Semana Santa un Estilo de Vida
Transcripción
Semana Santa un Estilo de Vida
Semana Santa un Estilo de Vida Por: Dra. Emma V. Cintrón, Psicóloga Retirada La Semana Santa representa las grandes enseñanzas del Cristianismo sintetizándolas en el sacrificio vicario de Jesús, en su capacidad para dar su vida por nosotros. Su resurrección es la experiencia vital de la fe cristiana. Es un acto de vida, de victoria, de oportunidades y libertades infinitas que nos llenan el alma de luz y el corazón de esperanza. En Semana Santa Jesús nos trae un mensaje relevante y eterno para todas las épocas porque el hombre necesita sueños, ideales y misterios que mantengan encendida la antorcha de su vida. Que lo motiven a trascender a través de sus creaciones y logros, a través de las personas que ama y que lo aman, que le sirve y que le sirven. No podemos tener un alma muerta que se requede al margen del camino obstaculizada por una gran piedra llena de miedos, ansiedades, culpa, enojos, odios, complejos, fracasos y frustraciones que le impidan vivir un presente renovador, encontrar aquí y ahora el camino de luz, el mañana esperanzador y victorioso que Dios nos legó a través de su Resurrección después de haber pasado por una lenta agonía y dolorosa muerte. Cuando nos enfrentamos a experiencias de dolor e incapacidad, de soledad y confusión que tarde o temprano a todos nos llegan, perdemos la fe y nos desesperamos. Pensamos que es imposible remover los obstáculos que nos impiden la paz y la tranquilidad anhelada. Pero no es así. En esas ocasiones además de nuestras fortalezas necesitamos el apoyo divino y humano del creador y de nuestros semejantes. Jesús afrontó su cruz con valentía usando sus recursos y energía. Pero cuando se sintió desesperado le pidió ayuda a su Padre Celestial preguntándole: “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado? Hay un versículo bíblico que nos dice que hay tiempo para reír y tiempo para llorar, tiempo para nacer y tiempo para morir. Que la cruz es parte de nuestro crecimiento y saldremos de cada crisis más fuerte y confiados. No nos dejemos abatir por los problemas de la sociedad en que vivimos. Evaluemos cada situación con serenidad haciendo nuestras propias conclusiones sin permitir que otros piensen por nosotros. El Cristo Resucitado reclama de nosotros responsabilidad para hacer de este mundo de más calidad y justicia. De hogares y matrimonios más estables y de más armonía. De creencias más sólidas y leyes más justas. De líderes más maduros y sosegados que hagan un sincero y máximo esfuerzo por ayudar a rescatar lo noble y verdadero que Él nos legó. No puedo adivinar tus problemas ni tu estado de ánimo. Pero si estás pasando por un golpe muy duro que te ha dejado insensible al amor y a la fe, que te impide dar lo mejor de ti, piensa que el mensaje de la cruz nos ofrece una resurrección, una esperanza de vida diferente, si nos damos una oportunidad para explorar nuevas alternativas y posibilidades. La Pascua es una buena época para afirmar tu fe, para hablar con Dios, para escuchar tu conciencia, el tumulto de tus pensamientos, el ruido de tus preocupaciones. En la serenidad de tu intimidad tienes una espléndida y maravillosa oportunidad para limpiarte de pensamientos negativos, calamitosos y enfermizos. Para tomar la decisión de cambiar lo que no te gusta, lo que te hace infeliz y te impide lograr tu paz y equilibrio mental. Recuerda que nadie está exento de problemas. Que lo importante no es eliminarlos sino aprovechar lo mejor de cada momento para afrontarlos y superarlos. Que son recursos dados por nuestro Creador, y reconocidos por ti, los que pueden liberarte de la esclavitud del pasado y sacarte de las tinieblas para buscar soluciones a viejos problemas, para lograr el control de tus emociones, pensamientos y actitudes que te provean entusiasmo y vigor. Que te liberen de energías dormidas abriéndote puertas nunca soñadas que te irán convirtiendo día a día en creador de posibilidades y realizador de sueños. Un nuevo estilo de vida, el tuyo.