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LUNA DE MIEL
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I
Isla Mauricio
El paraíso en la Tierra
“Un país cálido y azul, paraíso de perfumes y bendecido por el sol”. De esta forma tan bella describía
Charles Baudelaire la isla cuando la visitó por primera vez. Y es que Mauricio es todo eso y mucho
más: espectaculares paisajes, lujosos hoteles, mestizaje de culturas y una gente que sorprende al
turista con su hospitalidad nada más bajar del avión.
Texto: Mireia Martínez. Fotos: Félix Lorenzo.
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Artículo extraído de la revista Novias de Pasarela México, núm. 5
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Paradisíaca playa en Isla de los Ciervos.
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alificada por algunos como el paraíso en la Tierra,
Isla Mauricio sigue manteniendo hoy el encanto y
la belleza que cautivaran en su día a intelectuales
de todas las épocas. Un Mark Twain enamorado de la isla
habló de ella como “este espléndido nuevo mundo” tan
sólo conocerla, e incluso se atrevió a decir:”Dios creó primero Mauricio y después el cielo”. Como él, Charles Darwin,
Joseph Conrad y Charles Baudelaire se sintieron atraídos
por ella, y también Bernardin de Saint-Pierre, cuya obra de
1784 Pablo y Virginia, una historia de amor ambientada en
la isla, se convirtió en leyenda oficial.
Y es que Mauricio, posada en el océano Índico y a 900 km
al este de Madagascar, puede presumir de ser un auténtico
oasis tropical a la altura de los mejores destinos paradisíacos del planeta. Forma, junto con las islas Reunión y Rodrigues, el archipiélago de las Mascareñas y pese a su tamaño,
de tan sólo 1.865 km2, su orografía le permite contar con
parajes y climas de lo más variopinto. Desde las pequeñas
cadenas montañosas y cráteres hasta los cerca de 165 km
de costa protegida por los más bellos arrecifes de coral y la
meseta central, los paisajes que sorprenderán al visitante
son muy diferentes.
Por ello, cada vez más, Isla Mauricio conquista a todos
aquellos que llegan dispuestos a dejarse seducir por sus encantos. Otro de ellos es sin duda su gran mosaico de razas y
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culturas, fruto de un pasado histórico en el que fueron muchas las naciones y etnias que pasaron por sus tierras. Ya en
el siglo X los árabes conocieron su existencia, pero no quisieron ocuparla. En 1498 los navegantes portugueses la descubrieron, pero no fue hasta la llegada de los holandeses
cuando la isla fue bautizada como Mauricio, en honor a su
soberano Mauricio de Nassau. Ellos introdujeron el tabaco y
el azúcar, así como los primeros esclavos africanos. Más
tarde, con la llegada de los franceses la isla pasó a llamarse
Isla de Francia y llegaron los primeros colonos. Tras la guerra francobritánica, Inglaterra ocupó la isla en 1810, pero se
permitió a los francomauricianos conservar su lengua y religión, se liberó a los esclavos y se cubrió la necesidad de
mano de obra con trabajadores de China e India.
Así pues, asiáticos, africanos y europeos viven hoy en
completa armonía en la isla, que obtuvo la independencia en 1968 y se convirtió oficialmente en república en
1992. Un claro ejemplo de convivencia pacífica es que el
inglés -el idioma oficial- se mezcla con el francés o el
criollo, entre otras lenguas, como si fuera una gran Babel.
Y lo mismo ocurre con la religión: una mayoría hindú
convive con cristianos y musulmanes. Mauricio, en definitiva, ha sabido aprovechar y recoger lo mejor de cada
cultura para crear una nueva y más rica que se refleja,
por ejemplo, en su variada gastronomía.
1. Caudan Waterfront, en Port Louis.
2. El turquesa es el color de las
aguas que bañan Grand Baie.
3. Coloridos templos. (Foto: MM)
4. Niño hindú. (Foto: MM)
5. Puesto de pescado en la playa.
Artículo extraído de la revista Novias de Pasarela México, núm. 5
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Detalle de un templo (Foto: MM).
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Port Louis, la animada capital
La esencia más clara de este mestizaje del que venimos hablando se encuentra en Port Louis, la capital, puerto y centro comercial de la isla. Recorrer a pie sus céntricas calles,
su pagoda china, su mezquita y la catedral, así como adentrarse en su pintoresco mercado central, será sin duda un
camino de sorpresas. Puestos de fruta y verduras, carnes,
pescado, tés, especias y todo tipo de recuerdos permitirán al
visitante mostrar su destreza en el regateo. El pasado histórico de la ciudad se muestra en elegantes edificios como el
Teatro Municipal, el museo o algunas de sus casas coloniales, aunque sin duda uno de los complejos más singulares es
el de Waterfront Caudan, que incluye casino, cines, comercios y restaurantes en un agradable entorno junto al mar.
Pamplemousses, aromas y color
A 11 km al noreste de Port Louis, el jardín botánico de
Pamplemousses resulta de visita obligada. Caminar entre su
gran variedad de palmeras y dejarse llevar por el perfume
que emanan sus plantas aromáticas como la canela o el
jengibre llenará al visitante de paz y tranquilidad tras el
bullicio de la ciudad. En este recorrido, quedará maravillado por sus nenúfares gigantes, cuyas flores se abren de día
de color blanco y se cierran al caer la tarde de color rojo,
siendo uno de los principales atractivos de este parque.
Creado por el gobernador Mahé de La Bourdonnais durante
la colonización francesa como el huerto de su casa, este
jardín botánico es hoy uno de los más famosos del mundo.
Próximo a la zona, es posible visitar La aventura del azúcar,
una antigua fábrica convertida en museo de más de 5.000 m2,
y conocer así la importancia histórica de estas plantaciones
que hoy representan un 90% de los cultivos del país y el
25% de sus exportaciones.
Siguiendo la ruta hacia el norte, Grand Baie constituye un
bello paraje en la conocida Costa Azul mauriciana. Un lugar
que no deben perderse aquellos que buscan diversión y
practicar deportes acuáticos en las playas de su litoral.
Belle Mare, un sueño de aguas turquesa
Al otro lado de la isla, en la costa oriental, se esconde todo
aquello que buscan los que llegan a Mauricio con ganas de
pasar unos días de descanso en tranquilísimas playas de
arena blanca y aguas cristalinas de un intenso color azul
turquesa, como el que vislumbramos en nuestros mejores
sueños. Desde Belle Mare a Trou d’eau Douce se extienden
kilómetros y kilómetros de playas deliciosas como estas. Un
lugar idílico también para los que desean disfrutar de una
romántica y apacible luna de miel.
Además, una corta travesía en lancha o catamarán permitirá al
visitante disfrutar de una de las playas más bonitas de la zona
en la Isla de los Ciervos, una de las cerca de 20 que rodean
Mauricio. Magníficas playas con palmeras, cocoteros y la posibilidad de realizar snorkeling cerca de la barrera de coral son algunos de los alicientes para descubrir este auténtico oasis de relax.
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1. Lugareñas en el jardín botánico
de Pamplemousses.
2. Tierra de los Siete Colores, en
Chamarel.
3. Espectaculares playas en Belle Mare.
4. Vendedor de jugos.
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Isla Mauricio, posada en el océano Índico y a 900 km al este de Madagascar, puede presumir
de ser un auténtico oasis tropical a la altura de los mejores destinos paradisíacos del planeta.
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Mauriciana en su tienda de refrescos. (Foto: MM)
Cascadas de Chamarel. (Foto: MM)
Romántica suite del Mövenpick Resort & Spa Mauritius.
Curepipe, explosión natural
En la meseta central, a unos 549 metros sobre el nivel del
mar, Curepipe, que debe su nombre a cuando los franceses
limpiaban sus pipas después de comer (“cure-pipe”), merece
de nuevo un alto en el camino. Más que por ser la segunda
ciudad en importancia de la isla, centro de la industria del té
y las maquetas de barco, su principal punto de interés se encuentra al norte de esta población, donde otro de los volcanes apagados, el Trou aux Cerfs, sorprende por su fondo de
casi 90 metros de profundidad poblado de vegetación. Desde
este cráter convertido en lago, que antes servía de abrevadero a los venados que paseaban por allí, es posible obtener
una fantástica panorámica de la costa oeste de la isla.
sienten comunicados con la India y el sagrado río Ganges.
Observar los rezos de los fieles, sus coloridos templos y embriagarse del olor a incienso que allí se respira es la mejor
forma de acercarse y conocer la religión hindú que hoy
practica más del 50 % de la población de la isla.
A pocos kilómetros al este, la Plaine Champagne concentra la
mayor zona natural de la isla, desde la que parten la mayoría
de itinerarios senderistas. Siguiendo hacia el extremo oriental,
encontramos primero un mirador, para llegar después al monte Pitón, el punto más alto de Isla Mauricio, con 830 metros.
Grand Bassin, espacio sagrado
Todavía dentro de esta reserva, cerca de la costa oeste, llegamos a Chamarel, un pequeño pueblo en pleno corazón de la
montaña. Próximo a él, se encuentran las dunas petrificadas,
un extraordinario paisaje con tierras que se visten de múltiples colores y que van cambiando a lo largo del día en función de la posición del sol. La Tierra de los Siete Colores,
como se conoce a este lugar, resulta de los sedimentos que
han formado las cenizas volcánicas mezcladas con minerales. Su visita, junto con la famosa Cascada de Chamarel, con
una caída de 93 metros y rodeada de espesa vegetación, llevará al turista a descubrir los secretos de esta zona más
abrupta -pero no por ello menos bella- de la isla.
Al suroeste de Curepipe, el Parque Nacional de la Rivière
Noire sumerge al visitante en un paisaje de abundante y
frondosa vegetación y árboles tropicales, del que disfruta
gracias a su altitud y su clima templado y lluvioso. En este
enclave natural de gran riqueza se encuentra el Grand Bassin,
un pequeño lago que ocupa el cráter de un extinto volcán a
700 metros de altitud y lugar sagrado para los hindúes. Aquí
se concentra esta comunidad para realizar ofrendas de alimentos en honor a Shiva durante la celebración del Maha
Shivaratri. Así, a través de las aguas de este bello lugar, se
Club Lounge en el Mövenpick Resort & Spa Mauritius.
Chamarel, el secreto de la tierra
Maqueta de barco. (Foto: MM)
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Ofrendas en Grand Bassin. (Foto. MM)
Frutas.
Artículo extraído de la revista Novias de Pasarela México, núm. 5
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Isla Mauricio
Guía práctica
CÓMO LLEGAR
Lo mejor es llegar a una capital europea y desde
allí desplazarse a Mauricio. Air Mauritius ofrece
hasta tres vuelos diarios entre Europa y Mauricio. Consultar tarifas en www.airmauritius.es
CÓMO MOVERSE
La red de autobuses públicos de Mauricio ofrece
un servicio correcto para la mayor parte de desplazamientos a la isla.
Por su parte, Mauritours realiza servicios de
transporte privado y organiza excursiones terrestres y por mar para conocer todos los rincones de
la isla. Por ejemplo, organiza conexiones en barco a la Isla de los Ciervos o cruceros.
Además, ofrece paquetes turísticos a las próximas
islas de Reunión, Rodrigues o Madagascar. Más
información: www.mauritours.net
MONEDA
Rupia mauriciana (1 € = 44 rupias mauricianas
aproximadamente).
DIFERENCIA HORARIA
10 horas más que en México (nueve, en verano).
QUÉ COMER
Cosmopolita y plural, como la isla, la cocina
mauriciana fusiona diferentes estilos, como el
europeo o hindú, con su típico aderezo de especias. Todos los platos se presentan con arroz hervido y entre sus especialidades sobresalen la ensalada de palmito frito y, cómo no, el pescado y
marisco, de entre los que destacan las ostras, el
cangrejo o el marlín ahumado, entre otros. Su
variada fruta tropical y su café perfumado con
vainilla también resultan deliciosos.
PARA ENTRAR
DÓNDE COMER
Pasaporte en vigor y visa, que se tramita en la
embajada de Gran Bretaña.
Río Lerma No. 71,06500 México, D. F.
Tels.: 5207-2089 y 5242-8500
www.embajadabritanica.com.mx
Le Fangourin
En Beau Plan, próximo a Pamplemousses y a 15 minutos de Port-Louis. Tel. 243 06 60. Salón de té y restaurante con platos tradicionales y toques de cocina moderna en un entorno muy agradable.
CLIMA
QUÉ COMPRAR
Es variado en función de la orografía: meseta,
montaña y costa. Llueve más en el interior que
en la costa y la época de precipitaciones va de
enero a abril. La temporada calurosa y húmeda
va de noviembre a abril, con riesgo mínimo de
ciclones de diciembre a febrero. La época más
fresca va de mayo a octubre. La temperatura del
mar nunca baja de los 22ºC.
Son interesantes las maquetas de barcos, la ropa,
las especias asiáticas, el té, el azúcar y el ron, entre otros productos.
DÓNDE ALOJARSE
Mövenpick Resort & Spa Mauritius ****
En el corazón de la reserva de Bel Ombre, en la
costa sudoeste de la isla, este hotel recrea la at-
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mósfera de las tradicionales plantaciones de
azúcar de principios de siglo XVII. Rodeado de
exuberante vegetación, este resort de lujo dispone de un jardín de nueve hectáreas repleto de
cocoteros, bugambilias, flores y plantas acuáticas, que sumergirán al huésped en un auténtico
universo de paz y tranquilidad en contacto con
la naturaleza.
Este cuatro estrellas superior cuenta con 181 habitaciones muy espaciosas (a partir de 55 m2) y
con todo tipo de comodidades. Entre ellas, destacan dos Suites Senior (de 120 m2) y la Villa, el
escenario perfecto para una romántica luna de
miel con más de 275 m2.
El hotel dispone además de un Club Lounge con
servicios como acceso gratuito a Internet, piscina privada, bar y libre utilización del baño turco,
sauna, hidromasaje y asoleadero integrados en
un moderno y exclusivo Spa dedicado a la relajación y el cuidado del cuerpo con todo tipo de
tratamientos típicos de la isla. Asimismo, el resort cuenta con variadas instalaciones de ocio y
deportivas, así como un centro de buceo y actividades acuáticas que harán las delicias de los
apasionados del mar.
Su alto nivel de servicios se equipara a la categoría de su cocina, con una gran variedad gastronómica distribuida en tres restaurantes con personalidad propia: el principal, Pousada, ofrece cenas
temáticas; el Sirocco, ubicado en la playa, sirve
comidas ligeras, pescados y mariscos frescos,
mientras que el restaurante a la carta Colonial
House propone una cocina de sabores innovadores en un romántico entorno junto a la alberca.
Más información: www.moevenpick-mauritius.com