La preservación del centro histórico de la ciudad de Ouro Preto

Transcripción

La preservación del centro histórico de la ciudad de Ouro Preto
La preservación del centro histórico de la ciudad de Ouro Preto (Brasil): una
discusión propuesta
Cristiana Maria de Oliveira Guimarães
∗
La preservación en Brasil: un proyecto político de la intelectualidad modernista en
búsqueda de la tradición brasileña
En las primeras décadas del siglo XX, Brasil pasa por significativos cambios. El proceso de
urbanización e industrialización se acelera, mientras la clase media se desarrolla y la obrera se afirma.
Grandes intervenciones urbanísticas, inspiradas en las actuaciones de Haussmann en Paris, son
llevadas a cabo con vista al progreso. Después de la Revolución de 30, los cambios que venían
ocurriendo cobran un cuño político. Hay una gran ampliación de la interferencia estatal en casi todos los
sectores de la vida social, en busca del control y de la centralización del poder. Todo eso puede ser
considerado como parte de un proyecto más amplio, implementado por la nueva elite urbana que pasó a
dirigir el país, bajo una orientación nacionalista, autoritaria y modernizadora. En esa ideología, el
proyecto de construcción de una nueva nación, de uno “Brasil Moderno” asume el primer plano.
En eso momento, llamado por algunos autores “redescubierta de Brasil”, todo el movimiento de
comprensión de la sociedad brasileña es parte de un contexto más grande de redefinición nacional. La
Revolución de 30, el Estado Novo y la transformación de la infraestructura económica ponen, para los
intelectuales de la época, la urgencia de la reflexión sobre la identidad de un Estado que se está
haciendo moderno. La cuestión de la identidad brasileña, antigua entre los intelectuales brasileños,
gaña importancia en eso contexto modernizador. Es, ahora, la búsqueda por la “brasilidade”, por la
esencia y alma brasileñas. Diferentes respuestas fueran presentadas. Algunos propugnan la
valorización de lo tradicional como uno camino para la construcción de una imagen singular de Brasil.
Se creía que el país tendría que volver a sus valores nacionales, que estaban, por su vez, fundados en
el pasado y en el regional. El nacionalismo aparece, así, como elemento ideológico responsable por las
diversas corrientes artísticas que buscaban la autentica arte y cultura brasileñas. Entre esas estaban la
Neocolonial y la Moderna.
Será también a partir del discurso nacionalista que se consolidan las preocupaciones con la protección
de los bienes culturales brasileños. En los años 20, intelectuales y algunos políticos señalaban la
necesidad de proteger el patrimonio artístico y histórico nacional. En 1936, el Serviço do Patrimônio
Histórico e Artístico Nacional – SPHAN – empieza, experimentalmente, sus actividades bajo el ámbito
del Ministério da Educação e Saúde, y así, sometidos a las decisiones del Ministro Gustavo Capanema.
Para la dirección de esa nueva institución, Capanema nombra Rodrigo Melo Franco Andrade, como el
1
Sobre los intelectuales modernistas brasileños y el inicio de la preservación en Brasil, ver: FONSECA, Maria Cecília Londres.
O patrimônio em processo: a trajetória da política federal de preservação no Brasil. Rio de Janeiro: UFRJ:IPHAN, 1997. 316p.;
GONÇALVES, José Reginaldo Santos. A retórica da perda: os discursos do patrimônio cultural no Brasil. Rio de Janeiro:
UFRJ/IPHAN, 1996; SCHWARTZMAN, Simon; BONEMY, Helena e COSTA, Vanda. Tempos de Capanema. Rio de Janeiro:
Paz e Terra/EDUSP, 1984.
mismo, uno intelectual adepto de las ideas modernistas. Todavía, solamente en 1937, después del
Golpe de Estado que instauró el régimen político del Estado Novo, bajo el gobierno de Getulio Vargas,
el SPHAN fue institucionalizado por el Decreto-lei 25/37.
En la organización de esa nueva institución, Rodrigo Melo Franco Andrade llama, para formular la
política de preservación brasileña, arquitectos, artistas, literatos de la vanguardia del movimiento de
renovación de la cultura en Brasil: Lúcio Costa, Oscar Niemeyer, Carlos Drummond de Andrade, Renato
Soeiro y otros más. De ello, es fácil deducir la orientación modernista de esa institución. La
participación de los modernistas en el tema del nacionalismo y de la tradición, así como, en la vida
política e instituciones estatales, devén ser comprendidos como uno acto considerado necesario para la
definición y afirmación de la identidad brasileña. En consecuencia, es posible explicar el que muchos
autores brasileños llaman de una particularidad del Modernismo brasileño: los intelectuales criadores de
una nueva lenguaje estética – en el sentido de la ruptura con el pasado – son los mismos que, al mismo
tiempo, se vuelven para la construcción de una tradición.
Esos intelectuales estaban convictos del carácter pionero del SPHAN, como también, del hecho de que
su importancia era restricta a uno pequeño numero de personas, básicamente, las camadas más altas
de la sociedad. Todavía, consideraban legítimo el ejercicio de la autoridad, que la institución les
otorgaba, pues, en aquel momento, el Estado tenía el papel de interprete e protector de los valores
culturales de la nación. Esos intelectuales consideraban que la sociedad aún no tenía alcanzado la
consciencia de esos valores. En su discurso, Rodrigo Melo Franco Andrade, habla de la protección y
preservación de los bienes culturales como una manera de educar la población sobre la existencia y
significado de la nación como tal. Los monumentos son vistos por él como iconos visuales de una
civilización, y luego, la materialización de esa.
Los monumentos considerados como símbolos, o sea, los bienes escogidos para constituir el patrimonio
de una nación deben representar su civilización – su cultura, su pueblo, valores artísticos, leyes, etc..
Parece claro que no es toda la población que puede decidir sobre cuales serán esos bienes, sus
representantes. Luego, un grupo con autoridad para eso, a él dada democrática o autoritariamente,
escoge, en nombre de toda la población, aquellos bienes, que por sus valores históricos o artísticos o
simbólicos, serán los constituyentes del patrimonio nacional.
En el caso brasileño, los responsables por la escoja de los bienes formadores del patrimonio nacional
eran los intelectuales modernistas, implicados en el SPHAN. Para ellos, el barroco brasileño era lo
mejor representante de la autentica arte brasileña, y así, símbolo de nuestra civilización, cuya identidad
se buscaba en aquel momento. El barroco correspondía a las manifestaciones culturales de la época
colonial. O sea, aquellas consideradas autenticamente brasileñas, por que eran puras, originales y
libres de la influencia importada1.
Ouro Preto, Monumento Nacional como símbolo de la identidad brasileña
En 1933, la más conocida de las ciudades coloniales, Ouro Preto, Minas Gerais, (fig.1), fué nombrada
por el gobierno federal con el titulo de Monumento Nacional. Es posible explicar esa declaración, y la
posterior catalogación de la ciudad como bien nacional, a partir de algunas consideraciones. El
estancamiento de finales del siglo XIX, cuyo ápice fue la mudanza de la Capital para Belo Horizonte,
posibilitó que Ouro Preto pasase por muy pocas intervenciones urbanísticas del ochocientos. Así, su
tejido urbano mantuvo casi inalteradas las características coloniales (fig.2). Además, hay en esa ciudad
obras ejemplares de la arquitectura religiosa del barroco mineiro, muchas de esas de autoría de
Aleijadinho. Él fue uno de los más importantes artistas brasileños de la época colonial, considerado, en
el momento de la creación del SPHAN, como un mito de la arte brasileña.
Figura 1: Foto panoramica de la ciudad de Ouro Preto. Fonte: www.ufop.org.br
Figura 2: Foto de parte del conjunto urbano de Ouro Preto. Fonte: foto de la autora, Ouro Preto, 1999.
Por lo tanto, Ouro Preto acumulaba las características necesarias para ser el representante de la
legitima y original cultura brasileña. Asimismo, otros factores aún contribuyeron para eso. Allí ocurriera
la Inconfidência Mineira, movimiento considerado, entonces, por la historiografía oficial, como una de las
más importantes manifestaciones en favor de la independencia brasileña. Luego, era también vista
como una de las principales manifestaciones políticas legitimas del pueblo brasileño.
Luego después de la declaración de Ouro Preto como Monumento Nacional, empezaron las obras de
su adecuación al titulo. Todavía, mucho más sería reconstruido que conservado o reformado. En parte,
debido al estado de deterioro de las edificaciones, pero en otra parte, por la necesidad de la
construcción de uno ejemplo, una imagen ideal. ¿Cuál sería la imagen ideal de la tradición brasileña?
Ciertamente, no sería aquella de las desigualdades de la esclavitud. Tampoco la del eclecticismo del
siglo XIX, conocido como uno estilo importado, y así, sin valor en un momento de búsqueda – y
construcción – de la autentica arte y cultura nacionales. Como ya visto, los responsables por el montaje
del patrimonio histórico y artístico nacional brasileño, en aquel momento, los intelectuales modernistas,
eligieron el barroco como el símbolo e imagen de la tradición brasileña.
Las obras de restauración – o reforma – llevadas a cabo en Ouro Preto, intentaban, además de
recuperar la ciudad de la degradación física, concederle un carácter primitivo y similar al del setecientos.
Luego, Ouro Preto fue reformada, suprimiéndole los registros de intervenciones indeseadas y, así,
construyendo el pasado ideal. Como el símbolo escogido para la identidad brasileña era el barroco,
Ouro Preto, como la materialización de esa identidad, debería ser la expresión de eso, y luego, de la
época colonial brasileña. Uno buen ejemplo de esas obras es la reforma de la Ponte dos Contos,
cuando el gradil del ochocientos (fig. 3) fue suprimido y los parapechos en piedra fueron construidos.
Aún fueron colocados bancos y una cruz también en piedra, tal como se creía, hubiera sido en el siglo
XVII (fig. 4).
Figura 3: Ponte dos Contos, antes a la intervencíon de la decada de 30 Fonte: José Pio, grabado
Figura 4: Ponte dos Contos, aspecto atual, despúes de la intervencíon de la decada de 30 Fonte: foto de la autora, Ouro
Preto, 1998.
En todo ese proceso la población de Ouro Preto no tuvo participación ninguna, quizá tampoco
comprendió, o se preocupó, con lo que acontecía. Como las solicitudes de aprobación de proyectos de
reforma y nuevas construcciones eran, entonces, muy pocas no traían mayores conflictos. Eses
empezaron a aparecer de una forma más significativa con la vuelta del crecimiento de la ciudad,
después de 1950, con la instalación de una industria de aluminio, época conocida como Ciclo do
Aluminio. Entre las décadas de 40 e 60 la población economicamente activa en la indústria cresció más
de 200%, según datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística, IBGE. Si antes la institución
conseguía controlar los pocos proyectos que aparecían, eso empieza a ser cada vez más difícil. En esa
época aparecen las normativas fachadisticas y detallistas, que establecían el uso de los mismos
elementos de la arquitectura colonial en las fachadas, sin, todavía, importar el restante de los edificios o
ocupación de las fincas. Esas normas pasaron a ser empleadas mismo en las pocas áreas nuevas de
las periferias. Así, con el pasar del tiempo los proyectos ya llegaban para su aprobación con esos
elementos, compuestos un tanto aleatoriamente, y sin rigor con las proporciones. Apareció el estilo
híbrido, llamado por MOTTA (1987) “estilo Patrimônio” (fig. 5 y 6).
Figura 5: Edificación reciente, ilustrativa del llamado "estilo Patrimonio" Fonte: foto de la autora, Ouro Preto, 1998.
Figura 6: Edificación reciente, ilustrativa del llamado "estilo Patrimonio" Fonte: foto de la autora, Ouro Preto, 1998.
En la década de 70, son redactados dos planos para la ordenación del territorio y de áreas para la
expansión de la ciudad – que estaba ya con grandes problemas. Pero, ningún de los dos fueron
aprobados por la administración local. Hay que explicar que la participación de la administración
municipal en la preservación del centro histórico de Ouro Preto ha sido siempre muy pequeña, y quizá,
algunas veces, contrária a las iniciativas de la institución federal. Sin la cooperación entre esas dos
instancias responsables por la ciudad, los resultados positivos del proyecto de la preservación quedan,
aún, más dificiles de serem alcanzados, pues el IPHAN2 no puede interferir sobremanera en asuntos de
la gestión urbana, y por otro lado, la administración municipal no consegue ejecutar sus proyectos de
acctuaciones urbanas como previsto.
Directrices actuales de la preservación en Ouro Preto: una discusión propuesta
A través de los estudios realizados, puede decirse que el IPHAN/OP3 presenta hoy como criterio
general, que condiciona otros más específicos, la manutención de la lectura del centro histórico de Ouro
Preto como un conjunto homogéneo típico de la arquitectura del setecientos. Así, son aprobadas las
actuaciones miméticas al entorno local, siendo las mejores aquellas que no aparezcan. A partir de eso
criterio general, están las directrices especificas a la cada intervención solicitada. Por ejemplo, es
sugerido el uso de materiales similares a los de la arquitectura tradicional de Ouro Preto. De acuerdo
con la misma idea, es orientado el uso de los colores propios de esa arquitectura, como también, la
misma composición de las fachadas, el mismo ritmo de llenos e vacíos, el mismo diseño de las
ventanas e otros elementos. Otros puntos, como ocupación y tamaño de las fincas, la manutención de
las áreas verdes o de la altura de los edificios, también son decisivos en la definición de los criterios de
la institución para la aprobación de intervenciones en el centro historico.
Puede decirse que la decisión sobre el modo de tratar las intervenciones en los centros históricos, está
directamente relacionada a la imagen que se pretende para ellos. En el caso de Ouro Preto, su papel,
herencia del motivo de la catalogación de su conjunto arquitectónico y paisajístico, es aquel de
representar un conjunto típico del siglo XVIII brasileño. Así, lo importante es la preservación de la idea
de un conjunto homogéneo de características del setecientos.
Por lo tanto, es posible entender la aprobación por SPHAN (o IPHAN) de actuaciones posteriores a la
catalogación, a partir de la exigencia de que esas presenten las mismas características de la
arquitectura tradicional de Ouro Preto. En eso sentido, también es fácil comprender las reformas,
hechas en las décadas de 30 y 40, que suprimieron las huellas del siglo XIX. También es posible
entender la importancia dada al que es visible. Mismo las construcciones o intervenciones previstas
para las pocas áreas fuera del perímetro catalogado sufren limitaciones, impuestas por la preocupación
institucional con lo que puede mirarse desde el centro histórico. Hecho ilustrado por el plantío de
eucaliptos que conforman una cortina verde hecha para esconder las construcciones contemporáneas
(fig. 7) del nuevo campus de la Universidade Federal de Ouro Preto (fig. 8).
Figura 7: Foto de una de las edificaciones contemporaneas del nuevo campus de la Universidade Federal de Ouro Preto.
Fonte: www.ufop.org.br
Figura 8: Foto de la ciudad de Ouro Preto con la "cortina" de eucaliptos ocultando el nuevo campus de la Universidade
Federal de Ouro Preto. Fonte: foto de la autora, Ouro Preto, 1998.
Esta posición posibilita discutir si la mejor solución para las intervenciones en centros históricos es la
negación de los registros de algunas épocas y montaje de otras. Reflexión significativa en el caso de
Ouro Preto, donde su centro histórico catalogado es prácticamente toda la extensión del perímetro
urbano. De acuerdo con CARRION (1996:100), una revalorización de las intervenciones en las
ciudades implica en una profunda reflexión de lo político, del socioeconómico, del histórico, del esteticocultural y del ambiental. Con respecto al estetico-cultural la ética de las intervenciones debe valorar y
respectar del mismo modo la heterogeneidad y diversidad de todas las manifestaciones, eruditas o
populares, con vistas al acervo acumulado por la sociedad.
El respecto por todas las épocas incluye la actual, también constituyente de la historia del centro
histórico. La comprensión de la dimensión histórica de la ciudad (y, luego, de los centros históricos)
implica la suya consideración como un producto social. La ciudad, comprendida como un producto
social, es una forma peculiar de ocupación y organización espacial, reflejo – y también autora – de
diversos procesos y estructuras sociales; la ciudad es una realidad histórica de carácter dinámico y con
significados y formas de organización diferentes en las diversas etapas (TROITIÑO VIÑUESA, 1995).
És lógico que siendo el centro histórico de Ouro Preto un bien del patrimonio nacional, todas las
intervenciones deben ser aprobadas y reguladas por la institución responsable por su preservación.
Así, ellas deberán siempre atender a algunos parámetros como la regulación de la altura máxima, de
escala, localización, etc.. La cuestión es si los criterios para la aprobación de las nuevas intervenciones,
no deberían proponer una arquitectura que estuviera en acuerdo con su tiempo, evidenciándole, y
simultáneamente, no alterase las características principales del conjunto catalogado.
Hace importante resaltar que no está siendo propuesta la sustitución de los edificios existentes, pero
discutiendo si las construcciones recientes – o los añadidos en las antiguas- no debiesen mostrar la
época en que fueron hechas. ARANTES (1988:15) propone que los edificios en los vacíos de la ciudad
colonial, hechos de una manera similar a los tradicionales, se presentan como “falsificaciones”. Esa
critica puede ser mejor entendida en el sentido de la explanación de DOURADO (1996:57-58):
“ao abandonar o contraste – moderno x antigo – enquanto categoria formal
e ao propor a retomada do princípio de imitação, optando, portanto, pela
semelhança, a cultura atual (...) nos coloca frente a um novo e inquietante
dilema: o avanço extensivo das ações contemporâneas sobre o já
concluído pode significar a fusão ou diluição do antigo pelo novo”.
Llevando a uno extremo, puede relacionarse las construcciones recientes, realizadas a partir del modelo
tradicional del setecientos, a lo que BAUDRILLARD (1984:12) llama de simulacro – la copia idéntica de
algo que jamás ha existido. De acuerdo con ese autor, la cuestión se vuelve más compleja pues simular
no es solo fingir. Mientras fingir o disimular dejan intacto el principio de la realidad, esa mascarada, la
simulación cuestiona la diferencia (si hay alguna diferencia) entre el “verdadero” o “falso”, lo “real” y lo
“imaginario”.
Trayendo esa idea para nuestro tema, hay el riesgo de la pérdida de las referencias de aquello que era
mismo el pasado y el que son suyas reconstrucciones. Así, los criterios de la preservación, o de la
revitalización, deben ser pensados teniéndose ese riesgo en mente. Incluso la definición de los bienes
constituyentes del patrimonio debe ser considerada y cuestionada recordándoselo. Él está presente ya
que la conformación del patrimonio oficial es una construcción intelectual, y no una respuesta inmediata
y afectiva de la población. Luego, está sujeta a ser hecha a partir de modelos y no de aquello que
representa el pasado y la historia de la mayoría de la nación, en caso de los patrimonios nacionales.
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∗
Arquitecta, Maestra en Arquitectura por la Universidade Federal de Minas Gerais, profesora del Curso de
Arquitectura y Urbanismo de la Universidade de Itaúna.
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BIBLIOGRAFIA
ARANTES, Antonio Augusto. A preservação de bens culturais como prática social. Revista Museo,
n° 1, p. 12-16, 1988.
BAUDRILLARD, Jean. La precésion de los simulacros. In: Cultura y Simulacro. Barcelona: Ed.
Kuirós, 2 ed., 1984.
CARRION, Diego. In: Anais do Seminário Internacional Preservação: a ética das intervenções, p.
97-107, 1996.
DOURADO, Odete. Preservação: a ética das intervenções. In: Anais do Seminário Internacional
Preservação: a ética das intervenções, p. 45-59, 1996.
MOTTA, Lia. A SPHAN em Ouro Preto: uma história de conceitos e critérios. Revista do Patrimônio
Histórico e Artístico Nacional, n. 22, p.108-122, 1987.
TROITIÑO, Miguel Angel (coord.). Las ciudades españolas a finales del siglo XX. In: I Colóquio de
Geografía Urbana, 1994, Cuenca. Cuenca: Servicio de publicaciones de la Universidad de
Castilla-La Mancha, 1995.
NOTAS
2
La sigla IPHAN corresponde al Instituto do Patrimônio Artístico e Histórico Nacional, institucíon que sustituió en 1994 el
SPHAN, despúes de algunos cambios de nombres y organización interna de la institucíon estatal responsable por el patrimonio
nacional.
3
La sigla IPHAN/OP corresponde al departamento de la institucíon estatal – IPHAN - responsable directamente por la
preservación del patrimonio en la ciudad de Ouro Preto.

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