Lectura y soledad – Palabras preliminares

Transcripción

Lectura y soledad – Palabras preliminares
18° Congreso Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro
Leer o no leer, esa es la cuestión
5 al 7 de mayo de 2016
Formación de lectores en contextos con difícil acceso a la lectura
Lectura y soledad
Bettina Caron
Ponencia de Bettina Caron, en el 18° Congreso Internacional de Promoción de la
Lectura y el Libro, en el marco de la 42º Feria Internacional del Libro de Buenos
Aires.
TÍTULO: Lectura y soledad
TEMA: Formación de lectores en contextos con difícil acceso a la lectura
AUTORA: Bettina Caron
Palabras preliminares
La lectura, en su evolución histórica, debió transitar un largo camino para arribar a
la llamada lectura silenciosa. San Agustín nos da el primer registro de esta actividad
íntima. Intima porque la lectura en voz alta, leída por alguien a otros estaba muy lejos
de parecerse a esa suerte de ceremonia silenciosa y personal del lector con el texto
que tan bien han descripto, entre otros, Marcel Proust y Rolland Barthes. Es esa
suerte de ritual, de encuentro solitario con el libro, el primer gesto que nos habla del
lector, cuando la vista en el texto alterna con la mirada, a veces perdida en las
evocaciones que esas palabras traen a su memoria. Es ese vínculo solitario y
silencioso con el libro el que resguarda el secreto de esa sonrisa o alguna lágrima
furtiva durante la lectura.
A través del tiempo van llegando las interpretaciones, desde las distintas teorías
literarias y estudios históricos y culturales, sobre los importantes cambios que
produce la lectura silenciosa, tanto en los lectores, como en la literatura y su difusión.
En este abordaje me interesa en particular el vínculo entre el lector “de carne y hueso”
y la emoción, mediada por la lectura literaria. Desde Longinus, en Sobre lo Sublime,
hasta Karen Littau, en Teorías de la Lectura hay un intento de ir al rescate del valor
emocional de la lectura literaria que muchas otras teorías desvalorizaron tratando de
separar a la literatura, de los afectos sin considerar al lector real. Pero lo fascinante
que podemos investigar, hoy, son también otras miradas sobre el valor emocional de
la literatura para el lector, a partir de detallados estudios sobre la emoción desde las
neurociencias. Antonio Damasio, destacado neurobiólogo actual es quien investiga el
rol esencial de las emociones en relación al cerebro, para la gestación de los
sentimientos, los pensamientos y las acciones futuras del ser humano. Laberintos del
cerebro por donde la lectura literaria también fluye y en su fluir emociona, conmueve,
, hace sentir, pensar y recordar, encontrarse y desencontrarse con uno mismo, sentirse
expresado en la voz de otros, acercarse a mundos que pudieron ser propios y
experimentar a nuevas emociones a través del ejercicio de la sensibilidad, la
imaginación, la empatía, el amor tanto como el odio, entre otras.
Hoy podemos reunir, en armonía, la postura psicoanalítica de la querida y conocida
antropóloga francesa Michèle Petit y el psicoanalista francés Didier Anzieu acerca de
la lectura como trabajo psíquico, con la teoría de Antonio Damasio sobre las
emociones y de otros psicoanalistas y neurobiólogos, como Ansermet y Magistretti
que trabajan conjuntamente estos temas con una visión holística del ser humano en
donde conviven el corazón y el cerebro, la pasión y la razón, como lo supo ver
Damasio en su libro En busca de Spinoza, en la inspirada lectura que hace de dicho
filósofo. Y es a partir del punto de unión entre estos enfoques que considero que la
lectura literaria es constructora de la subjetividad y necesaria como experiencia
emocional en este mundo desvitalizado, como lo califica Jorge Larrosa, y que brinda
pocas ocasiones de experiencias genuinas, que, por el contrario sí facilita y anticipa la
lectura cuando es una experiencia. Creo que la literatura y el arte siguen siendo hoy,
en una época liderada por la tecnocracia y la tecnociencia, la fuente donde seguir
ejercitando la sensibilidad y los sentimientos que hacen a la condición humana.
Intento también concretar en esta búsqueda, un punto de encuentro que nos permita
vincular lo emocional de la lectura, como sostén de la identidad y de la subjetividad,
con las situaciones que padecen las personas en casos de aislamiento involuntario por
enfermedad o privación de libertad, situaciones, que está demás decir, atentan contra
el sostén de la identidad, tanto en el sentido más íntimo del self , como en el del
sujeto sociocultural que somos, en el concepto del sociólogo Alain Touraine.
En casos de aislamiento forzoso el sostén de la identidad y el acceso a ese mundo
sociocultural que nos constituye pueden ser mediados por la lectura literaria. El
lenguaje en sí mismo, es parte constitutiva de la identidad de la persona y cuando
alguien está privado de ejercer ese derecho en el contexto verbal oral puede ser
sostenido o suplantado por la lengua escrita, ya sea a través de la lectura o la
escritura. Es fácil darse cuenta del valor que esa preservación del lenguaje puede tener
en las cárceles, los hospitales, los campos de refugiados y otros lugares de
confinamiento, como ya lo sabemos por testimonios de los campos de concentración
nazis o de famosos escritores de ayer y de hoy, mundiales y latinoamericanos, que han
desarrollado su pensamiento escrito en cárceles y también en centros de detención
clandestinos durante las dictaduras militares latinoamericanas.
1 -La lectura como sostén de la identidad en Campos de Concentración
A modo de una introducción muy breve sobre el tema resulta eficaz hacer una
referencia a fragmentos de La pequeña biblioteca de Auschwitz – la lectura en las
barracas- tema abordado por Alberto Manguel en su libro La biblioteca de noche que
hace referencia al valor humano y emocional de las experiencias de lectura en los
campos de concentración nazis y al que me referiré a través de citas textuales del
autor .... “Ocho o diez libros conformaban la colección física de la Biblioteca Infantil
de Birkenau, pero había otros que sólo circulaban de boca en boca. Cuando lograban
evitar la vigilancia, los consejeros recitaban a los niños libros que ellos mismos
habían aprendido de memoria en otros tiempos, turnándose para que diferentes
consejeros “leyeran” a diferentes niños cada vez: esta rotación se conocía como
“intercambio de libros en la biblioteca”. “En el campo de concentración de BergenBelsen circulaba entre los prisioneros una copia de <La montaña mágica>, de
Thomas Mann; un niño recordó los minutos que le asignaban para tener el libro en
sus manos como “uno de los mejores momentos del día, cuando alguien me lo pasaba.
Iba a un rincón para estar tranquilo y luego tenía una hora para leerlo”. “Un joven
lector polaco, recordando los días de miedo y abatimiento, dijo: El libro era mi mejor
amigo, nunca me traicionaba; me reconfortaba en mi desesperación; me decía que no
estaba solo”(1) Explican diversos autores, en numerosos testimonios, cómo durante la
segunda guerra mundial, en los campos de concentración, muchos judíos
transformaron la lectura y la música en actividades de sostén de su identidad y
considerándolos como “los únicos momentos de felicidad”. Breves momentos de
sostén de esa condición que volvía a quebrantarse en el horror cotidiano y que volvía a
renacer porque esa pequeña y gigante Biblioteca Infantil furtiva y clandestina de
Birkenau que constaba de 10 libros fue en esos momentos el sostén de la esperanza.
2-Lectura en Campos de refugiados
Hay muchos testimonios del trabajo de los mediadores de lectura en campos de
refugiados, tema este último, que tomó cuerpo en nuestra prensa a raíz del desborde
y la irrupción siria en Europa, con población blanca, y que causó un enorme impacto y
para muchos fue una novedad. Sin embargo algunos campos de refugiados , llevan ya
tres y cuatro generaciones de personas nacidas en ellos y no reconocidas por gobierno
alguno, sin identidad real. El problema que se plantea con ese desarraigo forzoso por
las guerras , las matanzas y el hambre crea un sentimiento de pérdida de la identidad,
que además, en estos casos es una falta de identidad en el sentido literal del término
porque no pertenecen ni al país que los expulsa, “aunque ellos huyan”, ni al país al
que llegan y que no los acoge. En medio de estos nuevos campos de concentración de
la posmodernidad, la lectura es uno de los recursos, que una vez más, puede salvar
algo de la condición humana de estas personas. A modo de ejemplo y especialmente
por su continuidad desde 1989 a la fecha cabe citar al Instituto Tamer de Ramallah
que recibió en 2014 un reconocimiento por sus 20 años de “ incentivar la pasión por
la lectura y la creatividad de niños y jóvenes palestinos” en la Franja de Gaza, con el
premio Astrid Lingren, entregado en Estocolmo por la corona sueca. Cabe aclarar que
se provee de libros a los niños pese a la prohibición tanto de las autoridades israelíes
para dejarlos entrar, como de la censura que ejercen las autoridades que responden al
movimiento Hamas. No es difícil darse cuenta del calibre de esta acción de promoción
de la lectura iniciada en 1989 durante la primera Intifada, así como de la valoración de
la necesidad de la misma. El Tamer de Ramallah es una organización independiente
que mantiene bibliotecas y organiza campañas de lectura, para niños en campos de
refugiados y aldeas aisladas. Esta organización entrega a los niños y jóvenes un
“pasaporte de lectura”, en el que se registra con un sello cada libro leído. Pasaportes
de lectura que mantienen viva, probablemente, la esperanza de un pasaporte de
ciudadanía, alguna vez, en algún lugar del mundo. Según quienes otorgaron el premio
de medio millón de coronas suecas al Instituto Tamer, lo hacen porque dicen conocer:
“ el poder de las palabras y la fuerza de los libros, las historias y la imaginación
como instrumentos clave para la autoestima, la tolerancia y el coraje para
enfrentar la vida”
3-La educación y la lectura en cárceles
En la normativa carcelaria de la Argentina hay una clara influencia de los
instrumentos internacionales de derechos humanos según consta en el Capítulo XII de
“Educación en Contextos de Privación de Libertad” y la Ley Nacional de Educación
y, posteriormente, la discusión parlamentaria y aprobación de la Ley sobre “Estímulo
educativo en establecimientos penitenciarios” *
A fin de tener una mínima idea del sistema penitenciario a nivel país para ubicarnos
en su contexto diremos que cuenta con 61.192 personas detenidas, de las cuales el 50 %
se encuentra procesada (sin sentencia definitiva), el 48 % penada y el 2% en calidad de
inimputable. El 95% son varones y el 81% de las personas detenidas no participa de
actividades laborales, en tanto que un 85 % lo hace en actividades deportivas y
recreativas, donde se incluiría la lectura. Respecto del nivel educativo con el que han
llegado, el 40% tiene primario completo; el 7 % cuenta con secundario completo y el 2
% completó estudios terciarios/universitarios. En cuanto a la participación de programas
educativos, el 53 % no participa en ninguna propuesta formativa. De estos datos vale
atender para nuestras propuestas de lectura que hay un 50% alfabetizado y
probablemente haya que alfabetizar al resto. Por esta razón no podemos separar el
trabajo en Promoción de la Lectura del de la educación en tanto no esté resuelta la
posibilidad de acceso a la lectura. Desde el punto de vista de la educación en cárceles
se busca que el sistema no sea discriminatorio, ni de género ni de otras formas y
pensado para el sujeto singular como “persona privada de su libertad”. Que la enseñanza
sea financiada por el Estado y que haya infraestructura y docentes formados para esa
tarea y que los contenidos sean los apropiados y consecuentes con la educación en
Derechos Humanos. Pero, los obstáculos para que estas características se puedan
sostener son gigantescos y de base no sólo carcelaria, sino también social, como lo es la
desvalorización de la idea de reeducación y reinserción de los presos cuando priva la
idea de que la cárcel es para castigo. * *
No obstante cabe mencionar, sólo como algunos ejemplos, el trabajo de educación
universitaria de la UBA en Devoto. El de la UNSAM, Dto. de Humanidades en la
Unidad 48 del penal de José León Suárez y en lo concerniente a Lectura y Teatro el
trabajo en la Unidad de Florencio Varela realizado por la Fac de Humanidades de La
Plata con la denominación El Toldo de Astier***
4 - Las Bibliotecas en las cárceles
Por ley las cárceles deben tener una Biblioteca con colecciones permitidas según las
normas (tema tan complejo, como interesante en cuanto a los criterios de selección que
no privilegian precisamente la literatura ficcional, por lo menos en nuestro país ) y las
normativas para la labor de los bibliotecarios que cumplen su función en ellas. Deben
tener una Sala de acceso, reglamento para retirar y devolver libros y horarios para esa
actividad, regulados, entre otras por la I.F.L.A (Federación Internacional de
Asociaciones Bibliotecarias) Pero... la literatura sabe abrirse camino a través de muchos
otros emprendimientos, como el de María Heguiz, luchadora incansable por la
narración con Lectura narrada o leída para jóvenes que es un importante paliativo en la
cárcel fundamentalmente para los jóvenes no alfabetizados y un estímulo fuerte para los
que puedan leer por sí mismos.*
Aunque en la Constitución está garantizado el acceso sin límites a la lectura para los
presos, en la realidad carcelaria las trabas son enormes y siempre está por delante el
orden y la seguridad, así como la distribución de los espacios carcelarios y los
presupuestos, aunque la biblioteca, que también puede ser ambulante y lo es en muchos
casos, no viole esas normas. Incluso si no hay forma de contar con un espacio y libros
para la biblioteca en la unidad carcelaria está garantizado desde las Bibliotecas Públicas
la obligación por ley de proveer las colecciones como se hace en muchos otros países
del mundo. Una curiosidad que es mucho más que una curiosidad es que en Éxeter,
Capital de Devon, famosísima prisión de máxima seguridad del Reino Unido, la
colección de los libros elegidos para lo presos está formada en un 75 % por libros de
ficción y un 25 % de divulgación.* Un dato que más allá del tema que estamos tratando,
nos habla del lugar de la literatura en el panorama sociocultural de ese país.
5-El confinamiento solitario o, Lectura y Soledad, como denominé a la ponencia,
hace referencia a una situación extrema de aislamiento del preso donde su identidad
se desmorona por la falta de comunicación y no uso del lenguaje durante las 24 horas
del día por meses y años, cuando no, por el resto de sus vidas.
Un libro de Sharon Shalev, del Centro de Criminología de la Univ. de Oxford,
traducido como Libro de referencia sobre aislamiento solitario es el que me estimuló ,
particularmente, en este tema porque es el primero que reúne en forma seria y ordenada
la información más importante sobre el confinamiento solitario. En el libro se refiere
especialmente al sistema de confinamiento en las cárceles de máxima seguridad o
Supermax, que todavía existen en USA, Canadá y algunos países de Europa. Cárceles
declaradas ilegales por cometer delito de tortura por la CIDH ( Comisión Internacional
de Derechos Humanos ) , la OEA ( Organización de Estados Americanos), el C.A.T
((Comité contra la tortura de Naciones Unidas), así como las más importantes
Instituciones Mundiales vinculadas a la Salud. Todas estas instituciones consideran
como tortura la normativa aplicada en esas cárceles, que son una amenaza para la salud
física y psíquica de los prisioneros ya que ese tipo de aislamiento como castigo conduce
a los prisioneros irremediablemente a graves desórdenes psiquiátricos y finalmente a la
locura,
A partir de esa información, es que me pareció importante saber acerca de esta
práctica de aislamiento en nuestro entorno donde si bien está prohibido por ley y no “
existe” legalmente en calidad de aislamiento solitario se sigue usando como castigo,
que es lo que fue prohibido, precisamente. Se practica bajo otras denominaciones como
“ seguridad reforzada” o “ separación del área de convivencia”, del mismo modo que
en Europa se habla de “seguridad especial” o de “ aislar el riesgo” como en
Guantánamo. Entonces, si bien, en nuestro país no existen estas cárceles con estructura
de panóptico con alta tecnología, a las que estudió particularmente Michel Foucault, sí
existen los llamados “ buzones” de 1m. por 1,50 m. donde se aíslan por mala conducta,
tanto presos que están en una cárcel por primera vez, como no procesados o los de
máxima peligrosidad. Más allá del no cumplimiento de la ley, y de la realidad tan
compleja y dura de las cárceles, que no está a nuestro alcance, sí entiendo que se puede
trabajar la Promoción de la Lectura Literaria como un paliativo que medie en la falta de
contacto humano de estas personas y dentro del derecho que se les otorgan actividades
recreativas y de lectura y que no se cumplen, ni siquiera con ese fin.
Pensar en esta posibilidad nos involucra en una concepción de la lectura que no se
basa en la distracción y el entretenimiento del lector, sino en suplantar , de algún
modo, la ausencia de vínculos humanos. La lectura literaria, vista desde el lector de
carne y hueso y también con un criterio terapéutico, permite que el lector construya
vínculos humanizados con los personajes de ficción a partir de la empatía , que es
mucho más que una pura y casual identificación. Empatía por la cual el lector también
toma partido en situaciones y conflictos que podrían acercarlo a la comparación y
elaboración de los suyos propios. Leer literatura en situación de aislamiento puede ser
una forma de sostener o reinventar la identidad. El discurso literario al poner el
acento en lo expresivo tiene una llegada emocional y de evocación de las experiencias
propias del sujeto, que, mayoritariamente, no tienen otros discursos. No es lo mismo
estudiar derecho en las cárceles que leer novela o poesía, como de hecho se hace en
algunas. La literatura permite que con el ejercicio de la emoción y la imaginación se
pongan en movimiento sentimientos y pensamientos así como otras funciones
cerebrales vinculadas al aspecto racional. pero siempre movilizadas a partir de lo
emocional.
Creo que leer en una celda es un derecho humano y constitucional que nadie
puede prohibir porque tal vez es el único o uno de los únicos derechos que los
prisioneros pueden ejercer por sí mismos y sin riesgo de los otros.
Valga como ejemplo para alimentar la esperanza de lo que puede parecer imposible,
o acaso, inútil, el de la cárcel de Florencio Varela, donde un recluso de máxima
peligrosidad con sentencia firme de perpetua transformó su celda en una biblioteca y
lleva ejerciendo el cargo de bibliotecario, para ese pabellón de máxima seguridad
desde hace años, tarea que luego se incrementó con talleres de escritura y la edición de
una revista. Lecturas con las que se logró en ese penal, según testimonios de presos y
directivos, la disminución de la violencia y la muerte entre los presos de ese pabellón,
al 0% .*
NOTAS :
1 - La lectura en Campos de Concentración
* Manguel, Alberto, (2010) La pequeña biblioteca de Auschwitz: lectura en las barracas. En Biblioteca
Utopía, fragmento de La Biblioteca de noche, traducción de Claudia Martínez.
Disponible en : Biblioteca Utopía /23 de febrero de 2010/ Biblioteca.
www.centrocultural.coop/.../2010/02/23/la-pequena-bilioteca- de-ausch...
2 - Lectura en Campos de refugiados
*POR DPA - 02/06/2009 - 12:08. Premian a instituto infantil palestino por su fomento a la lectura en la
Franja de Gaza
DISPONIBLE EN: latercera.com Premian a instituto infantil palestino por su fomento a la lectura en la
Franja de Gaza | ARTES.
3 - La educación y la lectura en cárceles
* Scarfó, F.y Zapata,N, ( 2013). Una aproximación a la realidad argentina
Disponible en: www.cmv-educare.com/.../ obstaculos-en-la-realizacion-del-derecho-a-la-...
** Ibid
*** Cepeda, A.(2013) Desde las sombras. Una experiencia de teatro y literatura en contextos de
encierro. El Toldo de Astier,4(6),47-55. En Memoria Académica.
Disponible en: http//www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5607/pr.5607.pdf
4 - Las bibliotecas en las cárceles
*Heguiz, María- Proyecto de Argentina Narrada, (2012 )El Nogués, Premio Vivalectura
Disponible en: www.premiovivalectura.org.ar/docs/12pHeguiz.pdf
**Calvo, Blanca ( 2009) Sendas de libertad.
Disponible en: gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/113435/.../EB09_N085_P57-60.pdf
5- El confinamiento solitario
Drovetto, J, (sin fecha ) En la cárcel: presos de cuerpo, libres de mente
Disponible en: www.conexionbrando.com/1812586-en-la-carcel-presos-de-cuerpo-libres...
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Winnicott , D., Realidad y juego, Granica, Buenos Aires, 1972
Wolf, M., Cómo aprendemos a leer, Ediciones B, Argentina, 2008
Datos personales:
Autora: Bettina Caron
Correo electrónico: [email protected]
Reseña:
Bettina Caron, es Profesora (1969) y Licenciada en Letras (1992) egresada de la Fac.
Filosofía y Letras de la UBA como Especialista en Promoción de la Lectura. Fundó y
dirigió el Jardín de la Escuela Del Sol, donde realizó la experiencia de Niños
Promotores de Lectura, editada luego por Novedades Educativas, 2002 (Programa
aplicado y difundido por Bibliotecas Populares). Publicó cuentos para niños pequeños
en Quirquincho y Colihue. Investigó temas de Lectura con Mabel Rosetti, Elsa Zuloaga,
Mabel Condemarín y Lidia Blanco. Ha trabajado siempre en Capacitación docente en
Argentina y el exterior y como docente en todos los niveles de enseñanza. Ejerció como
Vicerrectora titular del ILSE, hasta 2008, en que se jubiló, cumplidos 47 años de
docencia, para dedicarse a la investigación y la escritura. Más recientemente publicó
Posmodernidad y lectura, Libros del Zorzal, 2012 y está en proceso de edición para
2016 un ensayo sobre lectura literaria, subjetividad y neurociencias, fundamento teórico
sobre el cual se basa su proyecto actual: Lectura literaria en situación de aislamiento,
en cárceles.

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