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Crónica
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por Xisco Serra
La vida está llena de sueños que nos
hacen vivir con ilusión y luego depende de
cada uno que seamos capaces de hacerlos realidad, o no.
En la cuestión que nos abarca, uno de los míos desde hace
muchos años era presenciar en directo la competición culturista más importante de la historia del fisicoculturismo, el Mr.
Olympia de Joe Weider.
La cita era septiembre 2011 en la emblemática ciudad de Las
Vegas así que este año y en compañía de mi pareja Magdalena y amigos, Roberto y Sonia, nos dispusimos a realizar
todas las gestiones para que no fallara nada, desde los vuelos, apartamento con cocina (ya que nos encontrábamos
a dieta de competición), entradas (gracias a John Balik y
Robin Chan por su ayuda) y desplazamientos.
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Pero la sorpresa inicial fue que
Las Vegas es mucho más que un
Mr. Olympia… Las Vegas es un
parque de atracciones para adultos: 24 horas/día de inmensidad,
magnitud ilimitada, todo lo que podáis imaginar y más allá.
Pero mi intención, como crónica culturista no es centrarme en
estos aspectos de la ciudad en
sí, sino hacerlo de forma más específica en lo que al culturismo
se refiere.
Jueves, salida a
las 6 a.m. de Palma
de Mallorca para
que después de 18
horas de viaje lleguemos a las 20.30
p.m.,
hora
Las
Vegas, al aeropuerto donde nada más
bajar del avión empieza la atracción en
el sentido más amplio de la palabra.
Ese mismo día
pudimos ver parte
de la ciudad hasta que derrotados y a pesar
de la ilusión, regresamos al apartamento, no
sin antes, a las 3 a.m. realizar la compra del
pollo y comida para los días siguientes en el
supermercado. Sí, habéis leído bien, a las 3
a.m. puedes comprar tranquilamente en un
inmenso supermercado donde literalmente
encontraréis DE TODO y MUCHO.
Viernes, queríamos aprovechar el tiempo al
máximo así que por la mañana fuimos a la
EXPO donde nos inundaron de suplementación, camisetas y regalos todo de forma gratuita. Algo que dejó de existir hace ya mucho
en España… y es que los norteamericanos
en este sentido, no reparan en gastos.
Imaginaros en una mega feria paseando y viendo a las estrellas conocidas del pasado y del presente: Lee Labrada,
Chris Cormier, Flex Wheeller, Don Long, Ronnie Coleman,
Branch Warren, Johnnie Jackson, Markus Rühl, Dennis
James, Timea Majorova… y un sin fin de nombres que no
acabaríamos por nombrar. Todos ellos con una sonrisa de
oreja a oreja y con ganas de trabajar: eso es lo que yo llamo
ser un PRO con MAYÚSCULAS.
Los que iban a competir por la tarde estaban descansando, por supuesto (creo que Johnnie Jackson fue de los
pocos que estuvo en ambos sitios) pero tranquilos que todo
llegaría (…)
Llega el momento de ir al Orleans Arena a por las entradas
VIP. Si vas a ver una vez en la vida el Mr. O, compra unas
buenas entradas… aunque después de la experiencia os
garantizo que ha sido la primera, sí, pero no la última.
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Cróni
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Una vez en el recinto, que me recordaba al Palma Arena de Mallorca, no dejaba de ver paseándose personajes conocidos entre
el público: Rich Gaspari, George Farah, Fakhri Mubarak, Charles
Glass, Dave Palumbo, Daniel Hill, Jim Manion que hacía sus relaciones públicas… seguro que me dejo una multitud. Y por supuesto sobre el escenario el ya emblemático y conocido Bob Chicherillo
con su traje y corbata de primera clase y su imponente y grave voz.
Pasaron las finales de bikini (¿Quién dijo que las bikini no tenían
músculo? Creedme que sí), fitness y 202… para llegar al plato
fuerte que eran las semifinales, o como dirían en USA, el prejudging del Mr. Olympia.
No entraré ahora en detalles sobre la competición ni los atletas,
ya que para eso tenemos el reportaje gracias a Ironman International y el análisis de nuestro comentarista Sergio Dufort, pero
sólo deciros que la escenografía quita el hipo: ¡¡¡ESPECTÁCULO TOTAL!!! Y sólo eran las semifinales…
¿Qué nos encontraríamos el sábado?
Estábamos agotados pero teníamos que aprovechar el
tiempo al máximo así que fuimos a cenar y acabamos
en una tienda 24 horas devorando la nevera de los helados… en fin, uno aguanta lo que puede pero también
tenemos límites (…)
Sábado por la mañana, Roberto y yo nos levantamos
después de dormir 3 horas, a las 7 a.m. para hacer
nuestro cardio matutino. Lo que debía ser 1 hora en
ayunas, gracias a dos factores: el llenado de glucógeno y el exceso de entusiasmo, hicieron que se convirtieran ¡¡¡en 3 horas y
media!!! Regresando a
las 10.30 con nuestras
chicas preocupadas.
Desayunamos y no
había tiempo que perder. Con las comidas y
el batido preparado era
el momento de cumplir
otro sueño: entrenar en
el GOLD’S GYM de Las
Vegas, concretamente
el de Flamingo Road
donde tantas veces
habíamos visto al King
Cutler entrenar en los
videos.
Si tuviera que quedarme
con un solo momento de esta
aventura, no podría decidirme pero puedo asegurar que
la experiencia de entrenar, al
menos por primera vez, en ese
GOLD’S GYM fue adrenalina
pura: éramos como niños en
un parque con columpios nuevos y no sabes cuál escoger.
Acabamos entrenando más de
una hora sin parar todos los
grupos musculares exceptuando las piernas que aún no se
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habían recuperado de la caminata. Dios ¡¡¡qué sensación!!! Y por supuesto pudimos posar sin camiseta en la
misma sala sin molestar ni ser molestados… un concepto de gym totalmente diferente y opuesto al que estoy
acostumbrado en mi tierra, de hecho todo en Las Vegas
era un: DISFRUTA, VIVE, DIVIÉRTETE y DEJA VIVIR.
He de confesar que más de una vez se me pasó por la
cabeza dejarlo todo y quedarme ahí junto a mi pareja…
el tiempo lo dirá.
Nos quedaba algo antes de ver las finales del Mr. Olympia: los outlet para cargar de ropa deportiva: prendas
algo más baratas que aquí en España pero con descuento encima ¡¡¡del 50-60%!!! ¿Quién puede resistirse
a algo así?
Era el momento de volver al Orleans Arena para ver
las finales de figura, culturismo femenino y por supuesto y muy especialmente la final del Mr. Olympia,
el plato fuerte del fin de semana.
Los puestos se fueron dando: 10º, 9º, 8º, 7º, 6º (sorpresa para Dexter Jackson), 5º, 4º, 3º y quedaban
los dos nombres que habían marcado la diferencia
ese fin de semana: TWO GUYS. Dos amigos íntimos, el maestro y el aprendiz, ambos en estupenda
forma, cordialidad, amistad, camaradería, respeto y
cariño… y en ese momento, cuando Phil Heath fue
coronado Mr. Olympia 2011 no pude evitar ponerme
en pie, aplaudir con el corazón y… llorar, lo hice, lloré
de la emoción porque he vivido
momentos así (a otro nivel, por
supuesto) en mi carrera deportiva
y sé lo que se siente al obtener el
premio culmen a un trabajo duro y
disciplinado.
Jay se retiró con todos los honores después de dedicar unas bonitas palabras a su mejor amigo
y Phil quedó para dar las gracias
especialmente a su esposa (si él
era esa noche The King, ella era
The Queen), a su familia, afición
y patrocinadores, a Joe Weider
y por supuesto a su mejor amigo
Jay Cutler. Unos minutos que
jamás olvidaré.
Era tardísimo y debíamos
levantarnos a las 4 a.m. para
volver a casa… y así lo hicimos llevándonos un precioso
recuerdo de esta aventura
en Las Vegas que perdurará
para siempre en nuestras retinas, mentes y corazones…
I’ll be back.
—Xisco Serra
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