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Índice
Introducción
I - Ramana mi Maestro
II - Felicidad: el estado natural de ser
III - El arte de disipar la ilusión
IV - El mundo
V - Erudicción: apenas un reflejo de la mente
VI - El ego profanador
VII - La mente opresora
VIII - La muerte aparente
IX – Renuncias
X – El Ser que somos
XI - Sólo el Maestro puede conducir para la autoconcientización
XII - El Mapa Astrológico de Ramana
XIII - Meditación lniciática
XIV - Concientización de la Verdad Absoluta
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Introducción
Bhagavan Sri Ramana es reconocido como un Gran Maestro por todos los que tuvieron
contacto con él, tanto directamente como a través de sus enseñanzas. No hay, en torno de él,
discordancias en relación a su autenticidad. La benevolencia que emana de su rostro enternece
a todos. Entretanto, tal dulzura contrasta con la manera incisiva de enseñar: no hay termino
medio, no hay como desviarse del camino directo.
Las enseñanzas de Sri Ramana eran transmitidas diariamente en el Ashram donde vivía,
y fueron anotadas por muchas personas. Posteriormente esas enseñanzas fueron reunidas y
divulgadas en forma de diálogos. En la obra "RAMANA MI MAESTRO" las enseñanzas son
presentadas de una nueva manera: fueron agrupadas en capítulos, girando cada uno de ellos en
torno de un tema central. Los diálogos se mantuvieron, pero se desarrollaron en situaciones
reales, penetrados de vida, profundos, universales, y al mismo tiempo, matizados por el color
local del Ashram. El autor, Sri Maha Krishna Swami, que vivió durante algunos años en el
Ashram, recrea en colores vivos el escenario donde se desenvolvió uno de los más bellos
espectáculos de todos los tiempos, tan majestuoso y tan simple: la sabiduría, encarnada en
forma humana, transmitiendo las más profundas enseñanzas, de la manera más sencilla y
natural.
Somos conducidos para el local y nos sentimos, al principio, espectadores de la acción,
mas las palabras del Sat Guru nos envuelven irresistiblemente, y pasamos de espectadores a
participantes: es a cada uno de nosotros que el Maestro habla; es nuestra comprensión que él
despierta; es nuestra sensibilidad que es tocada; es nuestro entendimiento lógico,
occidentalizado, que él desafía, y más que eso, transforma en nada, antes de que podamos
formular un argumento para contestar, ¿y cómo contestar? La sabiduría de Sri Ramana es
incuestionable, por ser la expresión de la vida, de la verdad de ser. Su sabiduría no está presa
a las palabras; ella toca la esencia de cada uno: es la fuerza del silencio, la Upadesa Sharanam
que irradia de Bhagavan Sri Ramana para todos y va impregnando cada persona que se abre
para sus enseñanzas. RAMANA MI MAESTRO se toma una obra dirigida a cada uno, en particular.
Cuando decimos "mi Maestro", nos olvidamos de que es Sri Maha Krishna Swami quien lo dice.
Ramana es el Maestro de cada uno de nosotros. Sólo podemos concordar con el autor: Ramana
es mi Maestro. Somos dulcemente embalados por las enseñanzas que son, cada una de ellas,
completas, perfectas. Tenemos la impresión de que nada mas hay para decir, nada mas puede
ser acrecentado. Es, entonces, que Sri Maha Krishna Swami interviene, conduciéndonos a un
nuevo compartimiento de la Verdad Absoluta. Vemos desfilar delante de nosotros las más
variadas faces de la enseñanza fundamental de Sri Ramana: "Somos el Ser".
Ramana, al mismo tiempo que aniquila los valores tan caros a los hombres, extirpándoles
el ego, quitándoles el suelo donde se apoyan, es el bálsamo y el consuelo para ese mismo dolor.
Todavía, ni es dolor, porque él muestra que hasta mismo el dolor es irreal, no pasa de una
ilusión. Los hombres colocaron en su verdadera esencia diversas máscaras, y éstas se pegaron
en su carne. La retirada de ellas les dilacera el propio rostro: tal dolor les resulta insoportable,
y ellos prefieren permanecer presos ala máscara. Sri Ramana les saca también el dolor que es,
igualmente, una mascara. Ser absoluto, integro, real, es sencillamente ser natural.
El hombre es como un ave de alas poderosas, destinada al vuelo libre, mas que se cree un
reptil preso al suelo. Bhagavan Sri Ramana deshace la ilusión, haciéndonos levantar vuelo
majestuoso, donde nuestra visión se toma amplia, y podemos contemplar la unidad dejando
para siempre la ilusión de un mundo dual, donde nos arrastramos en el polvo de valores
mezquinos y falsos. Contemplamos la unidad, libres, concientes de nuestra propia naturaleza.
Volar no es doloroso. Levantar el vuelo no lo es, dejar la falsa piel de reptil no lo es.
En este libro no tenemos siquiera al Maestro Ramana para admirarlo, pero sí la
experiencia viva de quien estuvo con él, vivificó en sí mismo las enseñanzas y es por eso capaz
de transmitirlas de manera de tocarnos profundamente. Sri Ramana dejó de ser apenas un
admirable Maestro de la India, que conmovió a todos los que estuvieron en Arunachala, delante
de su figura impar: se tornó vivo, dinámico, actual. Salió de los cuadros que adornan los altares
de los templos para dentro de nuestra existencia. Fue traído al Occidente por su propia voluntad,
que es la voluntad del Ser Supremo - pues Ramana y el Ser son la misma e indisoluble unidad cuando ordeno a Sri Maha Krishna Swami que hiciese, en el Occidente, la Gran Unión entre los
hombres, que tomase conocida y accesible a todos la verdad de ser. Fue por voluntad de
Ramana que Sri Maha Krishna Swami se instalo en el Brasil, la tierra apuntada por el Sat Guru
como el lugar donde serían guardadas las sagradas enseñanzas de todos los Grandes Maestros
y, mejor que guardadas, serian vivificadas, tomadas accesibles a todos que a ellas quisiesen
llegar, a todos los que se dispuciesen a librarse de los ilusorios y densos velos enredados por el
falso conocimiento y sumergir en un océano de paz, en la misma paz que irradia constantemente
Sri Ramana.
Él está entre nosotros. Es aquí, en las Tierras de la Cruz del Sur, que se siente la plenitud
de su fuerza. Esa afirmación no es vana, no se trata de palabras sensacionalistas. Para
comprobar ese hecho, es sólo dejar que Sri Ramana impregne cada fibra del corazón espiritual,
y todo el peso del mundo moderno, que las personas sienten tan caótico, deja de perturbar. Sri
Ramana nos enseña a vivir, porque la vida es algo de lo que nos olvidamos, tan envueltos que
estamos con la sobrevivencia.
¿Por qué el Brasil? ¿Por qué no el Brasil? No hay justificativas, no hay argumentos. Sólo
hay una Verdad a ser sentida: es aquí, es en Brasil, que está la plenitud de la fuerza del
Bienaventurado Bhagavan Sri Ramana, traída a través de su discípulo Sri Maha Krishna Swami.
GopiDevi
I
Ramana mi Maestro
Bhagavan Sri Ramana Maharshi fue el Maestro que reveló de forma clara y definitiva la
más pura esencia de ser. Sus enseñanzas, simples e incontestables, muestran la sabiduría
milenaria de los Maestros de Oriente. Sin embargo, Ramana no puede ser rotulado como uno
mas de los Maestros de Oriente, limitado a un tiempo y a un espacio: final del siglo XIX hasta la
mitad del siglo XX, India. Sus enseñanzas están mas allá del tiempo y de las palabras.
Sri Ramana, desde muy joven, fue reconocido como un gran Avatar por todos los sabios
y por las personas que lo visitaban. En la India, por las características del pueblo, hay una mayor
facilidad para reconocer un Maestro, un ser iluminado. En Occidente, debido al gran interés por
los bienes materiales, los Maestros eran vistos solamente como figuras singulares, interesantes
para conocerlas en un viaje turístico y para pertenecer a un álbum de fotografías olvidado. Sin
embargo, con Sri Ramana ocurrió un hecho diferente: su presencia impresionaba
profundamente a quien a él se aproximaba para escuchar sus enseñanzas, y todos sentían en él
una fuerza, o una paz, o una luz, en fin, algo maravilloso que trasciende las palabras. Su mirada
y su sonrisa cambiaron para siempre la historia de los hombres.
Sri Ramana enseño que no hay misterios para ser develados, no hay enigmas para ser
descifrados, no hay grados para ser alcanzados. Todo es simple y natural. Somos lo que somos.
Simplemente, somos el Ser. Las explicaciones complejas, los estudios misteriosos, las
dificultades casi invencibles para la autoconcientización, pueden ser definitivamente
abandonadas debido alas enseñanzas de Bhagavan Sri Ramana. El camino del autoconocimiento
que él enseñó no es nuevo, por ser la revelación de aquello que siempre fuimos. Su claridad y
simplicidad son sorprendentes. Si todo es tan simple y claro, ¿cómo puede haber tantos
equívocos, durante tanto tiempo, en el conocimiento de la Verdad?
Bhagavan Sri Ramana, el sabio de los sabios, vivía en constante unión con el Ser
Supremo. Cuando daba sus enseñanzas, lo hacia afirmando con mucha simplicidad. No habiá
dudas sobre el camino de la autoconcientización por el enseñado. No existía problema con
relación a la revelación de la Verdad, pues ¿quién revelaba a quien, en un estado mucho más allá
de la forma? Toda enseñanza del Maestro Ramana es una manifestación divina. Recuerdo que
una vez, uno de nosotros preguntó si él sabia todo sobre la manifestación, y Bhagavan Sri
Ramana respondió sonriendo: "Yo no sé nada, apenas siento".
Bhagavan Sri Ramana se volvió bastante conocido en Occidente en las Ultimas décadas,
después del interés que surgió por el Oriente, cuando los valores occidentales comenzaron a ser
refutados. A partir de la década del sesenta, ese interés se intensifico y el milenario
conocimiento de los Maestros paso a ser estudiado por personas de las mas diferentes
categorías. Ese conocimiento vino, sin embargo, revestido de ropa extravagante y misteriosa,
inaccesible ala mayoría de las personas. Muchos de los que adhirieron al pensamiento oriental
intentaron crear en tomo de sí un ambiente que imitaba las costumbres, la alimentación y las
vestimentas del Oriente. En la mayoría de los casos, esas personas terminaron desistiendo de su
búsqueda, juzgándola imposible o ilusoria. Lo que ocurrió, sin embargo, fue que el Oriente fue
imitado en su apariencia exterior. La esencia de los sagrados conocimientos, de la sabiduría de
los Grandes Maestros, fue apenas levemente alcanzada, superficialmente aprendida, y aun en
forma imperfecta y llena de equívocos. ¿Cómo puede el conocimiento absoluto ser limitado a
determinados ambientes, a condiciones externas, a costumbres especificas de algunos pueblos?
Lo Absoluto, por su propia naturaleza, es omnipresente, sobrevolando las costumbres. Sólo es
necesario concientizarse de él, sentirlo.
Con el advenimiento de ese nuevo interés, muchos se presentaron como Maestros. Todo
es una cuestión de oferta y demanda, siempre existieron los intermediarios, aquellos que se
aprovechan de la oportunidad para ofrecer mercaderías exóticas, generalmente falsas. Muchos
lideres fundaron nuevas religiones, sectas, y propusieron una infinidad de caminos filosóficos.
Establecieron nuevos patrones de comportamiento, nuevos caminos para los que deseaban
seguir las enseñanzas de los grandes Maestros. Sin embargo, esos caminos creados sólo
apartaron cada vez mas a las personas del verdadero objetivo espiritual, porque estaban
revestidos de símbolos y parábolas extrañas, que tienen significación solamente externa y en
nada ayudaron en el proceso de autoconcientización. La Verdad Suprema fue omitida
justamente porque tales lideres la desconocieron, a nivel de vivencia. Revistieron de formas
confusas las enseñanzas simples, promoviendo cada vez mas la confusión en esa área.
La afirmación constante de que somos el Ser y la plenitud de las enseñanzas de todos los
Grandes Maestros no nos da la oportunidad de errar. Estar con el sabio Bhagavan Sri Ramana
:: que somos. Esa es la gran
es estar en el Ser. Con su orientación, podemos percibir aquello
.
fuerza del camino directo que ese gran Avatar nos trajo. Nos mostró
. todo lo que somos y lo que
no somos. En ningún otro camino se puede notar tan clara y coherentemente lo que se es y lo
que no se es. El camino directo enseñado por Sri Ramana es supremo. El vino para finalizar este
ciclo e iniciar otro. Para quien quiere liberarse de toda la ignorancia del no ser y tornarse
conciente del Ser absoluto ese es un camino completo. No hay otro más directo, más simple. Es
así que Bhagavan Sri Ramana y todos los otros Grandes Maestros indican, abriendo esa puerta
para que los hombres retomen al estado natural de ser.
Cuando alguien nos llama y pregunta por nosotros, todos tendemos a decir "yo", y al decir
"yo", automáticamente apuntamos para el pecho. Eso es una forma espontánea, natural, de
apuntar donde se refleja la conciencia de ser. Por eso, Sri Ramana aconseja sentir el lado
derecho del pecho, pero sin definiciones, sin pensar, sin analizar. En eso consiste toda la técnica
de autoconocimiento indicada por él. Como siempre ocurre, las cosas más importantes son las
más simples. Lo difícil es volver practicas las enseñanzas. Y es difícil porque el hombre es
complicado. No es que la Verdad sea complicada, confusa o demasiado abstracta para
percibirse, sino porque la mente pensante en cada hombre, es la que lo induce a imaginar así y
a esclavizarse por la manifestación temporaria. A muchos puede parecerles extraño que
solamente con esa técnica, en cierto modo simple, sea posible encontrar la solución para los
problemas fundamentales existentes en el planeta.
Bhagavan Sri Ramana enseña que solo nos debe importar procurar nuestra real identidad,
la divina, pues somos divinos en esencia. El hombre se ignora como siendo el Ser Supremo y
confunde su naturaleza divina con el ego profano, con la mente pensante. Cuando alguien dice
''yo'', ¿ qué es lo que quiere decir? ¿Quién es realmente ese "yo"? ¿De dónde surge? Si el hombre
desea conocer la Verdad Absoluta, primero deberá adquirir el conocimiento básico de sí mismo,
o sea, de ese "yo" al que se refiere constantemente.
Para el conocimiento de sí mismo es suficiente que el hombre se proponga identificarse,
de modo incesante, con la Verdad Suprema, y que al hacer eso, sienta el lado derecho del pecho,
pues es en esa región que el Ser Absoluto se refleja. Esa técnica simple es el primer paso en
dirección ala autoconcientización, aunque tal posibilidad depende totalmente de la gracia de
encontrar un Maestro y recibir de él la sagrada iniciación. Tuve la felicidad de pasar por esa
experiencia. Conviví con mi Maestro, Bhagavan Sri Ramana, de quien asimile toda la técnica de
autoconcientización. .
BHAGAVAN SRI RAMANA
Bhagavan Sri Ramana nació en el Sur de la India, en el año de 1879, en una aldea llamada
Tiruchuzhi, y recibió el nombre de Venkataraman. A los catorce años de edad se preparaba para
entrar en la universidad de Madras. Hasta entonces, nadie podría sospechar que allí estaba
aquel que más tarde iría a convertirse en el sabio de los propios sabios. Él era un muchacho lleno
de salud, amaba los deportes y los ejercicios físicos. La única característica destacable con
respecto a sus estudios, era una sorprendente memoria que le permitía un aprovechamiento
brillante, que le hacia repetir de memoria la lección oída solo una vez. Sin embargo, Ramana
sentía que aquellos estudios no ternían para el ninguna utilidad. Quería otro tipo de sabiduría,
pues la sabiduría del mundo material no podía volverlo conciente de la verdad de ser ni darle el
poder de vencer la ignorancia espiritual.
La única obra espiritual que impresionó a Ramana fue el relato de la existencia del gran
Maestro Kabir y sus descripciones de la vida de los sesenta y tres santos del culto de Shiva. Con
ese libro se establecía en Ramana la plena felicidad por percibir que lo divino podía manifestarse
en la Tierra. Fue impregnado de una autoseguridad y fervor divino tan intensos, que sintió
inspirarse en ella búsqueda del Ser Supremo. Resonaba en su interior la palabra "Arunachala",
que es el nombre de una montaña sagrada, en un lugar llamado Tiruvannamalai. Él sentía que
allí podría encontrarse el local adecuado para dedicarse con exclusividad a la meditación, para
concientizarse de la Verdad Suprema.
Algún tiempo después, tuvo una experiencia extraordinaria. Estaba en su cuarto cuando,
súbitamente, sintió que se integraba en el universo. Su reacción fue totalmente indiferente
delante de ese sentir. No pidió auxilio a nadie, apenas se acostó en el piso de madera
observándose a sí mismo: el cuerpo se había vuelto estático y, de cierta manera, rígido. El
preguntó: "¿Quién soy yo? Mi conciencia no es alcanzada absolutamente". Entonces comprendió
que era completamente independiente del cuerpo físico, de la mente pensante y de los sentidos.
Sentía apenas el pulsar cósmico y concluyó: "Soy Conciencia". Ramana tuvo también la
sensación de que su cuerpo estaba quemando. Se acordó de las enseñanzas de Krishna: "Las
llamas del fuego pueden quemarmi cuerpo, mas no pueden quemarmi existencia." En ese
mismo momento, sintióla presencia de Sri Krishna en todo su esplendor diciéndole: "Usted no es
el cuerpo, ni la mente pensante. Usted no nace, ni muere. Usted es eterno y presente. Usted es
inmortal. La destrucción del cuerpo no es su destrucción. Las armas no pueden cortarlo, las
llamas del fuego no pueden quemarlo, el viento no puede secarlo, el agua no puede mojarlo y la
muerte no puede matarlo".
Poco después de eso, Ramana abandonó su lar sin indicar su destino. Dejó apenas un
billete a su familia pidiendo que no se preocupasen en buscarlo, pues su propósito era honesto.
Llevó consigo sólo el dinero suficiente para el pasaje con destino a Tiruvannamalai.
Permaneció en esa región toda su vida. Primero se instaló en varias cavernas y templos.
Estuvo algunos años en una gruta, en Arunachala, llamada Virupaksha, donde permanecía
inconciente de su cuerpo, en profunda meditación. Aún después de haber aniquilado la mente
pensante, el ego y los sentidos y estar en plenitud de conocimiento y conciente del Ser Supremo,
Sri Ramana continuó viviendo en la gruta. Como llegaron muchos discípulos, se mudó entonces,
definitivamente, para un Ashram que fue construido al pie de Arunachala. A ese local llegaban
personas de todas partes del mundo para aprender con él.
A pesar de Arunachala ser vista materialmente como una masa de rocas, su nombre
refleja la fuerza del Ser Supremo y ayuda a aquellos que se dedican ala concientización
espiritual. Eso porque la simple repetición de la palabra Arunachala neutraliza la mente
pensante, dando paz a aquellos que se vuelven para ella.
En la época en que Bhagavan Sri Ramana moraba en Tituvannamalai, la montaña
Arunachala era considerada uno de los más sagrados locales de la India. Su paisaje tiene
conformación agreste y llega a recordar el cerrado brasileño. Por todas partes se ven grandes
piedras, separadas del cuerpo principal de la montaña, espinos y matas de cactus, campos
resecados por el Sol. AI mismo tiempo, hay árboles frondosos a lo largo de los caminos, y
alrededor de los pozos de agua crecen campos de un verde muy vivo. Aunque no sea un monte
muy alto, domina todo el paisaje.
Sri Ramana no tuvo Maestro, pues era Maestro de sí mismo. Él vivía en la más absoluta
identificación con todo y con todos los seres existentes. El pueblo lo adoraba como alguien
inspirado por el divino y lo aclamaba como Bhagavan Bhagavan (el iluminado esta entre
nosotros), mas él repelía cualquier manifestación de ese tipo. Un grupo de discípulos comenzó a
formarse a su alrededor. Encaraban al Maestro com una fe muy simple y volvíanse hacia él
cuando surgían grandes dificultades o cuando sus pedidos eran atendidos. Grandes dificultades
y enfermedades desaparecían. Y él siempre decía: ''Tan luego se devociona al Ser Supremo, la
divina actividad automáticamente comienza a actuar". Bhagavan Sri Ramana jamás hizo
demostraciones de poderes, ni siquiera tenia interés por ellos. Siempre enseñó que tales
poderes no son nada además de fútiles y nocivas distracciones en el camino directo de la
autoconcientización.
Un día llegó hasta él un gran sabio, Ganapati Mouni, que hizo preguntas al joven Ramana
y recibió respuestas cuya sabiduría lo asombró inmensamente. Continuó a hacer preguntas
referentes a los problemas filosóficos, religiosos y sobre la concientización de la Verdad
Suprema. Se arrodilló delante del joven Maestro, pidiendo ser aceptado como discípulo.
Vivía en las redondezas del Ashram otro sabio llamado Seshadri Swami, muy reconocido
y respetado por todos. Considerado un profundo conocedor de las escrituras, dominaba varias
lenguas y era constantemente buscado por aquellos que deseaban esclarecer las cuestiones mas
intrincadas referentes a las enseñanzas dejadas por los Grandes Maestros. Escuchando sobre
Ramana, deseó conocerlo. En el encuentro de los dos seres con tanta fama, todos esperaban
escuchar largas discusiones sobre el contenido de las escrituras, largas explicaciones a respecto
de las sagradas enseñanzas espirituales. Entretanto, Seshadri Swami llegó hasta Sri Ramana y,
curvándose, pregunto si podría servir al Maestro cuidando de la puerta del Ashram.
Bhagavan Sri Ramana abrió para la humanidad el eterno camino de la Verdad Suprema de
forma nueva, conveniente a las condiciones de nuestra época. Ese camino directo tiene por
objetivo esencial ayudar a todos aquellos que quieren vencer la poderosa ilusión del ego profane
y de la mente pensante, de manera de permanecer en el estado natural del Divino Ser. AI pautar
el camino de la autoconcientización, Sri Ramana creo, efectivamente, la solución para todos los
que buscan el autoconocimiento. Hasta entonces, el acceso ala sabiduría de los Maestros era
exclusivo de los reclusos del silencio. Ramana mostró un camino posible de ser trillado
libremente, conforme a las condiciones de la vida moderna.

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