Pídeme lo que quieras y yo te lo daré

Transcripción

Pídeme lo que quieras y yo te lo daré
Índice
Portada
Dedicatoria
Capítulo1
Capítulo2
Capítulo3
Capítulo4
Capítulo5
Capítulo6
Capítulo7
Capítulo8
Capítulo9
Capítulo10
Capítulo11
Capítulo12
Capítulo13
Capítulo14
Capítulo15
Capítulo16
Capítulo17
Capítulo18
Capítulo19
Capítulo20
Capítulo21
Capítulo22
Capítulo23
Capítulo24
Capítulo25
Capítulo26
Capítulo27
Capítulo28
Capítulo29
Capítulo30
Capítulo31
Capítulo32
Capítulo33
Capítulo34
Capítulo35
Capítulo36
Capítulo37
Capítulo38
Capítulo39
Capítulo40
Capítulo41
Capítulo42
Capítulo43
Capítulo44
Capítulo45
Capítulo46
Capítulo47
Capítulo48
Capítulo49
Capítulo50
Capítulo51
Capítulo52
Capítulo53
Capítulo54
Capítulo55
Capítulo56
Capítulo57
Capítulo58
Capítulo59
Capítulo60
Capítulo61
Capítulo62
Capítulo63
Capítulo64
Capítulo65
Epílogo
Notas
Créditos
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ParaJud,Eric,MelyBjörn,porqueellosmehanhechoentenderquelascosasquemerecenlapenaen
lavidanuncasonsencillas.
YparalasGuerrerasMaxwell,porrecibirmesiempreconlosbrazosabiertos.
Milbesotes,
MEGAN
1
Calor...,¡madremía,quécalormeestáentrando!
EricZimmerman,miamor,mimarido,mideseo,mitodo,memirajuguetón.
Lagentenosrodeamientrastomamosunacopaenlabarradelatestadolocal.
Estamosfelices.Laúltimarevisióndelosojosdemiamor,trasregresardepasarlasNavidades
en Jerez con mi familia, ha ido viento en popa. Su problema en la vista es una enfermedad
degenerativaqueseagravaráconelpasodelosaños,perodemomentotodoestácontroladoybien.
—Portiyportuspreciososojos,corazón—digolevantandomicopa.
Mialemánsonríe,chocasucopaconlamíaymurmuraconvozronca,elmuyladrón:
—Portiyportusmaravillososjadeos.
Sonrío...,sonríe.
¡Adoroamimarido!
Llevamoscincoañosjuntosylapasiónquesentimoselunoporelotroesintensa,apesardeque
enlosúltimosmesesmigruñónfavoritoestédemasiadopendientedeMüller,suempresa.
En este instante, Eric está ansioso de mí. Lo sé. Lo conozco. Y, mientras pasea la vista por mis
piernas,veoelmorboensumirada.Esemorboquemeponeamilymehacedisfrutar.
Séloquequiere,loqueanhela,loquedesea,yyo,sindudarlo,sentadaeneltaburete,selodoy.
Noquieroesperarmás.Conungestoerótico,mesubolafaldademisensualvestidonegroyabrolas
piernasparaél.Paramiamor.
Ericsonríe.¡Meencantasusonrisapícara!Y,antesdequepregunte,susurro:
—Nollevo.
Su sonrisa se amplía al saber que no llevo bragas. ¡Qué bribón! Entonces, tras acercarse a mí,
paseasubocaporlamíaymurmuraponiéndomeacien:
—Meencantaquenolaslleves.
Segundosdespués,susmanosrecorrenmismuslosposesivamenteyconseguridad.Tiemblo.
Mirespiraciónseacelera,micuerposeenciendey,cuandosientocómoesasmanosqueadorose
desplazanhacialacarainternademispiernas,cierrolosojosyjadeo.
Eric sonríe..., yo sonrío y doy un pequeño saltito sobre el taburete cuando su dedo separa los
labiosdemivaginayseintroduceenmiinterior.
¡Oh,Dios,cómomegustaquelohaga!
Cierrolosojosextasiadaporelmomentoyeljuego.Esemorboso,calienteyapasionadojuego
que, ahora que somos padres, nos permitimos menos de lo que nos gustaría pero, cuando lo
hacemos,lodisfrutamosconfrenesí.
—Pequeña...
Pequeña...¡Mmm!Mefascinaquemellameasí.
—Pequeña,abrelosojosymírame—insisteconsuvozroncacuandosacaeldedodemiinterior.
Suvoz...Adorosuroncayfascinantevozconeseacentazoalemánquetiene,y,sinvacilar,hago
loquemepideylomiro.
EstamosenelSensations,unlocalswingerdeintercambiodeparejasquefrecuentamossiempre
quepodemosydondedejamosvolarnuestrafantasíayalimentamosnuestrosmáslujuriososdeseos.
Hemos quedado con Björn y Mel, nuestros grandes amigos. Unos amigos con los que
compartimos,ademásdeldíaadía,unapartedenuestramorbosaycalientesexualidad,aunqueentre
Melyyonuncahahabidonada,nilohabrá.
Ericsemiraelrelojyyolomirotambién.Lasdiezyveinte.
Veinteminutosderetrasoy,sindudarlo,miamorsacasumóvilconsuúnicamanolibre,puesla
otralatieneentremispiernas,haceunacortayrápidallamaday,cuandocuelga,dicemetiéndoseel
teléfonoenelbolsillodelpantalónoscuro:
—Novienen.
Nopreguntoelporqué,mástardemeenteraré.
Sólo deseo disfrutar del placer que me ocasiona lo que la mano de mi amor hace entre mis
piernas,ymáscuandoloveomirarhaciaungrupodehombresyséloquepiensa.Sonrío.
EnelSensationshaymuchosconocidosconlosquehemosdisfrutadodelsexo,perotambiénhay
desconocidos,loquelohacemásinteresante.Mefijoenunhombrealtodepelooscuroquetieneuna
bonitasonrisa,ysindudarlodigo:
—ElmorenodelacamisablancaqueestáconOlaf.
Ericloobservaduranteunossegundos,séqueloanalizay,finalmente,congestopícaro,pregunta
antesdecogersucopa:
—¿Élyyo?
Asiento mientras continúo sentada en el taburete. Me acaloro y, segundos después, el moreno,
que,todoseadicho,físicamenteestámuybien,seplantaanuestroladotrasunaseñadeEric.
Todoslosqueestamosallíentendemosellenguajedelasseñas,ydurantevariosminutoslostres
hablamos. Se llama Dennis y es amigo de Olaf. Y, aunque nosotros no lo hemos visto antes, nos
comentaquehaestadoenellocalenalgunaocasión.
UnavezqueEricyyodecidimosquenosagradalacompañíadeaquélparaqueentreennuestro
juego,miamorponelamanoenunodemismuslosyDennis,sindudarlo,posalasuyaenmirodilla.
Lamasajea.Soyconscientedecómomimaridoobservaloquehace,cuandolooigodecirentono
íntimo:
—Subocaessólomía.
Dennisasiente,yséquehallegadoelmomentoquelostresestábamosbuscando.
Sindudarlo,mebajodeltabureteyEricmeagarraconfuerzadelamanoymebesa.
Echamos a andar hacia los reservados, y los gemidos gozosos y excitantes procedentes del
interiorcomienzanallenarmisoídos.
Gemidosdeplacer,goce,gustazo,regocijo,éxtasis,felicidad,lujuria,diversión.
Todos los que estamos en el Sensations sabemos lo que queremos. Todos buscamos fantasía,
morbo,desenfreno.Todos.
Durante el camino, noto cómo la mano de Dennis se posa en mi trasero. Lo toca y yo se lo
permito y, al llegar frente a una puerta donde hay un cartel en que se lee SALA PLATA, los tres nos
miramosyasentimos.Sobranlaspalabras.
Eslasaladelosespejos.Unasalamásgrandequeotrasdellocal,convariascamasredondasy
sábanas plateadas donde, mires a donde mires, te ves a ti mismo en mil posiciones gracias a los
espejos.
Nosoynuevaenestopero,enelmomentodeentrarenunasala,micuerposeeriza,mivaginase
lubrica,yséquevoyadisfrutarunabarbaridad.
Unavezdentrodelahabitación,comprueboquelaluzesmástenuequeenelrestodellocal,y
vemosaotraspersonaspracticandosexo.Sexomorboso,calienteypecaminoso.Unaclasedesexo
quemuchagentenoentiende,peroqueyoveocomoalgonormal,porquelodisfrutoyesperoseguir
disfrutándolodurantemuchotiempoconmiamor.
Nadamáscerrarlapuerta,miramosalosdoshombresyalamujerquesediviertenalfondodela
habitación.Oírsusjadeosysuscuerposchocaryliberarsees,comopoco,excitante.Ericmeagarra
posesivamenteporlacinturaymurmuraenmioído:
—Enloquezcoalpensarenposeerteasí.
Ufff...,¡loquemeentra!
Llevamosjuntosvariosaños,peroelefectoZimmermansigueenmí.
¡Mevuelveloca!
Acaloradaporelmomento,sonrío.Sinsoltarmedelamano,Ericcaminahaciaunadelascamas
redondas,dondehayvariospreservativosy,alllegarjuntoaella,sesientaymemira.
YomequedodepieanteélcuandoDennis,queestádetrásdemí,seacercaymeagarraporla
cinturaparapegarmeasucuerpo.Suerección,atravésdelaropa,mehacesaberlomuchoqueme
desea.Susmanossepierdenenelinteriordemivestido.Metoca.Tocamispechos,mivagina,mi
trasero,yEricnoscontempla.Lamiradaveladademorbodemiamorporloquevemevuelveloca.
Entonces,oigoqueDennisdiceenmioídoconsuparticularacento:
—Megustaquenollevesbragas.
Apenas puedo dejar de mirar a Eric, que nos observa. Disfruta con lo que ve, tanto como yo
disfrutoconloquelasituaciónmehacesentir.
Nuestracompenetraciónsexualnoshaceestarbien.Quemetoqueesehombreoqueotramujerlo
toqueaélenesosencuentrossexualesnonosencelaporquesiemprelohacemosjuntos.Esosí,fuera
denuestrosjuegos,yeneldíaadía,loscelosantecualquieraquesimplementenosmireonossonría
noshacendiscutiracaloradamente.Somosraros,losé.PeroEricyyosomosasí.
Unavezharecorridoconlasciviamicuerpo,Dennissacalasmanosdedebajodemiropay,tras
desabrocharunfinocorcheteenellateraldemicintura,meabreelvestidoy,segundosdespués,éste
caeymequedocompletamentedesnuda.
Nibragas,nisujetador.Tengoclaroaloquevoyyloquequiero,¡olépormí!
Losojosdemiamorseachinandedeseo,yyosonrío.Lomiroysientocómosurespiraciónse
aceleraanteloquemuestrosinningúntipodepudor.Sinperderunsegundo,selevantadelacamay
comienzaadesnudarse.¡Bien!
Primerosequitalacamisa.
Madremía...,madremía...,cómomegustamimarido.
Conunasonrisitaquemecalientahastaelalma,sedescalza,despuéssedesabrochalospantalones
y,trasquitárselos,loscalzoncilloscaentambién.
AntemíquedamiDios,miamor,migilipollasparticular,ymeestremezcoalversuerección.
SiestuvieraenFacebook,pondríaun«Megusta»muy...muygrande.
NotoqueDennishacelomismoqueErichahechosegundosantes.Losientomoversedetrásde
míyséqueseestádesnudando.
¡Bien,estoydeseandoquemehagansuya!
Una vez los tres estamos desnudos, Dennis y Eric se colocan frente a mí, orgullosos de sus
cuerpos.Susgestoslodicentodoy,dandounpasoalfrente,mearrodilloanteellos,cojosusdurosy
tersospenesconlasmanosylospaseocondulzurapormimejilla.
Veocómoseestremecenanteloquehago,mientrasyopiensoqueenbrevesinstantesseránpara
mí,sóloparamí.
Segundos más tarde, siento la mano de Eric en mi cabeza y, después, la de Dennis. Ambos me
masajeanelcuerocabelludoanimándomeaquemimeloquetengoentrelasmanos.Poreso,primero
unoydespuésotro,introduzcosuspenesenmihúmedaycalientebocaydisfrutodelmorboqueesa
acciónmeprovoca.
Losnototemblar,tiritar,vibrarconloquemibocaymilengualeshacen,ymegusta.Mesiento
poderosa.
Séqueeneseinstantesoyyolaquetieneelpoder,yasíestamosvariosminutos,hastaquesuelto
susmásquedurospenes.Ericmehacelevantardelsueloparaquelomireysusurraexcitado:
—Dametuboca...,dámela.
Lapeticióndemiamoresloquemásdeseo.
Mibocaessuboca.Suya.
Subocaesmiboca.Mía.
Enelsexonosunimoshastasersólounapersona.Totalmenteentregadoamisdeseos,Ericchupa
mi labio superior, después el inferior y, tras darme un mordisquito que me hace sonreír, murmura
mientraslasmanosdeDennissepaseanportodomicuerpoyseintroducenentodoslosrecovecos:
—¿Tegusta,Jud?
Asiento.¿Cómonovoyaasentir?
De pronto, las manos de mi guapo marido y las de aquel extraño se unen y juntos me tocan
lentamentehastavolvermeloca.YentoncesoigoaEricdecir:
—Dennis,siéntateenlacamayofrécemeamimujer.
Elaludidohaceloquemiamorlepide.
MehacesentarsobreéldecaraaEric.Meflexionalaspiernasy,traspasarlasmanosbajomis
muslos,meabreparaEric,yentonceséstedicesindejardeobservarme:
—Despuésseréyoelqueteofrezcaaél.¿Deacuerdo,Jud?
Asiento...,asientoyasiento.
Enloquezcoconelmorboqueesomeocasiona.ConEricamilado,meencantaráserofrecidaa
quienélquiera.
Unestremecimientomerecorreelcuerpoalsentircómomiamorseacerca,flexionalaspiernas
paraponerseamialturay,deunfuerteempellón,mepenetra.
Yogritodeplacer.Elsexonosgustafuertecitoy,parafacilitarnoselmomento,Dennismesujeta
confirmezamientrasEricseaprietacontramíenbuscadeeseplacerextremoquenosenloquecey
noshaceserélyyo.
Mis pezones están duros, mis pechos se mueven a cada embestida de mi amor, y Dennis,
encantadoconloqueve,dicecosasenmioídoquemeponenamilyquedeseoquehaga.
Sindescanso,Ericprosigueconsusembestidas.Siete...,ocho...,doce...
Nuestrasmiradassefusionanyloanimoaquesiga,aquemeempale,aquemefollecomoséque
nosgusta,ylohace.Lodisfruta,lovive,losaborea,tantocomolohagoyo.
Peroelplacermevaahacerexplotar,mientrasobservoelautocontroldemiamor.
Apesardeestarposeídoporlaexcitacióndelmomento,Ericsiempremantieneelautocontrol.No
comoyo,quemedescontroloencuantolalujuriameposee.Porsuerteparamí,amboslosabemos,y
tambiénséqueaéllegustaqueenesosinstantesyosealoca,desinhibida,excesivaeinsensata.
Sinembargo,eneltiempoquellevamosjuntos—apesardetodoydemicarácterespañol,que
mehacesercompletamenteopuestaamialemán—,enciertomodoheaprendidoacontrolar,dentro
demidescontrol.Séqueesraroentenderloquedigo,peroesverdad.Amimodo,yacontrolo.
Eltiempopasa,misjadeossubenvariosdecibelios,yEric,enloquecido,meagarraporlacintura
y me arranca de manos de Dennis, por lo que quedo suspendida en el aire. No aparta su azulada
miradademí,ymemanejaasuantojosindejardeclavarseunayotravezenmiinterior.
¡Quéplacer!¡NadiesabeposeermecomoEric!
Comopuedo,meagarroasucuello,aeseduroyfuertecuelloalemánquemevuelveloca.
Uno...,dos...,siete...Todayovibro.
Ocho...,doce...,quince...Todayojadeo.
Veinte...,veintiséis...,treinta...Todayogritodeplacer.
Elcalorquelasembestidasdemiamormeproducenmequemalasentrañas.
Aloírmeyvermiexpresión,mimaridoenloquecededeleite.Losé.Lodisfruta.Lopongoacien.
Sólotengoqueversumiradaparasaberquelegustaloqueve,loquesiente,loquedayloque
recibe. Y cuando, segundos después, mi chorreosa vagina tiembla por su posesión, tengo
convulsionesy,trasungritodegoceincreíble,miamorsabequehellegadoalclímax.
Gustoso,separaaobservarme.Legustavermiplacery,cuandoconsigoregresaramicuerpo,
despuésdesubiralséptimocielo,lomiroconunasonrisaquemellenaelalma.
—¿Todobien,pequeña?—pregunta.
Asiento...,nopuedohablar,yEric,queesconscientedeello,dice:
—Adoro ver cómo te corres, pero ahora nos vamos a correr los tres, ¿de acuerdo, Jud? —
Asientodenuevo,sonrío,yEricmurmuramientrasmebesa—:Ereslomásbonitodemivida.
Suspalabras...
Sugalantería...
Sumaneradeamarme,demirarmeodeseducirmemecalientadenuevohastaelalma.
Él lo sabe y sonríe, me muerde el labio inferior y, al tiempo que mueve la cadera, vuelve a
profundizar en mí y yo vuelvo a gritar. La Jud malota ha aflorado y, clavándole los dedos en la
espalda,susurrojadeantemientraslomiro:
—Pídemeloquequieras.
Esafrase...
Esaspalabraslovuelventanlococomoamíy,deseosadequeenloquezcamás,insisto:
—Folladmelosdos.
Miamorasiente,ynotocómoletiemblaellabiodelujuriamientrasmisterminacionesnerviosas
sereactivanendécimasdesegundoytodasupotenciavirilmehaceentenderqueélysóloélesel
dueñodemicuerpoydemivoluntad.
Condeleiteysinsalirsedemí,miamormiraaDennis,yoigoquedice:
—Sobrelacamahaylubricante.Vamos,úneteanosotros.
Aloíreso,mivaginasecontraeyrodeaelpenedeEric.Ahoraesélquienjadea.
Dennisseponeunodelospreservativosquehayencimadelcolchón.Cuandoacaba,cogeelbote
delubricante.Yosigoempaladapormiamorysujetaasucuello.Ningunodelosdosnosmovemos,
onopodríamosparar.Esperamosanuestrotercero.
Dispuestoadisfrutartambién,Dennismedaunpardecacheteseneltraseroquepicanperoquea
Ericlehacensonreír.Abreelbotedelubricantey,mientraslountaenmitraseroeintroduceundedo
enmiano,diceparaquelooigamoslosdos:
—Mueroporentrarenestepreciosoculito.
Eric y yo nos miramos e, instantes después, mi amor me separa las nalgas y me ofrece a él.
DenniscolocalapuntadesupeneenmianoyEricmurmura:
—Cuidado...,concuidado.
El grueso miembro de Dennis se introduce en mí poco a poco, mientras yo abro la boca para
respirar como un pececillo y Eric, mi controlador amor, me observa para asegurarse de que todo
está bien. No hay dolor. Mi ano ya está dilatado y, segundos después, los dos me tienen totalmente
empalada.Unopordelanteyotropordetrás.Esaposesión,depie,esalgonuevoparamí,algoque
sólohehechounpardevecesy,cuandomiamorcomienzaamoverse,yogritodeplacerymedejo
poseer.
Quieroquememanejen...
Quieroquemehagangritardegustazo...
Quierocorrermedeplacer...
EricyDennissabenmuybienloquesehacen.Sabendóndeestáellímitedetodojuegoy,sobre
todo,sabenquesoyimportanteyqueanteelmásmínimodolorhandeparar.
Peroeldolornoexiste.Sóloexisteelgoce,elmorboylasganasdejugar.
—Notecorrastodavía,Jud—pideEricalvercómotiemblo.
—Espéranos—insisteDennisamediavoz.
Jadeo...¡Andaqueesfácilloquepiden!
Micuerposerebela.¡Quiereexplotar!
Elorgasmoenelinteriordemíquierereventardeplacer,perointentobuscarmiautocontrol,ese
que creo tener, y esperarlos. He de hacerlo. Sé que, llegado el momento, el éxtasis será más
enloquecedor.Másdevastador.Másembriagador.
Durantevariosminutosnuestroinquietantejuegocontinúa.
Tiemblo...Tiemblan.
Jadeo...Jadean.
Micuerposeabrepararecibiraesosdosadonisconlujuria,ymedejollevarymanejar.
¡Oh,Dios,cómolodisfruto!
Cómomegustaloquemehacenycómomegustasentirmellenadeellos.
Sí.Esoesloquequiero.Esoesloquemegusta.Esoesloquedeseo.
Sindescansosemueven,buscansusatisfacción,medanplacer,jadeanyresoplanhastaqueambos
ycasialunísonodanunalaridoagónicoalclavarseenmí.Entoncesséqueelmomentohallegadoy
porfinmepermitoexplotar.
Mi cuerpo se relaja, mi grito me libera y siento que los tres subimos al cielo de la lujuria
mientras vibramos dentro de nuestro propio éxtasis. Sin lugar a dudas hemos conseguido lo que
buscábamos:morbo,lascivia,fantasíaysexo.Mucho...muchosexo.
Durantehoras,disfrutamossinlimitacionesdetodoaquelloquenosgusta,nospone,nosexcita,
hastaque,trasunanocheplagadadevoluptuosidadysensualidadenelSensations,nosdespedimosde
Dennis,yconfirmoqueesbrasileño.
Cuando salimos del local y caminamos hacia el coche, pregunto por nuestros amigos Björn y
Mel.ErictuerceelgestoymeexplicaqueaBjörnlehanvueltoapiratearlawebdesubufete.Esome
sorprende.Yaeslaterceravezenmenosdeunmes.Nuncaentenderéaloshackers.
¿Quégananhaciendoeso?
AlastresdelamadrugadallegamosanuestracasaenMúnich.Estamosagotadosperofelices.
Una vez metemos el coche en el garaje, Susto y Calamar, nuestros perros, vienen a saludarnos
comosillevaranmesessinvernos.¡Quéexageradosson!
—Estosanimalesnuncavanacambiar—protestaEric.
Mialemánadoraanuestroscariñososbichitos,peroenocasionestantaefusividadloagobia.
Hay cosas que no cambian, y aunque sé que Eric ya no podría vivir sin ellos, siempre protesta
cuandolobabosean,poresoélsequedaenelinteriordelvehículomientrasyosalgoymedeshago
encariñosconnuestrasmascotas.
Deprontocomienzaasonarmúsicaenelinteriordelvehículoyyo,sinmirar,sonrío.Michico,
milocoamor,sabequeadoroAquenomedejas,[1]lacanciónqueinterpretanmiAlejandroSanzy
AlejandroFernández.¡Vayadostitanes!
Cuandooigoqueseabrelapuertadelcoche,loobservoycuchicheodivertidaalverlosalirdeél:
—¿Quieresbailar,Iceman?
Mirubiosonríe.Dios,¡québonitasonrisatiene!
Estos tontos momentos, estos bailecitos románticos que tanto me gustan, no se repiten con la
frecuencia que querría, pero mirando a mi amor me desahogo como una tonta y sonrío. Sin duda,
cuandoquiere,Ericlohacemuy...muybien.
Me encanta cómo se acerca a mí con su gesto serio, me pone a cien, y, obviando a Susto y a
Calamar, recorre lenta y pausadamente mi cintura con sus grandes manos, me acerca a él y
comenzamosabailaresaincreíblecanción.
Rodeados por la música, nos movemos en el garaje mientras nos comemos con a los ojos y
tarareamosconunasonrisaaquellode«Aquenomedejas».[2]Sinduda,niyolodejo,niélmedeja
a mí. Discutimos, nos peleamos día sí, día también, pero no podemos vivir el uno sin el otro. Nos
amamosdeunamaneralocaydesesperadacomocreoquenuncavolveremosaamaranadie.
Cuando la canción acaba, Eric me besa. Tiemblo excitada. Su lengua recorre el interior de mi
bocadeformaposesivay,cuandodamosporfinalizadonuestroapasionadobeso,looigomurmurar
contramislabios:
—Tequiero,pequeña.
Asiento...,sonríoy,extasiadaporlasincreíblescosasquemehacesentirsiemprequeseponetan
romanticón,murmuro:
—Mástequieroyoati,corazón.
Unaveznosrecomponemos,nosdespedimosdeSustoyCalamary,cuandoEricmedalamano
paraentrarencasa,digoquitándomelosaltoszapatosdetacón:
—Dameunsegundo.Lostaconesmematan.
Aloírme,mialemánsonríey,comosoyunaplumaparaél,mecogeentresusbrazosycomienza
a subir la escalera conmigo. Ambos reímos. Al llegar a la primera planta, Eric se para ante la
habitacióndeFlyn,abrelapuerta,lovemosdormirysonreímosorgullososdenuestroadolescente
decatorceaños.
¡Quérápidocrecenlosniños!
HacenadaeraunserbajitodecaritaredondaypósteresenlasparedesdeljuegomangaYu-GiOh!,yahoraesunjovenlarguirucho,delgado,conpósteresdeEmmaStoneensuarmarioyesquivo
connosotros.Cosasdelaedad.
Después,vamosalahabitaciónquecompartenEricyHannahy,alabrirlapuerta,Pipa,lainterna
quenosechaunamanoconellos,selevantadelacamaydice:
—Lostresniñosduermencomoangelitos.
Ericyyosonreímos.
Angelitos...,loquesediceangelitosnoson.Peronoloscambiaríamosporlosmejoresangelitos
delmundo.
Conamor,miramosalpequeñoEric,queyatienecasitresañosyesuntrastoquetodolotocay
todo lo rompe, y a la pequeña Hannah, que tiene dos y es una gran llorona, pero nos sentimos los
padresmásafortunadosdelmundo.
Un par de minutos después, Eric y yo entramos en nuestra habitación, nuestro oasis particular.
Allí nos desnudamos y vamos derechos a la ducha, donde nos mimamos y nos besamos con
adoración.Luegonosacostamosynosdormimosabrazados,agotadosyfelices.
2
Alamañanasiguiente,cuandoEricmedespiertaymeanimaalevantarme,estoyhechaunoszorros.
Vamosaver,¿porquéantespodíapasarmelanocheenvela,dejuerga,yahora,cuandosalgo,al
díasiguientemecuestatantoreponerme?
Sinlugaradudas,ycomodiríamisuperhermanaRaquel,¡cuchufleta,laedadnoperdona!
Yescierto.
Hastahaceuntiempomicuerposerecuperabarápidamente,peroahora,cadavezquetrasnocho,
aldíasiguienteestoyfatal.
¡Mehagomayor!
Losniños,queyasehanlevantado,nosesperanconPipaySimonaenlacocina.
Mientrasseviste,Ericmemiraydice:
—Vamos,dormilona.Levanta.
Yomiroelrelojyresoplo.
—Perosisólosonlasnueveymedia,cariño.
Atravésdemispestañas,veocómoélsonríeyseacercaamí.
—De acuerdo —responde—. Sigue durmiendo, pero luego no te quejes cuando te cuente las
graciosaspedorretasquehaceHannaholasrisasdelpequeñoEricporlamañana.
Pensarenellosmereactivaelalma.Sólopodemosdesayunarloscincojuntoslosfinesdesemana
y,comoadoroamisniños,melevantoymurmuro:
—Vale.Espérame.
Ericmeobservaysonríecuandocaminohaciaelbaño.
Me miro al espejo. Mi aspecto deja mucho que desear: pelo revuelto, ojos hinchados y gesto
agotado. Aun así, en lugar de regresar de nuevo a la cama, me lavo la cara, los dientes y, tras
recogermelamelenaenunacoletaalta,vuelvoalahabitación.
—Quieromibesodebuenosdías—exigeEricmirándome.
Encantada por su petición, lo beso, lo beso y lo beso y, cuando mi respiración se acelera, él
murmuramimoso:
—Mesabemaldecirtequeno,perolosniñosnosesperan.
¡Aisss, los niños...! Desde que tenemos niños y Eric está tan centrado en la empresa, nuestros
momentos locos como el de la noche anterior bailando en el garaje casi se han esfumado, aunque
cuandolostenemosson¡lomejor!
Meentralarisa.¿Porquémimaridomeponeacienacualquierhoradeldía?
Conmiradadevíboradivertida,meseparodeélymepongorápidamenteunabata.Noeslomás
sexidelmundo,peroeslomássocorridoaestashoras.
Unavezlistos,michicomecedeelpasoparaquevayadelantedeély,encuantosalimosdela
habitación,medaunazoteeneltraseroymurmuracuandoyolomiro:
—Anochelopasamosbien,¿verdad?
Asiento.
—Túyyosiemprelopasamosbien—respondoenamoradadeélcomounacolegiala.
Sonríe...,sonríoy,cogidosdelamano,nosencaminamoshacialacocina.
Al entrar, Flyn, mi mayorzote, que ahora no da besos porque le parecen absurdos, protesta
cuandointentobesuquearlo.
—Mamáaaaaaaaa,porfavorrrrrrrr—dicehuyendodemisbrazos.
—Dameunbeso,quelonecesito—insistoparahacerlorabiar.
Perominiño,queyaestáenplenaedaddelpavo,memiraydicecontonodereproche:
—Jolines,¡paradeunavez!
Sugestomehacereír.
¿Dequiénhabrásacadoesecaráctergruñónyserio?
FinalmentemeacercoamipequeñoEric,aesepequeñorubialesquealgúndíaseráuntipoduro
comosupadre,ymelocomoabesos.Él,aligualquesuhermanoFlyn,retiraelrostro.Nolegusta
queloachuchen,peroamímedaigual,¡loachuchodoblemente!
ConelrabillodelojoveoqueSimonayPipasonríen.Siguensinentendermicarácterespañolde
besuquearatodoelquepuedo.Unavezacaboconelniño,mevoyderechaaHannah,quealverme
sonríe.
¡Melacomo!
A pesar de que es una gran llorona, cuando Hannah no llora tiene la sonrisa más bonita del
planeta.Esmorenitacomoyo,perolatunantatienelamismaexpresiónintrigantedeEric,yesome
encanta.Meemociona.Mefascina.
Unavezheachuchadoamistrespequeñosamores,mesientoalamesadelacocinayFlyndice:
—¡Menudajuerguecitatehaspegado,mamá!Tucaralodicetodo.
Oíresomehacesonreír.
¡Siélsupiera!
Sinlugaradudas,miadolescentesefijaentodo,ymientrasEriccogeaHannahparabesarlacon
amor,respondo:
—Cariño,sólotediré¡quemelopaségenial!
—Ytú,papá,¿tambiénlopasastegenial?—veoquepreguntaFlyncurioso.
Ericlomira.Sequedaestáticoy,alversugestodesconcertado,decidoresponderporél:
—Tanbiencomoyo,Flyn.Telopuedoasegurar.
Aloírme,mimaridomemira,sonríeyyoleguiñounojoconcomplicidadmientraslequitoal
pequeñoEricelchupetedesuhermana.
Duranteunbuenrato,apesardequePipaySimonaestánconnosotros,Ericyyonosencargamos
dedardedesayunaranuestrospollitos.Sonadorables.Peromiinstintodemadrehacequeescaneea
Flyn,ymedoycuentadequemeobservatrassuspestañasoscurasylonotoinquieto.
Bueno...,bueno...¿Quéhabráhechoestavez?
Desdehaceunosmeses,laactituddeFlynconrespectoalmundoengeneralhacambiado.Sepasa
mediavidapegadoalteléfonomóvilyalordenadormientrasinteractúaconlasredessociales.Eso
sacadesuscasillasaEricyenocasionesdiscuteconél,peroFlynsiempresesaleconlasuyaysigue
consuscosas.
Sinembargo,mientrasdoydedesayunaralpequeñoEric,soyconscientedequealgopasa,ysu
miradamehacesaberqueocultaalgo.
Concautela,observoamimarido.Porsuerte,estátanensimismadoconlaspedorretasdeHannah
mientrasledalapapillaquenosehapercatadodelamiradadeFlyn.
La cuchara que tengo en la mano se me cae. El pequeño Eric, Superman, como lo llama su tío
Björn,mehadadounmanotazoy,traspellizcarleelmoflete,melevantoacogerunacucharalimpia
antesdequeSimonaoPipameladen.EsomeofrecelaoportunidaddeacercarmeaFlyn.
—¿Quétepasa?—cuchicheo.
Élnomemira,peroresponde:
—Nada.
—¿HasdiscutidoconDakota?
El gesto de Flyn se ensombrece. Dakota es su novieta, una niña encantadora, compañera de
colegio.
—Dakotayaespasado—replicaélentonces,sorprendiéndome.
Yolomiroboquiabierta.
—Pero...pero,cariño,¿quéhapasado?
Flyn me mira como si fuera un bicho raro. Seguro que piensa que soy la última persona del
universoalaquelecontaríaloquehapasadoconsunovieta.
—Nada—responde.
—Pero,Flyn...
—Mamá...,noquierohablardeello.Dakotaesunasosa,unaestrechay...
—FlynZimmerman—locorto—.¿Cómopuedesdeciresodeesachicatanencantadora?
Lamadrequeloparió.Estrecha,diceelmocoso.¡Hombres!
Y,cuandovoyaañadiralgomás,aclaracongestoserio:
—Paratuinformación,ahorasalgoconElke.
—¿Elke?—preguntodenuevoperpleja—.¿QuiénesElke?
—Joder...
—Eh...,¿hasdicho«joder»?—protestodispuestaaregañarlo.
—¿Quécuchicheáisvosotrosdos?—oigoentoncesquepreguntaEric.
Flynyyolomiramosalunísonoy,conelmayorgestoinocente,decimosalavez:
—Nada.
Sin apartar los ojos de nosotros, Eric sonríe y, antes de meterle a Hannah otra cucharada de
papillaenlaboca,murmura:
—Vosotrosyvuestrossecretitos.
Me hace gracia su comentario. Tiene razón. Aunque Flyn ya no me cuenta tantas cosas como
antes,síqueesciertoqueveenmíunprimerapoyoyeso,aunqueaEriclegusta,séqueenelfondo
leescueceunpoquito.
Unavezhemosterminadodedarleseldesayunoalosenanos,Flynmemiraypregunta:
—¿Nosvamos?
Supreguntamehacesonreír.
Los sábados por la mañana es nuestro momento de salir con las motos y divertirnos por el
campo,porloquemiroaEricydigo:
—¿Tevienes?
Miamormeclavasumirada.DespuésmiraaHannahyaEricyfinalmentedicealvercómoFlyn
desaparecedelacocina:
—Hoyno.Tengoqueatenderunpardellamadasde...
—¡Essábado,Eric!—protesto—.Hoynotrabajas.
Mimaridosonríeyaclaraponiendolosojosenblanco.
—Seráalgorápido,cielo.Además,prefieroquedarmeconlospequeños.
Asiento.Noentiendoquedebaseguirtrabajando,perosíquedeseeestarconlosniños.Yoestoy
todalasemanaconellosysalirelsábadoporlamañanaconlamotomedesahoga.Leguiñounojoa
michicarrónydigo:
—Deacuerdo.Flynyyonosvamos.
Pipa me sustituye rápidamente con el pequeño Eric, mientras que el Eric mayor me coge de la
mano,meparay,mirándomeconseriedad,dice:
—Tenedcuidado.
Asiento.Leguiñounojoycorroamihabitaciónparacambiarme.
Alllegarallí,sacomiequipodemontarenmoto.Comosiempre,melopongoconunasonrisaen
labocay,cuandomeajustolasbotasycierrolosbroches,miimpacienciaestremenda.
Cuando acabo, bajo los escalones de dos en dos y corro al garaje. Allí ya me espera Flyn,
equipadoconsumonoazul.SaludoaSustoyaCalamar,yluegodigomirándoloaél:
—TienesquecontarmequiéneslatalElke.
—Paso.
Su pasotismo últimamente me tiene un poco mosqueada, pero como quiero reírme con él,
cuchicheo:
—¿AcasoElkenoesestrecha?
SumiradaaloZimmermanmetraspasa.
—Vale..., vale... —suspiro—. Eso es cosa tuya, pero al menos me contarás qué ha ocurrido con
Dakota,¿no?
Sincontestar,Flynseponeelcascoy,mirándome,pregunta:
—Hoyquenovienepapá,¿vamosalapista?
Esohatenidogracia.CuandoEricnosacompaña,solemospasearconlasmotosporelcampoy
hacerpocaslocuras.Seponeenfermosinosvecorrerriesgos.Perocuandoélnoviene,Flynyyo
nosacercamoshastaunapistacercanademotocrossparadesfogarnos.Miniñonoestanosadocomo
yo a la hora de saltar, pero algún saltito que otro da, y yo lo aplaudo cuando veo su cara de
satisfacción.
Una vez nos subimos a las motos, salimos del garaje, saco el mando que abre la cancela del
bolsillodemicazadoradecuerorojayblancay,trasaccionarlo,observocómolaverjaseabre.
Con voz de ordeno y mando, regaño a Susto. El muy tunante ya quiere salir corriendo, pero
cuandooyequelegrito,sesientajuntoaCalamarynosemueve.¡Quélindoes!
Flynyyodamosgasysalimosdelaparcela.Nosdetenemoshastaverquelaverjasehacerradoy
los perros se quedan dentro y, después, aceleramos a toda mecha para dirigirnos a una explanada
cercana.Duranteunbuenrato,disfrutamosconlasmotosporelcampo,hastaquenosacercamosala
pistademotocross.Allí,comosiempre,disfrutoymedesfogo.Lonecesito.Estartodalasemanacon
losniñosencasamegeneraunestrésquenoledeseoanadie.
Adoroamishijos.Noloscambiaríapornadadelmundo,peromegustaríaqueEricentendierade
una vez por todas que necesito trabajar. El problema es que siempre que lo menciono terminamos
discutiendo.Raro,¿verdad?
SegúnEric,nomehacefalta.Élmelodatodo,peroyonoquieroeso.Yoquierohaceralgomás
que criar niños. Tras nuestra última discusión al respecto, la fecha tope que le di para comenzar a
trabajarseestáacercando,ymeimaginoquevolveremosatenerunabuenapelea.Lointuyo.
Agotadatrasdarvariasvueltasporlapistaysaltarobstáculos,finalmenteparolamoto,mequito
elcascoyesperoaFlyn.
Unavezestáamilado,hacelomismoqueyo,yentoncesabrounapequeñamochilaquellevoa
laespaldaysacounasbotellitasdeagua.Estamossedientos.Unavezsaciadalased,meapoyoenla
motoypregunto:
—Muybien.Cuéntame,¿quéhapasadoconDakota?
Mihijoresopla—esoselohepegadoyo—,yalverquenolequitolavistadeencima,responde:
—Dakota es una cría..., eso es todo. —Su respuesta me sorprende y, cuando ve que voy a decir
algo,añade—:Y,sinoteimporta,nomeapetecehablardeello.
—Puesmeimporta—replicoconsequedad.
Lomiroalaesperadequemelocuentecuandoelmuysinvergüenzasuelta:
—¡Joder,mamá!Esmividaprivada.
Molestaporsutono,másqueporlapalabrota,contesto:
—Es la segunda vez esta mañana que dices una palabra que no me gusta, pero menos me ha
gustadoeltonitoquehasempleado.SitepreguntoporDakotaesporquelaconozco,esunabuena
niñay...
—Yamíyanomegustaporquemeaburre.¿Quéquieresquetediga?
Vale..., está claro que Dakota es pasado. Me apena. Es una chica encantadora y me gustaba
bromearconella.Peroquieroentenderloqueocurre,asíqueinsisto:
—Muybien.NohablemosdeDakota.¿QuiénesElke?Porque,queyorecuerde,nuncateheoído
mencionaresenombre.
ElgestodeFlynsesuavizay,conunamediasonrisa,murmura:
—Elkeesincreíble.Esguapa,divertidayestábuenísima.
Eltérminomedejaalucinada,peroprocuroserprecavidacuandopregunto:
—¿Hallegadonuevaesteañoalinstituto?
—No.
—¿Entonces?
—Estárepitiendocursoy,antesdequepreguntes—diceelmuysinvergüenza—,loestáhaciendo
porquesuspadressesepararonelañopasadoyellanolollevóbien.
Vercómoladefiendemehacesonreír,yfinalmente,trasdaruntragodeagua,murmuro:
—Flyn,mepreocupoportiporquetequiero.
Elcríoasiente.Nosonríecomootrasvecesy,sinimportarlemimomentosensiblero,seponeel
cascoydicesinmirarme:
—Meparecemuybien.Oye,¿quétalsitevasadarunossaltosyregresodentrodeunahora?
—¡¿Qué?!
MievidentesorpresaporquequieraquitársemedeencimahacequeFlynañada:
—Mamá,megustaríairconlamotoaveraElke,peronoquieroquevengasconmigo.Yanosoy
uncrío,ynonecesitounaniñera.
Anda,mimadre,¡miraelmayor!
Oíresomehacegracia,peronoestoydispuestaadespegarmedeélcuandovaconlamotooEric
podríadespellejarmeviva,asíquerespondo:
—Pues lo siento, guaperas, pero cuando vas en moto yo soy tu sombra. Si quieres ver a Elke,
vamosacasa,tecambiasderopa,dejaslamotoy...
—¡Joder,quécortarrolloseres!
Sufaltadetactomeincomoday,sujetándoleelbrazo,loobligoaquemepresteatención.
—¡Teestáspasando!—siseo.
—Vamos...,noseaspesadita.
Su contestación vuelve a molestarme. Desde que comenzó en el nuevo instituto, Flyn está
cambiando.
—Oye,mocoso...—gruñoenfadada—.¡Hazelfavordetenerunpoquitodeeducaciónconmigo,
quesoytumadre,nouncolega!Pero¿quénaricestepasaúltimamente?
Notolatensióndesucuerpo.Conozcoesamiradaretadora.Malo...,malo...Y,singanasdeliarla
más,mepongoelcascoydigo:
—Vamos,regresemosacasa.Seacabóelmotocrossporhoy.
3
Ellunes,cuandoEricsevaatrabajaryFlynalinstituto,misemanacomienzadenuevo.
Niños...,niños...,niños...¡Mesalenlosniñosporlasorejas!
Cualquieraquemeescuchecreeráquesoyunamalamadre,peroseequivoca.
Cuido,mimo,besoyadoroamispequeños,perosientoquenecesitohaceralgomásqueesoo
mevolveréloca.
Esanoche,comotengoganasdeestarconmirubioalemán,preparounacenitaespecial.Loaviso
paraquenolleguetardeymerespondequeregresarápronto.Sinembargo,alasdiezdelanoche,
cansadadeesperarlo,conlacomidatiesaytrashabermebebidoyosolitaunabotelladechampánde
pegatinasrosa,memetoenlacamaymeduermo.Esmejorasíporque,comoveaaesegilipollas,lo
mataréporelplantón.
Al día siguiente, cuando me levanto, Eric ya se ha marchado y me ha dejado una nota sobre la
mesaquedice:
Perdóname, pequeña..., pero fue imposible escaparme. Y estabas tan preciosa durmiendo que fui
incapazdedespertarte.Tequiero,miamor.
Tugilipollas
Cuandolaleo,sonrío.Cómomeconoceysabequelohabréllamadoeso.
Porsuerte,tengounaincreíbleamigaquesepreocupapormítantocomoyoporella.EsMel,la
mujerdenuestroamigoBjörn.Lallamocuandomelevanto,quedamosynosvamosdecompras.
Ella se ha quedado en paro tras trabajar unos meses en un estudio de diseño gráfico, y está tan
aburrida como yo de estar en casa. Estoy pensando en Eric y en cómo me dejó colgada la noche
anteriorconlacenaencimadelamesacuandoMelmemuestraalgoypregunta:
—¿Quétepareceéste?
Suvozmehaceregresaralarealidady,alverloquemeenseña,pregunto:
—¿Enfermera?
Mel,divertidayconpicardía,bajalavozymurmura:
—Séqueesmuytípico,peroparaloquenosvanadurarpuestos,¿quémásda?
Sonrío.EldisfrazesparaunafiestaquecelebranenelSensationsdentrodeunosdías.Cojootros
quellamanmiatención.
—Oye...,¿ysivamosdeángelydemonio?—propongo.
Melsueltaunarisotaday,dejandoeldeenfermera,afirma:
—Mepidoeldedemonio.Megustasermalignaeirreverente.
Entre risas nos los probamos. El vestido rojo y negro, los guantes negros hasta el codo, los
cuernos y el tridente son para Mel, y el vestido y los guantes blancos, la aureola en la cabeza y la
varitablancasonparamí.
¡Peroquémonasestamos!
Divertidas,nosmiramosalespejoyMeldice:
—Siaestolesumamosunasbotasaltas,lastuyasblancasylasmíasrojas,yasomoslaperversión
total.
—Parecemosdoszorrones—murmuroalmirarnos.
—Peroconclase—diceMelriendoyrevolviéndosesucortopelo.
—Muuuchaclase—afirmoyodivertida.
—Uf...,cuandomeveaBjörn...Conloquelegustaquemedisfrace...
Ambas reímos mientras imagino la cara de Eric cuando me vea vestida de angelito. ¡Le va a
encantar!
Estámaldecirlo,peroestoytremendamentemorbosaysexiconestetrajecitocorto.Einclusolos
kilitosquemeagobianenocasionesyquesehanquedadoenmicinturaparecequevanmuybiencon
estedisfraz.
Trasescogernuestrostrajes,rápidamenteelegimoslosdenuestrosmaridos.Elloslohanquerido
así,ydecidimosdisfrazarlosdebomberoydepolicía.
¡Québuenorrosvanaestar!
Cuandoacabamosdecomprarysalimosdelincreíblesex-shop,cogemosmicoche.
—¿DeverdadqueEricvolvióadejartecolgadaconlacena?—preguntaMel.
—Como lo oyes. Cada vez pasa más a menudo. Y, ya para colmo, encima, cuando me he
levantado tenía una notita suya pidiéndome disculpas y ya se había ido. Pero ¿es que ese hombre
nuncadescansa?
Melresoplayseretiraelflequillodelacara.
—Mira,Jud—dice—,tantoEriccomoBjörnsondoshombresambiciososensusempleosy,por
muchoquenosjorobe,sondelosquesellevaneltrabajoacasa.
—Odiocuandohaceeso—afirmomolesta.
—Yyo.Pero,comoloquiero,¡losoporto!
Oír eso me hace sonreír, a pesar de que en el último año la empresa lo ha absorbido más que
nuncay,aunqueyoledigoqueeldineronossobra,Ericnomeescuchaysiguetrabajandocadadía
más.
—¿Sabes? —oigo decir a Mel—. Yo tengo una cenita no sé qué día con los muermos esos del
despachodeabogadosalqueBjörnquierepertenecer.
—¡Uf,quépesadez!—murmurocompadeciéndola.
—Creoquenohaynadamássoporíferoqueeso.
—Sí, mujer, sí —me mofo—. Las cenitas que tengo yo de vez en cuando con los aburridos
hombresdenegociosdeMüller.
Ambassonreímos.Sinduda,cenarcondesconocidosoconpersonasconlasquenotienesmucho
feelingymantenerlasformasespesadísimoycomplicado.
Depronto,elteléfonomóvildeMelsuena.Laoigohablarduranteunossegundosy,cuandolo
apaga,dice:
—EricyBjörnestánjuntos.
—¿Yeso?—preguntosorprendida.
—Alparecer,EricyélteníanquehablardetemaslegalesdeMüllerynosesperanparacomer.
¿Quéteparece?
—¡Perfecto!—Sonríofelizporsaberquevoyaveramiguapomarido.
—Muy bien, pues he quedado con ellos a la una y media en La Trattoria de Joe. Pero antes
tenemosqueirarecogerelvestidoquemehecompradoparaelbautizodelosbebésdeDexter.Por
tanto, pisa el acelerador, que no llegamos, y ya sabes que a estos alemanes no les gusta comer tan
tarde.
Mientras conduzco por las callejuelas de Múnich, le comento a Mel lo que me está ocurriendo
conFlyn.
—No me tomes a mal lo que te voy a decir —contesta—, pero siempre he creído que tanto tú
comoErictenéisdemasiadosobreprotegidoymimadoaFlyn.Esunniñoque,antesdedecirloque
quiere,yaseloestáisdando.Sehaacostumbradoasalirsesiempreconlasuya,yahora...
—Ahoraseestápasandoconnosotros.Enespecial,conmigo—finalizoyolafraseconscientede
quemiamigatienerazón.
—Serébrutaychapadaalaantigua,oquizáesqueenelejércitoheaprendidodisciplina,peroun
bofetónatiempoevitamuchastonterías,¿nocrees?
—No...¿Cómolevoyapegar?
Melsuspira.Yoresoplo,yfinalmenteelladice:
—Mira,Jud,entiendoquedarleunguantazoaunmuchachoqueyaesmásaltoquetúnodebede
sermuyagradable,peronopuedespermitirquesesigapasandocontigo.
—Nisemeocurriríapegarle.
—¿Ericsabelomalquetehabla?—Niegoconlacabezayellapregunta—:¿Yporqué?
—PorqueErictienemuchotrabajoynoquieroagobiarlomásdeloqueestá.Peroúltimamente
estoyvolviendoaverenFlynalniñotiranoqueconocíhaceañosyquemelohizopasartanmal,y
esomeasusta.
Melmetocalacabeza.Sabequesoyunamujerfuerte,peroparalosniñossoyunasensiblona.
—Eres la mejor madre que Flyn podrá tener en la vida —murmura—, y ese mocoso coreano
alemánalgúndíasedarácuenta.Esonuncalodudes,¿vale?
Asientoysonrío.
CuandollegamosalatiendadondeMeltienequerecogerelvestido,selopruebaenseguida.
—Tequedadeinfarto.
Melesunpibóndetía.Esmásaltaqueyo,ysucuerpoestáperfectamenteproporcionado.
—¡Quéenvidia!—mascullomientrasobservosucintura.
Ellamemira,levantalascejasypregunta:
—¿Envidiadequé?
Mepongoenpiejuntoaella,mecolocodeperfily,levantándomelacamisa,murmuro:
—TraslacesáreadeHannah,nomequitoestamorcillita.Loskilossenieganamarcharsehagalo
quehagay,claro,luegoveoesasfotosdefamosasque,reciénparidas,parecequeestándepasarelay
mepreguntocómolohacen.
—Miraqueeresexagerada—replicaella,ponelamanoenmihombroyañade—:Puesquesepas
queyoteveoestupenday,encuantoaesasfamosas,imaginoquehabrádetodo,lasqueseoperany
las que por gracia divina se recuperan en un abrir y cerrar de ojos. Pero, asúmelo, las humanas
somosaquéllasalasquetrasunembarazonosquedanestrías,tripita,etcétera,etcétera.
Suspiroysonrío.
—Tienes razón. Pero me da tanta envidia contemplar esos posados recién paridas y verlas tan
estupendas...
—Fotoshop,querida...¡Fotoshop!
Ambasnospartimosderisaporesaincreíbleverdady,trasmirarmealespejo,admito:
—LociertoesqueaEriclegustamimorcillita.Leencantatocarlaymofarsedequeélysóloél
hacreadoesanuevacurvaenmicuerpo.
—Puessiestáencantadoconello,¡notemartirices!
Eso me hace sonreír. En ocasiones, las mujeres nos preocupamos por verdaderas chorradas
cuandohaycosasmásimportantesyterriblesenlavidaquepordesgracianotienensolución.
—Tienesrazón—digoencogiéndomedehombros—.¡Vivamimorcillita!
CuandoMelpagaelvestido,salimosdelatiendayrápidamentecogemosmicoche.Consoltura,
conduzcohastallegaralrestaurantedondeestánnuestrosmaridos.
Alentrarenlatrattoria,losveosentadosalfondo.Sinduda,sonunadeliciaparalavista.Uno
rubio y otro moreno, a cuál más guapo y atractivo. Al vernos, ellos se levantan y sonríen. Como
siempre, tanto Mel como yo somos conscientes de que las miradas de las mujeres se clavan en
nosotrasy,comosiempretambién,disfrutamosdelasatencionesdenuestrasparejas.
Ericmeretiralasillaparaquemesiente,mebesaenelcuelloypregunta:
—¿Siguesenfadadaconmigo?
Yolofulminoconmicarade«tevoyamatar»y,cuandosesienta,murmuroconunasonrisa:
—Gilipollas.
Aloírme,miamorsonríe.Cadadosportresmedicequesoyunamalhablada,peroenmomentos
comoéseselotomatanarisacomoyo.Pobrehombre...,nolequedaotra.
Cuandoelcamarerovieneatomarlacomanda,decidocomenzarconunaensalada.Sorprendido,
puesloverdenoeslomío,Ericmemira.
—Tienescrostinidemozzarellaytomatessecos—dice—;¿noquieres?—Yoniegoconlacabeza
yEricinsiste—:Jud,cariño,¿porqué?
Sin necesidad de hablar, me señalo la morcillita que indiscretamente se marca en mi tripa, y él
sonríeymiraalcamarero.
—Porfavor—dice—,cambielaensaladademimujerporunoscrostinidemozzarellaytomates
secos.
Lomiroboquiabierta.Voyaprotestarcuandoélmebesaymurmura:
—Erespreciosa,pequeña.Esonuncalodudes.
Sonrío.Esquemelocomeríaabesosdeloguapoqueesy,sinimportarmequiénnosmire,me
acercoaélylobeso.Amo,adoro,mueropormiamor...
Ericseseparaentoncesdemíyañade:
—Porcierto,aunariesgodequememates,antesdequesemeolvide,estatardetengounparde
reunionesynoséaquéhoravoyaterminar.Portanto,nomeesperesparacenar.
—¡¿Otravez?!
—Jud,¡estrabajo,nodiversión!—respondemolesto.
¡Mierda!Cómomejorobaquemedigaeso.
Vale...,sereljefazoydueñodeunaempresaexitosacomoMüllerrequieremuchashoras,pero
¿porquénodelegaunpoquitoenotraspersonascomohacíaantes?
YoquieroqueEricmeprestelamismaatenciónquealprincipiodenuestrarelación,soyasíde
románticaytonta,peronada,¡imposible!Yahora,conlosniños,nuestrotiemposolosselimitacada
día más y más. Sin embargo, como no tengo ganas de protestar como en otras ocasiones,
simplementedigo:
—Deacuerdo.
Ericmevuelveabesaryyo,quenoquierodesaprovecharesemomento,lodisfrutoysonrío.
Durante la comida los cuatro bromeamos y hablamos de nuestros hijos. Sin duda, es el tema
estrellaentrenosotros.BjörnyMelhablandeSami,ynosotros,deFlyn,EricyHannah.Sialguien
nosgrabaramientraslohacemos,luegonospartiríamosalverlascarasdetontosylasrisasquenos
echamosacostadeellos.
Acabadoslosprimerosplatos,elcamareroseloslleva,ydeprontooigoamiespalda:
—Eric...EricZimmerman,¿erestú?
Oírlavozdeunamujermencionandoelnombredemimarido,mehacemirarcuandoveoami
alemánvolversey,trasunsegundodesorpresa,murmurarmientrasselevanta:
—Ginebra.
Seabrazanyyolosobservo.¿Quiénesesamujermorena?
El abrazo es demasiado largo para mi gusto. Si hago yo eso con un tío que Eric no conoce,
explota. Aun así, sin ganas de polemizar, sonrío mientras su gesto me sorprende. Su sonrisa, a
excepcióndeconmigo,pocasvecesestanamplia,ysumanerademiraraesamujermeincomoda.
Pero¿quiénesella?
La escaneo en profundidad: morena, de edad parecida a la de Eric, pelo largo como yo, alta,
delgada, estilosa a la par que sexi, con unos ojos verdes impresionantes y, por supuesto, sin
morcillita a la vista. Sin lugar a dudas, es una mujer muy guapa, vamos, de esas que ves en los
anunciosdetelevisión,ymejodedecirquesinFotoshop.
Estoyobcecadamirándolacuandooigoquemiamorpregunta:
—Pero¿quéhacesenMúnich?
—Trabajo.
—TehacíaenChicago.
¿CómoquelahacíaenChicago?Pero,vamosaver,¿quéesesodequelahacíaenChicago?
Lamujerlevantaunamanoy,tocándolelamejillaamialemán,murmura:
—Ay,Eric...,québienteveo.
—Yyoati,Gini.
¡¿Gini?!¡¿Gini?!
Uf...,comienzaapicarmeelcuello.
Losdossemiran...,semiran...,semirany,cuandoestoyapuntodearmarlamarimorena,oigoa
latalGinebrasusurrar:
—Bollito...
Bueno...,bueno...,bueno...¡¿«Bollito»?!
¿Lohallamado«bollito»?
¿Cómoque«bollito»?
Y,actoseguido,condemasiadafamiliaridad,añadeconvozseca:
—Cuántomeheacordadodeti,miamor.
¡Meda!
Ay,quemedaunjamacuco.
¿Quéesesodequesehaacordadodeélydellamarlo«miamor»?
ObservoaEric.Sumiradaintensameenferma.Élysusmiradas.
Vale...Vale...Vale...
Respira,Judith...,respira,queteconozcoy¡aquíardeTroya!
Miniveldetoleranciaseresquebrajaporsegundosydeprontosientoqueesosdosmetocanlos
ovarios,pornodecirotracosamásvulgar.Meacaloro.Mepicaelcuello.
ElcorazónmevaamilcuandonotolamanodeMelpordebajodelamesa.
Ellasabeloquesientoeneseinstante,yconlosojosmepidetranquilidad.Poreso,conunamás
quefalsasonrisa,lamiroparahacerlesaberqueestoybien,jodidaperobien.
Tras unos segundos en los que aquellos dos se contemplan, se sonríen y se comunican con la
mirada,yquesemehacenterriblementeinterminables,Ericsevuelvehaciamíydice:
—Ginebra,quieropresentarteamimujerJudith.
¡¿Cómo?!
¿Porquénodiceahoraaquellode«preciosayencantadoramujer»comohacesiempreantetodo
elmundo,enespecialconloshombres?Uf...,uf...
Misojosnegrosylosojosverdesdelamujerconectan,cuandodeprontoellacambiatotalmente
su gesto y su actitud y, llevándose la mano a la boca, dice, al tiempo que se aparta de Eric para
acercarseamí:
—Ay,Diosmío,perdón...Perdón...,nosabíaqueEricestuvieracasado—y,cogiéndomelamano,
insiste—:PorDios,Judith,nohequeridoincomodarteconmisdesafortunadoscomentarios.
Mi corazón bombea con fuerza y, sin querer recrear la matanza de Texas en ese restaurante,
intentoesbozarunasonrisa.
—No,nopasanada—murmuro.
—Claroquepasa—insisteella—.Mesientoavergonzada.
Laclaridaddesuspalabrasmehacesonreíry,bajandominiveldecabreo,afirmo:
—Deverdad,Ginebra,nopasanada.
Actoseguido,Ericmeagarraporlacinturaymeacercaaél.
—Ginebra—dice—,Judithestodoloqueunhombrequerríaparasíy,porsuerte,yolaencontré,
laenamoréylaconvencíparaquesecasaraconmigo.
Esadeclaracióndeamormehacesonreírdenuevo.
Dios...,¡quétontasoy!
—EllossonBjörnyMel,unosbuenosamigos—presentaEric.
—Encantada —dice sonriendo la tal Ginebra y, a continuación, pregunta—: ¿También sois
pareja?
TrasagarrarlamanodeMel,Björnasienteyafirmabesándolelosnudillos:
—Sinlugaradudas.
Melsonríe.YotambiénlohagocuandoGinebra,volviéndosehaciaunamujerrubiaqueespera
pacientementetrasella,dice:
—EllaesFabiola,meayudaenlaproductora.
—¡¿Productora?!—exclamaEric.
—Sí...,sí...,¡lologré!—aplaudeellamirandoamiamor—.Tengomipropiaproductora.
—Siemprefuistedecididayemprendedora—murmuramigilipollasparticular.Ellaasiente,saca
desubolsounatarjeta,queleentrega,yEricafirma—:Teníasclaroloquequeríasyfuisteaporello.
Esosiempremegustódeti,Gini.
¿Queesosiemprelegustódeella?
Oy...,oy...,oy...¿Aquecojolacopadevinoquetengodelanteyselaestampo?
Pero,comonoquierovolveracabrearme,sonríocuandoEricpregunta:
—¿HavenidoFélixcontigo?
—Porsupuesto,perohaidoavisitarauncolegadeunadesusclínicasveterinariasmientrasyo
hacíaunascompras—diceGinebrariendoeindicandounasbolsasquellevaenlasmanos.
Todossonreímosyentoncesellavequeunhombrelehaceseñasydice:
—Tengo que dejaros. He de cumplir un encargo de mi marido. —Y, mirándome a mí
directamente,pregunta—:¿Comemosotrodía?
Yoasiento,yEricledaunatarjetadelaempresa.
—Llámameycomeremos—ledice.
Ginebracogelatarjetaylamira.
—¿PresidenteydirectordeMüller?—pregunta.Ericasiente,yellamurmuraacontinuacióncon
unaencantadorasonrisa—:Creoquetenemosquecontarnosmuchascosas.
—Sinduda—afirmaEric.
Denuevosonrisitastontascuandolamujermemiraydice:
—Hasidounplacer,Judith.
—Lomismodigo.
Instantes después, se marcha con la rubia detrás de ella y, cuando veo que Eric la sigue con la
mirada,preguntomientrasmesiento:
—¡¿«Bollito»?!
Björnsonríe,Meltambién,peroEric,quemeconoce,nolohace.
—¿QuiénesGinebrayporquénuncamehashabladodeella?—insisto.
—Uy...,uy...,uy...,querecojanloscuchillos,quemeconozcoaestaespañola—semofaBjörn.
—¡Cállate,tonto!—protestaMel,queimaginoquepiensalomismoqueyo.
Ericsonríe—¡¿aqueledoyunsopapo?!—,yBjörnpreguntaentonces:
—¿EslaGinebraquecreo?
Mimaridoasientey,alverquelomiroalaesperadequemeaclarequiénes,responde:
—Ginebrafueminoviadurantemisañosdeestudianteenlauniversidad.
—Anda...,quéinteresante—memofo.
Aloírmitono,Ericdejadesonreírysisea:
—CreoqueFernandofuetunovioduranteunosaños.
Esomehacesonreírconmaliciaamí,yrespondo:
—Nofueminovio,ysiempresupistedeél.Nuncateoculténada.
—Niyoati.
—¡Ja!Permítemequemería,¡bollito!,peronuncahabíaoídohablardeGini—replicoconsorna.
VeoqueBjörnyMelsemiran.Estánempezandoasentirseincómodos,yelladice:
—Hayapaz.Todostenemosexennuestrasvidas,¿no?
—Sí,perolosmíos,cuandomeven—añadohiriente—,nomellaman¡«bollito»!,nimedicenlo
muchoquesehanacordadodemí,ymuchomenosyolosmiroconcaradeatontada.
Eric,alqueleestoytocandolasglándulas,yselassétocarmuybien,memiracongestoserio.
—Ginebrafuelanoviaconlaquehicemiprimertríoyconocíelmundoswinger —explica—.
Despuésdeaquello,conocióaFélix,semarchóaviviraEstadosUnidosconélyfindelahistoria
hastahacediezminutos,quenoshemosvistoporprimeravezenmuchosaños.¿Algomás?
Ese«¿Algomás?»mehacesaberque,sisigo,voyaarruinarlacomida.Asípues,miroelplato
quetengodelante,sonríoymurmuro:
—Mmm...,québuenapintatieneesto.
—Sí.Tieneunapintaestupenda—afirmaMelparaecharmeuncable.
Y,sinmás,empiezoacomercomosinohubieramañana.
Lacomidacontinúay,pordesgracia,latensiónsequedaenelambiente.SialgohacemosEricy
yo,apartedelamor,esdiscutir;¡québiensenosda!
Condisimulo,loobservoyveoqueélnomiraniunasolavezhaciaellugardondeestálamujer.
Cuando acabamos de comer, nos levantamos, nos despedimos y nos marchamos. Él regresa a
Müllerparaseguirconsutrabajo,BjörnyMelsevanaporSamialcolegio,yyovuelvosolaacasa.
Menudorollo.
Nadamásabrirlapuerta,oigogritos.SonSimonayFlyn.Rápidamentedejolasbolsasquellevo
ycorroalacocina.
—Hedichoquenoquieroleche—estádiciendoFlyncuandoentro—.¿Enquéidiomatelodigo
paraqueloentiendas?
—Pero,hijo,siyosólotelodecíapor...
—Meimportaunamierdaloquemedigas.
—¡Flyn!—gritoalvercómolehablaaSimona.
Lamujer,alverme,suspira.
—Tranquila,Judith.Nopasanada.
Pero,oh,sí...,¡síquepasa!¿Aqueledoyunguantazo,comodecíaMel?
Esemocososeestápasandocadadíamás.Lomiroygruño:
—PídeledisculpasaSimonaahoramismosinoquieresquetecaigaungrancastigoporsertan
desagradableconella.
Elcríomeobservaconsumiradade«¡tevoyacomer!»,peroamínomeimpresiona.Durante
variossegundosmevuelvearetarhastaquefinalmente,cambiandoelgesto,dice:
—Losiento,Simona.
Lamujersonríe.¡Québuenaes!Paraella,Flynymisniñossonsusnietos,ylosquieretantoo
másquemipadre.
Molestaporlaactituddelchaval,siseo:
—Ahoraveteatuhabitación,¡ya!
Sinmirarme,Flynsaledelacocina,ySimonapregunta:
—Pero¿quéleocurre?
—La adolescencia y las hormonas revolucionadas son muy malas, Simona —murmuro
sentándomealamesa—,ysinlugaradudasFlynloestállevandofatal.
Ambasnosmiramosyasentimos.Menudanoshacaídoconeljovencito.
Unahoradespués,recibounmensajedeEricpararecordarmequellegarátarde.Esomeenfada
aúnmásdeloqueyaestoy,peroloasumo.
Sétodoeltrabajoquetieneynoquieropensarenlamujerquelohallamado¡«bollito»!
Doshorasdespués,yconlaayudadePipaparadardecenaraEricyaHannahyacostarlos,voya
la habitación de Flyn. No ha aparecido en toda la tarde y es la hora de cenar. Al acercarme a su
cuarto, oigo la música de los Imagine Dragons, el grupo preferido de mi hijo, y, tras dar dos
golpecitosenlapuerta,abroyloveotiradoenlacamamirandoeltecho.
Entroenlahabitacióny,alverquenomemira,comienzoatararearlacanciónquesuena,queno
es otra que Radioactive.[3] Aún recuerdo el día que fuimos a comprar el CD Flyn y yo, cómo la
cantamosenelcocheaplenopulmóncuandoregresábamos.
Enelloestoycuandoélselevantadesucama,paralamúsicaymemira.
—¿Quéquieres?—pregunta.
Vale...,sigueenfadado.Notengoganasdediscutir,asíquedigo:
—Lacenaestáenlamesa.¿Vienes?
—Notengohambre.
SutonocortanteesigualitoqueeldeEric.Cadadíaseparecemásaély,deseosadeunpocode
calorhumano,digoacercándomeaél:
—Venga,Flyn.Bajaconmigoacenar.Ericllegarátardeynoquierocenarsola.—Alverqueme
mira,pongocaradeperropachónymurmuroconvozdeniña—:Porfi...,porfi...,porfi...Noquiero
cenarsolita.
Finalmente,elcríosonríe.Quéguapoestácuandolohace.
—Deacuerdo—suspira.
Encantada,ledoyunbesoenlamejillay,cuandovaaprotestarpormidemostracióndeafecto,lo
miroycuchicheo:
—Soytumadreyquierobesarte.
Denuevosonríe.Aisss,quemelocomoooooooo.
La cena, a pesar del mal inicio con Flyn, es amena. Por unos minutos, mi hijo vuelve a ser el
charlatánquedisfrutaconmigohablandodemúsica.SehaenteradodequelosImagineDragonsvana
actuarenAlemaniaeintentapersuadirmeparaquelollevealconcierto.Durantevariosminutosdigo
queno,perofinalmenteelchavalconsigueelsí.Sinlugaradudas,Meltienerazón:soydemasiado
blanditaconél,ypuedeconmigo.
Una vez terminada la cena, nos sentamos los dos en el sillón con mi portátil y, sin dudarlo,
comprodosentradasonlineparaélyparamí.AEric,nipreguntarle;aélnolegustanlosImagine
Dragons.EncuantoFlynporfinconsiguesupropósito,meabraza,mebesayyosonríocomouna
tonta.
¡Andaquenosabehacermebienlaroscacuandoquiere!
Cuandosevaalacamaporquealdíasiguientetieneinstituto,mequedoviendolatelevisión,pero
comomeaburre,entroenFacebookymepongoacharlarconmisamigaslasGuerrerasMaxwell.
Ungrupodivertidoyocurrentedondesiempreencuentroalegríaypositividad.
Alasoncedecidomarcharmeamihabitación,pasoparaveralosniñosylostresduermen.Feliz
porveramispolluelostanbonitos,mevoyalacama.Sobremimesillatengounlibroquehablade
unbomberoyunafotógrafaquemeharecomendadounamadredelcolegiodeSamiydecidoleer
mientrasllegaEric.
A las once y veinte, la puerta de la habitación se abre. Entra mi guapo marido y lo miro con
deleite.Élseacercaamíymedaunbeso,peronodicenada.
Nomejorobesqueencimavieneenfadado...
Atravésdelespejoobservocómosedesanudalacorbata,sedesabotonalacamisay,cuandosela
quitaylatirasobrelasilla,dicemirándome:
—Jud...,hoynomegustótucomportamientoenelrestaurantetrasaparecerGinebra.
Bueno...,bueno...,bueno...,miamortienelanochecitarumbosa,ylomaloesqueyosoyproclive
atenerlatambién.Asípues,cierroellibroylomiro.
—Amítampocomegustóverloquevi—replico.
Ea...,yalehedadolarespuestaquequería.Mehabuscadoymehaencontrado.
¡Adiscutir!
Ericfrunceelceño—malo...,malo...—y,desabrochándoseelcinturón,sisea:
—¿Yquéviste?
Conscientedeloquehedicho,dejoellibrosobrelamesillayrespondo:
—PuesviaEricZimmermanreencontrarseconunviejoamorquelollamaba«bollito»yquelo
dejóatontadoybabeandocomouncrío.Esoesloquevi.Y,sí,estoycelosa,¡loadmito!
Sugestonocambia.Esomehacepresuponerquenoandomuydesacertada,ymeenvenenoaún
máscuandodice:
—TeexpliquéquiéneraGinebra.¿Aquévieneesatontería?
Conmásganasdediscutirqueél,sonríoconmalicia.SéqueesasonrisitamíaaEricloenferma,
perodispuestaaenfermarlocomoélmeenfermaamí,pregunto:
—¿Félixessumarido?
—Sí—dice,ycongestocontrariadopregunta—:¿Aquévienehablardesumarido?
—¿Tedejóporél?
Segúndigoeso,medoycuentadequemeestoypasandonotrespueblos,sinoveintitrés.
¡Madrecita,québocazassoy!
ElpechodeEricsehincha;sindudamevaasoltarelmayorbufidodelahistoria,perodepronto,
talcomosehinchasedeshinchay,mirándome,murmura:
—Sí.
Asiento...Mepicaelcuelloperonomelorascoy,aunquemipartedecotillaquieresaber,hay
otrapartedemíquemegritaquenopregunte,¡quecierreelpico!
Ericcontinúadesnudándoseensilencio.Laincomodidadsepalpaenelambienteyesomeenerva.
¿Porquéhablardeesamujernosestáoriginandosemejantemalrollo?
Dossegundosdespués,semeteenlacamaymeabraza.
—Dejadepensarcosasraras,queteconozco,Jud—susurra.
No me muevo. Decido no hablar, pero pasados cinco segundos no puedo continuar callada, y
siseo:
—Piensoloquetúmedasquepensar.Deberíashabervistotucaradetontoalmiraraesamujer,
a...a...Gini.
—Jud...
—Y ya cuando le dijiste eso de «Eso siempre me gustó de ti» o eso otro de «decidida y
emprendedora»yoscomíaisconlosojos,tejuro,Eric,que...que...
Looigoreír.Sumalhumoryasehaesfumado—¡lamadrequeloparió!—,einsiste:
—Basta,cariño...,noveasfantasmasdondenoloshay.
—Pero...
Miamormeponeundedoenlabocaparaacallarmey,mirándomealosojos,dice:
—Tequiero,Jud.Noteenvenenescontuspensamientos.Ginebraesunamujerdemipasado,al
igualqueentuvidahayhombres.Yahora,creoqueesmejorquelodejemosaquí.
Nodigomás.DejoqueEricapaguelaluzydecidonopreguntarsilavaallamarpararecordar
esepasado.Mejormecallo.
4
Cuando Mel fue a buscar a Sami al colegio, la pequeña corrió hasta ella y, con un gesto precioso,
murmuró:
—Mami,¿sepuedevenirPabloalparque?
Trasdarleunbesoasurubita,MelviollegarcorriendoaPablo.Miróalosniñosyrespondió:
—PrimerotenemosqueversilamamádePablonotienequehacerotracosa.
EneseinstantellegóLouise,lamadredelniño,ytrasoíresorespondió:
—Genial.¡Todosalparque!
Diezminutosdespués,Melylamadredelpequeñoestabansentadasenunbancoviendojugara
sushijoscuandoaLouiselesonóelteléfonomóvil.
—Discúlpameunsegundo—dijo.
Actoseguido,sinimportarlequeMelpudieraoírla,comenzóadiscutiryadecircosashorribles.
Cuandoterminóycerróelmóvil,miróaMelycomentó:
—Mimaridoyyovamosdemalenpeor.
—Vaya...,losiento.
Mel no quiso decir más. Cuanto menos se metiera uno en los problemas de las parejas, mejor.
PeroLouiseañadió:
—Tresañosdenovios,seisdecasadosy,ahoraquetodonosvabienytenemosunhijoprecioso,
le descubro en el ordenador unas fotos de una fiestecita con sus colegas de bufete, con unas
prostitutas,quemehandejadosinhabla.
Boquiabierta,Mellecogiólasmanosypreguntó:
—¿Estásbien?
Louisenegóconlacabezaylosojosselellenarondelágrimas.
—No—murmuró—.Noestoybien,perotengoqueestarloporPablo.Depronto,sientoquemi
vida tiene que dar un cambio brusco, pero... no sé cómo hacerlo. Nunca imaginé que algo así me
pudierapasar.Johanestabatanenamoradodemí...—Actoseguido,añadióconrabia—:Aúnrecuerdo
loilusionadosqueestábamoseldíaquecomenzóatrabajarenesemalditobufetedeabogados.
EsollamólaatencióndeMel,quepreguntó:
—¿Tumaridoesabogado?
Louiseasintióyluegosiseóconciertoretintín:
—Sí.TrabajaparaHeine,DujsonyAsociados.Unbufetellenodedemoniosconcaradeangelitos
quehanconseguidoquenospaseesto.
Sorprendida, Mel la miró. Aquel bufete era al que Björn intentaba acceder como socio
mayoritario.
—¿Porquédiceseso?—preguntó.
—Porquevandemoralistas,dedefensoresdelavidaenfamiliayelmatrimonio,peroluegono
predicanconelejemplo—contestóLouiseconlamiradaperdida—.Esosmalditosabogadostienen
unadoblevidallenadeviciosycorrupción;esosí,vistodesdefuerasonperfectosmaridosypadres,
ysusmujeresaccedenatodocontaldeseguirviviendocomoauténticasreinas.
Mel la escuchaba incrédula. Si aquello era verdad, Björn debería saberlo. Al ver que Louise se
limpiabalosojosconunpañuelo,repitió:
—Deverdadquelosiento.
Louiseasintiómientrassesecabalaslágrimasy,trascogerfuerzas,afirmó:
—Yotambiénlosiento,peroestoyenesemomentoenelquenoveosalida.Johanvivesuviday
pretendequeyosealaperfectamujercitaqueloespereencasarodeadadeniños,comolosonotras
delbufete.Perosihastahetenidoquedejardeveramisamigasparasalirconesasmujeres.
—Pero¿lohashabladoconél?
Louiseasintióabatida.
—Sí.Aunquedenadasirve.Johandicequeéstaesahoranuestraviday,sihablodedivorcio,me
amenazaconquesequedaráconPablo.Meloquitará.
Al oír eso, Mel se sintió muy apenada y, sin saber qué decir, la abrazó. Así estuvieron unos
segundos,hastaquesesepararon.MelomitióqueBjörnansiabaperteneceraaquelselectobufetede
abogadosy,encambio,dijo:
—Escucha,Louise,nosomosíntimasamigas,peroquieroquesepasquemetienesparatodolo
quenecesites.
Laaludidasonrió.
—Gracias.
EstabanhablandodeellocuandoMeloyóelllantodeSamiy,almirar,laviocaídaenelsuelo.
Rápidamente ambas se levantaron y corrieron hacia ella, pero mientras llegaban un muchacho con
monopatínyunperropequeñoseagachójuntoalaniñaparaatenderla.
CuandoMelllegóhastaSamiyyaestabaabriendosubolsoparaponerleunatiritadeprincesas,la
niñadejódelloraryempezóaacariciaralperro.
—Esmuysuavecita—dijo—.¿Cómosellama?
—Leya—respondióelmuchacho—.Yestáencantadadequelatoques;¿vescómolegusta?Pero
silloras,seasustaylloraellatambién.
Samisonrióy,mirandoasumadre,quelaobservabasorprendida,dijo:
—Mami,quierounperritocomoLeya.
Agachándose para levantar a la pequeña del suelo, tras ver que había sido una simple caída
mientrascorría,Melrespondió:
—Lopensaremos,¿vale?
Laniñaasintió,diomediavueltaycorrióparaalcanzaraPablo,quesesubíaauntobogán.Feliz
porque no hubiera sido nada, Mel le dio las gracias al muchacho por el detalle y se encaminó de
nuevoalbancodelbrazodeLouise.Losniñosteníanquejugar.
Esa noche, cuando Sami vio a su papi, le pidió encarecidamente un perrito. Su mascota, un
hámsterllamadoPeggySue,habíamuertomesesantes,yBjörn,trascontarleuncuentoyarroparla,
seloprometió.Loquenodijofuenicuándo,nicómo.
5
Suenaelpuñeterodespertador,¡ymequieromorir!
Nomegustanadamadrugar,peromadrugo.
CuandoEricselevantaysemeteenladucha,nohablamossobreloocurridolanocheanterior.
Hablar de ello significaría discutir de nuevo, y decido cerrar la boca. Para cinco minutos que nos
vemos,noquieroenfadarme.
Albajaralacocina,Flynestáterminandodedesayunar,meacercoaély,antesdequeledéun
beso,élselevanta.Cuandovaasalir,lollamo:
—Flyn.
—¿Qué?
Eneseinstante,Ericentraenlacocinayyodigodirigiendolavistaalchaval:
—¿Nomedasunbesoantesdemarchartealinstituto?
Elniño...memira...,memiraymemira,yfinalmentereplica:
—Vengaya...,queyanosoyunbebé,mamá.
Y,sinmás,damediavueltayseva.Yomequedoconcaradetontacontemplandolapuertacuando
Ericseacercaamíy,mientrasmecogeporlacintura,murmura:
—¿Tevaleunbesomío,corazón?
Asiento,¡mevale!Claroquemevale,y¡mássimellamacorazón!
Encantada, lo beso y, cuando nuestros labios se separan, Eric me guiña un ojo y se prepara un
caféconesegestodecanallaquetantomegustaymeenamora.
Diezminutosdespués,semarchaalaoficina.Desdeelventanaldelacocina,veocómosealejaen
elcocheymepreparoparaestartodoeldíasinél.
Comocadamañana,trasdardedesayunaralosniños,entramosenmiantiguocuarto,queeshoy
sucuartodejuegos,yjugamos.Pero,pasadasdoshoras,yaestoyparaelarrastre.Hannahlloramás
quesonríe,yenocasionespuedeconmiaguante.
¿Porquétengounaniñatanllorona,conlopocollorónquefueelpequeñoEric?
Por suerte, Pipa, la mujer que está interna en casa para que me ayude con los niños, tiene
muchísimapaciencia,yesellalaqueseencargadelallorona.
Cuandolospequeñossequedandormidosamediamañana,decidoponermeelbañadorydarme
unbañitoenlapiscinacubierta.ÉseesunodelosgrandesplaceresdeserlaseñoraZimmerman.
Me zambullo, nado, descanso, vuelvo a nadar y, cuando me harto, floto en medio de la piscina
mientrasescuchodefondolavozdeMichaelBublécantarCryMeaRiver,[4]ysonrío.Siempreque
BjörnlaescuchayestáconEricyconmigo,nosmiraycuchicheaaquellode«nuestracanción».
Mientrasflotomirandoeltechodelapiscinacubierta,recuerdoaquelmomentoconBjörnyEric
añosatrásenlacasadelabogado.Cierrolosojosysientocómomivaginaselubricaalrememorar
cómoesosdostitanes,unorubioyunomoreno,mehicieronsuyaaqueldíayyoselopermití.
Estoy pensando en ello cuando oigo la voz de Simona, que me llama. Levanto la cabeza
rápidamenteyveoquememuestraelteléfonodecasa,quellevaenlamano.
—Judith,preguntaportilaseñoraDukwen—dice.
Sinsaberdequiénmehabla,salgodelapiscina,mesecounpocolasmanosylacaraycojoel
teléfonomientrasveoaSimonasalir.
—¿Sí?Dígame—respondo.
—¿Judith?
—Sí.Soyyo.
—Hola,soyGinebra,laamigadeEric.Nosconocimosayerenaquelrestaurante,¿merecuerdas?
¡Joderrrrrrrrr!
Mequedoboquiabiertaalsaberquiénesy,sentándomeenunabanquetaparaponermelosanillos
quemehequitadoparametermeenlapiscina,murmuro:
—Sí.Claroqueterecuerdo...
—Ah...,quéalegríasaberlo,cielo.Elmotivodemillamadaesparainvitarosestanocheatiya
Ericacenar.LecomentéamimaridoquehabíavistoaEricytehabíaconocidoati,yestácomoloco
por veros a los dos. Y, por supuesto, tras el malentendido de ayer, he decidido llamarte y
consultárteloatiparaevitarproblemas.
—¿Amí?—preguntosorprendida.
—Sí,cielo,ati—oigoqueresponde.
Unsilencioextrañomeparaliza.
—Mira,tesoro,yoodiocuandomimaridoquedaparacenarconalguienqueapenasconozcoy,
como no quiero incomodarte, me he atrevido a llamar a tu casa, pues imaginé que estarías ahí. De
verdad, Judith, de verdad que siento muchísimo lo que ocurrió ayer. Me creas o no, no he podido
dejardepensarenelloydesentirmeterriblementemal.Porqueteaseguroque,siunamujerledijera
amimaridodelantedemí«bollito»o«miamor»,yoestaríamuyenfadada.Yséqueati,comosu
mujer,notegustóy...
—Vale,loadmito,¡nomegustó!—digofinalmente—.Yaceptotusdisculpas.
—Gracias...,gracias...,gracias...Niteimaginaselpesoquemequitasdeencima.
Sinsaberporquésonríocuandoellainsiste:
—¿Teapetecequecenemosestanoche?Simedicesquesí,llamaréaEric,lediréquehehablado
contigoyquedaréconél.¿Quéteparece?
Unapartedemínoquiere,peromiladocotillaporsabermáscosasdeellamehaceresponder:
—Deacuerdo.LlamaaEricyquedaconél.
Trasdespedirnos,cuelgoyresoplo.¿Porquéheaceptado?
Cinco minutos después, el teléfono vuelve a sonar. Al mirar la pantalla veo que pone «Eric
Oficina»y,trascogerlo,digo:
—Sí,cariño,hehabladoconGinebrayheaccedidoacenarconellosestanoche.
—Atinohayquienteentienda—looigodecir—.Ayermemontasunnumeritoporsaludarlaen
elrestaurantey¿ahoraquedasconellaparacenar?
Sucomentariomehacesonreír.Sinduda,soyunespécimendignodeestudio.
—¿Dóndehasquedado?—pregunto.
—EnNicolaoalassiete.¿Leparecebienalaseñora?
—¡Perfecto!
OigoqueEricseríeyesovuelveahacermesonreírmientraspregunto:
—¿Vendrásacasaacambiartederopa?
—Porsupuesto.—EntoncesoigootroteléfonoquesuenaenlaoficinayEricdice—:Tengoque
dejarte.Hastaluego,miamor.
—Hastaluego,cariño.
Y, dicho esto, cuelgo comprendiendo eso que Eric me ha dicho de que a mí no hay quien me
entienda.¡Perosinomeentiendoniyo!
Alassieteenpunto,yoengalanadaconunpreciosovestidoazulónquemeencanta,ymichico
vestidoconuntrajeoscuroperoinformal,entramosenelrestaurante.Ericdasuapellidoyelmaître,
al ver que tenemos reserva, nos lleva hasta la mesa del fondo. Me sorprendo al comprobar que
Ginebraysumaridoyaestánallí.
Desdeladistancia,observoalhombre.Esmuchísimomayorqueella,perocuandodigo«mayor»
merefieroaunosveinticincootreintaañosmás.EncuantoGinebranosve,avisaaFélix,yveoque
éstesonríeyselevanta.
Ericyélsedanlamanoconafecto.¡Québuenrollito!Segundosdespués,mepresentaamí.Con
galantería,elhombremecogelamanoy,besándomela,dice:
—Esunplacerconocerte,Judith.
—Lomismodigo,Félix.
Reconozco que al principio de la comida estoy algo alterada: saber que Eric y esa mujer han
tenido una historia en el pasado no me hace mucha gracia. No obstante, de forma gradual, mi
nerviosismo se esfuma al ver que Ginebra no hace absolutamente nada que pueda molestarme; al
revés,estátodoelratopendientedequelaveladaseaagradable.
Cuandodecidoiralbaño,ellameacompaña.Unavezasolasallí,dice:
—Pensarás que Félix es muy mayor para mí. —Yo la miro sorprendida. Ginebra sonríe y,
apoyándose en la pared, murmura—: Imagino que ya sabrás que Eric y yo éramos pareja cuando
conocíaFélix,¿verdad?
—Sí.EsomecomentóEric.
Ginebraasienteyprosigue:
—CuandoconocíaFélix,yoteníaveinteaños.Eraunaniñacuriosaporelsexoyporloqueera
ensílapalabra«morbo».Unanoche,envezdesalirconEric,mefuiconunasamigasyenunafiesta
privadaconocíaFélix.
Asiento...Meestoyenterandodealgoquenohepreguntadocuandoellaañade:
—¿Sabesaloquemerefierocon«fiestaprivada»?—Asientodenuevo.Tontanosoy.Ellasonríe
ycontinúa—:Félixeraunatractivohombredecincuentaaños,unhombredemasiadomayorparamí
enaquellaépoca,perotrasjugarconélaquellanochecomonohabíajugadoenmivida,yanopude
desengancharme de él. Félix me hizo conocer lo que yo siempre había ansiado y nunca nadie me
habíadado.
Asombrada,pregunto:
—¿Porquémecuentastodoesto?
Ginebrasonríe,bajalavozymurmura:
—Porque quiero que sepas que soy feliz con mi marido, y que, a pesar de su edad, me sigue
proporcionando,entreotrasmuchascosas,laclasedesexoquemevuelveloca.Conéldisfrutodel
morbodemilmaneras,cosaqueconEricnuncahabríasucedido.
Suspalabrasllamancadavezmásmiatención.
—¿Porquédiceseso?—pregunto.
—Porquesoymujeryséqueestásintranquilaconmipresencia.Veoentumiradaqueestásalerta
conrespectoaEricyamí,peronodebesestarlo.
Susinceridadaplastantemegustaymeincomodaapartesiguales.Noséquépensarcuandoella
prosigue.
—Félixeselhombredemivida.Élmedaloquebuscoyyoledoyloquequiere.Juntoshacemos
unbuentándem.Unbuenequipo.Cuandoestoysola,hagoloquequieroy,cuandoestamosjuntos,me
pongo en sus manos y accedo gustosa a todos sus oscuros caprichos. Se puede decir que soy su
esclavasexual.
Asientounavezmás,yellavuelveadejarmesinpalabrasenelmomentoenquepregunta:
—Siyotebajaralasbragasenesteinstanteytemasturbaraenelcubículodeesebaño,¿creesque
aEriclemolestaría?
Guauuuuuuuu,¡menudorebotepillaríamialemán!Yquéguantazoleibaadaryoaellaporlista.
Pero,acaloradaporloquedice,contesto:
—Sí.
Ginebrasonríeeinsiste.
—¿Yporquésemolestaría?
Apoyolacaderaenlabonitaencimerademármolrosadelbañoyrespondo:
—Porqueélyyotenemosnormas.Ylaprimeradeellaseshacerlotodosiemprejuntos.
Ginebraasientey,trasrepasarseloslabiosconcarmín,cuchichea:
—Félixestaríaencantadodequetemasturbaraotúmelohicierasamíconlacondicióndeque
luegoselocontaraparaqueéldisfrutase—y,bajandolavoz,murmura—:Sialgonuncamegustóde
Ericessuposesividadysuexclusividad.
—Puesesoesjustoloqueamímegustadeél—añadosegura.
Ginebramemira,vuelveasonreírydice:
—A Félix y a mí nos va algo muy nuestro. Me encanta ser su esclava, su putita, su moneda de
cambio.Meexcitaquemeofrezca,quemefuerce,meobligue,meateparaotros,ytodoesoesalgo
queséqueaEricnuncalegustó.
Uy...,uy...,¡nihablar!Esonoleatrae.Noséquédecir,cuandoellapregunta:
—¿EstoyequivocadayahoraaEriclevaeso?
—No—respondoconrotundidad.
Ginebraasientey,retirándoseelpelodelacara,susurra:
—Nomeveascomounaamenaza,Judith.Amodemasiadoamimarido,yséqueencontraraotro
comoélesimposible.
Acadainstantemássorprendida,vuelvoaasentir.
¡Joder,parezcotonta!
—Necesitaba decirte esto —afirma guardándose en el bolsito su barra de labios—. No quiero
malentendidosentretúyyo.
Cincominutosdespués,regresamosalamesa,dondenosesperannuestrosmaridos,yunahora
mástarde,trasunanocheencantadora,nosdespedimosyregresamosacasa.
Enelcoche,Erictocamirodillamientrasconduceypregunta:
—¿Lohaspasadobien?
Porraroqueparezca,asiento.MegustaríahacerlemilpreguntassobreGinebra,peroséqueal
finaldiríaalgoquememolestaríayterminaríamosdiscutiendoporello.Asípues,sonrío,lomiroy
afirmo:
—Sí,miamor.
Cuando llegamos a casa, tras saludar a nuestras mascotas, que nos dedican un recibimiento
descomunal,subimosanuestrahabitación.Allí,cojoaEricdelamanoy,sinhablarnos,hacemosel
amorconposesividadyexclusividad.
Lodeseoparamí.Sóloparamí.
6
Llegaelviernes.
Ericseajustalacorbataanteelespejodenuestrahabitaciónyyoprotestodesdelacama:
—Venga,va,Eric,elañopasadonofuialaFeriadeJerez.
Élmeobservaatravésdelespejoconsugestoserioyresponde:
—Porquetúnoquisiste,pequeña...,porquetúnoquisiste.
Valeeeee...Tienerazón.ÉlteníaunviajealaRepúblicaChecaypreferíacompañarlo.
Sigueanudándoseelnudodelacorbatacuandoañade:
—Cariño,vetúalaferiaydaleelgustoatupadre.Yoestoymuyocupado.Sabesquevoyatope
detrabajoy...
—¿Porquénodelegaspartedetustareasaalgunodelosdirectivos?
—Jud...,nocomiences—murmura.
—Perovamosaver...—protestolevantándome—.Antesdelegabasunagranpartedeltrabajoen
ellosypodíamosestarmástiempojuntos.¿Dequésirveeldinerosinolopodemosdisfrutar?
Elgestodemialemánsedescompone,¡faltaríamás!Yaestoydiciendoalgoqueloincomoday,
sinresponderaloquelehepreguntado,replica:
—Mira,Jud,esmiempresa,tengoqueatenderla,ynopuedoperdereltiempoenirdefiestecitaa
Jerez,¡entiéndelo!
Esomesubleva.PorsupuestoqueEricmeanimaaquevayaalaFeriadeJerez,peroyoquiero
quemeacompañe.Podercaminardelbrazodemiespectacularmarido,pasartiempoconélyhacerle
saberatodoelmundoloasquerosamentefelizquesoy.Sivoysola,comenzaránlashabladurías,yno
meapetecequeleponganlacabezacomounbomboamipadre.
Pero ya me ha quedado claro que Eric no está por la labor y, como no quiero discutir con él,
cuandocomienzaasonarennuestroequipodemúsicalacanciónMemuero[5]deLaQuintaEstación,
miroamichicarrón,melevanto,meplantoanteélydigo:
—Vamos.Bailaconmigo.
Ericmemira,sigueconelceñoarrugadoyprotesta.
—Jud,tengoprisa.
Nodesistoy,mientrasmentalmentetarareoesode«memueroporbesarte,dormirmeentuboca»,
[6]insisto:
—Vamos,Iceman,bailaconmigo.
Peronada,¡niIcemannileches!Alparecer,hoynoeseldía,yEricvuelveafulminarmemientras
protesta:
—Jud.Tehedichoquetengoprisaynoestoyparatonterías.
Oír eso me molesta. ¿Por qué es incapaz de ver mi detalle? ¿Por qué no se muere por bailar
conmigo?
—Puesvale—murmurosentándomedenuevoenlacama—.Tútelopierdes.
Durante unos segundos permanecemos los dos callados mientras contemplo cómo mi amor se
ponelachaqueta.Dios,quéincreíbleestávestidocontraje.
Alverquemeobservaatravésdelcristalparacomprobarsiestoyenfadadaporeldesplanteque
acabadehacermeconelbailecito,digodispuestaaseguirconeltemadeJerez:
—Oye,Eric,yoteacompañotodoslosañossíosíalaOktoberfesty...
—Jud,¡noeslomismo!
Oírlodeciresomehacereír,perodemaldad,yachinandolosojossiseo:
—¿Cómoquenoeslomismo?
—Cariño,laOktoberfestsecelebraenMúnichynotengoquedejarnadadelado,peroparaira
Jerez, he de aparcar las obligaciones y viajar a otro país; ¿acaso eres incapaz de entender lo que
digo?
No. No soy incapaz de entender lo que dice, lo que me da rabia es que Iceman sea incapaz de
ponerseenmilugar.
—Sólo quiero que entiendas que para mí también es importante asistir a la feria de mi tierra
cogidadetubrazoparaqueamipadrenoleponganlacabezacomounbomboconloscotilleos—
replico—.Sóloeso.
Ericnocontesta.Sugestoceñudolodicetodoy,alfinal,decidocallaro,sinduda,vamosatener
unabuena.Mesientorumbosa,ymástraseldesplantequemehahechoconelpuñeterobaile.
Diezminutosdespués,yaenlacocina,comonohedichonada,mialemánseacercaamí,sabe
quelohahechomal,ymeabraza.
—Intentaré buscar días libres para ir a Jerez —murmura—, pero no te prometo nada, ¿de
acuerdo,pequeña?
Quehagaeso,quealmenoslopiense,yaesuntriunfo,yafirmo:
—Deacuerdo.
Ericmebesay,cuandoseparasuslabiosdemíconunamaliciosasonrisa,murmurasinquenadie
nosoiga:
—¿Deverdadquemidisfrazparaestanocheesdepolicía?
Asiento.Olvidonuestroenfadoymurmurosonriendo:
—Esperoquemedetengas.
Ericsonríeasuvez,muevelacabezaypreguntacurioso:
—Yeltuyo¿dequées?
Yo lo miro de esa manera que sé que le gusta y lo enloquece, clavo mis pupilas en las suyas y
cuchicheo:
—Esoessorpresa.
Cuandomialemánsevaatrabajar,loobservoalejarseenelcochedesdelaventana.Séqueme
quiere,séquedaríalavidapormí,peroahora,entrelosniñosylaempresa,mefaltatiempopara
estarconél,ymesientoalgoabandonada.¡Vayamierda!
Comopuedo,pasoeldía.Meaburrocomounaostra.Amoamishijos,peronecesitohaceralgo
másquecuidarlos,ycadadíalotengomásymásclaro.
Porlatarde,MelvieneacasaparadejaraSamiy,trasdespedirnosdelosniños,quesequedanen
casa con Simona, Norbert y Pipa, nos vamos a casa de Mel, donde Björn y Eric nos esperan ya
vestidos,elprimerodebomberoyelsegundodepolicía.Alverlos,nopodemosparardereír.
Nos ponemos nuestros disfraces de ángel y demonio, que son de zorrones total, y, cuando
salimosconellos,loschicossilban.Estánencantadosconloqueven.
Ericmemiraysusurra:
—Ereselangelitomástentadorypreciosoquehevistoenmivida.
Sonrío.Nolopuedoremediar.
Unaveznosponemoslosabrigosporencima,paranoescandalizaranadiepornuestraspintas,
loscuatronosmontamosenelvehículodeBjörnynosdirigimosalSensations.
Comoeradeesperar,lafiestaesdivertida.Verlosdisfracesquelagentellevamehacesonreír.
—Hola—oigoquedicealguiendepronto.
Al volverme veo a Félix vestido de mosquetero. Divertidos, nos saludamos, Eric le presenta a
BjörnyaMely,cuandoterminan,pregunto:
—¿YGinebra?
Félixsonríey,traspediralcamarerounabotelladechampán,dice:
—La he dejado en el reservado número cinco entretenida mientras yo venía a por champán. —
Luegoseacercaymurmura—:Lehepedidoamimujerquedejebiensatisfechosatresamigos.
Asiento.Ericasientetambiény,cuandoaquélseva,miamormusita:
—Veoquesiguenensulínea.
Su comentario me sorprende. Si hay alguien permisivo en el sexo, ése es mi chico. Lo miro y
pregunto:
—¿Porquédiceseso?
Élmemira,pasaeldedopormibarbillay,acercándoseamí,susurra:
—Porquetevaloroyporquenuncateutilizaríacomomonedadecambionitedejaríasolacon
otros hombres y sus exigencias. En nuestra relación mandamos los dos, y juntos iremos a todos
lados.
Mebesa.Lobeso.Adorosusbesoscargadosdeamor.
Cinco minutos después, cuando Eric habla con Björn, Mel se acerca y, señalando con el dedo,
preguntadeformadisimulada:
—Y ese cachitas guaperas que mueve las caderas como Ricky Martin y va vestido de vaquero
¿quiénes?
Condisimulo,dirijolavistaadondeMelindicaenelmomentoenqueelcachitasguaperasme
mira.Sonrío.Élsonríeyseacercaanosotras.
—Hola,Dennis—losaludo.Luegomiroamiamigayañado—:Mel,tepresentoaDennis.
Endécimasdesegundo,EricyBjörnestánanuestrolado.¡Vayados!Concaballerosidad,Dennis
lossaluda,despuéscogelamanodeMel,labesaymurmuraconsuparticularacento:
—Obrigado.
—Nomedigasqueeresbrasileño...—oigoquediceMelenalemán.
Élasientey,sinsaberporqué,yosalto:
—Bossanova,samba,capoeira...
Yentonces,meparo.
¿Quéhagoyohaciendoloquelagentesiemprehaceconmigoconesode«Olé,torero,paella...»?
¿Acasosoyimbécil?
Ericmemiradivertido.Meleeenlacaraloquepiensoymurmurajuguetónenmioído:
—Cariño,tehafaltadodecircaipiriña.
Durantevariosminutos,loscincohablamosynosreímos.Dennis,ademásdeestarcomountren,
enelqueveoquemuchasquierenmontar,pareceunabuenapersonay,cuandopocodespuéssealeja
delamanodeunasrubias,miamormebesaenlasienypregunta:
—¿Quieresbeberalgo?
—Unacoca-cola.
—¿Solaoconvodka?
Lopienso.Lanocheesjoven,yrespondo:
—Mejorsola.
CuandomichicoyBjörnsemarchanaporlasbebidas,Mel,quemiraaladerecha,cuchichea:
—Joder...,puessíqueesmaduritoelmaridodeGinebra.
—Treintaañosmásqueella—leexplico—.Tendráunossetenta.
Acontinuación,melevantodeltaburete.
—Ven,acompáñame—digoy,alverquenuestrosmaridosnosmiran,hagounaseñaylesaclaro
—:Vamosalbaño.
Eric y Björn asienten y, cuando desaparecemos tras la cortina y no me dirijo al lavabo, Mel
pregunta:
—¿Adóndevamos?
—Quieroveralgo—afirmosinsoltarlamientrasseguimosaFélix.
Encuantollegoalreservadonúmerocincoyvoyaabrirlacortina,Melmedetiene.
—¿Quéhaces?—pregunta.
—Sóloquieroverynopone«Stop».Portanto,sepuedemirar.
Melsonríe,asiente,yconcuriosidadabrimoslacortinatranquilamenteparaobservar.
Enlahabitación,Ginebraestáatadaaunasilladeunamaneraquemedejasinpalabras.
Suespaldadescansaenelasiento,sucabezacuelgahaciaelsueloysuspiernasestánsujetasalo
altodelrespaldo.Unhombrequeseagarraalasillaconfuerzaseintroduceenellaunayotravez
mientrasellajadeaygritadeplacer.
Melyyoobservamoscuandodeprontoeltipodaunúltimoalaridoyseretiradeella.Instantes
después, otro hombre se arrodilla ante Ginebra y, con una facilidad que me deja sin palabras, le
introducelamanoenlavaginaantelosgritosdelocuradeella.
—¿Disfrutas,miamor?—oigoquepreguntaFélix.
—¡Sí...,sí...!—gritaGinebra.
Sindescanso,elhombresacaymetelamanoenelinteriordelavaginadeella.
—Joder...,nomevanadaelfisting—murmuraMel.
—Amítampoco—susurrosinrespiración.
Eneseinstante,Félixseagacha,ledadebeberdesucopadechampánaGinebraydice:
—Asímegusta,zorrita.Estosamigosquierencobrarloquelesprometí.
Ellasonríe.Félixacercasubocaaladeellamientrasotrohombrelecolocaunaspinzasenlos
pezonesyentoncesGinebragrita,peroséquegritadeplacer.
Los hombres ríen al oírla. Félix se levanta de donde está, se acerca al pene de otro y, tras
recorrerloconlalengua,leechasobreésteelrestodelchampándesucopa.
—Méteselaenlabocahastaelfondo—dice.
Actoseguido,elhombrecogelacabezadeGinebray,conexigencia,lohace.Esomevuelvea
incomodar,aunqueséqueaellalegusta.Esetipodesexonomeva.Vercómoaqueltipoobligaa
Ginebra mientras el otro juguetea con la mano en el interior de su vagina me deja sin palabras.
Entonces,Meltirademíydice:
—Regresemosconloschicos.
Asiento.Conloquehevisto,essuficiente,yahoraentiendoporquéGinebramedijoqueaEric
noleibaeso.Sinlugaradudas,noleva,niamítampoco.
Sinmás,regresamosjuntoanuestrosmaridos,quenosentreganlasbebidas,yyomesientoenun
taburete.
EneseinstanteseacercananosotrosDianayOlaf.Duranteunratocharlamoshastaquemefijo
enquealfondodelasalaestáDennisconlasrubias.Elbrasileñonosmira,nosobserva,yEric,que
sedacuentacomoyo,pegalabocaamioídoy,moviendoeltaburete,dice:
—Angelito...,separalosmuslosparaelvaquero.
Extasiada por el morbo que me provoca siempre esa acción, hago lo que me pide y lo que me
excita,mientrasobservocómoDennisnossiguemirando.Esetipodecosassonlasquemevanyle
vanamichico.
Sinduda,mispiernasabiertasleofrecenaDennisunavisiónbastanteinteresantedemí.Eric,que
lo sabe, que me conoce y que disfruta como yo del momento, introduce un dedo en su whisky, lo
moja y, después, con complicidad, excitación y alevosía, lo pasa por mi boca, por mis labios. Sin
apartarsusojosdelosmíos,sientocómosudedobajapormibarbilla,pormicuello,mispechos,mi
ombligo. Me besa mientras su dedo baja..., baja... y baja, hasta que lo siento llegar al centro de mi
húmedoylatentedeseo.
Uf...,¡quécalor!
Mis labios vaginales se abren solos, mientras Eric tiene los ojos clavados en mis pupilas y,
cuandosudedotocamiyahinchadoclítoris,yojadeo,cierrolosojosporpuroplaceryoigoque
dice:
—Mírame,cariño...,mírame.
Obedezco. Sé lo mucho que le excita a Eric que lo mire en esos instantes y, con una mirada
totalmenteperversa,vuelvoajadear.Élsonríe,mebesaelcuelloymurmura:
—Tumiradamehacesaberqueyaestáspreparadaparajugar.
Asiento.Ésteeselsexoquemegustay,sincerrarlaspiernas,besoamiamor.Lodeseo.Deseo
jugarconlocura.AsíestamosunosinstanteshastaquenuestrasbocasseseparanyDennis,queyase
hadeshechodelasrubias,comobuenjugador,enpocossegundosestáanuestrolado.Ericlomira,
nohacenfaltapalabras,ysegundosdespuéslamanodeDennisseposicionaenlacarainternademis
muslosmientrassusurra:
—Meapasionaquenollevesbragas.
Ericsonríe,yyotambién.
EntoncesDiana,quehavistolajugadayvavestidadetroglodita,dice:
—Judith,reservaelprimerbaileparamí.
Esomehacesonreír.MeestápidiendoserlaprimeraentomarmicuerpocuandoBjörn,queestá
juntoaMelyOlaf,preguntaentonomorboso:
—¿Quiénsevienealasaladelfondo?
Todosloacompañamos.Todostenemosganasdepasarlobien.
La sala es grande, y hay más gente además de nosotros. Distintas camas están ocupadas por
hombres y mujeres practicando sexo y, nada más entrar, Björn se lleva a Mel a una libre y allí
comienzan su juego con Olaf. Todos los observamos hasta que Diana, que es una loba deseosa de
sexo,secolocajuntoaEricydice:
—¿Quétalsicomienzoyoconelangelito?
Élmemira,sonríey,cuandovemigestodeaprobación,asiente:
—Todatuya.
Dianamedalamanoymellevaaotracamalibre.Sinquemediganada,séloquequiereella,lo
que excita a mi amor y lo que yo deseo. Por eso, me tumbo sobre el colchón. Mi corto vestido de
angelitosesubesolo,dejandoaldescubiertomiausenciadebragasymibiendepiladopubis.
Eric, Diana y Dennis me observan. Veo sus miradas. Todos están deseosos de comerme, de
disfrutarme,desaborearme,yentoncesEricseacercaamíy,cogiéndomelasmanos,melaslleva
hastalosbarrotesdelacabecera.
—Agárrateaellosynotesueltespornadadelmundo—medice.
Lohago.Ericmebesa,pasealasmanosconpropiedadpormicuerpoypregunta:
—¿Estáscaliente,miamor?
Aloírlo,meestremezcoyasiento.
—Sabesquesí—murmuro.
Mimaridometocalaspiernas.Tiemblo.Conseguridad,meseparalosmuslosdejandomivagina
húmedaaldescubiertoy,pasandoundedoporella,musitamientraslaabre:
—Adorotuhumedad.
Instantesdespués,labocadeDianachupacondeleiteloqueEricleofrece.Suansiedadnoleha
permitidoesperarunsegundomás.Notocómodatoquesconlalenguasobremiclítoris,yobservo
queEricyDennissesientancadaunoaunladodelacama.
—Esoes,miamor,abrelaspiernasparaDiana.
Sindudarlo,lohago.Dios,¡quéplacermásinconfesable!
Gustosa por lo que ella me hace, jadeo y me retuerzo agarrada a los barrotes de la cabecera
mientrasEricyDennisnosobservanconardor.
Cuandoelplacerylalujuriatomanmicuerpo,soyunjugueteenmanosdecualquiera,yDiana
sabemuybiencómomanejarmeasuantojodesdelaprimeravezquemeposeyó.
Sin descanso, chupa, lame, introduce los dedos en mí y me masturba mientras juega con mi
clítoris,altiempoqueEricyDennismebajanelvestidoparasacarmispechos.Cadaunoseadueña
deunoylossaboreanasumaneramientrasyopierdolanocióndeltiempoymeentregodócilmente
aellostres.
No sé cuánto rato estamos así; sólo sé que, cuando vuelvo a ser consciente, estoy de rodillas
sobrelacamadeltododesnuda,mientrasDianamesujetalascaderasconunamanoyconlaotrame
masturbadeformarítmicaaltiempoqueseoyeelchapoteodesusdedosenelinteriordemivagina.
Eric y Dennis nos observan con sus duros penes erectos preparados para mí, cuando ella
murmuracercademiboca:
—Esoes,angelito...,muévete...Esoes...,esoes.
Loca...,locadedeseo,hagoloqueDianamepide.
Me muevo mientras siento cómo todo mi cuerpo arde a punto de explotar y oigo los gemidos
placenterosdetodoslospresentes.Diana,comomujerexperimentadaendarplacer,mehacegritar,
moverme,cabalgarsobresumanohúmedademisfluidos,mientrasyoobservoaEric.
Su gesto. Su mirada me vuelve más loca todavía, hasta que me arqueo, el placer toma todo mi
cuerpoy,conunúltimogemido,leshagosaberquehellegadoalclímax.
PeroEricyDennisestándeseososdesexoy,cuandoDianaseretirademí,Dennislaagarra,la
poneacuatropatasylapenetra.DianagritadeplacerenelmomentoenqueEric,levantándome,me
dalavuelta,meponeenlamismaposiciónqueella,meagarradelpeloysusurraenmioído:
—Mevuelvesloco,morenita...,loco.
Y,deseosodemí,meempalahastaelfondoy,comounsalvaje,mehacesuyamientrasyojadeoy
le pido más y más y me dejo llevar por la pasión del momento. Como un animal, mi amor, mi
marido, mi todo, me hace suya, y yo me acoplo a él y lo hago mío. Es nuestro baile. Es nuestra
maneradeverelsexo.Esnuestrodelirio.
Sindescanso,loscuatrojadeamosmientraselruidosecodenuestroscuerposalchocarsuenacon
fuerzaenlasala.Una...,dos...,tres...,veintevecesentraysaledemímialemány,cuandosabequeya
no aguanto un segundo más, se deja ir al mismo tiempo que yo y juntos disfrutamos de aquel
morbosoymágicomomento.
Acabadoeseasalto,Diana,queesinfatigable,vuelveaabrirmedepiernasmientrasEricsesienta
enlacamaysusurracuandoDennisladeja:
—Dametujugo...,dametujugo.
EricyDennisnosobservan.Diana,lainsaciable,nosecansadesaborearme,yyopermitoquelo
hagaencuantoEricseacercaamí,mebesaenloslabiosypregunta:
—¿Todobien,pequeña?
Asiento...,asientoyjadeoentregadaalplacercomoséqueaéllegusta.
NingunamujermesaboreacomoDiana.Otrasmehantomado.Otrashandisfrutadodemí,pero
Dianaeslamujerqueverdaderamentehahechoquemecorradepuroplacer.
Entregadaasuexigenteboca,cierrolosojosydisfrutodelmomento.Cuandovuelvoaabrirlos,
veo a Ginebra desnuda ante nosotros junto a otra mujer. Ambas nos observan y, tan pronto como
Ginebravequelamiro,sonríe.
ExtasiadaporlascosasquemehaceDiana,letiendolamanosinsaberporqué.Ginebramelada
yyoselaaprietomientrasmeretuerzogustosa.Ericnosmira.Veolasciviaensumiraday,conmi
otramanolibre,cojounodelospreservativosquehaysobrelacamayseloentrego.
Mi amor no aparta los ojos de mí. Intenta leer lo que le digo y, cuando me entiende, abre el
preservativo,seloponey,trasecharaGinebraaunlado,agarraalaotramujer,lasientasobresus
piernasylaempalaconferocidad.
De pronto soy consciente de lo que he provocado, pero Eric no ha aceptado, y la dicha por
saberlosuperaloqueDianamehacemientrasmeretuerzodeplacer.
Cuando Diana se da por satisfecha y me suelta, tras unos segundos en los que recupero el
resuello,mearrodilloenlacama,meabrazoalaespaldademiamorycomienzoabesarleelcuello
mientrassuscaderasseclavanenlaotramujer.
Ericseestremecealsentirme.Micontactolegustatantocomoloqueheprovocado.
Oigosusjadeos,losdeGinebra,queestáalladoconotrohombre,yalenredarlasmanosenel
pelodemimaridoobservocómoEricembistealadesconocidaconfuerza.
Encantadaconloqueveo,besoelanchocuellodemiamor.EntoncessientoqueDennis,queestá
detrásdemí,entraeneljuegoy,alnotarquenolorechazo,murmuraponiéndomeelvellodepunta:
—Tucuerpoessamba.
Meexcitasuvozmelosaycalentita.Uf...,quémorbotieneDennis.
Actoseguido,conaguayunatoallalimpia,melavaparaél.Elfrescormeencanta,cuandome
besalascostillas,eltrasero,paseasussuavesygrandesmanospormicuerpodesnudo,mientrasyoa
travésdemisoscuraspestañasobservoloquehaceEric,loquehacemiamor.
Asíestamosvariosminutoshastaquemirubioechahaciaatráslacabezaenbuscademibocaylo
beso.LodevoromientrassoyconscientedequeGinebranosobserva.
—Tequiero—murmuroentrebesoybeso.
Erictiembla.Yotiembloconél.Nopuedoquererlomás.
Dennis,alsentirmevibrarynotarlaexcesivahumedadquetengoentrelaspiernas,meagarrapor
la cintura y, tras ponerse un preservativo, sin alejarme un ápice de mi amor, se introduce en mí y
murmuraenportuguésalpercibirlaoscilacióndemiscaderas:
—Eugostodoseocorpo.
Oírlohablarensulenguameexcitamás,yalentenderquelegustamicuerpo,muevolascaderas
ypercibocómoDennistiembladelujuria.
Placerporplacer.
Aquelloquesiento,quetodoslospresentessentimos,mehacecerrarlosojosyjadearcomouna
posesa.Dennismemueveasuantojoyyopermitoquelohaga,mientrasmispechosserestriegan
porlaespaldadeErichaciéndolesaberqueyotambiéndisfrutoconloqueocurre.
Abrolosojosy,desdemiposición,observoqueGinebra,mientrasestáconelotrohombre,toca
conunamanoelhombrodeEricytienelabocacerca,demasiadocercadelasuya.Esomehaceestar
alerta.
Durantevariosminutos,elplacerseapoderadetodoslosqueestamosenlamorbosahabitación.
Oigolosgemidosintensosdetodoelmundoy,porsupuesto,losdeDennisylosmíos,quesubeny
subenysuben,peromiconcentraciónseencuentraenotracosa.EnEric.
Todosestamosallíporquequeremos.
Todosestamosallíporquelodeseamos,hastaquedenuevoveoqueGinebrasehallademasiado
cerca de la boca de mi amor. Soy consciente de cómo ella le toca el mentón, y entonces alargo la
manoy,separándoladeél,murmuro:
—Subocaessólomía.
—Essólotuya,pequeña...,sólotuya—jadeaEricparaqueyolooiga.
Oír su voz en un momento así me vuelve loca. Dennis se hunde totalmente en mí y, segundos
después, llegamos juntos al clímax mientras Eric y Ginebra, con sus respectivas parejas, tienen
convulsionesysecontraendeplacer.
Esa noche, cuando llegamos a casa y nos duchamos, al meternos en la cama, miro a Eric y le
pregunto:
—¿HabríasbesadoaGinebrasiyonollegoaprohibirlo?
Élmemira.Sabedeloquehabloy,negandoconlacabeza,musitaunescueto:
—No.
Pero,nocontentaconlarespuesta,insisto:
—¿Tehabríagustadohacerloconella?
—Jud...
—Responde—ataco.
Ericclavaentoncessusojazosenmí.
—Melopermitisteyyolorechacé—contesta—;¿aquévieneesapreguntaahora?
Asiento.Nopuedoreprocharalgoqueyoheprovocado,aunqueélnoloaceptó.
—Eric—murmuro—,sóloqueríademostrartequeconfíoenti,ysimemientesyo...
Rápidamente,miamorsemueve,sesientaenlacamay,cogiendomicaraentrelasmanos,dice:
—No sé de lo que hablas, ni por qué habría de mentirte yo, cariño. He rechazado algo que tú
mismameofrecías.¿Quéteocurreahora?
Sinsaberaúnporquéhiceloquehice,pregunto:
—¿Porquélarechazaste?
Ericmaldiceyrespondemirándome:
—Telohedicho:noquieronadaconella,Jud.¡Nada!
—Entonces¿porquénolaseparastedetuboca?
—Nolosé,Jud.Quizáfueraporqueestabaallímite.Túmismavisteque,nadamásdecirloque
dijiste,lleguéalclímaxconlaotramujer.Pero,cariño,mibocaessólotuya,comolatuyaessólo
mía.Nodudesdemí,porfavor.
Sin ganas de seguir hablando, asiento, le doy un beso en los labios y me recuesto sobre él.
Segundos después, Eric apaga la luz. A diferencia de otras veces, esta vez no bromeamos sobre lo
ocurrido,yeso,aunqueEricnoloquieraver,medaquepensar.
7
Alamañanasiguiente,cuandomedespierto,estoysolaenlacama.Miroelreloj:lasdiezyveinte.
Rápidamentemelevanto.
¿PorquéEricnomehadespertadoantes?
Comounaloca,mevisto.Mepongounosvaqueros,unacamisetayunaszapatillasdedeportey
vueloescalerasabajo.
Cuando llego a la cocina, Simona, Pipa y Eric están con los niños, mientras que Flyn está
tecleandoensumóvil.Comounaexhalación,entroylepreguntoamiamor:
—¿Porquénomehasdespertado?
Élseacercaamíconunapreciosasonrisay,trasbesarmeenloslabios,responde:
—Porquenecesitabasdormir.Buenosdías,pequeña.
Que esté de humor me hace sonreír y, sin querer pensar en lo que hablamos la noche anterior,
miroamialrededorypregunto:
—¿DóndeestáSami?
Eric,queestáhaciéndoleunapedorretaaHannah,noresponde.Flynmemiraentoncesconcara
deapuroydice:
—Björnhavenidoestamañanayselahallevado.
Depronto,elteléfonomóvildeEricsuena.Echaunvistazoalapantallay,mientrasleentregala
niñaaPipa,dice:
—EsWeber,paraunostemasdelaoficina.Iréaldespachoahablarconél.
—¿Otraveztrabajo?
Ericresoplaysaledelacocinasincontestar.
Cuandoyasehaido,meacercoaFlyn.
—¿Quéteocurre,cariño?—lepregunto.
AhoraqueEricnoestá,élmemiradirectamentealosojos.
¡Uy...,uy...,esamiraditadecorderodegollado...!
¿Quéhabráhecho,Diosmío?¿Quéhabráhecho?
Acostumbradaasuespecialmiradacoreanaalemana,levantolascejasyfinalmenteéldice:
—¿Podemosiramihabitación?
¡Losabía!
¡Sabíaqueocurríaalgo!
Convencidadequetienealgoquecontarme,asientoylosdossalimosdelacocina.Alsalir,veo
queFlynmiraendirecciónaldespachodeEricy,cuandoseaseguradequeestálapuertacerraday
nonosve,mecogedelamanoy,tirandodemíatodaprisa,dice:
—Vamos.
Subimos la escalera de dos en dos y en silencio. Al llegar a su cuarto, entramos, él cierra la
puertaymemira.
—Mamá—dice—,tengoquecontartealgo.
Asiento.Sinduda,lacosavaatraermiga.Mesientoensucamatrasquitarunpardecamisetas
quecomosiemprehadejadotiradasypreguntoconunsuspiro:
—Losé.Conozcotumirada,asíque¡dispara!
Mihijoserascaelcuello.
Bueno...,bueno...,queaéstelevanasalirronchonestambién.
Despuésserascalacoronillayfinalmentevahastasumesilla,rebuscaenelcajóny,tendiéndome
unsobre,dice:
—Noteenfades,perosonlasnotas.
Ay,miniño...Pobrecito,elapuroquetiene.
Siélsupieralomalísimaestudiantequefuiyoasuedadylosdisgustosquelesdabaamispadres,
seguramentememiraríaconotrosojos.Perono,nopuedodecírselo,ysonrío.
Flynesunbuenestudiante,siemprehasidounniñodenotablesysobresalientesytremendamente
exigenteconsigomismo.Cojoelsobrequemetiendeeintentoquitarlehierroalasunto.
—Vamos, cariño, no pongas esa cara. Papá y yo ya te hemos dicho muchas veces que no hace
faltaquetodoseansobresalientes,miamor.Además,esteañohascambiadodecicloydecentroyes
todomuchomásdifícil,porloqueesnormalquetusnotashayanbajado.
Elpobrememiraconojitosderatoncilloasustadoyyosonrío.
¡Cómomecamelamicoreanoalemán!
Yentonces,sinabrirelsobreconlasnotasquemehadado,pregunto:
—¿Estásapuradoporquetehaquedadoalguna,cuchufleto?
Élasiente.Perosihastapálidoloveo...
Yo sonrío y cuchicheo, aunque, a diferencia de otras veces, cuando le digo aquel ridículo
«¡cuchufleto!»quetantorepitemihermanaRaquel,nosonríe,porloquecomienzoapreocuparme.
—¿Quéhassuspendido?—pregunto.
Remolonea.Duda.Miraeltecho.
Oh...,oh...,¡estonomegusta!
Después, sus ojos se dirigen al armario donde están sus pósteres de los Imagine Dragons, su
grupopreferido.
¡Uf...,comienzoaasustarme!
Luegomiraasuspiesyfinalmente,cuandovequememuevoymevaadarunataque,susurrasin
mirarme:
—Mehanquedadoseis.
¡¿Seis?!
¡Ay,quemedaunjamacuco!
¿Heoídobien?¡¿Hadichoseis?!
¡Lamadrequeloparió!
—¡¿Seis?!—susurroantesdegritar—.¡¿Tehanquedadoseis?!
Flyn,alvermigestoyoírmivoz,ponecarade«pobredemí»yresponde:
—Sí...,pero...esque...
—¡Joder,Flyn,seis!—repitosincreerlomientraselcuellomecomienzaaarder.
Pero¿cómohapodidopasaresosisiemprehasidounestudianteestupendo?
Madremía.Madremía,cuandoseentereunoqueyomesé,laquesevaaarmar.
Elniñonosabeadóndemirar,¡yyotampoco!
Y,comounaloca,abroelsobredelasnotasy,conunhilodevoz,murmuro:
—Has suspendido... historia, matemáticas, filosofía, geografía, inglés y dibujo... Pero... pero
¿cómo puedes suspender hasta dibujo? Madre mía, Flyn, cuando Eric vea esto, no querría
encontrarmeentupellejo.
Mihijomemira,sabequetengorazón.
—¿Cómosellamabatututor,quenolorecuerdo?—preguntoenfadada.
—Alves.SeñorAlves.
Asientoyrepitoacalorada:
—EllunesyapuedesdecirlealseñorAlvesquequierounatutoríaconélparaquemeexplique
quénariceshapasado,¿entendido?
Flynasiente,nolequedaotra.Todavíasorprendidaporaquello,murmuro:
—¿Ycómolecontamosestoatupadre?
En ese instante se abre la puerta de la habitación. Al ver que es Eric, escondo rápidamente las
notasamiespalda.
¡Quétío,siemprenospilla!
Nosvealosdosdesconcertados,asíqueentra,cierralapuertaypregunta:
—¿Quéplaneáisamisespaldas?
Comosinoshubieracomidolalenguaunhipopótamo,asíestamosFlynyyo.Elniñonosabequé
decir,yyonoséniquéresponder.
Madremía...,madremía...,cuandovealaspuñeterasnotas...
NuestromutismoylarigidezdenuestroscuerposponenenalertaaEric.Nosconoce.Seacercaa
míydice:
—¿Qué ocurre, pequeña? —Al ver mi brazo hacia atrás, mira por encima de mi cabeza y
pregunta—:¿Quéesesepapelqueescondes?
Ahoralaquelomiraconojosderatoncilloasustadosoyyo,yentoncesoigoaFlyndecir:
—Papá,sonlasnotas.
Ericmemira...
Yolomiro...
Ericsonríe...
Yomerascoelcuello...
Lasronchasenmicuellomedelatanyesolehacepresuponerquealgonovabien.Asípues,me
apartalamanoparaquenomerasque,acontinuaciónmelasuelta,extiendesumanoydice:
—¿Meenseñaslasnotas,Jud?
Vale.Elmomentohallegado.Peroantesdedárselas,digointentandoallanarleelcaminoaFlyn:
—Cariño,piensaqueesteañohacambiadodecicloy...
—Venga,Jud,esoyalosé.Enséñamelas.
Flynyyonosmiramos.
—Meestáisasustandoconvuestrasmiraditas—diceEric,aúnconhumor.
Oy...,oy...,oy...,laquesevaaarmar...
Y,sinpoderretrasarmáselterriblemomento,selasentrego.
¡Acubrirsetoca!
Sin quitarle de encima la vista a mi amor, veo cómo su boca pasa de la divertida sonrisa a la
sorpresay,deahí,alenfadoendécimasdesegundo.
AntenosotrosacabadeaparecerelfríoIcemanqueasustaaFlyn,yentonceslooigodecircon
vozroncaycontrolada:
—Flyn,veamidespachoyespérameallí.
Enunabrirycerrardeojos,elchicodesaparecedelahabitación,yEricmemiraysisea:
—¿Cuántotiempopensabasocultármelo?
Suacusaciónmetocalasnarices,elpiederechoydistintaspartesdemicuerpo.Melevantodela
camaypreguntoconcautela:
—¿Cómodices?
Conelgestocongestionadoylasmalditasnotasenlamano,Ericmusita:
—Aquíponequeselasentregaroneldía18,yhoyes23.¿Hastacuándopensabasocultármelas?
Yaestamos.¡Ericysusconclusionesprecipitadas!
Clavomisojazosnegrosenélyprotesto:
—Oye...,oye...,oye.Queyolasacabodeverporprimeravezhacecincominutos.
—¡¿Seguro?!
—¡Segurísimo!
—Nomelocreo.
—Puescréetelo—insisto.
—Jud,memolestacuandomientesparaocultaralgodeFlyn.
¡Yaestamos!
¿PorquéEricsiemprecreequeestoycompinchadaconelniñoparatodo?
Trasacercarmeaélsinningúnmiedo,leclavoeldedoíndiceenelpechoysiseo:
—Mira,bollito...
—¡Jud!
—¡¿Qué?!
—¡Novuelvasallamarmeasí!—replicafurioso.
Sumiradamehacesaberqueesonolehaceningunagracia,ynodispuestaajorobarlascosas
másdeloqueestán,digo:
—Vale. Perdona. En cuanto al niño, entiendo tu sorpresa y tu enfado, porque eso mismo me ha
pasadoamícuandomelashaenseñado.Peroloquenoentiendoesquerápidamentedesconfíesdemí
porqueyo...
—¿Cómonovoyadesconfiardeti,sisiempreloestástapando?
—¡Pero¿quénaricesestásdiciendo,gi...?!
Su dura mirada hace que me calle. Es mejor que en un momento así no lo insulte o todo irá a
peor.Pero,vamosaver,¿quéesesodedesconfiardemí,cuandoyoconfíoplenamenteenél?
Ericsemuevenervioso.Paramidesgracia,cuandolascosasseleescapandelasmanos,puede
llegaraserelhombremásdesagradabledelmundo.
—¿Acasocreesquesoytontoynomedoycuentadelainfinidaddevecesquemeocultasalgo
paraquenoloregañe?—insiste.
¡Joder,tienerazón!
Bueno...,bueno...,bueno...Siseenteradequehecompradodosentradasparallevarloalconcierto
delosImagineDragons,¡laquememontaesfina!
ReconozcoquesoydemasiadoprotectoraconFlynenciertosmomentos,perotambiénlosoycon
mis otros hijos, con mi familia, con mis amigos e incluso con él. Sin embargo, cuando voy a
contestar,Ericseadelanta:
—Daigualloquedigas,Jud.Comosiempre,atitodoteentraporunoídoytesaleporelotro,
¿verdad? —A continuación, se dirige hacia la puerta y añade—: Voy a hablar con Flyn a solas.
Necesitounaexplicaciónaestedesastredenotas.
Y,sinmirarme,saledelcuartodandounportazo.
¡Yalahemosliado!
Estávistoque,cuandolamalarachitacomienza...,¡asaberDioscuándoacaba!
Unavezsolaenlahabitación,durantevariossegundosmiroalsuelo.
SéqueErictienerazonesmásquesuficientesparaestarmosqueadopero,comosiempre,yame
ha echado la culpa a mí. La primera sorprendida con lo ocurrido al ver las notas he sido yo, pero
estoyseguradequeesecambiodeactitudenFlyntieneunaexplicación.Sinduda,laadolescencia,los
amigosylosamoresloestánatontando.
Sinembargo,comomadrequemeconsiderodeFlyn,decidoiraldespacho.Quieroestardelante
cuando explique el desastre. Así pues, salgo de la habitación, bajo la escalera y me dirijo hacia el
despachodemiincombustibleamorenfadado.
Alllegar,estálapuertacerradayoigolavozautoritariadeEric.
¡Buenoooo...,laqueleestácayendoaFlyn!
YaconozcoaEricporque,sino,estaríaasustaditaperdidapensandoqueestáladrandocomoun
perrofuriosoyrabioso.Sinesperarunsegundomás,abrolapuertayentro.
EricyFlynmemiran,yveoenlosojosdeminiñoalgoquenuncahevistoenélyquemipadre
siemprehallamadopasotismo.Esonomegusta,asíquemedirijoaEric,quetienelasnotasenla
mano,ydigo:
—Soysumadreyquieroestarpresenteentodoloquetengasquedecirle.
Observocómosupechoseagitaysusojosseentornan...,¡joder,parecechino!
En su mirada leo que le gustaría echarme del despacho, pero sabe que lo que he dicho es
importante para el niño y para todos como familia y, volviendo a mirar al crío, continúa con su
perorata.
Como siempre, Eric hace preguntas y, cuando Flyn va a contestar, lo interrumpe y el niño se
encoge.Esomesacademiscasillas.Ericnolodejacontestar.Mecalloydecidodecirleamimarido
loquepiensocuandoelcríonoestépresente.
—Estáscastigadosinsalircontusamigos.
—Papáaaa...
—¡Hedichocastigado!—insistemialemán.
—¡Nosoyunniño!—gritaFlyn.
Aloíreso,Ericresopla,apoyalasmanosenlamesadesudespachoycontrolandolavozsisea:
—Eresmihijoyconesomevaleparacastigarte.
Flynsedesespera,loveoensusojosy,mirándome,dice:
—Elviernestengounafiestaimportante.
—¿Quéfiesta?—preguntaEric.
Sinamilanarse,elcríosedirigeamiamoryresponde:
—Lafiestadelcumpleañosdeminovia.
—PuesdileaDakotaquenovas—sueltaEric.
—Dakotanoesminovia,papá;ahoraloesElke.
Ericmemiray,tansorprendidocomoyocuandomeenteré,pregunta:
—¿YquiénnaricesesElke?
Bueno...,bueno...,bueno...,lacosasevacaldeandoporsegundoscuandoFlyn,enbuscadelapoyo
quesiempreledoy,memiraconesegestoquemedescongelahastaelalma.
—Mamá,ayúdame—suplica—,tengoqueiralafiestadeElke.
—Tumadrenotevaaayudarporquenoirás,¡estáscastigado!—insisteEric.
—Papáaaa...
Suspiro y me acaloro. No voy a llevarle la contraria a Eric, esta vez no, porque sé que tiene
razón.Asípues,cojofuerzasydigo:
—Losiento,Flyn,perocomopapáhadicho,¡estáscastigado!
Miniñomemiracongestodeincredulidad.Noentiendecómoestaveznoloayudo.
¡Ay,quédolorsientoenelalma!
Estodesermadredeunadolescente,enplenaedaddelpavo,esmásdurodeloquecreía.
NotolamiradadeconformidaddeEricanteloquehedichoy,cuandoFlynvuelveaquejarseotra
vez,lesuelta:
—Y,porsupuesto,yapuedesolvidartedelordenador,latablet,lasredessocialesyelmóvil.
—¡Nopuedeshacereso!—gritaFlyn.
Ericseponeenfermoaloírsutonoy,acercándoseaél,replica:
—Puedoyloharé.
—¡Pero,papá...!
Bueno...,bueno...,bueno...,silequitatodoesoalniño,selocarga.¡Pobrecito!
—Y como vuelvas a protestar o a levantarme la voz —sisea Eric con gesto furioso—, te juro,
Flyn,quelasconsecuenciasvanasermuchomásgraves.
Elniñomemira.¡Angelito!Yyo,conlamirada,sinpestañear,lepidoquenoabralabocaynose
leocurramencionarlodelasentradasdelconcierto.
Porsuerte,meentiende,hacecasoymiraalsuelo.Uf...,¡menosmal!
CuandoEricseenfada,eseltíomásintransigentedelmundopero,enesteinstante,pesealapena
quemedaFlyn,miamortienetodalarazón.
Duranteunpardeminutos,lostrespermanecemoscallados,hastaquefinalmenteEricdice:
—Saldeldespachoytráemetuportátil,latabletyelmóvil.Telodevolverétodoypodrásvolver
asalircontusamigoscuandorecupereslasseisquetehanquedado,¿entendido?
Abatido,micoreanoalemánagachalacabeza.Sabequeenesteinstanteesmejorobedecery,por
ello,sinmirarme,pasapormiladoysaledeldespacho.
Unavezmequedoasolasconmiamor,Ericmemira.
Ea...,¡ahorametocaamí!
—Sientohabermepuestoasícontigo—dice—.Flynmehacontadoqueacababasdeverlasnotas.
Losiento,cariño.Perdóname.
Norespondo,simplementelomirocongestodeenfadoyloinformo:
—LehedichoaFlynquelecomenteasuprofesorquequierounatutoríaconél.
—Iremoslosdos—afirmaEric.
Dos segundos después, la puerta se abre y Flyn entra con todo lo que Eric le ha pedido. Sin
mirarnosaningunodelosdos,dejaelordenador,latabletyelmóvilsobrelamesadeldespachoyse
marcha.
Ericsepasaentonceslamanoporlacabezaypregunta:
—¿Quéestamoshaciendomal,Jud?
Oírsutonodevozabatidomehacesaberqueaéllehadolidomáshacerloquehahechoquea
nuestrohijo.
—Nohemoshechonadamal,Eric—murmuroacercándomeaél—.Seguimossiendolosmismos
queayer,peroélcambiayyanoeselniñoquesecontentabaaprendiendoamontarenmonopatíno
jugandoconnosotrosalaPlayStation.
—Y,sinohemoshechonadamal,¿porquédeprontosuspendeseis?
Ésaesunapreguntadifícilderesponder.
—Yo no puedo meterme en la cabeza de Flyn —digo—, pero he tenido su edad, como la has
tenidotútambién,y...
—Yo siempre he sido muy responsable, incluso con esa edad, Jud —me corta—. Siempre he
sabido que los estudios eran algo que debía aprobar por mí y por mis padres, aunque estuviera
desfasadoenciertosmomentos.
Sonrío. Sin duda, mi chicarrón siempre ha sido un gran responsable. Me encojo de hombros y
respondo:
—Puessientodecirtequeamí,asuedad,loúltimoquemeimportabaeranlosestudiosyloque
mispadrespensaran,porqueloúnicoquequeríaerasaltarconlabicicletacomounaloca,divertirme
y,cuandoibaaladiscotecaconmisamigas,serunachicaguapaalaqueadmiraranloschicos.
Mi confesión hace que Eric me mire, y entonces observo que las comisuras de sus labios se
relajan.
¡Bien...,vamosbien!
Actoseguido,pasalasmanosalrededordemicinturaymurmura:
—Tusamigosdebíandeestarciegosparanoadmirarte.
Vuelvoasonreír.¡Quémonoescuandoquiereeljodío!
—Era desgarbada, además de peleona con los chicos —confieso—. Me gustaba demasiado el
deporteymesentíafeaanteotraschicasque,conmimismaedad,estabanmásdesarrolladasyeran
másfemeninas.
MiIcemansonríe,esometranquilizay,acercandosufrentealamía,murmura:
—¿CreesquehehechobienconFlyn?
Lomiroymepierdoensusojos.
—Hashecholoquecualquierpadrepreocupadoharíaporsuhijo—afirmo—.Lehashechover
que toda causa tiene un efecto. Ahora es él quien debe darse cuenta de lo que realmente tiene que
hacerparavolveradisfrutardetodoslosprivilegiosquetenía.Y,sitequedasmástranquilo,quiero
quesepasque,enestaocasión,yohabríaactuadoexactamenteigualquetú.
—Puesmesientofatal—insiste.
Nopuedoevitarloysonrío.
Enminiñez,recuerdohaberescuchadoamispadresteneresamismaconversacióncuandonos
castigabanaRaquelyamíporhabernosportadomal,loqueeradecontinuo.
—Entiendo tu malestar porque yo también me siento así — digo—, y más cuando no lo he
ayudadoparalodelafiestadeElke.—Ericresoplaaloíreso,peroprosigo—:Hastaestemomento,
Flyn siempre había ido bien en los estudios y no habíamos tenido que enfadarnos con él por ello
pero, ahora, creo que nos va a tocar pasar una temporadita complicada hasta que consigamos
encauzarlodenuevo.
—¿QuiénesElke,ycuándodejódeestarconDakota?
—Niidea,corazón—digoy,alverlaconfusiónensusojos,afirmo—:SeguroqueElkeseráuna
buena niña como Dakota. —Eric se toca el pelo y prosigo—: Cariño, todo esto se deberá a un
conjunto de cosas. Su edad, la novia, los amigos, el interés por todo menos por los estudios y la
rebeldía.Piensaquehemospasadodeserlospadresperfectosalenemigoaabatir.Estoesasí,Eric.
Esleydevida,amor.
Ericresopla.Sinduda,sabequetengorazón.
—RecuerdoquemipadremeprohibíasaliromequitabalabicicletaenJerez—continúo—.Eso
me enfadaba, pero era lo único que hacía que yo reaccionara. —Eric sonríe—. Pero, por favor, la
próximavezquehablesconél,permítelequeresponda.Nolocortestodoelratocadavezquevaa
contestarodejarádehablarcontigo,ytúnoquiereseso,¿verdad?—Élniegaconlacabezaeinsisto
—: Pues entonces hazme caso. No hay nada más incómodo que querer responder y que no te lo
permitan.
Ericasiente.Sinduda,séquelapróximavezquehableconéllohará.Medaunbesoymurmura:
—¿Perdonasatugilipollasporsacarconclusioneserróneasdeti?
Esomehacesoltarunacarcajaday,encantada,posolasmanosensushombrosydigotocándole
concariñoelcuello:
—Adoro que en ocasiones seas un gilipollas; ¿sabes por qué? —Él niega con la cabeza, y yo
aclarodivertida—.Porquemeencantareconciliarmecontigo.
Susonrisaseensancha.
¡Oh,Dios,quémaravillosasonrisatienemialemánpreferido!
Cuandovaabesarmeyséquemevaadejarsinrespiración,nosinterrumpenunosgolpesenla
puertadeldespacho.
—Adelante—diceEric.
Lapuertaseabre.EsSimonaque,congestopreocupado,explica:
—Sientointerrumpir,peroFlynsehapilladoundedoconlapuertayestádoloridoenlacocina.
Ericyyosalimosalacarrera.
¡Ay,miniño!
Cuando llegamos a la cocina, nuestro adolescente nos mira. Eric se apresura a arrodillarse
delantedeél,cogesumano,retiralabolsadehieloquePipalehapuestoyexaminaeldedoaplastado
yrojo.
—Jud, llama a Marta para ver si está en el hospital —me pide a continuación con gesto
descompuesto.
Sintiempoqueperder,lostresnosdirigimosalgaraje.Allí,nosencontramosconNorbert,que,
alvernosllegar,aunquenosabeloquehapasado,dicerápidamente:
—Encincominutosllegamosaurgencias.
AFlynporeldolorseleescapanunaslágrimas,yEricnopuedeyanirespirar.
Madremía,¡peroquénerviososeponeconestostemas!
HabloconMarta.Estáenelhospital.Comopuedo,mientrasllegamostranquilizoalgrandullóny
aminiñoalavez.Noséquiénesmáscomplicado.Cuandollegamosaurgencias,Marta,lahermana
deEric,quetrabajaallí,yanosestáesperando.
Micuñada,queesunamor,sepreocupaporFlynencuantolove.
—Túquédateaquí—diceentoncesmirandoaEric.
—No.YovoyconFlyn—insisteél.
Martayyonosmiramosy,finalmente,pararelajarlodigo:
—Ericyyonosquedaremosaquí.Flyn,veconlatíaMarta.
Unavezellosdosdesaparecenporlapuerta,Ericmemiracongestotensoy,antesdequeabrala
boca,digo:
—Sabes que es mejor que no estemos nosotros para que Flyn esté atento a lo que Marta y el
doctorledigan,asíqueniseteocurraprotestar,quelamadresoyyo,estoypreocupadaynoestoy
montandounnumerito,¿deacuerdo?
Ericasienteynodicenada.Norbert,queyahaaparcadoelcoche,entraenurgencias.Alvernos,
sesientaanuestrolado,ylostresesperamosconimpacienciayensilencio.
Cuarenta minutos después, la puerta se abre y salen Marta y Flyn. Miro a Eric y veo cómo su
gestosesuavizaalcontemplarlo.Loquiereconlocura.Losé,ysólodeseoqueFlyntambiénlosepa.
Cuandoseacercaaél,observasumanovendadayluegolomiraalosojos.
—¿Estásbien,colega?—lepregunta.
Elcrío,queyanollora,esbozaunasonrisayasiente.
—Meduele,papá,peroestoybien.
Ericloabrazayyomeemociono.¡Soyasídetonta!
Martanosdicequelehanhechounaradiografíayeldedonoestároto,perotieneunapequeña
fisura. Le han puesto una férula para inmovilizárselo y tiene que tomar antiinflamatorios. Una vez
acabadeexplicárnoslotodo,veoquetienemalacara.
—¿Teencuentrasbien,Marta?—pregunto.
Micuñadamemira,serecogeelpeloenunacoletaaltayresponde:
—Sí.Essóloqueestanochenohedormidomucho.
Tanprontocomosabemosquetodoestábien,apesardelsusto,Martamiraasusobrino,queestá
tanaltocomonosotras,yledice:
—Todavíanomehascontadocómotehaspilladoeldedo.
ÉlnosmiraaEricyamí,quesomoselenemigo,yresponde:
—Estabaenfadado,cerrélapuertaconfuerzaymepilléeldedo.
Concariño,letocoelpeloylobesoenelhombro.
—¿Yporquéestabasenfadado?—insisteMarta.
Flynmiraalsuelo.Ericmemiraamí.MartamiraaEricyyofinalmentedigo:
—Vamos,cielo,respondealoquetehanpreguntado.
Miniñoresopla,levantalacara,miraasutíaycontesta:
—Medieronlasnotasysuspendíseis.
—¡¿Seis?!—gritaMarta.
Ericasiente.Yoasiento.FlynvuelveamiraralsueloyMartalesuelta,sorprendiéndonosatodos:
—Flyn Zimmerman, espero que tus padres te hayan castigado como mereces, jovencito. Tu
obligaciónesestudiaryaprobar,comolaobligacióndetuspadresescuidarte,protegerteyprocurar
quenotefaltedenada.
Atónito,miamorobservaasuhermana.Estoyseguradequeesperabacualquierotracosamenos
eso,ysonríocuandolooigodecir:
—Gracias.
Martaleguiñaelojoconcomplicidad.
Cuando llegamos a casa, Simona y Pipa están preocupadas pero, en cuanto ven a Flyn, la
preocupaciónselespasa,ylomismoocurreconSonia,misuegrayabueladelniño.Martalallama
paradecírseloy,cuandoellatelefoneaparapreguntaryhablaconFlyn,tambiénsetranquiliza.
Traslacomida,ErichablaconBjörnydespuésnossentamosconlosniñosenelsalón.Hannahy
elpequeñoEricsequedandormidos,ycomienzalapelículaLosVengadoresenlatelevisión.¡Bien!
Nosgustaalostres.
DuranteveinteminutosEric,Flynyyolavemos,hastaquelapuertadelsalónseabreySimona
anuncia:
—Flyn,unatalElkealteléfono.
Elcríonosmira.Sabequeestácastigado.Yonomuevoniunapestaña,yEric,finalmente,alver
quenovoyaabrirlabocayelniñonolequitaojo,dice:
—Veahablarconella,perohazlodesdetuhabitación.
Flyndaunsaltoycorrehaciaelteléfono.Yosonríoycuchicheo:
—Vaya...,vaya...¿Noquieressaberquéesloquehablaconsunuevanovieta?
Ericniegaconlacabezayrespondecongestotaciturno:
—LaintimidaddeFlynentemasdeamoresessólosuya.
Sonrío.Nopuedoevitarloy,sindecirnadamás,meacomodojuntoamiamoryseguimosviendo
lapelículamientraslospequeñinescontinúandormidos.
La peli está genial. Me encanta pero, como ya la he visto y Eric también, tras reírnos por una
escenadivertida,lepregunto:
—Porcierto,¿quétehadichoBjörn?
Ericmuevelacabezayexplica:
—Lehanvueltoapiratearlaweb.
—Pobre...,¿yaeslaterceravez?
—Lacuarta.IntentanlocalizaraltalMarvel,peronodanconél.Sinduda,debedeserunhacker
profesional.
Resoplo.EsevidentequeBjörntieneungranproblema.
Guardamossilencioduranteunossegundos,hastaque,mirándolodenuevo,digo:
—Tenemosquehablar.
NotoqueEricsetensa,perofinalmenteresponde:
—Cariño,siessobreGinebra...
—Noessobreeso—locorto,yañado—:Confíoenti.
Ericasiente.Legustaloquehedichoy,sonriendo,murmura:
—Entonces,túdirás.
Cojofuerzasydigosinparpadear:
—Esenreferenciaatrabajar.
Sucarasedescompone.
—Judith,porfavor.
—Ah...,ah...,nomellamesporminombrecompleto,queesosólolohacescuandotecabreas—
mequejo.
Suspira.Sabequenopuedeseguiresquivandoeltema,porloquecierralosojosyreplica:
—Deacuerdo,yaséquelaniñayatienedosañosy...
—Eric—locortoimpasible—.Sabesqueadoroalosniñosyteadoroatiyqueporvosotrosdoy
mivida,peronecesitotrabajarenalgoquenoseacuidardelosniños,dardecomeralosniñosy
dormiralosniñosotejuroquemevoyavolverlocacomomihermanaRaquel;¿quiereseso?
—No—responderápidamente—.Pero,cariño,notehacefalta.Sabesqueyocubrotodasvuestras
necesidadesy...
—Losé,¡claroquelosé!Séquiéneresyconquiénmehecasado—gruño—.Perotambiénséque
ohagoalgooalfinalmevoyaconvertirenunserinsoportable.
Ericmemira,yolomiroyleadvierto:
—Elqueavisanoestraidor—y,comonomeapetececallármelo,añado—:Además,todavíano
heolvidadoqueledijisteaGinebraquetegustabanlasmujeresqueibanaporloquequerían,yyo,
amigo,siemprevoyaporloquequiero.Quetequedeclaro.
Oigosuresoplido.¡Ericysusresoplidos!Finalmente,cuandovequenovoyaceder,dice:
—Sabesque,sitrabajas,tutiempoparalosniñosyparamíseverálimitado,¿verdad?
—Puesclaroquelosé,¡losétodo!—respondoconscientedeello—.Perotútambiénsabesque
nosoymujerdequedarmeencasaelrestodemividaalaesperadequemimariditoregresedesu
trabajo.—Sugestosecontrae.Nolegustanadaloquehedicho,einsisto—:Vamosaver,Eric.Esta
conversación la hemos tenido muchas veces y no estoy dispuesta a volver a discutir por ello.
Convéncete de una vez por todas de que yo soy lo que ves, ¡soy Jud! La mujer independiente que
conociste en Müller, España, trabajando de secretaria y que, además, por las tardes, daba clases de
fútbol a niños. Si no quieres que trabaje en tu maldita empresa porque soy tu mujer, te juro que
buscarétrabajoenotrositioy...
PeroEricnomedejaacabar,poneundedosobremislabiosparaquemecalleyreplica:
—Notrabajarásparaotros.Bueno...,nopensabadecirtenadademomento,perohayunavacante
paraunpardemeseseneldepartamentodemarketing.
Parpadeo.
¿Hadicholoquecreoquehadicho?
¡¿Tengotrabajo?!
Micaradebedeserunpoema.¡¿Marketing?!
—Margueriteestaráfueraunpardemeses.LecomentéaMikalaposibilidaddequetútrabajaras
conellaesetiempoyleparecióbien.
—¡¿Marketing?!—RíodivertidaalpensarentrabajarconMika;¡meencanta!
—Sí,cielo,perohayunacondición.
—¿Cuál?—preguntodeseosa.
—Trabajarásamediajornadaynoviajarás.
Oíresomehacesonreír.Medaiguallacondición.Voyatrabajar,¡tengountrabajo!Yentonces
digorápidamente,sinpensar:
—Acepto.Aceptotucondición.
Miamorsonríetambién.Dios...,cómomegustaverloasí.
—Estoysegurodequeloharásgenial—dice—.Siquieres,ellunesvienesconmigoalaoficinay
hablasconMika.
—Sí...—afirmoconunhilodevoz.
—Deacuerdo.Leenviaréunmensajeparaqueellunesesperetuvisita.
¡Tomaya!
Menudogolazoquemehametidoelalemán.
Alemania,1-España,0.
¡Melocomo...,melocomo...,melocomo!
Yo, que estaba dispuesta a discutir y a pelear como una leona, me quedo sin palabras. Como
siempre,Ericmehasorprendido.
Mesientoahorcajadassobreélymurmuro:
—Ahoraescuandotengoquedecirtequenoséquédecir.
Élsonríe.Adorosusonrisa.Nomequitaojodeencimay,trassuspirar,musita:
—Puesdimealgobonito.
Ahoralaquesonríesoyyo.
—Ereselmejor,tequiero...,tequieroyterequetequiero.
Miamorríesatisfecho.
—Pequeña,sóloquieroqueseasfeliz.Esosí,recuerdanuestracondición,yquelosniñosyyo
existimos,quetenecesitamos,ytodoirásobreruedas.
Suadvertenciaescariñosa,yafirmo:
—Lorecordaré,tantocomolorecuerdastú.
Susonrisasecontraeunpoco,séqueesapullitaquehesoltadolehaescocido,peronodispuesta
a que el momento se jorobe por mi poco acertado comentario, lo beso en la punta de la nariz y
añado:
—¿Sabesqueestoylocaporti,señorZimmerman?
MiIcemanvuelveaensancharsusonrisaymeclavaconsuavidadlosdedosenlacintura.
—Megustaqueestéslocapormí...,señoritaFlores—murmura.
Dereojomiramosalosniños,quesiguendurmiendo,yendécimasdesegundosnuestrasbocas
seencuentran.
Han pasado varios años desde que nos besamos por primera vez, pero las mariposas y los
elefantesquesientoenelestómagocuandoEricmebesasiguentanvivoscomoelprimerdía,ysólo
esperoqueaéllesucedalomismo.Lodeseo.
Nuestro beso se acrecienta y, enloquecido por ello, Eric se levanta conmigo en brazos y me
tumbasobreelsillón;luegoseechasobremícondelicadezaparanoaplastarme.
Sabemosquenoesmomentoparaeso.
Sabemosquelosniñosduermenanuestrolado.
Sabemos que es una locura, pero también sabemos que la locura es lo nuestro y que, cuando
comenzamosabesarnos,¡olvidamoslapalabra«sabemos»!
RápidamentesientolaexcitacióndeEricapretándosecontramí.
¡Oh,Diosssss!¡Loquieroya!
Los besos suben y suben de intensidad. El calor inunda nuestros cuerpos y, enloquecido, mi
alemáncomienzaadesabrocharmeelbotóndelosvaquerosyyomearqueoparafacilitárselo.Con
sumanolibre,mesueltalacoletaquellevoenloaltodelacabezay,cuandomeagarradelcuello
paraahondarensubeso,deprontolapuertadelsalónseabreyoímos:
—Mamáaaa...,papáaaaa...
ElsaltoquedamosEricyyoparasepararnoshacequeelsillónsetambalee,yFlyn,queesmuy
cabrito,insistemirándonoscongestocontrariado:
—Pero¿quéhacéis?
Vayapillada.¡Vayapillada!
Ericsesientaconrigidezenelsillónysedisponeaverlatelevisión.
¡Quécabritoéltambién,cómoescurreelbulto!
Pero yo, al ver que el niño no me quita la vista de encima a la espera de una explicación, me
retiroeldescontroladopelodelacaraymurmuromientrasmecubroelpantalóndesabrochadocon
lacamiseta:
—Pues,cariño,notevoyamentir,nosestábamosbesando.
—¡Jud!—protestaEricaloírme.
Me entra la risa. No lo puedo remediar y, mirando a mi amor, que me observa sorprendido,
insisto:
—PorelamordeDios,Eric,Flynyaesmayorysabeperfectamenteloqueestábamoshaciendo.
¿Quéquieresquelediga?
Mialemánmemirayresopla,sabequellevorazón.Luegosevuelvehaciaelniñoyafirma:
—ComohadichoJud,¡nosbesábamos!
Flynasienteysonríeconpicardía.
¡Menudosinvergüenza!
NopreguntamásysesientaenunsofáquehayaladerechadeEric.Durantevariosminutos,los
tresvolvemosacentrarnosenlapelículadelatelevisión,hastaquedeprontomimaridopregunta:
—¿CuándoeralafiestadecumpleañosdeElke?
Yolomiro...
Flynlomirayresponde:
—Elviernesqueviene.
Nosédequévatodoesto,perodeprontomialemánpreferidodelmundomundialdice:
—IrásalcumpleañosdeElkepero,después,estáscastigado,¿entendido?
Flynsonríey,trasponerseenpiedeunsalto,seabalanzaliteralmentesobreEricolvidándosede
sudedolesionado.
—Gracias...,gracias...,gracias,papá.Ereselmejor.
¿Papá?¿Yyoqué?
Sinembargo,meemocionocomounamonaysonríofelizalentenderqueEricsehapuestoenla
pieldeFlynyhacomprendidolanecesidaddesuhijopornofallarleaElke.
Sinduda,mialemáncambia,comocambiaFlynycomo,obviamente,tambiéncambioyo.
8
Como todos los años, la cena de gala del despacho de abogados Heine, Dujson y Asociados en el
restauranteChezAntoninestabasiendotodounexitazo.
Elfamosobufeteorganizabaunavezalañouneventoparalaincorporacióndesocios.
Björn,queeraconsideradounodelosmejoresabogadosdeMúnich,estabatambiénallítomando
algo en compañía de Mel. Su sueño siempre había sido trabajar en el afamado despacho, pero no
como asociado; él quería algo más, quería que su apellido formara parte del nombre del bufete:
Heine,Dujson,HoffmannyAsociados.
Enaquellaocasión,susueñoestabamuycercadeversecumplido,yaqueeldespachonecesitaba
efectivo y los dos asociados mayoritarios estaban entrevistándose con distintos profesionales.
Deseoso de conseguir el puesto, Björn presentó su candidatura, pero sabía que, igual que la de él,
habíaotrastresmás,ytododependíadelaopciónqueeligieranGilbertHeineyAmadeusDujson.
Ataviada con un bonito vestido negro y blanco, Mel, que se encontraba apoyada en una de las
barras,observabahablaraBjörnconotrosabogados.Estabaguapísimoconaqueltrajeazulderaya
diplomática.
Pero¿realmenteconquénoestabaguapo?
No le había contado a Björn lo que Louise le había dicho en referencia a aquel bufete. Ella
prefería siempre observar antes de levantar falsos rumores. Y, por lo que veía, todos aquellos
hombreseranunosfrikisdelaabogacíaypocomás.
Concuriosidad,laextenienteMelParkervioaLouise,lamamádePablo,entrarjuntoasujoven
marido. Parecía feliz del brazo de aquél, hasta que la descubrió a ella y su expresión cambió.
Evidentemente,noesperabaencontraraMelallí.
Duranteunrato,Mellasiguióconlamiradaporlaestanciahastaquevioquesedirigíaalbaño.
Sindudarlo,yparatranquilizarla,Melfuetrasellay,unavezdentro,Louisepreguntó:
—¿Quéhacesaquí?
—Björn,minovio,esabogadoyquieretrabajarenestebufete.
ElgestodeLouisesedescompuso.
—Nolopermitas—murmuró—.Silohace,tuvidaseráundesastre.
Aloíreso,Melsonrióyrepuso:
—Tranquila,Louise,conozcoaBjörnynoesunhombrequesedejellevarpornadie,y...
Eneseinstanteseabriólapuertadellavaboyentrarondosmujeres.Lasmiraron,lessonrierony,
cuandodesaparecieronenelinteriordelosaseos,Louisecuchicheó:
—Nodigasquenoteloadvertí.
Y,dichoesto,lajovensemarchódelbañodejandoaMelconlabocaabierta.
Cuandosalió,sedirigiódenuevohastalabarradondehabíaestadomomentosantes,miróasu
alrededorysuspiró.Sinlugaradudas,lasmujeresdetodosaquelloshombres,ademásdeflorerosy
unosclonesunasdeotras,erantodoloqueellanuncaquerríaser.Sóloconverlas,oírlashablaryver
cómosemovíanporlasala,sabíaquedeallípocasamigaspodíallevarse.
Aburrida pero con la mejor de sus sonrisas, Mel esperó pacientemente a que Björn dejara de
hablarconaquellostiposyseacercaraaella,algoqueélnotardóenhacer,pueseraconscientede
cómomuchosdelospresentesobservabanasumujer.
—¿Otrocóctel?—preguntóBjörn.
—Memueroporunabirrabienfresquita.
—Mel...
Ellasonrió.
—Deacuerdo,señorHoffmann,seréfinayeleganteyquerréotrocóctel.
Björn sonrió. Sabía cuánto le estaba costando a Mel mezclarse con aquella gente y, cuando le
entrególabebida,elladijo:
—TejuroquetodosestosfrikisdelasleyessonlomásaburridodelafazdelaTierra.Todavía
nopuedocreerquetúseasunodeellosyqueyoestécontigo.
—¿Meacabasdellamar«frikiaburrido»?—dijoBjörnriendo.
Melasintió.Björnseacercóentoncesaellaysusurró:
—Esomelovasarepetirestanochecuandolleguemosacasa,Catwoman.
Ambos estaban riendo cuando uno de los organizadores de la cena, Gilbert Heine, el asociado
mayoritario,seacercóhastaellos.
—¿Lopasáisbien?
—¡Estupendamente!—asintióMelconlamejordesussonrisas.
—Todogenial,Gilbert—aseguróBjörn.
Elhombremiróentoncesalgoagobiadoasualrededorymurmuróacercándosemásaellos:
—Estoy deseando cenar. Hemos encargado un paté austríaco que es una maravilla, un pescado
increíbleyunpostredelacasaqueestáparachuparselosdedos,¡yaveréis!
BjörnyMelsonrieronaloírlo.
ElhombrecanosodeaparienciaimpecablesequedóconellosmásratodeloqueaMellehabría
gustado. Por su parte, Björn lo consideró un honor y, al ver cómo bromeaba y reía con su mujer,
supoquelosestabanestudiando,locualerabuenaseñal.
Cuando el jefazo se marchó y llamó a Björn para que lo acompañara, Mel lo animó a ir. Ella
esperaríaallítranquilamente,perosusplanessefueronaltrasteenelmomentoenquelamujerdel
jefazo, Heidi, fue hasta ella, la agarró del brazo y se la llevó a una mesita donde otras mujeres
estabanconversando.
Louiselamiró,peronocomentóqueseconocieran,porloqueMelcallóydisimuló.Duranteun
buenrato,prefabricóunasonrisamientrasescuchabacómohablabanlasmujeres.
¿Porquéerantanantinaturaleseinsufribles?
Melnoteníanadaqueverconellas,ycuandoyanopudosoportarunsegundomásoíralasotras
hablandodelbótoxodenosabíaquépreciosaycarísimaprendadevestirquellevabaunadeellas,se
disculpódiciendoquedebíairalbañoysequitódeenmedio.
Unavezallí,seechóaguaenlanuca.Entonces,Louiseentrótambiénenelbaño.
—Sientosertanfríadelantedeésas—dijo—,pero...
—¿No dices que quieres divorciarte de Johan? ¿Qué estás haciendo aquí, entonces? —preguntó
Melmirándola.
Louisesuspiró.
—Yatedijeloqueocurría,¿lohasolvidado?
Ambasseobservaron,yfinalmenteMelafirmó:
—Te aseguro que, si yo fuera tú y un tío, por muy abogado que fuera, me amenazara, lo
machacaba.
Eneseinstante,unodelosaseosseabrióyunamujersaliódeél.Conunacandorosasonrisa,se
lavólasmanosmientrasLouiseentrabaenunodeloscubículosyMelsemirabaenelespejo.
Conpaciencia,Melesperóaquelaextrañasefuera,peroparecíanotenerprisa.Unavezselavó
lasmanos,abriósubolsoycogióunneceserdelquesacóunpintalabiosycomenzóaretocarseel
carmín.
Louisesaliódelaseoy,alverquelaotratodavíaseguíaallí,selavólasmanosy,sindecirnada,
semarchó.UnavezasolasMelylamujer,éstaguardósuneceserysaliótambiéndelbaño.Melse
quedóconunaextrañasensación.Pero¿quéocurríaallí?
Sedirigiódenuevoalabarray,cuandoelcamarerolesirvióotrocóctel,locogióysonrióal
imaginarasusantiguoscompañerosdeunidadallí.
—¿Quépiensamipreciosateniente?—preguntóBjörnacercándose.
Alsentirlasmanosdeélsobresucinturaysubocaenlacoronilla,lajovenmurmuró:
—En coger cinta aislante y taparles la boca a algunas pesadas que hay por ahí. Eso es lo que
pienso y, ya de paso, en quitar la musiquita de violines y poner algo mejor, como Bon Jovi o
Aerosmith.
Björnsonrióysecolocóasulado.
—¡Quédecepción!—dijo—.Creíquepensaríasalgomásdivertidoalverquesonreías.
SaberqueBjörnlahabíavistosonreírlehizogracia,yreplicó:
—Sonreía al imaginar a Fraser o a Neill aquí, metidos entre tanto pijerío y tanta tontería —y,
bajando la voz, cuchicheó—: Oye, ¿te imaginas a cualquiera de estos casposos en un concierto de
BonJovioAerosmith?Seguroquelesdaelhumodeunporroysequedancolgadostresmeses.
—Mel...—susurróélincómodo.
—Tranquilo,JamesBond,nadiemehaoído.
Björnasintió.Sinduda,aquellascenasnoeranloquemáslegustabaaMel.
—Cariño—replicó—,ésteesmimundo.Esconestaspersonasconquienestratoadiario,y...
—Losé...,losé...,perosontanaburridosytandiferentesdetique,deverdad,noséquéestamos
haciendoaquí.—PeroentoncesMelviounphotocallquehabíaenunlateralymurmuró—:Aunque,
bueno,tusueñoesquetuapellidoaparezcaalgúndíaenesecartel,¿no?
Ambosmiraronelphotocalldelfamosísimobufetedeabogadosquehabíaenelrestaurante.
—Sí,cariño—admitióBjörn—.Éseesmisueño.
Tras un segundo en el que ambos permanecieron en silencio, al ver la incomodidad de Mel, él
comentó:
—Bueno,paratuconsuelotediréqueelcateringquehancontratadoparalacenaesexquisito.
—Menosmal,almenoscenaréalgorico.
Divertido,Björnañadió:
—GilbertHeinenoshaincluidoatiyamíenlamesapresidencial.
—¡Nojorobes!
—Mel...
—¡Menudoaburrimiento!
—¡Mel...!
—Venga,va...,cambioelchip.¡Quéilusión!—dijoellasonriendo,loquelohizoreír.
Björntomóuntragodesubebiday,segurodequenadielooía,indicó:
—Cariño,soyconscientedelesfuerzoquehacesporrelacionarteconlasmujeresdemiscolegas,
quesuelenserinsufriblesyellosbastanteaburridos,perotenemosqueestaraquí.Mibufeteesunode
losmásjóvenesdeMúnich,perotengomuchaspapeletasparaconseguirloquemepropongo.Y,silo
consigo,prepárate,porqueentoncespodremoscomprartodoloquequeramos.
Aloíreso,Mellomiró.
—¿Acaso no compramos ya todo lo que queremos? —replicó. Björn no respondió, y ella
cuchicheó—:Vale,yoteapoyo,ysabesquesiempreteapoyaréentodoloquequieras,perorecuerda:
esperodetielmismoapoyo.
Elgestodelabogadosecrispó.
PensarenlasposibilidadesdetrabajoqueMelleofrecíanoeraloquemáslegustaba.
—Noesmomentodehablardeello,¿nocrees?—siseó.
Melasintió;aúnrecordabasuúltimadiscusiónalrespecto.Y,resoplandoalversugesto,replicó:
—Mensajerecibido,noteapures.
—Meapuroporqueteveomal,perositúnovienes...
—Eh..., eh..., eh... ¿Acaso crees que te voy a dejar venir aquí solo con tanta loba con cara de
Caperucita? —Björn sonrió y ella añadió—: Si ya te miran con descaro estando yo, no quiero ni
imaginarmequéharíansinoestuviera.
—Bueno...
—Ah,no...,nomevayasahoradesobradito,BjörnHoffmann,otejuroque...
No pudo decir más. Sin importarle las miradas indiscretas que se clavaron en ellos, Björn la
acercóaélylabesóconpasión.Cuandosesepararon,murmuró:
—Tengoamiladoalomáspreciosoydeseablequeunhombrepuedeanhelar.Elrestonome
interesa—y,alejándoladeél,prosiguió—:Peroenestetipodecenashayquesonreíryhacerlesver
queunopuedesertanincreíblecomoellos,¿deacuerdo,miamor?
RiéndoseestabancuandoGilbertselesacercóy,mirandoaMel,dijo:
—Que me perdone mi esposa pero, Melania, eres la mujer más bonita e interesante de toda la
fiesta,yvengoencantadoacogertedelbrazoparaquemeacompañesalamesa.
—¿Tengoqueponermeceloso,Gilbert?—semofóBjörn.
Elabogadosesentónsoltóunarisotada.
—Tranquilo, Hoffmann —dijo—. No creo que pueda competir ni con tu juventud ni con tu
lozanía,ymeconstaqueestamujercitatuya...
—Novia,Gilbert...,novia—aclaróella.
Aloíreso,elhombremirósorprendidoaBjörn.
—¿Cómoesposiblequetodavíanoestésconella?—preguntó.Björnsuspiró,yGilbertindicó
—:Recuerdaqueunodelosrequisitosindispensablesdeestebufeteesestarcasadoybiencasado.
—Losé—dijoBjörnsonriendo—.Yestoyenello.
Elhombremadurodepeloblancoasintió.
—Hoffmann,ademásdepreciosa,sevequeestamuchachaesinteligenteydivertida.¡Nopierdas
laoportunidad!
—Gilbert,eresunadulador—dijoMelsonriendodivertidaalverlacaradecircunstanciasdesu
novio.
Desubrazo,yseguidaporBjörn,caminóconGilberthastaellugardondeestabalamujerdeél,
quenodudóenagarrarsealbrazodeaquélyjuntossesentaronalamesapresidencial.
Lacomidaestabaexquisita,peroaMellamatabalacompañía.LamujerdeGilbert,juntoaotras
que estaban a su lado, tras conversar sobre los hijos, comenzó a hablar de recetas de cocina y de
religión,yMelnopodíahacerotracosamásquesonreíryasentir.
Aldarsecuentadequeestabamuycallada,Gilbertlepreguntó:
—¿Tegustalacomida?
—Sí...,sí...,buenísima—respondióMelconunasonrisa.
—Sientoquelaconversacióndemiesposaylasotrasmujeresnoseamásamenaparati.
—Nodigaseso,porDios,tumujeryelrestosonunencanto—mintióMel.
Elhombrecabeceó,eraevidentequenolacreía,asíquecontinuaroncenando.
Unavezterminadalacena,todosentraronenunsalónanexodonderápidamentecomenzóasonar
músicaswing,yGilbertlainvitóabailar.TrasguiñarleunojoaBjörn,Melsalióalapistaconel
abogado,yriéndoseestabacuandoéstedijo:
—Todavíaestoysorprendido.
—¿Porqué?
—Björnmecomentóqueerastenienteypilotabasunavióndelejércitoestadounidense.
Ellasonrió.LegustabaqueBjörnestuvieraorgullosodeeso.
—Esuntrabajocomootrocualquiera—repuso.
—No.No...Esoquetúhashechonolohacetodoelmundo.Esmás,soyincapazdeimaginara
cualquierademistreshijas,oamimujer,haciendoalgoasí.
—Gilbert,mipadreesmilitar,ydigamosqueesalgoquehevividodesdepequeña.
Elhombresonrió.
—Yosoyabogadoyningunodemishijoshaseguidomispasos—contestó.
—Mi hermana Scarlett tampoco es militar, Gilbert. No todos en una misma familia suelen
dedicarsealomismo.
—¿Puedosertotalmentesincerocontigo,Melania?—preguntóentonceselhombremirándola.
Ellaasintió.
—Björnesunabogadoimpecable—dijoél—.EsunodelosmejoresdeMúnichyenmibufete
sóloqueremosalosmejores.—Melsonrió.Sinduda,Björnnoloibaatenerdifícil.Peroentonces,
Gilbertsonrióasuvezyañadió—:Sinembargo,elhechodequenoestécasadoysunoviaseamadre
soltera no le facilita la entrada al gabinete; a no ser que eso cambie, se convierta en un hombre
casadoconunaperfectamujercita,padrelegaldetupequeñay...
—Contodosmisrespetos,Gilbert—locortóMelviendoporprimeravezlasorejasaaquellobo
conpieldecorderito—:creoquedeberíasfijarteeneltrabajoqueBjörnescapazderealizarynoen
otrascosasqueatubufetenilevannilevienen.
Aloírla,elhombreasintió.Sinduda,eraunamujerconcarácter.
—Tienesrazón...—dijo—,séquetienesrazón,peroenestetrabajotodocuentay,aunquesuene
mal,somosundespachodeabogadosmuytradicional.Túmecaesmuybienyséquepuedesllegara
serlamujerperfectaparaelabogadoBjörnHoffmannyayudarloensuascensoenlavida;¿aquesí?
Mel no respondió. Si le decía lo que pensaba y lo que sabía por Louise, sin duda su novio se
avergonzaríadeella.
—¿Puedopedirtequemedevuelvasamimujer?—oyódeprontoquedecíaBjörn.
Encantado,elhombresonrióy,guiñándoleelojo,murmuró:
—Novia...,Hoffmann.Novia.Terecuerdoqueaúnnoestumujer.
Divertido por el comentario, Björn asió entre sus brazos a Mel y, cuando Gilbert se marchó y
elloscomenzaronabailar,cuchicheó:
—Vaya...,vaya...,¿pervirtiendoalosabuelitos?
Mel,quedecidiónocomentarleloqueaquéllehabíadicho,replicó:
—Yameconoces,cariño.Soyunapervertidoraoficial.
Björnlaabrazó.Nadalegustabamásquedisfrutardesucompañía.Acercólabocaaloídodeella
ysusurró:
—Esperoquemeperviertascuandoregresemosacasa.
Melsonrióy,olvidándosedeloqueelviejodepeloblancolehabíadicho,afirmó:
—Quenotequepalamenorduda,JamesBond.
9
El domingo por la mañana, tras levantarnos y dar de desayunar a los niños, Eric me dice que ha
quedadoconBjörnyquenosvamosapasareldíaconellos.
Esomeponedebuenhumor.AdoroaBjörnyaMel,yestarconellossiempreesdivertido.Flyn
intentaescaquearse.Yanolegustavenirconnosotrosalossitios,peroEricnoselopermitey,al
final,mipequeñogruñónnosacompañaaregañadientes.
Unavezconseguimosarreglaralosniñosycargarenelcochetodolonecesarioparapasareldía
fuera con ellos, nos dirigimos felices hacia el centro de Múnich. A la una de la tarde, Eric y yo
llegamosconnuestratropa,incluidaPipa,alacasadenuestrosamigos.
ContresniñosquellevamosnosotrosySami,laniñadeellos,¡larevoluciónestáasegurada!
Encuantonosvellegar,Samisonríeycorrehacianosotros.Nosadoratantocomonosotrosla
adoramosaellay,tirándosealosbrazosdemiamor,pregunta:
—¿Mehastraídounregalo,tíoEric?
Meentralarisa.Samiestanmelosona...
Eric,queesunblandoconellaynuestrosniños,metelamanoenmibolsoy,comoporartede
magia,sacaunhuevoKinder.
¡Nuncafaltan!
Alverlo,laniñalocogefelizy,después,corretraselpequeñoEric,queyaestátrasteandocon
susjuguetes,mientrasqueFlynsesientaenunsillónconcaradecircunstanciaspornotenersumóvil
parawasapear.
Björn,miguapoamigo,seacercaanosotrosy,quitándomealaceporradeHannahdelosbrazos,
pregunta:
—¿Cómoestámimonstruito?
¡«Monstruito»!Björnlallamaasíporlolloronaquees.
Laniñalomira.Seplanteasilloraronoporelapelativo,perofinalmentesonríe.¡Olé,miniña!
Si es que cuando sonríe es para comerse esos mofletes regordetes que tiene, pero oh..., oh..., de
prontoarrugaelentrecejo,contraelacaraycomienzaallorar.
¡Ea...,yaestamos!
Merío.¡Nolopuedoremediar!YBjörnrápidamenteleentregalaniñaaEric,que,alcogerla,le
sonríeamoroso.
¡QuépacienciatienemiamorconHannah!
Sinduda,latieneporqueessupequeñamorenita,porque,sinofuerasuhija,estoyseguradeque
huiríadeellacomodelapeste.
Unavezveoquelaniñadejadellorar,miroamibuenamigoBjörnylepregunto:
—¿Haspodidosolucionarlodetupáginaweb?
Asiente,tuerceelcuelloyafirma:
—Mañanavolveráaestaroperativa.PerocuandocojaaesetalMarvel,teaseguroquemelasvaa
pagar.Levoyareventarlacabeza.
Mel,queseacercaanosotros,miraaFlynypregunta:
—Cariño,¿tudedoestábien?Mamámeenvióunwasapparadecirmeloquetehabíaocurrido.
¡Quédolor!
Flynmemiraparasabersisólolehecontadoesooalgomás.Yonomuevoniunmúsculopara
admitirodesmentir,yfinalmenteelniñodiceenseñándolelamano:
—Sí,estoybien.
Björn,queobservaaFlyn,murmuraentonces:
—Túyyotenemosquehablar,jovencito.Meheenteradodealgoquenomehagustadonadade
nadaenreferenciaatusnotas.
Flynresopla,memiraconojosacusadores,yyorespondo:
—Yonohesido.Habrásidotupadre.
Depronto,SamiseacercaaBjörnymurmuracongestodetristeza:
—Papi,meduelelatripita.
Björn centra entonces toda su atención en la pequeña y, en cuanto le dice dos monerías, Sami
sonríeysemarchacorriendo.Esomehacereír.Todavíarecuerdolomuchoquelecostópronunciar
la erre. Mel pone los ojos en blanco ante la guasa de su hija, le quita a Eric a nuestra niña de los
brazosparabesarla.
—Prínsipe...,prínsipe...,¡creoqueteengañancomoauntonto!—murmuroyodivertidamirando
amiamigo.
Björnsonríe,cogealpequeñoEric,quecorreteaconunadelasmuñecasdeSamimientrasletira
delacabezaparaarrancársela,ypregunta:
—¿CómoestámiSuperman?
Mibonitoniñorubiodeojosazulessonríe,cuandoSamiofendidagrita:
—¡Superman,erestonto,damemiprinsesa!
MiamorseacercarápidamentehastanuestroSupermandestrozatodoy,trasquitarlelamuñecade
Samiantesdequelearranquelacabeza,seladevuelvealaniñayellaloabrazaconunaencantadora
sonrisa.
—Gracias,tíoEric.Tequieromucho.
—¿Másqueapapi?—preguntaBjörnmirándola.
Bueno...,bueno,loquemefaltabaporoír.Serácelosón,elpapi.
La niña, que es una preciosidad, y no sólo por lo bonita que es, sonríe con picardía. ¡Menuda
elementaeslajodía!Acontinuación,miraalosdostitanesquetienedelanteyresponde:
—Papi,atitequieromucho,mucho,mucho,yaltíoloquierosólounmucho.
—Ah,bueno...—VeoquesonríeeltontusodeBjörn.
Melyyonosmiramosytambiénsonreímos.
Vayatelaconlaprinsesa.Cuandocrezca,¡mieditonosda!
EricyBjörnsonríenconcaradetontos,pero¿quéefectoscausanlosniñosenellos?
Unavezyanoshemosbesadoysaludadotodos,loshombresylosniños,acompañadosporPipa,
pasanalasaladejuegosguiadosporBjörn.Sindudaalguna,allísedivertirán,¡haydetodo!
Cuandoveoquesealejan,agarroaMeldelbrazoylepregunto:
—¿Quétallacenitadeanocheconlosabogados?
—Unsantocoñazo.
Ambas reímos. Sin duda, venimos de mundos muy diferentes de aquel en el que están metidas
nuestrasparejas,yenocasionescodearteconperfectasmujercitasalasqueloúnicoquelesinteresa
esserlamásguapaolaquemejorliftingsehayahechonoeslonuestro.
Meltiraentoncesdemíy,alllegarjuntoaunamesita,levantauncojínymeentregaunospapeles.
SugestomehacesaberqueloquemeenseñanoesalgoqueamibuenamigoBjörnlohagasaltarde
alegría.
Sonrío.¡¿Quéserá?!
Conlospapelesenlamano,losmiroy,cuandoestoyleyéndolos,Melapunta:
—Recuerdasquetelocomenté,¿verdad?¿Quéteparece?
Leoymurmuro:
—¡Joder!
—Sabíaquediríaseso—aplaudeMel.
Madremía...,madremía...
—¿Björnhavistoesto?—pregunto.Ellaasienteconlacabezayyoañado—:¿Yquéhadicho?
Miamigaseacomodaenelbonitosillóndecolorcaramelo.MiraaBjörn,queeneseinstantesale
conEricdelasaladejuegosconunodesuscómicsenlamano,ysonríe.
Uy..., uy, esa expresión irónica no me deja entrever nada bueno. Mientras los chicos están
preparándosealgodebeberenelminibardelsalón,Meldice:
—Lógicamente,aBjörnnolehacenipizcadegracia.
—¡Losabía!
—Esunretrógrado—gruñeella.
—Tambiénlosé.EsdelpelajedeEric—afirmodivertida.
Melvuelveasonreíry,trasmiraraBjörn,quehablaconmimarido,cuchichea:
—No digas nada delante de él, ya he tenido bastante esta mañana. Se me ocurrió enseñarle los
papelesynoveaslaquemontóJamesBond.Asípues,porfavor,tepidoquenolocomentesdelante
deél.
—Vale.
Melsuspirayprosigue:
—No le hace ni pizca de gracia la posibilidad de que pueda trabajar como escolta para el
consuladodeEstadosUnidosenMúnich.
Ambasreímos.LuegoMelseinterrumpeydice:
—Ay,Jud,¿quéhago?Dametuopinión.Estáclaroquecomodiseñadoragráficanomefuemal,
pero...peroyonecesitoalgomás.
—¿Yyoquéquieresquetediga?Esoesalgoquedebesdecidirtú.
—Losé.PeroelpesaditodeBjörnnoquierehablardeello.
De nuevo, me río. Sin duda, Eric y Björn se han enamorado del estilo de mujer que nunca
pensaron.
—¿Escolta?—cuchicheodivertida.
Melgesticula.
—Meencanta.Esomepermitiráserunachulitacontrajedehombreygafasdesol.
Vuelvoareírme.Nolopuederemediar.
MellohadejadotodoporBjörncomoyoensumomentolodejéporEricy,aunqueséqueensu
vidaesfelizcomolosoyyo,pregunto:
—¿Teestásplanteandoregresardenuevoalejército?
Mipreguntalahacesonreír.¡Lamadrequelaparió!
Mel,laduratenienteParkerdelejércitodeEstadosUnidos,mequitalospapelesdelasmanos,los
doblay,guardándolosalverqueloschicosseacercan,mesusurra:
—Novoyaregresaralejército.Esono.Peropodríaserescoltade...
—Mel...,espeligroso.
—Escucha, Jud, más peligroso que mi antiguo trabajo, ¡imposible! Viajaré de vez en cuando y
pocomás.
—¿Pocomás?
LuegoMelañadebajandolavoz:
—Mipadrehamovidoalgunoshilosparaello,ycreoquedeberíaaprovecharlo.
—Pero¿puedesserescolta?—preguntosorprendida.
Ella,consuchuleríacaracterística,seretiraelflequillodelosojosyafirmacongestoencantado:
—SoylahijadelmayorCedricParkeryextenientedelejércitoestadounidense;¡puesclaroque
puedo!
AmbasnosreímoscuandooímosanuestraespaldalavozdeBjörn,quedice:
—Nomelodigáis,¿aquesédeloquehabláis?
Suexpresiónmehacesaberquenoleagradalaidea,yMelreplicamirándolo:
—Nohablábamosdeello,007.
—Mentirosa...,eresunamentirosilla—semofaBjörn.
Eric se sienta a mi lado y, como siempre, en su afán protector pasa la mano alrededor de mi
cinturaymeacercaaél.Lomiro...,memiraysonreímoscuandoBjörnsueltaobservandoasuchica:
—¿Quéletradelapalabra«¡No!»eresincapazdeentender?
Mel arquea las cejas. ¡Uissss, mal rollito! Y con un gesto que me hace saber que eso no va a
acabarbien,responde:
—Mira, muñeco, a chula tú no me ganas ni dando un cursillo acelerado; por tanto, tranqui,
tronco,nolavayasacagartodavíamás.
Björn parpadea. Sin lugar a dudas, ha pasado el tiempo, pero es evidente que todavía le cuesta
adaptarsealamaneradehablardeMely,cuandoveoquevaaresponder,ellaañade:
—¿Aúnnotehasdadocuentadequetúnodecidespormí?
ElgestodeBjörnsedescomponepormomentos.
Bueno...,bueno...,quesevaaarmarlamarimorenaymimaridoyyoestamosenfilapreferente.
Acto seguido, Björn responde, después lo hace Mel, y comienzan a lanzarse pullitas. Entonces,
Ericacercasubocaamioídoypregunta:
—¿QuélesocurreaJamesBondyalanoviadeThor?
Oíresosapodosmehacesonreír;aúnrecuerdocuandoellosmismosselosllamabany,mirando
alosojosdemiamor,esosojosazulesquetantomeenamoran,respondo:
—El padre de Mel ha movido algunos hilos para que ella pueda trabajar en el consulado
estadounidensecomoescolta.
VeosorpresaenlaexpresióndeEric,ynomeextrañocuandolooigodecir:
—Pequeña,sifuerastú,larespuestaseríalamismaqueladeBjörn:«¡No!».
Aver...,aver...
Sialguiendeberíasaberelmalresultadoquetieneprohibiralgo,éseesEricZimmerman,yantes
dequemedétiempoaresponder,élañade:
—Yseríaun«¡No!»inamovible.
Uisss,¡quérisa!
Nopuedoevitarlo.
Sinlugaradudas,mirisitalehacesaberamialemánpreferidoloquepiensoy,trasretirarmeun
mechóndepelodelacara,insiste:
—Nolopermitiríaylosabes,¿verdad?
Lomiro...
Memira...
Sonrío...
Levantalascejas...
Yfinalmente,conesearteespañolquecorrepormisvenas,respondo:
—Mira,Iceman,siyofueraella,alfinalharíaloqueyoquisiera.Ylosabes.Portanto,alégrate
dequenosoyella,otendríasunmolestoproblemadeesosquetesacandetuscasillas.
Ericsonríe.
Obviamente sabe que lo que digo es cierto, así que acerca su boca a la mía y murmura
tentándome:
—Alégratetúdenoserella...
Sonríoconmaliciay,sinapartarsumiradadelamía,Ericmerozaconsutentadoraboca.
Madremía...,¡quéjuegomássucio!
Me chupa el labio superior, después el inferior, y termina con un mordisquito. ¡Sigue jugando
sucio!Y,antesdebesarmecomosóloélsabe,murmura:
—Tútambién,tegusteono,tendríasunmolestoproblemadeesosquetesacandetuscasillas.
Me apresuro a besarlo. No puedo pensar en lo que ha dicho. Bueno, sí puedo, pero ahora no
quierohacerlo.Sóloquieroquemebeseyquemehagasentirtanespecialcomosiemprelohace.
Nuestras bocas se encuentran, igual que docenas de veces al día, cuando oímos que Björn nos
llama.Allevantarlavista,nosencontramosaélyaMeldepie.
—Sinosdisculpáisunosminutitos—diceélcongestoserio—,Melyyotenemosquepasarami
despachoadialogar.
—No.Ahorano—replicaella.
Aloírla,élsonríey,mirándola,dice:
—Nosoymilitar,perotengomiartilleríaparaconvencerte.
—¡¿Ahora?!—protestaMel.
Convencidodeello,Björnmiraasunoviaeinsiste:
—Sí,Mel,¡ahora!
Meentralarisamientrasveoquemiamigadisimulalasuya.Ambassabemosmuybienloqueva
aocurrirenesedespacho.
—Björn —continúa Mel—. Están los niños, Pipa, Eric y Jud; ¿no crees que ahora no es
momento?
PeroBjörnlacogeentresusbrazos,nosmiraydice:
—Enseguidavolvemos.
Ericasiente...
Yosonrío...
Melponelosojosenblanco...
YBjörnnosguiñaunojomientrassevan.
Dossegundosdespués,cuandonuestrosamigosdesaparecen,Ericmemiraydicedivertido:
—¿QuéteparecesivamosavercómoestánPipaylosniños?
Asientomimosa,lobesoymurmuro:
—Preferiríahacerotracosa.
—Insaciable—cuchicheaélsonriendo.
—Sólodeti—matizoalentendersuspalabras.
Encantado, mi loco amor me da un pequeño azote en el trasero y, levantándose conmigo en
brazos,dicemientrascaminaendirecciónalasaladejuegos:
—De momento, comportémonos como unos padres responsables que están de visita en casa de
susamigosy,cuandoestemossolos,teharésaberloinsaciablequesoyyodeti.
Sonríodivertida.Sinlugaradudas,ambossomosinsaciables.
10
A pocos metros de ellos, y en el mismo rellano del edificio donde estaba su casa, Björn abría la
puertadesubufetedeabogados.
Al ser domingo no había nadie, la oficina estaba desierta y, sin soltar el brazo de Mel, caminó
entrelasmesasdesustrabajadoreshastallegarantelapuertadesudespacho.
Mellomiróymurmurófrunciendoelceño:
—Desdeluego,Björn,lotuyonotienenombre.
Elabogadosuspiró.
SialgolegustabadeMeleraeseairesuyotancombativoy,cogiendoelpomodelapuerta,dijo
mirándolaalosojos:
—Tedijequecadavezqueteoyerahablardeltemitapasaríaesto,porlo...
—Perotenemosinvitadosencasa—lointerrumpióella.
Björnsonrió.
Másqueinvitados,EricyJuderanfamilia,yprecisamenteellosnoseasustabanporloqueibana
hacer.
—Nosevanaescandalizar—contestó—.Ytúyyotenemosquehablar.
—Pero,Björn...
—Entraeneldespacho.
Melresopló.
¿Hablar?¿Björnqueríahablaroqueríaotracosa?
PensóenEricyJud.
Sabíaperfectamentequeellosnoseescandalizabanporsuausencia.
Noeralaprimeravezque,estandotodosjuntosconlosniños,algunaparejaseausentabaunos
minutosyregresabapocotiempodespuéscomosinohubierapasadonada.Lobuenodeaqueltipode
amistaderaquenohabíaqueocultarnada.Todosesabía.Nohabíaquedisimular.
Alveraquelgestosuyo,quetantolefascinaba,Björntuvoganasdesonreír.
SabíaqueMelfinalmenteharíaloqueellaquisiera,peroteníaquedemostrarlequeélnoestabade
acuerdo.Nodeseabasepararsedeellaniunsolodía,ymuchomenospensarquevolveríaateneruna
vidaplagadadeturnosyausencias.Curiosamente,aquelloloencelaba.Lerecordabaunaépocadela
quenoqueríasabernadaporqueeraconscientedeque,encuantolatenienteParkerapareciera,los
hombreslamiraríandeunaformaqueélnoestabadispuestoasoportar.
Congestodeenfado,Melentróeneldespacho.SequedóparadasinllegaralamesayBjörnla
empujóparaquecontinuaraandando.Ellaapenassisemovió.Éldecidiócambiarentoncessuplany,
desconcertándola,caminóhastasumesa,retirólasillaytomóasientocontranquilidad.
—Siéntate—dijo—.Tenemosquehablar.
La expresión de sorpresa de Mel al ver que era cierto que tenían que hablar se hizo más que
evidente.Horasantes,trassuúltimadiscusiónalrespecto,Björnlehabíadichoquelasiguientevez
quelaoyeramencionareltematendríanunaseriaconversación,yasíibaaser.Porello,elabogado
nocambiósugestoeinsistió:
—Mel.Hedichoquetesientes,porfavor.
Asombrada porque fuera cierto lo de hablar, ella caminó hasta la mesa. Se sentó frente a él y,
apoyandolaespaldaenlasillaconchulería,levantóelmentónydijo:
—Muybien.Hablemos.
Björnhizolomismoqueella.Serecostóenelrespaldodesusillaylamiró.
—Mel—empezóadecir—,noquieroquelohagas,ysabesmuybienporqué.
Ellacerrólosojos,negóconlacabezaygruñófrunciendoelceño.
—Por el amor de Dios, Björn, ¿otra vez me vienes con los celos? —Él no respondió, y Mel
prosiguió—:Heestadorodeadaporcientosdehombresdurantemuchotiempoyhesabidocuidarme.
—Nolodudo.Peroahoraestásconmigoynoquieroqueseastúquientengaqueprotegeranadie,
cuandosoyyoelquequiereprotegerteati.
—Pero,Björn,creoque...
—He dicho que no —insistió él—. Además, con lo que yo puedo llegar a ganar si entro en el
gabinetenovasanecesitar...
—Vamos, hombre..., no me vengas otra vez con lo mismo — gruñó Mel, recordando su
conversaciónconGilbertHeine—.Vale...,séquevasaganarmuchodinerosientrasenesemaldito
bufete,peronolonecesitamos.Yavivimosmuybien,¿no?
—¿Aquévieneesode«malditobufete»?
Mel suspiró. Debía ser sincera con él pero, omitiendo lo que Gilbert le había dicho para no
dañarlo,lehablódetodoloqueLouiselehabíacontadoenreferenciaaaquelsitioysucorrupción.
Björnlaescuchóy,unavezterminó,dijo:
—Habladurías, cariño. Es normal que ella esté enfadada con Johan si sabe que está con otras
mujeres,perodeahíaqueculpabilicealbufete,creoque...
—Pero,Björn...
Elabogadolevantólamanoyrespondióenactitudimperativa:
—Seacabó.NomeapetecehablardeJohanydeLouiseporquenomeinteresansusproblemas
personales,perosíquierohablardenosotros,ypornadadelmundodeseoquetrabajesenloquete
propones,¿entendido?
—Björn...
Él,desesperadoporlaimpetuosidaddesunovia,preguntó:
—Entreesosantiguoscompañerosconlosquepodríasvolveratrabajar,¿hayalgunoconquien
pudierashabermantenidorelaciones?
Lapreguntalapillódesorpresa.Porsupuestoquecabíalaposibilidaddereencontrarseconalgún
viejocompañeroconelquehabíaestado.Ellamismaselohabíacontado,comoélselocontabatodo
aellay,comonoqueríamentirle,afirmó:
—Sabesquesí;¿aquévieneeso?
Conscientedelomuchoquesejugabaconaquellaconversación,ymásconunamujercomoMel,
Björnreplicócontranquilidad:
—Mira, cariño, me han invitado a varios pases de modelos, fiestas y eventos a los que he
rechazadoirparanoincomodarteati,¿verdad?
—Nomejodas,007;¿aquévieneesoahora?
Dispuestoasoltarloquellevabadentroyhastaelmomentonohabíapodidosoltar,élrespondió:
—Vieneaque,siatitemolestaqueyomereencuentreconantiguasconocidas,¿acasonodebo
preocuparmeyosivasdenuevodeSuperwomanentretantomachote?
Melnocontestó.
Elalemánteníatodalarazóndelmundo.
Eneltiempoquellevabanjuntos,Björnlehabíahechoverloespecialqueeraparaél,eincluso
delantedeellahabíadejadomuyclaroatodamujerqueseleacercabaqueestabacomprometidoy
fuera del mercado. Si iban a una fiesta, acudían juntos. Si iban a un desfile, Björn evitaba siempre
estar a solas con las modelos y, cuando practicaban sexo con otros, jamás la hacía sentirse mal,
porqueinclusoenesosmomentosledemostrabaqueellaeraúnicaeirrepetible.
—Escucha,Björn.Enreferenciaaesetrabajo...
—Mepreocupatuseguridadfundamentalmente—lacortó—.Yencuantoaloshombresconlos
quetrabajarás,seránbuenaspersonasytodoloquetúdigas,pero¿creesquevanarespetarteyno
vanahacercomentariosmaliciosos?
Mel sonrió. Conocía a alguno de aquellos escoltas y, sin duda, en cuanto la vieran le dirían de
todo,inclusonodudabadequealgunointentaraalgoconellaporlosviejostiempos.
—Túmismasonríes;¿porqué?
—Vamosaver,cariño,sontíosy...
—Precisamenteporquesontíoscomoyo,sédeloquehablo,yporesomirespuestasiguesiendo
quenoquieroquevayas,porquenoquieroqueestésasolasconellos.
—Pero...
—¡Nohayperos!
—Björn...
Élsonrió.Habíallegadoalmomentolímitealquequeríallegary,mirándola,añadió:
—Hagamosuntrueque.Yotedoy.Túmedas.
Mellopensó.Haceraquellopodíaserbuenaidea,yasintió.
—Vale.¿Quéquieres?
—¿Cualquiercosa?—preguntóelabogadoconpicardía.
Melsetocósucortoyalocadopeloyafirmó:
—Siesohacequetequedesmástranquilo,cariño,¡porsupuesto!
LasonrisadeBjörnseensanchóy,depronto,ellasupopordóndeibaelmorenazo.Seechóhacia
delanteparaapoyarseenlamesaysusurró:
—Eresuntramposo.
—¿Porqué?—dijoélriendodivertido.
—Porquesémuybienloquemevasapedirymeparecefatal.
—¿Yquétevoyapedir?—preguntóél,riendootravez,conscientedequesunoviateníarazón.
Melserevolvióensusilla,resoplóydijomientrasloseñalabaconundedo:
—Me vas a pedir que me case contigo y tengamos un pequeño Spiderman al que llamar Peter,
¿verdad?
Elalemánsonrió.Nadalegustaríamás,ysemofó:
—SiesquehastateapellidasParker,cariño.
—Björn... —protestó ella, consciente de cuánto admiraba a Peter Parker, el álter ego de
Spiderman—. Y lo que me joroba más —continuó— es que, si nos casamos, el imbécil de Gilbert
Heinesevaacreerquelohacemosparacumplirunodesusabsurdosrequisitosenrelaciónconel
bufete.
Aloírla,Björnfruncióelceño.
—Sabesqueesonoesverdad—replicó—.Yonuncatehepedidoquetecasesconmigoporese
motivo.Sitelohepedidoesporquetequieroydeseoqueseasmimujer...¿Aquévieneeso?
Conscientedequenolehabíacontadolaconversaciónquehabíamantenidoconelhombre,Mel
resoplóy,cuandofueahablar,Björnprosiguió:
—Sabes que me encantaría casarme contigo, pero siento decirte que no es eso lo que te voy a
pedir,cariño.
—¿No?—preguntóelladesconcertada.
—No.Noeseso.
—Y,sinoeseso,entonces¿quées?
ABjörnleencantóversuexpresióndedesconcierto.Nohabíanadaquedesearamásquecasarse
conellay,claudicando,afirmó:
—Vale.Tehementido.Quieroquetecasesconmigo.
—Losabía...,miraquelosabía—gruñóMel,alaquelosbodorriosnoleiban.
Elabogado,divertido,laoyóprotestary,trascogerelmandodelequipodemúsica,loencendió.
Ledioalapista3ycomenzóasonarQuando,Quando,Quando,[7]deMichaelBublé.
—Musiquitaahora...—rezongóMel.
Lapreciosayrománticacancióninundóeldespacho,yBjörn,sindarseporvencido,leguiñóun
ojo,hizoqueellaselevantarayempezóacanturrear:
—«Quando...,Quando...,Quando...».[8]
Laextenientesuspiróy,cuandofueaprotesar,éllaabrazó,laacercóasucuerpoparabailarcon
ellaymurmuró:
—Puedosermuyconvincentesimelopropongo;losabes,¿verdad?
Melasintió.Sialguienpodíaconseguiralgodeella,éseeraBjörn.Esemalditoabogado,consu
romanticismo y su manera de mirarla, en ocasiones conseguía que hiciera cosas inauditas, aunque
todavíanolahabíaconvencidodepasarporelaltar.
Dejándosellevarporlamúsica,Melsedisponíaadeciralgocuandoéllesusurróaloído:
—Llevamoscasidosañosviviendojuntos.Mepedistetiempoyyoteloheconcedido.Sabesque
teadoro,quemueropormiprinsesay...
—Esoeschantaje.
Björnsonrió.Conellanohabíaotromodo.
—Lo sé, cariño —respondió—, pero si tú quieres que yo claudique en unas cosas, tú has de
claudicar conmigo en otras. Sabes que me muero por casarme contigo, y lo mejor de todo es que
séqueenelfondo,muyenelfondo,tútambiéntemueresporcasarteconmigo,¿verdadquesí?
AMelseleescapóunasonrisita.
—Eresuncreído,007—cuchicheó—.Y,sinolosabesya,terecuerdoquelosbodorriosconfrac
ychaquénomevan.Sinoscasamosalgúndía,loharéenvaquerosycelebrándoloconunasbirritas.
Björn,queeraconscientedeello,sonrió.
—Tú,Samiyyo—convino—.Lostressomosunafamilia,unapreciosafamilia,ysimplemente
quieroformalizarlascosascomoabogadoquesoy.Vamos...,diquesíeintentaremoshacerlodeuna
formaquenosgustealosdos.
—Chantajistaemocional...,esoesloqueeres.
—Ytúerespreciosa.
MelmiróelpisapapelesqueBjörnteníaenlamesa.«¿Seloestampoenlacabeza?»,pensó.
Björnobservósumirada.«Meloplantaenlacabeza»,sedijo.
En silencio, bailaron aquella bonita canción, hasta que Mel sonrió. Luchar contra Björn y su
corazóneraimposible,porloquelomiróyafirmó:
—Deacuerdo.Mecasarécontigo.
Élsedetuvoentoncesenseco.
—Repiteesoquehasdicho—pidiómirándola.
Melpusolosojosenblancoyrepitió:
—De acuerdo. Me casaré contigo este año, aunque de momento la fecha queda en el aire —y
añadió—:Peroloharéenvaqueros.
Henchidodeorgulloporhaberconseguidosupropósito,elabogadosonrió,ysedisponíaadecir
algocuandoellalointerrumpióparamatizar:
—Y, por supuesto, de momento, el enano calvo y sin dientes que quieres que tengamos para
llamarloPeterParkerhabrádeesperarporquequierotrabajardeescolta,¿deacuerdo?
Björn sonrió encantado. Sin duda, había conseguido parte de lo que pretendía y, dispuesto a
lograrqueMeldejaradeladolasegundapartedeltrato,murmuró:
—Noolvidaréesteinstantemientrasviva.
Ellapusolosojosenblancopero,incapazdenosonreír,declaró:
—Yotampoco.
SuscuerposserozabanyMel,soltándosedeél,sesentósobrelamesadeldespachodesufuturo
marido.
—¿Quétalsisellamosnuestropactoantesderegresarconnuestrosinvitados?—propuso.
—Parker,eresmuytraviesa—murmuróBjörndivertido.
—Losé,comotambiénséquetegustaquelosea—afirmóellasonriendo.
Björnsonrióencantado.
—¡Queesperen!—exclamóabriéndoselacamisa.
Instantes después, la prenda de él voló, la camiseta de ella acabó sobre una de las sillas y los
pantalonesdeambosenelsuelomientraslavozdeMichaelBublécantaba.Desnuda,Melsetumbó
sobrelamesay,sindecoro,abriólaspiernasparaél.Alverloqueellaleofrecía,Björnjadeó,sele
acercóysusurrópaseandoeldedodelicadamenteporlospliegueshúmedosdesusexo:
—Tecomeríaentera,perometemoqueestohadeseralgorápido.
Y,sinmás,semetióentresuspiernasylapenetróconurgencia.
Al sentir a Björn en su interior, Mel se arqueó sobre la mesa y chilló de placer, mientras él se
apretabacontraellaycomenzabaabombearconfuerza.
Elsonidodesuscuerposalchocarresonabaenelsilenciosodespacho.Björnposóentonceslas
manossobresuspechos,selostocóy,trasinclinarseparaaccederaellos,selosmetióenlabocay,
sinparardebombear,selosmordisqueóhastaquelosjadeosdeMellovolvieronloco.
Elabogadovibrabamientrasellatemblabay,enloquecido,seincorporó,lecogiólaspiernas,se
lassubióaloshombrosy,mirándola,dijoenuntonocargadodesensualidad:
—Adorofollarte,tenienteParker.
Laextenienteasintió.Oírlodeciraquelloenaquelmomentoeramorboso.Muymorboso.
El éxtasis que le provocaba lo que él le hacía y le decía la dejaba sin fuerzas y, abandonada al
momento,seagarróalamesayvolvióachillardeplacer.Björneratremendamentesexual.
Sindescanso,elalemáncontinuóhastaqueellagritóalllegaralclímax.
—Björn...
Oírsunombreenbocadeellamientrasconvulsionabadeplacereraunadelascosasquemásle
gustaban.Mirarlayadmirarlamientrasveíaelgoceensurostroloapasionabayloexcitabaaúnmás,
hastaquesegundosdespués,trasunfuerteempellónquehizoqueMelvolvieraagritar,elabogadose
corrió.
Conlasrespiracionesagitadas,BjörnbajólaspiernasdeMelconcuidadoy,tumbándosesobre
ellaenlamesa,murmuróagotado:
—SeñoraHoffmann,tevoyahacermuyfeliz.
Diez minutos después, una vez vestidos de nuevo, regresaron a la casa cogidos de la mano. Al
verlos,EricyJudsonrieronysealegraronporlaincreíblenoticia.
¡Habíaboda!
11
Salirconlosniños,ymásconcuatro,essiempreunaaventura,piensoagotada.
Unavezacomodoaloscríosenelcoche,miroaPipaylepregunto:
—¿Vasbien?
Lapobre,queesmásbuenaqueelpanytienepintademonja,memirayresponde:
—Sí.Gracias,Judith.
Unavezquevequetodosestamosbien,Eric,michicarrón,arrancaelmotordelcoche.
—MelyBjörnyasalendelgaraje—digoentonces—.Síguelos.
—¿Vamos al restaurante de Klaus? —Asiento, y mi amor responde tocándome la rodilla—:
Entonces,tranquila,pequeña,séllegar.
Sonrío.Soyfelizy,cuandooigoelprimerlamentodemipreciosaperolloronaniña,mevuelvoy
comienzoacantarleesode«Soyunataza,unatetera,unacuchara,uncucharón»,[9]ylaniñasecalla.
Leencantaqueletarareeesacancioncita,comoalpequeñoEriclegustaquelecanteladeltallarín.
HepasadodeescucharalosAerosmithacantarcancionesacuálmástonta,peroqueamishijos
lesgustan.¡Paraloquehequedado!
Flyn, que podría ayudarme, pasa. Se limita a mirar por la ventana y a ignorarnos a mí y a los
niños.
Veinteminutosdespués,agotadadetantacucharaycucharón,cuandollegamosalrestauranteEric
aparcay,entonces,lapuñeteraniñasehadormido.
¿Quiénseríalamadrequelaparió?
Animados, salimos del vehículo. Ir a comer al restaurante de Klaus nos encanta a todos. Con
cuidado,cojoalapequeñaHannahylametoensucochecitomientrasprotesto.
—Telaconlaniña,¡noshasalidoflamenca!
VeoqueEricsonríe.
Memira...,miraasuniñay,cuandoFlynsaledelvehículoconsuhermanoyPipacorretrasellos,
elmuytunantemedice:
—¿Cómoeralacanción?...Soyuncucharón...
Ambosnospartimos.Sinlugaradudas,¡lacancioncitaselastrae!
AlllegarjuntoaMel,BjörnySami,éstossefijanenlaniña.
—Sí—digo—,elmonstruitosehaquedadodormido.
Ericsonríe,Björntambién,yMelmurmura:
—Puescuandosedespierte,¡noscomeporlospies!
Volvemosareír.TodoloqueHannahtienedeguapaydormilonalotienedetragonaylloronay,
sinduda,cuandosedespierte,comodiceMel,¡noscome!
Alentrarenelrestaurante,Klausnosveysonríe,ySami,queadoraasuabuelo,alquellamalelo,
correhaciaél.
—Lelo...,lelo...,yaestoyaquí.
Elhombreseagachafelizymiraalaniña.
—¿Cómoestámiprincesa?—dice.
Lapequeña,queadoraquelallamen«princesa»,setocalacoronadoradayresponde:
—Bien,peroquieroaguaporquetengomuchasedypapihadichoquetepidieraagüitaati.¿Me
dasagüita?
AKlausselecaelababa,yrápidamentesemueveparadarlealaniñaloquequiere.Unavezla
pequeñatienesuvasodeagua,veoqueKlausmiraamipequeñoypreguntadenuevo:
—¿YcómoestáSuperman?
AdiferenciadeSami,Ericesmásparcoenpalabras.Sinduda,esunZimmerman,ysimplemente
asienteconlacabeza.AlverelgestodeKlaus,yomeagachodivertidayaclaro:
—Esosignificaqueestámuybien.
El hombre sonríe e, instantes después, nos saluda a todos. Está feliz por tenernos allí, y noto
comosiempreelamorquesientehaciasuhijoBjörnyhaciaMel,queessuojitoderecho.
Instantesdespués,nosdirigimoshacialamesaquenostienereservada.Björnacercadostronas
paraSamiyparaEricymepregunta:
—¿QuieresotraparaHannah?
Condulzura,observoamiBellaDurmienteyrespondo:
—Demomento,no.Dejemosqueelmonstruitosigadurmiendo.
Entre risas, nos sentamos mientras Björn y Mel se llevan aparte a Klaus para darle la buena
noticiasobresuboda.Concuriosidad,losobservoymeemocionocuandoveoalhombreabrazara
suhijoydespuésaMel.Sinduda,lanoticialehagustado.
Mediahoradespués,Hannahsedespiertay,trasvariassonrisasacuálmásbonita,comienzacon
suconciertodelloros.RápidamenteKlaussellevaalacocinasupotitoparacalentarloy,encuantolo
trae,casisinrespirar,Hannahselocome,antelaexpresióndebobodesupadre.
Peroenelmomentoenquelacomidaseacaba,laniñadecidemontarunodesusnumeritosy,al
final,labuenadePipa,quehacomidomientrasyoledabadecomeralmonstruito,paraqueelresto
podamostenerunratodepaz,metealapequeñaenelcochecitoysaledelrestauranteadarunpaseo.
Flynsevaconella.Nuestracompañíaloaburre.
Cuandosaledelrestaurante,veoqueMelmiraaBjörnylepregunta:
—¿Deverdadquelamonstruitonotequitalasganasdetenerniños?
—Eh...,cuidaditoconloquedicesdeminiña—semofaEric.
Suchicorespondeentoncesconunaencantadorasonrisa:
—Cielo... —y, señalando a mi pequeñín, afirma—: Ellos tienen un Superman y yo quiero un
Spiderman.UnpequeñoPeterHoffmannParker.
Melponelosojosenblancoyyomerío.Nolopuedoremediar.
Depronto,suenansendosmensajesenlosmóvilesdeEricydeBjörn.Mimaridoechaunvistazo
yluegocomenta:
—Alfred y Maggie nos informan de que están organizando una fiesta privada en el palacete de
campoquetienencercadeOberammergau.
—Sí—afirmaBjörndejandoelmóvil—.Yotambiénloacaboderecibir.
—¿Oberammergauesesepuebloqueparecedecuento?—pregunto,yEricasiente.
Aloírme,Melseinteresa,yyoleexplicoqueEricyyoestuvimospasandounfindesemanaen
eseincreíblesitio.MiamigasesorprendecuandoledigoqueallívilacasadeCaperucitaRojayde
HanselyGretel.
Björnsonríeentoncesymurmuramirandoasuchica:
—Mmm...,deCaperucitaRojaestaríastentadora,teniente.
LoscuatroreímoscuandoMel,quenuncahaasistidoaunadeesaslujuriosasyprivadasfiestas,
pregunta:
—¿QuiénessonMaggieyAlfred?
Yosonrío.Todavíarecuerdolaprimeravezqueoíhablardeellos.EstábamosenZaharadelos
Atunes,enlapreciosacasadeFridayAndrés.Miroamiamigayrespondomientrastocoelanillo
queEricmeregaló:
—Sonunaparejamuysimpáticaquecadaequistiempoorganizanfiestastemáticasmuyprivadas.
—¿Temáticas?—preguntacuriosaMel.
EricyBjörnsonríen.
—LlevabancasidosañossinorganizarnadaporunaenfermedaddeAlfred—explicamiamor—,
peroalpareceryaestárepuestoytienenganasdefiesta.
—CuántomealegrodequeAlfredestémejor—asiento.
Melnosmiraalaesperadequealgunocuentealgomás,yfinalmentedigo:
—Yo sólo he asistido a dos fiestas organizadas por ellos. En la última, la temática era la
prehistoria,perolaprimeravezquefuiaunadesusfiestashabíaqueirvestidosdeloslocosaños
veinte.FuimosconFridayAndrés.Ellosparecíangánsteres,¡ynosotrasflappers!
Melsonríe,sabeloqueesunaflapper,yBjörndice:
—Enesafiestafuecuandoteconocí.
Ericasiente...
Björnsonríe...
RecordaraquellaprimeravezyloqueocurrióconEricyBjörnenaquellugaraúnmeacaloray,
sonriendo,digoalverquenadiepuedeoírnos:
—Sinlugaradudas,esafiestamarcóunantesyundespuésenelsexoparamí;larecuerdocomo
algomuyespecial.Sólopensarlomeexcita.
Ericsonríe.
Björntambién.¡Québribones!YMel,alentendersussonrisitas,sinpizcadecelos,mepregunta:
—¿Antesdeesafiestanohabíashechonadade...nada?
Ahoralaquesonríesoyyo.
—Días antes tuve mi primera experiencia con Frida y Andrés en su casa —respondo—, y
anteriormenteaeso,Eric,estelistillorubioqueahoraríeymiraaltecho,meengañóenunhotelde
Madrid. Me tapó los ojos, puso una cámara a grabar y me hizo creer que era él quien jugaba
conmigo,cuandoquienlohacíaenrealidaderaFrida.
—¡Nomedigas!—exclamaMel.
Recordaraquellosmomentosjuntosmehacereír,yañado:
—Nitecuentolofuriosaquemepusecuandovilograbado.¡Queríamatarlo!
Denuevo,Ericsonríey,acercándoseamí,dice:
—Perocuéntalobien,cariño.Antesdeeso,yotepreguntésiestabaspreparadaparajugaraloque
yoqueríaydijistequesí.—Resoplodivertida,¡claroquelorecuerdo!—.Segundosdespués,insistí
enmipreguntayvolvisteaaccederconelúnicomatizdequenoqueríassado.
—¡Menudotramposo!—ríeMel.
—Nofuetramposo,élpreguntó—afirmaBjörn.
Aloíreso,resoplodenuevo.Peroparahacerlesentenderdeunavezportodaselenfadoquesentí
enaquelinstante,losmiroyseñalo:
—Vale,tenéisrazón,éllopreguntó.PeroimaginadqueeldíademañanaHannahoSami,vuestras
preciosasniñas,conocenaunostiposysevenenmimismasituación.¿Quépensaríasvosotros?
—Lomato—sentenciamialemán.
—Learrancolacabeza—afirmaBjörn.
Melyyonosmiramosynoscarcajeamosporsuscontestacionesprimitivas,mientrasellosnos
observanmuyserios.Miejemplonoleshagustadonada,peroinsisto:
—¿Y por qué los mataríais o les arrancaríais la cabeza? Si ellos también les han preguntado a
ellaslomismoqueEricmepreguntóamí...Ellospodríandecirlomismoquehasalegadotúy...
—Bueno..., bueno... —me corta mi amor cogiendo al pequeño Eric en brazos con seriedad—.
Cambiemosdetema.
—Sí,mejor—afirmaBjörncolocándolelacoronitadenuevoasuniña.
—Qué diferente se ve todo cuando uno es el papaíto, ¿verdad, machotes? —se mofa Mel,
haciéndome reír. Luego añade—: Pues, os guste o no, el día de mañana vuestras niñas, que son
nuestrastambién,disfrutaránlibrementedelsexocomohacemosnosotros,yesperoquelodisfruten
mucho...,mucho...,mucho.
Ellossemiran.Nohablan.Sinduda,noquierenniplantearseloqueMelestádiciendo.
Sorprendidaporsusreacciones,losmiroysonríosabiendoqueeseejemplo,alfin,leshahecho
entenderloqueenotrosmomentosnuncaentendieron.Sinlugaradudas,Ericmepreguntó,perono
fueconcretoensupreguntay,aunquelaexperiencialarepetiríamilveces,verloquehabíagrabado
aqueldíamedejósinsaberniquépensar.
Sinembargo,comonoquieromachacarmássusmentesdemachotesposesivos,cambiodetema:
—¿HabéishabladoconDexter?
Björnasientey,trasbeberdesucerveza,dice:
—Ayer justamente hablé con él y me confirmó que el bautizo es dentro de dos semanas. Verás
cuandoseenteredenuestraboda.
Todossonreímos,yentoncesMelmurmuraparahacerrabiaraBjörn:
—¡México!Quéganasdeir.
—¿México? ¿Y nuestra boda qué? —protesta él, que, al verla sonreír, cuchichea—: Eres muy
traviesa,ylovasapagar.
Cada vez que recuerdo mi luna de miel allí, no puedo dejar de sonreír. Riviera Maya. Hotel
Mezzanine.Ericyyo.Uf...,quémomentosyquébienlopasé.Loquedaríaporvolveraestarallí.
Pero en esta ocasión el viaje será por otro acontecimiento, y solos, lo que se dice solos, no
estaremos.
DexteryGracielahansidopadres.Antelaimposibilidaddeélparatenerhijos,buscaronunbanco
de semen y, meses después, el resultado ha sido la llegada de Gabriel y Nadia, unos preciosos
mellizos.
—NoquieroniimaginarmecómoestaránDexteryGracielaconlosbebés.
—Telodigoyo—responderiendoBjörn—.¡Agotados!
Ericsonríe,yoleguiñounojoconcomplicidady,sindudarlo,meacercaaélylobeso.Nunca
desaprovechounmomentofeliz.
12
Ellunes,cuandomedespierto,estoyhistérica.¡VoyaMüller!
Alfinalgodiferentededarpapillas,limpiarmoquetesycantarlodeltenedoryeltallarín.
¡Vivalavidalaboral!
Unavezmeducho,miromiarmarioyalfinaloptoporponermeunbonitotrajedechaquetagris
conunacamisanegra.Elresultadomegustacuandomemiroalespejo,mepongounoszapatosde
tacóngrisesy¡estoypreparada!
Tanprontocomobajoalacocina,EricyFlynestándesayunando.Alentrar,Ericmemirayno
dicenada,peroFlyn,alvermedeesaguisa,ynoconlosvaquerosolabatadeandarporcasa,me
observasorprendidoypregunta:
—¿Adóndevas,mamá?
SaludoaSimona,quesaledelacocinacondosvasosdelecheparallevárselosaPipay,mientras
mellenounatazadecafé,respondo:
—Alaoficinaconpapá.Tengounaentrevista.
Ericnodicenada,sinoquesiguemirandoelperiódico.EntoncesFlyn,quenomequitalavistade
encima,preguntasorprendido:
—¿VasatrabajarenMüller?
Mesientoasulado.
—Sí,cariño—contestoemocionada.
—¿Yporqué?
Doyuntragoamicafé,observoqueEricmemiraporencimadelperiódicoydigo:
—Porquesoyunamujeralaquelegustahaceralgomásqueestarencasatodoeldíay,sitengo
lasuertedeconseguirunempleo,¿porquénoaceptarlo?
LabocadeFlynseabrecomosihubieradichoalgoterriblementedesagradable.
—¿YquiénvaacuidardeEricydeHannah?—pregunta.
Resoplo.Otroconelquelidiar...Comopuedo,ysinalterarme,digo:
—LoharánPipaySimona.
—¿Yquiénmevaaayudarahacerlostrabajos?
—Pueslostendrásquehacertú,perotranquilo,tendrétiempoparaayudarteporquesólovoya
trabajaramediajornada.
—Peroestaráscansadaylossábadosporlamañananoteapetecerásalirconmigoasaltarconla
moto.
Norespondo:saltarconlamotosiempremeapetece.
—Noveobienquetrabajes—insisteél.
Joder...,joder,quédifícilmeloestáponiendoelcabritodelniño.Novoyacontestar.Novoya
entrar en su juego o terminaremos discutiendo como hacemos últimamente. Pero Flyn es un
Zimmermany,cuandoestoydandountragoamicafé,sentencia:
—No quiero que trabajes. Papá lo hace por todos y se pasa media vida en la oficina. ¿Por qué
tienesquehacerlotú?
MiroaEricenbuscadeayudayveoquelacomisuradesuslabiossecurva.¡Serácapullo!Anda
quemeechaunamanoenlaconversación...
—Flyn—empiezoadecir—,teaseguroque...
—Quieroqueestésencasacomounamadre—insistedandounmanotazoenlamesa.
Bueno...,bueno...,bueno...,¿enquésigloseestácriandomihijo?
Lomiro.
Élmemiraconmalicia.
Estásiendocruelconmigo.Alfinal,lollamo«chino»,ydiscutimosmostrandoamboslamisma
crueldad,porloquemurmuroparareivindicarmisderechos:
—Flyn, las mujeres decidimos lo que queremos hacer en esta vida, y te aseguro que me vas a
tenerparatodoloquenecesites.Sinembargo,nomeparecebienquepiensescomounviejodelsiglo
pasadoalrespectodequelasmadrestienenqueestarencasa.
—Esloquepienso.
—Puesestámuymalpensado—sentencio—.Yonoteestoyeducandoparaquepiensesasí.Las
mujeres y los hombres somos seres independientes y con las mismas oportunidades, y aunque
vivamosenparejadeb...
—Noquieroquetrabajes.Túno.
—¡Flyn, basta! —exclama Eric y, dejando el periódico que tiene en las manos, añade—: Jud es
mayorcitaparasaberloquequierehacerono.Seacabóelpensarsóloenloquetúquieres.Aplícate
enaprobar,¡esoesloquetienesquehacer!Yolvídatedelamotoydelrestodelascosas.
Elniñoresopla,nosmiraysecalla.
Alfinal,terminamoslostresdesayunandoensilencio.
¡Québuencomienzodedía!
Veinte minutos después, le indicamos a Norbert que no hace falta que lleve a Flyn: nosotros lo
dejaremosdecaminoalaoficina.
El silencio vuelve a estar presente en el coche, y decido poner música. Busco los CD que lleva
EricenelvehículoymedecidoporelúltimoqueleregalédeAlejandroSanz.
Cuandoveloquecojo,mimaridomemiraydice:
—Megustamuchoesacanciónquediceaquellode«Aquenomedejas».[10]
Merío.Séaquécanciónserefiere,perocuandovoyameterelCD,recuerdoqueFlynvienecon
nosotrose,intentandohacerleunagracia,buscoeldiscoqueEricllevadelosImagineDragons,su
grupopreferido,ylopongo.
CuandocomienzaasonarDemons,[11]buscosumiradacómplice,peroélmeignora.¡Vayatelita
coneljodidocoreanoalemán!
Alllegaralinstituto,Flynsiguesinhablar.Estáenfadado.
Intentocomprendersufrustración,peroporunavezquieroynecesitoqueélmeentiendaamí.
Cuandomevoyadarlavueltaparasonreírleydesearlebuendía,élabrelapuertadelcoche,sebaja
y,sinmirarme,lacierra.
Eso me rompe el corazón. Quiero a Flyn, costó mucho que me aceptara y no quiero que me
rechace.
Meentristezco.Miroaminiño,queyaesunespigadoadolescentemásaltoqueyo,atravésdel
cristaldelvehículoynohagointentodesalir.¿Paraqué?Silohago,séqueloavergonzaréantesus
amigos.Conscientedeloquesiento,Ericmusita:
—Jud,esunadolescente.Daletiempo.
—Ledarétodoeltiempoqueélquiera—digointentandosonreír.
Conunacariñosamirada,EricsonríeyarrancaelcochemientrasyoobservoqueFlynsedirige
haciaungrupodechicosychicasquenoconozco.¿YanovaconsuamigoJosh?Sugestocambia,
susandarestambiény,cuandovamosadoblarlaesquina,sinsaberporquégrito:
—¡Para!
Ericdaunfrenazo.
—Aparca...—leexijo—,corre,aparca.
Élllevaelvehículohastalaaceray,rápidamente,abrolapuertaysalgo.Ericlohacetambiény,
encuantollegaamilado,preguntapreocupado:
—¿Quéocurre?¿Quépasa?
Alversugestomedoycuentadelsustoquelehedado.
—Ay,cariño,perdona—murmuromirándolo—.EsquequeríasabersiElke,lanuevanoviade
Flyn,estabaenesegrupito.
Ericmaldice.Sinduda,lehedadounbuensusto,cuandodeprontoloveofruncirelentrecejoy
preguntarmientrasseñala:
—¿Esésa?
Miroymequedosinpalabras.
Flyn,miniño,migruñoncete,seacercaaunamuchacharubiaconmáspechoqueyo,vestidacon
uncortísimovestidovaquero.Laagarra,tiradeellahaciaélylabesaenlaboca.
Pero...¡perobuenooooooooo!
¿Quéguarreríashaceminiño,ycuántosañostieneesamuchacha?
Elbesoseprolonga,seprolongayseprolongacuandolamanodeFlynseposaeneltraserode
ellayseloaprieta.EntoncesoigoqueEricmurmuradivertido:
—Éseesmimachote.
Escandalizada por lo que acabo de ver, miro a mi marido —¡se me va a salir el corazón del
pecho!—ypreguntoasombrada:
—Pero¿cuántosañostieneElke?—Ericseencogedehombrosy,cuandovaaresponder,digo—:
PorlomenostienedosmásqueFlyn.
—Legustaránmayorcitas—semofaelcabrito.
Susonrisameenerva.Pormuchocuerpoquetenga,Flynesuncríoy,cuandoobservoquevuelve
abesaraaquellarubiadelargaspiernasygrandestetorras,gruño:
—PorDios,¿túsabesladeenfermedadesquepuedecogerbesandoasí?
Eric suelta una carcajada. Me coge de la mano, me lleva hasta el coche y me sostiene la puerta
abierta.
—Venga,¡vámonos!—dice.
—MegustabamásDakota—gruñosinmoverme.
Miamorsonríeeinsiste:
—Mamápollo,hazelfavordeentrarenelcochedeunavez.
Porúltimavez,miroaFlynycomprueboquesiguebesandoalarubia;¡lamadrequelotrajo!
Subo al coche, cierro la puerta y, cuando Eric entra y se sienta a mi lado, pregunta con gesto
guasón:
—Pero,cariño,¿porquéponesesacara?
—Joder,Eric,¡¿túhasvistolomismoqueyo?!
—Flynesunadolescenteycomienzaadescubrirelplacerdebesarytocaraunachica.—Seríey
añade—:Y,porloqueveo,¡notienemalgustoenasuntodemujeres!
¿Ledigo«¡Gilipollas!»onoselodigo?
No...,definitivamentenovoyadecirnada.Eslomejor.
Pero,todavíaconfusaporloquehevisto,reprocho:
—¡Yaestáshablandoconélurgentementedelanecesidaddelasrelacionescongomitaparaevitar
futurosproblemasyenfermedades,¿entendido?!
Ericsueltaunacarcajada.Seríeenmicaray,cuandoacercasubocaalamía,murmura:
—Eresmaravillosa,cariño...,tremendamentemaravillosa.
Trasunrápidobeso,miamorarrancaelvehículo,cambiaelCDdemúsicaysuenamiAlejandro
mientrasyonosalgodemiasombroporloqueacabodever.
Media hora después, llegamos a la oficina y dejamos el coche en el parking de la empresa. A
partir de ese instante, Eric instala en su rostro la mirada de jefe y hombre frío que conocí en su
momentoy,cuandomecogelamanoparairhaciaelascensor,yolaapartoycuchicheo:
—Seamosprofesionales,cariño.
Esolosorprendey,parándose,replicamientrasfruncemáselceño:
—¿Meestásdiciendoquenovoyapodercogerlamanodemimujer?
Lomiroboquiabierta.
—Eric,estamosenlaoficina;¿pretendescogermedelamanocadavezquemeveas?
—No—respondeélconsinceridad.
—Pues,entonces,entiendeloquedigo.
Y, dicho esto, sigo andando hacia el ascensor. El sonido de mis tacones retumba en el solitario
parkingcuandolooigodecir:
—Meencantacómotequedaestetraje.Estásmuysexi.
Sonríoaloíresoy,mirándolo,suspiroconscientedequeheengordadocincokilosenelúltimo
año.
—Loqueestoyesreventona,poresoeltrajemequedaasí.
Ericsonríe,medaunrápidocacheteeneltraseroymurmura:
—Amímegustas.
Aisss,¡quemelocomo...,quemelocomo!
Conlotraumatizadaqueestoyyoporestospuñeteroskilos,quemedigaeso¡meencanta!
Cuandoelascensorseabre,montamosenélyEricpulsaelbotóndelasextaplanta.Lomiroy
pregunto:
—¿Novasatudespacho?
—TeacompañaréprimeroaldespachodeMika.
Aloíreso,resoplo.Lomiroysiseo:
—Eric,niseteocurraacompañarmehastaeldespachodeMikacomosifuerasmipadreporque
aquísóloquieroserJudithFlores.Bastantetengoyaconquetodoelmundosepaquesoytumujer
comoparaquemevayasencimaenplanguardaespaldas.Seamosprofesionales,¡porfavor!—Y,tras
coger aire, insisto—: Sé perfectamente dónde está el despacho y no quiero que me acompañes,
¿entendido?
Ericresoplaasuvez.Loqueleacabodedecirletocalamoraly,congestotosco,veoqueaprieta
elbotóndelaplantadécima,ladesudespacho.Enseguidamesientofatalpormireprimenda,asíque
meacercoaél.
—Cariño—murmuro—,entiendeque...
—Señorita Flores, por favor —replica alejándose de mí—, recuerde que aquí soy el señor
Zimmerman.—Y,mirándome,añade,elmuygilipollas—:Seamosprofesionales.
Oy...,oy...,oy...,lasganasquetengodedarleunpellizcodoloroso.Peroenlugardeesoasientoy,
ensilencio,llegamosamiplanta.¡Parachula,yo!
Instantesdespués,laspuertasseabren,ymedispongoasalirdelascensorcuandolamanodeEric
medetiene.
—EncuantoacabetureuniónconMika,subeadespedirtedemí;notemarchessinhacerlo—me
dicesinacercarse.
Dichoesto,mesuelta,ylaspuertasdelascensorsecierranprivándomedemiraramiamor.
Cuandomequedosola,medoylavuelta,estirolachaquetademitrajeycaminoconseguridad
haciaeldespachodeMika.Alllegar,susecretaria,quemeconoce,selevantarápidamenteymedice:
—SeñoraZimmerman,Mikahadadoordendequeentreencuantollegue.
Sonrío.Asientoy,cuandovoyaentrareneldespacho,mevuelvoylepreguntoalachica:
—¿Cómotellamas?
—Tania,señoraZimmerman—murmuraellaconcaradesusto.
Asiento.Hedeserrápidaoalachicaledaráuninfarto,porloquesonríoydigo:
—Tania,minombreesJudith.Teagradeceríaquemellamarasporesenombre,puestoquevamos
atrabajarjuntasyseráincómodoquemeestésllamandotodoelratoporelapellidodemimarido,
¿deacuerdo?
Lajovenasiente.Yocreoqueyanorecuerdanicómomellamodelonerviosaqueestá.
Doymediavuelta,golpeoconlosnudilloslapuertadeMikay,cuandooigosuvoz,entro.
NiquedecirtienequeMikamecaegenial.Hemoscoincididoenvariasfiestasdelaempresa,es
unatíadivertidaydagustoestarconella.Esunosdiezañosmayorqueyo,peroselaveunamujer
actual,nosóloporsuformadevestir,sinotambiénporsumaneradepensar.
DuranteunratohablamosyMikameexplicaque,enMüller,marketingestádivididoporáreas:
investigacióncomercial,imagen,compras,ventas,diseñoeinnovacióny,porúltimo,comunicación,
queeseláreaenlaqueyovoyatrabajar.
Luegomeentregaunospapelesenlosqueseindicaqueambasnosencargamosdeesaárea,yme
emociono al ver que dentro de nuestro cometido está desarrollar campañas de comunicación,
eventos,ferias,redessociales,etcétera.
Sonríofeliz.Mesientocapacitadaparatodoello,yesomeproporcionaunsubidóndelquince.
¡Ericmeconocemuybien!
Unavezséelpuestoquevoyaocupar,pasamosaldespachoqueestájuntoaldeMika.Éseseráel
mío,ylomiroconunosojoscomoplatos.¡Tengodespachopropio,yconventana!
¡Oléyolé!
—Como ves —dice Mika—, Margerite está de baja por un accidente doméstico y no regresará
hastadentrodeunpardemeses.
—Vaya—murmuro.
—Judith, sobre la mesa hay una carta de colores. Antes de marcharte hoy, por favor, dime qué
colorprefieresparaquetelopinten,¿deacuerdo?
¿Vanapintareldespacho?
Micaradebedeserunpoema,porqueMikaañademirándome:
—Erichapedidoqueeltiempoqueocupesestedespachoestétodoatugusto.
—Vale—consigodeciremocionada.
Cuandoregresamosaldespachodeella,lesuenaelteléfono,locogey,unavezcuelga,memira.
—Tengounareunión.Estoyorganizandodistintasferiasy...
—¿Puedoasistiraesareunión?—preguntodirectamente.
Mikaasienteencantada.
—Porsupuestoquesí—dicesonriendo—.Dameunossegundos,querecojoloquenecesito.
Mientrasesperoaqueellarecojaunospapelesdelamesa,mimóvilvibra.UnmensajedeEric.
¿SiguesconMika?
Sonríoymeapresuroaresponder:
Sí.Yahoravoyaentrarenunareuniónconella.¡Estoyilusionada!
Unavezledoya«Enviar»,esperorápidamentesucontestación,peroporextrañoqueparezcano
larecibo.Guardoelmóvilymaldigoalpensarque,conseguridad,Ericapareceráenesareunión.
Cuando Mika lo tiene todo, camino a su lado en dirección a la sala de reuniones, mientras
observoquequienmereconocememiraconcuriosidad.Comopuedo,sonrío.Noquieroquepiensen
quesoyunatíabordeyestirada.
Al entrar en la sala de reuniones, Mika me presenta a los hombres que están allí como Judith
Flores,nocomolaseñoraZimmerman.Estoypordarlemilbesosporesedetallazo.Creoqueellalo
sabe y, sin más preámbulos, les explica que a partir de ese instante ella y yo dirigiremos el
departamentodecomunicación.
Unavezhechaslaspresentaciones,meenterodequeesosejecutivospertenecenalasdelegaciones
deMüllerenSuiza,LondresyFranciay,sinmásdilación,comienzalareunión,alaqueyoasisto
calladitayatenta.Eslomejorquepuedohacerhastaquelecojaeltinoalasunto.
Eltiempopasaymimóvilvibradespuésdeunahora.
¿Dóndeestás?
Condisimulo,loleoycomienzoateclear:
Sigoenlareunión.Cuandoacabe,tellamo.
Comonodeseoquecontinúeinterrumpiendomiatención,apagoelmóvilymecentroenloque
vaaserminuevotrabajo.
Otrahoradespués,cuandolareunióntermina,decidimossubirtodosalacafetería,queestáenla
planta novena. Al entrar, veo que algunos trabajadores me miran; sin duda saben quién soy, las
noticiasdebendehabervoladoporMüller,ymeponemalavercómocuchichean.
Mika,quetambiénsehadadocuenta,seacercaamíymurmura:
—Tranquila.Muéstratetalycomoeresyprontoteperderánelmiedo.
Asiento.Sinduda,mevaatocarpasarporlomismoquemetocóaguantarenMadrid,cuandoen
laoficinatodoelmundoseenteródequeyoeralanoviadeljefazo.Ladiferenciaesqueaquíyano
soysunovia,sino¡sumujer!
Cuandollegamosalabarra,pedimosunoscafés.Paseolamiradaporlacafeteríayentoncesveo
entraraunachicarubitaconunacarapreciosayunmoñitoencantador.Laobservo,sesientalejosde
nosotrosyveoquehablaporteléfono,mientrassetocacondeleiteunmechóndepeloquelecaeen
lacara.
¡Quémona!
Laconversaciónquesetraenlosqueestánamialrededorhacequedejedemirarlaymeincluya
enella,hastaqueHarry,elinglésquehaestadosentadoamiladotodoeltiempo,mepregunta:
—¿Quétehaparecidolareunión?
Sonrío,metocolafrenteyrespondo:
—Aunque estoy un poco descolocada, ha sido interesante. Sólo espero ponerme al día
rápidamenteenmuchascosasparaestaravuestraaltura.
Harrysonríe.
—Tranquila—dice—.Notengolamenordudadequeloharásmuybien.
—Gracias—murmuroagradecidaporsupositividad.
DenuevonosunimosalaconversacióndelgrupocuandoTeo,elfrancés,preguntamirándome:
—¿Ycuándotereincorporastotalmente,Judith?
YomiroaMika.
—Judithtrabajaráamediajornadadurantedosmeses,mientrasMargeriteestédebaja—explica
ella.
Todosmemiranporesodelamediajornada,veoensusexpresionesquenoentiendennada,pero
novoyaseryoquienseloexplique.Meniego.
La conversación se reanuda y me siento feliz. Nadie habla de niños, nadie habla de papillas y,
sobretodo,¡nadiecantaeltallarín,nillora!
Ahoraquepiensoenllorar,¿cómoestaránmimonstruitaymiSuperman?
Rápidamente, me quito sus imágenes de la cabeza, o me pondré ñoña, y me centro en la
conversación adulta que se desarrolla ante mí. Minutos después, cuando alguien pregunta por mi
extraño acento y se enteran de que soy española, espero lo de siempre pero, por increíble que
parezca,ningunodiceesode«Olé...,toro...,paella».
Aisss,madre,¡nomelopuedocreer!
Porfindigoquesoyespañolaynadietocalascastañuelasconlasmanos.
Sonrío,yestalmisonrisaqueHarry,elinglés,seacercaamíypregunta:
—¿Porquésonríes?
Sinpoderevitarmisonrisa,lomiroyrespondo:
—Porquehoyestásiendoundíaperfecto.
Ahoraelquesonríeesél.Memiraysugiere:
—¿Otrocafé?
Asiento. Lo pide y, cuando el camarero lo pone ante nosotros y estoy echando el sobrecito de
azúcar,oigoqueHarrydicealtiempoqueseñalamianillo:
—Porloqueveo,estáscasada.
Concariño,miroeldedoenelqueorgullosamentellevoelanilloqueEricmeregalóyquetanto
significaparanosotrosydigo:
—Sí.
Segundos después, los dos volvemos a mirar a los demás, que hablan de trabajo. Así estamos
comoveinteminutoscuandoproponenquevayamosacomertodosjuntos.Séquedeberíaregresara
casa,peromeapeteceasistiralacomida,porloquedecidollamaraSimonaparavercómoestánlos
niños.
Me separo un metro del grupo para hablar y sonrío cuando ella me pone a mi Superman al
teléfono.Lehabloymesueltaunpardefrasesdivertidas.TantoélcomoHannahestánbien,yvuelvo
a sonreír en el momento en que oigo los lloriqueos de la niña de fondo. Mi monstruita está
perfectamente.
Encuantocuelgo,medispongoallamartambiénaEricparainformarlodequemevoyacomer
fuera,perodeprontoloveoentrarporlapuertadelacafetería.¡Losabía!Yasehaenteradodeque
estoyallíyhabajadoacotillear.
Malempezamossiyacomienzaconesecontrol.
Concautela,noseacercaanosotros,peroséquemeobservatrassusrubiaspestañas.
Noestonto,ysabeque,comoseleocurraacercarse,mevoyaenfadar,porloquesemantiene
alejadodelgrupo.Sinembargo,cuandoMikalove,rápidamentelosaludayEric,aprovechandola
oportunidad,seuneanosotros.
Con su típica cara de «aquí mando yo», les estrecha la mano a los demás, que lo saludan con
formalidad —¡es el jefazo!— y, sin perder un segundo, se coloca a mi lado, me agarra de forma
posesivaporlacinturaydice:
—Veoqueyaconocéisamipreciosayencantadoramujer.
Losotrostreshombresmemiranboquiabiertos.
Yosonrío...,sonrío...,sonrío¡oabofeteoaEricporeso!
Pero¿quéesesode«preciosayencantadoramujer»eneltrabajo?
Sólo le ha faltado levantar la pata y mearme como un perro para marcar su territorio. ¡Será
gilipollas!
Harrymemira,yolomiroyvuelvoasonreír.Porsuerte,élhacelomismoqueyo.
Durante varios minutos todos hablan, mientras yo escucho con una prefabricada sonrisa en los
labios,hastaqueEric,mirándoseelreloj,memira,despuéssedirigeaMikaypregunta:
—¿Habéisterminadoconlareunión?
Ambasasentimos.
—Sí,Eric—diceMika—.Ahoraestábamospensandoeniracomertodosjuntos.
Sinmirarme,veoquemialemánseapresuraaresponder:
—Quégranidea.Avisaréamisecretariaparaquereserveenelrestaurantedeenfrente.
Los hombres y Mika aceptan encantados. Comer con el jefazo es un lujo, pero yo creo que lo
mato...,creoquelovoyamatar.
¿Porquéseautoinvitaaesacomida?
Sinsoltarme,meobservaysonríe,yyolemuestroconmimiradaloquepienso.Ericmeconoce,
sabequeloqueestáhaciendonomeestágustandounpelo.Pero,sincortarse,cogemimanoydice:
—Mika,adelantaosvosotrosalrestaurante.Judyyoiremosenseguida.
Ea...,¡yamehaseparadodelgrupo!
Repito:¡lomato!
Caminoasuladohastallegaralascensory,cuandovoyadeciralgo,unempleadoseparajuntoa
nosotros.Mecallo.
Ensilencio,cogemoselascensorjuntoamástrabajadores,quememiranconcuriosidad.Yoles
sonrío, no quiero que piensen que soy una estirada por ser la señora Zimmerman. En cuanto
llegamosalaplantadécima,Eric,quetodavíanohaabiertolaboca,tirademimanocondelicadezay
caminamosjuntoshaciasudespacho.
Alpasarveoavariasmujeresquemeobservanconatención,ylessonrío.
¡Sonríoatodobichoviviente!
Llegamosantelapuertadesudespacho,ymesorprendoalveralachicarubiadecaritapreciosa
y moñito gracioso en la cabeza sentada en la silla donde suele estar Dafne, la secretaria de Eric.
Nuestrasmiradasseencuentrancuandomimaridodiceconvozdeordenoymando:
—Gerda,llamaalrestaurantedeFloyydilesquereservenunamesaparaseis¡ya!
Lajovenasiente,dejademirarme,cogerápidamenteelteléfonoycomienzaamarcarmientras
Ericyyoentramoseneldespacho.
Unaveznosquedamossolosyélcierralapuerta,memiraysiseasinlevantarlavoz:
—Aceptastetrabajarmediajornadayluegoregresarconlosniñosacasa,¿lohasolvidadoya?—
Medispongoacontestarlecuandovuelvealacarga—:Tedijequemellamarasencuantoacabarala
reunión.
Molestaporsusmodales,meretirodeélyrespondoconsorna:
—¿Paraqué?Yameestabasvigilandocontusinformadores.
Ericresopla.Setocaelpeloy,cuandovaahablar,loseñaloconeldedoymurmuro:
—Muymal,Eric,comenzamosmuymal.Sivoyatrabajarenestaempresa,necesitolibertadde
movimientos; no quiero sentir tus ojos ni los de nadie pegados a mi nuca. Pero ¿qué te ocurre?
¿Acasonitrabajandoentujodidaempresatevasafiardemí?
Élnocontesta.Sumiradamehacesaberlofuriosoqueestá,yyo,quenoestoymuchomejorque
él,caminohacialosgrandesventanales.Meestáentrandouncalorinfernal,ynoprecisamenteporlo
quemesueleentrarsiempre.
Unavezllegoalosventanalesmirohacialacalley,segundosdespués,sientoqueEriccaminaen
midirección.Calentitacomoestoy,mevuelvoylesuelto:
—NomeextrañaqueFlyntengaesosretorcidospensamientosreferentesaqueyotrabaje,sitú,
quemeconoces,notefíasdemí.—Ericnocontesta,yprosigo—:Yosóloquierotrabajar,sentirme
bienconmigomismapero,desdeluego,siesovaasuponerestartodoeldíaconmiedoaquetúte
sientasmolestoporconquiénhablooconquiéntomouncafé,¡apagayvámonos!
Eneseinstanteseoyenunosgolpecitosenlapuerta,éstaseabreyaparecelarubiadelmoñito.
—Señor Zimmerman —dice tocándose el pelo con coquetería—, ya he reservado en el
restaurante.
—Muybien,Gerta.Gracias—afirmaEricconrotundidad.
Mi mirada y la de ella chocan y, rápidamente, deduzco que con quien hablaba la tipa en la
cafeteríamientrassetocabaelpeloeraconEric.Esomeenferma.
Estarconunhombrecomoélimplicaestaralertasiempreenmateriademujeres,peroesafaseya
lapasé,omehabríavueltoloca.Aunasí,lamiraditadeladelmoñonomegustaunpelo,ycuando,
trasesbozarunasonrisitatontorrona,damediavueltaycierralapuerta,preguntometiendotripa:
—¿DóndeestáDafne?
Ericvuelvelamiradahaciamíy,entendiendoloquepienso,respondeconborderío:
—Dafneestádebajapormaternidad,¿algomás?
Uiss...,uisss,esverdad,Dafnetuvounniño.PeroesachuleríatanIcemanmemata.Mecabrea.¡Me
poneacien!
Tengomuchomásenlapuntadelalenguaporsoltar,¡estoyquemuerdo!,peronolevoyadar
eseplacer.Asípues,negandoconlacabeza,vuelvoamirarporlacristaleraysiseo:
—Noestoycelosa,estoyenfadada.Quieroquelosepas.
LlevabatiemposinqueEricmesacaratantodemiscasillas.Losúltimosmesesencasaconlos
niños han sido en ocasiones desquiciantes, pero en lo que respecta a la pareja, maravillosos y
tranquilizadores.Sinembargo,ahoraquequierocomenzaratrabajar,lacosacambia.Ericnomelo
vaaponerfácil,yFlyntampoco...¡Laquemeespera!
Ericmemira.Elreflejodelcristalmeayudaavertodoloqueélhacetrasdemí,yresoplo.Veo
que se abre la americana, se lleva las manos a la cintura y baja la cabeza. Sin duda, se está dando
cuentadesuerror.Losé.Loconozco.
—Escucha,Jud...—empiezaadecir.
—No,escuchatú—siseodándomelavueltacomounpuritotoromiura—.Duranteeltiempoque
heestadoencasacuidandodelosniñosmehefiadodetialcienporcien,apesardesaberquetienes
unenormeimánparaatraeralasmujeresytrabajasrodeadodeellas.—Hablarsobreesomehace
temblar,peroprosigo—:Niunasolavezhedichounamalapalabraportusviajesoportuscenasde
empresa,nitehehechosentirincómodoinsinuándotecosasdesagradables.Mefíodetialcienpor
cien,ylohagoporqueséquemequieres,séloimportantequesoyparati,ytambiénséquenadiete
vaadartodoloqueyotedoycomomujerymadredetushijos.¿Acasohedepensarquehagomal
fiándomedeti?
—No,Jud...,no—seapresuraaresponder.
—Puesentonces,dejadepensarquevoyarompercorazonesallápordondepisey...
—Amímelorompiste—dicemirándome,elmuygranuja.
Inconscientemente,surespuestamehacesonreír,perocontengomitontarisitayreplico:
—Que sea la última vez que mandas a nadie a vigilarme durante mis horas de trabajo en la
empresa, porque si me vuelvo a dar cuenta de ello, te juro que lo vas a lamentar. —Eric me mira.
Sabequehabloenserio,einsisto—:¿QuévaapensarahoraGerdademí?¿Acasonotedascuentade
que,conloquehashecho,puedesacarconclusionesequivocadasconrespectoanuestrarelación?
Ericasiente.Sabequelohahechomal.Cierralosojosy,cuandolosabre,responde:
—Tepidodisculpas,Jud.Tienesrazónentodoloquedices.
Resoplo...
Memira...
Lomiroy,cuandoveoesamiradaarrepentidaquetantoadoroyqueconozcotanbien,sueltoun
quejido.
—Eric...
Nohacefaltaquedigamás.Miamor,michico,mitodo,daunpasohaciamíymeabraza.
Ningunohabladuranteunossegundos,hastaqueélfinalmentedice:
—Prometoquenovolveráasuceder.
—Esoespero—asiento,deseosadequeseaasí.
Comosiempre,esmirarnosy,¡zas!,nosbesamos.
Apesardeserdospolosopuestos,nuestroimánnosatraeydisfrutamosdenuestromaravilloso
beso.Pero,comosiemprequelohacemos,elcalornosinvadey,separándomedeél,murmuro:
—Cariño...,estamosentudespacho.
Miamorasiente,memiraalosojosyreplica:
—Creoqueahoraquevoyatenertedenuevocercaeneldespachotendréquehacerobras.
—¡¿Obras?!
Ericsonríey,sinsoltarme,añade:
—Unarchivodentrodemidespacho...,¿nocreesquenosvendríabien?
Meríoaloíreso.Ningunodelosdoshaolvidadonuestrosencuentroslocoseimprudentesenel
archivoquehabíaeneldespachodeMadrid.
—Québuenaidea,señorZimmerman—digo.
Entre risas, nos besuqueamos. Recordar nuestros comienzos siempre es divertido, morboso y
caliente.Trassuúltimobeso,Ericpregunta:
—Ahoraenserio,cielo,¿quieresquevayaaesacomidaoestarásincómoda?
Lomiro...¡Melocomo!Yfinalmente,agarrándolodelamano,contesto:
—Claroquequieroquevengas,cariño.Ereseljefazo;además,¡asípagastú!
Mi Iceman sonríe, se abrocha la chaqueta, recupera la compostura y, de la mano, salimos del
despacho. Una vez fuera, Gerta nos mira, Eric suelta mi mano, me agarra posesivamente por la
cinturaydice:
—Gerta,paracualquiercosaurgente,estarécomiendoconmipreciosamujer.
Ladelmoñitoasiente,yosonríoy,felizconmimarido,nosvamosacomer.
Cuandollegamosalrestaurante,losdemásyaestánallí,yMikasonríealvernos.Floy,eldueño
del local, viene rápidamente hacia nosotros y nos saluda. Complacida, le doy dos besos; no es la
primeravezquecomoallíconEric.Acontinuación,nosreunimosconelrestodelgrupo,yFloynos
llevaconamabilidadalamesaquetenemosreservada.
Unavezallí,dejoqueEricelijasitio,yomecolocoasuderecha,yMikaseapresuraaponersea
mi izquierda. Harry, el inglés, se acerca a ella y le retira la silla. ¡Qué galante! Eric, por supuesto,
hace lo mismo conmigo —¡faltaría más!— y, una vez nos sentamos todos, el camarero reparte las
cartasyescogemosloquequeremoscomer.
Cincominutosdespués,trashacerlacomandaconelcamarero,éstesevayapareceotroquede
formaordenadanossirvevinoenlascopas.Unavezacabaysemarcha,Teo,elfrancés,cogelasuya,
lalevantaydice:
—BrindemosporlaseñoraZimmermanyporsuincorporaciónalaempresa.
Vale...,hepasadodeserJudithaserlaseñoraZimmerman.¡Vayamierda!
Eso en cierto modo me cabrea, porque sé que ya nunca me tratarán como a una igual. Sin
embargo,todoslevantanamigablementesuscopasybrindan.
NomiroaEric.Séloquepiensa,comoséqueélsabeloqueestoypensandoyoeneseinstante.
Doyunsorbitoalvinoy,sinpoderreprimirme,aclaro:
—Teo, por favor, para mí sería mucho más fácil si en el trabajo me llamaras por mi nombre
como yo te lo llamo a ti. Sin duda, soy la mujer de Eric, eso ya lo sabemos, pero a nivel laboral
simplementequieroserJudithFlores.
VeoquetodossemirancondisimulocuandoHarry,elinglés,levantasucopaydice:
—¡PorJudith!
De nuevo todos, vuelven a brindar. Con el rabillo del ojo, observo que Eric se tensa, pero
entoncesdice,sorprendiéndome:
—Osagradeceréatodosquetratéisamimujercomoaunamáseneltrabajoylallaméisporsu
nombre. Sin duda, Judith es una persona con carácter y, si no lo hacéis, ¡a mí no me vengáis con
quejas!
El comentario los hace reír, y el ambiente se relaja. Sin duda, Eric, como siempre, los tiene
acojonados.
Cuandoacabamosdecomer,Ericyyonosdespedimosdetodoelmundo.Luego,yomedirijoa
Mikaysusurro:
—Mañanaelegiréelcolordeldespacho.
Ellameguiñaunojoynosvamos.CaminamoshaciaeledificioMüller,entramosenélybajamos
algarajeapornuestrocoche.Cuandonosmontamos,miroaEricypregunto:
—¿Porquénotrabajasestatarde?
Élarrancaelcochey,guiñándomeelojo,murmura:
—Porquequieroestarcontigoy,comosoyeljefe,melopuedopermitir.
Sonrío.Meencantaesarespuesta.
13
Elmartes,cuandoMelyBjörndejaronaSamienelcolegio,elgestodelabogadoeraserio.Mel,que
sabíaporqué,exclamóantesdemontarsedenuevoenelcoche:
—Bastaya,porDios,Björn,quesólovoyaunaentrevistaen...
—Mehiervelasangrequelohagas.
—Björn,accedíacasarmecontigo...—dijoMelsonriendo.
—Sí—siseóelabogado—,peronomedistefecha.
Ellasonriódenuevoe,intentandoqueéllohicieratambién,cuchicheó:
—Ésaseráotranegociación.Aversitecreesquesólotúpiensasloquenegocias.
Éllamiróconelceñofruncido.Eralista,muylista.
—Nomehacenipizcadegraciaquevayasaesaentrevista—gruñó.
—Björn...
—Vale,Parker.Séquellegamosaunacuerdo.Tútecasasconmigoyyonopongoobjeciónaese
trabajo,pero¡joder,Mel,¿porqué?!
Ellalomiró,resoplóy,cuandosedisponíaaresponder,élprosiguiógesticulandomuchoconlas
manos:
—Nonecesitamoseldinero.ConloqueyoganotenemosparavivirholgadamenteSami,túyyo.
—Miraqueteponesfeocuandodiscutes.
—Estoyhablandoenserio,Mel—repusoélmirándola.
—Yyotambién—afirmóellasonriendo.
Björnmaldijo.Enocasiones,discutirconsunoviaeradesesperantey,sindarsubrazoatorcer,
insistió:
—Yatehedichoque,siquieresuntrabajo,Ericestaráencantadode...
—¡Eric! —lo cortó ella perdiendo su humor—. Pero ¿tú te crees que Eric es una ONG? Joder,
Björn,queErictienequemirarporsuempresa.BastantehahechoyaaccediendoalapeticióndeJud
comoparaqueencima...
—Mel —protestó Björn—. Sin que yo le dijera nada, Eric me comentó que si quieres
incorporartealmundolaboralpuedereubicarteensuempresa.Pero,cariño,sihastapodríastrabajar
enmidespacho.
—¿Desecretaria?
—Sí.
—PorDios,¡quéaburrimiento!
Élresopló.
—Estoyconvencidodequeseríasunaexcelentesecretaria—aseguró.
—Mira, Björn, no me jorobes —replicó Mel meneando la cabeza y, sin pensar lo que decía,
agregó—:Siquisierauntrabajodeoficina,sólotendríaquedecírseloamipadreyloconseguiríaen
elconsuladodeEstadosUnidos.
Nadamásdecireso,cerrólosojos.Acababademeterlapatahastaelfondo.
—¿Quéhasdicho?—preguntóél.
Melserascólaoreja.¿Cómopodíasertanbocazas?
—¡Ah,genial,Superwoman!¡Genial!
—Habló007.
Peroelabogado,másfuriosoacadainstantequepasaba,sealejódeellaypreguntóabriéndosela
chaquetadeltraje:
—¿Meestásdiciendoquenolehaspedidountrabajodeoficinaatupadreporqueteaburre?
Melnoqueríamentirle,asíquedijo:
—Escucha,Björn.EstarcontigoyconSamitodoslosdíasmellena,ysoytremendamentefelizde
tenerosydisfrutaros,pero...peronecesitoalgomás.Estoyacostumbradaaunempleoconactividad,
accióny...
Sinquererescucharla,élaccionóelmandoadistanciadesucocheylaspuertasseabrieron.
—¡Perfecto!—exclamó—.AhoraresultaqueSamiyyosomospocoparati.
Melabriólabocay,cuandoélfueamoverse,loempujócontraelvehículo,acercósucaraalade
élysiseó:
—Yonohedichoeso.Vosotrossoislomásimportantedemivida.Simplementeestoydiciendo
quenecesitountrabajoquemeproporcionealgodeactividad.Yonovalgoparaestarsentadadetrás
deunamesacomoloestástú.¿Tandifícilesdeentender?
Molestoporsuspalabrasyporelempujónquelehabíadado,Björnlamiró.
—No—gruñó—.AlaqueleresultadifícildeentenderquetantoSamicomoyotequeremosyte
necesitamosanuestroladotodosycadaunodelosdíasesati.¿Deverdadnoloentiendes?
—Joder,Björn,quenoestoyhablandoderegresaraAfganistánnianingúnpuntocaliente.Sólo
setratadeserescoltay...
—Escolta —repitió Björn cortándola mientras tecleaba en su móvil—. Según la Wikipedia, un
escolta es un profesional de la seguridad, pública o privada, especializado en la protección de
personas(conpoderpolítico,económicoomediático).Unescoltaesunexpertoencombatecuerpoa
cuerpo, especialista en armas de fuego y armas blancas, capacitado para minimizar cualquier
situación de riesgo. Y, una vez dicho esto, ¿me estás diciendo que no tengo de qué preocuparme?
Joder...,Mel...,joder...¿Porquéestodotandifícilcontigo?
—Vistoasí,parece...
—Vistoasínoparece,Mel,¡esloquees!Esuntrabajoarriesgado,yyonoquieroeseriesgopara
mimujer.NoloquieroparatiySamitampoco,¿esquenoloentiendes?
Loentendía.
¡Claroqueloentendía!
Pero,comonoqueríadarsubrazoatorcer,diounpasoatrásyreplicó:
—Björn,lodehoyessólounaentrevistaenelconsulado.Unatomadecontacto.
Incapaz de mantenerse un segundo más junto a ella, que no quería comprender lo que decía, el
abogadosemetióensuvehículoy,antelacaradesorpresadeMel,arrancóysemarchó.Notenía
ganasdeseguirdiscutiendo.
Conlabocaabiertaporquelahubieradejadoplantada,ellaloobservóalejarseatodogas.Cuando
lo perdió de vista, se disponía a parar un taxi y entonces vio a Louise. Con una sonrisa, levantó la
mano para saludarla, pero ella no le devolvió el saludo, sino que se metió directamente en su
vehículoysemarchó.
Sorprendida,alfinalMelparóuntaxi.
—Al Consulado General de Estados Unidos en Múnich, en Königinstraße, 5 —le indicó al
conductor.
Mediahoradespués,cuandollegóypagólacarrera,sequedómirandoeledificio.Sinduda,no
era una maravilla, pero era el consulado. En la entrada, entregó su pasaporte estadounidense y le
indicaronadóndeteníaqueir.Conpaciencia,esperódurantediezminutoscuandodeprontounavoz
dijoasuderecha:
—MelaniaParker.
Aloíraquellavoz,Melmiróyselevantósonriendo.
—ComandanteLodwud—murmurósorprendida.
Duranteunossegundos,ambossemiraronalosojos,hastaqueelhombre,reaccionando,cogió
unacarpetaqueletendíaunamuchachaquehabíatrasunmostrador.
—Dígale a Cheese Adams que yo entrevistaré a la señorita Parker —indicó. Acto seguido, se
volvióhaciaMel—:Acompáñeme,porfavor.
Sindudarlo,ellalosiguióhastasudespachoy,cuandolapuertasecerró,semiraronfijamentea
losojosysefundieronenunabrazo.Enotraépocasehabíannecesitadomutuamentey,aunqueaquel
cariñohabríasidopococomprensibleparalosdemás,ellosloentendíanyserespetaban.
Cuandosesepararon,elcomandanteLodwudlamiróydijo:
—Estáspreciosa.Sicabe,másbonitaquenunca,enespecialporquenotienesojeras.
Ambosrieron,yacontinuaciónMelpreguntó:
—¿Quéhacesaquí,James?
Élleseñalóunasillay,unavezsehubosentadoéltambién,explicó:
—Pedíeltrasladoalconsuladohacecercadeochomeses,¡despuésdecasarme!
Acadainstantemássorprendida,Melsonrió,yél,cogiendounmarcodefotosquehabíasobrela
mesa,dijoconorgullo:
—Miesposa,Franzesca.
Asombrada,Melobservóelrostrosonrientedelamujery,unavezhuboencajadolaestupenda
noticia,miróasuantiguoamigoydeclaró:
—Enhorabuena,James.Mealegrasaberquelosuperaste.
Élasintió.
—Cuando te marchaste y vi que tú habías sido capaz de superar lo de Mike, supe que yo debía
hacerlomismoenreferenciaaDaianay,alnotenerteatiparajugaraloquejugábamos,reconozco
quetodofuemuchomásfácil.
Melasintió.Inevitablemente,recordóentoncesaquellosinstantesenlosque,trasunamisión,ella
acudíaaldespachodelcomandantey,despuésdecerrarlapuertaconpestillo,sedesnudabaparaély,
mientraslollamabaMikeyélaellaDaiana,disfrutabandeunjuegooscuroqueenciertomodono
losdejabairhaciadelante.
Muchashabíansidolasmadrugadasenqueaquellosdoshabíanescogidoauntercero,hombreo
mujer, les daba igual, para continuar con sus calientes juegos. Infinidad de veces, Mel se sentaba
sobresuspiernas,setapabalosojosconunpañueloyleexigíaquelafollaradeformadespiadada
mientraspensabaqueeraMikequienlohacía.Ésefuesujuego.Unjuegoquepocosconocieronpero
queellosdisfrutaronsinnecesidaddeimplicarsentimientos,tansólomorboyegoísmo.Conesoles
sobraba.
—Deverdad,James.¡Enhorabuena!—consiguiórepetir.
Élsonrióy,trasdejarlafotodenuevosobrelamesa,mirósumanoypreguntó:
—¿CómoestáSami?
Melsacóunafotodesucartera.
—Preciosaymayor—dijo—.¡Yporfinyapronuncialaerre!
Elcomandantemirólafotoquelemostrabaysonrió.Lapequeñaestabaincreíblementemayory
bonita.
—¿Ylosmuchachos?¿Vesaalgunodetusexcompañeros?
—Sí.SiemprequepuedoyestánenMúnich,quedoconFraseryNeill,¿losrecuerdas?
Elmilitarasintióymurmurósonriendo:
—Neillsiemprememirabaconmalacara.Nuncalegusté.Noséporquémedaqueintuíaloque
túyyohacíamosenaqueldespachocuandoveníasaentregarmelosinformes.
Melsonrió.Neillnuncalehabíadichonada.
—Lodudo—contestó—.Melohabríadicho.
Ambosasintieron,yacontinuaciónéllesoltó:
—Nomedigasqueyanoestásconeseabogadoguaperasquetegustabatanto...
—Sí.Síestoyconél—replicóella.
—¿Yporquénotehascasado?—dijoélenseñándolesuanillodematrimonio.
Aloíreso,Melseencogiódehombros.
—Porqueesalgoqueaúnmequedaporhacer—respondió.
Elcomandantesonrió.Laconocíamuybienysabíaqueaquellacontestaciónsignificabaqueno
queríahablardeltema.Asípues,abriólacarpetaquehabíacogidodelasecretaria,leechóunojoy,
alverlacartaescritaporelpadredelajoven,preguntó:
—¿Quierestrabajarcomoescolta?
AúnconfundidaporhabérseloencontradoallíyporladiscusiónquehabíatenidoconBjörn,Mel
respondió:
—Meloestoyplanteando,James.Demomentoquieroinformarmedeltrabajoparavalorarsime
sientocapacitadaparaello.
Jamesasintióycomenzóahablarledelosrequisitosnecesariosparaserescoltaenelconsulado.
Afortunadamente,Mellosreuníatodos.Entonces,élleentregóunpapelyprosiguió:
—El salario base es éste. A esto has de añadir un plus de peligrosidad, transporte, vestuario,
viajes, etcétera. —Y, parándose para mirarla, preguntó—: Ese abogado con el que vives... ¿está de
acuerdoconquetrabajesenesto?
Melsonrió.Sinlugaradudas,Jamescomenzabaahacersepreguntasenrelaciónconella.
—EseabogadosellamaBjörn,yno,noestádeacuerdoconquetrabajeenesto.
El comandante asintió y, dejando los papeles sobre la mesa, se echó hacia atrás en su silla y
señaló:
—Sifuerasmimujer,yotampocoestaríadeacuerdo.
Ellalomiródivertida.
—¿Enseriomeestásdiciendoloqueheoído?—musitó.
—Totalmenteenserio—afirmóél.
—¿Ydesdecuándoerestantradicionalymachista?
Lodwudsoltóunarisotadaycontestó:
—DesdequeFranzescameenamoró.Sitesoysincero,comohombreenamoradoquesoy,nome
gustaríaqueFranzescaestuvieradeviajecontinuamente,sirviendodecortafuegosdeotrapersona.Y
sieseabogadotequierelamitaddeloqueyoquieroaFranzesca,teaseguroquenolegustará.
—¡Hombres!—suspiróella.
ElcomandantesonrióyMel,cogiendolospapelesqueélhabíaextendidoporlamesa,preguntó:
—¿Paracuándonecesitáiscubrirlaplazadeescolta?
—Parajulio.—Ellaasintióyentoncesélañadió—:Simedicesquesí,elpuestoestuyo.Eloficial
Cheese Adams y yo estamos entrevistando a los aspirantes, pero te aseguro que, si tú lo quieres,
cerraremoslasentrevistas.
ElcorazóndeMelaleteóconfuerza.Aquellanuevaaventuralegustaba,laatraía.Sinembargo,
decididaanodejarsellevarporlaefusividad,seguardólospapelesenelbolsoysepusoenpie.
—PrefieropensarlounpocomásyhablarconBjörn—dijo.
Elmilitarselevantóyasintió.Luegolaabrazóymurmuró:
—Decidasloquedecidas,llámame.MeencantarápresentarteaFranzesca.
—Loharé—contestóellasonriendo.
—DaunbesograndeaSami,saludosaBjörny,porsupuesto,aFraseryaNeill,¿deacuerdo?
Encantadadehabervueltoaverasuviejoamigo,Melasintióy,trasdarleunúltimobesoenla
mejilla,abriólapuertaysemarchó.Teníaquepensar.
14
Durante el resto de la semana voy todas las mañanas a Müller, y los niños, al ver que me marcho,
lloran.¡Quédifícilesdejarlosasí!
Ericobservaynodicenada.Peroloconozcoyséqueensuinteriorsemuereporreprocharmeel
llantodelosniñosylosgritosdelpequeñoEriccuandodiceaquellode«¡Mamá,notevayas!».
Siemprequelooigo,semeparteelcorazón.Mipequeñínmequiereasuladoyyoquieroestar
conél,perotambiénnecesitomipropioespacioomevolveréloca.
Flynsigueenfadadoconmigopero,adiferenciadelpequeñoEric,envezdepegarseamícuando
regresoacasa,sealejamásymás.Comoesmayor,ledoyespacio,yaselepasará.
El martes elegí el color de las paredes de mi despacho. Gris claro. Con los muebles oscuros
quedabienyprofesional.
Enlaoficina,porlasmañanas,meempapodurantehorasdetodoloqueMikameentrega,yel
viernes, cuando estoy en mi despacho sentada por primera vez, llega una preciosa planta con una
notitaquedice:
Yosélomuchoquevales.
AhorademuéstralesaelloslomuchoquevaleJudithFlores.
T.Q.y,comodicenuestracanción,«Tellevoenmimentedesesperadamente».[12]
Eric
Sonrío al leer lo que mi amor ha escrito y me pongo tontorrona. Cinco años de amor con
nuestrosaltibajos,perocincoañosquevolveríaarepetirconlosojoscerrados.
AlrecordarnuestracanciónmicorazónsaltadealegríamientrassoyconscientedequeEricestá
cumpliendoloquemeprometió.Nohavueltoamolestarmeniaespiarmeenlaoficina.
Unavezelijositioparalabonitaplanta,estoycontentay,trascogermimóvil,escribo:
Graciasporlapreciosaplanta;¿comesconmigo?Invitoyo.
Dossegundosdespués,suenamiteléfono.
Teesperoenelparkingdentrodedoshoras.
Sonrío.Meagradasaberquenolohadudado.Dejoelmóvilsobrelamesaycomienzoamirar
unosdocumentosmientrastarareoencantadanuestrabonitacanción.
Una vez termino el último papel, mis ojos se posan de nuevo en el teléfono de la mesa.
Descuelgo,marcoy,cuandooigounavoz,digo:
—Hola,papá.
—Morenita...,quéalegríahablarcontigo,cariño.
Mipadre,comosiempretancariñoso.Quégustohablarconél.Duranteunbuenratocharlamos
detodounpoco,hastaquedice:
—Porcierto,elotrodíavialescandalosodetuamigoSebasymecontóquesemarchabaahacer
unviajeporAlemania.Mepidióquetedijeraque,sipasabaporMúnich,tellamaríaparaverte.
Pensar en ello me hace feliz. Sebas es un divertido amigo con el que no puedo parar de reír, a
pesar de que a Eric lo saque de sus casillas por lo mucho que vacila y lo piropea. Como dice mi
padre,esescandalosoamásnopoder.
—OjalápaseporMúnich—digo—.Serágenialverlo.
—Aver,morenita,¿alfinalvenísesteañoalaferia?
Oír eso me subleva, ya que sigo sin convencer a Eric para que me acompañe. Finalmente
respondo:
—Nolosé,papá.—Y,paraculpabilizarmeamíynoaltontodemimarido,añado—:Recuerda
quehecomenzadoatrabajar,yahorapedirunosdíasescomplicado.
—Pero,morenita,tumaridoeseldueñodelaempresa.¿Porquévaasercomplicado?
Lasagacidaddemipadremehacesonreír.
—Papá...—respondo—,noquieroquelagenteveaquetengotratodefavorycomiencenadecir
tonterías. Por favor..., por favor, entiéndelo. Te prometo que si puedo iremos todos y, si no, lo
dejamosparaelañoqueviene.
Durantevariosminutos,mipadreprotestaconelegancia.Siemprelehagustadoquemihermana
yyoestemosenlaFeriadeJerezconél.Yoloescuchosindecirnada.
—¿SabesquetuhermanasevaaMéxico?—diceentonces.
—Sí—contesto—.Yotambién.EselbautizodeloshijosdeDexteryGraciela.RecuerdaqueJuan
AlbertoeselprimodeDexter.
—Sí, hija, eso lo sé. Pero, al parecer, Juan Alberto tiene negocios que atender y quiere
aprovechar ese viaje para ello. Se irán una semana antes con Lucía y Juanito. —Luego, bajando la
voz,murmura—:Esosí,Luznova.Esmás,latengoaquí.Alparecer,tuhermanayellahandiscutido.
Nomesorprendeparanadaoíreso.CadavezqueLuzymihermanadiscuten,laniñasevaconmi
padre.Pobrecito,laquelehacaídoconlasmujeresdelafamilia.
—Mira,morenita—añadeentonces—,sialgoheaprendidocontodasvosotrasesanopreguntar.
Tu hermana simplemente dijo que la niña se quedaba conmigo, y Luz y ella casi no se hablan. Y,
como hombre juicioso que soy, esperaré pacientemente a que alguna me cuente lo ocurrido. Por
cierto,Luzestáaquí;¿quiereshablarconella?
Lo que ha dicho me hace sonreír. Anda que no es listo mi padre y, acomodándome en la silla,
respondo:
—Sí,papá.Dilequeseponga.
Durante unos segundos oigo la voz de mi padre, que llama a mi sobrina. Su voz, esa ronca y
dulcevozsuya,quemeencanta.
—Hola,tita—oigoentoncesquediceLuz.
—Hola,cariño.¿Quétal?
—¡Super...superguay!Porcierto,dilealpuñeteroJackieChanZimmermanque...
—¡Luz!
—¿Quépaaasa?
—Pero¿porquélollamasasí?
Lajodíasueltaunarisotada.Siesqueesparamatarla...
—Tita...—cuchichea—,essunuevonick,¿nolosabías?
No,nolosabía.Siemprehaodiadoquelorelacionenconunchino.Lereprocho:
—Mira,Luz,yasabesqueaéllejorobaque...
—Pero,oye,tita...Aversiahoravasasercomomimadre,quesequedóenelsiglopasado.
—Pero¿dequéhablas?
Oigoresoplaramisobrina.Melaimaginomirandoaltechocomohagoyocuandopregunta:
—¿AcasonohasvistocómosellamaensunuevoperfildeFacebook?
Lo pienso..., claro que lo sé. En su perfil se llama Flyn Zimmerman, por lo que me sorprendo
cuandoLuzdice:
—EnsunuevoperfilsellamaJackieChanZimmerman,peronodigasnadasiélnotelohadicho
omebloqueará.
—¡¿Qué?!
Luzseparte.Laoigoreírcomounaposesamientrasmecuentalodivertidoyocurrentequeesel
nuevoFlynporFacebook.Esomesorprende,yaqueencasatienesiempreunacaradeamargadoque
parecequehayamordidounlimón.
Charloconmisobrinaduranteunbuenrato,mehabladesusamigasChariylaTorrija,hastaque,
intentandocambiardetema,lepregunto:
—¿Quéhaocurridoparaquenotehablescontumadre?
—Nada.
—Elquenadanoseahoga,Luz—replico,einsisto—:Desembucha¡ya!
Oigosuresoplido.Éstaesderesoplidoscomoyo.
—Tita...—dicefinalmente—,mimadre,queesunaagonías.
—¡Luz!
—Telodigoenserio.
—Yyotedigoenserioquenomegustaquehablesasídetumadre.Esmihermanaylaquiero,
¿entendido?
—Ay,tita,yotambiénlaquiero,peroesqueavecesparecequehayanacidoenelsiglopasado.
¡Cómopuedesertanagonías!
Asiento.Laniñanomeve,yentiendoloquedice,puesamítambiénmelopareceenocasiones,
peronolevoyadarlarazón,¡sólolefaltabaeso!Meimaginoamipadreconlaorejapuesta,asíque
insisto:
—Noteandesconrodeosycuéntame.Yaséquetumadreenciertascosasesunpoco...
—¡¿Un poco?! —gruñe ella—. Por favor, tita, que tengo catorce años y todavía se empeña en
ponermehorquillitasdeDoralaExploradoraenelpelo,calcetinesconpuntillitasyenirabuscarme
alinstituto.
Merío.Nolopuedoremediar.RaquelesmuchaRaquel,ymásconsusniñas.
—¿Y?—pregunto.
—Puesquemevinoabuscarelotrodía,llegóantesdelahoray,bueno...,yo...yoestabacon...con
minovioy...
Bueno...,bueno...,bueno...¡¿Otraconnovio?!
Medoyaireconlamano.SimihermanavioloqueyovihaceunosdíasconFlyn,entiendoquese
escandalizara.Perocomonoquieroparecerdelsiglopasadocomoella,pregunto:
—¿Tienesnovio,Luz?
—Sí.SellamaHéctor,y¡estáparacomérteloynodejarniloshuesecitos!
—¡Luz!
—Tita,nomeseastútambiénantigua.Sóloteestoydiciendolaverdad.Héctortieneuncuerpode
escándaloyunculoooduroooincreíbleee.
—¡Pero,Luz!
—Y antes de que sigas protestando —añade la muy descarada—, no pienso dejarlo por mucho
queosempeñéistodos.
Uisss,¡quemeda...!
¿Desde cuándo mi sobrina ha dejado de ver a niños para ver tíos buenísimos con cuerpos de
escándaloyculosdurosincreíbles?
Meacaloro.Melevantodelasilla.
Sinduda,lashormonasdeLuzyFlynestánenplenaebullición.Alfinal,consigoretenertodolo
quesemepasaporlacabezaydigo:
—Escucha,Luz,debesentenderquetumadre...
—LoqueentiendoesqueHéctormetienelocaymegustamucho.
¿Quelatieneloca?¿Hadichoquelatieneloca?
Vayatela...,vayatela...
—¡Luz!
—Sólodigoloquesiento,noteenfadesporello,mujer.
Suvozyanoesladeunadulceypícaraniña.Suvozsehavueltoautoritariayesomemolesta,
porloquerespondo:
—Mira,Luz,amínomehablesasío...
—Adiós,tita.
Y,sinmás,medejacolgadaalotroladodelteléfonoconcaradetonta.
—Morenita,¿siguesahí?—oigoentoncesquedicemipadre.
—Sí,papá—gruño—.Yalepuedesdeciraesasinvergüenzaque,cuandolavea,sevaaenterarde
loquevaleunpeine.¡Puesnovalaniñataymedejacolgadaalteléfono!
Depronto,mipadreseríe.
—Tranquila,hija.Sonetapas.¿Yanoteacuerdasdecuandotúteníassuedad?
Resoplo.Claroquemeacuerdo,yporesonoquieroqueellacometaloserroresqueyocometí.
—Peroella...
—Judith,cariño,Luzestácreciendo,yestoessóloelcomienzodesucambioalamadurez.
Vale. Entiendo eso, como estoy segura de que lo entiende mi hermana, pero ella y Flyn son
nuestrosniños.
—Pero,papá—insisto—,¡quetienenovio!
—¿Cuántosnovietestuvisteistúytuhermana?
—Papá...—Sonrío.
—¿Cuántasvecesmeheenfadadoyoporeso?
—Uf...,demasiadas.
—Yverdaderamente,hijamía,¿sirvierondealgomisenfados?
Entiendoloquequieredecir.
—Ensumomento—prosigue—,vosotrashicisteisloquequisisteis,nosgustaraonoavuestra
madreyamí,yahorahayqueestarmuypendientedequeLuznohagaexcesivamenteeltonto.Pero,
hija,tienequeequivocarse,decepcionarseysufrirparaaprenderavivir.Asíeslavida,morenita...,
asíeslavida.
Sinlugaradudas,misabiopadretienetodalarazóndelmundo.
Cuando yo tenía la edad de Luz, me creía la más lista del mundo mundial, y cuanto más me
prohibíanalgo,máslohacía.Alfinal,conscientedequepocopuedehacerseanteeso,afirmo:
—Tienesrazón,papá.Comosiempre,tienesrazón.
—Tranquila,hija.Laadolescenciaesunmomentodifícilenlavidadetodapersona,perosiyohe
superadolatuyayladetuhermana,sindudaRaquelsuperaráladeLuz.
—¿YsitedigoqueFlynestáigual?
Larisotadademipadrevuelveasonar.
—TúyErictambiénlosuperaréis—dice—.Oslopuedoasegurar.
Ahoralaquemeríosoyyo.Sinduda,mipadretuvoquelucharmuchoconnosotras.
Acontinuación,miroelrelojydigo:
—Papá,tengoqueirme,perotellamarémañanaparavercómovatodo.
—Deacuerdo,cariño.Besosparati,paralosniñosyparaEricy,porfavor,hacedunesfuercitoy
¡venidalaferia!
Unavezcuelgo,resoplo.JoderconlodeJerez,yvayatela...,vayatela...laquenoshacaídoami
hermanayamíconlosjodidosadolescentesysushormonasrevolucionadas.
Sinperderunsegundomás,cojomibolso,salgodeldespacho,medespidodeMikaydeTania,la
secretaria,ycojoelascensorparairalparking.
MientrasbajopiensoenmisobrinaLuzyenFlyn.
Vayados.Pensarenlamalaépocaqueestánpasandometensayhacequemepiqueelcuello.Me
rascoinconscientementemientraspiensoenelmundocomplicadoenelqueestánsumergidosacausa
desuedad,yvuelvoaresoplar.
Cuando llego a la planta menos uno y las puertas del ascensor se abren, veo el coche de Eric
aparcadoalfondoyobservoqueestádentro.Conpasoseguro,llegohastaelvehículo,abrolapuerta
y,cuandomesiento,pregunta:
—¿Quéteocurre?
Joder,¡québienmeconoce!
—Jud—insiste—,tucuellomedicequeocurrealgo.¿Quées?
Rápidamente bajo el parasol para mirarme en el espejito y, cuando me veo los ronchones, me
cagoentó;¡joderconlosronchones!
—Luztienenovio—lesuelto—.Dicequeestábuenísimo,quetieneuncuerpodeescándaloyun
increíbleculoduro,¿telopuedescreer?
Ericmemira,veoqueselecurvanlascomisurasdeloslabiosy,antesdequepuedaresponder,
digo:
—Niseteocurrareírteolavamosatener.
—Cariño...
Levantodenuevoelparasoly,sinquerercontarlelodeJackieChanZimmerman,insisto:
—Noquierohablardeello.Vamos,¿dóndequieresqueteinviteacomer?
Miamorpasealasmanospormicabello,sueltamimoñoy,mirándome,pregunta:
—¿Enseriomeinvitasacomer?
—Sí.
—¿Aloquequiera?
—Puessí.—Sonrío.
Mialemánasientey,acercándoseunpocomásamí,murmura:
—¿Aunqueseaunsitioterriblementecaroyconracionesdeesastanpequeñasquetedejancon
hambre?
Esomehacesonreír.SialgolegustaaEricsonlosbuenosrestaurantes,yasiento.
—Porsupuesto,¡donselecto!
Élsonríeentoncestambiénymedaunrápidobesoenloslabios.
—Vámonos de aquí antes de que te desnude en el parking de la empresa y pierda toda mi
reputación—diceapresurándoseasoltarme.
SonríodivertidacuandooigolavozdelasolistadeSilbermond,quecantaJa.[13]
Media hora después, Eric y yo caminamos por un parque en busca de un banco en el que
sentarnos para comer. Mi marido pone los ojos en blanco al saber la posibilidad de que Sebas
aparezcaenMúnich,yyometroncho.
Para darme una sorpresa de las que me gustan, Eric ha parado en un McAuto y, entre risas, ha
pedidounashamburguesas,coca-colaypatatas.
Comodicemihermana,¡melocomocontomate!
Cuando nos sentamos a una mesita del parque, abrimos las bolsas donde llevamos las
hamburguesasy,metiéndomeunapatataenlaboca,dice:
—Meencantanestasincreíblescomidasasolascontigo,corazón.
Adoroquemellamecorazón,yéllosabe.Lodicedeunamanera,consuacento,que,uf...,¡me
vuelveloca!
Sonrío.Mialemánmeacabademeterotrogolazoconesebonitodetalley,tragándomelapatata,
sonríoymurmuro:
—Asínuncavoyaadelgazar,perotequiero.
Eric sonríe encantado, de nuevo me hace ver cuánto me quiere con mis kilos de más y, entre
mimos y carantoñas, me zampo una hamburguesa con queso y patatas fritas que me deja plena y
totalmentesatisfecha.
DespuésdeunaestupendacomidadondemiamoryyohablamosdeFlyn—omitodenuevolode
Jackie Chan Zimmerman— y de Luz e intentamos recordar nuestra adolescencia y entenderlos,
quedamosenqueeldiálogoesesencialenesosmomentos,yEricestáconmigoenquenopodemos
perderesacomunicaciónconnuestrohijo.
Cuandoestamosdeacuerdoentodoloreferenteanuestroadolescentecabroncete,regresamosa
casa.
TrassaludaraSustoyaCalamarque,comosiempre,sedeshacenencariñoshacianosotros,nada
másentrarencasaoímoslloraraHannah.YomiroaEric,élmemiraamíysonreímos.Sinduda,
cuandocrezcanolatendremosencasallorandosiemprequeregresemosdetrabajar,oesoespero,y,
comodosamantespadres,vamosaconsolarla.
15
—Hedichoquenoquierohablardeello.
MelsedesesperóaloírlacontestacióndeBjörn.
Desdequehabíaregresadodelconsulado,habíaintentadodialogarconélmilvecesacercadelo
que había hablado con el comandante Lodwud, pero él no la había dejado y se había cerrado en
banda.Sinembargo,dispuestaaqueloescuchara,insistió:
—Luego dices que la cabezota soy yo, pero ¡joder! Quiero decirte que vi a Lodwud en el
consuladoy...
—Nomehablesdeesetipo,porfavor—siseóBjörnfurioso.
Recordar las cosas que Mel le había comentado que practicaba con él no le hacía ni pizca de
gracia.
—Pero,vamosaver—dijoellaentonces—,¿desdecuándonopodemoshablartúyyo?
—Desdequehablasdealgoquenomeinteresay,siencimaapareceelnombredeesetipo,ya...
—Björn...,pero¿quéestásdiciendo?Lodwudespasado,comootrasmujeressonpasadoparati.
—Mira,Mel...,déjalo.
Enfadadaporsucabezonería,ellalomiróeinsistió:
—Deverdad,¿tandifícilesescucharloquetengoquecontarte?
Björn,quesearreglabalacorbatamirándosealespejo,asintió.
—Noesunacuestióndequeseafácilodifícil,simplementeesquenoquieroescucharte.Noestoy
de acuerdo con ese maldito trabajo y no lo voy a estar. Ahora bien, si quieres poner fecha para la
boda,estaréencantadodemarcaresedíaenmiagenda.
MelresoplóyBjörn,alverelgestotoscodeella,sentenció:
—Vale. No hablaremos de fechas ni de bodas, y ahora, como sueles hacer siempre muy bien
solita,decideloquequiereshacer,peroluegonotequejes.
—¿Quenomequejedequé?
Elabogadocerrólosojos.Enocasiones,Melerapeorqueunmalsueño.
—Dequelascosaspuedandejardeirbienentretúyyo—siseómirándolafijamente.
—Pero¿dequéhablas?
—Mira,Mel,¡yabasta!
Esarespuestaeraloúltimoqueellaqueríaescuchar.
Nunca,entodoeltiempoquellevabanjuntos,lehabíahabladodeesemodoy,cuandosedisponía
areplicar,SamientrócorriendoyseechóenbrazosdeBjörn.
—Papi,¿mellevasalcole?
Björn,alqueseleencogíadeamorelcorazóncadavezquelaniñalollamaba«papi»,sonrióy,
dulcificandosuvoz,dijotrasdarleunbeso:
—Hoynopuedo,princesa.Mamátellevará.
—Puestetocabaatihoy—gruñóMel.
Éllamiróyreplicó:
—Puesnopuedo.
La cría los miró a uno y a otro. Pocas veces los veía en aquella actitud. Luego, observando a
Björn,preguntó:
—Papi,¿estásenfadado?
Elabogadosonrióybesóelcuellodelapequeña.
—¿Yporquéibaaestarenfadado?—dijo.
Samimiróentoncesasumadre,quelesonreía,yrespondió:
—Porqueestásdiscutiendoconmamá;¿yanolaquieres?
—Sami...—murmuróMel.
Al ver el rostro de la mujer a la que amaba, Björn se acercó a ella con la niña en brazos y,
abrazándolaconsumanolibre,dijo:
—Amamálaquieroconlocuratantocomotequieroatiy,aunquediscutamos,miamor,nodejo
dequererla;¿entendido,renacuajo?
Lapequeñaasintióy,trasverjuntosasuspadrescomoellaquería,sebajódelosbrazosdeély
corrióhaciasuhabitaciónaltiempoquegritaba:
—¡Entoncesdaosunbesomientrasyovoyaporladiadema!
Una vez desapareció la niña, Björn y Mel, que estaban el uno al lado de la otra, se miraron.
Teníanmilcosasquedecirseyreprocharse,peroél,cansadodelmalestarocasionado,laabrazó,la
acercóasucuerpoysusurró:
—Sientohabertehabladoasí.
—Yotambiénlosiento—afirmóMel.
Conscientedequeningunodelosdosqueríaestarmal,Björnclaudicóy,sinsoltaralamorena
quelovolvíaloco,murmuróconmimo:
—Samiquierequetedéunbesoyyotambiénquierodártelo;¿túquieresrecibirlo?
Melsonrióy,trasponersedepuntillas,acercóloslabiosalosdeaquelhombre,alquequeríacon
todosuser,ylobesó.Elbesosefueintensificandosegundoasegundo,losúltimosdíashabíanestado
muyfríoselunoconelotroy,cuandopararonparatomaraire,Björnmurmuró:
—Anda,veteallevaralaniñaalcolegioo,alfinal,voyairaladespensa,voyacogerelbotede
Nutellaytevoyaembadurnarentera,paraluegochuparte,comerteyfollartecomomegusta.
—Quétentador.¿Puedohaceryolomismo?—dijoellariendo.
Björnlamiródeaquellamaneraqueaellalavolvíalocay,bajandolavoz,musitó:
—Siteportasbien,estanochelopondremosenpráctica.
Conunasonrisamásluminosaqueladelosúltimosdías,Melafirmó:
—Prometoserunabuenachica.
Unavezlaniñaysumadresalierondelacasa,Björnfuedemejorhumorasudespacho.Allílo
esperabalaprimeravisitadelamañana,quenoeranotrosquelosabogadosHeineyDujson,junto
conotroscolegasdesubufete.
Mel condujo hasta el colegio de Sami mientras reía con la pequeña. Reír con ella y con sus
ocurrenciaseraalgomaravillosoydivertido.Unavezaparcó,caminódelamanodesuniñahastala
entrada.Allí,comocadamañana,estuvocharlandoconalgunasdelasmadresdeotrosniñosdurante
unosminutosy,cuandocaminabaderegresohaciasucoche,oyóquesonabasuteléfono.Unmensaje
deBjörn.
Recuerda.Pórtatebien.
Estaba mirando el mensaje cuando oyó una voz que la llamaba. Al volverse se encontró con la
mujerdeGilbertHeine,Louiseyotrasdosmujeresalgomásjóvenes.
¿Quéhacíanaquéllasallí?
Comonopodíasalircorriendooquedaríamuymal,seacercóaellasylamásmayordijo:
—Hola,querida,soyHeidi,lamujerdeGilbertHeine;¿merecuerdas?
Melasintió,prefabricóunasonrisayrespondiótrasintercambiarunarápidamiradaconLouise:
—Porsupuesto,claroquesí.
Heidi se acercó entonces a ella y, tras darle dos besos de lo más falsos, la agarró del brazo y
murmuró:
—Mimarido,Gilbert,estáconBjörn.ÉlnosdijoqueveníasadejaraSamanthayhemosdecidido
esperarte.Venga...,vayamosadesayunar.
Mellasmiró.¿QueBjörnleshabíadichoquepodíanencontrarlaallí?
Loibaamatarcuandoloviera.
¿Poresoelmensajeconaquellodequeseportarabien?
Confusa,ibaamoversecuandounadelasmujeresmásjóvenesafirmó:
—Nuestros esposos y tu futuro marido están en este instante en una reunión y hemos venido a
raptarteparallevarteconnosotrasypasarunamañanaincreíblemientrasnosconocemosunpoquito
más.
AMelselepusieronlospeloscomoescarpias.¡Nilocaseiríaconellas!
—Losiento—comenzóadecir—,peroyo...
—Ah, no, querida —insistió Heidi—. No sé qué tendrás que hacer pero, sea lo que sea, queda
anuladoporquetevienesconnosotras.
Louisesonreíaensilencioalladodeaquélla.Mellamiró.Teníadosopciones:acompañarlaso
huir. Maldijo a Björn por aquella encerrona pero, como no deseaba ocasionarle problemas, cedió.
Teníaqueir.
Alprimersitioadondefueronfueaunacafeteríadelcentro.Allílasesperabanotrasdosmujeres
y,duranteunahora,todasdesayunaronentrecuchicheosyhabladurías.
MellasescuchabamientrasobservabaaLouiseparticipardelaquelarrecomosifueraunamás.
Aquella modosita era tan bruja como las demás, y entonces pensó alucinada: «¿Dónde está la
Louisecandorosaqueconocíadelcolegio?».
Una vez acabaron el desayuno, se fueron al spa más famoso y caro de Múnich. Al entrar en el
glamurosoestablecimiento,unajovencitalespidióloscarnetsdesociasy,encuantollegóaMel,tras
ungestodeHeidi,quedóclaroqueellaentrabatambiénallísíosí.
Durante más de tres horas estuvieron en el increíble spa, donde Mel hizo un circuito termal
acompañadadeaquellasarpías,ysoportósusmiradasfurtivasdesorpresacuandovieroneltatuaje
quellevaba.
Cuandopartedelasmujeressemovieronaotrasala,HeidiagarróaMeldelbrazo.
—Querida—ledijo—,queríahablartedeLouiseydesumaridoJohan.Elcasoesquehallegado
amisoídosalgoqueambascomentasteishacepocoy...
—Heidi—lacortóMel—.LoqueyocomentoconLouiseesalgodeellaymío.Denadiemás.
Lamujerapretólaboca.Sinduda,elcortequelehabíadadonolegustó,ycontraatacó:
—Vale. No hablaremos de ellos, pero permíteme recomendarte una estupenda clínica donde
podríanquitarteconláseresoquetienesenelcuerpo.
Mellamiróboquiabierta.
—¿Terefieresamitatuaje?—preguntó.Lamujerasintió,yella,conteniendolasganasquetenía
demandarlaapaseo,replicó—:Gracias,perono.Mitatuajeespartedemípormuchosmotivosque
novienenacuento.
Unavezdijoesto,alcanzaronalasdemásmujeres.Apesardequeeranunapandilladecargantes
yfastidiosasarpíasquenohacíanmásquesacarladesuscasillas,Melestabadecididaadisfrutardel
maravillosospa.
Después del circuito termal, se empeñaron en pasar por la peluquería para que se hiciera un
peinado diferente del que llevaba: su pelo despeinado era demasiado transgresor y moderno para
aquellas finolis. Finalmente, Mel claudicó, por Björn y por no querer soltarles un nuevo borderío,
mientrasseacordabadetodoslosantepasadosdesuguaponovio.
Cuando terminaron en la peluquería, Mel se miró al espejo. Parecía que una vaca le hubiera
lamidolacabeza.Sinduda,aquéllanoeraella,yteníaqueescapardeallícomofuera.Mirósureloj,
le sonaban las tripas de hambre. Era la hora de comer, y Heidi, al darse cuenta, se acercó a ella y
murmuró:
—Nohayprisa,querida,Björnsabequeestásconnosotrasyestáfelizdequeasísea.Esmás,he
habladoconélhaceunratoymehadichoquenotepreocupesporSamantha,tuhija.Élseencargade
quevuestraniñeralarecojayestéconellahastaqueregresesacasa.
Mel la escuchó incrédula. ¿Ahora Bea era su niñera? ¿Y Sami era Samantha para Björn? Pero,
comonoqueríadecirnadaqueestuvierafueradelugar,asintióydijoconlamejordesussonrisas:
—Deacuerdo.
Heidiyelrestodelassoporíferasmujeressonrieron.
—¿QuéosparecesivamosacomeraO’Brian?—propusounadeellas.
Las demás asintieron. Mel no sabía dónde estaba aquel lugar y, una vez se lo explicaron, dijo
mirándolas:
—Disculpadme,perotengoqueiralbaño.
Una vez pudo quitarse a aquéllas de encima, entró en el lavabo, sacó de su albornoz blanco el
teléfonomóvily,trasmarcarelteléfonodeBjörn,siseóenvozbaja:
—Éstamelapagas.
Björn,queestabaconlosmaridosdelasarpíasenunclubexclusivamenteparahombres,seretiró
unpocodelgrupoparaquenolooyeranyrespondió:
—Escucha,cariño,sitelohubieradicho,nohabríasqueridoir.
—Pero¿eresimbéciloqué?—siseóella—.¿Cómoseteocurrehacermeunaencerronaasí?
—Mel...
—¡NiMelnileches!—gruñómirándosealespejo—.Tejuroqueestoyapuntodeestrangularlas
atodascomounasolamásmedigaquemipeinadoesdemasiadomasculinoymimaneradevestir
también.Pero,¡joder!,sihemostenidoquepasarporunapuñeterapeluqueríaynoparezconiyo.
Björn sonrió al oírla y, mirando a los hombres que hablaban con una copa de bourbon en las
manos,respondió:
—Cariño,estaráspreciosayseguroquenoseráparatanto,peroahoratengoquedejarte.¡Pórtate
bien!
Enfadada, Mel cortó la comunicación. Respiró hasta que consiguió serenarse y luego llamó a
Judith.Lanecesitaba.
Suamiga,queacababadellegaracasatraspasarlamañanaenMüller,alverelnombredeMelen
lapantalladesuiPhone6,saludó:
—Buenasssssssssssssssss.
—Judith,escúchame,necesitotuayuda.
Asombrada,Judpreguntó:
—¿Quépasa?
RápidamenteMellecontóloocurridoy,trassaberadóndeibanairacomer,suamigadijo:
—Notepreocupes.¿Aquéhoraquieresqueestéallí?
—Cuantoantes,mejor,ojuroquelasmataré.
—Tranquila,quevoyarescatarte—dijoJudithriendo.
—Notardes,porfavor,ycuandomeveas,teloruego,¡sétú!
Judithsonrió.LosentíaporBjörn,peroaquellascacatúasibanasaberquiéneraella.
Una vez Mel salió del baño con la mejor de sus sonrisas, llegó a donde estaban las mujeres
vistiéndosecondecoroy,trasponersesutangarojo,quetodasmiraronhorrorizadas,susvaquerosy
sucamiseta,cuandofueaponerselacazadoradecuero,lainsoportableHeidicuchicheó:
—Si quieres, el día que te venga bien, Melania, podemos quedar de nuevo contigo y enseñarte
tiendasexclusivasderopadondepuedesencontrarmodelosincreíblementemaravillosos.
El estómago de Mel se revolvió. Lo último que quería era parecerse a aquellas lánguidas
vistiendoy,conmenospacienciadelaquehabíatenidohorasantes,replicó:
—Teloagradezco,Heidi,peromegustalaropaquellevo.
—Querida, no debes olvidar que, si Björn finalmente pasa a ser uno de los asociados
mayoritarios como lo es mi marido, habrán de cambiar ciertas cosas en ti, y no hablo sólo del
horribletatuajedetuespalda.
Mel apretó los dientes, pero le resultó imposible contenerse durante un segundo más, así que
soltódelantedetodasellas:
—Heidi,creoquehasolvidadoquequienquizátrabajeenelbufeteseráBjörn,ynoyo.Portanto,
permítemedecirtequeaquiennolegustemitatuajequenolomire,porqueahísevaaquedar.
Sucomentarionolecayóbienala«estupenda»Heidi,perodisimuló.Siestabaallíeraporquesu
maridoasíselohabíapedidoy,cogiendosucarobolso,dijo:
—Venga,vayamostodasacomeraO’Brien.
Una vez allí, el maître, al ver a Heidi, les indicó que esperaran unos minutos. Les estaban
preparando una de sus maravillosas mesas. Nerviosa tras mirar su reloj, Mel resopló. Si se metían
dentro del local, Judith lo tendría más complicado para encontrarla, por lo que, apoyándose en la
pared,sehizolaremolonacuandodeprontoelsonidoestridentedeunamotollamólaatenciónde
todas.
Al mirar, Mel sonrió al reconocer la moto de Eric, una impresionante BMW negra y gris
metalizadoqueenocasionesutilizabaJudith.
Lasmujeresmiraronhacialacalleyobservaroncómoelmotoristaparabalamotofrenteaellas
y se bajaba. Sin embargo, se quedaron boquiabiertas cuando, al quitarse el casco, vieron que se
tratabadeunamujer,quecaminabaensudirecciónydecía:
—Hombre,Mel...
Con el cielo abierto por su aparición, la aludida sonrió y, mirándola, dijo mientras se hacía la
encontradiza:
—Hola,Jud,¿quéhacesporaquí?
—Pasaba,tehevistoyhedecididoparar.—Yentonces,conguasa,añadió—:¿Quétehapasado
enelpelo?
Melresoplóy,antelacaradeburladesuamiga,contestó:
—Peluquería...,¿quétalestoy?
Conteniendolasganasdereír,Judafirmó:
—Noestuestilo,reina.
AhoralaquesonriófueMely,volviéndosehacialasmujeres,quelasobservaban,dijo:
—Chicas, os presento a mi amiga Judith. Jud, ellas son las mujeres del maravilloso bufete de
abogadosalqueBjörnquiereacceder.
Acostumbradaacodearseporeltrabajodesumaridoconmujerescomoaquéllas,Judlasmiró
unaaunayrespondió:
—Encantadadeconocerlas,señoras.
Las demás asintieron pero no abrieron la boca. Sorprendida por lo maleducadas que estaban
siendo,yparadarlesunbuengolpedeefecto,MeldijoalverlacaradeguasadeLouise:
—JuditheslamujerdeEricZimmerman,elpropietariodelaempresaMüller.¿Sabéisdeloque
hablo?
Depronto,Heidireaccionóy,acercándoseaella,dijo:
—Oh, querida, qué placer conocerte. Claro que sé quién es tu marido. —Y, mirándola como si
fueraunbichoraro,preguntó—:¿Teapetececomerconnosotras?
MelyJudithsemiraron.Estabaclaroque,siJudnohubierasidolamujerdeZimmerman,nola
habríainvitadoy,conelcascodelamotoaúnenlamano,negóconlacabezayrepuso:
—Muchas gracias por la invitación, pero justo había quedado con unos amigos para tomarnos
unasbirrasyquemarrueda.—Luego,clavandolavistaenMel,preguntódivertida—:¿Tevienes?
Sindudarloniunsegundo,Melasintióy,mirandoalasmujeres,quelaobservabanconunosojos
comoplatos,dijoconunacálidasonrisa:
—Esperoquemedisculpéis.Muchasgraciasporlamañanaquehemospasadojuntas,peroahora
memueroporunasbirrasbienfresquitas.
Lacaradeaquéllasporeldesplanteeramásqueevidente.CuandoJudithabrióelbaúltraserode
lamotoyleentregóaMelotrocasco,oyeronunavozquedecía:
—Estropearástupeinado,Melania.
Laaludidasonrióy,mirandoaLouise,quedisimulabaunasonrisa,respondió:
—Noimporta.
Luego,antelacaradesorpresadelasdemás,MelyJudithmontaronenlamotoysemarcharon
quemandorueda.
Unratodespués,cuandopararonfrentealrestaurantedeKlaus,Melsequitóelcasco,miróasu
amigaylaabrazó.
—Graciasporvenirysalvarme—dijo.
Judithsonrióy,tocándoleelpelo,respondió:
—Sinduda,esaspedorrasnosonunabuenainfluenciaparati.
Diezminutosmástarde,despuésdequeMelsequedaraagustodespotricandodeaquellasbrujas,
entraronenelrestauranteyKlaus,alverla,preguntó:
—Pero,muchacha,¿quétehaocurridoenlacabeza?
JudithsoltóunacarcajadayMelrespondiódirigiéndosealbaño:
—Nadaquenosolucioneencincominutos.
Dicho esto, entró en el baño, metió la cabeza bajo el grifo y, cuando salió de nuevo, Judith la
observódivertida.
—Éstasí—dijoalversudespeinadoydivertidopelo—.Éstaerestú.
Esa tarde, cuando Mel llegó a su casa, Sami corrió a abrazarla. Pasó la tarde con ella y, en el
momentoenquelaacostóyllegóBjörn,lomiróy,señalándoloconeldedo,siseó:
—Nuncamásvuelvasahacermeunaencerronacomoladehoy,¿entendido?
Elabogadosonrióy,cuandofueaabrazarla,ellalehizounquiebro.
—Ah, no, James Bond... —gruñó—. Esta noche, ni se te ocurra rozarme o te juro que te voy a
meterelbotedeNutellaporunsitioquenotevaagustar.
Meldesapareció,yBjörnmaldijo.Estabaclaroquehabíametidolapatahastaelfondo.
16
Elviernes,Norbertaparecepuntualenlacasaalascincodelatarde.VaallevaraFlynalcumpleaños
deElke.
Eneseinstante,suenamiteléfonoyveoelnombrede¡Sebas!Meapresuroacogerloyoigo:
—¡Marichochooooooooooooo!
MicarcajadallamalaatencióndeEric,quememiray,cuandoledigoporseñasquiénes,¡huye
despavorido!
—Sebas,quéalegríahablarcontigo.Justoelotrodíamedijomipadrequequizánospodríamos
verporqueestásdeviajeporAlemania.¿Quéhacesaquí?
Oigojaleodefondoyvocesquecantan,ySebasresponde:
—Estoyenuntourdivertidísimocontreintayseislocasenbuscadegeypermanes.
Merío.SebassiemprellamaGeypermanaEric.
—MañanaporlatardepasamosporMúnich—añademiamigo—.¿Podríamosvernosunparde
horitas?Diquesí...,diquesí,chiquilla,quetengoganasdeverteycontartemilcosas.
Pienso. Sé que al día siguiente vamos a casa de Mel y de Björn pero, dispuesta a ver a Sebas,
afirmo:
—Porsupuestoquesí,envíameunmensajeynosvemos.
Dosminutosdespués,cuelgofeliz.VeraSebassiempreesmotivodefelicidad.
Conmiteléfonoenlamano,caminohastaelsalón,dondeEricestáleyendo.Mesientoasulado,
lecuentolodeSebas,yentoncesélmemiraypregunta:
—¿Treintayseis?
—Conél,treintaysiete—contestoriéndome.
Ericasienteypreguntadivertido:
—¿YquieresqueBjörnyyoestemosallí?
Ahoralaquecalibraesosoyyo.ConozcoaSebasperonoconozcoalosotrostreintayseisy,
comoseantanescandalososcomomiamigo,sindudaEricyBjörnnosalendeallívivos.Asípues,
digo:
—Casimejorqueosquedéisencasaesperándonoshastaquevolvamos.
Estamosriéndonoscuandounguapoadolescentevestidoconunosvaqueroscaídos,unacamiseta
grisdesugrupofavorito,losImagineDragons,yunasConversenegrasapareceantenosotrosynos
mira.Enlosañosquehacequeloconozco,Flynhacambiadoentodoslossentidos.Loconocísiendo
unniñobajitoyregordete,yahoraesunadolescentedelgado,guapetón,estilosoyespigado.
—¿Conesaspintasvasairalcumpleaños?—protestaEric.
—Papá,¿pretendesquemepongatrajeycorbata?
Meentralarisa.Sinlugaradudas,lostiemposhancambiado.
—Cariño,Flynvaalamoda—murmuromirandoamiamor.
Ericasiente.Sabequellevorazóny,sacándoseunteléfonodelbolsillo,selotiendeyledice:
—Tomatumóvil.Quierotenertelocalizado.
Elcríosonríe:harecuperadosubienmáspreciado.Leguiñounojoyomitopedirleunbeso.Flyn
sigueraritoconmigo,peroeneseinstantesonríeyyomesientobien.Muy...muybien.
Cinco minutos después, una vez se ha puesto su chupa azul, se va con Norbert, y yo lo miro
alejarsecomounamadreorgullosa.
—Quéguapoymayorestáminiño—siseo—.Todavíarecuerdocuandoloconocí.Eratanretaco,
yahora,míralo,esmásaltoqueyo.
AEriclahacegraciamicomentarioysusurraabrazándome:
—Vamos,mamápollo.Tenemoscosasquehacer.
Dedicamoselrestodelatardealospequeñinesy,cuandoalasochoymedialosdossequedan
dormidos,Ericyyorespiramosaliviados.Nosduchamosyestrenounvestiditodealgodóndecolor
verdebotellayunasbotascalentitasdeandarporcasa.Alverme,miamorsonríe,medaunazoteen
eltraseroymurmura:
—Estáspreciosa.
Yosonrío.Siemprelehagustadomimododesenfadadodevestiry,entrerisas,vamosalacocina
ycenamosalgo.
Alasnueveymedia,Ericrecibeensumóvilunmensaje.EsFlyn,parapedirquelodejemoshasta
lasdoce.Mimaridoseniega.
—Cariño,noseasaguafiestas.
—No,Jud.Terecuerdoqueestácastigado.
—Losé.Peroestáenunafiesta—insisto.
Peromicabezónalemángruñe:
—Demasiadoesquelohedejadoiralafiestadesunovia.
Vale...,tienerazón.Aunasí,intentandoponermeenelpellejodeFlyn,vuelvoalataque.
—A ver, cariño, piensa. Nuestro niño lo está pasando bien en el cumpleaños y sólo quiere un
poquitomásdetiempo.
—¿TerecuerdocómoessuamiguitaElke?
Laimagendelarubiaguapadepechosgrandesmevienealamente.Evitopensarloqueminiño
puedeestarhaciendoconellaeneseinstanteporquenodeseoalarmarme,einsisto:
—Cariño,nomecalientesomiperversamentecomenzaráapensarcosasquenoquierodeesa
Elkeyminiño.—Y,tomandoaire,prosigocalmándomeamímisma—:Debemosfiarnosdenuestro
hijo.Aunquequierahacerseelmayor,Flynesuncríotodavía,yamboslosabemos.Venga...,dileque
síyrecuerdaloquehablamos.Hemosdedarleunvotodeconfianza.
Ericresopla.Lopiensa...,lopiensaylopiensa,yalfinalleescribediciéndolequeNorbertiráa
buscarloalasdoce.
Feliz,loabrazoyseguimostiradosenelsofá.Meencantaesasensacióndeestarjuntoaélviendo
latele.
Lashoraspasanmientrasestamosenfrascadosviendounapelículadedesastresnucleares,cuando
deprontoelteléfonodeEricsuena.
—Dime,Norbert.
Misojosmiranelreloj:lasdoceyveinte.
Rápidamente, Eric me suelta. Se levanta del sofá y, mientras yo me levanto también, oigo que
dice:
—Ahoramismovoy.
Cuelgalallamaday,mirándome,dicecongestooscuro:
—TengoqueiraporFlyn.
—¿Quépasa?—preguntosorprendida.
ElgestodeEricmedicequenadabueno.
—TuniñonisaledelafiestanilecogeelteléfonoaNorbert—sisea.
Uiss...,uiss...Esode«Tuniño»hasonadofatal,perosindarleopciónmepegoaél.
—Voycontigo.
—Estásenpijamaynotengotiempodequetecambies—protesta.
Memiro.Loquellevoesropadeandarporcasa;nomeimporta,asíqueinsisto:
—Hedichoquevoy.Mepondréunabrigolargoy...
—¿Vasasalirenpijama?
Suinsistenciameenfaday,singanasdesonreír,afirmo:
—Pormihijo,voyhastadesnuda.
Ericnohabla,noresponde,simplementeasiente.
TrasavisaraSimonaantesdesalir,mepongounabrigolargosobremivestiditodealgodónyno
mecambiodezapatos.LuegomontamosenelcocheyvamosensilenciohastalacasadeElke,donde
celebrasucumpleaños.
Alllegar,vemosaNorbert.Elhombrenosmiraydice:
—Sientohabertenidoquellamaros,peronoséquéhacer.
ElgestodeEricempeoraacadasegundoquepasa.
Madremía...,madremía...,laquesevaaliar.
—Llamémoslounavezmásalteléfono—insisto—.Quizásehadespistadoynosehadadocuenta
de...
PeroEricyanorazonaymurmuraseparándosedenosotros:
—Venga,Judith...,¡dejadecubrirlo!
Con una mala leche que ni te cuento, llega hasta la verja de la casa, llama, espera, pero nadie
contesta.Esolocrispaaúnmás,yvocea:
—¡¿Acasolospadresdelamuchachanoestánencasa?!
Otropadrequeestáallíesperandojuntoanosotrosdeprontogritaconelteléfonoenlaoreja:
—Bradley,salahoramismodelafiesta,¡ya!
Ofuscado,elotropadreyEricsemiran,yeldesconocidodice:
—Lehedichomilvecesamihijoquenoquieroverloconestagentuza,peronopuedosepararlo
deellos.
Ericnodicenada,yyo,incapazdecallarme,pregunto:
—¿Porquédicelodegentuza?
Elhombreseretiraelpelodelacaraysisea:
—Pensaránquesoyunclasista,peroamihijonoleconvienerodearsedeesapandilla.Desdeque
andaconellos,yahasidodetenidodosvecesy,pormuchoquehabloconél,nomeescucha.
Ay,madre...¡Ay,madre!Pero¿dóndesehametidoFlyn?
Measustoy,mirandoaEric,lepido:
—Cariño,vuelveallamaraFlyn.SiBradleyhacogidoelteléfono,¿porquénolovaahacerél?
Untono,dos,cuatro,siete...¡Nada!Nocogeelteléfonopero,paranuestrasuerte,pocosminutos
despuéslapuertadelaverjaseabre,saleunmuchachoalquerápidamenteidentificocomoBradleyy,
trasllevarseunacollejadesupadre,semeteenelcocheatodaprisa.
CuandomiroaEric,ésteyahaentradoenlaparcelay,sindudarlo,corrotrasél.Hedeaplacarlo
oelhuracánZimmermanpuedeliarlabiengorda.
Seoyemúsica.EstásonandoPitbull,concretamente,HotelRoomService,[14] una canción que a
Flynleencantayqueamí,cuandolaponeencasaatodaleche,meponelacabezacomounbombo.
Veo a varios jóvenes algo más mayores que mi niño por los alrededores del jardín fumando,
besándose y metiéndose mano. Bueno..., bueno..., menuda bacanal tienen montada aquí. Eric y yo
miramosanuestroalrededor,peroningunodeellosesFlyn.
¡Menudofiestorrohaorganizadolaniña!
¿Dóndeestánsuspadres?
Alentrarenlacasa,apartedelamúsicaatodotrapo,notoquehueleamarihuanay,mirandoami
alrededor,veoavariosdeaquellosdescerebradosfumando.Nomesuenansuscaras.Nuncahevisto
aaquellosamigosdeFlyn.
ElgestodeEricsecontrae.
—Lovoyamatar.
—Tranquilízate,cariño...,tranquilízate.
LaversiónmalotadeIcemanclavasusojosazulesenmíysisea:
—¿Cómoquieresquemetranquiliceconloqueestoyviendo?
Cojo a Eric de la mano para hacerle saber que debe calmarse, pero él me suelta y, a grandes
pasos,sedirigehaciaunaesquina.Depronto,loveo.Flynestáriendoconsunoviasentadasobresus
piernasyunalitronaenlasmanos.
Perobueno,¿desdecuándobebecervezaelmocoso?
CorrotrasEricy,cuandollegamosdelantedelcrío,élnosmiray,enlugardequedarsecortadoo
sorprendido, suelta una carcajada que nos deja sin palabras. Rápidamente me doy cuenta de que,
ademásdefumado,estábebido.¡Lomato!
Ericresopla,yolequitolacervezadelasmanos.Ojú,quécabreoquetienemiamor,cuandolo
oigodeciragritos:
—¡Flyn,levántate!
Elkenosmira,Flynnisemueve,yentoncesellapreguntasonriendoconunporrodemaríaentre
losdedos:
—Amarillo,¿estosdinosauriosquiénesson?
Bueno...,bueno...,bueno...Aéstalevoyadartalguantazoquelavoyamandardirectamenteala
semanaqueviene.
¡¿Porquélollama«Amarillo»?!
¡Serániñatalamocosa!
Sinremilgos,nicontestar,EricapartaaElkedelaspiernasdenuestrohijoy,deuntirón,levanta
aFlyn.Lachicanosmira,yyo,sindudarlo,lequitoelporrodelasmanosylometoenunjarróncon
floresqueveoallíallado.
—Muymal,guapita,muymal—siseo—.Ycomomamádinosauriotedigo:¡aléjatedemihijo!
Lajovensonríe.Otraquevafina...filipina.
Flynintentasoltarse,peroloúnicoqueconsigueesqueEricloagarreconmásfuerzaylosaque
delacasaaempujones.
Unavezhemossalidodelbulliciodelafiestaylapesteamarihuana,yaeneljardín,Ericlosuelta
ygrita:
—¡¿Mepuedesexplicarquéestáshaciendo?!
Flyn,queporsusmovimientosnosdemuestraquellevaunpedoconsiderable,sueltaunarisotada
ymurmuraconchulería:
—Peroquécortarrolloseres...,joder.
—¿Quéhasdicho?—bramaEric,fueradesí.
YomiroaFlyny,depronto,loveocomoaundesconocido.
Su respuesta, en ese momento, me parece un gran despropósito y una gran provocación y,
cogiéndolodelamano,tirodeélypreguntomientraslomiroalosojos:
—Pero¿quétepasa?¿Quéhacescomportándoteasí?
—¡Ehhh...,Amarillo,¿adóndevas?!—gritandoschavalesquepasanpornuestrolado.
Flyn sonríe con malicia. Eric maldice, y yo estoy por soltarle un guantazo al mocoso, pero en
lugardeellocontengomisimpulsoseinsisto:
—¿Quéhastomadoapartedefumarmaríaybeberalcohol?
Élsacudelacabezay,conungestoquenoessuyo,murmura:
—Niqueteimportara.
—¡Flyn!—siseaEric.
Lomiro.Meaprietolamanocontraelmusloo,comosalgadisparada,elbofetónquelevoyadar
vaasersonado.Eric,porsuparte,semuevedispuestoatodo,yyo,intentandoquenoocurranadade
loqueluegonospodamosarrepentir,memetodenuevoentreellosyempujoalcrío.
—Cierraelpicoynolacaguesmás—ledigo—.Vayámonosacasa.
—JackieChan,¿tepirasya?—preguntaunchicoquepasapornuestrolado.
FlynsonríeyEricsusurra,acadainstantemásmolesto:
—JackieChan...,Amarillo...¿Quésonesasabsurdeces?
Yonodigonada.Sidigoquelosabía,mecomeamí.
—Vámonosdeaquí—gruñeEricfinalmente.
Cuandosalimos,esevidentequeNorbertsesorprendealverelaspectodeFlyn.
—Norbert—digo—,notepreocupesyveteparacasa.Yavamosnosotros.
Unavezlostresnosmetemosenelcoche,Ericcierradeuntremendoportazo.Menudocabreo
quellevaelcolega.Entonces,memiraygrita:
—¡¿Creesquetodavíadeboseguirfiándomedetuniño?!
—Nuestroniño—corrijo.
—Tuniño—insisteEric.
Vale.Yaestamoscomosiempre.
Cuando hace algo malo es mi niño, y cuando hace algo bueno es nuestro niño. Pero no voy a
contestarniaentrarenprovocaciones.Ericestámuynervioso,yestávistoque,digaloquediga,me
voyallevarpalosportodaspartes,asíquedecidocerrarlaboca.
Segundosdespués,Ericarrancaelcocheconrabiayconducehastacasa.Nadiehabla,yamínose
meocurreponermúsica.Yaséquemimadresiempredecíaquelamúsicaamansaalasfieras,pero
creoque,enunmomentoasí,esmejorquenilasfierasescuchenmúsica.
Cuandollegamosacasa,SustoyCalamarsalenarecibirnosy,comopuedo,lossujetoparaque
noseacerquenniaEricniaFlyn.Noestáelhornoparabollosy,alfinal,saldríanellosperjudicados.
Unavezellosentranencasa,sueltoalosanimalesyentroyotambién.Simona,quenosespera
juntoaNorbert,alverelaspectodelniñocuandoentramosenlacocina,sellevalamanoalabocay
murmura:
—Ay,Flyn,¿quétehapasado?
Nunca ha visto al chico de ese modo, y yo, para intentar calmarla, digo mientras me quito el
abrigolargo:
—Tranquila,estábien.Idaacostaros,porfavor.
Trasintercambiarunamiradaconmigo,NorbertagarraaSimonadelbrazoyambosdesaparecen.
Pobremujer,¡eldisgustoquelleva!
Sinlugaradudas,lainfanciadeFlynsehadesvanecidodeunplumazo,dejandoantenosotrosa
unadolescenteconflictivo.
Elsilencioenlacocinaesincómodo.Comodiríamipadre,secortaelaireconuncuchillo.Lo
quehahechoFlynestámal,muymal.
Eric abre el armario donde están sus medicinas y rápidamente destapa un bote y se toma una
pastillaconunpocodeagua.Esomealerta.Noesbuenoparaelproblemadesusojos.Sinduda,la
tensióndelmomentolehaprovocadodolordecabezapero,cuandovoyadeciralgo,élmiraalcrío
ypregunta:
—¿Paraestoqueríasiralcumpleañosdeesachica,JackieChan?
Flynnoresponde,yEric,furioso,gritaygritaygrita.Sueltaporlabocatodoloquelevieneen
ganaymás.
NisemeocurredecirlequebajeeltonoparaquenodespierteaPipaoalosniños,nitampoco
quecambiesuactitud.Sinduda,loocurridoesparaestarasíy,cuandoyahadichotodoloquetenía
quedecir,sentencia:
—Estoydecepcionadocontigo.Mucho.
Dichoesto,semarchaymedejaconelcríoasolasenlacocina.
LachuleríainicialdeFlynsehadisipado.
Sinduda,elpedalquellevabaselehabajadoalospiesconlabroncadeEric.
Lo miro seriamente y él no me mira pero, cuando veo que palidece de repente, me apresuro a
cogerunfruteroazulquehayvacíosobrelaencimerayselodoy.Actoseguido,mihijovomita.
¡Joder,quéasco!
Sinembargo,comomadresuyaquesoy,melevantoylesujetolafrente.Nopuedosepararmede
élapesardelcabreoquellevo.¡Esminiño!
Cuandotermina,lequitoelfrutero,conasquitolollevoalbañomáscercano,lovacíoy,cuando
regreso,tiroelfruteroconrabiaalabasura.Luegopongoaguaahervirybuscoenelarmariouna
bolsitademanzanilla.
ConelrabillodelojoobservoqueFlynmemira.Estáarrepentido.Loconozco,yesamiraday
susojoscaídosmelohacensaber,peronolehablo.Noselomerece.
Unavezelaguahierve,laechoenunvasito,introduzcoelsobrecitodemanzanillay,dejándolo
sobrelamesa,mesientofrenteaélymurmuro:
—¿Hacefaltaquetedigaqueloquehashechoestámal?
Elcríoniegaconlacabezamientrasmiraelsuelo.Detontonotieneunpelo.
—¿QuéesesodeJackieChan?—preguntoacontinuación.
Nocontesta.YonodigoqueloséporqueLuzmelodijo,ypasademí,peroinsisto:
—Olvídate de ir al concierto de los Imagine Dragons. Lo que has hecho no tiene nombre, y lo
sabes.Losabesperfectamente.
Mipartedemamápolloquiereabrazarloyacunarlo,peromiotrapartedemadredolidamedice
queno,quenodebohacerlo.LoquehahechoestámalyFlyndebeentenderlo,comoyoloentendí
cuandoalosquinceañostomédemasiadotequilaenelcumpledemiamigaRocío.
¡Madremía,quépedalpilléporquererllamarlaatencióndeunchico!
Recuerdolareaccióndemispadres.Mimadregritaba,mecastigaba,meregañaba,peroloque
realmente me impresionó fue la mirada y el silencio de decepción de mi padre. Eso me dejó tan
marcadaquenuncamásvolvíabebersinconcienciacomoaqueldía.
Y ahora, aquí estoy yo, haciendo lo mismo con Flyn para intentar que comprenda que esto no
puedehacerleningúnbien.
Duranteunbuenrato,ambospermanecemosensilencioycasiaoscurasenlacocinamientrasél
se toma la manzanilla. Pero, cuando veo que el color vuelve a sus mejillas, me levanto y digo
extendiendolamano:
—Dametumóvil.
—No.
—Dametumóvil—insisto.
Finalmente,meloentrega.Acontinuación,sinquitarleelojodeencima,digo:
—NoséquiénesElkeniporquéahoratedejasllamarAmarillooJackieChancuandotú...
—Esonoesproblematuyo—mecortaelmocoso—.Misamistadessonmías,ytúnotienesque
decidirquiénpuedesermiamigoomichica,¡joder!
—Flyn,tencuidadoconloquedicesyolvídatedeesosamigosydeesachica.Noteconvienen.
—Porquetúlodigas.
Su tono de voz, el modo en que me contempla y la agresividad que veo en su mirada me
paralizan.Entonces,trascogermibolso,queestásobreunasilla,abromicartera,sacolasentradas
paraelconciertodelosImagineDragonsysiseorompiéndolasanteél:
—¡Seacabó!—Flynsequedaboquiabierto.Luegotirolospapelesalabasurayañado—:Ahora
vealavartelosdientesyalacama.
Sinmás,salimosporlapuertadelacocina.
Entonces,veoluzbajolapuertadeldespachodeEricydigo:
—Vamos,subeahacerloquetehedicho.Mañanahablaremos.
UnavezveoqueFlynsubeydesaparece,mevuelvoyentrocondecisióneneldespachodemi
amor. Lo ocurrido esta noche no lo beneficia ni a él ni a sus ojos. Cuando se pone nervioso, le
repercuteenlavista,eirremediablementemepreocupo.
Alentrarloveosentadoantesumesa.Sugestonoesmuyconciliador.
Condecisión,caminohacialamesaypregunto:
—¿Teencuentrasbien?
—Sí.
Tiene en la mano un vaso de whisky y al recordar que un rato antes se ha tomado una pastilla,
empiezoadecir:
—Eric,creoque...
—Jud—mecorta—.Noeselmejormomentoparanada.
—Perocreoque...
—Hedicho«paranada»—repiteimplacable.
Vale.Esmejorquemecalle.
Sinlugaradudas,yotengopartedeculpaenloocurrido.LoaniméaquedejaraaFlynunrato
más, pero Eric también es culpable, ya que fue él quien dijo que podía ir a aquella fiesta. Ambos
somosresponsablesdeloquehasucedido,peroélhaderumiarloydarsecuentadeello.Asípues,
asiento, doy media vuelta y me acerco al minibar. Saco un vaso, un hielo y me sirvo un dedito de
whisky.
Con el rabillo del ojo observo que Eric me mira. Me observa. Me conoce tanto como yo lo
conozcoaélysabequetengomilcosasquedecir,peroaunasímeaguantoymecallo.Mecuestaun
horror,perolohago.Actoseguido,caminohastaelsofáquehayfrentealachimeneaencendidayme
sientodeespaldasaél.
Siélnoquierehablarniverme,nohablaremosnilomiraré.
Asíestamosunbuenrato.Cadaunosumidoensuspropiospensamientosy,almirarhaciaabajo,
mehorrorizoalverlamorcillitaquesememarcaconelvestido.Rápidamenteencojolatripayel
michelíndesaparece.
Tengoqueperderesoscincokilos¡ya!
DeprontooigoqueEricselevantay,aunquenoloveo,séqueseacercaamí.Miroelrelojque
haysobrelachimenea.Sonlasdosmenosveintedelamadrugadaytodosenlacasaduermen.
LospasosdeEricsedetienendetrásdemí.Imaginoquemeestáobservandoe,inconscientemente,
vuelvoametertripa.Loconozco,séquenecesitaunratoparapensarlascosasyyaestácalibrandosu
error.Alfinalseacercaalsofáysesientaalotrolado.
Contodolocabezónygruñónquees,enelfondoEricesunhombremuybásico.Sémanejarlo
muybien,aunqueenocasiones,yaunsabiendoquevamosadiscutir,nomedalaganademanejarlo.
Su mirada y la mía chocan. Sus ojos intentan provocarme para que diga algo, pero no... No,
Iceman,heaprendidoquecallándomeganomásquegritando.Lesostengolamiradayfinalmenteél
dice:
—Perdóname.Hepagadocontigoloquenomereces.
—Comosiempre,soytusacodeboxeo—siseomolesta.
Ericasiente,sabequellevorazón.
—¿Meperdonas?—insiste.
Nohablo.¡Meniego!
Éldejasuvasosobrelamesitaymequitaelmíodelasmanos.Memira...,memira...,memira...,
seacercaparabesarmey,¡zas!,misfuerzasflaquean,ymáscuandosusurra:
—Claroquemeperdonas,¿verdad?
Interiormente sonrío. Sin que él se haya dado cuenta, esa batalla la he ganado yo consiguiendo
queyaestébesándomeypendientedemí.
Miamorhacequetodayovibrey,conganasdequemesiga,melevantoydoyunpasoatrás.Eso
loanima,asíqueselevantayvuelveaacercarseamí.
Dejoquelohaga.Permitoqueseinclinehaciadelanteyjuntesufrenteconlamía.Accedoaque
rodee mi cintura con el brazo y me acerque a él. Consiento que sus labios rocen mi rostro y me
deshagocuandolooigosusurrar:
—Pequeña...
¡Oh,Dios!¡Oh,Dios!
Puedo defenderme de Eric Zimmerman mientras exista un palmo de distancia entre ambos.
Gobiernomicuerposinomeroza,peromedeshagocomounheladocuandometocaymellamaeso
de«pequeña».
Sinhablar,miamorgrandotemeizaentresusbrazos,yyorodeosucinturaconlaspiernasysu
cuelloconlasmanosylobeso.Lobeso...,lobesoylobesoy,cuandoporfinparo,lomiroalosojos
ypregunto:
—¿Tesiguedoliendolacabeza?
—No,cielo...,yano.
Unadesusmanossemetepordebajodemilivianovestiditodealgodónyyomeestremezco.Sin
lugaradudas,tratándosedesexo,Ericesmuchomásfuertequeyo,ycuandoagarramisbragasyde
untirónlasrasga,milocaexcitaciónseredobladispuestaatodo.
—Asímegustamás—afirmamiIcemanantesdemordermeellabioinferior.
Mirespiraciónseaceleracuandomedepositasobrelamesadesudespacho.Comosiempre,está
recogida, no hay nada fuera de lugar. Nuestro beso prosigue mientras disfrutamos de esa loca
seducciónysóloseoyeelcrepitardelfuegoenlachimenea.
Nuestroscuerpossecalientan,sederritenantenuestrocontacto,yrápidamentelequitoaEricla
camisetagrisquelleva.Besosucuello,sushombros,susbíceps,mientrasélmetocaymebesaamí.
Con deleite, nos miramos. Nos comemos con los ojos, nuestras miradas nos excitan, y yo sonrío
cuandoéldaunpasoatrás,desabrochaelcordóndelospantalonesnegrosquellevayéstoscaenal
suelo,seguidossegundosdespuésporloscalzoncillos.
Mibocaseseca.
Diosmío,¡québuenoestámimarido!
Verladuraexcitacióndemiamormetrastoca,mequitaelsentido,yEricmurmuratocándose:
—Todotuyo,cariño.
Sonrío y trago el nudo de emociones que está a punto de ahogarme. Somos dos especímenes
dignos de estudio. Siempre resolvemos nuestros problemas igual: ¡con el sexo! Quizá no sea la
mejorforma,peroesnuestraforma.Ladelosdos.
Ericesmío.Todoélesmíoydenadiemás,ylosé.Porsupuestoquelosé.
Deseosademostrarleloqueessuyo,mequitoelvestiditocortoporlacabezay,unavezéstecae
alsueloymetotripa,soyyolaquesusurra:
—Todatuya,corazón.
La respiración de mi alemán se acelera. La locura que sentimos el uno por el otro no ha
disminuido ni un ápice desde que nos conocemos. Al revés, ha aumentado por la confianza que
tenemoselunoenelotroparaprovocarnos.
Eric sonríe, mira mis duros pezones y, agachándose, da un lametazo primero a uno y luego al
otroy,deuntirón,terminaderomperlasbragasparaquequededeltododesnudacomoél.
Séloquequiereyélsabeloquequiero...
Séloquemepideensilencioyélsabeloquelepido...
Ylomejordetodoesqueséquenoslovamosaconcedergustososunaymilveces...
Hechizadaporelmomento,apoyoloscodosenlamesay,condescaroycomplicidad,abrolas
piernaslentamenteparaél,dejandoelcentrodemihúmedodeseoalavista.Ericlomiray,convoz
ronca,tentadoraysagaz,murmuramientraspasaeldedoporencimademitatuaje:
—Pídemeloquequieras...—ymirándomefinaliza—,yyotelodaré.
—¿Loquequiera?
Uf...,uf...,loquesemeocurre.
Lascomisurasdemislabiossecurvan,lassuyastambién.Elprincipiodeesafraseymitatuaje
definennuestramaravillosahistoriadeamor.
—Lomismodigo,Iceman—murmuro—.Lomismodigo.
Miamorsonríe.Retiralentamentelosdedosdemihumedadypide:
—Ofréceteamí.
Excitadaconloqueoigo,metumbodenuevosobrelamesa,meacomodo,deslizomispropias
manospormismuslosy,trastocarlosyverquemialemánnomequitaojo,llevomisdedoshacia
losplieguesdemivagina,metocoysientolohúmedaqueestoy.Miamor,consumirada,consuvoz
yconsupetición,meponeamil.Abrolosplieguesdemisexoynotoqueestoyresbaladiza.Como
puedo,dejoaldescubiertomibotóndelplaceryalfinalsusurrodeseosa:
—Tuyo.
Mi loco amor asiente y, agachándose, saca la lengua y rodea mi clítoris con ella. Mi cuerpo
reaccionarápidamenteymeencojo.Ericsonríey,privándomedecerrarlaspiernas,ponelasmanos
enlacarainternademismuslos,sacalalenguaymevuelvelocamientraslaposadenuevoenmi
clítoris.Acontinuación,sientocómosubocasecierraalrededordeélymesucciona.
Micuerpotiembla.Meencantaquemiamorjueguedeesamaneraconmigo,ymeabandonoal
placermientrasmirohacialapuerta,quenohemoscerradoconllave,ypidoatodoslossantosque
nadieoseabrirla.
Durantevariossegundos,laincreíblebocadeEricpermanecesobremisexoy,cuandoporúltimo
lasepara,suplico:
—Sigue,porfavor...,sigue.
Conunacautivadorasonrisa,veoquevuelveahundirlacabezaentremistemblorosaspiernasy
comienza de nuevo a lamer. Cierro los ojos extasiada, llevo los brazos hacia atrás, me agarro al
bordedelamesayseparomáslosmuslosparaél.
El ritmo de Eric mientras me chupa me vuelve loca, y comienzo a temblar con violencia. Me
gusta...,megusta...,ymicuerposecontraedeplacer.
—Oh,sí...,sí...,nopares—consigobalbucear.
El placer aumenta, la locura se acrecienta, el espasmo se amplía mientras siento gustosas
descargaseléctricasquemehacenjadearygemirsincontenciónyunincreíbleorgasmocomienzaa
recorrermicuerpodesdelanucahastalapuntademispies.
Oh,Dios...¡Quégustazo!¡Quésubidón!
Peromiamorquieremás,deseamás,yyotambién.Y,cogiéndomeenvolandas,melevantadela
mesa,mellevahastalalibreríay,altiempoquemeapoyaenella,mebesaconpasión.Actoseguido,
conunmovimientodecadera,introducesuerectoyansiosomiembroenmiinterior.
De nuevo, me arqueo de placer. Eric es grande, todo en él es grande y, cuando mi vagina lo
acoge,mevuelvolocaaloírlogemiryvercómoélmismosemuerdeellabio.
Lomiroextasiada.Estansexi...Loquierotanto...
Segundosdespués,comienzaamoverse,primerolentamentey,cuandoestáporcompletohundido
enmí,suritmoseacelera.Comopuedo,murmuro:
—Mírame...,mírame...
Mi amor me mira, hace lo que le pido, y siento que nuestros ojos arden de pasión por lo que
hacemos y disfrutamos. No puedo moverme, Eric me tiene arrinconada contra la librería y sólo
puedorecibirlo,jadearydisfrutar.Misgemidosylossuyosllenanelsilenciodeldespachomientras
unayotrayotravezsehundeconfuerzaenmíyyoloanimoaquecontinúehaciéndolo.
Soytansuyacomoélesmío.
Nuestrosmomentosdesexo,solosoencompañía,sonincreíbles.Losdisfrutamos.Losvivimos.
Losdeseamos.Nosimplicamosalcienporciensinvergüenzas.Nadaexisteenesemágicoinstante
excepto nosotros dos. Cuando al fin la lujuria nos hace temblar al unísono, Eric se introduce una
últimavezenmíjadeandoconvozroncayluegocaemoselunoenbrazosdelotroagotados.
Larespiraciónagitadadelosdosresuenaeneldespachoy,pasadomediominuto,susurro:
—Cariño...,meestoyclavandoelcantodeunlibroenlaespalda.
RápidamenteEricreacciona,meapartadelalibrería,memiraypregunta:
—¿Todobien?
Asientoysonrío.Mimaridoyyoloarreglamostodoconsexo.Comonosgusta.
Adoroquemepregunteesosiemprequemantenemosrelacionessexuales.Esosignificaquesigue
preocupándosepormícomoelprimerdía,ynoquieroquedejedehacerlo.
Cuando, instantes después me deja en el suelo, camino desnuda hacia el minibar. Allí tenemos
agua,abrounabotellita,doyuntragoydespuésselaentregoaélparaquebeba.
Pobrecitomío,cómosuda;cualquierdíasemedeshidrataconelesfuerzo.
Entrerisas,nosvestimosyleenseñomisbragas.Noganopararopainteriorconél.Espartede
nuestrojuego,yquieroquesigasiéndolo.Cómomeponesugestocuandomelasarranca.
Diez minutos después, entramos en nuestra habitación y, abrazados y sin hablar en ningún
momentodeFlyn,nosdormimos.Necesitamosdescansar.
Cuando me despierto, como casi siempre, estoy sola en la cama. Miro el reloj digital que hay
sobremimesilla.Las9.43.
Me desperezo y hago la croqueta sobre el colchón. Cómo me gusta revolcarme en nuestra
enormecama.SonriendoestoycuandodeprontorecuerdoloocurridolanocheanteriorconFlyny
doyunsalto.NoquieroniimaginarmeloquepuedeestarocurriendoentreélyEric.
Ay,miniño...,ay,miniño,quemelocome.
Melavolosdientes,lacaray,sinducharme,porlasprisas,mepongoelvestiditodealgodónque
llevaba ayer, me calzo mis botas de andar por casa, cojo mi móvil y salgo a toda leche de la
habitación.
Antesdebajar,pasoporlahabitacióndeFlynparaversiestáy,alabrir,mequedoboquiabiertaal
verloaélyaEricsentadosenlacamahablando.
—¿Quéocurre?—preguntamiamor,levantándosealarmadoalvermisprisas.
Con el corazón a punto de salírseme por la boca, entro en el cuarto y murmuro cerrando la
puerta:
—Nada.
Ericvuelveasentarseenlacamay,trasobservarmecondetenimiento,dice:
—¿Acasocreesquelovoyamatar?
Joder...,joder...¿Cómopuedeconocermetanbien?
Sin embargo, sonrío disimulando y, mientras miro a Flyn, que tiene una pinta desastrosa,
pregunto:
—¿Cómoteencuentras?
ElcríomemirayveoensusojosqueEricyalehacantadolascuarenta.
—Bien—dice.
Mialemáncogemimano,mesientasobresuspiernasy,cuandovoyadeciralgo,Flynsisea:
—Jud,papáyamehadichotodoloqueteníaquedecirme.
¡Ay,madre!
Semeencogeelalma.
FlynllevasinllamarmeJuddesdequenacióelpequeñoEricy,cuandovoyadeciralgo,miamor
selevantay,cogiéndomeconfuerzadelamano,dice:
—Flyn,vísteteyluegobaja.HoyvasabañaraSustoyaCalamar.—Aloíreso,elniñosedispone
areplicar,peroEriclocorta—:Y,comoyatehedicho,noquieroniunasolaprotesta,¿entendido?
Todavía sorprendida por lo que Flyn ha dicho, salgo al pasillo con Eric y él; al ver mi
desconcierto,dicesinsoltarme:
—Cariño,respiratranquila.¿Quéteocurre?
Hagoloquemepidey,cuandoexpulsoelaire,murmuro:
—MehallamadoJud,Eric...Nomehallamado«mamá».
Veoqueasienteysacudelacabeza.
—Tranquila.Mañanatevolveráallamar«mamá».
Como puedo, digo que sí, pero igual que me ocurrió años antes, el corazón se me acaba de
descuajeringaralsentirquemicoreanoalemánestádejandodequererme.
Decidoiradarsaltosconlamoto,peroFlynnoquierevenirseconmigo.Cuandoregreso,estoy
hambrienta,abrolanevera,veounodelospaquetesdejamóndelricoquemipadremeenvíayme
pongomorada.¡Dios,québuenoestá!
17
CuandoJudithyEricllegaronalacasadesusamigos,Samiseechóalosbrazosdesustíos.Durante
variosminutos,éstosleprestarontodasuatenciónalapequeña,que,comosiempre,erauntorbellino
devidayluminosidad.
EnelmomentoenqueporfinBjörn,EricySamisealejaron,JudithyMelentraronenlacocinay
Judpreguntó:
—¿TodobienconBjörn?
Alcomprenderloquesuamigalepreguntaba,Melseapoyóenlaneveraysonrió.
—Todoperfecto.Creoqueyalehaquedadoclaritoalguaperasque,sivuelveajugármelacon
esapandilladeurracas,novoyasertanamablecomolofuiconellaslaúltimavez.Nomegustan,
comotampocoyolesgustoaellas,yesatalHeidiesunagranzorra.
—Heidiesunazorra—repitiócanturreandoSamialpasarporsulado.
Aloíralaniña,semiraronyrápidamenteMelpreguntó:
—Sami,¿porquédiceseso?
—Mami,lohasdichotú.
—Sí,cariño,esaHeidiesmuyzorraymuyperra—afirmóJudagachándoseparaquedarfrentea
lapequeña—.Pero,Sami,esaspalabrassonmuyfeasynosedicen,¿deacuerdo?
Agachándoseasuvez,Mellecolocóasuhijalacoronitaquetantolegustaballevarenlacabeza.
—Valeeeeeeeeee—dijofinalmenteSami—;¿medaisunagalletadechocolate?
Singanasdedarlemásvueltasaltema,Judithcogióunagalletadeuntarroy,encuantoseladioa
lapequeña,éstasaliócorriendodelacocina.
EneseinstanteaparecieronBjörnyEric,yelabogado,mientrassacabaunascervezasfresquitas
delanevera,semofó:
—Vaya...,perosiestánaquílasdosmacarrasmotorizadasdelasbirrasbienfresquitas...¿Iréishoy
tambiénaquemarrueda?
Ericsonrió.Judithlehabíacontadoelepisodio,ysoltóunacarcajadacuandoMelrespondió:
—Simelovuelvesarecordar,quemaremosruedayMúnichentero,guapito.
Despuésdeunratoenelqueloscuatrocharlaronyrieronporloocurrido,sonóelteléfonode
Judith.Eraunmensaje:
EstoyenunamásquedivinacerveceríaenlaplazaMarienplatz.¿Tienesunratoparatuloca?
Judithsonrió.¡Sebas!Y,levántandose,yguiñándoleelojoaEricdijo:
—Mel,havenidounamigomíodeEspaña;¿tevienesconmigoaverlounpardehoras?
—¿Quéamigo?—preguntóBjörn.
Repanchingándoseenunasilla,Ericmiróasucasihermanoy,congestocómplice,murmuró:
—Tranquilo,Björn.Sebasylastreintayseislascuidaránmejorquetúyyo.
Divertida,Judithleguiñódenuevoelojoasumaridoy,cuandosalióconMelporlapuerta,oyó
queBjörnpreguntaba:
—¿Lastreintayseis?
Unavezenlacalle,Melmiróasuamigaylesoltó:
—Muybien.Desembucha.¿Quiéneseseamigo?
Judithsonriópero,comoqueríaquesellevaraunasorpresaalconocerlo,simplementeabrióla
puertadesucocheycontestó:
—Montaycalla.
Mientras conducía, Jud iba hablando de mil cosas. Al llegar al parking público de Marienplatz,
dejaronelcocheycaminaronencantadashastalapreciosacerveceríaHofbräuhaus.Sinlugaradudas
Sebasestabaallíy,nadamásabrirlapuertayentrar,deprontoseoyó:
—¡Marichochooooooooooo!
Judithsonrió.Sebas,sulocoSebas,tanguapocomosiempre,corríahaciaellaparaabrazarlay
besuquearla.Cuandoelabrazoyelbesuqueoacabaron,JudithlepresentóaunaalucinadaMel,yél,
comosilaconocieradetodalavida,labesóconcariño.
Acontinuación,trasmirarasusescandalososcompañerosdeviaje,dijo:
—Creoqueesmejorquenossentemosaaquellamesa.Sinosponemosconellos,nopodremos
cotillearanuestrasanchas.
Durantemásdeunahora,Melobservóojipláticacómoaquélysuamigahablabanalavelocidad
delaluzponiéndosealdíadetodo,hastaqueélmurmuróparaterminarloqueestabacontando:
—Yahíterminóminovelescahistoriadeamor,lujuriaysexoconelpotrosuecoquemenublóla
razón.Portanto,hedecididoqueapartirdeahorazorrearéconmuchos,perosólomeenamoraréde
loscaballosdePeraltademitierra.
Judithseapenó.LaúltimavezquehabíavistoaSebas,ésteestabalocamenteenamoradodeaquel
surferosueco.
—Losiento,Sebas—murmuró—.SélomuchoquequeríasaMatías.
—Tranquila,chochete—afirmóél—.Ahorametomolavidasindramatismos,yhellegadoala
conclusióndeque,cuandotodosube,loúnicoquebajaeslaropainterior.—Y,mirandoaunalemán
que pasaba junto a ellos, dijo—: Geyperman de miarma, con lo difícil que es encontrarme y tú
perdiéndome...
Melsoltóunacarcajada.Aqueltipoeraincreíble.
—¡Sebas!—gruñóJudithdivertida.
Élleguiñóunojoconcaradepilloycuchicheó:
—Sinosehaenteradodeloquehedicho,mujerrrrrrrrrrrrr,¡déjamezorrear!
Los tres rieron y luego siguieron charlando. Mel se inmiscuyó esta vez en la conversación, y
Sebasyellaterminaronentendiéndosealaperfección.Alcabodeunrato,élvioqueJudithmirabael
relojypreguntó:
—Y tu Geyperman rubio y buenorro ¿por qué no ha venido? Mira..., mira que me moría por
presentarloalastreintayseislocasquemeacompañan.
MelyJudithsemiraron,yestaúltimarespondió:
—Temandamuchosbesos,pero...
—¿Conlengua?
—¡Sebas!—dijoJudithriendojustoenelmomentoenquelostreintayseisselevantabandela
mesay,escandalosamenteyconganasdecachondeo,sesentabanconellos.
Loqueenunprincipioibanasersólounpardehorasseconvirtieronencuatroy,cuandoporfin
sedespidierondeSebasylostreintayseisysubieronalcoche,Melmiróasuamiga.
—PrométemequelapróximavezEricyBjörnvendránconnosotras—ledijomuertadelarisa.
Estaban comentando lo bien que lo habían pasado cuando a Mel le sonó el móvil. Un mensaje.
Björn.
Amor,compracervezas.Convuestralargaausencia,Ericyyonoshemosdadoalabebida.
DespuésdeleerleelmensajeaJud,pararonenunsupermercado.
Pero, como siempre ocurre cuando una mujer entra a comprar, salieron con el carro cargado
hasta arriba y, en el momento en que estaban metiendo las bolsas en el maletero del vehículo, un
adolescentedepelooscuroylargoseplantóanteellas.
—¿Quierenquemeencargueyodelcarrito,señoras?—dijo.
Judithasintióconunasonrisa,yMel,mirandoalchico,preguntómientraséllasayudabaconlas
bolsas:
—Eh...,¿dóndetehevistoyoantes?
Aloíreso,elcríolamiróyseapresuróarespondersonriendo:
—Seguroqueaquímismo.
Melparpadeó.¿Dóndelohabíavistoantes?Y,soltandoelcarrito,añadió:
—Todotuyo,chavalote.
El muchacho sonrió y, sin decir nada más, se alejó con el carro. El euro que iba dentro le
proporcionaríaesanocheunbocadilloparalacena.
18
Trasunasemanitaquenoseladeseoniamipeorenemigo,estoyagotada.
Flyn nos lo pone muy difícil. Han llamado del colegio para decir que no ha ido a clase, y soy
conscientedequeminiñoestáperdiendolospapeles.Lehepedidoenvariasocasionesquesolicite
unaentrevistaconsututor,perohastaahoraleharesultado«imposible».Insistirédenuevooalfinal
acabarépidiéndolayomisma.
CuandoEricllegadetrabajar,nomequedaotraquecontarleloocurridoy,tanprontocomoéste
semarchaasudespachoenfurecido,Flynseencaraconmigoymedicecosascomoqueyanosoy
alguiendefiarporhabérselocontadoasupadre.Intentohacerlorazonary,enespecial,hacerlever
quesucomportamientoestádejandomuchoquedesear,peroledaigual,siguerebatiendotodoloque
ledigohastaqueEricregresayelcríosecallaynohablamás.
¿QuéestáocurriendoconFlyn?
Esa noche, en la intimidad de nuestra habitación, Eric intenta quitarle hierro al asunto. Está
molestoporelcomportamientodelmuchacho,perosuvisióndeltemanoescomolamía.Flynnose
comportadelamismaformadelantedeEricquedelantedemí,ynosotrostampocoreaccionamos
igual.Conmigoseencara,seponechulo,dicecosasterriblesqueenocasionesnolecuentoaEric
paranoliarlamás,peroconélsecalla.Flynhapasadodeserunniñocaprichosoaunadolescente
provocadoreindisciplinado.
El martes, Eric se va de viaje. Flyn se trae a uno de sus amigotes a casa y, cuando los pillo
fumándoseunporroensuhabitación,echoalamigoytengounabuenaconmihijo.Él,ofendidopor
lo que he hecho, me acusa de estar amargándole la vida y yo tengo que respirar. O respiro o le
estampounasillaenlacabeza.
Elmiércoles,cuandoEricregresa,decidocallarynocontarlenadadeloocurrido.Séquehago
mal,peroEricllegacansado,yloúltimoquequieroesagobiarloconmásproblemas.
El jueves, nada más levantarse, veo que mi marido tiene mala cara. Eso me angustia pero, tras
tomarse su medicación, sonríe y me tranquiliza. Sé que nuestra vida siempre será así. Tendré mil
sustosconlosdoloresdecabezadeEricacausadesuvista,peroverlosonreírpocodespuésmehace
saberqueeldolorharemitido;sinofueraasí,losabríaporelhumornegroquelosuelepreceder.
Esa mañana, sobre las doce, cuando estoy trabajando en Müller, recibo una llamada de mi
hermana Raquel. Mi padre ha hablado con ella en referencia a Flyn, y la pobre, que ya está en
México,mellamaparaapoyarmemoralmente.
—¿QueahoratellamaJud,elpuñeteroniño?
—Sí—asientoapenadaomitiendootrascosas.
—Lamadrequeparióalchino.
—¡Raquel!
Ambasreímosyfinalmenteelladice:
—Vale..., vale..., ya sé que es coreano alemán, pero si él te joroba, yo lo jorobo y lo llamo
¡«chino»!
—Miraqueeres—digoriéndome.
Entonces,oigoaRaquelresoplaratravésdelteléfonoydecir:
—Eseniñotequiereytequieremucho,peroelpavazolehavenidodegolpe.Deprontoseha
visto mayor, guapete y resultón y se cree el rey del mambo. Pero, tranquila, como dice papá,
regresaráalredil.Esosí,mientrasnoregresa,átatelosmachos,¡quevienencurvas!
Vuelvoasonreírcuandomihermanaañade:
—Mira,cuchufleta,estásenlamismasituaciónqueyocontuqueridasobrina.Niteimaginaslo
rebeldeycontestonaqueestáLuz.Esosí,enlosestudios,latíaesunalumbreras,ysobreesonome
puedo quejar, pero en cuanto a los chicos, ¡ofú!, qué tontería tiene encima. Ha pasado de jugar al
fútbolaquerercomprarsesujetadoresconrellenodegel.
—¿Conrellenodegel?—preguntosorprendida.
—Sí,hija,sí.Elotrodía,lamocosavaymedicequequiereunsujetadorWonderbrapush-uppara
quesupechoaumenteytenerunescoteperfecto.¿Quéteparece?
—¿Tedijoeso?
—Sí,hija,sí.¡Quelasniñasdeahorasonmuyespabiladas!
Merío,nopuedoremediarlo.NomeimaginoaLuz,michicarrona,diciendoesoy,derepente,
recordandoalgo,digotrascontarlequehevistoaSebasenMúnich:
—Hablando de Luz, haz el favor de no ponerle horquillas de Dora la Exploradora y calcetines
conpuntillitas,queyaesmayor.
—Perosiestámonísimaconello.—Ambasreímos,ymedoycuentadelocabroncetaqueesmi
hermanacuandoañade—:Lohagoparaqueproteste,tonta.Yaséquenotieneedadparaponérselo.
—Noséquiénespeor,siellaotú.
Raquelríe.Meencantasurisa.Oírlareírescomooíramimadre.
—Segúntusobrinita—prosigue—,ahoraestálocamenteenamoradadeesetalHéctor,perohasta
elmespasadoloestabadeuntalQuiquey,claro,yohedemirarporsureputación,yasabeslolarga
queeslagenteylomuchoquelegustadarlealalengua.
Asiento.Séperfectamentecómoeslagentedecotillaymetomentodo.Bajolavozymurmuro:
—Acuérdatedecuandotúyyoteníamossuedad,¿oacasohasolvidadoelveranitoquetediopor
Roberto,eldelosjuegosrecreativos,oporManuel,eldelatiend...?
—Ais,Roberto,quéguapoera.¡Ay,madre,cuchu!—gritadepronto—.¿TeacuerdasdeDamián,
eldelaMontesaazulquetantotegustabayporelquesaltabaslaverjadecasatodaslasnochespara
verteconél?
—Sí.Claroquelorecuerdo.
Pensarenaquellomehacereíracarcajadas.Sinduda,ennuestraadolescenciatodoshacemosmás
tonteríasdelasqueluegoqueremosreconocer,aunquerecordarlasnoshagasonreír.
—Porcierto,papáestátristónporquedicequenovendréisalaFeriadeJerez.
—Nolosé.Aúnquedamucho.
—Pero,cuchu...,yatelaperdisteelañopasado,¿telavasaperdertambiénesteaño?
Mejorobapensarenello.Desdequenací,sólomeheperdidoesaferiaunavezenmivida,porlo
que,dispuestaadejarmelasuñasparallevaraEricesteaño,afirmo:
—No.Claroqueno.Harétodoloposibleparair.
Alfinal,cuandocuelgo,mihumorhamejoradoconsiderablemente.Laslocurasdemihermanay
demisobrinamehacenreír.Entonces,oigounosgolpecitosenlapuertademidespachoy,almirar,
veoaGinebra.¿Quéestáhaciendoellaaquí?
—Hola, guapísima —me saluda dicharachera—. Tengo una comida con Eric y, como sé que
trabajasaquí,hepensadoenpasarasaludartemientrasélterminaunosasuntillos.
Mequedoboquiabierta.¿Erictieneunacomidaconellaynomelohadicho?
GinebraentraenmidespachocomoPedroporsucasa,sesientafrenteamíymurmura:
—Québienlopasamoselotrodía...
—¿Cuándo?
Ellamemiraysonríe.
—EnelSensations—explicabajandolavoz—,aunquetumarido,elmuymalote,merechazó.—
No digo nada. No puedo, y ella prosigue—: Por cierto, te vi mirando tras las cortinas cuando yo
estabaenelreservadoconlosamigosdeFélix.¿Teexcitóloqueviste?
Lorecuerdoalinstantey,conlamismasinceridadconlaqueellamepregunta,yolerespondoa
lavezquememaldigoporsertancuriosa:
—Sitesoysincera,nimeexcitómimegustó.
Ginebrasonríe.
—¿Porqué?
—¿Porqué,qué?
Ellameobserva.Noapartalamiradademíyresponde:
—¿Queporquénoteexcitó?Alfinyalcabo,essexo.
—Porqueesaclasedesexonomeatrae—replico.
Ginebrasueltaunarisotaday,bajandodenuevolavoz,cuchichea:
—Judith,precisamenteloqueamímeexcitaesquemetratenasíyquemimaridolopermitay
meuseasuantojo.Pero,claro,túprefieres...
—Prefieroloquetúmismavistedespués—lacortosegurademímisma—.Nuncadisfrutaríacon
loqueatitegusta,esonovaconmigo.
Susonrisaseensanchayasiente.
—¿Ericytúnoosofrecéisaotros?
—Sí.
—PuesesoesloquehaceFélixconmigo,cielo.
Vale.Séquepuedeparecerlomismo,peronoloes,yañado:
—No.Noeslomismo.Yqueconstequenocriticoloquevi;siatiyatumaridoosgustaesa
clasedesexo,¡adelante!Sólodigoqueyonomeprestaríaaeso.Perorepito:siatitegusta,teexcita
yestáisdeacuerdo,¡adelanteydisfrutadlo!
Ginebraentiendemuybienloqueledigo,yacontinuaciónmurmura:
—A mí me encanta que Félix me obligue y me entregue a sus amigos para que me usen a su
antojo.Creoqueeslapartemásexcitantedenuestrocalientejuego.
—Sobregustosnohaynadaescrito—afirmosonriendo.
—¡Túlohasdicho!—convieneellaconungraciosogesto.
Con Ginebra me pasa algo muy raro. Tan pronto me cae bien como me cae mal. No llego a
cogerlebienelpunto,peroreconozcoqueellasiempretratadeseramableyencantadoraconmigo.
Mirándolaestoycuandoselevanta,seacercaalaparedycomenta:
—Nomedigasqueéstossonvuestrosniños...
—Sí—digoalverqueseñalalasfotosdemishijos.
—Oh,Diosmío,sonpreciosos,Judith.Quémonadaaaaa.Quéricurasssssssssss.
—Loson—afirmoorgullosadeellos.
—¿Habéisadoptadounniñochinito?
MedispongoarespondercuandodeprontoEricentraylohacepormí:
—Flynnoeschino,escoreanoalemán.EraelhijodemihermanaHannah,yahoraesnuestro.
—¿Era?—preguntaGinebra.
Ericasientepenosamenteyeneseinstanteconfirmoquellevansinhablarsevariosaños.
—Hannahmurió—explicaélentonces.
—Oh,Diosmío,Eric...,losiento.Nosabíanada.
Miamorasiente.Hablardeelloleduele,yséqueledolerátodasuvidacuandoresponde:
—Flynsequedóconmigoy,desdequeJudllegóanuestrasvidas,somosunafamilia.
Ginebrasellevalasmanosalaboca.VeoquesienteloocurridoaHannahy,emocionada,lecoge
lasmanos.
—Sécuántolaqueríasylounidoqueestabasaella.
Ericasientedenuevo.YopasolamanoporsuespaldayGinebralosueltaydicereponiéndose:
—Sinduda,Judithytúhabéiscreadounapreciosafamilia.
—Sí—afirmaélconseguridadmientrasmeguiñaunojo.
Ginebravuelveamirarlapareddondeestánlasfotosdelosniñosypregunta:
—¿Cómosellamanlosotrosdos?
—EricyHannah—respondo.
Entonces,Ginebraenterneceelgestoymurmura:
—Sonpreciosos...,preciosos.—Y,mirandoaEric,añade—:Aúnrecuerdoquetúnoqueríastener
hijosyyosí.—Ericsonríeyellafinaliza—:Quécuriosaqueeslavida...,alfinal,túloshastenidoy
yono.¿Pensáistenermás?
—No—afirmaEricantesdequeyoresponda.
Vaya.Esomesorprende.Siemprehesidoyolaquedecíarotundamentequeno,yoíraEricdecir
esoenciertomodomesubleva.Perotienerazón:¡contresvamossobrados!
Al ver mi gesto, Eric se acerca a mí, me coge por la cintura y, mirándome directamente a los
ojos,pregunta:
—Vamosacomer,¿tevienes?
—¿Teencuentrasmejorqueestamañana?—preguntointeresadaporél.
—Sóloeraunpequeñodolordecabeza,cariño—replicasonriendo—.Venga,venteacomer.
Lo miro..., no sé qué hacer. Yo misma estoy llena de contradicciones: ¿debería ir o no? Pero,
siendoconsecuenteconlaconfianzaquetengoenél,respondo:
—Mejoridvosotros.
—¿Seguro?—preguntamiamorintentandoleermirostro.
Conunasonrisaquelotranquiliza,asiento.
—Sí,cariño.Seguro.Idvosotros,tenéismuchascosasdelasquehablar.
Dossegundosdespués,GinebrayEricsalendemidespachoyyomesientodenuevoenmisilla.
ConfíoenEricy,abriendounacarpeta,murmuro:
—JudithFlores,dejadepensartonterías.
19
Aquellamañana,MelestabaenelcentrocomercialconsusexcompañerosdebatallónNeillyFraser.
El día anterior, Björn, que se había enterado de que habían llegado de Afganistán, los llamó para
organizarlaquedada.Erasumododepedirleperdónporlaencerronadedíasantesconlasmujeres
delosabogados.
Eneltiempoquellevabaretiradadelejército,lavidadeMelhabíadadoungirodecientoochenta
grados.Ahoradisfrutabadeunaexistenciademasiadotranquilaconsuhijayconunhombrequela
adoraba.
—Estoypensandoenaceptarelpuestodeescoltaenelconsulado.¿Quéosparece?
NeillyFrasersemiraron,yesteúltimosonrióycontestó:
—Amínomeparecemal;esmás,soyconscientedequeloharásmaravillosamentebien,pero
¿quédicetuabogado?
—Pordecir,dicemuchascosasyningunapositiva—afirmóMelresoplando.
Neillasintió.EstabaconBjörny,paraecharleunamano,sequejó:
—¡¿Escolta?!¿Tehasvueltoloca?
—¿Porqué?
EntoncesNeillmiróaMelalosojosydijo:
—Vamosaver:dejastetutrabajoenelejércitoparapasarmástiempoconSamiyBjörn,¿yahora
estáspensandoenserescolta?¿Tantonecesitáiseldinero?
—No—respondióella.
Björnprecisamentenoandabacortodedinero,yelmilitar,queestabaalcorrientedesuboyante
situaciónfinanciera,lamiróeinsistió:
—Sabes que suelo estar de acuerdo contigo en muchas cosas pero, en esto, siento decirte que
estoyconBjörn.Amítampocomeharíamuchagraciaquemimujerfueraescoltadenadie.
—Pero,Neill...
—No,Mel—lacortóél—.Unacosaeracuandotrabajabasparasacartúsolaadelanteatuhija,y
otra muy diferente es que tengas una buena vida y quieras complicarla con ese trabajo. Piénsalo.
Quizánotemerezcalapena.
Durante un buen rato, los tres hablaron de los pros y los contras de aquel empleo, hasta que
Fraser,tocándoseelestómago,dijo:
—Comienzoatenerhambre.¿Quéosapetececomer?
—TenemosqueesperaraBjörn,quehaidoaporlaniñaalcolegioparaqueosvea—advirtió
Mel—.Portanto,dileatuestómagoqueespere.
Frasersonrió,peroentoncesNeillseñalóalotroladodelacalle.
—Tuestómagoestádesuerte,colega—exclamó—.Miraquiéneslleganporahí.
Mel y Fraser miraron y sonrieron al ver a la pequeña Sami en brazos de Björn, riendo de
felicidadconsuscoletasmediodeshechasmientrasesperabanaqueelsemáforosepusieraenverde
parapodercruzarlacalle.
AMelselaveíaenamorada.
—Sin duda, ese abogado es un gran hombre —se mofó Fraser—. Sólo hay que ver tu cara de
tontaalmirarloylafelicidaddeSamiporestarconél.
—¡Serásidiota!—dijoellariendo.
—Björnesungrantipoynosemereceeldisgustoquequieresdarleconlodeltrabajodeescolta
—cuchicheóNeill.
Melsuspiró.Björnloeratodoparaella.Verlollegarconsupequeñaenbrazos,sinimportarle
quelemancharasucarísimotraje,yconlamochilarosadelasprincesascolgadadelbrazolahizo
darsecuentadecuántoloquería.Acontinuación,miróasusamigosy,bajandolavoz,preguntó:
—Sivosotrosencontraraisaalguienqueoshacetremendamentefelices,queosdatodosuamory
quehacequetodoslosdíaslavidaseamaravillosa,¿ledaríaisfechadeboda?
—Sindudarlo—afirmóNeill.
Melsonrióaloíreso,yNeillañadió:
—CuandoconocíaRomina,meenamorédeellaendécimasdesegundo.Sumaneradehablarme,
detratarme,dehacermelavidafácilmevolviólocodeamor,ysupequedebíadarelgranpasoantes
dequeotromáslistoqueyopudieraenamorarlayseolvidarademí.Yteaseguroqueeslomejor
quehehechoenmivida.—Depronto,suteléfonosonó—.Hablandodemiamor...,aquílotengo.
FraserrioyNeill,trascruzarunaspalabrasconsuadoradamujer,cerróelteléfonoyexplicó:
—Rominahadichoquenosesperaatodosencasaparaprepararnosunaestupendacomida,yno
aceptaunnoporrespuesta.
Melasintió:iríanacomer.Sinembargo,nopodíaapartarlamiradadeBjörnydesuhija.Ellos
nolaveían,peroellaaellossí,yvercómoBjörngesticulabaylaniñareíaacarcajadasleencantó.
Muchas eran las veces en que ellos jugaban en casa y Mel los contemplaba con disimulo y se
emocionabaantesubonitacomunicación.BjörnySamieranpadreehija.Amboslohabíanquerido
asídesdeunprincipio,yellaloaceptócomplacida.
Sinapartarlosojosdeellos,queahorayacruzabanlacalle,deprontoMeltuvoclaroquedebía
hacerloquesucorazónledictabay,mirandoasuscompañeros,quelaobservabanfijamente,dijo:
—VoyadarleaBjörnunafechaparalaboda.
NeillyFrasercomenzaronaaplaudir,peroellaloshizocallarenseguida:
—Nodigáisnada,bocazas,quieroqueseaunasorpresaparaél.
—Samiytúhabéisencontradoaalguienquemerecemucholapena—apuntóNeillchocandolos
puñosconlosdeellatalycomohabíanhechocientosdeveces—.Nolojorobes.
SinapartarlamiradadeBjörn,Melasintió.
—Sinduda,éllomerece.
—Joder,teniente—semofóFraser—.¿Quéhapasadoparaqueseobreelmilagro?
Conojosdeenamorada,MelmiróaBjörn,queenesemomentosesubíaaSamialoshombros,y
respondió:
—Simplemente,quemeacabodedarcuentadequeyanopuedovivirsinél.
—¿Yesafechaparacuándo?—preguntóNeillcurioso.
Divertidayasombradaporsupropiadecisión,Melseencogiódehombros.
—Nolosé—dijo—.Yahora,cerradesasbocazas,quenoquieroqueBjörnseenteredenada.
Cuando él y Sami llegaron hasta ellos, Neill y Fraser se deshicieron en halagos con la niña
mientrasBjörnbesabaasuchicaypreguntaba:
—¿Cómoestámiheroínapreferida?
—Bien—respondióellaencantada—.Ygracias.
—¿Porqué?
—PorllamaraNeillyaFraser.
Sorprendidoporqueellalosupiera,BjörnmiróaFraseryésteconfesó:
—Losiento,macho,peroalfinalnoshasacadoqueayerhablamos.Lateniente,cuandosospecha
algo,noparaconsutercergradohastaquedaconlaverdad.
Todossonrieronporelcomentario,yMel,sinsoltarsedeBjörn,dijo:
—Teestábamosesperando.Rominanosinvitaacomerensucasa.
—¿Yeso,preciosa?
—PorqueRominanoaceptaunnoporrespuesta—contestóNeill—.Además,creoquetendremos
algoquecelebrar.
Aloíreso,Mellomiró.¡Loibaamatar!
—¿Quétenemosquecelebrar?—quisosaberBjörn.
FraseryNeillsemiraronconcomplicidad,yesteúltimo,mofándosedeMel,quelosacuchillaba
conlamirada,soltó:
—Teniente,¿tenemosalgoquecelebrar?
Ellasonrióy,comosilosviejostiemposhubieranvuelto,respondió:
—Celebraremos que dos capullos, muy capullos, han regresado de su última misión en
Afganistán.
Neill y Fraser soltaron una risotada, y Björn, que no entendía nada, cuando vio que aquéllos
volvíanacentrartodasuatenciónenlapequeñaSami,murmuróaloídodelamujeralaqueadoraba:
—Teniente...,cómomeponequetellamenasí.
Melsonriódivertida.
Suchicosehabíaintegradototalmenteensugrupo.Habíadejadodeseruntipoquesemanteníaal
margen de aquellos estadounidenses para convertirse en uno que disfrutaba cada vez que todos se
reuníanyeranconscientesdesurespetoysucariño.
Trastomarseunacervezayhablarsobrebanalidades,alfinaltodosseencaminaronhacialacasa
deNeillyRomina,dondenofaltaronelbullicioylaalgarabía,mientrasMel,enamorada,observaba
embobadaasunovioyseconvencíadequeteníaquecasarseconél.Björnerasuamor.
20
—Judith, me voy a comer —oigo que dice Mika justamente cuando estoy cerrando la carpeta para
hacerlomismo.
Encuantosalgodeldespacho,lostrabajadoresconlosquemecruzoenmicaminomemirany
mesaludanconunasonrisa.Esomealegra.Megustaqueveanenmíaunapersona,ademásdeala
señoraZimmerman.
Unavezenlacalle,medispongoacogeruntaxipararegresaracasacuandooigoquealguien
gritaminombre.Almirar,sonríoalverquesetratadeMarta,lahermanadeEric,queconlamano
medicequelaespereydeunacarrerallegahastamí.
—¿Quéhacesporaquí?—preguntotrasbesarnos.
Martamemiraysonríe.
—VeníaahablarconEric—dice.
—Noestá.Hasalidoacomerconunaantiguaamiga.
Misúltimaspalabrasdebendesalirmeconciertotonillo,porqueellapreguntaalinstante:
—¿Quéamiga?
Sinquererponercaritas,traseltonitoquelehadadoaloquehedicho,respondo:
—UnatalGinebra...,¿laconoces?
—¿Ginebra está aquí? —pregunta sorprendida. Yo asiento, y añade—: Ostras, me encantaría
verla.Larecuerdoconcariño,aunqueyofueraunaniña.Eramajísima...,¡majísima!
Saber que Marta también la recuerda con cariño no sé si me gusta o me desagrada. Mi cuñada
debedevérmelodenuevoenlacara,porquedice:
—Perotúparamíereslaúnica...,¡lamejorparaelbordedemihermano!
Suapreciaciónyelcariñoquemetienefinalmentemehacensonreír.
—¿Comemosjuntas?—preguntaentonces.
Asiento.LlamoaSimona,medicequelospequesestánbienyleindicoquellegarémástarde.
Delbrazo,caminamosporlascallesdeMúnichyentoncesdeprontolalocademicuñadasepara,
levantaunamanoygritandodice:
—¡Mecaso!
Rápidamenteveoelanilloensudedo.¿Cómoquesecasa,siellanoesdecasarse?¿Conquiénse
casa?Laveosaltar,sonreíryemocionarseenelmomentoenquedice:
—Estoyloca...,¡losé!Pero...perohedichoquesí,¡ymecaso!
Lamiro.Memira.Lasdosnosreímos.¿Dequémerío?
MartarompióconsualocadonovioPeterhaceochomesesy,queyosupiera,noestabasaliendo
connadie.Poreso,cuandonopuedomás,concaradecircunstanciaspregunto:
—¿Yconquiéntevasacasar?
La chiflada de mi cuñada suelta una carcajada, aplaude como una niña chica, se retira el pelo
rubiodelacaray,trasaspirar,murmura:
—ConDrewScheidemann.
Vale...,niideadequiénes.
—Esunanestesistaquetrabajaenelhospital—explicaellaemocionada.
—¡¿Unanestesista?!
Martaasientey,felizdelavida,añade:
—Nosconocemosdesdehaceunosaños,yreconozcoquelaprimeravezquelovinomecayó
bien.Inclusosiemprequeíbamosdecenadeempresasiempreerademasiadosensatoyjuiciosopara
migusto.Perohaceseismeses,unanoche,cuandosalíadelhospital,nosencontramosenelparking...
¡Oh,Diossssssssssssss,lorecuerdoysemeponenlospelosdepunta!
—¿Porqué?—preguntocuriosa.
—Porqueestan...tan...serio,estableyserenoquenosécómohapodidofijarseenmí.Condecirte
queenocasionesmerecuerdaaltontodemihermano...
EsomehacereíralimaginaraltalDrewdelpelajedeEric.
—Pero...fuealucinante—prosigue—.Fuimosatomarunacopa.Élmedijoquenoteníapareja,
yoleconfeséquetampocoy,bueno...,unacosallevóalaotra,comenzamosavernoscadadíamás
seguidoysólopuedodecirtequeestoyfelizy...y...¡embarazada!
—¡¿Qué?!
¡Tomayabombazo!Bodayembarazo.
—¡Estoydecuatromeses!—insisteMarta,tocándosesucasiinexistentetripa.
Acadasegundomásalucinadaportodoloquemeestácontandoenmediodelacalle,noséniqué
decir.HastahaceapenasquinceminutosnosabíaqueMartateníanovio,yahora,depronto,sevaa
casaryestáembarazada.Martahabla...,hablayhabla.Estánerviosa.
—¿LosabeSonia?
Ellaniegaconlacabeza.
—Pensaba decírselo luego a mamá. Primero quería contárselo al troglodita de mi hermano y,
como sabía que tú estabas en Müller, pensé que serías mi gran apoyo cuando él me llamara loca,
desequilibradaydescerebrada.
—No,mujer...¿Cómotevaadecireso?
Ambasnosreímosyellaprosigue:
—Porcierto,¿recuerdaseldíaquevinisteisconFlynalhospital?—Yoasiento—.Puesmimala
cara era porque, segundos antes de llevar a Flyn hasta vosotros, acababa de vomitar..., ¿no es
emocionante?
Lamiroboquiabiertayasientoalpensarenelascoquemedabacuandoyoestabaembarazada.
—Emocionantísimo.
Mi cuñada, que está sobreexcitada, no para de hablar. Yo la escucho y así llegamos hasta un
restauranteespañolquenosencanta.Allínosponemosmoradasajamoncitodelrico,tortilladepatata
concebollitaycarneensalsay,cuandovoyaexplotar,digo:
—Marta,ariesgodeparecerunaidiota,quieroquesepasqueelmatrimonionoesunjuegode
hoytequieroymañanano.
—Losé—respondeellasonriendofeliz—.Peroestoytanenamoradaqueséquetodovaasalir
bien.
Asiento.Merindo.Nopiensovolveraserlanotadiscordante,yentonceselladice:
—Drewyyoqueremoscasarnosantesdequenazcaelbebé.Lollevamospensandounosmesesy,
bueno...,hemosdecididohacerlodentrodeunpardesemanas.¿Quéteparece?
—¿Dentrodeunpardesemanas?
Martaasiente.
—¡Y, por supuesto —añade—, quiero mi despedida de soltera en el Guantanamera! Tengo que
avisaraMelyatodoslosamigos,¡verásquéfiestón!
Eneseinstante,meentralarisa.Larisafloja.¡CuandoseentereEric,vaaflipar!Martaseríe,
creoquesabeloquepienso.Lasdosnosdescojonamosy,enelmomentoenqueconsigopararde
reír,murmuro:
—Veráscuandoseenteretuhermanodelaboda...
—PeorvaasercuandosepaquetevoyallevardenuevoalGuantanamera.
Esonoshacevolverareírotravez.Nolopodemosremediar.
Tras una comida en la que no paro de desternillarme con la loquita de mi cuñada, ella me
convenceparaquelaacompañeadarlelanoticiaasumadre.Aceptoencantada:adoroamisuegray
pornadadelmundomeperderíasucaracuandoseentere.
CuandollegamosalbarriodeBogenhausen,dondeviveSonia,nosparamosantelaverjaoscura
delpreciosochalet.
—¿Tepuedescreerqueestoynerviosa?
—Tranquila.Yasabescómoestumadre.Seguroquesealegra.
Unavezllamamosaltimbre,laverjaseabreyentramos.Sealaépocaquesea,eljardíndeSonia
essiempreunamaravilla.AdmirándoloestoycuandoAmina,lamujerquetrabajaparaella,nosabre
lapuertadeentradaysaluda:
—Buenastardes,laseñoraestáenelsalón.
Martayyosonreímospero,encuantoentroenelsalón,lasonrisasemecortadesopetón.¿Qué
hacenEricyGinebraallí?
Boquiabierta,miroamimarido,que,alverme,selevantarápidamenteydice:
—Hola,cariño.
Loobservoy,cuandoveoqueMartaabrazaaGinebracondemasiadaefusividad,murmuro:
—¿Quéhacesaquíconella?
Peronopuederesponderme.Sonia,queyaestáamilado,meabraza,mebesuqueacomosiempre
y,cogiéndomedelamano,mesientaasuladoydice:
—Quéalegríatenerteaquí,Judith.—Y,mirandoalamujerqueconsiderounaextrañayquenosé
porquéestáallí,añade—:YamehadichomihijoqueconocesaGinebra,¿verdad?
—Sí—afirmo.
Ginebrayyonosmiramosyentonceselladice:
—Noshemosvistounpardeveces.Cuandolaconoció,FélixdijoqueJuditheraunamujercon
claseysaberestar,alaparquedivertidayguapa.QuésuertehatenidoEric.
Soniasonríey,sinsoltarmimano,declara:
—Estoy totalmente de acuerdo con Félix; todo lo que yo pueda decir de Judith es poco. Es la
mejornueraqueunasuegraquerríaparasuhijo.
EstoyencantadaconsuhalagocuandoSoniasueltamimano,cogeladeGinebraeindica:
—Perotúmehasdadohoylasorpresadeldía,Ginebra.Tengotanbuenosybonitosrecuerdosde
tique,cuandohasaparecidoconmihijo,hetenidolaimpresiónderegresaralpasado.
—Mamá,porfavor,noexageres—murmuraEricsentándoseamilado.
Bueno...,bueno...,bueno...Noséquépensar.Aquíestoy,conmisuegra,micuñada,mimaridoyla
exdeél;¡todoestoesmuysurrealista!
Aunasí,intentoprefabricarunasonrisaconvincente,asientoyrespondo:
—Tumaridotambiénmeparecióunbuenhombre,Ginebra.Díselodemiparte.
Ella sonríe y, con su desparpajo habitual, comienza a recordar cosas que veo que hacen reír a
Marta,aSoniayaEric.Yotambiénsonrío,hastaquenopuedomásy,levantándome,digo:
—Simedisculpáis,voyunmomentoalbaño.
Sinmiraratrás,salgodelsalón.Meencaminohaciaelcuartodebañoy,unavezdentro,echoel
pestillo.Mepongolamanoenelcorazón.Mevaamily,mirándomeenelespejo,observoquemi
cuellocomienzaaenrojecerse.Rápidamentemeechoagua.Noquieroqueningunosepercatedeque
estoynerviosay,cuandonotoquelarojezdesaparece,sientoalivio.
Tanprontocomosalgodelbaño,regresoalsalóny,alentrar,meencuentroaloscuatroriendo.
Siguenconsusrecuerdosy,oye...,¡loentiendo!Perometocalosovarios.Yamegustaríaamívera
Ericconmipadre,mihermanayunexmíorecordandotiempospasados.
Mimaridomemira.Buscamicomplicidady,dispuestaadársela,leguiñounojo,meacercoaél
ylobeso.
Mi suegra, que lleva ya años haciendo paracaidismo, habla de sus últimos saltos, y Eric, como
siempre,noquiereniescuchar.RiéndomeestoyporellocuandooigoqueMartadice:
—Bueno,mamá.Yoveníaacontarteunpardecosillasimportantesy,yaqueestáEricaquí,pues
oslodigoalosdosalavezy,así,comovulgarmentesedice,matodospájarosdeuntiro.
Aloíreso,Ginebrahaceademándelevantarseparairse,peroMartalasujetaydice:
—Tranquila,nohacefaltaquetevayas.
Esometocalamoral.Peroloentiendo:micuñadaesmuycorrecta.
SoniayEricclavanlasmiradasenMartacuandoésta,trasmirarmeenbuscadeapoyo,levantala
manoysuelta:
—¡Mecaso!
Cricri...,cricri...,seoyenlosgrillosdeljardín,hastaqueSoniamurmuraincrédula:
—BenditoseaDios.
El silencio se apodera de nuevo del salón. Se puede decir que podría oírse hasta una hormiga
caminarporeljardíndepuntillas,hastaqueEricpregunta:
—¿Quetecasas?
—Sí.
Conunaexpresiónindescifrable,miamormiraasuhermanaeinsiste:
—¿Yconquiéntecasas?
Marta,alaqueleimportantresnariceselgestoseriodemiIceman,sonríeyresponde:
—ConDrewScheidemann.
Sonia,quesigueboquiabierta,preguntaentonces:
—¿YquiénesDrewScheidemann?
Nopuedo...,nopuedo...,nopuedo.Merío,¡merío!Yalfinalsemeescapalarisotada.
¡Estodotansurrealista...!
Martamesecunda,yentoncesEric,mirándonosalasdos,gruñecongestoserio:
—Nosédóndeleveislagracia.
Vale.Dejamosdereírantesdequenoscoma.
—A ver, hija —dice Sonia echándose hacia delante—. Sabes que soy una madre abierta a tus
locuras,perounaboda...
—Losé,mamá—lacortaMarta—.SéquemevasadecirlomismoqueJudmehadichodequeel
matrimonionoesunjuegodehoytequieroymañanano.Perodebessaberqueestoyseguradelo
quehagoyconquiénlovoyahacerporquenoesalguienqueconocíayer,sinoalguienqueconozco
desdehaceañosy...
—¿SelahasestadopegandoaPeter?—rugemialemán.
—¡Eric!—protestoyo.
Aloíreso,Martalomirayresponde:
—No,hermanito.Cuandoestoyenparejasoyterriblementefiel.PeroaDrewloconozcodesde
hacetiempoporquetrabajaenelhospital.Portanto,quetequedeclaroque,cuandoestuveconPeter,
sóloestuveconél;¡nosaquesconjeturasquenosonciertas!
Ginebra nos mira. Se levanta de donde está y sale del salón. Yo la miro. ¿Adónde va? Dos
segundosdespués,vuelveaentrary,sentándosejuntoaSonia,dice:
—LehedichoaAminaqueteprepareunatila.
Anda,mimadre,¿ahoravadesalvadorayseñoradelacasa,lacolega?
EricsigueaúnboquiabiertoporlanoticiacuandoMartaabresubolsoy,sacandolapruebadel
delito,quenoesotraqueladelembarazo,laenseñayañade:
—También... también quiero deciros que estoy embarazada de cuatro meses y estoy muy... muy
feliz.¿Cómoqueréisquenomería?
Ay,Dios,quemepartootravez.
Las caras de Eric y su madre son lo más gracioso que he visto últimamente. Pero entonces la
pobreSoniamusitaconunhilodevoz:
—Embarazada...Tú,embarazada.
—Sí,mamá.Yo,embarazada.¡Voyatenerunbebecito!—Veoquesonríe—.¿Aquemola?
—Joder,quélocura—suspiraEric.
Misuegrasedaaireconlamano.Ofú,quéfatiguitaquelehaentrado;peroentoncesconsigue
decir:
—Pero,hija,siatisetemuerenhastalasplantasdeplástico.
—¡Mamá!—protestaMarta.
—Quelatilaseadoble—diceSoniatocándoseelrostro.
Ericmiraasumadre,parpadeayselehinchalavenadelcuello.Oh...,oh...,¡peligro!Y,antesde
que suelte alguna de las suyas, me levanto y, abrazando a Marta para que sienta mi total apoyo,
exclamo:
—¡¿Noosparecebonitootrobebémásenlafamilia?!
ConelrabillodelojoobservoquelavenadeEricsedeshincha.¡Menosmal!
Entonces,Ginebraselevanta,secolocaamiladoydice:
—Enhorabuena,Marta.Porlabodayporelbebé.
Micuñadaaceptagustosasuabrazo,yacontinuaciónSoniaseponetambiénenpieymurmura
emocionada:
—Ay,hija...Ay,hija...,nuncapenséquellegaríaestemomento.
Sonriendo,Martalaabraza.¡Aestamujernohayquienlaentienda!
Eric,queaúnnosehamovido,nosmiraentoncesysuelta:
—Pero¿oshabéisvueltotodaslocas?
—Eric...—murmuro.
—No,Jud...,¡cállate!—protestamigruñón—.Estadescerebradasevaacasarconalguienqueno
conocemos,¿yencimavaatenerunbebé?
Martasesientacontranquilidadenelsillóny,mirándome,cuchichea:
—Telodije.Tedijequeelcontroladorysabelotododemihermanitomellamaríadescerebrada.
—Marta,nopiquesatuhermano—replicaSonia.
—No, mamá, déjala que me pique —gruñe mi amor—. Ya vendrá luego llorando cuando su
mundo,comodiceella,selevuelvadelrevés.
Marta,alaquenoselemueveniunpelo,memiraysemofa:
—Deverdad,chica,quenosécómosoportasaestetroglodita.
Sucomentariomehacesonreír,peroentoncesEricprosigue:
—¿Quétalsievitascomentariosabsurdos,ytú—siseamirándome—dejasdesonreír?
—Eric,hijo...—loregañaSonia.
Peromialemán,quecuandoseenfadaesunaapisonadora,responde:
—Noteentiendo,mamá.Estaimprudenteteestádiciendoqueestáembarazada,quesecasaconun
desconocido,¡ytúnodicesnada!
Bueno...,bueno...,aquísevaaarmarlamarimorena,yefectivamente¡searma!
Alfinal,Martaselevanta,comienzaadiscutirconEricymialemánnosecalla.Aminaentray
dejaunabandejaconvariastazasyunateteracontilayhuyedespavorida.
Durantevariosminutos,EricyMartaseechanencaratodoloquequierenymás,altiempoque
GinebralosobservaySonialosreprendeporsuscomentariosmientrasbebetila.Cuandocreoquehe
dedeciralgoparaintentarmediar,GinebraseacercaaEricyseñala:
—Escucha,cielo,Martayaesmayorcitaparasaberloquequierehacerconsuvidaigualquetúlo
fuistecuandotecasaste,comomehascontado,sinconocerapenasaJudith.
¡Tócatelosbolondrios!
Pero¿dequéhablaésay,sobretodo,quélehacontadoeltroglodita,pornodecirgilipollas,de
mimarido?
Sucomentarionomegusta,ymimiradalediceabsolutamentetodoloquepiensoamigilipollas
particularcuandoGinebraprosigue:
—Eric,túhasencontradoalamordetuvidaenJudith.¿PorquéMartanohapodidoencontraral
suyo?
Vale...,esoyamegustamás.¿Ericlehadichoquesoyelamordesuvida?
Mimiradasesuaviza.Ladeéltambiény,finalmente,Martarompeallorarsentándoseenelsofá.
Sonia,GinebrayyomiramosaEric.Esperamosquehagaalgo,queloarregle,yél,trasponerse
lasmanosenlascaderas,sacudirlacabezayresoplar,sesientajuntoasuhermanaydice:
—Losiento.
—¿Porquélosientes?—gimoteaMarta.
—Porquesoyunbocazasademásdeuntrogloditayungilipollascomopiensamimujer.
Esomehacesonreír.SécuántoquiereaMarta,yentonceslooigodecir:
—Ya me conoces, todo me lo tomo a la tremenda, pero es porque me preocupo por ti. No sé
quiéneseseDrewyesomedesconcierta.Perositúeresfeliz,sabesqueyolovoyasertambién,y
másahoraquetendremosaotropequeñíncorreteandopornuestrascasas.
Martadejadelloriquear,levantalamiraday,sonriéndoleamiamor,explica:
—Drew es médico anestesista en el hospital, y la persona más cariñosa y caballerosa que he
conocidoenmivida,ademásdeti.Y,aunquenolocreas,suseriedadtanparecidaalatuyafueloque
llamó mi atención. Él me calma, me hace ver la vida de otra manera, y te aseguro que cuando lo
conozcastegustará.
Ericsonríeyabrazaasuhermana.¡Ay,quémonoqueesmichicarrón!
Unavezveoquetodosecalma,Soniasuspiray,sentándosejuntoasuhijaenelsofá,pregunta:
—Bueno,yahoraquetodosestamosmástranquilos,¿labodaparacuándoes?
Martamemira.Yomiroaltechoyfinalmenteellasuelta:
—Paradentrodedossemanas.
—Traedme un Martini doble —murmura Sonia mientras Eric resopla y yo me río sin poder
remediarlo.
21
Tras pasar la tarde en casa de Neill y Romina, cuando Björn y Mel regresaron a la suya estaban
agotadosperofelices.Estarconaquellosamigoserasiempredivertido.
Ese día le tocaba a Björn bañar a Sami mientras Mel preparaba la cena. Cuando terminó, la
extenientesonrióaloírloscantarenelbaño:«Yyatúvasaestarlimpia,bellaytodolodemás,con
mistoquesvasaentusiasmar,nombreyhonranosdarás».[15]
A su hija siempre le había gustado aquella canción de la película Mulán, y Björn, que era
conscientedeello,selahabíaaprendidodespuésdeverlatantísimasvecesconlaniña.Siemprequela
bañabaellalepedíaqueselacantara,aloqueélaccedíagozoso.
Una vez terminaron del baño, cenaron los tres y, luego, de nuevo a Björn le tocó contarle un
cuentoalapequeña,momentoqueMelaprovechóparaprepararsusorpresita.
Comosiemprequeletocabaaélcontarloscuentos,laniñaseaprovechabaylehacíaleerdos
capítulosenvezdeuno,yélaccedía.Eraincapazdedecirlequenoasupequeña.
Cuandoacabó,MeloyódesdeelpasilloqueBjörnaúnleía.Sonrió.Saminopodríatenermejor
padre.
Entonces,laniñapreguntó:
—Papi,¿porquélabrujaledaunamanzanarojaaBlancanieves?
—Porqueeratanguapa...tanguapa...quelabruja,celosadesubelleza,queríaenvenenarla.
—¿Yporquélamanzanaerarojaynoverdeoamarilla?
Björnsonrió.Samiysuspreguntas...
—Porquelasmanzanasrojassonmágicasymuy...muydulcesyenocasionesconcedendeseos,y
alabrujaleconcedióeldeseodeenvenenaraBlancanieves.
Su respuesta pareció convencer a la niña, y Björn continuó hasta que Sami lo interrumpió de
nuevo:
—Papi¿yporquéMuditonohabla?¿Nosabehablar?
Al oír eso, Mel se asomó para ver la cara de Björn. Él, suspirando, pensó un momento la
respuestayfinalmentedijo:
—Tú sabes que hay niños que están malitos de los ojos y no pueden ver, ¿verdad? —La cría
asintióyélañadió—:PuesMuditonaciómalitodelavozynopodíahablar,peroporlodemásél...
—Pero¿noleenseñaronahablar?
Björnsonrió.ExplicarleciertascosasaunaniñadelaedaddeSaminoerafácil.
—Lointentarontodoslosenanitos,incluidaBlancanieves,perolavoznuncaquisosalir.
—Pobrecito,¿verdad?—Björnasintió,ySamiañadióacontinuación—:Ysimivozmañanano
quieresalirynopuedohablarmás,¿cómotevoyapedirquemecuentesuncuentoporlasnoches?
Aloíreso,Melseemocionó,yBjörn,enternecidoporlossentimientosqueaquellapequeñarubia
ledespertaba,contestócerrandoelcuento:
—Teaseguro,princesa,quesimañananotesalieralavoz,yoconmirartealosojossabríaloque
mepides.
—¿Deverdad?
Björnlabesóenlafrenteyasintió.
—Cariño,lospapásylasmamásmuchasvecessabemosloquequierennuestrosniñossólocon
mirarlos a los ojos. ¿O acaso no te has dado cuenta de cómo en ocasiones, sin que tú digas nada,
mamáoyosabemosquequieresunheladoounachocolatina?
Laniñaasintióy,abriendomucholosojos,cuchicheó:
—Soismágicos,comolasmanzanasrojas.
Elabogadosonrió.
—Exacto—convino—.Somosmágicos,yahora,¿continuamosconelcuento?
SamiasintióyBjörnsiguióleyendohastaque,pasadosdiezminutos,cerróellibroydijo:
—Ahora,adormir,señorita.
—Jo,papi...
—Adormir—insistióélconcariño.
Sami no tardó en claudicar y Björn la arropó. Adoraba a su pequeña tanto como adoraba a su
madrey,dándoleunbesoenlapuntadelanariz,leacomodósumuñecapreferidaysusurró:
—Buenasnoches,princesa.
—Buenasnoches,papi.
Feliz,Björnencendióelintercomunicadorporsilaniñalosnecesitabadurantelanocheysalióde
lahabitación.AlencontrarseconMelenelpasillovestidaconsubatadesaténnegraexcesivamente
abrochada,sonrió.Ellaleechólosbrazosalcuelloylobesóenlaboca.
—Hola,miamor—susurró.
Embrujadoporaquellademostracióndeamor,Björncuchicheó:
—¿Quieresquetecuenteuncuentoatitambién?
Melsonrió,clavólosojosenaquéllostanazulesy,hundiendolosdedosenlaespesacabellera
oscuradesuchico,musitó:
—Llévamealahabitación.
—¿Así?¿Deltirón?—dijoélriendo.
—Llévamealahabitación—insistióella.
Concaradepilluelo,Björnhizoloqueellalepedía.Pensóque,sinduda,aMellehabíaidobien
quedar con Neill y Fraser para olvidarse un poco de lo ocurrido últimamente. Al entrar en la
habitación,seencontróconquelaestanciaestabaporcompletoalumbradaconvelas.
—Cierralapuerta—pidióella.
Denuevo,Björnhizoloqueellaledecía.Luegolamiróymurmuró:
—Estoseponemuy...peroquemuyinteresante.
Encantadaporcómoéllamiraba,Melcogióunsobreyselotendió.
—Léelo.
Björn,queacadainstantesentíamáscuriosidad,abrióelsobreyleyó:
Samiduermeynoquierodespertarla.Cogeelintercomunicadorparapoderoírlasisedespiertay,
después,damelamanoyvamosatudespacho.
Losojosdeélbuscaronlosdeella,yéstadijoconunasonrisa:
—Losiento,amor.Debesabrirlapuertay...
—No...—murmuróBjörndecepcionadocomouncrío,mirandolacama.
Melasintió,seencogiódehombroseinsistió:
—Vamos.Tusorpresateesperaeneldespacho.
Saberqueallítambiéntendríasorpresalohizosonreíry,trascogerelintercomunicador,Björn
abriólapuertaycaminaronhaciasudespacho,unlugarbastantealejadodelahabitacióndeSamiy
delrestodelacasa,yaqueseencontrabaenelpisodeallado.
Unavezallí,alencenderlaluz,éstasetornórojay,divertidoalverloscientosdebombillasde
coloresdeladecoracióndeNavidad,élcuchicheómirándola:
—Recuerda que luego debemos recogerlo, o mañana toda la oficina se preguntará qué ha
ocurridoaquí.
Mel sonrió. A continuación, lo guio hasta su gran mesa, lo hizo sentarse en su silla de cuero
negroy,trasdarleunbesoenloslabioscalienteypasional,seseparódeélypreguntó:
—JamesBond,¿estáspreparado?
Björn asintió como un tonto cuando ella, cogiendo el mando a distancia del equipo de música,
accionóunbotóny,depronto,comenzaronasonarlosprimerosacordesdelacanciónBad to the
Bone,[16]yaplaudióencantado.
Mel se abrió la bata negra y, para su sorpresa, Björn vio que iba vestida con sus pantalones de
camuflajeysucamisetacaqui.Luego,poniéndoselagorramilitar,sonrióycomenzóacontonearse
alcompásdelamúsica.
A Björn lo chiflaba aquella canción, y verla bailar de aquel modo..., uf... Lo excitaba. Lo ponía
cardíaco.Noeralaprimeravezqueellalohacía,yélesperabaquenofueralaúltima.
Cuando la bata cayó al suelo, Björn aplaudió, mientras Mel, encantada, se dejaba llevar por el
momentoybailabaúnicayexclusivamenteparaél.
Con sensualidad, se subió a la mesa y se quitó las botas militares. A continuación, comenzó a
desabrocharseelpantalónmientrascontoneabalascaderasyobservabacómoélseguíahipnotizado
todosycadaunodesusmovimientos.
Cuando los pantalones terminaron en una esquina del despacho, lo siguiente en volar fue su
camisetacaqui,porloquequedóvestidaúnicamenteconunconjuntoverdedecamuflajedebragay
sujetador.
Björnlaobservabaencantado.Aquellamujercitadescaradalohabíaenamoradoy,cuandoellase
volvió para enseñarle el tatuaje del atrapasueños de su costado, él sintió que enloquecía. Adoraba
cadacentímetrodelcuerpodeaquellamujer.Entoncesellaempezóamoverloshombrosysemetió
suschapasidentificativasenlaboca,yaBjörnseleresecóhastalarazón.
Melerasexi...
Meleratentadora...
Meleraprovocativa...
Convencidadeloquesubaileestabaocasionandoenél,bajódelamesa,sesentóencimadesus
piernasy,hechizadaporsumirada,sequitóelsujetadormientrasmovíalascaderassobrelassuyasy
sepasabaunamanoporlosdurospezonesparahacerleverloexcitadaqueestabaporsumirada.
—Guau,nena—consiguióbalbucearél.
Luego, tras levantarse, Mel se subió de nuevo a lo alto de la mesa y, con sensualidad, placer y
erotismo,comenzóaquitarselasbragaslenta,muylentamente,frenteaél.Frenteasuamor.
Björn apenas si podía reaccionar. Le sudaban hasta las manos al ver el festín que ella colocaba
ante sus ojos. Cuando estuvo totalmente desnuda y la canción acabó, Mel se sentó sobre la mesa y,
casisinresuello,murmuró:
—Estoy segura de que lo que acabo de hacer escandalizaría a las mujeres de esos frikis de
abogadosquetienescomoamiguitos.Peroenesteinstanteyosoyturegalo,007.Hazconmigoloque
quieras.
Nohizofaltadecirnadamás.Excitadocomoestaba,Björnlahizotumbaralolargodelamesay,
abriéndolelaspiernas,lachupó,ladegustóylehizoelamorconlalenguacontotalfrenesí,hasta
quesusinstintosmássalvajeslohicieronbajarselacremalleradelpantalóny,trassacarsuduroy
aterciopeladomiembro,lapenetróyambossearquearondeplacer.
Alverqueaellaletemblabanlaspiernasacausadelaexcitación,Björnsesentóensusillay,
arrastrándola hacia sí, la sentó a horcajadas y la besó. No hablaron. No hacía falta hablar. Sus
sentimientos,unidosalmorbodelmomentoylanecesidadimperiosaqueteníanelunodelaotra,lo
hicieron todo. Con urgencia se amaron. Con premura se tocaron. Con exigencia se poseyeron y,
cuandoelclímaxlesllegóyquedarontendidosunaenbrazosdelotro,Melmurmuró:
—Comopreliminar,nohaestadomal.
—Nadamal,Parker—afirmóélsinresuello.
Instantes después, Björn volvió a endurecerse e hicieron el amor sobre la mesa con auténtica
locura.
—Dicenquenohaydossintres—cuchicheóMeltrasesesegundoasalto.
Agotadoysudoroso,Björnlamiróysonrió.
—¿Estásdispuestaamatarme,cariño?
Melasintióylobesó.
—Sindudaalguna—afirmó—.Hoyestoydispuestaatodoporti.
Encantadoporlaentregaqueestabademostrandoaquellanoche,elabogadolabesósinresuello
hastaqueellapropuso:
—¿Quétalsivamosalacocinaaporalgodebeberantesdequenosdeshidratemos?
Divertidoyamediovestir,Björnaceptó.Melrecogiórápidamentesuropay,trasdesenchufarlas
lucesrojasdeNavidad,sepusosubatanegra.
—Vamos,cariño...,sígueme—dijo.
Björn fue tras ella sin dudarlo. Abrieron la puerta que comunicaba el despacho con la casa y,
despuésdecruzarelpasillo,llegaronalacocina,dondesoltaronlaropaylasluces.Sedienta,Mel
abriólaneveraysacódoscervezas.LasabrióyleofrecióunaaBjörn,queseapresuróacogerlay,
traschocarlaconladeella,dijo:
—Portiyporquemesigassorprendiendo.
Melsonrió.Esoesperaba.
Apoyados contra la encimera de la cocina, ella reía ante los comentarios provocadores que él
hacíaenreferenciaacómoloponíaqueMelbailaraparaél.Cuandoseterminaronlascervezas,ella
sesacóotrosobredelbolsillodelabatadesedanegrayseloentregódiciendo:
—Ábreloyleeloquepone.
Complacido,Björnhizoloquelepedíayleyó:
Paraestanochetanespecialhabríaqueridotenerfresas,peronotuvetiempodeiracomprarlas.
Aunasí,tengochocolateyunafrutamágica;¿adivinascuáles?
Éllamirósorprendidoysusurró:
—Fresasychocolate,¡québuenosrecuerdos!Estocadavezprometemás.
Melsonriósatisfechaporsucomentarioy,trasabrirlanevera,sacóunarelucientemanzanaroja
yunbotedeNutella.
—No hay fresas, mi amor —dijo—, pero he oído en algún lado que las manzanas rojas son
mágicasyenocasionesconcedendeseos.
—¿Ah,sí?
—Sí.—Y,entregándolelamanzana,añadió—:Parati.
Björnlacogióy,sinmirarlafruta,murmuró:
—EresmiEvaypretendesquemuerdalamanzanacomoAdán.
—Sí.Seríaunplacervercómolamuerdes.
Másymássorprendidocadavez,Björnmirólamanzanay,alverquedeellasobresalíaunfino
papelenrollado,levantólavistahaciaMel.
—¿Eljuegocontinúa?—preguntó.
—Sí,cariño.Eljuegocontinúa.Leeloquepone.
Disfrutandodelmomento,Björndesenrollóelpapelitoyleyó:
Porquenoquierovivirsinti,porqueSamiteadorayporquenosquieresalasdoscomonuncahe
visto querer a nadie, ¿quieres casarte conmigo en Las Vegas el 18 de abril y más adelante lo
celebramosparalafamiliaenMúnich?
LacaradeBjörnalleeraquelloeraalgoqueMelsabíaquenopodríaolvidarenlavida.Lamiró
con sus impactantes ojos azules y, tras parpadear y asumir que lo leído era verdad, asintió
emocionado.
—Porsupuestoquequierocasarmecontigoesedía,miamor.
Melselanzóasusbrazosyéllaaceptó.Amabaconlocuraaaquellamujery,porfin,ellasehabía
decidido a dar el paso. Se abrazaron y se besaron hasta que, de pronto, Björn la apartó de él y
murmuró:
—Entonces¿estohacequeolvideslaideadeserescolta?
AMelnolegustóoíresopero,comonodeseabaromperaquelmágicomomento,respondió:
—Cariño,esoyalohablaremos.
Convencidodequeeramejorcallarydisfrutardesutriunfo,Björnasintióyvolvióabesarla.
—Sientonotenerunpreciosodiamanteparadarte—dijo—,peroteprometoquemañanamismo
tecomproelquetúquieras.
Laextenientesonriódivertida;elanilloeraloquemenosleimportaba.Luego,trasabrirelbote
de Nutella, metió la mano y, cogiendo el dedo de Björn, lo untó de chocolate a la altura donde se
ponenlosanillosyseñalódivertida:
—Yatienestuanillo.¿Meponesunoamí?
Asombrado por la originalidad que Mel le demostraba siempre en todo, él metió el dedo en el
tarroy,cogiéndoleeldedoaella,ledibujóotroanilloconchocolate.
Segundosdespués,enamoradosyfelices,seretiraronjuntosalahabitaciónconelbotedeNutella.
Sinduda,recordaríanaquelmomentoelrestodesusvidas,aunquenohubieranifresasnidiamantes.
22
CuandosalimosdecasadeSonia,MartayGinebrallamanauntaxiparairasusdestinosynosotros
nosdirigimosalgarajeparasacarnuestrocoche.Ensilencio,Ericmaniobramientrasyomepongo
elcinturóndeseguridad.
Una vez hemos salido de la parcela y le he dicho adiós a Sonia con la mano, me apoyo en el
reposacabezasycierrolosojos.
—¿Cansada?—preguntaEricconvozneutra.
Por su tono, veo que espera que discutamos. Sabe que haberlo encontrado en casa de su madre
conGinebranomehahechogracia,perorespondo:
—Sí.
—Pequeña,creoque...
—Nomellamespequeña,¡ahorano!—siseoapuntodesaltarlealayugular.
Ericmemira.
—Jud...
Yya,incapazdemantenerarayamiincontinenciaverbal,respondo:
—Pero¿túerestontoodirectamentemetomasamíporidiota?
Mirespuestalosorprende.Veoqueacercaelcochealaaceraypara.Echaelfrenodemanoy,
mirándome,pregunta:
—¿Mepuedesdecirquétepasa?
Micuerposerebela.Meentraelcalorespañoly,mirándolo,siseo:
—¿QuéhacíasconGinebraencasadetumadre?
—Tenía que hablar con mi madre. Cuando terminamos de comer, lo comenté y Ginebra me
preguntósimeimportabaquepasaraasaludarla.Nopudedecirlequeno.
—Nomehabíasdichoqueteníasqueverla,¡mientes!
Ericcierralosojos,suspirayfinalmentemurmura:
—Jud.Ellaymamásellevabanmuybien,ynohepodidodecirlequeno.
Asiento.Oasientoolopateo.
Y,conmáscalorquesegundosantes,mequitoelcinturóndeseguridad,abrolapuertaysalgoal
exterior.Necesitoaireantesdequemedéalgo.
Ericsaledelcochecomoyo.Lorodeay,poniéndoseamilado,pregunta:
—Cariño,¿enserioestásasíporqueGinebrahayavisitadoamimadre?
Resoplo.Mepicaelcuello.Melorascoy,cuandoélmevaaquitarlamano,lomiroygruño:
—Nometoques.
—¡Judith!
Su voz de ordeno y mando me saca de mis casillas y, sin importarme la gente que pasa por
nuestroladoynosmira,grito:
—¡¿TandifícileradecirmequeibasallevaraGinebraacasadetumadre?!—Ericnoresponde,y
yoañado—:Intentoconfiarenti.Lohago.Intentonopensartonterías,pero...
—¿Quieresbajarlavoz?—protestaalvercómonosmiran.
Oíresomesubleva.Meimportaunamierdaquiénnosmire,porloquerespondo:
—No. No puedo bajar la voz, como tú no has podido decirle que no a Ginebra. ¿Te vale mi
contestación?
Ericlevantalasmanos.Setocalanuca,blasfemay,mirándome,dice:
—Aveceseresinsufrible.
—Anda,mimadre,¡másvalequemecalleloqueaveceserestú!
Micontestación,llenadechulería,loincomodaysiseacongestotosco:
—Subealcoche.
—No.
Mialemánbajalabarbilla,achinalosojosyrepite:
—Subealmalditococheyvayamosacasa.Éstenoessitioparadiscutir.
Eneseinstanteoigolasrisitasdeunasmujeresquenosobservany,singanasdeliárselaaellas
también,memontoenelcocheydoyuntremendoportazo.Ericmontaasuvezydaotroportazo.
Pobrecoche,elmaltratoqueleestamosdando...
Enunsilencioextrañollegamosacasa,peromedaigual.Siselehaceincómodo,quesejorobe.
Nomeimporta.Estoymolesta.Muyenfadada.
UnavezhesaludadoaSustoyaCalamar,pueslospobresnotienenlaculpadenada,entroporla
puerta que comunica el garaje con la casa y rápidamente el pequeño Eric viene corriendo a mi
encuentro.MealegraverquePipaloshamantenidodespiertoshastanuestrallegada.Locojo,lobeso
yloachuchocuandoelniñomemiraydice:
—Mami,hecomidogalletas.
Satisfecha porque ha dicho una frase entera, miro a Eric, éste sonríe y, quitándomelo de los
brazos,ledauncariñosobesoenelmoflete.
—Muybien,Superman—dice—.¡Muybien!
Esapequeñacosameacabadealegrarelmomento,ysonrío.Nolopuedoevitar.
Unavezentramosenlacocina,veoqueHannahestámuertadesueño.Esdemasiadotardepara
ellos, pero la saco de su trona, la besuqueo como antes he hecho con mi pequeño y la niña sonríe
felizporestarconsumamá.
Duranteunratoreinalafelicidadenlacocina,losniñossemerecenquenosotrosdisimulemos
nuestromalestar,hastaqueFlynabrelapuerta,separay,alvernosreíratodos,nosmiraypregunta:
—¿Molesto?
Eric y yo lo miramos. Sin duda, el crío ya viene con la escopeta cargada. Mal día. Mal día. Y,
antesdequemialemándigaalgo,respondo:
—No,cariño,claroqueno.
Flynentray,sinmirarnos,cogeunalatadecoca-coladelfrigorífico,laabre,selabebededos
tragos y la deja sobre la encimera. Acto seguido, se da la vuelta y se dispone a salir de la cocina
cuandoSimonalollama:
—Flyn.
Élcontinúaandando.
—Flyn—insistelabuenamujer.
Élnohacecaso,esohacequeEricyyomiremosy,cuandoporterceravezSimonalollamayél
niseinmuta,nopuedocallarmeantesufaltaderespetoygrito:
—¡Flyn!
Ahora,sí.Ahorasísepara.SedalavueltayEric,tanmolestocomoyo,lerecrimina:
—¿NooyesaSimona?
Congestocontrariado,élresoplaymiraaSimona.
—¿Quéquieres?—pregunta.
Lamujer,yanerviosapornuestraatención,murmura:
—Cielo,lalatanosedejaahí.
TodosmiramosaFlyn,yentonceselmuysinvergüenzaresponde:
—Puestíralaalabasura.
¡¿Cómo?!
Bueno...,bueno...,bueno...,esosíqueno.¡Chulerías,lasmínimas!
VuelvoadejaraHannahensutronay,acercándomeamiadolescentecreciditodehumos,pongo
mirostrofrentealsuyoysiseo:
—Flyn Zimmerman Flores, haz el favor de coger esa maldita lata de coca-cola ahora mismo y
tirarlaalabasura,antesdequepierdalapocapacienciaquemequedaytedétaltortazoquenolovas
aolvidarenlavida.
Elcríomemira...,memira...,memira.Mereta.
Lesostengolamiraday,finalmente,conunasonrisitaqueesparadarledoscollejas,cogelalata
ylatiraalabasura.
Unavezlohahecho,vuelveamirarmey,conunaprovocaciónquemeponelospelosdepunta,
pregunta:
—¿Contenta?
EneseinstantemeacuerdodeloquehabléconMely,comosimimanotuvieravidapropia,le
doyunabofetadaquesuenahastaconecoy,sinpoderevitarlo,pregunto:
—¿Contento?
Sorprendido,Flynsellevalamanoalacara.
Joder...,joder...,joder...,pero¿quéacabodehacer?
Nuncalehepegado.Nuncamehecomportadoasíconél.Sindecirnada,Flynsedalavueltay
saledelacocina.Loacabodeofender.
Hannah se pone a llorar y, al mirar en su dirección, veo el rostro de Eric. Está blanco,
sorprendido y, sin decirme nada y de malos modos, sale de la cocina. Observo a Simona y,
agarrándomealaencimeradelacocinaporlatemblequeraquemehaentrado,murmuro:
—No...noséquémehapasado.
Lamujer,tannerviosacomoyo,mehacesentarenunasilla.Alverelpercal,Pipaseapresuraa
llevarsealospequeñosalacama.Simonasesientaentoncesamilado.
—Tranquila,Judith—dice—.Tranquila.
Peroyonopuedoestartranquila.LehedadounbofetónaFlynporelenfadoquetraíaconEric.
Lamiroymusito:
—Hehechomal...,¿cómohepodidohacereso?
Un rato después, me veo cenando sola en la mesa del salón. Ni Flyn ni Eric tienen hambre.
Mientras me meto un trozo de tomate en la boca, maldigo. ¿Por qué no pierdo el apetito con los
disgustoscomoelrestodelahumanidad?
Esquehayquejorobarse,amílosdisgustos¡medanhambre!
Una vez he acabado de cenar, no sé qué hacer. Estoy extraña. Me siento mal por lo ocurrido y
decidoirahablarconEric.Medirijoasudespachoyveoquenoestá.Voyalapiscinacubiertay
tampoco está. Entro en nuestra habitación y tampoco se encuentra allí. Decaída, paso a ver a mis
pequeños.Losdosduermencomoangelitosy,despuésdebesarlosconcariñoenlacabeza,alsalir
oigolavozdeEric.ProvienedelahabitacióndeFlyn.
¿Entroono?
Trascontarhastaveinteparacogerfuerzas,decidoabrirlapuerta.
Losdosmemiranconojosacusadores.¡Seráncabritos!
Sus miradas me hacen sentir como la madrastra del cuento de Blancanieves. Durante unos
segundosambospermanecencallados,hastaqueEricprosigue:
—Como decía, he hablado con la abuela Sonia y ella se quedará contigo durante los días que
estemosenMéxico.Lehedadoinstruccionesenreferenciaatuslimitacionesportucastigo.
—PeroyoqueríairaveraDexter—sequejaelcrío—.Leprometíqueiríalasiguientevezque
fueraisy...
—Enlavida,todacausatieneunefecto—locortaEric—.Ytúsolito,contucomportamiento,te
lohasbuscado.
Flynrefunfuña.Nimemira.Yoloobservoypregunto:
—¿Lehaspedidoyalatutoríaatuprofesor?
Elchavalrespondesinmirarme.
—Sí.
Asiento.Quierodisculparmeconélpormibofetón,ydigo:
—Flyn,conrespectoaloquehaocurridohoy,yo...
—Mehaspegado—mecortaélsinmirarme—.Nohaynadaqueaclarar.
—Claroquehayqueaclarar—afirmodispuestaahablar.
Elcrío,quenoestáporlalabor,miraaEricenbuscadeapoyo,yéldice:
—Jud,mejordéjaloestar.Nolojorobesmás.
Alucinadaporsurespuesta,oigoentoncesqueFlyndice:
—Ahora,sinoosimporta,quierodormir.
Meimporta.¡Claroquemeimporta!
Quieroaclararloocurrido.Quieroquesepaqueestoyarrepentidaporello,perosufrialdadylas
palabrasdeEricmetocanelcorazón,ynoséniquédecir.
Mimaridomemira,mehaceunaseñaconlacabezaparaquemeretireyyosalgoabatida.Élsale
trasdemíy,mirándome,dice:
—Jud,acompáñamealdespacho.
Sincogermedelamanocomohabríahechoenotrasocasiones,comienzaabajarlaescalera.Sé
quenovamosanuestrahabitaciónparaqueFlynnonosoigadiscutir,ymepreparoparalaartillería
pesadaquemevaasoltarIceman.
Unavezensudespacho,Ericcierralapuertay,mirándome,sisea:
—¿Cómohaspodidopegarle?
—Nosé...,yo...
—¿Cómoquenolosabes?—subelavozmialemán.
Tengo dos opciones: hacerle frente o callarme. Con lo nerviosa que estoy, casi sería mejor
callarme,peroEricesespecialistaensacarmedemiscasillas,yrespondo:
—Es la segunda vez que le falta al respeto a Simona delante de mí, y no se lo voy a consentir.
Sientoenelalmahaberledadoesebofetón,noséquémehapasado,pero...pero...
—Nodeberíashaberlohecho.
—Losé.Séquenodeberíahaberlohecho,peroFlynnopuedecomportarseasí.Deacuerdoquetú
y yo lo tenemos bastante mimado y le damos todo lo que en ocasiones no se merece, pero si no
cortamosesamaneradehablarleaSimona,conelpasodeltiempoiráapeory...
—Novuelvasaponerlelamanoencima.
Sumiradameenfadamásquesuspalabras,ysiseo:
—Ytúnovuelvasahablarmedelantedelniñocomolohashecho.¿Teparecebonitodecirmeque
mecalleynolalíemás?
—¿Tehaparecidomalmicomportamiento?—Asiento,claroquemehaparecidomal.Yentonces
élañade—:Puesesoesloquetúhacescontinuamenteconél;¿aquemolesta?
Vale..., acaba de meterme un golazo por toda la escuadra. Tiene razón. Pero, como no estoy
dispuestaacallar,siseodenuevo:
—Meparecequeese«déjaloestarynolojorobesmás»hasobrado,¿nocrees?
—Nolocreo—respondeélfuribundo.
Suvoz,tensaytajante,hacequemicorazónsedesboque.¿Acasonomeestáescuchando?Insisto:
—Teaseguroqueamímeduelemásqueatielhechodehaberledadoesebofetón,peronopodía
consentirsufaltaderespeto.Esunniñoy...
—Novuelvasapegarlenuncamás—repite.
Vale..., hasta aquí ha llegado mi paciencia. Cambio el peso de mi cuerpo de un pie a otro y
pregunto:
—¿Oqué?¿Quépasarásivuelvoaponerlelamanoencima?
Ericmemira...,memira...,memirayfinalmente,cuandosabequeestoyapuntodetirarmeasu
yugularporsuchulería,responde:
—Novoyaresponderaturidículapregunta,yahora,vamosadormir,estarde.
Y,sinmás,abrelapuertadeldespachoysevadejándomeconcaradetonta.Pero¿noíbamosa
discutir?
Sola en el despacho, miro a mi alrededor. Con la mala leche que llevo encima, lo destrozaría
pero,comolapersonacivilizadaquesoy,tomoaireysalgodeallí.Alllegaralaescalera,veoque
noestáesperándomey,comonotengoganasdesentirloamilado,mevoyhacialapiscinacubierta.
Unavezallí,medesnudoy,sinpensarlo,metiroalagua.
Nado..., nado..., nado y me desahogo y, cuando estoy agotada y sin aire, salgo del agua y me
envuelvoenunatoalla.
Molestaporloocurrido,meencaminohacialahabitación.Alacercarmeveoluzpordebajodela
puerta y cuando entro Eric no está, pero entonces oigo correr el agua de la ducha. Tengo que
ducharme,peroesperaréaqueélsalga.Nomeapetecehacerloconél.
PrimerohemosdiscutidoporGinebra,yahoraporlodeFlyn.Desdeluego,eldíanohapodido
sermásredondo.
Lapuertadelbañoseabreyaparecemibuenorroalemán,mojadoyconunatoallaalrededorde
lacintura.Siemprequeloveoasí,semeresecahastaelalma.¡Dios,québuenoestá!
Pero, como no quiero hacerle ver lo que en otras ocasiones le digo con la mirada, entro en el
bañoycierrolapuerta.Allí,mequitolatoallaymemetobajoladucha.Cuandoacabomesecoel
peloconelsecadory,alsalir,observoqueEricestátumbadoenlacamaymemira.
En circunstancias normales me habría abalanzado sobre él entre risas, pero no, esta noche la
circunstancianoesnormaly,dirigiéndomehaciamiarmario,cojounasbragasyunacamisetayme
laspongoparadormir.
Eric me sigue por la habitación con su azulada mirada y, cuando intuye que no voy a abrir la
boca,dice:
—DejadepensarcosasrarasconrespectoaGinebra,queteconozco.
No respondo. Me niego. Me meto en la cama, pero las palabras me queman en la garganta y
finalmentesiseo:
—Sólotediréque,sifueraalrevés,sitútehubierasencontradoconmipadre,mihermanayun
exconmigoenlacasadeélsinqueyotehubieraavisado,notehabríagustado.¡Queyotambiénte
conozco!
Mialemánfrunceelceño,¡yotambién!,ycontinúo:
—Estoyconfiandoenti.Malditasea—digolevantandolavoz—.Estoyconfiandoenti.
—Jud...
—TealentéajugarconellalaotranocheenelSensations,teaniméaquehoyosfueraislosdos
solosacomer,pero...perotúhacesquecomienceadudar.
—Escucha,cariño.Ginebraessólounaamiga.Nadadeloquetetengasquepreocuparte.
Maldigo.Mecagoentodoloquesemenea.
—YencuantoaFlyn—prosigo—,nometoqueslasnarices,EricZimmerman:élestanhijomío
comotuyo,porloquenovuelvasnuncamásareprendermedelamaneraenquelohashechohoyo
tejuroquelovasallevarmuymal,¿entendido?
Sugestosecontrae.Séqueledueleloquedigo.¡Quesejorobe!Quesejorobetantocomoyo.
—Jud,escucha...
—No,noquieroescucharte—finalizotumbándomeydándolelaespalda—.Comotúmismohas
dichoantes,¡adormir,queestarde!
—Cariño...
—No—siseoquitándomesumanodelhombro—.Hoynoquierosertucariño.Déjameenpaz.
Novuelveatocarme.Sientoquesemueveenlacama.Estáincómodo,mispalabraslehanhecho
tantapupacomoamílassuyasy,finalmente,acercándosepordetrás,murmura:
—Ginebrasemuere.
Elcorazónsemepara.Lentamentemedoylavueltay,cuandosusojosylosmíosseencuentran,
explica:
—Tieneuntumorcerebralinoperable.Lehandadodecuatroaseismesesdevidayharegresado
aAlemaniaadespedirsedelagentequehasidoimportanteensuvida.
Nodigonada,ahorasíquenopuedo.
—Conocí a Ginebra cuando tenía la edad de Flyn —continúa él—. Sus padres eran unos ricos
empresariosalemanesdueñosdevariasfábricasdecalzado,peroporloúltimoquesepreocupaban
eraporlaúnicahijaquetenían.Alveraquello,loquehizomimadrefuequererla,ymishermanas
adorarlacomoaunahermanamás.Duranteaños,ellafuesóloalguiendelafamilia,hastaque,enla
universidad,suspadresmurieronenunaccidenteaéreoyocurrióalgoentrenosotrosquelocambió
todo.
Ericselevantadelacama,yomesientoparaobservarlo,yprosigue:
—Me enamoré de ella como un tonto. Ginebra era decidida, impetuosa y divertida, y juntos
descubrimosmuchascosas,entreellas,lasexualidad.Unasexualidadquenosdistanciócuandoella
comenzóaexigirciertascosasquenomeagradaban.CuandoconocióaFélixymedejóporél,me
enfadémuchísimo.Leprohibíacercarseamimadreyamishermanas,queeranlaúnicafamiliaque
tenía.Mesentíatraicionado,yentoncesellasemarchóaChicago.Nohabíavueltoaverlahastaeldía
quenoslaencontramosenelrestaurante,yhoy,mientrascomíamos,cuandomehadichoelmotivo
desuviajeymehapedidoveramimadre,nohepodidodecirlequeno,Jud.
Asiento. Sin duda, yo tampoco podría haberle dicho que no. Me levanto dispuesta a abrazarlo,
peroentoncesélmedetieneconlosojosllenosdelágrimas.
—Túeresmivida,eresmiamor—dice—,ereslamadredemishijosylaúnicamujeralaqueyo
quiero a mi lado. Pero cuando me he enterado de que Ginebra se moría y me ha pedido ver a mi
madre...,yo...yo...
—Losiento,cariño...,losiento.
Permanecemosunratoabrazadosdepieenmediodenuestrahabitación.Ericmepegaasucuerpo
yyomepegoalsuyoy,cuandonoscalmamos,nosmetemosenlacama.SientolástimaporGinebra,
ysemeresquebrajaelcorazón.
23
Aquellamañana,Melselevantó,ytrasenviarvarioswasapsaJudith,quenorespondió,vistióaSami
ylallevóalcolegiocomotodoslosdías.
Estaba hablando con las demás mamás cuando vio que Johan llegaba con Pablo. El abogado se
acercó hasta la puerta donde estaba el grupo de madres con una candorosa sonrisa y, tras darle un
besoalcrío,éstecorrióconsuscompañeros.
Melloobservóconcuriosidad.EralaprimeravezqueveíaaJohanllevaralniñoalcolegiopero,
como no quería meterse donde no la llamaban, continuó hablando con las demás. Entonces, de
pronto,notóquealguienlaasíaporelcodo,yalvolverseseencontróconlaencantadorasonrisade
Johan.
—Melania,¿tienesunsegundo?—preguntóél.
Sorprendida porque aquél se hubiera acercado a ella, se despidió del resto de las mamás y,
cuandocaminabanhaciaelaparcamiento,éldijo:
—Louisemehacontadoquesabesdenuestroproblemayalgomásy,aunqueimaginoqueellaya
telohadicho,tepidodiscreción.
Mellomiró.Noentendíaaquéveníaaquello,cuandoellanohabíavueltoahablarconLouise.
—Vuestravidaenparejaesalgoquedebéissolucionarvosotros—replicóella—,perocreoque...
—Tú no tienes que creer nada —la cortó Johan—. Tú sólo tienes que permanecer alejada de
Louiseymantenertupreciosaboquitabiencerrada.
—¡¿Qué?!
Sinlaencantadorasonrisadesegundosantes,élsiseó:
—Nomegustas,comomeconstaquenolesgustasamuchosdelbufeteportuchulería.Sinduda,
eresunanefastainfluenciaparamimujer,ymeatrevoadecirqueparatunoviotambién.
Aloíreso,Melseechóhaciaatrás.
—Yamímeconstaquetúeresidiotaprofundo,pornodeciralgopeor—replicó—.Pero¿dequé
vas?¿Quiéntecreesqueeresparahablarmeasí?
Con una maquiavélica sonrisa, Johan la cogió entonces del brazo con fuerza. Mel sacó su
temperamentodetenienteParkerysiseó:
—Suéltamesinoquieresquetedéunapatadaenloshuevos.
Élnolasoltó,perodeprontoambosoyeronquealguiendecía:
—Eh...,oiga...¿Quéleestáhaciendoalaseñora?
Almirar,seencontraronaunmuchachosubidoaunmonopatínqueseacercabaaelloscongesto
deenfado.Johanlasoltó,peroantesdedarselavueltaparasubirseasucoche,murmuró:
—DetidependequeBjörnconsigaonoloquequiere.
Agitadaporloocurrido,Melnosemoviósiquieradelsitio.Entonces,elmuchachoseacercóa
ellaconelmonopatínenlamano.
—¿Seencuentrabien,señora?—lepreguntó.
Todavía sorprendida, ella asintió mientras el coche de Johan se alejaba y, mirando al chico,
intentósonreír.
—Sí,gracias.
Aloíreso,elmuchachomontódenuevoensumonopatínysedespidióalejándosedeellaatoda
prisa.
—Adiós,señora.Tengoquemarcharme.
Comounatonta,Meldijoadiósyluegoresopló.Pero¿dequéibaelidiotadeJohan?
Durantevariosminutosdudóquéhacer,hastaquefinalmentesemetióensuvehículoysedirigió
acasadeLouise.Aellanadieledecíaquépodíaonohacer.
Alllamaraltimbre,unachicarubiaqueMelnoconocíaabrióconunteléfonomóvilenlamanoy
saludó:
—Hola.
Melmiróelnúmerodelacasaydijo:
—Hola.SoyunaamigadeLouise,¿estáella?
Lajovensonrióy,echándoseaunladoparadejarlaentrar,gritómientrasproseguíahablandopor
teléfono:
—¡Louise,havenidounaamigatuya!
Mel entró en la bonita casa, y estaba sentada mirando las fotos sonrientes expuestas en la
chimeneacuandooyólavozdeLouise:
—Hola,Verónica,¿quéhacesaquí?
Mel se volvió y la miró. ¿Verónica? Pero al ver que aquélla llevaba un brazo en cabestrillo,
exclamó:
—¡PorDios,Louise,¿quétehaocurrido?!
Lachicarubia,queenesemomentocolgóelteléfono,sonrióyexplicó:
—Perdióelequilibrioysecayóporlaescalera.Siesquemihermanavacomounaloca.
Lastresmujeressonrieron.Sinembargo,algoledecíaaMelqueaquellonoeracierto.Entonces,
lachicarubiaañadió:
—AprovechoqueVerónicaestáaquíparairalsúperacomprarunascosas,¿deacuerdo?
—Deacuerdo,Ulche—dijoLouisesonriendo.
Unavezquedaronlasdosasolas,ellasesentójuntoaMelyéstalamiró.
—¿Verónica?¿AhoramellamoVerónica?
—Mel...
—Pero¿dequévaesto?
Louiserespondióconunasonrisatriste:
—EsmejorqueJohannosepaquehasestadoaquí.
Mellamiróincrédula.Pero¿quéestabaocurriendoallí?Y,sinandarseconrodeos,insistió:
—Deacuerdo,seréVerónica.Perodime,¿quéhapasado?
—Teloacabadedecirmihermana:mecaíporlaescalera.
—Y una chorra —replicó Mel al tiempo que se levantaba sin apartar la mirada de ella—.
¿Pretendesquemecreaeso?Ahoramismovamosairalacomisaríaylovasadenunciar.Túnote
hascaído.
—No.
—Pero,Louise...
—Mira,Mel,notelotomesamal,peroesmejorquemedejesllevarmivida.
Elsilencioseapoderódelsalón.AMelnolegustabanadaloquesecocíaenaquellaimpolutay
bonitacasa.
—¿Porquélosoportas?—preguntó.
Louisenorespondió,yMel,sentándosedenuevoalladodeella,insistió:
—Notienesporquéaguantarlo.PormuyabogadoqueseaJohan,nopuedehacerteesto,nipuede
retenerte.Mira,yonoentiendodeleyes,peroséqueloqueélpretendeesalgoquenopuedeser.Tú
eresunapersonay,comotal,debestenertupropiavozytomartuspropiasdecisiones.
—¿Yquéquieresquehaga?—replicóLouiseconlosojosllenosdelágrimas—.Éltieneelpoder
detodoymepuedequitaraPablo.
—Esoestáporver.¿Acasohasconsultadotusituaciónconunabogado?
—No.
—Pues ven a mi casa y consúltale a Björn. Estoy convencida de que él sabrá asesorarte y, así,
podrástomartupropiadecisiónsinmiedo.
—Nopuedo.
—¿Porquénopuedes?
ALouiselecorríanlaslágrimasporlasmejillascuandorespondió:
—PorqueBjörnesunodeellos.
Noqueada,Mellacorrigió:
—No, Louise, no. En eso te equivocas. Björn quiere trabajar en ese bufete, pero no es uno de
ellos.Y,cuandoseenteredeesto,teaseguroque...
—Nosepuedeenterar.
—Louise,Björnesunabogadoíntegroque...
—¡Mel,convéncete!—gritóella—.Todoelqueentraenesebufetesecorrompe.Johantambién
eraunabogadoíntegrohastaquedejódeserlo,niteimaginaslosdocumentosfraudulentosquehe
vistoensuordenador.Siyopudiera,siyosupiera,tejuroque...—Hizounapausayterminó—:Pero
nopuedo.Nopuedo...
—Louise,notedejes...,nopermitasque...
Entoncesella,levantándosesinmirarla,agregó:
—Sé que no hago bien, pero por mi hijo haré lo que sea. Y, si para Pablo es bueno que yo
continúeconsupadreyacepteestetipodevida,loharé.Noquierosepararmedemihijoy,silohago
del padre, sé que éste, respaldado por el bufete, me lo va a quitar. Y ahora, por favor, vete y no
vuelvas.SiJohanseenteradequehasestadoaquí,tendréproblemas.
—Pero,Louise...
—No,Mel,¡vete!
Cuando salió de la casa, la exteniente estaba completamente desmoralizada. ¿Cómo era posible
queLouisesedejaravencerasíporaquelimbécil?
Mirósumóvil.Judithseguíasinresponderlealoswasapsquelehabíaenviado.
Ofuscada,semontóensucocheymurmuró:
—Pero¿dóndeteestásmetiendo,Björn?...
Luego,trasarrancarelmotor,sedirigióaMüller.TeníaquehablarconJudith.
24
CuandoJudsedespertótraspasarunanochehorrible,Ericyasehabíamarchadoalaoficina.
¿Porquénolahabíaesperado?
Conpaciencia,seduchóy,sinánimosdehacernada,saliódecasatrasveralosniños.Flynni
siquieralamiró,yelladecidiódejarloestar.Noteníaelcuerpoparanuevasdiscusiones.
En cuanto llegó al parking de la oficina, se encontró a Mel junto a la verja de entrada.
Sorprendidaporverlaallí,abriólapuertadelcocheysuamigasubió.
—Pero¿túnomiraslosmensajes?—lesoltó.
Conlacabezacomounbombo,Judithsedisponíaacontestar,cuandoellaañadió:
—¿Quéteocurre?
Losojosselellenarondelágrimasy,alverla,Melmurmuró:
—Vayamañanitaquellevohoy.—Y,sindejardemirarla,añadió—:Niseteocurraentrarenel
parking.Tútevienesconmigoatomarteuncafé.
Judnegóconlacabeza.
—Nopuedo.Tengomuchotrabajo.
—Queledenmorcillaaltrabajo.Ereslamujerdeljefey,sillegastarde,¡quetenganhuevosde
despedirte!
Por primera vez en lo que iba de mañana, Judith sonrió y, tras dar marcha atrás, se encaminó
haciaunacafeteríaqueestuvieraalgoalejadadeMüller.Noqueríaquenadielaviera.
Diezminutosdespués,cuandoestacionóysaliódelcoche,Melyellacaminaronhastaunaterraza
cerradadeunacafeteríay,traspedirlealcamarerounpardecafésyunajarradeagua,Melmiróasu
amigaypreguntó:
—Vamosaver:¿quéteocurre?
Aloíreso,Judithsederrumbó.LecontóaMelloqueocurríaconFlyn,loqueocurríaconEricy
loqueocurríaconGinebra,ylehizosaberlomuchoquenecesitabaverasupadre.Mellaescuchó
conpaciencia,laconsoló,laanimóy,cuandovioquesuamigadejabadellorar,señaló:
—EnloreferenteaFlyn,sientoqueledierasesatortaqueundíayotepropusepero,sinduda,lo
quieraverEricono,selamerecía.Silepermitísesecomportamiento,seconvertiráenunmonstruo
y,porsupuesto,notengoquedecirteque,sitehablamalatiyEricnoponefreno,elguantazoselo
merecenlosdos.
—Ericnosabemuchascosas.Melascallopara...
—Muymal,Jud,muymal.Debescontarletodoloqueocurre.
Judithsuspiró,sabíaquesuamigateníarazón.
—Tejuro,Mel,queaveceslosZimmermanpuedenconmigo,yayerfueunadeesasveces.Los
quiero. Los adoro, pero en ocasiones los mandaría a paseo con sumo gusto por imbéciles, por
engreídos y por pretenciosos. Sé que no obré bien dándole un bofetón a Flyn, pero ellos tampoco
obraronbien,ylosaben.Sinembargo,sontanorgullososquesonincapacesdereconocerloypedir
disculpas.
Mel asintió. Sin lugar a dudas, ella también los conocía y sabía muy bien sus defectos y sus
virtudes.
—En cuanto a Ginebra —prosiguió—, siento en el alma lo que me dices. Debe de ser horrible
tenerlasensacióndequeeltiemposeagota;yonoquerríanuncavermeensulugar.
—Sitesoysincera,Mel,ypormuyfeoquequededecirlo,ellaesloquemenosmeimportaahora
mismo.EstoytanenfadadaconEricyconFlyn,quenoséniparaadóndetirar.
—YenreferenciaatupadreylaFeriadeJerez,siyofueratú,meiba.¿QueEricnoquiereir?,
¡quenovaya!Peronodejesdehacerloquetúquieresparahacerloqueélquiere.Alfinyalcabo,
él...
—Perosiélmedicequemevaya.Enestecasosoyyolaquequierequeélvengaporelsimple
hecho de que deseo que mi padre disfrute de la feria con nosotros, como mi suegra disfruta de la
Oktoberfest.Ambossemerecenquelosacompañemos,ymeenfadamuchoqueEricnosedécuenta
deello.
—Pero,Jud,escucha...,sitienemuchotrabajoesnormalque...
—¡Me importa una mierda su trabajo! —saltó Jud como un resorte—. Entiendo que deba estar
pendientedelapuñeteraempresa,peroyosólolepidounasemanaalañoparairamitierra,sólole
pidoeso,ysinomedaelgustoesporquenoledalagana.Joder...,¡eseljefe!Y,comojefe,puede
hacer cosas que el resto de los currantes no se pueden permitir. Y si te digo esto es porque lo sé.
Porquelohizocuandomeconquistó,yporquenoséporquénaricesestavezestátancerradoaira
Jerez.Pero,claro...,siyanocenaconmigomuchasnochesporquesequedaeneltrabajo,¿cómose
va a venir conmigo de viaje unos días? —Y, dando un golpe en la mesa, prosiguió—: Hay tiempo
para lo que él quiere. Mira cómo para ir a México al bautizo de los hijos de Dexter ha hecho un
hueco.Pero¿esquesecreequesoygilipollasynomedoycuenta?Estámásqueclaroqueélnose
divierte mucho en la feria. No le gusta vestirse de andaluz, odia ponerse el sombrero, y enferma
comoalguiendigaqueseanimeabailarsevillanas.Pero,joder,enocasionesyotambiénvoyacenas
deempresaquenomegustanyenlasquemeaburrocomounaostraymecalloporqueséqueson
importantesparaél.
—Jud...,Erictequiere.
—Esolosé.Séquemequiere,comoélsabequeyoloadoro,peronosésiesporqueyasabeque
metieneseguraoporquemevemuyenamoradadeél,queseestáconfiandoyestádejandodehacer
las cosas que antes hacía. Y, vale, entiendo que dirigir una empresa es complicado, pero yo quiero
viviryserfeliz,yquieroqueéltambiénlosea.Sialgoodiabadesupadreeraquelodejótodoporla
empresa,ynoquieroquelepaseaéllomismo.
Eneseinstante,aJudithlesonóelteléfono.AlverquesetratabadeEric,seloenseñóasuamiga
yéstadijo:
—Cógelo,estarápreocupado.
Judsuspiró.Conocíaasumaridoy,singanas,contestó:
—Dime,Eric.
—¿Dónde estás? Te he llamado y me han dicho que no habías llegado. He llamado a casa y
Simonamehadichoquehabíassalidoya;¿sepuedesaberdóndetehasmetido?
Su voz, la exigencia en su tono cuando necesitaba sentir su cariño, hizo que Judith cogiera el
móvilylosumergieradentrodelajarraconaguaparanoestamparlocontraelsuelo.
Alveraquello,suamigapestañeóy,sorprendidaaltiempoquedivertida,preguntó:
—Pero,marichocho,¿quéhashecho?
Judithsonrióy,trasrecogerselamelenaenunacoletaalta,replicó:
—AhogarelteléfonoparanoahogaraEric.
—Joder,Jud,queesuniPhone6.
Segúndijoeso,lasdoscomenzaronareíracarcajadas.Quienlasvierapensaríaqueestabanlocas
deremate:tanprontollorabancomoreían.Cuandosetranquilizaron,Meldijo:
—Ahoralotendrásdesesperado.Notienecómolocalizarte.
—¡Quesejoda!Notengoganasdehablarconél.
E,intentandodejardepensarenEricyenellayentodoslosproblemasquelarodeaban,Judith
miróasuamigaypreguntó:
—¿YtúquéhacíasesperándomeenMüller?¿Haocurridoalgo?
Comounresorte,yomitiendoelverdaderomotivo,Mellecontólosucedidoaquellamañanaen
lapuertadelcolegiodeSamiysuposteriorvisitaacasadeLouise.Judithparpadeaba,alucinadapor
loqueestabaoyendo.Unavezsuamigaterminó,Judlamiróymurmuró:
—YaeseJohan¿nolehasdadounapatadadondemásduele?
—No—dijoMelsonriendo.
—Pero¿dóndeseestámetiendoBjörn?—insistióJudith.
Melresopló.Suamigaacababadehacerlelamismapreguntaqueellasehacíaasímisma.
—Supuestamente, en el bufete de abogados más famoso y reputado de Múnich —dijo—. Pero,
cadavezquehabloconLouise,tengolasensacióndequeenrealidadseestámetiendoenunasecta.
—DebeshablarconBjörn.
—Loharé.Claroqueloharé.—Y,queriendoverunrayodesolenunamañanatanplagadade
problemas, Mel añadió—: Ahora escúchame. Obviando tus problemas y los míos, el verdadero
motivodemismensajesyelhechodequehayaidoabuscartealtrabajoeraparapreguntartesiEricy
túnosacompañaríaiseldieciochodeabrilaBjörnyamíaLasVegasparahacerlalocuradelsiglo...
Porfin,Melhabíaaccedidoalaspeticionesdesubuenamigo,yJudith,olvidándosedetodoslos
problemas,laabrazóemocionadaymurmuró:
—Porsupuesto.Esonilodudes;¡enhorabuena!
Laslágrimasacudierondenuevoasusojosylasdossonrieronemocionadas.Mel,queestabaen
unanube,lecontólosucedidolanocheanterior.Sinlugaradudas,habíasidounapreciosapetición
dematrimonio.
Unahoradespués,desdeelteléfonodeMel,JudithllamóalaoficinaparahablarconMikay,al
verquesuausencianodescabalabanada,decidióolvidarsedeMüllerysemarchóconMelapasarel
día, sin imaginar que su marido estaba removiendo cielo y tierra para encontrarla. Sin embargo, a
mediamañanasonóelteléfonodeMel.
—Oh...,oh...—dijoéstaalverqueeraEricquienllamaba—.Houston,tenemosunproblema.
Alverenlapantallaelnombredesumarido,Judithlocogió.
—¿Quéquieres?—dijo.
Eric,queestabaenlaoficina,sellevólasmanosalosojosaloírsuvoze,intentandocontenerla
furiaquesentía,preguntó:
—Judith,¿dóndeestás?
Envalentonadaporladistancia,ellarespondió:
—Comoves,estoyconMel.
En la línea se hizo entonces un silencio incómodo y, cuando Jud no pudo soportarlo más,
preguntó:
—¿Quieresalgoopretendesquesóloescucheturespiración?
Furiosocomodesdehacíatiempoquenoloestaba,Ericdiounpuñetazosobrelamesaygritó:
—¡Llevotodalamañanabuscándotecomounlocoy...!
—Mira,Eric.Yotambiénségritary,sisigueshablándomeasí,tejuroqueloharé,¿entendido?
Eric,quehabíaperdidocompletamentelospapeles,continuóchillando.EntoncesJud,retirándose
elteléfonodelaoreja,mirólajarradeaguadondetodavíaestabasumergidosumóvilydijo:
—Mel, o me quitas tu teléfono ahora mismo de las manos o creo que va a seguir el mismo
caminoqueelmío.
—Niseteocurra—respondióellaarrebatándoselo.
Judithsonrióporsurespuesta,yMelsepusoelteléfonoalaorejaymurmuró:
—Eric..., Eric..., soy Mel. Judith está conmigo... No..., no..., escucha..., no quiere hablar contigo.
Creo...creoque...Eh...eh...eh...,¡joder,Eric,¿tequierestranquilizar?!
Jud,queestabaacostumbradaadiscutirconsumarido,miróasuamigay,finalmente,sonriendo,
lequitóelteléfonodelasmanos.
—Vamos a ver, Eric —dijo—, tienes mucho trabajo. ¿Qué tal si sigues trabajando y me dejas
pasarlamañanaenpaz?
—Judith,teestáspasando...—siseóél.
Ellasoltóentoncesunarisotadaquelocaldeóaúnmás.
—Soyconscientedeello—replicóJud—,peropermítemedecirtequetúlollevashaciendodesde
hace tiempo. Y ahora, por favor, no vuelvas a llamar, porque no quiero hablar contigo. Ya nos
veremosestanocheencasacuandoregrese.Adiósssss,guapito.
Y,dichoesto,colgó.
—Madre mía, la que te espera esta noche cuando vuelvas — susurró Mel mirando a su amiga
fijamente.
Conscientedeello,Judithasintióyseencogiódehombros.
—Tranquila—dijo—.Sobreviviré.
Diezminutosdespués,Björnllamóasufuturamujereintentósonsacarledóndeestaban,peroal
finalterminódiciendo:
—Vale...,vale...,Parker,yorecojoaSamidelcole.¿Vasallegarmuytarde?
Melmiróentoncesasuamigayrespondió:
—Cariño..., me voy a ir con Judith a celebrar nuestro compromiso. Entiéndelo, es la única
amiga...amigaquetengoaquí.
Björnsuspiró.Sefiabatotalmentedesuchica,perosaberqueJudithnoestababienyqueibana
celebrarelcompromisolohizoinsistir:
—Cariño...,entiéndeme,mehallamadoEric,estápreocupadoporJud.
—Loentiendo,Björn,peroesqueJudnoquierehablarconélahora,entiéndemetúamí.Y,lo
siento,tequierocontodamialma,peronovoyadecirtenidóndeestamosniadóndenosvamosaira
celebrarlo.
—Mel,noseascabezona.
—Björn,noseaspesadito.
Alverqueeltonodelaconversacióncomenzabaavariar,Judithlequitóelteléfonoasuamiga.
—Björn—ledijo—,comoseteocurradiscutirconMelporelgilipollasdetuamigo,tejuroque
notelovoyaperdonar.Y,antesdequedigasnadamás,déjamedecirte:¡enhorabuena!Melyameha
contadolodelabodayestoymuyfelizporvosotros.
Elalemánsonrió.Todavíanosecreíaquesunoviahubierahecholoquehizolanocheanteriory,
mirándoseeldedo,queyanoteníachocolate,respondió:
—Gracias,Jud,teaseguroquelocelebraremosotrodíatodosjuntos.Peroahora,porfavor,¿por
quénomedicesdóndeestás,paraque,así,Ericytúpodáisencontrarosparahablar...?
—Esquenoquierohablarconél.
—Judith...,noseascabezota.
—Björn...,tevoyamandaralamierda.
Depronto,Mellequitóelteléfonodelasmanosy,metiéndoloenlajarradeaguadondeestaba
aúnsumergidoeldeJudith,sentenció:
—Seacabó.
—¡Mel!¡Tumóvil!Ytuscontactos...
Aldarsecuentadeello,Melresopló,perocomonoqueríadarlemásimportancia,replicó:
—Mira...,asíaprovechoylesacouniPhone6aJamesBond.—Ambassoltaronunarisotada,y
luegoMelañadió—:Hoyesnuestrodíadechicas.Hoynosomosmadres,niesposas,ninoviasde
nadie,ynovamosapermitirquenadienosloamargue.
Denuevo,lasrisastomaronellugar,yloscamareros,quelasobservaban,semiraronentresí.
Sinlugaradudas,lasmujeresestabancadadíamáslocas.
Cuandodejaronlacafetería,decidieronirsedecompras.Comprarsiempreeraunabuenaterapia.
Unavezsalierondelcentrocomercial,fueronacomeryluegoseacercaronaunspaqueninguna
delasdosconocía.Sorprendidas,vieronqueeramásgrandedeloquepensaban,ysesumergieronen
todos los tipos de piscinas que allí había mientras reían y hacían carreras en los chorros a
contracorriente.
Finalmente, agotadas, se decidieron por un increíble masaje polinesio. Se lo merecían. Cuando
salieron del spa, tras dejar las bolsas con las cosas que habían comprado en el coche, se fueron a
cenar a un restaurante al que no habían ido nunca. Si iban a alguno conocido, seguramente Eric o
Björnlaslocalizarían.
Nada más entrar en la pequeña pizzería italiana, unos hombres comenzaron a tirarles los tejos.
Ellassonrieronperonoleshicieronnicaso:loquelasesperabaencasaerainfinitamentemejorque
aquello.
Una vez salieron del restaurante eran las diez de la noche, y paseaban del brazo por el Múnich
antiguocuandoJudithdijo:
—YoiríaalGuantanamera,perotemoqueEricmebusqueallí.
Depronto,alcruzarunacalle,unamúsicaconritmollamósuatención.
Entraronenellocaldedondeproveníalapegadizacanciónyenseguidasedieroncuentadeque
eraunbarbrasileño,dondesindudarlopidieronunascaipiriñas.
—¡Madremía,Mel!Hayquecontrolarseconestabebida,quecondosllegamosarastrasacasa
cantandoAsturias,patriaquerida.[17]
Aloírasuamiga,Melsoltóunarisotaday,mirándola,exclamó:
—¡VivaAsturias!
Segundos después, dos hombres, tan anchos como dos armarios empotrados, se pusieron a su
ladoylasinvitaronabailar.Sinembargo,ellassenegaronyselosquitarondeencima.Loúltimo
quequeríaneratenerproblemasconaquellosgrandullones.
Mientras bebían sus ricas caipiriñas, observaron cómo bailaba la gente. Tenían un ritmo
alucinante.Entrerisas,ellasintentaronmovereltraserocomolohacíanlasbrasileñasquehabíaenel
local,perolesresultabamaterialmenteimposible.Aquéllasteníanunarte¡quenosepodíaaguantar!
Depronto,lamúsicaseinterrumpió,lagenteseretiródelapistayunaparejaformadaporun
hombreyunamujerquedaronsolosenelcentro.Todoslospresentesempezaronaaplaudir,yMely
Judtambién.Instantesdespués,laparejacomenzóabailardeunamaneraincreíble.Lamujerteníaun
ritmazoalucinante,peroelhombre...,¡oh,Dios,cómosemovía!
Lagentedabapalmascadavezquehacíanalgúnmovimientoasombroso,cuandodeprontolaluz
ledioalhombreenlacarayJud,estirándose,murmuró:
—Mel.Notelovasacreer.
—¿Elqué?
Parpadeandoparaverconmásclaridad,Judithasintió.
—ElmorenazoquebailaenlapistaesDennis.
—¿Dennis?¿QuéDennis?
—Dennis,elamigodeOlaf,delSensations.Esemorenazobrasileñoque...
—¡Nojorobes!¿Esél?
Judasintió.
—Amenosquelacaipiriñamehagaverloquenoes,esetíoquebailaquequitaelsentidoesél.
Laschicasloobservaronboquiabiertasmientrasélbailabaconunasensualidadimpresionantey,
cuandolacanciónacabó,todoelmundoaplaudióarabiar.
Unavezfinalizadalademostración,seenterarondequelaparejaeranprofesoresdebaile,yde
que darían una clase allí mismo. Ni cortas ni perezosas, Mel y Judith fueron para allá a aprender
juntoconotrosquehabíaenlasala.
Durante media hora, la clase continuó y, cuando de pronto Dennis se paró frente a la joven
morena,preguntó:
—Judith,¿erestú?
Acaloradaporseguirelritmoqueaquéllosmarcaban,laaludidalomiróy,alversereconocida,
murmuróconcaradetonta:
—Síiii.
—¡YyosoyMel!
Entonceséllascogiódelamanoy,alejándolasdelgrupo,preguntó:
—¿Habéisvenidosolas?
—Sí—dijeronlasdosriendo.
Dennislasmiróconincredulidad.AquelbarrionoeraunodelosmejoresdeMúnich;alrevés,
era bastante conflictivo. No conocía bien a aquellas mujeres, a pesar de haber disfrutado de
momentos morbosos con una de ellas, pero sí había oído hablar a su amigo Olaf acerca de cómo
EricyBjörnlasprotegían,yélmismolohabíapresenciadoenelSensations.
—¿Quéestáishaciendoaquí?—preguntó.
—Estamos celebrando la despedida de soltera de Mel —respondió Jud acalorada y, todavía
sorprendida,preguntóasuvez—:¿Ytúquéhacesaquí?
Alverqueestabanalgocontentas,aunquesinllegaraestarborrachas,Dennisexplicó:
—Soyprofesordeforróy...
—¿Forró?¿Quéeseso?
Entendiendo que las chicas no conocieran aquello, se sentó con ellas a tomar algo mientras la
músicabrasileñacomenzabadenuevoasonar.
—UnestilodebailedeBrasilcomoelqueacabáisdever—explicó.
—Ahhh,esverdad,quetúerasbrasileño—semofóMel.
—Oh,sí...,yasabes,bossanova,samba,capoeira,caipiriña—semofóélmirandoaJudith.
—¿Trabajasenesto?—preguntóellasonriendo.
Elmorenazosonrióasuvez.
—Losjuevesporlanochesueloveniraestasalaadarclasesdeforró,perotambiéntengootro
trabajoporlasmañanasquenotienenadaqueverconesto.
—Nohabíaoídoesodelforróhastahoy;¿ytú,Mel?—SuamiganegóconlacabezayJudañadió
—:¿Nosenseñasaperfeccionarlo?
Dennissonrió.Estabaclaroqueaquéllasqueríandivertirsey,mirándolas,asintió.
—Porsupuesto.Sólohayquetenersentidodelritmo.
Apartirdeesemomento,Dennislespresentóavariosamigosycompañeros,ylanochedelas
chicassevolviólocaydivertida.Nadiesepropasóconellasy,treshorasdespués,Judithbailabacon
Denniscongraciaysoltura.
—Tienesmuchoritmo,Judith—ledijoélentonces.
Ella,acaloradaysedienta,sonrió,miróaMel,quesearrancabaconotrobailecitoconotrotipo,y
dijo:
—Memuerodesed,¿vamosalabarra?
Unavezallí,Dennispidiódoscoca-colasconhielo.
—¿AEricnoleimportaqueestésaquísinél?—dijoentregándolelasuyaaJudith.
Ellasonrióy,mirándolo,preguntó:
—¿Quéhoraes?
—Launaydiezdelamadrugada.
Judithhablódenuevo.
—Aestashoras,Ericdebedeestarqueechahumopornosaberdóndeestoy—contestó.
—Yameparecíaamí...—dijoriendoDennis.
—Yateparecía,¿qué?—preguntóJud.
Dennisdiountragoasubebidayseñaló:
—Noconozcoatumaridoyapenasteconozcoati,peroEricmeparecióunhombreposesivo,
comolosoyyo,entodoloreferenteasumujer,apesardevuestrosjuegosenelSensations.
Cuandomencionóellocal,ellasuspiró.Loquedaríaellaporestarenaquelinstantejugandocon
sumaridoenelSensations.Pero,sinquererdarlemásimportanciaaltema,replicó:
—Tienesrazón.Ericestremendamenteposesivo,perohoyestoycabreadaconélysóloquiero
pasarlobienconmiamiga.
Aloírsurespuesta,Dennisdecidiódarporfinalizadalaconversacióny,cogiéndoladelamano,
dijo:
—Puesentonces,preciosa,¡vamosapasarlobien!
Esanoche,traspasarhorasyhorasbailandodiferentestiposdemúsicabrasileña,lasdosjóvenes
decidieron dar la fiesta por concluida a las cuatro de la madrugada. Dennis se empeñó en
acompañarlashastaelcoche,peroellasnoselopermitieron.Nonecesitabanunguardaespaldas.
Cincominutosdespués,caminabanporunaoscuracalledeMúnichcuandounvehículosedetuvo
asuladoyoyeronunavozquedecía:
—Perdonen,señoritas.
Las dos se pararon y, al agacharse para ver quién hablaba, se encontraron con un desconocido
quelespreguntó:
—¿Cuánto?
LaschicassemiraronyMelpreguntóasuvezdivertida:
—¿Cuánto,elqué?
Elhombre,conunaencantadorasonrisa,sesacólacarteray,enseñándosela,insistió:
—Cienparacadaunasimeacompañáisduranteunahora.
Lasdosamigasintercambiaronunamirada.
—Losiento,guapo—replicóJuddivertida—,perotengoquecomprarmeuniPhone6yconcien
notengoniparaempezar.
—Cientocincuenta—insistióél.
—¡Vengaya!Queno...,quenosotrasvalemosmuchomás.Pero¿túhasvistoquépibones?¡Sube
laoferta,hombre!—dijoMelriendo.
—Trescientoscincuentaporlasdos—insistióaquél.
Esecomentariolashizoreír,yJudithcuchicheó:
—Quéofertatantentadora;¿aceptamos?
De pronto aparecieron dos vehículos de policía con las luces azules encendidas y el tipo del
coche,bajándosedelmismo,lesenseñóunaplaca.
—Muybien,guapitas—dijo—.Quedáisdetenidasporprostitución.
Ellassemiraronboquiabiertaspero,antesdequepudieranmoverse,unospolislasesposarony
lasmetieronenloscochessinatenderasusprotestas.
Alllegaralacomisaría,seguíandiscutiendoconlospolicíascuandooyeronunavozconocida
quepreguntaba:
—Pero¿quéestáishaciendovosotrasaquí?
Almiraralagentequelosobservabadesdeelotroladodelmostradordelacomisaría,vieronque
setratabadeOlaf,elamigodelSensations.
Las dos chicas se apresuraron entonces a contarle lo ocurrido y éste, enfadado, comenzó a
discutirconsuscompañerosporelerror.Peroelpolicíaquelashabíadetenidonoquisoentraren
razón,ylasllevóhastaunodeloscalabozos.MellepidióaOlafquellamaraaBjörn.Judithnoabrió
laboca.Sinduda,cuandoEricseenteraradedóndeestaba,liaríaunamuygorda.
Cuandoestabanenelcalabozorodeadasporotrasmujeres,untiposeacercóhastalosbarrotes.
—Pero¿quévenmisojos?—exclamó—.LanoviadeBjörnHoffmann...—Y,riendo,cuchicheó
—:¿Sabetunovioaquétededicasporlasnoches?
AlveraJohan,elmaridodeLouiseysociodeGilbertHeine,Melsiseó,incapazdecallarse:
—Vetealamierda.
Élleguiñóentoncesunojoconsuperioridady,sinmoverse,afirmó:
—Tencuidadoconloquediceso,ademásdeestardetenidaporprostitución,podríaañadiralguna
cositamás.—Y,bajandolavoz,cuchicheó—:TedijequetealejarasdeLouise,¿lorecuerdas?
JudagarróaMeldelamanoparaquecallaray,cuandoaquélsemarchó,preguntó:
—Pero¿quiénesése?
—ElmaridodeLouise—respondióMelenfadada.
Unahoradespués,trashaberconfraternizadoconotrasdetenidas,unpolicíallegóydijoabriendo
lacelda:
—MelaniaParkeryJudithFlores,vamos,hanpagadovuestrasfianzas.
Laschicassemiraron:habíallegadolacaballería.
—NiunapalabradelmaridodeLouise—dijoMel.
—Pero,Mel,Björndeberíasaberque...
—Niunapalabra,Jud.
—Vale...,vale—replicósuamiga,quenoteníaganasdediscutir.Bastanteleesperaba.
Cuando salieron y vieron a Eric y a Björn mirándolas con gesto oscuro junto a Olaf, Jud
murmuró:
—Joderrr...
—Esodigoyo:¡joder!—afirmóMel.
UnavezOlaflesentregósuspertenencias,MelmiróaBjörny,congestoserioyprofesional,éste
dijofirmandoenunpapel:
—Ladenunciaestáanulada,¿verdad,Olaf?
—Sí.Notepreocupesporeso,Björn—replicódeprontoJohan,apareciendoenescena.
MelyJudlomiraron,yBjörndijomientrasletendíalamanoconunasonrisa:
—Graciasportuayuda,Johan.
Ericlediolamanoforzandounasonrisa.
—Por casualidad estaba en comisaría por otra causa —explicó el abogado—. No sé cómo han
podidoconfundiravuestrasmujeresconalgoquenoson.
Mellomiróalucinada.Sinduda,todoaquellolohabíamontadoaqueldesgraciadoparadarleun
toquedeatención.
Sumidoensumundo,Ericapretabalamandíbulay,cuandonopudomás,exigió:
—¡Vámonos!
Unavezloscuatrollegaronhastadondeestabanloscoches,BjörnmiróaMelygruñó:
—¿Sepuedesaberquéhacíasporesebarrioaesashoras?
—Salíamosdetomaralgo—respondióellaconaparentetranquilidad.
JudithmiróaEric.Esperabaqueexplotaradeunmomentoaotro,peronolohacía.Nisiquierala
miraba.
—Pero,vamosaver...—insistióBjörn—.¿Vosotrasnosabéisqueenesebarrioesdondetrabajan
lamayoríadelasprostitutasdeMúnich?
Las jóvenes se miraron y, esforzándose por no sonreír, negaron con la cabeza. Björn y Eric
resoplaron,yesteúltimo,queteníaunterribledolordecabeza,dijo:
—Vamos.Estardeyestamostodoscansados.
MelyJudsebesaronysepidieronprecauciónconlamirada,yentoncesJudobservócómoBjörn
mirabaconcomplicidadasuchicaysonreía.Sinduda,élibaatomarsetodoaquelloconhumor.
Eric, por su parte, no habló. Se metió en su coche y, cuando Jud cerró la puerta y se puso el
cinturón,lomiróydijo:
—Vale.Estoypreparada.Puedesecharmelabronca.
Sininmutarseporsucomentario,elalemánarrancóelmotorycondujoensilencio.
Noobstante,cansadadesumutismo,Judinsistió:
—Vamos,Eric,dialgoovasaexplotar.
Peroelalemánnilamirónihabló,yJudsuspiróycalló.
Unavezencasa,cuandolacancelaseabrió,oyólospasosrápidosdeSusto y Calamar, que se
acercaban.Ericdetuvoelvehículo,bajóy,demalosmodos,semetiódirectamenteencasamientras
Judsequedabaenelinteriordelcoche.
Ya habituada a sus enfados, salió del coche y saludó a los animales. Calamar se fue enseguida,
peroSustonoseseparódeella.
—Madremía,Susto,elcabreoquellevaelcabezón—murmuróJudithbesandosulargohocico.
Elanimalparecióentenderlay,restregandoelhocicocontraelpómulodeella,lahizosonreír.A
continuación, Judith le dio un beso para despedirse de él y entró en la casa. Dejó su bolso en la
entradaysedirigióalacocina.Estabasedienta.
Estaba bebiendo agua en la oscuridad cuando, de pronto, Eric entró en la cocina, abrió el
armaritodondeestabanlasmedicinas,sacóunapastillayselatomóconunpocodeagua.Unavez
aquélhubodejadoelvasoenelfregadero,lamiróydijo:
—Novoyadiscutircontigoporqueestoytanfuriosoqueseguramenteluegomearrepentiríade
loquepudieradecir.Lomejoresquenosvayamosadescansar.
Y,sindecirmás,diomediavueltaysemarchódejandoaJudithpreocupadaporhabervistoquese
tomabaaquellapastilla.
25
LallegadaaMéxicoD.F.tresdíasdespuésesunsoplodeairefrescoparalosdos.
Eric y yo no hemos hablado sobre ninguno de nuestros problemas, pero ambos sabemos que
estánahíyquetardeotempranovolveránasalir.
Loúnicoquemedijonadamásmontarnosenelaviónfue:«Tequieroyvamosapasarlobienen
México».Yológicamenteasentí.Nadameimportamásqueestarbienconélydisfrutar.
Al llegar al aeropuerto, una limusina negra nos espera. Sin duda, Dexter quiere lo mejor para
nosotros. Cuarenta minutos después, estamos en su casa y todos reímos cuando el orgulloso padre
aparecesentadoensusilladeruedasconsusdospequeñosenbrazosyGracielaasulado.
SamiyelpequeñoEriccorreteanporlaestanciaconlapobrePipadetrás,mientrasHannahnos
observaenbrazosdesupadre.¡Milagro,miniñanollora!¿Estarámadurando?
Tras muchos besos, abrazos y felicitaciones, todos comenzamos a hablarles en balleno a los
bebés.Meltienealaniñayyoalniñoy,complacida,meacercosucabecitaalanariz.Meencanta
cómohuelenlosbebés,ysonríocuandoDexterdice:
—Animaosytenedmásbebecitos,aunquenocreoqueossalgantanrelindoscomolosmíos.
Todosreímosy,cuandoMeldevuelvealabebitaalosbrazosdesumadre,Björnlaagarraporla
cinturaylepregunta:
—¿Teanimas?
Veoquemiamigaparpadea,lomiray,después,buscandoasuhijaconlamirada,dicealverla:
—Sami,ven,quepapitieneganasdequeledesbesitos.
Dos segundos después, la pequeña está en brazos de su papá haciéndole monerías, y Björn
babeando.¡Hombres!
Dextermemiray,alvermigestodivertido,sonríeypregunta:
—Diosa,¿túnoteanimas?
¡Ja! Ni loca tengo yo otro bebé. No..., no..., no. Y, cuando voy a responder, Eric dice con una
sonrisa:
—Cerramos la fábrica. Con un adolescente problemático y dos pequeñines, ¡nos damos por
satisfechos!
Eric sonríe, realmente parece que lo haya abducido el buen humor, y yo, encantada con su
contestación,loagarroporlacinturayafirmo:
—Simimaridodicequelafábricasecerró,¡nosehablemás!
Entrerisas,GracielaleindicaaPipaadóndepuedellevarseaHannah,aSamiyalpequeñoEric.
Sinduda,elcuartodejuegosadondevanlesdivertirámuchomás.Loshombrespasanaunsalón,y
MelyyoacompañamosaGracielahastaunaestanciapintadaenamarillo.Alentrar,dosmujeresse
levantanynosquitanalosbebésdelosbrazos.
Gracielanoslaspresenta:sonCeciliayJaviera,lascuidadorasdelosbebésylasqueecharánuna
manoaPipaconlosnuestros.Unavezdejamosalosniñosacargodeellas,acompañamosaGraciela
alacocinaaporalgodebeber.
—Bueno.¿Quétallaexperienciadesermamá?—preguntaMel.
—Increíbleperoagotadora.Nuncapenséquepudieraexistirunamortanpurocomoelquesiento
pormishijos.Puedoasegurartequeestostresmeseshansidolosmásbonitosdemivida.
—¿Yelpapáquétal?—preguntocuriosa.
Gracielasueltaunarisotada.
—Loco de amor por ellos, y por mí. Nos mima, nos cuida,... todo lo que te pueda decir en
referencia a él ¡es poco! —Luego baja la voz y murmura—: Y, desde que puedo volver a tener
relacionessexuales,meponeeltraserorojotodaslasnoches.
Lastressoltamosunarisotada.ConocemosaDexterysabemoslomuchoquelegustavernoscon
eltraserorojocuandojugamos.EstamoshablandodeltemacuandoGracieladice:
—Quesepáisquenoshacompradotresbatasdesedarojayunoscollaresmuyparticularesyno
paradehablardelasganasquetienedevernosconellopuesto.
Merío.Dexteresunlocoquedisfrutadelasexualidadapesardesuslimitacionesfísicas,yme
gusta que sea así. Aún recuerdo cuando lo conocí en Múnich, cómo me impresionó jugar con él y
conEricenaquellahabitacióndehotel.
Cuandollegamosalsalón,nomesorprendoalveramihermanayasumaridoallí,yRaquel,al
verme,selevantaycorrehaciamígritando:
—¡Cuchufletademisamores!
Meapresuroaabrazarla.Peroquélindaesmilocahermana.
—¿Ylosniños?—mepregunta.
—EnelcuartodejuegosconPipayunascuidadoras.YaséqueLuzsehaquedadoenJerezcon
papá,pero¿dóndeestánLucíayJuanito?
—ConlospadresdeDexter.Seadoranmutuamente.
Trassaludaratodoelmundo,Raquelcorrealcuartodejuegosaveramishijos.
Diezminutosdespués,regresaencantadaconunasonrisa,yyo,quelaestoymirando,digo:
—Estásmásdelgada.
—Ytúmásgordita.
Lamadrequelaparióooooooooo...,¿ledoyuncapónonoselodoy?
Desde luego, mi hermana es la leche. Todavía no se ha dado cuenta de que decirle eso a otra
mujeressinónimodeenfado.¡Nopiensaloquedice!Entonces,alvermicaradepóquer,añade:
—Aunqueesoskilitosdemástesientanmuybien.Telucemáslacara.
¿Melucelacara?
¡Eso...,túarréglalo,soperraka!
Intentosonreír,mejoresoquedecirloquerealmentepienso.Aunque,desdeluego,nohaynada
másincómodoyquetedejepeorcuerpoqueelhechodequetediganque¡estásmásgordita!
UnavezJuanAlbertomehabesadoyhasaludadoatodoelmundo,Dexternospresentaaunos
amigossuyos,CésaryMartín,ynossentamosatomaralgo.
Mihermana,quesehainstaladoamilado,seacercaamíycuchichea:
—Esta casa es preciosa y enorme, ¿verdad? —Asiento, y ella continúa—: Dexter se empeñó en
quenosquedáramosaquíconellosestosdíasy,así,mientrasélymicucuruchillotrabajaban,yohe
estadoconGracielaylosniños.Porcierto,lahabitaciónquenoshandejadoestodounlujo.Vamos,
nienlarevista¡Hola!hevistounaasí.Elbañotieneunjacuzziimpresionante.
—Lohabrásestrenadocontucucuruchillo,¿no?—preguntoconpicardía.
Raquel se pone como un tomate. Es hablar de sexo y la pobre se pone nerviosita perdida. Pero
entonces,acercándoseamí,cuchichea:
—Porsupuestoquesí.Ofú,cuchu...,¡quéfrenesínosentró!Yocreoqueseenterótodoeledificio.
Merío,nolopuedoremediar,yRaquelmedaunmanotazoparaquemecalle.Esomehacereír
aún más. Durante varios minutos me mofo de mi hermana, y ésta finalmente termina a carcajada
limpia.Entonces,seponeseriadepronto.
—¿TehacontadopapáalgodelaPachuca?—pregunta.
Niegoconlacabeza.LaPachucaesunabuenaamigadetodalavidadeJerezalaqueletengo
muchocariñoy,siemprequevamosallí,pasamosporsurestauranteparacomersalmorejo.
—Puesquesepasquecreoqueentreellaypapáhayalgo...—añademihermana.
Lamiroboquiabiertaymurmuro:
—¿LaPachucaypapá?
—Sí,cuchu,sí.ElotrodíaoíalBicharróndiciéndoleapapá:«Tuhijatehajodidoelplanconla
Pachucaaldejartealaniña».
—¿Enserio?—preguntosorprendida.
—PalabritadelNiñoJesús—afirmaRaquelmuyconvencida.
Sucomentariomedejaloca.¿MipadreylaPachuca?Pero,rápidamente,alverquemihermana
memiraalaesperademireacción,lepregunto:
—¿Qué?
Raquelsuspira,miraalrededoralrestodelgrupoycuchichea:
—¿Esquenovasadecirnada?Ay,Dios,cuchu,quepapáylaPachucayatienenunaedady...
—Ysisehacencompañíayestánbienjuntos...—lacorto—,¿dóndeveselproblema?
Raquelvuelveasuspirar.Seletuerceelmorrillocomosiemprey,trasunossegundosensilencio,
murmura:
—Yonoveoningúnproblema,peromemolestaquepapánonoslohayacontado.¿Porquénos
looculta?
—Puesporquealomejorledaapurocontárnosloporquepiensaquelovamosavermal.
Nosésimicontestaciónlaconvenceono,peroRaquelasienteynodicemás.
Duranteunbuenratotodoshablamos,hastaquesuenaelteléfonodeDexteryéste,trashablary
colgar,dice:
—Eramimadre.Nosesperaatodosparacenarensucasa.
Encantados,noslevantamos.LospadresdeDextervivenenelmismoedificio,cuatroplantasmás
abajo.Segúnmecontósumadre,secompraronlacasaallíparaestarcercadeDextercuandoéltuvo
elaccidentey,porloqueveo,ahoraconloschiquillosyanosevanamudar.
Antesdebajar,Melyyopasamosaveranuestrosniños.Lesestándandodecenar,yPipayunade
lascuidadorasnosindicanquenonospreocupemos.Ellasseencargarándeponerleslospijamasy
acostarlos.Melyyoasentimosencantadas.Nosvendrábienunpocodelibertadenesteviaje.
CuandoentramosenelpisodelospadresdeDexter,éstosnosacogencomosiempre,concariño.
Unavezveoamissobrinos,queestáncenandoenlacocina,regresamosalcomedor,dondeelgrupo
enterocenamosentrerisasyalgarabía.
Unpardehorasdespués,volvemosalapartamentodeDexter.Pasamosaveralospequeños,que
duermencomoangelitos,yvamosaacostarnos.Estamosagotados.
Aldíasiguiente,resultadivertidoreunirsecontodosenlacocina.Haytantosniñoscomoadultos,
yaquelloeslalocura.
Porlatarde,trasunbonitopaseoporunpreciosoparqueconloscríos,trasatenderlosydejarlos
conelpijamapuestoconlascuidadoras,losadultosnosponemosguaposynosvamosacenaraun
sitio espectacular. La madre de Dexter se queda con mis sobrinos encantada, y Raquel más aún.
Acabadalacena,Dexternosinvitaalteatro;¡quéplanazo!
Luego,todos,incluidosCésaryMartín,losamigosdeDexter,quehanestadoconnosotrostoda
lanoche,sevienenalacasadelanfitriónatomarunascopas.Unavezhemoscomprobadoquelos
niñosduermen,regresamosalsalón,dondecontinuamosbebiendoybromeando.
Eric,quenohaparadodepiropearmeentodalanoche,mecogedelasmanoscuandopasoporsu
ladoymesientasobresuspiernas.Adoronuestracercanía.Laechabademenos.Asíestoyduranteun
buenrato,hastaqueDexteracercándoseanosotroscuchichea:
—Tengounpardecositasparati,paraMelyparaGracielaenlahabitacióndelplacerqueestoy
deseandoqueospongáis.Porcierto,tenemosquecelebrarelpróximoenlacedeBjörnydeMel.
Segúnoigoeso,conlamiradaleordenoquesecalle.Mihermanaysumaridoestánallí,yDexter
murmuraentoncesdivertido:
—EsperoqueRaquelsevayaprontoadormir.
—Yotambiénloespero—afirmaErictocándomelarodilla.
Oíresomehacesonreíry,comosiempre,mivaginatiembladeexcitación.
Duranteunahoramás,todoscontinuamoscharlandoamigablementeenelsalón,hastaqueJuan
Albertoselevantaydicemirandoamihermana:
—Cariño,estoyagotado.Vámonosadormir.
Atodaprisa,mihermanaselevantayDexterdice:
—Eh,güey,¡disfrutaddeljacuzzidenuevo!
Elgestodemihermanamehacereír,ymáscuandoveoqueseponerojacomountomate.Juan
Alberto,quelaconocemuybien,nosguiñaunojo.
—Ahoritamismoyavuestrasalud—dice.
Todosreímosporelcomentario,yRaquel,escandalizada,ledaunmanotazoenelhombroasu
marido.Instantesdespués,ambossalendelsalón.
Entonces,veoqueloschicossemiranyrápidamenteséloquepiensan.Susmiradasysussonrisas
losdelatan.Luego,Dexterpregunta:
—¿Quélesparecealasmujeressientramosajugarunratoenlahabitacióndelplacer?
YosonríoyveoqueMelyGracielatambiénlohaceny,sinnecesidaddedecirnadamás,lastres
noslevantamos.Ericseposicionaamiladoy,besándomeenelcuello,murmura:
—Ansiosa.
—Detiyparati,¡siempre!—respondocaminandoasulado.
Lastresparejas,acompañadosporlosdosamigosdeDexter,quesondenuestrorollitoyporlo
queGracielamehacontadojueganconellosmuyamenudo,nosdirigimoshaciaeldespachodeél.
Alentrar,Mel,quenuncahaestadoallí,memiraymurmura:
—Creíqueíbamosaunsitiomásíntimo.
Sincontestarle,leguiñoelojoy,cuandovequeGracielapulsaunbotónquehayenlalibreríay
éstasedesplazahacialaderecha,añade:
—Vaya...,vaya...,estoseponeinteresante.
PeroeneseinstanteaBjörnlesuenaelteléfonoyélseapresuraacogerlo.
—Entradvosotros—dice—.Esmipadreytengoquehablarconél.
—Mequedocontigo—afirmaMel.
Björnasiente.EntreellosexistenlasmismasreglasqueentreEricyyo,ylanúmerounoessexo
siemprejuntosenlamismahabitaciónyenelmismogrupo.
UnavezDexter,Graciela,Eric,César,Martínyyopasamosalaoscurahabitación,lalibreríase
cierrayunaluztenueyamarillentatomaellugar.Actoseguido,Ericmeagarra,mechupaellabio
superior,despuéselinferiory,trasundulcemordisquito,introducelalenguaenmibocaymebesa
posesivamente.
Cuandoeltórridobesoacaba,ydejaclaroaloshombresqueallíélysóloélesmidueño,me
preguntaconmimo:
—¿Aquédeseajugarhoymipequeña?
Me gusta que se comporte así en estos momentos. Me excita. Nunca hacemos nada sin
consultarnosy,trasvercómoMartínyCésarnosobservan,murmurodeseosadesexo:
—Juegaconmigoaloquequieras.
—¿Aloquequiera?
CuandoobservolacruzdesadoqueDextertieneenlahabitación,sonríoyañadomirandoaEric:
—Niseteocurra.
Mi amor sonríe, y entonces Dexter se acerca a nosotros y, entregándome un collar de cuero
negro,dice:
—Ponteesto,diosa.
Lomiro.Essuaveyenelcentrohayunaargolla.
—Yasabesquenomevaelsado—replicomirándolo.
Elguapomexicanosonríe,meguiñaelojoysusurra:
—Losé,peroniteimaginaslailusiónquemehaceataroscomoaunasperrillas.
Eric sonríe. Pone su mirada de malote que me enloquece y, tras colocarme el collar, me lleva
hastalamesaquehayenunlateraldelahabitación,medesabrochaelvestido,mequitaelsujetadory
lasbragasymurmura:
—Échatebocaabajosobrelamesayestiralosbrazos.
Hagoloquemepidesinrechistar.Todosmemiran.Loshombresmecomenconlamirada.Me
tiemblanlaspiernasdelaexcitación,yEricsealejadejándomeallícompletamenteexpuesta.
Esincreíblelomorbosoquepuedellegaraserenlaintimidadylocelosoqueesenlavidareal
cuandounhombremedesea.Séqueescomplicadoquelagenteentiendaeso,peronomeimporta;
nosotroslotenemosclaroyesloquemevale.Loquenosvaenelsexoeselmorbo,elplacer,el
juegoyeldisfruteparalosdos.
De nuevo, durante unos segundos todos permanecemos en silencio hasta que Dexter le pide lo
mismoaGraciela.Éstasequitaelvestidoymesorprendoalverquenollevanisujetadornibragas.
Vaya...,vayaconGraciela,quiéndiríaqueeslatímidajovenqueconocí.
El silencio inunda de nuevo la habitación del placer, mientras nosotras, excitadas y expuestas a
ellos,esperamosdesnudas.EntoncesveoqueEricseacercaalequipodemúsicayojeavariosCD,me
mirayfinalmenteponeuno.
ComienzaasonarAC/DC,ysonríoalreconocerHighwaytoHell.[18]Lacañeracanciónsuenaa
todamechaenlahabitacióndelplacer,unlugartotalmenteinsonorizadodondenadienosvaaoírni
gritar,nigemir,nigozar.
Con curiosidad, miro a mi alrededor cuando veo que Dexter, que lleva un mando en la mano,
aprietaunbotónylaluzcambiadeamarillentaaroja.Eneseinstante,CésaryMartíncomienzana
desnudarse.MiroaEric,éltambiénsedesnuda,peroadiferenciadelosotrosdos,unavezdesnudo
sesientaenlacamaaobservar.¡Quémorbosoes,elpuñetero!
MartínyCésarsecolocanunospreservativos,ydeprontonotoquealgomegolpeaeltrasero.Me
vuelvoparamiraryveoqueesunafustadecuerorojo.SonríocuandooigogritaraDexter:
—Esoes,niñas,antesdeserfolladas,quieroveresasnalguitasrojas...,muyrojas.
Graciela y yo nos miramos y sonreímos mientras Eric, que continúa sentado en la cama, nos
observa con seriedad. En momentos así, me encantaría saber qué es lo que piensa. Se lo he
preguntadootrasvecesysiempremerespondelomismo:dicequenopiensa,quesólodisfrutadelo
queveyseexcita.
Una vez siento que el trasero me arde por los suaves latigazos, Eric baja la música y,
sorprendentemente, se oyen las respiraciones aceleradas de Graciela y la mía. Ambas disfrutamos
conaquello;entoncesmimaridoseacercaanosotrasydice:
—Subidlasrodillasalamesa,separadlasyseguidtumbadas.
Instintivamente,nosotraslohacemos,yentoncesveoqueDextersecolocaalladodesumujer,le
acariciaelsexoymurmura:
—Esoes,mivida...,quierotupanochitabienabiertita.
Acto seguido, Graciela da un grito cuando Dexter le separa las nalgas y le introduce un anillo
anal.Eneseinstantesientolasmanosdemiamorenmiano,lotoca,lotientayentoncessoyyola
quegritadeplaceralnotarcómomeintroduceotroanilloamí.
LasrespiracionesdeGracielaylamíavuelvenaacelerarsecuandoDexterseacercayengancha
unascorreasalasargollasquellevamosalcuello.DespuéssecolocajuntoaEric,queestáfrentea
nosotras,yleentregamicorrea.
—Adoroamimorbosomarido—murmuraGracielaenelmomentoenqueDextertiradelasuya.
En ese instante siento que alguien se mueve detrás de mí. De reojo observo que es Martín y,
cuandoEricasiente,tocaelanilloanalylomeneamientrasmedapalmaditassuavesenlavagina.
¡Oh,Dios,quéplacer!
Esostoquecitossecoshacenquememueva,quenopare,yesoaloshombreslesgusta,lesgusta
mucho.
Pasadosunosminutosenlosquesientomisnalgasrojasymivaginacaliente,Martínintroduce
dosdedosenmisexoy,trasahondarenmí,comienzaamasturbarme.
Boca abajo sobre la mesa como me tiene, estoy por completo a su merced, mientras aquel
desconocidomemasturbaymanejamicuerpoasuantojo.
Excitada, me muerdo el labio inferior y me arqueo, cuando siento que él me saca el anillo del
trasero,meagarraporlacintura,tirademíhaciaatrásy,poniéndomelospiesenelsuelo,medala
vueltaymurmuracercademirostro:
—Sifuerascomida,seríasunchileporlopicantedetumirada.—Y,actoseguidoyconceleridad,
mesientaenlamesa,meabredepiernasy,alvermitatuaje,murmuraexcitado—:Güey...,curioso
tatuaje...«Pídemeloquequieras»...
Yo sonrío. No veo a Eric, pero seguro que sonríe también. Nos gusta ver la sorpresa en los
rostrosdelagentecuandololeenocuandopreguntanquéponeyEricoyoselotraducimos.Los
excitaesemensaje.Sesientenpoderososalpedir,yyoencantadadeofrecerplacer.
Traspasarlamanopormitatuaje,Martíncolocalacabezadesupeneenmihúmedaentradayse
introduce en mí al tiempo que veo que César penetra a Graciela, que aún sigue tumbada sobre la
mesa.
LamúsicavuelveasonaraltayfuertemientrasMartínentraenmílentamente.Clavalasmanosen
micinturaparaquenopuedamoverme,perosusempellones,cadavezmásvigorosos,mesacuden.
EntoncessientounasmanosfuertesquemesujetaneltraseropordetrásyséqueesEric.Losé.
Echolacabezahaciaatrásyveoquesehasubidoalamesa.Megustasumiradafelinayexcitada.
Luego,dauntirónalacorreay,apretándomeeltrasero,murmuraenmioído:
—Esoes,miamor,dejaqueentreenti.Dejaquetefolle...
Actoseguido,mecogelasmanos,lasuneamiespalday,después,enredalacorreaalrededorde
ellas.Esoesnuevo,nuncamehaatadoasí.
—¿Tegusta?—oigoquepreguntaentoncesexcitado.
—Sí—afirmomientrasunnuevojadeosaledemiboca.
—¿Tegustacómotefolla?
—Sí...—vuelvoaasentir.
Paramínohaynadamásmorbosoqueescucharloquedicemiamorenunmomentocaliente.El
morbonoessóloloquehacemos,sinotambiénsuroncavoz,suspalabras,sumiradayelmodoen
que me sujeta. Acalorada, miro a Martín, que continúa asolando mi cuerpo y, cuando veo que va a
abalanzarsesobremiboca,digobienaltoparaquemeoiga:
—Mibocasólotieneundueño.
Martínasiente.Nosomoslaúnicaparejaquesereservalosbesossóloparaellos.EntoncesEric
tiradelacorrea,hacequelomireymebesa.Introducelalenguaenmibocacontalposesividadque
creoquemevoyaahogardeplacermientrasMartínsiguehundiéndoseenmíunayotravez.
Eneseinstante,oigoqueGracielajadeatantoomásqueyo.Sinduda,loqueocurrelavuelveloca
comoamí.Elcalorrecorremicuerpocomounaculebrilla,cuandoEricseapartay,trasponersede
pie en la mesa, coloca su pene ante mí y lo introduce en mi boca. No puedo tocarlo, mis manos
siguenamordazadas,yesoenciertomodomeexcita.
Suave.Elpenedemiamoressuave,duro,dulceyexcitante.Meencanta.
No sé cuánto dura aquello, sólo sé que me abandono al placer que doy y me dan. Mi cuerpo
tiembla,misexosucciona,mibocachupa,yyodisfrutodeaquellasensaciónmientrasllegoalclímax
varias veces sin pensar en nada más, hasta que Martín acelera sus acometidas y, tras un fuerte
empellón,séqueelplacertambiénlehallegadoaél.
EncuantoMartínseretira,veoquecogeunabotellitadeaguaymelaechasobrelavaginapara
lavarme.
¡Oh,quéfrescor!
Eric se baja de la mesa. Sin desatarme las manos de la espalda, me tumba con exigencia y
premura, coloca mis piernas sobre sus hombros y me penetra hasta el fondo para que yo vuelva a
gritar.
—Sí...,así...,gritaparamí—oigocómoexige.
Nadamegustamásqueserposeídapormiamor.Nopodermoverlasmanosmeestámatando,
aunque,almismotiempo,meestágustando.Niyomismameentiendo.
Nuestra posesión no es sólo física, sino también mental, porque sé que, cuando otro hombre o
mujerestáenmiinterior,sóloconverlamiradadeEricescomosifueraél.Élysolamenteélme
follademilmodos,demilmaneras,comoséquesoyyolaquelofollaaél.
Sindescanso,miamorsemueveenmiinterior,unayotrayotravez.Somosinsaciablesenloque
alsexoserefiere.Entonces,mirandoaMartín,quenosobserva,murmuro:
—Sujétameparaél.
Aloíreso,Ericsonríe.Nuestroinstintoanimal,esequenosposeeenmomentoscomoéste,yaha
aflorado y, abriéndome todo lo que puedo para mi amor, me dejo penetrar mientras Martín me
sostieneporloshombrosparaquenomemuevaniunmilímetrosobrelamesa.
Fuerte...,fuerte...,fuerteyduro.Asímehacesuyamiamor,yséqueyolohagomíomientrasen
susojosobservolarabiaportodoloocurridoentrenosotrosúltimamente.
Veoquesemuerdeellabioinferior,loquesignificaquesullegadaalséptimocieloestácercana.
La música se para y pueden oírse mis gritos en la habitación. Pero mis gritos no son los únicos.
Cerca de nosotros, Graciela está sentada sobre Dexter, que lleva puesto un arnés con un pene a la
cinturaygritacomoyo.
—Dimequetegustaasí...,dímelo—exigeEricconvozronca.
Asiento...,nopuedohablar.TodayotiemblomientrasoigolosazotesqueDexterledaasumujer
eneltrasero,yEricmásdentrodemínopuedeentrar.
Mis gritos de placer y los de Graciela resuenan en la insonorizada habitación, y eso a los
hombreslosponeamil.Entonces,lapuertaseabreyveoentraraBjörnyaMel.Nosmiran,ensus
ojos veo las ganas que tienen de unirse al juego, de participar, pero yo en ese instante sólo quiero
jugarconmiamor,conmiEric,conmiZimmerman.
Por suerte para mí, Eric tiene un aguante increíble. Sabe dosificarse para que el placentero
instantedurecuantodeseemosy,trascorrermeunavezycuandosientequevoyacorrermedenuevo,
seagachasobremíymurmura:
—Juntos,pequeña...,juntos.
Mordiéndomeellabioinferior,meproporcionaunúltimoysecoempellónquehacequeelplacer
noslleguesimultáneamenteytengamosconvulsionescomolocossobrelamesa.
Conloshombrosdoloridosporestartantoratoconlosbrazoshaciaatrás,nuestrasrespiraciones
seacompasan,yentoncesveoqueCésarseacercaaMelyBjörncomienzaadesnudarlamientrasella
secolocaelcollardecuero.
Sin moverme ni separarme de mi amor, observo cómo comienza el juego entre ellos. Eric me
besaentoncesenelcuello,mesientaenlamesay,trassoltarmelasmanos,murmuraenmioído:
—¿Todobien,miamor?
Dirijomisojososcuroshaciaél.Meduelenunpocolosbrazospero,conunaponzoñosasonrisa,
asientoymiamorsonríe.
Varios minutos después me entran unas irremediables ganas de ir al baño para hacer pis y,
mirandoaEric,digoponiéndomeunadelasbatasrojasquehaysobrelacama:
—Tengoqueirallavabo.
—¿Teacompaño?
—No,cariño,nohacefalta.Enseguidavuelvo.
Cuandovoyamoverme,Ericmesujetay,mirándomealosojos,murmura:
—Teechabademenos,corazón.
Yosonrío.Séaloqueserefiere.
—Yotambiénati,miamor—digosonriendodefelicidad.
Lobesoy,trasabrirlapuertadelalibrería,salgoycorroalbaño.
Dosminutosdespués,yconlavejigavacía,memiroalespejoysonríoalverelcollardecuero
deDexterenmicuello.Dexterysusrarezas.Trasatusarmeunpocoelpelo,mecierrolabataroja
sobre la cintura y salgo del baño. Camino de regreso hacia el despacho y, cuando me dispongo a
entrar,medoydebrucesconalguienquesaleatodaprisa.
¡Mihermana!
Alverme,Raquelmeagarradelamanoy,conelgestodesencajado,murmura:
—Ay...,cuchu...,ay,cuchu...,¡vámonosdeaquí!
—¿Quépasa?—preguntopreocupada.
—Tenemosquecogeralosniñosymarcharnosdeaquí.
—¿Porqué?¿Quéocurre?
Voyamovermecuandomihermanasellevalamanoalabocaymurmura:
—No...,noentreseneldespacho.¡Ay,virgencita,quédepravación!
Segúndiceeso,séloquepasa,ysemeponelacarnedegallina.
Joder...,joder...,joder...
Pongounpieeneldespachoy,condisimulo,miroyveoquemehedejadolapuertadelalibrería
abiertaalsalir.¡Malditasea!
Raqueltirademí.¡Estáhistérica!
Comopuedo,lallevohastalacocinaparadarleunvasodeagua.
Pobrecita,mihermana,conloimpresionablequeesparaestascosas.
Tiembla. Yo me agobio y, cuando se ha terminado de beber el vaso de agua, lo deja sobre la
encimeraycuchichea:
—Ay,Diosmío...,ay,Diosmío...,¡quéfatiguita!
—Tranquila,Raquel.Tranquila.
Mihermanasedaaireconlamano,estáblancacomolaceray,comotemoquesedesmaye,la
sientoenunasilla.
—Teníased—empiezaaexplicarentoncesconvoztemblona—.Vinealacocinaaporaguay,al
salir,oíruido.Fuihastaeldespachoy,alentrar,yo...yoviesapuertaabierta,measoméy...y...Ay,
cuchu,¡vámonosdeaquí!
—Raquel,respira.
PeroRaquelestá,comodecíalacancióndeShakira,bruta,ciegaysordomuda,ytiembla...tiembla
comounahojadelsustoquetiene.
Ay,pobrecita,michicarrona,¡quémalratitoestápasando!
Voyaporotrovasodeagua,estavezparamí.Lonecesito.Saberquemihermanahavistoloque
havisto,meresecahastaelalma.
Bebo...,beboybebomientrasintentopensarrápidamenteenunaexplicaciónquedarlecuandoella
seacercaamíymurmura:
—Eric...Ericestabaconesosdepravados.
—Escúchame,Raquel...
—No, escúchame tú a mí —insiste con la respiración entrecortada—. He... he visto algo
horroroso, impúdico y guarro. Eric estaba desnudo y mirando, mientras Mel y Graciela estaban a
cuatropatascomounasperrillas...Ay,Dios...Ay,quéfatiguita,¡nopuedonidecirlo!
—Respira,Raquel...,respira.
Peromisorprendidahermananoatiendearazonesy,levantándose,prosigue:
—Ellas llevaban unos collares de cuero negros como si fueran perros, Dexter tiraba de una
correa, mientras Björn y creo que... que... César las... las... ¡Ay, Dios, qué asco! —Y, tomando aire,
suelta—: Estaban follando, ¡follando como conejos! ¡Todos revueltos! ¿Cómo... cómo puedes tener
amigosasí?
Joder...,joder...,joder,quémalratomeestáhaciendopasaramítambién.
Noséquéresponderle.
Nunca me imaginé viviendo una escena así con Raquel. Entonces, mi hermana se agacha en el
sueloyseponeallorar.Pero¿porquétienequesertandramática?
Me agacho con ella con la intención de levantarla y la pobre, hecha un mar de lágrimas,
murmura:
—Cuánto siento lo de Eric, cuchu..., con lo que tú lo quieres, y... y él... —Y, cogiendo fuerzas,
sisea—: Ese desgraciado es un depravado, un cochino, un cerdupedo..., un... un... —Entonces grita
levantándosedelsuelo—:¡Ay,virgencitadelaMerced!
—¿Yahoraquépasa,Raquel?
Mihermanalevantaunbrazoy,señalándomeconundedoacusador,diceconvoztemblorosa:
—Tú...túllevasotrocollardeperrillacomolosquellevanellas...
Ostras,¡elcollar!
Inconscientemente,melotocoymurmuromientrascomienzoasentirunpicorenelcuello:
—Raquel,escúchame.
Elgestodemihermanahapasadodelhorroralaincredulidady,yasinllorar,dice:
—¿Qué...quéhashecho,Judith?
—Raquel...
—¡Ay, virgencita! ¿Qué te ha obligado a hacer Eric?, porque juro que cojo un cuchillo y le
rebanoelpescuezodeladoalado.
Hedeexplicarme.Necesitodeciralgoantesdequesaqueconclusioneserróneas.
—Raquel—respondo—,Ericnomehaobligadoanada.
—¡Mientes!
Tratandodenoperderlosnervios,insisto:
—No, Raquel, no miento. Eric y yo disfrutamos así del sexo. Y, aunque sé que es complicado
entenderlo,niélmeobliga,ninadiedelosqueestánahídentroestáobligado.
Veoquepestañea.Loqueacabodedecirladejaloca.
—¿Tevaesaperversión?—murmura.Asientoacojonadayentoncesellagrita—:¡Pero¿esque
estásmaldelacabeza?!
—Raquel,nochilles.
Seseparademí.Yointentocogerla,peromedaunmanotazo.Sesientaenunasilla.Séqueno
entiendenaday,acomodándomejuntoaella,prosigo:
—Eric,yoytodoslosqueestánenesahabitaciónnoestamosmaldelacabeza,Raquel,essólo
que,alahoradedisfrutardelsexo,nosgustahacerloconmásgentey...
—¡Guarra! Eso es lo que eres, ¡una guarrindonga y una cochina! ¡Qué vergüenza! Tus niños
durmiendoapocosmetrosdeaquíytúzorreandocomounaperdida.
—Raquel...—murmurointentandoentenderla.
—¿Cómopuedegustarteeso?
Entiendosuindignación.
Entiendoloquepiensa.
Entiendoquepiensemilcosasdemí.
YotambiénpensétodoesolaprimeravezqueEricmemostróesemundo.Asípues,tratandode
ponermeensulugarytambiéndehacerlecomprender,prosigo:
—Yo no lo veo como una cochinada, sino simplemente como otro modo de ver, entender y
disfrutar del sexo. —Y, antes de que pueda hablar, añado—: Eric y yo somos una pareja normal,
comotú,comoBjörnyMeloDexteryGracielapero,alahoradelsexo,nosgustaalgomás.
—¿Parejanormal?
—Sí.
—Mira,guarrindonga...,esodenormalnotienenada.Esolohacenlosdepravadosylosqueno
estánbiendelacabeza.Ytú...ytú...¡Ofú,quécalor!
—Aver,Raquel—insistorascándomeelcuello—.TúmismamehasconfesadoqueJuanAlberto
ytúdisfrutáisenvuestracamajugandoconvibradoresyconsoladoresy...
—Esonoeslomismo,Judith...
—Loes.Escúchameydéjameexplicarme.
—Nodigastonterías.
—Raquel, tú y tu marido jugáis como jugamos Eric y yo. La única diferencia es que nosotros
jugamoscongentedeverdadyvosotrosconaparatosdesiliconayconvuestraimaginación.
—Pero¡¿quétonteríaestásdiciendo?!—chilla.
—No digo ninguna tontería, Raquel. —A continuación, clavo la mirada en ella y pregunto—:
¿PorquéjuegasconvibradoresconJuanAlberto?
Mihermanaseponeroja,peroalverqueesperocontestaciónresponde:
—Porquemedalaganaymesaledelpotorro;¿yatiquéteimporta?
Sucontestaciónmehacesonreír,einsisto:
—Lo haces porque te causa morbo. Que yo recuerde, me dijiste hace tiempo que tenías un
consoladorllamadoAlPacinoyotroKevinCostner.¿Porquélespusisteesosnombres?
Raquelsedaaireconlamanomientrasyomerascoelcuello.
—Hedichoquenoeslomismo—sisea—.Nointentesconvencerme,¡cochina!
Vale...,novoyaenfadarmeporquemellamecochina.RaquelesRaquel.
—LespusisteesosnombresalosjuguetitosporqueenelfondotegustaríaquefueranAlPacinoy
KevinCostnerquienesestuvieranallí—insisto—,y...
—Por favor, ¡cuánta tontería tengo que oír! —grita mi hermana—. ¿Quieres dejar de decir
porquerías desagradables? Que tú seas una guarrindongui no significa que yo tenga que serlo
también.Ay,Judith,quédecepción,¡quédecepción!
—¿Me consideras una guarrindongui? —Raquel ni siquiera pestañea, y añado—: Pues siento
muchoquepiensesesodemí.
—Cuandopapáseentere...
—¡¿Qué?!
Ah,no...,esosíqueno.
Enesteinstante,sacotodamiartilleríapesaday,mirandoamihermana,replico:
—Raquel, si se te ocurre decirle algo a papá de mi vida sexual, ten por seguro dos cosas: la
primera,quenovolveréahablarteenlavida,ylasegunda,queéltambiénsevaaenterardelobien
quetelomontasconAlPacinoyKevinCostner.
Nosmiramos.Ellaestáenfadada.Yotambién.
Eneseinstante,JuanAlbertoentraenlacocinaencalzoncillosy,mirandoamihermana,dice:
—Michiquita,estabapreocupadoportutardanza.¿Quéocurre?
Mihermanaselevantayhuyedemiladopararefugiarseenbrazosdesumarido,cuandoenese
momentoapareceEricconunatoallaalrededordelacinturaymemira.
—Cariño,¿quépasa?—dice.
AlveraEricdeesaguisa,Raquellomiray,comounaverdulera,grita:
—¡Guarro,degenerado,indecente,vicioso,corrupto,inmoral...!¡Esoesloquepasa!
Sumaridoyelmíosemiransorprendidosmientrasyoresoplo.Merascoelcuelloylepidoa
Ericconlamiradaquenodiganada.Sinduda,Raquelnolovaaponerfácily,caminandohaciaella,
siseo:
—Sivuelvesainsultaramimarido,teaseguroque...
—Pero¿quéospasa?—insisteJuanAlberto.
Raquel se calla, no dice nada. A sabiendas de que luego se lo va a contar, me planto ante mi
cuñadoyexplico:
—RaquelacabadedescubrirqueaEric,amíyaalgunosmásdeestacasanosgustauntipode
sexodiferentedelquevosotrospracticáis.Esoesloqueocurre.
Ericmemirasorprendidoporloquehedicho,yyoañado:
—Y yo le he dicho que, mientras vosotros jugáis con consoladores y vaginas de silicona,
nosotrosjugamosconpenesyvaginasdecarneyhueso.¿Dóndeestáelproblema?
Juan Alberto abre la boca. El pobre está tan sorprendido como Eric y, mirando a mi hermana,
dice:
—Escucha,relinda...
—Vámonosdeaquí.Noquieroestarenestacasacorruptallenade...de¡inmorales!
—Raquel...—susurroparapedirlecalma.
—¡Vámonos!—vuelveagritarella.
—¿Ahora?—preguntamipobrecuñado.
—No,elmesqueviene,¡notejode!—insisteRaquelmalhumorada.
TrasintercambiarunamiradacómpliceconEric,quedeprontomehacepresuponermásdeuna
cosa,elmexicanomurmura:
—Cariño,losniñosestándormiditosencasademistíos.¿Cómolosvamosadespertar?
—Medaigual—insistelacabezotademihermana—.Noquieropermanecerniunsegundomás
bajoelmismotechoqueestosperdidosysucioscochinos.
—Raquel,comovuelvasainsultarnos,tejuroquemevoyaenfadar—siseo.
Ericmecogedelamanoymesujeta.Meconoceyestáviendoquealfinallevoyacruzarlacara
amihermanacomosigaporesecamino.
—Escucha, mi reina —dice Juan Alberto—, quizá no sea el mejor momento para decirte esto,
peroantesdeestarcontigoyotambiénpractiquéloqueelloshacen.
—¡¿Qué?!—gritamipobreRaquel.
¡Tomayaaaaaaa,loqueacabadeconfesarmipobrecuñado!
—Participé en orgías —prosigue él—, y en su defensa tengo que decir que no me considero
ningúncorruptoniningúndegenerado.Essólounaclasemásdesexo,tanrespetablecomolaquetúy
yopracticamos.
Labocademihermanaseabre...,seabreyseabrey,cuandonosepuedeabrirmás,yestáclaro
quevanasalirdeellasaposyculebras,Ericdice:
—JuanAlberto,llévateatumujeralahabitaciónytranquilízala.
Inmóvil,veocómomicuñadoagarralamanodemihermanay,sindecirniunapalabramás,tira
deellacongestotoscoyambossemarchan.
El corazón se me va a salir del pecho mientras me rasco el cuello. Eric me sujeta entonces la
mano,lomiray,quitándomeelcollardecueronegro,musita:
—Cariño,teestásdestrozandoelcuello.
Agobiadaporloocurrido,merefugioensusbrazos.
—Llévamealacama—lepido—.Necesitocerrarlosojosydesconectar.
26
A la mañana siguiente, todos saben lo ocurrido. Todos menos los padres de Dexter; ya se encarga
JuanAlbertodequeRaquelnoabralaboca.
Mihermanaestáenfadaday,porloqueveo,consumaridotambién.
Pobre,¡laquelehacaído!
MelyGracielaintentanhablarconella,perolacabezotadeRaquelsehacerradoenbanda,sólo
veennosotrosaunosdegeneradosy,cuandopasapornuestrolado,enespecialporelmío,melo
diceapesardelosgruñidosdeJuanAlberto.
—Jodercontuhermana—protestaMel.Luegomellevahastalaterraza,dondenossentamosa
tomar el sol, y añade para quitarle hierro—: Bueno, la verdad es que si mi hermana Scarlett se
enteraradecómoesmividasexual,seguroquereaccionaríacomoella.
Gracielasenosacercaconunascopasysesientaconnosotras.
—Debéiscomprenderlas—dice—.Notodoelmundoentiendeestetipodeprácticassexuales.
—Losé—afirmoviendoaEricsonreíralapequeñaHannah—,eintentoponermeensulugar,
porqueellaesmuytradicional.
—Bueno..., bueno... —dice Mel riendo—. No te fíes de las tradicionales, que ésas luego son las
peoresylasmásviciosillas.
Lastresreímos,yluegoyoañado:
—No, en serio, Raquel siempre ha sido muy tradicional en temas de sexo. Con su anterior
marido, sé que hizo el misionero y poco más, pero con Juan Alberto estoy segura de que se ha
espabilado,ymásqueseespabilarátrasenterarsequeéltambiénparticipóenorgíasenotraépoca.
Denuevoreímos.Québrujassomoslasmujerescuandonosjuntamos.
—Jud—diceGracielaentonces—.Yaséquenotevaelsado,pero¿notegustócómoanochete
atóEriclasmanosalaespalday...?
—Nomedisgustó,peroprefierotenerlasmanossueltas—respondo.
—Pero¿noteexcitó?—insiste.
Silopienso,claroquemeexcitó.
—En ocasiones —digo bajando la voz al ver a Sami correr por nuestro lado—, Eric y yo nos
atamosanuestracamay...
—Peronoeslomismo,Jud—vuelvealacargaGraciela—.Ayerteatóenunjuegodevariosy
pudeverensucaraquedisfrutabaconello.
Esomesorprende.Sinlugaradudas,leviolacaracuandoestabadetrásdemí.
—Queno—repito—.Queelsadonomeva.Quenomegustasufrir.
—Yonosufro...,alrevés,disfruto—diceGracielariendo.
Meldauntragoasubebiday,despuésdequePipanosindicaquesellevaalosniñosalasalade
juegos,murmura:
—Amítampocomeva.
—Pero¿lohasprobado?—preguntaGraciela.
Melasientey,bajandolavoz,cuchichea:
—Loprobéhaceañosconuntipo.Peroundía,traspasarmeunbuenratoatadaysuspendidaenel
aire,decidíquenoeralomío.Aunque,bueno,reconozcoquecuandoheestadoenlacruzsujetasí
mehaexcitadoylohepasadobien.
—¿Teexcitalacruz?—pregunto.
—Sí, y a Björn también —dice sonriendo con picardía—. Creo que deberías probarlo. Estoy
seguradequetegustaría.
—¡Niloca!—resoplo—.Siaccedoaeso,sindudaaccederéamáscosas,yrepito:¡pasodelsado!
MelyGracielasonríen.Ambaslohanprobado.Estaúltimacuchichea:
—PruébaloconEric.Hacetiempo,Dextermecontóquelostresestuvieronenalgunafiestecita
BDSM.Y,porloquesé,selopasaronmuybien.
Melyyonosmiramos.Primeranoticia.
—¿Ycuándodicesquehanestadoenesasfiestecitas?—preguntaMelcambiandoeltonodevoz.
Alversureacción,Gracielaseapresuraaresponder:
—No...,no...,noesactual.Élmecontóquefuehaceaños.
EnesemomentoapareceDextery,posicionándosejuntoasumujer,pregunta:
—¿Dequéhablantrespreciosasmujeresbajoelsol?
—Desado—respondeGraciela.
Dextersonríe.
—Mividalinda,viciosayhermosa—murmura—.Sonlasdocedelamañana,lacasaestállenade
gente y mis viejos están en el salón con nuestros bebitos. Pero, si no estuvieran, ahorita mismo te
desnudaría,teataríasobrelabanquetayjugaríaunbuenratitocontigocomonosgusta.
Gracielasonríe,seacercaalasilladeruedasdesumaridoylobesa.
—Nilostacosestántansabrososcomomidueña—murmuraDexter.
Melyyonosmiramosysonreímos.Losreciénestrenadospapisestáncomoatontados.Cuandoel
besoacaba,Dextermemirayseñala:
—Tu hermana está totalmente norteada. Si seguimos su plan, vamos a entrar en broncas. Ni te
cuento,lohasoltadotodoporsuboquitacuandomehavistoestamañanita.
Asiento.Meimaginoamihermana,mientraspiensoquépuedodecirleohacerparaquerespetelo
que yo hago. Al fin y al cabo, se trata de respetar. Yo respeto lo que a ella le gusta, y ella debería
respetarloqueamímegustapero,claro,¡hazleentenderesoamidramáticahermana!
EneseinstantesalenalaterrazaBjörnyEricmuyserios.
—¿Quéocurre?—pregunto.
—Creoquehayuncoreanoalemánqueselaestájugando—diceBjörn.
Aloíreso,rápidamentemiroaEric.
—¿Quéhahecho?
Ericsesientaamiladoysuspira:
—Mimadrenomelohadicho.Pero,cuandoregresemos,metemoquetendremosquehablarcon
ciertoadolescenteconflictivo.
Resoplo. No quiero ni pensar qué habrá hecho ahora e, intentando relajar a mi amor, apoyo la
cabezasobresuhombroymurmuroparahacerloreír:
—Túyyosolosenunaisladesiertaseríamostremendamentefelices,¿verdad?
Miamorsonríey,acercandolabocaalamía,murmura:
—Contigo,encualquierlugar.
Esa noche, en la intimidad de nuestra habitación, Eric me sorprende cuando me pide que me
pongaelcollardecuero.Lohagogustosay,trasdecirmequeconfíeenél,meataalacabeceradela
camaycomienzaadarmeórdenesqueyoaceptoencantadamientrasmehaceelamorconexigencia.
Unavezacabamosnosreímosy,cuandomedesata,preguntomientrasestamostumbadossobrela
cama:
—¿Atitegustaríajugarconmigoatadaaunacruz?
Miamormemiraysonríe.
—Nuncaharénadaqueatitedesagrade.
Vale.Surespuestamegusta,peroinsisto.
—Pero¿tegustaría?
Denuevosumiradametraspasa.
¡Dios,cómomeponeesamirada!
Séquedudasurespuesta.Sabeloquepiensodeesascosas,perofinalmentesusurra:
—Claroquemegustaría.
Deprontoselevantay,tendiéndomelamano,dice:
—Ven.
Me levanto. Me pasa una bata que me anudo a la cintura y, tras ponerse él otra, me coge de la
manoysalimosdelahabitación.Veoquemellevaalahabitacióndelplacer.Ericponelaluzrojay
cierralapuerta.
Concuriosidad,observolosartilugiosqueDextertieneallí.Sinduda,aélyaGracielalesgustan
cosasqueniamíniaEricnosvan.
—¿Tefíasdemí?—preguntamiamormirándomealosojos.
Meentralarisa.Claroquemefíodeél.Entonces,mebesa,desataellazodemibata,éstacaeal
sueloyyoquedototalmentedesnuda.
Excitada, me agarro a Eric y disfruto de un increíble beso, hasta que él me separa, me coge la
manoymellevaantelacruzacolchada.
Yolamiro.Éricmemiraamíydice:
—Enlacruzsepuedenjugaramuchascosas.Nosóloaloquetúcrees.
Actoseguido,medalavuelta,meponedeespaldasaél,subemismanoshaciaarribay,conunas
cintasquecuelgandelacruz,comienzaaatármelas.
—Eric...
Miamormeapaciguapaseandolabocapormicuello,lochupaymurmura:
—Tranquila,pequeña...,tranquila.
Cuando termina de atarme las manos, se agacha y me hace separar las piernas. Con una cinta,
sujetaunodemistobillosyluegoelotro.
Una vez me tiene totalmente inmovilizada en la cruz, miro hacia atrás. Con Eric nunca tengo
miedo de nada. Entonces observo cómo se desabrocha la bata y ésta cae al suelo y él queda tan
desnudocomoyo.
Laluzroja,yoatadayverlodetrásdemíconlograndequeesmeintimida.Meponelacarnede
gallina,peronodigonada.Ericnuncameharíadaño.
Actoseguido,looigomoversey,depronto,unamúsicaestridentequenoidentificocomienzaa
sonar. Entonces, veo que Eric coge un azotador con flecos rojos y, pasándolo por mi cuerpo,
murmura:
—Cierralosojos,pequeña.
—Eric...
Intentomoverme.Lasensacióndeestarinmovilizadameagobia,peroélinsiste.
—Ciérralosyconfíaenmí.
Hagoloquemepide.Confíoenél.
De pronto siento cómo comienza a pasear el azotador por todo mi cuerpo. Es suave,
increíblemente suave y, cuando me estoy acostumbrando a su suavidad, un picor en las nalgas me
haceabrirlosojosyoigoqueEricpregunta:
—¿Duele?
—No.
Miamorsonríeyahorasientoelpicorenlaotranalga.
Duranteunrato,Ericmeazotaconcuidadolasnalgas,losmuslos,laspantorrillasylascostillas.
Elpicoresgustosoy,cuandonotoqueelcuerpoenteromearde,élsueltaellátigo,posasuduropene
enlaentradademivaginaymepenetra.
Grito.
Nopuedomoverme.Atadacomoestoydepiesymanos,metienetotalmentedominada.Eric,mi
grandullón,aprietaelpeneenmiinteriorymurmura:
—Lacruzteinmoviliza,ytetengototalmenteamimerced.¿Lonotas?
Asiento...,nopuedohablar.
Apoyalasmanosenmicinturaylamasajeamientrasmeempalaconlentitud.Después,susmanos
vanhastamivientre,bajan...,bajanybajany,cuandosudedosecolocasobremiclítorisyloacaricia,
Ericsusurraenmioído:
—Nomevaelsadoylosabes,peroahoramismomeencantaríaquedelantedetihubieraalguien
chupandoloquetocomientrastefollo.Imagínalo.Imagínalo,pequeña,ydisfruta.
Extasiadaporloquelaunióndetodoesomeestáhaciendosentir,jadeoenelmomentoenqueél
comienzaabombearenmiinteriorcomounanimal.Gimo.Meentregoaél.Micuerporebotacontra
la cruz acolchada y noto que la sensación me gusta. Me gusta estar sometida mientras el duro y
exigentepenedeEricentraysaledemí.Nuestrosgritosdeplacernacenymuerenenlahabitación,
hastaqueelgocenospuedey,trasunaúltimaestocada,losdosllegamosauncalienteclímax.
Acabado el loco momento, ambos permanecemos apoyados en la cruz unos instantes; yo sobre
ella, y Eric sobre mí. Necesitamos que nuestro resuello se tranquilice, mientras la música cañera
suenaanuestroalrededor.
Minutosdespués,Ericsaledemí,sientocómoseagachay,trasdarmeunmordisquitoenlanalga
derecha,medesatalostobillosparalevantarsefinalmenteydesligarmelasmanos.
Unavezliberada,medoylavuelta,justoenelmomentoenqueEricapagalamúsica.Elsilencio
nosllena,nosmiramos,sonríoyélsonríey,trasdarnosunfugazbeso,miamormeagarraporla
cinturaydicemimoso:
—Esto es lo máximo que yo quiero hacer contigo en la cruz. Nunca haría nada que te pudiera
incomodarnidesagradar,¿entendido?
Asientoysonrío.Sinduda,miamorsabeloqueaambosnosagrada,yesomehagustado.
Pasan dos días en los que por las noches, cuando los niños duermen, Eric y yo, solos o en
compañía,jugamosatodoloquesenosantoja.Atodo...
Raquelsiguesinhablarme,noseacercaamí,perocomienzaacomunicarseunpocomásconlos
demás.Sinduda,continúaenfadadaconmigo,yosoysuguarrindonguihermanay,conociéndola,me
vaamartirizarelrestodemivida.
Llegalafechadelbautizoyamaneceunpreciosodía.Todosnosponemosnuestrasmejoresgalas
ysalimosendistintoscocheshacialaiglesia.
Durantelahomilía,ErictienequesaliralacalleconHannah.Comosiempre,elmonstruitolaestá
montando.YomequedoconelpequeñoEric,quejuegaconSamisobreelbancodelaiglesiaconun
cochecito.
Condisimulo,observoaRaquelyveoquemiraalfrentemuydignamientrasescuchaloquedice
el sacerdote. El cura habla de saber perdonar y entender, e inconscientemente sonrío. ¡Vamos, que
parecequesabeloquehapasado!
Unavezbautizadoslosmellizos,todoslosinvitados,quesomosmásdecien,nostrasladamosal
Club de Golf México, un lugar precioso y colorido. Nada más llegar, unos atentos camareros nos
hacen pasar a uno de sus bonitos salones para el banquete, y, todo sea dicho, me pongo morada a
canapés.
¡Quéricoestátodo!Yquépocomeimportanahoraloscincokilosengordados...
Pipa y las cuidadoras se llevan a los niños para darles de comer. Los pasan a un salón más
chiquitito con otros niños y allí comen, juegan y duermen la siesta mientras los mayores nos
sentamostranquilamente.
Cuando acaba la comida, y los niños siguen durmiendo, nos quedamos sentados a la mesa
charlando, y entonces observo que mi hermana discute al fondo del salón con Juan Alberto. Desde
quehavistoloquehavistoyélhaconfesadoalgodesupasado,sindudalacosasehacomplicado.
Nolesquitoelojodeencima,hastaqueveoquemicuñadosedaporvencido,sedalavueltayse
alejadeella.Eric,quetambiénsehadadocuenta,murmura:
—Esteviajecitonolovaaolvidarenlavida,elpobre.
Asiento.Desdequemihermananomehabla,lopagatodoconél.
PorsuerteparaRaquel,elmexicanoestranquilo,muytranquilo,perotambiénestoyconvencida
deque,comosecabreeylolleveallímite,mihermanalovaapasarmal.
VeoentoncesqueJuanAlbertosedirigealbary,trasguiñarleelojoaEric,voyasuencuentro.
Cuandollego,mesientoeneltaburetedealladoy,mirandoalcamarero,pido:
—Póngamelomismoqueél.
Micuñadomemiraysonríe.
—Adoroatuhermana—dice—,laquieromásqueamivida,perocuandoseponetancabezota
medanganasde...de...
Asiento.Entiendoloquequieredecir,ymurmuro:
—Lamentomucholoquehapasado,ymesientoresponsabledevuestrasdiscusiones.
Elcamarerodejaantenosotrosdosbotellitasdeagua.
—Guauuuu...—exclamodivertida—,¡veoquevasfuerte,cucuruchillo!
JuanAlbertosonríey,mientrasmesirveelaguaenunbonitovaso,señala:
—Elaguasiempreaclaralasideas.
Esomehacesonreír.Sinduda,mihermanahaencontradoaunbuenhombre.Cuandoterminade
llenarsuvaso,dice:
—Yointuíaqueaquellanocheterminaríaisenlahabitacióndelplacer.
El agua se me va por otro sitio. Me ahogo. Juan Alberto se ve obligado a darme un par de
palmaditasenlaespalday,encuantomerecupero,murmuro:
—¿Porquélointuías?
Micuñadosonríeysuspira:
—Cuando me divorcié, tuve una temporada loca. Dexter me invitó a su habitación del placer
variasvecesconunasmocitasmuyguapasy,porsupuesto,acepté.ConozcoaCésaryaMartínysé
quéclasedesexolesgusta.Además,nosoytonto:vilasmiradasqueintercambiabanconEricycon
Björnlaotranocheeimaginéloqueibaaocurrir.PoresoaniméaRaquelparaquenosfuéramosa
lacama.
—Ay,Dios...
—No te apures, preciosa —dice sonriendo con complicidad—. Disfrutáis del sexo a vuestra
manera,yestanrespetablecomoeldisfrutequeyotengocontucabezonahermana.¿Teimaginassi
lepropongoalgoasíaRaquel?
—Teabrelacabeza—memofo.
Ambosreímosporaquelloyluegoélañade:
—Pero tenías razón en lo que dijiste la otra noche. Nosotros jugamos en la intimidad como lo
hacéisvosotros,conladiferenciadequeEricytúhacéisloqueosgustaporqueestáisdeacuerdoy,
enmicaso,yonolopropongoporqueséqueRaquelmemataría.Poresomeconformoconjugar
con aparatitos de silicona, imaginar y fantasear. Y, una vez dicho esto, siempre negaré que lo he
dicho,¿entendido,cuñada?
Sonrío.Unavezmás,JuanAlbertomehacesonreír.
—¡Quégrandeeres,tío,quégrande!—exclamo.
Unahoradespués,EricnospideunosManhattanaMel,aGracielayamí.Sabequenosgustan
muchoy,mientrasbebomicóctelyescuchocómoBjörnlehacepedorretasamipequeñaHannah,
observoaDexterjuntoamihermana.Estánlosdossolostraslascristalerasdelazonadebanquete
hablandoyveoqueambosgesticulanconlasmanos.Sinlugaradudas,estándiscutiendo.
—CreoquedeberíasavisaraJuanAlberto—ledigoentoncesaEric.
—¿Porqué?
—PorqueDexterymihermanasonunabombaderelojeríajuntosylapuedenliarmuymuymuy
gorda.
Ericasiente,perosinlevantarsemurmuramientrasjuegaconelpequeñoEric:
—Tranquila,JuanAlbertoyaestápendientedeellos.
Mirohaciaellugardondemeindicamiamoryveoamicuñadojuntoalosniñoshablandocon
lospadresdeDexter,mientrascondisimuloobservaaRaquel.
Eltiempopasa,yDexteryRaquelsiguenjuntos.¿Dequéhablarán?
Meagobio.Elmexicanotieneunalenguadedoblefiloquepuedehacerledañoamihermanasi
quiere.Perodeprontoveoqueseabrazan.¡Tomaya!
DexterymihermanaseabrazanyEricmurmurasonriendo:
—Comonegociador,notieneprecio.
Björnsonríeyafirmaviendolomismoquetodos:
—Yasabemosqueeselmejor.
Boquiabierta,veocómoDextersealejadeRaquelensusilladeruedas,seacercahastanosotros,
memiraydice:
—Midiosa,cuandopuedas,tuhermanaquierehablarcontigo.
—¿Conmigo?
Dextersonríe,sientaaGracielasobresuspiernasymusita:
—Vetranquila,milinda,lafierayaestáaplacada.
Lomiroboquiabierta.¿Quélehabrádicho?
De nuevo, busco con la mirada a mi hermana y compruebo que no está donde estaba segundos
antes.Rápidamentemisojoslabuscanporelsalónylaencuentrojuntoasumarido.Delamanoselo
llevaaunlado,hablanyfinalmenteveoqueambossonríenyRaquellobesa.
DenuevomiroaDexterypregunto:
—Pero¿quélehasdicho?
ElmexicanodauntragodelManhattandesumujeryresponde:
—Laverdadysólolaverdad.
Durantevariosminutosobservocómomihermanaysumaridosehacenmimitoshastaqueella
denuevosevasolaysesientatraslascristaleras.Sevuelvehaciamíymesonríe.
EntoncesEricmeacercaaél,medaunbesoymurmura:
—Veconella.YoestarépendientedeHannahhastaquePiparegreseconEric.
Melevantocondecisión,MelmeguiñaunojoycaminohaciadondeestáRaquel.Unavezllegoa
sulado,ellamemiraporprimeravezenvariosdíasy,conlosojosllorosos,murmura:
—Cuchu...,¿tepuedessentaramilado?
Sindudarlolohago.Yo,porella,hagoloquesea.
Actoseguido,minerviosahermanacogemimanoydice:
—Séqueenocasionessoyegoístaymáscerráqueelculodeungorrión,perotambiénséquete
quieroyquenoquieroseguirenfadadacontigo.
—Yotampococontigo—respondo.
Raquelasientey,trassecarselosojos,prosigue:
—Reconozcoque,cuandoviloquevi,measusté.Sabesqueesascosasnovanconmigonicon
misideas,pero...peronodeberíahaberdicholasburradasquedijelaotranochedeEricydeti.Y,
antesdequedigasnada,porsupuestoquenoteconsiderounaguarrindonguiniunadescerebrada,ya
Erictampoco.Creoqueeresunahermanafantástica,unahijamaravillosayunatíadetussobrinos
increíble.Y,siatiyatumaridoosgustaesetipodesexo,¡adelante!Nohacéismalanadie,nomatáis
anadie,noherísanadie,sólodisfrutáisdevuestrasexualidadavuestromodo,aunqueamímesiga
pareciendounalocura.
Bueno...,bueno...,bueno...,¡simepinchan,nosangro!
¿Quiénesésaydóndeestámicuchu-hermana?
Durante varios minutos, Raquel habla y habla, hasta que, dejándome boquiabierta, me abraza y
añade:
—Ericytúosqueréis.Soisunaparejamaravillosaalaquemuchosenvidian.Yotengolamejor
hermana del universo y por nada del mundo voy a permitir que nuestra bonita relación se acabe
porqueyonohagalascosascomotú.
Laabrazo.Aisss,loquequieroyoamiRaquelita.
—Tequiero,tonta...—ledigo—.Tequieromuchoy...
—Cuchu—meinterrumpebalbuceando—.Dextertienerazón.Enocasionesdamosimportanciaa
enfadostontossinpercatarnosdequeesastonteríasnosrestanfelicidadhastaquepasaalgorealmente
importante y entonces ya no hay forma de recuperar el tiempo perdido. Yo no quiero perder el
tiempocontigoporquetequiero—lacaraseledescuajeringacomoaunchimpancé—,ereslamejor
hermanadelmundo.
Sonrío.Meemocionoy,abrazandoalatontademihermana,afirmo:
—Yotambiéntequiero,telohedichoytelodirétodaslasvecesquequieras.
—¿Aunquetehayallamadoguarrilladegenerada?
Sueltounarisotada.
—Porsupuesto.
Mihermanaselimpiaconcuidadolosojosparaquenoselecorraelmaquillajeycuchichea:
—Que conste que sigo escandalizándome cuando pienso en lo que haces con tu marido, pero
estoyavergonzada;¡tellaméguarrilla!¿Cómopudehacerlo?
—Teloperdono—digoysonríomirándola—,yteloperdonoporqueséqueenlaintimidad,con
tucucuruchillo,erestanguarrillaydegeneradacomoyo.
Raqueltambiénsonríeyseponeroja.
—Ay,tonti,¡nodigaseso!Porcierto,tengoquedecirteunacosaoreviento.
—Túdirás—respondodispuestaaescucharloquequiera.
Mihermanamemiray,trasunodesussuspiritos,dice:
—Comodiríapapá,quienjuegaconfuegosequema.Tencuidadoynotequemes.
Vuelvoareír,esimposiblenohacerlo,cuandoañade:
—¿Sabes?Teníasrazónenalgo.
—¿Enqué?
Raquelseacercamásy,bajandolavoz,cuchichearojacomountomate:
—EnquecuandojugamosconAlPacinooKevinCostner,cierrolosojosypiensoenellos.¡Soy
unzorrón!
27
El día de nuestro regreso a Alemania, en cuanto llegamos al aeropuerto y pienso en Flyn, se me
abrenlascarnes.¿Quénosencontraremoscuandolleguemos?
Tras despedirnos de Mel, Sami y Björn, Norbert, que ha ido a recogernos, nos saluda y el
pequeñoEricsetiraasusbrazos.Loquieremuchísimo.
Una vez nos montamos en el coche, Norbert nos pone al día de cómo ha ido todo en nuestra
ausencia, pero no habla de Flyn. Lo omite totalmente. Al llegar a casa, Simona sale a nuestro
encuentroybesuqueaconamoralospequeñosmientrassaludaaPipa,quesonríe.
Entonces,elteléfonodeEricsuenaysealejadenosotrasparacontestar.Veoquesemeteensu
despacho y yo abrazo encantada a Simona. Hablamos durante un buen rato y, cuando Eric sale del
despacho,memiraypreguntacongestoserio:
—¿VamosaporFlyn?
Yoasientoy,alversuexpresión,inquiero:
—¿Ocurrealgo?
Nuestrosojosseencuentranymiamor,relajandoelgesto,sonríeymeagarraporlacintura.
—Nadaimportante—dice.
LosniñossequedanennuestracasayEricyyovamosaladeSoniaaporFlyn.Alllegarnos
encontramosamicuñadaMartaconmisuegraquenoshacenuncalurosorecibimiento.
—¿Cómoestás?—preguntomirandoaMarta.
Micuñadasonríey,tocándosesubarriguita,responde:
—Felizcomounaperdiz,nerviosaporladespedidadesolteradelmartesylabodadelsábado,y
asquerosamentevomitiva.
TodossonreímosyentoncesEric,alquehevistomiraranuestroalrededor,pregunta:
—¿DóndeestáFlyn?
Aloíreso,Soniaponelosojosenblanco.
—Arriba.Ensuhabitación—responde—.Antesdequeloveas,tengoquedecirtequeestoymuy...
muyenfadadaconél.
—Yodirectamentelohabríamatadoporloquehahecho—afirmaMarta—.Pero,tranquilos,las
aguashanvueltoasucauceytodoestásolucionado.
—Pero¿quéhahecho?—preguntoansiosa.
—Ay,hija...,estosmuchachosdehoyendíanotienencabeza—murmuraSoniasentándose.
Al oír a su madre, Eric se sienta a su lado. Oh..., oh..., su gesto se endurece. Y, una vez nos
sentamosloscuatrocongestocontrariado,finalmenteexplotaysisea:
—¿Mepodéisdecirdeunasantavezquénariceshahecho?
—Hijo...—murmuraSonia.
Amímeestáentrandoelnervioy,cuandovoyallevarmelamanoalcuello,medoycuentadeque
Eric me observa y evito hacerlo. Ver cómo Sonia y Marta intercambian una mirada me hace
presuponerqueloquehahechohatenidomiga.Entonces,Martaexplica:
—Miqueridosobrinoyvuestroqueridohijo,parahacerseelchulitodelantedesunuevanovieta,
que, por cierto, no me gustó un pelo cuando la vi, creó un perfil en Facebook con el nombre de
MalotePaloteytuvolagenialideadeinsultaraunamigodelinstitutoysubirunvídeo.
—¡¿Qué?!—bramaEric.
Yo escucho alucinada. Pero ¿cuántas cuentas de Facebook tiene el puñetero niñato? Entonces,
pongo la mano sobre el brazo de mi amor y, tras pedirle tranquilidad con la mirada, pregunto
horrorizada:
—¿Aquéamigolehahechoeso?
—JoshBluke,elhijode...
—¿Josh,nuestrovecino?—meapresuroapreguntar.
MartaySoniaasienten,mientrasqueEricyyoparpadeamosalucinados.
Sinpoderevitarlo,mellevolamanoalaboca.JoshfueelprimeramigodeFlynenelcolegio
cuando éste comenzó a relacionarse con los niños. Horrorizada, pienso en él. A pesar de tener la
misma edad que nuestro hijo, Josh sigue siendo un crío tímido y apocado. ¿Cómo ha podido Flyn
hacerleeso?
—Fíjatesiestonto—prosigueMarta,encendida—quesubióaeseperfilunvídeodondeestánen
elbañodelinstitutoconelpobreJosh,escupiéndole.
—¡¿Cómo?!—gritaEric.
—¡¿Qué?!—preguntoyo.
—Sí,hijos,sí—prosigueSoniaapenada—.Elcríoencuestión,alsaberloquehabíahechomi
tontonieto,selodijoasuspadresyelloslodenunciaronalapolicía.Rastrearonlacuentayelresto
yaoslopodéisimaginar.
Micaraesunpoema.LadeEricdamásquemiedito.
Mi niño, mi tonto niño, por chulear delante de su nueva novia, ha querido hacerle daño a un
amigo,sindarsecuentadequeeldañoseloestabahaciendoasímismo.
Ericsellevalasmanosalpelo,selotocayséqueestánervioso.Muynervioso.
Sumadre,alverlo,posaunamanosobresurodillaymurmura:
—Ya está todo solucionado, hijo, no te preocupes. Marta y yo le hicimos cerrar esa cuenta de
Facebooky,después,lollevamosacasadeeseniñoaquelepidieraperdóndelantedesuspadres.
Yosigobloqueada.¿CómohapodidohacerFlynalgoasí?
Ericselevantay,mirándome,dice:
—Ven.Tenemosquehablarconél.
Asiento. Me levanto a mi vez y, tras ver que Marta y Sonia nos dejan nuestro espacio, nos
dirigimoshacialahabitaciónqueelniñotieneencasadesuabuela.
Mientrassubimosporlaescalera,cojolamanodeEricy,parándolo,digo:
—Porfavor,respiraypiensaantesdedecirtodoloquequieresdecirle.
Miamormemira.Asientey,conungestoextraño,musita:
—Jud...,estoytanconfundidoporloquehahechoquenoséniquédecirle.
Durante unos segundos, los dos permanecemos callados y cogidos de la mano, hasta que
finalmentedigo:
—Hagamosunacosa.Comoamímevecomoalapolimala,sigamoshaciendoquelocreaasí.
—¡Pero¿quédices?!—protesta.
—Creoque,sitevemásreceptivoqueamí,hablarácontigodecosasqueseguramenteconmigo
novaahablar.Piénsalo,cariño.—Miamorlopiensa...,lopiensaylopiensay,cuandoveoqueno
respondeylaansiedadsevaaapoderardemí,pregunto—:¿Quéteparece?
—Nocreoquefuncione,Jud.
—¿Porqué?
—Porque,encuantolevealacara,nosésivoyapodercontenermededecirletodoloqueme
rondaporlacabeza.
Sonrío.Noesmomentodesonreír,perolohago.
—Eso será un gran error, y lo sabes —replico—. Tu madre y Marta ya le habrán echado una
buenabronca.Túdebesdecirlealgotambién,peroenestaocasiónesmejorqueseayolaqueleeche
elbroncazodelsiglo.Hazmecaso,deverdad.Amíyametieneentrecejayceja,y...
—Esquenoquieroquetetengaatiasí.¿Porquétevaatenerentrecejayceja?
Miroamiamor.Sinduda,estátansumergidoensutrabajoquetodavíanosehadadocuentadela
crudarealidadenreferenciaaFlynyamí,yasiento.
—Escúchame,amor.Creoqueenesteinstanteesmejorqueteveaaticomoaunamigoenvezde
comoaunenemigo.
Ericmemira...,memira...,memiray,finalmente,acercándomeaél,medaunbesoenlapuntade
lanarizysusurra:
—Deacuerdo.
Sonrío.Meencantaqueentreeneljuego.Leguiñounojoymurmuro:
—Vamos.Tenemosquehablarconnuestrohijo.
Alentrarenlahabitación,Flynestátumbadosobrelacama.Alvernos,enseguidaseponeenpie
y,mirándonos,diceantesdequenosotrosdigamosnada:
—Séqueloquehehechohaestadomal.Lohepensadoymearrepientodeello.Pero...
—Mehasdecepcionado,Flyn—locortaEric—.Jamásmehabríaesperadoestodeti,yteaseguro
queJoshtampoco.¿Enquéestabaspensando?
AprietolamanodeEric,sientoque,sinolohago,novaaparar.Entoncessecalla,memirayyo,
dandounpasoalfrente,digoconesachuleríaespañolaquenosepuedeaguantar:
—Increíble,Flyn...Increíble.¿CómohaspodidohacerleesoaJosh?—Élmemira,nodicenada,
yyoprosigo—:Simelleganadecirqueharíasalgoasínuncalohubieracreído.Pero¿dequévas?
¿Dechulito?¿Decastigador?¿DeMalotePalote?¿Osimplementeesquehasperdidolacabeza?
—Losiento—murmuraFlyn.
Ay,pobre...Ay,quemedesarma.
No obstante, sin querer caer en mi sensiblería de siempre, sacudo la cabeza y, poniéndome las
manosenlacintura,sentencio:
—Mira, guapito, Josh fue el primer amigo que tuviste cuando nadie quería ser tu amigo en el
colegio, ¿lo has olvidado? A él no le importó que te llamaran ¡«chino»! —grito. Eric me mira
sorprendido y yo prosigo—: Ni tampoco le importó que no tuvieras amigos. ¿Y ahora qué pasa?
Ahora,cuandohabéiscambiadodelcolegioalinstituto,yéltenecesitaasulado,teolvidasdeél,te
echasnuevosamiguitosynoseteocurreotracosamejorquemeterteconél;pero¿quécoñoestás
haciendo,Flyn?
—Jud...
La voz de mi amor me hace entender que debo bajar el tono y, volviendo a mirar al crío,
cuchicheo:
—Nosólovasaestarcastigadoeltiempoquedigatupadre,sinoqueahoratambiénvasaestar
castigadoeternamentepormí.—Y,moviéndomeconchulería,añado—:Y,comoaElkeoaalguno
detusnuevosamiguitosselesocurrahacerleodecirlealgoaJosh,tejuropormimadrequeselas
vanatenerqueverconmigo.¿Ysabesporqué?—Elcríoniegaconlacabezayyosiseo—:Porque
yo,cuandoquiero,quierodeverdad,yaJoshloquieroynovoyapermitirquecuatroadolescentes
maleducadosalosquelesfaltaunabuenatortaporpartedesuspadreslehagandaño.Asípues,ya
puedesdecirlesatusnuevosamiguitosque,comoyomeenteredequeletosenolomiranmal,selas
vanaverconmigo,¿entendido?Y,porsupuesto,olvídatedequedarconellosoverlos.Sitengoque
sertusombra,loseré,peroesasamistadessevanaacabar.
Flynnodicenada.Sabequeesmejormantenersecallado.Entonces,Ericmemira,meaprietala
manoydice:
—Deacuerdo,Jud.Bastaya.
—¡Basta ya! ¡Basta ya! —grito como un poli malo—. Este mierdecilla, con la nariz llena de
granos,sepermitehacerloquelehahechoaJoshytúsólodices¡bastaya!
Conscientedeloquehago,Ericrepitesinquitarmelosojosdeencima:
—¡Bastaya!
Mesueltodesumano.Estoyencendida.TengoganasdedecirleaFlynmilcosasmás,perodecido
hacercasoaEricyserenarme.Eslomejor,ynodebopasarme.
Flyn nos observa sin moverse, y entonces veo que Eric se sienta en una silla y, con una
tranquilidadinusualenél,comienzaahablarconnuestrohijo.Ensilencio,yotambiénmesientoy
escuchotodoloquedice.ReconozcoquemeencantaeseladoserenodeEric.Miamoresungran
polibuenocuandoselopropone.
Flyn lo escucha con atención. Por fin veo que conecta con él, y mis ojos se llenan de lágrimas
cuandooigoqueEricdice:
—Lo último que voy a decirte sobre este tema es que has hecho daño a un buen amigo tuyo
llamadoJosh.Túnoeresunamalapersona,hijo,perosinocambias,sinoponesdetuparte,loserás.
Quéverdadmásverdaderaacabadedecirmimarido.Estoyporgritar¡olé...,oléyolé!Perono.
Nodebohacerlootodonuestromontajedepolisbuenosymalossevendráabajo.
UnavezacabaEric,Flynasienteymemira.Sabequeahoraesmiturnopero,comonotengonada
mejorquedecirconrespectoatodoloqueyahadichomiamor,lomiroypreguntomuyseria:
—¿Recuerdatuprofesorlatutoría?
Elcríomemira.Ensusojosveofrialdadhacialoquedigo,yentoncesresponde:
—Sí. Me la recordó el viernes, pero me dijo que la dejáramos para el lunes de la semana que
viene.
—El lunes de la semana que viene no podré ir —blasfema Eric—. Tengo una reunión
programadadesdehacemesesy...
—Noimporta,cariño.Iréyo—locorto.Miamorasiente,yyo,sincambiarmigesto,vuelvoa
miraraFlyneindico—:Ahorarecogetuscosas,nosvamosacasa.
Actoseguido,Ericyyonoslevantamosy,sindecirnadamás,salimosdelahabitación.
Cuandollegamosalaescalera,meparoy,mirandoamiamor,susurro:
—Estoymuyorgullosadeti.EslaprimeravezqueteveohablarasídetranquiloconFlyn,yque
sepasqueloúltimoquehasdichomehallegadoalcorazón.
Ericcabecea,sonríey,pasandolamanopormicintura,meacercaaélycuchicheahaciéndome
reír:
—Gracias, poli malo, y que sepas que voy a tener que aplicarme para domar esa chulería
españolaquetesaledelcuerpocuandoteenfadas.
Merío.¿Domarmeamíunalemán?Antes,lascabrasvuelan.
Veinteminutosdespués,trasdespedirnosdeMartaydeSonia,lostresnosmontamosenelcoche
sin decir nada. El silencio es atronador y decido poner música. Instantes después, canturreo eso de
«Todoelmundovabuscandoeselugar.LookingforParadise.Oh...Oh...Oh...Oh...».[19]
28
Elmartesporlatarde,cuandomeestoyarreglandoparaacudiraladespedidadesolteradeMarta,
dudosobrequéponerme.¿Muyarreglada?¿Muyinformal?LoúltimoqueséesqueGinebrahaliado
amisuegray,juntas,hanorganizadolacenaenunrestaurantequenoconozco,porloqueleescribo
unmensajeamiamigaMel:
¿Hayquearreglarsemuchoparaelrestaurante?
Dossegundosdespués,mimóvilpitayleo:
Pasadelrestaurante,piensaenelGuantanamera...¡Azúcar!
Leeresomehacesonreír,porloquealfinalmiromiarmarioysacounconjuntodecamisetade
tirantesconchaquetaajuegocondiminutaslentejuelasyunosvaquerososcuros.Merecojoelpelo
enunmoñoaltoydesenfadado,mepongounasbotasnegrasy,unavezacabo,murmuromirándome
alespejo:
—Perfecta.¡Arregláperoinformal!
Nadamásdecireso,merío.¡CadadíameparezcomásamihermanaRaquel!
Sonriendocomounatonta,salgodelahabitación.Sinlugaradudas,Eric,queacabadellegarde
trabajar, me mirará con su gesto serio y no dirá nada. No quiere acudir a la cena. Se niega a ir al
Guantanamera. Estoy bajando la escalera cuando de pronto oigo una voz que proviene del salón.
Alucinada, aguzo el oído para identificarla mejor y, en cuanto lo hago, me paro, cierro los ojos y
murmurosorprendidaalcomprenderquesetratadeGinebra:
—Pero¿quéhaceéstaaquí?
No me cae mal, me parece una buena mujer, pero ¿por qué tiene que creerse que es mi amiga
cuandoyonolosientoasí?
Sin ganas de permanecer parada en la escalera, retomo mi camino y, al entrar en el salón, me
encuentroaGinebraconsumaridoyelmío.Alverme,ellaaplaudeydice:
—Aquíestás.¡Oh,peroquéguapatehaspuesto!
—Bellísima—afirmaFélix.
—Gracias—respondoconunasonrisa.
Me gustan los halagos, pero quien quiero que me los haga no ha abierto la boca. Entonces,
Ginebradice:
—Eric, ¡tienes que venir! Van a ir los maridos y novios de las mujeres invitadas a la fiesta de
despedidadesolteradetuhermana,yconesetrajeestásbien.¿AcasoquieresqueJudithestésola?¿O
pretendesqueandequitándosealosmosconesdeencimacuandoveanquevasincompañía?
Sorprendidaporesaspalabras,miroamiamor.Élmemira...,memiraymemira,yfinalmente
dice:
—Iré.
Boquiabierta,voyadeciralgocuandoGinebrasemeadelanta:
—Buena elección. Sin duda, tu mujer se ha puesto tan guapa porque quiere guerra esta noche,
¿verdad?
Ericmemira.Yolomiroy,convencidadeloquepasaporsucuadriculadacabeza,replico:
—Yosóloquieroguerraconmimarido,Ginebra.
Observo que mi aclaración hace sonreír a Eric, y la aludida, consciente del tonito de mi voz,
añade:
—Normal,cielo.Tontaseríassinolaquisierasconunhombrecomoél.
SéqueloquehadichoesunpiropohaciaEric,peromemolesta.Nomegustanadaquesetome
esas licencias con nosotros cuando yo, particularmente yo, nunca se las he dado. Eric, que me
conoce,memiray,dándomeunbesoenloslabios,dice:
—¿Quieresquevayacontigo?
Comonotengoganasdemontarleunnumeritodelantedeesosdos,afirmo:
—Claroquequiero.¿Porquélodudas?
Dossegundosdespués,miamorsaledelsalón,vaacambiarsederopayyomeexcusoparaira
verlosniños.Cuandoregreso,Ericyaestádevueltavestidoconunacamisanegra,unospantalones
vaquerososcurosyunaamericana.
¡Dios...,quéguapoestá!
—Loshombrescenaremosconelnovioenelrestaurantedeunamigo—oigodeciraFélix.
Esonolehacenipizcadegraciaamiamor,peronodicenada.Yahadichoquevieneynovaa
cambiardeopinión.Diezminutosdespués,nosdespedimosdePipaydeSimonayloscuatrosalimos
de casa, nos montamos en nuestro coche y vamos hasta la casa de Björn y de Mel. Aparcamos el
vehículo, bajamos y le envío un mensaje a mi amiga para decirle que estamos allí. Dos minutos
después aparecen, y Björn, al vernos, se frota las manos y con gesto guasón murmura mirando a
Eric:
—Cenitadehombres,¡quéilusión!
Al oírlo, Mel sonríe como sonrío yo. Sin duda, esa cenita le apetece tan poco a Björn como a
Eric.
—ReservaréunbailecitoparatienelGuantanamera—murmuraMel.
ElgestodeBjörncambia.Yanosonríey,atrayéndolahaciasí,perciboqueledicealgoaloído
quesóloellossabenyloshacereír.
Entonces,sientolaspoderosasmanosdemiamorrodeándomelacinturayoigoquediceenmi
oídoantelaatentamiradadeGinebra:
—Pásalobienenlacena.Mástardenosvemos.
Asiento.Lobesoyrespondo:
—Yatúsabes,miamol,dóndeestaré.
Ericsonríe.Mevuelvelocaverloasíy,besándolodenuevo,afirmo:
—Hereservadolosmejoresbailesparati.
Denuevovuelveasonreír.Detodosessabidoque,comomucho,Ericmueveelcuellooelpiey,
mientras le doy un último beso, veo que un taxi se detiene para nosotras. Tras guiñarle el ojo con
complicidad, me monto atrás junto a Mel mientras Ginebra, que sube delante, le da la dirección al
taxista.
Alllegaralrestaurante,mesorprendoalverlacantidaddemujeresquesomos.Yocreíaqueibaa
serunacenitamásomenosíntima,perono,alfinalsomostreintaydos.Marta,micuñada,felizcon
lafiesta,nosabraza.Estáguapísimaconsuvestiditohippy.Meencantaelestilazoquetienelajodía.
Sepongaloqueseponga,¡todolequedabien!Inclusoembarazadapareceunatopmodel.¡Quésuerte
lasuya!
Sonia,misuegra,estádespendolada.Ríe,bromea,aplaude,brindayselopasabomba.Sinduda,
sialguiensabesacarlejugoalavida,¡ésaesmisuegra!
MelyyoconocemosaalgunasamigasdeMartayaunpardelasdeSonia,peromedoycuentade
queGinebraconoceamuchamásgentequeyo.¿Cómopuedesereso?
Rápidamentemedoyrespuestaamipreguntacuandomeenterodequeamuchasdelasamigasde
misuegralasconocedelaépocaenqueestuvoconEric,yalasamigasycompañerasdeMartalasha
conocidoporwasapporquehaorganizadolacenajuntoaSonia.
Melmemira.Séquepiensalomismoqueyo.Ginebraestátomandounprotagonismoincómodo
juntoamicuñadaymisuegra,peronoseréyoquiendiganada.Noquieroquevayanapensarcosas
raras.
Intento que no me afecte nada, ni siquiera cuando muchas de las mayores le dicen a Ginebra
aquellode«québonitaparejahacíaisEricytú».
Mecallo.Eslomejorquepuedohacer,peroGinebra,comosiempre,saleenmidefensaydice
delantedetodas:«JudyErichacenmejorpareja».
Sinembargo,Mel,miMel,quemeconoce,murmura:
—Simepidesqueletireunacopaencima,¡selatiro!
Aloíreso,sueltounagrancarcajaday,chocandomicopaconlademiamiga,respondo:
—Tranquila.Estátodocontrolado.
—¿Qué tal si nos vamos al Guantanamera? —dice mi cuñada cuando ya hemos terminado de
cenar—.¡Allínosesperanloschicos!
Todas aplauden.Todas tienen ganas de pasarlo bien y, dispuesta a pasarlo tan bien como ellas,
grito:
—¡Azúcarrrrrrrrrrrrrrr!
EnlacallenosesperaelminibúsqueMartahaalquiladoy,unavezhemosmontadotodasenél,
éstenosllevaanuestropróximodestino.
Al entrar en el Guantanamera, mi humor cambia. Aunque Eric no lo entienda, ese lugar es una
pequeña parte de mi casa. Los amigos, el ambiente, la música, todo eso unido me recuerda a mis
buenosmomentosdejuergaconmisamigosenEspaña,yllegarallímehacefeliz.
Alentrarbuscoconlamiradaamirubio,peronoloencuentro,yprontovemosqueloschicosno
hanllegadoaún.Lastreintaydosmujeresnosdispersamosporladiscotecay,entrerisas,veoami
suegrabailarjuntoaGinebrayasusamigas,mientrasunosmaduritoslasjaleanyellasseentreganal
bailoteocubano.
EstoyenlabarraconMel,Martayalgunamáscuandooigoamisespaldas:
—Nolopuedocreerrr.Cuántamujerdivinajuntaaa.
Sinvolverme,yaséquiénes.SetratadeMáximo,elargentinoalquehacetiempoapodamosDon
Torso Perfecto. Sin tardanza, nos besa encantado y nos invita a una primera ronda de chupitos,
exceptoaMarta,queporsuembarazosetomaunzumo.
Entre risas estamos charlando cuando aparece Anita con su nuevo novio, un checoslovaco
guapo...guapoarabiary,divertida,Melcuchichea:
—Con lo poquita cosa que es esta muchacha y los novios tan estupendos que se echa siempre.
Porque, que yo sepa, ha estado con Don Torso Perfecto —las dos miramos al argentino, que está
hablandoconMarta—yluegoconelportuguésaquelquecantabafadosyquenoeraguapo,sino¡lo
siguiente!
Asiento,Meltienerazón:Anitasabeelegirmaravillosamente.Entonces,oigounavozquedicea
milado:
—Peroquébelloesverteporaquí...,mireinaespañola.
Al mirar, me encuentro con Reinaldo, y me tiro a sus brazos complacida. Llevo sin ir al
Guantanamera al menos tres meses. Con tal de no oír gruñir a Eric, no voy. Pero Reinaldo es un
amor. Desde que mi cuñada me lo presentó, siempre ha sido un caballero conmigo, tan caballero
comoMáximo.Ningunodeellossehapropasadolomásmínimo,aunqueaEriclemolestenuestra
maneradebailar.
—Hey,negro,¿tengoqueponermecelosa?—protestamicuñada.
Reinaldo sonríe y, cuando me suelta a mí, abraza a mi cuñada Marta, a Anita y a Mel y nos
presentaaunosamigoscubanosquevanconél.
Durante un rato charlamos todos animadamente y siento como si aquello fuera la ONU. Allí
estamosalemanes,unaamericana,unaespañola,cubanos,unchecoslovacoyunargentino;¿sepuede
pedirmás?
CuandocomienzalacanciónLavidaesuncarnaval,[20]quecantaCeliaCruz,todossalimosala
pista, y mi suegra, en cuanto ve a Máximo, lo saluda con efusividad. Al ver eso, Marta y yo nos
miramos y reímos. Todavía recordamos cuando aquélla nos pidió que le buscáramos un guaperas
contabletitadechocolateparadarlecelosaunex.Máximolaagarrafelizycomienzaabailarcon
ellamientrastodosgritamosloqueCeliaCruznoshacegritarylevantamoslasmanos.
Cuando las bajamos de nuevo, Reinaldo me coge y nos marcamos uno de nuestros bailecitos.
Encantada,medoycuentadequenoheolvidadonadadeloqueconeltiempoheaprendidoconellos,
especialmente con él y con Máximo. Estoy dándome una vueltecita cuando veo a Ginebra bailando
comounadescosida.
Olvidándome de ella, me centro en pasarlo bien, ¡quiero pasarlo de vicio! Por lo que bailo
descontroladamente hasta que, en una de mis vueltas, mis ojos chocan con unos ojazos azules y
enfadadosymedoycuentadequeEricyahallegado.
Al mirar hacia Mel, la veo con Björn bailando en la pista. ¿Cuánto llevarán allí? Y, como no
tengoganasdemalascaras,dejodebailary,trassaludaraDrew,mifuturocuñado,meacercoaEric
y,empinándomeparaquemeoiga,lepreguntoaloído:
—¿Bailas,miamol?
Incómodocomosiemprequeestáallí,élmemirayresponde:
—Yasabesqueno.
Ginebrallegaeneseinstantehastanosotros.Noparadebailar.Sindudaalguna,seloestápasando
bomba.
—¿Nobailáis?—dice.
Ericnorespondey,cuandoyovoyadeciralgo,Félixlacogedeunamanoyselallevaalapista.
Mimaridolosobservacongestoserioyyosonrío.
No sé si es que soy masoquista o me falta un tornillo, pero me río en su cara y entonces él
pregunta:
—¿Quétehacetantagracia?
Pidounchupitoalcamarero,ésteloponeantemíy,trasbebérmelodeuntrago,digo:
—Si se te hubiera ocurrido salir a bailar con ella, te aseguro que habría sido lo último que
habríashechoenlavida.
Mispalabraslohacensonreírtambiénaély,alsentirqueserelajatrasesecomentario,loabrazo
ymurmuromimosa:
—Cariño.¿Cuándotevasadarcuentadequeaquísólovengoabailarconmisamigos?
—¿Ynocreesquetusamigosseacercanmuchoatiparabailar?
—Por Dios, Eric, está tu madre, tu hermana, y ¡estás tú! ¿Cómo puedes tener pensamientos tan
retorcidos? —Pero, al ver que no dice nada, insisto—: Mira, guapo, si yo quisiera hacer algo tan
retorcido como lo que tu horrorosa mente piensa, soy lo suficientemente lista para hacerlo y que
nadielovea.
—Judith...
Vale...,mehepasado.Comosiempre,hasalidomiladochulo.Pero,cansadadetenerquedefender
algoabsurdo,respondo:
—Mira,cariño,eldíaquetedescuentadequeellosterespetancomoamimaridoqueeres,te
aseguroqueserásmuchomásfeliz.PorDios,¡quécabezón!—Y,dichoesto,meseparodeélysiseo
—:¿Sabes,simpático?Sitequisieraengañarconotrohombre,teaseguroquenuncaloharíaaquí,¿y
sabesporqué?—Ericsonríeincómodoyyoañado—:Porqueesosamigosmíosdelosquetantote
quejasnomeloibanapermitir.Tetienenmásapreciodelquetúlestienesaellos,ylaverdad,¡note
lomereces!
Ericnoresponde.Susilenciomeestásacandodemiscasillasy,alverquelomiro,sólodice:
—Sitúdiceseso...,locreeré.
Su tono escéptico me hace saber que no cree lo que digo. Y me canso. Me canso de su
desconfianzasiemprequevoyalGuantanameracuando,locreaélono,eselsitiodonde,sinél,estoy
lamardeprotegida.
Estamossinhablarvariosminutos.Comosiempre,yasehaenfadado.¡Faltaríamás!Y,dispuestaa
quenomejorobelanoche,lomiroysiseo:
—Mira,Eric,nodeberíashabervenido.Notegustaestesitioynolopasasbien,comoyonolo
pasobienviendotucaradeamargado,portanto,¿quétalsitemarchasydejamoslosdosdepasarlo
mal?
—¿Quieresquemevaya?
—No.Yoquieroquetequedesytelopasesbienconmigo.Peroloquenoquieroesquetequedes,
teamarguesymeamarguesamítambién.
Su gesto de acero me hace saber que lo que acabo de decir ya le ha tocado definitivamente las
narices.Puesquesejoda,¡consuscaritasysussilencioséltambiénmelasestátocandoamí!
Está claro que hay un punto en nuestras vidas donde nunca estaremos de acuerdo, y es el
Guantanamera.Ericdaunpasoalfrente,medaunbesoenloslabiosydice:
—Teverécuandoregresesacasa.
Y,sinmás,mirubio,duroyfríoalemánsedalavueltayseencaminahacialapuerta.Björn,que
noestálejosdenosotros,alveraquellomemirayyolehagoungestoconlasmanosparaquesepa
queEricseva.Björnvatrasélyyodecidonopensarenello.
Melseacercaentoncesamí.
—¿Quéhaocurrido?
Molesta,suspiro.
—Lodesiempre,Mel.AEricnolegustaestelugarnilascompañías.
—Tumaridoestonto.
—Yodiríamásbien¡gilipollas!—digosonriendoymirandoamiamiga.
Unpardeminutosdespués,mientrasestoydespotricandocontramirubioalemán,Björnseacerca
anosotrasydice:
—MevoyconEric.—LuegobesaaMelymurmura—:Yvosotrasportaosbienynohagáisque
tengaqueirdenuevoasacarosdelcalabozo.
Sonreímosinevitablementealoíreso,yMelañade:
—Meportarétanbiencomoteportaríastú.
EntoncesBjörnlevantalascejasyellaprotesta:
—Oh,porDios,cielo...Anda,veteynopiensestonterías.
Unavezélsehaido,nosinantesmirarunpardeveceshaciaatrás,Melpideunpardechupitosal
camarero,noslostomamosdeltiróny,encuantodejamoslosvasitosenelmostrador,gritamos:
—¡Azúcarrrrrrrrr!
Durantehorasbailamos,bebemosynosmetemostotalmenteenlajuerga.Ginebramepregunta
porEricyyoledigoquesehaidoacasa,ellaasienteycontinúabailandoconsumarido.Sinduda,
Félixtieneunaedad,peronomecabelamenordudadequelegustalafiesta.
Sin embargo, a diferencia de otras veces, ésta termina antes de lo que imagino. Marta, por su
embarazo,estácansada,ysufuturomarido,quehaaguantadocomounjabato,alfinallaconvence
parairseadescansar.
Pocodespués,misuegraysusamigastambiénsemarchan,trasellaslasamigasylascompañeras
deMartay,luego,tambiénGinebrayFélix.
Melyyocontinuamoslajuergaconnuestrosamigoshastaque,agotadas,alasseisdelamañana
damosporfinalizadoelbailoteoy,acompañadasporReinaldoyMáximo,llegamosanuestrascasas.
Comosiempre,lacaballerosidadporpartedeellosesexquisita.
Cuandoentro,séquehebebidounpoquitodemás,perosólounpoquito,ydecidonopasaraver
alosniños.Estoytorponaynoquierodespertarlos.
SuboamihabitaciónymesorprendoalverqueEricnoestáenlacama.¿Dóndesehabrámetido?
Esomeintranquilizay,rápidamente,bajoasudespacho.Alentrar,lodescubrosentadoasumesa.
Nuestrasmiradasseencuentran.Yosonrío.Élno,ymurmuro:
—Yaestoyaquí.
Eric descansa la nuca en el respaldo de su silla para mirarme. Me dedica la mirada del tigre
asesino.Esamiradadecabreototalque,envezdedarmemiedo,curiosamentemeponeamil.Dios,
¡quémorbosasoy!
Comopuedo,llegohastasulado.Nolotoco,sólomirolamesa,ydeprontooigo:
—Niseteocurrahacerloqueestáspensando.
Sonrío.MealegrasaberqueEricimaginaquevoyahacerloquehacenenlaspelículas:tirartodo
loquehaysobrelamesaalsuelo.Pero,claro,tienemilpapelesyestáelportátil,ypuedoliarlamás
deloqueimaginoquelaheliadoya.
Vuelvoasonreír.Élsiguesinhacerlo,ydecidosentarmeahorcajadassobreél.
Nosemueve,peromelopermiteyyomesientoencelo.
Estoy caliente, tremendamente caliente, y mi marido es el único que deseo que me dé lo que
busco. No obstante, cuando voy a acercarme a su boca, Eric pone una mano en mi pecho para
frenarmeypregunta:
—¿Quéhaces?
—Quierobesarte—susurro.
—No.
—Sí...,sí...,anda,déjamedarteunbesito,aunqueseachiquitito.
Miamormemira.Yolepongocaritadepena.Lopiensa.Esodelbesitochiquititoymigestolo
hacendudar,perofinalmenterepite:
—No.
¡Jodidocabezón!
Abrolabocaparaprotestarcuandoél,comosiyofueraunaplumilla,selevantadelasilla,me
dejaaunladoy,congestohosco,sisea:
—Aversitecreesqueyoestoyaquísóloparasatisfacertusdeseossexuales.
Anda,mimadre...¿Yahoramevieneconeso?
—¿Ah,no?—preguntoconsorna.
MicontestaciónhacequemeecheotradesusmiraditasdeIceman.
—No—replica.
Peroyo,quecuandoquieroalgomepongomuyyyyyypesadita,insisto:
—Venga,miarma...,siloestásdeseando.
Mirespuestanoselaesperaba.Esperabamienfadoantesurechazoy,agarrándoloporlacintura,
murmuro:
—Eresmío,EricZimmerman,ylomíolotengocuandoyoquiero.
Me pongo de puntillas para besarlo, pero él se estira y no llego. ¡La madre que lo parió!
Finalmenteseretiraydoyuntraspié.Perono,nomevoyaenfadarniporésas.Y,caminandohacia
él,insisto:
—Notienesescapatoria,rubiales.
Denuevosemueve.Pero,ahora,envezdealejarseseacercay,cogiéndomeentresusbrazos,me
inmoviliza,memiraalosojosysisea:
—Te deseo más que a mi vida, pero no te voy a dar lo que quieres porque esta noche me has
echado de tu lado y no te lo mereces. Así que no insistas, Judith, porque no lo vas a conseguir te
enfadesono.
Sumirada,laclaridadensuspalabrasyelquemellame¡Judith!mehacensaberqueloquebusco
¡es un caso perdido! Por ello, cuando me suelta, estoy tan enfadada por su rechazo que, sin decir
nada,doymediavueltaysalgodeldespacho.Lanochesehaacabado,ypuntoyfinal.
¡Élselopierde!Aunque,ahoraquelopienso,¡tambiénmelopierdoyo!
29
Eljueves,Ericyyonosdirigimosensilencioaltrabajoensucoche.
Sigue enfadado por lo ocurrido en el Guantanamera. Si hay algo que a Eric lo saque de sus
casillasesqueloechedemilado,ylaotranoche,loeché.¡Meaculpa!
UnavezllegamosaMüller,ambosbajamosdelcochey,sinapenasrozarnos,caminamoshastael
ascensor,dondecadaunopulsaelbotóndesuplanta.Lomiroconlaesperanzadequehagalomismo
queyo,peronada,¡imposible!¡Comosinoexistiera!
Cuandoelascensorsepara,tengoganasdebesarlo,derecordarlequeloquiero,quememuero
porélyquecomoélnohaynadie,perosucaradepocosamigosmehacesaberquenoleapetece
oírme.
—¿Irásalareuniónquehayalasdiezenlasaladejuntas?—lepreguntoentonces.
Ericasienteyrespondeconvozneutra:
—Porsupuesto.
Desesperada,insisto:
—Porfavor,mírameydimequeyasetehapasadoelenfado.
Michicomemira,¡porfin!Pero,sincambiarsugestodeperdonavidas,responde:
—Tengotrabajo,Judith.
Uis,¡Judith!...¡Malasunto!
Desisto.Doyunpasoalfrente,salgodelascensory,cuandosientoquelaspuertassecierrantras
demí,resoploymurmuroenespañolparaquenadiemeentienda:
—Jodidocabezón.
Dichoesto,caminocondecisiónhaciamidespachoyTania,lasecretaria,alvermeselevantay
dice:
—Judith,estamañanahanllegadounasfloresparati.
Asientoy,alentrar,veosobremimesaunpreciosoramoderosasrojasyfrunzoelceño.
¿Quiénmelashabráenviado?
Dejoelbolsosobrelamesa,caminohaciaelramoqueTaniayahacolocadoenunbonitojarrón
decristaly,cogiendolanota,leoenespañol:
Nuncadudesquetequiero,apesardequeenocasionesmellevasallímite.
Tugilipollas
Sonrío.Nopuedoevitarlo.Esosdetallessonlosquehacenquecadadíaestémásenamoradadeél.
¡Melocomooooooooooo!¡Melocomocontomate!,comodicemihermana.
Ericesúnico.Irrepetible.Inigualablesorprendiéndome.
Meguardolanotaenelbolso,cojoelmóvilyescribounmensaje:
Tequiero...,tequiero...,tequiero.
Ledoya«Enviar»y,conunasonrisa,esperolarespuesta.Pero,transcurridosdosminutos,me
sorprendoamímismapreguntándome:«¿Deverdadnomevaacontestar?».
Despuésdediezminutostengoganasdeestrangularloy,cuandohanpasadoyacuarentaycinco,
loúnicoquemeapeteceescogerlasfloresyestampárselasenlacabeza.
Pero¿cómopuedesertancabrito?
EstoysumidaenmispensamientoscuandoMikaentraenmidespacho,velasfloresydice:
—Quépreciosas,¿sondeEric?—Asientoy,sonriendo,cuchichea—:Todavíanopuedocreerque
eljefazoseatanrománticocontigo.
Asientodenuevo.Románticoes,ycabezón,¡nitecuento!Peroesonolodigo.Noquedaríabien.
Mika se sienta y, juntas, ultimamos detalles de la reunión. Queremos presentarles a Eric y a la
juntadirectivaelplanningdelassiguientesferiasenlasqueMüllerparticipará,yambasdeseamos
quetodocuadrealaperfección.
Unavezhemosacabado,Mikayyonosdirigimoshacialasaladejuntasconnuestrastabletsenla
manoynuestrosteléfonosmóviles.Alllegar,varioshombresdelajuntadirectiva,quemeconocen,
me saludan con cordialidad. Les hace gracia que trabaje en la empresa y, cuando Eric entra, como
siempreocurre,eluniversoseeclipsaparatodoelmundoylemuestranpleitesíacomosideundios
setratara.Vamos,quesólolesfaltagritar«¡Vivaeljefe!».
Lo miro con la esperanza de recibir una mirada cómplice por parte de él. Sabe que espero su
mensaje.Sabequeherecibidosusfloresysabequemeestácabreandocadasegundoquetranscurrey
pasademí.
Peronada.Élsiguesinhacermecasoy,comosumujerquesoy,asientoypiensoparamí:«Muy
bien,gilipollas,túlohasquerido».
Acto seguido, con la mejor de mis sonrisas, me acerco a unos directivos, que rápidamente me
sonríencomounostontos.Durantevariosminutosutilizomisarmasdemujer,esasqueséquetengo,
paraqueloshombresmemirenmaravillados,yrápidamenteobservolosresultados.¡Hombres!
Enocasionessontanbásicosquetengoquereírme,yéstaesunadeellas.
Conelrabillodelojo,observocómomilocoyavecesinsoportableamorporfinmemirapor
encima de las cabezas de aquéllos con los que habla. Esa sensación me gusta. Ese estremecimiento
quesientoalnotarsuinteréshaciamíeselmismoquemeprovocabacuandoyoerasusecretariay,
enunahabitaciónplagadadegente,nomepodíatocar,nirozar,nihablar.
España,1-Alemania,0.
Consciente de que ahora tengo su total atención, me hago la interesante y con coquetería me
colocoelpelotraslaorejaalhablar.Séquelegustamuchomipelo.DeprontooigoqueMikame
llama. Con una encantadora sonrisa, me deshago de los directivos que me miran embobados y me
encamino hacia ella, que está con un hombre moreno de mi edad que me observa con una pícara
sonrisa.
—Judith,tepresentoaNick.—Trascogersumano,ledoydosbesos,¡ésosparaEric!—.Éles
nuestromejorcomercial.
Encantada, asiento y sonrío y, sin mirar a mi maridito, ya sé que debe de estar dándose de
cabezazoscontralapared.¡Parachula,yo!
SoyconscientedecómoNickmemiraymesonríe.Sinlugaradudas,debedeestarpensando:
«¡Carnefresca!».YMikanodebedehaberlecontadoquesoylamujerdeljefeonomemiraríaasí.
Charlamosdurantevariosminutosy,cuandolareuniónvaacomenzar,congalantería,Nickaparta
unasillaparamíy,enelmomentoenquemesiento,seacercaamioídoymurmura:
—Despuésteinvitoauncafé.
Asiento. Pobrecito, cuando se entere de quién soy, se le van a caer hasta los empastes de los
dientes.Y,sinquererevitarlo,miroaEric,queyaestásentadoymeobservamuyserio.
La reunión da comienzo. Hablan unos, hablan otros, y Nick se acerca a mí para cuchichear. Yo
sonrío divertida por las cosas que me dice, mientras soy consciente de cómo Eric sigue mis
movimientoscondisimulo.
España,2-Alemania,0.
Se apagan las luces y comienzan a presentar en la pantalla ciertos temas. Continúan hablando
cuandomimóvilvibra.Disimuladamente,lomiroyleo:
¿Aquésedebeesasonrisa?
SinmiraraEric,escribo:
¿Mevessinluz?
Dossegundosdespués,mimóvilvuelveavibrar:
Nonecesitoluzparasaberqueestássonriendo.
Suspiro.Élysustonterías...Yrespondo:
¿Acasonopuedosonreír?
Elmóvilvuelveavibrar.
Sí.Peromegustamáscuandosonríesparamí.
Ahorasíquesonrío,nolopuedoremediary,levantandolacabeza,observoenlaoscuridadque
Ericmemira.Escribo:
HahechofaltaqueNickentraraenlareuniónparaquemehablaras;¿vescompetencia?
Dudosidarleonoalbotónde«Enviar».Séqueesolevaamolestar,perocomosoyunagran
puñetera,¡zas!,loenvíoyobservosureacciónatravésdemispestañas.Comoesdeesperar,élfrunce
elceño,levantaelmentónynocontesta.Aisss,micelosón.
Pero¿todavíanosehadadocuentadequehenombradoaNickparapicarlo?
Pasadosunpardeminutos,escribo:
Contéstamealoquetehedicho:¿Nickescompetencia?
Élleeelmensajeperonocontesta,einsisto:
Eric,estoyesperando.
Nicaso.Nomehacenicaso.
Las luces se encienden, la reunión prosigue y yo, molesta por su gesto serio de superioridad,
escribo:
Unavezinterrumpisteunareuniónpormí.¿Acasocreesqueyonoloharéporti?
Cuandoledoya«Enviar»,soyconscientedeloquehepuesto,yErictambién.Peroeltíonise
menea.¡Joder,esdehierro!Insisto:
Tedoydiezminutos.Omecontestas,oparolareunión.
Ni se inmuta. Está totalmente seguro de que no lo voy a hacer. Pero ¿es que todavía no me
conoce?
Dispuestaasorprenderlo,envíounmensajeaMel,enelquedigo:
Llámamedentrodecincominutosysíguemeelrollo.
Acto seguido, dejo el móvil sobre la mesa para que Eric lo vea y crea que desisto. Me
repanchingoenlasillaymecentroenlareunión,mientraselseñorDuhmenhablasincesarytodos
loescuchamos.
Pasadosunosminutos,mimóvilvibraruidosamentesobrelamesay,mirandoamialrededorcon
mimejorcaradeapuro,digo:
—Losiento.Esdecasa.—Trasescucharunossegundos,exclamolevantandolavozunpoco—:
¿Cómo?¿Enserio?¿Deverdad?No...,no...Nopuedeser...
Mel,divertida,nopuededejardereír,mientrasdice:
—Marichocho,¿quéestáshaciendo?
Procuronoreírme—¡lamadrequelaparió!—,yconseriedadrespondo:
—Deacuerdo...,deacuerdo,hablaréconEricytevolveréallamar.
Unavezcuelgo,melevantoenmediodelareunióny,antelacaradeasombrototaldemimarido,
quenohabíacreídomiamenaza,miroalagentequehayanuestroalrededorydigo:
—Siento interrumpir la reunión, pero necesito unos minutos a solas con mi esposo. —Y,
sonriendo,añado—:Tenemosqueapagarunpequeñofuegoencasayestremendamente¡urgente!
Comotodossonmuysolícitos,ymástratándosedemí,quesoylamujerdeEric,rápidamentese
levantanyabandonanlasala,mientrasMikaleexplicaaNickquiénsoyyélmemirasorprendido.
¿Lamujerdeljefe?
Unavezsalelaúltimapersonaycierranlapuerta,Eric,sinlevantarlavozenexceso,gruñesin
moversedesusillóndedirector:
—¿Cómohaspodidohacerlo?
Conunasonrisitade«¡Telodije!»,caminohaciaélydigo:
—Tehedadodiezminutos.Cincomásdelosquemedistetúamíensumomento.Y,porcierto—
cuchicheo—,hededecirtequeencasatodoestábienyquelareunión,Iceman,lahasinterrumpidotú.
Ericmemiracongestoincrédulo.Sinduda,lohesorprendido,yesomegusta.Meacercoaél
condecisióny,cuandoestoydelante,pregunto:
—¿Haycámarasenestasala?
Miamor,esequemevuelveloco,asiente.¡Vayamierda!
Perofinalmenteniegaconlacabezayañade:
—Tampocoestáinsonorizada.
Excitadaalsabereso,subomifaldadetuboanteél.Conunatranquilidadquenoeslaquesiento
en mi interior, me quito las bragas negras que llevo, hago una pelota con ellas en la mano y,
metiéndoselasenelbolsillodelaamericana,murmurocualvampiresadelcineporno:
—SeñorZimmerman,sientodecirlequeestarésinbragasenlaoficina...
—Jud—mecorta—.¿Quéestáshaciendo?
Biennnn,¡mehallamadoJud,noJudith!Vamosbien,yrespondo:
—HacertesaberquesólotedeseoatiaunqueteenfermequevayaalGuantanameraohableconel
guaperasdeNick.—Sugestosecontraeyprosigobajandolavoz—:Yquieroquesepasque,apesar
del enfado que tengo por tu desplante, estoy caliente, deseosa de ti y me muero por ver tu mirada
cuandomecompartesconotrohombre.¿Tequedaclaro?
Eric,memira...,memiraymemira.¡Oh...,oh...!
Pero,antesdequepuedacalibrarloquesiente,selevanta,meacercaaél,deuntirónmebajala
falda,mesientasobrelamesay,conlascivia,pasalalenguapormilabiosuperior,despuésporel
inferior,ymelomuerde.Yojadeo,¡mevuelvoloca!
Cuandomiboca,miser,mialmaytodayoestamosrendidosaél,miIcemanparticularmedatal
besazoquemedejasinaliento,mientrasmedejollevarporelmaremotodeemocionesquemehace
sentir.
¿Deverdadmevaahacerelamorsobrelamesa?
Meagarradelpeloy,tirandodeélhaciaatrás,separasubocadelamíaymurmura:
—Jugaríacontigoahoramismo.Teabriríalaspiernasy...
—¡Hazlo!—lotiento.
Exigente como es, me devora de nuevo la boca, me hace el amor con la lengua y, por su
intensidad, sé el esfuerzo que está haciendo por no tumbarme sobre la mesa y follarme como un
salvaje.Elbesodurayduraydura,yyolodisfrutotodoloquepuedohastaquefinalizay,sinapenas
separarsubocadelamía,susurra:
—Nopuedeshaceresto,pequeña.Aquí,no.
Séquetienerazón.Séqueestamosenlaoficinaynodebería,perorespondo:
—Losé.Perotúmehasobligado.Nomehashabladoentodosestosdíasy...
—Nopuedesandarporlaoficinasinropainterior.
—Ytúnopuedesenfadarteconmigoporestastonterías—loreto.
Eric me mira. Clava sus impactantes ojos azules en mí, mientras yo con descaro toco su
entrepiernaysientosuduraypotenteexcitación.
¡Ay,madre!Cuántolodeseo.
¡Porfavor!Quemeconozcoyestoyapuntodehacerunademislocuras.
Sugestodesconcertadomehacesonreírylarazónvuelveamí.NopodemoshaceresoenMüller.
Nodebemosypunto.Y,decidiendoacabaresemomentoprovocadopormíparavolverloloco,me
separodeélydigomientrascaminohacialapuertapordondetodoshansalidominutosantes:
—De acuerdo. Visto que no le apetezco absolutamente nada, prosigamos con la reunión, señor
Zimmerman,y,porfavor,novuelvaainterrumpirla.
Boquiabiertoporcomoloestoydejando,sedisponeaprotestarcuandoyoabrolapuertaydigo
comounaperfectamujercita:
—Pasenydisculpenlainterrupción.Creoqueelfuegoencasayaestáapagado.
Ericrápidamentesesientaycolocaunospapelessobresuentrepiernaparaquenadieobservelo
abultadaqueestámientrastodosentranyocupansusbutacas.Conunasonrisa,mesientojuntoaMika
yNickysereanudalareunión.Pero,sisoysincera,nomeenterodenada.Aúntengoelsabordesu
besoyelolordesuexcitaciónenminariz.
Lo miro y observo que comprueba con gesto implacable la pantalla de su portátil. ¿Qué estará
pensando? Histérica, me muevo en la silla consciente de que no llevo ropa interior. Media hora
después hacemos un alto para tomar un café. Veo a Eric hablar por teléfono y no me acerco a él.
Cuandodenuevoentramosenlasaladejuntasynossentamos,deprontomiamorapoyalasmanos
sobrelamesaydice:
—Losiento,señores,peromiesposayyodebemosabandonarlareuniónpararesolverciertos
asuntosfamiliares.—Despuésclavalamiradaenmíyañade—:Judith,¡vamos!
Ostrasssssssss,quéfuerte,¡cancelalareuniónpormí!
España,2-Alemania,1.
Sin querer llevarle la contraria, rápidamente recojo mi tablet y mi móvil y, cuando llego a su
lado,meagarraconfuerzadelamanoydicemirandoalosquenosobservan:
—Lareuniónseposponehastamañanaalasnueveenpunto.Buenosdías,señores.
Sinmás,ambossalimosdelasaladejuntasyveoquevamosderechosalascensor.Unaveznos
metemosenél,Ericmeaprisionacontralaparedy,mirándomealosojos,murmura:
—Pequeña,acabasdeencenderungranfuegoquetienesqueapagar.
Mebesa,yyo¡medejo!
España,2-Alemania,2.¡Empate!
Cuandollegamosalgaraje,sinsoltarmedelamano,sinrecogerabrigos,sinnada,mellevahasta
elcoche.Unavezentramos,voyadeciralgocuandoéltecleaensuteléfonoydice:
—Gerta,queunmensajeropaseporeldespachodemimujer,cojasubolsoysuabrigoyluego
vayaporelmíopararecogermiscosasyllevarlasamicasa.
Dichoesto,cuelga.Yosonrío,élarrancaelcochesinhablar.
Noséadóndevamos.
Noséadóndenosdirigimosperomedejollevarcuando,pasadasvariascalles,veoqueaparcay
bajadelcoche.Tanprontocomoabrelapuertademilado,pregunto:
—¿Adóndevamos?
Pero no hace falta que me responda. Ante nosotros hay un hotel y, cogiéndome de la mano,
murmura:
—Venconmigo.
Losigo,¡claroquelosigo!
Yoaéllosigo¡hastaelfindelmundosihacefalta!
Entramos en el hotel y pide una habitación. El empleado de recepción nos mira. Vamos sin
abrigos,sinbolso,¡sinnada!
¿Quépensarán?
Por suerte, Eric lleva su cartera en el bolsillo de la americana y, tras entregar su Visa, el
recepcionistanosdaunatarjetaydice:
—Suite776.Séptimaplanta.
Ericasiente.Yosonrío,ynosencaminamoshaciaelascensor.
Alllegarallí,unhombreloesperay,unavezentramoslostres,Ericpulsaelbotónyvuelvea
besarme.Conelrabillodelojoobservoqueelhombrenosmira,ymurmuro:
—Eric...
Pero él no me escucha. Sigue a lo suyo. Me coge entre sus brazos y, separándome unos
milímetros,susurramientrasmesubelafalda:
—Nosésimatarteojugarcontigoporloquehashechoymehashechohacer.
Azoradaporlamiradaincréduladelhombreperoalmismotiempoexcitada,respondo:
—Votoporquejueguesconmigo,suenamejor.
Veo que mi respuesta hace sonreír a Eric y, dándome un azote en el trasero desnudo, sisea
mirandoalhombrequenosobserva:
—Justin,yalohasoído.Vamosajugar.—Sorprendida,veoqueelhombreasientey,cuandomiro
a mi marido, él añade—: Señorita Flores, prepárese para satisfacer mis más pecaminosas
necesidades.
Actoseguido,mecargaalhombrocomosifuerauntrogloditay,cuandoelascensorsepara,los
tressalimosdeélynosencaminamoshacialahabitación.
Alllegarfrenteaunapuerta,Ericlaabre,entramos,cierra,medejaenelsueloy,apoyándome
contralapuerta,exige:
—Ábretelablusaysácatelospechossinquitarteelsujetador.
Suexigenciameexaltaymecalientamásymás,mientrasJustinnosobservaensilencio.
Esapeticióntansalvajemehapuestoamily,acalorada,hagoloquemepide,mientrasmesiento
tremendamentesensualalsacarmelospechosparaellos.
Ambosmemiran.Ambosmedevoran,yEric,alvermissenosaldescubiertoconmispezones
erectos,loscontemplanconlujuriaylediceaJustin:
—Disfrutemosdemimujer.
Eldesconocido,alquenohevistoenmivida,seacercaamíy,traspellizcarmemisendurecidos
pezones,meloschupa.Meagarradeformaposesivaporlacinturay,mientrasobservoaEric,que
nosmira,medejotocarymanosearporaquelquedevoramispechossinpudor.
Cuando creo que voy a explotar por el calor que siento, sin contemplaciones, Eric me arrastra
hastaunasilla,medalavuelta,mesubelafalday,acercandolabocaamioído,murmura:
—Inclínatesobreelrespaldodelasillayabrelaspiernasparanosotros.
Extasiada,hagoloquemepide.Migritosepierdeentrelamanodemiamor,quemetapalaboca,
cuandosuduroytersopeneentrahastaelfondodemí.Actoseguido,Ericliberamiboca,tirademi
pelo,melevantalacabezaylooigopreguntar:
—¿Quieresjugarfuerte,pequeña?
—Sí—respondo.
—¿Asídefuerte?—insistehundiéndosedenuevoenmí.
—Sí...,sí...
Ericretrocedeyvuelveaclavarseenmísacándomemilyungemidos,cuandoveoqueJustinse
bajalacremalleradelpantalón,sacasuduropeneyloponefrenteamicara.Sinquenadiemediga
nada,abrolabocapararecibirlo,parachuparlo,paradisfrutarlo,mientrasmeagarroasusnalgasy
accedoaquemefollelaboca.
Éseesnuestrojuego.Esloquehepedido,yEricmeloda.
Adiferenciadeotrasveces,miamornosemueve,noretrocede.Sequedaclavadoenmiinterior
ysientocómomivaginapalpitaantesudurayprofundaintromisión.Ericaprieta...,aprieta...,aprieta
suscaderascontramíyyojadeoenloquecidamientraselmiembrodeJustinentraysaledemiboca.
Cuando mi respiración cambia, noto que Eric retrocede para volver a ahondar en mí con
ferocidad. Justin se aparta, se pone un preservativo y se sienta en la cama para mirarnos. Eric está
durocomounapiedray,acercandolabocaamioído,murmura:
—NuncavuelvasaecharmedetuladocomohicisteelotrodíaenelGuantanamera.
Asiento...,nopuedonihablarcuandoinsiste:
—Y,porsupuesto,nuncavuelvasaandarsinropainteriorporMüller,¿entendido?
Norespondo,noquierodarleesegusto.Yél,dándomeunazoteeneltrasero,repite:
—¿Entendido?
Elplacerquesientoesinigualable,yelaluddeemocionesquemeinvadenomedejaresponder.
Ericasolamicuerpodejandoclaroqueessuamoconfuerza,condeterminación,conposesividad,y
yosólopuedoabrirmeaélydisfrutarloquemedauna,dosyveinteveces.
Lasillasemuevedesitioynopuedosujetarla.Ericysusembestidasatroceslomueventodoy,
cuando ya no puede más, después de un gruñido de satisfacción que me hace saber lo que está
disfrutandodeesanuevalocura,sehundeunaúltimavezenmíyambosnosdejamosllevarporel
momento.
Dejocaerlacabezahaciadelanteparatomaraliento.Estoyexhausta.Pero,sindarmeunrespiro,
miseñor,miamo,mipatrónsaledemíymellevahastaJustin.Antelaatentamiradademialemány
ensilencio,eldesconocidomelavarápidamenteelsexoconunatoallahúmeda,mesientasobreél,
mecolocaasuantojoymeempalaconsuduropene.Yovuelvoajadear.
Elcaminoyaestáabiertoyhumedecido.Ericlohahecho.PeroJustin,enbuscadesuplacer,me
agarraporeltraseroymemuevesobreélconfirmezayprecisión.Ungemidoescapademibocay
echolacabezahaciaatrás.Esincreíble.Fantástico.Enloquecedor.
Micuerposeamoldaaloqueesehombremehaceymedejomanejar.Moviéndome,buscomi
propioplacer,cuandosientoquemiamor,desdeatrás,posasusgrandesycuidadasmanossobremi
cintura,terminadedesnudarme,meaprietacontraJustinymurmuraenmioído:
—Recuerda.Intentacerrarlaspiernasyelplacerseintensificará.
Hagoloquemepideysoyconscientedeque,alhacerlo,elplacerseincrementa,seextiende,y
jadeoaltiempoquenotocómoJustintiembla.RepitounayotravezloqueEricmeharecordado,
mientraselduropenedeJustinjugueteaenmiinterior,seabrepasotodoloquepuede,yyogritode
placerporello.
Cuandosientoquemiamormeseparalasnalgas,meacomodosobreJustindispuestaarecibirlo
aél.Alnotarmipredisposición,Ericjugueteaconmianounosminutosparadilatarlo.
Justinloveyentoncesmemiray,mientrassehundeenmí,pregunta:
—¿Nosquieresalosdosdentrodeti?
El ardor en el rostro del hombre se extiende a todo su cuerpo, y Eric, al que no le veo la cara
perosísientodetrásdemí,dice:
—Justin,ademásdesermidueñaymiesclava,mimujerestambiénatrevida,morbosayfogosa.
¿Quémáspuedopedir?
El aludido, que está en mi interior, asiente y, cuando jadeo al notar el dedo de Eric en mi ano,
susurra:
—Tieneslacompañeraquemuchosqueremosperoquepocosconsiguen,amigo.
Gustosodeoíreso,Ericmebesaelcuello.
—Losé—dice.
Unpardesegundosdespués,melevanta,medalavueltay,mirándomealosojos,dicemientras
mellevahastaunsillóndecueroblanco:
—SepáratelasnalgasparaJustin.
Lohago...,hagoloquemepide...,mientrasmirespiraciónseaceleraysientocómolalenguadel
desconocido me recorre el trasero con lascivia. Mi cuerpo se estremece involuntariamente, y mi
amor,rozandoapenassubocaconlamía,dice:—Siéntatesobreélyentrégate.
Oírloquemepidemevuelveloca.
Uff...,¡madrecita,quécalor!
MirohaciaatrásyveoaJustinyasentadoenelsillón,alaesperadequecumplamiordenconel
preservativopuesto.Comolaesclavasexualquesoyenesteinstantedemiamor,meacomodosobre
Justinsindejardemiraramidueñoyseñor.
Justinmeabrelaspiernasy,sinperderunsegundo,guíasuduropenehaciamiano,quedilatado
comoestáhacequesehundarápidamente.
Jadeo. Cierro los ojos, y Justin, agarrándome con fuerza las nalgas, me cierra las piernas y,
moviendo con premura sus caderas, me da unas buenas embestidas que resuenan por toda la
habitaciónparasaciarelapetitosexualquetieneeneseinstantedemí.
¡Dios,quéplacer!
Supeneentraysaledemiano,unayotrayotravez,yyolodisfruto.Logozo...,losaboreo.
Mis ojos y los de Eric están conectados mientras Justin se hunde en mí, y yo, gustosa, jadeo y
permitoquelohaga.Complacidoconloqueve,nonosquitaojohastaquefinalmenteJustinllegaal
clímaxy,trasunúltimoempellón,ambosnosdejamosllevar.
Sin salirse de mí, Justin pasa las manos por debajo de mis rodillas y, abriéndome los muslos,
murmuraconunhilodevoz:
—Eric...,tumujer.
Miamormemiraacaloradomientrassetocaelpenegustoso.Y,parahacermerabiar,seagacha,
mebesaelsexoyjugueteaconél.
Grito.Meretuerzo.¡Uf,quécalor!
Durante varios minutos, sigo empalada por el ano por Justin, y al mismo tiempo Eric juguetea
conmiclítorisyyodisfrutocomounaloca.Comounaverdaderaposesa.
Calor, delirio, frenesí..., todo eso me hace sentir mi amor, mientras juguetea conmigo y otro
hombremeabreparaél.Segundoasegundo,mirespiraciónseaceleray,cuandoyanopuedomás,
cojoconlasmanoselpelodeEric,hagoquememireymurmuro:
—Hazloya...Tedeseo.
Trasunúltimoydulcemordisquitoamivagina,mialemánponeunarodillasobreelsillón,se
acomodabieny,guiandosuduropenehaciamihúmedayardienteentrada,seintroduceenella,se
dejacaersobremíymebesamientrassehundeunayotravez;Justinnosemueve.
Megustaestarentreaquellosdoshombres.Lodisfruto,yséqueelloslodisfrutantambién.Eso
estimulamispensamientos.
LasmanosdeJustinmeagarranporlosriñonesysientocómosupeneseendureceycomienzade
nuevoaentraryasalirdemiano,mientrasEricsólotienelosojosclavadosenmíymeentregalo
quequiero,loquelepidoyloquenecesito.
—Másfuerte—exijo.
Al oírme, sonríe con fogosidad, se agarra al borde del sillón y me da lo que quiero. Sus
acometidas son apasionadas e impetuosas. Siento que me va a partir en dos de placer mientras me
entregoaélyaquienélquiera.Soysuya.
Una y otra... y otra vez, aquellos dos hombres entran en mí con fogosidad y yo abandono mi
cuerpoentresusmanos.Memueven,mecolocanasuantojo,sehundenenmiinterioryyoaccedo...,
accedoatodoloqueellosquieran,mientrassientosusdurospenesdentrodemíymehacenjadearde
placer.Depuroplacer.
Nosécuántotiempodura.
Nosécuántotiempoestamosasí.
Sóloséque,cuandoelorgasmonosllega,elespasmoestalqueeléxtasisporloqueestábamos
haciendo nos hace tener convulsiones uno en brazos del otro durante varios segundos, mientras
Justin,debajodenosotros,soportaelpesodenuestroscuerposyvivesuparticularaventura.
Durante el resto de la mañana, disfruto del morbo, la posesividad y la lujuria junto a mi amor.
Permitoquemanipulenmicuerpocomosiyofueraunamuñecadetrapo,ymegusta.Meexcitaser
su esclava sexual en ese instante, me encanta permitírselo, y sé que a Eric le gusta también
autorizarlo.
Tan pronto estoy a cuatro patas como boca arriba o boca abajo mientras ellos me follan, me
separan las nalgas, me ofrecen, me acarician, me chupan, introducen los dedos en mí, y yo lo
consiento.Aprueboloqueallíocurreporquelaprimeraenexigirlosoyyo.
Alasdosdelatarde,trasvariashorasdesexocaliente,exacerbadoyfebril,Justinsevay,cuando
Ericyyonosquedamossolosenlahabitación,digo:
—NuncahabíavistoaJustin.¿Dequéloconoces?
Ericmemira.Estádepieamilado,yresponde:
—Loconozcodesdehaceaños,peroportrabajosetrasladóaviviraBerlín.Lasemanapasada
mellamóymedijoquevivíaaquídenuevo.
Levantándome,cojoelsujetadorparaponérmeloyafirmo:
—Entonces,lovolveremosaverenelSensations,¿verdad?
—No.Nuncaloverásporallí.
—¿Porqué?—preguntosorprendida.
Miamormeayudaaabrocharmeelsujetadory,unavezlohahecho,mebesaenelcuelloydice:
—Porque la discreción es fundamental para él. Primero, porque su mujer no participa de sus
juegos.Y,segundo,porqueesjuezdelTribunalSuperior.Portanto,loverássóloenocasionescomo
ladehoy.
Saberqueesjuezmesorprende,peropregunto:
—¿Quesumujernoparticipa?
—No —dice y, abrochándose el botón del pantalón, añade—: Por eso ha dicho que tú eres la
compañeraquemuchoshombresquerríantenerperopocosconsiguen,¿lorecuerdas?—Asiento,y
Ericmebesayañade—:Y,porsuerteparamí,eresmimujer.Mía.
Esasensacióndepropiedadtandemialemánmehacereír.
—Ytú,Iceman,eresmío.
Ambos reímos. A cualquiera que se le diga que disfrutamos compartiéndonos en ciertos
momentosnonosentendería,peroyoyapasodeeso.Pasodeloquepiensen,deloqueopinen.Yo
soyfelizasíconEric,ypuntoyfinal.
Estoyatontadamirándolocuandomiamor,milocoamor,dicemientrasmeabraza:
—Por eso, pequeña, me pongo tan celoso cuando vas al Guantanamera. Tengo tanto miedo de
perderteque,siesoocurriera,yocreoque...
—Pero¿quétonteríasestásdiciendo?
Ericresopla.
—Jud,soyconscientedemislimitaciones,ylosabes.
Oíreso,queheoídotantasvecesenlosañosquellevamosjuntos,mehacereír,yafirmo:
—Mira, mi amor. Yo no necesito que tú bailes si yo bailo. Yo sólo necesito que seas feliz, que
sonrías y te fíes de mí cuando salgo sin ti o voy a divertirme al Guantanamera. El resto... sobra, y
sobraporquetequieroyparamínoexistenadiemásquetú.
Susonrisaseexpande.Seagranda.Feliz,loabrazo,lobesocontodoelamorquesoycapazde
darley,mirándolo,murmuro:
—Soytuya,comotúeresmío.Entératedeunasantavez,cabezón.
Despuésdevariosbesosypalabrasdeamorquesólomilocoytestarudoalemánsabedecirme,
terminamosdevestirnos,abandonamoselhotelyregresamosacasa.
¡Quémañanitadejuevesmásbuenaquehepasado!
30
LabodadeMarta...llega.
Esedía,nosponemostodosguapísimos.Peroquienesmenosimportamossomosnosotros.Allíla
queimportaesMarta,quevapreciosaconsubonitovestidodenoviaysuincipientebarriguita.
Sonia,misuegra,sepasatodalaceremoniaagarradadelamanodeEric.Lonecesita,yentiendo
quelohaga.Essuhijoy,pormuchoquehayamadurado,serásuniñotodalavida,comomihermana
yyosomoslasniñasdemipadre.
Unavezfinalizadalaceremonia,repartosaquitosdearrozentrelosinvitadosparaqueloecheny,
cuandomisojosseencuentranconlosdeGinebra,éstamemiraydice:
—Pero qué guapa estás, Judith. —Yo asiento, río y entonces ella, dejándome sin palabras,
prosigue—:Graciasporpermitirmeveniralaboda.
—¡¿Qué?!—murmuroboquiabierta.
Ella,quetienemástablasqueunajedrez,sonríeysusurra:
—Judith,apesardemisesfuerzosporcaertebien,séquetesigoincomodando.Ydeverdadque
losiento.
Nocontesto.Oírladeciresomellegaalcorazón,yfinalmente,guiñándoleelojo,respondo:
—Estoyfelizporqueestésaquí.Venga,disfrutemosdelapreciosaboda.
Ginebra asiente. No dice más, y yo, dándome la vuelta, prosigo mi camino mientras me siento
comounabrujapiruja.
Alsalirdelaiglesia,Melyyotiramosunbuenarsenaldearroz,mientrasreímosporlacaraque
ponenlosnovios.EricyBjörn,quelosaben,sealejandenosotras.Noquierenensuciarsesustrajes
conelpolvillo.¡Vayadospijoteros!
Elconviteseorganizaenunhotelcercanoalaiglesiaytodosaledemaravilla.
SóloconverlacaradeMarta,todossabemoslofelizqueesy,cuandolosnoviosbailanelvals
quehanelegido,todosaplaudimos,mientrasyomesientotanfelizcomolanoviaalladodemiamor.
En la vida me habría imaginado a Marta bailando un vals el día de su boda, pero sé que ha
queridodarleelgustoasumadreyalospadresdelqueyaessumarido.Yseloaplaudo.Soniaselo
merece,ylospadresdeélseguroquetambién.
Esosí,unahoradespués,llegaungrupodejóvenesquesubenalescenario,ysonríoalverunos
timbales, unas guitarras, bongós y maracas. Feliz por ver el rumbo que va a tomar la fiesta, me
acercoamicuñada,queestáhablandoconReinaldo,MáximoyalgunosamigosdelGuantanamera,y
digo:
—Québuenaideahastenido,Marta.
Ellamemirayyoseñaloalosjóvenesydigo:
—¡Muybuenaidea!Ahorasíquevamosabailar.
Veoquemicuñadaclavalamiradaenaquéllos,ysonriendo,cuchichea:
—Pues,locreasono,noséquéhacenaquí.—Luego,echandounvistazoalrestodelosamigos,
pregunta—:¿Loshabéiscontratadovosotros?
Todosnieganconlacabezaapesardelomuchoquelesagradalaidea,hastaqueoímosdecira
nuestrasespaldas:
—Loshecontratadoyo.
Alvolvermeyencontrarmeconmiincreíbleyguapomarido,sonrío...,sonríoysonrío,mientras
veocómoMartasetiraasusbrazosylobesuqueaconamor.Reinaldo,Máximoyelresto,trasalabar
el detalle, corren hasta los recién llegados y, segundos después, los timbales suenan y la gente
comienzaabailar.
Sinmovermedemisitio,sigomirandoamisorprendentemarido,ynosésicomérmeloabesos
odesnudarlodirectamenteyhacertodoloquesemeantojeconél.Eric,queesmuchoEric,sabelo
quepiensoalvermigestoy,acercándoseamí,elmuycanallamurmura:
—Recuerda,pequeña:pídemeloquequierasyyotelodaré.
Merío,nolopuedoremediar.Y,abrazándomealhombrequemevuelvelocadedeseoydeamor
entreotrascosas,respondo:
—Túsíquesabes,miamol.
Encantado, mi chico me rodea con los brazos, me acerca a él y me besa. Me devora y yo lo
disfrutohastaqueoigolavozdeGinebra,quedice:
—Vamos,parejita,¡abailar!
Oíresomehacesonreír.¿Bailar,Eric?
Yéste,quesigueabrazándomecomounoso,diceentoncesconsupreciosasonrisa:
—Quieroquebailes,ríasygritesesode«¡Azúcar!»,yquelopasesfenomenalcontusamigos.Y,
tranquila,prometonoencelarmenipensartonterías.
Contentaporloqueacabodeoír,sueltounarisotadajustocuandolaorquestacomienzaatocar
537C.U.B.A.[21]
—¡Diosss!—grito—,¡mevuelvelocaestacanción!
Ericsonríe,medalavueltay,dándomeunazotitocómpliceeneltrasero,diceempujándome:
—Anda,¡veydisfrutadelamúsica!
Trasguiñarleelojo,llegobailoteandohastamisamigosyyanoparodurantehoras.Elgrupoque
miamorhatraídoesbuenísimo,ynosdivertimosmientrasgritamosaquellode«¡Azúcarrrrr!».Un
pardeveceshagounapausaparabeberalgo.Sinobebo,medeshidrataré.Cadavezquemeve,mi
amor,queestácharlandoconunosamigos,meofreceunacoca-colafresquita.¡Cómomeconoceel
canalla!
Misuegraysusamigassehacencargodelosniños,disfrutanconellos.InclusoFlynsonríe.Eso
megusta.
Pero una de las veces, cuando dejo de bailar y camino hacia Eric, veo que está hablando por
teléfonoapartadodelgrupocongestoserio,ymedamalaespina.
Alvermellegar,Björnmepasalacoca-colafresquita,ylepregunto:
—¿Conquiénhabla?
—Nosé—respondeél.
De pronto Eric cuelga el teléfono, se toca el pelo y, por cómo mueve la cabeza, sé que ocurre
algo.Esomealerta.Peromásmealertacuandosedalavueltayclavalosojosenmí.
Trasunossegundosenlosqueintuyoqueordenasusideas,caminahaciamíy,antesdequeabra
laboca,yopregunto:
—¿Quéocurre?
BjörnyMelyaestánamilado,yEric,cogiéndomelamano,dice:
—EraNorbert.EstáconSustoenurgencias.
Depronto,paramílafiestaacaba.Susto...¡MiSusto!¿Quéleocurre?Y,comopuedo,conunhilo
devozpregunto:
—¿Quéhaocurrido?
Ericmeaprietalamano.
—Alparecer,cuandoNorbertsacólabasura,sedejólapuertadelacancelaabierta,Sustocorrió
trasélyunvehículolo...loatropelló.
Segúnoigolaúltimapalabra,mesueltodeEricyllevomimanodirectaalcorazónmientrasmis
ojosseinundandelágrimas.Sinesperarunsegundo,Melmecogeymurmura:
—Tranquila...,Jud...,tranquila.
Pero mi tranquilidad ya no existe. Susto, mi Susto, ha tenido un accidente, y yo rompo a llorar
mientras siento cómo Eric me acerca a su cuerpo, me abraza y me dice una y mil veces que me
tranquilice,quetodovaasalirbien.
Alvermeeneseestado,misuegravienerápidamentehaciamí,yyomedoylavueltaparaque
nadie más me vea llorar, mientras les pido que no les digan nada a Flyn ni a Marta. No quiero
jorobarlelabodaamicuñadaniasustaralniño.
EricpasalamanocondulzurapormirostromientrasBjörnyMelmedicenunayotravezqueno
meangustie,peroyoyanoveo...Yaestoyhistéricay,mirandoaEric,pregunto:
—¿QuémástehadichoNorbert?
ElgestodeEricesserio.
—Cariño,elveterinarioestáhaciendoloquepuede.
Sientoquemefaltaelaire.¡Measfixio!
EneseinstanteapareceFlyny,alvermeasí,pregunta:
—Papá,¿quéocurre?
Ericmemira,entiendequehadesersinceroconFlyn,yresponde.
—UncochehaatropelladoaSustoy...
—¿Sustoestámuerto?—preguntaelcríoconunhilodevoz,loqueamímehacelloraraúnmás.
—No...,no—aclararápidamenteEric—.Elveterinarioestáconél.
La angustia me carcome mientras mi marido da explicaciones al niño y éste, a pesar de lo
nerviosoqueestá,demuestraqueesunjodidoZimmermanynisedespeina.Quieroirme.Quieroira
la clínica, pero no puedo hablar. Y entonces Eric, que me conoce muy bien, clava los ojos en su
madre,queestáamilado,ypregunta:
—Mamá,¿tepuedesllevaraPipayalosniñosatucasa?
—Porsupuesto,hijo...,porsupuesto.
Ericasientey,agarrándomeconfuerzadelamano,dice:
—Vamos,Jud.Iremosalaclínica.
—Voyconvosotros—diceFlyn.
Ericasiente.
—Nosotrostambiénvamos—afirmaMel.
Miamorlamira.
—No,Mel,esmejorqueosquedéisconlosniñosmientrasdurelafiestayluegolosllevéiscon
mimadreasucasa.
Miamiga,mibuenaamiga,memirayyoasiento.Erictienerazón.
—Notepreocupes,Eric—diceBjörn—.Nosotrosnosencargamos.
—Deacuerdo—convieneMel—.Peroquieroquemetengáisinformada.
Asiento y Eric también y, cogidos de la mano, vamos hacia la salida. Pero de pronto Eric se
detiene,miraaladerechay,dirigiéndonoshaciaFélixyGinebra,pide:
—Félix,necesitotuayuda.
—¿Quéteocurre,Judith?—preguntaGinebraalverelestadoenelquemeencuentro.
RápidamenteEricexplicaloocurrido,yFélix,aloírlo,dice:
—Iremosconvosotros.
EneseinstanterecuerdoqueEricmedijoqueFélixteníavariasclínicasveterinariasenEstados
Unidosy,apenassinhablar,loscinconosdirigimoshacialacalle.LoúnicoquequieroesveraSusto
cuantoantes.
¡NecesitoveraSusto!
Veinte minutos después, cuando Eric aparca el coche, literalmente me tiro del vehículo y corro
hacialaclínica.
Lapuertaestácerrada,sonlasdoceymediadelanoche,peroNorbert,alverme,selevantade
dondeestásentadoymeabre.
—¿Cómoestá?—preguntopreocupadaviendolasmanchasdesangreensuropa.
Elhombrememiraymurmuracongestoapenado:
—Judith,losiento.Nomedicuentadequelaverjasequedabaabiertay...
—Norbert,¿cómoestá?—insistonerviosa.
EneseinstanteentrantodosyNorbert,tanpreocupadocomoyo,respondemirandoaEric:
—Nolosé.Elveterinariomedijoqueesperaseaquí.
Entonces se abre la puerta de la consulta y el veterinario de urgencias, al ver a tanta gente
elegantementevestida,pregunta:
—¿VienentodosporSusto?
—Sí—afirmaEricconrotundidad.
—Soysudueña.Quieroverlo—digoangustiada—.¿Cómoestá?
—Esmejorquenoloveaahora—respondeelveterinario—,porque...
—Hedichoquequieroverlo—insisto.
Eric,quemeconoce,cogemirostroentrelasmanosy,mirándome,dice:
—Escucha,cariño.LoimportanteahoraesatenderaSusto,yaloverásmástarde.
Séquetienerazón,queyonopuedohacernada.Peroconunhilodevozmurmuro:
—Estaráasustado,ysimeveseguroque...
—Estásedadoparaquenosientadolor—mecortaelveterinario.
Saberdesupadecimientomemachacaelalma,yentonceselveterinarioprosigue:
—Elgolpequeharecibidohasidofuerte,peroestáfueradepeligro.Tienediversascontusionesy
se ha fracturado la pata delantera izquierda y, la verdad, aunque quiero ser positivo, no veo muy
buenasoluciónaeso.
Derepente,measusto.Eric,queaúnnomehasoltadolamano,mientrasmesientaenunasilla,
murmura:
—Tranquila,pequeña...,tranquila.
Asiento.Tienerazón.Deboestartranquila.DebocomportarmecomounaadultaestandoFlyncon
nosotros.
—Doctor—preguntaEricentonces—,¿puedeoperaraSustoahora?
—Sí —afirma él—. Estábamos esperando a que llegaran ustedes para que dieran su
consentimientoyfirmaranestospapeles.Aquíseexplicanlosriesgosdelaanestesiaylacuantíadela
operación.Perohededecirlesquequizá,aunconlaintervención,lapatadelanimalnoquedebien.
EriccogelospapelesmientrasFélixcomienzaahablarconeldoctor.Comoveterinarios,ambos
seentiendenalaperfección.
Mi amor se saca un bolígrafo del bolsillo y, agachándose, se apoya en una silla y firma los
papelessinleerlos.AlgoquesiempremedicequeyonohagaloestáhaciendoélporSusto.
UnavezEricseincorpora,meguiñaunojoconcariñoyoigoqueFélixdice:
—Lomásacertadoesoperarlo.LehepedidoaldoctorFaüterquemepermitaestarpresenteenel
quirófanoparaayudar:soyespecialistaenestetipodefracturas.¿Avosotrososparecebien?
Ericmemira.Yoasiento,yentoncesélmurmuratendiéndolelamano:
—Gracias,Félix.
Cuando los dos hombres desaparecen tras la puerta, Ginebra, que hasta el momento se ha
mantenidocallada,sesientaamiladoy,cogiéndomelamano,dice:
—Todovaasalirbien.Tranquila,Judith.FélixnovaapermitirqueaSustolepasenada.Comoha
dicho,esespecialistaenesetipodefracturasyhaoperadoainfinidaddeanimalitosensusclínicas.
Medicejustoloquenecesitooír:positividad,eintentosonreír.Eneseinstante,Flynsesientaen
laotrasillay,cogiendomiotramanolibre,murmura:
—Mamá,tranquila.Sustoesfuerteyserecuperará.
Su contacto, sus palabras y, en especial, que me llame ¡«mamá»! y se preocupe por mí me
provocan de nuevo el llanto, y lo abrazo. Llevo tanto tiempo sin abrazarlo, sin sentirlo cerca que
llorodefelicidad,dentrodemitristeza,portenerlojuntoamí.NecesitoaFlyn.AdoroaFlyn,ysólo
quieroquemequiera.
Pasadosdiezminutos,enlosquenohepodidoparardellorarcomosimefueralavidaenello,y
esquemeva,Flynselevantademilado,yEricseacercaaNorbertydice:
—Creoqueesmejorqueregresesacasa.
—No,señor.Prefieroquedarmeaquí.—Y,mirándomecongestopesaroso,susurra—:Losiento,
Judith.Losientomucho.
Suexpresiónmehacesaberquelodicesinceramente.Pobre,eldisgustoquetieneencima.Sihay
alguienquesiempremehaqueridoymehademostradosucariñodesdequepuselospiesenMúnich,
éseeselbuenazodeNorbert.Melevantoyledoyunabrazo.
—Tú no tienes la culpa de nada, Norbert —aseguro—. Por favor, no vuelvas a disculparte. Ya
sabemostodosloinquietoqueesylolocoqueestáSustoy,tranquilo,seguroqueserecuperará.
Sonreímos,yluegoEricinsiste:
—Vamos, Norbert, vete a casa. Simona debe de estar nerviosa. Prometo decirte algo cuando
regresemos.—Y,volviéndose,pregunta—:Flyn,¿quieresirteconél?
—No—respondemihijo—.Prefieroquedarmeconvosotros.
Norbertseresiste,peroalfinalloconvencemosentretodosyseva.Unavezsaleporlapuertade
laclínica,Ericlacierradesdedentroysesientaamilado.Sólopodemosesperar.
Unahoradespués,Félixyeldoctoraparecenantenosotros,yesteúltimodice:
—Hasalidotodocomoesperábamos.Hemostenidoquedarlepuntosenelhocicoytienevarios
dientes rotos. En cuanto a la pata, le hemos puesto una placa con tornillos que deberemos cambiar
dentrodeunosmesesenunasegundaoperación.
—Deacuerdo—consigomurmurar.
—Bien—oigoquediceFlynamilado.
—De momento —prosigue el veterinario—, Susto tendrá que quedarse aquí algunos días. Pero
tranquila,todoestábien.
Estoy como en una nube. Susto, mi precioso Susto, parece que se encuentra fuera de peligro y,
mientrasEriccontinúahablandoconelveterinario,Félixseacercaamíydice:
—Tubichilloesmásfuertedeloquecrees.Serepondrá,aunquequizátengaunacojeradepor
vida,peroesotedaigual,¿verdad?
Sucomentariomehacesonreír,¡claroquemedaigual!Loabrazoysusurro:
—Gracias...,gracias...,gracias.
FélixsonríeyoigoqueGinebraríecuandoéldice:
—Denada,mujer.
Mi felicidad es completa, y abrazo también a Ginebra. La verdad es que la mujer no se ha
separado de mi lado y no ha parado de darme ánimos durante las horas en las que yo veía más
oscuridadqueluz.
¡Joder,quénegativamevuelvoenalgunosmomentos!
Unavezmesueltodeella,abrazofelizamiamoryentoncesoigoqueelveterinariodice:
—Judith,¿quiereverloahora?
Asiento. Asiento como una niña chica y, mientras Félix se queda con Ginebra, yo entro en una
habitacióndelamanodemiamorydeFlyn.
Veojaulasconotrosanimalitosquememirancuriosos,hastaqueelveterinariosedetieneante
unadelasjaulas,quetieneunaluzrojaeneltecho,ydiceabriendolapuerta:
—Estásedadoypermaneceráasíunbuenrato,peroestábien.
Me quedo bloqueada mirando a mi Susto. Verlo así me impresiona. Tiene la cabeza vendada y
también parte del cuerpo. De pronto parece estar más delgado de lo que por norma está y,
acercándome a él, lo beso sobre la venda del hocico y las lágrimas se me escapan. Qué indefenso
parece.
—Tranquilo,cielo...,mamiestáaquíynotevaadejar—murmuroconelcorazónencogido.
Durantevariosminutos,meolvidodelrestodelmundoysólomecentroenSusto,sóloenél.Lo
beso. Lo toco con cariño y le dedico las mayores palabras de amor y ternura que soy capaz de
articulareneseinstante.
EricyFlynsiguenamilado,noseseparandemíy,congestoserio,meobservanhastaquemi
hijodaunpasoalfrenteytocaconafectoaSusto.Nosmiramosysonreímos.Estamosfelicespor
teneranuestroperroconnosotros.Ericnosobservaensilencioy,conociéndolocomoloconozco,
séqueveraSustoasídebedeestardestrozándolo.Sihayalguienquenosoportavereldolorolas
enfermedadesenlosdemás,esél.
—Sepondrábien,Eric,tranquilo—digo.
Aloírme,miamorsonríey,trasacercarsealajaula,ledaalanimalunbesoensuvendadacabeza
yresponde:
—Sustotodavíatienemuchaguerraquedar.
Alsalirdelaclínicasoncercadelastresdelamadrugada,yEricyyonosempeñamosenllevara
Ginebrayasumaridoalhotel.Eslomínimoquepodemoshacerporellos.
Una vez los hemos dejado, me apoyo en el reposacabezas y cierro los ojos. Estoy contenta
¡dentrodemisustoporSusto!Perotodoparecequeestásaliendobien.
Al llegar a casa, Norbert y Simona nos esperan junto al pobre Calamar, que está triste y solo.
Rápidamentelesindicamosquetodoestácontroladoy,cuandosemarchanadormiryFlynsesubea
Calamarasucuartoparaqueestéacompañado,Ericmeabrazaymurmuramirándomealosojos:
—Todovaasalirbien,pequeña...,teloprometo.
Asiento.Quieroqueasíseay,simiEricZimmermanmelodice,¡locreeré!
31
Ellunes,cuandoalassietedelamañanasonóeldespertador,Melqueríamorirsepero,alargandola
mano,loparóysiguiódurmiendo.
Björn, que lo había oído, abrió los ojos y observó divertido cómo ella se arropaba con las
mantas.
—Cariño...—murmuró—,hayquelevantarse.
Mel,sinquererabrirlosojos,musitóconelpeloenmarañado:
—Cincominutos...,sólocincominutosmás.
Björn asintió y, tras darle un beso en la punta de la nariz, dijo cogiendo el despertador para
volveraponerlaalarma:
—Te daré una hora. Yo me encargaré de levantar a Sami, ¿vale? Pero luego te levantas y la
llevamosjuntosalcolegio.
Conunaponzoñosasonrisa,Melasintióy,suspirandocongustito,repuso:
—Ereselmejor,cariño...,elmejor.
Björnselevantósonriendodelacamay,desperezándose,fuehastalahabitacióndelapequeña,
dondereinabalapaz.Concariño,seacercóhastalacamay,sonriendoalverquedormíaconelpelo
enmarañadocomosumadre,setumbóasuladoysaludó:
—Buenosdías,mipreciosaprincesa.Hayquelevantarse.
Aloírlo,laniñaabrióunojitoyprotestó:
—Papi,noquiero,tengosueñito.
Björn sonrió. Mel y Sami eran el centro de su vida. Las adoraba. Las amaba con locura. Y,
besandolacabezarubiadelapequeña,cuchicheó:
—¿Sabes,prinsesa?Mamiestádormida;sitelevantasahorapodráselegirlaropaquetúquieras.
Losojosdelacríaseabrierondeinmediatoy,sentándoseenlacama,seretiróelpelodelacaray
preguntó:
—¿Loqueyoquiera?
Alversuexpresióndepilluela,Björnrioyafirmó:
—Loquequieras,exceptolosdisfracesdeprincesasylascoronas.Yasabesquealcolesólose
puedenllevarcuandohayfiestadedisfraces.
—Jooooooooooooooooooo.
A cada segundo más encantado por las reacciones de la pequeña, Björn le guiñó un ojo y
cuchicheóconcomplicidad:
—Pero puedes llevar el vestido rosa con la cara de las princesas que te compré y los zapatos
nuevos.¿Quéteparece?
—Síiii.
Como si fuera un cohete a propulsión, Sami se tiró de la cama, abrió el armario y, tras sacar
aquelloquesupapihabíadicho,lomiróyafirmócongestopícaro:
—Mamisevaaenfadar.
—Demamimeencargoyo—dijoBjörnriendoycogiendoalapequeñaenbrazos—.Ven,vamos
albaño.Hayquelavarselacaritaylosdientes.
Unahoradespués,cuandoBjörnySamiestabandesayunandoyavestidos,élconsuimpolutotraje
yellaconsuvestidonuevo,Melselevantóy,alveralapequeña,murmurómientrassellevabauna
manoalacabeza:
—Cariño,porfavor,queSamivaalcolegio,noalaentregadelosOscar.
LapequeñamiróentoncesaBjörn,querespondió:
—Losé,peroesqueSamiestanelegantecomosupapi.
Melasintióy,sonriendo,sedioporvencida.
—Vale,voyavestirme.Esosí,siasusmajestadesnolesimporta,yoiréenvaquerosycamiseta.
Cuandodesapareció,BjörnySamichocaronlasmanosconcomplicidad.
—Papi,ereselmejor—cuchicheólapequeña.
Felizporelcomentariodelapequeña,élsoltóunacarcajadamientrasexclamaba:
—Pormiprincesa,¡loquesea!
Mediahoradespués,MelyBjörnsalierondelacasa,bajaronalgarajeysemontaronensucoche.
AlllegaralcolegiocoincidieronconLouise,Heidiyotrasmujeres,yMel,alverlas,setensóy
murmuró:
—Esperoqueestonoseaunanuevaencerronaolovasalamentar.
Alveralasmujeres,Björnseencogiódehombros.
—Yonosénada.Teloprometo.
Con Sami en el centro y cogida por ambos de la mano, Heidi y las demás se acercaron y esta
últimalossaludó:
—Buenosdías,parejita.Quéalegríaencontrarosaquí.
—Elplaceresmío,Heidi—saludóencantadoBjörnaltiempoquelabesaba.
—Heidiesunazorra—soltódeprontoSami.
—¡Sami!—laregañóBjörn.
—Yunaperra...,esodijeronmamáylatíaJud.
Mel,quesehabíaquedadosinhablaynosabíadóndemeterse,observóasuhijamientrassentíala
miradaacusadoradeBjörnydelasmujeresy,comopudo,susurró:
—Sami,esonosedice.—Luego,mirandoaHeidi,quesehabíaquedadoacuadros,añadió—:No
lodiceporti,Heidi;sientoeldesacertadocomentario.
Y,sinmás,cogióasuhijaenbrazosysealejóparadejarlaenelcolegioantesdequelescerraran
lapuerta,mientrasBjörnsequedabaconaquéllas.Sinpermitirleabrirlabocaasuhija,labesóyse
laentregóalaseñoritamientraspensabaquéexplicacióndarleaBjörnpero,cuandosevolvióyvioa
las mujeres sonriendo como tontas alrededor de él con una actitud que no le gustó nada de nada,
apretóelpaso.
—Sinduda,esetrajetanbiencortadotequedamaravillosamentebien—decíaHeidi.
Björn, que era un conquistador nato, sonrió con un gesto que hizo que todas las mujeres se
ruborizaran,hastaqueMelllegóe,incapazdenodecirnada,replicósincortarse:
—Puesosaseguroquesintrajeestámuchomejor.
SucomentariohizoquetodaslaobservaranconlabocaabiertayBjörnlamiraraincómodo.¿Por
quéhabríadichoaquello?
Entonces,deprontoHeidipreguntó:
—Melania,¿tevienesconnosotrasadesayunar?
Björn no habló. En su mirada, Mel podía leer lo que él quería que hiciera, y más tras sus dos
desafortunadoscomentarios,peroellareplicósindejarseembaucar:
—Losiento.Dentrodemediahoratengounacitaalaquenopuedofaltarpornadadelmundo.
Heidiasintióy,disimulandosuincomodidadconlamejordesussonrisas,respondió:
—Nohayningúnproblema,Melania.Yanosveremosotramañana.Adiós,Björn.
Y, dicho aquello, la pandilla de urracas, entre las que estaba Louise, se dieron la vuelta y se
marcharon.
Tan pronto como aquéllas se alejaron, Björn miró a Mel incrédulo y, cuando se disponía a
protestar,ellaseleadelantódiciendo:
—OdiocuandomellamanMelaniadeesamanera.¡Medahastarepelús!
—¿QuéesesodequeHeidiesunazorrayunaperra?
Tratandodenosonreír,Melcuchicheó:
—Ay,cariño,losiento.ElotrodíaleestabacontandoaJudith,eldíaque...
—PorelamordeDios,Mel.¿SamiacabadellamarzorrayperraalamujerdeGilbertHeineytú
teríes?Y,porsiencimaerapoco,noseteocurreotracosaquedecirquesinropaestoymejor.
—Laverdad,cariño.Lapuritaverdad.
—Mel...—gruñóél.
AlverelpocosentidodelhumordeBjörn,ellacambióelgestoymurmuró:
—Vale.Losiento,cariño.Tienesrazón.Haestadofueradelugary...
—¿QuétalsicomienzasaseralgomásagradableconHeidiyesasmujeres?
—Imposible.
—Imposible,¿porqué?—protestóél.
—Puesporquenomegustanynoquierotenernadaqueverconellas.Comprendoquetuilusión
seaentrarenesedichosobufete,peroentiendequeyonoquierosabernadadeellos.Portanto,sitú
hasderepresentarunbonitopapelparaqueellasyellostequieran,¡adelante!,peroyonolovoya
hacer,porquenolesgustoyteaseguroquenolesvoyagustarnunca,¿entendido?
Elabogadoclavólosojosenlamorenadescaradaqueloretabaconlamiradapero,cuandose
disponíaaresponder,sonósumóvil.Contestóy,trashablarunossegundos,locerróydijomirandoa
Mel:
—Eralapolicía.
—¿Lapoli?¿Quéhapasado?—preguntóellasorprendida.
—Han pillado al hacker que atentaba contra mi web, y el inspector Kleiber quiere que vaya a
comisaría.
Sorprendidayencantadaaloíreso,Mellocogiódelamanoy,sindudarlo,dijo:
—Vamos.Iremosjuntosaveraesedesgraciado.
TrascallejearporMúnich,unavezaparcaronelvehículo,entraronenlacomisaríasinsoltarsede
lamano.PreguntaronporelinspectorKleiberylesindicaronquesudespachoestabaenlasegunda
puertaaladerecha.
—Tejuroque,cuandoveaaesedesgraciadodeMarvel—sentencióBjörncaminando—,melas
vaapagarestéonolapolicíadelante.
—Cariño —murmuró Mel—, tranquilízate. Ya lo han cogido, y dudo que vuelva a piratearte la
web.
Björnasintióeintentórelajarse,peroenelfondodeseabaecharsealacaraaaqueldestructorde
lo ajeno. Al llegar frente a una puerta, de pronto ésta se abrió y apareció ante ellos el inspector
Kleiber.Alverlos,seapresuróacerrardenuevoydijo:
—Creoqueesmejorqueantespasenamidespacho.
Mel asintió, pero Björn, desobedeciendo las indicaciones del policía, abrió la puerta que éste
acababadecerrar,dispuestoacomersealmalditohacker,yseencontróaunamujermayoryaun
adolescentedelaedaddeFlyn.Congestocontrariado,sumiradapasódelamujeralniñoy,cuando
tuvoclaroqueelhackereraaquelcríodepelolargoydescontroladoquenolomiraba,diounpaso
atrássindecirnadaycerrólapuerta.
—Comolehedicho,esmejorquepasenantesamidespacho—insistióelinspector.
PeroBjörnnecesitabaqueleconfirmaraloquecreía,ypreguntósinmoverse:
—¡¿Elhackeresuncrío?!
—Sí—afirmóelinspector.
—¿EsemuchachoesMarvel?—preguntósorprendidaMelaldarsecuentadequeloconocía.
—Sí—volvióaasentirelpolicía.
—¡Joder!¿Yquéhaceunniñatopirateandomiweb?
Elinspectorabrióunapuertay,señalando,insistió:
—Porfavor,pasen.Tenemosquehablar.
Alucinados, entraron y tomaron asiento. El inspector se sentó a su vez, colocó ante ellos unos
papelesydeclaró:
—Ese muchacho es un cerebrito en informática, y si le digo esto es porque algunos de sus
compañerosasílohandescritoalverlascosasquehace.Sinohubierasidoporquenosllamarondel
institutoalquevaparaavisarnosdesufaltadeasistenciadesdelamuertedesuabuelo,difícilmentela
unidaddedelitosinformáticospodríahaberlocazadoporloquelehacíaaustedensupáginaweb.El
chicoesmuybuenoenloquehace...,créame.
MelyBjörnsemiraronsorprendidos.Sinlugaradudas,loshackerserancadavezmásjóvenes.
Acontinuación,elinspectorabrióunacarpetaypreguntó:
—¿LesuenaelnombredeBastianFogelman?
—No—respondióBjörn.
—¿Estáustedseguro,señorHoffmann?—insistióelinspector.
Björnsedisponíaaprotestarcuandoaquélañadió:
—¿RecuerdaelnombredeKatharina?Unamuchachasuiza.
Aloíreso,Björnseincorporódelasilla.Claroquelarecordaba.
—¿QuéocurreconKatharina?
—¿QuiénesKatharina?—preguntóMel.
Sinentenderaquéveníatodoaquello,BjörnmiróaMelyseapresuróaresponder:
—Era una amiga. Una vecina. —Y, viendo la expresión de ella al mirarlo aclaró—: Llevo sin
verlamuchosaños,nomemiresasí.
Alvercómosemiraban,elinspectordijo:
—KatharinaeralahijadeBastianFogelman,suvecino.
Björnlevantólascejasy,clavandosusojosenél,preguntó:
—¿Y?
—El crío que ha visto y que ha estado pirateando su web es el hijo de Katharina, nieto de
Fogelman...—y,entregándoleunpapel,añadió—:yporloqueéldice,essuhijotambién.
—¡¿Qué?!—exclamaronincrédulosMelyBjörnalavez.
ElinspectorsedisponíaadeciralgocuandoBjörnsepusoenpiedeunbrinco.
—¡¿Qué tonterías está diciendo? —soltó—. La única hija que tengo se llama Sami, no mide un
palmoyacabodedejarlaenelcolegio.
Mel,todavíasinreaccionar,miróaBjörncuandoéstecogiómalhumoradoelpapelqueelpolicía
le tendía y comenzó a leer. Efectivamente, aquello era una partida de nacimiento en donde en la
casilladepadreponíaclaramente«BjörnHoffmann».Sinentenderabsolutamentenada,sesentóde
nuevoenlasillay,dejandoelpapelsobrelamesa,murmurómirandoaMel:
—Noséquéesesto.Nitampocoséquiénesesecrío,perodesdeluegonoeshijomío.
—SeñorHoffmann...
—¡Nodigatonterías,inspector!—locortóBjörn—.Siyotuvieraunhijo,tengaporseguroque
losabría,ymuybien.
Alversudesconcierto,Mellocogiódelasmanosy,atrapandosumirada,susurró:
—Tranquilo,cariño.
—SeñorHoffmann,escúcheme—insistióelinspectorKleiber—.Nosllamarondelcolegiopara
denunciarque,traselfallecimientodesuabuelo,unmenornoibaaclaseyseguramentevivíasolo.
El muchacho nos vio en la puerta de su casa, se asustó, y ha estado toda la noche vagando por las
calles.Cuandounosdemisagenteslolocalizarondurmiendoenunparque,locogierony,antesde
traerloalacomisaría,elmuchachosuplicóqueteníaqueirasucasaaporsuperro.Mishombreslo
acompañarony,allí,trasobservarciertascosasensuhabitación,seencontraronconlasorpresade
queeraélquienlepirateabasupáginaweb.
Björncadavezentendíamenos.Eracomosilehablaranenchino.
—Al principio, el muchacho no soltaba prenda —prosiguió el inspector—. No contestaba a
nuestras preguntas, a pesar de que las pruebas lo delataban, pero al final se ha roto cuando hemos
queridosepararlodesumascota.¿UstedvivióenelbarriodeHaidhausen?
Elabogado,confundido,asintióalrecordarlo.
—Sí.Vivíallí.
Elinspectormirólospapelesqueteníadelanteeindicó:
—Porproblemasconsumadrastra,usted,supadreysuhermanosemarcharondelbarriodela
nochealamañana,¿verdad?
Conlosojosveladosporlosrecuerdos,Björnasintió.
—Sí.MimadrastaseenamoródeunnorteamericanollamadoRichardShepard...,ytuvimosque
marcharnos.
—Björn—murmuróMel,conscientedeloquelecostabahablardeaquello.
Al sentir a su mujer a su lado, el abogado la miró para hacerle saber que estaba bien, y a
continuaciónseñaló:
—Inspector,noséaquévienerecordarmipasado,perosí,todocuantodiceescierto.Mipadrelo
habíapuestotodoanombredeaquellamalamujer,yellanosloquitó.Nosdejóenlacalleytuvimos
quemarcharnosdelquehabíasidonuestrobarriodeundíaparaotro.
Unincómodosilenciolosrodeó,hastaqueelinspectorafirmó:
—Pues he de decirle que, cuando usted se marchó, Katharina regresó a Suiza embarazada de
usted.
—¡¿Qué?! —exclamó Björn, bloqueado. Durante un par de segundos, su mente se inundó de
recuerdospasados,ydeprontosiseó—:Siesofueracierto,¿porquénomebuscóparacontármelo?
—Eso,señorHoffmann,nolosé.Yosóloséloqueelniñonoshadicho.
Mareadocomonuncaensuvida,Björnseapoyóenelrespaldodelasilla.Melsabíaloquele
dolíarecordaraquelloy,alverloenaquelestado,cogióunpapelycomenzóadarleairemientrasle
susurraba:
—Tranquilo,cariño...,tranquilo.
Pero la palabra «tranquilidad» era lo que menos le rondaba por la cabeza a Björn. Sólo podía
pensarenloqueaquelpolicíaledecía.Teníaunhijo,¿yseenterabacasiquinceañosdespués?
El inspector Kleiber puso una botellita de agua delante de Björn. Mel la cogió, la abrió y,
entregándosela,exigió:
—Bebeagua.Bebe.
Björnbebióybebióybebióy,cuandolabotellaseacabó,ladejósobrelamesay,levantándose,
negó:
—Nopuedeser.Esimposiblequeseamihijo.Katharinamelohabríadicho.Quierohablarcon
ella,¡quieroverla!Yestoysegurodequetodosesolucionará.
—SientodecirlequeKatharinamuriódecáncerhaceochoañosenSuiza—informóelinspector
—.Entonces,elabuelodelcríosehizocargodeélaquí,enMúnich,hastaquemuriótambiénhace
pocomásdeunmes.
Acadainstantemásbloqueado,Björnexigió:
—Quieroveraesemuchacho.Exijohablarconélyaclarartodoesto.
Elinspectorlevantóentonceselauriculardeunteléfonoydijo:
—LepediréalaasistentesocialquenosavisecuandoterminedehablarconPeter.
Björnsemesóelpelo.Aquelloeraunalocura.¿Cómoibaatenerunhijoynosaberlo?
—Cariño..., cariño..., cariño... Es mejor que te tranquilices — insistió Mel levantándose para
ponerseasualtura—.Antesdehablarconelniño,creoque...
—¿Peter?¡¿HadichoquesellamaPeter?!—preguntódeprontoBjörn.
ElinspectorasintióyMel,aloíraquelnombre,murmurósentándose:
—Diossanto.
Si algo le gustaba a Björn eran sus discos de vinilo y sus cómics de Spiderman. Los cuidaba
comooroenpaño,ymuchashabíansidolasvecesquehabíacomentadoconellaque,siteníaunhijo,
sellamaríacomosusuperhéroefavorito:Peter.
Acadainstantemásconfundido,Björnnosabíaquépensar.Entonces,lapuertadeldespachose
abrióylamujerqueestabasegundosantesconelcríodijo:
—Puedenpasarahoraparahablarconél.
Melnosemovió,sinoquemiróaBjörnalaesperadesudecisión.
—Vayamos,pues—dijoélfinalmente.
Alsalirdeldespacho,Melseapresuróacogerlelamano.Queríaquesintieraqueestabaconél,y
Björn,aldarsecuentadeello,lamiróeintentósonreír.Perolapreciosa,inquietanteymaravillosa
sonrisadelabogadonosalióy,delamano,pasaronalasalaconelinspector.
Alentrar,elmuchacho,quevestíaunpantalónvaqueroraído,unasudaderaconcapuchaazulonay
unaszapatillasque,sinlugaradudas,habíanvistotiemposmejores,nolevantólacabeza.Continuó
con la vista fija en el suelo, y entonces Mel reparó en el monopatín rojo y en el perro blanco y
marrónqueestabaasuspiesysupoacienciaciertaqueyaloshabíavistoantes.
Porsuparte,Björnsesentóalotroladodelamesa,frentealmuchacho,conlaesperanzadeque
éste lo mirara. Él era un gran abogado, un hombre acostumbrado a lidiar con todo tipo de
situaciones,eibaacontrolartambiénaquello.
Entonces,elcríosemovió.Levantóelrostroparaobservar,perosupelolargonolosdejabaver
sucaraconclaridad,yMel,conscientedequeyaseconocían,losaludó:
—Hola,Peter,soyMel.
—Losé.
—Túyyoyanoshemosvistoantes,¿verdad?—insistióellaantelasorpresadeBjörn.
Élasintió.
—Sí.
Melteníamuyclaroquiéneraelchaval,ydijo:
—TehevistovariasvecesenelparqueadondellevamosaSami,¿verdad?
—Sí.
—Yenelsupermercado...;túereselchicoquealgunosdíasrecogeloscarritos.
—Sí—volvióaafirmarelmuchachoy,mirándola,añadióalverqueellanolocomentaba—:Y
tambiénnosvimoshacepocoenlapuertadelcolegio.
Al oír eso, Mel simplemente asintió con la cabeza, y Peter entendió que no debía comentar lo
ocurridoaqueldíaconaquelhombre.
PeroBjörn,queestabahistéricoescuchándolos,preguntó:
—¿Yquéhacíasenesoslugares?Porque,sipirateabasmiweb,¿acasotambiénpretendíashacerle
algoamifamilia?
—Björn—protestóMel.
—No...No...,yonuncalesharíadaño.Nunca—murmuróelchaval.
Pordebajodelamesa,MelpusounamanosobrelanerviosapiernadeBjörn,quenoparabade
moverse,ylepidiótranquilidad.Elchavalestabaasustado.Sólohabíaqueverloencogidoqueestaba
paradarsecuenta,yBjörn,trasentenderloquesunoviaqueríadecirle,cambióeltonoypreguntó:
—Peter,¿porquédicesqueeresmihijo?
—Porquemamásiemprelodecía.Escribiósunombreenunafotoenlaqueestánlosdosydesde
pequeñomedijoqueustederamipadre.Miabuelotambiénloafirmaba.
Bloqueadoyconfundido,Björnmiróaladolescente.¿Cómopodíatenerélunhijosinsaberlo?
—Y si tu madre y tu abuelo lo decían, ¿por qué no te acercaste a mí? —volvió a preguntar—.
¿Porquépiratearmiweb?
Elcríonorespondió,sinoquesimplementebajólacabeza.Entonces,elinspectordiounpasoal
frenteyloamenazó:
—Sinorespondes,tendremosquellevarnosatuperro.
—¡No!—gritóelmuchachoagarrándosealchuchoblancoymarrón—.NomeseparendeLeya.
Porfavor,esloúnicoquetengo.
Aquellasúplicapillóatodosporsorpresa,yaMellerompióelcorazón.
Oíralchicodeciraquellolehizorecordaralgoquehacíamucho...muchotiempounbuenamigo
lehabíacontadoy,emocionada,pensóenél.Siélestuvieraallí,nopermitiríaqueocurriera.
¿Debíapermitirloella?
Björn miró a Peter y, cuando se disponía a decir algo, el crío se retiró el pelo de la cara y
explicó:
—Undíafuihastalapuertadesutrabajo,peroelporterodeledificiomeechóyentoncespensé
que,siaquelhombremehabíaechado,quénoharíausted,ymefui.Noquiseinsistir.
Durante un buen rato, el inspector y Björn hicieron preguntas al muchacho y éste fue
contestándolas educadamente como pudo. En ningún momento lloró. En ningún momento se
desmoronó.Enningúnmomentosemostróchuloodesagradable.PeroMel,queloobservaba,sabía
quetrastodaaquellaintegridadhabíaunmuchachitoque,encuantonadieloviera,sevendríaabajo.
Bloqueadocomonuncaantesensuvida,Björnselevantódelamesay,sindecirnada,saliódela
sala.Mellosiguióy,yaenelpasillo,oyóqueéldecía:
—Nopuedeser.¿Cómovaasermihijo?
—Björn...
—No...,nopuedeser,Mel.Yonotengoningúnhijo.
—Escucha,cariño...Mírame,Björn—susurrótanimpactadacomoél.
Elinspectorsalióentoncestambiénasuencuentro.
—Creo que todos hemos tenido bastante por hoy —dijo—. La asistente social se va a llevar a
Peterauncentrodemenoresy...
—¡No!—exclamódeprontoMel.
Björnyelinspectorlamiraronyellacontinuó:
—Nopuedenllevárselo.Él...élnostieneanosotros.
ElabogadomiróaMelsorprendido.
—Pero¿quéestásdiciendo?
—Björn—insistióella—.Esemuchachopodríasertuhijo.
—Mel, no saques conclusiones que puedan ser erróneas —siseó enfadado—. Nunca he oído
hablardeél,y...
—Misextosentidomedicequeesverdad—insistióella.
Björnlamirómolesto.
—Ojaláutilizarastusextosentidoparaotrascosasqueyonecesito—replicó.
Enfadadaporsucontestación,Mellomiróygruñó:
—Mira, si lo dices por esa pandilla de imbéciles que hemos visto hace un rato en la puerta del
colegio,sólotediréque...
—Déjalo,Mel.
—No.Novoyadejarlo—respondióella.
Luegosehizoelsilencio.Sinduda,aquellocomenzabaahacermellaentreamboscuandoBjörn,
desesperadoporloqueacababadedescubrir,siseó:
—PorelamordeDios,Mel...¿Acasopretendesquellevemosaunextrañoacasa?
—Sí.
Aloíreso,elinspectorKleiberdijo:
—Creoquetendríanquehablardeesotranquilamenteensucasa.Éstenoeslugar.Mientrastanto,
laasistentesocialpuedellevarseaPeteralcentroy...
—No,imposible.Losepararándesuperro—volvióarepetirMel.
Acadainstantemásdescolocado,Björnclavósusbonitosojosensuchicaymurmuró:
—Mel, esta situación se me va de las manos, pero entiendo menos aún tu reacción, y más
sabiendoqueesecríoeselputohackerquemehaestadovolviendoloco.¿Deverdadpretendesmeter
aesemuchachoyasuperroencasaconSami?
Laexmilitarasintiósinsaberporqué.
—Sí.
—Pero¿porqué?
—Porquesí.Porque...porqueesunniñoquenecesitacariño.
—Esonomevale,¡joder!—protestóBjörn.
—Puestetienequevaler.
—Mel...
Sincederunápice,ellainsistió:
—Sevienenconnosotros.PeteryLeyasevienenconnosotros.
—Miraqueerescabezota—gruñóél.
—Ytútambién,perosevienenacasa.
Sinentendernada,Björnclavólamiradaenellay,suavizandoeltonopidió:
—Vamosaver,cariño,¿mepuedesexplicarporquéinsistestantoenello?
Conlosojosvidriosos,Melsuspiró.
—Mi buen amigo Robert Smith, el teniente que fue abatido en vuelo y al que sabes que quería
comoaunhermano,almorirsuspadrescuandoélteníadoceaños,estuvodurantedosenunacasade
acogida.Mehablódelatristezadesentirsesolo,delocomplicadoquefueasumircomoniñoqueno
leimportabaanadie,yquenoentendióquetambiénlosepararandesuperro,queeraloúnicorealde
supasadoquelequedaba.—Y,tomandoaireparanoemocionarse,añadió—:Tambiénrecuerdosu
sonrisa cuando contaba que el día que Nancy y Patwin lo llevaron a su casa fue el más feliz de su
vida,hastaqueconocióasumujer.
—NosabemosquiénesPeterylosproblemasquenospuedeoriginarennuestrasvidas.
—NancyyPatwintampocosabíanquiéneraRobert.Vieronenélaunniñonecesitadodecariño,
queeslomismoquehevistoyoenPeter.Pero¿esquenotedascuenta?
Björnsemesóelpeloofuscado.Queríasalirdelacomisaríacuantoantes,ysentenció:
—Losiento,perono.Esemuchachonosevieneacasa.
—Björn...
Elabogado,quenoqueríadiscutirmáseltema,diomediavueltayseencaminóparahablarconel
inspector,quesehabíaapartadodelaconversaciónanteriormente.
Con el corazón encogido, Mel observó a través del cristal de la puerta de una sala cómo la
asistente social intentaba hablar con el chaval mientras éste le suplicaba una y otra vez que no lo
separaran de su perra. Sin saber qué hacer, Mel miró en dirección a Björn y al inspector y,
finalmente,entróenlasala,dondeelchicoahorallorabadesconsoladoabrazandoasumascota.
—Peter...,Peter...,mírame—murmuróagachándoseparaponerseasualtura.Cuandoéllamiró
con los ojos llenos de lágrimas, ella le dijo al ver que la asistente social hablaba por teléfono—:
¿Puedohacerteunaspreguntas?—Elcríoasintió—.¿Porquétehevistoenvarioslugaresantesde
hoy,comoporejemploelparquealquesolemosirconSami?
Petertragóelnudodeemocionesqueteníaenlagargantayrespondió:
—Porquequeríaconoceramihermanaymegustabasentarmeaobservarlos.Nuncalosmolesté.
Sólo deseaba ver cómo él jugaba con Sami, para imaginar cómo habría sido conmigo si mamá le
hubieradichoqueyoerasuhijo.
Larespuestacalóhondoenella.ElchicocreíaqueSamierahijadeBjörny,sinquerersacarlode
suerror,Melvolvióapreguntar:
—¿Quéhacíaselotrodíaenlapuertadelcolegio?
Petermirómásalláy,cuandovioqueBjörnnopodíaoírlos,contestó:
—Fui a verlas como muchas mañanas. Me encanta ver a Sami contenta. Pero, tranquila, no le
contaré a Björn lo que ocurrió con ese tipo. Sin embargo, debería contárselo usted. No me gustó
cómolaagarró.
Dolidaporloqueestabaoyendo,Melsuspiró.Aquelmuchacho,sinconocerla,estabadispuestoa
guardarleelsecretoy,sinsaberporqué,preguntó:
—¿EstássegurodequeereshijodeBjörn?
Secándoselaslágrimasconlamano,elchavalrespondió:
—Mimadresiemprelodecía.—Entonces,desesperado,viocómolaasistentesocialselevantaba
ymurmuró—:Porfavor,señora,nodejequesellevenamiperra.Lameteránenunaperreray,siyo
nolareclamoenunosdías,seguramentelasacrificarány...yellaesloúnicoquetengo.
Conlapenaenelcuerpo,Melnosabíaquéhacery,alvercómoelchicolamiraba,dijocogiendo
lacadenadelanimal:
—Yolacuidaréhastaquetodoestosesolucione,¿quieres?
Elmuchachodejódellorary,mirándola,susurró:
—¿Haríaesoporella?—Melasintióy,conmovida,estuvoapuntodeecharseallorarcuandoel
críolaabrazócondesesperaciónymusitó—:Gracias,señora,gracias.Siemprehetenidolaintuición
dequeustederaespecial.Leprometoregresaraporellay...
—TehedichoquemellamoMel.LlámameMel,porfavor.
Elcríosonriócontristeza.
—Gracias,Mel.
—Escucha,Peter,todoestoseresolverá.Yaloverás.
Elmuchachomiróhaciaelpasillo,dondeBjörnhablabaconelinspector,ydijo:
—Él no cree que yo sea su hijo, ni quiere que lo sea, y yo... no quiero ser una carga para él.
Cuandoconsigasalirdellugaradondemevanallevar,recogeréaLeyayregresaréamicasa.
—Sieressuhijo,tequerrá.Deesomeencargoyo—afirmóMel—.Y,sinoloeres,teaseguro
queyomismateayudaréaencontrarunsitiodondevivir.
Peterseabrazóasuperraymusitó:
—Pórtatebienconlaseñoray...
—Mel,recuerda,Mel.
Elcríosonrióyrepitió:
—Leya,pórtatebienconMelhastaqueyoregrese,¿deacuerdo?
La perra lo miró y, cuando éste se levantó, ella lo hizo también. En ese instante la asistente se
dirigióalchicoydijo:
—Vamos.
Angustiada,MelmiróaPeter,despuésalamujer,ypreguntó:
—¿Adóndelollevan?
Ellaconsultólospapelesquellevabaenlamanoyseñaló:
—AunacasadeacogidaquetenemosenNeuhauserStrasse.Silesinteresa,elinspectorlesdará
másinformación.
Peter tocó la cabeza de su perra y, tras darle un abrazo a la mujer que se quedaba con ella,
murmuróapenado:
—Cuídala,Mel.Regresaréaporella.
Enternecida,ellaasintióy,encuantoelmuchachosemarchó,alverquelaperradeestaturamedia
tirabayladrabaparairtrasél,seagachóy,abrazándolacomohabíahechoinstantesantessudueño,
musitó:
—Tranquila,Leya...,tranquila.YotecuidaréhastaquePeterregrese.
El animal pareció relajarse y, cuando Mel supo que así era, se levantó del suelo, justo en el
momentoenqueBjörnentrabaenlasalay,mirándola,preguntaba:
—¿Quéhacesconesechucho?
—Noslollevamosacasa.
—¡¿Qué?!—preguntósorprendido.
Dispuestaacumplirsupromesa,Melsiseó:
—Mira,Björn.Leheprometidoaesemuchachoquelacuidaríayloharé.
Ofuscado,élgruñó:
—¿Acasopretendesllevarmehoylacontrariaentodo?
—¡¿SabesporquéPeterestabaenelparque?!—gritómirándolofuriosa—.Esepobrechicocree
que Sami es su hermana y sólo quería ver cómo tú jugabas con ella para imaginar que así habrías
jugadoconélsisumadretehubieradichoqueeratuhijo.Y,encuantoalaperra,leheprometidoque
lavoyacuidarporque,siselallevanynadielareclamaenunosdías,lasacrificarányyome...me
niegoaello;¿tehasenteradootelorepito?
Boquiabierto,elabogadolamiróyasintiósindecirnada.Estabaclaroque,fueraPeteronosu
hijo,laperrasemarchabaacasaconellos.
32
UnavezEricsevaatrabajaralgomásprontodelohabitualyyohabloconelveterinario,queme
dice que Susto está bien y que puedo llevármelo a casa al día siguiente, cuelgo el teléfono feliz y
regresoalacocina.
Allí,Pipaseafanapordardedesayunaramimonstruito,queseempeñaenquelacomidavayaa
pararacualquierladodelacocinaexceptoasutripita.
CuandoveoentraraFlyn,nosmiramos.
Esperounasonrisa.Alfinyalcabo,elotrodíameabrazóymellamó«mamá»,pero,alparecer,
elborderíoharegresadoy,comocadamañana,meretaconlamirada,yyo,enelmomentoenque
mecanso,laesquivo.
Sabequehoyloacompañaréaclasey¡porfin!tendremoslareuniónconsututor.
Esoloincomoda.Loquenosabe,niseimagina,escuántomeincomodaamí.
Una vez Flyn ha terminado de desayunar, nos dirigimos en silencio hacia el coche y, cuando
arranco,clavomisojosenélypregunto:
—Si hay algo que tu profesor pueda contarme que aún no sepa, es tu oportunidad para
decírmelo...
ContodalachuleríadelosZimmerman,mihijomemirayresponde:
—Yaquevas,quetelocuenteél.
Siento ganas de darle un pescozón. Dos días antes, me abrazaba y me mimaba llamándome
«mamá»,perodenuevolafrialdadhavuelto.
—¿Puedesdejardesertandesagradable?—preguntocansada.
Flynmevuelveamirarpero,cuandocreoquevaadeciralgo,secalla.Esaactitudchulescame
enfermaenocasionesmásquesimecontestara.Sinembargomecallo.Nodigonada.Novoyaentrar
ensusprovocaciones.
Conduzco en silencio hasta el instituto. Una vez aparco, Flyn sale del coche y rápidamente se
acerca a un grupito de chicos que lo saludan chocándole las manos. Esos amigotes suyos no me
gustan,yobservocómoellosmemiranamí.
¿Porquéminiñohatenidoqueconocerlos?
Desdeelinteriordelvehículo,veoapareceralafrescaporlaqueséqueFlynestácolgado,bajo
y,antesdequeseacerqueamihijo,lollamo:
—Flyn,venaquí.
Michicoseresiste.Estáentrehacermecasoodemostrarlesasusnuevosamigotesqueélesquien
me domina. Pero al final gano yo. Me conoce muy bien y, cuando ve que cierro el coche de un
portazo, pierde el culo en regresar a mi lado antes de que saque mi raza española y le cante las
cuarentadelantedeellos.
Sinrozarnos,nidecirnosnada,vamoshastasecretaría.Allí,trasavisardequetengotutoríaconel
señor Alves, mandan a Flyn a clase y me dicen que pase a una salita contigua. Si hace falta, ya
avisaránalniño.Entroenlasalita,enlaquehayunamesayunassillas,ymesiento.
Mientras espero la llegada del tutor, recuerdo cuando Flyn era pequeño y yo lo defendía de
algunasmadresysuschismorreos.Esomehacesonreír,peroalmismotiempomeapeno.Conloque
loquiero,almuysinvergüenza,ylomalqueseestáportandoconmigo.
Miromimóvil.Notengoningunallamada,ydecidoescribirleunmensajeaEric:
Hola,guapo.Estoyenlatutoría.Tequiero.
Imagino a mi rubio alemán en su reunión leyendo el mensaje muy serio y sonrío cuando mi
móvilpita.Leo:
Hola,preciosa.Yamecontarásencasa.Yotambiéntequiero.
Estoysonriendocuandolapuertaseabreamisespaldasyoigo:
—Buenosdías,señoraZimmerman.
Rápidamente guardo el teléfono y, en cuanto voy a responder, me quedo con la boca abierta.
Aqueltipocongafasdepastamerecuerdaaalguieny,tanprontocomosoyconscientedequenoes
quemerecuerde,¡sinoqueesél!,murmuroenmiperfectoespañol:
—Joder...
Ante mí está Dennis, el brasileño buenorro del Sensations y el que nos enseñó a Mel y a mí a
bailar forró la noche de la detención. Su gesto de sorpresa es tan grande como el mío, y pregunta
boquiabierto:
—¿EreslamadredeFlynZimmerman?
Asientoaturdidayfinalmenteconsigopreguntar:
—¿YtúereselseñorAlves?
Ahora es él quien asiente y, sentándose frente a mí, se quita las gafas de pasta y después de un
instantedesilenciodice:
—Tranquila,Jud.Ambossomospersonasmaduras,juiciosasysensatascomoparasaberafrontar
esta situación, ¿de acuerdo? —Asiento, y entonces él añade tendiéndome la mano—: Señora
Zimmerman,encantadodeconocerla.
Comosiestuvieraenunaburbujita,letiendolamanoamivezyselaestrecho.Esecontactotan
pudoroso y decente me hace sonreír cuando pienso que lo he tenido como un salvaje entre mis
piernasysobremicuerpo.
Trasesesaludodelomásfríoeimpersonal,Denniso,mejordicho,elseñorAlves,sevuelvea
ponerlasgafas,abreunacarpetaysecentraenhablarmedeFlyn.Lascosasquemedicenosondelo
mejor.Sinlugaradudas,mihijo,micoreanoalemán,hapasadodeserunniñoaserungamberrode
tomoylomoquenoschoteaasupadreyamícomoledalagana.
Observovariospartesdefaltasdeasistenciay,fijándomeenlosqueestánconmifirma,medoy
cuentadequeenlavidahevistoyoesosdocumentos.Sinduda,Flynlosfalsificó.
Parpadeoalucinada.
Pero,vamosaver,¿quiéneseseFlynydóndeestámicoreanoalemán?
MecentroenlospapelesdemihijoqueestánantemícuandooigolapuertayentraFlyn.Lomiro
congestodeenfadoy,encuantoélsesienta,sututordice:
—Flyn,leenseñabaatumadrelosexámenesque...
—Ellanoesmimadre,esmimadrastra—replica.
Oírlodeciresodelantedesuprofesormeduelemuchísimo.¡¿Madrastra?!¿Porquédiceeso?
Pero,sincambiarmigesto,simplementesusurro:
—Flyn,porfavor.
De mala gana, el crío se repanchinga en la silla, y entonces oigo a su profesor decir en tono
tajante:
—FlynZimmerman,siéntaterecto.—Mihijonosemueve.Retaasututor,peroalfinal,anteel
gesto duro de Dennis, hace caso mientras éste dice—: Ten un respeto por tu madre porque, si ha
venido a esta reunión y ahora está aquí soportando estoicamente todo lo que le estoy diciendo es
porquetequiere,sepreocupaportiyterespeta,algoquepareceserquetúhasolvidado.Portanto,y,
vistotucomportamientovergonzoso,saldelatutoríaahoramismoyregresaaclase.Notengonada
másquehablarcontigodelantedeella.
Megustalaseriedadylarotundidadconlaquelehablay,cuandoFlynsaleofendidodelasala,
miroaDennisymurmuro:
—Gracias.
Élsonríey,quitándosedenuevolasgafas,lasdejasobrelamesaydice:
—Me gusta tan poco como a él utilizar este tono tajante, pero con estos muchachos y a estas
edades,unohadeserasíparaqueloescuchenylorespeten.
Asiento. Tiene razón. Si Eric y yo hiciéramos lo mismo, seguro que todo cambiaría. Entonces,
oigoquepregunta:
—¿Encasalasituaciónesigual?
Yosuspirodesesperada.
—Sí.Supadreyyointentamoshacernosconél,peroalfinalnosécómoselasingeniaysiempre
terminamosdiscutiendoentrenosotros.
Élasiente.
—Esoeslopeorquepodéishacer.Ericytúdebéisestarunidosanteélycaminaralaparconél.
Hablacontumarido,osiquieresconvocaremosotrareuniónconelpsicólogo.Sientoloquetevoya
decir,peroelotrodíalopilléjuntoaotrostreschicosfumandoporrosenelpatio.
—¡¿Qué?!
Uf...,uf...,uf...Yaséqueporfumarteunporronoeresundrogadictoniundelincuentepero,joder,
¡quetienecatorceaños!Medoyaireconlamanoyprontosientoquemepicaelcuello.Loqueestoy
oyendonomegustanada,peroentoncesDennisañade:
—Tuhijonoesmalchaval,perolachicaconlaqueestá,unatalElke,yelgrupitoconelquese
juntan son conflictivos y debéis hacer todo lo posible para separarlo de ellos o al final tendréis
graves problemas. Varios de esos muchachos que hoy son sus amigos ya ni siquiera están en el
instituto. Todos ellos son de buenas familias, como la vuestra, que pueden permitirse este colegio.
Pordesgracia,muchosdeesospadresloshandejadoporimposibles,aunquemirecomendaciónes
quevosotrosnolopermitáis.
Asiento...,asientoyasiento.
MepitanlosoídoscuandoDennisclavalosojosenmíy,levantándose,saleaporunvasitode
agua. Al entrar de nuevo en la sala, se apoya en la mesa, me lo entrega y yo me lo bebo. A
continuación,dice:
—Flyn ha acumulado demasiados partes negativos y, con su siguiente parte, siento decirte que
será expulsado del instituto una semana. Si, tras esa expulsión, vuelve a tener otro parte, será
expulsadounmesenteroy,sireincide,duranteelrestodelcurso.
Madremía...,¡madremía!
Loquemedicemedejasinhablay,cuandotengaqueexplicárseloamiqueridomarido,noséni
cómolovoyahacer.
Charlamosduranteveinteminutosmás.Luego,Dennisguardalospapelesquemehaenseñadoy,
unavezcierralacarpeta,memiraydice:
—¿Algunapreguntamásquequierashacerme?
Niegoconlacabezayentoncesélsesacaunatarjetadelbolsilloymelaentrega.
—Aquíestánmisteléfonos—dice—.Ericytúpodéisllamarmeparaloquenecesitéis.
Asientocomounaimbécil.Sinlugaradudas,ese«loquenecesitéis»esmuyamplio.Salimosal
pasilloycaminamoshacialapuertadesalidacuandooigoquedice:
—Mehaencantadoencontrarteaquí.Nuncalohabríaesperado.
—Yyonuncahabríaesperadoquefueraseltutordemihijo—replico.
Ambosreímosyluegopregunto,algomástranquila:
—¿CuántollevasviviendoenAlemania?
—Dosaños.CuandoterminémisestudiosenBrasil,decidívermundo;vivítresañosenMéxico,
otros tres en Suiza, y en Alemania llevo dos. Cuando cumpla tres, mi intención es trasladarme a
Londres.
Denuevo,losdosvolvemosareír.Entonces,élbajalavozypregunta:
—¿Lasllevaspuestasahora?
Sinduda,serefiereasillevoonobragas,yrespondoevitandosonreír:
—Porsupuesto.Sólomelasquitocuandoestámimarido.
Dennisasientey,sinpararse,añade:
—Mealegrasaberlo.Ericesunbuentíoyhacéisunaestupendapareja.
SuúltimocomentariomehacesaberqueélnuncaintentaríanadasinestarEricpormedio.Esome
gusta y, poniéndome las gafas de sol antes de salir por la puerta del instituto, extiendo la mano y
digo:
—Hasidounplacer,señorAlves.
Denniscogemimanoyresponde:
—Elplacersiempreesmío,señoraZimmerman.
Sonreímosynosdespedimos.Cadaunovuelveasusquehaceres,perocuandollegoamicoche
mefijoenunaparejitaqueestásentadaenunbancodelparquecomiéndoseabesos.
Abroelcochey,depronto,almirardenuevoalaparejitamedoycuentadequeaquéllaesElke.
Mequedoboquiabiertadurantevariossegundoshastaque,alvercómolachicasepropasaaplenaluz
deldía,meacercoaellosypregunto:
—Disculpa,¿eresElke?
—Sí,¿ytúeres...?—preguntaellacondescaro.
La rabia puede conmigo. Mi hijo está echando su vida a perder por esa perraka, y ella anda
zorreandoconsusamigosapocospasosdelinstituto.
—SoylamadredeFlyn,¿sabesdequiéntehablo?
Adiferenciadeloquemehabríapasadoamíanteunapilladaasí,Elkesonríey,levantándosede
laspiernasdelchico,murmura:
—¿Elchino?Puesentoncesdirássu«madrastra».
Oíresomeenfurece.
Siesachicatuvierasentimientosverdaderosporminiño,sabríalomuchoquelemolestaquelo
llamen así; además, llama mi atención que ella diga lo de madrastra. Pero, antes de que yo pueda
decirnada,ellaañadecontodoeldescaro:
—Mira,madrastritadelchinito,loqueyohagaconmividaesalgoquenoteimporta,y...
—Porsupuestoquenomeimporta—lacortofuriosa—.Amísólomeimportamihijo.Nome
agrada que estés con él pero, si lo estás, no veo bien que ahora estés aquí con este otro chico
haciendoloquehacéis.
Elke y el muchacho se miran y sueltan una risotada. ¡Serán descarados! Y, de pronto, ella me
empujaconviolenciaygrita:
—¡Pero¿túquiéntehascreídoqueeresparahablarmeasí?!
Contengolasganasquesientodedarleunempujón.Soyadulta,yrespondo:
—¿Ytú,maleducada,quiéntehascreídoqueeresparaempujarmeygritarmedeesemodo?
Sinpoderevitarlo,meenzarzoenunaridículadiscusiónconaquellaniñata,queloúnicoquehace
escalentarmemásymás.Estávistoqueaéstanolehanenseñadoeducaciónensucasa,ysiseotras
untercerempujónalquefinalmenterespondo:
—Teprohíboquevuelvasaacercarteamihijoyestaveztelodigodeverdad,¿entendido?
Ellasueltaunarisotada.
—Nomeprohíbenimimadreymevasaprohibirtú.
—Pues quizá ése es tu problema, que no te han prohibido nada y necesitas aprender lo que
significalapalabra«educación».
—¡Puta!
—¡Putaloserástú!—gritofuerademí.
Segúndigoeso,séquemeestoyequivocando.Meestoymetiendoenunjardíndelquenovoya
salir bien parada y, dando un paso atrás, siseo mientras decido dar por concluida esa absurda
discusión.
Comonomeapeteceoírlosinsultosquemegritaesaniñatamaleducada,memontoenelcoche,
arrancoymevoy.Esmejorquemealejedeallíolaniñatavaamorderelpolvo.
Me voy directa al veterinario. Necesito ver a Susto. Por suerte para todos, su recuperación está
siendobuenay,cuandoloveo,medeshagoencariñosconél.Mipichurrínselomerece.
Unavezsalgodelaclínicaveterinaria,llamoaMely,sindejarquemesalude,cuandocogeel
teléfonodigo:
—Hola,Mel.Vasafliparcuandotecuenteloqueacabodedescubrir.
Oigoquemiamigaresoplay,bajandolavoz,medice:
—Túsíquevasaflipar,ymucho,cuandotecuenteloquehedescubiertoyo.Anda,venteparami
casa.Teespero.
Comonohaqueridosoltarprendalajodía,lacuriosidadmepuedey,comoenlaoficinasaben
quenovoyairyconEricnopuedohablarporqueestáenunareunión,meencaminohaciasucasa.
Quierosaberquéesesoconloquevoyaflipartanto.
33
—¿QueBjörntieneunhijo?
Melasintió.
—Sí.Jud...,sí—afirmóconvencida—.Yhastatieneelmismocolordeojosycortedecara.
Judithnorecordabaalchicodelsupermercadoquerecogíaloscarritosapesardequesuamiga
selodescribióy,agachándoseparatocaralaperrita,quenoseseparabadeMel,murmuró:
—Hola,Leya.Porloqueveo,eresunamilrazascomoCalamary,oye...,ahoraquetemiro,creo
quetútambiéntieneselmismocortedecaraqueBjörn.
Alverelgestoguasóndesuamiga,laextenienteprotestóbajandolavoz:
—De acuerdo. No se parecen. Pero, joder, Sami tampoco se parece a mí y es mi hija, y Eric
tampocosepareceati,sinoatumarido,yestuhijo.
Judmiróhaciasuamigo,quehablabaporteléfonomientrasobservabaporlaventana,ydijo:
—Pero,Mel,¿porquéestástanseguradequeessuhijo?
Laextenientesonrió.Sinduda,JuditheratanescépticacomoBjörn.
—Porquemelodiceelcorazón—contestóconunsuspiro.
Judresopló.Ellatambiénhabíasidomuydecorazonadas,porloqueafirmó:
—Mira,yotambiénpensabaquelosmorenazoscomoTaylorLautner,KeanuReevesoAntonio
Banderaseranmiprototitodehombre,yluego,¡sorpresa!,resultaqueelhombredemissueñoses
rubio,ojosclaros,cabezota,alemán,ysellamaEricZimmerman.
Ambasrieron.Luego,Meldiountragoasucervezaydijo:
—Björn me ha prometido que se va a hacer las pruebas de paternidad. Pero te digo yo que ese
muchacho¡essuhijo!
Sorprendida por la tranquilidad con que su amiga se estaba tomando todo aquel asunto, Judith
preguntó:
—Mel,¿estásbien?
—¿Porquédiceseso?
—Mira, quizá me estoy metiendo donde no debo, pero tan pronto le pides matrimonio, como
quieresserescolta,yahora...¿esemuchachoenvuestrasvidas?
Laextenientesuspiró,sabíaqueJudteníarazóny,cuandofuearesponder,éstaañadió:
—Mel.Noconocéisdenadaaesechico.Podríaserunpsicópata,unladronzueloovetetúasaber.
¿Cómoloquieresmeteraquíconvosotros?
Melasintió.Entendíaloqueaquélladecía,perorespondió:
—Losé...,losé...DiceslasmismascosasqueBjörn.Quizámeestoyvolviendototalmenteloca,
pero en referencia a ese muchacho, la corazonada de que no me equivoco y el hecho de que no
quieroqueloseparendesuperroes...¿RecuerdasaRobert?
—¿Atuamigo,elquemurióenelaccidentedeavióny...?
—Sí, ése —afirmó Mel sin dejarla terminar—. Él me contó lo mal que se sintió cuando
fallecieronsuspadresy,aunquesuperroeraloúnicoquelouníaasupasado,losepararondeél.Me
explicólocruelquefueversesolosiendouncríoydarsecuentadequenoleimportabaanadiey...y,
siyopuedoevitarqueunniñocomoPetersientaeso,creoquetodohabrámerecidolapena.
—Disculpa —señaló Judith—. Para mí un niño es la pequeña Sami, pero gansos como Peter o
como Flyn ya no son niños. Son miniadultos llenos de granos y conflictos personales que, por
norma,decidenjodertelavidaporquesushormonasestánrevolucionadas,pero¿túsabesdóndete
estásmetiendo?
—No.
—Exacto, ¡no lo sabes! —cuchicheó Judith—. Ese crío comenzará a haceros la vida imposible
una vez os relajéis. Tiene catorce años, y a esa edad lo único que hacen es contestarte de malos
modosydarproblemas.Ytelodigoyo,quetengoencasaunodelamismaedadyyasabescómova
eltema.
—Losé—suspiróMel—.Quizáquieroabarcarmásdeloquepuedo.Talvezsoyunailusa,pero
creoquePeteresdiferente.Losientoasí,ysiencimapuedeserel...
—Puede,túlohasdicho,puede;pero¿ysinoessuhijo?
Melseencogiódehombrosycuchicheó:
—Pues habrá que ayudarlo e intentar que el día de mañana ese hombrecito sea un hombre de
provecho.Élnoeselresponsabledeestarenelmundo.
Judith se dio por vencida. Sin lugar a dudas, Mel quería darle una oportunidad al muchacho y,
claudicando,dijo:
—De acuerdo, no insistiré más. Aquí me tienes para todo lo que necesites, como madre y
sufridoradeunadolescente.Pero,recuerda,sialfinalterminaenestacasa,nolepermitasquesepase
niunpeloporque,comolohagas,¡estásperdida!
—Lo recordaré —asintió Mel—. Por cierto, que sepas que hoy Sami, cuando nos hemos
encontradoconHeidiysuscompinchesenelcolegio,hasoltadoqueHeidieraunazorra.
—¿¡Qué!?—dijoJudithriendoaloíreso.
Melasintiósinpoderevitarsonreíryprosiguió:
—YdespuéshaañadidoquemamáylatíaJuddecíaneso.
—¡Lamadrequelaparió!
Duranteunrato,entrerisas,estuvieronhablandodeaquello,hastaqueMelpreguntó:
—Oye,¿quéteníasquecontarmetú?
Aloíreso,JudithseolvidódelodeSamiy,mirandoasuamiga,murmuró:
—¿AquenosabesquiéneseltutordeFlyn?
—Puesno.
—Dennis.
Melparpadeó.
—¿Dennis...Dennis...—susurró—,elbuenorrodelSensationsyelpotentorroquebailaesoquese
llamaforró?
—Elmismo—asintióJud.
—¡Joder!
—Esodigoyo:¡joder!Nitecuentolacaradetontaquesemehaquedadocuandomelohevuelto
aencontrar,estavezcomotutordemihijo.
Ambasrieron,perolarisaselescortócuandoJudleexplicótodoloqueaquéllehabíadichodel
muchacho.
—Vayatela...,vayatelaconFlyn.¿Quévasahacer?
—De momento, hablar con Eric y ver qué solución podemos adoptar con respecto a lo que
Dennismehacontado.Esobvioque,ohacemosalgo,oestoiráapeor.Yluego,pararemate,salgo
delinstitutoymeencuentroconsusupuestanoviadándoseelloteconotro.
En ese instante, Björn dejó de hablar por teléfono. Llevaba horas hablando con los servicios
socialesyelregistrodeMúnichparaconseguirciertadocumentación.Loocurridoaquellamañanalo
habíadejadofueradejuego.Unhijo...¿Podíatenerunhijodecasiquinceaños?
Lasolaidealomareaba.Nienelpeoroelmejordesussueñospodríahaberimaginadoalgoasí.
Alcolgar,vioaMelyaJudith.Lasobservócuchichearyreír,yluegosusojosfuerondirectosa
laperraquedormíaplácidamenteasuspies.Todavíanoentendíaquéhacíaaquelanimalensucasa,
perocomonoteníaganasdediscutirconaquellasdos,selesacercóysimplementedijo:
—Estaréenmidespacho.
—Cariño—lollamóMel—.¿Quierescomeralgo?
—No—bufóélsinmirarlas.
Entonces el abogado se detuvo dispuesto a decirles algo. Sin duda, lo que había dicho Sami
aquella mañana no había estado bien, pero finalmente decidió seguir su camino. No le apetecía
enfrentarseaaquellasdos.Seguroquelosacabanmásdesuscasillas.
Cuandodesapareció,Judith,queloconocíamuybien,susurró:
—Vayamalalechequesegastaelcolega,¿no?
Melasintió.
—Siyotecontara...
Diezminutosdespués,Judithmiróasuamigayafirmó:
—LlamaréaEricparaquevenga.CreoqueBjörnnecesitadesahogarseconsuamiguito.
Melasintió,yJudithseapresuróallamarlo.
Media hora después, sonó la puerta de la casa. Era Eric, que, con gesto serio y tras besar a su
mujerysaludaraMel,cogióunpardecervezasfresquitasqueéstaledioyfuedirectoaveraBjörn.
Suamigolonecesitaba.
—Hola,papaíto—saludóentrandoensudespacho.
Aloírlo,éstelomiró,pusolosojosenblancoyprotestó:
—Nomejodastútambiénconeso.
Apesardelodelicadodeltema,Ericseacercóasuamigoy,traspasarleunadelascervezasy
chocarlamano,sesentófrenteaélypreguntó:
—¿Aquéesperabasparallamarme?
Björnsepasóunamanoporelpeloymurmuró:
—Eric...
—Entiendoqueestésconfundido,quenoentiendasnadayunsinfíndecosasmás,perosabesque
estoy aquí para lo que necesites. Y esto es algo excepcional, ¿no crees? —Luego, bajando la voz,
cuchicheó—: Que mi mujer tenga que llamarme para decirme lo que le ocurre a mi mejor amigo,
pornodecirmihermano,nomehagustado,tío.
—Joder,perdona.Tienesrazón.
Ericsonrióy,trasdarambosuntragoalascervezas,añadió:
—ConquePeter...
—Sí—afirmóBjörn.
Conlamirada,ambosseentendieroncuandoelrubioalemánindicó:
—Mucha casualidad. —Björn no respondió, y Eric agregó—: Quien le puso ese nombre al
muchachosabíalomuchoquetegustabaati,¿nocrees?
Suamigoasintió.Volvióadarotrotragoasucervezaylecontóabsolutamentetodolosucedido
aquellamañanayloquehabíadescubiertotrashacervariasllamadas.Ericloescuchóconpaciencia
y,cuandoésteterminó,preguntó:
—¿Quévasahacer?
—Nolosé.Yoesperabaencontrarenesacomisaríaaunhackeraquiendarleportodosloslados
y,encambio,meencuentroconunmuchachoqueencimadicesermihijo.
Ericsuspiró;sindudaaquelloeraparaestardesconcertadoy,sinandarseconrodeos,preguntó:
—¿Ypodríasertuhijo?
Aloíreso,Björnselevantó.Semovióporeldespachointranquiloy,finalmente,sentándosede
nuevoantesuamigo,respondió:
—No...Sí...¡Nolosé!
—Joder,Björn.
Desesperado,elabogadodejósucervezasobrelamesaydeclaró:
—Cuando estuve con Katharina era un chaval, un inconsciente, y no tomaba las debidas
precauciones;¿otúlastomabassiendouncrío?
—No—murmuróEric—.Yotambiéneraalgoinconscienteeneso.
LosamigossemiraronunmomentoyluegoBjörnsiseó:
—¿Sabes por qué me joroba tanto todo esto? Porque, si es mi hijo, si ese muchacho tiene mi
sangre,meheperdidopartedesuvida,yesomejode...,mejodemucho.
ElsilencioseapoderódeelloshastaqueEricañadió:
—Tienesrazón,yentiendoloquedices.Peroquizánoseatuhijoy...
—Melaseguraquesusextosentidoledicequeloes.
Eric no supo qué decir. Con el paso de los años, Judith le había enseñado que en ocasiones el
sextosentidodelasmujereseraalgotremendamentepoderosoquetenerencuenta.
—Escucha,Björn—respondió—,enelcasodequeseahijotuyo,laadolescencianoesunabuena
época. Ya sabes la cantidad de problemas que Flyn nos está ocasionando, y eso que todavía no he
habladoconJud,quehoyhatenidolatutoríaconsuprofesor.
—Losé...,losé,peroMelsehaempeñadoentraerseacasaalaperradelchavalparacuidarla.
—¿Yporqué?¿Porquélohahecho?
Descolocado,Björnmiróasuamigo.
—DijoqueunamigosuyopasóporlasmismascircunstanciasquePeterasuedad,yque,siella
podíaevitarqueunniñosufriera,sesintierasoloylosepararandesuperro,loevitaría.
Durante un rato estuvieron hablando sobre aquello, hasta que Eric, para hacer sonreír a Björn,
preguntó:
—¿Unmilrazasentucasa?
Alentenderloquesuamigoqueríadecir,Björnsonrió.
—Entucasahaydos,aunqueJudithseempeñeendecirqueSustonoloes.Porcierto,heoídoque
mañanaledanelalta.
—Esodicemipequeña—dijoEricsonriendo.
Elabogadoasintióyluego,congestodesesperado,cuchicheóincrédulo:
—Papaíto...Pero¿cómovoyaserpadredeunadolescentetanaltocomoyo?
Ericsonrióaloíreso.Sinlugaradudas,lacosasecomplicabapero,comonoqueríacontinuar
conlonegativo,murmuródebuenhumor:
—Lavidatequieresorprender.Tunoviahapuestofechaparavuestrabodaydeprontoteaparece
unhijo;¿tepuedepasaralgomássorprendente?
Aloíreso,Björnresopló.Últimamentesuvidaeraunalocura,porloquenegóconlacabeza.
—¿CómoesPeter?—quisosaberEric.
Björnseechóhaciaatrásenelrespaldodesusillayrespondió:
—TienelacomplexióndelgadaydesgarbadadeFlyn,elpelolesobrepasaloshombros,suropa
esalmenosvariastallasmásgrandedelaquenecesita,esunexcelentepiratainformáticoysépoco
más.
Unnuevosilencioseadueñódeldespacho,yfinalmenteBjörndijo:
—Mañanamevoyahacerlaspruebasdepaternidad.
Ericasintió.
—Perfecto.Siestuhijo,doyporsentadoqueteocuparásdeél,pero¿ysinoloes?
Esapreguntadabavueltasyvueltasenlacabezadelabogadoy,alfinal,sinsaberenrealidadqué
responder,dijo:
—Nolosé.Peroloquesíséesquenolovoyadejarenlacalle.
Esanoche,cuandoJudithllegóasucasa,Flynlededicóunacuriosamiradaalcruzarseconél.
EsolehizosaberquesuamiguitaElkelehabíahabladodesuencuentro.PensóencontárseloaEric,
peroalfinalcalló.Noqueríamáslíos.
Aldíasiguiente,Björnsehizolaspruebasdepaternidad.Cincodíasdespuésfuearecogerlas,yel
corazónseleparó:Petererasuhijo.
34
UnadelasmañanasenlasqueEricyyovamosenelcochehaciaMüller,lesuelto:
—Digasloquedigas,creoquedeberíamosconcertaresaentrevistaconelpsicólogo.
—No.
—Su tutor lo recomendó, cariño. Flyn necesita un tipo de ayuda que quizá nosotros no somos
capacesdedarle.
—He dicho que no. Flyn ya fue a demasiados psicólogos cuando era pequeño y no quiero que
tengaquevolverair.
—Pero,Eric,¿novesqueelproblemaquetenemosconélsenosescapadelasmanos?
Mi amor no contesta. Sé que sabe que tengo razón, pero su cabezonería no lo deja reaccionar.
Finalmentesisea:
—Hedichoqueno.Yomeocuparédeél.
Me callo. Mejor me callo lo que pienso en relación con eso. No sé cómo se va a ocupar de él
trabajandotodoloquetrabajapero,comonotengoganasdezanjareltemacomoélpretende,insisto:
—Eric,noeresconscientedemuchascosas.Ayer,cuandolleguéacasa...
—¿Quépasaahora?
Comosiempre,soyportadorademalasnoticias.Elqueélnoestéúltimamentemuchoencasale
haceperderseelmodoenqueFlynseestácomportandocontodos.
—Ayerporlatarde—digo—,cuandolleguéacasa,FlynestabadiscutiendoconNorbertynome
gustóeltonoqueutilizó.
—Esuncrío,Jud...,notetomestodolosuyoamal.
Sucontestaciónmesorprende.
—¡Claroqueesuncrío!Pero¿acasotúyyonoleestamosenseñandoeducación?
Mirespuestalohaceresoplary,trasuntensosilencio,pregunta:
—Vamosaver,Jud,sitanmallehablóaNorbert,¿porquénomelodijistecuandollegué?
Lomiro.Calibromirespuestay,consinceridad,contesto:
—Porquequeríatenerlanocheenpaz.
Séquemirespuestalehacepensary,trasvolverasuspirar,miamorasiente.
—¿Quétalsihablamosconélestatardecuandoregrese?
—¿Vendráspronto?
Ericsonríe.Ponelamanosobremirodillayafirma:
—Teloprometo.
Saberquevaallegarprontoacasamehacesonreír.
—Perfecto.
Duranteunrato,losdosnoscallamos,hastaquedigo:
—¿No te apetecería algún día hacer una locura como hacíamos antes y, por ejemplo, coger el
aviónymarcharnosaVenecia,aBerlín,aPolonia,aDublínoacualquierladotúyyosolos?
Ericsonríe,luegoveocómoniegaconlacabezayresponde:
—Noestoyparalocuras.Tengomuchotrabajo.
Sucontestaciónnoeslaqueesperaba,yvolvemosaquedarnosensilencio.
Algopasaentrenosotrosquenoshacetenerestossilencios.Pero,deseosadequeesodesaparezca
cuantoantes,pregunto:
—¿NotesorprendióloquetecontédeltutordeFlyn?
Ericnoparpadea.Memira...Despuésmiralacarretera...,vuelveamirarmeyfinalmentedice:
—No.¿Por?
Ahoralaqueparpadeaylomirasoyyo.
—PuesporqueeltutordeFlyn...—respondo—,túyyo...,pueseso.
Ericsonríe.Dios...,cómomegustaverlosonreír.
—Pequeña,imaginoquesudiscreciónserátangrandecomolanuestra.—Y,guiñándomeunojo,
añade—:TodoslosquevamosalSensationsnoshemosencontradoenunmomentodadoconalguien
deallíy,comotedigo,ladiscreciónesloqueprima.Poralgosomosadultos.
Asiento.Laverdadesquetienerazón.¿Porquécomermeelcoco?
UnavezllegamosaMüller,encuantosubimosenelascensorquierobesaralhombrequeadoro,
peroélyaestácentradomirandounospapelesconelceñofruncido.Cuandoelascensorsedetieneen
miplanta,loobservoconlaesperanzadequeéldeseebesarme,perosólomemira,meguiñaunojo
ydice:
—Quetengasunbuendía,cariño.
Sonrío,salgoylaspuertasdelascensorsecierran.Nibeso,niabrazo,¡niná!
Pero¿quénosestápasando?
Mientrascaminohaciaeldespacho,soyconscientedequeañoroalEricqueestabapendientede
míalcienporcien.Añorosusbesosysuscontinuasganasdeestarconmigo.Séquemequiere,eso
nolopuedodudar,perocreoquelapasiónquesentíapormíseestáenfriando.¿Porqué?
¿Porquéyosigoqueriendotenernuestrostontosmomentosyélparecepodervivirsinellos?
Cuandollegoaldespacho,Mikamedaunascarpetasparaquelasrevise.Lanotoagobiada,pero
no tengo ganas de preguntar y, cogiendo lo que me entrega, me meto en mi despacho dispuesta a
trabajar.
Liadaestoyconellocuandosuenaelteléfono.
—¡Hola,cuchuuuuuu!
Oírlavozdemihermanaescomounsoplodeairefrescoy,sonriendo,saludo:
—Hola,petardilla.
Durantevariosminutoshablamosdecosassinimportancia,hastaquedice:
—Micucuruchillomehacompradounamaripazynosécómofunciona,ycomoséquetútienes
una,pues...
—¿Quetehacompradoqué?—preguntosorprendida.
—Unamaripazoquizpaz,ocomosedigaeso.
Meentralarisa.Mepartoy,cuandoentiendodeloquehabla,murmuro:
—UniPad,Raquel,uniPad.
Mihermanasuspira,sonríeymurmuracongracia:
—Ofú,cuchu...,yasabesquelosidiomasnuncafueronlomío.
Sindejardereír,leexplicocomopuedoalgunascosas.Laverdadesque,mientraslohago,me
imaginoamihermanaconsumaripazdelantedeella,tocándolotodoybloqueándola.Raquelesun
casoy,cuandofinalmentebloqueaeliPadyyoyaestoyquemevoyatirarporlaventanadeMüller,
deprontomepregunta:
—¿Quétepasa?
—Nada.
—Cuchu..., soy tu hermana mayor. Te conozco, y ese tonito de voz lo noto excesivamente
apagado.Vamos,desembucha.¿Quéteocurre?
Sonrío.Sinlugaradudas,comobrujamihermananohabríatenidoprecio.
—Si obviamos que me estás sacando de mis casillas por la puñetera maripaz —respondo—, lo
quemeocurreesqueenocasionesquerríaquelascosasfuerandiferentes.
—Matizayresume:¿cosas?¿Quécosas?
Resoplo.¿Enquéjardínmehemetido?Pero,bajandolavoz,cuchicheo:
—SetratadeEric.Deprontoescomosinonecesitaraestarconmigo,yechodemenosalEric
queconocíhaceaños,queeracapazdehacerlocurasporamor.Essóloeso.
Mihermanaríe.Esomehacesuspirar,yentonceslaoigodecir:
—Vamos a ver, cariño, en eso creo que te puedo responder, pues he estado casada con dos
hombres. Y que conste que no voy de experta, pero la locura pasional de un «aquí te pillo, aquí te
mato»quesesientealprincipiodeunarelacióncomienzaaevaporarseapartirdelcuartoaño,oal
menosesodicen.
—Vaya—murmuropensandoquehacemásdecuatroañosqueconozcoaEric.
—Mira,cuchu,justamenteelotrodíaleíunarevistaenlaquesedecíaqueeldeclivedelapasión
comienzadependiendodelasparejasalcuartooquintoañoderelación.Segúnesarevista,lalocura
deesaprimeraépocasetransformaconelpasodeltiempoenunapasiónmástranquilaconunfuerte
componentedecariñoycomplicidad.
—¡Nojodas!
—¡Nodigaspalabrotas,malhablada!—meregañamihermana.
Esomehacereír,yentoncesprosigue:
—ConelempanaodeJesússecumplióesaestadística.Aloscuatroañoscomenzónuestrodeclive
comoparejay,alosocho,literalmentenonossoportábamos,especialmenteporqueyoibaarañando
lostechosdemedioMadridconlacornamentaquellevaba.
—Raquel...—murmurosinpoderevitarsonreír.
—Aisss, tontusa, no te apures, eso ya lo tengo yo más que superado. Pero precisamente de los
erroresseaprendey,ahora,conmicucuruchillo,estoytratandodequetodoseadiferente,eintento
quelosratosqueestemosjuntosseanlomejordelomejor.
AlpensarenmicuñadoJuanAlberto,sonrío.Sinlugaradudas,elrollitoferozdemihermana
estámuchomásenamoradodeloqueloestuvonuncamiexcuñadoJesús.
—Tranquila—respondo—.CreoqueJuanAlbertotevaahacerfeliztodatuvida.
—YatiEric.Pero¿novescómoteprotege?
Oíresomehacereír.Claroquesientocómomeprotege,peroyonecesitoalgomás,ycontesto:
—Sí...,siséqueenesotienesrazón.Séquemequiere,nolodudo,perotambiénsoyconscientede
quelaempresaloabducedemasiado,yesoesporquenodelegaennadie.Sidelegaraenalguienparte
desutrabajo...
—Cariño...,puesentoncesnoesquenoquieraestarcontigo.Simplementeesquetieneunexceso
detrabajo.
—¿Yporquénodelegacomohacíaantes?
—Esonolosé,cuchu...,quizátengasquepreguntárseloaél.
Mi hermana tiene razón, pero hablar con Eric de su trabajo siempre es complicado. Desde que
hemos tenido a los niños, siento que se esfuerza el doble sin darse cuenta de lo mucho que se está
perdiendodeellosydemí.
—Yotracosa—mesacamihermanademispensamientos—.Séquequizánovengaacuentolo
que voy a decir porque ya sabes que soy un poco antigua en algunas cosas, pero esos jueguecitos
sexualesqueostraéis,¿nocreesquetambiénpuedenempeorarlarelación?
—Andaya,nodigastonterías—respondomolesta—.Esonotienenadaquever.
—Vale...,vale...,peroporsiacasofíjatesilegustaestarcontigooconotrasenesosmomentos.
Porque,silegustaestarmástiempoconotras,directamente,hermanita,creoquetendrásquedarle
unapatadaensublancoculoy...
—¡Raquel!—gruño.
—Vale...,vale...,cierroelpico.
Joderconmihermana.¡Estáempeorandolasituación!
—Bueno...,¿cuáleraelmotivodetullamada?—pregunto.
—Espapá.Estámuypesaditoconlodelaferia.¿Vaisaveniralfinalono?
NohevueltoahablardeesoconEric,bastantetenemosyacondiscutirconFlyn,perocomono
estoydispuestaadarleeldisgustoamipadre,afirmo:
—Sí.Iremos.
Nadamásdecireso,cierrolosojos.Joder...,joder...,¿porquémientosiEricnoquiereir?
—Ay,cuchuuuu,¡québien!Puesentoncesvoyallevaraltintetusvestidos,¿vale?
Alpensarenmisbonitosvestidosdeflamenca,asientoyafirmosonriendo:
—Deacuerdo,Raquel.Llévalos.
—Porcierto,encuantoalaPachuca...
—Ah, no..., no quiero saber nada al respecto —la corto—. Si papá tiene que contarnos algo en
relaciónconella,yanoslocontará.Meniegoacotillear.Portanto,noquierooírniunasolapalabra
deellos,¿entendido?
Oigoamihermanaresoplar,yfinalmentedice:
—Vale.
Uy...,uy...,ese«vale»tanescuetomemosqueay,cayendocomounatontaensujuego,pregunto:
—¿«Vale»?¿Porquédices«vale»deesamanera?
—¿Sabes,bonita?...,ahorasoyyolaquenotienenadaquecontar.Ytedejo,queestápitandola
lavadorayquierotenderlaantesdeirarecogeraJuanitoyaLucíaalcole.Adiós,Judith.Tequiero.
Y,sinmás,lamuysinvergüenzamecuelgaelteléfono.YaséaquiénseparecemisobrinaLuz.
Sin querer pensar en nada más, decido ponerme a trabajar. Es lo mejor. Eso me hará olvidar
problemasfamiliaresysentimentales.
A la hora de salir, paso por la cafetería para coger una coca-cola y me encuentro allí a Eric
tomandoalgoenlabarraconsusecretariayunpardehombresmás.Élnomeve,yyoloobservo
condisimulodesdeladistancia.
¡Dios,quémaridotengo!
Comosiempre,estáimpresionanteconsutrajegrisysucamisablancapero,porcómomuevelas
manos, parece molesto por algo y, aunque parezca increíble, su gesto de enfado me encanta. ¿Qué
seríadeEricZimmermansinsugestohoscoydeperdonavidas?
Ofú,meencanta...,meencanta...Nolopuedoremediar.
Pero,traslacharlaconmihermana,mefijoensusecretaria.LatalGertallevaunvestidoazulón,
lamardesimple,peroesjovenysucuerpolozanoysinunápicedegrasamehaceresoplar.¿Por
quénotendréyoesecuerpo?
Sin apartar los ojos de ella, observo cómo mira a Eric. Sin duda, lo observa con un tipo de
admiración que no me hace ninguna gracia. Soy mujer y, como tal, sé de lo que hablo, pero
finalmenteysindecirnada,cojomicoca-colaymevoy.Eslomejor.Ericestáeneltrabajoyyohe
dedejardepensarentonterías.
Porlatarde,cuandoestoyencasa,Flynllegadelcolegioymemira.Sabequetengoquedecirle
algoporlosgritosqueledioeldíaanterioraNorbert.Estoyconvencidadequeesperamiataque,
perocomonoquierohablarconélhastaqueEricllegue,melimitoasonreírleyaguiñarleelojo.
Esolodesconcierta,loveoensucara,yélvaysubedirectoasuhabitación.
35
En los servicios sociales, Björn rellenaba varios papeles mientras Mel, a su lado, le pasaba con
cariñolamanoporlaespaldaymurmuraba:
—Tranquilo,cariño.Estáshaciendolocorrecto.
Björnasintió.Sabíaqueloestabahaciendopero,mirandoaMel,musitó:
—Comoelchuchoesesemeeenelcocheporhaberlodejadosolo,tejuroMelque...
—Queno,cariño,queLeyaesmuybuena.Nopienseseso.
Elinspectorquehabíallevadotodoelcaso,unavezBjörnlehubodadolospapelesfirmadospara
entregárselosalamujerdelosserviciossociales,losmiróydijo:
—El chico estará aquí dentro de cinco minutos. Una patrulla puede acompañarlos a casa del
muchacho para recoger lo que el crío necesite. La casa es de alquiler, y el propietario ya ha
reclamado las llaves, que le serán entregadas dentro de dos días. Todo lo que dejen allí irá a la
basura,díganseloalniño.
—De acuerdo —afirmó Mel tomando nota al ver aparecer a Peter al fondo, sonrió y, sin saber
porqué,fuehaciaél.
El inspector y Björn se quedaron mirando el abrazo que aquellos dos se daban, y el policía
cuchicheó:
—Siesemuchacholesrobaolesdaelmásmínimoproblema,nodudeenponerseencontacto
conmigo.Noseríanielprimeronielúltimoquecausaestragosunavezentraensunuevacasa.
Björnasintióy,conscientedequeaquelmuchachoeraahorasuresponsabilidad,indicó:
—Esperonotenerquellamarlo.
Björn los observó mientras se acercaban. Él era una persona afectuosa con los demás y,
finalmente,tendiéndolelamano,elmuchachoselaestrechóy,trasestrechárselatambiénalinspector,
esteúltimodijo:
—Pórtatebien,Peter,ynotemetasenlíos,¿entendido?
Elcríoasintióconlavistafijaenelsuelo.LamiradadeBjörnloacobardaba.
Una vez el inspector se marchó, el abogado miró bloqueado a Mel, que lo observaba, y
finalmentefueellalaquedijo:
—Venga.Vayámonosdeaquí.
Unpardeminutosdespués,cuandosalíandelacomisaríayMelleexplicabaalcríoquetenían
queirasucasaasacarloqueélquisiera,éstereplicó:
—Peroyotengounacasa,nonecesitoiralavuestra.
Björnsedisponíaacontestar,peroMelseleadelantó:
—Escucha,Peter,eresmenordeedadylosmenoresnopuedenvivirsolos.
—Peroyosécuidarme.Miabuelomeenseñó.Nonecesitoanadie.
Conmovida,MelmiróaBjörnalaesperadequedijeraalgopero,alverquenolohacía,añadió:
—Estoyconvencidadequetuabueloteenseñómuybien,Peter,perosólotienesdosopciones:o
ir a un centro de menores o venir con nosotros, y te aseguro —dijo guiñándole un ojo— que con
nosotrosestarásmuybien.TenemosunahabitaciónpreciosaparatiyparaLeya,ylapodrásdecorar
comotúquieras.
ElcríomiróaBjörnenbuscadeunaseñaldequeestabadeacuerdo,yentoncesél,paraecharle
unamanoaMel,dijo:
—Peter, el propietario de la casa donde vivías con tu abuelo ya la ha reclamado y hay que
devolvérsela.Si,cuandoestésconnosotros,noteencuentrascómodoporlascircunstanciasquesean,
podráshablarconserviciossocialeseirte.Teloaseguro.
—¿Melopromete?
—Teloprometo—leaseguróél.
Alllegarfrentealcoche,BjörnledioalmandoyMelexclamóabriendolapuerta:
—¡Sorpresa!
Leya salió enloquecida del interior del vehículo y se tiró sobre el muchacho. Al verla, Peter la
abrazómientrasMelyBjörnerantestigosdecómoaquellosdosseadoraban.
Cincominutosdespués,cuandolaperrasetranquilizó,subieronalcoche.Björnmiróelasiento
trasero,dondeelanimalhabíaesperado,y,trascomprobarquetodoestabaenorden,dijo:
—Muybien,Leya.Tehasportadomuybien.
Aloíreso,elmuchachoreplicó:
—Señor,yomismoheeducadoaLeya,yleaseguroquesabecomportarse.
Elabogadoasintióy,observandoalanimal,depelosdescolocadosyestaturamedia,preguntó:
—¿Dequérazaes?
—Nolosé.Elabuelolaencontróunanochecuandoeraunacachorritaylatrajoacasa.
—¿YcuántosañostieneLeya?—preguntóMelinteresada.
—Tres.
Pocodespués,mientrascirculabanporMúnich,Meldijopararomperelsilencio:
—¿Sabes,Peter?Samiteníaunamascota.EraunhámsterllamadoPeggySue,perosemurióhace
unosmeses,yniteimaginaselcariñoquesetienenyaLeyayella.
Peterasintiómirandoporlaventanilla.Noteníalamenordudadeello.
Cuandollegaronalbarriodelchaval,Björnmiróasualrededor,levantólacabezayobservóla
ventanadelsegundopisoquehabíaasuderecha.Allíhabíavividosuinfanciaysuadolescencia.No
había regresado a aquella zona tras marcharse con su padre y su hermano. Consciente de lo que
pensaba,Mellepreguntó:
—¿Estásbien,cariño?
Elabogadoasintióy,siguiendoalospolicíasqueyalosesperabanallíyalmuchacho,caminó
hasta entrar en el portal. Una vez el niño hubo sacado unas llaves de su bolsillo, abrió la puerta y,
mirándolos,dijo:
—Puedenpasar.
Los agentes entraron y después lo hicieron Mel y Björn. La casa era pequeña, apenas tendría
cuarentametroscuadrados,peroselaveíalimpia.Laperracorrióabeberaguaauncazoquehabía
enlacocinayMel,mirandoalniño,leindicó:
—Meteenunamochilaoenunamaletatodoloquenecesites.
Elcríonosemovió.
—¿Yquépasaráconloquedejeaquí?—preguntó.
Aloírlo,Björnrespondió:
—Comotehedicho,elpropietariodelacasalahareclamado,ytodoloquetedejesaquí,unavez
leentreguemoslasllavesaldueño,serásuyo.
Elniñonegóconlacabeza,miróasualrededorymurmuró:
—Elabueloyyonoteníamosmuchascosas,perohayalgunasquemegustaríaconservar.
AMelletocóelcorazónoíreso.Aquelmuchachonecesitabasusrecuerdos;entoncesBjörndijo:
—Guarda ahora en una mochila lo que necesites. Mañana contrataremos a alguien que venga a
recogertodoloquequierasyveremosdóndepodemoscolocarlo,¿deacuerdo?
Rápidamenteelcríosemovióy,tendiéndolelamano,comoaquélhabíahechoenlacomisaría,
murmuró:
—Gracias,señor...,gracias.
MelmiróaBjörnemocionada,yéste,trassuspirar,cogiólamanodelchicoy,después,tocándole
conlaotralacabeza,musitó:
—Denada,Peter.
Recuperadosdeaquelcontacto,elmuchachoseseparódeélyentróenuncuartoquehabíaala
derechamientrasMelobservabaasualrededor.Siguiendoalcrío,Björnseapoyóenelquiciodela
puertaymiróconpesaraquellatristehabitaciónysuminúsculoventanuco.
Ellugarerapequeñoy,sobreunaviejamesaqueocupabamásdelamitaddelaestancia,habíaun
monitoryvariastorresdeordenadortuneadas.Desdelapuerta,ymientrasPetermetíaalgoderopa
enunamochila,preguntó:
—¿Desdeaquípirateabasmipáginaweb?
Elchicoparódehacerloquehacíay,mirándolo,afirmó:
—Sí.
Björnasintió.Deprontoviounafotosobrelamesilla.EnellareconocióaKatharinasonriendo
conunPetermáspequeñoy,sinquitarleojo,preguntó:
—¿Yporquélohacías?
Elniñotorcióelgesto,seencogiódehombrosyrespondió:
—Porqueestabaenfadadoconusted.Séquemimadrenuncalehablódemíyustednosabíademi
existencia,peroyoestabaenfadado.
—¿Yyanoloestás?
—No.Yano.
—¿Porquéyano?
ElcríovolvióamiraraBjörnduranteunossegundosyfinalmenterespondió:
—Porque,apesardequenolegusto,nilegustamiperra,meestáayudandoynomeestádejando
tiradoenlacallecomopenséqueibaahacercuandosupierausteddemí.
Surespuestatocódirectamenteelcorazóndelabogado,ysesintiótanmalquenosuporesponder.
Si alguien había luchado porque aquello no ocurriese había sido Mel. Si ella no se hubiera
empecinadoenllevarsealaperraacasayobligarloahacerselaspruebasdepaternidad,Björnno
sabíaquépodríahaberocurrido.
Estabaabstraídoensuspensamientoscuandoelcríopreguntó:
—Señor,megustaríallevarmemisordenadores.
Elabogadomiróloqueleseñalabay,todavíabloqueado,asintió.
—Por favor, Peter, llámame Björn —dijo, e intentando ser amable, añadió—: Si no lo haces,
tendréquellamarteyoatitambiénseñoryserámuyincómodo,¿nocrees?
Elmuchachosonrió.ABjörnlegustóverloshoyuelosqueseleformabanenlasmejillascuando
sonreía,tanparecidosalossuyosyalosdesuhermano.
—Mañanaregresaremosynoslosllevaremos,¿vale?—contestó.
Veinte minutos después, abandonaron la casa, se despidieron de los policías que los habían
acompañadoysedirigieronhaciasuhogar.Unavezaparcaronelvehículoenelinteriordelgaraje,
albajarse,Petersujetóconlacorreaasumascotayordenó:
—Leya,siéntate.
LaperraobedecióinmediatamenteyMel,cogiendolamochilaconropadelchaval,dijo:
—Vamos,Peter,subamosacasa.
Alentrarenlaespaciosacasa,elniño,quenosoltabaalanimal,sesintióintimidado.
Allí todo era nuevo y moderno, nada que ver con su hogar, donde todo era viejo y de épocas
pasadas.Paraquesefamiliarizaraconellugar,MelleenseñólacasamientrasBjörnsedirigíaala
cocina.Estabasediento.
CuandoMelllegójuntoaPeteryLeyaalcuartodeinvitados,dijoalentrar:
—Yéstaserátuhabitación.¿Quéteparece?
Peter la miró sorprendido. Era enorme. Tenía un ventanal por el que entraba el sol, una cama
grandeyunarmarioinmenso.Alverqueelmuchachonosemovíanidecíanada,Melleaclaró:
—Porsupuesto,podrásdecorarlaatugusto.Compraremosunamesadeordenador,cambiaremos
lascortinasy...
—¿PorquéerestanamableconmigoyconLeya?
Esapreguntalapillóporsorpresa,peroMelrespondió:
—Porquemegustas,comomegustaLeya.
—Björnnoestácontento,¿verdad?
Ellamiróalmuchacho.Seapenóporesecomentariopero,seguradeloquedecía,afirmó:
—Teequivocas,Peter.Björnestámuycontentoperonosabecómodemostrarlo.Yoloconozco
muybien,yteaseguroqueestádeseosodeconocerte.Sólolehacefaltatiempo.Dáseloyveráscomo
todosalebien.
—Gracias—dijoélmirándola.
Melsonrió.
—No me des las gracias y haz que todo esto merezca la pena. No te conozco, pero algo en tu
miradamedicequeeresbuenchaval,apesardetuspelosenlacara,turopatrestallasmásgrandey,
porsupuesto,losquebraderosdecabezaquelehasocasionadoaBjörnconlodesupáginaweb.
PetersonrióyMelañadió:
—Colocaturopaenelarmario.Cuandotermines,estaréenlacocinaconBjörn.
Unavezellasehubomarchado,Petersesentóenlacama.Aquellugareraelparaíso.Elhogar
conelquesiemprehabíasoñadoyquenadateníaqueverconloquehabíavivido.Suabuelo,apesar
dehaberledadountecho,nuncahabíapodidoofrecerleesascomodidades.
Tocólacolchaconmimo.Erasuave,extremadamentesuavey,mirandoaLeya,preguntó:
—¿Quéteparece?
LaperrasetumbóenelsuelodemaderaoscurayPetersonrió.
—Amítambiénmepareceunlugarincreíble—dijo.
CuandoMelllegóalacocina,Björn,queestabaapoyadoenlaencimera,lamiróypreguntó:
—¿Quévamosahacerconél?
Ellaseleacercó,lequitólacervezaqueteníaenlasmanosydiountrago.
—De momento, darle de comer —respondió—. Estoy convencida de que el muchacho tiene
hambre.
—Mel...—protestóBjörnbajandolavoz—.Noestoydecachondeo.Teestoyhablandoenserio.
Esechicoesmihijo,ynoséquévoyahacerconél.
Devolviéndolelacerveza,ellalediounbesoenloslabiosyañadió:
—Yotambiénestoyhablandoenserio,ycreoqueloprimeroquetenemosquehaceresconseguir
queconfíeennosotros...
—Mel,¡¿quierescentrarteyverlarealidad?!Joder...,nosabemosquiénesesemuchacho,niqué
legusta,nisitienealgúntipodeadicción...
—Tranquilízate...,hazmecaso.
—Joder,siteníapococonlodenoestarcasadocontigo,encimaahoraesto.
Aloírlodecireso,Mellomiróypreguntóarrugandoelentrecejo:
—¿Estás hablando del puñetero bufete? —Björn no respondió, pero ella, consciente de que era
así,añadió—:Pero,vamosaver,¿desdecuándootrosdirigentuvida?
Björn,alentenderloqueellaqueríadecir,replicó:
—Odio que lo llames «puñetero bufete», y mi vida la dirijo yo, pero me jode que surjan
problemas.
—¿Peter,Samiyyosomosunproblema?
Aloíreso,elabogadolamiróy,suavizandoelgesto,matizó:
—No,cielo.Peroentiendeque...
—Entiendomásdeloquequiereshablarconmigoymepermitesdeciramí.Perosabesloque
piensodeesebufeteydesusabsurdosrequerimientosparaperteneceraél,ysielhechodequePeter
estéennuestrasvidaslesmolesta,¡queselamachaquencondospiedras!
—Parker...Podríassermenosdesagradable.
Laextenientepusolosojosenblanco.Enocasionesolvidabaquesunovioeraunfinoyafamado
abogadodeMúnich.
—Vale,007,micomentariohaestadofueradelugarparatusdelicadosoídos—replicó—,pero
queconsteenactaquelossédeciraúnpeores.
—¡Mel!
Ellasonrióalversugesto.Alfinal,Björnsevioobligadoasonreírtambiénypreguntó:
—¿NopiensasquequizálallegadadeesechicoseaunamalainfluenciaparaSami?
Melsuspiró.Sabíaqueteníapartederazón,perorecordandoelmodoenquePeterhabíatratado
siempreaSami,respondió:
—¿Por qué eres tan negativo y no intentas ver lo bueno? ¿Por qué no te relajas y tratas de
averiguaraquécolegiova,quiénessonsusamigos,quécosaslegustany...?
—Porquemiprofesiónmehacesercautoentemasasí.
Laextenientesonrió.
—Mira,Björn—dijo—,pormitrabajo,cuandoibaaAfganistán,siempreteníaqueestaralertaen
relaciónconquiénpudieraacercarseamíconunagranadademano,peroloquenuncaperdífuela
humanidad.EsoesloúnicoquetienesqueutilizarahoraconPeter,tuhumanidad,paraqueélveaque
leestásdandounaoportunidad.Elmayor,eladultoerestú,yesonunca...nuncadebesolvidarlo.
Sorprendidoporsupositividad,elabogadoasintió.
—Metienesentremaravilladoyasustado.
—¿Por?
Y,cogiéndolaporlacinturaparaacercarlaaél,murmuró:
—Porque me estás demostrando una faceta tuya que no conocía frente al adolescente melenudo
conpintaderaperodelBronx.Vale,estáclaroqueesemuchachoesmihijo,peronopuedesobviar
quenoloconocemosyquenospuederobar,atacarporlanocheoincluso...
—Pero¿quéestásdiciendo?—dijoMelriendo.
—Yonomerío,cariño.Teloestoydiciendomuyenserio.TienelamismaedaddeFlyn,ymira
losquebraderosdecabezaqueéstelesestádandoaEricyaJudith.
Melasintió.SabíaqueenelfondoBjörnllevabarazón,perosenegabaacreerlo.
Deprontooyeronunruido,miraronasuderechayvieronaPetercruzarsigilosamenteelpasillo
conlaperra.BjörnseapresuróasoltaraMely,mirándola,murmuró:
—Comoseleocurrarobarnosalgo,saledecasainmediatamente,pormuyhijomíoquesea.
—Björn...—protestóella.
—Pero¿adóndeva?—cuchicheóaquél.
—Nolosé,perodejadesermalpensado—replicóMel.
En silencio, lo siguieron y, al llegar al salón, vieron que Peter estaba parado mirando unos
cómicsdelalibrería.Alpercatarsedesupresencia,elcríosevolvióydijo:
—Björn, me gusta tu colección de Spiderman, ¡qué pasada! Mamá siempre me decía que te
gustabanmuchoesoscómics.Yotengovariosenmicasa.Yatelosenseñaré.
Elabogadoseacercóhastaelchicoy,sinsaberporqué,sacóunejemplaryexplicóorgulloso:
—Comencé mi colección en los años ochenta. Mi padre me los compraba, y este ejemplar
precisamenteeselnúmerounodelAsombrosoHombreAraña.
—Guauuu,¡quéflipe!—exclamóelmuchacho.
MelyBjörnsemirarony,sonriendo,esteúltimodijoponiendoelcómicenlasmanosdelcrío:
—Puedesleerlossiquieres.
PeterretirórápidamentelasmanosyBjörninsistió:
—Cógelo.
—No.
LarotundidaddesutonohizoqueBjörnclavaralamiradaenélypreguntara:
—¿Porquénoquierescogerlo?
Elmuchacholopensó.
—Porquenoquieroqueserompaycargarluegoconlasculpas.Sialgoasíocurriera,notengo
dineroparapagártelo.
Aloíreso,aBjörnseledescongelóunpoquitoelcorazón.
—Escucha, Peter —dijo—, coge los cómics siempre que quieras. La única condición que te
pongoesqueloscuidesydespuéslosguardesensusitioyporsuorden.
Elmuchachomiróaquellomaravilladocomosideuntesorosetrataray,cogiendoelcómicque
elabogadoletendía,cuchicheó:
—Gracias.
Alversugestodesatisfacción,Björnsonrió,yMelpensóensuamigoRobert.Sindudaestaría
sonriendodesdeelcieloydiciéndole:«Mel,notearrepentirás».
36
AburridaestoyviendolatelevisiónjuntoaSustoyCalamarcuandoMelmellamaparadecirmeque
PeteryaestáencasayqueélyBjörnllevanhorassentadosenelsalónhablandodecómics.
Estoyencantada.Saberqueaquellocomienzaconbuenpieesgenial.
Antes de colgar, mi amiga me pide que les guarde el secreto y no vaya a decirle nada a Klaus.
Quierenesperarunosdíasantesdedarlelanoticia.Yoseloprometoy,finalmente,Melmepideque
losacompañecuandovayanahacerlo.Aceptogustosamente.
Nomeloperderíapornadadelmundo.
Una vez cuelgo, decido llamar a mi padre. Tengo ganas de hablar con él, y no me sorprende
cuandooigolavozdemisobrinaLuz,quemesaluda:
—Hola,titaaaaaaaaaaaaa.
Sonrío.Ellamehacesonreír.
—Hola,miniña.¿Cómovatodo?
—Puesmira...,jodidaperocontenta.¡Herotoconelatontadodeminovio!
Noesperabaesacontestacióny,sinsaberrealmentequédecir,respondo:
—Vaya,losiento,Luz...
—Nolosientas,tita.Colorín,colorado,deotroyameheenamorado.
Durante un buen rato, mi sobrina me cuenta sus cosas con total tranquilidad mientras yo,
ojiplática, asiento, asiento y asiento. Está claro que, si le digo algo que no quiere oír, dejará de
comentarmetodasesascosas,porloquemelimitoaescucharyaasentir.
—Y¿sabes?
—¿Qué?
—La semana que viene, Juan Alberto nos va a llevar a Madrid a mí y a mis amigas Chari y la
Torrijaaveralos¡OneDirection!¿Cómotequedas?
Sécuántolegustaamisobrinaesegrupoquecausafurorentretodaslasadolescentes,ynotan
adolescentes,ysonriendoafirmo:
—¡Genial!Meparecegenial.
—Oye,tita.¿Puedopreguntarteunacosa?
—Claro,cielo,dime.
—¿EsciertoqueBjörnyMelhanmetidoaunindigenteensucasa?
—¡¿Qué?!—preguntosorprendida.
Vamosaver.MisobrinaestáenEspañaynosotrosestamosenMúnich.¿Cómohapodidovolar
tanrápidalanoticiahastaallí?Y,sobretodo,¿cómohapodidollegaresamentira?Pero,intentando
serlomásdiscretaposible,pregunto:
—¿Quiéntehadichoeso?
—JackieChanZimmerman.
—¡¿Flyn?!
—Sí,tita.HaceunratomelohacotilleadoporunprivadoenFacebook.
Sin respiración, escucho lo que mi sobrina me cuenta. Nunca he dicho nada de ese perfil de
FacebookqueFlynseabrió.HemantenidoelsecretoparanodesvelarqueLuz,enciertomodo,me
informademuchascosas.
—¿Éltehadichoeso?—preguntoentonces.
—Sí.Y,oye,¿cómoeseseindigente?
Molestayenfadadaporqueelatontadodemihijodigacosasasí,replico:
—Loprimerodetodo,Luz,esquePeternoesunindigente.Esunniñodecasiquinceañosque
vivíaconsuabueloyque,almoriréste,sequedósolo.Portanto,esode...
—Sí, ya sabía yo que Flyn se pasaba —oigo que suspira ella—. Desde que se echó esa novia y
esosamigos,noeselmismo.
Aloírquemisobrinadiceeso,mepongoenalertay,olvidándomedePeter,pregunto:
—¿Quésabesdeesanoviaydesusamigos?
—Laverdadesquepoco,tita,empezandoporquenoentiendobienelalemányellosescribenen
eseidiomaenFacebook...Peroconverlasfotosquepublicanyciertoscomentariosquetraduzcocon
eltraductordeGoogle,séquenosonnadabuenos.
Durante un rato hablo con mi sobrina, hasta que mi padre le reclama el teléfono. Vaya dos.
Finalmente,ganamipadrelapartidaymurmura:
—Hayqueverlaguasayelartequetienelajodíadelaniña.
Sonrío.Mipadreymisobrinajuntossonlabomba.
—Venga,papá—replico—,sitemueresporquelostenga.
Élsueltaunacarcajada.
—Meencantaquetodasmisniñastengáisarteyguasa.
Lapositividadyelbuenhumordemipadrerápidamentemerecarganlaspilas.Habloconélde
Flyny,comosiempre,medabuenosconsejos.SobreEricylomuchoquediscutimosúltimamenteno
digonada.Séqueesolovaapreocupar,ynoquiero.Asípues,mehabladeFlynyyoescuchotodolo
queéltienequedecirme.
Cuando, media hora después, cuelgo el teléfono, siento la necesidad imperativa de hablar con
Flyn.Trasasegurarmedequeestáensuhabitación,subo,llamoalapuertayentropasandofrentea
sucaradeperdonavidas.
—¿Quéquieres?—mepregunta.
Mal...,mal...,comenzamosmuymal.Pero,sindejarmellevarporsudesidia,mesientoenlacama
ydigomirándolo:
—Creo que tenemos que hablar, ¿no te parece? —El crío me mira, no sabe de qué hablo, y
entoncesañado—:¿QuéesesodequeBjörnhametidoaunindigenteensucasa?
Flynarrugaelentrecejoyfarfulla:
—Malditachivatatusobrinita.
¡¿«Tusobrinita»?!
Hastahacecuatrodías,Luzeraunadesusmejoresamigas.Sindecirqueyotambiénojeodevez
encuandoeseperfil,medispongoaprotestarcuandoélañade:
—Meparecefatalquelaniñatatengaque...
—Noesunaniñata,estuprima.Alguienaquientúqueríasmucho.
Elcríomemira.Enunprimermomentonodicenada,peroluegoprosigue:
—Decíaquemeparecefatalquetevayaconelcuentodeloqueledigo,ademásdeque...
—Peternoesunindigente—aclaro—.Esunniñoalqueselemuriólamadre,sefueavivircon
elabueloy,almorirtambiénéste,sequedósolo,peronoesunindigente.
Flynsonríe.Suexpresiónnomegustacuandodice:
—Segúnmehadichomipadre,esechavalvivíaenunmalbarrioque...
—Noséquétehadichotupadre—locortofuriosa—.Peroesemuchachovivíaenunbarriode
Múnich,comoyovivíenunbarriodeJerez.—Y,enfadada,añado—:Notodoshemostenidolasuerte
denacerenunafamiliacondinerocomotú.
Eldescaradodelniñosiguemirándomeconungestoquenomehacenipizcadegraciay,antes
desalirdelahabitación,lomiroydigo:
—¿Sabes?Porloquemehancontado,Petertienecosasquetúnotienes,apesardehabertecriado
entre algodones y de haber estudiado en los mejores colegios. Y esas cosas se llaman educación y
sensatez.Esemuchacho,alqueseguramentelehafaltadotodoloqueatitehasobradoenestavida,
es...
—Cortaelrolloynomemarees.
Oírlodeciresomesublevay,furiosa,siseo:
—Medaigualloquedigatupadre.Piensollevartealpsicólogooadondehagafaltaparaque...
—No.Noiréalpsicólogo—mereta.
Memuerdolalengua,mejormelamuerdo.Luego,añado:
—Cuandovengatupadrehablaremosdeltema.
Y, así, sin darle la oportunidad de decir nada más, salgo de la habitación o, como esté allí más
rato,levoyasoltarunsopapoalcolegaquelovaaflipar.Pero¿dequéva?
Unahoradespués,Ericllamaparadecirquellegarátarde.
Meenfurezcopero,comonotengoganasdediscutirtambiénconél,asiento,mecalloy,unavez
termino de cenar sola en el comedor, puesto que Flyn se ha negado a cenar conmigo, subo a mi
habitaciónyrecibounwasapdeLuz:
QuesepasqueFlynmeacabadebloquearenFacebook.¡Unmojónparaél!
Boquiabierta,miroelmensaje.Estoyporirasuhabitación,perodesisto.Silohagotendremos
movida,ynoquierotenerlaaestashoras.Finalmentemetumboenlacamaymeduermoantesdeque
Ericllegue.Casiqueeslomejor.
Aldíasiguiente,cuandosalgodeltrabajo,voyacasadeMelyBjörn.QuieroconoceraPeter.Al
llegar,meimpacta,peromásmeimpactacomprobarlaeducaciónyelsaberestarquetieneelchaval.
Melnohaexagerado.Teníarazón.
Efectivamente,llevaelpelodemasiadolargoparamigusto,laropaqueusaesenorme,perosus
modalessonimpecables.Vamos,queunavezmáslavidamedemuestraqueeldineronolodatodo,y
menoslaeducación.
Despuésdetrabajar,Ericvienetambién,yterminamoscenandoloscuatroconelmuchachoycon
Sami,quenosdemuestraatodosqueella,sinlugaradudas,eslareinadelacasayestáencantadacon
PeteryconLeya.
CuandoEricyyoregresamosacasaenelcoche,sacoeltemadeFlynyloqueéstelecomentóa
misobrina,yélseapresuraaquitarleimportancia.SegúnEric,soncosasdechavales.Segúnyo,es
algo con muy mala leche. Hablo del psicólogo y es mencionarlo y comenzar a discutir. Como
siempre,siyodigoblanco,éldicenegro,yalfinaltengoquetomarladeterminacióndecallarme.
EricseniegatantocomoFlynaqueéstevayaaunpsicólogo.
¡MalditosZimmerman!
Unasemanadespués,trasunamañanaenlaqueapenashevistoaEricycuandomehecruzado
conélenlaoficinaapenasmehamirado,lemandounmensajeparasabersiloesperoparairacasa
deMelyBjörn.EsatardelevanadarlanoticiaaKlaus.
Miteléfonosuena.Esunmensajesuyo:
Vetú.Tengotrabajo.Yoirédespués.
Trabajo...,trabajo,¡siempreeltrabajo!
Sin ganas de polemizar, voy a casa de mis amigos y me dedico a tranquilizar a Björn. Está
nervioso por la noticia que tiene que darle a su padre, aunque lo veo feliz con Peter. Sin duda, el
muchachosabecómometérseloenelbolsillo,yviceversa.
Concuriosidad,observocómosehablanyrápidamentemedoycuentadelacomplicidadquese
hacreadoentreellos.MesientoencantadacuandoMelseacercaamíycuchicheo:
—Porloqueveo,todogenialentreellos,¿verdad?
Melmiraaaquellosdos,quehablancontranquilidadsentadosalamesa,yresponde:
—Ni en el mejor de mis sueños me imaginé que Björn lo pondría todo de su parte, ni que ese
chavalfueratansensato.
LasdossonreímosyomitocontarleloqueeltontodemihijopiensadePeter.
—Tomaunacoca-cola—diceMel—.BeberemosalgomientrasvieneEric.
Consatisfacción,lacojoy,mientraslabebo,mefijoencómoBjörnyelchiquillosecomunican.
Estámásqueclaroquetantoelunocomoelotroestánponiendotodoloquepuedendesuparte,yeso
megustatantocomoséquelesgustaaellos.
ApesardeldisgustoinicialdeBjörnalenterarsedesuexistencia,notolaadmiraciónquesiente
haciaelchico.Melodicesumirada,ycómolohablaylocuida.EsunapenaqueBjörnnohubiera
conocidoaPeterdepequeño,peromealegrasaberquevaaserungranpadreelrestodesuvida.
Mientrasloscuatrohablamosenelsalón,llegaBea,lachicaquecuidadeSamiy,trasescuchar
lasindicacionesqueMeltienequedarle,sevaalcolegioaporella.
Miromireloj.Ericseestáretrasandopero,depronto,suenaelmóvildeBjörnyéstesesepara
unosmetrosdenosotrospararesponder.Cuandoregresa,dice:
—EraEric.Selehapresentadounproblemaenlaoficinaydicequeiráderechoalrestaurantede
mipadre.
Asiento.Nodigonada.Ericysusproblemasenlaoficina.Y,olvidándomedeello,cojoaPeter
delbrazocomoantañohacíaconFlynyloscuatrosalimosdelacasa.TenemosqueveraKlaus.
Alllegaralbarrestaurante,apesardequeintentahacernosverqueestátranquilo,veoqueBjörn
estárealmentenervioso.Porello,mientrasMelyPeterhablanjuntoalcoche,meacercoyledigo:
—¿Quétalsientrastúsoloylohablascontupadre?—Miamigolopiensayyoinsisto—:Björn,
la noticia puede afectarle. Creo que deberías hablar primero tú con él para darle tiempo a que
reaccioneasumaneray,unavezsepadelaexistenciadePeter,sivesqueselotomadebuengrado,
hacerentraralchaval.
Björnsetocalacabeza,piensaenloquelehedichoyasiente.
—Tienesrazón.Esmejorhacerloasí.
MelyPeterseacercananosotrosy,alverqueBjörnestácomobloqueado,explico:
—Björnvaaentrarprimeroparahablarconsupadreydespuésnosenviaráunmensajeparaque
entremosnosotros,¿osparecebien?
Melnosmira.Esosuponeuncambiodeplanes,peroentonceselmuchachodice,demostrándonos
unavezmássumadurez:
—Es una buena idea. Creo que es mejor que se lo cuentes a solas y, si me quiere conocer, yo
estaréencantadodeentrar.
Björnponeentonceslamanoenelhombrodelchicoydice:
—Tardarépocosminutos.Teloprometo.
Peterestáconforme,yMel,cogiendolamanodeBjörn,murmura:
—Teacompañaré.
Yoasiento,cojoaPetery,mirandounbarquehayenfrente,indico:
—Vamos.Teinvitoaunacoca-cola.
CuandoBjörnyMelsemarchan,elchavallosmiray,sindecirnada,nosdirigimoshaciaaquel
bar. Allí, con tranquilidad, hablamos de música y me sorprendo al ver que su gusto musical es el
mismo que el de Flyn. Estamos ensimismados en la conversación cuando, a los pocos minutos, mi
móvilsuenay,mirándolo,digo:
—Muybien,chavalote,¡tenemosqueentrar!
Peterselevantay,sindudarlo,cogemimano.Esomegusta.Sientoquesoyimportanteparaély,
tras guiñarle el ojo, salimos del local y entramos en el del padre de Björn. Mel nos espera en la
puertay,conunasonrisa,dice:
—Estáneneldespacho.
El gesto de Mel me hace saber que todo ha salido como esperaban. Klaus es un hombre que
siempresetomalavidacomolevieney,alabrirlapuertadeldespacho,sientocómoésteclavalos
ojosenPetery,abriendolosbrazos,dice:
—Muchacho,vencontuabuelo.
Me emociono. Soy así de blandita y de tonta y, entre risas y lloros, Mel y yo nos secamos las
lágrimas.
¡Quémomentotanbonitoacabamosdevivir,yelmemodeEricselohaperdido!
Mirodenuevoelreloj.Deprontosuenamiteléfonoy,alverqueesél,comoestoyfelizporlos
acontecimientos,murmuroencantada:
—Vaya...,vaya,mirubiopreferido.¿Mehasleídoelpensamiento?
—¿Porqué?
SonríocomounatontamientrasobservoaKlaushablarconsunietoyaMelyaBjörnbesándose
yrespondo:
—EstoyconKlaus,yahaconocidoaPeteryhasidoprecioso,porque...
—Cariño —me interrumpe—. No puedo entretenerme. Estoy en el aeropuerto y salgo para
Edimburgoahoramismo.
—¡¿Qué?!
¿CómoquesevaaEdimburgo?
Pero,antesdequeyopuedadecirnadamás,Ericprosigue:
—Hay un problema en la delegación de Edimburgo y he de viajar allí. Imagino que regresaré
dentrodeunpardedías.—Alverquenodigonada,Eric,quemeconocemuybien,insiste—:Cariño,
meapeteceesteviajetanpococomoati,perohedeir.
Lasonrisahaabandonadomicara.Notengoganasdereír.
—¿Haspasadoporcasa?—digo.
—No. No he tenido tiempo. Gerta me ha hecho una pequeña maleta con ropa que tengo en la
oficina.Untrajeyunpardecamisas.Nonecesitomás.
Vale. Que Gerta le haga la maleta a mi marido me toca la moral, por lo que le pregunto a
bocajarro:
—¿Ellateacompaña?
Elresoplidodefrustraciónqueoigoatravésdelteléfonomehacesaberlomuchoquelojoroba
quelepregunteeso.
—Jud...,porelamordeDios—dice—,estrabajo.Hasurgidounimprevistoytengoqueir.
Cierro los ojos y asiento. Tiene razón. No debo ser tan pesadita con el temita de los celos, e
intentandorazonar,murmuro:
—Losé,Eric.MándameunmensajecuandoaterricesenEdimburgo,¿deacuerdo?
—Jud...,tequiero—diceenuntonobajoparaquenadielooiga.
—Yotambiéntequiero.
Y,sinmás,cortolacomunicación.
Alvermigesto,BjörnyMelrápidamentevienenhaciamí.
—EricsevaenesteinstanteaEdimburgo—explico.
Misamigossabenloquepiensoy,abrazándome,dicen:
—Puesentonces,llamaaSimonaydilequevasacenarconnosotros.
Asientoysonrío.Eslomejorquepuedohacer.
Esanoche,cuandollegoacasa,trassaludaraSustoyaCalamar,suboaveralosniños.Todos
duermen,incluidoFlyn.
Entroenmihabitaciónyderepentemepareceenorme.CuandoEricnoestá,todoesenormeen
esta casa. Pero, como no quiero pensar en nada, me desnudo y me pongo una camiseta. Odio los
pijamas.
Sin sueño, cojo el libro que tengo en la mesilla y comienzo a leer cuando suena mi móvil. Un
mensaje.Eric.
¿Estásdespierta?
Rápidamenterespondo:
Sí.
Unpardesegundosdespués,mimóvilsuena.Locojoyescucho:
—Hola,miamor.
Conunasonrisitatonta,dejoellibro.
—Hola.
—¿Siguesenfadadaconmigo?
Oírsuvozeselbálsamoquenecesito,yrespondo:
—Noestoyenfadada.Essóloquememolestaquetevayasdeviajeasí,depronto.
Oigosurisa.Serámaligno...
—Eraestoosalirdemadrugada,ymuchasvecestúmismamedicesqueprefieresquemevayay
duermaenelhotelaquemalduermaencasaydemadrugadamevayadeviaje.
Tienerazón.Lehedichoesoenotrasocasiones.Meacomodoenlosalmohadonessonriendoy
digo:
—Teechodemenos.Lacamaesenormesinti.
—¿Sabes?Yotambiénteechodemenos.Peroteníaquehaceresteviaje,cariño.Venga,cuéntame
cómoselotomóKlausaldescubrirquetieneunnieto.
Durante un buen rato, le explico con todo lujo de detalles lo ocurrido esa tarde, y me encanta
oírlosonreír.AsíestamoshastaquebostezoyEricdice:
—Debesdormiromañanaestarásmuertadesueño.
—Joooo..., es que no quiero dejar de hablar contigo. Cuando no estás, me cuesta dormir una
barbaridad.Necesitoabrazarmeamijefepreferidoparaconciliarelsueño.—Mipropiatonteríame
hacesonreíraloírloreíry,conscientedequeestoyhaciendoelcanelo,afirmo—:Perotienesrazón.
Tengoquedormir.
—Intentaréacelerartodoloquetengoquehaceraquíparaestarmañanaporlanochecontigoen
lacama;¿deacuerdo,cariño?
—Vale—asientoconcaradetonta.
—Unbeso,pequeña,yduerme.Tequiero.
—Tequiero—respondoencantadaantesdecolgar.
Unavezdejoelteléfonosobrelamesilla,meechosobreelladoenelqueduermeEricyaspiro
su olor. No sé cómo explicar la tranquilidad que me proporciona hacer esto, mientras siento que
pocoapocomeduermo.
Al día siguiente, tras una loca jornada de trabajo en la que recibo varios mensajes de mi amor
parahacermesaberqueestábienyseacuerdademí,porlanoche,cuandoestoydandodecenaralos
niños,tengoesperanzasdequeEricregreseacasa.
MiinquietudestalquevuelvoasentirmecomolaJuddeantesdeteneralosniñosysóloespero
queelEricquevaaregresarseaelEriclocoquemeempotrabacontralasparedesmientrasmehacía
elamorposesivamente.
En cuanto acabo de darles de cenar a los pequeñuelos, tan pronto como Flyn se marcha a su
cuartosinhablarme,corroaducharmeparaquitarmelapapillaqueHannahmehatiradoenelpelo.
Quieroestarpreciosaparacuandomiamorllegue.Alasdiez,mientrasestoyviendolatelesolaenel
salónylospequesestándormidos,recibounmensajequedice:
Losiento,miamor.Problemasconelavión.
Nooooooooooooooooooo.
Leer eso es como recibir un jarro de agua fría. Lo esperaba esta noche. El Eric del que yo me
enamoréhabríavoladoparaestarjuntoamísíosí.
Durantevariosminutosmiroelpuñeteromensaje,mientrasmeconvenzodeque,sinoviene,es
porquenopuede,noporquenoquiera,yfinalmenterespondo:
Ok.Nopasanada.
Peropasa,¡claroquepasa!
Durante todo el día me he sentido como una chiquilla de quince años esperando para ver a su
amoryladecepciónestangrandeque,delosnervios,unratodespués¡mebajahastalaregla!
Hayquejoderseconeldisgustoquetengo,yahora,encima,muertitadedolores.
A las once, tras esperar una llamada de teléfono de Eric y no recibirla, paso del cabreo a la
melancolía.¿YsiverdaderamenteelamorqueEricsentíapormísehaapagado?
Eldolordeovariospuedeconmigo,porloquevoyalacocinaymetomounpardecalmantes.
Sinduda,esloquenecesito,ademásdedejardepensartonterías.
Perolatristezamepuedey,entreloapenadaquemesientoylaspuñeterashormonas,semesaltan
laslágrimas.¿AcasoEricyanomequiere?
Singanasdellorar,caminoporlacasaaoscurascomounfantasmahastallegaramihabitacióny
metumboenlaenormecama.
Porsuerte,conlaayudadeloscalmantes,eldolorsevaunahoradespués,peronotengosueño.
Miroelreloj:lasdoceyveinte.
Duranteunpardehorasdoyvueltasenlacama.Deunlado,deotro.Bocaarriba,bocaabajo,yal
final,cansada,alasdosycincodelamadrugadamelevantoybajoaoscurashastaeldespachode
Eric.Eselugaressusitio,surefugio,yallíesdondemesientomejor.
Deprontosientounasirrefrenablesganasdelloraramocotendido.
ComodiríamihermanaRaquel,llorar,ademásdedespejarellagrimalydarteundolordecabeza
considerable,enocasionesesbueno.Pero,sinduda,éstanoesunabuenaocasiónparallorar,asíque,
porecharlelaculpaaalguiendemidesazón,selaechoalaregla.¡Odiotenerlaregla!
Pornorma,cuandolatengo,unamalalechesobrenaturaltomamicuerpo,peroenestaocasiónlo
quehatomadomicuerpoesunamoñezabsoluta.¡Estoymoñas!
Comolamujerdramáticaymoñasoficialquemeheproclamado,buscoelCDquemásmellegue
alcorazónyencuentroelquelegrabéhaceañosaEricconcancionesquenosgustabanalosdos.
Lopongoy,cuandosuenanuestracanción,Blancoynegro,[22]¡mequieromorir!
PorDios,perosimisojosparecenunafuente.
MesientoenelsillóndeEricymedesahogomientrasMalúinterpretaesapreciosacanción.Qué
tiemposaquellosenlosqueélmebuscabaparaestarsiempreamilado.Quétiempos,enlosqueme
perseguía,meacosabaysóloestabapendientedemí.
Quétiempos...Quétiempos...
Unavezacabalacanción,mientrasmesecolaslágrimasynotolanarizrojacomountomate,me
acerco a la chimenea y la enciendo. Me encanta la estancia de Eric, tan personal y tan suya, y con
tristezasonrío.
Encuantoelfuegoseaviva,mirolasfotosquetienedetodosnosotrosysonríoalverunanuestra
enZaharadelosAtunes.¡Quétiemposmásbonitos!
Desesperada por lo que mi corazón siente, y como necesito fustigarme más, cojo un álbum de
fotosdelalibreríaycomienzoaojearlo.Comounchimpancé,lloromientrasveofotosnuestras.Yo
embarazada,EricyyoabrazadosconelpequeñoFlyn.Fotosdenuestraboda.Fotospescandoenun
lago.OtrasderisasenunaFeriadeJerez.
Fotos...,fotos...yfotos...
Recuerdos...Recuerdos...Recuerdos...
Hastaquenopuedomás,yconhipoporloemocionadaqueestoy,cierroelálbum.
¿Deverdadelamorcaducacomolosyogures?
Agotadayconlacabezacomounbomboporlairritaciónquemeestoydandoyosolita,miroel
relojquehayencimadelachimenea.Lastresmenosdiezdelamadrugada.
Me siento en el suelo sobre la bonita alfombra que hay frente a la chimenea. Por suerte, al día
siguienteessábadoynotengoquemadrugar.Menosmal,porquesino,iríafina.
Mirandoestoyelfuegocuandocomienzaunacanciónquemeencanta...,bueno,quenosencanta.
SellamaYouandI[23]yesdeMichaelBublé.MiguelitoBurbuja,comoenocasionesdigoyopara
hacerreíraEric.
Sécuántolegustaamiamoresecantanteyesacanción,ycierrolosojosmientraslaescucho.Su
letraespreciosa,románticaytierna;sientoquelaslágrimasdesbordandenuevomisojosylasdejo
correrdescontroladamentepormirostromientrasmiroelfuego.
La canción dice cosas maravillosas, fantásticas, novelescas, y yo, arrebatada por todo lo que
siento al escucharla, cierro los ojos mientras comienzo a darme aire con la mano. ¡Uff..., qué
fatiguita!
Entreeldisgustoquellevo,laregla,lacancioncitaylaausenciadeEric,mevaadarunpatatús.
Labonitacanciónacaba.Meencojo,apoyolacabezasobremisrodillasy,entonces,lacanción
comienzadenuevoyoigo:
—¿Bailasconmigo,pequeña?
Aloíresavoz,lavozquetantodeseabaoír,mevuelvoymisorpresaesmayúsculacuandoveoa
Eric,amiguapoEric,mirándomeconesospreciososojazosazules.
¿Estoydespiertaoesunsueño?
Mi cara, mi gesto, mis ojos deben de ser tan desastrosos como las pintas que llevo, porque mi
amorfrunceelceñoypreguntaacercándoserápidamenteamí:
—Pero¿quéteocurre,cariño?
Ayudadaporél,melevantoy,abrazándolo,murmuroaltiempoquehundolacaraensupecho:
—Hasvenido...,hasvenido...
Durante unos segundos permanecemos callados mientras Michael canta eso de «Tú y yo..., tú y
yo»,ycuandodesentierromicaradesupecho,mepongodepuntillasysusurro:
—Estásaquí.
Ericmeobservacomoelquemiraalgoquenoentiende.
—Cariño,hubounproblemaconeljety,cuandorecibítuescueto«¡Ok!»,decidícogerunvuelo
comercialparallegaracasaaunquefuerademadrugada.Pero¿quétepasa?
Sonriendo como una tonta al saber que ha cogido un vuelo comercial para estar conmigo, lo
abrazoypregunto:
—Eric,¿túmequierestodavía?
Su gesto ahora sí que es de no entender nada. Frunce el ceño y, agachándose para estar a mi
altura,dice:
—Pero¿quétonteríadepreguntaesésa?
Unsollozosaledemiboca.Lamoñasoficialhavuelto,yEric,mirándomeboquiabierto,susurra:
—¿Cómonovoyaquerertesiereslomáspreciosoquetengoenmivida?
Ea...,allorartodavíaconmáspena.
Intentopararantelaangustiademipobrechico,peroesimposible.Micuerpo,mislagrimales,
todayoestoydescontrolada.YEricmurmuraentoncescongestoconfuso:
—Meestásasustando,cariño.¿Quéteocurre?
Norespondo.¡Nopuedo!
Diezminutosdespués,cuandoconsigodejardellorarcomounchimpancé,lobeso,lodevoroy,
encuantomifuerteEricmecogeentresusbrazosymeempotracontralapareddispuestoadarmelo
quelepidosinhablar,musitoapenadamientraslaslágrimasamenazandenuevo:
—Nopodemos,¡mehavenidolaregla!
Ericsonríe.Nomesueltay,besándomelapuntadelanariz,susurracontodosucariño:
—Pequeña,contenerteconmigomevale.
Alverquemisojossedesbordandenuevo,sinsoltarme,mecogeconmásseguridadentresus
brazos y me sube a nuestra habitación, donde, sin desnudarse, se tumba en la cama conmigo y nos
quedamosdormidoselunoenbrazosdelotro.
37
ElsábadoalassietedelamañanasonóeltimbredecasadeBjörn.
Ding-dong...Ding-dong.
Melyél,alarmadosaloírlo,selevantaroncorriendoyfueronaabrir.Enlapuertaseencontraron
aEricconlosdospequeños,que,mirándolos,dijo:
—Necesitoqueosquedéisconestasdosfierashastamañana,queyoregrese.Hoyeseldíalibre
dePipayquierollevarmeaJudith.¿Puedeser?
Aúndormidos,ambosloobservaronyMelpreguntó:
—¿Ocurrealgo?
Ericsonrió,negóconlacabezay,trasverqueBjörnasentíaanteloquehabíapedido,respondió:
—Nadagravequenosesolucioneconunpardedíassóloparanosotros.
—Excelenteidea—afirmóMel.
—¿YFlyn?—preguntóBjörn.
—SequedaconSimonayconNorbert.Élyaesmayor,peroestaspequeñasfieras,sinPipa,les
daríanmuchotrabajo.
BjörncogióenbrazosaHannah,queestabadormida,yentoncesEriccuchicheó:
—Sientonohaberestadoelotrodíacuando...
—Noimporta—dijoBjörnsonriendo—.Todosalióbien.
Los dos amigos se miraron con cariño. Entre ellos sobraban las palabras. Finalmente Eric se
dirigióasuhijo,queestabacogidodesumano,seagachóyledijo:
—Pórtatebienconlostíos,¿vale?
Elcríoasintió,yEric,guiñándoleselojoasusamigos,murmuró:
—Gracias,¡osdebouna!
Unavezaquélsehubomarchadoatodaprisa,MelcogióalpequeñoEricylepreguntó:
—¿Quieresdesayunar,Superman?
—Sí.Galletasdechoco.
Björnsonrióy,acontinuación,susurró:
—Voyallevaralmonstruitoanuestracama.Conunpocodesuerte,dormiráunratomás.
Sobre las doce de la mañana, la casa de Björn y de Mel era una auténtica locura. Sami, Eric y
Hannah,juntoalaperraLeya,noparabandecorreteardeunladoparaotro.Laalgarabíaeratalque
alfinaldecidieronsacarlosatodosalparque.Porsuerte,Peterseofrecióaayudarlosconlosniños.
Una vez en el parque, Mel vio a Louise con Pablo, pero ésta, al verlos, cogió a su hijo y se
marchó.Alseguirlamiradadesunovia,Björnpreguntó:
—ÉsaesLouise,¿verdad?
Melasintió,peronoteníaganasdehablardeellaoterminaríandiscutiendo,asíquemiróaSami
ygritó:
—¡Sami,nocojasaHannahenbrazososetecaerá!
Segundosdespués,yconloscríoscontrolados,MelyBjörnsesentaronenunbancoadescansar
mientrasPeteranimabaaentraralospequeñosenunpequeñocastillodecoloresyparecíanpasarlo
bien.Loscríosestabanrendidosalospiesdelmuchachoyhacíantodoloqueaquélproponía.Hasta
Hannahhabíadejadodellorarparairtrasélconlaesperanzadequelacogieraenbrazos.
EneseinstantepasarondosjovencitasdelaedaddePetercercadedondeélestabaconlosniñosy
lo miraron mientras se acercaban a él haciéndose las interesantes. Mel y Björn lo observaban, y la
exteniente,alveralabogadosonreírconpicardía,murmuródivertida:
—Niseteocurradecirunapalabradeloquepiensas.
Björnsonrióy,cuandoaquéllasllegaronhastaPeterylosniñosycomenzaronasonreírcomo
tontuelasmientrassetocabanelpelo,replicó:
—Eltíoesunguaperas.Sinduda,esunHoffmann.
Sinpoderevitarlo,MelsoltóunarisotadayBjörnañadió:
—Esunchicoincreíble,¿verdad?
Ellaasintió.
—Tanincreíblecomoelguaperasdesupadre.
Björnsonrióasuvez.Apenaspodíacreerqueaquelmuchachotanbieneducado,apesardesus
circunstancias,fuerasuhijo.Lasdudasdelprimermomentoquedarondisipadas.Díaadía,Peterle
demostrabaquiéneray,cuantomásloconocía,máslegustaba.
Peter era un buen chico que no daba problemas ni pedía nada. Disfrutaba pasando las tardes
sentadoenelsalónleyendocómicsdeSpidermanojugandoantesuordenador.
No era un muchacho de salir con amigos, y de momento tampoco con chicas. Era más bien
solitarioperocariñosoconlosqueteníaasualrededor.Ensimismadoestabaelabogadopensandoen
esocuandoMeldijo:
—Björn,tenemosquehablar.
Aloíreso,élclavólosojosenellaymurmuró:
—SiessobreGilbertHeineysubufete,noeselmomento.
Melnegó.
—Tranquilo.Noquierohablardeeso.
—Puessiessobrelodeltrabajodeescolta,tampocoesmomento.
—No.Tampocoeseso.
Sorprendido,Björnlamiróycuchicheódivertido:
—Cariño,sinoquiereshablardenadadeeso,meacabasdeacojonar.¿Quépasa?
Melsonrióy,posandolasmanossobreladeél,dijo:
—Quizánotegusteloquetevoyadecir,perohepensadoquetalvezahora,conlallegadade
Peteracasa,noseaelmejormomentoparaviajaraLasVegasycasarnos.
—¡¿Qué?!Perosiyahemosarregladotodoslospapeles.
Alversugesto,ellalevantólasmanosyaclaró:
—Nos vamos a casar, por supuesto que sí, cariño, eso te lo prometo. Pero faltan apenas dos
semanas y no creo que debamos irnos ahora de viaje. He pensado que quizá podríamos retrasar la
bodaparadespuésdelverano,paraseptiembre.
—No.
—Escúchame, amor —insistió ella—. Sólo serán unos meses, el tiempo suficiente como para
ponertodoenordenconPeter.
Björn resopló. Lo último que quería era retrasar su boda con ella, pero sabía que tenía razón.
Necesitabantiempoconelchico.
—Nos casaremos y lo sabes —añadió Mel—. Pero creo que debemos ser juiciosos e integrar
primeroaPeterenlafamilia.
Elabogadoasintió.Legustaraono,ellateníarazón,yfinalmenteafirmó:
—Deacuerdo.
—¿Deacuerdo?¡¿Así,sinmás?!¡¿Sindiscutir?!
Aloírlayversugestoincrédulo,Björnsonrió.
—Sí,deacuerdo.
Satisfechaporlobienqueselohabíatomado,ellapreguntóentoncesconsorna:
—¿SeenfadarámuchotuamiguitoGilbertHeine?
Aloíresoyversugestopícaro,Björnmurmuró:
—Miraqueeresretorcida,Parker.—Y,sonriendo,afirmó—:Cariño,noscasaremoscuandotúy
yoqueramos,nocuandoquieraGilbertHeine.Retrasaremoslabodaparaseptiembre,peroentonces
yanohabrámásexcusasparaposponerlaniunmesmás,¿deacuerdo?
Mellobesóenamorada.
—Teloprometo,miamor...,nohabrámásretrasos.
Durante varios minutos, a pesar de estar en un parque, se prodigaron muestras de cariño, hasta
que decidieron darlas por finalizadas y Björn, para enfriarse, dijo al ver que las muchachas que
estabanminutosantesconPetersealejaban:
—EstoypensandocambiaraPeterdecolegio.
—¿Porqué?—preguntóMel.
—Megustaríapoderdarletodoloquenohepodidoentodosestosañosy,conociéndolo,veoque
esunmuchachoquevaloralosestudios.
Melasintió.Sinduda,Peterleshabíarotolosesquemas.
—Me ocuparé de los niños mientras tú hablas con él y se lo preguntas, ¿te parece? —dijo
levantándosedelbanco.
Björnasintióy,trascogersumano,empezóadecir:
—Oye...
—¿Qué?
—Septiembre,¿entendido?
Melsonrió.
—Entendido,JamesBond...,entendido.
Concomplicidadsemiraronhastaqueél,sinsoltarla,dijo:
—¿Sabes,morena?
—¿Qué?
Enamoradocomountontodeaquelladescaradadepelocorto,elabogadoclavósusojosazules
enlosdeellaymurmuró:
—Atuladosoycapazdecualquiercosa.
—¿Ah,sí?¿Yesoaquéviene?
Élmiróentoncesaladolescentequereíaconlospequeñosy,sindudarlo,respondió:
—Porque, desde que estoy contigo, he aprendido que las cosas que merecen la pena nunca son
sencillas,ygraciasatiestoysiendocapazdedarleestaoportunidadaPeter.
Melsonrióy,rozandosunarizconladeél,afirmó:
—Yesonoshacefelicesatodos.Quédateconeso.
—Lohago,amor.Lohago.
Laextenientelobesóenloslabiosy,cuandoseseparódeél,replicó:
—¡Lodeseptiembrequedapendiente!—Ambossonrieronyellaañadió—:AhorahablaconPeter
ypregúntalelodelcolegio.Noesunbebé,ycreoquenodebemoshacernadaqueaélnoleparezca
bien.
Björnasintióyviocómolamujeralaqueadorabasealejabaendirecciónalosniños.Cuando
llegó hasta ellos, tocó con cariño el pelo de Peter, cruzó unas palabras con él, y éste, tras mirar a
Björn,sonrióyseacercóaél.
El abogado lo recibió también con una sonrisa y, cuando el muchacho se sentó a su lado,
preguntó:
—¿Quiéneseranesaschicasquetehansaludado?
Peterrespondióencogiéndosedehombros:
—Unasamigasdelinstituto.
BjörnlomiróconpicardíayPetertambiénalversuexpresión.Denuevoseentendíansinhablar.
Acontinuación,elabogadopreguntó:
—Peter,¿tegustaríacambiardecolegio?
—Nolosé.¿Porquéhabríadehacerlo?—respondióelmuchachosorprendidoporlapregunta.
Al oír eso, Björn asintió. Poco a poco iba conociendo al muchacho y sus inquietudes y,
mirándolo,contestó:
—Puedodarteunamejoreducaciónquelaquehasrecibidohastaelmomento,ycreoqueeltema
delosestudiosysusoportunidadesesalgoquetúvaloras,¿verdad?
—Sí.
Deseoso de conocerlo todo de él, Björn le hizo mil preguntas que el muchacho respondió y
viceversa,yunavezsucuriosidadcasisesació,clavósusojosenélydijo:
—Tienesqueprometermeunacosa.
—¿Elqué?
Björnseacercóentoncesaélycuchicheó:
—Novolverásapiratearabsolutamentenada.Entiendoqueeresuncerebritoparalainformática,
peronoquierolíos,¿entendido?
Petersonrióy,chocandolamanoconladeélcomoMelhacía,asintió:
—Deacuerdo.
Encantado por aquella estupenda relación que se estaba fraguando entre los dos, el abogado
preguntó:
—¿Has pensado qué te gustaría estudiar? O, mejor dicho, ¿sabes ya qué te gustaría ser en un
futuro?
Peterasintió.Siemprehabíatenidoclaroloquequeríasery,mirándolo,respondió:
—Quieroestudiarbioquímicaclínica.
Björn parpadeó. Esperaba que le dijera algo que tuviera que ver con la informática y,
sorprendido,sedisponíaahablarcuandosuhijoexplicó:
—La bioquímica clínica es la rama de la química que se dedica a la investigación de los seres
vivos. Sé que aquí, en Alemania, para acceder a esa especialidad tengo que tener la licenciatura de
Medicina,ysiempreheestadodispuestoaconseguirla.
Boquiabiertoporlaseguridadconlaquehablabaelmuchacho,Björnafirmó:
—Cuentaconmigoparaello,chaval.
Peterasintiófeliz.
—Gracias—dijoysonrió.
Emocionadoporlossentimientosyelorgulloqueaquelmuchachoprovocabaenél,elabogado
leechóelbrazoporencimadelhombroy,acercándoloaél,declaró:
—Quiero que sepas que estoy muy feliz de haberte encontrado, y sólo espero que podamos
recuperartodoeltiempoperdido.
Peterasintió,teníalasmismasganasqueéldehacerloposible.Y,echandoelbrazoporencima
delhombrodesupadre,sonrióydijo,haciéndoloreír:
—Serágenialpoderhacerlo,JamesBond.
38
Ellunes,trasunfindesemanadeensueñoenelqueErichaceunadenuestraslocurasdeamoryme
programaunviajesorpresaaVeneciaparademostrarmelomuchoquemequiereylotontaquesoy
alhacermeesaspajasmentales,cuandollegamosaMüllerynosmetemosenelascensor,lepongo
ojitosydigo:
—Nosvemosestanocheencasa.
Él asiente, sonríe como un malote y, acercándome a él, me besa. Devora mi boca con absoluta
devociónolvidándosededóndeestamosycuandonosseparamos,dice:
—Nolodudes,pequeña.
Enamoradacomomesiento,murmurorecordandonuestrofindesemanaenVenecia:
—Arrivederci,amore.
—Addio,miavita.
Esamiradademalote,esasrománticaspalabrasyesebesodeseadosonloqueañoraba,yestoy
sonriendocuandoseabrenlaspuertasdelascensor,leguiñoelojoysalgodeél.
Sinmiraratrás,séquemiamormeobservahastaquesecierranlaspuertasyyocaminofelizy
seguradetodohastamidespacho.
Estoydebuenhumor,elmundoesmaravilloso,peroentoncesMikaentraaceleradaydice:
—Tengounproblemón.
Oh...,oh...,miburbujitarosadefelicidadsedesvaneceyleprestomitotalatención.
Es el primer problemón con el que voy a lidiar desde que comencé a trabajar en Müller e,
intentandotranquilizarla,hagoquesesienteypregunto:
—¿Quéocurre?
Lapobrerápidamentemehablasobrelaferiadefarmaciasqueestamosgestionandoymurmura:
—MispadreshandecididocelebrarsusbodasdeoroelpróximosábadoytengoqueiralaFeria
deBilbaoenEspaña.Yahoradeboelegirentreeltrabajoylafamilia.
Oíresomesorprende,yenseguidarespondo:
—Porsupuesto,elegiráslafamilia.Tuspadressecasan,¿cómonovasaasistir?
Mikasuspira,ponelosojosenblancoyexplica:
—El año pasado hubo un problema en la Feria de Bilbao con uno de nuestros comerciales. Al
muyidiotanoseleocurrióotracosaquetirarsealahijadelorganizadorenlosbañosdelaferia.El
casoesquealguienavisóalpadreylospillaron,ylasquejasllegaronaEric.
Asiento.RecuerdoqueEricmelocomentóensudía.Mikaprosigue:
—Alfinal,trasmuchobatallarconlaorganizaciónparaquenoecharanaMüllerdelaferia,Eric
yyoquedamosconesehombreenqueesteañoestaríayoenelstandcontrolandoaloscomerciales.
Pero, claro, ahora mis padres han decidido anunciar su boda sorpresa y, cuando les diga que no
puedoir,selovanatomarmuymal.
Suagobiosehaceextensibleamí.QuieroayudarMika,ynosóloporqueseapartedemitrabajo,
sinotambiénporquelamujerquetengodesesperadaantemínosehaquejadodequeyosólotrabaje
porlasmañanasyencimanoviaje.Esoconllevamásfaenayviajesparaella,yenningúnmomento
lohamencionado.
Poreso,yaunquesoyconscientedequeEricsevaaenfadar,propongo:
—¿Quéteparecesihablamosconesehombre?¿Cómosellama?
—Imanol.ImanolOdriozola.
Asiento.Piensoconrapidezydigo:
—Lollamaremosyleexpondremosquetúnopuedesiryqueentulugariréyo.Alfinyalcabo,
soylamujerdeljefazoyesolepuedeagradar.
Segúndigoeso,Mikamemira.
—Túnopuedesviajar.ÉsafuelaprimeracondiciónqueEricmeimpusocuandocomenzastea
trabajar.¡Nadadeviajes!
—¡¿Queteloimpuso?!
De pronto veo que se da cuenta de la bomba que ha soltado y, al ver mi cara, rápidamente se
disponeaaclarar:
—Bueno,no.Realmentenofueasí.Élme...
—Mika—lacorto—.Nomientas,queconozcoaEric.
Saberesomesubleva.¿CómoqueEricseloimpuso?
Ea,¡seacabóelbuenrollitoconmimarido!
¡AdiósviajeaVenecia!
Unacosaesloqueélyyohablemosypactemosencasayotramuydiferentequeelmuyatontado
imponga condiciones a las personas que trabajan conmigo. Observo a Mika y compruebo que la
pobreestáasustada.Sabequeselehaescapadoe,intentandotranquilizarla,digo:
—Sé que me aprecias tanto como yo a ti, pero también sé que mi trabajo de mañanas no es
suficiente para ayudarte. No soy tonta, Mika, y sé que, si yo viajara como tú, el trabajo sería más
llevaderoparatiy...
—Judith,porfavor,notepreocupes.Estoyacostumbradaaviajary...
—Yaséqueestásacostumbrada,porqueformapartedetuempleo,peroloquemejorobaesque
mimaridoteimpusieraciertascosasparaqueyotrabajaraaquí.No,nomehacenipizcadegracia
quelohiciera.
LacaradeMikaesunpoema,cuandosentencio:
—VasairalabodadetuspadresporqueyovoyairaBilbaocomomellamoJudithFlores.
Ellamemiracondesconciertoyyosonrío,aunqueloquerealmentetengoganasesdeasesinara
untiporubiollamadoEricZimmerman.
Cuandoterminamijornadalaboral,llamoporteléfonoaEricasudespacho,perosusecretaria
me dice que está en una comida. Una vez cuelgo, recojo los papeles que hay sobre mi mesa y me
despidodeMika,quemevuelveasuplicarquecambiedeopinión.Yolatranquilizo,hadehacerlo.
Salgoalacalley,traspararuntaxi,regresoacasa.
Cuandollegoyabrolaverjaparaentrar,milocoparticular,Susto,intentasalircorriendo.
Pero¿éstenoaprende?
Una vez cierro la verja, Susto y Calamar me dan su gran recibimiento. ¡Festival de aullidos y
lametazoscomosilleváramosmesessinvernos!
Mientraslosbesuqueoymebesuquean,agradecidaporelcariñoquemedemuestran,piensoen
esos desalmados que son capaces de abandonar o maltratar a los animales. Sin duda, no sólo no
tienencabeza,sinoquetampocotienencorazónnisentimientos.
Acompañadaporellosdos,llegohastalapuertadecasaySimona,cuandoabre,medicequelos
pequeñosestánaúnencasademisuegra.FelizporsaberqueSonialosestarámalcriando,mesiento
enlacocinaacomerunpoquitodejamónconpanytomateyentoncesoigoqueSimonadice:
—¿Aquenosabesquésoñéanoche?
Lamiroalaesperadequecontinúeyellasuelta:
—¡Conlatelenovela«Locuraesmeralda»!¿Larecuerdas?
Ambas soltamos entonces una carcajada. Recordar la época en que estábamos enganchadas al
culebrón de Esmeralda y Luis Alfredo nos hace reír, y terminamos rememorando las escenas que
másnosimpactaron,comoaquelfinal,enelquelosprotasysuhijomontadosacaballosedifuminan
enelhorizonte.Riéndonosestamosporellocuandosuenaelteléfono.Simonalocogeydice:
—EsdelinstitutodeFlyn.
Larisasemecortadecuajo.¡¿Otroproblema?!
Levantándome, cojo el auricular, escucho sin parpadear lo que una mujer me cuenta y, cuando
cuelgo,miroaSimonaydigoponiéndomelachaqueta:
—VoyalinstitutoarecogeraFlyn.
—¿Quéhapasado?
—Sehapeleadoconunmuchacho.
Simonasacudelacabeza,yomecagoentodoslosantepasadosdeFlyny,trasdirigirmehaciael
garaje,memetoenmicocheyvoyaporél.
Veinteminutosdespués,entroenelinstitutoyvoyderechaaDirección.Nadamásentrar,veoa
Flynyaotrochico.Flyntienelacejayellabiohinchados.Elotromuchacho,ellabioyelpómulo.
Miniñomemira,rápidamentevoyhaciaél,meagachoy,preocupada,susurrotocándolelacara:
—Cariño...,¿estásbien?
Midemostracióndeafectonolegustaymeapartalasmanosconrudeza.
—Flyn...—murmuro.
—Joder...—siseaél.
Entristecidaporsuspalabras,digoacontinuación:
—Flyn,estotienequeacabar.
Peroelmocoso,aquienestáclaroquenoleimportanmissentimientos,insiste:
—Déjameenpaz.
Su desplante me duele, y el hecho de que no me llame «mamá» me parte el alma. Sin poder
evitarlo,losojossemellenandelágrimas.¿Porquétodasucrueldadlalanzacontramí?
Depronto,unavozdehombrequemeesconocidadiceamiespalda:
—FlynZimmerman,aunamadreniselehablaniselatratadeesamanera.
Elcríonodicenada.MiroaDennis,quemeobservay,alvermiexpresiónymisojosllorosos,
dice:
—¿Tieneunsegundo,señoraZimmerman?
Asiento y, dejándome guiar, entro donde él me indica. Una vez cierra la puerta del pequeño
despacho,abrelosbrazosyyoaceptosuabrazomientrasmurmura:
—Tranquila...Tranquila...
—Noséporquémehablaasí—balbuceo—.Noséquélehehecho.
—Tranquila —insiste él—. Los adolescentes en ocasiones son así con las personas a las que
quieren.Siloconsultarasconelpsicólogodelcolegio,tediríaesomismo.
—Peroyonolehehechonada,Dennis.Noséporquétodaesaagresividadcontramí.
—Judith,debéisllevaraFlynalpsicólogo.Élpodríaayudarlo.
Metragolaslágrimasyasiento.Loúltimoquequieroesmontarunnumeritodemadrelloronae
histérica. Justo entonces se abre la puerta, nos separamos rápidamente y Dennis coge unos papeles
queunamujerleentregamientrasmedice:
—Siéntate.
Como una autómata, lo hago y en ese momento la puerta vuelve a abrirse y entra otro hombre
coneldirectordelcolegio.Elhombreeselpadredelotromuchacho,yDennisnosexplicaquese
hanpeleadoporunachica.Sindecirelnombre,séquesetratadeElke.
Elotropadreyyonosmiramos.Nosabemosquédecir.¡Malditosniños!
Almenos,nomehatocadounpadredeesosquesecreenquesuhijolohacetodobien.Segundos
después,hacenentraralosmuchachos,ytantosututorcomoeldirectordelcolegiolesechanuna
buenabronca.Finalmente,elpadreyelchicosemarchanjuntoconeldirectory,cuandoyohagolo
mismo,Dennisnosacompañahastalapuerta.
Los tres caminamos en silencio, pero siento el apoyo moral de Dennis, y se lo agradezco.
Necesitosaberquealguienestáamiladoyentenderquenoestoyhaciendonadamal.
Cuando llegamos a la puerta del instituto, sin pararse, Flyn sigue hasta mi coche, y Dennis, al
verlo,murmura:
—Sientolodelaexpulsión.Yatedijeenlatutoríaque,sivolvíaatenerotroparte,elinstitutolo
expulsaría.Detodasformas,pensadenlodelpsicólogo.Creoquepodríahacerlemásbienquemal.
Suspiro. Sé que tiene razón, sólo hay que convencer al cabezota de mi marido. Por ello,
intentandosonreír,respondo:
—Gracias,Dennis.
Unavezdigoeso,medespidoconunaúltimamiradayvoyhaciaelcoche,dondeunlarguirucho
adolescente de apellido Zimmerman me espera apoyado con cara de perdonavidas. ¿A quién se
parecerá?
Doyalmandodelcocheylosfarosseiluminan.Flynabrelapuertadelanteraysesienta.
Dos segundos después, me siento yo y, cuando lo veo saludando con guasa a unos chavales
mayoresqueél,queestánsentadosenunbancodelparque,lomiroymurmuro:
—Penséqueerasmáslisto.¿QuéhacespeleándoteporElke?
Flyn clava sus ojos en mí, se retira el flequillo de la cara y comienza a toquetear la radio.
Enfadadaconsuactitudchulesca,siseo:
—Ahorasíquenovasasalirnialapuertadelacalle.Flyn,¡tehanexpulsado!
—Vengaya...,¡cortaelrollo!
Lomato,esquelomato.Y,conteniendolasganasquetengodecruzarlelacara,voyaañadiralgo
máscuandoéldice:
—Llévameamicasa.
Misensatezmehacecallar,apesardelasganasquemeentrandepreguntarlequesisucasanoes
lamía.
EnsilencioconduzcoporMúnichy,cuandollegamosacasayaparcoenelgaraje,veocómoFlyn
deunmanotazosequitaaCalamardeencima.
—¡Novuelvasatratarloasí!—lechillo.
Élnomehacenicaso.Siguesucaminoydesaparece,mientrasyosaludoaSusto, que cada día
estámásrepuestodelaccidente,yCalamarvieneamíenbuscadecariño.
Unavezdejoamispreciososperros,entroenlacasayveoqueSimonavienecaminandohacia
mípreocupada.
—Ay,Diosmío,Judith—dice—.¿Hasvistolomagulladoqueviene?Cuandoloveaelseñor,se
vaaalarmar.
Asiento.ImaginoaEriccuandoloveapero,quitándoleimportanciaaltema,replico:
—Tranquila.Estábien.Yasabesqueloschiquillossondehierro.
Actoseguido,oigounospasitoscorriendoy,aldarmelavuelta,veoamipequeñoEricqueviene
haciamí.Feliz,locojoentremisbrazosy,besándolo,murmuro:
—¿CómoestámiSuperman?
ElrestodelatardenoveoaFlyn.Seencierraensuhabitaciónynosale.Consigomanteneraraya
misganasdellamaraEricycontarleloocurrido.Silohago,lodisgustaré,yesmejorquehablecon
élunavezestéencasa.
Sinduda,lanochepromete;entreelviajequepiensohaceraBilbaoparaqueMikapuedaestaren
labodadesuspadresyloocurridoconFlyn,cuandollegueEric,¡menudofestival!
HabloconMel,lecuentoloocurridoconelcríoyéstaintentaconsolarmey,cuandolecomento
lodeBilbao,seapresuraadecir:
—¿AEricleparecebienqueviajes?
Singanasdepolemizar,miento:
—Sí.Nohayproblema.
—Ostras,Jud,puesmevoycontigoyasíaprovechoyvoyaveramiabuela,queestáapenasa
doscientoscincuentakilómetros.
—¿Enserio?
—Yatedigo.
—¿YBjörn?
Aloíreso,Melsonríeyañade:
—Psicologíafemenina,Jud:leentroamimorenazodiciéndolequelevoyadarlanoticiadela
bodaamiabuela,¡yéltanfeliz!
—¿YSamiyPeter?—insisto.
—Se quedan con su padre, cielo. Peter es mayor, y Sami se encargará de volverlos locos a los
dos.
Encantada,ambasreímosporaquello.Conlopequeñaquees,sindudaSamiseharálareinadela
casaytendráaBjörnyaPeterasuspies,deesonomecabeduda.Y,felizporsucompañía,sonríoy
afirmo:
—Yotendríaqueestarenlaferiaeljuevesporlatarde,todoelviernesyelsábadosóloporla
mañana;despuéslotengolibrehastaeldomingo,queregresaremos.
—Puesnosehablemás:sitevasparaBilbao,¡mevoycontigo,queyotambiénnecesitounpoco
derelaxdechicas!YeldomingoalquilamosuncocheynosvamosaAsturiasaveramiabuela,¿te
parece?
—Genial.
Tras pasar el resto de la tarde con el pequeño Eric y Hannah en la piscina, cuando Pipa se los
acabadellevarparabañarlos,Ericentraencasa.Medaunbesorápido—¡joder,yavolvemosalode
siempre!—ycorreescalerasarribaparaveralospequeños.Semuereporverlosy,cuandoveinte
minutosdespuésbaja,memiraypreguntacongestohosco:
—¿PorquénomehasavisadoporlodeFlyn?
Vaya...,yaveoquehapasadoporsuhabitaciónaverlo.Comopuedo,lecuentoloocurridoenel
instituto.ElgestodeEricseendureceporsegundos.¿DóndeestáelEricdenuestromaravillosofin
de semana? Y, cuando acabo de relatarle todo lo del instituto, murmura descolocándome por
completo:
—¿MepuedesexplicarporquéeltutordeFlyntehaabrazado?
Eso me pilla por sorpresa. No me había percatado de que Flyn nos había visto, ni él me había
dichonada.Sinduda,elniñoquiereguerraconmigo.
—Eric...—empiezoadecir—,Flynmehablómalcuandolleguéalinstituto,yDennis...
—¡¿Dennis?! —gruñe furioso—. ¿Tanta confianza tienes con él? ¡Creo que deberías llamarlo
señorAlves,¿no?!
Resoploycontranquilidadmurmuro:
—Cariño,él...
—Meimportaunamierda—mecorta—.¿Porquétienequeabrazarteesetío?
Molestaporsutontoreproche,grito:
—¡Porque necesitaba un abrazo o me iba a derrumbar por el trato de Flyn! ¡Y, aunque te joda,
volveríaaabrazarloenunmomentoasí,porqueesetío,comotúlollamas,nosehapropasadolo
másmínimo,sinoquesólointentabaqueyomecalmase!
ApartirdeeseinstanteseabrelacajadePandoray,comosiempre,nosóloreñimosporloque
noshallevadoaello,sinoquetambiénsalenarelucirotrostemas.
Durantemásdeunahora,Ericyyodiscutimos.Élmereprocha,yolereprochoy,cuandoyano
puedomás,chillo:
—¡Flyn irá al psicólogo lo quieras o no! —Y, sin dejarle responder, prosigo—: Y odio que le
impusierasaMikaqueyonoviajaría.Pero¿quiéntecreesqueeres?
Eric me mira..., me mira..., me mira. Su mirada de Iceman enfurecido me traspasa, y entonces
sisea:
—Tumaridoyeldueñodelaempresa,¿teparecepoco?
Esa contestación me subleva. ¡Será chulo el jodío alemán! Y, dispuesta a ser tan chula como él,
replico:
—Pues,aligualqueatitesurgenimprevistos,enestaocasiónmehansurgidoamí,yeljueves
meiréalaFeriadeBilbao.
—¡¿Qué?!—bramacomiéndomeconlamirada.
—Loquehasoído.Mikanopuedeyyoiréensulugar.
—Eltratoeraquenoviajarías.
Sonríoconmaldad,conesamaldadqueséquelosacadesuscasillas,yluegoafirmo:
—Losé,peroaligualqueenocasionestúmeprometesregresarprontoacasaydespuéstienes
queirtedeviajeaEdimburgo,yotambiénpuedotenerimprevistos,¿ono?
Eric comienza a soltar por su boca sapos y culebras. ¡Qué mal hablado es cuando se enfada, y
luegodicequesoyyo!Seniegaaaceptarqueyoviaje,peroyo,sinbajarmedelaburra,reiterounay
otravez:
—Voyair,ynadadeloquedigasmeharácambiardeparecer.
Mialemán,furioso,usaentoncessutácticamássuciaydecidesacarmetotalmentedemiscasillas.
Alfinal,elpuñeteroloconsiguey,cuandomerecuerdaladetencióndelapolicíaeldíaquesalícon
Mel,incapazdeentenderqueseatanbicho,lomiroygrito:
—Pero¡¿aquévieneahoraquemesaquesarelucireso?!
—Porque todavía no hemos hablado de ese día. De cómo desapareciste sin permitirme saber
dóndeestabasydecómoterminasteisdetenidasporlapolicía.
—Mira,Eric—locorto,cansadadeoírlo—.¡Vetealamierda!
Mi rabia, mi gesto y mi voz le hacen saber que ya ha conseguido lo que buscaba. No le hablo.
Sóloloobservomientrasélselimitaamirarmeconsucaradeperdonavidas.Y,cuandoherespirado
ycontadohastadoscientosporquehastacienerapoco,siseo:
—¿Sabes,Eric?LopeordetodoesquetúyyodeberíamosestarhablandosobreFlyn—y,antes
dequeéldiganada,añado—:Pero,claro,comosiempre,elmocosoyasehaencargadodecambiar
ladireccióndeladiscusión,¿verdad?
Ericnoresponde.Sabequeenciertomodotengorazóny,trassalirdeldespacho,oigoquellama
aSimonaylepidequeaviseaFlynparaquebaje.
CuandoEricentraenlaestanciaysesientaensusilla,nonoshablamos.Siemprepasaigual.El
niñolapifia,elniñoledalavueltaalatortillay,alfinal,Ericseenfadaconmigo.
¿Cuándovaacambiareso?
Cincominutosdespués,Flynentraeneldespacho,Ericselevantadesusillóndesupermegajefazo
y,acercándoseaél,lepreguntaexaminándoleelojoylaboca:
—¿Teduele?
Elcríoniegaconlacabezaymimaridosedirigeamíydice:
—¿Porquénolohasllevadoalhospital?
Incrédulaporsupregunta,replico:
—Porquenoesgrave.Sólosonmagulladuras.
—¿Ahoratambiéneresdoctora?
Suprovocacióndelantedelcríomesubleva,meirritaotropocomás,yrespondo:
—¿Sabes, Eric? Creo que deberías enfadarte con tu hijo, no conmigo. No soy yo quien se ha
pegadoconalguienenelinstituto,nitampocoalaquehanexpulsado.
Mispalabrasparecendespertarloy,volviendolavistahaciaelelmuchacho,quenosobservaen
silencio, por fin comienza a echarle un buen rapapolvo. Se lo merece, y yo, impasible, me siento,
observoyescuchosinmoverme.Notengonadaquedecir.
EnunmomentoenqueErichaceunsilencio,Flynmemiraymesuelta:
—¿Disfrutasconesto?
Bueno...,bueno...,bueno...Pero¿dequévaelmocoso?
Clavo mis ojos en Eric en busca de alguna palabra de apoyo y, al ver que ni se molesta, me
levanto,meacercoalniñatoy,contodamichulería,respondo:
—Nitelopuedesimaginar.
—Judith,Flyn,¡bastaya!—gruñeEric.
El crío me lanza la fría sonrisa de los Zimmerman, y yo, que ya más calentita no puedo estar,
murmuro:
—¿Sabes,Flyn?Elqueríeelúltimoríedosveces.
—¡Judith!—protestaEric.
Miniveldeaguanteytoleranciavuelveaestarbajoceroy,comonoquieroarrancarleslacabeza
a ninguno de aquellos dos, me doy la vuelta, salgo del despacho y me encamino a mi habitación.
NecesitounaduchaquemedespejeymeenfríeoalfinalallívaaarderTroya,aunqueestemosen
Alemania.
Cuandosalgodeladucha,meencuentroaEricsentadoenlacama.Comosiempre,sugestoyano
eseldeminutosantes,perocomonomeapetecehacermigasconelenemigo,nolomiroyéldice:
—Jud...,venaquí.
Mehagolasorda,¡lasueca!,¡lachina!Yél,alverquenopiensohacerlecaso,selevanta,camina
haciamíy,cuandovaatocarme,siseoconfrialdad:
—Niseteocurratocarmeporqueesloúltimoquemeapetece.Noséquénaricestepasaonos
pasa últimamente a los dos, pero está visto que algo no va bien, y ya estoy harta de que tú digas
«¡ven!»yyo,comounaidiota,teobedezca.
—Jud...
—Estoy enfadada, ¡muy enfadada contigo! —siseo rabiosa—. Creía que, tras el bonito fin de
semana que habíamos pasado en Venecia, nuestro a veces complicado mundo podría ser un poco
mejor, pero no, ¡todo sigue igual! Continúas comportándote como un energúmeno conmigo ante
cualquiercosaquetengaqueverconFlyn,¡joder,quelohanexpulsado!Y,porsupuesto,norespetas
queyo,comomujertrabajadora,tomeunadecisióncomolaquehetomadodeiralaFeriadeBilbao.
Asíque¡nometoques!Ydéjameenpaz,porqueloúltimoquenecesitoahoramismoesati.
Aloírmedeciresocontantadureza,Ericdaunpasoatrás.Leagradezcoeldetalley,unavezme
pongo mi vestidito azulón y unos calcetines de andar descalza, ante su atenta, desconcertada y fría
mirada,salgodelahabitaciónconpasoraudoysinmiraratrás.
Cierrolapuertayrespiroy,agrandeszancadas,bajohastalacocina.Estáoscura.Nohaynadie.
SimonayNorbertyaestánensucasita,ymesientoenunasillaparacompadecermedemímismasin
encenderlaluz.
¿Cómo veinticuatro horas antes podíamos estar besándonos apasionadamente y ahora podemos
estarasí?
¿Porquéelfindesemanaparecíaentendertodoloqueledijeencuantoalniñoyamitrabajoy,
ahora,todovuelveaserigualqueantesdenuestracharla?
Duranteunbuenratomiro,observomijardíndesdelaventanayrecuerdolobonitoquesepone
enprimavera.Piensoenmipadre.Intentoimaginarquémediríaquehicieraenunasituaciónasíy
resoplo.Resoplodefrustración.
Elrestodelasemana,ambosestamosfríoscomoelhielo.LapobreSimonanosobserva,nodice
nada,perosedacuentadetodoy,consusojillosplagadosdeexperiencia,mepidecalma...,mucha
calma.
Asíestamoshastaeljuevesporlamañana,quesalgodelbañoyEricmeestáesperando.
Cruzamosunarápidamirada,hastaqueélsevuelvey,alvermimaletasobrelacama,dice:
—HellamadoaMelylehedichoquesepaseporcasa.
Lomirosorprendida.
—¿Porqué?
Congestoserio,Ericmemiray,trascalibrarsuspalabras,indica:
—Hecanceladovuestrosvueloscomerciales.IréisdirectamenteaBilbaoennuestrojetprivado.
Norbertosllevaráalaeropuerto.
Voyareplicarcuandoañade:
—EsunatonteríaquevayáisdeaquíaBarcelonaparaqueluegoallítengáisquetomarotrovuelo
paraBilbao.Pero,porsupuestopuedesprotestar—diceclavandolamiradaenlamía—.Vamos,eslo
mínimoqueesperodeti.
Durantevariossegundos,ambosnosobservamos.Nosretamos.
Llevamosunosdiítasmalos,muymalos,ydecidomordermelalenguaaunariesgodequeme
envenene.
EnciertomodomegustaireneljetdirectamenteaBilbao,algoqueyonolehepedidoperoque
élhapensadopormí.Segundosdespués,cuandovequenovoyadecirnada,añade:
—LlámameoenvíameunmensajecuandohayáisaterrizadoenBilbao.
—Vale—afirmo.
Y,sinmás,sedalavueltaysaledelahabitaciónconpasorápidoydecididodejándomeconla
bocaabiertacomounatonta.Durantevariossegundos,nomemuevo.
¿Sehamarchadosindarmeunsimplebeso?
LaindiferenciadeEriccadadíamematamás,perocomonoestoydispuestaahundirme,termino
devestirme.CuandooigoaMel,bajoconmimaletay,trasdarunbesoamispequeños,nosvamos.
Memarchosinmiraratrás.
39
TrasaterrizarenelaeropuertodeBilbao,MelyJudithnosesorprendieroncuando,alsalirporla
puerta,unhombredemedianaedadygestoamablelasmiróy,dirigiéndoseaJud,preguntó
—¿SeñoraZimmerman?
Ellaasintió,yelhombreleindicóconunaencantadorasonrisaaltiempoqueletendíalamano:
—Soy Antxo Sostoa. Su marido, el señor Zimmerman, llamó a las oficinas para indicar que
veníanustedesalaferiaynecesitabanuncochequelasrecogieraylasllevaraalhotelCarlton.
Las chicas intercambiaron una mirada. Como siempre, Eric estaba en todo y, sin dudarlo, se
montaronenelvehículoparairhastaelgranymajestuosohotel.
En el camino, Mel llamó por teléfono a Björn y, mientras hablaba y reía con él, Judith
simplementeescribióensuteléfono:«YaestoyenBilbao».Pocodespués,recibióunfrío«Ok».
Jud suspiró y miró por la ventanilla. Odiaba estar a malas con Eric, pero estaba visto que no
podía hacer nada. Sólo necesitaba despejarse un poco y disfrutar con Mel de un fin de semana de
chicas.Nopedíamás.
Una vez llegaron al precioso hotel y después de que Antxo les indicara que las esperaría en la
puertaparallevarlasalaferia,subieronrápidamentealahabitación,dejaronlasmaletasybajaronal
coche.Noqueríanperdersenada.
Enlaferia,JudithpudoverqueMüllerteníaunestupendostandconsusproductos.Allísaludóa
variaspersonasqueconocíadecuandotrabajabaenMadrid,yéstossesorprendieronalverlaallíen
representacióndesumarido.
Pocodespués,ytrassaludaratodoslosempleadosdeMüller,Melsefueadarunavueltaporla
feriayJudithsepreocupódebuscaraldirector,yaquequeríasaludarlo.
Mientrasdabaunpaseoporlaferia,Meldeprontoviounacaraconociday,acercándose,dijo:
—¡¿Amaia?!
Laaludidasevolvióaloírsunombrey,parpadeando,exclamó:
—Ahíva,lahostia,Melania.Pero,tía,¿quéhacesaquí?
Rápidamentelasdosmujeresseabrazaroncongustoycomenzaronaahablar.
Mientrastanto,Judithhabíaencontradoaldirectordelaferia,elseñorImanolOdriozola,alque
sepresentócomolamujerdelseñorZimmerman,eldueñodeMüller.Trashablarconélomitiendo
el incidente del año anterior, Judith se encargó de dejarle muy claro lo importante que era para su
empresa estar en aquel evento. Aquello le gustó al hombre, y ella enseguida supo que se lo había
metidoenelbolsillo.
A mediodía, Jud comió un simple sándwich como el resto de los empleados; había ido allí a
trabajar. Por la noche, cuando cerraron la feria, el director pasó por el stand de Müller y
amablemente invitó a Judith y a Mel a cenar a un precioso restaurante del Casco Viejo, donde
degustaronunosincreíblesplatos.
Unavezacabadalacena,elhombre,queestabaencantadoconelhechodequelapropiaesposa
delsuperjefazohubieraidoalaferiaenrepresentacióndesuempresa,lasacompañóalhotel.Cuando
élsemarchó,Judithledijoasuamiga:
—CreoquelosproblemasdeMüllerconeldirectordelaferiasehansolucionadodeporvida.
Melsonrióy,agarradadesubrazo,afirmó:
—Eres una excelente relaciones públicas ¿lo sabías? —Jud rio, y ella añadió—: Eric te va a
comerabesoscuandoregreses.
Judith dibujó una forzada sonrisa en su rostro. No le había contado nada de lo ocurrido a su
amigay,guiñándoleelojo,replicó:
—Seguroquesí.Notequepalamenorduda.
Duranteunrato,ambashablaronsobrelaferia,hastaqueMeldijo:
—¿Sabes?Meheencontradoconunaantiguaamiga.
—¿Aquí,enBilbao?
Melasintióencantada.
—Fue novieta de un primo mío de Asturias, hasta que lo dejó por atontado. Al parecer, trabaja
paranoséquélaboratorioyestáenlaferiatambién.Mañanatelapresento,¿vale?
—Vale—dijosuamigasonriendo.
Al día siguiente, Judith madrugó para ir a la feria, mientras Mel se quedaba un rato más en la
cama.Ellairíamástarde.
Durantetodoeldía,comomujerdeljefazo,Judatendióatodoaquelqueseacercabaalstandde
Müllery,cuandoMelllegó,seencargóderepartirpublicidadalosasistentes.Alasocho,cuandola
feriayacerraba,unajovenrubiaseacercóaellas.
—Judith—dijoMel—,tepresentoaAmaia.
—Eeepa,¿quétal?—soltólarubia,ytrasdarleunpardebesosaJud,añadió—:Vaya...,vaya...,
conquetumaridoeseltodopoderosodueñodeMüller...
EllaasintióyAmaia,cogiéndolasalasdosdelbrazo,dijo:
—Vamos...,osllevodepinchosporBilbao.
Durante horas rieron, comieron y bebieron. Si algo se hacía bien en Bilbao era comer. Todo
estaba exquisito. La cocina vasca era una maravilla, y tanto Judith como Mel lo disfrutaron de lo
lindo.
Esanoche,cuandollegaronasuhotel,Amaiacomentóantesdemarcharsealsuyo:
—Oye, ¿por qué no os venís conmigo mañana a mi pueblo? —Las chicas la miraron y ella
insistió—: He quedado con mi cuadrilla y unos amigos para ir al pueblo de al lado, Elciego, a
disfrutardeunmaridajeestelar.
—¿Maridajeestelar?—dijoMelriendo—.Pero¿esoquées?
Amaiasoltóunarisotaday,congestodeintriga,cuchicheó:
—Ah,no...,esonooslodigo,asíospicarálacuriosidadyvendréis.
MelyJudithintercambiaronunamirada,yAmaiainsistió:
—Venga,veníos.OspodéisquedarenmicasadeElvillaradormir.Allíhaysitiodesobra.
Judithsonrió.Parecíabuenaidea,yMel,alverelgestodesuamiga,afirmó:
—Deacuerdo,¡nosapuntamos!
LastresrieronporaquelloyJudith,animada,dijo:
—Vale. Entonces lo mejor será que mañana alquiles un coche y, desde allí, el domingo por la
mañananospodemosiraAsturiasparaveratuabuela,¿teparece?
—¡Perfecto!—asintióMelfeliz.
Esanoche,cuandoMelseestabaduchandoenelhotel,Judithllamóasucasa.
Simonarápidamentecogióelteléfonoy,trassaludarlaconcariño,leindicóquelosniñosestaban
bien y durmiendo. Cuando le preguntó si quería hablar con Eric, que estaba en el despacho, en un
principioJuddudó.¿Deberíahablarconél?Sinembargo,lanecesidadquesentíadeoírsuvozera
tangrandequealfinalasintió.
Pasadosunossegundos,oyólaroncavozdeEric:
—Dime,Judith.
Volvíaallamarlaporsunombrecompleto.Sutonoerafríoeimpersonale,intentandodarleesa
calidezqueellanecesitabayéllenegaba,Judlosaludó:
—Hola,cariño.¿Quétaltodoporahí?
—Bien,¿ytú?
Ellasuspiró.Ericnoseloibaaponerfácil,yrespondió:
—Laferiavaestupendamente,elseñorOdriozolatemandasaludos.
Ericasintió.ÉlmismohabíahabladoaquellatardeconImanolOdriozolayéstenohabíaparado
dedecirleunayotravezloencantadoraqueerasumujeryelbuentrabajoqueestabahaciendoenla
feria. Pero Eric no se lo comentó a Judith. No quería que se sintiera vigilada y se lo pudiera
reprochar.
Elsilencioseapoderóentoncesdelalíneatelefónica.Estabaclaroquelabrechaentreellosera
cadavezmayor,porloqueJudithdijo:
—Mañana,cuandoacabeenlaferia,Melyyoiremosconunaamigasuyaaunpuebloque...
—¿Aquépueblo?
Ellalopensó.Norecordabaelnombre,yrespondió:
—Laverdadesqueahoramismonomeacuerdodelnombre...
—¿Cómopuedesiraunsitiodelquenorecuerdaselnombre?—gruñóEric.
Judith cerró los ojos. Hablar con él no había sido buena idea y, perdiendo parte de su fuerza,
murmuró:
—Bueno,lociertoesque...
—Mira,mejornocontinúes—lacortóélsindejarlaterminar.
Cansadadesufrialdad,Judithsesentóenlacama.
—Eric,nomegustaestarcontigoasí.
—Túlohasprovocado.
Ellasuspiró.Elalemánnoseloponíafácil.
—Eric, cuando tú viajas y llamas a casa, por muy molesta que yo esté, procuro ser amable
contigoy...
—Sihasllamadoparadiscutir,nomeapetece.¿Quieresalgomás?
SuinsensibilidadlerompióelcorazónaJud.
¿Deverdadnoibaaserniunapizquitaamable?
¿Enserioquenolaañorabatantocomoellaloañorabaaél?
Y,singanasdeprolongaraquello,sacudiólacabezaymurmuró:
—Sólollamabaparasabercómoestabais.Sóloparaeso.Adiós.
Y, sin decir nada más, cortó la comunicación y tiró el teléfono sobre la cama. Lo que no sabía
Juditheraque,amuchoskilómetrosdedistancia,unhombrellamadoEricZimmermanmaldecíayse
arrepentíaporsufaltadetacto,perosumalditoorgulloleimpedíavolverallamaralamujerque
amaba.
Alsalirdeladuchayverasuamigacongestopreocupado,Melfuehastaellaylepreguntó:
—¿Quéteocurre?
Judith,necesitadadehablar,leexplicólaverdad.
—Pero¿porquénomehascontadoantesloquepasaba?—preguntóMelmirándolafijamente.
Judithseretiróelpelodelacaraysuspiró.
—Nolosé.Quizápenséque,sievitabahablardeello,loolvidaríaylascosassesuavizaríanhasta
regresaracasa.Pero,despuésdehablarconEric,sientoquetodovademalenpeor.Yanoessólo
porFlyn,nolepuedoecharlasculpassóloaél,sino...
—Jud, mírame —la cortó Mel cogiéndole las manos—. Si hay una relación entre dos personas
queyosiempreheconsideradobuenayverdadera,eslatuyayladeEric.Sinduda,estáispasando
porunamalaracha.Todaslasparejasenunmomentodadopasanporello,peroestoyconvencidade
quelosuperaréis.Yaveráscomosí.
Judithsonrióy,meneandolacabeza,respondió:
—QuieroaEricyséqueélmequiereamí,peroúltimamentesomosincapacesdecomunicarnos.
—Y si encima hay un cabroncete de niño a vuestro lado dando infinidad de problemas que os
sobrepasan,sindudalacosanopuedeiramejor.
Judsuspiró,yMel,tratandodeanimarasuamiga,añadió:
—Vamos...,veadarteunaducha.Yaveráscomoluegotesientesmejor.
Con una triste sonrisa, Judith se levantó, cogió una toalla limpia y, guiñándole un ojo,
desapareciótraslapuertadelbaño.
Melesperóunossegundosy,cuandooyócorrerelagua,cogiósuteléfonoy,trasmarcar,dijo,
conscientedequelatenienteParkernuncalaabandonaría:
—Hola,Eric,soyMel.¿Cómoerestanrematadamentegilipollas?
40
Al día siguiente, tras pasar Judith la mañana trabajando en la feria, Amaia y Mel la esperaban a la
salidaconlasmaletasenuncochedealquiler.
Entrerisasybromas,lastressedirigieronhaciaelpueblodeAmaia,ElvillardeÁlava,mientras
lajovenreíacontándolesqueallíhabíaundichoquedecía«ConelvinodeElvillar,beberycallar».
Riéndoseestabanporaquellocuandoésta,antesdellegar,tomóundesvíoydijo:
—Osvoyaenseñarunacosaquemefascinademipueblo.
Mel y Judith sonrieron. Estaban charlando cuando de pronto Amaia paró el coche. Bajaron, y
JudithyMel,conunosojoscomoplatos,señalaronalfrente.
—Ostras,quépasada—murmuróJudith.
—Pero¿estoquées?—preguntóMel.
Amaiasonrió.Eraunadelascuriosidadesdelpuebloy,observándolas,dijoconorgullo:
—Esundolmeno,comodiríanlosexpertosenlamateria,unmonumentomegalíticofunerario,
aunqueaquísehallamadodetodalavidala«Chaboladelahechicera».
Boquiabiertasalveraquellotanantiguoyfueradelocomún,laschicasseacercaronaél,yJudith
preguntó:
—¿Yporquéselellamaasí?
Amaiaseencogiódehombrosy,tocandounadelaslegendariaspiedras,respondió:
—Segúnmecontabamiabuela,sunombreevocaunaleyendaquelorelacionabaconelhogarde
unahechiceraalaqueenlamañanadeSanJuanselaoíacantarypregonar.
—Uf...,semehanpuestolospeloscomoescarpias—semofóMel,enseñándoleselbrazo.
Judithsuspiróe,inconscientemente,pensóenEric.Aéllehabríaencantadoverytocaraquello.
Legustabamucholeerlibrossobreesaclasedemonumentosmegalíticos,yseentristecióalsentir
quenopodíacompartirlodescubiertoconél.
—LaChaboladelaHechicera—prosiguióAmaia—fuedescubierta,sinomeequivoco,en1935
apesardeseralgoprehistórico,yposteriormentefuerestaurada.—Luego,bajandolavoz,cuchicheó
—: También tengo que deciros que muchos de los que vivimos por los alrededores hemos venido
aquíaecharalgúnpolvetequeotrosobrelaspiedrasdeldolmen.
LaschicasrieronyentoncesAmaiaañadió:
—Aunque,poniéndonosserias,osdiréqueesunodelosdólmenesmásimportantesdeEuskadiy
el mejor conservado de la zona. Pero si hasta se estudia sobre él en algunas universidades
norteamericanas.
—Quépasada—murmuróJudithtocandolaspiedras.
—Venga,tenéisquevenirparalasfiestasenagosto—afirmóAmaia—.Secelebraunaquelarre,
con una representación con un macho cabrío, cabalgata de brujas, títeres, hacemos una gran
queimada,ytodoesoseacompañaconlamúsicadelatxalapartayotrosinstrumentos.
—Quéchulada.CreoqueaBjörnlegustaría—afirmóMel,tocandolaspintorescaspiedras.
Aloírla,Amaiasemofó:
—Vayanombrecitomásraroquetienetuchurri...
Melsonriódivertidayrespondió:
—PuesllámaloBlasito,queescomolollamamiabuela.
LacarcajadadeAmaiayJudithnosehizoesperar,ylavascareplicó:
—Siesquetuabuela¡eslahostia!¡Cuidadoconelmokordo!
MelyJudsemiraron.¿Mokordo?¿Quéeraeso?
Alvercómolamiraban,Amaiaseñalóunagrancacadevaca.
—Enmitierraaesolollamamos¡mojón!—contestóJudith.
—Vayaconversacioncitamáschula,¡¿eh?!—dijoMelriendodivertida.
Durantevariosminutos,lastreschicashablaronjuntoaldolmendeunsinfíndediferenciasentre
lasdistintascomunidadesautónomas,hastaquelavasca,mirándoseelreloj,dijo:
—Creoqueesmejorquenosvayamosoalfinalllegaremostarde.
Apenada, Judith miró por última vez aquellas piedras y, tras sacar su móvil, les hizo una foto.
AlgúndíalegustaríatenerlaoportunidaddeenseñárselaaEric.Sinduda,legustaríaveraquellugar.
Veinte minutos después, descargaron las maletas en casa de Amaia. Mientras sacaba su ropa,
JudithvioqueMelhablabaconBjörnporteléfono.Leencantóoírlareírybromearconél.Almenos,
aalguienleibabienenelamor.
Mirándosealespejo,sequitóelvaqueroquellevabaylacamisaysepusounafaldahippynegra
hastalospiesyunacamisetarosafuerte.Comonoteníaganasdepeinarse,serecogióelpeloenuna
coleta alta y, probándose la cazadora vaquera para ver cómo quedaba, se miró al espejo, sonrió y
murmuróalveralaJudithdeantaño:
—¡Sí,señor,éstasoyyo!
Una vez las tres muchachas terminaron de vestirse, montaron en el coche de alquiler y se
dirigieron a Elciego, un precioso pueblecito que estaba a escasos kilómetros de Elvillar. Allí se
encontraron con la cuadrilla de Amaia y unos amigos de éstos y, tras ser presentadas, todos se
encaminaronhacialasBodegasValdelana.
Al entrar en aquel increíble sitio, Judith lo miró con curiosidad. Como diría su padre, el lugar
teníasoleraehistoria.¡Quémaravilla!
Minutosdespués,unhombrequereunióalgrupoleshablósobrelahistoriadelasbodegasyles
hizounavisitaguiada.
Cuandoacabólavisita,todosmontaronensusvehículosparticularesyfueronaladirecciónque
elguíaleshabíadado.Allílosaguardabanparacontinuarconlaparticularexperiencia.
Al llegar al punto indicado los esperaba un amable enólogo, y con él fueron hasta un
impresionantelugarllamadoel«BalcóndelasVariedades»,dondecontinuaronconlavisita.
Duranteunrato,todosdisfrutaronpaseandoporlosviñedos,hastallegaraunsitiodondehabía
preparadasvariasmesasconmantelesinmaculadamenteblancosysillas.
—Quélugarmásbonito—murmuróMelalverlo,yJudithasintió.
Losasistentessesentaronentoncesparaverelatardecer.
La puesta de sol allí era preciosa y, cuando oscureció y aparecieron poco a poco las estrellas,
comenzóaquellodeloqueAmaialeshabíahablado.Elenólogolesexplicóentoncesqueelmaridaje
estelarconsistíaenconjugarcincocopasluminosas,cincovinosycincoleyendasdeconstelaciones.
EscucharonaaquélhablarlesdecómolascincoestrellasllamadasArturo,Vega,Altair,Polarisy
las que configuran la Corona Boreal, además de tener sus increíbles leyendas, habían marcado el
mundo de la vid. A continuación, cuando pusieron ante ellos unas copas de luz, todos sonrieron al
oírlodecir:
—Señoras,señores,apartirdeesteinstante,relájenseydéjensemimarporelvino,lanocheylas
estrellas.
Aloíreso,JudithmiróconpicardíaasuamigaMelycuchicheó:
—Sivesquemepasoconelvino,párame,quenoeslomío;¿deacuerdo?
Melasintióy,enconfianza,murmuróguiñándoleelojo:
—Lomismodigo.
Conlaayudadeunprogramainformático,elenólogocapturólaimagendeaquellasestrellasy
las proyectó en una gran pantalla estratégicamente colocada. Con cada estrella, aquél narraba su
leyenda,yJudith,alterminardeescucharlahistoriadeVegayAltair,miróemocionadaasuamigay
susurró:
—Quéhistoriatanbonitaytristealavez.—Melasintió—.PobreVegaypobreAltair.¡Ofú,qué
penita!
Al ver aquello, Mel le quitó de la mano la copa de vino a su amiga y, mirándola divertida,
preguntó:
—Judith,¿estásbien?
Ellaasintióy,recuperandosucopadevino,murmuróparaquenadielaoyera:
—Tranquila.Essóloqueañoroamicabezón.
Melsonrió.Sinduda,aellatambiénlehabíallegadoalcorazónlatristehistoriadeAltairyVega
y,chocandosucopadeluzconladesuamiga,dijo:
—Despeja la mente y, como ha dicho el enólogo, déjate mimar por el vino, la noche y las
estrellasyolvídatedelresto,incluidoelcabezón.
La joven señora Zimmernan asintió. Su amiga tenía razón. Debía disfrutar de aquella increíble
experiencia y olvidarse del resto del mundo. Por lo que, prestando atención a la nueva leyenda, se
centróenloquesecontabaenreferenciaalaestrellaArturo.Sinduda,ningunadeaquellasestrellas
habíatenidounabuenavida.¡Pobrecillas!
41
Conunacopadevinoenlasmanos,miroelcielo.
Hafinalizadolaincreíbleexperienciadelmaridajeestelaryestoyrelajada.
Hace fresquito, pero la temperatura es tan agradable que da gusto estar sentada al aire libre
disfrutandodelatranquilidadenunanochedelunallenaenestesitiotanespecial.
Nuncamehagustadoelvino,quienmeconocesabequeprefierounacoca-colaconhielo,peroel
caldodeesasbodegasmehaenamoradoyhastalehepilladosupuntitorico.
CreoquemellevarévariasbotellasparaEric.Seguroqueélloapreciamuchomásqueyoy,si
mepermite,lecontarélaexperienciatanincreíblequehevividoenelmaridaje.
Piensoenmishijosysonrío.Pensarenelloshacequemesientafeliz,aunque,cuandomeacuerdo
de Flyn, mi sonrisa se desdibuja. Echo de menos pasar horas con él hablando sobre música o
cualquierotracosa.Pero,bueno,lasituacióneslaqueesy,anteeso,pocopuedohaceryohastaque
elniñodecidaincluirmedenuevoensuvida,siesquelohace.
También pienso en Eric. En mi rubio y grandote alemán. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Se
acordarádemí?
UnascarcajadasmedevuelvenalarealidadytengoquereírcuandoveoamiamigaMelmuerta
derisaadosmetrosdemíescuchandoloqueunachicadelacuadrilladeAmaiacuenta.
—Verdaderamente,ellugaryelvinosonmaravillosos,peroséquetemueresporunacoca-cola
conmuchohielo.
Encuantooigoeso,mirespiraciónsecorta.No,nopuedeser...Y,dándomelavuelta,recibouna
delasmayoressorpresasdemividacuandoveoaescasoscentímetrosdemí,depie,vestidoconun
jerseyazulónyunosvaqueros,alhombrequemedaomequitalavida.
Ericestáamiladoy,bloquedaporlasorpresa,consigomurmurar:
—Pero...pero¿quéhacesaquí?
Mialemán,ampliandosusonrisaalvermibuenapredisposición,sesientajuntoamíenlasilla
librequehayamiderechay,sinresponderamipregunta,acercasuscálidoslabiosalosmíosyme
chupa primero el superior, después el inferior, y me da un mordisquito. A continuación, lo oigo
susurrar:
—Hevenidoaveramipequeñayapedirledisculpasporsertangilipollas.
Ay,quemelocomo,¡ay,quemelocomoooooooooooooooooo!
Desde luego, cuando quiere sorprenderme, mi gilipollas particular sabe hacerlo muy bien y,
cuandomeveocapazdeabrirlabocaparaarticulardospalabrasseguidas,dice:
—Cariño,haycosasquemesiguenenfadandodetodoloquehaocurridoyquetendremosque
hablarunavezregresesacasa,peroteníasrazónencuantoalhechodeque,siemprequeyoestoyde
viaje y te llamo por teléfono, tú eres mil veces más agradable que yo, por lo que he venido a
solucionarlo.
Encantadaconloqueheoído,sonrío.Esostontosdetallessonlosquesiempremehanenamorado
deEric.
—¿Ylosniños?—preguntoentonces.
—Encasa.—Y,trasecharunvistazoalreloj,afirma—:Eimaginoquedurmiendoaestashoras.
Olvidándome de las personas que están a nuestro alrededor, con deseo agarro el cuello de mi
rubialesylobeso.Lodegusto,lodisfrutoy,cuandoporfinsientoquetengoquesepararmedeélolo
desnudaréallímismo,pregunto:
—¿Cómosabíasdóndelocalizarme?
Conunaponzoñosasonrisa,miamormiraendirecciónaMel,yella,alverquelamiramos,nos
guiñaunojo.
—Tenemosunatenienteconmuymalalechequeanochemehizoverloburroeidiotaqueestaba
siendo con mi preciosa mujer —explica Eric—, y una vez colgué, decidí resolverlo. Por eso, esta
mañanahehabladoconelpilotodenuestrojety,trasquedarconél,mehallevadohastaBilbao.Allí,
tirando de contactos, un amigo que tiene una empresa de helicópteros me ha conseguido un piloto
privadoquemehatraídohastaaquíyquemellevarádevueltaaBilbaodentrodetreshorasparaque
regreseacasaantesdequelosniñossedespiertenysepanquesupadrehahechoestalocuraporsu
madre. —Sonrío..., no lo puedo remediar, y entonces murmura—: Por cierto, ¿sabías que cerca de
aquíhayunhelipuerto?
Estoymásfelizqueunaperdizy,encantadaconloquecuenta,susurro:
—No.Peroconquelosupierastú,mevale.
Nos comunicamos con la mirada como siempre hemos hecho y, enamorada, paso la mano con
delicadezaporeserostroquetantoamo.
—Teechabademenos—digo.
Mialemán,porqueesmialemán,aunqueavecesquieraarrancarlelacabeza,sonríe,seacercade
nuevoamislabiosyreplicamimoso:
—Seguroquetantocomoyoati,micorazón.
Comodosimanes,nuestroslabiossesellandenuevo.
Oh Dios..., qué placerrrrrrrrrrrrrrr... Entonces, una tosecita a nuestro lado hace que nos
separemos,yMel,congestodivertido,dice:
—Estoyfelizporvosotros,perolaenvidiamecorroe.
Ambosreímosaloírla,yEricmurmuramirándola:
—Graciasporlallamadayportuspalabras.Melasmerecía.EncuantoaBjörn,habríavenido,ya
losabes,peroestatardeteníaplanesconPeteryKlaus.
—Losé,guaperas...,yporesoseloperdono—ríeMel.
Felizporsuspalabras,dirijomimiradaamibuenaamigay,guiñándoleunojo,digo:
—Gracias.
Melríemeneandolacabezayreplica:
—Quesepasquemehacostadosudorylágrimasocultartequesabíaqueveníaparaacá.
De nuevo, ambas sonreímos, y entonces ella, tras sacarse las llaves del coche del bolsillo
delanterodelpantalón,dice:
—Aver,tortolitos.Sonlasdoceydiezdelanoche.Amaiayyonosquedaremostomandoalgoen
estepuebloconsucuadrilla.¿Hastaquéhoraestarás,Eric?
Mialemán,quenosueltamimano,dice:
—Hequedadosobrelastresymediadelamadrugadaconelpiloto.¿Nosvemosenelhelipuerto?
—¡Perfecto! —afirma Mel. Eric coge las llaves que ella tiene en la mano, y mi amiga, sin
soltarlas,nosmirayañade—:Disfrutaddeltiempoqueestéisjuntosynodiscutáis.
Miamoryyosonreímos.Loúltimoquequeremosesdiscutir.
—Asusórdenes,teniente—diceEriclevantándose—,noperdamosmástiempo.
—¡Agur!—gritaAmaiaconunasonrisa.
Delamanoyconprisa,michicoyyonosdisponemosasalirdelasincreíblesbodegasy,cuando
llegamosalapuerta,Ericsepara,meobservaypregunta:
—¿Adóndevamos?
Me entra la risa. Ninguno de los dos sabe adónde ir en ese lugar, pero de pronto se me ocurre
algoy,quitándolelasllavesdelasmanos,leguiñounojoydigo:
—Montaenelcoche.Tevoyallevaraunsitioquetevaaencantar.
Mediahoradespués,trasperdermeporlacarreteraquevaaElvillar,cuandoparoantelaChabola
de la Hechicera, el monumento megalítico, Eric lo contempla sorprendido y susurra al verlo
iluminadoporlaluzdelalunaylosfaros:
—Quémaravilla.
Fascinada,echoelfrenodemano,apagolaslucesdelcocheysalimosdeél.Alhacerlo,observo
quealfondohayotrovehículoaparcadoconlaslucesapagadas.Sonrío.Sinduda,loquehaceneslo
mismoqueestoydeseandoyo:¡sexo!
Denuevovuelvoamiraramialemán,queestáflipadoanteaquellaspiedras.
—Sabíaqueteibaagustar—comentosatisfecha.
Con felicidad en la mirada, mi chico agarra mi mano, nos acercamos hasta el dolmen y lo
tocamos.Ensilencio,nuestrasmanossepaseanporaquellasmágicaspiedrasmientrasleexplicolas
curiosidadesqueAmaianoshacontadohorasantesyEricmeescucha,hastaquesudeseonopuede
más,meacercaélymebesa.
Unaveznuestroslabiosseseparan,Ericmemiraydice:
—No sé qué nos está sucediendo últimamente, pero no quiero que siga pasando. Te quiero. Me
quieres.¿Quénosocurre?—Norespondo.Meniegoahacerlo,yentoncesoigoquedice—:Apartir
deesteinstante,seréyoquienseocupedeFlyn;iráalpsicólogoy...
Resoplo.LoquemenosmeapeteceenestemomentoeshablardeFlyn.
—Creoqueesmejorquedejemosesetemaparacuandoestemosencasa—replico—,noseaque
digamosalgoquenonosgusteyjorobemoselmomento.Túyyosomosespecialistasenello.
Miamorasiente.Hundelosdedosenmimelenaoscura,quetantolegusta,yañade:
—Tienesrazón,peroteprometoque...
Nolodejocontinuar.Letapolabocaconlamanoydigo:
—No, Eric. No prometas cosas que luego en el día a día no puedas cumplir. Si lo haces, si me
prometesahoraalgoyluegoloincumples,teloecharéencara,yenestemomentonoquieropensar
enello.Ahoranoquieropensarenotracosaquenoseamostúyyo.Noquierohablar.Sóloquiero
quememimes,quemebesesyquehagamoselamorcomonecesitamosycomonosgusta.
Michicoasiente,pasealoslabiospormifrente,pormicuello,pormismejillasy,cuandoyame
tienecardíacaperdida,murmurasoltándomelacoleta:
—Deseoconcedido,pequeña.
Apartirdeeseinstante,séquetantoélcomoyoperderemoslarazón.
Nonosimportaquiénnospuedaverenlaoscuridaddelanoche.Deseosademimarido,apoyola
espaldaeneldolmenynosbesamoshastaquesientocómosusgrandesmanossemetenpordebajo
demicamisetay,unavezmesacalospechosdelsujetador,loscomienzaatocar.
Mi ansiedad crece tan rápidamente como la de él, mientras disfruto de cómo me pellizca los
pezonesaltiempoquesulenguaexploramibocaenbuscademipropiodeseo.Acabadoelbeso,con
ungestoquemevuelveloca,seponederodillasantemí,mesubelacamisetay,sindudarlo,yollevo
mispezoneshastasubocaabierta,quelosespera.
Jadeo..., el placer es inmenso mientras siento cómo me los aprieta con los labios para después
succionarlos y lamerlos. Extasiada, enredo los dedos entre su rubio cabello y gimo. Gimo de tal
maneraquemispropiosgemidosmeexcitanmásymásacadasegundo.
Así estamos un buen rato hasta que el aire fresco de la noche hace que tiemble, y mi amor, al
darsecuenta,selevantadelsueloymurmuramirándome:
—Tedesnudaríaparacomerteentera,perohacefríoynoquieroqueenfermes.—Sonríoantesu
preocupación, no lo puedo remediar. Entonces, metiéndome la mano por debajo de la falda,
comienzaatocarmelosmuslosydice—:Perotevoyahacerelamory...
—Hazlo...—exijodescontroladadesabrochándolelacremalleradelvaquero.
Divertido por mi urgencia, me mira y sonríe mientras siento que sus manos llegan hasta mis
bragas, las toca, me enloquece, y yo, deseosa de enloquecerlo también a él, meto la mano en el
interiordesucalzoncillo.
—Oh,Dios...—susurroalsentirsupeneduroyerectopreparadoparamí.
—¿Loquieres,pequeña?
—Sí...,claroquesí...
Ericsemueveymimanosemueveconélcuando,deuntirón,mearrancalasbragas.¡Sí!Alver
quesonríodichosa,murmura:
—Morenita...,agárrateamicuelloyábretepararecibirme.
Como si fuera una pluma, Eric me carga entre sus brazos. La verdad, en momentos así, es un
gustazotenerunmaridotanaltoyfornido.¡Meencanta!Milocoamorpuedehaceresoymelohace
amí,sóloamí.
Estoymordiéndomeellabioinferiorcuandoguíosupenehastamihúmedavaginay,mirándonos
conintensidad,Ericseintroducelentaypausadamenteenmímientrasdiceconvozronca:
—Cuántotenecesito.
Ambos jadeamos al sentir que nuestros cuerpos están del todo anclados el uno en el otro y,
cuandoveoqueéltiemblayechalacabezahaciaatrás,exijo:
—Mírame,Eric...,mírame.
Obedientementehaceloquelepidoy,alverlalocurainstaladaensuspupilas,susurroalsentirsu
duropeneenmiinterior:
—Tequiero.
Conlasmanosalrededordemicuerpo,Ericmemaneja,sehundetodoloquepuedeenmípara
quelosdostemblemos.Suscaderassemuevendeadelantehaciaatrásenbuscadelplacermutuo,yyo
jadeosabiendoquemisgemidosloexcitanmásymás.
De pronto, un ruido hace que mi amor se pare. No se sale de mí, pero observo cómo mira a
nuestroalrededorenbuscadelmotivoy,pasadosunossegundos,dicesonriendo:
—Hay una pareja escondida observándonos tras el tercer árbol de la derecha. Deben de ser los
dueñosdelcochequehayaparcadomásallá.
Condisimulo,mirohaciadondeéldice,veoaaquellosobservándonosconmorboy,sonriendo,
murmuromientrasechomiscaderashaciadelante:
—Puesdémoslesloquedeseanver.
Eric ríe. A diferencia de otras parejas, a nosotros las miradas indiscretas no nos importan, al
revés,nosexcitan,yproseguimosconello.Conunamanobajomitrasero,Ericmesujeta,mientras
conlaotrameprotegelaespaldaparaquenomelaarañeconlapiedradeldolmen.
Beso su boca, sus dientes se clavan suavemente en mi labio inferior, y entonces él comienza a
bombearconmásfuerzaenmiinterior,altiempoqueyojadeocadavezmásaltoypidomásymás.
Nuestros ojos, nuestras bocas y todo nuestro ser conectan como siempre. Aquello no es sólo
sexo, aquello que nosotros disfrutamos es placer, cariño, respeto, amor, complicidad. Nuestros
cuerposchocanunayotravez,mientrasEricmesujetaconfuerzaentresusbrazosyeldolmeny,
cuando el clímax nos llega de una manera brutal, ambos gritamos y liberamos toda la tensión
acumuladaennuestrointerior.
Apoyados en la piedra, respiramos aceleradamente. Lo que acabamos de hacer es vida para
nosotrosy,mirándonos,comenzamosareír.Necesitábamosreír.
Pasadosunossegundos,Ericmedejaenelsueloydicedivertido:
—Sientohaberterotolasbragas.
Nopuedoremediarsoltarunacarcajada,yacontinuacióncuchicheo:
—Nolosientas.Noesperabamenosdeti.
Estamossinpoderdejardesonreírcomodostontos,yentoncesabromibolsoysacounpaquete
deKleenex.Noslimpiamosy,después,guardolospañueloshechosungurruñoenelbolsillodela
cazadora.Mástardelostiraréalabasura:hayqueserlimpiayrespetuosaconelmedioambiente.
Estoyacalorada,ymeestoydandoaireconlamanocuandomedoycuentadequelaparejaqueha
estado observando se mete rápidamente en el coche, arranca y se va. Eso me provoca risa, y
cuchicheoalverqueEricobservacómoelcochesealeja:
—Menosmalquenovivimosaquí,sino,mañanaseríamoslacomidilladelpueblo.
Ambosreímosy,encuantocomienzoarecogermidespeinadopeloenunacoletaalta,Ericme
paraymirándomedice:
—Meencantatumelena.
—Losé.
—Te quiero, ¿eso lo sabes también? —murmura volviéndome loca—. Por mucho que
discutamos,nuncaloolvides.
Conunaponzoñosasonrisa,asientoyrespondoguiñándoleunojo:
—Yoteadoro,miamor.
Alastresydieznosencaminamoshaciaelhelipuerto.EricdeberegresaraBilbao,dondesujetlo
llevaráderegresoaMúnich.Unavezllegamosallí,veoqueAmaiayMelnosesperanhablandocon
elpilotodelhelicóptero.Ericdetieneelvehículo,sevuelvehaciamíydice:
—Tenedcuidadomañanaconelcoche.CuandolleguesaAsturias,envíameunmensajeparasaber
quehabéisllegadobien,¿deacuerdo?
Al oír eso, sonrío. El instinto protector de Eric aflora de nuevo y, deseosa de que se marche
tranquilo,afirmo:
—Teloprometo,cariño...,tendremoscuidadoyteenviaréesemensaje.
Ericmebesa.Medevoralabocay,enelmomentoenqueseseparademí,cuchicheadivertido:
—Notecreasquemehacegraciadejarteaquí,ymenosaúnsinbragas.
Sucomentariomearrancaunasonrisamientrasbajamosdelcocheynosencaminamoscogidos
delamanohaciaaquellostres,quenosmiran.
Cinco minutos después, tras varios besos y abrazos cargados de amor, observo cómo el
helicópterosealejaconelamordemividaensuinterior,yentoncesAmaiamurmura:
—Niña,québuengustotienes.¡Menudotiarrón!—Yosonrío,yAmaia,queesunacachonda,me
mira divertida y pregunta—: ¿Estás segura de que ese pedazo de tío no es vasco? Porque, que yo
sepa,sóloenestastierrashayhombrestanimpresionantes.
LastresnosechamosareíryluegonosvamosacasadeAmaia.Tenemosquedescansar.
42
Alasdiezdelamañana,MelyJudithsedespidierondeAmaiaprometiendoqueregresaríanconsus
familiasoqueellairíaavisitarlasaAlemania.
Acontinuación,lasdosjóvenessepusieronenmarcha.Cogieronlacarreteraquelasllevóhasta
Bilbaoy,deallí,hastaSantander.EnTorrelavegapararonparaestirarlaspiernasyfinalmenteMel
condujohastallegaraLaIsla,elpueblodesuabuelaenAsturias.
UnavezllegaronantelacasonadeCovadonga,laabueladeMel,éstaparóelmotordelvehículo
y,mirandoasuamiga,dijo:
—Comotedije,hemosllegadoentreshorasymedia.
Judithmiróencantadaasualrededor,aquellugareraprecioso.Entonces,lapuertadelacasonase
abriódeprontoyunaancianaconlosbrazosenjarrasporquenoesperabavisitagritó:
—¡¿Quéye...?!¡Oh!
Alverasuabuela,Melsebajódelcocheyexclamó:
—Abuela,¡sorpresa!
Elgestodelamujersesuavizóalreconocerasunietay,abriendolosbrazos,gritó:
—Ay,neñademivida...¡Neña!
Felizporverlaemocióndeaquélla,Melcorrióaabrazarlay,cuandolamujerdejódehablarala
velocidaddelrayo,ellamiróaJudithylaspresentó:
—Abuela, ella es mi amiga Judith. Vive en Múnich como yo y es española. Judith, ella es mi
abuelaCovadonga.
Lamujerguiñóunojoy,mirandoaJud,quelaobservabadivertida,saludó:
—Dameunabrazo,hermosa.Quéalegríatenerteenmicasajuntoamineña.
Judithnodudóendarleaquelloquelamujerlepedíay,abrazándola,respondió:
—Encantadadeconocerla,Covadonga.Mehanhabladosiempremuybiendeusted.
—¿Yquiéntehahabladodemí?
—Björn—contestóJudith—.Élletienemuchocariño.
Lamujersonrióaloíresenombreymusitó:
—Aisss,miBlasito,quéricurademuchacho.
Aloíreso,laschicasrieron.
—Vamos,entradencasaacomeralgo,quesoisdossacosdehuesines—lesindicólamujer.
Judithmiróasuamigadivertidayéstadijo:
—Prepárate,quemiabuelaesmuuuyexageradaconlacomida.
Traspasaralacasa,lamujerseparóy,mirandoasunieta,preguntó:
—¿DóndetedejasteaSamiyaBlasito?
—EnMúnich,abuela.
—Pero,leches,¿yporquénoloshastraídocontigo?
Sinmuchasganasdeexplicarse,Melrespondió:
—HevenidoconJudithportrabajoyellossehanquedadoencasa.Temandanmuchosbesos.
Lamujercabeceó.Lehabríaencantadoverlos.
—Erestanpuñeteracomotupadre,elCeci—cuchicheó.
—Abuela...,esCedric...,yalosabes—dijoMelsonriendo—.¿Ysepuedesaberporquésoytan
puñeteracomoél?
Poniéndosedenuevolasmanosenlascaderas,Covadongamiróasunietayalamorenaquela
acompañabaydijo:
—¿Porquénomehasllamadoparadecirmequevenías?
—Porquequeríadarteunasorpresa.
—¿Loves?,¡comoelCeci!Siemprequieresorprenderme.
Judithrioyentonceslaancianaañadió:
—Puesporquerersorprenderme,casinotengocomidaparavosotras.Simehubierasllamado,
podríahaberpreparadounasbuenasfabesounricopoteounosgrelosconpatataso...
—Abuela...,notepreocupes.Judithyyonosapañamosconcualquiercosa.
Covadongaabrióladespensaeindicó:
—Tengohechopitudecaleyayunaspocasjudíasverdes.Tambiénhaybollospreñaos,pastelde
cabracho,algodecabralesyfruta;¿tendréisbastante?
LaschicasintercambiaronunamiradayJudithdijo:
—Másquesuficiente.
Rápidamente,lamujersepusomanosalaobrayellasfueronalavarselasmanos,momentoque
Judithaprovechóparaenviarunmensajequedecía:
YaestoyenAsturias.Tequiero.
Segundos después, el teléfono le pitó y ella sonrió al ver una foto en la que estaba Eric con
HannahySupermanriendofelicesenlapiscinadelacasa.Elmensajedecía:
Tequeremosyteañoramos.
JudithsonrióalverasuspequeñinesyaEric.Elloseransuvida,peroseapenóalcomprobarque
Flynnoestabaenlafoto.Mel,quesaliódelbañoenesemomento,alverloquesuamigaleenseñaba,
sacósumóvilysemofó:
—MiralaquemehaenviadoBlasito.
AlverlafotodeBjörnyPeterjuntoaSamiportandocoronitasdeprincesas,Judithrio.
—Tenemossuerte,¿verdad?—dijo.
Comprendiendoloquequeríadecirlesuamiga,Melasintió.
—Sí,Jud.Muchasuerte.
Cuandofuerondenuevoalacocina,lasdoschicassequedaronasombradasalverlamesaque
Covadongaleshabíapreparado.
—¿Aquiénmáshasinvitadoacomer,abuela?—comentóMeldivertida.
Lamujerdijoapremiándolas:
—Sentaosycomed,¡queseenfría!
Durante la comida, Mel le contó a su abuela la noticia de su boda y la mujer aplaudió
entusiasmada.Quesecasarasunietaeraungraneventoy,aunquerefunfuñócuandoaquéllaledijo
quetendríaquecogerunaviónparairaMúnichalenlace,alfinallamujersonrióemocionada.
¡Secasabasuneña!
La tarde pasó a toda mecha y, cuando quisieron darse cuenta, ya tenían que marcharse hacia el
aeropuerto.Agradecidaporlainesperadavisita,Covadongadijoentregándolesunasbolsas:
—Aquílleváisbollospreñaosparalafamilia.
—Gracias,hasidounplacerconocerla—dijoJudithabrazándola.
—Lomismodigo,hermosa...,lomismodigo.
Melmetiólasbolsasenelcochey,abrazandoasuvezalamujer,ledijo:
—Nollores,abuela.
Covadongasesecólaslagrimillasconelpañueloquesesacódelamangaderechay,mirandoa
sunieta,replicó:
—Venavermemásamenudoyllorarémenos.
Emocionada,Melvolvióaabrazarasuabuelay,trascolmarladebesos,hastaqueéstarioyla
llamópesada,leguiñóunojoysemetióenelcoche.
Unavezarrancó,miróporelespejoretrovisorconlosojosencharcadosenlágrimas,yJudith,
cogiéndoladelmofletemurmuró:
—Nollores,neña.
Aquellolahizoreír,ycontestó:
—Vale,marichocho.
EntrerisasllegaronhastaelaeropuertodeAsturias.Allíentregaronelcochealacasadealquiler
y,después,seencaminaronhaciaelhangardondeelimpresionantejetprivadodeEricZimmerman
lasesperabaparallevarlasdevueltaaAlemania.
43
Tras un recibimiento en casa que me hace tremendamente feliz, el lunes, Eric y yo vamos juntos a
Müller.Denuevoparecequevolvemosaestarenlamismasintonía.
Nadamásentrarenlaoficina,Mikameesperay,conunagratasonrisa,memiraydice:
—Quesepasqueeldirectordelaferiamellamóelviernesymedijoqueerasmaravillosa.
Sonriendo,afirmóencantada:
—Éltambiénlofue.
Durante varios días, todo funciona genial en casa, y me alegro al enterarme de que Flyn está
viendoalpsicólogodelcolegio.Porsupuesto,aélnolehacegracia,ymelohacesaber.
Ericmeenvíatodoslosdíasvariosmensajescariñososamiteléfonooemailscuandoestamosen
laoficina,yesomehaceverqueintentadarmeloquenecesito.
Eljueves,cuandosalgodetrabajar,mevoydirectaacasa,quieroestarconmisniñosydisfrutar
de su compañía antes de que se vayan al cumpleaños de una amiguita. En cuanto Flyn llega del
instituto,voyasaludarloyveoqueEricvieneconél.Esomesorprendey,acercándome,pregunto:
—¿Quéhaocurrido?
Ericmemiray,unavezelniñosesubeasuhabitaciónsinhablar,dice:
—Mehanllamadodelcolegio.Alparecer,hoynuestrohijonoteníaganasdevisitaralpsicólogo.
Por suerte, tras hablar con el director y también con su tutor, he conseguido que no le hicieran un
nuevoparte.
«Nuestro»...,¿hadicho«nuestrohijo»?
Porprimeravezenmuchotiempo,cuandoeljodidoniñohacealgomal,nodiceaquellode¡«tu
hijo»!Esomegusta.Sinduda,Ericcomienzaadespertarse.
No sé qué decir. Por norma, me llaman a mí del instituto y, curiosa por saber por qué lo han
llamadoaél,voyapreguntarcuandoEric,quedebedeintuirlo,dice:
—Tedijequemeocuparíadeély,paraquitarteestosmarronesdeencima,habléconellosyles
dijequeapartirdeahoramellamaranamí.
Sorprendidaporesadecisiónqueyonohepedido,pregunto:
—¿Porqué?
Ericladealacabezayrespondeconfrialdad:
—Telodije.Quieroevitarteproblemasati.
Deprontosetocalosojos,luegolafrente,yséloquelepasa.Leduelelacabeza.
Escaneosusojosyveoelderechomásenrojecidodelonormaly,cuandovoyadeciralgo,élme
suelta:
—Nomeagobies,Judith.
Bueno...,bueno...,bueno...Esosignificaqueeldolordecabezaesconsiderable,odelocontrario
lequitaríaimportancia.
Intentotranquilizarme,peroenelfondomeasusto.SéquelaenfermedaddeEricesdegenerativa
y que eso en cierto modo es normal por la tensión a la que está sometido, pero no puedo evitar
asustarme.Cadavezmeparezcomásaélconeltemadelasenfermedades.
Ensilencio,loacompañoalacocina,yobservoqueestavez,Ericcogedospastillasdedistintos
botes.Unavezselastoma,memiray,antesdequeéldiganada,soyyolaquedice:
—Échateunrato,cierralosojosyrelájate.
Ericasiente.
El que no presente batalla me hace saber lo mal que está y, en el momento en que se va de la
cocinayseencierraensudespacho,séquevaadescansar.Losé.
Al poco rato Pipa se lleva al pequeño Eric y a Hannah al cumpleaños. Cuando Norbert los
acompañaenelcocheySimonasalealjardínconSustoyCalamar,laqueestáapuntodelinfartosoy
yo.EstoypreocupadaporEricyenfadadaconFlyn.
Pero¿esqueesteniñonosedacuentadenada?
Furiosa con él, decido subir a su habitación. Después de llamar, entro, lo reto con la mirada y
siseoenvozbaja:
—Enfádate conmigo todo lo que quieras y no me hables si no te apetece, pero haz el favor de
recordar que a tu padre el estrés le ocasiona terribles dolores de cabeza por su enfermedad en los
ojos. Joder, Flyn, ha tenido que tomarse dos pastillas, ¡dos! Pero ¿no eres consciente de su
enfermedad?
Elcríomemira,memiraymemira,yentoncesañadodesesperada:
—Flyn,estoquetedigoesserio,muyserio,ytienesquehacerporentenderlo.
Finalmenteasiente.Vaya,porfincomprendealgodeloquedigo.
—¿Quéhapasadoenelinstituto?—preguntoacontinuación.
Nadamásoírme,sugestocambiaydice:
—Túyanoteocupasdemíporquelohacemipadre.Saldemihabitación.
Vale,¡volviólachulería!
Tratandodehacerlesaberqueloquieroyquenosoyelenemigo,intentohablarconél,peromis
palabrascaenensacorotoy,depronto,comienzaachillarmedeunamaneratanatrozquealfinal
terminochillándoleyotambiénaél.
Pero¿adóndequierellegarestemocoso?
Discutimosagritopeladoduranteunbuenratohastaquedeprontolapuertadelahabitaciónse
abre,Ericentraconcaradepocosamigosy,mirándome,suelta:
—¿Sepuedesaberquéhacesaquí?
Esapreguntamepillatandesorpresaquenoséquéresponderley,preocupadaporél,digo:
—¿Teencuentrasbien?¿Teduelemenoslacabeza?
Miamorasiente.Veoquesuojoestáahoramenosenrojecido.
—Judith—diceentonces—,sihedeencargarmeyodeFlyn...,¿quétalsimedejas?
Lomiroboquiabierta.
—Oye..., oye..., oye..., me parece genial que te ocupes de él, pero creo que yo también puedo
hablar,¿oacasocuandoerayolaquemeocupabateprohibíaquehablarasconél?
Elcríonosmira.Comosiempre,parecedisfrutarconloqueve.
—Paraelmodoenquetehasocupadodeél—siseaEricentonces—,mejorquenolohubieras
hecho.
Bueno...,¡hastaaquíhemosllegado!
¡Serágilipollasydesagradecido!
Y,mirándolo,voyasoltarunademisperlascuandomirubio,quecadasegundosealteramásy
más,añade:
—Mira, Jud, no quiero discutir contigo. Me duele la cabeza y te voy a pedir, por favor, que a
partirdeahora,comosoyyoquiensevaaocupardeél,telimitesaver,oírycallar.
Buenooooooooooo...,buenoooooooooooo...
Pero¿estegilipollasdequéva?¿Acasopretendequeseaunmonosabio?
Y,olvidándomedesusojos,desucabezaydesumalestar,gritoenfadada:
—¡¿Cómodices?!
Segúndigoeso,medoycuentadequeEricacabadepercatarsedesuerror,peroyo,queyaestoy
enplenaebullición,lomiroysiseo:
—¿Sabesquétedigo,Eric?¡Queosdenatiyaél!
Y,sinmás,salgodelahabitacióndandounportazo.
Conelcorazónamil,agarrolasllavesdelcoche,salgodecasaymevoyalcumpleañosdela
amiguitademishijos.Necesitopositividad,yencasanolavoyaencontrar.
Cuandoregresamos,Pipayyobañamosalospequesylesdamosdecenary,tanprontocomose
losllevaadormir,meencierroenelbañodemihabitaciónparadepilarme.Noquieroveranadie.
Unratodespués,encuantoEricvieneaavisarmedequelacenaestápreparada,poralucinanteque
parezcanotengohambrey,trasgritarlequenovoyacenar,semarcha.
Unavezterminodedepilarme,memiroalespejoymurmuro:
—¿Quierequeseaunmonosabio?...¡Seráimbécil!
Maldigo,mecagoentodasuestirpey,volviendoamirarmealespejo,medigo:
—Jud,relájate...,relájate.LosZimmermannovanapodercontigo.
Cierrolosojosylohago.Cuentohastadoscientosporquehastaciennotengosuficientey,cuando
bajoalacocina,Simonamedice:
—Hedejadotucenaenelhorno.
Asiento. En lo último que pienso ahora es en cenar pero, al ver que me mira preocupada,
respondoconvozcariñosa:
—Yaestarde,Simona.Vamos,vete.Norbertteespera.
Lamujer,queesladiscreciónpersonalizada,medaunabrazoymurmura:
—Cenaalgo.Noesbuenoacostarseconelestómagovacío,ynotepreocupesporelseñor,está
bien.Nohavueltoatomarseningunapastilla.
Saberesomegustay,unavezsemarcha,salgoalsalónyoigoquelatelevisiónestápuesta.
Alentrar,veoaFlynyaEriccalladosviendounaseriedepolicíasquelesencantaydecidono
sentarmeconellos.CojolascorreasdeSustoyCalamar,mepongounabrigolargoygruesosobre
milargacamisetadealgodón,unasbotas,ymevoyadarunpaseoconellos.
Cuando salgo de la parcela camino con mis perros por la urbanización iluminada por bonitas
farolas,hastaquerecibounmensajeenelmóvil.EsEric.
¿Dóndeestás?
Rápidamenterespondo:
PaseandoconSusto yCalamar.
Mimóvilnovuelveasonar.Bien.Sehadadoporenterado.
Continúomipaseoy,cuandoyaestoycansada,regresoacasa.Laslucesestánapagadas,peroal
entrarmeencuentroconEricsentadoalpiedelaescalera.
—¿Porquénomehasavisadodequesalías?—pregunta.
Loquiero,juroqueloquiero.Peroestoytanenfadadaconélporcómomehahabladodelantede
Flynque,mirándolo,respondomientrasmequitoelabrigoylasbotas:
—Mira,cariño,mealegrasaberqueyanoteduelelacabezayestásmejor,peroestoycalentitay
algo retorcidita por lo que ha pasado y, la verdad, no quiero discutir porque hoy prefiero ser un
monosabio. Ya sabes, alguien que sólo ve, oye y calla. Por tanto, ¿qué te parece si te vas a la
habitaciónadescansarymedejasenpaz?
Segúnlodigo,medoycuentadelachuleríajerezanaquehepuesto.Ericmemira...,memirayme
miray,finalmente,asienteydicemientrassubeabatidolaescalera:
—Deacuerdo,Jud.Soyconscientedequehemetidolapataconmisdesafortunadoscomentarios
yahoratúmandas.
¿Queyomando?¡¿Queyomando?!
Pero¿nomehadichoquequierequeseaunmonosabio?
Joder...,joder...,joder...,quémalalechemeentraeneseinstante.
Sin duda, él está ya en plan conciliador, pero yo no. Me van a volver loca entre el puñetero
alemányelpuñeterocoreanoalemány,singanasdepensarenello,voyalacocina.Mepreparoun
sándwich,cojounacoca-colaymeencaminohaciaelsalón,donderápidamentemeenganchoaver
unapelícula.
Sobre las doce de la noche me entra sed. Me levanto, voy a la cocina y, al abrir la nevera, mis
ojosvenunabotellitaconpegatinasrosaalfondodelenormefrigoríficoamericano.Duranteunos
minutos,lamiro—¿laabro?,¿nolaabro?—y,alfinal,cogiéndola,murmuro:
—¡Quénarices!
Conlabotellaenlamano,mesientoenunasilladelacocina,laabroy,sindudarloyamorro,
doyunprimertrago.
—Mmm...,quéfresquitoestá—digo.
Sinpoderevitarlo,recuerdolaprimeravezqueprobéesabebida,ysemedibujaunasonrisa.Eric
mehabíallevadoalMoroccio.Doyunsegundotrago,unterceroy,cuandovoyporelsextotrago,
ríoymurmuro:
—¡Brindoporlotontoqueeres,EricZimmerman!
Sinsoltarlabotella,salgodelacocinayregresodenuevoalsalón.Unavezcierrolaspuertas
paranomolestaranadie,aoscurasmetiroenelsillónybuscoentrelostropecientosmilcanalesque
tenemosparaquedarmeviendoundocumentalsobreaves.
SimihijaHannahloviera,diría«¡Pipis!¡Pipis!».
Sigoviendoelprogramamientraslabotelladepegatinasrosallenapocoapocomiestómago.
Cuandoeldocumentaldeavestermina,comienzaotrodehipopótamosy,después,unprogramadeun
veterinarioyloscasosqueselepresentan.
Deprontosaleunaimagendeunamamápatoseguidaporsuspatitos.¡Quémonos!
Esomehacesonreír,hastaqueveoqueestáncruzandounacarreterapordondepasaunrallyde
coches.Conelcorazónencogido,observocómounvehículoseacercayarrollaalúltimopatitodela
fila.Unavezhapasadoelcoche,alguiencorreaauxiliaralpatito.Apartirdeesemomentoentraen
acción el veterinario pero, por desgracia, el animal muere y yo, sin poder remediarlo, me echo a
llorarcomounamagdalena.
¿Porquéhatenidoqueocurriralgoasí?
Elpobrepatitosóloibatrassumadreysushermanos.¿Porquéhatenidoquemorir?
Estoysollozandoalvercómolamamápatodavueltasymásvueltas.Noentiendenada,comoyo
noentiendoporquéahorasoylamadrastradeFlyn,yentoncesoigoamiespalda:
—¿Quéteocurre,Jud?
Aunque no mire, sé que es Eric y, sin soltar la botella que tengo en la mano derecha, balbuceo
hechaunmardelágrimas:
—Elpato...
—¡¿Qué?!
—Ay,Eric—insistoseñalandoeltelevisorconelpelosobrelacaraylosojoscongestionados—,
elpatitocruzabaporunacarreteratrassumadreysushermanosy...ylohanatropellado.
Ericseponeencuclillasamilado,veoquemiraeltelevisor,despuésmequitalabotelladelas
manosy,alcomprobarquesóloquedaunculín,dice:
—Nomeextrañaquelloresporunpato.
—Pobrecillo...,pobreanimalito.
—Estáshelada,cariño.
—¿Porqué?¿Porquéhatenidoqueocurrirleesoalpato?—insisto—.Elpobresólocruzabacon
su madre y sus hermanos por la carretera, ¡qué injusticia! —Y, quitándole la botella a Eric de las
manos,doyunúltimotragoymurmuro—:Ofú,miarma...,creoqueestoyalgoborracha.
SientoqueEricsonríeyentonceslooigodecir:
—Anda...,¡algoborracha!Levanta,quetellevoalacama.
¿Cama?¿Mellevaalacama?
Ah,no...,esosíqueno.Estoyenfadadaconély,mirándolo,siseo:
—Niseteocurratocarmeoseducirme,¡listillo!—y,antesdequeresponda,lerecuerdo—:Quete
quede claro que no estoy lo suficientemente borracha como para no recordar lo gilipollas que has
sidoestatardeconmigoantetuniñoFlynyquemehasdichoquequieresqueseaunmonosabio.Que
sólovea,oigaycalle.
Ericnocontesta.Ahorahesidoyolaquehadichoaquellode«tuniño».
Memiraysusojosmetransmitenquesabequetengorazóny,sindejarlocontestar,metiroasus
brazos. Le doy un coscorrón por mi efusividad y, juntos, caemos sobre la alfombra. Ambos nos
tocamoslafrente.Menudomelonazonoshemosdado.
Ericprotestaconlamanoenlacabeza:
—A ti no hay quien te entienda. Tan pronto me dices que no te toque, ni te seduzca, como te
abalanzassobremí.
Vale.Tienemásrazónqueunsanto.Amínohayquienmeentienda.
Peroesqueahoralodeseoy,sindejarlocontinuarconsusquejas,acercomibocaalasuya,lo
beso,lodevoro,melocomo.Labotellitadepegatinasrosa,ademásdehacermellorarporelpato,
mehacequererotrascosas,ylasquiero¡ya!
Eric responde rápidamente. Se apunta al momento besazo de la noche y, cuando me quito la
camisetaymequedosóloconlasbragas,murmura:
—Cariño,estamosenelsalón...
—Meimportaunpepinodóndeestemos.
Veoquemicontestaciónlohacesonreír.
—Pequeña...,podríaentrarcualquiera.
Peroamíesomedaigual.¡Queentrequienquiera!
—¿Teduelelacabeza?—preguntoacontinuación.
—No,yano.
¡Bien! Me alegra saberlo, porque lo necesito, lo deseo y lo voy a hacer mío allí mismo. Y, sin
dejarlodecirnadamás,vuelvoabesarloparademostrarlemiardor,miapetitoymiimpaciencia.
Uf,¡quécalentitaestoy!
Rápidamente,pillamimensaje.¡Quélistoescuandoquieremialemán!
Susmanosrecorrenconlujuriamiespalda.Surespiraciónseaceleracomolamía.Susdedosse
clavanalllegaramicinturay,cuandosientoquebajalamanohastamitrasero,séloquevaahacer.
Lomiro.Seloexijoconlamiradaporquelodeseocontodasmisfuerzas.
Sinhacersederogar,Eric,esehombreimpetuosoalqueadoroaunqueenocasioneslomataría,
agarramisbragasy,deuntirónsecoycontundente,melasrompe.
—¡Sí!—jadeoapasionada.
—¿Estoeraloquequerías?
Asiento...,asiento...yañado:
—Sí.Quieroesoymás.
Nuestras bocas vuelven a encontrarse mientras yo muy... muy caliente por el morbo que todo
aquellomecausa,memuevosobremimarido.Segundoasegundo,soyconscientedequelotengoa
mimerced,dequeeneseinstanteharácualquiercosaqueyolepiday,separandosubocadelamía,
sonríoconmalicia,introduzcolamanoentrenuestroscuerposy,sacandosuduropenedelinterior
delpantalónnegrodepijama,exijo:
—Mírame...
Eric lo hace. Eric obedece. Eric se somete. Y, mientras clava sus increíbles ojos claros en la
oscuridaddelosmíos,comienzoaintroducirsumiembroenmivaginamientrasdigo:
—Odiocuandotecomportascomountiranoconmigo,pero...
—Cariño...
Nolodejohablar.Conmimanolibre,letapolabocayprosigo:
—Peroenesteinstante,enestesegundo,enestemomento,mandoyo.Eresmío...,soytudueñay
voy a disfrutar de ti, aunque mañana, cuando vuelvas a comportarte como un gilipollas, me
arrepienta.
Su mirada llena de lujuria y deseo aviva mi creciente locura y, al ver cómo le tiembla el labio
inferiorporloqueestáoyendo,porloquelepropongo,sientoquetengorazón.Ericesmío.Esmi
gilipollasparticular,yesonadielovaacambiar.
Con su pene totalmente en mi interior y sentada a horcajadas sobre él, lo miro. Mi amor está
tumbado en el suelo a la espera de mis caprichos y, moviendo las caderas de adelante hacia atrás
comoséquelegusta,notoquesearquea.
—¿Tevasacorrerparamí,corazón?—preguntoparando—.¿Sóloparamí?
—Sí—gruñeembravecidopormilujuria.
ContinúomoviendolascaderasyEricenloquece.
No me detengo. Sigo de adelante hacia atrás con suaves y medidos movimientos —¡joder, qué
gustazo!—y,cuandolosientotemblarypalpitar,murmuro:
—Hazmesabercuántodisfrutas.Sedúcemecontusjadeosytalveztedejellegaralclímax.
Acadapalabraquedigo,miamorvibrayseexcitamásymás,yyomesientopoderosa,además
de un poco pedo, ¡todo hay que decirlo!... Sin embargo, me gusta la sensación que aquello me
provoca,ypregunto:
—¿Teexcitaloquedigoyhago?
Élabrelabocapararesponder,peroeltemblordesucuerponolodeja,einsisto:
—¿Verdad?
—Sí...Sí,pequeña.
Sonríoconlujuriaymimentepiensa:«España,1-Alemania,0».
Y,dispuestaameterleunabuenagoleadaquenoolvideenmuchotiempo,musito:
—Notecorreráshastaqueyotelopermita.
El jadeo de frustración de Eric al oírme me enloquece, me perturba, me chifla, mientras su
cuerpotiemblabajoelmíoysumirada,sometidaamiscaprichos,noabandonalamía.
—Hoytuplacerquedasupeditadoalmío.Soylamonaegoístayyomando.
—Jud...
—Sólopodrásllegaralorgasmocuandoyotelopermita.¿Entendido?
Su rostro, su precioso rostro, refleja su placer y su frustración mientras se muerde el labio
inferior. Eric, mi loco amor, necesita llegar al clímax, ansía derramar su simiente en mi interior,
peroloestáretrasandopormí.Loestáretrasandopormí.
Dios...,¡cómomegustasaberlo!
En un tono plagado de erotismo, hablo de nuestras experiencias. Le recuerdo momentos
morbososconotroshombresylesusurroamediavozeldíaqueenMéxicomeatóalacruz.Durante
varios minutos lo martirizo, lo vuelvo loco mientras disfruto del placer que su pene me ocasiona,
peroelritmodenuestroscuerposinevitablementeseacelera,ymiplacerconél.
Susjadeossevuelvenmásruidosos,losmíosmásescandalosos.Vamosadespertaratodalacasa
y,cuandosientoquevoyaexplotaryentiendoquenopuedoexigirlequeloretraseniunsegundo
más,murmuro:
—Y ahora, a pesar de lo enfadada que estoy contigo por lo que ha ocurrido hoy, quiero ese
orgasmo,yloquiero¡ya!
Endécimasdesegundo,Ericposalasmanosenmitraseroyseclavahastaelfondoenmiinterior
parapartirmeendos,mientrasnosestremecemosporeltsunamiqueasolanuestroscalientescuerpos.
—Sí...,así—jadeoalsentirlosespasmosdemivagina.
Ericsecontraeymeempaladenuevototalmenteenél.Repiteesotresvecesmáshastaquenos
arqueamos y, con unos broncos gemidos que contenemos para no despertar a toda la casa, nos
dejamosir,mientrasnuestrasmentesvuelanporelplacerynuestroscuerposseencuentranunavez
más.
Agotada,caigosobreelcuerpodemiamor.DemiEric.Demirubioalemán.
Adiferenciademí,queestoycompletamentedesnuda,élestávestido.Sientoquesusbrazosme
aprisionancontraél.Meacuna.Mebesaenlafrenteyyocierrolosojosextasiadacuandolooigo
murmurar:
—¿Noquieresqueabraotrabotellitadepegatinasrosa?
Sonrío,¡serápetardo!Y,sinmirarlo,susurroalrecordarloenfadadaqueestoyconél:
—Teodio,EricZimmerman.
Entoncessientoquemiamorsonríey,besandomifrente,afirma:
—Puesyotequieroconlocura,señoritaFlores.
44
Elmiércoles,despuésdedejaralapequeñaSamienelcolegio,Melestabaabriendolapuertadesu
cochecuandooyóquealguiendecía:
—Buenosdías,Melania.
AldarselavueltaseencontródirectamenteconGilbertHeine.Conscientedeque,sielabogado
estabaallíeraporquequeríaalgodeella,losaludó:
—Hombre,Gilbert,¿cómotúporaquí?
Sonriendoporsudescaro,élseacercóycuchicheó:
—Querida,creoquetúyyotenemosquehablar.
Alversuexpresión,Melsupoquenopodíaesperarnadabuenodeaquelloy,mirándolo,dijo:
—Túdirás.
Entonces,sinelmenorescrúpulo,elhombrelesoltó:
—Tu futuro marido lleva años intentando formar parte de mi bufete. Su sueño siempre ha sido
leer en el cartel: «Heine, Dujson, Hoffmann y Asociados». Y, si tú eres inteligente como creo que
eres,noloestropearás.
Mel,quenopodíacreerloqueestabaoyendo,preguntó:
—¿Aquévieneeso?
Gilbertsonrióconmaliciayrespondió:
—JohanmehacomentadoloocurridoconLouisey,apesardequemimujerte...
Incrédulayenfadadaporloentrometidosqueeranaquéllosenrelaciónconaqueltema,queella
nohabíavueltoamencionar,gruñó:
—Mira,¡hastaaquíhemosllegado!¿Queréisdejartodosdemeterosenmivida?Louisemecontó
lo que le ocurría y yo simplemente le di mi opinión. Pero ¿de qué vais? ¿Acaso ella no puede
contarmeloqueledélagana?
Sinperderlospapeles,elhombrereplicó:
—¿Sabes?Björneselperfectocandidatoparamibufete,exceptoporsumalasuerte.
—¿Malasuerte?
Gilbertlamiróy,asintiendo,cuchicheó:
—Entre el hijo que le ha salido de debajo de las piedras y estar con una problemática madre
solteraquebebecervezaylepermiteasumaleducadahijaqueinsultea...
—¡Parahablardemihijatendrásquelavartelabocaantes!—locortóMelfuriosa.
—¿CreesqueBjörnesunhombreconsuerte?—preguntóélsindespeinarse—.Porqueyonolo
creo.Sóloloseríasidesaparecierasdesuvida,yaqueestoyconvencidodequenuncavasadarla
tallaparaserlamujerdeBjörnHoffmann.
Mel estaba furiosa al oír lo que aquel hombre decía. Deseaba decir cosas terribles, pero se
contuvopornoperjudicarmásaBjörnyfinalmenterespondió:
—Escucha,podéisirosalamierdatúytubufete.Pero¿quiéntehascreídoqueeres?Unacosaes
queBjörnquieratrabajarconvosotrosyotramuydiferentequetútengasque...
—Porcierto,noteconvieneserdetenidaporprostitución—lacortóél—.Esedetallitotampoco
lobeneficia.
Al oírlo decir eso, Mel iba a protestar, pero él montó en su vehículo y se marchó dejándola
boquiabiertayfuriosa.
Durante varios minutos, no supo qué hacer, hasta que cogió su móvil y marcó el número de
Björn.
—Hola,preciosa—contestóél.
Sutonodevoz...Sualegríaledolióenelalma,ydijo:
—Björn,esedesgraciadodeGilberthavenidoalapuertadelcolegioy...
—Por el amor de Dios, Mel, ¿quieres hacer el favor de dejar de insultar a las personas por el
simple hecho de que no te caigan bien? —Y, sin dejarla hablar, siseó—: Mira, Mel, estoy con mi
padreyconPeterynotengotiempoparadiscutircontigo.
Laextenientetomóairey,singanasdemontarunnumeritoapesardelofuriosaqueestaba,dijo
antesdecolgar:
—Vetealamierda.Yahablaremos.
Luego, encabritada, subió a su coche. Durante un rato pensó en lo ocurrido, en las cosas
desagradables que Gilbert Heine le había dicho y, necesitada de hablar con alguien que le diera
fuerzasyquelaentendiera,llamóaJudith:
—¿Dóndeestás?
—Enlaoficina—respondiósuamiga—.¿Ocurrealgo?
Melmiróasualrededorypreguntó:
—¿Puedoiraverte?
—Porsupuesto,ysimetraesunfrapuchinodechocolateblanco,¡tecomoabesos!—Alverque
suamiganoreíaaloíreso,añadió—:Oye,¿quépasa?
Comonoqueríaangustiarla,Melrespondió:
—Tranquila.Sóloquierocomentartealgo.
—Ok.Aquíteespero.
Cuandocolgó,Melarrancóelmotorysemarchó.
Mediahoradespués,trasestacionarsucocheenunparking,pasóporelStarbucksmáscercano,
compródosfrapuchinosysubióaldespachodesuamiga.Necesitabahablarconella.
CuandoJudlavioaparecer,selevantódesusillay,sonriendo,dijomientrasabríalosbrazos:
—Ymetraesdeverdadelfrapuchinodechocolateblanco,¡tequiero...,tequiero!
Melsonrióporsuefusividad.Juditherapuravitalidady,trasdarleunbesoaaquélla,quelehabía
arrebatadoelvasodelasmanos,sesentóenunasillaydijo:
—Tengounproblema.
Judith, que sacaba con cuidado un poco de nata con la pajita verde, se la metió en la boca y,
omitiendolosproblemasqueellatenía,dijo:
—Dios...,asínuncavoyaadelgazar,peroestátanricalanata...—Luegosesentójuntoasuamiga
ypreguntó—:Muybien.Dime,¿quépasa?
Laextenientediountragoasubebiday,sinesperarunsegundomás,lecontóloocurridoaJud,
quepasódelasorpresaalaincredulidady,deahí,alaindignación.
—Pero¿esetíoesidiotaoqué?¿Nolohasmandadoalamierda?
—Sí,ydespuéshemandadoalamierdaaBjörn.
Judithlamirósorprendidayseapresuróaañadir:
—TienesquecontarletodoestoaBjörn.
—Loheintentado,Jud.Perocadavezquemencionoalgodeesebufete,selíaynomedejahablar.
Yonosoportoaesagente,yBjörnnosoportasaberlo.
Cogiendoelteléfono,Judithlamiróydijo:
—Ahoramismolollamamosyselocuentastodopuntoporpunto.Estonopuedecontinuarasí.
Melcerrólosojosuninstante,lequitóasuamigaelteléfonodelasmanosyreplicó:
—Ahora no, Jud. Está con Peter y su padre, y no creo que sea el momento. Además, pronto
tendremoslafiestadecompromisoy,silecuentoesto,selaestropearé.
—Pero,Mel...,esetipoes...
—Esundesgraciado—lacortóella—.PeroahoranopuedohablarconBjörny,porsupuesto,ni
unapalabraaEric;¿meloprometes?
Judsuspiróy,alverlacaraseriadesuamiga,finalmentedijo:
—Teloprometo.PerocomoestosevayademadreynoselocuentesaBjörn,tejuroqueselo
contaréyo.
Aquellamañana,cuandoMelsaliódelasoficinasdeMüller,sefuedirectamenteasucasay,al
entraryoírrisas,sedirigióhaciaelsalón,dondeseencontróconBjörnyPeter.Verlafelicidaden
susrostroshizoquesesintieramal.Sihablabaahorasobreloqueocurríaconaquéllos,todoibaa
cambiar,porloque,suspirando,decidiódejareltemaparaotrodía.
Durante varios minutos los observó jugar desde el sofá con unos mandos delante de la tele y,
cuandosupoquepodíacontrolarlavoz,dijo:
—Perobueno,¿túnotienesquetrabajarytúnotienesqueestudiar?
Aloírla,Petersecalló,yBjörnparóeljuegoyselevantó.
—Hola,cariño—dijo—.EstamañanaPeteryyohemosidoadesayunarconmipadreydespués
lostreshemosidoaunaentrevistaenuninstituto.
—¿Y?—preguntóella.
Elmuchachoibaaresponder,peroBjörnlepidióunsegundo,llevóaMelaparteypreguntó:
—Antesderesponderaeso,¿porquéestabasdetanmalalecheestamañanaydóndehasvistoa
Gilbert?Porcierto,teniente,odioquemecuelguescomolohashecho,ymássiencimamemandasa
dondemehasmandado.
Durante unos segundos, ella calibró su respuesta. Tenía que contarle lo que ocurría. Debía ser
sincera con él en relación con el acoso que estaba sufriendo por algo que un día Louise le había
comentado.Pero,incapazdehacerlo,respondiócambiandoelgesto:
—ViaGilbertenelcolegiodeSami.Porcierto,medieronsaludosparati.
—¿Ytumalaleche?
—Untipomehizounapirulaconelcoche.Sóloeraeso.
Björnlamiróalosojos.Intentóleerloqueéstosqueríandecirle,peronoteníaganasdeponeren
dudaloqueellalecontaba,asíqueasintióy,volviendoasonreír,dijomientrasseacercabaconella
denuevohastaPeter:
—Comotedecía,hemosidoauninstitutoqueaPeterlehagustadobastante,¿verdad,campeón?
ConunasonrisaquedescongelaríaelPoloNorte,elmuchachoasintióyafirmóemocionado:
—¡Quépasadadeinstituto!Hastatienenunportátilparacadaalumno.Nocomoenelmío,enel
quehayunoyviejoparatodalaclase.
Melsonrió.Sinduda,loquePeterdecíaeraverdady,tocándoleelpeloconternura,indicó:
—Sóloqueremoslomejorparati,cariño,ysiesecolegiotegusta,intentaremosportodoslos
mediosquepuedasirallí.
PeteryBjörnsemirarony,traschocarselamano,elabogadodijo:
—Porcierto,luegohemosidodecomprasytehecompradoeliPhone6quequerías,¡caprichosa!
Encantada, Mel aplaudió al ver la cajita de su nuevo iPhone 6 sobre la mesita. Por fin podría
aparcarelviejomóvilquehabíatenidoquerescatardesdequeelsuyoacabódentrodeunajarra.
—TambiénlehecompradoaPeterunportátilenlatiendademiamigoMichael.Casualmente,allí
tenían puesto este juego en uno de sus ordenadores, los dos hemos comenzado a jugar y lo he
compradotambién.¡Noveasquépasada!
Divertida, y obviando lo ocurrido aquella mañana, Mel lo miró y, como si fuera la madre de
aquelgigantedeojosazulesypelonegro,preguntó:
—¿Ytúnoteníastrabajo?
Conunapícarasonrisa,BjörnvolvióasentarseconPetery,dirigiéndoseaella,respondió:
—Teníaunpardevisitasqueatender,peroAidansehaencargadodeellas.Noeranimportantes.
Laextenienteasintió.Sinduda,PeterleestabacambiandolavidaaBjörny,felizdequeasífuera,
sesentóentreellosdosy,mirándolos,afirmó:
—Muybien,listillos.Quierojugar.¿Aquiénmachacoprimero?
45
MelyBjörnestánfelicesporsufiestadecompromiso,yyoloestoytambiénporellos.
Esta mañana, tras hablar con Mel por teléfono durante casi una hora, hemos decidido que los
niñossequedenenmicasa.Eslomejor.PipayBealoscuidarán.
TraslanochedelabotelladelaspegatinasrosanohevueltoadiscutirconEric,peroyanome
voyaengañarmás:soylamonasabia.Soyconscientedequeennuestracasasecuecealgoy,eldía
queexplote,noséquiénsevaasalvar.
Cuando Mel aparece con Bea, que se encargará de cuidar a Sami esa noche en mi casa, y con
Peter,Flyn,queyahasidoavisadoporEric,bajaarecibirlo.
Sindecirnada,observocómoSami,despuésdedarnosunbesoamimaridoyamí,corretrasel
pequeñoEric,ytambiéncómoFlynnosemueveymiraaPeterconcuriosidad.
—YésteesFlyn—oigoquelediceMelaPeter—.Ambostenéismásomenoslamismaedad,y
seguroquepodéishablardemilcosas.
Losdosadolescentesasientenconlacabezaynodicennada.
Yonoabrolabocaysóloesperoquemijodidohijosepacomportarseconelmuchacho.
Eric,queestájuntoaMel,alverqueFlynnodicenada,miraaSimonaeindica:
—Peterpuededormirestanocheenlahabitacióndeinvitados,¿estápreparada?
—Sí, señor —dice la mujer sonriendo y, acercándose al chico, murmura—: Bienvenido, Peter,
soySimona.Siquierescualquiercosa,sólotienesquepedirla,¿deacuerdo?
—Loharé,señora.Gracias—respondeelcrío.
LaeducacióndePeteresexquisita.
Veraesemuchacho,alquelehafaltadodetodo,mehacedarmecuentaunavezmásdequenoes
necesario criarse en una familia con dinero para ser educado. Sin duda, Peter es un gran ejemplo.
OjaláFlyntomaranota.
—¿YBjörn?—pregunto.
Melseretiraelpelodelacarayrespondeconpicardía:
—Sehaidoparaelrestaurante.Habíainvitadosquellegabanpronto.
ConociendoaBjörn,seguroquelacenaserádelasbuenasy,cuandovoyacontestar,oigoque
Ericdice:
—Flyn,aPeterlegustanmucholosordenadores,ymeconstaquejuegaalosmismosjuegosque
tú.
LosdosadolescentesintercambianunamiradayFlynpregunta:
—¿Juegasa«LeagueofLegends»?
—Sí.
—¿Ya«WorldofWarcraft»?
Petersacasuportátilnuevodelamochilayafirma:
—Enéstesoymuybueno.¿Ytú?
Flynsonríe.Comosiempre,versusonrisamehinchaelcorazón.Acontinuación,cuandolosdos
subencorriendoporlaescalera,Ericdice:
—Noosacostéismuytarde.
—Vale,papá—respondeFlyn.
Mel, Eric, Simona y yo nos miramos y sonreímos. ¿Qué tendrán esos juegos, que hermanan a
desconocidos?
Trasbesuquearalospequeños,queestánenlapiscinaconPipayBea,nosmarchamos.Tenemos
unagrannochepordelante.
Cuandollegamosalrestaurantenosencontramosconvariosamigos,peromisubidónesmáximo
enelmomentoenqueoigodeciramiespalda:
—¡Sorpresa!
AlvolvermemeencuentroconFridayAndrés.Alverlos,gritoenloquecidaycorroaabrazarlos:
Decirquelosquiero¡esquedarsecorto!Y,cuandoporfinconsigocalmarme,pregunto:
—¿YGlen?
Sonriendoysinsoltarmelamano,Fridaresponde:
—Sehaquedadoencasademispadres.
Losvuelvoaabrazar.Estoyemocionadaportenerlosallíconnosotros.Paramí,ellossondela
familia como Mel y Björn. Amigos que conocí de manera extraña y que al principio me
escandalizaronconsucomportamiento,peroparamísonespeciales.Muyespeciales.
Agarradadesufuturomarido,MelhablaconEricyAndrés,peroentoncesobservoquesugesto
cambia.MeapresuroamirarhacialapuertayveoentraraGilbertHeineyasumujerjuntoaotros
tipostrajeadosquepresupongoquesonabogados.
Rápidamente, camino hacia mi amiga y me pongo a su lado. Sé lo que piensa, pero Björn, sin
perdersusonrisa,vaasaludaralosreciénllegados.
—¿Quéhaceesapandilladeidiotasaquí?—cuchicheo.
—Nolosé.Björnnomedijoquevendrían—respondeMel.
Instantesdespués,Björnseacercahastanosotrasconaquéllosy,mirandoaMel,anuncia:
—Cariño,Gilbert,Heidiyotrosasociadoshanllegado.
Observocómomiamigacambiaelgestoporunafalsasonrisay,trasbesarlosconcordialidad,
dice:
—Graciasporvenir.
—Nonoslopodíamosperder—afirmaGilbertconunasonrisaderata.
—Unfuturoenlaceessiempremotivodefelicidad—añadelaperradeHeidi.
Gilbert,queveoquetieneelbrazosobreelhombrodeBjörn,diceentonces:
—Y nosotros estamos felices de estar invitados a un acontecimiento tan especial como lo es la
fiestaporelenlacedelque,¿quiénsabe?,podríasernuestropróximosociomayoritario.
—Eso,¿quiénsabe?...—repiteDujson,elotroabogado,entrandoporlapuerta.
AMelselecortalarespiracióncuandoGilbertlamiray,guiñándoleelojo,añade:
—Björn,eresunodelosmejoresy,laverdad,Gilbert,Dujson,HoffmannyAsociadosesunbuen
nombre,¿noteparece?
Björnsonríe,agarraaMelporlacinturayafirmamientraséstalomira:
—Sinduda,suenamuybien,¿verdad,cariño?
Mel,queséquetieneganasdearmarlamarimorena,sonríetambiénycontesta:
—Sí,cielo,suenamuybien.
Dichoesto,veoqueBjörnlepresentaaaquéllosaEricyaAndrés,yMel,disculpándose,mecoge
de la mano y vamos las dos al baño. Una vez entramos y me cercioro de que no hay nadie más,
murmuroalverlopálidaqueestámiamiga:
—Respiraynodejesqueeseasquerosoteestropeeestemomentotanbonito.
Melasiente,seechaaguaenlanucay,conseguridad,dice:
—Tienesrazón.Yopuedoconello.Volvamosalacena.
Diezminutosdespués,cuandoveoqueMelestádisfrutandodenuevodesufiesta,Fridaseacerca
amíycuchichea:
—Aún no me lo puedo creer: el guaperas de Björn, ¡padre de un adolescente y una pequeña, y
encimaahorasevaacasar!
Sucomentariomeprovocarisa,yrespondoobviandoaPeter:
—El guaperas ha encontrado a la mujer que necesita a su lado. Y sólo te diré que, si por él
hubierasido,yasehabríacasadohacemásdeunaño,peroMellofrenó.
Fridaabrelosojossorprendida.
—Créetelo—digo—.Esasí.
Fridasonríe,miraaMelyésta,alverquelamiramos,seacercaanosotrasymurmura:
—Señoras,mepitanlosoídos.¿Quéhabláisdemí?
Fridayyosoltamosunacarcajada,yluegoéstaresponde:
—SimplementedecíaqueestoysorprendiadequeBjörnfinalmentepaseporlavicaría.
Melasientey,sinperdersubuenhumor,cuchichea:
—Puesdeberíassorprendertemásdequelaquevayaapasarseayo.Dehecho,cuandollaméami
madreparadecírselo,loprimeroquemepreguntófue:«¿Quéhasbebido,Melanie?».—Denuevo,
todas reímos, y después Mel añade encantada—: La verdad es que Björn tiene todo lo que siempre
busquéenunhombre.
En ese instante, el camarero nos indica que el salón está preparado. Björn busca a Mel con la
miradayella,trasguiñarnosunojo,seva.
—¡Meencanta!—murmuraFrida.
Asiento,Melesunamordechica.
—Pues,cuantomáslaconozcas,másteencantará—afirmo—.Yaloverás.
Fridaasientey,sinmovernosdedondeestamos,pregunta:
—¿Melytúalgunavez...?
Alentenderaquéserefiere,rápidamenteniegoconlacabeza.
—No.Nunca.
—¿Porqué?Perosiestábuenísima...
Oírladeciresomehacereír,ymurmuro:
—Porquelastíasnomevan,enelsentidoenquetevanati...
—Peronosotrashemosjugadoytehevistojugarconotras...
Asiento.Tienemásrazónqueunsantoyrespondo:
—Digamosquemeencantadejarmemimar.Sóloeso.
Ambasreímos,yentoncesMelregresadenuevoanuestroladoypregunta:
—Vuelvenapitarmelosoídos.¿Dequéhabláis?
Fridayyointercambiamosunamiradayellaexplica:
—LepreguntabaaJudithsitúyella...,yasabes...
Melmemira,yosonríoyellacontesta:
—La respuesta es no. El sentimiento que ambas tenemos va más allá de lo sexual y nos impide
hacerciertascosas.
—Totalmentedeacuerdo—afirmochocandomicopaconladeella—.Melescomomihermana,
yconellanopodríahacerciertascosas,comonopodríahacerlasconmihermanaRaquel.
Fridaasiente.MedispongoadeciralgocuandoMelafirma:
—Paramí,Judesintocableentodoslossentidos.
—Guauuu—memofodivertida.
—¿SóloJud?—preguntaFridaconpicardía.
Alentenderaloqueserefiere,Melsonríeyasegura:
—Enelsentidoenelquelopreguntas,sí.
Encantadaconlaaclaración,Frida,queesunalobadeagárrateynotemenees,trasunbarridode
cuerpoaMelquemecalientahastaamí,levantasucopaydice:
—Mealegraservuestraamigaenlugardevuestrahermana.¡Vivalaamistad!
Las tres chocamos nuestras copas riendo. Desde luego, como diría mi hermana, ¡nos falta un
tornillo!
Lacenatranscurredeunmodoagradable.Amigosconocidosynoconocidosbrindamosporlos
felicesnovios,yellossebesanantenuestrosaplausos,mientrasobservoaGilbertyasussecuacesy
mecagoentodasucasta.
Eric,queestáamilado,nomesuelta.Esdelasnochesenlasquesientoquesuposesividades
totaly,cuandolacenaacabaytodospasamosalsalónatomarunacopa,memiraymurmura:
—BjörnhapropuestoiralSensationscuandosevayanalgunosinvitados;¿teapetece?
Asientocomplacida.Loesperaba,ynadameapetecemás.
Duranteunpardehoras,charlamosconunosyotroshastaqueBjörn,trasdespediralosúltimos
invitados,entrelosqueestánGilbertylosdemásabogadosconsusrespectivasmujeres,nosmiray
dicealosnuevequequedamos:
—Sigamosconlafiesta.
Losquequedamosasentimosy,encantados,nosvamosalSensations.Nadamásllegar,cuandove
aBjörn,eljefedellocalsedirigeaél:
—Comopediste,tenéisreservadalasaladelfondo.
Björnasiente.Luego,estoyhablandoconFridacuandoderepenteoigo:
—Quéilusión,¡EricyJudith!
Alvolverme,veoaGinebrayasumarido.Voyasaludarloscuando,sorprendentemente,Frida,
queestáamilado,dicealtoyclaro:
—¿Quéhaceesaasquerosaaquí?
—Cariño...—murmuraAndrésaloírla.
Yomequedopetrificada,peroGinebra,enlugardeamilanarse,seacerca.
—Perobueno,Frida,¿nosaludas?—lesuelta.
MiamigaFrida,quetieneunapersonalidadarrolladora,trasmiraraEricyasumarido,quenos
observan,clavalosojosenaquélla,queestádespampananteconunvestidoverdeclaro.
—Valoromitiempoynolopierdosaludandoazorras—replicaacontinuación.
Y,sinmás,seagarradeAndrés,ambossedanlavueltaysemarchandejándomesorprendidaamí
ytambiénalresto.
Laincomodidadsepalpaenelambiente,peroGinebra,sincambiarelgesto,nosdice:
—Vaya,veoquehaypersonajesquenocambian.
¡¿Personajes?!
¿Hallamado«personaje»amiFrida?
Aéstaletapoyolabocaconunadelasmías,perocuandovoyahablar,Ericmeagarradelbrazo
paraquemecalleylooigodecir:
—Ginebra,sinoteimporta,nosesperanenunafiestaprivada.
Me encanta que Eric haya dicho esa última palabra: ¡«privada»! Lo siento por Ginebra pero,
agarrándomealbrazodemimarido,medoylavueltaycaminoconelrestodemisamigos.
Cuandoentramosenlasalaprivada,uncamareronossirveunascopasquetodosaceptamoscon
ganas.FridaseacercaentoncesaEricyamíypregunta:
—¿Desdecuándoestáesatiparracaaquí?
Ericsonríe,daunsorboasubebidaymurmura:
—Frida...,noseasasí.
Laaludidamiraentoncesamiamorysisea:
—Tencuidadoconesazorraynotefíesdeella.
Suclaridadmehacereír.EsosiempremehagustadodeFrida.
Durantevariosminutos,mientraselladespotricasobreGinebra,observoparaversiEriclehabla
delaenfermedaddeellapero,alverquenodicenada,yotampocohablo.SiEricesdiscreto,yolo
serétambién.LoqueleocurreaGinebraconsusaludnoesalgoparafrivolizar.
Actoseguido,AndrésseacercaanosotrosyEricyélcomienzanahablarconotrotipo,momento
enelqueFridamemiraydice:
—Tencuidadoconesaperra.Esmalaytelapuedejugarcuandomenosteloesperes.
—Tranquila, es encantadora conmigo —respondo sonriendo—. No ha hecho nada por lo que
tengaquepreocuparme.
—Quéascoletengo...—prosigueFrida—.Esosí,yameencarguédedejárselotodobienclarito
antesdequesemarcharaconesetalFélix.Aunque,sitesoysincera,creoqueeslomejorquelepudo
pasaraEricporque,así,coneltiempoteconocióati.
Asiento. No quiero que las palabras de Frida en referencia a Ginebra me hagan cogerle manía,
porloqueafirmoconpositividad:
—Puesentoncesquedémonosconesoyolvidémonosdeella.
Fridayyobrindamosynovolvemosamencionarla.
La música suena y, rápidamente, algunas nos lanzamos a bailar. Digo algunas porque Eric no
baila ¡ni loco! Él, con mirarme apoyado en la barra improvisada que el dueño del Sensations ha
instaladoenaquellasala,tienebastante.
Mientras bailo junto a Mel la canción Talk Dirty,[24] de Jason Derulo, observo a mi amor. El
lugaresprovocador,élessexiylacanciónescalentita.Y,clavandolamiradaensusojazosazules,
muevolascaderasmientrascanturreoaquellode«¿Vasahablarmesucioamí?».
Sucio..., la palabra «sucio» nunca me ha gustado, pero allí donde estoy tiene un significado
especial,megustaymeexcita.
Me provoca tanto que, mientras muevo las caderas ante la atenta mirada de mi impresionante
rubio, me quito las horquillas del moño que llevo y, cuando mi oscuro y ondulado pelo cae en
cascadasobremirostro,loretiroconcoqueteríayobservoamiamorsonreír.
Apocosmetrosdedondebailo,observocómoAndrésdesnudaaFridaenunaenormecamayque
BjörnyMel,quehadejadodebailar,hacenlomismo.Sinlugaradudas,eljuegocalienteacabade
comenzar.
VuelvoamiraraEric,quenomequitaojo.Sabequeesaprovocativacanciónmegusta,ytambién
sabe que esa provocación va dirigida única y exclusivamente a él. Acercándome a donde está, sin
parardecontonearmeparaseducirlo,mearrimoaélylesusurroaloído:
—¿Vasahablarmesucioamí?
Esaincitantefraseespartedelacanción.Y,sonriendo,élresponde:
—Atitehablocomotúquieras.
Ambos reímos y, echándole los brazos al cuello, lo beso, mientras él enreda las manos en mi
pelo.
Duranteunbuenrato,escuchomúsicaagarradaamiamormientrasobservocómootrosjuegan,
ymeexcitoalveraFridaenacción.¡Esunaloba!
Lamúsicacambiaentonces,ylavozdeNorahJonesinundaelreservadomientrascantaLoveMe.
[25]Ericsuspiray,agarrándome,pregunta:
—¿Bailamos?
Misonrisalodicetodo.
Abrazadaaél,comienzoabailaraquellacanciónquetantasvecesheescuchadoennuestracasay
hemosbailadoasolasensudespacho.
Compenetrados,miamoryyocantamosaquellabellamelodíamirándonosalosojos.
Todoenélmegusta.
Séquetodoenmílegusta.
Estoyexcitadaysientosucrecienteycalienteerecciónatravésdelateladenuestraropa,quenos
separa.Sinpudor,nuestroscuerpossetocandeseososdealgomásmientrasbailamos.
Discutimos,nosamamos,volvemosadiscutir,peroestoytanconvencidacomoéldequeestamos
hechoselunoparaelotroydequenuestroamorperduraráeneltiempo.
Oírlocantaraél,queeraelhombremásherméticodelmundo,meemociona.Enestosaños,Eric
hacambiadoysehahechoamí.Yanoesraroverlocanturrearobailarconmigoasolas;esoera
impensable cuando lo conocí, pero él por mí hace esas cosas, como yo lo hice en su momento al
abandonarEspañaparaseguirloyestarconél.
Nosmiramosalosojosymecalloenamoradacuandomiamorcanturreaaquellode«Loúnico
quepidoesque,porfavor...,porfavor,mequieras».
Pero¿cómonolovoyaquerersiestoycompletaylocamenteenamoradadeél?
Abrazadaamiamor,cierrolosojosydisfrutodeesemomentomágicomientrassoyconsciente
dequeélnosefijaenotramujer.Sólotieneojosparamí.
NosésiEricsabecuántolonecesito.Avecesmehacedudarlocuandoanteponeeltrabajoamí,
perocuandotienemomentoscomoéste,enelquebailaconmigo,séquelohacedecorazón.Megusta
siemprequemehacesentirespecialy,enesteinstante,enestesegundoloestáhaciendoyyosoyla
mujermásfelizdelmundomientrasbailoconélesarománticaymaravillosacanción.
Tan pronto como termina, comienza otra, y yo continúo abrazada a mi amor bailando y
disfrutando del momento mientras a nuestro alrededor la gente disfruta del sexo con libertad y se
oyensusjadeos.
¡Excitante!
De pronto, unas manos, además de las de mi marido, me agarran por la cintura y oigo que
alguiendiceenmioído:
—Suenanuestracanción.
Ericyyonosmiramosysonreímos.Sinlugaradudas,CryMeaRiver[26]esunacanciónmuy
especialparaBjörn,paraEricyparamí.Entonces,miamormurmura:
—AúnrecuerdolobienquelopasamosaquellanocheencasadeBjörn,cuandotú,pequeña,nos
poseístealosdosmientrassonabaestacanción.
Asiento.Sonríoycierrolosojosmientrasbailamos...,nosdevoramos...,nosexcitamos.
Recuerdos.Preciososycalientesrecuerdostomanmimentemientrassientoquelacomplicidad
que nos unió años atrás sigue vigente entre nosotros y que, por suerte, a Mel, la futura esposa de
Björn,noleimportayrespetadichacomplicidad.
Los tres bailamos la sensual canción interpretada por la voz de Michael Bublé, mientras Eric
devoramibocayBjörnpasealasmanospormicuerpo.
Inconscientemente,miroamialrededorenbuscadeMelyobservoqueellaestádesnudasobre
una cama pasándoselo bien con Frida y Andrés. Nuestras miradas se encuentran y mi amiga me
sonríe. Su gesto me hace saber que aprueba aquello y, sin dudarlo, cojo las manos de los dos y,
mirándolosalosojos,losllevohastalaenormecamadondeMeldisfruta.
EricyBjörnsesientanunoacadaladosinhablar.Miamorvuelveatomarmibocamientrasme
desabrochalablusayBjörnmeabrelaspiernasymebesalacarainternadelosmuslos.
Misjadeosnotardanenllegar,yEric,queestáatentoamí,sonríeymurmura:
—Disfrutaydisfrutaremosnosotros.
Lo sé. Sé que es así. El placer que esos dos hombres saben proporcionarme no me lo ha
proporcionadoningúnotrodúo.EricyBjörn,BjörnyEricestáncompenetradosparamíencuantoal
artededarplacer.
Comodosexpertoseneltema,medesnudan,metocan,mechupanymehacendisfrutar.Björnya
está desnudo. Tras levantarse, hace que me siente sobre él y, pasando los brazos bajo mis muslos,
susurramientrasEricsequitalaropa:
—Esoes,déjatemanejar.
Suvozenmioídoylamiradademiamoresmorbopuroy,cuandoEricseagachaypaseala
bocapormihumedad,tiemblo.Björn,queesquienmesujeta,meabrebienlosmuslosparamiamor
ydiceenmioído:
—Primerotefollaráélydespuéstefollaréyo;¿estáspreparada,preciosa?
Asiento.Asientoyasiento.¡Preparadísima!
Paraellosdosestoysiemprepreparada.Entonces,Ericselevanta,memiraymebesadejándome
elsaborenlabocademipropiosexo.Enloquecidoporelmomento,metesuduropeneenmivagina
ylenta,muylentamente,seintroducedeltodoenmímientrasyogimoyBjörnmurmura:
—Jadea...,grita...,vuélvenoslocosdeplacer.
Al oír mi jadeo, Eric mueve las caderas y se clava de nuevo en mi interior. Yo grito. Con
movimientossecosycontundentes,mimaridoentraysaleunayotrayotravezdemí,mientrasyolo
acepto. Mis jadeos los vuelven locos. Mis resuellos los excitan, cuando siento cómo las manos de
aquellosdosmetienentotalmenteinmovilizadayséqueestoyasumerced.
Misperversosycalientesgritosavivansudeseo,yentoncesEric,agarrándomedelacinturacon
fuerza,selevantadelacamaconmigoenbrazos.Björnseincorporatambiény,mientrasmiamorme
maneja para encajarme una y otra vez en él, soy consciente de que nuestro amigo se pone un
preservativo.
Comounamuñecamemuevoentresusbrazos,hastaqueEricdaunalaridogustosoyséqueha
llegadoalclímax.Memiraagotadoy,sinsalirsedemí,susurra:
—¿Todobien,cariño?
Asiento.Todomejorquebien.
Concuidado,saledemí,sesientaenlacamay,haciéndomesentarsobreél,vuelveaabrirmelos
musloscomoinstantesanteshahechoBjörn.Despuésmebesaenelcuelloy,mientrasobservocómo
Björn le devora los labios a Mel, que está a nuestro lado disfrutando con Frida y Andrés, Eric me
dicealoído:
—Eresmía.
Extasiadaporsuspalabras,porsuvozyporelmomento,veocómoBjörnabandonalabocadesu
mujer, se acerca a nosotros y, tras echarme agua en el sexo para lavarme, me coge por la cintura,
acercasuduropeneamiempapadavaginaymeempalaporcompleto.
MientrasEricmeabrelosmuslosparaBjörn,noparadedecirmelopreciosaquesoy,cuántome
amaylomuchoqueloexcitavermeasí.
Uf...,quéplacer...,quécalor.
Björn, que está tan excitado como yo, no me suelta las caderas y, con movimientos certeros y
precisos,meempalaunayotravez,mientrasyodisfrutoymedejollevarporelmomento.
LasacometidasnoparanhastaqueEriclopide.Entonces,sinsalirse,Björnmelevantaysiento
cómoEricguíatambiénsupenehaciamivaginaymurmuraenmioído:
—¿Puedo?...
Asiento...,claroquepuedey,excitadaalnotaraquello,afirmo:
—Soytuya.Hazlo.
LalenguadeEricsepaseapormicuellocuandolooigodecirconvoztrémula:
—Despacio,Björn...
Elabogadomesujetaconcontrolmientrasmiamorfuerzalaentradadesuvergaenmiyarepleta
vagina y, al final, lo consigue. Ambos penes se funden en uno solo, y el placer que siento es
indescriptible,increíble,yjadeo.
Loquemisdosadonismehacenmevuelvelocay,cuandoestoyempaladavaginalmenteporsus
enormesydurosmiembros,comienzanamoverseymisgemidossevuelvengritosdepuroplacer
mientrasveoqueMelseacercaaBjörny,trasabrazarlo,lobesa.
Loca. Loca me vuelven Eric y Björn con su completa posesión, y eso me hace echar la cabeza
paraatrás.Notomivaginallena,repletaarebosar,peroelplacerestanintenso,taninmensoqueno
quieroqueesasensaciónacabe.
SientolarespiracióndeEricenmiespaldamientrassusmanosexigentesmemuevenenbuscade
nuestro placer. Eric y Björn. Björn y Eric. No paran. Son insaciables. Sus respiraciones y sus
movimientos me enloquecen, y yo me dejo manejar como si fuera una muñeca. Me gusta ser su
jugueteylosoymientrasjueganconmigoymemimananuestraparticularmanera.
Querríamiraramimaridoybesarlocomohacenmisamigosy,comosimeleyeralamente,mi
amorsusurraenmioído:
—Después,micorazón...,después.
Calor...,tengomuchísimocalormientraslasangrecorredescontroladapormicuerpoytodasmis
terminacionesnerviosasmehacensaberquemevoyacorrer.
Cuatro manos me sujetan, dos cuerpos me poseen, y mi vagina está totalmente dilatada y
empapadapormisfluidos.
Placer...,placer...,elplacermetomay,cuandoyanopuedomás,medejoirmientrasmicuerpoes
movidoporaquéllos,queinstantesdespuéssecorrenporyparamí.
Pasadosunossegundos,cuandoBjörnsesale,meguiñaunojoysemarchaconMelaunadelas
duchas.EncuantoEricsaledemítambién,medoylavueltaymiamormurmuramirándomealos
ojos:
—Vamos...,bésame,morenita.
46
El martes, el grupo de amigos quedaron para cenar en casa de Judith y Eric, pero antes de la cena
decidieronmeterseenlapiscinainteriorparajugarconlosniños.
Flyn y Peter se escaparon al cuarto del primero para ponerse los bañadores, ya que eran
demasiadorecatadosparahacerloenlosvestuariosdelapiscina.
Mientras Eric, Björn y Andrés se ocupaban de los pequeños, Frida, Mel y Judith fueron a
cambiarse de ropa en los vestuarios. Una vez tuvieron los biquinis puestos, mientras se quitaban
anillos,relojesypendientesylosdejabansobreunahamaca,Fridacuchicheó:
—EnSuizahayunoslocalesquesondelomáschulos;¡tenéisquevenir!
—Iremos—afirmóJudith,yMelsonrió.
Minutos después, los tres matrimonios estaban sumergidos con los pequeños en el agua de la
piscina cuando aparecieron Flyn y Peter y se tiraron en bomba. Entre risas, todos comenzaron a
jugar, y Mel, al ver a Björn divirtiéndose con Sami y con Peter, se acercó a su amiga Judith y
susurró:
—¿Noteparecesexi?
Judith miró en su dirección y pensó que sí, que Björn le parecía sexi, aunque, mirando a su
marido,quellevabaalpequeñoEricsobreloshombros,respondió:
—Soymásderubios,perdóname.
La diversión duró un buen rato, hasta que decidieron salir de la piscina y secarse. Sin duda,
Simonanotardaríaenanunciarlesquelacenayaestabapreparada.
Una vez se vistieron, después de que las chicas recogieran sus alhajas de la hamaca, Judith
murmuró:
—Noencuentromianillo.
—Seguroquesehabrácaído—replicóMelmirandoasualrededor.
Todos comenzaron a mirar por la piscina en busca del anillo perdido, y Eric, acercándose,
preguntó:
—¿Québuscas?
Judithleenseñóeldedovacíoyarrugóelentrecejo.
—Mianillopreferido.
Élasintió.Sabíaqueaquelanilloquelehabíaregaladohacíaaños,enelqueponía«Pídemeloque
quierasahoraysiempre»,eraespecialparaellay,mirandoalsuelo,murmuró:
—Tranquila,cielo.Aparecerá.
Duranteunbuenratotodosestuvieronbuscandoelanillo,peroéstenoaparecióporningúnlado,
yEric,mirandolapiscina,finalmentedijo:
—Quizásehayacaídodentro.Mañanalocomprobaremos.
Judithasintió.Pero,alvercómolamirabaFlyn,susextosentidolapusoenalertay,acercándose
aél,lepreguntócontotaldiscreción:
—¿Hasvistoaalgunodelosniñosacercarsealahamaca?
Elcríoserascóelcuelloyrespondióconunasonrisita:
—No.
Judith comprendió entonces por su sonrisa que mentía; lo conocía demasiado bien. A
continuación,bajandounpocolavoz,musitó:
—Túnotendrásnadaquever,¿verdad?
Aloírla,elcríodiounpasoatrásygritó:
—¡¿Creesqueyotengotuanillo?!
—Flyn...—siseóellaalverqueEriclosobservaba.
—¿Yyoparaquéquierotuanillo?
—Flyn...,bajalavoz.
—¿Porquéhedebajarlavozsimeestásacusando?—insistióaquélconscientedequeEriclos
estabamirando.
Alertado,Ericlosobservóperoentonceselmuchachogritóenfadado:
—¿PorquénolepreguntasaPeter?
—¿APeter,porqué?
Entonces,todoslosmiraron,yFlynindicócuandoMelseacercabaaellos:
—Porqueéltambiénestabaaquíconmigoy,silopiensasmejor,élpuedenecesitareseanillomás
queyo.
—¡¿Qué?!—protestóMelaloíreso.
—Dejadedecirtonterías,Flyn—gruñóJudith.
Confundido,Björnclavólamiradaensuhijo,yelmuchacho,quellevabaaSamienlosbrazos,
replicó:
—Yonohetocadoeseanillo.Siqueréispodéisregistrarmiscosas.
—Claroquenolohastocado—afirmóMelcolocándosejuntoalcrío.
Aloíreso,Ericseacercóhastaellosparaponerpaz.PeroJudith,molestaporelcomentariode
Flyn,losoltó:
—¿Acasoesnecesarioacusaraotroscuandoyosólotehepreguntadoati?
—Bastaya—seentrometióEric—.Seacabóestaconversación.
PeroFlyn,deseosocomosiempredejaleíto,miróasupadreygruñó:
—Papá,¿porquémetienequeacusardeteneryoelanillo?
—Quizáporquehevistocómomeobservabasylasonrisitaqueponías.
—¡Hedichoqueyabasta!—insistióErice,intentandosuavizareltono,sedirigióaunaenfadada
Judithyafirmó—:Seguroqueelanillosehacaídodentrodelapiscina.Vayamosacenarymañana
pediréquelobusquen.Venga,¡todosacenar!
FridayAndréssemiraron.Sinlugaradudas,larelacióndeJudithconelcríonoestabapasando
porunbuenmomento.
Sinmás,todossalierondeallíysedirigieronhaciaelcomedor,dondesesentaronalrededorde
la mesa. Tratando de disimular su malestar con Flyn, Judith cambió el gesto para hacerles saber a
todos que lo ocurrido no había tenido importancia, pero Mel, que la conocía muy bien, una de las
vecesenqueambasselevantaronparairalacocina,ledijo:
—Jud, siento lo ocurrido, pero creo que si pusiera las manos en el fuego por Peter no me
quemaría.
Judithasintióconunasonrisa.Ella,encambio,nopondríalasmanosporFlyn.
—No pienses más en eso —contestó mirando a su amiga—. Seguro que el anillo está en la
piscina.
Aldíasiguiente,Judithselevantóantesquenadie,bajóalapiscinay,trasponerseunasgafasde
buceo,larecorriódosvecesdepuntaapuntayelanillonoapareció.
47
LosdíasqueFridayAndrésestuvieronenMúnichlospasaronconlafamiliaylosamigos.Estarcon
elloseradivertido,ylanocheenquetuvieronquemarcharse,lohicieronconpesar.
TraselepisodiodelanillodeJudith,BjörnhablóconPeteralrespecto,yésteledejómuyclaro
queélnohabíatenidonadaquever.Björnlocreyó.
Unanoche,despuésdequeMelacostaraaSamiyPeteryasehubieraidotambiénalacama,entró
en su habitación y miró al hombre moreno que tantos buenos momentos le daba. Björn estaba
leyendounospapelesqueteníasobrelacama.
—Niñosacostadosyperradormida.
Elabogadosonrióaloíresoy,trasrecibirelbesodeMel,murmuró:
—Sólofaltastúdesnudaamilado¡ylanocheserácolosal!
Mel,dispuestaadarleaquelloqueélsolicitaba,dijo:
—Damecincominutosparaunaduchaytendrásloquepides.
—Guauuu,¡quéinteresante!—semofóelabogadoviéndolamarchar.
Alentrarenladuchaysacarseelmóvildelbolsillotraserodelvaquero,vioqueteníaunmensaje.
Dimesiaceptaselpuestodeescolta.Mepresionanynecesitouncandidato.
Al leerlo, Mel supo que era del comandante Lodwud. Pensar en hablarlo con Björn era
complicadoy,dejandoelmóvil,decidiómeterseenladucha.Necesitabarefrescarlasideas.
Cuandosaliódelbaño,sesorprendióalnoveraBjörnenlacama,dondelohabíadejado,porlo
que,trassecarseelpeloconunatoallayvestidatansóloconelalbornoz,lobuscóportodalacasa.
Alnoencontrarlo,decidióiramiraraldespacho.
—¿Quéhacesaquí?
Björnsonrióalverla.
—El expediente de este caso estaba incompleto y decidí ver si estaban aquí los papeles que me
faltaban.
—¿Yestaban?—preguntóellaapoyándoseenlamesa.
Alverladeaquellaguisa,Björnasintióy,retirándoleunpocoelalbornozparaverlelapierna,
afirmóconvozronca:
—Tentadora.
Actoseguido,cogióalajovenenbrazosy,trassentarlaahorcajadassobreél,labesó.Cuandose
separódeella,dijo:
—Nosésivoyapoderesperaraseptiembre...
Melrio.
—Podrás...,claroquepodrás.
Depronto,Björnrecordóalgo.
—Mel,tengoquedecirtealgoyesperoquenotemoleste.—Aloíreso,ellafruncióelceño,yél
prosiguió—: Esta tarde, Sami me ha dicho emocionada que en la tele tenía canales de dibujos
animadosnuevosy...
—Vale..., vale..., sé lo que vas a decir —lo cortó ella—. Pero, cariño, Peter sólo ha tenido que
meterunaclavedesdesuordenadory...
—Mel,noquieroquepirateenada.¿Dequésirvequeyoseloprohíbaytúselopermitas?
Melsuspiró.Sabíaqueteníarazóny,singanasdediscutir,asintió.
—Deacuerdo.MañanalediréaPeterquequiteesoscanalesytambiénlosdedeportes.
—¿Deportes?—preguntóél.
Melsonrió.
—Sí,cielo...,unmontóndecanalesdedeportes—dijo.
Alversugestotravieso,Björnasintióy,trascogerelmandodelequipodemúsica,loaccionóy
comenzóasonarlacanciónAChangeIsGonnaCome.[27]
—¿Seal?
—Contigonuncafalla—respondióélbesándola.
La exteniente se olvidó de lo que estaban hablando mientras la increíble canción sonaba y
caldeabasegundoasegundosuscuerposysusalmas.Seadoraban,senecesitaban,perosiantescon
Samisutiempojuntosseveíareducido,ahoraconPetersereducíamásaún.
Mel pensó en el mensaje que acababa de recibir de Lodwud. Tenía que hablar con Björn de
aquelloy,aunquesabíaqueésenoeraelmejormomento,separándosedeélcomentó:
—Cariño,tengoquehablarcontigodealgo.
Björn,queyaestabatotalmentelanzadoaloquesehabíapropuesto,asintió.
—Después...,preciosa...,después.
—Björn...
—Luego...,ahoraestoymuyocupado.
Melsonriópero,parándolodenuevo,explicó:
—He recibido un mensaje de Lodwud en el móvil. He de dar una respuesta en relación con el
trabajodeescolta.Elpuestoesmíosiloquiero.
Aloíreso,elabogadoapartóincómodolasmanosdeellaypreguntó:
—¿Yquévasadecir?
Melsuspiró.Sabíaqueelbuenrolloseacababadeterminar,porloquerespondió:
—Escucha,cielo,estoyintentandohablarlocontigo.
—Pues si lo estás hablando conmigo, la respuesta es no. No quiero que mi mujer sea la puta
escoltadenadie.
Sutono,suformadedecirloylarabiaquedetectóensuspalabrashicieronqueMellomiraray
gruñera:
—Oye,¿túquétecrees?¿Queyosoyunapánfilacomoesasmujeres?¿Acasopiensasquevasa
dirigirmividaenloreferentealoquequierohacer?
—¿Quieresdejardemalmetercontraelbufetedeunavez?Estoyhartodeque,alamínima,sólo
salgandetuboquitacosasdesagradablescontraellos.Mira,Mel,llevoañosintentandoconseguirese
sueñoyestavezrozamisdedos,portanto,¡nolojorobes!
Ellasuspiró.Pornadadelmundoqueríajorobarsusueñoe,intentandonovolveradecirnadade
aquéllos,insistióeneltemaqueleinteresaba:
—Cariño,hicimosuntrato.Yomecasabacontigoytúaceptabasque...
—¿Tehascasadoconmigo?
Laextenientelomiróy,echandochispasporlosojos,respondió:
—Björn...,esonoesjusto.
Elalemánnosemovió.Sabíaqueloqueacababadedecirnoeracorrecto.
—Escucha,cariño—insistióella—,tenemosquehablar.Haycosasquenosabesenrelacióncon...
Björnlasoltóofuscadoy,apartándolaaunladoparalevantarse,siseómientraslacortaba:
—Mira,enesteinstantesemehanquitadolasganasdecualquiercosacontigo.Buenasnoches.
Actoseguido,seencaminóhacialapuertaysaliódeldespacho.Mel,boquiabierta,nosemovió
mientrasseguíasonandoaquellamaravillosacanción.
48
MirelaciónconFlynsigueigual.Ericseencargaahoradeél,peroelcríocontinúasindirigirmela
palabra. Eso sí, ahora soy como los tres monos sabios: no oigo, no veo, no hablo. Sin embargo,
añoronuestrasconversacionesynuestrasrisas.
¿Élnolasechademenoscomoyo?
Mi anillo no aparece y estoy apenada. Ese anillo significaba mucho para mí, y Eric se ha
empeñadoenencargarmeotroigualyséquecualquierdíalotraerá.
El jueves, tras llegar de trabajar de Müller, me tomo un café en la cocina mientras charlo con
Simona.
Flyn entra seguido por el pequeño Eric. Rápidamente, al ver a mi chiquitín, que viene a mis
brazos,medeshagoenhalagosconélyluegosalgodelacocinadesumanoparairaveralgoque
quiereenseñarme.
Encuantoregresoalacocina,nohaynadie,niFlyn,niSimonay,trasabrirunarmario,sacounas
galletitasymelascomoconelcafé.
¡Quéricas!
Un par de horas después, comienzo a sentirme mal. Mi estómago se descompone y tengo que
correralbañoenvariasocasiones.
CuandoEricllegadetrabajar,noceno.Meencuentrofatal.
Miamor,alvermeeneseestado,sepreocupaysedesvivepormí.Sinlugaradudas,siunaquiere
latotalatencióndeEricZimmerman,sólotienequeencontrarsemal.¡Vayatela!
Demadrugadamedespiertoy,sindecirlenadaamichicarrón,voycorriendoalbaño.
Asqueada,piensoenquéhepodidocomerparaquemiestómagoestétanenfadadoconmigo.
Tengomuchased,porloquebajoalacocina.Sacounabotellitaconaguafríadelfrigoríficoy,
como no tengo sueño, me siento a oscuras y, al ver sobre la encimera la maripaz, como llama mi
hermanaaliPad,locojoymepongoacotillearporFacebook.
Cuando he cotilleado todo lo posible, me meto en el perfil de Jackie Chan Zimmerman y leo:
«Carrerasencasa.Sinduda,lasgotasfuncionan.¡Quérisas!».
¡Lamadrequeloparió!
Yaséporquémeencuentromal.Pero¿deverdadhasidocapazdehacermealgoasí?
Enfadada,hagounacapturadepantalla,melevanto,salgodelacocina,subolaescalera,entroen
la habitación de Flyn y, cuando doy un manotazo sobre la cama y éste se incorpora asustado, le
suelto:
—¿Quémehasechado?
Flynparpadea.Estabadormidoy,furiosaporloquehahechocontramí,pegomifrentealasuya
ysiseodispuestaapartirlelacaracomomedigaalgofueradelugar:
—Estoesloúltimoqueesperabadeti.¿Cómopuedessertanretorcidoconmigo?
—¿Dequéhablas?—pregunta.
—Tehasreídoagustocontusamiguitosporlodelasgotitas,¿eh?
Noresponde.Sabequelohepilladoy,furiosa,lesueltoantesdesalirdesuhabitación:
—Escúchame,JackieChanZimmerman,medueleenelalmatenerquedecirteesto,peroahorala
quenoquieresabernadadetisoyyo.
RegresoalacamaymemetoenellasindespertaraEric.
Alamañanasiguiente,cuandomelevanto,nodigonada.SipuedoevitarledisgustosaEric,selos
evitaré.Mepreocupaqueleduelalacabezayesohagaquesuvistapuedaempeorarpero,conmigo,
elniñatohadadoconunhuesoduroderoer.
El domingo, tres días después, tras haber visto un partido de basket de Eric y Björn, donde los
pobrecitosmíospierden,cuandosalimosdelpolideportivoobservosorprendidacómoFlynyPeter
hablan de sus cosas. Sin lugar a dudas, Peter tiene una gran capacidad para perdonar comentarios
malignos y olvidar, y un magnetismo que hace que nos esté ganando día a día a todos, incluido a
Flyn.
Con curiosidad, mientras estoy con Mel y los pequeños, observo cómo Eric y Björn,
acompañadosdelosdosadolescentes,ríenyhablanapocosmetrosdenosotras.Alpercatarsedeque
losobservo,miamigadice:
—Megustaverlacamaraderíaquehayentreellos,¿atino?
Asiento —¡por supuesto que me gusta!—, y respondo omitiendo la acción vergonzosa que mi
hijohahechocontramí:
—Claroquesí.
Dichoesto,Hannahletiendelosbrazosasupadreyéstelacogeencantado.
Luego decidimos ir a tomar algo al restaurante de Klaus. Nos encaminamos hacia los coches
cuando,depronto,alguienmeagarradelcodo.Aldarmelavuelta,pestañeo.¡Flyn!
Sinhablar,esperoaverquéesloquequiere,yalfinaldiceenuntonodevozbajo:
—Sientolodelotrodía.Nodeberíahaberteechadonadaenelcafé.
Bueno...,bueno...,bueno...¡Flyndisculpándoseporalgo!
Mequedotanbloqueadaquenoséquéhacer.Abrazarlono.Besarlotampoco.Séquerechazará
ambascosas,porloquedigosimplemente:
—Aceptotusdisculpas.
Flynasiente,memiraalosojosdeunmododiferenteydespuéssealejademí.
Yomeemocionocomounatonta.
Esanoche,cuandollegamosacasayaparcamoselcoche,SustoyCalamarvienenasaludarnos,y
Simona, que está con Norbert esperándonos, me dice que ha ido a una tienda que está abierta los
domingos a comprar y nos ha dejado hecho un pastel de carne en el horno. Yo asiento y se lo
agradezco mientras toco la cabeza de Susto. Luego el matrimonio se encamina hacia su casa de la
mano.
Alentrar,EricsemetedirectamenteensudespachoconFlynymedesmarcandesuconversación.
CuandoPipavaasubirconlospequesparaducharlos,despuésdebesuquearlos,medirijohacia
el despacho. Con la mano en el pomo, estoy a punto de abrir pero sé que, si lo hago, las chispas
volverán a saltar, y finalmente doy un paso atrás. Pienso en Eric y decido dejar las cosas en sus
manos.Eslomejor.
Necesitada de hacer algo, voy a la cocina y, obviando el rico pastel de carne de Simona, me
pongo a pelar patatas. Voy a hacer una de mis maravillosas tortillas de patata. Esas que tanto nos
gustan a todos, incluido a Flyn. El hecho de que me haya pedido disculpas me ha causado tanta
impresiónquequierohaceralgoquepuedagustarleaély,sinduda,esolevaagustar.
Duranteunbuenrato,meafano.Hagounaensaladadetomatesfrescoscondaditosdemozzarella,
dosexquisitastortillasquehuelenagloriayabrounodelospaquetitosdejamóndeJabugoquemi
padrenosenvíacadames.Sabequeadoroesejamóny,comosuniñaquesoy,aunenladistanciame
siguedandoelcapricho.
Unavezcolocoeljamónsobreunplatito,ylopongoenlamesajuntoalaensaladadetomatey
las tortillas, me encamino de nuevo hacia el despacho. Pego la oreja a la puerta y compruebo que
siguen allí. Después, abro con la mejor de mis sonrisas y Eric y Flyn dejan de hablar y me miran
comosinotuvieraqueestarallí,porloquepregunto:
—¿Quépasa?¿Nopuedoentrar?
FlyndirigelavistahaciaotroladoyEricresponde:
—Claroquepuedesentrar,cariño.
Su contestación me gusta, me tranquiliza y me demuestra que mi marido quiere que siga
participandodeesasreuniones.Sentándomeenunasilla,mededicoaescucharloqueErichablacon
Flyny,cuandofinalmenteacaba,miamormepregunta:
—Jud,¿quieresañadiralgo?
Pormicabezapasanmilcosasqueañadirpero,comonecesitoquehayapaz,enespecialporEric,
quenoganaparadisgustos,ydespuésdeladisculpaqueesedíaherecibidodeFlyn,niegoconla
cabezay,levantándome,musito:
—No.
Al oír eso, el chico me mira. Veo que lo sorprende que no le chivatee a su padre su última
fechoría,quemehavaciadolastripas.Y,deseosadeveraEricfeliz,digo:
—Venidconmigoalacocina,hepreparadoalgomuyricodecena.
Ericsonríealpercibirmialegría.
—Pero¿nohadichoSimonaquehabíadejadopasteldecarne?
Asientopero,sinquererrevelarlesmisorpresa,insisto:
—Venga.Vayamosalacocinayluegomedicessiprefiereselpasteloloqueyohepreparado.
EricyFlyncaminandelantedemíy,cuandoentramosenlacocina,miamordiceencantado:
—Tortilla de patata, tomates con mozzarella y jamón de ese tan rico que envía tu padre. ¿Qué
celebramos?
Depronto,suenasumóvil.Losacadelbolsillodesupantalóny,almirarlo,indicalevantandola
mano:
—Dadmeunsegundo.Enseguidaregreso.
Unavezélsaledelacocina,elsilencioseapoderadellugar.Flyncaminahacialanevera,laabre
ycogeunacoca-cola.Cuandoregresaalamesa,lomiroydigo:
—Yotambiénquierouna.
Sin gesticular en exceso pero haciéndome saber que lo joroba mi comentario, deja su bebida
sobrelamesa,abrelanevera,cogeotralatay,dejándolaantemí,dice:
—Aquílatienes.
Unavezsesienta,abresulataydauntrago.Consumismachulería,cojolamíay,alabrirla,la
coca-colasaleapresiónymesalpicalacara,lacamiseta,elpeloytodoamialrededor.
—¡Joder!—protesto.
Flynsueltaunarisotada,yyo,furiosaaloírlo,metolamanoenlaensaladadetomatesy,nicorta
niperezosa,selaextiendocontodamimalalecheporlacara.
Aljodidocríoselecortalarisaalinstante.
—¿Porquélohashecho?—gruñe.
Empapadadecoca-cola,lomiro.
—Dondelasdan,lastoman.O,mejordicho,elqueríeelúltimoríedosveces,JackieChan.
Enfadado, se levanta. De pronto la puerta se abre, y Eric, al ver nuestras pintas, exclama
sorprendido:
—Pero¿quéoshapasado?
Conunaservilleta,terminodesecarmelacarayelpeloyrespondo:
—Pregúntaseloaél.
—¿Amí?¿Porquéamí,siyonohehechonada?—protestaelcrío.
—Sí, claro —me mofo—. Y por eso la coca-cola que ¡tú! me has traído de la nevera me ha
explotadoenlacaraalabrirla,¿verdad?
Ericnosmira...,nosmira,yFlyninsiste:
—Papá,tejuroqueyosólohesacadolacoca-coladelaneveraylahedejadosobrelamesa.Lo
queelladaaentenderesmentira.¡Telojuro!
—¿Selojurascomoamímejurasteenotromomentootrascosas?—lereprochoyo.
—Noestoyhablandocontigo,estoyhablandoconmipadre—siseaélenfadado.
—¿Hablascontupadre?—digolevantandolavoz—.¿Yyoquésoy?,¿unmueble?—Elniñono
contesta, y prosigo—: Porque, que yo recuerde, hasta hace poco yo era tu madre y tu segundo
apellidoes¡Flores!¿Mepuedesdecirquéhehechoparaqueyanomequieras?
—Yonohedichoquenotequiera—vuelveasisearelmuchacho.
Surespuestamesorprende.¡Ay,quemequiere!Pero,calentitaqueestoy,digo:
—Puesentonceshablamosidiomasmuydiferentes,Flyn,porqueelqueyanomellames«mamá»
yquecontinuamentemeestéshaciendoputaditasparasacarmedequiciodamuchoquepensar,¿note
parece?
—Jud,¡bastaya!—gritaEric.
Oíresomeenerva.¿Porquénuncaseponeenmilugar?¿Porqué?Y,cuandoFlynsedalavuelta
ysaledelacocinaenfadado,añade:
—Muybien,Jud.Cadadíalohacesmejor.
Dichoesto,éltambiénsaledelacocina.Acontinuación,mesientoenlasilla,miroelestropicio
quehayamialrededor,conlostomatesylacoca-cola,ymurmuroenfadadaconelmundo:
—Ytútambién,Eric.Tútambiénlohacesmejorcadadía.
49
Ellunes,Ericsevaantesqueyoalaoficina.Harecibidounallamadadenoséquiénysemarcha
rápidamente.Yonilepregunto.Traslasemanitaincómodaquehemospasado,prefieroquesevaya
sinmí.
Por ello, cojo mi coche y con tranquilidad conduzco hasta Müller. Entro en mi despacho y me
encuentrounaplanta.Alverlapiensoque,siesdemimarido,subiréasudespachoyselaestamparé
enlacabeza.Elmuycabritonomehadirigidocasilapalabradesdeayery,comoselehayaocurrido
enviarmeeso,mevaacabreartodavíamás.
Durante un buen rato omito la tarjetita que veo en un lateral, pero cuando ya no puedo más, la
cojoyleo:
Esperoquetodosehayasolucionado.SeguroqueaEricyaFlynyaseleshapasadoelenfado.
Concariño,
GinebrayFélix
¡¿GinebrayFélix?!
¿CómoqueGinebrayFélix?
¿PorquésabenellosqueFlynyErichandiscutidoconmigo?
Acadainstantemásenfadada,cojolanotitaymedirijoalascensor.Ericmevaaoír.Conpaso
firmeyseguro,llegohastasuplantay,antesdequesusecretariamevea,abrolapuertadeldespacho
ymequedoparalizadaalverjuntoaEricalaspersonasquemehanenviadolamaceta.
—Aquíestá—aplaudeGinebra—.Ibaabajaryoahoramismoaverte.Queríasabercómoestabas
ysitehallegadonuestraplantita.
Mecagoensupadre,ensumadrey,comodiríamipadre,¡entóssusmuertos!
El gesto de Eric me indica que, además de mi lengua, contenga lo que pienso y, fabricando
rápidamenteunasonrisa,respondo:
—Muchísimasgraciasporlaplanta.Hasidotodoundetalle.
Félixsonríeyacercándoseamí,murmuramientrasyotocomidedosinanillo:
—Mealegraquetegustaraeldetalle.SeleocurrióaGinebra,despuésdequeEricnoscontaraen
eldesayunoquehabíaistenidounfindesemanamovidito.
Esa información sobre nuestros días moviditos..., ¿por qué tienen que saber nada ellos? Pero,
intentandonodejarmalamiestúpidomarido,cuandoloquesemereceesquelopisotee,respondo:
—¡Undetalleprecioso!
Estoyparadaallíenmedio,sinsaberquéhacer,yentoncesmiencantadormaridopregunta:
—¿Queríasalgo,Jud?
Lo miro. Claro que quería algo, pero ahora quiero arrancarle los ojos y, reaccionando
rápidamenteasupregunta,digo:
—No.Erasóloparasaberquehabíasllegadobien.
Sabeperfectamentequeesmentiraloquedigo.
—Bueno, pues en vista de que estás estupendamente, me voy a trabajar —añado, y mirando a
aquellosdos,digo—:Hasidounplacervolveraveros,ygraciasporlaplanta.
Sindecirnadamás,doymediavueltaycaminohacialapuerta.Unavezsalgodeldespacho,como
siflotaraenunaburbujita,voyhaciaelascensorperoalguienmecogedelcodoy,alvolvermepara
mirar,meencuentroconEric.
—Jud...
—Teodio—susurrosinquenadienosoiga.
Eric sabe muy bien por qué lo digo y, cogiéndome de la mano, tira de mí con elegancia y me
llevahastaunasalapequeña.Unavezcierralapuerta,dice:
—Escucha,cariño.Fueunsimplecomentario.Nohedichoque...
—Me da igual —insisto furiosa—. Les has contado que habíamos discutido y, además, no me
dijistequeteníasquedesayunarconellos;¿porqué?
Mipreguntaloincomoda,seloveoenlamirada,peroresponde:
—Porquenoeraimportante,Jud.Poresonotelocomenté.
Nolocreo.Porprimeravezenmuchotiempo,nocreoloquemecuenta,ysiseopensandoenlas
advertenciasdeFrida:
—¿Quéhacenellosdosentudespacho?
Ericnodicenada.Daunpasoalfrenteparaacercarseamí,peroyo,quenoestoydispuestaacaer
ensuinflujo,doyunoatrásalverquenovaacontestaramipregunta.
—Hederegresar—digo—.Tengomuchotrabajo.
Y,sinmás,caminohacialapuertaymevoy.
Ericnovienedetrásdemí.
TrasunamañanacaóticadondelaleydeMurphyjuegaenmicontraymepreguntoaquellode
«¿Qué más puede salir mal hoy?», al abandonar Müller siento un gran alivio cuando suena mi
teléfono.EsMarta,micuñada.
Quiere que nos veamos y quedo con ella. Estar con Marta siempre es un soplo de aire fresco.
ParecementiraqueseahermanadeEric.Ellaestodopositividad,yélestodolocontrario.
Hablamosdesuembarazo,delofelizqueessuvidaahora,hastaque,mirándomeconesacara
quetantomehacereír,dice:
—PorDios...,porDiossss,¡memeootravez!
Suelto una carcajada al ver cómo se va corriendo al baño. Aún recuerdo cuando yo estaba
embarazadalomeonaquemevolví,yriendoestoyporesocuandooigo:
—Nomedigasquehoytambiénmeveréobligadoadetenerte...
Aldarmelavuelta,veoqueesOlaf.
—Señoragente,deténgameporpedirdobleracióndefrankfurt—respondo.
Élsonríe,seacomodaamiladoy,traspedirunacervezaalcamarero,dice:
—Oye,sientomucholodetuanilloylodeFlyn.
Oh...,oh...,creoquemevoyaenterardealgoquenoséy,sincambiarelgestoparaqueOlafnose
percatedequenosénada,murmuro:
—Yaves...,cosasdemuchachos.¡Vayaocurrencias!
Olafasiente.Elcamarerolesirvelacerveza,éldauntragoy,cuandoestoylocaporquedigaalgo
másomevaadaruninfarto,añade:
—CuandoEricmecontóloocurrido,rápidamenteenviélafotodetuanilloalasdistintascasasde
empeñosdeMúnichy,encuantomeenviaronlaconfirmacióndequeestabaenunadeellas,sólotuve
queverlacintagrabadadellocalparacomprobarquehabíasidoFlynquienlohabíallevado,aunque
laventalafirmóunamigotesuyomayordeedad.
Ay,madre...Ay,madre...¿Flynmerobóelanilloylollevóaunacasadeempeños?
Uf...,uf...,¡quécalormeentra!¡Quéfatiguita!
Asientocomosifueramediotonta,yfinalmenteconsigomurmurar:
—Porsuerte,hemospodidorecuperarlo.
—Sí—afirmaOlaf—.PeronoveasquédisgustosellevóEriccuandoviolagrabación.
Comosiyoestuvieraaldíadetodo,asientodenuevocomounaidiota,ydeprontolesuenael
móvil y tras contestar, él se vuelve, yo miro y, al ver a dos chicas sonriéndole, dice dejando unas
monedassobrelamesa:
—Tedejo.Midoblecitahallegado.SaludosaEric.
Sonríotratandodedisimular,yluegomecagoenelpuñeteroJackieChanZimmermanyenmi
marido.¡Seránmentirosos!
TraspasarunratoconMartaynocontarleloquehedescubierto,mevoydirectamenteacasa.
¡Vayadíadedisgustosquellevo!
Allí,intentoolvidarladesagradablenoticiaqueOlafmehadadoypasounaestupendatardecon
mispequeñinesenlapiscina,hastaqueFlynentraypreguntamirándome:
—¿Puedevenirunamigoacasa?
Pormí,desdeluegoqueno.Sucomportamientoesparaqueestécastigadohastaquecumplacien
años.
—Llamaatupadreypregúntaseloaél—respondomuyseria.
—Yalohellamadoymehadichoqueloquedigastú.
Joder...,joder...,joder...CómomejorobacuandoErichaceeso.
Pero¿noseestáocupandoéldesupuñeterohijo?
Noobstante,comonotengoganasdegrescaso,comosalgadelapiscinalearrancolacabezapor
lofuriosaqueestoyconél,respondo:
—Hazloquequieras.Alfinyalcabo,esloquesiemprehaces.
Esanoche,cuandoEricllegaacasa,nodigonada.Mecalloenreferenciaaloquesédelanilloy
esperoavercómosedesarrollanlosacontecimientos.Mimaridonodicenimu.
Aldíasiguiente,trasunliosodíadetrabajoydespuésdepasardenuevolatardeconlosniños,
cuandoPipaselosllevaalacama,mevoyadarunpaseoconSustoyCalamar.Amisbichillosles
encantanesospaseos.
En cuanto regreso, Calamar se tumba agotado en el garaje, pero Susto, que nunca quiere
separarsedemí,mesigueyentraconmigoenlacasa.Divertida,continúojugandoconélcuando,al
iralacocina,observoqueSimonaestápelandounaspatatasparahacerunaensaladaalemana.
Veo los ingredientes que le va a echar sobre la mesa: salchichas de Frankfurt, pepinillos,
cebolleta, mayonesa, perejil, sal y mostaza antigua de Dijon y, sabiendo lo buena que le va a salir,
murmuro:
—¡Quéganitasdecomerla,Simona!
Lamujersonríeymenealacabeza.SindudaleestoyenseñandomuchascosasdeEspaña,yunade
ellasesquealosespañoles¡nosencantacomer!Sonriendo,caminohaciaelfrigorífico,loabro,cojo
unalatadecoca-colay,cuandolavoyaabrir,lamujermedice:
—¡Cuidado!
Aloírla,meparo,lamiroypregunto:
—¿Cuidadoporqué?
Quitándomelalatadelasmanos,Simonaleponeuntrapoporencimaparaabrirlaydice:
—El otro día, cuando regresamos del supermercado, a Norbert se le cayeron algunas latas al
sueloantesdemeterlasenlanevera,ynoquieroquealabrirlateexploteenlacara.
¡Joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!
¡Joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!
¡Yjoderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!
DeprontocomprendoqueacusésinfundamentoaFlyn.
Deprontomesientolapeorbrujadelmundomundial.
Deprontocomprendoquelacagué,cuandoélnohabíahechonada.
Acalorada y llena de remordimientos por el berenjenal que le monté al crío, cojo la coca-cola
que Simona me ofrece ya abierta. Sin embargo, ya no paro de mirar el reloj hasta que llega Flyn.
Necesitodecirlequemeequivoqué.Soyasídeidiotaconél,aunquenoselomerece.
Mirandoestoyangustiadaporlaterrazadelsalóncuandoveoqueelchicoentraporlacancela.
Decidoolvidarlodelanillo.Esoloresolveremosenotroinstante,perosoyconscientedequetengo
quepedirledisculpasporlaquelelie.
Sindudarlo,mepongounabrigoyvoyensubusca.CalamarySustoyaestánconelmuchacho,y
éste,cuandomeve,memiraconmalacara.Antesdequeéldiganada,meadelanto:
—Perdona,Flyn.Perdonaporhaberteacusadoporlodelacoca-cola.Simonamehacomentado
queaNorbertselecayeronalgunasantesdemeterlasenlaneveray...
—Tedijequenohabíasidoyo—respondecongestoserio,sinmirarme.
Asiento.Tienerazón,einsistocontodoelcariñoquepuedo:
—Losé,cielo,losé,yporesotepidoperdón.Puedoestarmolestaoenfadadacontigoporotras
cosas,peronodeboestarloporéstaynecesitabaquelosupierasyquemeperdonaras.
Susojosseclavanenlosmíosysientounasganasterriblesdeabrazarlo.Meabalanzaríasobreél
y lo besuquearía, pero sé que no debo. No puedo: él no quiere. Así pues, simplemente me limito a
escucharlocuandodice:
—Mealegrasaberquesabesquenofuiyo.
Dichoesto,sedalavuelta.Lomirodesconsoladay,cuandocreoquenomevaavolverahablar,
sueltalamochilay,mirándome,sisea:
—¿Porqué?¿PorquétuvistequehablarconElke?
Lomiroalucinada.
¿Aquévieneahoraesosiyohabléconellasólounavezhacetiempo?
—¿Porquétuvistequemeterteenmivida?
—¿Dequéhablas?—consigomurmurar.
Flynsemuevenervioso.Miraalosladosy,acercándoseamí,sisea:
—Jud,notehagaslatonta.Sabesmuybiendeloquehablo.
Noqueadaporloquedice,locojodelcodo.
—Pero¿dequéhablas?Siterefieresaldíaquelaencontréalasalidadelinstitutobesándosecon
otrochico,sóloledijequetúerasunbuenchicoyquenosabíaaquéestabajugandoella.Flyn,soytu
madrey...
Élaprietalosdientes.Sumandíbulasecontraey,acercandoelrostroalmío,meinterrumpe:
—Tú no eres mi madre. Mi madre murió cuando yo era pequeño. Tú sólo eres la mujer de mi
padrey,entodocaso,mimadrastra;¡entératedeunavez!
Ay,Dios...¡Elcorazónsemevaasalirdelpecho!
¿Quélehehechoyoparaqueestétanagresivoconmigo?
Sinquerercontinuar,ycongestofurioso,Flynmemiray,señalándomeconeldedo,musita:
—Por tu culpa, Elke me dejó. ¿En qué más me vas a jorobar? Porque, si sigues jorobándome,
prepárate,porqueyopiensohacerlomismo.
Parpadeo.Medueleenelalmaquenomeconsideresumadreconloqueyoloquieropero,una
vezasumotodoeso,lomiroymurmuro:
—De acuerdo, Flyn. No soy tu madre. Pero ¿me estás diciendo que estás enfadado conmigo
porque Elke no quiere estar contigo? —Él no responde. Entonces, el corazón se me encoge y
pregunto—:¿PoresoestáshaciendoqueEricyyodiscutamostanto?
Sin responderme, coge la mochila del suelo, da media vuelta y se va, dejándome sin saber qué
pensar.
Horasdespués,cuandoveollegarelcochedeEric,loesperoenelgarajey,encuantobajadel
vehículo,voyasuencuentro.
Nadamásverme,élanunciaconunaesplendorosanoticia:
—Miraloquetetraigo.
Concuriosidad,observosumanoy,alvermianillo,locojoypreguntohaciéndomelatonta:
—¿Dóndeestaba?
Ericsonríe,meguiñaunojoydice:
—Loencontréenelmaleterodelcochecuandofuiameterunospapeles.
Lo miro boquiabierta. ¿En el maletero del coche? Pero ¿éste se cree que me he caído de un
guindo?Y,antesdequeyodiganada,añade:
—Quizásetecayóallíynotedistecuenta.
Asiento. Mejor cierro el piquito, que no quiero liarla más. Aun así, no comprendo por qué me
estámintiendoenalgotanimportantecomoeso.
Sinduda,losdossomosunosgrandespringadosconelcrío,loestamoshaciendomuymalcon
él,yélnosestátoreandocomoquiere.
Cuentohastadiez.Después,hastaveinte.Hededejaresetemaparaotromomento.Y,poniéndome
elanilloeneldedo,lecuentoaErictodoloquerealmenteocurrióconlacoca-colayporquécreo
queFlynmetienetantoodio.Omitoloquemehadichoenreferenciaaseronosersumadre.Esole
doleríaaEric.
Elgestodemimaridosecontraealoírmispalabrasy,cuandoacabo,pregunta:
—¿FlynestáasícontigoporqueElkelodejó?
—Esomehadadoaentender—murmurofastidiada.
Mirubiomaldice,semueveporelgarajecomounleónfuriosoy,clavandosuazuladamiradaen
mí,sisea:
—Jud,¿porquénuncamehablastedeeseencuentroconesamuchacha?
¡Lamadrequeloparió!
Élmeestámintiendoenreferenciaalanilloytienelapocavergüenzadedecirmequenolehe
contadoaquello.
Sinoselocomentéensumomentofuepornoecharmásleñaalfuegoy,acercándomeaélcon
todalamalalechedelmundo,siseo:
—Oye,Eric,dejandodeladoquenotecontéquepilléalaamiguitadeFlyndándoseellotecon
otroyledijecuatropalabras,creoquedebemoshablarconél.
Desconcertado,memira.Llegaracasayrecibirloconproblemasnodebederesultarleagradable,
perodispuestaasolucionardeunasantavezaquelloquemartirizaaFlyn,letiendolamanoydigo:
—Vamos.
Ericcogemimano,laaprietay,deuntirón,meacercaaélparabesarme.Unavezlohahecho,
memirayconseguridadasiente:
—Vamos.
Cogidosdelamano,subimoshastalahabitacióndeFlyn.
Ericllamaalapuertaantesdeentrary,cuandooímoslavozdelcrío,entramos.Comosiempre,
estáanteelordenadory,alvernos,cierralaventanadelchatporlaquehablabaconalguien;nohe
sidocapazdeverconquién.Ericcomienzaahablar...,hablayhabla.
Comentatodoloqueyolehecontado,yFlynrespondealadefensiva.¡Faltaríamás!
Unbuenratodespués,cuandoveoqueEricyaestáperdiendosupocapaciencia,sentencia:
—Flyn,quizátumadrenodeberíahaberledichonadaaesachica,peroteaseguroque,siyola
hubieravisto,habríareaccionadocomoella.
—Túeresmásdiscretoqueella.
—Vaya,¡graciasFlyn!—exclamodolidaporsufaltadetacto,mientrascompruebounavezmás
que,delantedeEric,nodicequenosoysumadresinosumadrastra.
El crío no responde. Eric me mira con cara de «¡Cállate!» y yo decido hacerle caso. Entonces
Flyndice:
—Papá,yo...
—No,papá,no—locortaEricfurioso—.Estoycabreado,¡muycabreadocontigo!Yahorasólo
tevoyapedirunacosa.Dameunpocodetranquilidadycomienzaacomportartecomoelmuchacho
alquehecriadoyhedadounaeducaciónporque,sinolohaces,tejuro,Flyn,quelolamentaráse
irásderechoauncolegiomilitar.
Elchavalnoabrelaboca.Lodelcolegiomilitarsonpalabrasmayores,yEricprosiguemientras
yomemantengocalladitatodoelrato:
—Detodasformas,túyyotenemosunaconversaciónpendienteenloreferenteaJud.Estoyharto
demuchascosas,ycreoqueyanotevoyapasarniunamás.
Flynnodicenada,deprontoveoquesefijaenquellevoelanillopuestoy,condisimulo,dejade
mirar.Sinañadirnadamás,Ericcogemimanoysalimosdelahabitación.Nosdirigimoshaciala
nuestray,cuandocierralapuerta,mesueltaysemetedirectamenteenelbaño.
No lo sigo, sino que le doy unos minutos. Entiendo que llegar a casa y que yo le vaya con la
serenatadecontrariedadestodoslosdíasesagobiante.Flynysusproblemasnosestánmatandocomo
pareja.
Dispuestaahacerleolvidar,meacercoalequipodemúsicaquetengoenlahabitación,buscoun
CD y, cuando comienza a sonar nuestra canción, me planto frente al baño. Al cabo de pocos
segundos, cuando Eric sale, con la mejor de mis sonrisas paseo las manos por sus hombros y
murmuro:
—Ahoratevasarelajar.
Como siempre decía mi madre, la música amansa a las fieras y, dispuesta a amansar a la fiera
rubiaquetengoantemí,sonrío.Peroentonces,él,sinimportarlemissentimientos,quitamismanos
desushombros,mientrassuenaaquellode«Teregalomiamor,teregalomivida»,[28]ydice:
—Séquehagomilcosasmal,Judith,quemetomucholapatacontigo,pero,porfavor,déjame
respirar,dameespacioporquemeestáisvolviendolocoentrelosdos.
¡Anda,mimadre!¿Aquelomandoalamierdaporgilipollas?
Oír eso me duele, me rompe el corazón y, alejándome de él, apago la música y murmuro sin
ganasdediscutir:
—Deacuerdo,Eric,tedaréespacio.
Sinunápicedehumanidad,elamordemividaabrelapuertaysaledelahabitación.Nolosigo.
Noselomerece.Metumboenlacama,apagolaluzymepasohorasmirandoaltechomientrastoco
mianillorecuperado.
Entrada la madrugada, la puerta se abre, Eric entra, se desnuda, se tumba a mi lado y se queda
dormido.
Sinduda,herecuperadomianillo,peroestoyperdiendoamiamor.
50
Dosdíasdespués,cuandoJudithsaliódetrabajar,fueaverasuamigaMel.Necesitabahablarconella
oseibaavolverliteralmenteloca.Lasituaciónencasaerainsoportable.Ericestabataciturno.Flynse
escondíaporlasesquinasynadiehablabaconella.
—Tranquila,Judith.Todopasará.
—Lo sé. Sé que todo pasará. Pero la extraña sensación de soledad que siento en la boca del
estómagocuandoestamosencasanomedejavivir.
—Teentiendo—murmuróMel.
EllayBjörnhabíanestadosinhablarsesóloundíatrasloocurridolaúltimanoche,peroBjörn
noteníalacabezoneríadeEric,yencuantopudolosolucionó.Nosoportabasentirlaindiferenciade
Mel.
Sinquererhablardeello,Melmiróasuamigaysusurró:
—Todosearreglará,yaconocesaEric.Porcierto,enhorabuenaporhaberrecuperadoelanillo.
Judithsemiróeldedo.AMeltampocolehabíacontadoloquesabíay,encogiéndosedehombros,
murmuró:
—Gracias.
En ese instante se abrió la puerta y Leya, la perra, se levantó y corrió. Instantes después entró
BjörnconSamisobreloshombros,ytantoMelcomoJudithsedeshicieronenbesosconella.
Al ver a Jud, Björn la saludó encantado, pero la conocía muy bien, y la tristeza que veía en su
miradalehacíapresuponerquealgopasaba.
—¿Vatodobien?—preguntó.
Judithsonrióaloírloy,guiñándoleunojo,musitó:
—Sí,tranquilo.Simplesdiscusionesentretuamiguitoyyo.
Björnsuspiró.EricyJudysusdiscusiones...Luego,mirandoasualrededor,preguntó:
—¿NohallegadoPeterdelcolegio?
Melmiróelreloj.
—Cariño,todavíaquedaunratoparaquellegue.
El abogado asintió pero, cuando iba a decir algo, su teléfono sonó y, separándose de ellas, lo
atendió.Hablóconalguieny,aldespedirse,dijo:
—Deacuerdo,Gilbert,intentarépasarmeavertemañana.
Lasdosamigassemirarony,encuantoBjörnsemarchóhaciasudespacho,Judithpreguntó:
—¿Lehascontadoyaloqueteníasquecontarledeeseimpresentable?
—No.
—¿Yaquéesperas?
Melsonrióyreplicó:
—¿TepreguntoyoatiporquénolecontasteaEricladiscusiónquetuvisteconElkeoporqué
permitesqueelniñodigaquenoeressumadrecuandoélnoestá?
Judparpadeó.
—Tocadayhundida.
Melrio.
—Mira,lohedecidido—añadió—.Novoyadecirnada,yquesealoqueDiosquiera.Élyasabe
loqueyopiensodeesagentuzayconesomevale.
Depronto,Samipreguntó:
—TíaJud,¿quieresverelponirosaquemehacompradopapi?
Ellaasintióencantadayrespondió:
—Claroquequieroverlo.Enséñameeseponirosa,miamor.
Peterllegódelcolegiounratodespués.ComosiemprequeveíaaJudith,laabrazabaconcariño.
Eraunniñoafectuoso,yJudithseemocionaba.¿PorquéFlynnolaabrazayaasí?
Trasestarunratoconellas,elchicoseretiróasuhabitaciónparahacerlosdeberes.
Una hora después, cuando Mel y Jud estaban compartiendo una coca-cola en la cocina, Björn
abriólapuertayanunció:
—Miradquiénhavenido.
Judithysumaridosemiraronysesaludaronsinmuchaefusividadporpartedeella.
—Björnqueríahablarconmigodeciertostemaslegales—explicóEric.
Sinmoversedelsitioyconsubebidaenlamano,Judasintió:
—¡Genial!
Cuandoloschicossemarcharonaldespacho,Melcuchicheóboquiabierta:
—Guauuu...,nienelPoloNortesontanfríos.
Aloírla,Judseencogiódehombrosy,comonoqueríaseguirhablandodelmonotema,quenose
quitabadelacabeza,dijo:
—Vamos,enséñameloscanalesquePeteroshapirateadoeneltelevisor.Quieroversilostengo
ono.
Una hora después, Eric y Björn salieron del despacho, donde no sólo habían hablado de temas
legales,ysesentaronconlaschicasparatomarsealgo.
Elbuenhumorreinabaenelambiente,peroanadielepasóporaltoqueJudithestabamáscallada
delonormal.Conscientesdelatirantezquehabíaentresusamigos,BjörnyMelsemirabansinsaber
quéhacer,hastaqueella,levantándose,dijo:
—Osquedáisacenar,¡decidido!Llamaréparaquenostraiganunaspizzas.
Durante la cena, la presencia de Peter y de Sami hizo que todo fuera más ameno, pero Eric se
sentíamal.VeraJudtandesganadaporloqueestabaocurriendoencasaconFlynyconélmismole
partíaelcorazón.
El tema del chaval ya pasaba de castaño oscuro. Enterarse de que había sido capaz de robar el
anillo que tanto adoraba Judith hizo que Eric abriera los ojos como platos y se diera cuenta de lo
equivocadoqueestaba.Sinduda,éleraelgranculpableencuantoalmuchacho.Sitodaladurezaque
enocasionesvertíacontraJudithlahubieravertidocontraaquél,ahoranoestaríanasí.
PensóencontarlelafechoríadeFlynenrelaciónconlodelroboalamujerqueadoraba,perofue
incapaz. Lo avergonzaba que ella supiera la verdad de todo y, aun siendo consciente de que estaba
malloquehacía,decidiócallar.Esosí,trashablarconelchavalcomonohabíahabladoensuvida,
decidió que todo tenía que acabar y, a la siguiente fechoría que hiciera, se iba derecho al colegio
militar.
Cuandoterminarondecenar,llególahorademarcharsey,ensilencio,EricyJudentraronensu
coche.Élarrancóelvehículoy,mirándola,preguntó:
—¿Quieresescucharmúsica?
—Medaigual.
Deseosodequeaquelloacabara,elalemánbuscóentrelosCDquellevabaenelcocheypusouno.
CuandocomenzóasonarlavozdeRicardoMontanercantandoConvénceme,[29]preguntó:
—Estacancióntegusta,¿verdad?
Judithresopló.Biensabíaélcuántolegustaba.
—Sí.
Nolomiraba.Ericnecesitabaquelohicieraparaconectarconsusojos,porloquemurmuró:
—Escucha,Jud...
—Noquieroescucharte.
Enfadado por haber sido él quien había creado aquel malestar, sin poder aguantar un segundo
más,insistió:
—¿Hastacuándovaaduraresto?
Peroella,sinmirarlo,replicó:
—Simplementeteestoydandoelespacioquemepediste.
Eric asintió. Arrancó el vehículo y condujo en silencio hasta su casa. Era un bocazas, un gran
bocazasconella,ysemerecíaquelehablaraasí.
Al llegar al garaje, Eric apagó el motor y, cuando Jud iba a salir del coche, la agarró de la
muñecay,atrayéndolahaciasí,laabrazóyleprometióqueapartirdeeseinstantetodoibaacambiar.
Estavez,Judnosealejó.Sinduda,lonecesitabatantocomoélaella,yloescuchó.
51
Elviernes,trasdejaranuestrosniñosyaSamiyaPeterconSimona,Norbert,BeayPipa,sinmirar
atrásononosiremos,nosdisponemosapasarungranfindesemanaplagadodesexoymorbo.
Alllegaralhoteldondenosvamosaalojarlospróximosdosdías,traspasarporrecepciónydar
nuestrosnombres,BjörnyMel,Ericyyonosdirigimoshacianuestrasrespectivashabitaciones.
El hotel es bonito y, cuando Eric y yo cerramos la puerta de la nuestra, nos miramos, nos
comunicamosconlosojoscomosiemprehemoshecho,ysabemosquetodoestábien.
Tengoganasdedivertirmeconél.Entoncesveounabotellitaconpegatinasrosametidaenhielo
juntoadoscopasysonrío,seguradeloquequiero,yséqueéltambiénquiere.
—Desnúdate—mepide.
Esanoche,alejadosdelosniñosydelosproblemas,mimaridoyyonoshacemosmutuamenteel
amorsinreservas.
Nosnecesitamos...
Nosqueremos...
Nosamamos...
Ycuando,demadrugada,caemosagotadosenlacama,Ericmurmura:
—Creoquetúyyonecesitamosmásfinesdesemanacomoéste.
Encantada,sonrío.Nomecabelamenorduday,poniéndomeahorcajadassobreél,afirmo:
—Tendremostodoslosquetúquieras.
Alamañanasiguiente,trasllamaracasaysaberquetodoestábajocontrolporallí,loscuatro
nosdirigimoshacialacasadeAlfredyMaggie.AlverqueBjörnyEricconversan,Melseacercaa
míycuchichea:
—Tengoquehablarcontigo.
—¿Quépasa?
Miamigamehaceseñasparaquecalleymurmura:
—Luegohablamos.
Asiento.Melsonríey,mirandoelenormecasoplónquesecierneantenosotros,pregunta:
—¿Tantodinerotienenlosanfitriones?
Ericyyointercambiamosunamiradaymiamorresponde:
—Son dueños de medio Múnich, y tienen acciones en distintas productoras de cine
estadounidense.
Melsesorprendealoíreso,peromássorprendidasequedacuandoselospresentamosyellosla
recibenensucasaconairecampechano.
La gran fiesta es por la noche. Maggie nos enseña por encima los preparativos y, mientras
caminamosporlasdistintassalasambientadas,Melmurmura:
—Madremía.Eldineralquedebendehabersegastadoentodoesto.
Sonrío. Sin lugar a dudas, los anfitriones pueden gastarse eso y más. Sólo hay que mirar
alrededor para darse cuenta del coste de todo. No quiero ni imaginarme lo bonito que va a ser
aquelloiluminadoporlanoche.
Alfred ha ordenado traer columnas labradas y pedestales para ambientar las impresionantes
habitaciones, junto a bustos y estatuas de hombres y mujeres, y la mesa principal del comedor es
enorme.
Tras salir del gigantesco salón, entramos en otro espacio lleno de mesitas bajas rodeadas por
grandes y mullidos almohadones de colores. Con picardía, Maggie se ríe y nos dice que es para
quienesquieranseguircomiendoenpúblicotraslacena.
Deallípasamosaotroenormesalón,enelqueunostrabajadoresultimandetalles.Loshombres
nos observan curiosos, pero siguen con su trabajo. Nosotras paseamos entre columpios de cuero
sujetosaltechoy,alvervariosjacuzziscubiertosporenredaderasparadarefecto,nosmiramosy
Maggiemurmuraqueerauncaprichodesumarido.Lastresnosreímoscuandopasamosaotrasala
dondevemosvariascrucesacolchadas,ceposdemaderacongrilletes,jaulasyotrosartefactos.
Melclavasusojosenmí,yyo,sabiendoloquepiensa,meríoymurmuro:
—Aquínoentroyoniloca.
Unavezsalimosdeesaestancia,Maggienosmuestravariashabitacionespequeñassinpuertaen
lasquehayunacamaensuinterior,yunadeellasconcortinasamododepuerta,uncolumpiode
cueroenelcentroyungranespejo.Setratadelasalanegra.Noshabladequehaygentealaqueno
legustaestarrodeadaalahoradehacerelintercambio,yfinalmentevamosaotrasalagrandellena
decamasconsábanasdoradasyplateadas.
Acabadalavisita,salimosalexteriordelaenormecasonayvamoshastaunjardínalairelibre,
dondenosesperanloschicosjuntoaotrosinvitados.Pasamosgranpartedelamañanaallíy,trasuna
improvisada comida en uno de los restaurantes del pueblo, nos despedimos y regresamos al hotel.
Debemosprepararnosparalafiestadelanoche.
Entrerisas,mearregloconMely,cuandomemiroalespejo,meacuerdodeFridaydeAndrés.
Conañoranza,recuerdomiprimerafiestaconellosvestidosdelosañosveinte.Pordesgracia,esos
buenosamigosnohanpodidodesplazarseparaestafiestaacausadeltrabajodeAndrésy,aunquelos
añoro,sonrío.Séqueestánbienyfelices.Esoesloúnicoqueimporta.
UnavezMelhaacabadoderecogermipeloenunmoño,sedaaireconlamanoylepregunto:
—¿Quétepasa?
Acalorada,ellamurmurarápidamente:
—Tengomuchocalor.¿Notienescalor?
Asiento. La verdad es que en ese hotel hace muchísimo calor. Me miro al espejo y me gusta el
aspecto juvenil y lozano que ese peinado me otorga cuando oigo a Mel decir tras terminar de
ponermeenlacabezaunacoronadelaureles:
—Estásmonísima.
Encantadaaloíreso,mefijoensucortoyengominadopelooscuroyafirmo:
—Túsíqueestásguapa,conesoslaurelesalrededordelacabezayloscoloretesquetienesporel
calor.
Lasdosreímos,yacontinuaciónnosponemosnuestrassandaliasromanasdetacónblanco.
Cuando nos miramos al espejo, ambas silbamos. Estamos sexis y tentadoras vestidas con esos
cortosvestidosderomanasenblancoyoro.Sinduda,fueronunabuenaelección.
—Miraquenomeponesnada,peroreconozcoqueasívestidaestásimpresionante.
Miamigasueltaunacarcajaday,dándomeunbesoenlamejilla,cuchichea:
—Meencantanoponertenada—y,mirándome,añade—:Escucha,yoquierocont...
Eneseinstantellamanalapuertadelahabitación.Lasdossabemosquiénessony,conunapícara
sonrisa,noscolocamosenplandiosasdelOlimpoydecimos:
—Adelante.
Lapuertaseabreyaparecennuestrosguaposgladiadores.Björnestáimpresionante,peroyono
puedoapartarlamiradademirubioalemán.Vestidodegladiadorconesetrajeconfalditadecuero
marrón,lacapaylassandaliasromanas...,uf...,uf...,porelamordeDios,¡quésexiestá!
Al ver nuestros disfraces, los chicos sonríen, les gustan tanto como a nosotras los suyos.
Entonces, con picardía, me levanto la corta falda de mi vestido y, enseñándole a Eric mi recién
depiladomontedeVenusparalaocasión,murmuro:
—Sinnadadebajo,comoatitegusta.
Miamorasiente,yveocómolanuezdesugargantasemuevecuandotraga.Estoyensimismada
ensusojoscuandooigoqueMeldiceantelamiradadeBjörn:
—Puesyosíllevo.Noséirsinbragas.
Miamigosueltaunacarcajada,Ericsonríe,yyo,dispuestaademostrarlequemesientocomouna
diosavestidaasí,memuevoconpremeditación,nocturnidadyalevosíaypregunto:
—¿Tegustamivestiditoderomana,Iceman?
Lanuezdelagargantademiamorvuelveamoversemientrasloveoasentir,yentoncesséloque
va a pasar cuando mi rubio camina hacia mí y, desabrochándose el cinturón que reposa sobre sus
caderas,veoquelaespadacaealsueloydice:
—Pequeña...,quítateelvestidosinoquieresqueteloarrugue.
—¿Ahora?
Miamorasiente,yyosonríosatisfechaporloqueheprovocado,peroentoncesveoqueBjörn
murmuramirandoaMel:
—Estástardandoendesnudarte,preciosa.
Sinunápicedevergüenza,yexcitadasporloqueaquellosdostitanesnosordenan,nosmiramos
y,conunapícarasonrisa,desabrochamoslospasadoresquellevamosalhombroynuestrosvestidos
caenalsueloendécimasdesegundo.
Ericmecomeconlamirada.
¡Uf...,québrutoteseestáponiendo!
Susojosmehacensaberlomuchoquemedeseay,acercándoseamí,susurraantesdebesarme
condelirio:
—Seréelprimeroyelúltimoenhacertemíaestanoche.
Actoseguido,metumbaenlacama,observocómosequitaelbóxer,mecubreconsucuerpoy,
separándomelaspiernasconlassuyasysinmimo,mehacesuya.Meaprietacontrasíyyomedejo
llevardisfrutandoalmáximodelafogosidaddemiamor.
Con Eric sobre mí y con mi voluntad anulada por nuestra locura, no sé cuánto tiempo pasa
cuando soy consciente de que Mel está tumbada a mi lado mientras Björn la besa y se mueven al
unísonoentrejadeosysusurros.
Como digo, nuestra amistad es especial, diferente. Compartimos intimidades y momentos
pasionalesqueotrosamigosnocomparten,peroanosotrosnosgusta,nosencantapoderhacerlo,y
loscuatrodisfrutamossobrelacamahaciendoelamorcondelirio.
Unavezacabadoeselocoprimerataquequenosotrashemosprovocado,losdosgladiadoresse
levantan de la cama y nos levantan a nosotras. Entre risas, pasamos al baño para asearnos y, en el
momentoenquememiroalespejo,gruño:
—Joder...,mipeloestáhechoundesastre.
Eric,queadoramimorenamelena,seponedetrásdemí,labesayresponde:
—Déjatelosuelto.
Feliz por aquello, le hago caso y, cuando salimos del baño, mientras esperamos a que Björn y
Melregresen,Ericdicemientrasseacomodaelcinturónconlaespada:
—Noteseparesdemíenlafiesta,¿deacuerdo,cariño?
Asiento.Nilocameseparodeél.¡Andaquenohabrálagartas!
Arropadosconunascapasgruesasquenoshemoscompradoparalaocasión,nosmontamoslos
cuatro en el coche de Björn. Hace frío, y éste se apresura a poner la calefacción. Divertidos, nos
dirigimos a la fiesta, pero al coger la carretera que nos llevará hasta la mansión, unos hombres a
caballovestidosderomanosnosparanynosindicanquedebemosdejarelcocheallí.
Cuandonosbajamos,nosfijamosenquealosladoshayvariascuadrigastiradasporcaballos,y
vamosenellashastalacasa.Esonosencanta.Ambientacióndesdeelminutouno.Sinduda,Alfredy
Maggiesabendarfiestas.
Unavezlascuadrigasnosdejanenlaentrada,nosapresuramosaaccederalaenormemansióny
de inmediato nos quedamos boquiabiertos. Realmente aquello parece la antigua Roma. Por todas
parteshayhombresymujeresvestidosdeaquellaépoca,ylacaracterizacióndellugaresfantástica.
Más tarde, me entero de que ha ayudado en la decoración uno de los equipos que trabajó en la
películaGladiator.Sinduda,todoaquelloesincreíble.
De la mano de mi amor, camino por la casona convertida en la antigua Roma y me fijo en los
cuencosrústicosllenosdeuvas,lasjarrasfinasparaelvinoylashermosascopas.Enaquellafiesta
nohaycerveza,nohaycoca-cola,nohaychampán.
Lasparedesestándecoradasconfinascenefas,antorchasylámparasdeaceite.
—Increíble. Maggie y Alfred cada día se superan más —afirma Björn echando un vistazo a su
alrededor.
Lostresasentimosasombradosmientrasaceptamosunascopasdevino,quemástardesabemos
queesaromático,ybebemosmientrassaludamosamuchosconocidos.
Todoslospresentesloqueremospasarbien.Lagranmayoríanosconocemosdeotrasfiestaso
deencontrarnosenciertoslocalesswingers.Nadieestáallíporequivocación.
—Pero¡quéalegríavolveraverosaquí!—oigodepronto.
Rápidamente me doy la vuelta y me encuentro con Ginebra y su marido. ¿Qué están haciendo
ellosallí?
Ericseapresuraaagarrarmedelamano,yentoncesAlfredseacercaanosotrosydice:
—Eric,nosésiconocesamibuenamigoFélix.
Vaya...,vaya...¿AlfredesamigodeFélix?
Sinceramente, no me extraña. El tipo de sexo que he visto que les gusta a aquéllos y a los
anfitrionesesmuyparecido.
Entonces,Ericsonríeyafirma:
—Sí.Loconozcoaélytambiénasumujer,Ginebra.
Laaludidasonríeyyoledevuelvolasonrisa.
Mientrastodoshablamos,mepercatodequeGinebranoseacercaaEricnilomirademanera
queyomepuedamolestar.Laverdadesquesiempreguardamuybienlasdistanciaspero,cuandose
alejandenosotros,mealegro.
Deprontosuenanunastrompetasyuncañóndeluzenfocahacialoaltodelaescalera.Allíestán
Alfred y Maggie con sus caros disfraces. Como anfitriones, dan la bienvenida a sus invitados. Nos
hacen saber que somos ciento treinta personas escogidas selectivamente para la fiesta, y a
continuaciónunosguapossirvientesromanosnosentreganunospapeles.Enellosvieneunplanode
lacasaexplicandolassalasysustemáticas.
Una vez acaban la explicación, con una grata sonrisa, Alfred nos invita a todos los asistentes a
pasaralcomedory,encantados,todosnosdirigimoshaciaallí.Cadaunodenosotrostieneasignado
unlugarenlamesa,ymealegraverqueMaggienoshapuestojuntoaBjörnyMel.
Cuandonosacomodamos,unoscriadosnossirvenmásvinoydespuéscomenzamosadegustar
manjaresquesupuestamentesecomíanenlaantiguaRoma.
Deentradanossirvenunexquisitopurédelentejasconcastañas.Alprincipiopiensoquenomelo
voyacomer,pero¡estábuenísimo!AMel,encambio,lehorrorizaelolor.
Llenanmicopaconalgoquenoconozcoy,alpreguntar,elcamareromedicequeesmulsum.Yo
vuelvoamirarlo.Noséquéeseso,yésteconcorreccióndice:
—ElmulsumesunvinotípicodelaépocadelImperioromano.Estáhechodeunamezcladevino
o mosto con miel. Después se remueve hasta que la miel se disuelve y se sirve templado con los
entrantes.
DoyuntraguitoyMel,mirándome,afirma:
—Memueroporunabirra,¿nohay?
—Yyoporunacoca-cola.
Loscuatrollegamosalconvencimientodequeaquellonoesloquemásnosapetece,yentonces
nostraenvinoderosasyvinodedátiles.¡Repitovariasveces!Estánincreíbles.
Ericsonríe.
—No bebas mucho que, cuando regresemos al hotel, tengo encargada para ti una botellita con
pegatinasrosa.
Yo me río con complicidad al oírlo. Sabe que por su culpa me encanta el champán Moët &
ChandonRoséImpérial.MelohizobeberennuestraprimeracitaenelMoroccioysehaconvertido
enuncompañerohabitualennuestrosmomentos.
—Tranquilo,amor—susurro—,queparamibotellitadepegatinasrosasiempretengohueco.
Los camareros traen paté de olivas, moretum, distintos quesos frescos de hierbas, sésamo y
piñonesy,comoplatofuerte,unincreíblelechónasadoyrellenoconhojaldreymiel.
Melyyonoschupamoslosdedos,todoestábuenísimoy,cuandotraenlasmanzanasasadascon
frutossecos,creoquevoyareventar.
¿Por qué mi padre me habrá enseñado que hay que terminarse siempre todo lo que hay en el
plato?
Acabada la cena, mientras todos charlamos tranquilamente y estoy tomando algo que llaman
hidromiel,veoqueAlfredselevanta,llevanhastaélcuatrocarritosdeservicioconruedasvacíosy
él,trascogerunmicrófonoparaquetodoelmundopuedaoír,dice:
—Amigos,enlaantiguaRoma,despuésdecomerenbanquetesconcurridoscomoéste,siempre
seorganizabaalgúntipodeespectáculo.Habíavariosytodoseransangrientos,como,porejemplo,
atar a un pobre hombre a una estaca para que una fiera hambrienta lo despedazara mientras los
comensalesobservaban.
Todoslospresentesarrugamoselentrecejo;¡quéasco!
¿Deverdadhacíanesolosromanosynoechabanluegolapota?
Alvernuestrogesto,Alfredsonríeycontinúa:
—Ennuestrocaso,hepensadocrearunespectáculollamado«elpostrecomún».Consistiráenque
tresmujeresytreshombres,losqueseofrezcan,seránatadosaestoscarritosyseránofrecidoscomo
postreatodoelmundoduranteunahora.Después,seránliberados,todossaldremosdelcomedory
podremosdirigirnosalasdistintassalasparacontinuarconlafiesta.
Las risas de muchos de los asistentes se oyen junto a algunos aplausos. Mel me mira y,
acercándoseamí,murmura:
—Nilocameprestoaeso.
Yosonríoyafirmo:
—Yasomosdos.
Nuestroschicarrones,queestánanuestroladoynoshanoído,asienten.Piensancomonosotras.
Encantadaalcomprobarqueestamosdeacuerdo,besoamirubioy,cuandooigolasrisasdelos
asistentes, no me sorprendo al ver a Ginebra levantarse. Félix, su marido, le da un beso y, tras un
azoteeneltraseroquehacereíraloshombresqueestánasualrededor,Ginebrasealejadeelloscon
unagransonrisa.
Detrásdeellasalendosmujeresytreshombrese,instantesdespués,semarchanconloscriados,
que se llevan los carritos, y los demás seguimos sentados a la mesa. Un momento más tarde, las
trompetas suenan, las puertas se abren y entran de nuevo los criados con aquéllos desnudos y
maniatadossobreloscarritosdeservicio.
Boquiabierta,observolaescena.
Miraqueyahevistocosasrarasenmivida,peroveresomeparecesurrealista.
Losvoluntariosestánatados,unosbocaarribayotrosbocaabajo.
MefijoenGinebra,queestábocaabajo.Supechoestápegadoalabandeja,tienelasmuñecasy
los tobillos atados al carrito de servicio y está por completo expuesta para todos. Los camareros
dejan cada carrito en distintos puntos de la mesa y, a partir de entonces, los invitados comienzan a
moverloscarritosasuantojo.
Losofrecidosríenanteloqueaquelloshombresymujereshacen,peroyosólopuedofijarmeen
Ginebra.Ledancachetitoseneltrasero,hastaqueunhombre,queestájuntoaFélix,seponeenpiey,
levantándoselafalditaderomanoquelleva,seechahidromielalrededordelpeneyselointroducea
Ginebraenlavagina.Félixloanimay,finalmente,levantándosetambién,metesuvergaenlabocade
sumujer.Lagenteaplaudeanteloqueve,mientrasyoobservoojiplática.
Ginebragrita,jadea,mientrasFélix,conlosojoscerrados,continúasupropiobaileparticularen
labocadesumujer.
Melmemira.Yomeencojodehombrosy,acercándomeaEric,murmuro:
—SiGinebraestátanenferma,¿porquéhaceesto?
Eric,quehadejadodeobservarelespectáculo,clavalosojosenmíyresponde:
—Porqueesloquelegusta,cariño,yFélixnoledicequenoanada.
La gente se levanta y se arremolina alrededor de Ginebra y las otras personas que están en los
carritosdeservicioparajalear,tocaryhacertodoloqueselesvengaengana,peronosotros,aligual
queotraspersonas,nonoslevantamos.Nonosinteresaesetipodejuego.
Olvidándonosdeloqueocurreaescasosmetrosdenosotros,comenzamosahablarentoncescon
otrosinvitados,hastaquesuenanlastrompetas.Eneseinstantetodoelmundosesientay,cuandolos
camarerosentranaporlosvoluntariosparallevárselos,yomequedosinhabla:vansucios,cubiertos
decomidaydeloquenoescomidapero,porextrañoquemeparezca,selesvefelices.Sinduda,han
disfrutadoconalgoqueamíparticularmentemehorroriza.
Losinvitadoscontinuamossentadosalamesacuando,diezminutosdespués,laspuertasvuelvena
abrirseylosseisvoluntariosentrandenuevoduchadosyconsusimpolutostrajesderomanos.La
genteaplaudeylosvitorea,yellossonríen.
PocodespuésesMaggielaqueselevanta,cogeelmicrófonoydice:
—Amigos, la cena ha acabado. Ahora os invito a que vayáis a los distintos salones
acondicionadosquehayenlacasaparaquegocéisdevuestromorbo,devuestrasexualidadydeesta
granfiesta.Recordadlasnormasy¡adisfrutar!
Todosnoslevantamosysalimosdelcomedor.Laprimerasalaquenosencontramoseslaqueestá
plagada de mesitas bajas y almohadones. Allí nos sentamos. Hablamos durante un buen rato con
conocidos,hastaquemirubiomurmuraenmioído:
—¿Quéteparecesitúyyonosvamosaunodeesoscolumpiosdecuero?Creoquelasúltimas
vecesqueloprobamosnosgustó.
—Ymucho—afirmo.
Delamano,caminamoshacialassalasdondeséqueestánloscolumpios,mientrasMelyBjörnse
quedanhablandoconotrossobreloscojines.
Alllegar,vemosquenohayningúncolumpiolibrey,alrecordarunoenlahabitaciónnegradel
espejo,comolallamóMaggie,medirijohaciaallí.Porsuerte,estávacía.Nosbesamosy,cuandoel
besoacaba,veoqueunhombrequenoconozcoestámirándonos.Ericmepreguntaconlamiraday
yosonrío,yentoncesmiamordice:
—Cariño,tepresentoaJosef.
Encantada,sonríoaltalJosefyéstehacelomismo.Eric,queestádetrásdemí,leordenaaJosef
quecierrelascortinasparaquenadienosmolestey,trasello,murmuraenmioído:
—Tevoyaquitarelvestido,¿puedo?
Lo miro con una sonrisa guasona y con un pestañeo sabe que le digo que sí. Acto seguido, mi
amorabreelpasadorquesujetamivestido,éstecaehastamispiesyyoquedodesnudaexceptopor
lassandaliasromanasdetacónquellevo.Josefsonríe.Nometoca.Nosobserva,yEric,cogiéndome
entresusbrazos,mesubealcolumpio,pasalascorreaspormistobillosymismuslosy,unavezque
notaqueestoysujeta,mesueltaysusurrabalanceándome,mientrasmispechossemueven:
—¿Quéleapeteceamipreciosamorenita?
Excitadaporaquello,sonrío.Quierodisfrutardemirubitodemilmaneras,demilposiciones,de
mil jadeos. Observo que Josef nos mira, espera instrucciones y, finalmente, sin quitarle la vista de
encimaamibuenorroesposo,respondo:
—Quierodisfrutardetodo.
Miamorasiente.Sonríe,sesacaeldisfrazdegladiador,quecaealsuelojuntoalmío,seacercaa
míy,aproximándoseamiboca,murmura:
—Entonces,disfrutemos.
Con su boca, busca la mía y, con una sensualidad que me deja sin palabras, me chupa el labio
superior, después el inferior, yo abro los ojos y él finaliza su increíble ritual dándome un
mordisquitoeintroduciendosuincreíblelenguaenmiboca.
Nosbesamos...
Nosdevoramos...
Nosexcitamos...
Y,cuandonuestroslabiosapenasseseparanunosmilímetros,Ericmusita:
—Abrelosojosymírame,cariño...,mírame.
Gustosa,hagoloquemepide.Nadamegustamásquemirarlomientras,colgadadelcolumpio
delplacer,apenaspuedomovermey,casisinsepararnuestrasbocas,miamorintroducelapuntade
supeneenmihúmedaaberturaysientocómopocoapocosehundeenmí.
UnjadeosaledemibocaaltiempoquesaleotrodeladeélcuandoEricseagarraalascintasde
cueroquehaysobremicabezay,sinpermitirquesemuevan,susurraamioídomientrassientosu
poderenmiinterior:
—Esoes,pequeña...,sujétatealascintasyábreteparamí.
Actoseguido,lascaderasdemialemáncomienzanarotar.¡Oh,Dios,quéplacer!
Susmovimientossonasombrosos,inesperados,chocantes,perturbadores.
Ericmehaceelamory,comosiempre,mesorprende,mevuelveloca,mehacequerermásymás.
Suspenetracionessoncerteras,profundas,sagaceseinteligentes.Paramínohaynadiecomoél
enelsexo.NadieescomomiEricZimmerman.
Mis jadeos suben de decibelios mientras me dejo manejar por el hombre que amo como una
muñecaysigosuspendidaenelairesobreaquelincreíblecolumpio.Josefcontinúamirándonos,pero
adiferenciadehaceunosminutos,medoycuentadequeyanollevasudisfrazderomano.Miamor
meabrazamientrassigueconsusperturbadorasypasionalespenetraciones.Enloquecida,lemuerdo
elhombro,yalmismotiempomecomplacecomprobarcómoJosefnosobserva.Susojosylosmíos
seencuentranymehablaconlamiradamientrasseponeunpreservativo.Mehacesabercuántodesea
estarentremispiernasylomuchoqueleapetecefollarme.
Yanomeasustadecirlapalabra«follar»comomeasustabaalprincipio.Cuandojugamos,nos
excitaqueEricmeladigaoyoseladigaaél,noscalienta.Ellenguajequeenocasionesutilizamos
enesosardientesmomentosesfogoso,acaloradoytórrido.Muy...muytórrido.
Alsentircómoleclavolosdientesenelhombroylasuñasenlaespalda,Ericjadea,aceleralas
acometidasy,trasacercarsubocaamioído,looigomurmurar:
—Todamía.Míaysolomía,inclusocuandoJoseftefolleparamí.
Suvozyloquedicemeenloquece.Ericlosabe,meconoce,yprosiguearrebatadoporlapasión:
—Me voy a correr, pequeña. Voy a echar mi simiente en ti y después me saldré y te ofreceré a
Josef.Teabriréparaélyteencajaréensucuerpocomoahoratetengoencajadaenelmío.
—Sí...,sí...—consigobalbucear.
Aquellonosexcita...
Aquellonosvuelvelocosy,cuandosientoquemiamorsecontraeyyogritodeplacer,trasun
últimoempellónsehundetotalmenteenmíy,unavezacabansusconvulsiones,saledemiinterior.
Conlasrespiracionessofocadas,ambosnosmiramosy,acontinuación,éldice:
—Josef...
Elaludidoyatieneenlamanounabotellitadeaguayunatoallalimpia.Sinperdertiempo,me
lava,metoca,meprovoca,cuandoEric,poniéndosedetrásdemí,mueveelcolumpioparaquenos
veamosreflejadosenelgranespejo,meagarraporlosmuslosy,separándomelosmásaún,dice:
—Estáhúmeda,preparadayabierta.
Observo en el espejo mi descaro y mi desvergüenza y sonrío cuando Josef deja la botella y la
toallaaunladoypreguntaseñalandomitatuaje,queestáenespañol:
—¿Quépone?
Ericyyointercambiamosunamiradaysonreímos.
—Pone:«Pídemeloquequieras»—dicemiamor.
Josefasiente.Sinduda,lehacegraciamitatuajey,arrodillándoseantemí,dice:
—Pidoquesepareslosmuslosparamíytemetasenmiboca.
Supeticiónesexcitantey,abriéndomemásparaél,loprovocomientrasleenseñoelnéctarque
desea degustar. Eric, que tiene los ojos conectados con los míos a través del espejo, empuja el
columpiohastaposarmivaginasobrelabocadeaquél.Ledaloquepideyloqueélyyogustosos
estamosdispuestosacompartir.
Durantevariosminutos,aquelextrañomechupa,melame,memordisqueaelcentrodemideseo,
yyosimplementememuevosobresubocaydisfrutodeaquellosinapartarlosojosdelespejodonde
estoyenganchadaalosojosdemiamor.Ericsonríe.Legustaloqueve.Leexcitamiacaloramiento
y,conlasmanosenmisnalgas,memuevesobrelabocadeaquél.
Adoroquehagaeso.Mevuelvelocaquedirijanuestrojuego.Meexcitasentirqueéltienepoder
sobremí,comoenotrosmomentosmegustasentirqueyotengopodersobreél.
MisjadeossubendedecibeliosmientrasEricmebesaparatragarsecadagemidomío.Susojosy
losmíosestántotalmenteconectadosy,cadavezquemesusurraaquellode«bienabierta,miamor,
permitequedisfrutedeloquesóloesmío»,meencojodeplacer.
Pierdolanocióndeltiempo.Nosécuántoratodisfrutamosasí.Sóloséquemeentregoamiamor
y éste a su vez me entrega a otro hombre lleno de placer. Tras un último orgasmo que me hace
convulsionar, Josef se levanta, se coloca entre mis muslos abiertos, guía su duro pene hasta mi
tremenda humedad y me penetra. Yo jadeo y cierro los ojos. Eric, que está detrás de mí, murmura
entoncesenmioído:
—Así,pequeña,noteretraigasydisfrutadenuestroplacer.
Echolacabezahaciaatrásymiamormebesamientraslasensacióndeingravidezporestarsobre
elcolumpiomevuelveloca.EricmehaceelamorconlalenguamientrassientoqueJosefagarracon
lasmanoslacuerdaquepasapormitraseroparaintroducirsemásymásenmí.
Estoy tremendamente excitada por el momento; entonces Eric abandona mi boca y murmura
buscandomimiradaatravésdelespejo:
—Dimeloquesientes.
LosgolpessecosqueJosefmeda,unidosalmodoenqueEricmeabreparaélyasuspalabras,
mehacensentirmilcosasy,cuandopuedo,respondo:
—Calor...,placer...,morbo...,entrega...
Nopuedocontinuar.Josefhacogidolaposturacorrectaycomienzaabombearenmiinteriorcon
unatremendaintensidad.Jadeo...,grito...,intentomoverme,peroEricnomedeja.Observolaescenaa
travésdelespejoyenloquezco.Yosuspendidaenelaire,desnudayentregada,conmiamortrasde
míabriéndomelosmuslosyJosefdelantefollándome.Megustaverenelespejocómosutraserose
contraecadavezqueentraenmí,megustatantocomoaEric.
Josefsevuelveunamáquinaentrandoysaliendodemisexo,yyoapenaspuedorespirarperono
quieroquepare.Noquieroqueseacabe.NoquieroqueEricdejedeabrirmelaspiernas.Noquiero
que mi amor deje de besarme, pero de pronto Josef tiembla, da un lastimero quejido y, tras unas
últimasypotentesembestidas,sedejairyyoloacompaño.
UnavezJosefsaledemí,Ericacercalabotellitadeaguaylatoalla,melavaydespuésmeseca.
—Ahoraquieroquetesientestúenelcolumpio—digo.
—¿Yo?
Asiento.Sémuybienloquequierohacery,unavezmichicomeayudaaquitarmelascintas,soy
yoquienloinvitaasentarse.Ericsonríe.Leresultacómicoestarélallí.
Unavezsesientayvaadeciralgo,apoyolospiessobresusmuslos,mesuboy,mirándolodesde
misitiomásarriba,flexionolaspiernasparaofrecermeaél.
Encantado,comienzaaregalarmemilesdebesos,unbonitoreguerodebesosquevandesdemis
rodillas hasta mis muslos. Eso me vuelve loca. Después mordisquea mi monte de Venus, y eso me
vuelve tarumba. Finalmente introduce la nariz entre mis piernas y, sujetándome con fuerza por la
cinturaparaquenomematenicaigahaciaatrás,sucaliente,inquietanteyjuguetonabocallegahasta
elcentrodemiplacer,yyo,alsentirlo,tiembloymeabroparaél.
Memuerde...
Mechupa...
Mesucciona...
Y,cuandocreoquevoyaexplotardecalor,loagarrodelpelo,hagoquememirey,comouna
diosadelporno,medejoresbalarporsucuerpohastaquedarsentadasobreél.Mistalonescuelgan
tras su trasero y, hechizada por cómo me hace sentir, agarro su duro y terso pene con la mano y,
separandolaspiernas,lointroduzcoenmí.Ericjadeaymurmuraalsentirmientrega:
—Tequiero,señoritaFlores.
Losé.Séquemequiereaunquenuestrasdiscusionesúltimamenteseanundíasíytrestambién.
Nos besamos mientras el columpio se mueve. Adoro sus sabrosos besos cargados de amor,
erotismo,complicidad.Adoroesabocaqueesexclusivamentemía.
Sin embargo, cuando abro los ojos y miro al espejo que hay frente al columpio, me encuentro
con la mirada de Ginebra, que nos observa desde la parte derecha de la cortina. ¿Cuánto tiempo
llevaráahí?
Sin querer pensar en ella y romper mi momento con mi amor, decido olvidarme de esa mujer,
sacomipartemalota,hagorotarlascaderasparaencajarmemásenmimaridoy,cuandolosiento
temblarporelmovimiento,susurroconsensualidad:
—Tequiero,señorZimmerman.
Al oír eso, Eric echa la cabeza hacia atrás. En esta ocasión soy yo la que tiene el poder, y sé
cuánto lo excita que lo llame así. Ambos lo sabemos, pero más me gusta saber que él lo sabe. Sus
manosestánenmicintura,peroselascojoylohagoagarrarsealcolumpio.
La respiración de Eric se acelera. Lo vuelve loco que saque esa parte mía tan de malota, y
murmuro:
—Ahoramandoyoytemblarásdeplacer.
Élsonríe.Meencantaverlosonreírdeesamaneray,dispuestaacumplirloquehedicho,hagoun
rápidomovimientoconlapelvisymiamortiembla.Tiemblapormí.
Orgullosa de haber sacado la Judith malota que llevo en mi interior, prosigo con mis
movimientos, primero dulces y acompasados para luego convertirse en duros y arrítmicos. Eric
disfrutadejándosellevarmientrasyomirodenuevoalespejoyveoqueGinebrayanoestá.
Conscientedelpoderquetengosobremigrandullónmarido,ondeolascaderasenbuscadesus
gemidos.Éstosnotardanenllegar,yaumentancuandopasolalengualentamenteporsucuelloyal
final,mirándoloalosojos,leexijo:
—Córreteparamí.
Mivoz.Mimirada.Loquelepido.TodoellounidohacequeErictiembleyseestremezca,yyo
denuevovuelvoachuparsucuello.
Adorosusabor.Adorosuolor.Perorealmente¿quénoadorodeél?
Loobservoconlosojoscerrados.Elhombrequemeenamoróhacecasicincoañossiguesiendo
unhombresexi,guapo,varonilycomplacienteenlaintimidad.NadieescomoEric.Nadieescomo
Zimmerman.
Suboca,susdulceslabiosmellaman,megritanquelobese,quelodevore,peroenlugardeeso,
me acerco a su barbilla y la chupo con delicadeza al tiempo que oprimo la pelvis contra la suya y
sientosupenepresionandoenmiinterior.Surespiraciónmeindicaquedisfrutaconaquelloyvuelvo
aapretarlapelvis.Ericvibra,jadea,ymientraslorepitomilvecesmás,laquecomienzaavibrarya
jadearsoyyo.
TodoelmundosabequeenelinteriordenuestrocuerpohayunpuntollamadoG,peroconmi
rudoalemán,ademásdeése,sientoquetambiéntengoelpuntoH,elK,elM...¡Dios,creoquetengo
todoelabecedario!
Unruidobroncosaleentoncesdelagargantademimaridoyséqueesdegocetotaly,sinque
puedaremediarlo,meagarradelacinturay,trasunsecomovimiento,amboschillamosalunísono.
¡Uf...,quéplacer!
Mispiesnotocanelsuelo;megustaríarepetiresesecomovimientoperonotengofuerza.Nosoy
tancorpulentacomomialemán,porloquebuscoayuda.
Rápidamente la encuentro cuando observo que Josef sigue a nuestro lado mirándonos. Sin
dudarlo,mecomunicoconélatravésdelamirada.Sinnecesidaddehablar,sabeloquequiero,lo
quelepido,loqueleexijoy,poniéndosedetrásdemí,posaunadesusmanosenmitraseroyotraen
micinturaymemueveconfuerza.
Ericabrelosojosalsentirlarotundidaddeesemovimientoy,trasunnuevogemidodelosdos,
preguntoamiamor:
—¿Tegustaasí?
MicariñoasientemientraslasmanosdeJosef,quesonlasquememuevenparaencajarmedemil
manerasenél,nosllevanalséptimocielo.Entregemidoygemido,Josefintroduceundedoenmi
ano.Esopotenciamiplacer.YanosóloquieroquemeaprietesobreelpenedeEric,sinoqueahora
quieroquemeaprietetambiénsobresudedo.
EljuegocontinúayEricbuscamiboca,aunquenomebesa.Sólolacolocasobrelamíaparaque
ambosnosahoguemosenlosgemidosdelotro,hastaquedeprontoungruñidobroncoyvaronilsale
desugarganta,meagarraporlacinturaposesivamenteymeempalaporcompletoenélhaciéndome
gritar.
ElclímaxnosllegaycaigoderrotadaencimadelcuerpodemiamorcuandosientoqueEric,que
estárecostadosobreelcolumpio,separalaspiernas,abrelasnalgasdemitraseroconsusgrandes
manos y, segundos después, Josef unta lubricante en mi ano y termina con el pene lo que ha
comenzadoconeldedo.
SusmovimientoshacenqueyotambiénmemuevaencimadeEricmientrasélmeabrelasnalgas
paraelhombrequeestádetrásdemí.Misgemidosvuelvenallenarlaestancia,yalmismotiempo
Ericmurmurasinsoltarmisnalgas:
—Disfrútalo...,así...,así...,gritaparamí.
Calor...,elcalorquemesubeporlospiesymellegaalacabezaesinmensoy,cuandoJosefal
finalsecorreysaledemí,caigosobreEricagotada.Muyagotada.
Instantes después, Josef me ayuda a bajar del columpio y, tras de mí, lo hace Eric, que
rápidamentemeabrazaypregunta:
—¿Todobien?
Yosonríoyasiento.Todomejorquebien.
Acalorados,lostresnosdirigimosalasduchas,dondeelfrescordelaguaalrecorrernuestros
cuerposhacequeelsudornosabandone.Unaveznoshemossecado,nosponemosdenuevonuestros
disfraces,nosdespedimosdeJosefydecidimosbuscaralgodebeber.Estamossedientos.
Cogidos de la mano, caminamos por los salones donde los invitados practican sexo con total
libertad.Admiroeljuegodelagenteysonríoalsentirquelodisfrutanasumanera.
¡Oléporellos!
Alpasarporlasaladondeestánlascrucesylasjaulas,nosdetenemos.Vale,entiendoyrespeto
queesotraformadesexo,peroamíno,no,no,nomellamalaatención.Observoqueenunadelas
jaulashayunhombreencerradoyqueotropracticasexoanalconél.Ambosparecendisfrutardesu
experienciay,oye,silesgusta,¿dóndeestáelproblema?
Luegomefijoenunadelascruces.Enellatienenaunamujeratadadepiesymanos,peroaun
mismo palo. Con curiosidad, contemplo cómo una pareja le ponen unas pinzas de la ropa en los
pezonesyenlavaginaylasmueven.Lamujerdelacruzgrita.¡Uf,quédolor!
Paramíesoesunatortura,peroEricmehacesaberqueparaellaesunplacertanrespetablecomo
elquenosotrosacabamosdeexperimentarsobreelcolumpioconJosef.
Losacompañantesdeaquéllasonríen,leponenmáspinzas,peropasadosunospocosminutosse
lasquitan.Instantesdespués,antemisojosladesatanylavuelvenaatar,peroestavezlesujetanlas
manosylaspiernasapalosdiferentes.Luegopasanunacuerdaalrededordelcuerpodelamujere
introducenunapartedeesacuerdaentresuspiernas,latensan,vuelvenatensarla,ylacuerdaqueda
encajadaentresuslabiosvaginales.
—Pero¿esonolehacedaño?—cuchicheoaEric.
Miamor,quenomehasoltadodelamano,sonríeymurmuraacercándomeaél:
—Cuandoestáahíesporqueesolegustayleproporcionaplacer,cariño.Aquínadiehacenada
quenoquieraonoleguste.
Asiento, sé que Eric tiene razón. Entonces, unas risas hacen que mire hacia atrás y veo a Félix
juntoaungrupodegente.Concuriosidad,tirodemimaridoparairamirary,cuandollegohastael
lugarenelqueestán,meencuentroconGinebratotalmentedesnudayatadaaunasilladeginecólogo.
Suspechos,quesevenrojosyamoratados,estánrodeadosporunacuerda,peroellaparecepasarlo
bienapesardesusgritosmientrasespenetradaporunodeloshombres.
Alrededor de Ginebra hay tres personas además del que la penetra: una mujer que la coge del
cuelloylabesa,unhombrequeledatoquecitosconunavaraenlospechosyotroquesemasturba
esperandosumomento.
Félix,queestájuntoaellos,animaaotrosaqueseacerquenylatoquen.Variosdelospresentes
se aproximan, y entonces dejo de ver a Ginebra. Miro a Eric y observo que a él lo incomoda esa
escenatantocomoamí,peroentoncesFélix,quenoshavisto,seacercaanosotrosynosdice:
—¿Osapetecejugarconmicomplacientemujer?
TantoEriccomoyonegamosconlacabezayélinsiste:
—Eric,yasabesqueGinebralopermitetodo,ymástratándosedeti.
Boquiabierta,voyaprotestarcuandomiamorrespondepormí:
—Félix,creoqueesoúltimohasobrado.
Oh,sí.Yotambiéncreoquehasobrado.
Alentenderquenoshaincomodado,Félixrápidamentecogedeunamesitaauxiliarunajarrade
vinoyunascopaslimpiasy,trasllenarlas,noslasofrece.
—Disculpadme—dice—.Micomentariohaestadofueradelugar.
Con seriedad, Eric coge una copa, lo mira con un gesto que haría temblar al más valiente del
universo,melaentregay,trascogerélotra,replicaconvozneutra:
—Tranquilo,nopasanada.
Félixmemira,buscamiperdón,yyofinalmentedigo:
—Disculpasaceptadas.
—Gracias por vuestra comprensión —murmura y, mirando hacia el grupo que ríe mientras se
oyen los gritos placenteros de Ginebra, añade—: Sé que pensaréis que mi mujer no debería estar
aquí,pero...ellaquieredisfrutardetodomientraspueda.
Oíresomeapena,yentoncesEricdice:
—Aunasí,creoquetúpodríashacerladisfrutardeotramanera.
Félixsemueve.Sinlugaradudas,laduramiradadeEricloincomoda,yresponde:
—Eric,yo...
—Déjalo,Félix.Vosotrossabréislasnormasdevuestrapareja.Peroteaseguroque,sifuerami
mujerquienestuvieraenferma,noestaríaaquí.Esotelopuedoasegurar.
—PorGinebrasoycapazdecualquiercosa,Eric.Ysiellaquiereestooquierelaluna,lotendrá.
Miamor,quenomehasoltadoentodoeserato,clavalamiradaenélyfinalmenteresponde:
—Para todo hay límites en esta vida, pero en una cosa estoy de acuerdo contigo: si mi mujer
quierelaluna,tambiénlatendrá.
Semiran.Misextosentidocomomujermegritaqueseestáncomunicandoconlamirada,ytomo
notadeque,encuantotengaoportunidad,lepediréamiamorexplicaciones.
En ese instante veo a Björn y a Mel salir de las duchas, caminan hacia nosotros. Al llegar a
nuestrolado,FélixregresaconelgrupoyEricdice:
—Vayamosabeberalgoquenoseavinodedátilesycosasasí.
—¡Nosapuntamos!—exclamaBjörnriendo.
Cuando comenzamos a andar los cuatro hacia un lado de la casa donde sabemos que podemos
tomaralgoquenotengaqueverconelImperioromano,Melpregunta:
—¿Lafiestecitabien?
Encantadaporloocurrido,asientoyellacuchichea:
—Amímehasentadoalgomal.
Aloírla,meparo.Lamiroyella,bajandolavoz,murmura:
—Pero,tranquila,yacomienzoasentirmemejor.
Esomepreocupa.Björn,quesabecómoseencuentraMel,pregunta:
—Cariño,¿quieresquenosvayamosalhotel?
—No,cielo,estoybien.Peromesabemalporti.Noestásdisfrutandolanochequeesperabas.
Björnmemira.Yosonríoylooigodecir:
—Conestarcontigo,mevale.
Ambasreímos.JamesBondesmuygalante.
Continuamoscaminandoporlacasaypiensoenmihermana.Siellaestuvieraaquíviendoloque
yoveo,pensaríamuchascosas,ademásdequenosfaltanmásdetrescientostornillos.
Doshorasdespués,estamostiradosenunosalmohadonesquehayenunagransala.Divertidos,
charlamosconmásgenteyMelsusurra:
—Tengoqueiralbaño;¿vienes?
Asiento.Yotambiéntengoqueiry,trasdarleunbesoamiguapomarido,mealejoconella.Al
pasar por varias salas, algunos hombres nos piropean y nos invitan a sus juegos, pero nosotras
sonreímosynegamosconlacabeza:tenemosclaroque,sinEricyBjörn,nojugamosconnadie.
Alllegaralbaño,comosiempre,haycola.¿Porquéelbañodemujeressiempreestáatope?
Acostumbradasaesperar,nosapoyamosenlaparedyMelcuchichea:
—Jud...,cuandolleguemosalhotel,tengoque...
—¿Quétallanoche,chicas?
LavozdeGinebranosinterrumpe.Estáanuestrolado,recuerdoloquehevistodeellayloque
ellahavistodemí,yrespondo:
—Sindudaalguna,muybien.Latuyatambién,¿verdad?
Ginebrasonríe,saludaconlamanoaunamujerquepasapornuestroladoysusurra:
—Demomento,estupenda,aunquelanocheesjoven.
Melsonríeyyohagolomismo.Durantemásdediezminutos,esperamospacientementenuestra
colay,cuandoMelentraenelbaño,Ginebradicemirándome:
—Osvienelcuartonegrodelespejo.
—Losé—afirmosabiendodeloquehabla.
Ginebraasienteymurmura:
—Mevasaodiar,peronecesitodecirteque,cuandoosvisobreelcolumpio,mimenterecordó
muchascosasdelpasadoyquiseseryolaqueestuvierasobreélybesarasucálidaboca.Veraquella
escenatandulceyeróticameexcitócomollevabatiemposinhacerlo...,yhepensadopedirtequeme
ofrezcasatumarido.
Sorprendida,lamiro.¿Dequéva,lacolega?Pero,comonoquieroenfadarme,respondo:
—Ginebra,yasabesqueélnoquierenadacontigo.
—Oblígalo.
¡¿Qué?!¿Hadichoqueloobligue?Y,atónita,declaro:
—No.
—¿Ysiloobligoyo?
Ojú...,ojú...,loquemeentraporelcuerpocuandolaoigodecireso...Y,sincontenerlamalaleche
queensegundoshacrecidoenmiinterior,ledirijolapeordemismiraditasysiseotajantemente:
—Temato.
Ginebrasonríey,conungestoquenomegustanada,responde:
—Tengopocoqueperderyungranplacerqueganar,¿nocrees?
Bueno...,bueno...,bueno...,¡salióelgordodelalotería!
Mi parte racional de madre, mujer casada y adulta me dice: «Jud..., respira..., respira», pero mi
parteirracionaldeespañola,jerezanaycatalanamegrita:«Jud...,arrástraladelospelos».
Metocolacara—omelatocoyooselatocoaellaconelpuño—y,cuandoconsigodigerirlo
queacabadedecirme,lamiroyreplicollenademaldad:
—Paraestarapuntodemorirte,eresmuyzorra,¿no?
—¡Quédesagradableesesoquehasdicho!—mecorta.
Sí,tienerazón.Loqueacabodedecirnoesalgodeloquedebasentirmeorgullosa,yrespondo
sacandomipartemacarra:
—Sientomucholodetuenfermedad,peroaléjatedeEricsinoquierestenerungraveproblema
conmigo.Y,cuandodigograve,esgravísimoporqueyo,cuandomeenfado,pierdolospapelesyme
daigualquiénseas,loquetepaseoloquetepuedapasar,¿entendido?
Alvermireacción,Ginebraabrelabocay,porprimeravez,veoenellaunacaraquenoconozco.
PorfinhasalidolaGinebradelaqueFridamehabló.
—Ericfuemíoantesquetuyo—siseaellafuriosa.
Conlarapidezdelrayo,memuevo.Laagarrodelcuelloy,antelamiradadesorpresadealgunas
mujeres,aclaro:
—TencuidaditoconloquedicesynoteacerquesaEricoteaseguroquelovasalamentar.
Eneseinstante,seabrelapuertadelbañodeMely,alvernosenesatesitura,miamigagrita:
—¡Eh...Eh...¿Quéocurreaquí?!
RápidamentesueltoaGinebra,yésta,reponiéndoseendécimasdesegundo,secuelaenelbaño,
cierralapuerta,yyo,boquiabierta,murmuroenespañolparaquenomeentienda:
—Ylamuycerdaencimasecuela;¡serádesgraciada!
Mel,queeslaúnicaquemehaentendido,sonríeeinsiste:
—¿Quéhapasado?
Sinpelosenlalengua,lecuentoloocurrido.Lasonrisaseleborradelacarayporsubocasalen
gusarapospeoresquelosmíos.EstáclaroqueMelyyoestábamospredestinadasaconocernosya
hacernosamigas.Somoslasdosigualdebrutas,malhabladaseimpulsivas.
CuandoGinebrasaledelbaño,Melleponecaradepocosamigosy,alverqueellamemira,siseo
condesagrado:
—Aléjatedemimarido.
Diezminutosdespués,regresamosjuntoanuestroschicosyalgrupoconelqueestábamosyno
cuentonadadeloocurrido.CuantomenossepaEricdemiencontronazoconaquellatontadelculo,
mejor.
Concuriosidad,veoqueFélixapareceunpardevecesysetomaalgoconnosotros.Loobservo
paraversiGinebralehaexplicadoloocurridoenelbaño,peroélparecetranquiloysosegado,es
más,memiraymesonríeconcomplicidad.Esometranquiliza.Significaquesumujernohahablado
denuestrodesafortunadoencuentroysusmenosafortunadoscomentarios.
AlfredyMaggie,convencidosporvariosdelosinvitados,alfinalhanclaudicadoyhanpuesto
algodemúsicaquenoseanarpas,ytodosseloagradecemos.
¡Estamoshastaelmoñodelasarpitas!
Lagentetambiénquierebailarypasarlobien.
Entrerisas,bailamos.Bueno,mejordicho,bailo,porqueEricesdelosquesujetaelvasojuntoa
labarra,aunquelopasabien;¡menosmal!
El grupo crece y crece y nos divertimos mucho. Yo hablo con Linda, la mujer de un amigo de
Eric, y estamos charlando cuando oigo que la música cambia y comienzan a sonar los primeros
acordesdeThinkingOutLoud,[30]deEdSheeran.Sonrío.AEricyamínosencantaesacanción.
Deprontosientoqueunamanoseposaenmicinturay,alvolverme,miguapoyrubiomaridome
dice:
—¿Bailamos?
Aceptoencantada.
Esostontosdetalles,cuandoséqueélodiabailarenpúblico,sonlosquemedemuestranlomucho
quemequieremiamor.
Agarradaasumano,caminohacialaimprovisadapistaymedejoabrazarporél.Conmicabeza
cerca de su hombro, cierro los ojos mientras aspiro su perfume, el perfume personal de Eric
Zimmerman.
Bailamosensilencioescuchandocadamaravillosafrase,cuandoseñala:
—Como dice la canción, te seguiré amando hasta los setenta. ¿Y sabes por qué, pequeña? —
Emocionada, niego con la cabeza y él añade—: Porque, a pesar de nuestras broncas y nuestros
desencuentros,meenamorodetitodoslosdías.
Ay,¡quemeda!
Ay,¡quemedaunjamacuco!
Oír decir eso tan increíblemente romántico al frío y duro Eric Zimmerman me hace sonreír
comounatonta,comounaimbécil,comounañoñay,enamoradahastaelinfinitoymásalládeél,
murmuro:
—Tequiero...,gilipollas.
Eric sonríe, me aprieta contra su cuerpo y, en silencio, continuamos bailando aquella bonita
canción,hastaqueacabamosyregresamosconelgrupo.
Minutosdespués,veoaFélixhablarconBjörn,Ericyotroshombres.Condisimulo,losobservo
yparecenpasarlobienmientrasbebenjuntoalabarra.Porsuerte,noapareceGinebra.Siveoaesa
zorrasca,yocreoquemetiraréasuyugular.
Denuevo,lamúsicavuelveacambiar,oigolacanciónUptownFunk[31]deMarkRonsonysalgo
alapistaabailarconMel,queyaestámejor,yotrasmujeres.
Meencantalamarchitafunkyquetieneelcolegay,disfrutando,bailoalritmodesuvozcuando
meagarranporlacinturay,alvolverme,veoquesetratadeEric.
Lo miro y, al observar que mueve las caderas al compás de la música, me río y, sorprendida
comonuncaenmivida,bailoconélmientrasledigo:
—Cariño,tejuroquelafechadehoymelatatúoenlapiel.
—¿Porqué?—preguntadivertido.
Acadainstantemásalucinadadeverquebaila,respondo:
—Porqueestásbailandoenlapista.
Ericseríe,mecogeentresusbrazosaloOficialycaballeroymebesa.Sinduda,miamorquiere
pasarlobien.
Cuandoterminalacanción,EricsemarchayyocontinúobailandoconMelyLinda,hastaquela
sed nos puede y regresamos con el grupo. Al llegar, me doy cuenta de que Eric no está y,
acercándomeaBjörn,lepregunto:
—¿YEric?
—Nolosé.Habráidobaño—dicemibuenamigo.
AsientoyvuelvojuntoaLindaparaseguircharlando.Comenzamosahablardeniñosy,cuando
quierodarmecuenta,hapasadounbuenratoymimaridoaúnnoharegresado.Esomeextraña.En
unafiesta,Ericnuncamedejasolamásdedosminutos;entoncesbuscoconlamiradaaBjörnyMel
yveoqueestánbailandoenlapistadivertidos.
Concuriosidad,observoamialrededorporsiestáhablandoconalguienynomehedadocuenta,
pero nada, no lo veo, y al final decido ir a buscarlo. Me acerco a la barra por si está allí, pero
tampocoestá.Pasoporlasaladelosalmohadones,lobuscoduranteunbuenrato,yesohacequeme
intranquilicemásymásacadasegundoquepasa.Pero,entonces,medetengodeprontoyelcorazón
comienzaalatirmeconfuerza.
Algopasa.Lointuyo.Ericnuncamedejaríasolaallí.
Sientoqueelcorazónsemevaasalirdelpechoymedirijohacialasotrassalas,dondelagente
siguejugandoydisfrutando.Perono.Noquierocreerquepuedaserverdadloquepienso.Ericno
meharíaalgoasí.
Alentrarenunadelassalasveoadistintosgrupos.Unosobservancómoaunhombrequeestá
atadoaunamesaselobeneficiatodoelquequiere.Otrogrupoaplaudeyjaleaalrededordeunajaula
dondeunachicayunchicosonposeídosporvarioshombres,yeltercergruposeconcentraanteuna
mujeratadaaunasilladeunamaneraque,sóloconverla,séqueyonopodríahacerlo.
Esos juegos duros no me gustan. Sus gestos y sus modos mientras lo hacen tampoco, pero los
respeto,comoséqueellosrespetanloqueamímegustaencuantoalsexoserefiere.
PiensoenGinebra,perorápidamentemesacudolaideadelacabeza.Ericnolatocaríaniconun
palo.
Prosigo mi camino y entro en la segunda sala. Allí, varias parejas hacen el amor sobre unas
camasyotrassobreloscolumpiosdecuero.MetranquilizanoencontrarmeaEricallí,ysonrío.
Pero,quétontasoy,¿cómopuedodesconfiardeél?
Sin lugar a dudas estará hablando con alguien, pienso, cuando de pronto, al pasar ante la sala
negradelespejo,observoqueestácorridalacortina,yungemidohacequemedetenga.
Mirolacortinanegra.Queestéechadasignificaquenoquierenquenadieentre.Micorazónse
desbocadenuevocuandooigounnuevogemido,ycierrolosojos.No.No.No.Nopuedeser.
Sin embargo, incapaz de marcharme de allí sin ver lo que está ocurriendo al otro lado de esa
maldita cortina, la descorro con cuidado y me quedo sin respiración al ver y encontrarme lo que
nunca...nunca...nuncaenmividahabríaqueridover.
Enelinteriordelahabitación,sobreelcolumpio,estáEric,miEric,sentadoconGinebraencima
deél.Mellevolamanoalcuello.Laimpresiónmeahoga.
¡Mevaadaruninfarto!
Elhombreenelqueyoconfíoyporelquehabríapuestolasmanosenelfuegoclavaentonceslos
dedosenlaespaldadeaquéllamientrasjadeanybuscansuplacer.
Voyavomitar,¡tengoganasdevomitar!
Boquiabierta,nopuedoapartarlavista,yveoqueellaacercalabocaalademiamorylobesa.Se
devoranconavidez,conurgencia,conpasión,mientrasyo,comounagilipollas,observocómoella
ondulalascaderassobreEricyéltiemblaenloquecido.
Cierrolospuñosymirespiraciónseacelera.Creoquenovoyavomitar,¡losvoyamatar!
Instintosasesinosaflorandemiinteriormientrasmisojossetorturanviendoaquello.
Quieromovermeparairhaciaellos,peromispiernasestánclavadasalsueloysólosoycapazde
mirar,mirarymirar,ydeprontosientoquemisojossellenandelágrimasporlagrandecepciónque
estoysufriendo.
¿Cómopuedehacermeesomiamor?
Ericnomeve.Ginebratampoco.Estántancentradosendarseplacerqueelalmasemecaealos
pies.Lasganasdematarlo,demontarleunpollo,dearrancarlelacabezaaEricsemultiplicany,de
pronto, lo odio. Lo odio con todas mis fuerzas por haberse saltado nuestra primera norma de
siemprejuntosenelsexoyporestarconGinebra.
Soyconscientedequelaslágrimascorrenpormirostroydequenopuedomatarlo.Loquiero
demasiado.
Todamifuerza,micarácter,mibravurasehandisipadoparadejarmehechauntrapo.Mesiento
mal,terriblementemaly,cuandomispiernasporfinsedesbloquean,sueltolacortinay,aldarmela
vueltaparamarcharme,meencuentroaFélixdetrásdemí.
—Perdóname,Judith—murmura—.Perdóname,peroella...
—Ella,¿qué?—consigosisearfuriosa.
—Ellalodeseaba.
Ni quiero ni puedo escucharlo. Lo empujo, me alejo de allí antes de que mis instintos asesinos
regresenamíyorganicelamatanzadeTexasenMúnich.
Dios...Dios...Dios...¡Necesitosalirdeaquí!
Mientrascaminoenbuscadeunasalida,nopuedocreerloquehapasado.Nopuedocreerloque
hevisto.Nopuedocreerquemiamormehayatraicionado.
¿Cómohapodidopasar?
¿PorquéEricmehacealgoasí?
Bloqueadapormissentimientosyporlafrustración,observocómolagenteríeamialrededor,
lopasabien,hastaqueMelyBjörn,alvermigesto,preguntan:
—¿Quéteocurre?
Sinpoderresponder,medoylavueltaycomienzoacaminarhacialapuerta.Necesitosalirdeallí.
Entonces,depronto,sientounamanoquemedetiene.EsBjörn.
—¿Quéocurre,Judith?—pregunta.
Enfadadaconelmundo,medeshagodesumanoygrito:
—¡Túlosabías!
BjörnyMelintercambianunamirada.Noentiendenquémepasa,yelpobremepregunta:
—¿Elqué?¿Quéesloquesé?
Ungemidosaledemibocay,actoseguido,melatapoconlasmanos.Noquierollorar.Nopuedo
llorar.Ericnosemerecequelloreporél.Pero,conlamayorpenademivida,murmuro:
—Dilequenolevoyaperdonarloquemehahecho.¡Nunca!
Denuevo,veoquesemiran.
Enunprimermomento,ningunoentiendedequéhabloy,comounaollaapresión,exploto:
—Ese...esegilipollasestáconGinebra.
—¡¿Qué?!—exclamanlosdosalunísono.
Desesperada,meretiroelpelodelacaraygritosinimportarmequiénpuedaoírme:
—Loshevistoenelreservadonegrodelespejoy...y...¡Oh,Dios!Quieroirmedeaquí.Quiero
desaparecer.No...noquierovolveraverloenmivida.
VeoqueBjörnfrunceelceñoalucinadoy,dirigiéndoseaMel,sentencia:
—Quédateconella.
Sinmás,sedalavueltaysemarchaconpasoacelerado.Melintentaconsolarme,mellevahasta
unlateraldelsalón,yyo,hechaunmardelágrimas,consigodecir:
—EricyGinebra...,loshevisto,Mel...,loshevisto.
Miamigameabraza.Necesitoeseabrazo,ydejoquelohaga.
Me acuna. Me da aliento, intenta consolarme cuando, pasados unos minutos, veo que Björn
aparececongestofuriosoy,acercándoseanosotras,dice:
—Vámonos.
Ensusojosveoladecepciónporloquehavisto,comolohevistoyoy,abrazándome,murmura:
—Estotienequetenerunaexplicación,Judith,yaloverás.
Nohablo.Nopuedo.
¿Quéexplicaciónvaatenerloquehevisto?
¿Quéexplicaciónvaatenerqueelhombrealqueamolocamenteestéconesaperra?
Unavezhemosrecogidolascapasdelguardarropa,noslasponemosysalimosdelafiesta.
Elairegélidodelanochemedaenlacarayconsigorespirar.Yanohaycuadrigas.Menosmal.
Sinhablar,lostresnosmontamosenelcoche.Melsubeatrásconmigo.
—Quieroirmeamicasa—consigodecir.
Björn,queestátansorprendidocomoyo,memiraydice:
—Escucha,cariño,vayamosalhotel.
—¡No!—gritofuerademí—.Noquieroiralhotel.
MelyBjörnsemiranymibuenaamigamevuelveaabrazar.
—Judith,estarde,ycreoquelomejoreshacerloquediceBjörn.
Mesientocomosiestuvieraenunanubey,comosoyincapazdereaccionar,finalmenteasientoy
mecallo.Nopuedoolvidarloquehevisto.Todavíanomelocreo.
Eric,miEric,elhombreporelqueyodoymivida,mehaengañadoenmicara.Enmiputacara,
conaquellaasquerosa,yyonohepodidohacernadasalvohuir.
Alllegaralhotel,pidootrahabitación,meniegoacompartirhabitaciónconEric,peroparami
desgraciaelhotelestácompleto.Entonces,consultoelrelojyledigoalrecepcionista:
—Pídameuntaxi.RegresoaMúnich.
Aloírme,Björnprotesta.Yacontinuaciónnosenzarzamosenunadiscusiónenlaqueyogrito
descontroladayélintentatranquilizarme.Alfinal,Meltomacartasenelasuntoydicemirándome:
—Ahoranovasairaningunaparte.DormirásconnosotrosymañanaregresaremosaMúnich,
¿entendido,Judith?
—NoquieroveraEric—suplico.
—Noloverás,¿verdad,Björn?—afirmaella.
Elpobreasientey,tanconfundidocomoyo,murmura:
—Teloprometo.
Creoquemevoyadesmayarporlatensiónquesiento,ymedejoguiarporellos.Unavezenla
habitación,sinpudorantemisamigos,mequitoelcortodisfrazdediosaromanay,trasponermeuna
camisetayunasbragasqueMelmepresta,memetoenlacama.
Conlacabezabajolaalmohada,vuelvoallorar.MisojossoncomolascataratasdelNiágaraymi
corazónestátotalmentepartido.
Mis buenos amigos intentan consolarme, me hacen sacar la cabeza de debajo de la almohada y
dicendetodo.Yolosescuchoy,cuandonopuedomás,replico:
—Noquieroverlo.Björn,cuandovenga,noquieroverloojuroquelomato.
Élasientey,mirandoaMel,murmuraantesdesalirdelcuarto:
—AcuéstateconJudith.EncuantosedécuentadequeJudnoestáenlafiesta,Ericmellamará.Y,
conociéndolo,loraroesquenosehayadadocuentaya.Nocreoquetardemuchoenllamarovenir
alhotel.
Recostadaenlacama,observoaMelamilado.Enlaoscuridaddelahabitación,nosmiramosy
murmuro:
—Cuántarazónteníamihermana.
—¿Aquéterefieres?
Secándomelasdescontroladaslágrimasquenoparandemanardemisojos,susurro:
—Raqueldijoquequienjuegaconfuegotardeotempranosequema,yyo...yomehequemado.
—No,Jud...,no.Esonoesasí.
Suspiro,resoployapunto:
—Y,sinoesasí,¿porquélohahecho?
Melnoresponde.Estátandesconcertadacomoyo,yfinalmentedice:
—Nolosé,peroErictequierey...
—Nomequiere—lacortoconrotundidad—.Simequisiera,nuncahabríahechoeso,ymenos
conella.Su...subocayanoessólomía,comotampocoloessucuerpoysucorazón.
Noscallamos.Esmejorquelohagamosy,sindarmecuenta,mequedodormida.
Nosécuántotiempohapasado,peromedespiertosobresaltada.
Melestádormidaamilado.Concuidado,meincorporodelacama,cojomimóvilyveoqueson
casilascincodelamadrugada.¿LascincoyEricnomehallamado?
Sin lugar a dudas, lo está pasando tan bien con aquella asquerosa que le da igual dónde esté y
cómoesté.Hedejadodeimportarley,furiosa,apagoelteléfono.
Tengosed.Melevantoaporaguay,alsaliralsalóncontiguoalasuite,meencuentroaBjörn
sentadoenelsillóncongestohosco.Yanollevaeldisfrazdegladiadorromano.¡Seacabólafiesta!
Ahoravavestidoconnormalidad.Camisayvaqueros.
Nosmiramosy,sinpoderevitarlo,pregunto:
—¿Erichallegado?
Élniegaconlacabezayesomesorprendemásaún.¿Deverdadqueloestápasandotanbiencon
esazorraquenosehadadocuentaaúndequeyonoestoyenlafiesta?
Voyalminibar,cojounabotelladeaguay,trasdarleuntrago,mesientojuntoamibuenamigoy
pregunto:
—¿Por qué, Björn? ¿Por qué? —Él no responde, y añado—: Creía que me quería, que era
especialparaél.Yocreíaque...
—Tequiereyeresespecial,esonuncalodudes.Noséqué...
—Björn—locortoretirándomeelenmarañadopelodelacara—,dejadedefenderloporqueno
selomerece.Yocreíqueledabatodoloquenecesitabatantoanivelafectivocomosexual,peroestá
vistoquenoeraasí.EstávistoqueEricZimmerman,elpoderosoyfolladorEricZimmerman,nunca
cambiará.
Björnsepasalamanoporsumorenopelo.Nosabequédecirme.Estátandesconcertadocomoyo
y,cuandolovaahacer,deprontosumóvilsuena.Losdosmiramoslapantallayleemos:¡«Eric»!
MicorazónseacelerayentoncesBjörnlocogey,trasescucharunosinstantes,dice:
—Está... Sí..., está aquí. Y..., no..., no..., escúchame, Eric. Es mejor que esta..., ¡joder, escúchame!
Ellaestáconnosotros,yesmejorqueestanochenolamolestes.—Denuevovuelveaescuchar,su
gestosecrispay,levantandolavoz,dice—:¿Cómoqueporquéestáconmigo?
Angustiadaporoírsuvoz,lequitoelteléfonoaBjörnysusurro:
—Confiéenti,malditohijodeputa.Confiéenloqueteníamos,peroestávistoquetúnoeresla
personaqueyocreíqueeras.
—Jud...,cariño...,escúchame...
Su voz parece desesperada a pesar de estar gangosa por haber bebido más de la cuenta.
Atormentadaporloquesoyincapazdequitarmedelacabeza,siseo:
—No.Novoyaescucharteporquenotelomereces.Teodio.
Y,sinmás,lepasoelteléfonoaBjörnyregresojuntoaMelalacama.Tengoquedescansar.
52
Björn,conscientedeldolorqueveíaenlosojosdesuamiga,cuandoelladesapareciótraslapuerta,
selevantóypreguntó:
—¿Quécoñohashecho,gilipollas?
Alotroladodelteléfono,Ericgritódesesperadomirandoasualrededor.
—Nolosé,Björn.¡¿Quiereshacerelfavordecontarmequéhaocurrido?!¿YporquéJudnoestá
aquíconmigo,sinocontigo?
Convencidodelamorincondicionalquesuamigosentíaporsumujerydequetodoaquellotenía
unaexplicación,Björnpreguntó:
—¿Dóndeestás,Eric?
—Enlafiesta.¿Dóndevoyaestar?
Elabogadoasintióy,conscientedequelavozdeaquélnoeradenohaberbebido,dijoantesde
colgar:
—Notemuevasdeahí.Voyabuscarte.
Acontinuación,entródondelaschicasdormíany,alveraJudithconlosojoscerrados,cogiólas
llavesdelcocheysemarchó.
Contodalaserenidadquepudo,condujodevueltahastalafiesta.Alllegarallí,seencontróenla
escalinatadeentradaaunajadogladiadorllamadoEricZimmerman.Sugestolodecíatodoy,tras
aparcar,saliódelcochey,acercándoseaél,antesdequepudieradecirnada,lesoltóunderechazo
quehizoqueEriccayeracontralapared.
ElrubioalemánlomirófuriosoyBjörnsiseó:
—¿Cómohaspodidohacerlo?¿CómohaspodidohacerleesoaJud?
Eric, consciente de que había metido la pata hasta el fondo, aunque no lo recordara, sin dar
importanciaallabioquelesangraba,clavólamiradaensuamigoyvoceó:
—¡NoséquélehehechoaJud,peroestáclaroquealgohapasado,ymuygrave!—Y,mirando
fijamenteaBjörn,afirmó—:Mecreasono,mehedespertadohaceunratosentadoenelcolumpiode
lahabitaciónnegra.
—¡¿Cómo?!
—Alguien debió de echarme algo en la bebida —afirmó Eric—. No recuerdo nada. —Y,
desesperado,insistiótocándoselafrente—:¿Túsabesquéhaocurrido?
Björnsesacóentoncesunpañuelodelbolsillo,seloentregóparaqueselimpiaralasangredela
bocayrespondió:
—JudtehavistoconGinebraenlasalaenlaquetehasdespertado.Ynosólotehavistoella,sino
queyotambiény,sinotehedichonadahasidoporqueestabasmuyanimadoynoqueríamontarun
escándaloenlafiesta.
Aloíreso,Ericsequedóparalizadoy,trassoltarunbramidodefrustración,tiróelpañuelocon
furiaalsuelo,diomediavueltayentródenuevoenlamansión.Björnfuetrassuamigoy,cuando
Ericlosintióasulado,siseó:
—GinebrayFélix...,¡losmataré!¡Losmataré!
—Eric...
—Melahanjugado,¡joder!Yyohecaídocomounimbécil.
Sinllegaraentenderloquesuamigodecía,comopudoBjörnloparóypreguntó:
—¿Aquéterefieres?
Con la mirada vidriosa por la rabia que bullía en su interior, Eric miró a su alrededor
buscándolosymurmuró:
—Ginebrasemuere...
—¡¿Qué?!
—Se muere y me pidió tener una última vez conmigo. Le dije que no, pero entonces Félix
comenzóaacosarmesuplicándomequenopodíanegarleaquelloasumujer.Intentéhablarconellos
montonesdevecesparahacerlesentenderquenopodíaserpero,porloqueveo,eseviejozorroyla
zorra de su mujer han jugado sucio para conseguir su propósito. Frida tenía razón, ¡joder! —Y,
tocándoselacabeza,añadió—:LacopadewhiskyalaquemeinvitóFélix...,debiódeecharmealgo
enlabebida.
—¡¿Qué?!
Horrorizado,aunquenoporloquelehubierandado,Ericselamentó:
—Dios,nomeperdonaréenlavidaeldañoqueestoleestáhaciendoaJud.
—Deberías hacerte unos análisis —dijo entonces Björn—. Necesitamos saber con qué te han
drogadopara...
—Meimportaunamierdaloquemehayandado.
—Siqueremosdemandarlosesnecesarioque...
—SólomeimportaJud,Björn...,sóloella—replicóEric.
Y, tras darle un puñetazo a la pared que hizo que le sangraran los nudillos, se disponía a decir
algomáscuandoAlfredyMaggiepasaronporsulado.
—¿Todobienporaquí?
Ericlosmiróypreguntó:
—¿DóndeestánGinebrayFélix?
—Sehanidohaceunrato—respondióMaggie.
—¡Joder!—maldijoéldesesperado.
Asustados,losanfitrionesdelafiestainsistieron:
—¿Ocurrealgo?
—Ocurrequeesosdossehansaltadolaprincipalregladelafiesta:elrespeto,yteaseguroque
melasvanapagar.
Y, sin decir nada más porque en su mente sólo veía la palabra «venganza», dio media vuelta y
caminó en dirección a la salida. Tras despedirse de la pareja, Björn corrió hacia su amigo y se
apresuróadecir:
—Judnoquiereverte.
—Medaigualloquequiera.
AunqueeraconscientedequeibaaserimposiblepararaEric,Björninsistió:
—Necesitaríamos hacerte esos análisis antes de que los efectos de lo que te hayan echado
desaparezcandetuorganismo.Piensaque...
—Björn,llévamealhotel.SóloquieroveraJud.Esloúnicoquemeinteresa.
Unavezllegaronalcoche,Björninsistió:
—Eric...
Disgustado,furiosoyalterado,aquélmiróasuamigo.Loocurridohabíasidounterribleerror.
Habíasidoengañado,peroconocíaaJudysabíaqueseloharíapagar.
—Necesitoverla,Björn—siseó—.Judtienequeescucharme.
LosdosmontaronenelcocheyBjörnarrancó.
—Estámuyenfadada—insistióéste—,yleheprometidoquenotepermitiríaacercarteaella.
Aloíreso,Ericafirmó:
—Quieroamimujerporencimadetodaslascosasy,sitengoquepasarporencimadetipara
quemeescucheloharé,¿entendido?
Elabogadoesbozóunasonrisaypisóelacelerador.
—Eslomínimoqueesperabadeti—murmuró.
Cuando,veinteminutosdespués,llegaronalhotelydejaronelcoche,subieronalahabitaciónen
silencio.AlentrarenelsalónseencontraronaMelsentada.EllavioaEric,luegomiróaBjörncon
gestohoscoysiseó:
—SabesqueJudnoloquiereaquí.
—Esmimujer—insistióEric.
MelibaadetenerlocuandoBjörn,cogiéndoladelbrazo,seloimpidió.
—Tienenquehablar.
—Pero¿túestástonto?...—lereprochóellaalveraEricentrarenlahabitación—.¿Quétienen
quehablar?¿Acasotienequeexplicarleloplacenterosquehansidolospolvosquehaechadoconesa
guarra?
Björnnegóconlacabeza.
—EricafirmaqueGinebrayFélixlodrogaron.
—¡¿Qué?!
Elabogadoasintió.
—Debieron de echarle algo en la bebida y no recuerda nada de lo ocurrido. Sólo recuerda
habersedespertadosentadoenelcolumpioypocomás.
Mel se tapó la boca horrorizada. Por desgracia, ese tipo de cosas ocurrían hoy en día. Sin
embargo,lomiróeinsistió:
—Síesasí,losiento.PerotúleprometisteaJudquenopermitiríasque...
—Séloqueleprometí—lacortóél—.PerotambiénséqueEricdicelaverdad.Yloséporqueél
laquieredemasiadocomoparahacerloquehahecho.Sidealguienmefíoalcienporcien,además
deti,esdeEric,ymásenlotocanteaJud.
Melresopló.Allíseibaaarmarunabuena.
53
Sientoquealguienmetocaelpelo.
¡Oh,Dios,quégustito!
El placer que me proporciona ese suave masaje me hace suspirar, y me coloco mejor sobre la
almohadaparafacilitarlatarea.Noobstante,deprontoabrolosojos,vuelvolacabezay,alverquién
meestátocando,mimentesereactiva,doyunsaltoenlacamaymurmuromirándolofijamente:
—Eresundesgraciado.
Ericmemira.Siguevestidodegladiadoryveosulabiopartido.¡Esperoqueleduela!
Duranteunossegundos,nuestrasmiradaschocanyél,levantándosedelacama,susurra:
—Cariño...
—Ah,no,gilipollas...—locortocontodalachuleríadequesoycapaz—.Yoyanosoytucariño.
Sugestoesconciliador,aunqueledueleloqueacabodedecirle.
—Cariño...,nodigastonterías.Tienesqueescucharme.
Oíresomerevuelvelastripas.
¿Escucharloyo?¿Queyotengoqueescucharlo?
Ah,no...,elquemevaaescucharesélamí.
Pero¿esteimbécilquésehacreído?
Y,bloqueandolossentimientosquepugnandentrodemí,siseo:
—Mehasdecepcionado,humillado,avergonzado,ofendido,insultado,despreciadoypisoteado;
¿creesquetevoyaescuchar?
—Jud...
—Teodio...,teodiocontodomiser.
—Nomedigaseso,amor—susurratembloroso.
¿Amor?¿Ahoravuelvearecordarquesoysuamor?
Y,conelpoderquesientosobrelasituación,afirmo:
—Tedirétodoloquemevengaengana,gilipollas...,¡todo!
Ericsemueve,seacercaamí,peroyosoyrápidaymecolocodetrásdelsillóndondeestátirado
mivestidoderomana.
—Escúchame—insisteél—.Loocurridotieneunaexplicación.
Niego con la cabeza. No quiero escuchar. No quiero que me humille más, por lo que susurro
cogiendounzapatodetacón:
—Claro que tiene una explicación. Ginebra te buscó y tú, como buen machote, no te negaste,
¿verdad? —Su gesto se contrae, y siseo—: Eres un desgraciado. ¿Cómo has podido? ¿Cómo has
podido engañarme? ¿Cómo has podido hacerlo donde horas antes lo habíamos hecho tú y yo?
¿Acasoesoteprovocamorbo?¿Osprovocamorboalosdos?
—No,cariño...,no...
—Entonces¿porqué?¿Porquéhastenidoquehacerlo?
Ericmemira...,memira...,memira.Loconozcoeintentadarmeunaexplicaciónlógicaaloque
pregunto.Pero,entonces,cuandonopuedomás,gritosindejarlohablar:
—¡En este instante te odio, Eric! ¡Te odio como creo que nunca te he odiado! ¡Te juro que te
retorcería el pescuezo sin piedad! ¡Pero creo que ni eso me quitaría la rabia y la frustración que
sientoahoramismo!—Metocolasien.Meduelelacabeza—.Saldeestahabitaciónydesaparecede
mivistaantesdequemisinstintosasesinosquieranabrirtelacabeza.
—Pequeña...
—¡Nomellamespequeña!—chillosinimportarmequenosoigan.
Ericlevantalasmanos.Meenseñalaspalmasparaquemerelajeyrepite:
—Jud,cariño,porfavor,escúchame.Déjameexplicarteloocurrido.
Incapazdetenerunsegundomáselzapatoenlamano,selolanzofuriosayseloestampoentoda
lacara.Ledaenlafrente,peroEricnosepreocupaporelgolperecibidoeinsiste:
—Loquevistenolohiceporgusto...
Rabiosaporrecordarloquevi,cojoelotrozapatoyselotirotambién.Éstelepasarozandola
orejaperonoleda.
—Jud,debierondeecharmealgoenlabebida.Norecuerdonada,cariño.Tejuroquenorecuerdo
nada,exceptodespertarmesolosobreelcolumpioenlahabitaciónnegradelespejo.Yonuncaharía
algoquepudierahacertedaño,ylosabes.¡Séquelosabes!
Eso me detiene. Recuerdo la conversación que mantuve con Ginebra anoche y al Eric bailón.
Luego, las palabras de Frida cruzan mi mente advirtiéndome sobre aquella zorra y grito de
frustración.
Enajenada y sin ganas de escucharlo, cojo de una mesita el mando del televisor y se lo lanzo.
Después,learrojotodoloquepillosobrelamesitaquehayamiladoyélsemueveparaesquivarlos
objetosmientrasmegritaquepare.Peroyonoparo.Nopuedoy,cuandosóloquedaunalámparade
cerámicasobrelamesa,laagarrotambiénylooigodecir:
—Noseráscapaz.
Oíresoenciertomodomehacegraciay,trasarrancarelcabledelaparedcomounaposesa,le
lanzolalámpara,quecaealsueloysehacepedazoscuandoéllaesquiva.
Elruidoesatroz.EntoncesseabrelapuertadelahabitaciónyaparecenMelyBjörn.Losmiroy,
antesdequeyodiganada,Melgritaendirecciónasunovio:
—Tedijequeellanoqueríaverlo,¡telodije!
MimiradayladeBjörnseencuentranysiseofuriosa:
—Prometistequenolodejaríasentrar.Tampocopuedofiarmeyadeti.—Séquemispalabrasle
dueleny,cuandoveoquevaaresponder,insisto—:¿Quéhaceélaquí?
Convencidodequetengorazón,Björnsólosusurra:
—Losiento,Jud,pero...
—Pero¡¿qué?!—gritocomounaposesamientrasEricsiguemirándome.
—ConozcoaEric—prosigue—.Somosamigosdesdehacemuchoycreoenloquedice.Tedije
que todo esto tenía que tener una explicación y no dudo de su palabra. Eric te adora, Jud, y sé que
nuncatetraicionaríahaciendoalgoasí.
Comounagacela,meacercoalamesillayarrancoelteléfonodelaparedmientrasgrito:
—¡¿Yporquetúlocreashedecreerloyotambién?!
Melcaminahaciamí.Nometoca.Séqueseponecercademíparahacermeentenderqueestáde
mipartecuandoBjörnpregunta:
—¿Pretendesdestrozarlahabitación?
Enrabietada,lelanzoelteléfono.Éstechocacontralaparedcuandoloesquiva,yEricasegura:
—Estávistoquesí.
Miroamialrededor.Meimportaunamierdaesahabitación.Miqueridomaridotienedineropara
pagarlosdesperfectosdetodoelhotelsihacefalta.Y,acadainstantemásfuriosa,siseomirándolo:
—Destrozolahabitaciónpornodestrozarteati,¡gilipollas!
Mi amor, el hombre que acaba de romperme el corazón, da un paso al frente y yo exijo
extendiendolasmanos:
—Vete.Ahoramismoloúltimoquequieroesverteohablarcontigo.
PeroEric,miEric,nosedaporvencidoy,agarrandoelteléfonomóvilconlamano,insisto:
—Juroqueteromperélanarizcomonodesaparezcasdemivista.
Mialemánsepara.Memira...,memiraymemira.Meconoceysabeque,cuandomepongoasí,
esimposiblerazonarconmigo,porloquefinalmentedice:
—Saldrédelahabitaciónparaquetetranquilices,perotenemosquehablar.
Norespondo.Séquetenemosquehablar.Losé.
Ericvaadarselavueltaperoantes,mirándome,dice:
—Te quiero más que a mi vida, Jud, y antes que hacerte daño a ti, cariño, me mataría o me
arrancaríaelcorazón.
Dichoesto,damediavueltaysemarcha.Ericysusfrasecitaslapidarias.
Conelteléfonoenlamano,estoytentadadelanzárseloalacoronilla,peromecontengo.Silo
hago,puedohacerlemuchodañoy,además,atacarporlaespaldaesdecobardes,yovoydefrente.
UnavezErichasalidodelahabitación,Björnmemira.Loconozcoyséquevaadeciralgo,pero
éltambiénmeconocey,alvermicarademalaleche,finalmentesedalavueltayseva.
Cuando los dos hombres salen de la suite, las piernas me tiemblan. Pierdo toda la fuerza, la
chuleríayelpoderíoquesegundosantestenía,yMelrápidamentemeabrazaymesientaenlacama.
Denuevo,laslágrimasmedesbordan.Larabiameconsumeylapenaportodoloocurridome
desespera. Lloro, me aprieto contra Mel y cuando, pasado un rato, mi llanto cesa, ésta murmura
retirándomeelpelodelacara:
—Sélodolidaquedebesdeestar.
—Mucho—afirmo.
—SiyovieraaBjörnenlaactitudenlaquetúhasvistoaEric,estoyseguradequeestaríatan
enfadadacomotú,perocreoque,cuandoestésmástranquila,deberíashablarconEric.Sirealmente
esciertoloquedice,creoque...
—Hablaréconél.Loharé—aseguro—.Peronosésivoyasercapazdeolvidarloquehevisto.
Melasiente.Entiendedeloquehabloymeabraza.Sabequenecesitocariño,ymeloda.
54
LavueltaaMúnichenelcochedeBjörnlahacemosensilencio.
Tras pagar los desperfectos del hotel, cuando Eric me ve intenta sentarse a mi lado, pero lo
rechazo.Noquierosucontacto,yfinalmentesesientadelantejuntoaBjörn.
Parapetadatrasmisgafasdesol,elviajesemehaceeternomientrassoyconscientedecómoEric
mirahaciaatrásparaconectarconmigo.Quierehablarme,losé.Peroyonoquierosabernadadeél.
Al llegar a nuestra casa, mi perro Susto acude a saludarnos. Por suerte, ya está totalmente
recuperadodeloquelepasó,apesardequecojea.
Elcariñoquemetieneeseanimalnoesnormaly,comosituvieraunradarparasabermiestado
deánimo,secentraendarmelametonessinpararparademostrarmequeestáamiladoalcienpor
cien.Emocionada,mesientoenelsueloypermitoqueSustomeentreguetodosucariño.Lonecesito.
Ericnosobservaynodicenada.Enotrascircunstancias,mehabríadichoquenomesienteenel
suelonimedejechuperretearporlalenguadelperro,peroenestaocasióncallayobserva.Eslomás
inteligentequepuedehacer,elmuygilipollas.
Calamarnotardaenllegartambiénysaludaatodosconcariño,mientrasSusto sigue conmigo.
Enunmomentodado,elanimalsepara,memiraynoscomunicamosconlamirada.ConSusto no
mehacefaltahablar.Eselperromásinteligenteeintuitivodelmundo.Megustamiconexiónconél.
Instantes después, la puerta de la casa se abre y aparecen Simona y Pipa con el pequeño Eric,
HannahySami.Estaúltima,alverasuspapis,correhaciaellos,mientrasmisniñosvienenatoda
prisahacianosotros.
Sentadaenelsuelo,sientosuscuerpecitossobreelmío,ysonrío.Sinlugaradudas,mispequeños
mellenanelalma,aunquesupadremehadestrozadoelcorazón.
UnavezmelevantodelsueloconHannahentremisbrazos,Ericseacercaamíconelniñoentre
lossuyosymurmura:
—Cariño...,tenemosquehablar.
Y, como no tengo ganas de montarle un numerito delante de todos y consciente de que tiene
razón,susurro:
—Estanoche,cuandolosniñosesténdormidos.
Eric asiente y sonríe. Yo no lo hago. No quiero sonreír, y sé que eso a mi amor le parte el
corazón.Peromedaigualsucorazón.Bastantetengoyoconhacerqueelmíosigalatiendoapesar
delapenataninmensaquesiento.
Con la felicidad que los pequeños nos dan a todos, entramos en la casa. Instantes después,
aparecenFlynyPeter.Petervienehastamíymedaunabrazo.Yoloaceptoencantaday,cuandodirijo
mimiradaaFlyn,éstememiraasuvezybajalavistaalsuelo.
Vale...,nomequiereabrazar.
Segundos después, los chicos suben de nuevo a la habitación para seguir jugando con sus
ordenadores.
Sonia,misuegra,quesehaquedadoalmandodetodoelfindesemana,meobservaypregunta:
—Judith,¿estásbien?
Prefabricando una bonita sonrisa para ella, asiento. No quiero que los niños ni nadie más se
percatendelgranproblemaquetenemosEricyyo.Asípues,laabrazoyaseguro:
—Cansada,peroperfectamente.—Y,sonriendo,pregunto—:¿Cómosehaportadolapandillael
findesemana?
SoniaySimonasonríeny,mirandoalosniños,lasegundaresponde:
—Todoshansidomuybuenos,incluidoslosmásmayores.
Megustasabereso.Entonces,oigoaSoniadecir:
—Eric, hijo, qué mala cara tienes. ¿Te encuentras bien? Parece que tienes el labio un poco
inflamado.
Meapresuroamirarlo:efectivamente,notienebuenacara.Peromeimportabienpoco,hastaque
Melcuchicheaacercándoseamí:
—Björn acaba de decirme que Eric se ha tomado dos pastillas. Al parecer, le duele la cabeza a
rabiar.
Vale.Losientoporél,peronoestoydispuestaacompadecerme.
Eric se acerca a nosotras tras hablar con su madre y, de pronto, noto su mano rodeando mi
cintura.Lomirocondesagradoyél,bajandolavoz,dice:
—Discúlpame,perosinoteabrazomimadresospechará,ybastantetengoconloquetengocomo
paraescucharlaaellatambién.
—Deacuerdo.
Sientoquemidocilidadlegustaymeaprietamáscontraél.Suolor,eseolorquemevuelveloca,
inundarápidamentemisfosasnasalesy,dirigiéndomeaél,leadvierto:
—Notepases,gilipollas.
Ericmemiray,antesdequelopuedaparar,meplantaunbesoenloslabios.Sutacto,sucontacto,
susabormedalavida.Sinembargo,furiosaporloquehanbesadoesoslabioshorasantes,cuando
veoquenadienosobservasiseo:
—Vuelveahacerloytepateoloshuevosaunqueestétumadredelante.
Vale.Meacabodepasartropecientosmilpueblos,peroesloquemehasalido.
Ericclavasusojosenmí,yolevantolascejasy,aflojandosuabrazo,hacequetodospasemosal
salónatomaralgocuandoSoniasemarcha.
Alentrar,medeshagoconbrusquedaddelabrazodeEricymealejodeél.Minutosdespuésentra
Simonaconunosrefrescosyunascervezas.Rápidamente,todoscogemosunayella,antesdeirse,se
vuelvehaciamíydice:
—Estaréenlacocinaporsinecesitáisalgo.
Asientoy,cuandosemarcha,mesientojuntoaMelyloscríosyduranteunratointentocentrarme
en mis pequeñines. Ellos son los únicos que se merecen ser tratados como reyes. Mientras tanto,
observocondisimiloaBjörnyaEric,quehablanjuntoalaventana.
Alvercómolosmiro,Melseacercaamíymurmura:
—¿HablarásconEric?
—Sí.Estanoche,cuandolosniñosduerman.
—Jud...
—Estoy bien, Mel. Jodida pero bien —digo y, cogiéndole las manos, añado—: Sabes que te
quiero,pero¿porquénoosvaisyaacasa?
Melmemira,semuerdeellabioinferiorymurmura:
—Ay,Judith,estoytanagobiadapordejarteaquí...
—Tranquila—afirmoconseguridad—.Novoyamataranadie.
—Losé,perodameotramediahoraydespuésteprometoquenosiremos.
—Vale—respondosinmuchaconvicción.YderepenterecuerdoqueMelqueríacontarmealgo
quecontodoestelíohabíaolvidado—.Mel,¿quéqueríascontarme?
Mibuenaamiganiegaconlacabeza.Estápreocupadapormí,seloveoenlacara.
—Nadaquenopuedaesperar,tranquila.
Depronto,ambasvemosqueBjörnsujetaaEric.Rápidamente,sinquenadiemelodiga,séloque
quierehacer.QuiereirenbuscadeFélixyGinebra,ylarabiameinvadedenuevocuandodigo:
—Voyalbaño.
Es mentira. No voy al baño, pero necesito desaparecer o mi parte malvada va a explotar de tal
maneraqueallínosevaasalvar¡niDios!
Sientoquemidestrozadocorazónlateademasiadavelocidad.Mimentenopuededejardepensar
en la zorra de Ginebra y su marido y, cuando entro en mi habitación, llamo al hotel donde sé que
están hospedados. Quiero matarlos antes de que Eric los localice. Esto no puede quedar así. Sin
embargo,justocuandollamo,elrecepcionistamedicequeacabandemarcharsehaciaelaeropuerto.
Denuevo,micorazónsedesboca.
¿Aquellasratasimpresentablessevanairasí,sinmás?
Pienso. Pienso..., pienso. No sé en qué vuelo saldrán y, de pronto, ¡se me enciende la bombilla!
Corroalsalóny,trashacerleunaseñaaMelparaqueseacerqueamí,murmuro:
—Necesitoayuda.
Ellamemira.
—Loquequieras.
Conscientedequeloquevoyapedirlenoestábien,digo:
—NecesitoquePeterentreenlosordenadoresdelaeropuertodeMúnichymedigaquévuelovan
acogerGinebrayFélix.
Mel me contempla boquiabierta. Sin duda, estará pensando que he perdido el norte y el sur y,
cuandocreoquemevaadecirquemetienenqueingresar,susurra:
—SiseenteraBjörndequelepedimosesoalchico,¡nosasesina!Selotienemásqueprohibido.
Pero¿sabes?¡QueledenaBjörn!
Con disimulo, Mel y yo salimos entonces del salón y subimos a la habitación de los chicos.
Rápidamente,ellasacaaPetery,cuandoleestoyexplicandoloquenecesito,Flynsaletambiénynos
mira.
Comonomeapetececompartirnadaconél,lomiroydigo:
—Porfavor,¿podríasdejarnosasolas?
El desconcierto en su gesto es total, y de inmediato desaparece dentro de su habitación. Luego,
Petersevuelvehaciamíy,sinpreguntar,dice:
—Encincominutoslosabrás.
Su eficiencia me supera. Mel regresa al salón mientras yo meto a Peter en mi dormitorio, le
entrego mi portátil y el muchacho, de una manera que yo nunca sabré, hace su magia ante el
ordenadory,trasdarlelosnombresdeaquellosdesgraciados,mediceapuntandoenunpapel:
—SuvueloaChicagosaledentrodedoshoras.
Miroelreloj.Simedoyprisa,lospillo.Acontinuación,leentregomitarjetadecréditoydigo:
—Sácameunbilleteparaesevuelo.
Denuevo,elchicohaceloquelepidoy,cuandomellegalatarjetadeembarqueamimóvil,le
doyunbesoyañado:
—Gracias,Peter.AhoraregresaconFlyneinvéntateloqueseacuandotepregunte,¿deacuerdo?
Éltambiénmedaunbesoy,sinpreguntarnada,desaparecedemihabitación.
Comounaloca,salgodelacasay,paraquenooiganelmotordelcoche,decidocogeruntaxi.
Por suerte para mí, no tardo en encontrar uno, y me dirijo hacia el aeropuerto cuando recibo una
llamada.EsMel.
—¿Estáschalada?¿CómotevasairaChicago?
—Tranquila..., tranquila. No cogeré ese avión. Sólo he comprado un billete para poder pasar y
encontrarlos.
—Jud...,Ericyasehadadocuentadequenoestásyestácomounlocobuscándote...
Deprontooigojaleoy,segundosdespués,lavozdeEricdice:
—Jud,malditasea,¿dóndeestás?
Sin ganas de hablar con él, corto la comunicación y apago el teléfono. No me apetece dar
explicaciones.
El tráfico en Múnich ese día es garrafal. El tiempo pasa rápidamente y miro el reloj nerviosa.
¡Tengoquellegar!
Cuandoeltaximedejaenelaeropuerto,corrocomounaloca.¡Nollego...,nollego!Y,encuanto
dejoatráselarcodeseguridad,buscoenlospaneleselvueloenelquevanaquellosdosyvuelvoa
correrporelaeropuerto.Estarde.Novoyallegar.
Aprietoelpaso.Malditoatascoelquehepillado.Elcorazónsemecaealospiescuandollegoa
lapuertadeembarqueyveoqueestácerrada.Elvueloestácerrado.
Furiosa,aescasosmetrosdemíveoqueelavióndondevanaquéllosdamarchaatrás.Lacólera
me puede, y doy un puñetazo al cristal blindado. La gente me mira y soy consciente de que, por
mucharabiaquetenga,pormuyfrustradaquemeencuentre,novoyamontarunnumerito,porloque
finalmente me limito a sentarme para ver cómo el avión se encamina hacia la pista, despega y se
aleja.
Duranteunahoramequedoallísentadasumidaenmispensamientosymeconvenzoamímisma
deque,silascosashansalidoasí,esporqueGinebrayatienesuverdaderocastigo.
Cuandomedespiertodemispensamientos,decidoregresaracasa.Salgodelaeropuerto,cojoun
taxi y enciendo el móvil. Como es de esperar, tengo mil llamadas desde el teléfono de Eric, pero
llamoaMel.
—¿Estásbien?¿Dóndeestás?—preguntaella.
Suvozsuenaangustiaday,paratranquilizarla,murmuro:
—Estoybienyvoyparacasa.
—¿Quéhapasado?
—Nada—reconozcoconrabia—.Cuandollegué,yahabíanembarcado.
OigoelsuspirodeMely,convencidadequesabequeestoybien,dice:
—Quieresquenoestéaquícuandoregreses,¿verdad?
—Sí,porfavor—respondosinganasdementir.
—Deacuerdo—afirmaella—.Björn,losniñosyyonosmarchamosahoramismoparacasa,y
Eric...
—NoquierosabernadadeEric.Ahorano.
—Jud...
—Vetetranquila—leaseguroconunatristesonrisa—.Mañanatellamoynosvemos.
Unavezcuelgo,merecuestoenelasientodeltaxiymelimitoamirarporlaventanilla.Necesito
recobrarfuerzasparaenfrentarmeaEricZimmerman.
Cuandoeltaxillegaacasa,pagoymebajo.Sacolasllavesdelbolsoy,alabrirlacancela,oigoel
trotardeSustoyCalamar.Lossaludoconcariñoy,lentamente,llegohastalapuertadeentradademi
casa.Demipreciosacasa.
Estardey,alentrar,senotaquelospequeñosestándurmiendo.Loagradezco.Losadoro,pero
estoytanmalqueloúltimoquequieroesveramisniños.Caminohacialacocina,meabrounacocacolay,enelmomentoenqueleestoydandountrago,oigoamiespalda:
—Jud,¿quéhashecho?
Sinvolverme,terminodebebery,cuandoacabo,mevuelvoy,mirandoalhombrequeconsigue
queyosealamujermásfelizoinfelizdelplaneta,respondo:
—Nadadeloquepensabahacer.
Ericasientey,moviéndomeconrapidez,digo:
—Voyaducharme.
Al pasar junto a él, veo la tristeza que siente por lo ocurrido. Pienso en preguntarle si se
encuentramejordesudolordecabeza,perono,nolovoyahacer.Asípues,sinquererclaudicarpor
lo dolorida que estoy, me encamino a la planta superior. Allí, paso al cuarto de mis niños, que ya
estándormiditos,ylesdoyunbeso.
AFlynnovoyaverlo.Aél,quevayaaverlosupapaíto.
Trassalirdelahabitación,medirijoalamíaymiromimaletacerrada.Sinpararmeapensar,la
abro y lo primero que veo es mi disfraz de romana. Me siento en la cama y, con la maleta abierta
sobreella,resoploeinconscientementerecuerdoaEricyaGinebrabesándoseytocándosemientras
sedabanplacer.Nopuedoolvidarlo.
Enfadadaconmigomismaporpensarenello,melevanto,entroenmipreciosocuartodebañoy
decidodarmeunaducha.Lanecesito.
Una vez desnuda, cojo mi iPad y pongo música. Miro las carpetas que hay y, aunque mi mente
dicequepongamúsicamarchosa,micorazónpidealgoromántico.
Dudo. Me debato sobre qué hacer y, al final, gana mi parte morbosa. Necesito fustigarme,
flagelarme,azotarmeymaltratarmeescuchandoesamúsica.Ydigoyo:¿porquélohago?¿Porqué
enmomentosasínecesitoescucharloquemevaahacersufrir?
Memiroenelespejo.Lamujerqueobservoreflejadasoyyo,ymurmuro:
—Judith,erestonta...,muymuytonta.
Cuandocomienzanasonarlosprimerosacordesdenuestracanción,tengoqueapoyarmeenla
encimera. El dolor, la pena y el tormento me doblan en dos mientras la bonita voz de Malú canta
Blancoynegro.[32]
Incapazdecontenerlaslágrimas,mesientosobrelatazadelinodoroylloro.Llorodeimpotencia
en soledad como no he podido hacerlo antes y, mientras escucho la letra de esa preciosa canción,
sientoquenovoyapoderpararnuncadellorar.
LeheregaladomividaaEricyélsiempremehadichoquemeregalabalasuya.
¿Cómovoyapodersuperareso?
CuandolacanciónacabaylavozdeLuisMiguelcomienzaacantarSinosdejan,[33]melevanto
y,hechaunmardelágrimas,recuerdonuestralunademielenMéxico.
—Quépena,Eric...,quépena—murmuromirándomedenuevoalespejo.
Acongojada,entroenlacabinadeladucha.
Abro el grifo y dejo que el agua comience a chorrear por mi cuerpo. Agotada, agobiada y
abatida,meapoyoenlaparedycierrolosojosmientras,inconscientemente,tarareolamúsicaque
suena. Y, tan pronto como comienza a sonar Ed Sheeran interpretando Thinking Out Loud,[34] me
sientoenelsuelodeladucha,meencojoyrecuerdoqueésafuelaúltimacanciónquebailéconmi
amor anoche mientras me decía mirándome a los ojos aquello de «te seguiré amando hasta los
setentaporquemeenamorodetitodoslosdías».
¡Mentiroso!
Micabezadavueltasyvueltas.
Ericnohaparadodedecirmequelohanengañado.Quedebierondeecharlealgoenlabebida,
peroestoytanenfadadaconélquesoyincapazderazonaryponermeensulugar.Nopuedo.Sólo
puedopensarunayotravezenGinebrasobreélenelcolumpioyenlosdedosdeEricclavándoseen
su espalda mientras la besaba, mientras le devoraba la boca como hace conmigo. Esa imagen me
tienetotalmentecegada.
Cuandoporfinconsigovolveraseryo,trasregodearmeenmidesesperación,melevantoyme
doycuentadequeestoytemblandodefrío.Nosécuántotiempoheestadosentadaenelplatodela
duchallorandoeintentandorecomponerme.
Alsalir,comienzaasonarRibbonintheSky,[35]delmaravillosoStevieWonder.Quécancióntan
bonita.SinpoderevitarpensarenlasvecesqueEricyyolahemosbailadoenlaoscuridaddenuestra
habitación,mepongomialbornozymesientodenuevoenelinodoro.Piensoencómoaquéllosse
besaban.Piensoquelabocademiamoryanoessólomía,ymaldigocuandolapuertadelbañose
abreyEricmepreguntacongestopreocupado:
—¿Estásbien?
Lomiroconodio,yrespondo:
—No.
Él cierra los ojos. Sabe de lo que hablo y, tras levantarme como una furia, apago la música y
siseo:
—Fuerademivista.
Miestadodeánimoesunaveleta.Tanprontollorocondesconsuelocomosientounashorribles
ganasdeasesinarlo,yEriclosabe,meconocemuybien.Finalmente,dice:
—Cuandoquieras,podemoshablarenmidespacho.
Asiento.Nodigonada.
Alverquenovoyadirigirlelapalabra,cierradenuevoyseva.Yomequedomirandoalfrente.
Luegomesecoconbrío,medoyaceiteenelcuerpoymepeino.
Ataviadaconunvestidodealgodónrosapaloymisbotasdeandarporcasa,bajolentamentesin
secarmeelpelo.CuandoestoyfrentealdespachodeEric,meparo.
Quierohuirdeloquevaaocurrirallí,peroséquedeboenfrentarmeaello.Asípues,cogiendo
fuerzas,sacoalaJudithchulitaquesacadequicioaaquelalemány,sindudarlo,entro.
Ericestájuntoalachimeneacontemplandoelfuego.Esaestampasuyasiempremehaencantado,
perohoyladetesto.Mifuriamehacedetestarlotodo,hastaelairequerespiro.
Cuandoélmeve,memiray,trasunosinstantesenlosqueambosestamosensilencio,murmura:
—Losiento,Jud.Losiento,cariño,perotejuroque...
—Nomejures.Séloquevi.
Ericasiente.Sabequeloquevimehadestrozadoy,caminandohaciamí,susurra:
—Simeconoces,comprenderásqueyonuncaharíanadaasí.
—Losé—locortoconlavozrotaporeldolor—.Perotevi.Vicómolabesabas,cómo...cómo...
Desesperado,vaaagarrarmeyledoyunmanotazo.Élmemira.
—Noeraconscientedeloquehacía.Norecuerdonada,peroséque...
—Túnosabesnada—digoalzandolavoz—.Túniporasomopuedesimaginarteloqueyohe
sentidoconloquehevisto.Niporuninstantetelopuedesimaginar.
Sugestoatormentadomehacesaberquepuedopisotearlo,matarlo,maltratarlo.Estádispuestoa
todopormí,peroinsisto:
—Apenasunashorasantes,túyyoestábamosenesasalanegradelespejodisfrutandoy...y...
—Pequeña,escúchame.
Enfadadalomiro,luegosonríoconmaliciaysiseo:
—Noquieroescucharte.Ahorano.
—Jud,nodigaseso.
Miaclaraciónloenfada,loenvenena,melodicensusojos.Pero,sindejarsellevarporlarabia,
suplica:
—Perdóname,Jud,nosabíaloquehacía.
¿Perdonar?¿Voyasercapazdeperdonaryolvidarloquevi?Y,mirándoloconfuria,vuelvoa
sisear:
—¿Quétalsihacemosusodeloquehabitualmentesellamaojoporojoyahorasoyyolaque...?
—¡Niseteocurra!—bramaperdiendolosnervios.
Vuelvoareírconmalicia.Enloúltimoquepiensoahoraesenestarconunhombre,perocomo
tengoganasdehacerledaño,insisto:
—Lojustoseríaeso.Queyobuscaraalhombrequemásrabiatedéytúloveas,¿no?
—No...—murmuraapretandolosdientes.
Quieroherirlo.Quieroquesemartiricecomoyomeestoymartirizandoporél,ygrito:
—¡Gilipollas! ¿Cómo no te diste cuenta? ¿Cómo, con lo listo que eres para otras cosas, fuiste
incapazdepercatartedeloqueibaaocurrirconesagentuza?
Ericmemira.Nosabequédecir.
Sedacuentadequetengorazónentodoloquedigoynologradarmeunaexplicación.
Elsilencioinvadelaestancia.Ericnosemueve.Nosmiramosalosojosymurmuro:
—Estoyenfadada,muyenfadada,yquieroquetevayas.
—¿Quemevayaadónde?
—¡Quetevayasdeestacasa!—chillofuerademí.
ElgestodeEricseacaloray,sinmoverse,cuchicheadespacio:
—Estoyenmicasa.
Suaclaraciónconmalababamehacerverquecomienzaaperderlosnervios.
—Puesmevoyyo—replicoentonces.
Sin más, me doy la vuelta, pero antes de llegar a la puerta, Eric ya me ha agarrado entre sus
brazos,medalavueltay,apretándomecontrasí,protesta:
—Jud,novasairaningúnlado.
—¡Suéltame!—grito.
—No.Hastaqueentresenrazón.
Larabiameconsumey,sinpensarenloquehago,levantolarodillaylogolpeoconfuerzaen
esapartetannoblequemeencantayqueenotrosmomentosmedaplacer.Eric,quenoesperabaese
ataque tan brutal, cae de rodillas al suelo. Se encoge de dolor ante mí y yo, fuera de mis casillas,
siseo:
—Nuncamásentuputavidavuelvasatocarmesiyonotelopermito.
Élnocontesta.Sigueretorciéndoseenelsuelodedolormientrasyoloobservoimpasible.
¡Joder...,joder,québestiasoy!
Pasan unos minutos y, cuando veo que su respiración se normaliza, abro la puerta y salgo del
despacho.Meencaminohacialaescalera,peroentoncesmelevantaenvolandasy,rojodefuria,me
sueltaenmicara:
—Entuputavidavuelvasahacerloquehashecho.
Grito. Intento soltarme, lo llamo de todo y volvemos a entrar en el despacho, donde, una vez
cierralapuertaconelpie,mesueltayyobramo:
—¡Teodio!¡Teodiocontodasmisfuerzas!
—Ódiamecuantoquieras—replicafurioso—.Perotenemosquehablar.
Apartirdeesemomento,nohablamos,sinoque¡chillamos!
Le echo en cara todo lo que quiero y más, y él hace lo mismo. Sin escucharnos, ambos
levantamoslavoz,ambosgritamos,amboschillamos.Ladesesperaciónestalqueningunodelosdos
está dispuesto a escuchar al otro cuando, de pronto, la puerta del despacho se abre y aparece Flyn.
Debemosdehaberlodespertadoconnuestrosgritos.ElcríomiraaEricypregunta:
—Papá,¿quéocurre?
Alverlo,Ericdice:
—Flyn,regresaatucuarto.
Peroyo,queyaestoycomolaslocas,sonríoymurmuro:
—No,hombre,no,dejaquesequedeaquí.Tambiéntengoreprochesparaély,así,aprovechoyse
loshago.Alfinyalcabo,estuniñitoysólosepreocupaporti.
—Jud...,cariño.
En mi interior se ha formado un tsunami y siento que no voy a ser capaz de frenarlo,
especialmenteporquenoquiero.Tengoantemíamisdosgrandesfuentesdeproblemasyconflictos
y necesito gritar y protestar. Necesito que esos dos imbéciles me escuchen y, sin importarme las
formasninada,digo:
—¿Os habéis puesto de acuerdo los dos para sacar lo peor de mí? Porque, si es así, lo habéis
conseguido.
Y,comoyatodomeimportatrespepinos,prosigo:
—Me he dejado la piel por vosotros dos y tengo que deciros que sois unos jodidos
desagradecidos.Túcomomaridoytúcomohijo.Y¿sabes,Eric?,¡claudico!Hetomadoladecisión
deque,siFlynnomequierecomomadre,yonoloquierocomohijo.Bastayadedesplantes,malas
caras y malos modos. Estoy harta, ¡harta!, de tener que andar siempre con pies de plomo con
vosotros. Estoy tan enfadada con los dos que no quiero ser racional, simplemente quiero que me
dejéisenpazparapodervivir.Sinlugaradudas,éstaestucasa,EricZimmerman,perolosniñosque
estándurmiendoenlaplantadearribason¡mishijos!,nosólolostuyos,ynovoyapermitirque...
—Jud—mecortaEric—.¿Quéestásdiciendo?
Comounremolinoimparable,lomiroysentencio:
—Digo que quiero el divorcio. Digo que quiero irme de aquí. Digo que mis hijos se vendrán
conmigo,ydigoque...
—Jud...,¡para!
Su corte me hace dar cuenta de que Flyn está llorando. Y, aunque sus lágrimas deberían
atormentarme, estoy tan dolida que no siento nada. A continuación, cuando me dispongo a añadir
algo,oigoqueEricdicemirandoalniño:
—Flyn,vetealacama.
—No...
—Flyn—insisteél.
Elcríosesecalaslágrimasypregunta:
—¿Osvaisaseparar?
—No—respondeEric.
—Sí.¿Noesloquequerías?—respondoyo.
Eric me mira. Su mirada de Iceman echa chispas, pero no me importa, ya que la mía es puro
fuego;entoncesFlyn,llorando,dice:
—No...nopodéishacerlo.Nopodéisestarasípormiculpa.Yo...yo...
Reconozcoqueverlotandesesperadomepellizcaunpocoelcorazóny,mirándolo,respondo:
—¿Sabes,guapito?,tuactitudhaayudadobastante.¡Gracias,Flyn!
—¡Jud!—gritaEric.
—¿Jud,qué?¿Acasoesmentira?—replicodesafiante.
Fuera de sus casillas por lo que estoy soltando por mi boquita, Eric me mira con furia. Yo lo
miroconrabiaychuleríacuandoélcogealniñodelbrazoymurmuraparaintentarcalmarlo:
—Flyn,notepreocupespornada.Mamáypapáestándiscutiendoporalgoque...
—¡¿Mamá?!—memofodolida—.Disculpa,peroélmismomehadejadomuyclaroinfinidadde
vecesquenosoysumadre,quesólosoylamujerdesupadreo,entodocaso,sumadrastra,¿verdad,
Flyn?—Elcríonoresponde,yyoprosigo—:Vamos,sévalienteydileatupapaítoloquemehas
dichomilvecescuandoélnoestaba.
—¡¿Qué?!—preguntaEricsorprendido.
—Ah, y ahora que no hay nada que ocultar... —prosigo abriendo mi propia caja de Pandora—.
¿Quétalsiledicesatupadrelodivertidoqueteresultóprovocarmediarreasconlasgotitasquetus
amiguitosterecomendaron?
—¡¿Cómo?!—insisteEricdesencajadoy,echándoleunvistazoalcrío,pregunta—:¿Dequéhabla
Jud?
Pero,sindejarlocontestar,respondoyoporél:
—Secretos...,secretos.Entrenosotroshaydemasiadosecretos.—Y,quitándomeelanilloquetanto
adoro,lodejodemalosmodossobrelamesadeldespachoygrito—:¡Y,hablandodesecretos...,me
pareciómuymalquemeocultarasquefuetuniñoquiensellevóelanilloparavenderloenunacasa
deempeñosyluegomemintierasdiciendoquelohabíasencontradoenelmaleterodetucoche!Pero
¿acaso te crees que yo soy tonta? ¿Acaso crees que no iba a enterarme de la verdad? Pues sí, me
enteréymecalléparaserbuenaconélycontigo.Soistalparacual.¡LosputosZimmerman!
Eric palidece. Sé que no lo hace por mis palabrotas, sino porque nunca imaginó que yo me
enteraríadeaquello.
—Jud...,cariño...,yo...—murmura.
—Ahoranoquieroexplicaciones.Yanomevalen.
ElniñosiguellorandocuandoEric,conscientedequelascosasseestányendodemadre,insiste:
—Porfavor,Flyn.Veteatuhabitación.
Elcríomemiraconelrostrodesencajado.Nuncamehavistoperderelcontroldeesamanera.A
continuación,acercándoseamí,susurra:
—Mamá...,losiento...,perdóname.
¡¿Mamá?!Congestoagrio,lomiroyreplicofuerademí:
—Déjameenpaz.Yonosoytumadre.
Ericlosacadeldespacho,mequedosolaysientoganasdegritar.Estoyfuriosa.Tremendamente
furiosa.
Luego,Ericvuelveaentrareneldespachoy,trascerrarlapuerta,caminahaciamíydice:
—EstáspagandoconFlynnuestroproblemay...
—Eric—locorto—.Losiento,peroestoydesbordada.Desbordadaportodoslados.Y...yloque
ha ocurrido, nos guste o no, ha hecho que haya un antes y un después en nuestra relación. Intento
asumirqueesoshijosdesumadretedrogaronparaconseguirsupropósito,peronopuedoobviarlo
quevi.¿Acasotúloobviaríassilasituaciónhubierasidoalrevés?¿Deverdadmeestásdiciendoque
siEricZimmermanmevierasobreuncolumpiodesnuda,entregándolemibocaymicuerpoaotro
hombre, no se enfadaría conmigo? ¿No me chillaría? ¿No se volvería loco de rabia? —Él no
contesta, y añado—: El Eric Zimmerman que yo conozco estaría tan enfadado como yo, y el Eric
Zimmerman que yo conozco necesitaría su tiempo para digerir lo ocurrido por mucho que me
quisiera.
Porfinparecequemispalabraslecalanhondo.
En lugar de acercarse a mí, asiente, se apoya en su mesa y, tras unos segundos en silencio,
murmura:
—Siyohubieravistoloquetú,sindudameestaríacomportandopeor.
—Losé,Eric—afirmo—.Losé.
Mi alemán asiente. Sabe que lo que digo es cierto. La situación en caso contrario habría sido
devastadora.Clavandosusojazoscansadosenmí,acontinuaciónmusita:
—Jud,nomedejes.Yonohepropiciadoloquehaocurrido.
Sus palabras me paralizan. Por mi cabeza ha pasado de todo, pero ¿realmente soy capaz de
dejarlo?¿Realmentesoycapazdevivirsinél?
Al ver que no digo nada y que no me muevo, Eric camina hacia mí y, derrotado por mi
indiferencia,aquelgrandullónalquetodostemencaeamispiesyrepitecondesesperación:
—Nomedejes,miamor.Porfavor,pequeña,escúchame,yonoeradueñodemisactos.Nosabía
loquehacíaenesemomento.
Susúplica...
Sumirada...
Sumiedo...
Todopuedeconmigo,yentoncesinsiste:
—Castígame, enfádate conmigo, fustígame con tu desprecio, pero no hables de divorcio. No
hablesdeseparartedemíporquemividasintinotendrásentido.Sintiysinlosniños,yo...
Almirarmeyversusojoscargadosdelágrimas,comosoyunablandengue,memuerdoellabio
inferiorymurmuro:
—Levántate,porfavor,levántate.Noquieroverteasí.
Mialemánselevantaconpesary,cuandodoyunpasoatrásparaquenometoque,seencamina
hundidohaciasusillay,mirándome,susurra:
—Estoydispuestoaloquetúquieras,Jud.Atodo.
Asiento.Séqueahorayotengoelpoder.Estoyconvencidadeque,silepidieraquesecortaraun
brazoenesemomento,loharía.
—DentrodeunosdíasmeiréalaFeriadeJerez—digo—.Irésinti,peromellevaréaEricya
Hannah.
—¿Sinmí?
Al oírlo decir eso, siento unas irrefrenables ganas de asesinarlo. Pero ¿no decía que no tenía
tiempoparaesastonterías?Sinembargo,conteniéndome,contesto:
—MeiréaJerezconlosniños,ynitúniFlynvendréis.
—Cariño...,porfavor...
Sonríoconchuleríayreplico:
—Nohaycariñoquevalga.Notequieroconmigo.Quieroirsolaconmishijosydisfrutardela
alegríademitierray,contigoamilado,nolovoyadisfrutar.
Susojos...
Suvoz...
Sumirada...
ConozcoaEricZimmermanyséqueloqueestáocurriendoseráalgoqueloatormentaráelresto
desuvida.Seacercaamí,mecogeentresusbrazosy,espachurrándomecontralalibrería,sisea:
—Jud,nojueguesconfuegootequemarás.
Nosseparanapenasunosmilímetros.Misojosmiransuboca.Quierobesarlo.Necesitobesarlo
como sé que él necesita besarme a mí. Pero la imagen de Ginebra tomando lo que yo consideraba
mío pasa entonces por mi cabeza y, tras empujarlo con todas mis fuerzas para separarlo de mí,
respondomientrasmeencaminohacialapuerta:
—QueridoEric,yamehequemado;ahoratencuidado,notequemestú.
55
Aldíasiguiente,JudithllamóaMelylepidiótiempo.
Necesitaba unos días para ella sola para pensar, recapacitar y saber que estaba haciendo bien
quedándose junto al hombre que amaba pero que le había roto el corazón en miles de pedacitos.
Conscientedetodoloqueestabapasando,suamigaleconcedióesosdías.
Una semana después, Judith se apagaba por momentos. Físicamente estaba bien, pero
psicológicamenteestabatocadayhundida,algoqueEricnopodíaevitarverysufríacadasegundo
deldía.
Jud habló con su padre. No le contó nada de lo ocurrido, pero le confirmó que el 9 de mayo
llegaría a Jerez con los niños. Como es lógico, Manuel le preguntó por Eric y por Flyn, y ella se
apresuróaexplicarlequeEricteníamuchotrabajoyqueFlynestabacastigadoporlomalqueibaen
losestudios.Elhombrenopreguntómásysealegróporlavisitadesumorenita.
Duranteesosdías,Erichacíatodoloposibleporacercarseasumujer.Llegabaprontodeltrabajo,
pasaba las tardes enteras con ella y con los niños, pero Jud no reaccionaba. Se limitaba a sonreír
delante de los pequeñines pero, cuando éstos se marchaban a la cama, se sumergía en su propia
burbujaytodoloquepasabaasualrededordejabadeexistir.
EricconvocóunareuniónenMüllery,sindudarlo,reorganizósutrabajo.Necesitabatiempopara
reconquistar como fuera a su mujer, y delegó, como antaño, en varios de sus directivos, algo que
Judithsiemprelehabíapedido,peroélnohabíahecho.
Recordar aquello lo martirizaba. Debería haber hecho más caso a lo que ella le pedía y, en
especial, a la problemática que tenían con Flyn en casa. ¿Por qué había sido tan gilipollas y tan
cabezota?
Por su parte, Flyn, asustado por el color que habían tomado los acontecimientos, intentaba
acercarseaJudith.Lallamaba«mamá»,lepedíaperdón,leproponíasalirconlamoto,sesentabacon
ellaaverlatelevisión,peroellaparecíanodarsecuentadelosesfuerzosqueelmuchachohacíapara
queloescuchara.
Sinembargo,Judithlooía,looíaperfectamenteensusilencio,peroestabatandolidaportodolo
ocurridoquehabíadecididoignorarlo,comoéllahabíaignoradoaellaenlosúltimosmeses.Ese
castigoeralaúnicamaneradehacerleveraFlynqueyanoeraunniño,yque,comosiemprelehabía
dicho,todoactoteníaunaconsecuencia.Lasuyaeralaindiferencia.
SimonayNorbert,conscientesdelasituaciónenlacasa,intentabanayudarentodoloquepodían,
peroJudithseguíasinreaccionarycastigabaalosdosZimmermanconsudesapego.
Pasadosunosdías,JuddecidióiracasadesuamigaMel.Nadamásverla,ellalaabrazóy,cuando
lasoltó,susurró:
—Vayamalacaraquetienes,amiga.
Judithasintió.Eraconscientedequeestabahechaundesastre,yhastahabíaadelgazadoesoskilos
quenoconseguíaquitarseantes.
—Pues,pordentro,teaseguroqueestoypeor—replicóconunasonrisa.
Melpusolosojosenblancoy,cogiéndoladelamano,ledijo:
—Ven.Tenemosquehablar.
Juntaspasaronalcomedor.Allí,durantemásdedoshoras,Judithhabló,sedesahogó,dijotodolo
quenecesitabadeciry,cuandoporfinsecalló,Melmurmuró:
—Entiendoloquedices,peroloqueocurriófuealgoqueEricnoprovocó.
—Lo sé —admitió Jud—. Pero si él sabía que aquellos dos le estaban pidiendo ese encuentro
sexualporqueGinebraasíloquería,¿porquénosealejódeellos?¿Porquépermitióqueestuvieran
tancercadenosotros?¿Porquénocortóporlosano?
Melasintió.Sinduda,Judithteníasupartederazón.Sinembargo,comoanteshabíahabladocon
Björn,respondió:
—PorqueEricnoesunamalapersonaynuncapensóqueellosseserviríandealgotansuciopara
conseguirsupropósito.Apesardenoquerersabernadadeellos,sesintióapenadoporesamujer.
Judith,Ginebrasemuere,yesofueloqueaEriclehizobajarlaguardia.
Su amiga resopló. Conocía a Eric mejor que nadie y, si una enfermedad lo descuadraba, una
muertelodescolocabatotalmente.Así,siguieronhablandodurantevariashorashastaquealfinalMel
dijo:
—Ahoraqueestásmástranquila,tengoquecontartealgo.
—¿Quéocurre?
Mel se levantó, cogió a Judith de la mano y la llevó hasta su habitación. Una vez allí, abrió un
cajóny,enseñándoleunostestdeembarazo,cuchicheó:
—Hacetressemanasqueestoyesperandoparahacérmelos,ynomeatrevo.
LasorpresadespertóaJudithdesuletargo,yMel,haciéndoleunpuchero,añadió:
—Herechazadoelpuestodeescoltaycreo...creoqueestoyembarazada.
Rápidamente,Judithsepusoasulado,leagarrólabarbillaconlamanoydijo:
—Mel,pero¿cómonomelohabíascontadoantes?
Suamigasederrumbócomouncastillodenaipesy,sentándoseenlacama,replicó:
—Pero¿cuándoteloibaadecir?Últimamentenohacíanmásquepasarcosasy...y...Perosime
llevélospuñeterostestelfindesemanaque...que...,bueno,quepasólodeEric,peroluegotodose
lio y yo no quería preocuparte con más cosas de las que tienes. Pero... el caso es que me estoy
volviendo tarumba. Llevo más de un mes de retraso y estoy tan acojonada que soy incapaz de
hacermelapuñeterapruebecita.Yluego...luegoestáqueyaheestadoembarazadaysientoquetengo
todoslossíntomas,y...
—¿Björnsabealgo?
—Noooooooooo —susurró Mel—. Si estoy embarazada es por su puñetera culpa, y lo voy a
matar.
—Diosmío,Mel—dijoJudsonriendo—.¡Sevaavolverlococuandoseentere!
—¡Cierraelpico!
—¿Estáencasa?—añadióemocionada.
—No.Estáeneldespachopero,joder,Jud,¿cómovoyaestarembarazada?
Conunacandorosasonrisa,suamigalamiróygesticuló:
—Puesporqueunaabejitaplantóunasemillitay...
—Juuuuuud...
Divertida, ella le retiró el flequillo del rostro a la teniente más valiente que había conocido en
todasuvida.
—¡Otravez!¿Otravezmetienequevolverapasar?—protestóMelalejándose—.ConSamifui
madre soltera; en esta ocasión querría haberlo hecho todo correctamente para no tener que oír los
reprochesdemipadreodemiabuela.Mehabríagustadocasarmeantesdetenerotrohijo,pero...
—PeroaparecióunniñollamadoPeterydecidisteposponertuboda,paraintegrarloenlafamilia
antesdecasarteconsupadre,yesotehacemuygrande,Mel.Esonolohacecualquieray...
—Diosmío...Tendremostres...,¡treshijos!
—Obvio.
Alverelgestodesuamiga,Judithsonrióy,dispuestaaayudarlaentodoloquepudiera,insistió:
—Mira,cariño,sitienesatuladoalhombrequetequiere,quetehacefelizyalquetúquieres,un
bebé en común es algo precioso. Simplemente es el resultado de un bonito amor. Piénsalo así y sé
positiva.
—Ay,Dios...,siquieroserpositiva,¡peronopuedo!
AJudithleentrólarisa.Nolopodíaremediar,yMelalverlagruñó:
—Sinoquitasesasonrisitatandetuamiguitodelacara,tejuroquealaprimeraquematoesati.
Judithborrólasonrisa,cogióelarsenaldetestdeembarazoquesuamigateníaenlasmanosy
dijo:
—Vamos.Tenemosalgoquehacer.
Unavezentraronenelbaño,Melcerrólapuertaconpestilloy,señalandoloscincotestquehabía
dejadosobrelaencimera,explicó:
—Loshecompradodigitales.Deesosqueanunciandelassemanasqueestás.
—¡Genial!—respondióJud,peroalverquesuamiganosemovía,laanimó—:Vamos,venga,
hazteuntest.
Mellamiró,acontinuaciónmirólaspruebasdeembarazoysusurró:
—Nopuedo,Jud...,nopuedo.
SuhisterismolerecordóaJudithelsuyopropiolaprimeravezquesequedóembarazada.Aún
recordabaelmogollóndetestquecompróyseveíaencerradaensubaño,solayconlospiesenalto
delomareadaqueestaba.Porello,yconscientedequeteníaquehacerloquefueraparaquesuamiga
setranquilizara,cogióuntest,lodestapó,sebajóelpantalón,lasbragasy,trashacerpisencima,lo
cerróylodejósobrelaencimera.
—Sólotienesquehaceresto—dijo—.Vamos,noestandifícil.
Actoseguido,sesentóenelsueloyapoyólaespaldaenlapuertaalaesperadequesuamigase
animaraahacerloqueirremediablementeteníaquehacer.
Remolona, Mel cogió un test y se desabrochó el vaquero. Judith la miró y, finalmente, cuando
aquéllasebajólasbragas,hizopissobreeltest,locerróylodejósobrelaencimera,murmuró:
—Muybien.Lohashechomuybien.
Laextenientesonrió,abrióelgrifodelagua,diountragoy,trassecarseloslabios,afirmó:
—MataréaBjörnsiestoyembarazada.
—Abesos,¿verdad?
Melsonrió.Enestaocasión,fueellalaquenopudoremediarloy,sentándoseenelsuelojuntoa
suamiga,apoyólaespaldaenlapuertaymusitó:
—Sevolverálocosiloestoy.
—Muyloco—añadióJudithconunatristesonrisaalrecordarcuandoEricsehabíaenterado.
—PeroyanopodremosllamarloPeter.YatenemosunPeterenlafamiliay...
—Tranquila, hay millones de nombres. Te aseguro que, sin nombre, el bebé no se va a quedar.
SeguroqueaSamiseleocurrealguno.
Melresopló,luegopermanecieronensilenciounosinstanteshastaqueJudithdijo:
—Creoquehallegadoelmomentodelaverdad,¿noteparece?
La exteniente cerró los ojos y, levantando la mano, cogió los test de embarazo que habían
utilizado.Losmiróy,alverqueeranidénticos,preguntó:
—¿Cuáleselquemehehechoyo?
Divertida,Judithseencogiódehombrosy,quitándoleuno,respondió:
—Sinlugaradudas,elquedépositivo.
Lasdosamigasretiraronelcapuchónalostestdeembarazoalmismotiempo,yMelmusitó:
—Lomato.
Judithsonrióy,mirandoeltestqueellateníaenlamano,afirmó:
—Tremendamentepositivo.
Sonriendo estaba por aquello cuando Mel puso el Predictor que ella sostenía ante la cara de su
amigaydijo:
—Jud...
Al ver lo que Mel le enseñaba, de pronto Jud tiró el test que tenía entre las manos como si le
quemaraydijo:
—¡Joder!—Y,levantándose,repitió—:¡Joder!
Melselevantóasuvezy,trascogereltestqueJudithhabíatirado,lomiróycuchicheó:
—Joder,Jud...,¿estásembarazada?
—Noooooooooooo.
Tanbloqueadacomoella,Melleenseñóeltestyafirmó:
—Yohehechopisenunoytúenelotro,ylosdosdanpositivo.
Judithsedioaireconlamano.Pero¿quéocurríaallí?Y,horrorizada,siseó:
—Nopuedeser.¿Cómovoyaestarembarazada?
Sinsabersireírollorar,Melmiróasuamigayrespondió:
—Unaabejitaplantóunasemillitay...
—Esimposible.Yo...yonopuedo...Ericyyonoqueremosmáshijos.Queno,hombre,queno...
Conambostestenlasmanos,Mellosmiródenuevoyafirmó:
—Puesnoespormetereldeditoenlaherida,peroenunoponede2a3semanas,yenelotro,de
4a6semanas.
JudithlosmirababoquiabiertacuandoMel,entregándoleunnuevotest,indicó:
—Repítelo.Sirealmentelapruebahasalidomal,ésteloconfirmará.
Judithnorespiraba.Nopestañeaba.Pero¿cómoibaaestarellaembarazada?Alverlobloqueada
queestaba,Melleagarrólabarbillaconlamanoymurmuródivertida:
—Cariño,piensaquesiunbebéestácreciendoentuinterioreselresultadodeunbonitoamor.Sé
queEricytúnoestáispasandoporelmejormomento,pero...piénsaloysépositiva.
—Cierralabocaza—resoplóJudith,quecogióeltest,sebajódenuevoelpantalón,lasbragas,
volvióahacerpissobreelaparatito,locerróyaseguróaldejarlo—:Estoloresolverátodo.Yono
estoyembarazada.
Melsehizorápidamentetambiénotrotest,peroestavez,enlugardedejarlojuntoaldesuamiga,
seloquedóenlasmanosy,mirándola,dijo:
—Jud..., hace poco Björn me dijo que las cosas que merecen la pena en la vida nunca son
sencillas,y...
—No digas nada más. Ahora no, por favor —la cortó ella mientras se tocaba la frente con
preocupación.
En silencio y en tensión, esperaron a que pasaran los minutos que indicaba el prospecto y, a
continuación,Judithabrióelcapuchóndelaparatoymurmuró:
—Estodebedeserunfalsopositivo.Ahorano,ahoranopuedeocurriresto.
Trasabrazarasuamiga,cuandoéstadejódetemblar,Melcogiófuerzasparaabrirsutesty,al
leerlapantalla,afirmó:
—Estoyde4a6semanas...MataréaBjörnHoffmann.
Aldecireso,ambassemiraronsinsabersilloraroreíry,depronto,oyeronlavozdelabogado,
quedecíamientrasgolpeabalapuerta:
—Mel,¿conquiéntehasencerradoenelbaño?
Rápidamente,lasdosamigasrecogieronlosenvasesdelostest.Judseguardóelsuyoenelbolso,
mientras que Mel lo hizo en el bolsillo delantero del vaquero. Una vez comprobaron que ya no
quedabaningunapruebadeldelitoalavista,Judmurmuró:
—NiunapalabrasobrelomíoaEricniaBjörn,¡niunapalabra!
—Pero,Judith...,unembarazonosepuedeocultar.
—¡Prométemelo!
Alverelgestodesuamiga,Melfinalmenteasintió.
—Teloprometo,siempreycuandotúprometaslomismo.
Judithsuspiró,sucasonoeraeldeella,peroasintió.
Cuando, segundos después, Mel abrió la puerta del baño, Björn las observó sorprendido y
protestó:
—Vaya,perosiestáaquílamujerqueincitóamihijo,menordeedad;porcierto,pirateélalista
depasajerosdelaeropuertodeMúnich.Pero¿cómopudistepedirleesoaPeter?¿Acasotevolviste
loca?
Judithresopló.Sinduda,Björnestabadeseosodeverlaparaecharleaquelloencara.Duranteun
pardeminutos,MelyJudescucharonensilenciotodoloqueaquélquisodecirlesenrelaciónconlo
malquesesentíaporquehubieranutilizadoalchicoparahacerlodelaeropuerto,hastaqueMel,sin
ganasdequecontinuaramachacandoaJud,seplantóanteélydijo:
—Tengoalgoquedecirte.
Al ser consciente de la mala cara de Judith, Björn se arrepintió de todo lo que había dicho en
décimasdesegundoy,mirandoalamorenadepelocortoqueanteélllamabasuatención,resoplóy
dijo:
—Sorpréndeme.
Melcogióaire,miróaJudithy,sinquelavozletemblara,dijoaltoyclaro:
—¡Estoyembarazadaynovoyatrabajarcomoescolta!
Suamigalamiró.Pero¿nohabíadichoqueleguardaraelsecreto?
Aloíreso,elabogadoparpadeóy,torciendoelcuello,murmuró:
—¿Quéhasdicho?
Trassacarsedelpantalóneltestquesehabíahechominutosantes,seloenseñóyafirmóconcara
decircunstancias:
—¡Sorpresa!
Björn clavó la mirada en la prueba de embarazo. Requeteparpadeó. Miró a Jud y ella asintió.
LuegomiróaMely,cuandoéstaasintiótambiénconcaradeapuro,sellevólamanoalacabezay
susurró:
—Creo...creoquemeestoymareando.
Condiligencia,MelyJudcogieronentrerisasaBjörncadaunadeunbrazoy,sentándoloenla
cama,Judithdijoarrodillándoseanteél,mientrasMelledabaaireconlamano:
—Vamosaver,JamesBond,respira...respira,queteestásponiendoverde.
Duranteunossegundos,Björnhizoloqueselepedíahastaqueconsiguióreaccionary,mirandoa
Mel,preguntósorprendido:
—¿Vamosatenerunbebé?
Melasintió,sonrióy,encogiéndosedehombros,replicó:
—Tevoyamatar.Unbebénosvaadescabalarlavidaalosdos,perosí,vamosatenerunbebé.
Tembloroso, Björn la abrazó, la besó, la acunó, mientras Judith observaba emocionada aquella
maravillosademostracióndeamorysentíaqueelcorazónseleibaasalirdelpecho.Björnamaba
sinningúntipodereservaaMel,adorabaaSami,queríaaPetery,orgullosadesersuamiga,Jud
sólopudodecir:
—Felicidades,papaíto.Alaterceravalavencida.
Su amigo, al entender lo que aquello quería decir, sonrió como un tonto y, levantándose de la
cama,cogióaMelentresusbrazosycomenzóadarsaltosdealegría.
¡Ibaaserpadre!
Judithdisfrutódesulocaalegríaycuando,minutosdespués,élseempeñóencelebrarlo,decidió
escabullirsedelacasaparadejarlosbrindarporlabuenanoticia.Sinembargo,antesmiróaMely
murmuró:
—Niunapalabradelomío.
Conlamitaddelcorazónapenadoporsuamiga,ellaasintió.Suslabiosestabansellados.
56
Lasemanaesparamíunatortura.
Embarazada...¿Cómopuedoestarembarazada?
Noconsigodejardepensarenello,peromeconvenzodequenoloestoy.Nopuedeser.
Encasa,veoaEricpasarpordelantedemíysaberloqueséynocompartirloconélmeduele,a
pesardequesoyyolaquenolocomparte.Nosécómovaareaccionary,sobretodo,sirealmente
estoyembarazada,¿debotenerestebebéestandocomoestamos?
Pienso...,pienso...,piensoy,cuandoveoaEricyaHannah,elcorazónsemeencoge.Pensarque
enmivientre,quizá,estécreciendounanuevavida,comoesasdosquedelantedemísonríenyme
hacensonreír,meparteelcorazón.
Elmiércoles,sinpoderaguantarunsegundomás,mevoyaunaclínica.Necesitosabersiloestoy
onoparadecidirquéhacer.Mehagounanálisisdesangreyotrodeorinaycuando,horasdespués,
voyarecogerlosresultadosyveoesepositivo¡tanpositivo!,creoquemevoyamorir.
¿Cómomepuedeestarpasandoesto?
Esedía,Ericllegaprontodeltrabajo,intentaestarcercademíydelosniños,peroyo,encuanto
puedo,meescabulloymesumerjoenmiburbujitadedudasconrespectoaquéhacer.¿Deboono
seguirconeseembarazo?
En silencio, mientras paseo con Susto y Calamar por la noche en la urbanización, pienso...,
pienso...pienso...YmedoycuentadequeyanosólomeencuentromalporloquehapasadoconEric,
sinoqueahoratambiénmesientomalporlodelbebéypormifrialdadhaciaél.
Por increíble que parezca, durante la cena, Flyn intenta darnos conversación. Como es lógico,
Ericleresponde,peroyomemantengocallada.Ahorasíquesoyunmonosabio.Simplementeceno
y,cuandoacabo,melevantoydesaparezcodeescena.
SilosZimmermantienenmalaleche,losFlores¡nonosquedamoscojos!
El jueves, tras un caótico día de trabajo, cuando estoy tirada por la noche en el sofá del salón
totalmente apática con Susto y Calamar repanchingados a mi lado, de pronto Eric entra con una
sonrisa,meenseñaunaspizzascongeladasyanuncia,sinquejarseporquelosanimalitosesténallí,a
pesardequenolegustaporquedicequedejanpelos:
—Estanochehagoyolacena.
Vale...,meterunaspizzascongeladasenelhornonoeshacerlacena,perocomonoquierodecir
algoinapropiado,asientoyrespondosinmuchoentusiasmo:
—¡Quéilusión!
Trasdecireso,continúoviendolatelevisiónmientras,conelrabillodelojo,observocómoEric
me mira parado donde está, me observa, busca una conexión, pero finalmente se da la vuelta y se
marcha.
Veinteminutosdespués,entradenuevoenelsalónydicealverqueestoyviendolaserie«The
WalkingDead»:
—Jud,lapizzayaestálista.¿Quieresquecenemosaquíoenlacocina?
Estoypordecirlequecenemosaquí.SéqueaélyaFlynleshorrorizalaseriequeveo,yséque
cenaríansinrechistar,peronoquieroquelacenalessientemal,porloqueparolaserieydigo:
—Enlacocina.
—Puesentonces,¡vamos!Flynyaestáallíesperando.
Medesperezoenelsofámientrassoyconscientedecómoélmemiraalaesperadeunasonrisa,
perono.Novoyasonreír.Lovoyaprivardemisonrisacomoélmeprivamilvecesdelasuya;¡que
sejorobeysufra!
Con cariño, beso la cabeza de mis animalillos y les ordeno que me esperen allí; no tardaré
mucho.
Cuandoentroenlacocinaveosobrelamesitatresplatos,doscoca-colasyunacerveza.Flynya
está sentado. Me guste o no reconocerlo, en los últimos días la actitud del chaval ha cambiado,
inclusoSimonamedijoquevuelveahablarseconJosh,elvecino.
¿Lehabrávistolasorejitasallobo?
Sin muchas ganas de cenar, me acerco a la mesa y entonces el mocoso con la nariz llena de
granosmepregunta:
—¿Quiereshieloparalacoca-cola?
Tomayaaaaaaaa...¿Flynsiendoamableconmigo?Y,conrecochineo,lomiroypregunto:
—¿Cuántotehapagadotupadre?
—¿Paraqué?—Memiradesconcertado.
Amímeentralarisa.MesientocomoCruelladeVilobservandoaundulcecachorritoindefenso
y,conchulería,respondo:
—Paraquemehables.
Veo que el crío busca la mirada de su querido padre y, sin un ápice de humanidad hacia ellos,
murmuro:
—Soistalparacual.
Eric no dice nada. Raro en él, pero ni me reprende, por lo que cojo mi vaso, lo acerco a mi
nevera americana y, cuando se llena de hielo, me siento en la silla y abro mi coca-cola. No los
necesito.
Porprimeravezenmuchotiempolesestoydemostrandoqueyotambiénsépensarporyparamí.
Porprimeravezlesestoyenseñandoqueyotambiénpuedoseregoístaenloqueamíserefierey,
oye,¡megusta!
A través de mis pestañas veo cómo Eric y Flyn se miran incómodos ante mi silencio y siento
ganasdesonreír,aunquenolohago.
¿Dóndequedaronesascenasnuestrasenlasqueyohacíatonteríasyellosreían?
Después de dar un trago a mi coca-cola, cojo una porción de pizza y me la como en silencio
mientras ellos intentan mantener una animada conversación sobre fútbol. Con curiosidad, los oigo
hablardelequipodemisamores,elAtléticodeMadrid,peroyonoentroeneljuego.Noquieroser
amableconellos.
Tras mi segunda porción de pizza y sin mucho apetito, me levanto como una maleducada y,
mirándolos,digo:
—Seguidcomiendo.Mevoyaveramismuertosvivientes.Sonmásinteresantesquevosotros.
Y,sinmás,salgodelacocinaconmivasodecoca-colaenlamano.Ellosnodicennada.Nosé
quépensarán,perodecir,loquesedicedecir,nodicennada.
Unratodespués,oigoqueEricentraenelsalón,seacercaamíypregunta:
—¿Vienesalacama?
Meencantaríadecirlequesí.Nadamegustaríamásqueabrazarlo,besarloyhacerleelamorpero,
manteniendomifuerzadevoluntadintacta,respondosinmirarlo:
—Notengosueño.Vetú.
Cuandosaledelsalón,mesientofatal,perodaigual.Hagoesoporquequiero.Nadiemeobliga,
continúoviendolaserie,yreconozcoquecadavezquesaleMichonneconsukatanaycortacabezasa
losmuertoslodisfruto.EsloqueyoquerríahacercondosquevivenenChicago.
Esanoche,encuantomedespiertoenelsofá,sonlascuatrodelamadrugaday,conelcuelloroto
porlapostura,unavezsacoalosanimalitosalgaraje,mevoyalacama.Necesitodescansar.
Elviernes,enMüller,meencuentroconEricvariasvecesporlaoficinay,siemprequepuedo,me
hagoladistraídaparanosaludarlo,apesardequeséquemeobserva.Sentircómomesigueconla
miradameexcitaymehacerecordaraquellosmomentosenMüllerEspaña,cuandoélmebuscaba
continuamenteycuandomeconquistó.
¡Quétiempos!
Es mi último día. Hoy finaliza mi contrato y estoy apenada, aunque en cierto modo quiero
alejarmetantodeMüllercomodesudueño.Creoquemevendrábien,ymásporquemevoyaJerez.
Necesitolosmimosdemipadre.
Alasocho,cuandoPipasellevaalospequeñosalacamaparadormir,estoyaburridaymevoyal
garaje para mirar mi moto. Al día siguiente quiero salir con ella. Sé que, en mi estado, no es
recomendable,peroestoytannubladaporlaindecisiónyportodo,quemedaigual.Noséquévoya
hacerconelbebé.
Mientrasescuchomúsicaenelgarajedesdemimóvil,piensoentodoloquemeestáocurriendo
y, cuando comienza la canción Aprendiz,[36] de mi adorado Alejandro, los ojos se me llenan de
lágrimasypiensoque,simeestoycomportandoconesadureza,esporqueEricmehaenseñadoque
laindiferenciaduele.Élhasidomimaestroenmuchascosasy,ahora,soyyolaquenoquierehablar
deamor.
Tanprontocomoeltemaacaba,vuelvoaponerlootravezmás.Necesitoescucharcancionesque
terminen de marchitarme. Siempre he sido así de masoquista y, cuando ya la he escuchado varias
veces,apagolamúsicayrumioensilenciomispenas.¡Quédesgraciadasoy!
DeprontoveoquellegaelcochedeEric.Concuriosidad,miroelrelojquehayenelgarajeyme
sorprendoalverlo.Cadadíallegamáspronto.
Susto,queeselrelacionespúblicasdelacasa,vaasaludarloencuantoabrelapuertadelcoche.
DuranteunossegundosescuchocómoEriclehablayesomeagrada.
—Hola,cariño—oigoquediceacercándoseamí.
—Hola—respondo.
Elsilenciotomaelgarajedenuevo,yEric,alverquenovoyaañadirnadamás,damediavuelta
y se dispone a entrar en la casa. Sin embargo, en vez de eso, se mete en el coche y de pronto
comienzaasonarunacanción.
No...,no...,¡quenomehagaeso!
Yosigoagachada,fingiendoquecompruebolapresióndelasruedasdelamoto,cuandosiento
queEricseacercadenuevoamíypregunta:
—Tegustaestacanción,¿verdad?
Noesquemeguste,¡meapasiona!EdSheeranysuThinkingOutLoud.[37]
—Sabesquesí—digo.
Eric,mirubio,cogiéndomedelcodo,hacequemeincorpore.
—¿Bailasconmigo,pequeña?
Ay...,ay...,ay...,¡quecaigoensuinflujo!Y,negandoconlacabeza,digo:
—No.
Peroél,queyahaconseguidoquemisojosylossuyosconecten,nomesueltaeinsiste:
—Porfavor.
Ay...,madre...,ay,madreeeeeeeeeeeeee,¡quemepierdo!
Y, antes de que pueda decir nada más, mi rubio y grandote alemán me acerca a su cuerpo y,
rodeándomeconlosbrazosparahacermesentirchiquitilla,murmura:
—Vamos,cariño,abrázame.
Sucercanía,suoloryellatidodesucorazónhacenquecierrelosojosy,cuandosientosuboca
enmifrente,yaséqueestoytotalycompletamenteperdidaantemimaestro.
Ensilenciobailamoslacanción,mientrasSustoyCalamarsesientanacontemplarnosenmedio
delgaraje.
—Teechodemenos,Jud—susurraEricdepronto—.Teechotantodemenosquecreoqueme
estoyvolviendoloco.
Suvoz...
Su tierna voz tan cerca de mi oído hace que todas mis terminaciones nerviosas se pongan en
alertae,incapazdenomimaralhombrealqueadoro,subomisuciamanodegrasahastasunucayse
latoco.
Alvermetanreceptiva,miamormeaprietacontrasucuerpo.
—Losiento,pequeña.
Lomiro...,lomiroylomiro.Cadavezmeparezcomásaélencuantoamiraditasserefiere.
—Pídemeloquequieras—diceentonces—y...
Nopuededecirmás.LapuertadelgarajeseabrederepenteyentraNorbert.
Elpobre,alvernoseneseplan,sequedacomopegadoalsueloconcaradecircunstancias.Ericse
apresuraasoltarmey,alverelapurodeambos,preguntoconnormalidad:
—¿Yatevasacasa?
—Sí.Simonasehaidohacerato—respondeNorbertsinsaberadóndemirar.
Asientoy,comosinopasaranada,pasojuntoaélydigosaliendodelgaraje:
—Entonces,buenasnoches,Norbert.
Cuando,cincominutosdespués,Ericentraenlahabitación,cruzamosunamirada.Lafrialdadha
regresadodenuevoamí.Vuelvoacontrolarmimenteymicuerpo.LaJudmalotahavueltoy,tras
mirarelanilloqueEricdejósobremimesillaconlaesperanzadequemelovolvieraaponer,siseo:
—Novuelvasahacerloquehashechoomeirédeestacasa.
57
Esanoche,Melveíaunapelículadeaccióntiradaenelsofávestidatansóloconunacamisetayunas
bragas.
LapequeñaSamiyPeterdormían,yLeyaestabatumbadaasuspies.
Aburrida, cogió el móvil y vio la hora. Las diez y veinte. Björn había salido de cena con los
idiotasdelbufete.Semiróelanillodecompromisoqueéllehabíaregaladoyresopló.Todavíanole
habíacontadolascosasqueaquellosestúpidoslehabíandicho.Cadavezquelointentaba,terminaban
discutiendoy,aunquesupersonalidaderafuerteycombativa,decidiócallar.
Se mantendría alejada de ellos y de Louise para que Björn pudiera cumplir su sueño y asunto
concluido.
Una hora después, justo en el momento en que la película acababa, la puerta de la casa sonó e,
instantesdespués,Björnaparecióylasaludóguiñándoleunojo.
—Hola,preciosa.
Ella sonrió,y el abogado, arrodillándose frente a ella, la besó en los labios, después le besó la
tripay,divertido,murmuró:
—Hola,pequeñín.Papáyaestáaquí.
Alveraquello,Melvolvióasonreír.DesdequeBjörnsabíaqueestabaembarazadanopodíaestar
máscariñoso.Alverqueteníaunamanotraslaespalda,preguntó:
—¿Quéescondes?
Élseencogiódehombrosy,trassacarlamano,dijoenseñándoleunacestaconfresas:
—Parati,miamor.
Melsoltóunarisotadaalveraquelloy,cuandofueacogerlasincreíblesfresas,éllasretiróy,
mirándolaconguasa,murmuró:
—Parker,tenemosquehablar.
—Buenoooooooooooo—semofóella.
—Cariño, el embarazo lo ha cambiado todo —prosiguió él—, y no podemos esperar a
septiembre,porloquequierounafecha.
Melsuspiróyprotestó:
—Yatehandadolatabarraenlacenita...
Aloíreso,Björnrioyrespondió:
—No,amor.Estásequivocada.Estoessóloalgoentretúyyo.
—Perovamosaver—protestóella—,¿pretendesquemecasecontigosiendounabola?
Dispuestoaconseguirloquepretendía,elabogadoafirmó:
—Tequiero,ysimplementepretendoquetecasesconmigo.
Melnocontestó.
Durantevariossegundossemiraronensilencio,hastaqueellafinalmenteresoplóymurmuró:
—Novasapararhastaquetedéunafecha,¿verdad?
—Verdad —asintió Björn—. Creo que esperar a septiembre ahora ya no es una buena idea.
Tenemosladocumentaciónpertinentepreparadadesdehacemeses,unamigoenlosjuzgadosquenos
reservaeldíaquequeramos,yyopuedoorganizarunapreciosalunademielparalosdosenParís.
¿Te imaginas tú y yo caminando por los Campos Elíseos cogidos de la mano? —Mel sonrió y, a
continuación, él musitó—: Ya he asumido que nunca vas a querer un bodorrio, por lo que estoy
dispuestoacasarmecontigoporeljuzgadoyenpantalonesvaqueros;¡hagámoslo!
Laextenienterio.Sinduda,élnoibaapararhastaconseguirsupropósitoy,dándoseporvencida,
ymuertadeamorporelhombrequelaadorabaylehacíasusdíasmaravillosos,claudicó:
—El2demayoeneljuzgado,perosóloconlafamiliaylosamigosmásíntimos.
—Deacuerdo—afirmóBjörnconunhilodevoz.
—Íntimos...,íntimos...—aclaróMel.
Aloíreso,elabogadolaentendióalaperfecciónysonrió.
Apenasfaltabandiezdíasparalafecha;entregándolelasfresasalamujeralaqueadoraba,Björn
sesacódelbolsillodelachaquetadeltrajeunsobredechocolatealatazaydeclaró:
—Vale,el2demayoysóloíntimos,¡acepto!¿Quétalsilovamoscelebrandotúyyo?
Divertida,Melsemordióellabioconsensualidadyluego,recuperandolasfresas,afirmó:
—ÉsteesmiJamesBond.
Éllabesóencantado.Losbesoscomenzaronacalentarsemásymásacadainstante,porloque
Mel dejó las fresas sobre la mesita, se levantó y corrió hacia el baño de su habitación seguida de
Björn.NoqueríadespertaraPeteroaSami,ysabíaqueallínolosoirían.
Unavezhubieroncerradolapuertadelbaño,Björn,excitadoporlaentregadeaquellamujer,le
dio la vuelta colocándola de cara a la puerta y murmuró mientras paseaba las manos por la cara
internadesusmuslos:
—Voyacastigarteportraviesa.
AMelleentrólarisa.
Adoraba sus calientes castigos. Si por ella fuera, estaría castigada día sí, día también por su
maravillosoabogado.
Björn cogió entonces el cinturón de su albornoz y, tras pasarlo por sus muñecas, las unió para
despuésatarlasalcolgadordelapuertadondeestabanlasbatas.
Una vez el abogado sintió que la tenía sujeta y sin posibilidad de escapar, le besó la nuca, la
coronillaylaespaldamientrasellasusurrabagozosa:
—Sí...,nopares.
—Cariño...,noleharemosdañoalbebé,¿verdad?
Aloíreso,Melsoltóunarisotada.
—Ningúndaño—replicó—.Vamos...,nopares.
Losbesossubierondeintensidadyél,acercandolabocaaloídodeella,musitó:
—Estásembarazada.Hedetenercuidado.
Acaloradayexcitada,Melcontestó:
—Noparesyolvídateahoradelembarazo.
Björn sonrió. Con complacencia, su boca siguió bajando, hasta que Mel la sintió sobre sus
glúteosyél,divertido,lediounmordisco.Laextenientechilló,seretiróy,volviendoelrostroala
derecha,lomiróatravésdelespejoygruñó:
—¡Seráscaníbal!
Björnsonrióy,sacandosuhúmedalengua,lapaseóporlacarainternadelosmuslosdeMelpara
hacerlavibrarmientrasellacerrabalosojosextasiadaymurmuraba:
—Nopares,caníbal...,sigue...,sigue.
Jadeante,lajovenabandonósucuerpoalplacer.Elcaloryalahabíatomadoy,cuandovioqueél
sesentabaenelsuelo,apoyabalaespaldaenlapuertadelbañoysemetíaentresuspiernas,creyóque
ibaamorirdegusto,ymáscuandolooyódecir:
—Veamosquétenemosporaquí.
Extasiada por no poder mirarlo a los ojos por la postura de él, Mel jadeó acalorada mientras
ondulabalascaderas.
—Björn...
Sindarleunrespiro,aquélposólasdosmanosenlasnalgasdeellayexigióbajándolelasbragas:
—Esoes...,sí...,sí...,quépreciosidad.
Mel tembló. Toda ella temblaba ante lo que escuchaba mientras él le sacaba las bragas por los
pies.
LasgrandesmanosdeBjörnleagarraronconfuerzaeltraseroy,cuandosintiócómosucálido
alientollegabaasuvagina,tiritó.Sualiento,suroce,sumorbosaintenciónlaestabanvolviendoloca
y,enelmomentoenquesuhúmedalengualatocó,vibrósincontrol.
Sin descanso, el abogado comenzó a chuparla con deleite y sus jugos no tardaron en aparecer
mientrasélproseguíacondesesperaciónylascivia.
LarespiracióndeMelseacelerócomounalocomotoray,hundiendolacaraentrelosalbornoces
colgados de la puerta, jadeó, gritó y vibró mientras su amor continuaba su asolamiento y ella se
entregabatotalmenteaél.
El placer que Björn le ocasionaba era increíble, y el estar atada para él lo incentivaba. Cuando
Mel creyó que ya no podía más y que iba a explotar, aquel experto amante salió de debajo de sus
piernasymurmuróensuoído:
—Míranosenelespejo.
Melmiróhacialaderechaysusojoschocaronmientrasellaobservabacómoél,conunmorboy
unasensualidadquedejaríaacualquierafueradeórbita,sequitabalacamisayéstaterminabaenel
suelo. A continuación se abrió lenta y pausadamente el botón del pantalón para después bajarse la
cremalleray,trassacardelinteriordelbóxersuimpresionanteerección,selamostrócondescaroy,
congestoserioymorboso,lepreguntó:
—¿Estáspreparada,traviesa?
Laextenientesemovióagitada.Noestabapreparada,¡estabapreparadísima!
Tancalientecomoella,ysinapartarsusojosazulesdelespejodondesemiraban,Björncomenzó
apasearsuduropeneporlasnalgas,losmuslosylavaginadeMelparahacerlesentirsufuerzaysu
poderío.Ellavibró.Loqueaquélhacíayloquequeríalaenloquecían.
Durantevariosminutos,eljueguecitodelabogadocontinuó,hastaque,sinhablar,colocósupene
en la más que humedecida abertura de ella y, lentamente, para no dañarla ni a ella ni al bebé, se
hundióensuinterior.
El bronco gemido de Björn ante el electrizante contacto no tardó en llegar, mientras ella se
acoplabaasuamor.Permanecieroninmóvilesunossegundos,hastaqueBjörncomenzóamoverlas
caderasmuydespacioyluegosusmovimientossefueronacelerando.Melapenassipodíamoverse,
élnoselopermitía.Sólopodíaabrirseparaélydejarquesehundieraenellaunayotravez,hasta
queungritodeplacerpugnóporsalirdesubocay,paranoseroídaentodalacasa,enterrólacara
enlosalbornocescolgados.
Comoeldueñoyseñorqueeradelasituación,Björnsonrióaloírlaymurmuró:
—Sí...,asímegustasentirte.
Mel, sujeta con el cinturón del albornoz al colgador de la puerta, cogió aire. No quería que
aquello acabara. Le gustaba sentirse poseída por Björn y, deseosa de mucho más, durante un buen
rato accedió a todos y cada uno de los deseos del alemán mientras lo oía decir con la voz agitada
contrasucuello:
—Sí...,córreteparamí.
Ellasonrió.Girólacabezadenuevohaciasuderechay,rápidamente,labocadeBjörnlaatrapóy
sus lenguas se hicieron el amor, mientras sus cuerpos no paraban de acoplarse una y otra vez con
gustoydesesperación.
Ningunoqueríaacabar.Ningunoqueríaterminar.
Estabansegurosdeque,siestuvieransolosenunaisladesierta,viviríancontinuamentebajoaquel
influjodeplacerysatisfacción.Elcalorinundabasuscuerpos,ambossabíanquenopodíanretrasar
máselmomento,yentonceselclímaxlostomó.
Cuando acabaron, ambos jadeaban. Sus ruidosas respiraciones se oían con fuerza en el baño.
Luego,Björnlabesóenelcuelloymurmuró:
—Mevuelvesloco,traviesa.
Mel asintió. Como pudo, se secó el sudor de la frente en los albornoces que tenía delante y
musitó:
—Eresincreíble,cariño.Increíble.
Felizporesecomentario,quesubíasuautoestimacomohombre,Björnterminódedesnudarse.
Abrióelcestodelaropasucia,tiróallísusprendasy,cuandoMelvioqueibaameterseenladucha,
preguntó:
—¿Aquéesperasparadesatarme?
Congestodivertido,elabogadoabrióelgrifodeladuchaydijo:
—Estáscastigada.
—¡Björn!
Elalemánsemetióbajoelchorrodeagua.
—Tevoyadejaratadaunashoritasporloquehastardadoendarmeunafechadeboda.
Boquiabierta,ellalomiróatravésdelespejo,achinólosojosysiseó:
—Niseteocurra.¡Estoyembarazada!
Sin contestar, Björn se dio la vuelta y comenzó a enjabonarse mientras silbaba. Mel miró
incrédulasusmanosatadasalcolgadordelosalbornocesygruñó:
—¡Suéltameahoramismo!
Pero,portodarespuesta,élcerrólapuertacorrederadeladuchaycontinuósilbando.
Acadasegundomásalucinada,laextenientetratódedesatarse,peronada.Björnhabíahechoel
nudoaconciencia.
Lamalalechecomenzóentoncesatomarsucuerpo.
¿AquéestabajugandoBjörn?
Instantes después, Mel oyó cómo el agua de la ducha se cortaba, miró la puerta corredera y,
cuandoéstaseabrióyélsalióempapadoyfresquito,ynosudorosocomoestabaella,siseó:
—Tejuropormiabuelaque,cuandomesueltes,tevasatragarlasfresasconelchocolateyel2
demayosevaacasarcontigo¡tupadre!
—Guauuu,¡quéinteresante!—semofóél.
Laextenientediounpardetironesalcinturónquelamanteníasujeta,conlamalasuertedeque
apretóaúnmáselnudo.Alverlo,Björnsonrióy,poniéndoseasulado,cogiólamanijadelapuertay
dijo:
—Mevoyalacama.Estoyagotado.
—Björn,¡suéltame!—chillóella.
Sinatenderarazones,éllediounrápidobesoenloslabiosy,abriendolapuerta,añadiócuando
ellatuvoquemoverseaunlado:
—Buenasnoches,miamor.Estotepasaporsertancombativa.
Y,sinmás,saliódelbaño,cerrólapuertayladejóallíatadacomoaunjamón.
Gritar era inútil. Si lo hacía, despertaría a los niños, y eso era lo último que quería. Pensando
estabaenaquellocuandolapuertaseabriódenuevoyMeltuvoquemoverse.Björnaparecióyella
pataleófuriosa.
—Mehascabreadoymehascabreadomucho;¡suéltame!
Björnsonrió.Lamirócongestoguasóny,tanprontocomofinalmentelasoltó,alverqueéstaiba
adarleunderechazo,laparóy,convozcargadadeerotismo,murmuró:
—Bien...,aquíestálafierademiniña.
—¡¿Qué?!
El abogado sonrió, la cogió entre sus brazos, la metió con él en la ducha y, sin darle opción a
decirnada,susurróabriendoelgrifodelagua:
—Vamos,fierecilla,hazmetragarlasfresasconelchocolate,peroel2demayo,porfavor,cásate
conmigo.
Sinpoderenfadarseconél,Mellobesó,loempujó,hastaquesucuerpodiocontralapareddela
duchayleenseñóquéclasedefieraera.¡Faltaríamás!
58
EnlabodadeMelyBjörnenlosjuzgadosdeMúnichhaceundíaprecioso.
Ver a mis buenos amigos tan felices, junto a Sami, que está monísima con su vestidito rosa, y
Peter,tanguapoconsutrajegris,mehaceemocionarmásdeloquepensaba.
DeEstadosUnidosvienenlospadresylahermanadeMel;deAsturias,suabuelaCovadonga,y
de Londres, el hermano de Björn. Como amigos íntimos estamos nosotros, Fraser y Neill con su
familia.TambiéninvitanamisuegraSoniayamiembarazadísimacuñadaMartaconDrew.
Frida, Andrés, Dexter y Graciela no han podido venir ante la premura de la boda, pero han
prometido que la próxima vez que nos juntemos todos lo celebraremos. Pobres. No saben mi
situaciónconEric,yyomeapenoalpensarquequizáenesacelebraciónfalteyo.
Melestápreciosaconunbonitovestidoblanco.NosehacasadoporlaIglesia,esonovaconella,
perohaqueridodarlelasorpresaaBjörnalaparecerconunpreciosovestidoblancoylargo,yel
gestodeélalverlamehaenternecidocomoaunatonta.
Björnestámuyguapoconsutrajeazuloscuro,decirlocontrarioseríamentir.Mientrasobservo
aesosamigosalosquetantoquiero,sólodeseoqueseanterriblementefeliceselrestodesusvidas.
Durantelaíntimacelebración,Ericestáamilado.Comosiempreestáimpresionanteconsutraje
oscuro,peroensusojosveolatristezaquesienteporelmalmomentoqueestamospasando.Nonos
rozamos.Nonostocamos,perodisimulamosantetodos.Eseldíadenuestrosmejoresamigos,ypor
nadadelmundoqueremosechárseloaperder.
Traslaíntimacelebraciónenlosjuzgados,todosnosdirigimosalrestaurantedeKlaus,queloha
cerradoparalaocasión.Allísecelebraráelbanquete.
BjörnestáradianteyencantadoynoparadebrindarydebesaraMel.Estáfeliz,muyfeliz,yno
puedeocultarlo.
Eric,porsuparte,intentahacermeagradablelacelebraciónhaciéndosecargodelospequeñinesy
deFlynparaqueyonomesientaagobiada,peroesoescomplicado.
Cuando Klaus pone música y tenemos que bailar por petición de Sonia una romántica canción,
sientoqueelalmasemecaealospies.
Flyn,porsuparte,mebuscaconlamiradaymellama«mamá»delantedetodos.Sientocómome
miraalaesperadequeyoleguiñeunojoolesonría,perosólomelimitoasercordial,ainterpretar
unpapely,cuandonadienosve,elpapelseacabó.
Comodigo,todoesdifícil.Tremendamentedifícil.
Cadadosportrestocomidedodesnudo.NollevarelanilloqueEricmeregalóenelpasadocon
tantoamormeresultadoloroso,peroloconsideronecesarioparaamoldarmeaminuevasituación.
Estoy bebiéndome una coca-cola cuando Sonia, mi suegra, y Marta, mi embarazada cuñada, se
acercanamíylaprimeracuchichea:
—Québien,hija.VeoqueFlynhavueltoalredil.
Con una candorosa sonrisa, la miro. ¡Si ella supiera...! Y, disimulando, asiento, pero vuelve a
preguntar:
—¿AcabasteyaenMüller?
—Sí—afirmoviendoqueEricsecolocaamilado.Sinduda,sehadadocuentadequenecesito
refuerzos—.Vuelvoaestarsintrabajo.
Sonia,queesunamor,sonríeysusurra:
—Tranquila.Mihijotedatodoloquenecesitas,¿verdad?
Ericyyonosmiramosy,sincambiarelgesto,sigosonriendoyasiento:
—Sí.Élmelodatodo.
—¿CuándotevasaJerez?—preguntamicuñadaMarta.
—Dentrodesietedías.
Misuegraasiente,memirayfinalmentedice:
—Dalemuchosrecuerdosatupadredemiparte.SinofueraporqueMartaestáembarazadísima,
meibacontigoalaFeriadeJerez.
—Mamá,peroveteypásalobien.Todavíaquedaunmesymedio.
—No,cariño,losbebéssonimpredecibles,ytúloeresaúnmás—murmuraSonia.
—Mamá...—protestaMartaconcariño.
Soniayyonosmiramos,yafirmo:
—Ledarérecuerdosamipadredetuparte.Leharáilusión.
—Ytú—lereprochamisuegraasurubioyaltohijo—deberíasirteconJudith.Unasvacaciones
juntossiemprevienenmuybienalasparejas.¿Porquénovas?
Ericmemira.Semueveincómodoantesupreguntayfinalmenteresponde:
—Mamá,nopuedo.MequedoconFlyn.Tienequeestudiar.
—¿Yporquénosequedaconmigocomoenotrasocasiones?
—Mamá—insisteEric—,esmejorqueyomequede.Créeme.
MisuegrasevuelvehaciaFlyn,queestáriendoalfondodelasalaconPetermientrasmiransus
móviles,ycuchichea:
—FlynZimmerman,quémalloestáshaciendoesteaño,hijodemivida,¡quémal!
SentirmerodeadaporlosZimmermanmeponenerviosay,cadavezquesientolamanodeEric
agarrándomelacintura,larespiraciónsemeparalizaymepongonerviosa,no,¡losiguiente!
Enloscincoañosquehacequenosconocemoseslaprimeravezque,estandotancerca,estamos
tanalejadoselunodelotro.Quémomentomásextrañoytristeestoyviviendo.Estoyasfixiadapor
todoynoveoelinstantedellegaraJerez.Séqueallípodrérespirar.PonertierraentreEricyyolo
aclararátodo.
Enestetiempo,hepensadoenloquepasó,yhellegadoalaconclusióndequeEricnotuvonada
que ver en lo que ocurrió; fue engañado por aquellos crápulas. Pero, a pesar de saber eso, soy
incapazdeolvidar.Cadavezquecierrolosojos,mimenteseinundaconloqueviynosésivoyaser
capazderemontaryolvidar.
Deloquenomepuedoolvidaresdequeestoyembarazada.Nopuedodejardepensarenelloen
todoeldía.UnnuevoZimmermansegestaenmiinterior,ysoytodavíaincapazdedigerirloypensar
conclaridadloquehedehacer.
No tengo ningún síntoma. Ni mareos, ni vómitos. Si mis dos embarazos anteriores no se
parecieronennada,sindudaéstetampocosevaapareceralosotrosdos.¡Mieditomeda!
Yonoqueríamáshijos,conlosquetengosoyfeliz,yestoycasiseguradequeErictampoco.
Yo, por no querer, no quería ni el primero, pero ahora no podría vivir sin ellos y, sin duda,
volveríaavivirtodoloquepasésegundoasegundoparaqueEricyHannahestuvieranconmigoy
consupadre.
Porextrañoqueparezca,pensarenminuevobebémehacesonreíraltiempoquemehaceinfeliz.
Sinduda,mishormonasyaestáncomenzandoarevolucionarse,ymisojossehumedecenmásdelo
que yo querría. Pero, bueno, no me voy a a agobiar. Todo lo que me está pasando es mucho para
digerirlosola,peroséqueloharé.Yopuedocontodo.
MiúnicoapoyoesMel.Sinembargo,paraellanoestásiendofácilvercómotodoslafelicitan
por su embarazo y a mí no me dicen nada. Su mirada me hace saber que sufre por mí, pero yo,
guiñándoleelojo,lemuestroqueestoybien.
Enunadelasocasionesenlasqueambascoincidimosenelbaño,miamiga,queestásensiblona
con el embarazo y la boda, se mira emocionada el anillo de su dedo y lloriquea. Como puedo, la
consuelo.Lloradefelicidad,yyo,querápidamentemeunoacualquierlloro,lohagoconella.
¡Loquemegustaundrama!
Cuandofinalmentelasdosconseguimosquenuestrosojosdejendedesbordarse,mirándomeal
espejopreguntomientrasmeretocoelmaquillaje:
—¿CuándoosvaisaParís?
—El viernes. Nos vamos de viernes a viernes. El lunes 18 tenemos que estar de vuelta, ya que
Björntieneunpardejuicios.
—Lovaisapasargenial.YaveráslobonitoqueesParís—digo,ysonríocontristezaalrecordar
unviajesorpresaqueEricprogramó.
Melasiente,seretiraelflequillodelrostroy,dice:
—EsperoqueSamiyPeterseportenbienconmispadreslosdíasquenosotrosestemosfuera.
—Seguroquesí—replicoy,suspirando,murmuro—:Sientoquejustamentemepillenesosdías
enJerez,pero...
—Nosientasnadaydisfrutadelaferia,quetelomereces—contestaella.Luego,mirándome,
pregunta—:Jud,¿nolovasaechardemenos?
Sinquedigaelnombre,ambassabemosdequiénhablayafirmo:
—Muchísimo,peroahoranecesitoalejarmedeél.
Miamigaasiente.Sabelodolidaqueestoy,ymeabraza.
Diezminutosdespués,trassalirdelbaño,Klaus,elpadredeBjörn,queestáencantadodelavida
conaquellacelebración,descorchabotellasdechampány,trasllenarlascopas,diceorgulloso:
—BrindoporqueelmatrimoniodemihijoBjörnyMelseamuyfeliz,porminietaSami,pormi
nietoPeteryporelnuevoHoffmannqueestáencamino.
Todoslevantamoslascopasy,cuandoMelvaabeber,Björnselaquitaymurmura:
—Amor...,brindaconzumo.
Ellamemira.Sabequeyotampocodeberíabeberaquelloy,sonriendoporversugesto,sueltola
copaydigo:
—Comobuenaamigatuya,mesolidarizoybrindoyotambiénconzumo.
—¿Porqué?—protestaBjörn.
—Tranquila,Jud,yaestoybebiendozumoyotambién—dicemicuñadasonriendoabrazadaasu
marido.
—Venga,Jud,¡bebechampán!—insisteelhermanodeBjörn,queesunguasón.
Ericmemira.Hundelosdedosenmicinturay,sonriendoasuvez,aclaraparatodos:
—AJudithnolegustamuchoelchampán.
Aloíreso,yotambiénsonríoy,sindarmecuenta,apoyolacabezaensupecho.Sinembargo,al
serconscientedeloqueestoyhaciendo,meseparolentamentedeélydigo:
—Exacto.Nomeva.—Y,llenandomicopalimpiadezumodepiña,digolevantándolaconhumor
—:Venga...,brindemosporelbebédeMelyBjörn.
—Yporelmío—exclamamicuñadaMartariendoytocándosesuprominentetripita.
De nuevo todos levantan sus copas, y Mel, que está frente a mí, añade mientras se le llenan los
ojosdelágrimas:
—Yportodoslosbebésquevayananacerenelmundo.
—Pero,cariño,¿quétepasa?—preguntaBjörnalverlatanblandita.
Yolamiro.Conlamiradavuelvoainsistirleenqueestoybien,cuandoEric,conmovidoporeso,
dice:
—Puesqueestáembarazadayconlashormonasrevolucionadas.
59
Dosdíasdespuésdelaboda,lospadresdeMelylahermanadeéstasemarcharonaAsturiaspara
llevar a la abuela. Covadonga quería regresar a su hogar. Mel los acompañó al aeropuerto y, tras
recibirmilbesosdesuabuela,quedóconsuspadresenqueregresaríanalcabodeunosdíasparaque
ellayBjörnsefuerandeviajedenoviosaParís.
Aquella tarde, cuando Mel volvió del aeropuerto, recogió a Sami del colegio y se la llevó
directamentealparqueparaquejugara.
Ensimismada estaba mirando a su hija, mientras pensaba en su luna de miel, que comenzaría
dentrodeunosdías,cuandodeprontoLouiseaparecióasuladoyledijo:
—Enhorabuenaporlaboda.
Melintentósonreíryrespondió:
—Gracias.
Louiserápidamentesesentóalladodeellay,trasunossegundosensilencio,declaró:
—Sientotodoslosproblemasqueteheocasionado.
Mellamiróyseencogiódehombros.
—Tranquila—respondió—.Paramisuerte,parecequeyaporfinmehandejadoenpaz.
Desesperada,Louisesetocólacabezaeinsistió:
—Lo...lohicesinquerer.DiscutíconJohany,sindarmecuenta,lecomentéloquetúmehabías
sugeridoylehicecreerquetehabíacontadomáscosasdelasqueenrealidadteconté.
—Louise,deverdad,olvídalo—repitióMely,mirándola,aseguró—:Nopasanada.
Durante unos segundos, ambas intercambiaron una mirada a los ojos, y luego Louise afirmó
llorosa:
—Lovoyahacer.
—¿Quévasahacer?
—MevoyaseparardeJohan.
Melparpadeó.¿Lohabíaoídobien?Pero,antesdequepudieraabrirlaboca,aquéllainsistió:
—Seacabó.Nopuedoseguirviviendoasí.Johanyanoeselqueera.Yanomequiereyyonolo
quiero y, si tengo que luchar por Pablo con uñas y dientes, lo haré. —Luego, tras coger fuerzas,
insistió—:Yno...novoyaseguirpermitiendoqueHeidimedominecomohaceconelrestodelas
mujeres. Sé que puedo perder muchas cosas, sé que esa pandilla de buitres va a ir contra mí, pero
estoydecididaapresentarlesbatallaseacomosea.Siquierenjugarsucio,yotambiénloharé.Sivan
ahacermedaño,quesepreparen,porqueyotambiénpuedohacerlespupa.—Y,clavandosusojosen
Mel,queestababoquiabiertaporloqueoía,preguntó—:¿CreesqueBjörnquerráasesorarmesobre
quétengoquehacer?
La recién estrenada señora Hoffmann, alucinada por la fuerza que de pronto veía en Louise y
convencidadequeBjörnlapodríaasesorarsobreloquenecesitaba,afirmó:
—Porsupuesto,Louise.Porsupuesto.
Laaludida,alsentirsuapoyo,setapólacaraconlasmanosycomenzóalloraraliviada.
Esatarde,trasdejaralosniñosencasaconBea,cuandoMelentróeneldespachodeBjörncon
Louise,elabogadolasmiró.¿Quéhacíaaquéllaallí?Pero,instantesdespués,empatizóconellayla
escuchó.
Aldíasiguiente,traspasarlamañanaconJudithparaintentarlevantarleelánimo,alahoradela
salidadelcolegio,MelesperabaaSamijuntoaBea.Teníanuncumpleañosenunparquedebolas,y
Mellasibaallevar,cuandorecibióunmensajeenelmóvildeBjörn,quedecía:
Venacasa¡ya!
Sorprendidaporlaurgencia,MelleindicóaBeadóndeeraelcumpleañosy,trasdarleunbesoa
supequeña,seencaminóhaciasucasa.
Alentrarenlacocina,Leya,laperra,corrióhaciaellayéstalasaludóencantada.Eneseinstante,
Björnentróporlapuerta,lamiróydijo:
—Oficialmentehedejadodeserelcandidatoidóneoparaelbufete,y¿sabesporqué?—Cuando
Mel no respondió, él prosiguió—: Por la sencilla razón de que tu amiguita Louise vino ayer al
despachoy,alparecer,esohallegadoaoídosdeGilbertHeine.
Retirándose el flequillo de la cara, Mel quiso preguntar si aquel mafioso de la abogacía los
vigilabapero,omitiéndolo,secentróenelhombrealqueamabaymurmuró:
—Losiento.Losiento,cariño.
Sinmuchaefusividad,élasintió,yMel,alverqueolíaaalcohol,dijo:
—Cariño,ellosselopierden.Eresunfantásticoabogadoy...
—Ynoloheconseguido.Ésaeslarealidad.
Mel fue a abrazarlo. Sentía en el alma que su sueño se hubiera evaporado, y al ver que él se
apartabadesulado,fruncióelceño.
—¿Quépasa,Parker?—preguntóBjörnalversuexpresión—.¿Porquéponesesacara?¿Acaso
hasayudadoparaqueloconsiguierao,porelcontrario,tehasesforzadoporecharlotodoaperder?
—Björn...,no...
—¿No qué? ¿De verdad no sabías lo importante que era eso para mí? Pero, claro, la novia de
Thor es incapaz de entender que unos nos esforzamos por conseguir las cosas, mientras otras con
llamarapapaítoconsiguenloqueselesantoja.
SuspalabrasnosóloletocaronelcorazónaMel,que,anclandolospiesenelsuelo,siseó:
—Björn...,teestáspasando.Entiendotudecepciónylascopasquetehastomadodemás,pero...
—¡Cállate!—gritóéldescolocándola.
—¡Cállatetú!
Pero¿quéleocurría?,pensóMel.
Y,enfadadaporsuterriblecomportamiento,lesoltó:
—Mira,pedazodeburro,antesdequesigasdiciendocosasabsurdasporquehasbebidodemás,
déjame decirte que yo no tengo la culpa de que esos frikis casposos sean unos mierdas y te
rechazaran.—Y,omitiendoloqueGilbertHeinelehabíadichoparanoliarlamás,gritó—:¡Yquete
quede muy claro que pienso que lo mejor que te ha podido pasar es que no te aceptaran! Eres un
abogadoincreíble,elmejorqueheconocidoenmivida,ynonecesitasdeotrosparaquetubufete
seamaravilloso.Túeresmilvecesmejorprofesionalqueesosmafiososdelaabogacía,yahoralo
que tienes que hacer es enseñárselo, no emborracharte para lamentarte porque ellos te hayan
rechazado.
—No me ensalces. No necesito que digas cosas buenas de mí después de la poca ayuda que he
tenidoportuparte.Ahorano,malditasea.
Melresoplóy,acontinuación,siseódenuevo:
—Midetuspalabrasovasatenermuchosproblemasconmigo.
AloíresoyveraMelconlospuñoscerrados,BjörnsedisponíaarespondercuandoPeterentró
enlacocinaypreguntó:
—¿Quéospasa?
Elabogadomiróalmuchachoygritó:
—Estoyhablandoconmimujer;¡fueradeaquí!
—¡Björn!—exclamóMelaloírlo.
Peter,posicionándosejuntoaella,siseóenfadado:
—Nohablas,chillas.
PorprimeravezdesdequePeterhabíallegadoaaquellacasa,latensiónsepalpóenelambiente.
Melseacercóentoncesasumaridoe,intentandoentenderlo,murmuró:
—Cariño,hasbebidodemásyesmejorquehablemosdeestoenotromomento.
De pronto Leya entró en la cocina con unos papeles de colorines rotos en la boca, y Björn, al
verla,advirtiómirandoalchaval:
—Portubien,esperoqueesonosealoquecreo.
Sin mirar atrás, el abogado caminó hacia el salón, seguido por Mel y Peter y, al entrar y ver
variosdesuscómicshechosañicosasualrededor,vociferó:
—¡Nomelopuedocreer!
El muchacho, que acababa de dejar los cómics para ir a ver qué pasaba en la cocina, se quedó
blancocuandoBjörn,furiosoyfueradesí,gritómirándolo:
—¡Tedijequeloscuidaras!¡Fueelúnicorequisitoquetepuse!
Parpadeandoalverloscómicsdestrozados,Petermiróalaperra,despuésclavósusojosenMel,
queloobservabacongestoapenado,y,cuandoclavósusojosenBjörn,sólopudodecir:
—Losiento...Yo...yo...losiento...
Furioso,elabogadosiseótocándosesucabellooscuro:
—Claroquelosientes,¿cómonovasasentirlo?Malditocríoymalditaperra.
Recogiendoloscómicsdestrozadosconvoztemblorosa,Petermurmuró:
—Yo...yo...losbuscaréytelosreemplazaré.Losiento...,yo...yo...
—Oh,¡cállate!—bufóBjörn.
—Tranquilo,cielo...,tranquilo—susurróMelalvercómolosojosdelmuchachosellenabande
lágrimasendécimasdesegundo.
Pero¿quéestabahaciendoBjörn?
—¡Quieroqueesamalditaperrasevayaahoramismodeestacasa!—bramóelabogado.
—¡Björn!—gritóMel—.Pero¿quédices?
Elmuchachorápidamentesecolocójuntoasuperracuandoélvolvióagritar:
—¡Hedichoquequieroaesechuchofuerademicasa!
Bloqueado,PetermiróaMelenbuscadeayuda.Ella,conlamirada,lepidióquenosemoviera
mientrassevolvíahaciasumaridoydecía:
—Elanimalitonosabíaloquehacía.Hazelfavordecomportartecomoeladultoqueeresyno
comounidiotaalqueseleharotounpuñeterojuguetito.
Furiosocontodo,élmiróaMelydijo:
—¿Idiota?¿Friki?¿Borracho?¿Quémásmevasallamarhoy?
Mel,ofuscada,seacercóaélysiseóalverqueelcríosalíadelsalónconlaperra:
—Mira,Björn,porllamartetepuedollamarmilcosas,yteaseguroqueningunatevaagustar.
Conelrostroensombrecidoporlafrustraciónquesentía,élmaldijo:
—Meestáscabreando,Mel.Meestáscabreandomuchoynovoyaconsentirque...
—Laquenovaaconsentirquetepasesniunsegundomássoyyo.Pero,vamosaver,¿mepuedes
decirqueesospuñeteroscómicssonmásimportantesqueeldisgustoqueleacabasdedaraPeter?—
Elalemánnorespondió,yellaañadió—:Mira,soyadultayséresponderteanteunproblema,peroél
esuncrío,pormuymayorquequierahacerseenocasiones.
—Puessiesmayor,sabeque...
—¡Björn! —gritó ella mientras sentía ganas de vomitar—. ¡Reacciona! Te acabas de casar
conmigoyestoyembarazada.¿Quéhacescomportándoteasí?PorelamordeDios,¡reacciona!Nos
estásdecepcionandoatodos.
Y,sinmás,laextenientesaliódelsalón,fuealbañoyvomitó.EncuantoBjörnapareciótrasella,
loempujóconmalaleche,losacódelbañoycerrólapuerta.Necesitabaperderlodevista.
Cuandosalió,alnoveraBjörn,sedirigióalacocina.Necesitababeberaguayrelajarse,pero
unavezhubodejadoelvasoenlaencimera,llamósuatenciónlaquietudquehabíaenlacasa.Nose
oíanlaspisadasrápidasdeLeya,yMelfueabuscaraPeterasuhabitación.Noloencontróallíy,tras
echarunarápidaojeadaporlacasa,sacósumóvilylollamó.Elcríonolocogió,porloquefue
corriendoalsalón,dondeBjörnmirabaloscómicsrotos.
—Amínomehablessinoquieres—lesoltó—,peroquesepasquetuhijoseacabademarchar.
LanochellegóyPeternoapareció.LlamaronaJudithyaEric,quienesrápidamenteacudierona
su lado para ayudarlos a buscarlo, pero Peter sabía muy bien dónde esconderse para que no lo
encontraran.
A Björn se le había pasado la borrachera mientras daba vueltas con Eric por Múnich y,
desesperado,noparabadepreguntarsequéhabíahecho.
Alasdosdelamañana,Ericyélregresaronacasaparaversielchavalhabíaaparecido,perono
se sabía nada de él. Poco después, al ver llegar a Olaf, Mel se le acercó y, mirándolo a los ojos,
preguntó:
—¿Sesabealgo?
Aquélnegóconlacabeza,yMel,desesperada,seangustió.¿DóndeestabaPeter?
Björn fue a abrazar a Mel, pero ella se apartó; seguía enfadada con él. Finalmente fue Judith
quien,trasintercambiarunamiradaconEricparaquelofrenara,consolóasuamiga.Concariño,la
llevóalahabitaciónylahizoacostarse.
—Escúchame...,necesitasdescansar.
—Ytú—sollozóMel—.Tútambiénnecesitasdescansar.
Judith asintió. Sin duda, aquélla llevaba razón pero, mimándola como ésta la había mimado en
otrasocasiones,letocóelpeloydijo:
—Mira,demomentotevoyaprepararotratilaytelavasatomar.Y,mientraslahago,mevasa
esperarenlacama,¿vale?
Agotada y con mal cuerpo, Mel asintió y, tras darle un beso en la cabeza, Judith salió de la
habitaciónysedirigióhaciaelsalón,dondeloshombreshablaban.
—Enelmomentoenqueencomisaríasepanqueelmuchachohadesaparecido,intervendránlos
serviciossocialesy...
—Esonopuedepasar—cortóJudithaOlaf—.Nopuedenenterarse.
—Pues para eso estoy yo aquí —explicó éste—. Björn me ha pedido ayuda para encontrar al
chicoantesdequetengamosquecontarloocurridoaserviciossociales.Porque,siseenterandeque
elchavalsehaescapado,habráproblemas.Portanto,relajaosydejadmehacermitrabajo.
Cuando Olaf se marchó, Eric le ordenó a Björn que se sentara en uno de los sillones y Judith,
enfadadaporloocurrido,seacercóalabogadoydijo:
—Mira,nodeberíaseryoquientecontaraesto,perollegadosaestepuntoyenvistadecómote
hascomportadohoyconPeteryconMel,hayalgunascosasquetienesquesaber.
Por la expresión de sus caras, Jud entendió que tenía toda la atención tanto de Eric como de
Björn,yprosiguió:
—EsetalGilberttuvolaindecenciadedecirleaMelquetúteníasmalasuerteporhabertesalido
unhijodedebajodelaspiedrasyporhaberconocidoaunaproblemáticamadresoltera.
—¡¿Qué?!—exclamóBjörn.
—Inclusolerecomendóquedesaparecieradetuvidaporqueteiríamejor.¿Teparecebonitolo
queeseimbécil,pornodecirotracosa,leaconsejó?
—¿Cómodices?—bramóBjörnconfuso.
—Loqueoyes,Björn,loqueoyes.
Elabogadosealterómásaúny,trassoltarporlabocasaposyculebras,preguntó:
—¿YporquéMelnomedijonada?
—Lointentó,peronoquisisteescucharlayalfinaloptóporcallar.
—Joder...,joder...—murmuróéldesesperadomientrasEriclepedíacalma.
—Hablardeesebufetesiempreoshacíadiscutir—continuóJud—.Teobcecasteenconseguirtu
maldito sueño sin darte cuenta de las cosas que pasaban a tu alrededor. Ese tal Gilbert es un
desgraciado, y su mujer Heidi una zorra. Pero ¿tú ves normal que el día que se llevó a Mel a
desayunarconesasimbécilessemetieranconsumaneradevestir,consupeloyhastalepropusieran
que debía hacerse un tratamiento láser para quitarse el tatuaje? ¡Pero bueno! ¿Es que esa bruja
pretendíaqueMelutilizarahastalamismamarcadetámpaxqueellas?Ah...y,yaquetelocuento,te
lo voy a contar todo. Peter, antes de que tú lo conocieras, salió en defensa de Mel en la puerta del
colegiocuandoJohanfueaamedrentarla.
—¿QueJohanhizoqué?—jadeóBjörnfurioso.
—Y ya para finalizar —prosiguió Jud sin querer mirar a su marido, que la observaba tan
alucinado como Björn—, la noche que nos detuvieron por prostitución, Johan tuvo algo que ver
porque, curiosamente, el tipo apareció en los calabozos para decirle a Mel que no le volvería a
repetirquesealejaradesumujercita.
EncuantoJudterminódedecireso,Björnexplotó.Queríairenbuscadeaquellosmalnacidosy
arrancarleslacabeza.¿PorquéMelnolehabíadichonada?Y,sobretodo,¿cómopodíahaberestado
éltanciego?
Veinteminutosdespués,cuandoconsiguierontranquilizaralgigantemoreno,Judithdijonerviosa
porlacercaníadeEric:
—Escucha,Björn,ahoranoesmomentodearrancarlelacabezaanadie,sinodeencontraraPeter
y,después,contranquilidad,hablarconMelyentrelosdossolucionarloquetehecontado.
—Iréahablarconellaahora.
—No.Ahorano—replicóJudith—.Estádescansando.
Björnhizoademándeirpesealaadvertenciadeella,peroEriclosujetódelbrazo.
—Como ha dicho Jud, siéntate. Mel no se va a mover de donde está y tiene que descansar.
Recuerdaqueestáembarazadaynecesitamimosytranquilidad.
Aloíreso,Judithsuspiró.¡Siélsupiera!Pero,alsentirsuapoyoenesemomento,sevolvióycon
unatristesonrisadijo:
—Voyaprepararunajarradetila.Creoquetodoslanecesitamos.
Luegodiomediavueltaydesaparecióenlacocina.
Acalorada por todo lo que había contado y por la cercanía de Eric, Jud estaba cogiendo los
sobrecitosdetilacuandooyó:
—¿Porquénomedijisteamíloquepasaba?Yopodríahaberhechoalgo.
Judithcerrólosojos.Ericestabaaescasospasosdeella,perorespondiósinmirarlo:
—Melmeloprohibió.
Ensilencio,continuóconloquehacía,perodeprontonotócómoaquelgiganteseacercabaasu
espalday,alsentirloaunosmilímetrosdeella,sepusotensa,ymáscuandooyó:
—Jud,tenecesito.
Cerró los ojos. Ella también lo necesitaba, pero rápidamente las imágenes de Ginebra y de él
sobreelcolumpio,besándose,tocándose,inundaronsumente;sediolavueltaysinmirarlo,replicó:
—Apártateparaquepuedasalir.
Elalemánnosemovió.Clavólosojosenellaymurmuró:
—Jud...
—Hedichoqueteapartes—insistió.
Convencido de que había perdido la batalla, Eric hizo lo que ella le pedía y ésta, sin querer
conectarconsusojos,semarchó.
Desesperado,élseapoyóenlaencimeradelacocinadeBjörn.Lanecesitabatantocomorespirar
pero, consciente de que su situación era la que era y de que estaba allí para ayudar a su amigo,
regresóasuladoy,sentándosejuntoaél,murmuró:
—Tranquilo,Björn.Todosesolucionará.
LashoraspasabanyPeternoaparecía;¿dóndesehabríametido?
Björn y Eric estaban en el salón, y Mel y Jud en la habitación. Se hallaban divididos en dos
grupos:ellosyellas.Adiferenciadeotrasocasiones,noestabanjuntosanteungranproblema,yno
lepasóporaltoaningunodeellos.
¿Quélesocurría?
JudithestabatumbadaenlacamajuntoaMel,tocándosesudedodesnudo,cuandoéstadijo:
—Noquieronipensarenlalunademiel.Peterparamíesmásimportantequeesafrivolidad.¿Y
sinoaparece?¿Ysiyanoquierevivirconnosotros?
—Tranquila—insistióJudith—.NopiensesenelloysépositivaenrelaciónconPeter.Recuerda
quelapositividadllamaalapositividad.
Desesperada,Melselimpiólaslágrimasquelecorríanporlasmejillas.
—Tendríasquehabervistosumirada.PeterestabahorrorizadoporcómoBjörngritaba.Elpobre
lepidióperdón,peroBjörnestabafueradesíynoloescuchabay...
—Habíabebido,Mel.Noquierojustificarlo,peroBjörnhabitualmentenobebey...
—Losé.Eslaprimeravezquelohevistoasí,yesperoquesealaúltimaoestematrimonioestá
abocadoalfracaso.
Elsilencioseinstalódenuevoentreellas,hastaqueMelpreguntó:
—¿Quédíaeshoy?
—Martes—susurróJudith.
Melcerrólosojosypensó.RecordabahaberhabladoconPetersobrelugaresadondeélsolíair
cuandovivíaconsuabueloy,mirandoaJud,dijo:
—Hehabladomilvecesconél,peroahoranoconsigorecordarlossitiosadondemedijoque...
Estoytotalmentebloqueada.
—Tranquila,Mel...Tranquila.
Depronto,eliPhonedeMelvibró.Habíarecibidounmensaje.Judyellasemiraronalverlafoto
dePeterenlapantalla.Laextenienteseapresuróacogerelmóvilyleyó:
Mel,estoyenlapuertadelacalleconLeya;¿podemossubirlosdosacasaoBjörnsigueenfadado?
Ambassemiraronylosojosselesllenarondelágrimas.Apesardetodo,elmuchacholosquería
ylosnecesitabay,abrazándose,sonrieronyselevantaronpresurosasdelacama.
Al verlas aparecer, Björn y Eric las observaron, y Mel, caminando hacia el abogado, dijo
mientrasleenseñabaelmensaje:
—Peterhavuelto.Ahoratododependedeti.
Björnloleyóy,emocionado,selevantórápidamente,laabrazóymurmuró:
—Cariño,perdóname.Soyunbocazasy...
Tapándolelaboca,Melasintió.Sinduda,ellayalohabíaperdonadoy,conunasonrisa,dijo:
—Vamos.Veabuscarlo.
Sin perder un segundo, el guapo abogado Björn Hoffmann corrió hacia la puerta en busca del
muchacho.Alverasuamigosaliryalasdosemocionadasmujeres,Ericlasabrazóymusitó:
—Tranquilas,Björnlosolucionará.
Elabogadocogióelascensoratodamechay,cuandosalióalacalle,elcorazónleibaamil.
Al ver a Peter parado en la acera con la perra, una extraña paz se apoderó de él. Ambos se
miraron,yBjörn,sinperderunsegundo,caminóhaciaelcríoque,alverloacercarse,dijo:
—Losiento.Prometoqueteconseguiréesoscómicsy...
Peronopudodecirmás.Trasllegarhastaél,Björnloabrazóy,contodosuamor,murmuró:
—Nomepidasmásdisculpasyperdónametúamí.ÉstaestucasayladeLeya,ynuncamáslo
vuelvasadudar,¿entendido,hijo?
Elmuchacho,conunacálidasonrisa,asintióysiseóporprimeravezensuvida:
—Deacuerdo,papá.
Aloíreso,elcorazóndeBjörnseinflamóy,trasunosminutosenlosqueambosseprometieron
cientosycientosdecosas,subieronjuntosacasa,dondefueronrecibidosportodosconabrazosy
palabrasemocionadas.
Ya amanecía cuando Jud y Eric se marcharon y Peter se metió en la cama. Bea, que se había
quedadoapasarlanocheparaatenderaSami,lesdijoqueseacostaran,queellallevaríaalaniñaal
colegio.
Agotados,MelyBjörnasintierony,cuandocerraronlapuertadesucuarto,Melcaminóhaciasu
ladodelacamay,allevantarlamiradayencontrarseconladeél,declaró:
—Sientomuchoquetusueñono...
—Cariño —la cortó Björn—, te aseguro que voy a hundir a esos tipos, no por no haberme
aceptado a mí en su maldito bufete, sino por el mal que hayan podido hacerte a ti, a mis hijos o
inclusoaLouise.
Aloíreso,Melsonrió.Sinduda,Judithhabíadichotodoloqueellallevabamesesguardándose
parasíy,recordandoalgoqueLouiselehabíacontado,murmuró:
—Johan siempre creyó que yo sabía más de lo que sé. Hace tiempo Louise me dijo que Johan
guarda en su ordenador documentos comprometedores para ese bufete y unas fotos de unas
fiestecitasprivadasenlasqueestánGilberty...
—¿Estásseguradeloquedices?
Melseencogiódehombrosyafirmó:
—EsomedijoLouise.Yonolohevisto.Yayer,cuandohablasteconella,dijoqueteníaunasen
lamanga,¿lorecuerdas?
Björnasintió.Recordabamuybienlaspalabrasdeaquéllay,aunquehabíanllamadosuatención,
nohabíaqueridoahondareneltema.Traspensarduranteunossegundosenaquello,afirmó:
—PorsuerteparaLouiseyparamí,tengoalmejorhackerdelmundoencasa.
—¡Björn!—exclamóellasonriendoaloírlo.
—Creoquevoyatenerquepedirleayudaamihijoparahundiraesosbastardos.
Ambosrieronhastaqueél,sinpoderesperarunsegundomás,murmuróabatido:
—Oye,Mel...,yo...
—Eh..., eh..., eh... —lo cortó ella y, cuando vio que la miraba, indicó—: Lo de hoy no puede
volverarepetirseoteaseguroque,igualquemecasécontigo,medescasoperoya,¿entendido?—Él
asintióyMelaprovechóparadecir—:EncuantoalodelviajeaParís,quedaanulado.Noquieroir
porque creo que no es el momento. Con lo que acaba de ocurrir, me parece que lo que menos
conviene ahora es que tú y yo nos marchemos y dejemos a Peter con mis padres, que son dos
extrañosparaél.¿Nocrees?
El abogado sonrió. Él también lo había pensado pero, como no estaba dispuesto a renunciar a
aquelviaje,propuso:
—¿YsinosllevamosaPeteryaSamiconnosotros?—Aloíreso,Mellomiróyélañadió—:
PodríamoscambiarParísporunviajeaEurodisney.Podríaserdivertido,¿nocrees?
Melparpadeósonriendo,yél,alsentirquetodoestababienconlamujerqueadoraba,insistió:
—Pospondremosnuestrorománticoviajedelunademielparamásadelante.¿Quéteparece?
—Mepareceunaideaexcelente—dijoella.
Durante unos segundos ambos se miraron a los ojos, y el abogado, pesaroso por lo ocurrido,
susurró:
—Losiento,amor.Sientotodoloquedijey...
—Olvídalo.Nomerecelapena.
AtormentadoporloqueJudithlehabíacontadoperodispuestoasolucionarlo,bordeólacama,se
pusoasuladoy,cogiéndoleelrostroentrelasmanos,murmuró:
—Misueñoerestú.Nada,absolutamentenada,estanimportantecomotúylosniños,yteaseguro
quemañanaGilbertHeinevaatenerqueescucharcuatrocositasquenolevanagustarydespuéslos
voyahundir.Pero,porfavor,prométemequenuncanuncanuncavasavolveraocultarmealgocomo
loocurrido.
Melasintióy,conunacandorosasonrisa,susurró:
—Teloprometo,peroahorabésameycállate,idiota.
Björn,aloíreso,supoquetodoestababieny,cogiendoentresusbrazosalamujerqueamaba,
hizo lo que ella le pedía, sabiendo que al día siguiente, cuando se levantara, Gilbert Heine y su
malditobufeteseibanaenterardequiéneraBjörnHoffmann.
60
Tras un extraño día en el que duermo a ratos, cuando me levanto Simona me dice que Eric se ha
marchadomuypronto.
Tanrápidocomomedespejo,habloconMely,entrerisas,medicequeBjörnyEric,juntocon
ella, han ido al bufete Heine, Dujson y Asociados y que la que han liado allí entre los dos ha sido
comopoco¡impresionante!
Imaginar a Björn y a Eric juntos en un momento así irremediablemente me llena de orgullo
porque sé que esos dos titanes, el rubio y el moreno, son indestructibles y peligrosos. Muy
peligrosos.
¡Quérabiahabérmeloperdido!
Mel también me dice que, antes de ir al maldito bufete, tras hablar con Louise y ésta facilitarle
cierta información, Peter ha pirateado sin problema alguno el ordenador de Johan y lo que han
encontrado allí, sin duda, le va a hacer mucha pupa a esa pandilla. Eso vuelve a hacerme reír, es
evidentequeesosfrikisdelaabogacíanosabenconquiénsehanmetido,ynodudodequeBjörnlos
vaamachacar.
Durante el resto de la mañana, disfruto de mis niños. Son tan maravillosos que todo,
absolutamentetodomerecelapenaporverlossonreír,ycuandoestoyconErichaciendounpuzle,
suenamimóvily,alverquesetratademisuegra,locojoyescucho.
—¿Quéhaces,hija?
Miroamipequeñorubiotanparecidoasupadrey,trasresponderle,medice:
—¿PorquénotevienesacasadeMarta?Estamosmontandounadichosacuna,yunadedos,o
nosotrassomosmuytorpes,oalacunalefaltanpiezas.
Divertida,despuésdecolgarlepidoaPipaquesesienteconelpequeño,suboamihabitación,me
pongounosvaquerosyunacamisetay,cuandollegoalgaraje,mequedomirandolabonitaBMWde
Ericy,sinquererpensarenmiembarazo,susurro:
—Vámonosdepaseo,preciosa.
Sindudarlo,cojoelcascogris,lasllavesy,trasarrancarelmotorysalirdelaparcela,doygasy
mevoyatodamecha.
Lasensaciónquetengoesmaravillosa.Miraquemegustaconducirunamotoy,sonriendo,me
dirijoalacasadeMarta.Unavezaparco,laporteradeledificiodemicuñadasaledelaporteríaal
verme,caminahaciamíydice:
—Noseasuste,Judith,perounaambulanciaseacabadellevaraMartayasumadrealhospital.
—Pero¿quéhapasado?—preguntoangustiada.
Lamujer,congestoconfuso,murmura:
—Alparecer,Martaharotoaguas.
Conmocionada, me preocupo. Marta sólo está de siete meses y medio. Después de darle las
graciasalamujerporlainformación,doymediavuelta,corrohacialamotoymedirijoalhospitala
milporhora.
Cuandollego,entroatodaprisayconelprimeroquemeencuentroesconEric.Asuladoestásu
madre.Paranovariar,mialemánestádescompuesto.Conloqueloasustanloshospitales...Alverme,
caminahaciamíydice:
—Martaestáteniendoelbebé.Leestánpracticandounacesáreadeurgencia.
Elagobioestálatenteensurostro.Megustaríaabrazarlopero,conteniendomisimpulsos,pongo
unamanosobresubrazoymurmuro:
—Tranquilo.Todovaasalirbien.
—Perosóloestádesietemesesymedio—insiste.
Asiento,sémuybiendecuántotiempoestá.Intentandoquedejedepensarenlopeor,exijo:
—Eric, mírame. —Una vez clava los ojos en mí y a mí me entran unas cagalandras de muerte,
comopuedodigo—:Martaestáenelmejorsitiodelmundoytodovaasalirbien,¿entendido?
Mialemánasiente,enelmomentoenelquemisuegraseaproximacomounamotoymurmura:
—Ay,Dios,quéangustia...,quéangustia.
Abrazo a Sonia y, tras tranquilizarla como instantes antes he hecho con su grandote hijo, los
animoairalasaladeespera.Sinduda,nopodemoshacerotracosa.
Duranteelratoqueestamosallíjuntoaotrosfamiliares,cadavezquesaleunpadreconcarade
orgulloporhabervistoasubebé,misuegramurmuraemocionada:
—Nohaynadacomolallegadadeunbebéaunhogar,¿verdad?
Yo asiento. Eric me mira y, cuando las puertas se abren de nuevo, sale mi cuñado con cara de
felicidady,dirigiéndosehacianosotros,dice:
—Martaestábienylapequeñinatambién,aunquesólohapesadodoskilosdoscientosgramos.
Sonialoabraza,yosonríoy,sinsaberporqué,abrazoaEric.Sentirsuaroma,sucercanía,me
subelamoraly,cuandomeseparodeél,memirahastaqueyodejodehacerlo.
Trasfelicitaralpadredichoso,esperamosunratitoyfinalmentenosavisandequepodemospasar
porelnidoparaveralapequeñita,queestáenunaincubadora.
Con la felicidad en nuestros rostros, cuando nos dicen quién es la pequeña Ainhoa, todos
sonreímoscomoidiotasy,comosilaniñanosoyera,comenzamosahablarenballeno.
¡Vayamaniítaquetenemoslosadultosdehacereso!
A través de los cristales, con mi móvil grabo un vídeo de la pequeña para que Eric y Hannah
conozcan a su prima. Es muy chiquitita, pero la tía no para de moverse y, por lo que oigo, parece
tenerunosbuenospulmones.¡OtraHannah!
Eric,queestáamilado,emocionadoporconocerasusobrina,seagachaydice:
—Espreciosa,¿verdad?
Asiento,sonríoy,debuenhumor,murmuro:
—EsunaZimmerman,corazón.
¿Corazón?¿Porquéhedichoesotaníntimo?
Ambosreímosporaquello,yentoncesnosavisandequeMartayaestáenlahabitación.Alentrar,
micuñadalloriquea,quiereverasupequeña,peronoladejanlevantarse.Lehanhechounacesáreay
está muy débil. Entonces, me acerco a ella y le enseño la grabación que he hecho de la niña. Ella,
emocionada,lamiraunayotravez.
Traspasarvariashorasenelhospital,Ericyyodecidimosirnos.Martaestáagotadaynecesita
descansar,yallísequedanconellamisuegrayelreciénestrenadopadre.
Ensilencio,Ericyyosalimosdelahabitaciónynosencaminamoshaciaelascensor.Unavezallí,
rodeadospormásgente,nuestroscuerposchocany,antelamiradadeEric,memuevoydejoqueuna
señoramayorseinterpongaentrelosdos.
Sucercanía,comosiempre,medesconcierta.Sigotremendamentebloqueadaporloocurridoy,
aunqueyalogroentenderqueélnisiquieralorecuerdaniseentregódeformavoluntariaaello,soy
incapazdeolvidar.
Unavezllegamosalaplantabaja,caminamosjuntoshacialasaliday,enlapuerta,Ericseparay
dice:
—Tengoelcocheaparcadoallí.
Yoasientoy,mirándolo,elcorazónmedaunvuelcoyafirmo:
—Yotengolamotoalfondo.
—¿Hasvenidoenmoto?
Asientodenuevoy,conpicardía,meencojodehombrosymurmuro:
—HecogidotuBMW.
Ericsonríe.Nuncalehaimportadoquecojaesamotoy,clavandosusespectacularesojosenmí,
musita:
—Conduceconcuidado.
Asiento...,sonríey,cuandomedoylavuelta,mellama:
—Jud...
Mevuelvo.Nuestrosojosvuelvenaconectar,ydice:
—¿Cenasconmigo?
Oíresohacequeelvellodetodomicuerposeerice.Enelpasado,nuncahabríarechazadouna
proposiciónasíviniendodeél,peroniegoconlacabezayrespondo:
—No.
—Porfavor...—insiste—.Iremosadondetúquieras.
—No,Eric,no.Noesbuenaidea.
Su gesto de decepción lo dice todo, pero no insiste más y, asintiendo, se da la vuelta abatido y
caminahaciasucocheconlasmanosmetidasenlosbolsillos.
Acalorada,caminohacialamoto.Sinpararmeapensar,abroelbaúltraseroysacoelcasco,me
lopongoy,cuandoarrancoelmotor,salgodelparkingsinmiraratrás.
Tengolacabezaembotada.AdoroaEric,perotambiénloodio.Mimenteesincapazdeolvidar
cómosebesaban,cómoseposeían,yesomeestámartirizandoyvolviéndomeloca.
Cuandoparoenunsemáforo,deprontounpitidollamamiatención.Almirarhacialaderecha,
veo que Eric me observa desde el coche y me sonríe. Yo sonrío también. El semáforo se pone en
verdeyacelerolamotomientrassoyconscientedequeelcochequevadetrásdemíesconducido
porelhombrequeadoroyconseguridadestáobservandotodosycadaunodemismovimientos.
Unnuevosemáforomehaceparar.Miroamiderechaparaencontrarmedenuevoconlacarade
Eric,peroensulugarmeencuentroconladeunmuchachoquenotendrámásdeveinticincoaños.Al
verquesoyunamujer,diceagritosdesdesucoche:
—¡Hola,guapa!
—Hola—respondoyo.
Elchicoadelantaunpocomáselcocheparavermemejor.PorelretrovisorobservoqueEricestá
paradoconsucochedetrásdemíy,alversugesto,sonrío.Yaseestácabreandoconeltipo.
—¿Sabesunacosa?—diceelchico.Yolomiroy,conunapícarasonrisa,élmurmura—:Quién
fueramotoparaestarentretuspiernas.
Merío.¡Menudodescarado!
Menos mal que Eric no lo ha oído o le arranca la cabeza y, mirándolo, le guiño un ojo y
respondoconelmismodescarodeél:
—¿Sabes?Demasiadamáquinaparatanpocomotor.
El chico suelta una risotada. Sin duda, tiene sentido del humor. Cuando el semáforo se pone en
verde,doygasy,acelerando,mealejodeél.PorelretrovisorobservoaEricy,encuantoveoque,
trashacerunquiebroconelcocheadelantaalchicoparaponerseamiderecha,sonrío.Noesperaba
menosdeél.
Denuevo,unsemáforonospara.EstavezesEricquienestáamiderechay,porsugestoserio,ya
séloquepiensa,ymáscuandoelmuchachoahoraestádetrásdemíypitaparallamarmiatención.
MisojosylosdeEricseencuentran.Noshablamosconellosy,sincontrolarmilocura,lehago
sabercuántoloechodemenos.Lomirocomolohemiradocientosdevecescuandolevoyahacerel
amory,alverlarespuestaensumirada,measusto.Deprontomeasustoy,cuandoelsemáforose
abre,aceleroregañándomeamímismaporloqueacabodehacer.
Pero¿porquéloprovocoasí?
Esamiradaymisonrisalehandadoesperanzasy,alverquesiguetrasdemíporlacalle,séque
tengoquedesaparecer.Nopodemosllegarjuntosacasauocurriráloquedeseocontodamialma
peronoquieroqueocurra.
Dios,¡nohayquiénmeentienda!
Aminoro la marcha y me pongo en el carril de la derecha. Eric se coloca detrás de mí y, unos
metros más adelante,cuando él ya no tiene capacidad de reacción con el coche, hago una pirula
bastantearriesgadaconlamoto,mesalgodelcarrilporelquevoyydesaparezcoatodavelocidad,
impidiéndoleseguirme.
Nolehevistolacara.Nohesidocapazdemirarlopero,sinduda,elcabreoquedebedeteneren
estosmomentoshadesercolosal.
Sinsaberadóndeir,salgoalaautopistayduranteunbuenratomedejollevarpormilocuray
corrocomollevabatiemposincorrer,sinpensarennadamás.Noquieropensar.
Asíestoyhastaque,enunacarretera,doymediavueltahaciendouncambiodesentido.Porsuerte,
nomehaparadolapolicía,perosoyconscientedequealgunamultaporexcesodevelocidadllegará.
Menudossonlosalemanesparaeso.Pero,mira,¡nomepreocupa!EricZimmermantienepastapara
pagarmultasymuchascosasmás.
CuandodenuevoentroenMúnich,enunsemáforomiroelreloj.Espronto.Sólosonlasseisde
latarde.Callejeandoporesaciudad,alaqueadoro,llegocercadelcolegiodeFlyn,paroy,sinmeter
elcascoenelbaúl,decidoiraunbaratomarmealgo.
Pidounacoca-cola.Estoysedienta.Entonces,depronto,mefijoenelhombrequehaysentadoa
unadelasmesasysonrío.EsDennis,elprofesordeFlyn,ytrasacercarmeaél,quenomehavisto,
pregunto:
—¿Puedosentarmecontigo?
Dennis, que está corrigiendo unos exámenes, sonríe al verme; quita su cartera de una silla y
murmura:
—Porsupuesto.
Unavezmesiento,nosmiramosypreguntaalvermicasco:
—¿Motorista?
Asientoorgullosay,señalandolaimpresionanteBMW1200RTnegraygrisqueestáaparcadaen
lapuerta,respondo:
—Sí.
Porsugesto,Dennisparecesorprendido.
—¿Ytúpuedessolitaconesamáquina?—pregunta.
Aloíreso,frunzoelceñoyrespondo:
—Lo de los tíos es genético; ¿te puedes creer que acabas de preguntarme lo mismo que me
preguntóEriclaprimeravezquelepedídarunavuelta?—Dennissonríeyyoaclaro—:Tengoun
padrequemeenseñómuybienamontarenmoto,ysoypequeñitaperotengofuerza.
Dennisasiente,vuelveasonreíry,alverquemecalloymequedomirandolamoto,pregunta:
—¿TodobienconFlynencasa?
Asiento.Noquierohablardelmuchacho,peroélinsiste:
—Mealegrasaberlo.Laverdadesqueúltimamentehadadouncambioparabienyloveomás
integrado con sus compañeros y alejado de esas malas compañías. Creo que lo habéis logrado,
Judith.Sinduda,launióndecolegio,psicólogoypadreshaconseguidoqueFlynreaccioneysedé
cuentadesuerror.
Saberaquellodemicoreanoalemánmegusta.Meencantasaberquesuactitudhacambiadoenel
colegio,aunqueintuyoqueelbruscocambiopuedaestaroriginadoporotracosa.
—¿Quéteocurre,Judith?—preguntaentoncesDennis.
—Nada —digo y, dando un trago a mi coca-cola para cambiar luego de tema, pregunto—:
¿Tienesnovia?
Segúndigoeso,merecuerdoamihermanaRaquel.Pero¿cómoesquesoytancotilla?
Entonces,veoqueDennissonríey,guiñándomeunojoconcomplicidad,responde:
—Tengo amigas. De hecho, he quedado aquí con una de ellas para ir a tomar algo. Si te soy
sincero,soyuntipodemasiadocomplicadoparaqueunamujerseenamoredemí.
Esomeprovocarisa.¿Complicado,él?Y,sinpararmeapensar,respondo:
—Puesquesepasquelostiposcomplicadossonlosquenosvuelvenlocasalasmujeres.
—Vaya...,esbuenosaberlo—semofa.Acontinuación,trasrecogerlospapelesquetienesobrela
mesa,dice—:HacetiempoquenoosveoaEricyatiporelSensationsy...
—Vale—locorto—.Noestamospasandoporelmejormomentodenuestrarelación.
Dennismemira.Noesperabaloquehedichoy,clavandosusojazosnegrosenmí,murmura:
—Ericytúhacéisunafantásticapareja,ylasfantásticasparejashandehablarparaentenderse.—
Yoresoployélañade—:Cuandoencuentrasatuparejaideal,noquieresdejarlaescaparymásenel
mundilloenelquenosotrosnosmovemos.Y...
—Hola,Dennis,¿llegotarde?
Allevantarlavista,meencuentroconunamujerrubiaquenosmira.Debedeserlaamiguitacon
laquehaquedado.Dennisseponeenpie,ledaunbesoenloslabiosyresponde:
—Tranquila,Stella.Hasllegadoalahora.
Lamujermemira.Noentiendequéhagoyosentadaallí,yentoncesDennisdice:
—Stella,tepresentoaJudith.Judith,ellaesStella,miamiga.
Lasdosnossaludamosconcordialidad,peroveoensusojoslomismoqueotrasdebendeveren
losmíoscuandoseacercanamiEric.Entonces,Denniscogesucarterayseñala:
—Hedeirme,Judith.Perohasidounplacerhabertevisto.
—Lomismodigo—respondomientrassonríoylomiro.
Cuando se van, sigo tomando mi coca-cola. A través de las cristaleras, veo a aquellos que han
salido del local dirigirse hacia un coche rojo. Dennis lo abre, la chica sube y él, tras decirle algo,
caminadevueltahaciaelbar,entraymedice:
—Heconocidoapocoshombresenamoradosdeunamujer,perocréemecuandotedigoqueEric
esunodeesospocos.Habladyarregladloqueospase,porqueestoyconvencidodequeunahistoria
comolavuestranoseencuentratodoslosdías.
Dichoesto,meguiñaelojoysemarchadejándomeconcaradetonta.
¿TantomequiereEricquelagentelove?
Y,depronto,sinsaberporquéllevolasmanoshastamibarriga.
Porsupuestoquemihistoriaconelamordemividaesalgoespecial,tanespecialcomoelbebé
que crece en mi interior y al que tengo que comenzar a cuidar. Y, sin poder remediarlo, sonrío y
murmuromirándomemiinexistentetripa:
—Tranquilo,gamusino.Mamátequiere.
Variosminutosdespués,encuantoacabomibebidavuelvoalamoto.Lamiro.Laadmiro,pero
me arrepiento de haberla cogido en mi estado; ¿en qué estaba pensando? Sin embargo, como no
estoydispuestaadejarlaallí,memontoconcuidadoyregresoacasasincorrernihacerlocuras.
Trasllegarymeterlamotoenelgaraje,estoyquitándomeelcascocuandoEricsaleenmibusca
y,sinquitarmelavistadeencima,medice:
—Estabapreocupadoporti.
Lomiro,quieroabrazarlo.Élesmibonitahistoriadeamor,peroalgomefrena,ydoyunpaso
atrásparaalejarmedeél.Porincreíblequeparezca,nomeregañaporlapirulaquelehehechoenla
carreteraconlamotoparadespistarloy,encogiéndomedehombros,respondounescueto:
—Yaestoyaquí.
Ericnohabla,ensusojosveoqueledueleladistanciaquepongoentrelosdos.Sinagobiarme,
dejaqueentreencasaymedirijoalacocina.Élcontinúasucaminoyoigoqueentraensudespacho
ycierralapuerta.Aquellonoestásiendofácilparaningunodelosdos.
Simona,queeneseinstanteentraenlacocina,memira;nodiceloquepiensademimiradanide
Eric,perocomenta:
—Lospequeñinesyaestándormidos.
Sonríoencantada.Laabrazoymurmuro:
—Gracias,Simona.Graciasporestarsiempreamilado.
La mujer me abraza emocionada. Me aprieta contra su cuerpo y yo sonrío. Todavía recuerdo
cuandoyolleguéaaquellacasayunabrazoeracomopocotabú.
CuandosalgodelacocinaypasopordelantedeldespachodeEric,meacercoalapuertay,aloír
queestáescuchandoaNorahJonescantarLoveMe,[38]elcorazónmedaunpellizquito.
Apoyo la frente en la puerta oscura mientras escucho esa dulce canción y mi mente vuela a la
últimavezquelabailéconmiamor.Losojossemellenandelágrimas,losrecuerdosinundanmi
mente y las lágrimas me desbordan. Eric, mi Eric, está tras esa puerta sufriendo como estoy
sufriendoyo,peroyosoyincapazdeabrirlapuertayolvidar.
¿Quémepasa?¿Porquéestoytanbloqueada?
Estoysumidaenmidesgraciacuando,depronto,oigoamiespalda:
—Mamá.
Rápidamentemedoylavueltay,alveraFlynmirándome,mesecolaslágrimasquecorrenpor
mismejillasy,cuandovoyadecirunodemisborderíos,elcríomurmura:
—Vale.Séquenomerezcollamarteasí,pero...
Separándome de la puerta del despacho, me acerco a él y, cuchicheando para que Eric no nos
oiga,afirmo:
—Exacto,nolomereces;yahora,sinoteimporta,noquierohablarcontigo.
DolidaporloquemicorazónsienteporaquellosdosZimmerman,meencaminoalsalónycierro
lapuerta.Quieroestarsola.Mesientoenelsillónquehayjuntoalachimenea,peroentoncesoigo
quelapuertaseabrey,segundosdespués,Flyn,sindarmeopción,sesientaamilado.
ComomehanenseñadolosZimmerman,lomiro...,lomiroylomiro,yfinalmentepregunto:
—¿Quéquieres,Flyn?
Elcríoseretuercelasmanosnervioso.
—Perdóname. Ahora que no me quieres, me doy cuenta de lo mal que me he portado contigo,
cuandotúsólointentabasprotegermeyayudarme.
Boquiabierta lo observo. ¿Cómo que no lo quiero? Lo quiero más que a mi vida, pero estoy
enfadadaconély,cuandovoyaresponder,prosigue:
—Fuiuntonto.Medejéllevarpormisnuevasamistadesylacagué...,lacaguécontigo,conpapá,
contodo.Elkemegustabamucho,medejéllevarporellay,queriendoimpresionarla,mevolvíun
chulo.Ellaodiaasumadrastra,nuncahatenidobuenarelaciónconella,yyo...yo...quiseodiarteati
paraqueellavieraqueestábamosenlamismasintonía.
Saberlaverdaddetodoloocurridohacequepuedarespirar.Porfinentiendoelporquédetodo
aquello,peronopuedohablarcuandoFlynprosigue:
—Terobé,hicecosashorriblescontratiytegritéquenoerasmimadrecuandosíloeres.Tú
ereslaúnicamadrequetengoporquesiempremehasqueridoincondicionalmenteapesardelomal
que me he portado contigo. Hablé con papá, le conté toda la verdad, y él me aconsejó que te lo
contaraati.Dijoque,aunquenomeperdonaras,teníaquehablarcontigoy...y...Porfavor,mamá,si
noquieresperdonarme,nolohagaspero,porfavor,arreglalascosasconpapá.Pormiculpaestáis
mal, y eso me... me... Por favor —suplica—. No os podéis separar, vosotros os queréis, os queréis
muchoy,silohacéispormiculpa,EricyHannahnuncamelovanaperdonar.
Conlaspulsacionesadosmilporhora,escucholoqueaqueladolescentealquetantoquierodice
mientras el cuello comienza a picarme. La súplica en sus ojos me atormenta, me atormenta tanto
comoaél,yrespondo:
—Loquenospasaatupadreyamínoesculpatuya.
—Loes—afirmamientraslaslágrimascomienzanacorrerleporlasmejillas—.Todoesculpa
mía.Intentédesesperaros,llevarosallímite,ytodoporqueelpadredeElkeseseparódesumadrastra
yyopenséque,siconseguíalomismo,ellame...
—Diosmío,Flyn—murmuroaloírlo.
Elcríollora.Lloradesconsoladamentemientrasmesuplicaquesolucionelosproblemasconmi
amor.Lomiro.Ojaláfueranlascosastanfácilescomoélpareceverlas.
Diezminutosdespués,incapazdepermitirqueelsigapensandoquetodoesculpasuya,comoen
sumomentolehicecreerconmifuria,suspiroymurmuro:
—Flyn,escúchame...
—No,mamá,porfavor,escúchametúamí.Yo...yonopuedopermitirquepapáytúosvayáisa
separarpormiculpay...
Nolodejocontinuar.Necesitoabrazarlo.QuieroaFlyncontodamialma,apesardeloqueme
hacontado.Esminiño,soysumadre,ytodoesperdonablecuandosetratadeél.Veoquemiabrazo
losorprendetantocomomesorprendeamíy,cuandosientoquemeaprietacontrasícondemasiada
fuerza,murmuro:
—Flyn...,meahogas.
Elcríocedeensufuerza,perosinsoltarmesusurra:
—Tequiero,mamá...Perdóname,porfavor...Iréauncolegiomilitarsitúypapáqueréis,pero
perdóname.
Sus palabras y cómo lo siento temblar pueden conmigo. Creo que la vida, con lo que nos ha
pasadoaEricyamí,lehadadounrevésalmuchachoquelehaabiertolosojos.Y,comosoyuna
blandengue,finalmenteasiento.
—Estásperdonado,cariño.Esonuncalodudes.
Mispalabrasnosemocionan,ymishormonas,quenoestánmuyserenas,serevolucionan.Para
relajarelmomento,cuchicheoseñalándomeelcuello:
—Yahorapara...omellenaréderonchones.
Flynmemirayveoensusojoslatranquilidad.Yomerascoelcuello,mepicaunabarbaridad.
Entoncesél,apartándomelamanodelosronchones,dice:
—Noterasquesosepondrápeor.
Esomehacesonreíry,cogiéndolelabarbillaaminiño,murmuro:
—Flyn,yaeresmayor,ycreoquehassidocapazdedartecuentadelosquebraderosdecabeza
quenoshaspodidoocasionar.—Élasienteyyosentencio—:Estonopuedevolverapasarnuncamás.
Simañanateenamorasdeotrachica,tienesquetenertupropiapersonalidad,porquequientequiera
tienequequererteporti,noporloquevearefle

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