IGLESIA EVANGÉLICA JESUS VIENE 6ª CALLE 9

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IGLESIA EVANGÉLICA JESUS VIENE
6ª CALLE 9-59 ZONA 12, CIUDAD DE GUATEMALA
01012 TEL. (502) 2471-2996
www.jesusviene.org
Por: Julio César López
Fecha: 10 de enero de 2016
EL PEREGRINAJE HACIA LA PATRIA CELESTIAL
Mensaje basado en el Salmo 84
El Salmo citado no solo muestra una peregrinación; también dirige a reflexionar en una
cristología, en donde se hace presente el amor y la nostalgia. Debemos sentirnos dichosos
por pertenecer al cuerpo de Cristo, pues a través de ello podemos alabar a Dios. El Salmo no
solo describe a un Dios histórico que ha bendecido a su pueblo en el AT, también lleva
incluso a entender cierta manifestación mesiánica, incluso escatológica.
Una manifestación de un Cristo glorificado según los evangelios (Mateo 17:2), nos enseña
que Jesús es el verdadero templo y a través de Él vemos la manifestación completa de Dios.
Lo anterior nos hace entender que la morada que anhelamos está en el cielo, la tierra solo es
un lugar temporal, mientras tanto, peregrinar con la iglesia nos conduce hacia la patria futura,
la morada celestial en donde mora el amor y la justicia por todas las edades. Nuestro
“albergue”, “tienda de campaña” (NVI), terrenal puede ser destruido en un momento, pero
tenemos en Dios una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas (2 Corintios
5:1-5).
“Bienaventurados los que habitan en su casa; perpetuamente te alabarán”, v. 4, note el
término “perpetuamente”, en otras palabras sería “eternamente”. La alabanza no viene de las
emociones o impulsos, sino de la convicción que tenemos de adorar a Dios y eso es
“siempre”. No se trata de una manipulación para que usted adore al Señor. Se trata de una
verdadera convicción en relación a lo que usted ha creído. Uno de los retos que es necesario
trazarnos es SER CONSISTENTE. No podemos empezar cada año con los mismos retos.
No se trata de vivir un evangelio ilegitimo, falso o superficial. Los expositores de la Palabra
de Dios, no hemos sido llamados a jugar con las emociones del creyente para aprovechemos
o sacar ventaja de sus crisis. No debemos predicar promesas temporales para que el creyente
no afirme cosas como la siguiente: “el pastor es mentiroso porque de la ofrenda que di como
pacto, no recibí nada a cambio”. Por el contrario hermanos, Dios nos ha llamado a predicar
el arrepentimiento de pecados y conducir a sus hijos a alabarlo eternamente. No se trata de
caer en un ritualismo y en una expresión de gozo exterior.
La parte “a” de los vv. 5-7 son impresionantes, leamos v. 5a, “bienaventurado el hombre
que tiene en ti sus fuerzas”, “en cuyo corazón están tus caminos”. ¿Cuántas personas han
pasado por la iglesia andando temporalmente en los caminos del Señor? Creo que muchos…
muchos… muchos. Algunos se fueron peleados con algún hermano, otros con el pastor,
quizás con algún líder, otros se desanimaron de la nada. Esto nos da la idea que son
“cristianos de temporadas”, es posible que no hayan entendido que es el evangelio, quizás
pensaron que el camino del creyente es color de rosa y terminan pensando “que ir a la iglesia
me haría exitoso”, “que jamás volvería a tener problemas, pero como no es cierto…”, ¿saben
qué? Me voy. Los predicadores muchas veces tenemos cierta responsabilidad cuando
presentamos mal el evangelio y les decimos a las personas cosas como “aceptar a Cristo
significa cero problemas”; ese es un evangelio mal predicado, un evangelio torcido. La Biblia
dice “dichoso el hombre que anda en los caminos del Señor”; “andar” es un presente que
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da la idea de “siempre”; “dichoso” no es sinónimo de “cero tristezas”, sino que la dicha está
en caminar con Cristo. Su fe, su caminar con el Señor será puesto a prueba por el fuego,
“dichosos seremos cuando estemos en diversas pruebas” (Santiago 1:2), la persecución
prueba tu fe, incluso el desánimo puede probar tu fe, pero andar en los caminos del Señor,
siempre será la mejor elección.
“Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente”, v.6a, usted va tener que derramar
lágrimas por muchas razones, quizás por agradecimiento, por tristeza, por alguna prueba, por
arrepentimiento de algún pecado, por el dolor, habrá aflicciones. Les cito dos pasajes dados
por el mismo Señor Jesús. El primero es Mateo 5:4 “bienaventurados los que lloran, porque
ellos recibirán consolación”. El segundo, se encuadra en el momento en el que Jesús un poco
antes de ser arrestado, según el orden en la narrativa del evangelio de Juan, les dijo a sus
discípulos (de hecho son las últimas palabras que registra el capítulo 16 del evangelio de
Juan): “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan
16:33c. Si usted ha derramado lágrimas por las injusticias de la vida o por alguna otra razón
en su peregrinaje, siéntase dichoso. En medio de la tristeza, usted será consolado por Dios.
Ser creyente no es sinónimo de risas y placer todo el tiempo.
Veamos el v. 7. “según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas” (NVI), algo así como,
entre más superas los obstáculos, más fuerte te vuelves mientras caminas. Notablemente el
pasaje nos habla de la peregrinación del creyente. El v. 8 toca el tema de la oración “Oye mi
oración, Señor, Dios Todopoderoso” (NVI). Es triste decir, pero muchos miembros de la
iglesia no le dan importancia a la oración congregacional, en su vida privada no lo sé, no
puedo juzgar al respecto. Podrá tener varios argumentos a su favor, y el que le mencionaré
quizás no esté en su lista, pero podríamos decir: “Jesús, pensé que me contestarías todas mis
peticiones, pero no lo hiciste, entonces ya no vengo a orar”. ¿Qué tipo de oraciones le
hacemos al Señor? ¿De prosperidad o de obediencia? Con Dios no tenemos un trato de Señor
a señor, sino de Padre a Hijo, de Señor a esclavo.
Posiblemente mientras avancemos, nos vamos a desanimar, y quizás Dios no le va contestar
muchas oraciones como usted quiere. Y es lo que se narra en Juan Capitulo 6. Muchos
seguían a Jesús por intereses terrenales, v. 26. Jesús entonces toma el tema de la
peregrinación y ocuparnos en el camino que nos corresponde, el camino de la vida eterna, v.
27. Luego, el Señor toca el tema de la cruz, sigue hablando de sufrimiento y muerte y muchos
de sus seguidores dijeron “eso no es para nosotros”, “dura es esta palabra”, v. 60. Luego
Jesús desafía a los 12 discípulos diciéndoles ¿también ustedes quieren marcharse? (NVI),
Pedro inspirado por el Espíritu Santo responde sabiamente, ¿a quién iremos?, Tú eres la vida
eterna; y es por eso que el salmista en el v. 10 del Salmo 84 nos habla en términos muy
parecidos “mejor es un día en tus atrios, que mil fuera de ellos, prefiero cuidar la entrada
de la casa de mi Dios, que habitar entre los impíos”. Prefiero estar de portero en la entrada
del templo, que vivir en una mansión obtenida incluso a causa del pecado. Prefiero “una
esquinita” en la casa de Dios, que vivir en comodidades de injusticia.
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Conclusiones:
1. Quizás usted se quede sin amigos, sin fondos suficientes, quizás tenga que pasar
muchas pruebas. Es posible que pase dolores a causa del sufrimiento, pero pase lo
que pase yo quiero que usted diga ¡Jesús sigo contigo! Porque a pesar de lo que estoy
viviendo, es mil veces mejor, que tener una alegría temporal. Hay una esperanza
futura ¡Jesús vuelve por nosotros! Y nos llevará a reinar a la ciudad celestial.
2. Ser profesante de la fe en Cristo, no es vivir en rituales, tampoco es tener una
experiencia dulce en su interior, se trata de glorificar el nombre de Dios y obedecer
su Palabra.
3. Caminar con el Señor, no significa solamente gozar de su protección y provisión;
también implica estar dispuesto a crecer en la dependencia de Él, aprendiendo que el
que toma las decisiones en el camino es el Señor.