Cortar lazos obsoletos

Transcripción

Cortar lazos obsoletos
crecimiento personal
Cortar lazos obsoletos
C
ada vez que insultamos a alguien, pensamos mal
de él o le tenemos celos, estamos creando lazos
energéticos con esa persona. Y no sólo existen lazos con
aquellos a los que no tenemos especial afecto, también
con patrones, energías negativas o seres de otros planos.
En una sociedad donde lo enfermizo es considerado
normal, tenemos muchos lazos que cortar para ser más
libres y felices.
¿Cuántas canciones incluyen el famoso “No puedo vivir
sin ti”? ¿Cuántos consideran que “un poco” de celos es algo
bueno? ¿Y cuántos a tu alrededor saben mejor que tú lo que
es mejor para tu vida y lo que puedes o no puedes hacer?
Hay tanto en nuestra sociedad retroalimentando esos lazos
que es totalmente necesario hacer un trabajo consciente
para cortarlos. Porque si bien es cierto que algunos, de los
que somos conscientes, al dejar de alimentarlos se rompen
con el tiempo, también lo es que la mayoría no sabemos
ni que los tenemos. Y si no lo sabemos ¿cómo cortarlos?
Existe una evidente ventaja en no sostener una energía
que no nos beneficia. Cuanto antes cortemos con aquello
que nos ata, antes empezaremos a disfrutar de nuestra
deseada libertad. Entonces, hablemos más de estos lazos.
Como seres multidimensionales que somos tenemos una
dimensión energética. Ella nos pone en relación con
todo aquello que nos rodea. Tenemos lazos o cordones
energéticos con todo lo que amamos, personas, animales
o cosas. Obviamente con los seres vivos la relación es más
profunda y gracias a esas uniones recibimos y enviamos
energía cargada de información. Por eso, muchas veces
cuando nos acordamos de nuestra madre, suena el
teléfono y es ella.
Estos lazos basados en el amor, son muy
positivos para nuestro crecimiento
personal, nos nutren a muchos niveles.
Pero también tenemos lazos energéticos
con aquellas personas a las que no
amamos tanto. Cada vez que estamos
con el “run run” mental de “que malo
fue mi ex novio con lo que me hizo,
tenía que haberle dicho esto o lo otro”,
“mi jefe es de lo peor le deseo que le
pase tal o cual cosa” o “quién se ha
creído esta pues voy a hacer x o y para
no favorecerla”, estamos lanzando
energía cargada de
negatividad a esas
personas.
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A veces lo que queremos es tenerlas lejos pero con esos lazos sólo conseguimos
acercarlas, que ocupen nuestra mente, que sus cosas nos afecten mucho más,
que estén, en definitiva, muy presentes en nuestras vidas.
Además analicemos: ¿cómo nos sentimos cada vez que pensamos así? Hay un
componente de satisfacción, pero de satisfacción no sana. Del querer estar
encima y tener razón, también de la necesidad de recibir reconocimiento. Sea
como sea la situación que nos llevó hasta allí, dejarla ir es un favor que nos
hacemos a nosotros mismos. Nos liberamos de todas esas energías para centrar
nuestra atención en aquel que realmente sí podemos cambiar: nosotros.
Darnos la oportunidad de continuar nuestra vida más ligeros de peso es
también amarnos más. Es permitirnos dejar atrás lo que nos dañó y dejar de
revivir el pasado para poder vivir el presente. Mientras tengamos la mente en
el pasado pasarán dos cosas: no podremos disfrutar del presente y reviviremos
una y otra vez situaciones que no sólo nos hicieron daño entonces, sino que
nos siguen hiriendo ahora.
Si decidimos ser más felices sólo podrá ser acercándonos más al amor.
Pensemos que todo lo que superemos hoy, no lo tendremos que volver a vivir
mañana y que cada vez que soltamos esas “amarras” somos más libres para
crecer, así como para llenar ese espacio dejado con relaciones más sanas.
Todos hemos oído aquello de desaprender lo aprendido, y de eso se trata
precisamente. Al llegar a esta sociedad nos enseñan, la mayor parte de veces
de forma inconsciente, que cierto tipo de cosas son normales: es normal querer
ser más que el otro, es normal tener celos, es normal que hagas lo que el resto
espera de ti, es normal que no digas lo que piensas por si haces daño a alguien,
es normal que te sientas culpable por faltar al trabajo para ir al médico, es
normal buscar venganza… y un largo etcétera de “normalidades”.
Lo que no es normal es que quieras encontrar tu paz interior y hagas lo
necesario para conseguirlo. Efectivamente no es la norma, pero sin duda es
lo deseable.
Y para conseguir ser más felices hay un único camino: acercarnos a nuestra
esencia divina, a nuestro ser superior, a lo que realmente somos, que es Amor.
De forma que hemos de sentarnos y pensar si realmente lo que hace la mayoría
nos hace felices, si odiar, manipular o sentirnos menos nos sigue sirviendo.
Quizás ya nos cansamos de ello, lo que sería maravilloso. Además al haberlo
vivido ya, sabemos sus consecuencias y podemos tranquilamente dar gracias
por los aprendizajes recibidos y renunciar a estas energías.
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crecimiento personal
Hay que tener claro que cortar lazos de energía negativa
que ya no nos sirven más, obsoletos, no significa que no
queramos seguir teniendo una relación con esa persona
a la que nos unían, significa que queremos tener una
relación más sana con ella.
Muchos de los apegos, chantajes emocionales y otras
situaciones que nos duelen se dan dentro de nuestro
círculo más íntimo, en nuestra familia. Querer que
nuestra madre, hermano o pareja dejen de tratarnos como
hasta ahora y establecer nuevos límites, a priori, no es
sencillo. Si ahora clamamos por una relación basada en el
amor y el respeto eso implicará:
1. Reconocer que hasta ahora lo que había no
estaba bien.
2. Reconocer que esa situación dañina fue
permitida por todos.
3. Que hay que cambiar.
Ningún cambio es fácil y el más difícil de todos es el
cambio personal pero también es el más beneficioso. Si
hoy decido que donde me dijeron “no puedes” yo digo
“voy a intentarlo”, que en lugar de insultarte voy a decirte
qué es lo que me duele, que en vez de hacerme una idea de
lo que crees o piensas voy a preguntártelo… Si de verdad
decido cambiar seré más feliz y si logro transmitir bien
ese cambio a todos los de mi entorno lograremos, entre
todos, ir construyendo relaciones más sanas, amorosas y
libres.
Podemos ir pensando en ello y dejar que el tiempo cure
las heridas hoy abiertas o hacer algo de forma activa
para cortar con esas energías. Para decidir entre las dos
opciones sólo hay que hacerse una pregunta: ¿hasta
cuándo quiero convivir con esas energías negativas?"
Raquel Rus
Profesora y terapeuta de itiee
www.itiee.org
HABLAR EN PÚBLICO
LA DIFICULTAD DE
TRATADA CON REFLEXOTERAPIA PODAL INTEGRAL
“
El miedo a hablar
en público,
genera unos
grandes niveles
de ansiedad, por
lo que resultaría
muy conveniente
alcanzar un grado
de seguridad y
confianza que
lleve a la persona
a una sensación
primero de
profunda calma
y después, de
“poderío” personal
L
os pies, las extremidades inferiores
del organismo, están conectadas con
la corteza cerebral a través de más de siete
mil terminaciones nerviosas, ubicadas
tanto en la planta del pie como el resto de
éste. Los Tratamientos con Reflexología
Podal Integral, consiguen el equilibrio
de la Energía Vital con el desbloqueo de
los diez principales canales energéticos
que circulan a través del cuerpo humano
y mejoran notablemente la salud y el
bienestar físico, psíquico, emocional y
espiritual.
Partiendo de que el Tratamiento Natural
que vamos a aplicar, lo llevaremos
a cabo desde una visión Integral,
lo contemplaremos de forma muy
personalizada, ya que la manera de vivir
un problema es diferente para cada una
de las personas que lo padece y tiene
connotaciones muy particulares y varía
dependiendo del diferente miedo que lo
”
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provoque y de las diferentes formas que
cada persona tiene de manifestar sus
emociones.
De la misma manera que cada persona
vive un problema de forma diferente, la
dificultad de hablar en público, para unos
puede suponer tan solo situaciones de
incomodidad o nerviosismo, mientras
que para otros puede ser un miedo,
rayando con el pánico, conocido como
“pánico escénico”, esto puede ser una gran
dificultad, sobretodo si de ello depende
su trabajo, sus estudios o su forma de
relacionarse con el mundo.
El miedo a hablar en público, genera
unos grandes niveles de ansiedad, por lo
que resultaría muy conveniente alcanzar
un grado de seguridad y confianza
que lleve a la persona a una sensación
primero de profunda calma y después,
de “poderío” personal, estado que es
fácilmente alcanzable con la correcta y
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