Status Quo: Sobran acordes - Status Quo always with you

Transcripción

Status Quo: Sobran acordes - Status Quo always with you
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Copyright © Eduard Soronellas Vidal
Cubierta: MC Producció Editorial
Copyright edición impresa © 2008 Producción y Diseño, Prodisa, S.L.
Editorial: Lenoir Ediciones - www.ediciones.lenoir.es
Copyright de esta edición © Sincropía Reality, S.L.
A la memoria de Nacho, mi amigo, mi compañero,
mi Quolega… mi hermano.
AGRADECIMIENTOS
Mi más sincero agradecimiento por la ayuda recibida, a:
-Francis Rossi, Jeff Rich y John ‘Rhino’ Edwards (Status Quo) por dedicar su
tiempo a colaborar en la construcción de esta biografía.
-Persha Sethi, Peta Blewett y Simon Porter (Duroc Media Ltd.)
-Gert Olhsson, Kike G. Caamaño, Nacho Márquez, Paul Morgan, Mick
Hughes, Arjen de Graaf y Pako Colinas por la cesión de material fotográfico.
-Bruno Ponchon, presidente del Club de Fans Quo Francia, Natalie y Status
Quo France.
-Gerry Fielding y Jurgen Adametz, por compartir su increíble sabiduría Quo
con este proyecto.
-Paco Records y Kike G. Caamaño, por la colaboración prestada.
-Antonio Romero y Salvador Alcántara (RAF Impresores S.L.) por su
constante apoyo a este proyecto y otros relacionados con el Club de Fans
Quo de España.
-Àngel Ardévol (Editorial Lenoir) por darme la oportunidad de hacer realidad un
sueño.
-Lluís y Raül Cera por llevar este proyecto un pasito más allá.
Mi agradecimiento especial por los motivos que ya sabéis:
-John Coghlan y Gillie Coghlan, conoceros ha sido hacer realidad un sueño.
-Baz Barry, Pete Knight, Jack Capon y Mick Hughes (Predatür & John
Coghlan’s Quo).
-Bob Younng, con quien la frase “un gran músico y una mejor persona” se aleja
del tópico y se convierte en una de las grandes verdades del universo.
-Joaquim Alarcón, Eva Márquez, José Ferreras, Juli Morón y Mª Carmen
Cebrián.
-José, Ani, Miguel, Montse, Marichu, Jose, Nuri, Nachete ‘Mastodón’ Márquez,
Sixto Iglesias, Javi y Cristina, Luis Mariano, Alfonso Beltrán, sus respectivas
familias y todos y cada uno de vosotros, en Cáceres y en la Sierra de Gata,
con quienes comparto su recuerdo.
-Nacho y Susy por ser una inspiración como fans y como personas.
-Mi familia, los presentes y los ausentes, que entendieron mi afición pese al
volumen de la música que debieron soportar. Gracias por vuestra paciencia:
Pilar, Andreu, Pau, Agustina, Pili, Marçal y Meritxell.
-Todos los fans de los Quo, a todos y cada uno de vosotros, porque sé que la
vida del fan es dura: todos esos miles de kilómetros recorridos, la ruleta de los
hoteles que encuentras, toda esa pasta gastada, todas esas carreras para
pillar la primera fila... pero sabiendo que al final de otro espectacular concierto
de los Quo, cerca del local, teatro o sala de turno, nos encontraremos unos
cuantos de nosotros para compartir vivencias, cervezas y unas risas, sentados
alrededor de una mesa junto a otros fans de las más variopintas
nacionalidades. Ése es nuestro hábitat. De gira, con los Quo y con vosotros,
me siento en casa.
Gracias a Status Quo por todos estos años dedicados al rock y por la banda
sonora que habéis incorporado a nuestras vidas. Nietzche dijo que “la vida, sin
música, sería un error” a lo que debería añadirse “y sin los Quo, sería un
crimen”.
A Ana Mari, Anna y Andy por su paciencia, apoyo y comprensión.
Os quiero.
INTRODUCCIÓN
John ‘Rhino’ Edwards (Bajista de los Status Quo)
Parece ser que después de la lectura de este libro, todos nosotros en Quo
seremos recordados, para bien o para mal, por las cosas que hemos hecho o
se supone que hemos hecho.
Desafortunadamente está escrito en español, por lo tanto, no soy optimista
respecto a que yo llegue jamás al fondo del asunto.
Estoy seguro de que la verdad se encuentra por ahí en medio, en algún lugar.
Libros como éste son para, digámoslo así, ‘aficionados’, lo cuál es una forma
elegante de decir ‘anorak’(*) en el lugar de donde yo vengo. Pero -aunque
suene extraño-, yo digo: ¡larga vida al anorak!. En verdad él/ella amaba tanto
a su banda que cuando ellos oyeron de su trabajo y adoración ante el altar de
los Quo, supieron que era bueno y en verdad se mostraron agradecidos e
inspirados.
Gracias Edu.
Rhino, 31/05/2010.
¡Viva España! (sic)
(*) Rhino usa un término de slang ‘Anorak’: “Personas en ocasiones socialmente inadaptadas, con un excesivo interés en un
hobby o tema. Normalmente tienen poco o ningún sentido de la moda lo cual les lleva a la excentricidad” (The Dictionary of
Slang). El origen de la palabra procede de la imagen de los revisores de los trenes ingleses, que se pasaban largas horas en
los andenes bajo las inclemencias del tiempo, llevando siempre puestos sus anoraks. Un término equivalente podría ser
‘freaky’.
LA DÉCADA DE LOS 60
L
a década de los 60 fue una época convulsa. Las reglas estaban
cambiando y toda una generación, fruto del baby boom tras la
finalización de la 2ª Guerra Mundial, llegaba a su adolescencia. Las
encorsetadas estructuras del poder, de la cultura y de la sociedad, estaban
siendo sacudidas en sus cimientos por el nacimiento de nuevas ideas y
opciones, con la esperanzada ilusión de un mundo más abierto, en el que
todos tuvieran sus derechos, su espacio y su voz.
En los Estados Unidos, el flower-power veía engrosadas sus filas por
jóvenes hippies, encandilados por la música folk, la psicodelia y el LSD. Como
dicen los americanos: “Si recuerdas los 60, es que no los viviste”. Con el
emblema internacional de la paz pintado en la chapa de sus furgonetas
Volkswagen, las manifestaciones contra la guerra del Vietnam estaban a la
orden del día. Las reivindicaciones para la obtención de la igualdad de
derechos para los afroamericanos, con la aparición de Los Panteras Negras,
daban lugar a revueltas sociales y a la posterior actuación del FBI contra el
partido al que ese movimiento dio lugar. La inquietud social influyó en la música
y el folk reivindicativo norteamericano se convirtió en el estandarte de buena
parte de aquella generación.
Inglaterra, desde siempre, en mayor o menor medida, se veía influenciada
por los acontecimientos y por las tendencias que les llegaban desde el otro
lado del Atlántico. Se miraban en el espejo de los Estados Unidos y adoptaban
como propio lo que les llegaba desde allí. Pero en esta ocasión pasó algo
diferente, a la vez que espontáneo. Lejos de crear sus propios temas folk o de
seguir esa tendencia, miraron en la trastienda americana y allí, en un oscuro y
abandonado rincón, encontraron el Blues.
Eric Burdon: “Rebuscamos en la basura de los americanos y de ahí,
sacamos cultura” (Seven Ages of Rock, BBC).
Relegado a un segundo plano de la escena musical norteamericana por ser
considerado un estilo “de y para negros”, el blues fue adoptado y mimado por
una nueva generación de formaciones musicales inglesas. A partir de esta
fórmula, fueron desarrollándola, experimentando con el Rock & Roll, con el
Rhythm & Blues, electrificándola, dándole color y textura, hasta llegar a lo que
pasó a denominarse Rock Británico.
Entre las bandas y artistas que empezaron a adoptar este nuevo sonido
destacaron, entre otras:
The Yardbirds, con un joven guitarrista en sus filas llamado Eric Clapton,
que abandonaría la formación por considerar el proyecto musical “poco
serio” y crear posteriormente la banda de súper músicos Cream.
The Who, un torrente de furia sobre el escenario. Como recordó Daltrey
años después: “Éramos totalmente imprevisibles. Nunca sabías qué iba a
pasar en nuestras actuaciones.”
The Kinks, de los que queda para la historia de rock su riff de guitarra en
su tema ‘You Really Got Me’, cuyo sonido consiguió Dave Davies cortando
con una cuchilla de afeitar los altavoces de su amplificador.
The Rolling Stones, que aún siendo muy criticados en sus inicios, incluso
por compañeros de profesión, lograron el reconocimiento a raíz de su
antológico ‘Satisfaction’.
The Animals, con Eric Burdon al frente, consiguieron ser el único grupo,
aparte de The Beatles, en conseguir meterse en el Nº 1 de las listas
británicas y americanas con su versión de ‘The House of Rising Sun’, un
tema que había popularizado anteriormente Bob Dylan, que hablaba de un
prostíbulo de New Orleans, ciudad cuyos habitantes estaban bastante
hartos de la dichosa cancioncilla.
Jimi Hendrix, la llegada del chico de Seattle a la escena musical londinense
revolucionó por completo la forma de concebir la figura de los guitarristas,
pasando a ser, junto a las voces, el alma de las bandas.
Así pues el blues desembarcó en las islas británicas y fue reestructurado para
darle una nueva vida en forma de canciones cortas, pegadizas y elaboradas.
Una vez creado el producto y consolidadas las bandas a base de tocar y tocar
en clubes, se empaquetó todo y bajo el paraguas que proporcionaba el éxito
norteamericano de The Beatles, se envió de vuelta a los Estados Unidos,
donde se acuñó el término British Invasion para definir lo que estaba
sucediendo en el panorama musical.
A mediados de los años 60, rivalizando con el movimiento Rock, se dio el
máximo esplendor de la psicodelia, tanto en términos musicales como de
corriente cultural. Herederos directos del flower-power y de la estética Austin
Powers, consiguieron hacerse un sitio en el mundo musical. Bandas ya
consolidadas se vieron forzadas a adoptar esta tendencia, lo que provocó
cierto estupor entre sus seguidores. En los discos mono de 33 rpm de aquella
época, salvo contadas excepciones, se detecta un desconcierto bastante
generalizado. Como si a todos les hubiera pillado por sorpresa la irrupción de
una nueva moda y se estuvieran preguntando: “Y ahora, ¿qué me pongo?”
Durante la década de los 60, en las listas de éxitos británicas, coexistían
artistas y bandas de lo más variopinto. Desde artistas que provenían de la
década anterior y que se mantenían haciendo frente a los cambios, hasta
bandas recién creadas que habían adoptado ya las nuevas tendencias. A
destacar nombres como: The Everly Brothers, Eddie Cochran, Cliff Richard,
The Shadows, The Rolling Stones, The Beatles, Ray Charles, Elvis Presley,
Gerry & The Peacemakers, The Monkeys, The Searchers, Four Pennies, The
Kinks, The Supremes, Herman’s Hermits, Manfred Mann, The Animals y un
largo etcétera.
Los últimos años de la década también fueron testigos de la muerte del
movimiento hippie bajo las porras de la policía y de la intransigencia de las
autoridades. Todos los sueños de un mundo mejor, lleno de paz y armonía se
esfumaron al apagarse el sonido del último acorde tocado en Woodstock.
EL NACIMIENTO DE UNA BANDA
Francis Rossi: “Todo empieza porque uno quiere ser famoso. Eso es
todo. Tú ahí arriba, con la gente mirándote, tu nombre en luces de neón,
actuando en televisión, el lote completo. Nunca piensas en todo lo que eso
conlleva, hasta mucho después”. (Status Quo - The Authorized Biography.
20th Anniversary Edition, John Shearlaw).
LA DÉCADA DE LOS 70
D
urante la década de los 70 el mundo entero se radicalizó. Por un
motivo u otro, parecía que la Humanidad se había vuelto loca. Los
países productores de petróleo doblegaron las economías de los
países del primer mundo, conduciéndoles a una crisis sin precedentes. La
URSS empezaba a dar síntomas de flaqueza dando los últimos coletazos que
desembocarían en los acontecimientos de aperturismo, a menudo traumáticos,
durante la siguiente década. La llegada del Ayatolah Joemini al poder, en Irán,
y la imposición de la Sharia les aísla de la influencia occidental, radicalizando
los países de su entorno. Estados Unidos se retiraría vencido de Vietnam y
pasaría años lamiéndose las heridas. Con el paso de los años, conforme se
fueron acercando los años 80, todo pareció normalizarse, pero la paz aún
quedaba lejos.
Los acontecimientos vividos durante los 70 influenciaron de forma importante
a los artistas. A principios de la década afloraría definitivamente el Rock y el
Pop Rock, ganando protagonismo bandas como Fleetwood Mac, The
Carpenters, Eagles o Chicago, y artistas solistas como Paul McCartney (ya
sin los Beatles), Elton John, Ray Stevens o James Taylor. A mediados de los
70 se vivió el auge de la música disco, al que se subieron los Jackson Five
(claramente influenciados por el Rhythm & Soul), Bee Gees, Abba, Boney M. o
Donna Summer. En contraposición a este tipo de música, inofensiva y
agradable incluso para las amas de casa, el rock fue un paso más allá,
ganando agresividad, primero con el Hard Rock y luego evolucionando hasta lo
que pasó a llamarse Heavy Metal, denominación acuñada por un locutor de
radio americano que, para describir este nuevo género, tomó prestada la letra
del tema ‘Born To Be Wild’ de los Steppenwolf, cuando dicen aquello de “I like
smoke and lightning
Heavy Metal thunder”. Poco a poco fueron despuntando formaciones como
Deep Purple, Led Zeppelin, Black Sabbath, Free o Uriah Heep, siendo los
Judas Priest los que dieron una vuelta de tuerca más al género, estableciendo
las bases del Heavy Metal del futuro. Los 70 también vieron el nacimiento de
bandas que marcarían tendencia como los Queen, que innovaron radicalmente
en el rock al incluir ampulosos arreglos orquestales a su música acuñando su
propio estilo; o gente como Alice Cooper y los Kiss, que añadieron elementos
adicionales a los estrictamente musicales, como maquillaje, pirotecnia, hielo
seco e incluso el número de tragar fuego, gentileza de Gene Simmons.
Echando la vista atrás y repasando los nombres de las bandas que
florecieron en los 70 uno se pregunta si hubo un componente genético o un
factor medioambiental que provocara tal concentración de talento en una sola
década: Rolling Stones, AC/DC, Aerosmith, Van Halen, Ted Nugent, E.L.O.,
Pink Floyd, The Knack, Sniff & Tears, Cheap Trick, UFO, Doctor Feelgood,
Meat Loaf, Toto, The Cars, Tom Petty & The Heartbreakers, Rod Stewart,
Foreigner, Bruce Springsteen, Sweet, Bachman-Turner Overdrive, Bad
Company, Nazareth, Mott The Hoople, Golden Earring, Rory Gallagher, Ike &
Tina Turner, Suzy Quattro, Thin Lizzy, David Bowie, Slade, Jethro Tull, T. Rex,
etc.
A mediados de la década irrumpió con fuerza el fenómeno punk, del que
surgió una contracorriente cultural que se enfrentaba sin reparos contra todo el
sistema, tanto el político como el artístico. Con el paso del tiempo los propios
integrantes de muchas de las bandas que adoptaron la estética y actitud punk,
confesaban que, para ellos, todo se resumía a subirse a un escenario y
comunicar su rabia interna contra todo. Poco importaba si sabían o no tocar
los instrumentos o identificar un acorde, porque el movimiento punk iba más
allá de la música y su principal objetivo era plantar cara a las normas y, con un
poco de suerte, romperlas. Algunas de las bandas que destacaron: Sex
Pistols, The Damned, The Clash, Eddie & The Hot Rods, Siouxsie & The
Banshees, Penetration y The Vibrators.
Así como durante los 70 aparecieron figuras determinantes para entender la
evolución musical, en aquella misma década nos abandonaron auténticos
mitos, como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison (The Doors), Duke
Ellington, Elvis Presley, Bing Crosby, Keith Moon (The Who) y Sid Vicious (Sex
(UK); 21/05, Carlisle, Market Hall (UK); 23, 24, 25 y 26 de mayo, Edimburgo,
Odeon Theatre (UK); 27, 28 y 29 de mayo, Glasgow, Apollo Theatre (UK); 31
de mayo y 01 de junio, Blackpool, Opera House(UK); 05 y 06 de junio de
1979, Sheffield, City Hall (UK); 09, 10, 11 y 12 de junio, Manchester, Apollo
Theatre (UK); 13 y 14 de junio, Cardiff, Sophia Gardens (UK); 15/06, Port
Talbot, The Lido (UK); 20 y 21 de junio, Southampton, Gaumont Theatre (UK);
25, 26, 27 y 28 de junio, Londres, Hammersmith Odeon (UK); y 01/07, Dublín,
Dalymount Park (Irlanda).
Lo que quedaba del año 1979 se lo tomaron de descanso en cuanto a
directos se refiere. Y ese periodo de ausencia de los escenarios se
prolongaría durante todo el año 1980. Los rumores sobre supuestas
desavenencias internas y sobre la posible desaparición de los Status Quo
como banda, empezaron a aparecer en los medios ingleses, cada vez con
más frecuencia. En España, ajenos a todo aquello, Status Quo estaban
gozando de una popularidad excepcional, plasmándose como un magnífico
ejemplo la emisión del videoclip promocional del tema ‘Whatever You Want’
durante el programa especial de fin de año, con el que Televisión Española
despedía 1979, presentado en aquella ocasión por Mari Cruz Soriano.
LA DÉCADA DE LOS 80
E
l planeta, la tercera piedra contando desde el sol, seguía su
inexorable viaje por el espacio mientras que sobre su corteza la
humanidad bullía en actividad, básicamente enfocando sus esperanzas
en conseguir la paz, mientras se preparaban para la guerra. Durante la
década de los ochenta varias dictaduras tocaron a su fin, se templaron los
ánimos de la Guerra Fría, se barrieron del mapa fronteras imaginarias y se
unieron esfuerzos con fines más que loables. El telón de acero se descorría
para mostrar al mundo sus virtudes y sus vergüenzas, dejando entrar aires de
democracia a través de las ventanas abiertas por Gorbachev, gozando, a
veces si a veces no, de la compresión de otros líderes que le observaban en
la distancia, como Reagan o Tatcher. Los buenos augurios se veían turbados
por conflictos e incidentes de los que la memoria histórica daría cuenta a su
debido tiempo, como la tentativa de asesinato llevada a cabo por Ali Agca
contra el Papa Juan Pablo II, el magnicidio del primer ministro sueco Olof
Palme, o la violenta represión del ejército chino durante la revuelta de
Tiananmen. La ciudad ucraniana de Chernóbil se hizo tristemente famosa por
la explosión de su central nuclear, que provocó la muerte directa de 47
personas, la evacuación de 300.000 residentes y la propagación de todo tipo
de enfermedades relacionadas con la exposición a la radioactividad en
aquellas zonas que la nube tóxica asesina sobrevoló. Los que miraron al cielo
buscando consuelo vieron como se desintegraba la nueva lanzadera espacial
de la NASA, el Challenger.
En el plano musical, la década de los ochenta fue muy positiva y
tremendamente productiva. Por un lado se consagraron toda una serie de
bandas que, bajo la denominación “New Wave Of British Heavy Metal”
(NWOBHM), se alejaron de las influencias del blues y del rock clásico para
lanzarse a tumba abierta hacia un sonido más duro, más rápido y, en algunos
casos, épico. Nombres como Iron Maiden, Def Leppard, Girlschool,
Motörhead, Samson, etc. coparon la escena musical inglesa y europea,
contando sus lanzamientos discográficos por éxitos y sus giras como
acontecimientos. A partir de la consolidación del Heavy Metal, sólo quedaba
evolucionar y aparecieron diversos géneros y tipos de rock en los que, a
veces, las fronteras no estaban muy definidas, como el Glam Metal (Alice
Cooper, Kiss, Mötley Crüe, Poison), Trash Metal (Metallica, Megadeth,
Overkill), Heartland Rock (Bruce Springsteen, Bob Seeger) o el Christian Metal
(Stryper). Con la juventud del planeta haciendo air guitar al ritmo de todas
estas bandas, buena parte de los grupos de los 70 empezaron su declive.
Nuevos gustos y nuevas técnicas copaban las listas de éxitos.
Aparecieron auténticos virtuosos de las guitarra, el instrumento sobre el que
se cimentaba el rock y el heavy metal. Eddie Van Halen dejó boquiabiertos al
resto de guitarristas al desarrollar el tapping, una técnica que consiste en
digitar las cuerdas del instrumento directamente sobre los trastes, sin
acompañarlos por el rasgueo de la púa. El resultado era una concatenación de
notas rapidísima que permitía explorar nuevos territorios a la hora de
interpretar el inevitable solo de guitarra que toda canción rockera o heavy
debe tener. Nombres ilustres de las seis cuerdas de los años 70, como Richie
Blackmore, Ted Nugent, Tommy Iommi, Jeff Beck, Frank Zappa, Eric Clapton,
Jimmy Page, etc. se vieron superados (sólo) técnicamente por una escuela de
nuevos guitarristas de la talla de Steve Vai o Joe Satriani. A veces, algunos
músicos interpretaban erróneamente el fin de las nuevas técnicas surgidas,
creyendo que se trataba de meter el máximo de notas en el mínimo tiempo
posible, dejando de lado el buen gusto y el sentimiento.
Paralelamente el fenómeno pop rompe barreras y empieza forjarse la
leyenda de Michael Jackson (ya en solitario) y de Madonna. Nacen multitud de
bandas que hacen las delicias de sus públicos. Se producen discos que
marcarían una época mágica, salpicada de melenas crepadas, hombreras y
plataformas.
Durante la década de los ochenta nos dejaron: Bon Scott (AC/DC), John
Bonham (Led Zeppelin), John Lennon (Beatles), Randy Rhoads (Ozzy
Osbourne), Marvin Gaye, Ricky Wilson, Ian Stewart, Phil Lynott (Thin Lizzy),
Cliff Burton (Metallica), Jaco Pastorius, Andy Gibb (Bee Gees), Chet Baker y
Roy Orbison (entre los más ilustres).
INQUOMBUSTIBLES
Durante los meses finales de 1979 los Quo se dedicaron a descansar, con
poca o ninguna actividad relacionada con la banda. Mientras Rossi se
dedicaba a componer y colaborar en proyectos de otros músicos, Alan
Lancaster iniciaba su mudanza definitiva a Australia con el objetivo de
establecer arraigo en su nueva tierra. Rick Parfitt también pudo destinar
tiempo a su familia y a la composición de nuevos temas para futuros
lanzamientos. De todos ellos, quien peor lo pasó fue John Coghlan, a quien se
le hizo una montaña tanta inactividad. Sus ansias por tocar le llevaron a llamar
a unos cuantos de sus colegas en el mundillo musical y reunirlos para una
serie de actuaciones por la Isla del Canal, bajo el nombre de John Coghlan’s
Diesel Band.
Llegado el cambio de década y agotado ese periodo de inactividad tan
prolongado (el más largo desde hacía más de siete años), se reactivó la
maquinaria y todo se puso en funcionamiento una vez más, tanto la banda
como su staff en Quarry Productions, para encarar el nuevo año con
renovadas energías y con novedades proyectadas a corto y medio plazo. Para
empezar, a principios de enero, los Quo se desplazaron hasta los estudios
Windmill (Dublín) para las sesiones de grabación de su próximo álbum. En
esta ocasión Pip Williams ya no estaría al cargo de la producción. Los Quo
querían volver a ser los máximos responsables del resultado final de las
grabaciones. A pesar de ello, decidieron fichar a John Eden, ingeniero de
sonido colaborador habitual de Pip hasta entonces, al que asignaron el papel
de coproductor poniendo su nombre junto al de Status Quo. John fue a recalar
en este trabajo tras decidir abandonar a Williams por un curioso motivo: una
agria discusión con David Walker, nombre a retener en la memoria para
futuros capítulos. Walker era el manager de Williams, aunque John Eden había
tenido poco trato con él. Estando trabajando con Pip en otro proyecto, tras
finalizar su tarea para el álbum If You Can’t Stand The Heat de los Quo,
Walker apareció en estudio de grabación y le soltó una reprimenda
descomunal sobre el negocio musical, lo caro que es el alquilar tiempo de un
estudio y, en resumidas cuentas, para cuestionar su trabajo. En aquel mismo
instante, Eden decidió que nunca más volvería a trabajar para David Walker y
si ello significaba tener que abandonar a su jefe, amigo y mentor, Pip Williams,
le era totalmente indiferente.
Aparte de Pip, otro ilustre nombre que no se desplazó hasta Dublín como
hubiera sido lo normal fue Bob Young. A esas alturas las relaciones entre
Young y Rossi eran inexistentes y un síntoma de ello era la práctica ausencia
de temas firmados por este tándem en el anterior álbum, el Whatever You
Want, donde sólo ‘Shady Lady’ disfrutaba de ese crédito, garantía de calidad
y creatividad. Mientras Young se centraba en otras actividades dentro del
organigrama de Quarry Productions, además de poner en marcha otros
proyectos junto a Micky Moody, su puesto de tour manager fue confiado a Iain
Jones, hasta entonces técnico responsable de los teclados de Andy Bown. El
hecho de que fuera apodado con los alias de ‘Ayatolah’, ‘Fürher’ o ‘The
Axeman’ (el hombre del hacha) por los Quo, da una idea del carácter que
tenía el amigo Jones.
Los Quo se instalaron en los estudios Windmill y se enfrascaron en la labor
de acabar de dar forma a todos los temas que cada miembro aportaba al
grupo. Tras haber tenido tanto tiempo libre, el material grabado hubiera dado
para poder publicar un álbum doble, aunque al final se desechó la idea. La
abundancia de canciones para poder escoger no significó que las sesiones
fueran placenteras ni pacíficas. Porque ese mismo tiempo que habían
destinado por separado a componer esas canciones, también había sido
utilizado para reflexionar sobre el futuro que les esperaba y los movimientos
que deberían hacer para afrontarlo con garantías de continuidad.
Inevitablemente, esas ideas, esos elementos de mejora a añadir a su sonido
característico, tenían las ópticas personales de cada uno de los miembros,
especialmente por parte de Rossi, Parfitt y Lancaster, sobre quienes recaía la
responsabilidad de aportar la mayoría de los nuevos temas. Las diferencias
de planteamiento se hicieron muy evidentes durante las semanas que pasaron
en los estudios Windmill.
Alan Lancaster: “En aquel momento estábamos buscando algo, no hay
duda, y el modo de enfocar las cosas se tuvo que discutir. Queríamos
desarrollar una forma más sofisticada de interpretar la música Quo y tener
tiempo para encontrarlo era importante. No queríamos convertirnos en
esclavos de nuestro propio sonido, así como la gente queda esclavizada
por sus posesiones. No deberíamos agotar ese sonido mientras gozara de
LA DÉCADA DE LOS 90
D
efinitivamente, los 90 fueron años de cambios y de acontecimientos
en todo el mundo. Destaquemos, entre los más remarcables, la
aparición de Internet en 1992, que dio nuevas oportunidades a ese
incipiente colectivo llamado Internautas de tener acceso a la información,
nuevas formas de expresarse, de comunicarse, de gastarse el dinero y (como
no) de delinquir. Hacia 1994 la red de redes ya contaba con tres millones de
ordenadores conectados, número que se incrementó hasta los 100 millones en
1998 y que al llegar el cambio de década y de mileno alcanzó el billón.
El mundo de la cultura no quedó exento de su influencia. La aparición de
servidores para la descarga y almacenamiento de archivos añadió una vía de
acceso nueva a la obra de los artistas. Se hicieron muy populares Kazaa, eMule, Napster, Ares y otros, aplicándose el viejo término piratería a la
descarga gratuita de música de la red que aún hoy en día es el gran problema
de la industria musical y cinematográfica.
En el ambiente estrictamente musical también estaban cambiando las cosas,
aunque es difícil discernir si para bien o para mal. A principios de los 90 llega
el declive para una serie de bandas que durante los años 80 habían
despuntado a ambos lados del Atlántico desarrollando un estilo musical
basado en un heavy metal accesible, comercial, divertido y de variada calidad,
dependiendo del caso. Las melenas crepadas, los maquillajes horteras y los
pantalones de licra ajustados como una segunda piel estaban quedando
obsoletos y todos los piropos que antes les brindaban los críticos musicales,
se tornaron en descalificaciones. Así pues bandas como Mötley Crüe, Bon
Jovi, Whitesnake, Def Leppard, Europe, Twisted Sister, L.A. Guns, Ratt,
Cinderella, Poison, etc., se vieron cuestionadas, desapareciendo algunas y
teniendo que reinventarse otras (con mayor o menor fortuna) para adaptarse a
los nuevos tiempos. Pese a ello, muchas de las bandas mencionadas
anteriormente y otras de similares características, han perdurado en el tiempo
o bien se han reunido tiempo después, al contar con bases de fans
incondicionales muy numerosas. No hay que olvidar que fueron o son
formaciones que tuvieron mucho éxito, con canciones que entraban
repetidamente en listas y que forjaron su reputación en interminables giras que
les llevaron por todo el mundo.
Mientras la segunda oleada del glam rock languidecía, apareció en escena
una nueva forma de entender la música, más íntima y oscura: el grunge.
Heredero directo del hard rock, más elementos indie y punk, musicalmente no
aportaba nada especialmente novedoso. Lo realmente característico eran las
letras de las canciones que comunicaban tristeza, desesperación y
sentimientos generalmente muy grises. Los máximos exponentes de ese estilo
fuero bandas como Nirvana, Soundgarden y Green River, entre otras.
En Europa empezaron a tomar notoriedad una serie de bandas que estaban
llevando el heavy metal hacia la mitología y la grandilocuencia en sus
producciones. Grupos como Helloween, Gamma Ray, Nightwish, Hammerfall o
Blind Guardian, arropados por otro buen puñado de formaciones salidas de los
países nórdicos, van ganándose un público deseoso de recibir descargas de
decibelios.
Pero no fueron buenos años para el rock. Salvo contadas excepciones, las
listas de éxitos estaban siendo ocupadas por otros géneros más comerciales
que contaban con todo el apoyo promocional y financiero de las discográficas
de siempre. Se sucedieron los casos de grupos (tanto de chicas como de
chicos) que habían sido diseñados y prefabricados para el consumo de masas
y que interpretaban canciones pop adornadas de toda la parafernalia
necesaria para encandilar a las nuevas generaciones de jóvenes.
En medio de toda esa tormenta de merchandising y de promociones
infernales de pseudo-intérpretes, los artistas y las bandas que querían
despuntar y vender su obra más allá de sus fans de siempre tenían que
bordear la perfección compositiva, amoldarse un poco a las preferencias de
cada momento y apretar los dientes.
De entre todo lo publicado en la década de los 90 asoman auténticas obras
maestras, como diamantes en medio de la turba: Use your Illusion I & II (Guns
N’ Roses), Louder Than Hell (Manowar), Antichrist Superstar (Marilyn
Manson), Youthtanasia (Megadeth), Black Album (Metallica), Mötley Crüe
(Mötley Crüe), Mirrorball (Neal Young), Are You Gonna Go My Way (Lenny
Kravitz), Far Beyond Driven (Pantera), Californication (Red Hot Chili
Peppers), Counterparts (Rush), Siamese Dream (The Smashing Pumpkins),
Swordfishtrombones (Tom Waits), Recycler (ZZ Top), Achtung Baby (U2),
Losing My Religion (REM), What’s the Story? Morning Glory (Oasis), In Utero
(Nirvana), Creep (Radiohead), Get a Grip (Aerosmith), Jar Of Flies (Alice in
Chains), Imaginations From The Other Side (Blind Guardian), Blur (Blur),
Keep The Faith (Bon Jovi), Human Clay (Creed), Awake (Dream Theater), Ah
Via Musicom (Eric Johnson), Fear of the Dark (Iron Maiden)... y un no tan
largo etcétera.
Durante la década que nos ocupa perdimos una serie de personajes del
mundo de la música que nos dejarían algo más huérfanos. El 24 de noviembre
de 1991 murió Freddy Mercury, vocalista y compositor de la banda británica
Queen. El sida nos lo arrebató. Cualquier cosa que se pueda decir de Freddy
quedaría corta. Su aportación como músico y showman marcó a las siguientes
generaciones de artistas y su versatilidad (combinada con la de sus
compañeros en la banda) dio como resultado un legado musical impresionante.
El mismo día nos dejó Eric Carr, batería de los Kiss desde 1981, cuando
sustituyó a Peter Criss que había dejado la banda por sus problemas con las
drogas. Eric había tocado previamente en un buen número de formaciones
musicales hasta que fue fichado por Paul Stanley y Gene Simmons tras una
serie de audiciones con otros percusionistas. Su background musical influyó
decisivamente en sus compañeros a la hora de redirigir su carrera hacia el
hard rock y el heavy metal. Eric era de los miembros de Kiss más queridos
por los fans porque -debido a sus humildes orígenes- era quien más tiempo
dedicaba a satisfacer las peticiones de sus seguidores. Tras luchar durante un
año, finalmente perdió la batalla contra el cáncer, quedando su muerte
eclipsada por la de Mercury.
En los años siguientes se produjeron otras defunciones especialmente
relevantes en el mundo de la música: Frank Zappa (04/12/1993), Kurt Cobain
(05/04/1994), Henry Mancini (14/06/1994), Ella Fitzgerald (15/06/1996),
Michael Hutchence (22/11/1997), Frank Sinatra (14/03/1998) y nuestros
queridos y añorados Antonio Flores (30/05/1995) y Enrique Urquijo
(17/11/1999). En agosto de 1990, perecería en un accidente de helicóptero el
guitarrista de blues Stevie Ray Vaughn. Hay gente que no debería morirse
nunca.
ENTER DAVID WALKER
Tras el reciente lanzamiento de su último larga duración en noviembre de
1989, Status Quo entró en la década de los 90 con ciertas dudas. Perfect
Remedy no hizo honor a su nombre y no fue un remedio para la dirección
musical que habían tomado tras su reaparición en 1986. Sólo uno de los dos
singles que se extrajeron llegó al Top 50 (y por los pelos) de las listas
británicas y la banda no sabía muy bien el porqué. Si hubieran preguntado a
sus fans la respuesta tampoco les hubiera gustado nada. Si bien es cierto que
los álbumes precedentes (In The Army Now y Ain’t Complaining) habían sido
unos éxitos incontestables, tanto en el Reino Unido como en buena parte de
Europa, con los consiguientes singles que vendieron millones de copias por
todo el mundo, la triste realidad era que el sonido Quo se había perdido.
Perfect Remedy no dejaba de ser un intento frustrado de recuperar el feeling
de antaño. Su primer tema es ‘Little Dreamer’, donde por primera vez en
varios años se vuelven a escuchar las guitarras como elemento predominante
en una canción Quo. Esta primera intención de regreso a los orígenes (más
intuición que realidad) se pierde en el resto del álbum y acaba siendo una obra
que se queda a medio camino de demasiados destinos.
En medio de aquella inesperada situación, Francis Rossi, que había ido
reduciendo paulatinamente su consumo de cocaína a finales de los años 80,
consigue desengancharse totalmente de su adicción. Su mente vuelve a estar
lúcida y recupera esa faceta analítica de su personalidad que tanto le había
caracterizado en el pasado. Con su cuerpo limpio de toxinas y su cerebro a
pleno rendimiento, empieza a observar con más atención lo que ocurre a su
alrededor, tanto a nivel personal como a nivel profesional. Una de las primeras
cosas de que se da cuenta es de que la banda está al borde de la quiebra
financiera. Su compañero de batallas en Quo, también sufrió en sus carnes los
problemas relacionados con la falta de dinero:
Rick Parfitt: “Todo se desplomó ante mí después de hacer una visita a mi
contable. Acababa de comprarme un Porsche descapotable y él no estaba
complacido. Me dijo: ‘¡Pero si tienes pendiente de pago un recibo de
impuestos de cuarenta mil libras!’ Yo le contesté: ‘¿Y qué? ¡Págalo!’ Él
sacudió su cabeza: ‘No me entiendes’ me dijo ‘No puedo pagarlo. No tienes
suficiente dinero en la cuenta’. Me quedé petrificado. La verdad era que
estaba gastando dinero, era consciente, pero no tanto como para
quedarme arruinado, estaba seguro. Me fui a casa y telefoneé a Francis y
ese fue el principio de poner todas las cosas en su sitio”. (Status Quo The
Official 40th Anniversary Edition, Bob Young).
Pese a que en un principio el mismo Rossi achacó esta inesperada situación al
relativo fracaso del último álbum y a la inactividad de la banda durante los dos
años de separación, la realidad era muy diferente. La década de los 80 había
sido excepcional a nivel de ventas, con álbumes tan exitosos como Just
Supposin’, Never Too Late, 1+9+8+2=XX, o el mismísimo In The Army Now.
A esas ventas de sus trabajos hay que sumarles los incontables ingresos
producidos por las continuas giras que la banda había realizado durante esos
años. Pese a que Francis Rossi es un músico y no un contable,
inmediatamente se dio cuenta de que aquella situación era, como mínimo,
sospechosa. Se imponía tomar cartas en el asunto y esta decisión provocó la
entrada de David Walker en el entorno más cercano de los Status Quo, a
propuesta de Ian Jones.
David Walker era un reconocido ejecutivo de la empresa de management The
Handle Group of Companies Ltd. que ya había trabajado con los Quo en
diversas ocasiones. Handle tenía en nómina a una serie de productores entre
los que se encontraba Pip Williams. Así que, indirectamente, Walker ya se
había involucrado con la banda a través de Williams a finales de los 70,
grabando los LPs Rockin’ All Over The World, If You Can’t Stand The Heat...
y Whatever You Want. Años después volvieron a trabajar juntos para la
grabación del single ‘The Wanderer’ y, tras los dos años de separación, el
álbum In The Army Now. Los Quo conocieron personalmente a David Walker
en un breve encuentro durante la grabación del LP Ain’t Complaining en 1988,
por mediación de Pip Williams. Posteriormente concertaron una entrevista de
trabajo en Nassau, durante las sesiones del Perfect Remedy, y fue contratado
en 1989 como manager de los Status Quo con la misión de sanear las
finanzas de la banda.
Durante los primeros meses de la relación contractual de los Quo con
Walker, el manager se mantuvo a una relativa distancia de la actividad del
grupo, poniendo en marcha a su equipo de contables de Handle Ltd. Se
SIGLO XXI: EL RETORNO A LAS
RAÍCES
E
l siglo XX tocó a su fin tras una Nochevieja que pilló a media
humanidad mirando las bombillas por el temido efecto 2000. Según se
había teorizado, el cambio de año iba a producir un descontrol en los
ordenadores de todo el mundo que provocarían el caos por doquier. Al final no
pasó nada de lo previsto, pero en muchas instituciones, empresas, bancos,
sedes gubernamentales, etc. alguien se quedó de guardia por si hacía falta
hacer un reseteado de los sistemas informáticos.
La nueva década arrancó con los efectos de la globalización. Las economías
de los países empezaron a interactuar, abriéndose nuevos mercados y
expectativas de negocio en países emergentes. Pero todo dio un parón
cuando, el 11 de septiembre de 2001, se produjeron los atentados contra las
torres gemelas del World Trade Centre de Nueva York y en el Pentágono,
provocando la muerte de 2.992 personas. La organización terrorista Al-Qaeda
había golpeado al gigante americano en su propio territorio, secuestrando
cuatro aviones comerciales repletos de pasajeros y estrellándolos contra sus
objetivos.
La reacción no se hizo esperar. El presidente de los Estados Unidos, George
W. Bush, declaró la guerra al terror, encontrando apoyo en el primer ministro
británico Tony Blair y en el presidente del gobierno español, Aznar. Ante la
imposibilidad de encontrar a los máximos responsables de Al-Qaeda (entre
ellos a Osama Bin-Laden, del que se sospechaba que podía estar escondido
en alguna cueva de Afganistán) el Trío de las Azores (Bush-Blair-Aznar)
confundieron al mundo diciendo (sin demasiado fundamento) que tenían
informes que demostraban que Irak estaba fabricando y almacenando armas
de destrucción masiva. Los Estados Unidos, con el apoyo logístico de
Inglaterra y España, iniciaron la invasión de Irak haciéndola coincidir con la
emisión de los programas informativos norteamericanos, que pudieron
retransmitir el estallido de una guerra en directo.
Tras años de cruenta confrontación y pese a haber ejecutado al dirigente
iraquí Sadam Hussein, los atentados terroristas cometidos por el integrismo
islámico no cesaron, como demostrarían los realizados en Bali (202 muertos),
Estambul (57 muertos), Londres (56 muertos), Mumbai (175 muertos) y el que
más nos afectaría, el que perpetró un puñado de asesinos con la colocación
de diez bombas en cuatro trenes de cercanías de Madrid, que causaron 191
muertos y más de 2.000 heridos de diferente consideración. Nunca, jamás,
olvidaremos ese nefasto día: el 11 de marzo de 2004, ni el vergonzoso
comportamiento de los políticos y algunos tendenciosos periodistas tras los
atentados.
Más que en ningún otro momento, el planeta toma conciencia de los
problemas globales: el terrorismo era uno, pero también se empezó a
considerar otros temas como el calentamiento global, la destrucción de la
capa de ozono y la búsqueda de fuentes de energías alternativas más limpias,
ante el agotamiento de los yacimientos de combustibles fósiles. Como ya
sabemos, la década ha ido avanzando y pese a las buenas intenciones, los
intereses económicos priman por encima de los ecológicos.
Los últimos años se han caracterizado por una crisis financiera mundial que
se ha ido expandiendo y agravando sin tener, hoy en día, vistas de solución.
Lo que empezó por un colapso bancario en Estados Unidos ha acabado
envenenando todos los sectores económicos de buena parte del planeta. El
caso de España aún es más grave, puesto que la crisis financiera ha
coincidido con la explosión de la burbuja inmobiliaria en la que estábamos
inmersos. De un día para otro, las ventas de pisos se congelaron, los
constructores se quedaron con sus promociones a medio hacer o finalizadas
sin expectativas de venta y con importantes hipotecas que atender. El parón
en la construcción, la principal actividad económica de nuestro país, motivó el
incremento del paro, lo que a su vez hizo descender el consumo de las familias
hecho que ha acabado afectando otras industrias, como la del automóvil y sus
componentes, servicios, etc.
El mundo de la música tampoco está para demasiadas alegrías. La piratería
ha hecho estragos en la facturación de las discográficas, que ha sido
superada por otro tipo de entretenimiento como los videojuegos para consolas
domésticas. La industria musical facturó 36,9 billones de dólares a nivel
mundial en el año 2000. En 2007, esta cantidad se había reducido a 29,9
billones de dólares, significando un descenso del 32,1%, una vez aplicada la
corrección por la inflación anual. La industria musical ha buscado soluciones
alternativas y parece que el mercado se está decantando por las descargas
de música legal por Internet (iTunes, Spotify, etc.) y ya son muchos los
artistas que utilizan el soporte virtual para sus lanzamientos discográficos,
desestimando la opción de editar un CD físico por los costes de fabricación y
su distribución posterior.
En cuanto a los artistas que han despuntado durante la última década, la
sensación que deja el espectro musical es que todo es demasiado efímero. En
estos días parece imposible consolidar una banda. De repente aparece un
nuevo grupo, sacan un par de singles y un CD, venden cantidades ingentes de
discos y de entradas para sus conciertos, aparecen a todas horas en las
radiofórmulas y en programas televisivos especializados, pero de repente,
todo se desvanece y son sustituidos por la siguiente banda con otro gran éxito.
Además, estos no están siendo unos años propicios para el rock. El hip hop
y el pop han dominado buena parte de la escena musical (Eminem, OutKast,
Kaney West, Jennifer Lopez, Kylie Minogue, Madonna, Lady Gaga, Britney
Spears, Cristina Aguilera, Shakira, Avril Lavigne, Rihanna, Beyoncé y un largo
etcétera). Así que (como había sucedido en la década de los 90) las bandas y
artistas veteranos tuvieron que esforzase en parir auténticas obras maestras
para mantenerse. Muchas de las bandas de rock creadas en décadas
anteriores pudieron mantenerse a flote gracias al apoyo incondicional de sus
seguidores que, a pesar de que sus grupos favoritos habían sido desbancados
de las listas de éxitos por las nuevas generaciones de artistas, seguían
realizando giras regularmente y sacando discos, muchos de ellos de enorme
calidad, pero que eran ninguneados por las grandes compañías.
En esa liga nos encontramos a los de siempre: a las viejas bandas y a los
veteranos solistas que siguieron fieles a sí mismos, sin dejarse influenciar por
las nuevas tendencias.
QUO EN EL NUEVO MILENIO
Los meses habían ido pasando con la habitual serie de giras, actuaciones
especiales, etc. Se acercaba el nuevo milenio y, una vez más, Francis Rossi
se detuvo a pensar en el futuro de la banda. Para él era incuestionable que la
década de los 90 había sido productiva. Pero no dejaba de ser consciente de
que los años transcurridos bajo las directrices de David Walker habían pasado
factura, especialmente entre los fans de toda la vida, aquellos que les habían
seguido en los 70, la facción a los que Rossi llama afectuosamente ‘the
hardcore’ (el núcleo duro). Status Quo seguían haciendo giras y el número de
asistentes a sus conciertos no había disminuido. Pero las ventas de discos sí
se habían visto afectadas. De hecho, durante los 90, era más fácil ver a los
Quo en la tele que oírles por la radio. Diversos temas de la banda se habían
utilizado en diferentes campañas publicitarias o como sintonía de programas
en los canales británicos. En cambio, cada vez era más difícil que sus singles
fueran emitidos por las radiofórmulas. En un principio aquello no les molestó
demasiado. Es decir, era agradable ir recibiendo los cheques por los royalties
de las canciones utilizadas en la tele y que el nombre de Status Quo estuviera
en boca de todos pero, con el paso del tiempo, percibieron que aquella
situación había convertido a la banda en una especie de producto de usar y
tirar.
Pero, pese a ser consciente de que David Walker les había empujado en
aquella dirección, Rossi sabía y admitía que tanto él, como Rick y el resto de
la banda, también tenían un gran porcentaje de culpa por haberse dejado
llevar hasta aquella situación. Ellos habían cedido siempre a las presiones de
su manager. David era una persona que se creía poseedor de la verdad,
siempre tenía razón. Y para la banda se hizo muy difícil contradecirle en sus
planteamientos, ya que, hasta la fecha, sus ideas habían funcionado, tanto
desde el punto de vista promocional como del económico. Pero para una
banda de rock hay otras cosas a tener en cuenta. Cosas como la creatividad,
la calidad y su credibilidad como músicos.
La mente de Rossi estaba sobre estos temas cuando David Walker les
propuso celebrar el cambio de milenio con la grabación un nuevo disco de
versiones, en el que los Quo interpretaran sus temas favoritos del rock del
siglo XX. La banda cedió, una vez más, porque sabía de antemano que había
una obligación contractual de grabar un nuevo álbum de estas características,
pero no estaban preparados. A mediados de enero, los Quo se encerraron en
los estudios ARSIS de Francis Rossi para descremar canciones de entre
STATUS QUO UNO x UNO
FRANCIS ROSSI
THE SCORPIONS (1962)
THE SPECTRES (1962-1967)
THE TRAFFIC JAM (1967)
STATUS QUO (1967-HASTA HOY)
Nació en Forest Hill, Londres, el 29 de mayo de 1949, siendo bautizado
como Francis Dominic Nicholas Michael Rossi. Su determinación por hacerse
un hueco en el mundillo musical arranca desde muy joven. En la escuela no
sacaba muy buenas notas ni tampoco destacó en ningún deporte en especial.
Sus profesores solían ponerle comentarios en sus evaluaciones destacando su
marcado carácter soñador. En una ocasión, su profesora de francés quiso
animar a Francis a tomarse más en serio sus estudios de lenguas extranjeras,
argumentándole que si su futuro era ser una estrella del rock, necesitaría
saber idiomas para comunicarse con el público de los países que iba a visitar.
A lo que Rossi respondió que cuando fuera una estrella de rock ya contrataría
a alguien para que hablara francés por él.
Desde su encuentro con Alan Lancaster -en la Sedgehill Intensive School- ha
estado presente en todas las formaciones que dieron origen a los Status Quo,
desde 1962 hasta el día de hoy. Conocido inicialmente como Mike Rossi, a
principios de los 70 asumió plenamente la identidad de Francis Rossi. En el
seno de la banda ha sido llamado por diferentes alias como ‘Ross’, ‘The
Blade’, ‘Frank’, ‘The Recluse’, ‘Howard Hughes’, ‘Fran’, ‘France’, ‘Mike’, ‘Frame’
o GOMORR (Grand Old Man Of Rock & Roll).
Rossi ha estado casado en dos ocasiones, con Jean y con Eileen, y entre
ambas ha mantenido alguna que otra relación estable. Es padre de ocho hijos:
Simon, Nicholas, Kieran, Bernadette, Patrick, Fynn, Kiera y Fursey.
Sobre el escenario es el líder indiscutible de los Quo. Desde el principio fue
el encargado, con ayudas ocasionales de Alan Lancaster, de presentar las
canciones durante los conciertos, ganando tablas y experiencia con los años.
Con un simple gesto de su mano es capaz de hacer cantar a miles de
personas junto a él. Con un simple y escueto “hands!” ante el micrófono
consigue que el público arrope el ritmo de la banda con palmadas. Su
innegable carisma le hace brillar con luz propia.
Rossi también ha experimentado cambios en su imagen con el paso del
tiempo. Desde 1969 había lucido una larga melena que llegó a su máximo
exponente en 1979. A principios de los 80 empezaron a verse los síntomas
inequívocos de alopecia y pese intentar evitar la calvicie con autotransplantes,
finalmente tuvo que darse por vencido y recoger su pelo en una coleta de
caballo que con el tiempo se convertiría en un símbolo. Pero la caída del
cabello ha seguido inexorablemente con el paso del tiempo, hasta convertir
esa coleta en algo testimonial. Finalmente, el 10 de marzo de 2009, Francis
Rossi decidió cortarse la coleta según dijo: “para envejecer con estilo”.
Su personalidad se ha ido reafirmando con los años para, finalmente, existir
dos Rossi claramente diferenciados. Por un lado está el íntimo, que prefiere
estar con su familia y tumbarse en el sofá para ver Los Soprano, antes que
asistir a fiestas y compromisos sociales, que detesta. Sus aficiones, hoy en
día, son poco glamourosas: le gusta hacer los crucigramas del periódico
(tanto, que se los hace enviar por fax cuando está de gira), hace ejercicio
diariamente en el gimnasio para mantenerse en forma, ocasionalmente se da
el gusto de tirar al plato y el hobby que definitivamente ha abandonado ha sido
el de criador de peces Koi. Era tal el disgusto que había en su casa cada vez
que se moría alguno de los ejemplares, que Rossi decidió vender sus peceras.
Por otro lado, tenemos al Rossi de los Status Quo, un showman total sobre
el escenario, el frontman que cualquier banda sueña tener, que hace participar
al público y que disfruta de cada nota que arranca de su guitarra a un volumen
atronador.
Pero la principal característica de Francis Rossi es que su vida es su banda.
Analiza los movimientos a hacer y siempre va dos pasos por delante del resto
de sus compañeros. Su implicación es tal que confiesa que no puede irse al
hotel a descansar los días de concierto. Prefiere quedarse en el recinto y ser
consciente de lo que están haciendo los técnicos mientras preparan el
escenario, el sonido, los instrumentos, etc.
Durante la década de los 80 sucumbió a los excesos de la droga y, como la
cocaína le provocaba sed, también se aficionó al alcohol. En su cénit llegó a
consumir varios gramos del letal polvo blanco y dos botellas de tequila al día.
El hecho de que una mañana su tabique nasal se le desprendiera y fuera a
parar al desagüe de la ducha no le hizo recapacitar, sino que asumió que ya
no tenía nada más que perder. A partir de entonces su truco favorito en las
fiestas era el de introducirse un pañuelo por una fosa nasal y sacarlo por la
otra. Su afición por el tequila también era exagerada. Rossi confiesa que en
aquellos tiempos, cuando se presentaba la ocasión de tomar una copa con
amigos o familiares, él se ofrecía a pagar y traer la primera ronda a la mesa.
Se iba hasta la barra y allí pedía cuatro copas de tequila en un sólo vaso, se
lo bebía de un trago, volvía a pedir lo mismo, se lo volvía a beber y luego
pedía lo que sus acompañantes le habían encargado tras añadir otro tequila
cuádruple con un chorrito de zumo de naranja para disimular. Luego llevaba las
bebidas hasta la mesa y socializaba con la naturalidad que los doce chupitos
de tequila le permitían.
Es un gran cantante, poseedor de una voz fácilmente reconocible y un
guitarrista injustamente infravalorado, aunque él mismo, con la sorna británica
que le caracteriza, suele afirmar que se considera un guitarra rítmico que,
ocasionalmente, toca solos. Prolífico compositor -junto a diversos compañeros
a lo largo del tiempo- de temas que abarcan diversos géneros. Confiesa su
gusto por el rock, el pop y el country y su gran obsesión ha sido poder
desarrollar todos estos estilos en Status Quo.
Una buena parte de los fans consideran a Rossi el gran responsable de la
marcha de Alan Lancaster, en 1985, y del ablandamiento del sonido de la
banda. En cierto modo, ambas afirmaciones son ciertas.
Rossi considera a Alan Lancaster como un gran tipo. Su memoria le lleva a
los buenos tiempos y recuerda las anécdotas que pasaron juntos mientras los
Status Quo se hacían más y más grandes. Pero llegó un momento -afirma
Rossi- que ya no podía trabajar más con él. Quizá fuera por la influencia de
las drogas (que hacían mella en las relaciones personales entre los miembros
de la banda), pero las discusiones se tornaron cada vez más frecuentes. En
contra de lo que se comenta entre los fans, los problemas arrancan mucho
antes de ‘Marguerita Time’, una canción de Rossi que Alan consideraba
indigna de los Quo. Aparte de las claras diferencias musicales, cualquier
motivo era suficiente para empezar una discusión, como, por ejemplo, en el
número de primeros planos que cada miembro tenía durante una actuación en
televisión. Entre piques, la falta de comunicación entre ellos, el hecho de que
Alan residiera permanentemente en Australia y la nula intervención del
management para mantener la cohesión en el seno de la banda, se produjo
una ruptura todavía hoy lamentada por la vieja guardia de los fans.
Respecto al ablandamiento del sonido Quo, es un factor obvio. Cada vez que
Francis Rossi afirma que su canción favorita es ‘Marguerita Time’ el núcleo
duro de los fans se estremece hasta los cimientos. Rossi es el máximo
responsable de hacer accesible a un espectro más amplio de público las
composiciones de los Quo a base de dotarlas de comercialidad y olvidando
qué tipo de música les había llevado hasta su privilegiada posición. Pero se
diga lo que se diga y margaritas aparte, sólo hay que verle sobre el escenario
para darse cuenta de que Rossi es básicamente un roquero que vibra y siente
la música de su banda.
Su herramienta principal de trabajo es su legendaria Fender Telecaster de
1957, que compró en 1968 por 70 libras. De aquella guitarra original poco
queda ya, porque ha sido customizada a lo largo de los años, habiendo sido
reemplazados diversos de sus componentes. La modificación más destacable
fue la sustitución de las dos pastillas típicas del modelo Telecaster por una
configuración de tres pastillas que funcionan como si de una Fender
Stratocaster se tratara. El peculiar color verde de esta guitarra tiene su
historia. Al principio Rossi la pintó de negro, pero al secarse la pintura adquirió
una tonalidad mate que no le gustó nada. Así que la volvió a lijar y mientras
decidía qué nuevo color aplicar se puso a pintar la valla de su jardín con
Coprinol, un protector para la madera con una peculiar tonalidad de verde. A
Rossi le gustó el color de su valla recién pintada y decidió utilizar la pintura
sobrante para su guitarra. Había pintado sólo el frontal del instrumento cuando
tuvo que montar de nuevo sus componentes para ir a una actuación. Y así
quedó la guitarra, de color verde por delante y de negro mate por la parte
trasera, porque nunca terminó de pintarla. Otra característica de la Telecaster
de Francis Rossi es el agujero que atraviesa completamente el cuerpo de la
guitarra. El motivo para semejante mutilación fue que Rossi estaba hasta las
narices de que se le saliera la clavija cada vez que pisaba el cable
DISCOGRAFÍA OFICIAL
PICTURESQUE MATCHSTICKABLE MESSAGES FROM THE
STATUS QUO (1968)
PYE NPL 18220 (MONO)
PYE NSPL 18220 (STEREO)
Black Veils Of Melancholy (Rossi)
When My Mind Is Not Live (Parfitt)
Ice In The Sun (Wilde/Scott)
Elizabeth Dreams (Wilde/Scott)
Gentleman Joe’s Sidewalk Café (K.Young)
Paradise Flat (Wilde/Scott)
Technicolor Dreams (A.King)
Spicks And Specks (B.Gibb)
Sheila (T.Roe)
Sunny Cellophane Skies (Lancaster)
Green Tambourine (Leka/Pinz)
Pictures Of Matchstick Men (Rossi)
Disponible en:
iTunes
Google play
Site oficial
El comienzo del éxito
Después de estar años bajo diferentes nombres, editando singles sin éxito,
deciden probar de nuevo suerte bajo el nombre de The Status Quo. Se planea
‘Gentleman Joe´s Sidewalk Café’ como nuevo single. La cara B iba a ser un
tema firmado por Rossi llamado ‘Pictures Of Matchstick Men’, grabado en un
cuatro pistas a finales del 67. John Schroeder confiaba plenamente en la
calidad de la banda pero opinaba que si algo le faltaba al grupo era un apoyo
vocal más. Así entró Richard Parfitt a formar parte de Quo. Junto a la nueva
voz y a ciertos efectos sonoros que Schroeder grabó sobre la demo (efectos
de phase y demás), la canción de Francis dio un vuelco y encantó a todo el
mundo, decidiendo que debería ser ahora la cara A.
El 5 de enero del 68, Pat Barlow, su manager, se encarga de pagar a la
famosa estación pirata de Radio Caroline la cantidad de 1.000 libras por
radiarla seis veces diarias durante cuatro semanas seguidas. Por fin entran en
listas el 24 de enero alcanzando el Nº 7 en Inglaterra y –sorpresivamentetambién el 8 en Estados Unidos. Son llamados para grabar varias sesiones
para la BBC y, lo más importante de todo, para aparecer en el Top Of The
Pops inglés y recibir el Single de Oro por sus ventas. Tras una larga carrera
para alcanzar el éxito, lo habían conseguido.
‘Pictures Of Matchstick Men’ trata, según un bromista Rossi, sobre un tío que
siempre ve a su chica, mire lo que mire y vaya donde vaya. Más tarde diría
que intentaba crear una letra basada en una secuencia de sueños: tenia la
palabra ‘pictures’ (pintura, retrato) que le atraía para una posible canción y su
exesposa le sugirió ‘Matchstick Men’, ya que había un artista de dibujos de
hombres cerilla en Inglaterra. Francis la considera una de las más grandes
canciones de entre todas las que ha hecho, compuesta en el cuarto de baño
(huyendo literalmente de su ex y su suegra) para luego terminarla en una
siesta. Su intención era copiar el tema ‘Hey Joe’ de Hendrix y así plagió casi la
misma sucesión de acordes.
Ante tal repercusión la compañía empieza a dirigir al grupo, tanto en su
aspecto musical como en su vestuario. A Rossi esto le preocupaba, ya que no
quería que se convirtiesen en una banda de un solo éxito y sin personalidad
propia, aunque Coghlan entendía la maniobra ya que en la época, si no tenías
un hit, no tenías posibilidad de hacer un tour. PYE, su compañía de discos,
decide entonces lanzar un nuevo sencillo durante el mes de marzo,
conteniendo otro tema de Rossi, llamado ‘Black Veils Of Melancholy’, que no
dejaba de ser una copia del ‘Pictures’. La cara B sería ocupada por ‘To Be
Free’, un tema de Roy Lynes que no entraría en el disco. No obtiene éxito y se
intenta recuperar el tirón conseguido inicialmente con un nuevo single. Esta vez
John Schroeder contacta con su amigo Ronnie Scott, que le ofrece tres temas
suyos compuestos con Marty Wilde (padre de Kim Wilde). Uno de ellos es ‘Ice
In The Sun’, editado finalmente a finales de verano y que les lleva de nuevo a
los charts para alcanzar el Nº 8 en Inglaterra y el 70 en Estados Unidos. En la
gira del verano, su manager contrata como roadie a un joven poeta que
marcaría mucho el destino de Status Quo, su nombre es Bob Young. A su vez
se contrata también a otro roadie para exclusivamente apartar del camino de
los chicos a las chicas enloquecidas en los conciertos. Era Mal Kingsnorth, que
se quedaría durante muchísimos años al lado de los Quo.
Contentos con el resultado del último hit conseguido, la banda insiste en
querer grabar un disco completo, no querían quedarse en una simple banda de
singles que era lo único que habían grabado hasta la fecha. En septiembre de
1968 sale el álbum bajo un título muy largo y totalmente psicodélico. El disco
era un compendio de todos los singles grabados junto a algunas de sus caras
B como ‘When My Mind Is Not Live’, primera composición de Rossi / Parfitt,
versiones como ‘Spicks And Specks’ de los Bee Gees, ‘Gentleman Joe´s
Sidewalk Café’, de Kenny Young (primer tema que se pensó como single),
‘Sheila’ y cortes compuestos especialmente para el grupo por compositores
que se dedicaban a eso, algunos de ellos amigos de Schroeder como los tres
temas de Wilde/Scott, la ya mencionada ‘Ice In The Sun’, ‘Elizabeth Dreams’ y
‘Paradise Flat’ (que en uno de sus máster se podía leer erróneamente
Paradise Hat), otros por productores como Paul Leka en ‘Green Tambourine’
que curiosamente alcanzaría el Top 10 en Inglaterra en febrero de ese año,
pero de manos de una banda llamada The Lemon Pipers, y cuatro cortes
firmados por la banda, ‘Black Veils Of Melancholy’ y ‘Pictures Of Matchstick
Men’ por Rossi, la mencionada ‘When My Mind Is Not Live’ de Rossi/Parfitt y
‘Sunny Cellophane Skies’ de Alan Lancaster.
Se estudia editar un nuevo single en noviembre y se decide que sea
‘Technicolor Dreams’, pero finalmente la compañía lo cancela (según palabras
de Rossi) debido a la poca confianza que PYE le tenía a la canción de cara al
mercado británico, y apostaba por un nuevo tema (finalmente sería otro Rossi
/Parfitt llamado ‘Make Me Stay A Bit Longer’) proponiéndolo, en principio, sólo
para América. Pero algunas copias ya se habían hecho, así que se lanza
también en parte de Europa y Alemania con ‘Paradise Flat’ como cara B
(‘Spicks And Specks’ en América) sin obtener ningún éxito.
E l LP Picturesque Matchstickable Messages From The Status Quo no
entraría en listas y el futuro se antojaba incierto. La portada, que muestra a
APÉNDICES
STATUS QUO EN LOS CHARTS
Puesto 7-Pictures of Matchstick Men (Single)-Enero 1968
Puesto 8-Ice In The Sun (Single)-Agosto 1968
Puesto 12-Down The Dustpipe (Single)-Mayo 1970
Puesto 21-In My Chair (Single)-Noviembre 1970
Puesto 8-Paper Plane (Single)-Enero 1973
Puesto 5-Piledriver (Álbum)-Enero 1973
Puesto 20-Mean Girl (Single)-Abril 1973
Puesto 32-The Best Of Status Quo (Álbum)-Junio 1973
Puesto 5-Caroline (Single)-Septiembre 1973
Puesto 1-Hello (Álbum)-Octubre 1973
Puesto 8-Break The Rules (Single)-Mayo 1974
Puesto 2-Quo (Álbum)-Mayo 1974
Puesto 1-Down Down (Single)-Diciembre 1974
Puesto 1-On The Level (Álbum)-Marzo 1975
Puesto 20-Down The Dustpipe (Álbum)-Marzo 1975
Puesto 9-Roll Over Lay Down (Single)-Mayo 1975
Puesto 7-Rain (Single)-Febrero 1976
Puesto 1-Blue For you (Álbum)-Marzo 1976
Puesto 11-Mystery Song (Single)-Julio 1976
Puesto 9-Wild Side Of Life (Single)-Diciembre 1976
Puesto 3-Status Quo + Live! (Álbum)-Marzo 1977
Puesto 3-Rockin’ All Over The World (Single)-Octubre 1977
Puesto 5-Rockin’ All Over The World (Álbum)-Noviembre 1977
Puesto 13-Again & Again (Single)-Septiembre 1978
Puesto 3-If You Can’t Stand The Heat (Álbum)-Noviembre 1978
Puesto 36-Accident Prone (Single)-Noviembre 1978
Puesto 4-Whatever You Want (Single)-Septiembre 1979
Puesto 3-Whatever You Want (Álbum)-Octubre 1979
Puesto 16-Living On An Island (Single)-Noviembre 1979
Puesto 3-12 Gold Bars (Álbum)-Marzo 1980
Puesto 2-What You’Re Proposing (Single)-Octubre 1980
Puesto 4-Just Supposin’ (Álbum)-Octubre 1980
Puesto 11-Lies / Don’t Drive My Car (Single)-Diciembre 1980
Puesto 9-Something ‘Bout You Baby I Like (Single)-Febrero 1981
Puesto 2-Never Too Late (Álbum)-Marzo 1981
Puesto 8-Rock ‘N’ Roll (Single)-Noviembre 1981
Puesto 10-Dear John (Single)-Marzo 1982
ROCKEANDO POR ESPAÑA
• 12/03/1975 - Palacio de los Deportes, Barcelona
• 14/03/1975 - Teatro Monumental, Madrid
• 15/03/1975 - Anoeta, San Sebastián
• 06/05/1981 - Palacio de los Deportes, Barcelona
• 07/05/1981 - Plaza de Toros, Valencia
• 08/05/1981 - Madrid
• 24/07/1987 - Playa San Juan, Alicante
• 01/08/1987 - Vallecas Rock, Madrid (con Barón Rojo, Barricada, Ángeles
del Infierno y Esturión)
• 19/11/1988 - Palacio de los Deportes, Oviedo (Teloneros: No Exqze)
• 20/11/1988 - Valladolid (Teloneros: No Exqze)
• 22/11/1988 - Pabellón Deportivo Comunidad de Madrid (Teloneros: No
Exqze)
• 23/11/1988 - Valencia (Teloneros: No Exqze)
• 25/11/1988 - Sevilla [sin Andy Bown] (Teloneros: No Exqze)
• 26/11/1988 - Málaga (Cancelado)
• 28/11/1988 - Bilbao (Cancelado)
• 30/11/1988 - Barcelona (Cancelado)
• 25/05/1991 - La Farga, Hospitalet de Llobregat, BCN (Teloneros: James,
Evento de los 40)
• 02/05/1992 - Mollerusa, Lérida (Cancelado)
• 03/05/1992 - Torrelavega
• 05/05/1992 - Pabellón del Real Madrid, Madrid.
• 06/05/1992 - Plaza de Toros, Valencia
• 08/05/1992 - Daimiel
• 10/05/1992 - Mollerusa, Lleida (+ Stock)
• 16/08/1992 - Circuito, Albacete
• 18/08/1992 - Patio de armas del antiguo cuartel de Leganés, Madrid
• ¿?/08/1992 - Benicarló
• 21/08/1992 - Campo de fútbol Ence, Miranda de Ebro, Burgos
• 22/08/1992 - Palau de Plegamans, Barcelona
• 08/10/1994 - Sala Zeleste, Barcelona (+ El increíble Hombre Bala)
• 09/10/1994 - Sala Multiusos, Zaragoza
• 10/10/1994 - Sala Aqualung, Madrid
DISCOGRAFÍA OFICIAL (REINO UNIDO)
LP= ÁLBUM VINILO. CC= CINTA DE CASETE. C8: CARTUCHO DE 8 PISTAS CD: COMPACT DISC.
• 09/68 - PICTURESQUE MATCHSTICKABLE MESSAGES FROM THE
STATUS QUO (Blue PYE) LP stereo NSPL 18220 #LP: NPL 18220.
• 09/69 - SPARE PARTS (Blue PYE) LP stereo version NSPL 18301 # LP:
NPL 18301.
• 08/70 - MA KELLY’S GREASY SPOON (Blue PYE) LP: NSPL 18344 # CC:
ZCP 18344 # C8: Y8P 18344 # Reeditado en CD en abril de 1986: PRT
CDMP 8834.
• 11/71 - DOG OF TWO HEAD (Blue PYE). LP: NSPL.18371 #CC: ZCP
18371 # C8: Y8P 18371 # Reeditado en CD en abril de 1986: PRT CDMP
8837.
• 12/72 - PILEDRIVER (Spiral Vertigo) LP: 6360 082 # CC: 7138 047 # C8:
7739 009. Varias reediciones posteriores en CD.
• 09/73 - HELLO! (Green Vertigo) LP: 6360 098 # CC: 7138 053 # C8: 7739
015. Varias reediciones posteriores en CD.
• 05/74 - QUO (Vertigo) LP: 9102 001 # CC: 7231 001 # C8: 7739 0181.
Varias reediciones posteriores en CD.
• 02/75 - ON THE LEVEL (Green Vertigo) LP: 9102 002 # CC: 7231 002 #
C8: 7739 024. Varias reediciones posteriores en CD.
• 03/76 - BLUE FOR YOU (Blue Vertigo) LP: 9102 006 # CC: 7231 005 # C8:
7739 029. Varias reediciones posteriores en CD.
• 03/77 - STATUS QUO LIVE! (Green Vertigo) Álbum doble. LP: 6641 580 #
CC: 7599 171 # C8: 7799 004. Varias reediciones posteriores en CD.
• 11/77 - ROCKIN’ ALL OVER THE WORLD (World Vertigo) LP: 9102 014 #
CC: 7231 012 # C8: 7739 036. Varias reediciones posteriores en CD.
• 10/78 - IF YOU CAN’T STAND THE HEAT (Green Vertigo) LP: 9102 027 #
CC: 7231 017. Varias reediciones posteriores en CD.
• 10/79 - WHATEVER YOU WANT (Green Vertigo) LP: 9102 037 # CC: 7231
025. Varias reediciones posteriores en CD.
• 10/80 - JUST SUPPOSIN’ (Yellow Vertigo) LP: 6302 057 # CC: 7144 057.
Varias reediciones posteriores en CD.
• 03/81 - NEVER TOO LATE (Yellow Vertigo) LP: 6302 104 # CC: 7144 104.
Varias reediciones posteriores en CD.
• 1990 - THE ANNIVERSARY WALTZ / The Power Of Rock - Perfect
Remedy (Vertigo 878 323-1).
MAXI SINGLE PROMOCIONAL
• 1987 - THE QUO CAKE MIX / The Communards (Vertigo 886 112-1).
ÁLBUMES
• PILEDRIVER (Vertigo 63 60 082) Contraportada diferente.
• HELLO! (Vertigo 63 60 098) Portada de color gris.
• QUO (Vertigo 63 60 106) Contraportada de color gris.
• ON THE LEVEL (Vertigo 63 60 117)Algunas copias llevaban las letras de
las canciones impresas en la contraportada.
• THE REST OF STATUS QUO (PYE P.3.028)Canciones en un orden distinto
y diferente portada.
• HISTORIA DE LA MUSICA POP INGLESA VOL.5 (PYE BML 018)Álbum
individual publicado en 1978. Contenido: ‘Down The Dustpipe’, ‘Gerdundula’,
‘Railroad’, ‘Pictures Of Matchstick Men’, ‘Need Your Love’, ‘Mean Girl’, ‘Tune
To The Music’, ‘Lazy Poker Blues’, ‘Daughter’, ‘Ice In The Sun’ y ‘Junior’s
Wailing’.
• GIGANTES DEL POP (Vertigo 92 79 314) Álbum individual publicado en
1981 con el mismo contenido que el australiano No Thought For Tomorrow.
• HISTORIA DE LA MUSICA ROCK (Vertigo 68 42 269)Publicado en 1982
con el mismo contenido que el álbum oficial On The Level.
• LIVE AT THE N.E.C. (Vertigo 818 947-1) Con el mismo contenido que la
edición australiana.
• THE SINGLES COLLECTION(Vertigo 834 076-1)Álbum individual publicado
en 1987.
• QUO (Vertigo 424 624-1)Reedición del Quo de 1974, realizada en 1990, con
una carpeta diferente.
• LOS GRANDES DEL ROCK VOL.80 - PAPER PLANE (Grupo Editoriale
Fabbri).
VÍDEOS
12 GOLD BARS (1980)
PHONOGRAM
Vídeo de unos 40 minutos de duración del que Phonogram manufacturó unas
pocas copias que fueron entregadas a cada miembro de la banda, siendo las
restantes destinadas al uso interno de la discográfica. Una de ellas acabó en
manos del ganador de un concurso realizado entre el club de fans. Los
videoclips de cada canción serían los mismos que posteriormente aparecen en
el vídeo titulado Rockin’ Through The Years, a excepción de Down Down. La
cinta empezaba y acababa con un mensaje dirigido a los miembros de Quo
que decía: Obsequio a los Status Quo para conmemorar el álbum 12 Gold
Bars y la década que representa (1970-1980), de parte de todos vuestros
amigos en Phonogram.
OFF THE ROAD (1980)
VCL M066A
Con una duración de 21:28 minutos y grabado en 1976, Off The Road fue
publicado en otoño de 1980 y se retiró casi inmediatamente. En la filmación
aparecían los Quo tomando lecciones de conducción de todoterrenos en
Gatton Manor. La banda sonora estaba integrada por los temas ‘Mystery
Song’, ‘Rain’, ‘Nightride’ y ‘Where I Am’, apareciendo además los videoclips de
las dos primeras.
LIVE AT THE NEC (1982)
POLYGRAM VIDEO/SPECTRUM 790 688-2
Vídeo que contiene 80 minutos del concierto que los Quo realizaron en 1982
en el NEC de Birmingham, a beneficio de la fundación benéfica The Prince’s
Trust, que contó con la presencia entre el público del Príncipe Carlos de
Inglaterra. También estaba previsto que la Princesa Diana asistiera a aquel
memorable concierto, pero, embarazada de su primer hijo, los médicos le
recomendaron que anulara el compromiso por los humos sospechosos que se
podrían respirar en el recinto.
Los temas disponibles en el vídeo se ciñen básicamente a los grandes éxitos
de la banda, con pocas concesiones a otros temas que son clásicos de sus
directos de la época. Parte del concierto fue retransmitido por la BBC con
‘Don’t Waste My Time’, ‘Dirty Water’ y ‘Forty-Five Hundred Times’ que no
aparecen en el vídeo Live At The NEC, y sería reeditado en 1986 a través de
FOTOGRAFÍAS
The Spectres (1965). De izquierda a derecha: Alan Lancaster, John Coghlan(batería), Francis Rossi y Roy
Lynes (Cortesía de Duroc Media Ltd.)

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