir eficazmente el agua a todas las tierras asignadas al propio sistema. 5 Un sistema de riego se compone de tres partes: abastecimiento, aplicación y eliminación del agua. El abastecimiento consiste en las instalaciones necesarias para llevar el agua de riego de la frente de suministro a los diversos terrenos de cultivo; comprende acequias y tuberías de suministro, bocas de agua, válvulas, cañerías dispositivos de medición, compuertas derivadas y diques. Para la aplicación y distribución del agua en un terreno, deben considerarse las acequias principales, tubería de distribución (superficiales o en el subsuelo) válvulas, bocas de agua, tubería con compuertas, tubos de sifón, líneas de aspersión detuvo o de boquilla, y equipo agrícola. En cuanto a la eliminación, pozos y toda clase de elementos para conducir, utilizar con facilidad o recuperar para próximos riesgos, las aguas de desecho. Lo que debe saber el encargado del riego El encargado del riego debe conocer las posibilidades de las tierras que riega. Debe poseer la experiencia administrativa necesaria para establecer buenas condiciones de labranza y fertilidad. 6 Debe estar dispuesto a emplear las variedades de semillas mejor adaptadas y la intensidad de siembra adecuada para obtener el rendimiento máximo, además de emplear un sistema apropiado para combatir las enfermedades de las plantas y las plagas. Debe conocer los aspectos administrativos más eficientes en el manejo del agua para riego y adaptarse a ellos. El encargado de riego debe poseer conocimientos suficientes sobre los principios básicos de la conservación del riego, así como tener una idea general de cómo el agua se mantiene en el terreno para alimentar las plantas y la capacidad de captación de aquél. Debe estar en condiciones de resolver cuando y en qué cantidad ha de aplicar el agua. Debe tener conocimientos básicos sobre las características de penetración del terreno, así como de las adaptaciones que convenga hacer a la afluencia de la corriente y el tiempo de regadío en relación con las características de penetración de sus tierras. 3.2. Aprovisionamiento adecuado del agua Si no existen medios adecuados de abastecimiento ni posibilidades de adaptarlos, sería inútil para el proyectista y el agricultor continuar la planeación del riego. El riego eficaz no es factible sin contar con una fuente de aprovisionamiento de agua adecuando a los cultivos que van a emprenderse. Localícense los puntos elevados del terreno para determinar la trayectoria del riego y el desagüe. Determínese los límites, la rotación probable de los cultivos y la posibilidad de nivelación de las tierras. Fíjense los límites del terreno y los caminos adoptarse el sitio más adecuado para la captación del agua. 7 Procedimientos para el planteamiento Una vez que se haya concluido un esquema preliminar y que se haya estudiado y discutido con el agricultor, podrán prepararse proyectos detallados para determinar área. En primer término, habrá que determinar el método de aplicación del agua para cada lote y preparar el croquis. A continuación, deberán delinearse las instalaciones existentes para la captación, aplicación y eliminación del agua, así como la red de caminos de acceso. Selección del método Determinase el método para el aprovechamiento del agua que sean más adecuados para determinada área o lote. En algunos terrenos pueden emplearse diversos métodos de aplicación y, en otros, solamente uno. Si pueden emplearse distintos métodos, deberá estudiarse y evaluarse cada uno de ellos en cuanto a la aplicación eficiente del agua y las demás instalaciones necesarias para las unidades de riego. En esta forma podrá seleccionarse el método más adaptable al terreno, los cultivos y los deseos del agricultor. El siguiente paso es preparar un esquema general para la subdivisión y riego de un área en unidades de dimensiones apropiadas. Las áreas que se proporcionan una base firme para escoger el mejor acondicionamiento del terreno y la localización de zanjas. Deben estudiarse varios esquemas, ya que resultan más costosos que otros y algunos son más adaptables. Ciertos esquemas convenientes, aunque costosos, pueden no justificarse, dados los recursos del agricultor o por el escaso de algunas de las cosechas que formen parte de la empresa agrícola. 8 3.3. Aplicación Puede determinarse el volumen de agua que deba aplicarse en un riego normal, el tiempo en que se llevará a cabo la operación y la proporción a la cual puede aplicarse, con base en la guía local de riego. En seguida, determínese el caudal de agua que deberá aplicarse a un terreno determinado y planéese su nivelación en caso necesario. Localice y diséñese la acequia o tubería principal que se adapten al sistema de riego escogido. Ubíquese y diséñese las acequias, tuberías, diques de encauzamiento y demás estructuras necesarias para la aplicación del agua, en el terreno, en el volumen y proporción requeridos por los cultivos y el suelo. 9 3.4. Distribución Deberán plantearse las facilidades de distribución para que esta pueda realizarse en los diferentes campos de cultivo en el volumen y proporción que requiera el método de aplicación previamente escogido. Selecciónese y diséñese el método de conducción ya sea mediante zanjas o tuberías. Localícense y diséñese todas las estructuras de control y distribución, incluyendo aparatos de medición. 3.5. Aprovechamiento de excedentes Estúdiese la forma de eliminar el agua de riego sobrante y la de las lluvias copiosas, en forma rápida y segura. Considérese la recuperación de agua sobrante, a fin de utilizarla nuevamente; para ello, tómese en cuenta los medios de captación, tales como acequias, tubería, baldosas, estructuras y bombeo. IV. FACTORES PARA EL PLANTEAMIENTO 4.1. Suelos El suelo es el cimiento sobre el cual habrá de construirse el sistema de conservación de riego. Debe ser regable, es decir, capaz de producir rendimientos suficientemente elevados que permiten cubrir el costo de expansión, además del que implica el trabajo en sí y el mantenimiento. 10 El agricultor debe ser capaz de obtener utilidad con el riego sin deterioro de los suelos. Para plantear el riego es esencial hacer un reconocimiento edafológico. Es la base, para determinar si estos son regables, y sirve, además para que el proyectista adopte el sistema más adecuado. La ubicación y extensión de suelos que tienen condiciones apreciablemente diferentes deben tomarse en cuenta al resolver como conviene subdividirse una superficie, en caso necesario, y determinar los métodos de aplicación más adecuados, así como los volúmenes de agua requeridos. La característica más importante de cualquier suelo es su capacidad de absorción y retención del agua. También deben tomarse en cuenta otras condiciones del suelo que influyen en la planeación del riego, tales como: alta capacidad de abastecimiento restricciones para el desagüe de erosión, capas duras áreas compactas y un alto contenido salino. Para evaluar las características del suelo es necesario también conocer sus propiedades físicas y en qué forma éstas afectan el diseño y la operación del sistema de riego. 4.2. Grados de absorción Debe conocerse la velocidad con el que el agua penetra en los suelos en distintos terrenos, así como las condiciones de los cultivos que puedan ocurrir durante el periodo de aplicación del agua de riego. La cobertura de la superficie, compactación, salinidad del suelo y del agua, sedimentos en el agua de riego, erosión, nivelación de la superficie, procedimientos de labranza y otros factores afectan el índice de la absorción de cualquier suelo. Uno a varios de estos factores pueden presentarse y deben evaluarse para eliminar el grado de penetración en el diseño. 11 La absorción de los suelos incluye en el suelo de aplicación, la longitud del recorrido y el tiempo de aplicación, todo el cual afecta a su vez el costo del sistema. Debe conocerse la velocidad a la que el agua recorre el terreno para evaluar las posibilidades de sedimentación y avenamiento del subsuelo. Para determinar y diseñar cualquier método de aplicación del agua, también debe tomarse en consideración la relación del movimiento lateral de la humedad y su desplazamiento hacia abajo. 4.3. Capacidad de retención del agua Debe conocerse el volumen de agua que el suelo puede conservar en provecho de los plantíos. La capacidad de retención del agua limita el caudal que debe aplicarse en un riego determinado. En ciertos cultivos para los cuales el suelo tiene baja capacidad de retención se requieren riegos de menor volumen, pero más frecuentes, que en un suelo que tiene alto grado de retención. Este es un factor que determina el número de días disponibles para aplicar el agua de riego y constituye, en consecuencia, la base para diseñar la capacidad y el tipo del equipo. 12 El sistema de riego debe diseñarse en forma tal que el agua pueda aplicarse sobre la superficie total antes de que toda la humedad almacenada en algunos sectores del terreno sea utilizada en un cultivo. Los cítricos consumen en promedio entre 4,000 y 5000 m3/ha por campaña. 4.4. Profundidad y Espesor de las Capas El suelo que permite el desarrollo normal de la raíz y la penetración, proporciona el almacenamiento máximo del agua. Las capas resistentes, tales como la roca, capas muy compactas, tierras arenosas o altos niveles freáticos, afectan la capacidad de humedad almacenada. Para el diseño son importantes la profundidad y espesor de las capas cuando éstas tienen características diversas en su textura o estructura. La textura está íntimamente asociada con la facilidad y posibilidad de construir obras de tierras en un suelo, tales como acequias y diques. La permeabilidad del suelo es importante para localizar y construir canales y depósitos. El material impermeable o de lenta permeabilidad influye en los costos de construcción y en el tipo que debe seleccionarse. La compactación, deben considerarse para estimar los ajustes que se hagan necesarios a fin de compensar los cortes y rellenos al hacer la nivelación y seleccionar el material para las estructuras que puedan requerirse para soportar pesos o bien para restringir el movimiento del agua. Es de gran importancia, en la nivelación de tierras, conocer las condiciones del perfil del suelo y los cortes máximos que pueden hacerse sin que se afecte seriamente la producción agrícola. Si la nivelación deja expuestas áreas importantes del subsuelo improductivo, quizá no sea aconsejable llevar a cabo la nivelación, ya que podrá sustituirse mediante métodos de aplicación superficial del agua y con rociadores. 13 Si se expone solo una pequeña porción de subsuelo improductivo en pequeñas áreas, generalmente es aceptable llevar a cabo la nivelación, especialmente si de ello depende el mejoramiento de todo el terreno. Debe considerarse la posibilidad de rehabilitar subsuelos que quedan expuestos, relacionándola con un nivel de productividad económica. 4.5. Desagüe Un buen desagüe, ya sea superficial o en el subsuelo, es esencial para un riego eficiente. Si el terreno no tiene drenaje apropiado, deberá construirse artificialmente con anterioridad o al hacerse la instalación del sistema de riego; por lo tanto para proyectar un sistema satisfactorio debe tenerse alguna experiencia en materia de desagües. 4.6. Condiciones salinas o alcalinas Los suelos alcalinos o salinos requieren planeación especial de riego y, para su cultivo, deben tomarse en cuenta los tipos de sembradío, los elementos de fertilización y la necesidad de reducir la sedimentación y mejorar el terreno. Quizá se presenten limitaciones para el uso de los métodos que pueden aplicarse. Los suelos salinos a alcalinos se encuentran generalmente en regiones áridas donde no hay suficientes lluvias para eliminar las sales. Pero en las áreas donde se emplean agua salobre para el riego, los suelos también pueden mostrar signo de acumulación salina. Ordinariamente, los suelos salinos son un poco alcalinos en su reacción (pH 7.0 s 0.5), pero tienen muy poco sodio de absorción. Con frecuencia, pueden reconocerse estas tierras por las costras blancas salitrosas que aparecen en la superficie; porque este muestra un aspecto aceitoso sin vegetación por pequeñas plantas que varían considerablemente en tamaño y tienen un follaje azul verde, o bien, porque las hojas muestran una especie de quemadura en las orillas. Sin embargo, para determinar la salinidad de los suelos deben hacerse mediciones químicas y de conductividad eléctrica. 14 Los suelos salitrosos pueden mejorarse mediante la lixiviación aplicando agua en mayores cantidades para que esta penetre profundamente en el suelo, expulsando las sales, también los suelos alcalinos pueden mejorarse agregando agentes químicos tales como yeso agrícola o azufre. 4.7. Topografía La topografía es un factor de la mayor importancia para determinar la posibilidad del riego, seleccionar el método, estimar el número y el tipo de estructuras de control del agua que se requieren y determinar la necesidad de nivelación del suelo. La relativa elevación del medio de aprovisionamiento del agua, las características de la superficie entre el manantial y el área que va a regarse, sus diferentes secciones y las salinas o desagües, son los factores topográficos importantes que deben tomarse en cuenta para proyectar un sistema apropiado de conservación del riego agrícola. Todo esto puede determinarse mediante una simple inspección del terreno o quizá sea necesario llevar a cabo un reconocimiento detallado para diseñar un sistema. La información topográfica requerida para plantear la mayoría de los sistemas de riego y sus métodos de aplicación incluye, como mínimo. Lo siguiente: 1. Procedencia y elevación de la provisión de agua para el área que va a trabajarse. 2. Determinación de las características del terreno, tales como bardas, edificios, caminos y bajas protectoras que influyan en el croquis y en el diseño del sistema. 3. Los límites actuales del terreno. 4. Tipo de desagüe del terreno, incluyendo desembocaduras. Riego por goteo Su objetivo es realizar pequeñas aportaciones de agua, de manera continua y frecuente, en un lugar próximo a la planta, humedeciendo 15 sólo parte del volumen del suelo. Aunque existen diversos sistemas de riego localizado (cintas de exudación, riego subterráneo…), el ejemplo más típico es el conocido como riego por goteo. En el riego por goteo el agua se distribuye por tuberías de polietileno a baja presión, en las que a intervalos regulares están colocados los emisores, denominados goteros, responsables de regular la salida del agua. Existen goteros tipo vortex, helicoidales, de laberinto, autocompensantes, etc. Cada gotero está caracterizado por su caudal nominal (expresado en litros por hora) y su rango de presiones de trabajo. Excepto para los goteros autocompensantes, que permiten cierta variabilidad, a cada presión de trabajo le corresponde un caudal. Por eso, para poder planificar los riegos y manejar de forma adecuada una instalación es imprescindible conocer y respetar estos valores. Desde el punto de vista hídrico, las principales ventajas del riego localizado son: Posibilitar el control total sobre el suministro de agua de riego a las plantas. Esto permite provocar estrés o garantizar una humedad óptima en los momentos del ciclo del cultivo que se desee. Ahorrar agua respecto a otros sistemas de riego posible ahorro deriva de dos aspectos, el primero es la eliminación de pérdidas durante el transporte del agua, al llegar ésta mediante tuberías hasta la propia planta, y el segundo es la reducción de la evaporación directa del suelo al mojarse sólo una parte del terreno. Las instalaciones de riego por goteo bien diseñadas permiten lograr las mayores uniformidades y eficiencias de riego. Sin duda alguna, hoy en día el riego por goteo es considerado como 16 el mejor sistema para regar cultivos leñosos y para cultivos hortícolas de alto valor. Riego por aspersión Para proyectar un sistema de riego por aspersión, generalmente se necesita también la información topográfica siguiente: 1. Dirección de la pendiente del suelo para localizar laterales y líneas principales. 2. Cambios de elevación sobre las bases de las líneas laterales a fin de diseñar un sistema que controle las variantes en la descarga de rociador. 3. Diferentes máximas en la elevación sobre la línea principal y entre el área regara y el punto de aprovisionamientos del agua. Riego superficial Para el riego superficial que no requiere nivelar el terreno, una inspección menos detallada será suficiente. Como regla general, todo lo que se requiere es conocer la elevación de escollo naturales, depresiones y otras características que puedan influir en la localización de las acequias de contorno y las de suministro al campo y de desagüe. 17 Si el agua va a aplicarse mediante bordes en declive, acequias u otros métodos que requieren nivelación del terreno, será necesario hacer un deslinde topográfico completo. Este deberá nivelaciones, así como la dirección del riego. Líneas de abastecimiento Si el agua va a ser conducida desde el sitio de aprovisionamiento hasta las acequias del campo mediante conductos abiertos o tuberías subterráneas de carácter permanente, habrá que fijar la ubicación de estas mediante una inspección ordinaria de ruta. Será necesario también determinar el perfil de cada línea central del proyecto y una sección transversal para computar la excavación necesaria. Sistemas de conservación Si va a seguirse el método de terrazas con rociadores o surcos de contorno, convendrá recabar suficiente información topográfica para proyectar las terrazas y establecer los puntos de salida. Si se tiene el propósito de nivelar los bancales en contorno para reducir el grado de desnivel en terrenos con declives pronunciados que dificulten y hagan problemático el riego, será indispensable consultar información topográfica detallada. 4.8. Cantidad La cantidad de agua de riego que se requiera para determinado periodo debe igualar o exceder el total de las necesidades de agua de riego para dicho periodo. A este volumen deberá agregarse el agua que se requiera para deslaves y control de la temperatura o de las heladas. 18 4.9. Calidad La calidad es un factor importante para evaluar el suministro de agua de riego. A menos que la calidad del agua haya sido determinada con anterioridad, debe practicarse un análisis previo antes de decidir el tipo de agua que deba emplearse para el riego. Generalmente, las impurezas disueltas determinan la calidad del agua, pero las que se encuentran en suspensión pueden producir efectos importantes en ella. La calidad que hace al agua utilizable depende de condiciones locales, como el clima, los suelos, los cultivos y la profundidad a la que va a ser aplicada. 4.10. Cultivos Hay cultivos que necesitan más agua que otros para obtener altos rendimientos. Algunos requieren aún más agua (índice máximo) cuando se inicia la estación de desarrollo y, otros, cuando el ciclo está más adelantado. Los cultivos que llegan a su madurez durante el principio de la estación de crecimiento requieren, generalmente, un menor consumo que los que maduran al finalizar la misma. Las formas de extracción de humedad en cultivos de raíz poco profunda o de raíz profunda varían considerablemente y esto afecta, por razón natural, el volumen de agua que deba aplicarse en cada riego y su frecuencia. V. DISEÑO AGRONOMICO A la hora de diseñar una instalación de riego localizado es necesario un trabajo previo en campo que permitirá evaluar las necesidades máximas del cultivo, y con ello las dotaciones de agua que tiene que 19 abastecer la instalación. Es la parte fundamental de todo tipo de proyección, ya que si se cometen errores en el diseño agronómico, estos repercutirán posteriormente en el diseño hidráulico. La capacidad de la instalación está basada en la predicción de la evapotranspiración máxima de la plantación a regar. El requerimiento de agua se determina en función de diferentes parámetros, entre los que debemos siempre considerar los siguientes: a) Condiciones climáticas: Las necesidades de agua del cultivo dependen de la evapotranspiración de referencia (ETo), parámetro que cuantifica la demanda evaporativa de la atmósfera. Para el cálculo de la ETo se necesitan parámetros climáticos tales como temperatura, radiación solar, humedad relativa del aire, velocidad del viento. En una determinada zona la ETo está sujeta a una variabilidad interanual relativamente baja para una determinada época del año, y en especial para el verano, época de máximas necesidades, por lo que el empleo de valores medios interanuales puede ser suficiente para el diseño de la instalación. b) Características de la plantación. De ellas dependen en gran parte las necesidades de agua del cultivo. El coeficiente de cultivo cuantifica la influencia del cultivo a regar. c) Ciclo del cultivo. Teniendo en cuenta que vamos a regar, en este caso, un cultivo perenne, hay que establecer los momentos críticos donde no se permite un déficit hídrico. 20 d) Cuantificación de las lluvias efectivas y su distribución anual Teniendo en cuenta que solamente una fracción del agua de lluvia es almacenada en el suelo durante la estación lluviosa, fracción que puede ser programada para cubrir las necesidades del cultivo durante la estación seca. Es fundamental definir los momentos en los que la pluviometría es superior. e) Cálculo de la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo Para ello hay que conocer en primer lugar cual es la profundidad útil del suelo y l textura de éste (capacidad de retención de agua), para poder así establecer su capacidad máxima de almacenamiento, así como la cantidad de agua que podría ser utilizada por la planta sin que se afecte su producción. La textura del suelo y su profundidad van a imponer el número de goteros a instalar por planta, así como la frecuencia de los riegos, por ejemplo, en un suelo arenoso y poco profundo, en el que las raíces están muy superficiales, y en que además la capacidad de almacenamiento es muy reducida, debemos diseñar una instalación en la que el número de goteros por planta debe ser elevado (aumento del volumen de suelo mojado) y la frecuencia de riegos alta. En suelos arcillosos y profundos podríamos reducir el número de emisores por árbol y reducir asimismo el número de riegos semanales, aplicándose en este caso riegos de larga duración, con lo que probablemente mejoraríamos la eficiencia del agua aplicada. f) Eficiencia de la aplicación Que nos indica la cantidad de agua, sobre el volumen total aplicado, que es aprovechada por el cultivo. Este concepto de eficiencia de la aplicación engloba por un lado la uniformidad de riego conseguida en el conjunto de emisores que componen la instalación, y por otro las pérdidas de agua que se producen, por no quedar está a disposición de los árboles percolación profunda por ejemplo). 21 En este parámetro, que puede ser evaluado directamente en campo una vez realizada la instalación, cuantifica en realidad la uniformidad de la aplicación, es decir las variaciones en la cantidad de agua a todos y cada uno de los árboles de la plantación, y depende de: La calidad, tipo y número de emisores empleados, de lo que depende en gran medida una determinada uniformidad de distribución. Diseño hidráulico de la instalación que garantice disponer de una adecuada presión (dentro del campo de trabajo recomendado por el fabricante del gotero) en todos las emisores. Manejo que se haga de la instalación de riego procurando que la cantidad de agua aportada quede siempre en la zona explorada por las raíces activas de los árboles. Una vez que se han determinado las necesidades del cultivo para el período de máxima demanda, hay que fijar la eficiencia de aplicación que se desea conseguir con la instalación, de tal manera que la cantidad de agua a aplicar a cada planta en dicho período sea el adecuado, asegurando así que todos los árboles de la plantación reciban la dosis de agua que se ha fijado como adecuada. La cantidad de agua de riego a aplicar viene dada por la expresión: 100 necesidade s netas (m3 / ha) Necesidade s brutas (m / ha) eficiencia de la aplicación (%) 3 22 En riego localizado debemos proyectar una instalación que permita siempre conseguir una eficiencia superior al 90 %. g) Necesidad de lavado. Cuando se utilice agua con alto contenido en sales, es necesario aumentar la cantidad de agua a aportar con el riego para evitar así que se alcance una alta concentración salina dentro de los bulbos. Este incremento se denomina necesidades de lavado (fracción de lavado), y en el riego localizado con agua de mala calidad es práctica habitual aportar en cada riego esta cantidad extra de agua. La fracción de lavado va a depender de la textura del suelo (cuando más arenoso sea el terreno mejor será el drenaje y por tanto mejor será el lavado), de la calidad del agua (cuando menos salina sea mejor será la necesidad de lavado) y de la variedad que vamos a regar, ya que existen variedades que toleran mejor la salinidad que otras. La cantidad de agua de riego a aplicar viene por la expresión: Número de emisores a Instalar por planta La decisión del tipo de riego que vamos a instalar se hará teniendo en cuenta que debemos mojar una adecuada superficie de suelo. En cultivos leñosos dicha superficie mojada debe expresarse como porcentaje de suelo sombreado por la copa del árbol. Necesidade s brutas (m 3 / ha) 100 necesidade s netas (m 3 / ha) eficiencia de la aplicación (%) 1 fracción de lavado (%) Cuando nos decidamos por instalar riego por goteo, el tipo de gotero (caudal suministrado en una hora) y el número de goteros a instalar por árbol depende de la naturaleza del suelo, fundamentalmente de su textura, ya que un determinado emisor puede mojar una superficie bastante diferente en un suelo arenoso y en un suelo arcilloso. 23 Para un correcto diseño de la instalación es absolutamente necesario que en los diferentes tipos de suelo de la parcela hagamos unos ensayos con los posibles goteros o emisores a utilizar, lo que permitirá determinar con mayor exactitud las dimensiones reales de los bulbos: Diámetro medio de la superficie de suelo mojada por el gotero inmediatamente después de dar la dosis de riego. Diámetro medio del bulbo a 30 cm de profundidad. Tabla: Diámetro de los bulbos y superficie media por cada gotero en función de la textura del suelo y el caudal unitario de los goteros. Textura del suelo Arenoso Arenoso-franco Franco-arenoso Franco Franco-limoso Franco-arcilloso Franco-limoso Arcilloso Diámetro del bulbo a 30 cm de profundidad (cm) Gotero 4 l/ h Gotero 8 l/ h 75 100 85 120 95 130 110 140 120 150 130 160 135 170 145 180 (*) Superficie mojada = D2/ 4 24 Superficie a 30 cm De profundidad (m2)* Gotero 4 l/ h Gotero 8 l/ h 0.44 0.78 0.57 1.13 0.70 1.33 0.95 1.86 1.13 1.77 1.33 2.01 1.43 2.25 1.65 2.54 Deberíamos procurar que el sistema llegue a mojar (a 30 cm de profundidad) al menos el 25 % de la superficie sombreada por la copa de la planta, por lo que el número mínimo de goteros a instalar debería ser el siguiente: 0,25 Sc m 2 / citrico Número de gotero / citrico Sg m / gotero Estamos ya en condiciones de empezar a diseñar el dispositivo de riego. Si por ejemplo pretendiéramos regar un cultivo con una densidad de plantación de 100 plantas/ ha, y tenemos en cuenta que esta planta cuando llegue a su óptima capacidad de producción podría alcanzar un volumen de copa de 9.000 m3/ ha (diámetro medio de la copa D = 6,1 m), en esta situación la superficie cubierta por la copa de la planta (Sc) vendrá dada por la expresión: Sc D2 4 3,14 6,102 29,21 m 2 / citrico 4 Por lo que la superficie que debe mojarse será: Superficie mojada = 25 29,21 m2/ cítrico/ 100 = 7,3 m2/ cítrico Si quisiéramos regar en un suelo de textura arcilloso-limosa, y pretendemos instalar emisores de 4 l/ hora, conociendo que cada uno de ellos mojaría 1, 43 m2 de suelo a 30 cm de profundidad (ver tabla), el número de goteros que deberíamos instalar por planta sería: 0,25 29,21 m 2 / citrico Número de gotero / citrico 5,1 6 goteros / citrico 1,43 m / gotero Si se pretendiera regar con emisores de 8 l/ hora, en este caso (ver tabla), conociendo que cada uno de ellos mojaría 2,25 m2 de suelo a 30 cm de profundidad, el número de goteros que deberíamos instalar por planta sería: 25 0,25 29,21 m 2 / citrico Número de gotero / citrico 3,2 4 goteros / citrico 2,25 m / gotero Si en lugar de regar en un suelo arcilloso-limoso tuviésemos que regar un suelo poco profundo, conociendo que cada uno de ellos mojaría 0,44 m3 de suelo a 30 cm de profundidad, el número de goteros de 4 l/ hora que deberíamos instalar por planta sería: 0,25 29,21 m 2 / citrico Número de gotero / citrico 16,6 17 goteros / citrico 0,44 m / gotero RIEGO EN CITRICOS Ciclo de desarrollo del cultivo de los cítricos Para comprender el comportamiento de un cítrico a lo largo de un ciclo de su cultivo resulta de gran ayuda diferenciar los diferentes estados fenológicos de la planta. Un ciclo modelo, teniendo en cuenta la variabilidad dependiendo del cultivo de que se trate, podría resumirse como: Brotación: Los cítricos suelen tener varias brotaciones a lo largo del año, siendo las de primavera y verano las más importantes en cuanto a su repercusión en la cosecha. La primera de ellas porque es la portadora de las flores que posteriormente serán frutos, y la segunda porque son la base del crecimiento vegetativo y la formación del árbol. El inicio y desarrollo de la brotación depende de la temperatura del suelo y las condiciones de hidratación y nutrición en las que se encuentre el árbol, de ahí la importancia de esta fase en la programación del riego. Floración: En la mayoría de variedades solo se produce una a lo largo del año, en primavera, condicionando la cosecha que tendrán en esa campaña. Es importantísimo, por tanto, favorecer al máximo el éxito de la floración en los cítricos. 26 Cuajado de frutos: Es un momento crítico en el ciclo de los cítricos, ya que después de conseguir una floración adecuada, es imprescindible tener un buen cuaje que afiance la cosecha. Desarrollo de fruto: Se produce durante todo el verano y parte del otoño antes de iniciar la parada invernal. Es la fase de mayores necesidades hídricas de todo el ciclo, siendo el riego deficiente un factor limitante del tamaño y calidad de los frutos. Maduración; Es el conjunto de cambios que el fruto experimenta cuando ha terminado su desarrollo. Normalmente se realiza en otoño-invierno, por lo que en nuestro clima se ve poco influenciado por el riego aunque sí por la fertilización que hayamos realizado durante todo el ciclo vegetativo. Reposos invernal: es la fase en la cual no se produce desarrollo de brotación alguna y que coincide con la época de menores temperaturas durante los meses de enero y febrero. En realidad en la mayoría de las zonas de cultivo de los cítricos no se llega a producir reposo invernal, ya que las temperaturas no son extremas , siguiendo durante esta época la maduración del fruto. Necesidades de agua en el ciclo de los cítricos Los cítricos se adaptan muy bien al clima y a la gran diversidad de suelos de las comarcas donde se cultivan. Solamente en temporadas excepcionales de fríos extremos pueden sufrir las plantaciones daños críticos que puedan hacer peligrar la plantación. Respecto a los requerimientos hídricos, los cítricos son capaces de economizar agua y superar periodos prolongados de sequías, debido a tres factores principales: Raíces de baja conductividad hídrica. Pelos absorbentes poco desarrollados en comparación con otros vegetales. Hojas bien adaptadas para conservar el agua por tener la cutícula cerosa y unos estomas activos. Existen casos de plantaciones de cítricos en suelo con poca capacidad de retención de agua, que soportan hasta dos años seguidos sin recibir ningún riego y, una vez restablecida la 27 normalidad, volver a recuperar su productividad anterior. Mientras, otros cultivos habrían sucumbido en ausencia de riego durante una sola campaña. Para el cálculo de las necesidades de agua se puede seguir la metodología clásica, basada en la evapotranspiración del cultivo de referencia y recogida en apartados anteriores, aplicando la fórmula: Dada la enorme casuística que se puede dar, la Kc ofrece una enorme variabilidad. En la cantidad de agua final a aportar influye, además de la variedad cultivada, otros parámetros como el marco de plantación, tipo de árbol y sistema de riego. A modo orientativo se puede estimar un volumen aproximado de 15 l/árbol adulto x mm de evaporación, lo que equivale a 6000 m3/ha. Este volumen debe reducirse en proporción a la superficie foliar que tengan los plantones que se pretendan regar. Dentro de los cítricos hay que distinguir entre mandarinos y naranjos, limoneros, híbridos y pomelos, siendo los primeros mucho más resistentes a la sequía que los demás por las defensas que muestran sus hojas adaptadas a periodos de estrés. Éstas se abarquillan rápidamente cuando detectan escasez de agua o sequedad en el ambiente, limitando la superficie de evaporación y, por tanto, la pérdida de agua del árbol. Durante el ciclo vegetativo de los cítricos existen momentos críticos en los que es necesario adecuar el riego para mantener bien hidratado el árbol o, por el contrario, ajustarlo para regular la actividad fisiológica del mismo: En las fases directamente relacionadas con el fruto, como son cuajado y maduración es conveniente mantener niveles adecuados pero discretos de agua a disposición del árbol para evitar un desarrollo vegetativo contrario a un mayor cuaje y a una correcta maduración. Por el contrario, en las fases relacionadas con la actividad vegetativa, durante la brotación, floración y desarrollo del fruto, 28 es imprescindible que no falte agua en el suelo a disposición de la planta, para asegurar un desarrollo óptimo de estos nuevos órganos. VI. PLAN DE OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO Condiciones Básicas para un buen Mantenimiento: Conocimiento de las obras que constituyen los sistemas de riego presurizado Prevención de los mantenimientos Planificación del mantenimiento programación del mantenimiento Directivas para ejecución de las actividades Comunicación Organización Seguimiento Tipos de Mantenimiento a) Mantenimiento Regular El mantenimiento Regular (preventivo), llamado también rutinario o normal, se refiere a todos los trabajos de rutina que se efectúan, para prevenir daños y mantener la infraestructura en óptimas condiciones para su óptimo funcionamiento. Estos trabajos se suelen realizar durante el año. Estos trabajos se suelen realizar durante el Mantenimiento Sistemático. 29 b) Mantenimiento Sistemático o Periódico Es el que se realiza para que las obras afectadas recuperen su capacidad y estándar de funcionamiento original. Incluye modificaciones en la red de tuberías y agrupamiento de turnos, para adecuarse a cambios importantes, como el cambio de cédula de cultivos. De acuerdo a la magnitud de los trabajos a realizar se determinará la conveniencia de suspender el servicio en alguna época estratégica del año. (Agoste del cultivo). 30 31 32