Foto : Luis Fernando Arellano

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Foto : Luis Fernando Arellano
Foto : Luis Fernando Arellano
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DESDE CHILEMiguel Enríquez, revolucionario del siglo 21 03 “La tarea es
crear una nueva Central Única de Trabajadores para el siglo XXI con los
principios de Clotario Blest 05 No existen cambios doctrinarios entre la Armada
golpista de 1973 y la de 2015 12 A Cerrar el paso al fascismo: manifiesto de
los intelectuales 15cRespuesta al “Manifiesto de los Intelectuales Chilenos”.19
En el aniversario 93 del Partido Comunista de Chile. "El PC debe asumir la
responsabilidad que le corresponde como partido de la clase obrera"31 Sobre las
formas de organización popular: una mirada crítica. 39 En $hile no hay Lucha
de Clases, pero hay cuicos y cuicos. 43
DERECHOS HUMANOSEl informe sobre la tortura confirma que al-Qaeda no
está implicada en los atentados del 11 S. 45 Psicólogos y torturadores: A
propósito del escándalo de la CIA 49 El lobo-cordero y la tortura 51 Ética
profesional en tiempos de crisis. 52 Control, exclusión y nuevas formas de vida
en Chile. 73
AMÉRICA LATINA ENTREVISTA A LOS MIEMBROS DEL COMANDO
CENTRAL DEL ELN 85 Ayotzinapa, emblema del ordenamiento social del
siglo XXI 96 DECLARACIÓN FINAL DE LA XIII CUMBRE DE LA ALIANZA
BOLIVARIANA 100 El nuevo mundo multipolar y América 105
MUJERAuditar la deuda sirve para hacer reivindicaciones con conocimiento; no
pagar es muy simplista 107 El futuro de la humanidad ante la situación
geopolítica actual:. El rol de la integración latinoamericana 110
TEORIA El Estado “ampliado” en el pensamiento gramsciano semicuicos 137
INTERNACIONAL“Podemos y Syriza sostienen posiciones mucho menos
radicales que la derecha antisistémica” 162 Sobre el frente único proletario
168“Hay que dar el ‘Sacudón’ en la batalla ideológica”.1842015: balance y
perspectivas.186 Syriza se enfrenta a decisiones difíciles. 190!Victoria de la
alternativa griega de izquierda a la troika europea! 193
ARTE No todos somos Charlie 196 El caso de Charlie Hebdo permite a la UE
poner en vigencia el Proyecto Indect 198 La doble moral capitalista: El
atentado a Charlie Hebdo y la geopolítica mundial199 En la estela de
Piscator. Sobre “Los hombres de negro” y “Ubú y la comisión de la verdad200
La Poesía como Instrumento de la Verdad”. "¡Este es nuestro manifiesto!".203
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¿Podemos fiarnos de la progresía intelectualista?.205 Video :
Foto : Luis Fernando Arellano
Desde Chile
Miguel Enríquez, revolucionario del siglo 21. Michael Löwy. 12.Dic.14
:: Chile
Hace cuarenta años cayó Miguel Enríquez, líder del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, combatiendo con las armas en la mano a la dictadura militar pinochetista
Para nosotros, simpatizantes de la lucha latinoamericana viviendo en Paris, fue un
duro golpe, que recibimos con una inmensa tristeza: es que Miguel era no solo un gran
revolucionario chileno, sino también un símbolo universal, una esperanza para los
rebeldes de todos los continentes. Salimos a la calle en manifestación, con la consigna
“¡Miguel Enríquez, Presente!”. Como decía Daniel Bensaïd, uno de los mayores
admiradores de Miguel en la izquierda revolucionaria francesa, nuestra apuesta por la
revolución es necesariamente melancólica, tantos fueron los nuestros asesinados por la
reacción.
Desde 1974, muchísimo ha cambiado Chile, América Latina y el mundo. Para los
ideólogos del conformismo tibio, Miguel es un hombre del pasado: ya no hay dictadura
militar en Chile, tampoco en los demás países de América Latina; y ya no hay grupos
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guerrilleros en el continente (salvo en Colombia, pero están en negociaciones de paz).
Este discurso es falso y mistificador, por una razón sencilla: Miguel Enríquez empezó su
lucha muchos años antes del golpe militar del septiembre 1973. Su enemigo, desde el
inicio de su recorrido militante, era la dominación imperialista, y, de forma indisociable,
el sistema capitalista. Anti-imperialista y anti-capitalista: esta era la bandera
rebelde de Miguel, sin concesiones, sin capitulaciones, sin compromisos.
Esta es precisamente una de las razones de su impresionante actualidad en 2014:
las formas de dominación imperialista han cambiado, pero no su esencia. Para el pueblo
argentino en lucha contra los fondos buitres, para los campesinos indígenas de Perú
enfrentados à las multinacionales de la minería que destruyen los bosques y envenenan
los ríos, y para tantos otros, el mensaje anti-imperialista de Miguel es contemporáneo.
El sistema capitalista tampoco ha cambiado su naturaleza intrínsecamente
perversa, opresora, y destructora. En particular, bajo su forma dominante, neoliberal, ha llevado sus infamias à todo el planeta: miseria, desempleo, regresión
social, desmantelamiento de la educación y la salud públicas, sumisión de los
pueblos à la dictadura de los mercados financieros. Para los anticapitalistas de
hoy, las ideas, los argumentos, las convicciones de Miguel siguen vigentes, más que
nunca, en Santiago, en Paris y en cualquier rincón del mundo.
Pero el combate de Miguel no era solo anti-sistémico: tenía también un horizonte
utópico/revolucionario, la esperanza, la apuesta en una nueva sociedad, una sociedad sin
explotación y sin opresión, inspirada por valores de justicia social, dignidad humana,
igualdad entre hombres y mujeres, solidaridad, socialismo. Hoy, cuando en toda América
Latina se discute de la propuesta de un” socialismo del siglo 21”, el mensaje socialista
revolucionario de Miguel vuelve a estar en el orden del día.
¿El análisis de coyuntura de Miguel en 1973-74 era cierto o equivocado? ¿Su táctica
era la más apropiada? Cuarenta años después estas cuestiones perdieron mucho de su
interés. Lo que queda es la integridad de un individuo, su decisión de arriesgar su
pellejo por la causa de la libertad, de la democracia, de la emancipación de los
trabajadores, del socialismo. Lo que nos deja en herencia es la altura moral de su
compromiso revolucionario.
Miguel Enríquez fue abatido por la dictadura militar. Su tentativa de
movilizar la juventud y los trabajadores en contra de Pinochet y sus sicarios, no se
logró. Como José Martí, Emiliano Zapata, Augusto Cesar Sandino, Farabundo Martí,
Camilo Torres, Ernesto Che Guevara, Carlos Marighella y tanto otros, el cayó
victima de las fuerzas opresoras.
Los partidarios del pinochetismo, y otros funcionarios de la reacción tratan de
presentar à Miguel como un fanático, un “terrorista”. En un comentario acerca del Che
Guevara y de Miguel Enríquez, Daniel Bensaïd decía (en un dialogo del 8.12.2007 con
Carmen Castillo): “parece que quieren, tantos años después, asesinar la memoria
después de haber asesinado los hombres. Es como si los vencedores no pudieran dormir
tranquilos, como si no estuvieron tan seguros de su victoria.”
Como nos enseña Walter Benjamín, la memoria de las víctimas del pasado es
una fuente esencial de las luchas del futuro. La fuerza mesiánica de los vencidos es
un factor histórico decisivo. La rememoración de los luchadores derrotados es
parte de la tradición de los oprimidos, sin la cual no puede existir ni resistencia ni
combate emancipador.
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¡Miguel Enríquez, Presente!
CALPU
13 Dic 2014. Chile: “La
tarea es crear una nueva Central Única de
Trabajadores para el siglo XXI con los principios de Clotario Blest”.
Escrito por Andrés Figueroa Cornejo. Kaos en la red.
La travesía creativa desde un
sindicato clandestino
hasta
la
democratización colectiva de una
organización masiva que no piensa
detenerse. Entrevista con Jorge Pizarro
Álvarez, dirigente de los bodegueros de
Walmart-Chile.
Como si el reloj-control que
determina la medianoche de obreros
azules fuera el orden natural de las cosas,
ingresamos al tercer turno del centro de
distribución logístico de la transnacional
usamericana del retailer planetario,
Walmart
en
Chile
(http://es.wikipedia.org/wiki/Walmart_
Chile). De estas bodegas donde se
transita en tres minutos por cámaras de
30º grados bajo cero y 30º grados sobre
cero, salen las mercaderías que
alimentan a la cadena de supermercados
Líder, Ekono, Líder Mastercard y
SuperBodega ACuenta, Central Mayorista
y Espacio Urbano en sus formatos
diferenciados según la segmentación
social de los consumidores.
Pero Walmart compró la industria
al grupo económico Ibáñez sólo hace
unos meses. La familia Ibáñez proviene
en línea directa de Carlos Ibáñez del
Campo, presidente chileno en dos
oportunidades: alrededor de los años 30’
y de los 50’ del siglo pasado. El militar y
político fue un fascista en regla: participó
en un par de golpes de Estado antes de
acceder al Ejecutivo mediante elecciones;
se acriminó con comunistas y
homosexuales, creó la fuerza de
carabineros (a la italiana), se concentró
en la policía política, y adoptó un
programa nacional-desarrollista basado
en el rol del Estado de conciliación de
clases y promotor de la industria de
sustitución de importaciones, como
ocurrió al mismo tiempo en otros países
periféricos del mundo. Por eso sus
descendientes
fueron
bendecidos
económicamente por la dictadura cívicomilitar de 1973. A modo de
agradecimiento y en los albores de los
gobiernos civiles de los 90’, levantaron
un busto del general Pinochet en medio
de la corporación, como si fuera una
dependencia castrense, y entre sus
colaboradores centrales estuvo el
reconocido violador de derechos
humanos y ex embajador de la tiranía en
la ONU y su ex delegado en la OEA, Sergio
Diez
o
“Harry,
el
sucio”
(http://es.wikipedia.org/wiki/Sergio_Di
ez).
La cadena de supermercados
Líder se llamó comercialmente D&S
en los 90’ y Dos Álamos durante la
dictadura. Así fue entregada para la
distribución de mercadería a la familia
Ibáñez por el general Pinochet.
Posteriormente, entre 2009 y 2010
comenzó el proceso de traspaso y venta
desde el grupo Ibáñez a la transnacional
Walmart, una de las tres corporaciones
que controlan el retailer a escala global.
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Jorge Pizarro es dirigente del
Sindicato de Trabajadores Bodegas LTS
D&S-Walmart y relata que incluso
“miembros del Ejército visitaron varias
veces a la empresa para estudiar el
sistema logístico que se usaba aquí.
Nosotros mismos, los trabajadores,
tuvimos que enseñarles el modelo de
abastecimiento
AS400
(http://es.wikipedia.org/wiki/AS/400).
Ya estábamos en los gobiernos civiles”.
La dignidad
“El 98% de los trabajadores/as de
las bodegas de Walmart-Chile está
sindicalizado. Por eso somos una de las
organizaciones más importantes del
rubro en el mundo”, dice Jorge Pizarro
Álvarez, ex militante de las Juventudes
Comunistas y combatiente antifascista
durante la tiranía, y añade que “El
sindicato nació el 2006, cuando estaban
los Ibáñez. Ahí se realizó la primera
negociación
colectiva,
con
256
trabajadores. El logro más valioso que
obtuvimos fue la dignidad. Era lo que
buscábamos ante tanto atropello,
horarios de explotación sin fin, maltrato
psicológico y físico. En esa época no
teníamos idea de cuánto tonelaje de cajas
con mercadería cargábamos por persona.
Hoy sabemos que en cada uno de los tres
turnos diarios, de 7.5 horas cada uno, el
trabajador mueve entre 600 a 700 cajas
que pesan 40 kilos por unidad.”
-¿Cuál era la remuneración de un bodeguero al 2006?
“De un trabajador recién ingresado, igual al salario mínimo. Si se enlistaba en el
sindicato, comenzaba a gozar de los reajustes porcentuales conquistados. Y el promedio
de edad de los obreros es de 30 años. Ahora, al 2014, la remuneración promedia los 600
mil pesos (USD1.000).”
Del sindicato clandestino a la colectivización masiva de la organización
-¿Cómo se generó la organización?
“Con unos compañeros teníamos el
Ibáñez, uno de los más poderosos en
objetivo de crear un sindicato y me
Chile, cuando en general en el país la
enteré en la propia Inspección del
inmensa mayoría de los trabajadores, y
Trabajo que ya existía uno. Lo que ocurre
nosotros no éramos la excepción, ni
es que se mantenía prácticamente
siquiera ha participado en un sindicato?
clandestino. Era un activo que no
Lo único que ganamos en plata fueron 5
superaba las 30 personas. Entonces nos
mil pesos (USD8,5) para la locomoción.
sumamos en masa, llegando a los 256 que
Pero lo que podría haber significado la
negociamos por primera vez. Luego de
destrucción de la organización en su
un mes, como no alcanzamos acuerdos
primera pelea, lo transformamos en una
con la empresa, nos lanzamos a una
adquisición estratégica: el respeto
huelga que duró 26 días, a 48 horas de la
mediante el mejoramiento de las
navidad. Estábamos recién haciendo
condiciones laborales elementales y un
nuestras primeras armas. ¿Cómo
sistema de retiro voluntario genuino con
podíamos
negociar
en
buenas
una indemnización al 150% en relación a
condiciones frente al grupo económico
lo dispuesto por la ley.”
-Hasta el 2006, esto era una cárcel dura y pura…
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“Antes del 2006 había incluso un
gerente que impedía la salida de los
trabajadores que ya habían cumplido su
jornada con dos perros y una escopeta. La
amenaza de despido era permanente y
violenta. Ahora ya estamos mucho más
organizados y maduros. De hecho,
adicionalmente a la cuota sindical, hoy
todos aportamos una plata a un fondo de
ahorro para enfrentar los avatares de
una negociación colectiva y la huelga, tal
cual en los orígenes del movimiento
obrero y las mutuales, donde las cuotas
de los asociados estaban destinadas
principalmente a resistir el período que
puede durar una huelga. No existe nada
nuevo que no contenga lo mejor de
nuestra
propia
historia
como
asalariados.”
-¿Cuáles fueron los efectos inmediatos de una huelga y negociación tan peculiar,
en un país donde la dictadura, antes que todo, se encargó de hacer trizas a la
organización de la clase trabajadora, desaparecer, asesinar, torturar, encarcelar y
exiliar a sus dirigentes? Vale recordar que el propio Salvador Allende en su famoso
discurso final se despide especialmente de las y los trabajadores. Ni siquiera hace
mención de los propios partidos políticos que estaban adentro o afuera de la
Unidad Popular. Es decir, lúcidamente, Allende evidencia que el fascismo se dejará
caer fundamentalmente sobre la clase obrera organizada.
“En efecto. Muchos de nosotros sabíamos eso entonces. La cuestión es que después
de la negociación de 2006, la gente se integró masivamente al sindicato. Para la
negociación de 2008, alcanzamos un 99% de sindicalización, en un Chile cuya fuerza de
trabajo asociada no alcanza el 15%. De hecho, hasta nos dimos el lujo de no aceptar a
algunas personas en la organización.”
-¿Y bajo qué criterios?
“Contábamos con una comisión de disciplina que había hecho acopio de quejas de
diversos compañeros sobre el comportamiento “apatronado” de algunos jefes de área
y/o de turno. Esa decisión fue resuelta democráticamente en asamblea. Es decir, fue una
medida sancionada colectivamente.”
Las condiciones de explotación
-¿Qué enfermedades y accidentes están asociadas al tipo de labor que efectúan los
bodegueros?
“Atropellos
de
máquinas
nuestras dolencias como enfermedades
transportadoras, golpes, problemas en la
profesionales. Hemos sufrido accidentes
espalda. El tonelaje de carga que cada
muy graves, como el desprendimiento de
uno de nosotros acumula en el cuerpo,
pies. Los accidentes más severos se
comienza a hacerse visible con el paso del
producen en las temporadas altas de
tiempo. Por eso hemos concluido que en
exceso de producción (períodos de
la condición de seleccionador de pedidos,
mayor demanda del retailer, como fiestas
el cargo inicial en la empresa, sólo se
de fin de año, fiestas patrias, etc.). Hay
puede durar 4 años físicamente. Después
bodegueros que se emplean en los
hay que renunciar o irse, porque las
galpones especiales destinados a los
mutuales –empresas privadas de salud
congelados (carnes), donde trabajan a
laboral- no reconocen ninguna de
30º bajo cero. Ese es un trabajo pesado,
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pero no existe un sistema de regulación
más allá de lo que indica el Ministerio de
Salud en la ley 954, que sólo indica
parcialmente cómo debe funcionar la
labor humana bajo esas condiciones. Hay
muchas fichas técnicas que establece un
experto en prevención de riesgos y que
están ligadas a la falta de concentración,
de glucosa, de alimentación adecuada.
Por ejemplo, una persona diabética no
puede trabajar con los congelados. Sin
embargo, legalmente el ámbito está en
pañales. ¿Por qué? Porque es primera vez
que en Chile opera un sistema de bodega
de congelados como el que existe en
Walmart. Lo que hay en el país son
frigoríficos, pero son muy distintos a los
congelados. En los frigoríficos la
temperatura es mayor, mucho menor el
tiempo de exposición del trabajador al
frío, y los compartimentos son muy
pequeños en términos comparativos. De
acuerdo a estándares internacionales, los
bodegueros que laboran en semejantes
circunstancias,
no
pueden
estar
expuestos más de 20 minutos, luego de
los cuales deben salir uno a uno y en
compañía de otra persona. Pero aquí
carecemos de salas de recuperación.
Piensa que de menos 30º, se puede salir
del galpón hacia una temperatura de 30º
de calor (60º de diferencia), en segundos.
Ahora bien, este sistema lleva apenas dos
meses de funcionamiento y todavía
desconocemos sus consecuencias.”
-¿Qué ha hecho el sindicato frente a estos problemas?
“En la penúltima negociación
Luego nos impusimos como
colectiva realizada el 2011, nos
desafío conocer en detalle el modo en que
concentramos en el plano del trabajo
somos explotados, cuál es la tasa de
pesado, donde se le permite al trabajador
accidentabilidad real, cómo son los
a jubilarse con 5 años de anticipación.
sueldos, cómo se pagan; de dónde salen
Aquí
cabrían
perfectamente
los
los recursos para sostener el área de
bodegueros de los congelados, y están
logística (toda vez que Walmart gana por
quienes cargan tonelaje excesivo.
las mercancías que vende a boca de
consumidor), etc.”
-¿Y cuál fue su principal conclusión?
“Que nuestro trabajo como centro de almacenamiento y distribución de
mercadería, se traduce en un abaratamiento de los costos para la empresa. Es decir, el
capital gana por el arriendo de almacenaje de mercaderías y por su reparto a los
múltiples centros de venta. Somos parte de la cadena de la valorización del capital.”
LOS TRABAJADORES CONTROLAN LA PRODUCCIÓN Y LA CONTABILIDAD REAL DE
LA EMPRESA
-Jorge, en esta oficina de la organización dentro de la misma bodega, pende una
fotografía de Clotario Blest (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116912)...
“No es ningún accidente romántico.
completo de nuestra labor y, en
Como Clotario Blest, nos conducimos de
consecuencia, llevamos un estricto
acuerdo a la convicción de que el pueblo
control de la producción. Sabemos cómo
trabajador es el protagonista de su
se mueve la empresa y conocemos
propia liberación. Debido a ello, en la
perfectamente nuestras necesidades.
actualidad contamos con un mapeo
Aplicamos un sistema basado en lo que
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hizo el brasileño Lula cuando fue
dirigente sindical. Esto es, poner el
control de la producción al servicio de
nuestros intereses. Así, colectamos
información mediante los socios que se
desempeñan en el conjunto de las partes
de la empresa, y la ingresamos a una
matrix. En síntesis, mediante ese método
accedimos a la base misma de las
negociaciones con el empresariado.
Descubrimos hasta robos y casos de
corrupción entre las gerencias que luego
derivaron en sus despidos por la misma
empresa.
Lo más difícil fue destruir el
individualismo brutal originado en la
dictadura y que se repite hasta hoy.
Liquidamos los bonos de producción por
persona y los convertimos en un
beneficio común. Comenzamos a
entregar estímulos morales a los mejores
socios del sindicato frente a los “premios
emocionales” de la compañía. Claro que
debemos, cotidianamente, superar la
contradicción
entre
el
beneficio
individual sistémico frente a la necesidad
de la labor colectiva. Y como vector de
nuestras negociaciones, mientras el
patrón quiere producir más y pagar
menos, nosotros asumimos el criterio de
ganar más y trabajar menos. Esa es una
de las “leyes” de nuestra lucha. Al final de
la negociación de 2008 conseguimos
aumentar al doble los salarios.
Incrementamos el sistema de buses de
acercamiento para los trabajadores. Hoy
el sindicato administra 5 mil horas del
Servicio Nacional de Capacitación y
Empleo (SEMCE), y los socios son los que
deciden qué quieren estudiar. Podemos
entregar hasta 5 becas de estudios
universitarios, más un pozo adicional de
5 millones de pesos anuales para los
trabajadores que deseen ingresar a la
enseñanza superior. El criterio para
entregar las becas tiene que ver con el
compromiso de que quienes las usen
luego viertan sus conocimientos entre los
propios compañeros. Y para que estudien
tranquilos, ordenamos nosotros mismos
los turnos.”
-Es archi-sabido que una de las políticas sustantivas del capital, tanto para obtener
ganancias rápidas, fortalecer la hegemonía financiera, como para reproducir el
control social por arriba, es el endeudamiento individual. ¿Hacen algo al respecto?
“Aquí nos vienen a vender de todo, y la cultura del consumismo, aumentada por las
carencias propias de nuestra extracción de clase, nos impone un desafío que debemos
enfrentar urgentemente.”
-¿Y en las negociaciones posteriores?
“Consolidamos y aumentamos los
derechos conquistados. Y fíjate que hasta
ahora no he dicho una sola palabra del
clásico bono de fin de conflicto que,
lamentablemente, es a lo que se reduce la
inmensa mayoría de las negociaciones
colectivas de la minoría de los
trabajadores que, estando sindicalizados,
tienen la fuerza y organización
suficientes para negociar algo en Chile.
Ese bono lo transformamos en parte del
salario mensual. Por otra parte,
conseguimos, a través de mesas de
trabajo
permanentes,
negociar
prácticamente todos los días.
CLOTARIO BLEST: LA EXPERIENCIA, LOS PRINCIPIOS Y EL FUEGO QUE NO CESA
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-Pero ustedes son dirigentes convencidos de la necesidad de la unidad de la clase
explotada…
« Jamás lo olvidamos. Por eso hoy estamos embarcados en el acompañamiento, asesoría
y formación de nuevos sindicatos. Y no cobramos. Es más, estatutariamente tenemos un
ítem para colaborar con sindicatos más pequeños.”
-¿Podrías sintetizar los principios básicos del sindicato?
“Somos autónomos. Todo lo
en las elecciones parlamentarias de
decide
democráticamente
la
2009 y sin preguntarle a nadie, su
asamblea: desde las cuestiones más
entonces
presidente
y
actual
simples, hasta los petitorios para las
secretario general, Arturo Martínez,
negociaciones. A mitad de mandato, un
fue candidato a diputado por el
dirigente puede ser revocado de su cargo
Partido Socialista. Le fue mal en las
con el 50% más uno de la asamblea. No
votaciones y, con elástico, volvió a la
dependemos de los empresarios, ni de
presidencia de la multisindical como si
los partidos políticos tradicionales, ni
no hubiera ocurrido nada. Ahí se rompió
de ninguna central sindical. En
la relación. Por lo demás, no creemos que
especial de la Central Unitaria de
ninguna central sindical existente sea
Trabajadores (CUT), después de que
representativa de la clase.
Clotario Blest y el Comandante Ernesto Guevara.
Entre muchos, por sus actos y decires, ellos son los imprescindibles, los que tienen
la estatura real para ser líderes revolucionarios.
En los últimos tiempos del
mandato de Arturo Martínez en la
dirección de la CUT, junto con el alcalde
de Quilicura (zona norte de Santiago,
donde está la bodega), un militante de la
ultraderechista
Unión
Demócrata
Independiente (UDI), abrió una casa del
trabajador en el territorio. Se
multiplicaron las diferencias. La CUT
entonces se involucró con Juan Moreno,
un dirigente de la Federación de
Trabajadores de Sindicatos Líder cuando
era propiedad del grupo Ibáñez, y
condujo una negociación de la mano con
la empresa para crear un acuerdo marco
que no les entregó a los trabajadores
ningún mejoramiento salarial ni de
condiciones de trabajo. Hasta hoy, Juan
Moreno trabaja por un sueldo millonario
para Walmart, y al mismo tiempo es
asesor de la CUT que dirige Bárbara
Figueroa. Y tampoco nos representa, toda
vez que sigue siendo una extensión del
gobierno de turno. Es más, me gustaría
saber cuántos dirigentes que están en
la CUT interpretan y representan a la
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clase trabajadora, como me gustaría
saber cuántos están trabajando
realmente. Que la conduzca una
militante del comité central del
Partido Comunista (PCCh), como
Bárbara Figueroa, no significa nada a
mediados de la segunda década del
siglo XXI en Chile. El Partido
Comunista de Chile es una secta.
Soy un incansable predicador de la unidad de la clase
trabajadora chilena, porque cuando la clase trabajadora
chilena está unida, es invencible.
Nadie se atreve contra ella..
Clotario Blest
Carabineros de « Chile » tiene una larga tradición represiva al servicio de la
oligarquía y el gran capital nacional y extranjero.
Entre 1920 y 1922, Blest asistió a las charlas y conferencias del dirigente del movimiento
obrero en Chile, Luis Emilio Recabarren. Impresionado con sus ideas progresistas, lo siguió hasta el
momento de su muerte.
El 15 de febrero de 1953 nació la Central Única de Trabajadores (CUT), quedando presidida
por Clotario Blest. Se cumplía así el sueño de su vida, el de la unidad del movimiento obrero.
En 1954 Blest fue confinado por primera vez a la Cárcel Pública por órdenes del Presidente
Ibáñez del Campo, tras haber pronunciado un encendido discurso en el que se refirió a él como el
“traidor de la clase obrera y de la Nación”.
Bajo su presidencia se desencadenaron varias huelgas generales. El Paro General de Mayo de
1954, que logró la libertad de Blest, y el formidable paro general del 7 de Julio de 1955, una de las
huelgas generales más importantes de la historia de Chile. El paro del 9 de Enero de 1956 que fue una
derrota parcial de los trabajadores, Blest fue otra vez encarcelado y relegado a Molina.
En agosto de 1965 junto a otros como Luis Vitale, Miguel Enríquez, Enrique Sepúlveda, Oscar
Waiss, Luciano Cruz, participa como fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR.
Clotario Blest fue un gran admirador de Gandhi y Martin Luther King. Siguió la senda de estos
maestros de la no violencia activa. Durante la dictadura cívico-militar encabezada por el general
Augusto Pinochet asumió la lucha en contra de la violación a los Derechos Humanos, liderando
manifestaciones, tomas y ayunos.
Desde 1970 dirigió la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos y en 1976 fundó, en su
propia casa, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, junto al cardenal Raúl Silva
Henríquez y el sacerdote Cristián Precht, vicario de la Solidaridad.
Ahora bien, en estos momentos la Federación de Sindicatos Líder (Walmart), que
se encuentra en medio de una huelga (http://sindical.cl/2014/12/8-mil-trabajadoresde-supermercado-lider-en-huelga-a-nivel-nacional/), tiene otros dirigentes, otra
categoría de luchadores y luchadoras. Los consideramos como a nuestros pares. En este
sentido, estamos en un proceso de conjuntar en una sola organización a todos los
trabajadores de la compañía y negociar todos juntos, al mismo tiempo y directamente
con la gerencia. Para allá vamos.”
-¿Cuál es, entonces, el camino del nuevo sindicalismo chileno?
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“Unidad, trabajo en equipo, independencia, etc. La verdad es que la tarea es
formar una nueva Central Única de Trabajadores con los principios básicos de la
CUT de Clotario Blest, de acuerdo a las formas presentes del trabajo y el capital. Y
lo podemos hacer. No tengo dudas.”
“No existen cambios doctrinarios
entre la Armada golpista de 1973 y la de 2015”. Andrés Figueroa Cornejo
(especial para ARGENPRESS.info) Entrevista con el Presidente de la
Agrupación de Marinos Antigolpistas de Chile, Víctor López.
jueves, 15 de enero de 2015. Chile:
“Cayó el rayo en los mares, cayó la estrella”
Patricio Manns
El sábado 17 de enero, a las 11.00 hrs., en el Cementerio General de Santiago, se
trasladarán hasta el Memorial del Detenido Desaparecido y Ejecutado Político los restos
del “compañero Ernesto Zúñiga Vergara, miembro de la Resistencia armada contra
la tiranía; un marino antigolpista que se la jugó durante el gobierno de Allende y
después, siempre junto a su pueblo”, informa el Presidente de la Agrupación de Marinos
Antigolpistas de Chile, Víctor López, y añade que “Ernesto fue ejecutado el 16 de enero
de 1982 por la Central Nacional de Informaciones (CNI, policía política de Pinochet) en
una emboscada sufrida en la comuna de la Quinta Normal de Santiago.”
De acuerdo al abogado de la causa judicial por el homicidio de Ernesto Zúñiga (Rol
305-2010), ya están siendo procesados los agentes de la policía Martiniano Arias
Fernández, Manuel Tibaldo Flores Jorquera y José Hernán Huaquimil Uribe,
responsables del crimen político ejecutado hace más de 30 años.
La Armada o la mano ajena del Imperio
Víctor López alcanzó el grado de marinero 1º y fue parte de la promoción de 1969
de la rama castrense más penetrada por los intereses del imperialismo norteamericano
entonces y hoy en el país andino: la Armada.
“De altamar arribamos a Chile en 1970 y en septiembre, para las elecciones
presidenciales, nos percatamos por primera vez que el país había cambiado. Debes
entender que nosotros ingresamos a la Marina a los 15 años, sin tener idea de política”,
dice Víctor.
“Nosotros éramos marinos de una Escuadra que estaba conciente de que se estaba
urdiendo una conspiración para derrocar al gobierno de Salvador Allende. Ello muy
paradójicamente, considerando que la Armada era la institución de las fuerzas armadas
más clasista, de mayor identificación con la derecha y con el imperialismo
norteamericano. En ese contexto, nosotros nos dimos cuenta de que somos parte de un
pueblo, tan excluidos y precarizados como ese mismo pueblo. Nos identificamos
plenamente con los intereses de las clases sociales más desfavorecidas”, sentencia Víctor
López, y agrega que “Incluso, al contar con un gobierno popular, los más empobrecidos
de la Marina, la tropa, la gente de mar, levantamos nuestras propias reivindicaciones.
Queríamos una escuela de formación única que no diferenciara entre grumetes y cadetes,
entre tropa y oficialidad. ¿Por qué teníamos que alimentarnos con comidas diferentes y
en un comedor distinto al de los oficiales? En suma, la lucha de clases era mucho más
marcada en la Marina que en el mundo civil. Todo eso nos llevó a dar un salto cualitativo
en nuestra forma de pensar. Además, desde 1971 los oficiales comenzaron a dictarnos
recurrentemente charlas en contra de las políticas que implementó el gobierno de
Allende. Por ejemplo, recuerdo perfectamente una exposición que nos dieron sobre la
nacionalización del cobre, en la cual la oficialidad nos señaló que esa medida era lo más
nefasto que podía ocurrir porque si se le expropiaba el cobre a las grandes compañías
norteamericanas, entonces ¿quién nos vendería armas, Coca-cola y cigarrillos Marlboro?
O cuando se implementó el medio litro de leche diario para cada niño y niña, los oficiales
nos dijeron que eso era un ‘despilfarro del erario nacional’, porque los chicos del pueblo
no estaban acostumbrados a tomar leche (!).
No nos quedó otra alternativa que ubicarnos en la vereda contraria al alto
mando, y por simple intuición. Ni siquiera ponderamos que, por pura lógica,
estábamos propugnando una transformación radical de la institución. Nos sentíamos
trabajadores con uniforme.”
-De ese modo se desarrolló rápidamente su politización. ¿Advertían los
peligros?
“El mayor riesgo que constatamos fue que como tropa de la Marina, usábamos
armas. En consecuencia, si la oficialidad se salía con la suya, nosotros, la tropa,
tendríamos que salir a masacrar a gente inocente y desarmada. No queríamos,
definitivamente, cumplir esa función criminal. De allí surge nuestro pensamiento
antigolpista.”
-¿Crees que desde la Marina que tú conociste hasta la de hoy ha habido
cambios significativos en la ideología y doctrina de su alto mando?
“No hay cambios entre la Armada golpista del 73 a la de hoy en Chile 2015. Y
basta evidenciarlo cuando la oficialidad de la Marina sigue rindiendo homenaje al
miembro de la junta militar de la dictadura, el almirante José Toribio Merino
(http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Toribio_Merino), frente a una estatua de
ese sujeto que está levantada en un paseo público de la ciudad de Valparaíso. La
Concertación no sólo no le negó el permiso a la Marina para tributar a uno de los
principales golpistas, sino que le facilitó todos los medios para hacerlo. Y estamos
hablando de un oficial que fue un hombre de los norteamericanos, un oficial de la
Armada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, un tipo que siempre estuvo al
servicio de una potencia extranjera. De hecho, el 11 de septiembre de 1973 el
comandante en jefe de la Armada era el almirante Montero que ese mismo día
Merino encarceló para usurpar el mando, autoproclamándose comandante en jefe.
¿Qué mérito tiene un hombre así para ser tratado como un ‘héroe’ de Chile? ¿Quién
entiende a un país que pone una estatua de un golpista y, como si fuera poco, autoriza su
homenaje oficial? ¿Por qué tenemos que expresar nuestra protesta presencial los 11 de
cada mes en la calle 21 de mayo de Valparaíso los marinos antigolpistas y ex militantes
de la Resistencia antifascista mientras se ‘recuerda’ a Merino con bombos y platillos?
Esta misma indignación ante un absurdo completo se lo hemos representado al
presidente y al vicepresidente de la cámara de diputados, al subsecretario de Defensa, y
a la presidenta de la República, Michelle Bachelet. Pero ahí sigue la estatua.”
La tropa de clase se auto-organiza
-¿Cómo enfrentaron la intriga golpista?
“A la par que el mando naval ya se preparaba para destruir a la Unidad Popular
desde 1971, nosotros estructuramos una organización clandestina al interior de la
Marina en todos los buques de la Escuadra nacional, como en las reparticiones de tierra
a lo largo de toda la costa chilena. Teníamos dos objetivos bien claros: denunciar que en
la Marina se gestaba un movimiento golpista para derribar a Allende, y crear una fuerza
suficiente para detener el golpe de Estado.”
-¿Qué tipo de estructura formaron?
“Una eminentemente operativa y capaz de tomarse un buque.”
-¿Cómo procedieron a denunciar la conspiración?
“Realizamos una labor de recolección de datos de distintas partes para
confeccionar un mapa seguro del complot en curso. Sólo lo informamos cuando
consideramos que estaba absolutamente generalizado en la oficialidad de la Armada. Por
ejemplo, en la división de Electrónica del crucero Prat donde yo me encontraba, el 80%
de la gente no estaba por dar ningún golpe de Estado. Y en el conjunto de las naves las
relaciones de fuerza eran más o menos similares. En fin. Hicimos las denuncias
correspondientes en varias oportunidades, pero nadie nos creyó. De hecho, nos
criticaron por andar ‘conspirando’ contra las fuerzas armadas que, según la Unidad
Popular (UP), ‘en Chile tenían una tradición democrática’. Incluso, yo sostuve una
reunión con la dirección regional del Partido Comunista donde nos aseguraron que lo
que nosotros afirmábamos ‘es imposible que ocurra en Chile’. Claro. No podían darme
crédito porque en aquella época la política del PCCh era ‘No a la guerra civil’. Era una
postura pacifista en la cual la realidad que nosotros planteábamos no calzaba, y si no
calzaba, en consecuencia, para ellos no existía. Fueron muy frustrantes nuestros vínculos
con el mundo civil. Hasta nos acusaron de locos. Así también comenzó nuestro temor de
que fueran a denunciarnos.”
La duda que mata y que muere
-¿Y los denunciaron?
“Finalmente, sí. La última cita que mantuvimos fue con el secretario general del
Partido Socialista, Carlos Altamirano
(http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Altamirano_Orrego), los primeros días de agosto
de 1973, a poco más de un mes antes del golpe. Ocurrió que el grupo que había tenido la
reunión con Altamirano, al abordar después sus respectivos buques, fue detenido. Y casi
todos los que teníamos mayor visibilidad de nuestra fuerza, caímos prisioneros entre el
5 y el 8 de agosto. Como habíamos acordado previamente, todos negamos nuestra
participación en la denuncia antigolpista. Pero al parecer ya el mando de la Armada
contaba con algunas informaciones que intentó forzarnos a confesar mediante la tortura,
y que tenían que ver con qué dimensión de relaciones teníamos con los partidos políticos
de la UP. Pese a nuestras negativas, la oficialidad inventó una suerte de infiltración
político partidista entre nosotros. Recién a mediados de agosto de 1973 nuestras
familias y el mundo civil se enteraron de que había marinos presos y torturados.
En ese momento comenzaron a constituirse los primeros comités de solidaridad con los
marinos torturados que tenían el fin de que el Presidente Allende nos ofreciera la libertad
dado que nuestra causa empalmaba con la defensa de la UP. Sin embargo, entre los
titubeos del gobierno transcurrieron dos semanas más y se precipitó el golpe.”
-¿Qué pasó con ustedes?
“Nosotros permanecíamos recluidos en recintos militares. Cuando ocurrió el golpe
nos cambiaron la acusación: nos convertimos en sediciosos y traidores a la patria. La
mayoría estuvimos presos entre tres y 5 años. Yo estuve prisionero durante tres años y
recorrí la cárcel de Concepción, de Talcahuano, la Penitenciaría, la cárcel pública de
Valparaíso. A un grupo de los nuestros se lo llevaron a un campo de concentración de
Ritoque donde, mediante trabajos forzados, fueron obligados a construir un nuevo
campo de concentración. Como resultado de los malos tratos, yo me enfermé de
tuberculosis y fui trasladado a la cárcel de Limache y luego al sanatorio Peñablanca. En
1976 la embajada de Noruega me rescató y me llevó a ese país. Sin embargo, otros
compañeros nuestros, después de salir en libertad, resolvieron quedarse en Chile a tratar
de organizar la Resistencia contra la tiranía, porque estimamos que nuestro trabajo no
se había terminado. No pudimos detener el golpe de 1973, es cierto. Pero sí
asumimos íntegramente la hora de colaborar militarmente con la liberación del
pueblo chileno. Es decir, nuestro objetivo fue combatir a la dictadura con su propio
lenguaje: las armas. Lo anterior ocurrió hacia fines de los 70 y continuó en los 80
del siglo XX.”
La lucha por el reconocimiento
-¿Cuáles son los propósitos de la Agrupación de Marinos Antigolpistas?
“Nuestra asociación corresponde a una reagrupación creada al inicio de los
gobiernos civiles para exigir un reconocimiento público por parte de las
administraciones de la Concertación (hoy, Nueva Mayoría). Queremos que el país y el
mundo sepan que no todos los uniformados fueron golpistas, que también hubo muchos
que combatimos contra la dictadura, muchos que caímos en ese empeño; que nosotros
también existimos. Luchamos por verdad, justicia, memoria, reparación y
reconocimiento.”
-¿Y cómo les ha ido?
“Mal. Hasta ahora no se han realizado nuestras demandas”. ARGENPRESS
A CERRAR EL PASO AL FASCISMO:
MANIFIESTO DE LOS INTELECTUALES
CHILENOS
http://www.vozsiglo21.cl/a-cerrar-el-paso-al-fascismo-manifiesto-de-los-intelectualeschilenos
Diferentes personalidades del país, desde distintas áreas, firmaron un manifiesto
en el que expresaron que actualmente Chile se encuentra “frente a una oportunidad única
de cambiar para siempre una sociedad dividida en castas”. En la misiva, señalaron
además que las reformas de la actual mandataria Michelle Bachelet “son también
las de Balmaceda, Frei Montalva y Allende”.
Ahora es cuando.
ESTA ES UNA URGENCIA NUEVA. CERREMOS EL PASO AL
FASCISMO.Los aquí firmantes no votamos todos por la presidenta Bachelet. Muchos tenemos
reparos en la forma en cómo se ha presentado la Reforma Educacional y en varios de sus
detalles, pero consideramos que nos encontramos frente a una oportunidad única de
cambiar para siempre una sociedad dividida en castas que excluye a la mayor parte de
los chilenos de las grandes decisiones.
Hemos sido parte de un experimento social extremo, implantado sin consenso
social durante los 80s que sólo ha logrado desintegrar nuestra sociedad aun más.
Queremos volver a pensar una educación que en lugar de formar mano de obra, forme
ciudadanos.
Creemos que la diversidad y la libertad de una sociedad no se da en la competencia
entre distintos ghettos educacionales sino en un patio común en que las ideas y las
experiencias puedan compartirse. Una escuela en la cual ser distinto sea más valioso que
ser mejor.
Se nos habló alguna vez de hacer justicia en la medida de lo posible. Vemos con
espanto que cuando es más posible que nunca hacer justicia social, cuando los chilenos
han votado en su gran mayoría por construir un país en que caben todos, algunos
anteponen sus egos, sus miedos, sus negocios. Que algunos de estos se hagan llamar de
centro de izquierda nos resulta contraproducente. Las reformas de Bachelet son
también las de Balmaceda, Pedro Aguirre Cerda, Frei Montalva, Allende y la
Gabriela Mistral.
Quienes se resten, o jueguen a sabotear una nueva educación para todos y todas,
están del lado del poder colonial, son parte de ese status quo de humillación y abuso
contra los que los chilenos nos hemos rebelado.
El largo camino hacia los cambios ha costado innumerables sacrificios, litros de
sangre y muchos años de paciencia. Nos parece un crimen desperdiciar esta oportunidad
histórica que no se repetirá. Cada cual desde su vereda, con sus aprehensiones y sus
críticas reafirmamos nuestra lealtad al principio que anima esta Reforma
Educacional: lograr que en Chile no sobre nadie.
Es por eso, que con una urgencia nueva, sentimos que ahora es cuando.
Ariel Dorfman (escritor)
Álvaro Díaz (31 minutos)
Claudia Di Girolamo (actriz)
Raul Zurita (poeta)
Firman
Elisa Zulueta (actriz)
Fabrizio Copano (comediante)
Alvaro Hoppe (fotográfo)
Ximena Hinzpeter (periodista)
Fernando Milagros (musico)
Patricio Fernández (Director de The
Clinic)
Matías Correa (escritor)
Ángel Carcavilla (publicista)
Oscar Contardo (escritor, columnista)
Alejandra Costamagna (escritora)
Catalina Saavedra (actriz)
Rafael Gumucio (escritor)
Horacio Salinas (músico)
Alfredo Joignant (cientista político,
académico UDP)
Camilo Salinas (músico)
Rodrigo Salinas (dibujante de comic,
comediante)
Pedro Peirano (guionista, dibujante de
historietas)
Patricia Rivadeneira (actriz)
Pedro Cayuqueo (periodista)
Beatriz Salinas (gestora cultural)
Daniela Sabrovsky (cineasta)
Alicia Scherson (cineasta)
Isabel Serra (arquitecta UC)
Berta Teitelboim (socióloga, académica
UDP)
Juan Guillermo Tejeda (artista)
Pablo Toro (escritor, guionista)
Pepa Valenzuela (escritora)
María José Viera-Gallo (escritora y
periodista)
Titi Viera-Gallo (montajista)
Josefina Alemparte (editora)
Javiera Ascencio (abogada U Chile)
Niles Atallah (cineasta)
Cecilia Alzamora (periodista)
Jorge Baradit (escritor)
Angela Boitano (filosofa académica UDP)
Andrés Bobenrieth (filosofo y abogado
Universidad de Valparaíso)
Francesca
Bonfanti
(académica
Universidad de Chile)
Pablo Brugnoli (arquitecto)
Julio Carrasco (poeta)
Germán Carrasco (escritor)
Pin Campaña (artista)
Daniel
Casanova
(astrónomo
U.
Antofagasta)
Matías Carrozzi (sociólogo)
Sergio Castilla (cineasta)
Sergio Castro (documentalista)
Luz Croxatto (actriz, guionista)
Andrés Chadwick (productor de TV)
Gabriel Cea (restaurador Cineteca)
Andrea Chignoli (montajista)
Paz Court (músico)
José Ángel Cuevas (escritor y profesor)
Sebastián Depolo (sociólogo)
Maite De Cea (cientista política,
académica UDP)
Claudio Del Valle (cineasta)
Ramon Díaz Eterovic (escritor)
Margarita Dittborn (artista)
Coti Donoso (montajista)
Mauricio Electorat (escritor)
Elisa Eliash (cineasta)
María José Egaña (escritora)
Guido Eytel (escritor)
Isabel García (curadora de arte)
Ignacio Gumucio (artista)
Andrés Gómez Bravo (escritor y
periodista)
Soledad Fariña (poeta)
Marcela Fuentealba (editora)
Eduardo Fermandois (Filósofo UC)
Alejandro
Fernández
Almendras
(cineasta)
Roberto Fuentes (escritor)
Goli Gaete (músico)
Andres Grumann (doctor en estudios
teatrales)
Dagoberto
Gutiérrez
Bachmann
(psiquiatra infatil)
Nayra Ilic (cineasta)
Cristian Jiménez (cineasta)
Oscar Knust (sociólogo)
Juan Pablo Langlois (artista)
Alfonso Luco (psicólogo)
Sebastián Lelio (cineasta)
Eugenio Llona (gestor cultural)
Cristián Leighton (cineasta)
Manuela Martelli (actriz)
Alejandra Matus (periodista)
Alfredo Méndez (fotógrafo)
Nicolás Mujica (físico Universidad de
Chile)
Patricio Ochoa (actor)
Francisco Ortega (escritor)
Carmen Luz Parot (documentalista)
Paulina Peluchonneau (psicóloga)
Eugenia Prado (escritora)
Jorge Ragal (poeta)
Constanza Racz (Maquilladora)
Jimena Pizarro (dueña de Librería Lila)
Christian
Retamal
(filosofo
e
investigador U Chile)
Patricia Rivera (actriz)
María Paz Rodríguez (escritora, editora)
Morgana Rodríguez (gestora cultural)
Alejandro Roth (biólogo celular)
Mariano Rosenzvaig (sociólogo, U
Cambridge)
Verónica Rubio (gestora cultural)
Bernardo Valdés (arquitecto)
Gabriel Valdés (diseñador)
María Paz Vargas (académica UDP)
Yosa Vidal (académica UDP)
Antonio Vielma (actor)
Andrea Viu (editora)
Andrés Waissbluth (cineasta)
Mariana Young (artista)
También adhirieron a través de las redes sociales:
Cristina Araya, Marta De La Fuente, Daniel Casanova
Marisu Mendez ,Gaspar Pujadas, Tomas Ramírez,Mark Sinclair
Viki Vasquez, Christian Sanchez, Giovanna Roa, Cristian Eduardo Barrueto , Indignacio
Torreharto ,Angela Acuna, Mario Orellana, Enrique Orellana, Barbara Chavez ,Carlos
Benitez, Sebastian Herrera, Mirta Guzman ,Sergio Salinas, Carlos Ossa ,Wilfredo Quezada
,Alfredo Gaete,Pablo Iriarte, Aldo Peran, Omar Perez Santiago, Fernando Becker ,Cristian
Gomez, Maria Jose Pando
Carmen Amelia Franco ,Vicky Parada, Grette Vidal
Ema Arellano, Eloisa Quintana, Constanza Ganz, Palomi Dominguez, Miguel Zamora,
Fernando Corderos y muchos más!………………….
Maria Jose Viera-Gallo (escritora)
Maria Elena Wood (cineasta)
Andrea Yaconi (montajista)
http://www.theclinic.cl/2014/12/03/manifiesto-ahora-es-cuando-firmado-pordiversos-intelectuales-chilenos/
Chile. 02-01-2015. Respuesta
al “Manifiesto de los Intelectuales
Chilenos”. ¿Intelectualidad crítica funcional al Neoliberalismo
o al servicio de la lucha de clases?. Miguel Fuentes Muñoz. Scribd
Presentamos a continuación un debate con el recientemente publicado “Manifiesto
de los Intelectuales Chilenos”. Aunque teniendo en cuenta la extensión reducida del
mismo, pensamos que aquel sintetiza una serie de ideas y posiciones que vienen
teniendo una gran importancia en el debate político actual. Esto último ya que se
relacionan con una serie de aristas en torno al tema educativo, el papel de la “Nueva
Mayoría”, el carácter del programa de reformas del gobierno de Bachelet, el rol político
de la llamada intelectualidad progresista y los modelos de sociedad que comienzan,
inicialmente, a plantearse como una alternativa al neoliberalismo. Debido a esto, hemos
obviado la propia extensión de dicho manifiesto, elaborando una respuesta lo
suficientemente amplia para pronunciarnos acerca de aquellas temáticas, aunque esto
de una manera introductoria.
¿A cerrar el paso al Fascismo?
En días recientes ha salido a la luz un comunicado escrito por una treintena de
artistas y pensadores chilenos de diversas áreas autodenominado como “Manifiesto de
los Intelectuales Chilenos”, acompañándose este pomposo título de un combativo slogan
que proclama: “A cerrar el paso al Fascismo”.
¿Es que existe hoy en Chile tal peligro? Y en caso de existir dicha amenaza ¿cuál
sería el papel del gobierno de Bachelet y su programa de reformas ante aquella? Más aún
¿cuál es el rol que debería jugar la izquierda y las organizaciones obreras, populares y
estudiantiles ante la misma? Finalmente, aun cuando dicha amenaza no sea más que,
como sostenemos en esta nota, una cortina de humo destinada a oxigenar, desde la
vereda de la intelectualidad pro-concertationista, la aplicación del programa neoliberal
de la “Nueva Mayoría”, cabe preguntarnos: ¿Cómo podría ser detenido el inminente
“avance fascista” al que hacen mención, entendiendo aquí por aquel, aunque de manera
incorrecta, el avance relativo de la derecha en la política nacional: por ejemplo en el tema
educativo?
El “Manifiesto de los Intelectuales Chilenos”
En líneas generales, podemos resumir el contenido de este Manifiesto en tres ideas
principales.
a-El gobierno de Bachelet representaría una oportunidad histórica para la construcción
de un Chile realmente democrático, esto principalmente en el ámbito de la
transformación del elitista régimen político y social existente en nuestro país, producto
de las políticas neoliberales aplicadas en Chile desde la década de 1980. De acuerdo a los
firmantes de este manifiesto, dicha “oportunidad histórica” consistiría en la posible
implementación de una serie de políticas destinadas a favorecer una mayor participación
de la ciudadanía en la vida pública, así como también una mayor democratización de la
sociedad chilena. Esta oportunidad histórica representaría, además, una re-edición de
las esperanzas de cambio asociadas a referentes “ciudadanos” tan diversos como
Balmaceda, Frei Montalva y Allende. Desde este punto de vista, las reformas que
impulsa hoy Bachelet compartirían con el programa de aquellos, entre otras cosas, el
cuestionamiento de una sociedad “dividida en castas” y la búsqueda de una mayor
participación social.
b-El impulso renovador y ciudadano liderado por la presidenta Bachelet, aunque
criticable en ciertos aspectos, tendría frente a sí un poderoso movimiento de resistencia
a las reformas, este último articulado alrededor de los sectores más conservadores de la
sociedad chilena, por ejemplo los partidos de derecha. Más aún, dicho movimiento
estaría siendo alimentado por una serie de sectores políticos ligados al “progresismo”,
llevados estos últimos de motivaciones políticas personalistas (luchas de egos), así como
también por sectores autodenominados de izquierda, los que debido a su inmadurez,
impaciencia (o complicidad), terminarían “haciéndole el juego a la derecha”.
c-Ante esta situación de emergencia externa (avance inminente del Fascismo) e interna
(división de las “filas progresistas” y posible “infiltración”), los “intelectuales chilenos”
levantan su bandera: apoyo crítico a Bachelet. Según aquellos, tal como se desprende de
su comunicado, aquello permitiría tanto defender las conquistas sociales que puedan
arrebatarse a la Derecha, así como también “cerrarle el paso” a esta última y avanzar (de
manera gradual y consensuada) en las nuevas reformas democráticas que Chile requiere.
En sus propias palabras, retomar las banderas de Balmaceda, Frei Montalva y Allende.
Pero examinemos con algo más de detalle lo que nos plantean estos intelectuales.
Como plantearemos a continuación, veremos que ha sido justamente el tipo de discurso
progresista del cual el “Manifiesto de los Intelectuales Chilenos” es un ejemplo claro, uno
de los pilares ideológicos del sostenimiento y legitimación del neoliberalismo en Chile,
esto desde el retorno de la democracia hasta hoy.
¿Arremetida fascista o mayor lucha de clases?
Durante los últimos meses, la caída en las encuestas de la aprobación al gobierno
de Bachelet y el apoyo ciudadano a su programa de reformas, al igual que la irrupción de
ciertos fenómenos mediáticos como el de las llamadas “marchas por el lucro”, han sido
el escenario de fondo a partir del cual ha tomado cuerpo en el discurso oficialista una
suerte de “teoría del complot”. De acuerdo a aquella, surgida en el contexto de una mayor
división interna de las filas de la “Nueva Mayoría” (por ejemplo la disputa con la DC ante
la reforma educacional), el gobierno de Bachelet estaría haciendo frente a una creciente
resistencia, impulsada desde la Derecha, cuyo objetivo sería “reventar” el programa de
reformas democráticas y sociales impulsadas por la presidenta.
En el ala izquierda del gobierno, una variante de esta “teoría del complot”
seria la defendida por el Partido Comunista, el que explicaría la mayor critica a su
actuación al interior de la “Nueva Mayoría” por la existencia de un “complot anticomunista”, haciendo para esto alusión a la política macarthista del imperialismo
norteamericano durante los años 50’s. Esta “teoría del complot”, tanto en su
versión anti-bacheletista o anti-comunista, compartirían una misma finalidad
política: esto es, presentar al gobierno de Bachelet como un actor a la vanguardia
de los procesos de transformación democrática, debiendo enfrentar por eso
mismo el ataque del conjunto de las fuerzas conservadoras de la sociedad.
Es esta matriz discursiva: la “teoría del complot”, la cual se encontraría en la base
del llamado “Manifiesto de los Intelectuales Chilenos”, constituyendo en los hechos uno
de sus productos más “refinados”. De acuerdo a aquel, la creciente oposición a Bachelet,
metiéndose aquí en un mismo saco tanto aquella representada, por ejemplo, por los
estudiantes que se oponen a la reforma educacional para luchar por la educación
gratuita, así como también la de aquellos que se oponen a la misma para defender sus
privilegios (entre otros los sostenedores), debería entenderse bajo la óptica de una lucha
histórica (centenaria) entre fuerzas democráticas y conservadoras (o fascistas).
Desde nuestro punto de vista, tanto la “teoría del complot”, que ha venido siendo
utilizada a través de diversos medio por el discurso gubernamental, así como también la
definición de “arremetida fascista”, se basarían en una serie de operaciones discursivas
construidas a partir de variados presupuestos erróneos y tergiversaciones históricas.
Igualmente, en un ocultamiento intencionado (ideológico) de los recientes avances de la
lucha de los trabajadores y sectores populares chilenos.
En primer lugar, aunque sin pretender entrar en esta nota en una discusión
terminológica ni histórica, el Manifiesto tergiversa burdamente la definición de
Fascismo, utilizándola como una especie de “paraguas discursivo” con el cual designar al
conjunto de las “fuerzas anti-democráticas”, entendidas estas últimas como opositoras a
Bachelet. Aunque, como dijimos, sin pretender dar aquí una discusión en torno a la
naturaleza del Fascismo, cabe mencionar que dicho concepto alude a la existencia de un
régimen social y político de tipo corporativista, este último basado en la presencia de un
sistema económico estatalmente planificado y una ideología de carácter nacionalista. En
otras palabras, todo lo contrario al tipo de régimen neoliberal instaurado por la dictadura
en los años 80's y continuado por la Concertación y la Derecha.
Esta tergiversación de la definición de Fascismo se acompañaría, asimismo, de una
sospechosa ausencia: la referencia a las numerosas luchas que ha venido dando el
movimiento obrero, estudiantil y popular durante este año, aquello como expresión de
un mayor descontento de dichos sectores ante las actuales políticas de Bachelet. Un
ejemplo de lo anterior es el silencio del “Manifiesto de los Intelectuales” con respecto a
una de las luchas sociales más emblemáticas del último tiempo: la rebelión de las bases
del Colegio de Profesores. Este silenciamiento de las luchas obreras y populares nos
hablaría, por lo tanto, del ocultamiento que hacen los intelectuales firmantes del
manifiesto de uno de los aspectos claves de la realidad política actual en Chile: esto es, la
incipiente reactivación de los procesos de lucha obrera y popular en nuestro país. Luchas
obreras, estudiantiles y populares que fueron desviadas, momentáneamente, durante el
primer semestre, pero que ahora (acabada la “luna de miel” bacheletista) retornan a
escena.
Todo lo anterior (tergiversación del concepto de Fascismo y silenciamiento
de los procesos de lucha obrera y popular en Chile), se combinaría además con una
estrategia consciente de desinformación, creándose así una imagen distorsionada
de la realidad política: en otras palabras, la existencia de una supuesta “amenaza
fascista” en nuestro país. Amenaza que, por el momento, no poseería ninguna
relevancia real. Esto si comparamos el peso relativo que tienen las agrupaciones fascistas
existentes en Chile con el que poseen las mismas en otros países tales como Grecia,
Hungría, Ucrania, etc.
Tergiversación , silenciamiento y desinformación se combinarían entonces
para ocultar la existencia de un tipo de resistencia a Bachelet con un carácter muy
distinto a aquella representada por la Derecha, los empresarios, las Iglesias y otros
sectores conservadores. Es decir, una verdadera resistencia obrera, estudiantil y
popular (en ciernes) a las políticas neoliberales del gobierno. Esto último, por
ejemplo, en el ámbito educativo en donde los estudiantes han comenzado a
enfrentar ya tanto a la Derecha como a la “Nueva Mayoría”, cómplices en la defensa
del negocio educativo. Complicidad que impulsan dichos bloques políticos ya sea
mediante una cerrada defensa de la educación de Pinochet (en el caso de la Derecha), ya
sea mediante la implementación de un tipo de reforma educacional (a la medida de la
DC) que dejará intactos, tal como vienen reconociendo amplios sectores sociales, los
pilares de las políticas privatizadoras.
Es justamente la existencia de esta incipiente resistencia obrera y popular a los
planes de Bachelet, expresión de una mayor actividad de la lucha de clases en Chile, lo
que se encontraría en la base de los recientes problemas de conducción que ha tenido el
gobierno ante diversos sectores sociales. Asimismo, esta sería una de las explicaciones
principales del endurecimiento (y no la existencia de un complot fascista) de un sector
de la Derecha ante la “Nueva Mayoría”. Aquello como un tipo de respuesta preparatoria
que comienzan a ensayar sus sectores más tradicionales para hacer frente a los futuros
embates del pueblo explotado. Mayor avance de la lucha de clases en Chile que,
tensionando al conjunto del régimen político y social, se encontraría igualmente en la
base de la emergencia de ciertos fenómenos de carácter reaccionario tales como el de las
“marchas por el lucro”. Fenómenos reaccionarios que, aunque posibles caldos de cultivo
para el crecimiento de grupos fascistas, han cristalizado hoy en un tipo de organización
poli-clasista (CONFEPA) que ha llegado a aglutinar desde partidos de derecha y
empresarios hasta familias de estratos populares, cooptadas por los mecanismos
clientelares y populistas tradicionales de la Derecha.
El carácter del programa político tras el “Manifiesto de los Intelectuales” y su
complicidad concertacionista
Pero por qué los firmantes del “Manifiesto de los Intelectuales” intentarían ocultar
el desarrollo de una incipiente resistencia obrera y popular a las políticas de Bachelet. ¿A
que le temen realmente, si no es al Fascismo, los firmantes de este manifiesto? Como
veremos a continuación, aquello sólo puede ser explicado si se tiene en cuenta la
orientación política que defienden, en los hechos, sus autores. Orientación política que,
aunque pretendidamente crítica, se caracterizaría por su carácter servicial ante uno de
los principales defensores del modelo post-dictatorial: la Concertación (o su versión
actual, la “Nueva Mayoría”).
Como vimos anteriormente, el llamado “Manifiesto de los Intelectuales” tergiversa
intencionadamente el término de Fascismo, silenciando a su vez el incipiente fenómeno
de resistencia obrera y popular al gobierno en curso, resistencia que tendría un carácter
diverso y diametralmente opuesto al llevado adelante por la Derecha y los sectores
conservadores. Es justamente aquí donde podemos identificar el primer servicio político
que hacen nuestros intelectuales “críticos” a la preservación del modelo neoliberal
chileno. Ellos ocultan bajo la alfombra de sus buenas intenciones ciudadanas la lucha de
los trabajadores y el movimiento popular… ¡para poder golpearla! O bien, en realidad, ya
que es cierto que no se atreven a decir tanto, se contentan con entregar a Bachelet un
sucinto (pero eficaz) dispositivo de posible legitimización ideológica de sus futuras
políticas represivas. ¿Por qué? Lo aclaramos a continuación.
Por un lado, al identificar el incipiente fenómeno de resistencia obrera y popular a
Bachelet con aquella que impulsa la Derecha, mezclando ambas “oposiciones” bajo el
nombre genérico de “arremetida fascista, lo que hace el “Manifiesto de los Intelectuales”
es abrir la puerta (aunque sin decirlo directamente) a una posible política de mano dura.
Al Fascismo hay que golpearlo, y duro… ¿No es cierto? En todo caso, si consideramos lo
que significa mano dura para la “Nueva Mayoría” en el caso de unos: por ejemplo para
los cómplices de la dictadura pinochetista (el caso más reciente fue la detención exprés
de Labbé) y lo que implica para otros: por ejemplo para los trabajadores (basta con
recodar aquí la seguidilla de muertes de luchadores populares bajo la Concertación),
podemos imaginar cual podría llegar a ser el contenido de la “lucha anti-fascista” para
Bachelet en el caso de las huelgas, tomas y movilizaciones de la clase obrera y el
movimiento popular en el futuro.
Por otro lado, la definición de “arremetida fascista” (o algún otro concepto
análogo) serviría además como un excelente cazabobos con el cual intentar recomponer
parte del consenso social que ha venido perdiendo el gobierno (sobre todo en el ámbito
de las organizaciones sociales y de izquierda). Esto último para fortalecerse en su disputa
inter-patronal (inter-burguesa) con la Derecha. Es decir, movilizar fuerzas desde el
ámbito de las organizaciones sindicales, populares, estudiantiles y de izquierda, pero
para hacerlas caer en la conocida trampa del “mal menor”, atrayéndolas a un campo de
disputas patronales en donde los únicos que ganan son, siempre, los partidos
empresariales. Es una vieja trampa de la política de los ricos, trampa que reproduce a la
perfección, en media página, el “Manifiesto de los Intelectuales”, calzando además (como
anillo al dedo) con la dinámica política de las últimas décadas en nuestro país,
caracterizada por la existencia de dos grandes bloques políticos patronales jugando a la
“competencia democrática”. Juego democrático que, excluyendo a los trabajadores y
sectores populares, les ha permitido a aquellos y sus amos (los empresarios) seguir
disfrutando de los privilegios sociales y económicos del modelo de Pinochet. Esto a pesar,
como negarlo, de sus a veces un tanto acaloradas y algo agresivas discusiones hogareñas
(o parlamentarias).
Pero el contenido servicialmente concertacionista que posee el “Manifiesto de los
Intelectuales” (firmado por algunos de los más connotados pensadores pro-gobierno
como Zurita y Gumucio), no queda allí. Veamos algunos ejemplos de lo anterior, tomando
para esto algunas de las conclusiones y lecciones de la gran lucha estudiantil del 2011.
Si por un lado dos de las consignas centrales de la lucha del 2011 fueron la
educación gratuita para todos y el fin al lucro, la política educativa del “Manifiesto de
Intelectuales” las olvida olímpicamente, reemplazándolas por un mero compendio de
consignas ciudadanas bien intencionadas. Haciendo gala de una ciertamente inusual
combatividad anti-fascista, esto se expresa en algunos slogans propios de las
tradicionales “campañas de amor” a las cuales nos tienen acostumbrados los medios de
comunicación oficiales. Entre otras, encontramos aquí algunas frases tales como:
educación ciudadana (¿con inversión de privados?), sociedad diversa y libre (¿sin
cuestionar la distribución de riquezas existente en Chile?) y la necesidad, claro, de un
patio común en el cual compartir experiencias e ideas.
Asimismo, si una de las grandes conquistas del 2011 fue el impulso de una gran
lucha de masas en la cual, por primera vez, comenzó a contraponerse el Chile de las
necesidades sociales, la explotación y la opresión en contra del Chile del privilegio, los
ricos y los empresarios, el “Manifiesto Anti-fascista” de los combativos Copano y Salinas
nos recuerda, por el contrario, la necesidad de “construir un país en el cual quepan
todos”. Todos, es decir, también, los ultra-explotadores Luksic o Angelini, los militares
genocidas, los políticos patronales corruptos, esto sólo por indicar algunos de aquellos
“todos” a los que dicho concepto (ya que el significado de todos es, justamente, todos),
haría mención.
Finalmente, si una de las grandes lecciones de la lucha estudiantil del 2011 fue la
necesidad de comenzar a dar una batalla independiente de todas las variantes de la
democracia patronal, los Carcavilla y Peirano se encargan hoy, en cambio, de reducir
todo a meras “diferencias de detalle” (aludiendo al programa de Bachelet). Para aquellos
es, entonces, nada menos que un “detalle” el hecho de que, tal como ha venido agitando
a los cuatro vientos la lucha estudiantil, ha sido justamente la Concertación (hoy “Nueva
Mayoría”) uno de los principales promotores de la preservación del modelo de educación
pinochetista. Modelo neoliberal educativo que la actual reforma educacional retoca, pero
que no cuestiona, tal como una serie de organizaciones estudiantiles vienen planteando
en los últimos meses.
El horizonte estratégico del “Manifiesto de los Intelectuales”. O el campo
estéril de la política de los acuerdos democráticos
Tal como notamos en el punto anterior, una de las características centrales del
“Manifiesto de los Intelectuales” es reemplazar algunas de las consignas centrales del
movimiento estudiantil: fin al lucro, educación gratuita, abolición de la PSU, las cuales ni
siquiera son mencionadas, por meros slogans ciudadanos. Es en este punto en donde nos
preguntamos: ¿Cómo es posible que intelectuales de la talla de Zurita hayan podido
firmar este tipo de manifiesto cuya profundidad intelectual (y política) no
rebasaría a la que posee un spot televisivo?
¿Es que acaso estos intelectuales, domesticados y haciendo caso omiso de su
condición de “elite pensante”, han decidido satisfacer con una pirueta poodle a sus cada
vez más acorralados amos de la “Nueva Mayoría”, entregándoles para ello un
instrumento útil con el cual enfrentar, desde el ámbito intelectual, las nuevas dificultades
propias a la ruptura del “consenso bacheletista”? Por el momento, aunque
reservándonos el sano derecho a la duda, no pensamos que el servilismo de la
intelectualidad pro Nueva Mayoría haya llegado a tal nivel de decadencia. Pero entonces
por qué firmaron un manifiesto de esta índole, manifiesto en cuyas voces pareciéramos
reconocer el inconfundible estilo de Don Francisco y sus ofertones solidarios.
Desde nuestro punto de vista, lo anterior debe ser explicado, más que por la mayor
o menor destreza comunicacional de los autores de dicho manifiesto, considerando otra
de sus aristas anti-obreras y anti-populares: esto es, su sintonía con la política postdictatorial de los acuerdos democráticos. Es justamente dicha política de consensos
inter-patronales (ajena a los intereses del pueblo trabajador), otro de los pilares a partir
de los cuales se articula el contenido ideológico del “Manifiesto de los Intelectuales”.
Política de los acuerdos que, llevada al campo de la elaboración del mismo manifiesto,
les impide a sus autores tocar todos y cada uno de los temas claves del problema
educativo, esto último en aras de la necesaria “unidad bacheletista”.
De hecho, la operación “unitaria” es tan burda, tan clara y tan evidente, que
podemos hasta imaginarnos a los Zurita y Gumucio discutiendo, acalorada o
administrativamente, respecto a si integrar o no en el manifiesto las palabras “lucro” o
“gratuidad”. Mal que mal, la DC es un “buen aliado”, y aquellos ya han dado su voto a favor
del mismo. Es más, los negocios de algunos de sus dirigentes en dicho ámbito han sido,
por lo demás, bastante sustanciosos. Podemos imaginarnos también los problemas
evidentes “de consenso” que habrían surgido si estos intelectuales hubieran pretendido
escribir un manifiesto “intelectual” de más de media página, mal que mal las diferencias
internas entre la DC y el PC todavía se hallan muy frescas y podrían estallar en cualquier
momento (es necesario, por lo tanto, “guardar la compostura”). Y podemos imaginarnos,
también, la solución salomónica, al más puro estilo de la política patronal: el ya discutido
palabrerío televisivo-ciudadano que repleta el contenido del manifiesto, la decisión de
no escribir más de cuatro párrafos (en aras de la unidad) y, porque no, meter a la parrilla
algunos rostros para el disfrute de todos: Balmaceda, Cerda, Frei Montalva, Allende y
claro… la Gabriela.
¡Políticos patronales! ¡Su basura ya nos es bastante conocida! Es justamente dicha
política de consensos democráticos (siempre en perjuicio de los intereses del
pueblo trabajador), del cual su manifiesto es un botón de muestra, la que nos ha
costado la continuidad, por ya casi un cuarto de siglo, del salvajismo económico y
social neoliberal heredado de Pinochet. Consensos democráticos que los
trabajadores, estudiantes, pobladores, pueblos indígenas, minorías sexuales e
intelectuales comprometidos con la lucha de clases, debemos reventar en pedazos,
haciendo estallar, de una vez por todas, el Chile de los patrones.
Para liquidar a la Derecha, hay que atacar a la “Nueva Mayoría” y desplazar a
los traidores y conciliadores de nuestras organizaciones
Pocos dudarían hoy, y la lucha estudiantil del 2011 lo reafirmó, que el papel de la
Concertación fue el de administrar y retocar la obra económica y social de la dictadura,
esto último en alianza con la Derecha. Pocos dudarían también en negar que fue la
Concertación la cual, lejos de cuestionar el modelo pinochetista, permitió el ascenso de
la Derecha al gobierno. No hay pues mucho que discutir en este punto.
A la vez, son hoy cada vez más los que comienzan a despertar de la “ilusión
bacheletista”, comprendiendo así que la “Nueva Mayoría” no es más que, en realidad, una
versión renovada de la antigua Concertación. Nueva Concertación (2.0) cuya misión es
seguir cumpliendo sus ya tradicionales funciones: es decir, la salvaguarda de los
intereses patronales y los pilares del neoliberalismo (aunque retocándolos). Son también
hoy, cada vez más, quienes comienzan a comprender que el programa de reformas de
Bachelet no es más que otra artimaña cuyo objetivo es abortar cualquier intento de lucha
independiente de los sectores obreros y populares (cooptándolos con falsas promesas),
así como también amañar las justas esperanzas de cambio de las amplias mayorías. El
ejemplo más evidente de esto es el actual engendro de reforma educacional, reforma que
las organizaciones estudiantiles ya han comenzado a enfrentar como un engaño,
planteando así la necesidad de retornar a las calles y la lucha por una verdadera reforma
educativa.
Es precisamente por lo anterior que para liquidar cualquier avance de la Derecha
(sea fascista o “democrática”) sea indispensable, a diferencia de lo que nos plantea el
“Manifiesto de los Intelectuales”, enfrentar no sólo a esta última, sino que también a
quienes han venido defendiendo su obra; es decir, la Concertación (hoy “Nueva
Mayoría”). Y esto ya que ¿quién, sino la Concertación (hoy “Nueva Mayoría”), ha dejado
intacto el negocio educativo, fortaleciendo así las bases del modelo de educación
empresa de la Derecha? ¿Quién, sino la Concertación (hoy “Nueva Mayoría”), ha
legitimado la impunidad de los patrones, fortaleciendo en los hechos las bases del
modelo económico y social impulsado por la Derecha? ¿Quién, sino la Concertación (hoy
“Nueva Mayoría”), fue la que ha permitido a los militares genocidas seguir disfrutando
de sus privilegios, impulsando una justicia “en la medida de los posible”, favoreciendo así
la preservación (y reproducción) de una serie de organismos ligados a la represión
dictatorial?
Pero no podremos emprender la tarea de enfrentar ambos polos del poder
empresarial: la Derecha y la “Nueva Mayoría”, sin avanzar también en el desplazamiento
de los dirigentes traidores y conciliadores de nuestras organizaciones. Una lección en
este sentido nos la entrega la actual lucha de las bases del Colegio de Profesores, las
cuales levantándose en contra de los acuerdos de la dirección pro-gubernamental de
Gajardo, han puesto en tela de juicio la acción del Partido Comunista como agente
bacheletista. Han sido ellos, los profesores movilizados, quienes han comenzado a
enfrentar a las organizaciones traidoras de las luchas del pueblo trabajador, aquellas
organizaciones que como el PC y otros referentes de “izquierda” tales como Izquierda
Ciudadana (IC) o “Revolución Democrática” (RD) juegan hoy un rol de administradores
directos, en tanto integrantes del gobierno de Bachelet, del neoliberalismo en Chile.
Asimismo, tampoco podremos avanzar en el enfrentamiento del conjunto de los
partidos patronales sin desplazar a quienes concilian con ellos: es decir, a todas aquellas
agrupaciones políticas que, tal como Izquierda Autónoma (IA) o el Frente de Estudiantes
Libertarios (FEL), nos llaman una y otra vez, por diversos medios, a confiar en los
acuerdos con los políticos “progresistas”. Fue Gabriel Boric, diputado de IA, quien nos
llamó en el pasado a votar por Eduardo Frei, invitando además al mundo empresarial a
“sumarse a los cambios” en una de sus visitas como dirigente estudiantil a un encuentro
de ICARE. Fue también Boric e Izquierda Autónoma quienes se opusieron por años (junto
a Camila Vallejo y el resto de la “bancada estudiantil”) a la lucha por la educación gratuita
y el fin al lucro, levantando hasta el 2011 la propuesta de Arancel Diferenciado. Es
también el mismo Boric quien impulsa hoy una bancada en el Parlamento con algunos
políticos patronales tales como Vlado Mirosevic (ex PPD) y Alejandra Sepúlveda (ex
presidente DC de la cámara de diputados), manteniendo además una estrecha cercanía
con el grupo de Giorgio Jackson (RD). Esto último, a pesar de que ha sido precisamente
dicho grupo el que, a través de Miguel Crispi (funcionario de confianza del ministrogerente Eyzaguirre), ha participado en la redacción de la actual estafa de reforma
educacional. Y han sido también los socios del grupo de Boric en el movimiento
estudiantil, los “libertarios” del FEL, quienes han desplegado sus banderas rojinegras
para impulsar el “pacto desmovilizador” que puso este año de rodillas al movimiento
estudiantil ante Bachelet.
¿Pero es esta lucha, que enfrenta tanto a los Lavin, las Tohá, las Vallejo, los Boric y
a sus amigos rojinegros, realmente, necesaria? ¿No pecará acaso aquella de alimentar un
tipo de divisionismo extremo, destinado a atomizar las fuerzas de la izquierda en
discusiones estratégicas “estériles” y luchas intestinas “inmaduras”? ¿Por qué no
enfrentar primero, todos juntos, a la Derecha? Mal que mal, ¿acaso no tenemos más
acuerdos con los Jackson que con las Matthei? ¿Acaso no es cierto que la joven voz de las
Cariola constituye, ciertamente, un “aporte” en un Parlamento plagado de “los mismos
políticos de siempre”? O bien ¿por qué no actuar de manera inteligente y “ser más hábiles
que ellos”, aliándonos con los sectores progresistas de la “Nueva Mayoría” para utilizar
hábilmente sus diferencias? Por lo demás, siempre podremos recurrir a una que otra
marcha para complementar nuestras “perspicaces” alianzas tácticas, logrando con ello
(como nos enseñan los jóvenes dirigentes universitarios de las izquierdas conciliadoras
en las Universidades) una modificación real en las relaciones de fuerzas. Por qué no
seguir aquí el ejemplo del FEL, que ha madurado y aprendido todo esto a la perfección…
¡y sin perder sus capuchas rojinegras!
Ciertamente, todo lo anterior suena muy bien, muy ordenado… y
sorprendentemente inteligente. Pero lo que suena bien para las ilustradas generaciones
de políticos izquierdistas formadas en las aulas de la Universidad Católica y las facultades
de Derecho y Comercial de la Universidad de Chile (¿Cómo olvidar a aquí a los Grau, esos
prototipos de ejecutivos de izquierda… y sus mascotas los Jorqueras?), podría muy bien
ser insuficiente para las necesidades reales de la lucha de clases. La lucha de clases, cuya
mentalidad parece a veces tan tosca y primaria para nuestras lumbreras: los sofisticados
operadores políticos de la FEUC y la FECH. Como decimos, lo que suena bien para estos
operadores políticos, sus “complejas” maniobras para lustrar uno (u otro) zapato de
algún político progresista amigable, esperando con ello lograr una modificación real de
la correlación de fuerzas, podría muy bien ser insuficiente para las necesidades reales de
la no tan sofisticada, y mucho más violenta, lucha de clases. O si no, preguntamos: ¿dónde
podemos ver, acaso, dichas modificaciones reales en las relaciones de fuerza de la política
nacional, por ejemplo en el ámbito de la reforma educativa? En definitiva, ¿quién ha
influenciado a quién? ¿Ha sido influenciado el ministro Eyzaguirre por las hábiles
jugadas de los amigos de Jackson y Boric: los Crispi, Melo y Roco, o bien dichos “hábiles”
ex políticos estudiantiles han terminado sirviendo a los intereses del ministro,
transformándose con ello en agentes directos de la aplicación de las políticas
neoliberales? Pues bien, si tenemos en cuenta que el mismo Boric (otro de estos políticos
sofisticados) ha llegado a pedir la renuncia del ministro Eyzaguirre; es decir, la renuncia
del jefe de sus actuales socios políticos y ex amigos de universidad, podemos intuir quien
ha influenciado, realmente, a quien.
¡No! Ninguna conquista real podrá ser obtenida de la mano de meros artilugios
tácticos, ni menos de “complejas maniobras” (perspicaces) basadas en la confianza en los
partidos y políticos patronales. Tal como nos enseña la historia de la lucha de clases en
Chile, será sólo de la mano del impulso de la más amplia movilización independiente de
los trabajadores, estudiantes y el movimiento popular en su conjunto, impulsando sus
propios métodos (entre otras la huelga, el paro, la toma, las barricadas y la auto-defensa
de masas), así como también gracias a la acción de sus propias organizaciones, lo que
podrá darnos la fuerza necesaria para arrebatar a los empresarios, por medio de la lucha,
nuestras demandas. Y es justamente por esto que el enfrentamiento en contra de todos
aquellos que se oponen a los métodos de lucha de los trabajadores y el pueblo: por
ejemplo quienes los traicionan formando parte de un gobierno neoliberal (PC, IC, RD), o
bien aquellos que los reemplazan por “inteligentes conversaciones” con los políticos
progresistas (IA, FEL) es no sólo una tarea necesaria, sino que urgente. Lucha
imprescindible, a la cual no se le puede pasar por el lado, tal como pretenden algunos
grupos de izquierda preocupados mayormente por la “educación popular”, como si el
impulso de un taller poblacional pudiera reemplazar dicha lucha estratégica. Dicho
claramente, sólo será cuando los traidores sean expulsados y el movimiento obrero,
estudiantil y popular aprenda a barrer el piso con los conciliadores (esas Melissas y
Naschlas que pululan en toda Federación universitaria), cuando estemos listos para
avanzar, realmente, por nuestras demandas.
No se trata así, refiriéndonos a las vías por las cuales conquistar las
reivindicaciones centrales del movimiento popular chileno, de la existencia de mayores
o menores diferencias con uno u otro político empresarial, sino que de comprender que
todos ellos (tanto el conservador UDI anti aborto como el progresista PPD a favor de la
legalización) forman parte (¡todos, sin excepción!) de un bloque patronal que tendrá
como objetivo, siempre, el ataque a los intereses de los trabajadores y el pueblo. Unidad
de conservadores, “neutrales” y progresistas que es fortalecida, ¡no debilitada!, por
aquellas organizaciones de izquierda que pretenden “someter” los intereses
empresariales mediante el impulso de “alianzas tácticas”, pasando a convertirse aquellas,
al decir de Lenin, en “correas de transmisión” de los intereses de la burguesía en el
movimiento obrero y popular. Y esto último, más allá de los “aportes” que pueda
significar la voz rebelde (y disidente) de los Jackson y Boric y sus alocuciones
parlamentarias. Corbatas más, corbatas menos, ellos terminan sirviendo siempre a un
mismo principio: la conciliación de clases.
Educación Gratuita, Asamblea Popular Constituyente, Neoliberalismo y
Revolución social… O el más allá de los Gumucio y las Vallejo
Luego de ocho años de la llamada “Revolución Pingüina” y tres de la gran lucha
estudiantil del 2011, todo sigue relativamente igual. Seguimos viviendo en uno de los
países más brutalmente neoliberales del mundo. Es cierto que han cambiado los actores:
lo que antes se llamaba Concertación, hoy tiene el nombre de “Nueva Mayoría”. Algunos
ministros de derecha han sido reemplazados por dirigentes comunistas. Antiguos
dirigentes estudiantiles pululan en los pasillos de los ministerios y el Parlamento.
La reelección de una presidente mujer, por segunda vez en nuestra historia. Pero
en esencia, sabemos que todo sigue igual. Las bases del neoliberalismo chileno
siguen, puntos más, puntos menos, incólumes. Y ni siquiera la llegada de ex
dirigentes anarquistas arrepentidos a la “Nueva Mayoría” (formados en las
trincheras rebeldes de FACSO), puede cambiar aquello.
Todo esto el pueblo trabajador y explotado lo sabe (o bien, por lo menos, lo intuye).
Por eso se comienza a intranquilizar. Numerosas huelgas y fenómenos de resistencia
popular se desarrollan, a veces en las profundidades, a veces no tanto. Con todo, el
“consenso bacheletista” se mantiene, aunque debilitándose. Lo más grave, la “Nueva
Mayoría”, principal garante de la estabilidad patronal, no tiene mucho más que entregar.
Y lo que suelte tendrá sin duda (tal como en el caso de los bonos) un infaltable sabor a
show mediático. Por ahora, la DC, los empresarios y la Derecha, llaman al orden…y el
inquebrantable statu quo neoliberal parece resurgir (aunque preparándose para algunos
retoques) con fuerza. Esto lo entienden los conciliadores con más olfato, por ejemplo
Boric, quien se intranquiliza desde su cómodo sillón parlamentario (con jugosa dieta
incluida). Él sabe que sus peroratas de muchacho rebelde en el Congreso tienen un límite,
que su eficacia es limitada, y que la mantención de dicho statu quo podría terminar por
cobrarles la cuenta a todos ellos, sin distinción, desde los Teillier a los Jackson. Una
muestra de lo anterior es, por ejemplo, el creciente repudio a la actuación de la “bancada
estudiantil”, siendo Vallejo uno de los rostros peor evaluados del 2014. Todos ellos lo
saben y ven con intranquilidad el horizonte. Ese horizonte de “reformas
estructurales” neo-concertacionistas que amenazan, cada vez más, con nacer
muertas para los intereses de los trabajadores y el pueblo.
Es para dicho horizonte, el de un pueblo ávido de cambios que recibirá
reformas muertas, o bien insustanciales como la modificación del sistema
neoliberal, que suaviza pero no elimina las características elitistas de la
democracia pinochetista, para el cual debemos prepararnos. En otras palabras, el
horizonte fulminante del estallido de la lucha y el resentimiento profundo de las
masas, ese legítimo resentimiento almacenado en lo más profundo del alma de la
clase obrera y el pueblo por décadas. Este resentimiento de clase que sigue,
inevitablemente, acumulando tensión al ritmo de cada tic tac de las pantomimas
democráticas. Y mientras Chile se va transformando, lenta pero inexorablemente, en
aquel volcán explosivo, volcán que comienza ya a despedir chorros de vapor acumulado
(¿acaso no es eso, justamente, un chorro de vapor incandescente salido del Tártaro
neoliberal, la actual lucha de los profesores?), los Gumucio y Zurita nos siguen
aconsejando, alegremente, respecto a la necesidad… de un patio común en el cual
compartir ideas. Eso, nada más, y claro… la exigencia de un Chile para todos. Más aún,
mientras la superficie social chilena se va plagando de geiseres que van despidiendo ya
sus destellos destructivos, visibles en cada huelga, paro, toma y barricada del último
tiempo, las Vallejo y los Boric nos siguen repitiendo, incansablemente, sus axiomas
universitarios en torno a un Chile más democrático. Es decir, lo mismo que nos dicen los
Gumucio y los Copano, aunque con un educado lenguaje izquierdista. Ahora bien, de
estallar este volcán, o bien de comenzar a mostrar su verdadero poder (y existen
razones para pensar que aquello es una posibilidad real), bien podrían ser ellos
mismos, los tramoyistas de la democracia neoliberal, sus primeras víctimas. Y es
que quien juega con fuego, incluso para apagarlo, puede quemarse, tanto y más
que quien aviva el incendio. Todo depende, a fin de cuentas, de las circunstancias.
Nosotros lo sabemos, ellos lo saben, es parte del asunto. Y si no, es cosa simplemente
de ver al PC, a quien se le han comenzado ya a chamuscar sus nuevos trajes
parlamentarios. Hoy, cuando la lucha de clases no hace sino comenzar. Es que ellos se
olvidan, al parecer, de que las erupciones y terremotos son parte integral de nuestras
tradiciones. No deberían olvidarlo, la política chilena no se encuentra exenta de dichos
fenómenos.
Es para dicha oportunidad, por lo tanto, la oportunidad que nos brindarán los
futuros huracanes de un Chile dividido en campos sociales irreconciliables; es decir, el
Chile patronal y el Chile obrero preparados para hacerse pedazos, que nosotros
debemos prepararnos. Nosotros, los promotores incansables del enfrentamiento
de clases. Pero esta vez, los despedazados no seremos nosotros. 1973 nos enseñó
ya que el enemigo está dispuesto a todo para defender sus privilegios. Hemos
aprendido, por lo tanto, la lección… nuestro próximo ataque será a la yugular. ¡Es
la voz de todos los muertos de la dictadura la cual nos lo exige! Su eco resuena en
nosotros, y debemos atenderlo. Son ellos, los asesinados, desaparecidos y
torturados, ellos que se levantan de entre los muertos para exigirnos vencer. ¡La
victoria, la venganza, nuestra lucha!
Retomar las banderas del 2011 y la lucha por la educación gratuita y el fin
del lucro. Eliminación total del negocio educativo, abolición de la PSU, ingreso
irrestricto a la Universidad, co-gobierno triestamental paritario, estatización sin
pago de la educación privada. Abrir las cátedras de las Universidades a la clase
obrera y el pueblo. Paso a planta de los académicos y funcionarios subcontratados.
Voz y voto de todos los académicos en la elección de autoridades. Arremeter en
contra de la Derecha y la “Nueva Mayoría”. Eliminar de nuestras filas a los
traidores y conciliadores, expulsándolos de nuestras organizaciones. Avanzar en
el camino de la unidad de obreros, estudiantes, pobladores, pueblos indígenas y
minorías sexuales para enfrentar, cuestionar y derribar los pilares del
neoliberalismo pinochetista. Luchar por la conquista de una Asamblea Popular
Constituyente basada en la más amplia movilización de los trabajadores y el
pueblo, organizada a partir de los métodos de la democracia directa y resguardada
por los métodos de la auto-defensa de masas. Conectar la lucha en contra del
neoliberalismo con una perspectiva anti-capitalista, planteando la necesidad de
avanzar en la expropiación de los ricos y la socialización de los medios de
producción. Preparar el horizonte político de la construcción de un partido
revolucionario para la toma del poder y la conquista de una República de los trabajadores
y el pueblo (la Dictadura del Proletariado), esto como paso previo en el camino de una
Revolución obrera internacional para la destrucción del sistema capitalista y su
reemplazo por la sociedad comunista. ¡Esa es nuestra lucha! ¡Agitar las banderas de
Marx, Engels, Lenin, Luxemburgo, Gramsci, Trotsky! Nuestras banderas son antiguas,
nacieron con Espartaco, Dulcino, Müntzer, Robespierre, Roux, Babeuf… ¡Las
retomaremos!
En esta senda, levantar una corriente de intelectuales, artistas y pensadores
marxistas que estén dispuestos a ocupar cada espacio al servicio de esta lucha. La
catedra, la publicación, la instalación artística, la intervención literaria. ¡Basta de
intelectuales al servicio del régimen de los patrones! ¡Basta de artistas y poetas
serviciales al statu quo! ¡Basta de académicos y artistas neutrales! ¡A tomar
partido! ¡La victoria, la venganza, nuestra lucha!
Diciembre 2014
Miguel Fuentes Muñoz: Licenciado en Historia y Arqueología (Universidad de Chile) y
Maestría en Arqueología / Programa de Doctorado (University College London)
Fuente:
https://fr.scribd.com/doc/250409331/Respuesta-a-Manifiesto-deIntelectuales-Chilenos-Borrador
09-01-2015. En el aniversario 93 del Partido Comunista de Chile. "El
PC debe asumir la responsabilidad que le corresponde como partido de
la clase obrera". Mario A. Benavente Paulsen. Rebelión
1.- Desde mi regreso al suelo patrio, después de casi dos años en campos de
concentración y quince años de impuesto exilio, he procurado preservar esa hermosa
tradición de los comunistas chilenos de celebrar el 01 y el 02 de enero de cada año un
nuevo aniversario del Congreso de Rancagua que declaró oficialmente la fundación del
Partido Comunista de Chile.
Poco tiempo antes, en 1920, el Congreso del Partido Obrero Socialista efectuado en
Valparaíso, aprobó una declaración de principios en que expresaba su solidaridad con la
revolución rusa y el naciente régimen soviético, manifestaba su adhesión a la Tercera
Internacional su decisión de incorporarse a ella. En esa oportunidad, además, se resolvió
reemplazar el nombre de Partido Obrero Socialista por Partido Comunista. Pero, se
acordó que estas importantes decisiones se habrían de implementar una vez que las
estructuras partidarias se hubiesen pronunciado. Luego del amplio respaldo que dichas
resoluciones encontraron en la base militante, el Congreso de Rancagua las ratificó.
En ese Congreso, consigna el historiador Hernán Ramírez Necochea, la clase obrera
dirigida por Luis Emilio Recabarren cerró un período de su larga, combativa y esforzada
evolución; la madurez experimentada por los núcleos más conscientes permitió la
fundación del Partido de vanguardia del proletariado y la iniciación de una nueva etapa
en la historia de la lucha de clases en Chile. A partir de él, tuvo existencia la colectividad
política revolucionaria del proletariado [1] .
Se concibió un partido proletario como una organización de obreros dotados de
una misma ideología y poseedores de alta conciencia de clase. Con estos atributos, un
partido constituía una forma de organización proletaria mucho más desarrollada que los
sindicatos, y tenía, como una de sus fundamentales tareas, la de educar políticamente a
la clase obrera y a los trabajadores en general [2] .
Varios son los aspectos que definieron el nacimiento de Partido Comunista de
Chile, entre ellos: una clara definición de una sociedad capitalista, dividida en clases, que
cimenta su estructura jurídica, política y económica sobre la explotación del hombre por
el hombre; el reconocimiento del carácter irreconciliable de la lucha de clases en una
sociedad dominada por el capitalismo; así como la necesidad de constituir una
organismo revolucionario de vanguardia, capaz de dirigir a la clase trabajadora en la
consecución de sus ideales y que propague la supresión de la explotación del hombre por
el hombre.
2.- El Partido Comunista de Chile marcó así su incorporación militante a un proceso
revolucionario mundial en ascenso, cuyas ideas se esparcían por los más apartados
rincones del planeta. Los nombres de Marx, Engels, Lenin, así como de otros grandes
activistas de la revolución, se convirtieron en íconos universales a medida que el poder
soviético se consolidaba y construía, a pesar de la vesania capitalista mundial y del nazifascismo. El triunfo del pueblo soviético sobre el nazismo estimuló la lucha liberadora en
Asia, África y América Latina. Se desmoronó el sistema colonialista mundial.
En esta parte del continente americano, el triunfo de la revolución cubana ejerció
enorme influencia en amplios sectores, en especial de las juventudes, intelectuales,
sectores femeninos, pequeños y medianos productores. La organización política y la
lucha social adquirieron notables repercusiones. Los éxitos en la construcción de la
sociedad socialista en la URSS y otros países de Europa Oriental se constituyeron en
poderosos incentivos para que decenas de millones se incorporaran a combatir por la
revolución y el socialismo.
El fragor de la lucha desarrollada por preservar las conquistas de la naciente
sociedad socialista, y la aguda contradicción entre dos sistemas socioeconómicos
antagónicos, se vieron acompañados por un conjunto de ideologías contrapuestas a los
intereses del proletariado. La lucha ideológica al interior de las fuerzas populares y
democráticas se intensificó y, en no pocas ocasiones, estimuló la división.
El imperialismo, y sus diversas expresiones, contribuyeron con ingentes campañas
propagandísticas y de corrupción. El anticomunismo y el antisovietismo fueron su arma
ideológica fundamental. La propia comunidad internacional comunista empezó a
erosionarse. El eurocomunismo asentó sus reales en poderosos partidos comunistas en
Italia, Francia, España, que, paulatinamente, fueron seducidos por corrientes reformistas
democristianas y socializantes. Muchos de ellos terminaron por perder su identidad
revolucionaria y hasta el nombre de partidos comunistas.
3.- La extinción de la URSS y del campo socialista, máximas expresiones de la acción
revolucionaria mundial, fue la más inesperada y dolorosa derrota del proletariado y las
fuerzas libertarias. El imperialismo estadounidense, especialmente, obtuvo la más
grande victoria sin disparar un solo misil. El desconcierto y el desaliento se generalizaron
en los diversos sectores sociales, tanto en los obreros como en las capas medias, jóvenes
e intelectuales. En un afán por buscar explicación a lo acontecido y justificar su propia
supervivencia, algunos partidos comunistas latinoamericanos abrieron sus puertas al
antisovietismo y la renuncia a los principios del marxismo-leninismo.
4.- El Partido Comunista de Chile no ha sido ajeno a esta verdadera tragedia. Tendencias
antisoviéticas hicieron sentir su voz liquidacionista. No fue casual que, una vez semi
recuperada la convivencia democrática, algunos dirigentes del PC buscaran desligarse
del ideario de Carlos Marx, Engels, Lenin.
No faltaron quienes se ufanaron en la prensa del abandono del marxismoleninismo [3] ; y, vía abandono de los principios leninistas de organización partidaria y
de la concepción de clase, facilitaron la desvinculación del Partido con los centros de
masas, los sindicatos, organizaciones sociales, etc.
El movimiento social de los últimos años ha hecho de ésta una realidad más
patente: allí donde los comunistas se vinculan al trabajo de base, en estrecha
relación con las masas, son reconocidos en su papel dirigente. Cuando se pierde
esta relación, el movimiento social les da la espalda. Por ello no debe extrañar la
pérdida de influencia de la Jota en el movimiento estudiantil, el que se ha sentido
engañado y abusado tras la incorporación del PC a la Nueva Mayoría.
Las luchas sociales, así como el bagaje histórico del movimiento obrero y social,
han pesado lo suficiente para que nuevamente algunos dirigentes comiencen a reconocer
las enseñanzas de Carlos Marx y, en menor grado, las de Federico Engels. Por ahora el
nombre de Lenin sigue siendo omitido o denigrado.
5.- No se puede dejar de mencionar, por otra parte, las debilidades que se aprecian en el
lenguaje partidario, de los deberes internacionalistas. Se omite toda alusión a las
prácticas guerreristas de los países imperiales, especialmente de Estados Unidos, que
invaden, directa o indirectamente, a países soberanos, como han sido casos tan
dramáticos como el de Irak, Afganistán, la masacre del pueblo libio y de Siria, las
constantes amenazas al pueblo iraní y venezolano, los golpes de Estado en Honduras y
Paraguay, las intromisiones militares en Colombia, Argentina, Chile y otros países o
regiones, en su afán de dominación mundial. En la actualidad somos testigos de la
escalada imperialista por “cercar” a Rusia, generando un conflicto de proporciones en
Ucrania, limitante con un estado de preludio de una conflagración mundial, y que llevó
al Estado ruso a tomar medidas que permitieran garantizar su propia seguridad y
supervivencia. Hace solo unos días, y no obstante que la propia prensa norteamericana
ha consignado que el supuesto ciberataque a Sony Corporation no habría sido realizado
por hackers de Corea del Norte, sino por ex-empleados, el gobierno de Estados Unidos
ha aprobado la imposición de nuevas sanciones contra Corea del Norte como respuesta
estadounidense a su "destructivo" ciberataque contra Sony. Callar estas amenazas a la
Paz Mundial es castrar el carácter revolucionario de nuestra ideología.
6.- La crisis del sistema capitalista mundial es muy profunda y pone en riesgo la
Paz mundial. Las luchas sociales deben ampliar su visión al campo internacional.
Los estudiantes en sus movilizaciones por la gratuidad de la educación, dieron un
ejemplo al proyectar su lucha a otros países de América y Europa. Pero no se trata
sólo de pedir solidaridad, sino también de darla con generosidad.
El PC tiene la obligación de formar a la militancia y a la juventud en sus deberes
internacionalistas. El Congreso de Rancagua dio a luz un Partido consciente del destino
común que une a todos los trabajadores y, por ello, solidario con las luchas de la clase
obrera, del proletariado, de los asalariados, en todos los países. Los documentos y
discursos de los comunistas chilenos deberían estar impregnados de este espíritu
internacionalista. Deberían… pero, ello no ocurre.7.- Tras retornar del exilio impuesto por la dictadura, los días 01 y 02 de enero de 1989
asistí a una masiva celebración aniversaria de nuestro Partido, la que se realizó en un
amplio campo deportivo. Se apreciaba una organización política actuante, combativa y
alegre. Después de tanto dolor y sufrimiento del pueblo, volvíamos a encontrar nuestras
raíces.
Ese mismo año tuvo lugar el XV Congreso del PC, de cuyos resultados han derivado
algunas tendencias que, de una u otra forma, han debilitado la existencia del Partido de
Recabarren, de la clase obrera y la revolución.
Una de ellas trata de justificar un apresurado abandono de las raíces que dan
fundamento político e ideológico a los orígenes del Partido Comunista de Chile. De esta
manera se ha echado por la borda la rica experiencia histórica del proletariado mundial;
se oculta la trascendencia de la Revolución de Octubre, con todas sus virtudes y falencias,
desconociendo su gravitación e importancia; se abandona la experiencia del proletariado
mundial en la organización de la lucha social, económica y política. Peor aún, por esta vía
se ha dado inicio al liquidacionismo ideológico del Partido de Recabarren, Laferte, Víctor
Díaz, Uldarico Donaire, Américo Zorrilla y tantos otros. El abandono de la ideología del
proletariado, así como de sus principales instrumentos, transforma al cuerpo partidario
en un sujeto amorfo, sin norte ni convicciones.
8.- 1989 marcó la última (o una de las últimas) celebración del aniversario de la
fundación del Partido en enero de 1922. La mayor parte de las generaciones comunistas
anteriores a 1990 asumimos la historia que el mismo Luis Emilio Recabarren había
señalado entre 1920 y 1922. El investigador, Hernán Ramírez Necochea, en su obra
“Origen y Formación Del Partido Comunista de Chile”, así lo ratifica.
“Los dirigentes del Partido Obrero Socialista con Luis Emilio Recabarren a la
cabeza, comprendieron que había llegado el momento de fijar más claramente los
objetivos del movimiento obrero chileno y de reforzar y definir su conducta
revolucionaria no sólo en conformidad a los principios del marxismo, sino también
teniendo en cuenta las enseñanzas que impartía Lenin, y las ricasy novedosas
experiencias que entregaban la Revolución Rusa, el bullente movimiento obrero
internacional y las nuevas características que empezaba a presentar el movimiento
obrero chileno.
Comprendieron también que era indispensable revisar críticamente las
organizaciones de lucha de que disponía el proletariado, a fin de capacitarlas para actuar
revolucionariamente, con independencia y con la mayor eficacia posible.
Para encauzar la conciencia y la acción del proletariado en un sentido
definitivamente revolucionario, se consideró de urgencia construir un partido político
poderoso, recio y combativo; sólo así se podía agrupar a las grandes masas trabajadoras,
dirigidas y educadas en el bolchevismo, esto es, del socialismo depurado de las
desviaciones en que había caído con la Segunda Internacional y de las debilidades que
hasta entonces había mostrado en Chile” [4] .
Sin embargo, a partir del XV Congreso, la historia del PC fue cambiada. Se
determinó que la fundación del Partido se habría producido el 4 de junio de 1912, junto
a la del POS, es decir, seis años antes de que Lenin crease el Partido Comunista Soviético
y, antes de la existencia de los partidos comunistas de Argentina y de Uruguay, que el
propio Recabarren contribuyó a formar.
9.- A lo largo de los últimos años he conversado con muchos camaradas que señalan no
entender mi preocupación por el cambio de fecha en el nacimiento del Partido Comunista
de Chile. Se trata, me señalan, de la misma organización que evolucionó bajo la guía del
mismo Recabarren y, además, desde el punto de vista de hoy, la fecha histórica pasa a ser
solo un dato más en el calendario.
Esta argumentación tiene en su trasfondo una labor de zapa que, subrepticiamente,
ha venido inculcando a la militancia comunista el cambio de los valores definidos por el
Congreso de Rancagua, el 1 y 2 de enero de 1922.
¿Qué es lo que con ello se persigue?
El transcurrir de los años permite visualizar con claridad creciente que el cambio
de fecha de la fundación del PC de Chile, ha tenido como propósito limpiar la imagen
partidaria de la influencia de la Revolución Proletaria en Rusia y facilitar la omisión,
ocultamiento y tergiversación consciente de principios fundamentales: la concepción
de la lucha de clases antagónicas; el internacionalismo proletario y la solidaridad
de clases; las normas leninistas de organización y el centralismo democrático, el
derecho a la violencia revolucionaria. Adicionalmente, el concepto de clase obrera
fue reemplazado por el de clase trabajadora, vieja y ambigua terminología de la
socialdemocracia y del socialcristianismo, llamado a desvirtuar el lugar histórico
de la clase obrera y del proletariado.
10.- Con frecuencia se señala que es majadero hablar de clase obrera en el mundo
moderno, cuando la actual estructura del proceso productivo tiende a hacer desaparecer
el trabajo manual, privilegiando el trabajo basado en el conocimiento. En realidad, lo
majadero es ocultar tras esta afirmación la evolución de las fuerzas productivas y la
evolución de carácter social del trabajo para, por esta vía, hacer “desaparecer” el papel
de la organización de los asalariados y establecer el predominio de una “nueva clase
media”. A este respecto, no puedo sino subrayar que la verdadera estructura social
sigue estando marcada por aquella definición que indica que “Las clases son
grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en
un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones
en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en
su mayor parte las leyes refrendan y formalizan), por el papel que desempeñan en
la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y
la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las
clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro,
por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social.”
[5]
Sin embargo, esto aún no es suficiente para determinar el lugar histórico de la clase
proletaria. Es precisamente la dominación del capital la que devela ante esta masa de
trabajadores una situación e intereses comunes. “Así pues, esta masa es ya una clase
con respecto al capital, pero aún o es una clase para sí. En la lucha, esta masa se
une, se constituye como clase para sí. Los intereses que defiende se convierten en
intereses de clase.” [6]
Aquí, justamente, radica parte de la grandeza del Congreso que dio origen al
partido de los comunistas chilenos, toda vez que marcó el momento histórico en
que la clase proletaria de nuestro país se convierte en clase para sí. Allí radica la
genialidad de Recabarren y los revolucionarios que lo acompañaban.
11.- Aunque es doloroso reconocerlo, junto con su historia, el Partido Comunista de Chile
ha perdido su carácter revolucionario: tras el abandono de la ideología del proletariado,
paulatinamente se han ido imponiendo en su conducción concepciones revisionistas y
socialdemócratas que desconocen la lucha de clases y propician la conciliación. Los
otrora poderosos partidos comunistas de Italia, Francia y España, tras hacer abandono
de la concepción revolucionaria del marxismo-leninismo, carecen hoy de toda
gravitación social y política en sus correspondientes países y a nivel internacional. El PC
de Chile, si bien ha obtenido ciertas responsabilidades en el nuevo gobierno de
Michele Bachelet (hecho por cierto de importancia), se ve arrastrado por
tendencias liquidacionistas y oportunistas, que poco a poco le van haciendo
perder su carácter de clases, traicionando el carácter revolucionario con que Luis
Emilio Recabarren le dió forma.
El ingreso del PC de Chile al gobierno de la Nueva Mayoría no ha hecho sino
contribuir a ello, transformándolo de fuerza por el cambio en representante de los
intereses del Gobierno, en abierta contradicción con los intereses de la clase que
debiera representar.
12.- La firmeza de los planteamientos comunistas radica en el grado de convicción.
Toda vacilación es aprovechada por los enemigos de clase.
Un ejemplo lo brinda la ambigüedad política que, por una parte agrada a sectores
de centro derecha, y, por otra, crea confusiones en sectores populares. En entrevista
concedida al diario La Tercera del 26 de octubre de 2011, el Presidente del PC afirmaba
respecto del Golpe Militar que “A lo mejor, si en esa época hubieran sido más perspicaces
nuestros dirigentes políticos, no hubiera habido golpe de Estado”.
Una aseveración de tal magnitud política, realizada por el máximo dirigente del PC
en el contexto de un entendimiento con la DC, es de mucha gravedad: contribuye a lavar
la imagen de los verdaderos responsables que originaron la dictadura militar, y oculta la
mano del imperialismo y de sus acólitos criollos. Atribuir el golpe de Estado de 1973
a factores puramente subjetivos y de responsabilidad de los dirigentes populares,
es desconocer la importancia de la más grande alianza social de la historia de
Chile, como fue la Unidad Popular, que condujo a la conquista del gobierno
democrático y revolucionario del Presidente Allende.
Tal posición se vio nuevamente reflejada en la reacción de la dirigencia partidaria,
en el marco de la situación generada por las declaraciones de Eduardo Contreras,
Embajador en Uruguay.
13.- En la defensa de principios no se debe transigir ni menos dudar. Una política
de alianzas es correcta, pero todo proceso unitario debe sustentarse en el respeto
a los principios de cada institución. Una alianza política sin acuerdo programático
y de respeto a las diferencias, es una abstracción carente de realismo.
El olvido o halago no es un camino adecuado para lograr o fortalecer un proceso
de unidad. Es posible que agrade a quienes se dirige, pero refleja una debilidad política
inadmisible en el Partido Comunista de Chile. En efecto, en un proceso unitario es
imprescindible el respeto a las tradiciones históricas de nuestros aliados y valorar sus
éxitos sin caer en olvidos o graves omisiones históricos, como ocurrió en los exagerados
calificativos expresados por Teillier en el discurso de homenaje al cincuenta aniversario
del triunfo de la candidatura presidencial de Eduardo Frei.
Cuando estas situaciones se repiten, es porque reflejan un trasfondo
preocupante. Otro ejemplo de ello fue la vergonzosa declaración del Secretario General
del PC a La Segunda, el 30 de abril pasado, donde señala que “no andamos buscando
contraponer una clase contra otra clase. Hay un sector que está trabajando por el país
entero, no para una clase, sino para el país.” [7] Teillier olvida que los trabajadores y sus
familias desean vivir en paz, y que es la clase capitalista la que mantiene una guerra
permanente en contra de los asalariados, en su afán insondable por más ganancias y por
desmontar las conquistas sociales que los trabajadores han conquistado con luchas y
sacrificios, reduciendo la participación de los asalariados en la renta nacional,
privatizando la educación, la salud, la previsión. La reciente discusión de la nueva
reforma laboral no hace más que confirmar lo anterior.
El problema, ciertamente, radica en la claridad que revisten los principios que se
sustentan.
Recientemente, la editorial de El Siglo [8] se hizo cargo de una consigna que suele
oírse repetidamente en algunas marchas y manifestaciones a lo largo del país: “El pueblo
unido avanza sin partido”. La corean particularmente, consigna el mencionado
editorial, algunos sectores de la juventud. De manera vana el editorial busca atribuir
influencias de derecha a un sentir de decepción y desilusión que madura no solo en los
sectores juveniles.
El editorialista se pregunta si “Reformar: “volver a formar, rehacer”; “modificar
algo, por lo general con la intención de mejorarlo”, ¿es necesariamente lo opuesto a un
cambio “revolucionario”?. Luego vuelve a insistir en su interrogante: “Cualquier avance
en las condiciones de vida de los trabajadores, en sus derechos laborales y sindicales, en
su salud y educación, en su vivienda, ¿es algo tan perjudicial o irrelevante como para
descalificarlo en nombre de alguna “pureza ideológica”, de al menos difuso domicilio?
Primero que nada, es preciso subrayar que la consigna mencionada es reflejo de la
profunda desilusión que cunde en la población respecto del conjunto de los partidos
políticos que conforman la actual “institucionalidad”. Es reflejo y protesta contra una
clase política que no representa los intereses de la mayoría de la población. De ello
testimonian no solo pobres proyectos en lo tributario, educación y laboral, que solo
preservan los intereses de los grupos económicos dominantes, sino también los
diferentes muestras de reacción social, a saber: la directiva del colegio de profesores
repudiada por sus bases, por una negociación espuria con el Gobierno; una CUT
(con mínima representación de la clase asalariada) que no logra unificar las
demandas de los principales representantes de los trabajadores ante mezquinos
reajustes salariales; incremento constante de los precios de los productos de
primera necesidad para la población, incluido el transporte público, la salud y la
educación. Crece el descontento en la población y también al interior de las
estructuras partidarias.
Lo que los “editorialistas” de El Siglo no quieren ver es que no se trata de
“cualquier avance en las condiciones de vida de los trabajadores”, ni tampoco que
se trate de “purezas ideológicas, de domicilio”. Germina un profundo descontento
al interior de la sociedad chilena. Y la dirigencia del Partido Comunista ha colocado
al Partido en contraposición a los intereses de los oprimidos.
14.- Las bases comunistas conservan, sin embargo, la confianza en la historia del Partido
de Recabarren, por su trayectoria revolucionaria antiimperialista, anticapitalista en aras
de la sociedad socialista, cuyas raíces se nutren de la lucha de los explotados.
Pero, hay que reconocer que la militancia activa se ha reducido a unos pocos miles.
La mayor parte de los comunistas se mantiene fuera de la organización. Valiosos
compañeros formados en la lucha contra la dictadura y en el exilio, están dispuestos a
dar su vida por el Partido, pero no se los ha sabido reintegrar. Se ha perdido nuestra
sensibilidad proletaria.Por éstas u otras razones, con dificultad se podría atribuir al
Partido Comunista de Chile la calidad de Partido de la clase obrera, toda vez que ésta no
cuenta más del 8% de los miembros del Comité Central.
15.- Las poderosas movilizaciones de la juventud estudiosa pusieron al
descubierto la crisis política, institucional y política del país. Al calor de la acción
emergieron jóvenes líderes llamados a convertirse en figuras de trascendencia en el
acontecer nacional. Muchos de ellos son jotosos, lo que permite mirar el futuro con
renovadas esperanzas.
El movimiento estudiantil fue de tal envergadura que estremeció las instituciones
del poder, provocando el despertar de amplios sectores sociales y la toma de conciencia
de la crisis existente en el país. Con organización, movilización y vocación unitaria los
jóvenes demostraron que la solución de los problemas educacionales, además de ser un
derecho del pueblo, está vinculada a profundas transformaciones de la estructura
socioeconómica nacional. Es decir lograron hacer conciencia del carácter regresivo
del neoliberalismo impuesto por el imperialismo a través de la dictadura militar,
la Concertación y el gobierno de Piñera. Como ya lo dije hace un año atrás, y más allá
de ciertos retoques, el nuevo gobierno de Michele Bachelet se ha orientado por la
misma convicción neoliberal.
Si bien es incuestionable la victoria política alcanzada, y sus banderas de lucha se
mantienen en alto, es notoria la debilidad de las demás fuerzas populares. La
desvinculación con otras organizaciones sociales, sindicales y de masas,
contribuyó a que la movilización estudiantil, profesores, padres y apoderados, aún
no logre mayores proyecciones. El PC debe asumir la responsabilidad que le
corresponde como partido de la clase obrera, de los asalariados, y retomar su
carácter de masas.
16.- Este nuevo aniversario del Partido de Recabarren ha recibido un hermoso
regalo: la victoria de la Revolución Cubana por sobre el bloqueo imperialista, tras
más de 50 años. Se trata solo de una victoria, no del triunfo definitivo de la epopeya
iniciada por el movimiento revolucionario encabezado por Fidel Castro. Vaya por
ellos también este brindis de un viejo comunista chileno.
17.- Estas reflexiones tienen como objetivo insistir en el carácter revolucionario,
antiimperialista y anticapitalista que desde sus orígenes le imprimió Luis Emilio
Recabarren al Partido Comunista de Chile, subrayando la necesidad de que
recupere su carácter de vanguardia de los explotados, en aras de una nueva
formación socioeconómica de carácter socialista.Mario A. Benavente Paulsen.
Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile entre los años 1962 y 1984.
Santiago, enero del 2015
[1] Hernán Ramírez Necochea. Origen y Formación del Partido Comunista de Chile. En
Obras Escogidas, volumen II, p ágina 280. Lom Ediciones, 207.
[2] Ibídem.
[3] “PC confirma: deja marxismo-leninismo”. La Época, 6 de agosto de 1999
[4] Hernán Ramírez Necochea. Origen y Formación del Partido Comunista de Chile. En
Obras Escogidas, volumen II, p ágina 273. Lom Ediciones, 207.
[5] Lenin, V.I. Una gran iniciativa. Obras Escogidas. Editorial Progreso. Moscú, 1974,
página 504.
[6] Marx, C. La miseria de la filosofía. Editorial Progreso. Moscú, 1979, página 141.
[7] La Segunda, 30 de abril de 2014. Tellier y su mes de vocería: no buscamos
contraponer una clase contra otra. Página 18.
[8] El Siglo, 18 de diciembre 2014. El pueblo unido ¿“avanza sin partido”?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
10-01-2015 . Insumos para un balance político del 2014. Sobre
las formas de
organización popular: una mirada crítica. Colectivo La Savia. Rebelión
I
Las experiencias de lucha y organización de los últimos años en Chile, expresiones
e impulsos de y para la paulatina (re)configuración del movimiento popular, relevan
múltiples preguntas a quienes orientamos esas luchas en un sentido crítico y buscamos
además caminos para una alternativa al orden civilizatorio capitalista, que hoy, no
obstante, se encuentra en crisis.
Una de las formas de organización que expresan este fenómeno es lo que
comúnmente se denomina como “colectivo”, objeto del presente análisis.
Surgido en la década del noventa, en muchos casos como “sobrevida” de la
dispersión de los grandes troncos organizativos de izquierda de las décadas pasadas (PS,
PC, MIR, FPMR, MAPU-Lautaro, etc.), representaron una alternativa de reagrupación y
contención del proceso de cooptación-represión que acompañó el relato de transición
democrática impulsada por la Concertación, referente que, dicho sea de paso, en gran
medida debió su posición al pactar la continuidad económica-institucional fijada
en la Dictadura cívico-militar y de dar, por su puesto, su espalda al movimiento
popular.
A partir de allí el colectivo surge como una respuesta, una posibilidad organizativa
fundamental para los sectores populares de cara a constituir una alternativa de
repliegue. No es el momento de dar cuenta de las características centrales al momento
de su surgimiento ni tampoco delinear su(s) trayectoria(s) hasta el presente. En cambio,
partimos del supuesto que en el actual escenario de paulatina recomposición del
movimiento popular al alero de un incremento e intensidad de luchas sindicales,
estudiantiles, medioambientales, etc., el colectivo es una forma de organización que, sin
embargo, debe someterse a análisis crítico.
Este proceso de recomposición del movimiento popular, inserto dentro de las
dinámicas de crisis del capitalismo mundial y las respuestas que desde Chile se ensayan,
es factible de rastrearse a inicios del 2006 y constatarse además su profundización en
años posteriores, teniendo como expresión más plausible las movilizaciones del 2011,
las cuales tuvieron como características centrales el cuestionamiento a algunos pilares
del patrón de acumulación capitalista vigente en Chile. Por lo mismo, puede decirse que
la emergencia de movilizaciones sociales desde entonces ha preocupado a las clases
dominantes, fracciones del capital y todos aquellos actores que facilitan y gestionan la
reproducción del capitalismo y que componen, en definitiva, el bloque en el poder.
Por esta razón, la apuesta de la Nueva Mayoría, en lo esencial, apunta a
contener, anular y cerrar el ciclo ascendente de movilización y organización social
y política por medio de modificaciones parciales al sistema social y económico,
cooptando para ello al movimiento social/popular e incluso reprimiéndolo. A su
vez, el movimiento popular en recomposición debe fijarse itinerarios que enfrenten
aquellas pretensiones.
Es en este escenario que un análisis del colectivo como forma de organización, en
tanto que conforma y expresa movimiento popular, toma sentido y urgencia.
II
El argumento central de este balance, es que la crítica debe realizarse a las
lógicas de construcción y no al nombre con que se autodenominen las organizaciones
populares. En este sentido, la crítica que se realiza a las dinámicas que comúnmente se
asocian a los colectivos, es que se caracterizan por representar un estereotipo de
dispersión e ineficacia, sin enfocarse, en cambio, en sus lógicas de construcción y
prácticas concretas.
Dicho de otro modo, lo que aquí proponemos no es que el llamarse “colectivo”,
“movimiento”, “partido” o cualquier otro nombre que adquieran las organizaciones
populares, lo que defina su lugar en el desarrollo actual de la lucha de clases, sino que
aquello que determina su carácter es, en última instancia, lo que efectivamente
realizan.
De esta manera, para simplificar el análisis, establecemos un criterio para
demarcar prácticas concretas que permitan señalar lógicas de construcción que aporten
a dotar de organización, contenidos y proyección al movimiento popular:
a. Presencia de prácticas con vocación de poder,
b. Visión estratégica arraigada en una voluntad política que se desarrolle orgánicamente
en el movimiento popular y las dinámicas propias de los antagonismos de clase .
Teniendo en cuenta estos criterios, a continuación señalamos algunas
características a superar que entorpecen el despliegue de los mismos:
1) Divergencia entre lo que se dice (retórica) y lo que efectivamente se hace.
2) Desvinculación del movimiento social/popular.
3) Sectarismo: oponerse al trabajo con otras organizaciones y/o individuos.
4) Caudillismo: la actividad de un miembro de la organización sustituye a la del resto;
imposición de argumentos autoritariamente: “el más antiguo”, “el que más sabe”, “el que
vivió la Dictadura”, etc.
5) “Burocratismo horizontal”: se privilegia a toda costa ser horizontales suponiendo,
dogmáticamente, que esa es la forma idónea para toda situación, confundiéndose lo no
horizontal con lo autoritario y antidemocrático.
6) Idealismo exacerbado y falta de realismo político, “puritanismo”: no se trabaja con
quien no piensa como tú o no se aprueban ni codifican situaciones que no coincidan con
escenarios idealmente planteados.
7) Voluntarismo: el hacer por hacer sin una hoja de ruta bien definida que dé sentido y
coherencia al acto.
8) Limitación únicamente a un campo social restricto: sólo estudiantil, poblacional,
ambientalista, animalista, etc.
9) Visión localista sin perspectiva nacional: no atender a la realidad nacional sin
esforzarse a pensar en cómo se puede, por poco que se haga, incidir en ella.
10) Autocomplacencia y auto-referencia: centrarse en actividades “de la organización”
sin proponerse aportar a la clase.
11) Confusión usual entre lo que es un objetivo y un medio para llegar a él.
12) Ausencia de indicadores que sirvan para evaluar actividad social y política.
13) “Amiguismo”: se trabaja sólo con gente cercana, amigos, familiares, etc., lo cual en
ocasiones imposibilita la capacidad de crecer como organización y dificulta, además, la
crítica y autocrítica.
14) Se busca y propicia entre organizaciones la “unidad por la unidad”, el “porque sí”,
como argumento que sustituye o aplaza una convergencia política basada en diseños,
apuestas, proyectos, etc.
15) Sobrerrepresentación: organizaciones de una persona o dos hablan como si fuesen
muchos más, generando expectativas que se alejan de la realidad.
16) Improvisación y métodos artesanales de trabajo: se confunde el realizar un trabajo
de base con proyección política con tareas sin rigor metodológico.
17) Desdén por la teoría: escribir, según esto, no es “hacer”.
Sin ser éstas todas las deficiencias, al menos logra apreciarse un cuadro de rasgos
que definen una tendencia organizacional al interior del movimiento popular ¿Cómo
pueden colectivos, movimientos u otras orgánicas trabajar por superar sus deficiencias
en las lógicas de construcción? Ciertamente, no compete a este análisis responderlo, pero
sí, al menos cabe enunciar dos cosas al respecto.
La primera es que el sólo hecho de coincidir en el diagnóstico de las falencias es un
avance, pues representa un parámetro desde el cual avanzar. Así mismo, acoger la
pregunta permite (re)abrir discusiones sobre formas de organización al interior del
movimiento popular. Cuestión no trivial, toda vez que la pregunta por las formas de
organización (¿Con qué instrumento(s) debe dotarse el movimiento popular para la
lucha?) debe acompañar dialécticamente la construcción de estrategias de poder y la
tarea de construcción programática.
La segunda cuestión, es que la pregunta instala una preocupación que se vincula a
los mecanismos de acumulación de fuerza social que requiere el movimiento popular
para potenciarse. Si una organización tiene todas o gran parte de las características
mencionadas, es porque realmente su vocación no es la disputa y construcción de poder,
ni tampoco está acompañando su práctica de una visión estratégica que contribuya al
movimiento popular.
No nos compete ser árbitros\as, menos aún apuntar con el dedo a las
organizaciones que se nominan como “colectivos”, ya que éstas han sido muchas veces el
“chivo expiatorio” de la izquierda, culpándosele en muchos casos de los atrasos y
dispersiones, sin considerar que organizaciones que se hacen llamar o se autodenominan
“movimientos”, “partidos”, “coordinadoras” o “bloques”, también reúnen varias de las
características aquí expuestas. Por esta razón, se sugiere enfatizar en las lógicas de
construcción y prácticas concretas, antes de resaltar la forma en que se denominen, ya
que en la realidad lo que predomina son éstas.
III
Para superar los límites expuestos se sugieren algunas prácticas que apuntan a
revertirlos respectivamente:
1) Concordancia entre lo que se predica y lo que se practica: es decir, “hablar menos,
hacer más”.
2) Buscar mecanismos para vincularse y ser parte activa del movimiento social/popular.
3) Articular por medio y para trabajo concreto con otras organizaciones.
4) Participación y protagonismo: encontrar mecanismos para descentralizar labores y
decisiones.
5) Pertinencia organizacional: cada organización debe hallar las formas adecuadas de
organización según se requiere y según sea el estado real de la lucha de clases. Combinar
formas de lucha y organización.
6) Los ideales orientan, pero no pueden obstaculizar la acumulación de fuerza y la
realización de la visión estratégica.
7) Las ganas de hacer no deben confundir a la organización. El voluntarismo es positivo,
pero debe canalizarse en metodología concreta de trabajo.
8) Trascender los límites sectoriales, apostar, por lo mismo, a la multisectorialidad.
9) Se deben hacer esfuerzos por ubicar las problemáticas locales en función de
perspectivas mayores, ya sea regional, nacional, etc.
10) Lo que pueda hacer la organización es insuficiente si no se realiza como un aporte a
la clase y a la reconfiguración del movimiento popular.
11) Poseer planes de trabajo que orienten. No es bueno hacer por hacer, se necesita
minuciosidad y justificación en cada actividad.
12) Los medios no pueden ser considerado fines. Hay que distinguir entre la meta y los
pasos para llegar a ella. Las acciones deben medirse según indicadores relacionados con
una estrategia de acumulación de fuerza.
13) Tender a la profesionalización y la seriedad. No es incompatible el trabajar con
cercanos\as, pero no debe implicar un límite en las relaciones orgánicas.
14) La unidad entre organizaciones debe ser proyectual, con diseños, apuestas e
itinerarios claros sobre qué hacer.
15) No es correcto ni útil jactarse con aquello que no se es ni menos engañar al resto
aparentando con lo que no se tiene.
16) Trabajar con métodos que garanticen resultados óptimos.
17) Servirse de la teoría para nutrir la práctica.
IV
En síntesis, la crítica debe estar orientada a las prácticas que llevan a cabo las
organizaciones y las lógicas de construcción que hacen suyas en la realidad, para así
constituirse como un aporte en el movimiento popular.
En este sentido, en el actual ciclo político, es de suma importancia la vocación
de poder, la visión estratégica y la caracterización rigurosa de la conflictividad
social surgida de los antagonismos de clase.
Por otro lado, discutir sobre formas de organización no es estéril en tanto que se
dé cuenta de los procesos políticos generales (tensión entre la apuesta de la Nueva
Mayoría por la contención, anulación y cierre del ciclo ascendente de movilización
social y política) que, desde el 2006 en adelante, inciden en el proceso de
reconfiguración del movimiento popular. Es allí donde hay un punto de inflexión a
disputar y, por lo tanto, un aporte que las diferentes formas de organización pueden
hacer.
Finalmente, no podrán encararse los procesos de unidad y construcción de
programa, si no se encarna simultáneamente la tarea de fortalecimiento de las
organizaciones que pretenden llevar a cabo este desafío.
Nota: Este documento forma parte de una serie de análisis políticos del año 2014.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia
de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
05/01/2015 :: Chile, Anti Patriarcado. En
$hile no hay Lucha de Clases,
pero hay cuicos y semicuicos x Victoria Aldunate Morales
Los ricos y los horteras (vulgares) se escandalizan de que se hable con un lenguaje
“tan discriminatorio”, que se mencione la lucha de clases, que se hable del aborto...
No hay Lucha de Clases en $hile, ¡claro!, y acá el que no corre, vuela. Y vuelan sin
necesidad de sustancias –aunque las consuman- porque su vida es un sueño como de
Calderón de la Barca. Los cuicos [esnobs] son etéreos -y hetero- y ellas no abortan en
$hile -capaz que lo hacen en Europa-...
La Van Rysselberghe (senadora dere$hista, UDI) se porta como si no se tirara ni un
pedo y la Von Baer (idem) –la misma que no presta su cuerpo, pero está de acuerdo con
que nos expropien los nuestros- habla como si jamás se sacara un moco. Y pueden
hacerse pasar por lo que quieran y hacer lo que quieran, porque para eso mandan en
$hile y a todos sus gobernantes.
Los cuicos acostumbrados a manejar sus fundos, sus haciendas, sus holdings, saben
que el E$tado y sus Gobiernos de turno son la continuación de todo eso, que están para
servirlos contra la irreverencia flaite [hortera].
Y se escandalizan de que se hable públicamente con un lenguaje “tan
discriminatorio”: cuicos/flaites. Y es que no tiene que notarse la desigualdad radical
entre el 1 por ciento, dueño del país, y el otro 99. Nadie debe fomentar la Lucha de Clases
que desapareció –dicen- junto con el muro que cayó y con la URSS que ya no existe. Que
después de eso, moros y cristianos, izquierdistas y dere$histas unidos, comenzaron a
llamarle Beijing a Pekín.
La Lucha de Clases es un “concepto antiguo” en una sociedad 'postmo' de increíbles
performances. Puede estar pasando, pero no hay que nombrarla. La Lucha de Clases es
como ser lesbiana, morena, gorda y vieja, y ocurrírsele a una tomarse de la mano en la
calle. Te gritan insultos, las vecinas te quitan el saludo y sus maridos te miran como si
fueses un monstruo. No hay que mostrar lo que es, ni nombrarlo porque es fomentarlo,
y eso coloca en peligro la seguridad de los dueños del país… o del fundo - que para el
caso, lo mismo da- .
Hablar de cuicos y flaites es develar la Lucha de Clases innombrable y eso les
ofende; igual como mostrarse lesbiana ofende la normalidad heterosexual que oprime a
mujeres que nos acostamos, nos besamos y tenemos orgasmos entre sí. Es muy “mal
visto”, la Lucha de Clases también…
Y sin embargo, gira…
En $hile, desde que Pinochet nos arrebató el aborto terapéutico a las mujeres en el
89, se habla públicamente de las jóvenes y mujeres pobres, pobladoras, solteras,
trabajadoras y sus abortos. Los diarios, los políticos en sus debates, usan nuestros
abortos miserables y clandestinos para discutir sus programas políticos con sus
contendores, y ninguna se ofende. Contemplamos con naturalidad sus discursos a
nuestra costa: somos pobres, abortamos, no tenemos pega [trabajo], no tenemos plata,
es normal.
En $hile cualquier canal de tevé abierta puede tratar a las mujeres que viven
violencia como víctimas sin fuerza ni deseos de rebelión. Cualquier programa matinal
puede hacer soplonaje y denunciar a travestis, mujeres migrantes y nacionales en
explotación sexual, por meter bulla y dejar sucias las calles de la “gente decente”. Y
cualquier nota de prensa puede exponer las heridas de violación de niñas pobres, rurales,
embarazadas; y lo que es peor, cualquier jetón en el Gobierno de turno ha tenido la
insolencia de “felicitar” a esas mismas niñas desde su pódium gubernamental por parir
violadas -y así mostrarse como un ardiente “defensor de la vida” para una posible futura
re-elección-…
Pero en $hile nadie, ni una Ministra, puede decir que “las hijas de los ricos abortan
en clínicas cuicas”. Porque esa Ministra, ahora ex Ministra, no debe ofender a los patrones
del fundo, ni a sus hijas; y ya sabemos que a sus hijos borrachos que matan a transeúntes,
nadie puede condenarlos porque tienen a “la Justicia” siempre lista y dispuesta a
encubrirlos… ¡No, si no hay Lucha de Clases en $hile!, se terminó con la “vuelta a la
Democracia” -esa transaca colosal entre cuicos y semicuicos-.
La Haine
Derechos Humanos
17/12/2014 :: El informe sobre la tortura confirma que al-Qaeda no
está implicada en los atentados del 11 S x Thierry Meyssan
¿Por qué cometió la CIA esos crímenes? ¿Por qué inventó la CIA confesiones destinadas
a vincular artificialmente a al-Qaeda con los atentados del 11 S?
El 9 de diciembre de 2014, Dianne Feinstein, presidenta de la Comisión del Senado
estadounidense a cargo de los servicios de inteligencia, hizo público un fragmento de su
informe clasificado sobre el programa secreto de torturas de la CIA [1].
Presentación del informe
El fragmento desclasificado sólo representa una doceava parte del informe inicial.
El informe en sí no trata sobre el vasto sistema de secuestros y encarcelamientos
arbitrarios que la US Navy instauró bajo los mandatos del presidente George W Bush Jr.,
programa que dio lugar a los secuestros de más de 80 000 personas en todo el mundo y
al encierro de esos secuestrados en 17 barcos estacionados en aguas internacionales (se
trata de los navíos: USS Bataan, USS Peleliu, USS Ashland, USNS Stockham, USNS Watson,
USNS Watkins, USNS Sister, USNS Charlton, USNS Pomeroy, USNS Red Cloud, USNS
Soderman, USNS Dahl, MV PFC William B Baugh, MV Alex Bonnyman, MV Franklin J
Phillips, MV Louis J Huage Jr., MV James Anderson Jr.).
El texto se limita al estudio de 119 casos de personas utilizadas como conejillos de
Indias en la realización de experimentos sicológicos en [la base naval estadounidense]
de Guantánamo y en unas 50 cárceles secretas, desde el año 2002 y hasta finales de 2009,
o sea un año después de la elección del actual presidente Barack Obama.
Los fragmentos del informe no indican bajo qué criterios fueron seleccionados esos
cobayos humanos. Se limitan a indicar que cada prisionero denunciaba al siguiente y
también indican que esas confesiones no les fueron arrancadas sino inculcadas. En otras
palabras, lo que hizo la CIA fue justificar sus propias decisiones fabricando denuncias
que las confirmaban a posteriori.
En el informe inicial, los nombres de los agentes y de los contratistas de la CIA
implicados fueron reemplazados por seudónimos. Además, los fragmentos
desclasificados han sido ampliamente censurados, fundamentalmente para borrar los
nombres de los cómplices extranjeros de la CIA.
El contenido del informe
He leído detenidamente las 525 páginas de fragmentos provenientes del informe.
A pesar de ello, estoy aún lejos de haber sacado de esos fragmentos toda la información
que puede obtenerse de ellos ya que habrá que realizar numerosas investigaciones para
poder interpretar los párrafos mutilados por la censura.
Las sesiones de condicionamiento se realizaban en unas 50 cárceles secretas bajo
la responsabilidad de «Alec Station», la unidad de la CIA a cargo de la búsqueda de Osama
Ben Laden. Las infraestructuras, el personal y los transportes funcionaban bajo la
responsabilidad del «Grupo de Capitulación y Detención» de la CIA. Las sesiones se
concebían y realizaban bajo la supervisión de 2 sicólogos contratados que incluso
crearon una firma en 2005.
Las autorizaciones para la aplicación de las técnicas de condicionamiento se
concedían desde el más alto nivel, sin especificar que el objetivo de esas torturas no era
arrancar información a las víctimas sino condicionarlas.
El vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney; la consejera de Seguridad
Nacional Condoleezza Rice; el secretario de Justicia John Ashcroft; el secretario de
Defensa Donald Rumsfeld; el secretario de Estado Colin Powell y el director de la
CIA George Tenet participaron en reuniones sobre ese tema realizadas en la Casa
Blanca. Asistieron a simulaciones en la Casa Blanca y visionaron grabaciones de video de
varias sesiones, grabaciones que posteriormente fueron destruidas ilegalmente. Es
evidente que el objetivo de aquellas reuniones era implicar a esas personalidades, pero
no resulta posible determinar cuáles de ellas sabían para qué se utilizaban esas técnicas.
Sin embargo, en junio de 2007, el contratista de la CIA que supervisaba aquellos
experimentos explicó personalmente a Condoleezza Rice en qué consistían. La consejera
de Seguridad Nacional autorizó la continuación de los experimentos, limitándose a
reducir la cantidad de torturas autorizadas.
Los fragmentos publicados del informe contienen un análisis detallado de cómo la
CIA mintió a las demás ramas de la administración Bush, a los medios de prensa y al
Congreso.
Los experimentos del profesor Martin Seligman
Los fragmentos del informe que se han dado a conocer confirman que la CIA realizó
experimentos basados en los trabajos del profesor Martin Seligman (teoría de «la
impotencia aprendida»). El objetivo de los experimentos no era obtener confesiones ni
información sino inculcar a los torturados un discurso o un comportamiento.
La mayoría de las citaciones que la prensa ha publicado tienden a confundir al
público. En efecto, la CIA se refiere a los «métodos de condicionamiento»
llamándolos «métodos de interrogatorio no estándares» (non-standard means of
interrogation). Sacada de su contexto, esa denominación hace pensar que el término
«interrogatorio» designa la búsqueda de información cuando en realidad designa el
condicionamiento de las víctimas.
Todos los nombres de los torturadores fueron censurados en la parte
desclasificada del informe. A pesar de ello, es evidente que bajo el seudónimo de
“Grayson Swigert” se esconde Bruce Jessen mientras que James Mitchell aparece en el
informe como “Hammond Dunbar”.
Bruce Jessen y James Mitchell supervisaron el programa desde el 12 de abril de
2002. Estaban físicamente presentes en las cárceles secretas. En 2005, formaron juntos
una firma comercial, Mitchell, Jessen & Associates, designada en el informe como
“Company Y”. Desde el año 2005 y hasta 2010, esa firma recibió pagos ascendentes a 81
millones de dólares. Posteriormente, el US Army [las fuerzas terrestres de Estados
Unidos] los empleó para que dirigieran un programa sobre el comportamiento aplicado
a 1,1 millones de soldados estadounidenses.
En mayo de 2003, un «senior officer» de la CIA recurrió al inspector general de la
agencia señalando que los trabajos del profesor Seligman se basaban en las torturas que
se aplicaban en Vietnam del Norte para obtener «confesiones con fines
propagandísticos». Aquel oficial cuestionaba el programa de condicionamiento.
Pero su denuncia no tuvo consecuencias. En todo, la denuncia contenía un pequeño
error: se refería a Vietnam del Norte. Los trabajos de Seligman, al igual que las prácticas
de los norvietnamitas, se basaban en trabajos coreanos.
Cómo se protegieron los torturadores
Según la Comisión senatorial, el programa de tortura de la CIA respondía a una
orden del presidente George W. Bush emitida el 17 de septiembre de 2001, o sea 6 días
después de los atentados contra los Torres Gemelas y el Pentágono. Tenía como único
objetivo proporcionar medios extraordinarios para la investigación sobre los atentados
del 11 de septiembre de 2001. Pero ese programa se desarrolló de inmediato en violación
de varias instrucciones del presidente. Por consiguiente, a partir de la realización de los
atentados, la CIA, a espaldas de la Casa Blanca, se esforzó por fabricar falsos testimonios
que “demostrarían” la culpabilidad de al-Qaeda.
El presidente George W. Bush y los miembros del Congreso
fueron engañados por la CIA que
- obtuvo autorizaciones para recurrir a ciertas torturas
disimulando el objetivo final de tales procedimientos
- y presentó falsamente como información obtenida bajo la tortura
lo que en realidad eran confesiones inculcadas.
El 6 de septiembre de 2006, cuando el presidente Bush reconoció la existencia del
programa secreto de torturas de la CIA, defendió esa práctica argumentando que había
permitido la obtención de información que sirvió para salvar vidas. Bush se basaba en
los informes plagados de falsedades proporcionados por la CIA e ignoraba que, en vez de
buscar pruebas, la agencia se dedicaba a fabricarlas. A partir de entonces, la prensa
atlantista se hundió en la barbarie y comenzó a debatir sobre la justificación de la tortura
presentándola como algo malo que permitía lograr algo bueno.
Los torturadores tuvieron la precaución de dotarse de una cobertura jurídica. Para
ello pidieron que el Departamento de Justicia los utilizara a torturar. Pero el
Departamento de Justicia se pronunció únicamente sobre la legalidad de los métodos
utilizados (aislamiento, encierro en una caja de pequeñas dimensiones, simulacros de
enterramientos, uso de insectos, etc.) en vez de pronunciarse sobre el programa en su
conjunto. La mayoría de los juristas autorizaban solamente algunas posturas en
particular, pasando por alto las consecuencias síquicas que podían acarrear cuando se
combinaban unas con otras. En agosto de 2002 ya se habían obtenido todas las
autorizaciones.
Los dirigentes de la CIA que autorizaron esos experimentos especificaron por
escrito que había que incinerar los cadáveres si las personas utilizadas como cobayos
morían durante el proceso de condicionamiento y que a los sobrevivientes había que
mantenerlos encerrados por el resto de sus días.
Confesiones fabricadas
Para que se entienda bien, la Comisión senatorial no dice que las confesiones
de los detenidos de la CIA son legalmente incorrectas por haber sido obtenidas
bajo la tortura. Lo que expone es que la CIA no interrogó a esos detenidos sino que
los condicionó para que declararan sobre situaciones y actos con los que no tenían
nada que ver.
La Comisión precisa que los agentes de la CIA ni siquiera trataron de informarse
sobre lo que los detenidos ya habían declarado o confesado a las autoridades que los
habían arrestado. En otras palabras, no sólo la CIA no trató de saber si al-Qaeda estaba
implicada o no en los atentados del 11 de septiembre sino que su acción tuvo como único
objetivo fabricar testimonios falsos para demostrar falsamente una supuesta implicación
de al-Qaeda en los atentados del 11 de septiembre.
La Comisión senatorial no discute si las confesiones de los cobayos humanos les
fueron arrancadas o si les fueron inculcadas. Pero, después de explicar que los
supervisores no eran expertos en interrogatorios sino en condicionamiento, detalla
ampliamente el hecho que ninguna de esas «confesiones» permitió anticipar nada.
Demuestra que la CIA mintió al afirmar que habían permitido impedir otros
atentados. La Comisión no escribe que la información sobre al Qaeda proveniente de
aquellas confesiones son fabricadas pero señala que todo lo que se podía verificar era
falso. De esa manera, la Comisión desmiente explícitamente los argumentos utilizados
para justificar la tortura y anula implícitamente los testimonios utilizados para vincular
al-Qaeda con los atentados del 11 de septiembre.
Ese informe confirma, de manera oficial, varias informaciones que nosotros ya
habíamos presentado a nuestros lectores y que contradicen e invalidan los trabajos de
los tanques pensantes atlantistas, de las universidades y de la prensa desde el 11 de
septiembre, tanto en lo tocante a los atentados de 2001 como en lo que concierne a alQaeda.
Como resultado de la publicación de los fragmentos del informe queda demostrado
que todos los testimonios citados en el informe de la Comisión Presidencial
Investigadora sobre el 11 de Septiembre que vinculan a al-Qaeda con esos atentados son
falsos. Ya no existe en este momento el menor indicio que permita atribuir esos
atentados a al-Qaeda: no existe ninguna prueba de que las 19 personas acusadas como
secuestradores aéreos estuviesen aquel día en ninguno de los 4 aviones y tampoco es
cierto ninguno de los testimonios de ex miembros de al-Qaeda que se atribuyen la autoría
de los atentados [2].
El informe confirma lo que ya revelamos en 2009
En octubre de 2009 publiqué un estudio sobre ese tema en la revista rusa Odnako
[3]. Afirmaba en ese trabajo que Guantánamo no era un centro de interrogatorio sino de
condicionamiento. También cuestionaba personalmente al profesor Seligman. Un año
más tarde, luego de la publicación de la traducción de aquel artículo al inglés, sicólogos
estadounidenses hicieron campaña exigiendo que Martin Seligman diese explicaciones
sobre el asunto. La respuesta de Seligman consistió únicamente en negar su papel como
torturador y emprender una acción legal simultánea contra mí y contra la Red Voltaire
tanto en Francia como en Líbano, país donde yo residía en aquel momento. Pero
finalmente, el profesor Seligman ordenó a sus abogados suspender toda acción legal
cuando publicamos una de sus cartas acompañada de una explicación de texto [4]. Martin
Seligman emprendió igualmente acciones legales contra todos los que abordaron el
tema, como Bryant Weich del Hunffington Post [5].
En este momento
En lo que constituye una muestra de valentía, la senadora Diane Feinsein ha
logrado publicar parte de su informe, a pesar de la oposición del actual director de la CIA,
John Brennan, quien estuvo a cargo de ese programa de tortura.
El presidente Barack Obama ha anunciado que no emprenderá acciones legales
contra ninguno de los responsables de esos crímenes, mientras que los defensores de los
derechos humanos luchan por poner a los torturadores en el banquillo de los acusados,
que es lo mínimo que debería hacerse.
Pero no son esas las preguntas realmente importantes: ¿Por qué cometió la CIA
esos crímenes? ¿Por qué inventó la CIA confesiones destinadas a vincular artificialmente
a al-Qaeda con los atentados del 11 de septiembre? Y, por lo tanto, si al-Qaeda no tiene
nada que ver con los atentados del 11 de septiembre, ¿a quién quiso proteger la CIA?
Y, para terminar, el programa de la CIA sólo contaba 119 cobayos humanos. ¿Qué pasó
entonces con los 80 000 prisioneros de las cárceles secretas de la US Navy?
________________
[1] “Study of the CIA’s Detention and Interrogation Program - Foreword, Findings and
Conclusions, and Executive Summary”, US Senate Select Committee on Intelligence, 9 de
diciembre de 2014.
[2] La Gran impostura, por Thierry Meyssan, La Esfera (España) / La Terrible impostura,
por Thierry Meyssan, El Ateneo (America latina).
[3] «El secreto de Guantánamo», por Thierry Meyssan, ?dnako (Rusia), Red Voltaire, 6 de
noviembre de 2009.
[4] «Carta de Martin Seligman», por Martin Seligman, Red Voltaire, 21 de junio de 2010.
[5] “Fort Hood: A Harbinger of Things to Come?”, Bryant Welch, Hunffington Post, 18 de
marzo de 2010. Y la respuesta: “A Response to Bryant Welch”, Martin Seligman.
Red Voltaire
17/12/2014 :: Psicólogos
y torturadores: A propósito del escándalo
de la CIA x Claudia Cinatti.
Aunque el escándalo estalló ahora, la complicidad de la American Psychological
Association con la CIA se conoce desde hace años
En el informe del Comité de Inteligencia del Senado norteamericano sobre el
programa de interrogatorios de la CIA, aparecen con insistencia los nombres de Grayson
Swigert y Hammond Dunbar, seudónimos de los psicólogos James Mitchell y Bruce
Jessen. Estos psicólogos, que trabajaban para otras unidades militares, fueron
contratados por la CIA en 2001 para colaborar en la “guerra contra el terrorismo”, por
una suma millonaria de 180 millones de dólares, de los cuales ya se embolsaron unos 80
millones.
Aunque el escándalo estalló ahora, la complicidad de la American Psychological
Association (APA) con la CIA y otras agencias de seguridad nacional se conoce desde
hace años. En 2005, la entidad encomendó a un grupo especial hacer un informe sobre
Ética Psicológica y Seguridad Nacional. La investigación concluyó que “participar en roles
consultivos en procesos de interrogación y recolección de información para propósitos
relacionados con la seguridad nacional es consistente con el Código de Ética de la APA,
dado que los psicólogos tienen una larga tradición de desempeño en instituciones
penitenciarias”.
La APA se transformó así en la única asociación de profesionales de salud mental
de Estados Unidos que autorizaba a sus miembros a participar de interrogatorios, y por
lo tanto la única contratada por la CIA, el Pentágono y otras agencias vinculadas a la
guerra contra el terrorismo. La American Psychiatric Association no autoriza a sus
miembros a participar oficialmente de esta tarea.
Esto fue denunciado en una carta pública firmada por una gran cantidad de
psicólogos en junio de 2007, después que saliera a la luz la colaboración de psicólogos en
las cárceles de Guantánamo, Afgasnistán e Irak.
Estos psicólogos torturadores se basaron en la teoría de la “indefensión
adquirida” (Learned Helplessness) un concepto formulado a fines de la década de
1960 por Martin Seligman y S. Maier, a partir de un resultado accidental surgido
de la observación del comportamiento animal en un experimento de
condicionamiento tradicional (perros sometidos a shock eléctrico luego de una señal
sonora). Lo novedoso de este hallazgo no era el condicionamiento, que ya hacía
tiempo era el centro de las teorías conductistas o reflexológicas, sino que el estado
de impotencia también es aprendido a partir de la experiencia de perder el control
sobre el estímulo, lo que lleva a una situación de aceptación pasiva. Este concepto
saltó del campo animal al humano para explicar sobre todo la depresión.
Es sabido que la clave del interrogador es quebrar la voluntad del interrogado y
someterlo absolutamente. La tortura en este caso actuaba como condicionamiento para
lograr una conducta de colaboración. Esta técnica de reducción de la voluntad es la clave
de los campos de concentración y, en muchos casos, de las prisiones.
Lamentablemente, la colaboración de quienes tienen algún saber sobre la
subjetividad con torturadores, dictaduras y regímenes totalitarios, no es nueva. El caso
trae inevitablemente el recuerdo de Amílcar Lobo, miembro de la Sociedad Psicoanalítica
de Rio de Janeiro, que en la década de 1970 integró equipos de torturadores de presos
políticos. El caso fue denunciado por Voz Operaria y tomó estado público internacional
por una nota enviada a la revista argentina Cuestionamos.
Esto no es casualidad. En el campo de las disciplinas que investigan el
comportamiento humano es donde surgen no solo teorías que contribuyen a
liberar a la subjetividad de sus ataduras, sino también técnicas de control social al
servicio del orden establecido. La Izquierda Diario
De una publicación realizada en octubre de 1997. Subjetividad y Cultura.
El
lobo-cordero y la tortura. Revista Subjetividad y Cultura
http://subjetividadycultura.org.mx
Falleció recientemente, en Río de Janeiro, Amilcar Lobo, ex-médico, ex-alumno
del Instituto de Psicoanálisis de la Sociedad de Psicoanalítica do Río de Janeiro
(sprj), ex-oficial de reserva del ejército que, en la década de los setentas, como médico,
trabajó en un equipo de torturadores de presos políticos.
Cuando un nombre se destaca entre los sucesos políticos, sociales y éticos de la
institución psicoanalítica y de la comunidad brasileña, cuando los diferentes discursos
ideológicos éticos y psicoanalíticos se apropian de este nombre, adquiere entonces una
representación que le permite ejercer, por acción u omisión, una función referencial que
desborda todos los límites de su designación.
En 1973, Lobo fue denunciado por el grupo clandestino "Voz Operaria" como
torturador. La noticia recorrió la prensa Internacional a partir de una nota manuscrita
enviada a la revista argentina Cuestionamos. En ella se señalaba a la SPRJ y a su analista
didáctico Leao Cabernite, en esa época también presidente de la sociedad.
Ante los hechos, la presidencia de la Asociación Psicoanalítica Internacional (api)
pidió un Informe a la sprj. Cabernite mantuvo públicamente la defensa de su analizado y
afirmó haber descubierto quién era el denunciante a través de un examen grafológico de
las fichas de Inscripción a un congreso. También solicitó el castigo para el denunciante.
Serge Lebovici, en aquel momento presidente de la API, invirtió la ética y aceptó como
único testimonio la declaración de Cabernite de que Amilcar Lobo había sido
"calumniado". Este hecho generó serias y múltiples crisis en diversas sociedades
psicoanalíticas.
Después del reconocimiento público de su participación en la tortura, el
Consejo Regional de Medicina de Río de Janeiro y el Consejo Federal le retiraron el título.
También iniciaron un proceso por connivencia contra Cabernite, a quien le quitaron su
permiso de ejercicio médico en Río de Janeiro. Pero esta pena fue reducida, por el Consejo
Federal, a un mes de suspensión. Ambos interpusieron, con alegatos jurídicos y sin hacer
referencia a los hechos, un recurso contra estas sentencias. Estos procesos siguen en
trámite.
En 1993, la SPRJ eligió una comisión ética para determinar los hechos, revisar los
documentos y oír a los acusados en su derecho de defensa. Examinaron la historia de la
sprj desde su fundación, que comienza inmediatamente después de la Segunda Guerra
Mundial, con la llegada de Werner Kemper, director del Instituto Góring durante la
guerra y comprometido con las leyes nazis. Kemper -que vino a Río de Janeiro con la
aprobación de Ernest Jones, en aquel entonces presidente de la api- fue el fundador de la
sprj y el analista didacta de Cabernite.
Después de casi dos años de investigaciones se elaboró una minuciosa relatoría y
se recomendó la expulsión de Cabernite por connivencia con el torturador y transgresión
de la ética psicoanalítica. Por imposiciones de orden político y transferencia la
resolución fue rechazada por la asamblea. Algunos miembros protestaron
renunciando definitivamente a la Institución y otros, junto con los miembros de la
Comisión de Ética, formaron el grupo Pro-ética, el cual solicitó de la api una declaración
sobre la cuestión e hizo pública la responsabilidad, hasta entonces mantenida en secreto,
de cada uno de los protagonistas.
En agosto de 1996 la API emite una declaración ambigua en la que elogia a la
denunciante, la Dra. Helena Besserman Vianna, por su lucha democrática pero acepta la
permanencia de los miembros que apoyaron a Cabernite y recomienda que los demás
formen otra sociedad. Esta resolución de la api, además de ambigua, no menciona
ninguna responsabilidad. Ella fue severamente criticada, a nivel internacional y
especialmente en Europa, después de la publicación del libro Politique de la
Psychanalyse face a la Dictature et a la Torture, de la misma autora.
Frente a las protestas generalizadas se forma una comisión de reconocidos
psicoanalistas de diferentes países para revisar toda la documentación existente y
elaborar un dictamen ético.
Más allá de que la relatoría final de esta comisión represente un avance en relación
a todo lo anterior es más administrativa que explícitamente ética. Termina por condenar
las posiciones asumidas por Cabernite y llega a considerar que él no debería ser
psicoanalista ni pertenecer a ninguna sociedad afiliada a la api.
En el Congreso Internacional de Barcelona, en julio de 1997, esta relatoría fue
aprobada por unanimidad, con tres abstenciones. Cabernite renuncia a la sprj e inicia un
proceso judicial en contra de los miembros de "Proética". El 16 de octubre deberá llegar
a Río de Janeiro otra comisión de la api que emitirá una nueva opinión sobre toda esta
historia, aún lejos de terminar.
El episodio no es un hecho aislado sino uno de los síntomas graves de las
arbitrariedades Judiciales y gubernamentales. Todo ciudadano, psicoanalista o no,
debe exigir el Juicio de los responsables. Este caso, como tantos otros de médicos
y legos que trabajaron en equipos de tortura a los presos políticos, cuestiona las
relaciones del psicoanálisis institucional con el ámbito político-social y confronta
a cada ciudadano con los desmanes y las arbitrariedades que todavía hoy atacan
los Inalienables Derechos Universales del Hombre. Trad. Jorge Galeano Massera
* Publicación del grupo Tortura nunca masi/RJ, año IX, ns 25, octubre de 1997.
Sobre este tema ver artículos y notas en Subjetividad y Cultura, núm. 7,8,9 y 10.
Ética profesional en tiempos de crisis.
Médicos y psicólogos en las
dictaduras de América del Sur. Horacio Riquelme U.*
Resumen: La gestión de médicos y psicólogos bajo el “estado de excepción” en
Argentina, Chile y Uruguay muestra interesantes similitudes. Las condiciones de miedo
provocado por la guerra psicológica contra la propia población en los tres países situaron
a menudo la praxis profesional en áreas de conflicto entre derechos humanos y ética
profesional, en un contexto de amenazas institucionales y administrativas y de
exigencias del aparato represivo estatal.
Algunos miembros de estas profesiones pusieron sus conocimientos a disposición
del sistema coercitivo, otros buscaron vías de oposición o de hacer público el maltrato a
los derechos humanos (Riquelme, 2002 y 2003).
Basado en pesquisas de campo y documentales, este artículo mostrará en
situaciones ejemplares cómo la ética profesional fue dañada sistemáticamente, mas
también qué acciones fueron emprendidas en su defensa y restitución.
Introducción
El control militar del gobierno estatal duró en Argentina entre 1976 – 1983;
en Chile 1973 – 1989 y en Uruguay 1973 – 1985. Durante ese período pudo
observarse una estrategia de subyugación por el miedo, homogénea para los tres países,
basada en cuatro líneas de acción confluentes entre sí: a) la “desaparición” de opositores
al régimen; b) la tortura sistemática; c) la sincronización de los medios de comunicación
masiva y d) el exilio o desplazamiento forzado de grupos sociales o políticos (Riquelme,
2002: 28-43).
La experiencia social reciente en América del Sur muestra tanto que la dominación
totalitaria logró penetrar substancialmente en la actividad profesional de psicólogos y
médicos y como que, bajo tal influencia, los axiomas éticos llegaron a ser objeto de
omisiones y ultrajes regulares, como si tales postulados fueran sólo expresión de buenos
propósitos y no de por sí principios rectores de la actividad profesional: máximas éticas
conocidas y practicadas entre los profesionales de la salud en cada uno de los tres países,
sancionadas además en múltiples convenciones y códigos internacionales (AMM: 1948,
1968 y 1983 Declaración de Tokio (AMM:1975).
La participación directa de médicos y psicólogos, tanto en actividades represivas
del terrorismo de estado como en formas de oposición, dio curso a circunstancias
inéditas en la región. Como ocurre a menudo con sucesos que transcienden la experiencia
cotidiana, el conocimiento que existe sobre esta área de actividad profesional es hasta
ahora anecdótico y fragmentario y parece constituir el dudoso privilegio de testigos
eventuales y de unos pocos estudiosos[1].
En este contexto debe destacarse que el personal sanitario fue objeto de dedicación
especial de los aparatos represivos en cada país: "En el campo de la salud nos consta la
desaparición en Capital y Provincia de Buenos Aires de por lo menos 164 médicos, 35
enfermeros, 56 psicólogos, 19 odontólogos, 150 estudiantes de medicina. Podemos
afirmar que más de 500 personas que pertenecen al campo de los trabajadores de la
salud permanecen hasta el día de hoy en calidad de detenidos-desaparecidos" (Actas del
Tribunal Ético de la Salud contra la Impunidad, 1987: 22-3).
1. Praxis alienada
La disposición a colaborar con la dictadura existía en forma explícita en algunos
psícólogos y médicos. Sobre la progresiva especialización profesional en esta área de
apoyo al sistema represivo se expresan tres neuropsiquiatras chilenas: "La
incorporación de médicos, psicólogos y cientistas sociales al grupo de funcionarios del
aparato represivo indica que al necesario perfecionamiento 'puro y limpio' de las
acciones represivas, se suma la experimentación de nuevas técnicas destinadas a
corregir las deficiencias previas. (Como 'tortura limpia' se denomina a la serie de
experimentaciones en el campo de la psicología destinadas a perfeccionar técnicas que
se utilizan en tratamientos de fobias, adicciones diversas y trastornos sexuales)"
(Reszczynski et al., 1979/1991:273-277).
Durante la dictadura en Uruguay, hay muchos indicios sobre la actividad de Dolcey
Britos como asesor en la formulación de reglas tendientes a infligir sufrimiento mental.
El Dr. Líber Mandressi fue invitado por Britos a colaborar con él y tuvo oportunidad de
examinar el fichero y las "gráficas estadísticas" que Britos había desarrollado,
examinando a un gran número de reclusos y tratando de establecer relaciones entre las
sanciones punitivas y la incidencia de problemas psiquiátricos en la población estudiada
(Bloche, 1987: 8).[2].
La subordinación de la praxis médica y psicológica a las actividades de represión
en Uruguay se muestra en otros ejemplos: "En los centros clandestinos de detención y en
los establecimientos de reclusión, los soldados regulaban el acceso de los detenidos a la
asistencia médica y rutinariamente leían los informes hechos por médicos, psiquiatras y
psicólogos. Casi todos los clínicos militares admitieron haber revelado información sobre
el estado médico o psicológico de reclusos a las autoridades militares sin el
consentimiento o el conocimiento de los presos" (Bloche, 1987: 5)
Hubo una sistematización del absurdo en el trato a los reclusos: “Me despertaron
en medio de la noche en el calabozo con la pregunta: ‘¿A qué hora se apagó la luz?
Conteste, tengo que anotarlo en el parte diario’. Imposible responder porque yo, presa,
dormía y además nunca me permitieron tener reloj”. (Espínola, 2003: 87)
Se alcanzó un alto grado de celo profesional en esta suerte de actividades: "Un exfuncionario del Penal de Libertad expresó que los informes de los médicos ayudaban a
un estrecho control de las 'actividades y actitudes de los reclusos': 'Aprendimos mucho
sobre la marcha. Cuando observábamos algún tipo de actitud nerviosa, mucha charla,
demasiada conversación, tomábamos medidas para neutralizarlo... Por ejemplo les
concedíamos menos tiempo de recreación, les quitábamos los libros, los cambiábamos
de celda, aumentábamos los controles.
Todo esto reduce sus actividades porque nunca duermen tranquilos, nunca
descansan. (Bloche, 1987: 7).
Reflexión ético profesional: La presencia de profesionales de la salud en el
personal destacado de los sistemas represivos no solo aumentó la virtual “capacidad
técnica”de ellos, sino que además le confirió a la represión en sí un aura de legitimación
especial: “si incluso personas responsables como los médicos y psicólogos colaboran en
la labor antisubversiva...” que el sistema militar en cada país supo bien utilizar.
2. Tortura y praxis profesional
Una definición conceptual da constancia de la existencia de un fenómeno. El
Colegio Médico de Chile (CMC), además de reconocer su presencia, caracteriza la
tortura dentro del ámbito de actividades profesionales:"La supervisión de la tortura
desde una perspectiva médica equivale a la evaluación periódica de la capacidad de la
víctima para soportar un tratamiento cruel.
También involucra el tratamiento de las lesiones causadas por la tortura o no
denunciar la tortura, dejando de este modo a la víctima a merced de sus aprehensores"
(Stover, 1987:.69).
La opinión sobre la tortura del Dr. Guido Díaz Paci, frente a la Comisión
Especial del Departamento de Ética del Colegio Médico de Chile, es muy
significativa ya que él fue encargado, como médico de sanidad militar, de los
detenidos por razones políticas durante más de seis años: "Creo -dice (el Dr. Díaz)-
que la tortura es un grado extremo de apremio físico y que el apremio físico, sin provocar
lesiones, es legítimo..., aquél apremio que sólo provoca dolor..., es lo mismo que uno le
hace a los hijos cuando les tira de las orejas o les da un golpe de castigo..., pienso que el
apremio sicológico también puede estar permitido, como impedir el sueño o algo por el
estilo..." (Rivas, 1990:128).
Sobre tortura bajo supervisión médica tenemos la siguiente declaración de C.
Chelala, psicoanalista de Uruguay: "Fui examinado concienzudamente por un médico. Me
preguntó sobre mi familia, enfermedades crónicas o actuales, y acerca de si había partes
sensibles en mi cuerpo por enfermedades previas. Pensé que dando esta información
podía reducir la tortura.
Horas después comprendí la razón real del interés del médico. Oí su voz, sin lugar
a dudas, diciendo: 'Está muy bien, pueden continuar'. Me sentí furioso e impotente. Aquí
había un individuo preparado por la sociedad para salvar vidas, dedicado sin embargo a
provocar dolor.
Pero yo estaba furioso conmigo mismo por haber sido tan inocente y creer que un
médico que trabajaba en un lugar como ése hubiera de tener siquiera un ápice de
humanidad. Esos médicos están salvando vidas, pero de una manera perversa. El
propósito de la tortura es frustrado si la víctima no puede soportar los rigores
interminables. El médico es necesario para impedirte que mueras por tus convicciones"
(Weschler, 1991:259).
Reflexión ético-profesional: En tanto que todos los países de América Latina han
suscrito y ratificado la Convención contra la Tortura, parece evidente que el postulado
"tortura y praxis profesional son contrarias entre sí y se excluyen mutuamente" sea de
conocimiento general y se refleje en la actividad médica y psicológica cotidiana. Sin
embargo, los ejemplos aquí citados demuestran que no basta con tal declaración de
buenas intenciones para crear una conciencia temática entre los profesionales y la
población global; creemos que solo la demostración ejemplar de casos de omisión y de
lesión a la máxima moral proclamada puede conducir a que tome cuerpo social una
cultura de los derechos humanos.
3. Abusos en hospitales
En tanto que los hospitales son lugares públicos y dedicados a fomentar la salud,
parece una aberración que ellos sean utilizados para labores antagónicas a su destino
primordial, sin embargo, a continuación mostraremos ejemplos crasos de este uso
espúreo.
Para Argentina, el informe de CONADEP hace relación detallada de las
condiciones en que se instauró en un policlínico, subordinado a un hospital
central, una dependencia de la represión: "En el policlínico Alejandro Posadas de la
localidad de Haedo funcionó un Centro Clandestino de Detención (C.C.D.) que actuaba
coordinadamente con las Comisarías de Castelar y Morón, con la superintendencia de
Seguridad Federal y el Grupo de Tareas de Aeronáutica... Los hechos ocurrieron a la vista
tanto de los empleados como de las personas que concurrían al establecimiento,
ocasionando un generalizado terror que provocó el silencio de todos. Las víctimas
(fueron) en la mayoría de los casos...personal del nosocomio... El operativo... (fue)
dirigido por el General Bignone, ...culminó como se dijo con la detención de un grupo de
cuarenta personas (v.a. Declaración del Dr. Scharier). a partir de ese momento, quedó
como interventor del policlínico en Coronel médico Abatino di Benedetto, quien declaró
en comisión a todo el personal y los licenció con prohibición de concurrir al
establecimiento... Gladys Cuervo aporta mayores precisiones sobre el funcionamiento
de este C.C.D.: ‘El 25 de noviembre de 1976 me llamó Estévez a la dirección. Allí me
encañonaron y colocaron los brazos a la espalda. Por la nochecita me sacaron en una
camioneta y después de dar varias vueltas me dijeron que estaba en Campo de Mayo. Si
embargo me dí cuenta que estábamos en la parte de atrás del Policlínico. Me desnudaron
y trompearon, interrogándome sobre unos volantes que yo no había visto. Después
vinieron otras personas que me picanearon. Durante varios días estuvieron
torturándome..."(CONADEP, 1984: 177).
En las fotos que acompañan al informe “Nunca más” de CONADEP se ve una pieza
probablemente utilizada para las torturas, en cuyas paredes diversos cuadros aminoran
la blanca asepsia de una entidad hospitalaria y que han de haber servido para el
esparcimiento del „personal en funciones“. Así un poster llama a respetar la luz roja, otro
muestra un paisaje del sur de Argentina y un tercero pone en primer plano un molino de
viento de Holanda. Todo ello manifiesta que se había instalado allí una nueva forma de
cotidianidad y que los agentes torturadores habían hecho suyo ese espacio con
privacidad cultural propia.
Reflexión ético-profesional: La subordinación de entidades hospitalarias a
labores destructivas parece ser un punto ciego en la percepción de la historia en los tres
países. Es preciso tomar conocimiento de estos hechos como un ejemplo fundamental de
la capacidad de perversión institucional manifestada por la violencia organizada como
forma de gobierno.
4. Utilización de técnicas psicológicas
En el lenguaje regular existe la acepción "arsenal terapéutico" para referirse al
conjunto de técnicas y medios conocidos y en uso para "combatir" molestias y
enfermedades. Aquí hacemos alusión al desarrollo de un arsenal de este tipo destinado
a objetivos no terapéuticos.
El psicólogo argentino G. Samojedny muestra en detalle cómo la vida cotidiana en
prisión se transfiguró, sobre criterios de represión psicológica: "En la cárcel se nos
prohibió y reprimió la lectura, la escritura, conversar y todo intento de comunicación
entre los detenidos políticos,...(se trató de) reprimir el pensamiento con órdenes como
¡No saque conclusiones!..
¡Aquí ya está todo inventado!.. ¡Aquí el único que piensa soy yo!.. Ustedes hacen lo que
yo ordeno!.. En todos estos casos la prohibición iba acompañada de la represión, y
cuando los compañeros se atrevía a expresar 'A mí me parece que...' o 'Yo pienso...' eran
sancionados por 'contestar-mal-al-celador' o por 'faltarle-el-respeto-al-celador"
(Samojedny, 1986: 497)
Y E. Giberti añade: “Un ejemplo aportado por las presas políticas... Durante la
dictadura estas presas tenían prohibido poseer bienes personales en sus celdas.
Entonces construían muñequitos con migas de pan a los que intentaban vestir con
pedacitos de papel arrancados de los sobres de correspondencia y los utilizaban para
hacerse pequeños regalos o para despedir a alguna compañera que esperaba ser
trasladada. Era suficiente que una carcelera descubriese la muñequita para que la
pisotease hasta destruirla. ¿Obediencia debida?... (Giberti, 2003: 41)
Los prisioneros tenían conciencia de estar bajo condiciones de deterioro físico
y de malpraxis sistemática dentro de una estrategia hacia “entes de segunda
categoría”. Luis A. Urquiza, estudiante de psicología, complementa esta imagen en su
relato acerca de lo ocurrido durante su detención en Córdoba, Argentina: "En la
madrugada del día 16 soy conducido al baño por el oficial de guardia Francisco Gontero
que desde una distancia de 4 a 5 metros carga su pistola calibre 45 y efectúa tres
disparos, uno de los cuales me atraviesa la pierna derecha a la altura de la rodilla. Se me
deja parado, desangrándome unos veinte minutos, la misma persona me rasga el
pantalón y me introduce un palo en la herida y posteriormente el dedo. Al llegar varias
personas al lugar, ese mismo oficial argumenta que (yo) había intentado quitarle el arma
y fugarme. Soy separado del resto de los detenidos y puesto en una pieza oscura y se me
niega ir al baño, debiendo hacer mis necesidades fisiológicas en los mismos pantalones.
Me revisa un médico, me coloca una inyección y me da calmantes, pero no me suministra
ningún otro tipo de medicamentos, y mi pierna es vendada. Este médico era el médico
forense de guardia del policlínico policial de esa fecha. Durante el día 16 soy golpeado
sobretodo en la pierna herida, pasando dos días en el suelo y no pudiendo recordar más
por los fuertes dolores y el estado de semiinconsciencia en que me encontraba"
(CONADEP, 1984: Legajo N° 3847).
Sobre las medidas propendientes a intensificar problemas psicológicos y
psiquiátricos en las cárceles uruguayas nos informa el Dr. Lombardi:
"(Aproximadamente un 10 % sufrió trastornos psiquiátricos mayores, frecuentemente
cuadros delirantes y alucinatorios crónicos)... La asistencia psiquiátrica estaba
exclusivamente en manos del psiquiatra militar. El preso con trastornos psiquiátricos era
sometido a un hostigamiento y persecusión selectiva, junto con un manipuleo de la
medicación, que creaba dependencia; por otro lado se intentó utilizarlo como un
elemento perturbador de la convivencia. La agresividad generada en los presos se
expresó en sus forma extremas como auto-agresividad, que llevó al suicidio a 9 de
ellos. Fueron muy numerosos los intentos de autoeliminación. Menos frecuentes se
observaron conductas heteroagresivas..."(Lombardi, 1987: 132).
Reflexión ético-profesional: Quien haya pensado que el daño psíquico con
premeditación y alevosía de corte Orwelliano (“1984”, publicado por vez primera en New
York en 1948), era una rémora de tiempos pasados y de otras constelaciones históricas,
puede apreciar que una tal disposición a la aniquilamiento del espíritu tiene también
vigencia para los “profesionales de la salud” en América del Sur y a fines del siglo XX.
5. Complicidad entre Medicina y Justicia
La subordinación de la medicina legal a los intereses de los gobiernos de facto
en los tres países de América del Sur constituye un hito de la historia reciente aún
poco conocido en su cabal dimensión y en sus alcances éticos. A continuación nos
abocaremos a exponer circunstancias de conflicto ético en que la interrelación entre
medicina y justicia se destaca en términos controvertidos.
Las intenciones manifiestas en los actos de trastocar diagnósticos, hacer
declaraciones falsas y evaluar incorrectamente parecen surgir no sólo del afán de
ocultamiento llano, como en el acápite anterior, sino además de documentar un área
paralela de actividades médicas, que de por sí está inscrita en la impunidad.
Una investigación desarrollada por el equipo científico de apoyo a las Madres de Plaza
de Mayo de Argentina da a conocer los nombres de veintiún médicos que habrían
expedidos certificados falsos de defunción; así por ejemplo, sobre "muertes por
enfrentamiento", cuando en verdad las personas afectadas habían sido fusiladas
(Madres, Febrero 1986: 11).
Aún en plena dictadura, a fines de 1982, el Centro de Estudios Legales y Sociales
(CELS)) planteó una denuncia sobre actos irregulares en el funcionamiento de la Morgue
Judicial entre los años 1976-78 que afectaban a 106 personas, cuyos cuerpos habían sido
ingresados en dicha Morgue por orden militar. De la acusación se desprende lo siguiente:
"En esencia, los denunciantes estimaban que, mientras el Poder Judicial informaba, a
través del rechazo de hábeas corpus, que se ignoraba el destino de los desaparecidos, sus
cuerpos sin vida (varios identificados y otros sin cumplirse este trámite elemental)
estaban en poder de la Morgue Judicial con conocimiento de la Cámara Penal... Se
imputaba que dicho organismo hubiera realizado autopsias y efectuado inhumaciones
de cadáveres N.N. sin dar intervención a ningún juez, siguiendo para ello instrucciones
de las Fuerzas Armadas, lo que representaba la omisión de investigación por parte del
Tribunal Superior, pese a su conocimiento de la evidencia de 'muertes violentas' e
inexistencia de intervención del magistrado competente."(CONADEP, 1984: 397) Para
fundamentar esta acusación se incluyeron "Expedientes con juicios de habeas corpus en
los cuales se sentenció el rechazo de la acción protectora fundado en que las autoridades
requeridas para informar, respondieron que 'no están detenidos', cuando su cuerpo
mortal (estaba) precisamente en la Morgue del Poder Judicial".
Durante la investigación administrativa siguiente, el decano del Cuerpo Médico
Forense en 1978, Dr. José Daverio, declaró en un informe que la Cámara Penal tenía
conocimiento cabal de estos hechos y que él, como corroboración de ello, había solicitado
con insistencia "la integración de un mayor número de médicos autopsistas dado el
incremento del trabajo a consecuencia de la remisión de cadáveres por la autoridad
militar."(CONADEP, 1984: 398)
En una documentación específica sobre esta rama de labores profesionales, el
Colegio Médico de Chile no elude incluso poner un comentario sarcástico: "El
Departamento de Ética está al tanto de numerosos casos en que los médicos han
examinado a víctimas de la tortura antes de su liberación pero no informaron sobre la
existencia de lesiones derivadas de la tortura.
Parecería que estos detenidos acababan de abandonar un establecimiento de
descanso. Todos gozan de buena salud y no denotan signos de traumatismo físico. El
médico de la CNI emite un certificado de salud en el que se expresa que todo está normal.
La firma del médico es casi siempre ilegible. Además el médico no anota el número de su
documento de identidad en el certificado...
"Creemos, sin reservas, que estos certificados no cumplen con su objetivo de
proteger al detenido. Por el contrario se han tornado parte de una rutina que permite
todo tipo de excesos con total impunidad. Los médicos que expiden tales certificados son,
por lo tanto, cómplices de tales excesos" [Cursivas H.R.] (Stover, 1987: 73-74).
Para el contexto uruguayo merece especial consideración la muerte bajo tortura,
ocurrida poco después de su detención en 1984, del médico Vladimir Roslik. Ella
trajo consigo la primera investigación interna del gremio médico sobre la
responsabilidad de médicos militares en violaciones de derechos humanos. De esta
forma se puso de manifiesto la dificultad básica de algunos funcionarios de salud
militares para separar las áreas de competencia militares y médicas. En su declaración
ante una Comisión Investigadora ad hoc de la Asociación Médica del Interior (AMEDRIN),
el Dr. E. Saíz P. mencionó como algo rutinario el haber examinado tres veces en menos
de veinticuatro horas al Dr. Roslik "por orden recibida", dijo no haber oído que éste se
quejara de haber sufrido torturas y que, también por orden superior, había realizado la
autopsia del Dr. Roslik después de su muerte. En el informe autópsico oficial se establecía
que la muerte se había debido a una "falla cardiorespiratoria".
La familia del Dr. Roslik, a instancias de otro médico, el Dr. Burjel, exigió la
realización de una segunda autopsia. Esta aportó claras pruebas de la muerte violenta
del Dr. Roslik a manos de sus captores; así, el volumen sanguíneo estaba muy disminuido
en los grandes vasos, había ruptura hepática, signos de traumatismo esplénico y
estigmas de múltiples traumatismos superficiales y profundos. Además se observaba que
el pulmón derecho, en sus lóbulos medio e inferior, presentaba "un contenido con
similares caracteres macroscópicos del contenido gástrico... (de lo que se desprende un)
síndrome de asfixia", esto es, señal de aspiración (indicio de asfixia por inmersión). Los
anatomopatólogos llegaron a la conclusión de que la muerte del Dr. Roslik se debía a las
lesiones y/o a asfixia por inmersión (método de tortura conocido como "submarino"), o
a ambas, sufridas durante su corta reclusión.
El Dr. Eduardo Saíz Pedrini, médico militar que había efectuado la autopsia oficial
del Dr. Roslik, fue expulsado de AMEDRIN en marzo de 1985. Esto no obstó para que
fuese enviado ese mismo año como médico regular del contingente uruguayo de las
Fuerzas Internacionales de la Naciones Unidas destacadas en Sinaí (Martirena, 1988: 29).
Reflexión ético-profesional: La disposición a colaborar con la violencia organizada,
trastocando hechos delictuosos hacia una „regulación profesional“ exculpante merece
una atenciónespecial. No sólo está en juego la tergiversación de “conceptos científicos”,
como se considera el diagnóstico clínico por ej. en la vida cotidiana, sino que además se
crea un pool de eufemismos para encubrir malpraxis regular; y esto tanto más que para
muchos de los médicos la disposición a responder por actos de encubrir crímenes de lesa
humanidad está aún hoy fuera de discusión. Éste „olvido“ o reticencia a tratar un aspecto
central de la complicidad de facto de médicos con la dictadura gesta vías de reiteración
de tal obediencia irresponsable. Riquelme, 1995a).
6. La apropiación ilícita de la descendencia.
El traspaso de niños nacidos durante el cautiverio de madres "detenidasdesaparecidas" hacia personas que no tenían parentesco alguno con ellos fue un
procedimiento usual en los lugares de detención clandestinos conocidos como
"chupaderos" en Argentina. Se estima que más de trescientos niños fueron así
arrancados de sus familias originarias y entregados en adopción.
Sobre esta práctica manifestó, en términos casi programáticos, Ramón Camps,
oficial de alta graduación del Ejército argentino, durante una entrevista al semanario
español "Interviú": "...no desaparecieron personas, sino subversivos. Personalmente, no
eliminé a ningún niño, lo que hice fue entregar a algunos de ellos a organismos de
beneficencia para que les encontraran nuevos padres. Los padres subversivos educan a
sus hijos para la subversión. Eso hay que impedirlo..." Actas del Tribunal Ético de la Salud
contra la Impunidad, 1987:.20)
6.1 Rapto de niños por organizaciones estatales
El informe de CONADEP incluye los nombres de varios médicos que participaban
directamente en tales gestiones: "Una vez nacida la criatura, la madre era 'invitada' (con
toda formalidad) a escribir una carta (la que sin excepción permanecía en actas) a sus
familiares a los que supuestamente les llevarían el niño... El entonces Director de la
ESMA, capitán de navío Rubén Jacinto Chamorro, acompañaba personalmente a los
visitantes, generalmente altos mandos de la Marina, para mostrar el lugar donde estaban
alojadas las prisioneras embarazadas, jactándose de la "Sardá" (que es la maternidad
más conocida de Buenos Aires) que tenían instalada en ese campo de prisioneros... Por
comentarios supimos que en el Hospital Naval existía una lista de matrimonios de
marinos que no podían tener hijos y que estarían dispuestos a adoptar hijos de
desaparecidos. A cargo de esta lista estaba una ginecóloga del nosocomio".(CONADEP,
1984: 303)
R. Salguero especifica sobre este proceder clínico: "La particularidad de estas pacientes
(parturientas detenidas-desaparecidas) era que no se consignaba ni el nombre ni el
apellido de la paciente sino que figuraban en las planillas solamente dos letras
'N.N.'".(CONADEP, 1984: 313)
6.2 Detección científica de la descendencia robada
El vacío generacional que produjo el "desaparecimiento" de los padres como
instancia jurídica para recabar el acceso a los niños nacidos en cautiverio, fue
cubierto por las así llamadas "Abuelas de Plaza de Mayo". La organización de las
„Abuelas“ es constituida por un grupo de mujeres, madres de "desaparecidos" que
está en conocimiento de los partos ocurridos en las cárceles y que desde muy
pronto se abocaron a la tarea de rescatar a sus nietos.
El desarrollo de la genética como disciplina biomédica ha sido de inestimable
importancia para la identificación de estos niños dados en adopción ilegal a parejas
proclives al régimen militar.
Para determinar la identidad y relación parental de los niños en cuestión se utilizan
estudios hematológicos de marcadores genéticos a través de las siguientes pruebas: a)
grupos sanguíneos; b) proteínas séricas; c) H.L. o histocompatibilidad y d) enzimas
séricas. El resultado de estos exámenes constituye una prueba concluyente de
determinación tanto de identidad como de parentesco y ha sido incorporado en la
gestión regular de los tribunales competentes (Torres, 1987: 137-48).
El rapto de recién nacidos de madres “desaparecidas” y su entrega en adopción a
personas ploclives al régimen militar ha devenido desde 1997 en el punto débil del
sistema de amnistía para militares argentinos. Como este delito no estaba considerado
dentro de la amplia gama de trasgresiones legales y a los derechos humanos que las leyes
de „punto final“ y de„ obediencia debida“ consideraban como propias de la “guerra sucia”
ha sido posible llamar a juicio a connotados representantes del ex-gobierno militar.
Reflexión ético-profesional: A pesar de la intensa actividad realizada por
organizaciones como „Abuelas de Plaza de Mayo“, persiste hoy aún una „zona de silencio“
sobre el destino de muchos niños, nacidos durante la prisión de sus padres en el período
dictatorial. Los médicos cómplices de estas actividades continúan por lo común en su
profesión ya que los juzgados se declararon en su oportunidad no competentes y la
condena moral de sus pares no ha tenido mayores alcances.
La participación de médicos en adopciones forzadas o en la “facilitación de
bebés” a personas que pagan tales “servicios” se ha transformado en un área de
comercio comprobado en muchos países de América Latina. La herencia cultural
de las dictaduras en América del Sur puede resumirse en un desprecio manifiesto
por los derechos de personas indefensas y la omisión constante de que los niños
son sujeto de derecho (Riquelme, 1995b y 1998a). Es preciso entonces fortalecer la
sensibilidad social y de ética profesional sobre el derecho a la propia identidad del niño
y agilizar las instancias de control judicial donde sea necesario.
7. Profesionales y gestión ideológica de las dictaduras
La relación especial de medicina y psicología hacia los gobiernos dictatoriales
consiste en que de su seno surgieron tanto decididos opositores como importantes
detentores de cada régimen de en particular.
El apoyo explícito a las medidas de fuerza tanto en cuanto a la formulación de
metas estratégicas como de actitudes y conductas necesarias para la coordinación de la
violencia organizada es digna de destacar ya que los médicos y psicólogos aquí
implicados pusieron al servicio del sistema represivo tanto metodologías de ciencias
sociales y científico-naturales así como el prestigio de la profesión.
En este contexto adquiere un valor ejemplar la actividad teórica de un médico
militar chileno. Éste publicó dos documentos ‘El irredimible’ y ‘Los rescatables’,
respectivamente el 11 y 12 de Octubre de 1973 en “El Mercurio”, periódico de renombre.
En el primero presenta una clasificación del contingente que forma parte del
44% de votantes pro-Unidad Popular (U.P.) en Marzo de 1973 en cinco
grupos (extremistas - activistas de alta peligrosidad - militantes de los partidos de
la U. P. - simpatizantes de la U.P.) para los cuales propone medidas particularizadas
de acuerdo a su grado de peligrosidad para el nuevo régimen: irredimibles - no
utilizables pero sí neutralizables - no inmediatamente rescatables pero
posiblemente confiables al reconsiderar su militancia - ganables mediante una
política inteligente y exitosa).
En el segundo documento se refiere a ‘aquellos ciudadanos que sufrieron la
persecusión marxista en los últimos tres años’ y le sugiere a la junta militar que
se ajuste a la clasificación anterior y tome las medidas adecuadas si desea evitar la
‘reorganización del marxismo y el incremento progresivo de la resistencia civil’
(Stover, 1987: 45)[3]
En relación a la situación de los detenidos en el interior de cárceles y cuarteles del
Uruguay, el Dr. Martín Gutiérrez, psiquiatra jefe del Penal de Libertad y
posteriormente consejero de la Junta gobernante, expresa claramente: "la guerra
continuaba en el interior del presidio. Día tras día, reglamento tras reglamento, el
objetivo perseguido era el de hacerlos sufrir psicológicamente."(Bloche, 1987: 6)
Dr. Maraboto opina sin tapujos acerca de la necesaria lealdad incondicional del
médico militar hacia los mandos superiores de su institución en Uruguay: "La función
del médico militar en cualquier país del mundo y en cualquier régimen político, es
la de asesorar desde el punto de vista técnico al Jefe, pero éste en la última
instancia es el responsable de lo que se haga o se deje de hacer en su unidad; el
médico es 'oficial del Estado Mayor del Jefe', es decir, es su asesor en los aspectos
médicos."(Martirena, 1988: 69)
Reflexión ético-profesional: La dimensión ideológica, en especial de médicos
y psicólogos militares bajo gobiernos totalitarios, mantiene un alto grado de
relevancia ya que parece poco verosimil que hayan tenido una gestión profesional
como simples secuaces o ejecutores ciegos, esto es privados de opinión propia
(Riquelme, 1995a). Al contrario la constatación de una aquiescencia activa de los
profesionales con los métodos y las metas del sistema represivo, incluso en la
definición de „grados de patogenidad“ de los opositores al regimen, permite
comprender cómo la actitud de aceptación frente a la tortura, en el sentido de que
ésta sería una técnica más en „tiempos de guerra“, alcanzó tal grado de difusión
entre el personal militar, profesionales de la salud inclusive.
8. La defensa de los derechos humanos y la praxis cotidiana de profesionales de la
salud
Este ensayo sobre la praxis profesional bajo la égida militar en Argentina, Chile y
Uruguay sería unilateral, si no introdujeramos la dimensión de reacción consciente a
la intención totalitaria del estado. En estos años de represión masiva, se puede
constatar también la participación de médicos en actos de responsabilidad ética; actos
que van más allá de una abstención pasiva a colaborar con el sistema opresivo y dan
cuerpo y contenido a posiciones detentoras de la ética profesional. Así, durante la
dictadura misma, hubo iniciativas personales y de grupos ecuménicos que dedicaron sus
esfuerzos, a pesar de las represalias, a promover los derechos humanos.
8. 1 Derecho a tratamiento
El trato no discriminatorio de pacientes es la piedra angular para medir cada
actitud de ética profesional bajo condiciones excepcionales. En Uruguay recabamos una
experiencia que da relación de este contexto de praxis profesional y sus actores en los
tres países: "Luego de un enfrentamiento armado entre el ejército y los Tupamaros fui
llamado, en mi función de cirujano, a tratar a los heridos. Constaté de entrada un balazo
en el tórax en el Sr. Z., tupamaro, y una herida de refilón en un glúteo de un oficial militar.
Pedí que nos abocáramos al tratamiento de urgencia del Sr. Z. y se me indicó que él podía
esperar, pues había también un militar herido. Insistí en que la primacía médica era
atender al más grave, sin que imperen otras consideraciones y me aboqué a tratar al Sr.
Z..." (Comunicación personal de un médico entrevistado por el autor).
8.2 Negarse a obedecer órdenes por daño a pacientes
En Uruguay, hay una manifestación de resistencia de un psicólogo que se negó a
entregar informaciones sobre los presos de un centro de reclusión a travésde lacual se
ilustra la convicción existente en los técnicos de la salud y militares sobre la falta de
privacidad de los detenidos y de la no vigencia del secreto profesional: "El psicólogo,
Alberto Milkewitz, en 1982 se negó a obedecer órdenes para preparar informes sobre
los reclusos para sus comandantes en el Penal de Libertad. Fue arrestado y mantenido
incomunicado durante una semana. Una orden secreta para su arresto, obtenida por el
autor de este informe, revela la razón ‘(el inculpado) indica una absoluta falta de
comprensión acerca de sus obligaciones como integrante de las Fuerzas Armadas al
expresar que no podía suministrar información acerca de sus conversaciones con
reclusos porque su ética como psicólogo no lo permitía"(Bloche, 1987: 6).
8.3 La praxis cotidiana bajo la dictadura
Hay contados estudios específicos y las referencias documentales acerca de lo que
fue la vida profesional en los tres países durante la dictadura militar son escasas
(Riquelme, 1995a).
Para Chile, tres neuropsiquiatras chilenas, de claro compromiso con el proceso de
cambios en el gobierno de Allende, realizaron un análisis sistemático de las experiencias
realizadas en el período inmediato tras el golpe de estado. “Tortura y resistencia en Chile.”
nos da, desde una perspectiva profesional, algunos puntos de referencia acerca de esa
época: "Decidimos abrir una consulta privada. Con ella pensábamos lograr
fundamentalmente un medio de subsistencia y encubrir y posibilitar un tratamiento a las
víctimas de la represión. Este tipo de consulta nos llevaba a atender pacientes que eran
partidarios de la dictadura. Nuestra atención médica no discriminaba con respecto al
compromiso político de las personas atendidas... Durante un año vivimos en la práctica
la contradicción día a día, paciente a paciente... Cuando nos tocaba tratar a los partidarios
de la dictadura y debíamos escuchar los relatos de sus intimidades, constatábamos su
consenso con la situación represiva generalizada... Era frecuente escuchar su respuesta
de 'ahora hay orden', 'las calles están limpias', 'hay tranquilidad'... Estas características
propias de la pequeña burguesía destacaban mucho más en aquellos que tenían un
familiar preso. La vergüenza del 'honor manchado' era uno de los sentimientos centrales.
El miedo contribuía también a que ocultaran este hecho en su trabajo, a sus amistades y
a veces al resto de los familiares. Encontraban justificado que 'su' gobierno detuviera a
los enemigos del orden, de la libertad y de la justicia. Reprochaban al familiar detenido
su irresponsabilidad al sacrificarlos por 'ideas' que consideraban corrompidas. Toda esta
vergüenza, rencor, rabia, resentimiento, frustración entraban en contradicción con el
vínculo existente... de sacrificio y preocupación por el preso. Al tratar estos pacientes
debíamos circunscribirnos a un actitud terapéutica dirigida a suprimir la
sintomatología,... contribuyendo así a facilitar su adaptación a las condiciones de vida a
que estaban sometidos... Asumir esta postura nos exigía reprimir nuestro sentimiento de
rechazo a su problemática, evitar opinar políticamente en resguardo de nuestra
seguridad y constatar que al mejorarlos favorecíamos su adaptabilidad al nuevo
régimen... Desde un comienzo empezamos a conocer los efectos de otra forma de
represión. Era aquella ejercida sobre los familiares de perseguidos, presos, muertos o
desaparecidos... En estas personas vimos cuadros de agitación o estupor, de angustia
intensa o de gran depresión. Intranquilidad psicomotora con verborrea, estrechamiento
de consciencia. Reacciones primitivas afectivas tales como las descritas por Kretschmer.
Cuadros de deterioro precoz en personas de menos de 50 años. Apatía e incluso cuadros
pseudo-catatónicos... Nuestro contacto con los compañeros de izquierda no se dió solo
en la consulta. La clandestinidad masiva (fue para muchos) una suerte de
'incomunicación total' solamente interrumpida por algún miembro de la familia ... o por
un compañero que traía información... Bruscamente, el día del golpe tuvieron que pasar
de la actividad creativa y productiva a la reclusión pasiva... Mantenidos en estas
condiciones por meses algunos de ellos presentaron estados de angustia severos, con
intensa ansiedad... Otros presentaban estados depresivos... Otros (se habituaban a una
nueva cotidianeidad), estos eran cada vez más numerosos a medida que se aprendía a
vivir así ... El tipo más frecuente de clandestinidad asumida fue la clandestinidad abierta...
(Aquí, la necesaria) mimetización exigía un estado de alerta constante. Reconocer el
menor signo de anormalidad que apuntase a peligro llevaba en muchas oportunidades a
interpretar hechos banales, casuales, como si fueran de real riesgo.
Reprimir reacciones de repudio frente a hechos arbitrarios de violación
flagrante, (cuidarse de las) propias emociones, aceptar pasivamente opiniones
con que no se concordaba, conducía a veces, a pesar del fuerte autocontrol, a tener
reacciones incontenibles de explosividad, consecuencia de la ira impotente, que
debían desahogarse en secreto... (vimos en algunos compañeros) reacción
vivencial angustiosa, enfermedad psico-somática, estado neurótico, psicosis
reactiva, consecuencia de llevar una vida ‘clandestina abierta’... Enfrentar su
tratamiento nos exigió dilucidad en la práctica diaria los mecanismos
favorecedores o entorpecedores del quehacer clandestino... “( Reszczynski et al,
1979/1991: 28-32).
Las autoras plantean sobre la tortura: "... fue en la consulta donde... nos tocó
enfrentarnos a la evidencia de tortura física y psicológica practicada en forma masiva por
el estado chileno. Con incredulidad escuchamos los primeros relatos de los síntomas
propios de una lesión de columna vertebral en ex-prisioneros políticos que nos contaban
que habían permanecido colgados, por horas o días de pies y manos... Con objetividad el
examen neurológico confirmaba la veracidad de estos relatos... En la mayoría de los exprisioneros existía pudor al mostrar sus secuelas de tortura y nuestro examen era
cohibido. No nos atrevíamos a hacer preguntas y los largos silencios eran difíciles de
llenar. Debido a nuestro sentimiento de incapacidad de conducir adecuadamente la
reacción angustiosa que acompañaba a la rememoración de sus experiencias, teníamos
miedo a desentrañar los pormenores de esos momentos en que habían estado tan cerca
de la muerte... Esta praxis médica nos mostraba nuevos mecanismos capaces de producir
enfermedad, cuadros patológicos cuya configuración era diferente de la de los síndromes
descritos clasicamente y (hacía evidente) la ineficacia de nuestra terapéutica para
resolverlos... (esto) nos llevó a intentar desentrañar todas esas interrogantes hasta su
último detalle. Y ya nunca más nuestro examen sería parco, inhibido.
Tenía que ser franco, directo, comprometido... En esa época, empezamos a hacer
un estudio detallado, a anotar todos los elementos que nos parecían importantes, a
efectuar los exámenes complementarios que permitieran confirmar o descartar nuestros
diagnósticos. Todo ese material en el que se esbozaban los primeros elementos de una
metodología clínica, quedó inconcluso luego de un año de trabajo en Chile, al ser nosotras
mismas detenidas y encarceladas" (Reszczynski et al, 1979/1991: 38-42).
Reflexión ético-profesional: Tras el retorno a la democracia representativa el
terror dictatorial está aún presente en la conciencia de quienes vivieron bajo su
gestión represiva. Hay sin embargo actos memorables de ética profesional en esos
tiempos difíciles y su recuerdo circunstanciado puede permitir una visión más
cabal de la época. Las situaciones ejemplares aquí descritas muestran a médicos
en actitudes de resistencia activa dentro de la praxis cotidiana.
1. 9. Sumarios y juicios internos de las organizaciones médicas.
Las condiciones de amnistía legal.
Aunque hasta ahora en los tres países no ha habido actividades específicas del
poder judicial para definir en forma legal responsabilidades personales de quienes
participaron institucionalmente en actos de tortura, asesinato o desaparición; es digno
de destacar que los gremios médicos ha buscado formas de mostrar los límites de la ética
profesional bajo la dictadura militar.
Con claridad incuestionable las asociaciones gremiales de Chile y Uruguay han
manifestado que la actividad médica de apoyo al aparato represivo del estado no puede
ser considerada como regular bajo circunstancia alguna. El juicio ético inter pares ha
tenido en los tres países una fuerte resonancia en la opinión pública.
En Argentina se dio curso a un “Tribunal Ético de la Salud contra la Impunidad” el
3 de Diciembre de 1987 en la ciudad de Buenos Aires. En ese Tribunal se juzgó in absentia
a tres médicos[4], reconocidos por muchos ex-prisioneros como responsables directos
de actos de tortura, raptos de niños e incluso asesinatos.
La Dra. Diana Kordon, como fiscal, basó su argumentación en los códigos de ética
vigentes, como razón fundamental manifestó: "El artículo primero del Código de Ética,
ratificado por la Confederación Médica de la República Argentina en 1955 dice
textualmente: 'En toda actuación, el médico cuidará de sus enfermos ateniéndose a su
condición humana. No utilizará sus conocimientos médicos contra las leyes de la
humanidad'"...."( Tribunal Ético de la Salud contra la Impunidad , 1987: 12)
Y fundamentó su acusación sobre testimonios de personas afectadas por el
terrorismo de estado y que estuvieron en directa relación con los médicos impugnados.
La fiscal declaró en su pladoyer: "La metodología represiva necesitaba para su
implementación de la participación de médicos. Estos evaluaban los niveles de
resistencia de los prisioneros a los tormentos. Dirigían y controlaban la prolongación del
sufrimiento, a fin de poder obtener el máximo de información. Siniestra tarea la de estos
profesionales, dosificar la tortura, ser parte de la tortura.
Y también participaban en el robo de niños secuestrados y nacidos en cautiverio, a
través de asistencia a las detenidas-desaparecidas parturientas y de los falsos
certificados que existían...“ (Tribunal Ético de la Salud contra la Impunidad , 1987:13)
El Tribunal, por unanimidad, declaró a los inculpados responsables de faltas
substanciales a la ética profesional y de crímenes de lesa humanidad. En su resolución
final hizo un llamado a universidades, comunidad académica, colegios médicos,
instituciones de la salud y comunidad para que negaran a los médicos condenados el
acceso a toda índole de actividades docentes, de investigación y de labores médicas.
El Colegio Médico de Chile (CMC), basado en una larga tradición de colegiatura
profesional y con estatutos de referencia jurídica que habían sido derogados en 1973 por
la dictadura militar, poco después de las primeras elecciones gremiales no intervenidas
por el gobierno militar empezó a desarrollar en 1983 actividades para aclarar conflictos
éticos relacionados con la represión política. Las gestiones de su Comité de Etica
concitaron una gran atención porque no él no vaciló en llamar a juicio interno a
colaboradores médicos del aparato represivo de la dictadura. Con esto cumplía una
función de juzgado paralelo que, por su sola presencia, ponía de manifiesto la ceguera de
la justicia ordinaria sobre esta temática y emplazaba al sistema represivo en base a casos
y cargos concretos.[5]
Desde 1983 hasta la fecha, se ha dado curso a un gran número de gestiones
parajudiciales, cuestionando la participación de médicos en labores represivas. De ellas
sólo han sido dadas a conocimiento público aquellas en las que se demuestra sin lugar a
dudas la responsabilidad directa del médico inculpado.
Con una trayectoria definida así, no extraña que en el período 1983-89 los
miembros de la directiva del CMC fueran motivo también de persecusión directa por
parte del gobierno militar e internados como presos políticos por períodos de hasta
varios meses.(Comunicación personal Dr. Luis González, ex-presidente del CMC).
En Uruguay hubo un desarrollo similar dentro de las dos organizaciones gremiales
médicas, la Federación Médica del Interior y el Sindicato Médico del Uruguay. Con
ímpetus de largo aliento rememora G. Martirena el momento gestor de la Comisión
Nacional de Ética Médica: "Aunque ello afrente a la Medicina Uruguaya, es un hecho
histórico e irrefutable que hubo médicos militares que participaron activa o pasivamente
en la tortura de los presos políticos, o que al servicio de sus mandantes violaron normas
éticas que debieron respetar. Existe además una responsabilidad colectiva de omisión de
denuncia por parte de los médicos militares,... al pertenecer a una institución... ejecutora
de prácicas atentatoria contra los Derechos Humanos, en un grado de generalización y
con tal fuerza de evidencia que ninguno pudo desconocer...
Ante estos hechos, en el mes de julio de 1984 -vigente aún la dictadura en Uruguay(tuvo lugar) la VII Convención Médica Nacional... En su seno, y ante la presencia de
médicos militares, se hizo pública, una vez más, la denuncia de la tortura sistemática que
sufrían los Presos Políticos, así como la violación de los Derechos Humanos por parte del
gobierno dictatorial... se creó, por unanimidad de los médicos delegados, la Comisión
Nacional de Ética Médica. (Martirena, 1988: 14-15)
A poco de iniciarse las actividades de esta comisión hubo una resolución de
gobierno, firmada por el entonces ministro de Defensa Nacional, médico Dr. Justo M.
Alonso Leguísamo, -trocando el concepto de Comisión por el de Tribunales- en los
términos siguientes: "1o. Prohíbese la concurrencia de los Médicos Militares a efectuar
cualquier tipo de declaraciones ante los Tribunales Éticos creados por la VII Convención
Médica Nacional, debiendo mantener informado al Superior de cualquier situación de tal
especie que se presente.
2o. Publíquese, comuníquese al Servicio de Sanidad de las Fuerzas Armadas y
archivese [6]
A pesar de tal prohibición, los tribunales éticos pudieron realizar una labor
esclarecedora de gran magnitud y poner de manifiesto diversas trasgresiones a la
ética profesional en base a denuncias confirmadas por la investigación
subsecuente.(Martirena, 1988: 29-85)
Reflexión ético-profesional: En especial y frente a la evidente reticencia a un
cuestionamiento público de lesiones a la ética profesional durante las dictaduras en los
tres países, cobran un valor excepcional los juicios inter pares de las organizaciones
médicas. La escasa emulación, en el seno de otras entidades profesionales, de tales
gestiones para recuperar valores éticos afectados dentro de cada entidad
profesional nos muestra de manera ejemplar lo difícil que es crear valores sociales
y culturales sobre la base de tales experiencias.
1. 10. Nuevos temas de conflicto ético-médicos
Considerando que la época dictatorial, además de su dimensión de terror, significó
también una apertura de dilemas en todas las áreas del quehacer social, no sorprende
que de esa época surgieran, o se hayan hecho evidentes, nuevos desafíos para la ética
profesional. Así, es posible postular que durante ese período se acentúa la
sensibilidad profesional frente a conflictos éticos. En el curso de este subcapítulo
bosquejo algunas de estas áreas en las que la ética profesional se enfrenta a situaciones
hasta ahora no maduradas culturalmente y para las cuales no siempre es posible
encontrar soluciones de absoluta certeza. Adquiere aquí además relevancia la
experiencia de represión vivida por muchos médicos, la que acentúa la propia
sensibilidad frente a las condiciones de vida, por ejemplo, de personas encarceladas por
cualquier razón.
10.1 Ex-torturadores y su virtual tratamiento psicoterapéutico
Si bien en una guerra regular no es motivo de disgresiones morales si un médico
militar debe o no debe atender a un herido, miembro del ejército enemigo; en la situación
inédita, creada por las dictaduras militares en los tres países, la atención
psicoterapéutica de aquellas personas que han sido participantes activos en la tortura
constituye un tema de alta controversia.
D. Lagos poco después de la vuelta a la democracia en la Argentina se explaya sobre
la historia clínica más reciente de un ex-torturador. Se trata de un paciente con
síndromes depresivo y persecutorio, de múltiples internaciones neuropsiquiátricas en
Buenos Aires y tratamientos con psicofármacos y psicoterapia individual durante ocho
años (1978-86). En 1986 se decidió realizar con él una psicoterapia de apoyo en pareja.
En la primera sesión con el paciente, el médico destacado para realizarla tomó
conocimiento de que el paciente había participado activamente en la represión y que se
sentía acosado por sus actos anteriores. Sin embargo, al revisar la historia clínica,
constató que hasta ahora nadie había documentado ese aspecto realmente importante
de la vida del paciente, al parecer con cada nuevo psicoterapeuta se había renovado una
especie de pacto de silencio sobre su actividad como torturador y, por consiguiente, eso
no se había tematizado en la psicoterapia. Esto coincidía con la actitud del paciente hacia
el terapeuta ya que esperaba que éste sólo hiciera desaparecer los síntomas. D. Lagos
hace algunas reflexiones sobre la actitud de otros terapeutas quienes, según él, al entrar
en el pacto de silencio se harían cómplices del extorturador, sustentando sus esfuerzos
de "anular los síntomas" e incluso lo exculparían tácitamente, al mantenerlo en el rol de
enfermo sin hacer referencia en la historia clínica a tales elementos básicos de su
biografía y psicopatología(Lagos, 1988: 157-62).
10.2 Médicos y pena de muerte:
La participación activa de médicos en la pena de muerte es de gran actualidad en
tanto que se puede considerar la inyección mortífera como una forma "más depurada,
incluso aséptica" de ejecución (AI, 1998)[7].
El Colegio Médico de Chile manifestó su oposición a cualquier tentativa de poner a
médicos en estas funciones en un país que hasta hace poco mantenía la pena de muerte
en su Código Civil [8]. Para la necesaria reflexión sobre el tema en el CMC sirvió de
ejemplo la negativa del Dr. Start de los EE.UU. a administrar la inyección intravenosa y
consumar la pena de muerte en un condenado del Estado de Oklahoma. Esto condujo a
una intensa discusión sobre ética profesional (el juramento hipocrático prohibe
administrar drogas mortales) y las funciones de médicos de prisiones. La Asociación
Médica Norteamericana aprobó en 1982 una declaración en el sentido que un médico no
puede participar en las ejecuciones. La discusión fue terminada en tanto que la autoridad
estatal determinó que las inyecciones fueran dadas por personas que no tuvieran la
calidad de médicos. Seguramente, debido a esta actitud explícita del CMC, no
prosperaron iniciativas de "importar" la forma de ejecución por inyección mortal de
EEUU a un país que ha estado a menudo a la vanguardia de hacer suyos tales avances de
la cultura occidental. (Vida Médica, Vol. 36-1985: 75-82)
10.3 Médicos y huelga de hambre:
La actividad profesional y el conflicto ético del equipo sanitario de apoyo a los
participantes en huelga de hambre son los temas centrales de la discusión sobre el tema
en el ámbito uruguayo. M. de Pena, M. Jaúregui y G. Mesa realizan un análisis
circunstanciado de sus experiencias en esa área de actividades médicas por más de 25
años: "... En el caso de huelga de hambre, los participantes se suponen sanos y están
dispuestos a poner en riesgo su salud hasta la muerte inclusive, por un fin que está fuera
de él y que no se relaciona con su salud. Sus intereses son, en principio, antagónicos a los
del equipo sanitario... Desconocer el enfrentamiento entre dos ‘deberes’ igualmente
válidos para cada uno de los grupos en juego, puede determinar el fracaso de la gestión
sanitaria’
Ellos suscriben la declaración de la Asociación Médica Mundial en tanto que: "Es
deber del médico respetar la autonomía que el paciente tiene sobre su persona. Un
médico precisa del consentimiento informado de sus pacientes antes de aplicar cualquier
conocimiento para ayudarlos,..." (de Pena et al., 1992 & WMA, 1991)
10.4 Normas éticas relativas a la atención médica de detenidos
Como ya se ha manifestado anteriormente, tanto la directiva como los miembros
del Colegio Médico de Chile mantuvieron contactos muy estrechos con las fuerzas de
oposición a la dictadura y llegaron a conocer de este modo las condiciones físicas de las
cárceles chilenas y el arbitrio que a menudo impera en las relaciones entre carceleros y
prisioneros.[9] Esta afiatada sensibilidad llevó al CMC, ya en 1985 (AI Index, 1986), a
emitir una resolución acerca del trato médico a detenidos.
10.5 Hacia una legislación contra los crímenes de lesa humanidad
Además de incluir y difundir estas formas explícitas de promover los derechos
humanos en las áreas específicas de las labores médicas, en los tres países las
organizaciones de médicos han dado curso a iniciativas tendientes a superar las "zonas
de omisión y silencio" aún existentes en la legislación general. En este punto deseamos
llamar la atención hacia un proyecto de ley sobre "Delitos de lesa humanidad" del Colegio
de Abogados del Uruguay, en el cual se especifican en particular las áreas de dolo
habituales en gobiernos de facto y se estipulan sanciones específicas para cada una de
ellas, el que, si bien no podría actuar en términos retroactivos, al ser aprobado como
cuerpo de ley permitiría sostener la esperanza en que las experiencias bajo el terrorismo
de estado pertenecen verdaderamente al pasado y los médicos, entre otros
profesionales, no podrían apelar a virtual ignorancia frente a renovados ataques a la
dignidad humana(Colegio de Abogados de Uruguay, 1987).
Comentarios: Entre la sumisión obsecuente y la gestación de nuevas perspectivas
Basada en los ejemplos de la praxis profesional aquí referidos, se fundamenta la
tesis de que un conocimiento exhaustivo de los hechos en sí -tanto en el área de
violaciones a los derechos humanos como en las manifestaciones de oposición- puede
abrir una vía a la comprensión de la actividad médica y psicológica bajo dominación
totalitaria. Así es posible acceder a una esfera de gestión profesional obviada hasta ahora
y generar argumentos y razones de discusión específicas para su profundización cultural
contingente.
En los tres países era un secreto a voces la participación de médicos y psicólogos
en crímenes de lesa humanidad, así resulta hoy algo extraña la actitud de ocultar la
cabeza en la arena de algunas personas frente a tales hechos, desconociendo que hubo
labores profesionales en "zonas de alta densidad" con violaciones a los derechos
humanos. En este aspecto resulta ejemplar la tentativa de autojustificación del Dr. Carlos
Rivero, psiquiatra del Penal de Libertad, Uruguay: "Yo estaba limitado a mi función, así
ignoraba algunos aspectos y existían algunos aspectos que yo deseaba ignorar... Eso no
entraba en mis labores. Yo soy un médico"(Bloche, 1987: 18-40).
Algunos médicos y psicólogos militares han tenido un alto grado de
responsabilidad en los delitos de lesa humanidad en esos países. Sin embargo, la
dominación totalitaria en los tres países no dispuso de un radio de acción ilimitado, sino
que se vió a menudo confrontada a actitudes de oposición individual y gremial. Y no
parece que los profesionales reticentes –en virtud de sus principios éticos- a colaborar
en la represión hayan sufrido ataques o represalias de importancia. Igualmente hubo
médicos y psicólogos militares que abdicaron de sus funciones para no entrar en colisión
con sus principios (Riquelme, 1995a).
Debe destacarse la labor psicoterapéutica desarrollada en plena dictadura
en Chile y Uruguay que condujeron a propósitos concretos: por una parte, superar
el aislamiento social y cultural de las víctimas de la dictadura por medio del apoyo
a individuos y familias afectadas y por otra, dar a conocer a la sociedad y sancionar
gremialmente las violaciones a los derechos humanos cometidas por
profesionales de la salud (Riquelme, 1990).
Con posterioridad al período dictatorial, hay ciertamente un largo camino a
recorrer antes de que el postulado "Actúa sólo de acuerdo a la regla, de la cual tú a la vez
puedas desear que llegue a ser una ley general"(Kant, 1785: 52) -y no sólo en círculos
profesionales- se convierta culturalmente en un lugar común y no deba concitarse
atención sobre ello.
Conocer y comprender cómo los médicos y psicólogos participaron dentro y
en contra del sistema opresor, puede ser útil para profundizar en lo que fue esa
época en sí, y quizá también para prevenir virtuales reincidencias, incluso en los
llamados tiempos de paz.
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* Horacio Riquelme U. estudió medicina y filosofía en Chile y Alemania (Dr. med./Univ.
Hamburg; Dr. phil./Univ. Bremen). Ha realizado investigación sobre ética profesional
(médicos y psicólogos), antropología medica, psiquiatría transcultural y medicina social
en América Latina y Europa. Libros y artículos científicos en varios idiomas. Es Profesor
Asociado de Psiquiatría Social en la Universidad de Hamburgo y Profesor en Terapia
Social en la Universidad Técnica de Berlin. Actualmente es consejero internacional de la
Comisión de Verdad y Justicia en Paraguay.
[1] La obra "La muerte y la doncella" de Dorfman, llevada al cine por Polanski,
ejemplariza esta circunstancia. Ella nos introduce a la relación accidental entre una
víctima de tortura y un presunto torturador (aquí un médico) en presencia de un
abogado, paladín de la defensa de los derechos humanos, tras el fin de la dictadura. En
la película se crea la madeja de una situación extrema pero con caracteres invertidos, en
tanto que es la ex-torturada quien la domina y da las intrucciones de procedimiento
tanto al médico-acusado como al abogado-defensor en un proceso ad hoc. La
intransigencia existencial de la protagonista, asi como el alto grado de tensión emocional
de la obra tuvieron un eco de aceptación masiva en los países nórdicos, provistos de una
cierta distancia estética, pero también de una sensibilidad afiatada frente al tema; en
tanto que en los países en cuestión hubo una atmósfera de "cine-arte" en torno a la
película en sí: público selecto y reducido. Véase: Dorfman, A.: "Der Tod und das
Mädchen", Frankfurt 1992
[2] Comentario: No sería extraño que estos estudios hayan sido publicados en alguna
revista de psicología militar bajo un título neutral tal como "Incidencia psicopatológica
bajo condiciones psicológicas adversas. Un estudio casuístico."
[3] En términos consecuentes con la declaración de principios antes mencionada del Dr.
Schuster, (comp. K. Resczcynsky et al. op. cit., pag 270) la situación laboral de muchos
médicos chilenos fue redefinida como sigue: "Tres médicos estadounidenses enviados a
Chile en junio de 1974 por la Federation of American Scientists (FAS) para investigar
denuncias de violaciones de los derechos humanos de profesionales de la salud hablaron
con el Dr. Arriagada, director del SNS (acerca de virtuales persecusiones sistemáticas).
El Dr. Arriagada admitió que el gobierno militar había ordenado a los directores del
hospital que clasificaran a todos los profesionales de la salud activos en tres categorías.
Los de categoría A eran considerados indispensables e insospechables. La catgoría B
contenía la lista de posibles activistas y militantes. Los de categoría C eran considerados
polícamente no confiables y debían ser despedidos del SNS, mientras que los que
figuraban en la lista B debían ser transferidos a otros cargos... A los médicos
estadounidesnses se les mostró un ejemplar de la lista C que contenía 1.700 nombres“
(Sagan/Jonsen/Paredes, 1974. Cit. en Stover)
[4] Se trata aquí del Coronel Médico Julio Ricardo Esteves; del Médico Policial Jorge
Antonio Bergés y de Héctor Jorge Vidal. Médico Forense de la Brigada de San Justo.
[5] Así por ejemplo los representantes del CMC se refirieron a la tortura en su declaración
frente al Congreso de los EE.UU., el 16-V-1984, como sigue: "Nuestra visión del problema
de la tortura nos señala que el hecho de que existan torturadores y que persistan en su
'trabajo' en el tiempo y se institucionalicen es un índice claro que esta sociedad está
enferma. Fácil sería situar el problema sólo en los torturadores como seres depravados
y sicopáticos. Esta es una forma fóbica de liberar la culpa social que el problema entraña...
En este contexto determinamos lo que es la posición ética del CMC ante la tortura...
Observamos que la tortura ha sido instrumento usado por la autoridad durante estos 10
años en Chile... El CMC, como contribución importante contra la participación de médicos
en procedimiento crueles inhumanos y degradantes, incorporó a su Código de Ética un
artículo especial, prohibiendo la participación directa o indirecta de médicos en éstos.
Esta actitud de denuncia de la tortura permitió iniciar investigaciones de médicos
partícipes en procedimientos inhumanos y degradantes
[6] Cfr. Resolución No. 15.057 de fecha 7 de agosto de 1984, publicada ese mismo día en
el Boletín del Ministerio de Defensa Nacional No. 8082.
[7] Amnesty International manifiesta que la aplicación de substancias químicas con
finalidad de muerte ocurre en términos legales, además de USA y China, en Guatemala,
Filipinas y en Taiwan.
[8] De acuerdo a informaciones del Dr. Fernando Jiménez, decano de la Universidad
Católica de Concepción la pena de muerte existe formalmente desde 1857, hasta ahora
han sido fusiladas 57 personas y se implementó por última vez en 1985 (El Sur de 16-V2000 en internet).
[6] Cfr. Resolución No. 15.057 de fecha 7 de agosto de 1984, publicada ese mismo día en
el Boletín del Ministerio de Defensa Nacional No. 8082.
[7] Amnesty International manifiesta que la aplicación de substancias químicas con
finalidad de muerte ocurre en términos legales, además de USA y China, en Guatemala,
Filipinas y en Taiwan.
[8] De acuerdo a informaciones del Dr. Fernando Jiménez, decano de la Universidad
Católica de Concepción la pena de muerte existe formalmente desde 1857, hasta ahora
han sido fusiladas 57 personas y se implementó por última vez en 1985 (El Sur de 16-V2000 en internet).
[9]S. Pescio manifiesta en su ensayo sobre "Tortura y profesionales de la salud. Chile
1973-1989": "Al no recibir respuesta del gobierno, la Asamblea convocó a una gran
huelga Nacional los 2 y 3 de julio de 1986, siendo violentamente reprimida por las
Fuerzas Armadas y policiales a raíz de lo cual dos jóvenes manifestantes fueron
quemados vivos por una patrulla militar... Los líderes de la Asamblea fueron
encarcelados, entre ellos, por supuesto, su Presidente Dr. Juan Luis González y su
Secretario Dr. Francisco Rivas, quienes permanecieron 40 días en prisión y sólo fueron
liberados por la enorme solidadridad internacional que estos hechos provocaron"
Documentos del Colegio Médico de Chile, sin fecha.
La sociedad del malestar.. Control, exclusión y nuevas formas de vida
en Chile. Bosco Camilo González y Marcelo Pérez1 “INVESTIGACIÓN Y CAMBIO
SOCIAL”. Universidad Arcis-Chile
Presentación….
En el presente escrito se tratara de poner en evidencia las nuevas formas en que – a
nuestro entenderse esta viviendo/experimentando la cotidianidad del Capitalismo
Neoliberal Chileno de principios de Siglo XXI.
Esto no pretende ser un estudio exhaustivo, mas bien solo pretende describir de
manera somera algunas esferas de las nuevas formas de organización de la vida, nuevos
malestares y quizás la profundización de ciertas áreas del malestar formalizado
socialmente. No somos solamente investigadores, mas bien parte de una realidad que se
hace, rehace cotidiana y dinámicamente; realidad de la que no somos espectadores, sino
que intentamos ser agentes y actores de cambio, en esta dirección se inscriben los esfuerzos
de “Investigación y Cambio social”.
Ambos investigadores de “Investigación y Cambio Social”. Universidad Arcis-Chile. Contacto: [email protected];
[email protected] o a Investigació[email protected].
1
Queremos agradecer los certeros y nutritivos comentarios de Paula Astudillo,
Socióloga de la Universidad de Chile.
A modo de introducción…
Hablar del Malestar en la cultura nos llama a definir los límites de la condición
existencial de seres humanos en el Chile actual. Nos permite hablar de la intensidad del
malestar en las condiciones imperantes, es decir, hablar de las condiciones de
explotación y de dominación, a partir de una experiencia, de una sensibilidad, de una
toma de posición sensible ante lo que nos está cercano a los sentidos, para paralelamente
apostar a lo teórico analítico como manera de enfrentar la interpretación de un
fenómeno o una multiplicidad de fenómenos sociales, desde los parámetros contenidos
en la ciencia social.
El marxismo clásico, generalmente se identificó con los análisis estructurales de la
sociedad, con las manifestaciones más generales de esta, elaboró categorías y
conocimientos para la orientación de la acción política a partir de agrupamientos
teóricos y conceptuales que por lo general se alejan mucho del mundo de la vida y de
quienes, en su mayoría, no viven al interior de las discursividades del lenguaje de lo que
denominamos ciencias sociales. Aquello fue necesario para una sociedad altamente
centralizada, donde la experiencia era una experiencia colectiva, una vivencia más
jalonadora, una subjetividad más universal y no diseminada, tímida y fragmentada como
las que tenemos hoy en este país que se acerca al bicentenario.
El Chile de “Las multitudes incluidas”, de maquillaje de pasta muro y del rostro
embellecido de la pobreza que es él o la “h”, letra muda que no se pronuncia pero que
está de telón de fondo de aquello que se denomina “progreso”.
Quizás sea la hora de “Poner de cabezas al Marxismo más estructuralista” y
comenzar hablando de lo cotidiano que nos toca vivir y experimentar, de la vida en el
capitalismo y su malestar, para avanzar en la definicion de categorías explicativas que
sean de utilidad para la comprensión social y no gremial de un conjunto de fenómenos
sociales.
Un tibio comienzo…
Marx definía en la “Miseria de la Filosofía” que: "La manera como se presentan las
cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera
sobraría."
Hegel nos dijo “La realidad no es idéntica a su concepto” y Adorno nos mencionó
que “Un conocimiento verdadero solo es posible en una sociedad verdadera”, es decir, que
la sociedad necesita actualizar permanentemente una nariz de payaso para cubrir un
rostro triste, precario y lleno de infelicidad, necesita de autopistas privadas para
esconder sus miserias y suburbios, necesita olores exóticos para cubrir su olor natural,
su textura, pintura de un PRE-diseño; necesita promover cuerpos anómalos, estigmatizar
segmentos de la sociedad para avanzar en una especie de salubridad social, que se define
desde medidas de normalidad que no son producto de consensos sociales democráticos,
sino formas de productos sociales coercitivos, biopolíticas de cuerpos dóciles y
construcción estadística/mediática de una “Ciudadanía Buena Onda”2.
Es ahí donde cabe preguntarse por los límites de las ciencias sociales, su
institucionalidad y cual es el rol que le cabe en la producción social de formas alienadas
de gustos, modales y formas de comportamiento.
Así, una de las condiciones fundamentales para el mantenimiento de el orden social
capitalista, es la estructuración y organización de imágenes sociales alienadas:
individuos construyendo realidad y a la vez enormemente naturalizadas. Esto nos
lleva a plantearnos una manera diferente de entender la aproximación al problema de la
sociedad del malestar, más bien, siempre nos acercamos a ella y a sus manifestaciones
no asumiendo el carácter ideológico de las representaciones generales que la sociedad
construye, despreciando a la vez lo cotidiano, la expresión más concreta de la realización
del capitalismo, la realización más inmediata de la precariedad y la inseguridad social a
la que nos atenemos en esta organización de la vida; y como respuesta a esto instalamos
parámetros ideológicos que a la vez son altamente alejados de lo cotidiano, ya que son
producidos por una ciencia institucionalizada, una ciencia social que sabe de la sociedad
desde el lugar que la proyecta.
Decir que “La historia del hombre, es la historia de su represión”3, es
tremendamente relevante a la hora de hablar de la ideología neoliberal y de los
elementos que aparecen para sostener elevados índices de malestar social, sin hacerle ni
siquiera cosquillas al tan delicado Índice Riesgo País.
Lo que aquí se intenta hacer es hablar de las condiciones existenciales que
presenta el actual momento del desarrollo del capitalismo en Chile; hablar de la
dimensión cotidiana de su funcionamiento, para tratar de poner en evidencia la
forma en que este se vive, se siente y se significa, como espectadores/actores de
una forma de organizar la vida, capitalismo cultural, lo que de una u otra forma da
legitimidad a la institucionalidad vigente y el conjunto de relaciones que permiten
que la sociedad chilena sea como es; nada más ni nada menos.
Capitalismo Cultural, sector hegemónico en la producción social…
El capitalismo cultural se denomina a aquel donde las diferencias, los estilos de
vida alternativos no son sino sectores de mercado a ser atendidos y servidos, donde la
pobreza tiene un capital a develar, donde las formas de vida de la resistencia al modelo
se interpretan como la resiliencia de los que carecen de…
“Entendiendo que La resiliencia se configura discursiva y prácticamente por la
sociedad neoliberal con el objetivo de “Dar apoyo a la posibilidad circunstancial de
que personas pertenecientes a los lugares más desfavorables del orden social
capitalista puedan tener la esperanza de integrarse “exitosamente” a un ambiente
altamente desfavorable, que no es mas que la experiencia desfavorable de “La
Pobreza”… De esta manera la idea del trauma, tal como la idea de marginalidad se remite
a un “otro” indeseable, que en la figura de la resiliencia logra la “salvación individual” en
un escenario despolitizado y donde el individualismo es el interlocutor para entender las
Sean fiestas de la cultura, fiestas ciudadanas, Fiestas del “Fin de la transición”, aproximaciones al Bicentenario de la mitad
menos un cuarto de Chile, cambios de mando con represión nocturna en poblaciones, etc.
3
Marcuse, Herbert. “Psicoanálisis y Política”. Ediciones 62. Barcelona 2004. Pág.35. la institucionalidad vigente y el conjunto
de relaciones que permiten que la sociedad chilena sea como es; nada más ni nada menos.
2
condiciones de desventaja que aumentan proporcionalmente al crecimiento de la tasa de
ganancia, en la estructura macroeconómica de Chile”4
Es decir, un mercadeo de compra y venta al interior de las calamidades, exclusión,
enfermedad y encierro, pero sobre todo de consenso y discursividad social pacificada
que agiliza la circulación del capital. La pobreza y la diferencia en alza. El mercado es
capaz de instalar de manera no coercitiva mecanismos de asimilación de
diferencia y pobreza organizando campañas de benevolencia social donde
oferentes y demandantes (quienes animan la relación mercantil), consumidores y
productores de mercancías realizan la solidaridad social (“Responsabilidad social
empresarial”).
Así estalla una subjetividad profundadamente liberal donde los conflictos sociales
pueden ser superados por el mercado. Aquel estallido oxigena la circulación, promueve
el orden, fuerza y legitima a grandes empresarios que junto al denominado chileno
medio, o chileno de a pie van haciendo equipo y familia de la beneficencia.
Capitalismo cultural también para denominar aquel que se nutre de la explotación
de la inteligencia social y su capacidad creativa, organizando las ideas y sentidos, las
formas de expresar, los deseos y las expectativas. Las investigaciones de mercado más
de punta son verdaderos laboratorios de subjetividad, trozos de sociedad rotulados,
envasados, analizados y agregados residuales en la construcción y circulación de
determinadas mercancías, explotación directa de las capacidades asociativas de
cualquier grupo social. Y quién no ha escuchado “esta es una encuesta para mejorar los
productos que usted consume”, o “te invitamos a una conversación sobre la gaseosa x”
Capitalismo cultural también que neutraliza el descontrol y los obstáculos a la
circulación de capital, guardián de la circulación de todas las mercancías. Vende y
acompaña formas alienadas de vida social, afectos, solidaridad, contiene modelos de
vivencias pacificadas para los excluidos, intenta labrarlos.
¿Sociedad de Mayorías o de Minorías?
Habemos de suponer que la fundación de cualquier sociedad se erige como una
inmensa acumulación de distancias y diferenciaciones entre los individuos y la cultura
que los contiene, distancia que a la vez se vive como una inmensa imposición y nos instala
en una experiencia asociada a un “Sentimiento Oceánico”5 que nos sitúa en medio de
una inmensidad que nos contiene pero no nos identifica plenamente.
A lo que nos enfrentamos entonces, es a un alto nivel de centralización de las
voluntades individuales, en pro de la constitución de un aparato de administración y
control de dichas voluntades y libertades individuales. Por centralización no debe
entenderse una tesis conspirativa donde unos pocos controlan las vidas de muchos, sino
más bien, centralización como una lógica unitaria y agrupada de visión social, una
ideología, que se pretende exclusiva, natural, incuestionable, que sostiene y apuesta a la
libertad de los mercados, la desregulación de la actividad económica y la hegemonía de
esta última por sobre otros campos. Este aparato de administración y control, esta
ideología goza de la bendición del capital financiero, de la industria mediática y de la
González,
Bosco
Camilo.
“Anomalía,
enemigo
http://www.movimientosurda.cl/article.php3?id_article=323
5
Freud, S. “El Malestar en la Cultura”. Siglo XXI Ediciones.2001. Pág.11
4
interno
y
pobreza
en
chile”.
clase política, con esto garantiza una avasalladora hegemonía por sobre otras formas de
concebir la sociedad que igualmente existen.
La creación de formas de vida contra hegemónicas donde la autonomía, la creación
reflexiva de alternativas es tensionada permanentemente por la sociedad instituida.
Pero, esta sociedad agrupa dosis de autonomías individuales, libremente desplazadas a
las esferas del poder, ¿O más bien, agrupa en la centralización de este, voluntades
hegemónicas que organizan a la gran mayoría de la sociedad?
Es así como distinguimos voluntades hegemónicas y subalternas en la
construcción de dichos “consensos” o lugares comunes de estructuración social.
La cuestión parece ser algo compleja, pero es sumamente simple, si buscamos una
medida de atención política frente al problema:
· ¿Quién organiza y administra la producción de las instituciones sociales que
vehiculizan, la moral y la normalidad de una sociedad completa?
· ¿Quién define y donde se definen dichas pautas de normalidad?
· ¿Son todos los ciudadanos participes de dichas definiciones de normalidad y
anormalidad?
Estas son respuestas que debemos tratar de encontrar para develar, el carácter
social de estas, su crisis y conflictividad, para hacer una genealogía del modo de
organización de los sentidos sociales de vida, impulsados por un viento desconocido, sin
rostro ni anatomía definida que muchas veces nos instala en la posición de la
contemplación, de la pasividad y de mirar como la realidad pasa por nuestras narices, sin
ver que por la vereda del frente desfila la sociedad, se muestra y aclama por ser
observada y no solo mirada en el mejor de los casos. La circulación del capitalismo
cultural, donde la cultura es explotada, apropiada y se subsume en un mando del que
tratamos de explorar. La cultura y su malestar, ¿expresión de la lucha de clases, o
problema sociocultural?
Democracia Neoliberal y Trauma social.
Podemos definir respuestas para cada una de estas preguntas, pero más allá de una
respuesta, será interesante hablar de la constitución de un modelo mercantil de reestructuración de la democracia.
Más allá de las politicas de ajuste, las privatizaciones y un sin fin de modificaciones
sufridas por la estructura social desarrollista, podemos definir el proceso de instalación
y consolidación de una Democracia Neoliberal como un proceso traumático.
Este desarrollo histórico concreto se sustenta en una política de consensos que no
contuvo a la totalidad de los actores que en gran medida, fueron los protagonistas de los
cambios de la correlación de fuerzas políticas entre la dictadura, sectores democráticos
y revolucionarios que se oponían a esta.
A estas alturas, para muchos no será novedad que las políticas de consenso
aplicadas a principios de la década de los noventa, fueron políticas cupulares, que
desplazaron del escenario político y social a las organizaciones más activas de los
procesos anti dictatoriales que avanzaron a un lento y paulatino desgaste de la dictadura
como régimen de gobierno autoritario.
Esta política de consensos, más allá de su dimensión mediática y su “salida al
mundo”; supo de segregación, construcción de cárceles de alta seguridad, torturas
y asesinatos dirigidos contra aquellos dirigentes políticos de una izquierda que
planteaba posiciones que tendían a profundizar este proceso democrático.
Sectores que planteaban que lo que en Chile se gestaba era una política de
continuismo capitalista por vías “Democráticas”; o lo que Franz Hinkelamert
denomina “Democracias de seguridad nacional”.
También supo de la desarticulación de una organicidad social
independiente, de la desestructuracion y cooptación de un tejido social que se
había ido entramando durante el periodo de la resistencia antidictatorial, parece
que esta “nueva democracia” ya no lo necesitaba.
En esta medida podemos ir buscando respuestas a esta idea, lo que hoy gobierna
como horizonte de sentido y lo que constituye a la sociabilidad como esfera cotidiana y
concreta de la organización de la sociedad chilena, es precisamente, una definición
hegemónica del principio de realidad por sobre el cuerpo social en general y sobre el
cuerpo social excluido en especifico.
Si hacemos de los excluidos un ejemplo y proponemos que la definición de las
pautas de conducta pasa por señalar modelos de integración/exclusión; podemos hablar
de un país donde lo normal y lo anormal, no lo define la sociedad de forma democrática,
sino que se define desde esferas de producción de sentido altamente tecnificadas.
La famosa política de los consensos a la que hacíamos referencia, es una
compleja operación de ingeniería política, donde aún siguen quedando claras las
pautas que ellas definieron con un claro sentido político estratégico.
El discurso de Ricardo Lagos Escobar para las protestas Anti-Apec, cuando el
presidente de EEUU G.W. Busch visitaba Chile, fue clara y habla de un continuismo en
la manera de administrar los consensos y la definicion de las pautas de conducta
política en el Chile del siglo XXI; Ricardo Lagos afirmo en dicha ocasion: “Hay chilenos
que se manifiestan de manera tranquila, hay otros que se cubren el rostro y usan la
violencia… ¡¡Ellos no son Chilenos!!6
Lo paradójico de esto no está dado porque lo haya dicho Ricardo Lagos, más bien
radica en que hay una sociedad que legitima y criminaliza la protesta como forma de
expresión del descontento social, criminaliza la protesta como mecanismo para la
solución de los derechos sociales negados, es en este sentido que cobra vigencia hablar
de la victoria ideológica del neoliberalismo.
Esta lógica también se ve expresada en un carácter totalitario de la
producción de pautas y consensos, y constituyen una dimensión absolutista de la
vida política en Chile.
Esto se vio reflejado en las ultimas elecciones presidenciales, específicamente en
la segunda vuelta presidencial 2006, donde podemos evidenciar que el PCCH y otras
fuerzas de la izquierda “Extraparlamentaria” le entregan el apoyo político a la campaña
de la hoy presidenta Michel Bachelet, y la crítica que aquí se puede plantear no es a
dicha posición, más bien es a la situación que dicha coyuntura generó.
Se estructuró un ambiente bastante incómodo por decir lo menos, para quienes no
6
Ricardo Lagos Escobar, conferencia de prensa en Televisión Nacional de Chile. 19 Noviembre 2004
sostenemos que hoy existan condiciones para que la izquierda posea alternativas reales
en el sistema electoral y que el gobierno de Bachelet sería -hoy es- una expresión
concreta del continuismo neoliberal. Lo que se sostenía; un discurso común solidificado
en los tres millones setecientos mil chilenos que votaron por la Concertación en la
elección presidencial, era que “Si votas nulo o no votas, estas con Piñera y si votas
por Bachelet estas con nosotros”; o marginalmente se daba a entender que no se
votaba concertación al marcar la opción de la candidata, sino más bien se votaba contra
la derecha económica y política que iba de la mano del empresario candidato. Entonces
te encontrabas con frases como “No virar a la derecha”, no dejándonos otra alternativa
de real incidencia política, mas allá de un autocomplaciente pero digno VOTO NULO.
Hablamos entonces de una situación política que es capaz de subsumir, quiéranlo
o no, a cualquier otra manera o diferencia, ya que el proyecto “democrático” simplemente
no da otra alternativa. Esta otra alternativa abstencionista que no se incluye,
simplemente no existe, de eso se trata precisamente la democracia después de dictadura,
visibilizar o invisibilizar tal o cual opción en política. Las legítimas y las ilegítimas, las
válidas y las invalidadas, este es uno de los papeles, sino el principal, de la democracia
post dictadura.
Progreso Neoliberal e Inseguridad Social. Nuevos Vínculos, nuevas relaciones…
TRABAJO Y VIDA COTIDIANA
Hablar de inseguridad es hablar de no tener conciencia sobre el presente y el
futuro, no contar con una solidez para afirmar una identidad y una proyección individual
y colectiva en el tiempo, es más bien una sensación de estar al desamparo frente a al
“Desarrollo autónomo” de sucesos sociales.
Robert Castel afirma que la inseguridad “Se trata de un modo más general de la
perpetuación de un estado de inseguridad social, permanente, que afecta a la mayor
parte de los segmentos populares…La inseguridad social no solo mantiene viva a la
pobreza, actúa como un mecanismo de desmoralización, de disociación social, a la
manera de un virus que impregna la vida cotidiana, disuelve los lazos sociales y socava
las estructuras psíquicas de los individuos, introduce una corrosión delcarácter”7
Históricamente la contradicción entre propietarios o no propietarios se resolvía
por medio de la coerción, por medio del enfrentamiento de clase de forma directa y
donde el modelo desarrollista establecía, en muchas ocasiones, una suerte de derecho
social, que cubría e incluía políticamente a sectores de clase.
Lo importante aquí es hablar que si el modelo desarrollista estructuró una
serie de derechos sociales y una más o menos sólida propiedad social, el actual
Estado neoliberal lo desecha progresivamente8, instalando la escena de un Estado
subsidiario que produce crecientes grados de inseguridad social, desligándose de
su función de ser garante de los derechos sociales y promotor de una propiedad
publica o social. Eso ya no existe o está en vías de extinción, una categoría residual
de un estado de bienestar que ya no volverá.
Un caso ejemplar de esto son las imágenes sociales que se generan en torno a las
jubilaciones y a la vivienda social; el INP tiende progresivamente a desaparecer del mapa
7
Castel Robert. “La inseguridad social” .Editorial manantial 2004. Bs.As. Pág.40
Basta con revisar las razones de las últimas movilizaciones, protestas en Francia, el proceso de alta beligerancia social en
Argentina el año 2001 y otros ejemplos para dar cuenta de este proceso de desestructuracion de la propiedad social.
8
dejando el destino de la tercera edad en manos de la privacidad de las AFP y estructura
la imagen de la vivienda social como la figura de una “Seguridad relativa a futuro” , pero
paralelamente vemos como el mismo SERVIU desaparece progresivamente como
institución a cargo del problema de la vivencia dando paso a la banca privada como
responsable de administrar esa área de los derechos sociales que parecen ser cada vez
derechos de acceso, que riman parecido no siendo lo mismo. Derechos de “Sujetos de
consumo”, libertad para acceder a todo lo que se pueda, naturalmente, si es que primero
se tiene con la suma necesaria para “acceder”.
Hoy no caben dudas de que el modelo genera inseguridades y miedos frente al
abandono estatal de las reivindicaciones históricas del moviendo popular, techo, trabajo,
salud, educación. Gobiernan pasiones tristes perdiéndose así también la potencia de las
fuerzas creativas del cambio social, especialmente en el mundo del trabajo. Para ser
justos cabe mencionar que también emergen nuevas formas de acción política, de vida
alternativas, voces del descontento social muchas veces en claves “no políticas”, o en
simples estallidos y huellas subjetivas, el malestar en la cultura.
Esta inseguridad puede verse reflejada en datos generados por instituciones
validadas como emisoras de “Estadísticas representativas”, de esta forma podemos ver
algunos indicadores estadísticos que nos hablan de esta inseguridad. La última encuesta
realizada por L y D plantea que el 49% de chilenos tiene alto temor a perder el empleo,
paralelamente indica que en marzo de 2005 la cifra llegaba a 32%, elevándose en igual
mes de este año a un 49%; mientras los datos del oficialismo plantean una disminución
de la tasa de desocupación.
La ultima encuesta de la realidad laboral (ENCLA), realizada por la dirección del
trabajo de chile, nos habla de que un 86,1% de las empresas no cuentan con sindicatos y
un 13,9% cuenta con él.
La misma encuesta define que el 52,4 % de los encuestados, afirma no
pertenecer a sindicatos por “Temor a consecuencias negativas en su trabajo”.
De esta manera evidenciamos que la organización sindical representa un temor
más que una efectiva forma orgánica de representación de sus demandas y derechos. Los
sentimientos de temor e inseguridad se toman la subjetividad de los trabajadores
chilenos y las investigaciones al respecto confirman el sentimiento de inseguridad que
embarga a los trabajadores.
Con esto se logra que el miedo y la inseguridad sean los sentimientos asociados a
la actividad laboral, sobre todo frente a un posible conflicto con el patrón o con quién
pague. Un miedo e inseguridad que deviene tristeza; la tristeza es el afecto que envuelve
la disminución de potencia de actuar. El afecto que envuelve al sujeto en su condición de
trabajador aporta en definir la realidad del trabajo mismo.
Las depresiones, y todas las enfermedades y trastornos mentales asociados al
exceso de trabajo o la alta tensión que produce en determinados actores conducen
siempre a un estado de tristeza y desmotivación, que además de desmovilizadora hace
de la conservación del empleo y los niveles salariales, variables que atormentan
cotidianamente.
Así, el empleo atípico, no estructurado o informal son nombres de lo que llamamos
por precarizacion del trabajo. La idea central de la precarizacion es responder
conceptualmente la pérdida de los derechos laborales, de las garantías de estabilidad
laboral provocadas por la desregulación de la relación contractual entre capital y trabajo.
La flexibilidad deseada para el mercado del trabajo está en permanente discusión aunque
el debate se estructura con especial vehemencia desde la ideología liberal, desalojando
cualquier discurso o propuesta que no sea la hegemónica.
Lo que la precariedad en el trabajo consigue es el fin de las certezas en lo referido
a la estabilidad laboral. En este sentido, podemos optar por resaltar no tanto la
composición formal de la precariedad o precariedades en el mundo del trabajo, sino que
podemos comenzar por tematizar las formas de vida que genera la generalización del
empleo precario. Es justo recordar que antes de esto existían grandes sectores sociales
que siempre han vivido la precariedad. Los excluidos, los pobres del campo y la ciudad,
las mujeres históricamente han realizado trabajo invisible o precario, hasta sin recibir
salario por el trabajo, como el caso de las mujeres en las labores del cuidado de los hijos
y la casa. Lo que ocurre en el presente con la precariedad y le es particular es la
extensión, la modalidad y el contexto en el cual la precariedad se exhibe.
El trabajo precario se ha extendido por todos los sectores de la actividad
productiva, desde el servicio público a la gran empresa privada. Muchos trabajadores
hoy surfean en olitas de trabajo, caen de una y esperan otra que a veces tarda hasta tres
años.
La liberalización de los mercados en el mundo y en particular en Chile, las nuevas
formas de mando en la empresa, subjetivista e intensivo, al mismo tiempo moldea un tipo
de subjetividad de la cual poco sabemos.
¿Y que pasa en la Casa?
Es posible hablar de altos niveles de inestabilidad, de la construcción de relaciones
sociales inmediatas, mercantilizadas; donde lo central no reside en un vínculo mediado
por valores, sino que reside en el cálculo y la lógica pragmática que me hace acercarme
al otro.
Es por esto que en el chile de hoy todo pasa como un rayo, las relaciones, las
músicas, las modas, la cultura y hasta los modos de vida pasan a ser una de las tantas
ofertas que instala este capitalismo cultural como una manera de aferrarse a un
escenario social donde las incertidumbres, por la retirada y repliegue de un “Estado
Benefactor” son cada vez mas fuertes.
Es por esto que la producción social del orden salarial y de mismo ocio como
tiempo cada vez más productivo, se orienta a satisfacer, reorganizar y redireccionalizar
diferidamente las necesidades de confort y placer que subyacen a un gran segmento de
la población postergado histórica y cotidianamente, que solamente se realiza en la
inmediatez, se niega a la proyección y es así como vemos que se descompone
progresivamente todo tipo de vinculo social proyectivo, la familia, la amistad y el amor
pasan a ser elementos que hoy puedo tener y mañana no, hoy pueden realizarse
en la figura de X y mañana en la figura de Y, da lo mismo quien porte la función;
hoy las personas pueden ser cambiadas y las relaciones pueden ser perfectamente
desechadas, por algunas que doten al yo individual de mayores gratificaciones
societales.
Al no estar seguro de lo que pasara mañana, al no ser parte de un sostén, al estar
en la inestabilidad, me aferro a lo inmediato, a lo que me sirve para el ahora y dejo el
después a una especie de nebulosa que ojala otro se haga cargo de solucionar; el
problema es que cada vez hay menos espacios sociales que se hacen cargo, solamente el
poder adquisitivo, el consumo y la capacidad de endeudamiento son capaces de hacerse
cargo de mi devenir, hipotecando lo que mi presente me da y lo que viene de manera
paralela.
La violencia social, una formalización de todo esto…
No es posible afirmar que en Chile existen altos niveles de violencia social en
comparación, con otros países de la región, pero se hace necesario comentar algunos
datos, ya que parecen ser un desprendimiento si no directo, relacionado con las figuras
de la inestabilidad y la inseguridad a la que los individuos nos sometemos en la
cotidianeidad, referencia a la calle.
Identificamos de esta forma datos que nos hablan de una violencia social funcional,
es decir, escenarios que permiten que el ejercicio de la violencia social, se identifique con
sectores que la sociedad necesita agenciar como los lugares o territorios donde se sitúa
la anomalía y por ende lo que la sociedad completa debe mirar, para no imitar; una
violencia social muy socavada, muy subterránea y por ende bastante invisibilisada para
la media de nuestra sociedad.
En la encuesta realizada por el INE el año 2001 sobre calidad de vida de los chilenos
se preguntaba por que mecanismos canalizaba el estrés o la tensión, en esta un 22,4% de
las respuestas se asociaba a conductas autodestructivas (Fumar, tomar, consumir
narcóticos, etc.) un 23,9% se asociaba a conductas evasivas caracterizadas por la soledad
un 5,8% de los encuestados daba cuenta de la generación de conductas hostiles, gritar o
ejercer violencia simbólica sobre otros.
Frente a la pregunta: ¿Con que frecuencia siente ganas de gritar, tironear,
zamarrear, cuando tiene problemas con otras personas?
El 50,4% afirma que a veces mientras que el 11,8% afirmaba que frecuentemente.
También es relevante revisar un estudio realizado por el instituto de asuntos
públicos de la Universidad de Chile y la Escuela de Salud Pública de la misma universidad
a cargo de Rubén Alvarado y Claudia Gutiérrez, donde se afirma que “el porcentaje de
mujeres que refiere sufrir violencia física y/o sexual, es significativamente más
elevado en el nivel socioeconómico bajo (31,7%), respecto del medio alto
(18,4%)”9
Inestabilidad y deterioro de la Organicidad social…
Esta inestabilidad a la que hacemos referencia, se expresa a la vez en altos grados
de disolución de los mecanismos integradores de la sociedad, se identifica con altos
niveles de desprendimiento de cualquier matriz organizativa, ya advertimos que hoy el
yo individual se torna mas relevante que una noción de colectividad, el cuerpo social
necesita ser cada vez mas fragmentado, ligado a lo personal, que estructurado en torno
a subjetividades colectivas auto concientes, donde la colectividad pasa a tener una
iniciativa minúscula frente al desplazamiento del placer y la realización a la esfera
individual de la sociedad, aparentemente.
Podemos ver en una encuesta realizada por el INE en el año 2001 sobre calidad de
vida de los chilenos; esta expresa que los grados de organización social en Chile son
sumamente bajos en comparación con otros momentos de la historia de nuestro país; la
encuesta nos habla que un 45,5% se organiza socialmente, teniendo alta frecuencia la
Alvarado Rubén, Gutiérrez Claudia. “Violencia conyugal según Nivel socioeconómico
en región metropolitana”. Revista Chilena de salud publica. 2002. Volumen 6 (1): 27-34.
9
participación en clubes deportivos, centros de madres, de padres y apoderados y
agrupaciones religiosas; presentándose un bajo nivel (10,8%) de organización en torno
a la sindicalización, la participación en partidos políticos u otras instancias asociadas a
temas de carácter político-ideológico; teniendo alta relevancia una pertenencia a
organización una mera dimensión formal, una participación nominal mas que de facto.
Así, los datos nos hablan de que tanto la clásica actividad del acto político en la
participación en grupos políticos organizados, como también la participación en el
sindicalismo, entre los trabajadores, no son cuantitativamente relevantes en las distintas
versiones de la organicidad social. Organicidad formal que no alcanza a representar a la
mitad de los chilenos. Evidentemente no se podría sostener la existencia de una crisis de
asociatividad ni menos pérdida de los lazos en la actualidad, sino más bien, queda claro
que la organicidad de la sociedad, su identidad, su cohesión y densidad moral son
representadas por “otros” ámbitos de la vida social, más allá de la participación, más allá
de la militancia, más allá de la democracia, muchas veces con un origen extra-social, en
contra de la creatividad, trascendental a los actos. Lo podemos ver a diario en el
consumo, en la circulación de sentidos e identidades.
El capitalismo cultural tiene como escenario un mercadeo que
incesantemente va modelando las existencias que produce.
Derechos sociales, Pobreza y Culpa.
Uno de los efectos sociales más relevantes de la consolidación ideológica del
Neoliberalismo en chile, tiene que ver con la desvinculación del estado o una progresiva
desvinculación del estado por sobre las históricas áreas de cobertura social, propias de
un Estado Desarrollista; esto se traduce en el desdibujamiento de la noción de “Derechos
Sociales” y la vehiculizacion de la problemática de la pobreza por medio de la
estructuración de políticas de impacto social de carácter focalizadas y altamente
individualizantes, políticas que construyen paralelamente una sensación de culpa frente
a la situación de desventaja social, una sensación que tiende a situar al individuo en una
especie de autoflagelación por la situación que le toca vivir.
Al introducirse la noción de capital social, se estructura una disposición culposa
frente a la situación de pobreza, ya que en la relación contractual, aparentemente, no
definiría una área de relación capital trabajo, más bien una relación de capitalista a
capitalista.
“Ya no se trata de una relación entre patrón y empleado, una relación salarial, sino
de una relación entre capitalistas, donde cada uno cuenta con dotaciones de capitales
complementarios… al cambiar el carácter de esta relación, ya no es posible sostener la
“desigualdad originaria” entre trabajo y capital, sobre la cual se fundó el rol tutelar del
derecho laboral…en ausencia de incumplimiento de los contratos , estos capitalistas siu
géneris , adoptan este discurso como sentido común, entonces también aceptan como
propia la responsabilidad del daño provocado por los bajos salarios. Se desplaza así,
sutilmente, la responsabilidad hacia los propietarios de la fuerza de trabajo, quienes por
su escasa competitividad, aparecen como culpables de su condición de pobres.”10
Agacino, Rafael. “Los derechos sociales y el problema de la impunidad. Critica a la ideología y al sentido común dominante”.
Economía y trabajo, informe anual numero 7. 1997-1998.
10
Esta noción de culpa, de responsabilidad sobre la condición de pobreza
descansa en la idea de que los problemas públicos, son ahora problemas propios
de la esfera privada de la sociedad, es decir, cada cual es culpable de su propia
pobreza.
En este escenario podemos hablar de la vigencia de la categoría de malestar,
entendiendo la totalidad de los fenómenos aquí mencionados y analizados, más una
compleja y diversa gama de problemáticas sociales aquí no tratadas.
Concluimos que sigue siendo necesario y vigente preguntarse
cómo se genera, cómo funciona (y valla que funciona!), cómo se
administra, cómo se legitima, cómo hegemonizan voluntades, cómo
se instala el discurso del progreso social que presenta Chile con sus
grandes cifras y manejo democrático, y paralelamente preguntarse
por las posibles fugas, los excesos de subjetividad no cooptados por
el capital, las rupturas, las resistencias, hasta aquellas etiquetadas
como “no políticas”, la arquitectura subterránea del descontento
creativo, y sus posibilidades.
Si existe un malestar en la cultura, en estas líneas representado en los
conflictos no declarados entre trabajo y capital, un malestar cultural podría poner
en evidencia un horizonte democrático y creativo, donde las nociones comunes no
provengan de operaciones de mantenimiento de una gobernabilidad que solo se
debe al cálculo y la especulación.
Foto : Luis Fernando Arellano 2014
América latina
ENTREVISTA A LOS MIEMBROS DEL COMANDO CENTRAL DEL
ELN. Revista Colombia rebelde.
Cte Nicolás Rodríguez Bautista
C.R: En estos 50 años de lucha revolucionaria del ELN ¿Cuál ha sido su aporte a la
Liberación del pueblo colombiano y a los procesos de cambio del continente?
NR: De puertas para adentro se tiene una mirada, de puertas para afuera otra, por eso lo
que digamos no satisface a todos.
Nacimos como movimiento guerrillero hace 50 años, cuando lo hicieron otros en
casi todo el continente, por esos años el sociólogo y sacerdote Camilo Torres afirmó que
en Colombia las vías legales para acceder al poder por las vías legales estaban cerradas;
Camilo interpretaba con acierto lo que decían muchos, luego que la oligarquía creó el
Frente Nacional que la unía en el bipartidismo y excluyó a la oposición política y descargó
sobre ella el Terrorismo de Estado, las cifras de muertos desaparecidos exiliados y
encarcelados son escalofriantes.
Es en ese contexto que surge la insurgencia revolucionaria y dentro de ella
el ELN.
De esa manera recogemos el sentimiento rebelde de un pueblo excluido que parió
las guerrillas revolucionarias.
Ese aporte a la causa de los desposeídos se ha mantenido en el tiempo, porque
desafortunadamente, en este medio siglo de levantamiento en armas, la conducta
excluyente de los señores del poder no ha cambiado, por el contrario se ha acentuado y
encontró en las guerrillas la burda excusa del escalamiento de la violencia, cuando en
realidad es el resultado lógico de utilizar la fuerza y las armas del Estado, abusando del
poder para contener la inconformidad popular que se resiste al sometimiento. Es ante
esa conducta brutal de la oligarquía que aparece el aporte insurgente como parte de la
lucha popular, para resistir y persistir en un futuro que sí es posible.
C.R: Manuel Pérez, cura español, que llego a ser el primer comandante del ELN, en
su consecuencia con el internacionalismo proletario, incidió en la Política de la O
¿NR:
NR: El Aporte del Cte. Manuel no cabe en esta respuesta, es muy difícil hacer un resumen.
El Comandante Manuel se hizo conductor del ELN cuando este vivía una crisis profunda
y requería una búsqueda certera que le permitiera superar la crisis y colocarse en
mejores condiciones para jalonar los desafíos que el momento requería. Manuel supo
asumir el papel de jalonador en esa realidad compleja y fue allí donde brilló como primer
comandante hasta su temprano fallecimiento en 1998. A él le debe nuestra organización
su acertada conducción política como primer comandante. Hoy los desarrollos
alcanzados por el ELN tienen buena parte de sus raíces en el acervo de esos años, donde
no solo se superó la crisis, sino que nos desarrollamos como un ELN nacional al que le
cabe el país en su conducción política y una comprensión del contexto internacional.
Manuel además, como un verdadero cristiano, contribuyó notoriamente a tener en
nuestra Organización, un pensamiento incluyente y de respeto a la diversidad de cultos
religioso y a una política incluyente, asunto complicado dentro de la tradición histórica
de la izquierda colombiana; así mismo Manuel es en el ELN el exponente del concepto de
Humanización de la guerra en un momento donde el desborde del conflicto era notorio
y tal planteamiento está estrechamente relacionado con el respeto a los Derechos
Humanos y nuestro acatamiento al DIH.
Manuel el internacionalista, encontró en el ELN una política que considera que la
lucha en América latina es continental como lo concibiera el Che Guevara y trabajó para
que se afianzara esa concepción revolucionaria; por ello afirmamos que somos con
Manuel, que somos Guevaristas y bolivarianos.
C.R: ¿Cuál sería el mensaje de los elenos y elenas en sus 50 años a los pueblos
del mundo en su lucha emancipadora?
NR: Haber permanecido muy junto al pueblo, es el secreto para haber resistido el
plan de exterminio fraguado contra la insurgencia desde su nacimiento, Ello nos ha
permitido mantenernos, desarrollarnos y seguir siendo una esperanza para muchos.
Contra la insurgencia colombiana, tanto el imperialismo como la oligarquía criolla,
han utilizado las más espantosas prácticas de aniquilamiento y terror. Colombia ha
puesto más muertos y más alto sacrificio en estos 50 años de guerra, que todas las
dictaduras juntas, ocurridas en nuestra América.
Los errores y desviaciones que hemos sabido corregir y superar, los que hemos
aprendido de ellas y aunque seguimos expuestos a ellas, somos un poco más maduros
para seguir el camino.
Desde hace más de 20 años vimos la necesidad de buscar Una Salida Política al
Conflicto, pero hasta hoy constatamos que los gobiernos siguen empeñados en ponerle
fin al conflicto de manera violenta aun cuando ese camino no les ha dado resultado en
estos 50 años. Hay sectores muy poderosos en Colombia que han acumulado
riqueza con la guerra y consideran que la paz no les da las ganancias que les da la
guerra.
Hoy el presidente Santos se debate en la incoherencia de hablar de paz
mientras hace la guerra y sigue considerando que la paz es la victoria militar. El
ELN le apuesta a una paz con justicia y equidad social, es decir buscamos una paz que
tenga los mismos propósitos que nos llevaron al alzamiento armado, no aceptamos una
paz para que todo siga igual y tenemos claro que sea en la guerra o sea en la paz, las
grandes mayorías del país son las grandes protagonistas, cualquier otra visión es
equivocada, por eso hoy no cabe la paz Express que se ha plantado el gobierno, es por
esa razón que uno de los primeros puntos de la agenda con el gobierno, es la
participación de la sociedad.
El futuro de Colombia requiere, además de la decidida participación de las y
los colombianos el aporte sincero y eficaz de los demás pueblos del mundo, en
particular de los de nuestra América. Un futuro mejor para Colombia, sí es posible.
Comandante Pablo Beltrán
C.R: El ELN se ha caracterizado por su lucha contra el Imperialismo ¿cómo asume
el Ejército de liberación Nacional la crisis sistémica actual del capitalismo y la realidad
del pueblo colombiano?
PB: Desde 2008, cuando estalló la “burbuja financiera” internacional, la crisis
capitalista siguió creciendo, sin que la minoría dominante en el mundo, pueda darle
soluciones de fondo, y los remedios que le administran, apenas son de corto alcance.
La crisis del capitalismo como sistema dominante en el planeta, ha llevado
su impacto a los pueblos del corazón de las potencias imperialistas. Hoy los
pueblos del sur de la Zona euro sufren con más rigor el “austericidio”, que los
localizados al norte de Europa. La precarización laboral y el recorte del gasto
social, impuesto desde hace décadas a los pueblos del Sur del planeta, hoy lo sufren
la mayoría de pueblos europeos.
Como siempre el imperio busca remediar la crisis doméstica, incrementando el
despojo de los pueblos, pero por fortuna dos nuevas realidades mundiales frenan el plan
imperialista. Por un lado están en conformación nuevos bloques de poder como el
BRICS y por el otro, los pueblos del Sur del mundo se organizan, lo que les permite
mejores posibilidades de asociación económica y les da poder de negociación ante
las potencias mundiales, opción colectiva, que es la mejor para defender el interés
propio.
La unión de los pueblos del Sur para resistir al despojo y la guerra imperialistas, y
para experimentar caminos alternativos para la humanidad, están agravando la
declinación del imperio norteamericano y presionan, para que las nuevas potencias
mundiales tengan otra conducta con los pueblos.
Los pueblos del Sur, entre ellos el colombiano, vivimos un momento de
oportunidad, para desarrollar vías alternativas al capitalismo, con las que superemos la
receta neoliberal, demos un trato amable a la Madre tierra, ganemos la democratización
de nuestras sociedades y desarrollemos una Colombia libre y plena de justicia.
C.R: La política de los últimos gobiernos en Colombia ha impuesto como vía a
la solución de la crisis económica, el implementar la masificación del
extractivismo a lo largo y ancho del país. ¿qué alternativas proponen los elenos a
esto?
PB: En Colombia se abre paso la consigna de “minería sí, pero no así”, que resume
la lucha de muy amplios sectores de la sociedad, que se oponen a la voracidad sin límite
de las multinacionales, que expolian los recursos naturales de estos países, sin tener
consideración con la naturaleza ni con las comunidades que pueblan los territorios ricos
en estos bienes comunes. Además, en éste irracional despojo, dichas empresas pisotean
los intereses nacionales de muchas maneras.
Ha crecido la lucha por la defensa de los bienes comunes y por el respeto al medio
ambiente, hasta el punto que varios economistas del régimen, afirman que “los
ambientalistas tienen parada la locomotora minera”.
Para el caso del petróleo y del carbón, también ayuda a frenar su saqueo, los
constantes sabotajes que hacemos las fuerzas insurgentes a los intereses de las empresas
multinacionales, dedicadas a esta explotación inclemente.
Las luchas ciudadanas están recordando al régimen, que debe mantener un nivel
básico de defensa del interés nacional frente a las empresas extranjeras, y cuando se
subordine ante ellas, el pueblo está atento para reclamarle y echar atrás los contratos
indignos. Este mensaje ya lo tiene claro el gobierno y está por verse, cómo continúa este
pulso por la defensa de los bienes comunes, propiedad de todos los colombianos.
Cte Ramiro Vargas
C.R: La Sociedad colombiana ha ido madurando en su conciencia política y de
Movilización ¿ Cómo analiza la organización esta nueva realidad?.
RV.- El país ha cambiado y sigue cambiando aceleradamente como consecuencia de los
fenómenos sociales, políticos y la crisis económica que golpea a las mayorías nacionales,
los cuales generan insatisfacciones y descontento, que contribuyen a que la resistencia
del pueblo se profundice y mantenga, aún en los momentos más difíciles de su historia,
un cierto silencio, para continuar la lucha. Abundan y se superponen una serie de
fenómenos centenarios que se expresan en intolerancia, ausencia de democracia real,
opresión, exclusión social y superexplotación de la oligarquía sobre las mayorías de la
nación, amparada por el régimen policivo y represivo que impone temor, pero a la vez
y como respuesta despierta y ahonda el rechazo y odio del pueblo.
De la década del 60 hasta el 80, del siglo pasado, el país vivió el auge del
movimiento de masas especialmente de los obreros, campesinos, indígenas, pobladores
barriales y estudiantes que hizo temer al régimen por la fuerza y amplitud que venía
tomando, tal como se vio en la huelga general de 1977.
El régimen intensificó la represión con el propósito de contener y destruir la
fuerza que crecía y reclamaba cambios y soluciones reales a los grandes problemas del
país; con ese fin se alió, en la década del 80, con los ejércitos privados (paramilitares)
de los capos del narcotráfico , y puso en marcha la guerra sucia y el aparato terrorista
del estado, que eliminó a cerca de cuatro mil sindicalistas, más de diez mil líderes
sociales, y defensores de derechos humanos, decenas de miles de campesinos asesinados
en ma sacres horrorosas, el desplazamiento de más de seis millones y medio de éstos, a
quienes les robaron sus tierras y más de 50 mil desaparecidos.
La orgía de sangre disminuyó últimamente por la presión internacional, las voces
de denuncia y rechazo de defensores de derechos humanos, escritores críticos, de
parlamentarios que condenaron la alianza criminal y sobre todo, por la lucha de las
víctimas que iniciaron un proceso de organización y movilización, en contra de la política
pública del Estado.
Esta guerra asesinó y atemorizó a una generación de líderes sociales, pero no pudo
destruir la resistencia popular que en silencio fue formando el campo organizativo, en
la visión sobre el movimiento de masas y las luchas sociales; en la UNIDAD de los
revolucionarios y del pueblo.
Sus aportes se evidencian en la militancia y el SER ELENO, por su amor por el
pueblo, la entrega a la lucha, la firmeza en las convicciones y la claridad con que se
trabaja la unidad, porque como lo dijera CAMILO, sin la unidad de los revolucionarios y
el pueblo es imposible el triunfo revolucionario.
Camilo vive en cada elena y eleno; su pensamiento y enseñanzas son guías para la
actividad y práctica de la militancia y combatientes.
CTE. ANTONIO GARCIA
C.R: El Pueblo colombiano anhela la huidiza paz. Según las condiciones
actuales del país ¿Cuál es la propuesta de paz del ELN y sus implicaciones para
Colombia, el continente y el mundo?
AG: Para el ELN es muy importante el contexto del continente, pues los países que
lo integran vienen trabajando por hacer de este territorio una gran región de paz, y al ser
Colombia la excepción, se configura un reto para todos. De ahí el interés del ELN por
diseñar una participación que invite a los países vecinos a este esfuerzo,pues ellos más
que nadie conocen las complejidades que conlleva un conflicto armado.
En igual dimensión puede verse a América Latina, como un continente que
construye paz, si lo vemos a escala mundial. Hoy se viven más conflictos armados en
otros continentes. Pero si vemos hacia atrás venimos de un continente de dictaduras
militares, que las colocaron gobiernos de la oligarquía para defender sus intereses, y que
luego condujeron a un desastre económico y social producto de los modelos neoliberales
que impusieron en sus respectivos países. Las oligarquías ni salvaron a sus pueblos
de la barbarie de las dictaduras, ni de la gran tragedia social del neoliberalismo,
fueron las mayorías excluidas las que por medio de la lucha y la movilización
hicieron posible que hoy existan gobiernos de un talante más democrático, que
escuchan a la gente y tienen en cuenta sus intereses, así tengan que enfrentarse
con los poderosos del norte.
Visto desde este ángulo, Colombia tiene que ponerse a tono con la agenda
Latinoamericana, dejar de pensarse umbilicalmente dependiente de Estados Unidos y
trazarse un camino propio, con independencia y soberanía, que le permita construir un
modelo de sociedad más justa, democrática y equitativa.
El gran papel de la Solución Política es el de ofrecer un camino a Colombia para
ponerse a tono con el continente, haciendo de nuestro país una sociedad más
democrática, donde los gobiernos escuchen a las mayorías marginadas y excluidas,
superando los regímenes autoritarios y represivos, aportando soluciones para los graves
problemas sociales.
C.R: Ud. como cabeza de delegación del ELN en este proceso que se adelanta con el
gobierno en busca de la salida política al conflicto social y armado que vive
Colombia, ¿qué perspectivas reales le ve para el país?
AG: Muy relacionado con lo que señalaba anteriormente, podemos decir que la
propuesta del ELN, se fundamenta en que es posible superar el conflicto armado
en la medida que se busquen soluciones a las causas que lo originaron, y para ello
hay que hacer un examen de la realidad actual, en dicho ejercicio debe participar
la sociedad, y es ella la que debe hacer las propuestas de cambio, y el gobierno
debe disponerse a asumir dichos cambios.
Si esto no es posible, es porque estos gobiernos no representan a la sociedad
y no están interesados en un camino distinto que la guerra.
Superar más de medio siglo de conflicto armado no es fácil, pero no un reto
imposible, pero debe asumirse como un reto y una meta colectiva, no podrá encontrarse
una salida si se piensa que dicha salida sólo represente el interés de una parte de la
sociedad, por eso la dificultad, se requiere pensar y actuar con grandeza, pues en una
sociedad realmente democrática, a la vez que se piensa en uno mismo, hay que pensar
en los demás y este sentimiento y práctica de cariño y de respeto por los demás debe
seguir creciendo, y los gobernantes deben ser quienes den ejemplo.
No podemos olvidar que la profunda y larga injusticia social que padece la
mayoría de la sociedad es otra forma de violencia que se practica, nada lejos a la
guerra, y a veces más cruel y brutal que esta,
Los gobiernos por su propia voluntad no van a cambiar, es tarea de la sociedad
lograr los cambios, y la salida política con cambios es una tarea de toda la sociedad, por
eso ella debe a prestarse a participar en los debates, en la movilización y en la lucha, para
hacer posible otro camino para Colombia.
La Colombia en la que Luchamos
El año 1964 del siglo XX estaba signado por los triunfos y luchas de liberación
nacional. Cuba, Vietnam, China y otros fueron el elixir esperanzador que impulso a
pueblos del continente para darle fuerza a sus proyectos de liberación nacional y la
construcción del socialismo.
En Colombia, a una década escasa del estallido de la llamada “Violencia
bipartidista” y que llevo a la alianza estratégica de la Oligarquía a finales de la década de
los 50, del siglo pasado, conocida como el Frente Nacional, surgen a la luz pública en el
año 1964, las 2 guerrillas más antiguas del mundo: el EJERCITO DE LIBERACION
NACIONAL Y LAS FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA - EJERCITO
DEL PUEBLO.
Como impulso decisorio en el establecimiento de las guerrillas en territorio
colombiano, jugó un papel preponderante la situación de exclusión social, política,
económica y cultural de las mayorías del pueblo, unida a la represión como herramienta
fundamental de la oligarquía bipartidista y del imperialismo norteamericano para
mantener el poder.
Las causas que generaron el surgimiento de la insurgencia se han profundizado en
estos 50 años; la guerra impuesta por la oligarquía al pueblo se ha escalado y degradado,
generando una profunda crisis humanitaria y una permanente violación de los DD.HH.
Según el Centro de Memoria Histórica las cifras del holocausto colombiano “muestran
una guerra que no vimos: 220.000 asesinatos, 1.982 masacres y más de 5 millones
de desplazados”, 9.500 prisioneros políticos, 20 millones de pobres y 47,7 en
pobreza ex-trema.”
Se acrecienta la dependencia y entrega de nuestra soberanía al imperialismo
norteamericano: 9 bases militares, el plan Colombia, Alianza Pacífico, etc. Seguimos
siendo el aliado estratégico del imperio para imponer el nefasto modelo neoliberal y ser
punta de lanza para los planes gringos contra los proyectos emancipatorios que recorren
la región Nuestramericana. Se impone el contubernio sobre los recursos naturales entre
la elite oligárquica y las empresas multinacionales, por encima las necesidades del
pueblo y en detrimento del ecosistema, mientras los TLCs condenan a la guillotina a la
industria nacional.
Desde su nacimiento muchas han sido las mujeres que nos hemos incorporado al
E.L.N. En el desarrollo de esta guerra revolucionaria, muchas de ellas han ofrendado su
vida; otras, han sido mutiladas, encarceladas, torturadas o desaparecidas y un resto
seguimos asumiendo nuestra militancia en campos y ciudades aportando en las
construcciones políticas y acciones militares que hagan viable el logro estratégico de una
patria libre y soberana con justicia y democracia para todas y todos, que permita a
Colombia ser parte del gran torrente de hermanamiento y lucha continental en pos del
gran proyecto de la Patria grande: el sueño bolivariano, martiano, guevarista, fidelista y
chavista.
Nuestro Caminar
Recurriendo a sus recuerdos, el primer comandante del Ejército de Liberación
Nacional, Nicolás Rodríguez comenta “...en 1964, se incorpora a la guerrilla Paula
González, enfermera procedente de Bucaramanga (Santander)… quien asume todas las
actividades en igualdad de condiciones que los demás integrantes del grupo:
entrenamiento militar, formación política, exploración, rancho, etc., participa en la
primera marcha guerrillera y en la toma de la población de Simacota con la que se hace
pública la existencia de nuestra organización... su seudónimo, “la Mona Mariela”.
La presencia y participación activa de Mariela y más adelante de otras mujeres en
este importante momento de implantación y desarrollo de nuestro proyecto político-
militar, se convierte en la impronta del “ser y el querer ser “de las mujeres que, en estos
50 años de existencia de nuestra organización, ha guiado los deberes y derechos de las
centenares de mujeres que hemos hecho parte de los contingentes elenos de
combatientes a lo largo y ancho de nuestra patria.
En el caso del ELN, no sería veraz decir que para las mujeres que en ese momento,
como las de hoy, la condición de discriminación y opresión de género marcaron nuestra
incorporación. Las mismas exigencias de la vida guerrillera iba llevando a la igualdad en
la ejecución de las tareas y formación entre hombres y mujeres: el adiestramiento
militar, la confrontación militar, la formación, el trabajo político-organizativo, etc.
Además del estudio del marxismo y de la historia, ese momento nos llevó a leer, La Madre
de Máximo Gorki, a estudiar las historias de Tania la guerrillera, Policarpa Salavarrieta,
Antonia Santos, la Gaitana, María Cano y otras. Todas esas mujeres se destacan por su
mirada totalmente clasista y por su convencimiento de la importancia de la lucha armada
para la liberación de nuestros pueblos.
Con el tiempo, esta conciencia de la lucha de clases se vio fortalecida por la
depravada guerra adelantada por el régimen, donde la guerra sucia, los paramilitares y
el comportamiento aberrante de la fuerza pública contra la población civil, llevó a que
muchos hombres y mujeres decidieran asumir el camino de las armas. El terrorismo de
Estado ha afectado de manera especial a las mujeres, quienes han sido sistemáticamente
usadas como botín de guerra por parte de las fuerzas legales e ilegales del Estado.
La dureza de la actividad guerrillera, unida a la necesidad de la formación, de
afianzar nuestra conciencia de clase, de interiorizar la estrategia y la táctica, los estatutos
internos, de hacer seguimiento a la coyuntura del país y entender la situación en que se
desenvolvía la vida política, económica y social de nuestro pueblo y del mundo, nos
llevaron a que no cultivásemos con clara conciencia nuestras reivindicaciones de género.
No obstante, la cotidianidad nos fue dando elementos, de manera consciente e inconsciente, para comprender la especifi cidad de nuestra situación como mujeres
militantes y combatientes, de ir asumiendo retos colectivos e individuales para
hacer de la participación militante de la mujer una responsabilidad histórica.
Ganamos la conciencia de que somos mujeres insertas en un todo de carácter
social, político y militar, de la necesidad imperiosa de asumir esta revolución como
el proyecto de vida hasta la victoria o hasta la muerte. Somos conscientes que
nuestra obra como mujeres elenas es herencia ejemplarizante para las
generaciones venideras, quienes también le apostarán a la construcción de una
patria justa y soberana para nuestro pueblo.
La composición poblacional en el grupo armado del ELN, desde sus inicios hasta el
día de hoy, ha sido preferentemente rural: campesinas, indígenas y afrocolombianas. La
participación urbana en el grupo armado es menor y un poco más elevada en los espacios
sub-urbanos, lo que muy posiblemente ha influido para que el tema de género entre las
mujeres combatientes no sea prioritario. No obstante, en los últimos tiempos la lucha por
la equidad de géneros y por los derechos de las mujeres representa un frente de trabajo
tan importante como el estudiantil, el obrero y el campesino. Se vive con mayor vigor el
debate en torno a las relaciones de género, e incluso algunos responsables varones han
abanderado la defensa de la igualdad y la equidad dentro de la tropa.
Camilo en Nuestro Camino
Mujeres y hombres del E.L.N., poco a poco y ante las realidades de nuestro país y
del mundo, fuimos extendiendo nuestra mirada más allá de nuestras fronteras y bebimos
de la historia de la lucha y pensamiento de los obreros, de los campesinos, de las mujeres
y de los estudiantes de otras tierras. Fuimos asimilando nuevas corrientes de
pensamiento. El Comandante Camilo Torres, con su práctica y su pensamiento, se
convirtió en guía para los elenos y las elenas y en sus mensajes nos encontramos con uno
referido a las mujeres. Colectivamente todos y todas nos detuvimos a examinar con
sentido crítico y propositivo la situación de la mujer en su especificidad.
Con el trascurrir del tiempo, el llamado del comandante Camilo a las mujeres, nos
ubicaba en el lugar exacto, según nuestra visión, para aportar en nuestro proceso
revolucionario en un país de exclusión política, en un país donde cada día crecía la brecha
entre ricos y pobres y con ello la miseria de las mayorías, donde los derechos
fundamentales, antes negados, se fueron privatizando; un pueblo cuyo derecho a la
oposición política fue emboscado por la represión estatal; mientras crecía el inconformismo con el modelo económico y social, se penalizaba y criminalizaba la protesta
popular.
Retos, Logros y Dolores
En estos 50 años de trasegar revolucionario, mujeres guerrilleras,
conscientes del compromiso con la emancipación de nuestro pueblo han ido
dejando una estela de compromisos que no se armonizan: nuestro paso
combatiente y un “hasta pronto” para
nuestros hijos e hijas… hijos e hijas con madres ausentes que a pesar de la angustia
de la lejanía siguen en pos del ideal libertario, pensando para ellos y ellas, para
todos los hijos de Colombia, un futuro de justicia, de equidad y sin guerras. Pero
hoy, varias/os de ellas/os, relevan o acompañan, por primera vez siendo ya
hombres y mujeres, a sus madres y/o padres en este conflicto armado de origen
político y social.
Fortalecidas por la justeza de nuestra lucha, las mujeres fuimos entendiendo y
asumiendo que en nuestra lucha por la transformación social, se presentaba para
nosotras un campo de batalla que nos correspondía desatar: la lucha con nosotras
mismas, de manera colectiva e individual, para erradicar de nuestras mentes y corazones
los valores y patrones que la sociedad patriarcal nos implantó. El patriarcado nos
asignó un lugar en la sociedad que nos llevó a la marginación y a la alienación, que
nos ubicó en un lugar de dependencia, de inseguridades, que nos formó para autonegarnos la posibilidad de asumir retos y crecer porque nos cultivó y sitúo
socialmente como el sexo débil para actuar, para pensar, para decidir. Así nos
formó la familia, la iglesia y la escuela, lo cual se apuntaló con la cultura machista
de nuestra sociedad.
Nuestra mirada militante de mujer negra, mujer blanca, mujer indígena, mujer
mestiza, mujer religiosa, mujer extranjera, mujer rural, mujer urbana, fue ganando
dimensión al ritmo que el ELN crecía exponencialmente en sus lineamientos políticos,
ideológicos y militares, al ritmo de los cambios que se generaban en el mundo, en la
región y la situación del país, la que paso a paso se fue construyendo durante más de 50
años. Fuimos preparándonos con decisión para elevar nuestras alas fortaleciéndolas en
un proceso militante para lograr dar nuestro aporte en espacios estratégicos, donde se
define el curso del proyecto de vida de miles de mujeres y hombres.
La experiencia acumulada y la conciencia construida con respecto a cuál debía ser
nuestro papel en la guerrilla, nos fue demostrando que no era suficiente marchar detrás
de nuestros compañeros asumiendo las directrices, sino que era necesario ejercer un real
protagonismo, que era necesario marchar hombro a hombro con ellos aportando para la
construcción de la política y ejerciéndola, haciendo parte en las grandes decisiones y esto
sólo se lograba si teníamos la capacidad para formarnos y para asumirlo, ganando el
reconocimiento de hombres y mujeres de la Organización por nuestro aporte,
presentando resultados concretos en cada plan, en cada misión. Este propósito no se
asumió con sentido competitivo, sino más bien algo que se fue dando acorde a las
necesidades de la revolución, como elemento de complementariedad con los
hombres de nuestra Organización, buscando colocar al lado de la mirada del
hombre, la mirada de mujer para participar en la definición de acertadas
directrices políticas y militares en la ruta de direccionar la construcción de las
grandes transformaciones.
Vencer tantos retos no ha sido fácil ni para las mujeres como tampoco para la
Organización en su conjunto. Luchar contra una cultura patriarcal, una sociedad
machista y de sumisión de la mujer, es algo que no desaparece por decretos, por la simple
decisión de hombres y mujeres; es la lucha cotidiana que tiene que trascender el papel
escrito y la palabra discursiva, necesario pasar a la cotidianidad de nuestros actos, de
nuestras mentes y nuestras racionalidades.
Sin embargo, y a pesar de nuestros esfuerzos como mujeres, y del reconocimiento
que hacen las organizaciones revolucionarias, entre ellas el ELN, este camino está lleno
de vericuetos. Las guerrillas están conformadas mayoritariamente por varones y ellos, al
igual que nosotras somos producto de la sociedad en su conjunto, de un sistema
patriarcal donde el hombre es el ser más desarrollado, el más capaz, el más fuerte, el más
inteligente, el que manda, el que decide, en contravía del mal llamado sexo débil en todas
sus expresiones. De ello se desprende, por ejemplo, que la promoción para cargos de
responsabilidad, por más pequeño que sea, es más difícil para la mujer. Ella necesita
mostrar el doble -por no decir el triple- de resultados que un compañero para cualquier
promoción. Una misma opinión, es más escuchada en la voz de un hombre que en la de
una mujer. Algunas veces para la asignación de misiones de envergadura, así tengamos
la seguridad de nuestras capacidades y quien la asigna crea en ello, prefieren asignar a
un hombre para no arriesgar nuestra vida, actitud a la que llamo el “machismo de la
ternura”, que por cuidar nuestra vida nos impiden asumir retos para crecer.
En medio de este camino de obstáculos, hemos entendido que sin la participación
consciente del hombre en esta ruta de deconstrucción cultural del lugar social que
históricamente nos ha sido asignado, no será posible la real liberación femenina dentro
de un sistema capitalista. Igualmente, tenemos claro que la liberación de la mujer no
viene separada de la liberación del pueblo, que solo será posible con la victoria popular
que lleve a la sociedad a un estadio económico y político diferente que permita construir
unas relaciones sociales de respeto, de justeza e igualdad entre todos y todas, donde el
centro de la sociedad y el Estado sea el bien común de las ciudadanas y ciudadanos. Como
elemento trascendental, también hemos entendido y asumido que esta
transformación de nuestro ser social debíamos iniciarlo “ya” en el seno de este
proceso de revolución.
La Marcha Continua
Hemos avanzado, pero aún falta mucho para alcanzar este sueño de equidad entre
hombres y mujeres. Es importante no aflojar. Los logros alcanzados dentro de la
Organización, independientemente que parezcan pequeños, son significativos por ser
cimientos que van dando base sólida a la nueva sociedad con la que soñamos hombres y
mujeres de esta patria y sabemos que todas las mujeres, desde cualquier espacio en que
ejercen su acción revolucionaria, están abonando a esta justa y necesaria causa.
A pesar de las dificultades para alcanzar el reconocimiento cabal del aporte de las
mujeres, por inseguridades femeninas y masculinas, al considerar que aún somos
“menores de edad”, la realidad demuestra que en diferentes espacios socialespolíticos, la acción y pensamiento de varias compañeras ha desbordado la visión
machista/patriarcal, llevando a que se asuma con equidad la valoración de su
aporte.
Construcción Colectiva
La organización desde su nacimiento se ha planteado la lucha contra la opresión,
por la igualdad en todos los ámbitos de la vida social y política, incluyendo las mujeres
que somos el 51% de la población colombiana. Este pensamiento se suscribió también
en nuestros estatutos, estipulando la igualdad de derechos y deberes entre el hombre y
la mujer, dándonos así el derecho de oportunidades para aportar y crecer de acuerdo a
nuestras expectativas y las necesidades de la Organización.
Como ELN, en estos 50 años, hemos bebido de las fuentes que desde siglos pasados
han acompañado el debate del papel de la mujer en la sociedad, sus luchas y sus logros.
Profundizamos en la situación de las mujeres en Colombia y la región. En nuestro
acumulado político, la organización y formación de las mujeres hace parte de nuestros
propósitos, buscando construir con ellas, desde su cotidianidad, espacios propios desde
las necesidades y las miradas de las mujeres de los sectores populares que incorpore la
visión la clase y étnico, el poder popular y la revolución continental.
Nuestra Organización, al brindar a las mujeres el espacio de participación y de
oportunidades nos permitió transformarnos en sujetos sociales y políticos, convirtiendo
la equidad de género en política elena. De la misma forma es importante reconocer a los
hombres de la Organización por el esfuerzo en transformarse para acompañarnos en este
cambio, al hacer conciencia que, sin el concurso de ellos, no será posible construirnos en
la dimensión histórica y social, desde el seno del Ejército de Liberación Nacional.
En la reflexión sobre estos 50 años de vida insurgente, es merecido el
reconocimiento y auto-reconocimiento que se haga a cada incorporación de una mujer a
la guerrilla urbana o rural para aportar en el proceso revolucionario de transformación
de la sociedad, ha sido el primer gran impulso en su lucha emancipatoria, al superar lo
doméstico y lo privado e intentar afianzar nuestra participación como sujetos políticos
de cambio. Sin embargo, somos conscientes que tenemos que continuar avanzando
en pos de este derecho de humanidad, de dignidad, contribución sui géneris hacia
ese otro mundo posible que dignifique la humanidad entera sin distintos de raza,
de credos, ni de sexo, sin capitalismo ni imperios.
12/12/2014 :: México.
Ayotzinapa, emblema del ordenamiento
social del siglo XXI x Ana Esther Ceceña
Ayotzinapa es el emblema de las guerras del siglo XXI y de las nuevas formas
de disciplinamiento social que vienen acompañando los procesos de saqueo y
desposesión
A Julio César Mondragón
In memoriam
Ayotzinapa es hoy un emblema, por cierto ominoso, de las atrocidades a las que
da lugar el capitalismo contemporáneo.
Ayotzinapa es cualquier parte del mundo donde se levante una voz disidente, una
exigencia, un signo de rebeldía ante la devastadora desposesión y arrasamiento en los
que se sustenta la acumulación de capital y las redes del poder que lo sostienen.
Ayotzinapa es resultado de un conjunto de procesos entrecruzados que, con
mayor o menor densidad y visibilidad, son consustanciales al capitalismo del siglo XXI y
que, en esa medida, no se circunscriben a México sino que se van extendiendo subrepticia
o escandalosamente en todo el globo.
El capitalismo del siglo XXI
Cada vez es más claro que el capitalismo de nuestros tiempos funciona en un doble
carril. Por un lado tenemos la sociedad formalmente reconocida, con su economía, sus
modos de organización y confrontación y su moralidad; y por el otro crece
aceleradamente una sociedad paralela, con una economía calificada genéricamente de
ilegal, y con una moralidad, modos de organización y mecanismos de disciplinamiento
muy diferentes.
Hay lugares del mundo, como México, donde las crisis del neoliberalismo, además
de provocar cambios sustanciales en su ubicación en la división internacional del trabajo,
en la definición de sus actividades productivas y en los modos de uso de su territorio,
generaron una fractura social que se ha profundizado con el tiempo. Una de las
cuestiones centrales es que los jóvenes perdieron espacio y perspectiva. Se estaba
gestando una sociedad con poco margen de absorción, y en la que desaparecían las
posibilidades de empleo o incorporación y se cancelaban los horizontes. No había cabida
para muchos de los antiguos trabajadores, y mucho menos para los recién llegados al
escenario. La generación X la llamaron algunos, la que no sabe para dónde va porque no
tiene para dónde ir. La nueva fase de concentración capitalista cerraba los espacios al
mismo tiempo que extendía su ámbito. Se apropiaba las tierras, las actividades
domésticas incluso, y hasta el entretenimiento, pero expulsaba de sus bondades a
oleadas crecientes de población: precarizándolas o convirtiéndolas en parias.
Con un proceso de esta profundidad y características, no puede hablarse de un
orden social. Las condiciones apuntan más bien al desorden, a la ruptura, a la
descomposición, a las fracturas. Es decir, el orden apela al autoritarismo, que es el único
medio visible para garantizarlo.
La militarización del planeta, incluyendo especialmente los ámbitos de la
cotidianidad, empezó a convertirse en la impronta general del proceso. La
estabilidad del sistema no requería solamente del mercado “libre y abierto” de los
neoliberales, sino de una fuerza que garantizara su funcionamiento. El mercado
militarizado, con manos no solamente visibles sino bien armadas. Fue ésta la ruta
del capitalismo formal, reconocido y, paradójicamente, “legal”.
Pero las fracturas abiertas en la sociedad de esta manera, como si le hubieran
aplicado un fracking, encontraron su escape o cobijo en la gestación de una sociedad
paralela. Una sociedad que se abrió paso en los resquicios ocultos de la otra pero que la
terminó invadiendo. Una sociedad que rescató la inmundicia que la hipocresía de la otra
rechazaba, y la convirtió en negocio, en espacio de acumulación y de poder.
Todos los negocios ilícitos pasaron hacia allá. Tráfico de armas, producción y
tráfico de drogas, tráfico humano, tráfico de especies valiosas y escasas y una gran
cantidad de variantes de estos que son de los negocios más rentables, entre otros porque
no están sometidos al pago de impuestos, pero que la moralidad establecida se ve
obligada a negar.
Y ahí empezó el juego de unos contra otros haciendo crecer el negocio de armas y,
sobre todo, las prácticas de extorsión, chantaje, secuestro o cualquiera de sus variantes.
No obstante, la acumulación de capital se nutre de ambos. Quien pierde es el
conjunto de los excluidos: económicos, sociales, políticos y culturales. Excluidos del
negocio, en diferentes gradaciones, o excluidos del poder.
Ahí llegó la generosa oferta para la ubicación de los jóvenes. La incorporación a las
policías o al ejército ofrecía condiciones que no se obtenían en ningún espacio
productivo, además de que ofrecía un pequeñito reconocimiento y un pequeñito poder a
aquellos que habían quedado en calidad de inútiles sociales. Pero también vino la
propuesta de incorporarse a las filas aparentemente contrarias. Los negociantes de
drogas o los empresarios de actividades ilegales requerían también conformar sus
ejércitos de servidores o de matones. Y esas dos han sido fuentes de empleo recurrentes
durante las dos o tres últimas décadas, así como generadoras de una nueva cultura: la
cultura del mercenario, la del poder arbitrario, la del saqueo por extorsión.
Mientras la economía “legal” entraba en crisis, la del lado oscuro se multiplicaba,
acomodándose en algunos de los mismos rubros de la “legal”, solamente que con
modalidades más rentables.
Un ejemplo es la explotación minera no declarada, en la que incluso se emplean
diferentes versiones del trabajo esclavo. Ya sea en las minas africanas o en las de México,
con el trabajo forzado de niños o adolescentes, incluso con el de grupos secuestrados
para tales efectos, custodiados por cuerpos armados que pueden ser del propio ejército
o de mercenarios, el producto casi no cuesta porque no se paga a los trabajadores, no
paga impuestos porque no se declara y se exporta con la complicidad tanto de los
consorcios mineros y de sus estados de origen, como con la de autoridades locales que
reciben una parte de la ganancia por su ceguera o su protección.
Este capitalismo desdoblado logra así no sólo sortear las crisis sino expoliar
doblemente a la población mediante trabajo esclavo o semiesclavo, extorsiones de
diferentes tipos, expulsión de sus tierras, robo directo de sus pertenencias y otros
similares. La clave: el ejercicio de una violencia despiadada.
En estas circunstancias, el Estado se vuelve parte del proceso y a la sociedad se le
van imponiendo condiciones de guerra en el ámbito cotidiano. La violencia se instala
como disciplinador social y su ejercicio se dispersa. En un juego de público-privado los
controladores sociales emergen en torno a las fuentes reales de ganancia, legales o
ilegales, y en torno a la configuración de poderes locales ungidos por su capacidad de
imponer un orden correspondiente a estas modalidades de acumulación.
Las guerras difusas y asimétricas
Las condiciones de concentración de la riqueza y el poder en el capitalismo
contemporáneo, con su correlativa precarización creciente de amplios sectores de la
sociedad, han llevado al sistema a una situación de riesgo que se manifiesta en conflictos
y confrontaciones permanentes de carácter asimétrico, de acuerdo con la terminología
del Pentágono. Cada vez más las guerras del mundo contemporáneo se rigen por la idea
del enemigo difuso y adoptan la figura de guerras preventivas, la mayoría de las veces no
declaradas.
Los operativos de desestabilización y de disciplinamiento, los episodios de
violencia desatada en puntos específicos y de violencia dosificada in extenso, son los
mecanismos idóneos de guerras inespecíficas contra enemigos difusos. Son, a la vez, el
mejor modo de abrirse paso para asegurar el saqueo de recursos de muchas regiones del
planeta creando una confusión que dificulta la organización social. El abastecimiento
controlado de armas y la instigación de situaciones de violencia son los aliados buscados
por el capitalismo de nuestros tiempos.
No hay guerras declaradas. No hay guerras entre equivalentes. Hay corrosiones.
Una mancha de violencia que se va extendiendo acompaña al capitalismo de inicios del
siglo XXI. Las instituciones de disciplinamiento y seguridad de los Estados han resultado
insuficientes frente al altísimo nivel de apropiación-desposesión al que ha llegado el
capitalismo. Estas instituciones se replican de manera privada y local tantas veces como
sea necesario. Aparecen “estados islámicos” lo mismo que “guardias privadas” o que
“cárteles” y “pandillas” del llamado crimen organizado, que protegen y amplían o
profundizan las fuentes de ganancia, las fuentes de acumulación, y que, por tanto, son
complementarias a las figuras institucionales reconocidas para esos fines. Igual que las
fuerzas del mercado requirieron un soporte militarizado, las fuerzas
institucionales de disciplinamiento social requieren, dado el nivel de apropiacióndesposesión, de un soporte desinstitucionalizado capaz de ejercer un grado y un
tipo de violencia que modifique los umbrales de la contención social. Son fuerzas
“irregulares” que, como el estado de excepción, llegaron para quedarse. Se han
incorporado a los dispositivos regulares de funcionamiento del sistema.
Ayotzinapa como límite
Colombia tenía una guerra interna cuando inició el Plan Colombia y, a pesar del
cambio de intensidad en la violencia ejercida y la intromisión directa y evidente de
Estados Unidos en la gestión del conflicto, quizá el cambio en otros terrenos no fue tan
visible. México, al contrario, era celebrado como emblema del disciplinamiento en
democracia antes de la Iniciativa Mérida.
En menos de diez años, el eje de disciplinamiento pasó de las manos del
Partido Revolucionario Institucional -PRI- a las de la violencia, tanto del Estado
como privadas. La clave estuvo en los dispositivos de corrosión que prepararon el
terreno y en la desproporción con la que se asentaron los correctores. Violencia existe
en todas las sociedades pero su dimensión y las formas con que se introdujo fueron
imponiendo nuevas lógicas sociales. En este periodo, la sociedad mexicana tuvo que
acostumbrarse a decapitaciones, mutilaciones, cuerpos calcinados, desapariciones
reiteradas, fosas comunes y una ostentosa complicidad de las instancias de seguridad y
justicia del Estado.
Las estimaciones rebasan ya los cien mil desaparecidos y las noticias diarias van
de 20 muertos en adelante. México se ha convertido en cementerio de pobres y migrantes
a los que se extorsiona, se secuestra para trabajo esclavo, se mata con tremendo
salvajismo para amedrentar y disciplinar a los otros o se mata masivamente. La relación
de estas acciones con el control de migraciones en Estados Unidos es sólo especulación,
pero no hay duda de que ha dado resultado. Lo que es evidente es el acaparamiento de
tierras, de negocios, de recursos y de poder a que esto da lugar. Cada vez hay más
desplazados y más desposeídos que no se atreven siquiera a reclamar por miedo a las
represalias y porque además no hay instancias de justicia que los amparen.
En menos de diez años y después de mucho dolor, la sociedad está transformada.
Corroída, con signos claros de balcanización, con crecimiento de poderes locales que
establecen sus propias normas y que negocian con los poderes federales. El miedo fue
instalado mediante un salvajismo explícito y reiterado, aunque, de tanto insistir, ha
terminado por empezar a generar su contrario.
Ayotzinapa es la cima de la montaña. En Ayotzinapa se tocaron todos los
límites. Se cazó con total impunidad, con ostentación de fuerza, de complicidad total
entre el Estado y el crimen organizado, a lo más sentido de la sociedad: jóvenes pobres
de zonas rurales devastadas, estudiantes para ser enseñantes, hijos del pueblo con
alegría de vivir, con deseos de cambiar el mundo, ése que nadie quiere aceptar. Pero
además, Ayotzinapa es la cima de una montaña de agravios, indefensión y rabia. Es la
conciencia acumulada de la ignominia y la indignidad. Es la situación límite que regresó
la energía, vitalidad, coraje y dignidad del pueblo de México a las calles. “Nos han
quitado tanto que hasta nos quitaron el miedo” era una de las primeras pancartas
portadas por jóvenes de todos lados. Julio César Mondragón, joven de recién ingreso en
la Escuela Normal de Ayotzinapa, ya padre desde hace unos cuantos meses y víctima de
la tortura más salvaje que hayamos presenciado, ha sido involuntariamente el
detonador, a fuerza de su dolor, de la recuperación de la fuerza, la esperanza y la decisión
en el pueblo de México, hoy movilizado como hacía tiempo no estaba.
Ayotzinapa es un emblema. Es la punta del iceberg o es un clivaje.
Ayotzinapa es el emblema de las guerras del siglo XXI y de las nuevas formas
de disciplinamiento social que vienen acompañando los procesos de saqueo y
desposesión en todo el planeta. En diez años México, que no pasó por la negra
noche de las dictaduras en América Latina aunque sí tuvo guerra sucia y masacres,
fue transformado en una tierra de dolor y fosas comunes. El problema no es “el
narco”; el problema es el capitalismo.
Ayotzinapa es un espejo con dos caras: la de la ruta del poder es evidente, visible y
avasalladora; la del llamado a defender la vida es pálida y discreta, pero seguramente
marcará huellas. Alai
DECLARACIÓN FINAL DE LA XIII CUMBRE DE LA ALIANZA
BOLIVARIANA PARA LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA-TRATADO DE
COMERCIO DE LOS PUEBLOS (ALBA-TCP) Y CONMEMORACIÓN DE SU X
ANIVERSARIO
Los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP),
nos reunimos en La Habana, el 14 de diciembre de 2014, para conmemorar el X
Aniversario de la Alianza, organismo de integración genuinamente latinoamericana y
caribeña, sustentado en principios de solidaridad, justicia social, cooperación y
complementariedad económica, fruto de la voluntad política y de la profunda vocación
integracionista de los Comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías.
De igual manera, celebramos el XX Aniversario del primer encuentro en La Habana
de estos dos grandes líderes de nuestros pueblos, fieles exponentes y defensores del
legado de los libertadores de América Latina y el Caribe.
Expresamos nuestro firme compromiso con la consolidación y el desarrollo del
ALBA-TCP y la lucha por la segunda y definitiva independencia de América Latina y el
Caribe, en consonancia con los ideales de nuestros próceres, en un complejo contexto
regional caracterizado por una ofensiva del capitalismo transnacional globalizado y el
imperialismo estadounidense, que pretenden desestabilizar y derrocar gobiernos
progresistas democráticamente elegidos por sus pueblos.
Convencidos de que el ALBA-TCP constituye hoy un inexpugnable baluarte en la
defensa de la soberanía de los pueblos de la región y de las naciones del Sur, acordamos:
1. Ratificar los principios de solidaridad, cooperación genuina y
complementariedad entre nuestros países, en el aprovechamiento racional y en función
del bienestar de nuestros pueblos, de sus recursos naturales -incluido su potencial
energético-, en la formación integral e intensiva del capital humano que requiere nuestro
desarrollo y en la atención a las necesidades y aspiraciones de nuestros hombres y
mujeres, proclamados en la Declaración Conjunta, firmada por los Comandantes Fidel
Castro y Hugo Chávez, y en otros documentos.
2. Saludar el ingreso como miembros plenos de la Federación de San Cristóbal y
Nieves, y de Granada, hermanas naciones caribeñas que se adhieren a los principios
fundacionales de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de
Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
3. Saludar los avances registrados en el proceso de negociación del Tratado
Constitutivo del ALBA-TCP.
4. Ratificar el apoyo a los esfuerzos que emprende el Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela, liderado por el presidente Nicolás Maduro Moros, para
preservar el inmenso legado del Comandante Hugo Chávez Frías.
5. Apoyar al Gobierno Bolivariano de Venezuela en sus esfuerzos por resguardar
la paz en el país y derrotar definitivamente los intentos desestabilizadores y la guerra
económica desatada por los enemigos internos y externos del proceso bolivariano,
considerando que estas agresiones constituyen también una amenaza contra los
esfuerzos integradores de toda la región.
6. Condenar enérgicamente la aprobación por el Congreso de Estados Unidos de
sanciones contra la República Bolivariana de Venezuela, y expresar el más profundo
respaldo y solidaridad con el pueblo y gobierno de ese hermano país, enfatizando que los
países del ALBA-TCP, no permitirán la utilización de viejas prácticas ya aplicadas en la
región, dirigidas a propiciar el cambio de régimen político, como ha ocurrido en otras
regiones del mundo. Al mismo tiempo, rechazar firmemente cualquier agresión, ya sea
de tipo legal, económica o política, contra la República Bolivariana de Venezuela, así
como contra cualquiera de los países miembros del ALBA-TCP.
7. Respaldar el compromiso de la República Bolivariana de Venezuela con el
proyecto PETROCARIBE, reconocido por su utilidad y aporte a la seguridad energética y
al desarrollo económico y social de los países miembros; y rechazar las campañas de
difamación contra PETROCARIBE.
8. Encomiar el encuentro de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad (REDH),
que tuvo lugar en Caracas, República Bolivariana de Venezuela, del 11 al 13 de diciembre,
en ocasión del X Aniversario de su creación, y continuar apoyando su papel en la
movilización de la opinión pública internacional en favor de las causas más justas y
contra la dominación imperialista.
9. Reclamar una vez más al gobierno de los Estados Unidos de América, un cambio
de política hacia la hermana República de Cuba que contemple el fin inmediato del
bloqueo económico, comercial y financiero; el cese de las acciones subversivas, ilegales
y encubiertas, incluidas aquellas que emplean las tecnologías de la información y las
comunicaciones, que violan la soberanía y el derecho de los pueblos a la
autodeterminación; el fin de la absurda inclusión de Cuba en la espuria y arbitraria lista
de los países que patrocinan el terrorismo internacional y la liberación inmediata de los
tres luchadores antiterroristas cubanos que aún sufren injusta prisión en cárceles de los
Estados Unidos. Reafirmar el respaldo al derecho soberano de la República de Cuba de
participar en las Cumbres de las Américas, sin que medie condicionamiento alguno, en
correspondencia con lo expresado por los países latinoamericanos y caribeños en
ocasión de la VI Cumbre de Cartagena.
10. Apoyar a los países afectados por intereses de las transnacionales y los
especuladores financieros en su legítima defensa en contra de los laudos emitidos por
instancias arbitrales extraterritoriales. En este marco, reivindicamos nuestros
compromisos asumidos en la II Conferencia Ministerial sobre Estados y Transnacionales,
particularmente la puesta en funcionamiento del Observatorio del Sur.
11. Reiterar nuestra solidaridad con el justo e histórico reclamo del Estado
Plurinacional de Bolivia sobre su derecho a una salida al mar con soberanía.
12. Saludar la próxima asunción de la Presidencia Pro Témpore de la CELAC por la
hermana República del Ecuador, durante el año 2015, a partir de la realización en San
José, Costa Rica, de la III Cumbre de esta organización regional. Asimismo, reiterar el
compromiso de apoyar la gestión de Ecuador al frente de la Comunidad y de trabajar en
pos del fortalecimiento y la consolidación de la CELAC, como el mecanismo de
concertación política e integración, de genuina esencia latinoamericana y caribeña.
13. Felicitar al Estado Plurinacional de Bolivia por su reciente elección como
miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas a partir del año
2015, lo cual constituye un reconocimiento a la encomiable labor del gobierno boliviano,
liderado por el compañero presidente Evo Morales Ayma, en favor de los derechos
humanos. Los países del ALBA-TCP expresan su solidaridad y ratifican su compromiso
de apoyar a Bolivia en esta nueva e importante tarea.
14. Saludar la elección de la hermana República Bolivariana de Venezuela como
Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el
período 2015-2016. Ello constituye un reflejo del gran prestigio y liderazgo alcanzados
por Venezuela y del apoyo mayoritario de la comunidad internacional a la Revolución
Bolivariana, conducida por el compañero presidente Nicolás Maduro Moros. Los países
del ALBA-TCP reiteran su compromiso de respaldar la gestión de Venezuela en este
cónclave.
15. Felicitar al Estado Plurinacional de Bolivia por la exitosa conducción de la
Presidencia del G-77 y China, cuyos resultados contribuyeron al realce de los pueblos del
Sur, a la lucha por la erradicación de la pobreza y el hambre; promovieron el respeto a
los derechos de la Madre Tierra y el trabajo para alcanzar el vivir bien, en armonía con
la naturaleza.
16. Saludar la próxima asunción de la Presidencia Pro Témpore de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR) por la hermana República Bolivariana de Venezuela,
en abril del año 2016.
17. Felicitar al Gobierno de la República del Ecuador por la inauguración de la
nueva sede de UNASUR en la ciudad de Quito, Mitad del Mundo; y por el relanzamiento
de la integración sudamericana, que se ve fortalecida con el nombramiento del ex
presidente Ernesto Samper como Secretario General de UNASUR, la adopción de la
ciudadanía sudamericana, la creación de la Escuela Sudamericana de Defensa, entre
otros importantes aspectos.
18. Reafirmar el apoyo a la República Bolivariana de Venezuela en ocasión de
asumir la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) a partir del año
2015.
19. Felicitar al Honorable Gaston Alphonso Browne, por su elección el 12 de junio
como Primer Ministro de Antigua y Barbuda; al compañero Evo Morales Ayma, por su
reelección el 12 de octubre como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia; y al
Honorable Roosevelt Skerrit, Primer Ministro de la Mancomunidad de Dominica, por su
reelección el 8 de diciembre, con lo que se reafirma la alta vocación democrática de los
pueblos del ALBA-TCP.
20. Felicitar a las partes implicadas por los progresos alcanzados en los Diálogos
de Paz en La Habana entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP; y reiterar su firme
apoyo al logro de un Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de
una paz estable y duradera en Colombia.
21. Respaldar a la hermana República Argentina por su lucha en defensa de la
soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y la defensa de su
dignidad nacional, soberanía y libre determinación frente al ataque de los fondos buitres.
22. Mantener y profundizar la cooperación solidaria con la hermana República de
Haití y apoyar todos los esfuerzos de nuestra región y de otros países del mundo en
función de la reconstrucción económica y social de la nación haitiana.
23. Ratificar el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y reiterar que
su plena independencia y descolonización constituye un asunto de gran interés para los
países miembros del ALBA-TCP.
24. Destacar la importancia que confiere el ALBA-TCP a la reparación de los daños
ocasionados por el genocidio contra la población nativa y la esclavitud en el Caribe, y
apoyar el establecimiento de un diálogo sobre reparación con los países europeos,
íntimamente implicados en el genocidio contra la población nativa y la posesión de
esclavos, para abordar las secuelas de este crimen de lesa humanidad;
25. Subrayar la importancia del derecho de los países del Caribe a recibir un
tratamiento justo y diferenciado, tomando en consideración la pequeña escala de sus
economías, las vulnerabilidades particulares que enfrentan, las características de su base
productiva y exportadora, y los devastadores efectos del cambio climático, en particular,
los tradicionales huracanes que suelen batir simultáneamente a varios de ellos.
26. Ratificar el derecho de los pequeños estados insulares del Caribe, que en su
mayoría son tratados injustamente como de “renta media”, a recibir, en condiciones
preferenciales, la cooperación, el comercio y las inversiones.
27. Subrayar que la crisis climática es uno de los más grandes desafíos que enfrenta
la humanidad y que su causa estructural radica en modelos políticos y económicos
basados en patrones de producción y consumo insostenible de los países desarrollados,
que generan una mayor inequidad, injusticia y pobreza. En ese contexto, reafirmar el
compromiso de los países miembros del ALBA-TCP con la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático, como la instancia multilateral para la negociación en esta
esfera y la imperiosa necesidad del respeto a sus principios, en particular, el principio de
las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y la equidad, como ha sido una vez
más confirmado por la XX Conferencia de las Partes de la Convención, concluida en Lima,
Perú, el 14 de diciembre de 2014. Instar, en este sentido, a los países desarrollados a
asumir estas responsabilidades y a comprometer niveles de reducción de emisiones para
preservar la vida en el planeta.
28. Convocar una reunión de negociadores y Cancilleres de los países del ALBATCP para coordinar las posiciones de cara a la XXI Conferencia de las Partes de la
Convención, a celebrarse en París, Francia, en 2015.
29. Apoyar la convocatoria de un Encuentro Mundial de Movimientos Sociales por
la salvación de la Madre Tierra y para enfrentar y los efectos adversos del cambio
climático, propuesta por el Estado Plurinacional de Bolivia, y que se celebrará en 2015
en ese hermano país.
30. Reiterar la importancia de las tecnologías de la información y las
comunicaciones (TIC) para el desarrollo socioeconómico de los países miembros de la
Alianza, y en ese sentido, desarrollar la cooperación en esta materia, en plena
conformidad con los principios del derecho internacional, con el fin de potenciar su
contribución al avance de la Agenda de Desarrollo y al mantenimiento de los logros del
ALBA-TCP.
31. Saludar la propuesta de Nicaragua de crear un centro de capacitación en
tecnologías agropecuarias del ALBA-TCP, con sede en ese país, para fortalecer el
intercambio y la preparación de los pequeños y medianos productores y cooperativas de
los países miembros de la Alianza.
32. Subrayar que la actualización del modelo económico cubano, su Ley de
Inversión Extranjera y la Zona Especial de Desarrollo Mariel, brindan oportunidades
adicionales, de manera mucho más amplia, para acelerar la integración productiva y
fortalecer el intercambio económico entre los países miembros del ALBA-TCP.
33. Reconocer la necesidad de fortalecer la participación de los Estados Miembros
en los mecanismos económicos que conforman la nueva arquitectura financiera de la
Alianza (SUCRE y Banco del ALBA), como vía para ampliar los vínculos económicos y la
complementariedad entre nuestros países.
34. Felicitar las acciones conjuntas inmediatas adoptadas por el ALBA-TCP y
CARICOM para prevenir y enfrentar la epidemia del ébola. Continuar coordinando
nuestros esfuerzos en este sentido, y mantener un estricto seguimiento al cumplimiento
de los acuerdos adoptados en la Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP sobre el ébola,
celebrada en La Habana el pasado 20 de octubre.
35. Celebrar la entrada en vigor del Tratado Constitutivo del Centro Regulador de
Medicamentos del ALBA-TCP y del Registro Grannacional de los Medicamentos de Uso
Humano del ALBA-TCP (ALBAMED), a través del depósito del instrumento de ratificación
realizado por el Estado Plurinacional de Bolivia, con lo cual se fortalece el compromiso
de la Alianza en materia de salud, al contribuir a la accesibilidad de los medicamentos
esenciales como derecho fundamental del ser humano.
36. Exhortar a los países miembros de la Alianza a conformar un Grupo de Trabajo
que identifique los resultados de las investigaciones científicas y socialice las virtudes
medicinales, culturales y alimenticias de la hoja de coca. Asimismo, reiterar la invitación
a los países miembros del ALBA-TCP a realizar intercambios comerciales de los
derivados lícitos de la hoja de coca, en el marco de la Convención Única de
Estupefacientes de 1961, a fin de compartir los beneficios y valores que este producto
aporta a la humanidad.
37. Elaborar una Agenda Permanente de temas prioritarios para la Alianza, y
encargar al Secretario Ejecutivo de su seguimiento, consulta y cumplimiento.
38. Diseñar estrategias y acciones concretas que permitan operacionalizar la
construcción y desarrollo de la Zona Económica Complementaria ALBA-TCP /
PETROCARIBE / CARICOM / MERCOSUR como espacio de complementariedad
económico-productiva. Este paso resulta importante para garantizar la sustentabilidad
de los programas y acciones sociales que han elevado la calidad de vida de nuestros
pueblos y que han sido el signo distintivo del ALBA-TCP desde su fundación.
39. Apoyar la implementación de las acciones de cooperación en las esferas
económica y social entre los países miembros del ALBA-TCP para relanzar la agenda
económica y social de la Alianza en el 2015, recogidas en el Anexo I a la presente
Declaración.
40. Convocar una reunión de los países del ALBA-TCP sobre la Misión Milagro en
Caracas, en enero de 2015, para evaluar, planificar y proponer la ampliación de este
programa.
41. Instruir al Consejo de Complementación Económica, en su próxima reunión en
2015, que invite a los países de PETROCARIBE, con la finalidad de consensuar la
propuesta de instrumento de constitución de la Zona Económica de Desarrollo
Compartido ALBA-PETROCARIBE, con base en la documentación remitida al efecto, y
ponerlo a consideración de los Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP.
42. Convocar al Consejo de Complementación Económica del ALBA-TCP el 23 de
febrero de 2015, en La Habana, para analizar las propuestas que permitan impulsar las
acciones en el ámbito económico de la organización.
43. Convocar a la realización de un Consejo Político del ALBA-TCP, el 24 de febrero
de 2015, en La Habana, en el contexto de las celebraciones con motivo del 120
aniversario del reinicio de las luchas por la independencia de Cuba.
La Habana, 14 de diciembre de 2014.
08-01-2015. Foro China-CELAC.
El nuevo mundo multipolar y
América Latina. Juan Manuel Karg. Rebelión
2015 comienza con una importante cita de la diplomacia regional en cuanto a su
vinculación con las economías emergentes: el Foro Ministerial de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC- con China, una de las economías más
pujantes de los últimos años a nivel global. ¿Qué se puede esperar de la reunión que tiene
lugar estos días en Beijing? ¿Cuáles son las oportunidades que se abren para la región
tras este encuentro?
La CELAC tendrá su cónclave anual a fines de este mes, en San José de Costa Rica.
Sin embargo, la reunión que los cancilleres de la región tendrán estos días en Beijing abre
un abanico de posibilidades para la región. Veamos: allí se intentarán profundizar los
acuerdos alcanzados en la reciente gira que realizó el presidente Xi Jinping durante 2014
por varios países de la región -Brasil, Argentina, Cuba y Venezuela-. Y la diplomacia china
tiene optimismo de que más acuerdos se puedan llevar adelante, tal como lo señaló días
atrás Zhu Qingqiao, el director general para Latinoamérica y el Caribe de la cancillería.
La reunión se enmarcará en el Plan de Cooperación China-América Latina y el
Caribe (2015-2019), cuyo propósito es, tal como se desprende de la reunión ministerial
de julio pasado, aumentar los vínculos y la cooperación “en campos como el diálogo
político, comercio, inversión, agricultura, alta y nuevas tecnologías, energías renovables”,
entre otros importantes ejes. De acuerdo a cifras de Beijing, el intercambio comercial
China-América Latina superó los 240 mil millones de dólares en 2014. A esto hay que
sumarle proyecciones, como los desembolsos que el gigante asiático hará en los
próximos años en Nicaragua para el desarrollo del canal interoceánico, cuyas obras se
iniciaron a fines de diciembre. Se estima que sólo esa obra puede suponer una inversión
de capitales chinos de unos 50 mil millones de dólares, propiciando un flujo de capitales
inmenso hacia Centroamérica.
¿Con esta reunión pretenderá Beijing dar un mensaje a Washington? Con una
diplomacia que siempre ha sabido ser más cautelosa -y silenciosa- que la norteamericana
en cuanto a sus intereses con la región, China comienza a “levantar el perfil” de su nueva
relación con América Latina: el encuentro se da sólo medio año después de la importante
reunión BRICS-Unasur en Brasilia, y de la gira que mencionábamos con anterioridad.
Esto sumado a un innegable mejoramiento de las relaciones entre China y Rusia
en el último tiempo, lo que ayuda a entender más el contexto global: diez
reuniones bilaterales entre Xi Jinping y Vladimir Putin en los últimos dieciocho
meses pueden confirmar este dato, con acuerdos clave como la construcción del
gasoducto ruso-chino Sila Sibiri y un aumento en la cooperación militar en un
panorama geopolítico convulsionado a escala global. Hablamos, entonces, de un
nuevo momento de China a nivel internacional, algo que también quedó demostrado en
la reciente cumbre de la APEC.
Hay que recordar que el puntapié inicial de este espacio de vinculación entre China
y los 33 países de América Latina y el Caribe fue precisamente acordado durante la
reunión de la CELAC en Cuba, en enero de 2014. Es bueno remarcar esto para visualizar
los avances en la materialización de los acuerdos, frente a algunas tesis que tienden a
menospreciar el papel que estas reuniones tienen en la concreción del “día a día”. Queda
esperar, entonces, que los acuerdos a los que se arribe en estos días en Beijing luego
puedan tener una concreción concreta en la región. A juzgar por el nuevo momento de
Beijing con la región, se puede ser optimistas: a fin de cuentas, es otra expresión
de una cambiante correlación de fuerzas en el plano internacional, donde nuestra
región comienza a interactuar cada vez con mayor fluidez con los nuevos polos de
poder a nivel global.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
MUJER
08-01-2015. Entrevista a Magdalena León, economista feminista miembro de
la Red Latinoamericana de Mujeres. "Auditar la deuda sirve para hacer
reivindicaciones con conocimiento; no pagar es muy simplista". Ana
Requena Aguilar. Eldiario.es
Magdalena León es una economista ecuatoriana que forma parte de la Red
Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía, un movimiento que nace a
finales de los noventa para introducir la economía en la agenda feminista. "Habíamos
tenido un periodo de fuerte ascenso del movimiento, pero muy en torno a los
temas de violencia, política, participación... y eso era consecuencia también del
fuerte movimiento neoliberal que pasábamos y que hizo una separación entre lo
económico y lo social", explica. La economista, que participó en el proceso de auditoría
de la deuda de Ecuador, asistió en Madrid al encuentro 'Otra Economía está en marcha'
organizada por Economistas Sin Fronteras.
¿En qué está trabajando actualmente la Red?
Con el nuevo siglo la red se involucró directamente en dinámicas como el Foro
Social Mundial. Eso nos permitió salir de una dinámica sectorial de mujeres para
construir una agenda común, darle una mirada feminista a todo, ofrecer una propuesta
del feminismo como solución para llegar a otra economía, a otra civilización. El
feminismo ha aportado cuestiones como la soberanía alimentaria, la reproducción
ampliada de la vida, la idea de poner la vida como eje de la organización, pero también
ha hecho visibles procesos que en condiciones de desventaja y desigualdad han sido
protagonizados por mujeres. Eso se ha conjugado con que en algunos de los países
vivimos procesos de cambio, que en algunos casos se llaman revoluciones. Todo eso para
América Latina ha sido un poco acelerado, hemos pasado en unos años de una
situación neoliberal, sin horizontes, a abrirse todas estas posibilidades. Nosotras
hemos estado vinculadas a estos procesos.
¿Y en esos procesos han conseguido estar presente estas nuevas miradas?
Sin duda, quizá a veces no con un protagonismo directo, pero sí han estado de
distintos modos, introduciendo los temas por donde cada país permitía. Los procesos de
refundación a través de nuevas constituciones fuero un espacio bien importante porque
ahí debatíamos qué país, qué economía queríamos, y pudimos ser parte de esas
definiciones y participar de esos espacios. Y no era solo poner nuestra agenda sobre
la mesa, era ver también cómo lo hacíamos porque los cómos son fundamentales.
Eso pasa por superar una cierta visión cosmética del género y las mujeres, de añadir esos
términos a cuestiones que son absolutamente incompatibles. El desafío era que
apareciera menos la palabra mujeres pero que hubiera un contenido radical de
transformación. Nosotras, por ejemplo, trabajamos para que hubiera una redefinición
del término trabajo en la Constitución de Ecuador.
¿En qué sentido?
En el sentido de hacer visibles y reconocer distintas formas de organizar el trabajo,
de que fuera reconocido como algo económico, no solo como una actividad social. Hay
distintas formas de hacer y organizar el trabajo y todas ellas aportan. Es algo que permite
romper la separación entre lo productivo y lo reproductivo, lo remunerado y lo no
remunerado, el empleo y el no empleo.
¿Y está teniendo esa redefinición alguna consecuencia práctica?
Sí. Derivado de ese reconocimiento estaba el derecho de las amas de casa a la
Seguridad Social porque es trabajo, es economía y produce, aunque no tenga un valor de
mercado. Nuestra cobertura pública de derechos es algo que se ha ido recomponiendo
en Ecuador, así que se estableció un sistema que empieza con una política social
antipobreza: la entrega del bono de desarrollo humano dirigido a las mujeres que están
en situación de exclusión, que tienen dependientes y que no tienen un ingreso. Era una
herramienta ya previa que se incrementó y se reinterpretó como una remuneración
parcial a ese trabajo. Eso le dio otro sentido e hizo visibles cosas.
A partir de ahí, las mujeres que ya reciben el bono tienen un aporte a la Seguridad
Social para tener una pensión en el futuro, no tienen todas las coberturas, pero sí la
pensión. Ellas hacen una aportación personal mínima, y el resto lo asume el estado.
Es, entonces, una forma de remunerar su trabajo. Sin embargo, muchas
economistas feministas rechazan remunerar el trabajo de cuidados porque lo
consideran una forma de perpetuar la división sexual del trabajo. ¿Qué opina?
Que partimos de la realidad. A veces nos situamos por fuera de lo que las mujeres
viven y criticamos desde un deber ser. En estos momentos en América Latina frente a
políticas de transferencias condicionadas como los bonos, se dice que hay un
neomaternalismo, una crítica a las mujeres como madres. Compartimos en ciertas fases
esa crítica, pero en la realidad las mujeres son madres y eso marca la experiencia y marca
una realidad de la que no podemos abstraernos. Lo que se ha demostrado en estos
procesos es como desde esa politización de la maternidad se puede dar un salto hacia
otras esferas. Los padres viven otra experiencia.
Y ¿por qué es así?, ¿no habría que cambiar eso, generar las condiciones para que
las experiencias de padres y madres sean más parecidas?
Sí, pero quizá son formas de llegar a la igualdad por otros caminos. Esto puede ser
una forma de reconocer otras realidades, de ver otros elementos potenciadores de
cambios que antes no veíamos.
Aquí una reivindicación muy fuerte es la de equiparar los permisos de
paternidad y maternidad precisamente para generar un gran cambio social. Si se
potencia el rol de madre o se dan esas ayudas, ¿no es una forma de perpetuar ese
rol de las mujeres como únicas encargadas de la reproducción y los hombres de la
producción?
Detrás de estas cuestiones subyace el espejo del mercado, parece que siempre lo
importante es la producción y en su espejo hay que hacer todo lo demás. Los permisos
tienen un referente de familia de pareja que, en la realidad, la mayoría de las mujeres de
América Latina de los sectores populares no viven. Su realidad es otra. Creo que hay un
modelo de política pública que apela al espejo del mercado o al ideal de familia o con una
connotación de clase media, una serie de elementos que no están en la realidad de
muchas mujeres. Decimos 'es que en Noruega, en Suecia', pero vamos a ver cómo viven
las mujeres en cada sitio. Es también importante salir de la victimización, una cierta
mirada ha buscado siempre las opresiones. En medio de relaciones de desigualdad y
opresión, hay un aporte de las mujeres y hay que reconocérselo. Si no, el discurso de la
opresión es desmovilizador.
Igual que otras economistas usa el concepto del 'buen vivir', pero ¿cómo explicar
que el buen vivir es parte de la economía?
Tiene ante todo una dimensión material, hay una noción de buen vivir en todas las
culturas del mundo que plantea una construcción constante de equilibrios para
mantener la vida. Eso alude a la relación con la naturaleza, la naturaleza nos pone
límites. Tiene que ver con esta idea de que el consumo desbordó las necesidades hace
mucho tiempo. No se trata de que cada individuo viva muy bien como pueda sino de
buscar equilibrios entre nuestra supervivencia y los recursos del entorno para permitir
que la vida siga.
¿Y cómo aplicar eso a la economía de un país?
Creo que una primera aplicación tiene que ver justo con el reconocimiento de qué
procesos, actividades y producciones sirven para reproducir la vida y cuáles no, y
quiénes las hacen, reconocer esto como aportaciones. Cuando pones como parámetro la
reproducción de la vida se revelan y revalorizan otros procesos. También se pueden
cambiar las formas de organizar la producción, hay otras formas distintas que han sido
consideradas de menor estatus, pero que pueden contribuir a generar una diversidad
económica que ayude al cambio. Supone también resignificar el cuidado. Se suele
entender como el cuidado de las personas, pero el hecho es que la vida se cuida en todos
los sentidos: el agua, la tierra, la energía, los alimentos... y eso implica trabajo.
Otro de los temas de los que se habla en España es de la deuda y de la
posibilidad auditarla. Usted participó en la auditoría que tuvo lugar en Ecuador y
que aquí mucha gente toma como referencia. ¿Ve viable y necesario ese proceso?
La experiencia nuestra se dio en condiciones distintas porque el ajuste estructural
en América Latina se desplegó en un momento de realce del capitalismo y no teníamos
salidas. El ajuste se aplica ahora en el norte cuando hay una reconocida crisis del
capitalismo, creo que eso hace que sean contextos distintos y quizá facilita las cosas.
Había un trabajo acumulado de movimientos sociales en torno al tema, había grupos que
trabajaban otros temas pero que estaban atravesados por el común interés por la deuda.
La llegada al Gobierno de gente que venía de esas filas y que pudo poner eso en la agenda
oficial, el hacer la auditoría como acción de Gobierno, es algo singular.
Aquí podríamos pensar en una auditoría ciudadana, que se ha hecho en otros sitios,
y que sirve para en un primer momento aproximar a la gente a un tema económico que
ha permanecido distante, que no es fácil de descifrar, que no es sencillo que la gente se
apropie de él. Hay que ver qué intersecciones entre la deuda y la vida de la gente ha
habido para que tener la certeza de que un problema ha sido generado por la deuda.
¿Y para qué sirve la auditoría?, ¿es razonable el discurso de impagar parte de la
deuda?
Eso sirve para que la gente haga reivindicaciones y presiones con conocimiento de
causa sobre un tema que en estos momentos es inherente a muchos países. En el caso de
Ecuador fue más fácil porque era una decisión del Gobierno hacer la auditoría para luego
usar sus resultados e implementar una política que no necesariamente tiene que ser no
pagar. Decir eso es muy simplista, la deuda es compleja, tiene distintos tramos y al hacer
una auditoría técnicamente hay que diferenciar cada cosa. Hasta en la deuda ecuatoriana,
en la que se incluyó el término ilegitimidad, que es algo que está fuera de la lógica
financiera, no supuso el no pagar. Se puede decir: esto no se debería pagar, pero ¿qué
condiciones tienes para hacer eso? Eso supone generar condiciones para llegar a eso o
adoptar otro tipo de medidas.
Por ejemplo, en nuestro caso había mucho peso de la deuda comercial, donde se
probó que había mucha ilegitimidad, y se hizo una recompra. Eso permitió bajar
sustancialmente el peso del pago de la deuda en el presupuesto e invertir los términos
de inversión social y deuda.
¿Entonces cree que plantear no pagar parte de la deuda no es realista?
La estrategia postauditoría es eso, una estrategia. No es decir 'no debemos, no
pagamos', para eso ya tenemos consignas. No es ratificar eso, sino encontrar cuestiones
más concretas que sirvan para dialogar y encontrar salidas.
Fuente:
http://www.eldiario.es/economia/palabra-aparezca-contenido-radicaltransformacion_0_340166458.html
El futuro de la humanidad ante la situación geopolítica actual:.
El rol de la integración latinoamericana. Wim Dierckxsens
Introducción
Entrando al año 2015 se está produciendo la mayor batalla geopolítica
imperialista de los últimos tiempos en una feroz pugna geoestratégica por el
nuevo sistema monetario internacional. Es la batalla en la que se podrá establecer un
sistema multipolar entre las más grandes potencias imperialistas de la actualidad, pero
un mundo multipolar no es el único escenario posible. No podemos excluir de
antemano la posibilidad de la instalación de un gobierno global conducido por la
élite financiera con la OTAN como su brazo militar. Ni está claro si la futura élite
financiera en el poder sigue siendo la actual de Wall Street y la City de Londres o si
Shanghái y Moscú entren o incluso predominen en la yunta. Tampoco podamos
descartar el escenario de un colapso financiero a escala global de varios años caos
económico, social y político durante cuyo período podrían darse nuevos procesos
revolucionarios.
Las principales fuerzas en pugna a la vista son las de Estados Unidos y la OTAN
versus las fuerzas de Rusia y China. La escalada de provocaciones a Rusia tiene varios
componentes que, en conjunto, constituyen una segunda Guerra Fría. A diferencia de la
primera, en ésta Europa es un participante activo, aunque subordinado a EE.UU., y ahora
se asume la posibilidad de una guerra total y, por lo tanto, nuclear. (Vea, Boaventura de
Sousa Santos, La tercera guerra mundial, 15 de diciembre de 2014,
http://blogs.publico.es ). Tras de este escenario se encuentran los grandes banqueros y
sus mega-intereses. Los medios dominantes, controlados por esta élite financiera, están
preparando un clima de guerra en el cuál se acusa a Rusia de estar buscando un
ataque nuclear preventivo que desembocaría inevitablemente en la tercera guerra
mundial, o sea una guerra que repercuta a la vez en diferentes partes del planeta. En
realidad el clima de un conflicto militar con un ataque nuclear preventivo a Rusia
está siendo provocado antes por Occidente y los Estados Unidos en primera línea.
Su blanco principal a la vista es Rusia pero, en forma indirecta, China. A principios de
2015 una guerra de múltiples dimensiones contra Rusia está en marcha. En este
momento, la guerra del petróleo y los ataques contra el rublo son la principal dimensión
a la vista. Veamos la razón. Desde los años setenta, el petróleo constituye el recurso
estratégico para sustentar el actual sistema monetario internacional basado en el dólar.
Actualmente peligra el colapso del sistema petróleo-por-dólares. Esta situación que
mantiene muy nerviosos a los EE. UU y muy especialmente a la élite financiera de Wall
Street. La principal demanda mundial de energía viene de China y la principal oferta de
estos recursos energéticos viene de Rusia. La red global de producción y suministro de
gas y petrolero por lo tanto está en manos rusas y chinas. Con ello, las cartas para dejar
caer al dólar como moneda internacional de referencia estarán también en manos rusas
y chinas.
Hace 10 años el porcentaje de comercio mundial que utilizaba el dólar como
moneda de internacional intercambio era 70% y actualmente tan solo un 37%.
Apenas hace diez años el dólar representaba el 90% de todas reservas internacionales
de papel. Hoy en día este porcentaje bajó a 60%. Sostener al dólar como base del
actual sistema monetario internacional está prácticamente descartada. Todo el
poderío de Occidente en general y de EEUU en particular que dependía de esta
base, está sobre tuercas flojas. Con ello se modifica la geopolítica (Vea Jim Willie,
Global Trade In Dollars Has Decreased By 50%, www.silverdoctors.com, 28 de diciembre
de 2014). La pregunta después de la inminente caída del dólar como moneda de
referencia hegemónica que sigue es, ¿cuál sistema monetario internacional tendremos
en el futuro no lejano? ¿Nos espera un sistema multipolar con diferentes monedas de
referencia sin clara hegemonía de alguna? O más bien, ¿habrá una nueva moneda de
referencia hegemónica, como los Derechos Especiales de Giro, basada en una canasta de
monedas y manejada por una élite financiera internacional con una recomposición de
cuotas de poder en el FMI. En 2010 se aprobó la propuesta con mayores cuotas de
poder sobre todo para China y Rusia pero faltaba que el gobierno de EEUU lo
ratificara. A cinco años del acuerdo en el FMI, la ratificación aún está ´pendiente´.
Lo anterior refleja que la élite de Wall Street y la City de Londres no quieren ceder
su hegemonía. La pugna por la hegemonía se profundiza conforme la batalla se
prolonga, se acentúan las confrontaciones económicas, a nivel político ya vivimos
otra guerra fría y amenaza una escalada militar que incluye hasta un ataque
nuclear. Ante semejante grave situación geopolítica está en juego el futuro de la
humanidad y con razón nos podemos preguntar cómo nos afecta todo esto en
América Latina.
La batalla por otro orden monetario internacional
Sabemos que el petróleo es un recurso natural no renovable muy estratégico no
solo por ser la principal fuente de energía, sino por ser a la vez el soporte de todo
crecimiento y acumulación sostenida de capital desde los años setenta bajo la hegemonía
de Occidente. El libre cambio de dólares por oro garantizado en la reunión de Bretton
Woods en 1944 acabó en 1971 bajo la administración del presidente Richard Nixon de
los Estados Unidos. A partir de ese momento el dólar dejó de estar anclado al oro. Tras la
guerra árabe-israelí de 1973, que culminó con una derrota rotunda de los países árabes,
el dólar fue reanclado al ´oro negro´. Arabia Saudita cedió en vender su petróleo
exclusivamente en dólares y a cambio de este compromiso los EE. UU. le ofrecieron
armas y protección militar de todos los campos petroleros sauditas. El acuerdo, por
tanto, obligaba a cualquier país que quisiera comprar petróleo saudita a cambiar primero
su moneda nacional por dólares estadounidenses. En 1975 y bajo los mismos
lineamientos, los otros miembros fundadores de la OPEP (Irán, Irak, Venezuela y Kuwait)
aceptaron el acuerdo, convenciendo a todos los miembros (Argelia, Angola, Ecuador,
Nigeria, Libia, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Gabón –ex miembro- e Indonesia –ex
miembro-) de entrar al mismo. De forma artificial el sistema petróleo por dólares le dio
un impulso sin precedentes al billete verde, pues, mientras más crecía la demanda
mundial de petróleo, más crecía la demanda de dólares. Este acuerdo trajo mucha
fortaleza al dólar como moneda de cambio y reserva internacional. Todo el mundo
ocupaba dólares y con ello EE.UU podía importar productos al imprimir dólares sin
respaldo. Los desequilibrios comerciales comenzaron a hacerse más ostensibles y a los
EE. UU. les bastaba imprimir billetes verdes u ofrecer pagarés con el nombre ´Bonos del
Tesoro de EEUU´. De esta forma los EE. UU. construyeron un sistema monetario que les
permitía tener hegemonía económica. Desde ese entonces, el Pentágono ha sido la
instancia por excelencia de ajuste de cuentas ante cualquier amenaza para el petrodólar.
Cada intención de apartarse del petrodólar implicaba una respuesta militar o una
invasión como quedó patente con el caso de Iraq y Libia.
Hoy en día estamos ante una nueva amenaza para el sistema monetario basado en
el dólar. Actualmente peligra el colapso del sistema petróleo-por-dólares, situación que
mantiene muy nerviosos a los EE. UU. En mayo de 2014, Rusia y China firmaron un megaacuerdo referente a la venta de gas ruso. La gran demanda china de energía modifica la
geopolítica y la red global de suministro petrolero. Con ello desaparece también la base
sólida para sostener el petrodólar ya que China y Rusia y cada vez más otros países
comercializan fuera del dólar. Las cartas para dejar caer al dólar como moneda
internacional de referencia están en las manos rusas y chinas. China ha multiplicado los
acuerdos ‘swap’ con sus socios para realizar todo su comercio fuera del dólar. Es un paso
importante para desplazar al dólar como moneda de intercambio internacional. Un
acuerdo ‘swap’ define la moneda en la que son efectuados los pagos así como las fechas
en las que deben ser pagados. China concretó ya acuerdos ‘swap’ fuera del ámbito del
dólar con Rusia, Brasil, el Reino Unido, Australia, Japón, Chile, los Emiratos Árabes
Unidos, Corea del Sur e incluso con la eurozona. De esa manera China permitía también
que la Eurozona saliera de la del dólar, el último pilar que lo sostiene.
La Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) que incluye países como China,
Rusia, Kazakstán, Tayikistán, Kirguistán, Uzbekistán y desde setiembre de 2014 también
India, Pakistán, Afganistán e Irán, junto con otros dos miembros de los BRICS: Brasil y
Suráfrica, todos ellos harán sus intercambios comerciales fuera del sistema dólar. Al
adquirir consciencia de la caída del Sistema Monetario Occidental, una buena cantidad
de otros países esperan con cautela su adhesión. Hasta hoy sus gobiernos puedan haber
tenido miedo de las sanciones eventuales, pero la tendencia es que temen cada vez más
quedarse atrapado en el viejo sistema monetario occidental, cuando esa economía de
casino colapse.
a. La guerra de petróleo
Para mantener la hegemonía unipolar, Estados Unidos tendría que lograr
mantener el control sobre el petrodólar. Lo anterior implica tener control sobre lugares
estratégicos de producción como Asia Central. Rusia e Irán brindan competencia en este
aspecto. Las sanciones económicas en contra de Irán y Rusia tienen como fin de reducir
notoriamente su poderío energético. No basta en este contexto tener el control sobre la
producción, sino la hegemonía requiere tener el control sobre la distribución del
petróleo (y gas) desde los lugares de producción hacia los países consumidores. La crisis
provocada por la OTAN y Washington en Ucrania debería servir para evitar que Rusia
tenga el pleno control sobre el flujo de gas hacia la Unión Europea. Con el objetivo de
mantener la hegemonía del petrodólar, EEUU busca causar una crisis económica
profunda en Rusia. Las sanciones impuestas al país tienen como objetivo mantener a la
Unión Europea dentro del área del dólar, comprando energía en otro lado y evitar a toda
costa que se conecte con la Económica Euroasiática. La firma de un Tratado de Libre
Comercio entre la UE y los EEUU en medio de la crisis sería la mejor garantía para
mantener a Europa dentro del área del dólar y fuera de Eurasia.
El 67% del petrolero y el gas que consume Europa lo importa de Rusia. Como el
abastecimiento atraviesa en buena medida Ucrania, la administración Obama ha hecho
cuanto estaba en su poder para controlar el flujo del gas del este al oeste y socavar la
integración económica rusa en la UE. En este contexto, EEUU ha saboteado también la
construcción de un gasoducto que comunicaría a Rusia con Europa del Sur a través de
Bulgaria. La política norteamericana recibe un revés tras otro. Putin ha encontrado así
una vía para evitar las sanciones económicas. Es preciso anotar que Turquía se negó a
suscribir las sanciones a Rusia. El 1 de diciembre de 2014, el Presidente ruso Vladimir
Putin cerró un histórico acuerdo con el Presidente turco Tayyip Erdogan. El gasoducto
del Sur (South Stream) que trasportaría gas de Rusia a Europa vía Bulgaria será
sustituido por otro gasoducto (Turk Stream) que hará lo mismo pero ahora vía Turquía.
Con ello la alianza Putin-Erdogan ha dado al traste con el gasoducto que iba desde Qatar
a la UE (Nabucco Pipeline) y que se suponía que tenía que atravesar Turquía pero bajo
controles occidentales. La ventaja del Turk Stream para Turquía sería que el país
obtendría una mejor posición de negociación frente a la UE. Esta trascendente decisión
indica que Ankara se inclina menos por el euro-atlantismo y va más a por integración
euroasiática. Si Turquía se vuelve realmente hacia el este y se une al bloque ruso en
ascenso, los políticos estadounidenses van a tener que descartar la mejor parte de sus
planes estratégicos (Vea, Mike Whitney, Que hable Turquía, en Rebelión, 9 de diciembre
de 2014).
Washington parece estar dispuesto a defender el petrodólar hasta las últimas
consecuencias. La especulación es un motor importante en la formación de los precios
del petróleo. Aquellos que financian estas empresas petroleras en Estados Unidos, sin
duda también han alimentado la burbuja del petróleo, subsidiándolo. Es un arma que
está sobre todo en manos de los grandes bancos en Wall Street. Entre 2000 y 2008 se
produjo un aumento espectacular del precio del barril de petróleo, que pasó de 20 a 120
dólares. Semejante ascenso no puede ser atribuido simplemente a la ley de la oferta y
demanda. El pico que se produjo en 2008 fue la culminación de ese proceso. Una vez
declarada abiertamente la crisis financiera en septiembre de 2008 presenciamos un
desplome de los precios desde 120 a 40 dólares/barril en marzo de 2009. Entre esta
fecha y abril de 2010 el precio del crudo se recuperó hasta los 84 dólares/barril y desde
marzo de 2011 hasta marzo de 2014 se observan oscilaciones en una banda en torno a
110 dólares/barril. El elevado precio del petróleo, causado sobre todo por la
especulación, permitió la creación de un mercado del petróleo de esquisto. Este mercado
aparece en primer lugar en los EEUU. La consecuencia de este nuevo mercado fue el
fomento de la oferta acción de petróleo.
La inyección de dinero en la economía norteamericana provoca una baja en la
capacidad de compra del dólar, o dicho de otro modo, observamos un aumento en el
precio de las materias primas en dólares, como ha sido el caso con el petróleo. Los
sucesivos programas de expansión cuantitativa QE (desde fines de 2009 ha habido tres
en EE.UU.) han alcanzado varios billones de dólares. La expansión cuantitativa
(Quantitative Easing en inglés o QE), es un programa de estímulo cuyo elemento
principal es la compra de deuda pública a modo de inversión por parte de un banco
central y en este caso la Reserva Federal. Lo que pasa con la política de expansión
monetaria es que estos activos de supuesto respaldo, en realidad son bonos basura que
pierden valor al depreciarse el dólar.
Esta situación les preocupa mucho a los principales poseedores de bonos (basura)
del Tesoro de EE.UU., como es el caso particular de China. GEAB es de la opinión que
China se ha convertido en el FMI de los EE.UU al obligar al imperio a abandonar la
expansión monetaria para evitar una continua baja en el poder adquisitivo de sus
reservas internacionales en dólares. Sin embargo, también fue interés de EEUU acabar,
al menos temporalmente, con los programas de QE en EEUU. Veamos esta idea algo más
de cerca.
Los inversores de Wall Street han presionado a Japón de bajar las tasas de interés
para así poder pedir tomar prestado dinero casi gratuitamente en Japón e invertirlo en
bonos del Tesoro y acciones de EE.UU. El resultado de este ´carry trade´, es una
apreciación relativa del dólar frente al Yen. El Banco de Japón lanzó entre 2011 y 2012
un programa de QE por el monto de $1,1 billones de dólares y en 2013 el nuevo primer
ministro Shinzo Abe dejó el programa de QE sin límite alguno. El Banco de Japón repone
los recursos de los fondos de pensiones del gobierno (tal vez el más grande del mundo)
a cambio de Bonos (chatarra) del Tesoro de EEUU con lo que en los libros contables todo
parece en orden. En esencia la política implica un asalto a los fondos de pensiones del
gobierno de Japón (dinero con respaldo) a cambio de papeles sin valor (los bonos
chatarra). EEUU obligó a Japón de aplicar esta política de expansión monetaria, salvando
eficazmente el mercado de bonos del Tesoro norteamericano y empujando hacia arriba
la Bolsa Valores de Nueva York.
Desde junio de 2014 el BCE introdujo tasas de interés negativas para que los
bancos obtengan dinero sin costo. Es más barato y más lucrativo para los bancos,
prestar dinero a especuladores que invierten en Bonos del Tesoro de Estados Unidos y
acciones en la Bolsa de Nueva York que prestar para levantar la economía real en la UE.
Una significativa proporción del QE del BCE se invierte en acciones y en bonos del Tesoro
de EEUU, encareciendo no solo el precio de los bonos del Tesoro sino también el del
Dólar, al menos en términos relativos al Euro. En los últimos meses el dólar se ha
fortalecido significativamente frente al Euro. En realidad, el fortalecimiento del dólar
está ligado a las actividades monetarias combinadas del Banco Central Japonés (BoJ) y
del Banco Central Europeo (BCE). No tiene nada que ver con el cuento de hadas de
una economía de EE.UU. que funciona a las mil maravillas.
Con la gran demanda de dólares, su precio en el mercado tiende ir hacia arriba. Los
precios de los recursos naturales, como el petróleo, expresados en dólares tienden a ir a
la baja. La sobreoferta del crudo en el mercado debido a la gran oferta de petróleo de
esquisto hace bajar el precio del crudo. La especulación a partir de ahora es a la baja. Con
ello los precios de petróleo en dólares tienden rápidamente a la baja. Estalla así una
guerra de precios de petróleo a la baja que apunta a generar una crisis en Rusia por la
fuerte contracción de sus ingresos de gas y petróleo. Frente a los ingresos decrecientes,
países como Rusia pero también Arabia Saudita se ven en la necesidad de incrementar la
oferta de recursos energéticos no renovables. El resultado final es un bajón en el
precio de petróleo de más de 50% ya que el 5 de enero de 2015 se cotizaba en
$49/barril frente a 110 unos nueve meses antes.
La guerra de precios de petróleo debía funcionar como un arma geopolítica para
subordinar a Rusia e integrar cualquier país que aún se resista, como Venezuela o Irán,
en ese nuevo orden mundial de la globalización neoliberal. El objetivo fue conseguir una
severa recesión económica en todos estos países y especialmente en Rusia, provocando
así "revoluciones de terciopelo" acompañadas, idealmente, de cambios de regímenes.
Desde principios del año 2014 el rublo había perdido 60% y durante solamente una
semana en diciembre de 2014 perdió incluso un 20%. El Banco Central de Rusia aumentó
las tasas de interés de 10.5% a 17% para hacer más atractivo el rublo para los inversores
extranjeros. Los medios occidentales lo veían como señal de nerviosismo y ya cantaron
victoria que pronto el régimen político bajo la presidencia de Putin caería.
a. El efecto bumerang Cuando en el pasado mes de diciembre el rublo ruso
comenzó a caer precipitadamente, y surgieron rumores de que Rusia simplemente no
tenía los fondos suficientes para frenarlo, los precios de las acciones de las compañías
energéticas rusas cayeron seriamente, y los inversores comenzaron a venderlos antes de
que se depreciaran aún más. Rusia ha hecho un movimiento de ajedrez inesperado,
escribe InSerbia. Según la publicación, debido a la caída del rublo, Moscú fue capaz de
recuperar la mayor parte de sus activos, que estaban en manos de propietarios
extranjeros, y además logró recibir ganancias por valor de 20.000 millones de dólares en
tan sólo unos días. Según explica el portal serbio, Putin esperó una semana y cuando el
precio de las acciones cayó drásticamente, ordenó inmediatamente comprar los activos
que estaban en manos de estadounidenses y europeos. Todos los ingresos del petróleo y
el gas permanecerán así en Rusia y el rublo crecerá por sí mismo, sin tener que gastar las
reservas de divisas y oro, agrega el portal (Vea, InSerbia, La inesperada 'jugada' de Rusia
con sus activos de petróleo sorprende a Occidente, 3 de enero de 2015,
http://actualidad.rt.com ).
Los medios occidentales dejan la impresión que es cuestión de tiempo para que el
régimen actual de Moscú caiga. No divulgan para nada que el presidente Putin está
gozando de una popularidad desconocida de al menos el 80% de la población. El
presidente Putin es considerado un héroe en su país incluso por la oligarquía. Gracias a
sus reducidos costes de producción, Rusia y Arabia Saudita acordaron incrementar aún
más su oferta de petróleo ya no solo para poder obtener más beneficios, sino para dar un
contragolpe a EEUU. Tras la negativa de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) de rebajar su producción, decidida en la reunión del 27 de noviembre
de 2014, la tendencia a la baja del precio del petróleo ya ni tiene visos de moderarse. Si
la baja del precio de petróleo mediante la especulación bien podrá haber formado parte
de un plan a largo plazo para dejar en crisis a Rusia, lo interesante es que un efecto
bumerán cayó sobre la industria de petróleo de esquisto norteamericano al seguir
bajando los precios de petróleo. La caída del precio de petróleo, en otras palabras, ha ido
más allá de sus objetivos. (Vea, GEAB 90, diciembre de 2014).
¿Por qué Arabia Saudita, tradicionalmente país aliado con EEUU, entra en
alianza con Rusia? Aquí tenemos algo que no nos informan los medios de comunicación.
De acuerdo con Jim Willie los Sauditas se enteraron que su oro depositado en un banco
suizo fue robado por la élite financiera de la City de Londres y Wall Street. El
Departamento de Finanzas de EEUU investigó el banco UBS de Suiza aludiendo que
tenían cuentas extranjeras ilegales para evadir impuestos y pudo tomar el control del
banco en 2011. En realidad decomisaron el oro que Arabia Saudita tenía depositado en
el banco UBS. Hace pocos meses otro tanto sucedió con el oro de Emiratos Árabes Unidos.
El oro así sustraído se canaliza vía los centros financieros de Londres y Nueva York, para
venderlo a China. Es obvio que los Sauditas no gustaron de la maniobra y se aliaron con
Rusia. A partir de ese momento son Rusia y Arabia Saudita quienes determinan el precio
de petróleo y ya no EEUU junto con Arabia Saudita (vea, Jim Willie: Global Trade In
Dollars Has Decreased By 50%, www.silverdoctors.com, 28 de diciembre de 2014).
Para aplastar a los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos, Rusia y
Arabia Saudí tendrían que vender más petróleo y a un precio bajo por un período
prolongado de tiempo. Para quebrar las piezas claves de la industria estadounidense del
petróleo de esquisto el equipo de GEAB cree que el precio del petróleo debe estar por
debajo de 50 dólares por un período de al menos 6 a 12 meses. Lo anterior se debe a los
derivados (una especie de seguros contra un desplome de precios). La mayoría de los
productores de petróleo de Estados Unidos están cubiertos o asegurados contra una
bajada del precio del petróleo. Un cambio hacia abajo en el petróleo significa que alguien,
la contraparte de esta cobertura, tendrá que pagar por las pérdidas sufridas. La mayoría
de estos productos tienen un mecanismo de apalancamiento o re-aseguro. Si el precio
del petróleo cambia 1 dólar, estos productos cambian 2, 3 y a menudo más dólares por
el apalancamiento.
Mark Armstrong, afirma que con un precio por debajo del $57 por barril ya
aumentaría seriamente el efecto de apalancamiento. Este proceso tendrá un impacto más
allá de las fronteras norteamericanas. Hay bastantes intereses fuera de los EE.UU.
metidos en este mercado de esquisto, como los mercados de divisas de Gran Bretaña,
Alemania y Suiza así como bancos holandeses e israelíes. Cuando la incapacidad de pago
de la deuda entra en juego, el sistema entero sufrirá un efecto domino internacional,
incluyendo fondos de pensiones, bancos, el mercado accionario y otros inversores que
entraron en el juego. Rusia y Arabia Saudita han invertido, de esta manera, la
original política de golpear a Rusia en un contragolpe, hecho que lo transforma en
un acto insurreccional. (Mark Armstrong, Derivatives Market $280 Trillion – Is It Really
A Time Bomb?, 22 de diciembre de 2014, www.armstrongeconomics.com).
El actual precio del petróleo ya ha afectado seriamente la industria petrolera
norteamericana basada en las nuevas tecnologías a través de fracturas provocadas en la
roca por medios hidráulicos y químicos, un proceso muy contaminador que se conoce
como ´fracking´. De acuerdo con la investigación del equipo GEAB, el petróleo de esquisto
aún es rentable con un precio entre 60 y 80 dólares/barril. Los países del Consejo de
Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) como Arabia Saudí junto con
países como Rusia tienen costos de producción mucho más bajos. Bernstein estima que
la inversión en el sector petrolero en EEUU podría caer en un 75% si el precio del barril
de petróleo se mantuviese alrededor del $50. Con un precio por debajo de los $60 el
barril (estaba en $53 el 31 de diciembre de 2014), ya amenaza otro pánico financiero.
Las crecientes deudas en el mercado de petróleo de esquisto, pronto serán
catalogadas como bonos chatarra. Al igual que con la crisis bancaria, el equipo GEAB
ni se sorprendería de que conocidas compañías petroleras como BP o Shell dejaran de
existir de la noche a la mañana (Vea, GEAB 90 diciembre de 2014 y Mike Whitney, The
Oil Coup US-Saudi Subterfuge Send Stocks and Credit Reeling, en
www.counterpunch.com, 17 de Diciembre, 2014).
Para sostener la guerra económica contra Rusia, Wall Street ha presionado a la
Unión Europea profundizar el QE. En este caso el dólar se fortalecerá ante el Euro pero
el precio del petróleo seguirá a la baja. Los dólares tomados en préstamo, en Japón y
Europa, a tasas de interés cero e invertidos en EEUU (el llamado ´carry trade’) en
proyectos riesgosos como el petróleo esquisto alcanzan actualmente la suma de 9
billones de dólares.
Con el posible colapso de esta industria de petróleo a la vista, también está en
riesgo el mercado de derivados. De nuevo los bancos centrales tendrían que salir para
cubrir las pérdidas de los bancos demasiado grandes para dejarlos caer, creando el
espacio para otra aventura especulativa. En China el año nuevo comienza a mediados de
febrero. Es un momento a partir del cual, autores como Jim Willie, esperan presiones
fuertes para romper con el actual sistema monetario internacional. Según el último autor
puede ser con un aumento sustancial en el precio del oro o que Europa, bajo presiones
de Alemania, decidan no apoyar más el comercio exclusivo en dólares. Esto aceleraría la
muerte del sistema monetario basado en el dólar. Cuanto más rápidamente se de este
proceso, más probabilidad habrá que saldremos de la depresión global. Cuanto más
tiempo continua el imperio del dólar, más profunda y larga será la depresión y
mayor el riesgo de un Estado global fascista, sin fronteras ni ciudadanos. Con
semejante proyecto de la élite financiera de Wall Street y la City de Londres parece
no haber límite para la concentración de ingresos a costa de la economía real y a
costa de capas cada vez más amplias de la población mundial (Vea, C. Serpa, It's
GAME OVER…The Dollar Is DYING!, http://www.gold-eagle.com 2 de enero de 2015).
La batalla por el oro físico En el mundo financiero es un dato generalmente
aceptado que el precio del dólar va en el sentido contrario del precio del oro. Para
mantener el precio del dólar artificialmente alto, el mundo financiero ha hecho de todo.
(Koos Jansen, Checkmate: Is Russia Selling Oil For Gold?, www.gold-eagle.com, 18 de
diciembre de 2014). La maquinaria de imprimir ´papeles de valor´ parece poder
funcionar de manera infinita, pero no así en el mercado de oro. La intervención para
suprimir el precio del oro, mediante contratos a futuro, es finita ya que requiere poder
entregar tarde o temprano lingotes de oro físico.
En los últimos cinco años, grandes cantidades de oro físico han sido comprados por
China, Rusia e India en primer lugar. En el mercado de oro de Shanghai (Shanghai Gold
Exchange), se compró durante el último año 250 toneladas de oro por mes, o sea, unos 3
mil toneladas tan solo en el año 2014, equivalente a la producción mundial de oro por
año. En la actualidad China es probablemente el mayor poseedor de oro en el
mundo. Si bien no existen datos muy contundentes, se estima que China y Rusia
poseen en este momento más de 20 mil toneladas de oro cada uno. Como buena
parte de las adquisiciones son secretas, es difícil obtener información fidedigna. En
realidad China cuenta, según algunas estimaciones, incluso con unas 30.000 toneladas
de oro. Entre 1983 y 2002 el gigante asiático reunió de manera opaca unas 20.000
toneladas de oro. En 2014 llegaría a 30.000. Jim Willie estima que Rusia alcanzó
tener 25 mil toneladas de oro en 2014. Asimismo estima que las reservas oficiales
de EEUU prácticamente se han ido. La `regla de oro´ desde Bretton Woods ha sido
y seguirá siendo quien posee el oro pone las reglas. La demanda global de oro va
más allá de estos dos importadores estrellas ya que muchos países en el este
importan oro físico. India, por ejemplo, no queda muy atrás La pregunta que surge
entonces es, ¿de dónde viene todo ese oro físico y por cuanto tiempo habrá oro en
oferta? La incapacidad de entrega, en otras palabras, está a la vista. (Vea, Nathan
McDonald, Global Gold Demand Will Overwhelm the Manipulators, 21 de noviembre de
2014, www.sprottmoney.com y C. Serpa, It's GAME OVER…The Dollar Is DYING!,
www.gold-agle.com , 2 de enero de 2015 y Dmitry Kalinichencko, Grandmaster Putin's
Golden Trap, Ob.cit.). Mientras el precio de oro tiende a la baja, el precio del dólar tiende
al alza. El método clásico para lograrlo ha sido la venta de oro a futuro (títulos de oro de
papel) y posponer la entrega de oro físico mediante la emisión de nuevos títulos. El
volumen de ventas en el mercado de oro de papel, contando solo los contratos a futuro,
se estima en 360 mil millones de dólares por mes. La entrega de oro físico, en cambio, no
pasa de 280 millones de dólares por mes. Esto significa una relación de oro de papel
versus oro físico de más de mil a uno (Vea, Koos Jansen, Ob. Cit.). Wall Street usa
canales criminales para obtener oro que ocupa para poder cumplir a medias con las
demandas más fuertes. Según nos informa Jim Willie, además del oro de Arabia Saudita
que los ´bangsters´ robaron en la banca suiza, expropiaron 144 toneladas de oro de Libia,
a partir de la caída de Gadafi y recientemente 33 toneladas de Ucrania. Otros países, como
Chad, están en la mira. La supresión del precio del oro ha sido la norma en los últimos 20
años, política acompañada de actos criminales. Con la caída de las ´Torrres Gemelas´,
el 11 de septiembre de 2001, desapareció de las bóvedas del ´World Trade Centre´
todo el oro físico valorado en un billón de dólares. Existe una gran probabilidad que
las reservas de oro físico de varios países europeos han sido arrendadas a bancos
vinculados al mercado de oro como JP Morgan, Scotia, y HSBC, durante un plazo
determinado, al término del cual el banco tiene la opción de comprar el oro arrendado
pagando un precio determinado, devolverlo o renovar el contrato. En los libros, el oro
(alemán por ejemplo) parece como bien guardado, pero en realidad está comprometido
para mantener bajo control al precio del oro. Es por este motivo que prometen devolver
el oro a Alemania apenas en un plazo de siete años. Mientras tanto Alemania pierde
mucho de su soberanía para distanciarse del dólar. Así como Alemania, muchos países
de Europa guardaron sus reservas en oro en la posguerra en lugares supuestamente
seguros como Nueva York y la City de Londres. Alemania que cuenta oficialmente con
unas 3.395 toneladas de oro como reservas internacionales pidió la repatriación de las
1.500 toneladas guardadas en la Reserva Federal de Nueva York. En 2014, después de
una lucha de varios años, el país solo ha recibido una fracción de todo lo que solicitaron
y hay promesas de entregar lo restante durante siete años. La pregunta es si el oro
alemán fue puesto en garantía o si incluso despareció del todo. Al no disponer de su oro,
Alemania pierde soberanía monetaria frente al imperio de dólar para optar por su propio
camino hacia Eurasia. Es curioso observar que Holanda si recibió a fines de 2014 unas
122 toneladas de oro de regreso de la Reserva federal de Nueva York. La explicación
posible es que los holandeses están más alineados con el imperio del dólar que Alemania.
Ante la gran inseguridad acerca de la existencia o no de las reservas internacionales en
oro físico, observamos una creciente demanda de repatriación de lingotes de oro, no solo
desde las bóvedas de Nueva York sino también desde Londres. Con todo observamos
durante el año 2014 una vertiginosa caída del oro físico depositado en la bolsa de
comercio de futuros de oro (COMEX en Nueva York) al pasar de 665,000 onzas en enero
a 11,059 en el último cuatrimestre del año, prueba que los activos tipo oro-papel
emitidos por los bancos ya no son convertibles en oro físico. Con ello, el precio del oro de
pronto será fijado por el mayor tenedor de este metal precioso: el mercado de oro de
Shanghái. El precio de este metal volverá a funcionar a partir de ese momento según la
oferta y demanda de oro físico. Al ritmo que aumentará entonces el precio del oro
físico, bajará también el precio del dólar. Es el momento también que podamos
esperar que los bonos del Tesoro de EEUU serán vendidos en masa, haciendo caer el
precio del dólar brutalmente. Será el fin de la era del dólar como moneda de referencia
internacional hegemónica (Vea, Jim Willie, Shanghai Shock to Shatter the Gold Market!,
30 de diciembre de 2014, http://www.silverdoctors.com).
En este momento Rusia ya está lista para vender su petróleo y gas a Occidente a
cambio de oro físico. Lo anterior funciona independientemente de si Occidente está o no
dispuesto a pagar en oro. Putin vende recursos energéticos rusos e incluso uranio a
Occidente a cambio de dólares americanos, que en este momento está artificialmente
sobrevalorado. Con estos dólares Putin compra todo el oro físico que pueda de Occidente
a precios artificialmente bajos. El Banco Central de Rusia puede utilizar el oro para pagar
sus importaciones. Para China esta disposición de Rusia de comprar los bienes con el oro
de Occidente resulta algo muy conveniente. China deja de esta manera de vender sus
bienes en dólares. China no ocupa comprar más bonos del Tesoro de EE.UU. con sus
dólares. China sustituirá de esta forma cada vez más los dólares por oro al exportar sus
productos al mundo entero. Rusia compra bienes de China directamente en oro al precio
de mercado y China compra los recursos energéticos de Rusia con el mismo oro. El dólar
norteamericano no tiene lugar en este proceso. Es solamente un instrumento financiero
de intermediación pero no necesario.
¿Hay amenaza de una guerra nuclear?
Al entrar al año 2015 podemos afirmar con Alberto Rabillota y parafraseando el
Manifiesto Comunista, que “un fantasma recorre Estados Unidos y Europa: el fantasma
del Vladimir Putin”, porque Putin es el Jefe de Estado de la única superpotencia en armas
nucleares y convencionales que puede frenar, y llegado el caso responder en los hechos,
a la política de agresiones militares de la OTAN para completar la hegemonía neoliberal
a escala mundial. Las aspiraciones del dirigente ruso son negarse a supeditarse a, e
incluso terminar con la unipolaridad que el mundo vive desde el derrumbe de la
Unión Soviética. Para lograrlo negocia la creación de un orden internacional que
permita a Rusia y a los demás países mantener la soberanía nacional. Y por si fuera
poco el Presidente ruso ha dotado a su país con los medios de prensa, como Russia
Today (RT), para dar a conocer al mundo la verdadera política del imperio y las
alternativas políticas de su país, algo imperdonable para Occidente (Vea, Alberto
Rabillota, “El fantasma que recorre Estados Unidos y Europa”, ALAI, diciembre de 2014).
Las experiencias de las fases liberales a ultranza del
capitalismo en los siglos 19 y 20 mostraron su fracaso y fueron la
causa de dos guerras mundiales. Hay que recordar que el fascismo
fue y sigue siendo una consecuencia del (neo)-liberalismo, como
señaló el historiador de la economía Karl Polanyi en 1944, y
actualmente lo enfatiza Putin. El militarismo asumido por la élite
financiera de Wallstreet y la City de Londres a través de la OTAN
figura como la “solución” ante el fracaso del neoliberalismo y tiende
a ir por el mismo camino. Para evitar la integración económica de
Eurasia como bloque económico alternativo, las élites en el poder
buscan someter a sus aliados-vasallos de la OTAN y en primer lugar
Alemania y Japón, acorralando a Rusia y a China y sumergiendo en
el caos a países de todos los continentes para así tomar posesión de
una amplia variedad de recursos naturales de la periferia, desde el
petróleo y el gas hasta el oro. Esa andanada de agresiones parece
transformarse en un súper boomerang que golpea a la cabeza del
imperio acosado por deudas y amenazas recesivas (Vea, Jorge
Beinstein, “Cambios decisivos en el sistema global: Entre ilusiones y
guerras desesperadas contra el tiempo”, Rebelión 31 de octubre de
2014).
Muchas personas en Occidente y especialmente los estadounidenses, aún creen en
la vieja doctrina de la “destrucción mutua asegurada”, que implica que ambas partes
disponen de tantos misiles nucleares que un ataque de uno de los dos bandos implicaría
la destrucción de ambos contendientes. Eso quizás era así durante la guerra fría, afirma
Paul Craig Roberts, pero desde entonces, muchas cosas han cambiado. Hubo un cambio
de la doctrina militar de EE.UU. que eleva el estatus de sus armas nucleares desde el de
disuasión y represalia al de ataques nucleares preventivos (´first nuclear strike´). La
construcción de bases antimisiles cerca de las fronteras rusas, así como la militarización
de las nuevas tecnologías por parte de EE.UU. dejan claro al Gobierno ruso que
Washington está preparando un ´ataque nuclear preventivo´ contra Rusia. Estados
Unidos desataría así una tercera guerra mundial con Rusia y China y, según opinión
del periodista y analista político Paul Craig Roberts, solo sus propios aliados la
podrían evitar (Vea, “Estados Unidos intenta desatar una tercera guerra mundial contra
Rusia y China”, 1 febrero, 2014, www.paginatransversal.wordpress.com ). Creemos con
el equipo de GEAB y Jim Willie que es remota la posibilidad de un eventual ataque nuclear
preventivo entre Estados Unidos y Rusia. Nos preguntamos con Koos Jansen, sin
embargo, en caso que por ´accidente´ sucediera, hecho que no es imaginario, ¿quién tiene
más posibilidades de dar un golpe letal en este caso? Lo cierto es que la mayoría de
ciudadanos norteamericanos e incluso europeos, están convencidos de la supremacía de
la OTAN. Sin embargo, en los últimos años el arsenal nuclear estratégico de EE.UU. ha
envejecido y se ha reducido notablemente. En EE.UU. estaban convencidos de que Rusia
nunca resucitaría. Hoy las élites en los EEUU están conscientes de que se equivocaron,
pero es tarde. Este hecho hace improbable que la OTAN recurrirá a un ataque nuclear
preventivo. Los rusos se han dedicado a desarrollar una nueva generación de
bombarderos, submarinos y misiles que tienen mayor capacidad de causar un primer
ataque nuclear demoledor. Hay claros signos de que Rusia también se prepara para
luchar y ganar un eventual ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos. 1. Rusia
realizó con éxito el lanzamiento de un nuevo misil balístico intercontinental para
submarinos y el país ya cuenta con submarinos nucleares silenciosos de ataque que son
virtualmente indetectables cuando se sumergen. La Marina de Estados Unidos se refiere
a ellos como “agujeros negros” ya que el ejército estadounidense no puede detectar.
Estos submarinos pueden acercarse y se han acercado libremente a las costas de los
Estados Unidos sin ser detectados. Eso significa que Rusia podría atacar EEUU desde
estos submarinos prácticamente de sorpresa y sin apenas oposición. 2. Por primera vez
en la historia, Rusia dispone de más ojivas nucleares estratégicas desplegadas que EEUU,
según nos informan las últimas cifras publicadas por el propio Departamento de Estado
de EEUU. 3. La superioridad actual de la que dispone Rusia sobre la OTAN en cuanto a las
armas nucleares tácticas, es aún más evidente. 4. Los medios de comunicación rusos
están reportando que el 60% de todos los misiles nucleares rusos tendrán la capacidad
de evitar los radares en el año 2016. 5. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha iniciado un
enorme “programa de modernización de armas”. Rusia está construyendo un sistema de
misiles antibalísticos, el misil S-500, que supuestamente sería superior a cualquier
sistema del que dispusieran actualmente los EE.UU. El bombardero estratégico ruso de
nueva generación, el llamado PAK DA Estratégico, está en desarrollo y destinado a ser
casi invisible a los radares y será capaz de transportar una enorme variedad de misiles
convencionales y nucleares (Vea, “10 SEÑALES DE QUE RUSIA SE ESTÁ PREPARANDO
PARA GANAR UNA GUERRA NUCLEAR CON EEUU”, 26 de noviembre de 2014,
http://endoftheamericandream.com ). 6. En cualquier operación militar y de carácter
no-nuclear por la OTAN en territorio ruso, Occidente está condenado a perder. De
acuerdo a Koos Jannsen, los generales del Pentágono con verdadero liderazgo en la OTAN
se lo saben. Una guerra nuclear contra Rusia no tiene chance ninguna ni el así llamado un
golpe nuclear preventivo (“preventive disarming nuclear strike”). La OTAN simplemente
no tiene la capacidad técnica para dar un golpe que dejaría totalmente desarmado a Rusia
en términos nucleares y en todas sus manifestaciones. Una respuesta nuclear masiva en
venganza sobre objetivos enemigos sería inevitable (Koos Jansen, Ob. Cit.). Finalmente,
un hecho reciente ocurrió el 26 de diciembre de 2014. Nos referimos a la respuesta
definitiva que Rusia lanzó contra las provocaciones de Estados Unidos, afirmando que se
reservaba el derecho a utilizar armamento nuclear aun en el caso de una agresión con
armas convencionales, incluso, si esto alcanzará a sus aliados. “El presidente ruso,
Vladímir Putin, ha firmado un decreto "sobre la doctrina militar de la Federación de
Rusia" que introduce aclaraciones a la doctrina existente” La decisión de cambiar la
doctrina militar fue tomada el 5 de julio de 2013 después de la decisión correspondiente
del Consejo de Seguridad de Rusia. Los cambios realizados en el documento fueron
aprobados el 19 de diciembre (2014), informa el servicio de prensa del presidente (…).
El punto 27 de la nueva versión de la doctrina militar dice que "la Federación de Rusia se
reserva el derecho a utilizar armas nucleares en respuesta a ataques con armas nucleares
u otras armas de destrucción masiva en contra de Rusia y/o de sus aliados, así como en
el caso de una agresión a la Federación de Rusia con armas convencionales que suponga
una amenaza para la existencia del Estado" “El presidente ruso, Vladímir Putin, ha
firmado un decreto "sobre la doctrina militar de la Federación de Rusia" que introduce
aclaraciones a la doctrina existente”. (Vea, Enrique Muñoz Gamarra, Últimas notas sobre
recambio geoestratégico imperialista, ARGENPRESS.info, 30 de diciembre de 2014).
Por otra parte, complementando el plano geopolítico, mientras la opinión pública
occidental trata de nadar en un verdadero océano de información sobre la formación de
una supuesta coalición internacional para la lucha contra el «Emirato Islámico», es este
último el que va cambiando discretamente de forma. El proyecto del Emirato Islámico
coincide con el nuevo mapa estadounidense de división del Medio Oriente, publicado en
2013 por Robin Wright en el New York Times. Sus principales jefes ya no son árabes sino
georgianos y chinos. Para Thierry Meyssan, esta mutación demuestra que el objetivo a
largo plazo de la OTAN es utilizar el «Emirato Islámico» en Rusia y China. Es por eso que
esos dos países están obligados a intervenir desde ahora en contra de los yihadistas,
antes de que estos vuelvan para sembrar el caos en sus países de origen (Thierry
Meyssan, ¿Quiénes son los miembros del «Emirato Islámico»?, 5 de enero de 2015). El
Ejército Árabe Sirio estima en al menos 250 000 el número de yihadistas extranjeros que
han pasado por Siria en los 3 últimos años. El «Emirato Islámico» tiene intenciones de
restar protagonismo a sus combatientes árabes y promover a los chechenos puestos a su
disposición por los servicios secretos georgianos.
Desde junio de 2014, Estados Unidos y Turquía han introducido en el noreste de
Siria cientos de yihadistas chinos. Se trata principalmente de miembros de la etnia uigur,
o sea chinos de la República Popular China pero musulmanes sunnitas turcófonos. El
«Emirato Islámico» extenderá sus actividades a Rusia y China y que esos dos países son
los blancos finales de sus acciones. La OTAN podrá seguir lanzando contra Siria sus
hordas de yihadistas mientras sigue afirmando que lucha contra ellos. Pero cuando la
OTAN haya extendido el caos a todo el mundo árabe, incluso en el territorio de su aliado
saudita, enfilará el «Emirato Islámico» contra las dos grandes potencias en desarrollo,
que son Rusia y China. Es por eso que esas dos potencias intervienen desde ahora y
quieren acabar con el embrión de ejército privado de la OTAN (Thierry Meyssan, Ob. Cit.).
Enrique Muñoz señala que China estaría dispuesta a combatir al Estado Islámico en Irak.
Algunas notas en las prensas internacionales a este respecto han sido muy claras al
señalar que China realizaría ataques aéreos contra el autodenominado Estado Islámico
y el Levante (EIIL) en Irak. Al saber que este grupo paramilitar es una sección del ejército
estadounidense, lo anterior es una clara advertencia a Estados Unidos a fin de que desista
de sus macabros objetivos. De producirse una intervenquierención militar china en esta
región, llevaría dos opciones, y una muy clara: o la agudización del conflicto o a la
obligada retirada del ejército estadounidense de Siria y Ucrania, tal vez con algunos
acuerdos secretos con Rusia. Para el autor, la segunda opción es la que debe imponerse
(Vea, Enrique Muñoz, Ob. cit.).
¿Cómo se ve el futuro cercano? Por el momento Occidente puede gastar los
recursos y realizar toda clase de esfuerzos para incrementar artificialmente el poder
adquisitivo del dólar, bajando el poder adquisitivo del oro y reduciendo así también el
precio del petróleo. El problema, como vimos, es que los stocks de oro físico no son
ilimitados. Cuanto más devalúa Occidente el precio del oro y el petróleo frente al dólar,
tanto más rápidamente se agotarán los stocks de oro físico en Occidente. Este hecho es
percibido por algunos expertos como una estrategia para dominar el mundo causando la
bancarrota de Occidente. Es la guerra mundial monetaria que se está llevando a cabo. En
esta guerra mundial el poder está pasando a Asia ante nuestros ojos. Significa que China
puede fijar el precio del oro y que viviremos en un mundo centrado en China, donde las
reglas son diseñadas por los que disponen de oro. La burbuja del dólar está por estallar.
Las consecuencias serán impredecibles. Los tipos de cambio de divisas resultarán
prácticamente imposibles. Serguei Griniaev, director general del Centro de Estudios y
Previsiones Estratégicas de Rusia, estima que cuando estalle la burbuja del dólar, Estados
Unidos adoptará el amero. Al destruir por propia voluntad el dólar estadounidense,
Estados Unidos privaría de esa moneda a los países que actualmente acumulan reservas
de billetes verdes.
La presencia de la OTAN en la Unión Europea presiona para anexar la
eurozona y al menos fusionarla con la zona del amero. La firma del Tratado
Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre EEUU y la UE le sirve de base.
Más eficientes nos parecen ser las presiones económicas mediante la retención de las
reservas en oro de los países europeos en La nueva arquitectura de la gobernanza
mundial con Eurasia como nuevo eje central del mundo podría darse en el marco de la
próxima cumbre Euro-BRICS en Rusia (Ufa) en julio de 2015. Con ello EEUU podría
quedar aislado como la nueva periferia. El amero se proyecta asimismo en la Alianza
del Pacífico –constituida por México, Chile, Perú y Colombia–, además de El
Salvador, Panamá y Ecuador que ya operan con el dólar. Alfredo Jalife-Rahme calcula
que existirá una «zona amero que incluirá a otros países latinoamericanos como Costa
Rica, Perú, Honduras, Panamá, Bermudas y Barbados. El anuncio del amero inaugura
el principio del apocalipsis de la economía mundial y la pregunta es cómo
reaccionará América Latina ante ello (Vea, Alfredo Jalife-Rahme, El amero, ¿nueva
divisa de la Unión Monetaria de América del Norte?, La Jornada, México, 2 de enero de
2015). Se puede afirmar con Pepe Escobar, que el giro geopolítico hacia la integración
Rusia-China es la mayor maniobra estratégica de los últimos 100 años.
El máximo plan maestro del presidente de China, Xi va más allá del amero y no es
ambiguo: una alianza comercial Rusia-China-Alemania. Los empresarios y los
industriales alemanes lo desean ardientemente, aunque los políticos alemanes todavía
no se dan cuenta. Xi y Putin están construyendo una nueva realidad económica en el
campo eurasiático, llena de ramificaciones políticas, económicas y estratégicas cruciales.
La integración eurasiática prevalece con el paso del tiempo y Wall Street se convertirá
en una especie de bolsa de valores local. China y el mundo emergente multipolar, sin
embargo, todavía están trabados en el modelo neoliberal existente (Vea, Pepe Escobar,
El imperio del caos está perdiendo el partido, www.voltairenet.org , 5 de enero de 2015).
Queda la pregunta de cómo se estructurará entonces el nuevo sistema monetario
internacional. Rusia y China lideran la iniciativa de buscar un anclaje de sus monedas en
el oro, reemplazando al petrodólar. Eso significa que EE.UU. y sus aliados serán relegados
a un estatus de periferia. Para evitar ser reducidos al estatus de periferia, los países
europeos procuran repatriar su oro ´bien guardado´ en la bóvedas de EEUU para poder
mirar con autonomía hacia el Este. Al mismo tiempo una gran demanda de plata a precios
artificialmente bajos constituye una alternativa. Los Países Bajos repatriaron en 2014
más o menos 122 toneladas de oro y Alemania ha procurado repatriar su oro pero lo ha
logrado apenas en una pequeña parte. El Banco Central de Bélgica y de Austria está en
las mismas. Al negarse a entregar las barras de oro físico, las naciones pierden su
soberanía monetaria, por lo que todo país con reservas ahí, al no retirarlas pronto o
podrían ser liquidados con certificados de oro de papel sin ningún valor. Que nadie lo
dude, lo harán si las repatriaciones continúan (Vea, Jeff Clark, 7 Questions Gold Bears
Must Answer, www.theburningplatform.com , 9 de diciembre de 2014). Está China en la
posición de lograr que su moneda (renminbi) sustituya al dólar como la principal
moneda de referencia internacional. Hay dudas al respecto. Existen voces del campo
Occidental que China pronto se perfilará como el principal miembro del FMI, al participar
fuertemente con su moneda en los Derechos Especiales de Giro (DEG´s). Los DEG´s
estarían respaldados por una canasta internacional de monedas. China se transformaría
en el principal gestor para la recomposición del existente sistema bancario internacional.
Shanghái y Hong Kong sustituirían a Nueva York y la City de Londres y la elite financiera
de Wall Street probablemente migrará con ellos.
China aparecería como la nueva superpotencia que
encabezaría un gobierno global donde la actual élite financiera de
Wall Street y la City de Londres aún podrían co-gobernar. Bajo este
gobierno global, diseñado por los Rotschild´s, no existiría más
soberanía nacional. Para la humanidad sería el peor escenario
futuro imaginable. La nueva élite financiera gobernaría al mundo
sin reconocer fronteras ni ciudadanos.
Sin embargo, en este caso, el rol de Rusia seguiría una incógnita. Estamos claros
que mientras haya una escalada del conflicto contra Rusia, ninguno de los dos países
cooperara con el proyecto de un gobierno global con una moneda global propuesta por
el FMI ya en 2010. Por el otro lado tenemos bien claro que China y Rusia, con sus enormes
reservas de oro físico, son capaces de anclar su moneda en el oro. El anclaje de las
monedas en oro limitaría seriamente la especulación internacional y dejaría
descartado un mercado de Bonos del Tesoro como medio de pago sin límites. Con
el patrón oro no hay lugar para una moneda fiduciaria. La misma dejaría de existir.
Estimamos que el patrón oro jamás será permitido a través de la plataforma
occidental (Vea, Can the Bankster Elites Take Down Russia?, The Doc., 25 de diciembre
de 2014, www.silverdoctors.com ). La actualidad se pueda resumir como el fracaso
de la elite financiera internacional de Wall Street y la City de Londres al no poder
imponer un gobierno global. Con este fracaso precisan las soluciones a partir de
las integraciones regionales como un modelo de construcción de la gobernanza
mundial multipolar del siglo XXI. La mayoría de las alternativas socioeconómicas,
afirma Alberto Rabilotta, no rebasan el marco de un sistema capitalista “mixto”, y sin
embargo constituyen una grave amenaza al sistema neoliberal, porque están
adquiriendo importancia regional en el desarrollo de proyectos de cooperación
económica, financiera y monetaria, como es el caso con el BRICS (Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica), en América latina con Caricom, Mercosur, ALBA, Unasur y CELAC, sin
hablar del proceso regional de escala monumental que implican los acuerdos de
cooperación y planificación entre Rusia y China. No hay duda que los "occidentalistas"
harán de todo para impedir esta iniciativa de construir un mundo multipolar con mayor
soberanía nacional y regional. Lo que más temen en EEUU desde la Primera Guerra
Mundial es que Eurasia llegue a ser el nuevo centro del mundo (Alberto Rabillota, El
fantasma que recorre Estados Unidos y Europa…. www.rebelion.com, 13 de diciembre
de 2014). En torno del BRICS, las integraciones eurasiáticas, latinoamericanas, etc.
buscan desarrollar mercados comunes que remplacen a los mercados occidentales
declinantes generando de ese modo una dinámica capaz de salvarlos del desastre global
conducido por Occidente. Pero esa transición enfrenta problemas de casi imposible
solución afirma Jorge Beinstein. Los emergentes periféricos necesitan tiempo para
reconvertirse y adaptarse a los mercados de reemplazo internos y externos. Si los
capitalismos centrales se derrumban a corto plazo los emergentes sufrirán el impacto de
esa retracción y entrarán en un período de crisis explosivas. Para que los capitalismos
centrales no se derrumben a corto plazo, prolongando así una suerte de declinación
controlada, sería necesario que los mismos preserven sus privilegios monetarios
(hegemonía del dólar) y comerciales. Esto sucede en la actualidad a costa de la
estabilidad económica y política de los capitalismos emergentes. En otras palabras,
habrá caos o caos (Vea, Jorge Beinstein, Entre ilusiones y guerras desesperadas contra
el tiempo
Condiciones objetivas para que movimientos sociales y políticos cuestionen
el sistema
Algunos años antes de la Comuna de París Proudhon describía a la Francia
decadente de su tiempo de la siguiente manera: “Todas la tradiciones están gastadas,
todas las creencias anuladas, en cambio el nuevo programa no aparece, no está en
la conciencia del pueblo, de ahí lo que yo llamo 'la disolución'. Es el momento más
atroz en la existencia de las sociedades”. Como sabemos unos pocos años después,
desde lo más profundo del desastre emergió la Comuna de París (1871),
insurgencia efímera pero decisiva que iluminó las rebeliones del siglo XX.
Países centrales con menor potencial de ruptura sistémica
Para llegar hoy a cuestionar el sistema capitalista en su raíz, se cuenta con dos vías:
una sociedad puede llegar a luchar por un cambio no reformista a partir de una situación
en que nunca existieron las condiciones objetivas para el reformismo; o recorrer el
“camino invertido” a partir de un retroceso prolongado en la estabilidad económica,
social y por ende política. Lo anterior ocurre cuando en países donde ha estado
instaurado el reformismo por un buen tiempo, se da un aumento considerable y
duradero en la capacidad de reemplazo de la fuerza laboral. El mundo del siglo XXI es
diferente del de los siglos XIX y XX. En el XIX y las primeras décadas del XX, sólo se podía
dar la primera vía, ya que el reformismo apenas se estaba instalando. El capitalismo del
siglo XXI es completamente distinto, ya que hay muchos países con larga trayectoria
reformista. Es, además, diferente del siglo XX, el hecho de que ya no está el socialismo
realmente existente como referente. Ante la actual crisis del capitalismo, una pregunta
clave es: ¿resulta posible que, ante la actual Depresión del Siglo XXI, en los países
centrales se cuestione la racionalidad económica capitalista en su raíz y se
reivindique un proyecto pos-capitalista?
Hasta 1980 el mercado de trabajo operaba sobre todo dentro de los límites de las
fronteras nacionales; desde fines del siglo XX se da la constitución de un mercado
mundial de trabajo. Según un estudio de la OIT, la clase trabajadora potencialmente
disponible para la explotación del capital transnacional se duplicó, al pasar de una PEA
de 1,46 mil millones en 1985 a casi 2,93 mil millones en el 2000. En esencia, la
globalización del mercado mundial de trabajo significa una mayor capacidad sustitutiva
de la fuerza laboral en el mundo entero. Esto implica una tendencia mundial a la baja de
los salarios, un aumento en la jornada de trabajo y un empeoramiento en las condiciones
laborales en el mundo entero; es decir, en centro y periferia. Este proceso estructural se
agravó aún más con la crisis financiera de 2008 que desembocó en la Gran Depresión del
siglo XXI.
A partir de la crisis financiera y la consecuente Gran Depresión del Siglo XXI hay
fuertes alzas en las tasas de desempleo en los países centrales. En Grecia y España se
observan en términos reales tasas superiores al 25%. Las tasas de desempleo juvenil
(entre 16 y 24 años de edad) superan incluso el 55% y tienden al alza. Con ello, empeoran
los seguros de desempleo y aumenta la presión sobre el mercado de trabajo; la
inseguridad económica viene hacia abajo y, con esta también, la seguridad social. Las
pensiones de vejez están en discusión, en todo lado aumenta la edad para poder
pensionarse con la excusa que la esperanza de vida (al nacer) aumentó, una medida nada
adecuada para la argumentación.
Es preciso, también, analizar la esperanza de vida de personas al cumplir los 60
años de edad en países de altos ingresos. Este indicador aumentó entre 1990 y 2012 en
un 16% para los hombres y 13% para las mujeres; y 6% y 16%, respectivamente, en los
países de ingresos medio-altos. La probabilidad de que la población en edad activa
fallezca antes de cumplir los 60 años de edad (la población cotizante) en los países de
alto ingreso baja en un 22% para los varones y un 13% para las mujeres. En los países
de ingresos medio-altos esta cifra baja incluso un 30% para hombres y mujeres. La baja
de mortalidad en la población activa aumenta la población cotizante; la baja en la
mortalidad de la población cotizante significa, además, un ahorro en las pensiones de
viudez11. La edad de pensionarse tiene más que ver con el desmantelamiento del régimen
de pensiones por las inversiones especulativas y parasitarias de los fondos de pensiones
que con la esperanza de vida. Cuando el mercado de derivados se desplome de pronto
nos anunciarán una pensión ´post mortem´.
A partir de la creciente inseguridad económica y social hemos visto movimientos
sociales masivos como el de los indignados en España o ´Occupy Wall Street´ en EE. UU.;
una cosa, sin embargo, es la indignación y otra un planteamiento político crítico hacia el
sistema como tal. Calza en este contexto preguntar las posibilidades de un
cuestionamiento popular de la racionalidad económica vigente en los propios países
centrales. Con la capacidad sustitutiva mundializada se puede descartar un posible
11
regreso a la situación del Estado de Bienestar del pasado. A nivel de las
subjetividades, sin embargo, se mantiene la esperanza de que después de unos años se
pueda regresar a la situación anterior. Han de pasar años de crisis y retroceso para que
la población tome consciencia de la situación objetiva. En un primer momento la
población no deja de creer en el sistema vigente, pues bajo el reformismo se instauró y
se consolidó la seguridad económica y social; por lo que perduró la fe en el reformismo
político. Esta fe no se destruye de un año para otro, ni eventualmente de una generación
para otra.
En un primer momento, las masas populares siguen creyendo firmemente en las
relaciones sociales existentes. La defensa del statu quo a toda costa, a todo precio y a
costa de otros (inmigrantes y minorías en general) encuentra tierra fértil. La defensa del
derecho de estar en las ‘sagradas’ relaciones capitalistas en su crisis de legitimidad, lleva
la política popular hacia posiciones conservadoras, xenofóbicas y nacionalistas. Se
expresa a través del derecho imaginado de salvar su nación, su cultura, su raza, a costa
de todo. Cuanto más derechos económicos y sociales ha adquirido (un segmento de) la
población, más derecho siente de estar dentro del sistema. En el siglo XX este
nacionalismo popular constituyó la base para que se montara el capital monopólico de
una nación con su proyecto fascista. En el siglo XXI, al capital financiero y
transnacional no le interesa el nacionalismo, más bien lo contrario; la elite
financiera global de Wall Street y la City de Londres, y sus grandes transnacionales,
buscan más bien acabar con la soberanía nacional para crear un gobierno global
bajo su liderazgo.
Los tratados de libre comercio entre la UE y EE. UU. no solo eliminan las
fronteras para las grandes corporaciones, sino que las colocan por encima del
Estado, acabando con toda la soberanía nacional; otro tanto sucede con el Tratado
del Trans- Pacífico (TTP). Los diferentes tratados de libre comercio juntos en el
mundo han de crear la base para que la élite financiera, con su sede principal en
Wall Street y la City de Londres, cree, con las multinacionales asociadas, un
Gobierno global sin fronteras ni ciudadanos. Sobre esta base se impone un mundo
unipolar por encima de cualquier estado nación y sin compromiso con nada ni con
nadie.
En medio del nacionalismo popular vigente en los países centrales, y no en último
lugar en Europa, acabar con la soberanía nacional podría encontrar aún su resistencia.
No es muy probable que el tratado de libre comercio cuente con la ratificación de los
diferentes parlamentos; ni se logra fácilmente instaurar ese gobierno global sin obtener
las condiciones subjetivas necesarias a nivel popular. Es preciso provocar entonces un
suceso, suficientemente impactante, para generar una coyuntura que sirva de
pretexto para acabar con la soberanía nacional, incluso en los países centrales. La
crisis en Ucrania ha de servir de vehículo. A cien años de la Primera Guerra
Mundial, los grandes medios están generando el clima de la amenaza de una
Tercera Guerra Mundial. Según nos comunican los grandes medios, supeditados a
los intereses de la élite financiera, el nacionalismo fue y sigue siendo una amenaza
para otra gran guerra. Un gobierno global (manejado por la élite financiera de Wall
Street y la City de Londres) alegan, acabaría de una vez por siempre con ese
nacionalismo y sería la única forma de evitar una Tercera Guerra Mundial.
Lo que quieren provocar con la crisis en Ucrania, entonces, es la amenaza de otra
gran guerra, para que el gran público de ambos lados del Atlántico, en el momento más
crítico, espere que una ´comunidad internacional´, suficientemente amplia de ambas
bandas (Occidente y el Este), apele a esta gobernabilidad global para evitar el desastre
mundial. De esta forma, la mencionada élite financiera pretende aparecer como los
salvadores de la humanidad, cuando en realidad están cometiendo, con la OTAN, un
genocidio tras otro (Afganistán, Iraq, Siria, Ucrania, etc.). Si podemos hablar de un
resurgimiento del neofascismo, no es tanto a nivel popular en los países centrales,
sino en la política mundial diseñada y llevada a cabo desde Wall Street y la City de
Londres. En nuestra opinión, es más probable que los BRICS se salgan con la suya que
Occidente con su Estado Global. Lo que sí podemos esperar en el futuro cercano es un
enorme caos económico, financiero y político, que podrá ser la coyuntura para que
mundialmente se cuestione a fondo este sistema decadente. En esta coyuntura caótica
podrán darse las condiciones objetivas y subjetivas que conllevan al agotamiento
efectivo de la racionalidad económica vigente.
Países periféricos con menor potencial de ruptura sistémica.
a) países con alta capacidad de reemplazo de la fuerza de trabajo.
En muchos países de la periferia las relaciones asalariadas aún no se han
generalizado al no haberse expandido el capital en múltiples sectores y/o regiones.
Cuando solo una pequeña minoría de la población está inserta en relaciones asalariadas
(digamos menos de una quinta parte de la población económicamente activa, PEA),
las relaciones de mercado no han penetrado en toda la sociedad. Se trata de naciones
frágiles y víctimas fáciles de intentos neocoloniales. Este es el particular, pero no
exclusivo caso, del África Subsahariana. Aunque la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) no dispone de datos para todos los países, podemos mencionar los
siguientes países africanos: Burkina Faso, Camerún, Chad, Madagascar, Malí, Malawi,
Ruanda, Senegal, Sudán, Tanzania y Uganda. Para el sudeste asiático, la OIT observa estos
bajos porcentajes en Afganistán, Bangladesh, Camboya y Laos. En América Latina y el
Caribe, apenas está el caso de Haití.
Conforme la relación mercado-capital penetra más en la economía, mayor es
la disolución del nexo no capitalista y la consecuente liberación de fuerza de
trabajo para incorporarse al capitalismo. Podemos afirmar que en los países
periféricos donde porcentaje de asalariados de la PEA va del 20 al 39%, el capital opera
ya en forma más visible. Ahí las relaciones de intercambio son más monetizadas. Con
todo, si bien en estos países el capital ha penetrado un poco más, las relaciones
asalariadas son todavía minoritarias y a pesar de que hay cierta diferencia con los países
anteriores, en esencia siguen siendo países frágiles y víctimas fáciles de intentos
neocoloniales. En África, los países con información disponible cuya PEA está entre 20 y
39% de asalariados son Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Lesoto y Zimbabue; en Asia,
Bután, Malasia, Indonesia, Mongolia, Nepal, Paquistán y Vietnam; mientras en América
Latina y el Caribe no existe ningún caso.
En economías con una fuerza de trabajo asalariada claramente minoritaria, no hay
estabilidad laboral ni seguridad económica o social. La elevada capacidad sustitutiva no
requiere la conservación y reproducción de la fuerza trabajo en edades productivas. La
vida más bien parece no valer nada. La probabilidad de morir en edad activa (entre 15 y
60 años de edad) en países con menos de 20% de asalariados de la PEA es superior al
25% en los mencionados países del sudeste asiático. Al igual que en Haití. Lo mismo se
observa en 8 de los 10 países subsaharianos citados, y en tres casos (Camerún, Chad, y
Uganda) esta cifra supera el 35%. Más de un tercio de la PEA en estas naciones fallece
antes de cumplir los 60 años de edad. Es preciso saber que la mediana mundial ronda el
15%, y en países de altos ingresos menos del 5%. Conforme la relación salarial en la PEA
se amplía a niveles entre 20 y 39%, la conservación de la fuerza en edad activa mejora
levemente. La probabilidad de morir antes de cumplir 60 años es superior al 25% en 3
de los 11 países, y en los otros 8 está visiblemente por encima de la mediana mundial
(15%).
Es especialmente en estos países frágiles donde suelen operar fondos soberanos,
especuladores y otros gobiernos en el acaparamiento de tierras. Este acaparamiento
ocurre a partir del llamado pico petrolero y el consecuente interés por la producción de
agro-combustibles. Se acaparan tierras con el fin de extraer minerales; además, el
acaparamiento es una manera de trocar capital ficticio (papeles) por riqueza real. En
años pasados han cambiado de manos al menos 227 millones de hectáreas, la mayoría
del África Subsahariana (Angola, Botsuana, Kenia, Liberia, Madagascar, Mali,
Mozambique, República Democrática del Congo, Senegal, Suazilandia, Sudán, Zambia,
etc.). Tan solo en Liberia, el Gobierno ha concedido más de un tercio de la tierra del país
(cuya superficie es de 96 mil kilómetros cuadrados) a empresas extranjeras de
explotación forestal, mineras y agroin-dustriales. En Etiopía, se han asignado 23 millones
de hectáreas aptas para producir jatrofa o piñón (un arbusto cultivado por sus frutos que
producen aceite y por su capacidad de sobrevivir en regiones áridas).
En la República Democrática de Congo cambiaron de manos 12,8 millones de
hectáreas: 10 millones a la agroindustria IDH 030 de África del Sur y 2,8 millones a China
para cultivar palma africana como agro-combustible. En Zambia, dos millones de
hectáreas han pasado a manos foráneas; en Sudan, 1,5 millones; y en Madagascar, 1,3
millones. El sudeste asiático ocupa el segundo lugar. En el período mencionado, en
Filipinas, 1,4 millones de hectáreas fueron a manos chinas y; en Indonesia medio millón
a Arabia Saudí. El traspaso de estas tierras sucede en connivencia con las instituciones
financieras internacionales como el BM, el FMI, la OMC, así como con los gobiernos
locales corruptos y sobornados al efecto.
Podemos distinguir diferentes tipos de resistencia vinculadas al actual
acaparamiento de tierras, que se dan en un nuevo marco de descolonización: una lucha
defensiva para resistir las expulsiones de personas de su tierra y una lucha proactiva en
que las comunidades locales ocupan tierras, lo que supone un conflicto con el modelo
dominante de agro-negocio. Ambos tipos son luchas a vida o muerte. Aunque estas luchas
difícilmente se inscribirán en un proyecto poscapitalista, bien pueden sumarse al
movimiento de los países no alineados en la lucha por un mundo multipolar. Esto
significa, sin embargo, presión sobre los gobiernos nacionales en esta dirección. Las
luchas con más éxito en este sentido son las que utilizan un abanico de tácticas que
incluyen la movilización colectiva, la acción directa y la vía legal; hacen hincapié en
establecer lazos con otros sectores y ejercer presión en los puntos claves de la “cadena”
de desposesión/ incorporación adversa.
b) Países con baja capacidad de reemplazo de la Fuerza de Trabajo
A medida que el capital se introduce en cada vez más sectores y zonas de un país,
más avanza la desaparición de las formas no capitalistas de producción. Como resultado
de este proceso, la clase trabajadora se transforma progresivamente en un ejército de
asalariados. La creciente tendencia a la destrucción de las relaciones no asalariadas
disminuye las posibilidades de sustitución o reemplazo de la fuerza de trabajo en el nexo
capitalista por otra reclutada fuera de éste. Una proporción siempre mayor de
trabajadores depende, para reproducir su fuerza de trabajo, de la venta de esa única
mercancía que posee. Esta situación se dio en primer lugar en los países centrales. Toda
Europa (incluyendo Rusia y Europa Oriental), los EE. UU., Canadá, Australia, Nueva
Zelanda y Japón, cuentan con más de 80% de asalariados y algunos países incluso con
más del 90%. En estos casos, la conservación y reproducción de la propia clase
trabajadora se vuelve una condición necesaria para la reproducción del capital. En la
población de estos países observamos probabilidades muy bajas de morir en edad activa
(15 a 60 años). Valores mínimos, 5%, observamos en Islandia, San Marino, Suiza y Suecia.
Siguen con 6% Australia, Canadá, España, Holanda y Noruega. La fuerza de trabajo se
conserva bastante mejor en estos países que en los EE. UU., donde la probabilidad de
morir durante la edad activa supera el 10%.
Hoy, sin embargo, la relación salarial sobrepasa el 70% de la PEA también en
numerosos países periféricos. En África tenemos las islas Mauricio (79%), São Tomé
(71%) y Seychelles (81%), además de Sudáfrica (82%). En Asia tenemos Brunei (95%),
Israel (87%), Malasia (74%), Omán (88%), Qatar (99%), Singapur (85%), Taiwán (75%)
y Emiratos Árabes Unidos (97%). En América Latina tenemos Argentina (75%), Uruguay
(70%), Chile (72%), Costa Rica (73%) y Surinam (80%). En el Caribe, además de Cuba,
hay varias pequeñas islas con más de 80% de asalariados de la PEA como Antigua,
Bahamas o Barbados. Cuando el nexo no capitalista disminuye a menos de 30% de la
PEA, se limita la capacidad de reemplazo de la fuerza laboral. Ante esta baja de la
capacidad de reemplazo, el capital se ve obligado a prolongar la vida media útil del
trabajador.
Para mantener la productividad del trabajo en un período productivo más
prolongado es necesario conservar y calificar esa fuerza laboral, pues únicamente
así se preserva su productividad y, por ende, la fuente de ganancia. En cuanto
desaparezca el nexo no capitalista y disminuya la capacidad de reemplazo de los
trabajadores, también aumenta objetivamente la capacidad organizativa de éstos y se
fortalece su capacidad reivindicativa. Como consecuencia, los salarios tienden al alza y la
jornada laboral a la baja. Por eso, un mismo trabajo es mejor pagado en un país con baja
capacidad de reemplazo que en una nación con capacidad sustitutiva más elevada. De ahí
que los flujos migratorios netos se den desde estos países últimos hacia aquellos con
remuneraciones mejores, con mayor estabilidad laboral y seguridad económica y social.
Al tiempo que asciende objetivamente la capacidad organizativa y combativa de la
clase trabajadora, la burguesía como clase comienza a ser igualmente parte interesada
en mejorar la reproducción y conservación de la fuerza de trabajo. Desde ese momento,
las luchas en materia salarial y condiciones de trabajo tienden a llevar a las partes a la
mesa de negociación y cada vez menos al campo de batalla. Desde ese momento histórico
los sindicatos suelen adquirir carácter institucional, legal, pero a la vez reformista. Todo
esto comienza a tener la apariencia de una relación pacífica entre dos clases antagónicas.
Es la era del llamado “Estado de bienestar”. El Estado, antes en esencia un poder
represor, adquiere a partir de ahora un carácter reformista, y donde impera el
reformismo político no cabe esperar mayor cuestionamiento del sistema capitalista.
Dejando de lado las especificidades políticas, la reducida capacidad de reemplazo
de la fuerza laboral en estos países no solo exige la conservación y reproducción de la
fuerza de trabajo activa, a partir de ahora requiere además el reemplazo generacional.
Éste solamente se garantiza con la conservación de la fuerza laboral en el ámbito familiar.
La proporción de la población que fallece durante la edad activa, se reduce de manera
muy clara. Esto no es válido nada más para los países centrales, el mismo fenómeno se
observa en los países periféricos con estas características. La proporción de la población
en edad activa que muere entre los 15 y 60 años, según datos de la Organización Mundial
de la Salud (OMS), es inferior al 10% en 8 de los 9 países mencionados en Asia y en 3 de
los 5 países de América Latina (hay dos con 11%). En el Caribe observamos a Cuba y
Barbados con menos de 10% y hay 3 islas con 12%. En África, la situación es más
compleja. En las islas Mauricio, São Tomé y Seychelles el cuadro es algo menos positivo
al fallecer todavía un 15% de la población en edad activa antes de cumplir sus 60 años.
Es obvio que un régimen político reformista no surge de manera automática a
partir de la reducida capacidad de reemplazo de la fuerza de trabajo. Así, observamos en
Asia casos (Omán y Brunei) donde impera la sultanía con un monarca absoluto, sin
democracia ni instituciones. En América Latina, en cambio, vemos en Cuba una
democracia popular, país en que más que ningún otro ha estado presente en la lucha por
una sociedad poscapitalista más allá de sus propias fronteras. El de África del Sur es
otro caso atípico. En lugar de disminuir la mortalidad durante la edad activa, ésta se ha
incrementado entre 1990 y 2012 hasta alcanzar niveles correspondientes a los países
subsaharianos. Ello probablemente es legado del apartheid, que no es precisamente una
condición objetiva para lograr estabilidad económica y social, y por tanto tampoco
política. En este país existen condiciones objetivas, y es posible que las subjetivas, para
que se cuestione el sistema capitalista en su raíz.
c) Países que transitan con velocidad de una capacidad de reemplazo alta a otra
más baja
Una cosa política es la transición acelerada hacia el reformismo burgués, y otra
totalmente el estancamiento por años en la misma situación, sin perspectiva de que
llegue el momento en que estén dadas las condiciones objetivas para el reformismo. Una
transición relativamente veloz de una capacidad de reemplazo elevada a otra más bien
reducida genera precisamente esas perspectivas de mejora, y con ello perspectivas de un
posible reformismo burgués. Una transición rápida hacia la generalización de la relación
salarial instaura perspectivas de trabajo más o menos buenas, aunque continúen
relativamente inestables. Hay perspectivas de mejoras salariales, mayor cobertura de la
seguridad social y, por ende, mayores expectativas subjetivas para que se instaure el
reformismo político. Este reformismo se asienta conforme la gran mayoría de la
población activa labore como asalariada. Un ejemplo de una transición rápida ha sido
Japón. La PEA de Japón contaba en 1950 con más o menos un 35 por ciento de
asalariados; en 1970 un 63%, en 1980 un 74% y en 2007 un 86%. Tomando en cuenta
su talla demográfica, es un caso de transición veloz en la posguerra.
Una reducida talla de la población es un factor importante para facilitar la
transición acelerada. Este proceso se observa en el siglo XX, por ejemplo, en los Tigres
Asiáticos. En Singapur trabajaba en 1970 casi un 60 por ciento de la PEA como asalariada,
y desde 1986 ya más del 84%. También en las islas pequeñas en África y América Latina
se da el fenómeno. Con relativamente poca inversión, la población activa en muchas de
las islas del Caribe alcanzó un porcentaje de asalariados más o menos elevado a
principios del siglo XXI. Otro tanto se observa en los pequeños países productores de
petróleo en Oriente Medio; en 1965, Kuwait ya tenía una PEA con más de un 80 por ciento
de asalariados. Emiratos Árabes Unidos tenía en 2004 un 97 por ciento de asalariados y
Qatar incluso 99%, verdadero récord mundial. La esperanza de vida de Qatar y los
Emiratos es en la actualidad de 76 y 79 años, en su orden, testimonio de seguridad social.
En definitiva, no son los lugares donde más se puede esperar un cuestionamiento de la
racionalidad capitalista.
Países periféricos con mayor potencial de ruptura sistémica
a) Países con capacidad de reemplazo relativamente alta y estancada: cuna
de rebelión
Es nuestra tesis que cuanto más estancada sea la situación de alta capacidad
sustitutiva en un país donde la relación salarial penetró bastante pero no lo
suficiente para que se reduzca la capacidad de reemplazo, tanto más favorables
serán las condiciones para que se desarrollen fuerzas contestatarias que puedan
cuestionar el sistema capitalista en su raíz. En términos concretos, hablamos de
sociedades en las cuales la relación salarial esté bastante avanzada (entre 50 y 69 por
ciento de la PEA), pero a la vez estancada por décadas. La transición de una situación de
alta capacidad sustitutiva a otra con una capacidad de reemplazo reducida puede quedar
especialmente estancada en una época de crisis con un deterioro en las oportunidades
nuevas de empleo; lo que corresponde precisamente con la coyuntura actual. El
panorama de creación de empleo en el mundo ha ido empeorando desde la crisis de 2008
según un informe de la OIT en el año 2012. La proyección de la OIT para la creación de
nuevos empleos es pesimista.
En las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI esta situación se da en
bastantes países periféricos de África y Asia, pero en el caso de América Latina se da en
la mayor parte del continente. Creemos que, en materia política, mucha atención hemos
de prestarle a estos países. Veamos en primer lugar el porcentaje de asalariados en la
PEA que observa el OIT alrededor del año 2010. Para África podemos mencionar a
Argelia con 60 por ciento de asalariados, Egipto con 62%, Namibia con 62% y Túnez con
66%. Las cifras en Etiopía, Gabón y Marruecos aún no alcanzan esos niveles y oscilan
entre 40 y 49%. En Asia tenemos a Fiji (59%), Filipinas (51%), Irán (51%), Sri Lanka
(59%) y Turquía (59%). Las cifras en Siria, Tailandia y Yemen oscilan aún entre 40 y
49%. En América Latina están Brasil (64%), Colombia (54%), República Dominicana
(54%), Ecuador (60%), Guatemala (50%), Guyana (52%), Jamaica (61%), México (66%),
Nicaragua (51%), Perú (54%), Panamá (69%) y Venezuela (59%), es decir, la principal
parte del continente latinoamericano. Las cifras de Bolivia, Paraguay y Honduras están
levemente por debajo de esos niveles oscilando entre 40 y 49%.
De los casos de África y Asia OIT ofrece datos con series en el tiempo de dos países
para trazar una rápida transición (Argelia y Turquía) y cuatro claramente estancados
(Túnez, Egipto, Irán y Sri Lanka). La PEA de Argelia contaba en 1964 con 37 por ciento
de asalariados, en 1977 con 47% y en 2004 con 59,8%. Se trata de una transición rápida
aunque no concluida. La PEA de Turquía contaba en 1965 con 22 por ciento de
asalariados, en 1975 con 31%, en 1988 con 40% y en 2008 con de 58,9%. Se trata de una
transición más acelerada pero aún no concluida. El panorama objetivo en estos dos
países es que las nuevas oportunidades de trabajo están a la vista, aun cuando la
capacidad de reemplazo y la consecuente inestabilidad económica y social permanezcan
elevadas. En Argelia fallece todavía en 2012 un 14% de la población activa antes de
cumplir los sesenta años de edad y en Turquía un 11%. Existe cierta base económica para
el reformismo pero no es sólida; en tiempos de crisis estos países permanecen en
situación de frágil estabilidad política.
África
En Túnez y Egipto, la relación asalariada llegaba en 1966 a los niveles que Argelia
y Turquía tenían apenas en este siglo. La diferencia es que no completaron la base
económica para que se instaurara el reformismo burgués. Su estancamiento más bien ha
sido notorio en los últimos 40 años. La PEA de Túnez contaba en 1966 con 62% de
asalariados, en 1984 con 58% y en 2002 con un poco más de 66%. La población activa
de Egipto contaba en 1966, con 53% de asalariados, en 1976 con 60%, y en 2006, luego
de 30 años, con apenas 61,8%. Lo anterior revela una transición bastante ‘estancada’ en
las últimas décadas, y no en último lugar, por la política neoliberal. Aunque la relación
salarial esté menos generalizada, Marruecos, al igual que Egipto, revela un notorio
estancamiento. Su PEA contaba en 2007 con 44,8% de asalariados, cifra casi alcanzada
ya 25 años antes en 1982 cuando registraba un porcentaje de 40,5%. Aunque no
disponemos de estadísticas en serie, habrá que poner el ojo también en Etiopía y Gabón.
Etiopía registraba en 2006 una PEA con 46 por ciento de asalariados y Gabón 45% a
mediados de los 90 del siglo XX.
La seguridad económica y social medida por el riesgo de muerte durante la vida
activa antes de cumplir los 60 años en Túnez, con un 10% no está tan mal. El país se
acerca a los valores observados en países con más de 70% de asalariados donde impera
un reformismo político. En Egipto, en cambio, esta cifra es superior a 15%, al igual que
en Marruecos. A partir de las elevadas probabilidades de muerte durante la vida activa
(23% en Etiopía y 28% en Gabón) queda muy clara una notoria inseguridad económica
y social en estos dos países.
Un país estancado en la inseguridad económica y social suele tener
inestabilidad política., la imposición del orden político suele acompañarse de
regímenes autoritarios sin relevo. Semejante estabilidad política es mera
apariencia, la misma inseguridad económica y social solo necesita de una
coyuntura especial para que estalle la lucha popular. Ninguna rebelión cae del cielo,
pero la sorpresa mundial ante las rebeliones populares en Túnez y Egipto en 2011 fue
grande. El detonante de la primavera árabe de 2011 se puede buscar, en nuestra opinión,
en otro factor demográfico. Si en el pasado las migraciones constituyeron una válvula de
escape para la sobrepoblación, a partir de 2008, con la crisis financiera, estos flujos
migratorios se ven parados por verdaderas tapias en los países centrales.
La migración desde Egipto se dio más hacia los países petroleros de Medio Oriente.
Ante la internacionalización del mercado de trabajo y la oferta más barata desde los
países del Sudeste de Asia, bajaron las posibilidades de la población egipcia. La migración
de Túnez fue más hacia Europa, la crisis europea redujo de golpe la oportunidad tunecina
de migrar. Lo anterior implica que sobre todo los jóvenes deben buscar su destino en
tierra propia; pero las migraciones se dieron justo por la falta de tales oportunidades. El
resultado es un creciente ejército de desempleados jóvenes, a menudo mejor calificados
que los no migrantes en el lugar de origen. Estos jóvenes preparados suelen aspirar a su
propio desarrollo. Ante la falta de oportunidades y sin fugas escapatorias individuales
hacia países con mejores oportunidades de empleo, se desilusionan y se rebelan. La
reivindicación de vivir con dignidad sin oportunidad de trabajo ha llevado a la
politización de los jóvenes y por ende incentivado a la rebelión. A principios de 2011 se
observa en Túnez una revuelta por la dignidad, la democracia popular y el bienestar de
las mayorías.
Un simple cambio en el panorama internacional, como la auténtica rebelión en
Túnez y Egipto en enero de 2011, de pronto amenazaba encender fuego en una región
entera. Ante esa amenaza reaccionaron los países centrales. La OTAN organiza desde
entonces mercenarios armados para generar ´primaveras árabes´, en primer lugar en
Libia. No había ninguna milicia armada en la verídica ´primavera árabe’ en Túnez
y Egipto de 2011, como sí se dio a posteriori con mercenarios financiados por la Alianza
Atlántica en Libia, Siria y Ucrania, por ejemplo. Libia fue precisamente uno de los países
con una situación política estable basada en elevados niveles de seguridad económica y
social de la población, en comparación con su entorno en África. La mortalidad de la
población activa antes de cumplir los 60 años de edad era inferior al 10%. La captura de
Muamar Gadafi tenía que ver más con su negociación del petróleo fuera del ámbito del
dólar que con otra cosa. Su captura y asesinato se asemeja más al de Sadam Hussein y no
fue sino después de que su convoy fuera bombardeado por aviones de la Alianza
Atlántica.
Asia
Es muy artificial separar el análisis de África y Asia como observamos a partir
de la actual situación política. En Asia tenemos información estadística más o menos
reciente de la PEA acerca de ciertos países, sin embargo, no hay muchos casos para
comparar la situación en el tiempo. Ya vimos el porcentaje de asalariados de Fiji (59%),
Irán y Filipinas (51%), Sri Lanka (59%), Siria (50%) y Turquía (59%). Falta información
estadística de la OIT de países como Arabia Saudita, Iraq, Jordania, Líbano y Siria, entre
otros. De acuerdo a los datos de la OMS acerca de la conservación de la fuerza de trabajo
en edad activa, podemos inferir la inseguridad en estos países. La probabilidad de muerte
de la población activa antes de cumplir los 60 años de edad en Siria es de 22%, en Fiji y
Filipinas 20%, en Iraq 17%, en Jordania 15% y en Irán y Sri Lanka 14%. Estas cifras, en
su mayoría, están por encima de la mediana mundial (15%). La estabilidad política
interna en estos países de Medio Oriente, sin tomar en cuenta los factores
externos, se encuentra bastante comprometida. Sin embargo, es muy difícil
separar precisamente en esta región del mundo los factores internos de los
externos. Los países se encuentran en medio de la batalla por el petróleo y el
petrodólar por un lado, y de la lucha por un mundo multipolar por parte de los
BRICS por el otro. Aquí la cuestión básica es con quién se ven forzados a aliarse y
las eventuales amenazas que esto conlleva para la población y el país en general.
Un caso mejor documentado con series de tiempo por la OIT es Irán. Su PEA
contaba en 1956 con 44% de asalariados, en 1966 con 45%, en 1976 con 48%, en 1986
con 50% y en 2007 con 51,4%. Se trata de una transición estancada por medio siglo; lo
anterior revelaría una base objetiva para inseguridad económica y social a través del
tiempo. El sistema político iraní es por completo controlado por una administración
teocrática, y no precisamente democrática, sin embargo, la probabilidad de muerte en
edad activa de la población iraní con 12% está por debajo de la mediana mundial y bien
por debajo de países en conflicto como Iraq y Siria. Al mismo tiempo el riesgo de muerte
de los iraníes en edad activa está bien por encima de dicha probabilidad en países
cercanos como Arabia Saudita (7,5%) y Líbano (6%). El último país puede competir en
este aspecto con los países más favorecidos de Europa.
Es políticamente muy diferente, una situación de estancamiento de una situación
de transición relativamente rápida, en un país pequeño que facilita la transición al
reformismo burgués, que la transición en un país muy grande y poblado. En un país
grande, con una talla demográfica relativamente alta, se requiere una inversión mayor
para lograr la generalización de las relaciones asalariadas, esto no indica que el factor
demográfico sea determinante pero juega un rol importante. No es de esperar que China
o la India, con poblaciones de más de mil millones de habitantes, tengan un proceso de
transición muy rápido, ni siquiera cuando se aprecia un crecimiento elevado y sostenido
de su economía. Sin embargo, una tasa de crecimiento relativamente alta y sostenida
genera más perspectivas de empleo que un crecimiento relativamente estancado.
Infortunadamente, la OIT no ofrece información estadística de estos dos países en cuanto
al porcentaje de asalariados respecto a la PEA. Solo tenemos alguna información
indirecta sobre el particular que investigamos.
China siempre se ha caracterizado por tener una mano de obra barata,
convirtiéndose en un lugar rentable para las empresas que quieran trasladar su
producción hacia el gigante asiático. Sin embargo, estudios demuestran que China está
pasando por un cambio en su panorama laboral. El país debe su crecimiento acelerado –
en gran parte– a la mayor participación de los trabajadores en la producción. La enorme
inversión en capital fijo requiere y demanda un fuerte desarrollo en la calificación de su
fuerza de trabajo. China invierte US$ 250.000 millones por año en la formación de su
´capital humano´. El resultado es que gradúa 8 millones de universitarios al año, cuatro
veces más que en 2000, y lo hace en 2.409 universidades y colegios terciarios, el doble
que hace una década. Significa que en 2020 tendrá 195 millones de graduados
universitarios, más que la fuerza de trabajo actual de EE. UU. y representarán a 20% de
la población china.
En los últimos años hubo un aumento en los salarios y en las exigencias de mejores
condiciones laborales. La idea de que China dispone de mano de obra barata, está a punto
de desaparecer. Estos datos sugieren un proceso de transición relativamente rápida con
expectativas de trabajo estable y una mayor seguridad social. Según los datos de la OMS
apenas el 9% de la población en edad activa no alcanza llegar con vida a la edad de 60
años, una cifra mejor que la observada en EE. UU. y bastante mejor que la mediana
mundial; esta información coloca al país también en una mejor posición que los países
de Europa Oriental donde dichos porcentajes oscilan aún entre el 10% (Croacia) y 15%
(Hungría).
El fuerte crecimiento económico de India, en cambio, coexiste con el deterioro de
las condiciones de trabajo y con la expansión del empleo informal, el cual representa la
gran mayoría de la mano de obra. Entre 1999 y 2004, la mano de obra pasó de 397 a 457
millones de personas. Este crecimiento fue básicamente absorbido por el empleo
informal, el cual representa una parte muy considerable del mercado laboral. En la India,
desde hace más de diez años, el sector económico regulado, y de manera particular el de
los servicios, experimenta un crecimiento rápido. Sin embargo, el empleo formal no ha
crecido a nivel total y en la era neoliberal se ha hecho más informal y flexible. Esta
informalidad del empleo escapa de hecho o por derecho, a la legislación laboral y a la
protección social.
Estos datos reflejan un proceso de transición estancada y muy lejos de alcanzar
una estación con más seguridad económica y social. La gran inseguridad laboral y
económica se traduce en una fuerte inseguridad social. Según los datos de la OMS,
aproximadamente el 20% de la población en edad activa no alcanzan llegar con vida a la
edad de 60 años, una cifra comparable con países como Mongolia, Nepal, Bután o
Paquistán, todos con 20 a 39% de la población activa asalariada, cifra que nos parece
plausible para el caso de la India. Tanto India como China luchan como parte importante
de los BRICS por un mundo multipolar, sin cuestionarse, sin embargo, el sistema
capitalista a fondo. Dependerá mucho del desenlace del proyecto BRICS en los próximos
años si sus poblaciones se acoplen o no al mismo. Hay mucha inseguridad geopolítica
para aseverar siquiera cosas muy claras al respecto.
América Latina
América Latina presenta el cuadro de un continente con base económica objetiva
de una transición paralizada. Es, además, el continente con mejores registros estadísticos
en series de tiempo. Alrededor de 2006, observamos en la PEA de Brasil 63.6% de
asalariados frente a 55% en 1970; en México 65,5% en 2007 frente a 63,4% en 1970; en
Ecuador 55% de asalariados en 2010 frente a 45% en 1970; Colombia 54 por ciento de
asalariados en 2006 frente a 64,5% en 1970; en Nicaragua, 51 frente a 58,5 en 1970; en
El Salvador, 55 frente a 60,5 en 1970; en Panamá 69% frente a 57,4 en 1970; en Perú,
54% frente a 48% en 1970; y en Venezuela, 59% frente a 61,5% en 1970. Siguen en la
cola Guatemala y Honduras, en Centroamérica, y Bolivia, en América del Sur. La PEA de
Guatemala contaba en 1973 con 48% de asalariados, y a principios del siglo XXI con 50%
y la de Honduras en 1974 con 44% de asalariados y en 2005 con 50%, un estancamiento
de unos 30 años.
Con contadas excepciones (Panamá, Ecuador y Perú) estos países dejan ver
un estancamiento, e incluso un retroceso en el mercado de trabajo durante la era
neoliberal.
La diferencia por género en la probabilidad de fallecer en edad activa, antes de
cumplir los 60 años de edad en América Latina, es mucho más alta que en otras regiones
del mundo. La diferencia es reducida (10%) en los países Subsaharianos donde suele ser
muy alto ese riesgo. Conforme ese riesgo gira alrededor de la mediana mundial este sesgo
es particularmente alto. Esto es el caso de América Latina, cuando el riesgo finalmente
llega al mínimo observado a nivel mundial, el sesgo se reduce, aunque se mantiene como
vemos en el caso, por ejemplo, de Suecia, (66-44) o San Marino (55- 47). En países como
Brasil, El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Venezuela, el riesgo de fallecer en edad activa
de los hombres antes de cumplir los 60 años (20%) es el doble del riesgo de las mujeres.
En Colombia, Ecuador, Honduras, México y Panamá, el riesgo de morir de los varones
durante la vida activa está por encima del 15%, contra cifras menores al 10% entre las
mujeres. En estos países la cobertura del seguro social es parcial y desprotege sobre todo
la mano de obra no calificada, predominantemente masculina.
A partir del cuadro anterior, no es extraño observar que América Latina se
vislumbre, desde la primera década del siglo XXI, como la región con más cambios
políticos hacia la desconexión del neoliberalismo; y donde la opción poscapitalista tiene vida plena en los debates académicos y políticos. Hoy día, con el
modelo neoliberal en crisis, y al manifestarse claramente la Gran Depresión del
siglo XXI, los intentos de desconexión de los intereses de la metrópoli solo pueden
acentuarse. Primero, se dieron procesos de desconexión en Venezuela, Ecuador y
Bolivia; y luego Uruguay, pero también en Centro América con Nicaragua y El
Salvador. Un intento de desconexión en marcha en Honduras, y otro luego en
Paraguay, fueron parados con una intervención manejada desde EE. UU.
TEORIA
El Estado “ampliado” en el pensamiento gramsciano*1
Mabel
Thwaites Rey
“¿Cómo es posible pensar el presente, y un presente bien determinado, con un
pensamiento trabajado por problemas de un pasado remoto y superado?”
(A. Gramsci: El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce).
Introducción
El interés por la obra de Antonio Gramsci tuvo un pico sin precedentes en la
década de los setenta. Cantidades de trabajos se escribieron entonces en torno al
pensamiento del comunista italiano, que destacaban diferentes aspectos de su compleja
producción, pretendiendo darle un sentido integral a las notas dispersas de su período
carcelario. Justamente la característica no articulada de sus Cuadernos de la cárcel y el
hecho mismo de que su autor no los haya revisado para su publicación ha dado lugar a
las más variadas interpretaciones teóricas y políticas de los mismos. Las preguntas
acerca de qué hubiera dado a conocer Gramsci, qué hubiera sostenido en definitiva y qué
hubiera desechado por provisional o errado son de imposible dilucidación, pero han
servido para provocar fuertemente, como acicate intelectual y político, la búsqueda de
respuestas a los constantes desafíos de la dominación capitalista.1
No es extraño que la preocupación de Gramsci por desentrañar los mecanismos
consensuales de la dominación burguesa en las sociedades modernas desde principios
de siglo, que expresaban formas de integración social de los sectores populares más
complejas y obligaban a pensar nuevas estrategias de lucha revolucionaria, haya sido
puesta de manifiesto en el cenit de las formas benefactoras del Estado capitalista, con su
intrincado entramado de instituciones, desarrolladas tanto en el ámbito de la sociedad
civil como en el de la sociedad política, sobre la base de las condiciones materiales más
favorables para las masas conocidas desde la aparición del capitalismo. Y también en
América Latina se produjo un renovado interés por la obra de Gramsci, sobre todo a
partir de la cruenta derrota del proyecto de Allende en Chile y de la emergencia de las
dictaduras militares en el cono sur en su conjunto, que volvieron a poner en el tapete la
cuestión de la construcción de contrahegemonía popular.2
Las lecturas que intentaron hacer de Gramsci un “teórico de las
superestructuras“, un propulsor de la toma del poder “de a pedacitos“, el ideólogo del
“compromiso histórico” con la burguesía y de la “vía democrática al socialismo“, o que
intentaron escindirlo completamente de la tradición leninista e incluso del propio Marx
para justificar posturas políticas socialreformistas, se entrecruzaron en una disputa
política con quienes pretendían rescatar su esencia revolucionaria y el carácter de
continuación-superación de la tradición marxista de sus escritos carcelarios en
particular. Intensos debates se suscitaron alrededor de su obra, hasta que los nuevos
tiempos neoconservadores, primero, y el derrumbe de los socialismos reales, después,
terminaron por eclipsar el interés por este teórico convencido de la conveniencia y de la
posibilidad de la transformación socialista de la sociedad.
De ahí que volver una vez más sobre la obra de Gramsci implica un gran desafío.
Por una parte, se trata de ser lo más fiel posible al propio autor, teniendo en cuenta tanto
la letra como el contexto histórico de su producción y su pertenencia teórico-política a la
tradición marxista, en un terreno en que muchos otros antes se han adentrado. Rescatar
la dimensión histórica nos permitirá, por cierto, no perder de vista el origen de las
preocupaciones gramscianas, a la vez que evitar extensiones improcedentes de sus
conceptos y categorías de análisis. Por otra parte, el sentido de un trabajo como el que
hoy nos proponemos radica en rescatar la fecundidad explicativa de sus conceptos más
sustantivos, aquellos cuya riqueza teórica otorga pistas interesantes para analizar la
realidad presente de una sociedad como la nuestra, en un tiempo en que intentar pensar
en cambios de la naturaleza opresiva de los capitalismos “realmente existentes” suena
más utópico que nunca. No obstante, creemos que vale la pena el desafío.
La ampliación del concepto de Estado y la consiguiente reformulación del
con-cepto de hegemonía producida por Gramsci es uno de los aportes más
significativos a la teoría del Estado contemporánea. Más allá de contradicciones y
debilidades ya muy bien señaladas por diversos autores, es preciso destacar cómo, al
indagar sobre el aspecto consensual de la dominación, Gramsci realiza un invalorable
aporte para desentrañar la complejidad de la dominación burguesa en las sociedades de
capitalismo desarrollado, que a su vez provee interesantes herramientas para analizar
las sociedades periféricas como la nuestra. La relación entre coerción y consenso,
entre dirección intelectual y moral y dominio, entre hegemonía y dominación,
indisolublemente ligadas a las bases materiales de producción y reproducción de
la vida social, constituyen los términos nodales de la reflexión gramsciana de
mayor relevancia para entender nuestras sociedades.
El proceso de retorno al sistema democrático en América latina a partir de los
años 80, luego de años de regímenes dictatoriales, se vio signado por la implementación
de severísimas políticas de ajuste económico contradictorias con las aspiraciones
económicas y sociales de los pueblos que impulsaron esos cambios políticos
democráticos. Así, la aparente “autonomización” de los aspectos económicos (miseria y
exclusión) respecto de los políticos (voto universal periódico y libertades públicas)
parecería marcar una fuente de innumerables interrogantes a la hora de pensar sobre el
futuro de estas sociedades pauperizadas. Muchos análisis se han efectuado a propósito
de esta contradicción, que remite a la ya clásica discusión en torno a la compatibilidad
de (qué) capitalismo y (qué) democracia, cuya elucidación teórica y política sigue
resultando fundamental. La crisis del esquema neoliberal abrió las puertas, en casi toda
la región, a un nuevo ciclo de luchas populares y la consagración de gobiernos que, sea
desde la retórica o desde acciones concretas, se plantean en oposición a la agenda de los
noventa. En este contexto, la articulación de coerción y consenso, la tensión entre
dirección y dominación, la problemática de la construcción de hegemonía
burguesa y de contrahegemonía popular constituyen las cuestiones más
importantes a propósito de las cuales la obra de Gramsci puede ayudarnos a
arrojar luz.
Para dar cuenta de tales cuestiones el presente capítulo se propone, a partir del
análisis del itinerario teórico de Gramsci sobre la cuestión del Estado desde la época de
L’Ordine Nuovo hasta sus reflexiones carcelarias, indagar en la cuestión de la hegemonía
y sus derivaciones en el actual contexto de los capitalismos periféricos como el argentino.
Nuestro interés se centrará en un punto en especial: sobre qué bases materiales les es
posible a las clases dominantes construir una supremacía hegemónica. En otras
palabras, se trata de plantear si es posible la existencia de consenso entre las clases
subalternas sobre la base de criterios puramente ideológicos, más allá de sus condiciones
de vida reales consideradas en el mediano y largo plazo. De ahí el interés por insistir una
vez más en las dimensiones que se abren a partir de la noción gramsciana de hegemonía.
Resta señalar que se ha adoptado el criterio de utilizar abundantes citas textuales,
organizadas y expuestas según el orden temático propuesto en este trabajo, a efectos de
mantener la mayor fidelidad posible con el pensamiento de Gramsci, justamente por las
características no sistemáticas de su obra.
Las reflexiones sobre el estado antes de la cárcel
La preocupación de Gramsci por desentrañar la naturaleza del Estado no nace en
la cárcel, como producto de una experiencia histórica y personal determinada, sino que
tiene sus orígenes en su etapa de militante revolucionario activo y dirigente partidario.
De ahí la necesidad de comprender su pensamiento en una perspectiva global, que
destaque los hitos fundamentales de la evolución de sus reflexiones y que, a la vez de
tomar en cuenta el aspecto cronológico, y los quiebres y fracturas que constituyen saltos
cualitativos importantes respecto a las formulaciones teóricas precedentes -tanto del
propio Gramsci como de los clásicos marxistas-, tenga presente la unidad básica del
aporte intelectual gramsciano a lo largo de toda su vida de dirigente político partidario.
El “antes y después” de la cárcel, que para muchos “intérpretes” de Gramsci
constituye la clave para entender una ruptura sustantiva en su pensamiento, para
nosotros significa, en cambio, tener en cuenta el contexto histórico de producción de
determinados conceptos cuya vigencia trasciende la coyuntura en la que fueron
pensados, para comprenderlos en su real dimensión de continuidad-superación en la
tradición marxista.
El Estado como lugar de constitución de la clase dominante
Tempranamente Gramsci concibe al Estado no como mero “instrumento” de la
clase dominante, que lo toma y usa como tal, sino como el lugar donde la clase
dominante se unifica y constituye para materializar su dominación no solamente
mediante la fuerza, sino por medio de una complejidad de mecanismos que
garantizan el consentimiento de las clases subalternas. “Las leyes de la historia
estaban dictadas por la clase propietaria organizada en el Estado. El Estado fue
siempre el protagonista de la historia, porque en sus organismos se concentra la
potencia de la clase propietaria; en el estado la clase propietaria se disciplina y se
unifica, por sobre las disidencias y los choques de la competencia, para mantener
intacta la condición de privilegio en la faz suprema de la competencia misma: la
lucha de clases por el poder, por la preeminencia en la dirección y ordenamiento
de la sociedad“.3
Gramsci advierte así que, dado que la clase burguesa se divide en una infinidad
de capas con intereses eventualmente contradictorios, signadas por la competencia que
impone el capitalismo, necesita de un Estado unificador que recomponga jurídica y
políticamente su propia unidad. El Estado, lejos de poder ser manipulado a voluntad por
la clase dominante como una maquinaria exterior a ella, juega un papel central en su
unificación-constitución.4 Los rasgos de una concepción más “estructural” del Estado
están presentes en este escrito, en el que más adelante dice: “Las instituciones del estado
capitalista están organizadas para los fines de la libre competencia: no basta cambiar el
personal para orientar en otro sentido su actividad“. De ahí que la cuestión central no
esté sólo en identificar la pertenencia de clase del personal del Estado, ni puedan cifrarse
esperanzas en su remoción para cambiar el carácter capitalista del mismo. Para Gramsci
se trata, entonces, de la destrucción del aparato de Estado y de las relaciones
sociales que le dan sustento.
La construcción de un estado de “nuevo tipo”
El triunfo de la Revolución de Octubre y el ascenso de las luchas revolucionarias
y populares en Europa, con posterioridad a la Primera Guerra Mundial, hicieron pensar
a los dirigentes de la III Internacional que el capitalismo se derrumbaría y que se
sucederían revoluciones que afianzarían el poder de la clase obrera internacional. La
estrategia de Lenin para el naciente estado socialista se basaba en esta convicción. En
este contexto, las reflexiones de Gramsci acerca del Estado aparecen ligadas a la
necesidad de crear las premisas para la construcción de un estado de nuevo tipo,
con instituciones esencialmente distintas de las burguesas, que arraiguen en la
clase obrera a la manera de los “soviets“, pero con la particularidad italiana.
Gramsci está convencido de que sólo la destrucción del viejo Estado burgués
puede hacer nacer el nuevo Estado proletario, cuyas características, por naturaleza
incompatibles con las del precedente, se definen así: “el Estado proletario no es la
seudodemocracia burguesa, forma hipócrita de la dominación oligárquica financiera,
sino la democracia proletaria que emancipará a las masas trabajadoras; no el
parlamentarismo sino el autogobierno de las masas a través de su propio sistema de
representación (…) La forma concreta del Estado es el poder de los Consejos y de las
organizaciones del mismo tipo“.5
Por eso, en el citado “La conquista del Estado” Gramsci dirá que “el estado
socialista no puede encarnarse en las instituciones del estado capitalista, sino que es una
creación fundamentalmente nueva con respecto a éstas y con respecto a la historia del
proletariado“. De ahí que “la fórmula „ conquista del Estado‟ debe ser entendida en este
sentido creación de un nuevo tipo de estado, originado en la experiencia asociativa de la
clase proletaria, y sustitución por éste del estado democrático-parlamentario” (Gramsci
1981: 95).
El germen del nuevo Estado se encuentra, en Italia, en la experiencia de los
Consejos de fábrica apuntalados por la revista L’Ordine Nuovo, de la que Gramsci forma
parte. Así, en “Sindicatos y Consejos” dirá que, a diferencia de los sindicatos, donde
florecen las tendencias burocráticas funcionales al mantenimiento del sistema
capitalista: “el Consejo de fábrica es el modelo del estado proletario. Todos los problemas
que son inherentes a la organización del estado proletario, son inherentes a la
organización del Consejo” (idem: 113).
El Estado socialista deberá resultar, entonces, de la articulación de los diversos
Consejos de fábrica en un Consejo Ejecutivo Central, al cual deberán sumarse los
Consejos de Campesinos. Y esta tarea debe ser efectuada desde el presente, desde la
realidad concreta en la que se actúa. Porque: “el Estado socialista existe ya
potencialmente en las instituciones de la vida social características de la clase obrera
explotada. Relacionar esos institutos entre ellos, coordinarlos y subordinarlos en una
jerarquía de competencias y de poderes, concentrarlos intensamente, aún respetando las
necesarias autonomías y articulaciones, significa crear ya desde ahora una verdadera y
propia democracia obrera en contraposición eficiente y activa con el Estado burgués,
preparada ya desde ahora para sustituir al Estado burgués en todas sus funciones
esenciales de gestión y de dominio del patrimonio nacional“.6
Es importante destacar que esta idea de crear “ya desde ahora” una democracia
obrera, de disputar en el seno mismo del orden burgués la dirección de la sociedad,
construyendo instituciones más aptas para el desarrollo pleno de las fuerzas
productivas, es retomada después, en la cárcel, en la idea de que la clase obrera debe
conquistar la hegemonía aún antes de la toma del poder.
Por otra parte, la idea de encontrar y desarrollar en el propio seno de la sociedad
burguesa las instituciones que reemplazarán el orden estatal dominante refuerza su
visión anti-instrumental del Estado y pone de manifiesto la complejidad de relaciones
que se expresan en todo fenómeno estatal y los límites materiales para la construcción
de un nuevo orden. En tal sentido, y siguiendo los conceptos fundamentales de La
ideología alemana, Gramsci sostiene que “La historia es un continuo hacerse, por
consiguiente es esencialmente imprevisible. Pero esto no significa que «todo» sea
imprevisible en el hacerse de la historia, que la historia sea el campo del arbitrio
y del capricho irresponsable. La historia es al mismo tiempo libertad y necesidad.
Las instituciones, en cuyo desarrollo y actividad se encarna la historia, nacieron y
perduran porque tienen un deber y una misión para realizar. Surgieron y se
desarrollaron determinadas condiciones objetivas de producción de los bienes
materiales y de conciencia espiritual de los hombres” (Gramsci 1981: 94).
La cuestión del Partido
El fracaso de la experiencia de los Consejos reveló que la clase obrera no
puede triunfar en su lucha por la destrucción del Estado burgués si la restringe al
territorio de la fábrica, ya que el “territorio nacional” de la clase obrera es el
territorio social y político de la nación. Ligado a ello aparece el imperativo de dar
una organización nacional al proletariado.
Gramsci hace rápidamente el balance de la situación y comienza a plantearse la
cuestión del partido, la necesidad de romper con el viejo Partido Socialista -así como
había sido necesario diferenciarse de los antiguos sindicatos, construyendo los Consejos
de fábrica- y de crear un partido nuevo, que sea el partido de la Internacional Comunista,
capaz de dirigir al conjunto de la clase obrera y de sus aliados en el proceso de
preparación para la toma del poder y de su posterior reconstrucción. El 21 de enero de
1921 se constituye y realiza su Primer Congreso el Partido Comunista de Italia, siendo
Gramsci elegido miembro del Comité Central. L’Ordine Nuovo se convierte en el órgano
del PCI, bajo la dirección de Gramsci.
En esta etapa, entonces, Gramsci asimila dos principios básicos del leninismo.
Por un lado, la cuestión de la creación de un Estado de nuevo tipo como resultado de la
revolución socialista, indicando al mismo tiempo los modos concretos de aproximarse a
la construcción de tal Estado a través de la ruptura con la espera pasiva y espontaneísta
de la “gran catástrofe“. Y por otro lado, la necesidad de construir un partido totalmente
distinto del Socialista, capaz de dirigir el proceso revolucionario.
Ya en 1921, las derrotas del movimiento obrero y revolucionario en Europa
occidental llevan a Lenin a plantear una política de alianzas con la socialdemocracia ante
la “estabilización relativa” del capitalismo, lanzando la consigna del “Frente Unico” en el
Tercer Congreso de la Internacional Comunista. Gramsci, en esta línea, comprende
agudamente el peligro del avance fascista y polemiza acaloradamente con el ala
“izquierdista” de Bórdiga dentro del PCI, que se opone al planteo leninista. Los cambios
producidos en la situación internacional y en la propia Italia impulsarán a Gramsci a
reflexionar sobre aspectos y cuestiones no abordados, o no profundizados, hasta
entonces en la teoría marxista.
El análisis del Estado en los Cuadernos de la cárcel 7. Una nueva realidad
Gramsci, como Marx, Engels y Lenin, aborda la cuestión del Estado partiendo
de dos premisas fundamentales: su carácter de clase y la necesidad de su destrucción /
extinción, pero desde una perspectiva histórica que ilumina otros aspectos que no habían
sido destacados anteriormente por los clásicos.
En El Estado y la revolución Lenin dice que “en 1852 Marx no plantea todavía el
problema concreto de CON QUE se sustituirá la máquina del Estado que ha de ser
destruida. La experiencia no había suministrado todavía materiales para esta cuestión,
que la historia puso al orden del día más tarde, en 1871” (Lenin 1973ª: 42). Del mismo
modo, la experiencia histórica del fracaso de la revolución en Occidente y el ascenso al
poder del fascismo, pusieron a Gramsci ante la evidencia de elementos que no habían
sido aprehendidos con anterioridad y cuya comprensión le parecía imprescindible para
encarar una transformación revolucionaria. Así, decía que “es necesario llamar
violentamente la atención sobre el presente si lo queremos transformar. Pesimismo de
la inteligencia, optimismo de la voluntad“.8
Conocer la realidad presente para transformarla supone conocer, además,
sus orígenes lejanos, su génesis. Con esta perspectiva abordó Gramsci el estudio del
Estado italiano, desde su unificación hasta el régimen fascista. En esta indagación,
mantiene una relación de conservación- superación respecto de los aportes teóricos de
los clásicos. Como señala Coutinho, Gramsci produce una “concretización” con respecto
a los conceptos generales sobre el Estado formulados por los clásicos marxistas. Se eleva
de la idea de que todo Estado es un Estado de clase, a la determinación de las formas que
adquiere el carácter clasista en las sociedades capitalistas de Occidente del Siglo XX. Este
paso de una formulación abstracta a otra concreta no es un tan sólo movimiento
gnoseológico que profundiza el conocimiento, sino que se trata de un movimiento
histórico-ontológico, ya que es al explicar la propia realidad que se realiza tal paso
(Coutinho 1986: 84).
Gramsci tiene ante sí una experiencia históricamente nueva y sobre ella
reflexiona a partir de los elementos de la teoría marxista y del leninismo, produciendo
nuevos aportes teóricos que permiten, además de comprender la realidad, y por ello
mismo, actuar sobre ella creadoramente para transformarla. En este proceso, BuciGlucksmann y Macciocchi coinciden en destacar que Gramsci retiene del leninismo
tres componentes estratégicos: una teoría de la revolución como creación de un
Estado nuevo partiendo de las masas, que ejerce la dictadura en vinculación con
su poder hegemónico; una teoría del imperialismo, como etapa superior del
capitalismo, que crea otras condiciones nacionales e internacionales; y una teoría
del partido como fuerza dirigente (vanguardia) de la revolución (Buci-Glucksmann
1986: 157; Macciocchi 1980: 79).
La ampliación del concepto de estado
El fracaso de la revolución en Occidente hace reflexionar a Gramsci sobre las
causas profundas de la derrota y sobre la estrategia revolucionaria encaminada a la
destrucción de un poder capitalista enormemente fuerte, resistente al colapso
económico y a los períodos de crisis, que lograba recuperarse y alcanzaba una
estabilización con-sensual.9 La confianza y el optimismo de los fundadores del
materialismo histórico y de sus sucesores en la inminencia del “derrumbe” capitalista,
dieron paso a una reflexión más aguda e intensa sobre las nuevas condiciones en que se
desarrollaría la lucha del proletariado para construir el socialismo.
La cuestión del Estado aparece, entonces, ligada a la necesidad de desentrañar la
forma concreta que adquiere la supremacía burguesa, pero no con un afán teóricocognoscitivo abstracto, sino como requisito para implementar una lucha exitosa, una
praxis política verdadera y eficazmente revolucionaria, en un contexto en el cual el
desarrollo capitalista de las fuerzas productivas está acompañado por un desarrollo
complejo de las superestructuras, que deviene en la conformación de un sólido “bloque
histórico” que torna más compleja la lucha revolucionaria.
Precisamente las transformaciones operadas en el capitalismo occidental y la
consecuente reformulación de la relación entre sociedad y Estado llevan al Gramsci de la
cárcel a realizar una serie de reflexiones que constituyen búsquedas incesantes por
encontrar las raíces de esas transformaciones, su sentido último, y la definición de una
estrategia revolucionaria acertada. En esa búsqueda aparecen cambios, oscilaciones y no
pocas contradicciones,10 que pueden atribuirse tanto a las condiciones en que fueron
producidas las notas, bajo la censura del carcelero fascista, como al hecho mismo de que
el proceso de reflexión de Gramsci fue dado a conocer “en bruto“, sin que el autor haya
podido seleccionar y ordenar su producción en el sentido en que hubiera deseado su
publicación. No obstante, aún en la forma en que son conocidas, proveen un riquísimo
material teórico para el análisis de la dominación en las sociedades contemporáneas.
En las Notas de Maquiavelo Gramsci, utilizando el lenguaje de la estrategia militar
e introduciendo un cambio en la concepción marxista clásica sobre la sociedad civil,
advierte que en los estados más avanzados ésta “se ha convertido en una superestructura
muy compleja y resistente a las «irrupciones catastróficas» del elemento económico
inmediato (crisis, depresiones, etc.); las superestructuras de la sociedad civil son como
el sistema de trincheras de la guerra moderna” (Gramsci 1978: 94).
En esta nota Gramsci modifica el concepto de sociedad civil concebido como el
lugar de las relaciones económicas.11 La ubicación de la sociedad civil en el plano de las
superestructuras constituye una singularidad de su pensamiento, encaminada a elucidar
otras cuestiones que el presente le plantea. Gramsci formula estas reflexiones frente a
las concepciones economicistas que esperaban tranquilamente que las contradicciones
de la estructura desenbocaran en la revolución, ya que serían “entendidas” en forma
inmediata por las masas, en un proceso unidireccional y directo.
Por otra parte, también se planteó Gramsci, como ya lo hiciera tempranamente,
la necesidad de salir al cruce de la concepción del Estado como simple instrumento en
manos de una clase dotada de voluntad preconstituida, concepción ligada a toda una
tradición maximalista del movimiento obrero italiano “que hablaba siempre de la lucha
de clases” -como él decía- sin proceder a un análisis concreto de las relaciones de fuerzas
que se dan en el Estado, que simplificaba la cuestión del Estado en enunciados generales,
sin profundizar en su real dimensión y significado en la realidad italiana concreta,
obnubilada por el rasgo represivo de los “aparatos de dominación” como elemento
excluyente y simplificado de la complejidad conceptual y fáctica del Estado.
A la concepción “instrumentalista” del Estado Gramsci opone, retomando su
perspectiva pre-carcelaria, una relación no mecanicista entre estado y clase, dando lugar
a su “concepción ampliada” del Estado. Profundizando su concepción del Estado
como lugar de constitución de la clase dominante, Gramsci dirá que: “La unidad
histórica de las clases dirigentes se da en el Estado y su historia es esencialmente la
historia de los Estados y de los grupos de Estados. Pero no se debe creer que esa unidad
sea puramente jurídica y política, aun cuando esa forma de unidad también tiene su
importancia y no solamente formal: la unidad histórica fundamental, por su
concreción, es el resultado de las relaciones orgánicas entre Estado y sociedad
política y „sociedad civil‟“.12
Así, sostiene que la supremacía de la burguesía en el capitalismo desarrollado no
se debe únicamente a la existencia de un aparato de coerción (Estado en sentido
restringido), sino que logra mantener su poder mediante una compleja red de
instituciones y organismos en el seno de la sociedad civil que, además de organizar /
expresar su propia unidad como clase, organizan el consenso de las clases subalternas
para la reproducción del sistema de dominación. La existencia del sufragio universal, de
partidos de masas, de sindicatos obreros, de variadas instituciones intermedias, además
de la escuela y la iglesia, formas todas en las que se expresa la complejidad de la sociedad
civil capitalista de Occidente, hablan del denso entramado de relaciones sociales que el
desarrollo de las fuerzas productivas ha permitido construir. La supremacía, entonces,
es algo más que la mera disposición de los aparatos represivos del Estado y se expresa
en formas que exceden los límites del Estado en sentido restringido, para abarcar al
conjunto de la sociedad civil.
En esta concepción está presente su convicción anti-instrumentalista, en la
medida en que la noción de Estado, como lugar de constitución de la clase dominante y
por tanto intrínseca a ella, excluye cualquier noción de “exterioridad” y pre-constitución
de la clase, así como de subordinación mecánica del aparato estatal. Para las visiones
instrumentalistas, en cambio, el Estado aparece como un conjunto de aparatos que se
encuentran por encima y al margen de la sociedad, que son utilizados por la clase
dominante a su antojo para asegurar su predominio. La coerción vehiculizada por estos
aparatos, en este caso, es concebida como lo único que garantiza tal supremacía, que de
otro modo estaría cuestionada por la realidad estructural de las contradicciones
clasistas.
Las diferencias entre oriente y occidente
Gramsci desarrolla, especialmente en la cárcel, su concepción ampliada del
Estado a partir de la constatación que realiza -y otra vez coincide con Lenin y lo
profundiza- de las diferencias que se advierten entre las sociedades de Oriente y de
Occidente, con formaciones económico-sociales muy distintas, lo que necesariamente
debía redundar en estrategias de lucha distintas.
Ya en 1924, en una carta que Gramsci envía desde Viena a sus compañeros del
Partido, sostiene que “en la Europa central y occidental el desarrollo del capitalismo no
sólo ha determinado la formación de amplios estratos proletarios, sino también, y por lo
mismo, la aristocracia obrera, con sus anexos de burocracia sindical y de grupos
socialdemócratas. La determinación, que en Rusia era directa y lanzaba a las masas a la
calle, al asalto revolucionario, en Europa central y occidental se complica con todas estas
sobreestructuras políticas creadas por el superior desarrollo del capitalismo, hace más
lenta y más prudente la acción de las masas y exige, por tanto, al partido revolucionario
toda una estrategia y una táctica mucho más complicada y de más respiro que las que
necesitaron los bolcheviques en el período comprendido entre marzo y noviembre de
1917“.13 Y en agosto de 1926, poco antes de caer preso, en su informe al CC del PCI,
Gramsci decía: “La observación de que la clase dominante posee en los países de
capitalismo avanzado reservas políticas y organizativas que no poseía en Rusia, por
ejemplo. Ello significa que aún las crisis económicas gravísimas no tienen repercusiones
inmediatas en el campo político. La política está siempre en retardo, y en gran
retardo respecto de la economía. El aparato estatal es mucho más resistente de lo que
a menudo suele creerse y logra organizar, en los momentos de crisis, fuerzas fieles al
régimen, y más de lo que podría hacer suponer la profundidad de la crisis“.14
Esta idea de la existencia de una diferencia estructural entre las formaciones
económico-sociales del Oriente y del Occidente constituirá uno de los ejes en torno a los
cuales girarán las notas de la cárcel. Porque si, al terminar la Primera Guerra Mundial,
Rusia e Italia parecían encontrarse ante similares perspectivas revolucionarias, la
derrota italiana lleva a Gramsci a reflexionar sobre las causas que la determinaron. En
esta indagación encuentra una perspectiva para el análisis en las diferencias que se
evidencian entre ambos tipos de sociedades y en el rol del aparato estatal en cada una de
ellas. “En Oriente, el Estado era todo, la sociedad civil era primitiva y gelatinosa; en
Occidente, entre Estado y sociedad civil existía una justa relación y bajo el temblor del
Estado se evidenciaba una robusta estructura de la sociedad civil. El Estado sólo era una
trinchera avanzada, detrás de la cual existía una robusta cadena de fortalezas y
casamatas” (Gramsci 1978: 95/96).
La sociedad civil en la estrategia de occidente
Teniendo en cuenta las diferencias estructurales entre Oriente y Occidente,
Gramsci advierte que, para derrumbar al Estado capitalista en Occidente, es
preciso elaborar una estrategia distinta de la que se utilizara en la Rusia zarista:
la guerra de posiciones. Para hacer este análisis compara los conceptos de guerra de
maniobra y guerra de posiciones en el arte militar con los conceptos correspondientes al
arte político.
En primer lugar, Gramsci advierte que “la verdad es que no se puede escoger la
forma de guerra que se desea, a menos de tener súbitamente una superioridad
abrumadora sobre el enemigo” (Gramsci 1978: 93). La elección de la estrategia
depende, entonces, de las condiciones económicas, sociales y culturales de cada
país. En Oriente, en tanto que las masas populares estaban “distanciadas” social e
ideológicamente de las clases dominantes, con la “toma” del aparato de coerción se logró
desarticular más o menos rápidamente el sistema de dominación, que se basaba
principalmente en la represión y no en el consenso. De ahí que la aplicación de la
estrategia de la guerra de movimiento haya resultado exitosa frente a una
sociedad civil en donde la clase dominante no “arraigaba” su poder y, por ende, la
resistencia al cambio revolucionario era mucho menor. La distancia entre las masas
de campesinos y obreros y las clases dominantes de la Rusia Zarista se patentizaba en la
ausencia o extrema debilidad de las instituciones que mediaran entre la sociedad civil y
el Estado.
En Occidente, en cambio, las relaciones de poder no se expresan únicamente en
el momento de la coerción, sino que comprenden un enorme tejido de pautas culturales,
ideológicas y políticas que, al plasmar en diversos niveles organizativos, aseguran la
permanencia del orden social burgués como un verdadero sistema de defensa. Ante esta
situación, la estrategia de la guerra de posiciones supone un gran despliegue
organizativo y de hombres, de largo aliento, con el fin de desarticular las “trincheras”
enemigas (sociedad civil), que son las que protegen a sus escuadrones de vanguardia
(sociedad política). Por ello, Gramsci resalta que “se trata, por consiguiente, de estudiar
en „profundidad‟ cuáles son los elementos de la sociedad civil que corresponden a los
sistemas de defensa en la guerra de posición” (Gramsci 1978: 94). Es decir, se trata de
desentrañar los elementos que, en el seno de la sociedad civil, operan como “cemento”
de las relaciones sociales vigentes, a partir de las prácticas cotidianas de las clases
fundamentales.
Dirección y coerción: una relación compleja
Porque si se pretende comprender el funcionamiento real del Estado y lograr sus
transformación, el Estado como concepto teórico abstracto debe concretizarse en una
formación económico-social determinada. Aquí aparece la cuestión de lo nacional en la
elaboración de la estrategia revolucionaria. Por eso, Gramsci estudia al Estado italiano
desde su conformación como unidad, destacando su naturaleza de clase. Pero no se
queda en esta definición teórico-global, sino que avanza en la comprensión de su
configuración histórica y sus características concretas.
Siguiendo a los clásicos, dice que el Estado es en esencia coerción, dictadura,
dominación. Reafirma así los elementos aportados por el desarrollo de la teoría marxista
hasta ese momento, pero da un paso más en la comprensión de la cuestión al introducir
el elemento del consenso, de la dirección, de la hegemonía, que completa la forma de
supremacía de las clases dominantes en los capitalismos desarrollados. “La supremacía
de un grupo social se manifiesta de dos modos, como „dominio‟ y como „dirección
intelectual y moral‟“15, dirá Gramsci en su análisis carcelario sobre el Risorgimiento
italiano, estableciendo un “criterio metodológico” para el estudio de la hegemonía
de la clase dominante.
La supremacía de una clase aparece como un momento sintético que unifica
la hegemonía y la dominación, el consenso y la coerción, la dirección y la dictadura
en el Estado. Ahora bien, estos dos momentos, estas dos funciones, existen en cualquier
forma de Estado, pero el hecho de que prime uno u otro depende tanto de las
características estructurales de cada sociedad como de la correlación de fuerzas entre
las clases sociales fundamentales, que se expresa en los niveles económico, político,
ideológico y militar.
Ya dijimos antes que la percepción del aspecto represivo del Estado como el
principal de la dominación de clase corresponde, en gran medida, a la naturaleza real de
los Estados a los que se enfrentaron Marx, Engels y Lenin.16 Gramsci, en cambio,
reflexiona en una época y en un ámbito geográfico en los cuales se generalizó una mayor
complejidad del fenómeno estatal, entendido como concepto global de dominación. El
observa la intensificación de los procesos de socialización de la participación política
voluntaria, a través de sindicatos, partidos políticos, parlamentos, que se convierten en
“aparatos privados de hegemonía“, relativamente autónomos tanto del mundo
económico como de los aparatos represivos (véase Coutinho 1986: 111-2). Y es
precisamente mediante la sociedad civil que las clases dominantes logran consolidar su
poder, como lugar donde se difunde su “visión del mundo“. Esto no quiere decir que
Gramsci diluya la especificidad e importancia del aparato represivo del Estado, como se
le ha criticado por la ambigüedad de algunos de sus pasajes. Lo que sucede es que se
detiene a analizar la forma en que la fuerza se combina con el consenso ideológico
para integrar a las masas en el Estado. El Estado -en sentido restringido- se constituye
en la «trinchera avanzada» de un sistema único, mientras que la hegemonía, en las
sociedades desarrolladas, tiende a asegurase fundamentalmente en la sociedad civil
(véase Coutinho 1986:52; Portantiero 1985: 283).
Ahora bien, esas funciones de “coerción” y “consenso” diferenciadas teóricamente
como características de los ámbitos de la sociedad política y de la sociedad civil, aunque
no pierden su especificidad, en la práctica se interrelacionan, advirtiéndose, por ejemplo,
que elementos de la sociedad política, como el derecho, operan como factores de
consenso que se reproducen en la sociedad civil. Porque si bien las leyes tienen como
función coaccionar al cumplimiento de lo que no se obtiene por el consentimiento,
también imponen ciertos modos de comportamiento como “valores” de la
sociedad. De este modo, el derecho cumple una función integrativa – educadora, además
de la eminentemente represiva. “El derecho no expresa toda la sociedad (para la cual
los violadores del derecho serían seres antisociales por naturaleza o disminuidos
psíquicos), sino la clase dirigente, que «impone» a toda la sociedad las normas de
conducta que están más ligadas a su razón de ser y a su desarrollo. La función
máxima del derecho es la de presuponer que todos los ciudadanos deben aceptar
libremente el conformismo por él señalado, en cuanto todos pueden
transformarse en elementos de la clase dirigente. (…) Este carácter educativo,
creador, formativo del derecho, no fue suficientemente puesto de relieve por ciertas
corrientes intelectuales” (Gramsci 1978: 169). En esta nota Gramsci advierte la función
de conformidad que tiene el derecho burgués en la medida en que instituye ciudadanos
formalmente libres e iguales, institución que oculta, por su efecto “fetichizador“, las
diferencias profundas que obstaculizan que las clases subordinadas se conviertan, bajo
el capitalismo, en clase dirigente.
Por otra parte, en la sociedad civil también se desarrollan funciones subalternas
de dominación. Esto se verifica, por ejemplo, en el nivel del control de los medios de
producción ideológica. Como señalaba Marx en La ideología alemana, al dominar el
aparato productivo, la clase dominante ejerce, por ese mismo hecho, un cuasi-monopolio
sobre los organismos privados de difusión. La libertad informativa se reduce a la
libertad de empresa informativa, con lo que se ejerce coacción respecto al tipo de
mensajes ideológicos que se difunden y los que son expulsados del sistema de
circulación de ideas o directamente no llegan a conformarse. Sobre este punto de la
dominación ideológica volveremos más adelante.
Pero cabría todavía agregar otro elemento. En la perspectiva teórica de Gramsci
es posible la presencia del elemento eminentemente coercitivo, aún en el seno de la
sociedad civil. La existencia de grupos paramilitares o parapoliciales, que tuvieron
expresión en la Italia fascista pero que también pueden ser identificados en
sociedades latinoamericanas como Colombia o Brasil, por mencionar solo dos
ejemplos, aún bajo gobiernos formalmente democráticos, nos habla de la
complejidad del fenómeno descrito por Gramsci. Si bien es cierto que no debe dejar
de destacarse, como señala correctamente Anderson (1987: 91) invocando a Weber, que
el Estado es el que tiene el monopolio legal de la represión como rasgo que define su
especificidad, es fácil advertir que el momento represivo puede extenderse más allá de
los límites del Estado propiamente dicho. Quizá en la crítica de Anderson esté presente
su propia percepción de una realidad histórica (la vigencia del Estado Benefactor en el
Occidente desarrollado) en la que la coerción aparece ciertamente circunscripta a los
órganos estatales y como recurso último del sistema.
Hegemonía y contrahegemonía. “Visión del mundo” y hegemonía de la clase
dominante 17
Lo que con mayor énfasis quiere destacar Gramsci es que la clase dominante
ejerce su poder, no sólo por medio de la coacción, sino además porque logra
imponer una visión del mundo, una filosofía, una moral, unas costumbres, un
“sentido común” que favorecen el reconocimiento de su dominación por las clases
dominadas.
Pero a su vez, y he aquí una cuestión fundamental, la posibilidad de difusión de
ciertos valores está determinada por las relaciones de compromiso que la clase
dominante efectúa con otras fuerzas sociales, expresadas en el Estado, que aparece como
el lugar privilegiado donde se establecen las pujas y se materializan las correlaciones de
fuerzas cambiantes en “equilibrios“, por definición “inestables“, entre los grupos
fundamentales antagónicos. Y en esta instancia también se hace presente la política
de alianzas como elemento necesario para la conformación hegemónica de una
clase social que, por otra parte, no se resume en aquella. “El Estado es concebido
como un organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables
para la máxima expansión del mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son
concebidos y presentados como la fuerza motriz de una expansión universal, de un
desarrollo de todas las energías “nacionales”. El grupo dominante es coordinado
concretamente con los intereses generales de los grupos subordinados y la vida
estatal es concebida como una formación y superación continua de equilibrios
inestables (en el ámbito de la ley) entre los intereses del grupo fundamental y los de
los grupos subordinados, equilibrios en donde los intereses del grupo dominante
prevalecen hasta cierto punto, o sea, hasta el punto en que chocan con el mezquino
interés económico-cor-porativo” (Gramsci 1978: 72).
En otro pasaje Gramsci destaca como uno de los logros históricos de la burguesía
ha sido imponer, a través del Estado, una “voluntad de conformismo” en las masas basada
en la aceptación de la función que le cabe a ella como clase respecto al conjunto de la
sociedad y a la percepción que ella tiene de sí misma. “La clase burguesa se considera
a sí misma como un organismo en continuo movimiento, capaz de absorber toda
la sociedad, asimilándola a su nivel cultural y económico: toda la función del
Estado es transformada: el Estado se convierte en «educador», etc.“. Pero, se
pregunta Gramsci, “¿Cómo se produce una detención y se retorna al concepto de
Estado como fuerza pura?. La clase burguesa está «saturada»: no sólo no se
expande, sino que se disgrega; no sólo no asimila nuevos elementos sino que se
desprende de una parte de ella misma” (Gramsci 1978: 163).
Vemos en este pasaje cómo la coerción, la fuerza, aparecen como consecuencia de
la debilidad de la burguesía para presentarse ante la sociedad como “la sociedad misma”
y, por ende, para efectuar compromisos con otras clases. Porque para que la clase
dominante pueda presentar al Estado como organismo del pueblo en su totalidad, es
preciso que esta representación no sea enteramente falsa. Es preciso que el Estado tome
a su cargo algunos de los intereses de los grupos dominados. La clase dominante
necesita, para hacer valer sus intereses, como decía Marx, presentar al Estado ante la
sociedad como representante del conjunto del pueblo. Es en este sentido que Gramsci
afirma que el Estado encuentra su “fundamento ético” en la sociedad civil. “…cada
Estado es ético en cuanto una de sus funciones más importantes es la de elevar a
la gran masa de la población a un determinado nivel cultural y moral, nivel (o tipo)
que corresponde a las necesidades de desarrollo de las fuerzas productivas y por
consiguiente, a los intereses de las clases dominantes” (Gramsci 1978: 161).
Como expresa Piotte, “por la función hegemónica que ejerce la clase dirigente
en la sociedad civil es por lo que el Estado encuentra el fundamento de su
representación como universal y por encima de las clases sociales” (1973: 132). Y
es así que el Estado ampliado articula el consenso necesario a través de organizaciones
culturales, sociales, políticas y sindicales que, en el seno de la sociedad civil, se dejan
libradas a la iniciativa privada de la clase dominante y en las que se integran las clases
subalternas. [Nota ELCH : En el Chile de hoy, a modo de ejemplo, esto se expresa en la relación
centralización del Estado en Santiago y el papel adjudicado, de submisión, a las provincias. O papel
secundario. De allí, también, que la clase dominante lo quiera dirigir todo, dejando casi nula cobertura
a la « creatividad » y « rol decidor » de los sujetos]
Las bases materiales de la hegemonía
Pero para que la clase dominante “convenza” a las demás clases de que es la más
idónea para asegurar el desarrollo de la sociedad, es decir que sus intereses particulares
se confunden con el interés general, es necesario que favorezca, al interior de la
estructura económica, el desarrollo de las fuerzas productivas y la elevación relativa del
nivel de vida de las masas populares. Porque “el hecho de la hegemonía presupone
indudablemente que se tienen en cuenta los intereses y las tendencias de los
grupos sobre los cuales se ejerce la hegemonía, que se forma un cierto equilibrio
de compromiso, es decir que el grupo dirigente haga sacrificios de orden
económico-corporativo, pero es también indudable que tales sacrificios y tal
compromiso no pueden concernir a lo esencial, ya que si la hegemonía es éticopolítica no puede dejar de ser también económica, no puede menos que estar
basada en la función decisiva que el grupo dirigente ejerce en el núcleo rector de
la actividad económica” (Gramsci 1978: 55).
La posibilidad misma de ejercer una “supremacía hegemónica” y no un mero
dominio depende, en última instancia, de las posibilidades de hacer avanzar a la sociedad
en su conjunto hacia adelante, de asegurar la “incorporación” de los estratos populares
al desarrollo económico-social. Y es en este punto donde no puede obviarse que la
fórmula gramsciana remite necesariamente al momento estructural en su sentido más
profundo. Porque la superación del economicismo vulgar -lo que implica destacar la
importancia y complejidad de la dimensión “intelectual y moral” de la supremacía
burguesa- no significa caer en una versión idealista que suponga la posibilidad de
construcción de consenso, de producción hegemónica, de dirección no coercitiva más
allá de toda referencia a las condiciones materiales en que se expresan las relaciones de
poder social. Podrá ser verdaderamente hegemónica, entonces, la clase que logre
presentarse a sí misma como desarrollando las fuerzas productivas “en el sentido de la
historia“, consiguiendo así hacer aparecer sus intereses particulares de clase como el
interés general, en la medida en que no exista entre ambos un divorcio absoluto y
evidente. De lo contrario, puede abrirse un profundo hiato por donde puede colarse una
crisis orgánica.
Y algo más, que constituye un núcleo clave para entender la proposición
gramsciana de la “ampliación” del concepto de Estado. La primacía del momento de la
coerción o del consenso, en el sentido en que venimos hablando, estará vinculada tanto
a las condiciones de desarrollo de las fuerzas productivas y a los regímenes de
acumulación vigentes en cada sociedad y en cada momento histórico, como a la
posibilidad y voluntad de las clases dominantes de “hacer concesiones” en el plano
económico y político, por una parte, y a la capacidad de las clases subalternas para
modificar la correlación de fuerzas a su favor, por la otra. Y este último aspecto es de vital
importancia, en la medida en que la materialización de condiciones favorables a las
clases subalternas está unida a su capacidad para imponerlas a las clases
dominantes y es el resultado histórico de la lucha de clases.
Anderson, en cambio, enfatiza en que el “alfiler de seguridad ideológico” del
capitalismo occidental está dado por la forma general del estado representativo (la
democracia burguesa), cuya existencia priva a la clase obrera de la idea del socialismo
como un tipo diferente de Estado. Este autor plantea que “el Estado burgués „representa‟
por definición a la totalidad de la población, abstrayéndola de su distribución en clases
sociales, como ciudadanos individuales e iguales“. Por su parte, “el Parlamento, elegido
cada cuatro o cinco años como la expresión soberana de la voluntad popular, refleja la
unidad ficticia de la nación a las masas como si fuera su propio auto-gobierno. Las
divisiones económicas entre los „ciudadanos‟ se ocultan tras la paridad jurídica entre
explotadores y explotados y junto con ellas, se oculta también la completa separación y
no participación de las masas en las labores parlamentarias. Esta separación es pues
constantemente presentada y representada a las masas como la encarnación
definitiva de la libertad: la „democracia‟ como el punto terminal de la historia“. He
aquí donde reside, para Anderson, la fortaleza del Estado en el occidente desarrollado,
que permite asentar el dominio en el consenso. El aspecto material, relativo a mejoras
económicas, en cambio, aparece como circunstancial para este autor. Y la siguiente
reflexión de Gramsci pareciera abonar su interpretación: “En cuanto idea-límite, el
programa liberal crea el Estado ético, o sea, un Estado que idealmente está por encima
de la competición entre las clases, por encima del vario entrelazarse y chocar de las
agrupaciones que son su realidad económica y tradicional. Ese Estado es una aspiración
política más que una realidad política: sólo existe como modelo utópico, pero
precisamente esa su naturaleza de espejismo es lo que le da vigor y hace de él una fuerza
conservadora. La esperanza de que acabe por realizarse en su cumplida perfección es lo
que da a muchos la fuerza necesaria para no renegar de él y no intentar, por tanto,
sustituirlo“.18
No obstante, creemos que la dimensión última de la materialidad está
presente en la concepción de la hegemonía de Gramsci. Así, en “Americanismo y
fordismo“, al analizar las técnicas productivas implementadas por Ford en la industria
automotriz, que supusieron un profundo cambio cualitativo tanto en la organización de
la producción industrial como en la relación entre la clase capitalista y el proletariado, y
que posibilitaron la “incorporación” de vastas masas al consumo y su correlativa
producción a escala, Gramsci dirá: “A partir de la existencia de estas condiciones
preliminares, ya racionalizadas por el desarrollo histórico, fue relativamente fácil
racionalizar la producción y el trabajo, combinando hábilmente la fuerza (destrucción
del sindicalismo obrero de base territorial) con la persuasión (altos salarios, diversos
beneficios sociales, propagada ideológica y política muy hábil) logrando así hacer girar
toda la vida del país alrededor de la producción. La hegemonía nace de la fábrica y para
ejercerse sólo tiene necesidad de una mínima cantidad de intermediarios profesionales
de la política y de la ideología” (1978: 287).
Queda en evidencia que la burguesía logra asentarse como clase “dirigente“, y no
sólo dominante, en la medida en que sus intereses logran expresarse materialmente
como los intereses de la sociedad concebida como un todo. Porque si la sociedad
capitalista se basa en el efecto “fetichizador” de la mercancía, que oculta el lugar del
productor bajo la fachada del ciudadano-consumidor, la plenitud de sus efectos
consensuales podrá desplegarse en la medida en que la dimensión del consumo pueda
traducirse en una experiencia constatable para las clases subalternas, en los términos
que coloca la sociedad en cada contexto histórico. Porque la simple aspiración a
“integrarse” en un modelo de sociedad construido a partir del imaginario creado para
reproducir el orden vigente choca, en algún punto que varía de sociedad en sociedad y
de época en época, con la posibilidad misma de su realización, y es allí donde el efecto
“fetichizador” puede perder su vigor integrativo.
La relación entre estructura y superestructura: el concepto de bloque histórico
En las categorías de crisis orgánica y bloque histórico se encuentran dos de las
claves para comprender el sentido de la hegemonía. Pero avancemos un poco más en la
relación que Gramsci establece entre la base material y los fenómenos “intelectuales y
morales“. Aparece otra vez aquí la cuestión de la ideología, que nos lleva a plantearnos la
relación entre estructura y superestructura, el carácter de la conquista de la hegemonía
y el papel de la lucha de clases. Gramsci dice que “la estructura y la superestructura
forman un «bloque histórico», o sea que el conjunto complejo, contradictorio y discorde
de las superestructuras es el reflejo del conjunto de las relaciones sociales de producción.
De ello surge: sólo un sistema totalitario de ideologías refleja racionalmente la
contradicción de la estructura y representa la existencia de las condiciones objetivas
para la subverción de la praxis” (Gramsci 1986a: 48).
En este pasaje la infraestructura material se define como un “conjunto de
relaciones sociales” que ejerce la determinación “en última instancia“. La
superestructura se constituye sobre los datos de la estructura, en tanto que lo que
determina la historia es la producción y reproducción de la vida real, que opera como
“marco“, como “límite” que condiciona el ámbito de las alternativas que se plantean a la
acción política y de la ideología, pero no mediante la imposición mecánica de resultados
unívocos. Los hombres piensan, sienten, crean, actúan, filosofan en una situación
material concreta. Recordemos aquí lo planteado por Marx en La ideología alemana,
cuando dice que “los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas,
etc., pero los hombres son reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un
determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él
corresponde, hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser
nunca otra cosa que el ser con-siente y el ser de los hombres es su proceso de vida
real” (Marx y Engels 1986: 26). A ciertas formas de organización de la producción le
corresponden ciertos tipos de relaciones que se sustentan, a su vez, en instituciones e
ideas. Es en este sentido que Marx dice que “las ideas de la clase dominante son las ideas
dominantes en cada época; o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder
material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante.
La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con
ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le
sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios
necesarios para producir espiritualmente” (idem: 50).
Siguiendo estas proposiciones básicas de Marx, Gramsci dice que “no se puede
proponer, antes de la conquista del Estado, la completa modificación de la conciencia de
toda la clase obrera; eso sería utópico, pues la conciencia de clase como tal no se modifica
completamente más que cuando ha sido modificado el modo de vida de la misma clase,
lo que implica que el proletariado ha llegado a ser la clase dominante y tiene a su
disposición el aparato económico y el poder estatal“.19 Es así que la vida material, en
toda su agitación y transformación, no se “refleja” de manera mecánica y automática en
el entramado ideológico-cultural, sino que entre ambos hay una relación orgánica en la
cual la dimensión de lo económico opera como el “material” del que se nutre la dimensión
superestructural, que a su vez revierte sobre la primera. La adecuación completa del
“momento” superestructural con el estructural requiere tiempos que son variables y
azarosos, pero en última instancia es susceptible de producirse. De ahí que para que el
proletariado llegue a modificar sustancialmente su conciencia es preciso que se
modifiquen en un sentido radical las condiciones sociales que le dan sustento.20 E,
inversamente, para que las condiciones materiales se modifiquen es preciso que las
clases subalternas desarrollen una batalla “intelectual y moral” encaminada a construir
su propia hegemonía. En este último sentido, por otra parte, queda eliminada toda
posibilidad de interpretar los planteos gramscianos acerca de la necesidad de que el
proletariado conquiste la hegemonía aún antes de la toma del poder como necesidad de
una transformación completa de la superestructura como condición para la
transformación estructural, invirtiendo de esta forma las proposiciones de Marx (véase
Gramsci 1986a: 58). Así, Gramsci dirá: “¿Puede haber una reforma cultural, es decir, una
elevación civil de los estratos deprimidos de la sociedad, sin una precedente reforma
económica y un cambio en la posición social y en el mundo económico?. Una reforma
intelectual y moral no puede dejar de estar ligada a un programa de reforma económica,
o mejor, el programa de reforma económica es precisamente la manera concreta de
presentarse la reforma intelectual y moral” (Gramsci 1978: 31).
Con la noción de “bloque histórico” Gramsci pone de relieve la relación que existe
entre la estructura y la superestructura en una formación económico-social, donde a las
condiciones materiales de existencia le corresponden formas organizativas e ideológicas
determinadas y donde se realiza la hegemonía de la clase dominante a nivel estructural
sobre el conjunto de la sociedad. En la superestructura del bloque histórico se expresa la
coerción que ejerce y el consenso que obtiene la clase dominante -sociedad política y
sociedad civil- y es allí donde los intelectuales orgánicos cumplen un rol fundamental,
como articuladores, como amalgama del bloque. Pero también es en el plano de la
superestructura donde se expresan las contradicciones de la estructura y éstas también
forman parte del bloque histórico. Por eso Gramsci dice que el bloque histórico no sólo
se integra con la ideología dominante, sino que es un “sistema totalitario de ideologías”
que refleja racionalmente las contradicciones de la estructura. De otro modo, no sería
posible pensar la posibilidad de transformación radical de la sociedad.
La crisis orgánica
Las contradicciones que se producen en el seno del bloque histórico devienen
esas crisis que Gramsci llama orgánicas y sobre las cuales deben actuar las clases
subalternas en forma organizada y consiente para producir transformaciones
estructurales favorables a sus intereses.
Cuando las clases dominantes no logran hacer avanzar a la sociedad hacia
adelante, desarrollar las fuerzas productivas, se produce una crisis orgánica, una
crisis de hegemonía. La crisis orgánica es una ruptura entre la estructura y las
superestructuras en el seno del bloque histórico: es el resultado de contradicciones que
se han agravado como consecuencia de la evolución de las estructuras y la ausencia de
una evolución simultánea de las superestructuras (Portelli 1985: 121). “Si la clase
dominante ha perdido el consentimiento, o sea, ya no es „dirigente‟, sino sólo
„dominante‟, detentadora de la mera fuerza coactiva, ello significa que las grandes
masas se han desprendido de las ideologías tradicionales, no creen ya en aquello en lo
cual antes creían, etc. La crisis consiste precisamente en que muere lo viejo sin que pueda
nacer lo nuevo, y en ese interregno ocurren los más diversos fenómenos morbosos“. 21
En la medida en que la clase dirigente deja de cumplir con su función de
dirección económica y cultural, el bloque ideológico que le da cohesión y
hegemonía tiende a disgregarse. Ahora bien, Gramsci destaca que las crisis orgánicas
no son provocadas única e inmediatamente por las crisis económicas, resaltando una vez
más el carácter no-mecánico de la relación entre base y superestructura. “Se puede
excluir que las crisis económicas produzcan por sí mismas acontecimientos
fundamentales; sólo pueden crear un terreno más favorable a la difusión de ciertas
maneras de pensar, de plantear y resolver las cuestiones que hacen a todo el desarrollo
ulterior de la vida estatal” (Gramsci 1978: 74).
La desaparición del antiguo bloque histórico, entonces, sólo se produce si la
crisis de la estructura acarrea una crisis orgánica o crisis de hegemonía. Ahora bien,
en tanto que la crisis orgánica refleja la crisis de la estructura, sigue su evolución. De ahí
que una situación así pueda prolongarse por un largo período. “Esta duración
excepcional significa que en la estructura se han revelado (maduraron) contradicciones
incurables y que las fuerzas políticas, que obran positivamente en la conservación y
defensa de la estructura misma, se esfuerzan sin embargo por sanear y superar dentro
de ciertos límites” (idem: 77).
En las Notas sobre Maquiavelo Gramsci cita dos casos de crisis orgánica, uno
producto de las debilidades propias de la clase dirigente y otro producido por la acción
de las clases subalternas. Una crisis de hegemonía se produce, entonces, cuando la
clase dirigente “fracasó en alguna gran empresa política para la cual demandó o
impuso por la fuerza el consenso de las grandes masas (la guerra, por ejemplo), o
bien porque vastas masas (especialmente de campesinos y de pequeños burgueses
intelectuales) pasaron de golpe de la pasividad política a una cierta actividad y
plantearon reivindicaciones que en su caótico conjunto constituyen una
revolución. Se habla de «crisis de autoridad» y ésto es justamente la crisis de
hegemonía o crisis del Estado en su conjunto” (idem: 76-77).
Pero no toda crisis es una crisis orgánica, ni toda crisis orgánica desemboca en
una revolución: diferenciarlas es la esencia del arte político. Justamente, el error de
identificar estos distintos tipos de crisis es lo que acarrea, para Gramsci, graves
consecuencias en la estrategia revolucionaria. En su conocida nota “Análisis de
situaciones. Relaciones de fuerza”, haciendo referencia a los movimientos orgánicos,
relativamente permanentes, y a su diferencia con los movimientos coyunturales,
que se presentan como ocasionales e inmediatos, Gramsci dice: “El error en que se cae
frecuentemente en el análisis histórico-político consiste en no saber encontrar la
relación justa entre lo orgánico y lo ocasional” (idem: 68).
Para que se produzca una crisis orgánica es necesario que la ruptura englobe a
las clases “fundamentales“, es decir, a la clase dominante, por una parte, y a la clase que
aspira a la dirección del nuevo sistema hegemónico, por la otra. Porque también las crisis
pueden desarrollarse dentro del mismo sistema hegemónico, poniendo frente a frente a
la clase fundamental y a sus grupos auxiliares o incluso a fracciones de la clase
fundamental entre sí. En crisis de este tipo, las clases subalternas permanecen excluidas
o son sólo las fuerzas de apoyo de las fracciones en conflicto (véase Portelli 1985: 120),
lo que demuestra, a su vez, la debilidad y la ausencia de autonomía de las clases
subalternas, excluyéndose así la posibilidad de manifestación de una crisis orgánica. En
caso de existir una crisis orgánica puede darse el caso en que “la vieja sociedad resiste y
se asegura un período de „respiro‟, exterminando físicamente a la elite adversaria y
aterrorizando a las masas de reserva; o bien ocurre la destrucción recíproca de las
fuerzas en conflicto…” (Gramsci 1978: 75). Este es un ejemplo de solución de la crisis
por la vía de la utilización de la coerción. Pero siempre existe, por otra parte, alguna
salida “reformista” que se desarrolla dentro de la misma estructura para superar la crisis
y restablecer la hegemonía. Y en ella pueden aparecer los “compromisos” que vuelvan a
restablecer un cierto equilibrio inestable. [Nota ELCH : Un ejemplo inmediato de esta
conclusión es el caso de Chilé, a través de la acción que desarrolla la Nueva Mayoría,
introduciendo « reformitas » que pretenden rescatar la desligitimación del sistema
instaurado con la dictadura]
Para que se genere una situación revolucionaria, para que una crisis
orgánica desemboque en una revolución, es preciso que esté desarrollada una
fuerza que exprese el cambio subjetivo de la clase revolucionaria. “El elemento
decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y
predispuesta desde largo tiempo, que se puede hacer avanzar cuando se juzga que
una situación es favorable (y es favorable sólo en la medida en que una fuerza tal existe
y está impregnada de ardor combativo). Es por ello una tarea esencial la de velar
sistemática y pacientemente por formar, desarrollar y tornar cada vez mas
homogénea, compacta y consciente de sí misma esa fuerza” (ibidem). Por eso, como
decía Lenin, en ese cambio subjetivo es decisiva la actitud de la vanguardia,
destinada a “revelar a las masas la existencia de una situación revolucionaria y la
determinación revolucionaria del proletariado“.22
Para Gramsci, tanto como para Lenin, el “espíritu de escisión” de las clases
subalternas, que las lleva a expresarse contra la opresión, debe ir acompañado por la
construcción de un sistema hegemónico, para lo cual deberá cumplir un rol central la
vanguardia, destinada a canalizar la espontaneidad dándole una dirección consciente a
la rebelión. Porque, en caso contrario, las consecuencias de la crisis orgánica serán
la victoria de la clase dominante, el aplastamiento de la dirección de las clases
subalternas y la vuelta de éstas a la pasividad política. La crisis orgánica, en suma,
es más que un dato objetivo al que necesariamente se le deberá sumar el elemento
subjetivo, expresado por una vanguardia real, para lograr el triunfo
revolucionario, es la expresión de un todo complejo en descomposición en el que
intervienen, en un mismo movimiento, la objetividad y la subjetividad.
La lucha contra-hegemónica
Ahora bien, frente al papel hegemónico que cumple el Estado se encuentra, en una
relación dialéctica, la posibilidad para las clases subalternas de gestar una lucha contrahegemónica, de impulsar la construcción de una nueva hegemonía que transforme la
relación existente entre estructura y superestructura en el bloque histórico dominante y
conforme un nuevo bloque. La existencia misma de las contradicciones que se plantean
en el seno de las superestructuras supone la posibilidad de generar una síntesis
superadora que las resuelva.
Al llamar la atención sobre el aspecto hegemónico de la dominación estatal, la
capacidad de producir consenso, adaptación, Gramsci pone el acento en la necesidad,
para la clase obrera, de librar una batalla política e ideológica en el seno de la
sociedad/Estado para lograr la superación del sistema capitalista dominante.
Gramsci advierte que para “tomar” el aparato represivo y
poder destruirlo es necesario desarticular el bastión ideológico que
le da soporte y firmeza y que constituye la verdadera amalgama del
sistema de dominación.
La cuestión central de la ampliación del concepto de Estado radica así
en sus consecuencias. Porque si la lucha contra el Estado no se resume en
la lucha por la toma y destrucción del aparato de coerción, a la manera
jacobina, es preciso librar una batalla “intelectual y moral“, que es a la vez
profundamente política e ideológica.
El rol de los intelectuales
Es preciso destacar el rol fundamental que Gramsci asigna a la lucha intelectual,
a través del análisis que realiza de la importante función que cumplen los intelectuales
como nexos entre la estructura y la superestructura del bloque histórico, en cuyo seno
se realiza la hegemonía de la clase dominante. “Los intelectuales son los «empleados»
del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la
hegemonía social y del gobierno político, a saber: 1) del «consenso» espontáneo que
las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el grupo
social dominante, consenso que históricamente nace del prestigio (y por lo tanto de la
confianza) detentada por el grupo dominante, de su posición y de su función en el mundo
de la producción; 2) del aparato de coerción estatal que asegura «legalmente» la
disciplina de aquellos grupos que no «consienten» ni activa ni pasivamente, pero que
está preparado por toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el
comando y en la dirección, casos en que el consenso espontáneo viene a menos”
(Gramsci 1975: 17/18).
Pero “no existe una clase independiente de intelectuales, sino que cada
grupo social tiene su propia clase de intelectuales o tiende a formársela“.23 Porque
“cada grupo social, naciendo en el terreno originario de una función esencial del mundo
de la producción económica, se crea conjunta y orgánicamente uno o más rangos de
intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función, no sólo en el
campo económico sino también en el social y en el político” (Gramsci 1975: 11).
Se trata, entonces, de que las clases subalternas libren una batalla ideológica que
logre disgregar la “amalgama” que constituyen los intelectuales en el bloque histórico.
Por eso, “una de las características más relevantes de cada grupo que se desarrolla en
dirección al dominio es su lucha por la asimilación y la „conquista ideológica‟ de los
intelectuales tradicionales, asimilación y conquista que es tanto más rápida y eficaz
cuanto más rápidamente elabora el grupo simultáneamente sus propios intelectuales
orgánicos” (idem: 5). Y de ahí la función fundamental del partido de la clase obrera:
formar sus propios componentes hasta convertirlos en intelectuales políticos
calificados, ya que la lucha que tiene que librar el proletariado, antes y después de
la toma del poder, supone la conquista de la hegemonía política, moral y cultural.
La hegemonía de la clase obrera
La hegemonía que tiene que conquistar la clase obrera es concebida como
“dirección” de los grupos aliados, a la vez que constituye una opción para hacer
avanzar al conjunto de la sociedad. Para ello, y una vez tomado el poder, se convertirá
en dominante respecto a las clases antagónicas. Gramsci decía que “la supremacía de un
grupo social se manifiesta de dos modos, como „dominio‟ y como „dirección intelectual
y moral’. Un grupo social es dominante de los grupos adversarios que tiende a „liquidar‟
o a someter incluso por la fuerza armada, y es dirigente de los grupos afines y aliados.
Un grupo social puede e incluso debe ser dirigente ya antes de conquistar el poder
gobernante (ésta es una de las condiciones principales para la conquista misma del
poder); después, cuando ejerce el poder y aún cuando lo tenga fuertemente en sus
manos, se vuelve dominante pero debe continuar siendo también „dirigente‟”
(Gramsci 1986b: 99).
Pero, si bien Gramsci enfatiza el contenido ideológico de la hegemonía, no
subestima -como ya dijéramos más arriba- el aspecto político de la “alianza de clases“,
que ya fuera destacado por Lenin: “la tarea inmediata de la vanguardia consciente
del movimiento obrero internacional, es decir, de los partidos, grupos y
tendencias comunistas consiste en saber llevar las amplias masas (hoy todavía, en
su mayor parte, adormecidas, apáticas, rutinarias, inertes, sin despertar) a esta
nueva posición suya o, mejor dicho, en saber dirigir no sólo a su propio partido,
sino también a estas masas en el transcurso de su aproximación, de su
desplazamiento a esa nueva posición” (Lenin 1964: 78). Y en forma coincidente, ya en
“La cuestión meridional” Gramsci dice que “los comunistas turineses se plantearon
concretamente la cuestión de la „hegemonía del proletariado‟, o sea de la base social de
la dictadura proletaria y del estado obrero. El proletariado puede convertirse en clase
dirigente y dominante en la medida en que con-sigue crear un sistema de alianzas de
clase que le permita movilizar contra el capitalismo y el estado burgués a la mayoría de
la población trabajadora” (en Gramsci 1981: 307).
Lenin ya destacaba el rol de dirección de las clases aliadas cuando decía,
refiriéndose al partido de vanguardia, que éste debía tener capacidad “de ligarse, de
acercarse y, hasta cierto punto, si se quiere de fundirse con las más amplias masas
trabajadoras, en primer término con las masas proletarias, pero también con las masas
trabajadoras no proletarias” (Lenin 1964: 9). Y Lenin habla de la necesidad de que el
proletariado conquiste la hegemonía aún antes de la toma del poder: “la comuna, es
decir, los soviets, no „implantan‟, no se proponen „implantar’, y no deben
implantar ninguna reforma que no haya alcanzado plena madurez, tanto en la
realidad económica como en la conciencia de la aplastante mayoría del pueblo“. Y
agrega que “el partido del proletariado no puede, en ninguna circunstancia,
ponerse el objetivo de „implantar‟ el socialismo en un país de pequeños
campesinos en tanto la inmensa mayoría de la población no haya adquirido
conciencia de la necesidad de una revolución socialista” (Lenin 1973b: 58).
En estos pasajes vemos como aparecen in nuce [en síntesis] los elementos del
concepto de hegemonía desarrollados posteriormente por Gramsci, 24 en un sentido
innovador y específico en el que la dimensión ideológica adquiere su mayor expresión.
Así, en la línea del pensamiento de Lenin, Gramsci dirá que: “ninguna acción de masa
es posible si la propia masa no está convencida de los fines que quiera alcanzar y
de los métodos que debe aplicar. Para ser capaz de gobernar como clase el
proletariado tiene que despojarse de todo residuo corporativo, de todo prejuicio
o de incrustación sindicalista (…). Si no se obtiene eso el proletariado no llega a ser
clase dirigente y esos estratos, que en Italia representan la mayoría de la población
se quedan bajo dirección burguesa y dan al estado la posibilidad de resistir el
ímpetu proletario y de debilitarlo” (de Gramsci 1981: 312).
Precisamente el despojarse de los residuos corporativos implica que el
proletariado abandone la estrechez de los intereses inmediatos para abarcar, en una
nueva fusión, los de las demás clases subalternas, con su especificidad y diversidad.
Porque para romper con la influencia de la ideología burguesa sobre la mayoría
de la población, es preciso ser capaz de articular los núcleos de “buen sentido” que
aparecen en las aspiraciones históricas de los demás grupos sociales y darles un
sentido superador en la “visión del mundo” proletaria. La aspiración de una vida
mejor se construye también en un imaginario común en el que cada parte tiene su lugar
propio de confluencia, mientras que el proletariado no se propone subordinar a las clases
con las cuales construye una alianza, sino que las integra en una visión que de tal manera
se torna hegemónica. De este modo, ya en la cárcel, Gramsci distingue tres fases en la
toma de conciencia de las masas: la fase económico corporativa, la fase tradeunionista y la fase propiamente política, donde el proletariado debe desplegar su
hegemonía. Este tercer momento es “aquel donde se logra la conciencia de que los
propios intereses corporativos, en su desarrollo actual y futuro, superan los
límites de la corporación, de un grupo puramente económico y pueden y deben
convertirse en los intereses de los otros grupos subordinados” (Gramsci 1978:
71/72).
Gramsci enfatiza la necesidad de plantearse una profunda lucha ideológica para
lograr la hegemonía, que implica una profunda “reforma intelectual y moral” de la
sociedad y la construcción de una “voluntad nacional-popular“, en un sentido que,
reiteramos, va más allá de la mera alianza política de clases preconstituidas. Por eso es
tan fundamental que el proletariado logre la dirección del conjunto de las clases subalternas para, a partir de amalgamar en una visión integral y común los elementos que definen
a cada segmento de las clases subalternas, proyectar su hegemonía al conjunto de la
sociedad. Y la cuestión no pasa por sumar sectores autónomos y, en su caso,
subordinarlos a la visión del proletariado como clase fundamental, sino de producir una
síntesis superadora de los intereses del conjunto de las víctimas del capitalismo, sin que
se anulen cada uno de estos sectores sustantivos. Este es sin duda uno de los aportes
más significativos de Gramsci, que se conecta precisamente con la complejidad
que advierte en las formas ideológicas de la dominación burguesa, que a su vez se
convierte en una mayor complejidad de la lucha contrahegemónica.
Pero contrariamente a lo que dicen Portelli (1985) y Piotte (1973), Gramsci
no subordina la lucha política a la lucha ideológica, contraponiéndose así a Lenin,
sino que destaca la articulación de ambas. El concepto gramsciano de hegemonía
no se resume en lo cultural, sino que presupone el aspecto político. “La hegemonía
política puede y debe existir antes de llegar al gobierno…” dice Gramsci en la cárcel
(1986b: 100). Y no podía ser de otra manera, pues todas sus reflexiones tenían como
objetivo aportar elementos que enriquecieran la praxis política del proletariado para
llevarlo a la victoria revolucionaria.
Para lograr el poder del Estado y destruirlo, el proletariado debe tomar
conciencia de sí mismo, de su lugar y función en el seno de la estructura, y extender su
hegemonía primero al resto de las clases subalternas y de ahí al conjunto de la sociedad.
Ahora bien, es en el plano de la ideología que la clase obrera toma conciencia y ejerce su
hegemonía. Pero este proceso no se hace en abstracto, o por efectos de una pura acción
intelectual, sino que es producto de la experiencia política. La relación entre la praxis y
la ideología debe sintetizarse en la capacidad de dirección de la clase obrera, en el
momento de la hegemonía. En tanto que la ideología es, para Gramsci, una “concepción
del Estado que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad
económica, en todas las manifestaciones de la vida individual y colectiva” (1986a: 16), la
posibilidad de trasformarla nos remite a la praxis política del proletariado. Pero hay algo
más: la superestructura del bloque histórico, como sistema totalitario de ideologías,
“representa la existencia de las condiciones objetivas para la subversión de la praxis”.
Ello significa que es allí donde aparecen los elementos objetivos que permiten a las clases
subalternas tomar conciencia de su situación y luchar para transformar el orden vigente,
constituyendo un nuevo bloque histórico.
La importancia asignada a la praxis política ligada a las condiciones estructurales
deriva de que es en ese terreno donde surgen nuevas expresiones superestructurales
susceptibles de entrar en contradicción con la ideología dominante. Al poner de relieve
el aspecto intelectual y moral de la hegemonía, Gramsci está destacando que la dirección
que debe ejercer el proletariado debe ser política e ideológica, para lograr articular en
torno suyo una alianza de las clases subalternas capaz de proponer al conjunto de la
sociedad una opción que signifique un avance respecto al sistema imperante. Para ello
necesita difundir una “visión del mundo” opuesta al sentido común dominante en la
sociedad burguesa. Y esta batalla es política, porque requiere la praxis social, y es
ideológica, porque es precisamente en el plano de las ideas donde los hombres toman
conciencia de su situación social y pueden luchar para transformarla. Aparece, entonces,
el elemento de la voluntad, de la política, que está limitado históricamente por
condiciones objetivas pero que no está determinado fatalmente, ya que si fuera así
carecería de sen-tido el llamamiento que hace el marxismo a la lucha de clases y a la
revolución social.
* Una versión preliminar de este artículo se publicó como “La noción gramsciana de
hegemonía en el convulsionado fin de siglo”, en L. Ferreyra, E. Logiúdice y M. Thwaites
Rey: Gramsci mirando al sur. Sobre la hegemonía en los 90, Bs. As., Kohen y Asociados,
1994.
1- Al respecto, es altamente ilustrativa una nota escrita por Gramsci en la que expresaba
las dificultades y reparos metodológicos para abordar la obra de Marx y que, sin duda,
pueden aplicarse a su propia obra. Así, decía que “si se quiere estudiar el nacimiento de
una concepción del mundo que desde su fundador jamás ha sido expuesta de manera
sistemática (y cuya coherencia esencial debe hallarse, no en cada escrito o serie de
escritos, sino en todo el desarrollo del trabajo intelectual en el que están implícitos los
elementos de la concepción), es preciso hacer preliminarmente un trabajo filológigo
minucioso, ejecutado con el máximo de escrupulosidad y de exactitud, de honestidad
científica, de lealtad intelectual, de ausencia de todo preconcepto y apriorismo, de toma
de partido”. Y luego agregaba que “en las obras del pensador dado, es preciso distinguir
entre otras, aquellas que ha llevado a término y publicado de las que quedaron inéditas
por-que no ha sido terminadas y que fueron publicadas por algún amigo o discípulo, no
sin revisiones, arreglos cortes, etc., o sea, con intervención activa del editor. Es evidente
que el contenido de estas obras póstumas tiene que ser considerado con mucha cautela
y discreción, pues no debe ser tenido por definitivo, sino como material en elaboración
provisional (…) También el estudio del epistolario debe hacerse con cierta cautela: una
afirmación suelta hecha en una carta no sería quizás repetida en un libro” (Gramsci
1986ª: 81-83).
2- En febrero de 1980, por ejemplo, se realizó en la Universidad Nacional Autónoma de
México un seminario sobre “Hegemonía y alternativas políticas en América Latina”, cuyo
propósito fue discutir la validez del concepto de hegemonía gramsciano para el análisis
de las características distintivas de las luchas sociales en América Latina. Las ponencias
a este seminario fueron publicadas en 1985, en una volumen colectivo titulado
Hegemonía y alternativas políticas en América Latina, bajo la coordinación de Julio
Labastida Martín del Campo. En 1987, el aniversario cincuenta de la desaparición de
Gramsci motivó una serie de encuentros, trabajos y debates acerca de su obra. En Buenos
Aires, por ejemplo, se celebraron las Jornadas “¿Por qué Gramsci hoy?”, con la
participación de numerosos intelectuales que presentaron distintas ponencias, algunas
de las cuales constituyen la base de los artículos incluidos en Ferreyra, Logiúdice y
Thwaites Rey (1994). Y más recientemente, en el número 115 de la revista Nueva
Sociedad, de setiembre-octubre de 1991, con motivo del centenario del nacimiento de
Gramsci se incluyen, como tema central, una serie de artículos que efectúan un balance
crítico sobre la recepción de la obra gramsciana en América Latina y la proyección de sus
aportes fundamentales en los noventa.
3 En “La conquista del Estado”, artículo de L’Ordine Nuovo del 12/6/19 (Gramsci 1981:
93).
4- Véase Buci-Glucksmann (1986: 171). Es interesante destacar cómo esta concepción
anti-instrumental del Estado es posteriormente desarrollada por Poulantzas en varios
de sus trabajos
5- L’ Ordine Nuovo del 24/8/19, citado por Macciochi (1981: 158).
6- De “Democracia obrera”, en L’Ordine Nuovo del 21/6/19 (Gramsci 1986c: 59; 1981:
89).
7- Gramsci es detenido por el régimen fascista a las 22.30 hs. del día 8 de noviembre de
1926 e ingresa en la cárcel romana de Regina Coelli en régimen de incomunicación.
Permanece detenido hasta el 21 de abril de 1937 cuando, a causa del agravamiento de su
estado de salud, es liberado. Muere seis días después, a las 16.00 hs. del día 27.
8- En “Pasado y presente”, citado por Buci-Glucksman (1986: 39).
9- Véase Anderson (1982: 110/11).
10- Perry Anderson, en su interesante trabajo Las antinomias de Gramsci de 1977,
señala que en los Cuadernos de la cárcel aparecen tres posiciones oscilantes respecto
al Estado: 1) está en una “relación equilibrada” con la sociedad civil; 2) es únicamente
una “superficie exterior” de la sociedad civil; 3) es la “estructura masiva” que cancela la
autonomía de la sociedad civil. De ahí que el Estado esté en contraste, la abarque o sea
idéntico a la sociedad civil, derivando de estas oscilaciones diferentes respuestas
políticas provocadas por la coyuntura.
11- Sobre el concepto de sociedad civil en Gramsci puede verse el trabajo de N. Bobbio
“Gramsci y la concepción de la sociedad civil”.
12- En los “Apuntes sobre la historia de las clases subalternas” (Gramsci 1986b: 249).
13- Carta a Togliatti, Terracini y otros del 9/2/24 (en Gramsci 1986c: 146).
14- Texto preliminar de un informe presentado en la reunión del CC del PCI del 2-3 de
agosto de 1926 (en Gramsci 1981: 286).
15- En “El problema de la dirección política en la formación y el desarrollo de la nación y
del Estado moderno en Italia” (en Gramsci 1986c: 486).
16- Esto plantea la discusión en torno a la “historicidad” de la producción teórica. Al
respecto, Chantal Mouffe hace la advertencia correcta de que “hay que distinguir entre lo
que cambió en la teoría marxista del estado y lo que cambió en la realidad misma del
estado. En este sentido es necesario atribuirle una cierta autonomía a la teoría ya que al
querer presentar su evolución como simple expresión de un cambio a nivel histórico
fácilmente acabaríamos justificando el economicismo como expresión teórica adecuada
de un período en el cual existía una separación real entre economía y política debido a
que nos privamos de la manera de criticar los errores a nivel de la teoría”. No obstante,
es preciso conjurar el peligro contrario de sostener la validez de una lógica autónoma de
las teorías, más allá de todo contexto histórico-material de producción. Porque
justamente las críticas respecto a la validez explicativa de una teoría suelen fundarse en
su confrontación con la realidad de la que pretendieron dar cuenta (1985: 140).
17- Como señalan Anderson (1987) y Loyola Díaz y Martínez Assad (1985), el concepto
de hegemonía ya era conocido y utilizado en el movimiento comunista internacional
desde fines del S.XIX, pero referido a la estrategia del movimiento obrero y a la necesidad
de ganar a las masas campesinas y a otros estratos sociales para la lucha revolucionaria.
Lenin empleó este concepto, pero referido a la cuestión política de la “alianza de clases”.
El aporte sustantivo de Gramsci radica, además de haber desarrollado la dimensión
ideológica del concepto de hegemonía, en haberlo extendido al análisis de la dominación
burguesa. Producida tal extensión, en la producción carcelaria de Gramsci aparecen
numerosos pasajes en los que las definiciones de clase dominante y de hegemonía se
utilizan en términos genéricos, que engloban tanto a la burguesía actualmente
dominante como al proletariado en su afán de conquista del poder y una vez alcanzado
éste. La referencia, entonces, es a toda clase dominante. En otros pasajes, la mención es
más concreta y se refiere a una de ellas.
18- En “Tres principios, tres órdenes” (en Gramsci 1986c: 19).
19- “Necessitá di una preparazione ideológica di masas”, citado por Piotte (1973: 117).
20- Aclarando aún más este punto, Gramsci dirá que la concepción de “bloque histórico”
implica que “las fuerzas materiales son el contenido y las ideologías la forma, siendo esta
distinción de contenido y de forma puramente didascálica, puesto que las fuerzas
materiales no serían concebibles históricamente sin forma y las ideologías serían
caprichos individuales sin la fuerza de lo material”.
21- De “Oleada de materialismo y crisis de autoridad” (en Gramsci 1998: 313).
22- De V. I. Lenin: La bancarrota… (citado por Harnecker 1986: 65).
23- De A. Gramsci: Los intelectuales y la organización de la cultura, citado por Portelli
(1972: 95).
24- Al respecto véase el prólogo de José Aricó a Labastida (1985).
SIPOINT : Situación política internacional
Europa. 31-12-2014. Encuentro en Madrid con el historiador inglés Perry
Anderson. “Podemos y Syriza sostienen posiciones mucho menos
radicales que la derecha antisistémica”. Diego Lotito. laizquierdadiario
Este jueves se presentó en Madrid la edición castellana de la revista New Left
Review. La presentación se hizo en el marco del Seminario "Invención de la política,
crisis del capitalismo y nuevos sujetos políticos en Europa", organizada por la
editorial Traficantes de Sueños.
Participaron Perry Anderson, Susan Watkins, Robert Brenner y Robin
Blackburn, todos miembros del comité editorial, junto a colaboradores como Marco
D’Eramo, Emmanuel Rodríguez y Carlos Prieto del Campo, estos dos últimos
integrantes de Traficantes de Sueños.
La segunda sesión abordó una temática diversa: “Los desequilibrios políticos de la
UE” (Watkins); los “Populismos” (D’Eramo), las “Nuevas apuestas políticas en la coyuntura
española” (Rodríguez) y los “Movimientos antisistémicos” en Europa (Perry Anderson).
Las ponencias llaman a hacer varias discusiones, pero sin desmerecer el resto, fue el tema
–y el ángulo- abordado por Anderson el que me resultó más interesante para la reflexión
y el debate.
Anderson partió del concepto de “movimientos antisistémicos”, acuñado por
Arrighi, Wallerstein, Frank, etc., a finales de los años ’70, para definir una multiplicidad
de movimientos de la izquierda anticapitalista en el mundo. Hoy sin embargo, el
significado objetivo del término ha cambiado para que se consideran movimientos
antisistémicos. Para Anderson, desde los años ‘80 no hay en Europa ningún
movimiento significativo que pueda considerarse anticapitalista. “Hay un tabú en
considerarse anticapitalista”, en el sentido de bregar por el fin del sistema capitalista
como tal.
Así y todo, Anderson sostuvo que estos movimientos aún pueden considerarse
“antisistémicos”, en tanto se enfrentan al orden neoliberal capitalista. Un orden político,
económico e ideológico que, en términos generales, es económicamente antisocial,
basado en un consenso de partidos del “centro” (derecha e izquierda), cohesionados
ideológicamente en el “pensamiento único” e intercambiables políticamente; de allí que
se hable en Francia de la UMPS (UMP+PS), en Italia del PDL (PD y Popolo della Libertà)
o en el Estado español, el ya famoso PPSOE (PP+PSOE).
En este marco, la clave de su interpretación fue que hay dos tipos de movimientos
antisistémicos, los de izquierda, sobre los que más pensamos, y los de derecha. Para
Anderson es completamente legítimo considerar a los movimientos de derecha (y
extrema derecha) europeos como antisistémicos por el hecho de que son “radicalmente
antineoliberales”. Entonces, habría una situación completamente nueva, una
“convergencia de agendas” entre movimientos de protesta que vienen de la derecha y de
la izquierda
En el panorama de Europa occidental, existen más variantes de movimientos
antisistémicos en la derecha (Frente Nacional francés, UKIP en Reino Unido, Liga Norte
en Italia, Partido Popular Danés y varios más), que en la izquierda (Syriza en Grecia,
Podemos en el Estado español, Sinn Fein en Irlanda, y el Movimiento 5 estrellas en Italia,
aunque es discutible si puede considerarse de la izquierda). Luego hay partidos de la
izquierda tradicional más pequeños, como Die Linke en Alemania, el Front de Gauche en
Francia o Izquierda Unida en el Estado español.
Muchos de estos movimientos son previos a la crisis (FN, el Partido Popular Danés,
IU, Die Linke, etc.), pero para Anderson, los fenómenos más importantes son
expresiones directas de la crisis económica que estalló en 2008; en la izquierda,
claramente Syriza, Podemos y 5 Estrellas. Entre los primeros, para Anderson
prevalece una estructura más clásica de partido, mientras que en los más nuevos tienden
a ser movimientos más amplios, menos estructurados.
En este último caso, los liderazgos carismáticos aparecen para Anderson como un
rol clave indispensable de estos movimientos (Le Pen, Farage, por la derecha; Tsipras,
Iglesias, Grillo, por la izquierda), en tanto los más clásicos dependen menos de estas
figuras. Esto se debe no sólo a la “personalización posmoderna de la política”, sino
también a sus recursos limitados en términos de la estructura de organización.
Anderson sostuvo que hay una “área de protesta antisistémica que varía entre 1/6
a 1/4 de población votante”. Esto es claro en varios casos tanto de izquierda como de
derecha. Hace tiempo con Josefina Martínez hicimos un mapa de la extrema
derecha en Europa en el que se puede ver el peso de estos movimientos. El punto
es que, cuando estos movimientos pasan de representar a 1/4 de la población, ya
se convierten en una amenaza seria para el establishment.
En cuanto a la base social, según su exposición la derecha tiene un peso muy fuerte
en sectores de la clase obrera tradicional (por ejemplo en Francia e Italia), lo cual incluye
a un amplio sector en paro. También en parte de la pequeñoburguesía arruinada, y
sectores pequeños y medianos de la burguesía; pero no así en las clases medias
profesionales y la gran burguesía. En cuanto a la izquierda, su lectura es similar. Peso
en sectores de la clase trabajadora y la pequeñoburguesía, aunque con más influencia en
la clase media ilustrada y sectores empresarios. Pero esencialmente para Anderson la
diferencia entre ambos casos es “generacional”: la juventud vota más a la izquierda que
a la derecha.
Anderson abordó finalmente las principales ideas que, según él, estructuran estos
movimientos. En la derecha, el tema de la inmigración (xenofobia), ligada a la demanda
de seguridad social; la austeridad, relacionada con la demanda de la salida del euro
(eurofobia); y la soberanía popular (nacionalismo), en términos de demanda de
soberanía democrática contra las instituciones de la UE. En cuanto a la izquierda, dos
ideas son idénticas: el cuestionamiento de la austeridad y la demanda de soberanía en
términos de democracia política. Pero no así la cuestión de la inmigración, mientras le
sumó una suerte de “política exterior antiimperialista”.
Anderson se preguntó entonces “¿Qué estrategia debería adoptar la izquierda en
relación a la derecha?”, con la que se comparte una “arena antisistémica común”,
advirtiendo que esto solo surge en los lugares donde deben competir (la excepción es,
por ahora, el Estado español, donde “sólo hay un movimiento antisistémico”,
porque el PP aglutinó históricamente a la derecha tradicional), y la respondió con
algunas recomendaciones: a) No tratarlos como fascistas. “Son xenófobos, pero con la
única excepción de Aurora Dorada, el resto de los movimientos no son fascistas”; b)
Rechazar cualquier intento de los partidos del establishment (el “centro”) de
marcar líneas divisorias contra estos movimientos, haciendo de ellos una “gran
amenaza” y situándose como la única salvación posible; c) Tomar seriamente “la
cuestión de la inmigración, porque está conectada con la democracia”. Para Anderson,
los electores europeos “nunca fueron consultados sobre la inmigración”, esta fue
“impuesta por las demandas del sistema capitalista” (de abaratar el costo de la mano de
obra) y “por las guerras imperialistas en el norte de África y Medio Oriente, que
produjeron olas de refugiados”. Pero “la gente debe ser consultada” sobre esto,
incluso sobre cuál debe ser el flujo de inmigrantes que se permite que ingrese a
los países europeos; y d) No tratar a estos movimientos como “algo uniforme o
simplemente reaccionario”, porque pueden ubicarse a la izquierda en cuestiones como
la moneda común (euro), recordando que el FN francés y otros defienden la salida del
euro.
Para finalizar, Anderson arriesgó una crítica hacia la izquierda: "Podemos y Syriza,
debemos ser honestos, sostienen posiciones mucho menos radicales que la derecha
antisistémica". En su lectura esta posición es “razonable”, porque “hay indignación, pero
el miedo aun predomina en la mayoría de la población europea”, pero al mismo tiempo
dijo que “debería reconocerse que en términos de competencia política, en la arena
común de la protesta antisistémica, estas posiciones son una desventaja táctica en
comparación con la derecha”.
Algunas consideraciones
Evidentemente son varios los ángulos de debate posibles sobre la exposición de
Anderson, pero valgan algunas consideraciones, previa advertencia de que polemizamos
con su exposición oral (en un texto obviamente las posiciones tienen otros matices y
desarrollo).
La definición de la que parte Anderson sobre los movimientos antisistémicos en
tanto fenómenos de derecha y ultraderecha, como de izquierda, es un modo sugerente
de pensar la dinámica política en la “Europa de los extremos”. El concepto “antisistémico”
resulta útil descriptivamente, porque es un hecho que hay un terreno de crítica
“antineoliberal” que en Europa está en disputa con movimientos de derecha. Sin
embargo, al considerar antisistémicos a movimientos que no son anticapitalistas,
es decir, al no ser un concepto relacionado a estrategias de clase, en lo que no
resulta útil es justamente para pensar una política de izquierda. El mismo campo
antisistémico requiere un análisis político de clase, ya que no es inmediatamente
traducible a la estrategia política.
El crecimiento de estas fuerzas, especialmente las de derecha que sostienen un
discurso eurófobo, es sin duda una amenaza real al orden político de postguerra que
permitió la consolidación de la Unión Europea. En este punto, la analogía con los años
‘20 y ‘30 tiene rasgos similares, aunque no son exactamente los mismos movimientos.
Como Anderson reconoce, los fenómenos de izquierda no son una amenaza al propio
sistema capitalista, ni los de derecha son de conjunto fascistas.
Al no ver un peligro inmediato que amenace las bases de su régimen (por
ejemplo, como sería ante un ascenso revolucionario), el conjunto de la burguesía
europea sigue optando por su integración en las instituciones “democráticas” de
la UE. Sin embargo, a nadie escapa –y mucho menos a Anderson- que en el pasado el
capital ha utilizado todas las vías posibles para sostener su poder cuando este se
vio amenazado, desde los frentes populares (para engañar, pacificar y subordinar
a la clase obrera como aliada de la burguesía), hasta la solución del fascismo (como
método de guerra civil contra la clase trabajadora y los derechos democráticos).
La aguda crisis del capitalismo imperialista, combinada con una crisis de
representación democrático burguesa –y en particular de la construcción histórica que
significó la UE-, exige pensar estas hipótesis, porque tanto los fenómenos de derecha
como de izquierda, en determinadas circunstancias, pueden ser asimilados como una
salida para la preservación del sistema capitalista. No en su forma neoliberal actual,
sino como sistema histórico de dominación de clase. (Nota ELCH: HE AQUI EL
PUNTO PRINCIPAL POR EL CUAL HAY QUE EVITAR LAS DENOMINACIONES
APRESURADAS, LA FALTA DE RIGOR ANALÍTICO, EN LA QUE CAE EL MANIFIESTO
DE LOS INTELECTUALES EN CHILE. NO PORQUE SEA EXCESIVAMENTE SINTÉTICO
HAY QUE RESTARLE IMPORTANCIA)
Para Anderson sería un error considerar a los movimientos de derecha como
“reaccionarios” de conjunto, teniendo en mente que un amplio sector de su base social
son sectores de trabajadores. Tomando el caso francés, es cierto que a diferencia de
mediados de los ’90 y la tradición de la extrema derecha histórica, el nuevo FN
encabezado por Marine LePen adopta un carácter más “republicano”, que le permite
ganar una base social más sólida y aspirar a ser una opción de poder viable. No obstante,
la realidad es que visto desde su estrategia, son movimientos reaccionarios que con un
discurso radical y demagógico han logrado ganar adhesión en capas más o menos
importantes de la clase obrera y la pequeño burguesía pauperizada. El problema
esencial es entonces ¿con qué política operar sobre esa base social?
Anderson da en el clavo cuando dice, honestamente, que “Podemos y Syriza tienen
un programa menos radical” que el Frente Nacional y otras variantes de extrema
derecha. Lo mismo se podría decir del Front de Gauche, y sin lugar a dudas de Izquierda
Unida. Este límite está entre una de las causas del fortalecimiento de la derecha en
sectores obreros y de clase media arruinada. Sin embargo, no lleva esta crítica hasta el
final, abordando la política en términos de clase y estrategias de clase.
El punto en el que convergen tanto los fenómenos de derecha como de izquierda
es que son esencialmente antiausteritarios y se encuentran en oposición a las
instituciones de la “Europa de la austeridad”. Los distingue, sin embargo, no sólo
aspectos programáticos (sin duda la xenofobia y el racismo), sino también la actitud
frente a estas instituciones. Mientras frente a los padecimientos de la crisis y la ofensiva
imperialista alemana y de la “Troika”, las tendencias de extrema derecha se fortalecen
con un discurso radical de abandono del euro, haciendo demagogia con la defensa
del “estado nacional”, los movimientos de izquierda como Podemos o Syriza, moderan
hasta el infinito sus programas, defendiendo la utopía de democratizar la UE,
ignorando su carácter imperialista y reaccionario.
Para abordar esta “debilidad táctica” de la izquierda, Anderson lo que propone es
"dialogar" con la base de los movimientos de derecha, con los que se comparte una “arena
antisistémica común”, adoptando parte de su agenda. Esto lo lleva en un tema tan
dramático como la inmigración, por ejemplo, a posiciones confusas. Evidentemente
Anderson no defiende una política xenófoba. Su denuncia de que la inmigración fue
promovida por el capital como parte de una política para atacar a la propia clase obrera
es correcta. Sin embargo, al no relacionar esta problemática con una estrategia de clase,
toda salida dentro de los marcos “antisistémicos” que plantea, puede abrir la puerta a
soluciones reaccionarias. Además, la inmigración constituye la base material de la
formación de una nueva clase obrera precaria y superexplotada en los países centrales,
cuestión que no está incorporada en su lectura, que pareció ubicarse desde la estrecha
óptica de la clase obrera europea, blanca y nativa.
El problema es que este tipo de experimentos ya fue intentado en el pasado y fue
un fiasco.
En Alemania en 1923, un sector de la Internacional Comunista (IC)
teorizó sobre la necesidad de establecer alianzas con la corriente
de extrema derecha, como el “nacional-bolchevismo”, para ganar a
sus elementos “revolucionarios y nacionalistas”, lo que derivó en
acciones comunes “rojo-pardas” (la corta y tristemente famosa
“línea Schlageter” de Radek), que resultaron un rotundo fracaso,
puesto que sólo fortalecieron a los “pardos” mientras debilitaron y
confundieron a los “rojos”. Peor aún fue la deriva en Polonia, donde
el PC ya estalinizado, llamó a los obreros a apoyar el golpe fascista
en 1926 como “el camino de la dictadura democrática
revolucionaria". Esto antes de que la IC (Internacional comunista)
dirigida por Stalin diera una giro brusco hacia la infame teoría del
social-fascismo, que luego sería superada en otro giro hacia la no
menos infame teoría de los frentes populares.
Obviamente no es la misma situación ni son los mismos protagonistas, pero la
forma de abordar el fenómeno tiene muchas similitudes: "dialoguemos con la derecha”,
no los ataquemos en bloque como “reaccionarios”, porque ambos somos “antisistémicos”
y tenemos una “agenda común”. Esta política, como ya sucedió en el pasado, lejos de
debilitar a los movimientos de derecha no puede más que fortalecerlos.
Entonces volviendo a la pregunta de Anderson: “¿qué estrategia debería adoptar
la izquierda en relación a la derecha?”, nos parece que resulta mucho más útil
recuperar los debates estratégicos de los años ’20 y ’30 sobre el frente único obrero, una
táctica que al calor de la crisis capitalista y la creciente intervención de la clase obrera
cobra renovada vigencia. Anderson, de hecho, escribió muy buenas páginas sobre el
frente único obrero, cuyos debates en el seno de la Tercera Internacional consideró “la
última gran polémica estratégica en el movimiento obrero europeo”.
En toda su exposición, sorprendentemente Anderson no hizo referencia a los
sindicatos. Salvo al final, en respuesta a una pregunta de un compañero, que hizo una
breve crítica al rol de los sindicatos en la crisis y la falta de una respuesta dura a los
ataques del capital. Pero los sindicatos no fueron parte de su ecuación política.
Sin embargo, para disputar la base social de la derecha lo que hace falta es
justamente el impulso de la más amplia unidad de las masas para resistir los
ataques del capital, así como la exigencia del frente único a las direcciones
burocráticas del movimiento obrero –teniendo por objetivo estratégico el
desarrollo de fracciones revolucionarias en su seno-, se torna una cuestión vital
para unificar a la clase trabajadora con sus propias demandas, y no entregar la
arena del cuestionamiento radical al establishment a la derecha. Por ejemplo, frente
a la inmigración, lo que es necesario desarrollar es la unidad de las filas de la clase
trabajadora y un internacionalismo obrero, no una política de restricción estatal al flujo
inmigratorio.
No se trata de buscar un dialogo entre campos “antisistémicos” bajo una
estrategia “anti neoliberal”, sino de lograr la unificación de la clase obrera bajo
una estrategia de clase propia, que pueda a su vez influenciar en la pequeño
burguesía arruinada insuflándole confianza en la capacidad de la clase obrera de
llevar a la sociedad por un nuevo camino. La política del frente único se vuelve así un
componente central de una estrategia proletaria, tanto para unificar las filas de la clase
trabajadora (dividida no sólo por el propio capitalismo –ocupados, parados, precarios,
etc.-, sino también por los propios movimientos de derecha xenófobos entre nativos e
inmigrantes); como para combatir a las direcciones reformistas del movimiento
obrero, tanto políticas como en los grandes sindicatos burocratizados, que dividen
y paralizan la fuerza social de la clase trabajadora ante los ataques del
establishment, mientras mantienen a una minoría sindicalizada en sus estrechos
marcos corporativos, e influir en las clases medias que en su desesperación
tienden a gravitar hacia la derecha y la extrema derecha. Es decir, una estrategia
para que la clase obrera se vuelva hegemónica.
Esta política presupone la necesidad de que se desarrolle un partido
revolucionario con peso real en las organizaciones de la clase obrera, que permita
imponer a las direcciones reformistas el frente único obrero y así disputar los
sectores que son seducidos por la demagogia de la extrema derecha, que agita
odios nacionales con el objetivo de separar a la clase obrera y atarla a un sector de
las burguesías nacionales. Esta tarea aún está por hacerse.
En su esquema sobre los nuevos movimientos antisistémicos de izquierda,
Anderson no hizo referencia a otras formaciones que se encuentran a la izquierda de
estos, que dicho sea de paso, por momentos poco o nada se diferencian de la
“centroizquierda” y su republicanismo reaccionario. Por ejemplo, no habló del NPA
francés. Cierto es que el NPA trasunta una profunda crisis política, en gran medida debido
a que la mayoría de su dirección ha optado por hacer del seguidismo a los reformistas
una estrategia. Sin embargo, en el último período ha comenzado a cuajar una oposición
de izquierda en el seno del NPA, que brega por construir un partido revolucionario
implantado en la clase trabajadora, que defienda una orientación de frente único obrero.
Esta perspectiva es la que hace falta desarrollar audazmente en los distintos países de
Europa, en los que existen sectores revolucionarios dispuestos a batallar por una
estrategia obrera independiente.
En su famoso ensayo de los años ’70, “Las antinomias de Antonio Gramsci”,
Anderson hace un análisis profundo de las contradicciones internas del pensamiento
del comunista italiano sobre la revolución en Occidente, y una aguda crítica a las
contradicciones en su concepción del Estado. Sin embargo, hay una crítica que no lleva
hasta el final y es que la clave de la dominación de los estados capitalistas
occidentales durante todo el siglo XX, estuvo en el control de la clase trabajadora
a través de mediaciones (sindicatos y partidos) de conciliación de clases, cuya
forma más perfeccionada fue el “frente popular”. Como dijo hace tiempo un
compañero que de esto entiende infinitamente más que yo, “las casamatas en
Occidente están hechas de ladrillos proletarios”.
Visto desde el ángulo del debate actual, el peligro es abordar la influencia de la
extrema derecha en amplios sectores de trabajadores y clases medias arruinadas desde
una lógica “antisistémica”, que en perspectiva puede decantar en algún tipo de variante
frente populista, y no desde una estrategia obrera contra la estrategia del capital.
* Agradezco los comentarios sobre estas notas de mis amigos y compañeros Gastón
Gutiérrez, Juan Dal Maso y Matías Maiello.
Fuente
original:
http://www.laizquierdadiario.com/Perry-Anderson-Podemos-ySyriza-sostienen-posiciones-mucho-menos-radicales-que-la-derecha
Víctor Alba. Sobre
el frente único proletario. El primer capítulo del
libro El Frente Popular por Víctor Alba (publicado en 1976). Víctor Alba (19162003) fue miembro del partido POUM español. El libro Frente Popular trata del
Frente Popular en España 1936-39
1. La teoría
Los pactos o frentes de distintas organizaciones o facciones políticas no son cosa
nueva. Los hubo en Grecia y Roma. En la Edad Media. En las luchas bajo la monarquía
absoluta. En las revoluciones burguesas. En las democracias parlamentarias capitalistas.
En el movimiento obrero.
Del mismo modo que hay alianzas de Estados, hay alianzas de partidos. Esas
alianzas pueden ser defensivas u ofensivas. Son para evitar que el adversario tome el
poder o para tomarlo los componentes de la alianza. A veces empiezan de un modo para
acabar en otro.
Hay más alianzas allí donde la fragmentación política es crecida que donde
funcionan pocos partidos. La presión popular por una alianza es más fuerte cuando se
siente la amenaza de lo que suele llamarse un ”enemigo común”.
La idea de frente político, pues, no tiene nada de original. El Frente Popular,
empero, no fue un frente político del modelo tradicional, sino que tuvo características
peculiares, distintivas.
En toda alianza hay ciertamente la esperanza en cada uno de sus componentes (o
por lo menos en lo más fuertes) de llegar a controlar y orientar la alianza. Pero en el
Frente Popular ese rasgo se presentó de modo singular.
Las alianzas responden a iniciativas de partidos. El Frente Popular, como táctica,
fue el resultado de la iniciativa de un Estado. Esto solo bastaría para hacerlo distinto, sin
precedentes. Para entender este carácter excepcional precisa hacer una excursión por la
teoría que inspiró a sus inspiradores.
La táctica de Lenin
Lenin consideraba que la clase obrera padecía una especie de incapacidad
revolucionaria. En esto, su experiencia de Rusia – con un proletariado pequeño y todavía
muy cercano a su origen rural – le apartaba del marxismo. El proletariado – decía – si
logra organizarse en sindicatos, no va más allá de buscar su beneficio inmediato, sin
darse cuenta de su misión histórica. La conciencia de clase no le viene espontáneamente,
sino que ha de serle dada por los mismos que formularon las teorías socialistas, es decir,
los intelectuales.
La revolución no será, pues, obra de la clase obrera. Ésta ayudará a hacerla, pero
no la dirigirá. La dirección de la revolución corresponde a una ”vanguardia”, la
”organización de los revolucionarios profesionales”, formando ”un partido de un tipo
nuevo” basado en el ”centralismo democrático”.12
Un partido así ha de ser necesariamente débil en relación con el resto del mundo
político. Es un partido de oficiales y no de regimientos. La fuerza del número ha de
encontrarla en ”organizaciones de masas”, que atraigan a aquellos que no se sentirían
atraídos por los comunistas. No es preciso crearlas; existen ya y basta con apoderarse de
sus puestos dirigentes para utilizarlas. Los sindicatos forman la más importante de esas
organizaciones de masas. Además, hay partidos que, sin ser comunistas, pueden ser
arrastrados por éstos, mediante alianzas, y utilizados por ellos. Esto es más necesario
aun cuando los comunistas, por razones tácticas, aceptan la posibilidad de la conquista
del poder mediante el proceso electoral. El partido, en suma, necesita alianzas.
En 1899, Lenin – que entonces es todavía Ulianov – escribe una carta a su amigo
Potresov, en la cual critica al dirigente socialista Axelrod por haber defendido la
necesidad de que los socialistas se aliaran con la oposición democrática al zarismo y la
apoyaran: ”En mi opinión, la palabra ‘utilizar’ es mucho más exacta y adecuada que los
términos ‘apoyar’ y ‘alianza’.” 13
En esta frase se encuentra, en síntesis, la táctica del Frente Popular. Los
socialdemócratas rusos – que no se habían dividido todavía en bolcheviques y
mencheviques – eran una minoría exigua. Los comunistas fueron, más tarde, en todo el
mundo, minorías dentro del movimiento obrero y en la política en general. Cuando los
bolcheviques subieron al poder, en Rusia, no representaban siquiera el tres por ciento
La socialista de izquierdas germano-polaca Rosa Luxemburgo sostuvo varias polémicas
con Lenin, antes y durante la revolución rusa – que ella defendía –, porque consideraba
que esta concepción del partido implicaba el menosprecio de la clase obrera y entrañaba
fuertes peligros de dictadura.
13
B. D. Wolfe, Three Who Made a Revolution, Nueva York, 1948, pág. 122.
12
de la población del país, y hoy mismo los miembros del Partido Comunista Soviético no
llegan a ser el seis por ciento del total de los habitantes de la URSS.
Es lógico que un partido minoritario busque tácticas que amplíen su influencia y le
den posibilidades de predominio. La táctica obvia es la de los frentes, entre los cuales el
Frente Popular ha sido el único que ha tenido cierto éxito.
Es una de las características del movimiento comunista que siempre busque una
justificación teórica, una autoridad doctrinal en la cual apoyar todo nuevo viraje o línea.
Esto es natural en un movimiento que considera que actúa de acuerdo con un cuerpo de
doctrina (antes el marxismo, luego el marxismo-leninismo, más tarde el marxismoleninismo-stalinismo), que es, a sus ojos, un cuerpo cerrado, completo, único depositario
de la verdad. Para muchos marxistas el marxismo es, como lo fue para Marx, un
método de análisis de la realidad. Para los comunistas es la realidad misma hecha
doctrina. Por lo tanto, han de encontrar en lo que llaman marxismo una justificación a
todas sus actitudes, pues de lo contrario aparecerían como carentes de fundamento,
erróneas.
La táctica del frentismo dispone de una copiosa serie de citas para justificarse en
términos del marxismo-leninismo. No es una táctica inédita, inventada por el
movimiento comunista. Es tan vieja como la política. Maquiavelo la aconsejaba a su
príncipe: ”Los príncipes sabios atenderán con la mayor diligencia a no desesperar a los
nobles y a satisfacer al pueblo, teniéndolo contento.”14 La Primera Internacional fue, en
realidad, un intento de crear un frente entre los diversos tipos de organización obrera.
Pero el Frente Popular introdujo tales cambios en esas tácticas tradicionales, que bien
puede considerarse como característicamente comunista.
El primero de noviembre de 1914, Lenin publica un artículo titulado ”Situación y
tareas de la Internacional Socialista”.15 Hacía apenas dos meses que se había declarado
la primera guerra mundial. Al final de ese artículo, Lenin escribe: ”La Segunda
Internacional está muerta, vencida por el oportunismo. ¡Abajo el oportunismo y viva la
Tercera Internacional!, desembarazada no sólo de los tránsfugas, sino también del
oportunismo.
La Segunda Internacional ha cumplido su misión, útil, preparatoria, de organización de
las masas proletarias durante una larga época de paz, que ha sido la de la esclavitud
capitalista más cruel y la del progreso capitalista más rápido (último tercio del siglo XIX
y principios del XX). A la Tercera Internacional le corresponde organizar la fuerza del
proletariado para el asalto revolucionario de los gobiernos capitalistas, para la guerra
civil contra la burguesía de todos los países, por el poder político, por la victoria del
socialismo.”
Lenin considera que la Segunda Internacional ha muerto debido a su oportunismo.
Lo describe así: ” La defensa de la colaboración de clases, la renuncia a las ideas de la
revolución socialista y a los métodos revolucionariós de lucha, la adaptación al
nacionalismo burgués, el olvido del carácter histórico transitorio de las nacionalidades y
de las patrias, el fetichismo de la legalidad burguesa, la abdicación del punto de vista de
clase y aun de la lucha de clases, por temor a enajenarse la masa de la población (léase la
14
15
Maquiavelo, El Príncipe, San Juan, 1955, pág. 383.
Lenin, Los socialistas y la guerra, México, D.F., 1939, págs. 13 y ss.
pequeña burguesía); tales son, incontestablemente, las bases ideológicas del
oportunismo.”
Y agrega: ”La guerra no ha hecho más que revelar bruscamente y de modo agudo
las proporciones reales de este predominio [del oportunismo] en la Segunda
Internacional.”
Sin preverlo, Lenin definía, al describir el oportunismo, lo que iba a ser la táctica
del Frente Popular veintiún años más tarde.
En esos veinte años, muchas cosas cambiaron. Antes de la primera guerra mundial
la colaboración de elementos socialistas en los gobiernos burgueses se consideraba como
una traición y los colaboradores eran expulsados del partido socialista, como les ocurrió
a Briand y Viviani en Francia. Este principio de no colaboración era aceptado lo mismo
por revolucionarios que por reformistas, por marxistas que por idealistas.
El frente común
Lenin llega al poder en Rusia. Se organizan partidos comunistas en muchos países,
a base de escisiones de los partidos socialistas. Con el fin de dirigirlos se funda la Tercera
Internacional, Internacional Comunista o Komintern. Entre los dirigentes comunistas de
Alemania, Holanda, Suecia, Italia, los hay que se muestran partidarios de una absoluta
intransigencia, antiparlamentarios y favorables a la acción directa: Karl Ehrler, Otto
Ruhle, K. Horner, S. Höglund, Amadeo Bordiga. Contra esta posición Lenin escribe en
abril y mayo de 1920 un libro que titula ”El extremismo enfermedad infantil [o ‘de
crecimiento’, según en qué versiones] del comunismo”. En ediciones posteriores agregó un
subtítulo: ”Ensayo de popularización de la estrategia y de la táctica marxista.”
Lenin prevé que los dirigentes ”oportunistas” recurrirán a toda clase de trucos
para evitar que los comunistas entren en los sindicatos. Y da estos consejos: ”Es
necesario, para oponerse a todo esto, acceder a todos y cada uno de los sacrificios, e
incluso, si fuera preciso, recurrir a toda clase de estratagemas, maniobras y métodos
ilegales, a evasiones y subterfugios, para penetrar en los sindicatos, permanecer en ellos
y desarrollar a toda costa un trabajo comunista.” 16
En las conclusiones del libro, Lenin afirma: ”En política se puede saber aún menos
[que en la guerra] qué método de lucha será aplicable y ventajoso para nosotros en tales
o cuales circunstancias futuras.” 17
Para vencer al capitalismo, los comunistas han de conquistar primero al
movimiento obrero, viene a decir Lenin, con el fin de emplearlo como instrumento de su
lucha. En esta conquista, todos los métodos son aceptables. Por la misma época, en su
”Resumen de la discusión sobre la autodeterminación”, Lenin escribía, aplicando este
principio, que los comunistas ”deben aprovechar todas las ocasiones, incluso las
ocasiones más pequeñas, para conquistar un aliado de masas, aunque ese aliado pueda
ser sólo temporal, vacilante, inestable, condicional y poco digno de confianza”.
Pero Lenin no cree que haya que ocultar las intenciones de los comunistas. En
su libro de 1905 ”Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática”,
afirma que para aniquilar al feudalismo se necesita una revolución burguesa, y para
aniquilar al capitalismo, una revolución proletaria. Los socialistas (no había todavía
16
17
Lenin, El extremismo, enfermedad infantil del comunismo, Barcelona, 1932, pág. 64.
Lenin, ibid, pág. 125.
comunistas) deben participar, en ciertas circunstancias, en las revoluciones burguesas,
al lado de los partidos democrático-burgueses. Pero una vez destruido el feudalismo, los
socialistas volverán a emprender la lucha contra el capitalismo y contra los partidos de
la coalición que llevó a cabo la revolución democrática, hasta que triunfe la revolución
socialista. En 1905 Lenin está dispuesto a aliarse con la burguesía democrática,
pero dejando bien claro, desde el principio, que una vez derrotado el feudalismo, trataría
de destruir a sus aliados de la víspera, precisamente porque formaban partidos
burgueses.18
Hecha ya la revolución y después de haber escindido a los partidos socialistas para
formar los comunistas, Lenin, al ver fracasadas las posibilidades revolucionarias en
Europa, da marcha atrás. En Rusia instaura la NEP (Nueva Política Económica). En el
plano internacional inicia negociaciones con Alemania. En el plano del
movimiento obrero ordena que se sugieran a los socialistas posibilidades de
bloques de clase, es decir, de cuantos deseen destruir el capitalismo. La guerra estaba
todavía cercana; Lenin encontró un nombre con resonancias militares: frente común
(que a veces se sustituyó por frente único o, como traducen mal algunos, frente unido).
El 18 de diciembre de 1921, el Comité Ejecutivo de la Internacional, siguiendo las
sugestiones de Lenin, publicó una ”Tesis sobre el frente único proletario” que ordenaba a
los partidos comunistas lanzar la consigna del frente común y tratar de que se realizara.
Muchos fundadores de los partidos comunistas, que hasta la víspera habían estado
atacando a los ”socialpatriotas” y ”social-traidores” (como llamaban a los socialistas), se
rebelaron contra este viraje y abandonaron el movimiento comunista. No se daban
cuenta de que Lenin no quería, realmente, aliarse con los socialistas, sino maniobrar para
quitarles sus tropas. Consideraba que para derrotar a la burguesía había que debilitar
primero a los socialistas. No ocultaba que si sugería a los comunistas ingleses que
propusieran un bloque electoral a los laboristas, para ”marchar juntos contra la coalición
de Lloyd George y los conservadores”, era con el fin de combatir mejor a los laboristas.
”Si Henderson y Snowden [dirigentes laboristas] aceptan la coalición [...] habremos
ganado, pues llevaremos nuestra agitación a las masas... y ayudaremos no sólo a los
laboristas a formar su gobierno, sino a las masas a comprender más de prisa la
propaganda que lanzaremos sin la menor reticencia contra los Henderson [...] La
formación del gobierno de los Henderson acelerará la muerte política de los Henderson,
como ocurrió con sus correligionarios de Alemania y de Rusia [...]
Si los Henderson y los Snowden se niegan a hacer bloque con nosotros [...]
ganaremos todavía más. Pues habremos mostrado a las masas que los Henderson ponen
por encima del interés de los trabajadores su intimidad con los capitalistas.” Hay que
sostener a los laboristas, dice Lenin, ”de la misma manera que la cuerda sostiene al
ahorcado”.19
Lenin, Las dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática,
Barcelona, 1932, passim.
19
Lenin, El extremismo, enfermedad infantil del comunismo, capítulo X.
18
Albert Treint, secretario auxiliar del Partido Comunista francés, decía, para
explicar esta táctica, que ”el frente común consiste en acercarse y apartarse de los
socialistas como la mano se acerca y se aparta del pollo que está desplumando”.20
Lenin, pues, proporcionó a sus sucesores los instrumentos para dar a los cambios
de táctica – los virajes, como se les llama en la jerga del movimiento comunista – cierta
respetabilidad teórica.
He aquí otras frases de Lenin, citadas a menudo para justificar los distintos
aspectos del frentismo: ”La Internacional Comunista ha de establecer una alianza
transitoria con la democracia burguesa en los países coloniales y atrasados, pero no ha
de fundirse con ella y ha de conservar incondicionalmente la independencia del
movimiento proletario, incluso en sus formas más rudimentarias.” 21
Es fácil adivinar cómo truncando esta frase se puede ”explicar” casi todo.
A los hombres que debían aplicar esta táctica, Lenin les decía en 1918: ”Si no sabéis
adaptaros, si no estáis dispuestos a arrastraros sobre el vientre por el fango, no sois
revolucionarios, sino charlatanes.” 22
Sobre la manera de aplicar esta táctica Lenin escribió, en períodos distintos de su
vida, cosas que pueden servir, según las situaciones, para justificar cualquier posición.
Por ejemplo, en 1900: ”Con referencia a las cuestiones de táctica, nos limitaremos a
afirmar lo siguiente: la socialdemocracia [es decir, el partido de Lenin, a la sazón] no se
ata de manos, no restringe su actividad a algún método o plan preconcebido de lucha
política; reconoce todos los métodos de lucha política, mientras correspondan a las
fuerzas a disposición del partido y mientras faciliten la obtención de los mayores
resultados posibles en unas condiciones dadas.” 23
En 1917, en vísperas de la revolución: ”La tarea de un partido verdaderamente
revolucionario no consiste en renunciar a los compromisos de una vez, sino en
saber, a través de todos los compromisos, y cuando éstos son inevitables,
permanecer fiel a sus principios, a sus objetivos revolucionarios, a su tarea de
preparar el camino para la revolución y educar a las masas para su victoria
revolucionaria.” 24
Para que no hubiera equívocos, Lenin afirmaba también: ”Ningún marxista
olvidará que el capitalismo es progresivo comparado con el feudalismo, y que el
imperialismo es progresivo comparado con el capitalismo premonopolista. Por lo tanto,
no es deber nuestro apoyar cualquier lucha contra el imperialismo. No
apoyaremos la lucha de las clases reaccionarias contra el imperialismo. No
Citado por Claude Harmel, ”Du front unique au front national", en Est & Ouest, París,
1-15 de junio de 1974.
21
Lenin, ”Borrador preliminar provisional de tesis sobre la cuestión nacional y colonial”,
en Selected Works, Nueva York, 1943, vol. X, pág. 237. En esta y otras citas de Lenin se
traducen los títulos de los artículos, para facilitar al lector su busca en otras ediciones
que la inglesa, caso de que le interesen.
22
Lenin, ”Guerra o Paz”, en Selected Works, vol. VII, pág. 297.
23
Lenin, ”Tareas urgentes del movimiento”, en Selected Works, vol. III, pág. 14.
24
Lenin, ”Compromisos”, en Selected Works, vol. VI, pág. 208.
20
apoyaremos un alzamiento de las clases reaccionarias contra el imperialismo y el
capitalismo.” 25
Lenin no creía que estas posiciones tácticas debían ocultarse. Por eso las defendía
abiertamente en la prensa de su partido. De todos modos, su aplicación las revelaría y en
ningún caso los militantes podrían aplicarlas con éxito si recibían estas consignas en
secreto, como órdenes confidenciales.
Ahí está, sin duda, la diferencia principal entre el frentismo concebido a la
manera de Lenin y el concebido a la manera de Stalin. Es la diferencia entre dos
hombres: Lenin, político, y Stalin, burócrata. Diferencia también entre dos regímenes: el
bolchevique, internacionalista y subjetivamente revolucionario, y el stalinista,
nacionalista y subjetivamente conservador.
Para Stalin – cuando se trata de alianzas y frentes – hay que ocultar los objetivos
de los comunistas, hacer creer que el fin público es el único, pero buscar, en cambio,
objetivos secretos, conocidos sólo por los militantes y a veces únicamente por los
dirigentes. Lenin no cree que se pueda engañar a la gente interesada por la política. Stalin
cree que se puede y que se debe engañarla.
Estas diferencias se vieron claras al aplicar Stalin las tesis de Lenin.
El frente único por la base
Cuando los bolcheviques se hicieron cargo del poder en 1917, Lenin consideraba
que la revolución rusa debía ser la chispa que propagara el incendio revolucionario en
Europa y, ante todo, en Alemania. La ofensiva contra Polonia, al final de la guerra civil,
con ejércitos exhaustos y el país en ruinas, tenía por objeto establecer precisamente
contacto físico con Alemania, para ayudar a la revolución en ella.
Cuando las perspectivas revolucionarias europeas se
desvanecieron, con el fracaso de los espartaquistas, el asesinato de
Rosa Luxemburgo y Karl Liebnick, la derrota de la comuna húngara,
el aplastamiento de los soviets de Baviera y de la insurrección de
Hamburgo, de las ocupaciones de fábricas en Italia, Lenin y los
bolcheviques tuvieron que hacer frente a una realidad que no
habían previsto: la de la revolución en un solo país. Un país,
además, agrícola, feudal, con un proletariado débil (y debilitado
aún más a causa de la eliminación por los bolcheviques de todas las
tendencias obreras: socialista revolucionaria, menchevique,
anarquista).
La desaparición de la esperanza revolucionaria europea fue de consecuencias
considerables. Al no contar con la industria alemana, la URSS tuvo que industrializarse;
al carecer de capitales para hacerlo, se recurrió a la superexplotación y el subconsumo
de la mano de obra y, más tarde, a los trabajos forzados, para aumentar la plusvalía y
consagrar este aumento a la capitalización del país. Por otra parte, al fracasar en sus
insurrecciones, los partidos comunistas europeos quedaron reducidos a grupos
minoritarios, aislados. Esto condujo a la aplicación de las tácticas frentistas
Lenin, ”Caricatura del marxismo y economismo imperialista”, en Selected Works, vol.
V, pág. 299.
25
preconizadas por Lenin. Pero esta aplicación ya no la hizo Lenin, fallecido en enero
de 1924, sino su sucesor, Stalin.
Los partidos comunistas, sometidos a la campaña de ”bolchevización” de los
mismos emprendida por Zinoviev desde la Komintern, dedicaron sus energías a la
defensa de la URSS, ”patria del proletariado” y ”patria del socialismo”. Necesitaban
aumentar su influencia en las masas si querían que esa defensa fuese eficaz.
Los comunistas consideran que la URSS se halla asediada, que todo el mundo está
contra ella. Defenderla equivale a defender la posibilidad futura de acciones
revolucionarias en el propio país. Eso, por lo menos, es lo que les dice la Internacional.
No toman en consideración la realidad; olvidan, por ejemplo, que hay una gran simpatía
por la URSS en muchos intelectuales y que fuerzas tan moderadas como las trade union
británicas y políticos obreros tan conservadores como el laborista Ernst Bevin, se
opusieron enérgicamente a cualquier tentativa de intervención contra la revolución rusa.
Stalin, después de eliminar a Trotsky como rival (mandándolo finalmente asesinar
en 1940), impuso la teoría del socialismo en un solo país (para justificar su política
nacionalista) y la teoría de que cuando las clases sociales van desapareciendo se
agudiza la lucha de clases (para justificar las represiones que iban a proporcionar
millones de huéspedes a los campos de trabajos forzados, con los cuales capitalizar
sus planes quinquenales de industrialización).
Para comprender la política de Stalin – y las tácticas frentistas que le sirvieron
de expresión – es preciso señalar las diversas etapas de la política de la Tercera
Internacional, desde su creación hasta la constitución de los frentes populares. Helas
aquí: 1) Etapa de fundación. La aceptación de los 21 puntos, que Lenin redactó, era
condición indispensable para el ingreso en la Internacional Comunista. Por negarse a
aceptarlos se retiró la CNT española y no llegó a adherirse el Partido Socialista de la
Argentina, y retiraron su adhesión los partidos socialistas español e italiano. Sin
embargo, esos 21 puntos fueron el instrumento con que se forjó lo que iba a llamarse el
monolitismo de la Internacional y que permitió cambiar de línea a menudo, y a veces por
sorpresa, sin exponerse a perder muchos efectivos.
2) El frente único. El Congreso de la Internacional celebrado en 1921 llegó a la
conclusión de que el capitalismo se había estabilizado y que, de momento, quedaba
aplazada la revolución mundial. Adoptó dos consignas: fortalecer las luchas
anticoloniales, con la esperanza de que la pérdida de las colonias desintegraría el
capitalismo o lo debilitaría bastante para que el movimiento comunista pudiera
destruirlo, y proponer el frente único no a las organizaciones obreras, sino a las masas.
Esta táctica ya había sido iniciada por Lenin, como se ha visto, con su oposición a los
elementos extremistas, que sostenían la conveniencia de organizar conspiraciones y
alzamientos armados. La táctica frentista, pensaba, debía dar al movimiento comunista
el control de la mayoría de la clase obrera. Libró una verdadera batalla verbal, que duró
hasta el IV Congreso de la Internacional, en 1922, para que se aceptara la expresión
”mayoría del proletariado”.
Contaba Lenin con que la clase trabajadora, cuya unidad apenas se había
comenzado a lograr en el siglo XX, se olvidaría de que los comunistas habían escindido el
movimiento obrero para formar sus partidos, si éstos se mostraban defensores
encarnizados de la unidad. Esperaba que si los dirigentes socialistas y sindicalistas se
oponían a la unidad, la masa los daría de lado. El frente único, pues, no era un
mecanismo para establecer una verdadera unidad de acción, sino un medio para
acercarse a las masas, conseguir que escucharan a los comunistas y propagandear con el
fin de controlarlas.
Muerto Lenin y descartado Trotsky, la táctica de frente único adquiere una
nueva modalidad. Los comunistas propugnan por lo que llaman el frente único por la
base. Consiste en atraerse a los militantes y afiliados de sindicatos y partidos socialistas
y conseguir que se pronuncien contra los dirigentes que han elegido. Pero esta táctica
fracasa. Era lógico. Los militantes y afiliados no se apartan de sus dirigentes,
precisamente porque ellos mismos los han elegido.
En realidad, esta táctica refleja la situación en el interior de la URSS y del Partido
Comunista soviético, donde los militantes bolcheviques se ven solicitados por los
hombres de Stalin para que abandonen a los dirigentes locales y apoyen a los que Stalin
desea. En la URSS, Stalin dispone de una fuerza de coacción que hace eficaz su método.
Pero en el resto del mundo falta esa fuerza, y por ello la táctica fracasa.
3) El ”socialfascismo”, consigna característica del llamado tercer período, o de
”clase contra clase”, iniciado por el VI Congreso de la Internacional, en septiembre de
1928. La Komintern se halla dirigida por amigos de Stalin. Grigory Zinoviev ha sido
sustituido por Nicolai Bujarin, a su vez desplazado luego. Bujarin se opone a la nueva
táctica, pero por disciplina de partido la defiende en el Congreso, cuando el Comité
Central (stalinista) del partido ruso la ha adoptado.26
El VI Congreso aprueba un programa de siete puntos. En realidad, los egados al
Congreso han sido, de hecho, nombrados por Moscú, puesto que es la Komintern la que
designa a los dirigentes de los partidos locales. Los siete puntos afirman la desigualdad
de desarrollo del capitalismo mundial, la posibilidad de establecer el socialismo en un
solo país, la convicción de que el mundo se hallaba en vísperas de una crisis general del
capitalismo y cerca de la revolución, y que si ésta no estalla se debe a que los socialistas
son la ”antesala del fascismo” y los más fieles aliados de éste. Allí donde no había
socialistas o donde, como en España y la Argentina, existía un potente movimiento
anarcosindicalista, además de la expresión ”socialfascismo” los comunistas empleaban
la de ”anarcofascismo”. Al mismo tiempo que atribuían a socialistas y anarquistas el
papel de aliados del fascismo, continuaban su campaña de frente único por la base.
Mientras Moscú acusaba al Gobierno laborista británico y a los socialdemócratas
alemanes de ser traidores e instrumentos del a capitalismo, ordenaba a los comunistas
chinos, aliados de la clase media en el Kuo Min-tang, que entregaran las armas a Chiang
Kai-shek, lo que permitió a éste, en 1927, hacer una matanza de comunistas, decapitar al
partido y desorganizarlo.
El caso de China sintetiza la política comunista antiimperialista del tercer
período.27 Para los pueblos coloniales y semicoloniales, que tenían una ”política
atrasada”, según frase de Losovsky28 (uno de los dirigentes de la Internacional en su rama
sindical o Profintern), Moscú adoptó una táctica que era una prefiguración del Frente
Zinoviev y Bujarin fueron ejecutados en 1936-37, después de sometidos a proceso y de
”confesar” que eran agentes imperialistas y fascistas. Otros viejos bolcheviques corrieron
la misma suerte.
26
Abunda la literatura sobre este tema. Una buena síntesis se halla en C. L. R. James, World Revolution, Nueva York, 1947,
págs. 168 y ss.
28
Víctor Alba, Historia del comunismo en América Latina, México, 1954, pág. 62.
27
Popular. Organizó en 1927, en Bruselas, un Congreso Antiimperialista, del cual salió una
Liga Antiimperialista, cuyo animador fue un genio de la propaganda, el alemán Willy
Münzenberg.29 La Liga tuvo secciones en varios países de América Latina30 y Asia. En
1930 celebró su último Congreso, en Frankfurt.
Una idea de la habilidad con que Münzenberg actuaba, la da el hecho de que Nehru,
que asistió al Congreso de Bruselas, dice en sus memorias31 que creía que el Congreso
fue organizado por el Kuo Min-tang, lo cual indica que no se dio cuenta de que era una
iniciativa de Moscú. Otros se dejaron arrastrar también, como el viejo laborista británico
George Landbury, los socialdemócratas alemanes, los latinoamericanos Víctor Raúl Haya
de la Torre y José Vasconcelos.
En el Congreso de Bruselas se aceptaron toda clase de movimientos
anticolonialistas, sin formularse ninguna crítica a sus tácticas. Pero en el de
Frankfurt, tres años después, se afirmó que la Liga debía apoyarse no en los movimientos
y partidos nacionalistas, sino en las masas obreras y campesinas (léase el movimiento
comunista). Un año más tarde, por negarse a seguir esta línea, Nehru fue declarado
traidor y expulsado de la Liga. Ésta declaró que ”la lucha antiimperialista exige que se
acentúe la lucha por la defensa de la URSS”. A pesar de que se presentaba como un frente
único – en realidad un frente popular a través del cual los comunistas se aliaban con la
clase media antiimperialista – hubo ocasiones en que quedó claro su verdadero carácter.
Así, el norteamericano Simons, delegado en la Conferencia Comunista de Buenos Aires
en 1930, afirmó que en América Latina ”la Liga ni siquiera arrastra a las masas bajo la
influencia del partido; es una organización sin masas”, y propuso, para remediar esto,
que ”el partido asuma el control de la Liga”.32
La táctica del frente único por la base fue resumida por Zinoviev (entonces
presidente de la Internacional Comunista) en el V Congreso de la misma, en 1924: ”Esta
táctica es realmente 'siempre necesaria... incluso durante los períodos agudos de lucha
en las barricadas... Cuando Kerensky marchaba contra Petrogrado logramos movilizar a
una parte de los obreros del Partido Socialista revolucionario contra su propio Gobierno.
Frente único por la base siempre.” 33
Pero éste no es el único frente posible. Hay también el frente único por la base y
por la dirección al mismo tiempo. ”Esta forma también puede aplicarse con frecuencia”,
dice Zinoviev. ”No siempre, pero a menudo, en los países en que somos minoría... como
método de agitación y de movilización de las masas, no como método de coalición política
con la socialdemocracia.”
Es decir, proponer el frente único a la base y a la dirección, pero no para marchar
juntos, sino para separar la base de la dirección. Hay otro tipo todavía: ”El frente único
Münzenberg fue luego el coordinador de la propaganda comunista en favor del Frente Popular. Separado de la
Internacional en 1939, a causa del pacto nazi-soviético, desapareció en Francia, donde estaba refugiado, durante la
ocupación alemana.
30
El secretario de la Liga en América Latina fue el estudiante cubano Julio Antonio Mella, exiliado en Méjico, donde la Liga
tenía su sede y donde Mella fue asesinado en circunstancias sospechosas, en enero de 1929, unos días después de separarse
del Partido Comunista.
31
J. Nehru, Ma vie et mes prisons, París, 1952, págs. 151 y ss. Por cierto que cuenta también que un policía francés,
embadurnado de negro, logró asistir a todas las sesiones del Congreso de Bruselas, presentándose como delegado africano.
32
Alba, Historia del comunismo en América Latina, pág. 83.
33
Internacional Comunista, Protokolle des V Kongresses, Moscú, 1925, pág. 183.
29
por la dirección constituye una tercera forma. Y creo que acerca de ella hemos de decir:
Nunca.”
Resumiendo, con palabras de Zinoviev: ”Frente único por la base: casi siempre.
Frente único por la base y al mismo tiempo por la dirección: con frecuencia, con las
garantías necesarias, como táctica de movilización revolucionaria de las masas. Frente
único por la dirección: nunca.”
Estas formas de frente único fracasaron. Era evidente en ellas que quienes las
proponían no buscaban la unidad, sino la utilización. Aunque quienes recibían la
propuesta no conocían, la mayoría de las veces, la frase de Lenin reproducida antes (”la
palabra ’utilizar’ es mucho más exacta y adecuada que los términos ’apoyar’ y ’alianza’ ”),
adivinaban que la propuesta era sólo un medio para utilizarlos. Y, lógicamente, la
rechazaban.
En cambio, el Frente Popular tuvo éxito, por lo menos, desde el punto de vista
de quienes lo propugnaban. ¿Por qué este éxito donde las otras propuestas de frente
habían fracasado?
La respuesta es múltiple. Las circunstancias históricas eran diferentes; los
proponentes habían aprendido las lecciones del fracaso del frente único; los elementos
sociales a quienes iba dirigida la propuesta se hallaban en una situación de extrema
vulnerabilidad ideológica.
Sobre todo, la amenaza era mucho más precisa y concreta que las ideas
abstractas de capitalismo e imperialismo. Tan concreta que cabía personificarla en
un hombre.
El ascenso de Hitler
La subida de Benito Mussolini al poder, en 1922, fue un factor determinante en la
política mundial. Significó el fin de la esperanza de cambiar la sociedad italiana; en
realidad el fascismo del Duce era el castigo por el fracaso de las ocupaciones de fábricas
llevadas a cabo por los obreros italianos y no seguidas por la toma del poder por sus
partidos.
A pesar de que el Duce ayudó a algunos movimientos reaccionarios europeos, y su
doctrina sirvió de aglutinante a los hombres de aspiraciones totalitarias, su triunfo no
tuvo consecuencias graves. No se veía como una amenaza para el mundo. Mussolini no
estaba en condiciones de hacer que estallase una guerra mundial ni amenazaba
directamente a ningún país, por lo menos de momento.
Pero la marcha de Adolfo Hitler hacia el poder no podía mirarse con los mismos
ojos. Alemania representaba, en potencia, o bien un factor de progreso social (puesto que
contaba con el movimiento obrero más poderoso del mundo), o bien una amenaza para
las libertades elementales y la paz (puesto que contaba con el movimiento totalitario más
potente del mundo).
Sin embargo, cuando Hitler salió de la cárcel – donde había escrito el Mein Kampf
–, cuando ya no era el pequeño cabo desmovilizado e histérico de las cervecerías de
Munich, sino el jefe de un partido fascista en ascenso, Moscú, a través de la Tercera
Internacional, lanzó la consigna del ”socialfascismo”. Era en 1928. En todos los países, los
comunistas aplicaron la frase de Stalin: ”Socialdemocracia y fascismo no son
opuestos, sino mellizos.”
Con esta frase en la mente, los comunistas no veían ninguna razón para apoyar a
los socialistas germanos en su oposición a Hitler ni para aliarse con ellos contra los nazis.
Aunque los socialistas cometieron errores graves con su política del mal menor, no hay
duda de que deseaban cerrarle el camino a Hitler. Pero los comunistas – que tenían un
partido potente en Alemania – consideraban que lo mismo daba un Estado gobernado
por socialistas que un Estado nazi. Esta actitud escindió irremediablemente en dos a la
clase obrera alemana. Por la brecha entre socialistas y comunistas se coló Hitler.
En noviembre de 1927, Stalin declaró a una delegación obrera extranjera que los
socialistas eran ”un partido semigubernamental en coalición con la burguesía liberal
contra las fuerzas más reaccionarias del capitalismo y contra el movimiento más
revolucionario del proletariado”. En aquel momento, todavía la Komintern hablaba de
frente único. Siete meses más tarde, en julio de 1928, el mismo Stalin decía: ”La
socialdemocracia forma el principal apoyo del capitalismo dentro de la clase obrera y el
principal enemigo del comunismo.” 34
Pero no todos aceptaban esta posición. El dominio de Stalin era todavía vacilante.
Había transcurrido apenas un año desde que logró eliminar a Trotsky. Por eso, el mismo
Stalin reconocía que ”la desviación de derecha en el comunismo representa la tendencia
de parte de un grupo de comunistas a apartarse de la línea revolucionaria del marxismo
en dirección a la socialdemocracia. Cuando ciertos grupos de comunistas niegan la
justeza de la consigna de ’clase contra clase’ en las campañas electorales (Francia), o se
oponen a que el Partido Comunista presente candidatos propios (Gran Bretaña), o no se
muestran inclinados a luchar enérgicamente contra la socialdemocracia ’de izquierdas’
(Alemania), ello indica que en el Partido Comunista hay individuos que se esfuerzan en
adaptar el comunismo a la socialdemocracia. ¿Y qué significa el reforzamiento de la
socialdemocracia? Significa la consolidación y el reforzamiento del capitalismo, pues la
socialdemocracia es el principal baluarte del capitalismo en el seno de la clase obrera.
Así pues, el triunfo de la desviación de derechas en Partidos Comunistas de los países
capitalistas favorecería las condiciones necesarias para la conservación del capitalismo”.
35
1928. La segunda está en la misma revista, vol. II, Moscú, 1928, en el texto de su discurso
sobre ”Resultados del Pleno de julio del Partido Comunista (Bolchevique) de la Unión
Soviética”.
En realidad, Stalin calificaba de desviación de derechas el deseo de algunos comunistas
de aplicar de buena fe la táctica del frente único, es decir, de formar realmente un frente
en vez de ”utilizar” el frente.
A pesar de su oposición a los regímenes democráticos capitalistas y a los gobiernos
socialistas, los comunistas (y en especial los seis millones de votantes comunistas
alemanes) encontraban soportables estos regímenes, pues permitían la organización, el
movimiento sindical, la oposición y algunas reformas. La consigna del ”socialfascismo”
deformó esta realidad, a los ojos de los comunistas, hasta el punto de que algunos de sus
dirigentes llegaron a afirmar que ”Nacht Hitler, kommen wir” (”Después de Hitler
vendremos nosotros”). Muchos de esos dirigentes sólo vieron la diferencia esencial
34
La primera declaración de Stalin se encuentra en la revista Leninismo, vol. 1, Moscú,
Stalin, ”Peligro derechista en el Partido Comunista (Bolchevique) de la Unión Soviética”,
en Leninismo, vol. I, Moscú, 1928.
35
entre los socialistas y Hitler, entre la democracia capitalista y el nazismo, a la lúgubre luz
de los campos de concentración nazis o a los destellos del hacha que iba a decapitarlos.
Los socialistas presentaron en 1925 un candidato contra el mariscal Paul
Hindenburg, que, elegido, dio el poder a Hitler. Los comunistas presentaron su propio
candidato, Ernst Thaelman, a pesar de que sabían que no reunirían bastantes votos para
triunfar, y con esos votos hubieran podido dar la victoria a un candidato antinazi. Los
nazis, en 1930, promovieron un plebiscito contra el Gobierno socialista de Prusia; los
comunistas votaron con los nazis contra los socialistas, y el gobiérno socialista
desapareió.
Esa actitud se justifica, a los ojos de los comunistas, con una frase: ”El fascismo
destruirá las ilusiones democráticas de las masas y abrirá el camino al bolchevismo
alemán.” Así lo escribía, en 1931, ”La Correspondencia Internacional”, órgano de la
Komintern.
En noviembre de 1932 hubo elecciones. Los candidatos nazis y pronazis
recogieron 14 937 081 votos, de los cuales once millones pertenecían directamente al
partido nazi. Los candidatos antinazis recogieron 20 292 244 votos, de los cuales seis
millones correspondían a los socialistas. Comparadas con las de elecciones anteriores,
esas cifras indicaban no sólo el mantenimiento de las fuerzas antinazis (obreras y
capitalistas liberales), sino un ligero retroceso de las fuerzas nazis respecto a las
elecciones de cuatro meses antes.
En 1921 el general Von Kapp dio un golpe de Estado; los obreros alemanes se
declararon en huelga y en 48 horas liquidaron la tentativa militarista. En 1932 eso
ya no era posible, porque los comunistas se opondrían a cualquier reacción
socialista. Muy claramente lo ordena una declaración de la Internacional
Comunista de julio de 1929:
”En aquellos países donde existen poderosos partidos socialdemócratas, el fascismo
asume la forma especial de socialfascismo, el cual, en un grado cada día mayor, sirve a la
burguesía como instrumento que paralice la actividad de las masas en la lucha contra la
dictadura fascista.”
El anatema se extiende también a la izquierda socialista, pues ”el ala izquierda de
la socialdemocracia retrasa el proceso de desintegración de la socialdemo-cracia, al
fomentar la esperanza de que ella – la tendencia izquierdista – representa una oposición
a la política de la dirección de los partidos socialdemócratas, cuando en realidad apoya
de todo corazón la política del socialfascismo”.
Por esto, Rote Fahne, el diario del Partido Comunista alemán, decía en noviembre
de 1931, apenas 14 meses antes de la victoria de Hitler: ”Nuestros golpes más duros se
dirigen contra la socialdemocracia.”
Y en julio de 1932, cuando los nazis acababan de obtener 13 millones de votos (la
votación más alta de su historia), Pravda, de Moscú, escribía: ”La república de Weimar
está en bancarrota. El proletariado revolucionario no debe apoyar ni un solo momento a
los quebrados de Weimar. Debe movilizar sus fuerzas contra el Tercer Reich de Hitler y
la Segunda República socialdemócrata y en favor de la República de los Soviets.”
Faltaban seis meses para que Hitler subiera al poder.
El día 30 de enero de 1933, el mariscal Hindenburg, presidente de la República
alemana, nombró canciller del Reich a Adolfo Hitler, jefe (o Führer) del Partido
Nacionalsocialista. El 5 de marzo, en nuevas elecciones, los nazis consiguieron el 44 por
ciento de los votos. El Reichstag (edificio del Parlamento) fue incendiado, y eso
sirvió de pretexto para suprimir de un plumazo todas las garantías y libertades e
iniciar la persecución en masa de socialistas, comunistas, sindicalistas y judíos. En
cinco días fueron detenidas 60 000 personas y se establecieron los primeros campos de
concentración. Para abolir ”constitucionalmente” la Constitución de Weimar, el
Parlamento destituyó a 81 diputados comunistas y 94 socialdemócratas. En mayo de
1933 se suprimieron los sindicatos. En junio se prohibieron todos los partidos políticos,
menos el nazi (incluso los partidos aliados del nazi fueron suspendidos). El 16 de julio,
Hitler se proclamó Reichcanciller y estableció ”legalmente” el Estado totalitario
alemán.36
Entretanto, en abril, el periódico comunista de los exiliados alemanes en Basilea
(Suiza), Rundschau, publicó un artículo del diputado comunista Heckert, en el cual se leía
esta frase: ”La marea revolucionaria subirá ineluctablemente. La dictadura fascista
destruye las ilusiones democráticas y libera a las masas de la influencia de la
socialdemocracia, y así acelera la marcha de Alemania hacia la revolución proletaria. Hay
que ser ignorante e idiota para decir que los comunistas alemanes han sido vencidos.” 37
Ningún dirigente comunista podía confesar que Hitler había triunfado. Eso
hubiera equivalido a su suicidio político. En efecto, en noviembre de 1932, tres
meses antes de la subida de Hitler al poder, el Politburó del Partido Comunista
soviético – organismo personalmente dirigido por Stalin – se reunió especialmente para
examinar la situación de Alemania. Casi todos sus componentes se mostraron partidarios
de hacer un viraje, tratar de aliarse con los socialistas y oponerse juntos a Hitler. Casi
todos. Pero no Stalin. Éste afirmó: ”Hitler no vencerá. El general Von Schleicher lo
aniquilará.” Stalin había hablado. No hubo viraje. Los hechos desmintieron a Stalin. Von
Schleicher no aniquiló a Hitler. Al contrario, Hitler aniquiló a Schleicher, en la llamada
Noche Negra de 1934, cuando el Führer ordenó matar a algunos de sus lugartenientes
demasiado ”radicales” (Von Röhm, jefe de las S. A., entre otros) y aprovechó la coyuntura
para desembarazarse de paso de algunos conservadores, como el general. Stalin prefirió
confiar en un general a reconocer un error de táctica. El burócrata no confía en las
masas, sino en las maniobras.
Cuando Hitler subió al poder, la prensa soviética tardó 24 horas en
anunciarlo, porque los periodistas moscovitas creyeron que se trataba de una
noticia falsa. No podían creer que el Führer hubiera triunfado. Era imposible que
Stalin se hubiese equivocado. Era impensable que los seis millones de electores
comunistas alemanes no se lanzaran a una guerra civil.
El cuarto de millón de militantes comunistas, disciplinados, combativos; los
27 diarios comunistas con cinco millones de ejemplares de circulación; las 4 000
células del partido; las 87 organizaciones ”fraternales”; la sede de la Komintern
para Europa (que sólo a última hora pudo ser trasladada de Berlín a Praga), no
sirvieron de nada. Una frase de Stalin había paralizado toda esta formidable
maquinaria.
José Bullejos, Europa entre dos guerras, 1918-1938, México, 1945, pág. 151.
Heckert se refugió más tarde en la URSS y allí lo ejecutaron durante las depuraciones
de 1936-38.
36
37
Una lección perdida
En Moscú, de momento, no se aprovechó la lección. En diciembre de 1933, cuando
Hitler llevaba ya once meses en el poder, un dirigente comunista ruso, Korin, habló ante
el Pleno de la Internacional Comunista y dijo: ”Los éxitos del fascismo son consecuencia
de la fascistización de la socialdemocracia, consecuencia del hecho de que la
socialdemocracia se ha convertido en un partido socialfascista [...] La socialdemocracia
ha muerto porque se suicidó política, moralmente, al negarse a luchar contra el fascismo,
al capitular ante el fascismo, al entrar al servicio del fascismo.” 38
En febrero de 1934 ocurrieron dos acontecimientos amenazadores. En Viena, las
tropas del canciller católico Dollfuss aplastaron una insurrección socialista que se oponía
a su política reaccionaria.39 En París, los camelots du roi monárquicos, las Cruces de
Fuego fascistas y otras organizaciones de extrema derecha, aprovechando un escándalo
financiero (el ”affaire” Stavisky), provocaron sangrientos incidentes delante de la
Cámara de Diputados, incendiaron autobuses en muchos lugares de París y, por unas
horas, pareció que iban a asaltar el gobierno. Pues bien, el Partido Comunista austríaco
ordenó a sus militantes que no participaran en la lucha armada de los socialistas contra
Dollfuss, y el Partido Comunista francés ordenó a sus militantes que tomaran parte en
los motines de la derecha, porque servían para desacreditar el régimen democrático.
Unos días antes de esa noche del 6 de febrero de 1934, cuando la agitación de las
ligas fascistas era enorme, el Comité Central del Partido Comunista francés decidió (el 24
de enero) ”rechazar cualquier sugerencia en el sentido de ofrecer un frente unido a la
dirección de la SFIO [Partido Socialista Francés]. Un ofrecimiento así tendería a crear
ilusiones acerca de las posibilidades de regeneración del partido socialista”. Cuando el
régimen republicano francés se hallaba vacilante, Jacques Duelos, dirigente comunista,
declaró: ”En las calles y plazas de nuestras ciudades se enfrentan, no tres fuerzas, como
pretenden los socialfascistas, sino dos clases. Nuestra lucha antifascista no entraña la
defensa de la democracia burguesa, que es el vivero del fascismo,” 40
El 13 de abril, cuando ya se había formado una alianza circunstancial de socialistas,
sindicalistas y demócratas de centro-izquierda,41 Maurice Thorez, jefe máximo del
Partido Comunista francés, escribía en L’Humanité de París: ”Algunos oportunistas
proponen a nuestro partido que renuncie a su política de frente único por la base para
practicar una política de bloque con la socialdemocracia [...] No tenemos nada en común
con el Partido Socialista, principal sostén de la burguesía.”
Seis días después, el mismo Thorez agregaba en su diario: ”¿Cómo se puede luchar
por el poder en común con los socialistas? El Partido Socialista quiere ’arrancar la
República a los partidos del fascismo y la reacción’. El Partido Comunista, al contrario,
lucha por el poder de los Soviets.”
Korin, El fascismo, la socialdemocracia y el Partido Comunista, Moscú, 1933.
Dollfuss fue asesinado por un agente nazi, cuatro meses después, porque pretendía establecer en Austria su propia forma
de fascismo y se negaba a unir su país a la Alemania de Hitler.
40
En Cahiers du Communisme, París, 15 de febrero de 1934.
41
El 7 de febrero, a las 24 horas de comenzar la ofensiva de las ligas fascistas, la CGT (Confederación General del Trabajo de
Francia, dirigida por socialistas y sindicalistas) convocó una reunión de todas las organizaciones obreras y democráticas
para organizar la defensa de la República; los únicos convocados que no acudieron fueron el Partido Comunista y su central
sindical, la CGTU (Confederación General del Trabajo Unitaria). Así, pues, la iniciativa de una alianza antifascista, en Francia,
no se debió a los comunistas, sino a la CGT. Detalles acerca de esto se encuentran en la abundante literatura sobre el Frente
Popular francés. Un buen resumen puede hallarse en Franz Brkenau, European Communism, Nueva York, 1953, capítulo V.
38
39
Thorez, jefe del único partido importante que le quedaba a la Komintern, después
de la débácle alemana, es quien mejor refleja las consignas de Moscú. Por ejemplo, afirma
que hay que ”concentrar los esfuerzos del partido [comunista] en la lucha contra la
socialdemocracia y por la organización de un frente único por la base. [...] No buscamos,
en ningún caso, un acuerdo con la dirección del Partido Socialista, con el Partido
Socialista que consideramos como enemigo. Queremos organizar la lucha común con los
obreros socialistas, a pesar y contra los jefes y las organizaciones socialistas [...]
Escuchamos a veces un razonamiento de oportunista, que dice que no hay ninguna
diferencia entre un obrero comunista y un obrero socialista. Sí, hay una diferencia entre
ellos, entre el obrero revolucionario, que combate por su clase en las filas del único
partido de la clase obrera [el partido Comunista] [...] y el obrero socialista que ha sido
engañado, que se engaña de buena fe, pero que sostiene a los enemigos de su clase.” Y
Thorez concluye: ”El frente único no es el fin, sino el medio. Nuestro fin es la dictadura
del proletariado [...] Todo frente único que no conduce al fortalecimiento de la influencia
y de la organización del Partido Comunista, no es un frente único, sino su caricatura.” 42
Como el movimiento comunista es monolítico la lección de Alemania no se
aprovecha tampoco fuera de Europa. En América Latina, los comunistas atacan a los
socialistas argentinos que denuncian las maniobras nazis – a través de la colonia
germana en el país –, y en Méjico critican al nuevo presidente de la República, general
Lázaro Cárdenas, a cuyo Gobierno califican de instrumento del imperialismo: ”El
Gobierno [de Cárdenas] está encargado de llevar adelante el plan sexenal de Calles, el
programa de fasciszación y reforzamiento del dominio yanqui en Méjico, amparándose
bajo el biombo de las izquierdas cardenistas, que es socialismo embustero y
escandaloso.” 43
En Chile, los comunistas se opusieron a la breve República Socialista de 1932 y en
Cuba combatieron al Gobierno antiimperialista del doctor Ramón Grau San Martín, que
en 1934 tenía graves dificultades con el de los Estados Unidos.44
El 27 de abril de 1934 – es decir, una semana después de la publicación del último
de los artículos citados de Thorez – los dirigentes de los principales partidos comunistas
son llamados a Moscú. Todos ellos, sin excepción, han escrito en sus periódicos, durante
años y aún muy recientemente, cosas idénticas a las firmadas por Thorez.
En mayo, cuando regresan a sus países, al cabo de un mes de estancia en Moscú,
emplean otro lenguaje. El proceso contra Georgy Dimitrov y sus compañeros por el
incendio del Reichstag, la reacción obrera y democrática en Francia por los
acontecimientos de febrero, las negociaciones en España por una coalición
electoral socialista-republicana, habían indicado a la Komintern que precisaba
una nueva táctica. De lo contrario, los comunistas se encontrarían más aislados
todavía y aún más incapacitados que antes para hacer algo efectivo en defensa de
la URSS. Esta vez Stalin aprobó la nueva táctica.
Se trataba de ponerla en práctica sin que pareciera que se entonaba un mea culpa.
Al contrario, debía servir, entre otras cosas, para hacer olvidar los errores cometidos y
Maurice Thorez, ”Le travail syndical et les conquétes des ouvriers reformistes”, en Oeuvres, París, 1951, vol. V.
Hernán Laborde, dirigente comunista mejicano, citado en Grupos de Acción Socialista, Comunismo de nombre y traición
de hecho, Méjico, DF, 1937, Pág. 4.
42
43
44
Robert J. Alexander, Communism in Latin America, New Brunswick, N.J., 1957, pág.
para librar a los comunistas, a los ojos de la opinión, de su grave parte de responsabilidad
en la catástrofe de Alemania.
Esta nueva táctica fue la del Frente Popular.
(VENEZUELA).ENTREVISTA.
Isabel
Rauber:
‘Sacudón’ en la batalla ideológica”.
“Hay
que dar el
26 diciembre, 2014 by ALBA
Movimientos. Por Fernando Vicente Prieto
En el marco del Encuentro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos
Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH), dialogamos con Isabel Rauber sobre los
desafíos de la red y más en general, sobre el vínculo de los intelectuales con (y en) el
movimiento popular.
¿Con qué expectativas estás participando en este Encuentro?
En primer lugar, he venido para ratificar nuestra solidaridad con Venezuela,
porque se hace en Venezuela, porque son 10 años y porque hay una particular escalada
contra Venezuela. Entonces, ese es el primer eje movilizador para estar acá. El
segundo es que creo que es una oportunidad para dar ese “Sacudón” que hay que
dar en la batalla ideológica. La REDH ha jugado un papel importante en estos diez años,
pero puede jugar uno mucho más importante aún. ¿Cuál es ese papel en mi opinión?
Es comprender que la labor del intelectual no es una labor individual, sino una
labor de dialogar con los pueblos, de organizar, de promover el pensamiento
colectivo, para apostar, rescatar a la gente, sacarla de la égida de la economía del
capital.
Para mí esa es la cuestión fundamental de la REDH: disputarle la hegemonía
al capital y convocar a los intelectuales a que hagamos eso. Evidentemente, esto
implica también una batalla cultural, dentro de la concepción de la izquierda de creer
que el intelectual es un individuo. Para mí el intelectual puede ser un individuo, todo
bien, pero el intelectual revolucionario, el intelectual orgánico, es el que convoca a
millones. Este cambio lo hacen millones, es un cambio del pueblo. Este evento nos tiene
que servir para convocar y concertar esfuerzos para mover a millones. Que vengamos
aquí después de haber trabajado con nuestros pueblos, con los movimientos. Eso me
parece lo fundamental; y con esa emoción vengo acá.
Desde tu punto de vista, ¿cuál es el lugar que tiene Venezuela en las luchas
que se están dando a nivel mundial en este momento? En el sentido de qué papel
juega Venezuela en la construcción de un imaginario de un mundo diferente,
donde la humanidad se defienda a si misma.
Me parece que es fundamental, al igual que todos los procesos revolucionarios que
tienen lugar en Nuestra América. Con la particularidad de que Venezuela, está como…
no me gusta decir vanguardia, pero tiene como un peso mayor. Ha sido el primer país
hasta ahora, más o menos casi el único, que ha hablado de socialismo del siglo XXI, que
le ha puesto un sello ideológico a la construcción. También toda la fase, ese rostro
experimental que tiene esta búsqueda de construcción es muy importante: el trabajo de
las comunas, esta consigna de ahora -que más que una consigna es una síntesis- que dice
“Maduro es pueblo presidente”. Eso tiene un significado político muy fuerte: quiere decir
abrir el gobierno a que los movimientos sociales, que el pueblo organizado participe en
la toma de decisiones, eso tiene mucho que ver con el socialismo del siglo XXI. Ahora, hay
que hacerlo, y es un laboratorio experimental.
Tengo los ojos puestos en Venezuela, no para criticar, sino para aprender,
para apoyar y porque es una creación. Venezuela lo tiene que crear, lo está creando.
Entonces hay que mirar con atención, porque yo creo que hay mucho que aprender.
Siempre ha sido un deseo, quiero recordar que Lenin hablaba de los soviets de obreros y
campesinos y usted me dirá: “¿Pero qué me habla Isabel de Lenin?”. Es la misma idea:
que sea el gobierno del pueblo, de los obreros y de los campesinos. Entonces, ahora
nosotros, en América Latina, es mucho más amplio: además de obreros y
campesinos, las mujeres como sujetas, los movimientos sociales en su diversidad:
los movimientos urbanos, los movimientos afro, los movimientos indígenas, en
toda esa diversidad.
El pueblo quiere participar. ¿Por qué quiere participar? Porque quiere
decidir su destino. ¿Cuál es su destino? La lucha por la felicidad. ¿Qué es la
revolución? En definitiva es la llave para eso, para construir la felicidad y la
plenitud humana. Y Venezuela está en ese camino, confrontando todos los peligros que
significa atreverse en este mundo globalizado, y en este continente, que se ha
considerado siempre el traspatio del imperio. Cuba ha pagado y sigue pagando un alto
precio por haberlo hecho. Entonces, a Venezuela no es que le va a ser un camino de rosas.
La revolución no es un camino de rosas, hay que estar alerta, ¿Por qué? Porque la
agresión empieza en cualquier lado, pero no tiene fin.
Nosotros tenemos que comprender que la agresión a Venezuela, o a Bolivia, o a
Ecuador, o a Argentina, o a Brasil, o a Nicaragua, es la agresión contra toda América
Latina, porque también es una pulseada, donde empiezan, tientan y al que puedan lo
bajan. Y si pueden con uno, pueden con todos, eso es lo que piensan. Entonces también
tenemos que comprender que el destino de América se juega en Venezuela, hoy, con
mucha fuerza. En todos lados, pero en este momento, más en Venezuela.
Pensando en esta idea de “pueblo presidente” que vos rescatabas, a partir de
la convocatoria de Maduro a los Consejos Presidenciales, y relacionándola con tu
primera respuesta, sobre el papel del intelectual y su vinculación con el pueblo:
¿Cómo llenar de participación a un espacio como la REDH, o a una articulación más
amplia, donde el peso del movimiento popular sea mayor al de estos momentos?
Todavía a la REDH le falta llenarse de referentes directos de movimientos sociales.
Creo que lo que está en el título de la REDH es sobre todo una intención política de
lograrlo. Creo que estamos en esa ruta, ese es el debate, hay que fortalecer esa línea,
porque la línea de los movimientos sociales es la línea de la participación de los pueblos.
Tenemos que trabajar directamente articulados al desarrollo de la conciencia, al
desarrollo de la participación de los movimientos sociales. Pero no para que sigan
nuestras ideas y nos aplaudan, sino para que puedan exponer sus propias ideas,
para que puedan compartir con nosotros las ideas. Y eso implica que hay que abrir,
hay que democratizar también el ámbito del pensamiento. Yo estoy
profundamente convencida que la palabra de orden es abrir: es participación,
diversidad, ruptura de paradigmas del conocimiento y paradigmas culturales
también, de quiénes son los que saben, de quiénes son los que pueden.
Este es un momento, desde ese punto de vista, completamente revolucionario.
Tenemos que saber disfrutarlo así. Se terminaron los hegemonismos, los
pensamientos únicos de la derecha y también de la izquierda. Ser de izquierda no
es recitar un conjunto de autores difíciles. Ser de izquierda es hacer la revolución,
es ser revolucionario. Tú puedes recitar a un autor o no, no hace falta: un indígena
quichua, que quiere transformar su realidad, terminar con la opresión y el colonialismo,
es de izquierda, para mí el mayor marxista, aunque nunca se haya leído una página de
Marx, porque la esencia está en hacer la revolución. Tomado de Telesur
08-01-2015. 2014 - 2015: balance y perspectivas. James Petras.
Rebelión. Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Riba García
Introducción
El balance de 2014 y las perspectivas para 2015 nos proporcionan un panorama
complejo con resultados negativos y positivos. En la mayoría de los casos, los progresos
a escala mundial no son para asustarse sino acontecimientos que se abren a nuevas
posibilidades. Sin embargo, los sucesos negativos tienen mayores y más amenazantes
consecuencias sistémicas.
Procederemos a esbozar sucintamente los sucesos –tanto positivos como
negativos– de 2014 y su impacto real y al mismo tiempo potencialmente simbólico y
significativo. En la segunda parte del ensayo, bosquejaremos algunos de los más
importantes acontecimientos y la forma en que los resultados tanto positivos como
negativos de 2014 repercutirán en 2015.
Sucesos positivos de 2014
Mientras la mayor parte de los autores de izquierda y progresistas han puesto el
énfasis en los acontecimientos negativos de 2014, un análisis más matizado revelaría 10
importantes resultados positivos.
1. Las revelaciones de que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas
en inglés) de Estados Unidos estaba realizando actividades de espionaje –continuas y
desde hace mucho tiempo– a escala mundial contra cientos de millones de
estadounidenses, aliados y adversarios, ciudadanos y líderes, provocaron una profunda
desconfianza y pusieron en cuestión las declaraciones de Washington sobre su defensa
de la democracia y su respeto de la soberanía de las naciones. Las revelaciones
condujeron a un aumento de la vigilancia entre países y a reclamos nacionales por
cambios.
2. La publicación del informe del Senado de Estados Unidos que reveló la
implicación de la CIA en torturas realizadas repetidamente en todo el mundo a
sospechosos políticos documentó el crecimiento del aparato policial estatal y provocó a
escala mundial una exigencia de llevar a los tribunales a prominentes líderes de EEUU
por crímenes contra la humanidad.
3. El crecimiento de vínculos económicos, políticos y militares entre Rusia y China
augura un nuevo equilibrio del poder mundial y la aparición de un mundo multipolar,
que podría disuadir a Occidente de futuras agresiones imperiales.
4. La profundización de la campaña anticorrupción emprendida por el presidente
de China Xi ha llevado a la detención de personalidades de primera línea de los negocios
y la política, y ha animado las denuncias y las exigencias populares por el “buen gobierno”
y más atención a las reivindicaciones sociales.
5. El apoyo del presidente Putin a la resistencia al régimen títere en el este de
Ucrania y a los separatistas de Crimea, como también sus medidas para restringir y, en
algunos casos, llevar a juicio a oligarcas cuyos comportamientos son criminales ha
contrarrestado con éxito los esfuerzos de Occidente destinados a cercar, socavar y
devolver a Rusia a la condición de estado vasallo. Los neoliberales apoyados por EEUU
y la OTAN en el interior de Rusia han sido gravemente debilitados y las sanciones
occidentales pueden fortalecer lo que se hace para socializar la economía.
6. La inauguración de un diálogo con Cuba y el reconocimiento de Washington de
que el bloqueo de medio siglo solo ha servido para aislar a EEUU de América latina, son
un paso en la buena dirección. El aumento del turismo y las misiones económicas pueden
incrementar las exigencias por un levantamiento del bloqueo.
7. El crecimiento y la expansión de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra
la ocupación israelí de Palestina ha llegado hasta los sindicatos más grandes y las
organizaciones estudiantiles y religiosas, lo que a su vez ha empujado a muchos líderes
políticos hacia el reconocimiento de Palestina, imponiéndose a la enorme oposición de
las 52 principales organizaciones judías de EEUU y sus equivalentes en el extranjero.
8. Las negociaciones por la paz y el control nuclear entre Irán y EEUU han rebajado
la posibilidad de una guerra regional iniciada por Israel. Las negociaciones en curso han
registrado algunos avances, sobre todo concesiones por parte de Irán, pero al menos han
favorecido la diplomacia en desmedro de la agresión militar estadounidense
9. América latina está viviendo una expansión de gobiernos de “centroizquierda”
en detrimento de aquellos de “derecha dura” liberales respaldados por Estados Unidos:
Brasil, Venezuela, Chile, Uruguay, Ecuador y Bolivia. Si bien es cierto que estos resultados
electorales no desafían al capitalismo ni conducen a la expropiación de las elites agrarias,
mineras y financieras, muestran cierto grado de independencia en relación con la política
exterior netamente militarista de Estados Unidos. La elección del presidente Santos en
Colombia y la derrota del candidato de la extrema derecha permiten que las
negociaciones de paz con la FARC –la guerrilla popular– avancen hacia un acuerdo
definitivo. [Nota ELCH : Creo que en relación con A.L. es necesario no sólo matizar, sino
precisar la caracterización de « gobiernos de centroizquierda »]
10. La gran difusión de grabaciones multimedia de prominentes científicos, que
dan testimonio y documentan la demostrada evidencia de que el colapso del World Trade
Center solo pudo deberse a una demolición controlada y no al impacto de los aviones, ha
hecho que se extiendan los reclamos por una nueva investigación del 11-S.
11 de ELCH : La aparición en Europa, por lo menos en dos paises, Grecia y España,
de alternativas políticas que cuestionan los procesos de «austeridad » del capitalismo
neoliberal, llevados a cabo por la Comunidad Europea.
Acontecimientos negativos de 2014
Los acontecimientos y políticas más importantes con consecuencias
profundamente negativas en el panorama de la paz y la justicia social también son
muchos:
1. La instalación por parte de EEUU y la Unión Europea de un régimen títere en el oeste
de Ucrania (Kiev) y su conversión en un estado económicamente vasallo de la UE y la
OTAN en la frontera de Rusia es un golpe muy importante contra la democracia y un
espaldarazo para los jefes políticos neofascistas de Ucrania. La militarización de Ucrania,
en tanto adversario de Rusia, plantea la amenaza de una guerra nuclear a escala mundial.
[Nota ELCH : La utilización y apoyo de sectores neonazis como vanguardia política para
sacar a paises de la esfera de influencia de otros considerados « enemigos », es una
muestra de lo que el capitalismo mundial es capaz de hacer para cumplir sus fines]
2. El golpe de estado militar en Egipto y la violencia desatada a partir de él, con purgas,
encarcelamientos y tortura de funcionarios electos y disidentes laicos propicia el regreso
de la influencia estadounidense en el norte de África y refuerza el bloqueo israelí de Gaza
y Cisjordania. Según el IMF, se han terminado los susidios al transporte y los alimentos.
Como resultado de la política dictatorial de los militares en favor de los negocios, en 2014
el índice de la Bolsa egipcia devolvió el 30 por ciento a los especuladores extranjeros y
nacionales. Entre el golpe de mediados de 2013 y el final de 2014, el índice M5CI de la
Bolsa de Egipto se duplicó.
3. El regreso de Estados Unidos a la guerra civil en Iraq, sus bombardeos aéreos en Siria
para parar los avances del ISIS y su decisión de mantener varios miles de soldados en
Afganistán significan que el militarismo de las pasadas décadas continua definiendo la
política exterior de EEUU en Oriente Medio. Las bajas civiles crecen y las guerras no dan
señales de que vayan a acabar. La devastación causada por la intervención militar de
EEUU y la OTAN continúa estimulando el extremismo islámico y provocando la
huida de civiles.
4. En repetidas veces, EEUU apoyó a Israel en el expolio y la colonización de territorio
palestino en Cisjordania y Jerusalén, y el salvaje asesinato de 2.000 palestinos y la
devastación de las propiedades en Gaza por un valor de 5.000 millones de dólares.
Aguijoneado por los multimillonarios sionistas y por AIPAC, Estados Unidos bloqueó
todos los esfuerzos que la Autoridad Nacional Palestina realizó para conseguir su
membresía en Naciones Unidas mediante la presión ejercida sobre los representantes
africanos en el Consejo de Seguridad.
5. La defensa que el presidente Obama y el Congreso han hecho del espionaje de la NSA
y de la tortura de la CIA ha debilitado aún más lo que quedaba de garantías
constitucionales en EEUU.
6. La victoria lograda por la derecha más dura en las elecciones legislativas de
EEUU significará problemas muy importantes en las conversaciones de paz con
Irán, en el fin del bloqueo de Cuba y en la política gubernamental de expulsión de
inmigrantes.
7. Las protestas realizadas en Ferguson contra el asesinato de un joven negro por parte
de la policía se convirtieron en una protesta de alcance nacional (“la vida de los negros
importa”) contra la impunidad y la violencia policiales que contiene todos los rasgos de
una movilización popular que busca la democratización del país. Esto dio lugar a que los
agentes de policía y los sindicatos policiales lanzaran un importante contraataque y se
movilizaran para defender el poder policial, capitalizando en su provecho el asesinato de
dos policías de Nueva York realizado por una persona desquiciada.
8. El éxito estadounidense –con el apoyo de la UE– en la imposición de sanciones
contra Rusia, el aumento de los ejercicios militares junto a la frontera báltica de
Rusia y en el Cáucaso, amenazan convertirse en una confrontación nuclear.
9. La promoción por parte de Washington de pactos económicos con los países de Asia y
el Pacífico, excepto China; los acuerdos militares de base con Japón, Australia y Filipinas;
y la expansión de la vigilancia aérea y marítima de las costas chinas, a todas luces
provocativa, debilita cualquier perspectiva de que la Casa Blanca contemple la
posibilidad de que China llegue a ser una potencia mundial.
10. Las políticas económicas continúan concentrando la riqueza en el 1 por ciento
más rico de la pirámide social mientras los banqueros inversionistas evitan ir a la
cárcel por estafas de miles de millones de dólares y operaciones ilícitas, sentando
así las bases de una nueva crisis financiera.
Perspectivas pare el nuevo año
Los pronósticos para 2015 no son prometedores. Por el hecho de que los cambios
positivos que se produjeron en 2014 no son sostenibles y están amenazados por el giro
más hacia la derecha de la política estadounidense.
Lo más probable es que la nueva mayoría derechista en el Congreso hará todo lo
posible para impedir el fin del bloqueo económico de Cuba. Es muy factible que la
poderosa configuración en favor de Israel en el Congreso, los medios de información y el
Tesoro imponga unas exigencias tan gravosas y unilaterales a Irán que imposibiliten
cualquier acuerdo significativo. En Israel, es posible que los partidos neofascistas de
extrema derecha se hagan con el poder muy pronto en 2015 y que esto signifique la
aceleración del expolio de tierras y la colonización de territorio palestino, cerrando así
cualquier perspectiva de un acuerdo negociado. Los poderosos grupos de presión
sionistas en Washington garantizarán la continuidad del apoyo estadounidense a Israel.
La administración Obama, enceguecida por sus éxitos en la obtención de
apoyo a EEUU por sus sanciones contra Rusia, presionará aún más fuerte por una
guerra económica a gran escala, con la esperanza de derribar el gobierno de Putin.
El incremento en el envío de tropas y el compromiso militar en el sur de Asia,
en Oriente medio y en la región del Báltico hará crecer aún más las tensiones
económicas con China y Corea del Norte, tal como sucede con Rusia.
Obama trabajará junto con la nueva ala derecha del Congreso para disminuir los
impuestos a las grandes corporaciones de manera de allanar el camino de los tratados
de libre comercio con Europa (excepto Rusia) y Asia (excepto China), y reforzar el
arbitrario poder policíal de la CIA, la NSA y el FBI.
La policía, organizada y movilizada, avanzará todavía más hacia la subordinación
de las autoridades civiles y lanzará una guerra a gran escala contra los movimientos que
cuestionan la violencia policial contra los ciudadanos afronorteamericanos. La enorme
demostración de fuerza de las manifestaciones en Nueva York en defensa de la
policía ha sido un ensayo general de cara a 2015.
La economía estadounidense llegará a ser aún más asimétrica, desequilibrada y
sujeta a volatilidad financiera. Los ciudadanos estadounidenses de clase media y
trabajadora se verán más alienados de los partidos, la legislatura y el poder ejecutivo;
como consecuencia de ello, aumentará la abstención. Sin embargo, muchos
estadounidenses lucharán para elegir a representantes populares en las elecciones
locales y poner en marcha iniciativas allí donde viven.
Fuera de sus fronteras, EEUU será incapaz de conseguir ninguna victoria
militar decisiva en cualquiera de los teatros de guerra. Es probable que el ISIS en
Siria e Iraq continúe ocupando porciones importantes de territorio y sosteniendo una
guerra a largo plazo. Eventualmente, el Talibán rodeará las grandes ciudades y
guarniciones donde se refugian los asesores estadounidenses. Es posible que Ucrania se
precipite a una quiebra económica. En el sur de Europa, el partido de socialista izquierda
SYRIZA puede ganar las elecciones; seguramente intentará imponer una moratoria en el
pago de la deuda y estimular la economía. Los regímenes neoliberales de Italia,
España y Portugal continuarán su deterioro. En Francia, la adopción de una agenda
favorable a los negocios por parte del gobierno socialista conducirá a un incremento del
conflicto con los sindicatos y una posible fractura. El Frente Nacional puede convertirse
en el principal partido y adoptar posiciones tanto de derecha (contra la inmigración)
como de izquierda (contra la austeridad propugnada por la UE). Es probable que en las
ocho elecciones programadas para este año en la UE se dé un aumento del apoyo a
partidos y movimientos de izquierda, populistas y de extrema derecha.
La agitación, las guerras y las sanciones producirán nuevos alineamientos
políticos. Así como Rusia y China se están acercando en este sentido, también fuerzas
políticas de América del Norte y del Sur, de Asia y de Oriente Medio pueden encontrar
nuevos alineamientos provocados por los acontecimientos. Arabia Saudí e Israel, Irán e
Iraq, Turquía y Rusia, Brasil y Venezuela...
Desafíos imprevistos pueden surgir de protagonistas menores y mayores: un
nuevo gobierno de Syriza en Grecia que rechace acatar la agenda de austeridad de Berlín
puede provocar una crisis muy importante en la Unión Europea. La campaña contra la
corrupción emprendida por China puede derivar en un aumento de las protestas
populares. Las dos Coreas podrían iniciar unas negociaciones buscadas desde hace
mucho tiempo... excluyendo a Estados Unidos.
Con el comienzo de 2015 iniciamos un viaje hacia el final de la noche...
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Europa :: Grecia, laboratorio neoliberal. 21-01-2015. Syriza
se enfrenta
a decisiones difíciles. Dimitris Belladis. A l´encontre-La Breche
Syriza puede convertirse en una fuerza de contestación antineoliberal y
anticapitalista, aunque por desgracia esta coalición también puede ser la base de un
gobierno que aplique una política social-liberal. No existe una tercera solución.
Tras la caída del gobierno de coalición entre Nueva Democracia y el Pasok
(Movimiento Socialista Panhelénico) –a pesar de los esfuerzos coordinados del capital y
de las instituciones de la eurozona por apuntalar al gobierno de Samaras y a pesar de la
propaganda que vaticina el hundimiento de la economía griega–, la perspectiva de las
elecciones ha abierto una posibilidad histórica para Syriza y para el conjunto de la
izquierda griega e internacional. Es la primera vez desde el periodo de la ocupación
durante la Segunda Guerra Mundial –periodo en que la izquierda comunista tradicional
tuvo la oportunidad de asumir el poder gubernamental en Grecia y en Europa– que la
izquierda radical puede acceder al gobierno sola o en coalición. Es también la primera
vez desde el comienzo de la crisis económica internacional en 2007-2008 que un país
sometido a la supervisión de instancias internacionales (la Troika) tendrá la oportunidad
de aupar a un gobierno de izquierda.
El éxito o el fracaso de esta experiencia tendrá enormes consecuencias
políticas, ideológicas, morales y psicológicas para los diversos componentes de la
izquierda que se sitúan “a la izquierda de la socialdemocracia”, y esto determinará
el éxito o el fracaso inmediato en este periodo de lo que se ha calificado de “guerra
de posiciones” o de “vía democrática al socialismo”, según las distintas maneras de
enfocar esta situación. O bien la izquierda abre una vía de ruptura decisiva con el
capital –muy distinta de una simple “gestión humanitaria” de la crisis capitalista– y
emprende una transición al socialismo, en cuyo caso adquiriría un peso moral suficiente
para echar por la borda la famosa fórmula de que “hoy por hoy no podemos avanzar hacia
el socialismo; esta perspectiva pertenece a un futuro muy lejano”. O bien la izquierda
(Syriza) no se convertirá en una fuerza socialdemócrata clásica, sino en una gestora
social-liberal, una correa de transmisión de las políticas variables del Banco Central
Europeo (BCE) o de EE UU, en un gobierno que mantenga buenas relaciones con Merkel,
Schäuble, Juncker y compañía.
La única alternativa creíble al liberalismo puro y duro no consiste en
restaurar un keynesianismo clásico o edulcorado, sino que pasa por poner el
acento en una perspectiva anticapitalista que abra la vía hacia el socialismo como
única estrategia de salida de la larga crisis capitalista estructural sobre la base de
un programa transitorio. Desde este punto de vista, estamos de acuerdo con la
afirmación de que Syriza “no puede convertirse en una socialdemocracia”, como declaran
a menudo los líderes de la coalición de la izquierda radical. Con un añadido importante:
Syriza puede convertirse, o bien en una fuerza antineoliberal y anticapitalista –mediante
la construcción de un frente de izquierda, de abajo arriba–, pero también puede abrir la
vía a un gobierno de gestión social-liberal.
El programa inmediato
Si se confirma la perspectiva de una ruptura, lo que adquirirá actualidad y una gran
importancia táctica será la cuestión de un programa gubernamental inmediato (los “cien
primeros días”), acompañado de un apoyo popular y social de naturaleza dinámica. Este
programa debe marcar un retorno a la postura fuerte y enérgica expresada por
Syriza durante el periodo 2008-2012 o incluso en ciertos momentos de 2012-2014, como
la larga ocupación de la ERT (la radiotelevisión pública griega clausurada por Samaras
en junio de 2013) o la resistencia en los bosques de Skouries (región en que el gobierno
había adjudicado a un grupo canadiense la licencia para explotar una mina de oro,
provocando una resistencia amplia y decidida por parte de la población). El programa
expuesto en la Feria Internacional de Salónica en septiembre de 2014 puede servir de
“vehículo” para extender nuestra influencia, pero es insuficiente.
Los puntos programáticos presentados en aquella ocasión se refieren a lo que es
estrictamente necesario para la gestión y la resolución de una crisis humanitaria aguda,
pero hay que poner el acento en medidas que modifiquen notablemente el equilibrio de
fuerzas entre las clases y reflejen la potencial hegemonía de las masas trabajadoras en el
seno de Syriza. Se trata de medidas como el retorno al salario mínimo de 751 euros, la
reintroducción de los convenios colectivos, la exención fiscal de los ingresos anuales
inferiores a 12 000 euros, la abolición de la ENFIA (impuesto sobre la propiedad del
suelo, incluidas las superficies no habitadas), la reintroducción de las 14 pagas para los
jubilados y el aumento a 700 euros de la pensión mínima. A esto se añaden los gastos
para los sectores de la educación y la sanidad y las inversiones para el empleo público.
Sin embargo, la financiación de estas medidas no se ha concretado suficientemente,
salvo con respecto a las fuentes señaladas en Salónica, a saber, el cese temporal del pago
de la deuda o un cambio del sistema tributario con respecto al capital, a los banqueros, a
los armadores y a los grandes terratenientes. Para un gobierno de izquierda no es posible
ni deseable –en la medida en que no se trata de un gobierno de “salvación nacional”–
satisfacer todas estas necesidades como si acabáramos de salir de una guerra social que
ha durado cinco años y como si lo que ha sucedido fuera el fruto de un malentendido. Por
tanto, hemos de clarificar qué significa la “abolición” unilateral e innegociable de los
memorandos en términos de leyes que se apliquen punto por punto: leyes relativas a los
salarios, las pensiones, la seguridad social y el derecho al trabajo, sobre el control de la
banca, la renacionalización de los sectores privatizados y la eliminación del TAIPED, es
decir, el fondo para el desarrollo de la propiedad pública, creado por Samaras para
vender a cambio de nada los bienes públicos. Se trata asimismo de poner fin a los
despidos y al desmantelamiento de sectores públicos (educación, sanidad, etc.) y de
asegurar unas condiciones de vida dignas a los parados que dejen de percibir el subsidio,
a los ciudadanos excluidos de la seguridad social y a los inmigrantes. Finalmente, es
preciso restablecer el derecho de manifestación y retirar del espacio público a las fuerzas
especiales de la policía. Al mismo tiempo habrá que lanzar una campaña y adoptar
medidas concretas contra el fascismo y el racismo. A medio plazo habrá que abolir todas
las leyes y reglamentos derivados de la adopción de los memorandos, lo que afectará a
400 leyes y miles de decretos y ordenanzas.
El programa de conjunto
Conviene recordar que Syriza no solo accederá al poder gubernamental ni
desarrollará su programa político sobre la base de lo que manifestó Alexis Tsipras en la
feria internacional de Salónica de 2014. Syriza tiene un programa que habrá que
desarrollar y que se adoptó en el congreso de julio de 2013. Dicho programa establece
claramente los instrumentos políticos y económicos para avanzar hacia una
redistribución social y una reconstrucción productiva que responda a las necesidades de
la sociedad. Esto implica un control público y la propiedad de la banca, la suspensión de
la privatización de empresas públicas que desempeñen una función estratégica, así como
la adopción de medidas encaminadas a responder a las presiones y al chantaje del capital,
de la troika y de los acreedores.
Estas medidas no dejaron de ser válidas tras la feria de Salónica, donde se puso de
manifiesto el programa mínimo de aplicación inmediata, pero no el conjunto de nuestro
programa de gobierno aplicable a corto y medio plazo. Uno de los objetivos principales
sigue siendo la supresión de lo esencial de la deuda, que por lo demás es imposible de
pagar, en vez de medidas a medias como una restructuración (con ampliación de los
plazos de devolución), una renegociación de los tipos de interés o siquiera una estricta
moratoria. Es imposible desarrollar una política favorable a las masas populares y
trabajadoras si continúa la pesadilla de la deuda y de su reembolso o el objetivo de un
presupuesto equilibrado acorde con las exigencias de los mecanismos europeos de
estabilidad.
Para terminar, las relaciones con las demás fuerzas de izquierda tras las elecciones,
las iniciativas a escala regional y local con los aliados y la movilización popular son
condiciones absolutamente necesarias para la supervivencia de un gobierno de
izquierda, un gobierno que tenga a Syriza como columna vertebral. Necesarias
también para iniciar un proceso de derribo del sistema y no simplemente para
“frenar” la “restructuración capitalista” que tiene lugar en Grecia y en Europa
desde hace años. La victoria puede ser nuestra.
Dimitris Belladis es miembro independiente de la Plataforma de Izquierda de Syriza y
candidato en las elecciones parlamentarias del próximo 25 de enero.
Traducción de Viento Sur. Fuente original: http://alencontre.org/
!Tiemblen oligarcas de Europa, los pueblos se han puesto en
marcha!
Nota de último minuto de EL CHILITO. Domingo, 25 de Enero de 2015. !Victoria
de la alternativa griega de izquierda a la troika europea!
Es el mérito de la lucha, del combate de un pueblo contra los sectores de la
oligarquía griega y el capital transnacional, especialmente alemán. Es la victoria
contra los órganos visibles del capitalismo neoliberal: Unión europea, Banco
central de Europa y el Fondo monetario internacional, FMI. Grecia es un Estado
miembro de la Unión Europea. Grecia se convierte en el primer Estado rebelde a
las políticas de la Troika.
Esta victoria abre un nuevo capítulo en Grecia en el enfrentamiento pueblooligarquía. Es, a partir de este momento, que se darán las más importantes
batallas, es a partir de ahora, que comienza a construirse el futuro de este pueblo
hermano.
Se empleó todo el poderío económico e ideológico del capitalismo neoliberal
europeo en contra de una organización, que no hizo otra cosa que denunciar los
robos, la pérdida de soberanía y la corrupción. El pueblo griego, sufrió lo indecible
por el desmantelamiento de sus derechos y logros sociales, políticos y económicos,
sufrió la dictadura del gran capital. Todo esto elaborado y hecho ejecutar desde
Bruselas, la sede de la Unión europea, con la complicidad de los gobiernos de las
principales economias capitalistas europeas (Inglaterra, Alemania, Francia) y las
representaciones políticas de la derecha y los seudos socialdemócratas, llamados
de « izquierda » de todo el continente.
Posterior al anuncio del triunfo de Sirysa el presidente del Banco Central
alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, mostrando toda la prepotencia que
distingue a los de su clase, advirtió al futuro Gobierno de Atenas: “Está claro que
Grecia no puede todavía prescindir del apoyo de un programa de ayuda. Y,
naturalmente, un programa de ese tipo sólo puede darse cuando se cumplen los
acuerdos”.
A su vez, Christine Lagarde, directora del FMI, acaba de declarar que «una
deuda es una deuda, un contrato», mientras el presidente de la Comisión Europea,
Jean-Claude Junker, insiste en que «Europa espera que Grecia cumpla los
compromisos contraídos con sus socios».
Christine Lagarde
La deuda pública de Grecia es de 315.509 millones de euros. Esta cifra
supone que la deuda alcanzó el 176,00% del Producto Interno Bruto.
En un informe de la ONU sobre esta « Deuda Odiosa » el jurista Robert Howse
nos recuerda que « reembolsar la deuda nunca se ha reconocido en la historia
como incondicional ». La obligación de pagar una deuda no es absoluta y choca con
dos límites fundamentales.
« En primer lugar, está establecido en el derecho internacional
que lo primero que debe hacer el Estado es cumplir con su población.
La obligación de respetar los derechos humanos está por encima de
todos los demás compromisos adquiridos por el Estado, como en el
caso de los compromisos con sus acreedores. El artículo 103 de la
Carta de las Naciones Unidas lo señala claramente. El argumento
jurídico del «estado de necesidad» es todavía más explícito en materia
de deuda: «No se puede pretender que un Estado cierre sus escuelas,
universidades y tribunales. Que abandone los servicios públicos de tal
manera que lance a su comunidad al caos y la anarquía para disponer
del dinero para reembolsar sus deudas externas o internas. Hay
límites razonables de hasta dónde puede llegar un Estado como los
hay de hasta dónde puede llegar una persona». Por lo tanto, el estado
de necesidad y la Carta de las Naciones Unidas permiten que un
Estado fundamente jurídicamente la suspensión unilateral del pago
de la deuda cuando su presupuesto no le permita cubrir las
necesidades básicas de su población. Lo cual es innegable en el caso
de Grecia.
En segundo lugar, la obligación de reembolsar una deuda solo
es válida si el compromiso es válido, es decir, la capacidad financiera
del Estado para pagar su deuda. Como señala Howse, el principio de
continuidad del Estado y el derecho mercantil están limitados por las
consideraciones de igualdad, el fraude, el cambio fundamental de
circunstancias, la mala fe, la incompetencia del firmante, el abuso de
derecho, etc.
Una comisión de auditoría de la deuda griega puesta en marcha
por el próximo Gobierno (con la participación ciudadana) permitiría
identificar con precisión las irregularidades en la constitución de esas
deudas, empezando con la deuda respecto a la troika (FMI, Unión
Europea y Banco Central Europeo) que posee, ella sola, el 80% de la
deuda total, tras el rescate de los bancos privados intervenidos en
2010 y 2012. Recordemos que los préstamos concedidos por la troika
a Grecia a partir de 2010 han servido mayormente para reembolsar
las antiguas deudas, principalmente a los bancos franceses y
alemanes que poseían la mitad del total de los títulos de la deuda
griega antes de la intervención de la troika.
…
Además, esas medidas de austeridad son ilegales respecto al
derecho griego, así como al derecho europeo y al internacional. En un
informe comisionado por la Cámara de Trabajo de Viena, el jurista
Andreas Fischer-Lescano demostró que los memorandos de la troika
violan una serie de derechos fundamentales como el derecho a la
sanidad, a la educación, a la vivienda, a la seguridad social, a un
salario justo, a la propiedad privada y también a la libertad de
asociación y negociación colectiva. Todos esos derechos están
protegidos por numerosos textos jurídicos que no solo comprometen
a los estados, sino también a las instituciones europeas e
internacionales como las que componen la troika. »
Señora Lagarde, señor Juncker: ¡Son ustedes quienes no respetan sus
compromisos! 26 de enero de 2015 por Renaud Vivien. Comité para la anulación de
deuda del tercer MUndo.
Por otra parte, lamentamos profundamente que algunas fuerzas de la
izquierda griega se restaran a sumarse a esta ola de cambio y transformación. El
partido Syrisa, no es un partido de izquierda radical como lo remarcaron tanto sus
opositores de derecha y neo nazis, asi como los medios de comunicación escritos
y televisivos, pero ha tenido la sabiduría, junto al pueblo, de construir una
alternativa en poquísimo tiempo, la sabiduría de romper el cerco políticoideológico de la reaccción griega e internacional. Esto merece nuestro respeto y
más amplia solidaridad.
Este triunfo debe contar con toda la hermandad internacionalista, para
compartir no sólo la alegría de haber establecido una cabeza de playa en contra
del Gran Capital, sino que la esperanza de que este resultado se multiplique varias
veces, en los pueblos que sufren las consecuencias de las medidas capitalistas
neoliberales de Europa y el mundo.
!A democratizar Europa ! A terminar con la dictadura de la
Troika !
CULTURA
10-01-2015. No todos somos Charlie. Gilbert Rémond. Lepcf. Traducido
del francés para Rebelión por Caty R. Post del camarada Loch Lomond:
«Todos somos Charlie», proclama Libération.
Yo no.
No hice campaña a favor del Tratado de Maastricht. No soy Charlie.
Nunca he comparado al Partido Comunista con el Frente Nacional. No soy Charlie.
Nunca he apoyado los bombardeos de la OTAN en Yugoslavia. No soy Charlie.
Nunca hice campaña por el SÍ en el referéndum de la Constitución Europea en 2005. No
soy Charlie.
Nunca he querido hundir a Denis Robert ni he defendido el caso Clearstream. No soy
Charlie.
Nunca he pensado que Cuba es una dictadura. No soy Charlie.
Nunca pensé que Chávez era un dictador. No soy Charlie.
Nunca aprobé el bombardeo de Libia. No soy Charlie.
Nunca me alegré del asesinato de Gadafi. No soy Charlie.
En 2006 estuve en contra del ataque de Israel a Líbano. No soy Charlie.
No tomo partido sistemáticamente por Israel contra los palestinos. No soy Charlie.
No cierro los ojos al nazismo en Ucrania. No soy Charlie.
Opino que Femen es un movimiento procedente de la extrema derecha ucraniana. No
soy Charlie.
No creo que Rusia sea un país peligroso para la paz mundial. No soy Charlie.
No creo que Rusia sea responsable de la situación en Ucrania al contrario que la UE y la
OTAN. No soy Charlie.
No llamé a la intervención en Siria. No soy Charlie.
Nunca he considerado héroes a los opositores sirios, siempre he pensado que son
fanáticos islamistas más o menos manipulados. No soy Charlie.
Los periodistas de Charlie, como los policías y el encargado de mantenimiento
muertos, obviamente son inocentes y sus asesinatos injustificables, pero no inventemos
héroes…
Rendir homenaje a las víctimas, por supuesto, pero no es alrededor de Charlie y
sus «valores» donde querría ver reunirse al pueblo francés… y rechacemos esta unión
nacional que enmascara la intención real de los terroristas y las responsabilidades
aplastantes de los dirigentes franceses en el odio suscitado por nuestro país…
Comparto al cien por cien este texto. Acabo de responder así a alguien que quería
proponerme firmar una petición en favor de Charlie. El asesinato de varios periodistas
es un asunto muy grave. Pero yo no soy Charlie. No me gusta esa publicación a la que no
gustamos los comunistas y que muy a menudo desprecia a la gente corriente. La prensa
tiene grandes dificultades y la libertad de expresión está muy cuestionada desde hace
muchos años. Y desde ese punto de vista el grupo Lagardère, así como otros mercaderes
de armas, tiene una gran responsabilidad en lo que ha pasado. Por lo tanto considero
totalmente hipócrita que el grupo Lagardère, que suministra armas a todos los
regímenes reaccionarios del mundo árabe, se ponga al frente de la campaña de la
aparición de la revista. El CNR tiene las cosas muy claras sobre la libertad de prensa, en
particular contra la prensa monopolista y sus grandes concentraciones. Exijamos el
cumplimiento de la ley y la vuelta a la ordenanza del 45.
Gilbert Rémond es militante del Partido Comunista Francés.
Fuente: http://lepcf.fr/je-ne-suis-pas-Charlie
12/01/2015 :: Europa, Estado español. El
caso de Charlie Hebdo permite a
la UE poner en vigencia el Proyecto Indect x Diego Herchhoren
El proyecto, desarrollado entre otros por la Universidad Carlos III, es la punta de
lanza del sistema de inteligencia europeo impulsado por Javier Solana
Los atentados terroristas cometidos recientemente en Francia contra los editores
de la revista Charlie Hebdo, contra un supermercado de comida Kosher y contra efectivos
policiales, ha supuesto una rápida respuesta de los Ministros de Interior de la UE que han
decidido reforzar los aspectos de la vigilancia contenidos en el Tratado de Schengen.
Sin perjuicio de las dudas sobre la autoría que ha generado este atentado en la
Comunidad de Inteligencia de varios países, donde incluso algunos actores políticos de
relevancia han puesto en duda muy duramente la versión oficial, lo cierto es que el
compromiso adquirido por los funcionarios europeos tiene dos vectores: la obtención y
seguimiento de patrones de conducta poblacionales, a los efectos de una "detección
temprana" de posibles acciones terroristas, así como la vigilancia en internet.
El Proyecto Indect
En el año 2009, el diario británico The Telegraph publicó un artículo donde se
daban varios detalles de un proyecto financiado por la UE y desarrollado por varias
policías y universidades europeas, entre ellas la Universidad Carlos III, conocido como
Indect.
El Proyecto, cuya fecha de desarrollo habría culminado en el año 2013, obtendría
patrones de conducta sospechosos a través de varios canales de información, pero
principalmente se habría puesto énfasis en aquellos datos obtenidos de la identificación
facial obtenida por las videocámaras instaladas en las grandes ciudades y en los mensajes
transmitidos a través de internet. Paradójicamente, este proyecto fue premiado en el año
2014 en el Concurso Lépine de la Feria Internacional de París.
De acuerdo con la página web oficial del Proyecto Indect, sus principales objetivos
son "desarrollar una plataforma para el registro y el intercambio de datos operativos, la
adquisición de contenidos multimedia, procesamiento inteligente de toda la información
y detección automática de amenazas y el reconocimiento de comportamiento anormal o
violento".
Se habla de la "formación de agentes asignados a la vigilancia continua y
automática de recursos abiertos, tales como: sitios web, foros de discusión, grupos de
Usenet, servidores de archivos p2p [peer-to-peer], así como sistemas informáticos
individuales" con formas de recolección activa y pasiva.
El SITCEN, el todavía inconcluso organismo de inteligencia de la UE creado por el
ex Secretario General de la OTAN y dirigente del PSOE español Javier Solana, tendría en
este sistema su principal punto de apoyo de información, que se iría dosificando a las
fuerzas de seguridad europeas en función de las necesidades estratégicas de inteligencia
del poder en la UE.
Los amigos de Genbeta hicieron, ya en 2010, un extenso reportaje.
Indect-Project | http://www.indect-project.eu/
Servicio Exterior de la UE | http://www.eeas.europa.eu/
http://elblogdeltoguero.blogspot.com
2015-01-12. La doble moral capitalista: El atentado a Charlie Hebdo
y la geopolítica mundial. Fernando Dorado
No es casual ese ataque terrorista y la reacción de los medios de comunicación
capitalistas que han manipulado a millones de franceses, europeos y personas de todo el
mundo. Responde – y le hace el juego – a una estrategia dirigida a ocultar las causas de
la grave crisis económica, política y moral que vive el mundo "híper-desarrollado".
La recesión y la crisis económica están latentes. Hoy se manifiestan con la caída de
los precios del petróleo pero es sólo un síntoma. El desempleo estructural, sobre todo de
los jóvenes profesionales, crece y seguirá creciendo. Es inevitable. La concentración de
la riqueza en cada vez menos manos, es la causa principal de la crisis. La gran burguesía
financiera mundial es la enemiga de la humanidad y teme quedar en evidencia. Necesitan
enemigos artificiales, creados por ellos.
Los países de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han iniciado un
proceso sistemático de golpear a "Occidente" (EE.UU. y Europa) en donde más les duele:
debilitar el poder de sus monedas, el dólar y el euro. Es una verdadera guerra económica
que se manifiesta en conflictos locales y regionales (Irak, Siria, Ucrania, etc.) pero que se
concreta en monopolizar el oro físico, controlar los suministros del petróleo y el gas, y
alinear a todo el mundo detrás de uno u otro bloque.
Tácticamente los trabajadores y los pueblos podrían alinearse en torno a los BRICS,
ya lo hace Venezuela, Ecuador y Bolivia (créditos e inversiones chinas), pero no es la
solución de fondo. Las burguesías de esos países hacen parte de la gran burguesía
financiera mundial y como lo demostraron con Libia (Kadaffi), tensan la cuerda sólo
hasta cuando les conviene. También les temen a sus propios pueblos.
Por eso no se le puede hacer el juego a la estrategia imperial. La labor es
desenmascarar a esa gran Burguesía Financiera, a su táctica de hacer responsable de la
crisis a los inmigrantes, a potencias "enemigas" y a "civilizaciones intolerantes" (Islam).
Hay que poner en evidencia su política de guerra, muerte y exterminio de la población,
que es la única salida que les queda para atenuar su profunda crisis. Además, es una
estrategia política y mediática para quitarle base social a movimientos como PODEMOS
(España) y SYRIZA (Grecia) que cada día ganan más opinión entre los ciudadanos
europeos.
Charlie Hebdo es y será una herramienta de provocación mediática. Sólo es parte
de la trampa. Los grupos terroristas islámicos - consciente o inconscientemente - caen
en la provocación y les hacen el juego a los verdaderos criminales de la humanidad. Así,
se convierten en su instrumento diabólico.
La doble moral es visible: hoy marchan líderes de esa burguesía financiera mundial en
defensa de "sus valores" y de la libertad de expresión, pero nunca marcharán cuando
ellos mismos bombardean y masacran a los pueblos que se les rebelan.
PD. Hay quienes justifican el atentado apoyándose en los contenidos colonialistas y
racistas de la revista "Charlie Hebdo". ¡Nada más erróneo! Rechazamos el terrorismo de
"los nuestros" porque se convierte en herramienta de los poderosos, desorganiza las
fuerzas de los trabajadores y el pueblo, y genera ilusiones en la acción individual. Cuando
degradamos nuestra acción "revolucionaria" - o nos dejamos llevar al nivel de nuestro
enemigo - perdemos la estatura moral y ética que es lo único, y principal, que nos
diferencia de ellos. ¡Y por eso perdemos credibilidad y fuerza política! Tanto en Europa,
el mundo árabe como en Colombia.
ARTE
«El teatro tiene que ser un excelente educador. Siempre y cuando, dialécticamente, se
eduque y nutra de la cultura del educando »
Enrique Dacal. Conjunto Nro 73
En la estela de Piscator. Sobre “Los hombres de
negro” y “Ubú y la comisión de la verdad. César Roa Llamazares. Rebelión
Cultura. 09-01-2015.
El teatro es el arte político por excelencia.
Una obra teatral tiene que representar el drama humano que envuelve a unos
personajes concretos en una situación determinada.
Del conflicto entre personajes reales, aunque diferentes por sus contextos sociales,
sus presupuestos ideológicos y sus intereses vitales, surge la representación teatral. Su
creador no tiene la obligación de solucionar el choque entre sus criaturas, ni mucho
menos tomar partido a favor de unas o de otras; su obligación es la de exponer
honestamente las razones que mueven a sus personajes y cómo éstas conducen el drama.
Son los espectadores quienes deben plantearse qué podrían hacer ellos en ese contexto
particular. De ahí el carácter político del teatro.
Ya los antiguos griegos eran plenamente conscientes de esta vertiente política del
teatro. Sófocles en Antígona traza la tragedia inevitable entre la razón de Estado y la
razón del clan o de la tribu. El drama de Antígona estalla con la colisión de dos virtudes
que son en última instancia inconciliables. Por un lado, Antígona quiere dar sepultura a
su hermano Polinices, como dicta la obligación de lealtad más elemental a la familia, pero,
por otro lado, como recuerda el rey Creonte de Tebas, Polinices es un traidor que ha
violado las leyes de la ciudad y rendir homenaje a un forajido es una invitación a desafiar
las normas que hacen posible la vida en común.
A lo largo de la historia, la tragedia de Antígona y el rey Creonte se ha prestado a
muchas interpretaciones. A veces, se ha representado Antígona como el conflicto entre
la libertad individual y la tiranía estatal. Así, Antígona vendría a encarnar a una valiente
disidente frente a un poder despótico absoluto. Sin embargo, la obra resulta más rica y
estimulante si no se escamotea su dimensión política, es decir, si Creonte, en vez de
dibujarse como un tiranuelo opresivo, aparece como un estadista responsable, opuesto
a la concesión de privilegios especiales que menoscaben el bien común. Cuando se afilan
las aristas de Antígona, estamos ante teatro político en toda su intensidad.
Siendo un hecho que el teatro político ha existido desde tiempo inmemorial,
pues el buen teatro es siempre teatro político, y siendo otro hecho que las formas
particulares que asumen los conflictos y contradicciones en las que se ven
inmersos los individuos y grupos sociales por el hecho de convivir y compartir un
mismo territorio varían a lo largo del tiempo, la cuestión candente es cómo dar
cuenta de los conflictos contemporáneos para los que carecemos de referencias
históricas. A esta pregunta intentó responder el director teatral Erwin Piscator en la
Alemania posterior a la I Guerra Mundial con unos originales montajes vanguardistas
que combinaban inteligentemente provocación y reflexión, compromiso político e
innovación artística.
El nombre de Piscator está indisociablemente unido al teatro berlinés de
vanguardia de la segunda mitad de la década de 1920. Piscator, como tantos otros
artistas e intelectuales militantes o compañeros de viaje comunistas, percibían muy
agudamente las contradicciones de los turbulentos tiempos de la República de Weimar.
Para Piscator, todo teatro comprometido con su tiempo tenía que constatar la debilidad
de una república democrática con una progresista legislación social que al mismo tiempo
se sustentaba en un aparato burocrático estatal cuyas élites judiciales, militares,
universitarias y empresariales le eran profundamente hostiles. Un teatro comprometido
no podía ignorar un país traumatizado por la guerra, cuyo coste había recaído
desproporcionadamente sobre las clases populares, pero en el que se seguían ensalzando
el militarismo y la muerte heroica en combate. Finalmente, un teatro comprometido
tenía que hablar de una sociedad que querría disfrutar de la música moderna y de
avances técnicos como el cine, la radio, el automóvil, la aviación, pero sin percatarse de
las tensiones que la propia modernidad incubaba en su seno. En este convulso contexto
social y cultural, el teatro de Piscator pretendía ser una llamada a la acción, un
grito de alerta ante unas amenazas que se cernían en el horizonte, a pesar de un
clima superficial de despreocupación y del escapismo. El genio de Piscator consistió
en hacer acopio de las innovaciones de la frenética vida moderna (carteles, combates de
boxeo, carreras ciclistas, canciones de cabaret, música de baile, marionetas, proyecciones
cinematográficas) y combinarlos en escena de una manera que hiciesen más chocantes
los conflictos que estaban latentes en la vida cotidiana de los espectadores para que
éstos, a raíz de la representación, tuvieran que mirarla de otro modo.
Las opciones estéticas de Piscator eran también políticas, pues su objetivo
era despertar la conciencia del público mediante un despliegue atípico y, por ende,
un cuestionamiento de los fragmentos y objetos presentes en su vida diaria. Es
preciso recurrir al espíritu de Piscator para introducir dos obras de teatro a las que he
tenido la suerte de asistir recientemente y en las que he disfrutado con sumo agrado de
la forma en la que se recoge el testigo de su teatro político.
La primera obra se llama Ubú y la Comisión de la Verdad y ha sido montada en
Bruselas por el Handspring Puppet Theater. [1] Se trata de la historia de un oficial de
los servicios secretos sudafricanos que se plantea testificar ante la Comisión de la Verdad
que investiga los crímenes del Apartheid sudafricano. Los dilemas a los que se enfrenta
el Handspring Puppet Theater a la hora de retratar un régimen de discriminación racial
es cómo representar a unos torturadores humanamente despreciables, pero sin caer en
la caricatura ni en la banalización de sus horrores, cómo respetar la dignidad de las
víctimas, evitando el moralismo, y cómo mostrar la tortura, sin hacer de la violencia un
espectáculo. Para todo ello, el Handspring Puppet Theater decide recurrir a una
original mezcla de marionetas y el resultado es un éxito absoluto.
Durante los intensos 90 minutos que dura la representación, el comisario Ubú
mantiene cínicas conversaciones con su (retorcida) conciencia, encarnada ésta en un
lenguaraz cocodrilo gigante, que engulle obedientemente toda la documentación sobre
actividades represivas y que recomienda denunciar cuanto antes a su adjunto, un perro
de tres cabezas, a cual más jactanciosa y auto satisfecha. Las víctimas, por su parte, están
representadas por unas sobrias marionetas, que necesitan el apoyo de un maestro de
marionetas para mantenerse en pie y expresar el infierno que han vivido. Tal es la fuerza
de su narración que, a medida que cuentan su historia, ante la mirada hechizada del
público, las marionetas parecen moverse por su propia voluntad, recuperando así las
víctimas su condición humana, previamente arrebatada por los torturadores.
La segunda obra que quisiera comentar se llama Los hombres de negro y ha sido
representada en el teatro Lagrada de Madrid durante el mes de diciembre de 2014.
También son políticos y estéticos los dilemas a los que se enfrenta Miguel León, el novel
autor de Los hombres de negro, aunque su contexto no es la Sudáfrica posterior al
Apartheid, sino nuestra Europa contemporánea de la austeridad y del capitalismo
salvaje. El gran conflicto que Los hombres de negro ilumina es el de la lógica de la
acumulación del capital y, por tanto, su reto es cómo representar una lógica que se arroga
la misma certeza que las leyes de la naturaleza, cuando en realidad su fundamento es la
coacción. Para ello, Miguel León ha adoptado la estructura de la alegoría, la de tres
expropiados, cuyo único modo de acceso al mercado laboral es el de ser contratados
como matones para intimidar a los gobiernos remisos a plegarse a las exigencias de la
“troika”. Los hombres de negro es un fábula sobre cómo las víctimas del juego
capitalista, en este caso, las víctimas de los recortes sociales, tienen que
convertirse en artífices de la propia destrucción de su mundo para asegurarse una
escuálida supervivencia individual.
Pero la deshumanización bajo el capitalismo toma también otras formas que
Miguel León disecciona con la precisión de un cirujano. Y un ejemplo brillante de ello es
cuando los personajes tienen que someterse a una lógica empresarial absurda y autista.
En este sentido, la cultura corporativa, con su lenguaje estereotipado, su hipocresía
rampante, su retórica ampulosa, su voluntarismo ignorante, su triunfalismo asfixiante y
su individualismo desembocado, ofrece una oportunidad perfecta para denunciar la
locura de la que se quiere hacer partícipe a los oprimidos. En las escenas de las
entrevistas de trabajo, Los hombres de negro combina magistralmente la tragedia y la
farsa cuando los postulantes y sus examinadores tienen que replicar los eslóganes y
tópicos de la cultura empresarial. Muy logradamente, en escenas de una engañosa
apariencia ligera, Miguel León toma prestados elementos del cine cómico clásico
estadounidense, la llamada “screwball comedy” de la década de 1930, con diálogos muy
ágiles, réplicas fulgurantes y un ritmo endiablado para retratar las sinrazones del mundo
empresarial moderno. Si a esto se unen unos actores en estado de gracia, el resultado
final es como si Karl Marx hubiera sido invitado a una comedia dirigida por Howard
Hawks.
Tanto Ubú y la Comisión de la Verdad como Los Hombres de negro son dos
actualizaciones del teatro político plenamente comprometidas con su tiempo. Los
planteamientos que adoptan sus creadores son diferentes, pero ambos comparten un
terreno común: muy legítimamente pueden reclamarse herederos de Piscator y de su
idea de que el deber revolucionario del teatro es intentar cambiar la mirada con la que
se contempla la realidad cotidiana.
[1] http://www.bozar.be/activity.php?id=15031&lng=en
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Chile. 09-01-2015. Introducción a “La
Poesía como Instrumento de la
Verdad”. "¡Este es nuestro manifiesto!". Miguel Fuentes. Rebelión
Introducción al Manifiesto Poético “La Poesía como Instrumento de la Verdad”,
elaborada para la Revista digital Critica.cl durante el mes de Diciembre del año 2014.
Una contextualización histórica necesaria
Una cosa se convierte en su contrario, cuando llega al extremo
(Proverbio chino)
En nuestro caso, hijos de la dictadura, dicho extremo posee una dimensión
histórica muy precisa: el desarrollo del neoliberalismo, producto tanto del asesinato y la
tortura masiva del régimen pinochetista y sus planes económicos y sociales, así como
también del avance de los pilares culturales de la expansión mercantil en su fase de
decadencia absoluta. El periodo de la hegemonía estética de la tarjeta de crédito, el mall
y el programa televisivo de moda, motores de una forma de decadencia cultural e
intelectual (inducida) con escasos parangones en la historia de América Latina.
Decadencia moral y espiritual reproducida al interior de aquel triángulo siniestro en
cuyos vértices se encontraron (y encuentran) el estilo “popular-amigable” de La Cuarta,
las campañas comercial-solidarias de la Teletón y el concurso de belleza de Sábado
Gigante.
Todo esto acompañado de la exaltación apologética de aquellos tipos sociales que
irrumpieron con fuerza a fines de los 80’s: la figura del empresario como símbolo de
vitalidad, sofisticación y éxito, o bien la de aquel adolescente noventero del no estoy ni
ahí y su rebeldía grunge. Otro ejemplo de estos arquetipos sociales fue, en las llamadas
“altas esferas” de la reproducción cultural, la de los “agudos” pensadores post-modernos
y artistas conceptuales que masticaron hasta el cansancio las nuevas gomas de mascar
producidas en los llamados centros internacionales de producción de conocimiento: los
mantras del fin de la historia, la caducidad del horizonte revolucionario y el triunfo de
los discursos mínimos. Fue justamente este contexto el que dio impulso, además, a la
consagración definitiva de la reacción poética parriana, bendecida en su ascenso por la
familia Nixon y el soporte mediático que brindó a su fundador, en el momento preciso,
El Mercurio y la Revista Paula.
Es en contra de esta primacía valórica, alimentada por el espejismo de la
“pluralidad democrática” neoliberal y su contraparte de salvajismo social y económico
post-dictatorial llevado al límite, en contra de la cual nuestro manifiesto poético
reacciona, comenzando a transitar en la dirección opuesta. Tal como ya se ha repetido en
diversas oportunidades, fuimos parte de un experimento socio-genético como pocos
antes en la historia contemporánea, conejillos de india en los laboratorios de las
doctrinas de Chicago y victimas del laissez- faire concertacionista. Para nosotros no
existió un Neruda, un Víctor Jara o una Violeta Parra, tampoco la música clásica, el
teatro o la literatura. ¡Nada! Para nosotros, simplemente, la decadencia infinita y el
murmullo ensordecedor de Don Cerdo, la Miss Mundo y esa miríada de tv-héroes
juveniles siempre sonrientes: desde los Huevo Fuenzalida de ayer hasta los Karol Dance
de hoy. Todos ellos, replicándose en cada generación cual moscas, larvas y gusanos de
aquel cuerpo cadavérico en el que convirtieron a la cultura popular, primero a punta de
censura dictatorial, y luego gracias a los servicios del brillo hipnótico de las luces del
Festival de Viña y sus modelos de virtuosismo ciudadano: esos Vodanovic y Araneda (y
sus “damas de compañía”) que permanecerán siempre, como trazas químicas de un
alimento tóxico, en nuestras almas.
Pero el experimento ha fallado. Quién sabe cómo, hemos sobrevivido. Y hemos
comenzado ya a transitar la dirección opuesta, el camino de nuestra venganza caníbal.
No somos nuestros padres, no somos nuestros abuelos, en cuyos ojos brillaba todavía la
esperanza de un mundo mejor. Nuestra mirada es fría, mecánica, autómata, como la de
un lobo agazapado en los matorrales, justo antes de la cacería. Nosotros vamos a
construir aquel mundo mejor de nuestros padres sin esperanza. Lo único que nos alienta
es el odio y las ansias de devorar, pedazo a pedazo, cada miembro de este sistema cultural
construido para esclavizarnos.
Marx afirmó que la burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Pero
estos sepultureros no son formados con un molde único. Aquellos son esculpidos por la
propia dialéctica histórica. En nuestro caso, estos moldes deben ser buscados en los
campos de concentración pinochetista, en la represión y las cárceles de esta democracia
para ricos y en la violencia simbólica de un aparato cultural tan opresivo como
putrefacto.
Somos así la negación despiadada del presente... Una legión de muertos que se levantan
desde las fosas comunes de la dictadura, una horda de engendros nacidos al calor de
décadas de show televisivo en directo, un ejército de mutantes producidos en los caldos
de cultivo de la depravación y enajenación capitalista en su periodo de exaltación
máxima. Somos el producto de una reingeniería social extrema. Y nos hemos despertado,
dispuestos a liberarnos. Somos las columnas infernales de la venganza proletaria. ¡Este
es nuestro manifiesto!
En nuestros labios la memoria del ataque absoluto,
la ofensiva de las hienas,
las columnas infernales del tiempo venidero
La energía ciega,
el fuego de mil hogueras dictatoriales,
la voz del cisma nuevo
La palabra oscura,
el verso caníbal,
la legitimación poética de la paranoia
El tótem renaciente del programa voraz,
el Fanatismo,
el castigo vendeano
...
Las cadenas cederán
y nos esparciremos como el apocalipsis
David
---------------- Miguel Fuentes: Relaciones Públicas y Propaganda, Unión de Artistas Militantes Letras
para el Combate
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
10-01-2015. ¿Podemos fiarnos de la progresía intelectualista?. Iñaki
Gil de San Vicente. Rebelión
Respuesta al cuestionario de once preguntas del colectivo venezolano Pasajeros
del Sur, a raíz del X Congreso de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad,
celebrado en Caracas.
-Pregunta No 1- ¿Cuál es el papel del intelectual en este momento histórico que
vive la humanidad? ¿Cuál es el intelectual necesario, es decir, qué es un intelectual
y para qué sirve en el siglo XXI?
-Lo primero que debemos dilucidar es el concepto de «intelectual», no vaya a ser
que en realidad pensemos cosas opuestas aunque creamos que hablamos de lo mismo.
Siempre es bueno empezar por la ideología dominante, la burguesa, porque nos permite
saber qué camino no debemos seguir. La Enciclopedia editada por Salvat-El País en 2000,
tenida como una de las menos reaccionarias en lengua española, define al intelectual así:
«Perteneciente o relativo al conocimiento. Espiritual o incorpóreo. Dedicado
preferentemente al cultivo de las ciencias y letras». La idea está clara: el intelectual es
una persona dedicada, si no a la contemplación pasiva o a la elucubración abstracta, sí al
cultivo de un pensamiento bastante separado de las mundanas prácticas sociales, del
sucio barro de la realidad.
La definición aquí presentada choca de pleno con la dialéctica de la praxis que
presenta Marx en sus Tesis sobre Feuerbach, punto de arranque de cualquier reflexión
seria sobre el eterno problema del «papel de los intelectuales», que a lo sumo se han
dedicado, y se dedican, a interpretar el mundo cuando lo que hay que hacer es
transformarlo. Choca frontalmente, por tanto, con su concepción --y con la de
Engels-- sobre el contenido ético-político, «subjetivo», de la filosofía marxista, en
la que el llamado «criterio de la práctica» no sólo determina el proceso de
pensamiento y de avance en la verdad como fuerza revolucionaria, sino además, y
precisamente por eso, como exigencia ineludible para la coherencia lógica del
proceso de pensamiento: el «criterio de la práctica», en el sentido dialéctico de
«negatividad absoluta» con todo dogma, muestra que no existe ni puede existir
«verdad» alguna que sea reaccionaria, conservadora o reformista, sino que la
verdad siempre es revolucionaria.
Es por esto, que desarrollando las tesis escritas en la Ideología alemana, los
intelectuales son presentados al desnudo en el Manifiesto Comunista como ideólogos de
la clase burguesa que propagan su cultura e ideología. Ahora bien, en períodos de crisis,
una pequeña porción de ellos puede tomar conciencia de la realidad, porque «se han
elevado hasta la comprensión teórica del conjunto del movimiento histórico». Esta
minoría ha tenido que superar inmensas barreras internas porque ha sido educada para
fortalecer y expandir la cultura capitalista, o sea, «La cultura, cuya pérdida deplora (la
burguesía), no es para la inmensa mayoría de los hombres, más que el adiestramiento
que los transforma en máquinas». La intelectualidad del sistema es, así, una máquina
cultural que fabrica máquinas humanas.
Emanciparse de esta realidad y ascender al nivel intermedio de intelectual
progresista como antesala de la persona revolucionaria que milita en la lucha teóricocultural, esta desalienación y superación práctica del fetichismo y de la escisión entre el
trabajo intelectual y el trabajo manual, es una tarea titánica que logran contados
intelectuales progresistas. Varias veces a lo largo de su obra, ambos amigos
revolucionarios insisten en que, según las circunstancias, sectores de «ideólogos», de
pequeño burgueses y hasta excepcionalmente de burgueses avanzan en un proceso de
desalienación hacia integrarse completamente en la clase trabajadora: de hecho ellos y
otros revolucionarios son un ejemplo vivo de «traición de clase», en el buen sentido
humanista y emancipador.
Inmediatamente después de la radical y por ello cierta definición de cultura
burguesa ofrecida por Marx y Engels, ambos amigos vuelven a marcar distancias
absolutas con la intelectualidad oficial: «Mas no discutáis con nosotros mientras
apliquéis a la abolición de la propiedad burguesa el criterio de vuestras nociones
burguesas de libertad, cultura, derecho, etc. Vuestras ideas mismas son producto de las
relaciones de producción y de propiedad burguesas, como vuestro derecho no es más
que la voluntad de vuestra clase erigida en ley; voluntad cuyo contenido está
determinado por las condiciones materiales de existencia de vuestra clase».
La incompatibilidad entre los y las revolucionarias que militan en la lucha teóricocultural, política en esencia, y la intelectualidad oficialmente definida, es decir, capitalista
aunque «progre», como veremos luego, esta incompatibilidad aparece nítidamente
expuesta en el párrafo citado arriba: no se puede abolir la propiedad burguesa aplicando
el derecho, la libertad, la cultura, etc., capitalistas porque estos y otros conceptos emanan
directamente de esa propiedad privada, es especial el derecho que es la voluntad y la
necesidad del capital hecho ley. En la medida en que la intelectualidad progresista no
rompa con la ideología burguesa, en esa medida seguirá siendo capitalista.
En el Manifiesto Comunista se hace un devastador estudio de las diversas
ideologías políticas, de las formas de intelectualidad existentes en 1848: por un lado el
«socialismo reaccionario» dividido en «feudal», «pequeño burgués», y «alemán o
verdadero», y por otro lado el «socialismo conservador o burgués». No hay duda de que
bastantes de las tesis ideológicas del «socialismo reaccionario» de la época han
subsistido adaptadas a las necesidades presentes de sectores específicos del
imperialismo y de las diversas burguesías locales; pero es en el «socialismo burgués» en
donde Marx y Engels descubren lo que será el núcleo de la intelectualidad «progresista»
en el capitalismo de comienzos del siglo XXI:
«A esta categoría pertenecen los economistas, los filántropos, los
humanitarios, los que pretenden mejorar la suerte de las clases
trabajadoras, los organizadores de la beneficencia, los protectores de
animales, los fundadores de las sociedades de templanza, los
reformadores domésticos de toda laya (…) quieren perpetuar las
condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros
que surgen fatalmente de ellas. Quieren perpetuar la sociedad actual sin
los elementos que la revolucionan y descomponen. Quieren la burguesía
sin el proletariado (…) no entiende, en modo alguno, la abolición de las
relaciones de producción burguesas --lo que no es posible más que por
vía revolucionaria--, sino únicamente reformas administrativas
realizadas sobre la base de las mismas relaciones de propiedad
burguesas, y que, por tanto, no afectan a las relaciones entre el capital y
el trabajo asalariado, sirviendo únicamente, en el mejor de los casos, para
reducirle a la burguesía los gastos que requiere su dominio y para
simplificarle la administración de su Estado».
Aunque con los años Marx y Engels profundizaron y enriquecieron sus
concepciones teóricas siempre sobre la base de prácticas desarrolladas en la lucha de
clases, siendo así, sin embargo dejaron escrito lo esencial de su crítica de la
intelectualidad en sus primeros textos. Desde entonces, la postura ante la propiedad
privada de las fuerzas productivas ha sido la que rompe de raíz toda ilusión sobre una
posible concordancia entre la intelectualidad «progresista» y la praxis revolucionaria
que se ejerce en el área de la lucha teórico-cultural:
«…los comunistas apoyan por doquier todo movimiento
revolucionario contra el régimen político y social existente. En
todos estos movimientos ponen en primer término, como cuestión
fundamental del movimiento, la cuestión de la propiedad,
cualquiera que sea la forma más o menos desarrollada que esta
revista (…) Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y
propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden
ser alcanzados derrocando por la violencia todo orden social
existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una
Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder
con ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo por
ganar».
Defender siquiera indirectamente la propiedad capitalista o luchar por la
propiedad comunista, esta y no otra es la contradicción irresoluble que enfrenta a todo
intelectualismo reformista con la praxis revolucionaria dedicada a la lucha teórica,
cultural, ética, filosófica…. Desde que Engels y Marx escribieron el Manifiesto Comunista,
esta diferencia insuperable ha sido asumida y practicada de un modo u otro por las y los
marxistas posteriores, hasta la actualidad, cuando todavía adquiere más vigencia ya que,
por un lado, la burguesía necesita imperiosamente imponer la total
mercantilización de la vida y de la naturaleza, es decir, privatizarlo absolutamente
todo, mientras que por el lado opuesto, la humanidad explotada necesita
reinstaurar la propiedad comunista, colectiva, comunal, común, pública o social,
al margen ahora de mayores precisiones, en el planeta entero.
-Pregunta No 2- En el contexto de la Revolución Bolivariana, ¿qué aportes ha dado
Venezuela para repensar el nuevo orden social?
-Ciñéndonos al tema específico que ahora tratamos, el del papel de los
intelectuales, la revolución bolivariana y Venezuela en concreto, han aportado una cosa
básica que debemos explicar en tres grandes áreas. La lección básica no es otra que
confirmar la valía de lo expuesto en el punto anterior sobre las diferencias entre la
intelectualidad en su definición genérica, dominante y oficial, y la praxis
revolucionaria de militantes por el socialismo que superan cualitativamente la
estrechez de miras del intelectualismo. Pongo el caso de Hugo Chávez como ejemplo
de tantos otros ejemplos prácticos.
Cuando estalló el Caracazo, sublevación en masa contra el neoliberalismo, el 27
de febrero de 1989 el grueso, por no decir la totalidad de la llamada élite política e
intelectual fue cogida por sorpresa, e incluso muchas fuerzas revolucionarias que
debieran conocer al menos lo básico de la dialéctica entre espontaneidad de masas y
organizaciones de vanguardia anduvieron a la deriva por entre las masivas protestas
populares y la feroz represión estatal que antes había debilitado a las izquierdas con
persecuciones varias. Pero la fuerza política que mejores lecciones extrajo de aquella
sublevación ahogada en sangre fue la dirigida por Hugo Chávez que supo insertarla en el
largo proceso de lucha por la independencia verdadera de la Patria Grande soñada por
Bolívar: el bolivarianismo tuvo una de sus primeras apariciones públicas en el pequeño
video del 4 de febrero de 1992 en el que asumía personalmente toda la responsabilidad
por el fracasado golpe militar que él había organizado y dirigido.
Recuperar y actualizar el contenido de emancipación social de Bolívar, este acierto,
sólo podía lograrse desde parámetros teóricos y culturales esencialmente arraigados en
la memoria y cultura populares de las masas venezolanas y latinoamericanas; no podía
realizarse desde el intelectualismo academicista y eurocéntrico formado en el desprecio
racista a «todo lo indio». La actualización de Bolívar era el paso previo necesario para la
recuperación en 2005 del concepto de socialismo tras tantos años de olvido y
tergiversación sistemática. La fusión de ambos términos, bolivarianismo y
socialismo, permite llegar a la raíz del problema de los intelectuales en las
América, o sea, la raíz doble de la primera emancipación criolla contra la
ocupación española, el bolivarianismo inicial, amputado y traicionado por las
burguesías una vez conquistado su poder; y la segunda independencia, la
socialista, la del pueblo trabajador sobre el capitalismo como síntesis de todos los
pueblos explotados desde la invasión europea.
La teorización de la lucha socialista contra la propiedad privada burguesa tal cual
se presenta en 2014 en las Américas, una de las tareas decisivas de la praxis
revolucionaria en el área de la lucha contra la ideología imperialista, adquiere así su
pleno sentido con la fusión del bolivarianismo y del socialista lograda inicialmente en
2005. A raíz de este logro, sobre su base, se levantan otras tres dinámicas que pueden
llegar a ser decisivas en la llamada «lucha de ideas», nombre algo equívoco porque puede
sugerir cierta desconexión entre las «ideas» y los «hechos».
Una es el de la potenciación por el gobierno bolivariano de la cultura crítica,
revolucionaria, generalmente emergida desde las experiencias de las masas populares
del continente, y en este sentido tiene un mérito decisivo el complejo audiovisual de
TeleSur y de otros sistemas de creación y divulgación cultural, en un contento
internacional casi monopolizado por la industria político-mediática imperialista, por su
cultural mercantilizada. Sin duda, es desde el mal llamado «Norte», desde la izquierdas y
pueblos oprimidos en la UE y los EEUU, desde donde más fácil y rápidamente valoramos
el potencial emancipador de estos y otros medios de creación teórica y cultural
solamente asequibles mediante el poder estatal del pueblo.
Otra, relacionada con la anterior pero que debemos reseñar por sí misma es la
política de impulso de los poderes comunales, de las experiencias de
empoderamiento popular en barrios y pueblos, allí en donde realmente la clase
explotada, el pueblo trabajador, está en condiciones materiales directas de elaborar su
propio pensamiento, su teoría emancipadora basada en la praxis de lo comunal, de lo
colectivo. Al margen de las deficiencias y limitaciones que sufran estas experiencias, su
valor liberador es incuestionable, tanto más en el área de la cultura popular, del
pensamiento crítico de las masas para saber emanciparse de la ideología del derecho
burgués de la propiedad privada de las fuerzas productivas, de los bienes comunes, para
llevar la batalla al centro vital: la (re)conquista de la propiedad comunal.
Y tres, la política de alfabetización y escolarización masiva del pueblo, que
este año de 2014 ha logrado un nuevo record y que muestra cómo es imprescindible
disponer de un suficiente poder estatal para luchar contra el analfabetismo capitalista.
Desde el primer socialismo utópico se supo que la educación popular es un decisivo
instrumento de liberación humana; pero uno de los grandes méritos del socialismo
marxista fue, en este caso, unir esa educación popular con una pedagogía socialista
destinada a devolver la supremacía a la praxis revolucionaria sobre el intelectualismo
abstracto vencedor desde la contrarrevolución idealista simbolizada en el platonismo.
Los tres avances concretos –con sus limitaciones y contradicciones-- de la
revolución bolivariana en lo relacionado con la cultura libre y popular chocan
frontalmente con la estrategia imperialista de privatizar el pensamiento humano.
-Pregunta No 3- Luis Britto García, intelectual venezolano, citado por Julio Cortázar,
a propósito del quehacer del intelectual en América Latina, llevaría a la reflexión:
“servirse de los medios de comunicación de masas aún en los países en los cuáles
no hay perspectivas revolucionarias inmediatas. Posiciones muy respetables han
afirmado el derecho del creador a desligar su obra de toda militancia en favor del
contenido estético. Pensamos, por el contrario, que la urgencia de la hora impone
al intelectual una triple militancia: la de la participación en las organizaciones
políticas progresistas; la de la inclusión del compromiso en el contexto de su obra,
y la tercera militancia y batallar por la inserción de su obra, en el ámbito real de
los medios masivos de comunicación, anticipándose así a la revolución política,
que concluirá por ponerlos íntegramente al servicio del pueblo. Porque mientras
la política no asegure la liberación cultural de Nuestra América, la cultura deberá
abrir el camino para la liberación política” ¿Qué piensas de este planteamiento
trayéndolo a la actualidad?
-Estando totalmente de acuerdo en las tres decisiones que ha de tomar el
intelectual, sin embargo pienso que Luis Britto García se limita al concepto progresista y
en cierta forma «neutral», positivista, de intelectual, a la versión democraticista de la
definición de intelectual dada por la Enciclopedia de Salvat-El País arriba presentada.
Con esto no quiero decir que no tenga razón, la tiene y toda, pero siempre que
entendamos por «intelectual» a una persona que piensa que vive separado de la miseria
social. Acotado el debate a estos límites, es incuestionable que el intelectual que va
tomando conciencia de la explotación debe estrechar cada vez más sus lazos vivenciales
con las clases y pueblos oprimidos, con los colectivos explotados.
Resulta muy aleccionadora aquí la introducción de Engels a su magistral obra de
1845 La situación de la clase obrera en Inglaterra, en la que explica cómo vivió muchos
meses totalmente inmerso en la realidad de la clase trabajadora para conocerla
desde dentro. Engels, desde luego, no era un intelectual sino un revolucionario, lo que
le facilitó sobremanera llegar a fundirse con el proletariado y escribir esa imprescindible
obra que aún hoy nos aporta lecciones necesarias.
Del mismo modo, si Lenin no hubiera vivido dentro de las clases explotadas rusas,
muchas veces en la clandestinidad, durante finales del siglo XIX y comienzos del XX, no
hubiera podido escribir el ¿Qué Hacer?, obra que, entre otras cosas, revela un
conocimiento exhaustivo y experimentado de la realidad de clase, al igual que Mao no
hubiera podido realizar sus investigaciones sobre la composición de clase de China sin el
contacto diario con las masas campesinas. Podríamos seguir citando casos idénticos que
nos llevan a uno de los dos pasos sin vuelta atrás al que se debe enfrentar todo intelectual
si quiere llegar a ser un revolucionario: fusionarse con la humanidad explotada. El otro
paso es una continuación lógica del anterior: el Che le dijo una vez a Nasser lo que sigue:
«El momento decisivo en la vida de cada hombre es el momento cuando decide
enfrentarse a la muerte. Si la enfrenta, será un héroe, tenga éxito o no. Puede ser un buen
o mal político, pero si no se enfrenta a la muerte, nunca será más que un político».
Naturalmente, el Che se refería al «hombre nuevo», que va desalineándose a la vez
que se convierte en revolucionario. Sus palabras valen tanto para el político como para
el intelectual, progresistas los dos, pero que dudan y retroceden en el momento crítico
de poner en práctica lo que escriben, de hacer lo que dicen. Hugo Chávez no era un
intelectual, era un revolucionario porque afrontó conscientemente la muerte para hacer
lo que decía, sabiendo que la simple palabra se queda en nada si no es realizada en la
práctica, en la acción revolucionaria que la materializa como fuerza objetiva de
liberación. La mayoría inmensa de intelectuales y políticos no se atreven a dar ese salto
cualitativo, quedando en simples «escribidores».
-Pregunta No 4- ¿Cuál es el papel de los movimientos sociales en la coyuntura
actual?
-Siempre dentro de la cuestión que nos atañe ahora, el papel de la intelectualidad,
hay que decir que los movimientos sociales y populares, sobre todo el movimiento
obrero y el feminista, cumplen la función decisiva de escuelas de aprendizaje e inserción
de la intelectualidad dentro del conjunto del pueblo trabajador, definición a la que
volveremos posteriormente.
Una dificultad creciente de los movimientos populares es que cada vez necesitan
más conocimientos concretos, saberes específicos en sus áreas de intervención debido a
la complejización, diversificación e interacción de las diversas problemáticas del
capitalismo. El incremento de las dificultades de todo tipo que lastran la realización del
beneficio, ralentizan la rapidez del ciclo entero de obtención de plusvalía, lo que obliga
al capital, entre otras cosas, a buscar nuevas ramas económicas que aceleren el proceso
a la vez que aumenta las presiones y ataques a las masas trabajadoras. Los colectivos
sociales que se enfrentan a la multiplicación de las opresiones e injusticias han de
adquirir cada día más y más conocimientos de toda índole para responder a esa
complejización acelerada. Por ejemplo, los movimientos barriales y vecinales deben
estudiar además de las nuevas leyes municipales también las nuevas propuestas sobre
un urbanismo social y democrático que se realizan en otros países para elaborar
alternativas populares a los planes de urbanización burguesa.
Lo mismo ocurre con la salud, la educación, el medioambiente y la socioecología, el
llamado ocio, la explotación asalariada, la opresión patriarcal, la defensa de los derechos
democráticos, la lucha contra el racismo y el fascismo, etc.; en estas y otras áreas de
resistencia social, los colectivos han de estar siempre a la altura de los cambios
introducidos por la clase dominante, también de las lecciones que se pueden extraer de
luchas idénticas en otros lugares y, sobre todo, han de disponer de medios para elaborar
alternativas concretas que demuestren en la experiencia diaria del pueblo que es posible
ganar batallas tácticas locales, parciales, orientadas mediante una estrategia
revolucionaria hacia los objetivos socialistas irrenunciables.
Los intelectuales progresistas, que todavía no se han desalienado del todo, tienen
en los movimientos sociales un espacio insustituible en el que aplicar sus conocimientos
y en el que aprender a la vez según la filosofía de la praxis expuesta en las Tesis sobre
Feuerbach: el educador ha se ser educado, la transformación personal es parte de
la transformación colectiva, interpretar el mundo es parte de la acción
revolucionaria…., siempre dentro de una estrategia orientada a la superación de
la propiedad privada y a la instauración de la propiedad colectiva.
No descubrimos nada nuevo diciendo lo que decimos aquí, sólo adecuamos al
presente lo que ya está pensado desde los primeros años de disputa teórica entre el
socialismo utópico y el marxismo. Una lectura de las críticas de Marx, Engels, Lenin, Rosa
Luxemburgo, etc. a los ideólogos democraticistas de su época, por ejemplo a Proudhon
en lo negativo y a Dietzgen en lo positivo, nos lleva exactamente a las mismas
conclusiones básicas arriba planteadas. Pero veamos cuatro ejemplos prácticos: uno, el
papel de maestros y maestras en el aprendizaje del primer movimiento obrero inglés, así
como de intelectuales europeos emigrados en las Américas.
Otro, la política bolchevique hacia los técnicos, intelectuales, economistas e incluso
mandos militares para que ayudasen a la revolución en sus peores momentos. Además,
la política cubana de facilitar los debates sobre estrategia socioeconómica, cultural y
democrático socialista con las principales corrientes del socialismo internacional. Por
último, la experiencia venezolana y latinoamericana de TeleSur como punta de iceberg
de un proyecto global.
Desde luego que en estos cuatro ejemplos hubo y hay errores y contradicciones,
decisiones injustas y hasta retrocesos graves, como en absolutamente todas las luchas de
liberación, pero nada de ello anula el deber de estudiar lo positivo de esas y otras
experiencias en las que fracciones de ideólogos de la clase dominante «desertaron de su
clase» y se integraron en el pueblo trabajador. El capitalismo actual complejiza al
extremo las relaciones sociales de producción y reproducción, a la vez que
aumenta el analfabetismo funcional y la ignorancia global de la fuerza de trabajo
directa o potencial, formándola sólo en aquellas tecnologías necesarias para una
producción altamente segmentada y simplificada en la casi totalidad de los
procesos productivos.
Por un lado, una población inculta relativa e incluso absolutamente en muchas
cuestiones; por otro lado, una tecnocracia y fuerza de trabajo altamente cualificada
ideológicamente fiel al capital, y en la mitad sectores intelectuales progresistas que
apoyan parcialmente al pueblo en muchas luchas pero que no se atreven, o no quieren,
integrarse en él porque, al final, saben que su calidad de vida depende de los salarios
relativamente altos que pueden seguir cobrando si se dejan explotar por el capital.
-Pregunta No 5-¿Qué llamado le harías a la “intelectualidad” que no está de
acuerdo con el encuentro de los pensadores anticapitalistas?
-Por desgracia, no estoy al tanto de estos debates; desconozco qué argumentos
tienen para no acudir quienes se han negado a hacerlo y; también ignoro quienes han
sido. No se qué razones aducen en esa discusión los que sí han participado en el evento.
Dicho esto, y moviéndome con la precaución necesaria, sí pienso que en las condiciones
mundiales y latinoamericanas actuales, en medio de las presiones imperialistas contra
Venezuela, en concreto, y desde la perspectiva de las necesidades de la izquierda
independentista vasca en la que milito, desde esta perspectiva general y a la vez
particular, era necesario acudir y ha sido positivo hacerlo.
La lucha teórico-política, cultura y ética entre el capitalismo y la humanidad
explotada está entrando en un punto decisivo porque todos los indicadores de las
crisis parciales que se fusionan en una sola, muestran que nunca antes se han
conjugado tantos y tan graves problemas de supervivencia. Podríamos comparar,
salvando todas las distancias y sin entrar en detalles, el momento y las necesidades
presentes con los contextos que propiciaron la creación de las Internacionales obreras,
incluida la Cuarta, y los debates sobre una hipotética Quinta Internacional, así como los
diversos movimientos de los No Alineados, por la paz mundial, los sucesivos Foros
Sociales, etcétera, así como los nueve Congresos anteriores de esta Red de Intelectuales
y Artistas, para comprender la importancia de multiplicar los eventos en los que las
diversas corrientes teóricas podamos contrastar nuestras opiniones sobre la
agudización de las contradicciones estructurales del capitalismo, sobre todo sus nuevas
formas de manifestación y en especial sobre las «nuevas» contradicciones que enfrentan
irreconciliablemente a la propiedad privada burguesa con la vida humana y con la
naturaleza.
En mi experiencia particular, limitada, pero también en la más amplia elaborada
por otros y otras asistentes, este encuentro ha sido positivo porque, entre otras
cuestiones, ha dado nuevos bríos a planes concretos de futuro, sobre los que no me voy
a extender porque ya están saliendo en prensa. No hay que olvidar, sin embargo, que ha
habido determinadas cuestiones urgentes que no se han debatido con la profundidad
necesaria, pero debemos comprender las limitaciones del congreso. Personalmente
estoy muy satisfecho de haber acudido.
-Pregunta No 6-¿Se puede ser un intelectual más allá de las academias, de los
títulos universitarios?
-Sí, no hay duda, pero precisando que los «traidores a su clase», los
intelectuales progresistas que van acercándose al pueblo trabajador hasta
integrarse en él, sufrirán rechazos crecientes, aislamiento y hasta represiones en
la medida en la que se independicen de sus cadenas burguesas materiales y
mentales, económicas y psicológicas. Hay mucha mitología interesada sobre la
«neutralidad» de la academia, sobre la «libertad de cátedra», sobre las posibilidades casi
inagotables que ofrece la Universidad para elaborar un pensamiento revolucionario,
pero la realidad es mucho más dura, pese a lo cual siempre ha habido, hay y seguirá
habiendo revolucionarias y revolucionarios que trabajan asalariadamente en la
Universidad pública y hasta privada, y que a la vez son militantes organizados en grupos
de vanguardia incluso ocultando esa militancia en su puesto de trabajo por razones
obvias.
No son en absoluto «intelectuales progresistas» son revolucionarios que trabajan
en un medio hostil, explotador, como una obrera sindicalizada lo hace en una gran
transnacional. He intentado definir arriba las diferencias cualitativas entre ambos
extremos. Personalmente me siento orgulloso de ser amigo de militantes de esta
tremenda categoría humana.
La experiencia histórica muestra que las obras teórico-políticas decisivas para la
lucha revolucionaria se han gestado en un medio no sólo exterior a la academia, sino en
un medio social enfrentado a los valores que sirven de excusa al sistema universitario
capitalista. Que esta experiencia histórica sea así no resta importancia en modo alguno a
la necesidad de un pensamiento racional sistemático, coherente, elaborado en base a las
reglas de la lógica formal y de la lógica dialéctica, especialmente. Recordemos la
autoexigencia de Marx y de Engels hacia el rigor analítico y las precauciones
metodológicas que tomaban para proceder luego a la síntesis.
Recordemos también la inicial crítica de Engels a Kautsky por su ligereza en la
selección de datos, referencias, bases históricas…, por citar algunos casos. Ahora bien, el
sistema académico burgués rechaza la dialéctica marxista como la mente sumisa rechaza
la creatividad crítica, aunque se «enseñe» eso que llaman «filosofía marxista» en algunas
clases de filosofía oficial, como se «enseña» a Marx en algunas clases de economía y de
sociología. Precisamente es este contexto negativo el que multiplica el mérito de las
revolucionarias que dentro de la academia o en cualquier otro medio intelectual burgués
elaboran buena teoría crítica y la divulgan entre el pueblo.
El sistema educativo es una poderosa arma burguesa, controlada
directamente por su Estado y por su «libertad de mercado», de manera que sus
recursos fundamentales siempre están en manos del capital. Un ejemplo aplastante
lo tenemos en la perversa capacidad de la academia para subsumir e integrar el
marxismo intelectualista en la parte progresista de la ideología dominante. Ya en vida de
Marx y Engel quedó claro cómo universitarios progresistas licuaban la dialéctica del
pensamiento de ambos amigos hasta forzar a Marx a decir que si esa tergiversación era
«marxismo», entonces él no era «marxista». Poco después Engels criticaba ásperamente
la cómoda vagancia de los universitarios que despreciaban la historia real de la lucha de
clases, a la vez que, poco más adelante, denunciaba a los intelectuales que perdían el
tiempo escribiendo tonterías en los periódicos de la socialdemocracia alemana.
Lenin fue un irreconciliable crítico del «marxismo legal», académico,
tolerado por la dictadura zarista mientras reprimía sin piedad al marxismo vivo,
crítico, clandestino. Gramsci tuvo que lidiar con el intelectualismo idealista de
Croce para recuperar la dialéctica del marxismo, y luego, con las dificultades
asfixiantes de la censura carcelaria, tuvo que dejar algunas imprecisas pero
valiosas pese a ello aportaciones sobre la cuestión de los intelectuales, del papel
de la cultura popular-nacional en la lucha por la hegemonía, etc.
Luego vendrían los años dorados del teoricismo marxista fabricado en las
universidades durante el keynesianismo y bajo el astuto y omnipresente control invisible
del llamado «Estado del bienestar» allí donde estuvo activo en Occidente. Además de la
plomiza dogmática stalinista aún vigente en aquellos años, otra razón de la derrota de la
oleada prerrevolucionaria de entre finales de la década de 1960 y comienzos de la de
1980, con sus altibajos, fue precisamente la pobreza del marxismo teoricista elaborado
en las universidades europeas en aquellos años, salvo brillantes excepciones.
El eurocomunismo fue masivamente aceptado y divulgado por la intelectualidad
progresista universitaria, al igual que lo sería la denominada «tercera vía» y todas las
modas post sin olvidarnos de otras modas blandas como la del decrecimiento, el buen
vivir, la economía social, los feminismos reformistas varios y un largo etcétera, hasta
concluir por ahora en la vacuidad de Podemos. De alguna forma sucedió algo parecido en
bastantes lugares de las Américas. El «marxismo» rusocéntrico y eurocéntrico estaba
umbilicalmente unido a los aparatos académicos y universitarios oficiales en aquellos
sistemas, con excepciones admirables y dignas de revolucionarios y revolucionarias que,
como hemos indicado, mantienen su independencia teórica y política militando en el
seno del pueblo explotado a pesar de ser asalariados de la industria académica en
Occidente, y del poder académico en la URSS y su área de influencia.
-Pregunta No 7-¿Cuál es el papel de la juventud en la producción de conocimiento?
-He escrito y debatido en varios lugares sobre el poder adulto como fuerza
productora de una juventud dócil y fiel al sistema, una juventud que refuerce los pilares
del sistema patriarco-burgués y que luego, cuando llegue a la edad adulta, los reproduzca
de manera ampliada. Lo primero que debemos tener en cuenta en la respuesta a esta
pregunta es que la institución familiar patriarco-burguesa, sin mayores explicaciones
ahora, es una trituradora del potencial praxístico inherente a la especie humanagenérica.
El poder adulto tiene uno de los recursos más efectivos de perpetuación en la
fábrica de obediencia intelectual que es la universidad, sobre todo la privada, pero su
baza fundamental se encuentra en la institución familiar que es la que ancla las cadenas
de la sumisión y del miedo a la libertad y al placer en la estructura psíquica infantil
durante la decisiva fase de la primera socialización. Según la política pedagógica que
determine y oriente los valores que se introyectan en la primera infancia, en mayor o
menor medida se determinará la posterior capacidad creativa de conocimiento crítico
juvenil. Durante la segunda socialización las presiones para reforzar la mentalidad
sumisa serán más fuertes porque en esta fase algunos sectores de la juventud empiezan
a desarrollar pensamientos propios que chocan y hasta pueden enfrentarle al poder
adulto.
Quiero decir con esto que para saber qué papel juega la juventud en la producción
de conocimiento antes que nada debemos saber cómo el poder adulto previamente ha
castrado el potencial crítico de la mayoría de esa juventud. Por tanto, la pregunta debe ir
más a la raíz: ¿qué debe hacer la izquierda para acelerar la emancipación juvenil del
poder adulto como requisito para acelerar su crítica intelectual? Mientras que
amplísimos sectores juveniles acepten activa o pasivamente el poder adulto, sin
cuestionarlo de ningún modo, será muy difícil lograr que desarrolle su innegable
creatividad crítica.
Teniendo esto en cuenta, la izquierda como mínimo ha de hacer tres cosas: una,
agudizar la lucha teórica y práctica contra el poder adulto; la segunda, batallar por una
nueva pedagogía que incentive el pensamiento juvenil independiente; y la tercera,
admitir e impulsar la autoorganización independiente de la juventud concienciada,
dentro de un modelo organizativo más amplio en el que las experiencias de los y las
revolucionarias de más edad ayuden a la juventud, que ha de aprender por sí misma.
Dentro ya de esta dinámica, la juventud concienciada tiene un cuádruple papel:
uno, preguntar a los adultos, a sus padres, a los militantes mayores, qué hicieron y qué
no hicieron en el pasado, si lucharon o no, su aceptaron o no la dominación; otro, avanzar
en su autoorganización y en una forma de vida independizada del poder adulto, en
comunas y locales en los que vivir según sus ideales; además, en base a esto crear redes
y medios de debate y pensamiento colectivo juvenil en los que participen militantes de
más edad pero respetando la independencia juvenil autoorganizada; y por último,
conectar esta praxis con las necesidades futuras de las fuerzas revolucionarias para que
se realice con normalidad el paso de la juventud a las organizaciones adultas de
vanguardia. Las cuatro tareas inciden simultáneamente sobre la producción teórica de
izquierdas, multiplicándola.
-Pregunta No 8-¿Qué retos y desafíos tiene la intelectualidad ante la debacle
capitalista y la reacción imperial ante el viraje del timón mundial hacia la visión
multipolar?
-El principal desafío que tiene la intelectualidad progresista en estos momentos es
el de atreverse a ser coherente con lo que dice en determinadas situaciones y escritos.
Todo depende para este sector de la intelectualidad de si está dispuesta a asumir los
riesgos socioeconómicos y políticos que surgen de la práctica de algunas de los principios
que defiende. Por ejemplo, la cuestión del acaparamiento de tierras, su compra y
privatización por grandes transnacionales y/o Estados imperialistas o subimperialistas;
la privatización de la guerra y de la represión; la cuestión del rearme mundial y de la
proliferación de sofisticadas armas inteligentes; los crecientes ataques a los derechos
democráticos elementales y el reforzamiento de leyes represivas; el acelerón de las
presiones para patentar y privatizar la vida, desde el conocimiento hasta el genoma; el
avance del fundamentalismo religioso y del terrorismo patriarcal y racista…, estas y otras
dinámicas en ascenso exigen respuestas prácticas de masas que van más allá de las
simples declaraciones bienintencionadas. Pero muchas burguesías no ven con buenos
ojos que los intelectuales «se metan en política».
Para la intelectualidad progresista, la debacle actual del capitalismo se expresa en
forma de tres grandes problemas que le quitan el sueño:
Uno, la tendencia a la industrialización y privatización del conocimiento y de la
cultura, o sea, las presiones de la industria político-cultural para imponer la propiedad
burguesa del pensamiento humano, lo que le va presionando cada vez más para que opte
por la comodidad económica o por el riesgo de la coherencia.
Dos, la tendencia a la supremacía de lo político sobre lo cultural, a la conversión de
la cultura burguesa en arma opresora, lo que reduce aún más el margen de despiste
neutralista, de si-pero-no, del depende-de, de no-existen-condiciones-objetivas…,
excusas tópicas que le permiten nadar y guardar la ropa.
Y tres, la tendencia a la radicalización y extensión del incuestionable principio
humanista y comunista de la prioridad del pensamiento colectivo que se practica como
valor de uso, sobre el pensamiento privado fabricado como mercancía con valor de
cambio en la industria cultural y en el capital constante que vertebra la tecnociencia
capitalista.
Las tres tendencias presionan en la dirección única de reforzar la naturaleza
asalariada y mercantil del trabajo intelectual, y en especial, de poner al intelectual
progresista ante el abismo de tener que decidir entre, por un lado, aceptar ser un esclavo
asalariado del capital, fuerza de trabajo compleja y cualificada que produce una
mercancía «simbólica» e «inmaterial» en su forma pero material en sus efectos sociales,
sujeta a la incertidumbre del mercado; y por el lado opuesto, optar por la militancia
revolucionaria volcándose en la lucha teórica y práctica contra la propiedad imperialista,
praxis arriesgada y sujeta a la incertidumbre de la represión. Las contradicciones del
imperialismo y su relativo debilitamiento frente a lo que se denomina
«multipolaridad», que no es sino un reflejo más de la crisis geopolítica mundial,
multiplican las presiones sobre la progresía intelectualista que se tiembla
nerviosa ante las atrocidades del imperio que no se atreve a condenar por las
razones arribas vistas.
-Pregunta No 9-Históricamente, el marxismo ha definido que existe un sujeto
histórico de transformación social que es el obrero, se puede ver, que desde la
ortodoxia se asume que siempre será así ¿crees que ese sujeto se amplía,
recordando el planteamiento del Comandante Chávez: que el sujeto histórico de
transformación es el Pueblo organizado, movilizado y consciente?
-El Comandante Chávez estaba en lo cierto, y su planteamiento respecto al «Pueblo
organizado, movilizado y consciente», se mueve dentro de los parámetros marxistas, al
menos tal cual yo los expongo en el texto Clases y Pueblos. S
Sobre el sujeto revolucionario de febrero de 2014, a libre disposición en Internet.
La teoría marxista de las clases integra dos niveles en uno: el genético-estructural de
la contradicción irreconciliable entre capital y trabajo, antagonismo básico permanente
al margen de sus intensidades y formas; y el histórico-genético que expresa las
múltiples formas concretas en las que esa unidad y lucha de contrarios entre capital y
trabajo se materializa en las formaciones económico-sociales particulares. El Capital y
los textos mal llamados «económicos» se mueven a primera vista en el lado genéticoestructural del método marxista, los textos mal llamados «políticos» lo hacen en el otro
lado, el histórico-genético, y los mal llamados «filosóficos» simultanean los dos.
Varios investigadores marxistas han hablado del «solapamiento de conceptos» que
existe en el método dialéctico de ambos amigos, que les permitía moverse con agilidad
entre los más densos problemas, y profundizar hasta sus raíces contradictorias. Así se
comprende que junto al nivel genético-estructural se permitan en El 18 Brumario de Luís
Bonaparte de 1851-52, realiza impresionantes análisis detallados de las diversas clases y
fracciones de clase, para luego no tener problema alguno en recurrir al término de
«nación trabajadora», como síntesis de muy diversas masas explotadas, oprimidas y
dominadas, y además lo enfrenta antagónicamente con el concepto de «nación
burguesa».
Y es que su método no es neutral ni positivista, sociológico, sino crítico y
revolucionario a la vez que procesual y relacional, lo que les permite marcar siempre el
movimiento de la contradicción interna en todo lo real. También en 1852 Engels
recurrirá al término de «las grandes masas de la nación» refiriéndose a toda la población
explotada por la clase dominante. Que este es el método de Marx y Engels lo
comprobamos en El papel de la violencia en la historia de 1887-88, en donde por un lado
Engels recurre al concepto de «pueblo trabajador» como aglutinante de los y las
explotadas, mientras que, por otro lado, disecciona con el mismo rigor que Marx las
clases sociales concretas existentes en ese momento de la historia: los grandes
propietarios de tierras y burgueses, la pequeña burguesía, el campesinado y los obreros.
La lista de ejemplos es inagotable porque surge del método empleado, tal como lo
comprendió Lenin desde sus primeros textos al recurrir a la unidad entre lo general y lo
particular, lo abstracto y lo concreto, de modo que integraba diversos niveles de
conceptualización para mostrar los diversos niveles de un mismo problema, según las
necesidades teóricas del momento. Es así como se explica que simultaneara el concepto
esencial y básico de trabajo contra el capital con otros como clase obrera, masas
explotadas, masas campesinas, llegando al empleo del de «pueblo trabajador»como en
1900 cuando estudió la invasión zarista de China. Lenin comprendió que la teoría del
concepto es clave para el marxismo, una vez depurada de las limitaciones de Hegel, y sus
agudas anotaciones sobre la flexibilidad del pensamiento en los Cuadernos de filosofía
de 1914-15 son una de las bases sobre las que se sustenta el proceso posterior de
enriquecimiento teórico en lo que ahora nos concierne, la interacción entre clase
trabajadora y pueblo.
Con la dialéctica del pensamiento abierto, móvil y flexible, Lenin y los bolcheviques
elaboraron entre otros muchos, tres documentos fundamentales: la Declaración de
derechos del pueblo trabajador y explotado, de enero de 1918; La patria socialista está en
peligro, de febrero de 1918, y Una gran iniciativa, de julio de1919. Hubo muchos más,
pero los tres resumen perfectamente cómo el método marxista puede y debe concatenar
en un mismo proceso de pensamiento unitario conceptos específicos que van desde
pueblo trabajado y explotado, a la definición canónica de clase social de 1919, tan
repetida y aceptada, pasando por el de patria socialista. Desde la lógica formal y la
ideología burguesa, estos aparentes saltos conceptuales extremos entre clase
obrera, pueblo trabajador y patria socialista, son inaceptables; desde la lógica
dialéctica y la teoría marxista son coherentes y necesarios.
Son tan necesarios y coherentes para la praxis revolucionaria, que es de lo que se
trata en definitiva, que prácticamente todos los procesos de liberación nacional de clase
y antipatriacal los emplean, utilizan el método dialéctico de concatenación conceptual
según lo exige el movimiento de las contradicciones. Sería excesivo resumir ahora
siquiera lo elemental de la larga experiencia histórica hasta el presente, por lo que voy a
centrarme en un término brillante e imprescindible para comprender qué sucede hoy
mismo en el mundo: en su obra de 1966 Neocolonialismo, última etapa del imperialismo,
K. Nkrumah, revolucionario africano que dirigió luchas de liberación nacional
antiimperialista empleó el concepto de «Pueblos militantes» para designar a los
pueblos explotados que se enfrentaban al neocolonialismo.
El término de «pueblo militante» viene a decir lo mismo que el empleado por
Hugo Chávez, y lo mismo que el de «nación-pueblo» utilizado a comienzos de 2013 por
G. López y Rivas para reflejar la cohesión interna que subyace bajo una multicolor
diversidad de colectivos aparentemente inconexos. En enero de 2014 M. Aguilar Mora,
tras repasar lo acaecido en 2013 en México, no dudaba en afirmar que ese fue «un mal
año para el pueblo trabajador». A mediados de diciembre de 2014, F. Aguirre ha escrito
una historia de las agresiones norteamericanas a Cuba desde la conquista de su
independencia real y efectiva en 1959. El autor no duda en emplear el concepto de
«pueblo obrero y campesino» para referirse a la nación cubana en los peores momentos
del cerco imperialista yanqui, a partir de 1962.
El empleo por Hugo Chávez del término de «Pueblo organizado, movilizado y
consciente» se inscribe dentro de la corriente teórica que aplica el método dialéctico
descrito. La definición del Comandante Chávez es especialmente valiosa en las
condiciones venezolanas y de cualquier otro pueblo oprimido sometido a agresiones
como las que sufre Venezuela. Más aún, un ejemplo de la validez teórico-política de este
concepto lo tuvimos en la contraofensiva popular para derrotar el golpe fascista de 2002
y en la evolución posterior de los acontecimientos. Si sólo empleáramos el concepto
estricto de clase obrera productora de valor como único sujeto consciente y activo de la
lucha bolivariana, no entenderíamos nada de nada de lo que sucede aquí, en Nuestra
América y en otros continentes machacados.
La clase obrera es el cerebro y el centro de pueblo organizado, movilizado y
consciente, pero no es el único sujeto social. Como lo previeron Marx y Engels en su
última etapa, desde 1871 en adelante, la revolución ha estallado y se ha sostenido largo
tiempo en los países en los que el proletariado en su sentido tradicional, la clase obrera
«clásica», era cuantitativamente minoritaria pero cualitativamente dirigente, capaz de
aglutinar alrededor suyo al pueblo trabajador, al pueblo militante, al pueblo trabajador
y campesino, a la nación-pueblo, a la nación-pueblo, etc., o para acabar con Marx: la clase
obrera vertebra a la nación-trabajadora. Sin duda, Chávez estaría de acuerdo.
-10- ¿Cuál es el papel de la mujer en la actualidad, en el marco de la lucha de clases?
-La progresía intelectual feminista lleva realizando buenas aportaciones parciales
desde hace varias décadas, cumpliendo el mismo papel que el realizado por una parte del
marxismo académico, dicho a grandes rasgos. Pero, como este último, se detiene ante el
muro práctico y teórico, material y moral, de la propiedad, en este caso de la propiedad
patriarcal sobre la mujer. Sin embargo, cualquier reflexión sobre el papel de la mujer
en la producción de pensamiento y en la lucha de clases que no parta de la
existencia objetiva de la propiedad patriarcal, nunca supera el límite del
reformismo.
La mejor definición que he leído sobre qué es la mujer en el capitalismo es la que
ofrece el Manifiesto Comunista: para la burguesía la mujer es un «instrumento de
producción», es decir, un medio de trabajo en manos del hombre con conciencia
burguesa. En 1884 en su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado,
Engels demostró que la mujer fue derrotada socialmente con la implantación de la
propiedad privada patriarcal, siendo desde entones un muy especial instrumento de
trabajo adaptado a los sucesivos modos de producción dominantes. Semejante derrota
fue la primera explotación de un colectivo humano por otro, bien pronto le seguiría la
invasión, derrota, esclavización o exterminio de un pueblo por otro, y sobre esta
experiencia se asentaría después la explotación de clase dentro del mismo pueblo. Las
formas de propiedad --patriarcal, tribal/étnica/nacional, y de clase-- se fueron
fundiendo en diversas aleaciones según los modos de producción dominantes y
según las formaciones económico-concretas dentro de cada uno de ellos.
La propiedad capitalista se sustenta sobre el sistema patriarco-burgués y su poder
adulto, de manera que son sus relaciones sociales de explotación las que subsumen y
determinan a las formas de explotación específicas del patriarcado y del poder adulto.
Naturalmente, esta complejidad genético-estructural de la propiedad capitalista
adquiere múltiples formas concretas, histórico-genéticas, según las necesidades de la
producción en situaciones particulares y fundamentalmente de la reproducción de la
vida explotable, tema en el que no podemos extendernos ahora.
La verdad del feminismo socialista, del marxismo como su matriz, radica en
que es el único que sabe, quiere y puede luchar por la destrucción histórica de la
propiedad capitalista, con su forma patriarcal y adulta incluida.
El error insalvable del feminismo reformista radica en que ni quiere
ni puede ni sabe enfrentarse a la propiedad capitalista en su complejidad,
limitándose sólo a y con mejoras democrático-funcionales e integradas
en el sistema. La mentira del feminismo explícitamente burgués radica en
que quiere mantener la propiedad capitalista en sí compatible con la
«liberación» de la mujer.
El feminismo socialista o mejor las revolucionarias marxistas, aportan a la
lucha de clases la visión programática más radical y decisiva sobre la
emancipación histórica humana. Y lo hace porque sólo ese feminismo dice y practica
la verdad concreta: la mujer es un instrumento de producción en manos del hombre.
Un instrumento único porque, además de plusvalor mediante la explotación asalariada,
produce muchas cosas más mediante la explotación doméstica y otras explotaciones
privadas y/o públicas. Hablamos de explotación porque hablamos de un instrumento de
producción sometido a las relaciones sociales de explotación capitalista, sean asalariadas
o no. Desde la creación de vida que puede llegar a ser fuerza de trabajo y su
formación posterior, hasta la producción de placer machista y de «trabajo de
cuidado afectivo», pasando por la producción de trabajo social no mercantilizado
en la unidad familiar y en las redes sociales cotidianas, y así un largo etcétera.
Lo que determina a estas y todas las restantes explotaciones concretas de la mujer
por el hombre es el hecho de que ella es un instrumento de trabajo en propiedad de él,
que hace con ella lo que quiere y como quiere, buscando su máxima rentabilidad
económica, sexual, afectiva, cultural… Y lo hace porque la propiedad privada burguesa
tiene un componente patriarcal esencial, tomado y transformado de la propiedad
patriarco-feudal para adecuarlo al capitalismo, de forma parecida a como la propiedad
feudal absorbió y transformó para sus necesidades la propiedad patriarco-esclavista. El
hilo inhumano que recorre esta cruel historia no es otro que el de la propiedad privada.
La civilización del capital se yergue en parte sobre el patriarcado, pero es una parte
esencial por los ingentes beneficios de toda índole que le produce, y la civilización del
capital oculta esta sobreexplotación generalizada recurriendo al mito del «amor».
Por tanto, el feminismo marxista y las mujeres revolucionarias son una fuerza
directriz insustituible en la lucha contra la propiedad en general y contra todas sus
variadas expresiones particulares. Dado que la ideología del capital se sustenta en el
derecho burgués a su propiedad privada, la crítica práctica y teórica del feminismo
marxista da en el clavo de dicha ideología porque saca a la luz la históricamente primera
forma de propiedad privada, y muestra cómo esa forma ha ido siendo adaptada a y
subsumida por los sucesivos modos de producción, hasta llegar al capitalista.
La lección teórica es innegable: sólo mediante la socialización de la propiedad
capitalista y por tanto de la propiedad patriarco-burguesa, se liberará la mujer y a
la vez la humanidad entera porque sólo así se llega a la raíz histórica de todas las
opresiones y explotaciones, la que surgió con la de la mujer por el hombre. Las
consecuencias teóricas, filosóficas, intelectuales y ético-morales de esta visión de
largo alcance no escapan a nadie, pero tampoco escapan sus muy presumibles
consecuencias prácticas ya que más temprano que tarde la clase dominante
reprime a quien lucha contra su propiedad privada.
Las advertencias, presiones, amenazas y represiones machistas hasta culminar en
el terrorismo patriarcal, surgen casi de inmediato cuando la mujer quiere
independizarse, ser propiedad de ella misma, dejar de ser propiedad ajena, del hombre.
El feminismo reformista, y en especial su componente académico e institucional,
ha reducido su «estrategia» al simple marco de los «derechos de género», marco
necesario `por cuanto democrático-formal pero asumible en gran medida por las
instituciones burguesas. El feminismo reformista no avanza hasta el punto crítico
de no retorno: el ataque a la propiedad, lo que le garantiza mucha tranquilidad
económico-laboral, política e intelectual.
No sucede así en el feminismo marxista, sobre todo cuando es practicado en su
praxis más consecuente: las especiales torturas sobre las revolucionarias que luchan en
la liberación nacional de clase y antipatriarcal de sus pueblos trabajadores oprimidos.
Sin llegar a estos extremos tan frecuentes pero silenciados, cualquier mujer sindicalista
de izquierdas está de acuerdo con lo dicho por Marx de que el empresario, aparte de la
explotación asalariada, considera su fábrica como su «harén» particular, de igual manera
en que frecuentemente la institución familiar actual encubre un «harén» privado. La
lectura del impactante libro de Bebel La mujer y el socialismo de 1880, obra maestra en
su época, sigue descubriendo las constantes del sistema patriarco-burgués, por cierto:
este libro fue publicado en la clandestinidad debido a la represión antisocialista en
Alemania.
Las feministas obreras, populares, campesinas, sindicalistas, culturalistas, políticas
y militantes revolucionarias, etcétera, saben por experiencia lo que es realmente el poder
patriarco-burgués en su cotidianeidad y si bien apoyan las reivindicaciones
democráticas tal cual las expresa el feminismo reformista por cuanto necesarias,
advierten que el problema es mucho más profundo y grave porque forma parte de las
raíces de la civilización del capital, de la síntesis social del modo de producción
capitalista. La conclusión definitiva que podemos extraer de la mujer en la lucha de
clases es que ella expresa mejor que cualquier otro colectivo el antagonismo
irreconciliable entre liberación humana plena, comunista, y propiedad capitalista.
-11- A modo de conclusión y consideración final, si tuvieses la oportunidad de
hablar con cada persona del mundo ¿qué mensaje le darías?
-Siguiendo el objetivo del cuestionario, el consejo que les daría es que debatan la
larga y esclarecedora experiencia acumulada desde hace décadas sobre el papel de la
intelectualidad progresista en las revoluciones. Este aprendizaje debe realizarse en
función de las actuales necesidades de los pueblos bajo el imperialismo contemporáneo,
por ejemplo: además del problema de la propiedad intelectual burguesa y de su
industria cultural, también la naturaleza capitalista de la tecnociencia y el choque
frontal entre las constricciones burguesas al potencial crítico del método
científico, y la necesidad perentoria que tiene la humanidad explotada de
multiplicar exponencialmente los avances científicos liberadores, o para decirlo
en términos marxistas, expandir la ciencia como fuerza revolucionaria.
Sin embargo, históricamente los «ideólogos» como grupo social específico, casta o
élite preclasista que surgió con la privatización patriarcal de la cultura oral y de la
primera escritura, en simbiosis con las castas de comerciantes y guerreros bajo la
centralidad de los Estados tributarios, se han caracterizado más por la defensa de sus
intereses corporativos y sectarios que por el impulso progresista y revolucionario. Es
lógico que así sea porque el saber generado por ese entramado de poder es un saber
jerarquizado, privado, excluyente y defensor tanto de sus intereses corporativos como
de los de las clases dominantes. Las burocracias religiosas son un ejemplo de la
adaptabilidad y eficacia de los «ideólogos» para reproducirse absorbiendo las mejores
mentes de su época, como denunció Marx refiriéndose a la Iglesia medieval,
cooptándolas, sobornándolas y pudriéndolas. Salvando todas las distancias, la industria
de la educación burguesa y la integración del saber y de la tecnociencia en el capital
constante, hacen otro tanto.
La intelectualidad progresista se enfrenta en esta cuestión decisiva a una tarea que
le desborda ampliamente. Y es aquí en donde deben intervenir las organizaciones
revolucionarias facilitando puntos de encuentro y colaboración, de fusión en la práctica
cotidiana, entre el pueblo explotado y la intelectualidad progresista, impulsando el
avance de esta hacia su conversión en militancia revolucionaria que ejerce el grueso de
su praxis en el campo de la lucha teórica, científica, cultural, filosófica, ética, estética….
En cada uno de ellos y en su conjunto, las organizaciones de vanguardia han de resaltar
el problema de la propiedad privada como el nudo gordiano que, unido al del Estado
burgués, ata y centraliza la totalidad de formas en las que actúa la explotación capitalista.
Especial trascendencia adquiere la recuperación de los «bienes comunes»,
colectivos y comunales, relacionados con las condiciones de pensar y hacer, de vivir en
suma, de los pueblos; y muy especialmente con el complejo lingüístico-cultural, con la
lengua como forma de expresión del ser-comunal que habla por sí mismo, de la cultura
popular como la producción y distribución colectiva de los valores de uso. La
desmercantilización del saber, su desalienación con respecto al dinero y al valor de
cambio y su victoria sobre el fetichismo de la mercancía, supone, desde esta visión
comunista, además de la reinstauración de la unidad mano/mente también y por ello
mismo la extinción histórica del intelectualismo y por tanto de los intelectuales por muy
progresistas que digan ser.
Por tanto, la pregunta es: ¿cuántos intelectuales progresistas intuyen que la
libertad plena, el comunismo, conlleva su extinción como élite, y cuántos están
dispuestos a impulsar su autoextinción ya desde ahora mismo? Más aún ¿qué
deben hacer los y las revolucionarias que militan en la lucha teórica, cultural,
filosófica, etc., para acelerar e intensificar esta desalienación y liberación de las y
los intelectuales progresistas?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
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