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SANTUARIO NACIONAL DE
NUESTRA SEÑORA
DE
GUADALUPE
Sacramento - CA - USA
AGRADECIMIENTOS
Nuestro más sincero agradecimiento a las siguientes personas e instituciones por el interés y apoyo
demostrados en la realización de esta exhibición.
Prof. Bruno Barberis, Director del Centro Internacional
de Sindonología, Turín – Italia
Mr. Matthew Barna, Folsom, CA – USA
Sr. Jean-Paul Barth, Vaison la Romaine – Francia
Sra. Mimicha Bobbio de Reutemann – Argentina
Sr. Christian Borghese, Niza – Francia
Casa Editorial Serre – Francia
Confraternidad de los Penitentes Rojos, Niza – Francia
Confraternidad del Santísimo Sudario, Turín – Italia
Prof. Avinoam Danin, Profesor emérito de botánica,
Universidad Hebrea – Jerusalén
École Biblique et Archéologique Française – Jerusalén
Flintco, Inc. , Folsom, CA – USA
Groupo de colaboradores y bienhechores de Sacramento, CA – USA
Sr. Aldo Guerreschi, Turín – Italia
Sra. Ana Chico de Guzmán, Sr. José María Castillejo
Condes de Floridablanca, Madrid – España
Sr. Roland Marghieri, Niza – Francia
Sr. Luigi E. Mattei, escultor, Bolonia – Italia
Sra. Laurie Mijares, Sr. Anthony Mijares,
Fort-Lauderdale – Estados Unidos
Dr. Petrus Soons – Holanda
Maqueta: Martine Ferré, París – Francia
Diseño Gráfico:
– Francia
Copyright © 2009 - Legionarios de Cristo – Todos los derechos reservados
2
Inauguración de la primera exhibición permanente en el Pontificio Instituto Notre Dame de Jerusalén, el 22 de julio de 2006.
3
A
diferencia de la mayor parte de las otras reliquias, la Sábana
de Turín ha sido objeto de una vasta investigación científica
multidisciplinar. Desde hace más de un siglo científicos,
historiadores y teólogos han debatido su autenticidad.
Basados en documentos históricos fiables, la historia de la Sábana
Santa puede remontarse a 1349, en Lirey, Francia, cuando aparece
en circunstancias misteriosas una presunta “Sábana de Cristo”.
En 1355 su propietario, el caballero francés Godofredo II de Charny,
organizó la que es considerada primera exhibición pública, en una
modesta iglesia de Lirey. Su esposa, Juana de Vergy, era bisnieta de
Otón de Roche, quien dirigió el saqueo de Constantinopla (1204).
Inmediatamente comenzaron a acudir numerosos peregrinos. En
el año 1453, su nieta, Margarita de Charny, vendió la Sábana al
Duque Luis I de Saboya por dos castillos.
Cuando el Papa Sixto IV expresó su convicción de que la Sábana
Santa era el auténtico lienzo fúnebre de Jesús, la familia Saboya
construyó en Chambéry, Francia, una capilla dedicada a su custodia
(1464). El lienzo fue conservado en una urna de plata.
L
a Sábana Santa es un lienzo de lino tejido en forma
de espina de pescado que mide 4,36 m. de largo por
1,10 m. de ancho (14 pies, 3 pulgadas por 3 pies,
7 pulgadas) con una franja de 8 cm. del
mismo tejido cosida a lo largo del borde
superior. (3 pulgadas) del mismo tejido.
Un solo lado de la tela está impreso y
reproduce la imagen frontal y dorsal de
un hombre muerto después de haber sido
crucificado.
La parte anterior y posterior del lienzo
ha conservado una débil imagen de color
marrón claro, cuya intensidad varía en
función de la distancia entre el cuerpo
y la tela. Las manchas de color rojo se
deben a la sangre.
A primera vista los signos más visibles son las líneas del
tejido quemado, interrumpidas por numerosos parches
sobre los agujeros provocados por la caída de gotas de
metal fundido, que provenían del relicario
en el que el lienzo estaba guardado, durante
el incendio de 1532 en la Sainte Chapelle
de Chambéry, en Francia. El agua utilizada
para extinguir el fuego del incendio ha
dejado manchas visibles a lo largo del
perímetro de la Sábana, entre el rostro y la
nuca, el pecho y las rodillas.
Una antigua tradición identifica esta Sábana
con el lienzo que envolvió el cuerpo de
Jesús. De hecho, es notable la coincidencia
entre lo que la Sábana muestra y la
narración histórica de la Pasión que refieren
los Evangelios.
En 1532 un incendio en la capilla dañó el lienzo al caer sobre él
una gota de metal fundido, proveniente del relicario que la protegía,
y atravesó todos los pliegues, destruyendo una parte del tejido. A
esto se debe la presencia en el tejido, sometido al calor, de diversos
orificios simétricos en forma triangular y de dos líneas oscuras
visibles a ambos lados de la imagen.
La Síndone reparada en el año 1534 por las clarisas del convento
de Chambéry, quienes cosieron el lienzo sobre una tela de soporte
(conocida como “tela de Holanda”) y cubrieron los hoyos con
veintidós parches.
En 1578 el Cardenal Carlos Borromeo había decidido hacer una
peregrinación a pie para venerar el sagrado lienzo. Para evitar que
tuviera que atravesar los Alpes, la Sábana Santa fue transferida
a Turín, Italia. Desde entonces la Sábana Santa ha permanecido
siempre en Turín, excepto durante la segunda guerra mundial,
cuando fue ocultada en la Abadía de Montevergine, en Avellino,
Italia.
Finalmente, Humberto II de Saboya, el último rey de Italia depuesto
en 1946 y muerto en 1983, dejó en herencia la Sábana Santa al
Vaticano. Terminó así la custodia de cinco siglos de la Sábana
Santa por parte de la casa de los Saboya.
Antes de 1350 la historia de la Sábana Santa no es muy clara. En los
primeros dos siglos de la era cristiana no se tienen noticias ciertas
de la existencia de este lienzo fúnebre.
Sea cual fuere la respuesta, a lo largo de los siglos este lienzo ha fortalecido la fe de millones de cristianos; ha
aumentado su sensibilidad ante los sufrimientos de Cristo y ha inspirado una respuesta de amor. Hoy, puede ayudarte
a conocer y apreciar con mayor profundidad la pasión que Jesús sufrió por la redención de todos los seres humanos.
4
Sin embargo, la historia nos ha conservado algunos indicios para
reconstruir las etapas posibles de la conservación del lienzo.
El arte bizantino a partir del siglo VI, representa frecuentemente
a Jesús con rasgos peculiares muy semejantes a aquellos que
aparecen en la Sábana de Turín.
El estudio científico de esta pieza arqueológica inicia el 25 de mayo
de 1898, cuando un fotógrafo aficionado, Secondo Pía, hace las
primeras fotografías de la Síndone. Al revelarlas se dio cuenta de
que la imagen impresa sobre la lámina no era un negativo, como era
de esperarse, sino que se comportaba como una imagen positiva.
Este sorprendente descubrimiento llevó a la conclusión de que la
imagen misteriosamente impresa sobre la Sábana es un negativo
fotográfico; descubrimiento confirmado en 1931 cuando el fotógrafo
profesional Giuseppe Enrie pudo obtener nuevas fotografías.
La primera fotografía de la Sábana Santa cambió el rumbo en la
historia de la Síndone. Ha dado inicio a un periodo fascinante
de investigación científica. Podemos decir que desde entonces,
probablemente no existe otro objeto que haya sido objeto de una
investigación científica y multidisciplinar tan extensa y variada.
En 1988 un controvertido análisis del tejido, efectuado con el método
del radiocarbono, atribuyó la datación del lienzo al medioevo, pero
este resultado ha sido puesto en entredicho desde sus fundamentos.
Hasta el día de hoy continúa el debate entre los científicos sobre
la posibilidad de utilizar dicho método para datar un objeto con
características históricas, físicas y químicas tan peculiares.
En cualquier caso, la presentación lógica y organizada de los
resultados científicos obtenidos lleva a la conclusión de que la
Sábana refleja con evidencia y extraordinario detalle, la exactitud
de la narración evangélica de la Pasión de Cristo. Es imposible
considerar como una falsificación medieval tanto la imagen en sí
misma como la información que contiene.
El Simposio Científico Internacional que se tuvo en Turín del 2 al
5 de marzo del 2000 declaró que aplicando a la investigación sobre
la Sábana Santa las mismas categorías científicas comúnmente
utilizadas en el estudio de fenómenos físicos, la ciencia puede afirmar
que es auténtica. Los participantes en el simposio concluyeron que
“los conocimientos actuales permiten afirmar con certeza que la
imagen corpórea no es una pintura, como ha sido demostrado y
verificado por los resultados de los experimentos químico-físicos y
de los análisis realizados en ordenador”.
En todo el mundo existen numerosos centros de estudio que
promueven y coordinan iniciativas, estudios e investigaciones
científicas sobre la Sábana Santa. (Por ejemplo en Argentina,
Australia, Brasil, Canadá, Francia, Inglaterra, Italia, Japón, México,
España, Estados Unidos)
El 24 de mayo de 1998 Juan Pablo II, en un discurso ante la
Sábana Santa, dijo: “…la Sábana Santa es una provocación a la
inteligencia. Ella reclama sobre todo la atención de cada hombre,
en particular de los investigadores, para captar con humildad el
profundo mensaje enviado a su razón y a su vida…”.
5
O Interesante miniatura extraída del manuscrito del cronista bizantino Juan
Skylitès. (Siglo XI. Biblioteca Nacional, Madrid, España).
El traslado del Santo Rostro del Cristo de Edessa (hoy Sanli Ufra, Turquía) al
Emperador de Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) en el 15 de agosto
del año 944.
La cabeza de Cristo se ve pintada sobre un lienzo que ha sido doblado varias
veces.
Lirey 1354
Chambéry 1453
Turín 1578
Constantinopla
(hoy Estambul)
944 - 1204
M Icono del año 945 conservado en el Monasterio de santa Catalina (Sinaí)
que presenta al rey Abgar V recibiendo el Lienzo de Edessa.
Edesa
(hoy Sanli Ufra) 544
Atenas 1206
Jerusalén 33
Reconstrucción del probable recorrido de la Sábana Santa desde Jerusalén hasta Turín.
M Miniatura extraída del manuscrito “Códice Pray” que se conserva en
la Biblioteca Nacional de Budapest, Hungría. Muestra la Sepultura (con las
manos de Cristo cruzadas y solamente cuatro dedos visibles en cada mano,
como en la Sábana Santa) y la visita de las mujeres piadosas en la mañana
de Pascua (donde se aprecia que el lienzo utilizado en el entierro posee las
formas características del tejido).
En el año 1150 se mostraron en Constantinopla a los embajadores de Hungría
los tesoros imperiales, incluyendo lo que se consideraba el lienzo fúnebre
de Cristo. El Códice está datado entre el 1192 y el 1195 y las miniaturas
corresponden a algunas décadas anteriores.
6
M A partir del siglo XIV la Sábana Santa ha sido expuesta frecuentemente al
público.
El peculiar entramado de la Sábana Santa está representado alrededor del año
1348 sobre una medalla en recuerdo de la peregrinación a Lirey conservado en
el Museo Cluny en París (Francia).
7
El papa Juan Pablo II
arrodillado en oración ante la
Sábana Santa el 24 de mayo
de 1998.
N Las Clarisas de Chambéry reparando la Sábana Santa en abril de 1534.
La fachada de la catedral de
Turín durante la exhibición
de 1898 (fotografía de
Secondo Pía).
M Exhibición de la Sábana. Miniatura que data del año 1559.
Esta estampa muestra una exhibición “al estilo de Chambéry”, es decir al
aire libre y con la Sábana sostenida por los obispos.
La exhibición tuvo un
enorme impacto entre el
pueblo.
Participaron alrededor de
800.000 personas durante
poco menos de 9 días -199
horas de exhibición-, con
una media de 90 000
personas por día.
M Macrofotografías de los remiendos y de los parches.
Vista del peculiar entramado de la Sábana. Es un tejido raro con diseño en
forma de esqueleto de pescado.
M Deposición de la cruz con la Sábana de Turín, pintura de Giovanni
Battista della Rovere (“El Flamenquillo”, 1561-1627).
8
La exhibición más
reciente de la Sábana
Santa fue durante el
Jubileo del año 2000.
Participaron más de un
millón de peregrinos.
D
el discurso de Su Santidad Juan Pablo II en
la catedral de Turín el domingo 24 de mayo
de 1998:
“La Sábana santa es un reto a la inteligencia.
Ante todo, exige de cada hombre, en particular del
investigador, un esfuerzo para captar con humildad
el mensaje profundo que transmite a su razón y a su
vida (…). Dado que no se trata de una materia de
fe, la Iglesia no tiene competencia específica para
pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a
los científicos la tarea de continuar investigando para
encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes
relacionados con este lienzo que, según la tradición,
envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue
depuesto de la cruz (...).
Para el creyente cuenta sobre todo el hecho de
que la Sábana santa es espejo del Evangelio. (...)
no se puede prescindir de la consideración de que
la imagen presente en él tiene una relación tan
profunda con cuanto narran los evangelios sobre la
pasión y muerte de Jesús, que todo hombre sensible
se siente interiormente impresionado y conmovido al
contemplarlo (...).
En la Sábana santa se refleja la imagen del
sufrimiento humano. Recuerda al hombre moderno,
distraído a menudo por el bienestar y las conquistas
tecnológicas, el drama de tantos hermanos, y lo
invita a interrogarse sobre el misterio del dolor,
para profundizar en sus causas. La impronta del
cuerpo martirizado del Crucificado, al testimoniar
la tremenda capacidad del hombre de causar dolor y
muerte a sus semejantes, se presenta como el icono
del sufrimiento del inocente de todos los tiempos:
de las innumerables tragedias que han marcado
la historia pasada, y de los dramas que siguen
consumándose en el mundo.
(…) La Sábana santa no sólo nos impulsa a salir de
nuestro egoísmo; también nos lleva a descubrir el
misterio del dolor que, santificado por el sacrificio de
Cristo, engendra salvación para toda la humanidad.
La Sábana santa es también imagen del amor de
Dios, así como del pecado del hombre (…) Ante
ella, los creyentes no pueden menos de exclamar
con toda verdad: «Señor, ¡no podías amarme más!»,
y darse cuenta en seguida de que el pecado es el
responsable de ese sufrimiento: los pecados de todo
ser humano(...).
La Sábana santa es también imagen de impotencia
(...) A todos desconcierta el pensamiento de que ni
siquiera el Hijo de Dios resistió a la fuerza de la
muerte; pero a todos nos conmueve el pensamiento
de que participó de tal modo en nuestra condición
humana, que quiso someterse a la impotencia total
del momento en que se apaga la vida (...)
La Sábana santa es imagen del silencio. Ella no
sólo expresa el silencio de la muerte, sino también
el silencio valiente y fecundo de la superación de
lo efímero, gracias a la inmersión total en el eterno
presente de Dios(...)..
(…) La Sábana santa nos presenta a Jesús en el
momento de su máxima impotencia y nos recuerda
que en la anulación de esa muerte está la salvación
del mundo entero. La Sábana santa se convierte, así,
en una invitación a vivir cada experiencia, incluso la
del sufrimiento y de la suprema impotencia, con la
actitud de quien cree que el amor misericordioso de
Dios vence toda pobreza, todo condicionamiento y
toda tentación de desesperación (…)”.
9
E
l estudio científico de esta pieza arqueológica inicia el 25 de
mayo de 1898 cuando un fotógrafo aficionado, Secondo Pia
, hace las primeras fotografías de la Síndone. Al revelarlas
se dio cuenta de que la imagen impresa sobre la lamina no era un
negativo, como era de esperarse, sino que se comportaba como
una imaginen positiva. Esta sorprendente descubrimiento llevo a
la conclusión de que la imaginen misteriosamente impresa sobre la
Sabana es un negativo fotográfico. P
1898
O En 1931 Giuseppe Enrie, fotógrafo profesional, tomó otra serie
de fotografías de la Sábana Santa. Los negativos confirmaron lo
que Secondo Pía había descubierto 33 años atrás. La fotografía más
impresionante es la del rostro del Hombre de la Sábana Santa que
Enrie pudo tomar en primer plano y sin el cristal que protege al
lienzo. Impacta la expresión altamente majestuosa del rostro.
La imagen frontal de la Sábana en el positivo fotográfico (es decir, como
realmente se ve en el lienzo) y en el negativo fotográfico que permite una
perfecta visión de la imagen.
Pintura de Jean-Gaspard Baldoino (1660). Capilla de la confraternidad de los Penitentes Rojos. Niza, Francia.
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La imagen dorsal de la Sábana, mostrada también en ambos para una
mejor visión.
La imagen impresa sobre el tejido es un negativo natural y por lo tanto la inversión fotográfica da origen a una imagen en positivo de
sorprendente nitidez. Numerosas investigaciones físicas y químicas nos han permitido conocer más a fondo las características de esta
imagen, pero su origen permanece sin explicación satisfactoria y hasta hoy no ha sido posible copiarla fielmente a pesar de todos los intentos
realizados.
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Mt 26, 67: «Entonces se pusieron a escupirle
en la cara y a abofetearle; y otros a
golpearle, diciendo: “Adivina: ¿quién te
ha pegado?”».
Mt 27, 26: “Entonces, les soltó a Barrabás y a
Jesús, después de azotarle, se lo entregó
para que fuera crucificado”.
Mc 14, 65: “Algunos se pusieron a escupirle,
le cubrían la cara y le daban bofetadas,
mientras le decían: ‘Adivina’, y los
criados le recibieron a golpes”.
Mc 15,15: “Pilato, queriendo complacer a la
gente, les soltó a Barrabás y les entregó
a Jesús, después de azotarle, para que
fuera crucificado”.
Mc 15, 16-19: “Los soldados […], trenzando una
corona de espinas se la ciñeron sobre su
cabeza […]. Y le golpeaban en la cabeza
con una caña y le escupían […]”.
Jn 19,1: “Pilato entonces tomó a Jesús y mandó
azotarle”.
Sobre la espalda son visibles innumerables lesiones de flagelación y, en la
zona lumbar, se nota un flujo transversal de sangre que proviene de la herida
del costado, y que ha fluido después de la deposición de la cruz.
Las marcas de los golpes con el flagelo cubren todo el cuerpo del crucificado.
«En total he contado más de cien, quizá ciento veinte» (P. Barbet).
Sobre la imagen del rostro son visibles al centro de la frente un surco de sangre venosa con la
forma de un “3” invertido, proveniente de una herida de la vena frontal. Cerca del inicio de la
cabellera, dos pequeños goteos de sangre arterial desprendidos de una herida que ha dañado
la parte frontal de la arteria temporal.
Jn 19, 5: «Salió Jesús afuera llevando la corona
de espinas y el manto de púrpura. Díceles
Pilato: “Aquí tenéis al hombre”».
Jn 19, 17: “Y Él cargando con su cruz, salió hacia
el lugar llamado Calvario, que en hebreo
se dice Gólgota, y allí le crucificaron”.
Los golpes de flagelo dados con
la mano hacia delante están
distribuidos como abanico desde
los hombros hasta la pantorrilla.
Algunos golpes fueron dados con la
mano al revés como se evidencia
por las marcas de la espalda.
Sobre la nuca son visibles numerosos coágulos de sangre semejantes a los de la frente. Las
espinas, que han causado profundas heridas en la cabeza, han dañado posiblemente algunas
partes de la arteria occipital y algunas venas profundas. La sangre efectivamente es de tipo
arterial-venoso.
12
13
Jn 19, 33: “Pero al llegar a Jesús, como le vieron
ya muerto, no le quebraron las piernas”.
Is 52, 14: “Así como se asombraron de Él muchos
-pues tan desfigurado tenía el aspecto
que no parecía hombre, ni su apariencia
era humana”.
Is 53, 2-5: “Creció como un retoño delante de
Él, como raíz de tierra árida. No tenía
apariencia ni presencia; le vimos y no
tenía aspecto que pudiésemos estimar.
L
a mancha de sangre de la herida en el costado es de 6 cm. de
ancho por 15 cm. de largo. La herida pudo ser provocada por
un golpe de lanza.
L
as dos posiciones del crucificado sobre la cruz: una “caída”
y otra “levantada”, para evitar la muerte inmediata por
asfixia.
Se puede ver que las heridas provocadas por los clavos están
en las muñecas y no en la palma de las manos (que no podrían
haber soportado el peso del cuerpo), en evidente contraste con las
figuraciones artísticas de todos los siglos.
Los clavos usados para la crucifixión han penetrado las
muñecas en el espacio que hay entre los huesos del
carpo, dañando el nervio mediano y provocando,
además de un dolor atroz, el ocultamiento del dedo
pulgar dentro de la palma de la mano. Esto explica
por qué en la impresión de las manos sólo aparecen
cuatro dedos.
Los dos surcos de sangre opuestos visibles sobre
la muñeca indican los ángulos formados por los
brazos en las dos posiciones que el crucificado
asumía sobre la cruz.
La fractura de las piernas del crucificado provocaba una
muerte rápida por asfixia ya que con las piernas fracturadas no le
era posible impulsarse para respirar. Las piernas del hombre de la
Sábana Santa no fueron fracturadas, como de hecho sucedió con
Jesús, pues ya estaba muerto (Jn 19, 33-34).
14
“(…) pero uno de los soldados golpeó su
costado con la lanza y al instante salió
sangre y agua”. (Jn 19, 34).
Despreciable y desecho de hombres, varón de
dolores y sabedor de dolencias, como uno ante
quien se oculta el rostro, despreciable, y no le
tuvimos en cuenta. ¡Y con todo eran nuestras
dolencias las que Él llevaba y nuestros dolores
los que soportaba! Nosotros le tuvimos por
azotado, herido de Dios y humillado.
Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido
por nuestras culpas. Él soportó el castigo que
nos trae la paz, y con sus heridas hemos sido
curados.”
Una observación detallada con la ayuda de
la microfotografía nos permitiría individuar
algunos círculos claros alrededor de las
manchas de sangre debidos al flujo de suero. Puesto que sólo en
un cadáver se da la separación de la sangre en la parte corpuscular
(roja) y en aquella serosa (acuosa), se deduce que la herida en el
costado fue producida cuando el crucificado ya estaba muerto. La
salida de suero ofrece una explicación convincente a lo que Juan
interpretó como agua saliendo del costado atravesado de Cristo.
Del pie derecho (aquel que aparece a la izquierda de la foto) se ve
la impresión de la planta completa, mientras que del pie izquierdo
sólo se distinguen la huella del talón y el orificio agujero del pie.
Los pies fueron clavados uno sobre el otro: el pie izquierdo estaba
puesto sobre el derecho, que se encontraba en contacto con la cruz.
Para respirar y evitar la asfixia el crucificado debía continuamente
levantarse apoyando los pies sobre el clavo, e impulsarse apoyando
las manos sobre los clavos de las muñecas. Romper las piernas de
un crucificado provocaba una rápida muerte por asfixia, ya que así
ya no podía impulsarse para respirar.
En diciembre de 1981 tres investigadores italianos –P.L. Baima Bollone, M. Jorio y A.L. Massaro– probaron que las manchas presentes
en algunos hilos tomados de la Sábana son de sangre humana y en diciembre de 1982 llegaron a la conclusión que “las huellas de sangre
presentes en la Sábana pertenecen al grupo AB”.
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Imágenes de monedas acuñadas por Poncio Pilato para utilizar en Palestina, identificadas en ambos ojos del hombre de la Sábana.
lepton simpulum
dilepton lituus
Pintura de Caffaro Rore.
Mt 27, 59-60: “José tomó el cuerpo, lo envolvió
en una sábana limpia y lo puso en un
sepulcro nuevo que había hecho excavar
en la roca; luego hizo rodar una gran
piedra hasta la entrada del sepulcro y se
fue”.
Jn 20, 4-8: “Corrían los dos juntos, pero el otro
discípulo corrió más rápido que Pedro,
y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y
vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llega también Simón Pedro siguiéndole,
entra en el sepulcro y ve las vendas en el
suelo, y el sudario que cubrió su cabeza,
no junto a las vendas, sino plegado en un
lugar aparte. Entonces entró también el
otro discípulo, el que había llegado de
primero al sepulcro; vio y creyó”.
E
n 1954 Francis L. Filas, S.J., de la
Universidad Loyola de Chicago,
al examinar unas ampliaciones
de las fotografías tomadas por Giuseppe
Enrie en 1931, descubrió sobre el párpado
derecho los trazos de las letras U-C-A-I.
En 1978, algunos científicos, entre quienes
se encuentran John P. Jackson y Eric J. Jumper, al examinar la
imagen de la Sábana con el analizador de imágenes tridimensional
VP8 utilizadosado por la NASA, descubrieron sobre los ojos la
imagen de dos objetos en forma de botón.
Tres años más tarde Filas, trabajando con Michael Marx, experto en
numismática, interpretaron las letras identificadas por Filas en 1954
– UCAI- como parte de la inscripción TIBERIOU KAISAROS
y también descubrieron un lituus (bastón de un adivino). Filas
concluyó que se trata de un dilepton lituus: una moneda acuñada
por el procurador Poncio Pilato entre los años 29 y 32 d.C., en
honor del emperador Tiberio.
Jn 19, 39: “Fue también Nicodemo –aquel
que anteriormente había ido a verle de
noche- con una mezcla de mirra y áloe de
unas cien libras”.
Jn 19, 40-42: “Tomaron el cuerpo de Jesús
y lo envolvieron en paños de lino con
los aromas, según la costumbre de los
Judíos. En el lugar donde había sido
crucificado había un huerto y en el huerto
un sepulcro nuevo, donde ninguno había
sido depositado. Como era el día de la
Preparación de los Judíos y el sepulcro
estaba cerca, pusieron allí a Jesús”.
¿La C en el lugar de la K era un error ortográfico?
Éste era un problema que parecía excluir la identificación positiva
hasta que fue encontrado un auténtico dilepton lituus con el error
ortográfico. Desde entonces se han encontrado algunos otros con el
mismo error. Esta anomalía por tanto, confiere mayor credibilidad
a la identificación de la moneda.
El término lepton significa “pequeño” o “delgado” y en la época de
los Romanos un lepton era una moneda de poco valor, normalmente
la de menor valor.
La tumba de Jesús era probablemente semejante a ésta.
16
Esta moneda romana era comúnmente
llamada lepton en las provincias del
Imperio Romano de lengua griega y así se
encuentra en el Nuevo Testamento.
El lituus era un bastón de madera que los
adivinos tenían en la mano derecha, y que
simbolizaba la autoridad y la vocación
pastoral. Era elevado hacia el cielo cuando los sacerdotes invocaban
los dioses y pronunciaban sus profecías. Cuenta la leyenda que fue
usado por Rómulo en la época de la fundación de Roma en el 753
a. C. Es interesante notar que el báculo que utilizan actualmente los
obispos proviene directamente del lituus.
En el ojo izquierdo Filas ha identificado la imagen de un lepton
simpulum, que fue una moneda acuñada por el procurador Poncio
Pilato hacia el año 29 d. C. Este descubrimiento ha sido confirmado
por el Prof. Baima Bollone y Nello Balossino en 1996.
El simpulum es un símbolo muy frecuente tomado de la religión
romana de la época. Era una copa o cucharón con asa, que los
sacerdotes utilizaban para gustar el vino que vertían en la cabeza
de un animal destinado al sacrificio. A continuación, el adivino
era autorizado a examinar las vísceras del animal y descifrar
signos y presagios que los dioses enviaban al hombre a través del
intérprete.
No es la primera vez que el simpulum aparece en las monedas
romanas, pero sí la primera en que aparece solo. Este dato confiere
una ulterior particularidad a las monedas de Pilato, no sólo en el
contexto de Judea, sino también en relación con todas las demás
monedas del Imperio.
17
C
Aunque, en palabras de un científico, la prueba del carbono 14
ha mostrado que «no es la solución segura y cierta que una vez
creíamos que fuera», la prueba es por lo general, precisa y fiable
cuando los protocolos requeridos son
seguidos.
Para determinar la fecha de la Sábana Santa sólo se contó con una
muestra, dividida en tres partes para los tres laboratorios elegidos.
Raymond N. Rogers, antiguo miembro de Los Alamos National
Laboratory, y jefe del grupo científico de STURP, que llevó a cabo
el primer examen científico multidisciplinar de la Sábana en 1978,
ha mostrado en un estudio publicado el 20 del enero de 2005 que
«…la muestra usada… fue tomada de una parte de la Sábana que
había sido tejida de nuevo. Los resultados de la pyrolisis-mass
spectrometry de la zona de la muestra junto con las observaciones
microscópicas y microquímicas prueban que la muestra utilizada
del carbono radioactivo no fue parte del tejido original de la Sábana
de Turín. Por ello, la fecha indicada por el carbono radioactivo no
es válida para determinar la edad verdadera de la Sábana Santa.»
(en Thermochimica Acta, vol. 425)
El ciclo biológico
del carbono 14
Además del los átomos ordinarios
de carbono (C12), todas las plantas
asimilan una porción de carbono
14 radioactivo (C14). Los animales
comen plantas que contienen C14.
© A. Danin
Si bien los rastros aparecen compuestos por flores ligeramente
aplastadas y agrupadas en racimo, muchas de ellas son claramente
identificables no obstante las imágenes sean débiles, parciales y de
poco contraste.
En la Sábana Santa han sido identificadas visualmente casi
treinta especies de plantas. Estos resultados concuerdan de modo
significativo con las investigaciones hechas por el biólogo forense
Dr. Max Frei quien en 1973 y 1978, a través de cintas adhesivas
tomó algunas muestras del material depositadas en la Sábana Santa.
Frei encontró numerosos granos de polen y consiguió determinar
tentativamente cerca de cincuenta y ocho géneros o especies de
plantas; la mayor parte de las cuales crecen en Medio Oriente.
El choque entre la radiación
cósmica y la atmósfera
produce neutrones de alta
energía.
Como el perímetro de sus áreas de distribución se sobrepone
prácticamente sólo en Israel, el Prof. Danin identifica tres de ellos
en particular como indicadores geográficos.
Estos son el Zygophyllum dumosum, la Gundelia tournefortii y el
Cistus creticus. La zona que mejor corresponde a las regiones de
su difusión es un área que se extiende a lo largo de 10-20 kms. de
este a oeste en línea recta entre Jerusalén
y Hebrón.
Los neutrones se combinan con ozono para
formar carbono 14 radioactivo (C14) e hidrógeno.
C14 y oxígeno se combinan
para formar CO2 radioactivo.
Los animales se alimentan de
plantas que contienen C14.
El mapa –tomado del archivo de A. Daninilustra la distribución del Cistus creticus
(cuadros amarillos), del Zygophylum
dumosum (cuadros rojos) y de la Gundelia
tournefortii (cuadros azules). Por los
indicadores geográficos se concluye que
se han podido colocar flores frescas al lado
o sobre el cuerpo del hombre de la Sábana
Santa sólo en la zona entre Jerusalén y
Hebrón.
La Gundelia tournefortii es un importante indicador geográfico. Imagen de un
pétalo florecido con largas hojas y puntas
espinosas.
Un ramo de Zygophyllum
dumosum: planta endémica
de Israel, Jordania y Sinaí.
El hombre come plantas y animales que contienen C14.
Cuando los seres vivos mueren, el C14 se deteriora;
su edad media es de 5,730 años. La cantidad
de C14 y C12 hace posible determinar la edad de la materia orgánica.
© A. Danin
En el caso de la Sábana de Turín,
incluso los problemas conocidos no
Las plantas están principalmente concentradas alrededor del área
de la cabeza, pero se extienden también a lo largo de los lados de
la parte superior del cuerpo hasta el abdomen. Fueron observadas
la primera vez por el Dr. A. Whanger y la Sra. E. Whanger, y
posteriormente ha confirmado su presencia el Prof. Avinoam
Danin, catedrático emérito de botánica de la Universidad Hebrea
de Jerusalén y especialista a nivel internacional de la vegetación y
la flora de Israel.
© A. Danin
No obstante, uno de los expertos suizos
que en 1988 dató la Sábana, admitió
tres años antes en un documento que
«la existencia de errores importantes
de indeterminación nunca puede
excluirse de ninguna edad de
determinación. Ningún método queda
inmune de dar fechas gravemente
incorrectas cuando en las muestras
hay problemas que no son aparentes…
los resultados manifestados [en
este documento] muestran que esta
situación ocurre frecuentemente»
(W. Woelfli, Archaeological Shard
Dating: Comparison of TL Techniques
with Radiocarbon Dates by Beta
Counting and Accelerator Techniques.
Documento expuesto en la Conferencia
Internacional del Carbono Radioactivo,
Trondheim, Noruega, 1985).
Las fotografías fueron ampliadas a tamaño natural e incluso más
para mostrar las imágenes con mayor precisión.
© A. Danin
No obstante, desde entonces expertos en varias disciplinas han
puesto en duda la fiabilidad de los resultados, dada la historia y
características de la Sábana y el modo en que la prueba se llevó a
cabo.
Discutiendo sobre la discrepancia de 1000 años entre las fechas
resultadas de la prueba del carbono radioactivo de una tela egipcia
y de su edad real – conocida por otras fuentes seguras – el mismo
experto explicó: «En relación con este caso particular es obvio
que el número de 4 muestras investigadas sigue siendo demasiado
reducido para entender correctamente la disparidad observada entre
las fechas aportadas por el carbono radioactivo y la cronología
histórica» (Nuclear Instruments and Methods in Physics Research,
B29, 1987, 1-13).
© A. Danin
E
n 1988, la Santa Sede autorizó realizar una prueba con el
carbono radioactivo para determinar el origen de la Sábana
Santa. Con este fin se cortó un pequeño trozo de una esquina
de la tela, se dividió en tres partes que se enviaron a tres laboratorios:
la universidad de Oxford, la universidad de Arizona y al Instituto
Federal Suizo de Tecnología. El resultado dató la tela en el periodo
entre 1260 y 1390 d.C.
Contornos de imágenes de flores identificables alrededor de la
cabeza, dibujados por el Prof. Avinoam Danin.
entenares de imágenes de partes de plantas, –flores, yemas,
frutos, tallos y hojas– parece ser que han sido identificadas
en las fotografías de alta calidad tomadas a partir de los
negativos de Enrie de 1931. P
fueron considerados suficientemente. Además, varios protocolos
importantes fueron violados.
O Cada cuadro del mapa representa un
área de 5 X 5 Km. en donde se encuentra
la planta.
Cistus creticus
18
19
I
La marcas de las plantas sobre
la Sábana se asemejan a la
impresión de una electrofotografía
(o fotografía Kirlian). A la izquierda se
ve la imagen de un Chrysanthemum
coronarium obtenida por el Prof. O.
Scheuermann.
Siglo XI - Mosaico
Staatliche Museum
Berlín (Alemania).
N
Siglo IV - Fresco
Catacumbas de Comodilla
Roma (Italia). P
© Whanger
O Siglo XII - Mosaico
Basílica del Santo Sepulcro
Jerusalén (Israel).
Siglo XIV - Icono
Monasterio de Chilandari
Monte Athos (Grecia). P
La Corona de Espinas fue fabricada con espinas sacadas de la Gundelia
tournefortii. El tipo de espina, la configuración de la corona y su localización
en el hombro derecho coinciden con las imágenes vistas en la Sábana.
O Siglo XIII - Icono
Monasterio de Santa Catalina
Sinaí (Egipto).
Chrysanthemum coronarium, es una planta
común en Israel.
En la Sábana se ve la
imagen de una cuerda
enrollada. Una parte de la
cuerda se puede ver a la
derecha, y abajo un modelo de cuerda trenzada
por el Prof. Danin según
las antiguas costumbres.
M
Siglo XI - Mosaico
Iglesia de Santa Sofía
Kiev (Ucrania).
N
Para el Prof. Avinoam Danin, como botánico, la presencia de la Gundelia tournefortii y del Zygophyllum dumosum testifican
que la Sábana de Turín tiene realmente su origen en el Medio Oriente.
20
Siglo VI - Icono de
Cristo Pantocrátor
Monasterio
de Santa Catalina
Sinaí (Egipto).
N
El prof. Avinoam Danin con un
ejemplar de Gundelia tournefortii.
© A. Danin
© Whanger
Un cardo de la Gundelia tournefortii identificado por el Prof. Avinoam Danin
cerca del hombro derecho del Hombre de la Sábana.
Estudios experimentales efectuados
por el físico O. Scheuermann, utilizando
descargas eléctricas, han permitido
obtener imágenes de flores similares a
las encontradas en la Sábana.
El Prof. O. Scheuermann utilizó el generador Van de Graaff como
fuente de alto voltaje para crear una impresión electrofotográfica
por emisión electrónica sobre papel fotográfico. Arriba, rasgos de
morfología de la flor creados experimentalmente. La hoja de la flor
muestra dientes prominentes en los márgenes de la hoja impresa y
un centro casi blanco. En la inflorescencia del Chrysantemum, los
flósculos del rayo están claramente desplegados, cada uno con un
margen oscuro, como en la hoja impresa de la flor. Los flósculos
centrales tubulares se ven como puntos en el centro. El cerco
blanco que les rodea corresponde a la depresión entre los dos tipos
de flósculo.
Siglo VI - Mosaico
Iglesia Nueva
de San Apolinar
Ravena (Italia).
N
© De La Setta
© A. Danin
© Whanger
En esta imagen, el rostro del hombre de la Sábana está circundado de iconos y mosaicos de manera que se pueda apreciar la
comparación de los trazos somáticos de la iconografía del rostro de Jesús con aquellos del misterioso rostro de la Sábana.
© A. Danin
© Whanger
mágenes del Zygophyllum dumosum, una
planta endémica de
Israel, Jordania y Sinaí.
Han sido identificadas
en la Sábana dos tipos de
imágenes de hoja así como
de la flor de esta planta.
El diseño de la hoja posee
características originales que son visibles en la Sábana. Otras
especies de Zygophyllum no poseen la misma morfología. Estas
imágenes pueden observarse en las fotografías de Enrie (1931),
de Miller (1978) y de Pía (1898), y también fueron identificadas
por el Prof. Danin al observar directamente la Sábana en el mes de
marzo del 2000.
M
M
Siglo XIII - Icono Siglo XI - Mosaico
Rostov (Rusia). de Cristo Pantocrátor
Daphne (Grecia).
o existe ninguna descripción del aspecto de Jesús en el Nuevo
Testamento ni en otros documentos de la época.
Al inicio del siglo IV la iconografía comienza a desarrollarse
de manera importante en el arte bizantino, gracias en parte a la
tolerancia iniciada con el Edicto de Milán (313).
A partir del siglo VI, de modo improviso, en Medio Oriente y en
los países mediterráneos de la Europa oriental, numerosos iconos,
mosaicos y frescos representan el retrato frontal del rostro de Jesús
con características muy similares a la cara representada en la Sábana.
Los iconos (del griego eikon, ‘imagen’) son imágenes sagradas y,
utilizados en la liturgia, representan principalmente a Cristo. Aunque
no se puede representar lo invisible e incomprensible de Dios, la
encarnación del Hijo de Dios ha inaugurado una nueva “economía” de
las imágenes. El icono no es una obra de arte que tiene el solo objetivo
de ilustrar las Sagradas Escrituras, sino que representa una verdadera
profesión de fe.
Un icono no es solamente una pintura sino una oración y nos muestra
quién es Cristo en el misterio de Dios. Dice San Pablo: “Cristo es
imagen (eikon) del Dios invisible” (Col 1, 15).
Como el Catecismo de la Iglesia Católica dice: “La iconografía
cristiana (ortodoxa) expresa a través de imágenes el mismo mensaje
evangélico que la Sagrada Escritura transmite con palabras. Imagen
y palabra se iluminan mutuamente” (§ 1160).
21
E
n 1930, un investigador francés llamado Paul Vignon, fue el primero en individuar las características
comunes visibles en la iconografía primitiva del rostro de Jesús. Él observó, entre otras cosas, una señal
con forma de U entre las cejas; un triángulo con la punta inclinada hacia abajo sobre el puente nasal; la
ceja derecha un poco más alta que la izquierda; señales evidentes en ambas mejillas; en la mejilla derecha a veces
colocadas un poco más debajo; la cavidad nasal izquierda alargada; una línea acentuada por debajo de la nariz;
una laguna en la barba por debajo del labio inferior y los cabellos de un lado de la cabeza más cortos respecto
del otro lado.
E
l estudio detallado de la impresión que el cuerpo dejó en la
Sábana revela una intensidad variable con una graduación
inversamente proporcional a la distancia entre el lienzo y
el cuerpo. La información obtenida permitió el desarrollo de una
imagen tridimensional con el uso de varias técnicas.
En 1973 P. Gastineau obtuvo un relieve real del rostro midiendo las
diferentes intensidades en las fotografías de G. Enrie de 1931.
En 1974, con la ayuda de un microdensímetro (instrumento que
mide la intensidad de una imagen) y de una reconstrucción de la
manera en que un modelo de la Sábana se extiende sobre el cuerpo,
el físico americano John Jackson y su equipo demostraron que la
intensidad de la imagen varía en modo inversamente proporcional a
la distancia lienzo-cuerpo, con un alto nivel de correlación.
El rostro del Hombre de la
Sábana Santa del que, con
ayuda de la computadora,
han sido eliminadas las
heridas (elaboración del
Prof. G. Tamburelli).
Con las técnicas modernas de análisis de imágenes ha sido posible demostrar que las imágenes
de Jesús, representadas en numerosas obras de
arte, han estado inspiradas muy probablemente
en una imagen muy precisa: la Sábana Santa de
Turín.
Imágenes de Cristo muy parecidas a la de la Sábana Santa se encuentran en monedas a partir del 692,
durante el reinado del emperador bizantino Justiniano II.
Esta correlación puede ser demostrada
utilizando una técnica especial de
elaboración de la imagen, que consiste en
transformar los varios niveles de intensidad
de la imagen en diversos planos de un
bajorrelieve topográfico tridimensional. Si
las intensidades de la imagen de la Sábana
son en efecto correlativas a la distancia entre
el paño y el cuerpo, entonces la imagen en
relieve corresponde a la forma tridimensional
de un cuerpo humano (a excepción del efecto
secundario debido al plegado de la tela).
Realizado por el Prof. G. Tamburelli
Imagen tridimensional del rostro
torturado y herido del Hombre de
la Sábana Santa y su imagen real
habiendo removido las heridas con
la ayuda de la computadora.
El 19 de febrero de 1976 Jackson llevó una
fotografía de la Sábana Santa al laboratorio
de elaboración de imágenes de Bill Mottern.
La imagen de la Sábana fue analizada con el analizador de imágenes
VP-8 -una computadora analógica que transforma directamente la
intensidad de imagen en relieve vertical-. Sorprendentemente la
imagen en relieve apareció con perfectas características anatómicas,
correspondiendo incluso a los detalles más sutiles del rostro.
El hecho de que la imagen frontal del
cuerpo en la Sábana es correlativa
a la distancia entre el paño y el
cuerpo, plantea grandes dificultades
a las hipótesis que explican el
origen de la imagen de la Sábana.
La característica tridimensional de
la imagen refuta fuertemente que haya sido obra de un artista.
Una moneda bizantina acuñada por el emperador Miguel III (842-867) que
reproduce el rostro de Cristo con un mechón de cabello sobre la frente, que
muy posiblemente es una interpretación del coágulo de sangre visible sobre
la frente del Hombre de la Sábana Santa.
22
Comparación de imágenes sobrepuestas de la moneda bizantina del
emperador Miguel III (842-867) y el icono de Cristo Pantocrátor.
El relieve de toda la impresión frontal de la Sábana Santa se ha
confrontado con el negativo fotográfico de Enrie. Es interesante
observar que la intensidad de las diversas características de la imagen
en la fotografía de Enrie (como el rostro, el tórax, las manos, etc.)
han sido interpretadas por el analizador VP-8 como diversos niveles
de relieve. Es evidente que la estructura de la imagen tridimensional
elaborada por el analizador se asemeja en modo extremadamente
real a un cuerpo humano.
Realizado por A. Guerreschi
Imagen tridimensional del rostro torturado del Hombre de la Sábana
elaborada en computadora y la imagen del rostro y del tórax retocada con la
técnica de la foto-relieve.
23
U
n lado de la Sábana Santa muestra la parte frontal y dorsal de
un hombre que fue crucificado. La imagen se encuentra en la
superficie de las fibras más exteriores y tiene características
importantes para las investigaciones tridimensionales.
Al estudiar la imagen a inicios del siglo pasado, el profesor francés
Paul Vignon observó que la imagen en la Sábana variaba según
la distancia del cuerpo a la tela. Las partes más cercanas a la
tela aparecían más obscuras que las que se encontraban a mayor
distancia. Es decir, la densidad de la imagen es proporcional a la
distancia entre el cuerpo y la tela y se debe al hecho de que hay más
fibras descoloridas por unidad. Esto corresponde a la información
tridimensional de la imagen en la escala gris de las fotografías.
U
Los doctores Jackson y Jumper confirmaron la presencia de
elementos tridimensionales en 1977. Un trabajo posterior del
Profesor Tamburelli de la Universidad de Turín confirmó esto.
na fotografía normal de cualquier objeto tridimensional,
sin importar cuál sea la calidad, lo muestra solamente en
dos dimensiones.
La imagen del Hombre de la Sábana muestra las características
del claroscuro que se observan normalmente en el negativo de
una foto, tal y como se descubrió en 1898 cuando Secondo Pia
realizó las primeras fotografías de la Sábana. En la escala de grises
(todas las variaciones del claroscuro) las fotografías contienen una
representación de la distancia entre la tela y la superficie del cuerpo
original tridimensional. Esto quiere decir que nos proporcionan una
codificación tridimensional extraordinaria del cuerpo.
Más recientemente el Profesor Peter Soons y un equipo de expertos
investigaron la posibilidad de producir hologramas de la Sábana
Santa basados en la información tridimensional científica en la escala
gris de la imagen. Lograron con éxito producir estas imágenes.
El Dr. Dennis Gabor, físico húngaro, inventó la Holografía en 1947.
En 1960, el Dr. Theodore Mainman desarrolló el primer rayo láser
que posteriormente tuvo muchas aplicaciones en la Holografía.
Ambos científicos recibieron el premio Nobel.
Las fotografías a colores no contienen esta información
tridimensional.
La holografía consiste en la grabación y reproducción de un objeto
real tridimensional. La reproducción ofrece una imagen iluminada
que puede ser vista desde diversos ángulos y que es una copia
exacta del objeto tridimensional original.
No teniendo acceso al original de la Sábana, fueron utilizadas
copias de segunda y tercera generación de las fotografías tomadas
por Giuseppe Enrie en 1931. Fueron digitalizadas para facilitar la
traducción de la densidad de la imagen a los números de la escala
de grises.
Este proceso de digitalización se centró en la extracción de toda la
información tridimensional que está presente en estas fotografías
especiales de Enrie, de tal manera que una imagen virtual
tridimensional pudiera ser generada por una computadora y – de
ésta – generar un holograma.
El holograma ofrece una excelente oportunidad para ver la imagen
de la Sábana en tres dimensiones.
Holograma del rostro del hombre de la Sábana.
24
Los hologramas del Hombre de la Sábana reproducen el 80% de la
información contenida en el lienzo. Ha sido reconstruida la zona de los
brazos, dañada por el incendio de 1532, así como algunas partes
privadas de información holográfica.
25
L
uigi E. Mattei, diseñador y
escultor, nació en Bolonia en
1945. Es autor de la Puerta
Santa –obra financiada por el Vaticano
y dedicada al tercer milenio– de la
Basílica de Santa María la Mayor de
Roma, y del cuerpo del Hombre de la
Sábana Santa, expuesto en el Museo
de la Sábana Santa de Turín.
Es académico de las Artes de Incisión
en Roma y miembro del Centro
Internacional de Sindonología, así
como del Magisterio Profesional
Gráfico en la especialización estética
y proyección. El Profesor Mattei ha
recibido numerosas condecoraciones
y reconocimientos por su trabajo. Sus obras se encuentran expuestas
en Bolonia y en diversas ciudades de Italia.
Hablando sobre la reconstrucción tridimensional del cuerpo del
Hombre de la Sábana, dice el Profesor Luigi Mattei:
“Me he acercado a la imagen de la Santa Sábana con respeto
y curiosidad, conquistado por el misterio y la fascinación que
de ella emanan. Me sentía desafiado por dar forma a la imagen
física contenida en el lienzo sagrado. El resultado solemne: una
corporalidad humana y misteriosa.
La obra, enésimo testimonio artístico sobre el tema, puede tal vez
ofrecer una contribución a la investigación sobre un descubrimiento
con repercusiones para la ciencia y la fe, pero cuyo mensaje
inmediato se comunica principalmente en términos estéticos.
El ‘verdadero Dios, verdadero Hombre, que ha habitado entre
nosotros` no podía no gozar de una extraordinaria ‘visibilidad`,
testimoniada en las Escrituras y hecha visible gracias a la
Sábana”.
E
n Oviedo, ciudad del norte de España, hay una pequeña
pieza de tela manchada de sangre del tamaño de 82 cm. por
53 cm. (33 pulgadas por 21 pulgadas) ,llamada “el Sudario”
de Oviedo. Tradicionalmente es considerado como el paño que
cubrió la cabeza de Jesús.
Un estudio de 1999 del Prof. Mark Guscin, miembro del grupo
de estudio interdisciplinar del Centro Hispano de Sindonología,
estudió la relación entre los dos tejidos. Sirviéndose de las
ciencias históricas, de la patología forense, de estudios de química
hematológica (el Sudario, como la Sábana, tiene manchas de sangre
del grupo AB y seis puntos con fluido de edema pulmonar; este
fluido es significativo porque indica que el hombre al que cubrió
este lienzo, murió de asfixia, la causa de muerte de las víctimas de
la crucifixión), y de las formas de las manchas, llegó a la conclusión
que los dos paños habían cubierto la misma cabeza en dos momentos
distintos, pero cercanos uno del otro.
Dr. Max Frei encontró polen de Africa Norte en el Sudarium, dato
que concuerda con la historia tradicional de su traslado de Jerusalén
–c. 614– a través de Alejandría a Cartagena, España, después a
Toledo y finalmente en 711 a Oviedo. En la Sábana de Turín no
se encuentra este tipo de polen, y sí granos de polen específico
de Turquía y de Francia que a su vez no están presentes en el
Sudarium.
Los historiadores sostienen que era una costumbre judía poner
sobre la cabeza del cadáver una tela cuando la muerte había sido
tan horrible que la familia no quería ver la cara con el rigor mortis.
El velo facial -del latín “sudarium”-, habría sido puesto sobre la
cabeza de Cristo crucificado mientras se esperaba el permiso de
Poncio Pilato para trasladar el cuerpo.
El Sudario se guarda actualmente en la Cámara Santa, que es una
capilla construida precisamente para el Sudario en la Catedral de
Oviedo.
Alrededor del mundo se conocen varias copias de la Sábana Santa.
Pero en ninguna de ellas la imagen está impresa como un negativo
fotográfico.
Aparece mencionado en el Evangelio de Juan (20, 5-8) como uno
de los paños encontrados en el sepulcro de Jesús.
La existencia y la presencia del Sudario están bien certificadas
desde el siglo VII en España y en Oviedo desde el siglo VIII. Antes
de estas fechas la localización del Sudario es incierta.
Muy pocas personas –incluso en España- hasta tiempos recientes
tenían conocimiento de la existencia del Sudario. En 1969, Mons.
Ricci, estudioso de la Sábana Santa, investigando en los archivos
eclesiásticos descubrió la existencia de esta tela en Oviedo, y
consideró que debía examinarse. En 1987, con la creación de
la Sociedad Española para el estudio del Sudario, se ha hecho
universalmente conocido.
El lino de la Sábana Santa es un tejido fino con forma de pez,
mientras que el del Sudario es un tejido más áspero.
A diferencia de la Sábana de Turín que tiene una imagen de un
hombre crucificado, sobre el Sudario no hay ninguna imagen.
Contiene manchas de sangre y líquido linfático que corresponden al
grupo sanguíneo de la Sábana de Turín.
Teniendo en cuenta la forma de las manchas de sangre, se deduce
que el Sudario estaría puesto sobre la cabeza del hombre mientras
éste se encontraba en posición vertical, presumiblemente mientras
colgaba todavía de la cruz. Este paño sería removido antes de
colocar la Sábana.
26
Copia de la Sábana Santa
(1644) conservada en el
Monasterio de los Hermanos
Capuchinos de Turín, Italia.
Copia de la Sábana (1643),
coleccionador privado.
27
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SANTUARIO NACIONAL DE
NUESTRA SEÑORA
DE
GUADALUPE
711 T Street - Sacramento
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Tel 916 442 3211 - Fax 916 442 3679

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