Ordenanzas Municipales - Ayuntamiento de Torrejón del Rey
Transcripción
Ordenanzas Municipales - Ayuntamiento de Torrejón del Rey
Fiestas locales Con gran fervor y devoción viven los Torrejoneros la Semana más grande del año: La Semana Santa. Los oficios religiosos del Jueves Santo y la misa cantada de la última cena, envuelven el ambiente de esa esencia que hay que vivir para poder sentir. La procesión del Viernes Santo es sin duda la más importante del año. Los capuchinos inician la marcha con la Santa Reliquia al frente seguida por dos penitentes que cargan la pesada cruz a sus hombros. Tras ellos el Santo Sepulcro sobre cuatro hombros, da paso a la Santísima Virgen acompañada de los plañideros cantos de las mujeres que son devueltos por los hombres. Los versos escritos por un párroco del pueblo -Dº Dámaso-, en el siglo 19, siguen emocionando a todos los que allí se encuentran. Son versos de dolor, de una madre al ver a su hijo muerto (Canción del Santo Entierro). El Domingo de Resurrección, el Santo Cristo sale en procesión por un itinerario distinto al que hace la Virgen. Élla de luto con un velo, recorre otras calles del pueblo hasta que ambas comitivas llegan al Encuentro. Allí se conmemora el encuentro de Cristo resucitado con la Santísima Virgen, a la que se la despoja de su enlutado velo, para que ambas procesiones caminen juntan hasta la Iglesia. Después ambos presiden la Santa Misa 1/3 CANCIÓN DEL SANTO ENTIERRO (Viernes Santo) Sobre un monte de amargura está llena de dolor llorando la Virgen pura la muerte del Redentor. Virgen Santa que dolor sentirías Tú de fijo cuando en tus brazos de amor miraste muerto a tu hijo. Toda la naturaleza a tu llanto se asoció perdió el iris su belleza y negro crespón vistió. Ya tú prenda más querida dulce a tu lado no está muerto lo ves y sin vida quien consolarte podrá. Que soledad infinita que vacío, que dolor, dejó en tu alma bendita la muerte de mi Señor. Fueron tus ojos dos ríos derramando amargo llanto todo por los extravíos de los hombres que amáis tanto. No infundió pena tan triste la oscura noche sombría la cual que entonces sentiste al quedar sola María. El cielo vio tu tortura con infinita piedad y lloró con amargura por tu inmensa soledad. Desecha en llanto gemías ¡oh Madre! llena de duelo ¡cuánta pena sentirías! que hiciste llorar al cielo. Tu corazón lacerado por tan crueles pesares buscaba ansioso al amado del cantar de los cantares. Y te vio la noche oscura pálida y triste gemir, y vio el día tu amargura, tu inmenso y grande sufrir. Del alba, la luz incierta junto a tu amado te vio Él muerto, Tú casi muerta 2/3 y al veros así, lloró. El mundo todo asombrado tu inmenso duelo miró pensó en su enorme pecado y estremecido cayó. En los anales del mundo jamás se vio tal sufrir ¿Cómo siendo tan profundo lo has podido resistir Sola María quedaste al darle muerte cruel rota tu vida miraste Madre mía al morir Él. Dulce Virgen de bondad hoy llega a Ti el alma mía en tu triste soledad contigo a llorar, María. Del alma tristes lamentos suspiros al corazón arrancan los sufrimientos de Cristo por la pasión. Te envolvió un inmerso duelo con su fúnebre capuz cuando elevado cielo Cristo pendía en la Cruz. Abarcando el infinito lleno de inmenso dolor fue un sollozo bendito una firmeza de amor. ¿Cómo podré Madre mía viendo tu grande pesar de Jesús por la agonía no ir hoy Contigo a llorar Estoy contigo Señora ¡oh dulce Virgen Maria! Atiende a quien te implora bendícenos Madre mía. DESPEDIDA (Todos) Adiós árbol sacrosanto que das fruto de salud aquí acaba nuestro canto a honra y gloria de Jesús Madre de Dios muy querida consuelo del corazón al darte la despedida échanos tu bendición 3/3